Reyes, monjes y sabios Estudios internacionales de historia del libro y de la lectura Kings, monks and wise men International studies of history of book and reading AnnAlEs du CInquAntEnAIRE AnAlEs dEl CInCuEntEnARIo IV ACAdémIE BElgo-EspAgnolE d’HIstoIRE unIVERsIdAd ComplutEnsE dE mAdRId madrid & Bruxelles 2009-2010 AnAlEs dEl CInCuEntEnARIo - AnnAlEs du CInquAntEnAIRE IV (2009-2010) Reyes, monjes y sabios Estudios internacionales de historia del libro y la lectura Kings, monks and wise men International studies of history of book and reading ConsEjo dE REdACCIón secretaria dra. dª Ana Belén sánchez prieto Vocales dr. d. Alfonso de Ceballos-Escalera gila, dr. d. juan Van Halen y Acedo, dr. d. Félix martínez llorente, dr. d. luis de Cevallos-Escalera gila, Ir. Ruud van Rossem, dr. d. Rafael Feria pérez, dr. d. Fermín de los Reyes gómez, dr. d. Antonio Carpallo Bautista y dra. dª Rosario Arquero Avilés © de esta edición, universidad Complutense de madrid y Académie BelgoEspagnole d’Histoire - Academia Belgo-Española de Historia Es propiedad. queda hecho el depósito que marca la ley. depósito legal m-10291-2010 En las páginas de los Anales del Cincuentenario se incluyen escritos propios y otros que están avalados por la firma de sus respectivos Autores, que son los únicos responsables legales de las opiniones y de las tesis que expresan. la inserción de estos textos firmados no presupone la identificación de la universidad Complutense de madrid, ni de la Academia Belgo-Española de Historia - Académie Belgo-Espagnole d’Histoire, ni de la misma revista, con las tesis y las opiniones que contienen. 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Reyes, monjes y sabios Estudios internacionales de historia del libro y de la lectura Kings, monks and wise men International studies of history of book and reading Ana Belén sánchez prieto (directora) Universidad Complutense de Madrid Académie Belgo-Espagnole d’Histoire Presentación Aún parece que fue ayer cuando, una fría pero soleada mañana de noviembre de 2007, Antonio Carpallo y yo nos dirigíamos en tren a toledo para aprovechar el día en su biblioteca catedralicia, cuyas encuadernaciones artísticas estábamos estudiando, cuando, como de pasada, surgió en la conversación una convocatoria de la universidad Complutense para organizar encuentros internacionales y comenté que quizá podría interesante para nuestro grupo de investigación organizar alguno en el futuro. Cualquiera que conozca a Antonio Carpallo, sabe que tiene una personalidad poco usual. Este hombre de gesto amable y ademán tranquilo no solo rebosa energía, sino que además es capaz de contagiársela a todo aquel que se le aproxima. Y así, cuando nos despedimos en la estación de nuevo en madrid, ya teníamos un plan de trabajo y muchas ideas. Y allí estábamos los dos, sin experiencia ninguna, pero con mucha ilusión; con poquísimo dinero, pero determinados a hacer valer el refrán castellano que dice que quien tiene un amigo tiene un tesoro. Así que hablamos con nuestros amigos, y estos con los suyos, y todos se pusieron manos a la obra. Y contactamos también con personas e instituciones a las que nunca habíamos visto. Y, en fin, celebramos nuestro seminario, el primero de esas características que se celebraba en la jovencísima Facultad de Ciencias de la documentación de la universidad Complutense de madrid. Y fue un éxito en participación y en asistencia, pero sobre todo fue un éxito por lo mucho que aprendimos todos los asistentes. de aquel seminario nace el presente volumen de estudios. sin embargo, no es un volumen de actas al estilo tradicional, porque ni están todos los que son, ni son todos los que están. Básicamente, este volumen recoge las ponencias que trataron de historia del libro y de la lectura en la Edad media y principios de la Edad moderna, y a ellas se ha unido algún trabajo más para completar el panorama. Alejandro Rodríguez de la peña proporciona en su “Rex elucubrans in libris: bibliotecas palatinas y monarcas bibliófilos en el occidente medieval”, un excelente marco en el que situar el resto de las contribuciones (porque al fin y al cabo en la Edad media es el Rey el que da el tono a su reino, como 8 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) espejo en el que se miran los “grandes”), al tiempo que da cuenta de la historia de la bibliofilia real en la Edad media y de su historiografía. Rosamond mcKitterick sorprenderá con un brillante y penetrante análisis sobre las posibilidades reales de conocer las bibliotecas temprano medievales, que resultan sorprendentemente limitadas, sobre todo si se tiene en cuenta los ríos de tinta que durante ya más de un siglo han venido corriendo sobre ellas. la contribución de la profesora mcKitterick se ve complementada por mi propia aportación sobre bibliotecas monásticas, si bien con ella ya entramos en la historia de la lectura, para poner de manifiesto cómo en el monasterio toda actividad intelectual estaba orientada a la intelección (en un sentido más místico que racional) de la Biblia. pero a la vez esa necesidad de conocer la Biblia hace que el monje medieval se abra a las ciencias y a las artes, y que el microcosmos del libro se acabe convirtiendo en el microcosmos de la Biblioteca (en el sentido moderno del término, pues en la temprana Edad media el término “biblioteca” era equivalente a “Biblia”). la otra categoría de biblioteca típicamente eclesiástica, la catedralicia, está ejemplificada por la de toledo, que presenta Ramón gonzálvez Ruiz, que la conoce mejor que nadie por haber sido su bibliotecario durante muchos años, y que reconstruye el proceso de su formación a lo largo de todo el período medieval, hasta el siglo xV. Anna Adamska nos transporta al otro extremo de Europa con su “Formación de bibliotecas catedralicias en el límite de la latinitas centro-europea (polonia, Bohemia y Hungría) en la Alta Edad media (c. 950-c.1250)” (The Formation of Cathedral Libraries on the Edge of Central European Latinitas (Poland, Bohemia and Hungary) in the Earlier Middle Ages (c. 950-c.1250), donde encontramos – no inesperadamente – que el panorama no difiere mucho del de la península Ibérica. Hasta este momento hemos estado instalados en un mundo totalmente (o casi) eclesiástico (con la excepción relativa de los reyes, que en la Edad media gozaban de un estatus quasi-sacramental). Ahora, sin embargo, la profesora Elisa Ruiz nos introduce en el mundo laico y en un modo de lectura mucho más privado, presentándonos el canon de lecturas del estamento nobiliario, que lee ya al margen de su profesión, muchas veces en su tiempo de ocio y predominantemente en lengua vernácula (incluso la Biblia). Con josé luis gonzalo llegamos al mundo del Renacimiento y de Felipe II y la creación (casi por casualidad) de la impresionante biblioteca que REYES, MONJES Y SABIOS 9 aún se puede disfrutar en El Escorial, que el profesor gonzalo conoce como nadie. pero para ello nos introduce previamente en los diferentes intentos de fundar una biblioteca real “de Estado” durante los reinados de los Reyes Católicos y del Emperador Carlos V, y después en las complicadas intrigas cortesanas con la finalidad de conseguir los libros más antiguos y apreciados para la librería real. más o menos en la misma época nos mantiene el profesor Alfonso de Ceballos-Escalera, aunque en un ambiente muy distinto, ya que su objeto de estudio es esta vez no la corte, sino la ciudad de segovia, que siendo una auténtica capital de la industria textil, carecía de un centro de enseñanza superior como salamanca o Valladolid, por lo que puede ser tomada como un caso más representativo de la generalidad de las grandes ciudades de la Corona de Castilla que los grandes centros universitarios. Encontramos aquí, junto a la biblioteca catedralicia, las distintas bibliotecas de los conventos de las órdenes mendicantes y otras, pero sobre todo cabe destacar la paciente labor del doctor Ceballos-Escalera reconstruyendo las librerías privadas de numerosos letrados segovianos, tanto eclesiásticos como laicos, y tanto nobles como plebeyos; a más de los profesionales de los oficios del libro en aquella ciudad -escritores, iluminadores, encuadernadores y mercederes de libros-. Es un estudio el suyo muy transversal. Antonio Carpallo trata de la materialidad del libro en su exterioridad, con su estudio de las encuadernaciones artísticas más antiguas de la sensacional Biblioteca Complutense, que se remonta a los albores del siglo xVI y que con el correr del tiempo incorporaría además otras insignes y ricas colecciones. la época de la Ilustración nos deja el magistral estudio de Fermín de los Reyes gómez sobre la espectacular biblioteca particular del bibliófilo Andrés gonzález de Barcia, un madrileño metido a político y uno de los fundadores de la Real Academia Española. Y, para terminar, margarita martín Velasco describe el mundo de la imprenta en Italia a principios del siglo xVIII, centrándose los impresores napolitanos que se involucraron en la vida política imprimiendo panfletos de propaganda en el curso de la guerra de sucesión. Con todo esto, creemos haber cubierto prácticamente todo el espectro del libro antiguo europeo occidental, desde la más temprana Edad media hasta la Ilustración, y desde la península Ibérica a las regiones eslavas de escritura latina; desde el proceso de factura del libro como objeto material, hasta los modos de lectura. sin duda faltan muchas piezas para completar el mosaico 10 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) que compone la historia del libro y de su lectura, pero esperamos que el lector atento pueda a partir de los detalles que retratamos hacerse una idea del cuadro completo. El proyecto que hoy ve la luz hecho realidad, no hubiera podido realizarse sin el mecenazgo de muchas personas e instituciones, y como de bien nacidos es el ser agradecidos, no quisiera desperdiciar la ocasión de hacer público mi agradecimiento. En primer lugar, a la Facultad de Ciencias de la documentación de la universidad Complutense de madrid, una de esas pocas tierras en la que los hijos pueden ser profetas, y por ello no quiero dejar de mencionar a su entonces decano, don Fernando Ramos simón, que desde el primer momento puso a nuestra disposición todos los medios materiales y humanos que estaban a su alcance. pero no solo a él, porque en el grupo de investigación Bibliopegia jamás hemos encontrado nada en la Facultad salvo ayuda cuando era posible, y cuando no, al menos apoyo y comprensión: los servicios informáticos y sobre todo su jefe, Bernardo garcía (a quien rendimos aquí nuestro póstumo homenaje), hicieron posible la comunicación entre los participantes, antes, durante y después de las conferencias; manuel Blázquez ochando diseñó la página web y organizó su difusión a través de la red; los ordenanzas de la Facultad se ocuparon de que no faltara nada material… sin salir de la universidad Complutense, también quiero hacer mención de la Biblioteca Histórica marqués de Valdecilla, que contribuyó a la financiación y acogió por un día el seminario en su magnífica sede de la calle noviciado de madrid, y de su vicedirectora marta torres, que preparó el tereno. pero también contamos con ayudas exteriores a la universidad y sin ninguna de ellas hubiéramos podido salir adelante: los alumnos de la Escuela de traductores e Intérpretes Estudio sampere, de madrid, demostraron su profesionalidad en su labor de interpretación haciendo accesible al público hispanoparlante las ponencias pronunciadas en inglés y a los participantes angloparlantes las pronunciadas en español. la Fundación Hullera Vasco-leonesa, la Academia Belgo-Española de Historia, la editorial orbis medievali y la sociedad Cervantina de madrid financiaron la estancia o los gastos de viaje de los participantes extranjeros. Y por último gracias también de nuevo a la Academia Belgo-Española de Historia y al académico don Claudio Chaqués, que de forma totalmente desinteresada han financiado y editado este libro. dra. Ana Belén sánchez prieto profesora titular de la universidad Complutense (dir.) 1 Rex elucubrans in libris: bibliotecas palatinas y monarcas bibliófilos en el Occidente medieval MANUEL ALEJANDRO RODRÍGUEZ DE LA PEÑA Universidad CEU San Pablo Monarquía y bibliotecas en la época de las Invasiones temistio menciona en sus Orationes (4, 59d-60c) la iniciativa del segundo emperador cristiano de Roma, Constancio II (imp. 337-361), de fundar una biblioteca imperial en el año 357. según apunta guglielmo Cavallo, esta iniciativa entroncaba de forma indudable con la tradición sapiencial helenística de la Biblioteca de Alejandría, aunando fundación regia y su doble condición de ser a un tiempo centro de estudio y scriptorium de copia de libros. lo que parece descartado es que fuera una suerte de “biblioteca pública” diferenciada de la biblioteca palatina, ya que estamos hablando de una biblioteca situada en el palacio imperial aunque abierta a las consultas de los doctos(1). poco después de la muerte de Constante, Valentiniano (m. 375) se convertía en el primer emperador romano en establecer una comisión imperial permanente que velara por la conservación de los libros de todas las bibliotecas públicas del Imperio(2). A esta medida se unió la fundación de dos “universidades” imperiales, una en Roma y otra en Constantinopla. sin embargo, solo tres años después de su muerte, Amiano marcelino ya se lamentaba de que en su 1. guglielmo CAVAllo, Introducción a Le biblioteche nel mondo antico e medievale, ed. g. Cavallo, Roma, 1988, p. xVII. 2. Charles n. CoCHRAnE, Christianity and Classical Culture. A Study of Thought and Action from Augustus to Augustine, nueva York, 1940, ed. esp. Cristianismo y cultura clásica, méxico, 1949, p. 307. A finales de la época de los severos había desaparecido la antigua figura del procurator bibliothecarum cuyas funciones ahora asumía esta nueva comisión imperial (vid. lorne d. BRuCE, “the Procurator bibliothecarum at Rome”, The Journal of Library History, 18, 1983, pp. 143-162). 12 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) época las bibliotecas están cerradas perpetuamente, como si fueran tumbas(3). si en la Roma cristiana del decadente siglo IV todavía había veintiocho bibliotecas públicas, tras los sucesivos saqueos de la Ciudad Eterna en la época de san gregorio magno apenas quedaba la biblioteca que sostenía el propio pontífice(4). Y este negro panorama es predicable del conjunto del occidente latino. En el oscuro periodo de tres siglos que media entre la caída del Imperio Romano de occidente (año 476) y el brillante renacimiento intelectual que tuvo lugar durante el reinado de Carlomagno (768-814) resulta muy difícil encontrar indicio alguno de la existencia de bibliotecas palatinas en las cortes de los reyes bárbaros que se habían enseñoreado de la Romanitas. Fue esta una época en la que los monasterios benedictinos que iban surgiendo por todas partes fueron sustituyendo a las grandes ciudades y a los conjuntos palatinos como depositarios de las principales bibliotecas de Europa. tan solo encontramos una biblioteca palatina digna de tal nombre en funcionamiento en el sacrum palatium de Bizancio. Y es que incluso en el caso de aquellos monarcas germánicos cultivados (como teodorico el grande en Italia, Childerico de neustria en la galia merovingia o sisebuto en la Hispania goda) que quizá pudieron haber poseído bibliotecas para su uso personal, la evidencia documental de su existencia permanece en las sombras del olvido más completo(5). tan solo cabe aducir una excepción a este silencio de las fuentes. una de las escasísimas evidencias documentales de la existencia de una biblioteca real en la época de las Invasiones lo encontramos en la corte visigoda de toledo en los años del rey Chindasvinto (reg. 642-653). Esta evidencia nos la propor- 3. james W. tHompson, The Literacy of the Laity, in the Middle Ages, nueva York, 1960, p. 2; g. CAVAllo, Le biblioteche nel mondo antico e medievale, op. cit., p. xVIII. 4. desde los tiempos del papa san dámaso (pont. 366-384) había existido una especia de biblioteca y archivo, pero fue san Hilarión (pont. 461-468) quien fundó la primera gran Biblioteca pontificia en san juan de letrán con dos salas, una para los libros griegos y otra para los latinos. El papa Agapito I (pont. 535-536) había intentado fundar, a instancias de Casiodoro, otra biblioteca y una “universidad” en la iglesia de san juan y san pablo, pero su repentino fallecimiento abortó el proyecto (vid. C. CAllmER, “die ältesten christlichen Bibliotheken in Rom”, Eranos, 83, 1985, pp. 51 y ss. y giuseppe sCAlIA, “gli archiva di papa damaso e le biblioteche di papa Ilaro”, Studi Medievali, 18/1, 1977, pp. 39-63). 5. g. CAVAllo, Le biblioteche nel mondo antico e medievale, op. cit., p. xVIII. REYES, MONJES Y SABIOS 13 ciona una carta del obispo de zaragoza, san Braulio, discípulo de san Isidoro, quien escribía hacia el 640 a uno de los más destacados intelectuales áulicos del aula regia, el abad Emiliano de toledo, para obtener una copia del Comentario del Apocalipsis de Apringio de Beja. la respuesta del abad Emiliano resulta muy clarificadora: esta obra estaba en el armarium de un aristócrata godo laico, el conde toledano lorenzo (Laurentius), pero tras su muerte la nutrida colección libraria que había reunido se dispersó(6). El abad también refiere que ha buscado esta obra en la biblioteca personal del rey Chindasvinto, sin éxito(7). Este dato por sí solo resulta revelador de la existencia de una biblioteca palatina del monarca visigodo, seguramente en toledo, una biblioteca que debía ser lo bastante importante cómo para justificar las expectativas del abad Emiliano de hallar en ella el libro que buscaba. En todo caso, en esos mismos años florecía en la propia toledo de los reyes godos una rica biblioteca diocesana, que sabemos manejó el metropolitano san julián y que contenía obras de san Agustín, san Isidoro, san gregorio magno, así como de clásicos como marcial, Virgilio, Horacio y terencio(8). Los emperadores carolingios y sus bibliotecas La biblioteca de Carlomagno Con todo, no cabe duda de que el primer monarca medieval en reunir una biblioteca de cierta importancia fue Carlomagno. Hace cuarenta años, en el curso de una exhaustiva investigación, Bernhard Bischoff reconstruyó el que consideró que pudo haber sido el catálogo de la biblioteca palatina (Hofbiblio- 6. manuel dÍAz Y dÍAz, «la cultura de la España visigótica del siglo VII», Caratteri del Secolo VII in Occidente, V settimane de studio del Centro Italiano di studi sull’Alto medioevo, vol. 2, Espoleto, 1958, p. 819; pierre RICHé, Éducation et culture dans l’Occident barbare (VIVIIIe siècles), parís, 1967, p. 209. 7. san BRAulIo dE zARAgozA, Epistolario, xxV y xxVI, ed. l. Riesco, sevilla, 1975, pp. 122 y 124 (apud Roger CollIns, “literacy and the laity in Early medieval spain”, The Uses of Literacy in Early Medieval Europe, ed. R. mcKitterick, Cambridge, 1990, p. 115). 8. sobre esta biblioteca y en general, la cultura literaria hispanogoda, vid. manuel dÍAz Y dÍAz, “la cultura en la España visigótica del siglo VII”, De Isidoro al siglo XI. Ocho estudios sobre la vida literaria peninsular, Barcelona, 1976, pp. 35 y ss. 14 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) thek) de Carlomagno, una impresionante colección libraria iniciada en el año 780 que este profesor consideró como la más importante de todo el Imperio Carolingio(9), «un glorioso monumento al deseo de Carlomagno de preservar los tesoros literarios del pasado»(10). Ahora bien, investigadores como Claudia Villa, donald Bullough(11) y Rosamond mcKitterick(12) han redimensionado en los últimos años nuestra visión de la biblioteca de Carlomagno, disminuyendo su importancia. se ha puesto incluso en duda que se pueda hablar en rigor de una biblioteca palatina del emperador, lo que quizá es llevar la revisión de la dimensión de esta demasiado lejos. lo que sí parece fundamentado es el cuestionamiento de una de las fuentes documentales con las que trabajó Bischoff. Y es que el manuscrito (deutsche staatsbibliothek preussische Kulturbesitz diez B. sant. 66, Berlín)(13) con la lista de libros analizado por Bischoff en su día como el posible catálogo de libros raros de su biblioteca, reunidos en un periodo anterior a la erección del palacio de Aquisgrán(14), ha resultado ser, según ha demostrado Claudia Villa, un documento que describe libros de la biblioteca catedralicia de Verona que, además, no tiene exactamente las características de un catálogo 9. Vid. Bernhard BIsCHoFF, “the Court library of Charlemagne”, Manuscripts and Libraries in the Age of Charlemagne, Cambridge studies in palaeography and Codicology, vol. 1, ed. m. gorman y B. Bischoff, Cambridge, 1994, pp. 56-75 (versión definitiva en inglés de “die Hofbibliothek Karls des grossen”, Karl der Grosse: Lebenswerk und Nachleben, vol. 2, düsseldorf, 1965, pp. 44-62). 10. B. BIsCHoFF, Libraries and Schools in the Carolingian Revival of Learning, art. cit., p. 94. 11. Vid. donald BullougH, “Charlemagne’s Court library revisited”, Early Medieval Europe, 12, 2003, pp. 339-363. 12. Rosamond mCKIttERICK, History and memory in the Carolingian World, Cambridge, 2004, pp. 208-210 y Charlemagne. The Formation of a European Identity, Cambridge, 2008, pp. 345-350. 13. también conocido como Codex Diezianus. Vid. B.l ullmAnn, “A list of classical manuscripts (in an eighth-century codex) perhaps from Corbie”, Scriptorium, 8, 1954, pp. 24-37. la transcripción definitiva del manuscrito ha sido realizada por michael goRmAn (vid. “peter of pisa and the Quaestiunculae Copied for Charlemagne in Brussels II 2572: With a note on the Codex Diezianus from Verona”, Revue Bénédictine, 110 2000, p. 238-260). 14. B. BIsCHoFF, The Court Library of Charlemagne, art. cit., pp. 64-69 y 71-72 y Libraries and Schools in the Carolingian Revival of Learning, art. cit., p. 95. REYES, MONJES Y SABIOS 15 de biblioteca, sino más bien de una colección de textos de apoyo para la docencia(15). Entre los libros que, si aceptamos la tesis de Claudia Villa, quedarían fuera de la biblioteca del emperador estarían obras de Virgilio, Horacio, Cicerón, tíbulo, lucano, terencio, juvenal, Claudiano, marcial, julio Víctor, salustio y Catón. Con todo, esto tan solo nos quita la seguridad ofrecida por Bischoff de la presencia en la colección de Carlomagno de estos libros en concreto, lo que no implica que no podamos hablar de una biblioteca palatina, por muy redimensionada que esté. sea como fuere, lo que hoy nadie pone en cuestión es que Carlomagno poseyera una cantidad importante de libros, otra cosa es que fuera tan relevante como para recibir el apelativo de “biblioteca palatina”. por ejemplo, sabemos, a través de su biógrafo Eginardo, que al emperador le placía la lectura del De Civitate Dei de san Agustín (que le leían durante la cena) y de las antiquorum res gestae (libros de historia de la Antigüedad), mencionando a propósito de las disposiciones testamentarias del propio Carlomagno el hecho de éste había reunido “una gran cantidad de libros en su biblioteca” (de libris, quorum magnam in bibliotheca sua copiam congregavit)(16). por otro lado, de un pasaje del poema latino introductorio de Wigbod de tréveris* a sus Comentarios del octateuco (Quaestiones in Octateuchum; c.775-800) se puede inferir, siguiendo a Bischoff, que Carlomagno ordenó hacia el año 780 buscar y reunir libros raros u olvidados de la Antigüedad procedentes de todos los rincones de sus dominios, aunque Wigbod bien pudiera referirse tan solo a las obras de los santos padres. Estos son los versos: ¿quién puede incluso enumerar la colección de libros que vuestra sentencia ha reu- 15. Vid. Claudia VIllA, “la tradizione di orazio e ‘la biblioteca di Carlo magno’: per l’elenco di opere nel codice Berlin diez. B. 66”, Formative Stages of Classical Traditions: Latin Texts from Antiquity to the Renaissance, Espoleto, 1996, pp. 299-322 y “die Horazüberlieferung und die “Bibliothek Karls des großen”: zum Werkverzeichnis der Handschrift Berlin, diez B. 66”, Deutsches Archiv, 51, 1995, pp. 29-52. 16. EgInARdo, Vita Karoli, c. 33: Similiter et de libris, quorum magnam in bibliotheca sua copiam congregavit, statuit, ut ab his qui eos habere vellent, iusto pretio fuissent redempti, pretiumque in pauperibus erogatum (vid. matthew InnEs, “Charlemagne’s Will: piety, politics and the Imperial succession”, English Historical Review, 112, 1997, pp. 833–55). * posible procedencia, aunque todavía es solo una conjetura. 16 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) nido juntos, procedentes de diversas regiones y que han renovado la herencia escrita de los Santos Padres?(17). también resulta interesante apuntar que la biblioteca de Carlomagno no estaba destinada exclusivamente al uso del soberano sino que estaba a disposición de todos los clérigos y estudiosos que habitaban en palacio. Y es que, tal y como ha señalado Anita guerreau, en el periodo carolingio asistimos a una gran circulación de manuscritos, que fueron objeto de préstamos, donaciones e intercambios entre sus poseedores, siendo la posesión individual de un libro perfectamente compatible, en el seno de las instituciones eclesiásticas, con la utilización en común del armarium(18). En cuanto a determinar cuál era exactamente su contenido, empresa acometida por vez primera en el año 1957 por Bernhard Bischoff y que fue revisando en diferentes ocasiones, lo cierto es que tan solo tenemos algunos datos aislados y resulta difícil establecer su tamaño real. Además, no podemos determinar qué libros eran para el uso personal del emperador y cuáles para el de su círculo palatino, así como el papel que los diferentes palacios del emperador, ya que permanece abierta la posibilidad de una biblioteca previa a la construcción del palacio de Aquisgrán o posterior a este, así como una biblioteca centralizada en una única sede física en Aquisgrán o acaso dispersa en distintas residencias imperiales como Ingelheim, Ratisbona o Worms(19). de una carta de Alcuino de York fechada en el año 798 se deduce que la Historia Naturalis de plinio se encontraba también in armario imperiali. de otra epístola se infiere, asimismo, que pudo consultar la Altercatio Hadriani Augusti et Epicteti philosophi en la biblioteca palatina(20). por otro lado, a partir de referencias indirectas en las obras de pedro de pisa y pablo el diácono se puede inferir que se podían encontrar en palacio las obras de los gramáticos donato, diomedes y pompeyo Festo (de las que el propio pablo el diácono realizó un epítome que envió a la biblioteca palatina), los Carmina de Enodio 17. Quis saltem poterit seriem enumerare librorum / quos tua de multis copulat sententia terris / sanctorum renovans patrum conscripta priorum (WIgBod, Quaestiones in Octateuchum, monumenta germaniae Historica, poetae, I, p. 95; d. BullougH, Charlemagne`s Court Library, art. cit., p. 340). 18. A. guERREAu-jAlABERt, La renaissance carolingienne: modèles culturels, art. cit., p. 19. 19. R. mCKIttERICK, Charlemagne, op. cit., pp. 347-350. 20. d. BullougH, Charlemagne`s Court Library, art. cit., p. 347. REYES, MONJES Y SABIOS 17 de pavía, las obras bucólicas del galorromano Rutilio namaciano y el latino Calpurnio, el Cynegeticon de gratius y las Silvae de Estacio(21). del mismo modo, de un poema dedicatorio del escriba áulico godescalco (año 783) se puede deducir que la Mensuratio Orbis (un antiguo manual escolar de geografía basado en el mapa de Agripa) también pudo haber sido copiada para el emperador, así como el Liber Medicinalis de quinto sereno(22). los papas Adriano I y león III contribuyeron al acrecentamiento de la biblioteca palatina de Aquisgrán con el envío desde Roma primeramente de la Collectio de canónes del siglo VI conocida como Dionysio-Hadriana año 774)(23), el primer códice poseído por Carlomagno del que hay evidencia documental(24) y posteriormente del Liber Pontificalis(25). Bischoff consideró auténtica una lista de libros regalados al emperador en el año 805 por el papa león III que incluía un comentario de las epístolas paulinas debido a san Clemente de Alejandría y dídimo el Ciego, un comentario de la Epístola a los Hebreos de san juan Crisóstomo y, finalmente, un comentario de orígenes a la Epístola a los Romanos(26). también se unió a estas donaciones de códices el abad teodemaro de montecassino (m. 797), quien remitió al emperador el codex authenticus (autógrafo de san Benito de nursia) de la Regula Sancti Benedicti. otro abad, Adán de masmünster, hizo llegar a Carlomagno un manuscrito de la anteriormente mencionada Grammatica de diomedes(27). Alcuino de York también tuvo arte y parte en la provisión de fondos librarios para el armarium de su regio discípulo. Habiendo sido él mismo bibliotecario de York en su juventud, no tuvo especiales dificultades en conseguir el epistolario de séneca, el comentario de las diez Categoriae de Aristóteles que hizo el pseudo-Agustin, una copia de la Biblia Vulgata, el Periermeneias 21. d. BullougH, Charlemagne`s Court Library, art. cit., p. 346. 22. B. BIsCHoFF, The Court Library of Charlemagne, art. cit., p. 57 y d. BullougH, Charlemagne`s Court Library, art. cit., pp. 346-347. 23. sobre esta importante Collectio canónica, vid. Hubert moRdEK, «Dyonisio-Hadriana und Vetus Gallica: Historische geordnetes und systematisches Kirchenrecht am Hofe Karls des grossen», Zeitschrift der Savigny Stiftung für Rechtsgeschichte, 56, 1969, pp. 39-69. 24. d. BullougH, Charlemagne`s Court Library, art. cit., p. 344. 25. B. BIsCHoFF, The Court Library of Charlemagne, art. cit., pp. 58-59. 26. B. BIsCHoFF, The Court Library of Charlemagne, art. cit., pp. 58-59 y d. BullougH, Charlemagne`s Court Library, art. cit., p. 352. 27. B. BIsCHoFF, The Court Library of Charlemagne, art. cit., p. 60. 18 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) de Apuleyo, el comentario del Periermeneias de Aristóteles que escribió Boecio y el Libellus Annalis de san Beda el Venerable (un poema sobre el cómputo eclesiástico)(28). obras que estaban en el armarium imperial pero de las que se desconoce su procedencia son las Institutiones de Casiodoro (solo el libro II), las Etymologiae de san Isidoro (el libro I), el De Doctrina Christiana de san Agustín (quizá dentro de un códice con una recopilación de pasajes de algunas de sus obras menores), el Excerptum de IV Elementis, el Carmen de Ventis, los Carmina Figurata de optaciano porfirio, un excerptum de las obras de Boecio, el In Laudem Iustini de Flavio Cresconio Coripo, el tratado exegético de julián de toledo conocido como Anticeimenon, el De Grammatica de mario Victorino, un comentario del De Centum Metris del gramático servio Aquilino, el De Inventione de Cicerón y la Historia Ecclesiastica Gentis Anglorum de san Beda el Venerable (copiada en el scriptorium palatino para el emperador en torno al 800)(29). donald Bullough sugiere que también resulta probable que estuviera disponible en la biblioteca de Carlomagno una obra tan influyente en el mundo carolingio como el De Consolatione Philosophiae de Boecio(30). por supuesto, además de todas estas obras del pasado, muy raras y difíciles de encontrar en su tiempo, hay que añadir a este elenco buena parte de la producción literaria y teológica de la época, que era remitida a palacio. Y es que casi todas las obras de Alcuino de York, los Libri Carolini, los opúsculos de teodulfo de orléans, pablo el diácono, paulino de Aquilea o dungalo de pavía, así como los poemas de Angilberto de saint-Riquier debían figurar en el catálogo del armarium del emperador. podemos concluir, por tanto, que Carlomagno, primordialmente interesado en la Apologética cristiana y los santos padres, también tuvo acceso a un cierto número de obras de la Antigüedad Clásica, tanto literarias como filosóficas. particularmente interesante resulta el hecho de que el emperador, imbuido de su papel de Rey filósofo gracias a la influencia que sobre él ejercía 28. B. BIsCHoFF, The Court Library of Charlemagne, art. cit., pp. 61 y 64; de una epístola de Alcuino de York se puede deducir que el De Anima de san Agustín se encontraba en la biblioteca regia (Epistolae, patrologia latina, 101, col. 645). 29. d. BullougH, Charlemagne`s Court Library, art. cit., pp. 351-359. A los que acaso quepa añadir, si Bullough está en lo cierto en sus conjeturas, el De Architectura de Vitrubio, el De Natura Rerum de Beda el Venerable y las Décadas de tito livio. 30. d. BullougH, Charlemagne`s Court Library, art. cit., p. 351. REYES, MONJES Y SABIOS 19 Alcuino de York, tuviera acceso a obras con un discurso sapiencial como las de Casiodoro, Boecio o san Clemente de Alejandría(31). Con todo, donald Bullough ha subrayado el hecho de que la biblioteca palatina de Carlomagno estuviera sobre todo poblada por manuales de uso escolar y que seguramente había varias abadías en Inglaterra y ambos lados del río Rhin con bibliotecas mejor nutridas que la de Aquisgrán(32). En cualquier caso, la biblioteca de Carlomagno contribuyó, sin duda, a la preservación de buena parte del legado literario clásico y patrístico. La biblioteca de Luis el Piadoso. Como veíamos anteriormente, Eginardo relata en su Vita Karoli que el fallecimiento de Carlomagno fue seguido de la dispersión de los códices contenidos en su biblioteca, siendo vendidos a particulares de cara a subvenir a las necesidades de los pobres(33), ya que, al parecer, no eran de gran interés para su sucesor, quien podría haberse hecho fácilmente con ellos y sólo recuperó los Libri Carolini, la Mensuratio Orbis, las obras de Alcuino de York y la Regla de San Benito(34). Esta dispersión del legado librario de Carlomagno coincidió con el final abrupto de la producción de manuscritos (cuyas miniaturas eran de una calidad artística sin igual en el resto del imperio) en el scriptorium palatino(35), una coincidencia cuyo cese parece indicar que, con luis el piadoso, la corte de Aquisgrán abdicó de buena parte de su papel de liderazgo en la vida cultural del imperio. Además, parece ser que luis aborrecía las obras literarias de los autores grecolatinos que había leído en su niñez en la schola palatina en los días de Alcuino de York, en la que era preceptiva la enarratio poetarum(36). En 31. manuel Alejandro RodRÍguEz dE lA pEÑA, Los reyes sabios. Cultura y poder en la Antigüedad Tardía y la Alta Edad Media, madrid, 2008, pp. 427-440. 32. d. BullougH, Charlemagne`s Court Library, art. cit., p. 363. 33. EgInARdo, Vita Karoli, c. 33, loc. cit. 34. Bernhard BIsCHoFF, «the Court library under louis the pious», Manuscripts and Libraries in the Age of Charlemagne, op. cit., p. 77, n.º 11 (ed. ingl. de «die Hofbibliothek unter ludwig der Frommen», Medieval Learning and Literature: Essays Presented to Richard W. Hunt, ed. j.j.g. Alexander, oxford, 1977, pp. 3-22). 35. B. BIsCHoFF, The Court Library under Louis the Pious, art. cit., p. 77. 36. tHEgAn dE tRéVERIs, Carmen XIX, ed. m.g.H. scriptores, t. 2, p. 594 (apud B. BIsCHoFF, The Court Library under Louis the Pious, art. cit., p. 77, n.º 8). 20 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) esta actitud de luis el piadoso se vislumbra, sin duda, una ruptura con el didascalismo de la Academia palatina de Aquisgrán en los tiempos de su padre. Empero, tanto Bernhard Bischoff como josef Fleckenstein han insistido en que los factores de continuidad cultural fueron más fuertes que los de ruptura durante este período. En concreto, Bischoff menciona algunos hechos que pueden contribuir a revalorizar el perfil sapiencial de ludovico pío(37). Como, por ejemplo, el mismo hecho de que el emperador designara a un palatii bibliothecarius en la persona del monje alemán gerward de lorsch (circa 814828), quien parece que participó en la redacción de los Annales de xanten(38). En este sentido, resulta significativo que la función de bibliotecario palatino fuera considerada lo suficientemente importante por el emperador como para que gerward de lorsch suscribiera como confirmante los diplomas imperiales junto a otros oficiales de palacio, tales como el hostiarius o el mansionarius. Además, hay que considerar el gran número de obras que engrosaron la biblioteca de luis el piadoso, sin contar las que le dedicaron los intelectuales de su tiempo (como el De Laudibus Sanctae Crucis de Rábano mauro o el De Spiritu Sancto de teodulfo de orléans). Entre ellas cabe mencionar el De Doctrina Christiana, el De Genesi contra Manicheos y el De Genesi ad litteram de san Agustín, el Epitome Iustinii, el Epitome Aegidiana, el Epitome Iuliani, las Epistulae Morales de séneca, la Historia Naturalis de plinio, el Peri Archon de orígenes de Alejandría (en la traducción latina de Rufino de Aquilea), las obras filosóficas de Apuleyo, un Tractatus de san Cipriano de Cartago, los Carmina de sidonio Apolinar, las obras del gramático mario Victorino, el Corpus Agrimensorum Romanorum, las obras de marciano Capella, las Epistulae ad familiares de Cicerón, así como un compendio de leyes que incluía la Lex Ripuaria, la Lex Salica, la Lex Burgundiorum y la Lex Visigothorum(39). 37. B. BIsCHoFF, The Court Library under Louis the Pious, loc. cit., y j. FlECKEnstEIn, Die Hofkapelle der deutschen Könige (I), op. cit., p. 231 y ss. también Rudolf sCHIEFFER ha apostado por revalorizar la política cultural de luis el piadoso (vid. «ludwig der Fromme. zur Entstehung eines karolingischen Herrscherbeinamens», Frühmittelalterliche Studien, 16, 1982, pp. 58-73). 38. B. BIsCHoFF, The Court Library under Louis the Pious, art. cit., p. 78; Heinz lÖWE, «studien zu den Annales Xantenses», Deutsches Archiv, 8, 1950, p. 88 y ss. 39. B. BIsCHoFF, The Court Library under Louis the Pious, art. cit., pp. 79-91, y Libraries and Schools in the Carolingian Revival of Learning, art. cit., pp. 97-98. REYES, MONJES Y SABIOS 21 un elenco considerable de códices, una «cantidad inmensa de libros» como la describía Rábano mauro en el año 829, que no tiene mucho que envidiar al de su padre si bien no lo supera. Con todo, el tono general de estas obras (a excepción de las de marciano Capella) es menos didascálico y de contenido más piadoso que el de las del armarium de Carlomagno. Con todo, luis el piadoso mostró una cierta preocupación legislativa por el cuidado de las bibliotecas. Así, en una encíclica imperial dirigida a los arzobispos del Imperio carolingio en el año 817, ludovico pío insistía en la importancia que para el episcopado tenía el don de la ciencia así como en la cuidadosa preservación del legado de las bibliotecas, de forma que se corrigieran los textos «transcritos con negligencia»(40). A la muerte del emperador, su hermanastro el arzobispo de metz, drogón (hijo bastardo de Carlomagno), se haría cargo de la distribución de los numerosos códices de la biblioteca palatina de luis el piadoso, por encargo de éste en su lecho de muerte(41). Los hijos de Luis el Piadoso y sus bibliotecas Al menos seis ricos códices carolingios conservados en la actualidad (un sacramentario, un salterio y cuatro Evangelios) proceden del scriptorium del hijo mayor de luis el piadoso, el emperador lotario, un gobernante de fuertes inquietudes intelectuales que no se separaba ni siquiera en sus campañas militares de su rica biblioteca. En su scriptorium trabajaba un pequeño grupo de escribas, aunque no se sabe si de forma estacional o permanente. de los seis códices antes mencionados nos consta que estaban destinados al uso personal de lotario al menos tres de ellos(42). no podemos tampoco dejar de citar la presencia en el aula regia de lotario en la ciudad lombarda de pavía de todo un equipo de notarios y escribas. que, en efecto, lotario fue un gobernante que amaba los libros lo revelan la dedicatoria de varios tratados exegéticos (sobre los libros de jeremías 40. luIs El pIAdoso, Encyclica ad archiepiscopos, ed. g.H. pertz, Ludovici I Capitularia, op. cit., p. 220. 41. B. BIsCHoFF, The Court Library under Louis the Pious, art. cit., p. 92. 42. Rosamond mcKIttERICK, “Royal patronage of culture in the Frankish Kingdoms under the carolingians: motives and consequences», Committenti e produzione artistico-letteraria nell’Alto Medioevo occidentale, xxxIx settimane de studio del Centro Italiano di studi sull’Alto medioevo, Espoleto, 1991, p. 105. 22 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) y Ezequiel, este último a petición expresa del emperador) por parte del abad de Fulda, Rábano mauro, en el prefacio de uno de los cuales éste alude a la lectura competente de ellos por parte del emperador(43). su propio preceptor, el maestro irlandés Clemente, le dedicaría su Ars Grammatica, con un poema dedicatorio que alude al interés de lotario por la sabiduría de los antiguos(44). Ahora bien, de entre los hijos de luis el piadoso fue sin duda Carlos el Calvo (reg. 840-877) el que demostró una mayor pasión por los libros. no en vano, Carlos el Calvo surge ante nuestra mirada como un verdadero Rex litteratus, un auténtico príncipe del renacimiento carolingio según la plástica definición acuñada por el profesor Wallace-Hadrill, quien le ha caracterizado como «el personaje más grande de su dinastía si exceptuamos a su abuelo, Carlomagno. piadoso, reservado, implacable, sofisticado, autoritario, un auténtico príncipe del renacimiento y, por ello, un hombre peligroso en cualquier caso»(45). En este sentido, resulta muy indicativo el hecho de que más de cincuenta obras sobre diferentes cuestiones le fueron dedicadas a lo largo de su largo reinado(46). Estos son, sumariamente, los escasos datos disponibles sobre la existencia de una biblioteca palatina de Carlos el Calvo: a/ en el capitular de quierzy (14 de junio del año 877) el monarca franco, dentro de sus disposiciones testamentarias, establecía que sus libros debían ser divididos entre sus hijos y sus dos monasterios favoritos (saint-denis y santa maría de Compiègne); b/ la bibliotheca real es mencionada en un poema latino dedicado al Rey en el preámbulo de la llamada Biblia Viviana; y c/ en las actas del sínodo de ponthion (año 876) se alude al abad Hilduino de saint-Bertin como abbas et bibliothecarius. teniendo en cuenta que era capellán y notario palatino, se puede inferir que era bibliotecario palatino del rey Carlos, ya que no tiene sentido que lo fuera del cenobio del que ya era abad(47). Y es que, si bien es cierto que en la cancillería de Carlos el Calvo florecieron un cierto número de clérigos instruidos, tales como pardulo, obispo 43. j.W. tHompson, The Literacy of the Laity, op. cit., pp. 30-31. 44. B. BIsCHoFF, Libraries and Schools in the Carolingian Revival of Learning, art. cit., p. 98. 45. john michael WAllACE-HAdRIll, «A Carolingian Renaissance prince: the Emperor Charles the Bald», Proceedings of the British Academy, 64, 1978, p. 155. 46. pierre RICHé, Les carolingiens. Une famille qui fit l’Europe, parís, 1983, p. 321. 47. Rosamond mCKIttERICK, “Charles the Bald (823-877) and his library: the patronage of learning”, English Historical Review, 95, 1980, p. 28. REYES, MONJES Y SABIOS 23 de laon, luis, abad de saint-denis o Ebroin, obispo de poitiers, sin duda, el más interesante de ellos fue este bibliothecarius, el monje Hilduino, sucesor del gran Alcuino de York en la abadía de san martín de tours y posteriormente abad de saint-Bertin y saint-germain des prés. En la nutrida biblioteca de Carlos el Calvo hay constancia documental de que se encontraban obras tales como el De Arithmetica de Boecio (regalo del propio Hilduino, había sido copiado en el scriptorium de tours), algunas obras menores de san Agustín (expresamente copiadas en un scriptorium para el Rey), el Epitome Rei Militaris de Vegecio (en una edición del obispo Freculfo de lisieux especialmente dedicada al monarca), el Epitome de Caesaribus de Aurelio Víctor, el De Coelesti Hierarchia del pseudo-dionisio Areopagita (en la traducción latina de Escoto Erígena), el De Cultu Imaginum de jonás de orléans y la Vita Karoli de Eginardo(48). por supuesto, seguramente otras muchas obras de las cuales no ha quedado constancia documental poblarían sus estantes, teniendo en cuenta además que también se encontrarían entre sus anaqueles obras dedicadas al propio Rey franco como el Chronicon de Freculfo de lisieux o el de Dissensionibus filiorum Hludowici Pii de nitardo de saint-Riquier, así como al menos otros dieciocho libros que le fueron dedicados por intelectuales como juan Escoto Erígena, el arzobispo Hincmar de Reims, Ratramno de Corbie, Heirico de Auxerre o el abad de Corbie, pascasio Radberto(49). En contraste con el erudito Carlos el Calvo, su hermanastro luis el germánico aparenta ser un príncipe guerrero sin excesivas inquietudes intelectuales. pero solo a primera vista ya que luis el germánico no fue un patán ni un Rex illiteratus. Al menos si prestamos atención al hecho de que poseyera una importante biblioteca, tal y como apunta Bernhard Bischoff(50). no deja de ser relevante, en este sentido, el hecho de que el abad Rábano mauro le dedicara su enciclopédico De Universo sive De Rerum Natura y que el propio luis el germánico le solicitara un comentario del Libro de Jeremías para encontrar reposo de los tumultos políticos en la lectio divina(51). 48. R. mCKIttERICK, Charles the Bald and his library, art. cit., pp. 31-32, 35-36 y 40-41. 49. R. mCKIttERICK, Charles the Bald and his library, art. cit., pp. 30 y 32-33. 50. Vid. Bernhard BIsCHoFF, «Bücher am Hofe ludwig des deutschen und die privatbibliothek des Kanzlers grimalt», Mittelalterliche Studien, vol. 3, pp. 187-212. 51. pierre RICHé, L’Empire carolingien (VIIIe IXe siècles), parís, 1973, p. 268. 24 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) A partir del prefacio de estas obras se deduce de forma irrefutable que estas dedicatorias no eran meros formalismos y que el soberano alemán realmente leía con atención estas obras e incluso las debatía con sus clérigos áulicos para enmendarlas: os envío este opúsculo, nobilísimo rey Luis, para que lo leáis y lo examinéis... si algo encontrarais que deba ser corregido, vos u otros, ya que tenéis con vosotros lectores muy expertos, achacadlo a mi impericia y mi fragilidad(52). Emperadores y bibliotecas en el Reich otónida Curiosamente, a pesar de su falta de interés por el mecenazgo, dos de los sucesores de luis el germánico en el trono teutónico, Arnulfo de Carintia y Conrado I (911-919), fueron protagonistas de incidentes relacionados con la sustracción de libros a bibliotecas monásticas. de esta forma, sabemos que Arnulfo fue reprendido por el abad de Fulda por sustraer de la biblioteca monástica un Evangelario, situación por la que también pasó Conrado en la abadía de saint-Emmeran de Ratisbona(53). Con todo, tenemos que esperar al reinado de otón II para encontrar de nuevo un monarca alemán interesado en los libros. otón II ha sido definido por pierre Riché como un gobernante que «pretendía ser un emperador lúcido y sabio, protector de los intelectuales»(54). Habiendo recibido una educación esmerada en las letras latinas y quizá las griegas, el emperador otón II era un auténtico bibliófilo. En efecto, de creer al monje Ekkehard, sus visitas a la biblioteca de la abadía de saint-gall eran temidas por los monjes, ya que «tomaba prestados» gran número de códices en latín y griego(55). Aún más cultivado que otón II fue su hijo y sucesor otón III. El monje cronista francés del siglo xI Ademar de Chabannes lo define como un empe- 52. Quod etiam opusculum tibi, rex nobilissimus Hludowice... ad legendum et ad probandum direxi... si quid autem aliter per te vel eos, tecum habes peritissimos lectores, positum repereris, ignoscas imperitiae meae atque fragilitati (apud j.W. thompson, Literacy and the Laity, op. cit., p. 43, n. 39). 53. j.W. tHompson, The Literacy of the Laity, op. cit., p. 82. 54. pierre RICHé, Gerbert d’Aurillac, le Pape de l’an mil, parís, 1987, ed. esp. Gerberto. El Papa del Año Mil, madrid, 1990, p. 51. 55. según relata EKKEHARd en su Casus Sancti Galli (c. 147); apud Kart j. lEYsER, Communications and power in Medieval Europe, londres, 1994, pp. 151-152. REYES, MONJES Y SABIOS 25 rador-filósofo: imperator qui philosophiae intentus(56). Educado entre mujeres cultas y refinadas como su madre, su abuela y sus tres hermanas, fue un hombre a un tiempo sensible y místico, penitente habitual y uno de los mayores patrocinadores de las artes plásticas de toda la Edad media(57). su biblioteca palatina fue más importante que cualquier otra que hubiera reunido un monarca alemán en el siglo x, contando con un mínimo de cuarenta y cuatro códices, la mayoría procedentes de scriptoria italianos y algunos de las bibliotecas palatinas carolingias. de entre ellos cabe destacar la presencia de obras de plinio (la Naturalis Historia), tito livio (las Historiae), séneca (sus Epistolae), quintiliano, san Fulgencio, san Agustín (el De Haeresibus), prisciano, orosio, san Isidoro de sevilla, Casiodoro (las Institutiones), Boecio (comentario del Isagogus de porfirio), juan Escoto Erígena, Heirico de Auxerre, pascasio Radberto e Hincmar de Reims (la Vita Sancti Remigii)(58). Curiosamente, no hay presencia alguna de códices en lengua griega o de autores bizantinos a pesar de que sabemos que juan philogatos, cuando era preceptor del emperador, le regaló varios libros en esta lengua. Además, que sepamos, el joven emperador encargó al scriptorium de la abadía de Reichenau la elaboración de cuatro códices para su biblioteca personal. Estos suntuosos códices incluyen los Cuatro Evangelios, el Cantar de los Cantares, el Libro de Daniel (comentado) el Libro de los Proverbios y el Libro de Isaías (con glosa). también parece que el códice del Apocalipsis de Bamberg fue compuesto a petición de otón III(59). de entre los obsequios de libros que recibió el emperador conocemos las Historiae de Richer de Reims (regalo del propio autor), un códice de Boecio (regalo del obispo Bernardo de Hildesheim), el De Natura Rerum de san Isidoro de sevilla y el De Arithmetica de Boecio (ambos regalo de gerberto de Aurillac). Este último había pertenecido al rey Carlos el Calvo sin que sepamos cómo acabó en manos de gerberto. Además, conocemos una serie de manus56. AdEmAR dE CHABAnnEs, Chronicon, III, 31, M.G.H. Scriptores, vol. 4, p. 129 (apud j. W. thompson, The Literacy of the Laity, op. cit., pp. 84 y 103, nota 25). 57. josef FlECKEnstEIn, Early Medieval Germany, Amsterdam, 1978, p. 159. 58. Florentine mutHERICH, «the library of otto III», The Role of the Book in Medieval Culture, ed. peter ganz, turnhout, 1986, vol. 2, pp. 11-26; Rosamond mCKItERICK, “Continuity and Innovation in tenth-Century ottonian Culture”, Intellectual Life in the Middle Ages: Essays presented to Margaret Gibson, ed. lesley smith, londres, 1992, p. 16, y “ottonian Intellectual Culture and the Role of teophanu”, Early Medieval Europe, 2, 1993, pp. 60-61. 59. R. mCKIttERICK, Ottonian Intellectual Culture, art. cit., p. 59. 26 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) critos que manejaban los clérigos de la capilla palatina de otón. Entre ellos destacan las Institutiones de justiniano, varios códices de derecho Canónico y las Decretales pseudo-isidorianas(60). Enrique II, el último de los emperadores sajones, fue un digno sucesor de otón III en lo que respecta a su condición de emperador-filósofo. destinado en su juventud a la carrera eclesiástica por lo que, naturalmente, recibió una educación en las Artes liberales, primero en la abadía de Hildesheim y después en Ratisbona. todo apunta a que Enrique II podía leer latín con facilidad y tenía cierta reputación como bibliófilo. Así, cuando fundó la que sería luego su diócesis favorita, Bamberg, proveyó a su catedral de una magnífica biblioteca, a la que hay que añadir su propia biblioteca personal. El meollo de su biblioteca palatina lo formaron los libros que heredó de otón III, completados con los libros que Enrique II heredó de su maestro, el obispo Wolfgang de Ratisbona. pero, sin duda, los códices más valiosos de su biblioteca, donados luego a la catedral de Bamberg, los adquirió durante su expedición al sur de Italia en 1022(61). por otro lado, a pesar de esta brillante saga de imperatores litterati y a diferencia de lo que sucede con el mundo carolingio, no hay evidencia alguna de patronazgo directo por parte de los emperadores otónidas de grupos de escribas asociados de forma permanente a la corte imperial. no hubo una producción libraria estrictamente asociada al apoyo económico de la Realeza y en las bibliotecas de los emperadores otónidas apenas había libros copiados en scriptoria alemanes. Realeza feudal y bibliotecas guglielmo Cavallo distingue para el periodo feudal entre bibliotecas monásticas, bibliotecas señoriales, propia de los bellatores, y “bibliotecas de Estado” (biblioteche di Stato)(62). Estas últimas se distinguirían de las bibliotecas señoriales (cuyo origen estaría en las bibliotecas de la aristocracia laica carolingia(63) y que cuajarían definitivamente en el siglo xII) no por su propie60. R. mCKIttERICK, Ottonian Intellectual Culture, art. cit., pp 61-62. 61. j. W. tHompson, The Literacy of the Laity, op. cit., p. 84. 62. g. CAVAllo, Introducción a Le biblioteche nel mondo antico e medievale, op. cit., pp. xVIII-xIx y xxVI-xxVII. 63. Vid. pierre RICHé, «les bibliothèques de trois aristocrates laïcs carolingiens», Le Moyen Age, 69, 1963, pp. 87-104. REYES, MONJES Y SABIOS 27 tario, ya que las bibliotecas de muchos reyes feudales se ajustaron a un modelo señorial, sino por sus características propias. la biblioteca señorial de la época feudal pertenece a un ámbito estrictamente privado, sus contenidos suelen ser muy restringidos, o bien devocionales o bien de entretenimiento (literatura caballeresca sobre todo)(64), sus códices están celosamente custodiados en un armarium cerrado, fácilmente transportable (biblioteca itinerante). la idea de tesaurización y custodia celosa del libro está presente, ya que no hay un espacio de lectura ni política bibliotecaria o proyecto cultural alguno(65). por el contrario, la “biblioteca de Estado” (o palatina), cuyo primer ejemplo medieval es la biblioteca de Carlomagno, es un lugar semi-público, abierto a la consulta de los intelectuales del entorno palatino, está custodiada por un bibliotecario, además de la literatura piadosa, teológica y exegética acoge códices con contenidos escolásticos y de autores de la Antigüedad Clásica además de un gran número de crónicas, es decir, es reflejo de un cierto proyecto cultural, por difuso que este sea. lo cierto es que la mayor parte bibliotecas de los reyes feudales encajan mejor en el modelo de biblioteca señorial que en el de “biblioteca de Estado”, como no podía ser de otra manera, dada la condición esencialmente nobiliaria, de primus inter pares de la Realeza feudal. si muchos monarcas de la Feudalidad no se distinguieron por sus hábitos sociales y mentalidad de la aristocracia de sus reinos, sus bibliotecas no iban a escapar a esta dinámica. solo el luminoso renacimiento del siglo XII comenzaría a alterar algo esta realidad, preparando el advenimiento de las bibliotecas de Estado del Renacimiento Italiano. En efecto, al mismo tiempo que se producía una mutación de la Realeza feudal gracias a la recepción del derecho Romano y de los modelos políticos de la Antigüedad Clásica, los príncipes del occidente latino iban a convertirse en muchos casos en reges litterati ávidos de cultura libresca. Este fenómeno, que ha sido definido como la clericalización de la Realeza feudal (en el sentido de la ecuación acuñada por Herbert grundmann: laicus=in64. por ejemplo, conservamos un catálogo de la biblioteca de un noble laico francés de comienzos del siglo xIV, el señor de la Ferté en ponthieu. El catálogo incluye 46 volúmenes, de los cuales solo seis son obras en latín. El resto eran romances épicos y obras piadosas en lengua vernácula. 65. g. CAVAllo, Introducción a Le biblioteche nel mondo antico e medievale, op. cit., p. xxVII. 28 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) litteratus / clericus=litteratus)(66) sacó a los monarcas de las filas de los laicos, de los bellatores, para situarles en una esfera intermedia entre el clero y la nobleza. Y esto afectó a todos los ámbitos de la sociedad de corte, también a las bibliotecas. también cabe insistir en que la cultura literaria y la alfabetización de los laicos de la plena Edad media también tuvieron su origen en el crecimiento de la burocracia y la administración y no solo en un deseo abstracto de educación y literatura. Aún con todo, este proceso de transformación de las “bibliotecas señoriales” de los reyes en bibliotecas palatinas sería muy lento y solo la proliferación de “bibliotecas de Estado” durante el Quattrocento le dará término. Las bibliotecas y los príncipes en la Francia capeta En el siglo xI francés hubo duques y condes que sobrepasaron a los reyes por el tamaño de sus bibliotecas y su cultura personal. En este sentido, Ademaro de Chabannes nos brinda en su Chronicon un vivido retrato sapiencial de uno de los más destacados de entre ellos: el duque de Aquitania, guillermo V el grande (duc. 993-1030). El duque había recibido instrucción en letras latinas en su juventud, conocía las sagradas Escrituras y tenía una gran biblioteca en su palacio. Cuando se lo permitían los asuntos de gobierno dedicaba su tiempo a la lectura e incluso pasaba las noches de invierno en vela leyendo(67). según subraya thompson, parece que “una de las mayores inquietudes del duque aquitano fue tener una buena biblioteca” y sabemos que entre sus tesoros más preciados estaba un manuscrito compuesto en letras de oro, un regalo del rey Canuto el grande (quien curiosamente, era illitteratus)(68). En torno al año 1200 en lo alto de la jerarquía feudal francesa surgieron hombres con un cierto gusto por los placeres del intelecto, nobles que apreciaban los libros y a aquellos que los escribían, nobles que incluso escribieron 66. Vid. Herbert gRundmAnn, “Litteratus Illitteratus: der Wald einer Bildungsnorme von Altertum zum mittelalter”, Archiv für Kulturgeschichte, 40, 1958, pp. 42 y ss. 67. AdEmARo dE CHABAnnEs, Chronicon, III, 54, ed. j. Chavanon, pp. 176-177: Fuit dux iste a puericia doctus litteris, et satis noticiam scripturarum habuit. Librorum copiam in palatio suo servavit, et si forte a tumultu vacaret, lectioni per se ipsum operam dabat, longioribus noctibus elucubrans in libris, donec somno vinceretur (j. W. tHompson, The Literacy of the Laity, op. cit., p. 128) 68. j. W. tHompson, The Literacy of the Laity, op. cit., p. 129. REYES, MONJES Y SABIOS 29 ellos mismos libros. los poderosos condes de Flandes (Felipe de Alsacia, Balduino VIII y Balduino Ix, que sería el primer emperador latino de Bizancio) fueron una dinastía de comites litterati, bien versados en las letras. El conde Felipe en particular fue un hombre de gran cultura literaria y un mecenas de las letras. Fue él quien regaló a Chrétien de troyes un libro anglo-normando con relatos del santo grial del cual el poeta extrajo el material poético para su famoso poema artúrico en francés, el Perceval, obra que dedicó en justa correspondencia al conde. Consiguió reunir una importante biblioteca que puso a disposición de los poetas que frecuentaban su corte(69). mientras, en el delfinado (Auvernia), el delfín Roberto I formó una amplia biblioteca en la que recopiló toda clase de libros sobre las más diversas herejías y sectas, lo que llevó a muchos a hacerse preguntas sobre su ortodoxia(70). En contraste con estos ejemplos de nobles bibliófilos, el primer monarca Capeto que cuidó de proveerse de una biblioteca palatina digna de ese nombre fue san luis, doscientos años después de que lo hiciera guillermo V de Aquitania. de entre sus augustos antepasados, apenas hay evidencia documental de que tuvieran el menor interés por los libros. de luis VII (reg. 11371180) Robert Fawtier nos dice que amaba los libros, pero no aporta ninguna evidencia documental de que tuviera una biblioteca(71). sea como fuere, lo cierto es que en un balance historiográfico publicado sobre los inventarios de bibliotecas del siglo xII, un trabajo del profesor Birger munk olsen(72), no aparece mencionado un solo inventario de biblioteca regia en todo el occidente latino, lo cual resulta muy significativo. Esta ausencia de inventarios para las bibliotecas regias (debido, sobre todo. a la inexistencia de bibliotecarios), a diferencia de lo que ocurre con las monásticas y catedralicias, supone un serio obstáculo a la hora de reconstruir posibles bibliotecas palatinas. Casi siempre el único instrumento válido para su estudio resultan ser los inventarios post mortem de bienes de un monarca difunto o su propio testamento y, en ocasiones, sus libros ni siquiera son mencionados. 69. j. W. tHompson, The Literacy of the Laity, op. cit., pp. 140-141. 70. Achille luCHAIRE, La société française au temps de Philippe-Auguste, parís, 1909, p. 377; j. W. tHompson, The Literacy of the Laity, op. cit., p. 138. 71. Robert FAWtIER, Les Capetiens et la France, parís, 1958, ed. ingl. The Capetian Kings of France: Monarchy and Nation (987-1328), nueva York, 1966, p. 22. 72. Vid. Birger munk olsEn, “le biblioteche nel xII secolo negli inventari dell`epoca”, Le biblioteche nel mondo antico e medievale, op. cit., pp. 137-162. 30 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) En realidad, san luis fue también el primer soberano francés desde los tiempos de Carlos el Calvo en valorar la importancia de una biblioteca para el uso de los clérigos y escolásticos. En efecto, según leemos en la Vita Sancti Ludovici de godofredo de Beaulieu, san luis, inspirado durante su cruzada egipcia por la práctica de un gran sultán sarraceno de ultramar de reunir grandes cantidades de libros de toda clase para uso de sus filósofos y considerando que los hijos de las tinieblas parecían ser más prudentes y celosos que los hijos de la luz a la hora de custodiar sus errores, estableció a su regreso a Francia una suerte de “biblioteca central” palatina, que hizo construir en un lugar apto y fuertemente resguardado junto a su capilla palatina de parís(73). sin embargo, jacques le goff, en su monumental biografía del Rey santo ha señalado que esta biblioteca fue personal y que no alcanzó la dimensión institucional de una “biblioteca de Estado”, una dimensión que solo se alcanzaría con Carlos V el sabio(74). también apunta que en ningún caso fue san luis “un coleccionista de manuscritos”(75). Ahora bien, le goff menciona, sin citar la fuente, el dato proporcionado por godofredo de Beaulieu respecto a la fuente de inspiración que supuso para luis Ix la biblioteca del sultán, pero no somete a crítica esta fuente en lo tocante a las dimensiones de la biblioteca palatina del monarca francés(76). Y es que el cronista menciona expresamente el hecho de que la biblioteca de san luis estaba abierta a los literatos y al clero de su corte para su provecho y la edificación de sus prójimos (viri litterati ac religiosi familiares sui ad utilitatem ipsorum et aedificationem proximorum) y que contaba con un scriptorium encargado de copiar libros procedentes de todas las abadías de Francia y enviarlos a esta biblioteca palatina. El propio san luis utilizaba esta biblioteca para su estudio (libenter studebat) en sus ratos de ocio(77). A nuestro juicio, la crónica está describiendo una biblioteca de Estado en todos sus as73. godoFREdo dE BEAulIEu, Vita Sancti Ludovici, xIII, ed. Bouquet, HF, xx, 15A; j. W. tHompson, The Literacy of the Laity, op. cit., p. 130. 74. jacques lE goFF, Saint Louis, parís, 1996, p. 579. 75. j. lE goFF, Saint Louis, op. cit., p. 581. 76. j. lE goFF, Saint Louis, op. cit., pp.579-580. 77. godoFREdo dE BEAulIEu, Vita Sancti Ludovici, xIII, ed. Bouquet, HF, xx, 15A: Audivit fidelis Rex, dum adhuc esset ultra mare, de quodam magno Sarracenorum Soldano, quod omnia librorum genera, quae necessaria esse poterant philosophis sarracenis, diligenter faciebat inquiri, et sumptibus suis scribi, et in armario suo recondi; ut litterati eorum librorum copiam possent habere, quoties indigerent. Considerans igitur Pius Rex, quod filii tenebrarum pruden- REYES, MONJES Y SABIOS 31 pectos y no una biblioteca particular. téngase en cuenta que estamos hablando de una biblioteca de Estado de una monarquía del siglo xIII, no de una biblioteca del Renacimiento italiano. según godofredo de Beaulieu, el Rey santo tenía un genuino amor por los libros, pero en particular tenía preferencia por las obras auténticas y probadas de los santos padres (son mencionados san Agustín, san gregorio magno, san Ambrosio y san jerónimo) por encima de las de los filósofos y maestros seculares”(78). A propósito de esto, le goff subraya que al genuino interés del Rey santo por la sana doctrina católica hay que añadir la dimensión del prestigio personal vinculado a la posesión de bellos y costosos libros magníficamente iluminados con miniaturas, “libros con un carácter imperial”, unos códices que “cruzaban el límite entre el arte y la política”(79). Con todo, lo cierto es que a lo largo del siglo xIII los reyes de Francia, a pesar de su creciente interés por los libros, no serán nunca los principales mecenas del Reino en cuanto a producción de códices se refiere, sino los numerosos clientes generados por la universidad de parís. los clientes universitarios desplazaron en el mercado de libros de parís a monasterios y reyes como el epicentro del patronazgo(80). tiores esse videntur filiis lucis, et erroris sui amplius zelatores quam sint filii Ecclesiae verae fidei christianae; concepit, quod revertem in Franciam, omnes libros Sacrae Scripturae, quos utiles et authenticos in diversis armariis abbatiarum invenire valerte, transcribi sumptibus suis faceret, ut tam ipse quam viri litterati ac religiosi familiares sui in ipsis studere possent, ad utilitatem ipsorum et aedificationem proximorum. Sicut cogitavit, ita et reversus perfecit, et locum aptum et mortem ad hoc aedificari fecit, scilicet Parisiis in capellae suae thesauro, ubi plurima originalia tam Augustini, Ambrosii, Hieronymi, atque Gregorii, necnon et aliorum orthodoxum doctorum libros sedule congregavit: in quibus, quando sibi vacabat, valde libenter studebat, et aliis ad studendum libenter concedebat… Potius autem volebat de novo facere libros scribi, quam emere jam conscriptos, dicens, quod hoc modo sacrorum librorum numerus et utilitas copiosius augebatur (j. W. tHompson, The Literacy of the Laity, op. cit., p. 130). 78. godoFREdo dE BEAulIEu, Vita Sancti Ludovici, xIII, ed. Bouquet, HF, xx, 15d: Non libenter legebat in scriptis magistralibus, sed in sanctorum libris authenticis et probatis (j. W. tHompson, The Literacy of the Laity, op. cit., p. 130). 79. j. lE goFF, Saint Louis, op. cit., p. 580; Vid. jacques KRYnEn, L`Empire du roi. Idées et croyances politiques en France (XIIIe-XVe siècles), parís, 1993. 80. george d. gREEnIA, “university Book production and Courtly patronage in thirteenthCentury France and spain”, Medieval Iberia: Essays on the History and Literature of Medieval Spain, ed. d. j. Kagay y j. t. snow, nueva York, 1997, p. 108. 32 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) si todavía pueden existir dudas sobre la verdadera dimensión de la biblioteca de san luis, sobre lo que no hay ya debate alguno es sobre las características de biblioteca de Estado de la reunida cien años después por el rey Carlos V el sabio (reg. 1364-1380). En efecto, el monarca francés acondicionó en 1373 en una de las torres del louvre tres plantas como salas de su inmensa biblioteca que en ese momento contaba con 917 volúmenes(81). A su muerte, en el año 1380, el catálogo de la biblioteca real en el louvre recogía la enorme cifra de 1.300 volúmenes(82). si se tiene en cuenta que en esta época la biblioteca particular de los grandes maestros de la universidad de parís no superaban el centenar de códices, una biblioteca capitular no superaba los doscientos, la de la sorbona con 1.722 (catálogo de 1338) y que las grandes bibliotecas monásticas francesas de Clairvaux o saint-denis contaban con 1.700 y 1.600 volúmenes (catálogo de 1465)(83), se entenderá fácilmente la dimensión extraordinaria de la biblioteca palatina del monarca, solo igualada por la Biblioteca pontificia (unos 2.000 volúmenes en los inventarios de Aviñón de 1369 y 1375)(84) y por el duque Felipe el Bueno de Borgoña, que llegó a reunir 800 volúmenes(85). Las bibliotecas de la dinastía anglo-normanda El profesor Clanchy ha señalado que “el abandono del Old English en la documentación de la cancillería real y su sustitución por el latín” tras la conquista normanda de Inglaterra supuso un hito cultural, ya que los normandos y extranjeros que llegaron en las postrimerías del año 1066 a las Islas Británicas inundaron las bibliotecas monásticas y catedralicias con donaciones de li- 81. Antonio AntElo IglEsIAs, “las bibliotecas del otoño medieval. Con especial referencia a las de Castilla en el siglo xV”, Espacio, Tiempo y Forma, s. III, Historia medieval, 4, 1991, p. 290. 82. jacques VERgER, Les gens de savoir en Europe a la fin du Moyen Age, parís, 1997, ed. esp. Gentes del saber en la Europa de finales de la Edad Media, madrid, 1999, p. 99; vid. François AVRIl y jean lAFAuRIE, La librairie de Charles V, parís, 1968. 83. Bernard guEnéE, Histoire et culture historique dans l`Occident medieval, parís, 1980, p. 104. 84. A. AntElo IglEsIAs, Las bibliotecas del Otoño medieval, art. cit., p. 290. 85. Vid. C. CAspAR y F. lYnA, Philippe le Bon et ses beaux livres, Bruselas, 1944 y La librairie de Philippe le Bon, Bruselas, 1967. REYES, MONJES Y SABIOS 33 bros en latín o el encargo de nuevos manuscritos(86). por consiguiente, sostiene Clanchy, “el siglo posterior a la conquista normanda es el más importante en la historia de la producción de libros de Inglaterra”(87). Al incrementar el uso del latín en la escritura, la conquista normanda introdujo a Inglaterra y sus bibliotecas en el meollo de la civilización latina medieval. Resulta curioso el hecho de que juan sin tierra sea el primer monarca desde la Conquista normanda del que tenemos evidencia de que poseyera una biblioteca. Como subraya Haskins, juan no era precisamente “un ratón de biblioteca” (bookworm)(88). Esto resulta sorprendente si tenemos en cuenta que Enrique I Beauclerc fue un Rex litteratus y que Enrique II fue considerado como el monarca más cultivado de su tiempo y un “mecenas sin rival”(89). de hecho, Haskins da por descontado que este último soberano reunió una biblioteca, aunque solo fuera con la enorme cantidad de libros que le dedicaron, entre ellos obras tan destacadas como el Dragmaticon Philosophiae del filósofo guillermo de Conches(90). Con todo, no disponemos evidencia documental de sus bibliotecas en forma de catálogos. En cambio, este dato no resulta tan sorprendente si se tiene presente que “los libros del rey de Inglaterra estuvieron mucho peor custodiados y registrados durante mucho tiempo que los de los monjes benedictinos o los frailes mendicantes”(91). lo cierto es que la evidencia documental de los libros del rey juan procede de una referencia casual en los archivos reales. una referencia en los pipe rolls del tesoro de 1203 alude al elevado coste de transportar los libros del Rey al otro lado del Canal, lo que indica que juan sin tierra poseía una biblioteca personal del tamaño de toda una biblioteca monástica(92). 86. Vid. R.m. tHomson, “the norman Conquest and English libraries”, The Role of the Book in Medieval Culture, ed. p. F. ganz, vol. 1, 1986, pp. 27-40. 87. m.t. ClAnCHY, From Memory to Written Record. England 1066-1307, oxford, 1993, p. 27. 88. Charles Homer HAsKIns, The Renaissance of the Twelfth Century, Cambridge, ma., 1927, p. 84. 89. Reto R. BEzzolA, Les origines et la formation de la littérature courtoise en Occident (500-1200), parís, 1967, p. 3; j. W. tHompson, The Literacy of the Laity, op. cit., p. 176. 90. CH. H. HAsKIns, The Renaissance of the Twelfth Century, op. cit., p. 84 y, del mismo autor, “Henry II as patron of literature”, Essays in Medieval History Presented to T. F. Toul, manchester, 1925, p. 174. 91. m.t. ClAnCHY, From Memory to Written Record, op. cit., p. 161. 92. William l. WARREn, King John, londres, 1961, p. 157. 34 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) sin embargo, sobre los contenidos de esta biblioteca o su ubicación apenas tenemos información. En el año 1205 el Rey recibió de uno de sus senescales (steward) una Historia de Inglaterra romanceada (esto es, en francés). En 1208 la abadía de Reading le envió un ejemplar latino de plinio (sin más especificaciones) que parece que le pertenecía originalmente. unos pocos días antes esa misma abadía había hecho llegar al Rey una copia del Antiguo testamento, el De Civitate Dei de san Agustín, una obra de Hugo de saint Victor (Summa de Sacramentiis), las Sententiae de pedro lombardo, el De Moribus de Valeriano, un Comentario de orígenes y algunos textos escolásticos(93). Esta última referencia es la más interesante, ya que era habitual que un laico leyera historias romanceadas o que tuviera en su biblioteca a un clásico como plinio, pero juan sin tierra es el primer monarca europeo del que se tiene noticia de que leyera teología de los escolásticos modernos del siglo xII. Con todo, es probable que su interés procediera de su disputa con Esteban langton sobre los privilegios del clero(94). Además, los libros los pidió en préstamo a la abadía de Reading y no con el fin de adquirirlos. Este episodio demuestra que el gobierno real y el propio monarca ya precisaban de una biblioteca de referencia, en particular para abordar asuntos eclesiásticos(95). no obstante, el sucesor de juan, Enrique III, no parece que llegara a reunir una biblioteca digna de tal nombre. tan solo poseyó libros litúrgicos y algunas historias romanceadas. Enrique III fue antes un patrón de artistas y artesanos antes de que de intelectuales. Encargó numerosos misales miniados para su esposa y para sí mismo, al igual que patrocinó la construcción de numerosas capillas en toda Inglaterra. su esposa, Eleanor, parece que poseía un gran libro en francés en el que estaban contenidas las gestas de los reyes y del principado de Antioquía, un libro que custodiaban los templarios junto a otros elementos del tesoro real. Y es que este libro debe de ser el mismo que el gran libro de romances con guarniciones de plata que es mencionado en un inventario de Enrique III de 1237. Estos libros eran antes parte de un tesoro que libros para su uso en búsqueda de información, de ahí que fuera custodiado por los templarios(96). 93. CH. H. HAsKIns, The Renaissance of the Twelfth Century, op. cit., p. 85; j. W. tHompson, The Literacy of the Laity, op. cit., p. 179. 94. F.m. poWICKE, Stephen Langton, oxford, 1928, p. 99. 95. m.t. ClAnCHY, From Memory to Written Record, op. cit., p. 161. 96. m.t. ClAnCHY, From Memory to Written Record, op. cit., pp. 161-162. REYES, MONJES Y SABIOS 35 tampoco existe evidencia de que Eduardo I poseyera una biblioteca. Cuando quiso reclamar la soberanía sobre Escocia en 1291 tuvo que recurrir a las bibliotecas monásticas para que consultaran sus crónicas, ya que no tenía libros de historia a su alcance (si bien la biblioteca de la abadía de Westminster era de fácil acceso para el Rey). pocos libros podemos encontrar en el catálogo que hizo el obispo stapledon del archivo del rey Eduardo. Entre estos pocos libros había un De Regimine Principum encuadernado en cuero rojo, una Regla de los templarios, una Vida de San Patricio y un libro con las crónicas de Rodrigo jiménez de Rada, arzobispo de toledo (¿el De Rebus Hispaniae?), acaso fruto de la relación del rey Eduardo con Alfonso el sabio, quien le ordenó caballero. Con todo, este catálogo da más la impresión de ser una miscelánea de regalos y adquisiciones que una colección personal(97). En opinión del profesor Clanchy, la explicación de esta escasez de evidencias respecto a la posesión de bibliotecas por parte de los monarcas ingleses del siglo xIII “no está en que los reyes fueran laicos ignorantes, más interesados en el combate y la caza que en el estudio. la razón es más bien que los asuntos de gobierno todavía no exigían el uso de una biblioteca, ya que solo gradualmente el gobierno quedó asociado al estudio de los libros”(98). medio siglo después ocupaba el puesto de canciller del Reino de Inglaterra alguien que tenía muy clara la relación entre gobierno y bibliotecas: Ricardo de Bury, obispo de durham (1287-1345). En su Philobiblon, un auténtico canto a la bibliofilia, el canciller de Inglaterra refiere el apoyo recibido de su señor, el rey Eduardo III, en su cruzada bibliofila: mientras desempeñaba las funciones de canciller y tesorero en la corte del ilustre e invicto Eduardo III… y después de un primer estudio de lo concerniente a la corte y a los asuntos públicos del reino, fui autorizado por la bondad real para investigar con toda libertad en los rincones más apartados de la bibliotecas del reino… La noticia de nuestra afición a los libros, sobre todo a los antiguos, cundió rápidamente y se difundió la especie de que nuestro favor se ganaba más fácilmente por medio de manuscritos que por medio de dinero(99). 97. m.t. ClAnCHY, From Memory to Written Record, op. cit., p. 162. 98. m.t. ClAnCHY, From Memory to Written Record, op. cit., p. 162. 99 RICARdo dE BuRY, Philobiblon. Tractatus pulcherrimus de amore librorum, prefacio, ed. esp. Federico C. sáinz de Robles, Filobiblión. Muy hermoso tratado sobre el amor a los libros, madrid 1969, pp. 58-59; A. AntElo IglEsIAs, Las bibliotecas del Otoño medieval, art. cit., p. 289. 36 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) Las bibliotecas y los príncipes del Sacro Imperio Romano Germánico En el siglo xI, tras el fin de la dinastía sajona, con su énfasis en la alta cultura latina, y el acceso al trono imperial de la Casa de Franconia se produjo una decadencia generalizada de los estudios en Alemania, muy particularmente entre los laicos y los propios emperadores(100). no obstante, si bien es cierto que el primer emperador de la nueva dinastía de los salios, Conrado II, era completamente analfabeto cuando subió al trono, su hijo y sucesor, el emperador Enrique III (imp. 1046-1056) tenía un perfil muy distinto. En efecto, el capellán imperial Wipo alaba en su Tetralogus la porfía de la emperatriz gisela para que su hijo Enrique estudiara las ciencias en los libros (illa sibi libros persuasserat esse legendos) y así fuera un Rex peritus(101) y no un Rex idiota como calificó el Chronicon Novaliciense a su augusto progenitor(102). Fruto de esta educación tan cuidada fue el dominio del latín que mostraría el emperador Enrique y su refinado gusto literario. Existe abundante material documental, en particular prólogos de obras que le son dedicadas, que prueba de forma fehaciente el brillante patronazgo cultural del emperador Enrique III. Ejemplos de ello los tenemos en la Rethorimachia de Anselmo de Besate, el Peripatético, en la dedicatoria de las obras de Wipo o en la de la crónica de las gestas de Conrado II y Enrique III debida a la pluma de Hermann de lame, una obra hoy perdida(103). Además, de forma casual ha llegado hasta nosotros una carta del abad sigfrido de tegernsee (ab. 1048-1068) al obispo de guillermo de utrecht, en la que se excusaba por no haber realizado todavía la copia de unos códices para él debido a que el scriptorium de la abadía estaba en ese momento ocupado con un importante encargo de libros al por parte del emperador Enrique III(104). de este documento se infiere más allá de toda duda que el emperador alemán tuvo que haber reunido 100 j. W. tHompson, The Literacy of the Laity, op. cit., pp. 90-91. 101. WIpo, Tetralogus, Carmen Legis, vv. 158 y ss., ed. m.g.H. scriptores, xI, p. 250: Felix sit mater memorando carmine digna / Gisela, de Caroli procedens sanguine Magni. / Haec operam dederat, quod rex in lege studebat; / Illa sibi libros persuasserat esse legendos, / Ut varios ritus diiudicet arte peritus. 102. AnónImo, Chronicon Novaliciense, app. 17, ed. m.g.H. scriptores, VII, p. 128; apud j.W. tHompson, The Literacy of the Laity, op. cit., p. 88. 103. j.W. tHompson, The Literacy of the Laity, op. cit., p. 88. 104. j.W. tHompson, The Literacy of the Laity, op. cit., p. 89. REYES, MONJES Y SABIOS 37 una biblioteca palatina, aunque solo podemos hacer conjeturas sobre su tamaño. también encontramos un raro ejemplo de noble cultivado en la Alemania de esta época en la figura de Federico II, conde palatino de sajonia (m. 1088). Educado en la escuela monástica de Fulda con la intención de que profesara, Federico se convirtió inopinadamente en conde palatino al morir su hermano mayor. Había sido tan bien instruido en Fulda que era capaz, no solo de leer y comprender sus cartas, sino también de corregir a sus capellanes cuando se equivocaban en el servicio divino. según atestigua el Chronicon Gozecense, el conde palatino adquirió una biblioteca tan grande que requería de varios asnos para ser transportada y que contenía los Moralia in Job de san gregorio magno y otros códices valiosos(105). tras un siglo de imperatores illiterati o como mínimo indiferentes a la cultura latina, tales como Enrique V, lotario III o Conrado III, encontramos de nuevo en la época de los staufen a monarcas dignos émulos de los otónidas. según el cronista Rahewin el emperador Federico I Barbarroja (imp. 11551190) fue un hombre culto, capaz de citar de memoria pasajes enteros Flavio josefo o sentencias del derecho Canónico, además de como un estudioso de las sagradas Escrituras y las crónicas: scripturas et antiquorum regum gesta sedulo perquirit(106). sean estos o no lugares comunes extraídos de la Vita Karoli de Eginardo, de jordanes y de sidonio Apolinar, como sugiere Franco Cardini o “pomposas proclamas” en palabras de james thompson (quien recuerda que el dominio del latín del emperador era cuanto menos pobre)(107), lo cierto es que parece que Barbarroja sí reunió dos bibliotecas particulares en sus palacios de Aquisgrán y Hagenau (Alsacia), siendo esta última de cierta importancia(108). 105. AnónImo, Chronicon Gozecense, I, 13, ed. m.g.H. scriptores, x, p. 146; j. W. tHompson, The Literacy of the Laity, op. cit., p. 91. 106. RAHEWIn, Gesta Friderici, IV, 86, ed. m.g.H. scriptores, xx, p. 490; j. W. tHompson, The Literacy of the Laity, op. cit., p. 94. 107. Franco CARdInI, Il Barbarossa. Vita, trionfi e illusioni di Federico I o imperatore, milán, 1985, ed. esp. Barbarroja. Vida, triunfos e ilusiones de un emperador medieval, Barcelona, 1987, pp. 121-122; j. W. tHompson, The Literacy of the Laity, op. cit., p. 94. 108. CH. H. HAsKIns, The Renaissance of the Twelfth Century, op. cit., p. 85; patience AndREWEs, Frederick II of Hohenstaufen, oxford, 1970, p. 11. 38 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) las dudas que pudiera suscitar la eruditio latina de Barbarroja no tienen cabida con sus dos inmediatos sucesores, tanto su hijo Enrique VI (imp. 1190-1198) como, sobre todo, su nieto Federico II (imp. 1220-1250), un auténtico Rey filósofo que dominaba el latín, el griego, el alemán y el árabe, fueron gobernantes muy cultivados. En opinión de uno de sus biógrafos, “Federico II tuvo que tener una biblioteca muy destacable”, ya que muchas obras en griego y hebreo fueron traducidas para él y los mejores intelectuales de la época trabajaban en su corte multicultural de palermo(109). también en su reciente biografía del emperador el profesor david Abulafia menciona la existencia de una biblioteca imperial y subraya que Federico gastó grandes sumas en la compra de libros pero no abunda más en la cuestión(110). Aspectos como el posible papel jugado en la configuración y custodia de la biblioteca federiciana por el cultísimo Logothetes (protonotario de la curia imperial), piero della Vigna(111), el posible inventario de sus libros o la producción de manuscritos en el scriptorium imperial quedan abiertos a la especulación. Y es que, como ha subrayado la mayor especialista en la cuestión, Florentine mütherich, es muy poco lo que sabemos sobre los manuscritos federicianos o sobre la imbricación del scriptorium imperial y la biblioteca palatina con el conjunto de la corte de Federico II(112). de hecho, la mayor parte de los manuscritos del periodo Hohenstaufen que se conservan corresponden al reinado de su sucesor, el rey manfredo(113). 109. p. AndREWEs, Frederick II, op. cit., p. 50. 110. david ABulAFIA, Frederick II: a Medieval Emperor, oxford, 1992, pp. 254 y 298. 111. Vid. peter HERdE, “literary Activities of the Imperial and papal Chanceries during the struggle between Frederick II and the papacy”, Intellectual Life at the Court of Frederick II Hohenstaufen, ed. William tronzo, Washington, d.C., 1990, pp. 227-239. 112. Vid. Florentine mutHERICH, “Handschriften im umkreis Friedrichs II”, Probleme um Friedrich II, ed. josef Fleckenstein, studien und quellen zur Welt Kaiser Friedrichs II, 4, sigmaringen, 1974, pp. 9-21; vid. asimismo giulia oRoFIno, “Handschriften aus dem umkreis Friedrichs II”, Die Zeit der Staufer: Geschichte-Kunst-Kultur, ed. Reiner Hausherr, stuttgart, 1977-1979, vol.1, pp. 645-663. 113. Rebecca W. CoRRIE, “the Conradin Bible and the problem of Court Ateliers in southern Italy in the thirteenth Century”, Intellectual Life at the Court of Frederick II, op. cit., p. 17. REYES, MONJES Y SABIOS 39 Los gobernantes de la Italia feudal y las bibliotecas sin duda, durante toda la Edad media hubo más laicos cultivados en Italia que en ningún otro país al norte de los Alpes. El acceso al dominio del latín que convertía a alguien en litteratus era mucho más fácil a un italiano que a un inglés, un alemán o incluso un francés. por tanto, como no podía ser de otro modo, encontramos numerosos ejemplos de principes litterati en la península Itálica. sergio I, duque de nápoles en el siglo Ix, estaba tan versado en el dominio de las lenguas griega y latina que podía traducir fácilmente de una a la otra con rapidez. no resulta sorprendente, por tanto, que el duque sergio estuviera interesado en los libros y las bibliotecas. En este sentido, se sabe que hizo una donación de tres copias de Flavio josefo a la biblioteca episcopal de nápoles(114). En la toscana del siglo xI tenemos un interesante ejemplo de una biblioteca reunida por un gobernante laico, en este caso se da además la circunstancia de que hablamos de una mujer. En efecto, la condesa matilde de toscana no solo sabía hablar alemán, francés e italiano con fluidez (teutonicam, francigenam et lombardicam optime novit linguam), también dominaba la cultura literaria latina, pues era una mujer dedicada al estudio de las ciencias, habiendo reunido una gran biblioteca sobre las Artes Liberales según nos cuenta la Vita Mathildis(115). En una biografía en verso del mismo nombre compuesta por el poeta donizo en honor de la condesa de toscana podemos leer que no había en Italia ningún gobernante más estudioso que ella, que dedicaba los días y las noches al estudio y a la recitación de los Salmos y que había reunido una inmensa cantidad de libros(116). Y es que la condesa matilde “podía conversar con fluidez en cuatro lenguas y podía cartearse en latín con los grandes hombres de su tiempo sin necesidad de secretario, ya que ella misma escribía sus propias car114. j.W. tHompson, The Literacy of the Laity, op. cit., pp. 65-66. 115. AnónImo, Vita Mathildis: fuit etiam scientiarum studio dicata, et Liberalium Artium grandis bibliotheca sibi non defuit (ed. muratori, scriptores Rerum Italicarum, V, p. 396; apud j.W. tHompson, The Literacy of the Laity, op. cit., p. 69). 116. donIzo, Vita Mathildis, II, 20, ed. m. g. H. scriptores, xII, p. 405: tempore nocturno studiosius atque diurno / Est sacris psalmis ac officiis venerandis / Relligione pia satis haec intenta perita / Nullus ea presul studiosior invenietur, / Copia librorum non defuit huicve bonorum; / Libros ex cunctis habet in artibus figures (apud j. W. tHompson, The Literacy of the Laity, op. cit., p. 69). 40 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) tas. promovió el amor al estudio en su corte. tenía también ciertos conocimientos de jurisprudencia y uno de sus grandes placeres era recopilar códices y estudiarlos”(117). A partir del siglo xIV, en el nuevo contexto de apreciación por los libros propio del humanismo, los gobernantes italianos empezarán a fundar grandes bibliotecas de Estado en sus ciudades: los sforza en milán, los malatesta en Cesena y Rimini, los montefeltro en urbino… mientras el rey Alfonso V el magnánimo de Aragón (reg. 1416-1458) establecía una magnífica biblioteca palatina en nápoles, con más de 1.000 volúmenes(118). Además, surgieron en Italia, al mismo tiempo que en Alemania, las primeras bibliotecas públicas de la Europa occidental, como la de san marcos en Florencia, abierta en el año 1444. Los reyes de la España medieval y sus bibliotecas León y Castilla Alfonso III el magno (reg. 893-910), scientia clarus, a quien manuel díaz y díaz ha calificado como un “ferviente bibliófilo y devoto isidoriano” y gonzalo menéndez pidal como un “gran entusiasta de la cultura”, es el primer monarca de la Reconquista que parece que pudo haber reunido una gran biblioteca personal reuniendo muchos códices latinos traídos por los mozárabes emigrados de Al Andalus(119). parece ser, en efecto, que fue este príncipe quien hizo copiar, con el ex-libris Adefonsi principis liber, uno de los más antiguos ejemplares hispánicos de las Etimologías de san Isidoro de sevilla, en la actualidad el Scorialensis P.1.7(120). Asimismo, fue el Rey magno fue quien hizo llevar a oviedo 117. nora duFF, Mathilda of Tuscany: la Gran Donna d`Italia, londres, 1909, pp. 6-7 y 7879. 118. g. CAVAllo, Introducción a Le biblioteche nel mondo antico e medievale, op. cit., p. xxVI y A. AntElo IglEsIAs, Las bibliotecas del Otoño medieval, art. cit., p. 296. 119. gonzalo mEnéndEz pIdAl, “mozárabes y asturianos en la cultura de la Alta Edad media (en relación especial con la historia de los conocimientos geográficos)”, Varia Medievalia, I, Real Academia de la Historia, madrid, 2003, p. 56; gómEz moREno, Iglesias mozárabes, pp. 130 y 357. 120. jacques FontAInE, Isidore de Séville. Gènese et originalité de la culture hispanique au temps des Wisigoths, turnhout, 2000, ed. esp. Isidoro de Sevilla. Génesis y originalidad de la cultura hispánica en tiempos de los Visigodos, madrid, 2002, p. 292; g. mEnéndEz pIdAl, Mozárabes y asturianos en la cultura, art. cit., p. 56. REYES, MONJES Y SABIOS 41 los códices cordobeses de san Eulogio, cuyas reliquias también hizo trasladar a la civitas regia asturiana(121). por otro lado, existe evidencia documental de encargos realizados por parte de Alfonso III a diversos scriptoria del Reino leonés para que copiaran libros para su biblioteca. la escriba leodegundia copió para el monarca en el monasterio de Bobatelle un códice misceláneo que se conserva en El Escorial (a I 13). también se conserva en la biblioteca de El Escorial (t II 25) un códice con las Sentencias de san Isidoro copiado para el Rey magno, además de códices con las obras de san gregorio magno, san Eusebio y san Rufino(122). Habrá que esperar un siglo y medio para que vuelva a producirse un fenómeno similar de patrocinio regio de la producción libraria en la España cristiana. sería durante el reinado de Fernando I de león y Castilla (10351065), cuando se produjo un cierto “renacimiento cultural”(123). la Historia Silense (c. 81) consigna el hecho de que este monarca dispuso que sus hijos recibieran educación en las Artes liberales (Liberalibus Disciplinis erudirentur), siendo esta la primera mención de este tipo en las fuentes hispánicas medievales(124). En el patronazgo regio de la producción de códices, la esposa del rey Fernando, la reina sancha, jugó un importante papel. se conservan códices en los que aparece mencionada la Reina como impulsora de su elaboración. para ella copió en 1047 el escriba domingo las Etimologías (El Escorial E I 3), el escriba Cristóbal un Breviario mozárabe en 1059 y también el escriba pedro y el miniaturista Fructuoso un diurnal terminado en 1055 (conservado en la biblioteca de la universidad de santiago). Además, se copiaron para la biblioteca real un ejemplar de los Comentarios al Apocalipsis del Beato de liébana (año 1047, por el escriba Facundo) y un ejemplar del Fuero Juzgo (año 1058, por el presbítero munio)(125). luego cabe concluir, con cierta seguridad, que Fernando I poseyó algún tipo de biblioteca palatina, si bien no es posible calibrar sus dimensiones. 121. g. mEnéndEz pIdAl, Mozárabes y asturianos en la cultura, art. cit., p. 56. 122. g. mEnéndEz pIdAl, Mozárabes y asturianos en la cultura, art. cit., p. 169. 123. g. mEnéndEz pIdAl, Mozárabes y asturianos en la cultura, art. cit., p. 174. 124. Adeline RuCquoI, “éducation et societé dans la péninsule Ibérique médiévale”, Histoire de l`Éducation, 69, 1996, p. 9; de hecho, Alfonso VI llama en sus diplomas magistro nostro a Raimundo, obispo de palencia (Adeline RuCquoI, “Alfonso VIII de Castilla y la Realeza”, Rex, Sapientia, Nobilitas. Estudios sobre la Península Ibérica medieval, granada, 2006, p. 54). 125. g. mEnéndEz pIdAl, Mozárabes y asturianos en la cultura, art. cit., p. 174. 42 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) para los casi doscientos años que median entre el reinado de Fernando I y el de Alfonso x el sabio nos vemos limitados por la escasez endémica de la documentación castellana (en contraste con la riqueza de la catalana-aragonesa o la francesa) y con el hecho de que los inventarios de bibliotecas castellanos más antiguos que se conservan son todos posteriores al año 1429(126). por consiguiente, aunque nos parece plausible que monarcas de león y Castilla como Alfonso VI, Alfonso VII, Alfonso VIII, Alfonso Ix y, muy particularmente, Fernando III el santo tuvieran algún tipo de biblioteca, lo cierto es que no disponemos de evidencia documental que lo refrende(127). Alfonso X el Sabio y su biblioteca El primer estudio sobre la biblioteca del Rey sabio se debe a juan pérez de guzmán y fue publicado en el año 1905(128). El último trabajo publicado sobre la biblioteca de Alfonso x el sabio es el de luis Rubio garcía en el año 1985(129). lo cierto es que ninguno de los dos arroja excesiva luz sobre la cuestión, ya que se limitan a especular sobre las posibles dimensiones de la biblioteca alfonsí a partir de probables paralelismos con los contenidos de otras bibliotecas del siglo xIII castellano, en particular las tan bien nutridas de los arzobispos de toledo, y algunas otras evidencias indirectas. Y lo cierto es que, en ausencia de un inventario, la verdadera dimensión de la biblioteca palatina del monarca más bibliófilo de todo el medievo español (y quizá del europeo) continúa siendo un enigma. En cualquier caso, reuniendo una serie de indicios sí resulta factible hacerse una idea, si bien somera, de las características de la biblioteca alfonsí, 126. Isabel BECEIRo pItA, “libros, nobles y letrados. El caso de Castilla”, Libros, lectores y bibliotecas en la España medieval, murcia, 2007, p. 22. 127. la obra de referencia para las bibliotecas medievales en las Coronas de Aragón, Castilla y navarra es la de Charles Bailey FAulHABER, Libros y bibliotecas en la España medieval. Una bibliografia de fuentes impresas. londres, 1987; para una actualización, vid. del mismo autor, “las bibliotecas españolas medievales”, Pensamiento medieval hispano. Homenaje a Horacio Santiago-Otero, ed. josé maría soto Rábanos, CsIC, madrid, 1998, pp. 785-800; vid. también ángel CAnEllAs lópEz, “Bibliotecas medievales hispanas”, Cuadernos de Historia Jerónimo Zurita, 31/32, 1978, pp. 259-268. 128. juan péREz dE guzmán, “la biblioteca de consulta de d. Alfonso el sabio”, La Ilustración Española y Americana, 79, nº 9, 8 de marzo de 1905, pp. 131-134. 129. luis RuBIo gARCÍA, “En torno a la biblioteca de Alfonso x el sabio”, La lengua y la literatura en tiempos de Alfonso X, Actas del Congreso Internacional, murcia, 1985, pp. 531552. REYES, MONJES Y SABIOS 43 inserta en lo que la documentación de la época denomina la Cámara del Rey. El primero de estos indicios lo encontramos en el registro de préstamos de la biblioteca de la abadía de santo domingo de silos. Resulta bien conocido que Alfonso x solicitó a las bibliotecas de numerosos monasterios y capítulos catedralicios el préstamo de sus libros para ser copiados en su scriptorium(130). de hecho, parece que encomendó a sus clérigos y notarios áulicos un peinado sistemático de las bibliotecas de sus dominios a la búsqueda de manuscritos para copiarlos(131). pues bien, se conserva una nota de silos datada en el siglo xIII donde se consignan dieciocho códices prestados y entre ellos se mencionan los siguientes como prestados al Rey: la Historia Silense y los siete libros de la Historia Adversus Paganos de paulo orosio(132). sin duda, este préstamo estaba destinado a proveer de materiales al equipo alfonsí que estaba trabajando en la General Estoria y la Estoria de España. por otra parte, en una carta fechada en santo domingo de la Calzada el 22 de Enero de 1270 Alfonso x reconoce poseer en préstamo cuatro libros del cabildo de Albelda, que se comprometía a devolver una vez transcritos: una colección de cánones, las Etimologías de san Isidoro, las Collationes de los santos padres de Casiano y la Farsalia de lucano(133). del mismo modo, en una carta fechada un mes más tarde en el mismo lugar, el Rey sabio reconocía haber tomado prestados de la abadía de santa maría de nájera quince libros de letura antigua que me esprestastes, entre los que cabe destacar: el Ars Grammatica y el apéndice del Ars Maior (intitulado de barbarismo) de donato, la Tebaida de Estacio, un “Catálogo de los Reyes godos” (muy probablemente la Historia Gothorum de san Isidoro), el De Consolatione Philosophiae de Boecio, un códice del Fuero Juzgo, las Geórgicas y las Bucólicas de Virgilio, la Institutio Grammatica de prisciano (la parte conocida como Priscianus Maior), el Epistolario de ovidio, una obra de prudencio que posiblemente sea la Psycomachia y el comentario de macrobio sobre el Somnium Scipionis de Cicerón(134). 130. manuel dÍAz Y dÍAz, “notas de bibliotecas de Castilla en el siglo xIII”, Livre et lecture en Espagne et en France sous l`Ancien Regime, parís, 1981, p. 9. 131. Evelyn s. pRoCtER, Alfonso X of Castile. Patron of Literature and Learning, oxford, 1951, ed. esp. Alfonso X de Castilla. Patrón de las Letras y del Saber, murcia, 2002, p. 143. 132. l. RuBIo gARCÍA, En torno a la biblioteca de Alfonso X, art. cit., p. 545; Antonio BAllEstERos BEREttA, Alfonso X el Sabio, Barcelona, 1963, p. 310. 133. l. RuBIo gARCÍA, En torno a la biblioteca de Alfonso X, art. cit., p. 546. 134. l. RuBIo gARCÍA, En torno a la biblioteca de Alfonso X, art. cit., pp. 547-548. 44 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) obviamente, cualquier estudio de la biblioteca alfonsí debe comenzar con los propios manuscritos producidos por su fructífero scriptorium, en funcionamiento en sevilla, toledo y murcia(135), bien fueran copias bien traducciones del árabe al latín o al castellano. un somero repaso de estos nos brinda la siguiente lista, a la que cabe añadir los quince tratados agrupados en el códice de los Libros del Saber de Astronomía: el Libro de los Juegos de Ajedrez, Dados y Tablas, el Lapidario, el Quadripartitum de ptolomeo, el Liber Magnus de Iudiciis Astrologiae (traducción latina de un tratado de astronomía árabe de Abenragel, del cual también se hizo traducción castellana)(136), el Libro de la Escala de Mahoma (en una versión francesa debida al notario del Rey, Buenaventura de siena), el Libro de las Cruces de ubaid Allah, el Compendio de Astronomía de Ibn al-Haitam y los Cánones de Al-Battani(137). Resulta plausible, asimismo, que la primera versión castellana del Purgatorio de San Patricio (obra de un monje irlandés) se deba al scriptorium alfonsí(138). las fuentes utilizadas para la elaboración de las Partidas y de las Estorias alfonsíes pueden también resultar útiles de cara al conocimiento de la biblioteca real alfonsí: entre las fuentes de las primeras, se cuentan las Decretales de gregorio Ix, el Digesto de justiniano y sus glosadores italianos, obras de san Agustín, san gregorio magno y san Bernardo de Claraval, la Disciplina Clericalis de pedro Alfonso de Huesca y obras didácticas como Bocados de Oro y el Secretum Secretorum (el famoso tratado pseudo-aristotélico del cual el Rey ordenó hacer una versión castellana: el Poridad de Poridades)(139). En cuanto a las fuentes utilizadas para la elaboración de las crónicas alfonsíes, además de las dos arribas mencionadas (la Historia Silense y la crónica de orosio), encontramos crónicas latinas como la Crónica universal de 135. Ana domÍnguEz RodRÍguEz, “sevilla y el scriptorium alfonsí”, Sevilla, 1248. Congreso Internacional Conmemorativo del 750 Aniversario de la Conquista de la ciudad de Sevilla por Fernando III, ed. manuel gonzález jiménez, madrid, 2000, p. 636. 136 que es el único manuscrito alfonsí que se conservó en la biblioteca catedralicia de toledo (ms. 47-15). 137. E.s. pRoCtER, Alfonso X of Castile, op. cit., ed. cit., pp. 23-24; vid. de la misma autora, “the scientific Works of the Court of Alfonso x of Castille”, Modern Language Review, 40, 1945, pp. 12-29. 138. Antonio gARCÍA solAlIndE, “primera versión castellana del Purgatorio de San Patricio”, Homenaje a Menéndez Pidal, vol. 2, p. 248; E. s. pRoCtER, Alfonso X of Castile, op. cit., ed. cit., p. 34. 139. E.s. pRoCtER, Alfonso X of Castile, op. cit., ed. cit., pp. 75-76. REYES, MONJES Y SABIOS 45 godofredo de Viterbo (conocida como el Pantheon), la Historia Scholastica de pedro Comestor, la Historia Regum Britanniae de godofredo de monmouth, la Historia de Rebus Hispaniae de Rodrigo jiménez de Rada, el Chronicon Mundi de lucas de tuy o el Chronicon de Hidacio, así como la Historia Gothorum de san Isidoro de sevilla, la Getica de jordanes y obras de lucano, pompeyo trogo, dión Casio y sulpicio severo(140). también romances en lengua vernácula como los franceses Roman de Troie y Roman de Thèbes, así como el castellano Libro de Alexandre(141). otra de las evidencias documentales más valiosas de las que disponemos para conocer los contenidos de la biblioteca del Rey sabio resulta ser su testamento, otorgado en sevilla el 21 de Enero del año 1284. En su interior Alfonso x dispone que se entreguen a la catedral de sevilla los cuatro libros que llaman Espejo Historial que mandó facer el rey Luis de Francia. se refiere al Speculum Historiale de Vicente de Beauvais, una obra que le había regalado san luis, junto con una espléndida Bible Moralisée (en tres volúmenes), la cual legó a su sucesor(142). El resto de sus libros los donó a las catedrales de sevilla o murcia, dependiendo de donde acabaran reposando sus restos mortales. desgraciadamente, no se dan más detalles de estos libros(143). otro dato relevante para la reconstrucción de la biblioteca alfonsí nos lo proporciona el intercambio de libros que se produjo entre el embajador de Florencia en la corte castellana, Brunetto latini (el maestro de dante) y el Rey sabio. Brunetto regaló a Alfonso x un ejemplar de su obra Li Livres dou Trésor (El Libro del Tesoro: ms. El Escorial l II 3), una enciclopedia escrita en francés y también una traducción al italiano (de taddeo Alderotti) de la Ética a Nicómaco de Aristóteles (ms. Biblioteca nacional 10124). A cambio, parece que el 140. l. RuBIo gARCÍA, En torno a la biblioteca de Alfonso X, art. cit., p. 546, n. 9; el prólogo de la Primera Crónica General resulta ser, en este sentido, una fuente de información de enorme valor para conocer las fuentes historiográficas alfonsíes. 141. E.s. pRoCtER, Alfonso X of Castile, op. cit., ed. cit., p. 94. 142. parece que fue sancho IV quien la donó a la catedral de toledo, donde hoy se conserva (Ramón gonzálVEz RuIz, Hombres y libros de Toledo, madrid, 1997, p. 568); por otro lado, parece que una de las Cantigas alfonsíes tiene como fuente inmediata esta obra de Vicente de Beauvais (E.s. pRoCtER, Alfonso X of Castile, op. cit., ed. cit., p. 34). 143. g. gREEnIA, University Book Production, art. cit., pp. 104-105; Ch. B. FAulHABER, Libros y bibliotecas, op. cit., p. 175; l. RuBIo gARCÍA, En torno a la biblioteca de Alfonso X, art. cit., p. 550. 46 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) monarca castellano regaló a la Ciudad de Florencia un ejemplar de sus Cantigas de Santa María(144). Respecto a la disposición de la biblioteca del Rey sabio, podemos desechar la idea de una biblioteca de Estado, más o menos abierta a la consulta de los eruditos. por el contrario, la biblioteca alfonsí seguramente estaba situada en la cámara del Rey, estando reservado su uso a un círculo exclusivo de íntimos del monarca. george greenia ha apoyado recientemente esta tesis, formulada inicialmente por Evelyn s. procter, apostillando que la producción de libros para el uso de la corte alfonsí nunca fue masivo, estando destinado a un público muy selecto, principalmente el propio Rey y sus colaboradores. de la configuración de la biblioteca y scriptorium del monarca castellano nos habla don juan manuel, quien nos brinda una reveladora descripción del lugar: avia muy gran espacio para estudiar en las materias de que queria conponer algunos libros, ca morava en algunos logares un año e dos e mas… e ansi avia espacio e estudiar en lo quél quería fazer para si mismo, e aún para veer e determinar las cosas de los saberes quél mandava ordenar a los maestros e a los sabios que troya para esto en su corte(145). En este sentido, apunta el profesor greenia, el gusto de Alfonso x por los códices de grandes dimensiones, del tamaño de los utilizados en la liturgia, resulta revelador del estilo de su biblioteca en una época en la que ya se empezaban a producir muchos libros de pequeño tamaño(146). En todo caso, cabe destacar el hecho de que Alfonso el sabio era el principal y casi único mecenas del mercado de libros castellano de su época, mientras que los reyes de Francia no eran más que unos clientes más en el contexto del floreciente mercado de libros de parís(147). Ciertamente, resulta decepcionante constatar que el Rey sabio no consideraba lo suficientemente importante la biblioteca palatina como para añadir la figura del bibliotecario a la larga y exhaustiva lista de oficios adscritos a la 144. julia Bolton HolloWAY, “the Road through Roncesvalles: Alfonsine Formation of Brunetto latini and dante. diplomacy and literature”, Emperor of Culture: Alfonso X, the Learned of Castile and his Thirteenth-Century Renaissance, ed. R. I. Burns, philadelphia, penn., 1990, pp. 117 y 121. 145. Apud gonzalo mEnéndEz pIdAl, “Cómo trabajaron las escuelas alfonsíes”, Nueva Revista de Filología Hispánica, 4, 1951, pp. 372-373. 146. g. gREEnIA, University Book Production, art. cit., pp. 115-116. 147. g. gREEnIA, University Book Production, art. cit., p. 119. REYES, MONJES Y SABIOS 47 Casa del Rey que nos brinda en el Espéculo. Así, aparecen como vinculados a la Casa del Rey los oficios de capellán mayor, canciller, notarios, físicos, clérigos del Rey y escribanos(148) pero no aparece ningún bibliotecario, si bien de existir alguien dedicado a la custodia de su biblioteca seguramente estaría incluido en la categoría de clérigo del Rey. lo que sí conocemos, gracias a un códice de la General Estoria conservado en la Biblioteca Vaticana (ms. urb. lat. 539) y datado en 1280, es la existencia de la figura del escribano de los libros del Rey, un oficio no adscrito a la cancillería real, lo que es significativo, y que desempeñaba entonces martín pérez de maqueda, quien tenía a un grupo de escribanos trabajando a sus órdenes(149). Reyes y bibliotecas medievales en Castilla después del Rey Sabio Alfonso xI intentó seguir la estela de su augusto antepasado y parece que poseyó una biblioteca. según reza el prólogo de la Crónica de Alfonso X, mandó catar las corónicas e estorias antiguas, e falló en scripto por corónica en los libros de su cámara los fechos de todos los reyes que fueron en Espanna desde los primeros reyes godos(150), lo que parece que avalaría la idea de que dispuso de algún tipo de biblioteca en su cámara regia(151). El último monarca medieval castellano que nos interesa es juan II, de quien la Crónica de Juan II dice: dábase mucho a leer libros de Filósofos e Poetas… era asaz docto en la lengua latina, mucho honrrador de las personas de sciencia(152). Aún más, tanto juan de mena como juan Alfonso de Baena dedicaron sus obras, el Laberinto de Fortuna y el Cancionero, al muy prepotente don Juan el Segundo. sin embargo, la biblioteca del rey juan no es conocida suficientemente, aunque sabemos que contaba entre sus libros un séneca traducido por manuel Rodríguez de un códice latino que juan II prestó al conde de Benavente, propietario de una de las tres grandes colecciones del Reino (junto al conde de Haro y el marqués de santillana)(153). 148. Espéculo, II, título xII, ley V, ed. g. martínez díez, ávila, 1985, pp. 152-154. 149. E.s. pRoCtER, Alfonso X of Castile, op. cit., ed. cit., p.143. 150. Crónica de Alfonso X, prólogo, ed. manuel gonzález jiménez, murcia, 1998, p. 3. 151. A. AntElo IglEsIAs, Las bibliotecas del Otoño medieval, art. cit., p. 292. 152. AlVAR gARCÍA dE sAntAmARÍA, Crónica de Juan II, apud A. AntElo IglEsIAs, Las bibliotecas del Otoño medieval, art. cit., p. 298. 153. A. AntElo IglEsIAs, Las bibliotecas del Otoño medieval, art. cit., p. 298; I. BECEIRo pItA, Temas y tipos de lectura, art. cit., p. 21. 48 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) Con todo, como sostiene Elisa Ruiz garcía, a pesar de que la documentación conservada relativa a las bibliotecas de juan II y Enrique IV es pobre, “no obstante, podemos conjeturar cierta afición por el coleccionismo bibliófilo y la existencia de un patrimonio librario, formado a partir de herencias, encargos y regalos cortesanos”(154). Buena parte del fondo librario reunido por estos dos monarcas pasaría posteriormente a formar parte de la gran biblioteca de Isabel la Católica, constituida en el monasterio de san juan de los Reyes en el año 1477 y que superó los 400 volúmenes. Reyes y bibliotecas en la Corona de Aragón En lo que respecta a los territorios del Casal d`Aragó, a pesar de que allí “la existencia en los Archivos de la Corona de Aragón de recibos, cartas de venta, escrituras de subastas y gran número de inventario de bienes nos permite un conocimiento mucho más temprano y completo de las bibliotecas de los diversos grupos sociales”(155) que en la Corona de Castilla, sin embargo el primer indicio cierto de una biblioteca palatina que se conoce es el de la perteneciente al rey jaime II, datado en el año 1323, monarca para quien copiaba libros el notario zaragozano juan de prohome(156), si bien consta la existencia de una biblioteca regia desde el año 1230, en el reinado de jaime el Conquistador(157). su sucesor, pedro IV el Ceremonioso, decidió instalar en el año 1381 la biblioteca regia al monasterio de poblet(158), rompiendo así con la tradición de guardar los libros del Rey en el archivo, la cámara u otras dependencias del palacio real. En este sentido, el profesor Bohigas ha llamado la atención sobre varias cartas del Rey Ceremonioso al abad de este monasterio, (años 13811382), con instrucciones precisas sobre la instalación de esta biblioteca. tenía 154. Elisa RuIz gARCÍA, “El poder de la escritura y la escritura del poder”, Orígenes de la Monarquía Hispánica. Propaganda y Legitimación (ca. 1400-1525), ed. j. m. nieto soria, madrid, 1999, p. 303. 155. Isabel BECEIRo pItA, “temas y tipos de lectura entre los sectores laicos de la península Ibérica (siglos xIII-xV)”, Temas Medievales, 8, 1998, p. 12. 156. A. CAnEllAs, Bibliotecas medievales hispanas, art. cit., p. 265. 157. I. BECEIRo pItA, Temas y tipos de lectura, art. cit., p. 16. 158. A. CAnEllAs, Bibliotecas medievales hispanas, art. cit., p. 265. REYES, MONJES Y SABIOS 49 que tener acceso por el claustro, ser de bóveda y piedra picada y poseer bancos con atriles y cadenas para sujetar los libros(159). Además de la ya mencionada gran biblioteca palatina del rey Alfonso el magnánimo en la ciudad de nápoles, también se conservan los inventarios de las bibliotecas palatinas de los monarcas aragoneses juan I (y su esposa, la reina Yolanda de Bar) y martín I el Humano (m. 1410), quien en su testamento decidió donar sus libros a la abadía de poblet. Ciertamente, la biblioteca de este último soberano debió ser extraordinaria a juzgar por el inventario, que incluye 300 volúmenes en catalán, castellano, latín, griego y francés. llaman la atención la presencia de obras de plutarco, de estrategia militar y del juego del ajedrez(160). mientras, en el reino de navarra, donde seguramente sancho VI el sabio ya dispuso de una biblioteca considerable, llaman la atención la biblioteca reunida por el rey Carlos III el noble (reg. 1387-1425), que compró sus fondos al convento dominico de Estella(161), y también la de su malogrado nieto, el príncipe de Viana. 159. pere BoHIgAs, El libro español. Ensayo histórico, Barcelona, 1962, p. 134; A. AntElo IglEsIAs, Las bibliotecas del Otoño medieval, art. cit., p. 291. 160. I. BECEIRo pItA, Temas y tipos de lectura, art. cit., p. 15. 161. A. AntElo IglEsIAs, Las bibliotecas del Otoño medieval, art. cit., p. 292. 2 Carolingian libraries: what do we know about them? ROSAMOND MCKITTERICK University of Cambridge In about 820, the abbot of the monastery of st gallen in present-day eastern switzerland received from the abbot of Reichenau, a monastery on an island in lake Constance, what has sometimes been described as a kind of Christmas card, in the form of a large plan of an ideal monastery. the plan is still extant in the st gallen stiftsbibliothek and is as famous as it is important. It reflects both the Rule of Benedict, as understood in the light of the monastic reforms of the Emperor louis the pious in 816/817, and a particular understanding of monasticism in the ninth century in terms of the physical space in which monks would move. It depicts what the monks, lay brothers and guests would require in terms of accommodation and spaces for liturgical observance; thus it depicts not only the special altars, chapels and benches in the abbey church, the buildings such as abbot’s house, school, dormitory and refectory, cellar and hospital which were to cater for the rhythm of the community’s daily life, but also the outhouses, herb and vegetable garden, orchard, cemetery, hen coops and animal sheds which were needed to support all aspects of living and dying. Research on this plan has suggested that it could in principle have served as an architectural blueprint, and scale models have accordingly been constructed on the basis of the information supplied in the plan(1). to the left of the eastern apse of the abbey, with access from the choir, moreover, provision was made for a small square room with windows, the 1. For illustration and discussion, see the full facsimile ed. H. Reinhardt, Der St Galler Klosterplan (st gallen, 1952). W. Horn and E. Born, The Plan of St Gall (Berkeley, 1979) and W. jacobsen, Der Klosterplan von St. Gallen und die karolingische Architektur : Entwicklung und Wandel von Form und Bedeutung im fränkischen Kirchenbau zwischen 751 und 840 (Berlin, 1992). 52 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) ground floor of which was the scriptorium with seats for the scribes. the upper floor was designated as the bibliotheca, library. this library accommodation is the only clear information we have from the Carolingian period about the physical place in which books might have been kept. no extant building has been identified as a library, and no archaeologist has been able to propose any excavated space in Carolingian building complexes associated with monasteries -not even from san Vincenzo a Volturno(2)- which might be identified as a library or a scriptorium. tantalizingly, however, despite the meticulous labels and descriptions added to many other spaces outlined on the plan, the drawing tells us nothing more than the size of the room deemed appropriate in relation to the church buildings, and its desired location as far as the draughtsman of the plan was concerned. We know nothing about book shelves or chests, whether readers were accommodated in the library or not, nothing about library furniture, physical ordering of the books or even whether we can extrapolate from the plan that the windows indicated in the ground floor were also extended to the first floor elevation. there has been, in addition, plenty of conjecture and surmise about the physical accommodation of books in the Carolingian period, but it is usually based on extrapolation from either earlier or later evidence(3). only the structure of some Carolingian bindings from st gallen has suggested that there at least books might have been kept in chests, with the foreedges downwards and the spine uppermost, with the title of the book written on the spine(4). so the simple answer to ‘what can we know about Carolingian libraries?’ in terms of physical accommodation and surviving material evidence for buildings or library furniture is: nothing. this little drawing on the st gallen plan serves as a reminder of the severe limits of our knowledge about the Carolingian libraries as places, how 2. on san Vincenzo, see F. de Rubeis,, ‘la scrittura a san Vincenzo al Volturno fra manoscritti ed epigrafi’, in F. marazzi, ed., San Vincenzo al Volturno. Cultura, istituzioni, economia, miscellanea Vulturnense 3 (monte Cassino, 1996), pp. 21-40 and F. de Rubeis, ‘the Codex Beneventanus’, in j. mitchelll andI.l. Hansen eds., San Vincenzo al Volturno 3: the finds from the 1980-86 excavations (spoleto, 1991), pp. 439-49. 3. still the most comprehensive survey is j.W. Clark, The care of books : an essay on the development of libraries and their fittings, from the earliest times to the eighteenth century , 2nd edn. (Cambridge, 1909) 4. see j. A. szirmai, The archaeology of medieval bookbinding (Aldershot, 1999). REYES, MONJES Y SABIOS 53 books were stored, or where they were consulted and read. We are, on the other hand, very well informed about the content of Carolingian libraries. this survives in a variety of forms, such as actual books that can be linked to particular centres, references (in specific citations or else allusions) by Carolingian writers to the books they used, and above all in book lists or library catalogues compiled in the ninth century(5). one of my themes in this paper, therefore, is the limits of our knowledge about Carolingian libraries, the ambiguity of some of the surviving evidence, and how necessary it is to be as clear about what we do not know as about what we do. I shall say nothing about the evidence of extant books, or the allusions in writers such as Boniface of mainz, Alcuin of tours, Einhard, lupus of Ferrières, Florus the deacon of lyon or Hincmar of Reims, that has enabled scholars to suggest the range of authors and texts to which they appear to have had access, for these have been discussed elsewhere(6). Instead I wish to concentrate on the evidence of the book lists or library catalogues. I shall first summarize the main evidence about the content of Carolingian libraries. I shall then take two case studies, firstly the library of st gallen itself, and then the so-called library of Charlemagne, in order to illustrate some of the problems of the evidence. Evidence for the content of Carolingian libraries Although we have lists of books belonging to particular centres, their function was not necessarily simply that of catalogues, that is records of a library’s holdings which could serve simultaneously as a finding list. so, before discussing the function of these lists, let us see what they are like. In the first place, there are lists of books associated with the activity of a particular abbot. some are noted as if they are part of his legacy or even a list of items taken from his will and incorporated into the narrative history of the abbey over which he presided. the books belonging to the monastery of 5. see R. mcKitterick, The Carolingians and the written word (Cambridge, 1989), pp. 164-210. 6. For Boniface see: H. schülung, ‘die Handbibliothek des Bonfatius’, Archiv für Geschichte des Buchwesens 4 (1961-3), pp. 285-347; for Alcuin see d. Bullough, Alcuin: achievement and reputation (leiden, 2004); for lupus of Ferrières see E. pellegrin, ‘les manuscripts de loup de Ferrières’, Bibliothèque de l’Ecole des Chartes 115 (1957), pp. 5-31; for Florus the deacon, see C. Charlier, ‘les manuscript personels de Florus de lyon et son activité littéraire’, Mélanges E. Podechard (lyon, 1945), pp. 71-84. ; for Hincmar of Reims, see j. devisse, Hincmar, archévêque de Reims (geneva, 1976). 54 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) st Wandrille in present-day normandy, for example, are mentioned as gifts from the abbots(7). Abbot Wando (747-754) donated thirty-one books to his abbey. Among them were commentaries on the gospels, theological works by jerome, Augustine and gregory, monastic rules, hagiography and history books. under Abbot gervold (787-806), a new addition comprised books actually produced in the abbey’s own scriptorium, and these included many books for the monastic office and celebration of mass and the ritual reading of lives of saints associated with the abbey. It was not until the abbacy of Ansegis (822833) that books suitable for the reading and meditating hours allowed by the Rule of st Benedict (which the abbey had adopted by this time) were acquired in great numbers. the st Wandrille lists therefore, have the character of inventories of property, though there is also the record of patronage and encouragement of learning in the references to books being produced in the abbey scriptorium. the books listed by Hariulf in his Gesta ecclesiae Centulensis form part of a survey of the abbey of st Riquier’s property and thus are also an inventory of the assets of the abbey, some of which are books(8). the structure of Hariulf’s list might have been that of his ninth-century source, though it is equally possible that he was imposing the form of organization for book lists inherited from his ninth-century precursors (though no free standing book lists from Carolingian west Francia have survived). It is from the Rhineland and the east Frankish realms that free-standing book lists are extant. the list from Reichenau, for example, was compiled in the second quarter of the ninth century and comprises 415 volumes. It begins with books of the old and new testament, from complete bibles to separate volumes for gospels, psalter, Epistles, Acts, and the Book of Revelation. thereafter volumes of the writings of the church fathers are listed: Augustine, jerome, gregory, leo, Cyprian, Eusebius, Hilary of poitiers, Basil and Athanasius. then there is a section for lives of the saints, and then one for Roman history (the Liber pontificalis and josephus), a large group of law books (Roman and germanic as well as the legislation of the Frankish rulers), medical books, liturgical books, and then the work of medieval authors such as primasius, 7. lists from st Wandrille in the Gesta fontenellensis coenobii/Chronique des abbes de Fontenlle (Saint-Wandrille), ed. p. pridié, les classiques de l’histoire de France au moyen âge 40 (paris, 1999), pp. 106-8, 140-2, 162-66, 172-76. 8. Hariulf, Chronicon centulense, ed. F. lot (paris, 1894), pp. 89-96. REYES, MONJES Y SABIOS 55 Bede, Aldhelm and Alcuin, with didactic treatises, commentaries, poetry, and finally sections on canon law, sermons, monastic rues, more saints lives, glossaries, grammars, and poetry. It is notable that subsequent additions to the library include the work of contemporary authors such as Hraban maur, Freculf of liseiux and paul the deacon. this is, therefore, a list ordered primarily by subject, but within this more or less by chronological order of author(9). other ecclesiastical and monastic centres reflect a similar systematization of their books. shorter lists are extant from Würzburg, Cologne and Fulda(10), and there are extensive lists, still extant in the original manuscript from st gallen (which I shall talk about further in a moment) and from lorsch(11). From lorsch, indeed, we have no fewer than three lists from the middle of the ninth century. these appear incidentally to record some of the reorganisation of the library, and it was an impressive and comprehensive collection of biblical, patristic, liturgical and school texts. thanks to Angelika Häse’s new edition of these catalogues, we can now properly appreciate the strength of this collection, and the care the librarian took to record even individual items in the volumes of letters and homilies by such writers as origen, Augustine and jerome. the murbach catalogue from the middle of the ninth century gives us a still stronger indication of the control exerted over the library’s contents and the acquisition of books(12). like the lists of lorsch, st gall, Reichenau and st Riquier, the catalogue is organized according to author, and loosely by subject. only the omission of biblical and liturgical books in the murbach list differs from the others. the authors whose works were owned by murbach are as fol- 9. Reichenau: ed. p. lehmann, Mittelalterliche Bibliothekskatalogen, Deutschlands under der Schweiz (munich, 1911), pp. 240-52. 10. Würzburg: E.A. lowe, ‘An eighth-century list of books in a Bodleian manuscript from Wurzburg and its probable relation to the laudian Acts’, Speculum 3 (1928), pp. 3-15,, reprinted in l. Bieler, ed., palaeographical papers 1907-1965 (oxford, 2 vls, 1972), I, pp. 239-50; Cologne: A. dekker, ‘die Hildeboldische manuskriptensammlung des Kölner domes’, in Festschrift der drei und vierzigsten Versammlung deutscher Philologen und Schulmänner dargeboten von den höheren Lehranstalten Kölns (Bonn, 1895), pp. 215-51; Fulda: Mittelalterliche Bücherverzeichnisse des Klosters Fulda und andere Beiträge zur Geschichte der Bibliothek des Klosters Fulda im Mittelalter, ed. g. schrimpf j. leinweber and t. martin (Frankfurt, 1992). 11. lorsch: ed. A. Häse, Mittelalteliche Bücherverzeichnisse aus Kloster Lorsch. Einleitung, Edition, und Kommentar, Beiträge zum Buch- und Bibliothekswesen 42 (stuttgart, 2002). 12. murbach: W. milde, Der Bibliothekskataloge des Klosters Murbach aus dem 9. Jht. Ausgabe und Untersuchung von Beziehung zu Csssiodors Institutiones, Beihefte zum Euphorion . zeitschrift für literaturgeschichte 34 (1968). 56 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) lows: Cyprian, Hilary of poitiers, Ambrose, jerome, Augustine, origen, Basil, john Chrysostom, gregory the great, Isidore of seville, Bede, Cassiodorus, Cassian, prosper, primasius, julian of toledo and gregory nazianzus, and various minor theologians. there are also works by Carolingian authors such as Alcuin and Hraban maur. But what distinguishes the murbach list from all the others are the extended lists of desiderata, with a note made of all the books the librarian wants for the libraries. He had derived his knowledge of these from what I have termed the bibliographical handbooks provided by jeromegennadius’, De viris illustribus, Cassiodorus’ Institutiones, and the lists of their own works helpfully supplied by such authors as Augustine and Bede(13). the Gesta abbatum and Gesta episcoporum were modelled on the Liber pontificalis(14) and their records of gifts to the abbey echo the meticulous record of papal gifts to the churches of Rome, except that the Frankish gifts are more commonly in the form of books than liturgical vessels, silk hangings or building material. the Rhineland and east Frankish book lists appear to be a new innovation, developed from the inventory lists of wills and estate surveys, but wholly concerned with books, and, as we have seen, imposing a very particular historical order upon the contents. so far, therefore, I have indicated that evidence from Carolingian libraries takes the form of extant books, which I have not had the space to consider in this paper, the records of authors referring to books to which they had access, and the extant lists from libraries, whether incorporated into narrative histories in the west of the Frankish empire, or in the form of free-standing lists of books compiled in the Rhineland and east of the Frankish empire. these lists have multiple functions. At an ideological level they represent a definition of an approved canon of knowledge and a witness to the reception of knowledge from the classical and patristic periods of antiquity(15). this canon, moreover, was organized and classified in a way that proved fundamental for the organization of all libraries in western Europe in the succeeding centuries. these library lists are thus precious cultural indicators, reinforcing our understanding of the Franks’ perception of their place in the western intellectual tradition. those lists which record the inclusion of contemporary authors, 13. mcKitterick, Carolingians and the written word, pp. 206-9. 14. see the collection of essays: F. Bougard and m. sot eds, Liber, Gesta, Histoire: Ecrire l’histoire des évêques et des papes, de l’Antiquité au XXIe siècle (turnhout, 2009) 15. see R. mcKitterick, History and memory in the Carolingian world (Cambridge, 2004). REYES, MONJES Y SABIOS 57 furthermore, witness to the sense of continuity with their classical and patristic past on the part of this Frankish generation. the store of inherited knowledge was something to which they could and did add. library catalogues from subsequent centuries which clearly adopt the structure of those from the ninth century, also add contemporary authors, so that we gain a sense of the accumulation of knowledge and steady addition to the corpus of approved and accepted authors. At a practical level the booklists serve as check lists for what is in any one library, and as a record of what has been lent, or borrowed, or of what the librarian might like to acquire. these lists were also a means of communication, for there are sufficient indications of use of the lists to inform potential readers of copies of the texts elsewhere, so that books were to be found in a particular place to be borrowed and/or copied(16). so far, so good, but our difficulties arise when we attempt to link the library catalogue of a centre with the extant manuscripts, whether those acquired by that library from elsewhere, or those actually produced in the monastery’s own scriptorium for its own use. let me illustrate this with my first case study from st gallen. The book lists from St Gallen the oldest st gallen book list survives in a ninth-century manuscript, st gallen stiftsbibliothek 728 with further books listed as acquired by st gallen during the abbacy of grimald (841-872) in st gallen, stiftsbibliothek, mss 267 and 614(17). Additions were made to the list in st gallen 728 which records the loss or loan of a book. like the murbach catalogue there are also some notes about books the annotator thought should be added to the library. of particular interest are the notes about a book’s quality or sometimes even appearance. thus it was the original compiler who disparaged texts, such as the copy of Isidore of seville’s Etymologiae, saying they were corrupt, and who claimed not to know the author of particular commentaries on books of the Bible. Another annotator, who has been identified as notker Balbulus, 16. mcKitterick, Carolingians and the written word, p. 209. 17. st gallen, stiftsbibliothek ms 728, pp. 4-21, ed. p. lehmann, Mittelalterliche Bibliothekskatalogen, Deutschlands under der Schweiz (munich, 1911). 58 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) added the list of books written in insular script (libri Scottice scripti), commented that the life of gallus and otmar was written in a noble hand, that the books containing Freculf’s Chronicle were very large, and recorded whether particular works were in one, two or more volumes(18). this apparently straightforward list of books presents a number of problems however. Firstly, it is usually thought to have a close relationship with the work of the st gallen scriptorium. But it is remarkable how little direct or secure correlation there is between the works listed and extant st gallen manuscripts, even though the st gallen library is one of the best preserved of all the Carolingian libraries and almost the only one with a continuous existence and location from its foundation until the present day. Work is underway at present, as part of the st gallen library project partly funded by the mellon foundation, to establish how many of the books listed in the catalogue are indeed among the extant codices in the st gallen library(19). of the 395 separate works listed, only forty-five identifications have been proposed so far from among ninth century manuscripts still extant and some of these are debateable. It may well be that we should expect such a small proportion as a result of the vicissitudes of time. But this low number may also point to a different function of the list, at least in its first version. that is, it may represent a composite kind of document, recording the work both anticipated or actually completed in the scriptorium, and possibly even texts borrowed from elsewhere or accessible in other collections, as much as the books actually in the possession of the abbey. thus it is possible the list represents as much aspiration as actuality. the codification of knowledge it offers may have an idealized element. the list should perhaps be regarded at the very least as a working document. It may well have been designed to be amended and altered as work in the abbey proceeded, rather than to serve as a static record of the abbey’s library at one particular moment. Certainly in terms of our enquiry into what we can know about Carolingian libraries, the st gallen book list still presents a number of puzzles that remain to be solved. The royal library similarly, my second case study is of a list of books that was once thought to be a library list but may in fact be nothing of the kind. this is the 18. see s. Rankin, ‘Ego atque notker scripsi’, Revue Bénédictine 101 (1991), pp. 268-98. 19. see also the Virtual library on www.cesg.unifr.ch/ and the mellon Funded st gall project based in uClA. http://www.stgallplan.org . REYES, MONJES Y SABIOS 59 supposed evidence for the royal library of Charlemagne. Charlemagne’s library needs to be considered on the basis of two categories of evidence: firstly, the manuscripts associated with the court of Charlemagne by modern scholars and, secondly, the famous list of books that Bernhard Bischoff suggested over forty years ago might be a list of books in the royal library(20). Carolingian piety and the Frankish palace chapel’s pivotal role in the development of the liturgy manifested itself above all in special editions of the key texts required. these were apparently made for the king himself in ateliers benefitting from his patronage. the stress should be on the ‘apparently’, however, for there is only a little direct corroborative evidence of a personal and direct connection between the books customarily associated with the Carolingian court and the Frankish king himself. Even Charlemagne’s letter to the lectors of c. 786, for example, also referred to the work of paul the deacon in preparing, ‘from the treatises and sermons of the various catholic fathers … two volumes of readings suitable for each separate reading throughout the Christian year’, which Charlemagne himself claimed to have examined and authorised to be read in the churches of his realm(21). From the godescalc gospel lectionary, it would appear that as early as 781 Charlemagne had commissioned a text of the gospels. the particular edition of the gospels in the godescalc lectionary is also to be found in other gospel books associated with a group of scribes and artists who appear to have been producing books for the king(22). these liturgical books were either for his own or his family’s use, or were intended to act as royal gifts in order to promote the use of authoritative and correct texts. With such gifts as the Abbeville gospels given to st Riquier and the lorsch gospels donated to lorsch, Charlemagne extended and developed what may have begun as the provision of a clear text for use in the palace chapel into the provision of a Carolingian gospel text for the entire Frankish kingdom(23). the library catalogues discussed in the first section of this paper 20. I present here an abbreviated version of an argument more fully expounded in R. mcKitterick, Charlemagne: the formation of a European identity (Cambridge, 2008), pp. 363-9. 21. mgH Capitularia regum francorum, ed. A. Boretius (Hannover, 1883) I, no. 30, pp. 80-1. 22. W.H. Frere, Studies in the Roman liturgy I The Roman Gospel Lectionary (london, 1930). see also d. Bullough, ‘Charlemagne’s court library revisited’, Early Medieval Europe 12 (2003), pp. 339-63, at p. 341, note 9. W. Koehler, Karolingische Miniaturen II: Die Hofschule Karls des Großen (Berlin, 1958), pp. 14-16, and R. mcKitterick, Charlemagne: the formation of a political identity (Cambridge, 2008), pp. 330-63. 23. For facsimiles see W. Braunfels (ed.), The Lorsch Gospels (new York, s.d) and schefers, Das Loscher Evangeliar. 60 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) indicated the creation of an accepted canon of texts. the books linked with the king himself offer a similar suggestion of authority and control in the creation of a collection of books, though their primarily liturgical content suggest that those retained by the king were for use in the palace chapel or for private devotion rather than texts to do with education and learning. the books linked palaeographically with the ‘court atelier’ manuscripts, that is books produced for Charlemagne, whether for use in the royal chapel or as gifts to other religious foundations, demonstrate how easily the question of the ‘court atelier’ merges into that of books associated with the court more generally. Conflating the royal library with texts used in their own writings by scholars known to have had some connection with the king certainly produces very interesting insights into intellectual activity in the late eighth and early ninth-century more generally(24). unfortunately, however, it tells us nothing of Charlemagne’s own books, for it rests on improvable assumptions about where any scholar was when he wrote. A further factor is the extraordinary concentration of the earliest surviving manuscripts of classical latin texts in manuscripts produced in early Carolingian Francia(25). An element of deliberate collection and preservation on the Franks’ part has been inferred, not only from the sheer number of classical texts extant from this period, but also from Wigbod’s dedicatory poem to his extracts on the octateuch, customarily dated between 775 and 800. there, Wigbod referred to the collection of books which Charlemagne’s sententia brought together from many lands and how he had revived the written heritage of the fathers(26). Wigbod appears to be referring to Christian patristic works. Bernhard Bischoff suggested that this statement might indicate that Charle- 24. d. Bullough, ‘Charlemagne’s court library revisited’, Early Medieval Europe 12 (2003), pp. 339-63. 25. the standard survey is l.d. Reynolds ed., Texts and transmission. A survey of the Latin classics (oxford, 1983). 26. Wigbod, mgH poetae latini aevi Carolini I, ed. E. dümmler (Hanover, 1881), p. 95. trans. Bullough, ‘Charlemagne’s court library’, p. 340. on Wigbod see m. gorman, ‘the commentary on genesis prepared for Charlemagne by Wigbod’, Recherches Augustiniennes 17 (1982), pp. 173-201, and idem, ‘Wigbod and Biblical studies under Charlemagne’, Revue Bénédictine 107 (1997), pp. 40-76. on the preface, l.. munzi, ‘Compilazione e riuso in età carolingia: il prologo poetica di Wigbodo’, Romanobarbarica 12 (1992/93), pp. 189-210. Alcuin mentioned the possibility of Augustine’s works on the soul being in a royal collection (si forte in armario imperiali) pl 101 col. 645 ; see Bullough, ‘Charlemagne’s court library’, p.354. REYES, MONJES Y SABIOS 61 magne had issued some kind of appeal for rare or interesting ancient texts in c.780(27). A further hypothesis is that ancient codices were sent to the palace and copied, or else copies were made in situ in the ancient gallo-Roman repositories that may have held them since the late Roman period, such as Reims, tours or lyon(28). Certainly the number of Carolingian copies of classical and patristic texts implies a heightened consciousness of this type of text on the Franks’ part. this would also accord with Charlemagne’s own insistence on correct language and latin and Christian learning. We need to turn now, therefore, to the evidence for Charlemagne’s library and the degree to which it may reflect these interests. that Charlemagne possessed books of his own is not in doubt. His collection is referred to by contemporaries in passing as the source of such texts as the Historia naturalis by pliny or Augustine’s letter to jerome on the origin of the soul(29), but was first broadcast by Einhard in preserving Charlemagne’s will. In Charlemagne’s instructions for the disposal of his possessions, the books in the chapel and the great number of books in his own library (de libris, quorum magnam in bibliotheca sua copiam congregavit), are distinguished(30). the contents of this royal bibliotheca have proved difficult to determine. Bernhard Bischoff first attempted a reconstruction in 1957 and he presented six years later a series of incremental hypotheses ‘which enjoyed a high degree of probability’(31). By 1976 the library was described as one ‘founded on Charlemagne’s orders’ that ‘contained rare and recently-discovered works as well as 27. B. Bischoff, ‘die Hofbibliothek Karls des grossen’, in W. Braunfels, ed., Karl der große. Lebenswerk und Nachleben II, das geistige leben (düsseldorf, 1965), pp. 42-62, reprinted with revisions in B. Bischoff, Mittelalterliche Studien 3 (stuttgart, 1981), pp. 49-89 and English trans. m. gorman in B. Bischoff, Manuscripts and libraries in the age of Charlemagne (Cambridge, 1994), pp. 56-75 28. see R.mcKitterick, ‘the scriptoria of merovingian gaul: a survey of the evidence’, in H.B. Clarke and mary Brennan, eds., Columbanus and merovingian Monasticism (oford, 1981), reprinted in Books, Scribes and Learning in the Frankish Kingdoms, 6th-9th Centuries, VII 1-35. 29. For example, Alcuin, Epistulae, ed. E. dümmler, Epp. 155, 162, 170, 309; mgH Epistulae merowingici et karolini aevi (Hanover, 1892) IV, pp. 250, 260, 280, 474; and paul the deacon, preface to the Epitome of Festus, ed. K. neff, Die Gedichte des Paulus Diaconus (munich, 1908), p. 124 and mgH Epp. IV, p. 508. 30. Einhard, Vita Karoli, c. 33, ed. Halphen, p. 98. 31. Bischoff, ‘die Hofbibliothek Karls des grossen’ (cited above, note 27), especially at pp. 62, 89 (1981 reprint) and 75 (gorman translation) respectively. 62 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) well-known items’ and contributed to ‘the preservation and diffusion of classical and patristic works and to the new educational ideas which depended on them’(32). speculation about the contents of this library has centred first of all on the relatively secure ground of books and texts mentioned as having been read by, given to, or dedicated to Charlemagne, such as the Dionysio-Hadriana collection of canon law sent by pope Hadrian in 774, the epitome of Festus sent by paul the deacon in the mid 780s, and Wigbod’s work on genesis(33). more problematic is the key piece of evidence in Bischoff’s argument, namely, a list of classical and fourth-century works entered into a late eighthcentury collection of grammatical texts and poems by scholars associated with the royal court. this is the famous codex Berlin, deutsche staatsbibliothek preussische Kulturbesitz diez B. sant. 66, a collection of grammars by donatus, servius and pompeius, a text entitled De Litteris, and excerpts from Books I and III of the Etymologiae of Isidore of seville concerning grammar and music(34). the codex was written by two main scribes, one trained in north Francia and the other a contemporary north Italian. some insular symptoms are to be noted as well. It was the Italian hand who added, on spare leaves and empty spaces on various pages (pp. 2, 66, 67, 116-28, 217, 363), not only the list of books but also some early court poetry and other short texts. It is the verses concerning Angilbert, Charlemagne, Angilram and paul the deacon which seemed to Bischoff to militate against an Italian origin for this section of the manuscript but it is very difficult to be certain one way or the other. the texts listed are identified by author, incipits or explicits of particular volumes of the works mentioned, and occasionally by title. It may be helpful to set the list out with some explanatory comments about the texts: 32. B.Bischoff, ‘die Hofbibliothek unter ludwig dem Frommen’, in j.j.g. Alexander and m.t. gibson (eds), Medieval learning and literature. Essays presented to Richard William Hunt (oxford, 1976), pp. 3-22, at p. 3, reprinted in Bischoff, Mittelalterliche Studien 3, pp. 170-186 at p. 170 and English trans. gorman in Bischoff, Manuscripts and libraries, pp. 76-92, at p. 76. 33. see Bischoff, ‘die Hofbibliothek Karls des grossen’, 00. 34. ClA 8, 1044. see the facsimile edition: B. Bischoff (ed.), Sammelhandschrift Diez.B Sant. 66. Grammatici latini et catalogus librorum, Codices selecti (graz, 1973). REYES, MONJES Y SABIOS 63 The list of classical and late antique works in Berlin, Preussische Kulturbesitz Diez. B. Sant. 66, pp. 218-219(35) - Extracts from Book Ix of Vergil’s Aeneid and Book III of the Georgics (from a Cento?) - lucan, De bello civilis (on Caesar, pompey and the destruction of Rome’s freedom) - terence, Andria (and the other comedies) - Iuvenal, satires, Bk II, satire 6 (Invective on the affectations and immorality of Roman women) - tibullus, elegiac rural and love poems (in two books; or, Book II) - Horace, Ars Poetica (500 lines about epic poetry and drama) - Claudian, De raptu proserpinae (epic myth about persephone’s descent into the underworld. the capture of proserpina was also the scene depicted on Charlemagne’s sarcophagus). Claudian was assumed by the eighth century to have been a Christian. His work was full of narrative descriptions, speeches, and allusions to classical poets. - Claudian, Ad Rufinum (invective) - Claudian, In Eutropium (invective) - Claudian, De bello Gothico (contemporary history written against Alaric the goth, 401-2) - Claudian, De bello Gildonico (an historical epic on the African warlord gildo) - martial, Epigrams (Books I –IX (the incipit given is from Book I, epigram 36. - julius Victor, Ars Rhetorica (a short manual on rhetoric) (a part thereof) - servius, De finalibus ( a grammatical text) - Cicero, Catiline orations (political invective) (seven books, so this may includer the 3 Caesarian speeches) - Cicero, oration for king Deotarius (prosecution speech) - Cicero, In Verrem (prosecution speeches, numbers I, II and III?) - sallust, on the Catiline conspiracy - Cato, Sententia in senatu (presumably the Dicta Catonis, a collection of moral maxims in prose and verse) 35. these are as identified by B.l ullmann,‘A list of classical manuscripts (in an eighth-century codex) perhaps from Corbie’, Scriptorium 8 (1954), pp. 24-37; for fuller discussion see now mcKitterick, Charlemagne, pp. 365-8. 64 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) - sallust, Iugurtha (history of the Roman war against jugurtha, king of numidia) - sallust, Histories (on the period 78-67 BC) - Alcimus, Dictiones or Controversiae (texts now lost) - messius Arusianus, Exempla elocutionum (a grammarian writing c. 400 who quotes Cicero, Virgil, sallust, and terence) discussion of this list has become sidetracked onto the possible relation of particular items to extant manuscripts (especially those connected with Corbie), whether the list is Frankish or Italian, and whether it can be regarded as linked with the court(36). these discussions have established that the texts were current in the early Carolingian period and many scholars knew them, allude to them, or actually quote from them, quite apart from the number of ninthcentury manuscript witnesses to them extant. script and contents alike of this codex appear to suggest a Carolingian court connection in the reign of Charlemagne. of the two Frankish courts at this time, the Frankish court of pippin of Italy or the Frankish court of his father are each possible. In that the Frankish script in this book is joined by an Italian minuscule script, the book has seemed to modern scholars to offer two principal alternatives. Firstly, it was written and compiled by a Frank and a lombard at the Frankish court of Charlemagne and the list is of books in Charlemagne’s court library. secondly, it was compiled in Italy and the list represents a list of books in northern Italy(37). A book started in Francia and taken to Italy and completed there is a variant of this. 36. see also B. Bischoff, ‘Hadoardus and the manuscripts of classical authors from Corbie’, in s. prete (ed.), Didascaliae. Studies in Honor of Anselm M. Albareda (new York, 1961), pp. 4157; revised version in B. Bischoff, Mittelalterliche Studien 1 (stuttgart, 1965), pp. 49-63. 37. For the royal library see Bischoff, ‘die Hofbibliothek Karls des großen’. A case specifically for Verona was made by C. Villa, ‘die Horazüberlieferung und die “Bibliothek Karls des großen”: zum Werkverzeichnis der Handschrift Berlin, diez B. 66’, Deutsches Archiv 51 (1995), pp. 29-52, but the precise link is disputed: see t. licht, ‘Additional note on the “library catalogue of Charlemagne’s court”’, Journal of Medieval Latin 11 (2001), pp. 210-213. see also the comments by m. gorman, ‘peter of pisa and the quaestiunculae copied for Charlemagne in Brussels II 2572, with a note on the Codex diezianus from Verona’, Revue Bénédictine 110 (2000), pp. 238-60. REYES, MONJES Y SABIOS 65 As I have commented elsewhere, the list’s possible origin at the court of pippin of Italy would offer a glimpse of a court circle there(38). the character of the list as a whole, however, is crucial, and is the one matter consistently not addressed in discussions of this list hitherto. the codex is predominantly devoted to latin grammar and style. the list of texts complements the rest of the contents of the book, for it effectively presents a syllabus for learning to read latin. It is significant that portions of particular texts are specified, and that others are rather short(39). thus this is neither a random list nor a shopping list. It is also not necessarily a list of the contents of any particular collection of books, let alone a royal library. the works listed form a teaching collection. the list offers texts which require varying degrees of competence, from the relatively basic to the more advanced. they would have assisted the process of acquiring literary skills. three of the authors, statius, Claudian and Cato, are among the sex auctores associated with the medieval school curriculum before the thirteenth century. In addition to the late antique authors Avianus (Fabulae) and the Elegies of maximinian of the sixth century, a Carolingian member of these sex auctores was the Eclogue of the writer known as theodulus (whom paul Winterfeld suggested was a latinisation of gottschalk), though he probably wrote his Eclogue during the reign of louis the pious or Charles the Bald(40). the texts specified in the diez B sant. 66 list offer comments on moral worth, a sample of different types of latin prose and poetry, variants in style such as the smooth, plain and elegant language of tibullus or the terse style of sallust, and convey something of classical mythology, Roman 38. R. mcKitterick, History and memory in the Carolingian world (Cambridge, 2004), pp. 8082. 39. on Carolingian teaching and curricula, see the many studies by j. j. Contreni gathered in his Carolingian learning, masters and manuscripts (Aldershot, 1992), idem., ‘the Carolingian renaissance: education and literary culture’, in NCMH II, pp. 709-757, and idem., ‘the pursuit of knowledge in Carolingian Europe’ in R. sullivan (ed.), “The gentle voices of teachers”. Aspects of learning in the Carolingian age (Columbus, ohio, 1995), pp. 106-41. note too the cautionary remarks of d. ganz, ‘Conclusion: visions of Carolingian education, past, present and future’, in ibid, pp. 261-84. 40. see n. orme, English schools in the middle ages (1976), p. 103, g.l. Hamilton, ‘theodulus: a medieval text book’, Modern Philology 7 (1909), pp. 1-17 (pp. 169-85) and the text in j. osternacher (ed.),Theoduli eclogam (linz, 1902). despite some of these authors being mentioned in Carolingian discussions of aschool books he surveyed, günter glauche was disinclined to define the books in the diez B. sant. 66 list as ‘schullekture: g. glauche, Schullekture im Mittelalter. Entstehung und Wandlungen des Lektürekanons bis 1200 nach den Quellen dargestellt, münchener Beiträge zur mediävistik und Renaissance-Forschung 5 (munich, 1970), pp. 21-2. 66 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) history and culture. the list is not, in short, a record of books that were necessarily together in any library, royal or otherwise, but of useful texts for teaching purposes. It offers a glimpse of the process of the formation of a teaching canon of texts in the early middle ages. Frustratingly little, therefore, can be established with any confidence about the royal library of Charlemagne, as distinct from a large number of major classical and patristic works possessing possible or even probable links with the king and his family, or with scholars patronized by the king(41). nevertheless, with all the problems of interpretation and doubts about the precise function of particular lists of books from the Carolingian period, the overwhelming impression remains both of the preservation of a rich and varied legacy from classical antiquity and the early Christian period, and of the intense production of a huge range of books and texts concerned with Christian latin education and learning from the early middle ages and the Carolingian period itself. many of the extant manuscripts have still not been properly studied. In particular, those with glosses and annotations may point to an even greater wealth of knowledge and library resources that once existed. I remain convinced that with further study our knowledge about Carolingian libraries will be greatly enlarged and extended in the years to come(42). 41. mcKitterick, History and memory, especially pp. 208-210. 42. I should like to thank dr Ana Belen sanchez prieto for the invitation to be included in this book as well as the original conference programme on which it based, Alejandro Rodriguez de la peña for his kind assistance. 3 Monastic Libraries in the Early Middle Ages ANA B. SÁNCHEZ PRIETO Universidad Complutense de Madrid the word monk derives from the greek monachos, which means literally “he who lives alone”. Being a monk means to live in seclusion from the world, under religious vows and subject to a fixed rule, in order to achieve an ideal of life near to perfection, that separates him radically from the rest of the society. monachism is thus a way of self-abnegation and organized asceticism that is not exclusive to Christianity (since it can be found in almost every religious system with a high degree of ethical development). But for the Christian monk, the asceticism is not and end in itself, and in fact among the first Christians the idea of living apart from the community was completely out of the question. the main cause which begot monasticism was the desire to follow Christ’s footsteps and fulfil his law as radically as possible in a time when the end of the prosecutions and the imperial support to the new religion conveyed to massive conversions and as a consequence to a general much more lenient attitude. If the creature is to love god and love is the union of wills, and “greater love hath no man than this that one lay down his life for his friends” (joh 15:13), and since Christ had said “Follow me”, and “my kingdom is not of this world”, the world and its temptations could become an obstacle to loving god. And the monk’s life becomes then a renunciation to the world, made manifest in the three evangelical counsels of poverty, chastity and obedience. In entering the monastery the monk had to put aside all his former life. the past, with its culture and habits should remain in the outside world, and the monk started his way through the practical science of asceticism, which led him to the theoretical science of contemplation. Hrabanus maurus described in the ninth century this itinerary, compiling mainly from the De doctrina Christiana of st Augustine. the quotation is long, but very much to the point: 68 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) Ante omnia enim opus est ei, qui desiderat ad sapientiae pervenire culmen, Dei timore converti ad cognoscendam eius voluntatem, quid nobis appetendum fugiendumque praecipiat. Timor autem iste cogitationem de nostra mortalitate et de futura morte necesse est incutiat, et quasi clavatis carnibus omnes superbiae motus ligno crucis adfigat. Deinde mitescere opus est pietate neque contradicere divinae Scripturae sive intellectae, si aliqua vitia nostra percutit, sive non intellectae, quasi nos melius sapere meliusque pracipere possimus; sed cogitare potius et credere, id esse melius et verius, quod ibi scriptum est, etiamsi lateat, quam id quod nos per nos ipsos sapere possumus. Above all, he who wishes to reach the summit of wisdom must with fear of god convert himself to know His will, what He does command us to do and what to flee from. And this fear is needed to make us meditate on our mortal condition and our future death, and, as with hammered flesh, to fix all our feelings of arrogance to the log of the cross. then it is necessary to become tamed in the piety and not contradict the Holy scripture, as well if we understand it and it condemns some of our vices, or we do not understand it and think that we could know more or do better. Instead we must assume and believe that what is written there is better and truer, even if it is hidden, than anything we could know by ourselves. Post istos duos gradus timoris atque pietatis ad tertium venitur scientiae gradum, de quo nunc agere constitui. Nam in eo se exercet omnis divinarum Scripturarum studiosus, nihil in eis aliud inventurus, quam diligendum esse Deum propter Deum et proximum propter Deum; et illum quidem ex toto corde, ex tota anima, ex tota mente (Mc 12:30), proximum vero tanquam seipsum (Mc 12:31), id est, ut tota proximi dilectio sicut etiam nostri referatur in Deum. After these two grades of fear and piety the third grade of knowledge is reached, and with it we purpose to deal now. In it every studious of the divine scripture is trained, and he will find nothing else than that god must be loved because of god and the neighbour because of god, and that with the whole heart and with the whole soul and with the whole mind (mc 12:30), and the neighbour as oneself (mc 12:31), and thus all the love for the neighbour and for ourselves is refered to god. REYES, MONJES Y SABIOS Quisquis ergo Scripturas sacras vel quamlibet earum partem intellexisse sibi videtur, ita ut eo intellectu non aedificet istam geminam caritatem Dei et proximi, nondum intellexit, quemadmodum oportebat eum scire. Itaque tria haec sunt, quibus et scientia omnis et prophetia militat: Fides, spes, caritas. Sed fidei succedit spes et spei succedit beatitudo, caritas autem etiam istis decedentibus augebitur potius... Nam ista scientia bonae spei hominem se non iactantem sed lamentantem facit, quo affectu impetrat sedulis precibus consolationem divini adiutorii, ne desperatione frangatur et esse incipit in quarto gradu, hoc est, fortitudinis, quaeritur et sititur iustitia. Hoc enim affectu ab omni mortifera iucunditate rerum transeuntium sese extrahit et inde se avertens convertit ad dilectionem aeternorum immutabilem scilicet unitatem eandemque Trinitatem; quam ibi aspexerit, quantum potest, in longinqua radiantem suique aspectus infirmitate sustinere se illam lucem non posse persenserit, in quinto gradu, hoc est, in consilio misericordiae, purgat animam tumultuantem quodammodo atque obstrepentem sibi de appetitu inferiorum conceptis sordibus. Hic vero se in dilectione proximi ignaviter exercet, in eaque perficitur. 69 And if anyone seems to have understood the Holy scripture or a part of it but with that understanding does not build that twofold love for god and the neighbour, he has understood nothing in the way he should have known it. And thus there are three weapons with which all wisdom and prophecy fights: faith, hope and love. But hope follows faith and happiness follows hope, but love will be increased even if these fail... And this knowledge of good hope does not make the man to boast, but to regret, and with this feeling he can reach with prayers the consolation of the divine helper, so that he does not sink into despair, and then he starts to find himself in the fourth degree, that is, that of strength, and he looks for and desires justice. And with this feeling he withdraws himself from every delight for passing things and turns into the immutable love for the eternal, that is the unity and the trinity itself, and there he will attend to it the best he can, shining in the distance, but he understands that because of the frailty of his sight he cannot stand such light. In the fourth degree, that of the advice of mercy, he cleanses his soul noisy to a certain point and annoyed because of the desire or the terrestrial things. Here he truly exercises in the burning love to the others and in it he strives for perfection. 70 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) Et spe iam plenus atque integer viribus, cum pervenerit usque ad inimici dilectionem, ascendit in sextum gradum, ubi iam ipsum oculum purgat, quo videri Deus potest ab eis, qui huic saeculo moriuntur. Nam in tantum vident, in quantum moriuntur huic saeculo, in quantum autem huic vivunt, non vident. Et ideo quamvis iam certior et non solum tolerabilior, sed etiam iucundior species lucis illius incipit apparere; in aenigmate adhuc tamen et per speculum videri dicitur, quia magis per fidem, quam per speciem ambulatur, cum in hac vita peregrinamur, quamvis conversationem habeamus in caelis. In hoc autem gradu ita purgat oculum cordis, ut veritati ne ipsum quidem praeferat, ut conferat proximum; ergo nec seipsum, quia nec illum quem diligit sicut seipsum. Erit ergo iste sanctus tam simplici corde atque mundato, ut neque hominibus, placendi studio detorqueatur a vero, nec respectu devitandorum quorumlibet incommodorum suorum, quae adversantur huic vitae. Talis filius ascendit ad sapientiam, quae ultima et septima est, qua pacatus tranquillusque perfruitur. Initium sapientiae timor Domini. Ab illo enim usque ad ipsam per hos gradus tenditur et venitur. And full of hope and full of strength to the point that he can love even his enemies, he ascends into the sixth degree, where he cleanses his eyes, and he is able to see god in the same way than those who die for this world. then they see Him as long as they die for this world, but as long as they live for it they do not see Him. And therefore the vision of light starts to seem to him more certain as well as more bearable, and at the same time more enjoyable, but still he sees it like in the mystery or on a mirror, because while we are peregrinating in this life we progress more through faith than through sight, in spite that we already have a sort of presence in heaven. In this degree he cleanses the eyes of his heart so that nothing is put forward the truth, not even the love for the others, then he does not love himself, and therefore he does not love the others, whom he must love as much as himself. this holy man will possess such an innocent and pure heart that he will not get astray from the truth, either to please the men or to avoid all the incommodities that assail us in this life. such a son ascends into the last degree, the degree of knowledge, that is the seventh, and in it he enjoys calm and quiet. the start of wisdom is the fear for god. From this and into that we work and climb up through these degrees. REYES, MONJES Y SABIOS 71 this is the climbing path of wisdom that every monk must tread the best he can. the starting point is reading the Holy scripture, and he will read every sentence, every word with equal attention, like ruminating, trying to commend them to his memory and keeping them in his heart, as he has read that mary did, even if he does not understand. And therefore he meditates upon every word, but for him there is no difference between intellectual learning and spiritual living: knowing and loving god is one and the same act, as is claimed in the first three verses of the first psalm, the first verses that every monk learned by heart: Beatus vir qui non abiit in consilio impiorum et in via peccatorum non stetit, in cahtedra derisorum non sedit, sed in lege Domini voluntas eius et in lege eius meditabitur die ac nocte, et erit tamquam lignum transplantatum iuxta rivulos aquarum, quod fructum suum dabit in tempore suo et folium eius non defluet et omne quod fecerit prosperabitur. Blessed is the man who hath not walked in the counsel of the ungodly, nor stood in the way of sinners, nor sat in the chair of pestilence: But his will is in the law of the lord, and on his law he shall meditate day and night. And he shall be like a tree which is planted near the running water, which shall bring forth its fruit, in due season. And his leaf shall not fall off, and all whatsoever he shall do shall prosper. But to understand the Bible is not always easy. sometimes some passages seem to contradict some others; sometimes it mentions customs or peoples long ago forgotten or never known in the West, and sometimes the true meaning is hidden behind symbols or metaphorical expressions. However that is no excuse to abandon the search, and where one cannot see may be some other can help, and thus the monks scrutinize the commentaries of the fathers of the Church and other Christian writers to lead them in their readings of the scripture, and since latin was the only thinkable language for religious expression but by the seventh century was almost nobody’s natural language, to understand the Bible and its rhetorical figures they had to study latin, that is, grammar, and with it, not without contradictions and much hesitation, came the classics, the great authors of the pagan Rome. And thus in the dawn of the ninth century, Alcuin of York could describe the building of wisdom, with the tower of the theology supported on the seven pillars of the seven liberal arts of the trivium and the quadrivium. 72 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) And this is how the monastery, the world of the one Book, became the world of the many books, and since the monastic stabilitas and the communal property offered the ideal conditions to preserve the books, the monasteries became more than the palaces of the kings and even more than the cathedrals the ideal places to build a library and to serve as a repository of culture for the whole Europe. And in fact, very few works of the Roman Antiquity (pagan or Christian) have survived that the monks of the first millennium didn’t take the trouble of copying themselves. no wonder, then, that already in the time of st Augustine of Hippo the books were highly regarded. According to his biographer, possidius, the saint, concerned with the future, always commanded that the library and all the books of the church should be taken good care of(1). But how came into existence and how were organized this first European libraries? We know very little. like the monks contemplate god in the mystery, we discern the monks of the Early middle Ages and their books and libraries through the mists of time, and as they ruminate the verses of the Bible we squeeze our scarce and meagre sources. these are basically brief mentions to the act of reading or the use of books in chronicles, private or official correspondence, saints’ lives or monastic rules, some miniatures that represent monks in the act of reading or writing, and some, not many, sketchy book lists preserved for us almost miraculously. some glossaries may give some bookrelated words that sometimes cast some light on the subject. We have as well the original works composed by monastic authors that use their former readings as sources, but trying to rebuild the disappeared library of a certain monastic institution on the basis of the quotations present in the works of some of its members is a dangerous task, since the very nature of the intellectual working methods make it relatively probable that the quotations are second hand ones and therefore taken from someone else in between, or simply the books could have been read somewhere else. And finally we have the surviving books and fragments preserved until now, but they pose new problems: from the time we are dealing with there are no shelf-marks, ex-libris with property marks occur seldom and ex-dono inscriptions are awkward. If there is a colophon it may provide some information about the scriptorium where the book was copied and through palaeographical analysis we can even find it out, if it is not indi1. possidius, Vita, 31. REYES, MONJES Y SABIOS 73 cated, but with that we come to know the origin of a certain book, not the library where it belonged to, and although most books must have remained in the same institutions where they were made, we know too that books travelled some times very long distances for various reasons, and therefore origin and property do not necessarily coincide. Finally, a library is very much like a living organism that is born and grows and suffers from illnesses and accidents of many sorts and may eventually die. Another problem we must face is the fact that it is impossible to generalize. We are dealing with a period that someone has described as “graphical particularism” precisely because the regional differences are supposed to be specially sharp, and even when great part of central Europe was united under the banners of the great Charlemagne, in the periphery the British Isles, spain and the south of Italy managed somehow to keep their own cultural traditions, although it would be absurd to pretend that they did not feel the influence of the Carolingian court. But even within the same region there were monasteries and monasteries. most of them were very small, hardly bigger than a private church or Eigenkirche, and with a very limited number of monks. these monasteries were very poor and therefore had very few books, probably just the necessary ones for the liturgy and some of the books of the Bible, and it is even possible that many of them lacked even a whole Bible or Pandectae. Because books made of parchment and copied by hand were expensive. Very expensive, even if their leaves were not purple-dyed and written in golden letters: as late as 1044 the bishop of Barcelona had to sell a house and a plot of land in order to buy two books, that by chance were two grammatical treatises of priscian. some other monasteries, specially if they enjoyed the royal favour, were rich and prosperous with many monks and many other lay people at their service, and they had rich (for the time) collections of books that in the most fortunate cases would have reached slightly above one thousand. It is also difficult to define the concept of library in these remote times. “A medieval library was not a place so much as a process, a shifting accumulation of changing materials housed in diverse locations, which responded, to a greater or lesser degree, to a variety of trends in the cultural, educational, social, economical, political and intellectual milieux of its time and place”(2). In 2. david n. Bell, “the libraries of religious houses in the late middle Ages”, in The Cambridge History of Libraries in Britain and Ireland, volume I, to 1640, (Cambridge, 2006), pp. 126. 74 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) fact, we must assume that in a religious institution the books were kept in different locations, depending on the use assigned to them. For instance, sacramentaries, evangelistaries and other books related to the cult were most probably stored in the sacristy together with the sacred vases and liturgical vestments, and may be such books as grammatical treatises or the works of pagan authors could be found in the school. However, we cannot agree with those who exclude the liturgical books and the books of the Bible apart from the library books, since as we have seen the primary object of the study in a monastery was precisely the Bible, and on the principle of lex orandi lex credendi, we can assume that the liturgical texts were ruminated as well. the close link that related the scriptorium and the library and the archive is reflected in the well-known plan of st gall, where the library is over the scriptorium, at one side of the church. And some Irish sources speak about a round tower were the books were stored, probably to protect them from pillage and fire(3), although some of the entrances are precisely to record its destruction by the fames. An specific building for books is mentioned in the Irish annals, which record that Armagh’s ‘house of manuscripts’ survived a great fire, most likely because the building was made entirely of stone(4). As for the way of storing the books, the well known Ezra miniature in the Codex Amiatinus shows behind the writing prophet an armarium or bookcase with heavy books lying on its sloping shelves. the Codex Amiatinus is of course the product of an English scriptorium, but it was made as a faithful copy of the Codex Grandior of Cassiodorus, and it is most probable that it reflects the Italian way of arranging the books more than the English one, since in the British Isles these standing presses are not attested anywhere else until the 12th century. Instead, an eleventh-century glossary gives as a gloss for bibliotheca vel armarium vel archivum the old-English term boochord(5), that is, bookhoard. Here, that is, in England, one of the riddles of Aldhelm reads as follows(6): 3. pádraig p. ó néill, “Celtic Britain and Ireland in the early middle ages”, in E. leedham-green & t. Webber (eds.), The Cambridge History of Libraries in Britain and Ireland, volume I, to 1640, pp. 86. 4. pádraig p. ó neill, “Celtic Britain and Ireland in the early middle ages”, p. 84-85. 5 Antwerp-london glossary, Antwerp, plantin-moretus museum, m.16.2 + london, Bl, Add. 32246. Wright, Anglo-Saxon and Old English Vocabularies, I, 185 (line 33). Cit. m. lapidge, The Anglo-Saxon Library, p. 62. 6. Enigma lxxxIx (ed. Ehwald, p. 138). Cit. michael lapidge, The Anglo-Saxon Library, p. 61. REYES, MONJES Y SABIOS Nunc mea divinis complentur viscera verbis Totaque sacratos gestant praecordia biblos; At tamen ex isdem nequeo cognoscere quicquam: Infelix fato fraudabor munere tali, Dom tollunt dirae librorum lumina Parcae 75 now my inwards are filled with holy words, and all my entrails support sacred books. And yet I am unable to learn anything from them. unfortunately, I am deprived by fate of such a gift, since the deadly parcae take away the illumination which books provide. the answer is arca, that is, chest, and an equivalent old English term, boccysta is the glosse for armaria in an eleventh century manuscript now in Cambridge(7). save in the biggest monasteries, one or at least two would suffice for all books. Adomnán’s life of Columba seems to refer to the same by means of the word scrinium or scriniolum(8). the arca is also mentioned by the Regula Magistri, and specifies that there the codices and the important documents were kept together(9). In Frankish soil Alcuin referred in one occasion to the Armarium imperiale. Was it the usual way of storing books in Francia or was it one of the many uses brought from Italy by Charlemagne? In any case, the life of Eligius declares that the saint had a stand fixed on an axis which allowed him to research easily among several works(10). In Ireland, together with the mentioned chest or coffer the most extraordinary way of storing books was used. We read in saints’ lives and other narrative sources that books were often carried in leather satchels very similar to those that the schoolchildren from the first half of the twentieth century carried. We are told patrick once met a party of clerics with books in their girdles(11); Columba is said to have made satchels, and to have blessed them. the 7. Cambridge, trinity Coll. ms o.I.18. Cit. david ganz, “Anglo-saxon England”, in E. leedham-gree & t. Webber (eds), The Cambridge History of Libraries..., p. 91. 8. pádraig p. ó néill, “Celtic Britain and Ireland in the early middle ages”, pp. 84-85. 9. Regula magistri xVII (Vanderhoven and masai ed., p. 206): “simul etiam arcam cum diversis codicibus membranis et chartis monastherii”. 10. “Habebat … in cubiculo suo ... sacros libros in gyro per axem plurimos quos post salmodiam et orationem revolvens, Vita Eligii, I, 12 (mgH, sRm, IV, 679, 1.10). Cit p. Riché, Education and Culture, p. 461. 11. stokes (W.), tripartite life., 75. Cit. Ernest A. sAVAgE, Old English Libraries, p. 17-19. 76 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) few old Irish satchels remaining are black with age, and the characteristic decoration of diagonal lines and interlaced markings is nearly worn away. two of them are preserved in England and Ireland: those of the Book of Armagh, in trinity College, dublin, and of the Irish missal in Corpus Christi College, oxford. the walled at oxford looks much like a modern schoolboy’s satchel; leather straps are fixed to it, by which it was slung round the neck. the Armagh walled is made of one piece of leather, folded to form a case a foot long, a little more than a foot broad, and two and a half inches thick. the Book of Armagh does not fit in properly. Interlaced work and zoömorphs decorate the leather. Remains of rough straps are still attached to the sides. When these satchels were not carried they were hung upon pegs set in the wall of the cell or the church or the tower where they were preserved(12), and we are told that when longarad, an acquaintance of Columban’s, died, all the satchels in Ireland slipped off their bags(13). A modern writer visiting the Abyssinian convent of souriani has seen a room which, when we remember the connection between Egyptian and Celtic monachism, we cannot help thinking must closely resemble an ancient Irish cell. In the room the disposition of the manuscripts was very original. “A wooden shelf was carried in the Egyptian style round the walls, at the height of the top of the door… underneath the shelf various long wooden pegs projected from the wall; they were each about a foot and a half long, and on them hung the Abyssinian manuscripts, of which this curious library was entirely composed. the books of Abyssinia are … enclosed in a case tied up with leathern thongs; to this case is attached a strap for the convenience of carrying the volume over the shoulders, and by these straps the books were hung to the wooden pegs, three or four on a peg, or more if the books were small; their usual size was that of a small, very thick quarto. the appearance of the room, fitted up in this style, together with the presence of long staves, such as the monks of all the oriental churches lean upon at the time of prayer, resembled less a library than a barrack or guardroom, where the soldiers had hung their knapsacks and cartridge boxes against the wall”(14). As for the order the books were given, it can be inferred from our sketchy inventories and book-lists, since even when they were conceived as 12 stokes, m., Early Christian Art in Ireland, 50. 13. Ernest A. sAVAgE, Old English Libraries, p. 5-6. 14. the quotation is copyed directly from Ernest A. sAVAgE, Old English Libraries, p. 17-19. REYES, MONJES Y SABIOS 77 mere property inventories, in most places they are arranged in a similar order, with certain subjects apparently taking precedence over others, and therefore the possibility of a common canon of knowledge and categorization of learning inherited and developed by the Carolingians must be taken into consideration, although of course no rules for cataloguing survive, nor does an earlier model in the form of a library catalogue(15): the whole bibles or pandects headed the collection, together with the single or grouped bible-books, followed by the Church Fathers, works on theology, and school-books, among which grammatical treatises as well as the works from the pagan Roman authors were included. the order of the patristic authors, on the other hand, is not so clear. Alphabetical order of any kind is eschewed in these book lists, although alphabetical florilegia and gnomonologia from the late antique period are fairly numerous, and there is continuity in the use of alphabetical order in lexicography from antiquity to the middle ages, alphabetical order was not used in other contexts. In fact, alphabetical catalogues do not appear to have existed before the twelfth century. But, as has been observed, the author lists are not entirely random, and a chronological order according to the author’s life can be discerned, and, in addition to this, a fairly consistent classification according to subject, or type of work (whether florilegium, letter collection, or homiliary) or function (school books or liturgy)(16). only later additions to already existing catalogues manifest a random arrangement(17), which suggests that the new books were simply added at the end of the collection, waiting may be for a new reorganization of the library. the 256 codices lodged in st Riquier’s library in Angilbert’s day are registered in a catalogue in which the compiler carefully annotated the number and title or author of the separate works or libri bound together to form one codex or volume. He divided them into sections as well. Biblical books (labelled as libri canonici) and theology for the monks to read, were included in the first section: st Riquier had a pandect and another Bible divided up into about forty volumes. the theology books were fairly carefully set out with all the works by one author together, and with the principal church fathers jerome, Augustine, gregory, Isidore, origen, Hilary, john Chrysostom, Cas15. R. mcKitterick, The Carolingians and the Written Word (Cambridge, 1989), p. 196-197. 16. R. mcKitterick, The Carolingians and the Written Word, p. 197-198. 17. For instance, in the catalogue of Abbot Iskar of murbach, fully documented by geith and Berschin. Buscar. Cit. R. mcKitterick, The Carolingians and the Written Word, p. 194. 78 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) siodorus (on psalms), Fulgentius, Bede represented by a number of works, and others with one or two works each, such as julius, Eugippius, paschasius, primasius on the Apocalypse, Arnobius, gregory nazianzus and Athanasius, given in a very rough chronological order in a short section thereafter. the canon law collection included gelasius’ De libris recipiendis et non recipiendis and was followed by three volumes of a homiliary, Boethius’ De consolatione Philosophiae, gregory of tours De gestis Francorum (that is, the Historiae), philippus’ commentary on job, and thereafter an increasingly miscellaneous list of minor works of exegesis and theology, saints’ lives, monastic rules (Benedict, Augustine, Fructuosus and Isidore), the homilies of Caesarius of Arles, Alcuin’s De fide trinitatis, seven psalters and three different florilegia, including defensor of ligugé’s Liber Scintillarum. the second section of the st Riquier list comprised school books, with the grammars of donatus and priscian and others, including the Englishman tatwine, Cicero’s De Rhetorica, Vergil, a number of the late Roman Christian poets, including Fortunatus, a respectable and interesting group of history books and other more arcane literature, such as josephus, pliny, Aethicus Ister’s De mundi descriptione (that is, his Cosmographia), the rare philo Iudaeus, jordanes, jerome’s chronicle and Eusebius’ Historia ecclesiastica, more or less in the order in which they were written, a law book containing Roman and the salic Frankish law and a Passio Domini in teodisco et in latino. Finally, the last section listed the liturgical books used in the churches and chapels of the abbey. st Riquier possessed copies of all three types of sacramentary in use in the early ninth century in the Frankish kingdoms as well as a lectionary, antiphonary and a gospel book described as textus evangelii IV litteris scriptis totus I. two other gospel books are mentioned in the section on church plate and vestments, presumably because of their precious cases(18). the Cluny catalogue is lost today(19); its text is known from a copy made at the beginning of the eighteenth century by the Benedictines of st maur. the peculiar form of the catalogue was described by three maurists who visited the abbey in the seventeenth and eighteenth centuries. It was written on four 18. R. mcKitterick, The Carolingians and the Written Word, p. 176-178. 19. For the catalogue, see V. von Büren, “le catalogue de la bilbiothèque de Cluny du xIe siècle reconstitué”, Scriptorium 46 (1992), 256-67. Cit. Veronika von Büren, “livy’s Roman History in the Eleventh-Century Catalogue from Cluny: the transmission of the First and the third decades”, p. 57-59. REYES, MONJES Y SABIOS 79 wooden panels covered with parchment, measuring 115 cm in height by 45 cm in width: two columns on three panels recto-verso making a total of twelve columns, representing probably twelve bookcases (perhaps a reference to the twelve apostles). these contained description of 570 volumes, and the fourth leaf was left empty, probably in anticipation of future additions to the library. the layout of the catalogue and therefore the library can be reconstructed by combining the descriptions mentioned above with the text of the catalogue. the sections of the first half of the catalogue, and thus of the library, were each introduced by a verse. the list begins with the old and new testament in the pentameter of the heading: “prisce necne novae legis honorificae”. As usual, the Bible and biblical commentaries head the collection. In this section, numbering thirty-three volumes, the first sixteen concern Holy scripture, and the following seventeen are historical titles, integrated without distinction into the biblical section, since in the Carolingian period the primary aim of the study of history was to understand the divine message. the history collection starts with the works of “local” authors, gregory of tours and Ado of Vienne, accompanied by the chronology of Anastasius the librarian. the fourth volume, paulus orosius’s Historiae adversus paganos, marks the transition to a group of five volumes concerning the history of the Church, which are followed by three of jewish history. six volumes on Roman history close this first, biblical section of the library, the last three titles belonging to livy: one volume of the First decade and two of the third. We must now turn to the question of how this collections were built. most abbeys or nunneries owned without doubt few books, probably just the most necessary ones for the divine cult. In fact, in some foundation charters we find that among the objects bequeathed, together with the buildings and vases and vestments, there are some liturgical books. some times the new foundation was endowed as well with other books. For example, we know that the bonifatian foundations in the Continent received not few books from England. the donation made in 959 by the Countess mummadona díaz to the monastery she founded at guimarâes, formerly the monastic see of dumio, is exceptional in the context of the other documents in that she provided her new house with a substantial library. this included, as well as the mandatory liturgical books and a considerable collection of monastic rules, some Isidore, Ildefonsus and gregory the great, the Vita martini, a Historia Ecclesiastica (Rufinus’ transla- 80 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) tion of Eusebius?), Ephrem syrus and a Troyano, probably indicating dictys Cretensis(20). to comprehend the accumulation of books in a major monastic library we must situate them in the context of the intellectual life of the time, since a library reflects the tastes and interests of those responsible for it, as well as it reveals the strengths and weaknesses of the personal or institutional intellectual formation. the donations of books must not have been completely infrequent, although the documents that granted them, if they ever existed, have perished. the Gesta abbatum Fontanellensium, a history of the abbots of st Wandrille, composed in the middle of the ninth century, records gifts of books made to the abbey by abbots Wando (747), gervold (787-807) and Ansegisus (823-33), and in the muratory Catalogue of Bobbio the compiler included different entries for the books that had belonged to dungal, the priests Benedict, theodor and peter, and the brothers Adalbert and smaragd, who doubtlessly had brought their books with them when they entered the community. However, in most cases the scriptorium is the main source of books for the library. But this poses us the question of the availability of originals, since the exemplar had to be found somewhere else. the letters of lupus of Ferrièrs supply a good example of the concerns of a studious monk in search of new texts for his library. In some occasions close related monasteries shared parts of their libraries. that is the case of the twin monasteries of monkwearmouth and jarrow establish by Benedict Biscop, and of san pedro de montes and other three minor establishments in el Bierzo, in northern spain, which st genadius endowed with the necessary liturgical books for each, and an additional library of around twenty books that rotated in periodical intervals through all four cloisters. Very curious in this respect is the list of desiderata included the compiler of the murbach catalogue. He listed fourteen works by Cyprian and then noted that the other books by this author were wanted (“reliquos eius libros adhuc quaerimus”), and then, after Ambrose’s fourteen works is a list of a further eight the library did not have. the abbey possessed twenty-six works by 20. Roger Collins, “literacy and the laity in early mediaeval spain”, The Uses of Literacy..., p. 126-127. REYES, MONJES Y SABIOS 81 jerome, but knew of a further five that remained wanted and sought, and no less that thirty-nine books by Augustine are enumerated as desiderata. other requests are inserted after the sections on prosper, primasius and Bede. As an example of how a monastic library grew we can set the example of Fleury. the oldest manuscripts surviving from Fleury can be shown, on palaeographical grounds, to have been imported from Italy, exactly as we can expect from the information provided by the Historia Translationis by Adrevald, that inform us that abbot mummolus got the idea of looking for the relics of st Benedict from reading of the destruction of monte Cassino by the longobards. other imports came from Africa, septimania and spain. With the advent of abbot theodulf in 789 the library was to begin its development into what has been termed a ‘teaching library’: a collection of texts in which, for the purposes of teaching, any duplicates have to occur. the increase of works on the liberal arts was accompanied by a growth in the number of liturgical and hagiographical manuscripts available for communal use. most books which entered the library were no doubt productions of the Fleury scriptorium, but by no means all additions to the library were written there, and the collection also grew through gifts. Charles de Bald, for instance, gave a gospel book, and a sizeable contribution formed the coffer full of books given to abbot theotbert by count Heccard in 876(21). Wherever and whatever order the books could be arranged in, we do not need to understand that they were read there as well. Reading in the monastic mileux was understood as devotional activity that could be communal or personal and private. If it was communal it would take place in the church or in the refectory, and if it was personal in the monks cells’ or in the cloister. For this last purpose, the librarian loaned out the books and took them back in at prescribed hours. the librarian was probably the most important person in the monastery after the abbot. According to the rule of Isidore after his appointment he assumed his office in a solemn ceremony during which the abbot gave him the keys of the cupboards and admonished him with the words: “be now the guardian of the books and the chief of the copyists”. the pacomian rule prescribed that every week the librarian and his helpers should pick up all the books they had lent and every evening they 21. marco mostert, The Library of Fleury, p. 20-21. 82 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) searched the monastery looking for books that the monks might have left lying anywhere. the librarian was of course responsible for the library, but in most cases of the scriptorium and probably for the valuable objects in the sacristy, and therefore he received the names of antiquarius, bibliothecarius, chatigraphus, chartularius, scriarius, notarius, custos, secretarius, armarius and other similar ones. It is even possible that the same person was in charge of the school and the correctness of the liturgy(22), as well. He or she would be unquestionably an important person, and may be precisely because of it st Augustine of Hippo anticipated some sins of arrogance in them and prescribed in his rule that those in charge of the pantry, the wardrobe and the library should serve the brethren without complain. In the great monastery of Fulda, Rabanus maurus dedicated a poem to gerhoch, the librarian, who is addressed to as clavipotens frater, that is, brother with the power of the keys. And indeed the was a sort of dispenser of wisdom, since some sources let us think that he was in charge of assigning the readings to the monks according to their skills and understanding. For instance, from the Constitutiones drawn up around 1077 by lanfranc, archbishop of Canterbury, for the monks the monks of Christ church, derived probably from the customs of Cluny, each monk was to read one book a year, and on the first monday of lent: Priusquam fratres intrent capitulum, custos librorum debet habere congregatos libros in capitulo super tapetum extensum, prater eos, qui praeterito anno ad legendum dati sunt; illos enim intrantes capitulum ferre debent, quisque suum in manu sua … librorum ucstos legat breue, qualiter praeterito anno fratres habuerunt libros. Cum uero audierit unusquisque nomen suum pronunciari, reddat librum, qui ad legen- before the brethren go in to chapter, the librarian should have all the books save those that were given out for reading the previous year collected on a carpet in the chapterhouse; last year’s books should be carried in by those who have had them… the librarian shall read out a list of the books which the brethren had the previous year. When each hears his name read out he shall return the book which was 22 For the functions of the precentor being mixed with those of the librarian, see Richard sharpe, “the medieval librarian”, pp. 221. REYES, MONJES Y SABIOS dum sibi alio anno fuerat commendatus. Et qui cognouerit se non perlegisse librum quem recepit, prostratus culpam dicat, et indulgentiam petat. Iterum praedictus librorum custos unicuique fratri alium librum tribuat ad legendum. Distributis per ordinem libris, praefatus librorum custos in eodem capiutlo inbreuiet nomina librorum et eos recipientium. 83 given to him to read, and anyone who is conscious that he has not read in full the book he received shall confess his fault, prostrate, and ask for pardon. then the aforesaid librarian shall give to each of the brethren another book to read, and when the books have been distributed in order he shall at the same chapter write a list of the books and those who have received them(23) And in fact there is a list from Cluny, dating from the mid-eleventh century, of sixty-four books and their recipients(24). And they lent not only to their own brethren, but to local clerics as well and even to lay people, included women, as it is shown in a list of borrowed books drafted in the ninth century by the librarian of the monastery of Weissenburg, in Alsace, and of st gall. to conclude, the monks and nuns of these centuries of the Early medieval times, in spite of all the wars, poverty and political instability made possible the cultural transition from the late Antiquity into the middle Ages, not only giving birth to a new culture neatly Christian, but also preserving the wrecks of the classical literature. their monasteries were if not the only ones at least the main repositories of books that came out from their own scriptoria. We cannot know what the modern Western culture would have been without them, but certainly it would have been different. may this paper serve as a tribute to the Benedict, Columban, Boniface, leoba and Rabanus, but also to the thousands of anonymous monks, copyists and librarians, that amid the silence of their cloisters gave birth to a new civilization, the civilization that after a long evolution would become ours. 23. d. Knowles (ed.), the monastic constitutions of lanfranc, rev. C.n.:. Brooke (oxford, 2002), xxviii-xlii. Cit. peter j. lucas, “Borrowing and reference”, p. 243. 24. p. dinter (ed.), liber tramitis aevi odilonis abbatis, Corpus Consuetudinum monasticarum 10, siegburg, 1980, p. 261-4. Cit. peter j. lucas, “Borrowing and reference”, p. 243. 4 La Biblioteca Capitular de Toledo RAMÓN GONZÁLVEZ RUIZ Director de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo En el ala nordeste del claustro de la Catedral de toledo se concentran el Archivo y la Biblioteca Capitulares que recogen respectivamente la documentación generada por la Catedral desde el siglo xI y los libros (códices e impresos) acumulados a lo largo de su existencia. la yuxtaposición de ambos fondos, documentales y bibliográficos, es obra de principios de la segunda mitad del siglo xx (1958), cuando las necesidades de atender a una investigación creciente y cada vez más exigente impuso el traslado del Archivo Capitular a una zona del claustro alto y la apertura de un acceso común para el servicios de ambos departamentos. El Archivo Capitular se encontraba hasta ese tiempo localizado encima de la sala Capitular en un lugar opuesto del edificio sin comunicación posible. En la actualidad (primeros meses de 2010) está a punto de concluirse la construcción de un nuevo Archivo encima de la sala de la Biblioteca, procurando que ambas dependencias se encuentren intercomunicadas entre sí por unas escaleras y por un ascensor interno. la Biblioteca Capitular nunca ha sido movida desde la sala noble edificada a fines del siglo xIV por el arzobispo don pedro tenorio (1377-1399). A ella se accedía por una sola puerta situada en el claustro bajo, por una segunda puerta interior y por una escalera protegida por una verja en forma de arco que terminaba en otra puerta, la cual finalmente daba entrada al ámbito de la Biblioteca. la puerta primera del claustro bajo era una entrada común para la Biblioteca y para algunas dependencias de la antigua escuela catedralicia. los miembros del cabildo, conscientes del valor de aquel depósito bibliográfico propiedad de la institución, procuraban rodearlos de las máximas garantías de seguridad. lo recóndito de la Biblioteca responde a unos criterios de salvaguarda y a unos sentimientos de profunda veneración por el libro. 86 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) la Biblioteca constituye hoy un santuario de los libros que la Catedral ha ido acumulando desde su refundación después de la reconquista de la ciudad en el siglo xI. por razones de seguridad la visita está muy restringida y no son muchas las personas que la conocen. los no muy numerosos visitantes que han tenido la fortuna de verla y examinar sus tesoros suelen quedar bastante impresionados con la contemplación de las joyas que en ella se encuentran, con el entorno arquitectónico que la envuelve y con la belleza clásica de las estanterías de madera donde duermen los libros. A instancia de los organizadores de este volumen me propongo trazar en esta conferencia un breve bosquejo histórico de la formación y conservación de los fondos bibliográficos de la Biblioteca Capitular de toledo. no lo haré de una manera mecánica, enumerando los ingresos que se fueron produciendo siglo por siglo, echando mano de los inventarios o mencionando los documentos de las donaciones de personajes de nombre conocido. Interesa más aquí, pienso yo, insistir en presentar el desarrollo en su marco histórico y en su contexto cultural. Y entiendo por contexto cultural todo el movimiento de creación y circulación de códices que se da en la ciudad de toledo en cada etapa histórica especialmente en la Edad media, porque los libros que van a parar finalmente a la Biblioteca son una mínima parte de los que anduvieron en las manos de los hombres que habitaron en la ciudad. tampoco pretendo llegar a la exhaustividad en su evolución, porque tal empresa no cabe dentro de un artículo. me limitaré a presentar las grandes líneas por las que discurre la historia de su formación. El método que utilizo, ya ensayado en mi tesis doctoral, es aquel que, en mi opinión, la hace inteligible, relacionando los libros con los hombres, es decir, contemplando el proceso de su creación desde el punto de vista de la historia de la cultura. los datos que se conocen de la existencia de la Biblioteca que ya está muy próxima a cumplir el milenio, nos ofrecen un modelo de lo que pudo y debió suceder, mutatis mutandis, en otras muchas instituciones eclesiásticas de semejante naturaleza. Esto puede ser la base no sólo para reconstruir la historia de bibliotecas similares que por razones diversas no se han conservado o solo se han conservado de manera fragmentaria, sino, sobre todo, para recuperar la memoria de la densidad cultural de nuestro pasado. lo que voy a decir es fruto de muchos años de trabajo, pero me interesa subrayar que en la historia de la Biblioteca de la Catedral de toledo queda todavía mucho que decir, al menos en la forma en que yo la concibo, no como un conjunto de libros aislados del medio humano en que se ha ido formando, sino como una conglutinación de estos viejos códices con la industria de los artesanos del libro, con sus pro- REYES, MONJES Y SABIOS 87 pietarios iniciales y sucesivos, con sus usuarios a lo largo del tiempo y con la institución a la que pertenecen y los ha conservado. Esta colección de libros sólo es inteligible si se pone de manifiesto todo el sistema de interrelaciones que los libros han mantenido con los hombres que los han fabricado, los han poseído y los han utilizado. El libro aislado no habla, dijo hace algunos años un historiador francés. más bien habría que decir que el libro aislado habla poco, habla más cuando se le considera en relación con el resto del conjunto bibliográfico y, habla, sobre todo, cuando lo ponemos en relación con los hombres que han estado vinculados a él por cualquier motivo. Cuando pensamos en este tipo de libros no debemos olvidar la perspectiva en que este delicado producto de la industria y de la inteligencia humana era visto en la Edad que lo creó, la cual difiere mucho del modo en que nosotros tenemos de entender las cosas. El libro en la Edad media –me refiero al libro de calidad, porque también los hubo, sobre todo al fin de la Edad media, de calidad inferior, de papel y de letra cursiva- es contemplado en aquel tiempo bajo una triple dimensión: 1) Como un objeto de gran valor económico; no olvidemos aquella frase que dijo Vicens Vives, el historiador catalán de la economía medieval: las tres cosas que se pueden considerar como el símbolo de la riqueza en la edad medía eran: un cáliz de metal noble, un libro y un caballo. 2) Como una obra de arte, sobre todo, si está ricamente decorado. En toledo el libro es guardado hasta fines del siglo xIV en el tesoro, junto con los objetos de mayor valor, como la orfebrería, los tejidos de lujo, las reliquias de los santos. Ciertos libros, a pesar de la fundación de la librería, siempre fueron custodiados en el tesoro, como la Biblia de san luis; en la presentación de la Biblia de Alba en el monasterio franciscano de toledo el prior dijo que es “una de las cosas grande de estos reinos”. 3) El libro es también una realidad sacra o sacralizada, objeto de suma veneración, especialmente el libro o los libros que contienen la palabra de dios, como la Biblia y los libros litúrgicos que se componen de textos bíblicos. Estos libros –sacramentarios, evangeliarios, epistolarios- al tener la alta consideración de palabra de dios, llevan con frecuencia una fastuosa encuadernación en consonancia con su prestancia. Así tenemos noticias de una Biblia mozárabe de toledo citada en un inventario del año 1300 que estaba recubierta con una encuadernación de plata y marfiles. por eso este tipo de libros no eran manejados por los ayudantes de 88 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) los oficios divinos con las manos directamente, sino con un paño superhumeral que envuelve los hombros, los brazos y las manos. los demás libros, aunque no fueran bíblicos, participaban también de algún modo de esta misma consideración de sacralidad. Estado de la cuestión Al abordar el estudio de la Biblioteca Capitular nos tenemos que preguntar en primer lugar de qué hablamos. porque la Biblioteca vista en su conjunto actual, si no se analizan con cuidado las unidades que la componen, puede conducir a error. toda colección bibliográficas es en último término una consecuencia de la acción humana y en el caso de la Biblioteca Capitular, dado el amplio arco temporal de su formación, han intervenido muchas personas de distintos siglos y de diversas culturas, pero con una connotación común: es una biblioteca formada por o, al menos, para clérigos de la Catedral, cualquiera que sea la temática de los libros. la colección que contemplamos es sumamente heterogénea, producto de numerosos aportes, de donantes muy diversos, de muchas procedencias geográficas y de muchos siglos. los libros que vemos fueron objeto de una última clasificación temática, hace ahora dos siglos, en 1808, por al padre agustino lorenzo Frías. si procedemos con una mirada retrospectiva hasta el siglo xIII en que encontramos las noticias del primer inventario, comprobamos que ha habido otras clasificaciones que no siempre obedecen a los mismos criterios. En cambio, vistos todos los inventarios en sentido progresivo comprobamos cómo se va avanzando en el conocimiento del libro, en las técnicas de su clasificación y de su descripción, tanto desde el punto de vista material como formal. por supuesto en cada nuevo inventario detectamos altas y bajas. En ciertos momentos, unas veces por medio de los inventarios, otras por notas en los mismos libros y en ocasiones por documentos de archivo, advertimos el ingreso de nuevos libros en forma de lotes o conjuntos que han sido donados. pero en la actual topografía de la Biblioteca Capitular estos lotes ya no forman conjuntos, sino que la labor de clasificación los ha ido dispersando, mezclándolos por afinidades temáticas con otros de diversas procedencias. después de un examen global de la colección, con la ayuda de las noticias recogidas llegamos a la conclusión de que en la Biblioteca Capitular se han ido integrando tres grandes fondos: 1) El primero es el que se fue formando de una manera orgánica y progresiva desde el siglo xI hasta que los aportes dejaron de afluir a prin- REYES, MONJES Y SABIOS 89 cipios del siglo xIx. Con los datos que tuvo en sus manos, que eran limitados, pero suficientes, el prof. millás Vallicrosa detectó un fondo propio de la Catedral que él llamó por vez primera Antiguo Fondo toledano (AFt). digo que sus datos eran limitados, porque él, que era historiador de la ciencia, redujo el campo de su investigación a los libros de traducciones orientales, casi todos los cuales pertenecían a dicho Fondo. 2) Encontramos un segundo fondo casi todo él de tema litúrgico papal, compuesto por libros procedentes de las basílicas romanas, especialmente preparado para celebraciones pontificales. Este fondo no es difícil de identificar, porque cada una de sus unidades lleva una nota latina con firma autógrafa del cardenal lorenzana, arzobispo de toledo, donde se dice que el libro en cuestión fue adquirido a un alto precio por dicho cardenal ilustrado cuando se encontraba en Roma en el tiempo de la invasión napoleónica de los estados pontificios. muchos de ellos llevan ilustraciones bellísimas de siglos tardíos (xVI al xVIII) que documentan la pervivencia de la escritura del códice hasta los inicios de la época Contemporánea. Este fondo que no llega al centenar de libros forma un conjunto que ha sido designado como Fondo lorenzana (Fl). 3) Finalmente encontramos numerosos indicios de otro conjunto de códices. unos llevan en su encuadernación un escudo heráldico en forma de árbol y las iniciales Fxz y otros llevan escrito en su interior además el nombre de Francisco javier de zelada. Este personaje no es desconocido en toledo, porque el cardenal lorenzana mantuvo con él una intensa correspondencia epistolar. Hijo de un agente de preces en la curia romana, algunos piensan que habría nacido en Roma y otros creen que en murcia, pero toda su existencia transcurrió en Italia, donde siguió la carrera sacerdotal hasta llegar a cardenal de curia y secretario de estado de pío VI. Era un gran bibliófilo y durante su vida pudo reunir una gran colección de códices. llegó un momento en que vio peligrar su tesoro a causa de la invasión napoleónica y tuvo el buen acierto de donarlo todo entero, sin ninguna condición, a la Biblioteca Capitular de toledo. El número de piezas de su donación (en torno al millar y medio) superaba con mucho el que se guardaba en toledo. su legado es conocido con el nombre de Fondo zelada (Fz). Este aporte cuantioso llevó a la necesidad llevar a cabo a principios del siglo xIx una nueva catalogación de toda la Biblioteca que corrió a cargo del p. lorenzo Frías, al que ya hemos 90 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) aludido. El Fondo zelada es, a su vez, el producto de la confluencia de muchos fondos menores de procedencia principalmente italiana. no hace falta advertir que de los tres grandes fondos mencionados solamente el primero refleja de verdad la vida y actividad de la institución que lo ha creado. los fondos lorenzana y zelada son adventicios, llegan muy tardíamente y no guardan otro tipo de relación con la Catedral más que como entidad receptora y beneficiada, es decir, que no son un espejo de su larga historia. En el desarrollo de este trabajo no serán tenidos en cuenta. Los orígenes del Antiguo Fondo Toledano si quisiéramos bucear en los más remotos tiempos de la creación de este Fondo tendríamos que remontarnos a los orígenes de la institución eclesiástica toledana. no debemos olvidar que la iglesia es una institución religiosa que por su naturaleza vive y convive con el libro. la iglesia celebra su fe en el culto, avanza día a día en la comprensión de las fuentes de la revelación mediante la reflexión teológica, polemiza con los brotes de heterodoxia que pueden surgir de su propio seno, necesita poner en marcha un cuerpo de legislación canónica para su adecuado funcionamiento, crea unas escuelas en las que se enseña el Trivium y Quadrivium y trasmite a los aspirantes a los ministerios eclesiásticos la herencia escrita recibida de los padres de la Iglesia. Además en cada época vive inmersa en una cultura humana que no le es indiferente y con ella que mantiene unas relaciones dialécticas que pueden ser al mismo tiempo de asimilación y de rechazo. toda esta compleja actividad exige y genera libros sin libros no hay culto, ni progreso teológico, ni leyes, ni escuelas, ni cultura. si nos remontamos a los comienzos de la iglesia de toledo, tendríamos que ir al siglo IV, que ya nos ofrece las primeras muestras seguras de que hubo libros y códices en ella. En el año 400 se celebró el I Concilio de toledo. En él intervino el obispo Audencio, (mencionado en el concilio de zaragoza del año 380 con el nombre de Auxencio o Augencio), primer obispo de la iglesia toledana del que tenemos noticias de haber escrito un tratado teológico. Este personaje, cuya noticia nos transmite gennadio de marsella en su libro De Viris illustribus como de un autor hispano sin más precisiones parece poder ser identificado verosímilmente con el obispo toledano de fines del siglo IV, el cual escribió la obra De Fide adversum omnes haereticos, un manual probablemente muy completo de teología, a juzgar por su título, del que el propio gennadio da un breve resumen doctrinal. REYES, MONJES Y SABIOS 91 muchas actividades de la iglesia de toledo en la Edad tardoantigua y en el período visigodo presuponen la existencia y el uso de los libros. En el 525 se celebró el II Concilio de toledo bajo la presidencia de montano, primer obispo de toledo que ostentó el título de metropolitano, el cual elaboró un plan académico muy preciso para las escuelas dependientes de la iglesia, cuyos esquemas básicos durarían más de un milenio. En el 589 se celebró el III concilio de toledo y en el siglo VII, siglo de oro de la cultura visigótica, conocemos numerosos personajes de la iglesia de toledo, que fueron unos magníficos escritores: san Eugenio II, poeta lírico del que se conservan composiciones latinas de una gran belleza, san Ildefonso, escritor ascético, orador consumado y teólogo, san julián de toledo, polígrafo, teólogo, cronista de guerra, músico, reformador de la liturgia y del derecho. Algunas de las obras de estos padres toledanos se han conservado, pero otras han perecido. Con la invasión árabe de la península se inaugura una nueva época. la iglesia de toledo sufrió una gran prueba, pero unos años después se recuperó y aún bajo el islam dio muestras de una gran vitalidad. En el siglo VIII florecieron los arzobispos Cixila, autor de una vida de san Ildefonso, vista desde un siglo después de la muerte del santo con una perspectiva hagiográfica, y Elipando, un prelado heterodoxo, creador del adopcionismo, vehemente como pocos, del que se conservan siete cartas escritas con la punta de una lengua acerada más que con la pluma. también sobresalieron: el autor anónimo de la Crónica Mozárabe del 754, con toda probabilidad un clérigo toledano; urbano, veterano himnógrafo y cantor; Evancio, autor de una epístola a los cristianos de zaragoza y pedro el Hermoso, poeta, computista e himnógrafo. más tarde emigran hacia el norte cristiano y hacia Europa numerosos clérigos y monjes con sus reliquias y sus libros, de los que da una noticia escueta el arzobispo jiménez de Rada. Entre los toledanos emigrados podemos citar principalmente a dos: en primer lugar, al presbítero toledano dulcidio, de fines del siglo Ix, que se integra en la capilla palatina de la monarquía asturiana y al que sánchez Albornoz atribuye la autoría de la Crónica Profética. Y ya a comienzos del siglo x encontramos a Cixila, abad del monasterio Agaliense, el antiguo monasterio toledano de san Ildefonso, que emigra a león y es acogido por Alfonso III el magno, portando consigo desde toledo una preciosa carga de manuscritos, de la que conservamos una puntual relación. Único testigo sobreviviente de la época visigótica parece ser el famoso R.II.18 de la Biblioteca de El Escorial, copiado, según díaz y díaz, a fines del 92 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) siglo VII, probablemente en toledo. En páginas posteriormente añadidas al mismo se da cuenta de la existencia de toda una biblioteca que probablemente no fue propiedad de una persona, sino de una institución, quizás de un monasterio. Aunque no estuvo integrado en la Biblioteca Capitular, lo mencionamos aquí por ser de toledo y encabezar la lista de toda la serie de libros que se produjeron en siglos posteriores. todos estos datos históricos ilustran la intensa circulación de códices relacionada con personajes muchas veces vinculados con toledo y su Catedral. Los primeros testigos del Fondo Antiguo se ha pretendido que al final de la época mozárabe la iglesia de toledo habría decaído hasta el punto de haber quedado sin obispos. tal suposición viene desmentida, entre otras razones potísimas, por los libros que han llegado a nosotros y que en un momento determinado han pasado a formar parte del Antiguo Fondo toledano. de tales libros ya no sólo tenemos noticia escrita, sino también la materialidad de los propios libros. El final de la época mozárabe de la Iglesia de toledo nos ofrece la sorpresa de una gran vitalidad cultural. Cuando se copian dichos libros, es porque se necesitan y porque la institución está viva y dispone de recursos suficientes para afrontar la hechura de un libro, que siempre resultaba una inversión muy elevada. doy un pequeño elenco de libros hechos por copistas mozárabes para la iglesia de toledo, todos ellos anteriores a la reconquista de la ciudad en 1085. son los siguientes: - El Mïsticus BCt 35-6, copiado por Ildefonso en torno al año 1000 - El Misticus BCt 33-2 (hoy en la Hispanic society of America), copiado a mediados del siglo xI por un anónimo - El Misticus 35-1 (Bn 10.001, guardas), copiado a mediados del siglo xI para la parroquia de santa Eulalia de toledo - El Commicus 35-4 (guardas), copiado a medidos del mismo siglo para la misma parroquia. - El libro De Perpetua Virginitate BMV de san Ildefonso (hoy en Florencia) copiado en 1067 en toledo por el arcipreste salomón. - El libro misceláneo 14-23, que, entre otras, recoge las obras de Elipando, copiado en toledo por el presbítero Vicente en 1070. - El espléndido códice conciliar 14-23, fechado en Alcalá en 1095. REYES, MONJES Y SABIOS 93 la mayor parte de estos libros han sido hechos durante la taifa toledana en que el reino musulmán de toledo estaba gobernado por la dinastía bereber de los Beni-dinn-nun. Es una época de esplendor también dentro del mundo islámico toledano. la comunidad mozárabe no solo no ha desaparecido, sino que vive también un siglo de paz y prosperidad. los encargos de libros suponen siempre un clima de sosiego, la disponibilidad de medios económicos y la existencia de talleres donde trabajan los artistas del libro (copistas, miniaturistas y encuadernadores). la comunidad mozárabe sigue siendo numerosa, aunque no podamos cuantificarla en porcentajes. se ha arabizado culturalmente en su lengua y en su porte externo, pero mantienen una fidelidad a su rito ancestral. son bilingües por necesidades sociales, pero siguen conservando intactas sus tradiciones hispano-visigóticas. todos estos libros han sido copiados en caracteres visigóticos –la littera toletana- y son fruto de escriptorios locales, que están regentados por clérigos autóctonos. muchos de ellos son códices para el servicio litúrgico, pero otros responden a necesidades teológicas y canónicas. Esto demuestra que la Iglesia mozárabe continúa disponiendo de escuelas y de profesionales en la confección del libro latino. la iglesia mozárabe puede haber perdido efectivos humanos, pero no ha experimentado ningún colapso definitivo. lo manifiestan los libros: detrás de ellos están siempre los hombres. Una fecha capital: la reconquista de Toledo (1085) En 1085 el rey castellano-leonés Alfonso VI toma la ciudad de toledo y la incorpora a su reino. El impacto de esta fecha no se echa de ver solamente en aspectos políticos, sociales y religiosos, sino también en el mundo del libro y especialmente en la propia Biblioteca de la Catedral. Alfonso VI entra en toledo con aires innovadores. él quiere europeizar sus reinos a los cuales considera demasiado alejados de la modernidad. Está impulsado por dos grandes fuerzas: el papado, especialmente por gregorio VII, y por su mano derecha en el ideal de la implantación de la reforma, la orden de Cluny. En sintonía con los ideales de la reforma gregoriana, el rey toma tres medidas políticas de largo alcance: 1) Es abolido en todo el reino el rito hispano-mozárabe y es sustituido por el rito romano-galicano. El objetivo no se consigue sin gran esfuerzo. En la iglesia de toledo y en su Catedral-mezquita arrebatada a los moros y reinstaurada de nuevo se implanta el rito romano. para asegurar la per- 94 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) manencia se elige un arzobispo nuevo, de origen francés, don Bernardo de sédirac, monje cluniacense y abad de sahagún, que es seguido por una serie de arzobispos francos durante un siglo entero, hasta 1180. durante el siglo xII se crean 20 parroquias latinas en la ciudad para los cristianos no mozárabes. la sustitución del rito hispano se hace mediante la fabricación de un ingente número de nuevos libros litúrgicos. Es una operación de tal magnitud que apenas nos podemos formar una idea desde nuestro tiempo: catedrales, iglesias, parroquias, capillas, monasterios y cada uno de los clérigos han de desechar sus libros en todos los reinos cristianos de España y han de encargarse otros, tanto para la misa como para el oficio. 2) la escritura hispano-visigótica –la littera toletana- que se practicaba en toda la península, excepto en Cataluña, queda también abolida. Es una operación que afecta a los escritorios o centros de fabricación de libros de toda la península. sin duda no se hace de forma instantánea, pero todas las personas e instituciones que tienen escriptorios propios y viven de esta industria han de adaptarse a las nuevas formas gráficas. 3) A la comunidad mozárabe de toledo se le permite continuar en el disfrute de sus libertades y tradiciones. Alfonso VI le otorga un fuero propio en el año 1101 y manifiesta su predilección por esta minoría. no consta expresamente en el fuero el derecho a usar su propia liturgia, porque esto hubiera chocado con las tajantes prescripciones del papado. simplemente se permite y como en el derecho medieval la costumbre hace derecho, al cabo de algún tiempo los mozárabes viven en la legalidad. durante el siglo xII se crean 6 parroquias mozárabes sin territorio, donde pueden celebrar su rito ancestral. tienen sus propias escuelas, donde se enseña el árabe y el latín y disponen de clero propio, con la única condición de que reconozcan como superior jerárquico al arzobispo latino. por lo que hace a toledo se abre una etapa nueva que se proyecta en dos líneas o tradiciones, una que podemos llamar europea, plenamente identificada con los usos venidos de Francia para los que siguen el rito romano y otra que podemos llamar hispana, autóctona, para los que siguen la liturgia mozárabe, que continúa una evolución propia dentro de la antigua escritura nacional. REYES, MONJES Y SABIOS 95 La Tradición europea las consecuencias de estas decisiones en el mundo de los libros son inmediatas. la sustitución del rito hispano incrementa la demanda de nuevos libros litúrgicos y esto reactiva la vida de los escritorios. una operación de tal magnitud afecta a todo el estamento clerical. Cada clérigo se ve en la necesidad de desechar sus libros y encargar oros nuevos para poder cumplir con el ministerio para el que ha sido ordenado. Estamos al tanto de lo que ocurrió en la Catedral de toledo, porque dentro de su Biblioteca se han podido identificar los modelos de algunos de los libros que se sustituyeron. En primer lugar los libros de la misa. testigos de excepción es el Sacramentario de Sahagún, libro utilizado por el preste, en este caso en la misa pontifical. Este libro se copió para el primer arzobispo tal vez en sahagún por manos francesas y en letra carolina (hoy está en la Bn de madrid). Especialmente importantes fueron los Antifonarios. Este tipo de libros aseguraba la transmisión de la música, que era fundamental para el canto de la misa solemne y de las horas. quedan dos antifonarios en toledo, los más primitivos de la península. El más antiguo es el Antifonario 44-1, copiado en escritura minúscula carolina con notación musical in campo aperto, utilizado en toledo a raíz de la consagración de la mezquita como Catedral en el año 1086. El segundo es el 44-2 de principios del siglo xII con notación musical aquitana. Este último es el arquetipo de toda una generación de códices, del que se conoce la descendencia en toda Castilla y portugal, desde Braga hasta sevilla. Es uno de los más antiguos manuscritos con cantos del oficio divino, cuya música puede ser transcrita en notación musical moderna. Aparte de los libros de uso litúrgico encontramos también en la Biblioteca Capitular de toledo un manuscrito patrístico copiado en el año 1105 por el presbítero pedro, probablemente maestro de gramática de la Catedral (Comentario de San Agustín al Evangelio de san Juan). Es el primer códice fechado copiado en letra carolina en Castilla, y por tanto, primer testigo del cambio de letra. dentro de lo que hemos llamado tradición europea encontramos ya muchos modelos en pleno siglo xII. Como libros surgidos de esta tradición podemos citar, por ejemplo, el Homiliario de Smaragdo, copiado en una letra pregótica, pero con bellísimas iluminaciones mozárabes, modelo de imbricación de ambas tradiciones. Conviene señalar además la existencia de un activo centro escriptorio situado en el monasterio de san Vicente de la sierra cerca 96 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) de talavera, del que conservamos cuatro hermosos libros, algunos de ellos fechados. La Tradición Hispano-Mozárabe durante los siglos xII y xIII siguen activos en toledo los escriptorios mozárabes. Aparte de hallarse especímenes de escritura visigótica en las suscripciones de algunos canónigos en documentos de la Catedral hasta mediados del siglo xIII, la letra hispana o toledana se halla presente en varios códices que se copian en estos dos siglos para las necesidades del culto. Apenas se conoce nada acerca de ellos, pero es muy probable que estuvieran vinculados a las parroquias mozárabes y a sus clérigos más cultivados. digno de subrayarse es el hecho de que el tipo de escritura termina formando parte integrante del libro litúrgico mozárabe, es decir, que dicha escritura queda sacralizada. muchos libros litúrgicos son copiados en la letra tradicional durante el siglo xII. El escaso uso que se hace de ella la va deformando, pero su permanencia en toledo se detecta en libros que todavía se copian a finales del siglo xIII o principios del xIV, por imperativo del arzobispo don gonzalo pétrez, él mismo de estirpe mozárabe, que da una orden a ciertas parroquias urbanas para que se atengan a sus usos y costumbres y renueven los libros en uso. El mundo mozárabe toledano es muy rico culturalmente. los niños y jóvenes de las familias mozárabes son instruidos en la lengua materna que es la árabe y también son iniciados en la lengua latina. quedan en la biblioteca Capitular algunos ejemplares de gramáticas y de vocabularios utilizados en la enseñanza de los mozárabes toledanos que ilustran los métodos de adiestramiento en la lectura y escritura, como los manuscritos 99-30 y 99-31, que no son libros del alumno, sino del profesor y contienen los extractos básicos de las gramáticas de clásicas de donato y prisciano. los niños y jóvenes mozárabes son iniciados primero en su lengua materna y a partir de ahí aprenden en latín. muy importantes son también los vocabularios latino-castellanos contenidos en los códices toledanos 99-36 y 99-37 de la Biblioteca Capitular, organizados alfabéticamente, que dan las equivalencias en romance, junto con los accidentes gramaticales de cada vocablo. Un gran movimiento cultural: la Escuela de Traductores llamamos aquí movimiento cultural al fenómeno que otros han designado como Escuela de traductores. Es muy difícil corregir las categorías que se asientan en la interpretación de la historia. Ya se sabe que no se trataba REYES, MONJES Y SABIOS 97 de una escuela ni de una institución organizada, sino un conjunto de actividades de muchas personas que ponían en manos de los intelectuales europeos la ciencia griega y árabe traducida al latín, ante todo la filosofía (Aristóteles), pero también obras de la antigüedad helenística, como ptolomeo, con su Almagesto. pero no me refiero aquí al tipo de organización de los traductores, sino a los equipos de traductores mismos. si a aquel fenómeno lo llamamos escuela de una manera convencional, debemos puntualizar que no se trataba de una escuela, sino de sino dos. una de ellas, la primera y la de más larga trayectoria, pues duró hasta finales del siglo xIII, estuvo constituida por clérigos casi todos vinculados a la Catedral, por lo que esta escuela con toda propiedad se puede llamar catedralicia. la otra escuela es más tardía, de la segunda mitad del siglo xIII y estuvo vinculada al patronazgo del rey sabio, el cual utilizó con frecuencia el recurso a los traductores judíos. las traducciones comenzaron en toledo un poco antes de mediados del siglo xII por iniciativa del arzobispo don Raimundo, un franco que estaba en óptima relación con la cultura de las escuelas europeas (todavía no existían propiamente universidades). las escuelas urbanas del siglo xII, precursoras inmediatas de las universidades, fueron conscientes del déficit que las aquejaba para poder progresar. Con un conocimiento insuficiente de las obras lógicas de Aristóteles habían puesto en marcha una verdadera revolución escolar, pilar sobre el que se asentaría la supremacía de la cultura occidental hasta nuestros días. pero les faltaba conocer todo el Organon aristotélico, muchas de sus obras metafísicas y naturales. El arzobispo don Raimundo, que viajó varias veces a Francia, se dio cuenta de que dichas obras existían en lengua árabe en toledo. también existía una abundante literatura filosófica de comentaristas árabes de Aristóteles. él tomó la decisión de hacer a su costa la traducción de varias obras que los europeos echaban de menos. En toledo florecieron personajes de tanto relieve en el plano intelectual como domingo gundisalvi, autor de 6 obras propias y de varias traducciones. Fue uno de los filósofos más originales de su siglo. El descubrimiento causó sensación y a lo largo del siglo xII una riada de buscadores de la ciencia árabe cayó sobre toledo. Es lo que el prof. schiperges, historiador de la medicina, ha llamado “la juventus mundi en el camino hacia toledo”. toledo, en la frontera con el mundo islámico, se constituyó como una de las ciudades donde había que buscar las ciencias, junto con parís, salerno, Bolonia y orleáns, sobre todo las ciencias del quadrivium. Así llegaron a toledo, entre otros, gerardo de Cremona, italiano, daniel de morlay, inglés, miguel Escoto, principal introductor del averroísmo en las universidades 98 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) europeas y Hermann el Alemán, todos ellos, excepto morlay, canónigos de toledo. Aparte de ellos trabajaron en las traducciones muchos toledanos, casi todos mozárabes, como juan Hispano, marcos de toledo y juan de toledo, todos canónigos. la actividad de la Escuela de traductores catedralicia no cesó hasta finales del siglo xIII con la personalidad del arzobispo gonzalo pétrez (12801299). los traductores, aunque casi todos vinculados beneficialmente a la catedral, trabajaron sin relación con ella, porque el trabajo se hacía por encargo de mecenas que consideraban un honor poner a disposición de las escuelas europeas el fruto de sus mecenazgo. las traducciones eran caras y las costeaba con muchas frecuencia un gran señor, generalmente un eclesiástico, el cual lo sentía como un deber inherente a su cargo y además buscaba hacer méritos para la vida eterna con esta actividad de protección al desarrollo de la ciencia, entendiendo en este sentido la sentencia evangélica: “lo que habéis recibido gratis dadlo gratis” (mt 10-8). El trasvase de la ciencia griega y árabe al mundo occidental que se hizo principalmente a través de toledo y cuyo protagonismo desempeñaron los miembros de la catedral primada constituyó uno de los momentos cruciales en la historia de la cultura y del pensamiento. El movimiento de las traducciones puso en marcha un gran despliegue de libros. muchas de las obras que interesaban en Europa estaban en manos de los mozárabes toledanos, de los judíos eruditos y aún del núcleo más culto de la minoría musulmana de toledo. otras probablemente se hicieron venir de al-ándalus. las versiones latinas o sus copias emigraron a Francia, las Islas Británicas, Alemania, Italia y otros países más alejados como polonia, Hungría, Bohemia. Como no podía ser menos muchas recalaron también en la biblioteca de la Catedral. ésta salió favorecida de todo este tráfico y circulación de códices. Relatar los pormenores de cómo llegaron a la catedral toledana los libros de traducciones requeriría mucho espacio Y así, por citar algunos autores, mencionaremos las obras de Aristóteles y de su gran comentador Averroes, las de filósofos islámicos como Avicena, las obras médicas de la Escuela salernitana y del propio Avicena con su Canon, el Almagesto de ptolomeo y las obras de astrónomos árabes, como la Azafea del toledano Azarquiel, tratados de óptica, de mecánica, de agricultura, de matemáticas. El final de la oleada de traducciones viene señalado por la personalidad polifacética del arzobispo gonzalo pétrez, ya citado. Este prelado de noble estirpe mozárabe había cursado las carreras de Artes, teología y derecho hasta el nivel del magisterio en varias universidades (parís, padua y Estudio Ro- REYES, MONJES Y SABIOS 99 mano), probablemente conoció y trató a santo tomás de Aquino, fue colaborador de la obra de Alfonso x el sabio, mantuvo a su costa un taller de traducciones en una finca próxima a toledo y finalmente llegó a la sede de su ciudad natal en 1280. Cuando regresó a toledo en 1284 volvió cargado con las obras de Aristóteles traducidas directamente del griego por el dominico flamenco guillermo de moerbeke. Aristóteles desempeñó en la Edad media la función de emperador de las inteligencias y su figura sólo es comparable en influencia social a la de Carlos marx en los siglos xIx y xx. Aristóteles había llegado a las grandes universidades europeas envuelto entre los comentarios de Averroes y había dado lugar a unas doctrinas inficionadas por este autor cordobés muerto en 1198, dando lugar a grandes debates entre los intelectuales de las universidades. Había que buscar un Aristóteles limpio del averroísmo. la llegada as toledo de las obras aristotélicas traducidas directamente del griego de la mano de don gonzalo pétrez coincide con los comienzos de la decadencia de la influencia averroística. Aquellas obras, tal vez destinadas por don gonzalo a la futura universidad de Alcalá que él quiso por en marcha, terminaron todas ellas recalando en la Biblioteca Capitular. Las primeras noticias de los libros de la Catedral la existencia de libros en la catedral no se detecta hasta que se elaboran los primeros inventarios. El primero que se nos ha conservado es de los años 1257-1258, comenzado a redactar cuando tomó posesión del sagrario el tesorero Rodrigo Yuanes. se trata de un inventario integral de las cosas valiosas de la catedral que se guardaban en el sagrario. El sagrario es un concepto heredado de la antigüedad latina que pasó después a la iglesia y se mantenía todavía en el siglo xIII. Respondía a la tradición de depositar las cosas de valor en un lugar materialmente seguro y amparado por la sacralidad del titular del templo. por eso, la entrada en el sagrario de la Catedral de toledo, además de tener sus puertas blindadas y protegidas por un sistema de tres llaves en manos de tres personas diferentes, estaba presidida por la imagen de la Virgen del sagrario, la imagen del siglo xIII conocida como santa maría de toledo, la cual ocupaba un nicho por encima del arco de acceso al tesoro. A la imagen de la patrona de toledo le estaba encomendada la función de conferir un halo de sacralidad al lugar más inaccesible de todo el templo. El inventario que comentamos no responde a un catálogo de libros, sino a la totalidad de las cosas que se encontraban en el sacrum aerarium o sacrarium. dicho departamento era complejo y abarcaba una muchedumbre 100 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) de objetos integrados en un mismo local bajo la responsabilidad exclusiva del tesorero. El conjunto se llamaba también tesoro. En él había libros, ropas, reliquias, orfebrería religiosa y los documentos que tutelaban los privilegios. El inventario presentaba ya una primera clasificación en cinco apartados. En el primero de ellos aparecían los libros, pero no de forma exclusiva, ya que otros libros –sobre todo, los litúrgicos- aparecen dispersos bajo otros conceptos y en distintos departamentos (cinco), como el revestiario o sacristía propiamente dicha. digo todo esto para que nos hagamos una idea aproximada de la mentalidad del hombre medieval acerca de los libros. Con lo dicho deseo manifestar que no existe el concepto de biblioteca en el sentido que nosotros lo utilizamos. la palabra biblioteca se utilizaba todavía para designar a la Biblia generalmente en varios volúmenes. no voy a descender a muchos detalles. la totalidad de los libros de la Catedral, incluyendo los litúrgicos, ascendía a 88, si es que todos estaban dentro del recinto del sagrario, cosa no probable, como diremos después. En ellos se distinguían dos subconjuntos, el primero constituido por los libri spirituales o libros de estudio y formación y el segundo por los libri ecclesiastici o libros litúrgicos. A la primera categoría pertenecían 72 unidades y a la segunda 16. En 1282 volvió a formarse un nuevo inventario, que se conoce con el nombre del tesorero sancho martínez, pues se hizo con motivo su toma de posesión del cargo. Este documento sigue siendo un índice descriptivo del sagrario, no habiendo en él una neta separación de los objetos entre sí. El número total asciende a 133. Introduce una clasificación de los libros en cuatro grandes grupos: a) los libros de teología, filosofía y derecho, que llegan a 64 títulos; b) los libros de coro, un total de 28; c) los libros prestados, que son 22 y d) los libros recientemente incorporados, de difícil clasificación o lectura. son 19 y 17 de ellos vienen señalados como “mozarabiscos”. En esta clasificación se advierte ya la intervención de una mente ordenadora, muy superior a la den inventario anterior. no obstante, los libros, excluido el pequeño lote litúrgico, forman ya un conjunto diferenciado dentro del sagrario y, como podemos advertir por el alto número de libros que se hallaban prestados, el conjunto funciona ya de hecho como una librería de préstamo. Aún no existe un recinto exclusivo para ellos, pero a los libros tienen acceso un elevado número de personas que los extraen con fines de estudio. El inventario menciona uno por uno los nombres de beneficiados de la Catedral en cuyo poder se encuentran. Esto quiere decir que la colección no es un depósito inerte, donde los libros duermen el sueño de los siglos. por el contrario, hay usuarios que los necesitan. Con toda segu- REYES, MONJES Y SABIOS 101 ridad fuera del sagrario circulaban listas a disposición de los interesados para que pudieran solicitar los préstamos. diez de los libros citados parecen ser descritos como propiedad de un arzobispo llamado gonzalo. Como he puesto de manifiesto en mis tesis doctoral, en realidad no se trata de libros que le hubieran pertenecido, sino de libros que el arzobispo gonzalo pétrez había tenido prestados durante sus estudios en la facultad de teología y que ya habían sido devueltos. Estos libros le habían sido prestados mientras mantuvo su condición de estudiante-canónigo que había cursado sus estudios teológicos en el Studium Curiae y por tanto habían hecho un largo viaje de ida y vuelta entre toledo y Viterbo. no es caprichoso el número de 10 libros. por documentos posteriores sabemos que el máximo de libros que le podían ser prestados a un canónigo que iba a estudiar era justamente el de diez. He aquí unos datos nuevos que nos informan sobre los servicios que la colección bibliográfica de la Catedral prestaba a sus miembros. En el siglo siguiente sabemos en qué condiciones se hacían estos préstamos. la concesión del préstamo se hacía mediante acuerdo de la corporación capitular y se formalizaba solemnemente en forma de contrato mediante un documento notarial, en que constaba el precio en que se estimaba cada libro. los préstamos no siempre tenían un plazo perentorio de devolución, pues podían durar toda la vida del beneficiario o bien éste los devolvía cuando ya no le eran útiles. En caso de pérdida o deterioro, el beneficiario se comprometía a devolver su precio. muchas veces hallamos a los padres de los beneficiarios interviniendo como garantes que respaldan a sus hijos en estos contratos de préstamo con el valor de sus bienes personales. Cuando el libro se devolvía o su precio, el documento notarial se anulaba o rasgaba. En la mentalidad del hombre medieval el libro estaba cumpliendo su función cuando estaba prestado, es decir, utilizado. El hombre medieval, lleno de respeto hacia el libro, consideraba que éste debía estar al servicio de los hombres y, por tanto, todavía durante el siglo xIII no se consideraba como un objeto de lujo para una buena inversión. El siglo XIV: un cambio de mentalidad por lo que nos es dado observar a partir del estudio de los libros de la Catedral toledana, los hombres del siglo xIV –quiero decir, los intelectualescomienzan muy pronto a evolucionar hacia los valores propugnados por la corriente del humanismo procedente de Italia y este nuevo movimiento comporta también unas nuevas actitudes frente al libro. 102 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) podemos poner el ejemplo del famoso libro del obispo inglés y canciller de Inglaterra Ricardo de Bury, llamado Philobiblion. Este libro se subtitula: Tratado hermosísimo del amor a los libros. Ricardo de Bury amaba a los libros tanto por su contenido como por la prestancia de su valor material. por eso, ya fue en su vida un famoso coleccionista de libros, pero él no hizo más que seguir la corriente de su tiempo, compartida por los papas de Aviñón. A partir del pontificado de juan xxII los papas arreciaron en su política fiscal. una de las medidas más eficaces que tomaron en este sentido fue la de reclamar los derechos de expolio, es decir, el declarar a la santa sede heredera de los bienes de los obispos y de otros eclesiásticos que morían ab intestato. Esto les permitió hacerse con un ingente número de códices de toda la cristiandad. la posesión de los códices comenzó a ser considerada tan valiosa como la inversión en metales preciosos. para hacer frente a esta adversidad y al probable desvío de los libros hacia la curia pontificia, observamos que varios arzobispos y clérigos de toledo recurren a estratagemas ingeniosas. Vemos, por ejemplo, que el deán maestre Esteban Alfonso, hombre insigne por sus saberes jurídicos que le valieron la presentación al arzobispado de Compostela, que él rechazó, constituye una fundación con el legado de sus libros, que eran muchos, para que con ellos pudieran ir a los estudios los jóvenes canónigos, comenzado por sus más cercanos parientes. la fundación la vinculó al tesoro de la Catedral, constituyendo al cabildo administrador de sus libros con una serie de condiciones y prioridades. Algo parecido estableció después el arzobispo don Vasco Fernández de toledo, también gran jurista, muerto en el exilio de Coimbra por orden de pedro I el Cruel: las disposiciones de este prelado permiten que sus libros estén girando por larguísimos períodos de tiempo fuera del sagrario, incluso por la vida entera de los usufructuarios, con riesgos de pérdidas, pero al final terminaban reingresando en el sagrario, cierto que a veces algo mermadas. la treta consistía en poner los libros bajo la tutela de una piadosa fundación, de modo que los papas no tenían opción a declararse herederos, pues eran fundaciones que obedecían a las últimas voluntades de sus dueños y éstas no se podían quebrantar. A mediados del siglo xIV sobrevinieron muchas desgracias. no sólo la peste negra, sino también un excesivo préstamo de libros concedido al arzobispo don gil de Albornoz, con motivo de su marcha a Aviñón en 1350, donde renunció a la mitra de toledo y le nombraron cardenal. Es cierto que los prelados tenían derecho de extraer del tesoro de la Catedral los libros que les fueran necesarios para su capilla, pero lo llevado por Albornoz excedía lo REYES, MONJES Y SABIOS 103 normal. Cuando murió en 1367 ni él mismo sabía cuántos libros se había llevado prestados de la iglesia de toledo. por eso, en su testamento había mandado que se devolviesen los libros que llevaran una indicación de que pertenecían a la Catedral de toledo. Aún fue peor lo que sucedió en 1360. Como consecuencia de la guerra civil que asolaba Castilla entre pedro I y su hermano Enrique, un alto funcionario de la cancillería del primero de ellos se apoderó de un buen número de códices de la Catedral y los puso en almoneda pública. Algunos quizás fueran vendidos, pero otros, tal vez debido a su elevada valoración, no encontraron comprador y regresaron al depósito del sagrario. llevan una nota autógrafa con la firma de Ferrand mateos, canciller del sello de la poridad de pedro I. doy estos detalles para poner de manifiesto que los papas, los arzobispos y los reyes habían identificado a los libros como objetos de un valor excepcional. los responsables del cabildo tuvieron que hacer frente a la rapacidad de los poderosos para intentar salvar los tesoros bibliográficos de la iglesia. El arzobispo Tenorio y la creación de la librería Hasta fines del siglo xIV los libros de la iglesia siguieron integrados entre los objetos valiosos del tesoro dentro del sagrario. Correspondió al ilustrado arzobispo pedro tenorio (1372-1399) modernizar aquella situación ancestral. él había sufrido también el destierro en tiempo del rey don pedro y aprovechó su marcha al extranjero para cursar una brillante carrera eclesiástica en varias universidades europeas, culminando su vida académica como profesor en la de Aviñón. uno de sus hermanos falleció de muerte natural y el otro, atraído fraudulentamente a Castilla por el rey don pedro, fue implacablemente ejecutado como traidor a su causa. tenorio quedó dueño de toda una fortuna familiar que debía ser cuantiosa. según lo que él mismo manifestó por escrito, sus ingresos como profesor, sus rentas como beneficiado en varias iglesias castellanas, y sobre todo, la herencia recibida de sus hermanos las empleó en su totalidad en la adquisición de libros. no había, según su propia confesión, ningún profesor de su tiempo que poseyera tantos y tan ricos libros como él. tenorio estaba plenamente inmerso dentro de la onda humanística del amor a los libros que fue una característica de los ilustrados de su siglo precursor del futuro renacimiento. 104 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) Fue un hombre que se dedicó con todas sus energías a la reconstrucción de su iglesia después de la devastadora guerra civil castellana. sin embrago, no pudo superar las consecuencias nefastas del el azote del Cisma de occidente. En su personalidad confluían al mismo tiempo, por carácter y por vocación, las dotes propias de un intelectual y de un hombre de acción. no es este el momento de enumerar las empresas de todo tipo a las que se lanzó, empleando su fuerza, su tiempo y su dinero. su obra principal en el recinto catedralicio fue la construcción del claustro. Comenzó las obras algunos años después de llegar a toledo. la orografía de la ciudad y el emplazamiento del barrio comercial del alcaná, donde había muchas tiendas de particulares, habían impedido hasta entonces la ampliación del templo con este necesario complemento de catedrales y monasterios. Hubo que hacer desmontes de rocas y aterrazamientos casi inconcebibles en su tiempo. su pensamiento estaba puesto en la creación de una librería en un lateral del claustro. pocos años después (1383) la fábrica estaba concluida y el ilustrado arzobispo pudo hacer entrega de la obra al cabildo junto con todos los libros de su propiedad. los que se hallaban en el tesoro salieron por fin de su enclaustramiento y con unos y otros formaron la librería como departamento independiente. muerto el arzobispo, todavía tardaron en hacer el inventario unos 40 años, pero la idea de tenorio se impuso y así se consiguió disponer de una librería abierta diariamente a la consulta. para organizarla, en el sistema de clasificación de los libros se tomó como modelo más moderno el uso parisiense. la librería se concebía como un lugar donde se podía ir a estudiar en unas horas determinadas de la jornada, pero ya no se podían extraer los libros, porque quedaron atados con cadenas a unas bancas colocadas perpendiculares a unos grandes ventanales aptos para captar la luz del día. un canónigo fue nombrado bibliotecario. En suma, con la biblioteca bien organizada y abierta a los interesados en su consulta, la Catedral de toledo entraba plenamente en la modernidad del renacimiento. Estando así las cosas, se produjo la gran innovación de la imprenta. El arzobispo Carrillo tuvo noticia de la nueva tecnología durante la celebración del concilio provincial de Aranda en 1473, porque el obispo de segovia Arias dávila, presente en el concilio, le mostró a él y a los demás obispos los primeros ejemplares salidos de las prensas que juan párix tenía instaladas en dicha ciudad. Hubo diversidad de pareceres, pero todos quedaron fascinados. por el momento les parecía que los productos salidos de la imprenta enlazaban como una simple continuidad con las técnicas del códice medieval. En algún sentido REYES, MONJES Y SABIOS 105 llevaban la razón. se hicieron ensayos no siempre afortunados y al final se llegó, al menos en toledo, a un cierto consenso: los libros litúrgicos de consumo masivo entre los clérigos de la diócesis, como los misales y breviarios, se reprodujeron por medio de la imprenta. tenían la ventaja de ser mucho más baratos, pero no se prestaban a recibir una rica decoración como los códices. pero la propia Catedral siguió fiel al libro de gran lujo, manuscrito y ricamente ornamentado. Así en el último cuarto del siglo xV y la primera mitad del xVI la catedral siguió encargado a los copistas grandes códices, como los llamados el Misal de Carrillo, los Libros del Águila (cinco cantorales ricamente iluminados), el Misal Rico de Cisneros en siete volúmenes, el Libro de los Prefacios, el Misal de Tavera (Res.10) y a fines del xVI el Misal de Quiroga en 10 volúmenes, 6 para el lado de la Epístola y 4 para el lado del Evangelio. todos ellos y otros muchos más libros, manuscritos e impresos, terminaron en la Biblioteca Capitular. En el siguiente inventario los clasificaron mezclados unos con otros por razón de su temática, lo que es indicio de de que aún no se habían percatado de que la técnica de la imprenta introducía una verdadera ruptura entre ambas formas de crear un libro. El inventario hecho a fines del siglo xVI separó ya netamente manuscritos e impresos, creando como dos bibliotecas, que aunque comparten un mismo espacio, se encuentran perfectamente diferenciadas. Bibliografía millás Vallicrosa, josé maría, Las traducciones orientales en la Biblioteca Catedral de Toledo, madrid, 1942. garcía y garcía, Antonio – gonzálvez, Ramón, Catálogo de los Manuscritos Jurídicos de la Catedral de Toledo, Roma-madrid, 1970. gonzálvez Ruiz, Ramón, “la Biblioteca Capitular toledana en el siglo xIV”, Toletum 6 (1973) 29-56. janini, josé – gonzálvez, Ramón, Manuscritos Litúrgicos de la Catedral de Toledo, toledo, diputación provincial, 1977. gonzálvez Ruiz, Ramón, “noticias sobre códices mozárabes en los antiguos inventarios de la Biblioteca Capitular de toledo”, Historia Mozárabe, toledo, 1978, págs. 45-78. gonzálvez Ruiz, Ramón, “la cultura clásica en la época (=de la reconquista de toledo)”, Toletum 16 (1986) págs. 135-151. Reinhardt, Klaus – gonzálvez, Ramón, Catálogo de los Códices Bíblicos de la Catedral de Toledo, Fundación Ramón Areces, madrid, 1990. 106 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) Castro, Américo, Glosarios latino-españoles de la Edad Media. nueva edición a cargo de manuel Alvar, madrid, 1991. gonzálvez Ruiz, Ramón, “Hermann el Alemán”, La Escuela de Traductores de Toledo, toledo, 1996, págs. 51-64. gonzálvez Ruiz, Ramón, “las escuelas de toledo durante el reinado de Alfonso VIII”, en Izquierdo Benito, R. y Ruiz gómez, F., (Coords.), Alarcos 1195. Actas del Congreso Internacional conmemorativo del VIII Centenario de la batalla de Alarcos, Cuenca 1996, págs. 169-209. gonzálvez Ruiz, Ramón, Hombres y Libros de Toledo, Fundación Ramón Areces, madrid, 1997. gonzálvez Ruiz, Ramón, “Evolución histórica de la Biblioteca Capitular de toledo”, El Libro Antiguo Español IV, salamanca, 1998, págs. 235-256. gonzálvez Ruiz, Ramón, “toledo: del Códice al Incunable”, El Alcázar de Toledo. 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It is worthwhile, on occasion, to study the history of the collections of bishoprics and archbishoprics as something different (even if not wholly dissociated from) the history of, for instance, monastic libraries. there is overlap between the contents of cathedral and monastic libraries; their books may be imported from the same regions, and they may exchange books and texts among themselves. nevertheless, monasteries and cathedrals are different kinds of ecclesiastical institutions, and they may need different kinds of books. they are to some extent, to use the expression of Brian stock, different textual communities(1). the aim of this contribution is to present the development of episcopal libraries in the area we call (East) Central Europe (that is the medieval Kingdoms of Bohemia, poland and Hungary, within their historical boundaries). In the earlier middle Ages, this region was one of the peripheries of Western Chris- 1. B. stock, The Implications of Literacy: Written Language and Models of Interpretation in the Eleventh and Twelfth Centuries (princeton, 1983), pp. 88 ff. 108 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) tendom(2). A close-up of this area, which came into Western Christendom with a considerable delay (Christianisation took place only in the ninth and tenth centuries), might teach us much about the mechanisms of the transmission of knowledge. It may also suggest something about the religious, political and social factors that have influenced this transmission. However, before we start, let us summarise the historical context of the process. 1. The Christianisation of Medieval East Central Europe the Christianisation of slavs and Hungarians is especially interesting because their lands developed into an area of rivalry between the Roman and orthodox Churches(3). the Western (and southern) slav tribes had come into contact with both Western and orthodox Christendom already by the eighth century, before they had started the elaboration of stable political organisms of their own. In this period, one of the most active missionary centres was the archbishopric of salzburg, undertaking missionary activities in Carinthia(4). Im2. the use of the concept of ‘centres’ and ‘peripheries’ becomes quite popular when discussing the place of medieval East Central Europe and of scandinavia within medieval Latinitas. see, e.g.: p. nagy, “peripheries in question in late medieval Christendom”, in: The Long Arm of Papal Authority. Late Medieval Christian Peripheries and Their Communication with the Holy See, ed. g. jaritz et al. (Budapest, 2005), pp. 1-10; p. geary, “Reflections on Historiography and the Holy: Center and periphery”, in: The Making of Christian Myths in the Periphery of Latin Christendom (c. 1000-1300), ed. l. B. mortensen (Copenhagen, 2006), pp. 323-330; The Edges of the Medieval World, ed. g. jaritz, j. Kreem (Budapest, 2009). About the difficulties with drawing the boundaries of ‘East Central Europe’, see: A. Adamska, m. mostert, “preface”, in: The Development of Literate Mentalities in East Central Europe, ed. A. Adamska, m. mostert (turnhout, 2004), p. 2. 3.there exists a rich and multilingual scholarly literature on the subject. Among existing surveys, see for attempts at a comparative approach: j. Kłoczowski, “la nouvelle Chrétienté du monde occidental: la christianisation des slaves, des scandinaves et des Hongrois entre le Ixe et le xIe siècle”, in: Histoire du christianisme des origines à nos jours, vol. 4: Evêques, moines et empereurs (610-1054), ed. g. dragon et al. (paris, 1993), pp. 869-908; Early Christianity in Central and East Europe, ed. p. urbańczyk (Warsaw, 1997); Europas Mitte um 1000. Beiträge zur Geschichte und Archäologie, ed. A. Wieczorek, H.-m. Hinz, vol. 1-3 (stuttgart, 2000); Christianisation and the Rise of Christian Monarchy: Scandinavia, Central Europe and Rus’ c. 900-1200, ed. n. Barend (Cambridge, 2007); Kościół w monarchiach Przemyślidów i Piastów [the Church in the monarchies of the premislids and piasts], ed. j. dobosz (poznań, 2009). 4. see a.o.: F. zagiba, Das Geistesleben der Slaven im frühen Mittelalter. Die Anfänge des slavischen Schrifttums auf dem Gebiete des östlichen Mitteleuropa vom 8. bis 10.Jahrhundert (WienKöln-graz, 1971), pp. 59 ff. REYES, MONJES Y SABIOS 109 portant, too, was the mission of saints Cyril and methodios (863-885), inspired by Constantinople. It took place over large tracts of the Bohemian lands and, maybe, the southern part of what was to become poland. this mission, which had to adapt to the cultural specificity of the region, proved extremely important for the development of literacy (see below)(5). For political reasons, the mission was taken over by clergy of the latin, Roman Church -in this case german clergy. Western missionary effort was crowned in 973 by the foundation of the bishopric of prague, which was dependent from the archbishopric of mainz(6). just before the founding of prague’s cathedral centre, the Christianisation of the polish lands had begun. prince mieszko, from the local dynasty of the piasts, had concluded an alliance with Bohemia and had married a Bohemian princess. His baptism took place in 966. Clerics from prague administered the sacrament; using their offices resulted in avoiding ecclesiastical and political submission to germany. In poland, ecclesiastical structures were put in place rather quickly, and it might be said that in this respect poland was luckier than Bohemia. prague was raised to the status of an archbishopric only in the fourteenth century; in poland, already in the year 1000 the german emperor otto III founded the archbishopric of gniezno during a pilgrimage to the tomb of the newly martyred st. Adalbert (Wojciech). this gesture was to enable the polish Church to look exclusively to the papacy(7). 5. From the rich literature, see, e.g.: Christianity among the Slavs: The Heritage of Saints Cyril and Methodius: Acts of the International Congress held on the Eleventh Centenary of the Death of St. Mathodius, Rome, October 8-11, 1985 (Rome, 1988); d. třeštík, “slawische liturgie und schrifttum im Böhmen des 10. jahrhunderts. Vorstellungen und Wirklichkeit”, in: Language of Religion – Language of the People. Medieval Judaism, Christianity and Islam, ed. E. Bremer et al. (münchen, 2006), pp. 321-355. 6. Milenium dioeceseos Pragensis: 973-1973; Beiträge zur Kirchengeschichte Mittelauropas im 9.-11. Jahrhundert, ed. H. Koller (Wien-Köln-graz, 1974). 7. Cf., e.g.: R. michałowski, “Adalbert, sylvestre II et l’église de pologne”, in: Gerberto d’Aurillac da Abate di Bobbio a Papa dell’Ánno 1000, ed. F.g. nuvolone (Bobbio, 2001), pp. 483515; Idem, Zjazd gnieźnieński. Religijne przesłanki powstania arcybiskupstwa gnieźnieńskiego [the Conference of gniezno. Religious motifs of the founation of the archbishopric of gniezno] (Wrocław, 2005); Idem, “Chrystianizacja monarchii piastowskiej w x-xI wieku” [Christianisation of the piasts monarchy in the 10th and 11th century], in: Animarum cultura. Studia nad kulturą religijną na ziemiach polskich w średniowieczu, vol. 1: Struktury kościelno-publiczne, ed. H. manikowska, W. Brojer (Warsaw, 2008), pp. 11-49. 110 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) At the same time, a Hungarian Church developed. the nomads who in the ninth and tenth centuries had settled on the ancient territories of Roman pannonnia and dacia, underwent the influence of both Eastern and Western forms of Christianity. In 848, one of their tribal chieftains was baptised in Constantinople, and as a consequence Byzantine missionaries were invited(8). However, at the end of the tenth century, mainly for political reasons, Hungary turned to the West. In the year 1000 the first Hungarian king, stephen, received his crown from the hands of pope sylvester II. the pope set up the archbishopric of Esztergom, and in so doing created a second autonomous Church in Central Europe(9). A direct result of the Christianisation of the region was the introduction of writing as an instrument of communication and memorisation(10). the course taken by Christianisation determined a series of specific features of Central European literacy. the first of these clearly is the chronological ‘delay’ of developments in this region of Western Christendom. As we have just seen, historical circumstances resulted in the ‘late start’ of the initial development of literacy in East Central Europe – and also its ‘late ending’. A suitable area of comparison is medieval scandinavia, which finished its gradual shift into the orbit of Western Latinitas also around the year 1000(11). the position of medieval Central Europe as a zone of missionary rivalry between the Roman and orthodox Churches, as well as the choice of orthodox Christianity made by the Eastern slavs, had serious consequences for the 8. Cf. g. moravcsik, Byzantium and the magyars (Amsterdam, 1970), p. 20 ff. 9. Cf. a.o.: l. Koszta, “l’organisation de l’église chrétienne en Hongrie”, in: Les Hongrois et l’Europe. Conquête et intégration, ed. s. Csernus, K. Korompay (paris-szeged, 1999), pp. 293313; g. győrffy, König Stephan der Heilige (Budapest, 1988). 10. Cf. A. Adamska, “the Introduction of Writing in Central Europe (poland, Hungary and Bohemia)”, in: New Approaches to Medieval Communication, ed. m. mostert (turnhout, 1999), pp. 165-190. The Development of Literate Mentalities..., passim. 11. see a.o.: Christianisation and the Rise of Christian Monarchy: Scandinavia, Central Europe and Rus’, c. 900-c. 1200, ed. n. Berend (Cambridge, 2007), passim. From the literature concerning scandinavian runacy and literacy in the earlier middle Ages, see: Along the OralWritten Continuum. Types of Texts, Relations and Their Implications, ed. s. Ranković et al. (turnhout, 2010). REYES, MONJES Y SABIOS 111 choice of the languages of literacy(12). the adoption of the Carolingian and ottonian model of the Church (the Reichskirchensystem) and of latin literacy overshadows interesting attempts at creating a Christian literacy in the vernacular, slavic languages. the experience of the Cyrillo-methodian mission in great moravia is generally known. the missionaries came prepared with a glagolitic alphabet, suitable to transcribe all dialects of the slavic languages – and with the translation of the Bible and of several liturgical texts(13). this vernacular, slavic literacy persisted in Bohemia until the end of the eleventh century. But in Croatia, which belonged to the Kingdom of Hungary from the late eleventh century, it continued as a separate channel of literacy, in parallel to the use of the latin script and language(14). We should, however, remember that within the Roman Church, too, there is very early evidence for the understanding of the importance of knowing the local languages for the success of evangelisation. this evidence comes from salzburg. Because of the mission in Carynthia in the late eighth century, salzburg became an important centre for the formation of a missionary clergy. At schools in maria saal, mosapurc and tulln, the intending missionaries learnt to compose sermons in the vernacular. According to some scholars, a deliberate language policy elevated the slavic language to the high status of lingua quarta, giving it the same sacral and literary authority as Hebrew, greek and latin(15). this elevation of the slavic vernacular took place before the famous linguistic enterprise of the Cyrillo-methodian mission. However, traces of this interesting attitude in the contents of libraries are very flimsy. 12. According to some scholars, this receptive attitude to Western and orthodox influences determined the whole cultural history of the region in medieval times. see a.o: l. Havas, “la naissance de la littérature hongroise n latin (Entre la civilisation byzantine et la culture latine occidentale)”, Camoenae Hungaricae 1 (2004), pp. 7-50. For an orientation in the history of the Christianisation of the Eastern slavs and its influences on literacy, see: A. poppe, Christian Russia in Making (Alderhot, 2007); s. Franklin, Writing, Society and Culture in Early Rus, c. 9501300 (Cambridge, 2002). 13. see a.o.: d. třeštík, “slawische liturgie und schrifttum im Böhmen des 10. jahrhunderts...”, passim. 14. see a.o.: V. Štefanić, Glagolijska paleografija [glagolitic paleography] (zagreb, 1959); Idem, Hrwtska kniževnost srednjega vijeka [Croatian Books in the middle Ages] (zagreb, 1969); Croatia in the Early Middle Ages, ed. I. supicić et al. (zagreb, 1997). 15. Cf. F. zagiba, Das Geistesleben der Slaven, pp. 63 ff.; F.p. Knapp, Die Literatur des Frühund Hochmittelalters in den Bistümern Passau, Salzburg, Brixen und Trient von den Anfängen bis zum Jahre 1273 (graz, 1994). 112 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) 2. The growth of the Cathedral Libraries in East Central Europe 2.1 Development of Church Administration: Bishoprics, Cathedral Chapters and their Intellectual Instruments generally speaking, the development of the ecclesiastical administration in East Central Europe had been completed before the end of the eleventh century. Around 1100 we can see some eighteen episcopal centres in East Central Europe: two of them in Bohemia, six in poland, and ten in Hungary. there is no reason to doubt that, from the beginning, at each of these episcopal centres the twin structures of an episcopal household and a cathedral chapter had been present. the group of clergymen accompanying a bishop originally had had a mixed character, including as it did Benedictine monks and secular clergy alike. From the middle of the eleventh century one notices the formation of groups of canons; the rules of the vita canonica, however, were to remain a subject of controversy for two hundred years to come. As elsewhere, the group of clergymen helping the bishop with his duties had to provide for the liturgy and for the administration of the diocese. these clerics also had to care for the recruitment and instruction of priests. to fulfil these various functions, institutions developed which provided the elements of intellectual instrumentation: the library, the scriptorium, the school, and, later on, the chancery and the archives(16). these institutions used to be studied separately, and only recently some attempts have been made to study the cathedral environments as homogenous intellectual centres, where the various, different 16. In the scholarly literature the conviction is still dominant that the foundation of bishoprics in East Central Europe was ‘automatically’ and quickly followed by the development of these institutions, while, for example, the first evidence of producing and keeping charters only comes from the twelfth century. see a.o.: K. stopka, Szkoły katedralne metropolii gnieźnieńskiej w średniowieczu [the cathedral school in the ecclesiastical metropole of gniezno] (Kraków, 1994), p. 14 ff; E. nemerkényi, Latin Classics in Medieval Hungary. Eleventh Century (debrecen-Budapest, 2004), pp. 25 ff., and, from a different position, A. Adamska, “the Ecclesiastical Chanceries in medieval poland as Intellectual Centres”, Quaestiones Medii Aevi Novae 20 (2005), p. 171-198. REYES, MONJES Y SABIOS 113 tasks demanding literacy skills might have been carried out by the same people(17). the danish scholar lars mortensen, investigating the position of the archbishopric of lund as a ‘literary centre’, likes to speak about the horizon of books, imported and produced in the cathedral environment, and about the horizon of texts, read, composed and quoted in the same environment(18). our observations on the situation in early medieval East Central Europe will be organised along the same lines. 2.2 Difficulties: Lack of Sources and Deperdita studying the history of the cathedral libraries of medieval Central Europe(19) we are confronted with the problem of a lack of sources, especially for the period before 1200. (this same phenomenon applies to the study of the scandi17. As a model of such a multidimentional study can serve: l. B. mortensen, “the nordic Archbishoprics as literary Centres around 1200”, in: Archbishop Absalon of Lund and his World, ed. K. Friis-jensen and I. skivgaard-petersen (Roskilde, 2000), pp. 133-157, and to some extent: m. Blahová, “Bischöffliche Beamte als geschichtsschreiber im ostmitteleuropa des frühen und hohen mittelalters”, in: Die Diplomatik der Bischofsurkunde vor 1250. La Diplomatique épiscopale avant 1250 (Innsbruck, 1995), pp. 187-195; A. Adamska, “the Ecclesiastical Chanceries in medieval poland as Intellectual Centres”, passim. see also: Bischofsstädte als Kultur- und Innovationszentren, ed. s. patzold (special issue of the review: Das Mittelalter 7 (2002). 18. l.B. mortensen, “the nordic Archbishoprics”, p. 143. 19. there exists a rich literature concerning the development of ecclesiastical libraries in every country of the region, but there are only few comparative studies. see a.o.: E. potkowski, Książka rękopiśmienna w kulturze Polski średniowiecznej [the manuscript book in the culture of medieval poland] (Warsaw, 1984); C. mews, “manuscripts in polish libraries copied before 1200 and the expansion of latin Christendom in the Eleventh and twelfth Centuries”, Scriptorium 52 (2002), pp. 80-118; C. Csapodi, “ungarische Bibliotheksgeschichte: Vom mittelalter bis zum Frieden von szatmár”, Gutenberg-Jahrbuch 59 (1984), pp. 332-357; Idem, “A középkori könyvkultúra kibonkozása magyarországon (1000-1400)” [the development of medieval book culture in Hungary, 1000-1400)], in: Magyar könyvtártörténet, ed. m. Vértesy (Budapest, 1987), pp. 9-43; j. pražak, “Ke studiu scriptoríi a knihoven doby přemyslovské” [For a study of the scriptoria and libraries of the premyslid period], Studi o Rukopisech 12 (1973), pp. 141-159; I. Hlaváček, “stručný přehled české knižní kultury 12. století” [A short survey of Bohemian book culture in the twelfth century], in: Kościół w monarchiach Przeemyślidów i Piastów, ed. j. dobosz (poznań, 2009), pp. 333-344; I. Hlaváček, “die Formung der westslawischen schrift-, Buch und Bibliothekskultur unter dem Einfluss der lateinischen Kirche”, in: Gli Slavi occidentali e meridionali nell’alto medioevo, 2 vol. (spoleto, 1983: Settimane di Studio del Centro Italiano di Studi sull’Alto Medioevo 30), vol. 2, pp. 701-743. 114 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) navian bishoprics as well(20)). For the whole of Central Europe, from the eleventh and twelfth century only two booklists (or inventories) have been preserved(21). We therefore have to resort to the study of the (sometimes amazing) itineraries of individual surviving manuscripts, remembering, however, the long list of lost manuscripts. the enumeration of historical calamities which caused the losses of manuscripts and even entire libraries should not be associated solely with the two World Wars of the twentieth century. For Hungary, the destruction and dispersion of medieval libraries started after 1521, when the country was divided between the Habsburgs and ottomans. the Bohemian cathedral libraries suffered from swedish robberies during the last phase of the 30 years’ war. In poland, the first robbery of cultural goods took place in 1650s during another swedish campaign. the swedish interest accounts for the fact that a considerable amount of medieval Bohemian and polish manuscripts can be consulted today in the libraries at stockholm and uppsala. For Bohemia, another critical moment came at the end of the eighteenth century when, due to so-called josephinism, ecclesiastical properties were taken over by the ‘enlightened’ absolutist Habsburg monarchy. According to some scholars, the percentage of preserved manuscripts from the region ranges from 1.5% (in the case of Hungary, [sic!]) to 30% (in the case of Bohemia)(22). this means that to study the eleventh- and twelfth-century history of these medieval libraries, we have to reconstruct their contents. We need to guess how they may have been equipped, using comparisons and analogies. the situation in which the student finds himself changes considerably when he considers the thirteenth century, 20. j. pražak, “Ke studiu scriptoríi a knihoven” pp. 143 ff.; l.B. mortensen, “the nordic Archbishoprics”, p. 135. 21. First of them is the inventory of manuscripts belonging to Cracow cathedral (1110); this text will be discussed later on; the second one was created in olmutz in Bohemia also in the early twelfth century (I. Hlaváček, “K typologii středověkých soupisú knih a knihoven na přikladu českých zemi” [on the typology of medieval inventories of books and libraries, using the example of the Bohemian lands], in: Seminář a jeho hosté. Sbornik praci k 60. Narozeninám doc. Dr. Rostislava Nového (prague, 1982), pp. 63-68, at p. 66). the oldest Hungarian library catalogue, from the late eleventh century, reflects the content of the monastic – Benedictine – book collection of pannonhalma (C. Csapodi, “A legrégibb magyar könyvtár belső rendje (pannonhalma a xI. században)” [the internal structure of the oldest Hungarian library: pannonhalma in the eleventh century], Magyar Könyvszemle 73 (1957), pp. 14-24. 22. s. sawicka, “les pertes de collections polonaises dans le domaine de mss. enluminés”, Scriptorium 15 (1961), pp. 300-302; C. mews, “manuscripts in polish libraries”, p. 82; Fragmenta codicum in bibliothecis Hungariae, ed. l. mezey et al., 1.1- (Wiesbaden, 1983-). REYES, MONJES Y SABIOS 115 which in several respects opened a new period in the cultural history of medieval Latinitas. 3. The Horizon of Books Keeping in mind all these difficulties, let us try nevertheless to provide a sketch of the formation of the ecclesiastical libraries which were to be found in the eighteen episcopal centres of Central Europe, in what scholars from the region call with some justification ‘their’ early medieval history. nobody doubts that these libraries came into being at the very beginning of the presence of the Roman Church in the region. Book collections were an indispensable instrument for the liturgy and for the formation of a local clergy in the cathedral school. When the stability of the local ecclesiastical structures was assured, that is from the end of the eleventh century(23), these tasks became ever more important. In the statutes of the first synod of the Hungarian archbishopric of Esztergom (from c. 1104-1113), we find the prescription that cathedral chapters should not no longer accept idiotae presbiteri; that canons should be litteratoriae(24). Very soon, the formation of cathedral schools became a stimulus for the formation of book collections. there exists very early evidence for the general regulations concerning cathedral libraries. Into the first chapter of the second law code issued by st. stephen, the first king of Hungary, in the 1020s, an insertion was made sometime during the eleventh century to the effect that every ten villages were to build a church and endow it with the necessities for the priests to survive. the interpolation continues, that: Vestimenta vero et coopertoria rex provideat, presbiterum et libros episcopi(25). (=the king shals provide vestments and altar cloths, and the bishop the priest and books). 23. In the 1030s and 1040s poland and Hungary experienced a so-called ‘pagan reaction, which entailed the destruction of the ecclesiastical infrastructure and the killing of priests. see respectively: j. Kłoczowski, “la nouvelle Chrétienté...”, p. 905- 906; z. Kosztolnik, “the negative Results of the Enforced missionary policy of King saint stephen of Hungary: the uprising of 1046”, Catholic Historical Review 59 (1974), pp. 569-586. 24. I am quoting after: j. Šedivý, Mittelalterliche Schriftkultur im Presburger Kollegiatkapitel (Bratislava, 2007), p. 39. 25. The Laws of Medieval Kingdom of Hungary, vol. 1: 1000-1301, ed. j. m. Bak et al. (Idyllwild, 1999), p. 9. 116 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) this regulation must have been very difficult to realise in practice, at least before the late eleventh century, when the first local scriptoria were in operation. It seems reasonable to suppose, therefore, that in this early period only the cathedral libraries profited from donations -first of all by local rulers. one comes to this conclusion from a consideration of the substantial amount of luxurious manuscripts (often so-called codices aurei) imported from abroad. they were mostly royal or princely gifts to the local Churches(26). When talking about the formation of cathedral libraries in Central Europe, in the earliest period two principal ways of getting books should be considered: you either imported them, or you produced them locally. First, we will consider possible routes which the imported books took. 3.1 Import of Manuscripts: Missionaries, Foreign Princesses, Foreign Clergymen (Bishops and Papal Legates), Gifts there is no doubt that books formed part of the customary missionary equipment. A confirmation of this can be found in numerous accounts referring to the evangelisation of early medieval Europe(27). Among missionaries arriving to our region in tenth and eleventh centuries one encounters such highly literate clerics as st. gerard, bishop of Csanád and one of first Hungarian martyrs (†1046)(28). However, one of most coherent accounts of the place of the written 26. the Central European rulers’ offering of glorious liturgical as gifts by to ecclesiastical institutions was an instrument of showing their connection to the Christian sacrum; they were also aware of following the examples of the Carolingian and ottonian emperors (see: A. gieysztor, “symboles de la royauté en pologne: un groupe de manuscrits du xIe et du début du xIIe siècle”, Comptes rendus de l’Académie des Inscriptions et Belles-Lettres 1990, pp. 128-137; R. michałowski, Princeps fundator. Studium z dziejów kultury politycznej w Polsce X-XIII wieku [ princeps fundator. A study in the history of political culture in poland in the tenth-thirteenthth centuries] (Warszawa, 1989), pp. 160 ff. 27. For instance, from the rich correspondence of st. Boniface (murdered in Frisia in 754), one may conclude that he possessed the Bible and biblical commentaries, liturgical books, works of the Fathers of the Church and collections of canon law, in short: everything he needed as priest, preacher and missionary. on his travels he took his books with him in chests, together with the rest of his instrumentarium: altar plates, relics and liturgical clothes. (m. mostert, “Communicationg the Faith: the Circle of Boniface, germanic Vernaculars, and Frisian and saxon Converts” (in print), referring to l.E. von padberg, “Bonifatius und die Bücher”, in: Der Ragyndrudis-Codex des Hl. Bonifatius, with commentary by l.E. von padberg and H.-W. stork (paderborn-Fulda, 1994), pp. 7-75). see also: I. Wood, The Missionary Life. Saints and the Evangelisation of Europe, 400-1050 (longmann 2001), pp. 261 ff. REYES, MONJES Y SABIOS 117 word in missionary strategies comes from a later period; it can be found in the description of the mission in West pomerania (today in north-West poland) carried out by otto, Bishop of Bamberg, in the 1120s(29). Books are presented here as one of the important physical tools in disseminating the new religion: Assumptis igitur clericis idoneis et eisdem ad iter abunde procuratis missales aliosque libros et calices cum idumentis sacerdotalibus et alia queque altaris utensilia, que in gente pagana subito inveniri non posse sciebat, provida liberalitate secum fecit portare, ne sine instrumentis agricola fidus in agrum Domini sui exire videretur(30). (=so, having taken with him excellent clerics and having provided them liberally for their journey with missals and other books and chalices with priestly vestments and everything else that is needed for the altar – all things which he knew they would not be able to find instantly among that pagan people, he had carried with him through provident liberality, lest without the believing farmer were to go out into the field of his lord without instruments). one wonders, however, how many of these manuscripts had a chance to survive and to form the start of a future cathedral book collection. usually, the missionaries’ books were not luxurious, and they were exposed to all the risks inherent in a mission’s possible failure. In our region, one of the very few preserved manuscripts of ‘missionary’ origin is that of the so-called Praedicationes Cracovienses(31), containing commentaries on the readings from the new testament on the main feasts of the liturgical year. the manuscript has been 28. E. nemerkényi, Latin Classics in Medieval Hungary, pp. 74 ff. (with rich bibliographical references). 29. see a.o.: j. petersohn, “otto von Bamberg und seine Biographen”, Zeitschrift für bayerische Landesgeschichte 43 (1980), pp. 3-27; Idem, Der südliche Ostseeraum im kirchlich-politischen Kräftespiel des Reichs, Polens und Dänemarks vom 10. bis 13. Jahrhunderts: Mission, Kirchenorganisation, Kultpolitik (Köln-Wien, 1979), pp. 213 ff. 30. Herbord, Dialogus de vita s. Ottonis episcopi Babenbergensis, ed. j. Wikariak in: Monumenta Poloniae Historica, series nova, vol. VII/3 (Warsaw, 1974), p. 74. 31. From the abundant literature on this manuscript, see: p. david, “un receuil de conférences monastiques irlandaises du VIII siècle. note sur le manuscrit 43 de la Bibliothèque du Chapitre de Cracovie”, Revue bénédictine 49 (1937), pp. 62-89; m. Krasnodębska-d’Aughton, “Praedicationes: słowo i obraz” [Praedicationes: word and image], in: Źródła kultury duchowej Krakowa (Kraków, 2008), vol. 1, pp. 79-90. pictures of the manuscript: Źródła kultury duchowej Krakowa (Kraków, 2008), vol. 2, pp. 86-89. 118 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) made shortly before the year 800, in northern Italy, but the choice of texts suggests influences of Irish missionary spirituality. this small manuscript (155165 mm × 215-238 mm), containing only one full-page miniature of the symbols of the four Evangelists, was probably taken north by missionaries from salzburg, active in the frontier area between Bohemia and southern poland in the second half of the ninth century(32). It may be that in the first period of the formation of cathedral centres (until 1050) the most substantial numbers of books consisted of manuscripts imported by bishops, by other clergymen of foreign origin, and ... by foreign princesses coming to the region as brides. quite often, these two groups were closely linked to each other. Foreign brides took with them both priests and books. According to a trustworthy chronicle’s account, the Christian Bohemian princess dobrava, who in 965 married the polish prince mieszko, entered poland, literally, “ with great ecclesiastic and religious pomp”: cum magno ... ecclesiastico religionis apparatu Poloniam introivit(33) and we may assume that liturgical books formed part of this apparatus. However, one can not expect the freshly established Bohemian Church to have been capable of exporting many manuscripts to poland. As one of very the few still extant examples of this cultural transfer we may mention the so-called Codex aureus of pułtusk, produced probably in cathedral scriptorium of prague in the late eleventh century, and brought by an another Bohemian bride, the queen-widow judith who married polish prince Wladislas Herman(34). one should emphasize that this manuscript had been fashioned in the Bavarian style. until the end of the eleventh century, the cathedral and monastic literary centres of Bavaria, skilled in the production of manuscripts for the ottonian dynasty, played an extremely important role in the cultural transfer between the West 32. B. Kürbis, “Kazanie na górze w katechezie najstarszego rękopisu katedry krakowskiej” [the “sermon on the mount” in the teaching of the oldest manuscript of Cracow cathedral], in: Benedyktyńska praca, ed. A. spież, s. Wielgosz (tyniec, 1997), p. 32. 33. galli Anonymi, Cronica et gesta ducum sive principum Polonorum, I, 5, in: Monumenta Poloniae Historica, series nova, vol. 2 (Kraków, 1952), p. 15. 34. description of the manuscript in: Sztuka polska przedromańska i romańska do schyłku XIII wieku [polish preromanesque and Romanesque art util the end of the thirteenth century], ed. m. Walicki, vol 1, part 2 (Warsaw, 1971), p. 745. REYES, MONJES Y SABIOS 119 and the newcomers to Western Christendom(35). they offered the model for the local production of manuscripts, not only for Bohemia, but also for Hungary. the marriage of the first Hungarian king, stephen, with gisela, the sister of the duke of Bavaria (in 994 or 995) opened the doors for the arrival of many clergymen, and for manuscripts from Alemannian and Bavarian scriptoria, in the first place from the Reichenau, and from the monastery of st. Emmeram in Ratisbonne (Regensburg)(36). In the eleventh century, the abbey of st. Emmeram was particularly engaged in the cultural development of the new additions to Christendom(37). We know, for instance, that in 1028 Arnold, a monk from st. Emmeram, went to Esztergom. there, he composed a liturgical officium in honour of st. Emmeram, and taught it immediately to the Esztergom canons(38). As for the relations of st. Emmeram with poland, one of the manuscripts produced at st. Emmeram which is still preserved is the so-called Evangeliarium of St. Emmeram, brought to poland as part of the dowry of judith-marie, the second wife of the (already mentioned) polish duke ladislas Herman (from 1088) and the sister of Emperor Henry IV(39). 35. Cf. a.o.: H. Hoffmann, Buchkunst und Königtum in ottonischen und frühsalischen Reich, 2 vol. (stuttgart, 1986), vol. 1, passim; p. spunar, “Ein Beitrag zur Festlegung des platzes des Vyšehrader Kodex in der Entwicklung der schreiberkunst mitteleuropas”, Scriptorium 23 (1969), pp. 17 ff. 36. j. török, “Influences lotharingiennes sur la liturgie de l’Europe centrale autour de l’An mil”, in: Religion et culture autour de l’An Mil. Royaume capétien et Lotharingie, ed. d. Iogna-prat, j.-Ch. picard (paris, 1987), p. 287; A. Kubinyi, “Regensburg – passau – ungarn im mittelalter”, in: Bayern und Ungarn. Tausend Jahre enge Beziehungen, ed. E. Völkl (Regensburg, 1988), pp. 30 ff. 37. see: m. pippal, “Ausstrahlung süddeutscher skriptorien in die östlich und nördlich benachbarten skriptorien”, in: Europas Mitte, vol. 2, pp. 849-852. About the history of the st. Emmeram scriptorium, see: B. Bischoff, Die südostdeutschen Schreibschulen und Bibliotheken in der Karolingerzeit, vol. 1: Die Bayrische Diözesen (Wiesbaden, 1974), pp. 183 ff. 38. E. nemerkenyi, Latin Classics, p. 27. 39. description of the manuscript with pictures of some illuminations, in: Źródła kultury duchowej Krakowa. Katalog wystawy [sources of the spiritual culture of Cracow] (Kraków, 2007), pp. 29-35. B. malik-gumińska, “Kodeks emmeramski. zagadnienia czasu powstania, ikonografii i treści miniatur” [the st. Emmeram Codex: problems of the time of its production, of its iconography and of the content of its miniatures], Folia Historiae Artium 8 (1972), pp. 542; A. gieysztor, “symboles de la royauté”, pp. 134-5. 120 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) the changing map of the political marriages concluded by the Central European rulers of the eleventh and twelfth centuries is very similar to the changing map of the provenances of the manuscripts which continued to enrich the cathedral libraries. A few examples must suffice to illustrate this phenomenon. the influx of books from the region of Cologne to poland in the second and third decades of the eleventh century was the direct result of the marriage between the daughter of the count palatine of the Rhineland and the son of a polish duke in 1013(40). one of the manuscripts brought to poland by Rycheza, the princess in question, was the well-known Psalterium Egberti, which made an extraordinary journey. produced on the Reichenau, then transported to Cracow, in 1043 it went to Kiev with gertrude, the daughter of Rycheza, who married the prince of the Kievan Rus. there, the codex has been enlarged with four bifolia containing a Liber precum made at gertrude’s personal demand, and five miniatures in the Byzantine style. Because of political turbulence, the manuscript had then been brought back to poland, and thence to germany. Finally, it was offered as a gift by st. Elisabeth of thuringia to the cathedral canons of Cividale di Friuli in northern Italy, where it remains to this day(41). the role of foreign brides for the importation of manuscripts into Central Europe can be illustrated also by developments in Hungary. this country had begun to establish strong ties with northern France and lorraine already at the end of the tenth century. It may be assumed, for instance, that the usus of the liturgy observed in medieval Hungary had an important source in lotharingian customs, transmitted through liturgical books(42). In the twelfth century, contacts between Hungary and France got a new dimension thanks to two successive marriages of the Hungarian king Bela III to French princesses, first to Anne of Antiochia, and then to marguerite Capet, the sister of philip August(43). one assumes that these French brides came accompanied by clergymen, and brought with them manuscripts containing both religious and secular texts. 40. g. labuda, Mieszko II król Polski (1025-1034) (Kraków 1992), pp. 40 ff. 41. the description of the manuscript: Sztuka polska, p. 791. see also: Liber precum Gertrudae ducissae e Psalterio Egberti cum Kalendario, ed. m.H. malewicz, B. Kürbis, in: Monumenta Sacra Polonorum, vol. 2 (Kraków, 2002) [the critical edition of the part added in Ruthenia]; A. gieysztor, “symbolès de la royauté”, pp. 130 ff. 42. j. török, “Influences lotharingiennes”. 43. l. Koszta, “un prélat français de Hongrie: Bertalan, évêque de pécs (1219-1251)”, Cahiers d’etudes hongroises 8 (1996), pp. 71 ff.; z. j. Kosztolnyik, From Coloman the Learned to Béla III (1095-1196) (new York, 1987), p. 212. REYES, MONJES Y SABIOS 121 Without any doubt, the growth of the cathedral libraries in medieval East Central Europe was possible in great part thanks to foreign bishops and other clergymen, especially dignitaries of cathedral chapters and papal legates. the significance of the importation of books into Central Europe by these people becomes greater when we realise that, until the middle of the twelfth century, about 80% of the bishops and the canons of the cathedral chapters were of foreign origin(44). From this perspective, the case of Wojtěch (Wojciech, Adalbert), of indigenous Bohemian origin, bishop of prague from 983 to 995, is quite exceptional. He spent his youth in the cathedral school in magdeburg. According to tradition, some manuscripts he brought with him on his way home, became the beginnings of the cathedral library in prague(45). However, Wojtyech himself shared the misfortune of many foreign missionaries in the region, finding a martyr’s death, and becoming the first holy patron of a Church in the region (in his case – the first patron of the polish Church). st. gerard (gellert), bishop of Csanád of Venetian origin, become the first patron saint of Hungary(46). the rebuilding of the structure of the Hungarian Church after the short but violent pagan reaction in the 1040s was possible thanks to clergymen from the dioceses of Corbeil, Verdun, Arras, Reims and liège. during the last decades of the eleventh century many of these western clergymen also had ecclesiastical ca- 44. the prosopographical study of the careers of the high clergy in earlier medieval East Central Europe (i.e. before the end of the twelfth century) has not been finished yet. see a.o.: z. sułowski, “początki Kościoła polskiego [the beginnings of the polish Church] “, in: Kościół w Polsce, ed. j. Kłoczowski (Kraków, 1966), pp. 100 ff.; j. maciejewski, Episkopat polski doby dzielnicowej, 1180-1320 [the polish episcopate in the period of feudal dismembrement, 11801320) (Kraków-Bydgoszcz, 2003); l. Koszta, “die domkapitel und ihre domherren bis Anfang des 12. jahrhunderts in ungarn”, in: ... The Man of Many Devices, Who Wandered Full Many Ways ... . Festschrift in Honor of János M. Bak, ed. B. nagy, m. sebők (Budapest, 1999), pp. 478-491. 45. Cosmae Pragensis Chronica Boemorum, I, 25, ed. B. Bretholz, in: Monumenta Germaniae Historica, Scriptores Rerum Germanicarum, series nova, vol. 2 (Berlin, 1923), p. 46. Cf.: H. Brachmann, “magdeburg im 10. jahrhundert – st. Adalberts schuljahre”, in: Tropami Świętego Wojciecha, ed. z. Kurnatowska (poznań, 1999), pp. 37-52. 46. H. Fros, “le culte des saints en Europe Centrale (Boheme, pologne, Hongrie) et son rôle socio-politique du xe au xIIIe siècle)”, in: Fonctions sociales et politiques du culte des saints dans les sociétés de rite grec et latin au Moyen Âge et à l’époque moderne, ed. m. derwich, m. dimitriev (Wrocław, 1999), pp. 99-110, with rich bibliographical references. 122 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) reers in poland(47). At the same time, the migration of clergymen from the territories of german Empire persisted, even if its dynamic changed over the decades. this means we have to keep an open eye for the possibility of largescale transfers of manuscripts from important episcopal centres of written culture such as twelfth-century Bamberg(48). there is ample evidence that bishops who had come from abroad remained in contact with their countries of origin. they used private networks spanning Europe to buy and request the books they needed for their work on the edge of Christendom. A very early example of this phenomenon concerns Hungary. In 1023, bishop Fulbert of Chartres wrote to Bonibert, bishop of pécs (probably of lombard origin), that he was sending to pécs one of his copies of priscian, as Bonibert’s messenger had requested. Significavit autem nobis filius noster tuusque fidelis Hilduinus tuae caritatis erga nos insignia fideliter asserens unum de nostris Priscianis te uelle, quem et per eundem libenter mittimus, quicquid etiam de nostro pecieris hilarissime tibi (si possibile fuerit) transmissuri(49). (=our son and your faithful servant Hilduinus has told us of your gestures of charity toward us and dutifully stated that you would like one of our copies of priscian. We are happy to send you this by him, and whatever else you should ask of us we shall be most delighted to send if we can; and if you should need and want us to, and if we are able, we ourselves shall most obediently attend you in person). For Hungarian scholars, this information about the sending of a copy of one of priscian’s texts (probably his Institutiones grammatice) is a sign of the benevolent understanding expressed at an eminent centre of medieval culture, 47. j. török, “Influences lotharingiennes”, p. 288; Rapports historiques et artistiques entre le pays mosan et la Pologne, du XIe au début du XIIIe siècle (liège, 1981). on the importance of clergymen from this region for the formation of collegial chapters in the region, see: j. Šedivý, Mittelalterliche Schriftkultur im Pressburger Kollegiatkapitel (Bratislava, 2007), pp. 32 ff. 48. Cf.a.o: j. Fried, “die Bamberger domschule und die Rezeption der Frühscholastik und Rechtswissenschaft in ihrem umkreis bis zum Ende der stauferzeit”, in: Schulen und Studium im Sozialen Wandel des hohen und späten Mittelalters, ed. j. Fried (sigmaringen, 1986), pp. 163-201. 49. Fulbert of Chartres, Epistola ad archiepiscopum Bonipertum, in: The Letters and Poems of Fulbert of Chartres, ed. F. Behrends (oxford, 1976), pp. 148-149. REYES, MONJES Y SABIOS 123 that of the intellectual circles at Chartres, for the needs of the Church at the periphery of the Latinitas(50). Another spectacular example of the role of foreign bishops in the creation of a cathedral cultural centre, is that of the cathedral library at płock (poland). the płock bishopric, established around 1070, was situated at the very edge of Christendom. this northeastern part of the polish lands bordered on the territories of the pagan Baltic tribes, which resisted Christian missions until the end of the thirteenth century(51). In the first half of the twelfth century, the płock diocese suffered considerably from their attacks, until the arrival of a new bishop, Alexander of malonne, in 1129 (†1156). Alexander belonged to a sizable group of clergymen from the region of the meuse (between maastricht and liège), who were looking for better positions and careers and turned their eyes towards the developing structures of the young Church in Central Europe. Alexander of malonne did not come alone to the region. We know that in his time the three highest offices in the cathedral chapter of płock were occupied by men from his region of origin. one of them, dean Walter (Alexander’s own brother) later on became the bishop of Wrocław(52). that Alexander rebuilt the cathedral church, settled ecclesiastical lands with colonists from the West and fortified the bishopric against the pagans, is less relevant to us today. particularly interesting, on the contrary, is the fact that he imported from the region of the meuse dozens of books, and probably organised a local scriptorium. In doing so, he provided provincial płock with one of the richest cathedral libraries in poland(53). As far as we know, on Alexander’s request were sent to 50. see o.a.: E. nemerkényi, “latin grammar in the Cathedral school: Fulbert of Chartres, Bonipert of pécs, and the Way of a lost priscian manuscript”, Quidditas 22 (2001), p. 41-42; Idem, Latin Classics, chapter 1. 51. For the basic survey of the Christianisation of the region, see a.o.: m. Burleigh, “the military orders in the Baltic’, in: The New Cambridge Medieval History, vol. V: c. 1198-c. 1300,ed. d. Abulafia (Cambridge, 1999), pp. 743-753. 52. p. Boroń, “Biskup Walter i początki kultury umysłowej na Śląsku” [Bishop Walter and the origins of the intellectual culture in silesia], in: Źródła kultury umysłowej w Europie Środkowej ze szczególnym uwzględnieniem Górnego Śląska, ed. A. Barciak (Katowice, 2005), pp. 115-132. 53. see o.a.: C. deptuła, “Krąg kościelny płocki w połowie xII wieku” [the ecclesiastical milieu of płock in the middle of the 12th century], Roczniki Humanistyczne 8 (1959), n. 2, pp. 5-122; A. Vetulani, “Średniowieczne rękopisy płockiej biblioteki katedralnej” [medieval manuscripts from the cathedral library of płock], Roczniki Biblioteczne 7 (1963), pp. 328 ff.; C. Święcki, Kultura literacka Płocka w średniowieczu [the literary culture of płock in the middle Ages] (Warszawa-siedlce, 2007), chapter 3. 124 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) płock, a.o., the gospel of st. marc with the glossa marginalis of Walahfrid strabo and the glossa interlinearis of st. Anselm(54); pericopes of the gospel(55); the so-called Bible of płock, a manuscript which was incomplete when it was imported into poland and was probably completed in the local scriptorium, which must have been working already(56); a lovely illuminated Lectionarium called the Bible of Czerwinsk(57); a Pontificale, the so-called pontificale of płock(58) -and dozens of other manuscripts, mainly liturgical ones. unfortunately, most of them have been stolen by the germans at the beginning of the second World War, and have never been found back(59), so that we cannot check the observations made on the manuscripts by scholars in the nineteenth and early twentieth century. nevertheless, the example of płock shows that a cultivated and ambitious bishop was able to create a cathedral environment with the requisite intellectual fittings of a book collection and scriptorium almost ex nihilo. this example brings us to our next question. When did local book production become a significant source for enriching the cathedral libraries in the region? 3.2 Local Production of Manuscripts In answering this question, too, we struggle with the problem of a lack of sources. the development of the cathedral scriptoria in the area can be outlined only through the study of isolated manuscripts, and through comparisons with other regions of latin Europe, possessing better written sources. Roughly 54. description of the manuscript and state of research in: Sztuka polska, p. 747. 55. description of the manuscript and state of research in: Sztuka polska, pp. 746-747. 56. see: R. Knapiński, Iluminacje romańskiej Biblii Płockiej [the illuminations of the Romanesque Bible of płock] (lublin, 1993), with rich bibliographical references. 57. description of the manuscript and state of research in: Sztuka polska, pp. 682-683. 58. Pontyfikał Płocki z XII wieku (Bayerische Staatsbibliothek München Clm 28938, Biblioteka Seminarium Duchownego Płock Mspł. 29). Studium liturgiczno-źródłoznawcze. Edycja tekstu [the pontificale of płock from the twelfth century (Bayerische staatsbibliothek münchen Clm 28938, Biblioteka seminarium duchownego płock mspł. 29). Critical and liturgical study. Edition of the text], ed. A. podleś (płock, 1986). 59. Cf. s. sawicka, “les pertes de collections polonaises”, pp. 315 ff.; R. Knapiński, Iluminacje romańskiej Biblii, pp. 18 ff. REYES, MONJES Y SABIOS 125 speaking, the growth of scriptoria followed the chronology of the development of stable ecclesiastical structures. one of the earliest scriptoria connected to a cathedral church is found in prague. According to some scholars, a manuscript today kept in Wolfenbüttel, the illuminated manuscript of the so-called Gumpold legend of st. Venceslas, the first patron of Bohemia, has been produced in prague between 999 and 1006; according to other scholars, however, it had been requested from abroad(60). local manuscript production will have started by using foreign models which had come to Central Europe on loan or as gifts. the imitation of foreign models can be illustrated, for instance, by the Codex Vyšehradensis, a gospel book produced in prague for the coronation of the Bohemian king Vratislav II in 1085(61). this remarkably illuminated manuscript was produced in the cathedral scriptorium of prague, which clearly followed Bavarian examples(62). the first evidence of the activities of a cathedral scriptorium in the polish lands comes from Cracow, from the second half of the eleventh century, in the pontificale Cracoviense(63). It is quite certain that by the very end of the eleventh century the Cracow cathedral scriptorium employed no less than five scribes. that is the number of hands found in a manuscript containing several texts of ecclesiastical law (a.o. the Tripartita), which has been copied there(64). As far as Hungary is concerned, we can only guess. the earliest extant manuscripts of local origin can be dated no earlier than the end of the eleventh or the beginning of the twelfth century. From this period comes, for instance, 60. Česká kniha v proměnách století, ed. m. Bohatcová (praha, 1989), p. 34. 61. For a critical edition and facsimile, see: Codex Vyšehradensis, 1085, ed. j. masin (prague, 1970: Cimelia Bohemica, 13). see also: K. stejskal, “Vyšehradský Kodex a jeho místo v ottónském umění” [the Vyšehrad Codex and its place in ottonian art], in: Královský Vyšehrad, vol. 1 (praha, 1992), pp. 26-43; p. Černý, “Kodex Vyšehradský, ‘korunovační charakter’ jeho iluminované výzdoby a nekteré aspekty ‘politické teologie’ 11. století” [the Vyšehrad Codex, ‘the coronation character’ of its illuminations and some aspects of ‘political theology’ in the eleventh century], in: Královský Vyšehrad, vol. 2 (praha, 2001), pp. 32-56. 62. p. spunar, “Ein Beitrag zur Festlegung des platzes des Vyšehrader Kodex”, pp. 17 ff. 63. For a critical edition see: Pontyfikał krakowski z XI wieku [the pontificale of Cracow from the eleventh century], ed. z. obertyński (lublin, 1977). 64. K. ożóg, “Życie intelektualne w przedlokacyjnym Krakowie” [Intellectual life in Cracow before the ‘locatio’], in: Kraków przedlokacyjny (Kraków, 1987), pp. 128 ff. 126 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) the Codex Albensis(65), one of the oldest antiphonaries from the region. It contains the liturgical officium in honour of st. stephen. We also know that, when the bishopric of zagreb (in Croatia, which was politically dependent on Hungary) was founded in the late eleventh century, some liturgical manuscripts were sent there from the Hungarian bishoprics of Esztergom and győr. Among them were the Hertwick pontificale and the Esztergomi Benedictionale(66). this means that the local centres of manuscript production were able quite early on to work on demand. one of the most remarkable illustrations of the local potential in the domain of book production is unquestionably the cathedral literary centre created by bishop Henrik zdík (1126-1150) in the Bohemian diocese of olomouc (olmütz). Henrik zdík, a bishop of indigenous origin, was a man of the world. He made a pilgrimage to the Holy land, and was engrossed in the contemporary attempts at freeing the Church from secular power – which in his case meant fighting for the independence of his own diocese from local potentates. Relevant for us is the fact that he quite carefully planned and laid the foundations for one of the largest cathedral libraries in all of Central Europe (in the fifteenth century it was to boast no less than 300 volumes)(67). using the skills of at least three scribes trained in the chancery of the archbishop of mainz, Henrik organized a large scriptorium, producing manuscripts and charters. later, this institution sometimes gave work to between fifteen and eighteen scribes. Among its products were liturgical manuscripts (such as a pontificale and the famous Horologium olomucense, the collection of liturgical texts for the celebrations in the newly built cathedral) and manuscripts containing legal texts (a.o. a copy of the Decretum of Burchard of Worms and the Collectio trium partium or Tripartita of Ivo of Chartres)(68). 65. For a facsimile with critical commentary, see: Codex Albensis. Ein Antiphonar aus dem 12. Jahrhundert, ed. z. Favly, l. mezey (Budapest-graz, 1963). 66. Cf. l. solymosi, “die Entwicklung der schriftlichkeit im Königreich ungarn vom 11. Bis zum 13. jahrhundert”, in: Schrifttum zwischen Donau und Adria bis zum 13. Jahrhundert, ed. R. Härtel et al. (Klagenfurt, 2008: Schriftenreihe der Akademie Friesach 8), pp. 483-526, at p. 489. 67. Cf: m. Flodr, Skriptorium olomoucké [the olomouc scriptorium] (praha, 1960); j. Bistřický, “studien zum urkunden-, Brief- und Handschriftwesen des Bischofs Heinrich zdík von olmütz”, Archiv für Diplomatik 26 (1988), p. 165. 68. j. Bystřický, “studien zum urkunden-, Brief- und Handschriftwesen”, pp. 203 ff. REYES, MONJES Y SABIOS 127 the ‘golden period’ of the activity of the olomouc scriptorium under bishop Henrik zdík is paralleled by the flourishing book culture of polish płock, already mentioned as an important cultural centre despite its less than adventageous position at the edge of latin Christendom. From the 1140s and 1150s there is evidence of activity in the cathedral scriptorium in płock. professionals of the written word were able notonly to copy manuscripts (in first place liturgical ones), but were also interested in putting into writing notices of events important for the local ecclesiastic community, such as the miracles which took place in płock cathedral church in 1148(69). 3.3 A Turning Point in the History of the Cathedral Libraries: The Early Thirteenth Century Changes in the mechanisms of acquiring manuscripts can be discerned, which mark a ‘turning point’ in the history of the cathedral libraries in medieval Central Europe. this took place in the late twelfth and early thirteenth century(70), when ever more books began to be brought into the region by indigenous intellectuals who had been abroad for their studies. Peregrinatio studiosorum from the region to the western centres of learning was not a new phenomenon: already in the previous century, a first generation of indigenous intellectuals was getting an education in the cathedral schools of germany and in liège(71). From the late twelfth century paris and the Italian law schools be- 69. z. Kozłowska-Budkowa, “płockie zapiski o cudach z r. 1148 [notices of miracles from płock, 1148]”, Kwartalnik Historyczny 44 (1930), pp. 341-348; A. Vetulani, Średniowieczne rękopisy”, pp. 329 ff. 70. About the importance of the so-called ‘long thirteenth century’ for the development of literacy and literate mentalities, see a.o.: m. mostert, “Communication, literacy and the development of early medieval society”, in: Comunicare e significare nell’alto medioevo, vol 1 (Settimane di Studio della Fondazione Centro Italiano di Studi sull’Alto Medioevo 52: spoleto, 2005), p. 37. I. Hlaváček, “grundzüge der schrift- und Bibliothekskultur im böhmischen staat des 13. jahrhunderts”, Miscellanea Medievalia 27 (2000), pp. 527-539. 71. Among the students of school of liège (leodium), flourishing in the eleventh century, was Cosmas (†1125), author of the first Bohemian chronicle. see a.o.: m. Bláhová, Staročeská Kronika tak řečeného Dalimila v kontextu středověké historiografie latinského kulturního okruhu a její pramenná hodnota. Historický komentář [the old Bohemian Chronicle of so-called dalimil in the context of medieval latin historiography and its value as a historical source. Historical commentary] (praha, 1995), pp. 94 ff. 128 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) came the main destination for dozens of polish, Bohemian and Hungarian students(72). there is rich evidence for the donations of their personal book collections by these students to the cathedral libraries. In Cracow, in the 1250s and 1260s at least four members of the cathedral chapter left their personal books (imported from abroad) to the cathedral library(73). one of them was the dean jakub of skaryszew († 1268), styled Boloniensis doctor decretorum. We know of his gift from the chapter’s annals: Qui ex testamento omnes libros suos utrique iuris ad opus ecclesiae Cracoviensis contulit et legavit. E quibus Decretum et Decretales capitulum eiusdem ecclesie magistro Ade rectori scolarium propter ipsius servicium dedit liberaliter(74). (=He has given and donated by will all his books on both [canon and Roman] law to [further] the work of the Church. From among them the chapter of this church liberally gave the Decretum [of gratian] and the Decretals to magister Adam, the rector of the scholars, for his use). the phenomenon of testamentary book donations to cathedral libraries had a double importance. First, the nature of the books donated began to change the nature of the holdings of the libraries. the manuscripts contained primarily texts of canon law and Roman, secular law. From the early thirteenth century onwards, the cathedral libraries in Central Europe showed the same ‘legal’ orientation which has also been noted in the case of the same type of library in 72. Cf. o.a: B. Kürbis, “maître Vincent dit Kadłubek, disciple des humanistes français du xIIe siècle”, in: Gli umanesimi medievali. Atti del II Congresso dell’ “Internationales Mittellateinkomitee”. Firenze, Certosa del Galluzzo, 11-15 settembre 1993, ed. Cl. leonardi (Firenze, 1998), pp. 315-323; E. Fügedi, “les intellectuels et la société dans la Hongrie médiévale”, in: Idem, Kings, Bishops, Nobles and Burghers in Medieval Hungary (london, 1986), chapter 7, pp. 2 ff.; z. Kozłowska-Budkowa, C. zawodzińska, “I primi studenti polacchi all’università di Bologna”, in: Commentationes historicae (Kraków, 1988), pp. 27-48. j. Verger, “les étudiants slaves et hongrois dans les universités occidentales (xIIIe-xVe siècles)”, in: L’Église et le peuple chrétien dans les pays de l’Europe du Centre-Est et du Nord (XIVe-XVe siècles) (Rome, 1990), pp. 83-106; m. Bláhová, “studenten aus den böhmischen ländern in Italien im mittelalter. die přemyslidische zeit”, Civis. Studi e Testi 51 (1993), pp. 153-178. 73. K. ożóg, “ Życie intelektualne”, pp. 126 ff. 74. Annales Cracovienses priores cum Kalendario, ed. z. Kozłowska-Budkowa, in: Monumenta Poloniae Historica, series nova, vol. 5 (Warszawa, 1978), pp. 97-98. REYES, MONJES Y SABIOS 129 scandinavia(75). this meant a significant change in the provenance of the imported manuscripts. the old areas of book-hunting, such as Bavaria or the region of the meuse, lost their prominence. the influx of Italian manuscripts, both ‘medieval’ and then early humanist ones, was to be dominant until the end of medieval period (that is, until the end of the fifteenth century). Another important change, which also occurred at the turning-point of the early thirteenth century, also needs to be emphasized. the large-scale private importation of books by the alumni of the cathedral schools and universities in the West changed the dynamics of the transfer of books. It also changed, in its wake, that of the transfer of knowledge of the new texts produced in the ecclesiastical and university centres of the West. they were now swiftly known and received by the professionals of the written word in the scandinavian and Central European peripheries. It may be supposed that, as far as the cathedral book collections are concerned, from the 1250s onwards there was no longer that much difference between the ‘centres’ and ‘peripheries’ of latin Europe – and certainly not between the peripheries themselves(76). this fascinating problem, however, is going far beyond the limits of this paper. 4. The Horizon of Texts Keeping our focus on the period of the formation of the cathedral libraries in Central Europe, let us now try to establish the horizon of texts. Which texts were read, copied and used? one of the two oldest inventories of books we have to our disposal may serve as an intermediary between the horizon of books and that of the texts present in the cathedral libraries of Central Europe. this is the inventory of items in the treasury of the cathedral church of Cracow in poland, written down 75. the practical legal orientation in the education of the high clergy is a general phenomenon in the peripheries of medieval Latinitas. see a.o.: A. Adamska, “the Ecclesiastical Chanceries”, pp. 183 ff; A. nedkvitne, The Social Consequences of Literacy in Medieval Scandinavia (turnhout, 2004), p. 45. 76. A good example of these changes during ‘the long thirteenth century’ is the development of the intellectual instrumentarium of the collegial chapter in Bratislava (preszburg, posony), at the time part of upper Hungary. see: j. Šedivý, Mittelalterliche Schriftkultur, pp. 54 ff. 130 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) on a blank page of a manuscript of the Collectio Tripartita(77). the list was composed in 1110 at the demand of the new bishop, maurus (1110-1118), who was born and educated probably in northern France(78). After having enumerated the list of liturgical objects and vestments, a list of almost 50 manuscripts had been dressed. the text starts with the following introduction: Anno dominice incarnacionis MCX, defuncto reverendissimo praesule Balduino, successit in locum eius uenerabilis pontifex Maurus. Cui complacuit ut ecclesiastice res inscripte haberentur. Inuente sunt autem in cerario sancti Uenceslai(79). (=In the year of the incarnation of our lord 1110, when the most reverend bishop Baldwin had died, in his place succeeded the venerable bishop maurus. It has pleased him to have the possessions of the Church written down. In the treasury of saint Venceslas have been found...). After enumerating several items from the cathedral treasury, the books are listed: Bibliotheca; Moralia [in] Job; Isicius super Leuiticum; Isidorus Ethimologiarum; Sermones ab aduentu Domini usque ad quadragesimam; Omelie; Ordinales IIII; Benedictionales III; Epistolę Pauli; Boecius de consolacione; Stacius Thebaidos duplex; Salustius; Terencius; Duo Persii; Dialogus Gregorii; Psalteria IIII; Ouidius de Ponto; Dialectica; Arator; Regulę Grammaticę; Leges Longobardorum; Leges Longobardici; Quinque Lectionares; Antifonarium; Nocturnales III; Missalia II; Gradualia III; Capitular(e); Breuiarium. this list, precious as it is for all scholars studying the history of written culture in medieval Central Europe, causes some problems. First, we are dealing with a list of almost 50 objects, of codices, and not with a list of texts. one can be morally certain that, apart from the titles mentioned in the list (and 77. the description and a photograph of the manuscript in: Źródła kultury Krakowa, pp. 36-39. For a critical edition, see: Spisy dawne skarbca i biblioteki kapitulnej krakowskiej [the old lists of items of the treasury and the library of the Cracow chapter], in: Monumenta Poloniae Historica, vol. 1, ed. A. Bielowski (lwów, 1864), p. 377. From the rich literature discussing this inventory, see: A. Vetulani, “la Bibliothèque de l’église Cathédrale de Cracovie d’après le catalogue de 1110”, in: Mélanges Joseph de Ghellinck, S.J., vol. 2 (gembloux, 1951), pp. 489-507. 78. K. ożóg, “Formacja intelektualna biskupów krakowskich w średniowieczu” [the intellectual formation of the bishops of Cracow in the middle Ages], in: Cracovia, Polonia, Europa, ed. K. Baczkowski et al. (Kraków, 1995), p. 162. 79. Spisy dawne, p. 377. st. Venceslas, a Czech saint and martyr, was the first patron of Cracow cathedral, because until about 990 Cracow belonged not to poland but to Bohemia. REYES, MONJES Y SABIOS 131 which were merely meant to tell one manuscript from another), some manuscripts contained other texts as well. secondly, the list is most probably incomplete. Apart from a few exceptions, hagiographical and legal texts, for instance, are missing here, while one may suppose that legal texts had been copied in Cracow a few years before the inventory was made(80). the titles of the texts which are mentioned can be divided into three basic groups. First, there are texts for liturgical needs: the Bible mentioned as Bibliotheca, and the large amount of ordinales, benedictionales, [libri] lectionares, the antifonarium, the nocturnales, missalia and gradualia. the second group consists of texts for study or reference. this includes texts by the Church Fathers, collections of sermons, and ecclesiastical law. Here we also find texts belonging to the ‘canon’ of early medieval culture, such as the Moralia in Iob by gregory the great(81), and the Etymologiae of Isidore of seville. under this heading we can also put the text of leviticus with the glosses of Walahfrid strabo, the Sermones (probably the scribe meant here the old Praedicationes Cracovienses, made in the insular manner, mentioned before), and possibly the Epistole Pauli. It is not clear whether these were the letters of st. paul -in which case they belong among the manuscripts of the first group -or the apocrypha called Littere Pauli ad Senecam- which would rather belong here(82). surprisingly enough, on the list there are no texts from the domain of ecclesiastical law: the Capitulare has been identified by some scholars not as a juridical text, but rather as a liturgical one, that is a Capitulare evangeliorum de circulo anni. Instead, there are no less than two Leges Longobardorum (or Longobardici)(83). 80. From this period there is evidence of the copying in Cracow the Tripartita of Ivo of Chartres, and a collection of papal decretals. Cf. j. szymański, “Krakowski rękopis reguły akwizgranskiej z roku okolo 1003” [the Cracow manuscript of the Rule of Aachen] , Studia Źródłoznawcze 11 (1966), pp. 40 ff.; A. Vetulani, “Collectio Cracoviensis. z badań nad redakcją zbiorów średniowiecznych przepisów prawnych” [Collectio Cracoviensis. A study of the redaction of medieval law collections], Studia Źródłoznawcze 8 (1963), pp. 49-81. 81. Cf. a.o.: Rome and the North: the Early Reception of Gregory the Great in Germanic Europe, ed. R.H. Bremmer (paris, 2001), passim. 82. A. Vetulani, “la Bibiothèque cathedrale”, p. 493. 83. the long discussions among polish historians about the provenance and use of these texts, discussions which started in the late nineteenth century, continue until today. see a.o.: K. modzelewski, L’Europe des barbares. Germains et Slaves face aux héritiers de Rome, transl. A. Kozak (paris, 2006), p. 360 ff. 132 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) A third group of texts, distinguished quite clearly on the list, has a different character. the latin classics are present: sallustius, terentius, ovidius, two texts of persius and the epic Thebais by statius(84). they are accompanied by Christian authors: Boethius with his bestseller(85); the De actis Apostolorum of Arator; the Dialogues of gregory the great; finally, there are the unidentified Dialectica and Regulae grammaticae. one is presented here with a quite small but coherent group of texts, sufficient for teaching the rudiments of knowledge in a cathedral school(86) (although gregory’s Dialogues, the only hagiographical texts mentioned, possibly were used for reading aloud to the canons as well). the book collection of Cracow cathedral can be seen as typical for the peripheries of early medieval Latinitas. In Bohemian and Hungarian bishoprics, and similarly in scandinavia, one can see collections of roughly the same size, some fifty volumes. they were also divided into three sections, those of the liturgical books, of the texts to be used in the cathedral school, and books of reference (especially concerning ecclesiastical law)(87). In general terms, these collections seem to have met the everyday needs of their users(88). so far, we have looked for the presence of texts only by considering the surviving manuscripts and inventories. the accessibility of a text may also be 84. Cf. B. munk olsen, L’étude des auteurs classiques latins au XIe et XIIe siècles, vol. 1-4 (paris, 1982-1989), passim. 85. From the rich bibliography on the recption of Boethius, see: Boethius in the Middle Ages: Latin and Vernacular Tradition of the “Consolatio Philosophiae”, ed. m.j.F.m. Hoenen, l. nauta (leiden, 1997). 86. Cf. p. Riché, Écoles et enseignement dans le Haut Moyen Âge (paris, 1979), pp. 249 ff., and, from the perspective of the region, K. stopka, Szkoły katedralne, pp. 152 ff. 87. the situation in dioceses of lund and trondheim is presented by l.B. mortensen, “the nordic Archbishoprics”, pp. 142 ff. Considering the texts used in East Central Europe, the popularity of gregory’s the great Moralia in Job is evident. the text was present in the cathedral libraries of olomouc, płock and Esztergom. From the domain of canon law, manuscripts of the Tripartita can be found from the beginning of the twelfth century at the latest, in Cracow, gniezno and olomouc. unidentified Regule gramatice from a Cracow book inventory cannot be identified with priscian’s Institutiones grammaticae, present in pécs cathedral library in the eleventh century. the earliest evidence of the use of this text in polish cathedral schools comes from the fourteenth century. (see respectively: j. szymański, “Krakowski rękopis”, p. 42 ff; j. Bystřický, “studien zum urkunden-, Brief- und Handschriftwesen”, pp. 190 ff.; E. nemerkényi, Latin Classics, pp. 28 ff.; K. stopka, Szkoły katerdalne, p. 147.) 88. Cf. R. sharpe, “Reconstructing medieval libraries”, in: Bilan et perspectives des études médiévales en Europe, ed. j. Hamesse (louvain-la-neuve, 1995), p. 399. REYES, MONJES Y SABIOS 133 assumed on the basis of the ‘evidence of citations’(89) in the episcopal centres’ own literary production. numerous quotations and reminiscences in sophisticated literary works, such as for instance those of gerard, bishop of the Hungarian diocese of Csanád in the 1030s, by prague’s dean Cosmas at the beginning of the twelfth century, or by Cracow’s bishop Vincent at its end, suggest that the authors had the physical possibility to consult their reference works somewhere, even if we pay tribute to the craft of their memory(90). By consequence, one is forced to assume the existence of much larger book collections in the region, containing almost all latin (and some greek) authors, despite the absence of the manuscripts containing them. the ‘ideal’ list of the texts present in the cathedral libraries of medieval East Central Europe should contain also the texts created in the region, mainly for liturgical purposes. the first wave of hagiographical accounts for the veneration of local saints, of tropes and sequentiae, appeared during the eleventh century. At the same time the first historical accounts appeared (mainly annalistic notices, often made in the margins of liturgical manuscripts)(91). the ‘turning point’ of c. 1200 that was as so important for the growth of the cathedral libraries in the region, also saw the enlargement of the horizon of the texts that were read and consulted. From the early thirteenth century comes another list of books that may be connected with the Cracow cathedral milieu. It has been written down on the first (free) page of a twelfth-century 89. m. lapidge, The Anglo-Saxon Library (oxford, 2006), chapter 5. 90. Sancti Gerardi episcopi Chanadiensis scripta et acta hactenus inedita cum serie episcoporum Chanadiensium, ed. I. Batthyány (Karlsburg, 1790); E. nemerkényi, Latin Classics, chapter 3; Cosmae Pragensis Chronica Boemorum, passim; ; Magistri Vincencii dicti Kadłubek Chronica Polonorum, ed. m. plezia, in: Monumenta Poloniae Historica, series nova, vol. 11 (Kraków, 1994); on early medieval ways of reading and memorizing, see: m. Carruthers, “In memoriae suae bibliotheca. lecteurs et l’art de mémoire dans l’occident médiéval”, in: Des Alexandries II: Les métamorphoses du lecteur, ed. Ch. jacob (paris, 2001), pp. 221-232. the comparison between the ‘horizon of texts’, i.e. the texts known to (because quoted by) Cosmas of prague and that, sketched in the Cracow inventory from 1110, made recently by C. mews, is mistaken. there is an essential difference between the textual formation of an individual and the textual equipment of an institution (cf. C. mews, “manuscripts in polish libraries”, p. 94). 91. A. Adamska, “les débuts de la littérature latine dans les pays de l’Europe du Centre-Est” in: Latin Culture in Eleventh Century. Proceedings of the Third International Conference on Medieval Latin Studies, Cambridge, 9-12 September 1998, ed. m. W. Herren, C. j. mcdonough, R. g. Arthur, vol. 1, turnhout , 2002), pp. 1-15. l. Veszprémy, “the Birth of structured literacy in Hungary”, in: The Development of Literate Mentalities”, pp. 161-181. 134 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) manuscript containing the book of leviticus with the interlinear gloss Anselm of laon and a marginal Glossa Ordinaria(92). It contains 41 titles: Leuiticus. Genesis. Job cum Lamentationibus. Psalterium. Apostolus. Medietas alterius psalterii. Decem libri Moralium. Sententie magistri Hugonis cum Ysidoro. Sermones magistri Petri. Duo volumina sermonum magistri hengrammi. Alii sermones cum Reparatione lapsi. Registrum Gregorii cum Miraculis Karoli. Gemma Ecclesię. Orosius. Sermones vocati Speculum Ecclesię. Summa Gratiani. Epistole Yuonis. Origenes supra Cantica Canticorum. Epistole Pauli ad Senecam. Miracula sancti Thome. Cronica Pol(onorum) cum libro de via Iherosolimitana et Epistola Alexandri. Excerpta Augustini et diversorum patrum. Augustinus de verbis Domini Qui dixit fratri suo fatue cum Epistola Villelmi et Epistola Johannis. Liber Augustini de libero arbitrio. Liber Gerboldi de virtutr regis. Psalterium cum Urso. Matheus cum Epistola de purgatorio igne. Alter Ysidorus cum libro Iuliani episcopi dictus Prenosticon. Questiones Orosii ad Augustinum. Apoccalipsis. Scolastica historia(93) one notices that the character of this list of books is different from the ‘official’ cathedral inventory from 1110. In scholarly opinion, it is ‘a photograph’ of the private book collection of an individual professional of the written word, interested in theology and cura animarum as well as in history(94). It could have been completed by Ivo odrowąż, one of the most eminent polish clergymen at the beginning of the thirteenth century, and bishop of Cracow (until 1229). If we accept the identification, Ivo added to his collection while travelling abroad: to paris, where he entered the milieu of the canons of st. Victor, and to Italy, where he even exercised some public functions at the university of Bologna(95). the ‘new’ authors and texts of the twelfth century are eminently 92. Edited in: Spisy dawne, p. 378. description and photograph of the manuscript: Źródła kultury duchowej Krakowa, p. 94-96. For a survey of the scholarly discussion about the date of this book list, see: z. Budkowa, “Księgozbiór polskiego uczonego z xII/xIII wieku” [the book collection of a polish scholar from the turn of the twelfth and thirteenth century], Studia Źródłoznawcze 1 (1957), pp. 109-118. 93. Spisy dawne, p. 378. 94. For the detailed identification of the items, see: z. Budkowa, “Księgozbiór polskiego uczonego”, pp. 111 ff. 95. K. ożóg, “Formacja intelektualna”, pp. 165-166. REYES, MONJES Y SABIOS 135 present in his collection; this confirms our opinion about the faster reception of new texts and ideas in thirteenth-century East Central Europe, thanks to new institutions of intellectual life and new ways of acquiring books. Conclusion In this paper I have tried to present the process of the formation of cathedral libraries in East Central Europe, in the period between the introduction of literacy (just before the year 1000), and the early thirteenth century. Important quantitative and qualitative changes in literate behaviour took place. the formation of libraries in the episcopal centres of the region reflects the attitudes of the local litterati generally. they acted as ‘recipients’ of cultural currents, but were also willing to participate earnestly in Latinitas, a word which I have used here to refer to a religious and cultural unity which was vehiculated (mainly) by the latin language and the written word. the litterati’s attitudes inspired the wholesale importation of books and texts; they also led to the ambition of creating local ‘intellectual centres’. the early development of the book collections in these ‘centres’ seems to have been strongly stimulated by essential tasks of the local Church: books were needed for the liturgy, for jurisdiction and in the cura animarum – just as elsewhere in medieval Latinitas. It seems that the successful creation of a book collection and the development of book production depended, first of all, on a local bishop, and on his personal appreciation of the importance of the written word – again, just as elsewhere. this repetitive observation that much happened in East Central Europe ‘just as elsewhere’ leads to a final remark. It seems a sufficient reason to include the episcopal libraries of East Central Europe (as those of that other periphery of Latinitas, scandinavia) in any further comparative studies of transmission of knowledge and the spread of ecclesiastical literacy in the European middle Ages. 6 Oýr de Biblia. Canon de lecturas de la nobleza castellana (1430-1520) ELISA RUIZ GARCÍA Universidad Complutense de Madrid 1. El otium masculino en el ámbito cortesano Como es sabido, en la primera mitad del siglo xV se produce en Castilla una expansión gradual de la cultura escrita entre los laicos que no desempeñaban funciones relacionadas con el manejo profesional de la pluma y, particularmente, entre los miembros del estamento nobiliario(1). El desarrollo de esta tendencia culminará con el nacimiento de un nuevo público lector y con la introducción de un importante cambio en los hábitos de transmisión del mensaje escrito. El procedimiento tradicional de la lectura en alta voz de un texto destinado a ser oído por otra persona fue progresivamente sustituido por un acto de descodificación de los signos por el propio interesado de manera silente. Esta variante propició el establecimiento de una relación tácita entre el autor y un potencial lector. A la larga, esta forma de aproximación a los textos fomentaba el individualismo y la introspección, rasgos que irán en aumento en la sociedad del Cuatrocientos y que se manifestarán de diversa manera. En efecto, el afán de privacidad tiene su traducción en la planificación estructural de las viviendas, en la difusión del retrato fisonómico y en las pautas de comportamiento(2). se trata de un fenómeno que ha sido estudiado en profundidad(3). 1. Véase jeremy n.H. lawrance, “the spread of lay literacy in late medieval Castile”, Bulletin of Hispanic Studies, 62 (1985), pp. 79-94. 2. Entre otras, son dignas de considerar el cultivo de la devoción privada y la construcción de capillas funerarias particulares en las iglesias. 3. una completa visión de conjunto de esta cuestión ofrece la obra colectiva, bajo la dirección de philippe Ariès y georges duby, Histoire de la vie privée, paris: éditions du seuil, 1999, 3 vols. Véase en particular el volumen II: de l’Europa féodale à la Renaissance. 138 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) son varios los signos externos que prueban la existencia de un cambio de actitud respecto del libro y de la lectura: el notable número de manuscritos conservados datados o datables en este período; el espectacular incremento de traducciones de textos varios a la lengua vernácula, hecho que no tiene parangón en otros países europeos; y la proliferación de bibliotecas nobiliarias, creaciones que, en cierta medida, son el corolario de la labor realizada en pro de la accesibilidad a obras consideradas de obligada lectura, pero impracticables para unas personas poco avezadas en la comprensión de otros idiomas que no fueran el propio. Respecto del primer punto, baste con examinar los índices del (4) BOOST ; en cuanto a las traducciones al castellano, hay una abundante bibliografía sobre este asunto y a la cual remito(5). En lo que concierne a las bibliotecas, es una cuestión que ha sido estudiada ampliamente, al igual de lo sucedido con el apartado anterior. Únicamente quiero señalar que la formación de librerías privadas es un fenómeno que se inicia en las llamadas grandes casas, tales como los mendoza (marqués de santillana), los zúñiga (duque de plasencia), los Fernández de Velasco (conde de Haro), los Rodríguez pimentel (conde de Benavente), los Ribera de sevilla (marqués de tarifa), los Fernández de Córdoba (marqués de priego), etc. la mayoría de estos mecenas y bibliófilos pertenecían a la llamada nueva nobleza, nacida a partir de las mercedes enriqueñas. sus raíces no procedían de la sangre goda, sino que habían sido elevados a tal dignidad por sus méritos personales y servicios a la Corona(6). luego, esta práctica fue seguida por la baja nobleza (por ejemplo, Fernán pérez de guzmán, luis de guzmán y su hijo nuño, etc.). por último, el alto funcionariado cortesano imitó tal hábito (Fernán díaz de toledo, álvar garcía de santamaría, etc.). 4. Bibliography of Old Spanish Texts, edición electrónica: http:// sunsite.berkeley.edu/philoBiblon. 5. j.C. santoyo, Bibliografía de la traducción en español, catalán, gallego y vasco, león: universidad de león, 1996. 6. los representantes de este grupo adoptaron una posición favorable ante la debatida cuestión de “las armas vs. las letras”. En cambio, la nobleza más tradicional y conservadora continuó fiel a sus pautas de comportamiento. REYES, MONJES Y SABIOS 139 2. Canon de lecturas del estamento nobiliario toda vez que la posesión de libros por parte de algunos miembros destacados del estamento aristocrático es una realidad documentada, cabe preguntarse ¿qué es lo que leían estas personas? para obtener una respuesta fidedigna a este interrogante, nada mejor que acudir a fuentes de la época. A tal efecto, reproduzco un pasaje, escrito en torno al año 1430, por uno de esos posesores de una biblioteca, el maestre de Calatrava don luis de guzmán, quien en una carta dirigida a mosé Arragel manifestaba que: Sabed que avemos cobdiçia de una Biblia en rromançe glosada e ystoriada, lo qual nos dizen que soys para la fazer assý muy bastante. E a la asý demandar nos movió dos cosas: una, que las Biblias que oy son falladas, el su rromançe es muy corrupto; segunda, que los tales como nos avemos mucho nesçesario la glosa para los passos obscuros. Que Dios sabe que en los tienpos que esentos nos quedan del perseguimiento de los malvados moros, enemigos de la santa ffe católica, o del seguimiento del pro e serviçio de nuestro señor el Rey e honor de los sus reynos, segund que conviene a la nuestra Orden, que nos más querríamos dar en acuçia de oýr de Biblia, a fin de con Dios contemplar, que yr a caça o oýr los libros ystoriales o poetas, o jugar axedres o tablas o sus semejantes juegos(7) la finalidad de la epístola era conseguir que el rabino tradujese el Antiguo testamento. El hecho es narrado visualmente en una deliciosa miniatura al inicio del manuscrito (fig. 1). las líneas reproducidas describen con precisión las actividades propias de aquellos hombres pertenecientes al círculo privilegiado de la nobleza castellana en la primera mitad del siglo xV. la manifestación de la alegría de vivir discurría en los medios aristocráticos por diversos cauces. El plan de vida aquí esbozado nos permite averiguar cómo empleaban su tiempo de ocio tales personas. según el pasaje citado, los miembros de este grupo tenían ante sí las siguientes vías de esparcimiento: la degustación todavía auditiva -que no visual- de textos historiográficos o cancioneriles(8), la práctica de la caza y el ejercicio recreativo de la mente me7. Biblia romanceada, madrid, Casa Ducal de Alba, ms. 399, f. 2r. 8. El género poético desempeñó un importante papel educativo. la audición de determinados versos profanos cultivaba el espíritu y moldeaba el comportamiento de los nobles. Ciertamente, el ingenio, el don de la palabra oportuna, la maestría en la recitación y en el canto, etc. eran cualidades que distinguían al buen cortesano. 140 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) Fig. 1: don luis de guzmán envía una carta a mosé Arragel con la petición de que le traduzca la Biblia al romance. Biblia romanceada. madrid, Casa Ducal de Alba, ms. 399, f. 1v. REYES, MONJES Y SABIOS 141 diante juegos de tabla diversos(9), es decir, el conjunto de actividades denominadas en el lenguaje de la época fechos curiales. Frente a las actividades tradicionales, don luis de guzmán manifiesta su deseo de oýr de Biblia. En consecuencia, el encargo realizado por el maestre a un rabino prestigioso no fue un hecho inusual(10). El comitente quería conocer los textos de su interés en una versión depurada y con una glosa explicativa(11). Como complemento, también pidió que el ejemplar fuese ilustrado con el fin de poder visualizar los pasos más notables. El manuscrito resultante fue controlado, en lo que respecta a su ortodoxia, por algunos biblistas del convento de san Francisco de toledo. la obra fue acabada en 1430, según reza el colofón (fig 2). para probar que no se trata de un caso excepcional, traigo a colación otra cita que evidencia la misma afición. Aquí es el traductor quien toma la palabra: Señor: Este otro día, deleytándose vuestra merçed en aquello que a todo virtuoso conviene, es a saber, fazer libros e los leer, [...] e teniendo vuestra señoría en las manos un libro, parte de la Brivia, vi en la primera plana de aquél pintadas sus armas de vuestra merçed, las quales eran e son una jarra blanca en canpo azul, de la boca de la qual sallían flores e frondas propiamente, divisa de vuestra señoría, de quien primero origen e prinçipio ovo(12). la escena descrita presenta a un noble en trance de leer -y ya no de escuchar- una parte de la Biblia, en cuyo primer folio figura el escudo de armas del poseedor, signo inequívoco de que el ejemplar formaba parte del fondo librario del lector. un familiar suyo, al percatarse de la actividad que estaba realizando su señor y de la existencia de un ex libris en el ejemplar que manejaba, decide traducirle un texto heráldico imprescindible, el tratado De insigniis et armis de Bartolo de sassoferrato. A partir de este hecho anecdótico, cabe de9. El empleo del tiempo libre en prácticas lúdicas que desarrollasen las capacidades intelectivas del individuo constituyó una meta importante dentro del programa educativo del noble. la obra que mejor encarna la aplicación de este objetivo es el extenso tratado alfonsí llamado Libros de acedrex, de los dados y de las tablas, en el cual se desarrollan distintos tipos de juegos de mesa. 10. la decisión fue tomada por consejo de dos primos suyos: don Vasco de guzmán, arcediano de la ciudad de toledo, y el franciscano Arias de Encinas. también intervino el dominico juan de zamora. 11. Recuérdese que esta Biblia sólo contiene el Antiguo testamento. 12. madrid, BNE, ms. Res. 125, f. 1r. se trata de un ms. misceláneo organizado. 142 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) Fig. 2: El rabino mosé Arragel entrega la obra ultimada al destinatario. Biblia romanceada. madrid, Casa Ducal de Alba, ms. 399, f. 25v. REYES, MONJES Y SABIOS 143 ducir que el libro leído estaba en romance, de ahí la idea de prestarle un servicio a su dueño vertiendo al castellano el opúsculo latino. la identidad de este noble no está clara. quizá se tratase de Alfonso álvarez de toledo(13), contador mayor de juan II y Enrique IV. Estas dos escenas se pueden completar con una tercera igualmente esclarecedora. se trata de una traducción de textos bíblicos, los Libros de los Macabeos, realizada por pedro núñez de osma a instancias de lope de Acuña. El autor de la versión aclara las razones que movieron al comitente a patrocinar esta empresa: El noble cavallero Lope de Acuña [...] quiso que los virtuosos, grandes e notables fechos de los Machabeos fuessen escriptos en lengua castellana porque pudiessen ser avidos por espejo e por enxiemplo a todos los fijosdalgo e nobles cavalleros de Castilla que caresçiessen de la lengua latina(14). El objetivo de esta lectura era tener un marco referencial de comportamiento, según explicita el traductor, para quien los textos vertidos deberían servir de espejo y de ejemplo. la misma idea de obrar de acuerdo con un paradigma se encuentra ya expresada en otras obras anteriores. Baste con observar los numerosos tratados que presentan en la fórmula titular el término Speculum. A tal efecto, reproduzco unos versos del Rimado de Palacio del canciller don pero lópez de Ayala (1332-1407), que suenan así: Quando yo algunt tiempo me fallo más espaciado, busco por donde lea algunt libro notado, por fallar buen enxienplo e ser más consolado, e me provee Dios segunt lo deseado(15). Como se puede apreciar, el noble, cuando dispone de tiempo libre, desea leer algún texto notable que le sirva como modelo de conducta (exemplum) y le suponga un alivio (consolatio) ante los altibajos de la Fortuna. Estas son las dos motivaciones perseguidas en la degustación de un texto. En definitiva, se lee para obtener un provecho y no para alcanzar un disfrute estético 13. Fue primo de Fernando díaz de toledo, el influyente secretario de juan II. Algunos especialistas han propuesto el nombre de su hijo pedro núñez de toledo o bien el marqués de santillana. nuestra atribución se basa en los datos heráldicos indicados por el traductor. 14. madrid, BNE, ms. 1518, f. 1ra. 15. germán orduña (Ed.), Rimado de Palacio, pisa: giardini, 1982, copla 922. 144 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) o evadirse de la realidad. tal finalidad utilitaria queda patente si prestamos atención a los consejos dados por Alonso de Cartagena, escritor, diplomático y consejero de juan II, a don pedro Fernández de Velasco, conde de Haro, amigo suyo y propietario de una magnífica biblioteca(16). En esta muestra del género epistolar el obispo de Burgos explicita el canon de lecturas propio de los militares viri o defensores de acuerdo con la teoría medieval de los tres estados. A su juicio, es recomendable la lectura de: - Biblia y padres de la Iglesia. - libros de temática histórica (Valerio máximo, salustio, César, quinto Curcio y tito livio). - tratados clásicos sobre filosofía moral (platón, la Ética Nicomaquea de Aristóteles, Cicerón, séneca). - Compilaciones normativas (Siete Partidas, Doctrinal de caballeros). - Escritos sobre el arte de la guerra, las armas y doctrinas nobiliarias (Vegecio, Frontino, Bartolo de sassoferrato, leonardo Bruni). tales lecturas son aconsejables porque proporcionan edificación y recreación. paralelamente el noble deberá procurarse libros devocionales para el ejercicio de sus prácticas religiosas y aquellas obras que son propias de su condición aristocrática (tratados referentes a la cetrería, los buenos modales y la cortesanía). las indicaciones de Cartagena no son exclusivamente orientativas de lo que conviene conocer, sino que también advierte sobre los peligros que acechan al que lee obras indiscriminadamente(17). A este respecto condena los libros que tratan de temas amorosos, caballerescos o pseudo-históricos. por supuesto, también llama la atención sobre los libros de rezo que contienen un material considerado herético por la Iglesia. Estas prohibiciones del prelado burgalés son precursoras y anticipan una actitud de control que tardaría aún varias décadas en implantarse de manera institucional. Estas y otras muestras que se podrían aducir evidencian que la lectura de textos bíblicos romanceados constituyó una práctica singular dentro del canon de obras recomendadas a la nobleza castellana en la Baja Edad media. 16. Epistula ad comitem de Haro. Editado por jeremy lawrance: Un tratado de Alonso de Cartagena sobre la educación y los estudios literarios, Barcelona: universidad Autónoma, 1979. 17. En efecto, el prelado señala “quid fugere, quid sequi in exerciis literalibus debeant” (ed. cit., p. 57). REYES, MONJES Y SABIOS 145 3. Consideraciones sobre los realia El uso del término altomedieval Bibliotheca con valor intitulativo o bien la variante Biblia evidencia que desde fecha muy temprana los textos considerados portadores de la Revelación fueron interpretados como un conjunto de unidades independientes. En consecuencia, los distintos libros que conformaban la serie tenían una vía de lectura y de transmisión propias. su ensambladura era el resultado de una operación posterior y circunstanciada. Este punto de vista hay que tenerlo en cuenta a la hora de juzgar los testimonios conservados. por otra parte, la disparidad de las fuentes utilizadas como materia prima de las traducciones vernaculares había originado una actitud de recelo por parte de la Iglesia respecto de tales romanceamientos. En el concilio de tolosa de 1223 y, algo más tarde, en el de tarragona (1233) ya se había suscitado esta cuestión. la decisión tomada fue la prohibición de los mismos(18), aunque bien es verdad que la medida tuvo un carácter limitado de lugar y de tiempo. A finales del siglo xV se planteó de nuevo el mismo asunto con más rigor en la península Ibérica(19). En realidad, los testimonios conocidos de las sagradas Escrituras en castellano no son numerosos, a pesar de que debieron de abundar con profusión en su momento. se conserva algo más de una docena de manuscritos(20). El análisis codicológico, paleográfico y textual de tales fuentes permite conjeturar la existencia de dos tiempos en el proceso de traducción de esta magna obra. El primer estadio hay que datarlo en el siglo xIII. la decisión de Alfonso x (1252-1284) de convertir la lengua vernácula en el vehículo oficial de comunicación escrita, la necesidad de disponer de textos bíblicos vertidos al romance para la configuración de su producción historiográfica y la labor filológica impagable del círculo toledano son razones que explican la ingente labor de traslación realizada en la época. quedan algunos testimonios tempranos y otros más tardíos, fruto de una tarea de copia y quizá de refundición. El grueso de este legado formó parte 18. Item statuitur ne aliquis libros Veteris vel Novi Testamenti in romancio habeat. Et si aliquis habeat, infra octo dies publicationem huiusmodi constitutionis a tempore sententiae , tradat eos loci episcopo comburendos, giovanni domenico mansi, Sacrorum Conciliorum nova et amplissima collectio, paris-leipzig-Berlin: geidel Reinecke, 1901 [1692-1769], vol. xIII, col. 293. 19. Véase joaquim llorenç Villanueva, De la lección de la Sagrada Escritura en lenguas vulgares, Valencia: Benet montfort, 1791, pp. 14-17. 20. En el BOOST figuran 17 entradas. Algunas son copias de otros testimonios o bien meros fragmentos. 146 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) Fig. 3: jonás sale del vientre de la ballena. Biblia. El Escorial (madrid), Real Biblioteca del Monasterio, ms. I.I.6., f. 163v. REYES, MONJES Y SABIOS 147 del patrimonio librario de la Corona(21). En los distintos inventarios estudiados hay varios asientos referentes a libros que contienen la Biblia o parte de la misma en romance(22). la identificación y la localización de los manuscritos ofrecen algunos problemas. En la relación del Alcázar de segovia (C) había, al menos, una obra completa, hoy perdida, según se desprende de la redacción del ítem C1 95(23), y otras, fragmentarias. Respecto de los libros transmisores de partes de la sagrada Escritura, hay cuatro asientos [C1 84, 97, 99 y 138] cuyas descripciones coinciden con manuscritos conservados. tres de estas piezas debieron de permanecer sin interrupción en poder de la Corona por cuanto figuran registradas en el inventario del Alcázar y en el listado de volúmenes entregados por Felipe II al monasterio de El Escorial(24), donde actualmente se hallan. El ejemplar más antiguo se corresponde con el siguiente asiento: - BIBLIA. A.T- [N.T.] PROVERBIOS, LIBROS PROFÉTICOS, [LIBROS DE LOS MACABEOS Y NUEVO TESTAMENTO]. Castellano (s. xIII). [C1 99] ¶ otro libro de marca mayor, en rromançe, de pergamino, de mano, que son los Proverbios de Salamón y Profecías, las tablas de cuero colorado con çinco bollones de latón gruesos y quatro manos de latón. manuscrito. pergamino. Inv. 1545→ Ags. Esc. I.I.6. Inv. 1576, 8. El manuscrito laurentino Esc. I.I.6. responde a estos datos (fig. 3). Contiene, en efecto, los Proverbios y los Libros proféticos, pero también los Libros de los Macabeos y el Nuevo Testamento. se trata de una traslación de la Vulgata, probablemente encargada por el Rey sabio. los testimonios restantes son ejemplares más tardíos en cuanto a su factura. El segundo ítem reza así: 21. sobre esta cuestión, remito a mi obra Los libros de Isabel la Católica: Arqueología de un patrimonio escrito, salamanca: Instituto de Historia del libro y de la lectura, 2004. 22. En la presente ocasión no se incluyen los testimonios relacionados con la General Estoria de Alfonso x o los textos empleados en la Fazienda de Ultramar, obra en la que se encuentran fragmentos y resúmenes procedentes de una versión muy temprana. 23. [C1 95] ¶ otro libro de papel, de pligo entero, en rromançe, que es la Brivia con cinco bollones de cada parte de latón gruesos y las tablas forradas en cuero colorado. 24. Inv.1576, entradas 7, 8 y 9. 148 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) Fig. 4: destrucción de sodoma y gomorra. Biblia. El Escorial (madrid), Real Biblioteca del Monasterio, ms. I.I.7., f. 4v. REYES, MONJES Y SABIOS 149 - BIBLIA. A.T. [GÉNESIS-IV REYES. Castellano] (s. xV). [C1 97] ¶ otro libro de marca mayor, de pergamino y papel, que es el comienço de los veynte y quatro libros de la Brivia. [manuscrito]. pergamino y papel. Inv. 1545→ Ags. Ejemplar con pérdida de folios. Esc. I.I.7. (gen. 8, 11- Reg. IV completo). Inv. 1576, 7. Este asiento coincide con los datos materiales del manuscrito Esc. I.I.7., el cual está elaborado con pergamino y papel (fig. 4). En el Inv. 1545(25) se dice que el ejemplar ha sufrido pérdida de folios. pues bien, esta pieza comienza incompleta en el Génesis (8, 11) y llega hasta el final de los Libros de los Reyes. la tercera entrada contiene la siguiente descripción: - BIBLIA. [A.T. LIBROS PROFÉTICOS - II PARALIPóMENOS]. Castellano (s. xV). [C1 138] ¶ otro libro de marca mayor, de pergamino y papel, de mano y en rromançe, que es una parte de la Brivia y comiença: “ Visión de Ysaýas” con unas coberturas viejas. manuscrito. pergamino y papel. Inv. 1545→ Ags. Esc. I.I.5. Inv. 1576, 9. la identificación con el manuscrito Esc. I.I.5. no ofrece dudas (fig. 5). El íncipit de la obra es el mismo y, asimismo, se corresponden las características materiales. El ejemplar contiene los Libros proféticos y termina con el libro II de los Paralipómenos. El manuscrito ofrece numerosas ilustraciones, a modo de viñetas narrativas que glosan el texto con gran eficacia. la cuarta entrada reza así: - BIBLIA. [ A.T. GÉNESIS - II MACABEOS]. Castellano (s. xV). [C1 84] ¶ otro libro entero de marca mayor, en pergamino y papel, de mano, en rromançe, que es una parte de la Brivia, y en la primera letra tiene un dios padre pintado, con las coberturas cuero colorado, con unas çerraduras y çinco bollones de latón en cada tabla. manuscrito. pergamino y papel. Esc. I.I.3. 25. documento editado por Alfonso de Ceballos-Escalera y gila, en la obra Alcaides, tesoreros y oficiales de los Reales Alcázares de Segovia. Un estudio institucional, madrid: Real Academia matritense-secretariado de publicaciones de la universidad de Valladolid, 1995. 150 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) Fig. 5: Visión de Isaías. Biblia. El Escorial (madrid), Real Biblioteca del Monasterio, ms. I.I.5., f. 1r. REYES, MONJES Y SABIOS 151 El manuscrito Esc. I.I.3. coincide con las características materiales descritas en lo que respecta a las dimensiones (marca mayor) y naturaleza del soporte (pergamino y papel), ya que la pérdida de la encuadernación primitiva no permite establecer el correspondiente cotejo. Asimismo, el ejemplar contiene desde el Génesis hasta los Libros de los Macabeos, por tanto sería, en efecto, una parte de la Biblia. En la misma entrada se dice que en la inicial de la primera hoja hay un Dios Padre pintado. pues bien, en dicho ejemplar existe una representación de dios en el acto de crear a Adán y Eva en el lugar indicado (fig. 6). también ofrece en ese primer folio una orla, en cuya banda inferior se ha sustituido un motivo ornamental o un escudo heráldico por las armas de los mendoza-sarmiento. Este hecho lo interpreta josé luis gonzalo sánchez-molero(26) como una prueba de la primitiva procedencia del libro, al tiempo que descarta su relación con la Reina Católica. A su juicio, el ejemplar habría sido regalado a Felipe II por doña maría de mendoza, esposa de Francisco de los Cobos, o por el hijo de ésta. más adelante conjetura que también podría proceder de la almoneda de los bienes de diego lópez pacheco, duque de Escalona. gemma Avenoza acepta tal suposición(27). por nuestra parte, proponemos una explicación complementaria. Ciertamente, el manuscrito Esc. I.I.3. coincide con los datos contenidos en el ítem C1 84, según se ha señalado. Este testimonio evidencia que la obra en cuestión estuvo en el Alcázar de segovia hasta 1503. Como luego no está en los inventarios de 1576 ni en los granadinos, habría que pensar que en el interregno la obra pasó a otras manos por venta, regalo o una razón desconocida. En esta etapa habría podido pertenecer a los nobles citados. El nuevo poseedor sustituyó o añadió sus armas. tal vez tras este segundo paso el ejemplar fue ofrecido al Rey prudente y, por este conducto, volvería a reintegrarse al patrimonio real. El ejemplar ofrece abundantes ilustraciones que responden a un lenguaje artístico directo y expresivo, rasgos estilísticos que abundan en la producción manuscrita castellana del siglo xV. En el tesoro del Alcázar también existieron tres manuscritos dedicados a libros neotestamentarios que no se localizan en la actualidad: - BIBLIA. N.T. EVANGELIOS. Castellano. [C1 44] ¶ otro libro de pliego entero, de papel, en rromançe, de mano, que son los Evangelios, con unas tablas de papel enforradas en cuero azul. 26. La “Librería rica” de Felipe II. Estudio histórico y catalogación, El Escorial: Ediciones Escurialenses, 1998, p. 251. 27. La Biblia de Ajuda y la megil·lat Antiochus en romance, madrid: CsIC, 2001, p. 24. 152 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) Fig. 6: Creación de Adán y Eva. Biblia. El Escorial (madrid), Real Biblioteca del Monasterio, ms. I.I.3., f. 1r. REYES, MONJES Y SABIOS 153 manuscrito. papel. Inv. 1545→ Ags. Ejemplar en mal estado de conservación. El asiento 80 del inventario C2 contenía unos Evangelios que no figuran en C1. El texto de la correspondiente entrada está mutilado. - BIBLIA. N.T. EVANGELIOS. Castellano. [C1 115] ¶ otro libro de papel, de marca mayor, en rromançe, de mano, que son los Evangelios, las cubiertas de cuero colorado. manuscrito. papel. Inv. 1545→ Ags. - BIBLIA. N.T. EVANGELIOS Y HECHOS DE LOS APóSTOLES. Castellano. [C1 78] ¶ otro libro de pliego entero, de papel, de mano, en rromançe, que tiene los Evangelios y la Vida de los apóstoles con unas coberturas de cuero colorado. manuscrito. papel. Ejemplar desaparecido en la actualidad. Índice del s. xVI (zarco III, p. 522). Con destino a la Capilla Real granadina fue enviado un lote de 160 libros en fecha tardía(28). Entre ellos se encontraban algunos textos bíblicos romanceados. El texto del ítem d1 144 es como sigue: BIBLIA. A.T. GÉNESIS - II MACABEOS. Castellano (s. xV). [d1 144] ¶ otro libro grande, de marca mayor, de pargamino, escripto de mano, en rromance, dende el génesis hasta el segundo libro de los machabeos, guarnecido en tablas, cubierto de terciopelo azul y, a cada parte, un sello de armas de una vanda y una luna y quatro chapas doradas, quebradas las dos, y una funda de terciopelo morado labrada. no tiene cerraduras. (Al margen: No tiene terciopelo ni guarnición; No tiene chapas ni funda. En otra nota se dice: “Hallose uno, que se llama Istoria de Moysén, que deve ser éste”). manuscrito. pergamino. Esc. I.I.4. El ejemplar descrito podría corresponder con el manuscrito Esc. I.I.4., el cual contiene también desde el Génesis hasta los Libros de los Macabeos 28. granada, ACR, Libro de visitación. Inventario a. 1536-1540. no he podido consultar el documento original y, en consecuencia, utilizo la versión realizada por Antonio gallego Burín en su artículo: “nuevos datos sobre la Capilla Real de granada”, Boletín de la Sociedad Española de Excursiones, 57 (1953), pp. 67-116. Esta relación la he denominado d1. 154 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) Fig. 7: Comienzo del génesis. Biblia. El Escorial (madrid), Real Biblioteca del Monasterio, ms. I.I.4., f. 1r. REYES, MONJES Y SABIOS 155 (fig.7). dicho ejemplar ostenta en la banda inferior de la orla un escudo con las armas de los Ribera, luna y zúñiga, por consiguiente, están reproducidos en él una banda y una luna, elementos heráldicos que también estaban en los planos de la encuadernación según consta en el texto del asiento. Esta indicación parece posibilitar la identificación de la pieza, por cuanto además coinciden el soporte (pergamino) y los textos transmitidos (Génesis - II Macabeos). Este ejemplar no aparece en el Inv. 1576, lo cual es lógico ya que el ítem procede de la relación de libros de la Capilla Real, cuyo inventario está fechado en 1536. la colección de libros depositados en la sede granadina fue objeto de periódicos recuentos. En uno de ellos se echó en falta el ejemplar descrito en el asiento [d1 144]. El revisor supuso con manifiestas dudas que se tratase del manuscrito que contenía la Istoria de Moysén. Ahora bien, este enigma se aclara gracias a un apuntamiento biblioteconómico. El ejemplar Esc. I.I.4. tiene en el margen inferior del f. 1r una nota de fray juan de san jerónimo que dice Embiola a su Magestad el Arçobispo de Toledo Quiroga, Inquisidor General(29). Este prelado ostentó dicho cargo desde 1573 a 1594. En consecuencia, se puede conjeturar que el manuscrito Esc. I.I.4. fue retirado de su emplazamiento en cumplimiento de instrucciones del santo oficio a este respecto. luego, fue devuelto al soberano, razón por la cual hoy se encuentra de nuevo en la Real Biblioteca de El Escorial. En cuanto al ejemplar llamado Istoria de Moysén, señalado por el revisor, hay que decir que era una obra distinta, como lo demuestra el hecho de que formó parte de la relación de libros depositados en granada y reintegrados en 1591 [d2 56], a petición de Felipe II. En el inventario más antiguo de la Capilla Real granadina [d1] hay un asiento en el que son mencionados: 29. El ms. Esc. I.I.8. , realizado probablemente en tierras aragonesas, también presenta una apostilla similar, trazada en este caso por la mano de Arias montano. Esta versión contiene, entre otros libros, la traslación del salterio elaborada por Hermann el Alemán a partir del texto hebraico. la devolución por parte de quiroga de ambos manuscritos corrobora su incautación por el santo oficio en una fecha indeterminada. pedro sánchez-prieto considera que este manuscrito de papel “perteneció a Isabel la Católica” (Carlos Alvar y josé manuel lucía, Diccionario filológico de literatura medieval española. Textos y transmisión, madrid: Editorial Castalia, 2002, p. 214). El contenido del mismo comprende desde el levítico hasta el salmo 70, 18. la escritura y el texto son aragoneses. no comparto esa adjudicación, ya que las características de la pieza en cuestión no se ajustan con las descripciones de los inventarios ni con los usos gráficos y lingüísticos observados en los libros bíblicos relacionados con la Corona 156 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) [d1 136] ¶ dos volúmenes de libros de marca mayor, escriptas de mano, el uno mayor que el otro, que son de la Bribia en rromance, el uno aforrado en sus tablas e cuero colorado, el otro de cuero colorado sin tablas (Al margen: No se halló). la indefinición de la entrada no permite averiguar el contenido de los libros. Como luego no aparecen en el acta de devolución de 1591, quizá cabe suponer que fuesen destinados al servicio de la Capilla Real catedralicia, incautados por la Inquisición o bien que se perdiesen tempranamente, si nos atenemos a la apostilla marginal. En cualquier caso resulta, imposible la identificación. los testimonios hasta aquí descritos formaban parte del patrimonio librario de la Corona. Ahora bien, doña Isabel dispuso a su vez de otros ejemplares. En su Cámara, al comienzo de su reinado, hubo otros textos bíblicos en romance. tres de ellos fueron regalados por ella a Andrés de Cabrera, su fiel servidor en los momentos difíciles: - BIBLIA. Castellano. [H4 leg. 84 24] ¶ otro libro que se llama Bribia, que es bien guarnida, en rromançe. manuscrito? Regalo de la Reina a Andrés de Cabrera, mayordomo y miembro del Consejo Real. - BIBLIA. A.T. JOSUÉ- REYES. Castellano? [H4 leg. 84 21] ¶ otro libro de Josué e de los Reyes. manuscrito? libro regalado por la Reina a Andrés de Cabrera, mayordomo y del Consejo Real. - BIBLIA. A.T. EZEQUIEL - REYES. Castellano? [H4 leg. 84 17] otro libro de Eçechiel, de los Reyes. manuscrito? libro regalado por la Reina a Andrés de Cabrera, mayordomo y del Consejo Real. también figuraba en la Cámara de la Reina el ejemplar que pertenece en la actualidad a la Casa ducal de Alba: - BIBLIA. A.T. [g1 leg. 84 22] ¶ una Bribia, escripta en pargamino, en rromançe, glosado e estoriado, que fiso faser el maestre de Calatrava, don luys de gusmán. Es grande e guarneçido de aseytuný carmesý e de plata REYES, MONJES Y SABIOS 157 dorada, con las armas del dicho mismo don luys. (Margen izq.) Esta Brivia está pasada en cuenta antes desto (El asiento está cancelado). manuscrito. pergamino. Ejemplar depositado en la Cámara de la Reina. Biblia romanceada. Biblioteca de la Casa ducal de Alba, ms. 399. salvo este asiento, datado el 13 de abril de 1483, el manuscrito no vuelve a ser mencionado. se ignora, pues, la razón por la cual esta obra se encontraba en la Cámara de la Reina. según se dijo al comienzo de este trabajo, esta traducción del Antiguo testamento fue un encargo realizado con una doble finalidad: una, que las Biblias que oy son falladas, el su rromançe es muy corrupto; segunda, que los tales como nos avemos mucho nesçesario la glosa para los passos obscuros. Ambos argumentos indican que en la época ya se consideraba que las versiones en circulación eran poco fidedignas y que además carecían de un aparato en forma de comentarios explicativos. En este caso el traslado se hizo a partir del texto hebreo. Aunque fue supervisado por expertos conocedores de la materia, el códice fue incautado más tarde por el santo oficio. En 1642 el Inquisidor general, Andrés pacheco, le envió el ejemplar al Conde-duque de olivares. El prelado justificó el regalo aduciendo que la obra había sido encargada por un antepasado suyo, don luis de guzmán. A la muerte de don gaspar, el manuscrito pasó por diversas manos, debido a herencias y enlaces matrimoniales, hasta quedar en poder de la familia donde todavía continúa. En la Cámara de la Reina también se registran estos dos asientos: - BIBLIA. Castellano. [g1 leg. 84 31] ¶ otro libro escripto en papel, en rromançe, de la Bribia, con coberturas coloradas de papel. manuscrito. papel. Ejemplar depositado en la Cámara de la Reina. - BIBLIA. N.T. EVANGELIOS. Castellano? [g1 leg. 84 8] ¶ un libro guarneçido de damasco asul con sus cabos de plata; de los Evengelios. manuscrito? Ejemplar depositado en la Cámara del Reina. Inv. 1545→ Ags. Ambas obras no vuelven a ser mencionadas en ningún inventario. Además de los ejemplares vinculados al patrimonio real, se conservan otros de diversa procedencia. Hay que tener en cuenta la incidencia de las pro- 158 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) hibiciones establecidas por la Iglesia en materia de lectura de la sagrada Escritura en lengua vernácula y la incautación de obras por la Inquisición. todos estos factores tal vez hayan intervenido en el oscuro camino seguido por algunos manuscritos, tanto del Antiguo como del nuevo testamento. la relación de textos bíblicos romanceados se completa con las siguientes piezas: - El Escorial, Real Biblioteca del monasterio, Esc. j.II.19: Biblia. A.T. Génesis-Reyes. - madrid, Biblioteca nacional de España, ms. 10288: Biblia. A.T. Isaías-Daniel. - madrid, Biblioteca nacional de España, ms. 1518: Biblia. A.T. Libros de los Macabeos(30). - madrid, Real Academia de la Historia, Cod. 87: Biblia. A.T. Libros de los profetas mayores y menores - Libros de los Macabeos. - lisboa, Biblioteca de Ajuda, ms. 52-xIII-1. Biblia(31). la descripción de los contenidos de los ejemplares de la Biblia conocidos revela un especial interés por el Antiguo testamento. Resulta evidente el papel que desempeñó en los medios aristocráticos la lectura de algunos de los libros veterotestamentarios: particularmente, los históricos(32) (Libros de los Reyes, las Crónicas o Paralipómenos y los Libros de los Macabeos) y, en menor medida, los clasificados como proféticos y sapienciales(33). 4. Los libros “historiales” Ciertamente, la educación del noble incluía en materia de lecturas el conocimiento de algunos de los textos anteriormente mencionados. Ahora bien, esta formación se completaba con la frecuentación de los libros historiales en 30. se trata de una versión libre. 31. la presencia de este manuscrito en la corte lusa quizá se deba a algún enlace matrimonial con una dama castellana. 32. las figuras de david y salomón fueron un referente durante toda la Edad media. Algunos otros reyes descritos en la Biblia ejercieron una función similar por su conducta en determinadas circunstancias. Baste recordar aquí la devoción de Isabel I de Castilla por Ezequías. 33. por ejemplo, el Libro de la Sabiduría, el cual era interpretado como un texto dedicado al buen gobierno. El versículo inicial: “Amad la justicia, los que regís la tierra” ( I, 1) aparece citado por doquier en la producción jurídica castellana. REYES, MONJES Y SABIOS 159 los que se ensalzaban hechos narrados por autores profanos(34). Así lo indicaba don luis de guzmán(35) y lo aconsejaba Alonso de Cartagena al Conde de Haro en el pasaje ya citado. tales recomendaciones no eran propias del Cuatrocientos, sino que engarzan con una tradición secular. Baste con traer a colación un testimonio deparado por Alfonso x el sabio, quien nos describe los siguientes usos: Por ende [los antiguos] ordenaron que assí como en tiempo de guerra aprendiessen fecho de armas, por vista e por prueva, que otrosí en tiempo de paz l[o] aprisiessen por oýda e por entendimiento. E por esso acostumbravan los cavalleros, quando comían, que les leyessen las estorias de los grandes fechos de armas que los otros fizieran, e los sesos e los esfuerços que ovieron para saberlos vençer e acabar lo que querían. E allí do non avían tales escrituras, fazíanlo retraer a los cavalleros buenos e ancianos que se en ello acertavan. E sin todo esto aún fazían más, que non consentían que los juglares dixessen ante ellos otros cantares, si no de guerra, o que fablassen en fecho de armas. E esso mismo fazían que, quando non podían dormir, cada uno en su posada se fazía leer e retraer estas cosas sobredichas. E esto era porque, oyéndolas, les crescían las voluntades e los coraçones, e esforçávanse, faziendo bien e queriendo llegar a lo que los otros fizieran o passaran por ellos(36). la lectura en voz alta de libros historiales durante la comida de los caballeros constituye una práctica inspirada probablemente en los usos monásticos. En cualquier caso, el hombre de armas debía tener constantemente ante sí el recuerdo vivo de las hazañas protagonizadas por sus predecesores. las crónicas -general o particular- habían sido los cauces por donde había discurrido tradicionalmente la narración histórica. Ahora bien, la nobleza, sin abandonar por completo la oralidad como medio de transmisión de sus valores, fue asumiendo también progresivamente las formas propias de la cultura escrita. los hechos narrados en esos textos eran interpretados en clave caballeresca. por esta vía los héroes de la Antigüedad se convertían en modelos a seguir. El cambio consistió en el modo de recepción, esto es, se practicó la lectura en pri34. tales textos complementaban la visión histórica de los gesta relatados en algunos libros veterotestamentarios. 35. Recuérdese lo dicho en la cita tomada de la Biblia de la Casa de Alba. 36. Partida II, tít. xxI, ley 20. 160 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) Fig. 8: retrato fisonómico del marqués de santillana. Colección duque del Infantado. REYES, MONJES Y SABIOS 161 mera persona de autores clásicos traducidos al castellano, tales como Valerio máximo, salustio, César, quinto Curcio y tito livio. 5. La idea de la fama la noción de ejemplaridad estaba íntimamente ligada al concepto de notoriedad. Ciertamente, la imitación de los hechos realizados por personajes modélicos franqueaba la puerta de la fama, entendida ésta como un recurso eficaz para conseguir la perdurabilidad terrenal pues, en efecto, era considerada una forma vicaria de la eternidad que dependía de la escritura(37). la conjunción de estos ideales con la tendencia generalizada de valorar las actitudes personales tuvo sus efectos en el plano de la creación. En esta época es exaltada la dignidad de los destinos singulares, en consecuencia, se procura esbozar una definición del individuo y elaborar una dramatización del Yo. las manifestaciones concretas de tales aspiraciones se aprecian por doquier(38). En la parcela de nuestro interés, el retrato fisonómico y el relato de las peripecias vitales de una persona fueron las soluciones adoptadas. la representación física y moral de un ser aislado triunfó en el campo de las artes literarias y de las figurativas (figs. 8-9). Ambos tipos de realizaciones se inspiraban en los modelos aplicados a la realeza. En este clima ambiental hay que situar el nacimiento de dos categorías de escritos: los relatos de acciones individuales y las creaciones de carácter introspectivo. En Castilla tenemos ejemplos notables del primer tipo en forma de semblanzas biográficas, en cambio, carecemos de testimonios de la segunda modalidad, la cual estaría representada por diarios, confesiones, libros de recuerdos o memorias, etcétera(39). 6. El auge del lucimiento personal Este hecho hay que ponerlo en relación con el desarrollo de una conciencia más aguda de la identidad estamental, familiar y, sobre todo, individual. 37. sobre el concepto de “fama” véase el trabajo clásico de Rosa maría lida de malkiel, La idea de la Fama en la Edad Media, méxico: Fondo de Cultura Económica, 1983. 38. la frase consagrada por ulrich von Hutten (1518) Saepe in turba solus sum refleja un sentimiento muy extendido en la sociedad de la época. 39. las Memorias de Leonor López de Córdoba (c. 1396) constituyen un caso particular por tratarse de un escrito de estructura casi documental, y encaminado a reivindicar la figura de un noble. 162 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) la aplicación de tal concepto al terreno de las letras dio lugar a la composición de obras centradas en miembros destacados del estamento aristocrático, bien de manera colectiva, bien de forma independiente. En el primer caso el producto resultante era una serie de semblanzas o galería de retratos; en el segundo, una biografía. la utilización progresiva de la escritura convirtió a este medio de comunicación en un canal adecuado para expresar unos valores emergentes en el marco de la nobleza, por ejemplo, la estimación de los gesta realizados por sus miembros. semejantes acciones eran portadoras de la fama y dependían del imprevisible juego de la fortuna. por supuesto, los libros humanísticos que contenían Vitae fueron un incentivo en Castilla para la difusión de las dos clases de escritos designados. tal influencia indica una mayor sensibilidad hacia la corriente estética procedente de Italia. En el proceso de emergencia de un subgénero dedicado a personas pertenecientes a la nobleza también influyó la importancia creciente atribuida a las crónicas reales, en las que se intentaba reflejar los intereses de la Corona y se manipulaba en muchos casos las actuaciones destacadas de algunos nobles en función de los vaivenes políticos del momento(40). El monopolio de la memoria colectiva por parte de la cronística regia fue considerado como un peligro. la solución arbitrada en algunos casos fue la narración de la vida y milagros de un individuo con el fin de contrarrestar unas versiones de los hechos, teñidas de parcialidad, a juicio del interesado(41). En consecuencia, la escrituración de los hechos dejó de ser una creación exclusiva de la Iglesia y de la institución monárquica(42) en esta época. Al igual que en otros tipos de textos literarios, las piezas liminares de obras biográficas contienen reflexiones teóricas sobre el género, al tiempo que justifican las intenciones del autor y el alcance de la obra. Amén de tales in40. por ejemplo, Fernán pérez de guzmán, en las páginas liminares de sus Generaciones y semblanzas, critica duramente la escasa fiabilidad de la memoria histórica “oficial”. sobre esta cuestión véase: luis Fernández gallardo, “la biografía como memoria estamental. Identidades y conflictos”, en josé manuel nieto soria (dir.), La monarquía como conflicto en la Corona castellano-leonesa (c. 1230-1504), madrid: sílex, 2006, pp. 423-488. 41. durante este período en Castilla sólo se exaltaba la figura del aristócrata guerrero que mostraba una conducta intachable respecto del código de la caballería; en cambio, no se ensalzaba al hombre de letras, a quien no se le reconoce derecho a la fama. 42. Buena prueba de la reluctancia de la Corona hacia este nuevo género historiográfico es la ausencia de escritos relacionados con la condición nobiliaria en la biblioteca de Isabel la Católica. REYES, MONJES Y SABIOS 163 formaciones se encuentran también en esas páginas el desarrollo de algunos tópicos. El más antiguo y, por tanto, el más socorrido proclama la función de la escritura como remedio contra el olvido. Este asunto era un tema recurrente en los preámbulos de los documentos solemnes. Aquí se encauza su significado ya que la desmemoria se convierte en un enemigo de la fama, una de las aspiraciones máximas de la nobleza. por supuesto, la ejemplaridad es otro punto insoslayable. En definitiva, el autor recaba para sí el mérito de perpetuar las gestas gracias a una sabia aplicación de la elocuencia, arte que se convierte en un archivo de la memoria(43). 6.1. De viris illustribus la narración seriada de hechos gloriosos protagonizados por miembros destacados de una colectividad concreta alcanzó gran desarrollo en la literatura clásica grecolatina. Esta tradición literaria profana fue imitada posteriormente por la Iglesia a través de los escritos hagiográficos, que transmutaron la figura del héroe en la de un santo. En la plena Edad media, las manifestaciones más antiguas de la memoria histórica de la nobleza adoptan la forma más elemental de una genealogía. El afán por conocer los orígenes de los linajes no era meramente erudito, sino que respondía a unas estrategias de legitimación estamental. El establecimiento de un entronque familiar proporcionaba un marco de identidad. la caballería, que era la encarnación de los ideales nobiliarios, había de apoyarse en unos principios doctrinales, cuyo medio de fijación era la escritura. por esta vía se inicia la composición de tratados que explicitan las raíces de una gens. los nombres incluidos en tales obras quedaban acreditados en cuanto a su pertenencia al estado de los defensores. de ahí que estos elencos se convirtiesen en instrumentos de consulta y de propaganda del estamento. la información sobre los linajes pronto se enriqueció con datos heráldicos. de este cruce nacieron los nobiliarios, de los que se conserva una producción abundante en Castilla. Baste con mencionar el Tratado de las armas de diego Hernández de mendoza, el Nobiliario vero de Ferrán mexía o los múltiples trabajos de garcía Alonso de torres. la selección de determinadas figuras y su tratamiento a modo de retrato, en el que se esbozan los rasgos físicos y los morales, da lugar a las series 43. El elogio de los recursos retóricos indica una mayor sensibilización hacia el Humanismo. 164 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) biográficas. las obras más representativas son por orden cronológico la Memoria de algunos linajes (1448) de juan de mena, los Loores de los claros varones de Castilla (ante 1452), las Generaciones y semblanzas (post 1455) de Fernán pérez de guzmán y los Claros varones de España (1483-1486) de Fernando de pulgar. la utilización del sintagma claros varones en dos de los títulos indica paladinamente su entronque con la familia literaria de los viri illustres, pues aquella formulación no es más que un calco semántico de la expresión latina. En cambio, la denominación de Generaciones y semblanzas es muy precisa ya que refleja los dos aspectos que contempla pérez de guzmán, el genealógico y el descriptivo, al retratar a una persona con sus rasgos físicos y morales más sobresalientes. 6.2. Vitae la biografía nobiliaria supone un esfuerzo por hallar el molde formal idóneo para consagrar la fama individual, previa extracción del personaje del marco de identidad que suponía el linaje. la tendencia a exaltar a un individuo aislado frente a la noción de grupo, entendido éste como núcleo primordial de la sociedad -sentimiento gregario propio de épocas anteriores-, condujo a la búsqueda de nuevas fórmulas para perpetuar el recuerdo de los rasgos y acontecimientos vinculados a un ser concreto. las virtudes axiales del ethos nobiliario eran la magnanimidad, término que significaba sosiego y gravedad en la compostura; la liberalidad, es decir, la generosidad en sus manifestaciones externas(44); y la valentía en las acciones bélicas o lúdicas. En realidad, las tres eran una imitación de virtudes regias. la posesión de estas cualidades personales era indispensables para alcanzar el fin último de la condición aristocrática o, lo que es lo mismo, la consecución de la fama, ahora bien el disfrute de la misma no estaba por ello garantizado, sino que dependía de la fortuna, una fuerza mayor indomable(45). El autor de un escrito de esta índole debía superar el marco administrativo de un memorial de servicio y componer una auténtica biografía, lo cual 44. El afán de suntuosidad degeneró ocasionalmente en actos de derroche y despilfarro. Basta con leer las descripciones de algunas fiestas y celebraciones. 45. toda la literatura de la época está transida de un sentimiento de inseguridad ante el destino. El lema personal del poeta gómez manrique lo refleja bien: No puede templar cordura, lo que no tiempla ventura. REYES, MONJES Y SABIOS 165 suponía un salto cualitativo. El desarrollo de la vida de una figura sobresaliente implicaba que el redactor limitase la duración de lo narrado dentro del arco biológico del protagonista y, al mismo tiempo, se comprometiese a respetar la verdad. Este último punto cobraba gran importancia dentro del género biográfico ya que se le otorgaba casi un valor jurídico a cuanto se afirmaba sobre el sujeto de la acción(46). los dos cauces formales de expresión lingüística –la poesía y la prosa– fueron utilizados indistintamente. la poesía facilitaba la difusión oral y el proceso de memorización del texto; la prosa permitía realizar descripciones pormenorizadas y desarrollar argumentos más complejos. A título de ejemplo de la primera modalidad, recuérdense las bellísimas Coplas a la muerte de su padre de jorge manrique (1477). El poema es una profunda reflexión sobre la condición humana, la vanagloria y la fugacidad de la existencia, pero de este entramado emerge la figura señera de don Rodrigo, quien encarna el ideal de caballero: Estas sus viejas estorias, que con su braço pintó en joventud, con otras nuevas victorias agora las renovó en senectud. Por su grand abilidad, por méritos y ancianía bien gastada, alcançó la dignidad de la gran cavallería del Espada(47). A veces el recurso a unas formas métricas se encuentra en escritos insospechados. por ejemplo, en una certificación de armas de un hidalgo pueden incluirse unos versos de loa que completan la descripción del linaje y de las proezas del titular: 46. A tal efecto era conveniente que existiese una relación directa entre ambos agentes. A veces un criado letrado o “familiar”, al servicio de la casa, desempeñaba tal función. 47. jorge manrique, Coplas a la muerte de su padre, estr. 31, ed. dámaso Alonso, Poesía de la Edad Media y poesía de tipo tradicional, Buenos Aires: Ed. losada, 1942, pp. 254-268. 166 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) Fig. 9: retrato fisonómico de don álvaro de luna. Retablo de la Capilla de santiago de la Catedral de toledo. REYES, MONJES Y SABIOS 167 Y sy de una sola se haze mención, de aquellas proezas por vos acabadas, y no son escriptas ni menos contadas en este tratado de vuestro blasón, sy aquesta se juzga con gran discreción, por ésta las otras se pueden saber pues fueron la cabsa de vos escoger, como escogieron a Quinto Fabión(48). obsérvese que en este caso el autor se lamenta de que las hazañas no han sido escritas ni menos contadas, de ahí la necesidad de recurrir a un testimonio notarial que sancione la veracidad de una de ellas con el fin de revalidar las restantes. las obras en prosa encierran gran interés, pero, dado su número y extensión, sólo me limitaré a indicar los principales títulos: - El Victorial (ante 1435) de gutierre díaz de games(49). - Corónica de Alonso Pérez de Guzmán (xV med.) - Historia del ínclito don Álvaro de Luna primera parte: Fernando díaz de toledo (?) segunda parte: gonzalo Chacón - Hechos del condestable Miguel Lucas de Iranzo (+1473) primera parte: autoría sin identificar segunda parte: pedro de Escavias - Hechos de don Alonso de Monroy (post 1477) de Alonso de maldonado - Historia de los hechos del Marqués de Cádiz (post 1489)(50). 48. Certificación de las armas de Olivera, expedida por garcía Alonso de torres, en su calidad de rey de armas y fedatario público. madrid, Biblioteca de la Fundación lázaro galdiano, ms. 279, Inv. 14987, f. 3v. Alfonso de Ceballos-Escalera gila, “una interesante Certificación de Armas renacentista, dada por Aragón rey de armas, en la madrileña Fundación lázaro galdiano", en Emblemata, Revista Aragonesa de Emblemática, 4 (1998), pp. 79-97. 49. Biografía dedicada a la figura de don pero niño, conde de Buelna. 50. Biografía dedicada a la figura de don Rodrigo ponce de león. 168 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) 5. Ultílogo las categorías de libros hasta aquí analizadas constituían el pensum ideal recomendado para la recta formación de un noble. de hecho, los correspondientes títulos se encuentran en la mayoría de los inventarios conservados de esta época. Ahora bien, en tales fondos suelen estar también representadas aquellas obras dedicadas a la caza, deporte nobiliario por excelencia, a los decires y cantares, y al ocio inteligente en forma de juegos de mesa. Esto es, las actividades indicadas por don luis de guzmán como contrapunto de la Biblia. En cambio, brilla por su ausencia una vasta producción que atiende al nombre de novelas de caballería. Frente al desarrollo del género historiográfico basado en la realidad, se elaboró y difundió esta otra rama fruto de la ficción. El hecho merece algún comentario. por supuesto, tales obras nunca fueron consideradas como lecturas ejemplares(51), sin embargo su influencia fue enorme en el público lector de corte aristocrático. múltiples son las pruebas que se podrían aducir en tal sentido, pero yo me voy a limitar a los testimonios estudiados por mí en dos artículos(52). En el primero se describe puntualmente los festejos organizados con motivo del nacimiento del heredero de Carlos I. para semejante ocasión los representantes del estamento nobiliario se transforman en caballeros andantes y simulan algunas de las aventuras más notables del género; en el segundo trabajo se encuentra una prueba inequívoca y rara. se trata del inventario de libros del II duque de Alburquerque, don Francisco Fernández de la Cueva (1467-1526). En el documento figura el conjunto de obras de carácter convencional que responde a las necesidades de un hombre de su condición, pero además la colección comprende una serie de títulos -un cuarto del número total aproximadamente- que proclama la afición personal del propietario hacia el mundo de la imaginación y el entretenimiento. Ello nos hace pensar que el duque fue un auténtico lector y, por si fuera poco, que no se avergonzó del contenido de aquellas páginas, sino que las consideró dignas de figurar en sus anaqueles, a diferencia de lo que solía ocurrir en otros casos similares, en los que sólo se guardaba la literatura considerada de buen tono social e intelectual(53). por una vez, nos encontramos ante un aristócrata que de verdad lee y 51. Como ya se anticipó, Alonso de Cartagena desaconsejaba su lectura. 52. “Relación de las fiestas caballerescas de Valladolid de 1527: un documento inédito”, Emblemata, 9 (2003), pp. 127-194 y “la biblioteca del II duque de Alburquerque”, Anuario de Estudios Medievales, 32/1 (2002), pp. 361-400. 53. tal vez los productos de la otra modalidad eran considerados efímeros y, por tanto, eliminados. REYES, MONJES Y SABIOS 169 lee lo que el público mayoritariamente demandaba. El testimonio de su sinceridad es impagable. En definitiva, los dos casos citados nos hacen sospechar que muchos de los libros registrados en los inventarios estuvieron en poder de sus dueños, pero probablemente en situación de latencia(54). por tanto, si se admite esta hipótesis, el canon de lecturas ejemplares habría desempeñado una función teórica más que práctica. Este margen de duda sobre las lecturas reales del posesor de una biblioteca es predicable de cualquier información documental relativa a esta cuestión. 54. Algunos especialistas hablan de libros durmientes. 7 Los libros godos en la Real Biblioteca de El Escorial en época de Felipe II: un proyecto humanístico tardío JOSÉ LUIS GONZALO SÁNCHEZ-MOLERO Universidad Complutense de Madrid La fundación de la Regia Laurentina: los modelos a seguir Al final de sus días, en julio de 1598, Felipe II pidió recorrer el monasterio de san lorenzo de El Escorial, la gran obra arquitectónica y cultural de su reinado, probablemente deseaba retener en su memoria las últimas imágenes mundanas antes de recluirse, moribundo, en sus habitaciones y prepararse para la muerte. En aquel periplo, llevado sobre una silla adaptada, el salón de Frescos de la biblioteca fue una de las paradas obligadas. Es muy posible que ya se hubiera colocado en el hueco reservado entre las estanterías, el retrato del monarca, anciano, atribuido a pantoja de la Cruz. si fuera así, por unos instantes podemos rememorar la escena en que los ojos del monarca se cruzaron con los de su sosias pictórico. El primero pronto abandonaría este mundo, el segundo, en cambio, todavía sigue entre nosotros, ejerciendo el mismo papel para el que fue concebido: recordar al regio fundador de aquella biblioteca. ¿Cuáles fueron los propósitos de Felipe II al fundar esta biblioteca real y establecerla en el monasterio jerónimo de san lorenzo del Escorial? tradicionalmente se ha vinculado la creación de la Regia laurentina con el memorial presentado en 1555 por juan páez de Castro ante Carlos V y Felipe II, de manera sucesiva. En el mismo proponía la fundación de una biblioteca real de carácter público, al estilo de otras instituciones de la época. Como ya hemos defendido en otras ocasiones, la relación de este memorial con El Escorial no es tan directa como se ha creído. páez no preludió esta librería regia, sino que su proyecto siempre estuvo determinado por un proyecto anterior: el fallido propósito de Carlos V encaminado a establecer en el castillo de simancas una gran biblioteca-museo dedicada a su memoria. de aquí la insistencia de páez 172 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) Retrato de don Felipe II por Alonso sánchez Coello REYES, MONJES Y SABIOS 173 porque su biblioteca ideal contuviera escrituras y documentos, junto con los libros, o sobre la misma no debía situarse en un lugar apartado, sino en una ciudad, para lo que proponía (con lógica) a Valladolid. sus horizontes, nos parece obvio, se limitaban a la antigua pincia, por entonces sede habitual de la corte castellana, y al cercano castillo de simancas. sin embargo, cuando Felipe II regresó a España (1559), las circunstancias habían cambiado de manera tan notable, que ya no fue posible ejecutar el proyecto de páez tal y como éste lo había concebido. Es más, incluso cuando en 1567, el 22 de abril, el monarca firmó la carta fundacional del monasterio, sorprende descubrir en ella la ausencia de una referencia explícita a la biblioteca. se citan los estudios, las letras y el Colegio (números 69-83), pero no las razones por las que el rey decidió que el edificio albergara una gran biblioteca de carácter público, o indicaciones sobre cuáles deberían ser sus funciones. Este silencio es muy significativo(1). la respuesta a esta omisión se encuentra en que el proyecto de la Regia Laurentina, en expresión de Fernando Bouza, no estaba todavía definido, e incluso suscitaba enormes dudas sobre su idoneidad. Varias eran las causas de esta situación. En primer lugar, la corte española se había mantenido ajena, desde mediados del sigo xV, a la pujante corriente bibliográfica renacentista que había fructificado en la creación de afamadas bibliotecas públicas en Roma (Vaticana), Venecia (marciana) y Francia (Fontainebleau y louvre). Como consecuencia de esto, Felipe II carecía de unos modelos dinásticos previos a seguir. Es cierto que algunos intentos semejantes se habían producido en Castilla durante el siglo anterior(2), pero ni Alfonso V en nápoles, ni Enrique IV ni Isabel la Católica (en segovia), ni tampoco el emperador Carlos V (en simancas), habían superado el horizonte medieval de la librería-tesoro. no obstante, ante la gravedad de esta situación, dos personajes habían intervenido ante el César, aconsejándole la fundación de una biblioteca real de carácter público: Hernando Colón, hacia 1537, y juan 1. sobre el mismo se interroga Francisco javier Campos y Fernández de sevilla, “la navidad en el gabinete de Estampas de la Biblioteca Real de El Escorial”, en Francisco javier Campos y Fernández de sevilla (coord.), La Natividad: arte, religiosidad y tradiciones populares, san lorenzo de El Escorial, Real Centro universitario Escorial-maría Cristina, 2009, p. 378 y ss. 2. tratamos este asunto en Regia Bibliotheca. El libro en la corte española de Carlos V. mérida, Editora Regional de Extremadura, 2005, 2 vols., I, pp. 630-635; y en “Felipe II y los orígenes de la biblioteca humanística de Escorial”, en Franco Buzzi y Roberta Ferro, La Biblioteca Ambrosiana tra Roma, Milano e L’Europa. Atti delle giornate di studio 25-27 novembre 2004, en Studia Borromaica, 19 (2005), pp. 139-190. 174 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) páez de Castro en 1555. Ambos propusieron en sus memoriales la fundación de una institución semejante a las italianas y francesas arriba citadas. se desconoce la literalidad de la propuesta colombina ante Carlos V, pero si atendemos a la trayectoria vital del hijo ilegítimo del descubridor(3), puede suponerse con cierta verosimilitud que aquella estaba muy determinada por la idea de una biblioteca universal, incluso antes de que Conrad gesner sancionara este término. no en vano, Colón pretendió formar una biblioteca con todos los libros impresos en su época, para lo que realizó compras sistemáticas de libros tanto en España como en los principales lugares de Europa. marcos Felipe, su colaborador y albacea, define este proyecto de la siguiente manera: Por la capacidad y viveza de su alto y encumbrado ingenio emprendió cosas grandes y de mucha alteza, entre las cuales la una y más principal fue que hizo juntar todos los libros de todas las lenguas y facultades que por la Cristiandad y fuera de ella se pudiesen hallar, lo cual por algunos príncipes se han hecho, pero fue de los libros que en sus tierras se hallaron; pero él no solamente juntó los que encontró con mucho trabajo y largo tiempo y crecida costa halló, pero dejó dada orden como perpetuamente se buscasen los que después de él se hiciesen de nuevo volumen, que viniesen a las manos de los hombres, y que después de así juntos los tales libros, de ello vendrían grandísimos y utilísimos provechos… Deseó mucho que su librería se conservase y aumentase por ser cosa de tanta calidad que el mundo no la tiene ni ha tenido de la forma y manera que él la dejó principiada(4). sin embargo, Colón no pudo convencer a Carlos V de que tomara bajo su patrocinio los fondos tan ferviente y laboriosamente reunidos (más de quince mil volúmenes), y a su muerte, en 1539, y tras un complejo proceso judicial, su biblioteca acabó en la catedral de sevilla (1552). durante este tiempo, el emperador prefirió patrocinar otro tipo de biblioteca imperial, basada en un concepto cercano al de wunderkamera, y que se planteó desde sus inicios, hacia 1542, como un museo dedicado a la fama dinástica y personal del soberano. sospechamos que fue luis de ávila y zúñiga, gentilhombre y protocronista 3. sobre Hernando Colón, vid. juan guillén, Hernando Colón. Humanismo y bibliofilia. sevilla, Fundación josé manuel lara, 2004. juan guillén, Historia de las bibliotecas Capitular y Colombina sevilla, Fundación josé manuel lara, 2006. josé Fernández sánchez, Historia de la Bibliografía en España, madrid, Compañía literaria, 1994. Catálogo concordado de la biblioteca de Hernando Colón. madrid, mApFRE; sevilla, Cabildo de la Catedral, 1993-1995. 2 vols. 4. Citado por guillén, Hernando Colón, op. cit., pp. 16-17. REYES, MONJES Y SABIOS 175 del emperador, el inspirador de esta idea. El lugar escogido para su ubicación fue el castillo de simancas, donde al mismo tiempo se acababa de instalar el nuevo archivo real. no olvidemos que en el Renacimiento los conceptos de archivo, biblioteca, e incluso museo, iban muy unidos, por lo que no ha de sorprender que mientras llegaban a simancas los primeros legajos de documentación administrativa, Carlos V decidiera depositar en su castillo parte de su cámara, en especial la armería y algunos libros y códices de gran valor, como el Catálogo Real de Castilla, de gonzalo Fernández de oviedo. los volúmenes tienen un marcado carácter patrimonial y dinástico, y el monarca, sin duda, era consciente de este contenido, pues no puede considerarse la selección de estos libros como fortuita o accidental. Al contrario, los títulos recopilados respondían a un programa muy meditado. Este proyecto, sin embargo, no tuvo la culminación deseada, pues Carlos V, que no regresaría a Castilla hasta 1556, fue incapaz de impulsarlo(5). Aunque estas dos iniciativas fracasaran, resulta de interés destacar, por su evidente conexión con la posterior fundación de la Regia laurentina, el hecho de que Felipe II, en su juventud, no fuera ajeno a la idea de la biblioteca-museo de simancas, ni a la de crear una biblioteca de carácter universal. Con respecto a lo primero, el príncipe Felipe, como lugarteniente de su padre en los reinos españoles, asistió y colaboró en el proyecto de Carlos V encaminado a establecer en el castillo de simancas una gran biblioteca imperial. Fue, por ejemplo, él quien ordenó en 1545 que se trasladaran a simancas los libros que el rey Enrique IV, y después Isabel la Católica, habían depositado en el alcázar de segovia. Este fondo estaba constituido por unos centenares de códices medievales que habían pertenecido a los reyes de Castilla desde el siglo xIII, entre ellos un ejemplar de las Cantigas de Alfonso x el sabio. la combinación de estos volúmenes junto con los del César tenía un innegable valor propagandístico y dinástico, en la línea deseada por este monarca para su fundación(6). Con respecto al segundo modelo planteado, debemos recordar cómo, al mismo tiempo que lo anterior, el príncipe Felipe dio muestras de una gran afición bi5. josé luis gonzalo sánchez-molero, “la biblioteca postrimera de Carlos V en España: las lecturas del Emperador”, Hispania, 206 (2000), pp. 911-944. 6. tratamos sobre esto en gonzalo sánchez-molero, Regia Biblioteca, op. cit., I, pp. 29-38; en El César y los libros. Un viaje a través de las lecturas del emperador desde Gante a Yuste, Cuacos de Yuste, Fundación Academia Europea de Yuste, 2008; y en “El caballero, la muerte y el libro. las lecturas del emperador en Yuste”, en el catálogo de la exposición Carlos V en Yuste. Muerte y gloria eterna, madrid, tF Editores, 2008, pp. 145-178. 176 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) bliófila, como los algo más de ochocientos volúmenes de su biblioteca personal, inventariados en 1553 por su guardajoyas, evidencian todavía hoy. El principal impulsor de este coleccionismo fue su preceptor juan Cristóbal Calvete de Estrella, quien concibió la denominada como Librería rica principesca desde la perspectiva colombino-gesneriana de crear una gran biblioteca renacentista(7). Es más, fue en 1545, coincidiendo con la publicación en zurich de la Biblioteca universalis, sive Catalogus omnium scriptorum locupletissimus, in tribus linguis, Latina, Graeca et Hebraica, de gesner, cuando Calvete emprendió entre dicho año y 1547 varias compras masivas de libros impresos para la biblioteca del heredero, especialmente en latín y en griego. no debe desdeñarse, sin embargo, la posibilidad de que en el preceptor palatino influyeran otras circunstancias. por ejemplo, es posible que tuviera noticias del proyecto colombino, pues su propio maestro, el Comendador griego Hernán núñez de guzmán, había colaborado con Colón, recomendando a varios estudiantes para que trabajaran en su biblioteca sevillana. llama también la atención el hecho de que los libros adquiridos para el príncipe fueran encuadernados siguiendo un estricto modelo heráldico, que recuerda las cubiertas heráldicas que Francisco I dispuso para los volúmenes de las bibliotecas reales del louvre y de Fontainebleau. Como fue precisamente la visita de Carlos V a este castillo en 1539 uno de los principales motivos que le impulsaron a fundar su propia biblioteca imperial en simancas, tal coincidencia permite sospechar la existencia en la corte española, durante los años siguientes, de una preocupación bibliográfico desconocida hasta entonces, de la que surgieron los proyectos tanto de simancas como de la librería rica filipina, cuyos libros, primorosamente encuadernados, fueron guardados en el Alcázar de madrid entre 1546 y 1547. Ahora bien, la recopilación y depósito de estos fondos, dinásticos en un caso, humanísticos en el otro, constituyeron dos esfuerzos sin continuidad. ni en simancas ni en madrid se fundó con ellos una biblioteca regia de carácter público, perdurando en consecuencia, su carácter de bienes privados de la familia real. quizá esto pueda explicarse por las continuas ausencias de sus dos impulsores, Carlos V, quien permaneció fuera de España, de manera permanente, entre 1543 y 1556, y su hijo Felipe, quien se ausentó entre 1548 y 1551, y de nuevo entre 1554 y 1559, pero también debe tenerse en cuenta otro factor intelectual, probablemente de mayor importancia. Hacia 1555, tanto la idea de que era posible reunir toda la producción bibliográfica de la época, como el 7. josé luis gonzalo sánchez-molero, La “Librería rica” de Felipe II. Estudio Histórico y catalogación, san lorenzo de El Escorial (madrid), Ediciones Escurialenses, 1998. REYES, MONJES Y SABIOS 177 sueño de una biblioteca imperial concebida al estilo de una cámara de las maravillas, se presentaban como empresas tan espectaculares como impracticables. la multiplicación de ejemplares que trajo consigo la imprenta había generado un incremento tan extraordinario de obras y de autores, que no era factible ya su congregación en una biblioteca. Y con respecto al segundo proyecto, éste quedó en suspenso hacia 1553, tras fracasar Carlos V frente al luteranismo en Alemania y ante Francia en el asedio de metz. profundamente deprimido por esta derrota, el monarca se retiró a Bruselas y se determinó a abdicar en su hijo entre 1555 y 1556. su fama ya no le preocupaba, sino su alma. Fue entonces cuando se propuso la conversión de este proyecto simanquino en una nueva biblioteca real de carácter público. En 1554 juan páez de Castro, que había estado sirviendo en Roma al embajador diego Hurtado de mendoza y al cardenal de Burgos, Francisco de mendoza y Bobadilla, viajó con éste hasta los países pajos. El prelado deseaba entrevistarse con el emperador. por entonces ya se tenía por seguro en la corte que el César iba a abdicar en su hijo. por esta razón, cuando en 1555 don Felipe, rey de Inglaterra y príncipe de las Españas, regresó a los países Bajos, fue recibido ya como el futuro rey. páez se reencontró en Bruselas y Amberes con antiguos compañeros de Valladolid, en particular con Calvete de Estrella y con Bernabé de Busto, y, junto con estos, no tardó en participar en las interesantes relaciones que de inmediato se trabaron, o reanudaron, entre el entourage del príncipe y los cenáculos humanísticos que, tras el Felicísimo viaje, se habían desarrollado en los países Bajos, integrados por naturales de aquellas regiones y residentes españoles. En estos cenáculos, situados fundamentalmente en Amberes, Bruselas y lovaina, se generó un interesante programa de gobierno para el futuro rey, en el que, desde una óptica reformista e irenista, (muy dominada por el influjo de la conversión pacífica de Inglaterra al catolicismo), se proponían una serie de medias en temas políticos, económicos, religiosos y culturales. El célebre memorial que páez de Castro presentó entonces al rey, proponiendo la creación de una Biblioteca Regia, nació en medio de este ambiente político y cultural, con el que debe ser puesto en relación. En realidad, el memorial fue sólo una parte de un proyecto más amplio de difusión cultural que, desde estos cenáculos, se esperaba fuera apoyado y promocionado por el nuevo rey, cuya educación humanística y su mecenazgo habían sido ampliamente loados en los países Bajos por su antiguo preceptor, Calvete de Estrella, el creador de la Librería rica. uno de los ejemplos de este ambiente nos lo proporciona sebastián Fox morcillo, amigo de páez y de Calvete en la corte de Bruselas, quien cuando 178 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) dedicó al cardenal Bobadilla y mendoza su De imitatione, seu de informandi Styli ratione... (Amberes, 1554), hizo preces en su proemio para que todos los sabios de España publicaran sus ideas, anhelando la llegada de una nueva edad dorada para las letras en España, bajo el gobierno de Carlos V y de su hijo Felipe. : Así sucedería ciertamente que en poco tiempo igualaríamos en erudición y abundancia de escritos la gloria de las hazañas bélicas e igualaríamos también a aquellos antiguos Quintilianos, Sénecas, Lucanos, Marciales, Columelas, o tendríamos otros más sabios que ellos. Pero hay que empezar alguna vez, y más en esta época en que estamos, en la que el esplendor del imperio, que se halla en Carlos y en su hijo Felipe, se une el adorno de la cultura de esta edad, tan floreciente(8). sus palabras son testimonio de fehaciente de las esperanzas que los humanistas españoles y belgas albergaban con respecto al nuevo rey, una nueva era en lo cultural, como también lo político y en lo religioso. Fox morcillo fue también el primero en tratar de dotar a Felipe II de un programa teórico de gobierno, con su De Regni, Regisque institutione (Amberes, gerad spelman, 1556)(9). dedicada a juan de la Cerda, duque de medinaceli, en este diálogo humanístico el humanista sevillano propone, por boca de Aurelio, todo un programa de gobierno para el Rey, diseña (entre otras muchas propuestas) un modelo educativo, considerando como uno de los deberes de los reyes la fundación de academias y de estudios públicos(10). En la misma línea se sitúa la Institucion de un rey christiano, de Felipe de 8. En Victoria pineda, La imitación como arte literario en el siglo XVI español. (Con una edición y traducción del diálogo De imitatione de Sebastián Fox Morcillo, sevilla, diputación provincial de sevilla, 1994, p. 181. 9. Existe un estudio de esta obra: R. W. truman, “sebastian Fox morcillo’s De regni regisque institutione (Antwerp, 1556). Humanist Approaches to Empiricism”. En I. d. mcfarlane, (ed.), Acta Conventus Neo-Latini Sanctandreani. (Binghamtom, nueva York, 1986). sobre la obra de Fox vid. también los trabajos de Antonio Espigares pinilla, “Reflexiones en torno al tratado de honore de sebastián Fox morcillo”, en Ana maría Aldama Roy (coord.), De Roma al siglo XX, 1996, vol. 2, pp. 697-706, y especialmente La cuestión del honor y la gloria en el humanismo del siglo XVI a través del estudio del “Gonsalus” de Ginés de Sepúlveda y del “De honore” de Fox Morcillo, madrid, universidad Complutense, 2002. 10. sebastián Fox morcillo, De regni regisque institutione libri III..., Antuerpiae : apud gerardum spelmannum, 1556 (typis Io. Withagij), ff. Bb1v-Bb2v. REYES, MONJES Y SABIOS 179 la torre, obra este autor aragonés pretendía instruir al nuevo monarca en unos principios de gobierno humanísticos, que todavía eran defendidos en los países Bajos y que muchos, a la luz del entorno del joven rey, creían posible relanzar. torre propone un modelo de rey sabio, y en el capítulo tercero, titulado Quanta necessidad tienen los Reyes y Señores de leér libros, y de hombres que les auisen la verdad, afirmaba: Dos causas entre otras hallaran los Sabios para persuadir à los Señores que leyessen libros: la primera, porque tienen gran falta de hombres que les digan la verdad, la segunda porque tampoco tienen quien ose con libertad de reprehender sus faltas y vicios(11). para fundamentar la primera causa, de la torre se apoya en séneca y en plutarco, y concluye: De aqui vino que Platon llamaua aquellas republicas bienauenturadas, donde o los Reyes sabian filosofia, o los que la sabian gouernaban(12), cita platónica típica del modelo erasmiano del principis christiani. Con respecto a la segunda causa, recurre el autor a Isócrates, Orador griego y muy docto varón(13), y a sus consejos al rey demócrito para que se diesse à leér libros: porque (dize) estos no tienen empacho de dezirte lo que sienten, ni temen (como los criados) de descubrirte tus vicios, y dar juntamente el remedio para ellos(14). mientras estos autores aconsejaban a Felipe una determinada política cultural, páez de Castro redactaba y entregaba su famoso memorial. En la primavera de 1555 le llega el nombramiento de cronista y capellán real, con un pequeño intervalo de tiempo entre una y otra merced(15). El mismo nos dice que los referidos nombramientos los debo a un grande amigo que tengo en la Cámara de su Magestad, flamenco, que se llama Guillaume Van Male, al que yo conocí en el Concilio de Trento: él ha sido el movedor de todo, después le ayudarán muchos, entre los cuales fue el Cardenal mi patrón, y el comendador mayor D. Luis de Avila(16). El cardenal al que se refiere es don Francisco de 11. Felipe de la torre, Institucion de vn Rey Christiano: colegida principalmente de la santa Escritura, y de sagrados Doctores por el Maestro Felipe de la Torre ..., En Anuers : en casa de martin nucio ..., 1556, fol. 16r. 12. Ibídem, fol. 18r-v. 13. Ibídem, fol. 18v. 14. Ibídem, fol. 19r. 15. Constancio gutiérrez, Españoles en Trento, Valladolid, Consejo superior de Investigaciones Científicas, Instituto “jerónimo zurita,” sección de Historia moderna “simancas”, 1951, p. 666. páez residía en la Corte desde el principio de 1555, según fe dada por Francisco de Eraso (gante, 24-sep-1556). Archivo general de simancas, EMR-Residencias, leg. 8, fol. 358. 180 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) mendoza y Bobadilla. Hacia 1558 debió convertirse en secretario del arzobispo Carranza, pues en la conocida declaración de fray Baltasar pérez ante el santo oficio sevillano, acusa a páez poco menos que de ser el soplón infiltrado en la Corte de Bruselas que mantenía informados de cualquier peligro a los heterodoxos miembros del cenáculo de lovaina, sirviéndose para este fin de sus relaciones como secretario del prelado. si la acusación era cierta, Felipe II no dio muestras de saberlo. En estos primeros años al servicio del monarca escribió una traducción al castellano de la Odisea, que quedó inédita, y propuso la creación en Valladolid de una gran biblioteca real, proyecto que después se haría realidad (muy modificado) en la gran biblioteca escurialense. Aunque el contenido de este memorial se ha interpretado en relación con la posterior fundación de la biblioteca de El Escorial, en realidad su propósito iba enfocado a reactivar el citado proyecto del castillo de simancas, adaptándolo a los modelos renacentistas (que el propio humanista había conocido en Venecia y en Roma). páez aconsejó el traslado de los fondos desde el aislado castillo a la ciudad de Valladolid, sede entonces de la Corte, y la reconversión de la biblioteca en un centro de lectura y de difusión cultural, a través de la compra de obras en las lenguas clásicas y orientales y de la creación de una imprenta. Ahora bien, las ideas propuestas por páez de Castro deben verse en un contexto cultural más amplio que el ofrecido por su memorial. En primer lugar, el citado programa cultural que se desarrolló en la nueva corte filipina de Bruselas, entre 1555 y 1559; en segundo lugar, la herencia de las bibliotecas de juana la loca, Carlos V y maría de Hungría, que imbuyeron en Felipe II un profundo sentido dinástico del libro como bien de la Corona; y en tercer lugar el ejemplo de la rica cultura bibliófila que se había desarrollado en los países Bajos, y de la que margarita de Austria y maría de Hungría habían participado de manera tan activa. la contemplación no sólo de los fondos de la biblioteca real de Borgoña, sino el conocimiento de las esmeradas librerías que los cortesanos flamencos poseían, fueron un acicate para el nuevo rey, así como para los españoles que le acompañaban. de esta manera, no ha de sorprender que en 1559 Felipe II decidiera fundar en Bruselas una primera Biblioteca Real, reuniendo los libros que había 16. diego josé dormer, Progressos de la Historia en el Reyno de Aragon, y elogios de Geronimo Zurita, su primer coronista ... : contienen varios sucessos desde el año de M.D.XII hasta el de M.D.LXXX ... En zaragoça : por los herederos de diego dormer, 1680, p. 553. páez de Castro a jerónimo de zurita (ago-1555). sobre esta época y la bibliofilia del humanista de quer, vide Arantxa domingo malvadí, Bibliofilia Humanista en tiempos de Felipe II. La Biblioteca de Juan Páez de Castro, salamanca, Ediciones universidad de salamanca, 2011. REYES, MONJES Y SABIOS 181 heredado de la antigua colección de margarita de Austria, guardados en el castillo de turnhout por maría de Hungría(17). se trataba de una librería-tesoro compuesta por una magnífica colección de rico códices iluminados, escritos en francés, y que habían sido recopilados tanto con una mentalidad dinástica y política, como también para servir en el ocio de las cortes femeninas de ambas soberanas. ubicada durante décadas en malinas, maría de Hungría la recibió de su tía margarita como herencia en 1531. En su poder permanecería hasta que en 1555, decidida a viajar a España junto con su hermano el César, trasladó estos códices al castillo de turnhout, quizá con el propósito de que se convirtieran en una librería-tesoro, de marcado carácter dinástico, al estilo de la de simancas. Al trasladar los libros a Bruselas, Felipe II efectuaba un gesto de gran calado político, pues se temía que el rey (extranjero) se llevara estos libros (de tan honda importancia dinástica y nacional para los flamencos) a España, para reunirlos con el resto de la biblioteca de maría de Hungría; pero era también un gesto hacia el programa cultural que, como acabamos de estudiar, se le había propuesto desde distintos espacios. El libro, como difusor de la cultura y del pensamiento, era protegido. A su cargo dispuso a Vigle van Aytta zwykems, un afamado jurista y consejero neerlandés, quien supo desarrollar una excelente política de adquisición de patrimonio bibliográfico, determinado en gran parte por los objetivos historicistas y de propaganda de la Casa de Borgoña que ya había inspirado la bibliofilia de margarita de Austria. para ésta, su biblioteca tuvo un fuerte significado dinástico, vinculado tanto con la Casa de Austria como con la de Borgoña. no en vano desarrolló una constante política para adquirir nuevos fondos, con los que enriquecer su riche libraire de manuscritos, y recuperar su antiguo esplendor dinástico. margarita era consciente de que tras la muerte de su abuelo Carlos el temerario, 17. sobre estas bibliotecas vid. l. p. gachard, “notice sur la librairie de la reine marie de Hongrie, soeur de Charles quint, régente des pay-Bas”, en Comte-rendu des séances de la commission royale d’histoire, ou recuil de ses bulletins, 1 (1845), pp. 224-246. gh. de Boom, “la libraire de marguerite d’Autriche”, Revue de l’Université de Bruxelles, I, oct-nov, 1926, pp. 1-40; Marguerite d’Autriche-Savoie et la Pré-Renaissance, parís-Bruselas, 1935; m debae, La libraire de Marguerite d’Autriche: exposition Europalia 87 Österreich: Bibliothèque Royale Albert Ier, Chapelle de Nassau: du 18 septembre au 5 décembre 1987. Catalogue par Marguerite Debae, Bruselas, Bibliothèque Royale Albert Ier, 1987. Y finalmente C. lemaire, De librije van Maria van Hongarije, en B. van den Boogert y j. Kerkhoff, Maria van Hongarije tussen keizers en kunstenaars van Hongarije 1505-1558. Waanders uitgevers, zwolle, 1993, pp. 179-188, y “la bibliothèque des imprimés de la reina marie de Hongrie régente des pays-Bas, 1505-1558”, Bibliothèque d’Humanisme et Renaissance. Travaux et Documents, 58 (1996), pp. 119-139. 182 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) en la batalla de nancy (1477), y el interregno sangriento que le siguió, la biblioteca ducal de Borgoña, como el resto de los bienes patrimoniales del difunto, sufrieron un triste saqueo. su hija maría de Borgoña se había visto obligado a vender gran parte del tesoro ducal, para pagar los gastos de la guerra con Francia, o para avalar grandes préstamos, entre 1478 y 1487(18). Restañar esta herida fue uno de sus objetivos. En 1559 el nuevo rey tomó buena nota de estas ideas, y parte de las mismas se incorporarían en el proyecto de El Escorial diez años más tarde. Es más, en 1579 el secretario gabriel de zayas escribió a Benito Arias montano encargándole, de parte del rey, que diera noticias sobre cómo se estaba organizando la Biblioteca Regia de Bruselas, por si pudiera servir como modelo para El Escorial: S.M. holgaría saber en qué términos va la Biblioteca Regia, y por qué orden y de qué manera se han de tener los libros, por ver si habrá de tomar la traza o algo de ella para los de su Monasterio(19). sin embargo, nada parecido llegó a ejecutarse en España cuando Felipe II regresó en 1559. si la decisión de fundar una biblioteca real en la capital de los países Bajos se pudo interpretar como el preludio del establecimiento en España de una institución parecida, la decepción hubo de ser completa. durante dos años la Corte se trasladó desde Valladolid a toledo, y después hasta madrid, buscando una ubicación fija. Cuando finalmente el rey entró en madrid (1561) lo hizo acompañado de más de setecientos libros más, que, heredados de su abuela juana la loca, de Carlos V y de maría de Hungría, se reunieron con los que el Rey prudente traía de Inglaterra y de Flandes, así como con los que Calvete había comprado años atrás. El conjunto librario superaba los mil quinientos volúmenes. pero, sorprendentemente, Felipe II desestimó establecer en la villa una biblioteca semejante a la que él mismo había fundado en Bruselas. ¿por qué? ¿qué conjunto de factores produjeron el tránsito desde la torre Alta del Alcázar Real de madrid al impresionante salón de Frescos de la Biblioteca de la laurentina? En primer lugar, la situación política y religiosa de España había sufrido un brusco giro en 1559, cuando el santo oficio descubrió la existencia de importantes grupos de protestantes en sevilla y Valladolid, entre cuyos miembros estaban destacadas personalidades como el doctor Constantino 18. j. Finot, Inventaire sommaire des archives départementales antérieures à 1790. nord. Archives civiles. série B, t. VIII, lille, 1895, págs. 164-175. 19. gabriel de zayas a Arias montano (27-jul-1579). En Colección de Documentos Inéditos para la Historia de España, (CodoIn), 41 (1862), p. 152. REYES, MONJES Y SABIOS 183 ponce de la Fuente, pocos años antes predicador del propio Felipe II. E incluso el arzobispo de toledo, fray Bartolomé Carranza, fue detenido y encarcelado acusado de tener opiniones heréticas. En toda la península se extendió un temor generalizado hacia el libro, como medio de divulgación del protestantismo, y no ha de sorprender que en 1559 se publicara el primer gran índice español de libros prohibidos. Ya el año anterior la Corte de Valladolid se había escandalizado ante el hecho de que los oficiales del santo oficio encontraran ejemplares del Catecismo de Carranza en manos del príncipe don Carlos y de otros nobles. Este tipo de episodios se decidió que tuvieran escasa notoriedad pública en adelante. la idea de fundar una biblioteca quedó aparcada mientras se calmaba la situación religiosa y el rey lograba consolidar un nuevo sistema de gobierno, de acuerdo con sus gustos e intereses. sobre todo si tenemos en cuenta que una parte muy importante de los fondos regios estaban contenidos en las listas del Índice inquisitorial (1559). no se procedió a una expurgación masiva de los libros en palacio, pero su existencia fue disimulada. En segundo lugar, el desarrollo de una potente maquina burocrática y propagandística que sustentara la naciente monarquía Hispánica, surgida tras la división dinástica del Imperio carolino, determinó también cambios en la idea del libro difusor de la cultura y del pensamiento. Al establecer la corte en madrid (1561), el diseño de la torre Alta del Alcázar respondía a una mixtura entre la idea de una librería universal y el modelo medieval de tesoro. El gran giro de 1559 determinó que el modelo de biblioteca real de Bruselas fuera considerado como un episodio previo y demasiado vinculado al ambiente cultural neerlandés, de modo que sus pautas debían ser modificadas en España. Esto incluía al proyecto de páez de Castro, que no pudo concretarse desde su presentación en 1555-1556 ante el rey. Ya no era posible una conciliación entre las diferentes iglesias protestantes y la iglesia de Roma. Además, los sucesos de España habían puesto de manifiesto que el país no era inmune a la amenaza de la herejía. En el entorno real se trató de articular un nuevo discurso político coherente, legitimador del reinado que se iniciaba. Es de este modo como se modeló el denominado proyecto confesionalista de Felipe II, que consistió en la imposición de un sistema católico de creencias sociales, una compleja reforma de la administración y un rígido control de la iglesia y la nobleza por parte de la Corona. En este ambiente el rey decidió fundar en El Escorial un gran monasterio jerónimo donde sepultar a su padre y a los otros miembros de su dinastía. Hacia 1561 Felipe encomendó al arquitecto juan Bautista de toledo que levantara los primeros planos de un colosal monasterio, se buscó una localización adecuada y, por fin, la primera piedra se puso el 23 de abril de 1563. 184 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) podría pensarse que en estos años fundacionales del monasterio el rey ya tenía decidido que el edificio contuviera una magnífica biblioteca. mas no fue así. Inicialmente, el proyecto arquitectónico de El Escorial no contempló la inclusión de una biblioteca real pública, sino sólo una librería monacal y una colección de libros litúrgicos para el panteón imperial, continuación de la idea de tesoro. su ubicación en una torre dentro del ámbito monacal desvela este destino. Esta torre no se construyó finalmente, pero todavía se observan restos de su traza inicial en la larga fachada que en la actualidad da a un estanque. En nuestra opinión, hubo que esperar a que la tormenta religiosa amainara, hacia 1564, para que a partir de en este momento tomara cuerpo la idea de la laurentina como una gran biblioteca renacentista. Y la chispa que generó este proceso no fue una meditada decisión del monarca, sino una venturosa coincidencia. En 1564 empezó a discutirse la necesidad de crear un Colegio o seminario en el monasterio, dotado con una biblioteca propia. los jerónimos no aventuraban que con esta propuesta iba a convertir el nuevo monasterio de la orden en la sede de una gran biblioteca real, pero la ocasión fue aprovechada (no sabemos en verdad por quién) para proponer de nuevo al Rey el proyecto más ambicioso de establecer en el monasterio la primera biblioteca real pública española. Alguien debió convencerle de que al edificio le faltaba una joya cultural de este tipo. Fue entonces cuando se elaboró el primer catálogo de los libros que tenía Felipe II en madrid, que fue remitido ese mismo año al prior Huete para que diera su opinión, y que fue ampliado y corregido, tras perderse, en 1565(20). tras obtener la aprobación de la comunidad jerónima a la nueva idea regia, en noviembre de 1566 se encaminan ya hacia el monasterio los cientos 20. Así parece deducirse de que la lista de libros del Rey, hallados en poder de juan de serojas en 1574, fuera cotejada con “el catalogo de 1565”. Catalogo de los libros de Su Mag. que se hallaron en poder de Serojas a (en blanco) de março de 1574, Real Biblioteca del monasterio de El Escorial (RBmE), &-II-15, fol. 314v. En este año se iniciaron las entregas de libros a El Escorial, y es de suponer que fue entonces cuando Felipe II ordenó un inventario completo de su biblioteca. sin embargo, en una carta de 7-jun-1564, el prior fray juan de Huete escribe a pedro del Hoyo que ya había visto “el catálogo de los libros que su mag. tiene”, y que se lo había devuelto junto con un memorial. pero Hoyo no lo encontraba entre sus papeles, y Felipe II le escribe al margen de la carta citada que el prior tenía razón, y que si no hallara el catálogo, le avisara para buscarlo o enviar otro. probablemente no se halló, y en 1565 se hizo uno nuevo, que fue el definitivo. si el documento que en 1564 manejó el prior de El Escorial hubiera sido una copia, el tema no habría tenido tanta trascendencia, pero por el contexto parece deducirse que se trataba del original. REYES, MONJES Y SABIOS 185 de volúmenes de la Librería rica del rey, entrega que no concluye hasta 1567. los libros quedaron depositados en la Fresneda, una casa en la que se asentaron los primeros jerónimos mientras se construía El Escorial. guardados en sus cajas y arcones, esperaron así hasta el momento de poder ser trasladados al edificio. El origen de estos fondos era plenamente regio, lo que permite atisbar que esta biblioteca real no se diferenciaba en su concepción inicial de la fundada en Bruselas en 1559. En realidad, sólo supuso el traslado al Escorial de la librería de la torre Alta del Alcázar. En un principio, los libros que llegaron a El Escorial provenían de la biblioteca que Felipe II había reunido en Alcázar Real de madrid. presentaban un marcado carácter regio, pero, puesto que el monasterio de san lorenzo se construía como un mausoleo de los Austria, era coherente que la librería anexa respondiera también a un concepto dinástico. por tanto, entre 1565 y 1569 Felipe II fue enviando al monasterio en construcción gran parte de los libros de su colección personal, en tres grandes grupos cuidadosamente seleccionados. En primer lugar, el rey remitió sus códices litúrgicos, en especial aquellos que podían considerarse como verdaderas reliquias: el manuscrito del De baptismo, de san Agustín de Hipona, los cuatro evangelios del Codex Aureus, el Apocalipsis de Saboya, o los evangelios de san juan Crisóstomo. En segundo lugar, durante los meses siguientes fueron llegando la práctica totalidad de los fondos provenientes de la Librería rica del monarca, divididos por materias (teología, filosofía, matemáticas, astrología, medicina, derecho, historia y gramática), todos en latín, y después, el 25 de enero de 1567, llegaron los volúmenes en griego según la misma división. El 14 de febrero se completó la entrega con un nuevo lote de impresos latinos. En tercer lugar, entre marzo y junio de 1567, el rey remitió a los frailes escurialenses otro gran grupo de impresos y manuscritos, descritos como de diferentes encuadernaciones, casi todos en latín, griego y castellano, que en su mayor parte provenían de las bibliotecas de juana la loca, Carlos V y maría de Hungría. poco después llegaron desde simancas los libros que Isabel la Católica había depositado en segovia, y en 1591 Felipe II logró también que le fueran entregados los que estaban en la Capilla Real de granada. de esta manera, se logró reunir un compendio de la bibliofilia regia hispánica desde el siglo xIII hasta fines del siglo xVI, donde podemos encontrar desde dos códices de las Cantigas de Alfonso x el sabio a los Breviarios de Isabel la Católica, Carlos V y Felipe II. no se produjo, pues, una entrega masivasde libros, sino un meditado programa basado en la selección de los mismos. su carácter dinástico es innegable, pero al incluirse los ejemplares de la librería del rey siendo príncipe, su 186 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) contenido humanístico está muy bien representado, no sólo por los autores y las materias que contenían, sino también por las lenguas escogidas, latín y griego fundamentalmente, con un pequeño espacio para las obras en castellano. En el Alcázar quedaron los libros duplicados, los prohibidos y los que estaban escritos o impresos en francés. sobre estos últimos, recordemos que Felipe II estaba casado entonces con Isabel de Valois, hija del rey Enrique II de Francia, y que quizá tales volúmenes eran leídos por la reina en compañía de sus damas. Esta nueva biblioteca tenía cierta relación con la proyectada por Carlos V en simancas. no olvidemos que El Escorial fue concebida como su mausoleo, pero el objetivo y propósito de la misma no iba ya a ser el mismo. Casi al tiempo que los volúmenes arribaban a la Fresneda, cerca del monasterio en construcción, juan de Herrera cambió la traza inicial de toledo y situó la nueva biblioteca real en la fachada principal, en un espacio central, que daba al patio de Reyes y a la Basílica. sus cambios arquitectónicos definen de manera perfecta el giro que al proyecto había dado Felipe II. se vislumbra como el rey concibe el nuevo edificio como un gran monumento dinástico, en el que los conceptos de mausoleo y basílica, es decir, de dinastía y de Fe, debían ir acompañados con el concepto de Cultura. Y esta idea juan de Herrera la traduce en un gran eje arquitectónico que atraviesa de parte a parte el Real monasterio, dejando a cada uno de los lados los patios dedicados al Colegio y al monasterio, mientras que desde la fachada el visitante transita por un espacio que comienza en la biblioteca, continua por el patio de Reyes, se adentra en la gran basílica, con el mausoleo bajo el altar, y concluye en las casi ocultas habitaciones reales. Cuando se accede al pétreo patio de Reyes del monasterio de El Escorial, la mirada del visitante suele dirigirse hacia el frente, donde desde hace cuatro siglos esperan su particular homenaje las estatuas de david, salomón y otros reyes bíblicos. pocas veces, sin embargo, se mira hacia atrás, hacia el pórtico que da entrada al patio. En consecuencia, no suele repararse en que allí está la biblioteca, y tampoco se advierte en lo extraño de tal ubicación, en la fachada principal del monasterio. ¿por qué se escogió este lugar para guardar los libros? Cuando una de las principales críticas que se hace a Felipe II es que decidiera instalar una biblioteca real en un paraje tan alejado de la Corte, como entonces lo era el Escorial (cenotafio de libros llegará a denominarla algún erudito), no se entiende que sea precisamente en el espacio arquitectónico más preferente y accesible del monasterio donde se ubicara dicha biblioteca. Resulta evidente que el Rey prudente no pretendía ocultar los libros. REYES, MONJES Y SABIOS 187 la construcción del Escorial en un dibujo coetáneo de Anton van Wingaerde (Antón de las Viñas) Ahora bien, ¿qué tipo de biblioteca se adecuaba a este concepto tan propagandístico? para averiguar la respuesta quizás nos sea necesario abandonar el herreriano patio de Reyes, subir los escalones que nos dan acceso al salón de Frescos de la biblioteca de El Escorial y admirar su programa iconográfico. Es evidente que sus dimensiones (54 metros de largo, 9 de ancho y 10 de alto) y su impresionante bóveda de cañón, nos remiten a un modelo renacentista de biblioteca, alejado de la idea medieval y monástica de librería-torre. también su iconografía es humanística. la bóveda está dividida en siete zonas, ornamentadas con pinturas al fresco que representan las siete artes liberales. Cada una está representada por una figura alegórica, por dos historias relacionadas con ella y por las figuras de cuatro sabios. por último, en los frontispicios testeros se hallan representadas la Filosofía (al norte) y la teología (al sur). Aun cuando ya no hubiera volúmenes impresos o manuscritos en los estantes (que fueron vaciados en 1810 y en 1937 por la mano de soldados napoleónicos y republicanos), no tendríamos duda alguna acerca del genuino perfil renacentista de esta biblioteca. El Rey prudente deseaba que aquella librería real fuera 188 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) una biblioteca universal de carácter público, y que funcionara a su vez como un centro editorial. Así, tanto en su concepto como en sus contenidos, la Regia Laurentina se constituyó como un fruto, algo tardío, de la bibliofilia humanística de los siglos xV y xVI. destaquemos que fue también en este momento cuando se emprendió el gran proyecto tipográfico de la Biblia Regia, propuesto en 1567 por Cristóbal plantino al monarca español, lo que nos evidencia el gran impulso cultural que se estaba propiciando. ¿Cómo se transformó esta inicial librería-tesoro, de carácter dinástico, en una biblioteca netamente humanística? la bibliofilia de Felipe II no era una cuestión de apariencia, sino de verdadera afición. Fue el mismo monarca, cuando se realizan las primeras entregas de libros a la biblioteca de san lorenzo, quien escogió personalmente aquellos que deben ir al monasterio, y con el Catálogo de 1565 en la mano, los anota, creando un particular sistema de signaturas, y haciendo curiosos comentarios acerca de sus libros. Cuando hubo alguna duda, fue el rey quien la resolvió, no sus secretarios, demostrando su autoridad en todo lo concerniente a la materia. sin embargo, a partir de 1570 se evidenció que no bastaba que el monasterio fuera un depósito de los libros regios, ni tampoco que el monarca que lo impulsaba fuera un bibliófilo. Incluso los duques de Florencia habían entrado en la elite cultural de la bibliofilia institucional con su librería medicea. ¿podía Felipe II, el mayor monarca de la Cristiandad, competir con ellos en este terreno? si lo que se pretendía era que El Escorial se convirtiera en un centro cultural que compitiera con las otras grandes bibliotecas de la época: la Vaticana en Roma, la marciana en Venecia, o la del louvre, en parís, era necesario recabar la ayuda de consejeros especializados. Es entonces cuando surge un meditado propósito para convertir la biblioteca de El Escorial en uno de los grandes centros culturales de su época, retomándose así las ideas del memorial de páez de Castro entregado en 1556, si bien se iba ya más allá en sus ambiciones. Es más, no fue este memorial el principal apoyo para este nuevo desarrollo de la idea de la laurentina, sino que (de un modo que resulta curioso, e incluso paradójico) en la Corte se acudió al ejemplo más cercano del difunto don Carlos, quién antes de su prisión había impulsado un concepto humanístico de biblioteca real notablemente avanzado, y que marcaría determinadas pautas para El Escorial. Entre 1567 y 1568 éste trató de emular a su padre, creando una biblioteca propia, concebida por don Carlos según el modelo clásico imperante, que reunía en un mismo espacio los libros, las antigüedades y la cámara de maravillas. para llevar a efecto su propósito el heredero optó por el camino más rápido: comprar las reputadas bi- REYES, MONJES Y SABIOS 189 bliotecas de importantes bibliófilos españoles, como la de su maestro y obispo Honorato juan (1566), la del secretario gonzalo pérez (1567) y la del embajador diego Hurtado de mendoza. su prisión en enero de 1568 dio al traste con este proyecto, mas es evidente que su padre lo retomó como propio para nutrir los fondos de la Regia Laurentina, pues finalmente los libros de los bibliófilos arriba citados fueron depositados en El Escorial, junto con aquellos que fueron del malhadado príncipe(21). 2. Los libros godos y su papel en el perfil humanístico de la Regia Laurentina Hacia 1570 Felipe II decidió consultar a varios de los humanistas de su Corte sobre cómo debería concebirse la nueva biblioteca en ciernes. se hizo asesorar entonces por fray Francisco de Villalba, Ambrosio de morales, álvar gómez de Castro, Antonio gracián dantisco y Benito Arias montano, quienes le aconsejaron sobre tres grandes cuestiones: qué tipo fondos debían tener cabida en la biblioteca, cómo podían obtenerse, y de qué manera deberían consultarse o, dicho de otra manera, cuál sería el propósito final de la biblioteca. Como el monasterio estaba todavía en sus primeras fases constructivas, se trataba todavía de una biblioteca virtual, dotada de unos fondos almacenados en arcas, y, por tanto, era un material moldeable sobre el que se podía elaborar una estructura nueva. En esta nueva etapa, la adquisición retrospectiva de patrimonio bibliográfico fue la principal prioridad del monarca. no en vano, donde mejor se demuestran las características de una biblioteca es en los libros que contiene, circunstancia que, en los fondos de una biblioteca histórica, convierte a los libros en pequeños y humildes testimonios históricos que nos dan una gran información no sólo sobre sí mismos, sino también sobre sus dueños y sobre sus arquitectónicos receptáculos. Con esta búsqueda de informes que asesoran al rey sobre dónde y cómo adquirir libros para el monasterio, suele vincularse una carta que en 1568 páez de Castro escribió al secretario mateo Vázquez de lecca, entonces al servicio del cardenal Espinosa. Vázquez le había escrito pidiendo consejo acerca 21. Vid. j. l. gonzalo sánchez-molero, Lectura y bibliofilia en el príncipe don Carlos (15451568), o la alucinada búsqueda de la “sabiduría, en p. m. Cátedra garcía y mª l. lópez-Vidriero (dirs.), La memoria de los libros. Estudios sobre la historia del escrito y de la lectura en Europa y América, salamanca, Instituto de la Historia del libro y de la lectura, 2004, 2 vols., I, pp. 705-734. 190 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) de la compra de una biblioteca, que, si atendemos al contenido de la respuesta del cronista (único documento del que hoy ha quedado noticia), se trataba de los libros del cardenal de Burgos, Francisco de mendoza y Bobadilla, recientemente fallecido. Ahora bien, no era el rey quien estaba detrás de su compra, sino el poderoso cardenal, presidente del Consejo Real. páez era el más adecuado para emitir una valoración del precio al que deberían comprarse los libros del prelado burgalés, pues, como el mismo recuerda en su carta: Abrá diez y siete años que, por mandado del Ilustrísimo. Sor. cardenal de Burgos, concerté un escribiente, griego de nación [Juan Mauromate, de Corfú], para tresladar algunos libros raros en Roma, como lo fueron los dos libros de Phocio que llamó Myrobiblos (sic.), y otros de Sexto Empírico pagávasele medio real por cada hoja, sin que él pusiese papel ni enquadernacion. Desde aquel tiempo se han las cosas encarescido de tal arte, que no se escrivería cada hoja en un real, como se ve por los escribientes de corte en latón o en castellano. Assí me parece que con la costa de buscar los exemplares y papel y enquadernacion, que meresce bien un real cada hoja de aquellos libros que yo hice escrevir para el Sor. cardenal. Los otros que son de mano moderna en papel, me paresce que se regulen conforme a los que tengo dicho, siguiendo más o menos letras en cada renglón; de manera que si tiene doblada escriptura, se pague dos reales, y, si la mitad menos, se pague medio real, y, si el tercio o quarto más o menos, etc…(22) Aunque este informe no fue solicitado por el rey, lo cierto es que a posteriori ejerció un cierto papel en la idea de la laurentina. no en vano, el original se encuentra hoy en esta biblioteca. Aunque el cardenal Espinosa no logró llegar a un acuerdo con los herederos del Cardenal mendoza, antes de que el poderoso prelado falleciera en 1572 el rey manifestó su intención de adquirir los libros. Y así, la carta de páez se incorporó a la documentación relacionada con este asunto, probablemente proporcionada por el propio Vázquez al secretario Antonio gracián dantisco. En agosto de 1571 álvar gómez de Castro le enviaba al monarca una extensa memoria sobre los criterios que solían aplicarse en la compra de libros 22. juan páez de Castro a mateo Vázquez de lecca (quer, 10 de abril de 1568). RBmE, &-II15, fol. 264r-265r. REYES, MONJES Y SABIOS 191 antiguos(23). El secretario del rey, Antonio gracián dantisco, fue el encargado de organizar las consultas sobre El Escorial, y no ha de sorprender que de inmediato acudiera a gómez de Castro, que había sido su antiguo maestro, que no era menos conocido por el rey. Además, el humanista llevaba empeñado varios años en la tarea de modernizar la vetusta biblioteca de la catedral de toledo, para lo que también había tratado de hacerse con los libros del Cardenal de Burgos y de diego Hurtado mendoza. Esta actitud constituye un curioso precedente de los intentos regios posteriores, así como nos presenta un claro engarce con respecto a la librería principesca que don Carlos había tratado de construir entre 1566 y 1567. En agosto de 1571 gómez enviaba al secretario real Antonio gracián dantisco una extensa memoria acerca de los criterios que solían aplicarse en la compra de libros antiguos, cuyo contenido recuerda mucho a la carta que años antes había escrito páez de Castro a mateo Vázquez: ... la horden que en comprar estos libros suele hauer es, que si el libro griego es antiguo (lo qual se conoçe luego por el pergamino y por la letra) y si es de los autores señalados, qualquier precio valen, porque siruen de original y tiene mucha autoridad, para las verdaderas alegaçiones, y anssi vn arçouispo griego que estubo aquí, quando la corte [sin duda, en 1560], me deçia que el libro inpreso en Greçia no le existimauan (sic.) en nada, y los manuscriptos que eran menos de quatroçentos u quinientos años, no curauan dellos, y que esta antigüedad conoçian ellos por la diuersidad de las letras, como tambien en los libros de latin scriptos en Castilla lo conoçera el que tubiere vn poco de atençion, pero aunque esto sea anssi toda dia (sic.) ay sus conçiertos en estas cossas como abaxo dire. Si los libros no son antiguos, sino trasladados destos originales como se acostumbran azer en Roma y en Beneçia lo ordinario que me dizen que allá se paga en vn real por cada oxa, aca por auer menos que hagan esto toda día la estimaran en real y medio, un Andrea griego natural, que mora en Beneçia y tiene tracto desto, y creo que pocos días a traxo vnos libros a su mag., tractando yo con el de hazer çiertos traslados para la libriria des la yglesia de Toledo, nos conçertabamos vn real por cada oxa. 23. álvar gómez de Castro a Antonio gracián? (toledo, 28-ago-1571). Real Biblioteca del monasterio de El Escorial, &-II-15, ff. 266r-267r. 192 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) Los libros latinos si son antiguos tambien se deben estimar en mucho, siendo como dixe de auctores prinçipales, y más si son de nuestros santos, de los cuales tiene arta copia esta sancta yglesia, y si yo tengo salud, terná muchos más porque ya tenemos lengua de donde poderlos auer, lo qual yo me callaré ahora por allá no nos los salteen, y en lo mismo se an de estimar las istorias nuestras antiguas que estan scriptas en pargaminos arrinconadas donde no las conoçen, hasta dize y doze libros de lo vno y de lo otro me an traido pocos dias ha, que aora no los dariamos por ningun dinero, prinçipalmente dos obras de sant Isidoro nunca inpresas ni uistas y un fuero juzgo scripto en pargamino en latin, y erregione el Romançe de mucha antigüedad, según pareçe por la letra tiene juntamente vnas Cortes scriptas en latin celebradas en Leon por el rey don Alonso el primero, yerno de don Pelayo y vna historia del arçobispo don Rodrigo scripta en romançe, trasladada según pareçe por la letra, lenguaxe y otras conjeturas en el mismo tiempo que se scriuió. Está tan enmendada y conforme a como estaua el original, según pareze por algunos de mano que esta sancta yglesia tenemos, que seruira de otro muy buen original para enmendar lan impresa que está muy corrupta, esto he dicho por mouerle alguna inbidia y para que sepa que aunque no somos Reyes nos damos buena diligençia que çierto deue de auer ahora alguna constelacion que fauoreze estas cosas, según beo los que menos pensaua tener afiction a esto...(24) de su informe se extraían algunas normas, como el superior interés de los manuscritos sobre los impresos, y como la necesidad de obtener magníficas colecciones de códices en griego, latín y castellano, por este orden. éste era un joven helenista, por lo que se comprende que, con la aquiescencia del rey emprendiera una amplia campaña para adquirir manuscritos antiguos en griego en los mercados europeos habituales. se dio órdenes a sus embajadores en parís, Venecia y Roma para que adquirieran en los acreditados mercados de aquellas ciudades códices en griego o en latín, sirviéndose también para este cometido de Arias montano en los países Bajos, quien enviaba desde Flandes una interesante colección de manuscritos latinos para El Escorial. En abril de 1573 gracián escribía entusiasmando al rey: Quando V. Mag. pudiere verá vna muy buena compra y barata que ha hecho Guzman de Sylua en Venecia, son 24. álvar gómez de Castro a Antonio gracián? (toledo, 28-ago-1571). RBmE, &-II-15, ff. 266r-267r. En el sobrescripto: “paresçer del maestro Aluar gomez. sobre los libros manuscriptos”, y de otra letra: “gastaronse en los libros y sus aparejos nouenta y çinco reales”. REYES, MONJES Y SABIOS 193 mucho de stimar los Chrysostomos y Metaphrastes y otros que yo embio rayados, y no ay studiante de 400 ducados de renta que no diera la mitad della en tal lançe, porque fue muy bueno. A lo que Felipe II contesta en el margen: Muy buena compra me parece que deue de auer sido esta, no sé si ay estos libros entre los del obispo de Burgos y don Diº de Mendoça, myrad lo que he puesto en su carta y en la de Ayala(25). Es tambien conocida la anécdota en la que Arias cuenta al secretario gabriel de zayas como logró hacerse a muy bajo precio con una colección de cuarenta códices griegos que un mercader heleno pretendía vender a la reina Isabel de Inglaterra. su precio era de cerca de cuatrocientos escudos, pero los compró por sólo ciento quince escudos, aprovechándose de la penuria del mercader, asaltado por unos ladrones en el camino a Flandes, y ocultando que eran para Felipe II(26). pero, si bien la cuestión de los códices en griego y latín era importante (si lo que se deseaba era competir con otras grandes bibliotecas europeas), en su memorial álvar gómez de Castro supo imprimió al proyecto escurialense su particular interés por el estudio de las crónicas medievales hispánicas, en general, y por la obra de san Isidoro de sevilla, en particular. Esto último captó con rapidez la atención de Felipe II, quien no tardó en patrocinar su proyecto de editar una Opera omnia del santo hispalense de época visigótica. Ambrosio de morales y jerónimo zurita eran de la misma opinión. Es cierto que en una primera etapa (1568-1571), la principal preocupación regia se concentró en completar los fondos manuscritos en griego de la nueva biblioteca real, pero a partir de 1572 la búsqueda se centró en los denominados libros godos, en realidad, mozárabes, pesquisa que muy pronto se amplió al resto de manuscritos medievales hispánicos. su interés para el rey y sus consejeros radicaba tanto en su utilidad para la elaboración de una historia de España, como para realizar una magna edición de las obras de san Isidoro de sevilla. Ambrosio de morales y álvar gómez de Castro fueron los impulsores de ambas iniciativas ante el Rey. debe resaltarse a este respecto que durante el reinado de Felipe II se impuso desde la Corte una historiografía de carácter humanístico, que tuvo entre sus objetivos la depuración de las crónicas medievales. no en vano, los cronistas de esta época, como juan páez de Castro, Ambrosio de morales, jerónimo zurita y juan Cristóbal Calvete de Estrella, tenían una notable formación 25. Antonio gracián dantisco a Felipe II (8-abr-1573). Instituto de Valencia de don juan (IVdj), envío 78, fol. 202. 26. Arias montano a gabriel de zayas (Amberes, 9-nov-1568). En Colección de Documentos Inéditos para la Historia de España, (CodoIn), 41 (1862), pp. 137-139. 194 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) humanística. Esto les hizo contemplar su trabajo con un gran rigor. su propósito era el de recuperar la historia medieval de España, y para ello coleccionaron manuscritos antiguos y los cotejaron con otras fuentes escritas, como, por ejemplo, la documentación de archivo. la recuperación del pasado histórico y cultural de la antigua Hispania se ofrecía como una vía muy atractiva, tanto para estos eruditos como para la Corona, que veía en estos proyectos una afirmación de los orígenes históricos de la nueva monarquía de España. localizar y adquirir manuscritos antiguos se convirtió en la obsesión de los oficiales reales y de los humanistas a su servicio. Eran los libros de mano los que en verdad daban autoridad y fama a las bibliotecas. pero, ¿cómo encontrarlos? Entonces, no se disponían de inventarios o catálogos colectivos, si bien los eruditos que rodeaban al rey sabían que en las bibliotecas de los conventos, monasterios, abadías, iglesias, cabildos y catedrales existía una notable riqueza bibliográfica, que ellos habían podido consultar para sus trabajos. En ocasiones se trataba de piezas literarias o teológicas de gran estima, pero su antigüedad y valor cultural no eran siempre bien comprendidos por los eclesiásticos. durante años, los frailes y los cabildos de las iglesias se habían dedicado a mal vender los manuscritos de sus librerías a libreros, encuadernadores y ropavejeros, para comprar con las ganancias nuevos libros modernos, impresos en letra de molde que parecían refulgir como legados de una nueva autoridad. Algunos humanistas habían aprovechado para comprar estos manuscritos, rescatándolos de ser troceados para encuadernar otros volúmenes con su pergamino, o para hacer cartón con su papel. Consciente de la importancia de estos fondos, Felipe II emprendió (siguiendo el ejemplo iniciado por su hijo don Carlos) la compra de parte de las bibliotecas de gonzalo pérez, Honorato juan, martín de Ayala, páez de Castro o del cardenal de Burgos. Esta solicita curiosidad por los fondos de origen medieval se encontraba ya presente en la selección de libros que los criados del rey hicieron en las bibliotecas de martín pérez de Ayala, arzobispo de Valencia, Honorato juan, obispo de osma y juan páez de Castro en lo años anteriores, pero para obtener un mayor número de códices se recurrió a la ayuda de los principales arzobispos y obispos de Castilla. En 1572 se les dirigió una cédula pidiéndoles relación de las santas reliquias y de los libros antiguos de diversas profesiones y lenguas escritos de mano e impresos, raros y exquisitos, que eran y podian ser de mucha utilidad, por tener conocimiento de que no había habido el recaudo y REYES, MONJES Y SABIOS 195 guarda que convenía en su custodia y conservación(27). la idea de estas cédulas seguía el modelo de las que pocos años antes se habían remitido a diversas instituciones para que remitieran las escrituras de sus archivos a simancas. En marzo de 1567 se encomendaba a jerónimo zurita que recogiera todas las escrituras que estaban en poder de embajadores, ministros y oficiales que sirvieron a los Reyes Católicos y a Carlos V, para llevarlas a simancas y entregarlas acompañadas de las correspondientes relaciones de su contenido. En la cédula se explicaba la doble finalidad que se deseaba dar a esta recopilación documental. por un lado, un fin administrativo, porque sin la recogida de tales papeles no ai la noticia que convernía para la buena dirección de las (cossas) presentes y de las que cada dia ocurren; y por otro lado, un fin historiográfico: Y que assimismo las personas que tienen cargo de escribir la historia e cronicas no tienen el fundamento e luz que devrían tener para que aya de las cossas passadas la verdadera y particular memoria. sin embargo, pronto se hizo evidente que zurita no podía encargarse él solo de un misión tan amplia, y se optó por ordenar a los dueños de los documentos que los entregaran al Archivo de simancas, en cédulas dirigidas en 1568 a los Consejos de Castilla, de Indias, de Cruzada y de Hacienda, las Contadurías o las Chancillerías y las Audiencias; pero también a las capillas reales de sevilla, Córdoba, toledo y granada; o a herederos de antiguos ministros de la Corona, a sus sustitutos y, por último a cenobios o corregimientos donde pudieran hallarse escrituras de importancia, como los monasterios de san Francisco de salamanca y san Benito de Valladolid, o la ciudad de palencia(28). las respuestas fueron llegando a la Corte, no con la amplitud que se hubiera deseado, mas su contenido sirvió para que se percibiera el importante legado documental que estaba disperso. Así se hizo patente que este mecanismo de búsqueda, ideado inicialmente para localizar documentos administrativos, podía servir también para la búsqueda de otros documentos, como libros o reliquias. Como decíamos, en 1572 se enviaron cédulas semejantes a los prelados, cabildos catedralicios y generales de las órdenes religiosas para que revisaran sus librerías y remitieran inventarios de los manuscritos de mayor antigüedad, así como de sus reliquias. Antonio gracián anota en su Diurnal que el día 11 de marzo el rey me dio firmado el despacho para lo de las reli27. texto citado por guillermo Antolín pajares, Catálogo de los códices latinos de la Real Biblioteca de El Escorial, madrid, Imprenta Helénica, 1910-1923, 5 vols, V, p. 273. 28. josé luis Rodríguez de diego, estudio a la Instrucción para el gobierno del Archivo de Simancas (Año 1588), Valladolid, ministerio de Cultura, 1989, pp. 38-39. 196 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) quias y librería para algunos obispos de España y me dio una cédula del maestro Alvar Gómez y cometió lo en ella contenido de la impresión de los libros de San Isidro, y mandó escribiese al dicho Maestro sobre ello y también supiese lo que en Flandes y en Francia se había hecho en esto de los libros y otras diligencias que a su tiempo cuando se hagan se pondrán por memoria(29). una semana después el secretario anotaba en su diario: Ese día despaché con lo de las reliquias y librerías tres correos, uno para Sevilla, otro a Asturias, Valladolid y Galicia, otro a Burgos, como parece por los portes de ellos asentados en el libro de las cartas escritas por mandado de su Majestad(30). la recepción de estas informaciones dio lugar poco después al Viage Santo de Ambrosio de morales (1573-1574), con el objeto de que visitara las principales bibliotecas eclesiásticas del norte de España e informara sobre la verdadera calidad de los libros allí existentes. las reliquias y los enterramientos reales también se incluyeron en su inspección. uno de los primeros obispos en contestar al requerimiento regio fue don pedro ponce de león, obispo de plasencia por entonces y conocido erudito y bibliófilo. muy relacionado con el humanismo áulico, pues era amigo personal de gómez de Castro, jerónimo zurita, páez de Castro, Honorato juan y Calvete de Estrella, el prelado estaba en plena sintonía con el proyecto del rey. A finales de abril y principios de mayo de 1572 el obispo comisionó al licenciado nicolás de Bravo, parroco de la Villa de garcias, y a domingo gonzález, un clérigo de su Casa, prebendado en la villa de torrejón, para que hicieran inventario de las reliquias que se encontraban en estas parroquias, ante escribano o notario. las lisapnotecas de estos pueblos eran muy conocidas dentro del ámbito de este episcopado extremeño, y su devoto contenido fue remitido a la Corte, conservándose junto con otros documentos al respecto en el manuscrito escurialense &-II-15, ff. 200r-211v. parece que fueron recibidas estas actas notariales por gracián, el 12 de junio: Recibí un despacho del obispo de Plasencia con respecto a lo de reliquias y librerías(31). otro obispo muy vinculado con la fundación de El Escorial era diego de Covarrubias, prelado de segovia. Cuando se enviaron las cartas a los obispos para que informaran acerca de las reliquias y libros que existían en sus diócesis, Covarrubias se encontraba 29. gregorio de Andrés, “diurnal de Antonio gracián, secretario de Felipe II”, en Documentos para la Historia del Monasterio de San Lorenzo el Real de El Escorial, madrid, 1962, vol. V, pp. 21-22. 30. Ibidem, p. 22. 31. Ibidem, , pp. 38-39. REYES, MONJES Y SABIOS 197 en Burgos, enviado para realizar una visita, o inspección del monasterio de las Huelgas. Este convento femenino tenía la consideración de real desde la Edad media, y en su interior albergaba un importante panteón regio y una biblioteca conventual formada con los legados de las numerosas princesas e infantas, así como damas de la nobleza, que había profesado en allí durante siglos. la misión de Covarrubias tenía, por tanto, una vertiente muy semejante a la que Ambrosio de morales emprendería casi al mismo tiempo, en su famoso viaje a león, galicia y Asturias, buscando reliquias, libros antiguos y tumbas reales medievales. por el momento, sin embargo, lo primero era atender a lo que, como obispo de segovia, le competía. Ausente de su diócesis, fueron los canónigos de su catedral quienes se encargaron de localizar los libros y reliquias, remitiendo después a su prelado la relación. Covarrubias envió el informe de las reliquias a la Corte en agosto de 1572(32), pero se reservó el de los libros, porque - según escribe a Felipe II - no estaba bien hecho y cuándo volviera a segovia haría uno nuevo: (...) Quanto a la memoria de los libros antiguos que ai en las librerias del obispado y los que yo tengo en la mía particular, porque en ausentia mia no lo han acertado a hacer y me la han embiado muy mal ordenada, no la embio, como buelba a Segouia entendré en esto yo mesmo y se embiaran las memorias a V.C.M.(33) la prevención de Covarrubias hacia este inventario estaba justificada por la gran riqueza bibliográfica que aun hoy se conserva en la biblioteca y el archivo de la catedral de segovia. En ella se contiene una rica colección de incunables (523 en total). no olvidemos que a la iglesia segoviana legaron sus libros el canónigo burgales diego de miranda, en 1479, y el obispo (y gran bibliófilo) juan Arias dávila, que ocupó la sede entre 1499 y 1501(34). Ahora bien, el prelado no pudo permanecer en segovia el tiempo suficiente para acometer la tarea prometida. En el desarrollo de su visita a las Huelgas, recibió el aviso, 32. se conserva esta relación y la carta de Covarrubias (Burgos, 20-ago-1572) en el IVdj, envío 21, fol. 748. 33. diego Covarrubias a Felipe II (Burgos, 26-ago-1572). IVdj, envío 21, fol. 748. 34. sobre este obispo de origen converso, vid. m. E. Contreras jiménez, Diego Arias Dávila en la tradición y en la historia, “Anuario de Estudios medievales”, 15 (1985), pp. 475-495, y el más reciente estudio sobre su bibliofilia de F. de los Reyes gómez, El obispo bibliófilo: Arias Dávila y los libros, en el catálogo de la exposición Juan Parix. Primer impresor en España, segovia, Instituto castellano y leonés de la lengua, 2004, pp. 225-261. 198 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) bajo la cubierta de una carta de gracián, de que había sido provisto presidente del Consejo de Castilla, en sustitución del fallecido cardenal Espinosa. En octubre de 1572 éste abandonó Burgos y con grandes cautelas se dirigió hacia la corte, donde le esperaba el rey. El nuevo presidente del Consejo sólo se detuvo en segovia algunos días para recoger su cámara y librería, retomando el camino hacia la corte. Entonces uno de sus criados le aconsejó (no sabemos si por interés cultural, o por miedo a la pesada carga), que no mudase su biblioteca, a lo que el prelado le respondió: No quiera Dios dexe compañía de tantos años y que tanta honra me ha hecho. Y, ciertamente, durante los años que estuvo en madrid no dejó pasar día sin estudiar alguna cuestión en ellos(35). A mediados de noviembre escribía a gracián comunicándole las paradas de su viaje. El Escorial se encontraba entre ellas, y no por una razón cualquiera. Había querido admirar algunos de los códices de gonzalo pérez y juan páez de Castro, así como otros godos, que ya se encontraban allí. En extremo holgué con el nueuo auiso que v. m. me dio por su carta de la voluntad de Su Mag., y ansi estaré en las Roças mañana lunes bien temprano antes de medio dia, y para con v. m. lleuo designio de detenerme alli, con que entraré martes antes de medio dia en essa corte. Y porque no me paresce que conuiene tanto, saldré de las Roças mañana puesto el Sol y podre llegar a las ocho o a las nueue de la noche, placiendo a nuestro Señor. Comforme a esto v. m. hara lo que fuere seruido. Estuue en S. Lorenço el sabado todo el dia, vi todo lo que alli se puede ver. En la librería me detuve algun rato; parecieronme muy bien los libros de mano griegos, y avn reconoscí algunos que yo auia tenido en mi poder prestados, que fueron de Gonçalo Perez, y holgué de ver algunas adnotaciones del buen Juan Paez, lo demás se tratará quando nos vieremos. Este correo llegó a las nueue de esta noche, y yo le despacho liego dentro de vna hora(36). 35. su biblioteca ha sido estudiada por gregorio de Andrés, “la colección de códices griegos de diego de Covarrubias, obispo de segovia”, Boletín de la Real Academia de la Historia, 163 (1968), pp. 229-238; y de manera más concienzuda y completa por teresa santander Rodríguez, “Aproximación a la biblioteca de don diego de Covarrubias”, en Salamanca y su proyección en el mundo, salamanca, 1992, y en La Biblioteca de Don Diego de Covarrrubias y Leyva (15121577). I. Manuscritos, salamanca, 2000. 36. diego de Covarrubias a Antonio gracián (galapagar, 16-nov-1572). IVdj, envío 21, caja 32, fol. 553. El día anterior estuvo en El Escorial, pues el 16 era domingo. Escribía con esta carta otra para el doctor Velasco. REYES, MONJES Y SABIOS 199 de manera paralela a estas pesquisas, en 1573 Felipe II envió a su cronista Ambrosio de morales al norte de España para que informara de manera detallada sobre las reliquias, enterramientos regios y libros antiguos, que se conservaban en león, galicia y Asturias. según explica el propio cronista cordobés, en marzo de 1572 acababa de terminar los dos tomos de su Crónica General de España, continuación del publicado por Florián de ocampo treinta años antes, y presentó el original ante el Consejo de Castilla para obtener la licencia de publicación. Es posible que antes acudiera a visitar a su amigo el secretario Antonio gracián, pues éste anota en su Diurnal que: A 13 me mostró Ambrosio de Morales su historia y platiqué con él sobre lo de los libros de San Isidoro y reliquias y librerías(37). la implicación del cronista en el proyecto escurialense venía de años atrás, y parece lógico que gracián le consultara estas cuestiones antes de que partiera para santiago de Compostela, donde morales había prometido ir en peregrinación si terminaba de redactar su Crónica. tras dar su parecer sobre los citados libros y reliquias, morales retornó a Alcalá de Henares para preparar su peregrinación. Entonces, según nos cuenta en el inicio de su Viage, el rey escribió a la universidad de Alcalá pidiendo el parecer de morales acerca de un informe que le habían enviado sobre las reliquias, enterramientos reales y libros antiguos que había la catedral de oviedo(38). El cronista remitió un largo parecer sobre la cuestión, recibido por gracián el 9 de mayo (envióme Zayas el parecer de Ambrosio de Morales acerca de las reliquias de Oviedo)(39). éste se conserva en el ya tantas veces citado manuscrito escurialense, tras los testimonios notariales sobre las reliquias encontradas en garciaz y torrejón (plasencia)(40). no nos detendremos en los que dice sobre 37. Andrés, Diurnal de Antonio Gracián, V, pp. 21-22. 38. En el Archivo de la Catedral de oviedo (A.C.o.) se conservan las actas de los acuerdos que los canónigos tomaron al respecto. libro de Acuerdos Capitulares, nº 13, fol. 448r: Cabildo del último día del mes de mazo (sic) de 1572: “Comisión para lo de las reliquias y libros”; Ibidem,, fol. 450r, cabildo del 16 de abril de 1572: “Carta de su magestad sobre las reliquias”; y fol. 451v, cabildo del 28 de abril de 1572. En tales acuerdos capitulares se constata cómo el Cabildo, a instancias del rey, encomienda a cinco de sus miembros que relialicen el inventario de sus reliquias y libros antiguos, pese al temor, explícitamente manifestado, de verse despojado de algunas de sus más veneradas reliquias. Citado por C. B. pereira mira en su tesis El “Codex Miscellaneus Ovetensis” (MS. ESC. R.II.18). Fuentes y bibliografía. Estado de la cuestión, universidad de oviedo, 2001. 39. Andrés, “diurnal de Antonio gracián”, op. cit., p. 29. (9-may-1572). 40. “El parescer que ha embiado Ambrosio de morales de las Reliquias y libros de ouiedo”, RBmE, &-II-15, ff. 212r-218v. 200 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) las reliquias ovetenses, pero sí en los libros. morales tenía unas noticias sobre ellos bastante concretas y fundadas(41). tras abordar la cuestión de las reliquias, finalmente expone su juicio sobre los códices: Los libros de mano que se refieren en la relaçion parece que son excelentes, aunque esto no se puede bien juzgar sino uiendolos con cuydado. Los de san Isidoro de natura rerum, y Liber sententiarum ejusdem, sin uerlos se pueden tener por excelentes, pues no se hallan en otra parte. Las obras de San Eulogio, yo las tengo como he dicho, digo el original antiquissimo, y es un precioso tesoro, y vna s.... joya que terna la iglesia de España en estas obras del santo martyr, quando esten impressas(42) Con esto se acaba lo que yo tengo que dezir en lo que toca a la relacion. Fuera della se puede dar otra de insignes sanctos de España, cuyos cuerpos o reliquias insignes dellos están en diuersos monesterios y iglesias de Castilla las vieja, Campos, Asturias y Galizia, que se podrian traer de camino quando se truxesen las de Ouiedo, y la manera del auerlas pareçe facil para su Mag. y sin estruendo(43) [Y se añade en nota al pie, completando lo de los libros:] No haze mencion la relacion de otro singular libro escrito de letra Gothica, que tiene la iglesia de Ouiedo. Este es aquella historia del obispo Pelagio, que arriba he alegado, donde ay otras muchas cosas y todas muy raras, que hazen vn gran volumen. Tienelo tambien prestado el obispo de Plazençia, y yo lo tuue algunos meses, que el me lo prestó. Libro es de mucha estima. El contenido de este memorial de morales resultó de gran interés para el monarca, en especial su consejo de que el valor de los libros no se puede bien juzgar sino uiendolos con cuydado. si esto era necesario, ¿por qué no hacerlo el mismo cronista quien había tenido en sus manos alguno de aquellos volúmenes, y que, además, se permitía advertir sobre otros santos enterrados en monasterios del norte de España? tras consultar Felipe II con el doctor martín de Velasco, se mandó al cordobés que (pues iba yo de romeria à Santiago), fuera también a ver, por vista de ojos de todas las tres cosas dichas, es decir, reliquias, tumbas y libros, en Castilla la Vieja, Asturias, león y galicia. mo41. Ibídem, ff. 212r-v. 42. Ibidem,, fol. 216r. 43. Ibidem, fol. 216r-v. REYES, MONJES Y SABIOS 201 rales recibió la orden de que reconociera las reliquias existentes de los santos, comprobara sus testimonios de autenticidad y comprobara cómo eran tratadas. El memorial de álvar gómez de Castro empezaba a tener aplicaciones prácticas y, no en vano, morales prestó especial atención durante su viaje a los manuscritos isidorianos. para facilitar estos cometidos, se le facilitó una cédula, firmada por el rey en madrid el 18 de mayo de 1572, como credencial ante cualquier autoridad eclesiástica o civil, para que éstas le dieran entrada a sus recintos y le informaran cumplidamente de todas las noticias que tuvieran sobre los particulares de la comisón de morales. su misión era entendida como complementaria a las relaciones que algunos obispos ya habían mandado al rey, en cumplimiento de la cédula de marzo de 1572, y por esto, se autorizaba al cronista a que veais y reconozcais los libros así de mano, como de molde antiguos, raros y exquisitos que en las dichas Iglesias y Monasterios hay: y de todo hagais y nos traigais muy particular Relación(44). Con esta cédula comenzó su viaje morales el 1 de junio. para morales, un apasionado del pasado medieval de los reinos hispánicos, ésta era una oportunidad única; para Felipe II sus propósitos iban algo más allá de la investigación historiográfica, pues en este viaje tenía puestos sus ojos mirando no tanto hacia Covadonga como hacia El Escorial. deseoso de que este monasterio se convirtiera en el monumento emblemático de la España de su época, como panteón de su dinastía, como depósito de reliquias y como gran biblioteca, al rey le resultaba indispensable conocer qué modelos previos habían existido en los antiguos reinos de galicia, león y Castilla. de aquí su interés por que el nuevo panteón escurialense enlazara de alguna forma con los enterramientos de los viejos reyes astures, sus antepasados medievales. En este proyecto, se comprende su interés porque las reliquias y libros que habían permanecido desde la alta edad media en las iglesias y conventos del norte de España, fueran llevados al Escorial, para favorecer tanto su conservación, como esa identificación dinástica entre aquellos reyes y la nueva dinastía austriaca. En el argot cortesano este periplo se denominó como el Santo Viaje. tras cada una de sus etapas, morales remitía a la corte un detallado informe sobre lo que había visto, su opinión acerca de lo encontrado y su valoración del interés que podía tener para El Escorial. Estas cartas eran recibidas en madrid, o donde la corte resi44. En Ambrosio de morales, Relacion del viage de Ambrosio de Morales Chronista de S. M. el Rey D. Phelippe II A los Reynos de León, Galicia y Principado de Asturias el año de MDLXXII, ed. facsímil de la editada en madrid en 1765, madrid, Ediciones guillermo Blázquez, 1985, pp. 2-3. 202 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) diera, y eran leídas por el doctor martín de Velasco y por el secretario Antonio gracián dantisco, quienes solían después leérselas al rey en su alcoba o en su despacho. todas ellas fueron recopiladas pacientemente en un legajo por Velasco. Aunque Antolín, en su estudio sobre las procedencias de los manuscritos escurialenses, advierte que creo que fueron pocos los códices latinos que por esta razón [el viaje de Morales] vinieron a la Biblioteca de El Escorial(45), lo cierto es que, muy al contrario, la visita del cronista movilizó a las autoridades religiosas y civiles que se entrevistaban con él, deseosas de servir al rey. por ejemplo los dos únicos códices que morales destacó que existían en la librería de san pablo, en Valladolid, no tardaron en ser remitidos al rey para formar parte de su exquisita colecciones librarias de El Escorial. El primer manuscrito ya aparece citado por gracián en el inventario de 1576, bajo el inequívoco título Cardinalis a Turrecremata collationes super Evangelia(46). todavía se conserva (RBmE, h-II-12). otro ejemplo, en la almoneda del conde de luna, en león (1572), se adquirieron por advertencia de morales treinta manuscritos de excelente letra y buena iluminación, que no en vano habían pertenecido a Alfonso de Aragón. El interés por la posesión de libros que hubieran sido de este monarca aragonés, soberano a su vez de nápoles, se detecta en el ofrecimiento al rey de una glosa ordinaria de la Biblia, con este origen, y que se encontraba depositada en un convento dominico. Hasta la corte llegó un fraile, en nombre de su comunidad, quien se entrevistó con Felipe II para mostrarle un tomo de una glosa de la Biblia, que el convento poseía. El libro procedía de la biblioteca de Alfonso V el magnánimo. Este ejemplar parece que quedó en manos del rey, quien se mostró interesado por recibir el resto de la obra, otros once volúmenes. El frayle Dominico que presentó a V. Mag. el libro de la Glosa ordinaria ha tornado ya y traydome los otros onze cuerpos, querría supplicar a V. Mag. hiziesse alguna limosna para reedificacion de su Monasterio y que aquí euitasse el precio destos libros sin andar tassandolos, pues valen tanto quanto los quisieren estimar. V. Mag. vea si es seruido le encamine a esto, o que sepa de Ambrosio de Morales y el sº Çorita lo que estos libros podran valer(47) 45. Antolín, Catálogo de los manuscritos latinos, op. cit., V, p. 273. 46. gregorio de Andrés, Entrega de al Librería real de Felipe II (1576), en Documentos para la Historia del Monasterio de San Lorenzo el Real de El Escorial, madrid, 1964, VII, p. 108, nº 1934, entre los manuscritos de teología en latín y en folio, de letra antigua. 47. Antonio gracián a Felipe II (10-nov-1573). IVdj, envío 58, caja 79, carp. III, fol. 100r. REYES, MONJES Y SABIOS 203 El secretario debió despachar a boca con el rey, pues al margen él mismo anotó la respuesta regia, favorable a que los libros no se tasaran y que a cambio de ellas se diera una limosna para ayudar a reedificar el monasterio dominico: Que dé su memorial de lo que pretende, y se comunique al conde de Chinchon, sin que aya tassa. no hemos logrado averiguar de que comunidad religiosa se trataba. El destino de esta Biblia latina glosada fue El Escorial. En el inventario de 1576 figuran entre los codices manuscripti latini, de teólogos vetustos, en folio y pergamino: Glossa ordinaria scripta ad Alfonsum Regem Neap., en doce cuerpos(48). Actualmente sólo se conservan dos de estos volúmenes, el tomo III (RBmE, a-I-3), y el xI (RBmE, a-II-2), ambos con encuadernaciones mudéjares. sus tamaños no son homogéneos, pero sí que parece lo fueron las encuadernaciones. Este episodio o fue singular. Al igual que ocurriera con los manuscritos griegos, las diferentes iniciativas para comprar libros animaron a que muchos cortesanos, obispos y abades regalaran al monarca los viejos códices medievales que poseían, como acaeció con don jorge Beteta, o con el conde de Buendía, quien ofreció a Felipe II el hoy llamado Codex Vigilanus (s. x), o pedro ponce de león, obispo de Ciudad Rodrigo, quien legó al rey sus libros en su testamento. sabemos también que el 1 de julio de 1572 el secretario gracián recibió una carta del Prior de San Benito para su Majestad sobre lo de las reliquias y librerías; la cual mostré a su Majestad aquel día y estando allá me mandó leerle, escribiendo su Majestad una carta de su mano al Duque de Saboya(49). Como era natural, el prior ofrecía al rey su buena voluntad en caso de que quisiera tomar para sí algunas de las reliquias o los libros de los monasterios de su orden. de este modo, gracias a las cédulas dirigidas a los obispos y a los datos recopilados por morales en su viaje, arribaron a El Escorial numerosos códices provenientes de guadalupe, san Isidoro del Campo, de las catedrales de salamanca, oviedo, osma, palencia, Cuenca, del Archivo de simancas, etc., quedándose definitivamente en el monasterio la mayor parte. El obispo de plasencia, pedro ponce de león, donó sus mejores códices al Escorial, algunos de gran valor como la Crónica del Tudense, el Comentario de Macrobio, de bella letra del siglo xII, o el célebre códice Emilianense, que le había prestado el monasterio de san millán de la Cogolla. Este interés por los concilios visigóticos se había suscitado durante la celebración en España de numerosos sínodos provinciales, convocados para aplicar los de48. Andrés, “Entrega de al librería real de Felipe II (1576)”, op. cit., p. 103, nº 1829-1840. 49. Andrés, “diurnal de Antonio gracián”, V, op. cit., pp. 40-41.El día 10-ago-1572. 204 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) cretos tridentinos. de inmediato, se encontró un precedente en las asambleas eclesiásticas de la antigüedad, sobre las que fray Bartolomé Carranza de miranda había llamado la atención en su tratado sobre los Concilios. El Conde de Buendía obsequió a Felipe II con el más conocido de los manuscritos mozárabes, el Vigilano, y el obispo de lugo envió al rey el Lucense, descubierto por morales en su Santo Viage, y del mismo contenido se obtuvo el códice Hispalense, en la almoneda de los libros de martín de Ayala. Felipe II no olvidó en este contexto la existencia de la antigua librería real de Castilla, cuyos volúmenes él mismo, siendo príncipe, ordenó llevar desde el alcázar de segovia al archivo de simancas en 1545, para reunirse con los libros de Carlos V. El 28 de febrero de 1572 o 1573, gracián se reunió con Felipe II para consultar a boca varios asuntos. El primero hacía referencia a los libros que el archivero Ayala debía enviar desde simancas. gracián resumía con detalla al rey esta cuestión: Con Diego de Ayala traté cerca de traer los libros del Archiuo cuya memoria V. Mag. me dio en el Pardo, dize que se podran embiar todos, excepto el Fuero Juzgo que por ser leyes destos reynos y original, haura de quedar alli entre los desta qualidad, y assi se ha tresladado sin el la memoria que se le ha de dar firmada con la cedula que aquí va ordenada para que siendo V. Mag. seruido la firme. Trayranlos en los carros donde lleua sus papeles, pero no podra ser en las mismas arcas, porque dize que por no tener donde poner los papeles se hauran de quedar en ellas algun tiempo. La costa de algunas caxas donde vengan y de lo demas, haura de pagar despues Santoyo de la camara, y yo dezirlo aquí a Ayala siendo seruido V. Mag.(50). El rey resolvió que Diego de Ayala embie tambien el Fuero Juzgo, porque si tocare al archiuo aca se vera y se tornara a embiar, que embie estos libros en los carros de retorno y les haga sus caxas, cuya costa y del traer se le pagará aquí de dineros de la camara, que los embie a san Lorenzo, y si es posible para esta semana santa. Firmó su mag. la cedula. Con esta recopilación de inventarios, catálogos y libros antiguos se obtuvo no sólo una nutrida información bibliográfica, sino que también se localizaron datos sobre bibliotecas desconocidas o libros supuestamente desaparecidos. Esto excitó la curiosidad del rey y de sus cortesanos, quienes protagonizaron algunas búsquedas de libros casi detectivescas. En una de las más notables se llegó a acudir al santo oficio, una iniciativa que antes se había desestimado por el temor a que las visitas de los inquisidores tuvieran el efecto 50. IVdj, envío 78, fol. 203. REYES, MONJES Y SABIOS 205 contrario a lo que se pretendía, es decir, que los dueños de los libros, temerosos de la verdadera intención de la visita, quemaran sus códices. uno de los ejemplos más interesantes es el que llevó a buscar en Albeada (la Rioja) el paradero de los libros godos que habían aparecido allí, en una cueva, a fines del siglo xV. El Codex Vigilianus, arriba citado, había sido uno de ellos, mas ¿dónde estaban sus compañeros? Y así,por iniciativa de morales, en 1577 los inquisidores de logroño recibieron de la suprema la poco habitual orden de que buscaran en la iglesia colegial de Albelda y en logroño una Biblia de época de los visigodos y otros manuscritos de la época(51). El 28 de junio de 1577 se visitó la iglesia colegial de la Redonda, donde le mostraron las arcas del archivo. Con puntilloso detalle se realizó un inventario de los papeles que se hallaron en el archivo, si bien era evidente que no pasaban de ser un conjunto documental de tipo administrativo. A las preguntas del inquisidor, los archiveros de la Colegiata respondieron que no tenían libros de gran antigüedad en su poder(52). no obstante, recordaban que quedó en la iglesia de san martín de Albelda, tras el traslado de su archivo a la Redonda, vna biblia escripta en letra gotica, pero (para desgracia del rey) el chantre de la colegiata, Francisco moreno, advertía que era tan vieja que se decidió romperla, y que despues de echa pedaços el dicho chantre archiuero dixo auerla dado a Ayala librero difuncto para enquadernar libros desta yglesia y para en pago de los que enquadernaua para esta yglesia de La Rredonda, y se quedó con siete u ocho ojas de la dicha biblia, que las tiene en cassa...(53). Esta noticia no podía ser más desalentadora, pero por fin, el 29 de junio se logró dar con un arca que había en una de las capillas de la colegiata, que pertenecía al licenciado Ramírez sáenz, cura de dicha iglesia, donde aparecieron una biblia en dos cuerpos y un breviario de mano, calificados como viejos. Ambos códices se guardaron bajo llave en el archivo. también se logró averiguar que treinta años atrás existió un libro antiguo del Fuero juzgo, ya perdido. A cambio, el chantre moreno quiso entregar algunos libros de canto y las citadas hojas de la biblia gótica de Albelda, todas ellas iluminadas, que se guardaron en el archivo de la colegiata riojana(54). 51. se conserva dentro del manuscrito escurialense l-I-13 (ff. 83r-104v), y se trata de la copia de las diligencias que fue enviada a Felipe II, aunque en realidad fuera utilizada por Ambrosio de morales. la carta de la suprema fue recibida por los inquisidores riojanos el 22 de junio de 1577 (ibidem, fol. 84r). 52. Ibidem, fol. 86r. 53. Ibidem, fol. 86v. 54. Ibidem, fol. 88v. 206 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) A continuación, el inquisidor se trasladó a Albelda, donde realizó un amplio y muy interesante interrogatorio, donde se nos descubre la singular historia de los libros. los testigos declararon que en época del conde de Aguilar don Alonso manrique de lara, el conde viejo, o Cavestuerto, de Aguilar de Campoo, se había encontrado en una cueva bajo el castillo de la localidad, de donde aquél era señor, una gran cantidad de libros muy antiguos(55). Años más tarde, su hijo el conde don pedro reparó de nuevo en estos libros y consultó sobre su importancia. nebrija se habría interesado entonces por ellos. según unos había ido al pueblo para consultarlos, pero según otros, se habían enviado a toledo, donde los canónigos de la catedral los loaron mucho. Esta decisión había sido providencial, pues muchos testigos recuerdan que ya en la villa los libros estaban tan rotos, que los niños y las mujeres cogían los pedazos para rocaderas(56). otros testigos, en cambio, afirmaban que fue el abad de nájera quien estuvo viendo los libros por orden de nebrija, y que entonces se llevó algunos. Este clérigo había muerto hacía sólo dos años, con más de ochenta de edad, por lo que ya no era posible recabar su testimonio. El traslado de los libros a la catedral toledana parecía ser verosímil, pues llanos sólo pudo encontrar en Albelda tres libros, guardados en la cámara del Capítulo eclesial, así como varios libros de canto, en pergamino de Flandes, en el Coro, ninguno de gran valor. morales no se desanimó al recibir la infructuosa información de la inquisición de logroño, pues a continuación de ésta incluyó (y así se conserva en el mismo manuscrito escurialense) una Memoria de la biblioteca del cabildo catedralicio toledano, donde el cronista morales marcó con una cruz o estrella varios de estos libros, que podrían estar relacionados con los de Albelda, al tratarse de códice mozárabes o visigóticos. por ejemplo: *Gregorij moralium liber, en pargamino de letra moçarabe, dize que se escriuio era de noueçientos y ochenta y quatro, reinando Ramiro y el conde Fernando y Basilio obispo(57), o un Officierium et santural de letra moçaraue de mano en pergamino (fol. 118v). El propio morales consultó algunos de los manuscritos conservados en toledo, en particular dos antiguos códices de concilios(58). El interés de Felipe 55. Ibidem, fol. 89v. 56. Ibidem, ff. 90v y 107r y ss. 57. RBmE, l-I-13, fol. 110v. la “memoria de los libros que estan en la librería de la santa yglesia de toledo”, en ff. 107r-133v. 58. Anotaciones bajo el título Sancta Ecclesia Toletana duo habet sacrorum conciliorum vetustissima exemplaria gothicis literis perscripta. RBmE, d-II-5, ff. 237bis-239. REYES, MONJES Y SABIOS 207 II por continuar atesorando en El Escorial manuscritos medievales españoles se mantuvo hasta el final de su reinado, recurriéndose en numerosas ocasiones al santo oficio. Es el caso de un Antiguo Testamento en aragonés, texto bíblico traducido entre los siglos xIV y xV, y que fue enviado al real monasterio. En el folio 1r, una nota de Arias montano nos desvela su origen: Embiola a su Mag. el inquisidor General Quiroga arçobispo de Toledo(59). Aunque en 1576 falleció Antonio gracián, sin que pudiera terminar un catálogo de la biblioteca de El Escorial, dicho año se hizo entrega al monasterio de una magnífica biblioteca compuesta por 4.546 volúmenes, tanto impresos como manuscritos, a los que no tardaron en unirse los casi dos millares de libros que habían sido donados por diego Hurtado de mendoza al rey. ¿satisfizo esto la voraz bibliofilia del rey? no. para él se trataba sólo del principio. El monasterio jerónimo seguía en construcción, de modo que los libros se guardaban en la Fresneda, en arcas, en espera a la sala de la biblioteca se terminara. Entre 1576 y 1598 los volúmenes siguieron afluyendo a las estanterías escurialenses en un número que duplicaría los fondos anteriores. se mantuvo la tendencia en el acopio de manuscritos en griego, latín y en castellano, así como por la localización de ejemplares de las obras de san Isidoro, en cuya edición seguiría empeñado álvar gómez de Castro. En esta etapa Felipe II encomendó a su nuevo secretario personal, mateo Vázquez de lecca que continuara la tarea de gracián, coordinando la adquisición de más libros., En 1577 el embajador en Roma, don juan de zúñiga, podía escribir a mateo Vázquez cómo pedro Chacón había logrado hacerse con un códice de las Etimologías, que estaba en nápoles: Hasta que he tenido en poder de Pº Chacón el exemplar de las etimologias que estaua en Sanct Juan Carbonario de Nápoles no he respondido a la carta que su Mag. sobre esto me scriuio, ahora lo hago y va en este pliego vna en sus manos y copias que supplico a v. m. le dé luego y me mandé auisar del reçiuo(60) En el sobreescripto se anota: a pliego de Pº Chacón / Álvar Gómez, lo que parece indicar que el códice debía ser remito al humanista, como era lo habitual. En enero de 1584 luis Vázquez de Alderete avisaba desde nápoles 59. Traslación de algunos libros del Antiguo Testamento en dialecto aragonés, según el texto de la Vulgata, RBmE, I-I-8. 60. juan de zúñiga y Requesens a mateo Vázquez de lecca (Roma, 5-jul-1577). IVdj, envío12, caja 21, fol. 294. 208 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) a su señor mateo Vázquez que Al Conde de Oliuares se embio vna certificacion del Prior de S. Juan de Carbonara del recibo del libro de las Aetymologias de S. Ysidro (sic), y en aquella librería ay otros muchos, que lo dexó el cardenal Siripando(61). parece referirse a la devolución del códice antes citado. por otra parte, Felipe II siguió adquiriendo libros en almonedas, o gracias a la donación de importantes bibliófilos, como Antonio Agustín. Y casi todos los libros que por una u otra razón eran obsequiados al soberano se enviaban de inmediato a la laurentina. la recopilación de estos materiales permitió que en la corte de Felipe II se desarrollara un inusitado interés por los las antiguas obras de la literatura, la historia y la teología medievales. sin duda, la fundación de la biblioteca escurialense, el Santo Viage y otras disposiciones arriba citadas animaron a generar este novedoso interés cultural. no debemos olvidar que el itinerario del medievalismo español arranca durante el reinado de Felipe II con nombres como el de ya citado Alvar gómez de Castro (ca. 1516-1580), gonzalo Argote de molina (1548-1596) y diego Hurtado de mendoza (1503-1575), dado el interés que en alguna ocasión, especialmente el primero, mostraron por la literatura del medievo. por ejemplo, el obispo Covarrubias lograría que le fueran prestados dos de los códices del Fuero juzgo que había en El Escorial, para sus estudios sobre el derecho antiguo español. gracián escribe en diciembre de 1572: Tomé licencia de su Majestad y del Prior del Monasterio para enviar al obispo de Segovia los dos originales del Fuero Juzgo que hay en esta librería(62). un año después el prelado devolvía al secretario los dos códices: Con las buenas nueuas de la salud de Su Mag. se ha regoçijado mucho esta Corte. Dios le guarde. Los libros del Foro Juzgo enviaré a tiempo, pues estas mañanas que agora yo puedo tener desocupadas no las terné passados los Reyes(63). Y en 1574, ante las peticiones de los curiosos cortesanos, Hernando de Bribiesca consultó al seretario gracián dantisco sobre si en san lorenzo se debería mostrar la librería y los cuerpos reales, ya entonces depositados en su cripta(64). no hemos localizado la respuesta del rey, aunque pocos días más tarde 61. no se conserva la carta, sino este resumen en el sobrescrito. IVdj, envío 80, caja 105, fol. 431. luis Vázquez de Alderete a mateo Vázquez (nápoles, 14-ene-1584). 62. Andrés, Diurnal de Antonio Gracián, V, p. 67. El 23-dic-1572. 63. diego de Covarrubias a Antonio gracián (madrid, 30-dic-1573). IVdj, envío 21, caja 32, fol. 554. 64. Hernando de Bribiesca a Antonio gracián dantisco (san lorenzo, 4-feb-1574). IVdj, envío 61 (II), caja 82, fol. 57. REYES, MONJES Y SABIOS 209 Bribiesca volvía a escribir a gracián: La yglesia diga v. m a su mag dexo colgada hasta que se acaben los nouenarios, y todos los libros se quedan asi hasta que v. m. venga por acá(65). Esto da a entender que Felipe II se opuso a esta posibilidad de visitas públicas, al menos hasta que gracián elaborara el catálogo de sus fondos. Cuando en 1576 se concluyó dicho catálogo y se hizo la entrega de todos los libros a la comunidad jerónima, la posibilidad de estos préstamos se incrementó, convirtiéndose en una merced nada excepcional. En 1585 Felipe II ordenó al prior de san lorenzo que dejara llevarse a juan lópez de Velasco los libros que necesitara para la corrección de las obras de san Isidoro, dispensándole de la lógica prohibiçion que está hecha para que no salgan de la librería. El proyecto de editar las obras completas de san Isidoro de sevilla, propuesto al rey por álvar gómez de Castro en 1571, influyó de una manera muy poderosa en el desarrollo de un proyecto cultural para la biblioteca de El Escorial, en especial hacia su definición como eje del neogoticismo político y cultural. san Isidoro había sido una de las principales figuras intelectuales de la Hispania visigótica y su pensamiento había sido recuperado en parte por el humanismo renacentista, que veía en él a un representante de la cristiandad primitiva, sólo posterior en dos siglos a san Agustín o san jerónimo, y no de menor entidad que éstos padres de la Iglesia. la figura de san Isidoro arrastró consigo al resto del pasado medieval hispánico, que se convirtió también en una prioridad. la unidad de España era una idea anhelada desde la época de la invasión árabe del reino visigodo de don Rodrigo. tras la finalización de la Reconquista en 1492, se consideraba que este antiguo reino había sido restaurado, acuñándose un marcado neogoticismo en el pensamiento político español (no sólo castellano). En esta tarea de política cultural Felipe II contó con la colaboración de sus cronistas jerónimo zurita y Ambrosio de morales. sus Anales de Aragón o su Crónica de España eran obras emprendidas a través de rigurosos métodos de investigación, que desmentían numerosos mitos populares. En su búsqueda de documentación medieval, ambos eruditos lograron rescatar del olvido preciosos manuscritos medievales que Felipe II mandaría guardar en la biblioteca de El Escorial como verdaderas reliquias del pasado hispánico. 65. Hernando de Bribiesca a Antonio gracián dantisco (san lorenzo, 11-feb-1574). IVdj, envío 61 (II), caja 82, fol. 59. 210 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) la Regia laurentina en una imagen actual sin embargo, tan prometedor inicio de la actividad de El Escorial como biblioteca pública se interrumpió tras la muerte de su fundador, Felipe II, en 1598. Es cierto que en el siglo xVII aportaron dos grandes remesas de libros, los arábigos del sultán marroquí muley Cidán, y los medievales del Condeduque de olivares, pero eran muy pocos los eruditos que acudían a su salón de Frescos para consultar los libros. la razón estaba en el cambio cultural representado por el Barroco, menos interesado que el Renacimiento por la erudición filológica, y dominado, en muchos casos, por una disimulada biblioclastia. Hubo que esperar a la segunda mitad del siglo xVIII, para que con ilustrados, con su recuperación de los ideales clásicos, los libros de El Escorial recuperen su papel primigenio. Fue entonces cuando Burriel, mayans, Floranes, Cerdà, llaguno acuden a su sala de lectura para consultar de nuevo los libros depositados por Felipe II. mucho después, la Biblioteca de El Escorial, el primer reservorio de textos españoles medievales (primacía que sólo le disputa la Biblioteca nacional) proporcionaría dos herramientas preciosas para el medievalismo hispánico: los catálogos del beato julián zarco Cuevas (18871936), para manuscritos castellanos (1926), y del padre guillermo Antolín, para los latinos (1910-1923). Ambas obras constituyen los testigos bibliográficos del extraordinario esfuerzo recopilatorio que Felipe II y sus consejeros culturales emprendieron durante la segunda mitad del siglo xVI. 8 De libros, de librerías y de libreros en la Segovia del Renacimiento ALFONSO DE CEBALLOS-ESCALERA GILA, MARQUÉS DE LA FLORESTA Universidade Técnica de Lisboa y Académie Belgo-Espagnole d’Histoire me propongo realizar una cosa notable por ambiciosa, o mejor dicho por excesivamente osada, cual es un intento semejante al de iluminar una amplia estancia con una diminuta linterna que apenas produce resplandores sobre algunos de los muros y objetos que en ella se hallan. no otra cosa es el empeño de precisar el ámbito del libro en una ciudad castellana del Renacimiento, cuando no contamos apenas con los elementos de conocimiento imprescindibles. Confío, sin embargo, en que el indulgente y comprensivo lector me perdone el atrevimiento, aprovechándose de lo mucho o poco que sea yo capaz de comunicarle. la ciudad de segovia, cuna indiscutida de la imprenta en España, nos ofrece algunas características especialmente interesantes a la hora de aproximarnos a la historia del libro y de las librerías como medios de acceso al conocimiento durante los últimos decenios del siglo xV y los que siguieron al alumbramiento del Renacimiento: de un tamaño de población notable -pero lejano al de una gran urbe, como lo eran entonces Valladolid o sevilla-, no contaba con centros de enseñanza superior -como salamanca o Alcalá-, por lo que el examen de la presencia del libro en ella puede deparar un panorama más ajustado de la que tenía en la generalidad del reino de Castilla, considerando que en los grandes centros universitarios ese panorama ha de ser, forzosamente distinto, si no distorsionado. notemos además que la ciudad de segovia fue sede de la Corte durante largos periodos, y que se había convertido ya en la capital industrial del reino de Castilla merced a una pujante y muy desarrollada industria textil. 212 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) Vista de segovia en 1562, en un dibujo de Antón de las Viñas (Antonius van der Wyngaerde) Efectivamente, es bien conocido que desde los finales del siglo xV la industria pañera segoviana alcanzó un auge notabilísimo, hasta el punto de convertirse la ciudad, entre los años de 1480 y 1550, en la primera capital industrial de los reinos de Castilla. Esta industria se sustentaba sobre una inmensa cabaña de ovejas merinas trashumantes que, tras su paso por los numerosos esquileos de la zona, producían una lana finísima que alcanzó justa fama en toda Europa. Además, al éxito de la propia industria de la fabricación de paños -realizada por una masa laboral de tejedores, apartadores, cardadores, pelaires, tintoreros, tundidores, etcétera- se sumó la aparición de una verdadera nobleza urbana basada en el comercio, que difundió los productos segovianos por todo el orbe conocido, desde la América hispana hasta los mercados de Flandes e Italia: son los mercaderes o hacedores de paños, a los que el cronista barroco diego de Colmenares llamaba señores de los paños, y calificaba de verdaderos padres de familia, que dentro de sus casas, y fuera, sustentan gran número de gentes (muchos de ellos a doscientas, y muchos a trescientas personas), fabricando por manos agenas tanta diversidad de finísimos paños: empleo comparable a la agricultura, y muy importante en cualquiera Ciudad, y Reino... Hacia 1580, la ciudad contaba con unos seiscientos telares y quince batanes, y producía aproximadamente más de 16.000 piezas de paño de a 40 varas de longitud (33,4 metros) en cada año, nada menos. son los días de gloria de los grandes mercaderes y hacedores de paños, los que crearían la imagen REYES, MONJES Y SABIOS 213 del segoviano como un hombre económico, esto es, como un gran empresario(1). la población segoviana, cifrada en 1480 en unos 9.000 habitantes, había crecido hasta los 16.000 habitantes ya en 1530, y hasta los 22.000 en 1591(2). por otra parte, no parece ocioso recordar que fueron las ideas humanistas del Renacimiento italiano las que causaron una verdadera fames libri entre los eruditos italianos, con frecuencia papas y príncipes, que bullían en una verdadera pión libresca: un hambre de libros que la invención y desarrollo de la imprenta a mediados del siglo xV no llegarían a saciar del todo. El papa nicolás V fundó la Biblioteca Vaticana hacia 1444, adquiriendo libros y manuscritos por toda Europa, y abriendo luego su consulta a los eruditos; en 1445 la formaban unos 350 manuscritos, que diez años más tarde eran ya 1160; los médici toscanos poseían 158 en 1456, y más de 1000 en 1494; y al millar se acercaban las colecciones de nicoli, Visconti, Besarión y Federico de urbino. la primera biblioteca particular española de orientación renacentista, fue probablemente la del Conde de Haro -según paz y melia-. pero volvamos al objeto principal de estos párrafos. En segovia hubo libros y bibliotecas desde tiempos muy remotos. la primera noticia que nos ha llegado, proporcionada por Colmenares, se data en el siglo xII, cuando domingo pérez (o petit), mediante testamento otorgado en 11 de noviembre de 1117 destina parte de sus bienes a la fundación una biblioteca pública en la iglesia parroquial de san miguel, sita en la plaza mayor, encargando de ello a su heredero el prior de santa maría: et prior Sancte Marie... faciat bibliothecam 1. sobre la justamente denominada Segovia de los Paños: jean paul lE FlEm, “Vrais et fausses splendeurs de l’industrie textile segovienne (vers 1460-vers 1650)”, en Produzzione, commercio e consumo dei panni di lanna nei secoli XII-XVIII (Florencia, 1976), págs. 523-536. maría AsEnjo gonzálEz, Segovia. La Ciudad y su Tierra a fines del Medievo (segovia, 1986). ángel gARCÍA sAnz, “segovia y la industria pañera, siglos xVI al xIx”, en las Actas del Congreso Segovia 1088-1988 (segovia, 1991), páginas 398-399. Alfonso de CEBAllos-EsCAlERA gIlA, La Casa del Sello de Paños (segovia, 2003) y “El final de la Real y Antigua Fábrica de paños de segovia: algunas precisiones sobre un proceso poco y mal conocido (18141862)”, en Estudios Segovianos, 105 (2005), págs. 55-102. Ana Belén sánCHEz pRIEto y Alfonso de CEBAllos-EsCAlERA gIlA, Sellos de paños (madrid, 2007). 2. ángel gARCÍA sAnz, Desarrollo y crisis del Antiguo Régimen en Castilla la Vieja. Economía y Sociedad en tierras de Segovia, 1500-1814 (madrid, 1977), pág. 45. maría AsEnjo gonzálEz, op. cit., págs. 142. VV.AA., Historia de Segovia (segovia, 1987), págs. 125. Vecindario de la Ciudad de Segovia de 1561, edición de Alfonso de Ceballos-Escalera gila (segovia, 1991), y Vecindario de la Ciudad de Segovia de 1586, edición de Alfonso de Ceballos-Escalera gila (segovia, 1990). 214 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) bonam et donet illam pro anima mea Sancto Michaeli(3). muy pocos años después parece que existía otra librería en la parroquial de san martín, pues en el año 1140 su abad pedro encargó al clérigo Bernardo Franco que copiase para ella -lo hizo a lo largo de un año- el libro de las morales sobre job, obra del papa san gregorio el magno(4). también en uno de los muros del atrio del templo de san martín se conserva aún la lápida sepulcral del presbítero lupus, que vivió durante el mismo siglo xII, y aparece calificado en ella de scriptor(5). He mencionado antes la presencia habitual de la corte en los alcázares segovianos, a lo largo del siglo xV: no es asunto menor cuando se trata de historiar el acceso al conocimiento por la vía del libro. la corte castellana de aquella época -como tantas otras coetáneas- constituyó per se un importantísimo centro cultural, pues en ella se reunían los más valiosos elementos culturales del momento. muy en particular en la corte de don juan II (1406-1453), en la que como es bien sabido las aficiones literarias y culturales del monarca atrajeron a los más grandes poetas de la época, desde juan de mena al marqués de santillana. En un momento posterior, la corte de los Reyes Católicos reunirá también a una pléyade de intelectuales, aunque ya predominando entre ellos los teólogos y los letrados sobre los poetas y los literatos(6). la Reina Católica fue muy estudiosa y erudita, e inculcó esos gustos a todos sus hijos(7): al ejemplo de los príncipes castellanos, la alta nobleza se dio al estudio, y hasta los hijos de los grandes hasta entonces meros guerreros, alcanzaron cátedras universitarias -en salamanca enseñaron ciencias y lengua los vástagos de los duques de Alba de tormes, y de los Condes de Haro y de paredes-. 3. ACs, sig. 1-2. luis miguel VIllAR gARCÍA, Documentación medieval de la Catedral de Segovia 1115-1300 (universidad de salamanca, 1990), doc. 5, págs. 48-49. Citado por diego de ColmEnAREs, Historia de la Insigne Ciudad de Segovia (madrid, 1637), capítulo xIII, pág. 219 (pero véanse las notas atinentes en la edición de la Real Academia de san quirce, segovia, 1969, pág. 225). 4. El documento que lo menciona se hallaba en la biblioteca del vallisoletano Colegio de san gregorio, y lo transcriben garci RuIz dE CAstRo, Comentario sobre la primera y segunda población de Segovia (ed. j.A. Ruiz Hernando, segovia, 1988), pág. 26; y diego de ColmEnAREs, op. cit., cap. xV, epígrafe 10. 5. santos sAn CRIstóBAl sEBAstIán y Esmeralda ARnáEz péREz-ARgotA, La Parroquia de San Martín de Segovia. Su historia y su arte (segovia, 1990), pág. 20. 6. marqués de lozoYA, Los orígenes del Imperio. La España de Fernando e Isabel, madrid, 1939, págs. 55-73. 7. César sIlIó CoRtés, Isabel la Católica, fundadora de España: su vida, su tiempo, su reinado (1451-1504), Valladolid, 1938, pág. 388. REYES, MONJES Y SABIOS 215 Vista del Alcázar de segovia, que fue sede de la corte castellana durante gran parte del siglo xV y las primeras dácadas del siglo xVI, a más de custodio del tesoro Real castellano (en que se incluían entonces los libros la importancia cultural de la corte, de toda corte, está pues fuera de duda, porque en ella se imprimía, en quienes la habitaban, una neta civilté -el término es de norbert Elías-, es decir un código de conducta y unas pautas culturales que constituían una verdadera civilización y un verdadero centro de transmisión cultural -la cultura es siempre un traditio- como nos ha demostrado sabiamente el profesor maravall(8). En la corte se congregaba lo más selecto del reino, y todos los cortesanos tenían algo que enseñar y algo que aprender; allí se aprendía no solo de la vida, sino de las letras y de las artes, del derecho 8. norbert ElIAs, El proceso de la civilización. Investigaciones sociogenéticas y psicogenéticas, madrid, 1987, págs. 99-129. josé Antonio mARAVAll, “la corte como saber en la Edad media”, en sus Estudios de Historia del Pensamiento Español, madrid, 1973, págs. 275-285. 216 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) y de la política(9). siempre, en todo caso, la corte es una escuela, en las acertadas palabras del profesor y académico marqués de lozoya, y por eso Baltasar de Castiglione, en su celebérrima obra El cortesano, publicada en 1528, la presenta como si fuese una verdadera academia. por todas estas razones, yo estoy convencido desde hace mucho tiempo, y lo afirmo ahora en sede universitaria, que es ya hora de considerar la corte como uno de los centros de enseñanza superiores del reino, y a la misma altura que las principales de sus universidades. En la corte castellana, pues, va a tener lugar una gran difusión del libro -tanto el manuscrito como el impreso- como medio más idóneo para la difusión de la cultura y el acceso al conocimiento. Y ese libro, por su escasez y por su elevado precio, va a ser considerado, naturalmente, como un verdadero tesoro. Y no escojo este término en un sentido figurado: no, es que a finales del siglo xV los libros, objetos raros y preciados, van a formar parte integrante del tesoro Real de Castilla, conservado en el Alcázar segoviano durante los dos últimas centurias de la Edad media y buena parte de la Edad moderna. la del tesoro Real es institución a la que he dedicado alguna atención, y no me parece inoportuno recordar aquí esas referencias(10). El Alcázar segoviano, sin duda de fundación romana, e importante fortaleza documentada desde el siglo xII, fue residencia regia frecuentemente durante la baja Edad media: en él habitaron los Reyes, muy señaladamente los de la familia de tras9. sobre la importancia de la corte como ámbito de poder, pueden consultarse las obras de marc BloCH, La sociedad feudal. Las clases y el gobierno de los hombres; utilizo la edición castellana de méxico, 1958, pág. 40; de georges duBY, Los tres órdenes o lo imaginario del feudalismo (madrid, 1992), pág. 383; del mismo autor, “los orígenes de la caballería”, en Hombres y estructuras, págs. 209-228; de percy Ernst sCHRAmm, Herrschaftszeichen und Staatssymbolik. Beiträge zu ihrer Geschichte vom 3. bis zum 16. Jh. (stuttgart, 1954-1956, 3 vols); de joël BlAnCHARd (ed.), Représentation, pouvoir et royauté à la fin du Moyen Âge (parís, 1995); y de Aldo sCAglIonE, Knights and Court. Courtliness, Chivalry et Courtesy from Ottonian Germany to Italian Renaissance (Berkeley y los ángeles, 1991). sobre la corte española y sus aspectos culturales, los trabajos de Frances minto EllIot, Old Court Life in Spain (londres, 1893, 2 vols.); Fernando BouzA álVAREz, “servir de lejos. Imágenes y espacios del cursus honorum cortesano en la España de los Austrias”, en ángel Vaca lorenzo (coord.), Europa: proyecciones y percepciones históricas (salamanca, 1997), págs. 71-86; y “tiempo y espacio en la corte de Carlos V. Vidas de palacio”, en Carlos V. Europeísmo y universalidad. I, La figura de Carlos V (madrid y granada, 2001), págs. 47-56. 10. Alfonso de CEBAllos-EsCAlERA gIlA, Alcaides, Tesoreros y Oficiales de los Reales Alcázares de Segovia (Valladolid, universidad de Valladolid, 1995); en particular las páginas 139-152. REYES, MONJES Y SABIOS 217 támara, que lo convirtieron en el más suntuoso palacio del Reino, y allí se celebraron Cortes y otros actos y festejos públicos. En especial don juan II y don Enrique IV realizaron en la fortaleza-palacio importantísimas reformas, pues entre sus muros, además de residir constantemente aquellos monarcas, se encerraba el tesoro regio. El marqués de lozoya nos recordaba que la nueva dinastía de los Trastamara, de príncipes aficionados al lujo y a los placeres del espíritu, quiso convertir esta serie de salones [del Alcázar] en un palacio que sería el más suntuoso de Castilla, rival de los alcázares andaluces(11). Como consecuencia de lo anterior, tuvo el castillo, durante los siglos xIV y xV, una notable presencia en la ciudad, marcada por los alborotos y las luchas políticas (a veces muy sangrientas, como las de 1320-1322, 1467 y 1506-1507). En 1470, don Enrique IV otorgó su tenencia y alcaidía a su mayordomo don Andrés Cabrera, pronto marqués de moya y señor de Chinchón; esta merced fue convertida en hereditaria por los Reyes Católicos, en 1475, al mismo personaje y a su esposa doña Beatriz de Bobadilla, conjuntamente. desde finales del siglo xV, tras la marcha de la Corte, que ya sólo lo habitaría muy ocasionalmente, el edificio apenas tuvo vida oficial. la circunstancia de haber sido el Alcázar de segovia la sede o depósito del tesoro Real de Castilla es la causa inmediata de la institución de un oficial directamente encargado de su custodia; oficial que, por los avatares de la pequeña historia, quedó radicado en segovia incluso después de que las joyas y ricos efectos encomendados a su custodia hubieran salido ya de esta ciudad. El tesoro era, en los siglos de la baja Edad media, una parte importante del poder Real, pues mediante su posesión y exhibición se garantizaba ese poderío ante súbdito y extranjeros. Esta exhibición era frecuente en segovia, normalmente para lograr ese efecto en el visitante de alta posición social o política. Así le ocurrió en 1465 al barón león de Rosmithal de Blatna, a su paso por segovia, pues reconoce que no ví en España un alcázar más hermoso que éste, ni que tuviese tantas riquezas de oro y plata y alhajas, porque acostumbraban los reyes de España a tener guardados sus principales tesoros y preseas en esta fortaleza ... Y otras muchas cosas vimos en el Alcázar dignas de admirarse(12). 11. marqués de lozoYA, El Alcázar de Segovia (segovia, 1960), pág. 15. 12. Viaje del noble bohemio León de Rosmithal de Blatna por España y Portugal, traducido y editado por Antonio maría Fabié en Viajes por España, madrid, 1879, págs. 66-67. 218 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) Ya a comienzos del siglo xV encontramos que ese tesoro regio de Castilla y león se guardaba en esta fortaleza, pues en el testamento de don Enrique III (toledo, 24 de diciembre de 1406), el monarca cita expresamente a Alfonso garcía de Cuéllar, su contador mayor, que tiene el dicho mi tesoro; y más adelante que tiene por mí el dicho Alcázar de Segovia. El monarca ordenó en el mismo instrumento que en la torre del Omenage, donde tiene el mi tesoro, que no entre ninguno en ella, ni lo desapoderen de ella contra su voluntad; e que le hagan el pleyto e omenage quando entraren en el dicho Alcázar, so pena de caer en caso de traición ... e que ellos [los tutores] puedan e le dexen estar libremente en el dicho Alcázar...(13) En tal emplazamiento se guardaría siempre ese tesoro, que en los primeros años del reinado de don Enrique IV llegó a ser de una riqueza fantástica, según los cronistas de la época: El Rey mandó que viesen las lavores que fazía en el Alcázar de aquella çibdat, e mostróles sus joyas e plata, lo qual todo mandó poner en una gran sala; e podría aver en la plata labrada de diversas formas fasta doze mill marcos, e allende desto avía algunas pieças de oro en que podría aver fasta dozientos marcos, syn las joyas de gran valor que ally les mostró, asy en joyeles como en collares guarnidos de piedras e perlas(14). todavía diego de Colmenares, en 1637, se hacía eco de tan espléndido tesoro: ... con ostentación hizo mostrar a castellanos y granadinos los tesoros de oro y plata labrada, y joyas, todo puesto en aparadores ostentosos en una espaciosa sala del Alcázar. Refiere Palencia que había más de doce mil marcos de plata, y más de doscientos de oro, todo esto en piezas de vajillas y servicios de mesa, sin las joyas de adorno, collares, cintos, ajorcas y apretadores que entonces se usaban, que era escesivo el oro y pedrería. Tesoro grande en corto reino, en poco tiempo y sin extorsiones de vasallos, que nunca las causó este Rey, siempre 13. pero lópEz dE AYAlA, Crónica de Don Enrique III de Castilla e de León (ed. B.A.E., tomo lxVIII, madrid, 1953), capítulo xIx. 14. Crónica anónima de Enrique IV de Castilla (Crónica castellana), cap. xIII (ed. m.p. sánchez parra), pág. 25. REYES, MONJES Y SABIOS 219 bueno en lo que todos son malos, y malo en lo que todos son buenos, pues le faltaron codicia y severidad(15). parte de este grande caudal se gastó en las continuas guerras civiles que asolaron el Reino entre 1457 y 1477: tanto don Enrique como doña Isabel hubieron de echar mano de estas riquezas, de lo cual hay abundantes testimonios(16); baste recordar uno bien insigne, el del comendador poeta jorge manrique (¿1440?-1478), en sus justamente admiradas Coplas a la muerte de su padre Las dádiuas desmedidas, los edificios reales llenos de oro las vajillas tan febridas los enrriques y reales del tesoro, los jaezes, los cauallos de su gente, y atauíos tan sobrados ¿dónde yremos a buscallos? ¿qué fueron sino rocíos de los prados? Al morir la Reina Católica, la mayor parte del metálico del tesoro regio enriqueño ha mucho que había desaparecido(17), pero aún se guardaban en el 15. diego de ColmEnAREs, op. cit., cap. xxxI, ep. IV (año de 1455). 16. Véase como ejemplo el documento 10 (datado en 1465) del apéndice documental de mi antes citado estudio Alcaides, tesoreros y Oficiales de los Reales Alcázares de Segovia, en las páginas 247-249. En febrero de 1475, la Reina doña Isabel mandó que se le entregase todo el dinero que hubiera en el tesoro, y de no bastar para subvenir a las necesidades de la campaña contra los rebeldes, que se deshiciesen las joyas y vajillas para acuñar más moneda. Enrique de olIVER-Copóns, op. cit., pág. 157-158. por esta razón afirmaba garci RuIz dE CAstRo, op. cit., cap. 9, que en el Alcázar avía grande thesoro que se a gastado en guerras. 17. miguel ángel lAdERo quEsAdA y margarita CAntERA montEnEgRo, “El tesoro de Enrique IV en el alcázar de segovia, 1465-1475”, en Historia, Instituciones y Documentos, 31 (2004), págs. 307-352. 220 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) don juan II, Rey de Castilla y león (1406-1454), músico, poeta y bibliófilo, iniciador de la biblioteca regia castellana que continuarían enriqueciendo sus hijos don Enrique IV y doña Isabel la Católica, en una imagen xilográfica que representa la entrega por el poeta juan de mena de su obra Las Trescientas. REYES, MONJES Y SABIOS 221 Alcázar otros muebles valiosísimos: libros, tapices y armas de gran mérito y precio(18). durante el siglo xVI menudean todavía las órdenes regias solicitando efectos y muebles a los tesoreros sucesivos; pero como estas solicitudes acabaron provocando el traslado a madrid de todo o la mayor parte de ese tesoro, creo que a fines del siglo apenas quedaban en el Alcázar objetos de mérito. Y vamos ya a lo que importa, que es resaltar que en dicho tesoro Real se integraron, desde los días del Rey don Enrique IV, pero sobre todo durante el de su sucesora la Reina doña Isabel, libros, muchos libros. lo que no significa que la Corona estableciese lo que hoy entenderíamos como una biblioteca, no: de hecho, los libros estaban allí sobre todo y ante todo como una parte del patrimonio regio más preciado -esto ya lo dije en 1995, y he tenido una enorme satisfacción al ver que la primera especialista en el tema, la profesora Elisa Ruiz, lo ha corroborado en su obra definitiva sobre el patrimonio bibliográfico de la Reina(19)-. Y dado que la profesora Ruiz me seguirá luego en el uso de la palabra, no he de decir ni una más al respecto; tan solo insistir en que la presencia de libros en el tesoro Real, por el contrario, significa, de una parte que el libro se había convertido ya entonces en un objeto patrimonial de precio y de consideración; y de otra, que su utilización como medio de difusión del conocimiento se había generalizado ya. Ese entorno cortesano hubo de influir poderosamente en la ciudad de segovia, y muy especialmente en sus élites, que no eran otras entonces que las que formaban el estamento caballeresco, al que se iban ya incorporando letrados y conversos. En aquella corte castellana, y con los libros que en ella circulaban, se educaron los jóvenes de la más alta nobleza segoviana, en todo caso adscritos a lo que se ha dado en denominar caballería urbana. Y se educaron bien, pues no es de olvidar que de aquella segovia salieron catedráticos célebres, como el maestro juan de segovia (1400-1458), catedrático de salamanca 18. según el inventario hecho en 1503 por gaspar de gricio, de orden de la Reina Católica; cuyo texto ocupa más de cien folios, y ha sido publicado dos veces: primeramente por el marqués de la Fuensanta del Valle et alii, en la Colección de Documentos Inéditos para la Historia de España, vol. lxxxI; y más recientemente por josé FERRAndIs en Datos documentales para la historia del Arte Español, vol. III. también debe consultarse a Francisco javier sánCHEz CAntón, Libros, tapices y cuadros que coleccionó Isabel la Católica (madrid, 1950). 19. Elisa RuIz gARCÍA, Los libros de Isabel la Católica. Arqueología de un patrimonio escrito (salamanca, 2004). 222 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) -a la que legó una importante biblioteca- y gloria del Concilio de Basilea(20); el doctor Andrés laguna (1499-1559), médico del Emperador y de los papas pablo III y julio III(21); o los hermanos luis y Antonio núñez Coronel (14801521), que tantísimo lucieron en la sorbona(22). por citar solamente a unos pocos de ellos, ya que, según su coetáneo el bachiller garci Ruiz de Castro, yo conogcí un tienpo, en el año de 1530, a ocho catredáticos segovianos en Salamanca(23). Al tratar del acceso al conocimiento, es imprescindible hacer referencia a los centros docentes que entonces existieron en segovia, que ciertamente no nos son bien conocidos. la ciudad no contó jamás con universidad, por lo que el sistema de enseñanza local no alcanzaba sino a las primeras letras, y a las primeras nociones de teología, gramática y artes. las enseñanzas superiores se impartían, solamente a los jóvenes varones, en algunos de los conventos segovianos, especialmente en el de santa Cruz la Real, de frailes dominicos, que era el único de la ciudad que tenía la categoría académica de estudio general de Artes y teología, y que a partir de 1599 se vino a convertir en universidad, otorgando grados de maestro y de doctor, y cuyas cátedras amplió el Rey don Felipe IV a instancias de un confesor suyo, hijo de este convento. El padre fray juan de navamuel nos ilustra brevemente sobre el sistema de enseñanza de dicho estudio general(24). ¿Cómo eran las bibliotecas de aquellos centros conventuales de enseñanza?. Este es un punto que aún está muy oscuro(25), aunque ciertamente cabe suponer que todos ellos contarían con un elenco librario más o menos relevante. 20. julio gonzálEz, El Maestro Juan de Segovia y su biblioteca (madrid, 1944). 21. luis sánCHEz gRAnjEl, “Vida y obra del doctor Andrés laguna”, en Estudios Segovianos, xII (1960), págs. 25-44. pero todo el volumen está dedicado a la egregia figura de este humanista. 22.teófilo HERnAndo, “luis y Antonio núñez Coronel”, en Estudios Segovianos, xxI (1969), págs. 385-422. 23. garci RuIz dE CAstRo, Comentario, op. cit., pág. 30. 24. AHn, Clero, libro 12389: Estatutos del Estudio de Sagrada Escritura que fundó el maestro fray Juan Martínez, confesor del Rey, 1657. Fray juan de nAVAmuEl, Cueba de Santo Domingo en Segovia (madrid, 1752), en el Prólogo al lector (in fine), y págs. 25, 37-38, 40, 69, 102-103. maría josefa lloREntE tABAnERA “El Convento de santa Cruz”, en Estudios Segovianos, xIII (1961), págs. 27-67; en especial las págs. 40-41. Rafael RódEnAs VIlAR, Vida cotidiana y negocio en la Segovia del Siglo de Oro. El mercader Juan de Cuéllar (salamanca, 1990), pág. 31. REYES, MONJES Y SABIOS 223 portada de la iglesia del convento de dominicos de santa Cruz la Real, sede del Estudio general segoviano en que se educaron los hijos de la nobleza local durante varias centurias, y que tuvo una importante librería En el convento dominicano de santa Cruz la Real hubo, ciertamente, un copiosa librería -a ella se refiere algunas veces el fray juan de navamuel-, útil para ese Estudio general de teología y Artes que en el mismo hubo y al que acabo de referirme. también nos consta la existencia de una librería en el convento jerónimo del parral, pues el padre sigüenza la cita como construida durante el reinado del Rey don Enrique IV, diciendo que se le prestó una especial atención desde la fundación regia del convento a partir de los años de 1454 - 224 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) de obra real la califica-, y que todavía él alcanzó a conocer allí a un fraile anciano que realizó un libro de coro desde el pergamino a la encuadernación, escribiéndolo e iluminándolo, y una vez acabado lo ofreció a dios y a la Virgen sobre el altar mayor de la iglesia conventual(26). Acredita la existencia de dicha librería, y de su importancia en la vida conventual, una orden regia dada en el otoño de 1499, en la que se menciona expresamente: la incitativa al corregidor de segovia para que provea sobre un molino de papel construido junto a la librería del Monasterio de Nuestra Señora de Santa María del Parral, extramuros de la ciudad, cuyo ruido no deja estudiar ni reposar a los frailes, para que vuelva a ser molino de pan como era en principio(27). En 30 de mayo de 1466, por iniciativa del erudito obispo Arias dávila, el Rey don Enrique IV concedió privilegio a la ciudad para el establecimiento de un Estudio de gramática, lógica y Filosofía moral, dotándolo con treinta y ocho mil maravedíes de renta anual, mediante un juro perpetuo situado sobre rentas reales de las alcabalas de ciertos lugares de la tierra de segovia, y de las tercias de algunas iglesias y parroquias de la Ciudad y sus arrabales(28). El Estudio, administrado por la Ciudad bajo la supervisión del obispo -siendo el deán y provisor del obispado su rector-, contaba con varios letores catedráticos y otros repetidores. según mis notas, parece ser que primeramente se ubicó en la colación de san martín, donde ya se mencionan en 1466 el corral e casas del estudio(29), pasando luego a la de san nicolás, donde en 1482 se mencionan 25. Balbino VElAsCo BAYón, “las órdenes religiosas en el pontificado de Arias dávila”, en Segovia en el Siglo XV. Arias Dávila: Obispo y Mecenas (salamanca, 1998), págs. 323-336. 26. Fray josé de sIgÜEnzA, Historia de la Orden de San Jerónimo (madrid, 1595-1605, 3 vols.), I, capítulo xlI, págs. 347-352. 27. Ags, Rgs,1499, octubre, doc. 449. 28. El original en ACs, sig. 18-12. los lugares, cargados con 18.750 maravedíes, eran los de Villacastín, navas de zarzuela, lastras, miguel Ibáñez, santa maría de los Huertos, Cienpozuelos, Bercial, pinarnegrillo, Fuentes, moraleja, Aldehuela y la Cuesta; mientras que las parroquias, cargadas con 19.250 maravedíes, eran las urbanas de san salvador, san Esteban, san sebastián, san Román, la trinidad, san quirce, san nicolás, san juan, san pablo, san Clemente, san millán y santo domingo, san Andrés, san martín, san Facundo y santa olalla, y las rurales del Cuadrón, Cabanillas del monte, El parral, Escarabajosa, El temeroso y Costanzana. 29. se menciona en una escritura de enero de 1466, por la que el regidor Alonso martínez tomó a censo unas casas en la calle de la Cintería: ACs, Inventario de los censes, traspasos y truques; y en Registro de gabriel de guevara, n1 4, d; y en la vitrina 17 (Casas del ama del Infante). REYES, MONJES Y SABIOS 225 monjes jerónimo del convento de santa maría del parral, donde existió una buena librería. la importancia del clero regular en la difusión del libro y de la lectura fue todavía muy importante en el siglo xVI castellano unas casas donde solían estar las escuelas de gramática(30). Este privilegio fue confirmado por los Reyes Católicos en toledo a 20 de mayo de 1482, y de nuevo por su hija la Reina doña juana en sevilla a 4 de noviembre de 1508(31). los últimos documentos que de aquel centro de enseñanza nos han llegado, se datan en los años de 1536(32): a partir de aquellos tiempos debió de decaer la 30. AHn, Clero, libro 13083 (Casas dadas a censo por el cura de san quirce a Antón Rodríguez de la Cilla). 31. Copia del privilegio y de las sucesivas confirmaciones por diego de ColmEnAREs, Aparato de la Historia de Segovia, Archivo de la Catedral de segovia, ms. B-360, fols. 155-160 (transcrito y publicado por mariano quintanilla, “Estudio de gramática y Filosofía”, en Estudios Segovianos, III (1951), págs. 234-246. 32. todos los privilegios, documentos y cuentas originales, en ACs, sig. 18-12. 226 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) fundación, pues en adelante ya apenas consta testimonio histórico de su existencia. Hablemos ya de las personas, es decir de algunos intelectuales y eruditos de la época, que reunieron librerías más o menos extensas y más o menos selectas. En primer lugar los Reyes, particularmente don juan II, don Enrique IV -que ya reunió unos 80 volúmenes, según el profesor ladero quesada-. pero sobre todo su nieta doña Isabel la Católica, que ya hemos visto que integró en el tesoro Real varios centenares de selectos volúmenes -cinco por lo menos-. de ello ha tratado magistralmente la profesora Elisa Ruiz garcía, agente en este seminario, y no osaré yo repetir aquí sus atinadas conclusiones. En un segundo lugar, poseyeron libros los más preclaros representantes del estamento eclesiástico, encabezado por obispo don juan Arias dávila (c.1425-1497)(33), el gran humanista de origen converso que fue quien introdujo la imprenta en España, estableciendo en segovia en 1470 el taller del germano juan parix. Este prelado, de quien también he dicho que fundó en 1466 el Estudio de gramática, fue hombre declaradamente bibliófilo, como ha demostrado brillantemente el profesor Fermín de los Reyes en varios de sus trabajos(34). la librería de la catedral segoviana es en gran medida heredera de la de aquel obispo bibliófilo, de quien no diré más porque la suya es un figura reiteradamente tratada por los especialistas, como también lo han sido sus libros y sus aportaciones a la imprenta española. otro ilustre bibliófilo segoviano del momento fue el deán juan lópez de segovia. nacido hacia 1440, fue hijo de gonzalo lópez Cocodrillo y de Catalina lópez, y debió de ser de linaje judío, pues consta que su madre era conversa y que fue penitenciada y quemada por judaizante. Estudió la gramática latina en segovia, y más tarde ambos derechos en la universidad de salamanca, donde obtuvo el grado de doctor en derecho y explicó una cátedra. Entonces debió de ordenarse de sacerdote, logrando un beneficio en la parroquial segoviana de santa Columba; más tarde fue abad de Cabañas, canónigo -lo era ya en 1467- y deán de la catedral de segovia -lo era ya en 1475-, y como tal asistió al sínodo de 1478. Indispuesto con un poderoso de la corte y acusado 33. su figura ha sido bien estudiada por varios autores, en particular los reunidos en dos volúmenes colectivos: Segovia en el Siglo XV. Arias Dávila: Obispo y Mecenas (salamanca, 1998); y Juan Párix, primer impresor en España (Burgos, 2004). 34. Fermín de los REYEs gómEz, “El obispo bibliófilo: Arias dávila y los libros”, en Juan Párix, primer impresor de España (segovia, 2004), págs. 225-261. REYES, MONJES Y SABIOS 227 de judaizante, fue denunciado y hubo de pasar a Roma para defenderse de la acusación: allí estaba en 1484, cuando recibió algunas gracias pontificias, como el oficio de protonotario apostólico, y en el castillo de sant’Angelo fue preso entre los años de 1487-1488. por entonces, a instancias del cardenal marco Balbo, escribió su tratado De matrimonio et legitimatione, impreso en Roma en 1488. también en 1487 hizo pintar en Roma un cuadro de Cristo con la Verónica, y su propia efigie orante a los pies, que colgó durante siglos de los muros de la capilla mayor de santa Columba. tras ser liberado, el cardenal piccolomini, arzobispo de siena -y futuro papa pablo III-, le nombró su vicario general, cargo que sirvió con mucho acierto, escribiendo el tratado De libertate ecclesastica (impreso en siena en 1491) para fijar la posición de su amo el arzobispo en su enfrentamiento con los magistrados sieneses. Entretanto siguió escribiendo, siendo autor de dos tratados más, titulados De confederatione Principum, et potestatum una cum questionibus aureis, notatique dignisimis (siena, 1491), y De bello et bellatoribus (escrito entre 1491 y 1495 pero impreso póstumamente en 1513), en el cual se adelantó a las tesis de Francisco de Vitoria sobre el derecho de la guerra. la muerte le alcanzó en Roma en 1496, en cuyo templo de santa maría del pópolo (en el brazo derecho del crucero) fueron sepultados sus restos(35). dejó fundada una riquísima capellanía -casi una colegiata- en la iglesia parroquial segoviana de santa Columba, para su entierro y el de sus deudos, ornada de importantes reliquias traídas de Roma, con rentas eclesiásticas señaladas en muchos pueblos del contorno y de otras diócesis, dotación para capellán mayor, cinco capellanes, sacristán, mayordomo, y una espléndida capilla de música y coro -organista, diez cantores, seis niños, ministriles y maestroque llegó a competir con la de la propia Catedral. pero lo más relevante para nosotros es que aquel clérigo humanista dotó esa capellanía con una buena biblioteca: sin duda la que él mismo había formado durante sus largos años de 35. diego de ColmEnAREs, Vidas y escritos de escritores segovianos, apéndice a la segunda edición de la Historia de la Insigne Ciudad de Segovia (madrid, 1640), págs 703-706. tomás BAEzA gonzálEz, Apuntes biográficos de escritores segovianos (segovia, 1877), págs. 1418. gabriel maría de VERgARA mARtÍn, Ensayo de una colección bibliográfica-biográfica de noticias referentes a la provincia de Segovia (guadalajara, 1903), pág. 535-536. juan de VERA, “notas sobre escritores segovianos”, en Estudios Segovianos, III (1951), pág. 193. santos sAn CRIstóBAl sEBAstIán, “parroquia de san millán, iglesias, instituciones y cofradías del barrio”, en El Libro de la Catorcena, segovia, 1977, págs. 99-100. Alfonso de CEBAllos-EsCAlERA gIlA, “juan lópez de segovia”, en el Diccionario Biográfico Español (pendiente de publicación por la Real Academia de la Historia). 228 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) estancia en Italia. lamentablemente, no ha llegado hasta nosotros ni un solo inventario de lo que debió ser -porque sin duda contuvo manuscritos e incunables- un interesantísimo elenco librario(36). Veamos ya, en tercer lugar, las librerías de los letrados. Ciertamente, al menos en segovia -y no hay motivo para pensar que en esto fuese diferente de otras urbes de la época- fueron los letrados, los juristas y los abogados los que, debido a sus necesidades profesionales -siempre basadas en el estudio y análisis de los textos legales-, reunieron bibliotecas jurídicas selectas. Conocemos en segovia tres casos muy representativos de este estamento letrado en las personas del licenciado peralta, del bachiller garci Ruiz de Castro, y del licenciado jerónimo Arias de Virués. El licenciado sebastián de peralta (1473-1540) llevó una vida a la vez apasionada y apasionante, que se refleja en su interesantísimo testamento(37). nacido durante el último año del reinado de Enrique IV, pasó su infancia y primera niñez en segovia, durante la guerra civil que terminó con el triunfo de los Reyes Católicos. privado de su padre diego de peralta durante los años que éste pasó al servicio de los monarcas en las guerras de granada -donde ganó su escudo de armas en el campo de batalla-, sebastián se licenció en leyes en la universidad de salamanca, y parece haber inaugurado su carrera de jurista en 1500, cuando el Consejo Real le nombró pesquisidor en el reino de granada: su posterior tenacidad de litigante ya se revela y tal vez se aprendiese en aquellos pleitos interminables. Antes de 1506, una cuestión que tuvo en segovia ocasionó su fuga y refugio en el alcázar, cuyo alcaide era tío suyo. probablemente durante esos años el licenciado se había casado con doña maría de ulloa y Fonseca, prole de la importante y aristocrática familia de toro, señores de Coca y Alaejos, estableciendo su residencia en la colación de san Román. 36. no se conservan noticias de esos libros ni en el Archivo parroquial de san millán (al que a mediados del siglo xIx se anejó la extinguida parroquial de santa Columba), ni en el Archivo Histórico nacional, sección de Clero. pero en ambos hay otros documentos atinentes a esta capellanía del deán don juan lópez de segovia, así como en el Archivo de la Catedral de segovia (ACs), cajas F144, H50bis y l50. 37. Conservado en segovia por el general don joaquín Ceballos-Escalera de la pezuela, marqués de miranda de Ebro, y estudiado por su deudo el erudito Carlos de lECEA gARCÍA, El licenciado Sebastián de Peralta. Bosquejo histórico-biográfico, segovia, 1893. su transcripción y edición íntegra, realizada conjuntamente por Ian michael, catedrático de la universidad de oxford, y el autor de estas páginas, está ya próxima. REYES, MONJES Y SABIOS 229 tanto el licenciado como su padre se vieron involucrados, como la mayoría de los caballeros segovianos, en las turbulencias ocasionadas por la muerte de la Reina Isabel en noviembre de 1504, formando parte del bando de don juan manuel (partidario de doña juana y don Felipe), opuesto al de los marqueses de moya, alcaides del alcázar de segovia (que sostenía a don Fernando el Católico). El odio era ya antiguo: en los días de Enrique IV los Cabrera Bobadilla, aliados de los conversos, desterraron a diego de peralta y a sus hermanos de la ciudad, acción que dio lugar al duelo tenido entre el hermano de la futura marquesa de moya y un primo del licenciado, que terminó con Francisco de Bobadilla descabezado y Francisco de peralta fugado de la ciudad para siempre, con la consecuente confiscación y venta de sus heredades. Estas viejas diferencias culminaron el día de san matías (24 de febrero de 1507), cuando el licenciado se vió obligado de refugiarse en la iglesia de san Román junto a su padre y otros parientes, todos muy bien armados, donde se defendieron heroicamente contra una fuerza de más de cuatrocientos soldados de los marqueses. El combate acabó con el incendio del templo, y la prisión del licenciado y sus secuaces. Este episodio bélico, que el licenciado relata con vívidos colores, merece nuestra atención porque es atinente a los libros, y delata la mentalidad bibliófila del momento, explicando que a san Román truje todos mis libros, resistiendo hasta que nos pusieron fuego hasta que toda la iglesia por los tejados se ardía, e caían las vigas sobre nosotros ardiendo, e todavía defendíamos la iglesia y entrada de ella ardiendo. Concluida la lucha, y una vez sanado de sus heridas, dice el licenciado que yo fui a el Consejo, que estaba en Palencia, e me quejé de el encastillamiento e robos, e quema de la iglesia e mis libros, que me quemaron en ella todos... Y más tarde puse demanda a don Hernando [de Bobadilla] de los bienes e libros que me quemaron. tras varias peripecias otro día en amanesciendo fui a el cardenal e a el Consejo que estaba en Madrid, e dile las cartas, e hizo lo que Su Majestad me mandó; e hice rescibir aprueba en mi pleito, e hizo probanza concluiose, e vióse en el Consejo. Condenaron a don Fernando en trescientas mill por mis libros. Saqué la ejecutoria. Ejecutóle. Pagóme. Tengo la ejecutoria. Aclarando luego que mis libros que condené a un Hernando de Bobadilla en trescientos mil maravedís por ejecutoria de el Consejo e me los pagó, que se quemaron en San Román. Esto ocurría en 1517. seguidamente, fue nombrado oidor de la Real Audiencia y Chancillería de Valladolid; durante la revuelta comunera de 15201521, peralta se declaró imperial, y tras la campaña fue severo corregidor de 230 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) la segovia derrotada. dedicando el resto de sus días a interminables pleitos con sus copropietarios y colindantes, y a ordenar su mayorazgo. todavía en sus últimos días no ofrece el licenciado peralta un testimonio de su amor por los libros, al ordenar en su testamento de 1528 la fundación de un hospital y asilo para quince hidalgos pobres: por manera que quiero e mando que esta dicha casa e hospital sea a el modo de colegio, e como son los colegios de los estudios, e que los tales donados e colegiales, aunque de edad, aprenda a leer e servir a Dios, e lean en el flos santorun, e las Epístolas de San Jerónimo y en otros libros de romance míos de devoción, e para ello lo dó e dejo a la dicha casa e hospital e colegio. otro letrado interesante por su bibliofilia y sus libros fue el bachiller garci Ruiz de Castro (c.1514-1491), caballero segoviano que tras estudiar en la universidad de salamanca ejerció la abogacía durante toda su vida, dejando además una extensa obra histórica y jurídica inédita -sólo en 1989 ha visto la luz su Comentario a la primera y segunda población de Segovia-. Algunos de esos tratados se conservan en la biblioteca catedralicia, y otro que se creía perdido fue localizado por quien esto escribe en la Biblioteca nacional, hará ya unos quince años. lo más interesante de sus escritos es que en todos ellos solía hacer mención expresa de las fuentes bibliográficas consultadas: su análisis, que aún está por hacer, nos revelaría pronto cuáles eran los autores y los textos que manejaba un escritor jurídico como el bachiller en una ciudad principal de Castilla. por último, el licenciado jerónimo Arias de Virués, caballero segoviano perteneciente a dos de los principales linajes conversos de la ciudad -los de la Hoz, y los celebérrimos Arias dávila-. Hijo del regidor pedrarias de Virués, señor del Hermoro y mayorazgo de la Hoz, y de su segunda mujer doña Ana osorio de Virués (viuda del comendador Hernando de saavedra), casados en 1488; era nieto por línea paterna de gome de la Hoz, contador mayor de Enrique IV, y de doña Isabel Arias dávila, hija a su vez del contador diego Arias dávila. Hubo de nacer nuestro licenciado en la bellísima Casa de los picos por los años de 1490, y tras estudiar en su ciudad natal (¿en el Estudio de santa Cruz la Real?), pasó a cursar los estudios de leyes en la universidad de salamanca, en la que se hallaba en 1517 -en aquel año ya habían fallecido sus padres-. después sería licenciado y regidor de segovia, y años más tarde sucedió en el mayorazgo fundado en 1486 por su tío el deán y protonotario diego Arias dávila. Fue dos veces casado: la primera con la salmantina doña Francisca de oropesa; y la segunda con la segoviana doña Catalina del Campo; y de ambas tuvo hijos. REYES, MONJES Y SABIOS 231 Como jurista fue uno de los más destacados de la segovia de su tiempo, y llegó a ser abogado y oidor en la Real Audiencia y Cancillería de Valladolid. de sus papeles personales -que hoy obran en mis manos por razones familiares- colegimos que fue un gran litigante, muy aficionado a los pleitos contra parientes y vecinos. Cuando, siendo ya octogenario, otorgó junto a su esposa doña Catalina su postrer testamento en Valladolid el 7 de agosto de 1569, ante el escribano juan de Rozas(38), fundó un nuevo mayorazgo de llamamiento agnaticio, pero además estableció un verdadero fideicomiso -casi un vínculo perpetuo- sobre sus libros y manuscritos, en favor de uno de sus nietos, entonces niño de siete años: Yten, yo el dicho licenciado Birués quiero e mando que luego como yo fallesciere se ponga por ynbentario aparte toda mi librería que yo tengo en mi estudio y en mis arcas, y todos los bolúmenes de ynformaziones e cartapacios e todo lo demás que yo tengo escripto en derecho, ansy de molde como de mano, e ansimesmo todos los otros libros de rromanze de molde y de mano que yo tengo e tubiere / y de latín, e que puesto todo ello por ynbentario lo tenga e guarde después de ys días doña Catalina del Campo mi muger, e después de sus días Pedro Arias de Birués mi hijo, e los que ubieren de subceder en la dicha mejora de testamento e rremanente de quinta e mayorazgo de mis bienes, y de la dicha doña Catalina del Campo mi muger, para que estén en pie para los dar y entregar a las personas que aquí hirán declaradas con el vínculo, en seguridad e en la manera que aquí hirá puesta e declarada, conviene a saver: para que después de mis días aya e lleve toda la dicha mi librería Pedro Harias de Birués mi nieto, hijo de Pedro Harias de Birués mi hijo, e de la señora doña Ana de Castañeda my nuera, con tal condición que se llame y nombre en tal caso de mi nombre e apellido de Birués, e no de otro nonbre e apellido ninguno, e que traiga las armas de Birués en su escudo a la mano derecha / e que si se 38. Archivo Ceballos-Escalera, segovia, sección mansilla, legajo III, doc. 33, a los folios 10v12. mi buen amigo Félix martínez llorente, profesor de la universidad de Valladolid, me ha favorecido otra vez buscando en los protocolos vallisoletanos, aunque sin éxito, el inventario de bienes que debió realizarse tras la muerte del licenciado. 232 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) llamare de otro nombre sino solamente de Birués, que pierda esta dicha manda y pase por el mismo caso e lleve toda la dicha librería en la manera que dicha es e con las mismas condiciones otro su hermano, el que le paresciere ser más ábil para estudiar, hijo del dicho Pedro Harias mi hijo, el que doña Catalina del Campo mi muger nombrare si a la sazón fuere biba... e ansimismo en los descendientes barones dellos, conque el que ubiere la dicha librería estudie e travaje el estudio para que sea letrado y como tal se pueda aprobechar e aprobeche de la / dicha librería. E a falta vde los hijos barones del dicho Pedro Harias mi hijo, e de los dichos sus descendientes barones aunque los aya sino quisieren cumplir las dichas condiciones , para tal caso mando toda la dicha librería al monesterio de Nuestra Señora Santa María la Real çerca de Nieba... pongan todos los dichos mis libros e bolúmenes de ynformaciones según que de suso van declarados, poniendo a cada libro e bolumen su cadena para que estén perpetuamente en el dicho monesterio sin que se puedan quitar ny sacar de allí. E quiero e mando y es mi boluntad que la dicha mi librería que ansy yo dexo a los dichos mis nietos e a los otros sucesores descendientes barones por su horden de barón en varón e de mayor en / mayor, en la manera que dicho es, con las dichas condiciones, no se entregue a ninguno dellos hasta que aya estudiado en cánones y en leyes, o en solas las leyes, por tiempo y espazio de ocho años cumplidos, y conque dé seguridad que tendrá sienpre en pie la dicha librería y bolúmenes e ynformaciones, que no las benderá ni enaxenará, e que después de sus días o en su vida, luego que no cunpliere las dichas condiciones, la entregará toda enteramente al que después la ubiere de aver, conforme a lo susodicho e a las condiciones en esta manda contenidas e declaradas. Y sin duda aprovecharon los libros al nietecillo, puesto que con el tiempo llegó a ser un gran erudito: todavía el 28 de junio de 1626, su aludido nieto el sabio escritor don pedro Arias de Virués, deán de segovia y arcediano de sepúlveda, electo obispo de Ciudad Rodrigo, recordaba al otorgar su testamento que REYES, MONJES Y SABIOS 233 el licenciado Jerónimo Arias de Virués, mi señor y abuelo, en el año de 69, bajo del testamento con que murió, me dejó sus libros e informaziones en derecho, que en aquel tiempo balían mucho, con proibizión de enajenazión, y que si no tubiese yo hijos eredasse estos papeles la Capilla de la Piedad el monasterio de Santa María la Real de Nieva, donde está enterrado, y por descargo de mi conzienzia digo que los más destos libros eran y son de impressiones antiquíssimas, y de zinquenta y seis años a esta parte que a que murió el dicho mi abuelo, se an impresso tanta cantidad de libros y tan buenos, que los antiguos en su comparazión no balen nada. Y en mis caminos a Roma me an urtado muchos...(39) Y yo añado: sic transit omnia, porque los días renacentistas del licenciado Arias de Virués, en los que el libro era tan apreciado, parece que ya habían pasado entonces. no me he referido hasta ahora más que a los lectores eruditos y letrados, a los que leían en la intimidad. pero es que había entonces otros lectores de un carácter muy distinto: me refiero tanto a quienes leían en voz alta los libros de devoción y los libros de recreo y deleite, e incluso de alta cultura grecolatina, para terceros oyentes y en ambientes generalmente selectos -costumbre esta que ha llegado hasta bien entrado el siglo xx-; como a quienes eran en la práctica unos profesionales de la divulgación de noticias misceláneas -por ejemplo, los narradores populares, con sus romances o los célebres pliegos de cordel-. Ciertamente que esta clase de lector-narrador se encabalga justamente entre la tradición de la cultura oral y la de la cultura escrita, que junto a la expresión icónico-visual fueron las tres maneras de transmitir el conocimiento en aquella época(40). naturalmente, de la presencia y de la actividad de estos lectores-mediadores, aunque no cabe dudar de ellas, apenas nos ha llegado ningún testimonio coetáneo. Finalmente, es forzoso decir algo acerca de otros profesionales relacionados con el mundo del libro: me refiero a quienes los realizaban físicamente, y también a quienes comerciaban con ellos. nuestro conocimiento sobre 39. AHpsg, protocolo 1313, folios 294-296; ante diego lópez. 40. josé manuel pRIEto BERnABé, Un festín de palabras, imágenes y letras. Lectores en la España del Siglo de Oro (madrid, CsIC, 2008), págs. 9-22. 234 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) este importante aspecto del mundo del libro es absolutamente deficiente para el periodo del que estamos tratando, sin embargo de que nos han ilustrado con sus profundos saberes el desaparecido Carlos Romero de lecea, y el profesor Fermín de los Reyes. sabemos, sí, que el impresor alemán juan parix tuvo su taller en segovia entre 1471 y 1475; pero después de su marcha al sur de Francia no quedó en segovia ningún taller, ni lo habría ya durante un siglo largo(41). En cuanto al libro manuscrito, mucho más artesanal, lo realizaban calígrafos e iluminadores, de los que sin duda hubo muchos establecidos en segovia, aparte de los frailes dedicados a tales menesteres, sin que apenas conozcamos los nombres de unos pocos. notemos, además, que casi todos ellos eran también encuadernadores, y que a veces acabaron siendo también mercaderes de libros, o sea libreros. durante el reinado de don Enrique IV y los primeros años de sus sucesores los Reyes Católicos, floreció en segovia -en la autorizada opinión de la profesora de esta misma universidad doña Ana domínguez Rodríguez, sin duda la primera especialista española en la materiael taller del iluminador juan de Carrión, criado del obispo Arias dávila, descubierto hace casi un siglo por manuel gómez moreno, con una obra importante datada entre 1442 y 1479, y documentada hoy en las catedrales de segovia y ávila, Biblioteca nacional, Biblioteca del Escorial, Biblioteca de Berlín, British Library londinense, biblioteca de la universidad de Cambridge, Morgan Library neoyorkina, y Bibliothèque Nationale y Escuela de Bellas Artes de parís(42). según la profesora domínguez, hubo entonces en segovia, 41. Antonio odRIozolA, Nacimiento y ocaso del libro y la imprenta de Juan Párix en Segovia (1472-1474?), segovia, 1974. Carlos RomERo dE lECEA, “Raíces romanas de la imprenta hispana”, en Historia de la Imprenta Hispana, madrid, 1982, págs. 9-66; y “Roma y segovia en el amanecer de la imprenta hispana”, en Estudios Segovianos, xxxVII (1996), págs. 637648. Fermín de los REYEs gómEz, La imprenta en Segovia (1472-1900), madrid, 1997, 2 vols.; y “orígenes de la imprenta española. Estado de la cuestión”, en Juan Párix, primer impresor de España (segovia, 2004), págs. 65-82; y “la imprenta de juan párix en segovia”, idem, págs. 127-146; y “las ediciones segovianas de juan párix”, ibidem, págs. 171-200. Además, Asegovia y los orígenes de la imprenta española”, en Revista General de Información y Documentación, 15 (2005), págs. 123-148. 42. josefina plAnAs BádEnAs y Ana domÍnguEz RodRÍguEz, “Iluminación en ávila y segovia durante el siglo xV: los libros litúrgicos del grupo de juan de Carrión”, en Archivo Español de Arte, 256 (1991), págs. 471-487; y “El taller de juan de Carrión: los libros seculares”, en Archivo Español de Arte, 264 (1993), págs. 353-371. Ana domÍnguEz RodRÍguEz, “sobre juan de Carrión y su círculo. un documento de pago en la Catedral de segovia y nuevas atribuciones”, en Goya, 274 (enero-febrero 2000), págs. 17-26. Fernando VIllAsEÑoR sEBAstIán, “los artistas del Rey: documentos iluminados para Enrique IV de Castilla (1454-1474)”, en Reales Sitios,169 (2006), pags. 2-17. REYES, MONJES Y SABIOS 235 Vista del convento del parral: allí trabajó como iluminador de libros fray pedro de Burgos, a finales del siglo xV probablemente al servicio y al amparo de la Corte castellana, un scriptorium bien organizado y muy activo. Fray josé de sigüenza menciona en su magna Historia de la Orden de San Jerónimo al segoviano fray pedro de Burgos, monje jerónimo de los primeros que entraron en el parral tras la fundación del moderno convento a partir de 1454, que era hijo de un carpintero de los que labraron el edificio, recordando que tenía el muchacho gran habilidad, deprendió pronto a leer y escrevir luego, començó a dibujar y a iluminar los libros de choro, de lo bueno que sabían en aquel tiempo(43). En la Catedral, año de 1536, trabajaban simultáneamente Francisco de salazar, que escribía unos santorales y cuadernos pautados para música; juan Fernández, que escribía salterios; y el bachiller Bartolomé 43. Fray josé de sIgÜEnzA, Historia de la Orden de San Jerónimo (madrid, 1595-1605, 3 vols.), capítulo xlI. 236 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) de dueñas, que copiaba una Biblia, siendo remunerado con sesenta y ocho maravedíes por pliego, más un real por cada mano de papel que utilizaba(44). El mencionado Francisco de salazar parece que era cercano pariente de Cristóbal de salazar, escritor de libros domiciliado en la calle de la Almuzara entre 1563 y 1566(45); de manuel de salazar, que en 1570 realizó diferentes letreros en los arcos triunfales levantados para celebrar las bodas del Rey(46); y de mateo de salazar, librero, que además figura en escritura notarial de 1618 como escritor de libros en la ciudad(47). Entre 1566 y 1570 trabajaba en segovia uno de los mejores iluminadores de aquella época, Francisco Hernández, que años más tarde (entre 1572 y1586) serviría al propio Rey en algunos trabajos destinados al monasterio del Escorial(48). Y por la misma época, a partir de 1574, se documenta en la ciudad al artista cretense nicolás de la torre, el llamado Nicolás Greco, que había trabajado hasta entonces en la biblioteca del Escorial(49). notemos, una vez más, la aportación de los judeo-conversos a la cultura castellana(50): el primero que en segovia se tituló librero fue un converso, 44. marqués de lozoYA, “noticias sobre artistas inéditos que trabajaron en segovia en los siglos xVI y xVII”, en Universidad y Tierra, II (1936), pág. 38. 45. En sendas escrituras otorgadas ante luis gonzález Varillas el 8 de mayo de 1563 (fianza), el 17 de diciembre de 1566 (obligación); y ante luis de la Vastida el 20 de junio, 12 y 22 de noviembre de 1566. AHpsg, protocolo 309. 46. mariano gRAu, “polvo de archivos. Cuando Felipe II se casó en segovia”, en El Adelantado de Segovia del 25 de noviembre de 1946. Reeditado en Polvo de archivos. Primera serie (segovia, 1951), págs. 155-129. 47. AHpsg, protocolo 1009 (ante juan de Benavente). también aparece reiteradamente en la obra de Alfonso de CEBAllos-EsCAlERA gIlA, Índice de artistas y artesanos que trabajaron en la parroquial de Santa Eulalia de Mérida (Segovia) (segovia, 1994), al número 402: arregló los misales en 1606, 1627, 1632, 1636 y 1640; en 1623 y en 1625 vendió dos libros en blanco; y en 1622 vendió a la iglesia un libro cantoral. 48. mariano quIntAnIllA, “Calígrafos segovianos” en Estudios Segovianos, III (1951), págs. 299-205. 49. Ibidem, pág. 301. sobre este artista, josé luis RodRÍguEz EsCoRIAl, “El pintor nicolás greco, pirotécnico”, en Estudios Segovianos, I (1949), págs. 585-590. manuela VIllAlpAndo y juan de VERA, “notas para un diccionario de artistas segovianos del siglo xVI”, en Estudios Segovianos, IV (1952), págs. 59-160. 50. Ya vemos que Rafael RódEnAs VIlAR, op. cit., pág. 33, tras afirmar que los grandes mercaderes y hacedores de paños segovianos del xVI andaban siempre afanosos entre cuidados materiales: pasión por el negocio, ceguera para todo lo que no sea dinero, erraba al preguntarse -casi afirmándolo, en realidad- si ello no sería herencia judaica. REYES, MONJES Y SABIOS 237 juan Báez, que aparece citado como tal en las matrículas de conversos de 1510(51). de esta misma familia fueron el licenciado jorge Báez de sepúlveda (1522-1590), abogado e insigne escritor segoviano; el doctor juan Bautista de Alemania (+1599), doctor en teología por Alcalá, escritor segoviano y canónigo maestrescuela de segovia; y fray diego de sepúlveda el Silenciario, carmelita descalzo famoso por sus virtudes y sobre todo por su poca afición a hablar con sus prójimos. En el Vecindario de 1561 aparecen tres libreros (Francisco lópez y pedro lópez de Isla, a san miguel, y Bernaldo de Yaza, a santa Coloma), y dos iluminadores de libros (Francisco Hernández a san Esteban, y Bartolomé gonzález a san miguel). En el Vecindario de 1586 tal panorama apenas ha cambiado en el cuarto de siglo transcurrido: tres libreros (Benito de madrigal a san Andrés(52), y juan de Bobadilla y jerónimo de Espinosa a san miguel), y un iluminador (luis Hernández, a san Esteban)(53). todavía en 1589 aparece en segovia otro librero, pedro prádamo, vecino de la colación de san miguel(54). también delata la documentación la presencia en la ciudad de encuadernadores, como los que al servicio del obispo Arias dávila ligaron su rica biblioteca(55). Ya en las postrimerías del siglo xVI hallamos en los archivos de la parroquial de santa Eulalia los nombres de los libreros -y encuadernadores, y calígrafos- luis Fernández (que en 1594 encuadernó un cantoral manuscrito iluminado, y en 1595 pintó las tablas de aniversarios); de Hernán lópez (que encuadernó los misales en 1594 y 1595); y de diego lópez, iluminador de libros (que en 1597 hizo una tabla para la puerta de la sacristía; en 1604 escribió 51. British Museum, londres, ms. Egerton 1832. publicado por marcel BAtAIllon, “les nouveaux chrétiens de ségovie en 1510”, en Bulletin Hispanique, lVIII (1956), págs. 207-231; y en Estudios Segovianos, x (1958), págs. 393-428; la cita en pág. 409. 52. librero e iluminador, residía en la colación de san Andrés por los años de 1570-1580, bautizando allí a varios de sus hijos: Archivo parroquial de san Andrés, libro primero de bautizados. 53. Vecindario de la Ciudad de Segovia de 1561, edición de Alfonso de Ceballos-Escalera gila (segovia, 1991), y Vecindario de la Ciudad de Segovia de 1586, edición de Alfonso de Ceballos-Escalera gila (segovia, 1990). 54. testamento otorgado el 4 de enero de 1589 por Isabel Ruiz, mujer de pedro de prádamo, librero a san miguel: AHpsg, protocolo 334, folios 120-123 (ante Bernardino de Buisán). 55. Antonio CARpAllo BAutIstA, “las encuadernaciones de los libros de juan párix bajo el mecenazgo de juan Arias dávila”, en Juan Párix, primer impresor de España (segovia, 2004), págs. 265-282. 238 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) las tablas de Evangelios y palabras de la consagración; en 1607 hizo un libro para el oficio de difuntos; en 1610 escribió la tabla de censos; y en 1611, la tabla de aniversarios)(56). Concluyo ya. He procurado, como decía al comienzo, iluminar una amplísima estancia con una pequeña linterna que apenas produce resplandores entre las sombras; y ahora, del examen tan somero y tan imperfecto que sobre la realidad libraria segoviana en el Renacimiento castellano os acabo de presentar, puedo deducir en primer lugar que la presencia de la corte en cualquier parte que fuera, producía un auge cultural muy notable. que también en las principales ciudades castellanas, incluso en las que eran lejanas al mundo universitario o a los grandes tribunales del reino, existían entonces personas amantes de los libros, y personas que veían en los libros un excelente medio de difusión del conocimiento. que esas personas eran, en su inmensa mayoría -y dejando aparte a la Corona y a la corte-, o bien eclesiásticos, o bien letrados. que esas personas eran ciertamente numerosas -quizá alcanzaron la treintena en varios momentos-, quiero decir en relación con el escaso número de vecinos alfabetizados. que además proliferaron entonces los lectores-narradores, tanto entre las élites sociales como entre la generalidad del pueblo llano. que en esas ciudades existían ya entonces algunas librerías de importancia, tanto particulares como colectivas -cual las de las catedrales y los conventos de varones-. Y, por fin, que en esas ciudades fungían diversos profesionales de la producción y del comercio de libros, desde impresores a mercaderes, pasando por calígrafos, iluminadores y encuadernadores. Ciertamente, el prestigio del libro -cultural y social-, y su difusión, estaban por entonces en auge. 56. Alfonso de CEBAllos-EsCAlERA gIlA, Índice de artistas y artesanos que trabajaron en la parroquial de Santa Eulalia de Mérida (Segovia) (segovia, 1994), números 149, 241 y 242, respectivamente. 9 Las encuadernaciones gótico y mudéjares de la Biblioteca Complutense ANTONIO CARPALLO BAUTISTA Universidad Complutense de Madrid La Biblioteca de la Universidad Complutense la Biblioteca de la universidad Complutense de madrid custodia en la actualidad uno de los fondos históricos bibliográficos y documentales más importantes del país, procedentes de las colecciones bibliográficas de las instituciones docentes que la precedieron. la universidad Complutense de madrid nace en 1822, al suprimirse la vieja universidad de Alcalá fundada por Cisneros a principios del siglo xVI, aunque no inicia su actividad hasta 1836 bajo el reinado de Isabel II. desde su creación hasta la actualidad ha tenido varias denominaciones como universidad literaria de madrid, luego universidad Central, y desde 1970 universidad Complutense de madrid, nace en 1822. los fondos más antiguos proceden de las bibliotecas de los colegios de Alcalá, al que pertenecen la mayoría de sus códices e incunables. En 1845 incorporó la antigua biblioteca de los jesuitas del Colegio Imperial de madrid, la más importante de madrid durante el siglo xVII, constituyendo en la actualidad uno de los fondos más rico y variado de los que forman la Biblioteca. también en el siglo xIx se agregaron a la biblioteca los fondos del Real Colegio de medicina y Cirugía de san Carlos, fundado por Carlos III en 1780, de la Escuela de Veterinaria, creada en 1793 y del Real Colegio de Farmacia, fundado en 1806. también se han incluido colecciones particulares como la de juan Francisco Camacho, las de los doctores Hernández morejón, o la última la del doctor Francisco guerra pérez-Carral en el año 2006, con más de 4.200 ejemplares y numerosa documentación. El estado de conservación de numerosos ejemplares no es el más idóneo ya que proceden de instituciones docentes, es decir que han pasado por numerosas manos de alumnos diversos. tampoco hay que olvidar que los libros su- 240 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) frieron la guerra civil en primera línea de batalla de la Ciudad universitaria. las más importantes obras se habían trasladado, antes del comienzo del conflicto bélico, a la Facultad de Filosofía y letras, donde los libros en ocasiones se utilizaron de parapeto, y en general quedaron sepultados bajo los escombros del edificio, de donde se recuperaron después. lo que más ha sufrido de los libros han sido, generalmente, las encuadernaciones, por lo que hoy se impone una labor intensa de restauración. Esta labor es realizada por los encuadernadores y restauradores del taller de preservación y Restauración de documentos de la Biblioteca Complutense. En 2001 se inaugura la Biblioteca Histórica marqués de Valdecilla, con unos 80.000 volúmenes que forman el fondo bibliográfico impreso anterior al siglo xIx, además de manuscritos y algunos grabados, y que proceden de las diversas facultades de la universidad. la Biblioteca cuenta con un depósito acondicionado con una temperatura y humedad adecuada para la conservación, con una sala de lectura para investigadores dotada con los medios de referencia necesarios para la consulta, con un departamento de digitalización, otro de Conservación y Restauración, y con una zona de difusión, de acceso público, integrada por la sala de exposiciones y el salón de actos. Estudios e investigaciones sobre las encuadernaciones artísticas En 1934 se celebró en nuestra universidad una exposición de encuadernaciones artísticas que trataba de completar otras celebradas en las mismas fechas en madrid. la exposición fue organizada por el director de la Biblioteca de la universidad, don javier lasso de la Vega y estaba compuesta por una interesante colección de encuadernaciones seleccionadas de los fondos de las Bibliotecas de derecho, Farmacia, medicina y Filosofía y letras. se eligieron encuadernaciones representativas de los diferentes estilos decorativos. la exposición exhibía 133 encuadernaciones de los siglos xVI al xIx. los objetivos de esta exposición eran la redacción de un catálogo con todas las encuadernaciones artísticas depositadas en las Bibliotecas de la universidad y la realización de un estudio identificativo de los distintos utensilios decorativos como ruedas, hierros sueltos y punzones empleados en los talleres artesanos de Alcalá de Henares. En la exposición se incluyeron encuadernaciones pertenecientes al siglo xVI, las más abundantes, con combinaciones de hierros sueltos, grecas realizadas con ruedas y encuadernaciones estampadas con el sistema de planchas, que comienza a utilizarse en el último tercio del siglo xV en Holanda; encon- REYES, MONJES Y SABIOS 241 tramos también numerosas encuadernaciones venecianas, encuadernaciones clásicas de orfebrería y algunas mudéjares, en las que destacan las pieles de color oscuro y la estampación gofrada de dibujos de lacerías; figuran varias encuadernaciones doradas de tipo abanico, otras de los estilos franceses denominados de encaje y del estilo imperio. un importante grupo de encuadernaciones, sobre todo de los siglos xVI y xVII, son las heráldicas, donde se estampaban los escudos de sus propietarios, entre las que destacaban las que aparecen con los escudos del Cardenal Cisneros, del Cardenal de solís y las del Rey Felipe V. desgraciadamente no ha llegado hasta nosotros nada del trabajo realizado por lasso de la Vega en lo relativo a la exposición, al catálogo y a la descripción de los hierros empleados en la ornamentación de las tapas, a excepción de una breve reseña publicada en el Boletín de Bibliotecas y Bibliografía en el año 1934 y realizada por doña Remedios miquélez de mendiluce. debido a lo significativo de este estudio, la universidad Complutense desde el Vicerrectorado de Investigación acordó aprobar el proyecto de investigación titulado Las encuadernaciones de la Biblioteca Complutense: análisis documental (pR3/04-12378) dentro de los proyectos de Investigación 2004 con el objetivo de impulsar esta investigación ya iniciada. para la realización del trabajo se seleccionaron alrededor de cuatrocientas sesenta encuadernaciones notables o de valor histórico para ser estudiadas, identificadas y descritas. El valor de las mismas es variable, como se refleja en el análisis que acompañan a las imágenes de las encuadernaciones. su estado de conservación, por lo dicho anteriormente, necesita, en muchos casos, de una intervención que permita su preservación para el futuro. los objetivos previstos en esta investigación se cumplieron, estudiaron cuatrocientas cuarenta y tres encuadernaciones mediante una ficha normalizada donde se describen los materiales utilizados, las técnicas de construcción, la decoración, haciendo hincapié en la estructura decorativa, los motivos, los utensilios y las técnicas empleadas y por último el estado de conservación. Esta ficha forma parte de la tesis doctoral titulada Análisis documental de la encuadernación española, leída en la universidad Complutense en verano de 2001, y publicada posteriormente en 2002 por AFEdA(1). también se publicó, a prin1.Carpallo Bautista, A. Análisis documental de la encuadernación española: repertorio bibliográfico, tesauro y ficha descriptiva. madrid: AFEdA, 2002, 319 p. 242 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) cipios de 2005(2), una obra con el estudio, análisis y descripción de cada una de las encuadernaciones seleccionadas, coincidiendo con la exposición Encuadernaciones en la Biblioteca Complutense(3) celebrada en la sala de exposiciones de la Biblioteca Histórica de la universidad Complutense, desde enero a marzo de 2005. Asimismo las descripciones se incluyeron en el opAC de la biblioteca de la uCm, junto a los registros bibliográficos de las obras, creándose también una colección denominada encuadernaciones. El ministerio de Ciencia e Innovación, dentro de la Convocatoria del plan nacional 2008-2011 (programa nacional de proyectos de Investigación Fundamental), aprobó en 2008 la realización del proyecto de investigación de la titulado Estudio, identificación y catalogación automatizada de las encuadernaciones artísticas de la Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense de Madrid y de la Biblioteca Histórica del Ayuntamiento de Madrid (FFI200802604/FIlo) En este proyecto, continuación del realizado en 2004, se van a estudiar y describir las más de trescientas treinta encuadernaciones de los siglos xIx y xx de la colección Francisco guerra de la Biblioteca Complutense, y alrededor de seiscientas encuadernaciones artísticas de la Biblioteca Histórica del Ayuntamiento de madrid, desde ejemplares del siglo xV hasta encuadernaciones del siglo xx de importantes encuadernadores. la novedad de este nuevo proyecto para la Biblioteca Complutense, además de estudiar, identificar y catalogar nuevas encuadernaciones, es que esas descripciones y sus imágenes, van a formar parte del Catálogo Colectivo de Encuadernaciones Artísticas (CCEA), junto a las del Ayuntamiento de madrid, del Archivo y Biblioteca Capitulares de la Catedral de toledo, por el momento, realizándose una catalogación automatizada de sus descripciones y la digitalización de las imágenes de las tapas y demás partes de las encuadernaciones. sabemos del interés de entidades como la Biblioteca nacional, la Catedral de segovia, la Biblioteca Regional de Castilla-la mancha, la Biblioteca lázaro galdiano o la Biblioteca Histórica de la universidad de salamanca en participar en este catálogo colectivo. 2. universidad Complutense de madrid. Encuadernaciones en la Biblioteca Complutense. Antonio Carpallo Bautista; manuel sánchez mariana, Alfonso de Ceballos-Escalera y gila. madrid universidad Complutense, 2005, 206 p. 3. http://www.ucm.es/BuCm/foa/exposiciones/14Encuadernaciones/index.htm REYES, MONJES Y SABIOS 243 La colección de encuadernaciones y sus estilos decorativos de las encuadernaciones más antiguas, el grupo de las góticas y las mudéjares ofrece, si no un número muy elevado, algo más de una treintena, la posibilidad de estudiar estas encuadernaciones del siglo xV y primeros del xVI. Estilo decorativo número de encuadernaciones Islámico 1 gótico 9 mudéjar 9 gótico-mudéjar 7 gótico-renacentista 2 mudéjar-renacentista 4 gótico-mudéjar-renacentista 1 total 33 la primera de estas encuadernaciones es de un manuscrito árabe con motivos islámicos de cartera, realizada posiblemente durante el siglo xV, con la signatura mss. 616 (figs. 1-2). FIgs. 1 Y 2 244 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) En cuanto a la decoración, la estructura de las tapas es simétrica. la ornamentación se compone de dos orlas decoradas con una rueda de eses enlazadas típica árabe. la parte central está decorada con un gran óvalo de piel de color verde en la tapa central, y de color rojo en la tapa lateral y solapa, estampado con bajorrelieve y decorado con algún motivo que imita decoración floral, enmarcado por una bordura dorada que continúa hacia arriba y abajo dentro del rectángulo central. también las esquinas de este rectángulo central están decoradas mediante un florón cuadrado dorado con cuatro pétalos de flor en su interior. los utensilios empleados han sido ruedas y florones y las técnicas decorativas el gofrado y el dorado. las guardas no están cortadas rectas sino que aparece un diseño que imita a olas punteadas. las cabezadas, de tipo oriental, están decoradas con el intercalado de los hilos de color amarillo y violeta. En el corte superior aparece una inscripción manuscrita. la decoración de la solapa es similar a la de las tapas y se utilizan los mismos hierros. El lomo de la solapa también está decorado con florones cuadrados dorados con cuatro pétalos de flor en las esquinas (fig. 3). FIg. 3 REYES, MONJES Y SABIOS 245 la encuadernación fue restaurada en el taller de restauración de la Biblioteca Histórica de la uCm(4). la tapa anterior tiene pérdidas de piel en parte superior e inferior y sobre todo en la esquina inferior, además de numerosas rozaduras; la tapa posterior contiene pérdidas de piel en las cuatro esquinas y en varios puntos dispersos. los cantos tienen muchas rozaduras y grandes pérdidas de piel. las guardas están restauradas, se encuentran en buen estado aunque algo sucias y con inscripciones. El cosido también está en buen estado aunque no es el original. las cabezadas y los cortes están en buen estado. la solapa está restaurada y en buen estado (figs. 4-5-6) 4. primeramente agradecer a la dirección y al personal del taller de restauración de la Biblioteca Histórica de la uCm, la amabilidad por autorizarme a consultar los expedientes de las restauraciones llevadas a cabo, sobre las encuadernaciones que se estudian en este trabajo. la descripción de la intervención, imágenes y anotaciones del mss. 616 figuran en el expediente nº 369, archivado en el taller de Restauración de la Biblioteca Histórica marqués de Valdecilla de la uCm, y del cual se ha extraído la siguiente información. El expediente indica que la obra procede de la Biblioteca de la Facultad de derecho de la uCm y fue depositado por manuel sánchez mariana, director de la Biblioteca Histórica en ese momento. sobre el estado de conservación indicar que contenía una contaminación por Lepisma saccharina, comúnmente llamado lepisma de la harina, lepisma del azúcar o pececillo de plata, con perforaciones y roturas con zonas separadas y grietas, deformaciones como pliegues y arrugas, y suciedad general con manchas. sobre el soporte de papel de la obra se realizó una limpieza con goma de borrar blanca y aspiradora, junto al planchado y alisado de las esquinas y bordes. En cuanto a la encuadernación, la descripción del expediente indica que las cubiertas son de piel, que contienen motivos mudéjares gofrados (estampación en seco), dorados y mosaicos, realizándose una limpieza sobre ellas; del lomo se indica que es liso, de piel y también se realiza sobre él una limpieza; las guardas son de papel; el soporte de las tapas era de papelón sustituyéndolas por unas tapas de cartón nuevas; la encuadernación carecía de nervios; las cabezadas fueron realizadas manualmente y son del tipo oriental; la costura es de cadeneta y por último se indica que la obra se del tipo cartera con solapa como broche. la obra fue restaurada entre el 27 de octubre de 1999 y el 20 de septiembre de 2000 por pilar puerto manouvriez. El 6 de febrero de 2008 la obra entró de nuevo al taller de restauración debido a que se había detectado un error en la paginación al digitalizar la obra dentro del proyecto dioscórides. la obra se abrió por el cajo más próximo al cuadernillo para acceder al lomo. no se logró levantar la guarda con lo que se tuvo que abrir el cajo mediante una espátula. se desprendió la piel que hacía de fuelle en el lomo y de desmontó la costura que soportaba el cuadernillo que estaba cosido en dos partes. El proceso no daño el centro de los cuadernillos que una vez colocados en el orden correcto, se volvió a coser en su lugar y como un único cuadernillo. A continuación se pegó la piel de refuerzo en el lomo y la lomera de la encuadernación, cerrando el cajo sin problemas. El proceso finalizó el 12 de febrero de 2008. 246 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) FIgs. 4-5-6 REYES, MONJES Y SABIOS 247 del grupo de las góticas, la Biblioteca dispone de nueve con motivos exclusivamente góticos, entre ellas una con planchas en el centro. El estilo gótico se desarrolla entre finales del siglo xIII hasta primeros del xVI, y aunque en un primer momento fue realizado por los monjes en los monasterios, no tardaron en establecerse talleres laicos en ciudades universitarias. nº de enc. Estructura decorativa signatura división romoboidal InC Fl 97 - mEd 1176 5 InC Fl 184 - Fll 10564 InC Fl 51 división cuadrangular InC Fll 111 1 Hileras centrales FoA 146 - dER 438 2 planchas mEd 1840 1 las características más relevantes, en cuanto a los materiales, es el empleo de las tapas de madera, normalmente de encina o haya, aunque también nos podemos encontrar con tapas de madera de olmo, olivo o cedro, recubiertas por pieles de becerro, cerdo y de pergamino. Abundan en esta época las medias encuadernaciones, tanto con motivos góticos como mudéjares, debido a la escasez de pieles para las encuadernaciones. un rasgo característico en el gótico es la aparición de inscripciones con los títulos, nombres de los autores o de los propietarios, en caracteres góticos, que se escribían en los cortes con tinta o en un tejuelo de papel sobre el lomo o la tapa anterior. también es muy habitual encontrarnos con bollones (clavos de cabeza redonda) en el centro y en las esquinas, y broches metálicos (bronce, latón, hierro y plata), a menudo grabados o cincelados (figs. 7-8). FIgs. 7-8 248 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) Respecto a la decoración, este estilo se caracteriza por la división de la tapa de forma geométrica, ornamentada con pequeños hierros con forma de rombos, cuadrados, triángulos, que incluyen dragones, águilas, castillos, rosas o flores de lis, entre otros; también nos encontramos con planchas estampadas en el centro de la tapa o toda su superficie, procedentes del centro de Europa e Inglaterra. la técnica decorativa empleada es el gofrado(5) o estampación en seco. En este tipo de encuadernaciones también podemos ver motivos decorativos estampados con ruedas, utensilio que hizo que las ornamentaciones se realizaran rápidamente (figs. 9-10-11-12-13-14-15-16-17-18). FIg. 9 5. técnica que consiste en el humedecimiento de la piel y presión con un hierro caliente para estampar un motivo decorativo. Esta técnica también es conocida como estampación en seco. REYES, MONJES Y SABIOS FIgs. 10-11-12-13-14-15-16-17-18 249 250 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) Comenzamos por las cinco encuadernaciones con motivos góticos que disponen de una estructura decorativa desarrollada por filetes dispuestos en diagonal, que se entrecruzan formando figuras romboidales, dentro de las cuales aparecen pequeñas flores de lis y florecillas. Esta primera encuadernación de finales del siglo xV, con signatura InC Fl 97, contiene la obra de Angel de Clavasio (Beato) titulada Summa angelica, publicada en Argentinae (Estrasburgo) por el impresor martinus Flach en marzo de 1498. sus dimensiones son 330 x 216 x 78 mm. la obra contiene un exlibris manuscrito de Fray domingo Cisson y perteneció a los Reales Estudios de san Isidro de madrid, ingresando en la Biblioteca Histórica procedente de la Biblioteca de la Facultad de Filología en 2000. En cuanto a los materiales, las tapas son de madera recubiertas de piel marrón con restos de un tejuelo de papel en la tapa anterior. las guardas son de papel blanco de mala calidad. los nervios son de tiras de piel e hilo de cáñamo. El corte delantero contiene inscripción manuscrita en tinta. Existen restos de broches de latón. las tapas están unidas al cuerpo del libro mediante tres nervios sencillos de piel, teniendo el lomo curvo. las cabezadas están realizadas manualmente y se encuentran unidas a las tapas (fig.19). FIg. 19 REYES, MONJES Y SABIOS 251 la estructura decorativa no es simétrica. la decoración, en ambas tapas, se inicia con una bordura rectangular realizada con tres hilos. En la tapa anterior el rectángulo central está ornamentado por bandas diagonales de tres hilos que dan lugar a rombos. En el centro de cada rombo aparece una flor de seis pétalos dentro de un círculo. En la tapa posterior, el rectángulo central está decorado por bandas diagonales de tres hilos que dan lugar a grandes rombos, además de una banda vertical y horizontal que divide la tapa en cuatro partes. En el centro de cada división aparece una flor de seis pétalos dentro de un círculo. los utensilios empleados han sido un florón y una paleta y la técnica decorativa ha sido el gofrado. los entrenervios están decorados con tres hilos gofrados, el central más grueso, que rodean cada nervio. la obra no ha sido restaurada. la tapa anterior contiene pérdidas de color motivadas por las rozaduras, pérdidas de piel en las esquinas y el tejuelo de papel está muy deteriorado; la tapa posterior también contiene pérdidas de color por rozaduras, pérdida de piel en las esquinas, y se ha realizado un injerto en la piel antes de la decoración. la madera de la tapa está deteriorada. la contraguarda anterior contiene numerosa suciedad; la contratapa anterior presenta una rotura en la bisagra y restos de insectos bibliófagos; pérdida total de la contraguarda posterior; la contratapa posterior están en buen estado. los nervios tienen pérdidas de piel en los extremos; pérdida del entrenervio superior, junto a la cabezada, y restos de insectos bibliófagos en el entrenervio inferior. las cabezadas, cosido y cortes están en buen estado. pérdida de broches de latón en las tapas. Esta obra, encuadernada a partir del primer cuarto del siglo xVI, fue escrita por Yuhanna Ibn serapion, s. Ix con el título Practica Io.Serapionis..., impresa en lyón en 1525. las dimensiones son 260 x 190 x 42 mm. y su signatura es mEd 1176. Contiene el exlibris manuscrito de la Casa de la Aprobación de la Compañía de jesús de Villagarcía ingresando en la Biblioteca Histórica procedente de la Biblioteca de la Facultad de medicina. las tapas son de cartón recubiertas de piel marrón lisa. las guardas son de papel blanco cosida a los cuadernillos de la obra. los refuerzos de pergamino reutilizado –con presencia de grafía manuscrita- y abundante cola de origen animal. los nervios son de tiras de piel blanquilla. las cabezadas son de tiras de piel. Aparecen restos de cintas de cierre en las tapas. las tapas están unidas al cuerpo del libro; sólo una de las dos tiras de piel de cada nervio, enlaza con la tapa, cortándose la otra tira durante la construc- 252 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) ción de la encuadernación. los orificios de enlace con la tapa están situados a 1 cm aproximadamente del canto del cartón; los nervios enlazan desde la cara exterior hacia el interior y vuelven de nuevo a la exterior, dejando un lazo de sujeción de 1 cm aproximadamente. no existen indicios de rebajado del cartón para alojar el nervio. El cosido está realizado con cuatro nervios dobles de piel blanquilla y a punto seguido. El cosido de la guarda se salta uno de los nervios. las cabezadas son manuales unidas a las tapas y a los cuadernillos. la estructura decorativa de las tapas no es simétrica. la decoración de la tapa anterior está realizada por medio de filetes que se entrecruzan formando rombos en cuyo interior aparecen pequeñas flores de cuatro pétalos. los utensilios empleados han sido una rueda y florón y la técnica decorativa ha sido el gofrado. En el corte delantero aparece un rotulado sencillo con tinta manuscrita. la tapa posterior carece de decoración (figs. 20-21). FIg. 20 REYES, MONJES Y SABIOS 253 FIg. 21 la obra ha sido restaurada en el taller de Restauración de la Biblioteca Histórica de la universidad Complutense de madrid(7). solo se conserva la decoración de la tapa anterior. Existe la pérdida de la tapa posterior completa, de la guarda de la tapa y guarda volante correspondiente. también hay pérdida de parte de material de la cubierta -piel- en la zona del lomo. Existe un debilitamiento en las puntas de la tapa que se conserva, con deterioro físico inclu7. la obra ingresó en el taller de restauración de la Biblioteca Histórica de la uCm el 13 de febrero y tuvo su salida el 22 de octubre de 2003. Fue depositado en el taller por Aurora miguel y el responsable de la restauración fue javier tacón Clavaín. la descripción de los diferentes procesos e intervenciones han sido extraídas del expediente nº 515 depositado en el taller. En cuanto al estado de conservación de la obra se indica que contenía zonas perdidas, desgarros, suciedad general y manchas de grasa, además de un oscurecimiento en la zona donde aparece la mancha de grasa. Respecto a la encuadernación, las cubiertas y el lomo son de piel con motivos gofrados; las guardas son de papel; las tapas son de cartón; los nervios de badana; las cabezadas, realizadas manualmente, aparecen los indicios y restos; la costura es la denominada a la española; y los broches eran de cintas y se han perdido. la descripción del tratamiento seguido aparece de forma completa en: tacón Clavaín, j. El proceso de restauración de un libro de 1525 manchado de aceite. En. El libro como objeto de arte : Actas del II Congreso nacional sobre Bibliofilia, Encuadernación Artística, Restauración y patrimonio Bibliográfico [2004]. Cádiz : Ayuntamiento, 2008, p. 335-347. 254 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) yendo pequeñas pérdidas de piel. Aparecen deterioros físicos importantes en las últimas hojas de la obra. los dos últimos cuadernillos se encuentran casi sueltos. Roturas de las guardas de la tapa que se conserva y despegado de los refuerzos del lomo adheridos a esta tapa. pérdida de la cabezada de pie -quedando sólo los hilos de enlace con los cuadernos- y deterioro importante de la de cabeza, permaneciendo unido el núcleo precariamente por restos de hilos (figs. 22-23). FIgs. 22-23 REYES, MONJES Y SABIOS 255 la obra de johannes Versor titulada Quaestiones in Aristotelis Metaphysicorum libros, una cum texto, fue impresa en Coloniae (Colonia, Alemania) por el Henricus quentell en 1498. sus dimensiones son 330 x 210 x 32 mm, fue encuadernada posiblemente a finales del siglo xV y su signatura es InC Fl 184 (fig. 24). Contiene un exlibris manuscrito del noviciado de la Compañía de jesús de madrid. también la obra perteneció al fondo de los Reales Estudios de san Isidro de madrid. Finalmente ingresó en la Biblioteca Histórica procedente de la Biblioteca de la Facultad de Filología en 2000. las tapas son de madera recubiertas de piel rojiza, al igual que el lomo. las guardas son de papel blanco con una filigrana de una mano y una flor; las hojas de respeto contienen una filigrana con flor de FIg. 24 lis y una corona. los nervios son de tiras de piel e hilo de cáñamo. las cabezadas de tiras de piel e hilo de cáñamo. En el corte delantero aparece una inscripción manuscrita en tinta. Aparecen restos de broches de latón. las tapas están unidas al cuerpo del libro mediante cuatro nervios dobles de piel. El lomo es curvo. las cabezadas manuales se encuentran unidas a las tapas. 256 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) la estructura decorativa de las tapas es simétrica. la decoración comienza con una bordura rectangular realizada con tres filetes, el central más grueso. El rectángulo central está decorado con bandas dispuestas en diagonal de tres filetes, el central más grueso, que dan lugar a rombos. El utensilio empleado ha sido la rueda y la técnica decorativa ha sido el gofrado. los entrenervios están gofrados con dos filetes gruesos en cada lado de los nervios y tres hilos, el central más grueso, en el centro del entrenervio. El estado de conservación no es el mejor. la tapa anterior aparece con numerosas rozaduras y con perdidas de piel en las esquinas; la madera está partida; los cantos están muy deteriorados, con pérdidas de piel. la tapa posterior también contiene rozaduras, con perdidas de piel en las esquinas, al igual que en los cantos. las guardas están muy deterioradas, con suciedad y con restos de insectos bibliófagos. los nervios contienen rozaduras; el primer entrenervio superior, junto a la cabezada, está desprendido con riesgo de pérdida. las cabezadas, cosido y cortes están en buen estado. Esta encuadernación fue realizada en la segunda mitad del siglo xVI (signatura Fll 10564), y contiene la obra de giovanni Ierio Valerianas Bolzani titulada Hieroglyphica seu De sacris Aegyptiorum, aliarumque gentium commentarii..., impresa en lugduni (lyón-Francia) por Bartholomaeus Honorato en 1579. sus dimensiones son 376 x 253 x 83 mm. la obra perteneció a los Reales Estudios de san Isidro de madrid e ingresó en la Biblioteca Histórica procedente de la Biblioteca de la Facultad de Filología. las tapas son de madera y recubiertas de piel de becerro marrón clara al igual que el lomo. las guardas son de papel verjurado blanco. los nervios son de tiras de piel e hilo de cáñamo. El tejuelo es de papel verjurado. los cortes están coloreados con tinta roja. las cabezadas están realizadas con tiras de piel e hilos de colores azul y rojo. las tapas están unidas al cuerpo del libro mediante cuatro nervios dobles de piel. El lomo es curvo. las cabezadas manuales están unidas a las tapas. la estructura decorativa de las tapas no es simétrica. la tapa anterior está enmarcada con dos hilos. Este primer encuadramiento se une al rectángulo central con dos hilos dispuestos en diagonal desde cada esquina de la tapa a cada esquina del rectángulo central. El rectángulo central formado por tres hilos, y está decorado en su interior por un gran rombo formado igualmente con tres hilos. En los espacios libres dentro del rectángulo y fuera del gran rombo aparecen estampadas hileras de pequeñas flores de lis. El interior del REYES, MONJES Y SABIOS 257 rombo está decorado por una rueda de tres hilos paralelos dispuestos en diagonal que forman rombos más pequeños. En las esquinas y en el centro de cada uno de estos rombos aparece una pequeña flor de lis. la tapa posterior está encuadrada con dos hilos que se une al rectángulo central con dos hilos gofrados en diagonal desde cada esquina de la tapa a cada esquina del rectángulo central. El rectángulo central está formado por una rueda de tres hilos y está decorado en su interior por otras ruedas de tres hilos dispuestos en diagonal en bandas diagonales que dan lugar a rombos. En las esquinas y en el centro de cada uno de estos rombos también aparece una pequeña flor de lis. los utensilios empleados han sido ruedas, paletas y florones y la técnica decorativa ha sido el gofrado. los nervios están gofrados con una paleta de un hilo y los entrenervios con paletas de tres hilos a cada lado de los nervios y otros tres hilos en la parte central del entrenervio, dividiendo éste en dos partes; en cada división aparecen diversas hileras de florones de flores de lis. En el tejuelo aparece la inscripción manuscrita con el título y autor de la obra BOLZANUS / Hierogliphica (fig. 25). FIg. 25 258 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) El estado de conservación no es muy aceptable. las tapas están muy deterioradas con rozaduras y pérdidas de piel. las esquinas están muy deterioradas. los cantos tienen rozaduras con restos de refuerzos. los contracantos tienen pérdidas de piel aunque están en buen estado. las guardas se encuentran muy sucias; no son guardas completas ya que en los tres lados exteriores hay adherido papel verjurado que rellena los espacios donde no llegaba la guarda original. los nervios contienen muchas rozaduras, con pérdida de la estampación. los entrenervios también contienen diversas rozaduras. El tejuelo, cabezadas, cosido y cortes están en buen estado. Aparecen restos de broches y refuerzos en las esquinas y cantos. la obra con signatura InC Fl 51 contiene la obra Pharsalia cum Omniboni Leoniceni commentario de marco Anneo lucano (39-65 d.C.), impresa en Brixiae (Brescia-Italia) por el impresor jacobus Britannicus, en mayo de 1486, con las dimensiones 318 x 216 x 45 mm, fue encuadernada a finales del siglo xV. Ingresó en la Biblioteca Histórica procedente de la Biblioteca de la Facultad de Filología en 2000. las tapas son de madera biselada recubiertas de piel marrón, al igual que el lomo las guardas son de papel verjurado que contiene una gran filigrana. los nervios son de tiras de piel e hilo de lino. las cabezadas están realizadas con tiras de piel e hilos de colores. El tejuelo es de papel verjurado. las tapas están unidas al cuerpo del libro mediante tres nervios sencillos. El lomo es curvo. las cabezadas son manuales y están unidas a las tapas y a los cuadernillos. la estructura decorativa de las tapas es simétrica. la decoración se inicia con una orla exterior formada por seis hilos gofrados con una rueda; el espacio entre la primera y segunda orla está decorado con cuadrados gofrados de lados cóncavos; la segunda orla que forma el rectángulo interior también está formada por seis hilos gofrados; este rectángulo está decorado por hilos dobles, dispuestos en diagonal, que dan lugar a rombos realizados con una rueda; el interior de los rombos está decorado con una pequeña florecilla gofrada de cuatro pétalos. los entrenervios están decorados por hilos dobles dispuestos en diagonal gofrados que dan lugar a rombos. las cabezadas están decoradas con el intercalado de los hilos de colores amarillo, verde y rosa. En el corte delantero aparecen diversas letras manuscritas. En el tejuelo aparece la inscripción Lucani / Pharsaliae / 1486 (figs. 26-27). En cuanto al estado de conservación la madera de las tapas está en buen estado, no así la piel, que presenta diversas rozaduras y manchas. la piel de la REYES, MONJES Y SABIOS 259 FIgs. 26-27 esquina inferior izquierda de la tapa posterior ha sido adherida con posterioridad aunque es la original. En las tapas, como en el interior, aparecen restos de insectos bibliófagos. Hay restos de un tejuelo de papel en la tapa anterior. El tejuelo del lomo y el cosido están en buen estado al igual que las cabezadas aunque estas últimas algo deterioradas. El corte delantero tiene diversas manchas. Restos de broche de latón y de manecillas piel en la delantera de las dos tapas. la siguiente encuadernación, encuadernada a finales del siglo xV, con signatura InC Fll 111, contiene una obra escrita por el papa pío II (14051464) titulada Epistolae in Pontificatu editae, impresa en mediolani (milán) por Antonio zarotus en 1481. sus dimensiones son 291 x 205 x 40 mm. la obra perteneció a los Reales Estudios de san Isidro de madrid, ingresando en la Biblioteca Histórica procedente de la Biblioteca de la Facultad de Filología en 2000. 260 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) las tapas son de piel rojiza y de madera biselada. no dispone de guardas. El lomo también es de piel rojiza. los nervios de tiras de piel e hilo de cáñamo. En el corte delantero aparece una inscripción manuscrita realizada con tinta. las tapas están unidas al cuerpo del libro. El cosido está realizado con tres nervios sencillos de piel. El lomo es curvo. las cabezadas están realizadas manualmente y están unidas a las tapas. la estructura decorativa de las tapas es simétrica. la decoración se inicia con una bordura exterior de seis hilos finos. la tapa está dividida en seis cuadrados por medio de seis hilos finos; los cuadrados superior e inferior izquierdo y central derecho están ornamentados por hilos dobles dispuestos en diagonal que dan lugar a rombos; en el interior de cada rombo se encuentra una florecilla de cuatro pétalos; los cuadrados superior e inferior derecho y central izquierdo están decorados con rombos de lados cóncavos formado hileras. los utensilios empleados han sido florones y paletas y la técnica utilizada ha sido el gofrado. los entrenervios están gofrados con una rueda de dobles filetes en cada lado de los nervios; en la parte central aparecen dobles filetes dispuestos en diagonal formando pequeños rombos, con una pequeña flor de cuatro pétalos gofrada en el interior de cada uno de ellos. En el tejuelo aparece la inscripción manuscrita del nombre del autor, el título y el año Pii II / Epist. / 1481. las cabezadas, realizadas manualmente y unidas a las tapas, intercalan los hilos de colores verde y granate (figs. 28-29). FIgs. 28-29 REYES, MONJES Y SABIOS 261 las tapas presentan numerosos rozaduras y pérdidas de piel, marcas de un broche central y pérdidas de piel en las esquinas. también aparecen algunas rozaduras en los nervios y entrenervios. la cabezada superior está algo deteriorada con pérdida de color y la cabezada inferior está muy deteriorada con pérdida de los hilos. El cosido, los cortes y el tejuelo están en buen estado. pérdida del broche central. las dos siguientes encuadernaciones están realizadas en la segunda mitad del siglo xVI, entre 1560 y finales de siglo, empleándose para su ornamentación la rueda. las dos encuadernaciones proceden, seguramente del mismo taller y/o del mismo encuadernador. Es muy posible que fueran realizadas en la parte norte de Francia, teniendo una estructura decorativa típica francesa, con una orla rectangular concéntrica y tres hileras verticales en el rectángulo central, aunque las tres ruedas empleadas también aparecen en encuadernaciones alemanas, centroeuropeas e inglesas pero no con esa estructura de tres hileras centrales. la primera de ellas contiene la obra In Evangelium secundum Lucam Orationes quinquaginta quator... de Isidoro Chiari, obispo de Foligno, impresa en Venetiis (Venecia, Italia) por Franciscus Franciscium en 1565, con la signatura FoA 146 y las dimensiones 212 x 155 x 50 mm. las tapas son de madera recubiertas de piel marrón clara al igual que el lomo. las guardas son de papel blanco. los nervios son de cordel de cáñamo e hilo de color azul. las cabezadas son de tiras de piel e hilo azul y blanco. tapas están unidas al cuerpo del libro mediante cuatro nervios dobles. El lomo es curvo. las cabezadas manuales están unidas a las tapas. la estructura decorativa de las tapas es simétrica. la decoración se inicia con una rueda de flores de lis dentro de rombos, flanqueada a ambos lados por una rueda de tres filetes, el central más ancho. En el rectángulo central aparecen tres ruedas verticales con ornamentación vegetal separadas por tres filetes, el central más grueso. los utensilios empleados han sido ruedas y paletas y la técnica decorativa ha sido el gofrado. los nervios están ornamentados con un hilo gofrado de una paleta que lo atraviesa horizontalmente. los entrenervios están gofrados por una paleta que decora un recuadro formado por diversos filetes. El corte delantero contiene inscripción manuscrita (figs. 30-31-32). En la tapa anterior encontramos una pérdida de piel en la parte central cercana al lomo y manchas con pérdidas de piel en las esquinas y parte cercana al lomo en la tapa posterior. los nervios están al descubierto con pérdida total 262 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) FIgs. 30-31-32 de la piel. pérdida casi total de la piel de los entrenervios. El tejuelo, las cabezadas, los cortes, las guardas y el cosido están en buen estado, aunque el primer cuadernillo está desprendido. pérdida de las esquineras y broches. del mismo autor Isidoro Chiari, obispo de Foligno, impresa en Venetiis (Venecia, Italia) por dominicus nicolinus en 1566 tenemos la obra con signatura dER 438 In sermonem Domini in monte habitum secundum Matthaeum... con las dimensiones 213 x 157 x 47 mm. Contiene el ex libris de la Biblioteca Complutense y el ex libris manuscrito del Colegio de la Compañía de jesús de la universidad de Alcalá. Ingresó en la Biblioteca Histórica procedente de la Biblioteca de la Facultad de derecho en 2000. las tapas son de madera recubiertas de piel marrón clara y broches de piel. las guardas son de papel blanco. los nervios e hilo son de cáñamo. El tejuelo y los refuerzos del lomo son de papel. El corte delantero contiene ins- REYES, MONJES Y SABIOS 263 FIgs. 33-34 cripciones realizadas con tinta negra. las cabezadas están realizadas de tiras de piel e hilos de colores azul y rojo. las tapas encartonadas. Cosido con cuatro nervios dobles de cáñamo. lomo curvo. Cabezadas manuales unidas al lomo (figs. 33-34). la estructura decorativa de las tapas es simétrica. la decoración se inicia con una rueda de flores de cuatro pétalos dentro de rombos, flanqueada a ambos lados por una rueda de tres filetes, el central más ancho. En el rectángulo central aparecen tres ruedas verticales con flores de cuatro pétalos dentro de rombos separadas por tres filetes, el central más grueso. los utensilios empleados han sido ruedas y la técnica decorativa ha sido el gofrado. los cantos están gofrados con una rueda de dos filetes finos, los contracantos con una rueda con un hilo grueso, los nervios con una paleta de un hilo grueso que atraviesa la superficie y los entrenervios con una paleta que rodea toda la superficie con dos filetes. El tejuelo contiene inscripciones manuscritas y el corte delantero también contiene la inscripción manuscrita del nombre del autor. 264 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) su estado de conservación es aceptable. En la tapa anterior aparecen restos de pintura blanca y de cinta adhesiva, además de roturas de la piel en la zona cercana al lomo y pérdidas de piel en las zonas de los broches. la tapa posterior está en buen estado con rozaduras en la zona cercana al lomo. los cantos, contracantos, tejuelo, cosido y cortes están en buen estado. las guardas están en buen estado con roturas en la zona de la bisagra. los nervios contienen rozaduras. los entrenervios también tienen rozaduras y pérdida del entrenervio superior e inferior. la cabezada superior está algo deteriorada y en buen estado la inferior. Aparecen restos de broches de piel en las tapas. la última de las encuadernaciones con motivos exclusivamente góticos es la obra que contiene los títulos Prima pars practice in chirurgia : Practica in arte chirurgica copiosa Ioannis de Vigo... lugduni: in aedibus Iacobi myt..., sumptib[us]... Vince[n]tii de portonariis, 1519, y S[e]c[un]da pars practice i[m]p[er]fessione chirurgica que co[m]pendiosa nu[n]cupat[ur]... / co[m]pilata a Ioannes de Vigo... lugduni: in edibus Iohan[n]es de Cambray, sumptu... Vincentii de portonariis..., 1518, por de giovanni Vigo (1460-1520). Esta obra fue encuadernada a mediados del siglo xVI y posiblemente fue realizada en los países Bajos, ya que existen otras encuadernaciones con las mismas planchas realizadas en la primera mitad del siglo xVI en Amberes. sus dimensiones son 205 x 140 x 35 mm y su signatura es mEd 1840. perteneció al Real Colegio de Cirugía de san Carlos de madrid e ingresó en la Biblioteca Histórica procedente de la Biblioteca de la Facultad de medicina. FIg. 35 REYES, MONJES Y SA- 265 FIgs. 36-37 las tapas son de cartón y recubiertas de piel marrón oscura. las guardas son de pergamino. los nervios son de piel marrón. los cortes contienen restos de tinta. las cabezadas son de tiras de piel e hilo. las tapas están unidas al cuerpo del libro mediante cuatro nervios sencillos. El lomo es curvo. las cabezadas manuales están unidas a las tapas (figs. 35-36-37). la estructura decorativa de las tapas es simétrica. En el centro aparecen planchas estampadas con motivos religiosos gofrados: en la plancha superior izquierda y en la inferior derecha aparece la imagen de la virgen con el niño en brazos, dentro de un círculo, con dos ángeles en la parte superior y otros dos en la inferior sujetando una cartela con una leyenda en letras góticas; en la plancha de la parte superior derecha e inferior izquierda aparece la imagen de la Anunciación, junto a una cartela que rodea toda la plancha con una inscripción en caracteres góticos. la decoración de las tapas está dividida en cuatro partes. En el corte delantero y de pie aparecen inscripciones manuscritas. En la tapa anterior hay pérdida de piel cercana al lomo. las esquinas están algo deterioradas. Aparecen restos de broches de botones. En la tapa posterior 266 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) hay una pérdida de parte de piel cercana al lomo. las Esquinas están algo deterioradas. Aparecen restos de broches de botones. las guardas están en buen estado, aunque algo sucias y con notas manuscritas. Hay una pérdida total del lomo. la cabezada superior está muy deteriorada, con pérdida de la unión con la tapa posterior; la cabezada inferior también está muy deteriorada con pérdida de hilo. El cosido está deteriorado, ya que algunos cuadernillos no tienen costura y algunos nervios no están unidos a las tapas. los cortes están en buen estado. Aparecen restos de cierres de botones en las tapas. El siguiente grupo es el de las encuadernaciones con motivos mudéjares, que se compone de nueve ejemplares. Este tipo de encuadernación comenzó a desarrollarse en la península ibérica hacia el siglo xIII hasta el siglo xVI, por los artesanos musulmanes y judíos. también es conocido como estilo hispanoárabe o hispano-morisco. Como características más importantes sobresale el empleo del cordobán, piel de cabra perfectamente curtida, así como el empleo de cartón, soporte introducido por los árabes, y la estructura de cartera. En cuanto a las técnicas decorativas es muy común encontrarnos con estructuras decorativas estampadas mediante la técnica de estezado(8) y sobre todo del gofrado, incluso motivos dorados con panes de oro. Este tipo de técnica decorativa fue introducida por los artesanos musulmanes, seguramente aragoneses y catalanes en el reino de nápoles sobre 1480, para la decoración de las obras de la biblioteca de los reyes aragoneses. Existen varias clasificaciones en función de la estructura decorativa, una de esas es la creada por julia méndez Aparicio(9), que divide las estructuras en cuatro tipos: bandas rectangulares concéntricas - bandas rectangulares con el rectángulo central partido en dos - círculo, estrella o motivos centrales – lacerías. también Ramón miquel y planas(10), en su obra publicada en 1913, estableció una clasificación de hierros divididos en los siguientes grupos: 8. técnica de estampación que consiste en el humedecimiento de la piel y presión del hierro para marcarlo en frío. también es denominado estampación en frío. 9. méndez Aparicio, j. la encuadernación mudéjar. En. Encuadernaciones españolas en la Biblioteca Nacional. madrid : Biblioteca nacional : julio ollero, 1992, p. 17-30. 10. miquel y planas, R. Restauración del Arte hispano-árabe en la decoración exterior de los libros. Barcelona : miquel-Rius, 1913, 23, xxI p. REYES, MONJES Y SABIOS 267 Hierros empleados por separado como florones empleados para la decoración de los entrenervios (fig. 38). FIg. 38 Florones utilizados para la finalización de las orlas incompletas en las esquinas o para la repetición de un mismo motivo, creando así orlas con un mismo motivo decorativo (figs. 39-40-41-42-43-44). FIgs. 39-40-41-42-43-44 Florones y punzones para ornamentar espacios vacíos de decoración como las zonas centrales de las tapas (fig. 45-46). FIgs. 45-46 siguiendo la clasificación de la estructura decorativa antes mencionada, de los nueve ejemplares que la Biblioteca Complutense dispone, uno de ellos 268 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) contiene un círculo central, otro es de lacerías y los otros siete contienen bandas rectangulares concéntricas. Estructura decorativa signatura – Enc. restaurada: (sí/no) Bandas rectangulares InC mEd 39 - InC I 290 InC I 200 – InC Fl 44 InC Fl 58 – Fll 25623 mEd 360 Círculo central InC Fl 27 lacerías InC Fl 17 nº de enc. 7 1 1 Comenzaremos por el análisis y estudio de la encuadernación con círculo central. los datos bibliográficos de la obra son: macrobio, Ambrosio Aurelio teodosio. In somnium scipionis expositio, iuxta textum Ciceronis; Saturnalia. Brixiae: Binus de Boninis, 1485. sus dimensiones son 325 x 220 x 40 mm y su signatura es InC Fl 27. la encuadernación fue realizada a finales del siglo xV. procede de los Reales Estudios de san Isidro de madrid e ingresó en la Biblioteca Histórica procedente de la Biblioteca de la Facultad de Filología en 2000. las tapas son de madera recubiertas de piel marrón al igual que el lomo. las guardas son de papel verjurado blanco que contiene una filigrana de una mano y una flor de cinco pétalos. los nervios son de tiras de piel e hilo de cáñamo. El corte delantero contiene una inscripción manuscrita con el nombre del autor y el título de la obra en tinta. El tejuelo es de papel verjurado con inscripciones en tinta. Aparecen restos de broches de latón. las tapas están unidas al cuerpo del libro mediante cinco nervios dobles de piel. El lomo es curvo. las cabezadas están unidas a las tapas (figs. 4748). la estructura decorativa de las tapas es simétrica. la primera orla está formada por dos filetes, seguida de dos hilos en forma de aspa y a cada lado dos rombos de lados cóncavos formados por finos hierros de cordelillo con rayado y florecillas en el interior. la segunda orla está decorada con lazos simples de hierros de cordelillo con flores de lis en su interior. En la parte central las cuatro esquinas están decoradas por cuatro triángulos formados por dos filetes; la decoración interior está ornamentada por lazos simples de hierros de REYES, MONJES Y SABIOS FIgs. 47-48 269 cordelillo y con flores de lis en los espacios vacíos. El centro de la tapa está decorado con un gran círculo formado por dos filetes y relleno de círculos encadenados con motivos rayados. El resto de la parte central está decorado por varios rombos cóncavos formados con finos hierros de cordelillo con rayado y florecillas en el interior. los utensilios empleados han sido florones, ruedas y paletas y la técnica decorativa ha sido el gofrado. los entrenervios están decorados con una estampación de dobles filetes en diaFIgs. 47-48 gonal y rombos de lados cóncavos en el interior. tejuelo contiene la inscripción manuscrita Macrob. / 1485 (figs. 49-50-51). 270 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) la obra no está restaurada. la tapa anterior contiene una con pequeña rotura en parte inferior. Ambas tapas tienen las esquinas algo deterioradas, con pequeñas quemaduras, restos de insectos bibliófagos y de broches. las guardas contienen manchas, recortadas en su parte inferior, y restos de insectos bibliófagos. Aparecen rozaduras en los nervios y entrenervios, con pérdida de piel en el entrenervio inferior. las cabezadas, cosido y cortes están en buen estado. El siguiente ejemplar, encuadernado a finales del siglo xV, es la que tienen una decoración desarrollada por medio de lacerías, es decir una cinta trazada con dos filetes que se van entrecruzando formando diversas estructuras geométricas, dejando los espacios vacíos para la estampación de pequeños hierros. los datos bibliográficos son los siguientes: Cicerón, marco tulio (10643 a.C.). Oraciones. Venettis: Christophorus Vadenfer, 1471. sus dimensiones son 258 x 238 x 90 mm y su signatura InC Fl 17. procede de los Reales Estudios de san Isidro de madrid e ingresó en la Biblioteca Histórica procedente de la Biblioteca de la Facultad de Filología en 2000. las tapas son de madera recubiertas de piel marrón, al igual que el lomo. las guardas son de pergamino. los nervios son de tiras de piel e hilo de cáñamo. las cabezadas son de tiras de piel e hilos de colores verde y granate. las tapas están unidas al cuerpo del libro mediante cinco nervios dobles de piel. El lomo es curvo. las cabezadas manuales están unidas a las tapas y al lomo (figs. 52-53). FIg. 52 REYES, MONJES Y SABIOS 271 FIg. 53 la estructura decorativa de las tapas es simétrica. la bordura exterior está formada por once filetes. El interior de esta orla está relleno de aspas de cordelillo que forman una red y de pequeños puntos cincelados en los espacios libres. El rectángulo central se decora mediante la estampación de dos filetes que forman una cinta continua que se va entrecruzando para desarrollar un trazo geométrico; el espacio alrededor de la cinta continua está relleno de finas aspas de cordelillo que forman una red. los utensilios empleados han sido florones y ruedas y la técnica decorativa ha sido el gofrado. los nervios están gofrados con una paleta de hilo en la parte central del nervio. la decoración de los entrenervios se compone de una paleta de cuatro filetes en cada lado de los nervios, un filete en cada lado enmarcando todo el entrenervio y en el centro pequeñas aspas de cordelillo estampados en diagonal que forman pequeños rombos, todo ello gofrado. las cabezadas están decoradas con el intercalado de los hilos de color verde y granate (figs. 54-55-56). FIgs. 54-55-56 272 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) las esquinas de las tapas están muy deterioradas debido al mal uso; aparecen pérdidas en la parte central de la tapa posterior. las guardas contienen arrugas debido a la humedad. Aparecen pérdidas de decoración en los nervios debido a las rozaduras y pérdida de piel en el entrenervio inferior. la cabezada superior está en buen estado y algo deteriorada la cabezada inferior, con pérdida de los hilos de seda de color verde y granate. El cosido y los cortes están en buen estado. Aparecen restos de agujeros y broches en las tapas. los siguientes siete ejemplares mantienen una misma estructura decorativa desarrollada por bandas rectangulares formadas por hierros mudéjares que se unen formando orlas o bandas. la primera de estas obras contiene una encuadernación de finales del siglo xV o primeros del xVI. los datos bibliográficos son los siguientes: Argidius Romanus (1243 ca.-1316). De regimine principum. Venetiis: simon Vevilaqua, 1498. sus dimensiones son 314 x 224 x 26 mm y la signatura es InC mEd 39. Esta obra ingresó en la Biblioteca Histórica procedente de la Biblioteca de la Facultad de Farmacia. las tapas son de cartón recubierto de piel marrón oscura al igual que el lomo. las guardas son de papel verjurado blanco con una filigrana de una mano y una estrella de cinco puntas. los nervios son de tiras de piel e hilo de cáñamo. los cortes contienen inscripciones realizadas con tinta. las cabezadas son de tiras de piel y cordel blanco. las tapas están unidas al cuerpo del libro mediante cuatro nervios dobles de piel. El lomo es curvo. las cabezadas están unidas a las tapas. la estructura decorativa de las tapas es simétrica. la decoración se inicia con una primera bordura formada con cinco filetes finos; en su parte central aparece la estampación de florones de eses enlazadas cordiformes; en las esquinas hay tres filetes que unen la primera orla con la segunda. la segunda orla está decorada con la repetición de un florón de triángulos encadenados y aspados. la tercera está decorada con rombos encadenados de hierros cordiformes. la cuarta con eses encadenadas como la bordura exterior. El rectángulo central está enmarcado con tres filetes finos y en la parte central se forma una geometría ajedrezada con aspas curvas cordiformes. los utensilios empleados han sido paletas, florones y ruedas y la técnica decorativa ha sido el gofrado. los nervios están gofrados con un filete central, y los entrenervios con un doble filete a cada lado de los nervios y otro en el centro del entrenervio. El corte delantero y superior contiene inscripciones manuscritas. REYES, MONJES Y SABIOS 273 FIg. 57 las tapas contienen numerosas rozaduras y pérdidas de piel en la parte inferior. Aparecen pérdidas de piel y de cartón en las esquinas. las guardas contienen manchas y están algo recortadas en sus extremos. Hay pérdidas de piel en el segundo y cuarto nervio. también hay pérdidas de piel en el primer, tercero y quinto entrenervio. las cabezadas están algo deterioradas. El cosido tiene desprendimiento de cordeles en la tapa anterior. los cortes están en buen estado. Aparecen restos de broches en las tapas (figs. 57-58-59-60-61). FIgs. 58-59-60-61 la siguiente obra, con signatura InC I 290, fue encuadernada a finales del siglo xV o primeros del xVI. los datos bibliográficos son: johannes de sacro Bosco. Sphaera mundi, cum commentis Cicchi Escilani, Francisci Capuani et Jacobi stapulensis. georgius purbachius. Theoricae novae planetarum, cum commento Francisci Capuano. Venetiis: simon Bevilaqua, 1499. sus dimensiones son 330 x 218 x 35 mm. 274 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) la obra contiene el ex-libris manuscrito de luis Carrillo y el ex-libris de la Biblioteca Complutense Ildefonsina. las tapas son de madera recubiertas de piel marrón al igual que el lomo. las guardas son de papel blanco. los nervios son de tiras de piel e hilo de cáñamo. El tejuelo es de papel. las cabezadas son de tiras de piel e hilos de color rojo y azul. las tapas están unidas al cuerpo del libro mediante tres nervios dobles de piel. El lomo es curvo. las cabezadas manuales están unidas a las tapas y al lomo. la estructura decorativa de las tapas es simétrica. su ornamentación se inicia con una primera bordura exterior formada por una rueda de tres filetes, el central más ancho, seguida de una orla decorada por dos filas de lazos simples redondeados cordiformes formando círculos entrelazados y flanqueada a ambos lados por una rueda de tres filetes, el central más ancho. las entrecalles tienen escasa decoración, solamente la aparición de filetes en las esquinas y también de pequeños círculos aspados cordiformes. En la parte superior de la entrecalle central se encuentra un tejuelo de papel con una inscripción. El rectángulo central de la tapa está enmarcado con tres filetes finos y decorado en su interior por cinco hileras de círculos aspados cordiformes dispuestos de forma jaquelada. los utensilios empleados han FIg. 62 REYES, MONJES Y SABIOS 275 FIgs. 63-64-65-66 sido paletas, florones y ruedas y la técnica decorativa ha sido el gofrado. los nervios están gofrados con un filete en el centro que se estampa de lado a lado. En el segundo entrenervio aparece un tejuelo de papel con la inscripción manuscrita ESCULANS / Capuanus / Stabitleriis / DE / Sphera Mundi. En el resto de los entrenervios aparece una decoración gofrada con filetes entrecruzados que forman una gran aspa. las cabezadas están decoradas con el intercalado de hilos de colores rojo y azul. En el corte delantero aparece una inscripción manuscrit. (figs. 62-63-64-65-66). la encuadernación está restaurada(11). tiene pérdidas de madera y piel en la esquina inferior de la tapa anterior. tiene marcas de broches y rozaduras en la tapa posterior. Aparece una gran pérdida de piel, aunque está restaurada, en la parte superior junto al primer nervio de la tapa posterior. las guardas contienen inscripciones y exlibris, restos de insectos bibliófagos, suciedad y manchas de humedad, además de estar recortadas en sus lados. pérdida del primer 11. la intervención que figura en la ficha V-293 describe que se realizó una limpieza de la encuadernación, se colocó un tejuelo colgado de la cabezada inferior y se le aplicó un encerado protector. también se añade que antes de realizar cualquier intervención, faltaba piel en el lomo y en el plano posterior. la obra fue restaurada por pilar puerto manouvriez entre el 22 de abril y el 7 de mayo de 1996 en el taller de restauración de libros de la uCm, situado en el pabellón de gobierno. 276 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) nervio y rozaduras en el resto. pérdida del primer y segundo entrenervio, y rozaduras en el resto. pérdida de la parte superior del tejuelo. las cabezadas, cosido y cortes están en buen estado. Restos de broches de latón en las tapas. Este ejemplar de bandas rectangulares y con signatura InC I 200 fue encuadernado a finales del siglo xV o primeros del xVI. sus datos bibliográficos son los siguientes: turisanus Carthusiensis (ca. 1270-ca. 1350). Plusquam commentum in Microtegui Galeni. Bononiae: ugo Rugerius, 1489. sus dimensiones son 318 x 223 x 60 mm. Contiene el exlibris manuscrito del Colegio de la Compañía de jesús de la universidad de Alcalá. las tapas son de madera recubiertas piel marrón al igual que el lomo. las guardas son de papel verjurado blanco al igual que las hojas de respeto con una filigrana de una mano con estrella de cinco puntas. los nervios son de cordel e hilo de cáñamo. las cabezadas son de tiras de piel e hilo blanco. las tapas están unidas al cuerpo del libro mediante cuatro nervios dobles de cáñamo. media encuadernación. las cabezadas están unidas a las tapas (figs. 67-68-69-70). FIgs. 67-68-69-70 REYES, MONJES Y SABIOS 277 la estructura decorativa de las tapas es simétrica. la decoración se inicia con diversas orlas realizadas con filetes. la parte superior e inferior está decorada, de forma aislada, con lazos simples redondeados cordiformes. la primera orla está decorada con rombos y enlaces simples cordiformes. la parte central está ornamentada de cinco hileras de lazos simples redondeados cordiformes, dispuestos de forma jaquelada. los utensilios empleados han sido paletas, florones y ruedas y la técnica decorativa ha sido el gofrado. los nervios están gofrados con un filete grueso estampado de lado a lado del nervio; los entrenervios están gofrados con florones de lazos simples redondeados cordiformes en la parte central y filetes dobles que se cruzan desde las cuatro esquinas y de la parte central de los entrenervios. El tejuelo contiene la inscripción manuscrita TRUSIANUS / in Galeni / Microtech. El corte delantero contiene la inscripción manuscrita nº 89. las tapas contienen diversas rozaduras en la piel y pérdidas de madera. la madera descubierta contiene numerosos dibujos. los nervios y entrenervios contienen diversas rozaduras. las cabezadas, guardas, cosido y cortes están en buen estado. Aparecen restos de broches de piel en las tapas. Esta obra, con signatura InC Fl 44, fue encuadernada a finales del siglo xV o primeros del xVI. los datos bibliográficos son: plinio segundo, Cayo (23-29 d.C.). Historia naturales. Venetiis : johannes Alvisius de Varisio, 18 mayo, 1499. las dimensiones son 320 x 220 x 55 mm. Contiene un ex-libris manuscrito del Colegio Imperial de la Compañía de jesús de madrid. Ingresó en la biblioteca Histórica procedente de la Biblioteca de la Facultad de Filología. las tapas son de madera recubiertas de piel marrón oscura como el lomo. las guardas y las hojas de respeto son de papel verjurado. las cabezadas son de tiras de piel e hilo blanco. El tejuelo es de papel verjurado. los nervios son de tiras de piel e hilo de lino. los cortes están coloreados con tinta roja y las inscripciones manuscritas se han realizado con tinta negra. las tapas están unidas al cuerpo del libro mediante cuatro nervios dobles. El lomo es curvo. las cabezadas manuales están unidas a las tapas y a los cuadernillos. la estructura decorativa de las tapas es simétrica y se basa en bandas u orlas rectangulares concéntricas; la orla exterior está formada por lazos complejos, encuadrada en un rectángulo constituido por seis filetes paralelos; la siguiente orla está decorada con dobles circulillos punteados y la siguiente con rombos encadenados; los dobles circulillos punteados decoran la siguiente orla, 278 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) FIgs. 71-72-73-74 todas ellas encuadradas por múltiples filetes paralelos; el rectángulo central está decorado con crucetas de lazo, unidas por sus vértices, formando tres hileras. los utensilios empleados han sido ruedas y florones y la técnica utilizada ha sido el gofrado. los cortes están coloreados con tinta roja y en el corte delantero aparece la leyenda PLINVS (fig.s 71-72-73-74). la tapa posterior está desprendida del cuerpo del libro; tapa anterior está muy deteriorada, con numerosas rozaduras que han hecho desaparecer parte de la decoración gofrada. Aparecen pérdidas de piel en las esquinas y en los cantos inferiores. En los nervios no se puede observar la decoración, al igual que en los entrenervios, debido a su agrietamiento; pérdida de la piel en los entrenervios superior e inferior, dejando al descubierto las cabezadas. El tejuelo contiene suciedad. la cabezada superior está desprendida de la tapa posterior y pérdida casi total de la cabezada inferior. las guardas y las hojas de respeto REYES, MONJES Y SABIOS 279 están muy sucias, manuscritas y con restos de insectos bibliófagos. los cortes están sucios y con la tinta de color rojo debilitada. El cosido está en buen estado. Aparecen restos de broches de latón y manecillas de piel en la delantera de las tapas. la siguiente de las encuadernaciones con motivos mudéjares y con bandas rectangulares es la que tiene la signatura InC Fl 58, encuadernada entre 1480 y finales del siglo xV. sus dimensiones son 308 x 220 x 36 mm. los datos bibliográficos son: suetonio tranquilo, Cayo. Vitae duodecim Caesarum. [Venetiis : typ. Vallae: Elegantiae 1480 (H.15809), 1480]. la obra procede de los Reales Estudios de san Isidro de madrid e ingresó en la Biblioteca Histórica procedente de la Biblioteca de la Facultad de Filología en 2000. las tapas son de madera biselada recubiertas de piel marrón como el lomo. las guardas son de papel verjurado. los nervios son de tiras de piel e hilo de lino. las cabezadas son de tiras de piel e hilos de color amarillo y rojo. El tejuelo es de papel verjurado. las tapas están unidas al cuerpo de libro mediante tres nervios sencillos. El lomo es curvo. las cabezadas manuales están unidas a las tapas y a los cuadernillos (fig. 75). FIg. 75 280 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) la estructura decorativa de las tapas es simétrica. la decoración, compuesta de orlas o bandas, se inicia con un encuadramiento exterior formado por rombos de lados cóncavos. En la tapa anterior, la siguiente orla está formada por lazos simples en ángulo cordiformes; el siguiente encuadramiento está libre de decoración y unido al rectángulo central por las esquinas con dos hilos gofrados dispuestos en diagonal; el rectángulo central está decorado por lazos simples redondeados cordiformes, con una pequeña flor en su interior; en el interior del rectángulo aparecen dos encuadramientos más pequeños de dos filetes, libres de decoración, excepto el rectángulo central, en el que aparecen dispersos dos hileras verticales de lazos simples en ángulo cordiformes dispuestos de forma jaquelada. En la tapa posterior, el segundo encuadramiento está formada por lazos simples redondeados cordiformes, con una pequeña flor en su interior; el siguiente encuadramiento está libre de decoración y unido al rectángulo central por las esquinas con dos hilos gofrados dispuestos en diagonal; el rectángulo central está decorado por lazos simples en ángulo cordiformes, con una pequeña flor en su interior; en el interior del rectángulo aparecen dos encuadramientos más pequeños de dos filetes, libres de decoración, excepto el rectángulo central, en el que aparecen dispersos cinco hileras verticales de lazos simples en ángulo cordiformes dispuestos de forma jaquelada. los utensilios empleados han sido florones y ruedas y la técnica decorativa ha sido el gofrado. los entrenervios superior e inferior están decorados con filetes dobles dispuestos en diagonal y con pequeños motivos góticos en los espacios vacíos; los entrenervios centrales están decorados con rombos de lados cóncavos y con pequeños motivos góticos. El tejuelo contiene la inscripción manuscrita 1480 / Suetoni Tran / quilla / De Vita XII / Caesarum. las cabezadas están decoradas con el intercalado de hilos de colores amarillo y rojo (figs. 76-77-78-79-80). FIgs. 76-77-78-79-80 REYES, MONJES Y SABIOS 281 las tapas contienen diversas rozaduras y pérdidas de piel en las esquinas y en las zonas cercanas a las cabezadas. las guardas están en muy mal estado, con manchas y pérdidas de papel debido a los insectos bibliófagos. la piel de los entrenervios superior e inferior está muy deteriorada; la cabezada inferior tiene pérdidas de los hilos decorativos; la cabezada superior está en mejor estado. El tejuelo y el cosido están en buen estado. los cortes contienen suciedad. Aparecen restos de broches de latón y de tiras de piel en la parte delantera de las tapas. El siguiente ejemplar de bandas rectangulares, con signatura mEd 360, fue encuadernado en el segundo cuarto del siglo xVI a partir de 1526. El registro bibliográfico es el siguiente: turisanus Carthusiensis (ca. 1270-ca. 1350). Plusquam commentum cum tabula... Venitiis: expensis luca Antonii junta, 1526. sus dimensiones son 313 x 225 x 50 mm. la obra contiene el ex libris manuscrito del Colegio theólogo de Alcalá, el del Colegio de la Concepción de Alcalá y la firma de juan sánchez de Villegas. Estuvo depositado en el Real Colegio de Cirugía de san Carlos e ingresó en la Biblioteca Histórica procedente de la Biblioteca de la Facultad de FIg. 81 medicina. las tapas son de cartón recubiertas de piel rojiza, al igual que el lomo. las guardas son de papel verjurado blanco con una filigrana de una mano y una estrella de cinco puntas. los nervios son de tiras de piel e hilo de cáñamo. El tejuelo es de papel. las cabezadas son de tiras de piel e hilo. 282 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) FIgs. 82-83-84-85-86 las tapas están unidas al cuerpo del libro mediante cinco nervios dobles de piel. El lomo es curvo. las cabezadas manuales están unidas a las tapas. la estructura decorativa de las tapas es simétrica. la decoración se inicia con una primera orla que está formada con tres filetes finos, como todas las orlas de esta tapa, y decorada en su parte interior por eses enlazadas complejas cordiformes (grandes y pequeñas eses entrecruzadas); la segunda y la cuarta están decoradas por rombos encadenados cordiformes; la tercera está ornamentada con eses encadenadas cordiformes. El rectángulo central está decorado con seis hileras verticales de aspas curvas cordiformes dispuestas de forma jaquelada. los utensilios empleados han sido florones y ruedas y la técnica decorativa ha sido el gofrado. los nervios y las guardas están sin decorar. los entrenervios están gofrados con tres filetes finos a cada lado de los nervios. En el corte delantero aparece la inscripción manuscrita TRVSIAN ENTILIS (figs.81-82-83-84-85-86). En las tapas aparecen pérdidas de material en las esquinas y pérdidas de piel por toda la superficie. Además, hay numerosos rozaduras y marcas de broches. las guardas están muy deterioradas, sucias y con inscripciones. los nervios y los entrenervios contienen diversas rozaduras. El tejuelo contiene mucha suciedad. las cabezadas, cortes y cosido están en buen estado. El último de los ejemplares mudéjares de bandas rectangulares, con signatura Fll 25623, fue encuadernado a partir de 1510, y perteneció a los Reales Estudios de san Isidro (madrid); ingresó en la Biblioteca Histórica procedente de la Biblioteca de la Facultad de Filología. sus dimensiones son 210 x 150 x 38 mm. El registro bibliográfico es el siguiente: Holkot, Robert. Super quattuor libros Sententiarum questiones...lugduni: johannes Cleyn, 1510. las tapas son de madera recubierta de piel rojiza, al igual que el lomo. las guardas son de papel verjurado blanco con una filigrana de una mano y una estrella de cinco puntas. los nervios son de tiras de piel e hilo de cáñamo. los cortes están coloreados con tinta roja. las cabezadas son de tiras de piel e hilo blanco. REYES, MONJES Y SABIOS 283 las tapas están unidas al cuerpo del libro mediante tres nervios sencillos de piel. El lomo es curvo. las cabezadas manuales están unidas a las tapas y al lomo. la estructura decorativa de las tapas es simétrica. En las tapas todas las orlas están enmarcadas por tres filetes finos, el del centro algo más grueso, que se entrecruzan en la bordura exterior formando cuadrados en las esquinas. la primera orla contiene una decoración de rombos encadenados cordiformes. la segunda está decorada por aspas curvadas cordiformes que forman círculos unidos. la parte central está decorada por FIgs. 87-88-89 siete hileras verticales de aspas curvadas cordiformes, dispuestas de forma jaquelada. los utensilios empleados han sido ruedas, florones y paletas y la técnica decorativa ha sido el gofrado. las guardas y los nervios carecen de decoración. los entrenervios están gofrados con tres filetes, el hilo central más grueso en cada lado de los nervios. los cortes están coloreados con tinta roja. En los cortes delantero e inferior además aparecen letras estampadas con tipos móviles (figs. 87-88-89). las tapas tienen numerosas rozaduras, manchas y pérdidas de piel en las esquinas. las guardas están algo manchadas y deterioradas en la zona de la bisagra. los nervios contienen rozaduras y pérdidas de piel en el entrenervio superior. la cabezada superior está algo deteriorada, mientras que la cabezada inferior, el cosido y los cortes están en buen estado. Aparecen restos de broches de latón en las tapas. 284 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) los motivos empleados en el estilo gótico, mudéjar y renacentista se han utilizado a la vez para la ornamentación de numerosas obras, creándose decoraciones con motivos gótico-mudéjar, gótico-renacentista, mudéjar-renacentista, e incluso ejemplares con ornamentaciones que incluyen motivos decorativos de los tres estilos. En la Biblioteca Complutense se custodian catorce de esos ejemplares con motivos decorativos entremezclados. del grupo con motivos gótico-mudéjar disponemos de siete ejemplares, de los cuales cuatro están decorados con una estructura decorativa de bandas rectangulares, ornamentadas con hierros sueltos mudéjares y góticos, dos ejemplares mantienen una estructura formada por filetes que se entrecruzan formando rombos, y un ejemplar con tres hileras verticales en el centro de la tapa, con una rueda gótica central. Comenzaremos el estudio del grupo más numeroso, las obras con motivos gótico-mudéjar. Estilo decorativo Estructura decorativa signatura gótico-mudéjar Bandas rectangulares mEd 988 InC Fl 29 InC m 27 InC I 168 división romboidal Fll 7976 Fll 6920 Hileras InC I 217 mudéjar-renacentista Bandas rectangulares FoA 125 dER 131 InC I 167 Fll 24878 gótico-renacentista Bandas rectangulares InC I 244 división romboidal dER 1473 gótico-mudéjar-renacentista Bandas rectangulares InC Fl 53 nº de enc. 4 2 1 4 1 1 1 REYES, MONJES Y SABIOS 285 El primer ejemplar, con signatura InC m 27, fue encuadernado a partir de 1498. Contiene el ex-libris manuscrito de la Casa profesa de la Compañía de jesús de madrid, e ingresó en la Biblioteca Histórica procedente de la Biblioteca de la Facultad de medicina. sus dimensiones son 323 x 222 x 30 mm. la descripción bibliográfica es la siguiente: turisanus Carthusiensis (ca. 1270-ca. 1350). Plusquam commentum in Microtegni Galeni. Venecia: Bonetus locatellus, 1498. las tapas son de cartón y están recubiertas de piel marrón, al igual que el lomo. las guardas y las hojas de respeto son de FIg. 90 papel verjurado blanco. los nervios son de tiras de piel e hilo de cáñamo y los refuerzos son de papel. En el corte delantero aparecen inscripciones con tinta. las cabezadas son con tiras de piel e hilo blanco. las tapas están unidas al cuerpo del libro mediante cuatro nervios dobles de tiras de piel. El lomo es curvo. las cabezadas manuales están unidas a las tapas y al lomo. la estructura decorativa de las tapas es simétrica y se compone de tres orlas rectangulares concéntricas con entrecalles libres, solo decoradas con tres hilos dispuestos en diagonal en las esquinas. la primera orla está decorada con FIgs. 91-92-93-94 286 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) lóbulos encadenados cordiformes y flanqueados por cuatro filetes a cada lado. la segunda está flanqueada por tres hilos y decorada con pequeñas eses enlazadas cordiformes. la tercera está decorada con flores de lis flanqueadas por dos filetes a cada lado. El rectángulo central está decorado con cuatro hileras de aspas curvas cordiformes dispuestas de forma jaquelada. los utensilios empleados han sido el florón y la rueda y la técnica decorativa ha sido el gofrado. los contracantos están gofrados con una rueda de tres hilos. los nervios están gofrados con una paleta de un hilo y los entrenervios con una paleta de cuatro hilos a cada lado del nervio y otros cuatro hilos en el centro del entrenervio. En el corte delantero aparece una inscripción manuscrita (figs. 90-91-92-9394). la tapa anterior contiene algunas manchas, restos de insectos bibliófagos, apareciendo las esquinas muy deterioradas. la tapa posterior tiene pérdidas de piel, sobre todo cerca del lomo. los cantos y los contracantos están muy deteriorados con numerosas rozaduras. las guardas están algo arrugadas y sucias con restos de insectos bibliófagos. En los nervios más cercanos a la cabeza y pie aparecen pérdidas de piel y rozaduras. pérdida de la cabeza del lomo y roturas en el pie. las cabezadas están algo deterioradas y descubiertas. El cosido y los cortes están en buen estado. Aparecen restos de broches de piel en la delantera de las tapas. Este ejemplar, con sigFIgs. 95-96 natura InC I 168, fue encuadernado entre 1485 y el final del siglo xV. Contiene la firma de juan sánchez de Villegas, el ex-libris manuscrito del Colegio theólogo de Alcalá y del Colegio de la Concepción de Alcalá. sus dimensiones son 185 x 134 x 59 mm. El registro bibliográfico es el siguiente: nicolaus de Ausmo. Supplementum Summae Pisanellae. Astesanus. Alexander de nevo. Canones poenitentiales. Csilia contra Iudaeos foenerantes. Venetiis: paganinus de paganinis et georgius Arrivaben, 1485. FIgs. 97-98 REYES, MONJES Y SABIOS 287 las tapas son de madera biselada recubiertas de piel marrón oscura, al igual que el lomo. las guardas son de pergamino y las hojas de respeto de papel verjurado blanco. los nervios son de tiras de piel e hilo de cáñamo. los cortes superior y delantero contienen inscripciones en tinta negra. las cabezadas son de tiras de piel e hilos de color verde claro y salmón. los broches son de metal. las tapas están unidas al cuerpo del libro mediante tres nervios sencillos de tiras de piel. El lomo es curvo suelto. las cabezadas manuales están unidas a las tapas y al lomo (figs. 95-96-97-98). la estructura decorativa de las tapas es simétrica. la ornamentación se inicia con una primera bordura formada por cuatro hilos. Al entrecruzarse estos filetes en las esquinas se crean cuadrados. A continuación aparece una primera orla formada por hierros con una cabra estampada, flanqueada a ambos lados por cuatro filetes. En la bordura exterior más cercana al lomo aparecen estampadas crucetas de lazo cordiformes. El rectángulo central está dividido de forma vertical en tres zonas, las dos extremas decoradas con motivos que imitan a las flores de lis, y la zona central por tres hileras de crucetas de lazo dispuestas de forma ajedrezada. los utensilios empleados han sido ruedas y florones y la técnica decorativa ha sido el gofrado. los contracantos están gofrados con una rueda de tres hilos y los entrenervios con una paleta de tres hilos a cada lado de los nervios; en el centro aparecen cinco crucetas de lazo cordiformes que forman una cruz. las cabezadas están decoradas con el intercalado de color verde y salmón. En el corte superior aparece manuscrita la inscripción “E. II.” y en el corte delantero el título de la obra (fig. 99). FIg. 99 288 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) la tapa anterior tiene un pequeño injerto en la parte inferior, además de diversas rozaduras y restos de broches. la tapa posterior tiene diversas rozaduras, restos de broches de latón, pérdida de piel en la esquina inferior, y en las zonas cercanas a los nervios superior e inferior. los cantos y los contracantos están deteriorados en las esquinas con diversas rozaduras. las guardas contienen suciedad con inscripciones y restos de insectos bibliófagos. los nervios contienen rozaduras y los entrenervios numerosas grietas. las cabezadas, el cosido y los cortes están en buen estado. Aparecen restos de broches de latón en la delantera de las tapas pero se han perdido las manezuelas de piel y las puntas de metal. la siguiente obra, con signatura InC Fl 29, fue encuadernada a partir de 1495. Contiene el ex-libris manuscrito de la Casa profesa de la Compañía de jesús de madrid. perteneció a los Reales Estudios de san Isidro de madrid e ingresó en la Biblioteca Histórica procedente de la Biblioteca de la Facultad de Filología en 2000. sus dimensiones son 329 x 225 x 35 mm. la descripción bibliográfica de la obra es la siguiente: tomás de Aquino, santo. Summa theologica. Venecia: Bonetus locatellus, 1495. las tapas son de madera biselada por el interior recubierta de piel marrón oscura, al igual que el lomo. las guardas son de papel verjurado blanco con una filigrana de una mano. los nervios son de tiras de piel e hilo de cáñamo. El tejuelo es de papel. las cabezadas son de tiras de piel e hilo de cáñamo. las tapas están unidas al cuerpo del libro mediante cuatro nervios sencillos de tiras de piel. El lomo es curvo. las cabezadas manuales están unidas a las tapas y al lomo (figs. 100-101-102-103-104). la estructura decorativa de las tapas es simétrica y se compone de dos orlas rectangulares concéntricas. la decoración exterior está FIg. 100 formada por una bordura realizada REYES, MONJES Y SABIOS 289 con tres hilos, de los cuales el central es más grueso. Además aparece repetido una flor dentro de un rombo, motivo típico del estilo gótico. la primera orla está decorada con lazos simples en ángulo cordiformes, con una pequeña flor en su interior. la segunda está decorada con rombos encadenados cordiformes. El rectángulo central está libre de decoración. las dos orlas están flanqueadas por una rueda de tres filetes, el central más grueso. los utensilios empleados han sido el florón y la rueda y la técnica decorativa ha sido el gofrado. los entrenervios están gofrados con una paleta de tres hilos, el central más grueso, en cada lado de los nervios. El tejuelo ocupa todo el lomo ocultando la decoración. FIgs. 101-102-103-104 la tapa anterior de madera contiene grandes grietas, restos de tejuelo de papel en el centro de la tapa, pérdida de piel en la parte inferior y las esquinas aparecen con pérdidas de piel muy deterioradas. En la tapa posterior las esquinas están muy deterioradas con pérdida y rozaduras en la piel; también aparece parte de tejuelo del lomo adherido en la tapa. los cantos y los contracantos están muy deteriorados con numerosas grietas. las guardas contienen manchas e inscripciones manuscritas. los nervios y entrenervios están muy deteriorados con pérdidas de piel. Aparecen restos de tejuelo de papel en todos los entrenervios. las cabezadas están en buen estado aunque descubiertas y desprendidas de las tapas pero no del lomo. los cortes y el cosido están en buen estado aunque el último cuadernillo está descosido. Aparecen restos de broches de latón en la delantera de las tapas. la siguiente obra, con signatura mEd 988, fue encuadernada a partir de 1526. Ingresó en la Biblioteca Histórica procedente de la Biblioteca de la Facultad de medicina. sus dimensiones son 313 x 225 x 44 mm. El registro bibliográfico es el siguiente: petrus de Abano. Liber Conciliator differentiorum philosophorum et medicorum appellatus. Venecia, 1526. las tapas son de cartón recubiertas de piel de color marrón oscura, al igual que en el lomo. las guardas y las hojas de respeto son de papel verjurado blanco. los nervios son de tiras de piel e hilo de cáñamo. En el corte delantero 290 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) aparece una inscripción con tinta negra. las cabezadas son de tiras de piel e hilo de cáñamo. las tapas están unidas al cuerpo del libro mediante cuatro nervios dobles de tiras de piel. El lomo es curvo. las cabezadas manuales están unidas a las tapas y al lomo. la estructura de las tapas es simétrica y se compone de tres rectángulos concéntricos, dejando entrecalles libres de decoración, si exceptuamos las esquinas decoradas con un pequeño círculo punteado. todos los recuadros están realizados con tres hilos finos. la primera orla está decorada con lóbulos encadenados cordiformes, la segunda con rombos con cintas onduladas y la tercera con una rueda de rombos encadenados cordiformes. El rectángulo central está decorado tres hileras de FIg. 105 rombos de lados cóncavos con una flor de cuatro pétalos en el interior de cada rombo; en los espacios libres aparecen dobles circulillos punteados. los espacios vacíos se rellenan de pequeños círculos dobles punteados. En las esquinas de las entrecalles aparecen dobles circulillos punteados. los utensilios empleados han sido ruedas y florones y la técnica decorativa el gofrado. los contracantos están gofrados con un hilo. los nervios están sin decorar. los entrenervios están gofrados con una paleta de tres hilos finos en cada lado de los nervios y en el centro del entrenervio. En el tejuelo aparece la inscripción del autor y el título de la obra. En el corte delantero aparece FIgs. 106-107-108-109 la inscripción manuscrita “ConCIlIAtoR” (figs. 105-106-107108-109). REYES, MONJES Y SABIOS 291 las tapas aparecen con manchas y con grietas aunque su estado es aceptable. los cantos y los contracantos contienen múltiples rozaduras. la guarda anterior está en muy mal estado con rotura del papel verjurado, manchas, restos de insectos bibliófagos, inscripciones manuscritas y pérdida de papel en la bisagra al no haber contraguarda. la guarda posterior está muy deteriorada con numerosas roturas, restos de insectos bibliófagos e inscripciones manuscritas por toda la superficie. los nervios contienen numerosas grietas. En la cabeza y pie del lomo existen diversas pérdidas de piel; el resto está en buen estado aunque con algunas rozaduras. El tejuelo está en buen estado, con pequeñas pérdidas de papel a los lados. El alma de la cabezada superior está algo deteriorada con pérdidas de la unión con la tapa e hilo algo flojo. El cosido y los cortes están en buen estado. Restos de botones de piel en las tapas. El ejemplar, con signatura Fll 7976, fue encuadernado a partir de 1520, y contiene un escudo con la Cruz de Calatrava. procede de los Reales Estudios de san Isidro de madrid e ingresó en la Biblioteca Histórica procedente de la Biblioteca de la Facultad de Filología. sus dimensiones son 156 x 114 x 34 mm. la descripción bibliográfica es la siguiente: tomás de Aquino, santo. Prima pars Summe sacre Theologie [Rothomagi]: Franciscus Regnault, 1520. las tapas son de cartón recubiertas de piel marrón oscura, al igual que en el lomo. las guardas y las hojas de respeto son de papel verjurado blanco con una filigrana de mano y flor de cuatro pétalos. los nervios son de tiras de piel e hilo de cáñamo. los cortes están pintados con tinta roja. las cabezadas son de cordel de cáñamo e hilos de color rojo y verde. las tapas están unidas al cuerpo del libro mediante cuatro nervios dobles de tiras de piel. El lomo es curvo. las cabezadas manuales están unidas a las tapas y al FIg. 110 lomo (figs. 110-111-112). 292 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) la estructura decorativa de las tapas es simétrica y se compone de un rectángulo concéntrico exterior decorado con eses enlazadas cordiformes. El rectángulo interior está cruzado por bandas diagonales de tres hilos que dan lugar a rombos. En el centro de la tapa aparece el escudo de la cruz de Calatrava, con dos flores de lis encerradas en un rombo, una en la parte superior y otra en la inferior del escudo. los utensilios empleados han sido el florón y la rueda y la técnica decorativa ha sido el gofrado. los contracantos están gofrados con una rueda de un hilo, los nervios con una paleta de un hilo y los entrenervios con una paleta de dos hilos en cada lado de los nervios. las cabezadas están decoradas con el intercalado de hilos de color rojo y verde. los cortes están pintados con tinta roja; en el corte delantero aparece la inscripción manuscrita THOM. I. PARS y el FIgs. 111-112 año 1520. las tapas contienen numerosas rozaduras y están muy deterioradas en las esquinas. los cantos y los contracantos contienen rozaduras. las guardas están arrugadas y con suciedad. los nervios y los entrenervios contienen grietas y rozaduras. las cabezadas, el cosido y los cortes están en buen estado. Aparecen restos de broches con botones de piel en las tapas. Este ejemplar con signatura Fll 6920, fue encuadernado a partir de 1519, en el primer cuarto del siglo xVI, y perteneció a los Reales Estudios de san Isidro (madrid), ingresando en la Biblioteca Histórica procedente de la Biblioteca de la Facultad de Filología. sus dimensiones son 271 x 195 x 70 mm. la descripción bibliográfica es la siguiente: Astesani de Asta (o.F.m.). Summa Astensis... lugduni: guilhelmus Huyon, sumptibus stephanus gueynard, 1519. las tapas son de cartón recubiertas de piel marrón como el lomo. las guardas son de papel verjurado blanco con una filigrana simulando un gusano. los nervios son de tiras de piel e hilo de cáñamo. los refuerzos interiores del lomo son de pergamino. los cortes están coloreados con tinta roja. las cabezadas son de tiras de piel e hilo de cáñamo. las tapas están unidas al cuerpo del libro mediante nervios dobles de tiras de piel. El lomo es curvo. las cabezadas manuales están unidas a las tapas y al lomo. la estructura decorativa de las tapas es simétrica, típica de las encuadernaciones góticas, y está formada por dos rectángulos concéntricos de cuatro REYES, MONJES Y SABIOS 293 hilos finos. El rectángulo central está cruzado por dobles bandas diagonales de cuatro hilos finos que dan lugar a rombos; en el interior de estos aparece un rombo encadenado cordiforme. En el rombo central aparecen cinco rombos encadenados cordiformes formando una cruz. los utensilios empleados han sido ruedas y florones y la técnica decorativa ha sido el gofrado. los nervios están gofrados con una paleta de un hilo grueso; los entrenervios con una paleta de cuatro hilos en cada lado de los nervios y en el centro del entrenervio. los cortes están coloreados con tinta roja; en el corte delantero además FIgs. 113-114 aparece la inscripción del título de la obra (figs.113-114). las tapas, los cantos y los contracantos están muy deteriorados con pérdidas de cartón y piel en la delantera y en las esquinas, además de tener numerosas rozaduras. En la guarda anterior aparecen manchas, inscripciones manuscritas y pérdida de papel en la zona de la delantera. En la guarda posterior aparecen pérdidas de papel en la zona de la bisagra y restos de insectos. los nervios están muy deteriorados con pérdidas de piel que los dejan descubiertos; numerosas rozaduras y rotura de los nervios en la unión con la tapa anterior. la cabeza del lomo se ha perdido y el de pie está muy deteriorado. El alma de la cabezada superior aparece con una rotura y el hilo desprendido, además de estar rota la unión con las tapas. la cabezada inferior está en mejor estado aunque tiene una rotura en el alma de la cabezada que se une con la tapa anterior. El cosido está en buen estado con roturas de los nervios que se unen con la tapa anterior. los cortes están en buen estado. Aparecen restos de broches de botones. 294 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) Este ejemplar, con signatura InC I 217, fue encuadernado muy posiblemente a primeros del siglo xVI en el centro de Francia. la estructura decorativa que tiene, con tres hileras de hierros, el central, una rueda típicamente gótica, junto a la decoración de flores de lis en las borduras, nos indica que su procedencia puede ser francesa. la obra contiene el ex-libris manuscrito del Colegio de la Compañía de jesús de la universidad de Alcalá. sus dimensiones son 210 x 138 x 55 FIgs. 115-116-117-118 mm. su descripción bibliográfica es la siguiente: mancinellus, Antonius. Opera. lugduni: johennes de Vongle, 1500. las tapas son de madera recubiertas de piel marrón, al igual que el lomo. las guardas son de papel verjurado blanco con una filigrana. los nervios e hilo son de cáñamo. El tejuelo es de papel verjurado con inscripciones manuscritas. En el corte delantero aparecen inscripciones con tinta. las cabezadas son de tiras de piel e hilo blanco. las tapas están unidas al cuerpo del libro mediante tres nervios dobles de cáñamo. El lomo es curvo. las cabezadas manuales están unidas a las tapas (figs. 115-116-117-118). REYES, MONJES Y SABIOS 295 la estructura de las tapas es simétrica y se forma con una composición rectangular formada por cuatro cuadrados en las esquinas con una flor de lis en el centro. En el centro de la tapa aparece un rectángulo decorado en la parte central por una rueda de rombos con una flor de cuatro pétalos en su interior; a ambos lados aparece una hilera vertical de rombos encadenados cordiformes. los utensilios empleados han sido florones y ruedas y la técnica decorativa ha sido el gofrado. las guardas carecen de decoración pero contienen una filigrana. El lomo carece de decoración y contiene un tejuelo con la inscripción MANCINE / Opera. En el corte delantero aparecen las primeras letras del nombre del autor, Manci. la encuadernación está restaurada(12). las tapas están recubiertas con la piel original superpuesta sobre una piel natural del mismo color. los cantos contienen pérdida de color debido a las rozaduras y pérdida de piel. las guardas contienen pérdidas de material, suciedad, arrugas y anotaciones, todo debido al mal uso y a la humedad. El lomo está restaurado, ya que el original se ha perdido. los nervios contienen muchas grietas debido a la temperatura y a la humedad, y pérdidas de color debido al mal uso. las cabezadas, el cosido y los cortes están en buen estado. los broches se han perdido y aparecen restos de clavos. A continuación estudiamos las encuadernaciones con motivos gótico-renacentistas. de este grupo en la Biblioteca solo disponemos de dos ejemplares. El primero, con signatura InC I 244, fue encuadernado a partir de 1483. Contiene el ex-libris manuscrito del Colegio de la Compañía de jesús de la universidad de Alcalá y el de la Biblioteca Complutense Ildefonsina. sus dimensiones son 305 x 210 x 28 mm. la descripción bibliográfica es la siguiente: orosio, paulo (ca. 390-ca. 418). Historiae. Venecia: octavianus scotus, 1483. las tapas son de madera biselada por dentro recubiertas de piel de color marrón, como el lomo. las guardas son de papel verjurado blanco. los nervios son de tiras de piel e hilo de cáñamo. los cortes están pintados con tinta roja. las cabezadas son de cordel e hilo de cáñamo. 12. la intervención que figura en la ficha V-217 indica que se aseguraron los cajos y los cuadernillos interiores, se realizó un injerto de piel en la cabeza del lomo y se colocó un tejuelo colgado de la cabezada inferior. por último se aplico un encerado protector a la piel y se realizó una limpieza de toda la encuadernación. Fue restaurada por pilar puerto manouvriez entre el 19 de diciembre de 1995 y el 10 de enero de 1996 en el taller de restauración de la uCm, situado en el pabellón de gobierno. 296 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) las tapas están unidas al cuerpo del libro mediante tres nervios dobles. El lomo es curvo. las cabezadas manuales están unidas a las tapas y al lomo. la estructura decorativa de las tapas es simétrica. la decoración se inicia con una bordura exterior formada por tres filetes, seguida de motivos de imitan una flor de cinco pétalos cordiforme. la primera orla está decorada con motivos florales estilizados enfrentados y flanqueada por tres filetes a cada lado. la entrecalle, entre la primera orla y el rectángulo central, está decorada con florecillas de cuatro FIg. 119 pétalos. El rectángulo central está decorado con pequeños cuadrados de lados cóncavos, y rodeado de pequeños puntos; en el centro del rectángulo aparece un hexágono en el cual había un bollón con forma romboidal. los utensilios empleados han sido florones y ruedas y la técnica decorativa ha sido el gofrado. los cortes están coloreados con tinta roja (figs. 119-120121-122-123). la encuadernación ha sido parcialmente restaurada(13). las tapas contienen numerosas rozaduras, y pérdidas de piel y madera en las esquinas. los cantos y los contracantos contienen numerosas rozaduras. las guardas están en buen estado, aunque algo sucias. los nervios y los entrenervios contienen rozaduras; 13. la intervención que figura en la ficha V-246 indica que se realizaron injertos de piel en la cabeza y pie del lomo, se colocó un tejuelo colgado de la cabezada inferior, se realizó un encerado protector sobre la piel y se hizo una limpieza de la encuadernación. destaca también a anotación que la técnica decorativa utilizada era el gofrado y que contenía hierros interesantes. Fue restaurada por pilar puerto manouvriez entre el 15 de febrero y el 12 de marzo de 1996 en el taller de restauración de la uCm situado en el pabellón de gobierno. REYES, MONJES Y SABIOS FIgs. 120-121-122-123 297 la cabeza y pie del lomo han sido restauradas añadiendo otra. El tejuelo está algo deteriorado. las cabezadas, el cosido y los cortes están en buen estado. Restos de cierres de latón en las tapas. El segundo ejemplar, con signatura dER 1473 y con motivos gótico-renacentista, fue encuadernado a partir de 1531. Contiene el exlibris manuscrito del Colegio de la Concepción de Alcalá y del Colegio theólogo de la universidad de Alcalá; además contiene la firma de juan Fernández de Villegas. Ingresó en la Biblioteca Histórica procedente de la Biblioteca de la Facultad de derecho en 2000. sus dimensiones son 333 x 227 x 53 mm. la descripción bibliográfica es la siguiente: patrizi, Francesco. De institutione Reipu. Libri novem... parrhisiis: petrus Vidoue, impensis galioti a patr, 1520 y Bude, guillaume. G. Budaei FIg. 124 ... Epistolarum latinarum Lib. V: annotationibusq[ue] ad iectis in singulas fere epistolas, Graecorum item Lib. I, Basilii item magni Epistola de vita in solitudine agenda per Budaeum latine facta. [parisiis]: apud Iod. 298 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) Badium Ascensium, 1531. Aunque esta obra fue impresa en parís, es muy posible que no sea francesa sino centroeuropea, debido a que la estructura decorativa de bandas que se entrecruzan, no se corresponde con la tipología de estructura dada en las encuadernaciones renacentistas francesas. las tapas son de cartón recubiertas de piel marrón, al igual que el lomo. no hay guardas, únicamente en las contratapas hay un papel manuscrito que lo recubre. las hojas de respeto son de papel verjurado blanco. lo nervios son de cordel e hilo de cáñamo. El tejuelo es de papel. los cortes delantero y de superior contienen inscripciones en tinta negra. las cabezadas son de tiras de piel marrón e hilos de color blanco y verde claro. las tapas están unidas al cuerpo del libro mediante cuatro nervios dobles de cáñamo. El lomo es curvo. las cabezadas manuales están unidas a las tapas. la estructura decorativa de las tapas es simétrica. las tapas están encuadradas con una bordura de tres filetes. la banda rectangular está formada por una placa de dos rombos que contienen en su interior una flor de cuatro pétalos. la decoración que forma esta banda, se entrecruza en las esquinas formando pequeños cuadrados, decorados con un rombo y una flor de cuatro pétalos en su interior. El rectángulo cenFIgs. 125-126 tral está decorado con bandas diagonales de tres hilos que dan lugar a rombos. los espacios libres están recubiertos por un gran motivo floral. los utensilios empleados han sido ruedas y florones y la técnica decorativa la sido el gofrado. los contracantos están gofrados con una rueda de un hilo, y los nervios con una paleta con un hilo que cruza toda la superficie. los entrenervios disponen de un cuadrado gofrado formado por dos hilos en la zona de los nervios y un hilo más grueso en los lados perpendiculares a los nervios. la parte central está vacía de decoración. El tejuelo contiene la inscripción manuscrita del nombre del autor y título de la obra. las cabezadas están decoradas con el intercalado de los hilos de color blanco y verde claro. El corte delantero contiene la inscripción manuscrita del nombre del autor y del título de la obra; el corte de cabeza contiene la inscripción de la leyenda VZ4. la hoja de respeto de la tapa anterior contiene una filigrana de un animal y la de la tapa posterior una filigrana de jarra con una flor (figs. 124-125-126). REYES, MONJES Y SABIOS 299 la tapa anterior contiene un pequeño injerto de piel realizado antes de la decoración en la parte superior. Aparecen algunas rozaduras y pérdidas de piel en las zonas cercanas al lomo. la esquina superior contiene una rotura. los cantos y los contracantos contienen diferentes rozaduras. pérdida del primer y cuarto nervio, mientras que el segundo y tercero están muy deteriorados con pérdidas de piel en la zona de la bisagra con la tapa. muy deteriorados el segundo y tercer entrenervios desde la cabeza; pérdida de los entrenervios cuarto, y de la parte de cabeza y de pie del lomo. El tejuelo contiene diversas manchas. la cabezada superior está en buen estado, aunque algo deteriorada en su unión con la tapa, descubierta y sucia; la cabezada de pie está en buen estado, algo descubierta y sucia. El cosido y los cortes están en buen estado. Restos de botones de piel en las tapas. El siguiente grupo está formado por cuatro ejemplares que están ornamentados con motivos mudéjares y renacentistas. El primero, con signatura FoA 125, fue encuadernado en un taller del centro de la península ibérica, posiblemente en Alcalá de Henares, entre 1534 (fecha de la fundación de la Compañía de jesús por san Ignacio de loyola) y mediados del siglo xVI. los hierros sueltos empleados son muy utilizados en las encuadernaciones renacentistas y platerescas españolas de bien entrado el siglo xVI, como los motivos vegetales o el cordero pascual, además las ruedas con motivos mudéjares no son muy comunes, y desde luego no de finales del siglo xV y de primeros del xVI, sino de mediados de siglo. Contiene el exlibris manuscrito del Colegio de la Compañía de jesús de la universidad de Alcalá y de la BiFIg. 127 300 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) blioteca Complutense. sus dimensiones son 270 x 198 x 50 mm. la descripción bibliográfica es la siguiente: pseudo-dionisio Areopagita. Opera Dionysii : veteris et nove translationis… Argentine, 1503. las tapas son de cartón recubiertas de piel de color marrón clara, al igual que el lomo. las guardas son de papel verjurado blanco, al igual que las hojas de respeto con una filigrana de un jarrón. El tejuelo es de papel verjurado. los nervios son de tiras de piel e hilo de cáñamo. los cortes están coloreados con tinta roja con una inscripción realizada con tienta negra en el corte delantero. las cabezadas son de tiras de piel e hilos de color rojo y amarillo. las tapas están unidas al cuerpo del libro mediante nervios dobles de tiras de piel. El lomo es curvo. las cabezadas manuales están unidas a las tapas y al lomo. la estructura decorativa de las tapas es simétrica. la decoración se inicia con una primera orla enmarcada con tres filetes lisos, el central más grueso; a continuación la misma rueda se repite en la parte superior e inferior. la siguiente orla interior está decorada con la misma rueda de rombos encadenados cordiformes, con las esquinas dobladas hacia el interior, haciendo que el trabajo del encuadernador se multiplique y dificulte su ejecución; las cuatro esquinas de este rectángulo central están estampados dos florones típicos renacentistas junto a un cordero pascual. En el interior de la cruz y en las esquinas hay estampados diversos florones y en el centro aparece el emblema de la Compañía de jesús (el anagrama IHS, una cruz encima y tres clavos debajo). los utensilios empleados han sido ruedas y florones y la técnica decorativa ha sido el gofrado. los nervios están gofrados con una paleta de tres hilos, el central más grueso. los entrenervios están gofrados con una paleta de tres hilos lisos, el central más grueso en cada lado de los nervios; en el centro del entrenervio aparece un florón renacentista. las cabezadas están decoradas con el intercalado de hilos de color rojo y amarillo. los cortes están coloreados con tinta roja; en el corte delantero aparece la inscripción Dinysius Areo (figs. 127-128129-130-131-132). FIgs. 128-129-130-131-132 REYES, MONJES Y SABIOS 301 las tapas muestran numerosas rozaduras, sobre todo en las esquinas y cerca de la zona de las bisagras. las guardas contienen mucha suciedad, con pérdidas de piel, arrugas y restos de insectos bibliófagos. los nervios contienen algunas rozaduras. pérdida casi total de la cabeza del lomo; grietas en el pie del lomo. El tejuelo está en buen estado aunque algo sucio. la cabezada superior está desprendida de la tapa anterior y algunos hilos están sueltos. la cabezada inferior, el cosido y los cortes están en buen estado. la segunda de las encuadernaciones mudéjar-renacentista, con signatura dER 131, fue encuadernada, al igual que la anterior, en el segundo cuarto del siglo xVI, a partir de 1542, posiblemente en el mismo taller que el anterior ejemplar, ya que muchos de los elementos decorativos coinciden como la rueda de rombos encadenados cordiformes y el florón con motivo vegetal, los cortes pintados de color rojo, el empleo del cartón como soporte y la piel de becerro de color marrón como material de recubrimiento. la obra contiene el exlibris de la Biblioteca Complutense y el exlibris manuscrito del Colegio de la Compañía de jesús de la FIg. 133 universidad de Alcalá. Ingresó en la Biblioteca Histórica procedente de la Biblioteca de la Facultad de derecho en 2000. sus dimensiones son 303 x 220 x 58 mm. la descripción bibliográfica es la siguientes: dionysius Cartusianus. D. Dionysii Carthusiani Epistolarum ac euangeliorum dominicalium totius anni enarratio, adiunctis homiliis [et] sermonibus variis ... : pars prima, sermonum de tempore. Coloniae : petrus quentell suis impensis excudebat, 1542. 302 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) las tapas son de cartón recubiertas de piel de cabra marrón, al igual que el lomo. las guardas son de papel verjurado blanco. las cabezadas son de tiras de piel e hilos de color amarillo y rojo. los nervios son de piel e hilo de lino. los cortes están coloreados con tinta roja. los tejuelos son de papel verjurado. las tapas están unidas al cuerpo del libro mediante cuatro nervios dobles. El lomo es curvo. las cabezadas manuales están unidas a las tapas y a los cuadernillos (figs. 133-134-135136). FIgs. 134 135-136 la estructura decorativa de las tapas es simétrica. la decoración se inicia con una orla exterior formada por una rueda de rombos encadenados cordiformes, y flanqueada por tres hilos a cada lado, el central más grueso. En el interior aparece un hexágono formado con los mismos motivos que la orla exterior y un rectángulo central dentro del hexágono. En el centro del rectángulo aparece el emblema de la Compañía de jesús (el anagrama IHS, una cruz encima y tres clavos debajo) rodeado de hierros que imitan a un sol. En todas las esquinas del rectángulo central, hexágono y orla exterior aparece estampado el mismo motivo vegetal. los utensilios empleados han sido florones y ruedas y la técnica decorativa ha sido el gofrado. los nervios están gofrados con una paleta de tres hilos, el central más grueso. los entrenervios están decorados con tres hilos en los extremos y por un florón en el centro. las tapas contienen diversas rozaduras y pérdidas de piel. las esquinas contienen pérdidas de piel. la zona de la bisagra está muy deteriorada con varias roturas. las guardas contienen numerosas manchas, roturas e restos de insectos bibliófagos. los nervios están deteriorados debido a las rozaduras. la cabeza y pie del lomo contiene pérdidas de piel. El cosido, los tejuelos, los cortes y las cabezadas están en buen estado. El siguiente de los ejemplares de este grupo, con signatura InC I 167, fue encuadernada durante el primer cuarto del siglo xVI. sus dimensiones con 192 x 136 x 53 mm. El ejemplar contiene el ex-libris manuscrito del Colegio REYES, MONJES Y SABIOS de la Compañía de jesús de la universidad de Alcalá. la descripción bibliográfica es la siguiente: ludolphus de saxonia (o. Cart.). Meditationes vitae Christi. Venecia: simon Bevilacqua, 1498 las tapas son de cartón recubiertas de piel color negro, al igual que la charnela y lomo. las guardas y las hojas de respeto de papel verjurado crema. los nervios son de tiras de piel e hilo de lino blanco. las cabezadas son de tiras de piel e hilo de cáñamo. las tapas están unidas al cuerpo del libro mediante cuatro nervios sencillos de tiras de piel. El lomo es FIgs. 137-138-139 curvo. las cabezadas manuales están unidas al lomo (figs. 137-138-139). la estructura de las tapas es simétrica y se compone de dos orlas rectangulares concéntricas, dejando las entrecalles libres de decoración. la decoración se inicia con una primera orla de rombos encadenados cordiformes, enmarcada con tres filetes lisos, el del centro más grueso. la segunda está decorada con una rueda de aspas curvadas cordiformes. El rectángulo central está decorado con cuatro florones dorados en las esquinas y un cordero pascual en el centro de la tapa, también dorado. los utensilios empleados han sido ruedas y florones y las técnicas decorativas han sido el gofrado y el dorado. El lomo carece de decoración. El corte delantero contiene una inscripción manuscrita. 303 304 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) Esta encuadernación ha sido restaurada(14). las tapas tienen numerosos rozaduras y pérdidas de piel. la decoración en algunas zonas casi no se observa. los cantos y los contracantos contienen numerosas rozaduras. las guardas y el lomo están restauradas. las cabezadas, el cosido y los cortes originales están en buen estado. las hojas de respeto originales están restauradas mediante injertos de papel japonés; contienen una filigrana de mano y flor de cinco pétalos. se ha realizado una restauración completa de la encuadernación, con una nueva tapa encima de la cual se ha adherido la piel original con sus estampaciones. las estampaciones del lomo se han perdido. El último ejemplar se encuadernó, posiblemente en Francia a partir de 1521. su signatura es Fll 24878 y las dimensiones son 176 x 119 x 40 mm. la obra perteneció a los Reales Estudios de san Isidro de madrid e ingresó en la Biblioteca Histórica procedente de la Biblioteca de la Facultad de Filología. la descripción bibliográfica es la siguiente: lefevre d’Etaples, jacques (1450 -ca.1537). Iacobi Fabri Stapulensis in Aristotelis octo Physicos Libros. Alfin: parisiorum Academia, simon Colinens, 1521. las tapas son de madera recubiertas de piel marrón, al igual que el lomo. las guardas son de papel verjurado crema. los nervios son de tiras de piel e hilo de lino. las cabezadas son de tiras de cáñamo e hilo de lino. las tapas están unidas al cuerpo de libro mediante cuatro nervios dobles de piel y con un cosido a punto seguido. El lomo es curvo. las cabezadas manuales están unidas a las tapas y a los cuadernillos. FIg. 140 14. la intervención que figura en la ficha V-133 indica que el estado de conservación antes de la restauración era regular. la descripción indica que ha sido restaurado el lomo, el cual fue eliminado y reconstruido. también se indica que se han partido los nervios hacia la mitad del ejemplar. la obra fue restaurada en el taller de restauración de libros de la uCm, situado en el pabellón de gobierno, entre el 31 de julio y el 11 de octubre de 1995. REYES, MONJES Y SABIOS 305 la estructura decorativa de las tapas es simétrica. la decoración se estructura en cuatro bandas rectangulares concéntricas, dejando entre ellas unas pequeñas entrecalles libres (figs. 140-141-142-143-144-145-146). la primera orla está decorada con forma a candelieri, compuesta de vasos y motivos vegetales; la segunda orla contiene flores de cinco pétalos entre roleos vegetales; la tercera tiene una decoración similar a la primera, pero algo más estrecha; y la cuarta está decorada con eses inclinadas cordiformes unidas unas con otras. El rectángulo central está decorado con cuatro hileras verticales de pequeños florones de aspas dispuestos de forma jaquelada. las esquinas de las entrecalles están decoradas por un circulillo doble. los utensilios empleados han sido ruedas y florones y la técnica utilizada ha sido el gofrado. los cantos están gofrados con una rueda de hilo y los contraFIgs. 141-142-143 cantos con una rueda de dos hilos. los nervios están gofrados con una paleta de hilo y los entrenervios, a los lados de los nervios y en el centro, por una paleta de tres hilos. El corte delantero contiene la inscripción manuscrita del título de la obra. las tapas están en muy mal estado, con rotura de la piel en la tapa anterior en la zona de la bisagra. la piel está muy deteriorada con manchas y pérdida de la decoración. las esquinas están muy deterioradas con pérdidas de piel y de madera. los cantos y los contracantos están muy deteriorados en las esquinas con pérdidas de piel. las guardas contienen mucha suciedad, arrugas e inscripciones manuscritas. la tapa posterior no se puede abrir bien. los cortes están desiguales, debido al mal uso y a la suciedad. la cabezada de cabeza está en muy mal estado, con pérdida de hilo y rotura de las uniones con las tapas; la cabezada de pie, está en mejor estado, aunque tiene rotuFIgs. 144-145-146 306 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) ras en la unión con la tapa anterior. Restos de broches de piel y latón en la delantera de las tapas. El último de los ejemplares a estudiar, con signatura InC Fl 53, fue encuadernado a primeros del siglo xVI y contiene motivos decorativos de tres estilos diferentes, motivos góticos, mudéjares y renacentistas. sus dimensiones son 315 x 217 x 35 mm. procede de los Reales Estudios de san Isidro de madrid e ingresó en la Biblioteca Histórica procedente de la Biblioteca de la Facultad de Filología en 2000. la descripción bibliográfica es la siguiente: Cicerón, marco tulio (106-43 a.C.). De officiis. Venecia, 1500. las tapas son de cartón recubiertas FIg. 147 de piel marrón, al igual que el lomo. las guardas son de papel verjurado blanco con una filigrana de mano, en cuyo interior hay dos letras, y flor de cinco pétalos. los nervios son de tiras de piel e hilo de cáñamo. En el corte delantero aparece una inscripción manuscrita con tinta negra. las cabezadas son de tiras de piel e hilo granate.las tapas están unidas al cuerpo del libro mediante cuatro nervios dobles de tiras de piel. El lomo es recto. las cabezadas manuales están unidas a las tapas y al lomo. la estructura decorativa de las tapas es simétrica. la decoración se inicia con una bordura de cuatro filetes, seguida rombos y enlaces simples cordiformes, con una pequeña flor en su interior. la primera orla está decorada con una rueda de roleos; la segunda contiene con una rueda, típica gótica de rombos, rellenando los espacios libres con florecillas; la entrecalle existente entre la segunda y tercera orla está decorada con varias eses inclinadas cordiformes; la tercera orla está decorada con una rueda renacentista de reloes y pequeñas flores de cinco pétales en su interior. El rectángulo central está decorado con una rueda renacentista con tallos de animales fantásticos. los utensilios empleados han sido florones, ruedas y paletas y la técnica decorativa ha sido el gofrado. los contracantos están gofrados con una rueda de un hilo y los nervios con una paleta de un hilo grueso. los entrenervios están gofrados con una paleta de los cuatro filetes finos en cada lado de los nervios y dispuestos en forma REYES, MONJES Y SABIOS 307 aspa con un rombo aspado cordiforme en el centro. En el tejuelo aparece la inscripción manuscrita Tullius / De / Officiis. En el corte delantero aparece la inscripción manuscrita del título de la obra (figs. 147-148-149-150-151-152153). las tapas contienen numerosos rozaduras, sobre todo en las esquinas y cerca de los nervios. los cantos y los contracantos están muy deteriorados con numerosas rozaduras. las guardas contienen roturas en la zona de la bisagra, aparecen inscripciones manuscritas, además de tener pérdidas de papel. los nervios contienen numerosas rozaduras; las tiras de piel están en FIgs. 148-149-150-151 muy mal estado; en la tapa posterior tres tiras de los nervios están rotas. los entrenervios tienen rozaduras. El tejuelo está algo sucio. la cabezada superior está desprendida de su lugar, casi perdida; la cabezada inferior tiene una rotura en la tira de piel que se une con las tapas. El cosido está en buen estado; rotura de tiras de piel que se unen con la tapa posterior. los cortes están en buen estado. Restos de broches de piel en las tapas. Conclusiones Analizando el soporte de las tapas, podemos indicar que prevalece la madera (19), destacando entre estas las encuadernaciones con motivos góticos, realizadas en Francia y en el centro de Europa, frente al cartón (14), donde prevalecen las obras del siglo xVI con motivos mudéjares. se puede observar que la introducción de las tapas de cartón se va realizando, sobre todo en el primer cuarto del siglo xVI, mientras que la madera continua empleándose durante el xV. 308 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) la técnica de decoración utilizada en la mayoría de los ejemplares ha sido el gofrado o estampación en seco. En cuanto a los utensilios empleados destaca el empleo de hierros sueltos, en las encuadernaciones con motivos mudéjares, con la excepción de dos encuadernaciones mudéjar-renacentistas realizadas a mediados del siglo xVI -que están decoradas con una misma rueda mudéjar de rombos encadenados cordiformes, hecho que destacamos ya que no es muy común el empleo de ruedas mudéjares-, y de hierros sueltos en las encuadernaciones góticas, aunque si nos encontramos también con ruedas de rombos, roleos, muy empleadas en las encuadernaciones góticas europeas. Respecto a las estructuras decorativas, nos encontramos que en las encuadernaciones con motivos mudéjares destaca el empleo de bandas rectangulares concéntricas, y en las que tienen motivos góticos prevalecen las que contienen formas geométricas romboidales, decoradas en su interior por algún hierro suelto, aunque también hay que destacar el empleo de planchas en una de las encuadernaciones góticas. solo tres encuadernaciones contienen emblemas o marcas de propiedad. una de ellas es una encuadernación gótica en la que aparece gofrado el escudo de la Cruz de Calatrava. las otras dos fueron realizadas a mediados del siglo xVI por el mismo encuadernador y contienen el anagrama de la Compañía de jesús (IHS, con una cruz encima y tres clavos debajo). Bibliografía Carpallo Bautista, A. Análisis documental de la encuadernación española: repertorio bibliográfico, tesauro y ficha descriptiva. madrid : AFEdA, 2002, 319 p. Carpallo Bautista, A. las encuadernaciones de la Biblioteca Complutense en el periodo de 1471 hasta 1503. Isabel I y la Imprenta. madrid : [s.n.], 2004 méndez Aparicio, j. la encuadernación mudéjar. En. Encuadernaciones españolas en la Biblioteca Nacional. madrid : Biblioteca nacional : julio ollero, 1992, p. 17-30. miquel y planas, R. Restauración del Arte hispano-árabe en la decoración exterior de los libros. Barcelona : miquel-Rius, 1913, 23, xxI p. tacón Clavaín, j. El proceso de restauración de un libro de 1525 manchado de aceite. En. El libro como objeto de arte : Actas del II Congreso nacional sobre Bibliofilia, Encuadernación Artística, Restauración y patrimonio Bibliográfico [2004]. Cádiz : Ayuntamiento, 2008, p. 335347. universidad Complutense de madrid. Encuadernaciones en la Biblioteca Complutense. Antonio Carpallo Bautista; manuel sánchez mariana, Alfonso de Ceballos-Escalera y gila. madrid : universidad Complutense, 2005, 206 p. universidad Complutense de madrid. Historia de la Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid. Coordinadores: mª Cristina gállego Rubio y juan Antonio méndez Aparicio. madrid : Editorial Complutense, 2007, 606 p. 10 Bibliofilia y patrimonio: apuntes sobre la biblioteca de Andrés González de Barcia y su edición de los Diálogos de las medallas FERMÍN DE LOS REYES GÓMEZ Universidad Complutense de Madrid D. Andrés de Barcia reimprimió muchos Historiadores de Indias y publicó otros escritos, ya en su nombre, ya en el de D. Gabriel de Cárdenas i Cano, aviendo sido uno de los hombres más estudiosos y laboriosos que ha tenido el siglo. Aún yendo en coche por las calles iva leyendo(1). la pasión por los libros ha llevado a muchas personas a formar bibliotecas particulares y, en ocasiones, también a realizar réplicas de los más raros para su disfrute. éste fue el caso de Andrés gonzález de Barcia Carballido y zúñiga, personaje muy conocido tanto por sus actividades políticas como por las intelectuales, en las que destaca por sus trabajos americanistas. Fruto de su pasión llegó a tener una extraordinaria biblioteca, una de las mejores de su época, pero también destinó parte de su tiempo y de su peculio a otras tareas, como las literarias, bajo diversos pseudónimos, así como a la edición de un 1. Carta de juan Antonio mayans y siscar a juan Vega sentmenat, el 15 de junio de 1783, en gregorio mayans. Epistolario. XVII. Cartas literarias, correspondencia de los hermanos Mayans con los hermanos Andrés, F. Cerdá y Rico, Juan Bta. Muñoz y José Vega Sentmenat. Valencia: Ayuntamiento de oliva, 2000, n. 14. El epistolario, así como otras obras acerca del erudito, puede consultarse en la Biblioteca Digital Valenciana en la siguiente dirección, que es la del índice: http://bv2.gva.es/es/corpus/unidad.cmd?idunidad=20000&idCorpus=20000&posicion=1#gr11 [Consulta: 12 de octubre de 2011]. Es impagable la extraordinaria labor de edición del epistolario realizada por Antonio mestre sanchís, de quien somos deudores todos los que alguna vez nos hemos aventurado en el ámbito cultural del siglo xVIII. 310 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) “facsímil” de los Diálogos de las medallas, de Antonio Agustín, obra que no llegó a ver concluida debido a su fallecimiento. A partir de su muerte uno de sus herederos, Andrés gonzález de Barcia Carballido, se encarga de los bienes de su tío, entre ellos de la biblioteca, así como de terminar la edición de los Diálogos. En las siguientes páginas se verá con algo más de detalle estos asuntos, que muestran la cara y la cruz de la bibliofilia(2). ¿Quiénes son los Andrés González de Barcia? A la vista de los preliminares de la edición de los Diálogos, su editor fue el doctor Andrés gonzález de Barcia Carballido, quien menciona, en la dedicatoria, a Alejandro y Andrés gonzález de Barcia, su padre y tío respectivamente, por lo que en realidad hay dos personas con el mismo nombre y no una. A continuación se dará una breve biografía de ambos, lo que ayudará a comprender mejor tanto el proceso de edición de los Diálogos como el destino de la biblioteca del camarista. Andrés González de Barcia Carballido y Zúñiga (1673-1743), ilustre político y erudito(3) nacido en 1673, tuvo una dilatada carrera administrativa desde 1706 como superintendente del Real Aposento de Corte, juez particular y privativo de quiebras, intervenciones, alcances y fianzas de Rentes Reales y millones, y de los negocios pendientes en la junta de la Visita de la Real Hacienda, para luego pasar a ser Consejero de Castilla, cesando con la reforma de 1715, pero integrándose en el Consejo de guerra en 1720, y de nuevo al de Castilla en 1729; en 1734 fue nombrado gobernador de la sala de Alcaldes de Casa y Corte, mientras que en 1736 miembro de la Cámara de Castilla, formando parte de numerosas juntas, como las de Comercio y moneda, la del tabaco y la de 2. una parte de estos datos se publicó en la siguiente obra: Los diálogos de medallas de Antonio Agustín. Edición y estudio a cargo de josé maría de Francisco y Fermín de los Reyes. madrid: Escuela universitaria de Biblioteconomía y documentación, universidad Complutense, 2006. debo a mi colega josé maría de Francisco una parte de los datos que aquí aparecen, por lo cual le quedo agradecido. 3. la base de estos apuntes biográficos en josé Antonio álVAREz dE BAEnA, Hijos de Madrid, ilustres en santidad, dignidades, armas, ciencias y artes. Diccionario histórico por el orden alfabético de sus nombres. madrid: En la oficina de Benito Cano, 1789, I, pp. 106-110. también, janine FAYARd, Los miembros del Consejo de Castilla (1621-1746). madrid: siglo xxI, 1982, pp. 949-495 y 500-505, para su faceta como erudito y bibliófilo. REYES, MONJES Y SABIOS 311 Caballería del Reino. Hombre de gran caudal, con domicilio en la madrileña calle de san Bernardo, tuvo propiedades y se convirtió en señor de las villas de Romangordo, la Higuera, Casas del puerto y peñuela (Cáceres). tuvo, al menos, dos hermanos, teresa, fallecida en 1757, y Alejandro, padre de Alejandro gonzález de Barcia Carballido, del que hablaré más adelante. Entre sus actividades intelectuales destaca como fundador de la Real Academia Española, donde fue el primer ocupante del sillón d. tuvo un gran interés por los temas americanos, a los que dedicó varios e importantes escritos, aparte de reunir todo lo que se hubiera escrito sobre las Indias(4). Este prestigio hizo que juan gómez Bot le dedicara la edición de la Historia de la conquista de Méjico, de Antonio de solís (madrid: Imprenta de Bernardo perarta, 1732). Fue autor de varias comedias y otras obras literarias de carácter popular, algunas bajo diversos pseudónimos, como los de Gabriel de Cárdenas y Cano, García Aznar Vélez y Don Ibón(5). también realizó tareas bibliográficas, puesto que se empeñó en adicionar la Biblioteca Hispana, de nicolás Antonio, aunque finalmente no llegó a editarla. sí que adicionó y editó el Epítome de la Bibliotheca Oriental i Occidental, Náutica y Geográfica, de Antonio de león pinelo, al que añadió miles de nuevas referencias (madrid: Francisco martínez Abad, 1737-1738. 3 v). Estas tareas le mantuvieron en contacto con intelectuales españoles como gregorio mayans, figura clave en la comprensión del proceso de edición de los Diálogos de medallas, como se verá, y en el del destino de su biblioteca. En palabras de Antonio mestre, Barcia y Mayans compartían un aprecio común por la erudición histórica y por la historia crítica, especialmente por Nicolás Antonio y Antonio Agustín(6). Falleció el 4 de noviembre de 1743 a la edad de 73 años dejando varias obras inconclusas y una excepcional biblioteca. 4. sobre este tema puede consultarse la obra de jonathan EARl CARlYon, Andrés González de Barcia and the Creation of the Colonial Spanish American Library. toronto, etc.: university of toronto press, 2005. 5. puede verse su producción en Francisco AguIlAR pIÑAl, Bibliografía de Autores Españoles del siglo XVIII. madrid: Consejo superior de Investigaciones Científicas, 1981-2001, IV, n. 1908 a 1928; VII, n. 5751. 6. Antonio mEstRE sAnCHIs en el Estudio preliminar al Epistolario XIV. Mayans y los altos cuadros de la magistratura y administración borbónica, 1 (1716-1750), Valencia: Ayuntamiento de oliva, 1996, p. 42. 312 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) Andrés González de Barcia, sobrino (†1779) del sobrino, heredero de la biblioteca y editor final de los Diálogos, Andrés gonzález de Barcia Carballido, apenas había más datos que los que declara en el libro, ser doctor y Catedrático en Cánones de la universidad de Alcalá, por lo que ha habido que investigar a partir de aquí. Antes de detallar su dilatada carrera profesional, resumiré los datos fundamentales: aunque en documentación académica se declara natural de madrid(7), en su testamento afirma ser natural de la Isla de la Gran Canaria(8). Era hijo de Alejandro gonzález de Barcia, de los supremos Consejos de Castilla y guerra, y de magdalena de la mora Castañeda. tuvo dos hermanos, manuel y Felipa. se licenció y doctoró en Cánones, fue Catedrático de Cánones en Alcalá (1742-1751), Alcalde de Hijosdalgo de granada (1751-1760), oidor de la Chancillería de granada (1760-1767), Alcalde de Casa y Corte de madrid (1767-1770), Consejero togado del Consejo de Hacienda (1770-1774) y, finalmente, Consejero de Castilla (1774-1779, fecha de su muerte). Estaba adscrito al Colegio grande de san Antonio de portaceli, de sigüenza, donde se presentó el 7 de mayo de 1737 para conseguir los grados de licenciado y doctor en Cánones, que le fueron concedidos tras los oportunos exámenes dos días después(9). su carrera docente la desarrolla en la universidad de Alcalá, donde entre los años de 1742 a 1746 ocupará distintas cátedras de Cánones: el 7 de julio de 1742 toma posesión de la Cátedra del libro primero de Instituta; el 18 de marzo de 1743, de la Cátedra de decretales menores y, un año después, el 5 de septiembre de 1744, de la Cátedra de sexto; el 15 de septiembre de 1745, de la Cátedra de decreto, mientras que, por último, el 3 de noviembre de 1746, de Víspera de Cánones, plaza que dejó vacante en 1751, año en que toma posesión de la plaza de Alcalde de los Hijosdalgo de la Real Chancillería de gra- 7. Archivo Histórico nacional (AHn). universidades. libro 558-F, f. 22. 8. Archivo Histórico de protocolos de madrid (AHpm). protocolo 18669, f. 1 r (2 de enero de 1779). 9. AHn. universidades. libro 1269, f. 255 r - 256 r. REYES, MONJES Y SABIOS 313 nada(10). debió de tener problemas con su incorporación en el grado de doctor por Cátedra, puesto que mantiene varios pleitos con la universidad hacia los años 1743 y 1744. pese a que hubo decretos que mandaban que tuviera el uso y goce de insignias, asiento, argumento, propinas y demás derechos de los catedráticos, la universidad lo incumplió y lo recurrió en su caso(11). su tío Andrés se refiere a él en una ocasión, en carta a gregorio mayans de mediados de 1743, por un asunto relacionado con la obra que éste había editado, la Censura de historias fabulosas de nicolás Antonio: El aprovador le elixe el juez de libros. Veremos si quiere remitírsele al Dr. Dn. Andrés González de Barcia, cathedrático de Decretales de la Universidad de Alcalá, que tiene obligazión de entender antiguallas, como padre conciliar y es un bizarro estudiante, hijo de mi hermano Dn. Alejandro(12). Al fallecer su tío hereda, junto con su hermana Felipa, sus bienes, entre ellos la biblioteca, que vende y, lamentablemente, disgrega. Al finalizar su carrera docente inicia la de la administración, también ascendente hasta llegar al Consejo de Castilla. El día 18 de mayo de 1751, el 10. AHn. universidades. libro 408. El texto de la notificación dice así: En 21 de abril de 1751 siendo Presidente Mayor de esta Real Academia escribo dando cuenta de haber sido S.M. servido hacerle su Ministro de Hijos de Algo de la Chancillería de Granada, lo que causó a nuestra R.A. mucho gusto por ser sujeto de muy apreciables prendas y haberle debido imponderable afecto y celo del buen gobierno y lustre de tan decorosa comunidad y para que conste y haya memoria lo certifico en 21 de abril de 1751. D. Joseph de Guzmán, Secretario (AHn. universidades. libro 557-F, f. 5 v). 11. se conserva una alegación en derecho suya tras los incumplimientos de los decretos precedentes: gonzález de Barcia, Andrés. Señor. El que numerase la pluralidad de opuestos conceptos de la Universidad de Alcalà, à la pretension de incorporacion en el grado de Doctor por su Cathedra Canonica de don Andrès Gonzalez de Barcia, la tendrà por violenta è injusta y mas si passa à exponer su juicio... [s.l.: s.i., s.a.: c. 1744]. 2 h. (Real Academia de la Historia. 11/9382, nº 323). Como ejemplo de lo que le ocurrió, la alegación dice: “y queriendo continuar su derecho, entrando al Claustro que dicen de Ánimas, con pretexto de que hiciese Pruebas, se le negó repentinamente la entrada, obrando la universidad contra su propio hecho, y despojando de su autoridad al posesionado con decreto del Consejo; el que en vista de esta violencia por segunda sobrecarta de 3 de diciembre del dicho año [1743], mandó que el referido D. Andrés continuase su posesión, y se le diese la propina de aquel Claustro, como si en él hubiese intervenido…” (h. 2 v). 12. Carta de gonzález de Barcia a mayans, de 29 de junio de 1743 (Epistolario XIV. Mayans y los altos cuadros de la magistratura… I, n. 410). 314 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) Rey le nombró uno de los Alcaldes de Hijosdalgo de la Audiencia y Chancillería de granada en sustitución de Antonio de Castro(13). En 1757 instó a su hermana Felipa, que estaba de seglar en el convento de Franciscas de Illescas, a vivir con ella en granada(14), donde adoptaron a manuela Enríquez, hija de una sirvienta, que vivió con ellos hasta 1779(15). pasaron unos años hasta que fue nombrado, el 29 de julio de 1760, por su habilidad y letra, oidor de la Audiencia y Chancillería por fallecimiento de Bartolomé Ruiz Velarde(16). En granada ocupó dicho cargo hasta su traslado a madrid en calidad de Alcalde de Casa y Corte, lo que ocurrió el 9 de mayo de 1767(17). la creación de dos plazas para la nueva sala de la Única Contribución, del Consejo de Hacienda, sirvió para que gonzález de Barcia ocupara una de ellas, de ministro togado, el 12 de julio de 1770, con un sueldo de 4.000 ducados de vellón(18). su última etapa la empleó dentro del Consejo de Castilla desde el 13 de noviembre de 1774 hasta su fallecimiento, ocurrido el 13 de septiembre de 1779, después de haber otorgado poder para testar a su hermana Felipa(19). su plaza fue ocupada el 26 de septiembre de dicho año(20). 13. AHn. Consejos. libro 737-E, f. 231 r - 232 v. 14. AHpm. prot. 18672, 20 enero 1784: testamento de Felipa gonzález de Barcia. 15. Este curioso episodio es narrado por Felipa en su testamento con todo tipo de detalles, parece que con el fin de evitar o acallar rumores sobre la paternidad de la niña. Así, afirma: en varias ocasiones en que ocurrió falta o enfermedad de alguna de las criadas nos suplía y asistía Dª Rosa de Rivas, mujer legítima de D. Diego Enríquez por solo el tiempo del día, pues por la noche a la hora regular se iba a dormir a su casa con dicho su marido…. testamento otorgado por Felipa gonzález de Barcia en 12 de agosto de 1785 (AHpm. prot. 18672, f. 180 v). 16. AHn. Consejos. libro 738-E, f. 85 r - 85 v. 17. AHn. Consejos. libro 738-E, f. 139. 18. AHn. Consejos. libro 738-E, f. 192. 19. otorgó dicho poder el 2 de enero de 1779, al que añadió una memoria el 14 de enero. Al morir, su hermana Felipa protocolizó dicho poder el 20 de octubre de 1779 e hizo testamento el día 22 cumpliendo la voluntad de su hermano (AHpm. prot. 18669). 20. AHn. Consejos. libro 738-E, f. 251v y 331. El 26 de septiembre de 1779 ocupó su plaza manuel Fernández de Vallejo. REYES, MONJES Y SABIOS 315 por lo tanto, a él puede atribuirse con seguridad la culminación de la edición de los Diálogos de medallas, y, tal vez, la edición de los Historiadores primitivos de las Indias Occidentales(21), impreso en 1749. De Antonio Agustín a González de Barcia: el “facsímil” de los Diálogos de Medallas la segunda edición en español de los Diálogos de medallas tiene a los dos protagonistas homónimos, tío y sobrino. El proceso se puede resumir de la siguiente forma. parece que el tío, miembro del Consejo y Cámara de Castilla, gran erudito y editor de numerosas obras, tenía algo más que avanzado el proyecto de edición de la obra de Antonio Agustín, que vio truncado con su repentina muerte el 4 de noviembre de 1743. tomó el testigo su sobrino, entonces Catedrático de la universidad de Alcalá, quien finalizó la edición, publicándola en los primeros meses de 1744. Así pues, a ambos habría que atribuir la labor de recuperación de un texto tan importante para la numismática. Eso sí, el mérito corresponde fundamentalmente al camarista, dado que su sobrino parecía estar más interesado en obtener un rendimiento económico del trabajo previo de su tío que en la difusión de un clásico. no obstante lo dicho, en el libro no hay constancia explícita de la intervención del tío, pues las palabras del doctor Andrés gonzález de Barcia en ningún momento parecen indicarlo; sí se podría suponer, aunque lo confirman otras fuentes, a través del análisis material, como se verá más abajo. El interés y el éxito de la obra numismática de Antonio Agustín, impresa por primera vez en castellano en tarragona en 1587, motivó que se hicieran numerosas ediciones posteriores, en especial en Roma y Amberes, por 21. Andrés gonzálEz dE BARCIA, Historiadores primitivos de las Indias Occidentales… [Ed. de Andrés gonzález de Barcia, sobrino?]. madrid: s.i., 1749. 3 v. En la portada aparece expresamente el nombre del camarista como autor, pero no hay ninguna referencia al proceso de edición, ya que no contiene ni prólogo ni ninguno de los preliminares legales. Esta obra, de gran rareza, estuvo a punto de desaparecer con la muerte de Barcia, ya que se debieron de vender al peso para envolver en los despachos mil trescientos ejemplares. Así lo narra diego BARRos ARAnA, Obras completas. Tomo IX. Estudios histórico-bibliográficos. santiago de Chile: Imprenta Cervantes, 1910, p. 32. 316 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) lo que su difusión fue notable(22). no obstante, se hizo en otras lenguas como el italiano y el latín, lo que movió el interés de gonzález de Barcia por hacerla difundir de nuevo en español. Era notable el interés de Barcia por la numismática, entre otras varias disciplinas que dominaba, lo que le impulsaba a coleccionar monedas, como narra, ya en 1726, a pedro leonardo de Villacevallos: Tendre hasta 60 monedas, pero descompuestas por falta de tiempo para reducirlas: a orden, la mayor parte son halladas en España; de Roma 200 Consulares de plata, y algunas muy buenas: un Othon de cobre que tenía se la di al Padre Dubbanzhon que me lo pidio algunas veces; hay algunas antiquisimas españolas de el tiempo al perecer de los Carthaginesas, y de la entrada de los Romanos en España de cobre, españolas aí también algunas hasta D. Alfonso VIII que de las del tiempo posterior, aunque hay muchas, no les hago caso (...)(23) la causa de la nueva edición, desde luego, la ausencia de ejemplares de la edición de 1587 en el mercado. En el prólogo al lector, gonzález de Barcia, tío, afirma que muy pronto hubo escasez de ejemplares de la edición príncipe en España debido a la venerada codicia de los discretos en esta obra y que había grandes elogios a la obra pero ningún Código consultaba a la vista. Así pues, la mayor dificultad para poder reeditar el libro de Antonio Agustín 22. sobre Antonio Agustín hay una vasta bibliografía, pero remito al capítulo de josé maría de FRAnCIsCo olmos, Antonio Agustín y la Numismática. En Los diálogos de medallas de Antonio Agustín. Edición y estudio a cargo de josé maría de Francisco y Fermín de los Reyes..., pp. 9-73. también véase miguelgómEz uRIEl, ed. Bibliotecas antigua y nueva de escritores aragoneses de Latassa aumentadas y refundidas en forma de diccionario bibliográfico-biográfico por don ... Edición electrónica a cargo de manuel josé pedraza gracia, josé ángel sánchez Ibáñez y luis julve larraz. zaragoza: Institución Fernando el Católico; universidad de zaragoza, 2001. 1 Cd. su epistolario en Cándido FloREs sEllés, Epistolario de Antonio Agustín. salamanca: Ediciones universidad de salamanca, 1980. 23. Carta de Andrés gonzález de Barcia a pedro leonardo de Villacevallos, de 14 de julio de 1726 (sevilla. Institución Colombina. 59-3-44. Citada por jesús sAlAs álVAREz, Los interlocutores y temas tratados en la correspondencia. En josé Beltrán Fortes y josé Ramón lópez Rodríguez. El museo cordobés de Pedro Leonardo de Villacevallos: Coleccionismo arqueológico en la Andalucía del siglo XVIII. málaga: servicio de publicaciones de la universidad; madrid: Real Academia de la Historia, 2003, p. 79). REYES, MONJES Y SABIOS 317 era la falta de un ejemplar completo(24). podría parecer que el tío, gran bibliófilo, contaba con uno en su excelente biblioteca, una de las mejores del siglo xVIII, pero se va a comprobar cómo se pierde en los trabajos de la nueva edición. Antonio Agustín, ¿espejo de González de Barcia? Abro un paréntesis para destacar la similitud, salvando las distancias, entre Barcia y Antonio Agustín, que estableció una imprenta en las localidades donde estuvo al frente de sus diócesis, lérida y tarragona. En la biografía del arzobispo se refleja su infatigable actividad publicística, que le llevó a dar a luz gran número de obras en distintas localidades de Europa, a la par que fue impulsor de la imprenta en dos localidades donde estuvo al frente de sus diócesis, lérida y tarragona, donde llevó a sendos tipógrafos para sus actividades. gregorio mayans, su biógrafo, lo describe de la siguiente manera: como su idea siempre fue aprovechar quanto pudiesse al género humano; en los ratos que lograva desocupados, se empleava en ordenar, i limar lo que avía trabajado en una, i otra Jurisprudencia, para irlo imprimiendo, según lo fuera perficionando. Assí vemos, que por espacio de muchos años hasta que llegó el día de su muerte, siempre estuvo publicando diferentes Obras, parte legales, trabajadas en su mocedad; parte Canónicas, escritas en lo más maduro de su vida; i algunas también que fueron hijas de una honesta diversión...(25) otra de las características del Arzobispo es la de haber actuado como impulsor de la imprenta en tarragona. sin embargo, no parece que sea coincidencia la aparición de la imprenta en lérida cuando el Arzobispo estaba ocupando dicha sede. que un tipógrafo como pedro de Robles, que había trabajado en Alcalá de Henares, se traslade a mediados de 1566 a lérida y comience imprimiendo una obra de Antonio Agustín, Ex consiliis, tal vez no extrañe sabiendo lo que ocurrió más tarde cuando ocupó la sede tarraconense. Así parece 24. Afirma gonzález de Barcia que faltaba quien pudiese servirla de original completo, renovando sus lustres antiguos. Aunque está sin firmar, considero que el prólogo es del tío, tanto por su estilo como por razonar las causas de la edición de la obra y sus dificultades, ajenas totalmente a las labores usurpadoras de su sobrino, que sí se preocupó por firmar la dedicatoria a Felipe V. 25. gregorio mAYAns Y sIsCAR, Vida de D. Antonio Agustín, Arzobispo de Tarragona… madrid: por juan de zúñiga, 1734, p. 31. 318 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) confirmarlo mayans, que afirma que, además de traer la imprenta alcalaína, mandó fabricar un molino de papel(26). sus actividades editoras están relacionadas tanto con sus tareas pastorales como con las literarias o científicas. de hecho, tuvo gran interés por los sínodos y concilios, parte de los cuales fueron impresos en sus diócesis. En lérida, en las prensas de pedro de Robles, edita, entre 1566 y 1576, seis ediciones de sus obras o auspiciadas por él(27). poco después de ser nombrado arzobispo de tarragona siguió con la misma política editora. En la ciudad no había imprenta desde 1500, por lo que hizo llamar a un tipógrafo valenciano, Felipe mey. desde 1578 hasta 1587 (un año después de la muerte del Arzobispo), salieron de las prensas de mey hasta una docena de obras por encargo de Antonio Agustín(28). Además, realizó en una visita pastoral unas composiciones poéticas, Llorando Venus y Los cabellos de Venus, que se incluyen en el canto La Fuente de Alcover, publicada por Felipe mey en sus Rimas (s.a., pero 1586), tal como afirma el mismo impresor en su dedicatoria a Ramón ladrón. otra intervención pudo ser la de la edición de la obra de juan Bautista Cardona, De Regia S. Laurentii Bibliotheca de Pontificia Vaticana De expungendis haereti cor. propriis nominib. De Diptychis (tarracone: Apud philippum mey, 1587). ximeno, en la biografía de Cardona, afirma que éste fue gran amigo de Antonio Agustín y que, al saber que éste tenía un buen impresor le remitió el libro para que lo corrigiese y lo mandase imprimir, como así lo hizo mey después de la muerte del Arzobispo. 26. la obra de Romà sol y Carme toRREs, La impremta de Lleida (segles XV-XIX). Alcoletge (lérida): Ribera & Rius, 1996, pp. 29-33, reproduce las palabras del manuscrito de marià olIVEs, Recull de documents i notes per a la història de Lleida, de su propio archivo. 27. las referencias se pueden ver en la obra de manueljIménEz CAtAlán, La imprenta en Lérida. Ensayo bibliográfico (1479-1917). Ed. dirigida y coordinada por lola gonzález. [lérida, etc.]: universitat de lleida; Biblioteca nacional; Institut d’Estudis Ilerdencs, 1997. 28. las referencias se pueden ver en la obra de ángel del ARCo Y molInERo, La imprenta en Tarragona: Apuntes para su historia y bibliografía. tarragona: Imp. de josé pijoán, 1916; y del Catálogo Colectivo del Patrimonio Bibliográfico Español. Ed. en Internet (última actualización: 16 de marzo de 2011). REYES, MONJES Y SABIOS 319 la edición de los Diálogos de medallas fue póstuma, lo que puede explicar los problemas de variantes. Además, en esta obra llama la atención la ausencia de preliminares legales que, sin embargo, aparecen en las otras ediciones de mey; como se verá, un extraordinario paralelismo con la edición de Barcia. la impresión de un libro debía contar con la licencia de una autoridad, aunque hay diferencias entre los reinos hispánicos(29). En la mayoría de libros tarraconenses aparecen los textos de la licencia y también es frecuente que los de las aprobaciones. no obstante, en los Diálogos tenemos una excepción, lo que no quiere decir que no tuviera licencia, puesto que si hacemos caso a la portada el libro contaba con licencia del Superior. Así pues, un erudito que publica sus obras, una de ellas póstuma y con problemas en sus preliminares, interesado por la numismática y las antigüedades, perteneciente a la jerarquía (eclesiástica) y que reúne una extraordinaria biblioteca(30), se va a ver vinculado, dos siglos después, y gracias a los Diálogos de medallas, a otro con similares características. La edición de los Diálogos de medallas la edición de los Diálogos de medallas, dado su interés y escasez, se convirtió muy pronto en un libro apreciado y raro, como lo ilustran los testimonios de bibliógrafos y libreros, además de las altas cotizaciones que ha tenido en el mercado. Apunta las causas el p. Flórez en su obra sobre medallas: 29. para este tema, véase Fermín de los REYEs gómEz: El libro en España y América. Legislación y censura (siglos XV-XVIII). madrid, Arco/libros, 2000, 2 vol. por lo que respecta a Cataluña, en 1568 Felipe II se queja a su Virrey por la falta de control de los libros: (…) en esa ciudad y en otras desse Principado, los impresores imprimen muchos libros nuevos sin tener licencia nuestra, lo qual, allende que es justo que la obtengan antes de poner mano en la impressión, se sigue dello que los imprimen sin rubricarlos ni tassarlos como conviene, y los libreros que los venden piden por ellos precios muy excesivos. Carta de Felipe II a diego Hurtado de mendoza, de 25 de mayo de 1568 (Henri KAmEn, Cambio cultural en la sociedad del Siglo de Oro: Cataluña y Castilla, siglos XVI-XVII. madrid: siglo xxI, 1998, p. 372). Ello motivó que a partir del 15 de abril de 1573 se estableciera la censura previa por el Virrey, bajo pena de doscientas libras; pero en los libros tarraconenses será el Arzobispo o el Vicario quien otorgue las licencias. 30. para su biblioteca, el magnífico estudio de juan F. AlCInA RoVIRA y joan sAlVAdó RECAsEns, La biblioteca de Antonio Agustín. Los impresos de un humanista de la Contrarreforma. prólogo de joan Carbonell manils. Alcañiz, etc.: Instituto de Estudios Humanísticos, 2007. 320 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) Propagóse en fin a toda Europa, en especial desde que el Clarissimo Arzobispo de Tarragona D. Antonio Agustín le ilustró con su pluma, haciendo hablar a las Medallas de un modo que todos entendiessen su utilidad, en virtud de unos Discursos los más elegantes, más concisos, y más útiles, de quantos se escribieron(31) nicolás Antonio es el primero en dar noticia de esta obra(32). lo más extraño es la información de que hubo una edición anterior de 1575, pero no da más indicaciones sobre su lugar de edición, por lo que resulta bastante dudosa(33). Ya en el siglo xVIII algunos bibliófilos mostraban con orgullo poder tener la obra completa de Antonio Agustín, lo que debía de ser bastante infrecuente. por ejemplo, Fernando josé de Velasco, fiscal del Consejo de Castilla, puesto que eran tan escasas las bibliotecas de Europa, en que se hallan juntas todas ellas(34). por el contrario, otros como el bibliotecario de la Biblioteca Real, manuel martínez pingarrón, nos confirman las dificultades de encontrarlo: Yo no tengo ni encuentro al Antonio Agustín en castellano, si buscándole por más rincones, no se me viene a las manos(35) gregorio mayans, en su biografía de Antonio Agustín, habla de los Diálogos expresando su rareza: Como se imprimieron pocos egemplares de estos Diálogos, según lo que se puede creer por lo que Don Rodrigo Zapata escriuió a 31. Enrique FlóREz, Medallas de las colonias, municipios y pueblos antiguos de España… madrid: En la oficina de Antonio marín, 1757, h. 3v. 32. nicolás AntonIo, Bibliotheca Hispana Nova, sive hispaniarum scriptorum qui ab anno MD. ad MDCLXXXIV floruere notitia… matriti: Apud Ioachinum de Ibarra [et] apud Viduam et Heredes Ioachimi de Ibarra, 1783, I, p. 106. Existe traducción al español: madrid: Fundación universitaria Española, 1999. 33. la noticia exacta, traducida del latín, es la siguiente: “Los Diálogos de las medallas, inscripciones y otras antigüedades. Publicados en Tarragona en la imprenta de Felipe Mey en 1587 en 4.º y también antes en 1575 en 4.º, que fueron posteriormente traducidos al italiano por Dionisio Ottaviano y editados en fol. y en 4.º en Roma en 1592 y en 1600”. también el editor del xVIII afirma, en su dedicatoria a Felipe V (Ã2 v.), que existió otra de zaragoza. 34. Francisco VIndEl, Los bibliófilos y sus bibliotecas. Desde la introducción de la imprenta en España hasta nuestros días. madrid: Francisco Vindel, 1934, p. 16. 35. Carta de martínez pingarrón a mayans, de 23 de noviembre de 1743 (Epistolario VII. Mayans y Martínez Pingarrón. I. Historia cultural de la Real Biblioteca. Valencia: Ayuntamiento de oliva, 1987, 1, n. 143). REYES, MONJES Y SABIOS 321 Gerónimo Zurita; i como por otra parte son tan excelentes, se ha hecho rarísima, i mui estimada esta impressión; tanto que me escrivió Don Manuel Martí, Deán de Alicante, i Príncipe de los Antiquarios de nuestra edad, que en Londres se ha llegado a pagar por ellos noventa doblones…(36) El problema que tuvo su editor moderno era que de la primera edición de los Diálogos tan solo había podido comprar un ejemplar incompleto a causa de no hallarse un solo ejemplar de dicha obra en las librerías de todo este país, como le dice a mayans, al que solicita una copia de la parte que le faltaba. también al valenciano, que tenía un ejemplar, le comunica manuel martínez pingarrón que por fin había adquirido al librero manuel de mena, la primera edición de Felipe mey, que había traído de zaragoza, con varias referencias a su rareza: Los Diálogos de Dn. Antonio Agustín me han costado sesenta reales de vellón; es verdad que no he regateado i que huviera dado más si me lo huvieran pedido porque me parecen baratos. Están tan bien tratados como si acabaran de salir de la imprenta i a la disposición de Vmd(37) Huvo muchos golosos aquí, i aun en Zaragoza, a los Diálogos de Dn. Antonio Agutín sobre lo qual tuvo Mena varios devates i enfados con muchas gentes, pero siempre se tuvo firme por mí que se le tenía encargado más ha de siete años. I aunque me le han querido arrancar algunos valiéndose de autoridades, he hecho presa... (38) mayans, que había sufrido las continuas peticiones de su ejemplar por parte de gonzález de Barcia, le aconseja al bibliotecario: Yo también tengo los Diálogos de D. Antonio Agustín de primera impressión. I aunque un amigo estrangero me los ha pedido, no me he atrevido a deshacerme de ellos por la dificultad de hallar36. gregotrio mAYAns Y sIsCAR, Vida de D. Antonio Agustín, Arzobispo de Tarragona…, pp. 84-85. 37. Carta de martínez pingarrón a mayans, de 21 de junio de 1749 (Epistolario VII. Mayans y Martínez Pingarrón…, 1, n. 239). 38. Carta de martínez pingarrón a mayans, de 12 de julio de 1749 (Epistolario VII. Mayans y Martínez Pingarrón…, 1, n. 241). 322 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) los, ni es razón que Vm. se prive del gusto de tener un libro tan exquisito. Solamente deseo que Vm. no diga que le tiene para que no se le pillen, i que en caso de querer despacharle prefiera Vm. mi amigo (que es Meerman) a qualquier otro(39) también hay algunas referencias a la obra en catálogos de libreros, donde se hace mención a su rareza. por ejemplo, el librero parisino j. B.l. osmont, en su Dictionnaire typographique, de 1768, hace relación de libros raros, singulares, estimados y buscados en todos sus géneros(40), entre los que se encuentra el que nos ocupa. En un total de ciento veintiún autores españoles, con ciento ochenta y seis obras descritas, están los Diálogos, del que afirma el experto librero: Libro raro; cuando está completo deben encontrarse en él 26 hojas que representan las medallas. Ha sido vendido en 164 l. [libras] en casa de M. Girardot de Préfond, y en 199 l. 19 f. [francos] en casa de M. l’abbé de Rothelin(41) En la siguiente centuria, jacques-Charles Brunet, en su Manuel du libraire(42), describe esta edición, de la que afirma es muy rara y se vendió a elevados precios en diversas librerías. pedro salvá, en su Catálogo de la biblioteca de Salvá, impresa en 1872, también describe nuestra edición. A continuación de la descripción y al comienzo del apartado de notas, afirma: He descrito tan minuciosamente el número de hojas de que consta este volumen, porque una gran parte de su precio excesivo (ha llegado a venderse por 210 francos) pende de que el ejemplar esté completo y bien conservado. El mismo Brunet, que ha tenido 39. Carta de mayans a martínez pingarrón, de 28 de junio de 1749 (Epistolario VII. Mayans y Martínez Pingarrón…, 1, n. 240). 40. j.B.l. osmont, Dictionnaire typographique, historique et critique des livres rares, singuliers, estimés et recherchés en tous genres. Contenant, par ordre alphabétique, les noms & surnoms de leurs Auteurs, le lieu de leur naissance, le temps où ils ont vécu, & celui de leur mort, avec des Remarques nécessaires pour en distinguer les bonnes Editions, & quelques Anecdotes historiques, critiques & intéressantes, tirées des meilleures sources. On y a joint le prix qu’ils se vendent la plupart dans les Ventes publiques. paris: Chez lacombe, 1768. 41. la traducción es mía. un estudio detallado de las ediciones españolas de este catálogo en nicolás BAs mARtÍn, libros raros y curiosos españoles en un catálogo francés del siglo xVIII. En Pliegos de Bibliofilia. 2002, n. 18, pp. 21-44. 42. jacques-Charles BRunEt, Manuel du libraire et de l’amateur de livres. 5e. éd. paris: Firmin didot, 1860, I, 567-568. REYES, MONJES Y SABIOS 323 ocasión de examinar algunos pertenecientes a bibliotecas muy célebres, no hace mérito de las 3 hojas blancas que se encuentran en el cuerpo del volumen, y son indispensables para que los cuadernillos a que pertenecen estén perfectos(43) El ejemplar que describe salvá tiene las hojas de portada e índice, pero no el grabado del retrato del autor, 469 folios, las 3 hojas en blanco citadas y las de láminas, que se distribuyen de la siguiente forma: 2 después del diálogo primero y 25 al acabar el segundo de las cuales es una la de los tamaños de las medallas. Continúa en su extensa nota salvá hablando del libro: La edición es sumamente rara y más aun los ejemplares con las láminas originales, porque en algunos se han sustituido con las láminas de la traducción italiana... Como se puede ver, amplia noticia de una edición rara, que cuando sale al mercado obtiene altas cotizaciones, pero con el problema de que hay variantes en las distintas descripciones, tal vez debidas al carácter póstumo de la edición, o bien a alguna edición contrahecha posterior; sea como fuere, es indudable la rareza de sus ejemplares y aún está pendiente un estudio más detallado(44). por todo ello nuestro protagonista, que tenía gran interés por la erudición histórica, había pensado elaborar una nueva edición de los Diálogos de medallas. la primera noticia que conozco de la edición de esta obra es la que proporciona lope de los Ríos a Villacevallos en carta del 10 de mayo de 1740, donde afirma: El Sr Barcia nos tiene en un hebraísmo esperando la impresión de Don Antonio Agustino en nuestro idioma como lo escribió el 43. pedro sAlVá Y mAllén, Catálogo de la biblioteca de Salvá. Valencia: Imprenta de Ferrer de orga, 1872, II, n. 3535. 44. Ya apuntaba los problemas ángel del ARCo Y molInERo, La imprenta en Tarragona, n. 30, pp. 244-249, pero sin poder dar una explicación. Intenta explicarlas james p. R. lYEll en La ilustración del libro antiguo en España. madrid: ollero y Ramos, 1997, pp. 276-278 (edición de la británica de 1926). Años más tarde, Antonio pAlAu, en el Manual del librero hispanoamericano. 2ª ed. Barcelona, etc.: librería Anticuaria de Antonio palau, etc, 1948, n. 4097, menciona diferencias y sus altas cotizaciones. las variantes, con hasta cuatro portadas distintas y un par de modificaciones en el primer cuaderno, se pueden ver con más detalle en Fermín de los REYEs gómEz, Reflexiones bibliográficas en torno a las ediciones españolas de los Diálogos de medallas de Antonio Agustín. En Los diálogos de medallas de Antonio Agustín. Edición y estudio a cargo de josé maría de Francisco y Fermín de los Reyes, pp. 75-131. 324 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) autor, y cuya primera impresión ya extinguida se dejan pedir (cuando lo hay) 25 doblones(45) la intención de Barcia era publicar dos volúmenes: el primero sería un “facsímil” de la edición príncipe de 1587, mientras que el segundo contendría la traducción del diálogo de Andrés Escoto y nuevas láminas(46), las de los diálogos tercero y siguientes, que no se pusieron en la edición príncipe porque sin duda fue ahorro de los que imprimieron el libro(47). Cuando digo “facsímil”, se trata, lógicamente, de una edición que imite a la original en todo, incluso en la portada (pero sin ánimo de engaño) como así pretendía gonzález de Barcia, no al sentido real con el que se conoce. para ello, pues, necesitaba uno de los raros ejemplares de la edición tarraconense, y sabemos que Barcia tuvo dos, aunque se los perdieron. uno lo extravió el impresor que realizó la edición, antes del primero de septiembre de 1742, es decir, dos años antes de que saliera a la luz. El mayor problema de Barcia era que tenía que cotejar su edición con el original para que saliera perfecta la réplica, pero no encontraba en madrid un ejemplar completo, pues el que manejó en la Real Biblioteca no tenía fin ni principio. de ahí que solicitara reiteradamente el ejemplar de su amigo mayans: Ahora se me ofrece que me invie Vd. quanto antes pudiere a Antonio Agustín, Diálogo de Medallas, si le tiene cavalmente perfecto, porque en Madrid no se ha hallado si no es el de la librería del rey que no tiene fin ni principio, porque queriendo cotejarle con la impresión que tengo echa no se ha podido encontrar, aunque las estampas tienen número es fácil equivocarse y que no salga como la ympresión de Tarragona, que aunque yo tenía 2 exemplares, perdió uno el ympresor y el otro que restituí al marqués de Villena también le ha perdido y si Vd. no le tiene me avisará para enviar por él a Córdova, donde me dicen le ay y esta es otra prueba de nuestra gran simpleza, que llenos de traducio45. Carta de lope de los Ríos a pedro leonardo de Villacevallos, de 10 de mayo de 1740 (sevilla. Institución Colombina. Citada por gloria moRA, Villacevallos y la anticuaria ilustrada. En josé Beltrán Fortes y josé Ramón lópez Rodríguez. El museo cordobés de Pedro Leonardo de Villacevallos: Coleccionismo arqueológico en la Andalucía del siglo XVIII, 2003, p. 52. 46. Así se lo comunica a gregorio mayans el 8 de diciembre de 1742 (Epistolario XIV. Mayans y los altos cuadros de la magistratura…, I, n. 337). 47. Carta de gonzález de Barcia a mayans, de 10 de noviembre de 1742 (Epistolario XIV. Mayans y los altos cuadros de la magistratura…, I, n. 333). REYES, MONJES Y SABIOS 325 nes ytalianas y latinas, nadie ha apetecido ver el original... El libro lo volveré al ynstante porque en media ora despacho con él(48) mayans, aunque amigo de Barcia, no debía de confiar, dados los precedentes, en la custodia de su ejemplar, por lo que no se manifestó tan solícito como en otras ocasiones en facilitar sus libros al camarista de Castilla. de hecho, Barcia le vuelve a pedir el ejemplar el 29 de septiembre, garantizándole que lo volvería el mismo día que me lo trugesen(49). El silencio de mayans obliga al camarista a la nueva petición, que vuelve a justificar con una crítica a la Biblioteca Real: El exemplar de la bibliotheca del rey está como todas las cosas de aquella santa casa, porque no tiene principio ni fin, ni láminas(50) A la semana siguiente respondió mayans diciendo que tenía noticia por josé octavio Bustanzo de que éste le había entregado a Barcia un ejemplar, pero sin frontispicio, por lo que el olivense realiza una descripción detallada de los principios: Como V.S. Ilma. es tan exacto en el cotejo de los libros, i quizá querrá ver si ai algún prólogo, diré que no le ai por ser obra pósthuma, i los que le publicaron no quisieron añadir palabra(51) A continuación, mayans describe la portada, que tiene las armas de D. Antonio Agustín, gravadas en boj, del mismo tamaño que las que vemos en sus Diálogos De Emmendatione Gratiani, y el índice, del que dice que falta en muchos ejemplares que ha visto. En cambio, no menciona en ningún caso la existencia de la hoja con el retrato, ya que dice que la obra comienza después del índice. por último, afirma que desea que publique esta obra porque todos están en expectación(52). parece haber un error importante en la descripción, 48. Carta de gonzález de Barcia a mayans, de 1 de septiembre de 1742 (Epistolario XIV. Mayans y los altos cuadros de la magistratura…, I, n. 320). 49. Carta de gonzález de Barcia a mayans, de 29 de septiembre de 1742 (Epistolario XIV. Mayans y los altos cuadros de la magistratura…, I, n. 325). 50. Carta de gonzález de Barcia a mayans, de 13 de octubre de 1742 (Epistolario XIV. Mayans y los altos cuadros de la magistratura…, I, n. 328). 51. Carta de mayans a gonzález de Barcia, de 20 de octubre de 1742 (Epistolario XIV. Mayans y los altos cuadros de la magistratura…, I, n. 329). 52. Ibídem. 326 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) pues el año que pone mayans es 1586. pero no pasó desapercibido a Barcia, que, pese a todo, afirma a la vuelta del correo que tenía comprehendido que la impresión era de Tarragona el año 1587(53). Cuenta Barcia el estado de la edición, de la que quedan las láminas tirándose y en el texto no se ha añadido palabra, salvo las mentiras que aia echado el impresor en dos o tres pliegos que ha tenido que hacer de nuevo y la expectación de todos se reducirá después a vender 50 libros, no porque aian visto los modernos, los que presumen de eruditos, sino porque huien de gastar el dinero en libros(54) El camarista comunica a mayans que el ejemplar que le dio josé octavio Bustanzo era segunda impresión de Zaragoza de 1587, hecha del mesmo modo que yo la hize por el de Tarragona un año antes. Es decir, Barcia habla de la supuesta edición zaragozana que nadie conoce, pero es lógico si lo que se ha hecho es realizarla a plana y renglón con la portada imitando a la de tarragona. Esto nos plantea la posibilidad de que las variantes antes descritas de la edición príncipe puedan deberse a esa supuesta segunda edición “facsímil” o contrahecha. El 10 de noviembre de aquel año de 1742 se estaban componiendo algunas láminas y tan solo faltaba tener la clave de los módulos y, desde luego, la portada, por lo que Barcia vuelve a solicitar a mayans que se la hiciese pintar o que se la enviase pues era muy fácil volverla a pegar(55). En vista de que no obtiene respuesta, vuelve a pedirle el 8 de diciembre al olivense su ejemplar, garantizándole que el arriero se lo devolvería en el mismo viaje. mientras, se abrirían tres o cuatro láminas que se habían perdido y se concluiría la obra(56). A vuelta de correo, mayans le envió la lámina con el retrato de Antonio Agustín, que Barcia tenía sacado con otro vestido parecido al que me remite Vd., pero la cara de uno ni otro no se parece al que puso el canónigo que sacó a luz su biblioteca. le faltaba la portada, pero el camarista se había preocupado 53. Carta de gonzález de Barcia a mayans, de 27 de octubre de 1742 (Epistolario XIV. Mayans y los altos cuadros de la magistratura…, I, n. 331). 54. Ibídem. 55. Carta de gonzález de Barcia a mayans, de 10 de noviembre de 1742 (Epistolario XIV. Mayans y los altos cuadros de la magistratura…, I, n. 333). 56. Carta de gonzález de Barcia a mayans, de 8 de diciembre de 1742 (Epistolario XIV. Mayans y los altos cuadros de la magistratura…, I, n. 337). REYES, MONJES Y SABIOS 327 en ver dos traducciones italianas para poder reproducir las láminas que vinieran al caso en el segundo volumen, porque las demás españolas tienen un despropósito de lo que no trata y por esto avía comenzado a escribir un libro de todas las que tengo, para provar que los apellidos del tiempo de Cristo y antes se conservaban oy en toda España, y me acuerdo del de Parra, que está en una moneda de Traxano, y tengo por primera impresión la de Tarragona, repetida a la letra en Zaragoza(57) mayans previene a Barcia sobre las posibles inexactitudes y éste le dice que queda advertido y aunque no salga con la perfección que yo quisiera, se executará la perfección del libro, porque el lunes empezarán a tirar las estampas que ya han parecido todas las láminas con que espero promptamente poder enviar a Vd. el exemplar sin que tenga necesidad de ser tan largo viage el suio pues pocos conocerán las faltas, según la necesidad que ai del libro(58) El famoso ejemplar de mayans no llega, pero Barcia lo intenta por todos los medios, como afirma el bibliotecario manuel martínez pingarrón en carta al primero: Estuve con el Sr. Barcia (…). Díjome Su Ilma. tenía pedido a Vmd. el Antonio Agustín, De medallas, por poco tiempo, porque le necesita indispensablemente, i espera que la copia de las notas, que me entregó, se las buelva Vmd. porque no tiene otra(59) por aquellos principios del año 1743 se tenían noticias de la precaria salud de gonzález de Barcia, cuya vida se truncó meses después. En adelante, la frecuente correspondencia de Barcia con mayans se refiere a otros asuntos, sobre todo los problemas que tuvo la edición de mayans de la Censura de nicolás Antonio, que intentó resolver el camarista con sus influencias en la Corte. la última carta de Barcia a mayans la escribió el 2 de noviembre de 1743, es decir, dos días antes de su muerte(60), por lo que el olivense le creía 57. Carta de gonzález de Barcia a mayans, de 15 de diciembre de 1742 (Epistolario XIV. Mayans y los altos cuadros de la magistratura…, I, n. 339). 58. Carta de gonzález de Barcia a mayans, de 12 de enero de 1743 (Epistolario XIV. Mayans y los altos cuadros de la magistratura…, I, n. 345). 59. Carta de martínez pingarrón a mayans, de 12 de enero de 1743 (Epistolario VII. Mayans y Martínez Pingarrón…, 1, n. 119). 60. Carta de gonzález de Barcia a mayans, de 2 de noviembre de 1743 (Epistolario XIV. Mayans y los altos cuadros de la magistratura…, I, n. 453). 328 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) vivo cuando le respondió el día 9, a vuelta de correo(61). Eso sí, pronto se enteró del fallecimiento, que debió de sentir, pues incluso el impresor Antonio Bordázar le dio el pésame(62). por aquel entonces, la edición de los Diálogos estaba ya realizada, a falta de alguna lámina i los principios que publicó Antonio Agustín(63), y dado el conocimiento que de todo el proceso tenía mayans, además de la posible intervención en el asunto de la Censura de nicolás Antonio, se inició la correspondencia con el sobrino homónimo. En efecto, parece que a instancias de mayans, el sobrino de Barcia se ocupa del asunto del libro de Antonio Agustín: Acabé de reconocer los Diálogos de medallas de Dn. Antonio Agustín, y faltan los pliegos de la tercera rueda de e,e,e, i, i, i, k, k, k, y la portada la tienen echa. No e disfrutado, ni disfrutaré, protección alguna para esto, porque veo no se necesita, pero para publicarlos, me sirve de embarazo los infinitos exemplares que ay que dar en los Consejos, que según está se llevan la mitad de la impressión, y que el original de Dn. Antonio Agustín no tiene aprobaciones sino el renglón después de las armas: con licencia del superior. Y no sé si me pondrán reparo en las aprobaciones, y más quando hago ánimo de dedicarlo al rey, por mano del marqués de Villarias, por lo qual creo necessario mudar la impresión y año que el impresso, que llamo original, trae de Tarragona: 1587. Vm. perdonará y me avisará qué puedo hacer en esto sin que sea notado, porque estoi en firme ánimo de darlo a luz. Sólo siento que las medallas estampadas no correspondan más que hasta el Diálogo segundo y que no estén repartidas en el cuerpo de la obra, como lo va pidiendo la materia, para evitar la impertinencia de ir por el número a buscar la medalla estampada de que habla al fin, donde todas se pondrán juntas; pero esto es 61. Carta de mayans a gonzález de Barcia, de 9 de noviembre de 1743 (Epistolario XIV. Mayans y los altos cuadros de la magistratura…, I, n. 458). 62. Carta de Antonio Bordázar a mayans, de 13 de noviembre de 1743 (Epistolario XII. Mayans y los libreros. Valencia: Ayuntamiento de oliva, 1993, n. 206): pero este correo acompaño a Vm. en el sentimiento que avrá tenido con la muerte del Sr. Barcia, que Dios aya, porque verdaderamente que se ha mostrado buen amigo de Vm. i favorecedor de las letras. 63. Carta de martínez pingarrón a mayans, de 23 de noviembre de 1743 (Epistolario VII. Mayans y Martínez Pingarrón…, 1, nº 143). REYES, MONJES Y SABIOS 329 irremediable a no perder toda la impressión que está hecha, y el completar los diálogos por medallas estampadas es costosso para quien tiene necesidad de vender aún la bibliotheca y satisfacer algo de las deudas, que aún en esto soi símil de los herederos de Dn. Nicolás Antonio de quien tanto lo fue mi difunto amado tío. Vm. perdonará esta impertinencia, porque yo en todas mis dudas e de recurrir a Vm. cuia protección sólo e de disfrutar (…) Dígame Vm. qué práctica ay en reimpresiones, quando no se añade sino Dedicatorias(64) son varios los puntos que declara el sobrino con respecto a la edición: el estado de la impresión y las obligaciones legales de la edición. por un lado dice que tan solo faltan unos pliegos, mientras que la portada tiene los datos de la edición tarraconsense, lo que viene a confirmar que la intención de su tío era copiarla exactamente. El segundo párrafo se refiere a que no están intercaladas las medallas en su lugar correspondiente, puesto que aparecen todas juntas al final, al igual que en la edición príncipe. Variarlo supondría modificar todo y el sobrino, con los problemas económicos que alega, no parece dispuesto a ello. por otro lado habla de aspectos legales de la edición. El primero, el de los ejemplares que se debían entregar en los Consejos como una carga para seguir adelante con la edición. se está refiriendo a la obligación que había, desde 1728, de entregar un ejemplar de todo lo que se imprimiera a los miembros del Consejo, a los ministros del Consejo de guerra, al Vicario por la licencia (dos), a las bibliotecas Real y de El Escorial, y a la Gaceta (para que se incluyera en ella la noticia), con lo que en total eran cuarenta y ocho los ejemplares que se tenían que dar, número considerable, que motivó una protesta de los profesionales del libro. suponía un coste que podía oscilar entre novecientos sesenta y mil novecientos doblones, según el tipo de impresión, a lo que se añadía que alguno de dichos ejemplares podía ser vendido. de hecho, el 17 de marzo de 1746 se dispuso que tuviera plena validez el anterior decreto de 9 de diciembre de 1717 por el que tan solo había que entregar ejemplares a las bibliotecas Real y de El Escorial y un tercero al gobernador del Consejo(65). 64. Carta de gonzález de Barcia (sobrino) a mayans, de 1 de febrero de 1744 (Epistolario XIV. Mayans y los altos cuadros de la magistratura…, I, n. 479). 65. sobre este asunto puede verse REYEs gómEz. El libro en España y América…, I, pp. 414416. 330 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) otro de los problemas legales es el de los trámites que se debían realizar para la impresión de un libro en aquel momento, que consistían básicamente en la obtención de la licencia de las autoridades (el Consejo de Castilla y el Vicario), previa censura; una vez obtenida ésta, se imprimía el libro (sin portada ni preliminares) y se debía entregar al Consejo un ejemplar impreso junto con el original, para su cotejo, de donde salía la fe de erratas, que no era sino un certificado de concordancia de original e impreso; inmediatamente, el Consejo tenía que fijar un precio fijo para el libro, la denominada tasa(66). por último, se tendría que imprimir tanto la portada como los preliminares, entre los que se incluyen los textos legales (privilegio, licencia, aprobaciones, fe de erratas y tasa) y también las dedicatorias, prólogo, etc. Aquellos tiempos no eran precisamente de regular cumplimiento de las leyes de impresión (aún seguían vigentes las de 1558), como lo manifiesta el entonces Corrector general de libros, manuel licardo de Rivera, en sus quejas sobre las prácticas habituales, falsificación de datos, etc. Alega que tanto lo antiguo que se reimprime como lo nuevo han de tener licencia y fe de erratas(67). por lo tanto, eran lógicas las dudas de gonzález de Barcia cuando el libro tiene una portada que no es la que debería (había obligación de poner los datos de pie de imprenta: lugar de impresión, impresor y fecha verdaderos), la edición príncipe carecía de aprobaciones, como se ha comentado más arriba, e incluso cuando la voluntad de gonzález de Barcia, sobrino, era la de dedicárselo al rey, con lo que no iba a pasar desapercibido. la petición de consejo a mayans es del 1 de febrero y tal vez éste le respondió a vuelta de correo aconsejándole que realizara todos los trámites previstos por la ley, lo que indudablemente hizo, aunque con una rapidez inusual, dadas las especiales circunstancias. la primera fecha que conocemos es la de la dedicatoria, al igual que la carta a sebastián de la Cuadra, marqués de Villarias, para que pasara el libro al rey, redactada el 11 de febrero de 1744. para obtener el máximo beneficio de la edición, el sobrino también solicitó el privilegio de impresión, es decir, la exclusiva concedida por el rey para que el solicitante pudiera reimprimir y vender el Libro intitulado Antonio Agustín [sic], sin que otra persona lo pueda hacer. para su concesión se requería 66. Además del libro antes citado, para una visión de conjunto del proceso de edición, puede verse el trabajo de Fermín de los REYEs gómEz, publicar en el Antiguo Régimen. En Historia de la Literatura jurídica en la España del Antiguo Régimen. madrid: marcial pons, 2000, I, pp. 287-330. 67. Fermín de los REYEs gómEz, El libro en España y América…, pp. 460-464. REYES, MONJES Y SABIOS 331 la censura previa, que puede ser el “dictamen” de salvador Felipe Bermeo y Arce(68), del Consejo del Rey, su Fiscal en la sala de Corte, firmado en madrid, a 27 de febrero de 1744, que se reproduce en los libros. Bermeo, en tono claramente literario, incluso con la utilización de citas (en las apostillas marginales) ensalza la figura de Antonio Agustín: En la obra que oy se presenta, y en tantas como ilustró su pluma, ha merecido el Autor la aprobación universal, dando singular honor a nuestra Nación, y emulación a las demás. Curiosa es su apreciación sobre la verdadera censura: y queda reducida la censura al cotejo de la copia con el fiel original de la mejor impresión, debiéndose lo demás a el nombre solo del Autor. Culmina con una referencia a la escasez de ejemplares de la primera edición y con la pertinente aprobación: La última rigurosa crítica con que se califica esta Obra, es la honrosa codicia de las Naciones Extrangeras, que ocasiona la escasez, que padece España de una preciosa perla, congelada en sus conchas; y manifiesta la importancia de la nueva Prensa, que se halla fielmente concertada con la elegida, por más opulenta de Medallas, de está [sic] igualmente enriquecida la que se desea, y en ella se logra un precioso caudal de erudición, y utilidad, sin oposición a las costumbres, y Leyes, a que deben sujetarse las Impresiones. tras este informe se daría el privilegio, que se incluye a continuación, aunque bajo la forma de suma, esto es, su forma abreviada, firmada por miguel Fernández munilla, pero es irregular que no aparezca ni el número de años de la exclusiva ni la fecha en que se otorgó. por aquellas fechas, el 29 de febrero, escribe gonzález de Barcia a mayans, sobre todo de aspectos relacionados con la venta de la biblioteca, pero al final le dice, es de suponer que ante las preguntas del valenciano: 68. Bermeo y Arce es autor del Bosquejo, que ideó el pasmo, y trasladó a el lienzo del asombro el pincel de la admiración… de la maravillosa festiva magnificencia, con que las ilustres Señoras Comendadoras de Santa Cruz… solemnizaron el tránsito de su Divino Sacramentado Esposo a el nuevo sumptuoso Templo… salamanca: Imprenta de la santa Cruz, 1734 (Aguilar piñal, I, 4219). 332 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) No me descuido en mover la impresión de Dn. Antonio Agustín, que discurro publicaré en breve(69) lo habitual en el procedimiento de censura también llevaba a otorgar la licencia o autorización al Vicario de la diócesis, denominada Licencia del Ordinario, siempre previo informe favorable o aprobación de algún comisionado. En este caso parece tratarse de la aprobación del licenciado manuel saturio Castejón, abogado de los Reales Consejos en madrid(70), firmada en madrid el 14 de marzo de 1744, apenas quince días después del “dictamen”. Es más breve, pero incluye términos elogiosos al arzobispo de tarragona, además de las preceptivas fórmulas de estos textos: está calificada con tantas otras insignes obras de este insigne Prelado, que puede servir de Censura la universal aclamación de todas entre todos los Literatos: Por esto, y por no haver notado en ella la menor cosa opuesta a la Pureza de nuestra Santa Religión, Doctrina, y buenas costumbres, y considerar muy útil al Público, y a la República Literaria, que renazca en la nueva completa impressión, que el Doct. Barcia nos promete. A la vista de esta aprobación, el Vicario de madrid dio la correspondiente licencia, que tampoco tiene data, aunque debió de ser muy próxima, puesto que la fe de erratas, que se supone deriva del cotejo entre el original y un ejemplar impreso, tiene como fecha la de 16 de marzo, o sea, tan solo dos días después de la licencia. En ella, el Corrector general, el licenciado Fernando de Acuña y Figueroa, indica una única errata en la página tres. si no supiéramos que el libro estaba ya impreso, supondríamos que si las fechas eran las correctas, el libro tuvo que imprimirse en dos días, entre la licencia y la fe de erratas, lo cual es imposible. Finalmente, el Consejo fijó la tasa o precio de venta del libro, a veinte maravedís cada pliego, elevado al tener los grabados de las medallas. En el documento no consta tampoco la fecha, también cercana al 16 de marzo. Estos textos legales, la dedicatoria al rey, la carta a sebastián de la Cuadra y el prólogo al lector, se incluyeron en 69. Carta de gonzález de Barcia (sobrino) a mayans, de 29 de febrero de 1744 (Epistolario XIV. Mayans y los altos cuadros de la magistratura…, I, n. 482). 70. de Castejón tan solo se conoce una Oración que el Colegio de Abogados de madrid dijo el 11 de septiembre de 1746 a Fernando VI con motivo de su subida al trono, impresa ese mismo año (Aguilar , II, 2145) y otra Oración por la muerte del rey Felipe, de 14 de septiembre, siendo decano del Colegio (Catálogo Colectivo del Patrimonio Bibliográfico, 277349-x). REYES, MONJES Y SABIOS 333 cinco hojas que, sumadas a la de la portada e índice, suman seis de preliminares. A ellas les precede una hoja con el retrato de Antonio Agustín. Así pues, pocos días después podría estar realizada la impresión completa de esta edición, estampada, según pone en la portada, en la imprenta de josé Francisco martínez Abad(71). A principios del año siguiente, gregorio mayans le cuenta al p. Burriel cómo animó al sobrino de gonzález de Barcia a sacar la edición: Yo insté al sobrino del Sr. Barcia que publicase los Diálogos de las antigüedades de D. Antonio Agustín que ya estavan impresos y solamente les faltaba el frontispicio, i assí lo ha ejecutado...(72) las características materiales de esta edición se corresponden con las comunes de buena parte de los libros de la primera mitad del siglo xVIII, es decir, mala calidad del papel, y tipografía corriente. Ya los contemporáneos hablaban en este sentido. por ejemplo, martínez pingarrón, al dirigirse a mayans, dice tan solo cuatro años después de editada la obra: Los Diálogos de las medallas de Dn. Antonio Agustín que reimprimió Barcia no valen cosa, ni las láminas están fieles(73) Rivero, al describirla, afirma: Las láminas son iguales a las de la primera edición, que ésta no hace sino reproducir; comprenden las signaturas desde A-EEE, como en aquélla. El retrato es de pésima factura y falto de todo carácter. Se omite la continuación de Escoto. Es un en 4º. y la impresión sumamente tosca y de mal gusto(74) 71. Apenas hay datos del impresor, hijo de Francisco martínez Abad, que desarrolló sus labores desde principios de siglo hasta 1739, primero en la calle de Atocha y posteriormente en la del olivo Bajo. le sucedió posiblemente su hijo josé Francisco, que comenzaría a imprimir a principios de los años 40; en el pie de imprenta de los Diálogos de medallas afirma que está en la calle del Olivo Bajo. sus trabajos continuaron con frecuencia hasta, al menos, 1770. En 1772 hay una edición bajo el pie Imprenta de Francisco Martínez Abad, mientras que desde 1775 (quizá antes) hasta 1778, imprimirían los Herederos de Joseph Francisco Martínez Abad. 72. Carta de mayans a Burriel en 16 de enero de 1745 (Epistolario de Gregorio Mayans y Sicar. II. Mayans y Burriel. Ed. de Antonio mestre. Valencia, 1972, p. 69). 73. Carta de martínez pingarrón a mayans, de 3 de agosto de 1748 (Epistolario VII. Mayans y Martínez Pingarrón…, 1, n. 231). 74. Casto maría del RIVERo, don Antonio Agustín, príncipe de los numismáticos españoles. En Archivo Español de Arqueología. Abril-junio 1945, xVIII, 59, p. 122. 334 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) desde luego, es un libro de su época cuya pretensión no era realizar nada especialmente original, sino reproducir de la manera más fiel posible la edición príncipe, a la que se añadiría un volumen complementario que hubiera mejorado indudablemente su calidad intelectual. no obstante, el libro debió de venderse bien, dada la necesidad del texto, y a la vista de los ejemplares que se conservan(75). La biblioteca de Barcia Andrés gonzález de Barcia era, además de un erudito, o por ello, un gran bibliófilo, pues llegó a tener una extraordinaria biblioteca, según afirman sus contemporáneos: Muy señor mío. Grandes libros va pillando V. S. cuidando con imitar a los Sres. don Nicolás Antonio, don Juan Lucas Cortés y don Andrés González de Barcia, ricos de libros, pobres de dinero(76). sin poder profundizar en el conocimiento que se tiene de las bibliotecas del siglo xVIII(77), sí que quiero detenerme en una de las noticias que se tiene de ellas, elaborada por un testigo excepcional. se trata del informe acerca de las bibliotecas españolas que elaboró pedro Rodríguez Campomanes, titulado Noticia abreviada de las bibliotecas y monetarios de España, firmado el 25 de marzo de 1788, a petición de la Academia de Inscripciones y Bellas letras de parís. En dicho informe, que menciona las bibliotecas que existieron desde la Edad media, algunas ya dispersas, cuando habla de las de las catedrales propone algo que hoy parece moderno y que todavía está por hacer(78): 75. puede verse la descripción en la edición facsímil editada por josé maría de Francisco y Fermín de los Reyes, pp. 125-128, donde también se dan ejemplares. Además, puede consultarse el Catálogo Colectivo del Patrimonio Bibliográfico Español en línea, donde se citan treinta y cuatro ejemplares en bibliotecas españolas. 76. Carta de mayans a Blas jover y Alcázar, de 5 de noviembre de 1745 (Epistolario XIV. Mayans y los altos cuadros de la magistratura…, I, n. 190). 77. una visión de conjunto en luis miguel EnCIso RECIo, Barroco e Ilustración en las bibliotecas privadas españolas del siglo XVIII..., madrid: Real Academia de la Historia, 2002. 78. El informe fue publicado por justo gARCÍA moRAlEs, un informe de Campomanes sobre las bibliotecas españolas. En Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos. 1968-1972, n. lxxV, pp. 91-120. REYES, MONJES Y SABIOS 335 Merecería la pena la aceptación de los sabios de un catálogo raciocinado [sic] de los demás manuscritos que se guardan todavía en las restantes bibliotecas de las catedrales y monasterios de España, muchos de los cuales son inéditos, y aunque no se extienden a otras obras que las nacionales, por lo común contribuirían a instruir el orbe literario en las antigüedades y literatura española con más solidez y crítica, que sólo puede afianzarse en tales monumentos. Es más prolijo cuando menciona las bibliotecas del siglo xVIII, que conoce mejor, pues cita un buen número de ellas, tanto públicas como privadas, entre las que se encuentran las de gaspar Ibáñez de segovia, marqués de mondéjar (numerosa y exquisita)(79), de luis de salazar y Castro (copiosa y bien escogida), del marqués de Villena (numerosa en autores españoles), de juan de Iriarte (exquisita biblioteca en que abundan las mejores ediciones de los autores clásicos griegos y latinos), del marqués de la Compuerta (una de las más copiosas librerías de este siglo), de Andrés piquer (exquisita librería de autores médicos y de toda buena erudición), de Fernando josé de Velasco (numerosa y selecta), de gregorio mayans (exquisita), etc. por supuesto, cita la de gonzález de Barcia, a la que consideraba como la más importante de su época, lamentando su dispersión tras ponerse a la venta(80): D. Andrés González de Barcia, del Consejo y Cámara, excedió a todos en lo copioso y útil de su librería, y ayudado de ella, adicionó considerablemente la Biblioteca Oriental, Occidental, y Náutica que en el siglo pasado había delineado el erudito D. Antonio León Pinelo. Esta librería contenía una prodigiosa cantidad de libros y relaciones impresos y manuscritos pertenecientes a la navegación, descubrimiento y conquista de las dos Indias. Sus herederos la vendieron, y por este medio se desunió esta preciosa colección tan interesante a la España en particular, como al orbe literario. se trataba, por tanto, de una gran biblioteca, a la vista de las palabras de Campomanes, dichas en un contexto en que cita otras magníficas librerías 79. de esta biblioteca se conserva el inventario judicial, datado el 28 de enero de 1709, en la Biblioteca nacional de España (BnE), ms. 8399. se da la curiosidad de que estuvo en poder de Barcia. 80. Ibídem, p. 120. 336 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) contemporáneas. Eso sí, para poder comparar una biblioteca con otras se han de tener varios datos, como el número de volúmenes, que parece ser importante en el caso de la del camarista, pero, sobre todo, la tasación que se pueda realizar en algún inventario. Consta la tasación de la de gonzález de Barcia, trescientos mil reales, cantidad muy elevada, lo que favoreció la venta a su muerte; sin embargo, está pendiente la tarea de averiguar su composición, aunque debía de rondar, al menos, los doce mil; la tasación más aproximada es la de la biblioteca de miguel Espinosa maldonado de saavedra, Conde del águila, cuyos doce mil volúmenes se tasaron por los libreros sevillanos Bérard y Hermanos, en 1786, en ciento veintiséis mil reales(81). se conoce la composición de algunas otras colecciones, como los diez mil de la de Fernando josé de Velasco, los siete mil de la del marqués de Villena, los seis mil del antes citado Campomanes, o los más de mil trescientos de la de gaspar melchor de jovellanos. A éstas y a las antes referidas bibliotecas, sánchez mariana suma las de otros buenos bibliófilos dieciochistas, como las de Isidro Fajardo, Blas Antonio nasarre, Francisco pérez Báyer, Antonio Folch Cardona, o domingo Valentín guerra, entre otros(82). la variada actividad intelectual de gonzález de Barcia y su pasión por los libros le llevó a adquirir obras de todo tipo. destacan, por ejemplo, sus tareas para adicionar la Bibliotheca Hispana, de nicolás Antonio, para lo que compró parte de su biblioteca manuscrita, mientras que otra parte permaneció en poder del sobrino del autor, Adrián Conique(83). Es de suponer que sus proveedores serían los más importantes libreros de la Corte y de otras plazas, pero también buscaba la intermediación de los eruditos dieciochescos con quienes se trataba, como se puede comprobar en el intercambio epistolar entre ellos. 81. sobre este bibliófilo se pueden ver los trabajos de Francisco AguIlAR pIÑAl, “El conde del águila, insigne bibliófilo sevillano del siglo xVIII”. En Temas sevillanos (Primera serie). segunda edición, revisada y aumentada. sevilla: universidad, 1992, pp. 59-65; y “una biblioteca dieciochesca: la sevillana del conde del águila”. En Cuadernos Bibliográficos. 1978, n. 37, pp. 141-162. 82. Es de imprescindible consulta el libro de manuel sánCHEz mARIAnA. Bibliófilos españoles. Desde los orígenes hasta los albores del siglo XX. madrid: Biblioteca nacional, etc., 1993. 83. la biblioteca de nicolás Antonio hoy se conserva en la Biblioteca nacional, tanto por el destino de la de Barcia como por la donación que hizo Conique, según afirma gregorio mAYAns en la biografía que de Antonio hace en la edición de la Censura de historias fabulosas. Valencia: Antonio Bordázar, 1742, p. VI. para el destino de los manuscritos puede verse el interesante artículo de gregorio de AndRés, la biblioteca manuscrita del americanista Andrés gonzález de Barcia (†1743), del Consejo y Cámara de Castilla. En Revista de Indias. 1987, xlVII, n. 181, pp. 811-831. REYES, MONJES Y SABIOS 337 Como ejemplo valga una carta entre nebot y mayans en que se cita la entrega de libros al camarista y la actividad de busca de ejemplares, en la que parece destacar aquél: Ya ve Vmd. que me pide Barcia un Galtier. Siendo, pues, Vmd. el mayor hurón de libros que ai en essa Ciudad, estimaré que me haga la diligencia de conseguirle, avisando luego al Canónigo Cabrera, a quien encomiendo la misma diligencia, la de pagarle i de hacerle conducir a Madrid por el primer Ordinario que aya(84). millares de volúmenes acumulados desde temprana edad, pues existen ejemplares suyos de finales del xVIII, cuando contaba con poco más de veinte años, reflejan la personalidad de uno de los grandes intelectuales del siglo xVIII. sus libros proceden de algunas destacadas bibliotecas, como las del duque de Híjar, el Conde-duque de olivares, el marqués de mondéjar, el segundo marqués de Velada, jerónimo pardo de Figueroa, el marqués de montealegre, josé Alfonso guerra Villegas, diego de Colmenares o William godolphin(85). desgraciadamente, el conocimiento de su biblioteca todavía es parcial, si bien está iniciada la senda hacia su estudio. La venta y dispersión de una gran biblioteca Al fallecer gonzález de Barcia repentinamente y sin testar el 4 de noviembre de 1743, a los 70 años, sus herederos decidieron vender una buena parte de ella(86). su sobrino y heredero escribe a mayans, el 14 de diciembre de 1743, diciéndole que su situación económica es mala y que va a vender la biblioteca, 84. Carta de mayans a josé nebot y sanz, de 23 de junio de 1742 (Epistolario. IV. Mayans y Nebot: (1735-1742): un jurista teórico y un práctico. Valencia: Ayuntamiento de oliva, 1975, n. 287). 85. su fallecimiento, acaecido en 1696, coincide con las fechas de inicio de la compra de ejemplares por Barcia. por ejemplo, el ejemplar de la Pastoralis epistola illustrissimi et reverendissimi D. D. Bernardi de Atayde episcopi abulensis ad capitulum et clerum suae dioecesis (matriti: Ex typographia didaci diaz à Carrera, 1655. BnE. 3/24539) tiene su nombre en la portada. Es curioso, porque en el catálogo de la BnE la fecha que aparece es 1692, lo que no parece posible ni por la circunstancia del fallecimiento, ni por la paleografía, donde parece leerse mejor 1697. 86. El proceso está resumido por Antonio mEstRE sAnCHIs en la introducción que hace al Epistolario. Mayans y Martínez Pingarrón, 1, pp. 57-61. Remito a este trabajo para evitar citas innecesarias. 338 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) a excepción de los manuscritos relacionados con la Biblioteca Hispana de nicolás Antonio con el fin de publicarlos con el patrocinio del propio mayans y de Almeida(87). A partir de ese momento se ponen en marcha las gestiones para la venta y, cómo no, para su adquisición, en la que intervienen el librero Francisco manuel de mena y el bibliotecario de la Biblioteca Real, manuel martínez pingarrón. de hecho, este último le comunica a mayans, apenas doce días después de producirse, el fallecimiento de Barcia y le habla del interés por la biblioteca: Ya sabrá Vmd. que murió el Sr. Barcia cuya librería quiere el rei se incorpore en ésta. Sobre esto i otras cosas el correo que viene diré largamente(88). Hay que tener en cuenta la corta vida de la Real Biblioteca, en plena formación. Además de los fondos fundacionales y los expropiados a los partidarios del pretendiente de la casa de Austria, se nutría con la entrega, que debían realizar los autores, de un ejemplar encuadernado de lo que se imprimiera, según la orden de Felipe V, de 26 de julio de 1716, que tenía carácter retrospectivo, pues ordenaba que debía de ser desde 1711, lo que ocasionó numerosos problemas. tuvieron que pasar unas décadas, probablemente por las peripecias de casos como el de la biblioteca de Barcia, y a petición del administrador de la Real Biblioteca, josé Fernández gutiérrez, cuando por Auto de 25 de junio de 1750 se establece el derecho de tanteo de todos los libros que se vendieran en cualquier almoneda. los tasadores de librerías de la Corte debían avisar en ocho días, realizadas las tasas, al Bibliotecario mayor, que usaría el derecho de tanteo en caso de que faltaran libros en su biblioteca. Este auto se notificó a los tasadores Francisco mena, pedro del Castillo, Francisco lópez, juan de moya, Francisco Rodríguez y ángel Corrari(89). El auge del comercio del libro 87. Carta de gonzález de Barcia (sobrino) a mayans, de 14 de diciembre de 1743 (Epistolario XIV. Mayans y los altos cuadros de la magistratura…, I, n. 469). 88. Carta de martínez pingarrón a mayans, de 16 de noviembre de 1743 (Epistolario VII. Mayans y Martínez Pingarrón…, 1, n. 142). 89. madrid. Archivo de san ginés. san gerónimo. pleitos y documentos. 65. transcrito por Fermín de los REYEs gómEz, El libro en España y América…, II, pp. 956-958. un somero análisis en la misma obra I, pp. 412-416. Acerca de los datos sobre la historia de la Biblioteca pueden verse, entre otros, los trabajos de luis gARCÍA EjARquE, La Real Biblioteca de S.M. y su personal (1712-1836). madrid: Asociación de Amigos de la Biblioteca de Alejandría, 1997; y la Biblioteca nacional. En Boletín de la ANABAD. 1992, xlII, n. 2-3, pp. 203-255. REYES, MONJES Y SABIOS 339 en esas fechas y el impulso fundacional de la biblioteca hicieron que ésta multiplicara por cinco sus volúmenes en tres décadas, pasando de diez mil a cincuenta mil. sea como fuere, al no haberse establecido el derecho de tanteo en 1743, sin perder el tiempo, el Bibliotecario mayor, Blas Antonio nasarre(90), se dirige al p. Fèvre para que entregase un oficio dirigido al secretario de Estado, Villarias, en que le habla del valor de la biblioteca de gonzález de Barcia, que puede extraviarse, pues tiene obras que no será fácil hallar jamás recogidas y que eran tan necesarias para el glorioso fin que S.M. se propuso en la erección de esta biblioteca, por lo que entendía ser muy conveniente, útil y aun necesario se tragese todo a la real biblioteca, para cuyo fin rogaba se pusiese a los pies del rey suplicando se sirviese mandar al alcalde o justicia, que entendía en esta herencia, que embargasse la librería y todo lo anexo y perteneciente a la literatura para que nada de ello se distragese ni enagenase y se comprase por el justo precio con el dinero destinado por S.M. para estos fines(91). Fruto de dichas diligencias, el día 17 el gobernador del Consejo ordenó el embargo de la referida librería y todo lo a ella anexo y perteneciente a la literatura para que, de este modo, no se extravíe ni enagene cosa alguna de dicha librería, estando Vm. en la inteligencia de que ha de ser preferida la real biblioteca en la compra de ella a otra cualquiera...(92). pingarrón quería para la biblioteca todas las obras que no estuvieran en ella, lo referente a la literatura y, además, el monetario. se conocen las primeras adquisiciones de la biblioteca, del 25 de diciembre, ciento ocho títulos en doscientos cuarenta y tres volúmenes(93). pero el librero madrileño Francisco manuel mena, que se dedica a la adquisición de grandes bibliotecas para luego revenderlas a sus clientes, será 90. sobre la figura de nasarre y su gestión en la Real Biblioteca véase el citado trabajo de luis gARCÍA EjARquE, La Real Biblioteca de S.M. y su personal (1712-1836), 1997, pp. 62-105. 91. Carta de nasarre a Villarias, de 6 de noviembre de 1743 (BnE. ms. 18843). la descripción detallada de los manuscritos citados en julián mARtÍn ABAd, Manuscritos de interés bibliográfico de la Biblioteca Nacional de España. madrid: Arco/libros, 2004. 92. BnE. ms. 18843. 93. BnE. ms. 18766, ff. 51-57. 340 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) quien intervenga en este caso(94). él es quien nos da los datos precisos acerca del valor del legado del camarista: La librería de Barcia es muy grande. Está tasada en 300.000 reales. D. Blas la tiene embargada para comprar la real biblioteca. Creo que los herederos la quieren vender por junto. Yo he vertido una especie al Sr. Iriarte que, en caso que se venda junta, yo la compraré, alzando el embargo para mí, con la condición de vender a la real librería la primera. Esto, como es ab intestato, irá largo. Si pudiere hacer algo, avisaré. Es cierto que la librería es grande, pero no de lo mejor, pues el Sr. Barcia se embarcó con poco vizcocho y compró mucho malo por abultar y así es menester grande reflexión(95) El heredero se queja a mayans de la lentitud del proceso de venta y de sus causas, como si no tubiera de mi familia quien hubiesse dado intereses al rey y reyno tan conocidos e importantes(96). Como se verá más adelante, parecen continuas las fricciones entre el sobrino y los miembros de la Real Biblioteca, los libreros y bibliófilos que querían adquirir los bienes de tan magnífica biblioteca: La venta de la bibliotheca está detenida porque los bibliothecarios reales se ban despacio en el reconocimiento de la nómina para cotejo de los libros que faltan a aquella bibliotheca y hay en estotra; i nos instan muchos por libros que será precisso que 94. para la actividad de mena en este caso véase el trabajo de Antonio mEstRE, Francisco manuel de mena: la ascensión social de un mercader de libros proveedor de la élite ilustrada. En Libros, libreros y lectores, Revista de Historia Moderna. Anales de la Universidad de Alicante.1984, n. 4, pp. 47-72. mena, en un corto espacio de tiempo, adquiere la biblioteca de Isidro Fajardo (cuyos manuscritos vendió a la Biblioteca Real en abril de 1741 por 12.630 reales), del marqués del Risco y de la duquesa de Aveiro, entre otras. también pueden verse, entre otras, las obras de François lopEz, gentes y oficios de la librería española a mediados del siglo xVIII. En Nueva Revista de Filología Hispánica. 1984, xxxIII, 1, pp. 165-185; y los oficios. las técnicas de venta. En Víctor Infantes, François lopez, jean-François Botrel (dirs.). Historia de la edición y de la lectura en España. 1472-1914. madrid: Fundación germán sánchez Ruipérez, 2003, pp. 348-357. Asimismo, el siempre útil trabajo de Antonio RodRÍguEz moÑIno, Historia de los catálogos de librería españoles (1661-1840). Estudio bibliográfico. madrid: s.n., 1966. 95. Carta de mena a mayans, de 1 de febrero de 1744 (Epistolario. XII. Mayans y los libreros..., n. 31). 96. Carta de gonzález de Barcia (sobrino) a mayans, de 14 de diciembre de 1743 (Epistolario XIV. Mayans y los altos cuadros de la magistratura…, I, n. 469). REYES, MONJES Y SABIOS 341 paguen, porque todo es authoritate iudicis, y me embarga mi galantería el perjuicio de los acreedores. Según creo la Bibliotheca Real quiere desflorar la librería y para esto y su paga puede ser que olvide las leyes del desfloro. Yo por voca del juez hablaré firme, y si Dn. Asensio Sales quiere libros con las noticias que de su afición me da Vm. separaré los que quiera y los entregaré aquí a quien ordenare. El reconocimiento de lo escrito para la Bibliotheca Hispana pide mucho tiempo. Está escrita de amanuense parte, pero lo más está de letra del tío; quando Dios quiera darnos sossiego para esto, se hablará despacio, porque en confuso me parece que hai mucho que hacer en ella. Los manuescritos pide la Real; los más son copias. Si Vm. prosigue con su ánimo de publicar de Nicolás Antonio In Dextri in sociorum mendatia, eversiones, no me detendré en venderlos, y siempre procuraré reservar los que puedan ser útiles en la imprenta(97). El mismo mayans intermediaba para adquirir obras para sí y para otros amigos bibliófilos, mientras que el sobrino se compromete, siempre que queden los ejemplares (la Real Biblioteca estaba seleccionando libros y además dice que concurre mucha gente) a rebajarle una cuarta parte del precio que había puesto el librero, pese a que la librería la tasó mui baja para lo que ella tiene de coste; incluso llega a afirmar que le lleva mucho tiempo la venta y aplaza la noticia de otros textos por tener que pasar a Alcalá a leer(98). las gestiones de los bibliófilos para adquirir obras de la biblioteca de Barcia, algunas de las cuales incluso le habían facilitado ellos a través de su mediación, se multiplicaron. muestra de ello son las palabras de Francisco pérez Báyer a mayans, el gran intermediario en la sombra, por aquellas fechas: En quanto a libros del Sr. Barcia he dado un tiento a mi bolsillo y no presta tanto como yo juzgava, saepe enim de rebus suis am97. Carta de gonzález de Barcia (sobrino) a mayans, de 1 de febrero de 1744 (Epistolario XIV. Mayans y los altos cuadros de la magistratura…, I, n. 479). 98. Carta de gonzález de Barcia (sobrino) a mayans, de 29 de febrero y de 4 de marzo de 1744 (Epistolario XIV. Mayans y los altos cuadros de la magistratura…, I, n. 482 y n. 483). 342 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) plius quam in his est sperant homines. Y assí me contentaré con los Vossios, S. Gregorio Nacianceno y algún otro libro que Vm. juzgue puede conducirme y si se lograsse alguna conveniencia puede Vm. ajustar asta en cantidad de 60 libras. Si no se hallassen los Vossios o no huviesse conveniencia, puede Vm. escogerme algunos libros de los raros y grecolatinos. La satisfación estará in numerato al aviso de Vm (99). poco después, el sobrino le comunica a mayans que las obras de Bossio, en seis tomos, se las llevó la Biblioteca Real, y que los Gregorio Nizianteno faltan, aunque hay un sn. Gregorio Magno en 4 tomos de marquilla de a folio por la Congregación de Sn. Mauro, París 1705(100). Continúan las cartas en que el sobrino sigue la nómina de los libros que Vm. me avissó, con interesantes datos acerca de ellos, como el lugar de impresión y año y, por supuesto, el precio según aparece en la tasación; la obra más cara citada es la Biblia Regia de plantino, tasada en mil quinientos reales. deja para otro momento las obras manuscritas de josé pellicer, ocho volúmenes en folio (detalla todas las obras que contiene), tasados en ochenta doblones, aunque los vendía a sesenta. El 14 de marzo, en cambio, se extiende y detalla algunos de los manuscritos con sus respectivos precios. destacan los Commentarios de Enrique de Villena (660 reales), los tres volúmenes de cartas de reyes y privados (900), y las Décadas de las Indias, de pedro Fernández del pulgar (1.200). Cita tan sólo un impreso, los treinta y siete volúmenes de los Papebroquios o bolandos (Acta Sanctorum), impresos en Venecia (3.700)(101). la Biblioteca Real, en virtud de su derecho de tanteo, siguió adquiriendo parte de la biblioteca el 3 de marzo de 1744, por 14.721 reales. los manuscritos estaban tasados en 6.418 reales de vellón, pero se ajustaron en 5.820, mientras que los impresos en 9.294 reales, que quedaron en 8.361 tras la rebaja del diez por ciento que se hizo a los libros en folio; curiosamente, los de for99. Carta de Francisco pérez Bayer a mayans, de 19 de febrero de 1744 (Epistolario. VI. Mayans y Pérez Báyer. Valencia: Ayuntamiento de oliva, 1977, n. 39). 100. Carta de gonzález de Barcia (sobrino) a mayans, de 29 de febrero de 1744 (Epistolario XIV. Mayans y los altos cuadros de la magistratura…, I, n. 482). 101. Carta de gonzález de Barcia (sobrino) a mayans, de 4 y 14 de marzo de 1744 (Epistolario XIV. Mayans y los altos cuadros de la magistratura…, I, n. 483 y n. 486). En la última se puede ver con detalle la descripción y el precio, lo que se podría cotejar con los manuscritos adquiridos por la Biblioteca Real, que reproduce gregorio de AndRés, la biblioteca manuscrita del americanista Andrés gonzález de Barcia (†1743)…, art. cit., pp. 822-830. REYES, MONJES Y SABIOS 343 mato menor no obtuvieron dicha rebaja, pues se vendieron a un precio fijo, cuatro reales los en 4º, tres los en 8º y 12º. En esta partida los impresos fueron 328 títulos, unos quinientos volúmenes, que se incorporaron a la institución entre el 4 y el 12 del mismo mes. la entrega del dinero la realizó el bibliotecario juan de Iriarte a juan Antonio Albalá, juez de abintestato de Barcia(102). una semana después se adquirieron las fundiciones que tenía gonzález de Barcia en su casa, de las que se hablará más abajo(103). Recuérdense las pretensiones de mena y sus gestiones para adquirir la biblioteca, o al menos lo que iba quedando de ella. En paralelo, los principales bibliófilos y habituales clientes procuran adquirirle libros, como ocurrió con gregorio mayans, que hacía lo posible para conseguir los codiciados ejemplares. le costó su tiempo al librero, pues hubo de esperar a la compra por la Real Biblioteca y, desde luego, soportar la actitud de los herederos. por ejemplo, el 21 de marzo, martínez pingarrón vuelve a referirse a su voluntad de comprar algunos libros de la biblioteca de Barcia que mayans le había recomendado, con tal que no los ayan ya tomado otros, porque ha sido i es grande el desvarato de la tal librería por los que la manejan(104). se queja de la actitud de los herederos, aunque debía de referirse, lógicamente, al sobrino del camarista: I ha avido la maula de alterar los herederos las tasas que en muchos libros hicieron los libreros... No obstante bolveré esta Semana Santa a dar otro tiento i registrar de nuevo. Pues los herederos unas veces retiran libros con ánimo (al parecer) de reservarlos para sí i luego los ponen al público. Han llevado gran chasco, porque no quisieron creer lo que aquí se les dijo al principio, han complacido a algunas personas, se tienen casi toda la librería (respecto al cúmulo de ella) i ya no ai quien vaya, ni a divertirse, en registrarla por los malos modales de que usan...(105). 102. BnE. ms. 19428, expediente xxIx: Memoria de los libros que se compraron en la librería del Sr. Dn. Andrés González de Barcia, elaborada por juan de Iriarte, en la que consta la relación de manuscritos e impresos con su correspondiente tasación. se trata de un expediente con quince hojas más una suelta en que se hace relación de los libros. 103. BnE. ms. 19428, expediente xxV. 104. Carta de martínez pingarrón a mayans, de 21 de marzo de 1744 (Epistolario VII. Mayans y Martínez Pingarrón…, 1, n. 150). 105. Carta de martínez pingarrón a mayans, de 28 de marzo de 1744 (Epistolario VII. Mayans y Martínez Pingarrón…, 1, n. 151). 344 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) no obstante, la Biblioteca Real siguió seleccionando y comprando libros, a veces a otros intermediarios, como lo muestra la compra realizada a juan pérez de 44 obras el 21 de agosto de 1744, por 126 reales(106). pero mena sigue a lo suyo y meses más tarde, el 26 de septiembre de 1744, comunica a mayans que seguía tratando de comprar la librería que existe de Barcia, lo que no había conseguido todavía el 17 de octubre (la librería del Sr. Barcia aún no es mía)(107). pero en menos de un mes lo debió de realizar, pues el 14 de noviembre mena anuncia a mayans que la posee: Estoy dibidiendo en clases la librería de Barcia, imprimiré el índice y remitiré los pliegos conforme se vayan imprimiendo y los que a Vm. (no) gusten, se darán a otro, pues de justicia devo preferir a Vm. cuya vida guarde Dios muchos años(108). la inquietud por el destino de la biblioteca se expresa en la correspondencia conservada, como la carta que poco después escribe Andrés marcos Burriel a mayans: Entre los amigos a quienes Vmd. me dize escribió entonzes es uno Dn. Andrés González de Barzia. Estimaré me diga Vmd. ¿en qué estado quedó la edizión añadida en que andaba de las Bibliothecas de Dn. Nicolás Antonio si Vmd. lo sabe? A quién ha ido a parar estos papeles y si se piensa en dar la última mano y sacar a luz esta importantísima obra que serviría de mucho... Aviendo muerto de repente Dn. Andrés todo quedaría resuelto y he oído después que se estaba malvendiendo su exquisita librería... (109). la respuesta de mayans al p. Burriel se produce a mediados de enero de 1745: 106. BnE. ms. 19428, expediente xxx: Libro que no hay y se compraron a Juan Pérez. tras la relación de los títulos aparece el texto del recibí del librero, donde dice que los libros están tomados de la librería del Sr. Barcia para la Rl. Biblioteca. En el ms. 18766, ff. 58-60, aparece también la relación de los 44 títulos, esta vez bajo el encabezamiento Libros impresos de la librería del Señor Barcia. 107. Cartas de mena a mayans, de 26 de septiembre y 17 de octubre de 1744 (Epistolario XII. Mayans y los libreros…, n. 34 y 35). 108. Carta de mena a mayans, de 14 de noviembre de 1744 (Epistolario XII. Mayans y los libreros…, n. 36). 109. Carta de Burriel a mayans en 30 de diciembre de 1744 (Epistolario. II. Mayans y Burriel..., n. 5). REYES, MONJES Y SABIOS 345 Su librería se ha puesto en almoneda i después de averse vendido menudamente muchos libros, la ha comprado un librero de Madrid i ha impresso su índice poniendo los precios de cada libro(110). mayans se refiere a la publicación, por mena, de un primer catálogo, de principios de 1745, con los libros que vende en la calle de la paz enfrente de la Imprenta Quarto segundo(111). no es el primer catálogo impreso de la librería de mena, del que se conoce uno previo (madrid: En la imprenta de juan de zúñiga, 1742), pero sí el más voluminoso y, sobre todo, con la peculiaridad de que en la portada aparece el nombre del poseedor de la mayor parte de los libros, pues, según afirma en el prólogo, añadió libros de otras pequeñas bibliotecas por fallecimiento de sus poseedores, si bien no se distinguen en el catálogo. organiza los libros por las siguientes materias: Biblias, Concordancias, Concilios, santos padres y Espositiones. theología, scholastica, dogmática, moral, Ascética, etc. Historia sagrada, prophana y genealógica. Bibliothecas, Historia literaria. jurisprudencia. miscelánea. medicina. philosophía, matemáticas, Historia natural y gramática, Rethórica, mythología, philología, y Autores latinos Clásicos. dentro de cada apartado la división la realiza por formatos y cajones, ordenando éstos con numeración romana y en algún caso alfabética, con un total de 243 cajones(112). las descripciones comienzan con el número de volúmenes, continúan con el nombre del autor, el título, lugar de impresión y año, 110. Carta de mayans a Burriel en 16 de enero de 1745 (Epistolario. II. Mayans y Burriel…, n. 7). 111. Cathálogo de los libros, que existen venales, de la Librería que fue de el Ilustríssimo Señor Don Andrés González de Barcia, del Consejo, y Cámara de su Magestad; juntamente con los de otras pequeñas Librerías de diferentes sugetos que fallecieron en esta Corte, y fuera de ella. Se venden en la Plazuela de la Calle de la Paz, enfrente de la Imprenta, Quarto segundo. madrid: s.i., 1745. 4 h., 327 p., 49 h. un estudio de los catálogos de mena en la citada obra de Antonio RodRÍguEz moÑIno, Historia de los catálogos de librería españoles, pp. 37-42 y 155-157. 112. la enumeración de cajones es la siguiente: I-xxxxII, A-g, I-xCV, I-lxI, I-xIx, lxlxxVIII. 346 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) seguido de puntos hasta el margen derecho, donde no aparecen los precios, pues, según indica el librero en el prólogo, son los mismos que se pusieron en la tasación inicial; además, afirma que vendió sueltos los numerosos volúmenes misceláneos que contenían alegaciones y papeles políticos(113). En cada página puede haber una media de unos quince títulos, tal vez alguno más, por lo que haciendo un cálculo aproximado de los contenidos en el catálogo daría unos siete mil textos y unos diez mil volúmenes. Adquirieron piezas al librero mayans y otros bibliófilos, como Asensio sales y josé nebot. pese a la caótica venta que se ha visto, enmarañada por los herederos, parece que un importante número de estos ejemplares fue adquirido por la Biblioteca Real en abril de 1745, puesto que se conserva la relación de libros comprados esa fecha por valor de 12.677 reales. nasarre le resume el proceso a Fèvre el 5 de abril de 1745: Que desde noviembre de 1743 hasta ahora, le había tenido con solicitud la librería del señor Barcia, en cumplimiento del orden de S.M. para que se embargase. La ignorancia y dureza de los que pretendían la herencia de aquel Ministro hicieron inaccesible la adquisición entera de la librería, pero se sacó luego de ella lo que tenía peligro de ocultarse, que fueron 64 volúmenes manuscritos, 291 libros impresos, un surtimiento de letra griega y, por manos desconocidas para evitar la dureza de los vendedores, otra cantidad de libros que, entre todos, son más de 2.000(114). la consulta de la documentación conservada en la Biblioteca nacional nos explica el sistema seguido por sus bibliotecarios para la adquisición. En efecto, en el ejemplar del Cathálogo pusieron una cruz al lado de la descripción de los libros que interesaba adquirir(115), a continuación se realizaría el traslado de dichas descripciones a un documento, también ordenado por materias, si bien con algunas diferencias: Biblias, Concordancias, theológicas, sspp [santos padres], Expositiones y Concilios. 113. Como curiosidad, culmina el prólogo hablando de los bibliófilos: Y ruego a Dios les dé mucha salud, ganas de leer y dineros para comprar los Libros. 114. Ibídem. Antonio mestre, con bastante razón, sospecha que esas manos desconocidas son las del librero mena, que había ofrecido a Iriarte vender en primer lugar a la Real Biblioteca. 115. BnE. 2/60238. Al ejemplar le falta la portada y la última hoja y fue el empleado para realizar las adquisiciones por Iriarte. REYES, MONJES Y SABIOS 347 Bibliothecas, Historia literaria. Historia, geographia y genealogía. philosophia y medicina. philológicas y mathemáticas. poéticas. jurisprudencia. misceláneas. En el documento se pusieron anotaciones en los márgenes de algunos registros: la misma cruz que aparece en el catálogo, otras como véase, véanse, visto y se quedó, se volvió (en este caso el registro está tachado)(116). Con ese documento se realizaría la revisión de los libros señalados, algunos de los cuales se desestimaron (tal vez por su estado de conservación o al identificarlo correctamente y comprobar que no interesaba), lo que motivó las notas anteriores. A la derecha de la descripción aparece la tasación de cada pieza y siempre en cada nueva página aparece la suma de los totales, que llevan a una cifra de 14.377 reales, a los que se descontó una tercera parte, dando los 12.677 reales antes citados. dicho montante se reparte en dos libramientos de 6.338 y de 3.169 reales, mientras que el restante (3.107) se daría en libros de las impresiones que tiene dicha Rl Bibliotheca. mena recibió el primer libramiento y los libros el 10 de abril, y el segundo el 28 de julio. la relación del conjunto da cerca de los dos mil títulos citados por mena, pero la cifra es engañosa, ya que resultan dos mil trescientos volúmenes. no obstante, hay que realizar una importante precisión, que se refiere a unos interesantes 360 volúmenes de alegaciones, cuyo contenido dispararía el número de títulos(117). El mayor número de títulos adquiridos corresponde con los misceláneos (213), a los que siguen la jurisprudencia (178), las Biblias, etc. (65); los que menos, los de Bibliotecas o Historia literaria (17). no hay que olvidarse de los libros del montón que vinieron de los primeros serones, que se ajustan a un precio por volumen según el formato: dos reales en 8º y 12º, tres en 4º y 5 en folio; aquí también entran los volúmenes de alegaciones, que visto el precio total salen a seis reales y medio. sería tras las ventas de abril y de todos aquellos meses cuando mena publicó el segundo catálogo, también con libros de Barcia, pero actualizado 116. BnE. ms. 19428, expediente xxxI. 117. suponiendo que cada volumen tuviera tan solo diez alegaciones habría más de tres mil, y así sucesivamente. 348 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) (el primero era inservible por las ventas) y puesto en orden alfabético. En esta ocasión en la portada no se hace alusión al camarista (aunque sí en la advertencia) y cambia el lugar de venta, la calle de toledo, frente a la portería de la Concepción Gerónima, quarto segundo(118). En la advertencia, mena explica que los libros son de Barcia, que el anterior catálogo ya era inútil respecto de haverse vendido muchos libros de él, y mas servia ya de confusión, que de luz, por cuyo motivo se ha formado este nuevo, poniéndole en mejor método, pues aunque no es el mas ajustado, no está tan confuso como el primero, y evita mucha molestia a los Lectores, por estar por el orden del Abecedario. la ordenación del catálogo sigue siendo por materias, pero dentro de ellas alfabética por autor o título, si bien dentro de cada letra hay una división, siempre importante, por formatos: Biblias, Concordancias, Concilios, santos padres, Expositores, theología, scolástica, dogmática, moral, Ascética, etc. leyes y Cánones. Historia sagrada, profana, literatura y genealógica. medicina, Cirugía y Botánica. Filosofía, mathemática, gramática, mytología, philología, y Autores latinos. miscelánea. los tres primeros apartados son los más amplios, mientras que el último el menor, con muy pocos títulos. Es interesante lo que dice mena al final, que hay muchos libros que no están en el primero. también que de los libros en 4º y 8º de la miscelánea imprimirá un Suplemento separado, incluyendo en él algunos Libros facultativos, que se olvidaron poner en sus lugares. las descripciones, en este caso, tienen el precio impreso. Como curiosidad, se pueden señalar algunos de los libros más destacados que quedaban por entonces, como las dos grandes biblias políglotas, la Complutense y la Regia, ambas al mismo precio, mil quinientos reales; aunque también se podía adquirir Las Trescientas, 118. Catálogo de los libros, que se hallan venales en la calle de Toledo, frente a la Portería de la Concepción Gerónima, Quarto segundo. madrid: s.i., 1745. 2 h., 227 p. Hay un ejemplar en la biblioteca del Banco de España. Bs 5884. se conserva en buenas condiciones, tan solo tiene recortada la parte superior de la hoja de la portada, sin que afecte al texto. En p. 1, a mano, aparece el nombre Arjona y la correspondiente rúbrica. REYES, MONJES Y SABIOS 349 de mena, edición de 1540, por tan solo diez. por último, en la miscelánea aparecen 36. Tomos de Papeles Políticos curiosos, a 18 reales, 540, de nuevo otros volúmenes misceláneos que multiplica el número de ediciones. Con las descripciones que aparecen en el catálogo, que superan las dos mil, se podría ampliar el volumen de la biblioteca de Barcia hasta, al menos, los doce mil. Además de la biblioteca, gonzález de Barcia poseía partidas de tipos móviles de imprenta que había adquirido para poder componer en lenguas hebrea y griega(119). los tipos se tasaron por el impresor juan de zúñiga en 7.397 reales de vellón y fueron adquiridas por la Biblioteca Real por 6.000 reales(120). Es posible que hubiera tenido una prensa para realizar algunos trabajos menores, para ello tendría las fundiciones, si bien no hay constancia de ella en los documentos de la venta(121). también se adquirieron 3.800 monedas de la misma procedencia. Así se remata la primera parte del proceso de venta, la más importante, después de año y medio, que, como comenta nasarre a Fèvre en el escrito antes citado de 5 de abril, ha estado lleno de escabrosidades y dilaciones por motivos que han dado los herederos y acreedores del difunto Sr. Barcia y por la falta de amor al bien público e ignorancia de los tasadores. Habrán de pasar algunos años para que se vuelva a saber de la biblioteca de Barcia. Como se ha visto antes, los herederos se quedaron con las obras de nicolás Antonio, a tenor de lo que sugiere para publicarlas, eso sí, a expen119. le comunica en carta a mayans el día 30 de junio de 1742: Yo tampoco hallo quién sepa más hebreo ni griego para que, empezando mi impresión, corrija algún pliego que suelen pasarse 8 días sin poderlo hacer. Deste modo durará infinito, pero no ay que hacer caso ni en pro ni en contra, porque ciertamente tienen poquísima sustancia en todo. Yo he traído dos fundiciones hebrea y griega de letra muy gallarda, y aún creo que saldrá mal, porque no me dexan sosegar, pero tiempo ay para servir a Vd… (Epistolario XIV. Mayans y los altos cuadros de la magistratura…, 1, n. 312). 120. BnE. ms. 19428, expediente xxV. los materiales son los siguientes: once arrobas y tres libras de letra redonda, a 7 reales; cinco arrobas y diez libras de cursiva, a 7 reales; cuatro arrobas de letra griega, a 8 reales; tres arrobas y diez y siete libras de hebrea, a 14 reales; dos abecedarios titulares, a 6 reales; y otro titular griego, a 6 reales; más otra letra suelta, a saber: dos arrobas y diez libras de lectura, a 7 reales; y diez arrobas y cinco libras de texto, a 6. 121. sí de la actividad editorial de Barcia y de un testimonio de los oficiales de su imprenta: [Décimas a Don Andrés de Barcia, en las que los oficiales de su imprenta le felicitan en su día]. 1 h. (BnE. ms. 12955/4). Comienza: De las Indias Monarquías / van Señor, hechos, y gloria. En el encabezamiento se dice que los oficiales dan los días con remesa de los membretes y portadas de los libros impresos de su orden. 350 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) sas de mayans y otros. no sucedió así, como bien es conocido, tal cual comenta el erudito olivense a g. Cramer en 1748: No tengan Vmds. el menor recelo de que se imprima en España la Bibliotheca de D. Nicolás Antonio; porque D. Andrés González de Barcia, que trabajó muchos años en aumentarla, murió el año 43, dejándola imperfeta en su original trabajo, i no aviendo impresso sino mui pocos pliegos; i sus herederos no están para pensar en continuar. I ténganlo Vmds. por cierto(1212. ¿Y qué ocurrió con los famosos manuscritos? A la muerte del sobrino, el 13 de septiembre de 1779, sobrevivió su hermana que, por tanto, heredó a Barcia. no tardó mucho en desprenderse de algunos de los libros (ocho lotes, entre los que estaban los ejemplares anotados por Barcia de la Bibliotheca Hispana, junto con adiciones y otros papeles curiosos), que vendió al librero Francisco guerrero, pues el 19 de junio de 1780 la Biblioteca Real los adquirió a éste por valor de 2.300 reales de vellón. poco después, el 23 de junio, fue la misma hermana, Felipa, quien acaba de vender otra parte (trece códices y dieciocho legajos de materiales, entre ellos obras de los Argensolas, Rodrigo Caro y quevedo) a la Biblioteca Real por 1.230 reales(123). según gregorio de Andrés, en las compras referidas la Biblioteca Real llegó a adquirir ochenta y nueve manuscritos(124). 122. Carta de mayans a g. Cramer, de 10 de febrero de 1748 (Epistolario. XII. Mayans y los libreros, n. 4). A continuación, mayans indica cómo se debería editar la tan ansiada edición de la Bibliotheca Hispana. El infatigable mayans no cejaba en su empeño por adquirir interesantes textos que habían sido del camarista (por la afición que tengo a los eruditíssimos escritos de su tío de inmortal memoria) y solicita al sobrino, en 1762, le consiga unas notas a la Nueva Recopilación impresas, por lo que ofrece un doblón de a ocho. Carta de mayans a gonzález de Barcia (sobrino), de 30 de agosto de 1762 (Epistolario XIV. Mayans y los altos cuadros de la magistratura…, I, n. 317). 123. BnE. ms. 6759, f. 15 r - 17 v. Edita esta relación de libros y la siguiente gregorio de AndRés, la biblioteca manuscrita del americanista Andrés gonzález de Barcia, pp. 825-826. 124. gregorio de AndRés, la biblioteca manuscrita del americanista Andrés gonzález de Barcia, p. 818. REYES, MONJES Y SABIOS 351 Ubi sunt? A la vista de lo relatado, la dispersión de la biblioteca fue notable, salvando los libros que pasaron a la actual Biblioteca nacional, los dos mil impresos (2.300 impresos más las alegaciones) y los ochenta y nueve manuscritos en aquellos momentos, a los que habría que sumar los que se incorporaron después de su estancia en los estantes de otros coleccionistas, incluso en fechas recientes. A modo de ejemplo, un manuscrito de juan de tassis, Conde de Villamediana, que ingresó en 2000 con procedencias de Barcia (5 de octubre de 1696) y de Valentín Carderera, a la que se añade la de Eusebio garcía(125). más clásica es la pertenencia a pascual de gayangos, que también incorpora algún libro de Barcia, por ejemplo, La Filis de miguel Botello de Carvallo (madrid: juan sánchez, 1641)(126). gregorio de Andrés edita la Lista hecha por Juan de Iriarte de los manuscritos de González de Barcia no adquiridos por la Biblioteca Real en 1744, que contiene cincuenta y dos entradas que se corresponden con textos de diversa índole y de los que localiza siete en la nacional y uno en la Real Biblioteca(127). sería interesante, si bien compleja, su localización en otras bibliotecas. Como contrapartida, algunos otros han desaparecido de nuestra primera biblioteca, he aquí un ejemplo bien documentado de su historia: Había visto citado el libro de inscripciones antiguas de España que escribió D. Francisco Llansol de Romaní, y Vm. tendrá de él mucha noticia. Deseaba muchíssimo verle y hoi, por una casualidad, me ha venido a las manos el mismo original, aumentado por el Dr. Gaspar Escolano, entre los manuscritos de la real biblioteca, cuio índice estoi formando, porque no le hai asta ahora. Este libro fue primero del Dr. Gaspar Escolano, después de Mn. Gerónimo Martínez de la Vega, vicario que fue del Hospital General de Valencia (de quien hai una poesía en la Expulsión de los moriscos de Valencia de Gaspar Aguilar), después fue de D. Hipólyto Samper, después de D. Andrés González de Barcia de cuia librería passó a la real biblioteca. Hai sin duda en él muchas 125. BnE. ms. 23035. se adquirió a la casa de subastas durán. 126. BnE. R/13278. El ejemplar contiene notas de Barcia y de gayangos. 127. El manuscrito está en la Biblioteca de Bartolomé march. ms. 16-4 y 7. gregorio de AndRés, la biblioteca manuscrita del americanista Andrés gonzález de Barcia, pp. 827-830. 352 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) cosas buenas y especialmente muchíssimas inscripciones que ya hoi no existen y están las más copiadas con exactitud(128). no es posible ahora responder a la pregunta que encabeza este epígrafe, pero sí esbozar unas notas para, a partir de ellas, poder realizar las búsquedas. Antes de ello creo que no por conocida es menos pertinente mencionar la necesidad que hay de incluir los datos de procedencias en los catálogos de las bibliotecas(129). Así se está haciendo en los más modernos, incluso en los tradicionales impresos, pero es bastante dificultoso trabajar en la reconstrucción de nuestro patrimonio sin tener a disposición del investigador tan relevantes datos. En este sentido es modélica la base de datos Ex-libris, que la Real Biblioteca pone a disposición de los usuarios con la colección de los que posee, la de los monarcas o miembros de la Casa Real y los de los bibliófilos cuyas colecciones fueron a parar a la Real Biblioteca; y también la de Antiguos poseedores, de la universidad de Barcelona, donde se conectan los resultados con el registro en el catálogo(130). también la Biblioteca Histórica de la universidad Complutense está elaborando el catálogo de sus ex-libris, del que ha aportado una relación(131). 128. Carta de Francisco pérez Báyer a mayans, de 19 de enero de 1785 (Epistolario. VI. Mayans y Pérez Báyer, n. 285). parece que un siglo después marcelino mEnéndEz pElAYo todavía pudo verlo, pues en La ciencia española. Polémicas, indicaciones y proyectos (2ª ed. madrid: Imprenta Central a cargo de Víctor saiz, 1879), incluyó la siguiente noticia: “Francisco llanzol de Romaní: De los Ríos de España.-Colectáneas de las piedras de España, en cinco libros.— Descripción de África y en particular de la navegación de Hannón Cartaginés. Recorrió toda España para estudiar su topografía y recoger inscripciones”. 129. por poner un ejemplo, si se realiza una búsqueda en el catálogo automatizado de la Biblioteca nacional los resultados son ínfimos con respecto a los ejemplares que existen de Barcia. tan sólo la nueva catalogación e incorporación de los datos de ejemplar a éste y a otros catálogos, laboriosa tarea, daría la oportunidad de poder elaborar trabajos de reconstrucción de bibliotecas con mayor fiabilidad. 130. la dirección es la siguiente: http://encuadernacion.realbiblioteca.es/Exlibris1.html (Consulta: 3 de abril de 2010). A ella se ha sumado la biblioteca de la universidad de salamanca. Contiene los datos del ejemplar y la reproducción de los ex-libris, lo que convierte esta página en una fuente muy útil para el estudio de los poseedores. la de Barcelona se puede consultar en http://encuadernacion.realbiblioteca.es/index.php?=exlibris (Consulta: 12 de octubre de 2011). 131. http://www.ucm.es/BuCm/foa/doc10099.pdf (Consulta: 3 de abril de 2010). sobre las complutenses, véase el trabajo de marta toRREs sAnto domIngo y Ana sAntos ARAmBuRo. la biblioteca histórica de la universidad Complutense: una primera aproximación a sus procedencias. En La memoria de los libros. Estudios sobre la historia del escrito y de la lectura en Europa y América. salamanca: Cilengua, Instituto de Historia del libro y de la lectura, 2004, II, pp. 265286. REYES, MONJES Y SABIOS 353 A través de las descripciones de los ejemplares de los que disponemos se conoce que el ex-libris de Barcia consistía en una anotación manuscrita en la que incluía su nombre, a veces su cargo y con frecuencia la data. Veamos algunos ejemplos: De los libros de Don Andrés González de Barcia Carvallido (rúbrica) Con la misma letra: Buen Retiro y octubre 29 de 1696 (universidad Complutense. Biblioteca Histórica “marqués de Valdecilla”. Fll Res 839). Ex Bibliotheca... Andrés González de Barcia Carvallido, regii advocati (rubricado). Con la misma letra: Buen Retiro y Jullio 1 de 1699 (BnE. ms. 5677). Ex Biblioteca L. D. Andrés González Barcia Carvallido Regis advocatus. Madrid y Maio 12 de 1706 (BnE. mss. 4267). los libros de Barcia, además de tener dichas indicaciones, suelen reproducir su rúbrica en la primera página del texto, e incluso también alguna nota en el colofón. Como muestra, el ejemplar del Compendio de historia Antoniana, de Francisco suárez (sevilla: Francisco pérez, 1603), que había pertenecido a josé Alfonso guerra Villegas(132). más interesantes son otros restos en los ejemplares vistos (algunos de la Biblioteca nacional y otros de la universidad Complutense), como son las posibles indicaciones de las cajas donde estuvieron, en las guardas y portadas (ángulo superior derecho): Caxa 432 (BnE. 3/24539), C 531 (BnE. 3/15105), Cax 434 (BnE. 3/23212), C 129 (BnE. ms. 23035), C 579 (uCm. Fll Res.839). En el primero y último citados incluso aparece la referencia 2 R y 2 Rl, tal vez el precio. parece, por lo tanto, que a partir de estos datos se puede establecer un patrón común, lo que facilitaría la identificación de ejemplares en otras bibliotecas. Fuera de la nacional se conservan ejemplares dispersos en varias bibliotecas. una de ellas, la de la universidad Complutense de madrid, con impresos de los siglos xVI y xVII, la mayor parte con su característico ex-libris manuscrito y datados en Buen Retiro a finales del siglo xVII, en concreto en 1696. Varios de ellos (uCm. Fll Res.839; Fll Res.1156) pertenecieron, además, a la Condesa de Campo Alange o, mejor dicho, a las condesas, pues fueron dos: Agustina de la torre, contemporánea de Carlos III, que logró reunir unos mil seiscientos volúmenes, según el testamento de 1760, y el inventario de 132. BnE. 3/15105. Este ejemplar tiene la nota de Barcia “Buen Retiro octubre 18 de 1696”, pero también la rúbrica de guerra en h. 11 r y bajo el colofón. 354 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) 1779(133); la segunda fue maría manuela de negrete y Cepeda, cuyos herederos vendieron la biblioteca al Estado en 1891, encontrándose la mayor parte en la Biblioteca nacional y algunos ejemplares en la Complutense(134). parece que Agustina de la torre fue la adquiriente de los libros de Barcia, por lo que también pudieron ingresar otros más del camarista a la nacional por esta vía. Además de los mencionados bibliófilos que intervinieron en la adquisición de la biblioteca del camarista, debió de haber otros muchos, por lo que la dispersión ha de ser notable. un caso conocido es el de la compra de ejemplares por el primer conde del águila Fernando josé de Espinosa maldonado, como parece demostrarse por las indicaciones en un ejemplar del primer catálogo publicado por mena. la biblioteca la heredó su hijo miguel, ilustre bibliófilo sevillano y se dispersó a su muerte, pasando algunos ejemplares al Archivo municipal y al cabildo de sevilla, donde deben de encontrarse(135). se ha localizado un ejemplar en la biblioteca de la universidad de salamanca, el Compendio dell’historia del regno di Napole (Venetia: giunti, 1613), que incluye el nombre del poseedor seguido de su cargo, regij aduocatus (Bg/29747). mucho más lejos ha viajado el ejemplar de Las quatro partes enteras de la Cronica de España que mando componer el Serenissimo rey don Alonso llamado el Sabio, editada por Florián de ocampo (zamora: Agustín de paz y juan picardo, 1541), pues se encuentra en la Biblioteca nacional de Argentina (Fd 686 (R712)). Cuenta con notas de juan lópez de león, con ex-libris de Barcia (De los libros de Don Andrés González de Barcia Caruallido, Buen Retiro, […]jenbre 30 de 1697), posterior con nombre del poseedor raspado y nota en Ntra. Sra. del Buen Suceso que se venera en el Real Hospital de la Corte, año de 1741, y de Raymond Foluché-delbosc. 133. madrid. Biblioteca Histórica “marqués de Valdecilla”. universidad Complutense. mss. 1096. Este inventario fue recientemente donado a la universidad Complutense por Almudena salamanca y suelves, actual Condesa de Campo Alange. 134. un apunte sobre esta procedencia en mercedes CABEllo mARtÍn, mujeres en la Biblioteca Histórica: lectoras, coleccionistas de libros, bibliófilas. En Folio Complutense. 10 de marzo de 2010. documento electrónico: http://www.ucm.es/BuCm/blogs/Foliocomplutense/ 1438.php [Consulta: 12 de octubre de 2011]. más detalles en Ana sAntos ARAmBuRu, la colección de libros de caballerías de la Condesa de Campo Alange. En Pliegos de Bibliofilia. 1er. trimestre 2004. n. 25, pp. 3-16. 135. Francisco AguIlAR pIÑAl, “una biblioteca dieciochesca: la sevillana del conde del águila”, p. 144. El ejemplar aludido por el autor es el conservado en la British library, 11902.aa.4. REYES, MONJES Y SABIOS 355 Como conclusión se puede afirmar que la inquietud intelectual de Andrés gonzález de Barcia le hizo ser uno de los grandes eruditos del siglo xVIII, con un gran legado a través de las ediciones que elaboró (no sólo de tema americano, las más conocidas, sino de ámbito literario, histórico y numismático) y de su extraordinaria biblioteca, por lo que se conoce, la mayor de las privadas de su época, y cuya parte sustancial se encuentra en los fondos de la Biblioteca nacional. Algunos ejemplares tuvieron una larga historia antes de llegar al erudito camarista y luego a la Biblioteca Real; otros tardaron algo más en llegar a la nacional o, peor, en salir de ella. El resto de los que no hayan desaparecido definitivamente están en sus estantes esperando a que alguien los reúna. Vale. 11 Prensas napolitanas en la Guerra de Sucesión: el impresor Parrino y el Duque de Uceda MARGARITA MARTÍN VELASCO Biblioteca del Centro Universitario Villanueva, adscrito a la Universidad Complutense de Madrid Impresores napolitanos en los inicios del siglo XVIII los estudios sobre el libro antiguo italiano durante los últimos años se han centrado, por su gran interés, en la producción de los siglos xV, xVI y xVII alcanzando apenas el siglo de las luces. la idea de recoger sistemáticamente la producción napolitana del xVIII es un proyecto más reciente emprendido con éxito por los encargados de realizar el Catálogo Colectivo de la provincia de nápoles(1). A pesar de los factores externos que recortaban la actividad impresora, como la censura y el caro sistema de tasas, nada impidió que las empresas tipográficas de nápoles fueran numerosas e importantes. A ello contribuyó la floreciente vida intelectual, de la cual el libro es el producto concreto, que, si bien no era comparable con la francesa de la misma época, estaba poblada de personajes como Vico, galiani, genovesi, Filangieri, matteo Egizio o gian Vincenzo gravina para animar los círculos y los salones napolitanos. nápoles era famosa en toda la Europa por el derecho, la música y el teatro, y era también la tercera plaza italiana en cuanto a importacia de la industria editorial sólo detrás de Venecia y de Roma(2). En este trabajo vamos a asomarnos a la actividad editora de alguno de aquellos maestros que se vieron involucrados en la vida política precisamente por la publicación de panfletos de propaganda relacionada con la guerra, en concreto de los editores parrino y Bulifon. 1. http://www.iperteca.it/info.php. 2. Harold samuel stonE, Vico’s cultural history: the production and transmission of ideas in Naples, 1685-1750, new York: E.j.Brill, 1997. 358 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) El primero de ellos, doménico Antonio parrino (1642-1716), después de unos años de hacer compatible su trabajo de librero con el de actor de teatro decidió dedicarse exclusivamente a la tarea de editor en 1680, dividiendo a partes iguales el negocio que compartía con su padrastro Francesco massari, y abriendo una librería en santa maria la nova que pronto se convirtió en lugar de tertulias literarias. parrino desempeñó un papel importante durante la guerra de sucesión española contraponiéndose al otro gran impresor Antonio Bulifon. los dos Antonios eran competidores en todos los campos: eran rivales por su librería respectiva, por sus escritos de historia, por las publicaciones sobre el Vesuvio, por la Guía, y finalmente porque militaban en campos políticos contrarios: parrino era filoaustriaco mientras Bulifon era filofrancés. se profesaban un odio feroz por haber arrebatado este último el privilegio de la publicación de los Avvisi y de las Relazioni(3) en 1702 cuando parecía firme la soberanía de Felipe V en nápoles. Especialmente interesante para ambos impresores era el privilegio de los Avvisi, gaceta semanal con información general y política, porque incluía anuncios sobre la publicación de libros. Antonio parrino pagaba 800 ducados por la publicación de los Avvisi. Este privilegio le fue arrebatado por Bulifon durante cinco años (1702 a 1707) y su importe se rebajó a 300 ducados, lo cual procuró a Bulifon muchos enemigos entre los austracistas, no sólo por el desigual importe del privilegio sino, sobre todo, por las falsedades que, según ellos, publicaba. la consecuencia de ello fue que con la llegada de los austracistas en 1707 su casa y su negocio fueron quemados, y Bulifon se ve obligado a marchar a madrid junto con su familia. El daño de perder su librería le fue generosamente resarcido una vez en España por parte de Felipe V quien le concedió la administración de las salinas de Valencia y otros privilegios. Allí, su nuera, maddalena peloux es destinada a ser ama de cría del príncipe de Asturias, y el mismo Felipe V se ofrece para ser padrino de bautismo del hijo de maddalena y giampietro michele Bulifon. Bulifon falleció en madrid en 1714. la amistad entre Felipe V y Bulifon se fraguó en el primer viaje del rey por Italia, durante el cual Bulifon actuó como cronista, acompañándole en todos 3. Existen dos interesantes estudios sobre algunos de estos impresores que nos han servido para enmarcar nuestro artículo. El primero de ellos es el de pasquale pIRontI titulado Bulifon, Raillard, Gravier: editori francesi in Napoli; in appendice D. A. Parrino publicado en 19884. El segundo se remonta en su estudio al siglo anterior, pero es útil por la continuidad que suelen tener estas industrias: Stampatori, editori, librai nella seconda meta del Seicento, de Alfonso mIRto, publicado en Florencia en 1989. REYES, MONJES Y SABIOS 359 los desplazamientos. Fruto de ese seguimiento de índole periodística fue el volumen publicado en 1702 en milán y en nápoles Giornale del viaggio di Sra Maesta cattolica Filippo V de Napoli a Milano descritto da Antonio Bulifon. publicó también un resumen de ese viaje en francés, en las prensas de su hijo nicolás Bulifon en 1704. El Duque de Uceda y su relación con Nápoles: lo que se sabe, lo que se sospecha debemos introducir ahora al otro personaje que es objeto de nuestro estudio, el duque de uceda. don juan Francisco pacheco téllez-girón nació en madrid, en 1649 era conde de montalbán y se convirtió en IV duque de uceda tras su matrimonio con Isabel maría gómez de sandoval, hija de la III duquesa de uceda y del duque de osuna. Antes de su primer destino político sirvió de gentilhombre de cámara de Carlos II, hasta septiembre de 1682 en que fue nombrado gobernador de galicia. En 1687 fue nombrado virrey de sicilia. después de su paso por sicilia y de su breve regreso a España Carlos II lo nombra embajador en Roma. Este último monarca de la dinastía austríaca, a las puertas de la muerte, encargó a uceda que presentara al papa Inocencio xII una consulta que iba acompañada de los testamentos de sus predecesores para que el pontífice se formase un juicio recto sobre la sucesión. Inocencio xII, después de cuarenta días de estudio, dictaminó a favor del futuro Felipe V. Esta confirmación fue decisiva para el esclarecimiento de la legitimidad del futuro rey al principio de la guerra de sucesión. nadie sabía que el mismo Inocencio xII iba a fallecer antes incluso que Carlos II. la nueva misión del embajador uceda era la de recabar del nuevo pontífice, Clemente xI, la misma confirmación sobre la persona de Felipe de Anjou. uceda permaneció en Roma hasta 1710 en que Clemente xI decidió ponerse a favor del Archiduque Carlos. En ese momento el embajador fue obligado a marcharse de Roma a génova como ministro plenipotenciario de Italia, y allí tomó la decisión de cambiar su destino político y seguir al Archiduque, que ya había sido nombrado emperador por esas fechas. uceda falleció en Viena en 1718. En su testamento dejó escrita su voluntad de ser enterrado en la iglesia de los franciscanos de Viena, y allí, en su cripta descansa su cuerpo. uno de los objetivos políticos de la presencia de uceda en Roma desde la llegada de Felipe V a madrid era lograr que el nuevo papa Clemente xI aceptara el tradicional y simbólico regalo que se entregaba a los pontífices cada 360 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) año en la víspera del día de san pedro, tras la investidura del reino de nápoles. dicho reino, al ser territorio pontificio no juraba obediencia al monarca español hasta que el pontífice reinante aceptaba al nuevo monarca. Este trámite, más ritual y simbólico que administrativo, consistía en la entrada de una hacanea blanca enjaezada ricamente, que portaba un generoso donativo en monedas de oro(4). Clemente xI se había negado taxativamente a recibir este regalo, dando a entender con ello que no había decidido aún cuál de los candidatos al trono de España quería que fuera el rey de los napolitanos. mientras duraron las gestiones de uceda en este negocio, los representantes del Archiduque en Roma luchaban por conseguir lo mismo, y uceda fue testigo de la llegada a Roma de nobles napolitanos, deseosos de un cambio político, que se reunían para organizar el partido. uno de ellos, josé Capece, debió de informar a uceda de algún progreso por parte del partido austracista. unos meses después fue este noble uno de los cabecillas a quien ejecutó el virrey medinaceli, quedando aquél en la memoria de los napolitanos como un héroe. Volviendo a los primeros años del reinado de Felipe V, durante la llamada Jornada de Nápoles, descrita en italiano por Bulifon, como hemos dicho, uceda viajó desde Roma para encontrarse con su nuevo rey, y allí besó la mano de Felipe V junto con la duquesa y sus hijos, según cuenta para los españoles el también cronista del viaje Antonio ubilla(5). Es en este momento donde se juntan las trayectorias de las vidas de los editores napolitanos y del duque de uceda, pues según cuenta pironti, el editor Bulifon, feliz de recibir en nápoles al nuevo rey borbón, alojó en su casa a uceda y a su familia, además de a otros nobles convocados por el acontecimiento(6). En nápoles uceda asistió a las reuniones secretas con Felipe V junto con el virrey medinaceli. su fidelidad a Felipe V en el momento en que se estaba dirimiendo en Roma la confirmación de uno de los dos candidatos a la corona 4. El episodio de la entrada de la falsa hacanea en el palacio pontificio en la primavera de 1701 está relatado en pedro VoltEs Bou, Aportaciones a la Historia de Cerdeña y Nápoles., pág. 79, y en miguel ángel oCHoA BRun, Embajadas rivales: la presencia diplomática de España en Italia durante la Guerra de Sucesión. Discurso leído el día 15 de diciembre de 2002 en el acto de su recepción pública, pág. 25. 5. Antonio de uBIllA mEdInA, Succession de el Rey D. Phelipe V nuestro señor en la corona de España, diario de sus viages desde Versalles a Madrid: el que executó para su feliz casamiento, jornada a Napoles, a Milan y a su exercito, sucessos de la campaña y su buelta a Madrid, madrid: por juan garcía Infanzón, 1704. 6. pIRontI, op.cit., p. 35. REYES, MONJES Y SABIOS 361 parecía indudable para este monarca(7). A pesar del viaje del rey Felipe, el partido austracista, alimentado por las intrigas del cardenal grimani y el marqués de pescara junto a algunas autoridades de la ciudad, siguió fortaleciendo la esperanza del Archiduque respecto a las posibilidades de conquista, como se demostró en 1707. El duque de medinaceli pacificó el intento de rebelión, pero no logró mantenerse mucho tiempo en su cargo(8) pues su gobierno había sido poco grato para los napolitanos, y Felipe V lo sustituyó a petición de los propios súbditos en ese mismo año de 1702(9). desde entonces muchos pensaron que el propio duque de uceda ayudó a la organización de los partidarios del Archiduque, ya que entre la sublevación napolitana de 1701 y la caída del reino en manos del ejército austriaco en 1707, el movimiento austrófilo, de carácter eminentemente aristocrático, se rehizo, animado por el interés que esos territorios tenían para el Archiduque como representante del imperio, y no como posible rey de España, en el caso de que se diera la posibilidad de repartir la monarquía española. Hasta la caída de nápoles no hubo más que una guerra de folletos, según la expresión de Voltes: Medinaceli soportó con paciencia estos ataques, al decir del historiador Carlo Botta ..., porque no se sintió bastante apoyado por los nobles y la actitud del pueblo le inspiraba cuidado. La prudencia del virrey logró que, por el momento, las lanzas se volviesen cañas y que el conflicto se orientase hacia una guerra de folletos y memorias redactados por juristas de uno y otro bando. En esta polémica legalista llegó a abordarse la cuestión del derecho de Roma sobre Nápoles, como la planteó Nicolás Carbita en un sonado libro, al que respondieron los juristas vaticanos con otro(10). 7. Armando RomAnos RodRÍguEz, “nápoles entre filoaustriacos y filofranceses”, en Actas de las X Jornadas Nacionales de Historia Militar: La Guerra de Sucesión en España y América, sevilla: 13-17 de noviembre de 2000, págs. 263-275. 8. Vicente BACAllAR Y sAnnA, Comentarios de la Guerra de España..., madrid: Atlas, 1957, pág. 35. Bacallar atribuye a este hecho el comienzo de la traición tanto del duque de medinaceli como del de uceda 9. sobre la relación entre uceda y el Reino de nápoles hay abundante documentación en el Ags, sección Gracia y Justicia. para esta introducción a su escrito nos parecen suficientes los documentos citados. 10. pedro VoltEs Bou, “Aportaciones a la historia de Cerdeña y nápoles durante el dominio del archiduque Carlos de Austria”, Estudios de Historia Moderna, Instituto Jerónio Zurita, 1951, p. 32. El libro de nicolás CARAVItA (1647-1717) lleva el título Nullum jus Romani Pontificis in regno neapolitano. Caravita había sido nombrado presidente de la Cámara Real el 12 de mayo de 1702, durante el viaje de Felipe V a nápoles. 362 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) Un memorial del Marqués de Mancera la caída del reino de nápoles en 1707 provocó que el marqués de mancera, que era presidente del Consejo de Italia en ese momento, escribiera un sentido memorial a Felipe V poniendo de manifiesto, desde su probada fidelidad, el dolor de ver los males que producía a la monarquía la presencia de políticos franceses en el gobierno de España. En este texto, mancera ponía voz a todos aquellos que habían servido a Carlos II en los distintos Consejos y que veían los cambios institucionales como un estrategia a favor de la corona francesa: Yo, señor, ya desde la sepultura, con el justo dolor de ver la corona de V. M. en tanto riesgo, no puede mi obligación dejar de representar a V. M. que habiendo sido los castellanos quien la han asegurado sean los propios franceses quien la ponen en paraje de que se le caiga de las sienes. Desde el noble al pleveio todos lloran, y a nadie se le puede negar la justicia de su razón. El resto de la nobleza, obscurecido con las vexaciones sólo se oie su nombre en prisiones y destierros. Los Tribunales ni aun la representación de tales tienen porque con la muchedumbre de ministros, la introduzión de algunos ha relaxado la autoridad de todos. El nervio principal de la República que es el comercio ya pereció en los dominios de V. M. Sin esto no hai ningún monarcha, y mientras V. M. no juzgare por propio lo que posee será nuestro vasallaje ageno, que es sensibilísimo, señor, que teniendo V. M. vasallos que con su fineza sostengan y hagan formidable, busque para ésta agenos súbditos que le pongan en el parage que se halla. A lo sucedido no hai más remedio, lo futuro de grande le neçesita esta Monarchía. Y en los pocos instantes de vida sólo pido a Dios que me dege verle y a V. M. con el conocimiento de esta verdad(11). Esta representación(12) corrió manuscrita por la Corte y trascendió a Italia, donde fue contestada por un autor anónimo en forma del panfleto austracista. Este pasquín es el que acompaña a este trabajo como anexo documental y del que hablaremos a continuación. 11. AHn, Estado, libro 1009 d, pág. 208. 12. Representación: Súplica o proposición motivada que se hace a los Príncipes y superiores. Voz tomada del Diccionario de Autoridades en su edición de 1737. REYES, MONJES Y SABIOS 363 Un pasquín anónimo publicado en Nápoles se trata de un folleto de 12 páginas en cuarto en el que se glosa cada frase de la representación de mançera haciendo las rectificaciones correspondientes a la nomenclatura de los partidarios del Archiduque y utilizando el lenguaje hiperbólico y barroco propio de este tipo de escritos. sobre el contenido político del texto no hace falta ningún comentario, ya que es obvia la finalidad. sí podría ser objeto de estudio la búsqueda del autor y del impresor, ya que en su momento causó un cierto revuelo en la Corte la noticia de la existencia del libelo austracista llegó a Felipe V al poco tiempo de ponerse en circulación, suponemos que en el mes de noviembre o diciembre de 1707, y el mismo Rey le encargó a uceda, buen conocedor de la historia de España, la redacción de una respuesta. Hay una carta formando parte de un expediente que comienza con la solicitud de información por parte de don josé de grimaldo dirigida a don Félix de la Cruz(13) para averiguar quién es el autor del papel sedicioso: Don José de Grimaldo a don Félix de la Cruz. Notizioso el Rey de un papel sedizioso que se publicó en Italia muy ofensibo a su Real Persona y de la respuesta que hizo dar a él el señor Duque de Uzeda desbaneciendo lo engañoso de su asumpto y dando a conoçer la justa causa de S. Magestad de que entregó V.S. una copia al Sr. D. Francisco Ronquillo, me manda S. M. dezir a V.S. manifieste todas las notizias que tubiere de Italia açerca de las partes donde ha corrido el zitado papel, y si se ha presumido quién pueda ser el Autor. De que participo a V.S. de su real orden para su cumplimiento. Dios guarde a V.S. muchos años como desseo. Buen Retiro, 24 de octtubre de 1708. José de Grimaldo la respuesta que don Félix da a la solicitud parece aludir a dos posibles autores: el duque de moles(14) o don juan Antonio Romeo y Anderaz(15). men13. don Félix de la Cruz había sido secretario de uceda en sicilia, y mantenía con él una frecuente correspondencia que fue requisada por el Consejo de Estado en 1711 cuando uceda cambió de bando político. 14. El duque de moles era el embajador por parte del Emperador ante la corte del Archiduque en Barcelona. tanto el contenido como el tono del escrito hacen dudosa esta atribución. 15. El marqués de Erendazu, juan Antonio Romeo, era encargado de los asuntos de Italia en el Consejo de Estado de la corte de Barcelona. tampoco es muy probable esta atribución, por demasiado simple. 364 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) ciona incluso a un tercero, al que se refiere genéricamente como un clérigo agustino recoleto. sin embargo, don Francisco Ronquillo (que sale duramente criticado en el panfleto, como veremos) sospechaba que el autor del mismo lo era también de la respuesta, por lo que dejaba caer sus recelos en la persona del duque de uceda: si el Rey sabía a quién había encargado su defensa, Ronquillo daba la idea de que el autor podría ser el mismo: Madrid, 25 de octubre de 1708. A don José de Grimaldo respondiendo a su papel sobre el papel sedicioso. Don José de Grimaldo. Sr. mío: Las notizias que tengo de Italia sobre el papel que V.S. me habla en su villete de ayer de orden de S. M. mandándome las manifieste son que algunos (1) me escrivieron de Roma muchos meses a cómo avía llegado allí i corrido por Italia estampado un papel infame, (2); poco después me escrivió el Duque de Uzeda lo mismo encargándome supiese si avía llegado a España i si se avía respondido; preguntelo y no allé luz de que se huviere visto, con lo qual satisfize al Duque, a que siguió aver llegado a mi mano la respuesta (3) que entregué al Sr. don Francisco Ronquillo como vino, por si a los arcanos de su Ministerio sirviese la notizia. En quanto (4) a la presumpción del autor, no me atrebo a hacer concepto por no tenerle de que gasten fijas notizias algunos que me escribieron corría por del Duque Moles, don Juan Antonio Romeo, o un fraile agustino recoleto, i quien no dudo lo avrá descubierto o solizitar conseguirlo es el Sr. Duque de Uzeda, como tan natural en su viveza y su zelo. las notas numeradas que don Félix de la Cruz intercala en su copia marcan las aclaraciones que debe hacer a uceda para que éste esté al corriente de lo que opinaban en madrid: embié copia a S.E. [al Duque de Uceda] destos dos villetes con la adición siguiente: Como es menester vivir con tanta desconfianza de los tiempos y las gentes, zeñí mi respuesta a lo que parece nos ponía a cubierto de alguna bastarda inteligencia. Lo que va señalado con el 1 y 2 fue por la especie que se le soltó a Ronquillo de que, por hacer alarde de su ingenio, el que respondió pudo forjar el livelo. En el 3 no contexté que V.S. le hizo REYES, MONJES Y SABIOS 365 responder, porque el Rey bien save la mano que lo hizo, i la Reyna, que le a leído i tiene con estimación en su gavinete, y salvé también el por qué se dio a Ronquillo. En lo 4º, para sacar su origen de España, y que, si querían saverlo, lo preguntasen a quien devían , dejando a su arbitrio el cómo i la forma de responder i dar quenta(16). Guerra de folletos. La Publicística en Nápoles durante la Guerra se Sucesión la Biblioteca nacional de madrid conserva un manuscrito que contiene la copia de una carta fechada en génova el 12 de septiembre de 1711, en la cual se relata un hecho trascendental en la vida del IV duque de uceda: su traición para algunos, su cambio de filiación política para otros: [...] El día 8 luego que descubrió la armada se fue el duque de Uzeda a su casa de San Pedro de Arenas acompañado de su hijo don Melchior, [...]haviéndose quitado la orden del Espíritu Santo, inmediatamente empezó a tratar con los enemigos declarándose del partido del Archiduque, acción tan indigna de su sangre que escandalizaba a todos pues nadie se persuadía pudiera dar este paso tan contrario a los empleos con que el rey le ha onrado y a las confianzas que ha devido a su Majestad. Luego que la armada llegó a estas cercanías el día 11 se embarcó con su hijo en una faluca fue al navío a vesar la mano al Archiduque y bolvió azerlo el día siguiente quando desembarcó, ayer 13 le siguió en posta a Milán y según las aparienzias, y lo mal que ha parezido a los tudescos esta su resolución podrá esperar poco. Ha dicho a algunos cavalleros ginoveses que en llegando a Milán dará al público un manifiesto, pero si tiene presente el papel que hizo siendo embajador en Roma intitulado La Verdad por sí, i en sí, misma, le bastara por respuesta. Esta referencia, y otra de Bacallar de un tenor semejante nos hicieron ir en busca de este papel, La Verdad por sí, i en sí, misma, que imaginábamos entre los impresos catalogados dentro del género político de la publicística, y su hallazgo en la Biblioteca nacional de Francia nos permitió hacer un estudio de un documento de información política de especial interés. Allí encontramos (17) también el libelo austracista . 16. AHn, Estado, legajo 2989, expediente 81. 17. Biblioteca nacional de Francia, 31509150 366 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) no es la única noticia de la actividad publicística en las prensas napolitanas, pues el mismo uceda cuenta en su escrito que el impresor napolitano Antonio parrino(18) fue condenado a galeras por imprimir una gaceta en la que se auguraba que el Archiduque sería nombrado Rey de Romanos por la probada incapacidad del Emperador para tener hijos(19). la argumentación de los partidarios de los dos bandos contendientes, referida no sólo a la defensa de la legitimidad de los títulos que respaldaban el derecho al trono de sus respectivos candidatos, sino también apoyando las razones de la defección, y el paso al bando contrario de unos y otros tuvo pues durante la guerra de sucesión ese fruto más o menos literario en forma de propaganda impresa que ha sido estudiado ya en profundidad . A esta confrontación dialéctica no fue ajeno el duque de uceda como vamos a ver. las palabras que él mismo emplea, con un tono marcadamente exagerado, hacen mención a este fenómeno: No es difícil comprender de quién me lamento, pues con un dilatado silencio producido del desprecio an dejado correr al monstruo de la mendacidad por el medio de las sátiras, los libelos y detestables scriptos, en tal modo que, libre sin la oposición, a pasado la taciturnidad por convencida, e io [la verdad hablando en primera persona] como ignorada . El opúsculo de uceda, que quiere explícitamente aparecer también como de autor desconocido, titulado La Verdad por sí, i en sí misma, y que lleva como subtítulo una frase de la sagrada Escritura Quia corruit in platea veritas (Isaiae cap., 59, 14) glosa capítulo a capítulo el libelo austracista, como hemos dicho. Conclusión la finalidad de este trabajo no ha sido otra que la de ofrecer el texto íntegro de un libelo político antiborbónico impreso en nápoles el año 1707 y 18. En tres ocasiones menciona a este impresor, y eso nos hace pensar en dos realidades: por un lado en la conocida bibliofilia de uceda manifestada en su actividad patrocinadora de libros, y a quien la tarea editorial no pasaba inadvertida, y por otro lado en el conocimiento que uceda tenía de la publicística del sur de la península italiana. 19. margarita mARtÍn VElAsCo, La colección de libros impresos del IV Duque de Uceda en la Biblioteca Nacional de España, madrid: Calambur, 2009. Allí aparece en edición facsímil La Verdad por sí.., vid. p.82. REYES, MONJES Y SABIOS 367 destacar el papel de las prensas napolitanas durante la guerra de sucesión por la circunstancia de estar alejadas del control de la Corte y por las afinidades políticas que tenían los propios impresores. la lectura del libelo puede ilustrar ese aspecto de la lucha política desde los papeles, contribuyendo a dar una visión de la época, el Barroco, con un estilo literario que no excluye el ámbito político. 368 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) REYES, MONJES Y SABIOS 369 370 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) REYES, MONJES Y SABIOS 371 372 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) REYES, MONJES Y SABIOS 373 374 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) REYES, MONJES Y SABIOS 375 376 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) REYES, MONJES Y SABIOS 377 378 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) REYES, MONJES Y SABIOS 379 380 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) ÍNDICE GENERAL presentación 9-10 manuel Alejandro Rodríguez de la peña Rex elucubrans in libris: bibliotecas palatinas y monarcas bibliófilos en el Occidente medieval 11-50 Rosamond mcKitterick Carolingian libraries: what do we know about them? 51-66 Ana Belén sánchez prieto Monastic Libraries in the Early Middle Ages 67-84 Ramón gonzálvez Ruiz La biblioteca capitular de Toledo. Creación y conservación de un legado bibliográfico medieval 85-106 Anna Adamska The Formation of Cathedral Libraries on the Edge of Central European Latinitas (Poland, Bohemia and Hungary) in the Earlier Middle Ages (c. 950-c. 1250) 107-136 Elisa Ruiz “Oýr de Biblia”. Cánon de lecturas de la Nobleza castellana (14301520) 137-170 josé luis gonzalo sánchez-molero Los “libros godos” en la Real Biblioteca de El Escorial en época de Felipe II: un proyecto humanístico tardío 171-210 REYES, MONJES Y SABIOS 381 Alfonso de Ceballos-Escalera y gila De libros, de librerías y de libreros en la Segovia del Renacimiento 211-238 Antonio Carpallo Bautista Las encuadernaciones góticas y mudéjares de la Biblioteca Complutense 239-308 Fermín de los Reyes gómez Bibliofilia y patrimonio: apuntes sobre la biblioteca de Andrés González de Barcia y su edición de los Diálogos de las medallas 309-355 margarita martín Velasco Prensas napolitanas en la Guerra de Sucesión: el impresor Parrino y el Duque de Uceda 357-379 382 ANNALES DU CINQUANTENAIRE IV (2009-2010) REYES, MONJES Y SABIOS 383 BIBLIA LEONESA DE SAN ISIDORO Facsímil disponible: Códice completo, editado por la Fundación Hullera Vasco-Leonesa La Biblia Leonesa de San Isidoro (Archivo Capitular de la Real Colegiata de San Isidoro de León. Manuscrito nº 2), que incluye todos los libros del Antiguo y Nuevo Testamento, comentados y profusamente iluminados, está considerada como el manuscrito más significativo que nos ha llegado de esa época, tanto por su amplio contenido, como por su calidad y su originalidad, hasta el punto de que se le atribuye el origen de una importante mutación en la miniatura mozárabe a mediados de siglo X, que se reflejaría posteriormente en los Beatos del segundo estilo pictórico. El Codex Biblicus Legionensis (960), se escribió en el Monasterio de Valeránica (Burgos) por el presbítero Sancho y fue miniado por Florencio; ambos aparecen retratados brindando en el colofón. Tiene gran número de miniaturas. Es de enorme atractivo por la riqueza de sus colores, la expresividad de las figuras y por la representación de la vida social de la España cristiana del siglo X presente en palacios, templos, ajuar, atuendo civil y guerrero, etc. Es considerado el códice bíblico por excelencia de la liturgia mozárabe. Se ha publicado una edición facsimilar de esta Biblia. Acompaña al facsímil el libro “Veinte Estudios” que comprende veinte trabajos de especialistas que tratan exhaustivamente todas las particularidades del códice. Descripción: Dimensiones: 485 x 345mm. 514 folios de pergamino en letra minúscula visigótica a dos columnas de 51 líneas. Más de 300 miniaturas. Información en: [email protected] y http://www.fhvl.es/fhvl/content.asp?ContentId=663 Teléfono 987 572 323 / Fax.: 987 570 369