Tejido adiposo visceral

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Tejido adiposo visceral
Tipo de tejido graso que rodea los órganos internos en la cavidad abdominal.
La acumulación de esa grasa se conoce como acumulación de grasa central o
lipohipertrofia visceral y puede ocurrir como efecto secundario de algunos
medicamentos contra el VIH, sobre todo los inhibidores de la proteasa (PI) y los
inhibidores de la transcriptasa inversa análogos de los nucleósidos (NRTI).
Tipos de tejidos adiposos
El tejido adiposo puede dividirse en dos grupos: el TA BLANCO y el TA pardo,
este ultimo con funciones de disipar energía pero que no se encuentra en el
adulto, sí en los niños y en los animales (en los animales homeotermos
desempeña una importante función termogénica permitiéndoles adaptarse a
bajas temperaturas.
Variación del tejido adiposo con los años
La cantidad de tejido adiposo va variando a lo largo de la vida de distintas
formas. Es así, que durante el primer año de vida la expansión del tejido
adiposo ocurre mayoritariamente a expensas de un aumento del tamaño
de las células adiposas (hipertrofia) más que por su número de células
(hiperplasia).
El mayor aumento ocurre en los primeros 6 meses de vida, para presentar
una leve desaceleración hasta el año de vida, continuando en menor grado
al segundo año para luego permanece relativamente estable a través de la
vida, mientras que el número de adipositos va progresivamente
aumentando. Alrededor de los 6 años comienza un segundo periodo de
crecimiento del tejido adiposo, llamado "rebote adiposo", en el cual
aumenta el número y el tamaño de los adipositos. En la pubertad, en
ambos sexos aumenta, pero con distinta distribución guardando una
estrecha relación con la capacidad reproductora femenina.
EN la obesidad de inicio temprano (infantojuvenil) o en la obesidad
mórbida, el aumento de tejido graso se hace a expensas de hiperplasia e
hipertrofia, mientras que en la obesidad de comienzo en la adultez el
aumento de tejido adiposo ocurre mayoritariamente por una hipertrofia
celular. Es por esta razón que es muy importante prevenir la obesidad en
los niños ya que al aumentar el numero de células grasas, ese numero no
se modifica, por lo cual es mas difícil la remisión de la obesidad cuando
esta tiene un comienzo temprano.
Distribución del tejido adiposo
El tejido adiposo representa aproximadamente entre el 20 y 30% del peso
corporal en un adulto no obeso, distribuyéndose en distintos lugares del
organismo como por ejemplo debajo de la piel (tejido adiposo (TA)
subcutáneo, como también en niveles más profundos en la cavidad
abdominal rodeando a los grandes órganos y en el mesenterio (TA
profundo, visceral, intraabdominal, viscero portal, etc.) y también puede
encéntraselo en fibras musculares esqueléticas o dentro de los miocitos
(de gran importancia en los deportistas).
Como se enumero anteriormente existen diferentes zonas de distribución
del TA. En esta distribución participan numerosos factores en particular
genéticos y hormonales, especialmente glucocorticoides y las hormonas
sexuales. La participación de los factores genéticos en la distribución del
TA esta clarificada, especialmente en el tejido adiposo visceral. También
existen diferencias raciales.
El tejido adiposo subcutáneo (80% del total de la grasa corporal), se divide
anatómicamente en abdominal y gluteofemoral. Es un tejido poco activo y
con un predominio de la lipogénesis sobre la lipólisis ("mayor capacidad de
guardar energía mas que de "quemar"), que es mas evidente en la zona
glúteo femoral de la mujer, en donde sus adipositos son de mayor tamaño,
con una gran actividad de enzimas lipogénicas (las que guardan grasa) y
una poca actividad de las enzimas que las oxidan. En la distribución del
tejido graso femorogluteo participan activamente las hormonas sexuales ya
que los depósitos de grasa en esta zona están estrechamente relacionados
con reservas energéticas para el periodo de embarazo y lactancia. EN la
menopausia, en la cual disminuyen las hormonas sexuales femeninas, la
grasa femoroglutea tiene una redistribución hacia la zona abdominal.
El tejido adiposo profundo, se divide en visceral y retroperitoneal. El
visceral (que rodea a los órganos y es un tejido muy activo) es mas
abundante y esta relacionado directamente con la aparición de
enfermedades metabólicas, observadas especialmente en obesidades
androides (de localización central o abdominal). Sin embargo muchos
varones no obesos (con IMC normal) pueden presentar un aumento del
tejido adiposo visceral lo cual se asocia a alteraciones metabólicas, a este
grupo se lo llama ""metabólicamente obeso de peso normal"". Entonces, no
es necesario tener un aumento de peso para tener riesgo metabólico, sino
que una mayor localización de tejido adiposo en la zona abdominal puede
aumentar el riesgo de enfermedades como diabetes, hipertensión,
dislipemias (como hipercolesterolemia), entre otras enfermedades
metabólicas (síndrome metabólico).
Los adipositos como secretores y receptores de
sustancias
La célula del tejido adiposo (adiposito) es una célula que esta
continuamente en comunicación con su entorno, recibiendo y enviando
información que le permite adaptarse, entre a otras cosas, a cambios
energéticos, ya sea almacenando o liberando energía según necesidades
del momento.
Esto ocurre porque el adiposito posee un gran número de receptores en su
membrana y que reciben señales desde el mismo, desde otras células
vecinas y de otros lugares del organismo lo cual puede generar cambios
metabólicos (lipólisis o lipogénesis), de diferenciación y proliferación o de
generación de sustancias que regulan la alimentación, el gasto energético
y los depósitos grasos. Pero también el adiposito puede sintetizar otras
sustancias que no necesariamente están relacionadas con la regulación de
la alimentación o del gasto energético por ejemplo interleuquinas, factores
del complemento y actualmente adiponectina, que es una sustancia similar
al colágeno, investigada por su participación en la cardiopatía coronaria.
Algunos ejemplos de receptores pueden ser receptores para hormonas
tiroideas, glucocorticoides, glucágon, ACTH, hormonas sexuales, etc.
El tejido adiposo también se esta viendo actualmente como un órgano
endocrino que segrega sustancias como la leptina (muy estudiada
actualmente por su participación en la aparición de la obesidad, esta será
motivo de otro articulo), prostaglandinas, angiotensinógeno, adiponectina,
etc. Las sustancias secretadas por el tejido adiposo van mas allá de
regular la conducta alimentaria, ya que entre las numerosas sustancias
secretadas podemos encontrar hormona y péptidos que regulan la
reproducción, la presión arterial, etc.
Podemos concluir que el tejido adiposo debe dejarse de ver como un
simple reservorio de energía. Sus funciones van mucho mas allá de ello
teniendo amplia participación en la producción de sustancias que no solo
regulan el apetito sino muchas otras actividades del organismo. Tal vez
este sea el motivo por el cual muchas veces el cuerpo pone resistencia a la
perdida de peso y en especial a la perdida de tejido adiposo.
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