AMPARO EN REVISIÓN 388/2007. QUEJOSO: MANUEL FRANCISCO RICAÑO GUTIÉRREZ. PONENTE: MINISTRO JOSÉ DE JESÚS GUDIÑO PELAYO SECRETARIO: LIC. JOSÉ ALBERTO TAMAYO VALENZUELA Vo. Bo. PONENTE: México, Distrito Federal. Acuerdo de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al día veintinueve de agosto de dos mil siete. COTEJADO. V I S T O S, y R E S U L T A N D O: V I S T O S para resolver los autos del amparo en revisión 388/2007, promovido por las terceras perjudicadas y la autoridad responsable del amparo 132/2006-II del índice del Juzgado Primero de Distrito en el Estado de Aguascalientes, y R E S U L T A N D O: PRIMERO.- Interposición de la demanda, trámite y resolución de la demanda de amparo. Por escrito presentado el diez de febrero de dos mil seis en la Oficina de Correspondencia AMPARO EN REVISIÓN 388/2007 Común de los Juzgados de Distrito en Materia Administrativa del Distrito Federal, Manuel Francisco Ricaño Roqueñi, en su calidad de apoderado legal de Manuel Francisco Ricaño Gutiérrez, promovió juicio de amparo en contra de las autoridades y por los actos que a continuación se mencionan: Autoridades Responsables: 1. El Congreso de la Unión. 2. El Presidente de la República Mexicana. 3. El Secretario de Gobernación. 4. El Director del Diario Oficial de la Federación. 5. El Juez Octavo de lo Civil y de Hacienda del Estado de Aguascalientes. Actos reclamados: En el ámbito de las competencias de las autoridades mencionadas, se reclamó la expedición, promulgación, orden de publicación, refrendo y publicación del artículo 93 de la Ley de Instituciones de Crédito, así como la sentencia interlocutoria de diecinueve de enero de dos mil seis dictada en el incidente de oposición a la cesión onerosa de crédito dentro de los autos del expediente 133/2002, en el cual se aplicó la norma reclamada como inconstitucional. La quejosa señaló como preceptos violados los artículos 14 y 16 constitucionales y como terceras perjudicadas a Sólida Administradora de Portafolios, Sociedad Anónima de Capital 2 AMPARO EN REVISIÓN 388/2007 Variable y a BBVA Bancomer, Sociedad Anónima, Institución de Banca Múltiple, Grupo Financiero BBVA Bancomer; asimismo, señaló los conceptos de violación que estimó convenientes 1 . Mediante acuerdo de veintiuno de abril de dos mil seis, el titular del Juzgado Primero de Distrito en el Estado de Aguascalientes, a quien por razón de turno tocó conocer del asunto admitió la demanda de garantías y ordenó la formación del expediente 132/2006-II 2 . Seguidos los trámites correspondientes, el juez celebró audiencia constitucional el ocho de mayo de dos mil seis y dictó sentencia concediendo el amparo, al considerar que el artículo reclamado era inconstitucional 3 . SEGUNDO. Interposición y trámite de los recursos de revisión. Inconforme con la anterior resolución, la tercera perjudicada Sólida Administradora de Portafolios, Sociedad Anónima de Capital Variable, interpuso recurso de revisión mediante escrito presentado el dieciséis de agosto de dos mil seis 4 . Por su parte, el día diecisiete de ese mismo mes y año, la tercera perjudicada BBVA Bancomer, Sociedad Anónima, Institución de Banca Múltiple, Grupo Financiero BBVA Bancomer interpuso también recurso de revisión. 1 Cuaderno del juicio de amparo 132/2006-II. Fojas 2-15. Ibíd. Fojas 28-29. 3 Ibíd. Foja 296-305. 2 3 AMPARO EN REVISIÓN 388/2007 Mediante acuerdo de veintinueve de agosto de dos mil seis, el Presidente del Segundo Tribunal Colegiado del Vigésimo Tercer Circuito, órgano a quien tocó conocer del asunto por razón de turno admitió a trámite la revisión propuesta por las terceras perjudicadas, y ordenó registrar el recurso con el número 299/2006 5 . Posteriormente, el cinco de septiembre de dos mil seis, el Subprocurador Fiscal Federal de Amparos de la Procuraduría Fiscal de la Federación, en ausencia del Secretario de Hacienda y Crédito Público -éste a su vez en representación del Presidente de la República- interpuso recurso de revisión, mismo que fue admitido por auto de ocho del mismo mes y año 6 . TERCERO. Resolución del Tribunal Colegiado. En sesión de once de diciembre de dos mil seis, el Tribunal Colegiado resolvió que no procedía el sobreseimiento en el juicio de amparo y ordenó la remisión de los autos a esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, en virtud de que subsistía el planteamiento de inconstitucionalidad del artículo 93, primer párrafo de la Ley de Instituciones de Crédito. CUARTO. Trámite del recurso de revisión ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Una vez que se recibieron los autos en este Alto Tribunal, su Presidente, mediante proveído de doce de enero de dos mil siete, asumió la competencia de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación para conocer del recurso 4 Ibíd. 317-331 Cuaderno de revisión 266/2006. Foja 49. 6 Ibíd. 440-441. 5 4 AMPARO EN REVISIÓN 388/2007 de revisión y ordenó turnar el expediente al Ministro José Ramón Cossío Díaz y a la Primera Sala, en virtud de que la materia del asunto corresponde a su especialidad. Mediante resolución de catorce de febrero de dos mil siete, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó devolver los autos al Tribunal Colegiado en atención a que esta Primera Sala advierte que no abordó el estudio de una de las causales de improcedencia hechas valer por la autoridad recurrente, específicamente la consistente en que de concederse el amparo los efectos de la protección constitucional no podrían concretarse: “…No obstante, el Tribunal Colegiado no abordó el análisis de la causal de improcedencia que hizo valer la autoridad responsable recurrente consistente en que no podían concretarse los efectos del amparo en caso de que se concediera la protección constitucional a la quejosa. Así, si la cuestión cuyo estudio fue omitido, como ya se precisó en este fallo, en términos de lo dispuesto en el punto Décimo Primero del Acuerdo 5/2001, emitido por el Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, el veintiuno de junio de dos mil uno, es competencia del Segundo Tribunal Colegiado del Vigésimo Tercer Circuito, procede remitir el escrito de agravios y los autos a tal órgano colegiado con el objeto de que dé cabal y 5 AMPARO EN REVISIÓN 388/2007 estricto cumplimiento al contenido del acuerdo de referencia, haciéndose cargo del estudio de la causal de improcedencia que en vía de agravios hace valer la autoridad recurrente, y sólo en el caso de que llegara a desestimarlas y de no existir ningún otro motivo que impida el análisis de fondo del asunto, reserve jurisdicción a esta Suprema Corte, enviándole los autos relativos. Ello debe ser así, pues esos aspectos no analizados definitivamente impiden a este Alto Tribunal avocarse única y exclusivamente al examen de constitucionalidad del tema propuesto.” El punto resolutivo único, es el siguiente: “ÚNICO. Devuélvase al Segundo Tribunal Colegiado del Vigésimo Tercer Circuito el recurso de revisión de que se trata y los autos, para los efectos precisados en esta ejecutoria.” En sesión de siete de mayo de dos mil siete, el Segundo Tribunal Colegiado del Vigésimo Tercer Circuito se declaró legalmente incompetente para resolver los recursos de revisión respecto del fondo del asunto, toda vez que ésta le corresponde a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, porque la norma reclamada constituye una disposición general de aplicación federal respecto de la cual, a la fecha no se ha integrado jurisprudencia ni existen cinco precedentes sobre el tema que 6 AMPARO EN REVISIÓN 388/2007 hayan sido emitidos por el Pleno o las Salas del más Alto Tribunal federal. En consecuencia, procedió a remitir los autos del juicio de amparo y sus anexos a este Alto Tribunal, para que si lo consideraba pertinente, se ocupara del estudio de los conceptos de agravio en que se controvierte la concesión del amparo. Los puntos resolutivos de la sentencia del tribunal colegiado, son los siguientes: “PRIMERO.- Este Segundo Tribunal Colegiado del Vigésimo Tercer Circuito, ha sido parcialmente incompetente para resolver los recursos de revisión interpuestos por las terceras perjudicadas Sólida Administradora de Portafolios, sociedad anónima de capital variable y BBVA Bancomer, sociedad anónima, Institución de Banca Múltiple, Grupo Financiero BBVA Bancomer, así como por la autoridad responsable Presidente de la República, representado por el Secretario de Hacienda y Crédito Público, contra la sentencia dictada el uno de agosto de dos mil seis, por el Juez Primero de Distrito en el Estado, en el juicio de garantías número 132/2006-II. SEGUNDO.- No es procedente el sobreseimiento del juicio de amparo 132/2006-II, del Juzgado Primero de Distrito en el Estado, promovido por Francisco Ricardo Roqueñi, en representación de Manuel Francisco Ricaño Guitérrez. TERCERO.- Envíense los autos a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para que si lo considera procedente, asuma su competencia originaria para resolver el fondo de la cuestión planteada.” 7 AMPARO EN REVISIÓN 388/2007 QUINTO.- Una vez que se recibieron los autos en este Alto Tribunal, su Presidente, mediante proveído de veintitrés de mayo de dos mil siete, asumió la competencia originaria de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, para conocer del recurso de revisión que se hace valer en representación del Presidente de la República, así como de los formulados por el representante legal de las tercero perjudicadas, ordenando su notificación por medio de oficio a las autoridades responsables y al Procurador General de la República, para que dentro del plazo de diez días, contados a partir de su legal notificación, formule el pedimento respectivo, si lo estima conveniente. En el mismo acuerdo se ordenó turnar el expediente a la Primera Sala de este Alto Tribunal, en virtud de que la materia del asunto corresponde a su especialidad, a efecto de que su Presidente dicte el trámite que corresponda. La Primera Sala de este Alto Tribunal, en proveído de Presidencia de once de junio de dos mil siete, se avocó al conocimiento del presente asunto, turnando los autos a la ponencia del Ministro José de Jesús Gudiño Pelayo, a fin de que elabore el proyecto de resolución respectivo. El Agente del Ministerio Público Federal formuló pedimento solicitando que se confirme la sentencia recurrida, en la que en su único resolutivo, la Justicia de la Unión Ampara y Protege al quejoso en el presente juicio de garantías. 8 AMPARO EN REVISIÓN 388/2007 C O N S I D E R A N D O: PRIMERO. Competencia. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es competente para conocer del presente recurso de revisión, en términos de lo dispuesto en los artículos 107, fracción VIII, inciso a) de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 84, fracción I, inciso a) de la Ley de Amparo; y 21, fracción XI de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, y conforme a lo previsto en el punto cuarto, en relación con el tercero, fracción II del Acuerdo General Plenario 5/2001, emitido el veintiuno de junio del año dos mil uno y publicado en el Diario Oficial de la Federación el veintinueve del mismo mes y año, en virtud de que se interpuso en contra de una sentencia dictada por un Juez de Distrito en la audiencia constitucional de un juicio de amparo en el que se cuestionó la constitucionalidad de una ley federal, como lo es la Ley de Instituciones de Crédito, ya que la materia del asunto corresponde en exclusiva a su especialidad. SEGUNDO. Resulta innecesario analizar la oportunidad de la presentación de los recursos de revisión interpuestos, ya que ésta fue analizada por el Tribunal Colegiado que conoció del presente asunto. TERCERO.- Como cuestión previa, resulta importante precisar que esta Primera Sala no analizará la legitimación del quejoso para combatir el artículo 93 de la Ley de Instituciones de Crédito en su carácter de deudor del crédito cedido con base en dicha disposición legal, en virtud de que tal tema ya fue materia 9 AMPARO EN REVISIÓN 388/2007 de análisis por el Tribunal Colegiado (en el Considerando Séptimo de su primera sentencia), concluyendo dicho órgano jurisdiccional que el quejoso sí cuenta con la calidad procesal aludida; situación que ocasiona que esta Suprema Corte se encuentre impedida para emitir pronunciamiento alguno al respecto. Resulta aplicable al caso la jurisprudencia siguiente: Novena Época Instancia: Segunda Sala Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta XVI, Septiembre de 2002 Tesis: 2a./J. 101/2002 Página: 272 “SOBRESEIMIENTO. LA RESOLUCIÓN QUE DICTEN LOS TRIBUNALES COLEGIADOS DE CIRCUITO CONFIRMANDO O REVOCANDO EL DECRETADO POR EL JUEZ DE DISTRITO, CONSTITUYE UNA DECISIÓN INATACABLE. De conformidad con lo establecido en el punto tercero, fracción I, del Acuerdo Número 6/1999, del veintidós de junio de mil novecientos noventa y nueve, del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en el que se determina el envío de asuntos a los Tribunales Colegiados de Circuito, en los supuestos ahí referidos, cuando el Tribunal Colegiado de Circuito considere que no se surte la causal de improcedencia por la que se sobreseyó en el juicio de amparo, ni existe alguna otra o un motivo diferente que impida entrar al examen de constitucionalidad, revocará la sentencia recurrida, quedando a salvo la jurisdicción de este Alto Tribunal, y le remitirá el asunto, a menos que éste ya haya establecido jurisprudencia sobre el problema de constitucionalidad de que se trate, en cuyo caso el Tribunal Colegiado resolverá el asunto aplicándola. En congruencia con lo anterior, y tomando en consideración que el sobreseimiento es una materia de la que normalmente conocen los Tribunales Colegiados de Circuito como órganos terminales, se concluye que 10 AMPARO EN REVISIÓN 388/2007 al confirmar dichos órganos jurisdiccionales, en observancia del indicado acuerdo, el sobreseimiento decretado por los Jueces de Distrito en la audiencia constitucional, o bien, al revocarlo, su decisión no podrá ser cuestionada, pues ya constituye una resolución inatacable para cualquiera de las partes que intervienen en el juicio”. Por la misma razón, esta Primera Sala no estudiará los demás argumentos de improcedencia planteados por los recurrentes (no haber agotado los medios ordinarios de defensa, impugnación de una resolución no definitiva e imposibilidad de que puedan concretarse los efectos del amparo), debido a que ésos ya fueron analizados por el Tribunal Colegiado. CUARTO.- Como se mencionó, en el presente asunto se reclama el artículo 93 de la Ley de Instituciones de Crédito, el cual establece en la parte que interesa lo siguiente: “Artículo 93.- Las instituciones de crédito sólo podrán ceder o descontar su cartera con el Banco de México u otras instituciones de crédito o con los fideicomisos constituidos por el Gobierno Federal para el fomento económico. La Comisión Nacional Bancaria y de Valores podrá mediante reglas de carácter general autorizar excepciones a este artículo…”. El Juez de Distrito, en la sentencia recurrida, determinó en esencia que dicha disposición legal resulta inconstitucional, en virtud de que a través de ella el Legislador indebidamente está delegando a una autoridad administrativa la facultad de establecer excepciones a lo dispuesto en la disposición legal (contenida en el artículo 93 de la Ley de Instituciones de Crédito); no obstante que la única facultada por el orden constitucional para emitir normas 11 AMPARO EN REVISIÓN 388/2007 generales que afectan la esfera jurídica de los gobernados es el Poder Legislativo. Por su parte, los recurrentes manifestaron en esencia que: a) El artículo 93 de la Ley de Instituciones de Crédito no es inconstitucional, ya que no implica la delegación de facultad legislativa a favor de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, pues se trata de la asignación directa de una atribución para allanar la aplicación técnico operativa de la ley dentro de un ámbito específico. b) La Ley impugnada participa de la naturaleza de las normas en blanco las cuales se complementan con el precepto legal y con las normas de menor rango, tales como reglamentos y circulares. c) La naturaleza de las normas contenidas en el artículo 93 de la Ley de Instituciones de Crédito es que la primera sigue el proceso legislativo y la segunda no, complementando con ello los elementos de aquélla; por tanto no se puede sostener que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores esté legislando puesto que la complementación de la norma deriva de su propia naturaleza al haber sido emitida en blanco y del propio procedimiento legislativo seguido respecto del artículo 93 de la ley impugnada. d) Además, la Suprema Corte ha reconocido la constitucionalidad de las reglas generales administrativas a través de criterios jurisprudenciales, puesto que los sistemas 12 AMPARO EN REVISIÓN 388/2007 económicos modernos simplemente no podrían funcionar sin la existencia de tales normas, dadas las exigencias de dinamismo y flexibilidad de dichos sistemas. No asiste razón a los recurrentes, atento a las consideraciones siguientes: El artículo 93 de la Ley de Instituciones de Crédito establece en la parte que interesa que: “Artículo 93.- Las instituciones de crédito sólo podrán ceder a descontar su cartera con el Banco de México u otras instituciones de crédito o con los fideicomisos constituidos por el Gobierno Federal para el fomento económico. La Comisión Nacional Bancaria y de Valores podrá mediante reglas de carácter general autorizar excepciones a este artículo…”. Como se mencionó, el punto debatido en el presente asunto consiste en determinar si la norma citada viola o no el principio de reserva de ley al facultar a un órgano de la Administración Pública a establecer excepciones a la norma legal contenida en el artículo 93 de la Ley de Instituciones de Crédito en contravención de lo dispuesto por el artículo 73, fracción X de la Constitución Federal, que establece lo siguiente: “Artículo 73.- El Congreso tiene facultad: […] X. Para legislar en toda la República sobre hidrocarburos, minería, industria cinematográfica, comercio, juegos con apuestas y sorteos, intermediación y servicios financieros, energía eléctrica y nuclear, para expedir las leyes del trabajo reglamentarias del artículo 123…”. 13 AMPARO EN REVISIÓN 388/2007 En primer término resulta importante destacar que las reglas generales administrativas dictadas en ejercicio de una facultad conferida por una ley del Congreso de la Unión constituyen cuerpos normativos de detalles técnicos y operativos para materias específicas, cuya existencia obedece a los avances de la tecnología y al acelerado crecimiento de la Administración Pública. En efecto, el gran desarrollo de la actividad administrativa ha exigido el establecimiento de las estructuras necesarias para proporcionar un eficaz y eficiente funcionamiento del sector público, tendente a satisfacer las necesidades de la población, entre ellos, la expedición de leyes que confieren facultades normativas a órganos de la administración pública. Se está en presencia de una normatividad de este género cuando a través de un acto formalmente legislativo, o reglamentario, el Congreso de la Unión, o el Presidente de la República, habilitan a un órgano administrativo para regular una materia concreta y específica, sea que ésta haya sido objeto de regulación con anterioridad o que no lo haya sido, de acuerdo con los principios y lineamientos convenidos en la propia norma habilitante. Por ello, para estar en posibilidad de satisfacer las necesidades que reclama la fluctuante y acelerada transformación de la sociedad, las normas que rigen al Poder Ejecutivo deben revestir la particularidad de ser instrumentos ágiles y fácilmente adaptables a las circunstancias y naturaleza de los servicios que han de regular. Situación que impone la necesidad de emitir 14 AMPARO EN REVISIÓN 388/2007 reglas operativas encaminadas a regular dichos aspectos técnicos fluctuantes. Lo anterior se justifica en la medida que el Poder Legislativo no suele ocuparse de los detalles técnico-operativos que surgen en el funcionamiento de la Administración Pública. De ahí que resulte apropiado que recaiga dicha tarea en los órganos integrantes de la Administración Pública Federal, quienes, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 90 constitucional, cuenten con las atribuciones necesarias para dar agilidad, prontitud, firmeza y precisión a los actos de aplicación de la ley específica que expida el Congreso de la Unión. Por tanto, las autorizaciones legales conferidas a los órganos de la Administración Pública para dictar reglas técnicooperativas de observancia general en su ramo no constituyen actos delegatorios de facultades del Congreso de la Unión, puesto que, como ya se apuntó en párrafos anteriores, ese Cuerpo Legislador no se despoja a sí mismo de una facultad propia, sino que asigna directamente a un órgano de la Administración Pública Federal, una tarea operativa para facilitar la aplicación de una ley específica dentro de su campo de acción. En ese sentido se ha pronunciado el Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la tesis siguiente: Novena Época Instancia: Pleno Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta XV, Abril de 2002 Tesis: P. XV/2002 Página: 6 15 AMPARO EN REVISIÓN 388/2007 “REGLAS GENERALES ADMINISTRATIVAS EXPEDIDAS POR LOS SECRETARIOS DE ESTADO EN USO DE UNA FACULTAD AUTORIZADA POR EL CONGRESO DE LA UNIÓN. DIFERENCIAS CON LOS REGLAMENTOS, DECRETOS, ACUERDOS Y ÓRDENES DICTADAS POR EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA. De lo dispuesto en el artículo 92 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que establece la facultad del presidente de la República para emitir reglamentos, decretos, acuerdos y órdenes, refrendados por el secretario de Estado o jefe del departamento administrativo a que el asunto corresponda, se infiere que tienen un contenido específico que los diferencia de las reglas generales administrativas, pues estas últimas son cuerpos normativos sobre aspectos técnicos y operativos para materias específicas, cuya existencia obedece a los constantes avances de la tecnología y al acelerado crecimiento de la administración pública; mientras que los reglamentos constituyen un conjunto de normas de carácter general para dar cumplimiento a las leyes; los decretos administrativos formalizan la expresión jurídica de la voluntad del Ejecutivo en ejercicio de sus funciones, sobre casos concretos de los negocios públicos; las órdenes constituyen mandamientos del superior que deben ser obedecidas, ejecutadas y cumplidas por los inferiores jerárquicos y los acuerdos administrativos constituyen decisiones del titular del Poder Ejecutivo Federal dirigidas a los órganos subordinados, cuyos efectos se producen dentro de la propia estructura interna, que no atañen a los particulares o a otros sujetos de derecho que no tengan carácter de funcionarios o trabajadores al servicio del Estado”. Amparo directo en revisión 40/2001. Guillermo Alonso Cisneros. 1o. de octubre de 2001. Mayoría de cinco votos. Ausentes: Sergio Salvador Aguirre Anguiano y José de Jesús Gudiño Pelayo. Disidentes: Juventino V. Castro y Castro, Humberto Román Palacios, Olga María del Carmen Sánchez Cordero y Juan N. Silva Meza. Ponente: José Vicente Aguinaco Alemán. Secretaria: Ma. Antonieta del Carmen Torpey Cervantes. 16 AMPARO EN REVISIÓN 388/2007 Amparo directo en revisión 88/2001. Guillermo Alonso Cisneros. 1o. de octubre de 2001. Mayoría de cinco votos. Ausentes: Sergio Salvador Aguirre Anguiano y José de Jesús Gudiño Pelayo. Disidentes: Juventino V. Castro y Castro, Humberto Román Palacios, Olga María del Carmen Sánchez Cordero y Juan N. Silva Meza. Ponente: José Vicente Aguinaco Alemán. Secretaria: Ma. Antonieta del Carmen Torpey Cervantes. Amparo directo en revisión 89/2001. Guillermo Alonso Cisneros. 1o. de octubre de 2001. Mayoría de cinco votos. Ausentes: Sergio Salvador Aguirre Anguiano y José de Jesús Gudiño Pelayo. Disidentes: Juventino V. Castro y Castro, Humberto Román Palacios, Olga María del Carmen Sánchez Cordero y Juan N. Silva Meza. Ponente: José Vicente Aguinaco Alemán. Secretaria: Ma. Antonieta del Carmen Torpey Cervantes. Amparo directo en revisión 90/2001. Guillermo Alonso Cisneros. 1o. de octubre de 2001. Mayoría de cinco votos. Ausentes: Sergio Salvador Aguirre Anguiano y José de Jesús Gudiño Pelayo. Disidentes: Juventino V. Castro y Castro, Humberto Román Palacios, Olga María del Carmen Sánchez Cordero y Juan N. Silva Meza. Ponente: José Vicente Aguinaco Alemán. Secretaria: Ma. Antonieta del Carmen Torpey Cervantes. Amparo directo en revisión 91/2001. Guillermo Alonso Cisneros. 1o. de octubre de 2001. Mayoría de cinco votos. Ausentes: Sergio Salvador Aguirre Anguiano y José de Jesús Gudiño Pelayo. Disidentes: Juventino V. Castro y Castro, Humberto Román Palacios, Olga María del Carmen Sánchez Cordero y Juan N. Silva Meza. Ponente: José Vicente Aguinaco Alemán. Secretaria: Ma. Antonieta del Carmen Torpey Cervantes. El Tribunal Pleno, en su sesión privada celebrada hoy diecinueve de marzo en curso, aprobó, con el número XV/2002, la tesis aislada que antecede; y determinó que la votación no es idónea para integrar tesis jurisprudencial. México, Distrito Federal, a diecinueve de marzo de dos mil dos. Nota: No es jurisprudencia por no haber obtenido la votación requerida. Así, cuando las reglas generales administrativas tienen como finalidad regular aspectos eminentemente técnicos- operativos, que se encuentran en constante fluctuación o tranformación en la sociedad, la encomienda por parte del Legislador de emitir dichas reglas al órgano de la Administración Pública que se encuentra especializado y en contacto directo con tales aspectos está plenamente justificada; y, en esa medida, se considera que la emisión de reglas con tales características por parte de un órgano administrativo no trastoca el principio de 17 AMPARO EN REVISIÓN 388/2007 división de poderes, ni constituye una delegación legislativa inconstitucional. Ahora bien, las ‘reglas generales administrativas’, al ser emitidas con base en una habilitación legal, se encuentran sujetas al principio de ‘primacía de ley’. Así, si bien éstas constituyen actos formalmente legislativos, su función se encuentra limitada a regular una materia concreta y específica dentro de los parámetros y lineamientos generales contenidos en la propia ley ‘habilitante’. En ese mismo sentido se ha pronunciado este Alto Tribunal, como se advierte de las tesis transcritas a continuación: Novena Época Instancia: Pleno Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta XVIII, Diciembre de 2003 Tesis: P. XXI/2003 Página: 9 “CLÁUSULAS HABILITANTES. CONSTITUYEN ACTOS FORMALMENTE LEGISLATIVOS. En los últimos años, el Estado ha experimentado un gran desarrollo en sus actividades administrativas, lo que ha provocado transformaciones en su estructura y funcionamiento, y ha sido necesario dotar a funcionarios ajenos al Poder Legislativo de atribuciones de naturaleza normativa para que aquél enfrente eficazmente situaciones dinámicas y altamente especializadas. Esta situación ha generado el establecimiento de mecanismos reguladores denominados "cláusulas habilitantes", que constituyen actos formalmente legislativos a través de los cuales el legislador habilita a un órgano del Estado, principalmente de la administración pública, para regular una materia concreta y 18 AMPARO EN REVISIÓN 388/2007 específica, precisándole bases y parámetros generales y que encuentran su justificación en el hecho de que el Estado no es un fenómeno estático, pues su actividad no depende exclusivamente de la legislación para enfrentar los problemas que se presentan, ya que la entidad pública, al estar cerca de situaciones dinámicas y fluctuantes que deben ser reguladas, adquiere información y experiencia que debe aprovechar para afrontar las disyuntivas con agilidad y rapidez. Además, la adopción de esas cláusulas tiene por efecto esencial un fenómeno de ampliación de las atribuciones conferidas a la administración y demás órganos del Estado, las cuales le permiten actuar expeditamente dentro de un marco definido de acción, susceptible de control a través del principio de legalidad; en la inteligencia de que el establecimiento de dicha habilitación normativa debe realizarse en atención a un equilibrio en el cual se considere el riesgo de establecer disposiciones que podrían propiciar la arbitrariedad, como generar situaciones donde sea imposible ejercer el control estatal por falta de regulación adecuada, lo que podría ocurrir de exigirse que ciertos aspectos dinámicos se normen a través de una ley”. Amparo en revisión 199/2002. Moisés Saba Masri. 9 de septiembre de 2003. Mayoría de seis votos. Ausentes: Guillermo I. Ortiz Mayagoitia y Humberto Román Palacios. Disidentes: Juventino V. Castro y Castro, José de Jesús Gudiño Pelayo y Juan N. Silva Meza. Ponente: José Vicente Aguinaco Alemán. Secretario: Emmanuel G. Rosales Guerrero. Novena Época Instancia: Segunda Sala Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta XVI, Diciembre de 2002 Tesis: 2a. CLVI/2002 Página: 259 “ACUERDOS DEL CONSEJO TÉCNICO DEL INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL. LOS EMITIDOS CON BASE EN LO DISPUESTO EN EL 19 AMPARO EN REVISIÓN 388/2007 ARTÍCULO 264, FRACCIÓN VII, DE LA LEY FEDERAL RELATIVA TIENEN LA NATURALEZA DE REGLAS GENERALES ADMINISTRATIVAS, POR LO QUE SE ENCUENTRAN SUJETOS A LOS PRINCIPIOS DE PRIMACÍA DE LA LEY Y PREFERENCIA REGLAMENTARIA. Al tenor de lo dispuesto en el referido numeral, el citado órgano tiene atribución para emitir las disposiciones de observancia general que sean necesarias para la exacta observancia de la Ley del Seguro Social, las cuales tienen la naturaleza de reglas generales administrativas, pues aun cuando el Congreso de la Unión las haya denominado "reglamentos", debe tenerse presente que mediante la respectiva habilitación no se permite a una autoridad administrativa ejercer la facultad reglamentaria reservada constitucionalmente al Presidente de la República, en virtud de que la regulación que derive del ejercicio de aquella potestad normativa tiene una naturaleza y una jerarquía diferentes a las que corresponden a los reglamentos del titular del Ejecutivo Federal. En efecto, dado que los referidos acuerdos son expedidos con base en una habilitación legal o, en su caso, reglamentaria, se encuentran jerárquicamente por debajo de las leyes del Congreso de la Unión y de los reglamentos del Presidente de la República, y al estar sujetos al principio de primacía de la ley y al diverso de preferencia reglamentaria su validez está condicionada a que lo dispuesto en ellos acate fielmente lo establecido tanto en la Constitución Federal como en las mencionadas leyes y reglamentos, sin que puedan contrariar, limitar, excluir o derogar lo previsto en esos ordenamientos”. Sin embargo, las ‘reglas generales’ a que alude el artículo 93, párrafo primero de la Ley de Instituciones de Crédito constituyen disposiciones materialmente legislativas —lo cual trastoca el principio de ‘primacía de ley’ aludido con anterioridad— , según se advertirá a continuación. 20 AMPARO EN REVISIÓN 388/2007 En primer lugar, resulta pertinente recordar que las normas jurídicas constituyen prescripciones que obligan, prohíben o permiten (o facultan) a las personas la realización de una conducta específica. Así, al enlazar a la realización de una conducta determinada, como causa, determinada consecuencia jurídica, como efecto, las normas jurídicas establecen una modalidad deóntica a dicha conducta. Las conductas que constituyen el contenido de las normas jurídicas, por razones lógicas, no pueden revestir más de un carácter (o modalidad deóntica), especialmente si con ello se producen contradicciones. Así, por ejemplo, una acción no puede ser obligatoria y al mismo tiempo facultativa, ni estar prohibida y permitida al mismo tiempo. Sin embargo, el artículo 93, párrafo primero incurre en dicho vicio. En efecto, al establecer que “Las instituciones bancarias sólo podrán ceder o descontar su cartera con el Banco de México u otras instituciones de crédito o con los fideicomisos constituidos por el Gobierno Federal para el fomento económico…” está estableciendo una prohibición; está calificando a la conducta consistente en ‘ceder créditos a personas distintas a las mencionadas en el artículo’ como ‘prohibida’. Pero, de manera contradictoria a ello, al mismo tiempo está calificando como ‘facultativa’ a la misma conducta, al establecer que la autoridad podrá determinar las personas a quienes pueden ser cedidos los créditos. 21 AMPARO EN REVISIÓN 388/2007 La situación anterior evidencia que la disposición legal reclamada, lejos de pormenorizar o establecer las bases necesarias para la implementación de la prescripción contenida en la oración primera del artículo 93 de la Ley de Instituciones de Crédito, de manera contradictoria, modifica el alcance adscrita a la misma por el Legislador. De esa manera, las ‘reglas generales’ previstas en el artículo referido exceden la función que el orden constitucional confiere a las reglas generales administrativas, al cambiar el contenido de la ley respecto a la cual meramente deberían pormenorizar o establecer las condiciones necesarias para su implementación. Además, es de destacarse que el hecho de que la norma contenida en la oración primera del artículo 93 de la Ley de Instituciones de Crédito ni siquiera contenga parámetro o lineamiento alguno dirigido a la disposición reclamada evidencia aun más que ésta no satisface el diseño exigido por el orden constitucional para las reglas generales administrativas. En esa virtud, la disposición legal reclamada establece una auténtica delegación de facultades legislativas en favor de la autoridad administrativa; y las ‘reglas generales’ controvertidas constituyen el producto de dicha delegación. En consecuencia, el artículo 93, párrafo primero de la Ley de Instituciones de Crédito trastoca el principio de división de poderes, al otorgar al Poder Ejecutivo atribuciones que son propias del Poder Legislativo. Sirve de apoyo a lo anterior la jurisprudencia de esta Primera Sala, transcrita a continuación: 22 AMPARO EN REVISIÓN 388/2007 Novena Época Instancia: Primera Sala Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta XXIII, Enero de 2006 Tesis: 1a./J. 172/2005 Página: 393 “INSTITUTO FEDERAL DE ESPECIALISTAS DE CONCURSOS MERCANTILES. LA FACULTAD QUE LE CONFIERE EL ARTÍCULO 311, FRACCIÓN XIII, DE LA LEY RELATIVA, PARA DICTAR REGLAS TÉCNICOOPERATIVAS DE OBSERVANCIA GENERAL, NO CONSTITUYE UN ACTO DELEGATORIO DEL CONGRESO DE LA UNIÓN. De los artículos 49 y 73, fracción X, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se advierte que con el establecimiento del principio de división de poderes se reservó al Poder Legislativo la potestad necesaria para emitir los actos legislativos de mayor jerarquía en el orden jurídico nacional, por ser éstos, constitucionalmente, la fuente primordial de regulación respecto de las materias de especial trascendencia en la esfera jurídica de los gobernados; sin embargo, esa atribución no implica que dicho órgano legislativo sea el único facultado para emitir la totalidad de las normas, ni impide al Congreso de la Unión otorgar a un órgano auxiliar la atribución para expedir reglas generales sujetas al principio de primacía de la ley, pues la regulación de esas normas de rango inferior no puede derogar, limitar o excluir lo dispuesto en los actos formalmente legislativos. En este sentido, el grado de especialización requerido para el desarrollo de la función jurisdiccional auxiliar desplegada por el Instituto Federal de Especialistas de Concursos Mercantiles exige el establecimiento de las estructuras necesarias que le permitan dictar determinadas reglas con respecto a su funcionamiento y operatividad. Por ello, las atribuciones a él conferidas en el artículo 311, fracción XIII, de la Ley de Concursos Mercantiles, no entrañan propiamente una delegación de facultades legislativas, sino la asignación directa por parte del Congreso de la Unión, de una atribución para allanar la aplicación técnico-operativa de la ley dentro de su ámbito 23 AMPARO EN REVISIÓN 388/2007 específico; es decir, el hecho de que el Congreso de la Unión establezca dichas estructuras habilitando al Instituto para regular una materia concreta y específica, de acuerdo con los principios y lineamientos convenidos en la propia norma, no implica una delegación legislativa, sino una habilitación para la emisión de reglas sobre cuestiones técnicas, administrativas u operativas. Lo anterior en virtud de que mediante la atribución conferida al mencionado Instituto por el Poder Legislativo éste no se despoja a sí mismo de una facultad propia, sino que asigna directamente a un ente especializado una tarea técnico-operativa para que cuente con las atribuciones necesarias para dar agilidad, firmeza y precisión a los actos de aplicación que le encomienda la Ley de Concursos Mercantiles”. En otro orden de ideas, en relación con lo argumentado por los recurrentes –en el sentido de que al no constituir, en su opinión, la cesión de crédito un servicio financiero, la norma reclamada, en consecuencia, no puede ser violatoria del artículo 73, fracción X de la Constitución Federal (que Faculta en exclusiva al Congreso de la Unión a emitir leyes en materia de servicios financieros) por autorizar a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores a emitir ‘reglas generales’ sobre cesiones de crédito- es de destacarse que dicho argumento no desvirtúa el motivo de inconstitucionalidad antes referida del artículo 93 de la Ley de Instituciones de Crédito. Lo anterior obedece a que, al margen de que una cesión de crédito pueda o no ser considerado como un servicio financiero, lo cierto es que –-y ello es lo relevante para determinar la inconstitucionalidad de la norma impugnada–- las ‘reglas generales’ previstas en el artículo 93 de la Ley de Instituciones de Crédito violan el principio de primacía de ley, ya que, como se 24 AMPARO EN REVISIÓN 388/2007 mencionó con anterioridad, no se limitan a establecer disposiciones que permitan o faciliten la operación de un determinado sistema legal dentro del ámbito establecidos por el mismo, sino que, por el contrario, dichas ‘reglas generales’ modifican los límites trazados por la propia ley. Circunstancia que provoca su inconstitucionalidad. Por lo expuesto y fundado se resuelve: PRIMERO.- En la materia de la revisión, competencia de esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se confirma la sentencia recurrida. SEGUNDO.- La Justicia de la Unión ampara y protege a MANUEL FRANCISCO RICAÑO GUTIÉRREZ, en contra del artículo 93, párrafo primero, de la Ley de Instituciones de Crédito, publicado en el Diario Oficial de la Federación el cuatro de junio de dos mil uno. Notifíquese; con testimonio de la resolución, vuelvan los autos al lugar de su origen, y en su oportunidad, archívese el toca. Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por mayoría de tres votos de los señores Ministros: José de Jesús Gudiño Pelayo (Ponente), Juan N. Silva Meza y José Ramón Cossío Diaz (Presidente), en contra de los votos emitidos por los señores Ministros Sergio A. Valls Hernández y Olga Sánchez Cordero de García Villegas. 25 AMPARO EN REVISIÓN 388/2007 Firman el Ministro Presidente de la Sala y el Ministro Ponente, con el Secretario de Acuerdos, quien autoriza y da fe. PRESIDENTE DE LA PRIMERA SALA: MINISTRO JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ. PONENTE: MINISTRO JOSÉ DE JESÚS GUDIÑO PELAYO. SECRETARIO DE ACUERDOS DE LA PRIMERA SALA. LIC. HERIBERTO PÉREZ REYES. 26