IMPRUDENCIA TEMERARIA EN EL ACCIDENTE DE TRABAJO

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IMPRUDENCIA TEMERARIA EN EL ACCIDENTE DE TRABAJO
La Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya estima el recurso y declara la contingencia común de la invalidez
reconocida, distinguiendo entre el uso penal del término “imprudencia temeraria” del uso laboral del mismo, y puntualizando que,
para que se aprecie en el orden social, rompiendo el nexo causal del accidente con el trabajo desempeñado, es preciso que en la
conducta, abiertamente contraria a un nivel de diligencia normal, se asuman riesgos innecesarios y especialmente graves, de forma
libre y consciente, ajenos a la conducta usual de las gentes, con evidente desprecio del instinto de conservación y con violación de
las normas de precaución, prudencia y cautela más elementales, contrariando las órdenes del patrono.
ANTECEDENTES DE HECHO:
Nos encontramos ante una impugnación de la contingencia laboral en una invalidez absoluta por “trastorno bipolar tipo I con frecuentes descompensaciones y herida muñeca derecha sin limitación funcional”, en que la herida de la muñeca derecha se la produjo
el trabajador con el cristal de la máquina expendedora de la empresa, a la que había golpeado para extraer el producto seleccionado,
que se había atascado. El fuerte golpe propinado contra el cristal de la máquina, consciente y voluntario, constituye, según la mutua
recurrente, una imprudencia temeraria, pese a que sea una práctica habitual de los trabajadores en la empresa demandada golpear
o zarandear la mencionada máquina.
TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE CATALUNYA
Sala de lo Social: Sentencia núm. 6.622, de 21.Septiembre.2009.
Ponente: Ilmo. Sr. Don Gregorio RUIZ RUIZ.
Juzgado de lo Social núm. 1 de Lleida.
Sentencia de 25.Enero.2008: Desestimatoria de la demanda.
Normativa:
Artículo 115.1, 3 Y 4.b) TRLGSS.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO Recurre en suplicación Mutua Universal Mugenat la sentencia dictada por el Juzgado de lo Social nº. 1 de los de
Lleida en fecha 25/1/08 en la que, desestimando la demanda presentada por la propia Mutua ahora recurrente contra el I.N.S.S.,
T.G.S.S., D. Lucio y, finalmente, contra la empresa Nufri Sat nº. 1596, confirma la resolución administrativa impugnada en el procedimiento de 28/3/07 que declaraba que la baja iniciada el 27/4/06 por el trabajador demandado derivaba de accidente de trabajo.
En la relación de hechos de la sentencia se registra, recordemos, como sobre las 17 horas del día 27/4/06 el trabajador demandado
“hizo una pausa en su trabajo y se fue a la sala que la empresa tiene destinada a comedor, donde hay unas máquinas expendedoras
de comidas y bebidas, introdujo dinero en una de ellas para obtener un producto (bolsa de fritos) y al ver que quedaba atascado y no
salía, golpeó fuertemente el cristal delantero para que bajara (lo que constituía una práctica habitual de los trabajadores hasta el
punto de que las máquinas estaban ancladas en la pared por los golpes). A consecuencia de la fuerza del golpe propinado por el Sr.
Lucio el cristal se rompió, produciéndose heridas en la mano derecha”.
SEGUNDO Interesa en primer término la recurrente, haciéndolo por el cauce procesal previsto en el art. 191.b de la L.P.L, la
revisión de la relación de hechos probados de la sentencia impugnada en el apartado más arriba registrado de dicha relación, el que
registra o describe el siniestro de referencia y para que se suprima la declaración relativa a que el golpear la máquina expendedora
de alimentos “constituía una práctica habitual de los trabajadores hasta el punto de que las máquinas estaban ancladas en la pared
por los golpes”. Cita, para justificar su pretensión, el propio contenido del informe de la Inspección de Trabajo del que, y como la
propia recurrente apunta, la Magistrada de instancia deducirá la declaración de referencia. Dejando a un margen la valoración que
merezca o merezcan las conclusiones del informe en cuestión lo cierto es que dicho documento no permite, en modo alguno, patentizar la existencia de un error en la valoración de tal medio probatorio imputable al órgano judicial de instancia, única función, la de
fiscalizar y corregir errores que puedan perfilarse como claros y prácticamente indiscutibles, que corresponde a la Sala en la resolución del correspondiente recurso de suplicación. Lo que nos lleva a desestimar la pretensión de rectificación en cuestión.
TERCERO Interesa en segundo y último lugar la recurrente la revocación de la sentencia impugnada por cuanto considera que
en la misma se infringen los arts. 115.1 y 115.3 de la L.G.S.S. al considerar primero que el origen de la contingencia determinante de
la incapacidad temporal iniciada por el trabajador a partir del siniestro referido no puede ser situado entre las derivadas de accidente
de trabajo. Señala la recurrente que en dicho siniestro cabe ver “un claro supuesto de imprudencia temeraria del trabajador que
excluiría la laboralidad del accidente”. El poder de dirección y de organización del empresario, como suele repetirse al aproximarse a
la problemática que plantea la determinación de esta contingencia, confiere al mismo el deber de velar por la seguridad en el trabajo
y por la indemnidad e integridad de los trabajadores de manera que se les coloca en una posición genérica y difusa de garantes de la
salud física y psíquica de los trabajadores bajo su dependencia, atrayendo para sí la responsabilidad del resultado consecuencia,
incluso, del riesgo imprudente de los trabajadores en el sentido de que, se dirá, incumbe al empresario el deber de prever y adoptar
las medidas necesarias para neutralizar las propias imprudencias de los trabajadores. Lo que no quiere decir, sin embargo, que los
trabajadores estén excluidos de cualesquiera responsabilidad por sus actos y en relación precisamente a la definición de tal accidente o siniestro; muy al contrario, ha de decirse, su conducta puede originar ex lege la exoneración de cualquier responsabilidad
empresarial o, y en otros términos, la no configuración del siniestro como tal accidente de trabajo.
Recordemos como la L.G.S.S., después de definir en los primeros apartados del art. 115 lo que ha de conceptuarse de accidente
de trabajo, excluye de tal concepto en su apartado 4.b “los que sean debidos a dolo o imprudencia temeraria del trabajador accidentado”; esto es, y en otros términos, también suele decirse, el nexo causal que en principio pudiera existir entre trabajo y lesión
queda roto por aquella conducta del trabajador, constitutiva de «dolo o imprudencia temeraria». La teoría normativa de la culpabilidad
configura la imprudencia como la infracción de la norma de cuidado. Un deber de cuidado que exige advertir el peligro y adoptar un
comportamiento adecuado para evitar la concreción del mismo lo que implica obviamente el deber de omitir acciones peligrosas
salvo que las mismas resulten necesarias en cuyo caso se deben adoptar las medidas necesarias de prudencia, control y supervisión, entre las que incluyen los deberes de formación e información.
Sin embargo para que se produzca la imprudencia temeraria, o sea, para que ésta se aprecie, no basta con la simple inobservancia de cualesquiera deber de cuidado.
El concepto laboral de la imprudencia temeraria no es, de hecho y como suele repetirse, equiparable ni coincidente con
la imprudencia temeraria prevista en la norma penal. Constituye en tal sentido una posición generalizada de la doctrina y de la
jurisprudencia el definir la imprudencia temeraria en el ámbito laboral como aquella conducta que por omisión de las más
elementales medidas de precaución o cuidado genera una muy grave situación de peligro en la que el resultado lesivo
resulta claramente previsible. Se ha ido configurando de hecho, y jurisprudencialmente, tanto desde el punto de vista positivo,
determinándose las características y elementos que lo conforman, como desde el punto de vista negativo, excluyendo aquellas
conductas del accidentado que no se encuadran dentro del referido concepto. Siempre teniendo presente que cuando la conducta
del trabajador responde a lo que puede llamarse patrones usuales de comportamiento del común de las gentes, no hay
rompimiento del nexo causal. En su aspecto positivo el referido concepto viene definido por albergar algunos de los siguientes
elementos: tratarse de una conducta que asuma riesgos innecesarios y especialmente graves ajenos a la conducta usual de
las gentes (STS de 20-11-1975 [RJ 1975/4392] y STS de 10-5-1988 [RJ 1988/3595]), asumir libre y conscientemente un riesgo
cierto (STCT de 3-2-1988 [RTCT 1988/1611]), un evidente desprecio del instinto de conservación y clara consciencia y
patente menosprecio del riesgo (STCT de 12-7-1988 [RTCT 1988/3116]), un comportamiento grave, abiertamente contrario al
actuar propio de una persona de diligencia normal (STS de 9-5-1985 [RJ 1985/2685 ]), una violación de las más elementales
normas de precaución, prudencia y cautela exigibles a toda persona normal (STS de 16-7-1985 [RJ 1985/4523 ]), contrariar
consciente y voluntariamente las órdenes recibidas del patrono (STS de 16-7-1985), excederse del comportamiento normal
de una persona, y correr un riesgo innecesario que ponga en peligro la vida o bienes conscientemente (STS de 16-7-1985);
aceptar voluntariamente un riesgo de excepcional gravedad, debido a circunstancias ajenas al trabajo (STCT de 22-3-1988
[RTCT 1988/2451]).
CUARTO En el presente caso los datos del siniestro obligan a aceptar las tesis o postulados de la recurrente. El comportamiento
o acción del trabajador descrito permite definir una conducta alejada de una conducta ajustada a los parámetros de una conducta
diligente ordinaria o normal y genera un riesgo innecesario y que ha de entenderse resulta voluntariamente aceptado por el trabajador. La violencia de descarga del golpe que provoca la rotura del cristal usual no puede ser leída, entendemos, de otra manera. La
ruptura del nexo causal antes mencionado debe entenderse producida. Lo que nos conduce a considerar incorrectamente aplicada la
norma legal referida por la resolución impugnada y a, en consecuencia, ordenar la revocación de la misma para, con estimación de la
demanda presentada por la Mutua, declarar que el proceso de baja médica sufrida por el trabajador demandado, D. Lucio, en fecha
27/4/06, tiene carácter o deriva de enfermedad común.
VISTOS los preceptos legales citados, sus concordantes y demás disposiciones de general y pertinente aplicación.
FALLAMOS
Que estimando el recurso de suplicación interpuesto por Mutua Universal Mugenat contra la sentencia dictada por el Juzgado de
lo Social nº. 1 de los de Lleida en fecha 25/1/08 en las actuaciones seguidas en dicho Juzgado con el nº. 351/07 seguidas a instancia
de la propia recurrente, debemos revocar y revocamos la sentencia impugnada al efecto de declarar que el proceso de baja médica
sufrida por el trabajador demandado, D. Lucio, en fecha 27/4/06 tiene carácter o deriva de enfermedad común. Procederá por ello, e
igualmente, ordenar la devolución de las cantidades depositadas por la recurrente a los efectos de la interposición del recurso.
Contra esta Sentencia cabe Recurso de Casación para la Unificación de Doctrina que deberá prepararse ante esta Sala en los
diez días siguientes a la notificación, con los requisitos previstos en los números 2 y 3 del Artículo 219 de la Ley de Procedimiento
Laboral.
Notifíquese esta resolución a las partes y a la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, y expídase testimonio que
quedará unido al rollo de su razón, incorporándose el original al correspondiente libro de sentencias.
Así por nuestra sentencia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos.
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