EN EL TRIBUNAL SUPREMO DE PUERTO RICO Número del Caso

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EN EL TRIBUNAL SUPREMO DE PUERTO RICO
El Pueblo de Puerto Rico
Peticionario
v.
Vicente Rodríguez Maldonado
Certiorari
2012 TSPR 76
185 DPR ____
Recurrido
Número del Caso: CC-2010-810
Fecha: 20 de abril de 2012
Tribunal de Apelaciones:
Región Judicial Ponce
Abogado de la Parte Peticionaria:
Lcdo. Eliezer Rodríguez Cintrón
Oficina del Procurador General:
Lcda. Zaira Lebrón Anadón
Subprocuradora General
Lcda. Daphne Cordero Guilloty
Procuradora General Auxiliar
Materia: Procedimiento Criminal – Archivo de la denuncia bajo la Regla
246 de procedimiento Criminal
Este documento constituye un documento oficial del Tribunal Supremo
que está sujeto a los cambios y correcciones del proceso de
compilación y publicación oficial de las decisiones del Tribunal. Su
distribución electrónica se hace como un servicio público a la
comunidad.
EN EL TRIBUNAL SUPREMO DE PUERTO RICO
El Pueblo de Puerto Rico
Peticionario
Certiorari
v.
Vicente Rodríguez Maldonado
Recurrido
CC 2010-0810
Opinión del Tribunal emitida por el Juez Asociado señor Rivera García
En San Juan Puerto Rico, a 20 de abril de 2012.
Este
recurso
nos
brinda
la
oportunidad
de
precisar los requisitos para el archivo definitivo
y
sobreseimiento
de
un
caso,
luego
de
que
las
partes lleguen a un acuerdo de transacción según
los
dispone
la
Regla
246
de
Procedimiento
Criminal, 34 L.P.R.A. Ap. II. Específicamente, la
controversia que debemos evaluar gira en torno a
si
un
tribunal
puede
reinstalar
una
denuncia
archivada de acuerdo con la referida regla, cuando
no
se
satisficieron
los
requerimientos
establecidos en esta y se ha incumplido con los
términos
de
la
transacción
habida
entre
las
CC-2010-0810
partes.
ocupa,
Para
2
resolver
reseñamos
los
adecuadamente
hechos
de
el
mayor
recurso
que
relevancia
y
nos
los
incidentes procesales acaecidos.
I
El 24 de abril de 2008 el Ministerio Público presentó
una
denuncia
(señor
contra
Rodríguez
el
Sr.
Vicente
Maldonado
o
Rodríguez
recurrido)
Maldonado
por
haber
infringido el Art. 205 del Código Penal de Puerto Rico,1
disposición que tipifica la usurpación. Específicamente,
se le imputó que el 10 de diciembre de 2007 penetró en un
domicilio ajeno sin el consentimiento expreso del dueño
para realizar actos de dominio. En consecuencia, el foro
primario
determinó
causa
probable
por
el
delito
según
imputado.
En la vista celebrada el 11 de junio de 2009, las
partes
informaron
al
tribunal
que
habían
llegado
a
un
acuerdo de transacción. Indicaron además, que la propiedad
usurpada era objeto de un conflicto entre los miembros de
una Sucesión. Surge de la minuta de la referida vista que
la defensa comunicó al foro juzgador que se realizaron
unas ofertas de compraventa sobre ese mismo inmueble, que
finalizarían la controversia.2 Igualmente, el perjudicado y
el recurrido manifestaron al tribunal que habían llegado a
un
acuerdo
consistía
en
para
que
transigir
el
el
Ministerio
delito.
Público
1
33 L.P.R.A. sec. 4833.
2
Véase Apéndice del recurso de certiorari, pág. 89.
Este
acuerdo
solicitaría
el
CC-2010-0810
archivo
del
3
cargo
de
usurpación
luego
de
que
el
perjudicado aceptara que Rodríguez Maldonado ocupaba la
propiedad
en
virtud
de
un
contrato
de
arrendamiento
suscrito entre él y un tercero. Asimismo, pactaron que el
recurrido se obligaba a desalojar la propiedad el 30 de
noviembre de 2009.
En
juramento
consecuencia,
que
le
el
constaba
perjudicado
que
el
declaró
acusado
bajo
suscribió
un
contrato de arrendamiento con un tercero y la fecha cuando
debía desalojar el inmueble en cuestión.3 Del mismo modo,
consignó que estaba de acuerdo en llegar a una transacción
del caso y que haría lo propio en la esfera civil con su
abogado y con la representación legal de la Sucesión.
Cónsono
con
lo
enunciado
y
ya
que
las
partes
llegaron a un acuerdo, la Fiscalía solicitó el archivo de
la causa criminal en conformidad con la Regla 246 de
Procedimiento Criminal, supra. Por consiguiente, el foro
de
instancia
decretó
en
sala
el
archivo
del
caso
de
acuerdo con el citado precepto sin la imposición de las
costas.4
Empero,
por
error
del
foro
primario,
en
la
sentencia consta que el archivo se decretó según la Regla
2475 de Procedimiento Criminal, en lugar de la Regla 246.6
3
Íd.
4
Específicamente, la minuta de la vista de 11 de junio de 2009
expresa: “A petición del Ministerio Público, el tribunal archiva el
caso por la Regla 246 sin costas.” Apéndice del recurso de certiorari,
pág. 90.
5
Esta norma autoriza el sobreseimiento de una acusación por el
Secretario de Justicia o un fiscal previa aprobación del tribunal.
Véase 34 L.P.R.A. Ap. II.
CC-2010-0810
4
Subsiguientemente, el 15 de diciembre de 2009 el Tribunal
de Primera Instancia enmendó la referida sentencia para
corregir el error en su dictamen.7
Así las cosas, el 2 de diciembre de 2009 el señor
Rodríguez Maldonado presentó una solicitud para que se le
concedieran
inmueble
menores
dos
meses
ocupado.
de
edad
adicionales
Adujo
que
que
aún
y
en
no
vivienda.
Por
su
parte,
diciembre
de
2009
el
foro
sentencia
era
final
y
firme,
para
la
residencia
había
mediante
Resolución
que
la
otra
de
coligió
el
vivían
encontrado
primario
y
desalojar
7
de
que
la
petición
sería
considerada como una enmienda a la sentencia.8 En atención
a ello, pautó una vista para el 25 de enero de 2010. La
Fiscalía expresó ese día que la solicitud de archivo del
caso por transacción fue prematura. Por ese fundamento,
solicitó que se dejara sin efecto la sentencia dictada el
11
de
junio
proceso
de
2009
criminal,
encontrara
al
consecuencia,
el
y
peticionó
incluyendo
recurrido
tribunal
la
continuación
una
acción
incurso
en
dejó
sin
para
que
desacato.
efecto
la
del
se
En
sentencia
sobre el archivo del caso y señaló juicio en su fondo para
el 11 de febrero de 2010.
Inconforme con ese proceder, el 9 de febrero de 2010
el
6
señor
Rodríguez
Maldonado
presentó
Véase Apéndice del recurso de certiorari, pág. 88.
7
Íd., pág. 44.
8
Íd.
una
moción
de
CC-2010-0810
5
reconsideración.
En
su
escrito,
arguyó
que
el
foro
primario no tenía jurisdicción para dejar sin efecto una
sentencia final y firme. Además, adujo en su petición que
el Estado estaba impedido de procesarlo dos veces por el
mismo delito. Así las cosas, en la vista celebrada el 11
de febrero el Tribunal de Primera Instancia se reservó su
determinación
sobre
la
moción
de
reconsideración
y
reseñaló el juicio para el 23 de febrero de 2010. En esa
fecha, el Ministerio Fiscal manifestó su oposición a la
petición de reconsideración de la defensa y solicitó la
imposición
de
incumplimiento
un
con
desacato
el
desalojo
al
de
recurrido
la
por
residencia
en
su
la
fecha convenida. Por su parte, el foro primario declaró
“no ha lugar” la moción de reconsideración y señaló el
juicio para el 31 de marzo de 2010.
Aún insatisfecho, el señor Rodríguez Maldonado acudió
al Tribunal de Apelaciones. Ese foro judicial, mediante
una sentencia de 16 de agosto de 2010, revocó el dictamen
del tribunal de instancia que había dejado sin efecto el
archivo
de
la
causa
de
acuerdo
con
la
Regla
246
de
Procedimiento Criminal, supra.9
No conteste con el proceder del foro a quo, el Pueblo
acudió
oportunamente
ante
nos
mediante
un
recurso
de
certiorari y formuló los errores siguientes:
9
Es importante señalar que la decisión del Tribunal de Apelaciones,
Panel de Ponce no fue unánime, pues el juez López Feliciano emitió un
voto
disidente.
Véase
Pueblo
v.
Vicente
Rodríguez
Maldonado,
KLCE201000408.
CC-2010-0810
6
Primero, erró el Tribunal de Apelaciones al
revocar la determinación emitida por el Tribunal
de Primera Instancia y decretar que, a pesar de
que el Sr. Rodríguez Maldonado no cumplió con la
condición
suspensiva
impuesta
al
archivo
decretado
al
amparo
de
la
Regla
246
de
Procedimiento Criminal, el Tribunal a quo no
podía reactivar el proceso criminal pues carecía
de jurisdicción para atender la controversia.
Segundo, en la alternativa, erró al no decretar
la nulidad del archivo, por no satisfacerse los
criterios de la Regla 246, mucho más cuando su
determinación descansó en la premisa equivocada
de que el Ministerio Fiscal podría encauzar
nuevamente al aquí recurrido por el mismo
delito. Petición de certiorari, pág. 7.
Luego de examinar el recurso, expedimos el auto de
certiorari y ordenamos a las partes que presentaran sus
respectivos alegatos. Con el beneficio de la comparecencia
de ambas partes, procedemos a resolver.
II
Como
norma
general,
no
es
una
defensa
para
el
imputado de delito que la víctima haya condonado la ofensa
sufrida. Véase I LaFave, Wayne R. Substantive Criminal Law
Sec. 6.5 (2003). Ello es así porque la intervención del
Estado para combatir la actividad criminal representa, no
solo
el
interés
particular
del
perjudicado,
sino
el
interés social de armonía que el delito enerva. Pueblo v.
Ramírez Valentín, 109 D.P.R. 13, 15 (1979). Por tal razón,
que
el
agresor
compense
efectivamente
los
daños
al
ofendido no priva al Estado de ejercer su poder punitivo.
Íd. Empero, el principio de la reparación del daño forma
parte del panorama jurídico penal y, a su vez, provee una
alternativa a los rigores del procedimiento criminal en
CC-2010-0810
cuanto
7
busca
la
reconciliación
de
las
partes
y
la
restauración del daño social ocasionado. Íd. Véase además,
E.C.
Viano,
La
justicia
restauradora:
una
nueva
perspectiva en derecho penal, victimología y criminología,
1 Rev. Der. Hum. y Transf. Conf. (2009). Así pues, en
varias
jurisdicciones
se
permite
que
en
los
delitos
cometidos bajo circunstancias que denotan una ausencia de
peligrosidad por parte del actor, la reparación de los
daños causados extinga la responsabilidad penal. Pueblo v.
Ramírez Valentín, supra; Véase, LaFave, supra; H. Silving,
Criminal Justice, Buffalo, N.Y., WM. S. Hein & Co. Inc.,
1971,
Vol.
I,
pág.
120,
citando
a
E.
Ferri,
Criminal
Sociology, (Kelly y Lisle trads.) 1917, pág. 553. En esos
casos,
daño,
por
la
la
naturaleza
necesidad
de
predominantemente
sancionar
la
privada
actividad
del
criminal
puede satisfacerse con la compensación del mal causado.
Pueblo v. Ramírez Valentín, supra. Por esa razón, mediante
la vía estatutaria y a modo de excepción, se ha permitido
la
transacción
circunstancias.
de
En
ciertos
general,
delitos
se
bajo
determinadas
consideran
transigibles
solo aquellos delitos menos graves que cumplan con los
requisitos
estatutarios
establecidos
y
que
a
su
vez
generen una causa de acción civil a favor del perjudicado.
LaFave, supra; Nota, Construction and Effect of Statute
Authorizing Dismissal of Criminal Action Upon Settlement
of Civil Liability Growing Out of Act Charged, 42 A.L.R.3d
315 (1972).
CC-2010-0810
8
Actualmente, la Regla 246 de Procedimiento Criminal,
supra, establece los términos y las condiciones para la
transacción
de
delitos
en
nuestra
jurisdicción.
Es
pertinente señalar que esta regla tiene su génesis en los
Arts.
445
a
447
del
derogado
Código
de
Enjuiciamiento
Criminal de 1902. Estos artículos provinieron de las Secs.
1377 a 1379 del Código Penal de California, que a su vez
tienen su origen en una ley de 1813 del estado de Nueva
York. Véanse: Pueblo v. Vázquez, 120 D.P.R. 375 (1988);
People v. Moulton, 182 Cal. Rptr. 761, 765 (1982). A esos
efectos, en People v. Moulton, 131 Cal. App.3d Supp. 10,
17-18
(1982),
se
analizan
los
orígenes
del
acuerdo
transaccional:
All the statutes authorizing civil compromise of
criminal actions trace their origins to a New
York statute in effect in 1813, providing: “That
in all cases where a person shall, on the
complaint of another, be bound by recognisance
to appear, or shall, for want of surety, be
committed, or shall be indicted for an assault
and battery, or other misdemeanor, to the injury
and damage of the party complaining, and not
charged to have been done riotously or with
intent to commit a felony, or not being an
infamous crime, and for which there shall also
be remedy by civil action, if the party
complaining shall appear before the magistrate
who may have taken the recognisance, or made the
commitment, or before the court in which the
indictment shall be, and acknowledge to have
received
satisfaction
for
such
injury
and
damage, it shall be lawful for the magistrate in
his discretion to discharge the recognisance, &
c. or for the court also in their discretion, to
order a nolle prosequi to be entered on the
indictment ....” (1 N.Y. R. L. (1813) p. 499,
sec. 19.) (Énfasis en el original.)
En
nuestras
transacciones
de
reglas
de enjuiciamiento criminal, las
delito
solo
eran
posibles
en
aquellos
CC-2010-0810
casos
que
graves.
9
involucraban
Así,
el
Art.
la
comisión
445
del
de
delitos
derogado
menos
Código
de
Enjuiciamiento Criminal de 1902 expresaba lo siguiente:
Cuando sea detenida una persona para responder a
una acusación de misdemeanor (delito menos
grave), y el individuo perjudicado por el hecho
que constituye delito tenga el recurso de
indemnizarse del daño por medio de una acción
civil, el asunto puede transigirse en la forma
que dispone el artículo siguiente, excepto
cuando el delito sea cometido:
(1) Por un empleado judicial ó contra él,
mientras esté en el ejercicio de las funciones
de su cargo;
(2) Tumultuosamente;
(3) Con la intención de cometer un felony
(delito
muy
grave).
Comisión
Conjunta
codificadora legislativa de Puerto Rico, Code of
Criminal
Procedure/Código
de
Enjuiciamiento
Criminal de Puerto Rico. San Juan, Puerto Rico,
Negociado de Materiales, Imprenta y Transporte,
pág. 289-291, 1935.
Por su parte, el Art. 446 de ese mismo cuerpo legal
establecía
los
requisitos
para
que
se
efectuara
la
transacción en el ámbito penal, y a tales efectos disponía
lo siguiente:
Si la parte perjudicada comparece ante el
tribunal al que hayan de ser remitidas las
declaraciones en cualquier momento antes de la
celebración del juicio, y reconoce plenamente
que
ha
recibido
reparación
por
el
daño
causádole,
el
tribunal
puede
decretar
discrecionalmente y previo pago de las costas
devengadas,
que
se
suspendan
todos
los
procedimientos en persecución del delincuente, y
que éste quede exonerado de la culpa; pero en
tal caso los fundamentos que tenga el tribunal
para dictar el auto deben exponerse en éste, é
[sic] insertarse en el acta del tribunal. Dicho
auto imposibilita la instrucción de otro proceso
por
el
mismo
delito.
Comisión
Conjunta
codificadora legislativa de Puerto Rico, Code of
Criminal
Procedure/Código
de
Enjuiciamiento
Criminal de Puerto Rico, supra, pág. 291.
CC-2010-0810
10
Asimismo, el derogado Art. 447 establecía que “ningún
delito público puede transigirse como tampoco suspenderse
ningún procedimiento ó [sic] proceso, para el castigo del
mismo,
en
virtud
de
una
transacción,
sino
del
modo
establecido en este capítulo”. Íd., pág. 291.
Tras
la
aprobación
en
1963
de
las
Reglas
de
Procedimiento Criminal se derogaron los citados artículos
del Código de Enjuiciamiento Criminal, pero su contenido
-en esencia- fue recogido en la Regla 246 de Procedimiento
Criminal, supra. Más adelante, esta norma fue enmendada
por
la
Ley
Núm.
53
de
1
de
julio
de
1988.10
Esta
legislación, entre otros fines, requirió la participación
y anuencia del Ministerio Público en el proceso para el
archivo y sobreseimiento de un caso por transacción. De
esta forma, se revocó por la vía legislativa lo pautado en
Pueblo v. Vázquez, 120 D.P.R. 368 (1988), en torno a que
el Ministerio Público solamente debía ser oído en este
proceso, pero no se necesitaba -ni era un requisito- su
anuencia para que procediera el archivo de un delito por
transacción.
Subsiguientemente,
tras
la
aprobación
del
Nuevo
Código Penal de Puerto Rico de 2004, el referido estatuto
fue enmendado nuevamente, esta vez por la Ley Núm. 3172004 (34 L.P.R.A. Ap. II), para atemperarla al Art. 98 del
Código Penal (reparación de los daños).11 D. Nevares-Muñiz,
10
11
34 L.P.R.A. Ap. II.
33 L.P.R.A. sec. 4726. Dicho artículo establece que:
CC-2010-0810
11
Sumario de derecho procesal penal puertorriqueño, 9na ed.,
San
Juan,
Derecho,
Puerto
2011,
Rico,
págs.
Inst.
159-160.
para
Esa
el
Desarrollo
enmienda
añadió
del
la
categoría de los delitos graves de tercero y cuarto grado
como parte de los delitos que se pueden transigir por
medio de la Regla 246.
Dentro
de
ese
contexto,
y
por
la
importancia
que
tiene para nuestro análisis, citamos in extenso el texto
de la norma procesal vigente:
Sólo podrán transigirse delitos menos graves,
graves de cuarto grado o de tercer grado, cuando
el imputado o el acusado se haya esforzado por
acordar una compensación con el perjudicado y le
haya restablecido en su mayor parte a la
situación jurídica anterior al hecho delictivo,
o lo haya indemnizado total o sustancialmente,
en una situación en la que la reparación de los
daños le exija notables prestaciones personales,
con el consentimiento del perjudicado y del
ministerio público.
En aquellos casos en que esta regla permite la
transacción,
si
la
parte
perjudicada
compareciere
ante
el
tribunal
donde
está
pendiente la causa en cualquier momento antes de
la
celebración
del
juicio
y
reconociere
plenamente que ha recibido reparación por el
daño
causádole,
el
tribunal
podrá
en
el
ejercicio
de
su
discreción
y
con
la
participación del fiscal, decretar el archivo y
sobreseimiento definitivo del caso, previo pago
de
las
costas.
El
tribunal
expondrá
los
fundamentos del sobreseimiento y archivo, los
cuales se harán constar en las minutas. El
sobreseimiento y archivo así decretado impedirá
la formulación de otro proceso contra el acusado
“En los delitos graves de tercer grado, en los delitos graves de
cuarto grado y en los delitos menos graves, cuando el autor se
haya esforzado por acordar una compensación con el perjudicado y
le haya restablecido en su mayor parte a la situación jurídica
anterior al hecho delictivo, o lo haya indemnizado total o
sustancialmente, en una situación en la que la reparación de los
daños le exija notables prestaciones o renuncias personales, el
tribunal podrá con el consentimiento del perjudicado y del
fiscal decretar el archivo y sobreseimiento de la acción penal.”
CC-2010-0810
12
por el mismo delito.
L.P.R.A. Ap. II. R. 246.
(Énfasis
nuestro.)
34
Ciertamente, del contenido de la transcrita Regla 246
se
colige
que
no
todo
delito
es
susceptible
de
ser
transigido por la previa compensación a la víctima. Pueblo
v. Ramírez Valentín, supra. Este Tribunal ha aclarado que
los
delitos
“donde
no
sólo
se
lesionan
particulares
intereses privados, sino que por el contrario se afectan
fundamentales
procedimiento
postulados
Cabe
criminal
mencionar
que
sociales
es
y
comunitarios
insoslayable”.
esta
norma
no
Íd.,
el
pág.
reconoce
18.
efectos
definitivos a la transacción entre la parte perjudicada y
el acusado para propósitos del archivo de la acusación
penal. Íd. Esto, pues dicha pauta concede discreción al
tribunal
para
decretar
finalmente
el
archivo
y
sobreseimiento del caso.
Consecuentemente,
hemos
apuntado
que
la
discreción
del tribunal en los casos de archivo por transacción “no
es cosa baladí y denota en cambio, sabio criterio”. Pueblo
v. Ramírez Valentín, supra, pág. 17. Ello es así, ya que
es
el
juzgador
concurrentes
perversidad,
con
quien
el
“puede
delito
temeridad
o
que
advertir
circunstancias
reflejen
conducta
elementos
tan
de
crasamente
antisocial en el acto delictivo que deban ser corregidos a
través de la operación del mecanismo penal”. Íd. El empleo
de este sabio juicio es imperativo. Es necesario que el
foro
juzgador
vigile
y
escudriñe
estos
acuerdos
para
evitar el archivo de delitos en virtud de transacciones
CC-2010-0810
realizadas
13
bajo
cualquier
tipo
de
coacción,
chantaje
o
soborno.
Conforme con esos pronunciamientos y según surge del
texto
de
la
aludida
regla,
para
que
un
acuerdo
de
transacción por un delito sea efectivo y pueda entonces
archivarse
necesario
definitivamente
que
el
acusado
la
se
causa
esfuerce
pendiente,
por
es
acordar
una
compensación para indemnizar total o sustancialmente al
perjudicado
por
Procedimiento
el
daño
Criminal,
causado.
supra.
Regla
Para
246
acreditar
de
este
esfuerzo, la referida norma exige que la parte afectada
comparezca
al
reparación
del
tribunal
daño.
y
Íd.
confirme
Es
que
decir,
el
ha
recibido
tribunal
la
podrá
decretar un archivo administrativo sujeto o condicionado a
que el recurrido cumpla con los términos convenidos en la
transacción, siempre y cuando no emita una sentencia de
sobreseimiento hasta tanto la parte perjudicada le haya
acreditado plenamente el cumplimiento total o sustancial
de esta.12
De
esta
rigores
del
forma,
salvaguardando
procedimiento
la
criminal,
seriedad
el
y
archivo
los
y
sobreseimiento de un caso -según esta regla- no puede ser
realizado de forma caprichosa, insensata y ligera. Es por
tal razón que el tribunal que archive una causa de acuerdo
12
Tómese en cuenta que aunque no está definido en nuestro esquema
procesal, el archivo administrativo es una modalidad generalizada por
la cual los tribunales de instancia archivan temporalmente un caso que
está inactivo, para que las estadísticas judiciales no lo reflejen
como un caso pendiente de resolución.
CC-2010-0810
con
los
14
rigores
fundamentos
de
para
esta
el
norma,
tiene
sobreseimiento
que
y
exponer
archivo,
los
y
así
hacerlos constar en las minutas. Regla 246, supra. Solo
después del cumplimiento de estos rigurosos requerimientos
legales el tribunal, en el ejercicio de su discreción y
con
el
consentimiento
del
Ministerio
Fiscal,
podrá
decretar el archivo y sobreseimiento de la causa criminal
que
tiene
enfatizarse
ante
su
que,
consideración.
una
vez
En
cumplidas
consecuencia,
las
exigencias
debe
para
proceder al archivo de un delito según este precepto de
ley, la formulación de otro proceso por el mismo delito
contra
el
acusado
es
improcedente
en
derecho.
Por
el
contrario, toda sentencia para archivar que no observe las
solemnidades y los requisitos prescritos en la enunciada
regla, se considerará nula.
Así lo reconocimos en Pueblo v. Tribl. de Distrito y
Colón,
Int.,
74
D.P.R.
834
(1953).
En
ese
caso,
el
Ministerio Público presentó una denuncia contra el señor
Colón por acometimiento y agresión grave. Sin embargo, ese
mismo día
la víctima
presentó una moción de archivo y
sobreseimiento según las disposiciones del derogado Art.
446 del Código de Enjuiciamiento Criminal de 1935. En su
escrito, adujo haber llegado a un “acuerdo amistoso” en el
que el acusado le indemnizó por los perjuicios sufridos
mediante el pago de “suficiente consideración de dinero”.
Íd., pág. 841. En respuesta, el tribunal archivó el caso
por
el
delito
imputado
y
el
fiscal
que
presentó
la
CC-2010-0810
15
denuncia estuvo de acuerdo. Subsiguientemente, otro fiscal
presentó una acusación contra Colón por los mismos hechos,
imputándole en el segundo cargo un delito de ataque para
cometer asesinato. Íd., pág. 842. El acusado formuló la
alegación
de
doble
exposición
y
de
cosa
juzgada,
y
solicitó el archivo de la acusación por el segundo cargo.
Así
las
cosas,
consideración,
transigirse
llegada
la
expresamos
sino
del
controversia
que
modo
ningún
establecido
a
nuestra
delito
en
las
puede
citadas
reglas. Íd., pág. 852. Por consiguiente, concluimos allí
que el archivo del caso por transacción constituyó una
sentencia nula que no podía surtir efecto alguno, por lo
tanto,
no
procedía
la
alegación
del
acusado
de
doble
exposición o cosa juzgada. Íd., pág. 860.
Específicamente,
ante
la
interrogante
de
si
un
tribunal está facultado a dejar sin efecto una orden de
archivo
de
denuncia,
ordenar
que
esta
última
sea
reinstalada y el caso sea llevado a juicio, en Pueblo v.
Ruiz, 61 D.P.R. 444 (1943), resolvimos en la afirmativa.
En esa ocasión concluimos que, aunque el sobreseimiento de
una denuncia o acusación “tiene el efecto legal de poner
fin a los procedimientos bajo tal denuncia o acusación; y
ni
la
una
ni
la
otra
pueden
ser
reinstaladas
para
continuar el proceso de acuerdo con ellas”, ello no aplica
cuando la orden de sobreseimiento está todavía bajo el
control
del
tribunal
que
la
dictó
y
se
determina
que
procede anularla, ya sea por motivo de fraude o de la
CC-2010-0810
16
comisión de un error de hecho o de derecho. Íd., págs.
445-446. Véase Pueblo v. Tribunal Superior, 81 D.P.R. 904
(1960).
Por
consiguiente,
determinamos
que
el
foro
sentenciador podía dejar sin efecto su propia orden de
archivo
para
reinstalar
así
el
caso
previamente
sobreseído.
Más adelante, en Pueblo v. Tribunal Superior, supra,
reconocimos
que
el
tribunal
sentenciador
“puede
y
debe
anular un sobreseimiento decretado por motivo de error en
la aplicación de la ley”. (Énfasis nuestro.) Íd., pág.
922. Específicamente, concluimos que el error de derecho
justifica la reconsideración de una sentencia dictada en
un proceso criminal. Íd.
En relación con esto último, es preciso destacar que
una
sentencia
jurisdicción
ilegal
o
es
autoridad,
la
que
en
un
tribunal
abierta
dicta
contravención
sin
al
derecho vigente. Pueblo v. Lozano Díaz, 88 D.P.R. 834, 838
(1963);
E.L.
Chiesa
Aponte,
Derecho
procesal
penal
de
Puerto Rico y Estados Unidos, Bogotá, Ed. Forum, 1993,
Vol. III, pág. 562. Por consiguiente, una sentencia así
dictada es nula e inexistente, ya que los estatutos de
penalidad
son
jurisdiccionales.
Pueblo
v.
Lozano
Díaz,
supra. En atención a ello, una sentencia nula no puede
afectar, menoscabar ni crear derechos. Pueblo v. Tribl. de
Distrito y Colón, Int., supra, citando a State v. Bates,
61 Pac. 905, 83 A.S.R. 768, 772 (1900). Así pues, una
actuación
judicial
inválida
no
debe
conllevar
CC-2010-0810
17
consecuencias legales ni beneficios para ninguna de las
partes. Pueblo v. Lozano Díaz, supra.
En ese contexto, en Pueblo v. Lozano Díaz, supra,
sostuvimos que un tribunal tiene la facultad para corregir
sentencias
contrarias
ordenamiento jurídico.
facultad
puede
ser
a
lo
establecido
También
hemos
ejercida
a
en
reiterado
solicitud
nuestro
que esta
de
parte
interesada o motu proprio con el propósito de ajustarlas a
la ley, tanto para corregir un error en que hayan podido
incurrir al imponerlas como para ajustarlas a cualquier
situación de hechos debidamente probados por una u otra
parte. Pueblo v. Román Feliciano, 181 D.P.R. 679 (2011).
III
El texto de la Regla 246 de Procedimiento Criminal,
supra, es claro y preciso al requerir, antes del archivo y
sobreseimiento
de
un
caso,
que
se
acredite
ante
el
tribunal que la persona afectada por la acción delictiva
ha sido indemnizada total o sustancialmente, recibiendo
así
la
reparación
del
daño
causado.
Según
la
ley
aplicable, no cabe hablar del cumplimiento de condiciones
suspensivas
sentencia
para
de
que
acuerdo
un
con
archivo
dicha
ya
decretado
regla
advenga
mediante
final
y
firme. Por ello, pasamos de plano a discutir los méritos
del segundo error planteado por el Estado.
A la luz del marco fáctico enunciado, nos corresponde
resolver si en el caso de autos, el foro primario tenía la
facultad de dejar sin efecto el archivo de un delito al
CC-2010-0810
18
amparo de la Regla 246 de Procedimiento Criminal, supra,
que especifica que los archivos así decretados impedirán
la
formulación
de
un
nuevo
proceso.
Las
circunstancias
particulares apuntan a que el señor Rodríguez Maldonado
fue acusado de usurpar una propiedad ajena. Ambas partes
llegaron al acuerdo de que el recurrido abandonaría la
propiedad
en
determinada
fecha.
Empero,
el
Ministerio
Público solicitó el archivo sin que el recurrido hubiera
desalojado aún la propiedad. Así también, el juez del foro
primario ordenó el archivo y sobreseimiento de la denuncia
sin que el perjudicado reconociera que el desalojo ocurrió
y, por ende, que el daño fue reparado. Tal y como hemos
puntualizado, para que pueda operar la transacción de la
acción penal bajo la citada regla procesal es necesario
que
la
parte
perjudicada
reconozca
plenamente
que
ha
recibido la reparación del daño causado por el imputado
del delito. Empero, surge de los hechos que tenemos ante
nuestra consideración que ese criterio no estuvo presente
cuando el tribunal accedió a la solicitud de archivo por
transacción.
Ante el evidente error y a solicitud del Ministerio
Público, el foro de instancia actuó correctamente al dejar
sin
efecto
la
sentencia
de
archivo
al
amparo
de
la
referida Regla 246 y pautar una fecha para la celebración
del juicio. Contrario a lo alegado por el recurrido, el
tribunal
error.
no
Ante
estaba
el
impedido
de
incumplimiento
reconsiderar
con
las
su
craso
exigencias
del
CC-2010-0810
19
referido precepto procesal, la sentencia para el archivo
fue
prematura
y
errónea.
Por
tal
razón,
el
Ministerio
Público puede, en efecto, solicitar la reinstalación de la
denuncia
o
acusación
para
la
continuación
del
encausamiento criminal. En virtud de la amplia facultad de
reconsideración
de
sus
propios
dictámenes,
el
foro
juzgador puede y debe anular un sobreseimiento decretado
por error en la aplicación de la ley.
Por
su
resulta
parte,
muy
el
reclamo
acomodaticio
e
de
Rodríguez
incide
Maldonado
sobre
la
sana
administración de la justicia. Exige que, a pesar de no
haber
cumplido
con
el
desalojo
acordado,
este
Foro
resuelva que la errada sentencia de archivo advino final y
firme,
y
que
violación a
resolver
lo
sus derechos. Esa
contrario
implicaría
una
desatinada interpretación
del Derecho aplicable no puede tener espacio en nuestro
ordenamiento jurídico. Según hemos afirmado en el pasado,
es un principio fundamental de derecho que no
se
debe
permitir que una persona derive beneficio de su propia
estafa.
Pueblo v. Ruiz, supra. La burla al sistema de
justicia
que
propone
el
alegato
del
señor
Rodríguez
Maldonado no puede, bajo ningún concepto, ser ratificada
por esta Curia.
No cabe la menor duda que la sentencia de archivo y
sobreseimiento dictada por el foro primario a favor del
señor Rodríguez Maldonado fue nula. Cónsono con ello, la
continuación
con
los
procedimientos
judiciales
en
nada
CC-2010-0810
20
afecta los derechos que le garantiza nuestro ordenamiento
jurídico al recurrido. En el caso de autos, el recurrido
nunca estuvo expuesto a los rigores de un juicio, como
alega. Al ser sometido a un juicio en su fondo, cumpliendo
con las exigencias del debido proceso de ley, el acusado
podrá interponer las defensas que procedan legalmente.
A la luz de la pauta que hemos afirmado, los foros
primarios deben cumplir rigurosamente con los requisitos
de la Regla 246 de Procedimiento Criminal, supra, previo a
acceder a una solicitud de archivo. Es decir, el decreto
de
archivo
y
sobreseimiento
de
los
casos
debe
ser
realizado solo después de conocer real y específicamente
el cumplimiento total o sustancial de lo convenido por las
partes
en
el
acuerdo
de
transacción.
De
este
modo,
salvaguardamos no solo los intereses particulares, sino
también los postulados sociales y comunitarios que imperan
en nuestro ordenamiento penal.
IV
Por
Tribunal
todo
de
lo
anterior,
Apelaciones
y
revocamos
ordenamos
la
la
sentencia
del
devolución
del
expediente de autos al foro primario para que continúe con
los procedimientos judiciales conforme a lo aquí resuelto.
Se dictará Sentencia de conformidad.
EDGARDO RIVERA GARCÍA
JUEZ ASOCIADO
EN EL TRIBUNAL SUPREMO DE PUERTO RICO
El Pueblo de Puerto Rico
Peticionario
v.
Certiorari
CC-2010-0810
Vicente Rodríguez Maldonado
Recurrido
SENTENCIA
En San Juan, Puerto Rico, a 20 de abril de 2012.
Por los fundamentos expuestos en la Opinión
que antecede, la cual se hace formar parte íntegra
de la presente, revocamos la sentencia emitida por
el Tribunal de Apelaciones. Por consiguiente,
devolvemos los autos al Tribunal de Primera
Instancia
para
la
continuación
de
los
procedimientos según lo aquí resuelto.
Así lo pronunció y manda el Tribunal y
certifica la Secretaria del Tribunal Supremo. La
Juez
Asociada
señora
Rodríguez
Rodríguez
no
intervino.
Aida Ileana Oquendo Graulau
Secretaria del Tribunal Supremo
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