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Radiología. 2011;53(2):183—185
www.elsevier.es/rx
CASOS PARA EL DIAGNÓSTICO
Solución del caso 27. Gasoma intrapericárdico夽
Solution to case 27. Intrapericardial gossypiboma
J. Pereda Rodríguez ∗ , J. González Llorente, P. Pérez Sánchez y T. Pirogova
Radiología, Complejo Hospitalario de Segovia, Castilla y León, España
Recibido el 9 de noviembre de 2009; aceptado el 5 de febrero de 2010
Historia clínica
Paciente con antecedentes de síndrome coronario agudo
hace 3 años que requirió by-pass coronario. Desde entonces
presentaba disnea de esfuerzo con incremento durante los
últimos meses. Acude a Urgencias por insuficiencia cardíaca
congestiva en edema agudo de pulmón.
Hallazgos de imagen
Tórax PA (fig. 1): aumento del índice cardiotorácico,
derrame pleural derecho y cambios posquirúrgicos secundarios a esternotomía media. Se evidencia una masa
paracardíaca izquierda, confirmada en la proyección lateral
(fig. 2) de localización retrocardíaca con imagen radioopaca
de aspecto lineal superpuesta a la masa.
Se realiza ecografía subxifoidea de la región cardíaca
(fig. 3) y se aprecia una masa heterogénea (7,5×7,6 cm) que
comprime la pared lateral del ventrículo izquierdo. La masa,
夽 Para conocer el listado de participantes que acertaron su diagnóstico y obtuvieron créditos hay que dirigirse a la página web de la
SERAM (www.seram.es) dentro del apartado de la revista Radiología.
∗ Autor para correspondencia.
Correo electrónico: [email protected]
(J. Pereda Rodríguez).
de aspecto complejo, presenta zonas quísticas, superficie
lobulada e imágenes hiperecoicas en su interior con sombra
acústica. Presenta derrame pericárdico asociado.
La TC sin CIV corrobora la presencia de una masa hipodensa de 11×9 cm, bien definida, polilobulada, adyacente
al borde izquierdo del corazón, que tras la administración
de contraste (fig. 4) muestra un patrón hipocaptante con
leve realce de sus bordes. Esta masa tiene localización
intrapericárdica y se extiende anteroinferiormente entre
las hojas del pericardio y comprime al ventrículo izquierdo
y, en menor grado, a la aurícula izquierda. En el interior
de la masa se observan imágenes lineales de alta densidad. Pequeño derrame pericárdico y pleural derecho. No se
evidencia afectación miocárdica.
Discusión
Ante una masa intrapericárdica, los diagnósticos diferenciales más frecuentes para considerar son quistes, divertículos
pericárdicos, lipomas y tumores pericárdicos1 .
Radiológicamente, los quistes pericárdicos son masas
homogéneas con densidad próxima a 0 UH, de paredes finas,
lisas, que no realzan tras contraste. En nuestro medio es
obligado descartar la posibilidad de un quiste hidatídico
que frecuentemente presenta aspecto multivesicular y calcificaciones. A diferencia de los quistes pericárdicos, los
divertículos se comunican con la cavidad pericárdica y pue-
0033-8338/$ – see front matter © 2009 SERAM. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.
doi:10.1016/j.rx.2010.02.011
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Figura 1 Radiografía posteroanterior de tórax: aumento del
índice cardiotorácico con masa paracardíaca izquierda e imagen radioopaca de aspecto lineal superpuesta a esta (flecha).
Derrame pleural derecho. Cambios posquirúrgicos secundarios
a esternotomía media.
den mostrar variación en el tamaño con los cambios de
posición.
Tanto la pericarditis crónica, preferentemente tuberculosa, como el infarto de miocardio crónico, sobre todo si
presenta dilatación aneurismática ventricular o hematomas
calcificados, pueden presentar calcificaciones lineales que
simulen los hallazgos descritos en la radiografía de tórax.
Figura 2 Radiografía lateral de tórax: se confirma la masa
paracardíaca izquierda de localización retrocardíaca (*) con
imagen radioopaca de aspecto lineal superpuesta a la masa
(flecha).
J. Pereda Rodríguez et al
Figura 3 Ecografía subxifoidea. Corte transversal de la región
cardíaca: masa heterogénea (7,5×7,6 cm), con zonas quísticas,
superficie lobulada e imágenes hiperecoicas en su interior con
sombra acústica posterior. La masa comprime la pared lateral
del ventrículo izquierdo.
El descarte diagnóstico de lipomas, liposarcomas bien
diferenciados, dermoides y teratomas es posible en este
caso, por la ausencia de la densidad grasa propia de estos
tumores.
La mayoría de los tumores pericárdicos se presentan
(a diferencia de nuestro caso) como masas de densidad
similar al tejido blando que muestran realce en la TC
contrastada, y pueden presentar calcificaciones o derrame
pericárdico hemorrágico. Estadísticamente, los tumores pri-
Figura 4 Corte axial de la tomografía computarizada torácica
tras la administración de contraste intravenoso: masa hipocaptante con leve realce de sus bordes, bien definida, polilobulada,
adyacente al borde lateral izquierdo del corazón (*). Esta masa
tiene localización intrapericárdica que comprime al ventrículo
y a la aurícula izquierda con pequeño derrame pericárdico asociado. En el interior de la masa se observan imágenes lineales
hiperdensas (flecha). Derrame pleural derecho.
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Solución del caso 27. Gasoma intrapericárdico
marios son más raros que los secundarios. El mesotelioma
es el tumor maligno primario más frecuente del pericardio.
También pueden verse el fibrosarcoma y el angiosarcoma.
Los tumores secundarios se producen por extensión desde el
mediastino, el pulmón o la vía hematógena1 .
La presencia de una masa como la observada, con los
antecedentes personales descritos, nos obliga a considerar
otros diagnósticos menos frecuentes como son el absceso
(acompañados de clínica infecciosa) y, como es nuestro caso,
el gasoma.
El diagnóstico de gasoma (también llamado corpus aliénum, oblitus, textiloma, gossypiboma, etc.) resulta en
ocasiones un reto y genera dificultades diagnósticas según su
localización y cronicidad. La sintomatología es inespecífica
y puede aparecer años después de una cirugía practicada,
por lo que su sospecha frecuentemente tiene como base un
hallazgo radiográfico2—4 .
La clínica del gasoma puede ser aguda o crónica. En la primera existe una respuesta inflamatoria con abscesificación
del tejido circundante, mientras que la crónica se caracteriza por encapsulamiento del cuerpo extraño con fibrosis
asociada, sin síntomas específicos, y puede permanecer sin
detectarse durante años. En el postoperatorio inmediato,
la imagen radiológica puede ser erróneamente interpretada
como hemorragia, hematoma o absceso; mientras que en los
casos de larga evolución los diagnósticos equívocos más frecuentes son el quiste hidatídico, las lesiones micóticas, las
masas intrapulmonares e, incluso, las neoplasias2,6 .
Generalmente, los marcadores radioopacos del material quirúrgico se reconocen con técnicas de imagen, pero
pueden mal interpretarse como calcificaciones, restos de
marcapaso, etc., sin sospecharse siquiera la verdadera naturaleza del agente causal. Inversamente y dada la gran
variedad del material quirúrgico empleado actualmente,
existe la posibilidad de diagnosticar, erróneamente, como
gasoma el material quirúrgico radioopaco (suturas, prótesis, etc.), por esto se recomienda magnificar la imagen del
cuerpo extraño para su mejor valoración morfológica. De
forma general, los marcadores de las gasas muestran una
estructura más irregular y una localización más arbitraria
que el resto del material quirúrgico7 .
En ocasiones, el marcador no es visible, debido a que
se haya degradado o que la cirugía se realizó en los años
en los que el marcaje del material no estaba normado, por
esto, la ausencia del marcador no descarta el diagnóstico de
gasoma3,4 .
Ecográficamente, podemos dividir los hallazgos en 3
tipos: i) área ecogénica con sombra acústica posterior; ii)
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masa quística definida con material hiperecogénico, y iii)
patrón inespecífico con masa compleja. Todos los tipos descritos se acompañan generalmente de sombra acústica por
la presencia de marcadores, gas o calcificaciones6 .
La TC es la prueba de elección dada su alta sensibilidad
y especificidad para la detección de cuerpos extraños y sus
complicaciones3,4 .
El hallazgo tomográfico más específico es la identificación de marcadores radioopacos, frecuentemente asociados
a un patrón espongiforme por la presencia de burbujas (que
no necesariamente significa la presencia de absceso). Este
patrón acompaña a una masa, generalmente circunscrita,
heterogénea, con componente quístico bien encapsulado,
que tras el CIV experimenta un comportamiento hipocaptante, con paredes finas hipercaptantes, aunque en
ocasiones y en dependencia del tiempo de evolución pueden
observarse paredes gruesas2,4—6 .
Dada la versatilidad de la clínica y lo inespecífico de
los hallazgos radiológicos es premisa fundamental el pensar
siempre en este diagnóstico diferencial ante un paciente con
antecedentes quirúrgicos y la presencia de masa atípica2,3,5 .
Diagnóstico
Gasoma intrapericárdico. Cuerpo extraño quirúrgico paracardíaco.
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