Tragedias sin precio

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los dossieres
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de
Momento del hundimiento
del petrolero “Prestige”
el 19 de noviembre de 2002
Tragedias sin precio
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los dossieres
POLÍTICA
La sentencia del ‘caso Prestige’ deja sin culpables la
catástrofe ecológica
Contaminar
sale barato
La indignación se ha desatado en muchos sectores por la absolución de todos los
encausados por la catástrofe del Prestige. Sin embargo, esta decisión judicial está
en una línea similar a la de la mayoría de las sentencias que se han producido en
casi todo el planeta por causas relacionadas con negligencias corporativas de
gravísimas consecuencias para la salud pública y agresiones al medio ambiente. El
Gobierno ya ha anunciado la presentación de recurso a través de la Abogacía del
Estado, así como también lo han hecho algunas organizaciones ecologistas.
El esfuerzo de los voluntarios que hicieron frente con sus manos a la
Por Pedro Antonio Navarro
contra el medio ambiente, y sólo condenaba a este último a nueve meses de prisión
l ministro (de Justicia) me ha con- por desobediencia. Además, el fallo exime
firmado que la Abogacía va a re- al Estado de sufragar los gastos por los dacurrir en casación la condena del ños originados.
En el seno del Gobierno se recibía la sencapitán del buque, no porque no
le condene a pena privativa de prisión, sino tencia en un ambiente contradictorio. Por un
porque ello no conlleva responsabilidad ci- lado, con alivio, ya que, indirectamente exivil. Lo que le preocupa al Estado es cobrar: mía de responsabilidades políticas por la gesresarcirnos delos gastos en los que hemos tión del asunto, aunque por otra parte, se
incurrido. Lo que tenemos que hacer es ocu- alejaba la posibilidad de cobrar el dinero ya
parnos en quién paga”, aseguraba el presi- invertido por las distintas administraciones
dente de la Xunta de Galicia, el popular Al- en los trabajos de limpieza y saneamiento
berto Núñez Feijoo, al poco de conocerse la de la costa. Por ello, el anuncio del recurso
sentencia de la Audiencia Provincial de A –probablemente, de casación ante el TribuCoruña en relación al vertido de crudo del nal Supremo–.
Sin embargo, las cofradías de pescadores
petrolero ‘Prestige’ frente a las costas gallegas, en noviembre de 2002, considerada co- de la zona, uno de los colectivos más afecmo la mayor tragedia ecológica en la histo- tados, no ven posibilidades jurídicas de enria de nuestro país.
mendar esta decisión y han decidido no proLos togados absolvían al exdirector gene- seguir por la vía jurídica. Quien sí ha mosral de la Marina Mercante, José Luis López trado su disposición a hacerlo es la AsociaSors –que ocupaba ese puesto en el mo- ción Ecologista Arco Iris, para quienes el remento de los hechos–, al jefe de máqui- curso es un trámite “de obligado cumplinas, Nikolaos Argyropoulos, y al capitán del miento, que resulta inexcusable comunicar
barco, Apostolos Mangouras, de los delitos al Tribunal Supremo, que es el órgano judi-
E
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cial al que compete dilucidar si la calificación de los hechos llevada a cabo por la Audiencia Provincial ha sido la correcta”.
Pero conociendo los precedentes –en España y en el resto del mundo–acerca de las
intervenciones judiciales en asuntos similares, las esperanzas de que los responsables
acaben pagando por unas negligencias que
han causado daños ecológicos irreparables
y que atentan contra la salud humana, son
muy escasas.
Las mareas
negras que
no cesan
D
esde que los grandes barcos petroleros entran en acción para
transportar ingentes cantidades
de crudo por vía marítima se
han sucedido decenas de vertidos masivos
de combustible en los siete mares. El regis-
m
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EUROPA PRESS
marea negra en Galicia no se ha visto correspondido con una sentencia de culpabilidad contra los imputados por el vertido.
tro más antiguo del que se tiene constancia
tenía lugar enfrente a las costas brasileñas,
el 6 de diciembre de 1960. En esa ocasión
caían a las aguas 66.500 toneladas de petróleo desde el buque Sinclair Petrolore. Desde entonces, estos lamentables accidentes
se han repetido hasta en otras 48 ocasiones,
derramando en el mar casi cuatro billones
de toneladas de combustible.
Esto, sin contar el billón de toneladas vertidas durante la Guerra del Golfo y otros dos
billones debidos a escapes en oleoductos o
directamente en pozos de extracción.
Con anterioridad a la mayor tragedia ecológica de nuestro país, provocada por el accidente del ‘Prestige’, otros casos tuvieron
una amplísima difusión en los medios de
comunicación. Como podremos comprobar, en esas ocasiones la justicia tampoco
se mostró muy severa con los causantes de
los desastres.
n El precedente del ‘Urquiola’
El 12 de mayo de 1976, el petrolero de este nombre, procedente del Golfo Pérsico,
protagonizó en las costas gallegas una de las
El Gobierno respiraba
aliviado al verse
eximido de culpa, pero
recurrirá en busca del
dinero gastado
mareda negra. El capitán, del barco, Francisco Rodríguez, falleció intoxicado por monóxido de carbono al permanecer en el barco hasta el último momento.
En la catástrofe se derramaron 100.000 toneladas de crudo, que provocaron una marea negra que contaminó todas las rías de la
comarca de A Coruña durante varios años.
16 años después de la catástrofe, el 14 de
peores catástrofes ecológicas jamás acaeci- mayo 1982, el pleno del Parlamento aprobó
das en la Península. Una mala señalización una iniciativa para que la Xunta solicitase al
de una aguja rocosa hizo que este gran bu- Gobierno central el pago de indemnizacioque, portador de una carga de la empresa nes a los pescadores y cofradías afectados
Petrolíber, quedase encallado frente a la To- por el hundimiento.
rre de Hércules, en A Coruña.
Una sentencia dictada en 1983 por el TriEl Urquiola no sufrió muchos daños en un bunal Supremo calificaba de “precipitada,
primer momento y su capitán pidió que fue- desacertada, absurda y criticable” la orden
ra llevado a puerto. Sin embargo, los orga- de llevar al Urquiola a 200 millas, adoptada
nismos competentes tomaron la decisión de por la Comandancia de Marina de La Coruque el petrolero abandonase el canal y se ña tras chocar el buque, a la entrada del pueralejase 200 millas de las costas españolas, to coruñés con una aguja rocosa no señalien unas maniobras en las que la nave pade- zada en las cartas oficiales de navegación.
En 1985, este mismo tribunal condenaba al
ció más daños.
En el quinto intento de rescate, el petrole- Estado al pago de 7.000 millones de pesetas
ro acabó explotando provocando un incen- en indemnizaciones a los afectados.
Durante la vista, los testimonios de los exdio que vino acompañado de una gran hunº 1041. 25 de noviembre–1 de diciembre de 2013
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POLÍTICA
pertos dejaron claro que por encontrarse
prácticamente en el puerto, la opción lógica era estudiar los daños sufridos, evaluar
los riesgos y proceder a contener el vertido
y trasvasar la carga de crudo del Urquiola. Así
lo expusieron los expertos en navegación y
maniobra, en la vista del recurso contencioso-administrativo presentado por la viuda del capitán contra la Administración del
Estado. Sin embargo, la Comandancia de
Marina de A Coruña (hasta los años 80 dependía del Ministerio de Defensa, no de Fomento, como ahora), invocando los gravísimos daños que podía provocar el posible incendio del buque dentro del puerto, ordenó
dar la vuelta y dirigirse a alta mar hasta las
200 millas –de modo muy similar al procedimiento empleado en la gestión de la crisis
del ‘Prestige’-.
mente se comprometían a pagar la cifra de
tres millones de libras esterlinas.
Por su parte, la compañía propietaria del
buque y la empresa que lo había alquilado
quedaban obligadas a indemnizar a los particulares afectados con la cifra de 25.000
libras.
n Catástrofe en el Cono Sur
n El primer vertido ‘mediático’’
El superpetrolero ‘Torrey Canyon’ viajaba
el 18 de marzo de 1967 a 17 nudos de velocidad cuando golpeó contra los arrecifes
de Seven Stones, en el archipiélago de las
Scilly, al Suroeste de Cornwall (Inglaterra).
120.000 toneladas de crudo caían derramadas de sus tanques -860.000 barriles-, generando en unos pocos días una inmensa
marea negra, que alcanzó las costas y playas de Cornwall, isla de Guernsey y litoral
francés de la Bretaña, principalmente en la
comarca de Treguier.
Más de 200.000 aves murieron y la industria de la pesca quedó completamente
arruinada. . La mancha de crudo cubría una
superficie aproximada de unos 70 kilómetros de largo por 40 de ancho. En un intento por atajar semejante vertido, se realizaron
todo tipo de trabajos, aunque de forma improvisada y arbitraria. La falta de experiencia en este tipo de accidentes produjo consecuencias peores que las que se pretendían evitar, al procederse a la dispersión de ingentes cantidades de detergentes (15.000 toneladas), que se sumaron al derrame causando una contaminación de considerables
proporciones, que afectaron gravemente a
la flora y fauna de la zona.
En una actuación desesperada, las autoridades decidían bombardear el crudo y el buque para que ardieran.
Durante tres días seguidos, ocho aviones
dejaron caer 1.000 bombas, 44.000 litros de
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EUROPA PRESS
López Sors, exdirector de Marina Mercante, absuelto.
queroseno, 12.000 litros de napalm y 16 misiles. El 21 de abril de 1967 el ‘Torrey Canyon’ desapareció de la vista, pero las gravísimas consecuencias del accidente se mantendrían vigentes durante mucho tiempo.
Esta fue la primera de las grandes catástrofes de este tipo conocidas por la población. Causó un gran eco en la sociedad y
El 9 de agosto de 1974, el superpetrolero
‘Metula’ –perteneciente a la empresa de petróleos Curaçaosche Sheepvaart Maats subsidiaria de ‘Shell’–, de 206.000 toneladas,
325 m de eslora, 47 metros de manga, 19
metros de calado y 90.000 HP de potencia,
entraba en el Estrecho de Magallanes. Esa
misma noche quedaba encallado en un banco poco profundo. Las corrientes y los fuertes vientos de la zona partían su casco y ‘liberaban’ la peligrosa carga.
Ya el 20 de agosto unos 2.560 kilómetros
cuadrados estaban contaminados entre la
Bahía Felipe y el este de la Boca del Estrecho. Esta deposición cubría una línea en la
costa de 60 a 80 kilómetros de largo, de unos
15 a 60 metros de ancho, con un espesor de
aproximadamente 10 centímetros de promedio. Se calcula que el vertido pudo ser
superior a las 50.000 toneladas.
No se establecieron responsabilidades penales por el suceso ni tampoco se dispusie-
Desde que los grandes
petroleros entraron en
acción se han sucedido
decenas de vertidos por
todo el mundo
propició la formación de un Comité Jurídico especial dentro de la OMI (Organización
Marítima Internacional).
El Comité liberiano –el barco navegaba bajo la bandera de este país–que le juzgó consideró al Capitán Rugiati único responsable
de lo ocurrido, recomendando la invalidación de su título. Finalmente, la recomendación no se llevó a efecto. Al concluir la
investigación realizada por el Consejo Liberiano, los Gobiernos de Francia y Reino Unido firmaron un acuerdo, el 1 de noviembre
de 1968, mediante el que ambos, solidaria-
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El capitán Mangouras, condenado sólo por desobediencia.
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ramente desproporcionadas con respecto
al enorme daño causado.
Citaremos aquí solo algunos ejemplos
paradigmáticos.
ron indemnizaciones, pese a los gravísimos
daños ecológicos y a la actividad pesquera
de la zona.
n La agonía de los pelícanos
El 24 de Marzo de 1989, el petrolero ‘Exxon Valdez’ encalló en las costas de Alaska,
vertiendo 40.000 toneladas de crudo al océano. Este derrame ha pasado a la historia como el peor desastre ecológico ocurrido en
aguas norteamericanas, ocasionando la
muerte de al menos 250.000 aves –las televisiones de todo el mundo nos conmocionaron con las imágenes de los pelícanos recubiertos de petróleo, en una larga agonía–
y miles de mamíferos marinos.
De acuerdo a un estudio recientemente
publicado en la revista Science, el crudo que
aún persiste en las aguas de Alaska ha generado una sucesión de problemas que afectan la supervivencia de aves, peces y mamíferos marinos. Muchas especies han sufrido
pérdidas de largo alcance. Por ejemplo, la
exposición crónica al petróleo en las bocas
de las corrientes aumentó la mortalidad de
huevos y crías de salmón rosa durante al menos cuatro años después del derrame.
Algunos asentamientos de crustáceos tardaron más de 10 años en recuperarse de los
efectos negativos ocasionados por el derrame, ya que todavía queda petróleo en diversas playas y lugares rocosos.
Tras el accidente, Exxon Mobil Corp desembolsó 2.100 millones de dólares para limpiar los 500 kilómetros de costas contaminadas con el crudo, 300 millones para indemnizar a pescadores y habitantes afectados, y más de 900 millones para zanjar procesos penales iniciados por el gobierno federal y por el Estado de Alaska.
En 1994, más de 30.000 víctimas, en su
mayoría habitantes de la región afectada,
presentaron una demanda civil y Exxon Mobil fue condenado a pagar más de 5.000 millones de dólares en daños e intereses, una
suma que entonces equivalía al beneficio
anual del grupo petrolero.
La suma fue reducida a 4.000 millones de
dólares en diciembre de 2002, luego incrementada a 4.500 millones en enero de 2004
y a fines de 2006 una corte federal de apelaciones finalmente falló al mismo tiempo
sobre la validez de los daños punitivos y el
monto a pagar por el gigante petrolero, que
n Impunidad en el ‘caso Bolidén’
El 25 de mayo de 1998, en la localidad sevillana de Aznalcóllar, se rompió –por el deslizamiento del terreno–una balsa de decantación de residuos mineros procedentes de
la explotación minera de la que era titular
laempresa Boliden-Aprisa S.L.(perteneciente
al grupo multinacional sueco-canadienseBo-
F. MORENO
Feijóo exige recuperar el dinero gastado por el ‘Prestige’.
La propietaria del Exxon
Valdez desembolsó
3.300 millones de
dólares para limpieza e
indemnizaciones
liden Ltd), provocando un vertido de cerca
de seis millones de metros cúbicos de aguas
contaminadas sobre el río Guadiamar, afluente del Guadalquivir, en el entorno del Parque
Nacional de Doñana.
13 años después de la catástrofe, en diciembre de 2011, elTribunal Supremo resolvía un recurso presentado por laempresa Bolidén contra el acuerdo de la Junta de
Andalucía que declaraba su responsabilidad
sobre los daños ocasionados por el vertido –el Gobierno andaluz destinó más de 152
millones de euros para remediar la catástrofe ecológica–y le obligaba a rembolsar a la
Junta los gastos y costes asumidos subsidiariamente por ésta y que ascendían a casi 90
millones de euros.
Durante todo el largo proceso, los servilgunos casos de accidentes en cios jurídicos de la empresa Bolidén no sofábricas que operan con agen- lo lograban archivar el asunto en la vía petes químicos peligrosos y alta- nal, sino que 15 años después de la catásmente contaminantes se han sal- trofe –y demostrada su negligencia en la
dado con unos trágicos balances de pérdida construcción y conservación de la balsa de
de miles de vidas humanas y diversos de- residuos mineros–siguen, a día de hoy, sin
sastres ecológicos cuyas consecuencias per- reparar el gravo daño causado.
manecen durante años –décadas, en ciertas
Los científicos pronosticaron que serían
ocasiones-.
necesarios al menos 30 años para que el ecoNormalmente, tras larguísimos procesos sistema se recupere. 5.000 hectáreas de culjudiciales, las condenas por las consi- tivos (pastos, frutales, algodón, cítricos, arroz)
guientes responsabilidades, si es que se han quedaron totalmente arrasadas por los lodos
llegado a producir, resultan ridículas y cla- tóxicos. Los fangos contaminados con me-
estableció en 2.500 millones de dólares.
Pero en junio de 2008, la Corte Suprema
de Estados Unidos redujo drásticamente la
suma hasta 507 millones de dólares.
Gases y
residuos de
industrias
que
contaminan
A
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POLÍTICA
tales pesados quedaron el fondo y las orillas
del Guadiamar, produciendo un efecto mortal sobre la fauna más característica de la zona, como avocetas, cigüeñas, garzas imperiales o aguiluchos laguneros, entre otras.
La preocupación por las repercusiones en
la salud humana está en el peligro existente
de que los vertidos pasen a la población a
través de la cadena alimentaria. Los metales
pesados no se destruyen, quedan durante
años en los organismos, permaneciendo en
todos los ciclos biológicos.
En España, aún existen 743 balsas mineras con 213 millones de metros cúbicos de
residuos peligrosos, muchas de ellas con insuficientes sistemas de seguridad, y unos
35.000 kilómetros de ríos españoles tienen
ya niveles inaceptables de contaminación.
n Tras Seveso, más controles
en la UE
El 10 de Julio de 1976, una válvula de seguridad estallaba en una fábrica de compuestos químicos suiza (ICMESA) ubicada
en Seveso (Italia). La explosión se produjo
durante la manufactura de trichlorophenol
(TCP), esta liberó una mezcla de productos
químicos entre los que se encontraba la
TCDD (2,3,7,8-tetraclorodibenzo-p-dioxina). Como resultado de esta explosión cientos de personas, animales y la vegetación del
área fueron expuestos a un aerosol de TCDD.
En la investigación se localizaron 447 casos de quemaduras químicas agudas y 193
casos de cloroacné, de ellos el 88 por ciento correspondía a niños. Con el paso del
tiempo se ha detectado un incremento en la
mortalidad por enfermedades del corazón,
un aumento de casos de diabetes en la zona y de los casos de cáncer de pulmón y del
sistema digestivo, especialmente, en mujeres. También altas concentraciones de TCDD
en sangre, así como un aumento de la mortalidad en los animales.
En septiembre de 1980, la Corte criminal
de Monza sentenció a cinco antiguos empleados de Icmesa y a la empresa Givaudan,
a sentencias de dos años y medio a cinco
años, pero en mayo de 1985, la Corte de apelaciones de Milán encontró a tres de los cinco acusados no culpables. Los otros dos apelaron a la Corte Suprema de Roma.
El 23 de mayo de 1986 el Tribunal Supremo de Roma confirmó la pena a los dos res36
El ‘Exxon Valdex’ encalló en la costa de Alaska, vertiendo al mar 40.000 toneladas de petróleo. El medio ambiente de la región todavía
15 años después de la
catástrofe de
Aznalcóllar, Boliden
sigue sin reparar el
daño causado
La indemnización por la
tragedia Bhopal se
quedó, 20 años después,
entre 370 y 533 dólares
por afectado
tantes, los cuales fueron condenados a 1 año
y medio y a 2 años de prisión condicional.
A raíz de este incidente, los entonces diez
países miembros de la Comunidad Europea acordaron nuevas reglas de seguridad
para las plantas industriales que utilizaran
elementos peligrosos en 1982, mediante la
llamada Directiva 82/501/EEC, más conocida como ‘Directiva Seveso’, que imponía diversas regulaciones industriales. En 1996, es-
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ta norma se actualizó dando lugar a la Directiva 96/82/CE, relativa al control de riesgos inherentes a los accidentes graves en los
que intervengan sustancias peligrosas. La directiva fue actualizada en 1999 y revisada
en 2001. Posteriormente, en 2003, sufría una
nueva modificación promoviendo criterios
de seguridad más estrictos.
n La pesadilla de Bhopal
En la noche del 2 de diciembre de 1984,
40 toneladas de gases letales fueron liberadas al ambiente, en un accidente ocurrido en una fábrica de pesticidas de la empresa norteamericana Union Carbide en
Bhopal, la capital del Estado indio de Madhya Pradesh.
Entre los gases se encontraba el Isocianato de Metilo (MIC) que, junto con otras sustancias químicas como Cianuro de Hidrógeno, causaron por la exposición directa de
los individuos con los gases, la muerte a
8.000 personas y produjo daños multisistémicos a otras 500.000 personas. Las muertes en años siguientes llegaron a 16.000.
Todavía hoy, ni Union Carbide ni su propietaria actual, Dow Chemical, ha dado información a los supervivientes y a las agen-
no
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y cuyas consecuencias jurídicas todavía se
están dilucidando, las alarmas globales han
saltado en varias ocasiones como consecuencia de los fallos de funcionamiento en
algunas de estas instalaciones que han puesto en peligro las vidas –cuando no han acabado directamente con ellas- y la salud de
miles de personas.
n El ‘síndrome de China’
ía
no se ha recuperado totalmente de esta catástrofe.
cias médicas indias sobre la composición
exacta del gas liberado y sobre sus efectos
para la salud humana. Los más de 150.000
enfermos crónicos que sobrevivieron a la
catástrofe siguen necesitando tratamiento
médico.
El Gobierno indio pidió a Union Carbide
que indemnizara a los afectados de Bhopal
por la pérdida de su capacidad para trabajar. Después de cinco años de lucha legal,
el gobierno aceptó un acuerdo extrajudicial
por 470 millones de dólares, que se firmó en
febrero de 1989. Union Carbide, a cambio,
pedía que ésta fuese la resolución definitiva
de toda responsabilidad civil. El Gobierno
indio se quedó con la indemnización y sólo en julio de 2004, la Corte Suprema India
falló para que distribuyese entre los 566.876
supervivientes la compensación depositada
por la empresa Union Carbide. La indemnización media por daños personales fue de
entre 370 y 533 dólares por persona, escasamente el dinero necesario para cubrir los
gastos médicos de cinco años. Muchos de
los afectados y de sus hijos estarán enfermos
toda su vida.
En junio de 2010, un tribunal indio condenaba a dos años de cárcel a siete directi-
En 1979 en Pennsylvania (Estados Unidos),
un escape radiactivo a través de los circuitos de refrigeración del reactor en la central
nuclear de Three Mile Island produjo el más
grave de los accidentes nucleares conocidos
en el país, obligando a evacuar el área.
El accidente en la central nuclear de Three Mile Island,aunque finalmente no provocó víctimas directas, sí causó enorme alarma y conmoción. Una imprevista sucesión
de fallos en los sistemas de operación y de
procedimientos por parte de los operadores
pusieron en estado crítico el sistema de enfriamiento del reactor produciendo una grave fuga de materiales radiactivos a los circuitos secundarios que obligaron a la evavos de Union Carbide y a una multa de cuación de la planta y de sus alrededores.
500.000 rupias (casi 8.900 euros) a la proLa Unidad 2 de la central nuclear de la Ispia delegación india de la compañía esta- la de las Tres Millas, situada a 16 km de la
dounidense. El presidente de la compañía, ciudad de Harrisburg, que tenía una poblael estadounidense Warren Anderson, esca- ción de unos 70.000 habitantes, sufrió una
pó del país y continúa prófugo de la justicia fuga en el generador de vapor desencadenó
india. El veredicto llegaba tras 23 años de el suceso. La pérdida de refrigerante ocadeliberaciones.
sionó un aumento de la temperatura del núPara mayor escarnio, las autoridades cleo que, finalmente acabó por fundirse danprohibieron las reuniones de más de cua- do lugar al esparcimiento de material ratro personas, por lo que no se permitirán diactivo en la contención y a la formación
manifestaciones o protestas en el entorno de una peligrosa burbuja de hidrógeno que
del tribunal.
amenazó con provocar una explosión que
hubiera lanzado al medio toneladas de material radiactivo. Para evitar esta explosión
se optó por liberar una cantidad indeterminada de gas radiactivo, que afectó a la población de las ciudades circundantes. Las
consecuencias del accidente sobre la salud
on incontables los incidentes que de la población están todavía sometidas a
han venido produciéndose en de- debate, puesto que resulta muy difícil evacenas de centrales nucleares en luar las dosis radiactivas a que fueron extodo el planeta durante las últimas puestos los afectados. Las acciones de emerdécadas, aunque solo las más espectacula- gencia que se pusieron en práctica consisres y las de más severas consecuencias han tieron en la evacuación de las mujeres emtenido trascendencia pública y mediática.
barazadas y de los niños en un radio de 12
Además del gravísimo accidente de Fu- kilómetros en torno a la central, dos días deskushima (Japón), más cercano en el tiempo, pués del accidente.
El peligro
nuclear
S
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POLÍTICA
sonas muertas y cerca de 300.000 aquejadas por distintos tipos de cáncer.
El juicio por este suceso se saldaba con la
condena a diez años de prisión para el director de la central, Viktor Briuchanov, quien
saldría en libertad tras la independencia de
Ucrania, en 1991. No hubo condena para el
Estado, propietario de las instalaciones.
n La reincidencia japonesa
La tragedia de Bhopal causó 24.000 muertos. 150.000 afectados siguen todavía hoy en tratamiento médico.
Se han detectado aumentos de malformaciones congénitas, de cánceres y de enfermedades psicológicas debidas al estrés
sufrido por la población. Las indemnizaciones consistieron en pequeñas cantidades, solventadas individualmente en cada
caso, para hacer frente a los gastos médicos
y de desplazamiento.
El accidente de Harrisburg supuso el principio de la decadencia de la energía nuclear en el mundo y el nacimiento de un fuerte movimiento de oposición a este tipo de
instalaciones. Solo unas semanas antes se
había estrenado en Estados Unidos la película ‘El síndrome de China’, cuyo argumento
parece una premonición de lo acontecido
en Harrisburg.
n Chernobyl, la tragedia de las
tragedias
En Ucrania, a unos 100 kilómetros al sur
de Kiev, el 26 de abril de 1986, el rector número 4 de la central nuclear de Chernobyl
sufre el mayor accidente nuclear conocido
en su tipo hasta el presente –con ‘permiso’
de Fukushima–. Dos minutos después de haberse iniciado una incontrolada generación
de vapor en el núcleo del reactor, queda fuera de control, superando en 100 veces los
38
Chernobyl es, con
permiso de Fukushima,
el mayor accidente
nuclear conocido hasta
la fecha
máximos admitidos; estallan por sobrepresión los conductos de alimentación y la coraza protectora de grafito del núcleo produciéndose un pavoroso incendio y la expulsión al exterior de 8 toneladas de combustible radiactivo tras una doble explosión. Las
consecuencias de la catástrofe afectaran a un
área con casi cinco millones de habitantes.
En un primer momento, al menos 30 integrantes de las brigadas especializadas, que
trataron de atajar la catástrofe, morirán por
exposición radiactiva letal. Los habitantes en
un radio de 30 kilómetros fueron definitivamente evacuados, de los cuales 40.000 eran
ciudadanos de Chernobyl. La catástrofe inicialmente disimulada por Rusia trascenderá
al propagarse la radiación por toda Europa.
La evaluación de víctimas totales por contaminación directa o por consecuencias indirectas del accidente asciende a 20.000 per-
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En septiembre de 1999, la instalación de
reprocesamiento de combustible nuclear de
Tokaimura, ubicada a sólo 140 kilómetros
de Tokio quedó varias horas expuesta a una
reacción nuclear incontrolada que provocó
graves escapes radiactivos y amenazó extenderse al resto de la planta con riesgo de
desatar un nuevo proceso de fisión aún mayor y de impredecibles consecuencias. El accidente fue calificado por la Agencia Internacional de Energía como el más grave en
su tipo después de la tragedia de Chernobyl.
Tres meses después del suceso el número
de personas afectadas alcanzó las 150, incluyendo la primera muerte por los efectos
de la radiación, lo que representaba entonces un caso inédito en la historia de la energía atómica civil de Japón. El accidente se
produjo debido a la manipulación de uranio en contacto con ácido nítrico en proporciones inadecuadas y expuso a niveles
de radiación 15.000 veces superiores a los
admisibles a cerca de 30 operarios y propagó sus efectos al entorno de la planta cuyos habitantes fueron evacuados en un radio de 200 metros. La emergencia obligó a
tomar prevenciones adicionales respecto a
otros 300.000 que habitan en un radio de
10 kilómetros.
Las actividades de la planta, propiedad de
la compañía JCO, eran suspendidas indefinidamente. La evaluación sobre la gravedad
del accidente, en base a la escala internacional –entre 1 y 7-, obtuvo una calificación
de 5 (Fukushima, de 6). Los habitantes de Tokaimura no fueron alertados esa misma noche, aún a pesar de que las autoridades conocían la existencia de una fuga radiactiva.
En el juicio por estos hechos, seis altos cargos de la empresa JCO fueron condenados
a penas de entre dos y tres años de cárcel
por negligencia. y a responder por los daños
causados a la sociedad y a los gastos por
mantenimiento de limpieza en la planta. l
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