El único Dream Team por Antonio Rodríguez En el verano de 1992, el baloncesto cambió para siempre. Hubo un antes y un después desde aquellos Juegos Olímpicos. Y todo por un equipo que, 20 años después, sigue en la memoria de todos. 07 El único Dream Team Domingo, 26 de julio de 1992 E stados Unidos 116-48 Angola (64-16 al descanso). Debut del equipo olímpico estadounidense. Tras un empate a 7 inicial, consiguen lograr un parcial de 46-1 a su favor. Robaron 30 balones y dejaron a los rivales en un 25% en tiros de campo. Barkley con 24 puntos, es el máximo encestador del partido. Verano de 1992. La ilusión de todo un país por unos Juegos Olímpicos. La emoción de todo un planeta por un equipo de baloncesto. La sensación de inquietud por la llegada de un evento, cuyo final de su cuenta atrás parecía no llegar nunca, dio paso al sosiego, a la admiración y al deleite de los sentidos. Desde el estadio o delante de un televisor, la Ceremonia de Inauguración presentaba algo inédito hasta ese momento. Juan Antonio San Epifanio, último portador de la antorcha olímpica, elevaría su llama hacia una nueva era, presentando así los que fueron los Juegos Olímpicos de Barcelona’92, los Juegos Olímpicos del BALONCESTO. Y todo, por un equipo. Juan Antonio San Epifanio: “El mejor equipo que ha habido nunca en la historia del baloncesto. Y era para disfrutar. Tanto como aficionado como teniéndoles delante”. Santiago Segurola: “El Dream Team fue la mejor colección de estrellas que puede reunir el baloncesto mundial. Aquello era un halo de misterio, una novedad. Era ver en persona a todas aquellas estrellas que nos habían hecho soñar: a Magic Johnson, a Larry Bird, a Michael Jordan, a David Robinson, a Barkley, Stockton...y de repente, estaban todos allí”. Tomás Jofresa: “Siempre vi ese Dream Team como un niño. Nosotros éramos jugadores a nivel europeo. Y a ese nivel, por supuesto, admirados y respetados a nivel internacional. Y enfrentarte a ellos, te hacía transportarte a la niñez”. Juan Antonio Orenga: “Lo primero, es que estaban todos. Y por aquel entonces, la NBA era otro mundo y la imagen que teníamos de ellos es distinta de la de ahora. La verdad, es que cuando jugamos contra ellos, alucinábamos”. Cuadernos de Basket 97 Miguel Ángel Paniagua: “Yo lo que hacía era ver al banquillo rival, cuando jugaban frente a Estados Unidos. La sensación más curiosa que percibí era la fascinación que tenían. Más fascinación incluso que el público. Fascinación de todos los rivales, incluso los entrenadores. La sensación de ‘si he jugado con estos, ya me puedo morir’. Eso no se ha producido nunca”. Zan Tabak: “Estabas emocionado. Querías jugar como fuera. Significa mucho más pensándolo ahora. Sobre todo, cuando estuve en la NBA y te das cuenta de verdad con quién me enfrenté”. Ramón Trecet: “Ahora vemos la importancia de aquello. No había entonces perspectiva de lo que iba a suponer. En aquel momento para mí, los Juegos estaban cambiando. No sé si eso me gustaba. Lo que sí te digo es que estaba encantado que allí estuvieran los de la NBA”. Los Juegos del BALONCESTO. Porque en Barcelona’92, aterrizó el mejor equipo que jamás haya dado la historia de este deporte: el “Dream Team”. Chris Mullin: (Declaraciones extraídas de un acto celebrado en el Hall of Fame, en el verano de 2010) “Puedes llamarlo una increíble coincidencia de lugar y momento. De qué manera nosotros queríamos traer el oro. Un puñado de jugadores en su primera experiencia y otro puñado en el fin de sus carreras. Y todos dejando fuera sus egos, estadísticas individuales y todas esas cosas. Preparados para llegar a ser el mejor equipo jamás visto. No, esto no va a ocurrir otra vez”. Michael Jordan: “Cuando tú reúnes a 12 Clint Eastwoods para salir a hacer su trabajo, no les dices cuantas balas deben poner en sus pistolas”. David Robinson: “Lo que me sorprendía era la generosidad con la que todos afrontaron el torneo. Esto era el cielo del baloncesto”. Lunes, 28 de julio de 1992 Estados Unidos 103-70 Croacia (54-37 al descanso). Drazen Petrovic, con 19 puntos, fue el único croata que dio la talla. Levantó al pabellón cuando anotó un triple, robó el balón en el siguiente ataque, corrió toda la pista y anotó un segundo triple de forma consecutiva. Aún así, no hubo oposición alguna. La mala noticia fue la lesión de Magic Johnson a los ocho minutos y medio de partido, debiendo ser retirado por una lesión en un tendón de la corva. Stockton sigue de baja. Jordan, con 21 puntos, es el máximo encestador del partido. 98 CdB El único Dream Team Antonio Rodríguez Si algo fueron los Juegos de Barcelona, fueron el “Dream Team”. Ese término acuñado para vivir con él, para situar un punto del “aquí fue” y que marque un antes y un después en la historia del baloncesto. La muestra de la belleza que puede atesorar nuestro deporte, durante dos semanas de competición. Once jugadores que hoy día forman parte del Hall of Fame o Salón de la Fama de Springfield, se dieron cita en la Ciudad Condal. En Septiembre de 1990, Dave Gavitt, presidente de la recién creada USA BASKETBALL (anteriormente, el organismo encargado del equipo olímpico estadounidense era la ABAUSA, que como ente regulador del baloncesto estadounidense amateur, ya no podía formar parte del mismo), afirmó que llevarían el mejor equipo del mundo. Todos soñamos al ver la portada de la publicación semanal “Sports Illustrated” del 11 de febrero de 1991, que da la vuelta al mundo. En ella, Michael Jordan, Pat Ewing, Magic Johnson, Karl Malone y Charles Barkley posan con el uniforme de la selección de Estados Unidos, mientras sujetan los cinco aros olímpicos. Y en España, tiempo después, tuvimos confirmación de todo aquello. Esteban Gómez: “Magic Johnson viene a España en el verano de 1991, entre otras cosas a promocionar una marca por la que había firmado -la empresa de industrias cárnicas Campofrío-. Y allí, en la rueda de prensa de un hotel madrileño, le pregunto: “Magic, ¿vas a venir como olímpico a los Juegos de Barcelona? Y me contesta sonriendo: “Sí, allí estaré”. Con Magic en el equipo, sí se podía soñar con que estarían todos. Por encima de todo y tras el desgraciado anuncio en rueda de prensa que era portador del virus VIH, Earvin Johnson quería volver a sentirse jugador de baloncesto. Y era la mejor ocasión y la mejor manera. Sin embargo, toda esta concatenación de circunstancias que se dieron para la formación de este equipo, tuvo un principio. Alexander Gomelski (extraído del libro “Crashing the borders” de Harvey Araton): “En 1956, durante los Juegos de Melbourne, yo era asistente de la selección de la Unión Soviética. Y cuando vi las evoluciones de Bill Russell, vi el futuro del baloncesto (...) No podíamos competir, pero comenzamos a aprender. Y en 1972, en la final de Munich, se mostró que ya podíamos jugar contra ellos”. Esto lleva a los Juegos Olímpicos de Seúl de 1988, donde el equipo estadounidense, con 4 futuros All Stars en sus filas (Mitch Richmond, Dan Majerle, Danny Manning y David Robinson) claudica ante los soviéticos en semifinales (82-76). La URSS, se proclamó campeón olímpico posteriormente, ganando a Yugoslavia (76-63). Ramón Trecet: “¿Cuando empieza todo esto? En Seúl. Los soviéticos les pegan un buen palo. Me acuerdo que yo hacía noches allí, que eran mañanas aquí, me levanto y Cuadernos de Basket 99 me dicen ‘¿A que no sabes lo que ha pasado? No sé, ¿que los norcoreanos han invadido Corea del Sur? No, ¡que la URSS ha ganado a Estados Unidos!’ Casi me da un síncope. Pregunto, ‘¿dónde está la cinta? En la sala 4. Pues en esa sala, a partir de ahora y durante las próximas dos horas, ¡no entra ni San Pedro!’ Aquel equipo estaba dirigido por John Thompson, que era peor entrenador de lo que cuenta la leyenda. Era un buen entrenador de hombres altos, nada más. Claro, Kurti, Volkov, Sabonis... Volkov era el primer cuatro que veían los americanos que no hacía lo que se supone que hace un cuatro: subía el balón, tiraba... ¡y era rápido, el condenado era rápido!” Alexander Gomelski: (Extraído del libro “Crashing the borders”) “Fue la mejor cosa que le ha podido pasar al baloncesto. Los chicos no se creían que se pudiera romper esa presión. Yo les recordaba que los nuestros habían ganado a los Atlanta Hawks en Moscú y que habían ganado a algunos equipos universitarios durante las giras estadounidenses”. Ramón Trecet: “A pesar de eso, ellos siguen manteniendo esa idea y van a Argentina (Mundobasket de 1990). Y en semifinales se enfrentan a Yugoslavia. La gran disputa en aquel equipo yugoslavo, es que Ivkovic se empeñaba en sacar a Zdovc de base porque defendía más. Y nosotros, como periodistas, ‘¡pon a Petrovic de base! Y a Kukoc y a Paspalj y a Divac...’ Los analistas americanos me preguntaban ‘El equipo de Yugoslavia, ¿qué tal es?’ Y yo les contestaba ‘solamente el pívot, Divac, se va a comer a Alonzo (Mourning) por las patas’. Y es cuando viene la famosa declaración de Mike Krzyzewski, de no podemos mandar a chavales frente a hombres”. En el verano del 91, Estados Unidos pierde en semifinales de los Juegos Panamericanos. No solamente ya no son campeones de nada, sino que ni tan siquiera habían llegado a la final de ninguna de las tres grandes competiciones que disputan. En tierra USA, que ya estaban manos a la obra, deciden acelerar y mejorar el proceso para recuperar cetros perdidos. Primer paso. Durante la Final Four de la Copa de Europa de 1989, celebrada en Munich (primer título de la Jugoplastika), la FIBA en una rueda de prensa, comunica tras votación, que en los Juegos Olímpicos pueden actuar baloncestistas profesionales –a pesar de la negativa del organismo estadounidense–, con lo que da carta libre al desembarco de la NBA. Y es que, desde el Comité Olímpico Internacional, ya habían cristalizado ciertas nuevas ideas. Ramón Trecet: “Samaranch entrará en la historia. La visión de Juan Antonio Samaranch como dirigente deportivo, independientemente de donde haya venido, es aplastante. Un señor que saca los Juegos de semiamateurismo, para convertirlo en el evento deportivo por excelencia. Por aquel entonces, se produce un encuentro 100 CdB El único Dream Team Antonio Rodríguez en baloncesto entre: la necesidad americana por ganar de Dave Gavitt, la idea de Samaranch de profesionalizar los Juegos y David Stern, que se da cuenta que puede utilizar los Juegos como una plataforma brutal para globalizar la marca NBA. A partir de Barcelona, cualquier persona que vea las siglas NBA, sabe exactamente lo que es eso, no hace falta que le expliques nada”. En Estados Unidos, se decantan por Chuck Daly como entrenador del futuro equipo aún por formar. Daly había entrenado en high school, universidad y en la NBA, donde consiguió 2 títulos con los Detroit Pistons (1989 y 1990). Por encima de ese conocimiento, Daly era un entrenador de jugadores. Al profesional, sabía tratarle como a tal. Lenny Wilkens (Cleveland Cavaliers), que fue otro candidato junto a Don Nelson, será su asistente junto a P.J. Carlesimo (Seton Hall University) y Mike Krzyzewski (Duke University). Toca la búsqueda de jugadores. Obligación de Comité de Selección de la USA Basketball. Para Magic Johnson, esto no era tan sólo un fin de semana como el All Star de Orlando. Aquí se trataba de siete semanas de preparación y competiciones. Sin embargo, su carisma y adorable sonrisa, no eran suficientes como para convencer a los mejores jugadores de la liga, el verdadero objetivo de todos. Se necesita otro apoyo. Ramón Trecet: “Y aquí entra David Falk, que puede ser el agente que más importancia pueda tener. Te recuerdo que David Falk, tras los Juegos de Los Angeles’84, vuela a Chicago junto a Michael Jordan y firma contrato con los Bulls, donde las estrellas eran Reggie Theus y Orlando Woolridge. Y de ahí se van a la sede de Converse que es donde todo empieza. ¡Es que es una historia tan perfecta! Se sientan allí con los de Converse, que les dicen ‘lo mejor que tenemos, para ti’. Jordan, callado como un muerto. ‘¿Qué es lo mejor que tenéis? 50.000 dólares al año y todas las zapatillas que quieras’, que era el convenio que tenían con Erving, Bird y Magic entre otros (a propósito, Magic rompió ese convenio semanas antes de los Juegos). Inicialmente, David Falk no les dice que no, sino que ‘no estamos aquí para ver lo que podéis hacer por Michael Jordan, sino lo que Michael Jordan puede hacer por vosotros’. Supongo que Falk ya había hablado con Nike. Y entonces aparece alguien a quien el baloncesto le debe mucho: Spike Lee. Y hace esos anuncios del “Be like Mike” y lo de ‘deben ser las zapatillas, porque no es tan bueno’ y consiguen que sean un objeto de deseo, siendo carísimas. Esto, a colación de lo que estamos hablando, pues que David Stern decide mandar a los mejores. Pero los mejores quieren descansar y no jugar a nada en verano. Stern coge a David Falk y le dice que si Jordan dice que va, automáticamente vienen todos. Porque se convierte en un símbolo de status: yo estoy con el mejor. Y de ahí viene la operación siguiente”. Cuadernos de Basket 101 Santiago Segurola: “Se rompe el antiguo código olímpico. Si algún deporte y algún equipo representaba la profesionalidad extrema, las sumas millonarias, la relación con la industria del marketing deportivo, ese era el Dream Team. Fue un mensaje para el mundo del deporte”. Y la siguiente operación es que, con la llegada del Dream Team eleva a un nuevo nivel la comercialización olímpica. Pero sobre todo el de la NBA, que controlaba gran parte de los contratos que vinieron a continuación. 40 grandes compañías tuvieron acuerdos comerciales con el equipo olímpico estadounidense, gastando aproximadamente 40 millones de dólares en promoción. De esas 40 compañías, 14 tuvieron unión con la USA Basketball. Las restantes 26, se encargaron de firmar contratos individuales con los componentes del combinado. Algunas marcas como Nike, que tuvieron a 6 jugadores representados (Barkley, Stockton, Pippen, Jordan, Robinson y Mullin), no hicieron una estimación precisa del desembolso realizado en promoción durante aquel verano de 1992. Les daba igual. Pensad que desde la firma de Michael Jordan por ellos hasta aquel verano olímpico, sus ingresos se vieron incrementados de 20 a 150 millones de dólares bajo el slogan del ‘Just do it’ en los modelos de “Air Jordan”, que no solamente caló en cierto orden económico, sino social. Y esto, sin contar pequeñas empresas no estadounidenses como la textil española “Abanderado”, cuyos slips y ropa interior fueron anunciados por Michael Jordan bajo su ‘Abanderado, just I feel great’, que inundó las pantallas españoles por unos meses aquel año. A partir de entonces, merchandising en torno al Dream Team, hubo de todo lo que se pudiese imaginar: posters, frutos secos, sombreros, pins, zapatillas, cromos o productos de promoción en diarios y revistas especializadas. Absolutamente de todo. Sin embargo, hubo situaciones controvertidas en las que una duplicidad de sponsors, llevó al equipo a conflictos y muy serios. Ya durante la competición olímpica, estalla en el seno de los jugadores y directivos, que algunos de ellos (tres en particular: Scottie Pippen, Michael Jordan y Magic Johnson), se niegan a subir al pódium tras la final con la ropa deportiva facilitada por USA Basketball, que era de la marca Reebok, debido a los lucrativos contratos que tienen de forma individual con otras marcas deportivas. Michael Jordan, en alarmantes declaraciones, llegó a decir que “si los otros once jugadores quieren vestir ese chándal, es su elección. Eso no significa que yo tenga que hacer lo mismo”. Tal queja se traslada a Dave Gavitt, que tenía la complicada tarea de llegar a un acuerdo con tal empresa de ropa y el área comercial del organismo que presidía. Finalmente, se llegó a un pacto: los jugadores subirían en la ceremonia de entrega de medallas con camiseta y el chándal de Reebok, pero con una pequeña condición consistente en tener la 102 CdB El único Dream Team Antonio Rodríguez cremallera de la chaqueta del chándal abierta lo suficiente, como para que las solapas taparan el logotipo de la marca y no se viese en ningún momento. Aún así, Magic, Pippen y Jordan, desconfiados con tal medida, sacaron la genial idea de ataviarse con una bandera estadounidense que sobre los hombros, les colgase por el pecho y así no se viese en ningún momento ni un resquicio de la marca. Verdaderos profesionales. Con el motor en marcha y rugiendo, todo empieza a fluir. Miercoles, 29 de julio de 1992 Estados Unidos 111-68 Alemania (58-23 al descanso). Único partido en que Larry Bird se olvidó de su dolor de espalda. 7/11 en tiros de campo, 3 balones recuperados y hasta 2 tapones se tradujeron en 19 puntos, máximo encestador del partido y la última muestra de su grandeza. Tras el nombramiento del entrenador y el resto del cuerpo técnico, hay que elegir los 12 candidatos al oro olímpico. Trabajo perteneciente al gabinete de selección de la USA Basketball. Preguntan a Daly qué tipo de juego quiere realizar y qué situaciones especiales espera encontrar, para designar a los elegidos. Daly, tras estas directrices, les envía una lista preferencias acorde al estilo que quiere instaurar, en la que al menos 7 jugadores, eran estos: Pat Ewing, Michael Jordan, Magic Johnson, Karl Malone, Chris Mullin, Scottie Pippen y David Robinson. De Chris Mullin decía que necesitaba un tirador así, mientras que la gran sorpresa era Scottie Pippen. Su juicio se basaba en que era un hombre capaz de defender a jugadores de 4 posiciones distintas en el campo, desde un base a un ala-pívot. Michael Jordan puso sus condiciones: que no hubiese ningún día con doble sesión de entrenamiento y que tuviese libertad absoluta para negociar contratos de merchandising personales. Concedido. De aquella lista había chocantes ausencias, una de ellas era Charles Barkley. Daly tenía cierta preocupación por el comportamiento de Barkley, puesto que por aquel entonces, había sido multado con 80.000 dólares en diferentes peleas y altercados. Curiosamente, la más costosa para él fue de 57.000 en una sonada pelea contra los Pistons de Detroit el 19 de abril de 1990. Sin embargo, Barkley entró finalmente en el equipo, entre otras cosas por la insistencia de Magic Johnson. Michael Jordan recordó de forma jocosa, que “Magic me ha prometido que me pagará un millón de dólares si formaba parte de la selección. Y a Barkley le prometió otro. Con lo que espero en algún momento dos millones suyos sobre la mesa”. Cuadernos de Basket 103 Larry Bird tampoco se encontraba en ella. Ya se había encargado lo suficiente de decir que él no quería formar parte de aquello. Tenía 35 años y grandes dolores en la espalda como para participar. Éste fue el caso más difícil en convencer. Fue casi una estrategia montada por Dave Gavitt, Red Auerbach, su esposa Dinah... y sobre todo, Magic Johnson. “Larry, no puedes hacer esto. He estado toda mi carrera esperando para jugar contigo de nuevo. No puedes dejar pasar esta oportunidad. Te queremos para que pases el balón. Haz eso y no tendrás que volver a jugar nunca más”. Tanto a Magic como a Dave Gavitt, básicamente les contestó “estoy demasiado viejo. Dad oportunidades a los jóvenes”. Y Gavitt, que bien le conocía, supo qué tecla tocar: “Larry, en los Juegos Olímpicos vamos a jugar con reglas internacionales que incluyen defensas zonales. Tú las destruirás con tu lanzamiento exterior”. Bird reflexionó sobre la propuesta y por primera vez, lo vio con buenos ojos. “Y piensa lo que soñabas de crío, el tener colgada una medalla de oro sobre el cuello”. Era la batalla más dura y se consiguió. Larry Bird aceptó entrar entre los candidatos. Pero de la lista de Daly, cuando se sospecha que también había nombres de jugadores suyos como Joe Dumars y Dennis Rodman, la mayor sorpresa venía en la no inclusión de la estrella de su equipo, el base Isiah Thomas. Creó controversia. Y mucha. Chuck Daly no lo hizo porque sospechaba que si Thomas formaba parte de aquella selección, Michael Jordan no iría. Y no le faltaba razón. Jordan, al margen de los requisitos ya comentados, según un componente del organigrama directivo de los Bulls, confesó off the record, que efectivamente no quería a Isiah de ninguna de las maneras. Jordan nunca se pronunció, porque no hizo falta. El base de los Pistons, a lo largo de los años, se encargó de tener peleas sobre una pista de baloncesto, con Barkley, con Karl Malone -ésta con sangre incluída- y fuera de ella, como el hecho de menospreciar a Larry Bird en la Final de Conferencia de 1987 y llegar a dudar de la concentración de Chuck Daly en la anterior temporada 91-92, criticándole estar más pendiente del equipo Olímpico que de su propia plantilla. Y sí, Thomas tuvo una fuerte amistad personal con Magic Johnson, pero eso fue tiempo pasado. El relaciones públicas de los Pistons, Matt Dovek, llamó al propio Magic para que éste mediase en favor de su inclusión. Lo que no esperaba Dovek, fue la contestación de la estrella de los Lakers: “Mi relación con él es extraña. Hace años que no hablamos e Isiah sabe por qué. Él me cuestionó sobre mis hábitos sexuales -posible homosexualidad- cuando anuncié que era portador del virus VIH y estoy muy decepcionado por eso. El problema de Isiah es que él cree que tiene que enfrentarse a todo y a todos. ¿Alguien cree que es necesario?”. 104 CdB El único Dream Team Antonio Rodríguez La controversia entre Isiah Thomas y Michael Jordan se remonta hasta el All Star de Indianapolis en 1985. Los rumores hablaban que Thomas fue el ideólogo de cierto “apartamiento” a la estrella de los Bulls. Todo comenzó en el concurso de mates de la jornada del sábado, cuando Michael lució durante el calentamiento y en la primera ronda del mismo, un pantalón de chándal y una camiseta de hombreras, por supuesto junto con las zapatillas, todos de la nueva línea que Nike había diseñado para él. Y lo acompañó con un grueso y llamativo collar de oro alrededor de su cuello. Algunos de los jugadores veteranos quedaron molestos por esa prueba de arrogancia de quien no dejaba de ser un rookie, en definitiva. Esa ostentación de joyas y que fuese un anuncio andante de Nike, no se vio bien por muchos, aunque en la semifinal y en la final -que perdió ante Dominique Wilkins-, participara con el uniforme de los Bulls. Sin embargo, el alcance de aquello no se vio hasta el día siguiente, en el All Star Game. Johnny “Red” Kerr, por aquel entonces habitual comentarista televisivo de los Bulls, estuvo comentando el partido a pie de pista y confiesa que fueron demasiadas ocasiones en las que Jordan estaba abierto para el tiro o totalmente solo en un contragolpe sin recibir el balón. Demasiadas para ser coincidencia. ‘El tipo que llevaba el balón -supuestamente Thomas, que fue el base titular de la Conferencia Este-, miraba hacia otro lado o lanzaba suspensiones, cuando la inercia del juego te hace pasar el balón’ recuerda Kerr. En 22 minutos, Jordan se quedó en 7 puntos, con 2/9 en tiros de campo y lo único que declaró es que no encontró el ritmo en ningún momento, manteniendo la discreción. Pero sabía perfectamente qué pasaba. Charles Tucker, amigo personal de Thomas y Magic Johnson por aquel entonces, filtró a la prensa que efectivamente, algunos jugadores habían hecho ese desaire a Jordan. Tucker confesó que alguien comunicó a algunos all stars veteranos la idea de darle una lección. Supuestamente, Isiah Thomas. Y de hecho, tanto a Tucker, como a Thomas junto a George Gervin, se les vio en el aeropuerto mientras esperaban el viaje de vuelta, riendo de forma explícita sobre haberle dado una lección. Todo tiende a olvidarse y Jordan asegura con los años, que aquello era agua pasada. Lo que finalmente acabó en sentenciar aquella polémica fue el desprecio de Thomas en la Final de Conferencia de 1991, cuando los Bulls eliminaron en Detroit a los Pistons por 4-0, y que éste pasara por delante del banquillo de Chicago en su retirada a los vestuarios, agachando la cabeza y escondiéndose entre los ayudantes de Daly, para no dar la mano ni felicitar a sus rivales, eliminados precisamente por los Pistons durante las anteriores 3 temporadas. Acción que sí dolió especialmente en el seno de los Bulls y en el orgullo de su estrella. Con todos estos antecedentes, es más que evidente que Jordan no tuvo ni que pronunciarse en tal polémica. A pesar de la renuncia Jack McCloskey, general Cuadernos de Basket 105 manager de los Pistons, de seguir formando parte del comité de selección de la USA Basketball, en protesta a la no elección de Isiah, calificando tal descarte como ‘una decisión ridícula’, quedó claramente demostrado que nadie lo quería en aquel equipo. En su lugar, John Stockton, máximo asistente de la liga en 4 temporadas, fue el elegido. Con lo que, el 13 de Septiembre de 1991, en un show televisivo en la NBC, se da la lista inicial con 10 jugadores: – Earvin “Magic” Johnson. Base, 2.06. Los Angeles Lakers – John Stockton. Base, 1.85. Utah Jazz – Michael Jordan. Escolta, 1.98. Chicago Bulls – Chris Mullin. Alero, 2.01. Golden State Warriors. – Scottie Pippen. Alero, 2.01. Chicago Bulls – Larry Bird. Alero, 2.06. Boston Celtics – Charles Barkley. Ala-pívot. 1.98. Philadelphia 76ers (traspasado a Phoenix ese verano) – Karl Malone. Ala-pívot, 2.06. Utah Jazz – Pat Ewing. Pívot, 2.13. New York Knicks – David Robinson. Pívot, 2.16. San Antonio Spurs. Finalizada la temporada 91-92, se decidieron los otros dos nombres: el escolta de Portland Trail Blazers, Clyde Drexler, y el ala-pívot de la universidad de Duke, Christian Laettner. Viernes, 31 de julio de 1992 Estados Unidos 127-83 Brasil (60-41 al descanso). Brasil, más conocedor de estos jugadores que los anteriores rivales, plantó cara por momentos intentando ofrecer espectáculo en ataque. Oscar (24 puntos), quien más lo disfrutó. Sin embargo, en una 2ª parte frenética de contragolpes, Barkley logró 30 puntos, convirtiéndose en el máximo encestador del partido. La primera parada del equipo fue en La Jolla, población cercana a San Diego y en el complejo Sheraton Grande Torrey Pines en concreto, del 21 al 26 de junio. Tras una primera charla a los jugadores de lo que se iban a encontrar a partir de ahora, tanto rivales como medios de comunicación o seguimiento de los aficionados, con las primeras acciones con balón, Daly nota algo curioso en los entrenamientos: 106 CdB El único Dream Team Antonio Rodríguez Chuck Daly (extraído de su diario en el libro “America’s Dream Team” de Chuck Daly junto a Alex Sachare): “Me sentí realmente impresionado por el entusiasmo que vi durante nuestro primer entrenamiento. Pero se excedían en los pases, como si estuvieran haciendo un esfuerzo consciente para ceder protagonismo los unos a los otros“. A Daly le preocupa inicialmente tal generosidad, por temor a perder excesivos balones. Para poner a prueba al equipo, se trae un combinado de élite de jugadores NCAA que aún cursaban sus estudios, entrenados por George Raveling (entrenador de Southern California) y Roy Williams (entrenador de Kansas). Los ocho convocados son: Anfernee Hardaway (Memphis State), Grant Hill (Duke), Allan Houston (Tennessee), Bobby Hurley (Duke), Jamal Mashburn (Kentucky), Rodney Rogers (Wake Forest), Chris Webber (Michigan) y Eric Montross (North Carolina). Willis Reed, componente del comité de selección de la USA Basketball ya le convenció a Daly que “no hace falta que intentes enseñar nada a estos chicos. Ellos saben jugar a baloncesto. Créeme”. Y de hecho, estos chavales no desentonaban nada. Magic Johnson reconoció al ver a Anfernee Hardaway que cuando lo defendía era “como mirarme en un espejo”. Tras dos jornadas en las que los partidillos parecían igualados, al tercer día deciden jugar un partido de 20 minutos. Y Daly pidiendo a Raveling y a Roy Williams, que sus chicos incrementaran el ritmo, así como buscar constantemente los lanzamientos de 3 puntos, a imagen y semejanza del baloncesto FIBA. Con marcador y cronómetro esta vez. ¿Y qué ocurrió? Que ocho chavales amateurs procedentes del baloncesto universitario derrotaron a todo un equipo repleto de All Stars por 62-54. El base Bobby Hurley imprimió un ritmo vertiginoso, Allan Houston encestó triple tras triple, para un total de 10 entre el combinado de universitarios, los rebotes eran de Webber... y como se vio en el documental del Dream Team emitido por la ESPN, antes de la entrada de los medios de comunicación para realizar su trabajo tras esa sesión a puerta cerrada, los operarios se encargaron de poner el marcador en un inicial 0-0, para que no quedaran en evidencia. Aunque Michael Jordan no participó en tal enfrentamiento, Daly estaba preocupado. Al día siguiente, volvieron a enfrentarse. Y fue muy distinto. Lenny Wilkens: “(Extraído del libro “Unguarded” de Lenny Wilkens y Terry Pluto) Al siguiente día fue la primera muestra del real Dream Team. El marcador iba 19-0 antes que los universitarios pudieran anotar. A mitad del partido, ellos ni tan siquiera podían pasar el balón de medio campo. Nuestra defensa era tan presionante que ellos se deshacían del balón y también de su confianza. Tú podías Cuadernos de Basket 107 ver en los ojos de esos chicos algo: el miedo. La duda. El asombro. Fue algo que veríamos a cada partido durante los Juegos Olímpicos”. Charles Barkley soltó el codo a Rodney Rogers en la lucha por un rebote, impactando en su pecho, y con un “Bienvenido a la NBA”, el juego continuó. Daly, con otro ánimo, dio el día siguiente como libre, convencido que se había trabajado bien durante los cinco días de estancia en La Jolla. Lenny Wilkens: “(Extraído del libro “Unguarded”) Cuando los jugadores más grandes del mundo suben la intensidad, nadie tiene la más mínima oportunidad contra ellos. Aquellos chicos eran grandes atletas, dotados físicamente, pero además obsesionados con ganar. Eso da que sean verdaderos campeones. Jugadores que no solamente juegan como lo hacen, sino que su grandeza hace elevar a sus compañeros de equipo. Si juegas con Jordan, Bird o Magic, tú no quieres estar a un nivel inferior. ¿Cómo no vas a luchar por un balón suelto cuando Jordan lo hace? ¿Cómo no pasas a un hombre abierto cuando Magic lo hace? ¿Cómo no matas por un rebote cuando Karl Malone o Charles Barkley lo hacen?” La siguiente parada, del 27 de junio al 5 de julio, era Portland. Allí se disputarían los primeros partidos oficiales: el Preolímpico. Torneo que estaba programado disputarse en San Juan de Puerto Rico, pero que empezando a intuir la magnitud del combinado USA, la marca Nike ya se encargó de llevarlo “a casa”. Y todo estaba atado y bien atado. Hasta el punto que meses antes, desde el departamento de marketing, se preguntó: “En FIBA, ¿cual es el dorsal más alto? El 15, les respondieron. Ese será el que llevará Magic”. La idea era que en cada presentación, el último jugador fuese el más aplaudido, donde se viniera el pabellón abajo allá donde jugasen. Además, él fue el encargado de portar la bandera americana en la ceremonia de inauguración del Preolímpico. Lo dicho, todo bien calculado. Chuck Daly recuerda el silencio en el autobús cuando se iban a enfrentar a Cuba en el debut del Preolímpico. “Era un silencio de gran tensión. Parecía que nos íbamos a enfrentar en el séptimo partido de un playoff por el título”. Ganaron por 79 puntos. Tras el envite, el seleccionador cubano Carmelo Ortega declaró “No puedes tapar el sol con un sólo dedo” refiriéndose a la cantidad de armas diferentes que poseían los estadounidenses, mientras que Barkley era jocosamente más explícito: “Cuba tiene habanos. Nosotros tenemos baloncesto”. En el siguiente choque ante Canadá, John Stockton recibió un fuerte golpe en la parte superior del tobillo, más grave lo que inicialmente parecía: sufrió una fisura sin desplazamiento en la parte inferior del peroné. Tanto, que incluso se pensó en buscar sustituto –Joe Dumars sería el elegido. Nunca Isiah Thomas–, lo que finalmente se 108 CdB El único Dream Team Antonio Rodríguez descartó. Era otro lesionado que se unía una lista inicial de dos: Larry Bird, tras el encuentro frente a Cuba, no volvió a jugar por sus problemas de espalda hasta el día de la final frente a Venezuela, en que por aclamación popular, Daly lo puso en pista; y Pat Ewing, el día del infausto partido ante los universitarios, tuvo un golpe en la mano con el aro que le produjo un corte y se dislocó uno de sus dedos, que necesitó de reposo. Entre ellos dos, se dio una curiosa historia. Tanto Bird como Ewing tenían que ejercitarse al margen y no podían formar parte de los partidillos. Ese tiempo juntos, los comentarios que gastaban con sus compañeros, el respeto mutuo, hizo que entre dos de los tipos más callados del combinado, floreciera una amistad que en el momento de abandonar Portland, llegó a convertirles en inseparables, para las mofas de Magic Johnson. Entre ellos se hicieron llamar “Harry & Larry”, uno de los mayores logros de ambos en esta experiencia olímpica. Mientras que Ewing se tomaba su baja con buen humor (en un ‘alley-oop’ de David Robinson en un entrenamiento, Ewing gritó “¡Disfruta esto, David, que cuando vuelva yo, te vas a comer la red!”), Larry Bird lo pasaba peor. Tumbado en el suelo de su habitación de hotel, era tratado por Ed Lacerte, el fisio de los Celtics quien lo acompañó a Portland. Lacerte, viendo que no había manera de relajar el músculo que comprimía uno de los nervios, le dijo “no sé qué más puedo hacer”. Miguel Angel Paniagua: “John Stockton, ya en Barcelona, me decía sobre Larry Bird, ‘Le tengo apuntado desde que empezó la concentración, y no hay día que no diga ¿qué cojones hago yo aquí?’. Tenía la espalda destrozada y me imagino que cuando le dolía, decía el ‘¿Qué cojones hago yo aquí?’ Stockton me recalcaba eso: que no ha habido un solo día que no lo dijera”. Los gestos amistosos crecían entre el grupo. Un fotógrafo de la prestigiosa publicación “Newsweek” quería hacer una sesión de fotos para su portada, con Magic Johnson y Michael Jordan posando. Magic se negó a hacerse la sesión si a ellos no les acompañaba Larry Bird. Por supuesto que el fotógrafo accedió a tal petición. Y además, le hicieron pagar tal afrenta: los parones e interrupciones a causa de bromas y comentarios casi dignas de adolescentes, fueron constantes. Y es que Magic Johnson tenía mucho peso. No obstante, fue uno de los protagonistas de Portland. Volvía después de un año de inactividad, no lo olvidemos. Según el columnista Mike LaPresti, “parece como siempre. Actúa como siempre. Juega como siempre. Nada acerca de él es diferente. Y si eso es una sorpresa, es culpa nuestra, no suya”. Al margen de la aclamación popular en Portland, se dieron curiosas circunstancias en los partidos que jugaron, como cuando el base argentino Marcelo Milanesio, Cuadernos de Basket 109 mientras era defendido por Magic Johnson, al botar, se queda mirando a su banquillo por unos segundos, olvidándose del juego. Karl Malone, asombrado, se percató de “¡uno de sus compañeros le estaba haciendo una fotografía!”. Milanesio reconocía “estar abrumado por la alegría”. En una de las ocasiones en las que se cruzaron con la selección de Brasil, el afamado alero Oscar Schmidt Bezerra buscaba a Larry Bird. “Para mí, Michael Jordan es el mejor jugador del mundo. Pero Larry Bird es mi mayor ídolo. Es lo que todos los jugadores que actúan como aleros les gustaría ser. ¡Quiero su autógrafo!”. El columnista del Boston Globe, Bob Ryan, desplazado allí, que junto a Bird escribió su biografía, “Drive”, al enterarse de la petición, rescató uno de sus libros que le dio a Bird para que se lo regalara a Oscar, dedicado con un “Te quiero en un uno contra uno en French Lick”. La paradoja fue que Oscar no sabía que esa era la población de Bird, y tradujo textual lo de “French Lick” (lametón francés). El brasileño intentó aclarar con una exclamación de “¿Esto? ¿Qué es?”. El Preolímpico se saldó con 6 victorias y con una diferencia media en anotación de 51.5 puntos y ningún rival aguantó más de los 10 minutos iniciales. Los resultados fueron estos: Estados Unidos 136-57 Cuba Estados Unidos 105-61 Canadá Estados Unidos 112-52 Panamá Estados Unidos 128-87 Argentina Estados Unidos 119-81 Puerto Rico Estados Unidos 127-80 Venezuela Domingo, 2 de agosto de 1992 Estados Unidos 122-81 España (65-35 al descanso). El Dream Team fue un bálsamo para los españoles, tras el descalabro frente a Angola. Por iniciativa de los estadounidenses, hubo foto de familia entre ambos equipos antes de comenzar el partido, detalle que no habían tenido con ningún rival hasta ese momento. Se vio claramente que no apretaron el acelerador como solían hacer. Volvieron Magic Johnson y John Stockton. Daly tuvo a los 12 disponibles por primera vez. Un bravo Andrés Jiménez, con 23 puntos, fue el máximo encestador del partido. 110 CdB El único Dream Team Antonio Rodríguez Tras dos semanas de descanso, el equipo volvió a reunirse en Montecarlo por varios motivos, pero sobre todo porque era un lugar idílico para que los jugadores pudiesen desconectar cuando lo decidiesen y que todos pudiesen disfrutar de sus familiares. Stockton se llevó a su esposa y sus cuatro hijos. Karl Malone, esposa y a su pequeño de un año, como así hizo Larry Bird... El querubín más joven fue el hijo de Chris Mullin, Sean, con un mes de edad. Esto hizo que su estancia allí fuese lo más parecido a unas vacaciones. Chuck Daly tenía miedo que los jugadores bajaran el ritmo, que todo lo trabajado anteriormente hubiese caído en saco roto. Lenny Wilkens, empezando ya a conocer a Daly, le hizo saber tal preocupación a Magic Johnson: “No se preocupe, coach. Tendremos cuidado en eso”. Pero ¿qué se iba a esperar de “El Príncipe del pesimismo” como así lo denominaba Bob Ryan, afamado periodista de Boston? Lenny Wilkens: “(Extraído del libro “Unguarded”) No me llevó mucho tiempo aprender algo sobre Chuck Daly: él se preocupaba por todo. Y quiero decir, por todo. Entrenando al Dream Team no había razón para la preocupación. Yo desearía tener un dólar por cada vez que le dije esto a Chuck. ‘Nuestros chicos pudieran tomarse algunos rivales a la ligera’, comentaba. ‘Chuck, mira quien está en tu equipo: Magic, Michael, Larry. Con todos ellos, ¿tú crees que van a perder?’ Pero había algo que a Chuck le preocupaba, algo que él nunca dijo: si este equipo perdía, el dedo ejecutor de la culpa se dirigiría solamente hacia él”. Chuck Daly: “(Extraído del libro “America’s Dream Team”) La presión era fuerte. Hay un viejo dicho en nuestra liga que dice que si a los jugadores se les paga por jugar, a los entrenadores por ganar. De hecho, al principio deseaba hablar con dos o tres personas para crear un grupo que tuviera un liderazgo interno. Magic Johnson y Larry Bird eran obvios para ser los co-capitanes. Deseaba que también lo fuera Michael Jordan. Me dijo que no, pero veía totalmente lógico que los otros dos ejercieran tales funciones”. A Daly le preocupaba la utilización de la línea de 3 puntos, sobre todo en Europa. El que los encuentros durasen 8 minutos menos que en NBA y viendo a los rivales como hizo con Lenny Wilkens un año antes en el Eurobasket de Roma, sus temores aumentaban. Quedó totalmente fascinado por el equipo de Yugoslavia. Como él decía, Kukoc, Petrovic, Divac... eran un demonio de equipo. “Nosotros vamos a llevar un gran equipo, pero éste puede ser la madre de todos los partidos”. El talento que atesoraban, casi no tenía medida. Eran jugadores atípicos que hacían cosas maravillosamente atípicas. Zan Tabak: “Toni (Kukoc), tú has hecho mucho daño al baloncesto. Ahora hay gente de 2.10 que quieren jugar todos por fuera, como tú”. Cuadernos de Basket 111 Desgraciadamente, Daly erró en su predicción. Yugoslavia, días antes de la celebración del Preolímpico europeo disputado en diversas ciudades españolas, fue sancionado por el Comité Olímpico Internacional, a no participar en ninguna modalidad olímpica, sumergidos en plena guerra de los Balcanes. Los jugadores lo vivían de otra manera. Desde el hotel Loews, a pesar de estar totalmente rodeado de aficionados que querían ver a sus ídolos, disfrutaron de una manera evidente. Charles Barkley: “(Declaraciones recogidas del acto del Hall of Fame en 2010) El primer día en Montecarlo, tras el entrenamiento, nos dirigimos algunos a la piscina. Y descubrimos a montones de mujeres que iban en top-less. Y claro, empezamos a avisar a todos. Así que, en los días posteriores, tras los entrenamientos, cuando alguien preguntaba ‘¡Eh! ¿Dónde vas ahora? La respuesta era siempre la misma: a la piscina”. Muchos otros podían hacer vida familiar, aunque su forma de vida, un poco más “espartana”, no podían concebir algunos excesos. Famosa es la anécdota de Larry Bird junto a su esposa y su amigo Quinn Buckner, que tras pedir una cerveza en el recinto de la piscina, la rechazó al quedar escandalizado por su importe. “¿Sabes que piden 8 dólares?” le dijo a Ewing. “Yo no voy a pagar eso por una cerveza”. Y luego, al margen se encontraban los, llamémosles “Cuatro jinetes de Apocalipsis”: Jordan, Pippen, Barkley y Magic. Miguel Angel Paniagua: “ Stockton me dio un cierto acceso al equipo, puesto que su agente, Jim White, me pidió que le ayudase en lo que pudiese en su estancia en Europa. Y las cosas que me contaba eran tremendas, aún sólo contándome lo obvio, lo que todo el mundo veía allí. En Montecarlo, los “cuatro jinetes del apocalipsis” devastaron aquello. Se dejaron mucho dinero y tenían un pasillo entre el Hotel du Paris, que está justo enfrente del hotel donde ellos residían, y el casino de Montecarlo. De hecho, el Hotel du Paris tiene un embarcadero propio, donde la gente rica, aparcaba su yate abajo, sube con su pareja y juega. El Hotel du Paris tiene caja fuerte, fichas y está montado para eso. Pues estos se establecieron aquí, se conoce que cogieron dos o tres suites, establecieron un cuartel general y hacían eso que se decía del coro al caño y del caño al coro: apuestas, hotel, hotel, apuestas... Había días que unos salían con más dinero y otros con menos”. Mientras, el pobre Daly preocupado por el escaso descanso de algunos de sus jugadores. Pero lo más que podía o creía conveniente hacer, era jugar unos hoyos en el campo de golf junto a Michael Jordan, para estrechar lazos, quedando gratamente sorprendido por la facilidad con la que conectó con su eterno rival en las pistas NBA. 112 CdB El único Dream Team Antonio Rodríguez Miguel Angel Paniagua: “Stockton me llegó a comentar que en alguna ocasión, alguno llegó sin acostarse, directo al entrenamiento. Pero, ¡es que iban sobrados! Llegaban tardísimo, algunos ligaban, otros no... Lo que sí era cierto es que las mujeres estaban permitidas. Chuck Daly marcaba una hora para el entrenamiento y el que no estuviera, caería fulminado. Pero es que era inconcebible que no estuvieran. Stockton era el tío más aburrido de ellos. Era perfecto para mí. Y me contaba lo justo. El que éstos llegasen a las tantas y estuviesen como nuevos. “No sé cómo lo hacen” me decía. Otro matador silencioso era Clyde Drexler. Creo que era visitante esporádico del casino también, más del ramal de los “hedonistas” que de los “espartanos”. Y el desenfreno era parecido al de los otros cuatro”. El 21 de julio, Estados Unidos disputa el único partido amistoso en Montecarlo, ante la selección francesa, a la que derrotan por 111-71. Aquello fue una experiencia en aquel lugar, porque las gradas del abarrotado pabellón se volcaron con el Dream Team y al final del partido todos coreaban el nombre de “Ma-gique, Ma-gique”. De hecho, el propio Johnson tuvo que subir al palco a saludar. “Yo, lo más cercano que he estado a la realeza, ha sido jugar junto a Michael Jordan”. El Príncipe Alberto, entregado a la magia de estos jugadores, le explicaba a su padre, Rainiero de Mónaco, mucho más neófito en estas lides, todas y cada una de las acciones durante el partido, algo que a Chuck Daly le hacía mucha gracia. Chuck Daly: “(Extraído de su diario en el libro America’s Dream Team) Más tarde me enteré que el Príncipe Rainiero solicitó mi presencia en el palco durante el choque. Alguien le tuvo que explicar que mi papel allí abajo, en el banquillo, también es importante”. De un príncipe a otro. En esta ocasión, “El príncipe del pesimismo” seguía con sus preocupaciones, ya que en el partido se cometieron hasta 8 violaciones de tres segundos en la zona, se perdieron demasiados balones y no se hizo buena defensa en los bloqueos. 40 puntos de diferencia. Cada uno se busca su cruz. A la mañana siguiente, en el entrenamiento, sucedió aquello que parece tener sólo cabida una vez cada cien años. James Naismith, inventor del baloncesto, creó este maravilloso deporte para que 101 años después, diera lugar a lo acontecido aquella mañana en aquel pequeño pabellón. Chuck Daly, molesto por algunos errores del partido del día anterior, organiza un partidillo para rectificarlos. Earvin “Magic” Johnson: “(Extraído del acto en el Hall of Fame) Una de las cosas que hicieron los entrenadores fue dividirnos entre los del Este y los del Oeste. Entonces estaba yo, Clyde, Mullie, Karl, David, contra Michael, Scottie, Larry, Cuadernos de Basket 113 Patrick, Barkley... algo como eso. Así que empezamos el partido y yo le dije a Michael “Yo voy a marcarte a ti, así que no cambies tú de asignación y cógeme a mí”. El partido se inicia con un 14-2 de parcial inicial para el Oeste. “Estaría bien que formaras parte del show” le dijo Magic a Jordan en ese momento. Jordan y Pippen comenzaron a presionar en defensa a toda cancha y a robar balones. La magnificencia de Michael Jordan fue expuesta en esos minutos de partido, llegando a igualar el resultado. La intensidad en las acciones defensivas y del juego en general, se incrementa y los entrenadores que ejercían como árbitros, comenzaron a tener problemas. En una falta que señalizan a Magic, éste empieza a quejarse. “¡Esto es como el Chicago Stadium! ¡Lo han traído aquí!” a lo que Jordan le contestó, muy serio, con un “Bienvenido a los 90”. Scottie incentiva el pique con un “Would you like ‘Be like Mike’ (¿Te gustaría ser como Mike?). Con el partido empatado, Chuck Daly lo para, asustado por la intensidad del mismo, dando por finalizado el entrenamiento. “No necesito más lesionados”. Orden que los componentes del Dream Team desoyen. Y esta fue la primera y única ocasión en que los jugadores ignoraron los mandatos de su entrenador. En acuerdo común de todos y por supuesto, sin la colaboración de Laettner -“Esto es algo entre nosotros. No es asunto tuyo”-, siguieron jugando unos 5 minutos más, con la intensidad y el orgullo que solamente estos jugadores podían dar. En aquel pequeño recinto, los pocos testigos que lo presenciaron fueron verdaderos privilegiados. “El mejor partido que jamás he llegado a ver”, según Dave Gavitt. Hay que pensar, que poco a poco se iban aclimatando a las reglas FIBA. Y quizás ese improvisado enfrentamiento tuviera encerrado una de las mayores joyas de pases y movimiento del balón, entre otras cosas porque seguía vigente en el reglamento la prohibición del ‘alley-oop’. Larry Bird: “(Extraído de sus declaraciones en el acto del Hall of Fame) La principal ventaja que sucedía con ellos en pista, es que el juego se aceleraba más y más, y tú tenías que jugar un poco más deprisa. El baloncesto es tan simple...Podías jugar el pick & roll a la perfección, dejar a un compañero abierto. Si no estabas abierto para el tiro, seguir circulando el balón...Pero es cierto que no siempre ocurre así. Sí en este equipo. No era una cuestión solamente de anotar, porque para eso dabas el balón a Barkley y listo. Porque Charles era el jugador más dominante de ataque en el mundo por aquel entonces. Pero no era eso: era cuestión de jugar correctamente”. 114 CdB El único Dream Team Antonio Rodríguez Martes, 4 de agosto de 1992 Estados Unidos 115-77 Puerto Rico (67-40 al descanso). En los cuartos de final, los estadounidenses encajaron un parcial de 13-0 de los portorriqueños tras un inicio fulgurante. Aún así, Chuck Daly no solicitó tiempo muerto. Mullin, 8/10 en tiros de campo y 21 puntos, fue el máximo encestador del partido, que finalizó con risas y saludos entre Karl Malone y Piculín Ortíz, antiguos compañeros en los Jazz. Barcelona, ciudad perfecta para unos Juegos. Urbe multicultural que vio pasar por sus calles más famosas, gentes de todas las nacionalidades. Acogedora, noctámbula, desenfadada. Y con un testigo muy particular: su mascota Cobi. Rick Reilly: “(De su columna semanal en la publicación “Sports Illustrated”) Las primeras mil veces que tú lo ves, te parece mono. Las siguientes mil, piensas que su sonrisa es falsa. Las terceras mil veces, juro que voy a matar a su creador. ¿Qué es? ¿Un perro, un gato, un hamster? ¿Qué clase de animal tiene tres dedos en una mano y cuatro en la otra? Está en todos los lugares y en todas las cosas. En un mechero y en la ventana de un autobús. Vende Coca-Cola, cerveza Estrella, electrodomésticos Panasonic...lo que haga falta. Y luego hay un Cobi para cada deporte: nada, tira con arco en postura de Robin Hood, practica taekwondo... Es el embajador de la buena voluntad, con su lema perenne ‘Amigos para siempre’. Es algo para lo que no estoy preparado”. Mascota simple de trazo sencillo. Javier Mariscal, su creador, se jactaba de dibujar uno en cuatro segundos. “Lo van a adorar, porque es mono”. Barcelona fue de la mano en la fe por tal animal en los Juegos, y como se dijo en “Informe Robinson”, es de largo, la mascota más rentable de la historia de los Juegos. La selección de Estados Unidos aterriza, pero no en el aeropuerto del Prat. Esteban Gómez: “Ellos, por cuestiones de seguridad, aterrizaron en el aeropuerto de Reus, donde nos congregamos algunos periodistas para ver su llegada. Piensa que en el aeropuerto del Prat no solamente llegaban deportistas por esas fechas, sino también múltiples Jefes de Estado para ver la inauguración”. Para la seguridad sobre el equipo olímpico estadounidense de baloncesto, no se escatimaron esfuerzos. Sobre todo, tras la experiencia en Montecarlo, donde el director del hotel Loews acabó pidiendo disculpas por no hacer caso a la recomendación inicial de reforzar la seguridad ante la avalancha de aficionados. “Disculpen, pero aquí se han hospedado jefes de estado y estrellas del mundo del Cuadernos de Basket 115 espectáculo y nunca tuvimos ningún problema”. Jamás pudo imaginar la que se le avecinó. En esta ocasión, sí había previsiones de lo que definían los periodistas como: “Era como si estuviésemos siguiendo a los Beatles”. El hotel Ambassador, ubicado en una de las calles perpendiculares de Las Ramblas, sí sabía a quienes alojaría. Ramón Trecet: “El hotel donde estaban ellos fue construido para los Juegos. De cinco estrellas, con todo. Ahí también se hospedó David Stern con su esposa y su hijo pequeño. El Dream Team es la punta de lanza del cambio en los Juegos. Del semiamateurismo al profesionalismo más absoluto. Los deportistas profesionales no necesitan estar en una villa. Eso es para los amateurs. Acuérdate que los de baloncesto en Atenas estaban hospedados en el “Queen & Mary II”, anclado en el Pireo”. Chuck Daly: “(Extraído de su diario en “America’s Dream Team”) Antes de instalarnos, jugadores y entrenadores fuimos a la Villa Olímpica para recoger nuestras acreditaciones y ocurrió algo que les dará una idea que sitúa a este equipo en un lugar aparte. Obtuvimos nuestras acreditaciones con bastante rapidez, pues a veces se necesitan hasta cinco horas para ello, pero hicieron un sorprendente trabajo arreglándolo. Luego algunos de los voluntarios empezaron a acercarse en busca de autógrafos. Tuvimos que caminar como dos manzanas hasta nuestro autocar y por el camino, muchos de los atletas empezaron a rodearnos. Decenas y decenas de ellos. Salieron de sus terrazas y había gritos y vítores. A éstos se les unieron periodistas, hasta que nos vimos empujados de un lado a otro. Tuvimos que meternos a toda prisa en el autobús por motivos de seguridad. Subrayo la naturaleza de los riesgos de seguridad implicados con estos jugadores allá donde vamos. La gente piensa que podemos ir simplemente por ahí con toda normalidad, pero no podemos”. El autobús que les llevaba al Palau Olimpic estaba escoltado. Había un helicóptero que les custodiaba, sobrevolando el autobús. Y al hotel se accedían con tarjetas que tan sólo tenían la delegación de baloncesto, únicos clientes del recinto. Ramón Trecet: “En Barcelona había hasta submarinos. Y en la ciudad, en cada rotonda había dos vehículos blindados en cada una de ellas. Por si había algo, se cerraban líneas”. Haciendo un poco de historia, podemos entender tales medidas. Ramón Trecet: “La Villa Olímpica había sido un centro de intercambio de ideas, de empatía, hasta que pasó la tragedia de Munich. Automática y desgraciadamente, la Villa Olímpica se convirtió en una prisión. Barcelona fue la primera fuga de la prisión, porque la NBA se va fuera. Pero no era de lo más exagerado. Yo he visto cosas peores en Seúl, por ejemplo. Seúl está a 60 km. de distancia con Corea del 116 CdB El único Dream Team Antonio Rodríguez Norte. Allí te avisan que es que ellos no firmaron la paz, sino un armisticio. Había una hilera de tanques todo el día...¡con los motores en marcha!”. Junto a eso, la Villa Olímpica tampoco tenía ciertas comodidades para los hombres altos, como las dimensiones de las camas. Aunque lo que más les sorprendía a los estadounidenses y que a algunos les trajo de cabeza, era la falta de aire acondicionado. Zan Tabak: “Recuerdo el partido que jugamos frente a Angola, que fue a las nueve y media de la mañana. Estábamos perdiendo por 20 puntos al descanso. Era muy complicado jugar por la mañana porque no podías dormir hasta las cuatro de la madrugada, por el calor en la Villa Olímpica. Estabas cansado y no podías dormir”. Era el contrapunto de una Villa Olímpica que disfrutaron todos, puesto que los atletas pudieron permanecer durante todas las fechas de competición. Incluso tenían playa propia. Zan Tabak: “Ver a los deportistas, a toda la gente que arrastraba... era una gran manifestación. Es un poco sentir todo el movimiento olímpico. Allí me encuentro a Jim Courier, o estar al lado de Carl Lewis, o con Sotomayor. Y te vas a hacer pesas al gimnasio y te encuentras a un campeón olímpico de halterofilia. Y estás en el comedor y se presentaba alguien allí luciendo su medalla de oro. Estuve en Barcelona mucho mejor que en Atlanta. En Atlanta si no llegabas a tiempo al comedor, no comías. Y en Barcelona, increíble. Durante todo el día podías desayunar o comer o cenar. Abierto las 24 horas del día”. El sábado 25 de julio, día de la Ceremonia de Inauguración, el equipo olímpico de Estados Unidos al completo, da una rueda de prensa en el salón central. Allí se congregaron más de mil periodistas. Esteban Gómez: “Mirabas detrás de ti y veías una hilera interminable de cámaras. En aquella rueda de prensa, quien puso el toque fue Charles Barkley”. En la víspera al debut frente a Angola, Barkley decía que “no conozco a Angola. Sólo sé que tienen un problema”. O cuando le preguntaron sobre la derrota estadounidense en Munich’72, “yo acababa de suspender mi examen de acceso al jardín de infancia. Con lo que no sé mucho al respecto”. Los medios españoles se hacían eco de las respuestas de un personaje como Barkley. Hubo artículos en diarios elucubrando sobre la posibilidad de tener en nuestras ligas domésticas a tipos como Barkley, que harían mucho más divertido el trabajo de cualquier periodista. Sin embargo, la fanfarronada de Barkley sobre Angola tendría sus horas contadas. Ya se encargarían los técnicos del equipo en tener cumplida información de su primer rival. Cuadernos de Basket 117 Miguel Angel Paniagua: “Carlesimo es que hizo scouting hasta de Angola, que es de locos”. Juan Antonio Orenga: “Yo salgo fuera a tirar una suspensión, porque en la zona no tenía nada que hacer. Y de repente, sin pensarlo, viene Ewing y me coloca un tapón. Él sabía que yo tiraba también desde fuera. Sabían perfectamente quienes éramos. Sin embargo, yo no sabía tanto de él. Me sorprendió mucho el tiro exterior que tenía”. A la Ceremonia de Inauguración de los Juegos Olímpicos de Barcelona acudieron ocho jugadores. Faltaron Michael Jordan y Chris Mullin, que ya habían vivido la experiencia en Los Angeles’84, junto a Larry Bird y Pat Ewing. Bird, en las dos semanas de descanso entre el Preolímpico y Montecarlo, fue a Boston y le pidió a Dan Dyrek, médico de confianza del General Hospital de Boston, que le acompañara. “No creo que pueda hacerlo sin tu ayuda”. Bird le pasó el calendario de actos para que Dyrek permitiera o prohibiera asistir a ellos, para aguantar hasta el final. Y lo mismo hizo para el nuevo e inseparable amigo de Bird, Pat Ewing, y que sus lesiones casi crónicas en las rodillas, sufrieran lo menos posible. Tres horas de pie no era lo más aconsejable para ninguno. El protagonista, por supuesto, fue Magic Johnson, que se hizo fotos con multitud de deportistas. Y llegó el gran día. Ramón Trecet: “Llegamos al Palau Olimpic y el puesto de comentaristas de televisión lo teníamos a pie de pista, casi en el centro de la cancha. Pues nos sentamos y empiezan las ruedas de calentamiento. Y cuando los americanos hacen la entrada a canasta y vuelven a medio del campo para incorporarse nuevamente a la rueda, venían de frente a nosotros. Cuando se acerca el primero, detrás de nosotros oímos un ruido de cientos y cientos de cámaras. Me lo quedo mirando a Pedro (Barthe) y le digo “Sí, sí. Es la hostia”. Esa fue la primera percepción de que aquello fue algo más”. En el partido, durante el parcial de 46-1, minutos después de un empujón de Charles Barkley a un jugador angoleño llamado Herlander Coimbra, bastante liviano de peso, al bajar a defender le dio un codazo en el pecho, por sorpresa, bastante violento. Coimbra, dolorido por el golpe, oyó la sonora pitada de los aficionados congregados en Badalona a Barkley. Desde ese momento, Sir Charles fue el motivo de las iras de algunos aficionados. Posteriormente, se supo que el tal Herlander Coimbra, estudiante de Económicas por aquel entonces, tenía como ídolo al propio Barkley, al que había visto en infinidad de veces por televisión. Al finalizar el partido, John Stockton encabezó a algunos compañeros para decirle que “así, no”. No era la imagen que pretendían dar desde el primer día al mundo 118 CdB El único Dream Team Antonio Rodríguez entero. Posteriormente, al margen de la promesa del ‘no se volverá a repetir’, Barkley buscó a Coimbra para hacerse una foto con él a modo de disculpa. Miguel Angel Paniagua: “El Dream Team era muy consciente de la fascinación que transmitían a sus rivales. Les habían dado muy pocas directrices, pero sí una de David Stern muy clara: “Don’t fuck up”. No la jodáis. Hemos venido a ganar, a dar la sensación de que esto no está cerca y que hay que dejarlo muy claro. Pero, no la jodáis”. Estos Juegos Olímpicos marcaban una nueva época. Ramón Trecet: “En aquel momento, para mí, los Juegos estaban cambiando. El que la Unión Soviética y la República Democrática Alemana se disgregaran o se disolvieran, era un gran percance para los Juegos, porque solían copar con USA las tres primeras plazas en el medallero. Y esa cultura la habían adquirido algunos países satélites. Eso me preocupaba por aquel entonces”. Efectivamente, en baloncesto, tras la ya conocida sanción a Yugoslavia, se incorporaron tres nuevas naciones al torneo olímpico: Croacia, Lituania y lo que llegó a llamarse Equipo Unificado o CEI, que fue una colección de repúblicas ex soviéticas. Zan Tabak: “En aquel momento no sabes apreciar que jugué contra el Dream Team, que tienes la oportunidad de formar parte de un equipo que quedó medalla de plata. Tenía 21 años. Eso se valora con la distancia. Nosotros, con Goran Ivanisevic y algún otro atleta, éramos toda la representación de Croacia. Como equipo, el baloncesto éramos los únicos representantes. Estábamos en guerra y teníamos pesar por lo que estábamos pasando en casa”. Los croatas fueron la única representación balcánica. Otra selección, éstos sin problemas bélicos, era Lituania. Los lituanos sintieron un gran orgullo al llegar a los Juegos, algo que tenían más que seguro que llegarían, clasificándose en el Preolímpico de España dos semanas antes. Porque Sarunas Marciulionis estuvo recaudando fondos en Estados Unidos durante todo el año anterior. De tal noticia se hicieron eco los medios locales por la zona de Oakland. El grupo musical “Grateful Dead” precisamente leyeron el artículo e invitaron a Sarunas a un concierto, junto a Donnie Nelson, aparte de donarles equipación deportiva, donde lo más destacado fueron aquellas camisetas multicolores con esqueletos dibujados, auténtica tortura del buen gusto. Destacando que tanto Marciulionis y Homicius convencieron a Donnie Nelson y Javier Imbroda como asistentes, el veterano seleccionador Vladas Garastas quería Cuadernos de Basket 119 una medalla por encima de todo. Él, con 9 años, presenció en directo la medalla de oro que su república, como Lituania, consiguió en el Eurobasket de 1937. El Equipo Unificado estaba orquestado desde Moscú. Junto a deportistas rusos, intentaron reclutar a jugadores que sabían que con sus repúblicas no tenían opción de jugar unos Juegos Olímpicos. Por tal motivo, pudieron convencer a Alexander Volkov, Alexander Belostenny o Valery Tikhonenko. Pero su mayor logro fue que acudieran a la llamada los letones Igor Miglinieks y Gundras Vetra, posiciones de base y escoltas en las que andaban muy escasos. En un principio, la Federación rusa contactó con Alexander Gomelski para facilitar ese proceso de “reclutamiento”. Gomelski vivía en San Diego, totalmente apartado del régimen que le tocó vivir durante muchos años. Ese régimen que le prohibió ser entrenador asistente en los Juegos Olímpicos de Munich’72, porque el KGB le denegó el visado, ya que por su ascendencia judía, temían que pidiera asilo en el país alemán, desertando así de la URSS. “Nuestro viejo sistema... no era tan bueno”. Por historias pasadas como ésta, al reclamo del presidente de la Federación Rusa, le preguntó que cuanto pagaban por tal servicio. “No hay dinero. Es un acto de patriotismo”. Gomelski fue conciso: “No, gracias”. Bajo este marco de extrema igualdad, puesto que a estos tres, se les unían Australia, Puerto Rico, una Alemania fortísima con Detlef Schrempf, la siempre combativa Brasil y los anfitriones, España -todo en teoría. Nuestras expectativas murieron antes de iniciarse la competición-, los estadounidenses fueron a lo suyo. Y lo suyo, en la segunda jornada, se llamó Croacia. Uno de los favoritos. Estados Unidos-Croacia era un partido con muchos lazos entre los jugadores y no amables, por cierto. Jerry Krause, general manager de los Bulls, tenía como ojito derecho al croata Toni Kukoc, pues eran poseedores de sus derechos en el draft. De hecho, el presidente Jerry Reinsdorf se negó a renegociar el contrato de Scottie Pippen ese año, esperando la respuesta de Kukoc a la astronómica oferta que le hicieron: 13 millones de dólares por 5 años. Scottie Pippen ganaba 700.000 dólares. Si se uniesen los contratos anuales de Pippen y Michael Jordan, no llegaban a la cantidad que ganaría Kukoc en un año. Con lo que para ambos, sobre todo para Pippen, éste era un partido muy especial. Charles Barkley: “(Extraído del acto del Hall of Fame) Recuerdo el partido frente a Croacia, donde Jordan dijo: “Toni Kukoc va a ganar más dinero que Pippen y yo juntos. Me da igual lo que él haga: a por él. Y ambos lo tumbaron. Fue tremendo”. Scottie Pippen: “Fue un esfuerzo colectivo. Si yo era superado, detrás de mí estaba David. Toni Kukoc no tuvo oportunidad ese partido”. 120 CdB El único Dream Team Antonio Rodríguez Tras el partido, Pippen declaró a la prensa “Yo no puedo poner a Jerry Krause en la cancha. Eso será la siguiente gran cosa que haga. Pero sí le voy a comprar un gran televisor para que pueda ver partidos como el de hoy”. Zan Tabak: “Drazen lo vivió con más intensidad. Todos nos entregamos por cuestiones patrióticas. Pero él en particular. Además, estaba en NBA y para él, era algo especial. Y Kukoc estaba en el punto de mira porque había sido elegido en el draft. Tenían claro que no querían que Kukoc hiciese un buen partido”. Toni Kukoc ese día no podía apenas tirar desde fuera. Fintaba, entraba y en el aire tenía que doblar complicados pases. Consiguió 4 puntos en 35 minutos, en una pírrica serie de 2/11, con 5 asistencias, difuminadas ante las 7 pérdidas de balón. Ramón Trecet: “Los periodistas americanos que me conocían, iban a darme la brasa sobre el baloncesto europeo. Tras jugar con Croacia en la fase previa, viene David Dupree y me dice “Hoy los croatas estos, tan bien como juegan... el Toni Kukoc éste... a ver qué pasa”. Y al final del partido, “No contest, no contest”, como criticándome a mí. Con los años, cuando yo volvía para allá, sacaba pecho”. Charles Barkley también tuvo su “momento”. Fue sancionado con una técnica al ir a hablar con un aficionado en la banda sobre una falta que acababa de cometer. “Si en Estados Unidos me pitasen técnicas por cosas como éstas, no pasaría del primer cuarto en ningún partido”. Ramón Trecet: “Hay un momento en que Petrovic consigue dos triples consecutivos. Chuck Daly se cabrea y según vuelven los americanos a defender, desde la banda grita “¡Michaeeeeelllll!” Nada más que el grito, ¿eh? Seis minutos estuvieron los croatas sin anotar desde ese momento. Ese día yo me fui al hotel pensando en Daly. Si este tío tiene los huevos para gritar eso a Jordan...Y no sólo eso, sino que Jordan le da razón con el parcial posterior”. La competición siguió transcurriendo bajo el embrujo de este Dream Team. Alemania, Brasil, España, Puerto Rico... No era lo que se había estado esperando, sino mucho más. Los jugadores se divertían, disfrutaban con su intensidad. Todos los partidos se rompían cuando junto a Michael Jordan, se incorporaban al juego Scottie Pippen y Charles Barkley, junto a David Robinson como pívot. Esos cuatro ponían tanta presión, que convertían aquel quinteto en la máquina defensiva más perfecta que jamás haya visto este juego. Ya no era una cuestión que los parciales fueran escalofriantes, sino el ver esa pose defensiva a Michael Jordan, con las piernas flexionadas, y la mirada fija sobre los ojos del rival. Los pases de fantasía de Magic Johnson para un triple de Larry Bird. Pases de béisbol de cualquier pívot de un lado al otro del campo medidos al milímetro, con una Cuadernos de Basket 121 facilidad pasmosa... Y en los contragolpes todos participaban con una sucesión de pases a una velocidad digna de los mejores All Star Game. Hasta los abucheos de Barkley se fueron transformando en gritos de admiración y posteriores aplausos. Era un showman. Frente a Brasil anota una canasta tan bella que se permitió el lujo de ir a una esquina y alzar los brazos para alentar al público. Caían rendidos, a pesar de ser Barkley. O posiblemente, por el hecho de ser Barkley. Había que ser consciente de lo que se estaba viviendo. De lo que se estaba disfrutando. De que aquello era único. Charles Barkley: “Cuando tú juegas con otros grandes jugadores, el baloncesto puede ser tan sencillo. Cuando lanzas ciertos pases a un tipo normal, tiene que haber una alineación de estrellas para que sea efectivo. Bien, a cualquiera de éstos tú pasabas el balón y ellos se encargarían del resto. Siempre pensé que no puedes pasar a un hombre alto en carrera, si éste no está muy cerca de canasta. Pues aquí se lo pasaba a Karl Malone y asunto solucionado”. Tomás Jofresa: “Yo, en esa época, era considerado uno de los jugadores más rápidos de Europa. Extremadamente veloz. Antonio me dice que saltara a la cancha y en la primera situación de juego, recibo un balón en la línea de fondo y es Scottie Pippen quien me defiende. Y recuerdo que pensé “Bueno, voy a hacerle un quiebro, me voy por velocidad y ya verás cómo esto se va a caer”. Recuerdo intentarlo y ver un jugador de dos metros defenderme como uno de 1,80, con una lateralidad increíble y delante de mí. Tuve que pasar el balón porque no me despegaba de él. Esto lo tengo grabado. Una capacidad física bestial y ese momento de sentirme muy inferior al contrario”. Juan Antonio Orenga: “Me llamó la atención que Charles Barkley era mucho más pequeño de lo que pensaba o que Bird, sin embargo, era más grande. Ellos eran muy respetuosos, pero querían competir. Recuerdo que Scottie Pippen dijo a algunos de sus compañeros durante el lanzamiento de unos tiros libres, “chavales, que vamos 20 puntos arriba tan sólo. Hay que apretar”. Y a los pocos minutos, íbamos treinta y tantos puntos por debajo. Pippen tenía unos brazos larguísimos y una gran capacidad atlética, que nos hacía entender por qué Michael Jordan también tenía ese éxito en los Bulls”. Juan Antonio San Epifanio: “Teníamos delante el mejor equipo de la historia. Irrepetible. Estamos hablando que en esos momentos el baloncesto americano está muy por encima de todos los demás, y además escogiendo a los mejores jugadores. Por eso se llamó Dream Team”. 122 CdB El único Dream Team Antonio Rodríguez Jueves, 6 de agosto de 1992 Estados Unidos 127-76 Lituania (49-30 al descanso). En semifinales, no hubo compasión con los lituanos, aunque tuvieron gran apoyo de los aficionados españoles congregados en la grada. Pancartas como “Sabonis, dales caña. Te apoya toda España”, fueron numerosas. Fue la mejor exhibición ofensiva y defensiva, con 9 jugadores superando los 10 puntos y Jordan y sus 21 puntos, siendo el máximo encestador del partido. El Dream Team tomó su estancia en Barcelona como algo natural, como un evento para disfrutar, empaparse del espíritu olímpico. El mensaje de David Stern tampoco era muy necesario. Aunque tenían fuertes medidas de seguridad alrededor, siempre había tiempo para hacer escapadas por libre, disfrutando del entorno, de paseos noctámbulos por Las Ramblas, de ver otros espectáculos. Miguel Angel Paniagua: “Yo salí un día de paseo con Christian Laettner y no hacía más que girar la cabeza viendo las mujeres que había en Barcelona. Decía que eran las mujeres más bonitas que había visto nunca. Imagínate para un chaval de 22 años. ¡Es que miraba a todas! Él era sospechoso que fuese miembro del Dream Team por su estatura. Además, era un guaperas salido de Duke. Pero, quien más íntimamente ligado estaba a los jugadores, era Jack McCallum”. Jack McCallum: “(Extraído de sus artículos en “Sports Illustrated”) Pat Ewing, Karl Malone, Scottie Pippen y Chris Mullin se pasaban a menudo por la Villa Olímpica, e hicieron muchas fotos. Incluso Larry Bird tomó un día el metro, burlando la seguridad del hotel, puesto que quería ir a ver un partido de beisbol. Pero se equivocó de estadio y no hizo más que dar vueltas por el metro, hasta que le guiaron unos compatriotas que se encontró en una estación. Una vez en los vestuarios de la selección estadounidense, se hizo fotografías y pidió autógrafos, con la petición del entrenador, Ron Frazer, de volver a verlo al día siguiente. Karl Malone fue un día a ver el boxeo e hizo buena amistad con Oscar de la Hoya y con toda su familia, viendo con ellos el combate en la grada”. Como mostró el documental de la ESPN, el jugador del equipo estadounidense que más desapercibido pasaba era John Stockton. Acompañado de su mujer y sus cuatro hijos, con sus gafas de sol, podía pasear tranquilamente, hasta el punto de preguntar a una aficionada que tenía una camiseta con caricaturas del Dream Team, quien era ese jugador pequeño de raza blanca que había en una esquina. La chica, dudando, fue adelantada por uno de los niños de Stockton que gritó “¡es papá!”, para Cuadernos de Basket 123 la perplejidad y el sonrojo de tal aficionada. Pero el rey de las salidas fue Charles Barkley. Como bien decía, prefería repartir saludos y firmar cientos de autógrafos, que estar encerrado en el hotel. Su carácter le hizo pasarlo bastante bien. Jack McCallum: “Barkley en Las Ramblas, cercano al amanecer, se encontró con una chica española que le reconoció y empezó a gritar “It’s him, it’s him!!”.Corrió a pedirle un autógrafo. Otro joven, se paró delante de él, lo señaló y empezó a desternillarse de risa. “¡Éste está más loco que yo!”. A Barkley le gustaba mezclarse entre la gente, se sentaba en una terraza y pedía una botella de vino, rompiendo el mito del aislamiento de los jugadores de la NBA”. Entre todas estas historias, particularmente me quedo con ésta: Harvey Araton: “(Extraído de su libro “Crashing the borders”) En el típico revuelo tras un partido en el Olimpic de Badalona, montones de cazadores de autógrafos y desesperados periodistas rodeaban a Magic Johnson. Yo había acabado mi entrevista y de repente, noto cómo un tipo muy alto y delgado, con un pase de prensa, posa la mano sobre su hombro, buscando un reclamo. Al darse media vuelta, el tipo alto le dice “Earvin, me alegra volver a verte”. Magic lo miró y automáticamente sacó a relucir su gran sonrisa. “¡Sten! ¿qué haces aquí?” Se abrazaron y estuvieron charlando durante unos minutos. Intrigado, yo seguí a Sten por el pasillo hasta la sala de prensa. “Te vi con Magic antes. ¿Sois viejos amigos? Sten Feldreich, un sueco que estaba en Barcelona cubriendo los Juegos para una revista, me contó que permaneció un año en la universidad de Michigan State. Medía 2.11 y tenía 22 años, siendo internacional por su país. Jud Heathcote, el entrenador de Michigan State, le dijo “si tú vienes con nosotros, tendrás una beca y serás un verdadero ‘siete pies’. Feldreich fue a East Lansing, donde jugó con el novato que causaba sensación, Earvin Johnson. Me contó que ellos no eran los mejores amigos, pero que hubo varios domingos por la tarde, que Earvin le invitaba a casa de sus padres, puesto que él vivía cerca de Lansing. Se sentaban alrededor de la televisión, tomaban la bebida preferida de Earvin, una especie de zumo de frutas llamado “Hawaiian Punch”, y todos veían el partido de la semana de la NBA. Feldreich, cargado de nostalgia, volvió a su tierra tras aquel año (1978), antes que consiguieran el título de la NCAA, y nunca volvió a ver a Magic hasta ese día en Barcelona. “14 años después y me reconoce sin necesidad de leer la acreditación. Mucha gente quizás no me recordase. Hubiese quedado sorprendido y un poco decepcionado si él no lo hubiese hecho. No sería como el Earvin que conocí”. Efectivamente, se trata del mismo Sten Feldreich que jugó en Zaragoza, en el Helios Skol en la temporada 80-81. 124 CdB El único Dream Team Antonio Rodríguez Jack McCallum: “Tras una victoria en las primeras jornadas, Chuck Daly estaba sentado solo, cercano a la pista, junto a un poblado macetero de plantas, sin ser molestado, mientras que todos los periodistas de la zona mixta agasajaban a sus jugadores. Se reclinó ligeramente hacia la planta y la susurró: ‘¿Tú qué crees, que hacemos una bonita postal navideña?” Toda la selección estadounidense al completo, pidió a la española hacerse una foto con ellos, conocedores del mal momento que pasaba el equipo de Díaz Miguel tras haber perdido frente a Angola en la jornada anterior. E incluso, al final de aquel partido, Michael Jordan, siendo consciente de los abucheos que había oído sobre el seleccionador español, se encargó de ir hacia él, pasar su brazo por el hombro y charlar entre bromas con él, mientras se retiraban al vestuario, puesto que eran viejos conocidos de sus estancias en North Carolina. Charles Barkley regaló la camiseta de entrenamiento tras la petición de Dino Radja el día de la final, cuando estaba terminantemente prohibido dar cualquier prenda deportiva a nadie y Magic Johnson, tras acabar la final, se acercó a Toni Kukoc y le frotó la cabeza, reconociendo así que había tenido un buen partido (16 puntos, 5 rebotes, 9 asistencias), olvidando el anterior en la fase previa. Ser receptivos ante lo que tenían alrededor. Disfrutar de ello. Ésta fue la grandeza del Dream Team, al margen de su valía como jugadores. Chuck Daly: “La grandeza de aquel equipo es que nunca dieron nada por hecho”. En semifinales, enfrentándose por primera vez a los lituanos, realizaron el mejor encuentro, poniendo la mayor intensidad vista hasta ese momento en el torneo olímpico. Ni Marciulionis ni Sabonis pudieron hacer nada. Eso sí, el bueno de Arvidas se llevará para el recuerdo los dos tapones consecutivos que colocó a David Robinson en sendos intentos de mate. Sin embargo, el huracán fue tal, que en los últimos minutos, la mejor actitud que pudieran tomar los lituanos fue la de Arturas Karnisovas, que de pie en el banquillo, comenzó a hacer fotografías sin descanso a sus rivales. Lituania consiguió la medalla de bronce, en lo que según Marciulionis, fue el momento más feliz de su vida. Y Croacia, utilizando la estrategia del uno más uno en tiros libres, regla que aún estaba presente en esos días, aprovechó para hacer faltas a Alexander Volkov en la semifinal ante la CEI en los últimos minutos - llegó a fallar cinco primeros intentos consecutivos-, valiéndoles para ganar una semifinal que en muchos minutos vieron perdida. Y en la final, se pudo soñar cómo sería poder jugar de tú a tú frente a una selección como ésta. Con el mate de Franko Arapovic y su posterior tiro adicional, colocando el 23-25 en el marcador, nos dimos cuenta de algo. Cuadernos de Basket 125 Miguel Angel Paniagua: “El Dream Team marca una frontera entre ‘esto es inalcanzable y esto es inalcanzable pero tenemos que llegar a ello’. Eso se dice en Estados Unidos y creo que tienen razón”. Sin embargo y aunque pensábamos que todavía faltaban muchos años para llegar a ese nivel -nadie hubiese podido imaginar que 8 años después estuvieron a un triple de Jasikevicius de ser derrotados-, estos jugadores formaron un equipo que estaba a años luz del resto. Y lo dejaron claro también en la final. Sabado, 8 de agosto de 1992 Estados Unidos 117-85 Croacia (56-42 al descanso). Finalizó la aventura y finalizó con el oro. Como no podía ser de otra manera. Como buena final, los estadounidenses tuvieron más problemas y llegaron a estar por debajo en el marcador en el minuto 10: 23-25. Drazen Petrovic, con 24 puntos fue el máximo encestador del partido. Magic Johnson ya tiene su soñado oro olímpico. El torneo finalizó. La fiesta acabó. Y para los libros quedaron dos datos escalofriantes: 43.8 fueron la media de puntos de diferencia a los rivales y que Chuck Daly no solicitase ningún tiempo muerto a lo largo de la competición. No fue necesario. Fue un broche a la imagen dada por este Dream Team de Barcelona’92. Imagen que fue desvaneciéndose en los equipos que les siguieron. Juan Antonio Orenga: “En el Mundial de Toronto del 94, el día antes de nuestro debut, los americanos nos preguntan que contra quienes jugábamos. “Pues contra vosotros”. Andrew Gaze: “(Extraído del libro “Crashing the borders”) El primer Dream Team tenía algo extraordinario. Esos jugadores eran los que teníamos en los posters en nuestras habitaciones. Los chicos de Toronto, parecía que querían mandar otro mensaje al mundo”. Harvey Araton: “(Extraído de su libro “Crashing the borders”) Gaze y sus compañeros sufrieron risas, mates con gestos humillantes...Era como “si no nos rogáis una foto –como al Dream Team original– nosotros nos encargaremos de “posterize you” –”posterizar”, expresión utilizada en USA que define al jugador que está bajo alguien que acaba de hacer un mate– Don Nelson dijo que algunos de aquellos chicos eran incontrolables (...) El día de la final, David Stern, en el Skydome, admitió que no le gustó el comportamiento chulesco del equipo que habían enviado y prometió adultos para los próximos Juegos Olímpicos”. 126 CdB El único Dream Team Antonio Rodríguez Charles Barkley: “El equipo de Atlanta’96 fue una pesadilla. Teníamos chicos maldiciendo por sus minutos en la cancha, discutiendo con el entrenador Wilkens. Yo decía a Scottie y a Karl, ¡tíos, nosotros hemos jugado con Larry Bird y Michael Jordan y no hemos tenido ningún problema! ¿Qué demonios les pasa a estos chicos?” Scottie Pippen: “La experiencia en Barcelona’92 fue mejor que la de Atlanta’96. En ningún momento llegué a pensar que podíamos perder en Barcelona. No puedo decir lo mismo de Atlanta”. Lenny Wilkens: “(Extraído del libro “Unguarded”) Entonces, Shaq me pregunta. ‘Coach, ¿tú has sido jugador a este nivel?’ Scottie Pippen, que estaba escuchando, rompió a reír y empezó a decir a los demás lo que Shaq me preguntó. Al día siguiente, Shaq vino y me dijo que había preguntado a su padre por mí”. Miguel Angel Paniagua: “No han podido caer más bajo que en Atenas, con el equipo dividido, con insultos a voces de Iverson a Larry Brown...En Atlanta llegaron a las manos y hubo algún ojo morado por ahí... Por eso, cuando me hablan de Dream Team, especifico entre el bien llamado Dream Team y el mal llamado Dream Team. Fue Shaquille O’Neal quien intentó en Toronto preservar esa imagen. Pero es que, lo de Barcelona, tanto por ética como por estética... es que eso es irrepetible. El comportamiento, la imagen, el pensar que debían estar todos allí...yo creo que todo se resume en el ‘¡Qué cojones hago yo aquí!’. En Pekin sí que siguieron varias directrices de respeto”. Llegó el momento del pódium. Una de las anécdotas más divertidas sucedidas en los Juegos Olímpicos la protagonizaron los jugadores lituanos precisamente allí. Juanma Iturriaga contó una vez como comentarista televisivo en Telemadrid, que fue tal la juerga que se corrieron tras ganar el bronce, que estando en las habitaciones de la Villa Olímpica, en un estado , digamos que etílicamente alto, ven por una televisión el inicio de la ceremonia de entrega de medallas. “Oye, ¿no debiéramos estar nosotros allí?” A toda prisa, llamaron a sus compañeros para poder llegar al Palau Olimpic a tiempo. De ahí que, al margen de lucir las camisetas del grupo “Grateful Dead” de los esqueletos en tal ceremonia, Sergei Iovaisha apareció en chanclas debido a las prisas. El que no estuvo fue Sabonis. Fue imposible despertarlo. Karl Malone: “Yo nunca he servido en el ejército. Así que escuchar el himno estadounidense en el pódium, es lo más cercano que conozco en que haya ayudado a mi país”. David Robinson: “Yo miraba las caras de todos en el pódium. Y pude ver lo que significaba aquello para cada uno de nosotros”. Cuadernos de Basket 127 Larry Bird se acordó de su fallecido padre, que combatió en la guerra de Corea. Y dijo entenderle en ese momento, mientras sonaban los acordes del himno estadounidense. David Robinson: “Por aquel entonces, no todos habían ganado un título. Michael y Scottie lo tenían, Magic lo tenía y Larry lo tenía. Pero nadie más. Y todos aprendieron de todos. Yo veía a Karl trabajar con las pesas realmente duro. Veía a Chris Mullin en horas interminables lanzando a canasta y pensé ¿y si yo, cuando regrese a San Antonio, comienzo a aplicar esto? La experiencia nos ayudó a ser mejores y hacer mejores a nuestros equipos”. Mike Krzyzewski: “El tipo que no ha tenido ninguna atención en esta medalla de oro es Chuck Daly y él se merece mucha”. Magic Johnson y otros cuantos jugadores pidieron acercarse al pódium a los entrenadores y a los asistentes, pero ellos declinaron la invitación. Karl Malone: “¿Chuck Daly? Su peinado y su aspecto debían ser perfectos. Cuando saltábamos a la pista, yo miraba hacia atrás y le veía retocándose su peinado y colocándose su cuello de la camisa”. Charles Barkley: “Chuck Daly era un buen tipo. Yo no sé cómo podía entrenar a esa panda de macarras en Detroit”. Chuck Daly: “(En rueda de prensa posterior a la final) No creo que puedan llegar a sentir ustedes lo grandes que son realmente estos jugadores. Estamos viendo a los más grandes jugadores de la historia del baloncesto y es una auténtica alegría formar parte de ello”. Chuck Daly falleció de cáncer en mayo del 2009. Lenny Wilkens: “Recuerdo estar próximo a Chuck durante la ceremonia de entrega de medallas. Era un momento muy emocionante para nosotros y Chuck me agarró el brazo y no lo soltó. Miré por encima y vi que se le estaba cayendo una lágrima. Eso me dice todo de él”. Magic Johnson: “¿Cuando volveremos a ver un equipo tan bueno como éste? Creo que ninguno de vosotros vais a vivir para verlo...y nosotros, tampoco”. Bibliografía “When the game was ours” por Jackie McMullan. “Crashing the borders” por Harvey Araton. 128 CdB El único Dream Team Antonio Rodríguez “Unguarded” por Lenny Wilkens y Terry Pluto. “Bulls session” por Johnny “Red” Kerr y Terry Pluto. “America’s Dream Team” por Chuck Daly y Alex Sachare. “American Hoops” por Carson Cunningham. “Sports Illustrated” “Gigantes del basket” Agradecimientos: Juan Antonio San Epifanio: Componente de la Selección Española en JJOO’92. Juan Antonio Orenga: Componente de la Selección Española en JJOO’92. Tomás Jofresa: Componente de la Selección Española en JJOO’92. Zan Tabak: Componente de la Selección Croata en JJOO’92. Ramón Trecet: Comentarista de TVE durante los JJOO’92. Santiago Segurola: Periodista de “El País” durante los JJOO’92. Miguel Angel Paniagua: Periodista de Cadena Cope durante los JJOO’92. Esteban Gómez: Comentarista de TVE durante los JJOO’92. Y a Esteban González Calleja, por hacerme vivir los Juegos de Barcelona’92 con la intensidad con la que los vivimos. Cuadernos de Basket 129