Glosario etimológico de las plantas - DSpace@UCLV

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FACULTAD DE HUMANIDES
DEPARTAMENTO DE LINGÜÍSTICA Y LITERATURA
Trabajo de diploma
Glosario etimológico de las plantas medicinales
con uso antiasmático registradas en Cuba
Diplomante: Yadira Rojas Fragela.
Tutor: Dra. C. Susana de Jesús Carreras Gómez
Consultante: M. Sc. Amed Pupo Rodríguez
2012-2013
«Dios creó las plantas, hierbas y flores y les
proporcionó una clave, en su apariencia y morfología,
para saber cuál era su virtud en cuanto a las curas de
determinadas dolencias»
Paracelso (c.1493-1541)
AGRADECIMIENTOS
A MI FAMILIA, por ser mi apoyo y sustento siempre, por hacerme lo que soy hoy y darme ánimos y
fuerzas para llegar hasta donde estoy.
A MI MADRE, por ser mi amiga, mi hermana, y sobre todo mi hogar.
A LA PROFE SUSANA, por su dedicación y paciencia, y por estar cada vez que la necesité.
A AMED, por su ayuda, su capacidad para no desfallecer y su apoyo incondicional.
A MILAGROS, LOS ENIOS y LAS ABUELAS, mi segunda familia, por su preocupación y cariño.
A MIS PROFES, por ayudarme a crecerme ante las adversidades de la vida y dar lo mejor de mí.
A MIS AMIGAS DEL ALMA, por todos los momentos buenos y malos que pasamos juntas, por los
consejos, por escucharme y darme ánimos, siempre formarán parte de mi vida.
A ENiO, por no desistir en su empeño de convertirme en una mejor persona, por hacerme reír,
ayudarme y estar dispuesto a compartir su vida conmigo.
A ALAY (TUTE), por su ayuda, preocupación por mí y consejos muy valiosos.
A TODOS los que de una manera u otra han estado ahí para brindarme su apoyo.
Resumen
La presente investigación persiguió como objetivo la descripción de las
etimologías griegas y latinas presentes en la nomenclatura de las plantas
medicinales que tienen efecto contra el asma. Ha tenido como demanda social la
petición de un especialista del Centro de Estudios Jardín Botánico de la
Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, que estudia el mencionado
grupo de plantas desde una perspectiva biológica. El tema del trabajo forma parte
de una línea de investigación del colectivo interdisciplinario de Lingüística y Letras
Clásicas de la carrera de Letras, que en la última década ha venido trabajando en
la caracterización del sistema lingüístico latino empleado en las Ciencias
Biológicas. La investigación da continuidad a un segmento del tema general, que
se ocupa de las etimologías griegas y latinas en diferentes grupos taxonómicos,
con lo cual se enriquecen los resultados de investigaciones llevadas a cabo por
profesionales de la Botánica. Asimismo, la interdisciplinariedad necesaria en este
tipo de estudios arroja resultados más fiables e integrales y desarrolla hábitos
colaborativos en los investigadores. Como aporte práctico se ofrece un glosario
que analiza los términos y ofrece sus etimologías, acompañado de comentarios
con observaciones morfológicas, léxico-semánticas y culturales acerca del origen
y la formación de esos términos. Además, se brinda una imagen de cada una de
las especies analizadas, con lo que el glosario se convierte en un interesante,
aportador y atractivo medio de consulta para investigadores y estudiantes.
ÍNDICE
Introducción........................................................................................................................................ 1
Capítulo I: FUNDAMENTOS TEÓRICOS ................................................................................................ 6
1.1 Vigencia de las lenguas clásicas ................................................................................................ 6
1.1.1 Las lenguas clásicas en la Botánica .................................................................................... 8
1.2. El latín en la comunicación científica ..................................................................................... 10
1.3 Taxonomía, nomenclatura y descripción en la Botánica ........................................................ 12
1.3.1 Taxonomía Botánica......................................................................................................... 12
1.3.1 Nomenclatura y descripción en la Botánica..................................................................... 14
1.4 Elementos generales de la Lexicografía .................................................................................. 19
1.4.1 Lexicografía y Terminología ............................................................................................. 20
1.4.2 Principales herramientas lexicográficas........................................................................... 21
1.4.3 Importancia de los diccionarios especializados para las ciencias .................................... 23
1.5 Elementos generales de las plantas medicinales.................................................................... 24
1.5.1 Aspectos botánicos de las plantas medicinales ............................................................... 24
1.5.2 La flora medicinal de Cuba............................................................................................... 27
1.5.3 La medicina tradicional herbolaria en Cuba..................................................................... 27
1.6 Características fundamentales del asma ................................................................................ 29
1.6.1 Definición ......................................................................................................................... 29
Capítulo II: PROCEDIMIENTOS PARA LA ELABORACIÓN DEL GLOSARIO........................................... 31
2.1. Origen y pertinencia de la investigación ................................................................................ 31
2.2. Descripción del glosario y sus características ........................................................................ 33
2.3 ANÁLISIS DE LA MUESTRA Y RESULTADOS.............................................................................. 36
2.3.1 Categorías gramaticales empleadas en la nomenclatura ................................................ 36
2.3.2 Valor semántico de los segmentos etimológicos............................................................. 37
2.3.3 Formación de las palabras ............................................................................................... 37
2.4 Glosario ................................................................................................................................... 38
Conclusiones ..................................................................................................................................... 49
Recomendaciones ............................................................................................................................. 50
Bibliografía ........................................................................................................................................ 51
Anexos
Introducción
La presencia de las lenguas clásicas es evidente tanto en el empleo cotidiano de
la lengua como en las más diversas ciencias. Hoy día, el más amplio campo de
aplicación de las lenguas latina y griega lo constituye la Biología, la ciencia piloto
decimonónica, en la cual están presentes todos los niveles de la lengua latina y la
griega latinizada. Si bien este es un sistema que sirve exclusivamente a la
comunicación científica, constituye un contenido importantísimo en las Ciencias
Biológicas.
En Cuba, el estudio de las lenguas clásicas griega y latina solo se ofrecía hasta
el curso 2009-2010 en la enseñanza superior, en la carrera de Letras. A partir del
curso 2010-2011 se abrió en la carrera de Licenciatura en Ciencias Biológicas de
la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas la asignatura electiva Latín
para Biólogos, puesto que tanto la nomenclatura de las diferentes categorías
taxonómicas de la Botánica y de la Zoología, como las descripciones de las
especies en la Botánica, deben ser publicadas en lengua latina.
La práctica taxonómica de los Biólogos, que incluye nomenclatura y descripción
de las especies, demanda un estudio interdisciplinario en que participen tanto
lingüistas como biólogos, tratando siempre de que cada parte analice el
comportamiento de su ciencia frente a la otra y logrando así un sistema
coordinado.
La unión de algunos estudiantes de Licenciatura en Biología al grupo científico
estudiantil de Lenguas Clásicas permitió el trabajo interdisciplinario y la inserción
de proyectos científicos del grupo dentro de proyectos concretos de aspirantes a
1
maestrías y doctorados, así como a trabajos de diploma de miembros del área de
las Ciencias Biológicas.
La presente investigación espera dar solución en parte a la mencionada
carencia, puesto que permitirá a los botánicos que se ocupan del estudio de las
plantas medicinales conocer las etimologías de un grupo de las mismas, en este
caso las que tienen efectos antiasmáticos.
Los principales antecedentes se encuentran en la Tesis doctoral de la
profesora Susana Carreras, que lleva por título: Sistema de Superación en Lengua
Latina con Fines Específicos para Profesionales de la Botánica. El trabajo de la
investigadora
revela
la
importancia
del
análisis
de
las
características
morfosintácticas del latín, empleadas en la descripción positiva de las especies
botánicas. La autora elaboró un material de apoyo dirigido a la superación
profesional de los investigadores del campo biológico en relación con la lengua
latina, el texto Eslatín I y el software Eslatín II. Ambos materiales se tuvieron en
cuenta en el proceso de enseñanza-aprendizaje del curso Latín Básico para
Profesionales de la Botánica.
La nomenclatura de los grupos taxonómicos de la Biología tiene un origen
mayoritariamente griego o latino. Aparecen estas lenguas en raíces y afijos de los
nombres. El conocimiento de los significados de esos segmentos puede contribuir
a un mejor dominio por parte de especialistas de esa ciencia acerca de las
características de su objeto de estudio: el mundo vegetal.
El origen del nombre de las diferentes categorías taxonómicas tiene varias
razones, entre las que se puede mencionar: el nombre del autor, el nombre de una
persona a quien se desea honrar, el lugar de origen, las características formales o
funcionales y las condiciones ambientales más favorables, entre otros menos
frecuentes. Cuando la nomenclatura está dada por nombres propios o comunes,
2
estos deben ser acomodados al sistema de la lengua latina, aunque pertenezcan a
otras lenguas. Si se trata de características formales o funcionales, se apela a
vocablos propiamente latinos o griegos latinizados; es esta la forma más común
en la nomenclatura en esta ciencia.
El presente trabajo se propone dar solución al siguiente problema científico:
¿Cuáles son las etimologías griegas y latinas presentes en la nomenclatura
de las plantas medicinales con fines antiasmáticos registradas en Cuba?
Dentro del campo de la Lingüística aplicada a la Sistemática Botánica, se
aborda en este trabajo como objeto de estudio: las etimologías griegas y
latinas presentes en la nomenclatura de las plantas medicinales con fines
antiasmáticos registradas en Cuba.
El objetivo general de la investigación es describir las etimologías griegas y
latinas presentes en la nomenclatura de las plantas medicinales con fines
antiasmáticos registradas en Cuba.
Para arribar al objetivo general se cumplen los siguientes objetivos
específicos:
1) Determinar las etimologías griegas y latinas presentes en la nomenclatura
de las plantas medicinales con fines antiasmáticos.
2) Discernir el origen de las etimologías griegas y latinas presentes en la
nomenclatura de las plantas medicinales con fines antiasmáticos.
3) Reconocer el origen de las etimologías griegas y latinas presentes en la
nomenclatura.
Para alcanzar los objetivos específicos, se desarrollaran las siguientes tareas
científicas:
1) Diagnosticar el nivel de información que existe acerca del objeto de estudio
a partir de la consulta de diversas fuentes.
2) Seleccionar la muestra con la orientación de un profesional de la Botánica.
3) Realizar el análisis morfológico de los términos que componen la muestra.
4) Determinar el origen de la etimología de los segmentos morfológicos.
5) Elaborar un glosario etimológico de dichos términos.
3
Sobre la base del método científico, se realiza un estudio descriptivo de
carácter cualitativo.
Métodos de nivel teórico

Histórico-lógico: para conocer los antecedentes de estudios relacionados
con la presente investigación, para narrar el proceso de desarrollo de la misma y
para conocer la interrelaciones que se producen.

Sistémico-estructural: para permitir una visión integral del proceso y sus
resultados, los componentes que forman parte del mismo, las interacciones
internas y externas y la presentación de los resultados.

Analítico-sintético: para tener presentes los elementos individuales que
interviernen en el proceso, y al mismo tiempo la integración de los mismos; las
especificidades y las generalidades; los pasos y la integración de los resultados.
Para tener una visión de los segmentos morfológicos que componen cada palabra
y de su frecuencia de uso en diferentes palabras.

Inductivo-deductivo: para conocer y explicar las incidencias lógicas que
van de lo particular a lo general y viceversa.
Métodos de nivel empírico

Análisis de documentos: para conocer las prescripciones generales
acerca de la práctica taxonómica, para conocer el valor semántico de los
segmentos morfológicos en el caso de la consulta sistemática a los diccionarios de
las lenguas griega y latina, para tomar ejemplo de glosarios similares
anteriormente elaborados.
Triangulación: para confrontar sistemáticamente la información obtenida y los
métodos de desarrollo del trabajo, de manera que se puedan realizar ajustes en el
proceso.
El corpus lingüístico está conformado por una muestra intencional de 48
especies que incluye las plantas medicinales que, según el ilustre botánico Juan
Tomás Roig y Mesa, son registradas en Cuba con fines antiasmáticos.
Aporte científico
4
Los resultados de la presente investigación aportan información acerca de las
especies de uso antiasmático que se conocen en Cuba, la cual amplía el espectro
de los biólogos para reconocer características de dichas especies y propicia el
desarrollo de estudios más confiables al añadírseles una nueva perspectiva.
5
Capítulo I: FUNDAMENTOS TEÓRICOS
1.1 Vigencia de las lenguas clásicas
El latín es una lengua de la rama itálica de la familia lingüística del indoeuropeo.
Fue lengua hablada en el Imperio Romano, lengua oficial en la Edad Media y está
presente hoy día en el tecnolecto de diversas ciencias como la Medicina, el
Derecho y especialmente la Biología.
El latín dio origen a un gran número de lenguas europeas, denominadas
lenguas romances. Hoy día se cuentan como las más conocidas el español, el
francés, el italiano, el rumano, el portugués y el catalán. También ha influido en el
léxico de otras lenguas modernas que son importantes vehículos de las ciencias,
como son el inglés, el alemán y el ruso.
Actualmente el latín es idioma oficial en la Ciudad del Vaticano. La Iglesia
Católica lo usa como lengua litúrgica oficial, aunque desde el Concilio Vaticano II
se permiten además las lenguas vernáculas.
El estudio del latín, junto con el del griego clásico, es parte de los llamados
estudios clásicos, y aproximadamente hasta los años sesenta fue contenido casi
imprescindible en las Humanidades. El alfabeto latino, derivado del alfabeto
griego, todavía es el alfabeto más usado del mundo con diversas variantes de una
lengua a otra.
No obstante la extraordinaria importancia que reviste el estudio de las lenguas
clásicas, muchos profesionales ignoran el papel que juegan en una formación
cultural básica, y su utilidad para profundizar en el estudio de diversas ciencias.
Afirma Napoleón Méndez de Almeida en su Gramática latina: «Cuando el
alumno comprende cuánta atención exige el latín, de qué manera le absorben el
6
intelecto y le deleitan el espíritu las varias formas de flexión latinas, la diversidad
en el orden de los términos, la variedad de construcciones de un período, habrá
comprendido
de sobra la excelente cooperación, la real e insustituible utilidad del latín en la
formación de su espíritu y la razón de ser del latín como estudio obligatorio en los
países civilizados»(Méndez, 2000)
Es indudable que, como lenguaje científico universal, el latín ha sido
paulatinamente sustituido por el inglés en el campo científico. Sin embargo,
todavía conserva su vigencia en considerable medida. En modo particular, lo dicho
se verifica en las Ciencias Biológicas. A pesar de que en el último Congreso
Internacional de Botánica, celebrado en Melbourne en 2011, se aprobó que las
descripciones botánicas, que anteriormente debían efectuarse exclusivamente en
latín, podían también ser elaboradas en lengua inglesa, queda al botánico la
ingente tarea de traducir del latín al español toda la obra que le ha precedido en la
descripción y nomenclatura de cada objeto de su interés, además de la opción de
continuar empleando la lengua latina en su labor taxonómica.
La presencia de las lenguas clásicas en campos especializados, la mayoría de
los veces se materializa únicamente mediante la creación de vocablos que ayudan
a nombrar los nuevos descubrimientos, pues como señala Susana Carreras, «su
empleo en la mayoría de los campos no pasa del aporte de significados prístinos y
la construcción de términos a partir de radicales y afijos grecolatinos» (Carreras,
2005). Esto se supera un tanto en el Derecho Romano, donde el latín se ha
conservado en el léxico, a través de vocablos especializados, así como en frases y
locuciones latinas que se insertan dentro del sistema lingüístico del español.
El terreno de las ciencias es uno de los más beneficiados con el estudio de las
letras clásicas. El conocimiento de las raíces etimológicas del idioma ayuda en
7
modo a veces incalculable a la redacción de un texto científico, a la comprensión
de determinada materia, a la más amplia y profunda observación del objeto de
estudio.
Si se repasa la historia de los grandes hombres y mujeres de ciencia que han
transitado por Cuba, se encontrará en su formación básica el componente de las
letras clásicas. Susana Carreras comenta sobre algunos de estos personajes un
su tesis doctoral a propósito de resaltar la importancia del estudio de las letras
latinas y griegas en el terreno de las ciencias. Ella comenta: «No faltan ejemplos
más cercanos en el tiempo, de ilustres pensadores cubanos estrechamente
ligados al estudio y la enseñanza de las lenguas clásicas. Se puede mencionar al
erudito Juan Miguel Dihigo y Mestre, quien consagró su vida al desarrollo de la
universidad cubana, y constituye un notable gestor en la revolución de la
enseñanza de la lengua griega. Asimismo, la Universidad Central de Las Villas se
honra por haber contado en su claustro, en calidad de profesor de lengua y
literatura griegas, al eminente filósofo, maestro y hombre de acción Gaspar Jorge
García Galló, quien llenó su discurso liberador con una consecuente acción
humanista» (Carreras, 2003).
1.1.1 Las lenguas clásicas en la Botánica
La Biología es la ciencia que cuenta con la mayor presencia de las lenguas griega
y latina. Actualmente, es aquí donde único se utiliza la lengua latina de forma
integral, pues hay un uso activo de su sistema lingüístico. Se emplean no sólo
palabras y frases, sino que también se realizan combinaciones gramaticales.
El peculiar empleo de la lengua latina en esta ciencia viene dado porque los
botánicos necesitan redactar la descripción de las nuevas especies en latín y
utilizan las herramientas que ofrece su corpus para crear hechos lingüísticos
actuales o reales. Por tanto, los profesionales de esta rama de la Biología
necesitan conocer el latín técnico que se utiliza en la descripción y diagnosis de
las nuevas especies, el cual presenta características que lo diferencian del latín
clásico. Sin embargo, es un problema a nivel internacional el que la mayoría de los
botánicos, entre los cuales se encuentran los cubanos, desconocen esta lengua.
Lo anterior se confirmó durante las investigaciones llevadas a cabo por Carreras
8
(2009), la cual demostró que, aunque este saber les resulta muy necesario, no
está en manos de los botánicos de la Isla, los cuales suplen la carencia
recurriendo a la ayuda de profesionales del exterior para realizar las traducciones
de las nuevas especies.
En torno al uso del latín como una lengua especial para el uso de la Botánica o
de la Zoología se han abierto interesantes debates por parte de los estudiosos del
tema de las lenguas clásicas. Para unos el latín usado por estas ciencias no es
más que una modalidad del latín clásico, para otros puede ser considerado, por su
grado de especificidad terminológica como una lengua independiente.
En su tesis de grado Lilián M. Quesada cita algunas perspectivas al respecto.
El primero de los investigadores citados por ella es Bruno Manara, el cual en su
libro Latín y griego básicos para botánicos expresa que si bien el latín
especializado cubre per se una buena parte del área terminológica necesaria a las
ciencias solo haciendo uso de las palabras usadas por él hace más de veinte
siglos,
se nutrió de todo un nuevo vocabulario procedente de las tierras
conquistadas en el Nuevo Mundo. Una avalancha de terminología novedosa
desprendida de ese afán por nombrar las realidades recién descubiertas hizo que,
sobre todo para las ciencias estudiosas de la flora y la fauna encontradas, la
Botánica y la Zoología se enriquecieran con un bagaje no contenido en el latín
clásico, pero que en resumidas cuentas le era deudor, por cuanto hacía uso de la
misma lengua para describir y nombrar. Bruno Manara afirma entonces que:
El latín científico o neolatín, como también se le llama, en esencia no difiere del latín
clásico, sino que es una modalidad suya. El neolatín, como lo entendemos hoy, se
usa en el campo de la Botánica, y las características que lo diferencian del latín
clásico diríamos que se revelan en dos direcciones: tanto léxicas como sintácticas.
En relación con la primera, posee un rico vocabulario especializado, que en su
mayoría corresponde a los términos usados en el latín hablado hace veinte siglos,
mientras
otros
son
de
acuñación
reciente,
motivada
por
los
grandes
descubrimientos geográficos y científicos que tuvieron lugar a partir del
Renacimiento, y la consiguiente necesidad de expresar conceptos y descubrir
estructuras y funciones que no se poseían o no se conocían anteriormente (Manara,
1992)
9
Sin embargo, otros investigadores aún, y dadas las razones anteriores,
confirman que el latín científico es una lengua independiente, dotada ya de la
suficiente autonomía lingüística y léxica como para valerse por sí sola. William T.
Stearn, autor del Botanical Latin, es uno de los autores citados que sostiene una
opinión diferente al respecto. Él afirma que:
El latín técnico utilizado en el campo de la Botánica es un caudal de comunicación
tan diferente del latín clásico en espíritu y estructura, que puede considerarse como
una lengua autónoma de este; de hecho, algunos autores lo tratan como una lengua
romance o románica (es decir, una lengua moderna directamente descendiente del
latín clásico), con la misma categoría que el italiano, castellano, portugués o francés
(Stearn, 1992)
Visto desde un ángulo amplio, ambos especialistas están en lo cierto, solo que
ven desde diferentes perspectivas el mismo fenómeno: el primero comprendiendo
el vínculo histórico y la herencia que el latín científico posee respecto del clásico,
al tiempo que el segundo apunta el hecho cierto de que el primero ya, por haberse
nutrido y desarrollado lo suficiente por medio de la asimilación del vocabulario
extraído casi en su mayoría de los viajes de conquista, constituye un idioma con
total autonomía.
Asimismo fueron citados otros criterios conciliadores que permiten demostrar
que tanto los conceptos de Manara como los de Stearn pueden convivir en unidad
dialéctica. Uno de ellos es el de Otto Huber quien reconoce que es allí en el
campo de la Taxonomía donde pervive la mayor riqueza terminológica de ambas
lenguas, pero no es por eso privativo de los taxonomistas el estudio de ellas. Los
estudiantes e investigadores de la carrera de Letras tienen la posibilidad de
desarrollar una favorable labor en beneficio de la divulgación de este tipo de
saber, casi desaparecido de la cotidianidad, a fin de prestar un servicio lingüístico
que revindique el otrora prestigio del latín y el griego como troncos fundamentales
de una gran familia de lenguas.
1.2. El latín en la comunicación científica
Acerca de las variedades lingüísticas que se utilizan en situaciones específicas,
existe una rica diversidad de términos utilizados para denominarlas. Según el
10
autor que se escoja, las mismas pueden recibir el nombre de lenguas especiales,
lenguajes especializados, lenguas de especialidad, lenguas con (para) fines
específicos o tecnolectos.
María Teresa Cabré (2010) expone que sobre las lenguas de especialidad se
dan tres posiciones: los que las ven como códigos completamente distintos de la
lengua general; los que ven que sus diferencias solo se reducen al léxico, y una
posición intermedia que considera los lenguajes de especialidad como
subconjuntos del lenguaje concebido como un código global, que se actualiza en
determinadas circunstancias de comunicación.
Incluidos en la primera posición se encuentran criterios como el ya señalado de
W. Stearn (1992) al hacer referencia al latín empleado en la Botánica. Otros como
Richards y Platt emplean el término de lenguas con fines específicos y señalan
que se utilizan en ciertos tipos de comunicación particulares y restringidos, y que
contienen rasgos léxicos, gramaticales y de otras índoles diferentes de los de la
lengua común (Moreno, 1999). Esta posición llega a ser extremista, si se quiere
definir el latín técnico, pues aunque este presenta sus particularidades, su sistema
lingüístico parte del latín clásico.
Investigadores como Gaetano Berruto, definen como subcódigos a las
llamadas lenguas especiales, y las lenguas técnicas y científicas, las lenguas de
los “oficios” (lenguaje de la medicina, del deporte, de las finanzas), y presenta
como su principal característica el léxico, pues señala que la fonología y la
morfosintaxis son generalmente idénticas a las del código (Berruto, 1979).
Coincidente con la posición intermedia está Castillo Alpízar, quien define
tecnolecto como: «el conjunto de todos los recursos que la lengua pone a
disposición del discurso científico o técnico» (Alpízar, 1994)
Pierre Lerat, utilizando la categoría de lengua especializada, afirma que la
especificidad de los textos especializados radica en gran medida en la
terminología, en la expresión de los conocimientos. Sin embargo, señala que
también deben destacarse los medios lingüísticos que intervienen en la
transmisión de conocimientos: la escritura de los enunciados, una morfología
híbrida, una sintaxis marcada y una enunciación estilizada. De esta concepción se
11
colige que una lengua especializada es «la lengua natural considerada como
instrumento de transmisión de conocimientos especializados» (Lerat, 1997).
En fin, son muchos los autores que en su afán por acotar contenidos en la
enseñanza de lenguas especializadas y simplificar su entendimiento, se han
ocupado en el tema.
Finalmente, de acuerdo con Susana Carreras:« el latín utilizado en la botánica
es un tecnolecto o lengua especializada, entendido esto como una lengua en
situación de uso profesional, utilizada para la comunicación de información
específica de un área del saber, en este caso la Botánica. Presenta como
característica
fundamental
su
terminología,
pero
también
peculiaridades
morfosintácticas que la distinguen del latín clásico» (Carreras, 2009)
1.3 Taxonomía, nomenclatura y descripción en la Botánica
1.3.1 Taxonomía Botánica
En Biología, un taxon (del griego ταξις, transliterado como taxis, «ordenamiento»)
es un grupo de organismos emparentados, que en una clasificación dada han sido
agrupados, y se le ha asignado al grupo un nombre en latín, una descripción, y un
«tipo», es decir, un ejemplar del taxon en cuestión preservado y conservado en
una colección o herbario, de forma que el taxon de una especie es un espécimen
o ejemplar concreto. Cada descripción formal de un taxon es asociada al nombre
del autor o autores que la realizan, los cuales se hacen figurar detrás del nombre.
La finalidad de clasificar los organismos en táxones formalmente definidos en
lugar de grupos informales, es la de proveer grupos cuya circunscripción (esto es,
de qué organismos están compuestos) sea estricta y cuya denominación tenga
valor universal, independientemente de la lengua utilizada para la comunicación.
Los táxones existen dentro de una clasificación dada, sujeta a cambios y sobre la
que pueden presentarse discrepancias; lo que obliga, respecto a ciertas
denominaciones problemáticas, a especificar en el sentido de qué autor se está
usando el nombre. Así pues la ciencia que define a los táxones se llama
Taxonomía.
12
La Taxonomía es, en su sentido más general, la ciencia para el estudio de la
clasificación de los organismos. Habitualmente se emplea el término para designar
a la taxonomía biológica, la ciencia de ordenar a los organismos en un sistema de
clasificación compuesto por una jerarquía de táxones en la que un grupo abarca a
otros menores y está, a su vez, subordinado a uno mayor. A los grupos se les
asigna un rango taxonómico o categoría taxonómica que acompaña al nombre
propio del grupo.
Rangos o categorías taxonómicas
Para clasificar los organismos, la taxonomía utiliza desde Carlos Linneo un
sistema jerárquico. En este esquema organizativo, cada grupo de organismos en
particular es un taxon, y el nivel jerárquico en el que se lo sitúa es su categoría.
Del mismo modo: familia, género y especie son categorías taxonómicas, mientras
que SOLANACEAE, Datura y Datura fastuosa son ejemplos de táxones de esas
categorías.
La unidad fundamental de la que parte toda la clasificación es la especie. En
taxonomía se denomina especie (del latín species), o más exactamente especie
biológica, a cada uno de los grupos en que se dividen los géneros. Una especie es
la unidad básica de la clasificación biológica.Según Carlos Linneo: «Contamos
tantas especies cuantas formas distintas fueron creadas en el principio» (Linneo,
1751).
De acuerdo con Isidoro Castellanos, hoy parece más completa y aceptable la
siguiente definición de especie: «una especie es un grupo de individuos que se
asemejan estrechamente unos a otros, por descender de antecesores comunes,
que se han ido separando más o menos marcadamente de todas las otras
especies
coexistentes
por
la
desaparición
de
las
formas
intermedias»(Castellanos,1947)
Otras categorías taxonómicas
Las especies semejantes, las más próximas desde el punto de vista biológico, se
reúnen para constituir un género. Con los géneros afines se forman las tribus y con
las tribus se obtienen las familias, categoría de mucha importancia en Botánica,
puesto que representa conjuntos bien definidos. Las familias se incluyen en los
13
órdenes y con los órdenes se forman las clases. Un conjunto de clases da una
división o rama, y las divisiones dan el reino.La necesidad de pormenorizar la
clasificación obligó a establecer categorías intermedias que se forman, sobre
todo, añadiendo prefijos a las existentes. Los prefijos en uso son super-, sub- e
infra.
1.3.1 Nomenclatura y descripción en la Botánica
1.3.1.1 Nomenclatura
La nomenclatura es la parte de la Botánica Sistemática que se dedica a dar
nombre a las plantas y grupos de plantas (táxones). Una vez que la planta ha sido
identificada, es necesario que tenga un nombre científico para ser designada. La
nomenclatura determina el nombre correcto, de acuerdo con el sistema
nomenclatural; este está regulado por el Código Internacional de Nomenclatura
Botánica. Las disposiciones del Código se aplican a todos los grupos del reino
vegetal, actuales y fósiles.
La palabra «planta» abarca a todos los organismos tradicionalmente
estudiados por lo botánicos. Los primeros nombres que tuvieron las plantas fueron
los nombres vernáculos o nombres comunes, pero estos tienen los siguientes
inconvenientes:
1. no son universales, sólo son aplicables a una lengua;
2. sólo algunas plantas tienen nombre vernáculo;
3. a menudo dos o más plantas no relacionadas tienen el mismo nombre, o
una misma planta tiene diferentes nombres comunes;
4. se aplican indistintamente a géneros, especies o variedades. (Greuter,
Werner, 2002)
En la Antigüedad (época prelinneana), cada planta era conocida en círculos
erudidos por una larga frase descriptiva en latín, el sistema polinomial o
polinominal, que crecía a medida que se encontraban nuevas especies
semejantes. Así, por ejemplo, la «carlina sin tallo» (Carlina acaulis L.) se
mencionaba como:
Carlina acule unifloro florae breviore (Greuter, Werner, 2002)
14
La nomenclatura biológica trata de evitar estos problemas y establece una serie
de reglas llamadas Códigos de Nomenclatura. Las principales reglas de
nomenclatura son:
1. El nombre tiene que aparecer en latín o ser una palabra latinizada.
2. Los nombres de los táxones, hasta el género, tienen su propia terminación.
3. El género es lo que se conoce como nombre genérico; debe ser una
palabra latinizada, comenzar por mayúscula, y debe ir en cursiva o subrayado. Ej:
Allium
4. Para nombrar la especie se utiliza la nomenclatura binomial creada por
Linneo, que consta de:
o
Nombre genérico + epíteto específico
o
Así, al hablar de la especie se sabe a qué género pertenece.
5. El epíteto específico debe ir en minúscula, y concordar en género y número
con el nombre genérico.
6. Otras reglas son:
Cuando se produce una reclasificación, se cambia el nombre
o
genérico, pero no el epíteto específico.
Cuando se describe una nueva especie, u otra ya existente se
o
describe de nuevo, existe un ejemplar tipo que debe ser depositado en un
herbario.
El nombre científico o nombre específico de un organismo vivo es una
combinación de dos palabras en latín:

el nombre genérico o género

el epíteto específico
Así, por ejemplo, cocotero es Cocos nucifera L., ayúa amarilla es Zanthoxylum
martinicense Lam. El nombre científico siempre se acompaña del apellido abreviado
del autor que lo describió por primera vez de forma efectiva o válida. L. es
abreviación de Linneo y Lam. es la abreviación de Lamarck. Ningún nombre
científico está completo si no se acompaña del nombre del autor o la forma
abreviada de este.
15
Todas las normas que controlan la creación de nombres científicos para las
plantas están contenidas en el
ICBN (International Code of Botanical
Nomenclature) o CINB (Código Internacional de Nomenclatura Botánica
Valor y uso de la nomenclatura
En el contexto científico, la utilidad de la fórmula binaria consiste no sólo en salvar
la ambigüedad que se puede presentar ante los diferentes nombres vulgares para
un organismo, sino también para dar nombre a aquellos especímenes que ni
siquiera tienen un nombre común. También permite superar las dificultades
comunicacionales en diferentes lenguas a partir del reconocimiento universal y
convenido de un sistema de nomenclatura estándar.
El valor del sistema de nomenclatura binominal deriva primariamente:
1. de su economía: pues bastan sólo dos palabras para identificar
inequívocamente a una especie;
2. su difundido y generalizado uso: fomentado y regulado por la comunidad
científica para uso universal.
3. y la estabilidad relativa de los nombres usados, pues se intenta
conservarlos a pesar de modificaciones taxonómicas y sistemáticas.
4. Sin embargo, a pesar de las reglas que dictan el carácter único del nombre
binario para una especie, en la práctica es común que existan sinónimos, es decir,
que haya varios nombres científicos en circulación para una misma especie (en
general dependientes del punto de vista del sistema taxonómico particular en uso,
y en última instancia, del autor).
La estabilidad de los nombres peligra a veces por la resurrección de algunos
nombres olvidados en el tiempo, los cuales podrían reclamar su prioridad por ser
los primeros publicados. En estos casos, sin embargo, es posible conservar estos
nombres (nomina conservanda o nom. cons.) de acuerdo con los códigos de
nomenclatura en uso. Para la nomenclatura botánica, se aceptan como válidos
sólo aquellos nombres que a partir de 1753 aparezcan en una publicación oficial;
tomándose 1753 como fecha de partida por la primera publicación linneana
(Species Plantarum).
Convenciones sobre la nomenclatura
16
Existen algunos aspectos universalmente adoptados para la formulación de la
nomenclatura binaria.
La persona que describe por primera vez una especie (su "autor") es la que
tiene el privilegio de darle nombre. Cuando el autor elige asignar un nombre o
epíteto específico derivado de un nombre propio, es a título de homenaje o
reconocimiento, dedicándosela a un colega, amigo o familiar, en forma latinizada;
se considera de mal gusto y signo de egocentrismo que el autor se dedique la
especie a sí mismo. En otros casos, los nombres se eligen en referencia a
caracteres o propiedades del ser vivo que se nombra, p. ej. en Cistus albidus, el
término albidus (en latín, blanco), hace referencia al color blanquecino de las hojas
de esa planta, en Lavandula officinalis, el término officinalis (en latín, usado en la
officina o botica) recuerda que la planta tiene propiedades medicinales.
Generalmente, al lado del nombre binominal consta el apellido del autor
(abreviado en botánica) que primero publicó oficialmente ese nombre. Si la
especie en cuestión actualmente pertenece a un género diferente del original
descrito, se hace constar el nombre del autor original entre paréntesis anexado al
nombre actual de la especie. A veces también se adjunta la fecha en la que se
realizó la descripción de la especie. Por ejemplo: Passer domesticus (Linnaeus,
1758) originalmente descrito como miembro del género Fringilla. (Gola et al.1969)
El nombre del género (nombre genérico) siempre debe tener la inicial
mayúscula, mientras que el epíteto específico no la lleva nunca. El nombre
científico de una especie generalmente debe escribirse completo cuando se lo usa
por primera vez en un texto. Pero en las referencias posteriores a especies del
mismo género, el nombre del género puede abreviarse utilizando la inicial en
mayúscula seguida de un punto. Debe evitarse la abreviatura si puede inducir a
confusión entre nombres.
Para hacer referencia a las especies pertenecientes a un género (y a veces a
un taxon genérico particular), la fórmula binominal cambia a: nombre del género +
spp., por ejemplo: Pinus spp. se lee como las especies del género «Pinus».
Además, si se hace referencia a una especie concreta pero cuyo epíteto
17
específico es desconocido, o carece de importancia, se permite el uso de la
partícula «sp.»; por ejemplo, Pinus sp. se refiere a una especie concreta de pino.
Al tratarse de nombres propios, y aunque se trata de un error muy común, no
deben estar acompañados por ningún artículo. Siendo correcto decir «las
características de Panthera tigris son...», pero no es correcto, por ejemplo, decir
«las características de la Panthera tigris son...» (Duarte, P., 1984)
1.3.1.2 Descripción
La descripción de una planta o grupo de plantas (táxones) consiste en una serie
de frases que expresan sus características, de manera que constituyan una
definición de un taxon. Los caracteres que contribuyen a una descripción
taxonómica son conocidos como los caracteres taxonómicos o sistemáticos.
Desde el punto de vista lingüístico, existen dos clases de descripción: aquella
que no emplea estructuras de comparación y aquella que sí las emplea.
De acuerdo con Susana Carreras:
La descripción de las especies botánicas exhibe un sistema lingüístico muy especial
y altamente complejo, en el que están representados todos los niveles de la lengua
(fonético, lexical, semántico, morfológico y sintáctico). En la sintaxis, se encuentran
diversas y específicas funciones para las diferentes categorías gramaticales, y su
grado de protagonismo oscila entre los más usados hasta los no tan usados. Así,
aunque en la botánica aparecen todos los niveles lingüísticos y todas las categorías
gramaticales, la oración paradigmática de esta ciencia guarda características
singulares, que es preciso estudiar en su especificidad. El latín botánico no da
mucho espacio a la variación estilística (Carreras, 2009)
En el libro prescriptivo de William T. Stearn, el Botanical Latin, se expone y
comenta algunas variantes de estilos de descripción que pueden seguirse. Hoy
día, es más común el empleo de descripciones comparativas, dado el hecho de
que es más raro el descubrimiento de especies totalmente nuevas, que la
notificación de variaciones dentro de especies ya conocidas. Pero hay que partir
de la destreza en la descripción positiva, pues permite exponer el punto de partida
de las variaciones. Esto debe ser tenido en cuenta tanto desde el conocimiento
lógico de la Botánica, como del dominio de la lengua latina.
18
No siendo la descripción objeto de este estudio se consideran suficientes las
consideraciones anteriores acerca de la misma.
1.4 Elementos generales de la Lexicografía
En el afán por despejar el camino hacia la correcta comprensión de esta rama de
la ciencia lingüística, y su vigencia en la realidad científica actual, se estima
necesario declarar una de las problemáticas que actualmente forman parte de los
estudios en torno a la Lexicografía: la de establecer una definición clara del
concepto mismo que la nombra.
[...] La Lexicografía es una rama de la Lingüística y, a su vez, una rama de la
Lexicología. Es la ciencia que se ocupa de la confección de diccionarios, es decir,
de la ordenación alfabetizada de los elementos léxicos de una lengua acompañados
de su definición y otras informaciones adyacentes, como la etimología –rama de la
Lingüística que estudia los étimos o formas supuestamente más antiguas o
documentalmente originarias de la que procede una palabra–, la categoría
gramatical a que pertenecen, los sinónimos y ejemplos ilustrativos sobre su uso.
(Cerdá, 1986: 178-179).
La Lexicografía trata la adecuación de los diccionarios en dependencia de
ciertos requisitos o exigencias de los grupos a los cuales serán destinados, como
son la generalidad o la especificidad. De ahí los diferentes tipos de diccionarios
que existen. También se estudia en Lexicografía los recursos teóricos que se
requieren para la confección de los diccionarios, de donde se desprende que las
consideraciones teóricas de la Lexicología estén presentes en la Lexicografía.
La palabra Lexicografía se formó a partir de dos raíces griegas: léxis, que
significa ‘palabra’ y graphé, que significa ‘escritura’. En sentido amplio «la
Lexicografía es la disciplina lingüística cuyo objeto consiste en la elaboración de
los diccionarios de lengua». (Cerdà, 1986: 178)
En el tratamiento de la Lexicografía es muy importante el trabajo con las formas
–que son las entradas de los diccionarios y que incluyen las lexías y los morfemas
gramaticales o palabras vacías o palabras accesorias: pronombres, preposiciones,
conjunciones. (Ruano, 2013).
19
Las perspectivas en torno a la Lexicografía han variado en el tiempo, y el
afanoso interés de llegar a un consenso ha favorecido el desarrollo de los estudios
lexicográficos aún sin lograr una uniformidad. Pero «ya sea que se la considere
ciencia, arte, técnica, disciplina o metodología, lo que interesa es que exista la
posibilidad de consultar diccionarios elaborados con todo el rigor científico, que
satisfagan plenamente las expectativas de todos los usuarios» (Valdés, 2009). Ya
se trate de un lenguaje general o especializado, las ventajas de acceso a las
definiciones de palabras o términos presentes en los diccionarios, permite un
mejor manejo de la lengua, al tiempo que favorece la intercomunicación social,
cultural y científica.
1.4.1 Lexicografía y Terminología
Ciertamente, la Lexicografía, concebida como rama aplicada de la Lexicología que
se ocupa de la elaboración de diccionarios, podría coincidir con la Terminografía,
que es la rama aplicada de la Terminología que se ocupa también de la
elaboración de diccionarios especializados o de glosarios terminológicos. Pero
aunque el proceso de trabajo de ambas prácticas converge en la elaboración de
diccionarios, otros aspectos les dan especificidad y hacen que un diccionario
general sea un producto diferenciado de una terminología. (Cabré, 1995)
En lo que se refiere a la orientación del proceso de trabajo, si en Lexicografía la
confección de diccionarios parte de una lista de palabras para proceder a
continuación a describirlas semánticamente a través de la definición, en
terminología el proceso se produce en sentido completamente inverso: el
terminólogo establece en primer lugar la lista de conceptos que forma parte de una
estructura nocional, más o menos formalizada según las materias, para, a
continuación, atribuir a cada concepto una determinada denominación, que
corresponde a la forma que utilizan efectivamente los especialistas cuando se
refieren a un concepto de la estructura nocional.
El proceso que sigue la Lexicografía es semasiológico (estudia la relación que
va desde la cosa a la palabra, el estudio del significado de las palabras), mientras
que la Terminología sigue un proceso onomasiológico (estudia la relación que va
desde el concepto o el significado (la idea) al significante (la palabra, la forma).
20
La Lexicografía y Terminografía se diferencian también por los aspectos
lingüísticos de los diccionarios que llevan a cabo. Así, en Terminología, por
ejemplo, una entrada no suele ser polisémica, mientras que esta característica es
la más común en las palabras de los diccionarios generales; los artículos suelen
ser mucho más simples y la presentación de los datos muchísimo más
sistemática; la definición Terminográfica es más descriptiva que la Lexicográfica y
la ordenación de las entradas suele ser sistemática en los diccionarios destinados
a especialistas. (Cabré, 1997)
No cabe duda que la noción diferencial de palabra y término, influye para que
algunos autores consideren la Lexicografía y la Terminografía como dos
disciplinas separadas. Muchas veces las herramientas lexicográficas intervienen
en los dominios de especialidad; pueden encontrarse diversas acepciones de
palabras en los diccionarios generales que refieren términos. Por cuanto no resulta
fácil establecer un límite cuándo se puede calificar a un elemento léxico como
término.
Pragmáticamente, términos y palabras se distinguen: a) por sus usuarios; b)
por las situaciones en que se utilizan; c) por la temática que vehiculan; d) por el
tipo de discurso en que suelen aparecer.
En efecto, los usuarios de las palabras son los hablantes de una lengua; los
usuarios de los términos, los profesionales de cada especialidad; las palabras se
utilizan en situaciones comunicativas muy variadas; los términos de una
especialidad suelen limitarse al ámbito profesional correspondiente; los repertorios
de términos se suelen utilizar para referirse a los conceptos relacionados con la
materia de especialidad; los repertorios léxicos, para hablar de cualquier tema de
la vida cotidiana; por último, los tipos de discurso en que se insertan los términos
son mucho más restringidos que aquellos en los que se insertan las palabras. Los
términos suelen aparecer en textos especializados, de carácter fundamentalmente
objetivo.
1.4.2 Principales herramientas lexicográficas
La elaboración de cualquier producto lexicográfico no puede hacerse de forma
deliberada. El lexicógrafo debe tener conciencia previa del marco teórico al cual se
21
ciñe su trabajo, y a partir de este podrá definir qué estructura utilizar. Las
estructuras se corresponden con el término planta «sistema de normas que
permiten disponer y presentar plausiblemente los materiales léxicos» (RAE, 2001).
El cumplimiento de estas pautas permite a los usuarios el acceso a textos mejor
ordenados, coherentes y sencillos.
Bergenholtz y Tarp (1995) plantean que la clasificación más común de
enfoques y tipos de diccionarios parte de su macroestructura, que según Haensch
«es la ordenación del conjunto de los materiales que forman el cuerpo de un
diccionario» (Haensch, 1997). A partir de la macroestructura se seleccionan las
palabras que se incluirán en el diccionario, el modo en que se presentarán, la
información y el conjunto de relaciones que de ellas se derivan.
Por otra parte, la elaboración de cualquier producto lexicográfico no pude estar
exento de una microestructura. Según Haensch, «la microestructura de un
diccionario es la ordenación de todos los elementos que componen un artículo»
(Haensch, 1997). El artículo ofrece la información relacionada con el término de la
entrada o lema, su etimología (origen del vocablo), la información sobre la
categoría gramatical a la que pertenece, las diversas acepciones o significados, y
finalmente su definición. Para el ordenamiento de la microestructura, el lexicógrafo
en ocasiones se apoya en una mesoestructura que contiene generalmente una
galería de imágenes anexas, tablas, gráficos; que permiten visualizar la
información dada de los términos y sus posibles relaciones semánticas.
También es fundamental para la elaboración del producto lexicográfico, la
megaestructura, puesto que permite introducir la importancia de las fuentes
terminológicas empleadas en la confección del producto lexicográfico y ofrece los
principales aspectos a incluir en la información lexicográfica: aspecto temporal
(sincronía-diacronía); aspecto geográfico (territorio que abarca); aspecto social
(carácter de la estructura sistémica creada: culto, vulgar, coloquial, es decir, a
quién va dirigida y los tipos de usuarios que pueden acceder a ella); así como los
criterios normativos o descriptivos por los cuales se rige. Atendiendo a esta última
razón, se citan las principales fuentes (autores) para su elaboración y los
22
procedimientos teórico-metodológicos para la identificación y selección de los
recursos léxicos (sistema de marcas, remisiones, abreviaturas, símbolos y
anexos).
1.4.3 Importancia de los diccionarios especializados para las
ciencias
Como glosario se entiende el vocabulario de palabras poco conocidas o
desusadas, por lo general, pertenecientes a una misma disciplina. En un principio
dichos vocablos iban acompañados de una explicación o glosa que facilitaba su
comprensión, con el tiempo pasó a significar la explicación misma. Los
diccionarios o glosarios especializados pueden ser considerados «de idioma», en
el caso que contengan las equivalencias terminológicas de las palabras en ellos
reunidas, en otro idioma u otros idiomas; y «etimológicos» cuando comunican la
génesis etimológica de las palabras en una lengua determinada, su razón de
existencia, de significación y de forma. (García, 2001).
El trabajo interdisciplinario desarrollado por la profesora Susana Carreras, que
vincula indistintamente a estudiantes de la carrera de Licenciatura en Biología
como estudiantes de la carrera de Letras de la Universidad Central «Marta Abreu»
de Las Villas, ha logrado sumar fuerzas y conocimientos no solo del campo
bilógico y lingüístico sino también de la rama lexicográfica, para llevar a cabo la
tarea de elaborar un método que permita a los profesionales de las Ciencias
Biológicas conocer los sistemas lingüísticos provenientes de las lenguas clásicas
que se encuentran en la nomenclatura y descripción de especies vegetales y
zoológicas.
Estas ideas se ven materializadas en gran medida en los diferentes glosarios
de los trabajos de diploma de miembros del área humanística, que permiten a
través de una estructura ordenada conocer de forma más efectiva los significados
de las etimologías de las especies. Entre estos trabajos cuenta el Glosario latinoespañol, español-latino de términos empleados en la descripción comparativa de
especies botánicas, de Lilián Quesada (2010), el Glosario etimológico de las
especies de anémonas registradas en Cuba, de Roberto Soler Parquer (2012).
23
Las perspectivas lingüísticas desarrolladas para la confección de glosarios
especializados por Quesada (2010) y Soler (2012), fueron apreciadas para el
desarrollo de la presente investigación. El estudio de estos términos representa un
notable incremento de la competencia científica en el campo de la Botánica, al
tiempo que favorece la docencia y la investigación, privilegia la pervivencia de las
lenguas clásicas en este ámbito de las ciencias.
En cualquiera de sus dimensiones, estas son obras de referencia que se
consultan para solucionar dudas y obtener información acerca de las palabras y
los conceptos a ellas asociados. En el universo científico, especialmente en el
tecnolecto empleado en la Botánica, se han realizado varias obras lexicográficas
que permiten conocer el origen y la morfología de diversos términos, así como sus
significados asociados con el campo botánico.
En 1767, el primer Profesor de Botánica en el Real Jardín de Madrid, Miguel
Bernades y Maynader, publica sus Principios de Botánica que constituyen la
primera obra lexicográfica en este ámbito de las ciencias.
Fue a partir de esta que se desarrollaron materiales que permitían el
reconocimiento de las características morfofisiológicas de las especies a partir del
ordenamiento de términos asociados a ellas en una estructura sistémica
coherente. El Diccionario de Botánica de Pío Font Quer, es una muestra
contundente de los avances alcanzados en materia lexicográfica en el campo
biológico referido a los vegetales. En esta obra, Font introduce además de los
términos que refieren partes de las plantas y que se utilizan en las descripciones
de las mismas, una referencia al origen de estos términos en otras lenguas,
especialmente la griega y la latina y los define atendiendo a criterios botánicos.
.
1.5 Elementos generales de las plantas medicinales
1.5.1 Aspectos botánicos de las plantas medicinales
El nombre científico de las especies
Como toda disciplina científica, la Botánica posee su propia nomenclatura. Ella
propicia la comunicación y la hace universal en un doble sentido, porque al
24
establecer la denominación de todas las plantas, posibilita que sus nombres sean
significativos para todos los usuarios.
Tal como existen varios idiomas, una misma especie de planta puede tener
varios nombres en cada lengua; es más aun en países pequeños como Cuba, la
planta que en la región occidental es conocida con un nombre, puede ser
nombrada por otro u otros en las regiones central y oriental. Pero también sucede
lo inverso: en ocasiones se emplea un mismo nombre común para identificar
varias especies que no están emparentadas. Otras plantas, principalmente
aquellas que el hombre no utiliza, carecen de un nombre popular o común.
Todo ello ha llevado a la necesidad de utilizar un sistema especial para
nombrar las plantas de una forma científica y única. Este sistema se conoce como
binominal o binomial, y en él cada especie de planta es nombrada por dos
palabras. Al final de las mismas, se escribe el apellido de la persona que dio el
nombre a esa planta.
Así, cuando se habla de la especie que en lengua española se conoce como
caléndula o copetuda; en francés, souci des jardins; en inglés, common marygold;
en italiano, fiorrancio; y en ruso, nogotki lekarstuennye; se están refiriendo a
Calendula officinalis L., que es su nombre científico.
En todo nombre científico de una especie, invariablemente compuesto por dos
palabras latinas o latinizadas, el primer término es el género y siempre se escribe
con letra inicial mayúscula; el segundo es el epíteto específico, y salvo
excepciones, se escribe con letra inicial minúscula. A continuación de este último
aparece el nombre del autor, que en este caso es Carolus Linnaeus y que como
es muy conocido en el campo de la Botánica, se escribe solamente con la inicial
de su apellido (L.). Con frecuencia, aparece más de un autor; esto puede deberse
a diversas razones relacionadas con las reglas establecidas por el Código
Internacional de Nomenclatura Botánica. La presencia del nombre del autor en el
nombre científico ofrece información sobre la historia taxonómica de la especie,
por lo que debe incluirse como parte del mismo. En las publicaciones científicas es
costumbre escribir el nombre del género y el epíteto específico (no así el autor o
autores) en cursivas o en negritas.
25
Los rangos y sus nombres
Si bien la especie es la unidad básica y principal de la nomenclatura botánica, no
es la única categoría existente, hay otras por encima (supra específicas) y por
debajo (infra específicas) de la especie, mientras que algunas poseen sufijos que
la identifican. (Véase anexo1)
Es posible, dentro de cada uno, duplicar el número de rangos por la adición del
prefijo sub. En las investigaciones en plantas medicinales, además de la especie,
las categorías más importantes son: género, familia, subespecie, variedad y forma.
Género: rango supra específico formado por un conjunto de especies con
caracteres comunes. Puede comprender una o más especies.
Familia: es un rango supra específico y supra genérico constituido por un grupo
de géneros con caracteres afines. La familia lleva el nombre de uno de sus
géneros, al que se le adiciona el sufijo –aceae a la raíz del genitivo singular, si es
un nombre declinable, o al nombre completo si es indeclinable. Esto facilita la
rápida identificación del nombre de una familia.
Subespecie: categoría infraespecifica inmediatamente inferior a la especie.
Constituida por un grupo de individuos con caracteres diferenciales de la especie
tipo, pero que no alcanzan a constituir una especie diferente. Se indica por la
partícula subesp.
Variedad: Categoría infraespecífica inferior a la especie y a la subespecie. Las
diferencias con la especie tipo son menos marcadas que en el caso de la
subespecie. Se emplea solo para las plantas silvestres, nunca para plantas
cultivadas y se indica mediante la partícula var.
Forma: Categoría infraespecífica en la que las diferencias con la especie tipo
se resumen en un solo carácter. Se indica mediante la letra f.
Si bien, en el mundo, las plantas medicinales se identifican a través de un
nombre científico único cuyo uso está sujeto al Código Internacional de
Nomenclatura Botánica. El nombre científico expresa el de una única especie. Un
nombre científico puede dejar de ser actual y pasar a la sinonimia.
26
1.5.2 La flora medicinal de Cuba
A pesar de que el estudio de las plantas medicinales en Cuba fue abordada desde
el siglo XIX por E. de Descourtliz (1821-1829); R. de Grosourdy (1864); R. de la
Sagra (1827) y M. Gómez de la Maza (1889), y de que en el siglo xx varios
autores como Juan T. Roig (1974 reedición) se han ocupado del estudio de la flora
medicinal en Cuba, aún no se cuenta con una obra exhaustiva que aborde un
estudio integral de este importante grupo de plantas.
En los últimos años, el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) ha dado un
notable impulso al conocimiento de la flora medicinal de Cuba, con la evaluación
farmacológica y toxicológica de especies nativas y exóticas de amplio uso popular
como medicinales. Lo cierto es que la medicina alternativa no se retoma para
cubrir eventuales vacíos en la medicina moderna, sino debido a que esta última
surge de la primera y lo lógico es que se complementen para preservar de manera
más segura y eficiente la salud, que es, en definitiva, la que determina la vida del
hombre.
1.5.3 La medicina tradicional herbolaria en Cuba
Cuatro culturas constituyen las influencias principales en las características de la
medicina tradicional herbolaria en Cuba: la aborigen, la europea, la africana, y la
asiática. Su influjo desigual ocurrió en un proceso de transculturación, en el que de
forma simultánea se emplearon plantas típicas de la medicina tradicional de cada
una de ellas.
Influencia aborigen: Como los aborígenes cubanos fueron exterminados por los
conquistadores en los primeros cincuenta años de la conquista, las evidencias de
su influencia en la medicina tradicional herbolaria son pocas, pero a través de los
Cronistas de Indias, y de algunos autores posteriores, se conoce que empleaban
especies como el almácigo [Bursera simaruba (L.)Sarg.], la bija [Bixa Orellana L.],
y la güira [Crescentia cujete L.], y que su medicina se basaba en la ingestión de
infusiones o decocciones preparadas con plantas medicinales; vomitivos, dietas, y
masajes; todo acompañado de prácticas mágicas.
Influencia europea: Los primeros colonizadores españoles en Cuba empleaban
medicamentos que habían podido traer consigo y con posterioridad aplicaron
27
remedios a partir de productos nativos, en especial los vegetales, como resultado
de la extrapolación de sus conocimientos sobre las propiedades de la flora
medicinal hispánica a las especies cubanas. Junto a los productos medicinales en
boga en la Europa del siglo XVI, trajeron sin duda a Cuba algunas especies
medicinales como la ruda [Ruta chalepensis L.], el romero [Rosmarinus officinalis
L.] y la mejorana [Origanum mejorana L.], que son de amplio uso en la medicina
herbolaria cubana actual.
Influencia africana: la introducción de mano de obra esclava durante más de tres
siglos, determinó la presencia en Cuba de más de un millón de africanos y sus
descendientes directos provenientes de más de ochenta etnias diferentes y de
diversas regiones de África; de ahí la compleja y marcada influencia cultural
africana en el uso popular de especies medicinales. Entre estas variadas
influencias se distingue el aporte cultural yorubá (lucumí), seguido por lo que hoy
puede identificarse como bantú (congo), y carabalí; y en menor proporción, por los
africanos que en Cuba se denominaron ararás.
Tres cultos sincréticos, de origen africano, han contribuido notablemente a la
divulgación y empleo de especies vegetales con fines medicinales y mágicos: la
Santería o Regla de Osha, el Palo Monte o Regla Conga, y la Sociedad Secreta
Abakuá. Algunas de ellas como la ceiba [Ceiba pentandra (L.) Gaertn.], la palma
real [Roystonea regia (Kunth) O.F. Cook.], y el coco [Cocos nucifera L.], alcanzan
niveles totémicos.
Influencia asiática: la llegada a Cuba, a partir de la primera década del siglo XIX,
de millares de chinos culíes, provocó el establecimiento de una fuerte colonia
asiática en Cuba, con una amplia representación en La Habana. Estos chinos
trajeron su milenaria cultura en la utilización de especies con fines medicinales. La
gardenia [Gardenia augusta (L.) Merill.], el paraíso [Melia azedarach L.] y el
cundeamor [Momordica charantia L.subsp. abbreviata (Ser.) Grebensc], fueron
probablemente incorporadas por los chinos a la herbolaria tradicional cubana, y
todavía son constituyentes de numerosos medicamentos herbolarios que los
descendientes de esos asiáticos siguen consumiendo.
28
Otras influencias: Menos marcadas, pero no insignificantes, son las influencias
de algunos pueblos cuyos representantes arribaron a Cuba por diversas causas y
en diferentes épocas. Destacan las de los inmigrantes franceses y franco-haitianos
(finales del siglo XVIII-principios del XX), que se establecieron en la región oriental
y occidental del país, e introdujeron gran número de especies vegetales para
diversos usos. La influencia amerindia es aportada por millares de indios
yucatecos traídos como semiesclavos a mediados del siglo XIX, que aportaron sus
métodos de cultivo y el uso de plantas para diversos fines. Otra influencia asiática
es el aporte de numerosos japoneses asentados en Cuba, fundamentalmente en
la Isla de la Juventud a principios del siglo XX.
1.6 Características fundamentales del asma
1.6.1 Definición
El asma es un síndrome clínico caracterizado por episodios recurrentes de
obstrucción de las vías respiratorias, que se solucionan de manera espontánea o
con tratamiento. Varían en severidad y frecuencia de una persona a otra. Los
síntomas pueden sobrevenir varias veces al día o a la semana, y en algunas
personas se agravan durante la actividad física o por la noche. (Brazen, 1995). Se
reporta como una de las enfermedades crónicas que más afecta al hombre, por lo
que se considera un problema de salud pública y ocupa uno de los primeros
lugares como motivo de consulta en los servicios de urgencias.
Durante un ataque de asma, el revestimiento de los bronquios se inflama, lo
que provoca un estrechamiento de las vías respiratorias y una disminución del
flujo de aire que entra y sale de los pulmones. Los síntomas recurrentes causan
con frecuencia insomnio, fatiga diurna, una disminución de la actividad y
absentismo escolar y laboral. La tasa de letalidad del asma es relativamente baja
en comparación con otras enfermedades crónicas.
Datos

La OMS calcula que en la actualidad hay 235 millones de pacientes con
asma.

El asma es la enfermedad crónica más frecuente en los niños.
29

El asma está presente en todos los países, independientemente de su
grado de desarrollo. Más del 80% de las muertes por asma tienen lugar en países
de ingresos bajos y medios-bajos.

A menudo el asma no se diagnostica correctamente ni recibe el tratamiento
adecuado, creando así una importante carga para los pacientes y sus familias, y
pudiendo limitar la actividad del paciente durante toda su vida.
El perfeccionamiento de los servicios de salud en Cuba y la puesta en práctica
de múltiples y diversos programas, ha intensificado la atención a los pacientes con
enfermedades crónicas no transmisibles. El asma constituye, por tanto, un
gravísimo problema socioeconómico y un reto para el sistema de salud cubano.
En Cuba existen actualmente todas las condiciones objetivas y materiales para
desarrollar acciones sanitarias encaminadas al control efectivo de ese proceso. El
médico y el enfermero de la familia, como personal de salud integrado a la
comunidad, contribuyen a ofrecer su asistencia al asmático, con el fin de mejorar
su calidad de vida.
Es importante reconocer que la medicina natural y tradicional no se utiliza como
un procedimiento adicional o alternativo de tratamiento médico en Cuba, sino que
se considera como una verdadera disciplina científica que puede ser aplicada por
médico
o
enfermeras
en
las
30
distintas
comunidades.
Capítulo II: PROCEDIMIENTOS PARA LA ELABORACIÓN
DEL GLOSARIO
2.1. Origen y pertinencia de la investigación
Se lleva a cabo un análisis sistémico sobre la base de elección de las plantas
medicinales con uso antiasmático registradas en Cuba, siguiendo el criterio del
ilustre botánico Juan Tomas Roig y Mesa. Lo representativo del estudio no es
tanto la cantidad del corpus como la definición y organización de su variedad,
puesto que permite delimitar los caracteres de 45 géneros, así como revisar la
taxonomía de las 48 especies seleccionadas. La investigación busca actualizar el
tratamiento taxonómico de las especies, la delimitación de los caracteres
diagnósticos y la descripción detallada de las etimologías de los géneros y de
cada una de las especies.
Estas especies están sujetas a constantes acercamientos biológicos, debido a
la importancia que tiene el campo de la medicina herbolaria para la economía
cubana. En especial, constituyen el tema de investigación del profesor Amed Pupo
Rodríguez, que radica en el Centro de Estudios del Jardín Botánico de Villa Clara
de la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, en conjunto con la Cátedra
de Medicina Tradicional de la Universidad de Ciencias Médicas «Serafín Ruiz de
Zarate Ruiz», en apoyo al trabajo investigativo, para el tratamiento de las
enfermedades respiratorias de la Lic. en enfermería Jaquelin Machado Robaina.
La investigación está dirigida a un grupo social muy específico, los
especialistas de las Ciencias Biológicas (especialmente, de la Botánica). Puesto
que se trabaja con el tecnolecto de la Botánica, el glosario tiene un carácter
especializado, también puede ser empleado como estímulo en el proceso de
enseñanza aprendizaje por ser un material didáctico de eminente corte ilustrativo,
y etimológico porque propone un estudio descriptivo acerca de las etimologías
griegas y latinas en la nomenclatura de las especies medicinales con uso
antiasmático.
31
La necesidad de realizar un trabajo lo más completo posible, con ventajas de
acceso y soluciones inmediatas a la demanda de los profesionales de la Ciencias
Biológicas, especialmente de la Botánica, precisa del apoyo de un colectivo
capacitado tanto en el perfil biológico como lingüístico y lexicográfico. Para ello fue
necesario la conformación de un equipo multidisciplinario.
De la muestra seleccionada se extraerán los étimos griegos y latinos, las
relaciones de parentesco de los segmentos delimitados y las observaciones
botánicas de cada uno de los ejemplares. Su desenvolvimiento se encuentra en
las sinonimias actualizadas de las especies de plantas medicinales con uso
antiasmático
registradas
en
Cuba.
Para
la
confección
de
las
fuentes
terminológicas se traza un cronograma de trabajo que permite organizar la
información y fijar los respectivos procedimientos del análisis.
La selección de las especies parte de la lista expuesta en el libro Plantas
medicinales, aromáticas o venenosas de Cuba, del prestigioso botánico Juan
Tomas Roig y Mesa, publicado en 1974. Esta lista incluye 48 especies de plantas
medicinales con uso antiasmático, 45 géneros y 31 familias. (Véase Anexo 2)
Para una correcta elaboración del glosario fue necesario la búsqueda de la
denominación más actual de las especies que conformarían la muestra teniendo
en cuenta el uso de la literatura especializada, puesto que una especie puede
tener más de un nombre válido, pero solo uno es el actualizado, los demás son
simples sinonimias (nombres diferentes que se aplican a un mismo taxon). Para
ello se consultó el Catalogo Digital Guía de la flora (2010) y los tomos del I-V de la
Flora de Cuba (León Hno., 1946; León Hno. & Alain Hno. 1951, 1953, 1957; Alain
Hno., 1964).
A continuación se presentan las especies cuyos nombres científicos fueron
actualizados en la investigación (los segundos nombres en aparecer son los
actualizados):
Camphora camphora (L.) Karst = Cinnamomum camphora (L) J. Presl
Cassia occidentalis L. = Senna occidentalis (L.) Link.
Chamaesyce hirta (L.) Millsp. = Euphorbia hirta L.
D. metel L.= Datura fastuosa L.
32
Dysphania
ambrosiodes
(L.)
Mosyakin
&
Clemants
=
Chenopodium
ambrosioides L.
Epidendrum punctatum L.= Cyrtopodium punctatum (L.) Lindl.
Jasminum officinale sensu A.Stahl = Jasminum grandiflorum L.
Lobelia longiflora L.= Hippobroma longiflora (L.) G. Don
Phlebodium aureum J. Smith. = Polypodium aureum L.
2.2. Descripción del glosario y sus características
El glosario propuesto tiene una estructura bien delimitada. El equipo de trabajo es
multidiciplinario ya que incluye especialistas de la Botánica, de la Lexicografía y de
Lenguas Clásicas. El glosario se encuentra organizado alfabéticamente, con el fin
de facilitar la búsqueda de cualquier término.
En su megaestructura se recogen las abreviaturas empleadas en la elaboración
del glosario (véase Anexo 3) y un anexo (4) donde se encuentran la forma del
alfabeto griego al pasar al latín, las pronunciaciones en latín que sirve como
soporte a la hora de nombrar una especie, su inserción se debe al desarrollo de
conocimientos del latín no solo de manera escrita sino en su uso comunicativo
oral, y además garantizar que el usuario al cual va dirigido al material, cuente con
una fuente que no solo muestre datos, sino que también sea capaz de facilitar la
comprensión y aprendizaje de los mismos.
La macroestructura refleja un orden alfabético, comienza con la etimología de
los nombres del género y luego parte hacia las especies. Se tiene en cuenta para
su disposición sistémica la remisión de los táxones infragenéricos (categorías
especie y subespecie) a partir de la jerarquización taxonómica de familia y género.
La microestructura comprende en primer lugar los nombres científicos de las
plantas medicinales con uso antiasmático registradas en Cuba que han sido
actualizados previamente y se hacen acompañar del apellido abreviado del autor o
autores que descubrieron o dieron nombre a las especies de forma efectiva y
válida, a lo que se suma, el nombre común con que son reconocidas en Cuba y la
familia a la cual pertenece cada una. Estos términos que refieren específicamente
el nombre de la especie constituyen las entradas o lemas principales del artículo.
33
Se cuentan en el muestreo 48 entradas que constan de 96 términos . En segundo
lugar aparecen las etimologías griegas y latinas del nombre genérico y del epíteto
específico de las especies analizadas. En tercer lugar se lleva a cabo una
observación donde se argumentan los rasgos fundamentales que tributan a la
denominación de las especies: forma, función, lugar, personaje, hecho histórico,
etc. Esta microestructura va a estar apoyada por una mesoestructura que posee
las imágenes de las especies para ilustrar tanto la etimología como las
características propias del género que le dan ese nombre, y también para reforzar
las observaciones hechas en el análisis etimológico. El glosario se presentará con
las imágenes anexas como un tercer capítulo en formato digital. (Véase CD
anexo)
Como se enuncia; en cada caso se hace remisión a una mesoestructura anexa
que contiene las imágenes de los ejemplares y permite un mejor acercamiento a
las características observables en ellos; por las cuales han sido nombrados.
Respecto a las especies cuyo nombre ha sido dado en memoria de alguna
personalidad botánica, ya fuere su descubridor o no, se presentarán igualmente
ilustraciones de los ejemplares para confrontar los términos de origen griego y
latino y permitir un mejor reconocimiento de dichas especies.
Los nombres de cada especie constan de dos partes: el nombre genérico, cuya
letra inicial se escribe siempre con mayúscula, más el epíteto específico
(generalmente un adjetivo latinizado) que siempre se escribe con minúscula.
Ambos forman la «nomenclatura binomial» instaurada por Carlos Linneo en 1753 y
que ha sido estandarizada por los convenios establecidos en los Congresos
Internacionales de Nomenclatura Botánica.
Respecto a la representación de los nombres de los descubridores de las
especies, se citan atendiendo a varias razones:
a) Cuando el autor atribuye el nombre a otra(s) persona(s), es permisible
citarla(s), seguidas por la partícula `ex´ – u omitirlo, Ej.:
Phyla fruticosa (Mill.) K.Kenn. ex Wunderlin & B.F Hansen = Orozuz
b) Si los autores son dos, se cita el primero seguido de `&´ (et), Ej.:
Drymaria cordata (L.) Willd. Roem. & Schult = matemaco
34
Palicourea crocea (Sw.) Roem. & Schult= tapa camino
c) Cuando se trate de un basónimo (4), también se citan sus autores pero esta
vez utilizando el paréntesis, Ej.:
Tournefortia gnaphalodes (L.) R.Br = Salvia marina
Hippobroma longiflora (L.) G. Don = revienta caballos
Mucuna pruriens (L.) DC. = Picapica
Pseudelephantopus spicatus (Juss.) Rohn= lengua de vaca
Prunus myrtifolia (L.) Urb.= cuajaní hembra
Para el análisis etimológico se tiene en cuenta la reglamentación establecida
por el Código Internacional de Nomenclatura Botánica referente a la latinización de
todos los nombres científicos de los grupos taxonómicos. Si se trata de un término
latino entonces la etimología de este se escribe según su origen (en latín); sin
embargo, los términos cuya procedencia reside en el idioma griego, aparecerán
trascritos a la lengua latina (latinizados), mostrando la equivalencia de una lengua
a otra (griego-latín).
Ejemplo de la transcripción latina (latinización) de algunos términos
procedentes del griego y que han sido empleados en el análisis:
ξ………………X…………….Coix(Κόιξ)…………..`Palma de Egipto´
θ………………th……………. Lantana (λανθάνω)……. `Estar o seguir oculto. //
Pasar inadvertido´
ψ………………ps……………Pseude- (ψευδής,)………… `Falso ´
υ………………y……………. Cyrto- (κυρτῶν)……... `Jorobado, encorvado´
χ ……………..ch……………. Cheno- (χήν, -χηνός)……….. ‘Oca, ganso, ánsar’
φ……………..ph……………. Phaseolus (φάσηλο, ου)……………. `Frijol. //
Chalupa alargada, brote alargado´
Los segmentos etimológicos se presentan como nuevas entradas y constituyen
un subsistema terminológico para la nomenclatura de cada categoría taxonómica.
Los segmentos etimologicos siguen para su explicación las reglas establecidas por
los diccionarios consultados. En el glosario se enuncian de la siguiente forma:
Para los sustantivos latinos se ofrece el nominativo singular, morfema de
genitivo singular y el género, Ej: Cecropia, ae. f.; lacrima, ae f., fastus, us, m. Para
35
los sustantivos griegos se ofrece el nominativo singular, morfema de genitivo
singular y el artículo, Ej: Κόιξ, κόικος; (ὁ); πούς, ποδός (ὁ). Para los adjetivos
latinos y griegos se da el nominativo singular de los tres géneros (para los de
todas las declinaciones), Ej. en la latín: punctatus, a, um; arboreus, a, um; en
griego: στραβόϛ, ή, όν; καλυπτός, η, οᴠ.
Para los verbos latinos se ofrece el presente de indicativo activo, Ej: prurio; si
es regular se informa la conjugación, Ej: sapindus, a, um. Se sañalan los verbos
transitivos con la abreviatura tr. y la abreviatura intr. para los intransitivo, Ej: findo,
fidi, fissum tr; si es irregular se ofrecen las diferentes conjugaciones y se señala
con la abreviatura irrg., Ej: fero, tuli, latum, irreg. Para los verbos griegos
solamente se ofrece la primera persona del singular del presente de indicativo
activo, que contiene en su desinencia mayor cantidad de información, Ej: ἐκλείπω;
λανθάνω. Los prefijos, los sufijos, los adverbios y los sustantivos indeclinables, se
señalaran con sus respectivas abreviaturas, Ej.: suf. -florus, a, um: `De flores. //
Cubierto de flores, florido´; suf. lat.: -oides, -is, que indica semejanza; κἄν (crasis
de καἱ ἄν) adv.: ‘Igualmente, también; aun; pref. gr. ψευδής, ης, ές adj.: `Falso´; Iob
indecl. m.: `Job´ (el patriarca paciente).
2.3 ANÁLISIS DE LA MUESTRA Y RESULTADOS
2.3.1 Categorías gramaticales empleadas en la nomenclatura
La muestra analizada está compuesta por 48 nombres de especies, de manera
que incluye 96 términos, puesto que el nombre de las especies generalmente es
binomial, o sea, está compuesto por un nombre genérico y un epíteto específico, y
en el caso de la muestra que se analiza siempre es así. En la formación de los 96
términos intervienen 120 segmentos etimológicos, provenientes de sustantivos
(74, para un 61,66 %), adjetivos (32, para un 26,66 %), verbos (9, para un 7,5 %),
adverbios (3, para un 2,5 %), conjunciones (1, para un 0,83 %) y pronombres (1,
para un 0,83 %).
Como puede apreciarse, la categoría más empleada ha sido el sustantivo,
consecuentemente con el carácter descriptivo que tiene la nominación de las
especies y con la etimología de ese sustantivo (species, `lo que se ve´). De
36
manera que, aunque el nombre genérico suele ser un sustantivo y el epíteto
específico un adjetivo, es común que este último presente una estructura compleja
con significados como `que produce un bálsamo ´ (balsamifera), `como las
lágrimas de Job (lacryma-jobi).
Le sigue en frecuencia de uso el adjetivo, que suele aparecer como tal en
calidad de epíteto específico, pero con mucha frecuencia se trata en realidad de
participios de presente, expresando actividad de la planta (scandens, `que escala´;
pruriens, `que produce picazón´), o de participio de perfecto expresando
apariencia (cordatus, `acorazonado´; peltatus, `cubierto por una pelta´).
En tercer lugar aparece el verbo, formando parte de adjetivos que expresan
actividad, como nucifera, `que tiene nueces´; uvifera, `que tiene uvas´.
La aparición del adverbio de explica por la intención de expresar condiciones
del adjetivo, como sucede en palicourea, `esquilada una y otra vez´ y en
eucaliptus `muy hermoso´.
2.3.2 Valor semántico de los segmentos etimológicos
El valor semántico más usual es la apariencia, por la razón ya explicada
relacionada con la etimología del sustantivo species.
En 124 razones etimológicas, 65 corresponden a apariencia, para un 52,42 %;
27 a funciones de la planta, para un 21,77 %; 12 hacen referencia al lugar de
origen, para un 9,67 %; 4 se trata de honra a personajes célebres o famosos, para
un 8,06 %;3 hacen alusión a la consistencia de una parte de la planta, para un
2,41 %; 2 se refieren al hábitat, para un 1,61 %; 2 son nombres que ya calificaban
plantas en el latín clásico, para un 1,61 %, y 1 habla de filiación taxonómica, para
un 0,80 %.
2.3.3 Formación de las palabras
En la formación de los sustantivos predomina la composición: chenopodium (χήν,
`ganso´ + πούς, `pie´), pseudoelephantopus (ψευδής, `falso´ +ἐ λέφας, `elefante´ +
πούς, `pie´). Pero también se encuentra la derivación: drymaria (δρυμός, `bosque´
+ -arius, `propio de´), ruellia (Rouelle, apellido + -ius, `relativo a´).
37
En la formación de adjetivos se encuentran varias categorías, como por
ejemplo:
-sustantivo + verbo: balsamifera (balsamum, `básamo´ + fero, `llevar´)
-adjetivo + sustantivo: longiflora (longus, `largo´ + flos, `flor´)
-sustantivo + sustantivo: myrtifolia (myrtum, `mirto´+ folium, `hoja´)
2.4 Glosario
Allium sativum L. N.c.: Ajo común. Flia.: AMARYLLIDACEAE. El nombre
genérico proviene del latin alium, ii, n.: `Ajo´. El epíteto específico proviene del adj.
lat. sativus, `Que se cultiva, a distinción de lo agreste o silvestre´.
Observación: Actualmente es cultivado y consumido en todo el mundo.
Amyris balsamifera L. N.c.: Cuaba blanca. Flia.: RUTACEAE. El nombre
genérico proviene del gr. ἂμυροϛ, ον: `No perfumado, inodoro´. El epít. espec.
proviene de la unión del s. lat. balsamum, -i, n.: `Bálsamo´, y el verb. lat. fero, tuli,
latum, irreg.: `Llevar, traer, portar´.
Obs.: La planta destila un bálsamo inodoro.
Bixa orellana L. N.c.: Bija. Flia.: BIXACEAE. El nombre genérico proviene de
la latinización del portugués ‘bixa’. Bija era el nombre dado al tinte obtenido de
esta planta en las comunidades Pijaos de Colombia. El epít. espec. constituye un
homenaje al explorador español Francisco de Orellana (1490-1546).
Obs.: La etimología se remite a una lengua aborigen de América que da
nombre a la planta cultivada en Colombia y el epít. espec. hace honor a Francisco
de Orellana.
Boerhaavia erecta L. N.c. Tostón. Flia.: NYCTAGINACEAE. El nombre
genérico está dedicado a Jan Gerard Wessels Boer) ( 1936-?) botánico y
pteridólogo neerlandés. El epít. espec. proviene del lat. erectus, a, um:
`Levantado, elevado, derecho. // Alto, noble, soberbio´.
Obs.: La etimología hace honor al botánico y pteridólogo J. G. Wessels Boer y
a la característica que posee la planta de permanecer con sus ramas bien
derechas.
Cecropia peltata L. N.c. Yagruma. Flia.: URTICACEAE. El nombre del
género proviene del lat. Cecropia, ae. f.: `Cecropia [foratleza de Atenas, Atenas] ´.
38
El epít. espec. proviene del lat. pelta, ae f.: `Pelta, pequeño escudo en forma de
media luna´. Peltatus, a, um: `Armado de pelta´.
Obs.: Hace alusión a la fortaleza que esta planta pasee en su tronco y a la
forma de escudo que sus hojas tienen.
Chenopodium ambrosioides L. N.c.: Apasote. Flia.: AMARANTHACEAE. El
nombre del género proviene del gr. χήν, -χηνός (ὁ,ἡ). s. ‘Oca, ganso, ánsar’, y del
gr. πούς, ποδός (ὁ): ‘Pie’. Χηνόπους,-ποδός (ὁ). s. Especie de quenopodio, planta
llamada vulgarmente ‟pie de ánade”. El epít. espec. proviene del lat. ambrosius o –
eus, a, um: ‘Como ambrosía; perfumado con ambrosía’; unido al suf. lat.: -oides, is, que indica semejanza.
Obs.: Sus hojas recuerdan la pata de los palmípedos, y la infusión de la planta
es dulce y aromática.
Cinnamomum camphora (L) J. Presl. N.c.: Alcanfor. Flia.: LAURACEAE. El
nombre del género proviene del gr. Κιννάμων, o Κιννάμωμον, que significa
`madera dulce´. Este término gr. probablemente proviene del hebreo quinamom,
que en el lenguaje de Malasia e Indonesia también quiere decir ‘madera dulce’.
Κιννάμωμον, -ου (τό). s.: ‘Canelo. (Parecerse al canelo)’. El epít. espec. proviene
del gr. κἄν( crasis de καἱ ἄν) adv. ‘Igualmente, también; aun’, y φορά, -ᾰς (ἡ). s.
‘Acción de llevar, de traer, de transportar’.
Obs.: Las especies de Cinnamomum poseen aceites aromáticos en sus hojas y
en la corteza al igual que el canelo.
Coccoloba uvifera L. N.c. Uva caleta. Flia.: POLYGONACEAE. El nombre
del género proviene del gr. Κόκκος, -ου: `Semilla, grano (particularmente de la
granada; fruto de forma globosa)´, y del latín coccus, cocci, m.: `Coco´. Y del gr.
Λοβός, -οῦ, (ὁ): `Lóbulo [lat. lobus, lobi, m.: lóbulo.]´. El epít. espec. proviene de la
unión del s. lat. uva, uvae, f.: `Uva, racimo´ y fero, tuli, latum 3: `Llevar, producir´.
Obs.: Se refiere a las hojas redondeadas, en forma de globo, semejantes al
coco, que presenta este género, y a la forma de los racimos de frutos que se
asemejan a los de la uva.
Coffea arabica L. N.c.: Café. Flia.: RUBIACEAE. El nombre del género
procede de la palabra Kafa, el lugar donde descubrieron el café, quahwah en
39
árabe. El epít. espec. proviene del lat. arabicus, a, um: `Procedente de la
Península Arábiga´.
Obs.: Tanto el nombre genérico como el epít. espec. hacen alusión al lugar de
origen de la especie, situado en Etiopía.
Coix lacryma-jobi L. N.c. Lágrima de Job. Flia.: POACEAE. El nombre del
género proviene del gr. Κοίξ, κοίκος; (ὁ): `Palma de Egipto´. El epít. espec.
proviene de la unión de la palabra lat. lacrima, ae f.: `Lágrima; gota, resina de
algunas plantas, y Iob indecl. m.: `Job´ (el patriarca paciente).
Obs.: La etimología del nombre genérico es de origen egipcio, el epít. espec.
hace referencia a la semejanza de sus semillas con las lágrimas atribuidas a Job,
personaje bíblico.
Cyrtopodium punctatum (L.)Lindl. N.c. Cañuela. Flia.: ORCHIDACEAE. El
nombre del género proviene de la unión del gr. κυρτῶν,-ῶνοϛ (ὁ) adj. y s.:
`Jorabado, encorvado´, con el s. gr.πούς, ποδός (ὁ): `Pie´. El epít. espec. proviene
del lat. punctatus, a, um: `Punteado, afilado´.
Obs.: El pie de la planta es encorvado y las hojas son acuminadas y plegadas
en la base.
Datura arbórea L. N.c. Campana. Flia.: SOLANACEAE. El nombre del
género proviene de la latinización del nombre de las Indias Orientales de la
Dathura o Dutra, usado por primera vez por Linneo. También deriva del nombre
del veneno dhât, que se prepara a partir de especies indias y fue utilizado por los
miembros de la letal secta thag. El epít. espec. proviene del lat. arboreus, a, um:
`Arbóreo, de árbol, parecido a un árbol´.
Obs.: El nombre genérico hace alusión al lugar de origen de la planta, y
probablemente a los efectos narcotizantes de sus flores, y el epít. espec. responde
al porte de la planta.
Datura fastuosa L. N.c. Chamisco blanco. Flia.: SOLANACEAE. Para el
nombre genérico ver entrada anterior. El epít. espec. proviene del lat. fastus, us,
m.: `Orgullo, soberbia, altanería´.
40
Obs.: El nombre genérico hace alusión al lugar de origen de la planta,
probablemente a los efectos narcotizantes, y el epít. espec., al porte elegante de
su corola.
Datura stramonium L. N.c.Chamisco. Flia. : SOLANACEAE. Para el nombre
genérico ver entrada anterior. El epít. espec. proviene del gr. στραβόϛ, ή, όν:
`Torcido, retorcido´ y μόνοϛ, η, ον: `Uno solo´.
Obs.: El nombre genérico hace alusión al lugar de origen de la planta,
probablemente a los efectos narcotizantes de sus flores, y el epít. espec. hace
referencia a los rasgos de las flores, que tienen un solo pétalo, el cual es retorcido.
Drymaria cordata L. N.c. Matemaco. Flia.: CARYOPHYLLACEAE. El nombre
del género proviene del gr.δρυμόϛ,-οῦ (ὁ): `Bosque, selva´. El epít. espec.
proviene del lat. cordatus, a, um: `Cordado, en forma de corazón´.
Obs.: La etimología hace referencia a características de la planta, que por la
unidad y abundancia de sus tallos de poca altura semejan la espesura de un
bosque, y sus hojas tienen forma de corazón.
Eclipta alba (L.) Hassk N.c. Eclipta blanca. Flia. : ASTERACEAE. El nombre
del género proviene del gr. ἐκλείπω: `Dejar, descuidar, desaparecer´. El epít.
espec. proviene del lat. albus, a, um: `Blanco; pálido, lívido´.
Obs.: Por su tamaño la flor, que además es blanca, se oculta entre las hojas.
Eucalyptus citriodora Hook N.c. Eucalipto de olor a limón. Flia.:
MIRTACEAE. El nombre del género proviene de la unión del gr. εủ adv. : `Bien,
como es debido; con regularidad, ajuste o perfección´. Y del griego καλυπτός, , ή,
όν, adj.: `Cubierto. // Que cubre´. El epít. espec. proviene de la unión del latín
citrus, i f.: `Limonero, cidro´, y odor –oris m.: `Olor, perfume, aroma´.
Obs.: De manera general hace referencia a la yema de sus flores, puesto que
el cáliz y la corola están unidos por una especie de tapadera que cubre los
estambres y el pistilo; de esta peculiaridad procede su nombre en griego `bien
cubierto´. Hace alusión al olor muy fuerte que se desprende de las hojas de esta
planta, de olor a limonero, a limón.
Euphorbia
hirta
(L.)
Millsp.
N.c.
Lechera,
malcasada.
Flia.:
EUPHORBIACEAE. En 1753, Carlos Linneo asignó el nombre a todo el género en
41
Species Plantarum, en honor al médico griego del rey Juba II de Mauritania (52 a
50 a. C. – 23), Euphorbus. El epít. espec. proviene del lat. hirtus, a, um: `Velloso,
cerdoso, hirsuto´.
Obs.: Alude a los vellos cerdosos minúsculos que presenta el pedúnculo de las
inflorescencias de esta planta.
Hippobroma longiflora (L.) G. Don N.c. Revienta caballos. Flia.:
CAMPANULACEAE. El nombre del género proviene de la unión del gr. ἵπποϛ, ου
(ὁ):`Caballo´, con βρόμιον, ου (τό): ` Alimento´. El epít. espec. proviene de la unión
del lat. longus, a, um : `Largo´, con el suf. --florus, a, um: `De flores. // Cubierto de
flores, florido´.
Obs: Sirve de alimento a los caballos y sus flores son largas.
Hymenaea torrei Leon. N.c.: Caguairán amarillo. Flia.: FABACEAE. El
nombre del género proviene del gr. ὑμήν, ένος (ὁ). s. ‘Membrana; película que
envuelve algún órgano del cuerpo; piel fina. // Cápsula’. El epít. espec. constituye
la dedicatoria de la especie al prestigioso médico, químico, y botánico
estadounidense John Torrey (15 de agosto de 1796 - 10 de marzo de 1873).
Obs.: La etimología alude a la forma que adopta el cáliz en forma de cápsula, y
a la honra al prestigioso médico, químico, y botánico estadounidense John
Torrey.
Jasminum grandiflorum L. N.c. Jazmín poético. Flia.: OLEACEAE. El
nombre del género proviene del árabe hisp. yas[a]mín, a su vez del árabe clásic.
jāzmīn y este del pelvi yāsaman, `regalo de Dios´. El epít. espec. proviene de la
unión del lat. grandis, e : `Grande, de grandes proporciones, grandioso, elevado,
sublime´, y del suf. lat. -florus, a, um: `De flores. // Cubierto de flores, florido´.
Obs.: El nombre genérico hace referencia a la hermosura de las flores de este
género, y el epít. espec., a las grandes proporciones de las flores de esta especie.
Jatropha multifida L. N.c. Nuez vómica cubana. Flia.: EUPHORBIACEAE.
El nombre del género proviene del gr. ỉατρόϛ, οῦ (ὁ): `Médico´, y de τροφόϛ, οῦ (ἡ):
`Nodriza´. El epít. espec. proviene de la unión del lat. multus, a, um: `Mucho,
abundante. // Asiduo, frecuente. // Numeroso´, y findo, fidi, fissum 3 tr.: `Hender,
abrir, dividir, rajar´.
42
Obs.: Hace referencia a las cualidades medicinales, nutritivas y a las
numerosas hendiduras de sus hojas.
Justicia pectoralis Jacq. N.c. Tila Flia. : ACANTHACEAE. El nombre del
género proviene del lat. iustitia, ae f.: `Justicia, equidad// Derecho// Santidad´. El
epít. espec. proviene del lat. pectoralis, e : `Relativo al pecho´.
Obs.: La etimología hace referencia a los efectos sedativos que provoca en el
alma, que popularmente se localiza en el pecho, y probablemente también la
equidad en la distribución de sus hojas.
Lantana camara L. N.c. Santuario. Flia.: VERBENACEAE. El nombre del
género proviene del gr. λανθάνω: `Estar o seguir oculto; permanecer oculto a
alguien; ignorado de alguien. // Hacer olvidar. // Olvidarse de. // Omitir. // Pasar
inadvertido´. El epít. espec. proviene del lat. camara, ae. f.: `Bóveda, techo
abovedado´. Del gr. καμάρα, ας (ἡ).s. `Bóveda, arcada. // Dosel de cama. // Carro
cubierto. // Góndola cubierta´.
Obs.: La inflorescencia tiene forma de bóveda como si ocultara algo.
Mangifera indica L. N.c. Mango. Flia.: ANACARDIACEAE. El nombre del
género proviene del ingl. mango, este del port. manga, y este a su vez del tamil
mānkāy. El epít. espec. proviene de la unión del lat. fero, tuli, latum, irreg.: `Llevar,
traer, portar´ y del gr. Ỉνδικός, ή, όν adj.: `De la India, indio, índico´.
Obs.: Árbol originario de la India que produce un fruto denominado “mango”.
Mucuna pruriens (L.) DC. N.c. Pica-pica. Flia.: FABACEAE. El nombre del
género proviene del lat. muccus, i m.: `Moco´. El epít. espec. del lat. prurio, ii, itum,
4 tr.: `Sentir comezón´.
Obs.: Alude a la forma colgante de sus flores y frutos, y los pelos estrellados
que presentan los frutos y que causan severa alergia y comezón al ponerse en
contacto con la piel.
Musa paradisiaca L. N.c.Plátano. Flia.: ANACARDIACEAE. El nombre del
género proviene del lat. musa, ae f.: `Musa. // Canto, poema´. El epít. espec.
proviene del gr. παράδεισοϛ, ου (ὁ):` Jardín´ [lat. paradisus, i m.: `Jardín. // Paraíso
terrenal]´.
Obs.: El nombre hace alusión al exquisito sabor de sus frutos.
43
Palicourea crocea (Sw.) Roem. &Schult. N.c. Tapa camino. Flia.:
RUBIACEAE. El nombre del género proviene del gr. πάλι adv., apócope de πάλιν
adv. `Hacia atrás; atrás; en sentido inverso; de nuevo; una y otra vez´. Del gr.
κουρίς ίδος (ἡ): `Que esquila, que afeita.// Tijeras; navaja de afeitar// Peinador´. El
epít. espec. proviene del gr. κρόκεος, α, ον.: `Azafranado´.
Obs.: Hace referencia a las flores que son muy sencillas, glabras, de color
azafranado.
Pectis leonis Rydb. N.c. Tebenque. Flia.: ASTERACEAE. El nombre del
género proviene del lat. pectus, -oris n.: `Pecho´. El epít. espec. proviene del lat.
leo, -onis: m.: `León´.
Obs.: Hace referencia a su uso medicinal, relacionado con las enfermedades
respiratorias. La flor es hirsuta y del color de la cabellera del león.
Phaseolus lunatus L. N.c.Frijol caballero. Flia.: FABACEAE. El nombre del
género proviene del gr. φάσηλος, ου (ὁ): `Frijol. //Chalupa alargada, brote
alargado´. El epìt. espec. proviene del lat. luna, ae .f.: `Luna´ .
Obs.: Debe su nombre genérico a la forma de la vaina, que parece un bote
alargado, y a las semillas blancas en forma de media luna.
Phyla nodiflora (L.) Greene N.c. Orozuz. Flia.: VERBENACEAE. El nombre
del género proviene del lat. phylum, a. m.: `Género, grupo de plantas cuyas flores
surgen de los nodos de los tallos ´. El epìt. espec. proviene de la unión del lat.
nodus, i, m.: `Nudo [de los vegetales]´, y el suf.-florus, a, um : `De flores// Cubierto
de flores, florido´.
Obs.: En referencia a las flores que surgen de los nodos de los tallos.
Physalis pubescens L. N.c. Vejiga de perro. Flia.: SOLANACEAE. El
nombre del género proviene del gr. φυσαλίϛ, -ίδοϛ (ἡ): `Burbuja, vejiga´. El epít.
espec. proviene del lat. pubescens -entis: `Cubierto de bello´.
Obs.: El fruto es como una burbuja peluda.
Pluchea carolinensis (Jacq.) G. Don N.c. Salvia del país. Flia.:
BORAGINACEAE. Proviene del gr. πλόχανον, ου (τō): `Tentáculo de pulpo´. El
epít. espec. señala el lugar de origen de la especie, de Carolina.
44
Obs.: El nombre genérico hace referencia a las flores que parecen tentáculos
de pulpo, y la planta es originaria de las Carolinas.
Plumbago scandens L. N.c. Malacara. Flia.: PLUMBAGINACEAE. El nombre
del género proviene del latín plumbum, -i, n.: `Plomo, estaño´, y el sufijo –ago, que
indica remembranza o conexión. El epít. espec. proviene del lat. scando, ndi,
nsum: `Subir, trepar, escalar´ .
Obs.: El nombre hace referencia, de manera general, tanto al color azul
plomizo de las flores de algunas especies como a que antiguamente se creía que
era la cura para el envenenamiento con plomo. Esta especie no se mantiene
erguida por sí misma, y necesita un soporte para encaramarse: otra planta, un
muro, un peñasco, etc.
Polypodium aureum L. N.c.: Calaguala. Flia.: POLIPODIACEAE. El nombre
del género proviene del lat. polypodium, y este del gr. πολυπόδιον, dim. de
πολύπους: `De muchos pies´. El epít. espec. proviene del lat. aureus, a, um: `
Àureo, de oro.// Hermoso como el oro, espléndido.// Dorado, de color de oro,
trabajado en oro, adornado de oro´.
Obs.: Alusión a las especies de este género, que son monoicas (los sexos de
las plantas están separados en diferentes pies de planta), y a la coloración dorada
de los soros.
Prunus myrtifolia (L.) Urb. N.c. Cuajaní hembra. Flia.: ROSACEAE. El
nombre del género proviene del lat. prunus, us f.: `Ciruelo, ciruela´. El epít. espec.
proviene de la unión de las palabras lat. myrtum,-i.n.: `Mirto´, y folium, -ii n.: `Hoja,
follaje´.
Obs.: El fruto es semejante a una ciruela, y myrtifolia hace alusión a la
semejanza que tienen las hojas de esta planta con las de la familia MYRTACEAE.
Prunus occidentalis Sw. N.c. Cuajaní. Flia.: ROSACEAE. Para el nombre
genérico ver entrada anterior. El epít. espec. proviene del lat. occidentalis, e:
`Occidental´.
Obs.: El fruto es semejante a una ciruela, y se cultiva en el hemisferio
occidental.
45
Pseudelephantopus spicatus (Juss.) Rohn. N.c. Lengua de vaca. Flia.:
ASTERACEAE. El nombre del género proviene de la unión del. gr. ψευδής, ές
adj.: `Falso´, y del gr. ἐλέφαϛ, -αντοϛ (ὁ): `Elefante, marfil´. con el s. gr.πούς,
ποδός (ὁ): `Pie´. El epít. espec. proviene del lat. spica, ae f.: `Punta, espiga.//
Cabeza´.
Obs: Las flores se dan en espigas y el pedúnculo cubierto por hojas toma un
grosor semejante a una pata de elefante.
Rheedia aristata Griseb. N.c. Manajú. Flia.: CLUSIACEAE. El nombre del
género se debe al naturalista holandés Hendrik van Rheede. El epít. espec.
proviene del lat. aristatus, a, um: `Aristado, que tiene aristas´.
Obs.: Es un homenaje al naturalista holandés Hendrik van Rheede, y señala la
característica de la especie donde la venación de las hojas sobresale en forma de
arista.
Ruellia tuberosa L. N.c. Salta perico. Flia.: ACANTHACEAE. El nombre del
género se debe al farmacéutico y químico francés Hilaire-Marie Rouelle (Mathieu,
1718 – París, 7 de abril de 1779). El epít. espec. proviene del lat. tuber-eris n.:
`Joroba, excrecencia, tumor, hinchazón. // Trufa´.
Obs.: En honor al farmacéutico y químico francés Hilaire-Marie Rouelle y a las
características de la especie, que tiene sus raíces hinchadas.
Sapindus saponaria L. N.c. Jaboncillo. Flia.: SAPINDACEAE. El nombre del
género proviene del lat. sapindus, a, um: `Tener sabor. //Oler´. El epít. espec.
proviene del gr. σάπων, σαπώνοϛ (ὁ): `Jabón´.
Obs.: Su fruto es oloroso y su pulpa contiene gran cantidad (30%) de una
sustancia llamada saponina. Al estrujar los frutos, estos hacen espuma, que antes
se usaba como jabón para lavar la ropa, por lo que se le dio el nombre común de
jaboncillo. También tiene uso en perfumería y farmacia (tinturas y emplastos).
Senna occidentalis (L.) Link N. c. Yerba hedionda. Flia.: FABACEAE. Debe
el nombre del género a su color amarillo siena, por el tipo de arcilla natural de
Siena, ciudad de Umbría. El epít. espec. proviene del lat. occidentālis, e adj.:
`Perteneciente o relativo al Occidente; natural de occidente´.
Obs.: Alude al color de sus flores y al posible origen de esta planta, Occidente.
46
Smilax domingensis Willd. N.c. Raíz de China. Flia.: SMILACACEAE. El
nombre del género proviene del gr. Σμίλαξ,-ακος (ἡ) y a veces (ὁ) s. `Especie de
haba comestible. Smilax recibe su nombre del mito griego de Crocus y la ninfa
Smilax. Mito que siempre gira en torno al amor frustrado y trágico de un hombre
mortal que es convertido en una flor, y una ninfa del bosque que se transforma en
una parra. Smilax, nombre clásico de varias plantas trepadoras volubles´. El epít.
espec. proviene del lat. domingensis, -e, epíteto que significa: `De república
dominicana´, en su sentido más amplio.
Obs.: Hace referencia a la belleza de sus flores y a la semejanza de sus frutos
con una especie de haba comestible o parra, así como a su lugar de origen.
Solanum mammosum L. N.c. Pechito. Flia.: SOLANACEAE. El nombre del
género proviene del lat. solaris, e: `Solar, del sol´. El epít. espec. proviene del lat.
mamma, ae f.: `Mama, pecho, teta, ubre´.
Obs. : El nombre genérico hace alusión a que la corola y los estambres de la
flor tienen forma de sol, y el epít. espec. hace alusión a la forma del fruto, similar a
una mama.
Tamarindus indica L. N.c. Tamarindo. Flia.: FABACEAE. El nombre del
género proviene del árabe tamrhindī,
( dátil de la India). El dátil es una
fruta obtenida de la palmera datilera (Phoenix dactylifera), alimento básico para
países del Magreb. El epít. espec. proviene del adj. gr. Ἰνδικός, ή, όν [lat. indicus],
que significa `indio; de la India; Índico´.
Obs.: Alude el posible origen de la planta, la India.
Tournefortia
gnaphalodes
(L.)
R.Br.
N.c.
Salvia
del
país.
Flia.:
BORAGINACEAE. Debe el nombre del género a Joseph Pitton de Tournefort (5
de junio de 1656—28 de diciembre de 1708 ) botánico francés, destacado como el
primero en hacer una distinción clara de género para las plantas.. El epít. espec.
proviene del gr. γναφαλώδηϛ, εϛ: `Lanudo, algodonoso´.
Obs.: Hace honor al botánico Joseph Pitton de Tournefort y a una
característica de las flores de la especie.
Zanthoxylum
martinicense
(Lam.)DC
N.c.:
Ayúa
amarilla.
Flia.:
RUTACEAE. El nombre del género proviene del gr. ζάνθιον, -ου (τό). s.: `Arzolla,
47
planta que servía para teñir el cabello de rubio´ y de ξύλον,-ου (τό).s.: `Madera;
leña, tronco, madero. //Árbol´. El epìt. espec. proviene del lugar de origen de la
planta, martinicensis, e: `De Martinica´.
Obs. : Árbol de madera amarillenta originario de la isla de Martinica.
48
Conclusiones



Se analizó la nomenclatura de 48 especies, que comprenden 96 términos,
ya que en todos los casos se trató de nomenclatura binomial. El análisis
reveló la presencia de 120 segmentos etimológicos.
Las categorías gramaticales que dan lugar a los 120 segmentos
etimológicos son sustantivos (61,66 %), adjetivos (26,66 %), verbos (7,5 %),
adverbios (2,5 %), conjunciones (0,83 %) y pronombres (0,83 %).
El origen de las etimologías de los 120 segmentos se encuentra en la
apariencia (52,41 %), la función (21,77 %), el lugar de origen (9,67 %), la
honra a personajes famosos y célebres (8,06 %), la consistencia (2,41 %),
el hábitat (1,61 %), el nombre primitivo (1,61 %) y la filiación taxonómica
(0,80%).
49
Recomendaciones
1. Emplear los resultados como documento de consulta para investigadores y
estudiantes de las Ciencias Biológicas y también de Letras.
2. Extender este tipo de estudio a otros grupos taxonómicos.
50
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56
Anexos
Anexo No.1 Rangos y categorías de la clasificación taxonómica
Español
Latín
Sufijo
Reino
Regnum
División
Divisio
-phyta
Clase
Classis
-opsida
Orden
Ordo
-ales
Familia
Familia
-aceae
Genero
Genus
Sección
Sectio
Serie
Series
Especie
Species
Variedad
Varietas
Forma
Forma
Anexo No. 2 Lista actualizada de las plantas medicinales con uso antiasmático registradas
en Cuba.
Familia botánica
AMARYLLIDACEAE
Nombre científico
Allium sativum L.
LAURACEAE
Cinnamomum
camphora (L) J. Presl
AMARANTHACEAE
Chenopodium
ambrosioides L.
Zanthoxylum
Nombre vulgar
Ajo
ajo común en cuba
Alcanfor
Sinonimias
1
2
Cinnamomum
camphora T. Ness &
Ebern.
Camphora
camphora (L.) Karst,
Laurus camfhora L.
Apasote
3 C. anthelminticum
pasote,
semen L.
Dysphania
contra(Antillas)
ambrosiodes
(L.)
Mosyakin
&
Clemants
Ayua
4
Fagara
57
RUTACEAE
BIXACEAE
FABACEAE
RUBIACEAE
POLIPODIACEAE
SOLANACEAE
ORCHIDACEAE
ARECACEAE
RUTACEAE
ROSACEAE
ayua amarilla,ayua martinicensis Lam., Z
macho,ayuda(cuba)
lanceolatum Poir., Z.
juglandifolium
Berterianum DC.
Bixa orellana L.
Bija
5
Achote,
achiote
( cuba, México)
Hymenaea
torrei Caguairán amarillo
6
H.
verrucosa
Leon.
Copal de la india
Gaertn.
Coffea arabica
(Café
en
cuba 7
var.stenophyllea
L.
nombre
vulgar) Bello
=
Chione
cafeto
venosa (Sw.) Urb.
var. venosa
Polypodium aureum L. Calaguala,
8
P.areolatum
carraguala
Humb.&Bompl.,
Phlebodium aureum
J. Smith.
Datura arborea L.
Campana,
9
Brugmansia
Bijaura,
flor
de arborea (L.) Steud.
campana
Cyrtopodium
Cañuela
10
Epidendrum
punctatum(L.)Lindl.
punctatum
L.
Epidendrum filiforme
Sw.
Cocos nucifera L.
Cocotero,
11
Coco
Amyris balsamifera L. cuaba blanca,
12
A.
sylvatica
cuaba
Griseb.
sensu
A.
Rich.=
Amyris balsamífera L.
Prunus
occidentalis Cuajaní,
13
Laurocerasus
Sw.
almendro
occidentalis Roem.
Cerasus occidentales
(Sw.)Dum. Cours.=
Prunus occidentalis
Sw.
martinicense
(Lam.)DC.
ROSACEAE
Prunus myrtifolia (L.) cuajaní hembra
Urb.
SOLANACEAE
Datura stramonium L.
SOLANACEAE
Datura fastuosa L.
Chamico,
Clarín
chamico blanco
ASTERACEAE
Eclipta alba (L.) Hassk.
eclipta blanca
58
14
Celastrus
myrtifolius L., Laurocerasus myrtifolia (L.)
Britton
15 D. tatula L.
16 D. metel L.
Datura inoxia Mill.
17 Eclipta postrata
(L)L. E.erecta L.,
Verbesina alba L.
MIRTACEAE
VERBENACEAE
FABACEAE
SOLANACEAE
SAPINDACEAE
Eucalyptus citriodora Eucalipto
Hook
Eucalipto de olor a
limón
Lantana camara L.
Filigrana
Santuario, verbena
morada
Phaseolus lunatus L.
frijol caballero
frijol de lima
Solanum mammosum güirito de pasión
L.
pechito
Sapindus saponaria L. Jaboncillo
OLEACEAE
Jasminum
grandiflorum L.
POACEAE
Coix lacryma-jobi L.
ASTERACEAE
PLUMBAGINACEAE
ANACARDIACEAE
CARYOPHYLLACEAE
EUPHORBIACEAE
VERBENACEAE
jazmín poético
18
Eucalyptus
maculata Hook.var.,
citriodora Bailey
19
L.
scarbrida
Soland, L. aculeata L.
20
Phaseolus
portoricensis Bertero
ex Spreng. Phaseolus
polystachios sensu
Liogier
21
22 S. inaequalis D.C.,
S.marginata Willd.
f.ineaqualis
DC,
Radalk
23
Jasminum
officinale
sensu
A.Stahl
24
lágrima de Job
Cuentas de doña
Juana, lágrimas de
Moisés, Santa Juana,
Santa María
Pseudelephantopus
lengua de vaca
25
Distreptus
spicatus (Juss.) Rohn.
spicatus
Cass,
Elephantopus
spicatus Juss.
Plumbago scandens, Malacara,
26
Lin.
dentelaria,
Mangifera indica L.
Mango, manga
27
Drymaria cordata (L.) matemaco
28
Holosteum
Willd. Roem. & Schult.
cordatum
L.
Drymaria
ramosissima sensu
Kuntze
Drymaria
adenophora Urb.
Jatropha multifida L.
nuez vómica cubana, 29
Adenoropium
castaña
purgante, multifidum
Pohl.,
ceibilla americana, Curcas
multifida
chayo coral, Don Endl.
Tomas, ipecacuana,
piñón vómico
Phyla nodiflora (L.) Orozuz
30 Lippia nodiflora
Greene
(L.)
Michx.
var.
nodiflora
Verbena
59
nodiflora L. Phyla
fruticosa
(Mill.)
K.Kenn. ex Wunderlin
& B.F Hansen
31 Dolichos pruriens
L. M. prurita Wight.,
Ztizolobium pruritum
(Wight) Piper
FABACEAE
Mucuna pruriens (L.)
DC.
MUSACEAE
Musa paradisiaca L.
SMILACACEAE
33 S. domingensis
sagreana A. DC., S.
pseudo- china A. Rich
34 Lobelia longiflora
L., Isotoma longiflora
(L.) C.Presl, Laurentia
longiflora
(L.)
E.Wimm.
Ruellia tuberosa L.
Salta
perico, 35 Cryphiacanthus
dinamita, fulminante. barbadensis Nees.,
Ruellia clandestina L.
Pluchea carolinensis salvia del país
36 Pluchea odorata
(Jacq.) G. Don
Tournefortia
Salvia
marina, 37
Heliotropium
gnaphalodes (L.) R.Br. alhucema, alhucema gnaphalodes
L.,
de costa, balsamillo, Mallotonia
incienso de costa, gnaphalodes Britt.
incienso de costa,
incienso de playa.
Tamarindus indica L.
Tamarindo
38 T. occidentalis
Gaertn.
Palicourea
crocea tapa
camino, 39 Palicourea DC.,
(Sw.) Roem. & Schult. taburete
Pal. Riparia Benth.,
Psychotria crocea
Sw., Ps. riparia Sw.
Palicourea coccinea
Poit. ex DC.
Pectis leonis Rydb.
tebenque
40
Justicia
pectoralis Tila, carpintero, te 41
Dianthera
Jacq.
criollo, tilo.
pectoralis
(Jacq.)
Murray,
Ecbolium
pectorale
(Jacq.)
Kuntze, Rhytiglossa
pectoralis
(Jacq.)
CAMPANULACEAE
LOBELIACEAE
ACANTHACEAE
ASTERACEAE
BORAGINACEAE
FABACEAE
RUBIACEAE
ASTERACEAE
ACANTHACEAE
Picapica
Plátano,
plátano
hembra,
plátano
macho, plátano tres
cuartos.
Smilax domingensis raíz de china, bejuco
Willd.
chino, zarzaparrilla
de la tierra
Hippobroma
revienta
caballos,
longiflora (L.) G. Don
Quibey
60
32 Musa sapientum
L., Musa AAB, sterile
triploids
NYCTAGINACEAE
POLYGONACEAE
SOLANACEAE
URTICACEAE
EUPHORBIACEAE
FABACEAE
Nees.
Tostón, mata pavo, 42 B.caribaea Jacq.,
pendejo de perro.
B. coccinea Mill., B.
hirsuta Willd., B.
paniculata
L.C.
Richard,
B.viscosa
Lag et Rodr.
Coccoloba uvifera L.
uva caleta, uvero
43 C. leogamensis
Jacq.,
Polygonum
uvifera L.
Physalis pubescens L.
Vejiga de perro, 44
P.barbadensis
farolito, pantomima, Jacq., P. hirsuta
revienta caballo.
Dunal.,
Physalis
ramosa Mill., Physalis
turbinata Medik.
Cecropia peltata L.
Yagruma, yagruma 45 C., obtusa Cook &
hembra
46
Collins;
Coilotapalus peltata
Hitchcock.
Euphorbia hirta L
Yerba de la niña, 47Chamaesyce hirta
golondrina, lechera, (L.) Millsp.E.pilulifera
malcasada, yerba de aut.,
Euphorbia
boca.
ophthalmica Pers.
Senna occidentalis (L.) Yerba
hedionda, 48
Cassia
Link, Handbuch
brusca,
guanina, occidentalis L.
martinica, platanillo. C. foetida Pers.,
Ditremexa
occidentalis Britt &
Rose,
Boerhaavia erecta L.
61
Anexo No. 3 Tabla de abreviaturas del glosario.
Tabla de abreviaturas
adj.………………….. Adjetivo
lat…………… Latín
adv. ………………… Adverbio
m…………… Masculino
bot…………………… Botánica
n……………… Neutro
clásic …………………Clásico
N.c…………… Nombre común
dim.……………………Diminutivo
Obs…………. Observación
epít. espec. …..……Epíteto específico
port………….. portugués
Flia………………………Familia
suf…………….. Sufijo
f………………………… Femenino
s………………. Sustantivo
gen…………………….. Genérico
tr………………. Transitivo
gr……………………….. Griego
v………………. Ver
hisp……………………. Hispánico
verb…………. Verbo
ingl……………………… Inglés
irreg……………………... Irregular
62
Anexo No.4 Alfabeto griego.
63
El alfabeto latino y su pronunciación
El alfabeto latino, procede de una variante del alfabeto griego. En la época clásica,
constaba de los siguientes signos:
A, B, C, D, E, F, G, H, I, K, L, M, N, O, P, Q, R, S, T, V, X, Y, Z.
Su pronunciación era casi idéntica a la castellana, con las siguientes excepciones:
C: era siempre oclusiva velar sorda (= K), salvo en las abreviaturas C. y Cn. de
algunos nombres como Gaius y Gnaeus, donde conservó su primitivo valor de G
(gamma).
G: sonaba siempre como oclusiva velar sonora, incluso ante E, I. Este signo se
creó en el siglo IV a. C., cuando la C sustituyó a la K, letra que sólo persistió en
algunos nombres.
H: (antigua aspiración) no sonaba en la época clásica, excepto en el grupo PH,
que aparece en préstamos del griego y que pronunciamos como F.
I: puede aparecer como vocal o como consonante. En este último caso, no
constituye sílaba y suena como nuestra y en ya o mayor: (iam, monosílabo);
(maior, bisílabo, con acento en la a).
V: en la escritura cursiva adoptó la forma redondeada u también puede ser vocal o
consonante.
Z: es una consonante doble (=T + S) incorporada del alfabeto griego. Nótese que
también la x es la expresión de un grupo consonántico (k + s).
En el latín clásico existían diez vocales: cinco breves (ă, ĕ, ĭ, ŏ, ŭ) y cinco largas
(ā, ē, ī, ō, ū), de duración teóricamente doble a la de aquellas.
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