Claudia Andrea Sánchez Maciel “Deontología Judicial y

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2014
AUTOR:
Claudia Andrea Sánchez
Maciel
“DEONTOLOGÍA JUDICIAL Y
TRANSPARENCIA. SU IMPACTO EN LA
SOCIEDAD ACTUAL”
INTRODUCCIÓN
En la actualidad, es una constante escuchar en los diversos ámbitos de la vida
cotidiana, afirmaciones que refieren la nula autoridad moral de muchos
profesionistas, específicamente de aquellos que desarrollan sus servicios en el
ámbito jurídico. De todos los campos del derecho, nos interesa referirnos a la ética
judicial desarrollada por el juzgador, puesto que éste, como profesionista del
derecho que es, debe cumplir con una serie de principios, reglas y virtudes éticas
que lo deben identificar como un buen profesionista.
En la importante tarea de interpretación y aplicación del derecho correspondiente
a los juzgadores se han dejado de lado comportamientos y conductas éticos dada
la naturaleza del ser humano, es decir, la idea del poder y la superioridad han
hecho que a lo largo del tiempo, la percepción de lo bueno y lo malo en el área de
aplicación del derecho se haya deformado a tal grado que la conducta de los
juzgadores deba ser regida por códigos de ética.
ÉTICA
La ética es una rama de la filosofía que se encarga del estudio racional del deber,
la virtud, la moral y el buen vivir. El estudio de la ética se remonta a la Antigua
Grecia y su desarrollo ha sido muy amplio. La ética tiene por objeto determinar
qué es la moral y cómo se debe aplicar a la vida social.
La palabra ética proviene del latín ethĭcus, y este del griego êthicós. En este
sentido, debemos diferenciar éthos (que significa contumbre, hábito, uso) de ethos
(que significa carácter), en este último sentido es que debemos entender el
significado de ética.1
1
Diccionario Etimológico virtual: http://etimologias.dechile.net/?e.tica
2
Podemos concebir la ética como la ciencia que estudia las acciones humanas en
cuanto se relacionan con los fines que determinan su rectitud. En general toda
ética pretende determinar una conducta ideal del hombre. Esta puede
establecerse en virtud de una visión del mundo o de unos principios filosóficos o
religiosos, que llevan a determinar un sistema de normas. Se divide en ética
general, que estudia los principios de la moralidad, y la ética especial
o deontología, que trata de los deberes que se imponen al hombre según los
distintos aspectos o campos en que se desarrolla su vida.2
La ética tiene como objeto los actos que el ser humano realiza de modo
consciente y libre, es decir, aquellos actos sobre los que ejerce un control racional.
No se limita sólo a ver cómo se realizan esos actos, sino que busca emitir un juicio
sobre estos, que permite determinar si un acto ha sido éticamente bueno o
éticamente malo.
La ética estudia los actos libres, voluntarios e imputables al hombre, trata de
establecer qué es la moral y se ve obligada a justificar teóricamente por qué hay
moral y debe haberla, o bien establecer que no hay razón alguna para que la
haya.3
No pretendemos enfocarnos en el estudio de la ética en general, sino que
abordaremos a la deontología judicial electoral que es el tema central que nos
ocupa en el presente trabajo e iniciaremos definiendo algunos conceptos
importantes.
RELACIÓN ENTRE ÉTICA Y DERECHO
2
3
Diccionario Enciclopédico Vox 1, 2009 Larousse Editorial, S.L.
http://filosofia.org/filomat
3
En primer lugar, debemos decir que el derecho siempre nos ha acompañado al
igual que los valores o deberes éticos, en cada época podemos encontrar
muestras de ello iniciando con el gran Cicerón hasta llegar en la actualidad a
retomar la importancia de la ética judicial.
El derecho es de suma importancia para todas las sociedades, se puede percibir
como aquello que le da equilibrio a la convivencia dentro de una colectividad, dado
que atañe en muchos aspectos de la vida cotidiana. Por lo anterior, debemos
considerar que el derecho y la ética son dos disciplinas íntimamente relacionadas
entre sí.
DEONTOLOGÍA. CONCEPTO E IMPACTO EN LA ACTUALIDAD
La deontología es el estudio de los deberes, referidos principalmente a la actividad
profesional, por lo que existe la deontología del médico, del ingeniero, del
abogado. La ética profesional es la aplicación de la ética general a la profesión, o
dicho más correctamente al profesional. La deontología dice Villoro Toranzo
“establece reglas para que los miembros de la misma profesión la desempeñen
con dignidad y elevación moral”4
Otra definición de deontología es la ofrecida por H. Mauro Marsich quien señala
que la deontología es “el conjunto de reglas, vinculadas al ejercicio profesional, y
principios que rigen determinadas conductas del profesional”.5
La deontología jurídica, concebida como los deberes morales del abogado, es la
rama de la Filosofía Jurídica que tiene como finalidad específica, la determinación
de cómo debe ser el derecho y cómo debe aplicarse. Esta disciplina considera
4
5
Villoro Toranzo, M., Deontología jurídica, Universidad Iberoamericana, México, 1987, página 12.
Marsich, Mauro H., Manual de Deontología Jurídica, Xaveriana, Guadalajara, 1998, página18.
4
como principal deber moral del abogado, cualquiera que sea su faceta, tener los
conocimientos necesarios para ejercer diligentemente su profesión, por tanto, es
indispensable tener un buen conocimiento del sistema jurídico, además, existe el
deber de actualizarse constantemente. 6
En el caso concreto, la ética del servidor responde a determinados aspectos
fundamentales: por un lado, encontramos una obligación de carácter moral que es
propia del individuo, es decir, la conciencia que debe tener el servidor de que sus
actos debe adecuarlos a normas de conducta identificados con aspectos de
responsabilidad y honestidad. Por otro lado, el servidor público debe estar
consciente de la posible aplicación de sanciones para el caso de que en ejercicio
de su cargo, violente o se aparte de las disposiciones constitucionales, legales o
reglamentarias que lo hagan acreedor a dicha sanción.
En nuestros días se habla de la pérdida de valores en todos los ámbitos la vida,
desde las cuestiones más simples, verbigracia, usar un acordeón para acreditar un
examen en la escuela. Estas pequeñas cosas hacen que los valores se hayan
debilitado en la sociedad y que ahora se hable de la ética como un valor
importante para el desarrollo de cualquier sociedad, sin embargo, debemos
reencontrarnos con este valor puesto que se ha perdido como veremos más
adelante.
Consideramos que los valores éticos, se adquieren en el hogar, en la escuela,
desde que todos los seres humanos somos niños, sin embargo, las circunstancias
que se presentan en la vida actual, la necesidad que ambos padres deban salir a
trabajar, la independencia de éstos con sus hijos, han hecho que los niños crezcan
sin saber distinguir lo bueno de lo malo; aunque debemos advertir que esto no
ocurre en todos los casos pero sí en la mayoría.
6
Marsich, Mauro H., “Ética profesional y deontología jurídica: nociones y principios”, en la abogacía
práctica profesional, enseñanza y deontología, F. M. Carrasco Fernández (comp.) O.G.S., Puebla,
2000, página 121.
5
Se ha dicho desde hace algunos años que la sociedad está corrompida porque la
corrupción ha hecho presa de la voluntad de muchas personas, lo mismo ocurre
con el gran problema que nos aqueja desde hace varias décadas como es la
delincuencia organizada. Problemas que se acrecientan por la falta de valores en
la formación de las personas, entre ellos la ética, lo que se evidencia con la
incursión del crimen organizado incluso en la política; y, para muestra, el caso de
Michoacán.
Estas circunstancias descritas con antelación aunado a la deficiente calidad
educativa y la nula instrucción en ética y valores ha hecho que las personas
vivamos una realidad en la que se han perdido los valores y la conciencia para
aportar en la consecución de un fin común que es el bienestar de toda la sociedad.
Si bien es cierto que la problemática relatada en párrafos precedentes no es de
ahora, también lo es que si no se distingue entre lo bueno y lo malo en las cosas
más simples de la vida, tampoco podemos esperar que por “arte de magia” todas
las personas seamos éticas en nuestro proceder en la vida personal y mucho
menos profesional.
En conclusión, existe una gran crisis de valores que se refleja en el
comportamiento de gobernantes, funcionarios, legisladores y jueces que pone de
manifiesto una gran necesidad de promover la ética como un modo de detener
dichos comportamientos que afectan directamente al buen funcionamiento de la
administración pública. Es conveniente recuperar los valores y principios éticos
con el fin de superar los conflictos a los que servidores públicos de toda índole se
enfrentan a diario.
Lo importante es no sólo fomentar sino también fortalecer los principios éticos en
la mente de quienes ocupan cargos públicos con la intención de que sus actos se
6
rijan por la integridad y el buen juicio. Hay que desterrar la crisis de la moral
existente y favorecer el surgimiento de las virtudes en las personas, en especial en
quienes están al frente de las funciones públicas.
Se debe educar en la honradez y en la probidad a todos los seres humanos y, en
especial, a los que operan en el ámbito público, a fin de lograr una mayor
eficiencia en las actividades de la función pública. Sólo así obtendremos la
reivindicación de la imagen de los gobernantes, los funcionarios, los legisladores,
los jueces, y de todos aquellos que forman parte del ámbito de acción del servicio
público. Al mismo tiempo se devolverá confianza a los ciudadanos, de tal modo
que éstos puedan confiar en las instituciones.
Atento a lo anterior, nos parece pertinente recordar la investigación puntual del Dr.
Óscar Diego Bautista, sobre la sociedad finlandesa y cómo es que lograron el
fortalecimiento de los valores y principios necesarios para el bienestar de la
comunidad, donde concluye:
“La consolidación de los ideales de bien común, justicia e interés
general, basados en valores y principios éticos, se logró gracias a la
tenacidad y la perseverancia, mediante la educación, penetrando en el
alma de los ciudadanos. La conciencia colectiva resultado de valores
comunes, sin duda, es el sostén y la fuente de energía de la que
emana
la
fuerza
para
sostener una cultura
ciudadana,
rica,
participativa, consciente, sólida y bien formada.”7
Cuando se ingresa en la administración pública se realizan actividades de servicio
a los ciudadanos. Si la prestación de servicios no es adecuada, las instituciones
públicas se desacreditan. La ética aglutina un conjunto de valores como la
7
Bautista, Óscar Diego, Ética para la ciudadanía, México, Instituto Electoral del Estado de México,
2013, página 32.
7
honradez, la probidad, la eficacia, la transparencia, la atención y el servicio al
ciudadano, la imparcialidad, la objetividad y otros que hacen del trabajo en el
sector público una inmensa tarea de la cual la sociedad espera frutos de calidad.
En la reconstrucción de una cultura ética se hace necesario un discurso sobre la
responsabilidad profesional, instando a reflexionar sobre nuestras acciones, con la
finalidad
de
autoimponerse
lineamientos
vinculados
con
los
derechos
fundamentales y los principios constitucionales.
Ha llegado el momento de ser más concretos y trasladar el tema de la simple
enunciación de referencias y buenos deseos a la realidad, en este sentido, no
cuestionaremos la aplicación de la norma jurídica al caso concreto, sino el orden
de conductas y comportamientos de quienes intervienen en un proceso
jurisdiccional que es la función pública y que requiere una doble faceta: los
conocimientos y la deontología judicial, de las cuales resulta de mayor
trascendencia la segunda.
La primera entendida como el cúmulo de conocimientos y experiencias que todo
juzgador debe poseer para garantizar el desarrollo adecuado y eficaz de su actuar,
sin olvidar lo importante que resulta la actualización de esos conocimientos. La
segunda, en la que advertimos los principios y deberes éticos que todo juzgador
debe practicar en su actuar.
En muchos países incluido México, se ha optado por crear códigos de ética para
juzgadores, con la finalidad de formar a los servidores públicos y dotarlos de los
principios rectores de la actividad jurisdiccional, tal como establece el propio
Código de Ética del Poder Judicial de la Federación.
8
En este sentido, debemos advertir que a través del tiempo ha surgido la necesidad
de crear estos códigos de ética, donde se describe a los servidores públicos cómo
es que deben conducirse en el ejercicio de sus atribuciones; consideramos que
esta es la evidencia fehaciente de la pérdida de ética que hemos sufrido los seres
humanos a lo largo de la historia.
Es decir, ¿por qué crear estos códigos de ética? ¿Por qué existe desconfianza en
los servidores públicos al grado de que los de mayor jerarquía tengan la necesidad
de describir el correcto actuar de todos? Consideramos que la respuesta debería
determinarse en el sentido de que la falta de ética y valores que los seres
humanos hemos experimentado a lo largo del tiempo nos ha llevado a actuar sin
probidad ni ética, sobre todo si consideramos la dinámica social, la corrupción, los
intereses políticos, la falta de transparencia en los procesos de selección de los
servidores públicos, los intereses personales y familiares.
Por lo anterior, es que la administración pública se ha visto en la necesidad de
crear códigos de conducta para tratar de enmendar una situación que siempre fue
descuidada por todos, pero ante el surgimiento de la transparencia y el
crecimiento intelectual de las sociedades es que ha vuelto la vista a la ética, que si
no se hubiera descuidado, en nuestro punto de vista, no existirían tan arraigados
los grandes problemas que la sociedad vive y de lo que se duele (corrupción,
delincuencia).
Ante este panorama, lo que nos queda hacer como individuos primero y como
servidores públicos después, es generar un cambio e incluir los valores, los
principios personales y actuar siempre apegados a la ética en cada rol de nuestra
vida, en la familia, en la sociedad, en la vida profesional y de esta manera lograr
que la sociedad vea de forma distinta a los servidores públicos, otorgándoles
credibilidad en las actividades que les toca desempeñar. Es decir, lo más
importante es concientizar a todo servidor público con el propósito de hacerlo ver
9
las virtudes que el ser humano ya tiene por naturaleza, y que se han perdido a lo
largo de la historia del hombre que ha sido presa del egoísmo y el servilismo.
El mal uso del poder y la idea de la superioridad (intelectual, jerárquica, etcétera),
además de los abusos de algunos servidores públicos, han dado paso a la
desvalorización de la actividad que realizan, es decir, ha cambiado el concepto del
servicio público que debería tener como finalidad servir a la colectividad y de
ninguna manera, servirse a sí mismo, sin embargo, el poder, cualquiera que sea
su faceta, económico, político, social, intelectual, es difícil manejarlo y colocarlo al
servicio de quienes realmente necesitan y buscan el bien común.
Es por lo anterior, que en materia de servidores públicos se ha corrompido la idea
de ética y principios, sobre todo cuando nos referimos a los servidores públicos
judiciales, siendo precisamente ellos a quienes corresponde velar por la
consecución de los principios elementales que deben imperar en toda sociedad
como son la justicia, la igualdad, la equidad, por mencionar algunos.
Ahora debemos referir otro tema que nos parece importante relacionado con los
multicitados códigos de ética, en el sentido que son enunciativos y que
generalmente no vinculan a sus destinatarios, razón por la cual se discute si éstos
deben ser imperativos y establecer sanciones a quienes realicen un actuar no
apegado a los principios éticos establecidos.
Al respecto, consideramos, en un primer momento, que resultaría infructuosa la
elaboración de códigos de conducta, pues si todo tipo de leyes, incluso la
Constitución, son ignoradas e inobservadas diariamente ¿qué caso tendría crear
un código de conductas?, además, ya los actos reprochables de los servidores
públicos, y concretamente los de los jueces, se encuentran descritos y castigados
10
en las leyes administrativas y penales; sin embargo, lo que debe hacerse es
actualizarlas.
Amén de lo anterior, conviene profundizar sobre el tema que nos ocupa, relativo a
la deontología jurídica electoral donde hablaremos de los deberes éticos del
juzgador; por lo que se hace requisito indispensable hablar específicamente de la
ética en la función jurisdiccional, para ello debemos hacer un análisis de todas las
cuestiones que conlleva este tema.
Iniciaremos diciendo que este tema ha sido desarrollado por distintos autores que
reconocen la existencia de diversos principios o valores éticos a cargo de los
juzgadores o encargados de administrar justicia en los órganos jurisdiccionales e
incluso administrativos (como sería el caso en materia electoral de las autoridades
administrativas electorales).
En párrafos precedentes hablamos sobre la necesidad de tener códigos de ética y
referimos que nos parecen, hasta cierto punto, superfluos, sin embargo, también
pueden ser tomados como indicadores o parámetros de conducta por los
servidores públicos, por tanto, si un juzgador atiende las sugerencias contenidas
en el código de conducta cada día, garantizará un actuar ético.
Es decir, si bien es cierto dimos razones validas para establecer, a nuestro juicio,
la inoperancia de estos códigos, también es cierto que pueden llegar a ser
tomados por los servidores públicos como un modelo o patrón a seguir en su
actuar diario.
Ahora, gobernantes y gobernados debemos buscar una conciencia ética que haga
de cada uno de nosotros, un sujeto de cambio y construcción, que enseñen a
convivir en la moral y el respeto, por tanto, es momento que hagamos referencia a
algunos de los principios que deben regir el actuar de cada una de las autoridades
11
encargadas de administrar justicia, principios que recogen algunos códigos de
conducta como el que desarrolló la Suprema Corte de Justicia de la Nación para el
Poder Judicial de la Federación.
Sin embargo, no pasa desapercibido el hecho que en la propia Ley Federal de
Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos, y en general las
leyes de responsabilidades de cada entidad federativa contienen, al menos de
manera enunciativa, los principios a que debe apegarse el actuar de todo servidor
público, en el entendido de que los juzgadores son servidores públicos.
PRINCIPIOS ÉTICOS Y VIRTUDES
Nos parece importante que podamos distinguir entre principios éticos y virtudes
del juzgador. Entendemos por principio, “el enunciado general que da razón de ser
y fundamento a un sistema. Es una idea rectora”.8 Por otro lado, la virtud es “una
cualidad humana adquirida, cuya posesión y ejercicio tiende a hacernos capaces
de lograr aquellos bienes que son internos a las practicas y cuya carencia nos
impide, efectivamente, lograr cualquiera de tales bienes”.9
Atendiendo a lo anterior, podemos entender como principios éticos la
imparcialidad, objetividad, independencia, entre otros. En tanto que las virtudes del
juzgador son el humanismo, la justicia, prudencia, responsabilidad, lealtad,
respeto, humildad y sencillez.
Empero de lo anterior, y tomando en consideración algunos de los principios
señalados en el desarrollo del presente trabajo y algunos más que adicionaremos,
iniciamos el análisis de los principios y virtudes enumeradas con antelación,
8
9
Maclntyre, Alasdair, Tras la virtud, Barcelona, Crítica, 2001, página 237.
Ídem.
12
mismas que son base de la actuación de los servidores públicos enfocándonos a
los que se desempeñan en el ámbito jurisdiccional.
PRINCIPIOS ÉTICOS DEL JUZGADOR
En primer término, debemos considerar los principios que analizaremos, a saber:
honestidad, imparcialidad, objetividad, independencia y profesionalismo.
HONESTIDAD
La honestidad concebida como la probidad y honestidad en el obrar, desde el
punto de vista filosófico es una condición del hombre que consiste en proceder en
atención a como se piensa que es correcto. Se refiere a la cualidad con la que se
designa a todo individuo que con sus actos se revela como ecuánime, imparcial y
honorable.
En relación con el tema que nos ocupa, debemos entender este principio en el
sentido de que el juzgador no deberá valerse de su cargo público para obtener
algún beneficio, superioridad personal o favorecer a terceros. Tampoco deberá
buscar o aceptar prestaciones de cualquier persona u organización que puedan
comprometer su trabajo como servidor público.
IMPACIALIDAD
La imparcialidad concebida como un principio que establece que las resoluciones
de todo juzgador, deben tomarse considerando criterios objetivos, sin influencias
ni prejuicios de ningún tipo.
13
Al respecto, señala Joseph Aguiló que mientras que la independencia trata de
controlar los móviles del juez frente a influencias extrañas al derecho,
provenientes del sistema social, la imparcialidad trata de controlar los móviles del
juez frente a influencias extrañas al derecho provenientes del proceso. 10 Es de
esta manera, que define entonces la imparcialidad como una forma de
independencia frente a las partes y el objeto del proceso que pueden influir en la
deliberación y resolución del juez.
Es por lo anterior que entendemos la imparcialidad como la conciencia del
juzgador que debe estar libre de cualquier dominio que provenga del mismo
asunto. Así, el juez debe evitar que esos elementos puedan llegar a intervenir en
su decisión final, por tanto, el juez, guiado por su justo actuar, debe solucionar el
problema adherido a lo que establece la norma jurídica.
OBJETIVIDAD
La objetividad está relacionada tanto con planteamientos epistemológicos como
morales. Este concepto implica, un distanciamiento del sujeto respecto de él
mismo en aras de acercarse al objeto, es decir, a la hora de expresar un juicio el
sujeto debe abandonar todo lo que le es propio (ideas, creencias, sentimientos o
convicciones) para alcanzar la objetividad.11
La objetividad desde el punto de vista de la ética judicial, consiste en la actitud del
juez para rechazar las influencias que en su interior, lo conduzcan a tomar una
determinación que esté más apegada a dichas creencias que al Derecho.
10
Aguiló, Joseph, “Independencia e imparcialidad de los jueces y argumentación jurídica”, en
Isonomía, No. 6, México, 1997, páginas 76-77.
11
www.sitios.scjn.gob.mx/instituto/sites/default/.../virtudes_del_juzgador.p..
14
Por lo anterior, es que difícil determinar cuándo estamos en presencia de
subjetividad del juez, puesto que es un elemento que está más enfocado al fuero
interno del juzgador.
INDEPENDENCIA
Podemos considerar a la independencia judicial como la autonomía de conciencia
del juzgador en cuanto tal. Es decir, la independencia es la correspondencia que
debe existir entre la razón y la voluntad del juzgador. Es la conformidad de la
acción de juzgar con una regla justa lo que hace que el juez sea verdaderamente
independiente.
Por tanto, independencia para el juez debe significar emitir sus resoluciones en
conciencia, ajeno a cualquier influencia que signifique supeditación a otra persona,
sin embargo, la influencia se puede ejercer de diversas maneras, que puede
identificarse como externa (influencia que podrían ejercer los medios de
comunicación, por ejemplo) e interna (donde la autoridad representa consideración
entre los mismos juzgadores de diversas jerarquías). 12
PROFESIONALISMO
El profesionalismo se utiliza para describir las prácticas, comportamientos y
actitudes que se rigen por las normas preestablecidas del respeto, la mesura, la
objetividad y la efectividad en la actividad que se desempeñe. Éste es la
consecuencia directa de ser profesional, es decir, un individuo que tiene una
profesión particular y que la ejerce de acuerdo a las pautas legalmente
establecidas; mismas que pueden consistir en aspectos de apariencia tales como
12
www.sitios.scjn.gob.mx/instituto/sites/default/.../virtudes_del_juzgador.p..
15
la vestimenta, hasta actitudes morales y éticas tales como el cumplimiento de los
deberes.
El profesionalismo, desde el punto de vista de la ética judicial, es la “disposición
para ejercer de manera responsable y seria la función jurisdiccional con relevante
capacidad y aplicación”.13
VIRTUDES DEL JUZGADOR14
Es momento de hacer referencia a las virtudes que todo juzgador debe tener:
Humanismo. En cada momento de su quehacer está consciente de que las leyes
se hicieron para servir al hombre, de modo tal, que la persona constituye el motivo
primordial de sus afanes.
Justicia. Consiste en dar a cada quien lo que es debido, en cada uno de los
asuntos sometidos a su potestad.
Prudencia. El juzgador, en su trabajo jurisdiccional y en las relaciones con sus
colaboradores, recoge la información a su alcance con criterios rectos y objetivos;
consulta detenidamente las normas del caso, pondera las consecuencias
favorables y desfavorables que puedan producirse por su decisión, y luego, toma
ésta y actúa conforme a lo decidido.
Responsabilidad. El juzgador debe asumir plenamente las consecuencias de sus
actos, resultado de las decisiones que tome, procurando que sus subordinados
hagan lo mismo.
13
Código de Ética del Poder Judicial de la Federación, México, Suprema Corte de Justicia de la
Nación, 2004, página 19
14
https://www.scjn.gob.mx/Transparencia/Lists/.../79/Becarios_079.pdf
16
Lealtad. Reside en aceptar los vínculos implícitos en su adhesión a la Institución a
la que pertenece, de tal modo que refuerza y protege, en su trabajo cotidiano, el
conjunto de valores que aquélla representa.
Respeto. Consiste en abstenerse de lesionar los derechos y dignidad de los
demás.
Humildad. Es sabedor de sus insuficiencias, para poder superarlas, y también
reconoce sus cualidades y capacidades que aprovecha para emitir de la mejor
manera posible sus resoluciones, sin pretender llamar la atención ni esperar
reconocimientos.
Sencillez. Consiste en evitar actitudes que denoten alarde de poder.
TRANSPARENCIA
Otro de los temas de suma relevancia en cualquier materia dentro de la
administración pública es el de la transparencia. Consideramos que es un tema
relacionado con el anteriormente descrito y en este apartado diremos por qué.
La transparencia es sin duda, uno de los términos más recurrentes en la
actualidad, con mucha frecuencia se hace alusión a ella y por supuesto a la
necesidad de su consolidación como política pública que debe ser garantizada y
eficaz.
Al respecto señala Eduardo Guerrero, citado por David Alonso Canales Vargas,
que “la palabra transparencia es de uso común entre todos nosotros. Podríamos
decir que se utiliza generalmente de tres maneras: como cualidad de un objeto,
como atributo de un sujeto y como atributo de un grupo o colección de sujetos.”
15
15
www.infodf.org.mx/nueva_ley/22/7/davidalonsocanalesvargas.pdf
17
Con base en lo anterior, en el ámbito de la administración pública se hace
necesario determinar las distintas acepciones de la palabra transparencia. Por un
lado como un derecho fundamental de los ciudadanos y por otro, a la utilización de
ésta como política pública, encaminada a hacer efectivo ese derecho fundamental.
La transparencia en el gobierno, además de un valor, es un mecanismo
fundamental de exigibilidad pública y de responsabilidad para con la sociedad. La
transparencia es uno de los valores éticos que todo servidor público debe aplicar
en el ejercicio de su función, de ahí la necesidad de detenernos en su análisis y en
su confrontación con otros conceptos tales como el derecho a la información, el
acceso a la información y la rendición de cuentas con los que la transparencia se
interrelaciona. 16
Sobre este particular establece Eduardo Guerrero: “La transparencia aparece
comúnmente como sinónimo del derecho de acceso a la información o de
rendición de cuentas. Aunque estos tres conceptos guardan relación entre sí, se
trata de nociones distintas... conviene mencionar que el derecho a la información
es un instrumento de la transparencia, y la transparencia es un instrumento de un
sistema de rendición de cuentas.” 17
La transparencia, el acceso a la información y la rendición de cuentas juegan un
papel esencial en la construcción de gobiernos más abiertos al escrutinio público,
capaces de fomentar una participación creciente de la sociedad en el diseño y
evaluación de las políticas públicas.
Por lo anterior, la transparencia tiene como objetivo no sólo contribuir a garantizar
el derecho de acceso a la información de los mexicanos, sino también a brindar
16
17
Ídem.
Guerrero, Eduardo, “Para entender la transparencia” Nostra Ediciones, China, 2008, páginas 11 – 12.
18
información oportuna que permita mejorar la toma de las decisiones de los
ciudadanos y mejorar la confianza y certidumbre respecto de la acción
gubernamental.
La transparencia se relaciona íntimamente con la rendición de cuentas que
consiste en la capacidad de que los ciudadanos puedan exigir cuentas a las
autoridades y servidores públicos quienes tienen la obligación de otorgar la
información, además de justificar las decisiones tomadas y enfrentar la
responsabilidad derivada de su actuar.18
La doctrina moderna considera como incuestionable que la transparencia y la
rendición de cuentas, son elementos sustanciales de la democracia en la
actualidad, por lo tanto, éstas deben contar con una serie de políticas públicas y
mecanismos jurídicos que las establezcan y que garanticen su efectividad.
Para Santiago Nieto Castillo, la transparencia y la rendición de cuentas son un
elemento sustancial del Estado constitucional de derecho. En primer lugar por su
momento de instauración: la transición democrática y su consecuente transición
jurídica. En segundo lugar, porque generan expectativas en los actores políticos y
jurídicos: las autoridades tiene la obligación de informar a los ciudadanos. En
tercer término, porque los principios contenidos en la Constitución no pueden
hacerse valer si no existe la justificación de los actos de las autoridades y la
sanción por el incumplimiento de los mencionados principios. Son una forma de
darle valor normativo a la Constitución. Son una forma de democratización del
sistema jurídico. 19
18
Andreas, Schedler, ¿Qué es la rendición de cuentas?, Cuadernos de Transparencia, núm. 3,
Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI), México, 2004, p. 12.
19
biblio.juridicas.unam.mx/libros/4/1627/22.pdf
19
Es momento de hacer referencia a la relación que encontramos entre la ética y la
transparencia.
Consideramos, que la transparencia es uno de los valores fundamentales de la
ética. La ética, entendida desde el punto de vista de la función pública, tiene que
ver claramente con la integridad del servicio público, mismo que se hace posible
gracias a la aplicación de la transparencia.
La transparencia en el gobierno es una exigencia fundamental para su buen
funcionamiento porque requiere un mejor comportamiento ético, evitando así que
se produzcan y salgan a la luz las prácticas corruptas que pudieran existir en el
mismo.
La credibilidad en los gobernantes es indispensable en cualquier colectividad, en
específico cuando los integrantes de ésta esperan que los servidores públicos
sirvan a la diversidad de intereses con probidad y que dispongan de los recursos
de forma correcta. Así, la ética se convierte en el soporte idóneo para garantizar
esta confianza, que los ciudadanos otorgan a los servidores públicos.
La transparencia es un instrumento de control del poder. Se espera que la
transparencia cumpla un doble papel, por un lado, disuadir la mala conducta de los
servidores públicos (por el temor de ser descubierto) y, segundo, proporcionar a
los ciudadanos los medios para detectarla, atacarla y corregirla.20
Si se distorsiona la información, se afecta directamente la función pública, y con
ello la confianza de la sociedad en los servidores públicos. Por esta razón, es que
consideramos que no se debe ocultar la información sino más bien abrir las
20
Zaldívar, Ángel Trinidad, “La transparencia y el acceso a la información como política pública y su
impacto en la sociedad y el gobierno”, Porrúa, México, 2006, página 17.
20
puertas a la rendición de cuentas porque de este modo se genera confianza y
credibilidad ante los miembros de la sociedad, respecto del actuar de los
funcionarios públicos.
Se hace indispensable la obtención de una administración pública participativa,
con valores, orientada a conjugar las diversas fuerzas o grupos de interés en aras
de resolver las necesidades de la ciudadanía, buscando el bienestar social a
través del progreso de la ética.
FUENTES DE INFORMACIÓN CONSULTADAS
1. BIBLIOGRÁFICAS
o
Villoro Toranzo, M., Deontología jurídica, Universidad Iberoamericana, México,
1987, página 12.
o Marsich, Mauro H., Manual de Deontología Jurídica, Xaveriana, Guadalajara, 1998,
página 18.
o Marsich, Mauro H., “Ética profesional y deontología jurídica: nociones y principios”,
en la abogacía práctica profesional, enseñanza y deontología, F. M. Carrasco
Fernández (comp.) O.G.S., Puebla, 2000, página 121.
o Bautista, Óscar Diego, Ética para la ciudadanía, México, Instituto Electoral del
Estado de México, 2013, página 32
o Maclntyre, Alasdair, Tras la virtud, Barcelona, Crítica, 2001, página 237
o Aguiló, Joseph, “Independencia e imparcialidad de los jueces y argumentación
jurídica”, en Isonomía, No. 6, México, 1997, páginas 76-77
o Zaldívar, Ángel Trinidad, “La transparencia y el acceso a la información como
política pública y su impacto en la sociedad y el gobierno”, Porrúa, México, 2006,
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o Andreas,
Schedler,
¿Qué
es
la
rendición
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cuentas?,
Cuadernos
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Transparencia, núm. 3, Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI), México,
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o Guerrero, Eduardo, “Para entender la transparencia” Nostra Ediciones, China, 2008,
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2. ELECTRÓNICAS
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o
biblio.juridicas.unam.mx/libros/4/1627/22.pdf
o
www.infodf.org.mx/nueva_ley/22/7/davidalonsocanalesvargas.pdf
o https://www.scjn.gob.mx/Transparencia/Lists/.../79/Becarios_079.pdf
o Versión electrónica del Código de Ética del Poder Judicial de la Federación,
México, Suprema Corte de Justicia de la Nación, 2004, página 19; consultable en:
https://www.scjn.gob.mx/conocelacorte/documents/.../codigo-de-etica.pd...
o www.sitios.scjn.gob.mx/instituto/sites/default/.../virtudes_del_juzgador.p..
o Diccionario Enciclopédico Vox 1, 2009 Larousse Editorial, S.L.
o http://filosofia.org/filomat
o Diccionario Etimológico virtual: http://etimologias.dechile.net/?e.tica
22
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