c+r Pétreos Anónimo del siglo XV Nuestra Señora del Llosar Parroquia de Santa María Magdalena Villafranca del Cid. Castellón Gozos de Nuestra Señora del Llosar. Siglo XVIII. Valencia. Biblioteca Histórica de la Universitat de València Hipolito Ricarte. Nuestra Señora del Llosar. Valencia. Archivo de Religiosidad Popular. Arzobispado de Valencia Estudio histórico artístico los pies de la Virgen, algo habitual en las esculturas marianas de este periodo, como también así lo demuestran las propias proporciones de la imagen. La Virgen viste una túnica talar, que cae formando pliegues verticales, ceñida al talle por amplio cinturón decorado. El manto le cubre la cabeza y cae por detrás recogiéndolo en su brazo derecho al mismo tiempo que sujeta al Niño, que bendice con su mano derecha y con la izquierda sujeta el ala de un pajarito, símbolo del alma del cristiano que busca su refugio en Dios. Con la mano izquierda sujeta el otro extremo del manto y una vara de flores. Sobre su cabeza luce una corona de cuatro florones. La disposición del manto deja ver su cabellera partida que le cae grácilmente por los lados y redondea el óvalo facial del rostro de la Virgen. El Niño viste una sencilla túnica ceñida a la cintura. La imagen de Nuestra Señora del Llosar, patrona de Villafranca del Cid, es una hermosa escultura de estilo gótico, tallada en piedra, policromada y dorada, que data del primer cuarto del siglo XV, si bien algunos autores como mosén Puig retrasan su datación hasta el año 1350. Se tiene constancia documental de su existencia desde el 3 de febrero de 1454, pues, en esa fecha, Miquel Scala testó ante el notario Simó Ortí la dotación al clero de Villafranca de una renta de 60 sueldos para la celebración de misas por el sufragio de su alma en el templo de Nuestra Señora del Llosar; y el 13 de abril de 1455 se encargó al afamado pintor Valentín Montoliu la realización del retablo mayor de este pequeño ermitorio, especificando en el contrato que un doselete debía cobijar la imagen en piedra de Nuestra Señora del Llosar, que se guardaba en la iglesia. Esta preciosa imagen muestra a la Madre de Dios de pie con el niño Jesús en su brazo izquierdo. Debe faltarle, desde antiguo, la parte inferior de la talla, pues no se aprecia el remate de la túnica del vestido, que caería formando ondulaciones, ni Durante el siglo XVIII, se puso de moda revestir las tallas de las imágenes marianas con mantos campaniformes de elaborados bordados, pelucas y coronas de metal, y la imagen gótica de la Virgen del Llosar también sufrió esta transformación. Así, se le colocó una estructura de madera para ponerle las nuevas vestiduras y se le añadió un brazo postizo igualmente de madera. Bajo este aspecto la podemos ver en una entalladura que aparece en los Gozos a la milagrosa imagen de Nuestra Sra. del Llosar, en el término de Villafranca del Cid, publicados en Valencia, por Benitro Monfort, en 1767, en donde la imagen mariana aparece glorificada sobre trono de nubes y acompañada por un ángel mancebo. Todo el conjunto está enmarcado por rocallas que dejan ver, en la parte inferior, la escena del portentoso hallazgo de la imagen, que según la tradición popular fue encontrada bajo de una losa, de ahí la denominación de esta advocación mariana, por un labrador que estaba arando el campo. Éste, al observar como los dos bueyes se paraban y arrodillaban, y la reja del arado tropezaba con un objeto duro, vio una losa y bajo esta la imagen de la Virgen. Idéntica composición la encontramos en un precioso grabado calcográfico de Hipólito Ricarte, en el que don Francisco Borrull, obispo de Tortosa, concede 40 días de indulgencias a quien rezase una salve ante dicha imagen. Bajo el mismo aspecto también la hallamos en los gozos editados en el siglo XIX bajo el título Gozos a Nuestra Señora del Llosar, venerada en el término de Villafranca del Cid, esta vez glorificada entre nubes y querubines, con el sol, la luna y las estrellas a su alrededor, y en la parte inferior la narración del milagroso hallazgo de la Virgen. Más recientemente, en los gozos editados en 1978 también la encontramos revestida. Gozos de Nuestra Señora del Llosar. Siglo XIX. Valencia. Biblioteca Histórica de la Universitat de València Gozos de Nuestra Señora del Llosar. Siglo XIX Pero la imagen de la Virgen del Llosar aún debía pasar por otra transformación más, esta vez fruto de los acontecimientos históricos más recientes. En efecto, en julio de 1936 la parroquia de Santa María Magdalena y las ermitas de San Roque y Santa Bárbara fueron saqueadas, y los altares, imágenes, ornamentos sagrados y objetos de culto fueron quemados. Ya sólo quedaba el santuario de la Virgen del Llosar, pero los mayorales de aquel año la escondieron para salvar aquella joya del patrimonio artístico y religioso. Sin embargo, esto finalmente no fue posible, ya que, ante las amenazas hacia la familia que la había escondido, y bajo el pretexto de entregarla a los técnicos del Museo Provincial de Castellón para que la pusieran a salvo, como habían hecho con el Retablo de San Miguel, la imagen de la Virgen del Llosar fue entregada al comité local, quien la destrozó arrojándola desde un balcón. La escultura quedó partida en dos por la cintura, aparte de la cabeza de la Virgen, el pajarito que lleva el Niño Jesús, la cabecita del Niño y algún que otro trozo más. Los restos fueron recogidos y escondidos por piadosas familias hasta que pasó la contienda. Una vez recuperada la paz y restablecido el culto, una de las primeras preocupaciones de los villafranquinos fue reconstruir Imagen gótica de Ntra. Sra. del Llosar Imagen gótica de Ntra. Sra. del Llosar la imagen de su patrona. Las personas que habían guardado celosamente los fragmentos de la imagen fueron entregándolos al párroco, quien finalmente, en 1938, encargó la reconstrucción de la imagen al célebre escultor villarrealense Pascual Amorós. Pero el resultado no era exactamente el mismo, tanto desde el punto de vista formal, pues le faltaba el ramo de flores que llevaba la Virgen en su mano derecha, como por la expresión del rostro y la policromía, que desvirtuaba por completo la imagen gótica inicial, ahora afortunadamente recuperada con esta restauración realizada por la Unidad de Conservación, Restauración e Investigación (IVC+R) de CulturArts Generalitat, y ha contado con la colaboración de la Diputación de Castellón Imagen gótica de Ntra. Sra. del Llosar Estado inicial Detalle del estado inicial del rostro de la Virgen y el Niño Estado inicial A través de las pruebas efectuadas a la pieza y las muestras analizadas, tanto antes como durante la intervención de la obra, se pudo hacer una valoración global del estado de esta obra, siendo evidente la pérdida casi total de la policromía y dorados originales (+95%), así como una pérdida importante del volumen original (±30%). El estado de conservación de la obra es complejo y se ve afectado en gran medida por el ataque sufrido durante la Guerra Civil y su posterior reconstrucción. Efectivamente, los daños más importantes provienen de 1936 cuando la obra fue golpeada, fracturada y arrojados los restos desde un balcón. Debido a esta acción se produjeron numerosas roturas y la pérdida irreversible de muchos fragmentos. Detalle del estado inicial El artista encargado de la reconstrucción de la imagen, previa recolección de todos los fragmentos posibles, utilizó los materiales, técnicas y criterios de los que disponía en aquella época. A pesar de que, en comparación con los actuales criterios de restauración, la metodología y los materiales empleados no son muy apropiados, hay que agradecer a esta intervención que los restos originales de los cuales hoy disponemos se hayan conservado en un mismo lugar, la propia imagen. Los grandes fragmentos originales fueron adheridos con cemento blanco y con pernos de hierro para lo cual el artista realizó varios orificios en la piedra original. Los volúmenes faltantes también fueron reconstruidos con los mismos materiales. Los pernos de hierro empleados sufrían una ligera oxidación en sus extremos. El artista aplicó una capa de yeso con un grosor de entre 1-3 mm, dependiendo de la zona, Estado inicial que cubrió la totalidad de la piedra original, incluso los pocos restos de policromía que quedaban y las reconstrucciones realizadas. Por encima de esta capa de yeso se aplicó una policromía a toda la obra, que fue cubierta en los años 80 por otra nueva policromía. Muchos de los fragmentos de piedra original fueron utilizados como relleno y algunos de ellos presentaban la cara policromada hacia el interior de la obra. Los grandes fragmentos perdidos y reconstruidos en la intervención de 1938 fueron: la cara de la Virgen, brazo derecho de la Virgen Detalle del rostro de la Virgen Figura 1: Sección transversal de la muestra de policromía marrón del cabello. Microscopía óptica con fuente de luz visible y ultravioleta, 50x. Por debajo del repinte moderno y las capas de preparación blancas, se observa la estratigrafía antigua: 1.Soporte; 2.Preparación de tonalidad amarillenta elaborada con blanco de plomo, ocre amarillo y carbonato de calcio; 3.Pan de oro; con ramo de flores, el brazo izquierdo de la Virgen excepto parte de la mano y pájaro, y el Niño. Además hay una gran cantidad de pérdidas de pequeño tamaño en la corona, cara, velo y túnica de la Virgen. Del Niño sólo se conserva un pequeño fragmento del ropaje donde se apoyaba el pájaro. Estudios científicos Los estudios de laboratorio han incluido técnicas instrumentales como la microscopia óptica (MO), microscopía electrónica de barrido (SEM-EDX) y la espectroscopia infrarroja por transformada de Fourier (FTIR). Se han extraído muestras para examinar sobre la presencia de la policromía primitiva de la escultura que subyace bajo la intervención moderna. Con la eliminación de los estratos no originales, se han extraído micro-muestras de los restos de policromía y dorado encontrados sobre la superficie del soporte pétreo, un estudio necesario para ampliar las informaciones sobre los aspectos artístico-tecnológicos de la policromía sobre piedra del siglo XV. estudio de objetos con volumen, principalmente esculturas en madera, restos fósiles y algunos materiales arqueológicos, ya que proporciona una inestimable información desde el punto de vista histórico, artístico, de conservación, así como para el diseño de los procesos de intervención y restauración. La escultura originalmente se talló en una sola pieza de mármol o alabastro. El soporte aparece en las imágenes del TAC como una estructura homogénea con un veteado más oscuro, aspecto totalmente diferente a la de una escultura en madera. Del estudio de las imágenes obtenidas se desprende que el estado de conservación estructural de la pieza en general es bueno, a pesar de las intervenciones que ha sufrido, ya no se han observado grietas ni fisuras ocultas que puedan afectar a la integridad de la escultura. Figura 2: Secciones transversales de las muestras de la policromía verde del vestido de la Virgen y de la policromía azul del velo. Microscopía óptica con fuente de luz visible, 10 x y 50x. La estratigrafía antigua está compuesta: 1.Preparación de tonalidad amarillenta elaborada con blanco de plomo, ocre amarillo y carbonato de calcio; 2.Policromía azul a base de azurita mezclada con poco blanco de plomo; 3.Policromía verde a base de verde de cobre mezclado con poco blanco de plomo. También ha permitido evaluar los daños que sufrió la escultura y el modo en que se reconstruyó. Estos se concentraron en la zona del Niño, los brazos, el rostro de la Virgen y en algunos pliegues del vestido. De los datos obtenidos se puede deducir que la reconstrucción probablemente se realizó en dos fases. Inicialmente se reconstruyó la zona del Niño, tronco y brazos de la Virgen, y posteriormente el rostro y alguno de los pliegues del vestido. La nueva policromía del siglo XX se asienta sobre el estrato de preparación elaborada mediante yeso y carbonato de calcio y magnesio. Los pigmentos que se emplearon fueron el blanco litopón, blanco de cinc, pigmentos ocres y laca roja. Sobre la preparación blanca se asienta directamente el nuevo dorado de menor calidad, a base de latón imitando el oro. Este primero estudio estratigráfico puso de manifiesto la presencia, bajo el estrato del aparejo, de restos de la policromía antigua (figura 1). En cuanto a la gama cromática empleada en la policromía original, en los análisis estratigráficos se han identificado los siguientes pigmentos: blanco de plomo, ocre amarillo, rojo de bermellón, azul de azurita y verde de cobre (figura 2). Como aglutinante se usó posiblemente el aceite de lino. Actualmente, la Tomografía Axial Computerizada TAC y los estudios radiográficos se utilizan para el Estudio mediante Tomografía Axial Computerizada Detalle de la intervención en el rostro Eliminación de los repintes Eliminación de cemento de juntas mediante ultrasonidos Criterios de actuación volumétrica, excepto la necesaria para garantizar la consolidación estructural de la obra, no es aplicable en este caso. Hay que tener en cuenta la dificultad que ofrece la intervención de una pieza de estas características, no sólo por su complicado estado de conservación, sino por el hecho de que sea una imagen de culto en la actualidad. Debido a este último factor es muy difícil la aplicación de los actuales criterios más comúnmente aceptados por los profesionales de la conservación y restauración de obra escultórica. El criterio de actuación que consiste en mantener las piezas originales, sin proceder a la reconstrucción Fragmento original y reconstrucción del ave Por ello, desde el comienzo del estudio de la obra, se han atendido continuas visitas de los feligreses donde se comunicaba los avances del estudio y de la intervención, y donde se explicaba y negociaba las posibles soluciones. La propuesta finalmente aceptada fue la reconstrucción de los volúmenes perdidos de forma Eliminación de repintes y capa de yeso Eliminación de reconstrucciones anteriores Detalle de la eliminación de repintes y capa de yeso Fragmentos ocultos reversible, construyendo piezas desmontables salvo en las zonas que necesitaban un refuerzo estructural de la obra. La eliminación de los repintes y de la capa de yeso que cubría la totalidad de la obra se realizó combinando la limpieza química y mecánica, sin que esta fase del tratamiento supusiese una gran dificultad. Sin embargo, una vez eliminadas estas capas previas, la dificultad sobrevino con la eliminación de las reconstrucciones en cemento blanco, que presentaba numerosas fracturas y grietas y una dureza mayor que la de la propia piedra original. La eliminación del cemento se realizó de forma mecánica mediante ultrasonido, vibroincisor y bisturí. Todos los pernos de hierro fueron eliminados y las piezas separadas unas de otras. Hay tres roturas que no fueron separadas debidas al riesgo de fracturación del original que suponía: cuello, hombro derecho y fractura superior de la cintura de la Virgen. Eliminación restos de mortero de cemento Adhesión de las piezas Proceso de restauración Refuerzo con varilla de fibra de vidrio Aplicación de resina sintética Adhesión de fragmentos sueltos Modelado de las partes faltantes Ajuste de la talla del rostro Colocación de reconstrucciones volumétricas Reintegración cromática de las nuevas volumetrías Estado final Estado final Después del desmontaje y limpieza de todas las piezas, la escultura estaba dividida en hasta 80 fragmentos de pequeño y mediano tamaño, y en dos grandes fragmentos: la superior desde la cintura hasta la cabeza y la inferior desde la cintura hasta la base. El siguiente paso fue el pegado de todos los fragmentos sueltos que tuviesen zona de contacto común. Debido a la poca superficie de contacto entre los dos grandes fragmentos, la unión se reforzó con perno de fibra de vidrio y rellenado de huecos con una masilla sintética, la misma con la que se reconstruyen todas las pérdidas volumétricas. La mano izquierda de la Virgen y los ropajes fueron también reforzados con dos varillas de fibra de vidrio. La idea principal para la reconstrucción volumétrica era hacerlo de la manera lo más reversible posible, a través del modelado y tallado de piezas desmontables. Para ello se han utilizado imanes en aquellas piezas que por su posición vertical o peso no podían mantenerse por sí mismas. Las piezas han sido realizadas en una resina sintética de baja densidad y por lo tanto ligeras, con una tonalidad clara con respecto a la piedra original. Las superficies visibles, una vez acabadas todas las reconstrucciones, han sido reintegradas cromáticamente para conseguir una correcta lectura de la obra. Consellera de Educación, Cultura y Deporte: Maria José Catalá Verdet Presidente de la Diputación de Castellón: Javier Moliner Gargallo Secretario Autonómico de Cultura y Deporte: Rafael Ripoll Navarro Diputado de Cultura de la Diputación de Castellón: Héctor Folgado Miravet Director General de CulturArts Generalitat: Manuel Tomás Ludeña Subdirectora del IVC+R de CulturArts: Carmen Pérez García Técnicos en conservación y restauración de bienes culturales. Pétreos: Berta Mañas Alcaide Estudio histórico: CulturArts IVC+R, Jose Ignacio Catalán Martí Laboratorio de análisis de materiales: CulturArts IVC+R, David Juanes; Livio Ferrazza Fotografía técnica: Pascual Mercè, técnicos en conservación y restauración de bienes culturales (Berta Mañas) Depósito legal: V 1064-2013 www.ivcr.es