la promoción de la lectura con públicos diversos y recursos

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LA PROMOCIÓN DE LA LECTURA CON PÚBLICOS DIVERSOS Y RECURSOS
ALTERNATIVOS.
Andrés Felipe Sanabria Molina
Profesional en educación/Esp. Entornos virtuales de aprendizaje.
A MANERA DE INTRODUCCIÓN.
Es necesario partir de algunos problemas que se arrastran a la hora de hablar de
promoción de lectura. Debido a la carencia de tiempo, ya que es un encuentro un
tanto breve, es necesario plantearlos para desarrollarlos posteriormente. Inicio
entonces con el primer problema. La promoción de la lectura nace como respuesta
frente a los grandes problemas que fecunda la escuela con relación a la formación
de lectores; sin embargo todavía se cree que le pertenece en exclusiva, acto que
no debería pensarse de esa manera. La promoción de lectura ha migrado. En
esencia podemos decir que es un híbrido conceptual entre la pedagogía crítica, la
sociología, la antropología, y las ciencias sociales y humanas. Si pensamos que la
lectura es una práctica social, los procesos de transformación de sujetos deben ir
en procura de la transformación de sus prácticas, de sus modos de pensar, de la
afectación de sus realidades; pero si esto pasa, pasa muy poco.
Otro problema que he evidenciado va en la línea de las realidades. Es necesario
pensarnos qué realidades se afectan desde esos procesos de transformación, ya
que no estamos en una sociedad cualquiera, y la promoción de lectura pareciera
que desconoce que estamos en una sociedad de consumo absolutamente
agresiva y como lo dice Bauman, líquida. La falta de esa conciencia es lo que
impide el éxito de un proceso de afectación real y casi que se termina trabajando
para que el sujeto consuma, (De hecho el término promoción va más ligado al
impulso de un producto cultural que a un proceso lector)
Así pues, hay que hacer visible que a veces la promoción de lectura se queda
únicamente en el maravilloso y fantástico acto de leer, acto que a la luz de una
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apuesta de emancipación, no transforma sujetos, más bien los trastorna, los
aliena. A esto se le suma el último problema a desarrollar y es precisamente las
prácticas de lectura mediadas por las relaciones de poder propias de la era
moderna, es decir la metodología que constituye un ser pontificando sobre el acto
de leer ciertas lecturas, ante una comunidad aparentemente iletrada carente de
ciertos bagajes; resumiendo, un ser que lee, pontificándole a un ser que no lee.
Nos convertimos así en promotores estereotipados, que forman seguidores, cuyas
relaciones de transferencia se evidencian más en la moda impostada de la pose,
del tono, del discurso, que en un proceso lector transformativo. La idea es,
entonces, desarrollar estos problemas a la luz de tres preguntas ¿Qué es eso de
la promoción de lectura? ¿Qué es eso de público diverso? ¿Qué es eso de
materiales alternativos? Espero así presentar una muestra que permita la reflexión
y el debate posteriormente. Empecemos entonces.
¿Qué es eso de la promoción de lectura?
Bauman (2012) nos introduce en este tema, de manera contundente, citando el
libro de Homero, La Odisea. En el capítulo en que Circe convierte en cerdos a los
marinos, ellos estaban tan encantados por su nueva condición, que resistieron
desesperadamente los intentos de Odiseo por regresarlos a su forma humana.
Cuando Odiseo les dice que ha encontrado unas hierbas mágicas capaces de
deshacer el hechizo y que pronto volverán a ser humanos, los marineros –
devenidos-cerdos corren a esconderse a tal velocidad que su ferviente salvador no
puede alcanzarlos. A la hora de atrapar un cerdo y frotarlo con las hierbas aparece
Elpenor, marinero cualquiera, “común y corriente” que le dice:
¿Así que has vuelto, granuja entrometido? ¿Otra vez a fastidiarnos y a
molestarnos? ¿Otra vez a exponer nuestros cuerpos al peligro y a
obligar a nuestros corazones a tomar nuevas decisiones? Yo estaba
tan contento, podía revolcarme en el fango y retozar al sol, podía
engullir y atracarme, gruñir y roncar, libre de dudas y razonamientos:
“¿Qué debo hacer, esto o aquello?”. “¿A qué viniste?” “¿A arrojarme de
nuevo a mi odiosa vida anterior?”
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Hoy día, podríamos decir que la sociedad sigue sin querer emanciparse.
¿Cuántos de nosotros estamos cómodos, emporcinados en nuestra propia
alienación?, y lo peor ¿Cuántos de nosotros transmitimos esta dependencia
teniendo pleno conocimiento de esos titiriteros que están moviendo los hilos
desde la Escila y la Caribdis del emporio capitalista de nuestro país? Diríamos
que es más fácil dejarnos sumergir en una programación televisiva, diseñada para
esclavizar y embrutecer al sujeto, que formar lectores críticos. Sanabria (2013).
Es por esto que la promoción de lectura debe propender por contribuir al
fortalecimiento de procesos de emancipación, que Eagleton, (1997) la reconoce
como una nueva manera de alterar, en ese mismo acto, la forma de ser; así
tenemos una manera peculiar de cognición en la cual el acto de conocimiento
altera lo que contempla. Al tratar de comprenderme a mí mismo y a mi condición,
jamás puedo permanecer totalmente idéntico a mí mismo.
En el libro “Una soledad demasiado ruidosa” de Bohumil Hrabal, habita una
acertada definición del acto de leer. en el que Hanta, el personaje de la historia se
define a sí mismo como: Así, extranjero y ajeno, cada anochecer me dirijo a mi
casa, en silencio voy por las calles inmerso en una profunda meditación, paso de
largo tranvías y coches y peatones, perdido en una nube de libros que acabo de
encontrar en mi trabajo y que me llevo a casa en la cartera, así, soñando, cruzo
en verde sin percatarme de ello, sin topar con los postes ni con la gente, camino,
apestando a cerveza y a suciedad, pero sonrío porque tengo la cartera llena de
libros de los cuales espero que por la noche me expliquen algo sobre mí mismo,
algo que todavía desconozco.
La promoción de lectura, permite alterar esas realidades; realidades líquidas. En el
mundo de hoy prima lo volátil, lo etéreo, lo instantáneo, lo superficial, la vida se ha
tornado un gran espejismo moldeado por la sociedad de consumo en el que la
ansiedad por la adquisición configura la existencia. La lucha es, entonces, frente a
esto, frente a la posibilidad de la alienación inminente, frente al facilismo lector,
frente a la superficialidad de las lecturas, frente a ese falso amor que no conduce
a nada. Hay que trascender ese flechazo, ese primer amor que obligan algunas
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lecturas, para significar, para transformar. Panofsky, citado por Bordeau (2010)
habla de que hay que trascender la capa primaria del sentido que podemos
penetrar sobre la base de nuestra experiencia existencial a la capa de los sentidos
secundarios; es decir, a la región del sentido del significado. El verdadero placer,
el verdadero gusto, la verdadera empatía, siempre va a suponer un acto de
conocimiento, liderado más desde la reflexión que desde el gusto permitiendo ir
más allá del placer de los sentidos, del placer fácil hasta la depuración estética
que permite la capacidad de sublimación que define al hombre verdaderamente
humano. Bordeau (2010).
¿Qué es eso de público diverso?
Primero se debe rescatar la palabra diversidad, que lentamente ha sido apoderada
por la comunidad LGTBI, por supuesto que ellos se incluyen, pero la diversidad
hace referencia a la inclusión de distintos sujetos inmersos en prácticas y entornos
sociales-culturales particulares. En la promoción de lectura nos preocupamos
mucho por los sujetos que queremos afectar, sin embargo, a veces la balanza no
es equilibrada, o el enfoque de selección no es el adecuado. Es aquí en que:
A veces la mayoría de las acciones se da con población infantil, más por facilismo
que por conciencia transformadora. Esto aplica para logros cuantitativos.
A veces es más fácil promover la lectura con público que no lo necesita porque ya
vuelan solos. Aplica para cafés y talleres literarios.
A veces diseñamos programas para una población determinada, desde
imaginarios que no tienen nada que ver con su realidad.
A veces el promotor de lectura desconoce las subculturas del radio de acción en el
que trabaja.
A veces nos dejamos llevar por las modas de los gobiernos de turno.
Para lograr un buen acto de transformación a partir de la lectura, no es necesario
llenarnos de programas en el afán de trabajar con todas las comunidades, esto
con el fin de integrarlos, termina siendo más excluyente. No se trata de diseñar
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acciones de lectura para negritudes, para población LGTBI, para adultos, para
adultos mayores, para mujeres, etc., porque simplemente es muy difícil abarcarlos
a todos en su individualidad; ahora, no hay que desconocer el principio de
formación y competencias del promotor de lectura, que a veces no se las sabe
todas. Se trata entonces de vincular cuatro o cinco programas, pero no desde
imaginarios utópicos, sino integrando a la población de manera activa en el
diseño, madurez y ejecución de los programas. Esto es muy distinto al acto de
pontificar sobre el acto de leer; es decir, no se trata de conquistar, ni mucho
menos colonizar lectores, ya que no sería más que la extensión de prácticas de
lectura liderada por relaciones de poder y dominación.
Al respecto, Merleau-Ponty, citado por Giroux, alude a que como acto político, el
pensamiento crítico significa que los seres humanos deben emerger e intervenir
en la realidad tal como esta se revela. Ello no sólo indica que deben actuar con los
otros en la conformación de la historia; también quiere decir que tienen que
“escapar” de su propia historia, esto es, de lo que la sociedad hizo de ellos. Como
escribe Sartre, “Te conviertes en lo que eres en el contexto de lo que otros
hicieron de ti.” (1997).
Volviendo a la modernidad líquida que nos hace ver Bauman (2008), podemos
entender que vivimos en una sociedad que ha dejado de cuestionarse a sí misma,
una sociedad que padece síndrome de aceleración, de sujetos dispersos,
resbaladizos, moldeados a través de lecturas de corto aliento, cuya sociedad de
consumo los forma depresivos, porque la depresión tanto como la euforia vende, y
mucho. En lo vertiginoso de nuestra sociedad, la promoción de lectura no debe
seguir ese juego de consumo, todo lo contrario, se debe establecer la pausa para
volver a lo bello del lenguaje, lenguaje que nos posibilita otra manera de vivir, una
vida que configura la conciencia.
¿Qué es eso de recursos alternativos?
Si pensamos que es la existencia social, la que es determinante en el desarrollo
de las estructuras que forman la conciencia, las prácticas en la promoción de
lectura son determinantes, de ahí trabajar un buen texto. Pero ¿Qué es un buen
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texto? Podríamos decir, ya que no es objeto de este conversatorio, que tiene que
estar permeado por la estética del lenguaje, que debe plantear, a partir de su
carga de significación diversas encrucijadas para que el lector reflexione con
relación a su historia de vida. Como lo diría Hanta, el personaje de Hrabal, un
texto que plantee un viaje sin regreso, que una vez leído sea imposible volver a
ser el mismo.
¿Esto para qué? Es necesario fortalecer el alma y la conciencia de los lectores,
insisto, no desde la concepción moral ni religiosa, sino desde un principio crítico y
político. Es por esto que antes de pensar en recursos alternativos es necesario
tener conciencia sobre la formación del hábito lector. Algunos no estarán de
acuerdo con esta palabra, pero es necesaria para el fortalecimiento del alma y la
conciencia crítica. Habitus, además, es lo que permite la configuración de la
identidad, una identidad que parece desmoronarse con la llegada del internet.
Turkle, citada por Bauman (2012), plantea que internet deja al descubierto lo
ilusorio de atribuir una identidad, en el sentido de pretender totalizar y dotar de una
entidad a la persona. De manera que no hay identidad (en sentido sólido) sino
multiplicidad de identificaciones parciales, lacunarias, que se reemplazan, se
desplazan y se articulan de manera desigual y combinada.
En el desdibujamiento de la identidad un buen hábito se plantea como resistencia,
si superamos la espontaneidad del concepto. Según Bordeau se configura en tres
dimensiones: Eidos, Ethos y Hexis, que pueden funcionar una independiente de la
otra. Estas dimensiones moldean, configuran parte de la estructura de
subjetivación. Haciendo un breve resumen y corriendo peligro de ser un tanto
irresponsable, podemos referenciar que la dimensión del Eidos, fortalece procesos
de pensamiento, el Ethos, configura el discernimiento, bueno, malo, justo, injusto;
y la Hexis establece una relación desde la manifestación corporal a lo largo del
proceso, es decir la forma como nos asumimos, como nos manifestamos frente al
mundo. Téllez (2002).
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Al hablar de recursos alternativos que ayuden a fortalecer el hábito lector,
necesitaríamos de dos tecnologías iniciales: El lenguaje como tecnología de la
palabra,
que desarrolla el caudal de voces propias del sujeto, a partir de la
recuperación de su memoria histórica y cuyo eje central se trabaja desde la
oralidad y la escritura. Y la otra tecnología obedece a las tecnologías que
despliegan el Yo, es decir la relación crítica del sujeto frente al mundo, trabajada
desde la espiritualidad.
Comenzamos por la segunda. Foucault (2012), plantea La inquietud de sí, o Las
tecnologías del yo, como una actitud, con respecto a uno mismo, a los otros, y al
mundo. En ese sentido implica la forma cómo todo lo que sucede fuera, en el
exterior, es afectado al sujeto en su interior, y cómo esa inquietud, esa afectación
es la que determina las acciones posteriores que lo modifica, lo transforma y lo
transfigura. Las prácticas que se abordan, desde la reflexión y desde la actitud,
teniendo conciencia de la transformación de subjetividades es lo que determina la
espiritualidad. Foucault (2012), nos propone que “Para la espiritualidad, la verdad
no es simplemente lo que se da al sujeto para recompensarlo en cierto modo por
el acto de conocimiento y llegar a colmar este acto. La verdad es lo que ilumina al
sujeto; la verdad es lo que le da la bienaventuranza, la verdad es lo que le da la
tranquilidad del alma. Lo que lo despierta. La espiritualidad, entonces, es
despertar, es emancipación.
Con relación a la oralidad y la escritura, Ong (1987), podemos todavía decir que
somos orales, y en este sentido la lectura en voz alta y el fortalecimiento de las
relaciones dialógicas, siguen siendo el recurso por excelencia. También
podríamos añadir que un proceso de fortalecimiento lector no necesitaría en su
inicio de la escritura, eso dependería de ciertos factores tanto personales como
sociales. Pero también es necesario pensar que la escritura como tecnología del
lenguaje se ha incorporado de múltiples maneras en lo que entendemos como la
sociedad del conocimiento. La pregunta que plantearía para los colegas asistentes
sería entonces ¿Cómo podemos articular procesos de transformación de sujetos a
partir de la promoción de lectura, en la sociedad del conocimiento?
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BIBLIOGRAFÍA
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Fondo de Cultura Económica.
BAUMAN, Zygmunt. (2007). Los retos de la educación en la modernidad líquida.
Barcelona, España. Editorial Gedisa,
BORDEAU, Pierre. (2010). El sentido social del gusto. Buenos Aires, Argentina.
Siglo XXI Editores
FOUCAULT Michel. (2011). La hermenéutica del sujeto. Buenos Aires. Editorial
Fondo de Cultura Económica.
GIROUX, Henry A. (2003). Pedagogía y política de la esperanza. Buenos Aires.
Editorial Amorrortu.
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Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá Colombia.
HARGREAVES, Andy. (2003). Replantear el cambio educativo: Un enfoque
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MEJÍA, Marco. (2008) Las pedagogías críticas en tiempos de capitalismo
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Fecha de obtención de documento: 22 de junio de 2012.
SANABRIA, Andrés. (2013) El mecanismo de aseguramiento de la calidad como
dispositivo moderno en la escuela de hoy. Tesis de grado. Bogotá, Colombia
Pontificia Universidad Javeriana.
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