TRIBUNAL FISCAL DE LA NACIÓN En la ciudad de Buenos Aires, a los 21 días del mes de mayo de 2012, se reúnen los miembros de la Sala “D” del Tribunal Fiscal de la Nación, Dres. Edith Viviana Gómez (Vocal titular de la 10ª Nominación), María Isabel Sirito (Vocal titular de la 11ª Nominación) y Sergio Pedro Brodsky (Vocal titular de la 12ª Nominación) para resolver en el Expte. N° 26.816-I y su acumulado N° 26.820-I caratulado: “AREPO S.A. s/ recurso de apelación” La Dra. Gómez dijo: I.- Que a fs.17/31vta. y fs.68/80 se deducen sendos recursos de apelación contra las resoluciones Nº346/05 y N°347/05, ambas de fecha 22/12/05 y suscriptas por la Jefa (Int.) de la División Revisión y Recursos I de la Dirección Regional Palermo de la A.F.I.P.-D.G.I., determinándose de oficio, por la primera de ellas, la obligación por el Impuesto a la Ganancia Mínima Presunta, períodos fiscales 2000, 2001 y 2002, con más intereses resarcitorios y se aplica una multa en los términos del artículo 45 de la ley 11683 (t.o. en 1998 y modif.), equivalente al 80% el impuesto omitido. Por la segunda de ellas, se determina de oficio la obligación por el Impuesto a las Ganancias, períodos fiscales 2000, 2001 y 2002, con más intereses, aplicándosele una multa de conformidad a lo dispuesto en el artículo 46 de la ley 11683, equivalente a tres veces el impuesto evadido. En primer término relata la sociedad ser propietaria de un inmueble respecto del cual mediara contrato de locación con la firma “Alameda 455 S.R.L”., empresa que, a su vez, explotara dicho local a los fines de la elaboración de bienes relacionados con las actividades de confitería, pastelería y bombonería. Manifiesta que a partir del año 2000, dadas las condiciones económicas adversas, la locataria se habría visto imposibilitada de efectuar los pagos de los alquileres y que, pese a ello, (en su carácter de locadora) habría decidido permitir la utilización del inmueble. Esto último, en el entendimiento de que el futuro alquiler del bien podría no resultar un buen negocio, apuntando a las vicisitudes que lo rodearían, tales como las intimaciones formales de pago y desalojo, el desalojo mismo, etc. Agregándole a ello, la confianza nacida de una larga relación contractual de más de diez años, la regularidad en el pago que habría tenido la locataria durante varios años, la esperanza de que la situación se revirtiera y las peculiarmente negativas características del inmueble respecto de la ubicación y del uso que se hiciera del mismo. Remarca también la difícil situación económica que habría atravesado la locataria, señalando que el consumo de los bienes a cuya producción se dedicara habría decaído considerablemente por razones de índole alimenticio. Hecha tal descripción, invoca el principio de la realidad económica 1 consagrado en la ley 11683, indicando en tal sentido que dicha parte no habría cobrado nunca los alquileres cuya deducción como incobrables efectuara y, sin embargo, se vería obligada a abonar el impuesto atento a la impugnación efectuada por el Fisco Nacional. Es así que sostiene que su obligación impositiva no podría nacer por la mera existencia de un contrato y que, para ello, habría sido indispensable que el ente fiscal probase el cobro efectivo o potencial de los alquileres. Concluye entonces, sobre este punto, que la norma que sólo permitiría tomar el criterio del percibido por el cobro cuando se iniciaron acciones judiciales es inconstitucional e irrazonable, al no reconocer como válidos los acuerdos extrajudiciales, devengando un monto sobre el cual se aplicaría un impuesto que jamás se llegare a cobrar. Explica que el índice de incobrabilidad existente en el caso sería la propia cesación de pagos del deudor; a lo cual agrega que dicha incobrabilidad se vería concretada y confirmada por la existencia de un convenio de desocupación que se hubiera realizado con el deudor. Acto seguido, se agravia de la resolución recurrida por desestimar su planteo defensivo sin fundamentos suficientes. En tal sentido, indica que en la misma no se habría apreciado debidamente la prueba documental ofrecida a los fines de acreditar la intención de cobro, así como no se habría considerado que dicha parte hubiera tenido la intención de conservar al inquilino ni se habría hecho lugar a medidas probatorias ofrecidas tendientes a acreditar que no hubiera mediado efectivo cobro de las sumas. Efectúa observaciones respecto de la determinación de oficio sobre base presunta, resaltando su carácter excepcional y la validez de su aplicación únicamente ante la imposibilidad de reconstruir la situación tributaria del contribuyente. Sostiene en virtud de ello que el acto administrativo resulta arbitrario, irrazonable, nulo y carente de causa dado que el Fisco Nacional habría presumido el cobro de los alquileres – a partir del indicio de la existencia de un contrato de locación –, sin haberse abocado previamente a la prueba respecto de si hubiera sido posible o no dicho cobro. Se agravia asimismo de las multas aplicadas en las resoluciones recurridas. En relación a la multa aplicada por la resolución 347/05, respecto del Impuesto a las Ganancias, en los términos del artículo 46 de la ley 11683, entiende que no surgirían antecedentes ni pruebas suficientes para acreditar el elemento objetivo de la misma, así como tampoco se habría determinado en base a qué presunción de dolo se habría inferido el elemento subjetivo. A más de ello, alega una supuesta desproporción entre la conducta reprochable y el perjuicio fiscal causado, entendiendo que la aplicación de la sanción del artículo 46 resultaría excesiva e irrazonable. Respecto de la multa del artículo 45 de la ley 11683 aplicada por la resolución 346/05, con respecto al Impuesto a la Ganancia Mínima Presunta, entiende que no se configura el elemento objetivo de la misma, al no adeudar suma alguna por dicho impuesto, así como por no haber tenido obligación de presentar 2 TRIBUNAL FISCAL DE LA NACIÓN declaración jurada en tal concepto. Cita doctrina y jurisprudencia, ofrece prueba, hace reserva del caso federal y solicita se revoquen la resoluciones apeladas, con costas. II.- Que a fs. 42/50 y fs. 90/98 la representación fiscal contesta los traslados que de los recursos le fueran conferidos, exponiendo los hechos y los correspondientes argumentos de derecho en virtud de los cuales solicita se confirmen las resoluciones recurridas, con expresa imposición de costas. Ofrece prueba y hace reserva del caso federal. III.- Que a fs.123 se abre la causa a prueba, produciéndose la misma a fs. 139/166vta. y a fs. 184/221 vta.. A fs. 224 se clausura el período probatorio y se elevan los autos a conocimiento de la Sala “D”. A fs. 227 se ponen los mismos a disposición de las partes a fin que produzcan sus alegatos de bien probado, obrando a fs. 232/242vta el acompañado por la recurrente y a fs. 231/231vta. el relativo al Fisco Nacional. A fs. 244 se pasan los actuados a sentencia. IV.- Que en primer término cabe advertir que el planteo de nulidad desarrollado por la recurrente se dirige a controvertir la procedencia del ajuste practicado, es decir que los argumentos vertidos para que dicha defensa prospere se entremezclan con los agravios esgrimidos para lograr la revocación del acto apelado, razón por la cual corresponde sean analizados conjuntamente con la cuestión de fondo. Que ello así, se desestima la petición formulada por el apoderado fiscal a fs. 46 y 93vta., de imponer costas por dicha defensa atento que no puede considerarsela como una cuestión incidental (conf. CNACAF, Sala I in re: “Caledonia Argentina Cía. de Seguros S.A. (TF 13.687-I) c/DGI” del 19/3/1998 y 9/12/1999, “Banco del Sud S.A. (TF 13960-I) c/DGI” del 11/12/1997, “Productora Televisiva Platense S.A.” del 22/10/2009, “Química Petrosil S.A. (TF 21.306-I) c/ DGI” del 19/08/2010, “Riasa SA (TF 23871-I) c/ DGI” del 15/9/2011; Sala II in re: “Huaqui Babic Maragua UTE y H S.A. de Const. (TF 15441-I) c/DGI” del 2/11/2000; Sala III in re: “Procesamiento Industrial Laminados Arg. SA (TF 19.396-I) c/DGI” del 13/10/2006). V.- Que en el presente caso el tema a resolver se circunscribe a establecer si la apelante ha procedido conforme a derecho al deducir como pérdida los créditos que consideró incobrables para determinar el resultado final de los ejercicios 2000 y 2001, a los efectos de liquidar el Impuesto a las Ganancias y a la Ganancia Mínima Presunta de dichos períodos y en consecuencia la procedencia, o no, del ajuste practicado por el ente recaudador 3 En consecuencia, procede que este Tribunal se expida sobre la admisibilidad de las deducciones de incobrables efectuadas por la recurrente, atento los términos en que ha quedado trabada la litis. Que el art. 87 inc. b) de la Ley del Impuesto a las Ganancias establece que "De las ganancias de tercera categoría y con las limitaciones de esta ley también se podrán deducir: b) los castigos y previsiones contra los malos créditos en cantidades justificables de acuerdo con los usos y costumbres del ramo. La Dirección General Impositiva podrá establecer normas respecto de la forma de efectuar esos castigos". A su vez, el decreto reglamentario N° 1344/1998 (vigente para el período), en su art. 136, disponía que "Cualquiera sea el método que se adopte para el castigo de malos créditos, las deducciones de esta naturaleza deberán justificarse y corresponder al ejercicio en que se produzcan, siendo índices de ello: la cesación de pagos, real o aparente, la homologación del acuerdo de la junta de acreedores, la declaración de quiebra, la desaparición del deudor, la prescripción, la iniciación del cobro compulsivo, la paralización de las operaciones y otros índices de incobrabilidad". Cabe aclarar que castigo de los malos créditos significa la imputación directa al resultado de esos conceptos generados en cada período fiscal en el balance impositivo. Que el art. 139 del Decreto Reglamentario del Impuesto a las Ganancias ratifica la procedencia de la deducción "por castigos sobre créditos dudosos o incobrables que tengan su origen en operaciones comerciales...". Que el tercer párrafo del art. 140 prevé la inclusión en el balance impositivo de las sumas recuperadas en el respectivo ejercicio fiscal, correspondientes a malos créditos deducidos oportunamente. Queda entendido por sumas recuperadas la percepción en dinero en efectivo o también en especie con activos de mediata liquidación y realización. Si bien resultaba difícil definir un criterio general para establecer cuáles eran los otros índices admisibles tal que no se generaran liberalidades, la doctrina y la jurisprudencia desarrollaron distintas soluciones basadas en casos particulares que permitieron marcar un rumbo definido (cfr. Enrique J. REIG, "Impuesto a las Ganancias", pág. 567, parágrafos 6960 a 6985 del Digesto Práctico La Ley del Impuesto a las Ganancias y Dictamen 12/98 DAT AFIP - DGI), admitiéndose la deducción en la medida que se demostrara la dificultad en el cobro de la acreencia. El Fisco aceptó tal metodología de acuerdo con la realidad económica de cada caso al afirmar que, "Para la determinación de los malos créditos deducibles es viable la utilización de índices alternativos a los mencionados en el referido art. 142 (hoy art. 136 del DRLIG), siempre y cuando tales parámetros justifiquen la impractibilidad de cobro de acuerdo a las particulares características de cada situación..."(cfr. Dictamen 12/98, Boletín AFIP-DGI 12, p. 1215). Que no se trata de eliminar para siempre el monto del mal crédito, sino 4 TRIBUNAL FISCAL DE LA NACIÓN de diferir su cómputo en el cuadro de resultados impositivos hasta que el mismo sea recuperado, esto es, hasta que ingrese efectivamente en el patrimonio del contribuyente. Que así lo ha entendido nuestro más Alto Tribunal in re "Banco Francés SA (TF 18.280-I) c/ DGI", sentencia del 9/11/2010 cuando expresó que “A ello cabe agregar que el criterio fiscal de diferir la deducción hasta el momento de inicio del cobro compulsivo importaría asignarles a los 'créditos dudosos' un tratamiento incompatible con su naturaleza que colocaría al contribuyente en la situación de soportar una carga financiera sin causa al ingresar un impuesto sobre el monto de una pérdida insusceptible de deducción”. De acuerdo con la normativa citada y ante la flexibilidad de admitir otros índices, se está reconociendo que no tienen un carácter restrictivo, habida cuenta que se da la posibilidad que se verifiquen otros parámetros. Vale la pena resaltar que ello será así en la medida que existan elementos que justifiquen que el deudor se encuentra imposibilitado de cancelar la deuda, por cuanto la presunción de insolvencia de éste no puede determinar el castigo del crédito, a falta de una demostración de su incobrabilidad. Que al ser ello así, los precitados parámetros deben permitir, razonable y prudentemente, tener por configurada la incobrabilidad, siendo un elemento decisivo la evaluación del comportamiento concreto del titular del crédito, en orden a merituar la relevancia de los actos debidamente acreditados desarrollados con relación al mismo, como indicadores fehacientes de la imposibilidad de cobro alegada. VI.- Que los agravios de la apelante con respecto a la supuesta carga del Fisco Nacional de probar el cobro efectivo o potencial de las sumas en cuestión – a los fines de proceder a la impugnación de las deducciones por créditos incobrables –, y que al no haber procedido de tal modo habría obrado en base a presunciones, no se condicen con la normativa en cuestión. En efecto, y tal como surge de los considerandos precedentes, es el contribuyente quien debe justificar la incobrabilidad de los créditos que deduzca en tal concepto y no – como pretende la apelante – el ente fiscal quien deba probar la cobrabilidad de los mismos a los fines de impugnarlos. Precisamente por ello, de no estar acreditada la incobrabilidad, el Fisco Nacional se limita a impugnar las referidas deducciones, no necesitando recurrir al método presuntivo en virtud de que los montos de las mismas debieron ser previamente devengados y declarados como tales. Que ello así, corresponde entonces analizar el material probatorio producido a lo largo de las presentes actuaciones. Que comenzando con la prueba producida en la presente instancia, a fs.139/166vta. obra la información brindada por la firma “Alameda 455 S.R.L.” (sociedad 5 locataria del inmueble de la apelante, y cuya deuda por alquileres fuera deducida por esta última en calidad de incobrables), en donde se afirma – en lo relevante – que no se han abonado a la apelante las sumas en concepto de alquileres desde el mes de agosto del año 1996, inclusive, que el monto de la deuda es de $ 405.411,60, y que han sido intimados al pago – intimaciones que adjunta y que, en lo referente a los períodos en discusión, consisten en dos notas de intimación fechadas el 21/06/2000 y 22/05/2001 (sin fechas de recepción), y una carta documento con acuse de recibo de fecha 30/01/2002 –. Asimismo, informan que no han firmado convenio de desalojo. Que a fs. 184/221vta. los peritos contadores presentan su informe, acompañando copia del contrato de locación en cuestión y señalando que los alquileres a cobrar ascendían a $150.479,57.- al 31/07/2000, a $197.160,00.- al 31/07/2001 y a $229.570,78.- al 31/07/2002; así como también que le fueron exhibidos recibos por cobro de alquileres desde julio del 1994 a agosto del 1996, ambos inclusive. Por otro lado, adjuntan también copias de las intimaciones y cartas documentos comentadas respecto de la prueba informativa e indican que no se les exhibió ningún convenio de desocupación. Por último, y tal como se indica en las resoluciones apeladas, la única prueba que se produjera en sede administrativa – vide fs. 15/17 del cuerpo I de Impuesto a las Ganancias – a los fines de acreditar la incobrabilidad de los créditos deducidos fueron dos cartas documento (una, ya previamente mencionada con fecha de recibo 30/01/2002, y la restante con fecha de envío de 28/03/1996). VII.- Que sentado ello, cabe remitirse a lo expuesto por la Sala “A” de este Tribunal en la causa “Telecom Argentina Stet France Telecom S.A.”, de fecha 25/07/2005, en donde se dijo: “(...) la sustantividad de otros índices de incobrabilidad puede constituir causal suficiente para justificar la deducción de malos créditos, especialmente cuando la actora demuestra que realizó gestiones extrajudiciales debidamente documentadas y/o judiciales, todas ellas tendientes a efectivizar su crédito. Mas en aquellos casos donde solamente se exigió a los deudores el cobro a través de distintos mecanismos (llamadas telefónicas, envíos de telegramas, telefonogramas, visitas personales o cartas documento bajo apercibimiento de promover acciones judiciales) y no se obtuvo respuesta favorable por parte de los mismos, quienes suscriben consideran que tales acciones constituyen tan sólo intentos de cobro de las acreencias -no importando su cuantía-, resultando entonces improcedente la deducción de dichos créditos, por entender que estos hechos, aisladamente considerados, no son indicios suficientes para justificar el descargo como incobrables dentro del contexto legal”. Que del análisis efectuado en el considerando precedente respecto de las pruebas ofrecidas y producidas en autos, no se ha demostrado en forma fehaciente que la actora haya realizado las gestiones y diligencias necesarias para acreditar en forma inequívoca que el deudor se hallaba imposibilitado de cumplir con sus obligaciones de pago, 6 TRIBUNAL FISCAL DE LA NACIÓN sino que a lo sumo se ha logrado probar que se habían producido demoras o atrasos pero no que el deudor se encontraba en un estado de insuficiencia financiera o económica proyectada en el tiempo. Como se dijera, son índices admitidos -conforme las normas vigentes en los ejercicios cuestionados-, la cesación de pagos real o aparente, la homologación del acuerdo de la junta de acreedores, la declaración de quiebra, la desaparición del deudor, la prescripción, la iniciación del cobro compulsivo, la paralización de las operaciones y otros índices de incobrabilidad, no siendo requisito para el cómputo como incobrables que se hayan iniciado las acciones judiciales, pero sí es necesario que se demuestre que uno de los índices enunciados se encuentra cumplido, es decir que se exteriorice de alguna forma la verosimilitud de la intención del acreedor de hacer efectivo su crédito. Que a tenor de lo expresado, debe señalarse que, a los fines de acreditar la incobrabilidad de los créditos deducidos, las constancias arrimadas (una carta documento y dos notas de intimación) resultan insuficientes para demostrar el alegado estado de cesación de pago del deudor; atento lo cual, teniendo en cuenta que una presunción de insolvencia de los deudores no puede determinar el castigo del crédito, a falta de una demostración de su incobrabilidad (conf. C.N.A.C.A.F., Sala I, "Río de la Plata SA Teledifusión CIF", del 31/07/1984). Por todo ello debe concluirse que el criterio del Fisco Nacional resulta ajustado a derecho y por lo tanto debe confirmarse el ajuste practicado en el impuesto a las ganancias. VIII- Que en cuanto a la determinación del impuesto sobre la ganancia mínima presunta, a tenor de lo expresado en relación al ajuste practicado como consecuencia de la impugnación de créditos castigados por la actora, corresponde disponer la confirmación de la resolución apelada atento los motivos expuestos en los Considerandos precedentes. IX.- Que por lo resuelto procede analizar los agravios expuestos por la recurrente dirigidos a que este Tribunal establezca la improcedencia de las sanciones aplicadas en las resoluciones recurridas 1.- Respecto de la multa impuesta por la resolución 347/05, respecto del Impuesto a las Ganancias, períodos fiscales 2000, 2001 y 2002, se agravia de la aplicación de la misma, así como del encuadre efectuado por el ente fiscal, en tanto entiende que no ha existido conducta dolosa alguna, por lo que no procede la aplicación de la sanción dispuesta por los artículos 46 y 47, inciso c), de la ley 11683 (t.o. en 1998 y modif.). 7 Que es dable advertir que a fin de aplicar las sanciones previstas en el artículo 46 de la ley de rito, se exige al ente recaudador acreditar no sólo la conducta omisiva del gravamen sino también el proceder engañoso o malicioso mediante hechos externos y concretos. Al respecto, el Fisco Nacional debe probar el soporte fáctico de la presunción de dolo, el que debe ser cierto y no meramente conjetural. Una vez probado el mentado soporte, luego se infiere la conducta dolosa; empero, la vinculación entre el soporte fáctico y el hecho presunto, tiene que ser unívoca, sin margen razonable para una consecuencia distinta (cfr. "Ramazzotti, Raúl Enrique s/apelación", 24/04/98). Que demostrado el elemento objeto del ilícito, las presunciones establecidas en el artículo 47 admiten prueba en contrario y en tal sentido es resorte de la actora proponer y ofrecer las pruebas que hagan a su derecho a fin de desvirtuar las afirmaciones vertidas por el ente recaudador Analizadas las actuaciones administrativas, la resolución que se recurre, y las pruebas aportadas por la actora, debe remarcarse que las razones y argumentos expuestos por el juez administrativo para aplicar la multa bajo examen no han sido conmovidos y resultan suficientemente aptos para fundar la pertinencia de la sanción. Al respecto, basten las consideraciones efectuadas por la División Jurídica en respectivo Dictamen Jurídico, al cual se remitiera la resolución apelada, y que obra a fs. 292/297 del Cuerpo II del Impuesto a las Ganancias de los antecedentes adminitrativos. 2.- Asimismo, la apelante se agravia de la multa impuesta en la resolución 346/05, relativa al Impuesto a la Ganancia Mínima Presunta, períodos fiscales 2000, 2001 y 2002, la cual fuera subsumida por el ente fiscal en el artículo 45 de la ley 11683 (t.o. en 1998 y modif.), graduándola en un 80% el impuesto omitido. Si bien es correcto que las infracciones deben ser imputables tanto objetiva como subjetivamente para justificar la imposición de una sanción (doctrina de Fallos 271:297; 303:1548; 322:519), el artículo 45 de la Ley Nº 11.683 no exige una intención dolosa, sino que resulta suficiente la culpa del contribuyente en el cumplimiento de sus obligaciones fiscales (conf. CNACAF, "Velocidad Tiempo Cero S.A. c/ DGI", Sala II,del 28/06/2007; "La Rueca Porteña SA c/ AFIP – DGI", Sala IV, del 27/10/1998) y es la actora quien debe demostrar la falta del elemento subjetivo requerido para tener por configurado el ilícito que se le imputa, en atención a la inversión de la carga de la prueba que se produce en las infracciones tributarias, sin que la recurrente haya arrimado elementos que sirvan para desvirtuar la pretensión tributaria en que se funda la sanción. Que en el derecho represivo tributario rige el criterio de la responsabilidad de la pena que responde al principio fundamental de que sólo puede ser reprimido quien sea culpable, es decir aquél a quien la ación punible pueda ser atribuída tanto objetiva como subjetivamente (C.S.J.N. Fallos: 271:2997; 303:1548; 312:149) y que si bien es inadmisible la existencia de responsabilidad sin culpa, aceptado que una persona ha 8 TRIBUNAL FISCAL DE LA NACIÓN cometido un hecho que encuadra en una descripción de conducta que merezca sanción, su impunidad sólo puede apoyarse en la concreta y razonada aplicación al caso de alguna excusa admitida por la legislación (Fallos: 316:1313 y CNACAF -Sala V-, “Martinez, Rodolfo Francisco” y “Basf Argentina SA” sentencias de fecha 12/5/99 y 14/6/2000) Para que se configure el “error excusable” se requiere que éste sea esencial e inculpable y las razones invocadas por el recurrente no poseen la entidad suficiente para demostrar un accionar diligente que lo llevara a creer razonablemente que su conducta no lesionaría el interés del erario (conf. “Capri Muebles S.R.L.” CNACAF Sala II, de fecha 28/4/94) y toda vez que el apelante no ha arrimado elementos que sirvan para desvirtuar la pretensión tributaria en que se funda la sanción, corresponde su confirmación. X.-Que con respecto a los intereses resarcitorios, toda vez que la recurrente no ha cuestionado su liquidación y que los mismos se ajustan a lo dispuesto por el art. 37 de la ley N° 11.683 (t.o. 1998 y modif.), corresponde que sean confirmados. XI-Que, por lo expuesto, corresponde confirmar las resoluciones apeladas, en todas sus partes, con costas. La Dra. Sirito dijo: Que adhiero a las conclusiones del voto precedente por las cuales se arriba a propiciar las confirmaciones de las resoluciones apeladas en todas sus partes, con costas. Abona esta decisión el haberme pronunciado en lo esencial es sentido análogo al votar en la causa “MICROCOMP S.A.s/apelación” Expte. N° 20.327-I sentencia de esta Sala D del 10 de marzo de 2005, confirmada por la sala 2 de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal con fecha 25 de febrero de 2010. El Dr. Brodsky dijo: I – Que adhiero a la conclusión adoptada en el Considerando IV del voto de la Dra. Gómez. En cambio disiento respecto a la solución propiciada en cuanto confirma las resoluciones recurridas en todas sus partes, ya que conforme lo sostuve en mi voto en la causa N° 19.279-I caratulada “BANCO VELOX S.A. s/recurso de apelación impuesto a las ganancias” de fecha 5 de noviembre de 2004, “...la existencia de pautas normativas precisas para definir los supuestos en virtud de las cuales procede dar de baja las sumas que se considera incobrables, resulta ser flexible al admitir que la presencia de una 9 cualquiera de tales pautas -no son concurrentes- así como que, de verificarse la existencia de "otros índices de incobrabilidad", es causal para justificar la deducción de los incobrables en el ejercicio que se produzcan”. Que en dicha causa expresé “... que la reglamentación del tributo (en su texto vigente durante el período examinado), establece una serie de indicios y que en el caso de verificarse alguno de ellos, la deducción del importe incobrable resulta admisible, esto es, si se prueba de forma inequívoca que ha cumplido con una serie de diligencias tendientes al cobro, como es el caso de enviar carta documento o telegrama intimando el pago bajo apercibimiento de iniciar las acciones judiciales, situación ésta que da inicio al cobro compulsivo, o haber comprobado que el deudor se encuentra en cesación de pagos real o aparente”. Que conforme lo expuesto, en el caso analizado la recurrente ha enviado a la locataria dos cartas documentos (ver fs. 94), lo que resulta suficiente como medio para intentar obtener el cobro de lo adeudado, y por lo tanto, para admitir la deducción de dicho importe como incobrable. II - Por lo que voto por revocar las resoluciones apelados en todas sus partes, con costas. Que en virtud de la votación que antecede, por mayoría SE RESUELVE: Confirmar las resoluciones apeladas, en todas sus partes, con costas. Regístrese, notifíquese, devuélvanse los antecedentes administrativos acompañados y oportunamente archivese- 10