CLM.ECONOMÍA, Nº 6, Primer Semestre de 2005. Págs. 231-262 El papel de las instituciones financieras internacionales en el desarrollo de las asociaciones público-privadas. Hugh Goldsmith y Mateu Turró* Banco Europeo de Inversiones Resumen Este artículo analiza la importancia creciente que las asociaciones o partenariados públicoprivados (PPPs) están adquiriendo en el mundo como método para la licitación de infraestructuras de servicio público y el papel que desarrollan las instituciones financieras internacionales (IFIs) en este proceso. La justificación de estas estructuras financieras es su mayor eficiencia económica. En su forma moderna, los PPPs se han difundido a partir de unos pocos países pioneros al resto del mundo. Las IFIs existen, en teoría, para compensar las deficiencias del mercado de capitales y no tienen un objetivo de beneficio financiero sino de aportación al bienestar de las sociedades en las que actúan. La mayor parte de las IFIs están dedicadas al desarrollo económico y definen su misión principal en la reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la ayuda a los procesos de transición política. A estos objetivos el Banco Europeo de Inversiones (BEI) añade la dimensión europea. En los países de la OCDE, las IFIs han tenido una actuación relativamente pasiva en el proceso de expansión de los PPPs, pero en el tercer mundo su papel ha sido claramente más proactivo. Los éxitos y fracasos cosechados en el pasado permiten ya sacar una serie de conclusiones que deberían guiar las futuras operaciones en el sector. El artículo sintetiza la problemática de los PPPs y explica la acción de las IFIs en este campo, concluyendo que es necesario ser muy cuidadoso para evitar perder de vista los aspectos económicos fundamentales, la calidad del proyecto y la supervisión independiente necesarias para asegurar el éxito de estos montajes financieros complejos. Se concluye que las IFIs tienen un papel importante en este ámbito, tanto por su participación directa en los montajes PPP como por su labor de formación y difusión del conocimiento sobre las mejores prácticas. Palabras clave: Asociaciones público-privadas, instituciones financieras internacionales, servicios públicos, Banco Europeo de Inversiones. Clasificación JEL: G20 231 * Las opiniones expresadas en este artículo son estrictamente personales. C L M . E C O N O M Í A Abstract This paper explores the growing importance of Public-Private Partnerships (PPPs) around the world as a method of procuring infrastructure services and the actual and potential role of International Financial Institutions (IFIs) in that process. The rationale for PPP procurement is greater economic efficiency in the delivery of public services. In their modern form, PPPs are spreading out from a few pioneer countries to the rest of the world. In theory, IFIs exist to compensate for market failures and their objective is not financial profit but to provide welfare to the societies where they are active. Most development IFIs define their central mission in terms of poverty reduction, economic growth and transition impact. To these, the EIB adds a supranational policy dimension. In the OECD nations, IFIs have been rather passive in the PPP development process, but in the developing world they have taken on a distinctly proactive role. Past successes and failures already allow some conclusions to be reached, which should guide future action. The paper explores the essentials of PPPs and the different roles IFIs play. It argues that care is needed to avoid losing focus on economic fundamentals, project quality and independent due diligence. In this sense, IFIs have a particular role, not only in financing these complex financial structures but also in creating knowledge on best practice and pitfalls to avoid as an international public good. Key words: Public-private partnerships, internacional financial institutions, public services, European Investment Bank. JEL Classification: G20 232 E L PA P E L D E L A S I N S T I T U C I O N E S F I N A N C I E R A S I N T E R N A C I O N A L E S E N E L D E S A R R O L LO D E L A S A S O C I A C I O N E S P Ú B L I C O - P R I VA D A S 1. Introducción. Los partenariados público-privados (PPPs) son acuerdos a largo plazo que involucran al sector privado en la construcción, explotación y financiación de infraestructuras que proporcionan servicios de uso público. Habitualmente se trata de infraestructuras de transporte, de suministro de agua y saneamiento, hospitales, escuelas, cárceles, etc., que casi siempre han sido construidas y explotadas por entidades públicas. En los PPPs estas entidades se convierten en “socios” de empresas privadas especializadas en construir, explotar y financiar este tipo de infraestructuras. La asociación de los gobiernos con inversores privados para producir servicios públicos ha sido algo relativamente corriente a lo largo de la historia pero, durante los años 90, el número y complejidad de estos montajes ha aumentado mucho, tanto en Europa como en el resto del mundo. Las concesiones de autopistas en España, en Francia y en Italia son ejemplos pioneros del fenómeno PPP, que ha adquirido popularidad universal con el programa Private Finance Initiative (PFI) de Gran Bretaña. Otros ejemplos interesantes son el programa de autovías SCUT en Portugal, el nuevo aeropuerto de Atenas o, dentro de las concesiones de suministro de agua, las otorgadas en Buenos Aires o Bucarest. La característica diferencial de los PPPs actuales con respecto al antiguo concepto de concesión administrativa es que mantienen (o deberían mantener) una relación más equilibrada entre el socio público y el privado, y una distribución más eficiente de riesgos y compensaciones. En los países de la OCDE todavía se mantiene la euforia de los 90, con un apoyo político generalizado a los PPPs. En los países en vías de desarrollo o en transición económica la situación es, sin embargo, distinta. En estos países se ha pasado de un gran entusiasmo por este “matrimonio” público-privado a numerosas demandas de separación (Estache, 2005). Ello se debe esencialmente a que los consumidores se sienten decepcionados y asocian la privatización con tarifas cada vez más altas, con grandes beneficios para las compañías extranjeras y, a menudo, con administraciones corruptas. Según la prensa especializada, este inesperado cambio de tendencia ha dejado a los expertos del Banco Mundial, entusiastas de la privatización, preguntándose qué es lo 233 C L M . E C O N O M Í A que no ha funcionado1. Esta situación tan diferenciada entre países ricos y pobres pone de relieve el interés de analizar el fenómeno. Este artículo lo hace desde la óptica de las instituciones financieras internacionales (IFIs) que, como se verá, han tenido un papel destacado en el desarrollo de los PPPs. 2. El fenómeno de los PPPs. El primer obstáculo al que debe enfrentarse cualquier discusión sobre el tema es la falta de definiciones precisas. La Comisión Europea (2004) reconoce que la ley comunitaria no define específicamente los PPPs y que están teniendo dificultades para ir adaptando la legislación europea a este nuevo sistema de adjudicación de la obra pública. En su forma más corriente los PPPs pueden cubrir una gran variedad de acuerdos, de tipo contractual o institucional, entre los sectores público y privado. Los criterios básicos para distinguir entre las diferentes formas de PPPs son la propiedad de los activos y la adscripción de riesgos. En este artículo utilizamos el término “PPP” para referirnos a los acuerdos contractuales entre una autoridad pública concedente y concesionarios privados que deben proporcionar servicios basados en infraestructuras de uso público. Dichos acuerdos están caracterizados por: 1. La incorporación en un mismo contrato de la construcción, la explotación a largo plazo y la financiación; 2. Reglas claras para la distribución del riesgo financiero entre la parte pública y la privada. Ya se ha comentado que no hay nada intrínsecamente novedoso en los PPPs, que no es más que un nuevo acrónimo dentro del léxico desarrollado alrededor del debate milenario sobre el papel que puede tener el sector privado en la provisión de infraestructuras básicas al servicio del interés público. Los PPPs deben ser vistos como parte de una evolución que abarca al menos 2000 años y no como un cambio revolucionario en la forma de atraer al sector privado a la financiación de infraestructuras. 234 1) The Wall Street Journal 21 Julio 2003. E L PA P E L D E L A S I N S T I T U C I O N E S F I N A N C I E R A S I N T E R N A C I O N A L E S E N E L D E S A R R O L LO D E L A S A S O C I A C I O N E S P Ú B L I C O - P R I VA D A S Bezançon (2004) describe la experiencia francesa, similar a la de la mayoría de países europeos, que se inicia con los contratos de puertos de la época romana. La primera concesión de suministro de agua en Londres, que se aprobó en 1581 por un período de 500 años, los servicios de correos, la construcción de canales para la navegación interior o los Caminos Reales Españoles podrían considerarse como versiones primitivas de los PPPs. Grimsey y Lewis (2004) comentan que el modelo de concesión de autopistas desarrollado en Francia y en España puede considerarse, históricamente, como la estructura más robusta de relación público-privada para la provisión de infraestructuras. Las características determinantes de este modelo son la transferencia total del riesgo de demanda y que los ingresos provienen de los peajes pagados por los usuarios. Las concesiones de autopistas francesas, españolas e italianas de los años 60 y 70 muestran la gran variedad de resultados que ha producido este modelo. En Francia tan sólo una de las empresas privadas que obtuvieron las primeras concesiones consiguió sobrevivir a la crisis del petróleo de los años 70. Todas las demás concesionarias actuales son empresas controladas por el estado, que tuvieron que rescatar a los concesionarios privados en bancarrota 2 . Algunas concesiones españolas han conseguido mantenerse dentro del sector privado mediante una serie de adaptaciones 3 , pero la mayor parte de las concesiones otorgadas a finales de los 60 y principios de los 70 hicieron suspensión de pagos y tuvieron que ser nacionalizadas. Sin embargo, gracias al crecimiento económico, los niveles de tráfico y de ingresos han aumentado de tal modo que ENA, la compañía pública que las absorbió en 1984, pudo ser privatizada con éxito en el año 2003. Estas experiencias reflejan que, globalmente, la historia de los PPPs ofrece resultados contradictorios y que existe una gran variedad de riesgos, tanto endógenos como exógenos, por lo que la frontera entre las responsabilidades públicas y privadas es difícil de definir. A pesar de que los resultados no hayan sido siempre los 2) El gobierno francés está en fase de privatización de su participación directa en las tres grandes sociedades de autopistas en las que es mayoritario. 3) Los vencedores y perdedores de esta historia, así como la importancia de la interferencia política, en particular durante la dictadura de Franco, son muy ilustrativos de lo que pude ocurrir en países con problemas de buen gobierno. 235 C L M . E C O N O M Í A esperados, las cifras sobre el desarrollo de los PPPs en el mundo4 son impresionantes. El Banco Mundial estima que entre 1990 y el 2001 se invirtieron en los países en vías de desarrollo más de 750 millardos de dólares, la mitad de ellos en PPPs. El resto fue destinado esencialmente a privatizaciones, en particular de los sectores energético y de las telecomunicaciones. En estos sectores se considera que la reestructuración y la disgregación de las grandes compañías nacionales permite introducir cierta competencia y que, con una buena regulación, puede lograrse que el sector privado invierta y preste servicios de forma mucho más eficiente5. En todo caso, la inversión privada en infraestructuras ha ido disminuyendo desde su punto álgido en los últimos años 90 tanto en los países más avanzados como en los menos desarrollados. 3. La experiencia acumulada y las tendencias. Los PPPs representan la versión suave de la privatización. La mayor parte de los PPPs en los países menos desarrollados ha tenido lugar en los sectores del transporte y del agua y se produjeron sobre todo en América Latina y en el Este Asiático. En Europa Central y Oriental también se han concentrado en los sectores del agua y del transporte, en particular en las autopistas. Este último sector ha acogido más del 90% de los PPPs de Europa Occidental, ya que las concesiones de nuevas autopistas han podido montarse con relativa facilidad, mientras que para otras infraestructuras de transporte (puertos, aeropuertos y transporte urbano) han sido más complejas y, en el caso de los ferrocarriles, casi imposibles de estructurar debido a que el sector público es todavía omnipresente en este modo de transporte y a que todavía no está claro cuál va a ser su funcionamiento en los próximos años (Turró, 1999b). En Europa se observa actualmente un interés creciente en la aplicación de PPPs a nuevos ámbitos, como la construcción y 236 4) Cifras no demasiado fiables, pero más bien conservadoras porque se centran en los grandes PPPs con estructuras de “project finance” (o sea, con garantías proporcionadas por el propio proyecto). 5) Aunque el conseguir una regulación efectiva no siempre es fácil, ni siquiera en los países más desarrollados, como demostró la reciente crisis eléctrica de California. E L PA P E L D E L A S I N S T I T U C I O N E S F I N A N C I E R A S I N T E R N A C I O N A L E S E N E L D E S A R R O L LO D E L A S A S O C I A C I O N E S P Ú B L I C O - P R I VA D A S explotación de edificios destinados a uso público (escuelas, hospitales, etc.), pero el único país que realmente ha experimentado en diversos sectores es el Reino Unido (véase Gráfico 1). Se observa también la tendencia a crear nuevos modelos y formas de contratación para los PPPs, cada vez más adaptadas al sector y a su entorno administrativo y jurídico concreto y a las diversas formas de compensación (peaje u otra forma de pago por parte del usuario, retribución periódica por parte del socio público en función del servicio prestado, etc.). La flexibilidad es una de las ventajas de los PPPs con relación a las concesiones tradicionales, y ha sido la base de las nuevas leyes que han aprobado varios países (como España 6 , Francia, Holanda y Alemania) en los últimos tres años. La descentralización que se observa en numerosos países europeos explica el importante crecimiento de operaciones PPPs promovidas por administraciones regionales o locales. La reducción del nivel administrativo entraña, sin embargo, nuevos retos porque puede acarrear una fragmentación excesiva del mercado, con una Gráfico 1: Reparto sectorial de contratos PPP firmados en la UE. AEROPUERTOS 0 % POLICÍA Y PRISIONES 3 % CARRETERAS, PUENTES, ETC. 6 % EDUCACIÓN 7 % 5 % OTROS 5 % FERROCARRIL 7 % AEROPUERTOS DEFENSA 9 % SANIDAD 11 % OTROS 13 % 83 % CARRETERAS, PUENTES, ETC. FERROCARRIL 51 % EN EL REINO UNIDO UE (no RU) Fuente: ProyectWare, HM Tresaury 6) Turró. (2002) hace una crítica detallada de la ley española. 237 C L M . E C O N O M Í A profusión de pequeños proyectos y una dispersión innecesaria en los procedimientos de licitación y en la documentación a aportar, así como una menor preparación técnica de los funcionarios encargados de la gestión de la parte pública. En muchos de los nuevos países miembros de la Unión Europea y en los países en fase de adhesión, se ha observado que la mayor parte de las administraciones locales promotoras de PPPs son incapaces de gestionar operaciones tan complejas. En el Reino Unido, después de algunos experimentos fracasados, se ha demostrado la eficacia tanto de un adecuado nivel de estandarización como de que llegue al mercado un flujo continuado de proyectos de características parecidas. Ello permite que el proceso sea más fácil de gestionar tanto desde la administración como por parte de los inversores privados. En este sentido sería aconsejable 7 que, a pesar de la descentralización, las distintas administraciones capaces de estruc turar operaciones PPP llegaran a un consenso sobre procedimientos, documentación, e idealmente sobre programación, para reducir los costes de transacción. Uno de los factores que más ha limitado el crecimiento de los PPPs ha sido la falta de capacidad del personal de las administraciones públicas (y no sólo las de rango inferior) para afrontar la gestión de este nuevo tipo de contrato, de gran complejidad. La situación va mejorando a medida que se va adquiriendo experiencia, pero existe un problema de fondo que es la dificultad de proporcionar, dentro del sector público, incentivos acordes con la complicación y responsabilidad de esta labor. Como consecuencia de ello, es frecuente ver cómo los funcionarios, una vez adquirida cierta experiencia, se van tras empleos mucho mejor remunerados en el sector privado. Estos empleos no son sólo con los contratistas porque, en la práctica, ambas partes de un PPP emplean a numerosos asesores, juristas y expertos financieros para preparar la operación. Ello se refleja en otro de los problemas de los PPPs, que son los elevados costes de transacción para la preparación de la licitación y posteriormente para la negociación del contrato. Según los datos del BEI y dependiendo del sector, pueden alcanzar fácilmente entre el 6 y el 8% de la inversión total. A ello hay que añadir los costes de supervisión para controlar que se cumplan las condiciones de servicio previstas en el contrato. 238 7) Recomendación aplicable, en particular, al caso de España. E L PA P E L D E L A S I N S T I T U C I O N E S F I N A N C I E R A S I N T E R N A C I O N A L E S E N E L D E S A R R O L LO D E L A S A S O C I A C I O N E S P Ú B L I C O - P R I VA D A S En respuesta al problema de la falta de recursos humanos propios en la administración se han creado, en muchos países europeos, unos grupos de trabajo específicos (las “PPP Taskforces”). Estos grupos de expertos, normalmente vinculados a los Ministerios de Hacienda, apoyan a los ministerios sectoriales y a las agencias promotoras en el desarrollo de programas y de proyectos piloto. En general actúan como centros de asesoramiento y de fomento de los PPPs. En estos momentos existen unidades de este tipo en 15 de los 25 estados miembros de la UE. En España, donde la experiencia se concentra en el tema de concesiones de autopistas y dentro del Ministerio de Fomento, aún no existe un grupo de trabajo de estas características, pero sería muy aconsejable su creación así como que el grupo incorporara a expertos de las CC.AA. y posiblemente de las grandes administraciones locales. El modelo de las “PPP Taskforces” ha sido poco seguido en los países en vías de desarrollo, a pesar de que la capacidad de su sector público suele ser todavía más precaria. Es posible que ello se deba a que las IFIs, y los consejeros extranjeros que trabajan a menudo bajo su tutela, realizan ya la función de asesoramiento del sector público. Es curioso observar que, a pesar del gran crecimiento en el número de transacciones PPP y de su dificultad, ha habido muy pocas operaciones que hayan realmente fracasado. Sin embargo bastan unos pocos desastres, ostensibles y mediatizados, para que cunda una impresión muy negativa entre el público. En el tercer mundo este sesgo ha sido especialmente pernicioso y ha hecho que la participación privada en las infraestructuras de servicio público se haya polarizado en la misma línea que el debate sobre la globalización. El Banco Mundial (World Bank, 2003) estima que menos de un 2% de todas las operaciones de participación privada en infraestructuras han sido efectivamente canceladas, aunque algunas hayan experimentado problemas o no hayan aportado las mejoras esperadas. El Gráfico 2 muestra el porcentaje de proyectos que han fracasado o se consideran en situación problemática, entre los que destacan los relacionados con el sector del agua. Hay que tener en cuenta que estas estadísticas están algo falseadas por el fracaso de unos pocos grandes proyectos y de algunos programas, como las autopistas mejicanas, y también por el efecto de las crisis argentina y del sudeste asiático. Lo más destacable es la elevada frecuencia de renegociaciones de contratos, que generalmente se 239 C L M . E C O N O M Í A producen durante los primeros años de la concesión. En el sector del agua en América Latina ha afectado al 74% de todos los contratos, mientras que se estima que se renegociaron la mitad de los referidos a infraestructuras de transporte. Gráfico 2: Diferencias entre sectores con relación a los PPPs con problemas. 80 % 70 % 60 % 50 % 40 % 30 % 20 % 10 % 0 % Telecomunicaciones Energía Transporte Agua Contratos renegociados en América Latina (% proyectos) Cancelados o con problemas (% inversión) Fuente: World Bank PPI Database, Gómez-Ibáñez 240 En los países de la OCDE también ha habido fracasos, como el de la autopista de circunvalación de Lyon en Francia, la concesión de suministro de agua a Atlanta o los de muchas autopistas de los países del Este de Europa incluidas en los programas iniciados en los años 90. Tampoco el Reino Unido ha sido inmune a los fracasos, empezando por el más notorio de todos ellos: Eurotunnel. Por desgracia no existe una buena base de datos sobre los PPPs que han tenido problemas. Pero las experiencias negativas no parecen haber desincentivado a los países más desarrollados, que están mostrando un interés creciente en el tema. Como ya se ha comentado, la situación es bien distinta en los países en vías de desarrollo, en los que se ha generado bastante desconfianza en las propuestas PPP. E L PA P E L D E L A S I N S T I T U C I O N E S F I N A N C I E R A S I N T E R N A C I O N A L E S E N E L D E S A R R O L LO D E L A S A S O C I A C I O N E S P Ú B L I C O - P R I VA D A S En definitiva, a pesar de numerosos altibajos, parece que el fenómeno PPP va a permanecer en la agenda política de muchos países. La experiencia empieza a ser rica y, como veremos, las IFIs tienen un papel esencial tanto en su diseminación como en su aplicación a proyectos concretos. 4. Las causas económicas y políticas. Los argumentos micro y macroeconómicos a favor y en contra de los PPPs han sido analizados recientemente por Välilä (2005) 8 . El principal argumento económico a favor de estas asociaciones es que pueden proporcionar servicios públicos con mayor eficiencia que las alternativas puramente públicas 9 . Este argumento es, de hecho, el que puede sostener su interés desde el punto de vista macroeconómico, ya que no se ha encontrado una justificación estructural para los PPPs, a nivel de la economía global, más allá del impacto positivo que tiene sobre el crecimiento una eficiente afectación de recursos. De manera que, más que el montaje financiero, lo que realmente cuenta para la economía es gozar de un buen programa de inversiones. En este sentido cabe preguntarse si la formulación PPP es la más eficiente y, en particular, si lo es en todos los sectores. Riess (2005) considera que, en aquellos sectores en los que hay un riesgo elevado de que los ahorros de coste pongan en peligro los objetivos sociales del proyecto debido a la dificultad de establecer con claridad la calidad del servicio, es fácil que la solución PPP no sea adecuada y que, en proyectos como escuelas, hospitales o prisiones, los PPPs deberían limitarse a la provisión de edificios y a su mantenimiento. El FMI (IMF, 2004) utiliza criterios macroeconómicos para sostener, a su vez, que los PPPs son más pertinentes para infraestructuras económicas que para las de tipo social. La insuficiencia de infraestructuras de transporte impide el desarrollo del comercio, mientras que para atraer inversión directa extranjera 8) Los EIB Papers 2005 se han dedicado a los aspectos económicos de los PPPs en Europa. Pueden obtenerse a través de: http://www.eib.org/ 9) Véase Turró (2000) y Boeuf (2003) para una descripción más detallada de las implicaciones económicas de los PPPs. 241 C L M . E C O N O M Í A es fundamental disponer de buenas instalaciones de suministro de agua y energía. Comercio e inversión son esenciales para el crecimiento económico, que debe arrastrar al desarrollo social. Las motivaciones políticas suelen ser, en realidad, las más importantes para plantear programas PPP. Los objetivos que se persiguen con los grandes proyectos de infraestructura son complejos, pero con frecuencia se identifican con determinados intereses electorales, con la visibilidad mediática y, algunas veces, pura y simplemente con la corrupción. Tanto en países poco desarrollados como en los más ricos se han dado ejemplos bien documentados de corrupción, sobre todo en relación con las privatizaciones (Hall, 1999) y los proyectos de construcción (Transparency International, 2005); sin embargo, cuando eso ocurre en un PPP, el escándalo suele amplificarse. Por ello es fundamental que las decisiones sobre PPPs se apoyen en un buen estudio sectorial, una planificación a largo plazo bien diseñada y un análisis coste-beneficio detallado del proyecto, y que la información sea lo más diáfana posible. Algunos países como Australia y Chile tienen ya una cierta tradición en el análisis de programas y proyectos que permite tomar decisiones coherentes sobre la realización de infraestructuras y su método de contratación. A pesar de que los argumentos a favor de los PPP no parecen, en su conjunto, totalmente convincentes, conviene destacar tres factores que han influido en su popularidad. El primero es que los PPP contribuyen al retroceso de las fronteras del estado, objetivo perseguido por una gran parte de las opciones políticas actualmente en el poder; y ello se logra sin tener que llegar a la privatización de los activos públicos, un concepto mucho más difícil de vender al electorado. En segundo lugar, siguiendo el ejemplo de algunos países como el Reino Unido, Australia o Chile, los PPPs se ven como un instrumento útil para la necesaria reforma de la administración pública 10 . Finalmente, el motivo de más peso es probablemente el de su incidencia en las cuentas públicas, condicionadas por los compromisos adquiridos con el FMI, dentro del Pacto de Estabilidad de la UE, etc. En efecto, en Europa, la reciente revisión hecha por Eurostat de las reglas contables permite dejar a los PPPs fuera del 242 10) El mensaje que se ha hecho circular es el de una administración más reducida y efectiva, basándose en datos como los de la National Audit Office, según los cuales, en el Reino Unido, el 73% de los proyectos licitados con contratos convencionales tuvieron sobrecostes de entre el 2 y el 24%, y el 70% sufrieron retrasos, mientras que el 88% de los proyectos PFI acabaron en la fecha prevista o antes de tiempo y sin coste adicional. E L PA P E L D E L A S I N S T I T U C I O N E S F I N A N C I E R A S I N T E R N A C I O N A L E S E N E L D E S A R R O L LO D E L A S A S O C I A C I O N E S P Ú B L I C O - P R I VA D A S balance del sector público siempre y cuando el socio privado asuma o bien el riesgo de construcción o bien el riesgo de demanda o de puesta a disposición de la infraestructura. Un reciente estudio del BEI (2005) concluye que, para la mayoría de promotores públicos, la alternativa real a la solución PPP era la no-realización del proyecto, porque no podían disponer de suficientes fondos públicos. Ello plantea una cuestión espinosa: si el proyecto no tenía prioridad suficiente para justificar la adscripción al mismo de fondos destinados a otros objetivos, ¿cómo es que sí la tenía para ser financiado con fondos privados? El FMI (IMF, 2005) ha empezado a prestar atención a estas cuestiones y a vigilar mejor la manipulación de las cuentas públicas. Así pues, hay que ser conscientes de que en muchos casos las operaciones PPP obedecen más a consideraciones políticas o contables que a la búsqueda de una mayor eficiencia y que, en todo caso, esta mayor eficiencia no es fácil de demostrar en la práctica. Veamos ahora qué representan las IFIs en todo este entramado. 5. El papel de las IFIs. Las instituciones financieras internacionales tienen un peso muy importante en la financiación de inversiones productivas en el mundo11. Su papel tradicional12 puede concretarse en las siguientes funciones: • Concesión de préstamos preferenciales a prestatarios soberanos, actuando como intermediario especializado entre los ahorradores de los países ricos y los inversores públicos de los países más pobres, también socios y/o beneficiarios de la institución. La suspensión de pagos de un promotor tendría efectos negativos en los demás socios y podría afectar a los beneficios esperados en el futuro, de manera que todos los países procuran respetar sus compromisos financieros con las IFIs. • Provisión de financiación a largo plazo, particularmente adaptada a los proyectos de infraestructura pública con 11) Para conocer su origen, historia y perspectivas de futuro, véase EIB Papers, Volume 3, No. 2, 1998 sobre “International Financial Institutions in the 21st century”, que incluye artículos del Banco Mundial, IFC, BEI y BERD, en: http://www.eib.org/efs/eibpapers/y98n2v3/y98n2all.pdf 12) Véase, entre otros, Stern y Lankes (1998). 243 C L M . E C O N O M Í A ciclos de vida de larga duración, especialmente en situaciones de reconstrucción después de desastres o conflictos. • Prestamista de último recurso en períodos de crisis. • Asesor en políticas de desarrollo, en particular en el campo institucional y de la ejecución de políticas sectoriales, programas y proyectos, basándose en su calidad de recopilador de conocimientos. • Creador de estándares, especialmente en el área de la protección ambiental y de los procedimientos de licitación. • Instrumento para lograr objetivos políticos de carácter supranacional, paliando la tendencia a un enfoque nacional excesivo por parte de los países asociados. La misión principal de las IFIs suele ser la reducción de la pobreza. La mayoría de ellas, siguiendo el modelo de desarrollo conocido como el “consenso de Washington”, considera que la inversión privada es el factor crítico para el desarrollo económico y social. Paradójicamente, en los estatutos de muchas de ellas consta que sólo pueden conceder préstamos al sector público, de modo que han tenido que constituir filiales especializadas en la financiación al sector privado, como la International Finance Corporation (IFC), para poder invertir en proyectos privados. 244 La participación de una IFI en la financiación de un proyecto privado da confianza a los bancos comerciales, ya que por su relación privilegiada con los gobiernos (que suelen ser socios de la IFI, o se benefician de otros préstamos), consideran que los riesgos del proyecto, en particular los políticos, se reducen fuertemente. Ello es particularmente importante en el caso de las privatizaciones que, al ser operaciones políticamente delicadas, exigen en la práctica, cuando se producen en países menos desarrollados, la participación de alguna IFI. Estos procesos de privatización suelen coordinarse con el FMI, que dicta las condiciones de ajuste estructural en los países con graves desequilibrios macroeconómicos. El FMI suele prescribir la venta de infraestructuras públicas al sector privado y reformas tarifarias substanciales como condiciones para darle su imprescindible apoyo financiero. E L PA P E L D E L A S I N S T I T U C I O N E S F I N A N C I E R A S I N T E R N A C I O N A L E S E N E L D E S A R R O L LO D E L A S A S O C I A C I O N E S P Ú B L I C O - P R I VA D A S • Un caso particular de IFI es el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD) constituido para apoyar la transición de los países ex-comunistas a la economía de mercado y el desarrollo del sector privado. Según Stern y Lankes (1998), el BERD selecciona sus proyectos en función de su impacto sobre la transición y la participación privada, su viabilidad financiera y la adicionalidad de la contribución del Banco. Eso significa que el promotor no podría conseguir una financiación comercial adecuada o que el BERD, con su aportación técnica, contribuye a mejorar el diseño del proyecto. Como se ha visto, existe una política general de apoyo al desarrollo del sector privado por parte de las IFIs, pero no está claro hasta qué nivel de privatización de la economía y, en particular de las infraestructuras de servicio público, se quiere llegar. Para los sectores competitivos, el mercado puede aportar una respuesta satisfactoria. Sin embargo, el tema es más delicado cuando se trata de infraestructuras, que representan una proporción considerable del total de formación de capital fijo y que engloban a la mayoría de los grandes proyectos de inversión. Dentro del consenso de Washington, la duda no residía en si había que involucrar al sector privado sino más bien en cómo hacerlo para introducir el dinamismo y la eficiencia necesarios. A lo largo de los años 90 las IFIs estuvieron en la vanguardia de la privatización de infraestructura en los países en desarrollo o en transición. Al asumir riesgos financieros que ni los bancos ni los inversores privados estaban dispuestos a asumir, y proporcionar condiciones de financiación que no podían encontrarse en el mercado, en particular por concederse a muy largo plazo, las IFIs posibilitaron el desarrollo de los PPPs. También fueron esenciales, como se ha dicho, para dar confianza a los inversores y financiadores privados, para desarrollar los mercados de capitales locales y para asesorar a las instituciones. Por otra parte la mayoría de las IFIs tenían acceso a importantes donaciones, a través de “trust funds” financiados por los países más ricos (a menudo sólo para ayudas de tipo bilateral), que permitieron movilizar la asistencia técnica necesaria para la preparación y posterior realización de los proyectos. 245 C L M . E C O N O M Í A Los resultados obtenidos han sido variopintos y puede decirse que no ha podido lograrse un modelo ideal para la participación del sector privado en la provisión de infraestructuras. Por ello las IFIs muestran actualmente una actitud menos pro-activa en los países en desarrollo, aunque continúan con la misma línea de actuación. 6. Las IFIS en Europa. El papel del BEI en los PPPs. En los mercados más maduros y con un sector bancario robusto, las IFIs tienen lógicamente un papel mucho más modesto. En los países como el Reino Unido, España, Portugal o Grecia, donde ha habido un fuerte desarrollo de los PPPs, los contratistas privados, apoyados en la banca comercial, han podido hacer frente al reto que se les planteaba. No obstante, en muchos casos, el apoyo del BEI, la IFI europea, ha sido fundamental para concluir las operaciones. El BEI opera esencialmente en Europa 13 dando soporte a proyectos y programas de calidad que persigan los objetivos de la política comunitaria y, principalmente, el desarrollo regional. El BEI no compite con los bancos comerciales, sino que los complementa aportando financiación adaptada y a largo plazo y no distingue entre sector público y privado mientras los prestamistas privados cumplan con ciertas exigencias crediticias. El BEI tiene una posición neutral con respecto a los PPPs, justificada por el principio comunitario de subsidiariedad y por la igualdad de tratamiento a los promotores, independientemente de su carácter público o privado. Este principio de igualdad, que figura ya en el Tratado de Roma por el que, además de la Comunidad Económica Europea, se creó el BEI, considera que corresponde a los gobiernos decidir si las infraestructuras de servicio público deben estar en manos públicas o privadas. En la UE existen ejemplos de gran eficiencia en la provisión de servicios públicos tanto en el ámbito puramente público como en el privado o el mixto. Si un país miembro de la UE decide emprender el camino de las PPPs, el BEI le puede ayudar a evitar ciertos obstáculos, a conseguir los mayores beneficios para la sociedad 246 13) Véanse los mandatos y las cifras de negocio del BEI en http://www.eib.org/ E L PA P E L D E L A S I N S T I T U C I O N E S F I N A N C I E R A S I N T E R N A C I O N A L E S E N E L D E S A R R O L LO D E L A S A S O C I A C I O N E S P Ú B L I C O - P R I VA D A S y a que los proyectos logren una financiación adecuada. Pese a esta actitud neutral sobre el tema, el BEI tiene una gran actividad financiadora de PPPs, tanto en la UE como en el exterior, donde tiene varios mandatos operativos (BEI, 2004). En particular el mandato en el Mediterráneo (FEMIP) está vinculado a la promoción del sector privado en los países de la región asociados a la UE y cuenta con unos fondos de asistencia técnica que se utilizan en la preparación de proyectos que faciliten el desarrollo del sector privado y de los PPPs. Las condiciones impuestas por el BEI para financiar un proyecto PPP es que sea técnicamente bueno, justificado económicamente y que el montaje PPP sea financieramente sostenible y que persiga una mayor eficiencia en el uso de los recursos a invertir. El BEI controla el cumplimiento de la normativa ambiental, la eficacia y transparencia del proceso de licitación y la buena gestión del proyecto, con una correcta distribución de riesgos y compensaciones. Ello es lo que consigue que el montaje PPP funcione y lo que permite, en última instancia, que los beneficios de la intervención del BEI pasen a los ciudadanos gracias a tarifas inferiores o a menores pagos por parte de los contribuyentes. En ciertos sectores, respondiendo a determinadas políticas comunitarias, el BEI tiene una posición más dinámica con respecto a la financiación privada de infraestructuras. Para proyectos que tienen un gran valor estratégico a escala comunitaria, como las redes transeuropeas, cuya construcción está sufriendo un retraso considerable, los PPPs pueden contribuir a acelerar su ejecución (Turró, 1999a). En esos proyectos, en especial los de tipo transfronterizo que requieren un montaje más complejo, el BEI añade a su función financiadora la de asesoramiento. Por otra parte es probable que el Banco lleve la gestión del nuevo instrumento comunitario de garantía para las redes transeuropeas que está a punto de lanzarse. Este instrumento, financiado con fondos del presupuesto comunitario, tiene como objetivo el incentivar la participación privada en los grandes proyectos internacionales de infraestructura de transporte mediante garantías que cubran, durante su período de consolidación, una parte de los riesgos de tráfico. 247 C L M . E C O N O M Í A Las IFIs han tenido y van a continuar teniendo un papel muy importante en el mercado de los PPPs. La experiencia tanto en los países más ricos como en los menos desarrollados no es concluyente, pero se pueden aprender importantes lecciones de cara al futuro. 7. Obstáculos al desarrollo de los PPPs y perspectivas de futuro. Estache (2005), Gómez-Ibáñez 1 4 et al. (2004) y Kessides (2004) han resumido en diversos estudios las lecciones que se han aprendido, en los últimos quince años, tanto en los países excomunistas como en los países menos desarrollados en los que se ha intentado aumentar la participación del capital privado en las infraestructuras. Las experiencias en el mismo sentido pero en los países más desarrollados han sido sintetizadas, entre otros, por Grimsey y Lewis (2004), en la evaluación ex-post que se ha hecho recientemente sobre las operaciones de PPP financiadas por el BEI 15 y en una gran cantidad de artículos e informes de agencias de rating. Hay más de 50 informes del UK National Audit Office sobre el resultado de proyectos individuales y programas con participación privada. La última edición de EIB Papers, ya mencionada, se ha dedicado a la experiencia europea en PPPs. Hay cuatro grandes temas que aparecen sistemáticamente en la literatura y que se reflejan en la experiencia del BEI: 1) la necesidad de atacar las cuestiones de fondo relativas a la política económica y a la planificación sectorial antes de considerar acciones concretas de partenariado público-privado; 2) el papel esencial que juegan las instituciones y el capital humano, o sea, el buen gobierno; 3) la necesidad de seleccionar los sectores y los modelos adecuados para lanzar los proyectos PPPs; y 4) que la clave del éxito está en los incentivos y riesgos que a menudo se esconden en la letra pequeña de los contratos. A continuación se van a desarrollar estos puntos, incluyendo comentarios sobre cómo pueden incidir en ellos las IFIs. 248 14) Se pueden ver varias publicaciones del Banco Mundial sobre su participación en la financiación privada de infraestructuras en: http://rru.worldbank.org/PapersLinks/Private-Participation-Infrastructure/ 15) Véase BEI (2005). E L PA P E L D E L A S I N S T I T U C I O N E S F I N A N C I E R A S I N T E R N A C I O N A L E S E N E L D E S A R R O L LO D E L A S A S O C I A C I O N E S P Ú B L I C O - P R I VA D A S 7.1. Factores económicos. Base económica. La aplicación de principios económicos correctos es fundamental para el éxito de un PPP. Ningún montaje financiero puede convertir un mal proyecto en uno aceptable aunque, por desgracia, lo contrario sí es posible e incluso demasiado frecuente. Las autoridades públicas deben preparar concienzudamente sus proyectos PPP, que requieren complejos estudios de demanda y tarifarios y detallados análisis financieros y de coste-beneficio. Programación. Los PPPs deben ser correctamente programados para controlar el flujo de operaciones que entra en el mercado. También es importante que su formulación sea lo más estándar posible, de manera que los interesados puedan rebajar sus costes de licitación y con ello ampliar al máximo el número de inversores potenciales. La programación conlleva una adecuada selección de los proyectos más prioritarios (de mayor rentabilidad socioeconómica) en aquellos sectores donde se ha visto que los PPPs pueden funcionar. Las autopistas de peaje o ciertas infraestructuras de transporte público urbano, que permiten la recuperación directa de la inversión, por lo menos en parte, son sectores especialmente atractivos. Cuando la viabilidad de la operación PPP exija una contribución en la inversión y/o subsidios a la explotación, es fundamental que la estimación de dichos compromisos financieros del sector público aparezca en la programación 1 6 . Asimismo hay que tener en cuenta el impacto que el programa PPP puede tener en la elección entre la realización de nuevos proyectos y el mantenimiento de los activos existentes (Izquierdo y Vasallo, 2004). El análisis coste-beneficio suele mostrar unos retornos del capital invertido mucho mayores para los proyectos de mantenimiento, reparación y rehabilitación que para los de nueva construcción, principalmente en países que han padecido situaciones de falta de recursos. La mayoría de estos proyectos se financian con el presupuesto, de manera que la programación PPP, que también se abastece, por lo menos en parte, del presupuesto pero tiene un mayor atractivo político, no debe poner en peligro su financiación. 16) Ello es particularmente importante para proyectos sin contribución de los usuarios, como los de peaje en la sombra. Los problemas de no considerar las implicaciones a largo plazo de estas operaciones han sido dramáticos en el caso de Portugal. 249 C L M . E C O N O M Í A Sectores. Es evidente que ciertos sectores económicos se prestan mejor a los PPPs que otros. En todo caso los modelos de asociación deben adaptarse a cada sector e incluso a cada caso concreto. Lo normal es empezar por sectores que admiten el pago de los servicios por parte de los usuarios y sobre los que hay más experiencia, como los proyectos de transporte, para luego extender el ámbito de aplicación a medida que aumenten los conocimientos y el mercado adquiera más confianza. Objetivos sociales. Se recrimina con frecuencia a los PPPs el que no hayan abordado correctamente las necesidades de los pobres en el tercer mundo 1 7 . Esta crítica preocupa mucho a los bancos multilaterales de desarrollo, ya que han liderado el proceso. Pero no es fácil proporcionar acceso a los servicios a un coste asequible para los pobres. La introducción de intereses privados lleva necesariamente a una orientación más comercial, que puede ser incompatible con la prestación de servicios a los clientes con menos recursos. Se ha propuesto incluir sistemáticamente en los PPPs reglas claras para garantizar el servicio universal, identificando en el proceso de licitación los mecanismos de subvención cruzada. Sin embargo esta solución es costosa y puede reducir la eficiencia global de la operación. Tamaño de los proyectos. La complejidad de las operaciones PPP y los costes adicionales asociados a ellas hacen que no tenga mucho sentido aplicar este tipo de estructura a proyectos de pequeña envergadura, ya que los beneficios potenciales son necesariamente modestos frente a unos costes fijos relativamente importantes. Ello explica que en Gran Bretaña el programa PFI haya establecido un criterio de tamaño mínimo (unos 30 millones de euros) para los esquemas que vayan a proponerse. Una fórmula para obviar el problema es agrupar proyectos de características similares o situados en la misma área geográfica, aunque ello dificulte considerablemente la gestión. Por otra parte, es aconsejable que la administración no inicie su experiencia de asociación con el sector privado con megaproyectos, porque el riesgo de fracaso, en estos casos, puede ser financiera y políticamente inasumible. Visión a largo plazo. La experiencia portuguesa (Monteiro, 2005) muestra los problemas que pueden aparecer cuando no se han tenido 250 17) Véase Estache et al. (2002). E L PA P E L D E L A S I N S T I T U C I O N E S F I N A N C I E R A S I N T E R N A C I O N A L E S E N E L D E S A R R O L LO D E L A S A S O C I A C I O N E S P Ú B L I C O - P R I VA D A S suficientemente en cuenta las implicaciones a largo plazo de los compromisos financieros derivados de un programa PPP. La eficiencia de los proyectos (el “value-for-money” utilizado en la literatura inglesa) debería garantizar la sostenibilidad financiera del programa, pero es posible que los escenarios macroeconómicos previstos no se cumplan y los PPPs impongan pagos públicos imposibles de respetar sin fuertes repercusiones sobre la economía. Sin duda es tentador para un gobierno el realizar obras vistosas que terminarán por pagar administraciones futuras. Si los factores que impulsan los PPPs son políticos o puramente fiscales y se olvidan las implicaciones a largo plazo, el resultado puede ser muy negativo. Aunque la responsabilidad de que la selección y estructuración de los proyectos sea la más adecuada recaiga en los promotores públicos y en sus controladores (como los Tribunales de Cuentas), las IFIs tienen una función específica en velar porque los PPPs que financian (y los programas PPP en general, en países que puedan presentar problemas macroeconómicos) cumplan con la condición de permanencia a largo plazo. Prudencia en las cuentas públicas. No cabe olvidar los posibles efectos de los PPPs sobre las finanzas públicas, sometidas a fuertes condicionantes macroeconómicos. El FMI ha establecido normas claras con relación a su uso para la realización de infraestructuras públicas. Los PPPs sólo son aceptables para aumentar la eficiencia y para fomentar la reforma del sector público. No se permite su utilización para eludir condicionantes presupuestarios o de deuda pública. Las reglas aplicables a las cuentas públicas incitan a los gobiernos a excluir las inversiones de los balances, incluso en aquellos casos en los que la transferencia de riesgo al sector privado no está justificada por una mejor utilización de recursos. También cabe señalar que los pagos futuros por puesta a disposición de infraestructuras de uso libre, como las concesiones de peajes en la sombra, son obligaciones parecidas a las generadas por la deuda pública. En realidad la contribución total del sector público, incluso si el proyecto funciona como está previsto, es más elevada que la que se produciría con deuda pública pura ya que, por definición, la financiación del contratista privado es más cara. Sólo la mejor gestión de recursos por parte privada puede llevar a una reducción real del gasto público. La solución recomendada es 251 C L M . E C O N O M Í A limitar la componente del programa PPP que no suponga una transferencia real de riesgo y hacer públicos todos los compromisos financieros del gobierno, incluidas las garantías, a través de un marco de referencia presupuestario a medio plazo. 7.2. Instituciones. La capacidad del sector público. La adaptación del sistema institucional y el nivel de formación de los responsables del seguimiento de los PPPs dentro del sector público son fundamentales para planificar, ejecutar, seguir y regular los PPPs. Una de las explicaciones más evidentes del fracaso de ciertos PPPs es la debilidad institucional y, en particular, la falta de capacidad para establecer el marco legal y administrativo para su desarrollo. Para que un PPP funcione se precisan dos socios fuertes, con experiencia en negociaciones complejas y que persigan el éxito del proyecto como medio para alcanzar sus objetivos finales, de máxima eficiencia por parte del sector público y de máxima rentabilidad por parte del socio privado. El sector privado podrá apoyarse siempre en los mejores asesores técnicos, legales y financieros. Sólo podrán negociar adecuadamente con ellos unos representantes del sector público que tengan la capacidad suficiente par gestionar un proceso de gran complejidad y que, por otra parte, gocen de incentivos adecuados. Las IFIs tienen un rol esencial en la reforma de la administración pública en los países en vías de desarrollo y está estudiando los mecanismos que podrían aplicarse para incentivar la efectividad de los funcionarios públicos, en particular en los países en transición o en vías de desarrollo. El contexto legal. Los programas PPP suelen requerir una legislación específica. El marco legal de los PPPs es diferente en cada país, lo que ciertamente complica los procesos de licitación y los contratos. En el sistema legal anglosajón los contratos tienen que ser muy detallados porque son la base para la resolución de cualquier conflicto. En la mayoría de países de la UE, por el contrario, es el derecho administrativo el que establece el marco legal para la contratación del sector público. Ciertas provisiones legales pueden proporcionar una gran confianza a los financiadores de la operación, como en el caso del principio de “responsabilidad patrimonial” incorporado a la ley española de concesiones y que contempla la 252 E L PA P E L D E L A S I N S T I T U C I O N E S F I N A N C I E R A S I N T E R N A C I O N A L E S E N E L D E S A R R O L LO D E L A S A S O C I A C I O N E S P Ú B L I C O - P R I VA D A S compensación del adjudicatario si se produce una cancelación anticipada del contrato. Las IFIs requieren un marco legislativo adecuado y estable para financiar los PPPs y se muestran partidarias de que la legislación proporcione unas garantías suficientes a los proveedores de fondos en general y no sólo a las instituciones multilaterales. Por otra parte, en ambos sistemas, los procedimientos judiciales son muy costosos, lentos y pesados. El desarrollo de mecanismos de arbitraje adaptados a los PPPs, incluyendo la creación de un mercado específico de especialistas, podría resolver, por lo menos en parte, el grave problema de los litigios entre socios de características muy diversas y con poderes muy distintos. 7.3. Puesta en práctica. Opciones. Al contrario de las fórmulas de contratación convencionales de las administraciones públicas, que están claramente establecidas en el derecho administrativo, no puede hablarse de un modelo único para los PPPs. Existe una gran variedad de fórmulas de asociación, desde la concesión o el leasing, practicadas desde hace décadas, a montajes mucho más complejos, que suelen describirse con acrónimos ingleses (BOT, DBFO, etc.), y que incluyen numerosas formulaciones híbridas, que contemplan estructuras de propiedad mixtas y mecanismos relativamente sofisticados para gestionar los riesgos políticos de la operación que suelen obedecer a sus condiciones particulares. Así pues, antes de tomar una decisión sobre la realización de una infraestructura mediante un PPP, hay que estudiar las posibles opciones, incluyendo la contratación tradicional, que siempre debe servir de referencia. Si la viabilidad de la operación exige que haya subvenciones públicas, este aspecto tiene que ser especificado claramente desde el inicio e incorporado en los términos de la licitación. Las IFIs insisten en recomendar las soluciones más simples que permitan obtener los beneficios del PPP y en comparar la solución adoptada con la fórmula de contrato administrativo típico. Competencia. Un PPP suele crear un monopolio natural porque no es viable, en general, establecer un auténtico mercado de infraestructuras de servicio público. En algunos sectores un programa PPP puede producir una fuerte reestructuración y la eliminación de la integración vertical y desencadenar fuerzas 253 C L M . E C O N O M Í A competitivas. Sin embargo, en la mayoría de las situaciones para las que se plantean PPPs, la competencia no tiene mucho sentido y puede ser incluso perjudicial. Es curioso, en todo caso, observar cómo en los países de la UE, a pesar de que los PPPs están abiertos a la competencia internacional, los contratistas nacionales suelen dominar las primeras fases de desarrollo de un programa PPP. Se comprueba que las empresas extranjeras consiguen sus primeros contratos sólo cuando el proceso ya ha madurado algo y las autoridades públicas empiezan a tener una cierta experiencia. Las IFIs insisten en que los procesos de licitación sean abiertos y transparentes, pero es difícil que las empresas extranjeras rebajen su percepción de riesgo en nuevos mercados. En todo caso, la transparencia en el proceso de adjudicación y el mantenimiento de la presión competitiva en el curso de la inevitable negociación es esencial para que el sector público pueda conseguir un buen resultado. Alguno de los fracasos más estrepitosos se ha producido en proyectos que han sido negociados directamente y sometidos a presiones oscuras y a influencias políticas. Optimismo. Existe una fuerte competencia entre los grupos internacionales para posicionarse en este nuevo, aunque incierto mercado, y adjudicarse los grandes proyectos que salen a licitación. Es frecuente que los primeros proyectos PPP en un país incorporen los riesgos de tráfico y que los planteen con un optimismo excesivo con relación a su viabilidad financiera. La “maldición del vencedor” es un fenómeno relativamente frecuente; sucede cuando el ganador del concurso ofrece unas condiciones mejores forzando las previsiones de demanda para poder justificar un nivel de ingresos suficiente. La oferta es muy atractiva para el sector público que en teoría obtiene buenas condiciones, pero fatalmente la realidad se impone llevando al vencedor (y, con él, al concedente) al fracaso o a una indeseable renegociación de las condiciones del contrato. El optimismo excesivo del sector público para justificar un proyecto no debe ser sustituido por un optimismo parecido por parte del sector privado. 254 Corrupción. Algunas concesiones de grandes proyectos de infraestructura se han visto afectados por escándalos de corrupción. El sector es relativamente propicio a ello y es, por tanto, doblemente importante que exista la máxima transparencia y que el proceso E L PA P E L D E L A S I N S T I T U C I O N E S F I N A N C I E R A S I N T E R N A C I O N A L E S E N E L D E S A R R O L LO D E L A S A S O C I A C I O N E S P Ú B L I C O - P R I VA D A S contable sea meticulosamente auditado para asegurar la confianza de la ciudadanía. Las IFIs pueden ser clave para asegurar estas condiciones, ya que tienen un acceso privilegiado a la información sobre el proceso y una valiosa experiencia tanto del país como del ámbito internacional que les permite detectar situaciones anómalas. En algunos casos pueden incluso imponer estándares en lo que se refiere a transparencia y consulta al público. 7.4. Asignación de riesgos. Incentivos. La clave de los PPPs está en encontrar la forma de crear los incentivos necesarios para que la inversión se realice de forma eficiente, minimizando los costes sobre todo el período de vida efectiva del proyecto, mientras se asegura la calidad del servicio prestado por la infraestructura. Cuanto mayor sea la flexibilidad otorgada a los contratistas para encontrar la fórmula de conseguir esta calidad, mayores son las probabilidades de eficiencia. La asignación de riesgos a unos y otros actores debe ser realista y proporcionar incentivos adecuados. La distribución óptima de beneficios y el establecimiento de criterios de penalización por incumplimiento de obligaciones varían, sin embargo, entre sectores e incluso entre proyectos del mismo sector. Reparto de riesgos. Para que las estructuras PPP puedan funcionar adecuadamente es fundamental que se traten correctamente ciertas cuestiones prácticas como las previsiones de demanda, los mecanismos tarifarios y de pago, la resolución de conflictos, etc. En todo caso, el factor clave para el éxito de un PPP, es el correcto reparto de riesgos y, lógicamente, de las compensaciones correspondientes. Buena parte de las primeras operaciones PPP pecaron del deseo de querer transferir el máximo de riesgos en vez de buscar su distribución ideal entre las dos partes. Se partía de considerar que, puesto que se incorporaba al sector privado en la provisión de servicios públicos, lo mejor era trasladarle todas las contingencias. Pero se ha comprobado que hay muchos riesgos que son asumidos de forma más eficiente por parte del sector público o que la compensación que éste debe pagar por ellos es prohibitiva. 255 C L M . E C O N O M Í A Riesgos políticos. Gran parte de los PPPs que han fracasado tenían una fuerte componente política. Algunos autores, como Gómez-Ibáñez et al. (2004), consideran que los riesgos más importantes para los PPPs son los de tipo político derivados de la visibilidad de la mayoría de las operaciones PPP y de las oscilaciones del ciclo político. Si se compara el ritmo del proceso de decisión de las grandes infraestructuras, que requieren como mínimo unos 4 ó 5 años para el proceso de planificación, estudio, diseño y licitación y otros tantos para su construcción, con el ciclo electoral típico, de unos 4 ó 5 años, saltan a la vista las implicaciones del desfase entre ellos. Los PPPs son acusados con frecuencia, por parte de la oposición política y de ciertos movimientos ciudadanos, de trato de favor al sector privado. La elevada rentabilidad que, en ciertas ocasiones, éste puede conseguir ha llevado a la percepción de que los PPPs proporcionan beneficios excesivos al socio privado. Los beneficios empresariales pueden efectivamente ser considerables en los años de madurez del proyecto y aparecer como injustificados frente al público general, que difícilmente comprende los conceptos de actualización de cash-flows y de compensación del riesgo. Esta posible acusación de trato preferente se agrava cuando se perciben los PPPs como un mecanismo de discriminación hacia determinados usuarios que deben pagar (por ejemplo, con peajes) por servicios que otros reciben gratis. Por otra parte, en el caso de peajes en la sombra, uno de los argumentos es que, gracias a futuros pagos del conjunto de los contribuyentes, unos pocos usuarios privilegiados van a gozar de ciertos servicios con anterioridad y sin pagar. Ello ilustra que los PPPs pueden convertirse con gran facilidad en ejes de controversia política. 256 Las IFIs insisten en la transparencia y en la ecuanimidad en los procesos de decisión y licitación de PPPs. Su participación, cuando no es vista como impulsora de un proceso ideológico de privatización de activos públicos, sino como salvaguarda de los intereses del conjunto de la sociedad, puede contribuir a rebajar la tensión política y, lógicamente, a limitar los riesgos políticos. En los países en desarrollo en los que existen problemas de estabilidad política, las IFIs tienen instrumentos, como el MIGA del Banco Mundial, que permiten asegurar los riesgos potenciales de E L PA P E L D E L A S I N S T I T U C I O N E S F I N A N C I E R A S I N T E R N A C I O N A L E S E N E L D E S A R R O L LO D E L A S A S O C I A C I O N E S P Ú B L I C O - P R I VA D A S anulación de contratos o modificaciones unilaterales de las decisiones motivados por eventuales cambios de gobierno. Sin este tipo de garantías la posibilidad de estructurar PPPs en muchos países sería prácticamente nula. Riesgo de demanda. La fórmula convencional aplicada a los PPPs es la de otorgar cada riesgo a quien es capaz de gestionarlo con mayor eficacia. En el caso de infraestructura pública, es generalmente difícil para el socio privado poder influir sobre la demanda (tráfico, consumo de agua, etc.), en particular porque su política tarifaria suele estar muy condicionada. En estas circunstancias, la demanda depende principalmente del nivel de actividad económica y de factores como la congestión en rutas alternativas, que están fuera del control del socio. Con frecuencia los PPPs se estructuran con un gran optimismo en las previsiones de demanda. Por ejemplo, Standard & Poors (2004) ha señalado que puede ser sistemáticamente del orden del 30% en el caso de concesiones de autopistas, tanto si tienen peajes reales como ficticios. Para reducir el problema ya comentado de la “maldición del vencedor”, muchas autoridades públicas han optado por mecanismos de pago por la puesta a disposición de las infraestructuras o por establecer topes mínimos y máximos de ingresos para equilibrar mejor las distintas ofertas. Riesgo de cambio y de crisis macroeconómicas. Muchos de los problemas que han sufrido los PPPs en los países menos desarrollados han provenido de que la deuda se generó en monedas distintas de la que tenían los ingresos, con el consiguiente impacto sobre el garante de la paridad establecida en el modelo 1 8 . Los proyectos de infraestructura son especialmente sensibles a las alteraciones macroeconómicas, que normalmente se traducen en fuertes impactos sobre la demanda de servicios y, por lo tanto, sobre el nivel de ingresos. Por otra parte estas alteraciones afectan a la cotización de la moneda nacional con respecto a las de la deuda. Los ajustes automáticos de tarifas son ciertamente ilusorios frente a grandes devaluaciones o a graves crisis macroeconómicas. Tal como 18) Este fue un problema muy importante en las primeras concesiones de autopistas españolas, a las que el Estado concedió un seguro de cambio. Dicho seguro representó finalmente una gran pérdida en pesetas para el Tesoro Público, pero hay que reconocer que el problema hubiese también aparecido, aunque tal vez se hubiese gestionado mejor, si el propio Tesoro hubiese adquirido las mismas divisas en el mercado internacional de capitales. La garantía se utilizó posiblemente de forma excesiva, pero parecía necesaria para adquirir, por ejemplo, maquinaria para la construcción en monedas fuertes y para atraer capital extranjero, que eran supuestamente necesarios, independientemente del hecho concesional. 257 C L M . E C O N O M Í A ha demostrado la reciente experiencia argentina, estos riesgos no pueden ser controlados ni gestionados por los operadores privados de infraestructuras y, por lo tanto, no les deben ser transferidos. Esta demostración, que se ha dado repetidamente desde las inversiones masivas en el ferrocarril en el siglo XIX, y la insistencia del sector público en transferir los riesgos de cambio y de crisis al sector privado explican en gran medida por qué los PPPs, en países poco estables, deben asumir unas compensaciones tan elevadas. El papel del FMI y de los financiadores multilaterales puede ser esencial para viabilizar proyectos PPPs, al ofrecer, particularmente a los socios públicos, garantías adaptadas a estas estructuras. Flexibilidad. Los contratos PPP no pueden cubrir, aunque lo pretendan, todas las contingencias que pueden ocurrir durante su largo período de aplicación. Frente a esta dificultad podría recurrirse a una mayor regulación y existen numerosos ejemplos de concesiones que regularmente son sujetas a una revisión de su funcionamiento para decidir si deben cambiarse las condiciones de inversión, de provisión de servicios, tarifarias, etc. El problema es que esta revisión periódica introduce nuevos elementos de incertidumbre en el proceso de licitación. Los riesgos relacionados con la regulación pasan a ser dominantes. Sólo se pueden reducir con mucha confianza en el regulador y con gran transparencia en las decisiones que adopta. Para convencer a los potenciales socios de su independencia de influencias políticas, especialmente en lo que se refiere a la comprometida cuestión tarifaria, el regulador tiene que mostrar una larga y positiva experiencia en su función. En la práctica hay muy pocos países que hayan logrado la necesaria confianza de los inversores en la solidez de sus instituciones de regulación. La creación de mecanismos de arbitraje adaptados, capaces de proporcionar una evaluación independiente en caso de conflicto, puede contribuir, aquí también, a resolver el problema. 7.5. Las exigencias de las IFIs. 258 Si algunos de estos inconvenientes pueden evitarse en el futuro tal vez exista la posibilidad de que se produzca una nueva oleada de operaciones PPPs. Está claro que, si lo que se persigue es una mejora de la eficiencia en la afectación de recursos, las IFIs la van a apoyar. En resumen, y completando la propuesta de Grimsey y Lewis (2004), E L PA P E L D E L A S I N S T I T U C I O N E S F I N A N C I E R A S I N T E R N A C I O N A L E S E N E L D E S A R R O L LO D E L A S A S O C I A C I O N E S P Ú B L I C O - P R I VA D A S podemos decir que, para que las IFIs consideren que la solución PPP es idónea para la provisión de una determinada infraestructura de servicio público, deben cumplirse las siguientes condiciones: • El proyecto debe estar bien justificado desde el punto de vista socioeconómico y enclavarse en un análisis sectorial correcto y en un ejercicio de planificación y programación adaptado a la situación y que establezca prioridades claras; • El sector público debe tener la capacidad de integrarse en una auténtica asociación con el sector privado; • La calidad del servicio proporcionado por la infraestructura en cuestión debe poder ser especificada y medida con suficiente precisión; • El proyecto debe permitir introducir incentivos para las innovaciones en el diseño o en las fórmulas de explotación que puedan llevar a claras mejoras de eficiencia; • Los mecanismos de pago deben fomentar el mantenimiento o la mejora de la calidad del servicio; • Los costes adicionales de desarrollo y control debidos a la estructura PPP deben ser más que compensados por el conjunto de mejoras aportadas por la solución; • Debe poder establecerse un buen nivel de comunicación y cooperación con los proveedores de servicio, de manera que el usuario perciba un servicio integrado; y, finalmente, • Es necesario establecer procedimientos contables transparentes y que faciliten la identificación del interés público en la fórmula adoptada. 8. Consideraciones finales. El fenómeno PPP tiene todos los visos de persistir en el futuro, entre otras cosas porque existe una pléyade de contratistas, consultores y funcionarios públicos dispuestos a defender sus virtudes. Dejando de lado el cinismo fácil, la realidad es que se ha demostrado que en ciertos sectores, si se estructuran correctamente y si el contexto institucional es 259 C L M . E C O N O M Í A suficientemente adaptado y sólido, los PPPs pueden representar una formulación alternativa eficaz frente al modelo tradicional de contratación de la obra pública. El potencial de los PPPs es mayor para los sectores que presentan poco riesgo de conflictividad social y admiten la recuperación de la inversión a través de pagos del usuario. Es muy posible, en todo caso, que se llegue a una cierta desilusión cuando las autoridades públicas comprueben que los PPPs no son un instrumento mágico para soslayar los condicionantes macroeconómicos. Además, no eliminan de ninguna manera la necesidad de llevar a cabo las labores de planificación, programación y establecimiento de prioridades entre actuaciones requeridas para el correcto proceso de toma de decisiones en el sector público. Los PPPs son una opción de política económica y no un procedimiento para conseguir financiar proyectos injustificados. Es más, los PPP apuntan precisamente a mejorar la eficiencia y la eficacia en la provisión de infraestructuras públicas. El potencial de los PPPs depende mucho del contexto. Las fuerzas que los empujan son muy distintas en los países desarrollados que en los que están en transición hacia la economía de mercado o los menos desarrollados. Las peculiaridades locales son a menudo determinantes del éxito o fracaso de una propuesta de asociación. Las IFIs se ven obligadas a adaptar sus productos e instrumentos financieros a las necesidades concretas de cada mercado de PPPs. Su acción es muy importante porque puede proporcionar un gran valor añadido si consigue mejorar la calidad de las decisiones de inversión del sector público gracias a su análisis independiente de los planes sectoriales y los programas de inversión y a su ayuda en la selección de los mejores proyectos. Por otra parte, su experiencia única en la evaluación de gran cantidad de proyectos en distintos países, les permite asesorar a los promotores de PPPs de una manera independiente que es imposible encontrar en otros ámbitos. 260 Las IFIs tienen pues un papel esencial en la creación y difusión del conocimiento sobre las buenas prácticas, particularmente útil para las administraciones más débiles. E L PA P E L D E L A S I N S T I T U C I O N E S F I N A N C I E R A S I N T E R N A C I O N A L E S E N E L D E S A R R O L LO D E L A S A S O C I A C I O N E S P Ú B L I C O - P R I VA D A S Mientras el mercado de capitales sea imperfecto, la información asimétrica esté generalizada, los servidores públicos tengan dificultades en gestionar programas complejos y la cooperación internacional para desarrollar proyectos de interés mutuo sea tan escasa, la presencia de instituciones financieras multilaterales parece asegurada en general y, en particular, para proyectos complejos como los PPPs. Bibliografía. BEI/EIB (2005): Evaluation of PPP projects financed by the EIB, Operations Evaluation Report, EIB, Luxembourg, June. BEI/EIB (2004): The EIB’s role in Public-Private Partnerships, European Investment Bank, Luxembourg. http://www.eib.org/Attachments/thematic/eib_ppp_en.pdf BEZANÇON, X. (2004): 2000 ans d'histoire du partenariat public-privé, Presses ENPC, Paris. BOEUF, P. 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