XVI ENCUENTRO NACIONAL DE PROFESORES

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XVI ENCUENTRO NACIONAL
DE PROFESORES
DE DERECHO ROMANO
Córdoba, 22 al 24 de Mayo de 2003.-
SECUESTRO EXTORSIVO
AYER Y HOY
-UN DELITO EN TIEMPOS DE CRISIS
POLITICAS, SOCIALES Y ECONOMICAS-
Un trabajo de investigación de la Cátedra “A” de Derecho Romano de la U.N.C., a
cargo del Dr. Juan Carlos Ghirardi
Coordinado por la profesora Laura L. Micieli, y realizado con la colaboración
de los profesores María Elena Bazán, Graciela Liliana Fernández y Jorge
García
Sumario
1.- Introducción
2.- Delito. Etimología. Caracterización.
3.- Un case de Secuestro en Roma
4.- Plagio, Secuestro y Rapto: Concepto
5.- Ley Favia de Plagiariis: Diversas hipótesis
6.- Secuestro: Recepción en el Código Penal Argentino
7.- Plagio, Secuestro Extorsivo y Rapto: Modos Comisivos de la Figura
7.1.- El Plagium
7.2.- El Rapto
7.3.- El Secuestro
8.- Conclusión
1.- Introducción
La realidad social y económica de nuestro país sufrió un vuelco en los últimos
años.
La pobreza, los conflictos sociales y el delito avanzaron vertiginosamente
generando desazón e inseguridad; comenzando de esta forma los argentinos a
observar la reaparición de delitos que no eran frecuentes desde 20 años atrás, tal el
caso de los secuestros extorsivos. Ha crecido el número de secuestros extorsivos de
personas, reclamando distintos importes de rescate según la clase social a la cual
pertenezca la víctima.
Bien sabemos que este tipo delictivo estuvo presente en nuestra realidad en
la década del 70, mas actualmente, presenta diversas modalidades no conocidas
anteriormente, tal el caso de los llamados “Secuestros Virtuales”, en los que sólo
existen llamadas telefónicas extorsivas informando sobre el secuestro de algún
familiar, amigo o mascota, exigiendo bajo estos signos el pago de rescate a través
de tarjetas telefónicas pre -pagas.
El resurgimiento de esta modalidad delictiva llevó a preguntarnos sobre los
orígenes de este delito y si en el sistema jurídico romano fue considerado como tal.
Es así como el Dr. Alfredo Di Pietro en su obra “Derecho Privado Romano”, se
refiere a esta figura expresando textualmente: “... También se puede cometer el
Furtum de personas libres, como p.ej., si se sustrae la libertad de los filiifamiliae, de
la uxor in manu (Gayo, 3.199; I. 4.1.9).
En estos casos, la Actio Furti podía ocurrir juntamente con el crimen de
‘plagio’ (secuestro o enajenación de personas libres, D.48.11) ...”
Desde este punto de partida nos abocamos al tratamiento de la figura delictiva
conocida bajo la denominación de “Secuestro”.
2.- Delito: Etimología, características
El origen del término se encuentra en la expresión “delictum”, sustantivo
neutro correspondiente al verbo “delinquo” y éste a su vez es un compuesto delinquo, que significaba dejar de lado, abandonar. El prefijo “de” cumple una función
de activar la idea, tratando de reafirmar la falta o descuido que se producía dentro
del ámbito jurídico social.
El delito, nos señala Maynz, es una voz que indica todo acto por el cual
faltamos o contravenimos a un precepto legal que prohíbe hacer alguna cosa.
Antes del periodo clásico, se utilizaron para referirse al delito otras
denominaciones como “selus” que tenía un sentido religioso y cósmico; pues
también se lo empleaba para referirse a desastres naturales, pero en la época
bizantina esta expresión desaparece.
Otra expresión usual para referirse a los delitos fue la de “maleficio” (I.4.1 /
4.5), que también desaparece en la edad media adquiriendo otro giro en la
significación (magia negra y brujería).
Definitivamente para la mayoría de los autores, la expresión delito se terminó
por imponer en la época del imperio. El derecho la eligió para designar la acción
delictual y su empleo en lugar de crimen resultó oportuno pues se prestaba para el
uso neutral que hace la ciencia jurídica.
Otro minoritario grupo de autores señalan que la expresión que luego toma el
derecho actual no es “delito”, sino la de “crimen” (D. 48.2.14 que dice: “ Dispuso el
Senado , que ninguno fuese hecho reo de un mismo crimen por muchas leyes”
D.48.16.1.1 dice : “ Calumniar es imputar falsos delitos ; prevaricar , ocultar
verdaderos delitos ; tergiversar ,desistir por completo de acusación “
D.50.17.109 señala : “ No consiente ningún crimen el que no lo prohibe ,
cuando no lo puede prohibir”
La expresión Crimen deriva del verbo “Cerno” que primitivamente significaba
tamizar el grano, separar la paja del trigo, pero este sentido agrario fue dejado de
lado y adquirió una multiplicidad de significados en cuanto a la acusación, del hecho
que se acusa y de la situación del autor.
En las fuentes clásicas también encontramos para referirse al delito la
expresión “Noxa” utilizada en C. 9.16.1 que dice: ” Vuestro hermano obraría más
rectamente , si el mismo se presentare al presidente de provincia ; y si a éste le
probare que el hombre fue herido por él no con ánimo de matarlo , proferirá
sentencia con arreglo a la disciplina militar , remitiéndole la pena del homicidio .
Porque se comete crimen si mediara también la voluntad de dañar . Mas lo que
sucede por accidente imprevisto más bien que por fraude , se imputa de ordinario a
fatalidad , y no a delito “ o en D. 47.1.1.2 que textualmente dice: “ Es regla de
Derecho Civil , que no estén sujetos a las acciones penales los herederos , ni los
demás sucesores. Y por lo tanto , ni por la acción de hurto pueden ser demandados
.Pero aunque no están obligados por la acción de hurto , es , sin embargo ,
conveniente que estén ellos obligados por la acción de exhibición , si poseyeran , o
con dolo malo hubieren hecho de modo que no posean . Porque también estarán
obligados por la reivindicación , exhibida la cosa. Asimismo compete contra ellos la
condicción.”
A criterio del Dr. Rabinovich-Berkman, se lo relaciona con la voz “Nox”, que
significa noche y con todo aquello que trae aparejado lo tenebroso, lo peligroso. Esta
palabra se presenta como las faltas cometidas a una comunidad o a otro individuo,
sin perjuicio que esta opinión no es totalmente compartida por otros autores. Así
Ulpiano (D.16.3.1.18) se refiere a la Noxa como algo separado de delito. Así la cita
dice: “... Si yo hubiere depositado en poder de un esclavo, y reclamara contra él.
Manumitido, dice Marcelo, que no obliga la acción, aunque solemos decir, que
cualquiera debe estar obligado aun por el dolo cometido en esclavitud, porque así
los delitos, como los daños siguen al agente; así, pues, se habrá de recurrir a otras
acciones competentes.”
Mientras que Gayo en D.50.16.238.3 expresa que Noxa está contenida en
cualquier delito. Literalmente dice:
De todas formas la creación de estos términos, requirió de un lento y
trabajoso proceso que por lo demás nunca quedó completado en forma total.
Ahora, se ignora si en la época monárquica la distinción entre delitos públicos
y privados se estaba perfilando, pero sí con la Ley de las XII Tablas que amenazó
con la vindicta pública a muchos delitos tales como la traición, el asesinato, el crimen
de incendio, el robo de frutos, el perjurio, y permite inferir la distinción indicada
anteriormente.
Los delitos públicos, que a criterio de gran parte de los autores eran
denominados con la voz “crimina”, ponían en peligro a toda la comunidad, se
perseguían de oficio y se sancionaban con penas públicas (decapitación,
ahorcamiento en el árbol infelix, lanzamiento de la roca tarpeia, etc.) y se le
adjudican orígenes militares y religiosos. En la época del Imperio estos delitos son
sometidos a un proceso extraordinario, ya que se los incluía como delitos
extraordinarios.
Los delitos privados eran de persecución de los particulares lesionados, que
obtienen por la vía civil la pena impuesta al delito y la reparación del daño que han
podido experimentar. Fueron evolucionando desde la venganza privada, pasando
por el sistema del Talión y por el de “composición voluntaria”, culminando con las
composiciones obligatorias fijadas por la ley. No se trataba de actos necesariamente
dolosos, sino que también entraban en esta categoría actos meramente culposos.
Nuestras fuentes señalan como delitos privados: Furtum, Rapiña, Damnum
Iniuria Datum e Iniuria. Respecto al Furtum todos sabemos que presenta dos
grandes variantes: Manifestum y Nec Manifestum, de los cuales omitimos su
tratamiento ya que no es tema central de nuestro trabajo.
Nos cabe indicar que dentro de la hipótesis del Furtum se incluye el de
personas libres, conocido también bajo la denominación de “plagio”, (secuestro o
enajenación de hombres libres – D.48.11); en estos supuestos el Derecho Romano
previó diversas acciones idénticas que para el resto de las hipótesis de Furtum, sin
perjuicio que no se podía usar de la condictio furtiva (D.47.2.38.1), porque la misma
era usual para el Furtum de dinero, o cosas consumibles, o en general cosas que no
es posible identificar y que no podrían ser reivindicadas.
He aquí entonces los interrogantes a responder:¿Fue el secuestro extorsivo
un delito? ... , ¿Qué tipo de delito era? ... , ¿Se aplicaba para los hombres libres y
esclavos o sólo para los primeros? ... , ¿Fue un delito frecuente? ... , ¿Cómo estaba
sancionada esta conducta antijurídica?
La respuesta a estas preguntas serán el objetivo de nuestra investigación.
3.- Un caso de Secuestro en Roma
La hipótesis del llamado actualmente Secuestro Extorsivo, existió como
modalidad delictiva desde los tiempos de la República, sólo basta recordar el
secuestro de Julio César por los piratas en oportunidad en que emprendió viaje para
Bitinia con el fin de obtener del rey Nicomedes, que estaba ya en su lecho de
muerte, algunas concesiones en esa zona.
Los historiadores señalan que César había emprendido una misión secreta y
apenas bordeaba las costas de Asia, próximo a la isla de Farmacusa, su barco fue
capturado por los piratas cilicios.1
Los secuestradores eran carniceros brutales, capaces de asesinar sin
mayores miramientos a sus rehenes.
Los piratas fijaron el importe del rescate, el que fue originariamente previsto
en veinte talentos, César se
sintió agredido y molesto por tan escaso monto
exigido, ya que consideraba que su trascendencia política y social justificaba un
rescate de mayor envergadura. De esta forma se estableció definitivamente en
cincuenta talentos.
César permaneció treinta y ocho días entre ellos y señalamos que
“permaneció” porque en realidad no tuvo una condición de prisionero, puesto que
ocupó su tiempo en redactar y practicar extensos discursos en los cuales los piratas
actuaban como oyentes; mientras tanto desde Mileto trajeron el rescate que fuera
reunido entre los amigos mercaderes y armadores.
Al ser liberado César se dirige al Puerto de los Milesios, en donde equipó
algunas embarcaciones y atacó a los piratas a fin de recuperar el pago efectuado.
Logró su objetivo y más, ya que cubrió los gastos y remuneraciones prometidas a la
tripulación como también restituyó el rescate pagado a sus amigos.
Llevó como prisioneros a los secuestradores y los colocó en principio, a
disposición de Junio, quien gobernaba en Asia, mas al ver que el gobernante no
tomaba una sanción contra los cautivos, se dirigió a Pérgamo, reuniendo a todos en
un mismo sitio, los dejó atados a cada uno en un palo y librados a su suerte.
1
Plutarco en su obra “Vidas Paralelas”, al tratar la vida de Cayo Julio César, refiere esta anécdota, bajo otras
referencias de hechos, indica que luego de salvar su vida y libertad de manos del ejército de Sila que rescataban
a los refugiados, partió a Bitinia cerca del rey Nicomedes e indicando que luego de una prolongada estancia
junto al monarca, regresaba a Roma y es apresado - secuestrado por los piratas cerca de la misma isla que
indicamos anteriormente (Farmacusa hoy Fermaco).
4- Plagio, Rapto y Secuestro: Concepto
El Dr. Di Pietro, en su obra “Derecho Privado Romano”, al abordar la temática
del Furtum, incluye la figura del Furtum del hombre libre, indicando que recibe la
denominación de Plagio, secuestro o de enajenación de personas.
Empezamos entonces nuestra indagación sobre las características del
“Plagio”.
Se lo define en D.48.15 como:
“...si el comprador hubiera comprado a sabiendas un
hombre libre, nace contra él la acusación de delito capital en virtud de la Ley Favia
sobre el plagio a la cual queda sujeto también el vendedor si a sabiendas que es
libre lo hubiere vendido”.
En igual manera los diccionarios de Derecho Romano consultados, nos
remiten a esta cita cuando explican el significado de ese término.
Así, el diccionario del Dr. Faustino Gutiérrez Alviz dice: Plagium: es el delito
consistente en hacer pasar a un hombre libre por esclavo, y en el cual incurre quien
lo adquiere, enajena o trafica, con conocimiento de su estado de libertad o
simplemente usa de él como tal (esclavo).
El Dr. Humberto Vázquez, en su obra “Diccionario de Derecho Romano”
explica que Plagio es el delito que consiste en comprar o vender un hombre libre,
donarlo o darlo en dote, a sabiendas de que es libre.
En sí el delito de plagio presenta algunos elementos semejantes al secuestro
extorsivo que está receptado en nuestra legislación, si bien resulta más amplio el
primero, atendiendo a la inclusión de los esclavos y el sometimiento a la condición
de tal para el hombre libre.
Terminológicamente, el significado que nos brinda del vocablo Plagio, el
Diccionario de la Lengua Española - Real Academia Española, dice: entre los
antiguos romanos comprar un hombre libre sabiendo que lo era y retenerlo en
servidumbre o utilizar un siervo ajeno como si fuera propio. Agrega como una
segunda acepción, apoderarse de una persona para obtener rescate por su libertad.
La expresión en el Derecho Romano secuestro o sequestrum, estaba
destinada para referirse a una conducta vinculada con las cosas ajenas y no con las
personas. De esta manera define D.50.16.110 “Se dice secuestrador a aquel en
cuyo poder depositaran varios la misma cosa sobre la que hay controversia”,
igualmente, D.16.3.5 y D.16.3.17, utilizan la expresión secuestrador en idéntico
sentido que el anterior.
Existen otros términos que suelen actualmente utilizarse como sinónimos de
secuestro extorsivo, tal la expresión rapto que en realidad desde los orígenes de la
institución es totalmente distinto, ya que el vocablo se relaciona con la acción de
arrebatar, rapto de una doncella casada, o viuda o mujeres vírgenes o viudas
consagradas a Dios. Este delito está tratado en C.9.13.1, previéndose también la
pena capital.
El Rapto, de acuerdo al Diccionario de la Lengua Española – Real Academia
Española dice: “Es el delito que consiste en llevarse de su domicilio, con miras
deshonestas, a una mayor, por fuerza o por medio de ruegos o promesas
engañosas; o tratándose de niñas de menos de 12 años.”
El Dr. Gutiérrez Alviz, en su Diccionario de Derecho Romano, expresa que el
Rapto es la acción de arrebatar, rapto de una doncella, casada o viuda.
El rapto de una mujer o de un hombre cuando no es punible como violencia,
puede dar lugar a una persecución del padre o del marido por la acción de injuria en
razón de la ofensa que afecta a estos últimos, pero no fue castigado como crimen
público antes de Constantino. Este emperador es el primero que introdujo en
derecho penal como crimen independiente el rapto de una mujer libre, casada o no,
con miras a relaciones sexuales, revistan o no la forma de matrimonio. El crimen es
excluido, cuando el padre y la madre o los demás parientes de la persona raptada
han dado su consentimiento (A decir verdad, la ley de Constantino castiga a los
propios padres, C.9.13.1.3c). El elemento esencial del delito reside en que la
persona raptada ha llegado a manos del raptor contra la voluntad de sus parientes.
Respecto del raptor, es indiferente que el raptado haya consentido o no, el único
efecto de este consentimiento es de hacer incurrir a esta persona (el raptado) en una
pena (este absurdo de Constantino fue suprimido por Justiniano).
En la época cristiana este crimen se lo asimiló al rapto de una virgen o de una
viuda que hace votos de castidad, cuando es contra la voluntad de la persona
raptada. Se comprende que esta regla se refiere al rapto que tiene lugar con
consentimiento del raptado pero contra la voluntad de los superiores eclesiásticos
(La Constitución más antigua que menciona el rapto de las monjas es la de
Constancio II de 354 – C.Th. 3, 25, t – la prohibición, al menos al principio, sólo
contempló el rapto contra la voluntad del raptado, más adelante fue más lejos – Cod.
Just. 9, 13, t, 3 a. 3 b.). La represión consiste en una pena capital rigurosa, además
el crimen se castiga de la manera más severa. La acción se extingue en un plazo de
5 años.
5.- Ley Favia de Plagiariis
A fines del siglo II y comienzos del I a. de C. (no hay precisión en la fecha) se
sanciona la Ley Favia de Plagiariis, ley rogada, que castiga a los autores del delito
de plagio o secuestro.
En ella se plantean diversas hipótesis para la sanción de la conducta con la
pena prevista en la propia ley. Se aborda el tratamiento de la misma en el Libro IX,
Título XX del Código y se plantean en ella diferentes situaciones:
1° Hipótesis: “C.9.20.1” Sustracción del esclavo y venta del mismo. Indica que
si la sustracción fue con violencia puede optar por la acción respectiva.
2° Hipótesis: “C.9.20.2” El supuesto del esclavo sustraído y ocultado por un
tiempo que por consejo del autor del delito se da posteriormente a la fuga.
3° Hipótesis: “C.9.20.5” El caso de ocultamiento, sustracción (secuestro) de
un familiar (hermano)
4° Hipótesis: “C.9.20.6” No se puede vender ni ceder los esclavos fugitivos a
excepción del supuesto de los coherederos y los copropietarios.
5° Hipótesis: “C.9.20.10” El comprador cómplice del delito de plagio.
6° Hipótesis: “C.9.20.12” El caso de quien recibió a un esclavo fugitivo con
cosas hurtadas, procederá la actio furtiva por las cosas y la Lex Favia con relación al
esclavo fugitivo.
Gayo en I.III.199 expresó: “... que serán autores de furtum del hombre libre los
que sustrajeron los liberii “que están bajo nuestra potesta” , o la “uxor” que está bajo
nuestra manus, o también un “iudicatus” o un “autoratus” ...”. Cabe señalar aquí que
las expresiones de iudicatus y autoratus cayeron ambas en desuso en época del
Derecho Justinianeo.
Ahora bien, Paulo, en las Sentencias (2.31.31) se refiere a la figura delictiva
en cuestión expresando textualmente: “Quien por causa de deseo, robó una esclava
no meretriz, estará obligado por la acción de hurto y si lo oculta será castigado por la
pena de la Ley Favia”.
Las penas previstas para la comisión de este delito corresponden ser
aplicadas por juicio público.
Al principio de la vigencia de esta ley se establecieron como pena una
indemnización pecuniaria de 50.000 sextercios a aquellos que incurrían en esta
conducta antijurídica, luego, tal lo señala C.48.15.7, fue sustituida por la condena de
trabajo en las minas (C.9.20.16 y D.48.15.7), o ser arrojado a las fieras o
exterminado por la espada en el supuesto del hombre ingenuo.
Es de destacar la entidad que tenía esta conducta antijurídica y que se
advierte en la expresión que transcribimos textualmente C.48.15.7: “La pena
pecuniaria establecida en la Ley Favia dejó de estar en uso porque las que fueron
descubiertas en este delito son castigadas según la gravedad del delito y las más de
las veces son condenadas en las minas”.
Se incluiría a este delito dentro de aquellos sancionados con penas capitales,
tal lo expresa I.4.18.10 en relación con lo indicado por Instituta en el mismo libro y
título, parágrafo 1 y 2.
6.- Secuestro: Recepción en el Código Penal Argentino
Luego de haber abordado el secuestro o plagio y rapto en el Derecho
Romano, nos sumergimos en este momento a nuestra fuente actual, a través del
Código Penal Argentino realizando una breve exposición de la evolución y ubicación
de las distintas figuras mencionadas con sus títulos respectivos.
Del mismo modo que en el Derecho Romano, en nuestro derecho la libertad
resulta afectada por todos los delitos. Así el Código Penal de 1886 no contaba con
un título sobre los delitos contra “La Libertad”.
Gran parte de la materia comprendida en el Código vigente bajo éste título, se
encontraba en el de 1886 distribuida entre el título de los “Delitos contra las
Garantías Individuales y el de los Delitos peculiares a los Empleados Públicos”,
mientras que el actual “Secuestro Extorsivo”, resultaba un ataque a la propiedad
siendo ubicado por lo tanto en dicho título.
En cuanto al Proyecto de 1891 fue el que siguiendo el ejemplo del Código
Italiano de 1889, agrupó en un solo título, bajo el rubro de “Delitos contra la
Libertad”, todas las disposiciones protectoras de la libertad individual, de la
inviolabilidad del domicilio, del secreto epistolar e industrial, de la libertad de trabajo,
de reunión, de cultos y política, porque todas esas disposiciones tienen un solo
objeto: “Garantizar la Libertad del Hombre”.
Mientras tanto, el Proyecto de 1906 mantiene unificados en un solo título los
atentados contra la libertad, y con modificaciones parciales, sobre todo agregados,
sigue el Proyecto del 91 respecto de la distribución de aquellos y de los particulares
tipos delictivos.
Luego, el Proyecto Peco incluye el “Rapto” en éste título, siguiendo a
Francesco Carrara, quien consideró el Rapto como delito contra la libertad, porque
subjetiva y objetivamente se agota en la ofensa de ésta, en tanto que el fin libidinoso
o de matrimonio, que puede llegar o no a consumarse, es solo una condición para
distinguir el “rapto del plagio”, pero no es un criterio aceptable por Ricardo Núñez. Si
bien, el “rapto propio” afecta siempre de manera efectiva la libertad de la víctima, la
finalidad de ésta ofensa lesiona la honestidad o integridad sexual de una manera
suficiente para incluir el delito en éste último título; siendo que además, en el “rapto
impropio” y en el de la menor de doce años, la lesión de la libertad se diluye.
Por otra parte, la figura del “Secuestro Extorsivo”, es recibida tanto en el
Proyecto Tejedor como en el Código de 1886, como delito de robo siguiendo al
Código Español de 1848 fuente de Tejedor y es así que el Proyecto de 1891 fue el
que aumentó la pena, llevó el delito al capítulo de la “Extorsión”; salvo el Proyecto de
Peco –que como dijimos ubica la figura como atentado contra la libertad por
considerar que “el menoscabo a la libertad personal es más valioso que el
menoscabo al patrimonio”-mantuvieron el delito en el capítulo señalado por
considerar que según la finalidad del autor la ofensa a la libertad aparece
subordinada al rescate en la consumación y permanencia del delito.
Ahora, los Proyectos de 1906 y 1917 mantuvieron la figura y su calificación.
Actualmente el “Secuestro Extorsivo” es una forma calificante de la extorsión.
De tal modo, se describe que ésta figura ataca la libre determinación de la
persona y la propiedad de ésta, pero la primera es solo un medio para lograr la
segunda; por lo tanto tenemos así, estas figuras distribuidas en tres títulos distintos,
según el bien jurídico protegido:
•
“La integridad sexual” (Rapto),
•
“La libertad” (Reducción a sevidumbre – Plagio),
•
“La propiedad” (Secuestro Extorsivo).
7.- Plagio, Secuestro Extorsivo y Rapto: Modos comisivos de las figuras
7.1.- Adentramos al estudio del Plagium y así como encontramos en el actual
Art. 140 del C.P., que no fue receptado por nuestra legislación en el Código de 1886,
pero sí tuvo su origen en el Proyecto de 1891 donde contempla la situación “ ... el
que redujere a una persona a servidumbre o a otra condición análoga y el que la
recibiere en tal condición para mantenerla en ella”, recibiendo así, la noción del
Plagium romano (interpretado como la situación dada cuando ardidosamente se
vendía un hombre libre como esclavo).
No se trata en la especie de la esclavitud abolida por el Art. 15
de la
Constitución Nacional que dice “En la Nación Argentina no hay esclavos ...”,
consistente en la pertenencia, en propiedad, de una persona a otra; y por considerar
que en nuestro país ya no existía la esclavitud; en cambio la considerada en el Art.
140 es una situación de hecho.
Los Arts. 140, 141 y 142 del Código Penal de la Nación regulan los delitos
contra la libertad individual, los que literalmente dicen:
“Art. 140. Serán reprimidos con reclusión o prisión de tres a quince años, el
que redujera a una persona a servidumbre o a otra condición análoga y el que la
recibiere en tal condición para mantenerla en ella.
Art. 141. Será reprimido con prisión o reclusión de seis meses a tres años, el
que ilegalmente privare a otro de su libertad personal.
Art. 142. Se aplicará prisión o reclusión de dos a seis años, al que privare a
otro de su libertad personal, cuando concurra alguna de las circunstancias
siguientes:
1°) Si el hecho se cometiere con violencias o amenazas o con fines religiosos
o de venganza;
2°) Si el hecho se cometiere en la persona de un ascendiente, de un
hermano, del cónyuge o de otro individuo a quien se deba respeto particular;
3°) Si resultare grave daño a la persona, a la salud o a los negocios del
ofendido, siempre que el hecho no importare otro delito por el cual la ley imponga
pena mayor;
4°) Si el hecho se cometiere simulando autoridad pública u orden de autoridad
pública;
5°) Si la privación durare más de un mes.”
El Código Penal Argentino no ha consagrado pena alguna para los que
celebren un contrato de compra y venta de personas, a pesar que el Art. 15 de la
Constitución declara que éste hecho “ ... es un crimen del que serán responsables
los que lo celebren y el escribano o funcionario que lo autorice ...” no obstante, los
redactores del proyecto de 1891 creyeron que su art. 168, igual al 140 del Código
preveía el caso contemplado en el Art. 15 de la C.N.
Cuando se establece que la reducción de una persona a servidumbre no
equivale a la reducción jurídica de esclavitud; ésta no puede tener vigencia en
nuestro país en atención a lo establecido por el Art. 15 de la Constitución Nacional.
La norma del Art. 140 cuando se refiere a la “reducción a servidumbre”, tiene en
vista la ofensa que se le causa a la libertad individual, reduciendo a un individuo a la
condición material de servidumbre, por lo tanto no puede afirmarse entonces que
servidumbre y esclavitud sean expresiones equivalentes, si bien Sebastián Soler
afirma que con el término “servidumbre” se ha sustituido la palabra “esclavitud”, pero
no se ha corregido fundamentalmente el concepto.
Esta estructura, ya se encuentra en el Código de 1887, que solo modificó
aspectos señalados como crimenes y delitos contra la religión contenidos en el
Proyecto Tejedor, anterior al mismo. Sucesivos proyectos como los proyectos de
1891 y 1906 no le quitan nada a éste capítulo.
Por otra parte la noción del crimen vis, en éste bien jurídicamente protegido,
es adquirido en la calificación (art. 142 inc. 1º ) de la figura básica de la Privación
ilegítima de la libertad mediante el uso de violencia.
El delito de Privación ilegítima de libertad agravado por el propósito de lucro,
lo comete para nuestra ley de fondo el que “ ... sustrajere, retuviere u ocultare a una
persona con el fin de obligar a la víctima, o a un tercero, a hacer, no hacer o tolerar
algo contra su voluntad ...”, esto lo encontramos expresado en el art. 142 bis ley
20.642.
Esta figura penal, es una de las pocas en que en toda la historia argentina, se
aplicó efectivamente la pena de muerte. Así, en 1976 se modificó el C.P.
introdujendo la ley 21.338 modificatoria de la ley 20.509 que estableció dicha pena
cuando se diere un resultado mortal por derivación de un delito contra la libertad,
existiendo condenas a tal pena que no llegaron a efectivizarse, resultando las
últimas efectivamente aplicadas las de 1930 al caso de Severino Di Giovani y
Paulino Scarfo.
No obstante ésta figura se diferencia claramente del Secuestro extorsivo,
porque si bien, el autor tiene la intención de sacar un provecho o ganancia de la
comisión del ilícito, y éste puede ser de cualquier índole, debe ser un lucro a lograr
por el hecho de privar de la libertad a la víctima (haciéndolo trabajar, exhibiéndolo,
enajenándolo,etc), no de un rescate, que es la finalidad del Secuestro extorsivo.
7.2.- En el tratamiento del Secuestro Extorsivo. En el Derecho Romano de
la Época Imperial, en concepto del Dr. Sebastián Soler, la extorsión correspondía el
de la concussio, que aparece como un abuso de autoridad y como simulación, si
simulato praesidis iussu, comisible tanto por los funcionarios como por particulares.
Estas infracciones, por un lado determinan una estrecha vinculación con los
delitos contra la libertad y por otro con los delitos contra la propiedad, es tan
manifiesto que la “extorsión” podría definirse como el resultado complejo de esos
dos tipos simples: es un atentado a la propiedad cometido mediante una ofensa a la
libertad.
Este carácter mixto, determinó en nuestra historia legislativa que la figura
fuere colocado entre las amenazas y coacciones y dentro del capítulo de los robos y
hurtos se incluyeran evidentes figuras de extorsión como el caso del secuestro
extorsivo.
Esto originó que la Comisión de 1891 introdujera la sistemática actual,
incluyendo el título de “Extorsión”, aunque el mismo no fue llevado bajo el de los
delitos contra la propiedad; lo que resultó de la aplicación de los principios de
Carmignani y Carrara, acerca de la clasificación de las infracciones, tomando en
cuenta preferentemente el bien jurídico cuya lesión constituye la llamada objetividad
ideológica o final de la acción, salvo cuando el hecho delicitivo empleado como
medio objetivamente supere de modo considerable la gravedad del delito fin.
En el proceso histórico general y el propio experimentado por nuestra
legislación nos muestran, con respecto al delito de amenazas y coacciones, que la
extorsión se presenta como una forma específica subsistente de la antigua figura
genérica del crimen vis. Mientras en éste era indiferente la naturaleza del acto
impuesto, en la extorsión ese acto debe estar dotado de un significado patrimonial y
constituir un perjuicio para la víctima de la coacción o para un tercero, y un beneficio
para el autor u otro.
Pero no solamente guarda relación éste delito con la forma genérica de
coacción, sino también con las privaciones de la libertad.
Aunque el delito ofende efectivamente la libertad individual y se satisface con
el solo peligro para la propiedad ajena, es ésta ofensa de peligro la que determina el
título del delito.
Peco, en su proyecto, consideraba que el “menoscabo a la libertad personal
es más valioso que el menoscabo al patrimonio” ubicando entonces el hecho entre
los delitos contra la libertad, no obstante el Código vigente, ha hecho predominar la
finalidad del autor, en la cual la ofensa a la libertad aparece subordinada a la
consumación y permanencia del delito.
Las características son dos: medio intimidatorio (detención de rehenes) y
ofensa de puro peligro a la propiedad ajena (existencia de rescate).
No se exige el logro del rescate, sino como objeto del dolo del autor, el cual
debe privar de libertad para sacar rescate. Esta finalidad del autor constituye un dolo
especifico que estructura el corpus del delito, ya que no concurriendo, no
desaparece únicamente la culpabilidad del agente, sino también la figura del delito.
Si el precio no se pide por la libertad sino por otro motivo, el secuestro
extorsivo queda eliminado y sustituido por un delito contra la libertad. Como el
secuestro extorsivo es una privación de la libertad personal especializada por la
finalidad del autor, la posibilidad de la segunda sólo recobra autonomía si
desaparece el tipo del primero.
7.3.- En cuanto a la figura de “Rapto”, mirado a veces como delito cometido
contra la libertad, en nuestra legislación es receptado como figura delictiva en contra
de la honestidad o actualmente contra la integridad sexual, porque el legislador
pensó que la ofensa a la reserva sexual de la víctima privaba sobre la que se infiere
a su libertad, como y se dijo supra.
Los distintos proyectos del Código Penal le han asignado distintas
ubicaciones, en el de Peco lo consideraba “Delito contra la Libertad Física”, y el de
1951 lo incluye dentro de los “Delitos contra la moralidad pública y las buenas
costumbres” son los llamados delitos sexuales; mientras tanto, el Proyecto de 1960
lo ha colocado en el titulo de los “Delitos contra el pudor y la moralidad sexual”.
La mujer que es víctima, debe ser sustraída o retenida por el autor, no
consiste en el apartamiento de la mujer de su hogar o residencia, sino en
apoderarse de ella para fines deshonestos, con o sin desplazamiento de lugar.
El dolo del autor es específico y es el elemento escencial del rapto, está
constituido por la intención de sustraer o retener a la mujer, por medio de fuerza,
intimidación o fraude, con mira deshonesta
Ahora, se distingue entre Rapto propio, impropio y de una mujer impúber, en
función a la existencia o no de consentimiento y edad de la víctima. El estado civil
funciona como calificante de la figura.
Recientemente, la ley 25.087, modificó la redacción de las presentes normas,
elevando la edad de la víctima.
8.-CONCLUSION
Las diversas formas de comisión de este delito en la actualidad nos despertó
el interés por averiguar acerca de sus orígenes , remontándonos a nuestro Derecho
Romano .
Nos preguntamos si existió realmente la figura delictiva y si esta tuvo entidad
como tal. La respuesta fue positiva . Si bien es un delito no tratado con frecuencia
por los autores , tal vez por estar incluido dentro los Delitos Públicos (CRIMINA ).
Trabajar en el tema resultó todo un desafío , lo que hizo aún más satisfactorio el
resultado.
Comprobamos la existencia de hechos de Secuestro Extorsivo , relatando tal
vez el más divulgado , el “Secuestro de Julio César“ , perfilamos los caracteres de la
figura antijurídica mediante el análisis de los textos de nuestra fuente madre, el
Corpus Iuris Civilis. La figura delictiva existió en el Derecho Romano bajo otra
denominación “Plagio “ o “Enajenación de Personas“ , las que comparativamente
tratadas con las tipificadas en nuestro Código Penal , en los arts. 140, y siguientes
presenta semejanza, remontándose los doctrinarios del Derecho Penal al concepto
de “Plagio “.
En este trabajo hemos planteado con una visión histórica la realidad que día a
día azota nuestras calles y concluimos reflexionando que este tipo delictivo nace y
resurge en épocas de crisis política , social , económica y moral en un paralelismo
trágico con la que azotaba en los tiempos finales de la República Romana. Sólo
basta hacer una mirada retrospectiva en nuestra historia reciente y la realidad que
desde hace aproximadamente quince años azota a algunos países hermanos de
nuestro continente. Por lo que debemos aprender del pasado ,
errores .
superando los
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Proyecto de Código Penal 1906
Proyecto de Código Penal 1951
Proyecto de Código Penal 1960
Proyecto Peco
Proyecto de 1906
Proyecto de 1917
Proyecto de 1976
Ley 21338
Ley 20509
Ley 25087
Constitución Nacional Argentina
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