5. Godojos: un ejemplo del culto a Santa Ana en el Alto Jalón

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-------------------------------------------Escultura de Santa Ana, la Virgen y el Niño
Godojos: un ejemplo del culto a Santa Ana
en el Alto Jalón
Escultura de Santa Ana, la Virgen y el Niño
Godojos: un ejemplo del culto a Santa Ana en el Alto Jalón
Santa Ana, la Virgen y el Niño
Anónimo
S. XVI
78,2 x 53 x 35,3 cm.
Talla en madera policromada y dorada
Ermita de la Virgen de la Esperanza
GODOJOS
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LA ESCULTURA DE SANTA ANA, LA VIRGEN Y EL NIÑO DE GODOJOS1
Descripción
La escultura Santa Ana, la Virgen y el Niño, fechada en el siglo XVI, está ubicada en la ermita de la Virgen de la Esperanza de Godojos, aunque su ubicación original era la ermita de
Santa Ana en esta misma localidad. El grupo escultórico, de bulto redondo, está realizado en
madera tallada policromada y dorada.
La obra representa a Santa Ana en posición sedente sobre una peana decorada de manera muy tosca, lo que hace pensar que ésta pudo ser repintada en época posterior a la realización de la obra.
1 Agradecemos la colaboración de Santiago Cebolla Yagüe, Ayuntamiento de Godojos, Carmelo Roy Blasco, Parroquia
de Cetina, Parroquia de Alconchel de Ariza, Parroquia de Ateca, Parroquia de Carenas y Parroquia de Munébrega.
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Escultura de Santa Ana, la Virgen y el Niño
Detalle del Niño.
Godojos: un ejemplo del culto a Santa Ana en el Alto Jalón
Detalle del estofado de la capa de Santa Ana.
Con su mano izquierda sujeta a la Virgen sobre su rodilla y ésta a su vez sostiene al
Niño. Existe una gran diferencia de formato entre Santa Ana y la Virgen, siendo la segunda
de menor tamaño. Santa Ana viste una túnica dorada sobre la que se dispone una capa cuyo
interior presenta la técnica del estofado en azul. El exterior de la capa también es dorado con
una decoración de esgrafiado en rojo en la bordura. Su cabeza está tocada con un velo blanco que presenta la misma técnica decorativa. Las vestiduras del Niño y la Virgen presentan
también estofados en azul y blanco mientras que sus cabellos muestran una capa de dorado.
Las tres figuras poseen nimbo circular dorado. Todo el conjunto descansa sobre una base de
madera cuyo perímetro está decorado con una cenefa de esgrafiado en azul.
El hecho de que la imagen se encuentre trabajada por todas sus caras hace pensar que
pudo ser procesionada. La base de la escultura presenta un orificio presumiblemente utilizado para sujetar la talla a otra superficie, auque esta hipótesis no concuerda con el hecho de
que la talla carezca de signos externos como golpes o caídas tal y como suele ser habitual en
figuras procesionales.
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Ermita de la Virgen de la Esperanza, Godojos.
La imagen de Santa Ana, la Virgen y el Niño procede de la ermita de Santa Ana, situada en el
cerro del mismo nombre, aunque actualmente se encuentra en la ermita de la Virgen de la
Esperanza –emplazada dentro del casco urbano– por motivos de seguridad. En Godojos existen otros dos edificios religiosos además de las ermitas de Santa Ana y de la Virgen de la
Esperanza: la iglesia parroquial de la Purísima Concepción y la ermita de San Jorge, además
de la desaparecida ermita de la Concepción.
La ermita es de grandes dimensiones y presenta una planta de nave única con cinco
contrafuertes a cada lado cuyo acceso se realiza por un arco de medio punto entre el segundo y el tercer contrafuerte del lado norte. El conjunto está coronado por una espadaña. El
edificio está en su interior completamente desornamentado, a excepción del Retablo de
Nuestra Señora, que se dispone en la cabecera y procede de la iglesia parroquial2.
Anteriormente también se conservaba en la ermita un cuadro de San Ramón Nonato que
fue trasladado a la parroquial en 17483 y otro retablo que fue vendido en época reciente a
un anticuario para costear el abastecimiento de agua de la localidad. Este retablo probablemente estaría dedicado a Santa Ana4.
2 El 20 de abril de 1778 se colocó en la iglesia parroquial el nuevo Retablo de Nuestra Señora a devoción de D. Manuel
de Aniñón Gálvez y D.a Isabel Melendo y Lafuente. Se tasó en 100 escudos por Mario Laviña, monje de Piedra, tallador y
las tallas se trajeron de Madrid procedentes del taller de Pablo Martínez. El antiguo Retablo de Nuestra Señora se colocó en
la ermita de Santa Ana junto con una talla de San Roque. ARCHIVO PARROQUIAL DE GODOJOS [A.P.G.], Quinque Libri,
ss. XVII-XVIII.
3 [A.P.G.], Ibidem.
4 No se han encontrado testimonios documentales de esta venta, pero el testimonio oral de algunos vecinos permite
situar este hecho hacia 1972.
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Escultura de Santa Ana, la Virgen y el Niño
La ermita de Santa Ana
El cementerio, que actualmente se ubica anexo a la cara norte de la ermita, estuvo en origen junto a la desaparecida ermita de la Concepción, al lado del castillo. Cuando se construyó la iglesia de la Purísima Concepción5, éste pasó a ubicarse junto a la misma. Pero en 1820,
tras la Guerra de la Independencia, fue reubicado en su actual emplazamiento en el cerro de
Santa Ana.
Algunas de la celebraciones relacionadas con la ermita de Santa Ana son la procesión
del Vía Crucis –el día de Viernes Santo– y la llamada “Bendición de los Campos” –durante
las fiestas de San Gregorio–. Cabe mencionar también la “Leyenda de las Animicas”, según
la cual en la noche de la víspera de Todos los Santos las almas salen en peregrinación desde
el cementerio de Santa Ana.
Ermita de Santa Ana, Godojos.
Godojos: un ejemplo del culto a Santa Ana en el Alto Jalón
Contexto artístico
En lo referente al estilo, la escultura de Santa Ana, la Virgen y el Niño de Godojos se puede
incluir en el pleno Renacimiento. El Renacimiento aragonés tuvo su inicio ya en el siglo XVI
gestado en la Corte napolitana de Alfonso V y tuvo un desarrollo lento marcado por la
influencia del gótico y del mudéjar, estilos muy desarrollados en Aragón. También recibió
influencias de otros círculos europeos, como los borgoñeses y los germánicos.
La imagen de Santa Ana de Godojos se puede fechar en torno al siglo XVI, época en la
que se multiplicaron los encargos en todas las disciplinas artísticas, especialmente en la
escultura. Este género, de temática principalmente religiosa, fusionó la tradición local con
las influencias italianas, generando un amplio panorama que se encuentra muchas veces
falto de documentación y de estudios.
Los materiales más utilizados fueron la madera y el alabastro. Este último reflejó mejor
las características renacentistas, mientras que la madera, dorada y policromada, tuvo un
carácter más arcaizante, como es el caso del grupo escultórico que nos ocupa.
Por tanto la escultura de Santa Ana, la Virgen y el Niño de Godojos se puede incluir
en el grupo de obras de marcado carácter local, con influencias puntuales del
Renacimiento italiano.
5 La actual iglesia de la Purísima Concepción de Godojos fue construida en el siglo XVIII a expensas de Doña Juliana
Palafox, marquesa de Camarasa. Entre el 14 y el 15 de septiembre de 1743 fue bendecido el nuevo templo oficiándose misas
solemnes a las que acudieron notables, soldadesca y la gente del pueblo. Se formó procesión según el rito romano y se
subió a la ermita de la Concepción donde se custodiaba el Santísimo Sacramento para depositarlo en el altar de la nueva
iglesia. [A.P.G.], Ibidem.
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SANTA ANA, LA MADRE DE LA VIRGEN
Las primeras referencias a Santa Ana se encuentran en los Evangelios Apócrifos, concretamente en el Protoevangelio de Santiago y en el Evangelio de Pseudo Mateo. El
Protoevangelio es la fuente apócrifa más antigua en torno al nacimiento de Jesús. Escrito originalmente en griego, está datado entre el siglo II y el IV y se conoce también como Historia
o Libro de Santiago. El Evangelio de Pseudo Mateo ha sido interpretado como una copia
ampliada del Protoevangelio. Según Santos Otero6 constituye una mezcla heterogénea del
Protoevangelio, del Evangelio de Tomás y de diversas leyendas que se puede fechar en torno
al siglo VI. Al igual que en el Protoevangelio, las referencias a Santa Ana aparecen en los
primeros capítulos de la obra. El Libro de la Natividad de María atribuido a San Jerónimo
(347-420) también contiene información acerca de la vida de Santa Ana. Siglos más tarde
esta obra se incluyó en la Leyenda Dorada, obra escrita por Santiago de la Vorágine en el siglo
XIII que recoge la vida de diferentes santos cristianos.
Por todas las fuentes citadas sabemos que Ana y Joaquín, de la estirpe de David, formaban
un matrimonio que vivía en Jerusalén. Tras largos años sin descendencia, Joaquín fue expulsado del Templo, vilipendiado por no ser capaz de engendrar un vástago en Israel, tras lo cual se
retiró al desierto por espacio de cinco meses. Ambos esposos recibieron la visita de un ángel que
les anunció la próxima gravidez de Ana y se reencontraron en la Puerta Dorada. Tras alumbrar
a María ésta fue ofrecida al templo a los tres años de edad, cumpliendo los votos que sus padres
habían prometido al conocer la noticia. Joaquín murió poco después y Ana años más tarde.
Las representaciones más frecuentes de la vida de Santa Ana se basan en escenas de su
vida o en su propia efigie. Si se representa a la santa de forma individual suele aparecer como
matrona y con el manto de color verde en representación de la esperanza. Normalmente aparece también acompañada por la Virgen o por la Virgen y el Niño, que en algunos casos
adquieren condición de atributo, como es el caso de la escultura de Godojos. Las escenas más
representadas a lo largo de la historia del arte son el Abrazo en la Puerta Dorada, la Natividad
de la Virgen, Santa Ana enseñando a leer a la Virgen y la Muerte de Santa Ana.
El Encuentro en la Puerta Dorada es sin duda el suceso más representado ya que tradicionalmente simboliza la concepción de María. Esta escena situada en la llamada Puerta
Dorada de Jerusalén fue habitualmente representada con un beso entre los cónyuges, pero ya
en la Edad Media se comenzó a sustituir este gesto por otro más casto, añadiendo en ocasiones un ángel sobrevolando la escena7. Esta sustitución se realizó para evitar una mala interpretación del beso como medio de concepción de María, ya que a partir del siglo XV surgió
una polémica acerca de la concepción virginal o no de ésta que desembocaría en el dogma de
la Inmaculada Concepción. Este dogma presupone a la Virgen María inmaculada desde el
momento de la concepción de su alma y por tanto libre del pecado original, circunstancia que
otorga un papel relevante a su madre. La escena del encuentro en la Puerta Dorada cayó en
desuso en el siglo XVI y fue prohibida finalmente en 1677 por el Papa Inocencio XI.
La Natividad de María suele representarse en un espacio interior en el que aparece Santa
Ana tendida en un lecho. En la escena se representa a la Virgen recién nacida rodeada de
comadronas y en ocasiones aparece también San Joaquín.
Otro de los episodios más representados de la vida de Santa Ana, especialmente durante el Barroco, es el de la santa enseñando a leer a su hija. Esta escena no es mencionada en
ninguna de las fuentes útiles para recrear la vida de Santa Ana, sin embargo es una representación muy común ya en la Edad Media debido a su carácter popular y familiar.
La muerte de Santa Ana tiene dos variantes, pude aparecer acompañada por el Niño
Jesús o por Jesús adulto.
6 DE SANTOS OTERO, A., Los Evangelios Apócrifos, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 2001.
7 CARMONA MUELA, J., Iconografía de los santos, Istmo, Madrid, 2003, p. 25.
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Escultura de Santa Ana, la Virgen y el Niño
Vida e iconografía de Santa Ana
Santa Ana Triple
Godojos: un ejemplo del culto a Santa Ana en el Alto Jalón
La escultura de Santa Ana, la Virgen y el Niño de Godojos pertenece a una de las tipologías
representativas más interesantes de esta santa: la “Santa Ana Triple” o “Santa Ana Trinitaria”
–llamada “Selbdritt” en Alemania y “Meterza” en Italia–. Se trata de un modelo de amplia
difusión en occidente en el que aparece Santa Ana acompañada por la Virgen María y el Niño
Jesús, que muchas veces quedan reducidos a un tamaño menor cumpliendo la función de
atributos. Esta iconografía ha sido interpretada como una trinidad femenina y como una síntesis del Árbol de Jesé o de las tres edades del hombre.
La imagen de Santa Ana Triple se popularizó a partir del siglo XIV especialmente en
Flandes y en Alemania, coincidiendo con el apogeo de la creencia en el trinubium o triple
matrimonio de Santa Ana como madre de las tres Marías.
La Virgen, el Niño Jesús y Santa Ana, Leonardo da Vinci, Museo del Louvre, París, 1505.
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Santa Coleta, religiosa claretiana que vivió en Borgoña entre 1381 y 1447, promovió el
culto a Santa Ana y especialmente la doctrina del Trinubium tras experimentar una visión de
la madre de la Virgen ante la Trinidad8.
Esta efigie triple representa en muchas ocasiones el dogma de la Inmaculada Concepción
de María, especialmente en España, donde la representación directa del milagro de la
Inmaculada Concepción como Anna gravida con la imagen de la Virgen in utero es prácticamente inexistente. Sin embargo, la Santa Ana Triple no siempre es inmaculista ya que tiene otras connotaciones como patrona del nonato, del recién nacido, de la mujer encinta y de la madre.
El culto a Santa Ana
8 RÉAU, L., Iconografía del arte cristiano. Iconografía de los santos, tomo 2, Vol. 3, Ediciones del Serbal, Barcelona, 1997,
pp. 321-323.
9 LUNA, L., “Santa Ana, modelo cultural del Siglo de Oro”, Cuadernos Hispanoamericanos, no 498, Instituto de
Cooperación Hispanoamericana, Madrid, 1991, p. 55.
10 STRATTON, S., “La Inmaculada Concepción en el arte español”, Cuadernos de arte e iconografía, tomo I, no 2,
Fundación Universitaria Española, Madrid, 1988, pp. 9-29.
11 “Nosotros el Vicario, Justicia y Jurados y Concejo de la villa de Godojos (…) confesamos, decimos y protestamos, que
la Virgen María en el instante de su concepción dichosa, (…) de su alma y cuerpo fue prevenida de la divina gracia, y preservada de la culpa original (…)”. [A.P.G.], Ibidem.
12 Posteriormente, en 1856, el Arzobispado de Zaragoza comunicó al clero dicha bula en una carta pastoral. Carta pastoral que Manuel María Gómez de las Rivas Arzobispo de Zaragoza dirige al clero, comunidades religiosas y fieles de su Diócesis
comunicando la bula “Ineffabilis Deus” sobre la Declaración dogmática de la Inmaculada Concepción de la María Santísima,
Imprenta de Cristóbal y José María Magallón, Zaragoza, 1856.
13 LUNA, L., op. cit., p. 54.
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Escultura de Santa Ana, la Virgen y el Niño
El culto a Santa Ana siempre ha tenido relación con la maternidad, la genealogía y el linaje
matrilineal, así como con la fecundidad y la propiciación de las cosechas como es el caso de
Godojos, donde se realiza anualmente la Bendición de los Campos desde el Cerro de Santa
Ana. También existe una correlación entre la madre de la Virgen y el conocimiento o el
“logos” como agente de transmisión cultural dentro de la familia9, por ello se representa en
muchas ocasiones la escena en la que Santa Ana enseña a leer a su hija. Cabe señalar también que el culto a Santa Ana se profesa en muchas ocasiones en relación con el dogma de
la Inmaculada Concepción, por su papel implícito en el mismo.
El culto a Santa Ana es más antiguo en la Iglesia cristiana oriental, donde se remonta al
siglo VI. La razón hay que buscarla en las fuentes que ofrecen información sobre este personaje: los Evangelios Apócrifos, considerados no fidedignos por la jerarquía romana pero de
gran importancia en la Iglesia oriental. Por ello, aunque el culto inicia una tímida expansión
en la Edad Media, es a finales de ésta cuando se difunde con fuerza por toda Europa. La primera representación iconográfica de Santa Ana en el arte occidental se remonta al siglo
VIII10, aunque su auténtico desarrollo puede encontrarse a partir del siglo XV. Es por estas
fechas cuando el dogma de la Inmaculada Concepción de María va cobrando fuerza y expandiéndose entre la cristiandad. Concretamente en Godojos, el 14 de enero de 1652, se acordó
defender el dogma de la Inmaculada Concepción11. Doscientos años más tarde, el 8 de
diciembre de 1854, el Papa Pío IX proclamó el dogma de la Inmaculada Concepción en la
bula Ineffabilis Deus12.
El culto a Santa Ana se fue cimentando poco a poco en el seno de la Iglesia. Sixto IV introdujo su fiesta en el calendario romano en 1480 y Alejandro VI concedió indulgencias a quien
rezase ante la imagen de la santa en 1494. Entre los defensores más fervientes de su culto se
encuentran el humanista alemán Tritemio (1462-1515), abad de Sponheim, y la Orden de los
Carmelitas. No obstante, ciertos teólogos ortodoxos consideraban peligroso el culto a Santa
Ana por su posible relación con el paganismo13. Tras el Concilio de Trento (1545-1563) se intentó suprimir el culto a Joaquín y Ana por su origen apócrifo pero en 1584 Gregorio XIII consagró la fiesta de esta santa, cuya popularidad fue en aumento hasta el siglo XVII.
La generalizada proliferación de reliquias propia de la Edad Media afianzó aún más el culto
a Santa Ana, especialmente en aquellos lugares en los que se veneraban sus supuestos restos.
Hubo una gran cantidad de reliquias de la santa circulando por Europa ya que el contacto entre
Oriente y Occidente propiciado por las Cruzadas supuso un incremento en el número de reliquias llegadas a Europa desde Tierra Santa. Este es el caso del velo de Santa Ana, conservado
en la catedral de Apt14, en el sur de Francia, donde según la tradición popular también se conserva el propio cuerpo de la madre de la Virgen, llevado hasta este lugar por San Lázaro. Según
esta creencia el cuerpo fue escondido por San Auspicio, primer obispo de Apt, y reencontrado
en época carolingia por el obispo Magnerico15. Actualmente se sabe que el citado velo es un tejido árabe de lino y seda datado en Egipto a finales del siglo XI y realizado por encargo de un califa fatimita16. Chartres fue el principal centro del culto a Santa Ana en Francia después de Apt,
en gran parte gracias a que allí se veneraba la cabeza de la santa, traída desde Constantinopla
por el conde Louis de Blois en 1204. Posteriormente la cabeza fue donada a Notre Dame.
Además de ésta, están documentadas otras cinco supuestas cabezas en Cluny, Ourscamp,
Düren, Colonia y Annaberg. Otros fragmentos del cuerpo de Santa Ana de menor entidad quedaron repartidos por toda Europa: una costilla en la catedral de Angers donada por el rey
Renato, un brazo en Génova y el otro en Tréveris, la mano derecha en la iglesia de Santa Ana
de Viena, un pulgar en la iglesia de Annaberg donado por el elector de Sajonia Federico el Sabio
y otras reliquias en el convento de Vadstena en Suecia llevadas allí por Santa Brígida.
En cualquier caso, el culto a Sana Ana tiene una gran expansión en Occidente –observable
en la proliferación de cofradías bajo su advocación– a partir del siglo XV. En España podemos
remontarnos a 1239, año en que el rey Jaime I el Conquistador mandó construir un convento
dedicado a Santa Ana. Veinte años más tarde Alfonso X el Sabio construyó en su honor una iglesia en Triana. En 1305 la catedral de Valencia contaba con una capilla y dos beneficios dedicados
a ella y en 1307 la capilla de Santa Ana del Palacio Real de Palma de Mallorca –donde después se
celebró su fiesta el día que concibió a la Virgen– aparece en una decretal del papa Clemente V17.
EL CULTO A SANTA ANA EN LA COMUNIDAD DE CALATAYUD
Godojos: un ejemplo del culto a Santa Ana en el Alto Jalón
Representaciones artísticas
El culto a Santa Ana en la Comarca de la Comunidad de Calatayud, y en concreto en la zona
del Alto Jalón, se remonta a la Baja Edad Media, época en la que se instala esta devoción de
forma generalizada. El periodo de mayor apogeo del culto a la santa se sitúa entre los siglos
XVI y XVII, tiempo en el que encontramos un mayor número de representaciones artísticas
en la zona. Por otro lado, se puede afirmar que el culto a Santa Ana era habitual en todo el
territorio aragonés y no exclusivamente en la Comunidad de Calatayud, como se deduce
observando el número de representaciones o ermitas dedicadas a ella en otras comarcas.
En la zona del Alto Jalón, donde se encuentra Godojos, existen otras cinco localidades
que poseen representaciones de Santa Ana Triple: Alconchel de Ariza, Ateca, Carenas, Cetina
y Munébrega.
En el retablo mayor de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Leche de Alconchel
de Ariza se encuentra un altorrelieve del siglo XVI que representa una escena en la que Santa
Ana y la Virgen, sentadas una frente a la otra, sostienen al niño entre las dos. Este retablo
es obra de Martín de Vandoma18.
14 RÉAU, L., op. cit., p. 75.
15 CARMONA, J., op. cit., p. 24.
16 RÉAU, L., op. cit., pp. 75-76.
17 STRATTON, S., op. cit., p. 22.
18 MARCO MARTÍNEZ, J. A., “Los retablos de Alconchel, obra de Martín de Vandoma, y de Aguaviva, obra de Juan de
la Sierra”, Anales Seguntinos, no 21, Centro de Estudios Seguntinos, Sigüenza, 2005, pp. 109-115.
144
En la iglesia de San Francisco de Ateca
se conserva una escultura de Santa Ana
Triple similar a la de Godojos, del siglo
XVI19. Se trata de una imagen sedente de
bulto redondo en la que Santa Ana sostiene
a una pequeña Virgen María que a su vez
sostiene al Niño.
En la iglesia parroquial de Carenas se
conserva una pequeña talla gótica de Santa
Ana Triple procedente de la ermita de Santa
Ana de la misma localidad y que probablemente tenga origen flamenco. Actualmente
en el retablo mayor de esta ermita se ubica
un busto de Santa Ana con la Virgen y el
Niño del siglo XVI. Esta escultura sale en
procesión durante las fiestas de Carenas el
día de Santa Ana, patrona de la localidad.
En la iglesia parroquial de San Juan
Bautista de Cetina existe una talla del siglo
XVI en la que aparece Santa Ana y a su lado,
pero de menor tamaño, la Virgen con el Niño.
19 MARTÍNEZ GARCÍA, F., “Arte Mueble de la Iglesia de
San Francisco”, Ateca, no 6 (Inventario de Ateca Civil y
Religioso de Arte Mueble, Documento Gráfico, Ropajes y
Orfebrería), Diputación Provincial de Zaragoza, Zaragoza,
2006, p. 64.
Iglesia de Nuestra Señora de la Leche, Alconchel
de Ariza.
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Escultura de Santa Ana, la Virgen y el Niño
Santa Ana, la Virgen y el Niño, Iglesia de Nuestra Señora de la Leche, Alconchel de Ariza, s. XVI.
Godojos: un ejemplo del culto a Santa Ana en el Alto Jalón
Santa Ana, la Virgen y el Niño, Iglesia de San Francisco,
Ateca, s. XVI.
Esta talla también es de uso procesional
y, aunque actualmente no se saca en procesión, en Cetina existió una cofradía dedicada
a esta santa desde 1623, fecha en la que se
comenzó a escribir el primer libro de la
cofradía de Santa Ana conservado en el
archivo parroquial20. Por último, en Munébrega se conserva un busto de Santa Ana
Triple del siglo XVI, ubicado en el Museo de
la iglesia parroquial de San Félix. Continuando con la Comunidad de Calatayud,
fuera de la zona del Alto Jalón, en Orera
existe una tabla del siglo XVI que representa a Santa Ana Triple en el retablo de la ermita homónima. La localidad de Cervera de la
Cañada poseía una escultura sedente de
Santa Ana Triple de la segunda mitad del
siglo XV que se conservaba en la iglesia
parroquial de la Asunción, pero por desgracia desapareció en época reciente21.
También cabe señalar un busto relicario
de la santa en su forma triple del siglo XVI
similar al de San Pablo de Zaragoza que se
conserva en la iglesia parroquial de la
Asunción de Atea, localidad darocense que
perteneció a la Comunidad de Aldeas de
Calatayud22.
En otras localidades podemos encontrar
otro tipo de representaciones iconográficas
de Santa Ana o retablos dedicados a ella,
como en Aniñón, donde existe un retablo del
siglo XVI bajo la advocación de Santa Ana
ubicado en la ermita del Niño Jesús del
Monte –trasladado allí desde la iglesia parroquial en el siglo XIX23–.
En el retablo mayor de la iglesia de
Santa María de Ariza hay una escultura de
la santa del siglo XVIII junto con otras de
San Joaquín y la Virgen pertenecientes a
diferentes épocas.
20 ARCHIVO PARROQUIAL DE CETINA [A.P.C.], Libro
y registro de las constituciones de la confradía y confrades de la
gloriosa Santa Ana, 1623-1689.
21 ABBAD RÍOS, F., Catálogo monumental de España:
Zaragoza, C.S.I.C., Madrid, 1957, p. 240.
22 ABBAD, F., op. cit., p. 501.
Santa Ana, la Virgen y el Niño, Iglesia de Nuestra Señora
de la Asunción, Carenas, s. XIV.
146
23 GALLEGO, T., Notas y documentos para la historia de
la Parroquia de Aniñón y su Santísimo Misterio, Centro de
Estudios Armantes, Aniñón, 1990, p. 190. La capilla de
Santa Ana de la iglesia parroquial de Aniñón, erigida en
1522, pasó a denominarse de la Purísima en 1835, fechas en
las que el culto a Santa Ana se encontraba ya en situación
de decadencia.
Iglesia de San Francisco, Ateca.
En la ermita de la Virgen del Castillo de
Belmonte de Gracián se conserva un lienzo
de la Escuela Aragonesa de mediados del
siglo XVII que representa a Santa Ana24.
En Calatayud encontramos varias representaciones de esta santa: un lienzo del siglo
XVII en el que aparece con San Joaquín y la
Virgen en el retablo de la capilla de San
Joaquín de la colegiata de Santa María la
Mayor; un bajorrelieve en el Retablo de la
Virgen de la Sierra de la primera mitad del
siglo XVII en la iglesia de Nuestra Señora de
la Peña; y otro lienzo en el que aparece Santa
Ana con la Virgen en el Retablo de la
Asunción de María de Jerónimo Secano, de la
segunda mitad del siglo XVII y ubicado en el
convento de Capuchinas25.
24 ABBAD, F., op. cit., p. 363.
25 BORRÁS GUALIS, G. M., Guía de la ciudad monumental de Calatayud, Institución Fernando el Católico,
Calatayud, 2002, pp. 64, 105 y 140.
Santa Ana, la Virgen y el Niño, Museo de la iglesia de
San Félix, Munébrega, s. XVI.
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Escultura de Santa Ana, la Virgen y el Niño
Santa Ana, la Virgen y el Niño, Iglesia de San Juan
Bautista, Cetina, s. XVI.
En la iglesia parroquial de Santa María
Magdalena de Codos existe un retablo esculpido dedicado a Santa Ana, de la segunda
mitad del siglo XVI26. En El Frasno se conserva una escultura de la santa del siglo XIV,
en su iglesia parroquial27.
También en la parroquial de Santa María
de Maluenda existe un retablo dedicado a
Santa Ana o al Nacimiento de la Virgen28. En
Nuévalos se encuentra otra tipología de
representación de la madre de la Virgen: una
escultura de Santa Ana enseñando a leer a la
Virgen en el Retablo de Santa Ana, del siglo
XVI, de la iglesia parroquial de San Julián29.
Por último, en Torralba de Ribota la fachada
del Ayuntamiento luce una escultura de
Santa Ana con la Virgen.
Además de las representaciones de
Santa Ana Triple y aquellas en las que la
santa aparece representada de forma individual o acompañada por San Joaquín o la
Santa Ana, la Virgen y el Niño, Ermita de Santa Ana,
Virgen, existen otras muchas imágenes de
Carenas, s. XVI-XVII.
ella entre el patrimonio artístico de esta
comarca, en retablos dedicados a otros santos o a la Virgen. En estos casos se trata de representaciones que hacen referencia a escenas de la vida de Santa Ana relacionadas con otros
aspectos del culto, como el abrazo en la Puerta Dorada como parte del dogma de la
Inmaculada Concepción o el nacimiento de María como parte de la vida de ésta. Algunas de
las localidades que poseen representaciones de escenas de la vida de Santa Ana son: Ateca,
Alhama de Aragón, Aniñón, Arándiga, Bordalba, Calatayud, Cervera de la Cañada, Ibdes,
Maluenda, Monterde, Paracuellos de Jiloca, Torrijo de la Cañada, Villafeliche y Villalengua.
Godojos: un ejemplo del culto a Santa Ana en el Alto Jalón
Ermitas y otros edificios
Existen cinco localidades en la Comunidad
de Calatayud que poseen ermitas dedicadas
a Santa Ana, un número no muy alto si se
compara con advocaciones como San Roque
o San Fabián y San Sebastián –que cuentan
con 19 y 14 ermitas en la comarca–, pero
elevado en comparación con el culto a otros
santos. Las ermitas de Santa Ana que podemos encontrar en la Comunidad de
Calatayud son las de Carenas30, Godojos,
Mara31, Orera –reconstruida hace unas déca-
26 ABBAD, F., op. cit., p. 433.
27 ABBAD, F., op. cit., p. 368.
28 ABBAD, F., op. cit., p. 378.
29 ABBAD, F., op. cit., p. 257.
Santa Ana, la Virgen y el Niño, Iglesia de la Asunción,
Atea, s. XVI.
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30 URZAY BARRIOS, J. A., Cultura popular de la
Comunidad de Calatayud, Institución Fernando el Católico,
Calatayud, 2006, p. 168.
31 URZAY, J. A., op. cit., p. 387.
Ermita de Santa Ana, Carenas.
das sobre otra anterior–32 y las dos de Villalba de Perejil: Santa Ana la Vieja y Santa Ana la
Nueva –ambas en estado de ruina–33.
También hay edificios o edificaciones de carácter civil, como la Torre de Santa Ana en
Calatayud o la fuente de Santa Ana en Godojos.
Actualmente sólo existen dos localidades que celebren el día de Santa Ana como fiesta
mayor: Carenas y Orera. Las fiestas mayores y patronales de Carenas se celebran el fin de
semana más próximo al 26 de julio34. No hay que olvidar que en esta localidad existe una
ermita de grandes dimensiones advocada a la madre de la Virgen y dos representaciones de
Santa Ana Triple, una de las cuales sale en procesión durante estos días. Las fiestas mayores
de Orera35 se celebran el 25 y 26 de julio coincidiendo con los días de Santiago y Santa Ana.
Como se ha mencionado, esta localidad posee una ermita dedicada a la santa que alberga un
retablo de Santa Ana Tripe.
En Godojos, las celebraciones relativas a la madre de la Virgen son las anteriormente
citadas en relación con la ermita de Santa Ana:
– La procesión del Vía Crucis. Cada Viernes Santo la procesión del Vía Crucis recorre las
calles de la localidad concluyendo en la ermita de Santa Ana.
32 URZAY, J. A., op. cit., p. 374.
33 URZAY, J. A., op. cit., p. 394.
34 URZAY, J. A., op. cit., pp. 173-174.
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Escultura de Santa Ana, la Virgen y el Niño
Celebraciones
– La “Bendición de los Campos”. Durante las fiestas de San Gregorio los campos son
bendecidos desde el cerro de Santa Ana para propiciar las buenas cosechas. Este acto, que
relaciona a la madre de la Virgen con la fecundidad y el cultivo no es privativo de la ermita
de Santa Ana ya que también se realiza en la de San Jorge.
– La “Leyenda de las Animicas”. Según cuenta la tradición, las almas del cementerio de
Godojos salen en peregrinación durante la noche de la víspera de Todos los Santos, desde el
cementerio de Santa Ana hasta la fuente homónima de la localidad.
Existen otros lugares en la Comunidad de Calatayud donde se venían realizando actos
solemnes o celebraciones el día de Santa Ana. En Mara existía una tradición según la cual el
día de Santa Ana las madres del pueblo pasaban la jornada con sus hijos en la ermita dedicada a la santa, acudían a misa y realizaban allí una comida familiar36. Por otro lado, como se ha
comentado anteriormente, la madre de la Virgen fue la patrona de Cetina al menos hasta el
siglo XVII existiendo incluso una cofradía dedicada a ella con gran cantidad de fieles.
Un ejemplo de la intensidad del culto a Santa Ana en el Alto Jalón: la Cofradía de Santa Ana
de Cetina
Godojos: un ejemplo del culto a Santa Ana en el Alto Jalón
Cetina es una de las localidades del Alto Jalón donde el culto a Santa Ana tuvo un mayor
desarrollo, junto con Carenas. En Cetina se conserva la escultura de Santa Ana, la Virgen y
el Niño del siglo XVI en la iglesia parroquial de San Juan Bautista. Éste es un edificio construido a principios del siglo XVIII en el lugar que ocupaba la anterior iglesia también advocada a San Juan Bautista.
Iglesia de San Juan Bautista, Cetina.
35 URZAY, J. A., op. cit., pp. 374-375.
36 URZAY, J. A., op. cit., p. 387.
150
37 NAVARRO, P., CALVO, J. I. e IBÁÑEZ, J., Iglesia parroquial de San Juan Bautista de Cetina, Diputación de Zaragoza,
Zaragoza, 1995, p. 25.
38 NAVARRO, P., CALVO, J. I. e IBÁÑEZ, J., op. cit., p. 80.
39 NAVARRO, P., CALVO, J. I. e IBÁÑEZ, J., op. cit., p. 78.
40 Gran Enciclopedia Aragonesa, T. III, Unali, Zaragoza, pp. 833-834.
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Escultura de Santa Ana, la Virgen y el Niño
Su construcción no estuvo exenta de polémica ya que para su edificación se derruyó la anterior iglesia, levantada hacía apenas cien años pero que, según el Concejo de Cetina, se encontraba en mal estado y había quedado pequeña37. La fábrica del nuevo edificio se terminó en
1708 y constituye un claro ejemplo de la arquitectura barroca religiosa aragonesa respondiendo a modelos vignolescos. Consta de tres naves –las laterales a modo de capillas comunicadas
entre sí– transepto no acusado en planta y testero recto. Todo el edificio se cubre mediante
bóveda de cañón con lunetos a excepción del crucero, cubierto con cúpula sobre pechinas y
traducido al exterior en un cimborrio octogonal. Exteriormente, el conjunto de ladrillo es bastante sobrio, no llegando a construirse las torres que estaban proyectadas para la fachada.
La decoración interior destaca por su conjunto de pinturas murales atribuidas a
Francisco del Plano y por sus retablos, entre los que se encuentra el Retablo de Santa Ana,
San Joaquín y la Virgen (o de La Presentación de la Virgen). Este retablo se ubica en el transepto y es de principios del siglo XVIII. Se trata de una obra de tipo churrigueresco, en blanco
y dorado, con columnas salomónicas pareadas, que aloja un lienzo posiblemente de
Francisco del Plano. En el ático, rematado con frontón curvo partido, se halla un lienzo que
representa a San Roque. Además de este retablo dedicado a Santa Ana, la iglesia parroquial
de Cetina cuenta con la citada talla de Santa Ana Triple. Las imágenes de esta santa, antigua
patrona de la localidad, fueron objeto de veneración durante el siglo XVIII, hecho que queda
demostrado por las donaciones que los vecinos le ofrecían, principalmente joyas. En 1700
Ana Cervero donó unos corales y en 1702 María Viejo Velilla donó también unos corales y
una cruz de plata a Santa Ana38.
Otro indicador de la devoción que se tenía en Cetina por Santa Ana es el hecho de que
antes de la construcción de las torres de la iglesia ya se habían fundido algunas de las campanas, la primera de ellas llamada Ana39.
Como se ha mencionado, Santa Ana fue la patrona de Cetina al menos hasta finales del
siglo XVII. Posteriormente los patronos de la localidad pasaron a ser San Juan Lorenzo y la
Virgen de Atocha. Sin embargo el hecho de mayor relevancia en lo que respecta al culto a la
madre de la Virgen en esta localidad es la presencia de una cofradía dedicada a Santa Ana.
La existencia de esta cofradía, atestiguada documentalmente desde 1601 y vigente hasta 1930
demuestra que el culto a la santa siguió vivo en la localidad aún después de dejar de ser la
patrona de la villa.
Las cofradías eran agrupaciones de personas con carácter religioso o gremial que se congregaban normalmente bajo el patrocinio de un santo para seguir un modelo de vida cristiana. Esta forma de asociacionismo vecinal, muy extendida en todas las capas sociales, surgió
en Aragón hacia el siglo XIII con las cofradías de Santa María de Mercaderes en Zaragoza y
de San Jorge en Teruel y conoció su máximo apogeo durante los siglos XVI y XVII40. Las actividades de las cofradías eran variadas. Algunas se dedicaban a practicar la caridad cristiana,
otras mantenían en buenas condiciones las capillas o ermitas de su patrón, aseguraban los
entierros de sus cofrades o simplemente constituían un foro de encuentro para sus integrantes, que en ocasiones eran miembros de un determinado colectivo profesional. No obstante
todas tenían en común la congregación bajo el patrocinio de un santo o entidad religiosa,
como la Sangre de Cristo, el Santísimo Sacramento, la Virgen o los santos.
Los integrantes de la cofradía de Santa Ana de Cetina se encargaban de mantener vivo
el culto a la madre de la Virgen organizando una celebración el día 26 de julio. Esta celebración contaba con una misa solemne, una procesión y una fiesta con músicos o gaiteros.
Además se encargaban de dar sepultura a los miembros difuntos de la cofradía y se ocupaban de los miembros de la misma que fallecían fuera de Cetina.
Godojos: un ejemplo del culto a Santa Ana en el Alto Jalón
Todas estas actividades quedaron recogidas en dos libros conservados en el archivo
parroquial de la localidad: el Libro y registro de las constituciones de la confradía y confrades de
la gloriosa Santa Anna (1623-1689) y el Libro de constituciones de la confradía de la gloriosa
Santa Anna patrona de la villa de Cetina (1691-1930). Ambos libros están manuscritos sobre
papel y cuentan con encuadernación de pergamino. El contenido de los dos volúmenes es
muy similar, ya que ambos incluyen las ordinaciones o estatutos de la cofradía, las listas de
los cofrades que se unían cada año, las cuentas y las visitas pastorales. Según una anotación
fechada en 1723 en el segundo libro de la cofradía, eran los mayordomos quienes debían
hacerse cargo del cuidado de estos volúmenes41.
En las ordinaciones plasmadas en el inicio de ambos libros aparece la fecha de 1590
como primer momento en el que los vecinos se organizaron para aumentar el culto o el voto
a Santa Ana en la localidad, pero no fue hasta 1601 cuando se constituyó oficialmente la
cofradía o hermandad. Finalmente Fray Diego de Yepes, Obispo de Tarazona, dio su permiso para la institución de la cofradía el día 4 de mayo de 1603 en un texto firmado por el notario Martín de Moros. En 1608 se estipuló, también ante notario, la forma en la que debía llevarse a cabo la elección de los cargos de la cofradía42.
La cofradía o hermandad estaba integrada por un gran número de vecinos de Cetina, cada
uno de los cuales debía abonar la cuota de 1 real para ser dado de alta. La primera lista de cofrades que aparece en el primer libro de la cofradía cuenta con 515 nombres, pero es probable
que los integrantes de la hermandad sumaran un número mayor, ya que esta lista ha perdido
su parte inicial –por lo que tampoco se conoce el año en el que fue realizada–. Posteriormente
se fueron añadiendo listas con los nombres de los nuevos cofrades que se daban de alta cada
cierto tiempo. Sin embargo, a medida que avanzaban los años el número de cofrades fue en
disminución pasando de los más de 515 en los inicios de la cofradía a 120 en 1792.
La desaparición de la cofradía o hermandad de Santa Ana puede situarse entre 1930 y
mediados del siglo XX. Los últimos datos que contienen los libros del archivo parroquial en
relación con los ingresos y gastos se fechan en 1921 mientras que las listas de integrantes llegan hasta 1930, fecha en la que se registraban tan sólo 35 cofrades43. Esto no excluye que se
siguieran realizando actos solemnes en honor a la antigua patrona de la localidad, pero
actualmente en la memoria de los vecinos más longevos de Cetina no existen recuerdos
sobre celebraciones especiales el día de Santa Ana.
41 [A.P.C.], Libro de constituciones de la confradía de la gloriosa Santa Anna patrona de la villa de Cetina, 1691-1930, fol. 2 r.
42 Todos estos datos aparecen en el primer capítulo del primer libro de la cofradía bajo el título de Ordinaciones, junto
con los datos de los mayordomos y peostres del período comprendido entre 1601 y 1603. El hecho de que el manuscrito
que contiene todos estos datos pertenezca a una misma mano hace pensar que dichos datos fueran copiados de fuentes
anteriores en 1623, fecha que aparece en la portada del documento.
43 [A.P.C.], Ibidem., fol. 192 v.
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Escultura de Santa Ana, la Virgen y el Niño
Iglesia parroquial de Godojos
Vista general, Godojos.
Godojos: un ejemplo del culto a Santa Ana en el Alto Jalón
VALORACIÓN HISTÓRICO-ARTÍSTICA
La escultura de Santa Ana, la Virgen y el Niño de Godojos forma parte de un conjunto de
obras localizadas en la zona del Alto Jalón, en la Comunidad de Calatayud, que ponen de
manifiesto el fuerte arraigo del culto mariano en Aragón desde la Edad Media y concretamente del culto a Santa Ana, la madre de la Virgen. Esta santa representa los valores familiares y está muy relacionada con la fecundidad y las cosechas, conceptos de gran importancia en la sociedad rural aragonesa de las Edades Media y Moderna. No obstante, en algunos
lugares de la zona, como Cetina, el culto a Santa Ana traspasó las fronteras de lo doméstico
y familiar, así como de los ritos propiciatorios de la fertilidad de la tierra, para convertirse en
una devoción generalizada de gran importancia, llegando incluso a erigirse como patrona del
pueblo, hecho que sucedió también en otras poblaciones de esta zona como Carenas.
El hecho de que sea en el Alto Jalón donde se desarrolle con mayor intensidad la iconografía de Santa Ana Triple –representándola también de otros modos en el resto de
la Comunidad de Calatayud– pone de relieve la importancia que tuvo en esta zona la idea
de Santa Ana como madre y abuela y de su papel en el dogma de la Inmaculada
Concepción de María.
Por otro lado, la pervivencia de esta escultura en Godojos –así como de la ermita y fuente homónimas– demuestra la existencia de ritos y tradiciones en torno a la santa. Así pues,
esta talla se convierte en un testimonio artístico único de una de las tradiciones y devociones
más antiguas y arraigadas de la localidad.
154
Escultura de Santa Ana, la Virgen y el Niño
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REGISTRO DE LOCALIDADES DE LA COMUNIDAD DE CALATAYUD EN
LAS QUE SE HA DESARROLLADO CULTO A SANTA ANA
Localidades que poseen representaciones de Santa Ana Triple:
Alconchel de Ariza
Atea
Ateca
Carenas
Cervera de la Cañada
(desaparecida)
Cetina
Godojos
Munébrega
Orera
Localidades que poseen representaciones de Santa Ana individuales o retablos dedicados a
Santa Ana:
Aniñón
Ariza
Belmonte de Gracián
Codos
El Frasno
Maluenda
Calatayud
Carenas
Nuévalos
Torralba de Ribota
Localidades que poseen representaciones de escenas de la vida de Santa Ana:
Ateca
Alhama de Aragón
Aniñón
Arándiga
Bordalba
Calatayud
Cervera de la Cañada
Ibdes
Maluenda
Monterde
Paracuellos de Jiloca
Torrijo de la Cañada
Villafeliche
Villalengua
Godojos: un ejemplo del culto a Santa Ana en el Alto Jalón
Localidades que poseen ermitas advocadas a Santa Ana:
Carenas
Godojos
Mara
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Orera
Villalba de Perejil
Localidades que poseen edificios civiles dedicados a Santa Ana:
Calatayud
Godojos
Localidades que celebran el día de Santa Ana:
Carenas
Orera
Mara (anteriormente)
Cetina (anteriormente)
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Escultura de Santa Ana, la Virgen y el Niño
Mapa del culto a Santa Ana en la Comunidad de Calatayud.
FUENTES DOCUMENTALES
Archivo Parroquial de Godojos:
– Quinque Libri, ss. XVII-XVIII.
Archivo Parroquial de Cetina:
– Libro y registro de las constituciones de la confradía y confrades de la gloriosa Santa Anna,
1623-1689.
– Libro de constituciones de la confradía de la gloriosa Santa Ana patrona de la villa de
Cetina, 1691-1930.
Godojos: un ejemplo del culto a Santa Ana en el Alto Jalón
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