multi-2011-09-01.

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El derecho mexicano a la luz de las Relaciones
Internacionales. Caso de los tratados ratificados
o bien adheridos por México
José Eusebio Salgado y Salgado
[email protected]
Mexican law in the light of international relations.
The case of treaties ratified or joined by Mexico
Resumen
La interpretación de los tratados es uno de los temas más complicados del Derecho de los Tratados, y fue hasta
que se aprobaron los Convenios de Viena sobre Derecho de los Tratados del 23 de mayo de 1969 y de Viena sobre
Derecho de los Tratados entre Estados y Organizaciones Internacionales o entre Organizaciones Internacionales
del 21 de marzo de 1986, que se logró observar una uniformidad en la interpretación e implementación de estos,
con un mayor grado de comprensión.
El presente trabajo habla sobre los tratados y su importancia en el apego al respeto del Derecho interno y del
Derecho internacional. Para ello se analizará conceptualmente el término, acudiendo a diversos autores.
En el apartando de negociación, aprobación y ratificación de los tratados, se hace una descripción detallada
de cómo es que se negocia un tratado, se aprueba y finalmente se ratifica.
Finalmente, se destaca cómo nuestro país viola los tratados internacionales a través de la legislación nacional,
como ejemplo, con la Ley de Navegación y Comercio Marítimos.
Palabras clave: Tratados, aprobación, interpretación, Convención
Abstract
The interpretation of treaties is one of the most complex topics of the Law of Treaties, and it was not until the
endorsement of the Vienna Conventions on the Law of Treaties of May 23rd, 1969 and of the Vienna Conventions
on the Law of Treaties Between States and International Organizations or Between International Organizations, of
March 21st, 1986, that it was possible to observe a uniformity in the interpretation and implementation of such
treaties, with a greater degree of understanding.
This paper discusses the treaties and their importance in the adherence to respect domestic and international
law. For that purpose, the term will be conceptually analyzed, reviewing different authors.
In the area of negotiation, approval and ratification of treaties, it is provided a detailed description on how a
treaty is negotiated, approved and finally ratified.
Finally, it is highlighted the way our country violates international treaties by means of national legislation, for
example, with the Law of Navigation and Maritime Commerce.
Keywords: Treaties, approval, interpretation, Convention
multidisciplina
núm. 10, 2011, pp. 9-32
9
José Eusebio Salgado y Salgado
Concepto de los tratados
Los grandes tratadistas del Derecho Internacional Público se ocupan del Derecho de los Tratados en sus obras, por
ello hemos seleccionado a seis autores mexicanos que se ocupan de esa materia, para dar los conceptos que ellos
tienen acerca de lo que es un tratado. El primero de todos ellos, Manuel J. Sierra define al Tratado o Convención
de la siguiente manera:
“Los tratados son acuerdos entre dos o más Estados y se consignan en diversas formas. El término tratado
se usa en un sentido genérico.
“Convención es sinónimo de tratado. Se pretende que el nombre de convención ha sido escogido para
designar compromisos de carácter económico o administrativo y el de tratado para los de orden político.
En la práctica no se respeta esta regla.”1
Esta es una definición clásica del tratado, tal y como se hacía antes, por lo que hay que tomar en cuenta que
esta obra fue escrita diez años antes que se adoptara el Convenio sobre Derecho de los Tratados de 1969. En seguida Modesto Seara Vázquez, en su obra Derecho Internacional Público, nos dice:
“... todo acuerdo concluido entre dos o más sujetos de Derecho Internacional [completando la definición
con una pertinente aclaración]. Hablamos de sujetos y no de Estados, con el fin de incluir a las organizaciones internacionales.”2
Por su parte, Loretta Ortiz Ahlf, en su trabajo Derecho Internacional Público, nos dice que:
“Los tratados son acuerdos entre sujetos de derecho internacional regidos por el Derecho Internacional
Público.”3
A su vez, Hermilo López Bassols nos da lo que él llama una “definición contemporánea integral”, en su libro
Derecho Internacional Público Contemporáneo e Instrumentos Básicos, diciéndonos que los tratados son:
“Acuerdos entre dos o más sujetos de Derecho Internacional que tengan capacidad para celebrar tratados.” 4
Curiosamente el mismo autor en su trabajo “Los nuevos desarrollos del Derecho Internacional Público”, nos
da la misma definición que el Convenio sobre Derecho de los Tratados de 1969.5
Carlos Arellano García, después de darnos una serie de definiciones de autores, europeos preferentemente,
nos da su propia definición en su trabajo académico Primer Curso de Derecho Internacional Público:
“El tratado internacional es el acto jurídico regido por el Derecho Internacional que entraña un acuerdo
de voluntades entre dos o más sujetos de la comunidad internacional, principalmente Estados, con la
intervención lícita de crear, transmitir, modificar, extinguir, conservar, aclarar, certificar, detallar, etcétera,
derechos y obligaciones.”6
Sierra, Manuel J. Derecho Internacional Público. México, Editorial Porrúa, 1959, Tercera Edición, p. 393.
Seara Vázquez, Modesto. Derecho Internacional Público. México, Editorial Porrúa, 2005. Vigésima Segunda Edición, p. 59.
3
Ortiz Ahlf, Loretta. Derecho Internacional Público. México, Oxford University Press, 2004. Tercera Edición, p. 11.
4
López Bassols, Hermilo. Derecho Internacional Público Contemporáneo e Instrumentos Básicos. México, Editorial Porrúa, 2003.
Segunda Edición, p. 27.
5
López Bassols, Hermilo. Los Nuevos Desarrollos del Derecho Internacional Público y Casos Prácticos de Derecho Internacional.
México, Editorial Porrúa, 2008. Tercera Edición, p. 60.
6
Arellano García, Carlos. Primer Curso de Derecho Internacional Público. México. Editorial Porrúa, 1999. Cuarta Edición, p. 632.
1
2
10
Lord Arnold McNair, uno de los autores del Tratado de Viena sobre Derecho de los Tratados de 1969, que en
su libro “The Law of Treaties”, nos dice que el tratado significa:
“… a written agreement by which two or more States or international organizations create or intended [as
to intention] to create a relation between themselves operating within the sphere of international law.”7(*)
En la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados entre Estados y Organizaciones Internacionales o
entre Organizaciones Internacionales del 21 de mayo de 1986, Diario Oficial de la Federación del 28 de abril de
1988, se nos dice que se entiende por tratado:
“a) ... acuerdo internacional regido por el derecho internacional y celebrado por escrito:
“i. Entre uno o varios Estados y una o varias organizaciones internacionales.
“ii. Entre organizaciones internacionales, ya conste ese acuerdo en un instrumento único o en dos o más instrumentos conexos y cualquiera que sea su denominación particular.”8
Como podemos ver, sigue el mismo concepto que su antecedente, la Convención de Viena sobre Derecho
de los Tratados del 23 de marzo de 1969, artículo 2, “Términos empleados”, inciso 1 a), aun cuando ya incluye lo
relativo a los organismos internacionales, que este antecedente no tenía.
Las más conocidas designaciones en la actualidad de los tratados:
Acta
Acuerdo
Alianza
Arreglo
Artículos adicionales, codicilo o “avenant”.
Compromiso
Concordato, únicamente los celebrados
por el Estado Vaticano.
Convención
Convenio
Declaración
Estatuto
Intercambio de notas
“Lettres Réversales”
“Modus Vivendi”
Pacto
“Pactum de contrahendo”
Protocolo tratado (Protocol Traité).
Tratado.9
La negociación, aprobación y ratificación de los tratados
1.
Procedimiento Constitucional para celebrar, aprobar y ratificar los tratados
De acuerdo con la Constitución Política Mexicana, los tratados deben de ser:
a) Negociados o celebrados por el Poder Ejecutivo, o sea el Presidente de la República, artículo 89 fracción X;
b) Aprobados por el Senado de la República, artículo 76 fracción I;
c) Ratificados por el Poder Ejecutivo, es decir el Presidente de la República.10
Luego en nuestro país se requiere necesariamente de la intervención de dos poderes para celebrar un tratado
McNair, Arnold Lord. The Law of Treaties. Londres, Clarendon Press Oxford, 1986. Segunda Edición. p. 4
(*) “…un acuerdo escrito por el cual dos o más Estados u organizaciones internacionales crean o intentan (como intención) crear una
relación entre ellos operando dentro de la esfera del Derecho Internacional.”
8
Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados entre Estados y Organizaciones Internacionales o entre Organizaciones Internacionales. Tratados
ratificados y Convenios Ejecutivos celebrados por México. México, Senado de la República, Tomo XXVII (1986), p. 87, artículo 2
inciso 1).
9
McNair, Arnold Lord. Op. cit. pp. 22 a 30.
10
Tena Ramírez, Felipe. Derecho Constitucional Mexicano. México, Editorial Porrúa, 1996. Trigésima Edición; pp. 415 a 419. Artículos
76 fracción I y 89 fracción X de la Constitución Política Mexicana.
7
11
Ciencias Jurídicas
El derecho mexicano a la luz de las Relaciones Internacionales.
Caso de los tratados ratificados o bien adheridos por México
José Eusebio Salgado y Salgado
internacional, es decir, la concurrencia de dos voluntades, la del Presidente y la del Senado, tomada la de éste por
mayoría de los votos de los presentes en la sesión en la que se deba aprobar o rechazar el instrumento jurídico
internacional. Por ello el Senado aprueba los tratados en México, no dirige, ni aconseja, es decir autoriza al Presidente a llevar a cabo la ratificación del tratado.11
Por otra parte, la Suprema Corte de Justicia de nuestro país, en la última interpretación del artículo 133
Constitucional, con sentido jurisprudencial, nos dice que los tratados ocupan el segundo orden jerárquico de la
legislación mexicana, inmediatamente después de la Constitución Política Mexicana, o sea que están por encima
de las leyes generales, es decir las leyes federales y las leyes locales de la República Mexicana, como sigue:
1.
2.
3.
4.
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Los tratados.
Leyes Federales, y
Leyes locales.12
Luego, se supone que no debemos adoptar un tratado que se oponga a la Constitución Política Mexicana y a
sus leyes reglamentarias. Pero es entendible que las leyes federales o bien las leyes locales no pueden contradecir
de ninguna manera a los tratados. Hermilo López Bassols y Manuel Hallivis Pelayo nos dice en sus obras que en
México hay todo un orden legislativo que debe seguirse en la adopción de todo instrumento jurídico convencional
internacional.
Él, además de indicarnos los artículos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, artículos 76
fracción I, 89 fracción X y 133, nos habla del 15 y 117 fracción I recordándonos la referencia indirecta que nos hacen
los artículos 18 quinto párrafo, 94 octavo párrafo, 104 fracción I, 105 fracción II inciso b), 107 fracción VIII inciso a) y
119 tercer párrafo. Es preciso señalar que López Bassols no nos da fracciones ni párrafos de los artículos mencionados, lo cual tuvimos que investigar más cuidadosamente para dejar en claro a qué nos estamos refiriendo.
Pasa después a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, donde nos habla de la intervención de
las Secretarías de Relaciones Exteriores, Gobernación y Comunicaciones y Transportes, así como la Consejería
Jurídica del Ejecutivo Federal en la celebración de los tratados. También habla de la Ley sobre la Celebración de
Tratados, artículos 1º, 2º fracciones I y II y 7º, señalándonos además que:
“Este ordenamiento presenta diferencias notables tanto en su redacción como en su contenido dado que
copió disposiciones de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados de 1969 [aquí debió de
implementar tal Convención en vez de copiarla]; creó instituciones sin fundamento constitucional (como
son los acuerdos interinstitucionales, que no están consagrados en el texto de la Ley Fundamental), [lo cual
hace inconstitucional dicha Ley, como] tampoco estableció procedimientos para la elaboración y adopción
de acuerdos interinstitucionales.”13
La Secretaría de Relaciones Exteriores redactó en 1992 una “Guía para la Conclusión de los Tratados y Acuerdos Interinstitucionales en el Ámbito Internacional según la Ley sobre Celebración de Tratados”, diciéndonos que
la misma no satisface los más mínimos requerimientos para ello, además de que no tiene las características y
cnicas legislativas de una norma jurídica o Ley.14
Idem.
Tesis P. IX/2007: Tratados Internacionales. Son parte integrante de la Ley Suprema de la Unión y se ubican jerárquicamente por encima de las leyes generales, federales y locales. Interpretación del artículo 133 Constitucional. Registro Núm. 171888. México, Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, XXVI, julio de 2007, p. 2725.
13
López Bassols, Hermilo. Op. Cit., p. 45.
14
Idem. p. 45
11
12
12
La Ley del Servicio Exterior Mexicano (LSEM), artículo 2º, Ley que constituye, nos dice López Bassols, el fundamento por el cual tal órgano representa al Estado Mexicano de manera permanente y además asegura la participación de México en la negociación y firma de tratados, los cuales deben llevarse de acuerdo con la legislación
nacional que hemos examinado antes.15
Reglamento Interno de la Secretaría de Relaciones Exteriores: artículos 1°; 2° fracción IV que da intervención
a la Secretaría en toda clase de tratados, acuerdos y convenciones; fracciones VI, VII, VIII, IX, XI, XII, XIII y XVI que
da intervención a la Consultoría Jurídica de la Secretaría.
Por último menciona la Ley sobre la Aprobación de Tratados Internacionales en Materia Económica, DOF del
9 de septiembre de 2004, que da fuerza a la intervención del Senado en la negociación de los tratados de esta
naturaleza y hasta que los haya celebrado el Ejecutivo. Se les puede además solicitar información a los Secretarios
de Estado y a los Organismos de la Administración Pública Federal y no al Presidente como se pretendía en la
iniciativa de la Ley, ya que ello implicaría una flagrante violación de las atribuciones del Poder Ejecutivo. Con esta
Ley no se regula únicamente lo relativo a los tratados de libre comercio, sino todo tipo de acuerdos, convenios o
tratados en diversas materias de tipo económico: comercio de mercancías y servicios, inversiones, transferencia
intelectual, doble tributación, cooperación técnica y cualquier campo de carácter comercial. 16
Es abundante la Legislación Nacional en materia de tratados, pero ninguna de ellas se refiere a los problemas
de publicación, interpretación e implementación de los mismos, por lo que considero que es necesario explicar
cómo es que se celebran los tratados en nuestro país a la luz de mi participación en la celebración de tratados
bilaterales y multilaterales desde hace ya casi cuarenta años.
2. La celebración de los Tratados Bilaterales17
La celebración y negociación de los tratados se lleva a cabo de dos maneras, una para los tratados bilaterales y
otra para los tratados multilaterales, aquí nos ocuparemos de la primera de ellas.
De ser llevada a cabo la celebración y negociación del tratado en la Ciudad de México, se inicia con un intercambio de notas entre la Secretaría de Relaciones Exteriores y la embajada del país de que se trate, en donde se le
exprese el tema del tratado que se pretenda celebrar, su alcance, con un esbozo de contenido. Ésta podrá además
de confirmar su aceptación, contener ampliación a su alcance y contenido o bien una contrapropuesta, lo cual
aceptado por el Gobierno Mexicano, comunica a la embajada la designación de sus representantes, los cuales son
nombrados tomando en cuenta aquellos sectores que puedan verse involucrados.
Como ejemplo de ello, escogimos un acuerdo internacional sobre transporte marítimo. En él, tenemos que
los sectores involucrados serían:
-
-
-
-
-
-
-
Comunicaciones y Transportes.
Marina.
Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación.
Energía.
Salud.
Petróleos Mexicanos.
Idem.
López Bassols, Hermilo. Los Nuevos Desarrollos del Derecho Internacional Público y Casos Prácticos de Derecho Internacional.
México, Editorial Porrúa, 2008. Tercera Edición, pp. 86 y 87.
Hallivis Pelayo, Manuel. Interpretación de Tratados Internacionales Tributarios. México, Editorial Porrúa, 2011, pp. 187 a 189.
17
Para esta parte del trabajo no señalamos bibliografía, toda vez que he seguido en su desarrollo toda la experiencia vivida en la celebración de los tratados, ya que he participado en ello durante casi cuarenta años. Sin embargo, puede consultarse: Vallarta Marrón, José
Luis. Derecho Internacional Público. México, Facultad de Derecho UNAM en colaboración con Editorial Porrúa, 2009, pp. 68 y 69.
15
16
13
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Caso de los tratados ratificados o bien adheridos por México
José Eusebio
Salgado
y Salgado
Ignacio
Pineda
Pineda
Una vez aprobado el proyecto de texto del acuerdo internacional bilateral por los delegados de ambos Estados, cada parte contratante lo someterá a su gobierno para su revisión y en caso necesario proponer los cambios
que consideren oportunos, así como también hacer las observaciones que crean pertinentes.
El Gobierno Mexicano lo hará del conocimiento de los sectores involucrados, que seguramente habrán participado en la celebración y negociación del acuerdo bilateral internacional. Por ejemplo, en el caso de la Secretaría
de Comunicaciones y Transportes, consideramos que se consultaron a las empresas navieras, navieros, empresas
armadoras, armadores, operadores, agentes marítimos, agentes de carga, prácticos, marinos mercantes, aseguradores marítimos, etc. Pues de no ser así se estaría violando su derecho de audiencia. Hecho lo cual presenta en
la mesa de negociación aquellas observaciones, enmiendas, correcciones y cambios que considere pertinentes
para darlos a conocer a la otra parte contratante, la que ciertamente presentará también las suyas. Procediendo
a señalar las coincidencias y destacando las diferencias para negociarlas.
Una vez llevada a cabo tal acción y si se alcanza un mutuo consentimiento se procede a la firma del tratado,
proponiendo una fecha provisional para el intercambio y depósito de instrumentos de ratificación, para dar tiempo a que ambos Gobiernos sometan a la consideración de sus Senados o bien Parlamento, el acuerdo bilateral
internacional de transporte marítimo para su aprobación, para poder proceder a su ratificación.
La Secretaría de Relaciones Exteriores informará al Presidente de la República de la firma ad referéndum del
acuerdo bilateral internacional, luego de lo cual este funcionario ordena le sea remitido al Senado de la República,
a través de la Secretaría de Gobernación, para su aprobación, con base en lo que disponen los artículos Constitucionales 89 fracción X y 76 fracción I. Aprobado por el Senado y siguiendo el mismo procedimiento lo regresa a la
Secretaria de Relaciones Exteriores, a través de la Secretaría de Gobernación.
Por otra parte prepara los instrumentos de ratificación para la firma del Presidente de la República, hecho lo
cual el Secretario de Relaciones Exteriores cancela o sella con el gran Sello de la Nación dicho instrumento que
será canjeado oficialmente el día acordado para tal ceremonia. La embajada del país con el que se celebró el tratado bilateral de transporte marítimo, presentará en su idioma el instrumento de ratificación, al que irá anexo el
texto del tratado también en su idioma, para los efectos de interpretación ambos idiomas tendrán el mismo valor
y los términos incluidos en ambos tratados tienen el mismo significado.
Una vez ratificado por ambos Estados, el Presidente de la República Mexicana procede, conforme a lo que
dispone el artículo 89 fracción I de la Constitución Política de los Estados Unidos, a su promulgación y publicación
en el Diario Oficial de la Federación para que sea ejecutado.
3. La celebración de los Tratados Multilaterales18
Ésta generalmente se inicia en el seno de una organización internacional intergubernamental. Para lo que seguiremos el procedimiento que realiza la Organización Marítima Internacional (OMI) a través de sus órganos; que
son los siguientes:
1.
La Asamblea.
5.
El Comité de Protección del Medio Marino.
2.
El Consejo.
6.
El Comité de Cooperación Técnica.
3.
El Comité de Seguridad Marítima.
7.
El Comité de Facilitación.
4.
El Comité Jurídico.
8.
La Secretaría.19
Se pueden crear otros órganos auxiliares o permanentes, pero a nosotros nos interesan los Comités, pues ahí
se originan los textos de los diversos Convenios que ha adoptado la OMI desde su creación y puesta en marcha,
según se desprende de una de las atribuciones de la Asamblea, establecidas en su Convenio Constitutivo:
Vallarta Marrón, José Luis. Op.cit., pp. 66 a 68.
Convenio Constitutivo de la Organización Marítima Internacional. ISBN 92-801-3097-8. Londres, Organización Marítima Internacional, 1984, p. 10.
18
19
14
“l) Decidir en cuanto a la convocatoria de toda conferencia internacional o a la adopción de cualquier otro
procedimiento idóneo para la aprobación de convenios internacionales o enmiendas a cualesquiera convenios internacionales que hayan sido preparados por el Comité de Seguridad Marítima, el Comité Jurídico,
el Comité de Protección del Medio Marino, el Comité de Cooperación Técnica, el Comité de Facilitación u
otros órganos de la Organización”.20
Para lo cual hemos escogido el Comité Jurídico, en cuyas reuniones participé veinticinco años, en sus dos
períodos de trabajos anuales. Cuando el Comité celebra su último período de sesiones en el año prepara un programa de trabajo, que debe presentar a la Asamblea que se reúne cada dos años, programa en el cual pone los
estudios que realizará, encaminados a la adopción de proyectos de tratados, proyectos de resoluciones, proyectos
de manuales, proyectos de códigos y otras decisiones también importantes, dentro de su área de estudios. Así, en
2007 la Asamblea celebró su 25 Período de Sesiones y en 2009 el 26, esperando celebrar el 27 en 2011.21
El Comité Jurídico inició los estudios para elaborar el Proyecto de Convenio Internacional sobre Salvamento
Marítimo, luego que se hubiera llegado a la conclusión de que era necesario adecuar la vieja Convención para la
Unificación de Ciertas Reglas en Materia de Asistencia y Salvamento Marítimos del 23 de septiembre de 1910, de
la cual México era parte, ya que la aprobó el Senado de la República el 1° de mayo de 1911, habiéndose ratificado
el 1° de febrero de 1913 y publicada en el Diario Oficial de la Federación del 2 de marzo de 1929.22
Es más, era necesario eliminar la expresión de la asistencia, ya que se había llegado a la conclusión, luego de
la Segunda Guerra Mundial, al final de la década de los cincuenta, por lo grandes tratadistas del Derecho Marítimo que tal término estaba ya incluido dentro del concepto de salvamento marítimo, pues ambos abarcaban los
siguientes bienes:
1.
2.
3.
4.
Buques en peligro.
Bienes que se encuentren a bordo, las mercancías entre otros.
El flete devengado.
El valor de los pasajes cobrados.23
Para José María Garibi Undabarrena, el salvamento marítimo es:
“Todo auxilio a un buque en peligro con resultado útil”24
A diferencia de él, antes Charles Lyon-Caen y Louis Renault distinguían entre asistencia y salvamento, pues
afirmaban:
“Mais ces deux faits différent en ce qu’en cas de sauvetage, le danger s’est produit avec toutes ses conséquences dommageables, tandis qu’en cas d’assistance, le péril est menaçant et il s’agit de l’écarter.”.25 (*)
Ibidem, p. 12.
Ver también Salgado y Salgado, José Eusebio. Organización Marítima Internacional OMI. México, Petróleos Mexicanos, 1991, p. 27.
21
Ibidem, p. 11
22
“Convención para la Unificación de Determinadas Reglas en Materia de Auxilio y salvamento Marítimos y su Protocolo de Firma”.
Tratados Ratificados y Convenios Ejecutivos celebrados por México. México, Senado de la República, 1972. Tomo IV (1908-1923),
pp. 269 a 279
23
Garibi Undabarrena, José María. Derecho Marítimos Práctico. Madrid, Oficina Central Marítima, 1958, pp. 379 a 397.
24
Ibidem, p. 380.
25
Lyon-Caen, Charles y Renault, Louis. Traité de Droit Maritime. Paris, F. Pichon, Successeur, Imprimeur-Editeur, 1896. Tomo 2, p. 163.
20
(*) “Pero estos dos hechos diferentes en que en el caso del salvamento, el peligro se ha producido con todas sus consecuencias
perjudiciales, mientras que en el caso de la asistencia, el peligro es amenazante y puede ocurrir.”
15
Ciencias Jurídicas
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José Eusebio Salgado y Salgado
También Georges Ripert sostenía lo mismo en su gran tratado “Droit Maritime”, apoyando lo afirmado por el
profesor francés Daniel Danjon, quién decía:
“Esta intervención se llama asistencia o salvamento, según las circunstancias en que se produjo: unas veces se trata de combatir un peligro inminente y de prevenir, si es posible, un siniestro del que se encuentra
amenazado un buque; otras veces se trata de atenuar las consecuencias de un siniestro ya ocurrido y de
recoger lo que queda del buque, de su cargamento y de su personal después de un naufragio u otra catástrofe equivalente; en el primer caso hay asistencia; y en el segundo, salvamento.”26
Finalmente, es digna de examinarse la obra de Juan Carlos Arbex sobre el “Salvamento en la Mar. La evolución del
Salvamento Marítimo en España”, que nos hace la revisión histórica del salvamento y la situación reciente al año de
1990, donde ya se nos habla del Convenio Internacional sobre “Búsqueda y Salvamento Marítimos” del 27 de abril de
1979 (SATC/79) y del “Convenio Internacional sobre Salvamento Marítimo” del 28 de abril de 1989 (SALVAGEC/89).
Por cierto que yo creo que fue mal traducido el nombre del primero de los Convenios citados del texto en
inglés original, ya que se llama International Convention on Maritime Search and Rescue (SAR), ya que se tradujo
Rescue como salvamento, siendo que se debió traducir como “rescate”, pues salvamento se dice en inglés salvage. Concluyendo la obra con la presentación del “Plan Nacional de Salvamento Marítimo” del 20 de octubre
de 1989 por el Ministerio de Transporte, Turismo y Comunicaciones”, donde ya no se nos habla de asistencia.27
No hay que perder de vista que todos los Gobiernos están invitados a presentar documentos de trabajo o
notas de Gobierno. Por ejemplo, después de discutir el concepto del buque y lo referente a los buques propiedad
del Estado que gozan de inmunidad soberana, habiendo coincidido plenamente con los delegados del Gobierno
de Estados Unidos, la Delegación Mexicana propuso conjuntamente presentar un documento de Gobierno auspiciado por los Gobiernos Mexicano y Norteamericano para la siguiente reunión, lo cual se hizo puntualmente.
Habiendo sido rechazado, adoptándose, las definiciones que quedaron finalmente en el Tratado Internacional de
Salvamento Marítimo:
“b) Buque: toda nave o embarcación, o toda estructura apta para la navegación”.
“1. Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 5 [es decir lo relativo a las operaciones del salvamento supervisadas por autoridades públicas], el presente Convenio no será aplicable a los buques de guerra ni a otros
buques propiedad del Estado o utilizados por éste, que gocen de inmunidad soberana en el momento de
las operaciones de salvamento, de conformidad con los principios generalmente reconocidos de derecho
internacional, a menos que ese Estado decida otra cosa.
“2. Cuando un Estado parte decida aplicar el Convenio a sus buques de guerra o a otros buques de los mencionados en el párrafo 1 lo notificará al Secretario General especificando las modalidades y condiciones
de dicha aplicación”.28
Una vez concluida la elaboración del Proyecto de Convenio, el Comité Jurídico lo envía al Consejo de la OMI
para que autorice la celebración de la Conferencia Internacional para adoptar el texto del Convenio, con lo que da
cumplimiento a lo dispuesto por el artículo 2 inciso b) del Convenio Constitutivo de la OMI, relativo a las funciones
de la Organización:
Ripert, Georges. Droit Maritime. Paris, Editions Rousseau et Cie., 1953. Cuarta Edición, Tomo III, pp. 121 a 124.
Danjon, Daniel. Tratado de Derecho Marítimo. Madrid, Editorial Reus, S: A:, 1936. Tomo IV, p. 51. Traducción del francés al español por
Luis Aguirre Fanaique.
27
Arbex, Juan Carlos. Salvamento en la Mar. La evolución del Salvamento Marítimo en España. Madrid, Ministerio de Obras Públicas
y Transportes (MOPT), 1991, 183 pp. Diccionario Español-Inglés. Madrid, Espasa Calpe, S. A. 2001. Tercera Edición, pp. 822 y 838.
28
Conferencia Internacional sobre Salvamento Marítimo (1989). Acta final de la Conferencia y Convenio sobre Salvamento Marítimo. ISBN 92-801-3347.
Londres, Organización Marítima Internacional, 1989, p. 8.
26
16
“Preparará proyectos de Convenios, acuerdos u otros instrumentos apropiados y los recomendará a los
Gobiernos y a las organizaciones intergubernamentales, y convocará las conferencias que juzgue necesarias”.29
Con base en ello, en noviembre de 1987 el Consejo de la OMI decidió en su 14° Período de Sesiones Extraordinario, convocar a una conferencia internacional, para examinar la posibilidad de adoptar un nuevo Convenio de
Derecho Marítimo. Cuatro años después de que el Comité Jurídico iniciara el estudio para elaborar el Proyecto
de Convenio Internacional sobre Salvamento Marítimo, es decir, de su 51 Período de Sesiones al 58º Período de
Sesiones, 1983-1987, ya que este Comité celebra dos períodos de sesiones al año.30
La Asamblea de la OMI refrendó la recomendación del Consejo en su 15° Período de Sesiones, celebrado en
Londres del 9 al 20 de noviembre de 1987, mediante la Resolución A.635 (15), “Programa de Trabajo y Presupuesto para el 15 Ejercicio Económico 1988-1989”, aprobada el 20 de noviembre de 1987.31
Los sectores invitados a la Conferencia, además de la Secretaría de Relaciones Exteriores, fueron los siguientes:
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Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).
Secretaría de Marina (SEDEMAR).
Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (SEMARNAP).
Secretaría de Energía (SE).
Secretaría de Salud (SS).
Petróleos Mexicanos (PEMEX).
En 1987 el sector de la pesca correspondía a la SEMARNAP y PEMEX, si bien pertenecía al sector de la energía,
se le incluyó por haber participado en los diversos períodos de Sesiones del Comité Jurídico en que se elaboró el
Proyecto de Convenio. La Secretaría de Relaciones Exteriores lo que deseaba era las opiniones de tales dependencias, para elaborar las instrucciones de la Delegación Mexicana que habría de representarnos, por eso urgía a las
dependencias para que le hicieran llegar sus comentarios y en su caso correcciones, enmiendas o modificaciones
que creyeron prudente hacer.
Concluido el examen del Proyecto de Convenio y formuladas las instrucciones para la Delegación Mexicana, se
le pedía a las dependencias participantes que manifestaran a qué personas iban a enviar a la Conferencia Internacional. Tan sólo tres de las mismas lo hacían, así SEDEMAR manifestaba que sería su representante permanente,
el agregado naval en la Embajada de México en Londres, al igual que la SCT, pero PEMEX y la Secretaría de Energía
siempre me proponían a mí. Por lo cual tuve de participar en dicha Conferencia Internacional del 17 al 28 de abril
de 1989, como uno de los miembros de la Delegación de México, tocándome una intervención muy importante,
ya que se negoció arduamente todo lo referente al límite máximo que debía de pagarse al salvador, así como lo
relativo a la compensación especial, artículos 12 al 15.32
Es más, se tuvo que pelear por el empleo de dos preposiciones en la lengua inglesa, ya que holandeses y otros
grandes países pedían que se pusiera en el texto inglés by to 30%, en tanto que los países en desarrollo, preferentemente los de habla hispana, pedíamos que se quedara la preposición inglesa up to 30%, ya que si aceptábamos
Convenio Constitutivo de la Organización Marítima Internacional…, p. 8.
Conferencia Internacional sobre Salvamento Marítimo (1989)…, p. 1.
Resoluciones y otras decisiones. Asamblea Décimotercer Período de Sesiones 7-18 de noviembre de 1983 (Resoluciones 517-557). Londres, Organización
Marítima Internacional, 1984. IX y 410 pp.
Resoluciones y otras decisiones. Asamblea Décimocuarto Período de Sesiones 11-22 de noviembre de 1985, (Resoluciones 558-595)…, 1986 VIII y 239 pp.
Resoluciones y otras decisiones. Asamblea Décimoquinto Período de Sesiones 9-20 de noviembre de 1987, (Resoluciones 596-635)…, 1988 VIII y 176 pp.
31
Conferencia Internacional sobre Salvamento Marítimo (1989).., p. 1.
Resoluciones y otras decisiones. Asamblea Décimoquinto Período de Sesiones 9-20 de noviembre de 1987, (Resoluciones 596-635). ISBN 92-801-3433-7.
Londres, Organización Marítima Internacional, 1980, pp. 160 a 165.
32
Conferencia Internacional sobre Salvamento Marítimo (1989)…, pp. 12 a 14.
29
30
17
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El derecho mexicano a la luz de las Relaciones Internacionales.
Caso de los tratados ratificados o bien adheridos por México
José Eusebio Salgado y Salgado
la primera dejábamos al juez encargado de una reclamación en libertad de ir más allá de ese 30%. En tanto que en
la segunda el juez no podía sobrepasar el 30% del valor del buque y de las mercancías salvadas.
Al haber sido electo Vicepresidente del Comité de Redacción, encargado de vigilar que las versiones española,
francesa e inglesa del Convenio Internacional sobre Salvamento Marítimo quedaran tal y como los había aceptado
la Conferencia, le comuniqué al presidente W. W. Sturms de los Países Bajos que no se había respetado el acuerdo
alcanzado sobre el empleo de la preposición up to 30%, por lo que se solicitaría al pleno de la Conferencia rectificara la versión inglesa del texto del Convenio. Una vez hecho, se reconoció plenamente y quedó plasmado en el
texto del Convenio, tal y como hoy lo conocemos.33
Por otra parte quedó claro que tanto la asistencia como el salvamento eran lo mismo y que no era necesaria
la diferencia de la que hablaban los grandes tratadistas marítimos como Lyon-Caen, Renault, Ripert y Danjon. Asimismo, quedó claramente plasmada la diferencia ente el salvamento marítimo y la búsqueda y rescate marítimos
de las personas, debido a que el primero quedó únicamente para los buques y la carga que éstos transportan, en
tanto que el segundo término se refiere únicamente a las personas en peligro en el mar, lo cual no da lugar a pago
ninguno, con lo que quedaron a salvo los derechos humanos, artículos 10 “Obligación de prestar auxilio”, artículo
16, “Salvamento de personas” y artículo 6, “Contratos de salvamento”, del Convenio.34
La actividad desarrollada en la negociación final del texto del Convenio de Salvamento fue decisiva para que al
fin se adoptara el texto del Convenio Internacional sobre Salvamento Marítimo, para lo cual se contó con el apoyo
del Steamship Mutual Underwriting Association Bermuda, Ltd., el Club de Protección e Indemnización (PANDI) de
los buques de PEMEX.
Con lo cual se demuestra que, con conocimiento y preparación, siempre deben de negociarse los tratados,
no permitiendo que se cambien los acuerdos a que se han llegado, ya que la insistencia del Reino de los Países
Bajos se debía a que ese país tiene la más grande flota y equipo de salvadores marítimos que existen en el mundo.
La publicación, interpretación e implementación de los tratados en méxico
a. La Publicación de los Tratados
Al triunfo de la Revolución Rusa de 1917, que logró que los bolcheviques encabezados por Vladimir Ilich Ulianov
Lenin, alcanzaran el poder, quedó en descubierto que los tratados eran celebrados en secreto y a espaldas de la
población de un Estado, lo cual quedó claramente establecido en el Decreto de la Paz del Gobierno Soviético, en
el que se denunciaba y suprimía la diplomacia secreta, por lo cual a partir de ese momento sostuvo que era su
firme propósito sostener todas las negociaciones de manera abierta y pública frente a todo el pueblo ruso, con lo
que quedó impreso el principio de política exterior soviético de “Mantener una política exterior abierta y no de
espaldas al pueblo”35.
El Presidente de los Estados Unidos, Woodrow Wilson, propuso sus Catorce Puntos de Propuesta de Paz, 8
de enero de 1918, donde quedó plasmado un principio de hacer públicas las convenciones en el primero de esos
puntos.
“1. Convenciones abiertas de paz concertadas abiertamente, después de lo cual no podrá haber entendimientos internacionales privados de ninguna naturaleza, sino que la diplomacia procederá siempre francamente y a la vista del público”.36
33
Idem, p. 4. Lo cual al final no apareció en la Convención.
Ibidem, pp. 9, 11 y 15. El texto definitivo del Convenio, sin embargo, no contiene tal disposición aceptada en la Conferencia., edición
1989.
35
Potemkin, V. P., y otros. Historia de la Diplomacia. Tomo III Del comienzo de la Primera Guerra Mundial a 1939. México, Editorial
Grijalbo, S. A., 1968. Traducción al Español del ruso por José Laín de la Segunda Edición corregida y aumentada, pp. 53 a 57.
36
Nuñez García, Silvia y Zermeño Padilla, Guillermo. E. U. A. Documentos de su Historia Política III. México, Instituto de
Investigaciones Dr. José María Luis Mora, 1968. Tomo III, p. 731.
34
18
Tal principio quedó plasmado en el artículo 18 del Pacto de la Sociedad de Naciones, adoptado en Versalles,
Francia el 28 de junio de 1919 y en vigor el 10 de enero de 1920, al cual se adhirió México el 9 de septiembre de
1931 y aquí tenemos un grave error cometido con este tratado, no se publicó en el Diario Oficial de la Federación.
Dicho artículo dispone:
“Todo tratado o compromiso internacional que en lo sucesivo suscriba algún miembro de la Liga deberá ser registrado en la secretaría y publicado por ella en el más breve plazo posible. Ninguno de estos
tratos o compromisos internacionales tendrá fuerza hasta que esté registrado”.37
Esta disposición, además de señalar su preocupación por la publicación de los tratados, establecía una sanción para aquellos instrumentos jurídicos internacionales no publicados, los que no tendrían fuerza, o bien validez, mientras no estuvieran registrados y publicados en la Liga de las Naciones. Seara Vázquez, dice que en la
práctica el alcance de tal disposición jurídica fue moderado, dándose a entender que el efecto por no registrar y
publicar el tratado, simplemente se limitaba a que no podía ser invocado ante la Sociedad de Naciones y la Corte
Permanente Internacional de Justicia.38 En tal sentido se pronunció la Organización de la Naciones Unidas (ONU),
al adoptar su Carta, ya que en el artículo 102, colocado en la Parte XVI, “Disposiciones Varias”, dispuso:
“1. Todo tratado y acuerdo internacional concertados por cualesquiera miembros de las Naciones Unidas
después de entrar en vigor esta Carta serán registrados en la Secretaría y publicados por ésta a la mayor
brevedad posible.
“2. Ninguna de las partes en un tratado o acuerdo internacional que no haya sido registrado conforme a
las disposiciones del párrafo 1 de este artículo podrá invocar dicho tratado o acuerdo ante órgano alguno
de las Naciones Unidas”.39
Dicha disposición, hoy día se hace extensiva no sólo a los órganos de la Naciones Unidas, sino también a las
Organizaciones Internacionales Especializadas vinculadas con las Naciones Unidas, creadas conforme los artículos
57 y 63 de la Carta, capítulos IX, “Cooperación Internacional Económica y Social” y X, “El Consejo Económico y Social”.40 En México, con relación a la publicación de los tratados, para que un ciudadano mexicano pueda cumplirlos, deben de publicarse luego de ser ratificados o adheridos por el Presidente de la República en el Diario Oficial
de la Federación (DOF), según lo dispone el artículo 3º del Código Civil Federal, “Las leyes, reglamentos, circulares
o cualesquiera otras disposiciones de observancia general, obligan y surten sus efectos tres días después de su
publicación en el periódico oficial.”41 Este sistema se denomina sucesivo en relación con la iniciación de la vigencia
de cualquier instrumento jurídico, incluidos los internacionales.
El sistema sincrónico, es el que establece el día de iniciación de la vigencia de todo instrumento jurídico, que
reconoce el propio Código Civil Federal ya citado, en su artículo 4º: “Si la ley, reglamento, circular o disposición de
observancia general fija el día en que debe comenzar a regir, obliga desde ese día con tal de que su publicación
haya sido anterior”. Pues de no serlo, entonces tendremos que aplicar el sistema sucesivo.42
Se tuvo que recurrir al Código Civil Federal ya que nuestra Constitución Política no hace referencia a la publicación de los tratados en sus artículos 71 y 72 del título tercero, capítulo II, “Del Poder Legislativo”, Sección II, “De
37
Díaz, Luis Miguel. La Sociedad de Naciones y las Naciones Unidas. Estructuras y Prácticas. México, Manuel Porrúa, S. A. Editores,
1984, p. 162.
38
Seara Vázquez, Modesto. Op. cit. p. 230.
39
Derecho Internacional Público. Cartas, Tratados, Declaraciones, Convenios, Pactos, Estatutos. Carta de la ONU. Buenos Aires,
AZ Editora, 1984, p. 23.
40
Seara Vázquez, Modesto. Op. cit. pp. 469 y 471.
41
Código Civil Federal. México, Editorial Sista, S. A. de C. V., 2002, p. 3, artículo 3°.
42
Ibidem, p. 4, artículo 4°.
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la Iniciativa y Formación de las Leyes”. Como tampoco lo hace la Ley sobre la Celebración de Tratados.43 Con base
en lo anterior, no podemos aceptar la afirmación de algunos profesores de Derecho Internacional Público, en el
sentido de que en México los Tratados son de aplicación inmediata una vez que el Presidente de la República los
ha ratificado o bien se adherido a ellos, ya que requieren de su publicación necesariamente.
De esta suerte, el ciudadano mexicano no estará obligado a cumplir con aquel tratado que no sea publicado
en el DOF, como en el caso del Convenio Internacional para la seguridad de la vida humana en el mar, del 1º de
noviembre de 1974 (SOLAS/74), que no fue publicado de manera completa, DOF del 9 de mayo de 1977, pues el
Convenio consta además de su articulado, del articulado de su Anexo con ocho capítulos y tres apéndices, además
de sus Protocolos de enmienda de 1978 y 1988, que en la edición refundida elaborada por la Organización Marítima Internacional cuenta con 675 páginas.44
Por otra parte, tiene 13 Códigos y unas Directrices de obligado cumplimiento, que no creo hayan sido publicados en su totalidad, tales Códigos y Directrices son:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
Código Internacional para la Construcción y el Equipo de Buques que transporten Productos Químicos
Peligrosos a Granel (CIQ)
Código Internacional para la Construcción y el Equipo de Buques que Transporten Gases Licuados a Granel (CIG)
Código Internacional para el Transporte sin Riesgos de Grano a Granel (Código para el Transporte de
Grano a Granel)
Código Internacional de Seguridad para Naves de Gran Velocidad (Código NGV)
Código Internacional de Seguridad para Naves de Gran Velocidad 2000 (Código NGV/2000)
Código Internacional de Gestión de la Seguridad Operacional del Buque y la Prevención de la Contaminación (Código IGS)
Código Internacional para la Aplicación de Procedimientos de Ensayo de Exposición al Fuego (Código PEF)
Código Internacional de Dispositivos de Salvamento (Código IDS)
Código Internacional para la Seguridad del Transporte de Combustible Irradiado, Plutonio y Desechos de
Alta Actividad en Bultos a Bordo de Buques (Código CNI)
Código Internacional sobre Sistemas de Seguridad contra Incendios (Código SSCI)
Código Marítimo Internacional de Mercancías Peligrosas (Código IMDG)
Código Internacional para la Protección de los Buques y de las Instalaciones Portuarias (Código ISPS)
Código Internacional para la Construcción y el Equipo de Unidades Móviles de Perforación Mar Adentro
(Código MODU/1989)
Directrices sobre el Programa Mejorado de Inspecciones durante los Reconocimientos de Graneleros y
Petroleros 45
Es más, en la colección de “Tratados Ratificados y Convenios Ejecutivos Celebrados por México”, publicada por
el Senado de la República, se nos dice de este Convenio SOLAS/74: “Nota Bene: El texto de este Convenio no se reproduce aquí. Puede consultarse en el expediente de la Consultoría Jurídica con clasificación III/342.1(42)/200793, de la Secretaría de Relaciones Exteriores”.46
43
Constitución Política Mexicana de los Estados Unidos Mexicanos. México, Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM y
Editorial Porrúa, 2006. Décimonovena Edición, Serie A: Fuentes. B) Textos y Estudios Legislativos, Número 59, Tomo III, pp. 256 a 278.
44
SOLAS (Consolidated Edition, 2004). Londres, Organización Marítima Internacional, 2004. ISBN 928014183X.
45
Salgado y Salgado, José Eusebio. La Historia de un Proyecto de Ley: La Ley de Navegación y Comercio Marítimos. México, Tesis de
Grado para obtener el Doctorado en Derecho, Facultad de Derecho, UNAM, 2006, pp. 62 y 63.
46
“Convenio Internacional para la Seguridad de la Vida Humana en el Mar”. Tratados ratificados y Convenio Ejecutivos celebrados
por México. México, Senado de la República, 1985. Tomo XX (1972-1974), p. 955.
20
b. Interpretación de los Tratados
La interpretación de los tratados es uno de los temas más complicados del Derecho de los Tratados, por lo que únicamente hasta que se aprobaron los Convenios de Viena sobre Derecho de los Tratados del 23 de mayo de 1969
y de Viena sobre Derecho de los Tratados entre Estados y Organizaciones Internacionales o entre Organizaciones
Internacionales del 21 de marzo de 1986, en donde en sus Secciones 3, “Interpretación de los Tratados”, artículos
31 a 33, se dicta la norma general de interpretación, medios adicionales o complementarios y el problema de los
idiomas.47
Siguiendo a Loretta Ortiz Ahlf, que resume tales disposiciones, podemos desprender los siguientes elementos
primordiales de interpretación:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
Sentido corriente de los términos
El contexto
El objeto y fin del tratado
El acuerdo entre las Partes
La conducta de éstas
Las Normas de Derecho Internacional48
Por su parte, Sir George Fitzmaurice nos recomienda cinco principios que pueden seguirse cuidadosamente y
habremos hecho una interpretación limpia y sobre todo clara:
1. Interpretación textual o bien actualidad del tratado
2. Significado natural o común, es decir ordinario de todos los términos en él empleados, a menos que del
objeto y fin del tratado se desprenda que debe dársele un sentido científico o técnico al término
3. Integración, o de otra manera dicho, interpretación del tratado como un todo y no tomando disposiciones aisladas
4. Efectividad del tratado, es decir, ut res magis valeat cuam perreat. (una cosa vale mientras no perezca)
5. Práctica subsecuente o actualidad, es decir interpretación de textos y términos a la luz de su significado
natural en la fecha de su elaboración y conclusión o adopción49
c. La Implementación de los tratados
El término implementación significa “acción o efecto de implementar”, a su vez este último vocablo nos indica que
es el “poner en funcionamiento, aplicar métodos, medidas, etc., para llevar algo a cabo. En el caso de los tratados
significa llevar a cabo todas aquellas medidas destinadas a poner en práctica y hacer posible la aplicación de dicho
instrumento jurídico internacional”50
Esta expresión, que tengo ya más de cuarenta años de escucharla en los medios de celebración, negociación,
aprobación y aceptación de los tratados, sin embargo, no es muy común su empleo en el ámbito nacional, precisamente porque se dice que basta con la publicación del tratado en el DOF, para que se aplique de inmediato. No obstante lo anterior, requerimos que de alguna manera el contenido del tratado nos sea explicado, aclarado y sobre todo
interpretado para poderlo aplicar, para el caso que no tengamos una formación jurídica internacional apropiada.
Un ejemplo de este problema nos lo dan los tratados adoptados en el seno de la Organización Marítima
Internacional (OMI) que van dirigidos preferentemente a capitanes de buques, marinos mercantes en general,
47
Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados…, pp. 40 a 42.
Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados entre Estados y Organizaciones Internacionales o entre Organizaciones
Internacionales…, pp. 107 y 108.
48
Ortiz Ahlf, Loretta. Op. cit., pp. 17 y 18.
49
McNair, Arnold Lord. Op. cit. , pp. 364 y 365.
50
Diccionario de la Lengua Española... p. 849.
21
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marinos de guerra, autoridades marítimo-portuarias, administradores de puertos, operadores de buques, navieros y armadores, exportadores e importadores, aseguradores marítimos, salvadores marítimos, liquidadores de
averías gruesas, corredores de buques y seguros, corredores públicos, abogados maritimistas, jueces, ingenieros
y arquitectos navales, etc.
Como podemos ver, no todos tienen una formación jurídica internacional, y por lo mismo, les será difícil aplicar tales instrumentos jurídicos internacionales, precisamente por ello una de las primeras preocupaciones que
el Consejo para el Fomento y Desarrollo de la Marina Mercante Mexicana se formuló fue la de buscar el establecimiento de formación de personal especializado en Derecho Marítimo, tanto comercial, como internacional, lo
cual como siempre no se está haciendo.
Por otra parte, la propia OMI ha tratado de resolver el problema planteado por convenios que han sido muchas veces enmendados como los siguientes:
a. Convenio Internacional para la Seguridad de la Vida Humana en el Mar de 1974 (SOLAS/74) y sus Protocolos de Modificaciones de 1978 y 1988, que al 1º de julio de 2010 tenían más de 75 enmiendas
b. Convenio Internacional para Prevenir la Contaminación por los Buques de 1973 y su Protocolo de Modificación de 1978 (MARPOL/73/78), que al 1° de septiembre de 2010 tenía más de 60 enmiendas
Editando ediciones “refundidas” de ambos tratados, que fueron rápidamente superadas, luego de su impresión, por la constante adopción de enmiendas de los mismos, y de ahí que se estén publicando ahora nuevos
apéndices a tales obras, con lo que se complican de nuevo de las cosas y los Convenios citados no quedaron bien
implementados con tales publicaciones, ya que a lo jurídico, hay que agregar también ahora los aspectos técnicos
y científicos del contenido de muchas de sus materias.51
De ahí que insistamos que la implementación de los tratados sea muy necesaria para facilitar la aplicación de
un número tan elevado de enmiendas, de ahí que al participar constantemente en los dos Períodos de Sesiones
que el Comité Jurídico de la OMI celebra anualmente, durante veintidos años, hayamos solicitado una y otra vez
que es necesario adoptar mejor un nuevo tratado que el tener que manejar un número tan elevado de enmiendas, que en un momento dado nos impida aplicar correctamente las normas establecidas en el convenio y nos
haga incurrir en severas faltas que puedan incluso llevarnos a sufrir sanciones penales y civiles. Puedo decir, sin
lugar a dudas, que aún los países desarrollados no cumplen cabalmente con esos convenios tan profusamente
enmendados, como sí lo hacen los países miembros de la Unión Europea al implementarlos.
Por tanto, queda claro que el implementar no es publicar, ni tampoco interpretar, por lo que un tratado debe
ser tanto interpretado, como publicado e implementado, para poder entenderlo y hacerlo aplicable fácilmente,
para lo cual el Gobierno Mexicano deberá avocarse de inmediato a realizar cuidadosamente tales acciones, es
decir interpretar, publicar e implementar los tratados.
Violación de los tratados a través de la legislación mexicana
Este, que es el tema central de la investigación que se realiza, descansará primordialmente en la ley marítima
más importante de nuestro país, que está vigente. Examinaremos la Ley de Navegación y Comercio Marítimos
del 30 de mayo de 2006 y publicada en el DOF del 1° de junio de ese año, para dar ejemplos de tales violaciones.52
No debe perderse de vista, como nos lo dice Paul Reuter, citado por Jorge Palacios Treviño en su obra “Tratados. Legislación y práctica en México”:
51
SOLAS (Consolidated Edition, 2004). Londres, Organización Marítima Internacional, 2004. ISBN 928014183X.
MARPOL(Consolidated Edition, 2006). Londres, Organización Marítima Internacional, 2006. ISBN 928014216X.
52
Decreto por el que se expide de la Ley de Navegación y Comercio Marítimos. Diario Oficial de la Federación. México, jueves 1° de junio de 2006,
pp. 17 a 68.
22
“Los tratados se celebran para ser ejecutados, y su ejecución requiere su aplicación por los tribunales
nacionales, sobre todo cuando se estipulan derechos y obligaciones para los individuos. Una aplicación
semejante ha provocado y sigue provocando diversos problemas prácticos, ella está también en el origen
de las especulaciones del ‘dualismo’ y del ‘monismo’. La cuestión se reduce a lo siguiente: ¿Bajo qué condiciones y con qué efectos podría aplicar un tribunal nacional las normas de un tratado? ¿Se encontrará ese
tribunal en la misma posición que cuando aplica normas nacionales?”53
Lo cual no se cumple por la citada Ley. Empezamos de inmediato con los conceptos que la mencionada norma
jurídica nos da de embarcación y artefacto naval, que violan lo dispuesto en varios convenios internacionales de
los que México es parte, para lo cual destacaremos dos de ellos: Convenio Internacional para prevenir la contaminación por buques del 2 de noviembre de 1973 y su Protocolo de Modificación del 17 de febrero de 1978, publicados en los DOFs del 8 y 7 de julio de 1992 respectivamente, (Convenio MARPOL/73/78), y el Convenio Internacional sobre cooperación, preparación y lucha contra la contaminación por hidrocarburos del 30 de noviembre
de 1990, DOF, del 6 de febrero de 1995 (CONVENIO OPRC/90).54 Así, la Ley nos da en su artículo 2° fracciones IV
y V, las siguientes definiciones:
“IV Embarcación: Toda construcción diseñada para navegar sobre o bajo vías de navegación.”
“V Artefacto Naval: Cualquier estructura fija o flotante, que sin haber sido diseñada y construida para
navegar, sea susceptible de ser desplazada sobre el agua por sí misma o por una embarcación, o bien
construida sobre el agua, para el cumplimiento de sus fines operativos.”55
Más tarde en su artículo 10, fracción I, inciso e), al clasificar las embarcaciones y artefactos navales por su
uso, agrega:
“e) Embarcaciones y/o artefactos navales de extraordinaria especialización que por su tecnología y por
los servicios que estas (sic) prestan, la tripulación requiera de un entrenamiento particularmente especializado, o aquellos que sean de extraordinaria especialización o características técnicas no susceptibles de
ser sustituidas por otras de tecnología convencional como las utilizadas para la exploración, perforación
de pozos, producción temprana de hidrocarburos, construcción y/o mantenimiento de instalaciones marinas petroleras, alimentación, salvamento y seguridad pública.”56
Ahora veamos qué nos dicen los Convenios antes mencionados sobre todo esto. Comenzaré por el Convenio
MARPOL73/78, que en su artículo 2, “Definiciones”, inciso 4) define al buque como sigue:
“Por buque se entiende todo tipo de embarcaciones que operan en el medio marino, incluidos los aliscafos,
así como los aerodeslizadores, los sumergibles, los artefactos flotantes y las plataformas fijas o flotantes”. 57
Como podemos ver la definición de buque es la que se hace, ya que el término embarcación es muy general,
pues la Enciclopedia General del Mar nos dice:
53
Esta cita la hace Palacios Treviño, Jorge. Tratados. Legislación y práctica en México”. México, Secretaría de Relaciones Exteriores y
Universidad Iberoamericana, 2007, pp. 182 y 183.
54
MARPOL 73/78 Consolidated Edition, 1997. Londres, Organización Marítima Internacional, 1997. ISBN 92-801-1435-2, XIV y 419 pp.
Convenio Internacional sobre cooperación, preparación y lucha contra la contaminación por hidrocarburos, 1990. Londres, Organización marítima
Internacional, 1991. ISBN 92-801-3461-2, VI y 45 pp.
55
Decreto por el que se expide la Ley de Navegación y Comercio Marítimos…, p. 17
56
Ibidem, pp. 20 y 21.
57
MARPOL 73/78 Consolidated Edition, 1997…., pp. 4 y 5.
23
Ciencias Jurídicas
El derecho mexicano a la luz de las Relaciones Internacionales.
Caso de los tratados ratificados o bien adheridos por México
José Eusebio Salgado y Salgado
“Embarcación. Arq. Nav. Una de las denominaciones generales de toda construcción de cualquier forma o
tamaño, capaz de mantenerse a flote y surcar la superficie de las aguas.”58
En tanto que a la palabra buque le dedica 136 páginas, en su segundo tomo, término en el que incluso puede
verse parte de la clasificación de los buques, las partes de un buque, habla del buque en la Historia, además de
diversos temas relacionados con la expresión.59
Pasando ahora al concepto de buque que nos da el Convenio MARPOL 73/78, se puede desprender del
mismo que los artefactos flotantes y navales son buques, que se clasifican por el tipo de su construcción y
dentro de ésta, corresponde a los buques de fines especiales. Hay que aclarar, que tal definición incluyó a las
plataformas fijas y flotantes con fines muy particulares y exclusivos, los de lograr la prevención de la contaminación del medio marino por hidrocarburos, según puede verse en la Regla 21 del Anexo I, “Reglas para prevenir
la contaminación por hidrocarburos”. Pues las equipara con buques de un arqueo bruto igual o superior a 400
toneladas que no sean petroleros, para efectos de evitar la contaminación marina, pero deberán tener los
siguientes equipos para ello:
“a) Dispositivo de vigilancia y control de descargas de hidrocarburos y equipo separador de aguas e hidrocarburos:
“b) Tanques de fangos.
“c) Llevar un registro, aprobado por la Administración, para todas las operaciones en que se produzcan
descargas de hidrocarburos o mezclas oleosas.
“d) En zonas especiales queda prohibida la descarga de hidrocarburos y materias oleosas, salvo que se
trate de salvar la vida humana en el mar, excepción que permite tal descarga. A menos que la misma
sin dilución no exceda de las 15 partes por millón, la que está permitida.
“e) A menos de 12 millas marinas de la tierra más próxima la descarga de hidrocarburos o mezclas oleosas, esta prohibida, salvo que ocurra la excepción mencionada en el inciso anterior o bien se trate de
descargas sin dilución que no excedan de 100 partes por millón. Si el país tiene reglas más severas, se
deberán respetar éstas”.60
Con esta aclaración las plataformas marinas de exploración o explotación de los hidrocarburos líquidos y
gaseosos no son buques y por lo mismo no son artefactos flotantes o navales. Estos además se clasifican al lado
de otros buques especiales: rompehielos, cableros, hospitales, dragas, fábricas, oceanográficos, diques flotantes,
estaciones meteorológicas, remolcadores, asistencia y salvamento, buques faro, buques isla, gánguiles, buques
de posicionamiento dinámico, buques grúa, artefactos flotantes o navales, aliscafos, barcazas, aerodeslizadores,
abastecedores y sumergibles entre otros y no por ello esos buques son de extraordinaria especialización.61
Pero en español que es lo extraordinario, calificativo que suena absurdo para este tipo de buques, “algo que
está fuera del orden o regla natural o común”, de acuerdo con lo que nos dice el Diccionario de la Real Academia
Española, expresión que no era necesaria ya que bastaba con el de su clasificación: buques de fines especiales,
que no son nada extraordinarios pues, de ellos se habla ya desde hace más de cincuenta años, hoy día son muy
comunes.62 Pero jurídicamente tal calificativo puede dar lugar a equívocos lamentables, por ser absurdo, además
de innecesario e inútil.
58
Embarcación. Enciclopedia General del Mar. Barcelona, Ediciones Garriga, 1968. Segunda Edición, Tomo III, p. 1124. Sólo tiene nueve
renglones y se hace referencia a lanchas, botes y otros más de servicio.
59
Buque, Enciclopedia General del Mar… Tomo II, pp. 253 a 389.
60
MARPOL 73/78 Consolidated Edition, 1997…, p. 87.
61
El Nuevo Concepto del Buque. Apuntes de la Cátedra de Derecho Marítimo. México, edición del autor, parte del Capítulo VII del
Manual de Derecho Marítimo, SEP-INDAUTOR Registro Público 03-2000-072412095800-01
62
Extraordinario, Diccionario de la Lengua Española. Real Academia Española, 2001. Vigésima Segunda Edición, p. 695.
24
Examinando ahora el Convenio OPRC/90, este instrumento jurídico internacional, ya separa en su artículo 2,
“Definiciones”, incisos 3) y 4) los conceptos de buque y de unidad mar adentro, término con el que se conocen
ahora las plataformas marinas de exploración, explotación y producción de hidrocarburos líquidos o gaseosos, los
conceptos que nos da son los siguientes:
“Buque: toda nave que opere en el medio marino, del tipo que sea, incluidos los aliscafos, los aerodeslizadores, los sumergibles y los artefactos flotantes de cualquier tipo.”
“Unidad mar adentro: toda instalación o estructura mar adentro fija o flotante, dedicada a actividades de
exploración, explotación o producción de gas o hidrocarburos o a la carga o descarga de hidrocarburos.”63
México ratificó el Convenio y lo publicó en el DOF del 6 de febrero de 1995, por lo tanto Senadores y Diputados deberían estar preparados para no poner los conceptos que pusieron de buques y artefactos navales, pues
deberían incluir los conceptos de buque y unidad mar adentro, pues México ya los había aceptado, al adoptar
los Convenios citados, DOFs del 7 y 8 de julio de 1992 para el Convenio MARPOL73/78 y del 6 de febrero de 1995
para el Convenio OPRC/90.
Sigamos para ver otras violaciones a los tratados o convenios ratificados por México, en el mismo artículo 2,
fracción IX, lo relativo a naviero o empresa naviera, que se define de la siguiente manera:
“IX. Naviero o empresa naviera: Armador o empresa armadora, de modo sinónimo, la persona física o
moral que teniendo bajo su propiedad una o varias embarcaciones y/o artefactos navales, y sin que necesariamente constituya su actividad principal, realice las siguientes funciones: equipar, avituallar aprovisionar, dotar de tripulación, mantener en estado de navegabilidad, operar por si mismo y explotar embarcaciones”.64
Frente a esta definición, no nos queda sino sorprendernos, pues el Diccionario de la Real Academia Española
nos dice que ambos términos son diferentes, ya que naviero es una cosa y armador otra. Pero además nos parece
absurdo que nos diga “sin que necesariamente constituya su actividad principal”, siendo precisamente esa su
actividad fundamental, pues no podemos concebir a un naviero o a un armador que no se dediquen a explotar
marítima y comercialmente sus buques.
“Naviero, Adj. Perteneciente a las naves o a la navegación. Acciones Navieras. //2m. y f. Dueño de un
navío u otra embarcación [es decir, que es el propietario del buque] capaz de navegar en altar mar. // 3.
Persona que avitualla un buque. // Compañía propietaria de buques mercantes.”
“Armador, ra. M y f. Persona o empresa que arma o dota un buque para su explotación comercial.” 65
Entonces, son dos cosas distintas en el idioma español, que no permitirán tener los equívocos que hoy día
sufren en la lengua inglesa, pues sólo hay una palabra para los personajes del negocio marítimo: shipowner, de tal
suerte que los jueces ingleses o norteamericanos preguntan al demandante si es propietario del buque naviero o
bien si es arrendatario del buque armador.
Por otra parte, el naviero al arrendar su buque a un tercero le cede las explotaciones marítima y comercial,
luego el arrendatario del buque es el armador, y el naviero no deja por ello de serlo, pero ya no se encarga de
tales explotaciones. En el Convenio de las Naciones Unidas sobre las Condiciones de Inscripción de los Buques del
63
Convenio Internacional sobre cooperación, preparación y lucha contra la contaminación por hidrocarburos, 1990. Londres, Organización
Marítima Internacional, 1991. ISBN. 92-801-346-2. p. 9.
64
Decreto por el que se expide la Ley de Navegación y Comercio Marítimos…, p. 17
65
Armador y Naviero, Diccionario de la Lengua Española…, pp. 139 y 1064.
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El derecho mexicano a la luz de las Relaciones Internacionales.
Caso de los tratados ratificados o bien adheridos por México
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7 de febrero de 1986, DOF del 17 de marzo de 1988, se nos dice que son también dos cosas distintas, artículo 2,
“Definiciones”:
“Se entiende por ‘naviero’ el propietario o bien el arrendatario del buque a casco desnudo, o cualquier
persona natural o jurídica a la que se hayan asignado formalmente las obligaciones del propietario o del
arrendatario a casco desnudo [luego es una persona u otra diferente]”66
Para lo cual definiremos el arrendamiento a casco desnudo, que nos dará finalmente la razón:
“Se entiende por ‘arrendamiento a casco desnudo’ un contrato de arrendamiento de un buque determinado en virtud del cual el arrendatario tiene la posesión y control plenos del buque… [Luego son términos
diferentes a pesar de que se empleen como sinónimos en la definición del naviero y el armador en la Ley
de Navegación y Comercio Marítimos]”67
El siguiente concepto violatorio de un tratado internacional, lo tenemos en la Ley de Navegación y Comercio
Marítimos, artículo 2º, fracción XI, donde se dispone:
“Tratados internacionales: los Tratados Internacionales en la materia en los que los Estados Unidos Mexicanos sean partes (sic)”.68
Con lo que se viola el Convenio de Viena sobre el Derecho de los Tratados del 23 de mayo de 1969, DOF del 14
de febrero de 1975, ya que ahí se define el tratado internacional, artículo 2, inciso I a),
“Términos Empleados como sigue:
“Se entiende por ‘tratado’ un acuerdo internacional celebrado por escrito entre Estados y regido por el
derecho internacional, ya conste en un instrumento único o en dos o en más instrumentos conexos y cualquiera que sea su denominación particular”69
Concepto que nos repite la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados entre Estados y Organizaciones Internacionales o entre Organizaciones Internacionales del 21 de marzo de 1986, DOF del 28 de abril de 1988,
sin embargo, en éste se agregan los organismos internacionales además de los Estados, este era el concepto que
se nos debería haber dado, seguido de la pertinente aclaración: “Desde luego, en este caso nos referimos a los
tratados internacionales en materia de Derecho y Transporte Marítimos de los que México es parte”. Ya que de
otra manera una persona sin preparación pensaría que los tratados internacionales son los que dice la Ley y no
las Convenciones de Viena de 1969 y 1986.70
En el Capítulo V, “Tripulación”, del Título Segundo, “De la marina mercante”, de la Ley de Navegación y Comercio Marítimos vigente, se dispone en el artículo 25, tercer párrafo, lo siguiente:
66
Convenio de las Naciones Unidas sobre las condiciones de inscripción de los buques. Tratados Ratificados y Convenios Ejecutivos celebrados por
México. México Senado de la República, 1986. Tomo XXVII (1986), p. 41.
67
Idem
68
Ibidem, p. 18.
69
Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, Tratados Celebrados por México. México, Senado de la República y Secretaría de
Relaciones Exteriores, 1993. Apéndice III (1968-1969), p. 26.
70
Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados entre Estados y Organizaciones Internacionales o entre Organizaciones Internacionales. Tratados y
Convenios Ejecutivos celebrados por México. México, Senado de la República, 1988. Tomo XXVII (1986), p. 87.
26
“No se considerarán tripulantes de las embarcaciones y artefactos navales, al personal técnico que realice
las funciones de instrucción, capacitación, supervisión y administración; en las embarcaciones pesqueras
al personal embarcado que sólo realiza funciones de instrucción, capacitación y supervisión de las actividades de captura, manejo o proceso de recursos pesqueros.”71
Aquí se violan los convenios internacionales adoptados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), de
los que México es parte, pues en ellos se considera gente de mar o marinos a todo el personal empleado a bordo
de cualquier buque que se dedique a la navegación, con lo que vemos no hace los distingos que la ley hace, para
lo cual hemos escogido dos de tales Convenios, uno de 1920 y el otro de 1987, es decir más reciente, para que se
vea que no han cambiado la idea sobre el concepto de gente de mar o marinos.
El Convenio 8, “Convenio relativo a la indemnización de desempleo en caso de pérdida por naufragio” del 15
de junio de 1920, DOF del 4 de marzo de 1940, en su artículo 1° se dispone:
“Para la aplicación del presente Convenio, el término ‘marinos’ será aplicable a todas las personas empleadas a bordo de todo buque que realice una navegación marítima.”72
A su vez el Convenio 166 “Convenio sobre la repatriación de la gente de mar (revisado)”, del 9 de octubre
de 1987, ratificado por México el 5 de octubre de 1990, que no ha sido publicado en el DOF, según se dice en la
Colección de Tratados ratificados y Convenios Ejecutivos celebrados por México, en su artículo 1° inciso 4) indica:
“A los efectos del presente Convenio los términos ‘gente de mar’ o ‘marinos’ designan a todas las personas empleadas con cualquier cargo a bordo de un buque dedicado a la navegación marítima al cual se le
aplique el presente Convenio.”73
Por lo que nuestra Ley de Navegación y Comercio Marítimos vigente viola lo dispuesto por ambos Convenios,
lo que revela el descuido que nuestros legisladores tuvieron al adoptarla. Además de que podemos considerarla
violatoria de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, artículo 123, y su Ley reglamentaria, Ley
Federal del Trabajo vigente, Capítulo III, “Trabajadores de los buques”, Título Sexto, “Trabajos especiales”, artículos 187 y 188, que consideran trabajadores a todas las personas que desempeñen cualquier cargo a bordo de los
buques, por lo que disponen:
“Artículo 187. Las disposiciones de este Capítulo se aplican a los trabajadores de los buques, comprendiéndose dentro de esta denominación cualquier clase de barco o embarcación que ostente bandera mexicana”
“Artículo 188. Están sujetos a las disposiciones de este Capítulo los capitanes y oficiales de cubierta y
máquinas, los sobrecargos y contadores, los radiotelegrafistas, contramaestres, dragadores, marineros y
personal de cámara y cocina, los que sean considerados como trabajadores por las leyes y disposiciones
sobre comunicaciones por agua, y en general todas las personas que desempeñen algún trabajo por cuenta del armador, naviero o fletador.”74
Como se aprecia, la Ley Federal del Trabajo vigente sustituyó el término de tripulación del buque por el de
trabajadores de los buques, precisamente para evitar que se excluyeran de la Ley a todas las personas que trabajan a bordo de la nave, que realicen trabajos para el armador, naviero o fletador, según los comentarios que
71
Decreto por el que se publica la Ley de Navegación y Comercio Marítimos…, p. 24.
Convenio relativo a la indemnización de desempleo en caso de pérdida por naufragio…
Convenio 166 sobre repatriación de la gente de mar (revisado). Tratados ratificados y Convenios Ejecutivos celebrados por México. México,
Secretaria de Relaciones Exteriores, 1992. Tomo XXVIII (1987), p. 624.
74
Trueba Urbina, Alberto y Trueba Barrera, Jorge. Ley Federal del Trabajo. Comentarios, Prontuario, Jurisprudencia y Bibliografía.
México, Editorial Porrúa, 2001. 82ª Edición, p. 117.
72
73
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El derecho mexicano a la luz de las Relaciones Internacionales.
Caso de los tratados ratificados o bien adheridos por México
José Eusebio Salgado y Salgado
nos hacen los distinguidos juristas de Derecho del Trabajo, ya fallecidos, en la edición que prepararon de la Ley.
Este tratamiento se hace también extensivo a los prácticos del puerto que se encuentren en un momento dado
a bordo del buque realizando su trabajo de practicaje, ya que sirven a los navieros, armadores u operadores de
los buques. Luego no entendemos la razón de ser de lo dispuesto en el artículo 25 párrafo tercero de la Ley de
Navegación y Comercio Marítimos vigente.
El Capítulo VII, “De la coordinación administrativa de desatención de tripulantes extranjeros en embarcaciones extranjeras”, artículos 33 a 35, del Título Segundo, “De la marina mercante”, viola flagrantemente un principio
general o jus cogens del Derecho Internacional Público, que nos dice que todo lo relativo a cualquier cuestión
relacionada con los trabajadores de a bordo corresponde conocerla a las leyes del pabellón del Estado que porta
el buque. Tal principio se puede expresar como sigue:
“Los contratos de ajuste se rigen por la ley de la nacionalidad del buque en el cual los oficiales y gente de
mar prestan sus servicios. Todo lo concerniente al orden interno del buque y a los derechos y obligaciones
del capitán, oficiales y gente de mar se rigen por las leyes del Estado de la nacionalidad del buque.”75
Luego todo el procedimiento que en la Ley de Navegación y Comercio Marítimos se consigna, viola además
todos los Convenios de la OIT de que México es parte, así como la Convención sobre Relaciones Consulares del 24
de abril de 1963, DOF del 11 de septiembre de 1968, ya que una de las funciones consulares es la de proteger los
intereses del Estado que lo envía, así como de sus connacionales, sean estas personas físicas o morales, siempre
dentro de lo permitido por el Derecho Internacional Público; asimismo, ejercer de acuerdo con las leyes y reglamentos del Estado acreditante, todos los derechos de control o inspección de los buques que tengan la nacionalidad de su Estado, así como de sus tripulaciones; artículo 5, “Funciones consulares”, incisos a) y k).76
Con lo cual la Ley comienza todo un procedimiento y luego de tres días le informa al cónsul, esto es totalmente irregular, ya que no debemos olvidar que México defiende el principio que se le debe de informar de inmediato
al cónsul mexicano cuando se arreste a un inmigrante indocumentado en Estados Unidos.
Esto además puede traer consigo un protesta diplomática por el Estado cuyo pabellón porta el buque, pues
la Convención de Viena sobre Relaciones e Inmunidades Diplomáticas del 18 de abril de 1961, Diario Oficial de la
Federación del 3 de agosto de 1965, señala entre las obligaciones de una misión diplomática, la de proteger en el
Estado receptor los intereses del Estado acreditante y los de sus nacionales, dentro de los límites del Derecho Internacional Público, artículo 3 inciso 1 b). Por tanto se debe informar primero al cónsul o al embajador del Estado
de abanderamiento del buque sobre la situación imperante del buque de su nacionalidad, si no hay embajador
o cónsul acreditados en México, mediante la Embajada Mexicana en Washington hacerlo del conocimiento de la
misión diplomática o bien la consular del país del pabellón del buque acreditados en los Estados Unidos.77
Lo anterior no impide que nuestro Gobierno preste la ayuda necesaria a esos trabajadores marítimos o bien
por medio de los sindicatos mexicanos de trabajadores o gentes del mar, afiliados a la Federación Internacional
de los Trabajadores del Transporte (ITF), pero debemos respetar siempre el Derecho Internacional Público, de lo
cual hemos hecho gala y fama los mexicanos.78
75
Malvagni, Atilio. Tratado de Navegación Comercial Internacional. Convenciones Marítimas Internacionales. Buenos Aires, Instituto de
Estudios de la Merina Mercante Iberoamericana (IEMMI), 1968, p. 876.
76
Aquí procede examinar los siguientes documentos internacionales:
La costumbre internacional establecida en el Tratado de Navegación Comercial del 19 de marzo de 1940, que puede ser invocado como
costumbre, en particular su Título V, “Del capitán y personal a bordo”, artículos 20 a 24, citado en la nota anterior.
Convención de Viena sobre Relaciones Consulares. Tratados ratificados y Acuerdos Ejecutivos celebrados por México. México, Senado de la
República, 1974. Tomo XVII (1963-1964 Primera Parte), pp. 21 a 23.
77
Convención de Viena sobre Relaciones e Inmunidades Diplomáticas. Tratados ratificados y Acuerdos Ejecutivos celebrados por México. México, Senado de la República, 1974. Tomo XVI (1960-1962), p. 516.
78
Federación de los Trabajadores del Transporte (ITF). Yearbook of International Organizations. Bruselas, Union of International Associations, 1986, pp. 783 y 784.
28
Son muchos los temas violatorios de los tratados ratificados por México en relación con la Ley de Navegación
y Comercio Marítimos, por lo que se alargaría mucho mi trabajo, para lo cual sólo me ocuparé de uno más el de
los prácticos del puerto, a los que la citada norma jurídica los llama pilotos y a su trabajo pilotaje, Capítulo II, “Pilotaje”, del Título Tercero, “De la navegación”, artículos 55 a 58, con los que se viola la resolución A.889(21) del 25
de noviembre de 1999, aprobada por la Asamblea de la Organización Marítima Internacional (OMI), “Medios para
el Transbordo de Prácticos”, que se incluyó dentro del Convenio SOLAS 74/88, en la cual no se emplea el término
pilotos, expresión que corresponde más al primer oficial de cubierta del buque, además de que se reconoce la
profesionalización de tales trabajadores marítimos.79
No consideramos necesario continuar con este tema, pues considero que he demostrado plenamente y con
suficiencia cómo una de las leyes nacionales viola los tratados internacionales ratificados o adheridos por México,
la Ley de Navegación y Comercio Marítimos del 30 de mayo de 2006, DOF del 1° de junio de ese año.
Conclusiones
Ya no tenemos ninguna duda de cómo definir el tratado, ni cómo se negocia, aprueba y ratifica tal instrumento
internacional en nuestro país, para lo cual hemos seguido el trabajo de los ilustres profesores de Derecho Internacional Público mexicanos y nuestra propia experiencia en la celebración y negociación de los tratados bilaterales
y multilaterales en cuya celebración y negociación hemos participado.
Sin embargo, tenemos que reconocer que hay serios problemas de interpretación, publicación e implementación de los tratados en México, ya que hay tratados que no han sido publicados en el DOF, o bien se hace de
manera incompleta, como en el caso del Convenio SOLAS 74/88, cuyos 13 Códigos obligatorios no han sido publicados en su totalidad, ni tampoco sus Directrices obligatorias. La implementación de los tratados en nuestro país
es prácticamente nula, ya que no se hace, pues se considera que basta con su ratificación o adhesión y publicación
en el DOF, para que nos veamos obligados a cumplirlo, sin explicarnos su contenido para facilitarnos su aplicación
y comprensión.
Por otra parte, se violan flagrantemente los tratados aceptados por México en las leyes nacionales, como
ejemplo señalamos el caso de la Ley de Navegación y Comercio Marítimos, en donde dimos varios ejemplos que
nos pueden ilustrar al respecto, por lo que considero necesario que antes de adoptar una ley, debemos revisar los
tratados, convenios o convenciones ratificados o adheridos por México, a fin de evitarnos a la larga una vergüenza
internacional, que pueda llevarnos incluso a una protesta diplomática en contra de nuestro país.
Los senadores y diputados del Congreso de la Unión deberán contar en sus respectivas Cámaras con una
oficina especializada en asuntos internacionales, al frente de la cual poner a un especialista en la materia,
conocedor del Derecho Internacional Público y del Derecho de los Tratados, que les permita ver a los miembros del Congreso el alcance de las leyes que pretenden aprobar, sin que violen esos instrumentos jurídicos
internacionales.
Realizar periódicamente sesiones de conferencias por expertos tratadistas en la materia, con el fin de que se
les capacite adecuadamente y puedan ver cuidadosamente el alcance de sus acciones legislativas y de que queden enmarcadas dentro del Derecho Internacional Público y del Derecho de los Tratados.
Pienso que este tipo de trabajos puede ser útil a la labor legislativa, por lo que deben realizarse periódicamente y hacerlos públicos a través de las revistas especializadas de Derecho, pero sobre todo circulándolos adecuadamente entre los diputados y senadores.
79
Resoluciones de la 21ª Asamblea y otras decisiones. Resoluciones 874 a 901, 15-26 de noviembre de 1999. Londres, Organización Marítima Internacional, 2000, ISBN 92-801-3537-6. pp. 110 a 115.
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Ciencias Jurídicas
El derecho mexicano a la luz de las Relaciones Internacionales.
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La Historia de un Proyecto de Ley: La Ley de Navegación y Comercio Marítimos. México, Tesis de Grado para
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José Eusebio Salgado y Salgado es Profesor de Carrera de Tiempo Completo Titular “C”; Licenciado en Derecho por la Facultad de Derecho y Licenciado en Ciencias Diplomáticas por la FCPyS de la UNAM, también cuenta con
dos doctorados, uno en Derecho y otro en Relaciones Internacionales, ambos
por la UNAM. Asesor de diferentes empresas y organizaciones nacionales e
internacionales, ha escrito 17 libros y más de 100 artículos, en su mayoría
marítimos. Ha sido galardonado con diferentes premios en su trayectoria
como Profesor y Maritimista, siendo el más reciente (mayo de 2010) el que la
Facultad de Derecho y su Seminario de Derecho Internacional le entregaron
por su destacada labor de 40 años como profesor de la UNAM.
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