CLM.ECONOMÍA, Nº 10, Primer Semestre de 2007. Págs. 249-285 El marco jurídico internacional de la economía mundial: ¿cómo cambiar su enfoque y permitir que recobre sentido? Ramón Torrent Universidad de Barcelona Resumen El artículo pretende dar una visión de conjunto e interdisciplinar del marco jurídico internacional de la economía mundial. Se centra para ello en los aspectos esenciales de dicho marco, es decir en sus fundamentos, reordenando conocimientos básicos que están al alcance de cualquier persona interesada. Su objetivo no es tanto aportar conocimientos específicos nuevos cuanto abrir una vía de reflexión que permita mejorar dicho marco jurídico internacional. El artículo comienza con una descripción del orden económico creado después de la Segunda Guerra Mundial y de su evolución y plantea brevemente a continuación los desarrollos que se han superpuesto a esta última. El hilo conductor es doble: la creciente complejidad unida a los también crecientes desorden, confusión y pérdida de sentido. El artículo concluye con una reflexión sobre la necesidad de cambiar radicalmente el enfoque seguido en los últimos años en materia de relaciones económicas internacionales. Palabras clave: orden económico internacional, multilateral, regional, liberalización, OMC. Clasificación JEL: F59, K33 249 C L M . E C O N O M Í A Abstract The article attempts to offer an interdisciplinary overview of the international legal framework of the global economy. To this end, it focuses its main features, i.e. its foundations, reordering basic knowledge within the reach of any interested person. The article’s goal is not that of contributing new knowledge on specific issues but of opening a new line of thinking that could help improving the present bad situation of that international legal framework. The article begins with a description of the economic order created after World War II and of its evolution. It continues with a summary presentation of the main developments that have overlapped with it. The reasoning underlines two characteristics: increasing complexity as well as increasing disorder, confusion and lack of purpose. The article ends with a reflexion on the need to radically change the approach used in the last two decades for the definition and the implementation of international economic relations. Key words: international economic order, multilateral, regional, liberalization, WTO. JEL Classification: F59, K33 250 EL MARCO JURÍDICO INTERNACIONAL DE LA ECONOMÍA MUNDIAL: ¿CÓMO CAMBIAR SU ENFOQUE Y PERMITIR QUE RECOBRE SENTIDO? 1.- Introducción. Este artículo pretende abordar una tarea tan sencilla como significativamente ausente en la literatura especializada: dar una visión de conjunto del marco jurídico internacional de la economía mundial con una perspectiva interdisciplinar. Al deber abordar un tema tan vasto en tan sólo unas pocas páginas, es inevitable centrarse en los aspectos esenciales de dicho marco o, en otras palabras, en sus fundamentos. Ello puede aportar novedad a algunos de los contenidos específicos del artículo, en particular por lo que se refiere al análisis del GATT. El artículo no hace más que reordenar conocimientos básicos que están o deberían estar al alcance de cualquier persona interesada. No tiene sentido, pues, incluir referencias bibliográficas que podrían multiplicarse hasta el infinito. El objetivo no es tanto aportar conocimientos específicos nuevos cuanto abrir una vía de reflexión que permita avanzar en la mejora del marco jurídico internacional objeto de estudio. El artículo adopta una perspectiva histórica. Comienza con una descripción del orden económico creado después de la Segunda Guerra Mundial y de su evolución (segunda sección, la más larga) y plantea brevemente a continuación los desarrollos que se han superpuesto a esta última (tercera sección). El hilo conductor es doble: la creciente complejidad (pero también la pérdida de algún elemento esencial) unida a los también crecientes desorden, confusión y pérdida de sentido. El artículo concluye con una reflexión sobre la necesidad de cambiar radicalmente el enfoque seguido en los últimos años en materia de relaciones económicas internacionales. 251 C L M . E C O N O M Í A 2.- El orden económico de posguerra y su evolución. 2.1. El orden económico internacional de la inmediata posguerra: una reacción al “capitalismo de bloques” de entreguerras. El “capitalismo de bloques” Existe una conciencia insuficiente del hecho que, desde un punto de vista jurídico-político-institucional, el orden internacional en el que vivimos sigue siendo, en sus aspectos esenciales, aquel creado inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, de 1944 a 1947. Desde una perspectiva política, este hecho puede ser inmediatamente captado al observar la composición del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Sus miembros permanentes continúan siendo los Estados Unidos, Francia, el Reino Unido, China y Rusia (como sucesora de la Unión Soviética). Ni Japón o Alemania (los Estados derrotados en la guerra) ni Estados como India (que en ese tiempo eran colonias de Estados europeos) han conseguido tal estatus. En el plano institucional, ésta es la misma situación en el área de la economía. Los pilares institucionales de las relaciones económicas internacionales siguen siendo aquellos creados inmediatamente después de la guerra: el GATT, por un lado, y las instituciones de Bretton Woods (el FMI y el Banco Mundial) por el otro. Pero el orden económico internacional de posguerra no fue diseñado para proveer un marco institucional completo para la economía mundial. Fue diseñado, esencialmente, para dar respuesta a los problemas específicos de ese momento histórico, tal como eran percibidos, sobre todo, por el poder ejecutivo de los Estados Unidos. Y el objetivo principal era evitar la reaparición de la situación de entreguerras, caracterizada por el conflicto entre “bloques capitalistas” instrumentado en particular mediante las guerras comerciales. 252 Ciertamente, la experiencia de entreguerras (y las propias Primera y Segunda Guerra Mundial en sí mismas) demostraron los efectos perniciosos, tanto económicos como políticos, del EL MARCO JURÍDICO INTERNACIONAL DE LA ECONOMÍA MUNDIAL: ¿CÓMO CAMBIAR SU ENFOQUE Y PERMITIR QUE RECOBRE SENTIDO? “capitalismo de bloques”. La base de esta variedad de orden capitalista fue la existencia de “grandes poderes” que dividieron el mundo en zonas de influencia: Primero, el Reino Unido y Francia y sus respectivos imperios coloniales; después los Estados Unidos; y finalmente las zonas de influencia emergentes tanto de Japón como de Alemania. A partir de esta división del mundo en zonas de influencia, cada “gran poder” trataba de encontrar una solución unilateral a la Gran Depresión de los años 30, exportando sus efectos y buscando aislarse asimismo del resto. La idea era contrarrestar una demanda interna débil, la característica principal de la Gran Depresión, por medio de restricciones a la importación y apoyos a la exportación. Las guerras comerciales La generalización de este enfoque llevó a una espiral de guerras comerciales. El resultado final fue la agravación de la crisis económica. En el marco de tal escalada proteccionista, los acuerdos bilaterales eran raramente acuerdos entre iguales; eran más bien una etapa en el desarrollo de una política expansionista que conducía necesariamente a la confrontación económica y política. La guerra comercial utilizaba (además de instrumentos políticos y militares) dos tipos de instrumentos legales diseñados para la regulación de la actividad económica: • Medidas comerciales tradicionales. En particular, restricciones a la importación a través del aumento de aranceles o la introducción de restricciones cuantitativas, así como subsidios a la exportación. Tales medidas ya habían sido utilizadas ampliamente en el pasado para proteger la industria nacional; lo que caracterizó el periodo de entreguerras fue su intensificación y su uso en una espiral de represalias. • Medidas monetarias que influenciaran directamente los flujos comerciales. Las dos típicas eran: a) dificultar el acceso a monedas extranjeras y la simple restricción de pagos internacionales y b) las devaluaciones competitivas con el propósito de cambiar las condiciones comerciales al abaratar (y promover) las exportaciones mientras se elevaban los precios de (y, como resultado, se restringían) las importaciones. 253 C L M . E C O N O M Í A Al fin de la Segunda Guerra Mundial, para evitar la reaparición de la situación de entreguerras se requería establecer un sistema institucional que previniera (o, por lo menos, limitara o regulara) el uso de dichos instrumentos de política económica. Para alcanzar esta meta, este sistema institucional tuvo que construirse sobre dos principios básicos: el multilateralismo y la consolidación de un cierto grado de liberalización comercial (no desnaturalizada por medidas monetarias y de restricción de pagos internacionales). El primero tenía el propósito de evitar el establecimiento de zonas de influencia a través de preferencias comerciales y, como consecuencia, prevenir la reaparición de conflictos entre bloques económicos; el segundo, prevenir las escaladas proteccionistas. Por supuesto, el sistema también consolidó la hegemonía de los Estados Unidos, sobre todo en el ámbito monetario. Pero este hecho indiscutible no nos debe hacer olvidar las igualmente indiscutibles consecuencias positivas, para la economía mundial, del reconocimiento de esos dos principios como principios rectores fundamentales de las relaciones económicas internacionales (consecuencias positivas, en particular, comparadas al enfoque unilateral y a la intensificación de represalias proteccionistas existentes durante el periodo entre guerras). La gran insuficiencia del orden de posguerra Al concentrarse en el objetivo principal de evitar la reaparición de las guerras comerciales del periodo previo, el orden de posguerra dejó de lado otros asuntos importantes de las relaciones económicas internacionales, en particular el tema de los flujos internacionales de capitales y de las inversiones extranjeras directas. De hecho, uno de los criterios que fueron compartidos por los negociadores estadounidenses en Bretton Woods y por el otro gran negociador, J. M. Keynes, fue que la liberalización de los movimientos de capitales tenía que ser sacrificada en aras de la liberalización comercial y de una relativa estabilización monetaria. Como resultado, lo que más caracteriza hoy la aceleración del proceso de globalización, es decir, la expansión y la internacionalización de los movimientos de capitales, en particular aquellos no relacionados con las inversiones extranjeras directas, se desarrolla sin algún marco legal o institucional internacional. 254 EL MARCO JURÍDICO INTERNACIONAL DE LA ECONOMÍA MUNDIAL: ¿CÓMO CAMBIAR SU ENFOQUE Y PERMITIR QUE RECOBRE SENTIDO? 2.2. El Fondo Monetario Internacional y su evolución. La creación del FMI tenía como objetivo prevenir las típicas prácticas monetarias restrictivas del período entre guerras: devaluaciones competitivas y restricciones cuantitativas a pagos internacionales (aplicadas unilateral o bilateralmente). Para alcanzar esta meta, el FMI dio una solución al problema de la creación de liquidez internacional (sobre todo al convertir al dólar en moneda internacional y permitir su inyección en el sistema mundial a través de los déficit en la Balanza de Pagos de Estados Unidos) y limitó el recurso a la devaluación de las monedas nacionales (mediante su sistema de tipos de cambio “fijos pero ajustables” referidos al binomio dólar/oro). La historia de cómo y por qué el sistema monetario de Bretton Woods entró en crisis, sobre todo por la hipertrofia en la creación de liquidez internacional por parte de Estados Unidos, es demasiado bien conocida para ni tan sólo resumirla. Lo relevante para el presente artículo es subrayar dos cosas. La primera es que la crisis no está resuelta por mucho que nos hayamos acostumbrado a ella. No se trata sólo de la inexistencia de un prestamista de última instancia (lender of last resort) sino de que sigan habiendo unas monedas nacionales (y en primer lugar el dólar) que funcionan como monedas internacionales, con el privilegio enorme que ello comporta y la inequidad que ello genera cara a todos los países que no disfrutan de él, más aún cuando este privilegio ya no está sometido a las reglas y disciplinas jurídicas originarias. La segunda es que, a pesar de esa crisis, tampoco es cierta la impresión generalizada existente de que nada queda del sistema originario. De hecho, lo que sucede es más bien lo opuesto: algunos aspectos esenciales del enfoque con el que Bretton Woods intentó superar la situación de entreguerras permanecen completamente vivos. No somos conscientes de que algunos principios políticos que hoy parecen incuestionables cuando son aplicados al ámbito monetario son, propiamente, un resultado de la creación del FMI. Y estos dos principios están precisamente orientados a la evitación de las guerras comerciales: 255 C L M . E C O N O M Í A • Nadie niega en principio que, sea cual sea la política de tipo de cambio aplicada por cada Estado, su moneda se enfrenta a todas las demás en el mercado de divisas sin tratar de crear una “zona de pagos” limitada solamente a algunas de ellas 1; en otras palabras, el sistema de tipos de cambio ya no es usado para dirigir flujos comerciales de manera discriminatoria hacia un Estado u otro. También es aceptado que el sistema de tipos de cambio es demasiado importante para ser dejado a la simple yuxtaposición de acciones unilaterales sin algún grado de cooperación internacional, aunque sea mínimo (el problema reside precisamente en el hecho que los mecanismos adecuados para implementar tal cooperación internacional son inexistentes). • Y, con carácter general, no se cuestiona el principio de la liberalización de los pagos generados por transacciones internacionales corrientes. Durante un tiempo, tras haber entrado en crisis, el FMI encontró una justificación a su existencia al convertirse en un preceptor ideológico internacional, sobre todo cara a muchos países en desarrollo, al condicionar sus préstamos al diseño y aplicación de determinados programas de política económica y conseguir que el resto del mundo (instituciones públicas y privadas) considerara que una buena relación de un país en desarrollo con el FMI era una condición de aceptabilidad económica. Hoy en día, la abundancia de liquidez internacional, la buena situación financiera de algunos países en desarrollo importantes y la consiguiente cancelación de deudas con el Fondo han hecho perder al FMI esta función, convirtiéndolo más bien en un personaje en busca de papel en la escena internacional. La práctica desaparición de uno de los pilares fundamentales del orden de posguerra queda, así, mucho más patente. 256 1) El Sistema Monetario Europeo estuvo basado en un acuerdo entre Bancos Centrales que permitía/facilitaba/obligaba a ciertas operaciones de asistencia mutua entre ellos pero el mercado de divisas continuó funcionando conforme al enfoque multilateral. Por el contrario, algunos acuerdos existentes o que se intentan poner en marcha entre países en desarrollo evocan más bien el sistema que existió en Europa hasta los años 1950 – como una exención a las reglas de Bretón Woods - : crean un mecanismo de pagos privilegiado entre monedas de Estados Miembros. EL MARCO JURÍDICO INTERNACIONAL DE LA ECONOMÍA MUNDIAL: ¿CÓMO CAMBIAR SU ENFOQUE Y PERMITIR QUE RECOBRE SENTIDO? 2.3.- El GATT y su evolución. Introducción Si el FMI y su sistema de tipos de cambio fueron diseñados para evitar el uso del armamento monetario con fines de guerras comerciales, el objetivo principal del GATT era el de regular el uso de medidas comerciales con esos mismos propósitos. Este objetivo principal se encuentra a veces oculto, tanto en el mismo acuerdo como en los textos de introducción al mismo, debido a la complejidad de sus reglas y a su lenguaje altamente especializado, que lo hacen el típico acuerdo para especialistas, falto de transparencia para los demás. Por otro lado, el GATT ha sufrido una evolución importante que tampoco es, en general, bien comprendida. A diferencia, pues, de lo que sucede con el FMI, su sistema de tipos de cambio originario y su crisis, es necesario examinar con un cierto detalle el contenido originario del GATT y su evolución. Para ello es conveniente centrarse en su ámbito de aplicación y saber establecer las distinciones adecuadas dentro de su conjunto de reglas. En efecto, las obligaciones impuestas por el GATT pueden clasificarse en dos categorías: a) los principios básicos; b) las reglas más detalladas que crean una especie de “código de conducta” a ser seguido por los Estados al implementar su política comercial, 2 y que podría ser resumido en dos criterios: • Las medidas comerciales que protegen la industria nacional son autorizadas, pero deben ser, en principio, implementadas a través de aranceles y no por medio de restricciones cuantitativas o algún otro medio disfrazado aplicado en la frontera; • Las medidas proteccionistas deben ser transparentes, predecibles y percibidas como medidas comerciales; “trampas” en la liberalización deben ser evitadas (es decir, liberalizar en la frontera para que luego la protección reaparezca en forma de medidas internas discriminatorias). Los principios básicos son, una vez más, aquellos directamente orientados a la prevención de las guerras comerciales: 2) En el mismo sentido, véase Jackson (1997, cap. 2). 257 C L M . E C O N O M Í A multilateralismo y consolidación de un cierto grado de liberalización comercial. De manera bien significativa, estos dos principios son proclamados, respectivamente, por los dos primeros artículos del acuerdo. Ámbito de aplicación y tipos de obligaciones legales El ámbito de aplicación del GATT es muy limitado (mucho más que el del nuevo acuerdo sobre servicios surgido de la Ronda Uruguay de Negociaciones, el AGCS, como veremos enseguida). Abarca tan sólo las reglas relativas al comercio internacional de bienes. Las medidas internas son cubiertas tan sólo en la medida en que discriminen entre bienes nacionales y extranjeros y, como resultado, disfracen medidas aplicables al comercio exterior. Este ámbito de aplicación explica la selección de instrumentos legales operada por el GATT. De entre los tres tipos principales de reglas que un acuerdo económico internacional puede incluir (reglas de derecho uniforme o armonización, normas sobre acceso al mercado y normas sobre trato- trato de nación más favorecida –NMF- o trato nacional-), el GATT sólo utiliza las últimas dos. Las reglas substantivas son acompañadas por un alto número de exenciones. Y esto es explicado, de nuevo, por el objetivo principal del GATT: la meta no es determinar con detalle cómo debe regularse el comercio internacional sino evitar guerras comerciales; por tanto, las infracciones menores de los principios básicos son aceptables siempre y cuando el objetivo principal sea alcanzado. Es por esto que el GATT debe ser considerado un enorme éxito a pesar del gran número de violaciones que sus reglas han experimentado a lo largo de su historia. El multilateralismo y la obligación NMF 258 El principio del multilateralismo está reconocido y protegido por el GATT no sólo en su forma mas laxa de “acción colectiva de muchos”—contraria, pues, a la acción unilateral—sino también en su forma más concreta: la obligación de la Nación Más Favorecida (NMF) impuesta por su mismísimo primer artículo, el Artículo I. Debe ser subrayado que esta obligación de no discriminar entre bienes extranjeros tiene un estatus completamente diferente de la de Trato Nacional, impuesta por el Artículo III. Ciertamente, el GATT está basado precisamente en el principio de que es permitido EL MARCO JURÍDICO INTERNACIONAL DE LA ECONOMÍA MUNDIAL: ¿CÓMO CAMBIAR SU ENFOQUE Y PERMITIR QUE RECOBRE SENTIDO? discriminar entre bienes nacionales y extranjeros (para proteger a los primeros); pero, como ya he mencionado anteriormente, tal discriminación debe ser practicada en la frontera, por medios transparentes y predecibles, y no de manera camuflada a través de medidas internas discriminatorias. La obligación de Trato Nacional del Artículo III es simplemente un instrumento legal para implementar este criterio. La consolidación de un cierto grado de liberalización comercial El principio del multilateralismo define “cómo” un Estado debe enfocar sus relaciones económicas con otros Estados. Pero no define el “qué” de dichas relaciones ni el “cuánto” estas relaciones deben estar liberalizadas. Este asunto es tratado por el GATT con un enfoque a la vez muy simple, muy original y muy eficaz pero que sólo es adecuadamente comprendido si se tiene claro cuál es el sentido último del acuerdo. La mejor manera de explicarlo es a través de un truco pedagógico: dibujar en la pizarra una espiral que se abre de menor a mayor liberalización y preguntar al auditorio cuál es el sentido del GATT. La respuesta unánime será que es el de abrir dicha espiral. Pues bien, la respuesta es incorrecta. El sentido último del GATT es el de impedir que, más allá de un cierto punto, la espiral se cierre. Tal es, en efecto, el contenido y el resultado de su artículo II: la consolidación de un “piso de liberalización” comercial (incorporado en una lista de concesiones) que no puede perforarse. En cambio, el GATT no dispone de ningún mecanismo jurídico potente que obligue a abrir la espiral de la liberalización comercial. La única obligación impuesta por el GATT en este sentido es simplemente la de participar en las negociaciones que puedan eventualmente iniciarse, sin prejuzgar su resultado. Dicho de otra manera: en una perspectiva de liberalización progresiva, lo potente del GATT es su aspecto estático (la obligación de no retroceso impuesta por el artículo II) y no su aspecto dinámico (las eventuales negociaciones cara a una mayor liberalización). Esta precisión es esencial no sólo para comprender el sentido originario del GATT claramente incorporado en su artículo II: evitar, al menos a partir de un cierto límite (el de las concesiones consolidadas), las escaladas proteccionistas y las guerras 259 C L M . E C O N O M Í A comerciales. Es esencial también para comprender que éste sigue siendo su sentido ahora (potenciado, como veremos, por la institución a partir de 1995, en el marco de la OMC, de un sistema eficaz de solución de diferencias que garantiza el respeto del grado de liberalización libremente aceptado por cada Miembro). En otras palabras, el error consiste en concebir y utilizar el GATT (desde la derecha o desde una pretendida izquierda) como un instrumento de una siempre mayor liberalización (que, en todo caso, provendrá de las políticas internas mucho más que de las negociaciones internacionales). La evolución del GATT hasta la finalización de la Ronda Uruguay y la creación de la OMC La evolución del sistema comercial multilateral puede ser resumida en torno a los ejes utilizados para presentar el GATT: ámbito de aplicación y dos grandes principios básicos. Ámbito de aplicación En términos de ámbito de aplicación, dos desarrollos importantes deben ser subrayados. El primero es la creciente importancia cobrada por cuestiones de regulación interna que tienen un efecto innegable en el comercio internacional, por ejemplo en materia de salud pública, medio ambiente o simplemente estándares técnicos. El GATT de 1947 ya trató este tema, pero sólo en términos del criterio de “no hacer trampas” incorporado en la obligación de dar el Trato Nacional a los bienes importados. Este enfoque fue insuficiente cuando el número y el alcance de las normas internas aumentaron como resultado de dos circunstancias: 3 a) una creciente conciencia social y política de la necesidad de dicha legislación, y b) un creciente ingenio por parte de los lobbies y funcionarios públicos para disfrazar medidas comerciales como legislación interna no discriminatoria, en particular como consecuencia del éxito de los mecanismos del GATT para reducir medidas comerciales restrictivas “tradicionales.” La preocupación sobre estas cuestiones motivó un primer intento durante la Ronda Tokio 260 3) Ambas circunstancias son reales e interrelacionadas. El negar las legítimas preocupaciones en materia de salud, seguridad o medio ambiente seria tan injusto como sería ingenuo el negar la habilidad de disfrazar medidas comerciales como estándares no discriminatorios. EL MARCO JURÍDICO INTERNACIONAL DE LA ECONOMÍA MUNDIAL: ¿CÓMO CAMBIAR SU ENFOQUE Y PERMITIR QUE RECOBRE SENTIDO? en los años 1970 para tratar de ellas por medio de un “código” de OTCs, pero sólo fue un primer paso. Entre las cuestiones de regulación interna, una en particular ganó relevancia y especificidad: el de los derechos de la propiedad intelectual. Acontecimientos diferentes explican este hecho: a) la generalización del uso de las marcas registradas; b) el creciente peso de los sectores relacionados con la “economía del conocimiento” (desde la industria farmacéutica hasta la informática y las telecomunicaciones); c) la creciente importancia del sector audiovisual. Una organización sectorial fue creada en 1967 (la OMPI: Organización Mundial de Propiedad Intelectual) pero su efectividad fue juzgada insuficiente. El segundo es la creciente importancia de transacciones internacionales distintas del comercio de bienes, principalmente en materia de intercambios internacionales de servicios e inversiones extranjeras directas. Estos dos desarrollos tuvieron lugar en ausencia de un marco internacional adecuado que proveyera reglas e instituciones. En consecuencia, no debe tampoco sorprender que el enfoque para tratarlos internacionalmente fuera precisamente el de “relacionarlos con el comercio” (que sí disponía de un tal marco). Sin embargo, esto ha tenido consecuencias muy negativas al imponer una lógica comercial sobre fenómenos cuya naturaleza es bien distinta de la del comercio internacional. Además, este enfoque ha quedado incorporado en una jerga profesional que, como muy comúnmente sucede, tiende a enmascarar la verdadera naturaleza de los hechos que motivaron su invención: • Al bautizarse las medidas internas que tienen efectos sobre el comercio como “barreras no arancelarias,” una enorme confusión se ha creado porque los políticos y expertos tienden a pensar que todas las “barreras no arancelarias” son más o menos iguales y pueden ser sujetas al mismo régimen. Por supuesto, éste no es el caso porque las barreras no arancelarias que se aplican específicamente al comercio exterior (tales como contingentes, licencias de importación o tasas por inspección) son de una naturaleza completamente diferente a las normativas internas aplicables a todo el comercio (nacional e internacional), por 261 C L M . E C O N O M Í A grande que sea su efecto restrictivo sobre las importaciones. La confusión es particularmente peligrosa en el marco de la integración regional: en efecto, el primer tipo de “barreras no arancelarias” debe en principio ser simplemente eliminado en tanto que barreras directas al comercio mientras que el segundo nunca desaparecerá mientras los Estados Miembros del proceso de integración no se integren en un solo Estado (unitario, además). • El ver la inversión extranjera como “relacionada con el comercio” olvida que la característica de una economía de mercado es precisamente que, en su marco, todo está interrelacionado; así, tiene tanto sentido (o ningún sentido) ver a la inversión como “relacionada con el comercio” como ver al comercio como “relacionado con la inversión.” Y, en cualquier caso, la expresión enmascara el hecho indudable de que, por interrelacionados que estén, el comercio y la inversión son temas diferentes que requieren cada uno su propio régimen específico (de la misma manera que la cuenta corriente y la cuenta de capitales son ambas parte de la Balanza de Pagos pero deben mantenerse distintas para propósitos de análisis). La consolidación de un cierto grado de liberalización Aunque, como ya ha sido mencionado, el GATT tiene un buen arsenal de exenciones a sus reglas generales y no se ha preocupado mucho por violaciones menores con tal que su objetivo principal sea útilmente alcanzado, el rigor de sus provisiones demostró ser excesivo en algunos sectores específicos. 262 En este sentido, al primer desarrollo a subrayar, por lo que se refiere a la liberalización comercial, es el de la relativa falta de aplicación de las reglas del GATT a un sector muy importante: la agricultura. La agricultura nunca ha sido exenta de las provisiones del GATT. Pero el waiver (exención ad hoc autorizada por las Partes Contratantes) sin límite de tiempo obtenido por los Estados Unidos en 1955 a fin de hacer conforme (a posteriori) con las reglas del acuerdo una legislación del Congreso estadounidense que las violaba fue el argumento que permitió a otros países negarse a cumplir con las obligaciones del GATT en materia agrícola. Los intentos de “hacer retornar la agricultura” al GATT en la Ronda EL MARCO JURÍDICO INTERNACIONAL DE LA ECONOMÍA MUNDIAL: ¿CÓMO CAMBIAR SU ENFOQUE Y PERMITIR QUE RECOBRE SENTIDO? Kennedy en los años 1960 y en la Ronda Tokio en los años 1970 fracasaron. El segundo desarrollo fue la proliferación de mecanismos de protección que, aunque no fueran totalmente contrarios a las provisiones del GATT, claramente violaban su espíritu. Los más significativos son los acuerdos de limitación voluntaria de las exportaciones (VERs, Voluntary Export Restraint Agreements). Hay varias modalidades de ellos pero todos comparten el principio básico: el país exportador (ya sea el gobierno o la industria o ambos) aceptan limitar sus exportaciones cuantitativamente bajo la más o menos explícita amenaza de acción unilateral del país importador en caso contrario. 4 Los acuerdos VER han sido utilizados en diferentes sectores, siendo de particular importancia, por ejemplo, el existente hasta el año 2002 entre la Comunidad Europea y Japón con respecto a la exportación de automóviles del segundo. Pero en el sector en que fueron absolutamente dominantes fue en los textiles, donde acabaron siendo multilateralizados y justificados por tres acuerdos sucesivos desde 1961 a 1994. El tercer desarrollo relacionado con la consolidación de un cierto grado de liberalización tiene que ver con el “antidumping.” En el sistema del GATT, las medidas antidumping, por justificadas que pretendan ser por acusaciones de “comercio injusto,” deben ser vistas como un retroceso en el proceso de liberalización y, por tanto, quiebran (al menos potencialmente) el gran principio de la consolidación de concesiones. Como resultado, sólo pueden ser impuestas dentro de un marco legal estrictamente definido (el Artículo VI del GATT – y el Artículo VII para derechos compensatorios, a los cuales se aplica buena parte del mismo argumento 5-). Pero la experiencia demostró que las disposiciones del Artículo VI no tuvieron un efecto limitativo suficiente del uso de las medidas antidumping por parte de los gobiernos importadores. A veces, el simple hecho de abrir una investigación sobre dumping tenía un efecto disuasivo en los importadores nacionales (o exportadores extranjeros); si esto no era suficiente, el grado de discreción en el cálculo del “valor normal” en el mercado de origen 4) Los acuerdos VER también violan el principio del multilateralismo porque son negociados bilateralmente y, como resultado, son más o menos restrictivos para cada país exportador. 5) Pero hay algunas disposiciones que prohíben las subvenciones por parte de autoridades publicas (a ser neutralizadas por “derechos compensatorios”) mientras que no hay disposiciones que prohíban el dumping por parte de empresas privadas. 263 C L M . E C O N O M Í A de los productos exportados (con el cual se compara el precio de las importaciones para determinar si existe o no dumping) y el grado de imaginación al establecer la existencia de daño material a la industria nacional se hicieron más altos de lo esperado. Como consecuencia, la lógica principal del GATT de evitar retrocesos en el proceso de liberalización fue dañada considerablemente. Las Rondas Kennedy y Tokio intentaron fortalecer las reglas del GATT a través de la adopción de “códigos” específicos en el tema, pero la experiencia ha demostrado que el abuso potencial de las reglas antidumping no ha desaparecido. El cuarto desarrollo se refiere a las subvenciones. La expansión de los presupuestos estatales durante las primeras cuatro décadas de vida del GATT fue muy significativa (particularmente en Europa, pero también en otras partes). Como resultado, la posibilidad de otorgar subvenciones a operadores nacionales también aumentó y, con ella, sus efectos sobre el comercio exterior (no sólo impulsando las exportaciones – y teniendo a deprimir los precios mundiales para los países que deben exportar sin disponer del arsenal de medidas de subvención- sino también permitiendo la creación de precios internos artificialmente bajos que disuadan las importaciones). Algunas enmiendas a las disposiciones del GATT fueron introducidas en los años 1950, pero correspondió a la Ronda Tokio de los años 1970 el producir un “código de subvenciones” específico. Sin embargo, como en el caso del antidumping, el código de subvenciones de Tokio no aportó, ni mucho menos, una solución definitiva a las preocupaciones sobre esta cuestión. El multilateralismo Los dos acontecimientos principales relacionados con el principio del multilateralismo han sido el aumento en el número de acuerdos preferenciales de comercio (APCs) y el reconocimiento de la legitimidad (o hasta la necesidad) de trato diferenciado para países en desarrollo. 264 El primero será discutido más adelante en la segunda parte del presente artículo. En cuanto al segundo, los hitos esenciales de su evolución son los siguientes: a) la iniciativa de la UNCTAD/CNUCED en 1964 de atraer la atención internacional sobre la necesidad de reglas especiales para el comercio de los países en desarrollo que resultó en la adición de la Parte IV al texto del GATT en 1965-1966; b) el waiver de EL MARCO JURÍDICO INTERNACIONAL DE LA ECONOMÍA MUNDIAL: ¿CÓMO CAMBIAR SU ENFOQUE Y PERMITIR QUE RECOBRE SENTIDO? 1971 a la cláusula NMF que permitió el establecimiento del Sistema Generalizado de Preferencias para los países en desarrollo; y, finalmente, c) la Cláusula de Habilitación adoptada en 1979 como parte del conjunto de acuerdos de la Ronda Tokio. Debe enfatizarse, sin embargo, que, a medida que la complejidad del comercio internacional crecía –principalmente por los desarrollos previamente descritos en esta sección--, la insuficiencia de una noción de “trato especial y diferenciado” para los países en desarrollo limitada a una derogación de la cláusula general NMF del Articulo I del GATT se hizo crecientemente manifiesta (o, por lo menos, así es como los países en desarrollo percibían la situación). La demanda por su parte era incorporar el principio de trato diferenciado en las reglas sustantivas aplicables a distintos temas específicos (antidumping, subvenciones, etc.). 2.4.- La Ronda Uruguay: la OMC y el nuevo conjunto de acuerdos: una nueva realidad aún no completamente entendida. La Ronda Uruguay de Negociaciones Comerciales y los acuerdos de la OMC. La creación de la OMC. Los acontecimientos acabados de resumir explican la agenda de la Ronda Uruguay abierta en 1986 y el contenido específico del conjunto de acuerdos firmados en Marrakech en 1994. Esta es una versión simplificada del Acta Final de la Ronda Uruguay que incluye la enumeración de todos estos acuerdos (que, con la excepción de los acuerdos del Anexo 4, constituyen un “compromiso único” –single undertaking– a aceptar por todos los Miembros de la OMC): Texto del Acta Final Acuerdo constitutivo de la Organización Mundial de Comercio • Anexo 1: acuerdos sustantivos - Anexo 1 A: GATT en su versión de 1994 y otros acuerdos sobre comercio de bienes (sobre agricultura, medidas sanitarias y fitosanitarias, textiles, obstáculos técnicos al comercio, medidas en materia de inversión relacionada al comercio, antidumping, valoración en aduana, inspección previa a la expedición, normas de origen, trámite de licencias de importación, subvenciones y medidas compensatorias y salvaguardias) - Anexo 1 B: ACGS (Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios) 265 C L M . E C O N O M Í A - Anexo 1 C: ADPIC (Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio) • Anexos 2 y 3: acuerdos sobre procedimientos (que habría tenido más lógica incorporar en el acuerdo constitutivo) - Anexo 2: Resolución de diferencias - Anexo 3: Mecanismo de examen de las políticas comerciales • Anexo 4: acuerdos plurilaterales que no necesitan ser aceptados por todos los Miembros de la OMC Decisiones y Declaraciones Ministeriales (algunas son imperativas, otras son programáticas, otras organizan el trabajo futuro). La estructura de este conjunto de acuerdos demuestra el malentendido creado por la expresión comúnmente usada “del GATT a la OMC”, que tiende a dar la mala impresión de que la OMC ha reemplazado de alguna manera al GATT. Sería más correcto presentar el asunto subrayando que la Ronda Uruguay tuvo un resultado doble, • Primero, produjo una nueva colección de acuerdos, de los cuales algunos pueden ser interpretados como modificaciones o complementos al GATT (todos los acuerdos del Anexo 1A sobre el comercio de bienes) mientras que dos de ellos son completamente distintos del GATT y tienen una lógica interna bien diferente (los acuerdos sobre servicios-AGCS/GATS- y sobre propiedad intelectual-ADPIC/TRIPs-, que son incluidos en otros dos anexos del acuerdo OMC, los Anexos 1B y 1C, respectivamente). • Segundo, creó una organización que administra todos esos acuerdos (la OMC, creada por el acuerdo constitutivo de la OMC al cual todos los restantes acuerdos fueron anexados) con reglas específicas sobre la resolución de diferencias y la evaluación de políticas comerciales (incluidos en los Anexos 2 y 3, respectivamente). Es importante recordar, en este contexto, que el consenso sobre la creación de la OMC fue alcanzado en la última fase de la Ronda Uruguay, cuando el consenso sobre los acuerdos de sustancia ya era prácticamente completo. 266 EL MARCO JURÍDICO INTERNACIONAL DE LA ECONOMÍA MUNDIAL: ¿CÓMO CAMBIAR SU ENFOQUE Y PERMITIR QUE RECOBRE SENTIDO? Ámbito de aplicación (i). Comercio internacional de bienes Los acuerdos OMC tratan los dos problemas relativos al ámbito de aplicación que habían aparecido durante la evolución del GATT y a los que he hecho referencia anteriormente. Al hacer esto, un nuevo tipo de regla jurídica aparece en el contexto legal del GATT: las normas de armonización o de derecho uniforme. Con respecto al primer problema, la intersección entre reglamentaciones internas y el comercio internacional de bienes, a) un nuevo acuerdo fue adoptado en materia de medidas sanitarias y fitosanitarias (MSF) y b) el código de la Ronda Tokio sobre obstáculos técnicos al comercio (OTCs) fue fortalecido. Ambos acuerdos podrían ser considerados, desde un punto de vista político, como anexos al GATT, aun si, estrictamente hablando, son independientes de él. El primero, sobre MSF, establece algún criterio de sustancia sobre los estándares aplicables. El segundo, sobre OTCs, trata sobre todo temas de procedimiento, en particular aquellos relacionados con la certificación y la evaluación de conformidad a los estándares. Ámbito de aplicación (ii). Derechos de propiedad intelectual En el tema específico de los derechos de la propiedad intelectual, las cosas cambian. Un acuerdo completamente nuevo e independiente es adoptado (el ADPIC/TRIPs) cuya estructura y reglas no están relacionadas con las del GATT mientras que sí hacen referencia expresa a otros acuerdos internacionales existentes sobre este tema e incorporan sus reglas. De hecho, el ADPIC pudiera ser interpretado como una vía para llevar al sistema institucional de la OMC (incluyendo su sistema de resolución de diferencias) reglas internacionales ya existentes pero a las que les faltaba “mordiente,” es decir mecanismos para asegurar su cumplimiento y darles efectividad. Siendo el ADPIC/TRIPs un acuerdo complejo, lo esencial ahora es enfatizar dos aspectos del mismo. El primero es que el acuerdo trata sobre todo de reglas internas aplicables internamente a empresas ya establecidas dentro de un país y a productos y procesos comercializados y desarrollados internamente (el mejor ejemplo es el conflicto que agita en estos últimos años al sector químico-farmacéutico en España, donde las empresas 267 C L M . E C O N O M Í A autodenominadas “de investigación” pretenden manipular la reglas del ADPIC en contra de las empresas “de genéricos”). El segundo es que el ADPIC/TRIPs es, por definición, un acuerdo orientado a restringir el proceso de liberalización comercial y no a potenciarlo. El reconocimiento de derechos exclusivos de propiedad intelectual limita el ejercicio de las actividades económicas (tanto productivas como comerciales) de quienes no los poseen. Desde este punto de vista, el acuerdo es más bien una gigantesca excepción a la lógica dominante en el conjunto de acuerdos de la OMC. Esta es una circunstancia que nunca debería olvidarse por muchas que sean las justificaciones que pretendan darse a aquellos derechos exclusivos. Ámbito de aplicación (iii). Servicios e inversiones En cuanto a la relación entre el comercio de bienes y los intercambios de servicios e inversiones, los acuerdos OMC contienen dos novedades. La primera es la adopción de un nuevo acuerdo sobre medidas de inversión relacionadas con el comercio (TRIMs en su acrónimo inglés), incluido en el Anexo 1A, y que, como los acuerdos sobre MSFs y OTCs, puede ser considerado como una especie de “Anexo al GATT.” En efecto, el acuerdo restringe el uso de aquellas medidas que, si bien son aplicadas como condiciones impuestas al régimen post-establecimiento de empresas extranjeras, tienen una relación directa con las importaciones y exportaciones (por ejemplo, requiriendo un mínimo de compras de contenido nacional o algún mínimo de exportación). La evaluación que ha recibido ha sido bien diferente. Unos lo consideran un buen paso (aunque insuficiente) en la dirección correcta, mientras sus críticos (entre los que más bien me cuento) lo ven como un acuerdo que hace aun más difícil el manejo del desequilibrio de la balanza de pagos de los países en desarrollo y, como resultado, tiene, o puede acabar teniendo, un efecto contrario en la liberalización comercial en la medida en que ésta requiere, primordialmente, una balanza de pagos saludable. 268 La segunda novedad de los acuerdos OMC respecto a la relación entre comercio de bienes e intercambios internacionales de servicios e inversiones es la adopción del AGCS, el Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios, completamente distinto del GATT (a pesar de que, precisamente para enmascarar este hecho, se buscara una denominación inglesa muy parecida, GATS, que tiende EL MARCO JURÍDICO INTERNACIONAL DE LA ECONOMÍA MUNDIAL: ¿CÓMO CAMBIAR SU ENFOQUE Y PERMITIR QUE RECOBRE SENTIDO? a dar la impresión de que se trata del “GATT para los servicios” – y es así como fue entendido en 1994/1995 y aún sigue siendo entendido a menudo ahora-). Desde la perspectiva del presente artículo, lo esencial es subrayar el ámbito de aplicación del GATS, determinado por los “4 modos de suministro de servicios” definidos en su artículo I: 2. A los efectos del presente Acuerdo, se define el comercio de servicios como el suministro de un servicio: (a) del territorio de un Miembro al territorio de cualquier otro Miembro (“suministro transfonterizo”); (b) en el territorio de un Miembro a un consumidor de servicios de cualquier otro Miembro (“consumo en el extranjero”); (c) por un proveedor de servicios de un Miembro, mediante presencia comercial en el territorio de cualquier otro Miembro (“presencia comercial”); (d) por un proveedor de servicios de un Miembro, mediante la presencia de personas físicas de un Miembro en el territorio de cualquier otro Miembro (“movimiento de personas físicas”). Estos cuatro modos de suministro son completamente heterogéneos: • El cuarto modo, “movimiento de personas físicas”, no es un modo específico de suministro sino un aspecto particular de los otros tres. Fue separado como un modo “diferente” para poder separarlo del enfoque liberalizador que se estaba tratando de aplicar a los otros tres modos. • Los modos 1 y 2 se refieren a los “intercambios internacionales de servicios” como han sido siempre definidos en términos de la Balanza de Pagos. La demanda viene del país “importador,” la oferta viene del país “exportador.” • Por el contrario, el modo 3 no otra cosa que una manera falaciosa de rebautizar las Inversiones Extranjeras Directas (IED) en el sector de servicios. La oferta del servicio es interna al país anfitrión que recibe la IED y no hay ninguna necesidad de que se enfrente a una demanda extranjera; puede ser totalmente dirigida a la demanda interna. 269 C L M . E C O N O M Í A Así, los modos 1 y 2, por un lado, y el modo 3, por otro, originan problemas completamente diferentes desde los puntos de vista económico, legal y político: • Desde el punto de vista económico, el “riesgo” engendrado por la liberalización de los modos 1 y 2 es el de un incremento en los pagos al extranjero y un debilitamiento de la cuenta corriente de la Balanza de pagos; la apertura en el modo 3 pudiera implicar una entrada de capital extranjero (simplemente “pudiera,” porque la financiación necesaria también podría ser obtenida en el Estado anfitrión) y tiende a reducir la necesidad de las importaciones así como a facilitar las exportaciones. • Desde una perspectiva legal, el modo 3 plantea cuestiones muy complicadas que no son planteadas por los modos 1 y 2: cuestiones relativas al régimen legal “postestablecimiento” de las empresas nacionales bajo control extranjero. Esta es una razón por la cual el ACGS adquiere un tipo de “universalidad” en su alcance: cubre absolutamente todos los ámbitos de legislación nacional en la medida en que sean aplicables a empresas bajo control extranjero. • Desde una perspectiva política, el posible problema del “control extranjero” sobre la economía nacional es mucho más agudo para el modo 3 que para los modos 1 y 2. De hecho, éste es el problema principal (o problema percibido como tal) que subyace a las restricciones sobre acceso y/o sobre trato nacional relativas a este modo. En conclusión, el GATT y el AGCS/GATS son acuerdos completamente diferentes en cuanto a su ámbito de aplicación se refiere. Esta es una realidad elemental no suficientemente enfatizada. El GATT observa el producto; el AGCS observa no sólo el producto sino también (y principalmente) al productor. Como consecuencia, el AGCS/GATS se ve obligado a definir la “nacionalidad” de una empresa, no por el lugar de establecimiento donde lleva a cabo sus operaciones y a cuya legislación está sometida sino por la nacionalidad de las personas físicas o jurídicas que la controlan. Por ejemplo, para el GATS, Telefónica de Argentina no es una persona jurídica de Argentina sino una persona jurídica de 270 EL MARCO JURÍDICO INTERNACIONAL DE LA ECONOMÍA MUNDIAL: ¿CÓMO CAMBIAR SU ENFOQUE Y PERMITIR QUE RECOBRE SENTIDO? España (en tanto que “presencia comercial” en Argentina de Telefónica de España) 6. El resultado último es que el AGCS, aunque es mucho menos “profundo” que el GATT (particularmente porque es más reciente y ha avanzado menos en el proceso de la liberalización), es mucho más “amplio.” En otras palabras, la noción del “comercio de servicios” del AGCS, en vez de ser la transposición a los servicios de la noción de “comercio de bienes” del GATT es muy diferente y mucho más amplia. La introducción de la noción de “comercio de servicios” por el GATS ha tenido efectos deletéreos sobre la transparencia y la claridad conceptual del marco jurídico internacional de la economía mundial. Por un lado, ha creado un marco jurídico internacional de las inversiones extranjeras directas que es distinto según se trate de prestación de servicios (cubiertas por el GATS) o de producción de bienes (no cubiertas por ningún acuerdo multilateral), lo cual no tiene ningún sentido económico (sobre todo cuando las empresas productoras de bienes cada vez se diversifican más hacia la prestación de servicios). Por otro, ha hecho perder el rumbo en el avance hacia un régimen multilateral aceptable de la IED. Por último, como veremos más adelante, ha añadido un elemento de contradicción adicional a la superposición de acuerdos internacionales multilaterales y bilaterales, sobre todo en materia de inversiones. La consolidación de un grado de liberalización Desde la perspectiva de la liberalización, los logros principales de la Ronda Uruguay son dos. El primero es la continuación de los esfuerzos ya emprendidos en la previa Ronda Tokio para fortalecer las reglas sobre a) antidumping, b) subvenciones, c) aduanas y procedimientos para la importación (valoración en aduana, licencias de importación e inspecciones previas a la expedición). Estos esfuerzos fueron extendidos al área de salvaguardias y normas de origen. Se alcanzaron acuerdos específicos en todas estas áreas. 6) Este es efectivamente, por sorprendente que parezca a primera vista, el resultado de las definiciones del artículo XXVIII del acuerdo: “persona jurídica de otro Miembro” significa una persona jurídica que: i) esté constituida u organizada de otro modo con arreglo a la legislación de ese otro Miembro y que desarrolle operaciones comerciales sustantivas en el territorio de ese Miembro o de cualquier otro Miembro; ;ii) en el caso del suministro de un servicio mediante presencia comercial, sea propiedad o esté bajo el control de: 1. personas físicas de ese Miembro; o 2. personas jurídicas de ese otro Miembro, definidas en el inciso i); (subrayado añadido). 271 C L M . E C O N O M Í A El segundo es probablemente más relevante. Consiste en “hacer retornar” al GATT los dos sectores que se le habían “escapado:” la agricultura y los textiles (este último con su instrumento específico de los acuerdos de limitación voluntaria de las exportaciones -VERs-). Los detalles específicos de los acuerdos sobre Agricultura y sobre Textiles son muy complejos para ser simplemente presentados en los límites de este capítulo. Todos los acuerdos mencionados en estos dos párrafos están incluidos en el Anexo 1A al acuerdo OMC y pueden ser vistos como “anexos al GATT” aun si son formalmente independientes de él. Por lo que se refiere al AGCS/GATS, el enfoque que sigue es similar al del GATT: consolidar una determinado “piso” de liberalización a través de las “schedules” o listas de compromisos de cada Miembro, todas ellas incorporadas al propio acuerdo como Anexos 7. El multilateralismo La Ronda Uruguay fue capaz de dar soluciones significativas (aun siendo incompletas) a los problemas sobre la mesa relativos al ámbito de aplicación del GATT y a la consolidación de un cierto grado de liberalización. No fue así en los asuntos relacionados con el principio del multilateralismo donde casi no hubo resultados. En cuanto a la relación entre acuerdos bilaterales/regionales y el GATT, el Artículo XXIV no experimentó cambios significativos. El Entendimiento sobre su interpretación da precisión adicional a algunas de sus disposiciones pero conserva su lógica principal, centrada únicamente en la necesidad de que los acuerdos preferenciales cumplan una condición indefinida de cobertura de “lo esencial de los intercambios comerciales”. Sobre el trato especial y diferenciado a países en desarrollo, algunas disposiciones específicas aparecen en los nuevos acuerdos. Sin embargo, el enfoque seguido en este tema, implícita y a veces explícitamente, en la Ronda Uruguay era que los efectos favorables sobre las exportaciones de países en desarrollo resultantes del “retorno” al GATT de la agricultura y los textiles ya daban un 272 7) Si bien, como consecuencia de la distinción de cuatro modos de suministro de servicios y de que la obligación de Trato Nacional adquiera autonomía, las listas de compromisos del GATS son mucho más difíciles de leer y analizar que las listas de concesiones del GATT. EL MARCO JURÍDICO INTERNACIONAL DE LA ECONOMÍA MUNDIAL: ¿CÓMO CAMBIAR SU ENFOQUE Y PERMITIR QUE RECOBRE SENTIDO? suficiente “trato especial” a los países en desarrollo para justificar su aceptación del conjunto entero de acuerdos OMC sin necesidad de otras disposiciones específicas especifica. Esta tesis ha sido crecientemente impugnada por países en desarrollo a medida que los resultados de los nuevos acuerdos han comenzado a ser percibidos. Esto explica, en buena medida, su combatividad en la actual Ronda de Doha. Por lo que se refiere al AGCS/GATS, el principio del multilateralismo se consagra en el artículo II del acuerdo, sujeto a una lista cerrada de excepciones que cada Miembro pudo incorporar al acuerdo en 1995. 3.- Principales desarrollos superpuestos a la evolución del orden de posguerra. A la evolución del orden económico creado en la posguerra que se acaba de examinar se superponen, de manera desordenada, diversos desarrollos. Me parecen especialmente destacables los cinco siguientes. 3.1.- Los acuerdos bi-plurilaterales sectoriales que escapan a la lógica multilateral. Hay sectores económicos, sobre todo en el ámbito de los servicios, cuyas propias características hacen difícil someterlos a la lógica multilateral y al principio de la nación más favorecida aunque la dialéctica nacional-extranjero esté bien presente en ellos. Hay al menos dos casos bien característicos. El primero es el del transporte internacional, sobre todo el aéreo, íntimamente ligado a la idea geográfica del “trayecto” entre el país de origen y el país de destino. Sea ésta u otra la razón, el hecho es que se trata de un sector sometido a una intrincada red de acuerdos bilaterales por los que cada par de países dan acceso recíproco a sus compañías. Este hecho provocó que ya bien pronto se constatara que este sector debía quedar excluido de las disciplinas del AGCS/GATS. 273 C L M . E C O N O M Í A El segundo es del audiovisual, donde el peso de la tradición cultural y, en particular, la lengua, han conducido en muchos casos a bi-plurilateralizar las medidas de protección de los distintos Estados. Los tres casos típicos son los de las redes de acuerdos entre países francófonos, entre países de habla española y entre Estados Miembros del Consejo de Europa (sean o no miembros de la Unión Europea). También esto explica que sea el sector audiovisual el que, si bien no está excluido del AGCS/GATS como sí lo está el sector del transporte aéreo, es predominante en la lista de Exenciones al artículo II que establece la obligación NMF. Mutatis mutandis, algo similar sucede con los acuerdos en el sector educativo. 3.2.- Los acuerdos sectoriales que escapan a la dialéctica nacional-extranjero. A diferencia de en el desarrollo precedente, hay cuestiones sometidas a acuerdos internacionales con claras incidencias económicas y donde la dialéctica nacional – extranjero no es la dominante. La lógica que predomina es la de la conciliación de intereses económicos contrapuestos dentro de cada uno de los países (e internacionalmente) y la manera de abordar jurídicamente estos problemas no es la típica del derecho económico comercial (normas de acceso al mercado y normas de trato – trato nacional o trato NMF-) sino más bien la producción de derecho internacional uniforme. La justificación de tratar este tipo de cuestiones en el plano internacional proviene más bien de la necesidad o conveniencia de evitar la génesis de ventajas comparativas provenientes de la existencia de normativas menos restrictivas o de cumplimiento menos costoso en algunos países. El caso más conocido es, sin duda, el de los acuerdos medioambientales (desde los relativos a la protección de determinadas especies animales a los conducentes a combatir el cambio climático). Pero hay un buen número de otros, de mucha mayor importancia económica. Dos bien típicos son el de los estándares técnicos para los automóviles, que en el marco europeo se ha discutido tradicionalmente en el seno de la Comisión Económica para Europa de Naciones Unidas, y el de las normas técnicas y sanitarias de los productos alimentarios, tratado en el seno del Codex Alimentarius. 274 EL MARCO JURÍDICO INTERNACIONAL DE LA ECONOMÍA MUNDIAL: ¿CÓMO CAMBIAR SU ENFOQUE Y PERMITIR QUE RECOBRE SENTIDO? 3.3.- Los acuerdos bilaterales de inversiones. Los acuerdos bilaterales de inversiones han proliferado desde comienzos de los años 1990 de manera completamente incontrolada, Cabe preguntarse si dicha proliferación obedece a un designio definido en términos de política económica o bien debe ser explicada por un efecto mimético y, sobre todo, como justificación de la existencia de las burocracias nacionales e internacionales implicadas en su negociación y gestión así como de los cuantiosos honorarios percibidos por los despachos internacionales de abogados que conducen litigios sobre la base de sus disposiciones. Personalmente, yo me inclino por lo segundo. En cualquier caso, lo relevante de dichos acuerdos es la especificidad de algunos de sus contenidos y cómo se solapan, de manera contradictoria, con otros acuerdos internacionales, tanto multilaterales como regionales. Hay dos tipos de acuerdos bilaterales de inversión, según sean liderados por Estados Unidos (o algún otro país como Canadá) o por Estados Miembros de la Unión Europea. Desde un punto de vista político general, lo más significativo de estos acuerdos es que, de manera sigilosa y casi clandestina, se atreven a romper con el principio de que la litigiosidad internacional está reservada a los Estados e instituyen un mecanismo de solución de diferencias inversor privado – Estado por el que el primero puede instar un procedimiento internacional contra el segundo. Es decir, algo que resulta todavía polémico cuando se trata de la defensa de derechos individuales fundamentales es aceptado sin que nadie se lo cuestione (comenzando por las ONGs de los países desarrollados) cuando se trata de los derechos e intereses de los inversores extranjeros. Desde el punto de vista de las reglas de sustancia, ambos tipos tienen en común el contener ambiciosas obligaciones aplicables al régimen jurídico de las inversiones extranjeras (incluyendo la obligación de trato nacional post-establecimiento y determinadas obligaciones en materia de expropiación). La diferencia entre ellos es doble: a) los acuerdos liderados por Estados Unidos también tratan del acceso al mercado por parte de inversores extranjeros, mientras los liderados por Estados europeos se limitan al régimen aplicable tras el acceso (sin prejuzgar si éste llegará a producirse); b) pero, si al tratar también el tema del acceso, los acuerdos liderados por Estados Unidos son más ambiciosos que los liderados 275 C L M . E C O N O M Í A por países europeos, lo son menos en cuanto incorporan una lista de excepciones a las obligaciones de trato que no figura en los acuerdos liderados por países europeos. Más allá de la valoración política que cada uno puede dar al establecimiento de un mecanismo internacional de solución de diferencias inversor privado – Estado, la proliferación de acuerdos bilaterales de inversiones tiene dos consecuencias muy negativas desde el punto de vista sistémico: • La primera es que se solapan y entran en contradicción con el AGCS/GATS. Se solapan, porque, como hemos visto, el GATS también cubre las inversiones extranjeras directas en los sectores de servicios (precisamente los más significativos políticamente, mucho más que los sectores manufactureros), rebautizadas de “presencia comercial” o “modo 3”. Y entran en contradicción con el GATS porque, al ser bilaterales, violan su artículo II que obliga a otorgar el trato NMF. • La segunda se refiere exclusivamente a los acuerdos bilaterales de inversiones de los Estados Miembros de la Unión Europea. En primer lugar, al imponer obligaciones horizontales sobre el régimen jurídico aplicable a las empresas extranjeras establecidas en ellos, cubren materias internamente reguladas por la Comunidad y, en consecuencia, violan manifiestamente la distribución de competencias entre Comunidad y Estados miembros tal como resulta de la jurisprudencia AETR del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas. En segundo lugar, al no incluir (como los acuerdos bilaterales de Estados Unidos) una lista de excepciones, entran en contradicción con todas aquellas normas, nacionales y comunitarias, que otorgan un trato más favorable a las empresas controladas por capitales de Estados Miembros que a aquellas controladas por capitales de Estados terceros (en el sector audiovisual, del transporte aéreo, de la agricultura o de la prospección y explotación de hidrocarburos, para citar sólo unos ejemplos). 3.4.- “Alta política” y tecnocracia como malos sustitutos de acuerdos y organizaciones internacionales con bases jurídicas claras y legitimidad. 276 La necesidad de dar algún tipo de salida o, al menos, vía de EL MARCO JURÍDICO INTERNACIONAL DE LA ECONOMÍA MUNDIAL: ¿CÓMO CAMBIAR SU ENFOQUE Y PERMITIR QUE RECOBRE SENTIDO? tratamiento a los problemas de la economía mundial en un marco jurídico-político-institucional insuficiente y cada vez más desordenado ha generado dos desarrollos muy distintos pero que, en el fondo, responden a la misma motivación y son susceptibles de la misma crítica: la falta de la legitimidad mínima que otorgan los procesos de aprobación parlamentaria de acuerdos internacionales. Por un lado, la proliferación de Cumbres políticas de todo tipo de formato donde se tratan cuestiones sin duda importantes. No obstante, la ausencia de un hardware suficientemente potente tiende a reducir los resultados prácticos de estas Cumbres, más allá de los rituales fotográficos y televisivos, a una serie de declaraciones precocinadas sin mecanismos de aplicación. Por otro, la proliferación de documentos técnicos que, si bien no tienen otro valor jurídico que el de simples recomendaciones o presentaciones de criterios, tienen la vocación de generar obligaciones más o menos universales. El mejor ejemplo de ello son todos los documentos producidos en torno a la denominada “Reforma de la Arquitectura Financiera Internacional” desde el estallido de la crisis financiera asiática en 1997, y en particular el Marco de Basilea sobre la Convergencia Internacional de Medidas y Normas de capital generados en el seno del Banco de Pagos Internacionales (Basel II). 3.5.- Acuerdos regionales y bilaterales. El último desarrollo a destacar es, evidentemente, el del surgimiento de un número creciente (sobre todo en los últimos años) de acuerdos regionales y bilaterales que se solapan con los acuerdos OMC y, en consecuencia, violan su principio de la Nación Más Favorecida y deben acogerse a las excepciones establecidas en los artículos XXIV del GATT y V del AGCS/GATS. Este es un desarrollo cuya simple descripción ocuparía muchísimo más espacio que el de todo este artículo y del que, por otra parte, ya me he ocupado en otros lugares.8 Por tanto, me limitaré a apuntar cinco consideraciones que me parecen especialmente pertinentes para este artículo. 8) Comenzando por Torrent (2003). 277 C L M . E C O N O M Í A 1.- Debe rechazarse el lenguaje políticamente correcto que bautiza todos los acuerdos preferenciales como “regionales”. Si el término “integración regional” debe conservar algún significado reconocible, debe ser reservado a aquellos procesos donde existe una cierta comunidad de intereses o de visión política. La gran mayoría de acuerdos preferenciales que existen no poseen esta característica y, por tanto, deben pura y simplemente analizarse como lo que son: acuerdos bilaterales (o plurilaterales si hay más de dos estados participantes) que violan la lógica multilateral. En estos acuerdos, es bien difícil que la igualdad jurídica entre las Partes se corresponda con una igualdad en términos económicos y de poder; como consecuencia, estos acuerdos servirán más bien para imponer las condiciones de los más poderosos. Y necesariamente generarán una desigualdad sistémica entre los países aceptados a formar parte de ellos y los países que quedan excluidos. Los inconvenientes sistémicos de los acuerdos preferenciales aumentan exponencialmente a medida que las distintas Partes a un acuerdo participan por separado en otros acuerdos. 2.- Debe abandonarse la tesis inventada por Balassa hace ya demasiados años y repetida de modo rutinario según la cual los procesos de integración regional avanzarían unidireccionalmente en una sucesión de etapas, comenzando por los acuerdos sectoriales, siguiendo por las Zonas de Libre Comercio, avanzando luego hacia las Uniones Aduaneras y así sucesivamente hasta llegar a la Unión Política. Bien al contrario, la integración regional no avanza unidireccionalmente. Para moldear unas determinadas precondiciones (distintas en cada caso) a fin de alcanzar ciertos objetivos (también distintos en cada caso), utiliza diferentes instrumentos y avanza o puede ser analizada en términos de distintas dimensiones (vertiente externa, contenido efectivo, fortaleza y dinamismo y capacidad de adaptación). 278 3.- La discusión sobre si los acuerdos preferenciales son “building blocks” o “stumbling blocks” del sistema multilateral ha generado más confusión que otra cosa, sobre todo porque, muy a menudo, la perspectiva no era la de la arquitectura económica internacional sino la de la promoción de procesos de EL MARCO JURÍDICO INTERNACIONAL DE LA ECONOMÍA MUNDIAL: ¿CÓMO CAMBIAR SU ENFOQUE Y PERMITIR QUE RECOBRE SENTIDO? liberalización. Basta con constatar que mientras que puede discutirse qué tipo de “block” de dicha arquitectura es una Unión Aduanera, una Zona de Libre Comercio, si bien puede ser un “block” del proceso de liberalización del comercio, nunca será un “block” de la arquitectura comercial internacional (building o stumbling), por la sencilla razón de que, a diferencia de lo que sucede con una Unión Aduanera, cada uno de sus Miembros sigue participando en el sistema multilateral por su propia cuenta y a título propio. 4.- No debe exagerarse la importancia económica y política de los acuerdos preferenciales. Y ello por dos razones. La primera es que no debe exagerarse la importancia económica de ningún acuerdo comercial, del tipo que sea: los hechos demuestran que lo que realmente influye sobre los flujos de comercio son las condiciones generales de la economía y no tanto las reglas jurídicas. Cuando la economía va bien, el comercio internacional responde con una elasticidad superior a uno: éste es el dato económico decisivo. Y este dato refuerza el enfoque que he subrayado a lo largo de este artículo: la lógica principal de los acuerdos comerciales no es tanto la de hacer avanzar el proceso de liberalización comercial sino la de impedir, más allá de un cierto límite, el retroceso en el grado de liberalización aceptado por los distintos Estados. Y, desde esta perspectiva, es evidente la superioridad de los acuerdos multilaterales sobe la de los preferenciales. La segunda razón es que es un secreto a voces (sobre todo para quienes hemos trabajado en esta área en Bruselas) que un gran número de acuerdos preferenciales comerciales son simplemente politics by proxy: una manera de aparentar hacer política cuando no se sabe qué política hacer. En consecuencia, su relevancia económica, pasado el momento solemne de la firma y las fotos, es del todo secundaria. 5.- Y la última consideración se refiere a la situación del proceso de integración europea en el contexto de los temas tratados en este artículo. Se debería también comenzar a abandonar la tesis autocomplaciente de que dicho proceso ha constituido una aportación sumamente valiosa a la gobernanza económica mundial. En este sentido, sin negar sus innegables 279 C L M . E C O N O M Í A aspectos positivos (sobre todo en tanto que instrumento que ayudó a superar los conflictos intraeuropeos que habían ensangrentado el mundo), tampoco deben olvidarse los tres hechos siguientes: • En tanto que “modelo” de integración, es irrepetible (como el fracaso de las pretendidas copias latinoamericanas ha bien demostrado). • Desde la Comunidad Europea y sus Estados Miembros, no se ha efectuado ninguna aportación significativa a la solución de los grandes problemas de la gobernanza global, ni en el ámbito financiero-monetario (creación de un lender of last resort) ni en el ámbito político (es bien significativo que el tema de la reforma del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas siga siendo tabú en el seno de las instituciones europeas). En realidad, el proceso de integración europea ha sido, desde sus orígenes, un proceso de adaptación al mundo mucho más que de transformación de él. • Por lo que se refiere a la proliferación de acuerdos bilaterales y regionales que está teniendo lugar (con los inherentes riesgos para la estabilidad del sistema multilateral), hoy, en 2007, se tiene en Europa la sensación de que se está perdiendo esta carrera ante Estados Unidos y, sobre todo, la región de Asia-Pacífico. Quizá esta sensación sea correcta, pero nunca debería olvidarse que quien inició esta carrera fue la Comunidad Europea (sola o acompañada por sus Estados Miembros), con el objetivo principal de consolidar a la Comunidad como actor internacional y con la ingenua creencia de que ellos podrían monopolizar este desarrollo gracias a la inquebrantable adhesión al sistema multilateral de Estados Unidos, Japón y algunos otros países. 280 EL MARCO JURÍDICO INTERNACIONAL DE LA ECONOMÍA MUNDIAL: ¿CÓMO CAMBIAR SU ENFOQUE Y PERMITIR QUE RECOBRE SENTIDO? 4.- Conclusiones: más o mejor (y, en todo caso, distinto): cuál debe ser la orientación de las relaciones económicas internacionales en el futuro 9. A la vista de los desarrollos brevemente analizados en este artículo, no debería quedar duda de que el marco jurídico internacional requiere, desde hace ya mucho tiempo, una profunda revisión y reorientación. Como hemos visto, dicho marco jurídico, si bien sigue fundamentándose en el orden de posguerra, ha perdido alguna de sus piezas esenciales (el sistema monetario), ha crecido de forma desordenada y contradictoria y está poniendo en peligro el propio principio del multilateralismo, clave para evitar la reemergencia de peligrosas formas de “capitalismo de bloques” y conflictos entre grandes potencias. Esta realidad incuestionable ha quedado velada por una razón exclusivamente ideológica: la hegemonía de una visión centrada en la promoción de los procesos de liberalización (aunque sea a costa de debilitar la arquitectura del orden económico internacional). En efecto, sobre todo durante los últimos veinte años, el signo que ha marcado la evolución de las relaciones económicas internacionales, en particular las comerciales, ha sido el de “más liberalización” (deepening, broadening, enlarging...) a través de todos los enfoques posibles -unilateral, multilateral, regional o bilateral-, todos los cuales tendían a analizarse sólo bajo la óptica del first, second, third o nth best para la liberalización de la economía. Podríamos tomar como fechas fundamentales del inicio de dicha evolución a) las negociaciones y aprobación del Acta Única en el marco comunitario europeo (1985-86) y b) el lanzamiento en 1986 de las negociaciones de la Ronda Uruguay en el marco del GATT que finalizaron en 1993-1994. La evolución se aceleró con 9) El argumento central de esta sección de conclusiones está extraído de una Policy Brief escrita en el marco del Observatorio de las Relaciones Unión Europea – América latina (OBREAL): ver www.obreal.org. El enfoque de las “Cs” apuntado al final fue ya esbozado en 2001 por el autor en el marco de una de las sesiones del Diálogo Regional de Política Comercial organizado por el Departamento de Comercio e Integración del BID (ver http://www.iadb.org/int/DRP/esp/red1/comerciodoc2.htm). 281 C L M . E C O N O M Í A procesos históricos de importancia decisiva, la mayor parte de los cuales culminaron en los años 1992 - 1994: a) las políticas de apertura comercial unilateral en muchos países en desarrollo, sobre todo en América Latina; b) el lanzamiento de procesos de integración económica regional, como el MERCOSUR o el NAFTA, que dichas políticas permitieron; c) la carrera hacia la conclusión de acuerdos bilaterales por parte de la Comunidad Europea (acompañada por los Estados miembros en los acuerdos que tenían mayor alcance y desbordaban la competencia exclusiva de la Comunidad); d) la desintegración del bloque soviético y la integración en el mundo capitalista de las economías que lo integraban; e) la profundización (Unión Monetaria, sobre todo) y ampliación a nuevos miembros del proceso de integración europeo. La política del más mostró claros síntomas de agotamiento ya desde mediados de los años noventa. La primera muestra fue el fracaso clamoroso de las negociaciones conducidas en el marco de la OCDE para la firma de un Acuerdo Multilateral (en realidad, plurilateral) de Inversiones, el AMI (o MAI en su acrónimo inglés) –años 1995 a 1998-. La segunda, las dificultades para hacer avanzar el proceso de liberalización multilateral en el marco de la OMC tras la Conferencia Ministerial de Singapur en 1996 (fracaso de Seattle, reparado ciertamente en Doha pero tan sólo en circunstancias absolutamente excepcionales). La tercera, la incapacidad de llegar a un acuerdo sobre el contenido temático y la agenda del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA/FTAA), que, si bien sólo se hizo público para todo el mundo a partir del fracaso vestido de éxito de la Conferencia Ministerial de Miami en noviembre de 2003, era bien perceptible desde el principio para cualquier observador informado y con sentido crítico. La cuarta, la instalación del MERCOSUR, ya desde 1995, en una “meseta regulatoria” –de baja altura- una vez realizada la primera fase de eliminación de aranceles para el comercio intra-bloque, que ratificaba las dificultades aparentemente insuperables experimentadas por los procesos de integración subregional en América Latina para alcanzar los objetivos inicialmente fijados. 282 Respecto al proceso de integración europeo, parecía a muchos que su avance era imparable. Sin embargo, eran claramente EL MARCO JURÍDICO INTERNACIONAL DE LA ECONOMÍA MUNDIAL: ¿CÓMO CAMBIAR SU ENFOQUE Y PERMITIR QUE RECOBRE SENTIDO? perceptibles desde hacía mucho tiempo el deterioro institucional y político del proceso así como la incapacidad de definir un proyecto estratégico coherente que reemplazara el proyecto inicial (la resolución del conflicto histórico franco-alemán por la vía de la cooperación económica, ya culminado con éxito). Este deterioro y esta incapacidad se transparentaban con claridad por detrás de una serie de estrategias by default, de la utilización sistemática de la táctica de la fuite en avant y de la entronización de la patética “teoría de la bicicleta”, que se cae si no avanza, como argumento decisivo no sólo del discurso político sino del análisis académico. Hoy, ya nadie discute que el proceso está en una situación de crisis profunda. El estado actual y final previsible de la Ronda de Doha en el marco de la OMC tan sólo confirman este agotamiento. En caso de éxito, el grado de éxito será tan limitado (por mucho que quiera venderse de otra manera a la opinión pública) que difícilmente podrá interpretarse como un paso adelante decisivo comparable a los que iniciaron la evolución hace veinte años. En caso de fracaso, todo el mundo lo minimizará y predicará (correctamente) que la raison d’être del sistema multilateral de comercio no es tanto el avance desenfrenado del proceso de liberalización cuanto la creación de un marco estable de reglas que impida el retroceso en la liberalización libremente consentida y así evite las guerras comerciales que en un pasado aciago caracterizaron al “capitalismo de bloques”. Sólo hay un proceso que parece gozar de buena salud: el de la negociación de acuerdos comerciales bilaterales. Pero, sin descartar el riesgo de que su proliferación acabe provocando una fragmentación del sistema de comercio (y económico) mundial, es muy posible que más bien se confirme la tesis ya apuntada por algunos de que los únicos acuerdos bilaterales posibles son aquellos muy asimétricos entre países o bloques grandes y pequeños y donde el país o bloque grande impone su concepción (siendo, por tanto, imposibles los acuerdos bilaterales de big player a big player). Si ello es así, e independientemente de la valoración que se haga de estos acuerdos asimétricos, pronto se generalizará la conciencia de que a) sus efectos sobre el conjunto del sistema mundial son muy limitados, y b) su interés para los big players tampoco es tan grande y quizá no justifique las dificultades internas que causan (en Estados Unidos para no ir más lejos). En esta perspectiva, puede apuntarse que 283 C L M . E C O N O M Í A tampoco por la vía bilateral podrá seguir avanzando de manera muy significativa la política del más. No debe sorprender el agotamiento de la vía del más. Si se reflexiona sobre el enorme alcance de los cinco procesos indicados al inicio y se les añade otro tan decisivo como el de la progresiva integración de China en el mundo de las relaciones comerciales internacionales, ya se intuye fácilmente que esta aceleración de los procesos de apertura e integración no podía continuar indefinidamente y debía frenarse algún día. Agotada la vía del más, ¿qué orientación debe seguirse? Tampoco cuesta encontrar la respuesta: la “vía del mejor”, es decir, mejorar el estado de las relaciones internacionales económicas (y en particular comerciales) sobre la base de una mejor utilización de lo que ya existe. La discusión de esta vía excede claramente los límites de este artículo; sin embargo, pueden apuntarse algunas ideas: - En primer lugar, se trata de hacer un esfuerzo de consolidación: no superponer nuevas y difíciles reformas sobre reformas que aún están en curso y no han desarrollado toda su potencialidad. - En segundo lugar, es necesario dar la prioridad a completar los trabajos pendientes. En el caso de la OMC, se siguió este criterio en relación con el ingreso de China en la organización, pero debería seguirse también para el caso de Rusia. - En tercer lugar, es necesario reforzar la coherencia del conjunto del sistema global y de los distintos acuerdos que coexisten en su seno para evitar que las contradicciones entre ellos anulen sus respectivos efectos benéficos y acaben haciendo el sistema ingobernable. - En cuarto lugar, debe darse tiempo a que se conozca mejor toda esta multiplicación de instrumentos jurídicos y políticos. Conocer bien es el prerrequisito para aprovechar mejor el sistema de acuerdos de que disponemos. 284 El enfoque de las Cs habría evitado errores bien obvios. Por ejemplo, las dos primeras Cs desaconsejaban lanzar una nueva Ronda de Negociaciones de la OMC antes de que hubieran culminado los períodos transitorios de 10 años previstos en los acuerdos surgidos de la Ronda Uruguay y antes de haber digerido EL MARCO JURÍDICO INTERNACIONAL DE LA ECONOMÍA MUNDIAL: ¿CÓMO CAMBIAR SU ENFOQUE Y PERMITIR QUE RECOBRE SENTIDO? un hecho de tanta significación como la entrada de China en la organización. También habrían desaconsejado superponer reformas más o menos constitucionales en el marco del proceso de integración europeo antes de haber digerido las precedentes. Y las dos últimas Cs habrían evitado, por ejemplo, la absurda discusión sobre las inversiones como “nuevo tema” en el seno de la OMC cuando el GATS es, ante todo, un acuerdo sobre inversiones extranjeras directas y cuando los primeros interesados en renegociar otro acuerdo sobre régimen de las inversiones (el acuerdo TRIMs) parecen ser algunos países en desarrollo; discusión absurda que además ha contribuido a que no se aborde la imperiosa tarea de diseñar un marco jurídico internacional de las inversiones extranjeras que colme la laguna del orden de posguerra y acabe con la insensata multiplicación de acuerdos bilaterales. Y si, a pesar de todo, se quiere seguir promoviendo la política del más, es indispensable reconocer con humildad y realismo que los avances no se producirán si se siguen transitando las sendas que, en estos últimos años, no nos han llevado a ninguna parte. Se deben diseñar y ensayar planteamientos distintos. Es a la promoción de las estrategias del “mejor” y del “en todo caso distinto” que pretende contribuir el presente artículo. Bibliografía. JACKSON, J. H. (1997): The World Trading System: Law and Policy of International Economic Relations. 2ª ed., MIT Press, Cambridge. TORRENT, R. (2003): “Regional Integration Instruments and Dimensions: An Analytical Framework.” en DEVLIN, R. y ESTEVADEORDAL, A. (eds.): Bridges for Development: Policies and Institutions for Trade and Development, Inter-American Development Bank, Washington. 285