OIT (pdf 51KB) - Comisión Económica para América Latina y el Caribe

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INFORME DE ACTIVIDADES PRESENTADO A LA 38° REUNIÓN DE LA
MESA DIRECTIVA DE LA CONFERENCIA REGIONAL DE LA MUJER PARA
AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
Trabajo decente y equidad de género:
Informe de actividades de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT)
Mar del Plata, 7 y 8 de septiembre de 2005
1. Trabajo decente y equidad de género
El eje central de la actuación de la OIT en América Latina en el área de género es la
actividad de cooperación técnica desarrollada con el objetivo de fortalecer las
capacidades institucionales de sus constituyentes (Gobiernos, organizaciones sindicales y
de empleadores) para diseñar e implementar políticas que contribuyan a la generación de
empleo y el pleno ejercicio de los derechos de las trabajadoras en el marco de la agenda
de trabajo decente. Esto implica atender al objetivo de la equidad de género en los cuatro
ejes fundamentales del trabajo decente:
• El área de derechos, dentro de la cual 2 de los 8 Convenios básicos de la OIT son
de particular relevancia para poner fin a la discriminación (Convenio 110 sobre
igualdad de remuneración por trabajo de igual valor y Convenio 111 sobre
discriminación en el empleo y la ocupación) 1.
• El área de empleo, que reconoce la necesidad de generar empleos que sean
ejercidos con libertad, en condiciones de equidad, seguridad y permitan generar
los ingresos necesarios para alcanzar una vida digna.
• El área de protección social, que se refiere a la protección de los trabajadores
frente a los riesgos a su salud y seguridad y a las contingencias o etapas de la vida
en que lo requieran.
• El área de diálogo social, que promueve el acuerdo entre los actores sociales –
gobiernos, empleadores y trabajadores- como la vía apropiada para avanzar hacia
el objetivo del trabajo decente.
2. Programa de Fortalecimiento Institucional para la Igualdad de Género,
Erradicación de la Pobreza y Generación de Empleo (GPE)
Como parte de la Agenda y de los Programas Nacionales de Trabajo Decente, la OIT ha
enmarcado sus actividades en torno al Programa de Fortalecimiento Institucional para la
Igualdad de Género, Erradicación de la Pobreza y Generación de Empleo (GPE). El
objetivo del Programa es fortalecer las capacidades institucionales de los constituyentes
de la OIT (gobiernos, orga nizaciones de empleadores y de trabajadores) a nivel local,
nacional y regional para elaborar e implementar políticas efectivas de combate a la
pobreza y generación de empleo y trabajo decente que sean capaces de contribuir, al
mismo tiempo, a la promoción de la igualdad de género. El marco analítico general del
Programa (que se inserta en las prioridades de la OIT a nivel regional y en la Agenda
global de la OIT de promoción del Trabajo Decente) considera que la pobreza está
fuertemente determinada por los patrones de empleo y que las políticas de asistencia
social no son suficientes para superarla. Los derechos fundamentales en el trabajo, que
incluyen el acceso al empleo y a los recursos productivos en igualdad de condiciones, son
parte intrínseca y fundamental de la lucha por la superación de la pobreza. La
1 Otros Convenios de importancia para la igualdad de género son el Convenio 103 y 183 sobre
protección de la maternidad, y el Convenio 156 sobre trabajadores con responsabilidades familiares.
erradicación de la pobreza mediante el trabajo supone también la superación de las
desigualdades y de la discriminación de género, así como el empoderamiento de las
mujeres y el avance de sus derechos (OIT, 2003a y OIT 2003b).
En América Latina, más que en cualquier otra del mundo, la pobreza está fuertemente
relacionada a los patrones de desigualdad social. A su vez, las desigualdades y la
discriminación de género –junto a las desigualdades y la discriminación étnico-racial–
constituyen ejes fundamentales y estructurantes de los padrones de desigualdad y
exclusión social que reproducen y perpetúan la pobreza en América Latina. Eso significa
que las estrategias de superación de la pobreza deben necesaria mente –tanto por razones
de justicia y equidad social como por razones de eficiencia– incorporar una dimensión de
género y raza/etnia en su proceso de diseño e implementación, así como en sus
mecanismos de monitoreo y evaluación.
En el contexto del Programa GPE, la OIT ha desarrollado desde 1999 hasta la fecha
actividades de cooperación y asistencia técnica en 10 países (Argentina, Bolivia, Brasil,
Chile, Ecuador, Honduras, Nicaragua, Paraguay, Perú y Uruguay), con recursos propios y
el apoyo de la cooperación técnica internacional (Reino Unido, Dinamarca, Países Bajos
y Japón) y en colaboración con el PNUD en el caso de Chile. En México la OIT viene
implementando desde el año 2000, con el apoyo de la Cooperación Técnica Española, el
Proyecto Más y Mejores Empleos para las Mujeres que tiene como objetivo apoyar la
formulación y la implementación de planes nacionales de acción con miras a la creación
de más y mejores empleos para las mujeres.
En Argentina, Costa Rica, Bolivia y Uruguay se implementó desde 1999 hasta 2003, con
el apoyo del BID, el Proyecto de Formación Profesional para Mujeres de Bajos Ingresos
(FORMUJER), que dio origen al programa PROIMUJER, que se lleva a cabo en
Uruguay, con recursos asignados por la Junta Nacional de Empleo (JUNAE).
En Centroamérica se están ejecutando desde 2004 dos nuevos Proyectos: Trabajo
Decente para Mujeres Pobres y Mujeres Migrantes en Centroamérica (GEM), focalizado
en Nicaragua, Honduras y Costa Rica y Educación para el trabajo, empleo y derechos de
los pueblos indígenas (ETEDEPI), que tiene sede en San José, Costa Rica y está dirigido
especialmente a tres países: Nicaragua, Honduras y Guatemala.
En Brasil se está implementando desde fines de 2002, con el apoyo de la Cooperación
Técnica de los Países Bajos el Proyecto “ Desarrollo de una política nacional para eliminar la
discriminación en el empleo y la ocupación y promover la igualdad racial en Brasil”
3. La dimensión étnico-racial
Reconociendo la severidad y magnitud de las desigualdades y discriminaciones de carácter racial
y étnico en América Latina, que se potencian con los patrones de desigualdad de género, la OIT
ha iniciado una serie de actividades en Brasil y Ecuador destinadas a identificar las
interrelaciones entre género, pobreza, empleo y etnia y entregar asistencia técnica para
3
fortalecer la capacidad institucional de gobiernos, empleadores y trabajadores para
elaborar, promover, y garantizar la implementación de políticas de promoción de la
igualdad de género, con atención especial a sus dimensiones étnicas y raciales en el
ámbito del trabajo y del empleo, apoya ndo la discusión e implementación de políticas de
acción afirmativa.
Las actividades que se llevan a cabo en este ámbito en Guatemala, Honduras y Nicaragua
se proponen también contribuir a la reducción de la pobreza y la exclusión social de los
pueblos indígenas (los cuales están desproporcionadamente representados entre la
población que vive mayores niveles de exclusión social y pobreza), a través de una
estrategia de acción integrada en la ejecución de proyectos piloto sostenibles de
desarrollo económico, sociocultural y educativo, en un marco institucional que reconozca
y respete los derechos de dichos pueblos.
4. Servicio doméstico en América Latina
El servicio doméstico constituye la primera fuente de empleo no agrícola para las
mujeres. En su conjunto, se encuentran en una situación más desfavorable que otros
trabajadores asalariados y padecen serios déficit de trabajo decente. Se están realizando
estudios comparativos sobre el marco legal y normativo, a fin de generar propuestas que
equiparen su situación a la del resto de los asalariados. Otros estudios están enfocados
sobre las condiciones de trabajo y los esfuerzos de organización de las trabajadoras y
entregarán recomendaciones para mejorar el ejercicio de sus derechos. Iniciativas
especiales se están desarrollando además en Brasil, Colombia, Paraguay y Perú para el
combate al trabajo infantil doméstico, a través de estudios y acciones de prevención y
erradicación.
En el marco de los esfuerzos que realiza la OIT para la promoción de los derechos de los
y las trabajadoras migrantes, se están llevando a cabo estudios sobre trabajadoras de
servicio doméstico que han migrado dentro de la región y se realizará en 2005 un
seminario para fortalecer las capacidades de las organizaciones sindicales para el
mejoramiento de las condiciones de trabajo de estas trabajadoras.
5. Diálogo social para la equidad de género
Se han llevado a cabo diversas iniciativas destinadas a fortalecer la presencia de las
mujeres en las organizaciones empresariales y sindicales y lograr una representación
equilibrada de hombres y mujeres en las instancias directivas y en los espacios de diálogo
social. En el marco de los diversos proyectos de cooperación técnica se han desarrollado
actividades de capacitación y sensibilización dirigidas a los sindicatos y a los
empleadores y a las instancias de dialogo social.
Se han realizado talleres de capacitación para apoyar la puesta en marcha de la cuota para
mujeres en aquellos países cuyas organizaciones sindicales han acordado esta medida y
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se han desarrollado en toda la región acciones para fortalecer la dimensión de género en
la agenda sindical. Se ha definido en conjunto con la COMUANDE una agenda sindical
para promover el trabajo decente de las mujeres, inspirado en los objetivos estratégicos
de la OIT, y que se complementa e integra a los Planes de Acción por país, que servirá de
soporte para formular políticas, programas y proyectos futuros que respondan a los
intereses y demandas de las mujeres trabajadoras de la región andina.
Especial énfasis se ha dado a la promoción de la equidad de género en los procesos de
negociación colectiva. Se realizó un estudio sobre la inclusión de demandas de género en
los convenios de negociación colectiva en ocho países de la región y se realizó un curso
de capacitación en técnicas de negociación dirigido a mujeres empresarias y trabajadoras
del Cono Sur.
Se ha entregado asistencia técnica a la red de Comisiones Tripartitas para la promoción
de la Igualdad de Oportunidades en el Empleo que funcionan desde fines de los años 90
en los países del Cono Sur, y se han iniciado acciones para la creación de Comisiones
similares en los países andinos.
6. Principales resultados
Uno de los mayores logros consiste en haber sensibilizado a los constituyentes de la OIT
en los países en que se ha implementado el Programa GPE, sobre la necesidad de
orientar las políticas de empleo y las estrategias de superación de la pobreza hacia
las necesidades integrales de las personas, tomando en cuenta la especificidad de las
desventajas de género que enfrentan las mujeres y, en los casos de Brasil y Ecuador,
también las poblaciones afrodescendientes e indígenas. Ello aporta una mirada
cualitativamente enriquecedora a políticas y programas que están estrechamente
vinculadas con las estrategias de desarrollo económico y productivo donde a menudo se
pierde esta perspectiva de desarrollo humano y de promoción de la igualdad de
oportunidades.
El Programa ha identificado los grandes vacíos y necesidades existentes en los países
en cuanto a:
a) la sensibilización de los actores relevantes sobre la vinculación entre pobreza,
empleo y género;
b) la incorporación progresiva de la dimensión étnico-racial, en especial en los
casos de Brasil y Ecuador;
c) la capacitación de los funcionarios públicos y cuadros sindicales en temas
relacionados con pobreza, empleo y género (y raza y etnia en Brasil y Ecuador);
d) la elaboración y el uso de análisis de género basados en indicadores y
estadísticas existentes (sin dejar de señalar la necesidad de generar nuevos
indicadores);
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e) la elaboración y el uso de evaluaciones independientes “de impacto” –tanto
cuantitativos como cualitativos– de los programas y proyectos de generación de
ingresos y empleos existentes en la región, con perspectiva de género;
f) la introducción progresiva y la mejoría de los indicadores destinados a
identificar la condición étnico-racial de las personas, tanto en las estadísticas
nacionales como en los registros de los programas y políticas sociales. En ese
sentido una sugerencia importante de política a los gobiernos de la región es la de
repensar sus sistemas estadísticos –en especial las encuestas de hogar– en el sentido de
las posibilidades de establecer esa tipo de desagregación y cruces considerando que, en
al mayoría de nuestros países, las desigualdades étnico-raciales son ejes estructurantes
de los patrones de desigualdad y exclusión social que reproducen y perpetúan la
pobreza ;
g) la coordinación intersectorial e interinstitucional, tanto en los niveles nacionales
como locales, así como entre los niveles local-provincial/departamentalnacional y
h) el debate crítico en torno a la relación de políticas macro-económicas, políticas
de empleo y políticas de equidad social e igualdad de género.
En todos los países y a nivel regional se produjeron una importante cantidad de
diagnósticos, estudios e investigaciones, que han generado una nueva base de
conocimientos y han permitido dar valor agregado y sostenible a los esfuerzos realizados
por todos los participantes en el proyecto. Adicionalmente, se generó una red de
investigadoras al interior de los países y en la región (véase lista de publicaciones en
Anexo).
El programa ha fortalecido en todos los países la cooperación interinstitucional e
intersectorial a nivel nacional.
7. Algunas lecciones aprendidas
a. Promoción de sinergias y coordinación interinstitucional e intersectorial
Una estrategia que ha demostrado su gran relevancia en el proceso de generar políticas y
programas de superación de la pobreza que promuevan el trabajo decente para mujeres y
hombres, es la de fortalecer las sinergias y la coordinación interinstitucional e
intersectorial. La validez de esta estrategia se da en distintos niveles y por distintas
razones:
En primer lugar, es preciso promover el intercambio y la coordinación entre los distintos
ministerios sectoriales vinculados con la elaboración y negociación de políticas y
programas de superación de la pobreza: ministerios de trabajo (políticas/programas de
empleo); acción social (políticas/programas de pobreza); agricultura, turismo
(políticas/programas productivos sector rural) y de la mujer y promoción de la igualdad
racial (políticas/programas de igualdad).
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Segundo, es necesario promover el intercambio y la coordinación tripartita, dado que la
responsabilidad de promover políticas sostenibles y eficientes de empleo debe ser
compartida por el estado en su conjunto: gobierno, trabajadores(as) y empresarios(as).
Tercero, hay cada vez más claridad en cuanto a la necesidad de una mayor coordinación
entre los gobiernos centrales, provinciales/departamentales y locales debido a la creciente
tendencia a descentralizar la ejecución de las políticas y programas. Apoyar este tipo de
coordinación constituye un desafío importante, al menos en América Latina donde los
países tienen una estructura altamente “centralizada”.
b. Gestión participativa de acuerdo a las necesidades y aprovechando las
capacidades de los interlocutores sociales
Una gestió n participativa, de acuerdo a las necesidades de las contrapartes y
aprovechando sus capacidades, aumenta la sostenibilidad de los resultados, dado que de
esta manera se genera un compromiso con los objetivos del proyecto más allá del
proyecto mismo. Adicionalmente, la mejor forma de garantizar la asistencia de los
actores clave en las actividades impulsadas por el proyecto, es asegurar que estas
respondan a necesidades reales. Una gestión participativa se logra a través de las
siguientes estrategias de gestión (entre otras):
• elaboración de los planes de trabajo a nivel nacional a partir de consultas previas
con los interlocutores sociales en cuanto a preocupaciones principales y
propuestas de líneas de acción;
• identificación por parte de los constituyentes de las necesidades de generación de
conocimientos y análisis de datos y de posibles consultores/investigadores;
• identificación por parte de los constituyentes de las necesidades en cuanto a temas
específicos de capacitación, aunque siempre enmarcados en el objetivo de
desarrollo del proyecto;
• participación activa de los constituyentes en la organización técnica y logística de
las actividades: identificación de facilitadores y expositores nacionales;
participación de cuadros políticos en la inauguración de eventos; participación de
cuadros técnicos como expositores/capacitadotes.
c. Promoción del “anclaje institucional” de los temas de género al más alto nivel
Las experiencias de los diversos Proyectos implementados por la OIT en América Latina
demuestran la necesidad de desarrollar un esfuerzo continuo para posicionar y anclar el
tema de la igualdad de oportunidades y la equidad de género al más alto nivel
institucional, comprometiendo, además de los mecanismos para el adelanto de la mujer, a
los(as) ministros(as) de trabajo (y otros ministros sectoriales), secretarios generales
sindicales y presidentes de organizaciones empresariales.
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d. La promoción de la equidad de género como parte de la Agenda del Trabajo
Decente de la OIT en los países contrapartes
El Programa GPE y los demás proyectos relacionados a la promoción de la equidad de
género han contribuido para impulsar la Agenda del Trabajo Decente de la OIT en la
región, en especial el objetivo de integrar/fortalecer los objetivos de generación de
empleo decente a las estrategias y políticas nacionales de combate a la pobreza.
e. Promoción de un discurso técnico-analítico, dirigido a mujeres y hombres,
que visibilice las relaciones y brechas de género
El Programa ha demostrado la importancia de insistir en el hecho de que la consigna de
“género” no es igual a “mujer”, sino que la perspectiva de género pone en relación
comparativa la situación de hombres y mujeres con miras a avanzar hacia una mayor
equidad. Ha demostrado también la importancia de los análisis de género sobre la
pobreza y el empleo no solo para entender la situación específica de las mujeres, sino
también la dinámica general de los mercados de trabajo y de los procesos de pobreza,
exclusión y desigualdad social existentes en los países de la región.
Dado que la superación de la pobreza, el acceso al trabajo decente y la generación de
mayor equidad social y de género son objetivos de interés para la sociedad en su
conjunto, es estratégicamente importante generar un mayor compromiso y participación
por parte de los dirigentes gubernamentales, de organizaciones de trabajadores y
empleadores –en su mayoría hombres– con los objetivos y actividades de promoción de
la equidad de género.
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BIBLIOGRAFIA
OIT, 2003a. Superar la pobreza mediante el trabajo. Memoria presentada por el Director
General de la OIT a la Conferencia Internacional del Trabajo, junio.
OIT, 2003b. La hora de la igualdad en el trabajo. Informe Global de Seguimiento a la
Declaración de Derechos y Principios Fundamentales en el Trabajo, presentado a la
Conferencia Internacional del Trabajo.
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ANEXO
PUBLICACIONES
a) Libros
• Cuestionando un mito: Costos laborales de hombres y mujeres en América
Latina, 2002 (Editoras: Laís Abramo y Rosalía Todaro), OIT- Oficina Regional
para las Américas;
• Mujeres, pobreza y mercado de trabajo. Argentina y Paraguay, 2003 (Editora:
María Elena Valenzuela), OIT-Oficina Regional para las Américas;
• Inequidades, pobreza y mercado de trabajo. Bolivia y Perú, 2003 (Editora: Silvia
Berger), OIT-Oficina Regional para las Américas
• Género y mercado de trabajo: Honduras y Nicaragua, 2003 (Editora: Janina
Fernández-Pacheco), Oficina Subregional de San José;
• Trabajo decente y equidad de género en América Latina, 2004 (Editora: Laís
Abramo), OIT-Oficina Regional para las Américas;
• Negociación colectiva y equidad de género en América Latina, 2005 (Editoras:
Laís Abramo y Marta Rancel), OIT-Oficina Regional para las Américas;
• Políticas de empleo para superar la pobreza: Argentina, 2004 (Editora: María
Elena Valenzuela), OIT-Oficina Regional para las Américas;
• Políticas de empleo para superar la pobreza: Paraguay, 2004 (Editora: María
Elena Valenzuela), OIT-Oficina Subregional de Santiago ;
• Mujeres, brechas de equidad y mercado de trabajo. Chile, 2004 (Teresita
Selamé), OIT-Oficina Subregional de Santiago;
• Desigualdades entrecruzadas. Pobreza, género, etnia y raza en América Latina,
2004 (Editoras: María Elena Valenzuela y Marta Rangel), OIT-Oficina Regional
para las Américas;
• Las cadenas de valor en Nicaragua: Quequisque, forestal y lácteos - tres estudios
de caso, 2004 ( OIT-Oficina Subregional en San José, UNIFEM y PNUD
Nicaragua);
•
Acciones sindicales para la promoción del trabajo decente para las mujeres ,
2004 (Gabriela Olguín, Manuela Tomei y Juan Manuel Sepúlveda), Oficina
Subregional de la OIT en San José;
•
A Experiência dos Núcleos de Promoção da Igualdade de Oportunidades e
Combate à Discrminação no Emprego e na Ocupação, 2005 (Editoras: Laís
Abramo, Manuela Tomei e Ana Claudia Farranha), OIT Brasil;
b) Manuales:
• Manual de Formação e Informação sobre Igualdade de Gênero e Raça,
Erradicação da Pobreza e Geração de Emprego, 2004 (OIT-Brasil) (en
imprenta);
10
•
Manuales de capacitación para el fortalecimiento de microempresas turísticas
desde un enfoque de género y diversidad étnica (Miriam Ernst y Tatiana Unda);
•
Manuales PROFECE: Cultura emprendedora, género y ciudadanía. Guia
metodológica para la facilitación (Mariela Rodríguez y Carmen Takayama);
•
Gestión de calidad y equidad de género. Una aplicación práctica en la industria
maquiladora de confección. Guía metodológica (Claudia Trejo y Leonard,
Mertens);
•
Trabajo a domicilio, cadenas productivas y acción sindical en América Latina,
2004 (Editores: Laís Abramo, Eduardo Rodríguez y Giovannna Rossignotti), OITOficina Regional para las Américas, IFP-SEED y ACTRAV;
•
Módulos de Formación para la empleabilidad y la ciudadanía. Guzmán, V.;
Irigoin, Montevideo: FORMUJER, Cinterfor/OIT, 2000 (4 tomos);
•
Incorporación de la perspectiva de género en la formación profesional:
materiales didácticos . FORMUJER, Cinterfor/OIT. Montevideo 2001;
Género y formación por competencias: aportes conceptuales, herramientas y
aplicaciones . FORMUJER, Cinterfor/OIT, Montevideo, 2003;
•
•
Diseño curricular de trayectos de formación para el trabajo. Aportes a la calidad
de la formación incorporando criterios de equidad y pertinencia con el contexto.
Programa FORMUJER Argentina, MTESS, Buenos Aires, 2004;
•
Proyecto Ocupacional. Una metodología de formación para mejorar la
empleabilidad; manual. FORMUJER Argentina, MTEySS, Buenos Aires, 2004;
•
Guía de Orientación Ocupacional Vocacional. Talleres integrados de orientación
vocacional - ocupacional. FORMUJER Costa Rica. INA, San José de Costa Rica;
2002.
•
Manual con actividades para estimular la empleabilidad desde el aula.
FORMUJER Costa Rica, INA, San José de Costa Rica, 2002.
•
Orientación ocupacional con mujeres: manual para docentes . Sarazola, S.
Cinterfor/Casa de la Mujer, Montevideo, 2003;
Un modelo de política de formación para el mejoramiento de la empleabilidad y
la equidad de género: El Programa Formujer. FORMUJER, Cinterfor/OIT,
Montevideo 2004;
•
•
Estrategia de comunicación: una herramienta para la gestión de políticas de
formación y equidad. FORMUJER, Cinterfor/OIT, Montevideo, 2003;
•
Orientación ocupacional con mujeres: manual para docentes. Sarazola, S.
Montevideo: Cinterfor/Casa de la Mujer, 2003.
11
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