Comercio Exterior, vol. 34, núm .4, M éxico, abril de 1984, pp. 335-337 U na perspectiva a mediano plazo , de la econom1a mundial Restructu ración financiera versus restructu ración real \ vícroR L. uRQUIDI * 1 empeza r a registra rse ava nces en los nive les de producción e in greso de los países indu st ri ali zados de eco no mía de mercado, es importante evitar caer en la co nclu sión de que se esté sa liendo firmemente de la Gran Dep resión de los años ochenta, la más intensa y generali zada desde los treinta. Cierto es que la tasa de in cre mento del PIB de algunos países es ya positiva y en algunos casos, por ejemplo, Estados Unid os, elevada; pero se parte de niveles muy bajos y en ocasiones de tasas negativas. Las economías europeas occidentales ac usan tasas modesta s, inferiores a 2% . La eco nomía japo nesa se manti ene en 3% . Entre los países en desa rrollo, las eco nomías del sudeste de Asia apenas alcanzan tambi én 3%. La India supera esta tasa, así como Paq uistán. Los países afri ca nos continú an estancados o en franco descenso. América Latina acaba de registrar una caíd a del PIB de 3.3% en 1983, segú n datos rec ientes de la CEPAL, después del esta ncami ento en 1981 y la ta sa negativa de 1.0% en 1982. Muy pocos países en desa rrollo, y no todos de gran peso, han dejado de padecer la Gran Depresió n de los años ochenta en toda su intensidad . Entre los países de economía de planificación central, el principal por su influ enc ia económica, la URSS, c rece ap roxim adam ente 3 por ciento. A • Presidente de El Colegio de México. Se está ante la paradoj a de qu e la rec uperac ió n de la economía estadounidense, que durante los últim os seis meses ha crecido a una tasa trimestral anu aliza da de 7%, está teni endo poco impacto en el resto de la eco nomía mundial , a pesa r de la relativa sobreva luación del dól ar frente a las mon edas europeas y la japonesa, qu e pudiera hacer c rece r en medida considerable -como en parte ha ocurrido- las importac ion es estadounidenses provenientes de esos países. Son múltiples las razones -financieras, de política comercial y otras- que pueden aducirse para exp licarlo . Un a de las principales es el end eud ami ento de los países del mundo en desa rrollo y de no pocos de Europa occidental y o ri ental, que ha req uerido destinar una proporción muy elevada de exportaciones declinantes al pago de intereses, cuya ta sa se determina por la política monetaria intern a de Estados Unidos en función de su défic it presupuestario sin precedentes. El pago de intereses sobre una deuda creciente deja pocos rec ursos para importaciones de bienes y servi cios y aun obliga a restringir éstas y a sac ri fica r algunas que son bien básicas para el mante nimiento de los niveles de produ cción indu stri al. Pero la elevada tasa de interés rea l de la economía de Estados Unid os succio na fondos de inversió n y especu lativo s del resto del mundo . Si a ello se añade que el dó lar fuerte, en parte co nsec uencia de esos movimi entos de cap ital, determina un gigantesco déficit de balanza de pagos en cuenta corri ente de Estados Unidos, que j apón financ ia en 20% y a cuyo cubrimien- 336 to co ntribu ye n hasta los países más empob rec id os, se refuerza la abso rció n de ca pitales de l Terce r Mundo. Aun qu e el end eud am iento de esto s países co ntinú a aum entado -ejemplos, Brasil y M éx ico-, la transfere nc ia neta de capi tales a med iano y a largo pl azos a los países en desa rrollo es actualm ente nul a o mínim a. Las restru cturac iones de deud a extern a, tod avía en proceso, absorbe n la mayo r parte de l esfu erzo de negoc iac ió n; so n necesa ri as, aun indi spensab les, pero no co ntribuyen a fin anciar nu eva inversió n rea l. O tra de las razones del poco im pacto de la rec uperac ión estadounidense es el fortalec imi ento del protecc io ni smo, agud iza do por los efectos del dól ar fu erte en los prec ios re lati vos. El proteccioni smo de Estados Un idos siem pre ha ex istid o; al arance lario se ha agregado el basado en medid as de regul ac ió n o contro l admini strativo o sanitario, al qu e se ha rec urrid o c rec ientemente. A ellos se ac umul an los co nve ni os y las presio nes sobre los países ex portadores para conten er o reduc ir los embarq ues hac ia la economía estado unid ense, así como las manipul ac iones en las rond as del GATT para evadir las disposiciones de éste o utili za rlas en ven taja propi a. j apón , la CEE, China, Bras il , M éx ico y muc hos otros países encuentran crec ientes resistencias para tener acceso al mercado de Estado s Unidos . D iversos países europeos y otros tambi én ejercen estas prácticas restritivas, entre ell os mi smos y respecto a los países en desarro ll o. Por otra parte, la recesión estadoun idense y la europea de los últimos años, junto con la eco nomía en el co nsum o de energéti cos im po rtados, reduj o las importac iones mundi ales de petról eo, co n el co nsigui ente deb ilitamiento de los precios de los hidrocarburos en término s real es. Debe agrega rse que los prec ios de la mayo ría de los productos básicos en el co mercio mundi al no han rec uperado sus niveles de algunos años atrás. Para Améri ca Latin a, la relac ió n de prec ios del interca mbio desce ndió, conform e a datos de la CEPA L, 23 .1% de fines de 1980 a fin es de 1983. Entre el se rvic io de la deud a extern a y los impactos negativo s del protecc ioni smo, no es de extrañ ar que el co mercio mundial se mantenga dep rimido . Y mi entras los fluj os de capita les sea n de Sur a Norte, difícil se rá que, en general, se puedan rea nim ar los PIB de los pa íses en desa rrollo . Lo anteri or, si es válido, hace temer por el éxito de la rec upera ció n de la economía de Estados Unidos. No debe desca rtarse que es una economía, en lo genera l, poco dependi ente de ca mbios a corto plazo en las corri entes del comercio mundi al; pero bi en puede un o preguntarse si la economía de ese país podrá mantener su prosperidad si el resto del mundo le compra ca da vez menos. No hace mucho, eminentes economi stas estadounidenses hacían ver qu e los reaju stes y la contracc ión de las importacion es en los países lati noameri ca nos - qu e han sido fuertesocasionaban grand es montos de desempleo en su país. A hora, nu eva paradoj a, el gradu al deb ilitamiento del dól ar qu e pudi era avec inarse por la incapac id ad del resto del mundo para seguir financiando los défi c it de balanza de pagos en cuenta corri ente de Estados Unidos - pese a la elevada y atractiva tasa de interés real - no podrá promover gran cosa las ex portaciones de este país y volverá a cumplirse el vatic inio de aqu ellos eco nomi stas. La economía de Estado s Unidos está bastante ex puesta, por causas internas e intern acion ales, a un a nu eva reces ión a co rto plazo. La elevada tasa de interés impide un auge de inversiones internas, la demand a internacional d e productos estadounid enses no podrá din ami za rse, y el déficit presupuesta ! de Estados Unidos no tien e visos de contenerse, lo que retroa lim enta la política monetari a restri ctiva y de alta ta sa de inte rés . Pocas veces habrá perspectiva de la econom ía mundial caído una econo mía tan im portante co mo la de este país en semejante trampa. Vale la pe na deten erse un poco en esto por la s co nsec uencias para los países en desa rro ll o, qu e puede n no ser todas perj udi ciales . Por un lado, las restru cturac io nes de la deuda ex terna du rante los últimos 18 meses han dado un fuerte ali vio en lo q ue hace a amort izac iones pe rentor ias. La tend encia en los medios financ ieros intern ac iona les in dica mejor d isposic ió n para nu evas res tru cturac iones, en mejores co ndi ciones para los países deudores. Sin duda que, por lo qu e hace a América Lati na, los plantea mi entos qu e se están gestando a raíz de la Conferencia de Q ui to íavo rece n esas cond icio nes menos o nero sas . Los estrec hos márgenes de liquidez de muc hos países en desa rro llo pod rán ampl iarse gradu alm ente, lo qu e permitirá rea nim ar la acti vid ad econó mi ca interna . Pero no se adv ierte nada que haga pensa r en la co nvenie ncia de abrir de modo indi scri minado las fronteras co merc iales frente al Norte, ni en ma ntener mo nedas nac iona les so brevaluadas. Los países semi -indu stri alizados del Tercer M und o, entre ellos va rios latino ameri ca nos, podrán, si manti enen prec ios y sa lari os relativo s co mpetiti vos, in crementar sus expo rt ac ion es de manufacturas (a condición tamb ién de que p romueva n sus exportac ion es en serio). Y mi entras en los países indu stri alizados del Norte se mantenga n los ni ve les de ingreso perso nal rea l, puede esperarse un a crec iente co rri ente de gasto turísti co hacia los países de l Sur. Pod rán tambi én ahorrarse, en el Sur, sa lid as de d ivisas por pagos de tec no logía , en la medid a en q ue se fo rtalezca la base de investigac ió n e inn ovac ión loca l y se promueva la cooperac ión tecnológica regio nal e interreg ion al. A lgun os países del Sur podrán además econo mi za r petról eo qu e ahora les cuesta escasa s divi sas. Co n lo anteri o r se desea ave nturar la id ea de q ue la perspecti va a medi ano plazo para los pa íses en desa rroll o -a l menos para los prin ci pales de ellos- no debe co nside rarse desfavorab le, aunqu e sí sujeta a muchos co nd icion antes. Sin d esesti mar la im portanci a de la cri sis fin anciera interna cion al qu e aún ocupa el ce ntro de las preocupac io nes, conve nd ría empeza r a diri gir la atención hac ia otro género de probl emas -de efecto s tanto favo rab les como desfavorables- q ue requ erirán reva luac ion es intern as, en países del Norte y del Su r, y ex igirán planeac ió n, o al menos coope ración intern ac io nales. D icho género de prob lemas es el qu e puede denomin arse el de los " reajustes reales" de la eco nomía m undial, es dec ir, los reaju stes de estru ctura. La Gran Depresión actual -agravada por la po líti ca económ ica estadounid ense- pu ede imputarse en parte a la ag udizac ió n de los problemas estru cturales internos de los países del Norte y el Sur, y al poco avance en la elaboración de políti cas intern acionales de restru cturación real. Sobresa le, en cua nto a lo primero, el desce nso de la prod uctividad por ho ra- hombre en los países indu st ri alizados, sobre todo a part ir de 1973. 1 Co ntribuyero n a ell o numerosos factores hi stó ri cos e in stituc ion ales, as í como el fuerte impacto del aum ento de precio de los hidroca rburos, algunos factores cícl icos y cambios en la estructura de la demanda. Los ca mbios tec no lógicos diferencia les hi cieron obso letas a im portantes plantas en num erosas ramas in dustri ales, pero ante la co mpetencia ext ranje ra la reacc ió n acostumbrad a fue subsidi arlas y protegerlas. Los ej emp los abundan, en Estados Unidos y en l . Véase, por ejemplo, Angus Maddison, " Economic Stagnation Since 1973, its Natu re and Causes: A Six-Country Su rvey", en De Economist (Países Bajos), 134, nú m. 4, 1983, pp . 585-608. comercio exterior, abri l de 1984 Europa, en las indu stri as sid erúrgica, metalúrgica y electrom ecánica, automovilísti ca , nav ierr1, y tod a aquella qu e signifi ca ra un potencia l de dese mpl eo y de presion es po lític as . En esca la internac ional, Japó n se benefi ció en algun as ramas, y aun así tuvo qu e ceder en indu stri a naviera a Corea del Sur. En Europa, buena parte de la indu stri a lige ra y de la electró ni ca pasó por el mi smo proceso, frente a j apó n y otros países el e Oriente y va rios del Terce r Mundo . Se añadi eron los elevados co stos de la seguridad soci al, la pérdida ele incenti vos para la inversión y el impacto ele los gastos mi li tares . Pocos gob ierno s han tenid o el va lor el e restru cturar sus industri as obsoletas, y cuando lo hacen, corno hoy día en Francia, Italia o Españ a, generan agudas reacc iones sociales. La República Federal el e Al emani a, pal adín el e la libre empresa, al fin ha as ignado fuertes subsidios para restru cturar una gran planta sicl er(Jrgica. El protecc ion ismo estadoun idense proviene en gra n pa rte el e rezagos tec no lógicos es pecífi cos. Y no es qu e tod a la indu stri a esté rezagada - véase si no la situ ac ión en cu anto a mi crocomputacloras- sino qu e lo viejo impid e el avance ele lo nu evo . Pero para res tru ct urar lo vi ejo en un a economía ele empresa pri vad a, o para impul sar lo nu evo, se necesita crear cond ic iones favorab les a la in versión (que no es el ca so todavía en los países indu stri ales, excepto en j apón). Se abre, en consecuen cia, un vasto campo el e po lítica indu strial y ele política eco nóm ica qu e, SI no trop 1eza con ce rrazón to tal, puede ofrecer, a mediano plazo, un a perspecti va favorab le y un a qu e no se ría contraria a los intereses del Terce r M und o . Por otra pa rte, en este mundo las diversas c risis tamb ién so n de carácter estru ctural interno y no im putab les s o l arne~te a factores externos, pro venientes el e la economía m un di al o del sistema fin anc iero inte rn ac ion al. Como se trata de materi a bastante conocida entre nosotros, baste se ñalar algunos aspectos sobresali entes. El prim ero es el predomon io de la políti ca de sustitución ele impo rtac iones en form a indi scriminada, creadora de creciente depend encia tec no lógica y de indu stri a in efi ciente. No se sosti ene qu e debiera haberse evitado la su stitu ción ele importaCIOnes 111dustn ales y que, en su lugar, se debiera haber seguido un a política el e ex portac ió n de manufactura s al estilo de Co rea del Sur, Taiwán o Singapur; sin o, simpl em ente, que la po lítica seguid a creó distors iones y d io orige n a un a planta in d ustrial en gran pa rte caracteri zada por baja productividad , cond icionada ésta por otros factores del subd esarro ll o, entre ell os la idi osinc rasia empresari al. Lo qu e Gabriel Zaid ha ll amado el " progreso improd ucti vo" se remac hó, en muchos países latinoamericanos y no pocos otros, por el mantenim iento, durante pro lo ngados períodos, de mon edas sobreva l uacl as. 2 Ésta es la peor fo rm a de protecciOnismo, pues favorece las importaciones y d ificulta las exportac io nes de manufacturas. Ad emás, en muc has indu stri as el e base se introdujeron tecnologías convenc iona les sem iobso letas. En muy pocos casos se dio el sa lto hac ia tec nologías el e punta. Véase, si no, el atraso de la industria electrón ica en América Latin a (aunque no, por cie rto, en la India) . En países de elevado subempl eo, una po lít ica de restructura ción indu stri al resu lta bastante d ifíc il; algunos países latinoameri ca nos, como Argentina y Chi le, a través de sus políti cas de apertura de años pasados, ca si lo logran (sin quere r) en el peor sentido negativo . Un a pl aneac ión positiva de la restru cturac ión indu strial es otra co sa, aún no ensayada . Sin embargo, este planteami ento no pu ede desca rtarse a medi ano pl azo, sobre todo si se pi ensa qu e los países en desarroll o 2. Gabriel Zaid, " Pagar la deuda; cómo puede repetirse 1982", en Vu elta, vol. 8, núm. 89, Méx ico, abri l de 1984. 337 se mi -indu striali zados han el e poder inc rementar sus ex portac iones de manufacturas al Norte, y en las transaccion es Sur-Sur. Qu eda po r se ñalar la necesidad de q ue, a ni vel internacional, se creen los mecan ism os el e d iálogo y aun de plan eació n que permitan, lo mismo en países del Sur qu e del Norte, complementa r los esfu erzos de restru cturac ión rea l de las eco no mías. La interdepend enc ia creciente, en párte induc ida po r ca mbi os tecno lógico s, no puede negarse. El prob lema co nsiste en encam in arl a hac ia ben eficios recíproco s, en lugar de ventajas. asim étri cas.. La maquil a internacional , lejos de ser, en el sentido estrec ho de la mex ica na de la frontera N o rte, una forma de industria li zac ión de dudosa ventaj a, se ha extendido globalmente, au n entre los países ya altamente ind ustr iali zados, y podría se r un ve hículo de mode rni zac ión y restructurac ió n. La in troducción de mi c roprocesadoras y de máquinas el e co ntrol num érico intern ac iona li za los procesos productivos, y aun hace posibl e a los países en desarroll o co mpetir en los merca dos de los países. de elevado grado de i ndu stri ali zac ió n . Faltan , sin embargo, los mecan ismos internac ionales para logra r rest ru cturaciones comp lementarias. La ONU DI misma, que ha contribuido a extender las posibili dad es ele industr ialización en el Tercer Mundo, carece de infl uenci a sobre las potencias industriales del Norte. Un a de las ta reas más importa ntes para las Nac iones U ni das podría ser explorar e in strumentar las posibil idades de la re stru ctura ción rea l de la economía mundi al. En el ámbito latin oamericano, fuera de algun os aspectos in dustri ales de la anti gua ALALC y del Pacto A ndin o, así co mo del M erca do Común Centroamericano, y de aú n más antiguos estudios formu lados por la CEPAL en los años c in cuenta y sesent a, es poco lo qu e se ha hec ho en ese sent id o. Ta l vez el SELA, en lo que hace a ferti li za ntes, haya ava nzado un poco. Pero en lo general, cad a país, y desd e luego los más ade lantados en mater ia indu strial, ha hecho en América Lat ina lo q ue ha querido, si n mayor esfuerzo de cooperación co n los demás. En el reciente Plan de Acc ión anexo a la Declaración de Q uito, ape nas si se enc uentra un a referencia bastante sec und ari a a los procesos de industri ali zac ió n, en el apartado (d)(i), de l cap ítulo 11 , sob re Comercio (!) , donde dice: "Co nve nim os en la neces id ad de ap rovec har la dema nd a y oferta regiona l [sic] de bienes para los siguientes fines: facil itar las compras y las ventas de la región , tanto en la prop ia región co mo en el merc ado internac io nal; profund izar [sic] la indu strialización latin oamericana; y propiciar la mayor partic ipación de empresas regio nales [sic] en la provisió n de eq uipos requeridos por los países latinoameri ca nos y del Caribe." Se menciona a cont inu ación la pos ibi li dad de aprovec har la demanda regiona l de bien es. de cap ita l en el sector de generac ión eléctrica.3 Todo esto dista muc ho de ser el " rep lanteami ento del contenido y alca nce de la indu striali zación latinoameri ca na" que pide co n eloc uencia Fern ando Fajnzylber en rec iente obra.4 La "n ueva industria li zac ión" q ue este auto r esboza no alca nza aún a fijarse en los horizontes de la planeac ión industri al y ge neral latinoamericana como un punto median amente visible. Y - debe insisti rse- no es asunto que pueda reso lve rse dentro de l so lo ámb ito latinoam ericano, sino en el co ntexto globa l. D 3. Plan de Acción [d e la. Confere ncia Económica Latin oa mericana de Quito], reproducido en Comercio Exterior, vol. 34, núm . 2, México, febrero de 1984, pp . 179-184. La cita ante rio r se encontrará en las pp. 182-1 83. 4. Fern ando Faj nzylber, La industrialización trun ca en América Latina Editorial Nueva Im agen , México, 1983 , p. 267, y capítu lo v, " Reflexio: nes para una nueva industrialización" , especialmente pp. 368-377.