Grandes Héroes de la fe. Isaac, el Padre que soltó

Anuncio
Más conferencias, videos, radio, T.V. cristiana y mucho más en www.alcanceizcalli.com.mx
SERIE: GRANDES HÉROES DE LA FE
“Isaac, el padre que soltó la bendición”
Génesis 27: 1 “Aconteció que cuando Isaac envejeció, y sus ojos
se oscurecieron quedando sin vista, llamó a Esaú su hijo mayor, y le
dijo: Hijo mío. Y él respondió: Heme aquí. 2 Y él dijo: He aquí ya soy
viejo, no sé el día de mi muerte.3 Toma, pues, ahora tus armas, tu
aljaba y tu arco, y sal al campo y tráeme caza; 4 y hazme un guisado
como a mí me gusta, y tráemelo, y comeré, para que yo te bendiga
antes que muera. 5 Y Rebeca estaba oyendo, cuando hablaba Isaac a
Esaú su hijo; y se fue Esaú al campo para buscar la caza que había de
traer.
6 Entonces Rebeca habló a Jacob su hijo, diciendo: He aquí yo he
oído a tu padre que hablaba con Esaú tu hermano, diciendo: 7 Tráeme
caza y hazme un guisado, para que coma, y te bendiga en presencia
de Jehová antes que yo muera. 8 Ahora, pues, hijo mío, obedece a mi
voz en lo que te mando. 9 Ve ahora al ganado, y tráeme de allí dos
buenos cabritos de las cabras, y haré de ellos viandas para tu padre,
como a él le gusta; 10 y tú las llevarás a tu padre, y comerá, para que
él te bendiga antes de su muerte. 11 Y Jacob dijo a Rebeca su madre:
He aquí, Esaú mi hermano es hombre velloso, y yo lampiño. 12 Quizá
me palpará mi padre, y me tendrá por burlador, y traeré sobre mí
maldición y no bendición. 13 Y su madre respondió: Hijo mío, sea
sobre mí tu maldición; solamente obedece a mi voz y ve y
tráemelos. 14 Entonces él fue y los tomó, y los trajo a su madre; y su
madre hizo guisados, como a su padre le gustaba. 15 Y tomó Rebeca
los vestidos de Esaú su hijo mayor, los preciosos, que ella tenía en
casa, y vistió a Jacob su hijo menor; 16 y cubrió sus manos y la parte
de su cuello donde no tenía vello, con las pieles de los cabritos; 17 y
entregó los guisados y el pan que había preparado, en manos de
Jacob su hijo.
18 Entonces éste fue a su padre y dijo: Padre mío. E Isaac
respondió: Heme aquí; ¿quién eres, hijo mío? 19 Y Jacob dijo a su
padre: Yo soy Esaú tu primogénito; he hecho como me dijiste:
levántate ahora, y siéntate, y come de mi caza, para que me
bendigas. 20 Entonces Isaac dijo a su hijo: ¿Cómo es que la hallaste
tan pronto, hijo mío? Y él respondió: Porque Jehová tu Dios hizo que
la encontrase delante de mí. 21 E Isaac dijo a Jacob: Acércate ahora, y
te palparé, hijo mío, por si eres mi hijo Esaú o no. 22 Y se acercó
Jacob a su padre Isaac, quien le palpó, y dijo: La voz es la voz de
Jacob, pero las manos, las manos de Esaú. 23 Y no le conoció, porque
sus manos eran vellosas como las manos de Esaú; y le bendijo. 24 Y
dijo: ¿Eres tú mi hijo Esaú? Y Jacob respondió: Yo soy. 25 Dijo
también: Acércamela, y comeré de la caza de mi hijo, para que yo te
bendiga; y Jacob se la acercó, e Isaac comió; le trajo también vino, y
Por Rubén Álvarez- Alcance Izcalli
Más conferencias, videos, radio, T.V. cristiana y mucho más en www.alcanceizcalli.com.mx
bebió. 26 Y le dijo Isaac su padre: Acércate ahora, y bésame, hijo
mío. 27 Y Jacob se acercó, y le besó; y olió Isaac el olor de sus
vestidos, y le bendijo, diciendo:
Mira, el olor de mi hijo,
Como el olor del campo que Jehová ha bendecido;
28 Dios, pues, te dé del rocío del cielo,
Y de las grosuras de la tierra,
Y abundancia de trigo y de mosto.
29 Sírvante pueblos,
Y naciones se inclinen a ti;
Sé señor de tus hermanos,
Y se inclinen ante ti los hijos de tu madre.
Malditos los que te maldijeren,
Y benditos los que te bendijeren.”
Continuamos con nuestra serie de conferencias: “Grandes Hombres de la fe”.
Hoy tomaremos un tiempo para conocer un acto de fe trascendente en la vida de
Isaac, casi al final de sus días sobre la tierra.
Sí, es ese Isaac que siendo un muchacho tuvo aquella terrible experiencia de
haber sido atado por su mismo padre y puesto sobre un altar para ser sacrificado
delante de Dios. Aquel muchacho que aprendió en carne viva que Dios era lo más
importante y que debía ser obedecido cabalmente.
Isaac vio en su padre Abraham una fe tan grande que podría creer que Dios le
regresaría a su hijo aunque fuera por resurrección, ya que Dios había prometido que
de Isaac vendría una gran descendencia como las estrellas del cielo.
Isaac no fue a un seminario para aprender de la biblia, sino que aprendió a
temer a Dios al ver el ejemplo de su padre Abraham.
Un padre enseña con el
ejemplo, y así fue como Isaac desarrolló su propia relación con Dios.
DESARROLLO.
1. Jacob toma la bendición
Y en el pasaje que acabamos de leer se nos relata cómo es que Jacob, aunque
no era el primogénito de Isaac, toma de él la bendición que no le correspondía.
Recordarán que la Palabra de Dios nos indica que todo lo que está incluido en
el Antiguo Testamento es figura y sombra de las cosas que vendrían sobre nosotros,
por lo cual comprendamos espiritualmente lo que el Espíritu Santo nos muestra en
estas escrituras.
Rebeca, en este pasaje bíblico, es un tipo del Espíritu Santo, aconsejando,
guiando, llevando al hijo a presentarse delante del Padre para recibir la bendición.
Jacob, por su parte, es un tipo de ti y de mi, hijos de Dios que no nos correspondía la
bendición del Padre, mucho menos la bendición de primogénito; e Isaac, como podrán
comprender es un tipo del Padre listo para soltar la bendición.
Por Rubén Álvarez- Alcance Izcalli
Más conferencias, videos, radio, T.V. cristiana y mucho más en www.alcanceizcalli.com.mx
Pues bien, Rebeca, un tipo del Espíritu de Dios, escucha que Isaac, un tipo del
Padre está a punto de soltar la bendición a su hijo. Y entonces va con Jacob y le
presenta todo un plan para apoderarse de esa bendición.
Isaac había pedido a su hijos Esaú, el primogénito, que le trajera una comida
como a él le gustaba, y quien podría hacer mejor la comida que le gustaba a Isaac
sino Rebeca. Así que le dice a Jacob que tan solo le lleve las cosas necesarias para
preparar la comida y ella se encargaría de prepararlo todo al gusto de Isaac.
Para presentarse delante de Isaac, Jacob tendría que ponerse el vestido
precioso de Esaú, su hermano primogénito, y ponerse pieles de cabrito sobre sus
brazos y cuello para que su padre, quien ya no veía bien, pudiera palpar en su brazos
y cuello la vellosidad característica de su hermano.
Sí, conforme al plan de Rebeca, Jacob estaría tomando el lugar de su hermano
Esaú para recibir la bendición que a éste le correspondía.
Y como hemos podido ver de este relato histórico, el plan resultó a la
perfección. Jacob se presentó delante de Isaac y le ofreció la comida como a él le
gustaba, comida elaborada por las manos de Rebeca. La voz le parecía diferente a
Isaac pero le hizo que se acercara a él y entonces pudo olerlo y palparlo. Isaac olió el
olor de Esaú, y palpó la vellosidad de Esaú, por lo cual le soltó la bendición que tenía
lista.
Como hemos visto, Rebeca, un tipo del Espíritu de Dios quiere guiarte hoy a ti
a que te presentes delante del Padre de la forma correcta para que recibas la
bendición, porque está a punto de soltarla.
a) Darle a Él lo que le gusta.
El Espíritu de Dios te dice mira trae los ingredientes necesarios para preparar
algo que al Padre la guste. Jesús dijo que nuestra adoración debía ser en espíritu y
verdad. Así que nosotros de nuestro corazón, de lo más profundo de nuestro ser,
nuestro espíritu alabamos y rendimos adoración a nuestro Dios, por la gracia de
Jesús.
Pero quisiera que comprendieras que el Espíritu de Dios toma tu alabanza,
toma tu adoración, toma tu oración, toma tu gratitud, toma tus diezmos y ofrendas,
toma tus lágrimas, toma tu fe y con todo ello prepara una comida tal como al Padre le
agrada. Son tus ingredientes pero el Espíritu Santo los convierte en algo precioso
para Él.
b) Revestidos de Cristo.
Y bueno, ya tienes lista la comida para presentarte delante de Él, pero no
puedes presentarte como tu mismo para recibir la bendición. Tu justicia, tu santidad
no alcanzan para presentarte delante de Dios.
Oh no, tu necesitas revestirte del primogénito, como lo hizo Jacob. Gálatas
3: 27 “porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo
estáis revestidos. 28 Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre;
no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús
Por Rubén Álvarez- Alcance Izcalli
Más conferencias, videos, radio, T.V. cristiana y mucho más en www.alcanceizcalli.com.mx
No, para presentarte delante del Padre tu necesitas revestirte de Cristo.
Ponerte el vestido precioso de Cristo, su vestido de santidad, su vestido de Hijo de
Dios. Entonces, revestido de Cristo, con la piel de Cristo sobre ti, con Su olor, ya
puedes presentarte delante del Padre para recibir, escucha bien, no una bendición,
sino la bendición de “primogénito”.
Por eso dice Hebreos 12: 22 “sino que os habéis acercado al
monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la
compañía de muchos millares de ángeles, 23 a la congregación de los
primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos,
a los espíritus de los justos hechos perfectos, 24 a Jesús el Mediador
del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel”
Cada uno de nosotros, revestidos de Cristo, conformamos algo que la Palabra
llama: “La congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, Aleluya.
Así que revístete de Cristo, no puedes presentarte delante del Padre con tu
propia justicia. Jesús dijo: “Si ustedes no tuvieran una justicia mayor que la de los
fariseos y escribas no podrán entrar en el Reino de los Cielos” y miren que los fariseos
y escribas eran las personas más escrupulosas en el cumplimiento de la ley de
Moisés, pero aún con un comportamiento tan bueno como el de ellos, no alcanzaba
para el Reino de Dios. No, debemos revestirnos de Cristo, de Su justicia a través de
la fe.
Espíritu Santo, te pedimos a través de nuestra oración, de nuestra alabanza y
adoración, con nuestros diezmos y ofrendas, con nuestro corazón rendido delante de
ti, haz algo perfecto que sea agradable para nuestro Padre y podamos presentarnos
delante de Él para recibir Su bendición.
2. Y el padre soltó la bendición.
Hebreos 11: 20 “Por la fe bendijo Isaac a Jacob y a Esaú
respecto a cosas venideras”
Este gran héroe de la fe, Isaac, por su fe bendijo a Isaac. Isaac no podía soltar
una bendición que no hubiera recibido, pero él creía plenamente que la bendición de
Abraham estaba sobre él, así que soltó esa bendición en Isaac.
Y esta es la bendición que soltó aquel gran día:
27 Y Jacob se acercó, y le besó; y olió Isaac el olor de sus vestidos, y
le bendijo, diciendo:
Mira, el olor de mi hijo,
Como el olor del campo que Jehová ha bendecido;
28 Dios, pues, te dé del rocío del cielo,
Y de las grosuras de la tierra,
Y abundancia de trigo y de mosto.
29 Sírvante pueblos,
Y naciones se inclinen a ti;
Sé señor de tus hermanos,
Y se inclinen ante ti los hijos de tu madre.
Malditos los que te maldijeren,
Por Rubén Álvarez- Alcance Izcalli
Más conferencias, videos, radio, T.V. cristiana y mucho más en www.alcanceizcalli.com.mx
Y benditos los que te bendijeren.”
Hoy por la fe, tu mismo, recibe la bendición de que tu Padre está soltando
sobre ti.
3. El Padre bendice a sus hijos (Ministración)
Hoy, ocupa un tiempo especial, aquí en la misma Presencia de Dios, y bendice
a tus hijos. Por la fe, transfiere bendición a tus hijos a partir de la bendición que has
recibido.
nfío en ti completamente.
Por Rubén Álvarez- Alcance Izcalli
Descargar