40 / CATALUÑA EL PAÍS, miércoles 12 de julio de 2006 Barcelona cede parte de Can Ricart para instalar el museo Linguamón Rosenblum analiza la ambigüedad sexual del joven Picasso El especialista abrió en el Museo Picasso un seminario dedicado a la génesis del cubismo ROBERTA BOSCO, Barcelona “Picasso no inventó el cubismo. El cubismo estaba en Gósol”. Lo afirmó Robert Rosenblum en la conferencia inaugural del seminario Gósol. El prólogo de la vanguardia, enmarcado en las actividades de Picasso 2006 BCN, que conmemora el centenario del regreso del pintor a Barcelona en 1906, junto con su compañera Fernande Olivier, y su posterior estancia en Gósol. Fue allí, según los expertos, donde Picasso concibió los fundamentos de la poética cubista, que se inició al año siguiente con Les demoiselles d’Avignon, considerada la obra más significativa del siglo XX. “En las obras que Picasso realizó en Gósol en el verano de 1906 ya tenemos los principales elementos cubistas: la paleta monocroma y las formas geométricas ideales con los planos que se cruzan y superponen”, afirmó ayer Rosenblum, quien comparó mediante unas diapositivas las vistas del pueblo catalán con las pinturas de Picasso, demostrando cómo el artista transformaba lo que Gertrud Stein llamaba “la arquitectura española cubista”. “Como si al volver a la tierra española resurgiera su sentido de la historia y la tradición, asistimos a un nuevo despertar de las raíces mediterráneas del artista en obras que evocan la antigüedad y el mundo clásico”, señaló el especialista, catedrático de Historia del Arte en la New York University, quien puso de manifiesto el dominio del repertorio iconográfico académico de Picasso mediante una representación de Antínoo, el amante de Adriano; los retratos de Fernande inspirados en las Majas de Goya, y la célebre tela El harén, vinculada a El baño turco, de Ingres, que el artista vio en París en el Salón de Otoño de 1905. “Mi papel es ofrecer más preguntas que respuestas”, subrayó Rosenblum al abordar el delicado tema de la ambigüedad sexual en Picasso, que ilustró con varios desnudos masculinos, “nunca numerosos en su producción como en este periodo”. El catedrático señaló la polémica y provocadora relación de muchos desnudos de adolescentes con las fotografías de jóvenes sicilianos, captadas a finales del siglo XIX por el barón Wilhelm von Gloeden, homosexual declarado que se autorretrató como Jesucristo y cuya obra fue en gran parte destruida durante el régimen fascista en Italia. “Aunque las referencias a la Grecia antigua disminuyen su impacto sexual y entonces eran contempladas como reconstrucciones del mundo clásico, no hay duda de que ahora serían tachadas de homosexualidad y pederastia”, explicó Rosenblum, insistiendo en las características iconográficas de los personajes: campesinos con pantalones rasgados que dejan los genitales a la vista y muchachos en poses femeninas, con los brazos en alto, “símbolo de la pasividad sexual que fascinaba al pintor”. “En Gósol, Picasso pasa por un proceso de regeneración que le recrea como nuevo artista, de allí el nacimiento mila- Robert Rosenblum, ayer durante su conferencia. / CARMEN SECANELLA groso de jóvenes desnudos sin ombligo, creados por el poder divino del artista”, afirmó Rosenblum, quien concluyó su breve excurso por la simbología sexual de Picasso en los albores del cubismo con una serie de obras, encabezadas por El harén, donde el porrón se convierte en “un símbolo fálico, que habla de las fantasías del pintor”. Rosenblum citó también el desagradable episodio de la adopción por parte de Picasso y Fernande de una niña, que devolvieron al cabo de pocos meses. “Fernande no podía tener hijos y Picasso que quería experimentarlo todo, quería ser padre o, mejor dicho, que- ría jugar a ser padre”, indicó. La jornada continuó con sendas conferencias de Elizabeth Cowling, de la Universidad de Edimburgo, y Eugenio Carmona, de la de Málaga, a los que posteriormente se unieron en una mesa de debate Francesc Fontbona, miembro del Institut d’Estudis Catalans, y el propio Rosenblum. El seminario continuará hoy con una sesión en la que intervendrán la estadounidense Natasha Staller, profesora del Amheerst College, y Brigitte Léal, conservadora jefa de las colecciones históricas del Centro Pompidou de París. El encuentro se cierra el jueves con una visita a Gósol. Una exposición en el Palau Moja de Barcelona recupera a los pintores catalanes de posguerra VANESSA PI, Barcelona A finales de la década de 1940 proliferaron en Cataluña una serie de artistas con diversas influencias cuyo nexo en común fue el esfuerzo por recuperar el arte de vanguardia que el franquismo reprimió. La exposición Utopías del Origen pretende “cubrir la necesidad de una revisión histórica y crítica del arte que se hacía en la posguerra”, justificó ayer el comisario del evento, Àlex Mitrani. El Palau Moja de Barcelona albergará hasta el 28 de septiembre las obras más significativas de 10 nombres destacados de esta etapa, como Joan Ponç, Josep Guinovart, Albert Ràfols-Casamada, Francesc Todó y Maria Girona. La exposición se centra en la influencia del primitivismo, del románico y del ingenuismo sobre las obras de los pintores catalanes de la primera posguerra. Y reúne obras de Francesc Català-Roca, Picasso, Miró, Torres García, Georges Roualt y Olga Sacharoff como referentes que influyeron en los 10 autores que centran la exposición, entre los que también figuran Josep Maria Sucre, Francesc Fornells-Pla, Joan Brotat, Joan Vilacasas y Josep Maria GarciaLlort. El recorrido por Utopías del origen. Vanguardias figurativas en Cataluña 1946-1969 comienza con la obra de Sucre, que Mitrani definió como “el puente entre el arte de la primera vanguardia y la posguerra”. La personal iconografía de Joan Ponç, uno de los inspiradores de Dau al Set, se observa en cuadros como Al·lucinacions, en que el artista reelabora elementos mironianos y dalinianos. La exposición también muestra obras que desde la época en que se crearon no se habían vuelto a exponer. Es el caso de la serie El Blat, de Josep Guinovart. El artis- Al·lucinacions, de Joan Ponç. ta definió ayer las ocho láminas pintadas en 1948 como “el recuerdo de la Guerra Civil en un entorno de campo”. También se exhiben por primera vez las obras primerizas de Albert Ràfols-Casamada, que más adelante le conducirían a la abstracción. Frente a sus cuadros cuelgan los de Maria Girona, su esposa. Mitrani destacó la influencia común en la pareja del noucentisme y destacó el retrato que Girona realizó a Isabel Garriga (la esposa de Todó) en 1959. La exposición la cierra el gran mural que Francesc Todó realizó para la mutua metalúrgica por encargo de Oriol Bohigas y Josep Martorell en 1954. “Querían un paisaje para el vestíbulo de la mutua y acabé pintando esta fábrica”, explicó el artista frente a la obra, representativa de su “periodo de las máquinas” que le ocupó la década de 1960. ISRAEL PUNZANO, Barcelona Linguamón, un proyecto museográfico también conocido como la Casa de las Lenguas, empieza a asomar la cabeza, aunque muy poco. El Ayuntamiento de Barcelona cederá al Gobierno catalán como sede del centro uno de los edificios del recinto fabril de Can Ricart, ubicado en el distrito tecnológico 22@ de Poblenou. El local tiene 5.000 metros cuadrados de superficie. El acuerdo de cesión se firmó ayer en el Palau de la Generalitat entre el alcade de la ciudad, Joan Clos, y el consejero de Presidencia, Joaquim Nadal. El acto estuvo presidido por el impulsor de la iniciativa, el jefe del Gobierno catalán, Pasqual Maragall, quien se comprometió a crear el centro hace un par de años durante el Fórum de las Culturas. Pero faltan muchos meses para que luzca como un auténtico museo. La cesión se hará efectiva cuando se apruebe de manera definitiva el plan urbanístico del ámbito de Can Ricart, todavía en trámite. Como plazo máximo, los firmantes se han impuesto el plazo de un año. El Ayuntamiento barcelonés está estudiando además cómo integrarse en el consorcio de la Casa de las Lenguas. Iniciativa sin concretar Asimismo, ayer se constituyó oficialmente el comité científico de Linguamón, presidido por David Crystal, sociolingüista británico especializado en la lengua galesa. La pregunta del día fue: “¿Cómo lo hacemos?”. Quedó claro que el proyecto se encuentra en una fase de indefinición. Tras un breve encuentro con los periodistas por la mañana, Crystal explicó que iba a reunirse inmediatamente con los miembros del comité para celebrar “una tormenta de ideas” (brainstorming). “Creía que se acabaría de construir antes la Sagrada Familia que la Casa de las Lenguas”, bromeó Crystal. “No sé cómo se materializará, será complicado”, remachó. En aquella cita informal apenas se avanzó en los contenidos, aunque el modelo podría ser el de Cosmocaixa (Museo de la Ciencia de Barcelona), según consta en sus conclusiones. Aparte de las dependencias museísticas, la Casa de las Lenguas deberá acoger una sala de actos, un centro de documentación y una biblioteca especializada. Gestionará además un portal de Internet en 20 lenguas. Los expertos presentarán un proyecto acabado en 2008, aunque fuentes del Departamento de Cultura no pudieron concretar más sobre su orientación. El presupuesto del plan de actuación de Linguamón para este año, afirman las mismas fuentes, es de 2,4 millones de euros, aportados integramente por la Generalitat. A partir de ahí, se acaban las certezas presupuestarias. Parte de este monto se ha destinado a crear los instrumentos necesarios en Internet para que los integrantes del comité puedan hacer su trabajo de asesoramiento, porque casi no se verán las caras. Crystal aseguró que en dos años se reunirán presencialmente tres o cuatro veces, si bien fuentes de Cultura matizan que esos encuentros se podrían reducir a dos, previstos en los primeros semestres de 2007 y 2008.