PLAN ESPECIAL RECOLETOS-PRADO

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PLAN ESPECIAL RECOLETOS-PRADO
ESTUDIO
DE
IMPACTO
AMBIENTAL
ANEXO 8
ESTUDIO INFORMATIVO ARQUEOLÓGICO Y
PALEONTOLÓGICO DE LAS OBRAS DE NUEVOS
APARCAMIENTOS SUBTERRÁNEOS EN LA PLAZA DE
LA LEALTAD
Junio 2010
AYUNTAMIENTO DE MADRID. ÁREA DE GOBIERNO DE URBANISMO Y VIVIENDA
C o o r d i n a c i ó n G e n e r a l d e P r o y e c t o s S i n g u l a r e s
ESTUDIO ARQUEOLÓGICO-PALEONTOLÓGICO
ESTUDIO INFORMATIVO ARQUEOLÓGICO Y PALEONTOLÓGICO DE LAS OBRAS DE
NUEVOS APARCAMIENTOS SUBTERRÁNEOS EN LA PLAZA DE LA LEALTAD
ANEXO 8.
ESTUDIO INFORMATIVO ARQUEOLÓGICO Y
PALEONTOLÓGICO DE LAS OBRAS DE
NUEVOS APARCAMIENTOS SUBTERRÁNEOS EN
LA PLAZA DE LA LEALTAD, MADRID
PROMOTOR
ÁREA DE GOBIERNO DE
URBANISMO Y VIVIENDA
DEL AYUNTAMIENTO DE
MADRID
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ESTUDIO INFORMATIVO ARQUEOLÓGICO Y PALEONTOLÓGICO DE LAS OBRAS DE
NUEVOS APARCAMIENTOS SUBTERRÁNEOS EN LA PLAZA DE LA LEALTAD
FICHA TÉCNICA
COORDINACIÓN
Cristóbal Rubio Millán (Licenciado en Ciencias Geológicas,
especialidad Paleontología)
Daniel Pérez Vicente (Licenciado en Geografía e Historia)
Marta Bueno Moreno (Licenciada en Geografía e Historia)
ARQUEOLOGÍA
Daniel Ibáñez Amo (Licenciado en Historia)
Eva Longarón Gracia (Licenciada en Historia)
Sonia Montanel Tramulla (Licenciada en Historia)
Cristóbal Rubio Millán (Licenciado en Ciencias Geológicas)
PALEONTOLOGÍA
Alberto Pablo Torres (Licenciado en Ciencias Geológicas)
Rosana Perruca Remartínez (Licenciada en Ciencias Geológicas)
MAQUETACIÓN Y
Daniel Ibáñez Amo (Licenciado en Historia)
PLANOS
Daniel Castilla Ascaso (Licenciado en Ciencias Geológicas)
2
ESTUDIO INFORMATIVO ARQUEOLÓGICO Y PALEONTOLÓGICO DE LAS OBRAS DE
NUEVOS APARCAMIENTOS SUBTERRÁNEOS EN LA PLAZA DE LA LEALTAD
ÍNDICE
1.
2.
INTRODUCCIÓN
1.1 INTRODUCCIÓN
4
4
1.2 ANTECEDENTES BÁSICOS DEL PROYECTO
5
DESCRIPCIÓN BÁSICA DEL PROYECTO
2.1 DESCRIPCIÓN BÁSICA DEL PROYECTO
6
6
2.2 IMÁGENES Y PLANOS GENERALES DEL PROYECTO
7
Parte I: Estudio Arqueológico
1-95
Parte II: Estudio Paleontológico
1-41
3
ESTUDIO INFORMATIVO ARQUEOLÓGICO Y PALEONTOLÓGICO DE LAS OBRAS DE
NUEVOS APARCAMIENTOS SUBTERRÁNEOS EN LA PLAZA DE LA LEALTAD
1. INTRODUCCIÓN
1.1 INTRODUCCIÓN
Se ha llevado a cabo por parte de la empresa Paleoymás, Actuaciones
Museísticas y Paleontológicas S.L., la realización del estudio arqueológico y
paleontológico informativo previo, con la finalidad de poder estimar y así realizar una
valoración sobre el potencial arqueológico y paleontológico de la zona afectada por el
anteproyecto de construcción de Aparcamientos Subterráneos para Residentes y
rotación en la Plaza de la Lealtad (Aparcamiento Plaza de la Lealtad), entre la Plaza
de Cánovas del Castillo y el Paseo del Prado, incluidos en el ámbito del “Plan Especial
Prado - Recoletos”.
Este trabajo se realizó por encargo del Área de Gobierno de Urbanismo y
Vivienda del Ayuntamiento de Madrid.
Inicialmente se realizó un trabajo importante de documentación sobre los
trabajos hallados en la bibliografía histórica y arqueológica y geológica y paleontología
existente de la zona y con la información aportada por la Dirección General de
Patrimonio Histórico de la Consejería de Cultura y Turismo de la Comunidad de Madrid
y con respecto al estudio paleontológico por el Área de Protección del Patrimonio
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ESTUDIO INFORMATIVO ARQUEOLÓGICO Y PALEONTOLÓGICO DE LAS OBRAS DE
NUEVOS APARCAMIENTOS SUBTERRÁNEOS EN LA PLAZA DE LA LEALTAD
Arqueológico, Paleontológico y Etnográfico de la Dirección General de Patrimonio
Histórico de la Consejería de Cultura y Turismo de la Comunidad de Madrid.
En el presente estudio se realiza una valoración arqueológica de los bienes
existentes en la zona y una valoración paleontológica con los yacimientos existentes
en la zona y las posibles afecciones que el anteproyecto analizado pudiese ocasionar
en ellos y en su entorno.
Se ha llevado a cabo durante los meses de junio, julio y agosto de 2008 la
documentación y recopilación de información existente para realizar este estudio
previo informativo arqueológico e histórico y paleontológico y geológico. Dichos
trabajos se detallan a continuación, con el fin de poner en conocimiento como se
llevaron a cabo los trabajos y el grado de la posible afección al patrimonio
arqueológico y paleontológico que puedan presentar.
1.2 ANTECEDENTES BÁSICOS DEL PROYECTO
Anteriormente a la redacción del Anteproyecto de Aparcamiento Subterráneo
de Residentes y rotación en la Plaza de la Lealtad (Aparcamiento Plaza de la Lealtad)
incluido en el Plan Especial Prado - Recoletos y según los Artículos 228 y 229 de la
Ley 12/2003 Reguladora de los Contratos de Concesión de Obras Públicas, se obligó
a la Administración contratante a efectuar un Estudio de Viabilidad del mismo. Este
estudio fue sustituido por un Estudio de Viabilidad Económico – Financiera y un
Anteproyecto de construcción y explotación de las obras.
En virtud de todo lo anterior, la Dirección General de Proyectos Singulares,
perteneciente al Área de Gobierno, de Urbanismo y Viviendas, del Excelentísimo
Ayuntamiento de Madrid, contrató la Asistencia Técnica para la Redacción del
anteriormente citado “Estudio de Viabilidad para la construcción de un aparcamiento
subterráneo de residentes y rotación en la Plaza de la Lealtad (Aparcamiento Plaza de
la Lealtad)”, entre la Plaza de Cánovas del Castillo y el Paseo del Prado, que en lo
sucesivo denominaremos PAR PLAZA DE LA LEALTAD. Dicha Asistencia Técnica ha
sido a adjudicada a PROINTEC, como Sociedad de Ingeniería especialista en esta
clase de proyectos.
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ESTUDIO INFORMATIVO ARQUEOLÓGICO Y PALEONTOLÓGICO DE LAS OBRAS DE
NUEVOS APARCAMIENTOS SUBTERRÁNEOS EN LA PLAZA DE LA LEALTAD
2. DESCRIPCIÓN BÁSICA DEL PROYECTO
2.1 DESCRIPCIÓN BÁSICA DEL PROYECTO
Construcción de un aparcamiento subterráneo de residentes y rotación en la
Plaza de la Lealtad (Aparcamiento Plaza de la Lealtad), El aparcamiento se ubica en el
barrio de los Jerónimos, en el distrito de Retiro, en concreto entre la Plaza de Cánovas
del Castillo (Neptuno) y el Paseo del Prado, correspondiéndose a una zona libre de
arbolado del vial que semicircunda a la Plaza de la Lealtad.
La zona noble central (zona ajardinada y zona central de la plaza) no se verá
afectada por la obra, junto con la zona arbolada.
Se prevé una ordenación de la zona afectada por las obras. Se tratará
principalmente de urbanizar de acuerdo a la propuesta marcada por la remodelación
del eje Prado - Recoletos.
Dado el alto valor histórico de la zona volver a restaurar el vial y la zona de
aceras con mejor diseño que el que ofrece en la actualidad e incorporando mobiliario
urbano y equipamientos.
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ESTUDIO INFORMATIVO ARQUEOLÓGICO Y PALEONTOLÓGICO DE LAS OBRAS DE
NUEVOS APARCAMIENTOS SUBTERRÁNEOS EN LA PLAZA DE LA LEALTAD
2.2 IMÁGENES Y PLANOS GENERALES DEL PROYECTO
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ESTUDIO INFORMATIVO ARQUEOLÓGICO Y PALEONTOLÓGICO DE LAS OBRAS DE
NUEVOS APARCAMIENTOS SUBTERRÁNEOS EN LA PLAZA DE LA LEALTAD
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NUEVOS APARCAMIENTOS SUBTERRÁNEOS EN LA PLAZA DE LA LEALTAD
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NUEVOS APARCAMIENTOS SUBTERRÁNEOS EN LA PLAZA DE LA LEALTAD
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NUEVOS APARCAMIENTOS SUBTERRÁNEOS EN LA PLAZA DE LA LEALTAD
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ESTUDIO ARQUEOLÓGICO
ESTUDIO ARQUEOLÓGICO INFORMATIVO DE
LAS OBRAS DE NUEVOS APARCAMIENTOS
SUBTERRÁNEOS EN LA PLAZA DE LA LEALTAD
PROMOTOR
TÉCNICOS REDACTORES
ÁREA DE GOBIERNO DE
URBANISMO Y VIVIENDA
DEL AYUNTAMIENTO DE
MADRID
Sonia Montanel Tramulla
Daniel Pérez Vicente
Marta Bueno Moreno
Eva Longarón Gracia
Daniel Ibáñez Amo
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NUEVOS APARCAMIENTOS SUBTERRÁNEOS EN LA PLAZA DE LA LEALTAD
ÍNDICE
1. MARCO LEGAL
3
1.1 MARCO LEGAL
3
2. ESTUDIO HISTÓRICO-ARQUEOLÓGICO
14
2.1PATRIMONIO HISTÓRICO- ARTÍSTICO- ARQUEOLÓGICO
14
Localización histórica del aparcamiento de La Plaza de la Lealtad:
14
Documentación cartográfica y fotografía aérea:
17
2.2 PATRIMONIO HISTÓRICO- ARTÍSTICO- ARQUEOLÓGICO
32
Yacimientos Arqueológicos en el entorno del futuro aparcamiento de la Plaza de
La Lealtad:
32
Monumentos históricos y edificios emblemáticos en el entorno del futuro
aparcamiento plaza de la Lealtad:
61
Vías pecuarias:
84
2.3 METODOLOGÍA DE ACTUACIÓN
89
2.4 CONCLUSIONES
91
2.5 BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
93
2
ESTUDIO ARQUEOLÓGICO INFORMATIVO DE LAS OBRAS DE
NUEVOS APARCAMIENTOS SUBTERRÁNEOS EN LA PLAZA DE LA LEALTAD
1. MARCO LEGAL
1.1 MARCO LEGAL
En España, se denomina Patrimonio Histórico, al conjunto de bienes, tanto
materiales como inmateriales, acumulados a lo largo del tiempo. Estos bienes pueden
ser de tipo artístico, histórico, paleontológico, arqueológico, documental, bibliográfico,
científico o técnico. El patrimonio histórico-artístico se halla regulado por la Ley
16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español, indicando en el artículo 1.2:
“Integran el Patrimonio Histórico Español los inmuebles y objetos muebles de
interés artístico, histórico, paleontológico, arqueológico, etnográfico, científico o
técnico. También forman parte del mismo el patrimonio documental y
bibliográfico, los yacimientos y zonas arqueológicas, así como los sitios naturales,
jardines y parques que tengan valor artístico, histórico o antropológico”.
Siendo el objeto de esta ley “la protección, acrecentamiento y transmisión a las
generaciones futuras del Patrimonio Histórico Español” artículo 1.1.
En el título V de la Ley 16/1985, se recoge la legislación pertinente al
Patrimonio Arqueológico, indicando la obligatoriedad de realizar prospecciones
arqueológicas autorizadas por la administración competente, con el fin de poder
determinar la existencia o no de yacimientos arqueológicos en la superficie o en el
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ESTUDIO ARQUEOLÓGICO INFORMATIVO DE LAS OBRAS DE
NUEVOS APARCAMIENTOS SUBTERRÁNEOS EN LA PLAZA DE LA LEALTAD
subsuelo y así estimar la incidencia que el proyecto u obra tiene sobre los elementos
del Patrimonio Histórico.
Además, existe un Reglamento para la Ejecución de Evaluación de Impacto
Ambiental, es el Real Decreto 1131/1988, donde en su artículo 6 muestra: “La
evaluación................. Asimismo, debe comprender la estimación de la incidencia que
el proyecto, obra o actividad tiene sobre los elementos que componen el Patrimonio
Histórico Español,...”. Por ello se tiene que estimar si se procediese a la Evaluación de
Impacto Ambiental de la obra. Y en el Título XVI del Código penal se recogen los
casos y sanciones referentes a los “Delitos Relativos a la Ordenación del Territorio y la
Protección del Patrimonio Histórico y del Medio Ambiente” (Capítulos I y II artículos
319, 331 y 323).
Todo ello queda ratificado por el artículo 46 de la Constitución Española, que
se refiere a la obligatoriedad dominical de tutela y cuidado del bien patrimonial:
"Los
poderes
públicos
garantizarán
la
conservación
y
promoverán
el
enriquecimiento del patrimonio histórico, cultural y artístico de los pueblos de
España y de los bienes que lo integran, cualquiera que sea su régimen jurídico y
su titularidad. La ley penal sancionará los atentados contra este patrimonio."
La competencia para la tutela del Patrimonio Histórico, está descentralizada en
las Comunidades Autónomas, por lo que muchas de ellas han desarrollado su propia
legislación. En Madrid, se encomienda a la administración de la Comunidad la
competencia sobre dicho patrimonio, sin perjuicio de la competencia del Estado,
desarrollándose en la Ley 10/1998 de 9 de Julio de Patrimonio Histórico de la
Comunidad de Madrid. Así mismo el Decreto 125/2004, de 29 de julio aprueba la
estructura orgánica de la Consejería de Cultura y Turismo, y atribuye las competencias
relativas al Patrimonio Histórico a la Dirección General de Patrimonio Histórico de esa
Consejería.
La Comunidad de Madrid posee un rico y variado Patrimonio Histórico, legado
materializado en un rico conjunto de bienes arqueológicos, arquitectónicos,
urbanísticos y artísticos que comprende todas las épocas, estilos y tendencias
representadas en la geografía de la región. Forman parte del Patrimonio Histórico de
la Comunidad de Madrid todos los bienes culturales en cualquiera de sus
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ESTUDIO ARQUEOLÓGICO INFORMATIVO DE LAS OBRAS DE
NUEVOS APARCAMIENTOS SUBTERRÁNEOS EN LA PLAZA DE LA LEALTAD
manifestaciones, sea cual fuere su titularidad y régimen jurídico, exceptuando los de
titularidad estatal, ubicados en la Comunidad de Madrid, que pese a no haber sido
objeto de declaración ni inventario reúnan los valores expresados para ello.
De esta manera, el Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid, de
acuerdo con lo indicado en la Ley de Patrimonio Histórico, está integrado por los
bienes muebles e inmuebles de interés cultural, social, artístico, paisajístico,
arquitectónico, geológico, histórico, paleontológico, arqueológico, etnográfico, científico
y técnico, así como natural, urbanístico e industrial, relacionados con la historia y la
cultura de la Comunidad de Madrid. También forman parte del mismo el patrimonio
documental y bibliográfico, los conjuntos urbanos y rurales, los lugares naturales,
jardines y parques de valor artístico, histórico o antropológico y aquellos bienes
inmateriales
que
conforman
la
cultura
popular,
folclore,
artes
aplicadas
y
conmemoraciones tradicionales.
Los bienes que integran el Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid se
clasifican, a efectos de su protección específica, en:
Bienes incluidos en el Inventario
Los bienes muebles e inmuebles, materiales o inmateriales del Patrimonio
Histórico de la Comunidad de Madrid que, sin tener el valor excepcional de los
declarados de interés cultural, posean especial significación e importancia, serán
incluidos en el Inventario de Bienes Culturales de la Comunidad de Madrid y gozarán
de la protección prevista en esta Ley y en la legislación general del Estado.
Bienes declarados de Interés Cultural (BIC)
Se consideran Bienes de Interés Cultural a todos los bienes muebles e
inmuebles, así como los hechos culturales y obras de los hechos culturales y obras de
la naturaleza integrantes del patrimonio histórico de la Comunidad de Madrid, que
reúnan de forma singular y relevante las características previstas en el artículo 1 de la
Ley de Patrimonio Histórico.
Para declarar un Bien de Interés Cultural se requiere la incoación y tramitación
de un expediente que se puede iniciar, de oficio por la Consejería de Cultura y Turismo
de la Comunidad de Madrid o a instancia de otra Administración Pública o de cualquier
persona física o jurídica. La Ley dispone que los bienes más relevantes del Patrimonio
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ESTUDIO ARQUEOLÓGICO INFORMATIVO DE LAS OBRAS DE
NUEVOS APARCAMIENTOS SUBTERRÁNEOS EN LA PLAZA DE LA LEALTAD
histórico, deban ser inventariados o declarados de interés cultural. Es la principal
figura jurídica establecida en la ley y supone la individualización, para un bien
concreto, de la protección que ésta otorga al Patrimonio.
Los elementos que componen el Patrimonio Histórico de la Comunidad de
Madrid han de ser entendidos y valorados como la explicación de una historia pasada
que a través de sus manifestaciones sociales, culturales y económicas han posibilitado
la evolución histórica cuyos elementos patrimoniales deben de ser valorados como
testigos de esta evolución. Estos elementos, algunos de ellos insustituibles, siendo
sensibles a actuaciones con un alto potencial de alteración paisajística y del suelo, tal
y como se va a proceder en este proyecto.
Además, en el artículo 9 de la Ley 10/1998, el concepto de Bien de Interés
Cultural se divide en categorías: Monumento, Conjunto Histórico, Jardín Histórico, Sitio
o Territorio Histórico, Zona Arqueológica, Lugar de Interés Etnográfico y Zona
Paleontológica. Siendo Zona Arqueológica: “Lugar o paraje natural en donde existan
bienes muebles o inmuebles o restos de la intervención humana, susceptibles de ser
estudiados con metodología arqueológica, tanto si se encuentra en la superficie como
si se encuentran en el subsuelo, bajo las aguas o en construcciones emergentes”.
También se establece en el contenido de los planes especiales, articulo 30.e,
ciertas determinaciones para la protección del patrimonio arqueológico en el ámbito
del plan:
“que incluirá el deber de verificación de la existencia de restos de la naturaleza
mencionada en cualquier remoción del terreno donde exista o se presuma la
existencia de dichos restos”.
En esta Ley del 9 de julio de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid,
en su capítulo VI, se recogen las normas específicas de protección del patrimonio
arqueológico, paleontológico y etnológico. Indicando en su artículo 39:
“Integran el patrimonio arqueológico de la Comunidad de Madrid los bienes
muebles e inmuebles de carácter cultural e histórico, para cuyo estudio es preciso
utilizar metodología arqueológica. También lo integran el territorio o paisaje
habitado por el hombre en época histórica y prehistórica y los elementos
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ESTUDIO ARQUEOLÓGICO INFORMATIVO DE LAS OBRAS DE
NUEVOS APARCAMIENTOS SUBTERRÁNEOS EN LA PLAZA DE LA LEALTAD
geológicos y paleontológicos relacionados con el ser humano y con sus orígenes
y antecedentes”.
Se marcan unas categorías específicas de protección del patrimonio
arqueológico, paleontológico y etnológico en el artículo 40, que se mostrarán en el
Inventario de bienes culturales de la Comunidad de Madrid, la descripción
pormenorizada y jerarquizada de su grado de protección además de los requisitos que
se indican en el artículo 11. De acuerdo con esto se establecen:
a) Ámbito de máxima protección. Tendrán esta categoría los bienes de interés
cultural (yacimientos arqueológicos) en cuya declaración se haga constar
expresamente
tal
circunstancia.
Serán
fundamentalmente
los
Sitios
Arqueológicos (yacimientos de alto valor científico y cultural).
b) Ámbito de especial protección. Tendrán esta categoría los bienes de interés
cultural que no pertenezcan al ámbito de máxima protección y los bienes
incluidos en el Inventario, en los que se haga constar tal circunstancia: que se
solicite su protección por parte de la administración local, por cualquiera de las
Instituciones públicas con investigación en arqueología y paleontología o por
parte de asociaciones u organizaciones de arqueólogos y paleontólogos
legalmente reconocidas. Pertenecen a este ámbito las Zonas Arqueológicas.
c) Ámbito de protección específica. Tendrán esta categoría los bienes
integrantes del patrimonio arqueológico de la Comunidad de Madrid, por reunir
condiciones que hagan muy probable la existencia de restos arqueológicos y
que no se encuentren incluidos en las categorías anteriores en el Inventario,
que no pertenezcan al ámbito de especial protección. También tendrán esta
categoría aquellas zonas donde se conoce la existencia de yacimientos
agotados o destruidos y su radio de posible influencia.
d) Ámbito de protección general. Tendrán esta categoría los bienes integrantes
del patrimonio arqueológico de la Comunidad de Madrid, por reunir condiciones
que hagan muy probable la existencia de restos arqueológicos y que no se
encuentren incluidos en las categorías anteriores.
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ESTUDIO ARQUEOLÓGICO INFORMATIVO DE LAS OBRAS DE
NUEVOS APARCAMIENTOS SUBTERRÁNEOS EN LA PLAZA DE LA LEALTAD
La delimitación de los ámbitos corresponderá a la Consejería de Educación y
Cultura, previo informe del Consejo Regional del Patrimonio Histórico de la Comunidad
de Madrid.
En el artículo 41 se hace referencia a las intervenciones realizadas por
particulares, donde al nombrar “intervenciones arqueológicas” se refiere en realidad a
todas las intervenciones en cualquiera de los patrimonios:
“Artículo 41. - Intervenciones arqueológicas de los particulares.
1. La realización de cualesquiera intervenciones arqueológicas y paleontológicas,
……… requerirá la autorización previa de la Dirección General de Patrimonio
Cultural, sin perjuicio de la licencia municipal que sea preceptiva según la
legislación urbanística. En caso de falta de resolución los efectos del silencio
administrativo serán desestimatorios.
2. Se consideran intervenciones arqueológicas y paleontológicas los estudios
directos de arte rupestre y las prospecciones, los sondeos, las excavaciones, los
controles y cualquier otra intervención, con remoción de terrenos o sin ella, que
tenga por finalidad descubrir, documentar o investigar restos arqueológicos o
paleontológicos.
3. Para el otorgamiento de la autorización a la que se refiere el apartado 1 será
preciso acompañar la solicitud de un proyecto que acredite la conveniencia y el
interés científico de la intervención, avale la idoneidad técnica y científica de los
directores y garantice la financiación de las actuaciones.
5. Las personas o entidades que hayan solicitado autorización para realizar
actuaciones arqueológicas o paleontológicas serán responsables de los daños o
perjuicios que pudieran resultar de la ejecución de dichas actuaciones.
6. Reglamentariamente se determinarán los diferentes tipos de intervenciones
arqueológicas, su alcance, los requisitos que deben cumplir las solicitudes, la
titulación y la capacidad técnica de los directores y las condiciones a las que
debe quedar sujeta la autorización.
En el artículo 43 se describe la actuación a seguir con los descubrimientos de
restos arqueológicos:
“Artículo 43.- Descubrimiento de restos arqueológicos.
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ESTUDIO ARQUEOLÓGICO INFORMATIVO DE LAS OBRAS DE
NUEVOS APARCAMIENTOS SUBTERRÁNEOS EN LA PLAZA DE LA LEALTAD
1. Los bienes integrantes del patrimonio arqueológico y paleontológico de la
Comunidad de Madrid son de dominio público.
2. Los descubrimientos de restos con valor arqueológico hechos por azar,
entendiendo por tales los derivados de cualquier tipo de obra o remoción de …….
se comunicarán en el plazo de cuarenta y ocho horas a la Dirección General de
Patrimonio Cultural, o al Ayuntamiento correspondiente, sin que pueda darse
conocimiento público de ellos antes de haber realizado la citada comunicación.
4. El descubridor de restos arqueológicos depositará el bien, en el plazo de
cuarenta y ocho horas, en el Ayuntamiento correspondiente, en la Dirección
General de Patrimonio Cultural o en el Museo Arqueológico de la Comunidad de
Madrid, salvo que sea necesario efectuar remoción de tierras para hacer la
extracción del bien, dadas sus características, o salvo que se trate de un hallazgo
subacuático, en cuyos supuestos el objeto permanecerá en el emplazamiento
originario. Mientras el descubridor no efectúe la entrega, se le aplicarán las
normas del depósito legal.
6. El Museo Arqueológico de la Comunidad de Madrid recibirá en depósito
definitivo los restos arqueológicos y paleontológicos hallados y procederá a su
evaluación, clasificación y exposición pública con el fin de garantizar su
conservación y seguridad.”
El Patrimonio Arqueológico tiene entre sus características diferenciales la de
que parte de sus bienes no son visibles, pueden estar ocultos o enterrados, total o
parcialmente. Por ello, los mecanismos de investigación y de protección que les
resultan adecuados son algo diferentes a los del resto del Patrimonio y se ha de poner
particular énfasis en la prevención, tanto o más que en la intervención. El resultado de
las intervenciones arqueológicas ha permitido acrecentar el grado de conocimiento de
nuestro pasado, así como documentar los yacimientos arqueológicos afectados por las
intervenciones.
La Dirección General de Patrimonio Histórico está llevando a cabo la puesta en
marcha de un nuevo modelo de Arqueología Preventiva con el fin de compatibilizar la
protección del Patrimonio Arqueológico y el desarrollo urbanístico. Para ello, se
promueven dos medidas: mejorar la coordinación con las administraciones encargadas
de la planificación del suelo y la construcción de infraestructuras; y adecuar los niveles
de protección al conocimiento de los bienes que integran el Patrimonio Arqueológico.
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ESTUDIO ARQUEOLÓGICO INFORMATIVO DE LAS OBRAS DE
NUEVOS APARCAMIENTOS SUBTERRÁNEOS EN LA PLAZA DE LA LEALTAD
Corresponden a la Dirección General de Patrimonio Histórico, además de las
previstas en el artículo 47 de la Ley 1/1983, de 13 de diciembre, de Gobierno y
Administración de la Comunidad de Madrid, las competencias de la Comunidad de
Madrid en materia de patrimonio histórico, artístico, monumental, arqueológico,
arquitectónico y científico de interés para la Comunidad, sin perjuicio de la
competencia del Estado para la defensa de los mismos contra la exportación y la
expoliación. Asimismo, tiene atribuido el ejercicio de las funciones dirigidas a la
conservación, defensa, protección, enriquecimiento y difusión del patrimonio histórico
previstas en la Ley 10/1998, de 9 de julio, de Patrimonio Histórico de la Comunidad de
Madrid.
También debemos señalar la importancia del patrimonio etnológico, siendo
parte de las categorías de Bien de Interés Cultural, que se recoge en el artículo 9, f y
g:
“f. Lugar de Interés Etnográfico: El paraje natural susceptible de delimitación
espacial o conjunto de construcciones o instalaciones vinculados a las formas de
vida, cultura, costumbres, acontecimientos históricos y actividades tradicionales
significativos del pueblo madrileño o de los lugares que, dentro del ámbito
territorial de la Comunidad de Madrid, merezcan ser preservados por su interés
etnológico.
g.
Las
actividades
tradicionales
que
contengan
especiales
elementos
constitutivos del patrimonio etnológico de la Comunidad de Madrid, así como
los topónimos arraigados con antigüedad superior a cincuenta años gozarán de
idéntica protección que los lugares de interés etnográfico, bajo la denominación
de Hechos Culturales.”
Recogiéndose las normas especificas de protección del patrimonio etnológico
junto con el arqueológico y paleontológico en el capítulo VI, articulo 47:
“Constituye el patrimonio etnológico de la Comunidad de Madrid el conjunto de
bienes materiales e inmateriales de interés cultural que caracterizan y expresan
la cultura tradicional de la región de Madrid; también forman parte del patrimonio
etnológico aquellos bienes de interés cultural que son expresión del pasado
productivo, tecnológico o industrial de la región de Madrid.”
10
ESTUDIO ARQUEOLÓGICO INFORMATIVO DE LAS OBRAS DE
NUEVOS APARCAMIENTOS SUBTERRÁNEOS EN LA PLAZA DE LA LEALTAD
Además, existe Ley 2/2002, de 19 de junio, de Evaluación Ambiental de la
Comunidad de Madrid, donde en su artículo 28 sobre Estudio de Impacto Ambiental
señala:
“1. El estudio de impacto ambiental comprenderá, al menos, la siguiente
información:
(…)
h. Identificación y valoración de las alteraciones generadas por las acciones de
la alternativa propuesta susceptibles de producir un impacto directo o indirecto
sobre el medio ambiente o sobre los bienes materiales, incluido el patrimonio
histórico artístico y arqueológico, detallando las metodologías y procesos de
cálculo utilizados en la valoración.”
Por ello se tiene que estimar si se procediese a la Evaluación de Impacto
Ambiental de la obra. En el Anexo VII, de la Ley nos señala que se deberá tener en
cuenta
“El valor y la vulnerabilidad de la zona probablemente afectada a causa de:
o
Las características naturales especiales o el patrimonio cultural.
o
La superación de niveles o valores límite de calidad del medio ambiente.
o
La explotación intensiva de la tierra.”
El ámbito de estudio en el que se enmarca la construcción de este
aparcamiento previsto por el Ayuntamiento de Madrid engloba un sector de la ciudad
con un alto valor patrimonial: el Recinto Histórico de la Villa de Madrid. Las normas
que más directa y explícitamente afectan al Patrimonio Arqueológico en la Comunidad
de Madrid son tres: la Ley de Patrimonio Histórico Español (LPHE) de 1985, la Orden
de 1986 por la que se regulan las prospecciones y excavaciones arqueológicas en la
Comunidad y la Ley de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid (LPHCM) de
1998.
El Recinto Histórico de la Villa de Madrid cuenta con una protección especial
ya que ha sido declarada Bien de Interés Cultural con categoría de Zona
Arqueológica, decreto 61/1993 del 20 de Mayo. Además, esta zona de estudio está
dentro del Conjunto Histórico de la Villa de Madrid, declarado BIC con el decreto
41/1995 del 27 de Abril.
11
ESTUDIO ARQUEOLÓGICO INFORMATIVO DE LAS OBRAS DE
NUEVOS APARCAMIENTOS SUBTERRÁNEOS EN LA PLAZA DE LA LEALTAD
La LPHE en sus artículos 22.1 y 20.4 especifica que siempre que se vaya a
realizar cualquier clase de obra, ésta deberá ser autorizada por la Administración
competente, que podrá ordenar intervenciones arqueológicas antes de que comience
la misma, no pudiendo ser el municipio quien otorgue los permisos, como sí lo sería
para otros tipos de BIC. La LPHCM del año 1998 refuerza y apoya esta tesis,
exponiendo que para cualquier remoción de tierra en la zona circunscrita al Bien se
obligará a la verificación de la existencia de restos arqueológicos (LPHCM, Art. 30e).
La denominación de Zona Arqueológica representa la figura de máxima
protección por la Ley de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid es definida
en el artículo 9.2.e como:
“lugar o paraje natural en donde existen bienes muebles o inmuebles o restos
susceptibles de ser estudiados con metodología arqueológica, tanto si se
encuentran en superficie como si se encuentran en el subsuelo, bajo las aguas o
en construcciones emergentes”
El presente estudio histórico-arqueológico pretende hacer un recorrido por
todos los yacimientos que se encuentran dentro del ámbito de afección del proyecto
para poder llevar a cabo, de esta manera, una valoración patrimonial previa del área
de actuación.
La metodología desarrollada para este estudio ha consistido en un vaciado
documental de la siguiente documentación:
-
Catalogo de Yacimientos Arqueológicos de la Comunidad de Madrid.
-
Anuario de Actuaciones Arqueológicas de la Comunidad de Madrid.
-
Consulta de los Informes de las actuaciones realizadas anteriormente en el
ámbito de estudio.
1
-
Consulta de bibliografía general y específica 1.
-
Consulta de documentación cartográfica y planimetría: histórica, actual y
Se adjunta bibliografía en los apartados 3.5
12
ESTUDIO ARQUEOLÓGICO INFORMATIVO DE LAS OBRAS DE
NUEVOS APARCAMIENTOS SUBTERRÁNEOS EN LA PLAZA DE LA LEALTAD
fotografía aérea 2.
-
2
Revisión de la toponimia, caminería histórica y vías pecuarias.
Apartado 3.2c, cartografía histórica y fotografía aérea resaltando la zona de proyecto del aparcamiento.
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ESTUDIO ARQUEOLÓGICO INFORMATIVO DE LAS OBRAS DE
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2. ESTUDIO HISTÓRICO-ARQUEOLÓGICO
2.1PATRIMONIO HISTÓRICO- ARTÍSTICO- ARQUEOLÓGICO
Localización histórica del aparcamiento de La Plaza de la Lealtad:
El espacio que actualmente ocupa el Paseo del Prado, en concreto el tramo
comprendido entre la puerta de Atocha y las Cuatro Fuentes, era hasta el siglo XVIII
una alameda, lindante con algunas huertas y con un barranco que daba lecho al
arroyo de Valnegral, que venía descubierto desde los pinares del camino de Maudes,
donde con posterioridad se situó el Jardín Botánico. Con anterioridad, en la zona eran
escasas las construcciones que podemos destacar, entre los antecedentes más
significativos antes de las grandes transformaciones de finales del XVIII, la
construcción de un estanque en tiempos de Felipe II, en concreto en el año 1569, ya
que tomaría la decisión de reorganizar los Prados de San Jerónimo y de Atocha, y
hacer de esos espacios extramuros, conocidos como Prado Viejo, un sitio preferente
de recreo y esparcimiento para los ciudadanos.
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NUEVOS APARCAMIENTOS SUBTERRÁNEOS EN LA PLAZA DE LA LEALTAD
Durante el reinado de Carlos III, las reformas urbanas de Madrid se plantearon
en lo que entonces era la periferia de la ciudad: el Prado Viejo que, pese a ser un
paseo muy popular había ido decayendo en un estado de abandono y perdiendo su
primitiva función de lugar de esparcimiento.
El Salón del Prado, como se llamó a esta gran reforma, cubrió el arroyo que lo
cruzaba (arroyo del Olivar o de la Castellana), convirtiendo esta zona, profusamente
arbolada, en un paseo con jardines y fuentes. La idea fue promovida por el Conde de
Aranda, presidente del Consejo de Castilla, iniciándose los trabajos en 1763. Se
trataba de integrar de forma unitaria los fragmentos dispersos del espacio de transición
entre la ciudad y el conjunto palatino del Buen Retiro, mediante la creación de un
espacio circoagonal limitado y embellecido por fuentes y vías arboladas.
El Salón del Prado fue ordenado urbanísticamente por José de Hermosilla, el
cual diseñó una planta longitudinal, con grandes fuentes de trecho en trecho (Cibeles,
Neptuno y las Cuatro Estaciones o de Apolo). Las fuentes y los elementos decorativos
fueron proyectados por Ventura Rodríguez, trabajando en las esculturas los más
reconocidos escultores del momento.
El Salón del Prado discurría desde la actual plaza de Cibeles a la glorieta del
Emperador Carlos V (glorieta de Atocha), distinguiéndose tres tramos. El primero, con
la fuente de Apolo (o de las Cuatro Estaciones) en su centro, contaba con las de
Cibeles y Neptuno en los extremos, recibiendo el nombre de Prado de Apolo. El
segundo, iba de Neptuno al Jardín Botánico, ante el cual se disponía una glorieta con
cuatro pequeñas fuentes (en el cruce de la calle de Huertas), y por último, el paseo
que discurría delante de la fachada principal del Jardín Botánico constituía el tercer
tramo.
Se dará una zona determinada dentro del Paseo del Prado denominada el
paseo de las Víctimas, por ser la que tiene a su lado el obelisco de la Lealtad, se
pueden destacar edificios de una relativa reciente construcción como en Hotel Ritz,
que se levanta sobre el terreno del antiguo jardín Tívoli, y el edificio de la Bolsa. Esta
zona será el enclave donde se localice el futuro aparcamiento subterráneo, en la Plaza
de la Lealtad.
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NUEVOS APARCAMIENTOS SUBTERRÁNEOS EN LA PLAZA DE LA LEALTAD
Se constataría que la zona fue siempre un área de extramuros, sin urbanizar,
destinada, históricamente, a ser una zona de esparcimiento y recreo de los
ciudadanos. Sin apenas construcciones arquitectónicas hasta el siglo XIX.
Señalar que en sus inmediaciones, durante el reinando Isabel II (1833–1868)
se abrió la calle de Granada, calle que más tarde se llamaría de Alfonso XII,
vendiéndose al estado los terrenos comprendidos entre ésta y el Paseo del Prado,
siendo urbanizados por particulares.
Zona de ubicación del futuro aparcamiento de La Plaza de la Lealtad
Zona urbanizada entre el Parque del Retiro y el Paseo del Prado
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Documentación cartográfica y fotografía aérea:
Leyenda:
1) Planos históricos (De la Figura 1 a la Figura 11):
(a) Aparcamiento de La Plaza de la Lealtad señalado, con mayor o
menor definición, en color rojo.
(b) Norte geográfico:
N
2) Fotografía aérea (De la figura 12 a la Figura 14):
(a) Aparcamiento de La Plaza de la Lealtad señalado en color azul.
(b) Norte geográfico: El margen superior de la imagen se corresponde
con el norte geográfico.
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Figura 1:
N
Autor: Pedro Texeira
Año: 1656
Escala original: 1: 1.800
Visión axonométrica de la ciudad.
El Plano de Texeira está considerado como el plano más importante de Madrid del
siglo XVII y del que se han hecho numerosas reproducciones. Grabado en Amberes,
representa fielmente la planta de la ciudad de Madrid observándose de forma clara
cada uno de los edificios que configuran las manzanas.
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Figura 2:
N
Autor: Nicolás de Fer
Año: 1700
Visión geométrica de la ciudad de Madrid donde se delimitan las manzanas.
Este plano se grabó en París. Se representa de una manera geométrica la planta de
Madrid.
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Figura 3:
N
Autor: P. van der Aa
Año: 1707
Escala original: Pitipié de quinientas varas castellanas, ou 500 toises.
Plano geométrico donde se delimitan las manzanas.
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Figura 4:
N
Autor: Antonio Espinosa de los Monteros
Año: 1769
Escala original: 1.200 pies castellanos, equivalente a 400 varas castellanas.
Visión geométrica de la ciudad.
Este plano está considerado básico para analizar la transformación de Madrid en uno
de los períodos más importantes de la Historia de la capital. Se trata del reinado de
Carlos III (1760-1788), rey que se preocupó de embellecer la ciudad, dándole una
imagen de capitalidad comparable a las ciudades más importantes de Europa.
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Figura 5:
N
Autor: Fausto Martínez de la Torre
Año: 1800
Escala original: 1.000 varas castellanas
Plano geométrico de Madrid donde se delimitan las manzanas.
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Figura 6:
N
Autor: Juan López
Año: 1835
Escala original: 3.000 pies castellanos
Plano geométrico de Madrid donde se delimitan las manzanas.
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Figura 7:
N
Autor: Carlos Ibáñez e Ibáñez de Íbero
Años: 1872, 1873 y 1874
Escala: 1: 2.000
Plano topográfico, parcelario.
Se trata de un parcelario muy útil para conocer el desarrollo de Madrid en este
período. Donde se recogen todas las transformaciones dadas durante el período
isabelino.
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Figura 8:
N
Autor: R. Conde
Año: 1877
Plano geométrico, donde se delimitan las manzanas
Se trata de un plano considerado poco fiable donde aparecen cada una de las
manzanas señalando los nombres de los edificios más importantes.
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Figura 9:
N
Autor: Carlos Lassailly
Año: 1877
Plano geométrico, donde se delimitan las manzanas
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Figura 10:
N
Autor: P. Núñez Granés
Año: 1910
Escala original: 1:10.000
Plano de Madrid y su Término Municipal.
El gran desarrollo que sufren en esta época los núcleos urbanos formados a las
afueras del centro determina que el Ayuntamiento encargue a Núñez Granés el
estudio de un proyecto de ordenación del extrarradio de Madrid.
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Figura 11:
N
Autor: Ayuntamiento de Madrid. Inspección General de los Servicios Técnicos.
Año: 1955
Escala original: 1: 5.000
Plano topográfico y parcelario.
Este plano representa un nuevo intento del Ayuntamiento por representar Madrid por
distritos. Plano muy valorado debido a que muestra fielmente la distribución del suelo
de Madrid.
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Figura 12:
Fotografía aérea realizada en 1956
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Figura 13:
Fotografía aérea realizada en 1999
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Figura 14:
Fotografía aérea realizada en 2008
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2.2 PATRIMONIO HISTÓRICO- ARTÍSTICO- ARQUEOLÓGICO
Yacimientos Arqueológicos en el entorno del
futuro aparcamiento de la Plaza de La Lealtad:
(Consulta de la Carta Arqueológica de Madrid)
En cuanto al patrimonio arqueológico se refiere, el futuro aparcamiento de la
plaza de La Lealtad se encuentra en la Zona Arqueológica del Recinto Histórico de la
Villa de Madrid, declarado Bien de Interés Cultura con categoría de Zona
Arqueológica, decreto 61/1993 del 20 de Mayo. Responde al casco histórico de la
ciudad conformado a partir de la fundación de Madrid en el siglo IX. Desde entonces y
hasta el siglo XVIII se configuran los límites del espacio que se ha considerado
yacimiento por su gran riqueza patrimonial (CATÁLOGO DE YACIMIENTOS
ARQUEOLÓGICOS DE LA COMUNIDAD DE MADRID).
Para una mejor y más completa localización de yacimientos arqueológicos en
las proximidades de este proyecto se procedió por parte de Paleoymas S.L. a solicitar
la consulta de Carta arqueológica y paleontológica a la Dirección General de
Patrimonio Histórico, en la Consejería de Cultura y Turismo de la Comunidad de
Madrid.
Dicha solicitud de consulta se realizó con fecha 28 de Mayo de 2008 y se le
otorgó por parte de la Comunidad de Madrid la referencia 12/037931.9/08. (Ver
documentos anexos).
La Dirección General de Patrimonio Histórico de la Consejería de Cultura y
Turismo de la Comunidad de Madrid no respondió a la consulta de Carta emitida por
Paleoymas, sin llegar a indicar vía administrativa la negativa a dicha consulta.
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La zona de estudio se sitúa entre la calle de Alcalá, desde la plaza de Cibeles a
la plaza de la Independencia (Puerta de Alcalá), la calle de Alfonso XII, el paseo del
Prado, desde la Cibeles hasta la Glorieta de Carlos V (Puerta de Atocha), y el paseo
de la Infanta Isabel, desde la Glorieta de Carlos V a la calle Alfonso XII. Dentro de esta
manzana, con la que se ha delimitado un área amplia de investigación que nos servirá
de base para conocer mejor los antecedentes históricos, toponímicos y arqueológicos
de la zona, solo se actuará constructivamente en un área muy concreta: en la calle
semicircular que rodea al monumento a los caídos de la Plaza de la Lealtad.
El espacio urbano ocupado por esta gran manzana ha sufrido a lo largo de la
historia una de las transformaciones más interesantes y documentadas de la ciudad de
Madrid. Esta zona pasó de ser un sector despoblado, con abundante vegetación,
surcado por barrancos delimitados por colinas que bordeaban el arroyo del Abroñigal
Bajo, también conocido en la documentación como Valnegral o de la Fuente
Castellana, hasta llegar a la construcción del Palacio del Buen Retiro, en el siglo XVII,
y, posteriormente, en los siglos XIX y XX convertirse en uno de los barrios más
característicos y espectaculares de la ciudad de Madrid.
Prehistoria
Antes de la fundación de la ciudad de Madrid, en el siglo IX d. C., la zona de
nuestro estudio estaba atravesada, de Norte a Sur, por un gran barranco formado por
la erosión del paso del arroyo del Abroñigal Bajo. Este curso de agua nacía en los
pinares del antiguo Camino de Maudes (topónimo proveniente del nombre árabe
Mahmud que significa el alabado) que se situaba entre la actual plaza de Castilla y el
barrio de Chamartín, y desembocaba en el arroyo del Abroñigal Alto, cerca del Cerro
Negro en el actual Parque Tierno Galván.
Por los topónimos históricos conocidos en la documentación y en la cartografía
antigua sabemos que en este sector de Madrid había una abundante vegetación
arbórea compuesta por diversas especies, por ejemplo el término Abroñigal significa
cerezo silvestre y el nombre de Valnegral podría provenir de Valle Negro que se
relacionaría con el color verde oscuro de los amplios pinares de la zona del Cerro de
San Blas, en el límite Sur de la zona de estudio o de Chamartín, al Norte.
Desde el Camino de Alcalá (calle de Alcalá) el relieve de esta zona se podría
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diferenciar entre la margen derecha u occidental del arroyo que estaba ocupada por
las suaves laderas que descendían desde la Puerta del Sol o de la Plaza Mayor; y la
margen izquierda o Este del arroyo que se encontraba más encajonada, dando unas
pendientes y colinas mucho más pronunciadas y agrestes. Además, la zona alta de la
margen izquierda estaba dominada por una amplia meseta, relativamente llana,
poblada de pinos, donde se sitúa actualmente el parque del Retiro.
La orientación del arroyo de Valnegral sirvió como eje de comunicación
natural, de Norte a Sur, entre las regiones de la Sierra y el valle del Tajo. Esta
característica geográfica unida a la de la abundante vegetación y al curso de agua
propiciaban la presencia de numerosa fauna. Por estas razones los investigadores
siempre han pensado que esta área reunía las condiciones idóneas para el desarrollo
de la temprana ocupación humana a lo largo de la prehistoria, así como en momentos
históricos previos a la fundación islámica de Madrid.
Hasta el momento se han documentado restos dispersos de industria lítica del
Paleolítico Inferior y Medio y del Neolítico (del 5000 al 4000 a. C.) en la calle de
Alcalá a la altura del Parque del Retiro y en diversos puntos de este parque (Pérez de
Barradas 1926). Además, en diversos puntos del sector delimitado por la plaza de
Colón, la calle de Goya, la de Velázquez, el Paseo de Recoletos y la calle de Alcalá se
conoce, por fuentes antiguas poco concretas, la localización de restos de la Edad del
Bronce (del 1800 al 900 a. C.), del Hierro II (del siglo V al II a. C.) y de la Época
Romana. También, se tienen noticias, a través de la Carta Arqueológica de la
Comunidad de Madrid (Yacimiento incluido en el “Casco Histórico de Madrid”) que
José Pérez de Barradas, en 1926, localizó en el Cerro de San Blas materiales en
superficie del Paleolítico Inferior y Medio, del Neolítico y del Calcolítico (del 3500 al
2500 a. C.).
Edad Media
Durante la Edad Media se va realizando la adecuación del eje de
comunicación al cauce del arroyo que determinará una configuración sinuosa del
mismo. Su tramo más antiguo que es el que ahora nos interesa, fue conocido desde el
siglo XIII como Prado Viejo o Prado de Atocha. Esta segunda denominación
provendría de la localización de una Ermita con culto a la Virgen de Atocha en el
Camino de Atocha o de Vallecas.
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ESTUDIO ARQUEOLÓGICO INFORMATIVO DE LAS OBRAS DE
NUEVOS APARCAMIENTOS SUBTERRÁNEOS EN LA PLAZA DE LA LEALTAD
La cita documental más antigua que se ha localizado sobre el Prado Viejo o
Prado de Atocha se encuentra en el Fuero de Madrid, sancionado en 1202 por
Alfonso VIII, donde hay una parte dedicada a delimitar las posesiones de la Villa, así
como el uso y disfrute de determinados espacios o la prohibición de otros. Uno de
estos espacios es el Paseo del Prado del que se dice “El Prado de Atocha está vedado
desde la fuente del Manzano, donde se juntan los arroyos de los valles, y desde allí
hasta la hondonada de las huertas”.
Entre los siglos XIII y XIV se empieza a denominar el arroyo del Abroñigal
Bajo como arroyo de la Castellana, por la presencia de una denominada Fuente
Castellana que debía estar localizada en la zona de la plaza de Emilio Castelar. En
esta fuente abrevaban los rebaños de ovejas que atravesaban esta vaguada, por esta
razón el barranco, surcado por el arroyo, fue conocido también como Cañada
Castellana.
A finales del siglo XV el casco urbano de Madrid solo llegaba a lo que hoy es la
Puerta del Sol, y el Prado Viejo o de Atocha, a ambos lados del cauce del Abroñigal
Bajo, era un paraje ocupado por pinares, alamedas, pastos, huertas y olivares. Los
cultivos y las huertas se fueron situando a los lados de los antiguos caminos de salida
de la villa por sus lados Este y Sur que más tarde se convertirían en calles de Madrid:
Camino del Prado, Camino de Alcalá, Prado Viejo, Camino de las Huertas, Camino de
Atocha, Camino de Cantarranas (hoy calle Lope de Vega), etc.
Edad Moderna: Siglos XVI y XVII
El Prado Viejo se extendía desde la Glorieta de Carlos V (Atocha) hasta la
Plaza de Cibeles (camino de Alcalá). Este nombre cambiará a lo largo del siglo XVI y
se comenzarán a distinguir dos tramos, uno al Sur, el Prado de Atocha, y otro al
Norte, el Prado de los Jerónimos. El primero recibía su denominación por la
presencia de la mencionada Ermita dedicada a la Virgen de Atocha, llamada así por
encontrase entre los atochares o espartales que poblaban esa zona. Esta ermita
estuvo situada donde hoy se encuentra la Basílica de Atocha. Por su parte, el Paseo
de los Jerónimos, era llamado así por el Convento de mojes Jerónimos, existente en
la margen izquierda del barranco desde principios del siglo XVI.
Sobre uno de los cerros de la margen izquierda del arroyo se iniciaron, en
1503, las obras del nuevo Convento de San Jerónimo que ya había sido fundado en
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1464 por Enrique IV en la margen izquierda del río Manzanares junto al camino del
Pardo, pero los monjes solicitaron permiso y tierras a Isabel la Católica, para su
traslado por la insalubridad de la zona de la primera fundación.
Se les instaló en una colina en el paraje conocido en esos momentos como
Prado Viejo, al Sur del camino de Alcalá. Desde este momento este sector del Prado
Viejo será conocido como Prado de los Jerónimos. Estos monjes acostumbraban a
levantar sus monasterios en lugares muy concretos y elegidos con mucho cuidado.
Solían localizarse en las afueras de las ciudades, pero en sitios relativamente
cercanos. Buscaban zonas bien comunicadas a ser posible próximas a caminos
importantes y, por último, que hubiera buen acceso al agua y buenas tierras de cultivo.
A principios del siglo XVI ya estaba terminado el convento que era de estilo
gótico tardío o gótico isabelino. Del monasterio sólo han llegado a nuestros días el
templo reconstruido a mediados del siglo XIX por la destrucción durante la Guerra de
la Independencia y un claustro de granito.
Muy poco después de finalizar las obras del Convento, el emperador Carlos I,
inicia la vinculación de los parajes del Prado de los Jerónimos con la Corona. En
primer lugar, reunió Cortes en el Convento en 1510. En segundo lugar, se realizó en
este lugar el primer juramento de su hijo Felipe como heredero. Y en tercer lugar, el
emperador decidió pasar algunas temporadas de retiro en el monasterio. Por esta
razón se ordenó la construcción al Norte del convento de unos aposentos que fueron
conocidos como Cuarto Real y más tarde como Cuarto Viejo, desparecido tras la
ocupación de Madrid por las tropas de Napoleón entre 1808 y 1813.
A partir de esta costumbre, iniciada por Carlos I, los siguientes reyes también
pasaban temporadas retirados en los aposentos reales del convento, por lo que pronto
toda aquella zona, sobre los cerros y las huertas al Este del Pase del Prado, se
conocería como el Buen Retiro. Como la Corte pasaba cerca del Rey el tiempo que
este permanecía retirado, muy pronto algunos personajes influyentes empezaron a
adquirir terrenos y huertas por las inmediaciones.
También, en la margen Izquierda, en su límite Sur, se localizaba, en el siglo
XVI la Ermita de San Blas (desaparecida en 1795). Su situación exacta no se conoce,
pero se sabe que estaba situada en el cerrillo de San Blas, desde donde se controlaba
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el camino de Atocha o Vallecas, donde se localizaba la ermita y después Convento
de Atocha y actualmente Basílica de Nuestra Señora de Atocha.
La Basílica de Nuestra Señora de Atocha está situada sobre el antiguo
Convento de Dominicos de Nuestra Señora de la Asunción, más conocido como
Convento de Nuestra Señora de Atocha. El convento fue fundado en 1523 por Fray
García de Loaysa, inquisidor general, por y Fray Juan Hurtado de Mendoza, confesor
de Carlos V, instalándose en el lugar donde se daba culto en una ermita a la Virgen
de Atocha.
El edificio ha sufrido numerosos derribos y sucesivas construcciones a lo largo
de su historia por lo que en la actualidad nada queda del primitivo templo. El 14 de
agosto de 1652 se quemó la iglesia; en 1726 se desplomó la capilla mayor y en 1809
los franceses destinaron el edificio a cuartel y quedó arruinado tras la Guerra de la
Independencia, por lo que en época de Fernando VII fue reedificado casi por
completo.
En 1836, con la desamortización de Mendizábal, el edificio pasó a ser
propiedad del Patrimonio Real, siendo destinado el convento a Cuartel de Inválidos y
su iglesia, a parroquia castrense. La iglesia fue transformada en Basílica en 1863 por
el Papa Pío IX. En 1924, Alfonso XIII cedió la propiedad de nuevo a la Orden de los
Dominicos que siguen regentándola en la actualidad.
A finales del siglo XIX la Basílica volvía a estar muy deteriorada por lo que en
1890 se convocó un concurso público para su reconstrucción. El proyecto ganador
fue realizado por el arquitecto Fernando Rabos con una propuesta de basílica
neobizantina con campanile exento y un Panteón de Hombres Ilustres. Las obras
comenzaron en 1891 pero diez años después, debido a la falta de recursos
económicos, se suspendió la construcción hasta que en 1924 el conjunto fue cedido a
los dominicos, quienes prosiguieron las obras sin seguir el proyecto original de Arbós.
Durante la Guerra Civil el edificio fue nuevamente arrasado. En 1946 la Dirección
General de Regiones Devastadas decide llevar a cabo su reconstrucción que finaliza
en 1951 con un nuevo edificio de trazas neobarrocas.
A finales del siglo XV y principios del siglo XVI el casco urbano de Madrid
llegaba hasta la zona de la Puerta del Sol y de la antigua Puerta de Atocha a la altura
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de Antón Martín y de la plaza de Jacinto Benavente. Entre el caso urbano y la zona del
Paseo del Prado, conocido en estos momentos como Prado Viejo, solo había parcelas
de cultivos de secano (olivos y vides) y huertas en las proximidades del arroyo.
Aunque a lo largo del siglo XVI se va urbanizando la zona que se localiza entre
la puerta del Sol y el arroyo de la Castellana. Esta expansión urbana solo llegó hasta
la mitad de la ladera en lo que hoy son las calles de San Agustín, de Jesús o del
Duque de Medinaceli. Este crecimiento se realizó siguiendo los caminos de salida de
las cercas (camino de Alcalá y camino de Atocha, camino del Prado, camino de la
Huertas y carrera de San Jerónimo), ocupándose, posteriormente, las zonas entre
estos caminos surgiendo las calles transversales como la calle del Príncipe, del León,
etc.. El caserío que se va desarrollando en esta zona es modesto compuesto por
casas de diverso tipo desde edificios de una sola planta con patios o jardines traseros
hasta edificios de tres plantas y corralas de vecinos, algunas de ellas aprovechadas
para representaciones teatrales. Entre este caserío modesto y la zona del arroyo
Castellana se irán instalando los jardines, las huertas y los palacetes de los cortesanos
que acompañaban a los reyes.
Cuando en 1561 Felipe II decide instalar definitivamente la corte en Madrid se
produjo, a lo largo de los siglos XVI y XVII, un crecimiento urbano considerable,
aunque la zona de estudio no cambiará mucho su aspecto, salvo que será en estos
momentos cuando los gobernantes municipales empiecen a dignificar algo el aspecto
del Paseo del Prado y se irá convirtiendo en una de las zonas preferidas de la
población para el paseo y el recreo.
A lo largo del siglo XVI, en la zona del Paseo del Prado, aparte del Convento
de los Jerónimos y del Cuarto Viejo, eran escasas las construcciones a destacar. Entre
los antecedentes más significativos se podría mencionar la construcción, en el año
1569, de un Estanque efímero frente al Convento de los Jerónimos, donde se recreó
un simulacro de la toma de un castillo con la construcción de ocho galeras para recreo
de la esposa de Felipe II.
Con la construcción del Cuarto Viejo en el siglo XVI, lugar temporal de
residencia real adosado al Convento de los Jerónimos, esta zona se va asociando a la
Monarquía. Por esta razón los nobles irán comprando parcelas e irán construyendo
casas, palacios, huertas y jardines de recreo.
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Desde la calle de Alcalá hasta la Carrera de San Jerónimo se producirá en el
siglo XVII la mayor concentración de huertas y jardines pertenecientes a la nobleza. La
calle de los Jardines (hoy Marqués de Cubas) tomó este nombre por las casas –
jardines aquí situados, cuyas fachadas daban a esta calle, mientras que al Paseo del
Prado daban las tapias traseras. La propiedad más grande y más importante de esta
zona era la huerta del marqués del Carpio luego, en el siglo XVIII, pasó al marqués
de Alcañices y por último al duque de Sesto que lo vendió para el Banco de España.
En la esquina del Paseo del Prado con la Carrera de San Jerónimo estuvo la finca del
duque de Maceda que posteriormente fue adquirida para el palacio del Marqués de
Villahermosa (actual Museo Thyssen). También tenían huertas en este paraje, entre
otros, el marqués de Villamagna y el conde de Monterrey.
En 1603 en el tramo del Prado de Atocha desde la Carrera de San Jerónimo
hasta la calle de Huertas estaban las inmensas propiedades del duque de Lerma
donde construyó una casa principal con patio central en 1614. Dentro de estos
terrenos se construyeron en 1606 los conventos de San Antonio del Prado hoy
desaparecido y el de Trinitarios Descalzos donde está el famoso Jesús de
Medinaceli. Todas estas propiedades pasaron en 1618 a su hijo el duque de
Medinaceli que se fueron manteniendo de forma parecida hasta inicios del siglo XIX en
que fue incautado por los franceses que causaron grandes destrozos. En 1857 se
abrió en sus terrenos la prolongación de la calle Lope de Vega y a principios del XX las
de Cervantes y de Jesús. En 1912, en una parte de los terrenos de estas propiedades,
se construyó el Hotel Palace.
Por lo tanto, la margen derecha del arroyo de la Castellana se va
caracterizando por la presencia de estos jardines y palacetes propiedad de los nobles
que en muchos casos se mantendrán hasta finales del siglo XIX y principios del XX.
Pero, en la margen izquierda se van desarrollando un conjunto de edificios y jardines
que conformarán, a lo largo del siglo XVII y XVIII, el Real Sitio del Buen Retiro.
Para esta época, a mediados del siglo XVII, el caserío de Madrid había crecido
espectacularmente, llegando el límite urbano por el Este hasta las proximidades del
Paseo del Prado. Con este crecimiento de la ciudad el Prado quedará flanqueado en
sus dos márgenes, al Este por los Jerónimos y las primeras edificaciones del Palacio
del Buen Retiro y al Oeste las casas de la ciudad que correspondían mayoritariamente
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a los jardines y huertas de las casas nobiliarias más destacadas del momento.
Desde 1650 toda esta zona quedará incluida en la nueva cerca de delimitación
urbana conocida como Cerca de Felipe IV que empezó a levantar en 1625, a la que
pertenecen, entre otras, las puertas de Atocha o de Vallecas y la de Alcalá. El
trazado de la nueva Cerca comprendía una superficie de unas 500 hectáreas, de las
que más de 150 hectáreas pertenecían al Real Sitio del Buen Retiro. Esta Cerca tenía
el siguiente recorrido partiendo del Palacio Real: cuesta de la Vega, rondas de
Segovia, Toledo, Valencia y Atocha, glorieta del Emperador Carlos V, avenidas de la
Ciudad del Barcelona y Menéndez Pelayo, calle de Alcalá, plaza de la Independencia,
calle de Serrano, calle de Jorge Juan, plaza de Colón, calle de Génova, de Sagasta,
de Carranza y girando a la izquierda por San Bernardo y Santa Cruz de Marcenado
hasta Serrano Jover, Princesa, Ventura Rodríguez, Ferraz, cuesta de San Vicente,
paseo de la Virgen del Puerto y subía bordeando el Campo del Moro hasta enlazar con
la cuesta de la Vega
De forma paralela a la ocupación de esta zona del Prado Viejo por la
Aristocracia y la Monarquía, desde finales del siglo XVI y a lo largo del siglo XVII, este
sector de la ciudad, también se fue convirtiendo en uno de los lugares preferidos por el
pueblo llano de Madrid para el paseo, la diversión y el esparcimiento. Para Mesonero
Romanos este hábito se relacionaba con la devoción a la Virgen de Atocha por lo que
esta zona se convirtió, desde la Baja Edad Media, en una de las áreas más transitadas
de la Villa.
El Prado Viejo era un paraje ideal para el uso festivo de los madrileños por sus
arboledas y su abundancia en fuentes. Este Paseo se convirtió en la pasarela social
donde se miraba la ciudad y no dejó de serlo en el siglo XVIII ya que las reformas que
se llevaron a cabo con los Borbones terminaron de otorgarle la condición del más
hermoso de los lugares de paseo de Madrid.
Entre finales del siglo XVI y el siglo XVII el eje viario, es decir, el Paseo del
Prado propiamente dicho, se va organizando y enriqueciendo con la plantación de
hileras de árboles (álamos) que separaban las diversas zonas del recorrido. También
se van instalando fuentes, como la Fuente del Prado próxima a la calle de Alcalá, la
Fuente del Peñasco en la margen derecha cerca de las tapias de los jardines del
marqués del Carpio y la Fuente del Caño Dorado frente a lo Jerónimos. Se sabe que
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NUEVOS APARCAMIENTOS SUBTERRÁNEOS EN LA PLAZA DE LA LEALTAD
en el año 1624 el arroyo se empezará a encauzar desde el Paseo de Recoletos hasta
el de Atocha, construyéndose varios puentecillos para cruzar el cauce. Uno de estos
puentes se puede ver en el plano de Teixeira de 1656 frente a los Jerónimos.
A pesar de estas actuaciones, hasta que no se finalizaron las obras del Palacio
del Buen Retiro en 1640 y sobre todo hasta que no se realizaron las reformas del
siglo XVIII, el aspecto general de la zona todavía se parecía más a un agradable
camino a orillas de un río o arroyo que a uno de los principales ejes urbanos de la
capital de un imperio. Esto se puede corroborar con los planos históricos de Madrid
anteriores al siglo XVIII (de De Witt de 1635 y de Teixeira de 1656) donde se observan
tramos sinuosos sin encauzar del arroyo Castellana.
En esta época discurría, muy próximo al Paseo del Prado, el Viaje de Agua del
Bajo Abroñigal que desde la zona de Canillas y Canillejas hasta llegar al valle del
Arroyo Castellana a la altura de Colón, desde este punto se dirigía hacia el Sur, bajo la
zona del Paseo de Recoletos, hasta el cruce con la calle de Alcalá en la actual plaza
de Cibeles y luego subía por la calle de Alcalá hasta Sol y el núcleo urbano de Madrid.
El origen del Palacio y Jardines del Real Sitio del Buen Retiro se puede ver
en la construcción en época de Carlos I y de Felipe II del llamado Cuarto Real en el
huerto situado al Este del Convento de los Jerónimos y en la presencia de varias
propiedades reales y de la nobleza con jardines y huertas de recreo, por ejemplo, a
principio del siglo XVII se situaba, en la esquina del camino de Alcalá con el Paseo del
Prado, la Huerta de San Juan o Huerta del Rey, delimitada por una tapia con
edificios tipo torre en las esquinas (el conjunto irá desapareciendo a lo largo del siglo
XIX). En estos terrenos se solían reunir los aristócratas madrileños. Fue famosa por
sus pajareras con aves exóticas y porque por su río artificial o Río Chico se podía
navegar en pequeños botes. Esta Huerta debía su nombre a la presencia de la Ermita
de San Juan que desparecerá después de la ocupación de Madrid por las tropas
napoleónicas (1808 – 1813).
Pero el despegue como Sitio Real de la margen izquierda del Paseo del Prado
vendrá con el Conde Duque de Olivares, valido del Felipe IV, que decidió en 1629
construir un gran palacio, con el objetivo de mantener entretenido al monarca para que
no entorpeciera su labor de gobierno. Para este proyecto utilizó el Cuarto Real o
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Cuarto Viejo, anexo al convento y se aprovechó una finca del Conde Duque donde a
condesa tenía unas jaulas de aves exóticas.
Las obras finalizaron entre 1633 y 1635 siguiendo el proyecto de Leonardo
Jusepe, aunque hay quien otorga el proyecto a Juan Gómez de Mora. El palacio
estaba compuesto por un edificio principal de planta cuadrada, con un amplio patio
central y con cuatro torres en cada una de las esquinas. De este conjunto solo se
conserva en pie el Salón de Reinos que ha sido utilizado hasta hace poco como
Museo de Ejercito y correspondería el ala Norte del Palacio. El conjunto palacial se
hizo con gran rapidez y con materiales de escasa calidad, a pesar de lo cual el interior
fue decorado con gran riqueza artística.
Adosados al conjunto principal, se irán construyendo hasta finales del siglo
XVII, otros edificios que conformaban patios donde se situaban los servicios del
palacio (criados, guardia, caballerizas, almacenes, etc.). Entre estos edificios hay que
destacar el Coliseo de Comedias (desaparecido durante la guerra de la
Independencia) y el Salón de Baile o Casón del Retiro donde se hacían fiestas,
bailes y recepciones. Este edificio se conserva y está siendo utilizado como ampliación
del Museo del Prado.
Los Jardines del Buen Retiro no se finalizarán hasta 1640 con paseos
salpicados de estatuas como la ecuestre del Rey Felipe IV de Pietro Tacca, fuentes,
estanques de estos todavía se puede verse el Estanque Grande, canales y ríos
artificiales.
En el Prado Alto que era una extensión sin edificaciones que se situaba entre
el Palacio del Retiro y la Huerta de San Juan se encontraba en el siglo XVII el edificio
del Juego de Pelota donde se practicaba el frontón. Esta construcción tenía planta
rectangular con tres pisos y un patio central de tipo corrala. El conjunto desparecerá
en torno a 1761. También en el extremo Sur del Prado Alto frente al acceso al Palacio
desde el Paseo del Prado se localizaba la Torrecilla del Prado de planta cuadrada y
de dos pisos que se utilizaba para dar pequeños conciertos de música. Esta Torrecilla
desaparecerá hacia el año 1788.
En el camino de Alcalá se encontraba la antigua Puerta de Alcalá que se
construyó a principios del siglo XVII para conmemorar la llegada de la esposa de
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Felipe III doña Margarita de Austria y estaba situada algo más hacia el Oeste de la
actual Puerta a la altura de la calle Alfonso XI.
Para completar la visión de la zona de la margen izquierda en el siglo XVII se
situaba al Sur del Convento de los Jerónimos y de sus huertas y olivares un amplio
terreno sin construir donde todavía eran visibles las colinas y los barrancos que
bajaban hasta el arroyo de la Castellana. Esta zona se conocía como Campo de San
Blas donde se situaba, en una colina de su extremo Sur, la Ermita de San Blas.
Siglos XVIII, XIX y XX
En el siglo XVIII, con el advenimiento de una nueva dinastía de origen francés,
va a iniciarse para Madrid un nuevo período de cambios y transformaciones que
intentarán dar a la vieja Villa un aspecto más moderno y monumental acorde con su
condición de capital borbónica y europea. Estos cambios que se inician con el primer
Borbón, Felipe V, y tendrán su culminación con Carlos III (1759-1788).
El Madrid que reciben los Borbones, a principios del siglo XVIII era una de las
capitales europeas más caóticas y desordenadas, con un escaso desarrollo de los
servicios urbanos más elementales (alcantarillado, empedrado de las calles,
iluminación nocturna, etc.), con un caserío pobre y humilde y con un crecimiento
urbano espontáneo y falto de planificación urbanística. La falta de espacios públicos
era otra característica el tejido urbano madrileño a excepción de la Plaza Mayor, la
Puerta del Sol, la Plaza de la Cebada y el Paseo del Prado.
En la segunda mitad del siglo XVIII los ediles y gobernantes ilustrados del
reinado de Carlos III concentraron la mayor parte de los esfuerzos en embellecer el
entorno del viejo Madrid sin apenas modificar la estructura interna de la ciudad. Con el
acceso al trono de Carlos III en 1759 se propiciaron una serie de actuaciones que
dotaron a la corte de servicios modernos como La Real Casa de la Aduana, la Real
Casa de Correos en el interior del viejo casco urbano, el Hospital General en el
extremo Sur de la ciudad. También promovió instalaciones fabriles como las Platerías
Martínez, la Fábrica de Tapices o la Real Fábrica de Porcelanas del Buen Retiro.
A lo largo del siglo XVIII toda la zona de estudio conocerá una amplia
transformación urbana y arquitectónica. En la margen derecha se van urbanizando
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poco a poco los jardines y huertas, sobre todo desde la calle de Huertas hacia Atocha.
En los jardines que van quedando se van construyendo nuevos y mejores palacios de
nobles constituyéndose en una zona habitada por la alta sociedad.
De la calle de Alcalá hacia el Sur se situaba en el siglo XVIII el palacio del
marqués de Alcañices, antes del marqués del Carpio y luego del duque de Sesto. En
una parte del espacio ocupado por este palacio se abrieron a finales del XIX, entre
otras, la calles del Sordo (hoy de los Madrazo) y se edificó el Banco de España. Las
obras de este último edificio se iniciaron en 1884 y es uno de las más hermosas
construcciones contemporáneas de Madrid que sus líneas fundamentales parecen
inspiradas en el arte del Renacimiento. Los autores de los planos fueron Eduardo de
Adaro y Severiano Sáinz de la Lastre.
En el lugar donde se levantaba el palacio de Maceda se construyó el palacio de
Villahermosa (Museo Thyssen) en 1806. Por su parte en el jardín de los condes de
Monterrey, situado entre este palacio y el de los marqueses de Alcañices, se edificó en
1746 la iglesia de San Fermín, muy popular por su reloj que permitía la interpretación
de variadas piezas musicales.
En la margen izquierda se van observando importantes cambios en la zona del
Palacio del Buen Retiro. A principios del siglo XVIII los jardines y el palacio estaban
semiabandonados, pero Felipe V eligió este palacio como residencia real en vez del
viejo Alcázar. Por esta razón se hizo necesario realizar numerosas mejoras y
reparaciones. Entre estas mejoras habría que destacar la construcción de un jardín de
flores que dibujan arabescos llamado Parterre que todavía se puede ver en la entrada
al Retiro por la calle Alfonso XII, frente al Casón. Se amplían las edificaciones
relacionadas con el servicio de los monarcas como las Caballerizas que se utilizan
también como cuartel la Guardia Real. Estas caballerizas se sitúan al Norte del Palacio
aprovechando una parte del Prado Alto, entre la ermita de San Juan del siglo XVII y
el ala Norte del Palacio. Al oeste del Convento de los Jerónimos y del viejo Cuarto
Real se edifica una casa para el Intendente del Palacio aprovechando la pequeña
ermita de San Pablo del siglo XVII.
Otro cambio importante será el de la localización de la nueva Puerta de Alcalá
que se trasladará algo más hacia el Este. Su construcción se finalizaría en 1778 con
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diseño de Sabatini y se convertirá en una de las entradas más importantes y
suntuosas de la villa.
Gracias al espíritu Ilustrado de Carlos III, pero sobre todo con la finalización del
Palacio de Oriente como nueva residencia de los reyes, se decidió que en esta zona
del Paseo del Prado y del Palacio del Buen Retiro se fueran concentrando las
instituciones relacionadas con la búsqueda del conocimiento y de la investigación.
Esta tradición que se mantendría a lo largo del siglo XIX e inicios del siglo XX.
Como hitos de esta decisión están los siguientes ejemplos: el Gabinete de
Máquinas en el Interior del Palacio del Buen Retiro donde se almacenaban para su
estudio todo tipo de artilugios mecánicos; en 1778 se instalará la Escuela de
Agricultura en el jardín de la Ermita de San Juan; muy cerca de la Puerta de Alcalá se
edifica una casa octogonal que servirá de Leonera o Casa de Fieras que fue
ampliada en 1765; entre la ermita de San Blas y el convento de Atocha, se situará el
Almacén de Pólvora que desaparecerá en 1788; al Sureste del Convento de los
Jerónimos, en el Campo Grande, se construyó en 1780 la Real Fábrica de
Porcelanas del Buen Retiro que se instaló alrededor de la ermita de San Antonio
de los Portugueses del siglo XVII que se incendió en 1730 y se reconstruyó
rápidamente. Carlos III se trajo de Nápoles un equipo de artistas, artesanos y químicos
y la maquinaria necesaria para instalar esta fábrica que llegó a tener una gran fama y
prestigio.
En el antiguo Campo de San Blas, se construyó el Jardín Botánico que se
inauguró en 1781 según diseño del Juan de Villanueva. El rey decidió trasladar el
Jardín Botánico desde el Soto de Migascalientes junto al camino del Pardo hasta esta
nueva ubicación. El recinto del Jardín Botánico fue adornado con una elegante verja
diseñada por Francisco Arrillaga y por Pedro José de Muñoz y que se completó, en su
parte central, con una sencilla portada clásica de granito donde una inscripción indica
que la obra fue realizada por el rey Carlos III. Como edificaciones de interés dentro del
recinto del Jardín habría que destacar, en el tramo final del paseo que comienza en la
puerta que da al Paseo del Prado, una elegante portada con cuatro columnas de orden
dórico que daba ingreso a la cátedra de Botánica; un Invernadero de plantas tropicales
arrimado a la parte del muro que da a la calle de Espalter; la Biblioteca y el Herbario,
donde se reúnen más de treinta mil especies distintas. Dentro del botánico también se
pueden señalar dos estatuas, una dedicada a Cavanilles y la otra a Lagasca, como
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NUEVOS APARCAMIENTOS SUBTERRÁNEOS EN LA PLAZA DE LA LEALTAD
tributo a estos grandes botánicos españoles. A fines del siglo XIX la extensión del
Botánico se vio reducida con la desaparición del extenso pinar que llegaba hasta el
paseo de la Infanta Isabel (Atocha). En este pinar se abrió la calle Claudio Moyano y
se edificó el Ministerio de Fomento.
En 1785, con proyecto de Juan de Villanueva, se inician las obras del Gabinete
de Historia Natural y Academia de Ciencias Exactas hoy Museo del Prado de
traza neoclásica y que presenta al lado del Paseo su principal fachada con una
elegante columnata. La obra iniciada con Carlos III se alargó durante todo el reinado
de su hijo Carlos IV y no se pudo finalizar por la guerra de la Independencia. Estos
acontecimientos provocaron su abandono y su paulatina destrucción, proceso que
finalmente fue detenido durante el reinado Fernando VII. Gracias a la iniciativa de su
segunda mujer, Isabel de Braganza, se reconstruyó el edificio y se comenzó a poner
en practica la idea de instalar en el edificio un Museo de Pintura y Escultura, reuniendo
las obras de arte más considerables procedentes de los reales sitios. El proyecto vio la
luz el 19 de noviembre de 1819.
Luego se proyectó el Observatorio Astronómico con diseño de Juan de
Villanueva y se construyó sobre la antigua Ermita de San Blas. Las obras finalizaron
en 1795, aunque sufrió muchos destrozos durante la guerra de la Independencia, por
lo que hasta 1845 no se restauró y reconstruyó.
Otro de los edificios científicos de finales del XVIII que se levantarán en la zona
del Paseo del Prado, pero en la glorieta de Carlos V, será el Hospital General que se
construyó entre 1756 y 1781 y que hoy es utilizado como Museo Nacional Centro de
Arte Reina Sofía. El origen de este hospital se remonta a 1587 cuando Felipe II fundó
un Hospital General para hombres con la advocación de Nuestra Señora de la
Encarnación y San Roque. Este primer hospital estuvo situado en la Carrera de San
Jerónimo, junto al Convento de los Capuchinos del Prado. En el año de 1603 se
trasladó la institución al extremo sur de la calle Atocha.
En 1756, Fernando VI mandó construir un nuevo edificio para albergar el
Hospital. Las obras fueron iniciadas por el arquitecto José de Hermosilla, pero sólo
llegó a realizar los cimientos y levantar algunas partes del piso principal. Tras la
muerte de Hermosilla en 1776, Francisco Sabatini continuó las obras, pero alterando
notablemente el proyecto original, si bien no pudo realizarlo en su totalidad.
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El edificio pasó más tarde a depender de la Diputación convirtiéndose en
Hospital Provincial y continuó en uso hasta mediados del siglo XX. Desde entonces el
edificio comenzó a deteriorarse hasta tal punto que quedó inutilizado. Un Real Decreto
de 1977 declarándolo monumento histórico evitó su demolición.
En 1980 se llevó a cabo la restauración del edificio, realizada por Antonio
Fernández Alba y en 1986 se inauguraba como Centro de Arte Reina Sofía,
dedicándose únicamente a la celebración de exposiciones temporales de arte
contemporáneo. En 1988 José Luis Iñíguez de Onzoño y Antonio Vázquez de Castro
llevaron a cabo las últimas modificaciones entre las que destacan las tres torres de
ascensores, de vidrio y acero. Finalmente, en 1992 se inaugura la Colección
Permanente del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, quedando desde
entonces constituido como un auténtico museo.
La consideración del Paseo del Prado como marco urbano de la ciudad de
Madrid no se dio hasta el reinado de Carlos III, momento en el que se inició la
transformación de la zona y su acondicionamiento como una de las principales vías de
la capital. Bajo este reinado se puso en práctica el proyecto del ingeniero José
Hermosilla para nivelar el terreno del Prado en sus tres partes, llamadas de San
Fermín, San Jerónimo y de Atocha, con este proyecto se construyó una mina
subterránea para un gran colector que encauzará las aguas del arroyo, desde la
puerta de Recoletos en la zona de la actual plaza de Colón hasta la de Atocha, obra
que se complementó con la construcción de un colector en Atocha, todo lo cual
permitió terraplenar y allanar el terreno del Prado.
En 1766, el Conde de Aranda, Ministro de Carlos III, comenzó las gestiones
para reformar el Prado de los Jerónimos y convertirlo en un magnífico salón europeo,
encargando las obras al ingeniero José de Hermosilla y el diseño decorativo al
arquitecto Ventura Rodríguez. El primero se encargó de la labor de allanar los
terrenos, urbanización, canalización de aguas y diseño del paseo, y el segundo del
diseño de sus bancos, fuentes y elementos arquitectónicos. En 1777 se finalizan las
obras de infraestructura del Paseo y en 1781 se completan los proyectos para las
fuentes. Se instalan las nuevas fuentes monumentales proyectadas por Ventura
Rodríguez y esculpidas por diversos maestros: La Fuente de la Alcachofa en la
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Puerta de Atocha que actualmente se encuentra en el Retiro; la Fuente de Neptuno;
la Fuente de Apolo y la Fuente de la Cibeles.
José Hermosilla diseñó un paseo con planta de hipódromo que tenía un
antecedente en Madrid en el Paseo de la Virgen del Puerto. Este hipódromo del Prado
era estrecho y alargado, con un paseo peatonal central y dos vías laterales de
circulación para carruajes. Los extremos del salón acababan en curvas o ábsides con
dos grandes fuentes circulares dedicadas a Neptuno (Agua) y a Cibeles (Tierra) que
se orientaban hacia otra en el centro del paseo dedicada a Apolo (Fuego y Aire) y que
centralizaba todo el desarrollo elíptico – lineal del conjunto. Es aquí, en la forma
concreta escogida para el Salón del Prado, donde se ha reconocido la formación
barroca de los dos autores: multiplicidad de puntos de vista y variedad temática.
Posteriormente, en 1891, las fuentes de Cibeles y Neptuno fueron ligeramente
elevadas y cambiadas de sitio y de orientación mirando ahora hacia el casco urbano.
A finales del siglo XVIII y principios del XIX el Prado se había consolidado
como eje social y representativo más importante y distinguido de toda la ciudad tras
las reformas emprendidas por los gobernantes del momento. Hasta el inicio de esas
reformas había sido lugar de huertas y jardines de los nobles, pero zona de paseo
preferido de las capas populares. A mediados del siglo XVIII se va poniendo de moda
entre la nobleza y la incipiente burguesía. En estos momentos habría que destacar la
construcción del Palacio de Buenavista de 1777 (hoy Cuartel General del Ejército) y
del de Villahermosa (Museo Thyssen) de 1806.
Un edificio lamentablemente desaparecido en la margen derecha era la famosa
Platería Martínez diseñada por Carlos Vargas Machuca y que construyó en 1783
desapareciendo en 1869. Se localizaba en la confluencia de las calles de Huertas y
Moratín (San Juan) esquina al Prado. Antonio Martínez Barrio era un platero aragonés
condiscípulo de Goya que se granjeó la protección de Carlos III convirtiéndolo en
abastecedor real. La platería de este establecimiento fue la más importante de la
orfebrería clásica y romántica de España.
Con la ocupación francesa de Madrid, a partir de 1808 y hasta 1813, en la zona
del Paseo del Prado no hay excesivos cambios constructivos. Durante el reinado de
Fernando VII tampoco hicieron grandes cosas en el Paseo del Prado por falta de
recursos económicos. De estas fechas se podría destacar el inicio del proyecto del
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Monumento a las Víctimas del 2 de Mayo que se iba a levantar en el llamado
Campo de la Lealtad en el límite Oeste del Prado Alto. El concurso municipal lo ganó
un discípulo de Villanueva, Isidro González Velázquez, con un proyecto romántico
compuesto por un obelisco sobre un gran catafalco rodeado de cipreses en un jardín
redondo y cerrado. El monumento no se inauguró hasta el año 1840.
En cambio, donde se observan numerosas transformaciones será en la zona
del palacio del Buen Retiro que será ocupado por las tropas francesas y utilizado como
cuartel. Por esta razón fue bombardeo en varias ocasiones quedando en pie, al final
de la guerra, el llamado Salón de Reinos (Museo del Ejército), el Salón de Baile
(Casón del Buen Retiro), el Convento de los Jerónimos que quedó muy afectado,
una parte de las caballerizas que serán utilizadas a lo largo del XIX como cárcel el
Museo de pinturas y el Jardín Botánico.
Además, las tropas francesas construirán una zona fortificada con baluartes y
trincheras en torno a la Fábrica de Porcelanas que convertirán en polvorín, el
Convento de Atocha y el Observatorio Astronómico. Una vez derrotadas las tropas
francesas en 1813 los ingleses dinamitarán y destruirán toda esta zona fortificada
incluyendo la Fábrica de Porcelanas que desaparecerá y quedando muy afectados los
jardines del Retiro, el Convento de Atocha y el observatorio Astronómico.
Al otro lado del Botánico, hacia la zona de Huertas, y contiguo a la Platería de
Martínez hubo durante mucho tiempo desde fines del reinado de Fernando VII (1830)
hasta los últimos años de Isabel II, un famoso espectáculo conocido como el Diorama.
Se trataba de espacioso edificio en cuya parte principal estaba reproducido el interior
del templo de San Lorenzo de El Escorial. Había además, en los salones altos y bajos
del edificio, otras vistas también en diorama, como la del Coro de los Capuchinos de
Roma y el Panteón del Escorial. También había un salón de física recreativa y el
edificio estaba coronado por un belvedere de inspiración oriental desde el que se
podían contemplar las cercanías de Madrid. Este mirador existe actualmente
coronando una de las últimas casas de la calle de Moratín, antes llamada San Juan.
Desde mediados del siglo XIX el paseo se convirtió en la zona favorita de
paseo de las clases altas de la capital. Fue en esta misma época cuando una parte del
paseo del Prado recibe una especial denominación, se trataba de la calzada inmediata
a las casas desde la esquina de la calle de Atocha a la de la plaza de Neptuno, donde
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entonces estaba el palacio de los duques de Medinaceli, tramo que desde mediados
de siglo recibió el nombre de calle de Trajineros.
En la esquina del Paseo del Prado con la calle Lope de Vega se construyó en
1865 el Palacio Xifré que un curioso edificio construido por el capitalista Xifré de estilo
neoárabe Tras varios usos, entre Legación de México y almacén y tienda de venta de
muebles, fue derribado en los años 50 del silgo XX y en su lugar se edificó el enorme
edificio del Ministerio de Sanidad.
Pasada la calle de Lope de Vega podemos destacar una casa donde en 1872
estaba la redacción del periódico "El Debate", donde escribían notables personajes
como Benito Pérez Galdós. Dentro de la misma zona también podemos destacar en la
esquina con Neptuno, un palacete de estilo barroco mandado construir por el conde de
Casal, un edificio emblemático de la capital que se levantó sobre una parte del o que
anteriormente fueron los jardines del palacio de los duques de Medinaceli.
En los jardines que bordeaban la calle de Trajineros se alzaba un pequeño
monumento dedicado al doctor Alejandro San Martín, obra de Miguel Blay. Al otro lado
y tras el paseo limitado por una línea de bancos de granito colocados a finales del
reinado de Fernando VII, delante del vestíbulo del museo del Prado se levantó la
estatua de Velázquez realizada por Aniceto Marinas y financiada por iniciativa del
Círculo de Bellas Artes, obra que fue inaugurada en junio de 1899.
El Paseo del Prado, entre 1820 y 1870 era denominado como Salón del Prado
que realmente estaba compuesto por tres paseos paralelos separados por hileras de
árboles y bancos. Cada uno de estos paseos eran privativos de las tres clases
sociales. La gente distinguida paseaba por el sitio más amplio y despejado en la zona
central, el pueblo llano paseaba por la arboleda próxima a la acera de la margen
derecha (calle de Trajineros), y por último se reservaba a la más selecta concurrencia
un estrecho espacio limitado por una serie de bancos, llamado Paris, y que daba al
paseo de carruajes.
En estos momentos la acera de la margen izquierda o del Este era llamada el
paseo de las Víctimas, por ser la que tenía el Obelisco de la Lealtad o Monumento a
las Víctimas del 2 de Mayo. En esta zona se pueden destacar edificios de interés
como el Hotel Ritz de 1910 que se levanta sobre el terreno del antiguo jardín Tívoli y
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ESTUDIO ARQUEOLÓGICO INFORMATIVO DE LAS OBRAS DE
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el edificio de la Bolsa de Comercio levantado hacia 1890.
Además, el solar de la Huerta de San Juan, convertida en parque de
espectáculos con el nombre Jardines del Buen Retiro, se edificará una nueva Casa
de Correos que desde mediados del XIX compartía sede con el Ministerio de
Gobernación en el viejo caserón de la Puerta del Sol. Para la nueva edificación se
eligieron las Huertas de San Juan o Jardincillos del Buen Retiro en la esquina del
Paseo del Prado con Cibeles. Era un solar muy frecuentado por el pueblo madrileño
donde se celebraban verbenas y teatrillos. Las obras se iniciaron el 1907 y finalizaron
en 1918 según proyecto de Antonio Palacios y Joaquín Otamendi. El Palacio de
Correos y Telecomunicaciones abre al Prado su parte más significativa, la galería de
los buzones, formada por un amplio soportal, entre cuyos pilares penden unas
solemnes y decorativas farolas.
Por las mismas fechas en que se acaba el Palacio de Correos se iniciaron los
trabajos del Ministerio de la Marina que ocuparon lo que quedaban de las Huertas de
San Juan.
Antes del Plan de Ensanche Madrid de 1860, el extremo Sur del ámbito de
estudio comienza a transformarse con el derribo de la Puerta de Atocha en 1851,
iniciándose una tímida expansión urbana que cobró vigor en la década siguiente a raíz
de la demolición de la cerca de Felipe IV como parte del Plan de Ensanche de Castro.
Antes de la aprobación de este Plan ya se había construido la primera Estación
de Atocha. En 1851 se inaugura la segunda línea férrea del país entre Madrid y
Aranjuez, desde Madrid salía el tren de un embarcadero de madera que se situó junto a
la Calle de Atocha. En 1856 la Compañía de Ferrocarriles Madrid – Zaragoza – Alicante
(MZA) se hizo cargo de ese primitivo embarcadero para convertirlo en la cabecera de
una línea que uniera Madrid con Levante, encargando la nueva estación al ingeniero
francés Lenoir. Esta estación se inauguraría en 1865.
La construcción de Estación, también llamada del Mediodía hace que al cabo de
poco tiempo todo este sector de la ciudad se reestructure y aparezcan la Ronda de
Atocha o de Valencia, el Paseo de Santa María de la Cabeza, el Paseo de Atocha, el
Paseo de las Delicias y el Paseo de la Infanta Isabel que junto con el Paseo del Prado
convergen en la zona de Atocha. Este lugar es el elegido para la ubicación de edificios
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emblemáticos como el Ministerio de Fomento (actual Ministerio de Agricultura) o
Museo Antropológico.
En cuanto a la Estación de Atocha, la espectacular expansión que tuvo el
ferrocarril a partir de 1860 hizo que pronto se quedara pequeño el edificio diseñado por
Lenoir por lo que en la MZA se planteó la construcción de una nueva estación que
pudiera dar cabida al nuevo tráfico ferroviario. En 1889 se aprobó el proyecto definitivo
para la nueva estación, adjudicado al ingeniero Alberto del Palacio. Las obras, que
comenzaron en 1890, consistían en una gran nave de hierro y cristal para vías y
andenes, y dos edificios cúbicos paralelos para taquillas y otras dependencias. De su
estructura, el elemento más destacado es la cubierta de la nave principal por su gran
envergadura. La nueva estación fue inaugurada en 1892 y siguió dependiendo de la
MZA hasta que en 1941 fue nacionalizada e integrada en el monopolio estatal de la
RENFE.
La estación fue reformada entre 1984 y 1992 siguiendo el proyecto diseñado por
Rafael Moneo. En la actualidad la Estación de Atocha es un complejo formado por dos
estaciones: la antigua y la nueva. La nueva está destinada al tráfico ferroviario (terminal del
AVE, largo recorrido y red de cercanías) mientras que la antigua ha sido dedicada a
oficinas de RENFE y a un complejo comercial y de ocio, en el que se ha instalado un jardín
tropical que alberga más de 7000 plantas de 400 especies.
La presencia de las estaciones de tren convirtió la zona en un importante nudo
de comunicaciones y movimiento de pasajeros. Como consecuencia en el Paseo del
Prado y sus inmediaciones fueron apareciendo hoteles. Entre estos establecimientos
destacan el Palace de 1912 situado en los terrenos del Palacio de los duques de
Medinaceli y el Ritz de 1910 situado en la margen izquierda cerca de la Bolsa y del
monumento a los caídos o el Hotel Nacional de 1924 situado en la esquina de Atocha
con el Paseo frente al Jardín Botánico.
En 1865 con la enajenación de parte de los bienes de la Corona se inició el
cambio radical de la margen izquierda o Este del Paseo del Prado. En esta
enajenación de terrenos le correspondió al Ayuntamiento las llamadas Huertas del
Buen Retiro (antigua Huerta de San Juan) y una amplia franja entre el Paseo del
Prado y el Retiro y desde el Botánico a la calle de Alcalá, donde la corporación
municipal decidió parcelar el suelo para su edificación orientada a la alta burguesía y
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NUEVOS APARCAMIENTOS SUBTERRÁNEOS EN LA PLAZA DE LA LEALTAD
así se creó el Barrio de los Jerónimos donde se observan algunas de las muestras
arquitectónicas más destacadas del Madrid moderno y contemporáneo.
En este barrio se localizan algunas de las calles más emblemáticas de la
ciudad como la de Alfonso XII, Alfonso XI, Montalbán, Antonio Maura, de Ruiz de
Alarcón, de la Academia, de Felipe IV, Espalter, la Plaza de la Lealtad, etc. En la zona
se construyeron algunos edificios oficiales durante el período de la Regencia de la
reina María Cristina entre 1885 y 1902, como la Bolsa de Comercio y la Real
Academia de la Lengua Española (1894) y, se reutilizaron como museos viejos
edificios del Palacio del Buen retiro como el Casón o el Salón de Reinos.
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NUEVOS APARCAMIENTOS SUBTERRÁNEOS EN LA PLAZA DE LA LEALTAD
LEYENDA PLANO APARCAMIENTOS PRADO-RECOLETOS
SITUACIÓN YACIMIENTOS DE PREHISTORIA, EDAD MEDIA,
Y EDAD MODERNA: SIGLOS XVI Y XVII
1). Restos dispersos de industria lítica del Paleolítico Inferior y Medio y del Neolítico (del
5000 al 4000 a. C.) en la calle de Alcalá a la altura del Parque del Retiro y en diversos puntos
de este parque.
2). Materiales en superficie del Paleolítico Inferior y Medio, del Neolítico y del Calcolítico
(del 3500 al 2500 a. C.) en el Cerro de San Blas (Carta Arqueológica de la Comunidad de
Madrid, Yacimiento incluido en el “Casco Histórico de Madrid”)
3). En el siglo XIII había una Ermita con culto a la Virgen de Atocha en el camino de Atocha o
de Vallecas.
4). Convento de San Jerónimo construido en 1503 sobre uno de los cerros de la margen
izquierda del arroyo Valnegral.
5). Carlos I, ordenó hacia 1510 la construcción, al Norte del Convento, de unos aposentos que
fueron conocidos como Cuarto Real y más tarde como Cuarto Viejo.
6). En el siglo XVI hay noticias de la situación de la Ermita de San Blas en el cerrillo de San
Blas
7). En 1523 se funda sobre los restos de la ermita de la Virgen de Atocha el Convento de
Dominicos de Nuestra Señora de la Asunción, más conocido como Convento de Nuestra
Señora de Atocha
8). En el año 1569 se construye un Estanque frente al Convento de los Jerónimos.
9). En el siglo XVII estaba la huerta del marqués del Carpio que luego, en el siglo XVIII,
pasó al marqués de Alcañices y por último al duque de Sesto.
10). En los siglos XVII y XVIII, en la esquina del Paseo del Prado con la Carrera de San
Jerónimo estuvo la finca del duque de Maceda que posteriormente, fue adquirida para el
palacio del Marqués de Villahermosa (actual Museo Thyssen).
11). En 1603 en el tramo del Prado de Atocha desde la Carrera de San Jerónimo hasta la calle de
Huertas estaban las inmensas propiedades del duque de Lerma donde construyó una casa
principal con patio central en 1614.
12). Dentro de los terrenos del Duque de Lerma se construyó en 1606 el convento de San Antonio
del Prado hoy desaparecido.
13). Dentro de los terrenos del Duque de Lerma se construyó en 1606 el convento de Trinitarios
Descalzos donde está el famoso Jesús de Medinaceli.
14). Entre 1625 y 1650 se construye la Puerta de Atocha o de Vallecas.
15). En el siglo XVII se instala la Fuente del Prado próxima a la calle de Alcalá.
16). En el siglo XVII se instala la Fuente del Peñasco en la margen derecha cerca de las
tapias de los jardines del marqués del Carpio.
17). En el siglo XVII se instala la Fuente del Caño Dorado frente a lo Jerónimos.
18). Se sabe que en el año 1624 el arroyo se empezará a encauzar desde el Paseo de
Recoletos hasta el de Atocha, construyéndose varios puentecillos para cruzar el cauce. Uno
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de estos puentes se puede ver en el plano de Teixeira de 1656 frente a los Jerónimos.
19). Entre 1629 y 1640 se edificará el Palacio del Buen Retiro.
20). Viaje de Agua del Bajo Abroñigal que desde la zona de Canillas y Canillejas hasta llegar
al valle del Arroyo Castellana a la altura de Colón, desde este punto se dirigía hacia el Sur, bajo
la zona del Paseo de Recoletos, hasta el cruce con la calle de Alcalá en la actual plaza de
Cibeles y luego subía por la calle de Alcalá hasta Sol y el núcleo urbano de Madrid.
21). A principio del siglo XVII se situaba, en la esquina del camino de Alcalá con el Paseo del
Prado, la Huerta de San Juan o Huerta del Rey, delimitada por una tapia con edificios tipo
torre en las esquinas (el conjunto irá desapareciendo a lo largo del siglo XIX). En estos terrenos
se solían reunir los aristócratas madrileños. Fue famosa por sus pajareras con aves exóticas y
porque por su río artificial o Río Chico se podía navegar en pequeños botes.
22). La Huerta de San Juan debía su nombre a la presencia de la Ermita de San Juan del
siglo XVII que desparecerá después de la ocupación de Madrid por las tropas napoleónicas
(1808 – 1813).
23). Del conjunto del Palacio de Buen Retiro construido en el siglo XVII se conserva en pie el
Salón de Reinos que ha sido utilizado hasta hace poco como Museo de Ejercito y
correspondería el ala Norte del Palacio.
24). Coliseo de Comedias (siglo XVII) desaparecido durante la guerra de la Independencia.
25).Salón de Baile o Casón del Retiro (siglo XVII) donde se hacían fiestas, bailes y
recepciones. Este edificio se conserva y está siendo utilizado como ampliación del Museo del
Prado.
26). En 1640 se finalizarán los Jardines del Buen Retiro.
27). El Estanque Grande sería de mediados del siglo XVII.
28). En el siglo XVII estaba el Prado Alto que era una extensión sin edificaciones que se
situaba entre el Palacio del Retiro y la Huerta de San Juan.
29). Dentro del Prado Alto se encontraba en el siglo XVII el edificio del Juego de Pelota donde
se practicaba el frontón. Esta construcción tenía planta rectangular con tres pisos y un patio
central de tipo corrala. El conjunto desparecerá en torno a 1761.
30). En el extremo Sur del Prado Alto frente al acceso al Palacio desde el Paseo del Prado se
localizaba la Torrecilla del Prado (siglo XVII) de planta cuadrada y de dos pisos que se
utilizaba para dar pequeños conciertos de música. Esta Torrecilla desaparecerá hacia el año
1788.
31). En el camino de Alcalá se encontraba la antigua Puerta de Alcalá que se construyó a
principios del siglo XVII (entre 1625 y 1650).
32). En el siglo XVII se sabe que al Oeste del Convento de los Jerónimos estaba la ermita de
San Pablo.
33). La ermita de San Antonio de los Portugueses del siglo XVII que se incendió en 1730 y
se reconstruyó rápidamente.
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N
Plano Aparcamientos Prado-Recoletos situación Yacimientos de la Prehistoria, Edad Media y Edad Moderna: siglos XVI y XVII.
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NUEVOS APARCAMIENTOS SUBTERRÁNEOS EN LA PLAZA DE LA LEALTAD
LEYENDA PLANO APARCAMIENTOS PRADO-RECOLETOS
SITUACIÓN YACIMIENTOS SIGLOS XVIII, XIX Y XX
34). Entre finales del siglo XIX y mediados del siglo XX se construye La Basílica de Nuestra
Señora de Atocha que está situada sobre el antiguo convento de Nuestra Señora de Atocha
35) En la huerta del marqués de Carpio, luego de Alcañices y del duque de Sesto se edificó en
1884 el Banco de España.
36). En 1912, en una parte de las propiedades de los Lerma - Medinaceli se construyó el Hotel
Palace.
37). En el lugar donde se levantaba el palacio de Maceda se construyó el palacio de
Villahermosa (Museo Thyssen) en 1806.
38). Por su parte en el jardín de los condes de Monterrey, situado entre este palacio y el de los
marqueses de Alcañices, se edificó en 1746 la iglesia de San Fermín, muy popular por su reloj
que permitía la interpretación de variadas piezas musicales.
39). Entre estas mejoras de los jardines del Buen Retiro se construirá a principios del siglo
XVIII de un jardín de flores que dibujan arabescos llamado Parterre que todavía se puede ver
en la entrada al Retiro por la calle Alfonso XII, frente al Casón.
40). Hacia mediados del siglo XVIII se construyen la Caballerizas que se utilizan también
como cuartel la Guardia Real.
41). Al oeste del Convento de los Jerónimos y del viejo Cuarto Real se edifica la casa para el
Intendente del Palacio (siglo XVIII).
42). En el año 1778 se finaliza la construcción de la nueva Puerta de Alcalá.
43). En 1778 se instalará la Escuela de Agricultura en el jardín de la Ermita de San Juan.
44). La Leonera o Casa de Fieras que fue ampliada en 1765.
45). Entre la ermita de San Blas y el convento de Atocha, se situará el Almacén de Pólvora
(siglo XVIII) que desaparecerá en 1788.
46). Al Sureste del Convento de los Jerónimos, en el Campo Grande, se construyó en 1780 la
Real Fábrica de Porcelanas del Buen Retiro
47). En el antiguo Campo de San Blas, se construyó el Jardín Botánico que se inauguró en
1781 según diseño del Juan de Villanueva.
48). En 1785 se inician las obras del Gabinete de Historia Natural y Academia de Ciencias
Exactas hoy Museo del Prado.
49). El Observatorio Astronómico se construyó sobre la antigua Ermita de San Blas. Las
obras finalizaron en 1795, aunque sufrió muchos destrozos durante la guerra de la
Independencia, por lo que hasta 1845 no se restauró y reconstruyó.
50). El Hospital General que se construyó entre 1756 y 1781 y que hoy es utilizado como
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
51). En 1777 se finaliza la construcción de una mina subterránea para un gran colector que
encauzará las aguas del arroyo, desde la puerta de Recoletos en la zona de la actual plaza de
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Colón hasta la de Atocha, obra que se complementó con la construcción de un colector en
Atocha, todo lo cual permitió terraplenar y allanar el terreno del Prado.
52). En 1781 se completan los proyectos para la Fuente de Neptuno.
53). En 1781 se completan los proyectos para la Fuente de Apolo.
54). En 1781 se completan los proyectos para la Fuente de la Cibeles.
55). Palacio de Buenavista de 1777 (hoy Cuartel General del Ejército).
56). Platería Martínez se construyó en 1783 y desapareció en 1869.
57). Monumento a las Víctimas del 2 de Mayo que se inauguró en el año 1840.
58). Desde 1830 hasta 1868 se mantuvo en pie el famoso Diorama.
59). En la esquina del Paseo del Prado con la calle Lope de Vega se construyó en 1865 el
Palacio Xifré.
60). El Hotel Ritz 1910.
61). La Bolsa de Comercio de 1890.
62). El palacio de Correos y Telecomunicaciones: las obras se iniciaron el 1907 y
finalizaron en 1918.
63). A principios del siglo XX se edifica el Ministerio de la Marina.
64). Estación de Atocha de 1892.
65). Ministerio de Agricultura fue construido para albergar al Ministerio de Fomento, se
inauguró en 1893.
66). Museo de Antropología entre 1873 y 1875.
67). Hotel Nacional de 1924.
68). En 1894 se inaugura la sede de la Real Academia de la Lengua Española.
69). Puerta de España de 1869.
70) Puerta de Felipe IV de 1869.
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Plano Aparcamientos Prado-Recoletos situación Yacimientos siglos XVIII, XIX, y XX.
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NUEVOS APARCAMIENTOS SUBTERRÁNEOS EN LA PLAZA DE LA LEALTAD
Monumentos históricos y edificios emblemáticos en el
entorno del futuro aparcamiento plaza de la Lealtad:
Entre los monumentos y edificios más destacados del área de influencia y
entorno del futuro aparcamiento subterráneo de la plaza de la Lealtad destacan:
1. La Bolsa de Comercio de Madrid.
2. El Hotel Ritz.
3. El Obelisco a los Héroes del Dos de Mayo.
4. La Fuente de Neptuno.
5. El Museo Thyssen-Bornemisza.
6. El Hotel Palace.
7. El Banco de España.
8. El Museo del Ejército.
9. El Museo del Prado.
10. La Iglesia y Convento de San Jerónimo el Real.
11. El Palacio de Comunicaciones.
12. La Casona del Buen Retiro.
13. La Real Academia Española.
14. El Cuartel General de la Armada y Museo Naval.
15. El Museo Nacional de Artes Decorativas.
16. El Palacio de Bruno Zaldo.
17. La Puerta de Mariana de Neoburgo.
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NUEVOS APARCAMIENTOS SUBTERRÁNEOS EN LA PLAZA DE LA LEALTAD
A continuación se expone una breve descripción de cada uno de ellos:
1. La Bolsa de Comercio de Madrid
Se trata de una edificación singular que se construyó sobre el solar dejado por el
teatro El Dorado y como resultado del concurso nacional convocado por la Junta de
Obras de la Bolsa de Comercio en 1884, en el que Repullés ganó el primer premio,
con la obligación de introducir algunas modificaciones. Su propuesta se adapta a la
forma irregular del solar, con su frente principal curvilíneo, definido por la alineación de
la Plaza de la Lealtad, en torno al obelisco conmemorativo del Dos de Mayo. En el
volumen, que cuenta con cuatro niveles, sótano, bajo, principal y ático, destaca el
cuerpo central de planta basilical, con nave, galerías laterales, ábside semicircular y
deambulatorio, al que se adosan otros dos trapezoidales, uno en cada flanco, con su
respectivo patio triangular. Este conjunto se organiza según dos ejes: el de simetría,
central y de acceso, que coincide con la dirección de uno de los diámetros de la Plaza
y en el que se suceden peristilo, galería o pórtico de arcadas, vestíbulo, nave y ábside,
y otro transversal, por la tercera pieza, con dos núcleos de comunicación vertical a
cada lado y, en el nivel inferior, el guardarropa y los servicios públicos, a izquierda y
derecha, respectivamente. El espacio más significativo, y al que queda supeditada
toda la distribución, es el Salón de Contrataciones, centro del edificio y de doble altura,
que abarca todo el primer cuerpo referido, con una superficie aproximada de 1.000 m2
y capacidad para dos mil personas. Decorado con gran riqueza, en lenguaje
neorrenacentista, está delimitado por una doble arquería, la inferior entre pilastras
estriadas con capiteles tallados con el emblema del Comercio y la superior sobre
columnas de mármol, con capiteles y basas de bronce, cuyas arquivoltas se adornan
con los escudos de diferentes naciones. Cubre el Salón una bóveda esquifada de
hierro y cristal. En el alzado principal se observa el mismo énfasis en el cuerpo central,
configurado por una gran escalinata, un monumental pórtico hexástilo corintio,
coronado por un ático con tondos y un reloj intermedio, más un escudo con las armas
reales soportado por angelotes. Su estilo también es el Neorrenacimiento, de líneas
sencillas pero solemnes, cuyo modelo fue la Bolsa de Viena, realizada por Theophil
von Hansen en 1871.
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2. El Hotel Ritz
Fue construido sobre los terrenos que ocuparon el Teatro Tívoli y el Circo Hipódromo
por la cadena hotelera inglesa "Ritz Development", quien encargó el proyecto al
arquitecto francés Mewes, autor de los homónimos de la cadena en París y Londres, y
la supervisión y "autorización" del mismo en España, así como la dirección de las
obras, a Landecho. Se trata de un volumen levantado sobre un solar irregular y con
tres fachadas, una de ellas curva, para adaptarse a la plaza de la Lealtad, que es en
donde se dispone su entrada principal. Cuenta con ocho niveles: sótano, donde se
sitúan la cocina y sus dependencias, comedores de servicio, despensas, bodegas y
cuartos de instalaciones; bajo, destinado a "salones de recibo y descanso de viajeros,
jardín de invierno, salón de fiestas, restaurant y comedores; cinco superiores para
dormitorios y aseos; y sotabanco para los cuartos de la servidumbre. Para la
comunicación vertical se proyectó una gran escalera de tres tramos y solada de
mármol, junto al acceso, y otra secundaria en el ángulo de las medianerías, así como
varios ascensores y montacargas. Las plantas superiores se distribuyen según un
patio central y rectangular, de notables dimensiones, con crujías de habitaciones
paralelas a sus lados y a las fachadas, siendo el suelo de aquel acristalado, lo que se
aprovecha en la inferior para colocar el citado Jardín de Invierno. Destaca además
este nivel por su distinción, como se observa en el diseño del vestíbulo semicircular y
en el hall cuadrado y columnado, con nichos en las esquinas, y su diafanidad, con
espaciosas salas iluminadas desde el exterior y separadas por columnas. Las
fachadas son de líneas francesas, neobarrocas, con profusa decoración en proyecto,
molduras enlazando verticalmente los huecos o guirnaldas, que debió ser depurada
durante las obras por Landecho. A pesar de que todo el conjunto goza de unidad y
gran equilibrio compositivo, destaca en él el alzado a la Plaza de Cánovas del Castillo,
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hoy semioculto por un jardín, bien proporcionado y simétrico, flanqueado por torreones
curvos rematados por cúpulas.
3. El Obelisco a los Héroes del Dos de Mayo
El Monumento a los Caídos por España era llamado antes de 1985 Obelisco o
Monumento a los Héroes del Dos de Mayo.
El obelisco fue erigido en 1840 a petición popular para honrar a los héroes que allí
murieron fusilados por el ejército napoleónico. El conjunto fue proyectado por el
arquitecto Isidro González Velázquez (1765–1840), ganador del concurso que se
convocó para tal efecto en 1820 y resuelto al año siguiente.
El 22 de noviembre de 1985, el rey Juan Carlos I reinauguró de nuevo el monumento,
pasando a dedicarse a todos los caídos por España, en cuya memoria se colocó una
llama alimentada por gas que arde permanentemente.
En la base del obelisco hay una gran urna de piedra que contiene las cenizas de
muchos de aquellos héroes. Dos de estos héroes son los capitanes Luis Daoiz y Pedro
Velarde que se encuentran inmortalizados en el monumento de la plaza del Dos de
Mayo y que podemos ver también en el medallón que está situado justo encima de la
urna. Un poco más arriba, el obelisco está flanqueado por con cuatro estatuas que
simbolizan; El Valor, La Constancia, El Patriotismo y La Virtud. Finalmente, se erige un
obelisco de piedra de 46 metros de altura.
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4. La Fuente de Neptuno
Incluida en el proyecto original del Paseo del Prado, creado por Juan Hermosilla a
instancias del rey Carlos III, la fuente de Neptuno se levanta en el centro de la plaza
de Cánovas del Castillo. El diseño del conjunto escultórico se debe a Ventura
Rodríguez, que también fue el responsable del resto de las fuentes que jalonan el
paseo: Cibeles, Apolo, las Cuatro Fuentes y la Alcachofa, en Atocha, aunque esta
última es en la actualidad una réplica del original, que se encuentra instalada en el
Retiro.
La escultura de mármol de Neptuno comenzó a esculpirla el artista toledano Juan
Pascual de Mena en 1780 y los trabajos los finalizó su discípulo José Rodríguez en
1786. En el conjunto se observa a Neptuno, en medio de un gran vaso circular, con un
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tridente en una mano y una serpiente enroscada en la otra. El dios del mar está de pie
sobre un carro en forma de concha al que sujetan unas ruedas con radios de palas.
Dos caballos marinos tiran del carro, rodeados de delfines. La altura del monumento
se acerca a los siete metros y el diámetro supera los 32.
5. El Museo Thyssen-Bornemisza
El museo Thyssen-Bornemisza está ubicado en el antiguo palacio de Pico della
Mirándola, edificio civil de estilo neoclásico, que en 1771 fue adquirido por el duque de
Villahermosa como residencia particular, no sin antes promover una profunda reforma.
Se conservan proyectos para esta actuación de Manuel Martín Rodríguez y Silvestre
Pérez, si bien fue finalmente López Aguado el encargado de acometerla en 1805.
Tuvo una planta casi rectangular, distribuida en torno a tres patios, con dos fachadas a
la calle y la tercera al jardín. En 1973 fue adquirido por la Banca López Quesada que
encargó a Fernando Moreno Barberá su reestructuración, en la cual se vació el
interior, dejando sólo los muros perimetrales, y se añadieron tres plantas de sótanos.
Posteriormente, Rafael Moneo volvió a reestructurarlo para albergar la importante
colección de arte Thyssen-Bornemisza. Reorientó el edificio, situando el acceso
principal en la fachada del jardín, y reorganizó por completo el interior en torno al patio
central. Respetó el sistema de muros de la fachada norte, creó una serie de salas con
muros perpendiculares y circulación periférica al Paseo del Prado y dejó una amplia
sala en la fachada a la Carrera de San Jerónimo. Es de destacar el sistema de
iluminación natural, a través del patio y lucernarios en las salas altas que permite
regular la intensidad de luz.
En abril de 2002 se aprobó un proyecto de ampliación que incorpora al museo dos
fincas anexas. Próximamente el Museo será ampliado con los dos edificios colindantes
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de la calle Marqués de Cubas, 19 y 21. Para acondicionarse a su nuevo uso, el
inmueble se sometió a la adaptación dirigida por Rafael Moneo.
6. El Hotel Palace
Sobre el solar del antiguo palacio del duque de Medinaceli se levantó el Hotel Palace,
que surgió como respuesta a la necesidad de dotar de hoteles de gran lujo al centro
político, financiero y turístico de la capital. Se estudió el emplazamiento para el hotel y
se eligió la manzana delimitada por las calles de Duque de Medinaceli, plazas de
Cánovas del Castillo y de las Cortes y calle Cervantes. Previamente se le encargó un
anteproyecto al arquitecto francés Edouard Niermans, cuyos planos están fechados en
junio y julio de 1910. Inmediatamente la oficina técnica del Palace Hotel de Bruselas
convocó un concurso para la construcción del hotel. El certamen fue ganado por el
arquitecto catalán Eduardo Ferrès y Puig, que fue el encargado, junto con la empresa
de ingeniería belga León Monnoyer et Fils, de realizar el proyecto de ejecución sobre
el anteproyecto de Niermans, y también de su construcción. Ferrés introdujo
modificaciones sustanciales respecto al anteproyecto, como fue sustituir la forma
octogonal del jardín de invierno por una elíptica, cambiar en parte la distribución y toda
la decoración interior, e incorporar todos los avances técnicos del momento. El hotel
se construyó en sólo dieciocho meses, desde el 30 de marzo de 1911 al 29 de
septiembre de 1912. Fue el primer edificio con estructura de hormigón armado en
Madrid. Las secciones de hormigón fueron mínimas y los cálculos se realizaron con los
métodos más avanzados. Recibió el primer premio del Ayuntamiento de Madrid al
edificio mejor construido en 1912. Tiene una planta trapezoidal distribuida en torno a
un gran patio de la misma forma. En realidad, el patio se corresponde con el jardín de
invierno, cubierto con una cúpula de vidrios emplomados. Consta de ocho plantas
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superiores y tres subterráneas. Albergaba 500 habitaciones con cuarto de baño y
servicio telefónico, que hicieron del Palace uno de los hoteles más modernos de
Europa. Se caracterizó por su polifuncionalidad: hotel, cine, restaurantes, oficinas y
comercios. Sus amplios salones y el gran hall ovalado, cubierto con cúpula,
anteriormente nombrada, de hierro y cristal que es una magnífica obra modernista
realizada por la conocida firma Maumejean. Las fachadas siguen el estilo Luis XVI de
la época, y tienen gran similitud con las del Hotel Negresco de Niza, también diseñado
por Niermans. Entre 1925 y 1926 las plantas bajas fueron reformadas por Martín
Domínguez y el bar fue decorado por Carlos Arniches y el propio Domínguez. Después
de la Guerra Civil, Francisco López Izquierdo y José Luis Duran de Cottes
acondicionaron un local para cine, que se cerró años más tarde. Posteriormente se
reformó la planta baja de la plaza de Cánovas del Castillo para centro comercial. En
los últimos años el hotel ha sido objeto de una rehabilitación general.
7. El Banco de España
En 1880 se estructura el Banco Nacional para la emisión única de billetes en España y
se decide construir una sede más acorde con sus necesidades que la que hasta
entonces ocupaba la antigua Casa de los Cinco Gremios, en la calle Atocha. Las obras
del edificio comienzan según un proyecto de Eduardo de Adaro y Severiano Sainz de
la Lastra, que obtuvo en 1884 la medalla de oro en la sección de Arquitectura de la
Exposición Nacional de Bellas Artes. El edificio original proyectado por Adaro y Sainz
de la Lastra tenía menores dimensiones que el edificio construido, ya que sólo
ocupaba el ángulo de la calle Alcalá y el Paseo del Prado. La planta se cerraba sobre
sí misma y contenía un amplio chaflán con acceso al vestíbulo y el patio de
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operaciones. Ya empezadas las obras, se decidió ampliarlo por el Paseo del Prado.
Este cambio le imprimió un carácter más acorde con las funciones y la
representatividad de la institución, incorporando una segunda puerta que da acceso a
la escalera de honor, una de las más bellas de la arquitectura decimonónica
madrileña, que se cubre con una amplísima vidriera. En 1927 se encargó a José
Yarnoz Larrosa su ampliación a lo largo de la calle de Alcalá. Exteriormente repitió la
composición de la fachada inicial, de forma que está perfectamente integrada sin
apreciarse la zona de ensamble, realizado a través del núcleo central de la puerta de
la calle de Alcalá. En cambio, interiormente rompió la composición anterior,
construyendo un nuevo patio de operaciones que se convirtió el centro de la nueva
distribución. En 1944 Luis Menéndez Pidal reformó la Sala de Comisiones y el Salón
de Consejos. Posteriormente sufrió una segunda ampliación que nada tiene que ver
con lo anteriormente construido. El Banco de España es uno de los edificios más
representativos de Madrid, tanto por su ubicación como por su volumetría y su interés
artístico. Sus fachadas son fruto de un eclecticismo basado en los modelos
manieristas italianos y de la arquitectura parisina del siglo XVII. Interior y exteriormente
posee una rica ornamentación, que se ha conservado hasta nuestra época, entre la
que sobresalen las magníficas vidrieras realizadas por las firmas Mayer y Maumejean.
En 1978 se realizó un concurso restringido para su ampliación mediante el derribo de
la antigua Banca Calomarde, que fue ganado por Rafael Moneo, arquitecto que está
redactando en la actualidad el proyecto de ejecución y que posibilitará la ocupación
total de la manzana por el Banco.
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8. El Museo del Ejército
El actual Museo del Ejército, situado en la calle de Méndez Núñez, se levanta sobre
uno de los escasos fragmentos arquitectónicos conservados del conjunto palaciego del
Buen Retiro, concretamente sobre el Salón de Reinos. Aquel extenso complejo
residencial fue mandado construir por el conde-duque de Olivares para el recreo de
Felipe IV. Además, del palacio real, contaba con numerosas edificaciones auxiliares,
plazas, jardines, estatuas y fuentes que se extendían hasta el paseo del Prado.
Las obras, dirigidas por Alonso de Carbonell, comenzaron en 1629. Aunque el rey
inauguró el nuevo palacio en 1633, los trabajos continuaron hasta 1640. El palacio
disponía de dos plantas y era de traza cuadrangular, con torres en las esquinas que
remataban con los típicos chapiteles de pizarra de la arquitectura madrileña de la
época. Estaba construido con materiales modestos como el ladrillo y la madera, y su
riqueza se encontraba en la ornamentación interior, especialmente en este Salón de
Reinos, bautizado así por su techo decorado con los escudos de los reinos que
formaban parte del Imperio español en el siglo XVII.
Entre 1808 y 1813 el complejo palaciego fue ocupado por las tropas francesas, que
provocaron graves daños, y a la postre, su casi total demolición posterior, con dos
únicas excepciones: el área del palacio donde se hallaba el mencionado Salón de
Reinos -que hoy alberga el Museo-, y el pabellón de baile del Casón del Buen Retiro.
A ello hay que añadir que el parque del Retiro también formó parte en sus orígenes del
complejo palaciego.
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9. El Museo del Prado
Con destino al lugar que por deseo de Carlos III, y de su primer ministro el conde de
Floridablanca, debía convertirse en foco del saber ilustrado, esto es, los terrenos que
mediaban entre el Real Sitio del Buen Retiro y los Paseos del Prado y Atocha, le fue
encomendado al arquitecto Juan de Villanueva la ejecución de este gran palacio,
originalmente de las ciencias, cuyo programa incluía un Gabinete de Historia Natural,
la Academia de Ciencias Naturales y un gran salón de juntas para ésta, con la
posibilidad de compartirlo con la de Bellas Artes de San Fernando. El solar elegido se
situaba al Norte del recién fundado Real Jardín Botánico, entre la Iglesia y Monasterio
de San Jerónimo y el Salón del Prado, para el que concibe un bloque de gran
desarrollo lineal que embellece y cierra ópticamente este Paseo. Nacía, por tanto, con
vocación urbana, con pretensión de participar en la renovación de este espacio
público, que por entonces se venía ejecutando, máxime porque el edificio debía ser
considerado pieza fundamental de ese gran conjunto, paradigma de la Ilustración, y
adaptarse al uso para el que había sido destinado. Esta circunstancia explica que un
primer proyecto, que se correspondería con el conservado en la Academia de San
Fernando, firmado y fechado el 25 de mayo de 1785, apareciera antepuesta al edificio
una elegante e insólita logia, una stoa, de inspiración clásica, con la que se pretendía
crear una falsa fachada y a la vez un foro romano que sirviera de transición entre el
exterior y el nuevo monumento sagrado, templo de la ciencia y la razón. No hay
certeza sobre si ésta fue la propuesta elegida por el Ministro, con la aquiescencia del
Monarca y entre las dos presentadas por Villanueva, o si por el contrario fue la
perdida, sobre la que se conserva una maqueta, aunque ésta parece una fase
intermedia entre aquella y la tercera y definitiva que hoy se contempla. En cualquier
caso, el planteamiento era común a las tres, pues la diferencia de funciones que
imponía el referido programa del edificio, así como la acusada pendiente del terreno
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en que se asienta, obligaron al arquitecto a resolverlo, no como uno, sino como tres
autónomos bajo una misma piel, en plantas superpuestas, con entradas diferentes en
cada frente y circulaciones en fondo de saco. Así, por el Norte, y mediante una rampa
curva, se accedía al Gabinete, que ocupaba todo el nivel principal y había sido
proyectado como una galería-museo entre rotondas, mientras que por la Sur se
entraba en el nivel inferior, donde se hallaban dispuestas las escuelas de Botánica y
Química, a lo largo de un corredor central. Con el pórtico occidental hacia el Prado se
comunicaba el Salón de Juntas, de doble altura y recorrido por una galería accesible
desde el piso principal, el cual se organizaba según un eje ortogonal y central, que
otorgaba al conjunto planta en T simétrica.
El constante incremento de los fondos del museo derivó en sucesivas ampliaciones
durante el siglo XX. La primera, que tuvo lugar en 1918, se produjo por la parte trasera
del edificio, dejando abiertos unos patios que después fueron cubiertos. Las
extensiones realizadas en los años 50 y 60 acabaron por ocupar todo el solar trasero.
El problema de la falta de espacio fue solucionado con el anexo en 1971 de un
inmueble independiente, el Casón del Buen Retiro, un edificio construido por el
arquitecto Alonso de Carbonell para albergar el Salón de Baile de un palacio de
descanso de Felipe IV, del que aún se conserva el techo pintado por Lucas Jordán a
finales del siglo XVII.
Pese a estas adiciones, el museo sólo tiene expuesta una parte de sus fondos, por lo
que,
recientemente,
se
ha
inaugurado
una
nueva
ampliación
de
las
instalaciones diseñada por el arquitecto Rafael Moneo. Consiste en la construcción de
un edificio en torno al antiguo claustro de los Jerónimos y la conexión del mismo con la
sede de Villanueva. De esta forma, habrá más espacio para exposiciones temporales,
talleres de restauración, un auditorio, una cafetería, un restaurante y oficinas. Tras la
reforma, el edificio Villanueva concentrará tanto las colecciones históricas como las
colecciones modernas.
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10. La Iglesia y Convento de San Jerónimo el Real
Fundación de Enrique IV de 1464, este Monasterio de monjes jerónimos tuvo su
primitivo emplazamiento en el Camino de El Pardo, al borde del río Manzanares, pero
la insalubridad del lugar ocasionó su traslado en 1502 por orden de los RR. CC.,
eligiéndose unos terrenos al Este, en el prado alto del arroyo Abroñigal, extramuros de
la entonces villa de Madrid. Las obras comenzaron al año siguiente, probablemente
con trazas del maestro Enrique Egas, quien tomó como modelo los templos de San
Juan de los Reyes de Toledo y de Santo Tomás de Ávila, esto es, una nave única con
capillas entre los contrafuertes, crucero poligonal y coro alto a los pies, cubierto todo el
espacio con bóvedas de crucería. Su estilo era el gótico tardío o isabelino, igual que el
del primitivo claustro situado al Sur de la Iglesia, alrededor del cual se organizaban las
dependencias monacales. Contaba también con algunas habitaciones denominadas el
"Cuarto Real", adosado al Norte y Este del ábside de la Iglesia, para aposentar a
dichos monarcas en sus retiros al Monasterio, el cual sería ampliado en 1561 por
Felipe II, con planos de Juan Bautista de Toledo, no solo ya con fines espirituales, sino
también recreativos. Fue este aposento embrión del posterior Real Palacio del Buen
Retiro, con el cual el templo adquiriría doble función, como capilla palatina y a la vez
conventual. Hacia 1550 se levantó un segundo claustro plateresco, que se demolió
tres siglos después, y en 1602 ó 1612, a la par que se creaba la hospedería, ordenó
Felipe III la reconstrucción del primitivo y principal, el citado gótico, en estilo
herreriano, para lo cual aportó trazas Francisco de Mora, que recuerdan al Patio de los
Evangelistas de El Escorial. Algunos autores consideran que este nuevo claustro se
ejecutó por entonces, aunque de ser así ya amenazaba ruina cinco lustros después,
cuando el prior y monjes jerónimos decidieron encomendar al arquitecto fray Lorenzo
de San Nicolás su derribo y reconstrucción. Las condiciones para su ejecución,
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caracterizadas por el respeto a la arquitectura preexistente y el ahorro de materiales,
fueron aceptadas por los maestros de obras José de Sopeña y Miguel Martínez. Este
claustro, que coincide con el que actualmente se conserva, una vez rehabilitado ha de
quedar integrado dentro de la ampliación del Museo del Prado, que proyecta Rafael
Moneo. La ocupación francesa durante la Guerra de la Independencia, que transformó
el Monasterio en cuartel de artillería, y, sobre todo, la Desamortización de Mendizábal
de 1836, acarrearon su ruina, lo que obligó a sucesivas reparaciones en él y a una
restauración más ambiciosa a partir de 1851, bajo la dirección de Pascual y Colomer,
quien prácticamente lo redujo a las partes hoy existentes, iglesia y claustro,
demoliendo el resto por inservible. De este momento es la fachada principal,
sustituyendo a la antigua, más sencilla y mutilada, aunque se recuperó y respetó la
portada primitiva oculta en el muro, dotándola de nueva decoración escultórica.
También se realizaron las dos torres adosadas al ábside, siguiendo modelos
centroeuropeos, y en general toda la decoración exterior, aquí con referencias al
referido convento toledano, mientras que las escasas actuaciones interiores llevadas a
cabo por Pascual y Colomer desaparecieron con los nuevos criterios restauradores de
Repullés a partir de 1879, más acordes con la concepción original, cuando el templo
se erigió en parroquia del Arzobispado de Madrid. Con motivo de la boda de Alfonso
XIII, en 1905 se levantó la escalera monumental y en 1948 Íñiguez Almech eliminó el
revoco exterior, dejando visto el aparejo de mampostería y ladrillo.
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11. El Palacio de Comunicaciones
En 1903, el Gobierno resolvió la desaparición de los denominados Jardines del Buen
Retiro, ante la oposición de la opinión pública, eligiendo parte de sus terrenos para la
construcción de un nuevo centro que englobase el correo y las telecomunicaciones,
así como la dirección general del ramo. El 20 de agosto de 1904 un Real Decreto
disponía la convocatoria de un concurso nacional para su ejecución, del que resultó
ganador el proyecto presentado por dos jóvenes arquitectos: Palacios y Otamendi, en
el cual se adivinaba ya la fuerte personalidad del primero por su curiosa vinculación a
ciertos modernismos, que habrían llegado a él a través de los libros y revistas de la
Escuela y por el conocimiento directo que sus frecuentes viajes le aportaban. Su
propuesta, adaptada perfectamente a la irregularidad y gran extensión del solar, se
caracteriza por la originalidad, monumentalidad y deseo de trascendencia, asumiendo
el historicismo, los logros espaciales, propiciados por la Revolución Industrial, y el
simbolismo de la arquitectura europea contemporánea.
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12. La Casona del Buen Retiro
El Casón formó parte del conjunto de edificaciones que componían el Palacio del
Retiro, mandado construir a partir 1631, durante el reinado de Felipe IV, por iniciativa
del Conde Duque de Olivares.
Su proyecto de construcción es de origen incierto, pero se cree que su trazado barroco
fue realizado por Alonso Carbonell en 1637 para albergar el salón de baile del palacio.
No obstante, su construcción se prolongó hasta las postrimerías del siglo XVII bajo la
dirección de obras de José del Olmo. Del interior destacan las pinturas del techo del
Gran Salón, realizadas por Lucas Jordán en 1695.
Durante el siglo XIX su traza barroca se fue alterando debido a los diversos usos a que
fue destinado: estamento de Próceres o Senado (1834-1835), Gabinete Topográfico y
Gimnasio del príncipe Alfonso. En 1868, con motivo de la revolución, el edificio fue
nacionalizado y once años después convertido en sede del Museo Nacional de
Reproducciones Artísticas.
Las fachadas que presenta en la actualidad no son las originales. La principal fue
prácticamente destruida por un ciclón y en 1886 tuvo que ser reconstruida en trazas
clásicas por el arquitecto Ricardo Velázquez Bosco. Años antes, en 1877, la fachada
que da a la calle Alfonso XII fue reformada y porticada por los arquitectos Antonio
Felipe Peró, Manuel Antonio Capo y Mariano Carderera.
En la actualidad, y desde 1971, forma parte del complejo del Museo Nacional del
Prado, y en sus salas se exponen las colecciones de arte del siglo XIX. No obstante,
lleva algunos años cerrado porque se están realizando importantes obras de
restauración.
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13. La Real Academia Española
El edificio de la Real Academia Española, situado en la calle de Ruiz de Alarcón, fue
diseñado específicamente para convertirse en la sede de la institución. Su
construcción se inició en 1891 sobre unos terrenos del antiguo complejo palaciego del
Buen Retiro cedidos por la Casa Real, y su arquitecto fue Miguel Aguado Sierra, que
diseñó un paralelepípedo de tres pisos y líneas sencillas que sugieren la imagen de un
templo griego.
En el exterior el ladrillo rojo de los muros contrasta con los elementos decorativos de
piedra clara, y en la fachada principal sobresale el pórtico adosado sobre cuatro
columnas dóricas que se remata con un frontón triangular.
Esta nueva sede se inauguró en abril de 1894, dando asiento definitivo a la Real
Academia, que desde su fundación había conocido diversos emplazamientos. La
conocida institución existía desde 1713, año en que se crea por iniciativa de Juan
Manuel Fernández Pacheco, marqués de Villena, con el apoyo y protección de Felipe
V. El propósito que inspiró su constitución fue el de preservar el castellano de
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cualquier desviación, condensado en el archisabido lema "Limpia, fija y da esplendor",
muy en la línea del despotismo ilustrado de la época. Adaptados a los tiempos
actuales, los ilustres académicos contemporáneos velan, al dictado de los estatutos de
la institución, porque nuestra lengua no pierda "la esencial unidad que mantiene en
todo el ámbito hispánico".
14. El Cuartel General de la Armada y Museo Naval
Edificio oficial representativo que proyecta Espelius y termina De Luque, quien en esta
época realiza o concluye una serie de edificios estatales de gran magnitud y
monumentalistas, con fachadas muy recargadas ornamentalmente y mezcla de
elementos góticos isabelinos, en honor del impulso de la Marina durante el reinado de
los Reyes Católicos, pero también clásicos, dentro de un tono general ecléctico, que
este último justificó en la búsqueda de una arquitectura nacional, tan en boga en el
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primer cuarto del siglo XX. Levantado por Real Orden del 22 de julio de 1915 para
acoger el Ministerio de Marina, el volumen primitivo se asienta sobre un solar de planta
trapezoidal, con fachada a tres calles y a dos amplios patios interiores. La principal es
la de Montalbán, desde donde se entiende su magnificencia, lograda por su altura,
seis niveles más semisótano y áticos, su masividad y su profusa decoración. Se divide
este alzado simétricamente en cinco cuerpos, avanzados los extremos y el central y
éste rematado por un esbelto torreón de planta cuadrada, que potencia el eje
intermedio y marca el ingreso, producido a través de una gran portada. Traspasada
ésta, recibe al visitante la monumental escalera imperial, de mármoles jaspeados, con
casetones de "alga marina" e iluminada por faroles de bronce, a modo de fanales de
un navío. La caja está coronada por una galería de arcos escarzanos que soportan la
potente cornisa y las vidrieras emplomadas, que iluminan cenitalmente. Casi toda la
planta primera la ocupa el Museo Naval, con una importante colección de objetos,
cartografía y bibliografía relacionada con la mar, y la segunda a la antigua vivienda del
Ministro, los despachos y las salas de recepción oficial, embellecidas con los
revestimientos decorativos y pinturas, de estilo pompeyano, que ornamentaban
algunas de las habitaciones de su antigua sede de la calle de Bailén o Palacio de
Grimaldi, realizadas en 1792 por el arquitecto Jean Demosthène Dugourc, y aquí
trasladadas en 1928, preservándolas para la posteridad. Destaca así el llamado "Salón
de Apolo", el singular "Despacho de Godoy", el "Salón del Rapto de Gamínedes", etc.
La necesidad de nuevos espacios motivó su ampliación en los años setenta, sobre un
solar anexo sito al mediodía. Se trata de un volumen concebido desde la modernidad,
pero con pretensión de integrarse exteriormente al primitivo y no yuxtaponerse,
mediante el mantenimiento de la monumentalidad y de sus pautas compositivas, como
la altura de impostas, una modulada ordenación derivada de aquel, división clásica en
cuerpos horizontales, basamento, central, a modo de columnata, y coronación o
entablamento, etc., aun cuando fue preciso quintuplicar la superficie de ventanas, sin
romper la armonía del conjunto.
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15. El Museo Nacional de Artes Decorativas
El edificio actual es el resultado de sucesivas adiciones efectuadas sobre el que fuera
palacete de la opulenta dama Dª María del Carmen Hernández y Espinosa, viuda del
marqués de Manzanedo y duque de Santoña, destinado en principio a su residencia
particular, aunque nunca lo llegó a habitar. Posteriormente, fue ocupado en
arrendamiento por personajes de la alta sociedad, hasta que en los años veinte se
decidió su cambio de uso para Escuela Superior de Magisterio. Tenía originalmente
planta cuadrangular y simétrica con tres niveles: bajo, principal y segundo más sótano,
acogiendo el intermedio, de mayor altura libre, las habitaciones nobles, y el superior
las de servicio. Estructuralmente estaba configurado por cuatro crujías, de
aproximadamente 6 m las paralelas a la vía pública y 5 m las transversales, alrededor
de un patio central cuadrado, con galerías sobre columnas de fundición y cubierto por
un lucernario de hierro y cristal. A la derecha, entrando, se situaba la escalera de traza
imperial, que unía los dos primeros pisos, existiendo otra de servicio de madera,
enfrentada y a la izquierda, que los recorría todos. Su tipología interior y exterior se
corresponde con la de los primitivos hoteles levantados en lo que fueron terrenos del
Buen Retiro a partir de 1877, tempranamente desaparecidos. Su fachada se encuadra
dentro del eclecticismo clasicista, con paramentos de ladrillo que contrastan con el
zócalo de sillería y las molduras ornamentales de piedra, como las líneas de imposta y
cornisa, los encadenados y pilastras, que enfatizan las esquinas de los cuerpos
extremos, a modo de torreones, o los dinteles, frontones y guardapolvos que rematan
los huecos desde el piso bajo al segundo, respectivamente. Una balaustrada de forja,
dorada con panes de oro, al igual que los antepechos de los balcones, cerraba la
composición y ocultaba la cubierta de teja. Aunque el frente hacia la calle de
Montalbán delimitaba todo el solar, el volumen del Palacete no lo ocupaba totalmente,
separándose de las edificaciones medianeras mediante un patio en U y dos
pabellones de portería y cocheras, situados respectivamente a poniente y levante de
aquel, con acceso directo desde la vía pública. Precisamente sobre este último, o
izquierdo, se levantaba un invernáculo acristalado que sería sustituido, ya funcionando
como Escuela, por Carrasco-Muñoz por un piso completo con triple ventana al exterior,
el cual respetaba al máximo la concepción original. Con esta misma pretensión,
aunque con mayores ambiciones, proyectó Moya la segunda ampliación en 1942,
desde su puesto de arquitecto conservador del ya Museo de Artes Decorativas, tras la
adquisición del inmueble por el Estado dos años antes, proponiendo la edificación de
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los huecos existentes entre el palacete primitivo y las medianerías y la adición de un
sótano y dos nuevas plantas sobre la línea de cornisa existente. También intervino en
el interior demoliendo la tabiquería, con el fin de crear salas "amplias y despejadas",
aumentando con dos más el número de escaleras, sustituyendo el lucernario por otro
de hormigón armado y transformando la portada, más ancha y redecorada, por
considerar de "poca importancia" la original. Aunque en fachada su actuación fue
mimética, Moya logró, como en otras ocasiones y tras un profundo estudio, una
solución respetuosa y bien compuesta, en la que se reconoce con claridad el palacete
original, del que solo desapareció la balaustrada, también la del pabellón de servicio, y
la ampliación de Carrasco. Hoy el Museo alberga importantes fondos, continuamente
acrecentados, como la reciente adquisición de la colección Torsten Bröhan, constituida
por valiosos muebles y piezas, diseñados por arquitectos y artistas del Movimiento
Moderno.
16. El Palacio de Bruno Zaldo
Situado en la calle Alfonso XII, junto al Casón del Buen Retiro, fue construido entre
1901 y 1903 por el arquitecto Eduardo Adaro, como casa-palacio del rico financiero
Bruno Zaldo, para quien ya había trabajado anteriormente en la construcción de
diversos edificios de viviendas en la calle Juan de Mena y Felipe IV.
Aplicando un estilo arquitectónico claramente ecléctico, se trata de un hermoso
palacete levantado sobre una manzana entera de planta cuadrangular. Organizado en
torno a un patio interior se compone de sótano y tres plantas. En el exterior, destaca
sobre todo la fachada, en donde podemos ver perfectamente la mezcla de estilos:
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clasicismo en balcones y pilastras, barroco en los frontones partidos, así como
reminiscencias modernistas en los miradores de esquina y en los elementos
decorativos de la cornisa.
17. La Puerta de Mariana de Neoburgo
Se trata de una de las puertas de acceso al Parque del Retiro desde la calle Alfonso
XII. Fue construida en 1689 por el arquitecto Melchor de Bueras, para conmemorar la
entrada en Madrid de Mariana de Neoburgo en 1690, segunda esposa de Carlos II. Se
trata de una puerta barroca realizada en granito para este tipo de solemnidades, en la
que destaca su vano adintelado coronado por un gran arco de medio punto.
A mediados del siglo XIX la puerta fue traslada al desaparecido palacio de San Juan,
cuyo solar hoy ocupa el Palacio de Comunicaciones, aunque algunos autores
sostienen que también estuvo emplazada en la Casa de Campo.
Su emplazamiento actual frente al Casón del Buen Retiro precisó de una adaptación
realizada por el arquitecto Luis Bellido. También se la conoce como la Puerta del
Parterre, puesto que da acceso a este recinto.
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Vías pecuarias:
Las cañadas, también denominadas galianas, son antiguas rutas que cruzan la
Meseta castellana y que permiten el paso de los ganados trashumantes que
emigraban entre sus pastos de verano en las montañas del norte y centro de la
Península (agostaderos) y sus pastos de invierno (invernaderos o "extremos") en los
cálidos valles, dehesas y tierras bajas del sur y oeste del país. En su conjunto forman
un anastomosado sistema de caminos de distinta anchura, hasta un máximo de 70100 metros (90 varas castellanas =75,22 metros) en las cañadas reales, que
conducen hacia el sur desde las principales sierras del país. Las rutas más estrechas y
de menor rango se llaman cordeles, cuerdas y veredas; también hay que citar
ciertos ensanchamientos dónde el ganado solía detenerse al final de cada jornada
conocidos como descansaderos. Todas ellas, en conjunto, reciben la denominación de
vías pecuarias. Estas vías, se clasifican según una anchura que se fijaron por la
Mesta y se mantienen vigentes por la Ley de 27 de junio de 1974.
La Ley 8/98, de vías Pecuarias de la COMA, en su preámbulo expone:
"El conjunto formado por las cañadas reales y demás vías pecuarias españolas
constituyen un patrimonio histórico único en Europa y en el mundo. Dentro de
ese conjunto, Madrid, centro geográfico peninsular que participa de lo serrano y
de lo manchego, es también encrucijada de grandes vías trashumantes y cuatro
de aquellas cañadas reales intercomunitarias atraviesan su territorio; hasta tal
punto las cañadas reales y vías pecuarias han desempeñado y siguen
desempeñando un papel de singular relieve, que desde la Baja Edad Media,
constituyen un referente inequívoco para la historia de Castilla y de nuestra
Comunidad como lugar de encuentro de ambas Castillas. La Comunidad de
Madrid es recorrida además por gran número de otras vías pecuarias que
sumadas a las primeras totalizan cuatro mil kilómetros de longitud y más de
trece mil hectáreas de superficie.
La tendencia actual de la política de la Unión Europea, propugnada por la
reciente Declaración de Cork (noviembre de 1996) y defendida por la Carta
Verde del Espacio Rural Europeo del Consejo de Europa (1995), es la de
considerar al mundo rural como un ámbito dotado de tres funciones básicas: la
agro-ganadera y forestal que siempre ha tenido y a la que se añaden ahora la
medio ambiental y la socio cultural, debiéndose destacar que el árbol y el
bosque sirven a esas tres finalidades por lo que bien merecen una especial
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atención. Por todo ello constituye un deber inexcusable de las Administraciones
Públicas el fomento y la adecuada conservación del Patrimonio que constituyen
las cañadas reales y vías pecuarias, vinculando dicho Patrimonio a un modelo
de desarrollo sostenible para las zonas rurales".
Tras la consulta de la Ley 8/1998, de 15 de junio, de Vías Pecuarias de la
Comunidad de Madrid y de la Ley 3/1995, de 23 de marzo, de Vías Pecuarias se
nos define vía pecuaria de la siguiente forma:
“Artículo 2.- Se entiende por vías pecuarias las rutas o itinerarios por donde
discurre o ha venido discurriendo tradicionalmente el tránsito ganadero”.
“Artículo 3.- Las vías pecuarias cuyo itinerario discurre por el ámbito territorial de
la Comunidad de Madrid son bienes de dominio público de esta Comunidad y,
en consecuencia, inalienables, imprescriptibles e inembargables”.
La actuación de la Comunidad de Madrid sobre las vías pecuarias que
transcurran por su territorio tendrá como fin, entre otros:
“Artículo 4.- c. Promover y fomentar el contacto entre los ámbitos urbano y rural
favoreciendo
las
actividades
medioambientales,
sociales
y
culturales
compatibles en torno a las vías pecuarias, de manera que suponga la creación y
mantenimiento de una conciencia social conservacionista y sirva de satisfacción
a la demanda de esparcimiento y recreo al aire libre”.
El Artículo 6: Tipos de vías pecuarias de la Ley 8/1998, de 15 de junio, de Vías
Pecuarias de la Comunidad de Madrid nos remite al Artículo 4 de la Ley 3/1995, de 23
de marzo, de Vías Pecuarias, en el que se nos expone la clasificación de las mismas:
“Artículo 4.- 1. Las vías pecuarias se denominan, con carácter general: cañadas,
cordeles y veredas:
a. Las cañadas son aquellas vías cuya anchura no exceda de los 75 metros.
b. Son cordeles, cuando su anchura no sobrepase los 37,5 metros.
c. Veredas son las vías que tienen una anchura no superior a los 20 metros.
2.
Dichas
denominaciones
son
compatibles
con
otras
de
índole
consuetudinaria, tales como azagadores, cabañeras, caminos ganaderos,
carreradas, galianas, ramales, traviesas y otras que reciban en las demás
lenguas españolas oficiales.
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3. Los abrevaderos, descansaderos, majadas y demás lugares asociados al
tránsito ganadero tendrán la superficie que determine el acto administrativo de
clasificación de vías pecuarias. Asimismo, la anchura de las coladas será
determinada por dicho acto de clasificación.”
Si fuesen necesarias modificaciones del trazado sobre terrenos de vías
pecuarias los artículos 23 al 28 del Capítulo IV del Título I de la Ley 8/1998, indican el
procedimiento a seguir, ya fuesen por la realización de obras públicas o de otra
característica. El 20 de diciembre de 2001 por Acuerdo del Consejo de Gobierno, se
delega en el Consejero de Economía e Innovación Tecnológica el ejercicio de la
competencia para la previa desafectación de los terrenos de vías pecuarias objeto de
modificaciones de trazado previstas en los artículos 23 a 27 de la Ley 8/1998, de 15 de
junio, de Vías Pecuarias de la Comunidad de Madrid.
Si solo fuese una ocupación temporal de una parte de la superficie de la vía
pecuaria se establece en el artículo 38 del Capítulo III del Título II de la Ley 8/1998 la
excepcionalidad mediante permiso de la autoridad competente, y las características de
este:
“Artículo 38.-2. De otras ocupaciones temporales.
1. Excepcionalmente y mediante concesión administrativa previamente otorgada
al efecto podrá autorizarse la ocupación temporal de las vías pecuarias, cuando
así lo exija inexcusablemente la realización de una obra, actividad de interés
público o utilidad general, o para la instalación de servicios públicos, cuyas
conducciones, tuberías, cables o líneas hayan de discurrir o cruzar por las vías
pecuarias. En este último caso sólo podrá autorizarse la conducción subterránea
de los citados servicios, a efectos de suprimir el impacto ambiental y visual
negativo que provocaría su ubicación en superficie, debiendo cumplirse las
especificaciones técnicas y de seguridad previstas en la normativa vigente.
2. Será de aplicación el apartado 2 del artículo anterior para la definición de las
obras de interés público a los efectos del presente.
3. La duración de la concesión no podrá exceder de tres años, que sólo podrán
prorrogarse por motivos excepcionales debidamente fundados.
4. Únicamente podrán otorgarse estas concesiones cuando resulten compatibles
con la continuidad del tránsito ganadero en las condiciones anteriores y no
impidan los restantes usos comunes.
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5. La concesión de estas autorizaciones se someterá al trámite de información
pública por tiempo de un mes, así como a informe de los Ayuntamientos cuyos
términos queden afectados.
6. Como contraprestación a la ocupación de la vía pecuaria habrá de
satisfacerse la correspondiente tasa de conformidad con lo establecido en la
legislación tributaria autonómica.
4.
La extinción de estas autorizaciones se ajustará a lo establecido en la
legislación reguladora del patrimonio de la Comunidad de Madrid”.
En lo que se refiere al futuro aparcamiento de La Plaza de la Lealtad
localizamos un Cordel próximo. El Cordel de Pavones, clasificado en 1952, posee una
anchura legal de 37.50 metros y una longitud de 13.100 metros. No se encuentra
deslindado ni amojonado. (En la imagen, designado con el número 37). Como se
observa próxima a La Plaza de la Lealtad discurriría también la Colada Elipa-Tapías
del Retiro (número 47), sin embargo, dicha Colada no se vería afectada por ni por la
futura obra ni se encuentra dentro del entorno de influencia de la obra. Discurrir del
Cordel de Pavones a escasos metros de La Plaza de la Lealtad:
N
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N
Paso del Cordel de Pavones dentro del área de influencia de la obra:
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2.3 METODOLOGÍA DE ACTUACIÓN
El trabajo arqueológico y paleontológico que desarrolla el equipo de técnicos se
ciñe a las prescripciones emitidas por la Dirección General de Patrimonio Histórico que
se incorporan en la hoja informativa solicitada por la propiedad o bien por la
concesionaria de los trabajos.
El planteamiento propuesto por el equipo de arqueólogos y paleontólogos
consistirá en varios trabajos ejecutados siguiendo el correspondiente orden
cronológico:
-
Realización del proyecto de actuaciones arqueológicas y paleontológicas,
donde se especifica la propuesta de los trabajos a realizar y se solicita la
autorización para desarrollar los trabajos.
-
Recepción de la autorización por parte de la Dirección General de
Patrimonio Histórico en la que comunica los trabajos a realizar y autoriza a
los profesionales (arqueólogos y paleontólogos) a ejecutar estos trabajos.
-
Ejecución del proyecto de actuaciones arqueológicas y paleontológicas, en
las que se proponen:
1. Actuaciones a realizar antes de iniciar los trabajos de excavación.
1.1 Prospección arqueológica y paleontológica de la zona superficial con
el fin de documentar la existencia o no de bienes patrimoniales, con en
esta prospección se pretende tener en cuenta que bienes pueden verse
afectados antes de iniciar los trabajos.
1.2 Realización de sondeos mecánicos de 3 x 8 x 2 metros, ayudados
por una máquina excavadora mixta, realizados en la superficie exterior
donde se va a ejecutar la obra, con una distancia no superior a los 50
metros entre sondeos. Estos sondeos se documentarán desde un punto
de vista arqueológico, paleontológico y geológico, tomando los datos de
estratigráficos, las muestras paleontológicas y las muestras para
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determinar dataciones. Dependiendo de la existencia de bienes
patrimoniales, el procedimiento de actuación variará. Si no hubiera
restos patrimoniales se procedería a informar negativamente de los
resultados. Si por el contrario hubiera restos, estos se documentarían
exhaustivamente y se comunicaría a la Dirección General de Patrimonio
Histórico su hallazgo y ellos determinarían que actuación se debería
llevar a cabo. La realización de los sondeos se llevaría a cabo antes de
iniciar los trabajos de excavación, aprovechando el momento de la
retirada del asfalto.
2. Realización del seguimiento arqueológico, paleontológico y geológico.
Se supervisa diariamente el avance del terreno por parte de la obra, se
toman datos de los frentes de avances de las máquinas, se elaboran
informes mensuales indicando los avances que se han producido y las
incidencias que se han llevado a cabo. Igualmente si se considera
oportuno se toman muestras paleontológicas y de datación para poder
documentar exhaustivamente los trabajos. Igualmente que con los
sondeos, si se diese el caso de aparecer bienes patrimoniales, el
protocolo de actuación consiste en una documentación de los bienes y
su comunicado inminente a la Dirección General de Patrimonio para
que ellos determinen el procedimiento de trabajo.
3. La finalización de los trabajos arqueológicos y paleontológicos concluye
con el fin de movimiento de tierras, a partir de este momento
comunicamos la finalización de los trabajos a la Dirección General de
Patrimonio y se elabora la memoria final de los trabajos que se han
desarrollado en el trascurso de la Obra.
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2.4 CONCLUSIONES
El área donde se emplazará el proyecto de aparcamiento de la Plaza de la
Lealtad es una zona arqueológica muy rica y con yacimientos conocidos desde antiguo
en la zona 3, numerados en el apartado de yacimientos arqueológicos. En definitiva, se
encuentra ubicado en zona de gran riqueza arqueológica e histórica, con grandes
monumentos y edificios emblemáticos visibles 4, pero que además en el subsuelo hay
una fuerte antropización del medio.
Como así lo muestran los yacimientos arqueológicos considerados Bien de
Interés Cultural (B.I.C): la zona arqueológica "Recinto Histórico de Madrid" (61/1993,
de 20 de mayo). Pero además también está dentro del área de influencia del Conjunto
Histórico de la Villa de Madrid declarado B.I.C. por el decreto 41/1995 de 27 de Abril,
que a su vez este conjunto está incluido dentro de la Zona de Protección Arqueológica
del Recinto Histórico.
Pertenecientes al patrimonio histórico-artístico y dentro de este:
o Las declaradas expresa e individualmente Monumento o Jardín Histórico y
estén inscritos como tales en el Registro de Bienes de Interés Cultural.
o Los inmuebles ubicados dentro de la zona arqueológica Recinto Histórico de
Madrid e incluidos en el Plan General como objeto de especial protección.
o Los inmuebles ubicados dentro del Conjunto Histórico del Recinto de la Villa de
Madrid, catalogados como objeto de protección integral o singular y con una
antigüedad igual o superior a 50 años.
Patrimonio aplicaría con carácter general el artículo 8 de la Ley 10/1998, que
exige la previa autorización para intervenir en los bienes objeto de la citada norma. Al
estar en un ámbito arqueológico, cualquier actuación en la plaza de la Lealtad requiere
la previa autorización de la Dirección General de Patrimonio Histórico al estar incluida
en la zona arqueológica del recinto histórico de Madrid, regulada por el decreto
61/1993. Por lo que se considera recomendable que mientras se realicen los trabajos
3
Indicados en el apartado de yacimientos arqueológicos, 3.3 a.
4
Indicados en el apartado de monumentos históricos y edificios emblemáticos, 3.3 b.
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de ejecución de las obras, que impliquen remoción de tierras, excavaciones y
aperturas de zanjas, etc. se llevasen a cabo un control y seguimiento arqueológico
exhaustivo.
Dentro del área de influencia se encuentra un monumento declarado Bien de
Interés Cultural de titularidad estatal, es el Hotel Palace. Aunque no se ve afectado por
las obras, se tendrá que solicitar permiso al Gobierno central por estar en el área de
influencia de éstas.
Los yacimientos arqueológicos conocidos, así como los monumentos históricos
no van a sufrir afección por las obras que se derivan de este proyecto.
El Cordel de Pavones se ve afectado por las obras al estar en el área de
influencia, por lo que se tendrá que someter a la normativa jurídica, la Ley 8/1998, de
15 de junio, de Vías Pecuarias de la Comunidad de Madrid. En el artículo 38 del
Capítulo III del Título II, se indica la excepcionalidad para autorizar la ocupación
temporal de las vías pecuarias, cuando así lo exija inexcusablemente la realización de
una obra de un proyecto declarado de interés público o utilidad general, o para la
instalación de servicios públicos, cuyas conducciones, tuberías, cables o líneas hayan
de discurrir o cruzar por las vías pecuarias. El permiso de obra será una concesión
administrativa
previamente
otorgada
al
efecto
antes
señalado
mediante
la
contraprestación de una tasa de conformidad establecida en la legislación autonómica
de Madrid, y únicamente podrán otorgarse estas concesiones cuando resulten
compatibles con la continuidad del tránsito ganadero en las condiciones anteriores y
no impidan los restantes usos comunes. Teniéndose que someter a información
pública por tiempo de un mes, así como a informe de los Ayuntamientos cuyos
términos queden afectados. Además, la duración de la concesión no podrá exceder de
tres años, que sólo podrán prorrogarse por motivos excepcionales debidamente
fundados. Debiéndose cumplir las especificaciones técnicas y de seguridad previstas
en la normativa vigente. La extinción de estas autorizaciones se ajustará a lo
establecido en la legislación reguladora del patrimonio de la Comunidad de Madrid.
Indicar que el presente informe es una valoración técnica emitida por un equipo
de profesionales y que este trabajo se presenta de modo informativo a la Consultora.
El Área de Protección del Patrimonio Arqueológico, Paleontológico y Etnográfico de la
Comunidad de Madrid es el órgano al que le compete emitir cualquier resolución que
tendrá valor en las futuras obras que se realicen.
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www.esmadrid.com
gestiona.madrid.org/nomecalles_inter/Inicio.icm
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