Centro Histórico de Comayagua, última versión

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PUBLICACIÓN COMAYAGUA
AGRADECIMIENTOS
Alcaldía Municipal de Comayagua:
D. Carlos Miranda Canales, Alcalde Municipal
Dña. Jazmine Guifarro, Vicealcaldesa
Honorable Corporación Municipal
Instituto Hondureño de Antropología e Historia IHAH:
Margarita Durón de Gálvez, Gerente
Dra. Olga Joya
Ana María Escher
Diócesis de Comayagua:
Mons. Geraldo Scarpone, Obispo
P. Jose Jorge Palá, Vicario
Comité Cultural Comayagüense
Cámara de Comercio e Industria de Comayagua
Centro Asesor de Recursos Humanos, CADERH
Programa de Asignación Familiar, PRAF
Instituto Nacional de Formación Profesional, INFOP
Programa de Fomento de la Micro y Pequeña Empresa, PROMYPE
La Casa del Color
Kativo
Oficina del Plan Maestro del Centro Histórico de Comayagua:
Edler Castellanos, Director y el resto del equipo: Raúl, Indira, Carlos, Blas, Cristina,
Mario, José H., Ronald, Dennis, Mayra, Jorge, Rigoberto, Rafael, Mirna, Edgar, Lola,
Vicente…
Escuela-Taller de Comayagua:
Rolando Soto, Director y el resto del equipo: Fredis, Teresa, Melania, Bety, Osiris,
Christian, Sergio, Gabriel, Edy, Orlando, Edin, Henry, Omar, Elizabeth, Ricardo,
Selvin, Chente, Donald, Silvia, Mirza, Mercedes, Edgardo, Glenda, Rosy, Belén, y
todos los jóvenes alumnos y alumnas que ha pasado por la Escuela-Taller…
Y de manera fundamental a los hombres y mujeres que dan vida y viven Comayagua y
su Centro Histórico.
Comayagua (Honduras)
El Plan de recuperación de su Centro Histórico.
COMAYAGUA, 467 AÑOS DESPUÉS DE SU FUNDACIÓN.
La Ciudad de Comayagua, que fundara el 8 de diciembre de 1537 el Teniente de Gobernador
Alonso de Cáceres, con rango de Villa y con el nombre de Concepción del Valle de
Comayagua, está localizada en el corredor central de la República de Honduras sobre el Valle
de su nombre, a una elevación aproximada de 578 metros sobre el nivel del mar; su topografía
es predominantemente plana, su clima es seco y cálido con una temperatura media de 29°C
que en la época más calurosa se eleva a 35°C. La principal fuente económica de la ciudad es
la agricultura basada en la horticultura, granos básicos (maíz, arroz y frijol) café, sorgo, soya
y la forestal. A pesar que existe en el área una industria diversa a base de tomate, frutas y
otros vegetales y una industria cementera, el comercio y los servicios dan el aspecto de
crecimiento y desarrollo que caracterizan a la Comayagua de hoy..De los 2 km2 que mantenía
el área urbana de Comayagua en 1930 prácticamente estable desde su fundación, pasó a
duplicarse en la década de los 70. En 1991 la expansión de la ciudad alcanzó los 10 Km2 y en
la actualidad es de 16 km2 de un límite urbano total de 52 Km2. Poblacionalmente, entre los
años de 1945 y 1975 la ciudad se cuadruplicó, registrándose un índice de crecimiento del
4.8% (el más alto de la historia de la ciudad). Este fenómeno demográfico se debió a los
movimientos migratorios del interior del país, entre los que se destacan los provocados por el
conflicto bélico con El Salvador del año 1969 y el Huracán Fifí de 1974. En el año 2000 su
población es de 55,947 habitantes, distribuida en 14,489 unidades habitacionales.
Actualmente su tasa de crecimiento actual es del 2.8% y cabe destacar que aproximadamente
el 58% de la población procede de otros Departamentos del país, dedicándose principalmente
a actividades comerciales.
CARACTERÍSTICAS URBANAS E HISTORIA.
La actual conformación urbana de Comayagua refleja fielmente los diferentes
acontecimientos y vicisitudes que marcan la importante historia de la ciudad, desde sus inicios
cuando el Capitán Alonso de Cáceres descubrió el Valle de Comayagua, habitado por los
poblados Lencas de Lamaní, Yarumela, Lejamaní, Ajuterique y Jeto y viendo que el sitio
reunía las cualidades ordenadas por las reales cédulas para la fundación de una nueva
población.
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Poco después de su fundación, los indígenas de la zona se revelaron contra los españoles e
incendiaron el sitio obligando a la fundación de una nueva villa en el mismo lugar, pero esta
vez rodeada de reducciones de indígenas amigas: los poblados de Mexicapa, Caigala, Santa
Lucía y Jeto. Esta segunda fundación de 1539 se realizó siguiéndose ya las Ordenanzas
Reales: Planta renacentista con una Plaza Mayor al centro de donde se originan calles
orientadas a los cuatro puntos cardinales y se rodea de 8 manzanas, dejando una completa al
Este para la iglesia, un lote al Norte para el Cabildo, la esquina Sur-Oriente para el Cura y la
Nor-Oriente, frente al Cabildo, para el fundador de la Villa.
A mediados del siglo XVI la Villa ya había sido ascendida a la categoría de Ciudad con el
nombre de Nueva Valladolid y el Cabildo había otorgado a los Mercedarios un lote a tres
cuadras al Sur de la Plaza Mayor y a los Franciscanos, una cuadra al Norte de la Plaza. En el
año de 1564, se restituye con sede en Comayagua el Obispado de Honduras (originalmente
creado en 1531 con sede en Trujillo y posteriormente anulado por el Papa). En 1574, es la
población con mayor número de habitantes de Honduras y con mayor auge económico tras el
descubrimiento de las minas de plata cercanas de Guazucarán y Apazopo. En ese período, la
Nueva Valladolid es sede del Obispado, morada del Gobernador y Alcalde Mayor de Minas y
nueva sede de la Caja Real; su crecimiento urbano se desarrolló hacia los 4 puntos cardinales,
más acentuado hacia el Sur, de tal forma que para finales del siglo XVI las construcciones
sobrepasaban los límites de ubicación de la iglesia La Merced.
Durante los siglos XVII y XVIII, Comayagua, como capital de la provincia de Honduras
(1577–1821), adquiere un gran crecimiento urbano y económico, de tal forma que las
reducciones de indígenas, ubicadas originalmente alrededor de la villa, se integran a la ciudad
y adquieren el carácter de barrios de mestizos.
A partir del 15 de septiembre de 1821, fecha de la independencia del país, Comayagua se
convirtió en la Capital de la República de Honduras, función que cumplió hasta el año de
1880 cuando la sede gubernamental fue trasladada a la ciudad de Tegucigalpa. Un
acontecimiento que marcó el desarrollo urbano de la ciudad en el siglo XIX fue el incendio de
1826 que destruyó la mayor parte del sector Sureste de la ciudad y provocó la emigración de
un gran porcentaje de la población; fue hasta principios del siglo XX que se puebla
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nuevamente el sector destruido, sin embargo no se continua con la forma reticular de su
trazado y la expansión urbana de la ciudad se da en forma desordenada.
Entre los años de 1950 y 1960 Comayagua nuevamente experimenta un crecimiento
económico el cual fue acentuado con la pavimentación de la carretera del norte que une la
parte central del país con el litoral Atlántico. En la década de los 80, la instalación de la Base
Militar Norteamericana en Palmerola y el traslado de las principales oficinas gubernamentales
a la ciudad de La Paz, durante el gobierno del Dr. Roberto Suazo Córdoba, fueron
acontecimientos que marcaron el desarrollo urbano y económico de la ciudad, que vuelve a
impulsarse con los planes actuales del gobierno de la República de construir el canal seco
interoceánico, atravesando el Valle de Comayagua, planes que convierten a Comayagua en
uno de los puntos de desarrollo industrial y agrícola más atractivos del país.
LA ARQUITECTURA DE LA CIUDAD
Al inicio de la fundación de Comayagua, las edificaciones fueron construidas de acuerdo a los
materiales y sistemas constructivos que empleaban los indígenas del valle: paredes de
bahareque, techos de paja y pisos de tierra apisonada. En el transcurso de los primeros 10
años, los españoles importaron mano de obra para enseñar a los habitantes la fabricación de la
teja de barro, el adobe de barro secado al sol, la loseta de barro para piso y posteriormente la
cerámica vitrificada. De esta forma se introdujeron los sistemas constructivos de paredes de
adobe y tapiales de tierra apisonada, el tradicional techo de madera tipo andaluz y otros que
surgen claramente en la segunda mitad del siglo XVI. En los siglos XVII y XVIII son muy
comunes las edificaciones con paredes de adobe, las que fueron empleadas como muros de
carga y de divisiones, manejándose una proporción de una vara (aproximadamente 0,83 m.
para la vara castellana) de ancho para una pared de 5 varas de alto. Las estructuras de techo
más utilizadas fueron las de par-hilera y los corredores se caracterizaban por las columnas de
madera de sección circular o cuadradas con las esquinas rebajadas las cuales se asentaban
sobre bases talladas en piedra; también se empleó la madera en los dinteles de puertas y
ventanas y para la fabricación de los balcones torneados. La piedra se utilizó para el tallado de
algunos elementos decorativos como los alfices, alféizares y en algunos edificios
monumentales se empleó para el acuñamiento de arcos, bóvedas, cúpulas, torreones y para la
formación de pináculos, imágenes y óculos. También fue característico el empleo de la piedra
tallada para el pavimento de los zaguanes de acceso a las casas, para la construcción de bordes
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en los corredores interiores y la piedra bola en los pavimentos de los canales que bordeaban
los patios interiores. En el siglo XIX se hace mayor uso del ladrillo de barro cocido, que
combinado con el adobe, se utilizó en la construcción de paredes y de detalles decorativos de
influencia neoclásica como las cornisas y los enmarcados de puertas y ventanas.
El concepto estilístico y funcional de la arquitectura colonial doméstica e institucional (a
excepción de las iglesias) se fundamentó en la “casa-patio”, conformada por un patio central
rodeado de los corredores y por las habitaciones que constituyen el inmueble. El patio sirvió
como pulmón interno y fuente de iluminación natural. Las casas por lo general se
desarrollaron en dos lados del terreno o en forma de “L” que generalmente dan a la calle, con
un zaguán de acceso principal y en algunos casos con uno o dos entradas secundarias para el
acceso del personal de servicio. Las fachadas de las edificaciones se caracterizaron por ser
completamente rectas, repelladas, enlucidas, con vanos de proporción vertical equidistantes,
ventanas con alféizares tallados sobresalientes del muro y con balconería metálica exterior
que originalmente fue de madera torneada. El remate superior de las fachadas está constituido
por el alero de la cubierta de teja de barro del que se distingue el canecillo de madera de perfil
mixtilíneo. Con estas características, la imagen urbana de la ciudad colonial se caracterizó por
poseer una fachada continúa donde todas las edificaciones se construyeron a línea con el
límite de propiedad y con una altura constante de la fachada frontal de 5 metros rematada por
techos a dos aguas con cubiertas en tejas de barro. A pesar que en algunos relatos históricos se
menciona la construcción de edificaciones de dos plantas, que habrían sido destruidas por
sismos, en la actualidad solo se conservan tres de estos inmuebles que sobresalen de la
horizontalidad de la imagen urbana que ha caracterizado a la ciudad en los últimos 200 años y
que es acentuada por la topografía plana del territorio.
La edificación doméstica e institucional del período colonial sufrió variaciones estilísticas
durante el período republicano, con la inclusión de elementos arquitectónicos de influencia
neoclásica que dieron un carácter más monumental a la imagen urbana de la ciudad: las
principales edificaciones sustituyeron el alero por la cornisa, se modificaron los vanos de
puertas y ventanas al agregarles los alfices con arcos rebajados, se construyeron portadas
neoclásicas en los accesos principales y como en el caso del actual edificio del Museo de
Arqueología, se remataron las ventanas con tímpanos.
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Con la introducción de nuevas técnicas constructivas y de influencias de la arquitectura
moderna, las principales intervenciones de mediados del siglo XX se caracterizaron por la
demolición de muchos edificios representativos del período colonial y republicano, que
fueron sustituidos por inmuebles que rompieron con el alineamiento y la horizontalidad de la
imagen urbana de la ciudad e introdujeron el empleo masivo del concreto y del asbesto,
materiales que poco a poco sustituían a las antiguas casas de adobe con cubiertas de tejas de
barro. Sumado a estas intervenciones puntuales, el cableado aéreo y la pavimentación de
concreto de todo el Centro Histórico a finales de 1970, marcó la nueva imagen urbana y
amenazaba con la destrucción de la ciudad histórica más importante del país.
EL CENTRO HISTÓRICO
La fatal influencia del desarrollismo sin control que había destruido la mayor parte del
patrimonio construido de Tegucigalpa, capital de Honduras, amenazaba con arrasar las
edificaciones que lograron mantenerse en Comayagua. Para evitar dicha situación, habitantes
prominentes de la ciudad emprendieron un movimiento en pro de la conservación del Centro
Histórico y lograron que el Congreso Nacional de la República declarara a Comayagua como
Monumento Nacional el 11 de octubre de 1972; en este Decreto se delimitó el Centro
Histórico y se declaró de obligado cumplimiento su preservación. Lamentablemente, muchos
factores incidieron para que este Decreto no lograra todos sus objetivos, a pesar de su
aprobación se continuaron presentando casos de demolición de edificaciones con alto valor
arquitectónico. Causas de esta situación fue la falta de una capacidad técnica y los escasos
recursos económicos de las instituciones responsables de la conservación del Centro Histórico
que les impidió realizar obras de restauración. Igualmente importante fue la inexistencia de
una Ley que tipificara claramente las penalizaciones por destrucción del Patrimonio Cultural.
En el año de 1984, el Congreso Nacional aprobó la Ley para la Protección del Patrimonio
Cultural de la Nación. Este acontecimiento ayudó a la gestión del Instituto Hondureño de
Antropología e Historia (IHAH) que procedió a elaborar el inventario de los inmuebles más
representativos del Centro Histórico y logró convenios con la Municipalidad de Comayagua,
evitándose la destrucción de las edificaciones inventariadas. Sin embargo, la política del
IHAH se enfocó en la conservación puntual de los edificios que formaban parte del inventario
y se descuidó la conservación del conjunto,
permitiéndose obras que acentuaron la
degeneración de la imagen urbana del área protegida. Este mismo problema se repetía en los
demás centros históricos declarados por el IHAH, lo que motivó a dicho Instituto a la
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búsqueda de un modelo de conservación y revitalización de los Centros Históricos. Es así que
en el año de 1995 se logra el acuerdo de cooperación entre el IHAH, la Alcaldía Municipal de
Comayagua y la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) para emprender el
Proyecto Comayagua Colonial, el cual se convertiría más tarde en el modelo de gestión para
la recuperación de los centros históricos del país, valiéndose de la alianza IHAH – Gobierno
Municipal, este último como principal responsable de la conservación del Centro Histórico,
asistido técnicamente por el IHAH y por el Programa de Patrimonio Cultural de la AECI.
En el mes de marzo de 1996 se pone en marcha la Oficina del Plan Maestro del Centro
Histórico de Comayagua conformada por diferentes equipos interdisciplinarios, quienes
elaboraron el diagnóstico que serviría de base para el desarrollo de la estrategia de
conservación y revitalización del Centro Histórico. Según el estudio realizado, la zona
protegida por el Decreto emitido en el año de 1972 estaba compuesta por 538 predios entre
casas, lotes vacíos, plazas y edificios monumentales en un área aproximada de 0.34 Km2. De
este total, 33 edificaciones poseen un grado de protección absoluta incluyéndose los edificios
con carácter monumental de la ciudad: Catedral Inmaculada Concepción, Iglesia La Merced,
Iglesia y Convento San Francisco, Iglesia La Caridad, Palacio Episcopal, Edificio del Museo
de Arqueología, Ruinas de la Caxa Real, Palacio Municipal y ya fuera de los límites del
Centro Histórico se incluyó a la Iglesia de San Sebastián. El inventario identificó además 10
inmuebles con grado de protección media y 166 con un grado de protección parcial. El 60%
de las edificaciones mantienen relación favorable con el entorno y el 40% restante requieren
niveles de intervención encaminados a la integración exterior o volumétrica. También se
elaboró el levantamiento de los espacios públicos de la ciudad entre los que se destacan la
Plaza Mayor (actualmente Plaza Central León Alvarado); La Plaza La Merced, donde se
edificó la Columna de la Constitución; La Plaza San Francisco, La Plaza La Caridad y el
Paseo La Ronda de la Alameda (actualmente 2ª Ave. N.E).
El estudio urbano y del uso del suelo que se hizo, evidenció por su parte la inexistencia de
planes de ordenamiento territorial y de desarrollo urbano y la falta de definición de una zona
de amortiguamiento alrededor del área de protección definida en el decreto de Declaratoria de
1972. El Centro Histórico, debido a que aún mantiene su condición de centro de la ciudad,
refleja una gran concentración de actividades terciarias, tanto formales como informales, que
desplazaron el uso residencial y tomaron espacios territoriales importantes en la estructura
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urbana del área histórica (en el área suroeste este desplazamiento alcanzó casi el 90%). El uso
residencial se concentra con mayor acentuación en el área norte, precisamente donde se
presenta el mayor grado de conservación de la estructura urbana.
Con relación a la infraestructura, vialidad y transporte, el Centro Histórico de Comayagua
cuenta con los servicios de agua potable, alcantarillado de aguas negras, teléfono, electricidad
y recolección de desechos; sin embargo carece de colectores de aguas lluvias. Por su
mencionada condición de centro de la ciudad, se concentran en él todas las estaciones de
buses interurbanos sin contarse con terminales para el abordaje de los pasajeros. En su
mayoría el servicio se presta directamente sobre las calles o se han habilitado terrenos sin las
condiciones apropiadas. El taxi colectivo es uno de los principales medios de transporte en el
centro de la ciudad, sin embargo no hay un ordenamiento de las rutas y la ciudad no cuenta
con paradas de transporte urbano. Otro medio de transporte importante es la bicicleta, pero no
se ha proveído de las condiciones que faciliten su circulación y tampoco se cuenta con zonas
de estacionamiento seguro para este tipo de vehículo. El trazado reticular y la topografía plana
de la ciudad facilitan una estructura vial en un solo sentido, sin embargo por el mal estado de
algunas de las calles, aun se cuenta con calles de doble vía.
Debido a la inexistencia de una estrategia de conservación se realizaron muchas obras
inapropiadas que desmejoraron la imagen urbana del Centro Histórico, como la
pavimentación de las calles con concreto hidráulico, la construcción de aceras totalmente
accidentadas que no facilitan la circulación peatonal, la demolición de varias edificaciones
con valor histórico/arquitectónico, la construcción de nuevas edificaciones que rompen con
los códigos urbanos y arquitectónicos del centro histórico, la contaminación visual por la falta
de regulación de los rótulos publicitarios así como intervenciones inapropiadas en las plazas y
espacios públicos. Tampoco ha existido un control adecuado de los proyectos de
electrificación y de telecomunicaciones de la ciudad, cuyos cableados representan la mayor
causa de contaminación visual.
El Centro Histórico de Comayagua, social y económicamente es un núcleo activo, donde
coexisten y se concentran los diferentes usos que le proporcionan funcionalidad de centro de
ciudad (comercios, servicios, viviendas, escuelas, oficinas de gobierno, etc.). Es un centro
vivo, debido a que no existen otros sub-centros urbanos que participen en la funcionalidad de
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la ciudad. En su mayoría la población se ocupa en actividades económicas del sector terciario
(comercio y servicios) generalmente desarrollado en las propias viviendas o cercanas a ellas.
Por su condición de antigua capital de Honduras, se le reconoce como un sitio con valor
histórico, generando visitantes del interior del país, especialmente grupos de estudiantes que
recorren y visitan los principales edificios de carácter monumental . A pesar que la ciudad no
cuenta con una infraestructura apropiada para el desarrollo del turismo, es en el Centro
Histórico donde se ubican los restaurantes y hospedajes con mejores condiciones.
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EL PLAN MAESTRO DE REVITALIZACIÓN INTEGRAL DEL CENTRO HISTÓRICO
DE COMAYAGUA: LA RECUPERACIÓN DE LOS ESPACIOS PÚBLICOS Y LA
RESTAURACIÓN DE EDIFICIOS DE VALOR PATRIMOMIAL
Tras la elaboración del diagnóstico, la Oficina del Plan Maestro procedió a establecer los
objetivos específicos para el Centro Histórico definiendo las intervenciones prioritarias que
permitirán el desarrollo integral de la ciudad, incentivando la conservación, la restauración y
la rehabilitación de los inmuebles que conforman el inventario de arquitectura monumental y
relevante del Centro Histórico.
El concepto urbano propuesto por la Oficina del Plan Maestro parte del Objetivo General de
Conservar y poner en valor el Centro Histórico de Comayagua a través de una estrategia
dirigida al mejoramiento de la imagen urbana y de la calidad de vida de la población de tal
forma que el Centro Histórico se conserve como un núcleo vivo de la ciudad y que se
constituya en un atractivo turístico que impulse el desarrollo socioeconómico de la región.
Para lograrlo el Plan Maestro planteó como pilares principales de la estrategia los siguientes:
1. El establecimiento de la Unidad Técnica Municipal debidamente capacitada, como
responsable de la conservación del Patrimonio arquitectónico y urbano de la ciudad
mediante la gestión de las herramientas proporcionadas por el Plan Maestro como el
inventario de edificaciones, el Reglamento para la preservación del Centro Histórico y los
proyectos pilotos de restauración.
2. Mantener el carácter vivo del centro de la ciudad mediante la implantación de medidas
que incentiven el uso residencial y el de actividades sociales y culturales. Para ello se
propuso: la realización de obras de recuperación de los espacios públicos, aportando al
mejoramiento de la calidad de vida de los residentes del Centro Histórico; fomento de la
conservación y el rescate de los elementos patrimoniales que caracterizan a la ciudad;
Definición del uso del suelo, respetando las áreas actuales destinadas a la educación, salud
y de servicios básicos; mejora de la estructura vial de la ciudad, con especial preferencia
al nivel peatonal y realización de obras de mejoramiento urbano en las áreas de
concentración del uso comercial que motiven la reorientación de los usos inapropiados por
otros que se integren y refuerzen un uso permanente y sostenible del Centro Histórico.
3. Recuperar la homogeneidad del área protegida mediante la Reglamentación de las
intervenciones urbanas y arquitectónicas en el Centro Histórico: Regulación de los colores
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y de las rotulaciones de índole comercial; Ejecución de obras de restauración de la
arquitectura monumental rehabilitándolos con un uso activo que permita su apropiación
por parte del residente y de los visitantes del Centro Histórico; Realización de obras de
mejoramiento de la imagen urbana enfocada a la articulación de todos los ejes de interés
cultural y de las áreas de concentración de edificaciones con valor histórico-arquitectónico
que constituyen los sub-conjuntos urbanos del Centro Histórico. Estas propuestas se
acompañan de la reestructuración del sistema vial, ejecución de planes de ordenamiento
de las rutas de transporte urbano e interurbano, alternativas para áreas de estacionamiento
vehicular y la definición de zonas de circulación peatonal.
Para la recuperación de la homogeneidad del conjunto se definió la zona de amortiguamiento
y se desarrollaron propuestas arquitectónicas para lograr la articulación de los sub-conjuntos
urbanos y espacios públicos más relevantes. La propuesta urbana definió la estructura de los
Ejes del Centro Histórico, constituidos por aquellas calles y espacios públicos que
tradicionalmente han sido los paseos importantes de la población y concentran los conjuntos
urbanos más representativos de la arquitectura colonial y republicana de la ciudad, con los
siguientes objetivos:
a. La revalorización urbana de los conjuntos que concentran la arquitectura relevante del
Centro Histórico mediante la mejora de la infraestructura de servicios y de la imagen
urbana..
b. La sensibilización y motivación a los propietarios de edificaciones a realizar obras de
restauración y rehabilitación siguiéndose los lineamientos del Reglamento para la
Preservación del Centro Histórico.
c. El mejoramiento del atractivo turístico del Centro Histórico que impulse el desarrollo
socioeconómico de su población.
d. La replicabilidad de la experiencia en conservación y gestión del Centro Histórico de
Comayagua como referente nacional a seguir por las municipalidades de similar escala.
Del análisis de la estructura física del área protegida, reflejada por los diferentes estudios de
diagnóstico físico y del estudio de la evolución histórica y arquitectónica, se pudieron definir
los subconjuntos urbanos y los ejes históricos más representativos que han sido identificados
como las áreas que requieren la mayor protección y que articulados entre sí permitirán
rescatar la homogeneidad del Centro Histórico recuperando el disfrute de estos espacios por
10
todos los residentes y visitantes del lugar. En la actualidad estos conjuntos no tienen una
identificación clara. El plano catastral y los planos de estudios del Plan Maestro manejan una
nomenclatura definida en números de calles y avenidas siguiendo la orientación de los puntos
cardinales, no muy conocida por la población, manejándose en su lugar nombres
tradicionales. Con la definición de los Ejes del Centro Histórico, se propuso la recuperación
en lo posible de estos nombres tradicionales. Con este criterio, sumado a la idea de impulsar
“el concepto de paseos”, se estructuró la recuperación de los siguientes espacios:
1. Rehabilitación de las Plazas de la ciudad: La Plaza Mayor, hoy Plaza Central León
Alvarado; La Plaza La Merced, La Plaza San Francisco y la Plaza La Caridad.
2. La Ronda de la Alameda: Se propone la recuperación del nombre tradicional del conjunto,
el cual se caracteriza por la amplitud de la calle y por los grandes árboles que crean un
ambiente agradable a todo un conjunto de edificaciones de arquitectura doméstica.
3. Paseo del Comercio: en el siglo pasado constituyó la principal calle comercial de la
ciudad, carácter que se mantiene hasta la actualidad. En este conjunto se propone el
ordenamiento de los espacios de parqueos, la reconstrucción de todas las aceras con la
finalidad de mejorar la circulación peatonal y la arborización de todo el eje.
4. Paseo de la Calle Real: fue la calle principal de acceso y articulación de la ciudad y es un
eje que tiene en el extremo norte a la Plaza San Francisco y en el extremo Sur a la Plaza
La Merced. A lo largo de este eje se encuentran una serie de edificaciones de arquitectura
relevante entre las que destacan el convento San Francisco, la Corte Suprema de Justicia,
la casa de la Familia Aguiluz, la fachada de la Caxa Real, el palacio episcopal y la Iglesia
La Merced. Al igual que en el Paseo del Comercio, se propone el ordenamiento de los
espacios de parqueos, la reconstrucción de todas las aceras con la finalidad de mejorar la
circulación peatonal y la arborización de todo el eje.
5. Paseo de los Monumentos: denominado de esta forma por ser el eje que concentra la
mayoría de los edificios de arquitectura monumental del Centro Histórico: Catedral
Inmaculada Concepción, Iglesia San Francisco, Museo de Arqueología, Palacio Municipal
y el Palacio episcopal. En el extremo norte del eje se sitúa la plaza San Francisco, en el
área central se ubica la Plaza Central León Alvarado y hacia el Sur se comunica con el sub
conjunto de la Plaza La Merced. Se propone la peatonalización de todo el conjunto
articulando las tres plazas.
6. Paseo de Valladolid: No se encontró referencia alguna del nombre tradicional de esta
calle, retomando uno de los nombres antiguos de la ciudad de Comayagua, proponiéndose
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las mismas intervenciones definidas para los Paseos de la Calle Real y del Comercio.
Actualmente constituye el límite del área de concentración de arquitectura monumental y
relevante, conservando a lo largo de su recorrido edificaciones de la tipología habitacional
que constituye la arquitectura tradicional de la ciudad.
7. Paseo del Calvario: Tradicionalmente se le conoce como “Calle El Calvario” y constituye
el paseo procesional más importante durante la celebración del Vía Crucis. A lo largo de
esta calle, el Viernes Santo se elaboran alfombras de aserrín de colores que dan un
atractivo singular a la celebración de la Semana Santa en Honduras.
Hasta la fecha se han llevado a cabo varios proyectos pilotos de restauración, cuyos diseños
fueron desarrollados por el personal técnico de la Oficina del Centro Histórico, asistidos por
el Programa de Patrimonio Cultural de la AECI y por el Departamento de Restauración del
IHAH. Para la ejecución de las obras se ha contado con la participación de la Escuela Taller
de Comayagua, formando a jóvenes de escasos recursos en la conservación del Patrimonio.
En la actualidad, se han iniciado las obras de rehabilitación de la Plaza San Francisco dentro
de la primera fase del proyecto del Paseo de los Monumentos, así como la rehabilitación de la
Casa de la Cultura. Estas dos obras, sumadas a los proyectos de restauración de arquitectura
patrimonial y recuperación de plazas emprendidos desde el año de 1997, han generado una
imagen muy atractiva de la ciudad, siendo reconocida a nivel nacional como un ejemplo claro
de revitalización de un Centro Histórico, motivando que gobiernos municipales de otras
ciudades hayan seguido el mismo ejemplo emprendiendo planes para la recuperación de sus
centros históricos. Todo ello ha comprometido a los propios habitantes de Comayagua y sus
autoridades municipales, a continuar desarrollando obras que permitan poner en valor al
Centro Histórico de Comayagua como uno de los destinos turísticos culturales más
representativos del área centroamericana.
La Plaza Mayor, hoy Plaza Central León Alvarado (1998 – 1999)
Este conjunto fue en el mas grande e importante espacio urbano de la Gobernación de
Honduras e Intendencia de Comayagua. En torno a ella se levantaron las más importantes
construcciones civiles y religiosas: la Catedral Inmaculada Concepción, el Ayuntamiento sede
del Cabildo Civil, la primitiva Caxa Real sede de los representantes de la Hacienda de la
Corona, el Palacio Episcopal y las casas de las familias mas importantes de la ciudad. La
plaza era lugar de manifestaciones públicas, se celebraban las fiestas de las tablas, corridas de
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toros, el recibimiento de los Obispos y Gobernadores, y era a su vez el mercado o plaza de
abastos de la ciudad. A partir de la segunda mitad del siglo XVIII, con la construcción de la
fuente monumental en el centro de la plaza, la cajonería del mercado se localizó en el cuarto
de manzana frente al Ayuntamiento cuyas galerías tenían el mismo fin, permaneciendo así
hasta fines del siglo XIX cuando aparecen algunos árboles de Guanacaste. A principios de
1900, la plaza se convierte en un sitio de esparcimiento para las diferentes clases sociales de
la ciudad. Sobre la fuente se construye un kiosco de madera para la banda municipal y en la
década de 1930 se le rodea de una barda con ocho entradas, creándose alrededor del kiosco
jardines con diferentes especies de árboles. En 1997 la plaza alcanzó un alto grado de
deterioro que generaba el malestar de la población. El mal estado de la vegetación y de los
pavimentos, la carencia de mobiliario adecuado y la pérdida del uso como espacio de
esparcimiento por su inseguridad, fueron algunos de los factores que motivaron a la Alcaldía
para su rehabilitación coincidiendo con la puesta en marcha de la Oficina del Plan Maestro,
que diagnosticó además que el trazado de la plaza imposibilitaba la visión de la fachada de la
Catedral y la concentración de un gran número de personas durante las celebraciones
tradicionales de la ciudad: las fiestas de la Inmaculada Concepción y la Semana Santa.
El diseño de la plaza resultó de un concurso bajo el patrocinio del Programa de Patrimonio
Cultural de la Cooperación Española. El diseño propuesto combinaba el espacio abierto
característico de la antigua plaza mayor con el de las plazas arboladas construidas a principios
de 1900. El proyecto incluyó la construcción de un kiosco recordando el que existió a finales
del siglo XIX, una fuente de copas en la parte central de la plaza y de una puerta monumental
de estilo neocolonial donde se instaló la campana del antiguo Palacio Municipal y que
anunció la llegada a la ciudad de los Pliegos de la Independencia, el 28 de septiembre de
1821. El pavimento de la plaza es una combinación de piedra pizarra de la zona con mosaicos
y encintados de concreto. También resalta el mosaico en el pavimento de la fachada de la
Catedral, construida con piedra pizarra negra y que se inspira en la tradición de las alfombras
que la población de Comayagua fabrica durante la celebración de la Semana Santa. La plaza
central está rodeada por siete áreas verdes de un paisajismo tropical que incluye un sistema de
música ambiental muy discreto y agradable. El proyecto consideró igualmente importante la
conservación y mejoramiento de la barda perimetral construida a principios de 1900.
Actualmente, este conjunto es el principal sitio de reunión de la ciudad donde se asiste para
presenciar las actividades culturales que se celebran periódicamente y lo que es más
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importante, donde la población pasea y disfruta de su tranquilidad y del atractivo de los
monumentos arquitectónicos que la rodean, en especial la excepcional fachada de la Catedral
que ha sido también restaurada.
Plaza de La Merced y Columna de la Constitución (2000 – 2002)
La Plaza La Merced se conoció a partir del año 1812 como Plaza de la Constitución y
posteriormente se le llamó Plaza de la Columna de Fernando VII debido al monumento
erigido en 1820 por la familia conservadora y realista de Joaquín y Juan Lindo con el
propósito de congraciarse con el pueblo de Comayagua ante los fuertes vientos independistas
que ya por esa época soplaban en toda Centroamérica. Este monumento representa un
homenaje a la Constitución emitida por las Cortes de Cádiz en 1812, siendo conocido
popularmente en Comayagua como La Picota de La Merced.
En 1937, Don Manuel Calderón corrió con los gastos de cercar con barda metálica la Plaza y
convertirla en un pequeño jardín; mas tarde allí se levantó el monumento a la Madre hasta que
en la década de los 80 se convirtió en un mercado. En 1997, con la implantación del Plan
Maestro del Centro Histórico, la Alcaldía Municipal de Comayagua recuperó la plaza
reubicando los vendedores.
A pesar de la reubicación del mercado las condiciones físicas del sitio continuaban siendo
deplorables: no se contaba con mobiliario, la vegetación y los pavimentos se encontraban en
mal estado, la Columna de la Constitución había sido alterada, etc. Era necesaro definir un
proyecto que recuperara el uso de esparcimiento que había perdido por más de dos décadas.
El diseño propuesto se basó en la recuperación de la visibilidad de la Columna de la
Constitución y la integración de la Iglesia La Merced como remate principal de la plaza,
articulando atrio y calle creando un solo espacio urbano con preferencia peatonal. Igualmente
se recuperó el uso peatonal de los callejones norte y sur. En la ejecución se empleó piedra
pizarra en los pavimentos, combinada con encintados de concreto, se sembraron árboles en el
perímetro de la plaza, se empleó el adoquín de concreto tipo ladrillo en la calle y atrio de la
iglesia La Merced, se dotó de mobiliario apropiado y como parte del equipamiento se instaló
un kiosco para la venta de café. La realización de este proyecto motivó a que los propietarios
de los inmuebles ubicados alrededor de la plaza rehabilitaran sus edificaciones siguiendo los
lineamientos del Plan Maestro del Centro Histórico.
Restauración del Edificio del Museo de Arqueología (1996 – 1999).
14
Casa del Siglo XVII, propiedad original de Don Francisco del Barco y Santiponce, uno de los
primeros encomenderos de la Villa de la Concepción de Valladolid de Comayagua. A finales
del siglo XVIII la casa fue adquirida por el Regidor Perpetuo del Noble Ayuntamiento de
Comayagua, Don Joaquín Fernández Lindo y Molina, padre de Juan Lindo. Se cree que el año
de 1860 la casa fue confiscada por el Gobierno de Don José María Medina y en el año de
1862 se convirtió en Casa Presidencial. En el último cuarto del siglo XIX la casa sufrió
variaciones como la eliminación de la portada de acceso frente a San Francisco y la
sustitución del alero por una cornisa de estilo neoclásico. En 1887 se labró la portada lateral,
también en estilo neoclásico. Durante la administración de Don Ponciano Leiva (1891-1893),
se trasladó nuevamente la Capital a Comayagua, sirviendo este edificio como Casa de
Gobierno. Posteriormente la casa funcionó como comandancia de armas, oficina del correo y
telégrafo y en la década de los 40, durante la administración de Tiburcio Carías, el antiguo
balcón esquinero se sustituyó por una esquina semicircular con un escudo de Comayagua,
convirtiéndose en Museo de Arqueología.
Este proyecto fue el primer Proyecto Piloto de Restauración y fue ejecutado por la Escuela
Taller. El Proyecto contempló la recuperación de los corredores del ala Este, en la que se
habían construido habitaciones para el uso del museo, la recuperación del patio central y la
construcción de nuevos espacios de conformidad al programa de necesidades para su
rehabilitación como Museo de Arqueología y Centro de investigación arqueológica del Valle
de Comayagua. Se realizaron obras de repellos interiores y exteriores, instalación de pisos de
loseta de barro, recuperación y restauración de pinturas murales, construcción de nuevas
instalaciones eléctricas e hidrosanitarias, reconstrucción del techo del ala Este y restauración
del techo del Ala Norte, así como la sustitución de las bajantes de aguas lluvias que habían
provocado humedad en los muros. También se requirió el recalce de la cimentación de la
fachada Este, la cual presentaba un desplome hacia el exterior y el sellado de varias grietas
que fueron provocadas por el desplome de dicha pared.
PASEO DE LOS MONUMENTOS: PROPUESTA URBANA PARA LA ARTICULACIÓN
DEL CENTRO HISTÓRICO
Bajo el criterio de que el Centro Histórico de Comayagua sea un lugar recuperado para las
personas, desarrollando paseos por medio de los cuales se recorran los diferentes edificios de
arquitectura monumental, mejorando su atractivo y genere una infraestructura de servicios
15
relacionados con el turismo cultural, se propone una intervención urbana en todo el Paseo de
los Monumentos dirigida hacia el mejoramiento de los espacios de esparcimiento y a la
preferencia de la circulación peatonal. Urbanísticamente se propone la articulación en una
primera fase de la Plaza Central con la Plaza San Francisco, completando en fases posteriores
el corredor turístico que atravesaría la plaza Central y finalizaría en la plaza de La Merced.
Este recorrido está caracterizado por varias de las edificaciones más importantes de la ciudad,
entre las que destacan la Catedral, el Palacio Episcopal, la Alcaldía y la Casa de la Cultura.
Se propone para este paseo dar un tratamiento uniforme a los pavimentos, la arborización de
calles, un diseño de mobiliario adecuado y contemporáneo, y la eliminación parcial del
cableado aéreo. El proyecto incluye el estudio de fachadas a nivel formal y cromático y la
redefinición del uso del suelo de todo el sector. Para la ejecución de las obras (iniciadas a
finales del año 2003) se cuenta con personal que ha formado la Escuela Taller, fomentando
además la generación de empleo a través de la rehabilitación del patrimonio cultural.
16
PROYECTO DE RESTAURACIÓN DE LA CATEDRAL INMACULADA
CONCEPCIÓN DE COMAYAGUA, HONDURAS
DESCRIPCIÓN DEL INMUEBLE
Descripción exterior:
Iglesia que ocupa media manzana (Incluyendo la Sala Capitular). Presenta dos
fachadas hacia el exterior y las otras quedan como fachadas interiores dentro
del conjunto. Templo de fachadas barrocas con algunos elementos arcaizantes,
como por ejemplo la portada de acceso al patio de los naranjos. En la fachada
principal se observa una torre al costado norte de grandes dimensiones y
adelantado en su totalidad con respecto al plano de la fachada. La torre
presenta 4 cuerpos horizontales, 2 contrafuertes en la cara oeste, 20 ventanas
de arco de medio punto, (siendo las del cuarto cuerpo las más peraltadas) dos
filas de campanas y está cubierta por una cúpula semiesférica revestida de
ladrillo esmaltado en color verde y amarillo que remata con una linternilla. El
imafronte consta de 4 cuerpos horizontales y 3 calles en cuyos paramentos
intermedios se ubican hornacinas con imágenes de Santos remarcados con la
misma composición que se remarcan los vanos de las ventanas de las
fachadas laterales, es decir 2 pilastras y un frontón cuyas molduras inclinadas
son de línea curva con forma de volutas en el vértice superior. Entre estos
elementos se observa gran profusión de decoraciones de estuco en altorrelieve
de motivos fitomorfos; entre ellos la combinación de
palmas y uvas
eucarísticas. En el centro del primer cuerpo está el acceso con arco doblado de
medio punto, sobre él, en el segundo cuerpo un óculo abocinado. La fachada
se corona con un remate mixtilíneo. Se hace notar que los capiteles de las
columnas son muy particulares y que sus fustes están decorados de símbolos
alusivos a la Inmaculada Concepción de María, en honor de quien se erigió la
Iglesia. Las fachadas laterales son rectas y presentan contrafuertes de remate
curvilíneo que las modulan y entre los cuales se ubican las ventanas. La
portada de la fachada sur es de un barroco exquisito, consta de dos cuerpos
definidos por columnas con decoraciones de vides semejando columnas
salomónicas y rematando con piñas. Sobresale una cúpula central del
presbiterio revestida de ladrillo esmaltado, con linternilla y rodeada de una
1
artística baranda de típicos remates. De la Sala Capitular solo se identifica
como original la portada de cantería en cuya clave hay una inscripción labrada
en bajo relieve.
Descripción interior:
Templo cuya planta arquitectónica es en forma de "L" con un pequeño ábside
de muro testero recto donde se ubica el retablo mayor. Consta de 3 naves
cubiertas por 3 bóvedas de cañón corrido con arcos fajones, las cuales
descansan sobre pilares cruciformes, dividen la nave central de las laterales
arcos torales de medio punto los cuales tienen diez metros de altura. Los
muros laterales están modulados por pilastras y arcos resaltados en cuyos
paramentos intermedios se ubican vanos de ventanas de arco rebajados. El
presbiterio está separado de la nave por un arco triunfal y está cubierto por tres
cúpulas semiesféricas. La central descansa sobre un tambor de planta
octogonal con ocho ventanas con arcos de medio punto. En su intrados se
observan finas decoraciones en yesería simulando nervios. Al costado norte de
todo este cuerpo principal se ubica un jardín lateral que constituye el antiguo
patio de los naranjos y al nivel del presbiterio dos cuerpos; la sacristía, cubierta
con bóveda de cañón y una capilla cuyo presbiterio está cubierta con una
cúpula semiesférica. Todo el interior de la cubierta de esta capilla están
totalmente recubierta de altorrelieves de flores y estrellas enmarcadas en
recuadros iguales. Los altorrelieves de la cúpula de la capilla presentan figuras
de árbol de palma y el sol. Las pechinas presentan ángeles en alto relieve de
expresión rígida. El templo posee valiosos bienes muebles entre ellos un
púlpito, retablos barrocos de excelente factura y el órgano de finales del siglo
XIX.
EL PROYECTO DE RESTAURACIÓN
Situación Previa
El diagnóstico del estado previo a la intervención describió lo siguiente:
1. Existencia de añadidos y elementos interiores ajenos al sistema
constructivo original. Entre éstos se destacan los siguiente:
a. La construcción sobre el acceso principal de un coro alto de entrepiso de
madera apoyado en la pared y en dos columnas de concreto de sección
2
rectangular, sustituyendo al coro originalmente ubicado en la parte
central de la nave principal. La estructura del coro cortó parcialmente el
arco rebajado del vano de la puerta principal e impedía la apreciación
del óculo de la fachada frontal. La escalera de acceso al coro, de
estructura de madera, fue eliminada en la década de los ochenta.
b. Las gradas de piedra tallada del Presbiterio fueron demolidas y se
sustituyeron por gradas de piso cemento,
c. Todo el piso interior de la Catedral, originalmente de loseta de barro, fue
sustituido por piso cemento color gris a excepción de la parte central de
la nave principal, que poseía un piso cemento tipo alfombra. Se
conservaba en regular estado el piso de loseta de barro de la Sacristía y
parcialmente la loseta esmaltada del Presbiterio, ubicada en el área de
la capilla del Rosario, esta loseta mostraba indicios de haber sido
removida en varias ocasiones, posiblemente durante los entierros de
sacerdotes acaecidos en dicho sector, proceso que deterioró el esmalte
vidriado de todas las piezas.
d. Alambrado superficial de parte de las Instalaciones eléctricas y de todo
el sistema de sonido.
e. Instalación de rejas metálicas en la puerta de acceso de la Capilla del
Santísimo Sacramento.
f. Las puertas de salida al jardín lateral (antiguo Patio de los Naranjos)
fueron clausuradas parcialmente con una media pared de ladrillo rafón y
con malla ciclón.
2. Deterioro y pérdida de repellos en fachadas e interiores: En el interior se
encontró en mal estado los repellos a una altura de 2.00 mts del nivel del
piso, así como deterioro en las bases de las columnas. En el exterior, las
fachadas Norte y Este no poseían repellos, a excepción del remate superior
el cual se encontraba en mal estado; en la fachada Sur se encontraba en
mal estado el repello del zócalo al igual que en la fachada frontal. Los
repellos más deteriorados se encontraron en la torre del campanario,
especialmente los de la cara Norte y los del interior del cuarto nivel.
3. Daños en el sistema de drenaje de pluviales: desprendimiento del repello
de los canales de drenaje en la cubierta, pérdida de las gárgolas originales
de loseta vidriada, filtración de agua en parte de las superficies de las
3
bóvedas y cúpulas por daños en los repellos. Falta de drenaje pluvial en el
jardín lateral provocando acumulación de humedad en los muros laterales y
en el piso de las naves.
4. Hundimiento del piso en el interior de las naves y en el área del atrio
exterior.
5. Deterioro de carpintería y herrajes.
6. Debilitamiento estructural del último nivel y cúpula de la torre del
campanario: presencia de grietas en las esquinas y en el área de apoyo de
las campanas, fisuras en la cúpula y mal estado del entrepiso del cuarto
nivel.
La Investigación Arqueológica
Previo al inicio de las obras de restauración, el Instituto Hondureño de
Antropología e Historia dirigió la investigación arqueológica del inmueble, la
que documentó las etapas constructivas del edificio y datos técnicos e
históricos que ayudaron al rescate de elementos arquitectónicos relevantes que
habían sido restituidos por intervenciones inapropiadas. Entre los hallazgos
más relevantes se mencionan los siguientes:
1. Los cimientos del templo anterior, el cual tenía una longitud igual al templo
actual, variando el ancho de la nave la que fue ampliada aproximadamente
1.5 metros en cada lado. De acuerdo a estos hallazgos, la fachada actual
fue construida sobre la estructura de la fachada del templo anterior, aspecto
que se corroboró al realizarse una cala en la cara posterior del imafronte en
la que se encontró el perfil de la primera fachada, la que fue ampliada en
altura y modificada la decoración.
2. El nivel original del jardín lateral (antiguo Patio de los Naranjos); durante las
excavaciones de esta área se registraron los entierros humanos del antiguo
cementerio de la Catedral y pavimentos de piedra de algunos senderos del
patio.
3. Los cimientos de las gradas del presbiterio, información que corroboró los
datos obtenidos de algunas fotografías antiguas.
4. La moldura del zócalo de la fachada Sur, la cual había sido reformada
completamente.
4
5. Los cimientos de la base del coro ubicado en la parte central de la nave
principal.
6. Los cimientos del atrio anterior, remetido hasta la línea de la cara frontal de
la torre del Campanario; se hallaron restos de las gradas, muy similares en
forma a las del Presbiterio, y restos del pavimento de piedra bola en la
superficie contigua a dichas gradas.
El Proceso de Restauración
Los criterios de restauración empleados se basaron en el estudio contratado
por el Instituto Hondureño de Antropología e Historia y revisado por el personal
técnico de la Oficina del Centro Histórico de Comayagua, de la Escuela Taller y
del Departamento de Restauración del IHAH. Durante la ejecución de las obras
se contó con la asistencia técnica del Programa de Patrimonio Cultural de la
AECI.
La restauración de este monumento contempló las siguientes obras:
1.
Trabajos de consolidación estructural:
a. Recalce de cimentaciones de los contrafuertes de la fachada sur,
empleándose mampostería similar a la estructura de los muros.
b. Tratamientos de grietas:
La intervención no recurrió al refuerzo
estructural sino que se basó en el sellado de las mismas mediante la
Inyección de materiales expansivos. De esta forma fueron tratadas las
grietas encontradas en los muros de las fachadas norte y sur, de la
fachada frontal, del tambor de la cúpula del Presbiterio, bóveda lateral
sur y muros de la torre del campanario. En ninguna de las grietas se
encontraron indicios de que el daño haya sido provocado por fallas
constructivas del inmueble, la mayoría fue producto de los diferentes
movimientos sísmicos.
c. Refuerzo de la cúpula de la torre del Campanario: con la finalidad de
contrarrestar el rompimiento de esta cúpula, se colocó un anillo de
acero en la base, para lo que fue necesario remover en dicho sector el
enchape de loseta esmaltada de la cubierta. Durante este proceso, se
encontraron restos del acabado anterior de la cúpula (repello pulido) la
5
cual poseía anillos decorativos similares a los de la cúpula de la
Capilla del Santísimo Sacramento.
2.
Restauración de la torre del campanario.
a. Restauración de repellos interiores y exteriores: Durante el proceso de
raspado de todas las capas de pintura exterior de los muros se detectó
el grado de deterioro de los repellos de los niveles superiores,
decidiéndose la demolición parcial de los mismos, proceso que sirvió
mejorar la consistencia de la piedra de los muros la cual presentaba un
alto grado de porosidad causada por la acumulación de humedad. El
tratamiento
consistió
en
la
aplicación
de
un
líquido
acrílico
(debidamente probado) que solidificó la superficie y mejoró la
adherencia de los nuevos repellos; en este proceso se conservaron
todos los repellos que se encontraban en buen estado. En el interior,
fue necesaria la demolición completa de los repellos debido al alto
grado de deterioro; en las paredes de piedra aparente se realizó una
limpieza y tratamiento de las juntas.
b. Se restituyó completamente la estructura del entrepiso del cuarto nivel
debido al alto grado de deterioro de la madera, solamente se
conservaron los platos de madera sobre la que se apoyó toda la
estructura del entrepiso.
c. Se restauraron todos los elementos de carpintería: puertas en buen
estado, cargadores de campanas, entrepisos del segundo y tercer
nivel y mueble del reloj.
d. Se restauraron los antepechos de todas las ventanas enchapándolos
con loseta de barro.
e. Se restauraron los vanos del área del campanario
f. Trabajos de herrería: Se instaló una baranda de hierro forjado
alrededor de la maquinaria del reloj y se colocaron rejas de hierro
forjado en la puerta de acceso al tercer nivel y en la puerta de salida a
las cubiertas.
g. Se recuperó la puerta original de acceso a la torre, la cual había sido
clausurada.
6
h. Tratamiento de pisos: nuevo piso de loseta de barro en la planta baja,
encerado de pisos en todos los niveles y construcción de huellas de
concreto en todas las gradas de la torre.
3.
Tratamiento de cubiertas:
a. Cambio total
de repellos en las bóvedas laterales, bóveda de la
Capilla del Santísimo Sacramento, áreas planas y canales de desagüe
pluvial, proceso que fue necesario por el grado de desprendimiento y
agrietamiento de las superficies. Estos repellos (a excepción de los de
la bóveda de la Capilla del Santísimo Sacramento) no eran los
originales y habían empleado morteros de arena/cemento, sobre los
que aplicaron selladores asfálticos. La restauración de estas
superficies se realizó con repellos elaborados con morteros a base de
cal y arena, de acuerdo a las fórmulas proporcionadas en el Estudio de
Restauración contratado por el IHAH y debidamente probadas por la
dirección del proyecto.
b. En las cúpulas laterales y la de la Capilla del Santísimo Sacramento no
fue necesaria la eliminación de los repellos, debido al buen estado de
conservación de los originales; solamente se recurrió al resane de las
áreas dañadas y a la aplicación de un nuevo pulido de cal al que se le
integró el color basándose en los restos del pulido encontrado en la
base de las cúpulas. En la cúpula lateral sur se conservó parte del
pulido original en el que se puede observar el color que sirvió de base
para la aplicación de la pintura exterior del inmueble.
c. Se removió completamente la loseta vidriada de la cúpula de la torre
del campanario con la finalidad de aplicar un nuevo repello que
permitiera la completa impermeabilización de la superficie. Debido a
que el 80% de esta loseta había perdido casi completamente el
esmalte, se decidió colocar una nueva loseta esmaltada reproducida
conforme a la original; las piezas rescatadas sirvieron para restituirlas
por las piezas en mal estado de la Cúpula del Presbiterio, a la que
solamente
se
sellaron
todas
las
juntas
y
se
aplicó
un
impermeabilizante acrílico totalmente transparente.
7
4.
Restauración de interiores:
a. Restauración de repellos: Restitución de repellos a una altura de 2 mts
del nivel de piso y resane del resto de los repellos de muros y cielos.
Previamente a este proceso se realizó un raspado completo de todas
las capas de pintura, el cual sirvió para diagnosticar con exactitud el
estado de los repellos y descubrir los colores originales del inmueble.
b. Restauración de elementos decorativos: se resanaron todas las
molduras de cielos, capiteles y bases de columnas, yesería del
intradós de la bóveda de la Sacristía, del intradós de la bóveda y
cúpula de la Capilla del Santísimo Sacramento y del intradós de las
cúpulas del Presbiterio. En la bóveda de la Sacristía fue necesaria la
restitución de yesería desprendida y en la Cúpula Mayor del
Presbiterio se rescató el color original de los serafines, los cuales se
encontraban totalmente en color blanco.
c. Restauración de pisos: debido al hundimiento de las superficies fue
necesaria la demolición completa de todos los pisos, se realizó un
corte de 40 cms el cual fue restituido por material selecto debidamente
compactado. En todo el interior se construyó un firme de concreto de
7.5cms con acero de temperatura a cada 30 cms, dejando juntas de
dilatación a cada 3.00 mts. Considerando que el piso removido no era
el original (la loseta de barro fue sustituida por piso cemento color gris),
se pretendió dejar una clara intervención contemporánea escogiendo
un modelo de piso que fuera resistente, con una textura y color
integrada al estilo y colores del inmueble, decidiéndose por un
porcelanato tipo piedra de color gris[/verde. Este material fue instalado
en las naves y Capilla del Santísimo Sacramento. En la Sacristía, único
sitio donde se conservaba la loseta de barro, nuevamente se colocó un
piso similar con la variación de que se instaló un encintado de loseta
vidriada reproducida conforme al piso original que se encontró en la
Capilla del Rosario y que no se pudo rescatar debido a su alto grado
de deterioro. En el presbiterio se instaló un porcelanato esmaltado de
color verde y blanco, que de alguna forma recuerda al piso original y
enfatiza la importancia de este sector. También se construyeron
8
nuevas gradas, empleando concreto gravineado y siguiendo la forma y
tamaño de las gradas originales de piedra tallada, cuyo desplante fue
encontrado en la investigación arqueológica.
d. Construcción del altar fijo: para el rito de la consagración de la
Catedral, la iglesia exige un altar fijo de piedra por lo que se construyó
con el mismo concreto empleado en las gradas. Las dimensiones del
altar fueron proporcionadas por el Obispo de la Diócesis: 7 pies de
largo, en representación de los siete días que se necesitaron para
crear el mundo y 33 pulgadas de profundidad simbolizando la edad de
Cristo.
e. También se destacan entre las obras de restauración de interior, la
instalación de rejas en las puertas de acceso al patio de los naranjos,
la instalación de los vitrales en las ventanas de las fachadas Norte y
Sur (no hay información de las ventanas originales), la restauración de
la carpintería, la elaboración de la nueva baranda del Presbiterio, la
elaboración de los confesionarios y la limpieza de los retablos y
púlpito.
5.
Restauración de Fachadas:
a. Por años las fachadas Norte Y Este se mantuvieron completamente
desnudas, sin embargo la técnica constructiva empleada en los muros
es para superficies repelladas y no para dejar aparente la piedra;
considerándose el respeto al estilo del inmueble se decidió el repello
de dichas superficies, dejándose una pequeña ventana/testigo para
ilustrar al visitante la técnica constructiva empleada.
b. Se cambió completamente el repello a la altura del zócalo de las
fachadas Norte y Oeste(frontal), en el resto de las superficies se
rasparon todas las capas de pintura y se resanaron los repellos.
c. Se restauraron los elementos decorativos de todas las fachadas,
inyectando con líquidos adherentes a todos aquellos elementos que
estaban a punto de desprenderse y se reconstruyeron los elementos
faltantes.
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d. Se restauraron completamente las cornisas, pináculos, almenas,
parapetos y linternillas, conservando en todos los casos los repellos
originales en buen estado.
6.
Pintura del inmueble:
a. Interiores: Al realizarse las calas en todas las superficies se encontró
que en una determinada época el intradós de las bóvedas de las naves
fueron pintadas en azul cielo. Respecto a las paredes, se encontró el
ocre en las columnas del arco toral que enmarca el retablo mayor,
mismas que poseían una decoración en forma de lazos de color azul
añil que enmarcaba el fuste de la columna. En la Sacristía, se
encontraron en las paredes dos tipos de decoraciones, uno a base de
líneas azules y color ladrillo en las molduras de los cielos y capiteles y
la otra a base de floreros azules en las paredes. En el intradós de la
Cúpula Mayor, fue relevante encontrar el color de los serafines y el
decorado en azul añil de la yesería. La Capilla del Santísimo
Sacramento era el único espacio que mantenía el color en los
elementos decorativos de la bóveda y cúpula. Considerando todos
estos hallazgos se decidió aplicar el color amarillo en todos los muros y
el color azul cielo en las bóvedas y cúpulas, dejándose pendiente la
decoración en azul añil encontrada en los fustes de las columnas
contiguo al retablo mayor y en la yesería de la cúpula mayor. La
yesería de la bóveda de la Sacristía se dejó en color blanco y el fondo
del intradós en azul cielo; en los muros de esta habitación se rescató la
decoración a base de floreros color azul cielo.
b. Exteriores: Igual que en el interior, en el exterior se encontró el amarillo
en algunas secciones de la fachada frontal y en las cúpulas laterales
de las capillas del Presbiterio. En la fachada sur se detectó el azul añil
en la yesería de la cornisa y en los elementos decorativos alrededor de
las ventanas. La aplicación parcial de estos colores sirvió de base para
decidir el color amarillo de la Catedral, el cual hace juego con la loseta
esmaltada amarillo y verde de las cúpulas y de la cenefa en la cornisa
de la torre del campanario. Con la finalidad de resaltar la
ornamentación barroca de la fachada, se decidió emplear dos tonos de
10
amarillo: el tono fuerte para los muros y el tono claro para todas las
decoraciones.
7.
Sistema eléctrico y de iluminación interior y exterior del inmueble: con la
finalidad de revalorizar el inmueble, el cual es considerado uno de los
monumentos arquitectónicos más importantes del país, se diseñó la
iluminación interior y exterior con la que se consigue resaltar el volumen y
el espacio del edificio; también se resaltaron los retablos y se iluminó el
jardín lateral. En todo el diseño, se evitó el empleo de la luz fluorescente.
Como parte de las instalaciones, se incluyó el sistema de sonido colocado
discretamente en los capiteles de las columnas centrales de la nave
principal. Todas las nuevas instalaciones son ocultas.
8.
Restauración de los exteriores:
a. La intervención exterior más relevante fue la recuperación del patio de
los naranjos, para lo cual fue necesario rescatar el nivel del piso
original. Esta obra consistió en la pavimentación con piedra bola de
toda la superficie dejando siete alcorques para los naranjos. Con esta
intervención se logra facilitar el mantenimiento y se reduce la
acumulación de humedad que absorben los muros.
b. Se levantó completamente la loseta de barro del atrio, cuya superficie
presentaba hundimientos y la mayoría de las piezas del piso se
encontraban agrietadas. El piso de esta área había sido enchapada
con losetas de diferentes tamaños y fábricas, sobresaliendo entre ellas
las losetas con un sello en la parte central, piezas que fueron
rescatadas en su mayoría y que se reubicaron en la parte lateral con la
finalidad de alejarla de la zona más transitada y asegurar su
conservación. Todo el piso del atrio exterior se enchapó con nueva
loseta de barro y para dejar testigo de la intervención, se colocaron las
piezas giradas a 45°, de la misma forma como estaba el piso original
de loseta de barro del interior (de acuerdo a algunos restos que se
encontraron en la nave lateral sur durante el proceso de demolición del
piso cemento y excavación de la superficie). Se incluyó en los trabajos
del atrio, la reconstrucción de las gradas, rescatando las piezas de
piedra tallada originales las cuales rematan todo el perímetro del atrio.
11
Uno de las intervenciones que se descartó del proyecto de
restauración fue la recuperación de la baranda que rodeaba al atrio a
finales del siglo XIX, con la finalidad de respetar el criterio de
integración del atrio a la plaza Central, manejado en el proyecto de
rehabilitación de dicha plaza elaborado por el Plan Maestro del Centro
Histórico de Comayagua.
c. Como parte de los trabajos exteriores, se pavimentaron con piedra
bola los patios de costado Este, los que actualmente funcionan como
patios de servicio de los salones habilitados en la antigua Sala
Capitular. También se construyó el muro perimetral del costado Norte y
se restauró la pared medianera del patio de los naranjos.
EJECUCIÓN DE LA OBRA
Con la finalidad de ajustarse al proceso de administración directa y para agilizar
la ejecución de la obra, el proyecto total se dividió en siete fases constructivas,
una de las que fue asignada para las prácticas de los alumnos obreros de la
Escuela Taller. El resto de las etapas fueron contratadas por el IHAH en las
que se destacó la participación de ex alumnos de la Escuela Taller, con lo que
se fomentó la formación de microempresas de construcción.
12
HISTORIA DE LA CATEDRAL DE COMAYAGUA.
Mario Felipe Martínez Castillo.
Historia y Desarrollo Urbano.
LA FUNDACIÓN. Santa Maria de la Nueva Valladolid o simplemente Comayagua, fue
fundada por orden del Adelantado de Yucatán, Don Francisco, quien recomienda a su capitán,
Alonso de Cáceres, que fundase una villa en un paraje que estuviera equidistante de los dos
océanos y en medio de Guatemala y León de Nicaragua.
Don Alonso de Cáceres, pacificando el país de Las Higueras u Honduras encuentra un valle
de diez leguas de largo por cuatro de ancho, muy a propósito para hacer la fundación de la
villa o ciudad. Así el 8 de Diciembre de 1537 en nombre del Rey de España Carlos I y de
Maria Santísima de la Concepción, tomo posesión de una parte del lado norte del valle y
quedo asentada la fundación. Los indios que Vivian en las cercanías incendiaron las chozas de
paja recién construidas y hubo que esperar dos anos para principiar a poblar de nuevo y hacer
los repartimientos de lotes.
Cuando el Rey Felipe II por carta del 3 de Septiembre de 1543 manda que la Audiencia de
los Confines resida en la villa de la Concepción de Comayagua, en la misma provisión se le da
el nombre de Nueva Valladolid en honor de la ciudad española de Valladolid donde al
momento de firmar la carta de fundación de la Audiencia residía la Corte.
La villa fue creciendo en población aunque con un aspecto deplorable con casas de
bahareque y techos de paja, incluso su iglesia. Felipe II le da el titulo de ciudad en 1557 época
en que ya contaba con un convento de Mercedarios fundado por Fray Jerónimo Clemente en el
ano de 1553 y una iglesia de cantería construida en 1551 a un costo de 1,500 pesos oro.
Poco a poco Comayagua empieza a tomar forma de verdadero poblado, el gobierno civil y
eclesiástico va a residir en ella. Los oficiales de la Real hacienda ante la explotación de los
ricos minerales de plata en las cercanías de la ciudad, disponen trasladar la Caja Real a
Comayagua en 1574 misma que había estado funcionando en San Pedro Sula y que ya desde
antes se había gestionado que la fundición de oro y plata se trasladara a esta.
LOS PRIMEROS GOBERNADORES. A partir de 1574 Comayagua es la sede del
Obispado, residencia del Gobernador, del Alcalde Mayor. Tesorero Real y la ciudad con mas
población de españoles en toda la provincia.
El Gobernador Don Alonso Contreras Guevara había mandado a construir almacenes para
la pólvora y el azogue gastando en estas construcciones la cantidad de 6,000 pesos según
informa al Rey en 1577. Con la llegada del Gobernador, Rodrigo Ponce de León en 1583 la
ciudad comienza a tomar verdadera forma pues el Gobernador, que es hombre emprendedor,
se da a la tarea de construir de su propio peculio, algunos edificios que hacían falta en la
ciudad como el Hospital Real donde recibían atención medica no solo los españoles sino
también los mestizos. Ponce de León logra del Rey una donación a favor del hospital para su
perenne funcionamiento, reconstruye otros edificios como la Casa del Cabildo y Caja Real. Su
actuación fue de tanto beneficio para la ciudad que el cabildo solicita al rey “... que por ser
caballero de muy ilustre linaje y haber gastado su salario en obras de beneficio para
Comayagua le prorrogue por otros cuatro anos as el gobierno de la provincia...”
En el ano 1596 el Gobernador, Don Jorge de Alvarado llega a Comayagua y dicta una serie
de ordenanzas para el trazado de las nuevas calles que exigía el ensanchamiento de la ciudad.
Comayagua ya contaba con otro Convento, el de San Antonio y su iglesia, San Francisco,
fundados por fray Bernardino Pérez en el año 1575. Ademas otras iglesias y ermitas como la
de san Sebastián, San Blas, Nuestro Señor de los Reyes, Mexicapa, Santa Lucia y San Matías
tenían que quedar comunicadas por el mismo sistema de calles. Los techos de paja principian a
desaparecer pues los ricos mineros y hacendados cubrían ahora sus casas con tejas llegadas de
España o con las que ya se fabricaban en los tejares de Comayagua. En 1602 por petición
expresa del Cabildo Civil de Comayagua se logra que se le prorrogue su mandato por otros
cuatro anos mas, fecha en que llega su esposa acompañada de sus hijos.
Cuando fray Antonio Vázquez de Espinoza, visitador de la Custodia de Santa Catarina
Mártir de Honduras, llega a Comayagua cuenta que “... esta tiene calles anchas y rectas y
algunas empedradas, dos hermosos conventos con estancias de ganado mayor, un hospital e
iglesia de San Juan de Dios, catedral muy bien aderezada y otras torres y capillas..”
Pocos anos atrás, Don Juan de Lezcano había hecho una donación de 300 tostones de a cuatro
reales plata para la reparación del convento de San Antonio por lo que es de imaginarse que
cuando paso el visitador Vázquez de Espinoza por Comayagua este convento estaría recién
terminado.
A partir del primer cuarto del siglo XVII la Provincia de Comayagua estaba totalmente
pacificada y por unas décadas no se pensó en nuevas conquistas de territorios que ensanchasen
los limites de la gobernación. Los descendientes de conquistadores habían perdido el espíritu
aventurero de sus antepasados y las ordenes religiosas el espíritu de evangelización.
A principios del siglo XVIII llega Comayagua el Obispo D. Fray Juan Pérez Carpintero,
quien se da a la tarea de acabar la fábrica material de la nueva catedral. Para 1708 ya estaba
concluida, pero no fue solemnemente bendecida sino hasta el 8 de diciembre de 1711. Así lo
informa al Rey el Cabildo eclesiástico de la ciudad de Comayagua en carta fechada el 29 de
diciembre, agregando que el Obispo Carpintero dotó a la catedral de alhajas, tres retablos
dorados y coro, sin contar con los que ya existían. Salvo raras excepciones, todos los
gobernadores y obispos del S. XVIII se preocuparon por hacer de Comayagua una capital
digna de la gobernación de Honduras, a pesar de lo exiguo del presupuesto de la Real
Hacienda y la increíble pobreza del obispado.
En 1725 llegó a Comayagua Fray Antonio de Guadalupe López y Portillo, acostumbrado
como estaba al esplendor del virreinato de la Nueva España, y habiendo viajado por España e
Italia, dispone a su arribo a Comayagua transformarla dando inicio a una serie de
reconstrucciones. En 1732, a su costa, tiene reconstruido el viejo edificio del Seminario y
funda en él la Cátedra de Filosofía, sosteniendo por su cuenta al catedrático mientras el Rey
aprueba la fundación, que es autorizada años más tarde, con lo que Comayagua cuenta ya con
un nuevo edificio del Colegio Seminario, donde se imparten las cátedras de Latín, de Teología
y de Filosofía. Por su propia cuenta construye en 1735 el nuevo Palacio Episcopal y en 1739 el
Palacio de la Sala Capitular, su capilla doméstica y además, la iglesia y hospital de S. Juan de
Dios reciben nuevos alicientes al dotarlos de sacristía, botica, enfermerías y otras
dependencias. Por último funda una Casa de Mujeres Malcasadas en el viejo Palacio
Episcopal, construido por el Obispo Andrada a principios del S. XVII. La Gaceta de México
en su número 121 de diciembre de 1737 comenta "la construcción hecha por el obispo
Guadalupe de una capilla dedicada a nuestra Señora de la Expectación, para la cual construyó
un retablo con su trono de cristales venecianos de más de vara de largo, con una lámpara de
plata de 170 marcos, 2 siriales, 6 blandones y una cruz toda de plata".
En el ultimo cuarto del siglo XVIII Comayagua vivió su mejor época cultural. Ilustradísimos
obispos y capitanes generales ocupan los gobiernos civiles y religiosos. El Obispo Isidoro
Rodríguez dice en carta al Rey: “...que su catedral esta indecentísima, no obstante las 22,000
libras de plata que en alhajas la adornan...” consigue una ayuda de 4,000 pesos para comprar
un órgano nuevo y otros ornamentos para su catedral. El Obispo Macarrulla recibe ayuda de
5,000 pesos que los invierte en dar nuevas ordenanzas al Colegio Tridentino y dotarlo de
nuevas cátedras. Dado que en la Catedral solo había cinco dignidades, a saber: Deán,
Arcediano, Chantre, Maestre Escuela y Tesorero, también solicita al Rey la creación de dos
nuevas canonjías, la Penitenciaria y la Doctoral que fueron aprobadas durante el gobierno del
siguiente Obispo, Don Francisco José de Palencia. Durante el gobierno de este Obispo se
desata una serie de calamidades no solo sobre Comayagua sino sobre toda la Provincia,
primero por el gran terremoto del 14 de Octubre de 1774 seguido de otros sismos y de
copiosas lluvias en los meses siguientes que dejaron asolado todo el Obispado.
Por esos días estaban trabajando en Comayagua maestros alarifes guatemaltecos en la
introducción del agua potable por medio de acueductos, estos maestros habían sido llamados
por el Obispo Palencia para tal fin. Aprovechando la pericia de los maestros guatemaltecos se
les pidió que valoraran la reconstrucción de algunos edificios dañados por el terremoto.
Comayagua había llegado a los 8.000 habitantes entre españoles, mulatos e indios.
Cambios notables se esperaban la gobernación de Honduras, había sido ascendida a la
categoría de Intendencia. Ricos miembros de la sociedad comayagüense ocupaban los puestos
más altos del Cabildo eclesiástico, como el Chantre, Luciano San Martín, quien con su peculio
personal, introduce el agua a la plaza mayor y la dota de hermosa fuente, sus donativos en pro
de la reconstrucción de la Catedral y otras necesidades del pueblo, hacen que el Gobernador
Intendente de Comayagua envíe un largo informe al Rey solicitando que: "debido al ilustre
linaje” del Chantre San Martín de su ilustración, y a su desprendimiento para con los demás se
le eleve a la categoría de Obispo de Honduras.
Las nuevas tendencias liberales, producto de la Ilustración europea, en parte promovida
por las mismas autoridades civiles y eclesiásticas y por la lectura de libros que por vía de
contrabando se leían en Comayagua, los cuales entraban por los establecimientos ingleses, de
Walis y Río Tinto, va a dar por resultado los choques ideológicos y de autoridad entre los
gobernadores, el Ayuntamiento y la población civil, entre los obispos y su Cabildo
Eclesiástico; famoso fue el pleito seguido contra el licenciado Mariano Valero, por palabras
escandalosas contra la autoridad real, dichas en una junta de diezmos.
Todos los criollos que formaban la aristocracia de la ciudad principian a enviar al Rey
largos informes de la relación de sus méritos para obtener los puestos más altos del gobierno
civil y eclesiástico, varios criollos hondureños desempeñaron interinamente el gobierno de la
Intendencia y los cabildos, civil y eclesiástico, estaban formados en su mayoría por
descendientes de antiguas familias comayagüenses, entre los que se encontraban los Celaya,
los Fiallos, los San Martín, los Thowes, los Arriaga, los Brito, los Montes, los Medina
Valderas, los Jalón, los Morejón, los Navarro, los Valenzuela, los Bosque, los Pascua...
Algunas familias de la ciudad de Gracias como los Milla, los Machado, los Pineda, los
Batres y los Lara, ocupaban igualmente puestos importantes en el gobierno militar y cabildo
religioso, el coronel Machado estaba considerado uno de los hombres más ricos de la
Provincia, manteniendo con sus dineros el Escuadrón de Gracias.
El Obispo Navas, uno de los últimos obispos coloniales que tuvo Comayagua es un viejo
achacoso y rezongón que entra en choque con su Cabildo, para desentenderse de la
administración del obispado dispone darse baños para curar su salud en Guatemala aduciendo
el mal clima de Comayagua. Obligado por el Rey después de recibir un informe médico y un
informe por la vía reservada del Arzobispo de Guatemala en que se asegura que su enfermedad
no la contrajo en Comayagua, sino que la parálisis ya la traía desde España, el Obispo es
obligado a regresar a su diócesis después de una ausencia de varios años y para su comodidad
personal y para la de su familia reconstruye su palacio; su capilla doméstica es amueblada con
objetos que él mismo había traído desde España y que pertenecían al Palacio Real de Madrid,
por eso no es de extrañarse que varios viajeros que visitaron Centro América años más tarde,
digan que esta capilla (hoy capilla de la Virgen del Carmen) es lo más hermoso que existe
entre México y Panamá.
La ciudad de Comayagua vive ese año días de intranquilidad. Don Ramón de la Rosa Lagos de
la villa de Choluteca, ha interceptado papeles sediciosos, provenientes de León Nicaragua que
iban para diferentes personas de Honduras; el cura del Sagrario de la Catedral de Comayagua
don Ramón Doblado dio parte a las autoridades de la disposición en que estaba uno de sus
pueblos de atentar contra la autoridad de Comayagua, movimiento que se cortó
sorprendiéndoles en el acto de salir armados de su pueblo, el Curato de Opoteca. Dentro de la
misma ciudad de Comayagua don Pantaleón de Aguilar es apresado por infidente, lo mismo
que los hermanos Marenco y don Juan Ángel Arias.
El Cabildo de Comayagua, a manera de desagravio a la Monarquía, envía largos informes
de la lealtad de sus ciudadanos y no se contenta con eso sino que a una de sus plazas, la de la
Merced, la llama de la Constitución y coloca una placa conmemorativa y solicita a la regencia
que para que la memoria de los pueblos no olvide la feliz promulgación de la Constitución
Política de la Monarquía, solicita declarar lugar de asilo el círculo encadenado que rodea la
lápida con la inscripción que dice "Plaza de la Constitución". Años más tarde la rica familia de
los Fernández Lindo y Zelaya construye el último monumento colonial en Comayagua, la
célebre columna en honor de las Cortes de Cádiz, o columna de Fernando VII como se le
llama en 1820.
La diputación provincial toma posesión y entra en funciones pero para no quedar
desautorizada solicita al rey que ésta sea constituida legalmente y que las Cortes de Cádiz
autoricen la elección. Promueve una serie de medidas de tipo económico no solo en beneficio
de la ciudad de Comayagua sino que en beneficio de toda la provincia de Honduras, promulga
leyes, anula impuestos y propugna por la traslación de la Casa de Moneda de Guatemala, no
para Comayagua sino para el Real de Minas de Tegucigalpa, que por esos años había reabierto
algunas minas que habían permanecido cerradas por muchos años, amén de las ya existentes
en explotación, gestiona la elevación del Colegio Tridentino de San Agustín a la categoría de
Universidad, y con la anuencia de la Alcaldía Mayor de San Miguel, una de las más ricas
provincial que pertenecía a la Intendencia de El Salvador, la incorporación de ésta al gobierno
de Comayagua por los vínculos comerciales que entre ambas ciudades existía y la facilidad
que se presentaba para los hacendados de la tinta añil de exportar sus productos por los puertos
hondureños. El cabildo adorna con fuentes y estatuas la alameda de la Ronda, e inaugura la
alameda de las Umuyas, partiendo de la casa del coronel Brito hasta la barranca del río,
adornada con banquetas y una media luna sobre barranca que servia de mirador.
El 28 de septiembre de 1821 el Cabildo de Comayagua, ante el júbilo del pueblo y el
beneplácito de las autoridades españolas lee las actas de la Independencia llegadas de la
capital del reino y de otras del virreinato de la Nueva España.
Comayagua se anexa al imperio mexicano; disuelto éste, entra a formar parte de la
Federación de Estados Centroamericanos, mandó a Guatemala una dignísima diputación que
ocupó los más altos puestos en el congreso y senados centroamericanos.
Las guerras fratricidas dan comienzo en Centroamérica y una de las primeras ciudades en
sufrirla es Comayagua, puesto que los ejércitos federalistas centroamericanos, so pretexto de
custodiar la producción de los tabacos del Partido de Gracias al mando del vicepresidente
hondureño el graciano coronel don Justo Milla, pone cerco a la ciudad de Comayagua,
defendida por el primer Jefe de Estado hondureño, el licenciado don Dionisio de Herrera, que
se negaba a cumplir lo pactado con la Federación exigiendo libertad absoluta en la
administración económica de su país.
La ciudad sufre un asedio de más de treinta días y ante la imposibilidad del rendimiento de
la plaza el coronel Milla ordena el incendio de la ciudad que es pasto de las llamas en tres de
sus barrios más populosos, quemándose en esta ocasión algunas de sus construcciones más
antiguas, como eran: el antiguo Convento de la Merced, las iglesias de Mejicapa, San Blas y
Caigala con sus respectivos barrios, la iglesia convento y hospital de San Juan de Dios, amén
de quince casas grandes cercanas a la plaza mayor. Esto sucedió el tristemente recordado año
de 1827.
Cincuenta años sufrió la ciudad constantes saqueos y nuevos incendios que dieron al traste
con la incipiente economía. Lo mejor de sus habitantes habían perdido la vida en las reiteradas
luchas partidaristas, y guerras centroamericanas.
Comayagua, que en 1827 llegó a tener 18.000 habitantes, para 1880 apenas llegaba a los
5.000. Las ruinas y la destrucción se observaban en todas sus calles y avenidas. Sus templos
habían sido despojados de sus riquísimas alhajas, pues tanto uno como otro partido político se
posesionaban de ellas para la compra de armamento que les permitiera continuar haciendo la
guerra.
En la década del cincuenta, las guerras eran promovidas no solo por las ideas diferentes de
los dos partidos, liberal y conservador, sino por el interés que Inglaterra con su ministro
Chatfields y Estados Unidos con su ministro Squire tenían en debilitar al máximo la unidad
que durante trescientos años conservó Centroamérica y que ahora dividida en cinco países era
más fácil presa del imperialismo inglés, quien con sus artículos industriales mató las
incipientes manufacturas de hilados y tejidos, elaboración de las tintas, fábricas de zapatos,
candelas... que se producían en la ciudad.
A partir de 1890, Comayagua lleva una vida letárgica. El traslado de la capital para
Tegucigalpa pone fin a su categoría de ciudad.
La mentalidad de los últimos gobiernos ha redescubierto su posición estratégica al centro
del país, y en medio de los dos centros urbanos más importantes de Honduras, la capital
Tegucigalpa y la ciudad de San Pedro Sula.
Su valle apto para la agricultura y la ganadería ha sido canalizado y hoy está convertido en
uno de los valles más productivos de Honduras.
Con la construcción de nuevos edificios que desentonan en todo, con el resto de las
construcciones coloniales, la ciudad ha sufrido en detrimento de su unidad estilística. Sin
embargo, Comayagua ha recibido una fuerte dosis de alicientes y hoy es la cuarta población en
crecimiento en todo el país.
Hoy es una ciudad que cuenta con todos los servicios de una ciudad moderna. Posee 14
agencias bancarias, jardines de niños, muchas escuelas primarias, cinco colegios secundarios,
magnífica escuela de profesores rurales, un centro de agricultura y ganadería de primer orden,
una magnífica catedral, siete iglesias, dos museos (los únicos existentes en el país, uno
arqueológico donde se puede apreciar mil años de cultura maya y lenca, otro religioso con una
magnífica colección de orfebrería y platería y una buena cantidad de muebles, pinturas,
esculturas y bordados que van desde el siglo XVI hasta el siglo XIX), club social, hospitales,
policlínica, centros de salud, restaurantes, grandes almacenes, farmacias y supermercados y
está conectada con la capital de la república con un servicio de autobuses que salen de hora en
hora.
El retorno de antiguas familias comayagüenses y las nuevas fuentes de trabajo han
incrementado la población en tal forma que antiguos barrios que fueron despoblados han
vuelto a ser ocupados y otros nuevos han ido apareciendo alrededor del antiguo casco urbano.
Es por eso que ahora en es una ciudad de más de 75 mil habitantes.
Los pronósticos y las estadísticas junto con el empuje actual de sus habitantes demuestran
que dentro de muy pocos años, Comayagua se convertirá en la tercera o cuarta ciudad más
importante del país, pues varias empresas nacionales y extranjeras han puesto sus ojos en ella,
ya que la electrificación del valle permite el montaje de varias industrias y se están haciendo
los arreglos para la instalación de ellas, con lo que Comayagua llegará convertirse en un
centro vital para la economía hondureña, siendo al presente uno de los polos de desarrollo
industrial más importantes de Honduras.
LA CATEDRAL DE COMAYAGUA
ASPECTOS ARQUITECTÓNICOS Y ARTÍSTICOS
Aunque no hay documentos que lo afirmen, la portada anexa a la torre que servía de entrada
al antiguo patio de Los Naranjos o cementerio, debió ser construido durante el episcopado de
Fray Gaspar de Andrada (1589 a 1611), único obispo de la orden de San Francisco que llega a
Comayagua en una época en que corresponde exactamente al estilo arquitectónico en que está
construida esta portada. Consiste en un lienzo de muro de más de una vara de grosor hecho de
cantería y ladrillo; al centro una puerta de arco de medio punto formada por dos altas pilastras
con impostas; una cornisa horizontal sirve de remate a esta portada sobre la cual hay un
coronamiento de cornisas, que forman un triángulo en medio del cual se encuentra esculpido
en piedra, el emblema de la orden franciscana; tanto la cornisa como el remate triangular están
adornadas con almenas triangulares talladas en cantera, la sola presencia del escudo
franciscano y la insistencia de las almenas tan del gusto mexicano en las iglesias estilo
fortaleza, nos indica que esta construcción debió ser ejecutada en tiempo del Obispo Andrada
puesto que él pertenecía a la orden de San Francisco y ni el Obispo anterior ni posterior
pertenecieron a esa orden; no hay que olvidar que esta portada y el palacio que el obispo
Andrada construyó para su morada a principios del siglo XVII en donde hoy está el palacio
Arzobispal, era un edificio de 2 pisos
(Insertar fotografía No 1. Vista del patio de “Los Naranjos y Torre del Reloj)
El cuerpo de la catedral es de planta de cruz latina sin crucero pronunciado formando un
rectángulo de “cincuenta varas de largo y veinte de ancho”, diez pilares cruciformes muy
corpulentos cubiertos casi a una misma altura por bóvedas de cañón corrido con arcos fajones
apiados sobre pilares que arrancan de los capiteles de los pilares cruciformes dejan pasar la luz
del exterior hasta la nave central.
La cúpula de la nave central es más alta que las laterales y construida sobre tambor octogonal
fue la que reconstruyó el obispo Pérez Carpintero entre 1704 y 1708 y tiene una altura según
él mismo la describe de “26 varas, las dos naves laterales tienen una altura de 15 varas y la
nave central 18” y es por eso que a veces da la sensación de ser un templo de planta de salón.
La solución de que los arcos torales de los cañones descansan sobre pilares que alojándose en
las enjutas de las arcadas, surgen como continuación de los fustes de los pilares, nos recuerda
a Diego de Siloé en la catedral de Granada España, sólo que aquí en Comayagua les falta a los
pilares las cornisas y entablamentos tan característicos en las construcciones de este maestro,
pero que en el caso de Comayagua permite que los arcos se eleven hasta las mismas bóvedas
lo que hace de la catedral de Comayagua en este sentido caso único en Centro América. Cinco
grandes ventanas hoy con vitrales con arco de medio punto de cada lado daban al interior del
templo la claridad suficiente para convertirlo sino en el más claro, en uno de los más
ventilados templos de América; cada vano de ventana está enmarcado con pilastras y frontón
recto lo que hace darle a los cuerpos laterales de la catedral ese aspecto arcaizante que
presenta toda la construcción inclusive su cornisa, adornada de pináculos triangulares tan del
gusto herreriano; las ventanas del lado de la calle presentan diferente tipo de decoración, esto
se debe en parte a que este sector de la catedral fue el más dañado en el terremoto de 1774 y
que al ser reconstruida algunas de ellas hayan sufrido alteración en la decoración que a simple
vista pasa desapercibida.
(Insertar fotografía No2.Vista desde la entrada de la bóveda de canon corrido
Insertar fotografía No3. Vista exterior de las cúpulas.)
Sobre la puerta principal se encuentra actualmente en un improvisado coro el órgano que fuera
el orgullo de la catedral y que formaba parte del antiguo coro rodeado de elegantes sillones
que según la documentación que de la catedral hemos consultado originalmente, fue una
sillería barroca “perfilada de oro” y después del terremoto de 1774 fue sustituida por una
nueva de estilo neoclásico: destruida ésta en un intento de darle a la nave central más amplitud
en la década de 1930. Al lado del evangelio, se encuentra la sacristía de bóveda de cañón
corrido sin cúpula y testero plano y el sagrario con cúpula esférica y linternilla similares a las
que coronan las dos cúpulas laterales de la catedral que tiene "18 varas de altura"; estas dos
construcciones forman como un aparte del cuerpo de la iglesia, las bóvedas tanto del sagrario
como de la sacristía, están totalmente recubiertas de bajorrelieve de flores y estrellas
poliformes, todas ellas enmarcadas en recuadros iguales, característica geométrica más del
bajo renacimiento que del Barroco del siglo XVII y trabajadas sin mucho relieve, lo que da la
impresión de ser trabajos ejecutados en madera; en el Sagrario que es casi un anexo y que
tiene magníficas proporciones, el árbol de palma y el sol son usados nuevamente como motivo
para decorar el intrados de la cúpula; según Pal Kelemen en su Barroco y Rococó en América
Litina, estos motivos no han sido encontrados en ningún otro lugar de América. El sol del
centro es bastante raro. Impresiona sobremanera los ángeles que están en las pechinas y que
son copia de esas criaturas inanimadas que se ven en los cielos de los cuadros bizantinos, por
la rigidez que presentan.
(Insertar fotografía No4. Vista de la fachada principal y lateral derecha de la Catedral.
Las tres portadas que posee la catedral presentan características que nos hace suponer fueron
construidas en diferentes épocas, la más antigua es la que da al patio de los naranjos, con
columnas toscanas lisas tanto en el primero como en el segundo cuerpo y que denotan las
mismas características de haber sido construidas en la misma época en que se construyó la
portada del sagrario (1656-65), la fachada principal o de los pies fue lo último en construirse
en la catedral, según la describe el Obispo Pérez Carpintero, “de 22 varas de frente y 25 de
alto”, aunque su organización corresponde al estilo renacentista, tal vez por haber sido
concebida en una época anterior, su decoración ya es barroca del siglo XVIII. Consta de tres
cuerpos y un remate; en el primer cuerpo se alza un alto arco de tímpano rehundido con puerta
de medio punto; a los lados cuatro columnas lisas que en el centro llevan diferentes signos
religiosos, tanto los capiteles de las columnas del primero como el segundo cuerpo están
trabajados en una forma de diseño original; en la clave del arco, palmas y ángeles que
sostienen un escudo; a los lados dos nichos con estatuas cuyos nombres corresponden a San
Agustín y San Jerónimo. Li combinación de las palmas y las uvas eucarísticas en este primer
cuerpo tienen un carácter único en Hispanoamérica, pues no se ha encontrado en ninguna otra
catedral esta combinación decorativa. El segundo cuerpo está dividido igual que el primero y
el tercer cuerpo en tres calles limitadas por columnas del mismo estilo que las del anterior,
sólo que éstas son más cortas en sus fustes, como Bonet Correa en su estudio sobre las iglesias
barrocas de Guatemala señala y llevan diferentes signos religiosos en el centro de las cuales,
completan con los cuatro de abajo, los ocho símbolos de la Inmaculada Concepción, la palma,
la torre, la puerta del cielo, el cedro, el espejo, el pozo, el templo salomónico y la fuente. Esta
particularidad confiere a la catedral de Comayagua un carácter de sumo interés, pues es
rarísimo encontrar estos símbolos en la decoración de las fachadas de los demás templos de
América, sin embargo no hay que olvidar que la fachada fue concebida como una exaltación a
la Concepción de María que señorea en el tercer cuerpo de la calle central acompañada de San
José y San Juan Evangelista, ambos testigos de la Concepción Inmaculada de María, por eso
San José lleva de su mano al Niño Jesús, mientras que San Juan lleva de la mano el testimonio
escrito que dejó el nuevo testamento. En el tramo central de este segundo cuerpo se encuentra
una ventana circular, enmarcada en un rectángulo altamente original y que es igual a los
rectángulos que custodian los nichos del primero y segundo cuerpo, este marco fue hecho para
relacionar el primero con el segundo cuerpo y está adornado con seis rosetones finamente
trabajados completando con los doce rosetones de las calles laterales el número de 18 que
representa a los 18 pueblos indígenas tributarios que trabajaron en la construcción de la
catedral.
(Insertar fotografía No5. Detalle decorativo de la fachada)
El tercer cuerpo es mucho más pequeño que los anteriores, pero al igual que los otros, está
limitado por cuatro columnas que también lo separan en tres calles, teniendo en los tramos
laterales medallones rodeados de ramazones simples que ostentan en el centro la figura de
estilizadas palmeras, que dan la impresión de haber sido ejecutadas en una época anterior. La
parte central está cuajada de flores de pétalos estallantes perfectamente ordenados en cuadros
iguales, que rodean los 3 nichos centrales, donde se encuentra la Inmaculada, San José y San
Juan. Este cuerpo se conecta con el anterior por un ancho friso. El cuarto y último cuerpo o sea
el remate, está dividido en tres partes por dos columnas, cuyos tramos laterales ostentan una
única ramazón que los atraviesa de arriba a abajo; en el tramo central aparecen dos medallones
simples que guardan una hornacina con un Cristo con vestiduras pontificales, con la meno
extendida bendice la ciudad.
Toda la fachada adquiere gran plasticidad al ser recortada por los graciosos movimientos de
una cornisa que proyecta un finísimo toque de sombra a toda la fachada, que tiene además, un
contraste muy marcado entre las limpias paredes de su maciza y única torre con el resto de
imafronte, que es tan elaborada. La torre campanario está echada hacia enfrente de la fachada.
Es notable y completamente diferente la composición de esta fachada a la solución fachadacampanario del resto de Centro América, comentados sobre todo en antigua Guatemala por
Angulo Iñiguez, MarKman, Luis Luján Muñoz, Antonio Bonet Correa, Pal Kelemen, etc. pues
al adelantarse la torre, forma una escuadra y así delimita de esta manera la profundidad del
atrio. La torre consta de cuatro cubos donde se encuentran repartidas veinte ventanas, siendo la
del último cuerpo más largas en donde se encuentran colocadas ocho campanas. Según
González Galván esta torre campanario es la única que existe en Centro América que pueda
clasificarse de eso, pues difiere grandemente con el resto de torres campanarios de Centro
América “pues ésta, al estar compuesta de dos cuerpos de campanas en cuyos lados llevan una
doble hilera de ventanas de arco de medio punto con un total de 16 ventanas para campanas
(caso que no se encuentra en ningún otro templo de Centro América). En la base de la torre, en
su interior, hay una pequeña capilla con un nicho a cuyos lados se encuentran dos pilastras que
sostienen una cornisa recta y su remate triangular que denota una ejecución muy anterior a la
del resto de la construcción; por la parte de atrás de este primer cuerpo se encuentra una
ventana geminada tan clásica de las construcciones de final del siglo XVI en el resto de
América; en el tercer cuerpo de la torre y en medio de ventana de arco de medio punto se
encuentra la carátula de un reloj que según la tradición se encontraba en la Alambra de
Granada.
La torre está coronada por una cúpula esférica revestida de ladrillo esmaltado en color verde y
amarillo, iguales ladrillos se siguen por debajo de la cornisa dándole un suave contraste
cromático al blanco puro de sus paredes.
Desconocemos quiénes hicieron los planos de la catedral y quiénes fueron sus primeros
constructores, a fines del siglo XVIII aparecen trabajando el maestro albañil Félix Cordero y
Benito Quiñónez y los oficiales Francisco Cáceres, Francisco de la Rosa, Apolinario Ramos,
Florencio Rojas, José Bardales.
El material usado en la construcción de la catedral de Comayagua fue el ladrillo cocido y la
piedra de canto aglutinados estos materiales con mezcla de cal; de piedra sillada es todo el
lado izquierdo que forma un anexo de la fachada, que a la vez sirve de contrafuerte sin dar esa
impresión y que está rematado por un pináculo con una gran bola de argamasa.
El enladrillado primitivo de sus pisos era igual al que cubre la cúpula o sea ladrillo esmaltado
en verde y amarillo y toda la decoración tanto interior como exterior están ejecutados en
estuco, ya que este material da mayores facilidades para el manejo, y el modelaje de los
escudos, de los ángeles, de las estrellas poliformes, de las ramazones y de los santos en sus
hornacinas.
La decoración interior de la catedral estaba completada por una serie de esculturas y pinturas,
todas ellas de estilo barroco; de los 15 grandes retablos que adornaban el interior de la catedral
han llegado hasta nuestros días 4 que se conservan en magnífico estado.
(Insertar fotografía No 6. Capilla del Sagrario)
El Retablo Mayor. Es el más grande de los retablos construidos en Honduras y su trabajo de
ensambladura es de principios del siglo XVIII. Es de talla dorada organizada con veinte
columnas salomónicas, ocho en el primer y segundo cuerpo y cuatro en el remate. Los fustes
de los cuatro pares de columnas del primer cuerpo tienen dos diferentes clases de adornos, en
el tercio inferior tres superposiciones de hojas de acanto y los dos tercios superiores están
cubiertos de parras. El alquitrabe y el friso son muy originales, una cornisa quebrada adornada
de una serie de pequeñas pinas separan el primero del segundo cuerpo, en los nicho laterales
de este cuerpo se encuentran las imágenes de San Pedro y san Pablo que son obras de
Francisco de Ocampo. Al centro un alto sitial de plata tallado en estilo neo-clásico y un frontal
de altar de plata blanca y dorada que lleva los escudos del Obispo Guadalupe López y Portillo.
El sitial fue construido en Guatemala en el año 1708 a un costo de 2,752 pesos medio real.
(insertar fotografia No 7.Vista del Retablo Mayor.)
El segundo cuerpo tiene cuatro pares de columnas, solo que estas tienen diferentes tallas en
sus fustes y los capiteles son corintios. Tres imágenes llenan los nichos en este
cuerpo: San José y San Juan a los lados y al centro la bellísima imagen de la inmaculada
Concepción, obra de Francisco Ocampo y que fuera obsequiada junto con ocho imágenes mas
para el templo catedralicio por Felipe III en el año de 1620.
El tercer cuerpo esta ocupado por otras tres imágenes que en sus nichos difieren de los del
tercero y segundo cuerpo, pues son más pequeños y sencillos y están guardados a su vez por
dos pares de columnas restantes que custodian un nicho central; las cuatro columnas de este
tramo parecieran denotar una época anterior. Dos anillos dividen sus fustes en tres partes, el
tercio inferior con estrías en espiral, el tercio medio con un helicoide de tres vueltas y el tercio
superior con estrías verticales que más parecen las columnas-candelabro que uso el
plateresco mejicano en el siglo anterior. Un Padre Eterno sirve de remate al nicho central,
podría pensarse que esta talla por su composición fue parte del retablo enviado de España en
1620 pues en el contrato de este retablo dice que lleva en el remate una talla de Dios Padre, y
es probable que, al destruirse este la talla del Padre eterno se haya empleado para coronar el
nuevo retablo. El retablo anterior al que me refiero fue ejecutado por el maestro sevillano
Diego López Bueno a un costo de 5,859 reales 34 maravedíes.
Todo el retablo esta concebido igual que la fachada como una exaltación a la Inmaculada
Concepción, por lo menos toda la iconografía así nos lo hace suponer: en la calle central en el
remate, el Dios Padre y bajo del Santa Ana madre de Maria que ocupa el nicho inferior. Maria
concibió a Cristo que se quedo en la tierra en forma de Eucaristía y de ahí que a los pies de la
Inmaculada este el manifestador en cuyo centro se encuentra un Cristo Crucificado. El resto de
las imágenes son también testimonios de la idea concepcionista. Así, San Pedro y San Pablo
son la autoridad de la iglesia; San Juan precursor y San José testigos contemporáneos de la
presencia terrenal de Cristo. Las otras dos imágenes representan obispos continuadores del
dogma mariano.
Un marco de hojas planas en una hilera en zig-zag da la vuelta al retablo. En el ano 1703,
según informe del Obispo Pérez Carpintero, se labro este retablo en blanco a un costo de 1,550
pesos faltándole únicamente el dorado.
Retablo del Señor de Salame.
(insertar fotografia No8. Cristo de Salame)
También de principios del siglo XVIII fue dedicado al Cristo de policromía morena que lleva
ese nombre, una degeneración del nombre antiguo “Cristo de Salameda”,
nombre con que aparece en varios documentos del archivo eclesiástico de Comayagua. El
retablo esta construido con los mismos elementos del altar mayor lo que hace suponer que es
de manufactura comayagüense con ocho columnas salomónicas, cuatro en el primer cuerpo y
cuatro en el segundo. Cuatro tableros con pinturas de la Pasión ocupan las calles laterales y en
la calle central dos grandes nichos, el del primer cuerpo es en forma de cruz y da cabida a la
imagen del Cristo que Andrés de Ocampo ejecutara en 1620 a un costo de 1562 tostones,
incluyendo los 360 reales que cobra el pintor, Antonio Pérez, por el encarnado de la imagen.
En el nicho superior una imagen de la Dolorosa ricamente estofada y tallada en tamaño natural
sirve de remate la pintura de un Divino Rostro y en este mismo cuerpo otras columnascandelabro. Sobre el retablo hay tres pinturas con sus marcos dorados y unas tallas en relieve
de la pasión que completan este conjunto.
Retablo del Sagrario.
Con pinturas en lugar de estatuas, es a mi parecer, el inspirador del resto de los retablos dela
Catedral, debe de tratarse del retablo que se hizo en 1677 y, que según informa el Cabildo
Catedralicio de Comayagua, se hizo con la tercera parte de la vacante del Obispo Juan Merlo.
Este retablo presenta características muy especiales en el tallado de sus columnas como las
estrías aperladas clásicas de los retablos que en esta primera mitad del siglo XVII se usaron en
Centro América. La ingenuidad de los evangelistas que adornan el tabernáculo es una muestra
fehaciente del tipo de talla de principios de la segunda mitad del siglo XVII. En el tabernáculo
se encuentra otra de las Inmaculada Concepción esculpidas por Francisco de Ocampo, el resto
del retablo esta adornado por ocho tableros pintados con escenas de la vida de la virgen
firmados por Antonio Álvarez en 1669. El retablo posee una magnifico frontal de plata y plata
dorada que es de época anterior pues lleva los escudos del Obispo Andrada (1589-1611) , el
baldaquín igualmente esta elaborado en plata.
Todo el retablo es un magnifico muestrario en tamaño y diseño de columnas platerescas y
barrocas, que aquí se reúnen para hacer un solo conjunto.
Retablo del Rosario.
(insertar fotografia No9. Vista general del Retablo del Rosario)
Afortunadamente el altar del Rosario existe integro en la catedral tal cual lo describe el
contrato. En el primer cuerpo al centro, la imagen de Nuestra Señora del Rosario (siglo XVII)
y en las dos calles laterales, separadas por columnas salomónicas, seis bajorrelieves
policromados con una cornisa con entrantes y salientes de la cual penden una serie de
granadas talladas en madera que completan el conjunto de este primer cuerpo. El segundo
cuerpo tiene tres calles separadas con cuatro columnas salomónicas lleva al centro en un
nicho en forma de venera la imagen tallada y ricamente estofada de San José y a los lados seis
bajorrelieves policromados. Sobre el nicho hay un remate de cornisa que se quiebra al centro
para dejar en medio una flor de lis tallada en madera; el remate es custodiado por dos
columnas salomónicas cuyo tercio inferior es estriado en zig-zag lleva a los lados dos
bajorrelieves policromados de forma octagonal, una gran corona imperial sobre un escudo
remata todo el retablo. Encima del retablo hay tres grandes pinturas de santos dominicos de
autores anónimos. La característica más importante de este retablo no solo estriba en la
peculiaridad de los bajorrelieves policromados que hacen del una pieza única, sino que en la
secuencia histórica zigzagueante de derecha a izquierda en que están alternados los misterios
gozosos, dolorosos y gloriosos. Es probable que Vicente Laparra se halla inspirado en algún
retablo barroco mejicano donde si hay esa peculiaridad y no en Guatemala donde los retablos
llevan una iconografía en línea recta o paralela.
La Decoración Interna de la Catedral esta compuesta de una serie de pinturas entre las que
se destacan la pintura de Las Animas de tres varas y media de ancho por siete de alto; esta
pintura posee la característica de estar fechada y firmada por Bartolomé Paz en el ano de 1610.
Una serie de pinturas se encuentran adornando los pilares de la catedral, todas ellas de autores
anónimos y en algunos casos, copias de los grandes maestros como el ” Martirio de San
Bartolomé” copiada de una aguafuerte de José Rivera. Esta pintura tiene una gran semejanza
también al “Martirio de San Bartolomé” pintado por Palomino y que se encuentra en la
Catedral-mezquita de Córdova en España. Igualmente la pintura del “Descendimiento de la
Cruz” sobre el retablo del Señor de Salame es copia del “descendimiento” de Rubens.
Acompañan a esta pintura seis tableros con escenas de la vida de cristo notablemente
influenciados por el tenebrismo de la pintura española del siglo XVI sobre los cuales hay un
San Pedro y una Magdalena.
De muy buenos pinceles son los cuadros de encima del Altar del Rosario, destacándose el San
Nicolás de Bari y la Virgen del Rosario con los Dominicos. Alguna dignidad tiene los retratos
de los obispos, existentes en la Sacristía en donde también se encuentra una Santísima
Trinidad firmada por Dardon.
Ocho pinturas con escenas de la vida de la virgen casi en tamaño natural adornan el retablo
del sagrario; fueron pintadas por Antonio Alvarez notablemente influenciado por la pintura
sevillana de principios del siglo XVII.
Algunas de las pinturas que adornaban la catedral han sido trasladadas al Museo de Arte
Religioso de la ciudad, entre ellas se destacan las pintadas por Blas de meza en el ano 1724 y
sobre todo el “San José” del pintor indígena hondureño, José Miguel Gómez, firmado y
fechado en 1778. Pal Kelemen dice de José Miguel Gómez que tiene una marcada tendencia
por la escuela cuzqueña, pues emplea, al igual que los maestros cuzqueños, el oro aplicado
directamente al lienzo. Las pinturas de Gómez evocan las esculturas sevillanas con todo el
esplendor del barroco y estofados que más parecen esculturas trasladadas a lienzo que
propiamente pinturas. Una característica muy especial que denota una escuela local es el de las
pinturas de San José que se encuentra tanto en catedral, en el Museo y algunas casas
particulares, por presentar la peculiaridad de que tanto san José como el niño Jesús tienen en
sus cabezas grandes coronas imperiales; probablemente esto sea el producto de una Bula Papal
llegada a Comayagua en 1775 por la que se declaraba a San José Patriarca de América.
(insertar fotografia No 10.”La Virgen del Rosario con los Dominicos”)
(
GUIA PARA UNA VISITA DE LA VILLA DE SANTA MARÍA DE LA NUEVA
VALLADOLID DEL VALLE DE COMAYAGUA.
Contexto Histórico y Geográfico.
Una vez iniciada la conquista del territorio continental americano a través de México,
comenzó la exploración de las tierras del sur. El conocimiento de unas tierras tan bastas
que podían ser exploradas a través de dos mares impulso la búsqueda de una estrecha
franja de comunicación que facilitaría tal propósito. Por orden del Adelantado don
Francisco de Montejo, el Capitán don Alonso de Cáceres se dedico a buscar en Honduras
un paraje equidistante entre los dos océanos para fundar una villa. Una vez pacificada la
provincia por don Alonso, este funda la villa de la Concepción de Comayagua el 8 de
Diciembre de 1537.
(introducir Plano No 1 de ubicación del Depto.en el mapa nacional)
La ciudad de Comayagua se encuentra emplazada en el valle de Comayagua en la región
central del país. El valle tiene una extensión aproximada de 390 km 2 y su punto más
bajo es de 630 metros sobre el nivel del mar. El sistema montañoso que circunda el valle
le imprime una gran variedad climática en un área relativamente estrecha con un buen
sistema de carreteras que permiten la visita a varias comunidades cercanas, a los dos
Parques Nacionales el “Cerro Azul Meambar” y la “Montana de Comayagua”, el
monumento natural de las Cuevas de Taulabe y la reserva biológica de Montesillos. Al
Noroeste del Departamento se encuentra el único lago que posee Honduras, el Lago de
Yojoa que es una reserva de usos múltiples (arqueología, flora, fauna, espeleología.)
Las formaciones geológicas de origen volcánico y marino del Departamento representan
un libro abierto a la prehistoria e igualmente existe una gran cantidad de asentamientos
poblacionales pre-hispánicos que retratan los grupos poblacionales que habitaron
anteriormente el valle.
La historia cultural del valle nos presenta asentamientos que van del 1000 A.C. al periodo
post-clásico (1500 D.C.. Los estudios arqueológicos han permitido identificar estas
poblaciones del valle como parte del área de influencia mesoamericana al igual que todo
el occidente del país. Algunos de los sitios arqueológicos más importantes del valle de
Comayagua son: Yarumela, Tenanpua, Las Vegas, “Lo de Vaca” y el sitio arqueológico
“Los Naranjos” en el lago de Yojoa.
A la llegada de los españoles a tierras hondureñas el valle de Comayagua fue escenario
de algunas de las más cruentas batallas que protagonizo la resistencia indígena contra las
tropas del Adelantado don Francisco de Montejo y la ciudad fue fundada dos veces por
los ataques de que fue objeto. La segunda fundación se realizo en 1539 procediendo
Montejo a realizar el repartimiento de los pueblos sometidos entre los 35 vecinos que
iniciaron el poblamiento de la villa. Algunos de los pueblos de indios repartidos en aquel
entonces eran: Comayagua, Xeto, Jocolo, Tenguax y Chaluca,
Pocos anos mas tarde se habían descubierto minas de plata muy próximas a la villa de la
Concepción de Comayagua lo cual cambia el papel y responsabilidades que se le
asignaran en el futuro. Para 1543 las minas estaban en plena explotación lo cual facilita
el poblamiento de la zona rápidamente. Ese mismo año el Rey Felipe II dispone instalar
la “Audiencia de los Confines” en Comayagua disponiendo en la misma provisión darle
el nombre de Nueva Valladolid. La Audiencia de los Confines tendría jurisdicción desde
Yucatán hasta Panamá y su Presidente era el Licenciado Don Alonso Maldonado casado
con una hija del Adelantado Don Francisco de Montejo. Sin embargo la villa tendrá este
rango por poco tiempo pues un ano después Don Alonso traslada el asiento de la
Audiencia para Gracias (ciudad al occidente de Honduras) donde había habitado
anteriormente y donde tenia ya residencia.
La villa de la Nueva Valladolid comienza a manifestar un claro desarrollo por las
producciones agrícolas y ganaderas locales y las pobres construcciones de techos de
paja empiezan a ser sustituidas con adobes, piedra y tejas. En 1557 el Rey concedió a la
villa el titulo de Ciudad y el derecho de poder usar escudo de armas; a ello se unirá la
decisión del Obispo de la Provincia, fray Jerónimo de Corella, de trasladar la sede obispal
a Comayagua en 1559 y posteriormente se trasladara también el asiento de la Caja Real
(1574). Para ese entonces la ciudad ya es la sede del gobierno de la Provincia, del
Obispado, del Alcalde Mayor, del Tesorero Real y la ciudad mas poblada de la provincia.
Son esas funciones gubernativas las que la harán crecer rápidamente acelerando las
construcciones como el Hospital Real, Casas de Cabildo, Caja Real, iglesias y conventos.
Esta condición preferencial de ser la sede del gobierno de la Provincia la retendrá la
ciudad durante todo el periodo colonial y al proclamarse la independencia seguirá
fungiendo como sede de la Capital de la Republica pero enfrentara todas las iniquidades
de las guerras civiles que la asolaron. En 1826 la ciudad sufrirá el acecho de las tropas
federalistas al mando del vice-presidente de Honduras, Don Justo Milla, quien se
enfrenta a los grupos tradicionales locales, la ciudad finalmente fue incendiada
perdiéndose cuatro de sus barrios y varias iglesias y conventos. Según el historiador
Mario Felipe Martínez Castillo, entre 1826 y 1880, Comayagua sufrió 150 golpes de
Estado. Terremotos, sitios, guerras e incendios son algunas de las iniquidades del siglo
hasta que a fines del siglo XIX la capital fue trasladada a Tegucigalpa.
Pese a todos los problemas enfrentados Comayagua tiene la particularidad de ser una
ciudad donde todavía puede apreciarse la arquitectura vernácula puesto que no sufrió el
impacto de las grandes construcciones dieciochescas propias de otras ciudades
latinoamericanas. Muchos de los materiales y técnicas con que se construyeron sus
edificios siguen vigentes hoy día lo cual ha facilitado su restauración (bahareque, adobe,
teja, maderas preciosas) y la altura de los edificios se ha mantenido por los constantes
movimientos telúricos que sufrió la ciudad y que obligaron a las autoridades a emitir una
ordenanza en el siglo XVIII prohibiendo las construcciones de dos pisos.
En general la ciudad ha logrado conservar y restaurar la mayoría de sus monumentos y
arquitectura tradicional dentro del casco histórico, mismo que esta delimitado y
protegido a través de una declaratoria de Monumento Nacional (Decreto No 64-72).
Su protección nos ha permitido disfrutar de una arquitectura tradicional sin grandes
alteraciones, de escala humana y que resguarda la tradición como valor atesorado.
A lo largo del siglo XX la ciudad ha retomado y ampliado sus funciones agrícolas,
ganaderas e industriales que hoy en día la han hecho crecer económicamente
extendendiendose ese horizonte a la economía turística.
EL CIRCUITO DE LA CIUDAD. Iniciamos el recorrido en la parte nor-oeste de la
ciudad en la 7ª calle donde encontramos la iglesia de la Caridad.
(Insertar plano no 2. Plano de la ciudad de Comayagua)
A. Iglesia de Nuestra Señora de la Caridad de Illescas.
Su construcción comenzó con el Obispo fray Luis de Canizares (1629-1645) en el actual
barrio Abajo de la ciudad. Este barrio fue poblado desde el siglo XVI por indios, mulatos
y pardos quienes se encargaban de desarrollar actividades e industrias para el
sostenimiento de la iglesia. Se les predicaba y administraba los sacramentos fuera del
templo en lo que se conoce como “ermita al aire libre” que servia para estos propósitos
cuando no era posible, por motivos de espacio, la presencia de toda la población en el
templo. La “capilla abierta” o “de indios” todavía puede apreciarse en la parte posterior
de la iglesia y esta adosada por el exterior al muro del presbiterio. Los restos consisten en
dos basas de piedra que serian, entonces, el soporte de la vigueria del techo y cinco
aberturas con restos de viga. Esta pared se levanta sobre una base de cantería y ladrillo
que parece era el firme de esta construcción. La severa estratificación social propia de la
sociedad colonial obligaba a los pobladores de menor categoría a guardar determinados
espacios en los eventos religiosos, públicos y sociales para evitar que se mezclaran con
la gente importante de la ciudad. Esto era aplicable a los lugares de residencia para lo que
existía una legislación especial, a los lugares que se ocupaban en las iglesias y también
el orden en que se podía acceder a los templos.
Al igual que la mayoría de iglesias, esta poseía sus propias empresas agrícolas e
industriales ( tierras, trapiche, esclavos, ganados, etc.) para su sostenimiento, mismas que
eran trabajadas por la población indígena.
(Insertar fotografía No1. Iglesia de Nuestra Señora de la Caridad de Illescas)
La iglesia posee dos fachadas que corresponden a dos estilos artísticos diferentes debido
a que el edificio tardo un siglo en terminarse( 1740?). Lo primero que observamos es su
cruz atrial en muy buen estado de conservación. La fachada principal consta de un solo
cuerpo que es rematada a todo lo largo por un pequeño muro decorativo ( espadana) que
se proyecta como prolongación de la fachada, con ventanas de arco de medio punto en los
extremos laterales y en la parte central dos vanos para las campanas. Todo el remate esta
adornado por una serie de almenas y relieves de argamasa que le da unidad. La puerta
principal es un arco de medio punto y sobre ella un remate triangular y más arriba del
mismo un oculo que permite la entrada de la luz al altar mayor. Al lado derecho se puede
observar la torre campanario. La fachada lateral, mas cargada en su decoración, podemos
inferir que corresponde a la etapa constructiva final y consiste en una puerta de arco de
medio punto a ambos lados de la puerta dos columnas de fustes lisos con basas en la parte
baja rematadas por capiteles cónicos y triple imposta.
El interior de la iglesia es de una sola nave con coro alto a la entrada y al fondo la capilla
mayor separada de la nave central por un arco que descansa sobre dos pares de columnas
salomónicas elaboradas en madera de cedro real y estofadas en lamina de oro. A ambos
lados del arco se aprecian dos retablos: el retablo del Nazareno (izq.) y el retablo de San
Juan (dcha.). Ambos están hechos en madera de cedro real y estofados en lamina de oro
alternado con pintura roja. En la base de las columnas se pueden apreciar motivos de la
pasión de Cristo y los remates de ambos están decorados al centro con un sol el del
Nazareno y con una luna el de San Juan. Estos detalles ornamentales son propios de la
tradición indígena.
Entre las piezas que expone el altar mayor se destaca la imagen de la virgen de Santa
Lucia (nicho izq.) por su antigüedad (siglo XVI) y perteneció a una iglesia de indios que
fue destruida por un incendio procediéndose a incorporarla a la nueva iglesia.
Otra imagen interesante es la conocida popularmente por el “Jesús de la Burrita” (nave
izq.) que es utilizada cada año en la procesión del domingo de Ramos; es una pieza de
fácil manipulación por poseer goznes en todas sus articulaciones.
La iglesia esta rodeada por una pequeña plaza que posteriormente fue convertida en
parque cerrado al que en 1937 se le dio una decoración con motivos mayas que era la
tendencia de la época dictada desde la capital de Honduras, pero dos años después se
cambio totalmente su decoración sustituyéndose por una fuente central y un busto
dándosele el nombre de Parque Aguirre.
Seguimos el recorrido sobre el curso de la 7ª calle hasta llegar a la 1ª avenida N.O
(dcha.). Las dos manzanas que nos flanquean son un buen ejemplo del trabajo realizado
por el Plan Maestro de la ciudad, en términos de restitución y liberación de fachadas de la
arquitectura civil del lugar dándole mayor unidad a la ciudad. Al terminar la cuadra y
doblando a nuestra izquierda desembocamos en un conjunto unificado por la Plaza San
Francisco. Alrededor de la misma se aprecia el Museo Regional de Arqueología, el
Convento y la Iglesia de San Francisco.
B. El Museo Regional de Arqueología.
(Insertar fotografía No2. Patio interior del Museo Regional de Arqueología)
El edificio que alberga este museo fue construido como casa de habitación a fines del
siglo XVI y se mantuvo en este uso hasta principios del siglo XIX. En 1804 la habito el
entonces Decano del Colegio de Abogados de Guatemala, Norberto Serrano Polo, quien
en ese entonces se desempeñaba como Asesor Jurídico de la Intendencia de Comayagua.
Una de las habitaciones de la casa (actual Biblioteca del Museo) posee pinturas murales
alusivas a la justicia y que corresponden estilísticamente a la epoca que la habito el señor
Serrano Polo.
Una vez declarada la republica, la familia propietaria perdió el inmueble pasando a ser
propiedad del Estado de Honduras. A partir de 1824 la casa paso a convertirse en sede de
la Presidencia de la republica hasta 1880 en que es trasladada la capital a la ciudad de
Tegucigalpa. A partir de 1940 la casa comenzó a compartir funciones burocráticas del
gobierno local con las de Museo de Historia al incorporarse algunas colecciones
arqueológicas a algunos salones para su exhibición. En 1995 el inmueble se convirtió en
la sede del proyecto “Comayagua Colonial” desde donde se definió la estrategia de
restauración y puesta en valor del casco histórico de la ciudad y el edificio se convierte
en el proyecto piloto albergando, además, las oficinas del Plan Maestro y la Escuela
Taller de Restauración. Una vez finalizadas las obras en el inmueble se inauguro como
Museo Regional de Arqueología.
Las Colecciones.
El museo presenta dos momentos de la historia del valle: el primero corresponde a la prehistoria del valle y el segundo al desarrollo de los grupos culturales que la habitaron. Las
colecciones que exhibe son de materiales muy variados: obsidiana, jade, concha,
pedernal, caracoles, cuarzo y elaboradas con diferentes técnicas: percusión, aserrado,
perforación, modelado en barro, etc.
Las investigaciones arqueológicas en la zona central de Honduras señalan que hubo
ocupación humana desde el ano 12,000 A.C. pero estas investigaciones, relativamente
recientes, aun no han arrojado suficientes datos que nos permitan ilustrar mejor la
prehistoria de la zona pero si existen evidencias materiales suficientes para ilustrarla.
El museo realiza una introducción al visitante tratando de mostrar el ambiente natural en
que se desenvolvían esos grupos humanos y su mundo mítico-religioso para lo cual se
han reproducido algunos de los petroglifos (grabados en piedra) y pictogramas (pintura
en piedra) que existen en los abrigos de cueva del valle. (Salas 1 y 2). Estos dibujos
muestran, animales, hombres y escenas cotidianas que nos permiten asomarnos a la vida
de los hombres de la pre-historia.
Los grupos que habitaron el valle son de filiación Lenca y forman parte del área de
influencia mesoamericana. Los lencas dominaron amplias extensiones del territorio y
eran liderados por un Cacique cuyas responsabilidades incluían el mantenimiento de las
fronteras territoriales, el orden interno, la organización y ejecución de campañas militares
y el mantenimiento del comercio de larga distancia.
La colección más extensa esta compuesta de piezas de cerámica monocroma y policroma
de uso ceremonial y domestico y muestra la evolución de las técnicas, estilos y formas
de esta manifestación cultural. La colección nos presenta piezas del Periodo Formativo
(1000 A.C.– 300 D.C.) que se caracterizan por la ausencia de color (vitrina No 6).
(Insertar fotografía No 3.Vista general de sala 3 Colección arqueológica Lenca)
Las piezas cerámicas del Periodo Clásico (300-1500 D.C.) tienen como característica
general el que son policromas, decoradas en el exterior y el interior y presentan glifos
(escritura) en su decoración mismos que los arqueólogos han llamado “ seudo-glifos”
puesto que aun no se ha logrado identificar aun un sistema de escritura en esa cultura que
explique los mismos. De no existir este sistema de escritura es probable que su presencia
se deba simplemente a la copia de motivos con fines decorativos producto de los
intercambios comerciales que los Lencas tenían con otros grupos mesoamericanos como
los Olmecas y los Mayas (vitrina 7 y 10). Estos intercambios se manifiestan en el ámbito
de una red de interacción regional que podemos ver por ejemplo a través de la cerámica
Usulutan que es propia del occidente de El Salvador pero que las evidencias
arqueológicas señalan que fue adoptada en el sur-oeste de Guatemala y centro y
occidente de Honduras (vitrinas 13, 14 y 15).
La colección expone también una buena cantidad de piezas de uso ceremonial como los
incensarios (vitrinas 16 y 18) y otras de tipo utilitario como la colección de sellos
utilizados para marcar textiles (vitrina 20); la colección en piedra muestra una variedad
de objetos utilizados como herramientas y artículos de uso domestico (vitrina 8 y 9) así
como una importante colección de jades extraídos en las labores de salvamento hechas
hace unos anos en la represa “El Cajón”.
Para finalizar la visita al museo el visitante no debe pasar desapercibida en la ultima sala
un Metate o Piedra de Moler de elaboración lenca del siglo XVI que, considero, se
convierte en un símbolo de la derrota sufrida por los lencas pero a la vez en símbolo del
sincretismo por venir. Los Metates en la tradición mesoamericana es un instrumento con
fines utilitarios domésticos y rituales. En el Metate se muele el grano de maíz base de la
alimentación de los pueblos mesoamericanos y otros productos agrícolas pero también
fue usado en ceremonias rituales. La pieza que nos expone el museo es un Metate al que
se le ha añadido como decoración en la parte inferior de la pieza el escudo de la Casa de
los Ausburgo que viene a sustituir las representaciones míticas de los” Señores del
Pasado”.
C. La Iglesia y Plaza de San Francisco y Convento de San Antonio.
(Fotografía No4. Vista de conjunto del convento, iglesia y plaza de San Francisco)
Los franciscanos se establecieron en Comayagua en la segunda mitad del siglo XVI
(1574) con la llegada de Fray Bernardino Pérez con dos frailes mas e inician la
construcción de la iglesia de San Francisco y al extremo sur se instalo el cementerio que
posteriormente se convertirá en plaza.
La construcción inicial era muy sencilla hasta que a inicios del siglo XVII fray Diego de
Sanz, guardián del convento, inicia la reconstrucción y mejoramiento de ambos
inmuebles, el convento y la iglesia. Posteriormente en el siglo XVIII y XIX sufrirán
nuevas intervenciones producto de los danos sufridos por los movimientos telúricos que
asolaron la región.
La fachada principal de la iglesia de un solo cuerpo tiene una puerta en arco de medio
punto dentro de un alfiz; sobre la puerta hay un remate triangular y sobre este un oculo.
En la parte mas alta y sobre la cornisa hay un remate esférico y sobre este un león
elaborado en cerámica vidriada En el costado sur y arremetido podemos ver la torre
campanario de tres cuerpos donde se encuentra un conjunto de cinco campanas entre
ellas destaca la “Campana Antoniana”. La campana tiene grabada una leyenda que reza
“Campana Antoniana fundida en Alcalá de Henares el ano 1460 para una congregación
religiosa “.
La fachada lateral tiene dos pares de columnas a cada lado unidas por la parte alta por
una gruesa cornisa y rematadas por un triangulo al centro del cual se encuentra un nicho
con la imagen de San Antonio y a nuestra izquierda hay otro nicho con la imagen de San
Francisco. Actualmente el interior de la iglesia es de una sola nave con artesonado en
madera y techo a dos aguas. Posee siete retablos de estilo barroco con una magnifica
colección de imágenes del siglo XVI, XVII y XVIII. Entre ellas hay que señalar la talla
en madera de “La Dolorosa” de la escuela guatemalteca (siglo XVIII) y que esta
ricamente estofada y burilada en oro. El “ Santo Cristo” de autor anónimo (sigloXVII) es
una escultura en tamaño natural que ha sido alabada repetidas veces por los especialistas
de la historia del arte por su poco común “mirada” y la sensibilidad que transmiten sus
manos que la diferencia de otros nazarenos de la imagineria americana.
La imagen de vestir de”La Dolorosa”(sigloXVII) ha sido achacada a la escuela sevillana
y habría que mencionar también las imágenes de “ San Diego de Alcalá” y el “San
Francisco” ambas del siglo XVII.
El Convento se fundo en 1574 por los franciscanos siendo puesto bajo la advocación de
San Antonio. Lamentablemente, hoy día ha sido intervenido en forma anárquica con el
objeto de darle un uso diferente trastocándose toda su fachada y una buena parte de la
planta. Actualmente se ha convertido en el colegio de niñas Inmaculada Concepción.
( insertar paralelas Foto No5. Nazareno (acercamiento de rostro y manos)
Foto No 6. Campana Antoniana
Los franciscanos crearon este convento que les servia de sede antes de partir a la
catequización de los grupos indígenas de los alrededores del valle y de la zona de la
Taguzgalpa al oriente del país. El terreno y casa inicial sobre el que se levanto será el
producto de una donación hecha por un vecino de Comayagua pero fueron muy
modestas las inversiones que se hicieron inicialmente al inmueble. En 1613 llega a
Comayagua fray Diego de Saz como custodio del convento de San Antonio e inicia una
serie de obras en la iglesia y convento para reconstruirlos dada la ruina en que los había
encontrado. Al igual que otros edificios de la ciudad estos inmuebles sufrieron las
consecuencias de los movimientos telúricos que en el caso de la iglesia provocaran el
desplome de la cúpula original en 1774 y posteriormente en 1806 y 1809. Las obras de
reconstrucción de estos últimos daños serán finalizadas hasta 1818.
El convento tuvo no solo las funciones conventuales sino también fue hospedería de
transeúntes, hospital, escuela de primeras letras y para fines del siglo XVIII se impartía
cátedra de filosofía y matemáticas. El historiador del arte Mario Martínez Castillo señala
que “... el convento era de tipo claustral, por uno de los corredores se comunicaba con la
iglesia por medio de tres puertas, una portada principal que dada al centro de la nave del
templo, una segunda al presbiterio y una tercera a la sacristía... Los corredores del
claustro estaban formados por pilares de madera de cedro sobre bases de piedras
cuadradas de tres cuartas de alto sin molduras; sobre las pilastras con capiteles jonicos
unas zapatas muy simples que no llegaban a formar arcos. En el siglo XVIII se le
aumento un piso a dos de los corredores que fueron destruidos en el terremoto de 1774;
este sector volvió a reconstruirse a principios de este siglo(s. XX) ya que desde 1829 el
convento permaneció abandonado...”.
La actual plaza de San Francisco tuvo funciones de cementerio desde el siglo XVI hasta
el siglo XIX.Los relatos de la época señalan que una sombra o fantasma aparecía posada
sobre la cruz del cementerio por lo que el obispo fray Gaspar de Quintanilla y Andrada
ordeno decir misa y enfrentar la aparición en el lugar para finalmente bendecir al
fantasma y acompañándolo al camino del río cercano, nunca mas volvió a aparecer. Esta
cruz se guarda actualmente en el interior de la iglesia de San Francisco.
D. Arquitectura Civil
Cruzando la plaza de San Francisco tomamos la primera avenida nordeste a lo largo de la
cual se pueden apreciar magnificos ejemplos de arquitectura civil en casas señoriales
como la llamada casa Arias o la casa de los Zelaya. Las casas de habitación eran en forma
de L con corredores que daban al patio interno y en la fachada externa se aprecian los
balcones en hierro forjado o en maderas torneadas y portones claveteados de bronces y
forjas de hierro. En el interior de estas casas solía haber un primer patio que solía ocupar
los dueños de la casa y el segundo se dedicaba al cultivo de huertos y árboles frutales; en
este segundo patio se ubicaban también la cocina, los hornos, alojamiento de la
servidumbre y caballerizas. En la mayoría de estas casas la entrada de coches y gentes de
a caballo era por el zaguán, puerta que daba a una calle lateral o posterior y que todavía
se pueden apreciar en muchas casas de Comayagua.
Después de los movimientos sísmicos de 1774 y 1808 el cabildo de Comayagua emitió
una ordenanza para que las casas de la ciudad fueran de una sola planta dado los terribles
efectos sufridos por la ciudad. La ordenanza exigía la demolición de las segundas plantas
eximiéndose únicamente la casa de Don Florencio del Castillo (actual casa Kurwan,
esquina N.O. frente a la plaza mayor) por no haber sufrido ningún daño. La ciudad siguió
manteniendo este alineamiento y altura por mucho tiempo pero ha sido interrumpido por
algunas construcciones de los años 60’s pero que hoy día se han comenzado a recuperar
gracias a las intervenciones hechas en la ciudad.
E. Caxa Real
Bajando hacia por la primera avenida llegamos a la intersección con la 5ª calle N.E.
donde se encuentran los restos de la portada del que fue el edificio de la Caxa Real.
Este edificio fue diseñado por don Baltasar de Maradiaga y construido entre 1739 y
1741.Esta fue la segunda construcción dedicada a proteger los bienes de la corona puesto
que la anterior se derrumbo. Los planos del segundo edificio nos indican que tuvo una
estructura de una sola planta rectangular con dos entradas, la principal es la que todavía
podemos observar sus restos. El edificio fue abandonado después del terremoto de 1809
que lo destruyo casi por completo. Las funciones de contabilidad de la Caxa Real
existieron desde el siglo XVI por las minas que se habían descubierto en el valle de
Comayagua (Guazucaran y Agalteca) y posteriormente las minas de Tegucigalpa que
estuvieron inicialmente bajo la jurisdicción de Comayagua hasta que fue nombrado
Alcalde Mayor.
Sobre la puerta de esta fachada ha quedado como ultimo testimonio la frase que reza:
“Reinando Dn Phelipe quinto el animoso y Da. Isabel de Farnesio, reys Católicos de la
Espanas y de las Indias, hicieron esta obra de la Caxa Real sus Offzes. Res. de orden del
M. Iltre.Sr. Dn. Pedro de Rivera Villalón, Mariscal de Campo de los Res. Extos. Govr. Y
Capitán Gral. De este Reyno, Presste. De la Rl. Audiencia de Guathema. Siendo Govr. Y
Cap. Gral.De esta Prova. El Thente. Coronl. Dn. Franco.De Parga se acavo ano de 1741”
F. Iglesia y Convento de la Merced
La iglesia de la Merced o de la Inmaculada Concepción es señalada por los cronistas
como la primera levantada en la ciudad de Comayagua y toda la actividad de la población
giro alrededor de esta a todo lo largo del siglo XVI. Su primera construcción fue muy
sencilla con paredes de bahareque y techo de paja tal como lo denota el informe del padre
mercedario fray Marcos Pérez Ardon cuando visita la ciudad en 1550. Un año después se
comienza su remodelación con obras de cantería y albañilería. El traslado de la sede del
obispado (1561) de la ciudad de Truxillo a la ciudad de Comayagua permitirán hacer
mayores inversiones en este templo más acorde con las funciones que ahora debía
desempeñar. Durante la administración del obispo fray Gaspar de Quintanilla y Andrada
(1589-1611) el templo será sometido a nuevas remodelaciones convirtiéndolo en un
sólido edificio de piedra y ladrillo. La fachada principal es muy sencilla y con escasa
ornamentación, la puerta es un arco de medio punto y sobre ella un nicho que guarda la
imagen de la Virgen de la Inmaculada Concepción, el remate de la fachada tiene un
diseno mixtilíneo y en la parte mas alta de la fachada se puede apreciar el escudo de la
orden mercedaria. Originalmente esta iglesia constaba de dos torres campanarios pero la
del lado norte se cayo en el terremoto de 1774. Su interior es de una sola nave con techo
de teja a dos aguas; en ella se guardan algunas obras de arte sobre la que es importante
llamar la atención como la pintura de “Santo Domingo”(s. XVII) de autor anónimo y una
copia de la “Crucifixión del Cristo de Esquipulas” de la escuela guatemalteca. En la
capilla derecha de la iglesia se encuentra un retablo barroco con columnas salomónicas
en el que se pueden apreciar en su remate todos los símbolos de la pasión y en su centro
alberga la imagen del “Cristo de la Veracruz”.
Cuando el obispo Quintanilla y Andrada estaba realizando las obras de remodelación de
la iglesia el rey de España, Don Felipe II, hizo llegar como obsequio a la nueva catedral
un reloj fabricado por los árabes que se conservaba en la Alambra y fue colocado en un
artesón de madera sobre uno de los muros de la iglesia. Posteriormente con la
construcción de la nueva catedral el reloj será trasladado e instalado en la torre que
actualmente ocupa.
El convento de los mercedarios se encontraba en el costado sur de la iglesia y su
construcción comenzó con la llegada de fray Jerónimo Clemente en 1553.Para sustentar
las actividades del convento los mercedarios compraron al conquistador Pedro Navarro,
una hacienda con ganado, cultivo e instalaciones en el lugar llamado el Tenguax que era
uno de los pueblos de indios encomendados. Las obras del convento se levantaron sobre
piedras de cantera y artesonados en madera de cedro abarcando una extensión de 150
metros de largo por 100 de ancho. Los mercedarios enfrentaron serios problemas de
abastecimiento de agua lo que les llevo a serios enfrentamientos con su vecino el
conquistador, Don Juan de Peña Cava, pleito que termino en un largo juicio heredado
por los decendientes del conquistador. En 1636 el beneficio fue comprado por fray Luis
de Canizares dividiéndolo entre la Catedral y la ermita de la Caridad.
(insertar foto No 7. Vista de conjunto de la iglesia y plaza de la Merced)
Atravesando la calle hacia el oeste, frente a la iglesia se encuentra la Plaza de la Merced
espacio históricamente interesante por haber sido el núcleo inicial de la organización de
la ciudad. Esta pequeña plaza ha sido conocida también por el nombre de “Plaza de la
Constitución” en alusión a la Constitución española de 1812 documento que fue
trascendental en la conquista de la libertad de expresión del pueblo español y americano.
En esta plaza encontramos un monumento de diseño unificado para todas las capitales de
provincia americanas y que fue conocido como la “Columna de FernandoVII” o de “Las
Cortes de Cádiz”. Curiosamente la construcción del ultimo monumento colonial marco
también la transición al republicanismo; simboliza una coyuntura histórica muy
importante puesto que fue la representación del apoyo del pueblo español y de sus
provincias americanas a la corona española cuando el trono fue usurpado por Napoleón
Bonaparte. Posteriormente en el periodo independiente este monumento fue conocido
también como “La Picota” pues en este sitio se ejecutaba públicamente a aquellos que
eran encontrados culpables de delitos que ameritaban la muerte.
Hoy en día el Plan Maestro de la ciudad ha rescatado este espacio revalorizándolo como
espacio histórico y de recreación vecinal recuperándose las viejas fachadas de las casas
de los alrededores y dándole un entorno más noble a la iglesia como a la vecindad.
G. Iglesia de Indios de San Sebastián.
Desplazándonos hacia el sur-este de la ciudad llegamos a la Iglesia de Indios de San
Sebastián, misma que fue construida entre la ciudad y el pueblo de indios del Tenguax
en el año de 1581. Su construcción y sostenimiento estuvo a cargo de los frailes
mercedarios quienes en el siglo XVII le hacen nuevas obras construyéndose sus dos
torres. Al igual que la mayoría de los edificios de Comayagua esta iglesia también será
dañada por los movimientos telúricos y es abandonada. En 1827 fue utilizada como
cuartel por las tropas federales por su posición estratégica en lo alto de una colina y en
1957 comenzó la reconstrucción del templo.
El interior es de una sola nave, posee un retablo estilo barroco del siglo XVIII que tiene
como figura central una talla en madera policroma de San Sebastián. El resto del retablo
presenta cinco lienzos pintados al óleo de Blas de Meza entre ellos, Santa Rosa de Lima,
San Pablo y San Serapio. En el piso de esta iglesia se encuentran las lapidas de dos
ilustres personajes: el Obispo Hipólito Casiano y Castro y el ex - Presidente de Honduras,
José Trinidad Cabañas.
Actualmente funciona adosado a esta iglesia, el Convento de San Francisco.
Nos desplazamos nuevamente hacia el centro de la ciudad tomando la avenida 0 que
desemboca en la antigua Plaza Mayor, actual Parque León Alvarado.
H. La Plaza Mayor.
(Insertar foto No 8. Vista General de la Plaza Mayor)
En 1602 fungía como Gobernador de la Provincia Don Jorge de Alvarado ( nieto de Don
Jorge de Alvarado, hermano del Conquistador Don Pedro de Alvarado) quien viendo el
acelerado crecimiento de la ciudad hacia el lado norte donde ya se había construido casas
importantes de la ciudad, dispone realizar un nuevo trazado de las calles y plano de la
ciudad. Don Jorge traslada la Plaza Mayor desde La Merced a la ubicación actual
adjudicando solares para la iglesia, el cabildo, la cárcel, la residencia del Gobierno
Provincial y casa de fundiciones.
Las excavaciones arqueológicas realizadas por el Instituto Hondureño de Antropología e
Historia en el marco del Plan Maestro de la ciudad señalan que la orientación de las
cuadras estaba inicialmente alrededor de la Plaza La merced notándose el cambio
posterior de orientación de las manzanas (siglo XVII) cuando comienza el rediseño de la
ciudad. En este conjunto de edificios alrededor de la Plaza Mayor sobresalen: el Palacio
Episcopal, el Colegio Tridentino, la Catedral, el edificio de la Alcaldía y varias casas de
las entonces familias importantes de la ciudad. Muchas de estas casas alrededor de la
Plaza han dejado de ser casas de habitación y cumplen ahora funciones comerciales.
El antiguo edificio que ocupaba la alcaldía municipal fue construido en el siglo XVII a
iniciativa de las obras realizadas por el gobernador de la provincia, Don Jorge de
Alvarado. El edificio cayo en ruinas y fue reconstruido en 1820 por las familias Lindo y
Zelaya y hoy presenta una estructura de planta colonial con fachada neoclásica.
Cuando se realizaban las obras de remodelación de esta plaza se hicieron algunos
hallazgos arqueológicos que expusieron los restos de un acueducto de uso publico hecho
de ladrillo y barro cocido. A fines del siglo XVIII, la ciudad seguía sufriendo serios
problemas en el abastecimiento de agua y durante los siglos anteriores se estilo el trabajo
de “las jaladoras de agua”, mujeres que se desplazaban constantemente a las fuentes de
agua para abastecer a la ciudad. A fines del XVIII se inician las obras del acueducto de
la ciudad que llevo el agua hasta la Plaza Mayor; el agua desembocaba en cinco pilas
de recepción: en el barrio Arriba, en el Palacio Episcopal, en la plaza de la iglesia de La
Caridad, en el barrio de Mexicapa y la más grande en el centro de la Plaza Mayor.
La Plaza Mayor siempre fue el centro de la vida colonial no solo para las actividades
comerciales sino también para las festividades locales en que se acostumbraba “el
encierro de toros” y el “juego de cañas”. Francisco de Paula García Peláez en sus
“Memorias para la Historia del Antiguo Reyno de Guatemala” describe el juego de cañas
como una de las diversiones más comunes y lucidas por la participación de los caballeros
mas distinguidos de la ciudad formando cuadrillas a caballo que se enfrentaban y se
lanzaban las cañas recíprocamente resguardándose con las adargas (escudo de cuero
ovalado).
Hoy día las plazas mayores o parques centrales siguen siendo el pulso de los pueblos y
ciudades donde se presentan todo tipo de actividades políticas, religiosas y culturales.
Comayagua es famosa por sus celebraciones religiosas, en particular en la Semana Santa
donde los vecinos hacen gala de toda su capacidad artística creativa al diseñar y elaborar
las famosas “alfombras” de aserrín multicolor para rendir tributo al sufrimiento de Cristo
durante la procesión del Vía Cruci. Otra manifestación popular importante es el “Baile de
los diablitos” que es una obra teatral de corte popular que esta emparentada
probablemente en su contenido original con el “Baile de la conquista”. El baile de los
Diablitos es conocido también como “Baile de Moros y Cristianos” tiene como personaje
central a San Sebastián y ha sido utilizada históricamente por la iglesia para facilitar la
evangelización entre la población.
(insertar foto No.9 Procesión de Viernes Santo sobre alfombras)
a. El Palacio Episcopal y Colegio Tridentino.
Este hermoso edificio ocupa, junto al colegio Tridentino, una manzana completa dándole
unidad estilística a la zona.. La resolución de crear el Colegio Seminario se tomo en 1682
abriéndose inicialmente la cátedra en los salones del mismo Palacio Episcopal, mientras
se hacia la construcción propia. Para ese momento el Obispo Vargas y Abarca estaba
enfrascado en las obras de construcción de la nueva catedral por lo cual dedico todo su
esfuerzo y recursos a ello, dejando únicamente iniciados los cimientos del Colegio
Tridentino. Las obras de ambos inmuebles fueron finalizadas por el Obispo López
Portillo en 1735.
La primera construcción orientada a la residencia del obispo estaba ubicada detrás de la
actual Catedral y fue conocida con el nombre de “Las Casas Espicopales”construidas a
inicios del siglo XVII por el Obispo fray Gaspar de Quintanilla y Andrada. En 1612 el
nuevo Obispo fray Alonso Galdo, fundo en los terrenos adyacentes a las Casas
Episcopales la “Casa de mujeres mal casadas”.
En las Casas Episcopales se protagonizo un lamentable suceso que fue objeto de
investigación años después a iniciativa del obispo fray Juan Merlo de la Fuente, hecho
que se conoció como”el Obispo emparedado”. La investigación levantada señala que
hubo diferencias entre el obispo Andrada y el capitán Juan Guerra de Ayala, quien
fungía como gobernador de la provincia, al pretender este hacer cumplir las ordenanzas
reales prohibiendo el cultivo de la vid, olivos, lino, y ganado lanar so pena de
confiscación y garrote. El Obispo discrepaba pues consideraba que tal ordenanza
entorpecía el desarrollo de la ciudad reaccionando el Obispo con la excomunión del
capitán Guerra de Ayala. El Gobernador prohibió en consecuencia que no se dejase
entrar a ninguna de las personas que vivían con el Obispo, prohibiendo que se le
abasteciese de agua, leña ni alimentos y manteniéndolo prácticamente sitiado en la casa.
Ese año murió el Obispo sepultándosele en la iglesia La Merced y el capitán Guerra de
Ayala fue destituido de su cargo tiempo después.
Actualmente el Colegio seminario sigue desempeñando tareas de catequización y
formación de jóvenes, el Palacio Episcopal sigue siendo la residencia y oficinas del
Obispo y una parte de sus instalaciones (ala oeste) ha sido orientada para albergar el
Museo de Arte Religioso.
(Insertar foto No 10. Vista del Palacio Episcopal y Colegio Tridentino)
b. Museo de Arte Religioso.
(Insertar foto No. 11.Escultura de “La Dolorosa” siglo XVII)
El Museo de Arte Religioso presenta lo mejor del tesoro religioso de Comayagua a través
de una rica colección de pinturas, esculturas, atuendos, joyería, piezas utilitarias de la
iglesia(rosarios, escapularios, atriles, banderas, pectorales, aureolas, cálices, cruces
profesionales, escudos, mitras, crucifijos, custodias y mobiliario). Algunas de las obras
de arte más impresionantes del museo son:
-
-
“Jesús Bendiciendo al Mundo”, pintura sobre tablero del siglo XVIII de
autor anónimo.
La escultura de la “La Dolorosa” que es una preciosa talla del siglo XVII
elaborada en madera policromada, las vestiduras están decoradas con
motivos vegetales estofados en oro. Tanto la cara como las manos están
hechas en alabastro.
“Santa Bárbara” óleo sobre tela del siglo XVII cuyo autor es Blas de
Meza.
“San José con el niño” óleo sobre tela con decoraciones en pan de oro,
obra de José Miguel Gómez fechada en 1778.
“La Piedad” magnifica talla del siglo XVIII en madera policromada y
estofada con resplandores y corona en oro y pedrería preciosa.
(insertar foto No.12. “San José con el niño”siglo XVIII)
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Grupo Financiero El Ahorro Hondureño. AC Graphics, U.S.A. 2000.
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