El Conflicto Armado en Colombia: Análisis

Anuncio
University of Miami
Scholarly Repository
Open Access Dissertations
Electronic Theses and Dissertations
2012-04-30
El Conflicto Armado en Colombia: Análisis
Regional de los Impactos de la Política de
Seguridad Democrática
Lilian Yaffe
University of Miami, [email protected]
Follow this and additional works at: http://scholarlyrepository.miami.edu/oa_dissertations
Recommended Citation
Yaffe, Lilian, "El Conflicto Armado en Colombia: Análisis Regional de los Impactos de la Política de Seguridad Democrática" (2012).
Open Access Dissertations. Paper 756.
This Embargoed is brought to you for free and open access by the Electronic Theses and Dissertations at Scholarly Repository. It has been accepted for
inclusion in Open Access Dissertations by an authorized administrator of Scholarly Repository. For more information, please contact
[email protected].
!
!
!
!
UNIVERSITY OF MIAMI
EL CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA: ANÁLISIS REGIONAL DE LOS
IMPACTOS DE LA POLÍTICA DE SEGURIDAD DEMOCRÁTICA
By
Lilian Yaffe
A DISSERTATION
Submitted to the Faculty
of the University of Miami
in partial fulfillment of the requirements for
the degree of Doctor of International Studies
Coral Gables, Florida
May 2012
!
!
©2012
Lilian Yaffe
All Rights Reserved
!
!
UNIVERSITY OF MIAMI
A dissertation submitted in partial fulfillment of
the requirements for the degree of
Doctor of Philosophy
EL CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA: ANÁLISIS REGIONAL DE LOS
IMPACTOS DE LA POLÍTICA DE SEGURIDAD DEMOCRÁTICA
Lilian Yaffe
Approved:
________________
William C. Smith, Ph.D.
Professor and Director of Graduate Studies
Department of International Studies
_________________
Terri A. Scandura, Ph.D.
Dean of the Graduate School
________________
Bruce M. Bagley, Ph.D.
Professor and Chair
Department of International Studies
_________________
Laura Gómez-Mera, Ph.D.
Assistant Professor
Department of International Studies
________________
Elvira María Restrepo, Ph.D.
Research Assistant Professor
Department of International Studies
_________________
Francisco Piedrahita, M.A.
President, ICESI University
Cali, Colombia
!
!
!
YAFFE, LILIAN
El Conflicto Armado en Colombia: Análisis
Regional de los Impactos de la Política de
Seguridad Democrática.
(Ph.D., International Studies)
(May 2012)
Abstract of a dissertation at the University of Miami.
Dissertation supervised by Professor William Smith.
(283)
This dissertation examines the politics of political violence in contemporary Colombia.
Levels of violent contestation declined significantly in Colombia after 2003, during the
implementation of the so-called Democratic Security Policy (DSP). Notwithstanding this
general diminution of violence, the results of the DSP varied significantly across the different
regions of the country. While the level of violent contestation of state authority by non-state
actors has decreased in some regions, in others violence actually increased or remained
basically unchanged. What explains these variations in political violence? The argument
explored in this dissertation is that distinctive regional configurations or combinations of
economic, social, political, institutional, cultural and geographic factors crucially shape the
effectiveness of state security policies. Employing Boolean algebra and comparative case
study analysis the dissertation examines seven variables in order to identify these regional
configurations: poverty and inequality; presence of lootable resources (coca, oil and gold);
institutional presence; political inclusion; number of insurgent groups; social density and
geography. Although the implementation of the DSP produced significant changes in the
level of contestation at a national scale, empirical analysis of the 1995-2011 period leads to
the conclusion that the particular characteristics of each regional configuration are ultimately
fundamental in determining variations in violent conflict at the subnational level.
!
!
DEDICATION
El logro de alcanzar mi sueño del Doctorado lo dedico…
A mis padres, Isidoro y Marcela, por su amor inagotable, por su dedicación sin límite, por
inculcarme los valores que poseo, por enseñarme desde siempre que la educación y el
saber son los mayores tesoros, y por ser ejemplos de vida para mí.
A mis hermanos, Alice y Jacky, y a mi cuñada Meital, por ser amigos y compañeros, por
celebrar mis alegrías y acompañarme en mis caídas, por aceptar mis consejos y brindarme
los suyos con sabiduría, y por enseñarme día a día el valor incalculable de una familia
unida.
A mis hijos, Isaac, Sharon y Marcelle, por ser la luz que ilumina mi camino, por su amor
que me acompaña siempre, por llenarme de orgullo y satisfacción con sus logros, por ser
exactamente como son, y recordarme, todos los días, la alegría de ser madre.
A mi amiga Olga, por su apoyo incondicional, por su presencia infaltable, por su cariño
de hermana, y por persistir conmigo hasta alcanzar esta meta.
Los quiero muchísimo...
!
!
iii!
!
!
ACKNOWLEDGEMENTS
La idea para esta tesis nació, sin yo saberlo, hace trece años en las montañas de
Colombia. Hoy, son muchas las personas a las que quiero agradecer porque sin su apoyo
y ayuda hubiera sido imposible llegar a este momento. Quiero agradecer profundamente a
los miembros de mi Comité de Tesis: Dr. William Smith, mi Director, por haberme
aconsejado y acompañado en el camino paso a paso, por ser mentor, amigo y muchas
veces paño de lágrimas cuando el esfuerzo de escribir la tesis parecía imposible. A Dr.
Bruce Bagley por haber creído en mí desde el primer momento, por haberme impulsado a
continuar, y por compartir conmigo su gran conocimiento sobre el caso colombiano. A
Dr. Laura Gómez-Mera, por su asesoría en el tema metodológico, por su apoyo
incondicional, por empujarme a dar lo mejor de mí, y por su amistad. A Dr. Elvira María
Restrepo, por sus minuciosas revisiones, por su generosidad con el saber, por su
motivación y palabras de aliento permanentes. A Francisco Piedrahita, porque desde que
me acuerdo y a pesar de la distancia, ha apoyado y acompañado siempre mis esfuerzos
académicos con cariño sincero.
Al ex-Presidente de Colombia, Andrés Pastrana Arango, por su amistad, por su
confianza, y por las interminables conversaciones en que compartió conmigo su
invaluable experiencia. Al General Freddy Padilla de León, por su sabiduría, y por su
dedicación incondicional para ayudarme en este proyecto. Al Dr. Fabio Sánchez, por su
incansable colaboración y por su generosidad al compartir conmigo sus datos y sus
conocimientos. A Joseph y Sarita Ganitsky, por darme el primer empujón hace cuatro
años, cuando yo sabía dónde quería llegar, pero no cómo lograrlo.
A todos Ustedes, Muchas Gracias
!
iv!
!
!
TABLE OF CONTENTS
Página
LIST OF TABLES ......................................................................................................
viii
LIST OF GRAPHS ......................................................................................................
ix
LIST OF MAPS ..........................................................................................................
x
LIST OF APPENDICES ..............................................................................................
xi
Chapter
1
CAPÍTULO UNO: INTRODUCCIÓN............................................................
1
2
CAPÍTULO DOS: REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA SOBRE
LAS CAUSAS DE CONFLICTO VIOLENTO
Y FORMULACIÓN DE HIPÓTESIS .............................................................
2.1 Causas generales de conflicto violento .....................................................
2.2 El caso colombiano ...................................................................................
2.2.1 Causas económicas: resentimientos y desigualdad vs. codicia ........
2.2.2 Causas políticas e institucionales .....................................................
2.2.3 Causas sociales y culturales .............................................................
2.3 Conclusiones de la revisión bibliográfica .................................................
2.4 Hipótesis ...................................................................................................
2.5 Discusión metodológica ............................................................................
15
15
20
20
24
29
32
35
38
3 CAPÍTULO TRES: CONTEXTO HISTÓRICO DEL CONFLICTO ARMADO
EN COLOMBIA ............................................................................................... 43
3.1 Antecedentes .............................................................................................. 43
3.2 Surgimiento y evolución de los grupos insurgentes hasta el año 2002 ...... 48
3.2.1 FARC-EP .......................................................................................... 48
3.2.2 ELN ................................................................................................... 53
3.2.3 Grupos paramilitares o de autodefensa ............................................. 56
3.3 Antecedentes e implementación de la PSD ............................................... 61
3.4 Cambios institucionales originados por la PSD ......................................... 70
3.5 Evolución de las guerrillas tras la implementación de la PSD .................. 73
3.6 Evolución de los grupos paramilitares tras la implementación de la PSD . 78
4 CAPÍTULO CUATRO: DESCRIPCIÓN Y OPERACIONALIZACIÓN DE
VARIABLES ................................................................................................... 82
4.1 Variable Dependiente ................................................................................. 84
4.2 Variable Independiente: cambios institucionales generados por la Política de
Seguridad Democrática .............................................................................. 89
4.3 Variables Mediadoras ................................................................................. 91
!
v!
!
!
4.3.1 Pobreza, desigualdad y resentimientos .............................................
4.3.2 Codicia por los recursos pirateables o saqueables ............................
91
94
4.3.2.1 Petróleo e hidrocarburos .......................................................
4.3.2.2 Cultivos de coca ....................................................................
4.3.2.3 Oro y metales preciosos ........................................................
4.3.3 Presencia estatal ................................................................................
4.3.4 Inclusión política ...............................................................................
4.3.5 Densidad social .................................................................................
4.3.6 Presencia conjunta de más de un grupo insurgente (Warlords) .........
4.3.7 Geografía ...........................................................................................
95
97
100
103
106
112
116
119
5 CAPÍTULO CINCO: FUENTES, METODOLOGÍA, PROCESAMIENTO
DE DATOS Y RESULTADOS .......................................................................
5.1 Discusión General ......................................................................................
5.2 Fuentes .......................................................................................................
5.3 Datos ..........................................................................................................
5.4 Observaciones iniciales ..............................................................................
5.5 Metodología ...............................................................................................
5.5.1 Análisis Cualitativo Comparativo y lógica Booleana ........................
5.5.1.1 Tablas Booleanas de verdad y análisis de promedios ............
5.5.1.2 Procesamiento de datos .........................................................
5.5.1.3 Análisis de Resultados .........................................................
5.5.1.3.1 Departamentos donde la intensidad del conflicto
armado disminuyó ..................................................
5.5.1.3.2 Departamentos donde la intensidad del conflicto
armado aumentó .....................................................
5.5.1.3.3 Departamentos donde la intensidad del conflicto
armado permaneció casi constante ........................
5.5.1.4 Conclusiones del Análisis Comparativo Cualitativo y
de las mediciones cuantitativas .............................................
6 CAPÍTULO SEIS: ANÁLISIS DE CASOS .....................................................
6.1 Análisis preliminar y criterios de selección ..............................................
6.2 Caso 1: Medellín .......................................................................................
6.2.1 Intensidad del conflicto antes de la PSD (1980-2002).....................
6.2.2. Recrudecimiento del conflicto (2009- 2011) .................................
6.3 Caso 2:Departamento del Cauca ................................................................
6.3.1 Identificación de causas para no disminución (y aumento) en la
intensidad del conflicto armado .........................................................
6.3.2 Conflicto étnico y sus efectos sobre la PSD ......................................
6.4 Caso 3:Departamento del Vichada.............................................................
6.4.1 Identificación de causas para la permanencia casi constante de la
intensidad del conflicto armado .........................................................
6.4.2 Particularidades del Vichada..............................................................
!
vi!
!
125
125
127
129
138
141
142
145
151
160
160
173
176
177
179
179
184
185
194
199
200
204
209
209
214
!
6.5 Conclusiones del análisis de casos ............................................................. 216
7 CAPÍTULO SIETE: CONCLUSIONES ..........................................................
7.1 Discusión general .......................................................................................
7.2 Conclusiones y aportes a nivel normativo y de diseño de políticas ...........
7.2.1 Estado actual del conflicto armado colombiano ...............................
7.2.1.1 Situación actual de las FARC ..............................................
7.2.1.1.1 Nuevas estrategias para combatir el
debilitamiento ........................................................
7.2.1.1.2 Alianzas de las FARC con otros grupos ................
7.2.1.2 Situación actual de las BACTRIM .......................................
7.2.1.3 Enfrentamientos y alianzas entre grupos: recrudecimiento y
transformación del conflicto armado ...................................
7.2.1.4 Conflicto colombiano: realmente el “fin del fin”? ...............
7.2.2 Éxito o fracaso de la PSD: Perspectivas futuras y recomendaciones
para su sostenibilidad a largo plazo ..................................................
7.3 Conclusiones y aportes a los debates teóricos y metodológicos ...............
ANEXOS
220
220
222
222
223
223
228
231
234
240
242
249
............................................................................................................. 256
BIBLIOGRAFÍA ........................................................................................................ 268
!
vii!
!
!
LIST OF TABLES
Página
Tabla 4.1: Acciones Ofensiva .....................................................................................
Tabla 5.1: Variables y Fuentes de Información ..........................................................
Tabla 5.2: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Amazonas ................
Tabla 5.3: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Antioquia ................
Tabla 5.4: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Arauca ....................
Tabla 5.5: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Atlántico .................
Tabla 5.6: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Bogotá D.C .............
Tabla 5.7: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Bolivar ....................
Tabla 5.8: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Boyacá ....................
Tabla 5.9: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Caldas .....................
Tabla 5.10: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Caquetá .................
Tabla 5.11: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Casanare ...............
Tabla 5.12: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Cauca ....................
Tabla 5.13: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Cesar .....................
Tabla 5.14: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Chocó ...................
Tabla 5.15: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Córdoba ................
Tabla 5.16: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Cundinamarca .......
Tabla 5.17: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Guainía .................
Tabla 5.18: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Guaviare ................
Tabla 5.19: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Huila ......................
Tabla 5.20: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. La Guajira..............
Tabla 5.21: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Magdalena ............
Tabla 5.22: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Meta ......................
Tabla 5.23: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Nariño ...................
Tabla 5.24: Cambios Porcentuales en las Variables.1995-2009. Norte de Santander .
Tabla 5.25: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Putumayo...............
Tabla 5.26: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Quindío ..................
Tabla 5.27: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Risaralda ...............
Tabla 5.28: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. San Andrés ...........
Tabla 5.29: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Santander ...............
Tabla 5.30: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Sucre .....................
Tabla 5.31: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Tolima ..................
Tabla 5.32: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Valle del Cauca .....
Tabla 5.33: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Vaupés ..................
Tabla 5.34: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Vichada ................
Tabla 5.35: Cambio % en la Intensidad del Conflicto, por Regiones Geográficas ....
Tabla 5.36: Cambio porcentual, prom(1995-2002) vs. 2009, de las variables
A, H y Tasa de Ataques Cambio porcentual, prom(1995-2002)
vs. prom(2003-2009) de las variables B, C, D, E, F, G ............................
Tabla 5.37: Variación en la intensidad del conflicto armado, 1995-2009.
Tabla de verdad Booleana. .......................................................................
Tabla 5.38: Nivel de Pobreza Inicial (1995-2002) vs. Comportamiento del
Conflicto Armado ....................................................................................
!
viii!
!
89
129
130
130
130
130
131
131
131
131
132
132
132
132
133
133
133
133
134
134
134
134
135
135
135
135
136
136
136
136
137
137
137
137
138
140
149
150
164
!
LIST OF GRAPHS
Página
Gráfico 3.1: Acciones bélicas y muertos en combate 1990-2007 ...............................
Gráfico 3.2: Acciones bélicas por actores 1990-2007 ................................................
Gráfico 4.1: Pertenencia a organizaciones voluntarias 1997-2005 .............................
Gráfico 4.2: Cambio porcentual, participación en organizaciones
voluntarias 1997-2005 ............................................................................
Gráfico 4.3: Cambio porcentual por tipo de membresía, 1997-2005 .........................
Gráfico 5.1 Variables independientes, dependiente y mediadoras en la reducción
del conflicto armado .................................................................................
!
ix!
!
64
64
113
114
115
177
!
LIST OF MAPS
Mapa 3.1: Localización de los frentes de las FARC en 1998 ......................................
Mapa 3.2: Presencia territorial de las FARC, año 2000 .............................................
Mapa 3.3: Ubicación de los frentes del ELN en 1998 ................................................
Mapa 3.4: Ubicación de las AUC en el año 1998 .......................................................
Mapa 3.5: Presencia de las FARC en el territorio nacional, año 2009 .......................
Mapa 4.1: Distribución departamental, minería. Año 2010 ........................................
Mapa 4.2: Mapa de “la U”, centro vs. periferia ..........................................................
Mapa 5.1 Evolución de la intensidad del conflicto armado 2002-2009 ......................
Mapa 6.1 Casos seleccionados: Cauca; Antioquia y Vichada .....................................
!
x!
!
50
52
55
58
77
102
121
168
183
!
LIST OF APPENDICES
Anexo 1: Entrevista a Andrés Pastrana Arango Ex-Presidente de Colombia.
Panamá, Septiembre 23 de 2011 ..................................................................
Anexo 2: Entrevista telefónica al General Freddy Padilla De León, Ex-Comandante
General de las Fuerzas Armadas de Colombia. Sept 2, 2011 .....................
Anexo 3. Guión de Reclutamiento para entrevistados ................................................
Anexo 4: Consentimiento para participar en un estudio de investigación ..................
Anexo 5: Guía para las entrevistas ..............................................................................
!
xi!
!
256
260
263
264
267
!
1 Capítulo Uno: Introducción
El estudio de las guerras civiles y conflictos internos constituye un área
fundamental dentro de las Ciencias Políticas. Varias causas explican la creciente
proliferación de estudios sobre guerras civiles. La primera es la cuasi-desaparición de las
guerras entre países, lo cual ha llevado a los estudiosos de la guerra a enfocarse en los
escenarios donde ésta ocurre, es decir, los conflictos internos o guerras civiles. Una
segunda causa de la proliferación en el estudio de las guerras civiles y conflictos internos
es el auge de estudios de desarrollo económico (enfocados en el caso de África y
auspiciados por el Banco Mundial), los cuales plantean que la guerra civil es el principal
impedimento para el desarrollo económico. En tercer lugar, la resurgencia de conflictos
étnicos durante los años posteriores al fin de la Guerra Fría, ha conducido a muchos
estudiosos del área a enfocarse no sólo en conflictos étnicos, sino en toda clase de
conflictos intra-estatales (Kalyvas 2009).
Estas tres nuevas fuentes de interés en la guerra civil corresponden a tres estilos
investigativos diferentes: el económico, el enfocado en relaciones internacionales, y el
comparativista. Aunque los investigadores reconocen la complejidad y multi-causalidad
de las guerras civiles y conflictos internos, existen diferentes concentraciones y enfoques
para explicarlos. Así, los economistas han enfatizado el impacto de los recursos naturales,
los especialistas en relaciones internacionales han dado primacía a los conflictos étnicos,
y los comparativistas se han concentrado en la capacidad estatal.
!
1!
!
!
2!
Existen varias definiciones de guerra civil. Quizá la más exacta la provee Kalyvas
(2009, 417) al definirla como “el combate armado que tiene lugar dentro de las fronteras
de una entidad soberana reconocida, entre partidos que están sujetos a una autoridad
común cuando comienzan las hostilidades.” Esta definición enfatiza dos aspectos
fundamentales. El primero es la militarización del conflicto (para lo cual se requiere la
presencia de al menos dos lados en conflicto, incluyendo una organización rebelde con
equipo militar y combatientes permanentes); este aspecto permite diferenciar la guerra
civil de la delincuencia común, el terrorismo y los genocidios. La segunda característica
distintiva de las guerras civiles es el desafío a nivel doméstico a las instituciones que
detentan el poder, el cual diferencia las guerras civiles de las guerras entre países
(Kalyvas 2009).
Entre los elementos detonantes de las guerras civiles y conflictos internos se
identifican tres igualmente importantes: el antagonismo étnico, la presencia de recursos
naturales y la debilidad estatal. Sin embargo, cada uno de estos argumentos es
continuamente cuestionado a través de nuevos estudios que despliegan nuevos datos, o
técnicas de medición más sofisticadas, o bien nuevos desarrollos teóricos. Lo anterior ha
llevado a Sambanis (2002, 217) a afirmar: “a pesar del reciente auge investigativo, las
guerras civiles aún representan los fracasos en el sistema menos comprendidos, a nivel de
los procesos políticos domésticos.”
Es importante distinguir entre los diferentes tipos de guerras civiles. En este
sentido Fearon (2004) propone diferenciar cinco tipos de guerras civiles para distinguir
los diferentes patrones de ocurrencia y duración. Según esto, existen tres tipos de guerras
civiles breves (aquellas derivadas de golpes militares y rebeliones populares, guerras
!
!
!
3!
anticoloniales, y las guerras derivadas del colapso de la Unión Soviética y Yugoslavia),
un tipo de guerra civil larga (caracterizada por insurgencias periféricas basadas en
estrategia guerrillera), con dos sub-tipos particulares (las “guerras de los hijos del suelo”,
es decir, aquellas que ocurren entre las minorías étnicas periféricas y los grupos étnicos
dominantes apoyados por el Estado; y los conflictos donde los grupos rebeldes tienen
acceso a los recursos naturales).
Existen sin embargo otros enfoques alternos para tipificar las guerras. Kaldor
(1999), por ejemplo, plantea que—aunque tras la ruptura de la Unión Soviética cesó la
amenaza de guerras nucleares y de guerras interestatales a gran escala—durante la década
de los 90, millones de personas murieron en guerras en África, Europa Oriental y Asia, o
se convirtieron en refugiados de regiones destruidas por la guerra. Su explicación para
este fenómeno es que, en un contexto globalizado, el concepto de guerra “tradicional”
(caracterizada por conflictos interestatales cuyo objetivo es infligir violencia máxima al
enemigo) se ha vuelto anacrónico y ha dado paso a una modalidad de guerra diferente,
que Kaldor denomina “nuevas guerras”.
Las “nuevas guerras” combinan guerra, crimen organizado y violaciones masivas
de los derechos humanos. Los actores son tanto globales como locales, y tanto públicos
como privados; las guerras se desencadenan con objetivos políticos particulares,
utilizando tácticas de terror y desestabilización que en teoría están proscritas por las
reglas de la guerra moderna. Finalmente, el funcionamiento de estas guerras depende de
una economía criminalizada informal. La autora afirma que los líderes políticos y las
instituciones internacionales han sido incapaces de controlar la proliferación de estas
guerras, principalmente porque no han entendido su lógica; las han tratado bien sea como
!
!
!
4!
guerras tradicionales o como procesos anárquicos. En cambio, según sugiere Kaldor
(1999), la solución debe provenir de estrategias transnacionales que permitan reconstruir
el monopolio del uso de la fuerza, y que impliquen el cumplimiento forzoso de la ley a
nivel internacional.
Finalmente, Kalyvas (2009) plantea que las clasificaciones más frecuentes para
las guerras y conflictos internos se basan en los principales actores involucrados (esto es,
domésticos o internacionales), sus objetivos (esto es, ofensivos o defensivos), sus
proyectos sociales (resentimientos vs. codicia) y demás categorías pertinentes. Como se
verá a continuación, el conflicto armado colombiano combina muchas de las
características y causalidades antes descritas, lo cual hace muy difícil su clasificación en
una sola de estas categorías. Tener un claro entendimiento de la complejidad de este
fenómeno y sus ramificaciones resulta fundamental para abordar el conflicto armado en
Colombia.
Desde la década de los sesenta Colombia se halla inmersa en un conflicto armado1
que involucra múltiples actores: las guerrillas de izquierda; los paramilitares de derecha;
los narcotraficantes; el gobierno y las fuerzas armadas; y la sociedad civil. No existe un
consenso claro sobre cual es el origen exacto del conflicto armado colombiano. Algunos
autores, como Sánchez (1985) señalan que los orígenes de la actual insurgencia2 se
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
1
A lo largo de este trabajo se utilizan como sinónimos los términos conflicto armado, conflicto violento y
conflicto interno. Todos hacen referencia, como lo señalan Restrepo et al. (2006), al conflicto violento entre
organizaciones armadas en Colombia. Los términos oposición violenta, confrontación violenta y
contestación violenta también se utilizan en el mismo sentido.
2!Insurgencia es definida como las acciones que un grupo minoritario realiza dentro de un Estado para
forzar un cambio político, mediante una combinación de subversión, propaganda y presión militar,
persuadiendo o intimidando a la gran masa de la población para aceptar dicho cambio. Blanco (2009)
!
!
!
!
5!
remontan al período conocido como “La Violencia”, una guerra civil que tuvo lugar entre
1946 y 1966. Durante este sangriento período el país estuvo radicalmente dividido en su.
apoyo a los partidos Liberal y Conservador. Desde entonces, Colombia ha sido testigo de
la emergencia sucesiva de guerrillas, narcotraficantes y grupos paramilitares. Las
guerrillas surgieron en la década de los 60, siendo las más importantes las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, el Ejército de Liberación Nacional ELN,
el Movimiento 19 de Abril, M-19 y el Ejército Popular de Liberación, EPL. El
narcotráfico, por su parte, se inició con el cultivo y tráfico de marihuana en la década de
los 70’s, seguido por el de cocaína en los 80’s. Los grupos paramilitares, a su vez,
emergieron a comienzos de los 80 como una forma de retaliación por parte de los
narcotraficantes, ganaderos y algunos militares, quienes formaron grupos de “autodefensa” para protegerse de los actos violentos perpetrados por las guerrillas. La
proliferación y expansión de estos grupos—diferentes en naturaleza pero todos
generadores de conflicto violento—ha sumergido al país en una ola de violencia durante
más de cuatro décadas.
Otros autores, como Palacios (2008), sostienen que la incipiente insurgencia de los
años 60 adquirió realmente la dimensión de conflicto armado en la década de los 80.
Según explica Palacios (2008, 71), a fines de la década de 1970 las tres guerrillas creadas
en la década de 1960 (el ELN, las FARC y el EPL) “no sumaban mil combatientes. Más
que en la movilidad constante recetada por el Che, estaban en estado de hibernación.
¿Qué las despertó y puso en movimiento? En el frente político, los ‘procesos de paz’, la
ola de las transiciones a la democracia. En el organizacional, el narcotráfico globalizado.”
Según este argumento de Palacios, además de las formaciones guerrilleras de los 60’s,
!
!
!
6!
fue el surgimiento de organizaciones locales de paramilitares en la década de 1980, y su
coalición con el narcotráfico, lo que dio al conflicto las características que adquirió. La
coalición con el narcotráfico les proporcionó a las guerrillas los recurso financieros para
montar la infraestructura armada y expandirse territorialmente. Según refiere Palacios
(2008, 72):
La conexión del narcotráfico con este tipo de organizaciones, a partir de
los años ochenta, explica la escalada del conflicto: población desplazada,
aumento de asesinatos, masacres, desapariciones, torturas, lesiones
personales, secuestros, destrucción de propiedad pública y privada. Desde
el punto de vista de los derechos humanos, Colombia ha sido una
catástrofe con altibajos. Las FARC no siempre han sido el principal
perpetrador, aunque sí el más constante.
Tras la implementación a finales del 2002, durante el mandato de Álvaro Uribe,
(2002-2010) de la Política de Seguridad Democrática (PSD), la intensidad3 del conflicto
armado en Colombia decreció de manera sostenida a partir del año 2003 en la gran
mayoría de las regiones del país4. Sin embargo, el cambio en los niveles de intensidad
del conflicto armado ha sido desigual a través de las diferentes regiones. En algunas
regiones la intensidad del conflicto ha disminuido de manera muy significativa, en otras
tan solo un poco, en otras ha permanecido casi constante, y en unas pocas ha aumentado.
¿A qué se debe este cambio desigual en la intensidad del conflicto armado a través de las
diferentes regiones del país? Considero que la Política de Seguridad Democrática ha sido
la condición necesaria para los cambios en la intensidad del conflicto. Una condición
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
3!La variable intensidad del conflicto armado se mide a través del número de acciones ofensivas iniciadas y
perpetradas por los grupos armados irregulares, es decir los grupos guerrilleros (incluyendo las FARC, el
ELN y otras guerrillas), y los grupos paramilitares no estatales. La sumatoria de estas acciones ofensivas
constituye la tasa de ataques, la cual es en últimas el medidor de la intensidad en el conflicto armado. Para
una descripción mas detallada, ver la sección Variable Dependiente, en el capítulo 4. !
4!Los cálculos de Durán (2008), Restrepo et al. (2009) y Ministerio de Defensa (2010), coinciden al
presentar el pico máximo del conflicto armado en el año 2002. A partir del año 2003 se inicia el
decrecimiento en la intensidad del conflicto armado.
!
!
!
7!
necesaria, según define Wickham-Crowley (1993, 304) es aquella que “debe estar
presente, o el resultado no ocurrirá; puede, sin embargo, tener tal efecto sólo en presencia
de otras condiciones que apoyan este resultado”.
Determinar que la PSD ha sido la condición necesaria para los cambios en la
intensidad del conflicto resulta difícil, dado que obviamente no existe el caso contrafactual (Przewroski 2004) de “Colombia sin PSD”. Sin embargo, la evidencia empírica
demuestra que todos los intentos anteriores de soluciones negociadas o acuerdos parciales
habían sido infructuosos en el país. Al consultar esta inquietud con varios expertos en el
tema colombiano, éstos coincidieron en afirmar que la PSD se convirtió en la condición
necesaria cuando el discurso de Álvaro Uribe (2002-2010) se arraigó entre el pueblo, la
clase política, la clase dirigente y los Estados Unidos. Ante el fracaso de la iniciativa de
una solución negociada como la implementada por Andrés Pastrana (1998-2002), la
iniciativa de una política de lucha frontal contra la insurgencia se volvió inevitable,
irreversible y necesaria, porque no había otras alternativas viables o efectivas para
enfrentar el conflicto armado. Era la única alternativa diferente (Bagley 2012).
Sin embargo—además de la PSD—este trabajo explora la posibilidad de que
existan configuraciones y/o condiciones de tipo económico, político, social, geográfico o
cultural que han mediado y modulado la efectividad de esta política, y por ende expliquen
los diferentes resultados obtenidos a través de las regiones del país. La posible existencia
de estas configuraciones se deriva de la revisión bibliográfica, la cual señala que existen
múltiples variables que inciden sobre los conflictos armados. Así, de acuerdo con las
hipótesis formuladas en esta investigación, se esperaría por ejemplo que en regiones con
menores niveles de pobreza y desigualdad; mayor inclusión política; mayor presencia
!
!
!
8!
institucional; mayor densidad social; sin presencia de recursos saqueables; sin presencia
conjunta de más de un grupo insurgente; y ubicadas en el centro en vez de la periferia del
país, los niveles de intensidad de conflicto armado se redujeran de manera mucho más
significativa que en regiones con condiciones diferentes, ante una implementación similar
de la PSD. ¿Ocurrió esto así en realidad en el caso colombiano? Y además, ¿Pueden
identificarse configuraciones similares para regiones que presentaron similares cambios
en la intensidad del conflicto armado, y que por ende permitan explicar estos cambios?
Eso es precisamente lo que se busca investigar.
Los resultados arrojan que, en aquellas regiones en donde la intensidad del
conflicto se redujo, la Política de Seguridad Democrática ha sido más efectiva cuando se
implementó en departamentos donde también disminuyó la pobreza; aumentó la
presencia estatal; disminuyó el número de grupos presentes, y que están ubicadas en el
centro del país. En estos departamentos se observó una importante reducción en los
niveles de conflicto armado, lo cual no sólo se atribuye a la implementación de la PSD,
sino también al efecto positivo de las variables mediadoras mencionadas. Así, la
presencia conjunta de estas variables impulsó o aceleró la efectividad de la PSD. La
ciudad de Medellín se seleccionó como caso de estudio para ilustrar este fenómeno, ya
que representa un caso en el cual se verifican la mayoría de las interacciones planteadas
en las hipótesis.
Igualmente en la investigación se encontró que, a nivel regional, tanto las
hipótesis basadas en pobreza y resentimientos como aquellas basadas en codicia tienen
fuerte poder explicativo para el caso colombiano, posiblemente alternándose en el tiempo.
Este resultado invita a revisar los hallazgos de Collier (2000), quien minimiza la
!
!
!
9!
importancia de las variables centradas en pobreza y resentimiento, dando preeminencia y
exclusividad a las centradas en codicia. Otro hallazgo interesante es que algunas de las
variables de las cuales inicialmente se sospechó que tendrían un efecto mediador sobre la
efectividad de la PSD no arrojaron resultados significativos para el caso colombiano. Es
el caso de las variables sociales (densidad y participación de la sociedad civil), y de
inclusión política (participación electoral). El comportamiento de todas estas variables se
analiza en detalle en la sección de resultados.
En cuanto a las regiones en las cuales la intensidad del conflicto se incrementó,
los resultados reflejaron que no existe un patrón claro de comportamiento de las variables
mediadoras que permita atribuir los resultados negativos al comportamiento de dichas
variables. En cambio, se observó que el incremento en el conflicto parece deberse a
características particulares de las regiones en las cuales esto ocurrió. En este sentido, el
departamento del Cauca se seleccionó como caso para ilustrar este fenómeno, por la
particular problemática étnica que ahí se vive con las poblaciones indígenas y sus efectos
sobre el conflicto armado. Al analizar el caso particular del Cauca, surgen inquietudes
sobre la posibilidad de incorporar las variables de conflicto étnico—mencionadas, entre
otros, por Kalyvas (2009)—al caso colombiano; este debate se discute ampliamente en la
sección de análisis de casos.
Finalmente, desde el punto de vista normativo, los resultados de la investigación
(aunados al reciente recrudecimiento del conflicto en el país a partir del año 2010),
sugieren que para mantener los logros alcanzados por la PSD y garantizar su
sostenibilidad en el largo plazo deben implementarse adiciones y correctivos en el reenfoque de esta política. Ello implicaría asignar un mayor esfuerzo estatal a cada una de
!
!
!
10!
las variables mediadoras identificadas en esta investigación. Vale la pena resaltar que los
aportes de este estudio son significativos desde dos puntos de vista. Primero, a nivel del
diseño, interpretación e implicaciones de las políticas gubernamentales, el estudio
contribuye a analizar en detalle la efectividad de la PSD, señalando las áreas en las cuales
debe reforzarse o modificarse en aras de su sostenibilidad en el largo plazo. Segundo,
por su significancia a nivel académico, ya que las contribuciones al análisis teórico y
empírico de los conflictos políticos derivadas de este estudio son muy relevantes; estos
resultados se discuten ampliamente en la sección de conclusiones.
El trabajo está dividido en siete capítulos, siendo esta introducción el primero. El
segundo capítulo presenta la revisión bibliográfica de la literatura con respecto a las
posibles causas de conflicto violento en Colombia. Un primer acercamiento a tratar de
entender la desigual disminución en los niveles de oposición violenta consiste en
identificar sus causas. Así, se presenta una revisión detallada de la literatura que las
aborda, enfocándose inicialmente en la literatura general y concentrándose luego en el
caso específico del conflicto violento en Colombia. Como se verá, no existe un consenso
absoluto sobre cuáles son las causas del conflicto armado colombiano. Algunos autores
enfatizan los factores económicos y sociales; otros dan prioridad a elementos de inclusión
política; otros identifican aspectos como las carencias o resentimientos, o aspectos
geográficos como la naturaleza del territorio y la distancia a los centros de producción.
Sin embargo, casi todos los análisis parecen coincidir en la gran importancia de
los factores institucionales y de presencia estatal, los cuales se cubren ampliamente en
esta revisión. El capítulo continúa con la formulación de las hipótesis que vinculan el
conflicto armado con las diferentes variables que lo causan y expanden. Estas hipótesis se
!
!
!
11!
derivan de la revisión bibliográfica, y a través de ellas se construirán las posibles
configuraciones de tipo económico, social, geográfico, político, social y cultural que se
sospecha han modulado la implementación de la PSD. Finalmente, el capítulo concluye
con la discusión metodológica y una breve explicación de las metodologías cuantitativas
(análisis porcentuales) y cualitativas (álgebra Booleana y análisis de casos) utilizadas en
esta investigación, así como también una descripción de las fuentes de información
consultadas.
El tercer capítulo presenta el contexto histórico del conflicto colombiano,
analizando el surgimiento y evolución de los principales grupos en conflicto desde la
década de los 60 hasta el año 2009. Factores como la expansión geográfica de estos
grupos, sus fuentes de financiación y las interrelaciones que han sostenido a través del
tiempo hacen parte importante de este análisis. Adicionalmente, como parte fundamental
de la evolución del conflicto interno, en esta sección se explican los antecedentes a la
implementación de la Política de Seguridad Democrática, incluyendo las dificultades
estructurales de falta de continuidad y carencia de cobertura nacional que enfrentaron
otras políticas implementadas en el pasado. El capítulo termina presentando los cambios
institucionales derivados de la implementación de la PSD y los cambios en el nivel de
actividad y distribución territorial de los grupos en conflicto.
El capítulo cuatro presenta la descripción de la variable dependiente y las variables
independientes y mediadoras, al igual que su operacionalización y cuantificación. La
variable dependiente, cuyas variaciones desiguales se intenta explicar, es la intensidad del
conflicto armado. La variable independiente, considerada como condición necesaria para
los cambios presentados a nivel de conflicto armado entre los años 2003 y 2009 es la
!
!
!
12!
Política de Seguridad Democrática. Las otras variables mediadoras, derivadas de la
revisión bibliográfica y de las hipótesis, permitirán explorar e identificar la existencia de
configuraciones regionales que hayan modulado la efectividad de la PSD. Según explican
George y Bennett (2005), las variables mediadoras o “intervening variables” se definen
como aquellas variables que operan entre otras variables, ayudando a delinear los
procesos a través de los cuales las variables se afectan unas a las otras. Para efectos de
esta investigación, las variables mediadoras son de tipo económico (centradas en teorías
de resentimientos y de codicia); político (evaluando la presencia institucional y la
inclusión política); social y cultural (incorporando la densidad de la sociedad civil);
geográficas (distinguiendo entre la periferia y el centro del país) y de control territorial
(evaluando el impacto de la presencia conjunta de grupos insurgentes sobre el conflicto
armado). El capítulo concluye con la descripción detallada de los períodos de tiempo que
se van a analizar.
El capítulo cinco presenta las fuentes, la metodología, los datos, y los cálculos
tendientes a identificar posibles configuraciones que expliquen la desigual evolución en
los niveles de conflicto violento a través de las regiones del país. Al buscar el enfoque
metodológico mas apropiado esta investigación, se encuentran dos fuertes consensos
entre investigadores y estudiosos de los conflictos civiles. Por una parte, es claro que las
investigaciones deben desplazarse del nivel nacional al nivel sub-nacional. El uso
sistemático de datos a nivel sub-nacional es necesario, ya que los orígenes del desorden
político se encuentran en conflictos cuyos propios orígenes son, en un alto grado, internos
a la nación-estado (Bates 2008). Por otra parte, existe un fuerte consenso en cuanto a la
necesidad de implementar enfoques multi-metodológicos que combinen instrumentos
!
!
!
13!
cualitativos y cuantitativos. Por estas razones, la investigación se desagrega a nivel
departamental, y combina elementos cuantitativos (tasas porcentuales y otros descriptores
estadísticos para analizar el comportamiento de cada una de las variables en los períodos
analizados) con elementos cualitativos, como la selección de casos ilustrativos de las
diferentes posibilidades de evolución del conflicto armado y “process tracing”5.
Adicionalmente, se utiliza la lógica Booleana6 para construir las tablas de verdad que
conducirán a identificar las posibles configuraciones regionales que han modulado la
efectividad de la PSD. Una vez implementadas estas metodologías, el capítulo concluye
analizando los tres tipos de resultados obtenidos: regiones donde el conflicto se redujo;
regiones donde se incrementó, y regiones donde éste permaneció casi constante.
El capítulo seis presenta los casos de análisis que permiten analizar en detalle el
comportamiento de las variables mediadoras en esas regiones. Es decir, permiten
enfocarse en identificar cuál fue la concatenación de eventos y el rol de las variables
mediadoras que llevó a los resultados de reducción, incremento o permanencia constante
del conflicto tras la implementación de la PSD. Los casos son seleccionados como
consecuencia de los resultados obtenidos en el capítulo cinco. Como se verá, dentro de
los casos se incluyen algunos que presentan un comportamiento “típico”, acorde con las
hipótesis, y otros que presentan comportamientos que parecen desafiar las teorías e
hipótesis formuladas. El análisis comparativo de casos típicos vs. casos atípicos
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
5!Método que busca identificar los procesos causales (la cadena causal, o los mecanismos causales) que
intervienen entre una (o varias) variables independientes y el resultado de la variable dependiente. Es decir,
es un método que identifica los mecanismos de causalidad que conectan causas y efectos. Estos
mecanismos causales, a su vez, son “procesos físicos, sociales o sicológicos, que no pueden ser observados,
y a través de los cuales los agentes con capacidad causal operan, (pero solo en ciertos contextos o
condiciones específicas), para transferir energía, información o material a otras entidades” (George y
Bennett 2005, 137)
6!Así denominada por su precursor George Boole (1840). Para una descripción y discusión detallada de este
método, ver la sección “Metodología” en el capítulo cinco. !
!
!
!
14!
(“outliers”) permite alcanzar importantes conclusiones con relación al comportamiento de
la intensidad del conflicto armado, y de las otras variables que se analizan en esta
investigación. Los casos seleccionados son el departamento del Cauca (en el cual el
conflicto se intensificó tras al implementación de la PSD); Vichada (en el cual el
conflicto permaneció casi constante); y la ciudad de Medellín (en el cual el conflicto se
redujo) pero que en la actualidad presenta un significativo incremento en el mismo.
Finalmente, el capítulo siete presenta las conclusiones generales.
!
!
!
2 Capítulo Dos: Revisión bibliográfica sobre las causas de conflicto violento y
formulación de hipótesis.
2.1 Causas generales de conflicto violento
La literatura en las ciencias sociales ofrece varios enfoques alternativos para
explicar los fenómenos de conflicto interno y guerra civil. Quizá el debate más
importante se presenta entre quienes sostienen que la violencia es el resultado de factores
económicos y aquellos que afirman que los conflictos internos se originan en variables
políticas tales como las instituciones, el tipo de régimen, la presencia Estatal y la
inclusión (o exclusión) política.
Un número importante de investigadores se centra en el papel que desempeñan las
variables económicas en el conflicto interno. Dos teorías compiten para proveer una
explicación: una centrada en resentimientos7 (del inglés grievances), desigualdad e
injusticia (Gurr 1970; Ballentine y Sherman 2003) y la otra basada en codicia8 (del inglés
greed), (Collier 2000; Bates 2008). La primera perspectiva vincula el conflicto interno
con las desigualdades socioeconómicas, la exclusión de ciertas regiones, la
discriminación de ciertos sectores de la población, etc. En consecuencia enfatiza la
importancia de los resentimientos e injusticias sociales y económicas como causas de
conflictos violentos. Dentro de estas teorías centradas en resentimiento, una de las más
importantes es la noción de “privación relativa”, la cual encuentra sus orígenes en el
trabajo de Gurr (1970), quién la define como la discrepancia entre lo que las personas
piensan que merecen, y lo que realmente alcanzan. Su hipótesis plantea que “el potencial
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
7
8
!
Los términos resentimientos o agravios se usan como sinónimos para referirse a estas teorías.
Los términos codicia o avaricia se utilizan como sinónimos para referirse a esta teorías.
15!
!
16!
para la violencia colectiva varía sustancialmente con la intensidad y el alcance de la
privación relativa entre los miembros de una colectividad” (Gurr 1970, 24).
La segunda perspectiva, basada en codicia, realza el papel de los incentivos
financieros para fomentar la rebelión. Esta literatura hace énfasis en los efectos de las
rentas públicas y los recursos naturales, argumentando que estos juegan un papel
fundamental en desencadenar y sostener la violencia política. Bates (2008) y Collier y
Hoeffler (1998 y 2004) han encontrado que las evidencias favorecen los argumentos
basados en codicia sobre aquellos basados en injusticia y desigualdad. En su
planteamiento las raíces de los conflictos armados no se encuentran en los resentimientos
y desigualdades socioeconómicas, como se creía, sino en los intereses económicos de
algunos grupos en conflicto.
Adicionalmente, en las sociedades prevalentemente pobres se pueden reclutar
fuerzas armadas irregulares a bajos costos; en consecuencia, los actores sociales desafían
la autoridad estatal con el fin de apropiarse de los recursos “saqueables”. Blattman y
Miguel (2010) coinciden con este argumento planteando que—aunque comúnmente se
sostiene que el resentimiento y la desigualdad son las principales causas de conflictos
internos—esta relación de causalidad directa entre pobreza y conflicto debe ser
reconsiderada. En realidad, los conflictos internos tienen consecuencias devastadoras
sobre la calidad de vida y la salud, lo cual debilita el argumento de causalidad directa y
de sentido único entre pobreza y conflicto social. De manera similar, Hardy (1979) y
Weede (1981) cuestionan la conexión entre desigualdad y violencia, argumentando que
esta relación desaparece cuando se controla el nivel de desarrollo económico.
!
.!
!
17!
El debate entre las teorías que asocian las causas del conflicto con factores de
resentimiento y aquellas que lo asocian con factores de codicia adquiere una dimensión
adicional con estudios como los de Ballentine y Nitzchke (2003) y Ballentine y Sherman
(2003). En su análisis de diversos casos de conflictos armados en países en desarrollo,
entre ellos Colombia, concluyen que aunque la pugna por el acceso a recursos
económicos puede ser un elemento perpetuador de los conflictos armados, no es la causa
principal de su surgimiento. Estos autores coinciden en afirmar que el origen de los
conflictos violentos se encuentra en los resentimientos generados por la mala
administración de los recursos, por la desigual repartición de las riquezas derivadas de
estos recursos, y por las políticas gubernamentales que impiden que muchos sectores se
beneficien de estas riquezas.
Esta perspectiva no sólo desvirtúa los hallazgos de Collier y Hoeffler (2004), sino
que incorpora un elemento importante al análisis: la necesidad de diferenciar entre
aquellos factores que originan los conflictos internos y aquellos que contribuyen a
perpetuarlos. Desde este punto de vista, el resentimiento y la desigualdad serían factores
desencadenantes de los conflictos violentos, mientras que la codicia por el acceso a los
recursos naturales y financieros contribuyen a perpetuarlos. En otras palabras, el acceso a
recursos económicos lucrativos es un factor más importante para la continuación de los
conflictos armados que para su aparición. Como se verá más adelante con los
planteamientos de Sánchez y Chacón (2006), Pizarro (2004) y Restrepo et al. (2006), esta
teoría parece confirmarse para el caso colombiano, en el cual en primera instancia el
!
18!
conflicto aparece originado por resentimientos y agravios, y luego es perpetuado por la
pugna por los recursos saqueables9 y el acceso a las finanzas públicas.
Otras teorías se enfocan en factores políticos e institucionales para explicar la
aparición y evolución de los conflictos civiles. De nuevo aparecen dos enfoques
alternativos: el primero argumenta que la oposición violenta es el resultado de falta de
presencia estatal e insuficiente provisión de bienes públicos. El segundo enfoque plantea
que la inclusión política (incluyendo número de partidos, competencia electoral, acceso
efectivo a las instituciones, etc.) es el elemento central que desencadena la oposición
violenta. Goldstone et al. (2004) han encontrado que—aunque los factores económicos
afectan la estabilidad política—el impacto de tener las “instituciones adecuadas” sobre el
riesgo de crisis políticas violentas es generalmente cinco a diez veces mayor que el
impacto de los niveles de pobreza sobre la violencia.
Adicionalmente, los análisis de Goldstone et al. (2004) también demuestran que el
tipo de régimen político es, de manera contundente, el factor dominante que dispara
revoluciones, guerras étnicas y derrocamiento de regímenes democráticos. Sus hallazgos
presentan el estrecho vínculo existente entre las configuraciones político-institucionales a
nivel nacional (o tipo de régimen) y la probabilidad de ocurrencia de inestabilidad
política y conflicto violento. Estos estudios demuestran que tanto los regímenes
democráticos consolidados como los regímenes autocráticos consolidados son menos
susceptibles a la ocurrencia de oposición violenta que las democracias o autocracias
frágiles.
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
9
En el caso colombiano, especialmente los recursos mineros y el cultivo de narcóticos como hoja de coca y
amapola.
!
19!
De manera similar, Fearon y Laitin (2003) argumentan que los indicadores de
capacidad y fortaleza institucional son robustos pronosticadores de guerra civil.
Concluyen que el conflicto violento es engendrado por gobiernos centrales débiles y por
condiciones sociales que favorecen la insurgencia. Su argumento central es que los
gobiernos que son financiera, organizacional y políticamente débiles hacen que la
insurgencia resulte más atractiva y factible, a causa de la corrupción y de la ineptitud de
las prácticas contrainsurgentes. En muchos casos estas ineficaces prácticas
contrainsurgentes incluyen retaliaciones brutales e indiscriminadas contra la población
civil, lo cual contribuye a que ésta se adhiera a los grupos insurgentes perpetuando así los
conflictos violentos. Desde este punto de vista su análisis da prelación a los factores
institucionales y de presencia estatal sobre los factores de pobreza y desigualdad.
En un enfoque que también incorpora elementos institucionales, Kalyvas (2009)
plantea que existen tres factores fundamentales para la irrupción de guerras civiles:
antagonismo étnico; presencia de recursos naturales; y debilidad estatal. Cada uno de
estos elementos incrementa el riesgo de guerra civil, especialmente en países pobres. Sin
embargo la debilidad estatal—manifestada a través de gobiernos débiles, corruptos y con
poca presencia institucional— además de causar los conflictos también contribuye a
perpetuarlos. Finalmente, Bates (2008) concluye que la guerra civil no es sólo conducida
por factores económicos (relativos a los recursos saqueables y a las finanzas públicas),
sino también por factores políticos e institucionales. En una revisión reciente, Bates
(2008) reafirma la importancia de las explicaciones basadas en codicia (por la presencia
de recursos naturales “saqueables”), argumentando además que los mejores
pronosticadores del colapso estatal no son sólo económicos sino también políticos. La
!
20!
naturaleza de los regímenes políticos tiene una relación mas fuerte que el bienestar
económico con la inestabilidad política subsecuente. Por lo tanto, la flecha de causalidad
se origina a partir de las condiciones políticas y las finanzas públicas, y no a través del
mercado o de las finanzas privadas. Bates (2008, 5) plantea:
Al medir los ingresos privados por un lado, y la posibilidad de colapso
estatal por el otro, se encuentra que una reducción en los primeros se
correlaciona con un incremento en el segundo. Pero la ruta de causalidad
entre el declive económico y el derrumbe político corre, según sugiere la
evidencia, a través de las finanzas públicas y no a través de las economías
privadas.
2.2 El caso colombiano
Al pasar de la literatura general a la particular sobre el caso colombiano,
encontramos el mismo debate entre aquellos que dan prelación a las variables económicas
y aquellos que atribuyen las causas de la oposición violenta a variables políticas e
institucionales. Existen, igualmente, teorías centradas en elementos culturales y
particularmente en el rol de la sociedad civil. Con relación a las teorías económicas, se
encuentra el mismo debate entre los argumentos que enfatizan en resentimientos y
desigualdad, y aquellos que se centran en codicia. Estos últimos son reforzados por
estudios sobre recursos “saqueables” tales como café, metales preciosos, petróleo y coca.
2.2.1 Causas económicas: resentimientos y desigualdad vs. codicia
Algunos estudios tempranos se han centrado en las llamadas “causas objetivas”
para explicar el conflicto armado. Según está aproximación las desigualdades
socioeconómicas, la exclusión y discriminación de algunos sectores, y la injusticia,
generan resentimientos o carencias (en inglés grievances), los cuales serían las
principales causas de la inconformidad y el conflicto en el país. Sin embargo, estudios
!
21!
más recientes parecen demostrar que esta hipótesis no encuentra sustento en Colombia.
Según Gómez (2001), existe una correlación—pero no una relación de causalidad
directa—entre desigualdad y conflicto violento, ya que otros países tienen una
distribución de ingresos similar a la colombiana y no tienen insurgencia armada. En su
opinión, cabría más bien formular la hipótesis opuesta para el caso colombiano: la
violencia es la causa de la desigualdad. En términos de encontrar explicaciones para el
conflicto armado en Colombia, Gómez formula explicaciones más plausibles centradas
en la codicia, y en factores políticos e institucionales.
Con respecto a la hipótesis que vincula la codicia por recursos “saqueables” con el
conflicto armado, Sánchez (1998) ha demostrado que las áreas ricas en recursos
primarios exportables se han convertido en puntos focales de confrontación, dada la
importancia de controlar estas lucrativas zonas. Dube y Vargas (2006) estudian los
efectos exógenos de los choques de precios externos sobre la violencia civil, en más de
mil municipios de Colombia. Sus hallazgos demuestran que un aumento en el precio
internacional del café (el producto colombiano intensivo en mano de obra más importante
para exportación) reduce significativamente la violencia en las regiones productoras de
café. En contraste, un incremento en el precio internacional del petróleo (un importante
producto de exportación intensivo en capital) incrementa la violencia en regiones con
oleoductos y reservas petroleras. De manera similar, los incrementos en el precio
internacional de la cocaína incrementan la violencia en las zonas productoras de coca.
Las diferencias parecen explicarse a través de la distribución de rentas: a medida
que el precio de los recursos “saquables” aumenta, el efecto sobre la violencia se
transmite, como un patrón, sobre la distribución de rentas. Por lo tanto para la producción
!
22!
de café (en la cual los beneficios por aumentos de precios se distribuyen de manera más
equitativa), un aumento en el precio reduce los niveles de violencia. En el caso del
petróleo y la coca (donde los beneficios y rentas adicionales tienden a concentrarse más),
los incrementos de precio se asocian con aumentos en los niveles de violencia. Dado que
la coca es un cultivo lucrativo, los diferentes grupos armados luchan frecuentemente por
el control territorial de las zonas de cultivo cocalero (Rangel 1998).
Los estudios realizados por Sánchéz y Chacón (2006), complementados con las
conclusiones de Pizarro (2004), parecen demostrar que en el caso colombiano hay una
combinación de causas basadas tanto en resentimiento como en codicia. Según señalan
estos autores, si bien en un comienzo el conflicto violento pudo encontrar sus orígenes y
explicaciones en variables socio-económicas (de pobreza y desigualdad, injusticia social,
etc.), posteriormente éste se explica mejor a través de variables asociadas con la codicia
por los recursos naturales y las rentas provenientes de su explotación. En el caso
colombiano, la actividad temprana (1974-1982) de los grupos guerrilleros centraba sus
consignas en la búsqueda de mayor igualdad y desarrollo económico.
Sin embargo, tras los procesos de descentralización política implementados a
mediados de los años ochenta (que otorgaron mayor independencia política y fortaleza
fiscal a los gobiernos locales), la acción armada se transformó. Como lo señalan Sánchez
y Chacón (2006, 349) desde mediados de los ochenta hasta el año 2002:
la descentralización trasladó el conflicto a una disputa por el poder local,
lo que se manifiesta en el uso de la violencia ya sea para apropiarse de los
bienes y recursos públicos, para influenciar los resultados políticos y
electorales de conveniencia para los grupos irregulares o para consolidar
su dominio territorial desde lo local.
!
23!
Esta diferenciación también se hace evidente a nivel geográfico. Al principio los
grupos insurgentes penetraron en regiones aisladas de los centros económicos de
producción, en los cuales se podía establecer una relación entre pobreza, presencia
guerrillera y ausencia del Estado. Sin embargo, desde mediados de los años ochenta la
ubicación geográfica de las guerrillas se desplazó hacia regiones estratégicas, con
abundantes recursos naturales y de gran potencial económico. La expansión de los grupos
guerrilleros en las últimas décadas se relaciona de manera directa con la pugna por el
control de los centros de producción de diversas riquezas, entre ellas las áreas de
procesamiento de drogas ilícitas, zonas ricas en oro, carbón, petróleo, banano, ganadería
y café (Pizarro 2004,185).
De lo anterior parece evidente que, en el caso colombiano, las teorías basadas en
resentimientos explican mejor el surgimiento del conflicto, y a aquellas centradas en
codicia explican mejor su expansión y perpetuación. El narcotráfico en Colombia es un
claro ejemplo de un elemento perpetuador (más no causal) del conflicto armado. Según
señalan Restrepo et al. (2006), a finales de 1995 el gobierno colombiano implementó una
política de guerra contra las drogas que condujo al desmantelamiento de los dos
principales carteles del narcotráfico. Como resultado de estas acciones se le arrebató a los
carteles colombianos las mayores rentas del negocio, asociadas a las etapas de transporte
y distribución. Adicionalmente, con el debilitamiento de los narcotraficantes se presentó
la oportunidad para que los grupos armados se apoderaran de un mayor porcentaje de las
rentas originadas en la producción y procesamiento de narcóticos.
Aunque estos grupos armados participaban del negocio de las drogas antes de la
caída de los carteles, buscando financiarse y articularse como potencial “poder dual”
!
24!
revolucionario, lo hacían de forma marginal: se beneficiaban de “impuestos” sobre las
etapas iniciales de producción de cocaína y heroína (gravando el cultivo de coca y
amapola, y la producción de pasta de coca y resina de amapola). Sin embargo, al perder
fortaleza los carteles de las drogas, se permitió que los grupos guerrilleros capturaran una
mayor parte de las rentas originadas en el negocio. Desde este punto de vista la derrota de
los carteles de la droga pudo haber alimentado el conflicto.
2.2.2 Causas políticas e institucionales
A pesar de que existe consenso sobre la complejidad del problema de violencia en
Colombia, no hay acuerdo aún sobre cuál o cuáles son las causas de este fenómeno.
Quizá la única explicación que genera consenso entre los investigadores es la que se basa
en la debilidad y precariedad del Estado colombiano. Refiriéndose a los factores políticos
e institucionales, Uprimny (2001) examina la múltiple causalidad de la violencia en
Colombia. Su argumento confirma que la precariedad del Estado colombiano es el
elemento clave que explica la persistencia de la violencia. Sánchez (2007) reafirma este
argumento de multi-causalidad de la violencia en Colombia y precariedad estatal,
planteando que la actividad armada ilegal tiene causas claramente identificables, como
“polarización política, impunidad, búsqueda de rentas, mercados ilegales, carencia de
fuerza pública, disputas territoriales entre grupos al margen de la ley, etc” (Sánchez
2007,18). Restrepo y Aponte (2009, 20) también analizan las relaciones entre pobreza y
conflicto en Colombia adoptando, para ello un enfoque institucionalista:
De acuerdo con este enfoque, las relaciones entre pobreza y conflicto en
Colombia han estado mediadas por las instituciones existentes. Partiendo
de un legado histórico de exclusión de las instituciones iniciales, se
muestra que tales instituciones, junto con características idiosincráticas de
la historia colombiana, como la lucha armada entre los partidos políticos
!
25!
tradicionales, los conflictos agrarios no resueltos, el apoyo externo en la
guerra fría, la existencia de una fuerzas militares mal equipadas y
entrenadas sin órdenes directas de proteger a los individuos y las
comunidades y la descentralización ocurrida a finales de los años ochenta
y comienzos de los noventa, dieron nacimiento y forma al conflicto
armado interno y a las condiciones actuales de pobreza en Colombia.
Para algunos analistas la “precariedad estatal” se centra en la necesidad de
mejorar las capacidades militares y de la policía, con el fin de ejercer una autoridad más
efectiva en una sociedad propensa a la violencia. Para otros, esta precariedad se refiere a
las debilidades de la democracia y del Estado de derecho en Colombia. Holmes et al.
(2006) concluyen que “dadas las debilidades institucionales y las dificultades del terreno,
históricamente Colombia ha sido incapaz de proveer una presencia estatal significativa de
manera uniforme a lo largo del país” (Holmes et al. 2006, 159). Gutiérrez Sanín (2004)
también subraya la importancia de la presencia estatal, planteando que la fumigación de
cultivos ilícitos (que en muchos casos resulta siendo sólo una presencia negativa) es una
de las pocas manifestaciones concretas del estado colombiano en esos territorios.
En una línea de pensamiento similar, Restrepo (2003, 19) también atribuye el
conflicto violento a la naturaleza de sus instituciones y a su sistema político, al plantear
que: “un sistema político que no genere un grado suficiente de autonomía, y que tenga un
déficit de legitimidad, está abierto a la corrupción y a la violencia en todas sus formas”.
Chernick (2008) coincide, concluyendo que la paz solo puede alcanzarse en Colombia
construyendo un régimen más participativo e incluyente, con presencia estatal legítima a
lo largo de todo el territorio nacional. Por su parte Tokatlian (2004, 175) afirma que de no
ocurrir un cambio institucional significativo Colombia podría ser testigo de un Estado
fracasado, incapaz de proteger a sus individuos y las comunidades de la fuerzas que
!
26!
amenazan su seguridad existencial. En ese sentido, concluye, “Colombia no tiene un
Estado anárquico (ausencia completa de gobierno central) pero sí vive una mezcla de
Estado fantasma (ejerce la autoridad en algunas áreas limitadas y en otras es inexistente)
y Estado anémico (sus energías se consumen combatiendo diversas modalidades de
grupos armados).” Leal (2006), a su vez, plantea que la tendencia general que ha
prevalecido en el país desde el Frente Nacional ha sido la incapacidad de los gobiernos
para diseñar una política de seguridad integral, con objetivos claramente definidos. Desde
este punto de vista la exacerbación del conflicto es consecuencia de la debilidad estatal,
la cual ha permitido el surgimiento de milicias privadas (destinadas a compensar el vacío
de presencia del Estado) y el fortalecimiento del narcotráfico.
En una línea de análisis similar, Duncan (2010) expande esta noción de falta de
control gubernamental sobre ciertas áreas del país. En un argumento que combina
elementos económicos (presencia de recursos “saqueables”, como coca), con diferencias
geográficas (centro vs. periferia), y debilidad institucional, Duncan plantea que en
algunas áreas periféricas del país el Estado ha sido reemplazado, bien sea por guerrillas o
grupos paramilitares, que actúan como portadores de poder no institucionales. De hecho,
las luchas por el control de los lucrativos cultivos de coca entre estos grupos
denominados “Señores de la Guerra” (Warlords), incrementan la violencia en estas
regiones. El resultado final de este proceso es la incorporación de criminales en la
estructura de poder político, a través del ejercicio directo de las funciones del Estado
(Duncan 2010, 11).
Leal (2006) refuerza la idea de penetración política de los grupos armados ilegales.
Su argumento plantea que, además del trafico de drogas, los grupos ilegales se apoyan en
!
27!
la apropiación violenta de tierras y el control de la población mediante el desplazamiento
de campesinos, la extorsión a comerciantes, el contrabando y la penetración en una
amplia gama de actividades económicas legales e ilegales. En una reacción en cadena,
“sobre esta base de poder económico se construye un poder político de alcance nacional.
Su punto de partida son gobernaciones, las alcaldías, las asambleas y los consejos en la
Costa Atlántica, además de la penetración en el Congreso y las instituciones oficiales”
(Leal 2006, 539).
Por su parte, Bagley (1988, 202) confirma el argumento de insuficiente presencia
institucional, explicando que muchos países latinoamericanos (entre ellos Colombia y
Perú, por ejemplo), han sido incapaces de controlar su territorio nacional, o de
contrarrestar los efectos de las poderosas organizaciones de narcotráfico que operan en
sus fronteras. Los esfuerzos unilaterales de los Estados Unidos para obligar a estos países
a participar más activamente en la lucha contra el narcotráfico han sido en muchos
momentos infructuosos. Se trata de un problema de insuficiente y corrupta presencia
estatal e institucional, el cual no puede ser corregido únicamente con presiones arbitrarias
y unilaterales de los Estados Unidos.
Otro argumento construido alrededor del discurso de ausencia institucional y sus
efectos sobre de participación ciudadana, es el de la débil organización de los grupos
populares. El argumento plantea que éstos no han podido constituirse como fuerzas
alternativas de presión frente a las élites dominantes y los actores armados, incluyendo el
Estado. Basándose en un estudio comparativo entre la organización colectiva en Bolivia y
en Colombia, Uprimny (2001) afirma que la mayor violencia en Colombia se deriva de la
precarización del poder social y popular debido a la dificultad que existe de consolidar la
!
28!
acción colectiva. Particularmente se refiere a “la incapacidad que tiene la gente
trabajadora para desarrollar el poder de organizaciones colectivas capaces de transferir
demandas sociales hacia la arena política”. A su vez el incremento de la violencia
colombiana tiende a aumentar la fragmentación de los actores sociales. Ello resulta en un
círculo vicioso en el cual la ausencia de poder ciudadano genera más violencia y
viceversa (Uprimny 2001, 149).
Uniéndose a la línea institucional, Richani (2002) presenta un argumento que
explica la violencia Colombiana a través de factores económicos y de debilidad
institucional. Dos preguntas claves se formulan en su análisis: “¿Por qué se propaga la
violencia?” y “¿Qué tipo de configuraciones estructurales—políticas y
socioeconómicas—impiden la resolución pacífica del conflicto?” Ambas preguntas son
analizadas dentro de un contexto institucional, enfatizando particularmente en la
debilidad del Estado y sus instituciones. Adicionalmente, Richani (2002, 152) enfatiza en
la importancia de analizar todos los actores involucrados en el conflicto, al igual que sus
interacciones: “la guerra civil no puede entenderse sin explorar las interconexiones entre
los actores claves…o sin evaluar variables tales como contingencias, estructuras sociales,
y agencias, que moldean los entornos de dichos actores y en consecuencia afectan sus
comportamientos”. Su aporte principal es identificar los “sistemas de guerra”, definidos
como estructuras de poder y arreglos institucionales irregulares, que surgen cuando las
instituciones estatales fracasan en su rol de mediar o arbitrar los conflictos entre grupos
antagónicos. Estos sistemas de guerra, según Richani plantea, contribuyen a perpetuar el
conflicto violento.
!
29!
Uno de los elementos más importantes de debilidad estatal tiene que ver con la
transparencia (o corrupción) de sus instituciones. En este sentido, autores como Gaitán
(1995) han concluido que ni la pobreza, ni las desigualdades, ni ninguna de las llamadas
“causas objetivas” de violencia podrían por sí solas explicar los altos grados de oposición
violenta en Colombia. En su opinión, el análisis del conflicto debería centrarse en causas
institucionales, tales como la naturaleza del sistema judicial y los altos grados de
impunidad frente al crimen. De igual manera, parecería que la crisis de las instituciones
en Colombia no sólo es una de las causas de conflicto armado, sino también una
consecuencia del mismo, en un ciclo destructivo que tiende a repetirse. Según plantea
Rettberg (2010, 2) las décadas de conflicto armado han dejado una gran mella en “todas
las instituciones —formales e informales, oficiales y privadas— colombianas y dejarán
como herencia una estructura de incentivos y prácticas que puede ser más difícil de
superar que la voluntad de guerra de los actores actualmente enfrentados.”
2.2.3 Causas sociales y culturales
Finalmente otra línea de pensamiento se enfoca en los factores sociales,
particularmente en la importancia de la sociedad civil y su impacto sobre los niveles de
violencia. Algunos estudios recientes cuestionan la existencia de una “cultura de
violencia” enraizada en el tejido social de los colombianos, según la cual existe un
condicionamiento inicial en la sociedad a favor de la violencia como mecanismo de
resolución de conflictos políticos (Sriram 2004, 133). Así, desde una perspectiva
sociológica se explora la hipótesis de que el conflicto violento colombiano tenga sus
raíces en las relaciones familiares y vecinales, y en la pérdida de valores y de cohesión,
todos ellos elementos vinculados al ámbito social. Le Grand (2003) analiza el papel que
!
30!
tradicionalmente ha desempeñado la sociedad civil colombiana, y cuestiona cómo ésta
podría conducir el conflicto a una resolución pacífica. Aunque gran parte de la literatura
sobre la violencia en Colombia indica que la sociedad civil ha sido tradicionalmente
fragmentada, débil y poco influyente, Le Grand plantea: “una pregunta fundamental es si
la violencia de los últimos 20 años ha minado los movimientos sociales y los ha vuelto
insostenibles, o si, en cambio, la violencia ha generado nuevos movimientos que han
resultado esenciales en la reducción de los niveles de violencia” (Le Grand 2003, 189).
El vínculo entre la densidad de la sociedad civil y las diferencias de desarrollo
económico fue inicialmente planteada por Putnam (1993). En su investigación demostró
como el capital social (medido como la abundancia de organizaciones voluntarias)
explica la diferencia entre las regiones del norte y sur de Italia, en términos del
crecimiento económico y de la efectividad del estado regional. Un planteamiento similar
es presentado por Sudarsky (2008) para el caso colombiano, identificando la presencia de
capital social como un posible generador de cambio en las estructuras sociales y
económicas, con el consecuente efecto que ello podría tener sobre el conflicto violento.
La presencia de capital social se define como un resultado adicional en el logro de
objetivos atribuible a las relaciones entre actores, sean estos personas u organizaciones.
Sin embargo, la dificultad para el realizar este tipo de análisis en Colombia reside en la
ausencia de un índice confiable que permita el estudio de los componentes del capital
social10.
Una pregunta central sería entonces, en lo que respecta al rol de la sociedad civil,
si las iniciativas locales pueden actuar de manera efectiva sobre los niveles de violencia.
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
10
Los argumentos de Sudarsky (2008) se desarrollan en detalle en el capítulo 4, en la sección “Densidad
Social”. !!
!
31!
Es posible que la sociedad civil sea mas fuerte o responsable en algunas regiones, y haya
incidido positiva o negativamente en el conflicto. En este sentido, puede considerarse por
ejemplo, la participación de las milicias urbanas del M-19, cuando en 1982 negociaban
amnistías con el gobierno de Belisario Betancur. En el mismo sentido, Serbin (2008)
analiza las diferentes expresiones de reacción ciudadana frente a la violencia, y el rol
particular que asume la sociedad civil tanto en la creación y sostenimiento del conflicto
violento como en su resolución pacífica. Su análisis incluye iniciativas a nivel nacional o
local, a través de organizaciones de la sociedad civil “que buscan una salida frente a la
inseguridad cotidiana y que abarcan desde movilizaciones esporádicas en contra de la
criminalidad y la violencia de reclamo ante los gobiernos, hasta iniciativas basadas en un
entrenamiento en mediación y resolución de conflictos” (Serbin 2008, 3).
De manera similar, y utilizando la teoría de Kalyvas sobre la violencia en las
guerras civiles, Vargas (2009a) analiza el caso de Barrancabermeja (Colombia), y pone
en evidencia la participación de la población civil en el proceso de producción de
violencia, destacando las transformaciones en las lógicas de colaboración de dicha
población. En su análisis incorpora las formas de relacionamiento de la población civil
con los grupos insurgentes. En otro caso que ejemplifica la relación entre la sociedad y el
conflicto violento en Colombia, Serbin (2008) menciona el caso de las Asambleas por la
Paz en Colombia, las cuales constituyen iniciativas ciudadanas que buscan la resolución
pacífica del conflicto, incorporando sectores tan diversos como sindicatos, académicos e
intelectuales, organizaciones religiosas, movimientos de mujeres y otras organizaciones
comunitarias.
!
32!
Finalmente, Las Comunidades de Paz en Colombia representan iniciativas
ciudadanas que han surgido en medio del conflicto armado como una solución para
mantener a la población alejada de él, evitar sus consecuencias y buscar la paz y el
desarrollo en la región. Sus raíces se encuentran en las propias localidades y, en algunos
casos, están constituidas por comunidades de desplazados11. Un ejemplo de estas
iniciativas los constituye el Magdalena Medio, en donde se ha promovido la participación
ciudadana y el empoderamiento de la sociedad en la toma de decisiones sobre asuntos de
la región. Esto se ha logrado a través de las asociaciones familiares y comunitarias, los
Consejos Municipales de Desarrollo Rural y los Consejos Territoriales de Planeación,
logrando la participación ciudadana en temas tan complejos como el plan de desarrollo a
seguir.
2.3 Conclusiones de la revisión bibliográfica
¿Qué conclusiones preliminares se derivan de esta revisión bibliográfica? En
primera instancia, es evidente que en los conflictos armados se conjugan complejos
mecanismos de causalidad, y la mayoría de los autores atribuyen la violencia política a
múltiples factores. A pesar de que anteriormente prevalecía la hipótesis basada en
resentimientos y desigualdad—según la cual son las carencias sociales y económicas las
que conducen a los pueblos a confrontar la autoridad estatal—existe actualmente un
debate, basado en la evidencia empírica, según el cual las teorías centradas en codicia por
los recursos naturales saqueables también tienen un importante poder explicativo.
Adicionalmente, parecería que en el caso colombiano ambas vertientes tienen poder
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
11!Definición presentada en el Boletín No.15, Febrero, 2000 de la Vicepresidencia de la República de
Colombia. Las Comunidades de Paz. Observatorio de los Derechos Humanos en Colombia.
!
33!
explicativo, pero de manera un poco diferente: las teorías basadas en resentimiento
ilustrarían mejor los orígenes y raíces del conflicto, y aquellas centradas en codicia darían
mejor cuenta de su expansión y perpetuación.
De igual manera, los factores políticos e institucionales desempeñan también un
papel fundamental para entender los conflictos violentos. Según Bates (2008) nos
recuerda, es el tesoro público (y no las economías privadas) el elemento central para
explicar la oposición violenta. La capacidad estatal se convierte entonces en un factor
fundamental para explicar la violencia, y elementos como la falta de participación
política, la falta de gobernabilidad, la mala administración de los ingresos provenientes
de recursos naturales, y la ausencia del estado en partes del territorio facilitan la
aparición o perpetuación del conflicto armado.
En resumen, parece claro que la violencia no se arraiga solamente en elementos
socioeconómicos, tales como desigualdad o crecimiento económico, ni tampoco en
factores políticos como la naturaleza del régimen político, sino en la conjunción de varios
de estos elementos. Como lo explican Blattman y Miguel (2010), la literatura ha ido
madurando hasta alcanzar importantes percepciones: las guerras civiles tienen mayor
probabilidad de ocurrencia en países que son pobres y ocurren después de choques
negativos de ingresos; en países con un estado débil o con instituciones estatales
corruptas; con regiones periféricas escasamente pobladas, con terrenos boscosos y
montañosos, y con recursos “saqueables” valiosos.
La revisión detallada de las causas del conflicto violento en Colombia constituye
sólo un primer paso para entender las variaciones en los niveles de oposición violenta en
los últimos años. Dada la multi-causalidad del conflicto colombiano, la principal
!
34!
conclusión que se deriva de esta revisión bibliográfica es que todas las variables
relacionadas con el conflicto en Colombia (sean estos factores que originan el conflicto, o
que lo perpetúan) deben ser tenidas en cuenta cuando se trata de analizar los cambios en
la intensidad del conflicto armado en el país. Muy posiblemente más de una de las
variables explicadas han sufrido modificaciones—a nivel cuantitativo y/o cualitativo—y
es posible que sean los cambios conjuntos que se han presentado los que expliquen la
variación en los niveles de conflicto violento en el período 2003-2010. Según afirma
Rettberg (2010, 2),
Se han logrado avances importantes en la presencia institucional del
Estado colombiano, que abarcan aspectos militares y de seguridad —la
presencia de batallones y Fuerza Pública—, pero también en aspectos
vistos como más afines a la superación definitiva de las fallas estatales,
como la educación, la salud y el logro de una economía considerada
atractiva y próspera por muchos inversionistas nacionales e
internacionales.
Como se explicó en la introducción, se considera la implementación de la PSD, con
todos los cambios institucionales que conllevó, la condición necesaria para la reducción
en los niveles de conflicto armado presentados en el período 2003-2009. Sin embargo,
según lo sugieren tanto la revisión literaria como los resultados desiguales en la
reducción del conflicto a través de las regiones del país, es posible que sea la variación
conjunta de muchas de las variables que afectan el conflicto armado lo que haya
ocasionado los cambios en éste. De ahí que este trabajo busque explorar la existencia de
configuraciones y/o condiciones que involucren las variables en cuestión, para explicar
de una manera más profunda los cambios a nivel de conflicto armado que se han
presentado. Como se verá a continuación, las hipótesis formuladas reflejan precisamente
esta multi-causalidad del conflicto colombiano, combinando variables económicas,
!
35!
políticas, institucionales, sociales, culturales y geográficas. Adicionalmente, no solo se
busca identificar las posibles configuraciones y/o combinaciones de variables que
expliquen la variación en la intensidad del conflicto tras la implementación de la PSD,
sino también identificar comportamientos atípicos (“outliers”) que permitan derivar
conclusiones sobre el efecto de la interacción de variables sobre el conflicto armado.
2.4 Hipótesis
Con el fin de explorar la posible existencia de configuraciones y/o condiciones
regionales que hayan facilitado o entorpecido la implementación de la PSD en las
diferentes regiones del país (y así poder explicar la desigual variación en los niveles de
conflicto armado), es necesario analizar cada una de las variables relacionadas con el
conflicto interno bien sea para originarlo o para expandirlo y perpetuarlo. Estas variables
surgen de la revisión bibliográfica sobre las causas del conflicto armado. El análisis de
cada una de ellas y de su interacción conjunta permitirá explorar esas diferentes
configuraciones. A continuación se formulan 7 hipótesis que vinculan la intensidad del
conflicto con cada una de las variables que lo afectan.
H1. Hipótesis centrada en resentimientos. El conflicto violento se correlaciona de
manera positiva con mayores niveles de pobreza, desigualdad y otros indicadores
económicos. Niveles más altos de pobreza y desigualdad se asocian con niveles más altos
de oposición violenta. Así, se esperaría que en regiones con menores niveles de pobreza
y desigualdad la efectividad de la PSD hubiera sido mayor.
H2. Hipótesis centrada en codicia. El conflicto violento se correlaciona con el precio de
exportación de los recursos saqueables. H2a. Cuando la distribución de las rentas está
concentrada (como en el caso de la coca, el petróleo y el oro), en la medida en que el
precio aumenta el conflicto violento también aumenta. H2b. Cuando las rentas se
distribuyen de manera más homogénea (como en el caso del café), cuando el precio
!
36!
aumenta el conflicto disminuye. Así, se esperaría que en regiones sin presencia de
recursos saqueables (o en donde los ingresos por estos recursos no se incrementaran), la
efectividad de la PSD hubiera sido mayor.
H3. Hipótesis centrada en presencia institucional. El conflicto violento se correlaciona
de manera inversa con la presencia institucional y la provisión de bienes públicos.
Cuando la presencia institucional aumenta el conflicto violento disminuye; si la presencia
estatal disminuye el nivel de conflicto violento aumenta. Así, se esperaría que en regiones
con mayor presencia institucional la efectividad de la PSD fuera mayor.
H4. Hipótesis centrada en inclusión política. El conflicto violento se correlaciona de
manera inversa con la inclusión política. Si la inclusión política (i.e libre competencia
electoral y acceso a las instituciones) se expande, el nivel de oposición violenta
disminuye. Así, se esperaría que en regiones con mayor inclusión política la efectividad
de la PSD fuera mayor.
H5. Hipótesis centrada en la densidad de la sociedad civil. El conflicto violento se
correlaciona de manera inversa con la densidad y participación de la sociedad civil. Si la
densidad de asociación y participación aumenta, los niveles de oposición violenta
disminuyen. Así, e esperaría que en sociedades mas densamente asociadas y
participativas la efectividad de la PSD fuera mayor.
H6. Hipótesis centrada en condiciones geográficas. El conflicto violento se
correlaciona de manera inversa con la proximidad a las principales ciudades. Al aumentar
la proximidad a ciudades principales (ubicándose en zonas de “centro”) el conflicto
violento disminuye. Al disminuir la proximidad a ciudades principales (ubicándose en
zonas periféricas) el conflicto violento aumenta. Así, se esperaría que en regiones
ubicadas en el centro del país la efectividad de la PSD fuera mayor que en las zonas
periféricas.
H7. Hipótesis centrada en “Warlords” o control territorial. El conflicto violento se
correlaciona de manera positiva con el número de grupos presentes (coexistencia de
guerrillas, paramilitares y fuerzas militares). Al aumentar el número de grupos presentes
el conflicto violento se intensifica. Se esperaría que en regiones con menor presencia de
!
37!
grupos insurgentes ( o donde este número se redujera) la efectividad de la PSD fuera
mayor.
Estas hipótesis permitirán construir las posibles configuraciones que pudieron
haber afectado los resultados de la PSD sobre la intensidad del conflicto armado,
explicando a su vez las diferencias que se presentaron a nivel regional. Basado en las
hipótesis se esperaría, por ejemplo, que en regiones con menores niveles de pobreza y
desigualdad; mayor inclusión política; mayor presencia institucional; mayor densidad
social; sin presencia de recursos saqueables; sin presencia conjunta de más de un grupo
insurgente; y ubicadas en el centro en vez de la periferia, los niveles de intensidad de
conflicto armado se redujeran de manera mucho más significativa que en regiones con
condiciones diferentes, ante la implementación de la PSD. ¿Ocurrió esto así en realidad?
Y además, ¿Pueden identificarse configuraciones similares para regiones que presentaron
similares cambios en la intensidad del conflicto armado, y que por ende permitan explicar
estos cambios? Eso es precisamente lo que se busca investigar.
En las secciones siguientes se abordará de manera individual cada una de estas
hipótesis, concretándolas a nivel cualitativo y cuantitativo a través de variables
dependientes e independientes. En el diseño de la investigación se contemplaron dos
posibilidades para la evaluación de estas hipótesis y para la determinación de la
incidencia de las variables sobre la efectividad de la PSD. La primera consistía en evaluar
cada una de estas variables únicamente en el momento inicial (antes de la
implementación de la PSD, en el año 2002), y de ahí evaluar si su presencia (o ausencia)
había incidido sobre la efectividad de la PSD hasta el año 2009. La segunda opción
consistía no en tomar solamente los valores iniciales de estas variables, sino en evaluar su
comportamiento durante todo el período 1995-2009 (antes y durante la implementación
!
38!
de la PSD), y analizar si dicho comportamiento había incidido sobre la efectividad de la
PSD. Se adoptó el segundo enfoque, ya que provee un análisis más dinámico y de mayor
riqueza analítica, a través de la evolución y comportamiento de las variables relacionadas
con la intensidad del conflicto armado. Estas consideraciones se explican en detalle en los
capítulos 4 y 5.
2.5 Discusión metodológica
Al buscar el enfoque metodológico mas apropiado para evaluar las hipótesis
mencionadas, se encuentran dos fuertes consensos entre investigadores y estudiosos de
los conflictos civiles. En primer lugar, hay un acuerdo general según el cual las
investigaciones deben desplazarse del nivel nacional al nivel sub-nacional. Según lo
explica Bates (2008, 10),
…. el uso sistemático de datos a nivel sub-nacional es necesario. Los
orígenes del desorden político se encuentran en conflictos cuyos propios
orígenes son, en un alto grado, internos a la nación-estado: la desigualdad
regional, las preferencias partisanas en permanente conflicto, las
diferencias religiosas, y todo lo demás. Los datos agregados a nivel
nacional ofrecen la óptica equivocada para revisar conflictos al interior de
los países.
Bates también plantea que es necesario adquirir información sistemática sobre las
propiedades estratégicas de las políticas nacionales y sub-nacionales, dado que éstas
moldean las escogencias políticas, incluyendo la escogencia entre la oposición violenta ó
no violenta a la autoridad estatal. En un país como Colombia, caracterizado por múltiples
regiones y sub-regiones y con marcada fragmentación espacial, este argumento adquiere
aún mayor relevancia.
!
39!
De manera similar, Blattman y Miguel (2010) argumentan que para descifrar las
causas del conflicto interno, para resolver el problema de correlación inversa entre
pobreza, desigualdad y conflicto, y para entender la organización y la conducta de los
grupos armados, se requiere del análisis a nivel micro implementado a escala subnacional. Weidman y Kuse (2009) confirman esta idea, planteando que los estudios
cuantitativos han sido criticados por su incapacidad de capturar las dinámicas internas de
la guerra civil, ya que los agregados se calculan a un nivel demasiado general. En su
opinión se requiere un enfoque mas desagregado, ya que la guerra civil es un fenómeno
sub-estatal conducido por la interacción de procesos locales y nacionales. En el mismo
sentido, Kalyvas (2009) agrega que la investigación sobre guerras civiles debe
enfocarse—de manera desagregada—en la especificación y evaluación de los
mecanismos y senderos causales. En efecto, argumenta que las relaciones entre los
niveles macro y micro deben estudiarse menos a través de análisis estadísticos internaciones, y más a través de diseños investigativos que hagan uso intensivo de datos subnacionales finamente “desgranados” tanto a nivel cuantitativo como cualitativo.
El segundo consenso ha sido alcanzado tras un intenso debate entre los
investigadores de las ciencias sociales, quienes han cuestionado hasta qué punto los
análisis de tipo social deberían realizarse de manera cualitativa o bien de manera
cuantitativa. Los defensores de los métodos cualitativos se oponen al positivismo de los
“trituradores de números,” el cual puede desvirtuar los resultados por carecer del
componente “humano” en el análisis. Aquellos que defienden los métodos cuantitativos,
por otra parte, aducen que los estudios puramente cualitativos carecen del rigor analítico
que proporciona el enfoque científico. Tras intensos debates se ha establecido un
!
40!
consenso hacia nuevas tendencias que apuntan a los estudios multi-metodológicos. Éstos
combinan la historia con sofisticadas estrategias empíricas complementadas con datos
cuantitativos. Como lo explica Laitin (2002, 630) “hoy hay un nuevo consenso en el
horizonte, el cual enfatiza en una metodología tripartita que incluya estadística,
formalización y narrativa”. Basado en todo lo anterior este trabajo implementa un
enfoque multi-metodológico, en el cual se emplean metodologías cualitativas y
cuantitativas y se combinan agregados nacionales con datos desagregados a nivel
departamental (en el capítulo 4 se explica en detalle a qué obedece la elección del nivel
departamental).
El método cualitativo seleccionado es el Análisis Cualitativo Comparativo,
conocido como QCA por sus siglas en inglés (Qualitative Comparative Analysis), el cual
emplea la metodología Booleana de lógica algebraica para identificar determinantes
causales que sean necesarias, ó suficientes, para que un resultado se presente. Portes y
Smith (2008). El álgebra Booleana se eligió porque considero que es un método muy
adecuado para este tipo de análisis comparativo. Aunque el objetivo de esta investigación
no es encontrar causalidad directa de algunas variables sobre la efectividad de la PSD (lo
cual requeriría de herramientas y análisis que exceden el alcance de este estudio), sí se
busca diagnosticar lo sucedido a través de un análisis comparativo de las diferentes
regiones. Así, se intenta identificar patrones comunes (o no comunes) de comportamiento,
para así tratar de establecer por qué en algunas regiones la PSD tuvo mayor efectividad
que en otras, y de ahí formular directrices para el futuro y la sostenibilidad de la PSD. En
este sentido, como se ilustrará en detalle en el capítulo 5, el álgebra Booleana resulta el
instrumento ideal para este tipo de análisis.
!
41!
Además del álgebra Booleana se utilizaron otros métodos cualitativos como el
análisis de casos. Los análisis de casos, especialmente el de aquellos casos extremos en
los cuales “no sucedió lo esperado” permiten entender mejor los mecanismos a través de
los cuales la PSD funcionó (o no funcionó) en las regiones del país, en términos de la
reducción de la intensidad del conflicto armado. El análisis de casos incluye la evaluación
del comportamiento que tuvo cada una de las variables relacionadas con el conflicto
armado, y esto se complementa con entrevistas realizadas tanto a académicos, como a
funcionarios del gobierno, y a habitantes de las regiones analizadas, para obtener su
percepción de los hechos. En el capítulo 6 se analiza en detalle los criterios de selección,
que condujeron a seleccionar los departamentos de Antioquia, Cauca y Vichada como
casos de análisis.
Finalmente, para complementar los métodos cualitativos antes descritos, se
utilizaron métodos cuantitativos como los promedios porcentuales y los descriptores
estadísticos, encaminados a cuantificar y analizar de manera numérica el comportamiento
de cada una de las variables durante el período 1995-2009. Estos análisis numéricos
sirven como base para construir las “Tablas de Verdad” utilizadas en el análisis Booleano,
lo cual se explica en detalle en el capítulo 5. Otros métodos cuantitativos alternativos,
como los modelos econométricos y regresiones estadísticas no están incluidos en esta
investigación, aunque no se descarta que puedan abordarse en estudios futuros mas
enfocados en causalidad y en análisis cuantitativos a nivel macro.
Para comenzar el análisis, en el capítulo siguiente se presenta el contexto histórico
del conflicto armado en Colombia desde sus orígenes hasta el año 2010, revisando el
surgimiento y expansión de los grupos insurgentes. Esta investigación adopta el enfoque
!
!
!
!
42!
de Sánchez (1985) explicado anteriormente, según el cual los orígenes del actual
conflicto armado se remontan al período conocido como “La Violencia”, entre las
décadas de 1940 y 1960. Se incluye también un análisis detallado de los antecedentes a la
implementación de la PSD y también los consecuentes cambios institucionales que ésta
generó.
!
!
.!
3 Capítulo Tres: Contexto histórico del conflicto armado en Colombia
3.1 Antecedentes
Aunque no existe consenso sobre la fecha que se tome como origen de la actual
violencia política que afecta al país, sí hay consenso general al señalar que el conflicto
armado colombiano es uno de los más antiguos y prolongados de la historia. Algunos
autores como Sánchez (1985) consideran que el conflicto armado colombiano tiene sus
orígenes en la guerra civil que enfrentó a los dos partidos políticos tradicionales entre
1946 y 1953, en el período conocido como la Violencia. Otros plantean que éste se
originó por efectos de la revolución cubana, y el nacimiento de las denominadas
“guerrillas de primera generación” –Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
(FARC), Ejército de Liberación Nacional (ELN), Movimiento 19 de Abril (M-19) y
Ejército Popular de Liberación (EPL)—entre 1964 y 1967. Posterior al surgimiento de los
grupos guerrilleros, y con el objetivo de combatirlos, surgieron en la década de los
ochenta los llamados grupos paramilitares o autodefensas ilegales. Para financiar sus
actividades de ataques, combates, masacres e intimidación, recurrieron a mecanismos
similares a los empleados por las guerrillas, tales como secuestros, extorsiones, cultivos
ilícitos y apropiación de rentas municipales entre otros (Palacios 2008).
Para un mejor entendimiento del conflicto armado colombiano, su evolución debe
dividirse en sub-períodos según los factores causales y la intensidad del conflicto. Así, se
identifica una primera etapa de actividad temprana de los grupos irregulares que va de
1974 a 1982, la cual se explica fundamentalmente por variables de tipo socioeconómico
(pobreza, resentimientos, desigualdad, exclusión, etc.). La incapacidad del Estado para
proveer los bienes públicos y servicios sociales, al igual que su fracaso en la provisión de
43!.!
!
44!
justicia y seguridad ciudadana, alimentaban el descontento popular lo cual a su vez se
traducía en actividad violenta, especialmente guerrillera.
Posteriormente se registra un período de fuerte expansión del conflicto y creciente
intensidad del mismo, desde mediados de la década de los 80 hasta el año 2002. En éste
último año la intensidad del conflicto alcanza su más alto nivel. Esta escalada
significativa se manifestó tanto en incremento de la actividad armada (presentándose más
ataques), como en una gran expansión geográfica. Según concluyen Sánchez y Chacón
(2006), este período de expansión en la intensidad del conflicto se explica por los
cambios institucionales de descentralización política, administrativa y fiscal ocurridos a
mediados de los 80, y que dieron mayor poder político y financiero a los gobiernos
locales. De esta forma, los gobiernos locales pasaron a manejar cuantiosos recursos que
los hicieron tremendamente atractivos como fuentes de financiación de los grupos
irregulares. En consecuencia, éstos últimos “encontraron incentivos para disputar el poder
local, utilizando la violencia para apropiarse de los bienes y recursos públicos, influenciar
los resultados políticos y electorales, o consolidar su dominio territorial desde lo local”
(Sánchez y Chacón 2006, 349).
Así, la intensificación de la acción armada entre mediados de los 80 y el 2002 se
explica por los cambios institucionales que causaron mayor independencia política y
fortaleza fiscal de los gobiernos locales. Adicionalmente, las teorías económicas
centradas en codicia también tienen un alto poder explicativo durante este período, ya que
en últimas la descentralización causó que los grupos irregulares pugnaran por el control
local para así acceder al control de los polos de producción y explotación de recursos
naturales tales como oro, carbón, petróleo, y procesamiento de drogas ilícitas. En
!
!
!
45!
consecuencia, la descentralización—entendida como la mayor autonomía política,
presupuestal y administrativa de los gobierno locales—incrementó las oportunidades para
que los grupos irregulares aumentaran su influencia política a nivel local, y expandieran
sus fuentes de financiación. Igualmente, entre mediados de los 80 y hasta mediados de los
años 90 la justicia estuvo debilitada y cuasi-ausente, en parte por la intimidación que
ejecutaron los carteles de la droga a las instituciones de control judicial. Esto también
podría proporcionar un argumento institucional (o mejor, de debilitamiento institucional)
para explicar el incremento en la intensidad del conflicto en ese período.
Entre los años 2003 y mediados del 2009 se registra un notorio decrecimiento en
la intensidad del conflicto armado en la mayor parte de las regiones del país. El objetivo
de este trabajo, como se ha explicado anteriormente, consiste en explicar por qué se
registró una reducción desigual en la intensidad del conflicto a través de las diferentes
regiones del país (en algunas la intensidad del conflicto se redujo significativamente, en
otras en menor escala, en otras permaneció casi constante, y en algunas pocas la
intensidad del conflicto aumentó). Se parte de la base de que la implementación de la
Política de Seguridad Democrática a partir del año 2002 generó profundos cambios
institucionales y de presencia estatal en el país, constituyéndose en una condición
necesaria para la reducción en los niveles de conflicto violento.
Las preguntas que surgen entonces son: ¿Por qué los resultados de estos cambios
fueron desiguales a través de las regiones? ¿Acaso existen algunas configuraciones/
condiciones que facilitan o dificultan la efectividad de la PSD?. Adicionalmente, se
identifica el período a partir del año 2010, en el cual la intensidad del conflicto armado ha
!
!
!
46!
vuelto a incrementarse. Según señala Bagley12, existe fuerte evidencia de que los nuevos
grupos violentos BACRIM (Bandas Criminales, constituidas en parte como rezago de los
grupos paramilitares desmovilizados) se han convertido en nuevos focos generadores de
violencia. Estas organizaciones, en sus intentos por penetrar la política local
(especialmente buscando el poder a nivel municipal), utilizan métodos legales e ilícitos,
entre los cuales está el asesinato de sus opositores.
Las BACRIM tienen fuertes incentivos económicos para acceder a la política a
nivel local, a causa de las descentralización política, fiscal y administrativa implementada
en la década de los 8013 y por las leyes de regalías actualmente vigentes. En consecuencia,
se observa en el país un recrudecimiento de la violencia en ciertas zonas, presentándose
un desplazamiento de las zonas de violencia desde la Costa Norte (territorio antes
dominado por los grupos paramilitares) hacia el Sur Occidente de la costa Pacífica
(regiones como Buenaventura y Tumaco), en las cuales los grupos BACRIM se han
convertido en focos generadores de violencia. Estas zonas del Sur Occidente reciben
recursos descentralizados, por los cuales entran en pugna las BACRIM y las FARC a
través del dominio de los gobiernos locales. Bagley concluye así, que el creciente poder
político de las BACRIM en Colombia puede ocasionar un fuerte resurgimiento del
conflicto violento a nivel local. Igualmente, señala que la proliferación de nuevos
partidos políticos podría representar más oportunidades para que estos grupos penetren en
la política local, a través de intermediarios.
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
12!Comentarios expuestos durante la presentación del libro “La desmovilización de los Paramilitares en
Colombia: Entre el escepticismo y la esperanza” (Restrepo y Bagley, compiladores), realizada en la
Universidad de Miami en Octubre del 2011.
13!Explicada por Sánchez y Chacón (2006). Para una explicación detallada remitirse al inicio de este
capítulo!
!
!
!
47!
Finalmente, a pesar de los recientes golpes asestados por las Fuerzas Públicas a
las FARC (entre ellos el asesinato del líder guerrillero Alfonso Cano en Noviembre del
2011), ésta guerrilla ha reiniciado sus actividades de intimidación y violencia,
especialmente en el Sur Occidente del país. Por ejemplo, el 2 de Febrero de 2012 el Sexto
Frente del las FARC perpetró un atentado terrorista detonando un carro con explosivos en
Villarrica, Cauca. Todos estos argumentos llevarían a cuestionamientos sobre la
efectividad real de políticas como la PSD, y sobre todo sobre su sostenibilidad en el largo
plazo. Por tal razón, una vez analizados los cambios en la intensidad del conflicto en el
período 2003-2009, en secciones posteriores también se abordará en detalle el tema de la
sostenibilidad de la PSD a partir del año 2010.
Para entender en profundidad el conflicto armado colombiano es necesario
diferenciar entre los grupos en conflicto, ya que han tenido objetivos, estrategias,
evoluciones y formas de operación diferentes. La siguiente sección examina inicialmente
el surgimiento y evolución de los principales grupos del conflicto violento colombiano
hasta el año 2002, fecha en la cual se inició la implementación de la PSD. Posteriormente
se analizan los antecedentes políticos que precedieron a la implementación de la PSD, así
como los cambios institucionales generados por la misma. El capítulo concluye
presentando la evolución de los grupos en conflicto entre los años 2003 y 2009, es decir
posterior a la implementación de la PSD.
!
!
48!
3.2 Surgimiento y evolución de los grupos insurgentes hasta el año 2002
3.2.1 FARC-EP
Las FARC-EP surgieron a mediados de los años 50, iniciándose como grupos de
autodefensas campesinas (con miembros afiliados en su mayoría al partido liberal) en
respuesta a la violencia política del partido conservador, en la época de enfrentamientos
bipartidistas conocida como La Violencia. Iniciaron sus actividades con fuerte influencia
del Partido Comunista, concentrando su presencia en el Tolima y los Llanos Orientales.
Con la Primera Conferencia Guerrillera realizada en 1964, se establece el Bloque Sur con
el cual se transformaron las autodefensas campesinas en movimiento guerrillero,
específicamente en guerrilla móvil (Vélez 2000).
En 1966 se realiza la Segunda Conferencia, en la cual el Bloque Sur se constituye
en las FARC y se decide expandir las actividades a través de una guerra de guerrillas
móviles en otras áreas del país. En este período se constituyen seis nuevos núcleos
guerrilleros y se cambian las estrategias defensivas por acciones ofensivas directas, con el
fin de generar un conflicto de larga duración cuyo objetivo final sería la toma del poder
(Sánchez y Chacón 2006, 355). En 1974 se realiza la Quinta Conferencia en el
departamento del Meta, con la cual las FARC se constituyen en un ejército revolucionario.
A pesar de esta rápida evolución, en la década de los sesenta la actividad de la FARC aún
era limitada, circunscribiéndose a municipios periféricos donde primaban los conflictos
agrarios, en los cuales se establecieron como mantenedores del orden por la baja o nula
presencia del Estado. A partir de 1982, con la realización de la Séptima Conferencia, se
inicia un período de fuerte expansión centrado en los objetivos principales de
urbanización del conflicto y adopción de una estrategia militar de ataque. A partir de éste
.!
!
!
49!
período se duplicaron el número de frentes de diez a veinte y se incrementó
considerablemente el número de municipios con presencia de este grupo (Vélez 2000).
En las décadas de los ochenta y noventa los frentes aumentaron de veinte a
cuarenta y ocho, creándose además nuevos medios de financiación para sustentar la
actividad armada y la expansión geográfica. Dentro de las principales fuentes de
financiación se encuentran: la depredación de actividades productivas (como la
explotación de recursos naturales, entre ellos el petróleo, oro y carbón; y de otras
actividades productivas como energía y transporte), el desangre de las finanzas
municipales (por extorsión directa o desvío de la inversión local), la extorsión, el
secuestro y el narcotráfico. De la misma forma, en las zonas donde se producen drogas
ilícitas las FARC establecieron un “sistema tributario”14 que abarca los ámbitos de
cultivo, procesamiento y tráfico de drogas (Sánchez y Chacón 2006, 358). Vale la pena
resaltar que, en comparación con otras guerrillas, la FARC fue pionera en participar de
fuentes del narcotráfico; la “narcoguerrilla” surgió con las FARC en el Yarí, en 1984. El
mapa 3.1 ilustra la ubicación de los frentes de las FARC en las diferentes regiones del
país en el año 1998.
Como puede observarse, los procesos de expansión habían permitido a las FARC
hacer presencia territorial en la mayoría de las regiones del país. Según se verá en las
secciones siguientes, tras la implementación de la PSD la presencia de las FARC en el
mapa cambia significativamente.
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
14!También conocido como “gramaje”, se trata de un impuesto que cobran las FARC a los cultivadores de
coca por cada gramo cultivado. Otros mecanismos de financiación incluyen la “vacuna” que es un seguro
antisecuestro que pagan empresarios, comerciantes y finqueros para moverse en paz.
!
!
!
!
50!
Mapa 3.1: Localización de los frentes de las FARC en 1998
Fuente: Echandía 1999
Sin embargo, a partir del año 2000 el panorama del conflicto interno cambió para
las FARC. Tras las accidentadas relaciones diplomáticas de Colombia con Estados
Unidos en el gobierno de Ernesto Samper, durante el gobierno de Andrés Pastrana se
abrieron las puertas para una colaboración estrecha entre ambos países. Con la
aprobación del Plan Colombia, (un plan de ayuda estratégica, económica y militar de los
!
!
!
51!
Estados Unidos a Colombia en la lucha contra el narcotráfico y la guerrilla), Colombia se
convirtió en el tercer mayor beneficiario de ayuda militar estadounidense del mundo. Si
bien el Plan Colombia se presentó ante la opinión pública como una política antidrogas,
es innegable que tuvo un componente contrainsurgente importante. Así, las Fuerzas
Armadas iniciaron una verdadera revolución estratégica. Según señala Pizarro (2006,
193):
Esta revolución estratégica tuvo los siguientes ejes: soldados profesionales,
brigadas móviles con tropas aerotransportadas, el paso de unidades
militares dispersas hacia grandes unidades militares invulnerables, el
fortalecimiento de la infantería de marina y la aviación, la capacidad para
el combate nocturno y la modernización de las comunicaciones.
Con este cambio estratégico de las Fuerzas Armadas, las FARC empezaron a
sufrir serias derrotas militares; la principal fue la recuperación de Mitú por parte del
ejército. En entrevista al ex-Presidente Andrés Pastrana Arango15, éste explicó que para
demostrar que estaba fortalecida y llegar a la mesa de negociación con mayor poder de
persuasión, la guerrilla modificó su estrategia. Pasaron de la “guerra de guerrillas”, que
consiste en atacar las poblaciones y luego retirarse, a la “guerra territorial16”, que implica
controlar totalmente un territorio. Pero la guerrilla fue sorprendida por el nuevo aparato
estratégico y militar de las Fuerzas Armadas. Cuando intentaron tomarse Mitú, se les
atacó con instrumental tecnológico y táctico que incluía el uso masivo de helicópteros,
visores infrarrojos para el combate nocturno, misiles aire-tierra, etc. En consecuencia, a
partir de finales del año 2000 las FARC empezaron a verse limitadas para realizar
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
15La autora agradece la colaboración del ex-Presidente de Colombia Andrés Pastrana Arango, quién
gentilmente accedió a explicar los cambios en el conflicto armado ocurridos durante su mandato. La
entrevista referida tuvo lugar en la ciudad de Panamá, el 21 de Septiembre de 2011. La transcripción
completa se encuentra en la sección de Anexos, Entrevista # 1.
16
También llamada guerra de movimientos!
!
!
!
52!
operaciones militares de un real valor estratégico. Como lo ilustra el Mapa 3.2, en el año
2000 las FARC habían alcanzado el punto máximo de su presencia territorial en el país.
De un total de 1101 municipios, la FARC tenía presencia en 606, es decir en el 55% del
país.
Mapa 3.2: Presencia territorial de las FARC, año 2000
Fuente: Ministerio de Defensa (2009)
!
!
!
53!
3.2.2 ELN
Las raíces de este grupo se encuentran en La Habana, donde un grupo de
estudiantes colombianos inspirados en las teorías del Ché Guevara crearon la Brigada
José Antonio Galán. En 1964 esa Brigada se convirtió en el ELN, con los objetivos
principales de avanzar hacia una toma del poder por parte de las clases populares, y
luchar contra la oligarquía local y el imperialismo de los Estados Unidos. La expansión
de este grupo entre los sesenta y los setenta fue lenta, ubicándose principalmente en los
departamentos de Santander, Bolívar y Antioquia. El soporte financiero era débil, basado
en pequeños asaltos a la nómina de entidades públicas y a la Caja agraria, al igual que en
aportes de los campesinos.
Según señala Medina (1990), el crecimiento estable del ELN se vio interrumpido en
1973, al sufrir graves derrotas propiciadas por la persecución militar por parte del Estado.
La operación Anorí, realizada en 1973, fue una operación militar llevada a cabo por la
Quinta Brigada del Ejército de Colombia contra el ELN. El grupo guerrillero pretendía
tomarse la militarmente la población de Anorí, en el departamento de Antioquia. Tras la
operación, el gobierno del presidente Misael Pastrana Borrero (1970-1974) dio un parte
de victoria para las Fuerzas Militares. Estas derrotas por poco llevan a la extinción del
grupo, el cual en sólo un año pasó de tener 270 guerrilleros a menos de 70.
El período entre 1973-1983 presenta profundas crisis para la organización, lo cual
los obliga a replegarse y diseñar nuevas estratégicas militares y de financiación. En 1983
se realiza la reunión nacional de Anorí, adoptando una reestructuración en el mando de la
organización, la cual resultó en la implementación de tácticas de financiación similares a
las adoptadas por las FARC. A partir de este momento el ELN desarrolló una estructura
!
!
!
54!
organizacional capaz de recaudar e invertir enormes recursos económicos, los cuales
permitieron al grupo recuperarse y expandirse. En contraste con las FARC, el ELN sólo
empezó a beneficiarse del narcotráfico mucho mas tarde. Sin embargo, la práctica de
secuestrar ganaderos y extorsionar a grandes compañías petroleras (como por ejemplo las
compañías extranjeras encargadas de construir el oleoducto Caño Limón-Coveñas),
permitió al ELN ocupar zonas de gran potencial económico en los sectores energéticos y
mineros, y extraer de ellas considerables recursos. Dentro de estas zonas se encuentran
las zonas petrolíferas y carboníferas del país, como Arauca, Casanare, Barrancabermeja,
La Guajira y Cesar (Sánchez y Chacón 2006, 361).
Adoptando estas estrategias el ELN logró una notable expansión numérica y
territorial desde mediados de los años ochenta, pasando de tener 350 militantes y 4
frentes de guerra, en 1984, a tener 4500 militantes repartidos en 41 frentes en el año 2000.
El Mapa 3.3 ilustra la ubicación de los frentes del ELN en las diferentes regiones del país
en el año 1998. Como puede observarse, los procesos de expansión habían permitido a las
ELN hacer presencia territorial en un gran número de regiones del país. Según se verá en
las secciones siguientes, tras la implementación de la PSD la presencia de la ELN en el
mapa cambia significativamente.
!
!
!
55!
Mapa 3.3: Ubicación de los frentes del ELN en 1998
Fuente: Echandia 1999
Sin embargo, desde finales de la década de los noventa el ELN ha visto
disminuída su capacidad militar y su presencia en previas zonas de influencia se ha
reducido. Esto se debe en parte a presiones por parte de grupos paramilitares o de
Autodefensa, y de las FARC. Por ejemplo, en ciudades como Barrancabermeja y Cúcuta
(en las cuales la dominación anterior del ELN era evidente), éste grupo perdió
importancia por causa de la actividad de las AUC, las cuales casi extinguieron al ELN en
!
!
!
56!
esta región. Así, los grupos paramilitares erradicaron mucho mas fácil al ELN que a la
FARC.
3.2.3 Grupos paramilitares o de autodefensa
La “paramilitarización” es uno de los patrones comunes presentes en la mayoría
de los conflictos internos. En el caso colombiano la actividad paramilitar a gran escala
surgió a principios de los años ochenta, como una forma de retaliación por parte de los
narcotraficantes, ganaderos y algunos militares, quienes formaron grupos de auto-defensa
para protegerse de los actos violentos perpetrados por las guerrillas (principalmente
extorsión, secuestro e invasión de tierras y latifundios). Así, inicialmente estos grupos se
dedicaron a actividades de defensa y protección, financiados por las élites regionales y
contando en algunos casos con la participación de las Fuerzas Armadas oficiales. Sin
embargo, a raíz del carácter violento y de las permanentes violaciones a los derechos
humanos perpetradas por los grupos de autodefensas, éstos fueron declarados ilegales a
través del decreto 1194 de 1989 (Restrepo et al. 2012).
Según señala Leal (2011, 53), “el énfasis en el narcotráfico por la presión de los
Estados Unidos y la preocupación del gobierno por sobrellevar la crisis condujeron a que
la subversión y el paramilitarismo no recibieran la atención que ameritaban”. La situación
de orden público empeoró. Posteriormente, a comienzos de 1997 se gestó un proceso de
unificación de todos estos grupos de autodefensa (ahora ilegales) y se crearon así las
AUC (Autodefensas Unidas de Colombia), movimiento unificado bajo un solo mando, el
Estado Mayor, conformado por líderes de grupos regionales (Sánchez y Chacón 2006).
Esta fusión fue el eje de una estrategia nacional antisubversiva, sobre la base de un
modelo de control territorial y de población (Leal 2011, 54).
!
!
!
57!
A partir de 1998 la presencia y amenaza paramilitar se convirtió en un elemento
importante en el conflicto interno. En efecto, con la consolidación de las AUC los
paramilitares crearon una infraestructura que les permitió emprender actividades a gran
escala contra las guerrillas, expandiéndose por todo el territorio nacional y obteniendo
una gran movilidad y poder ofensivo. Sus atrocidades superaron las cometidas en años
anteriores, lo cual generó su incorporación en la lista de organizaciones terroristas
extranjeras de los Estados Unidos. La inclusión en esa lista ocasionó profundas fisuras en
la relación de alianzas y guerras que mantenían los paramilitares con el narcotráfico. En
este difícil contexto el principal espejismo fue del gobierno, que no formuló una
estrategia política consolidada para enfrentar a los paramilitares y “acabar con la supuesta
funcionalidad de los grupos paramilitares para los objetivos anti-subversivos de la fuerza
pública, lo cual produjo el fortalecimiento paramilitar” (Leal 2011, 55).
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (2003) en el año
2002 existían en Colombia 22 grupos paramilitares repartidos en 28 departamentos. El
incremento en el número de hombres en armas de las AUC también se hizo evidente en
este período, pasando de tener 3800 hombres en 1997 a 13.000 en el 2003. La estrategia
fundamental se basó en establecer presencia paramilitar en todos los territorios en los
cuales la guerrilla ejercía control. Esta expansión los llevó a enfrentarse con las guerrillas
por el dominio territorial de zonas estratégicas y de gran potencial económico, como las
zonas cocaleras en Urabá, Putumayo en el sur de Bolívar, y en ciudades como
Barrancabermeja y Cúcuta en las cuales desplazaron al ELN. El Mapa 3.4 ilustra la
presencia de las AUC en el territorio nacional en el año 1998.
!
!
!
58!
Mapa 3.4: Ubicación de las AUC en el año 1998.
Fuente: Echandia 1999
Sin embargo, por la naturaleza de los enfrentamientos entre los paramilitares y las
guerrillas, éstos han ocasionado un gran número de víctimas entre la población civil. En
su modus operandi los paramilitares no se han limitado a actividades defensivas, sino que
tomaron una estrategia político-militar ofensiva cuyo fin no es únicamente perseguir a las
guerrillas, sino expropiar de tierras a los campesinos. Al respecto, la página de Verdad
!
!
!
59!
Abierta17 presenta extractos del artículo de la revista de septiembre de 200818, según el
cual,
Miembros de las autodefensas se han adueñado a la fuerza o por
medio de estrategias solapadas de miles de hectáreas de tierra en todo el
país. Las víctimas de esta práctica han sido desde antiguos aliados hasta
narcotraficantes, pasando por campesinos que fueron beneficiados con
tierras de la reforma agraria y pequeños y medianos parceleros atrapados
en medio del conflicto.
Esta usurpación de tierras en ocasiones sigue intereses que no son exclusivamente
militares, sino que obedecen a formas ilícitas de enriquecerse. Entre las estrategias que
utilizan los paramilitares para expropiar las tierras se encuentra la intimidación de los
propietarios para obligarlos a recibir un precio inferior al comercial, o desplazar a los
campesinos que se rehúsen a convertirse en jornaleros de los paramilitares. En otras
ocasiones asesinan a los campesinos que se nieguen a venderles sus tierras, y luego
elaboran escrituras falsas donde se titularizan las tierras a nombre de los paramilitares.
Existen numerosos testimonios de comunidades en el Chocó y en el Magdalena Medio
que han sido víctimas de estas prácticas paramilitares (Semana 2008).
Por otra parte, las acciones bélicas de los paramilitares se han enfocado también
en las masacres selectivas, en las cuales penetran en poblaciones llevando listados de
presuntos colaboradores de la guerrilla, y valiéndose de ese pretexto asesinan a quienes
figuran en dicha lista. Otra estrategia paramilitar se basa en el ataque contra poblaciones
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
17El!proyecto de Verdad Abierta nació en 2008, cuando la Fundación Ideas para la Paz (FIP), un centro de
pensamiento independiente y la revista SEMANA, resolvieron unir las fortalezas del periodismo y de la
investigación académica para contribuir de alguna manera significativa a develar la verdad y a reconstruir
la memoria histórica sobre el conflicto armado colombiano de los últimos años. Los socios fundadores de
esta iniciativa hayan resuelto empezar a construir en una primera etapa la Verdad Abierta sobre el
paramilitarismo. Para más información véase http://www.verdadabierta.com/component/content/article/343
18!http://www.verdadabierta.com/la-historia/206-los-senores-de-las-tierras-!
!
!
!
60!
enteras que en el pasado se habían declarado neutrales para evitar las consecuencias del
conflicto. Así, los enfrentamientos entre las guerrillas y grupos paramilitares han sido
cruentos y sangrientos, principalmente porque las AUC conciben la victimización de
civiles como parte de su actividad contra la infraestructura guerrillera (Aranguren 2001).
Vale la pena mencionar que el poderío económico de los paramilitares no se
derivaba únicamente de sus vínculos con el narcotráfico, sino de la conformación de
redes mafiosas de difícil erradicación. Según explica Leal (2011, 61),
Además del tráfico de drogas, estas redes se apoyan en la apropiación
violenta de tierras y el control de la población mediante el desplazamiento
de campesinos, la extorsión de comerciantes y la penetración en una
amplia gama de actividades económicas legales e ilegales. Y sobre esta
base de poder económico se construyen poderes políticos con pretensiones
nacionales. Gobernaciones, alcaldías, asambleas y concejos, en especial en
la costa atlántica, se proyectan mediante la penetración en el Congreso y
las instituciones oficiales.
En mayo de 2003 el presidente Álvaro Uribe anunció una propuesta de libertad
condicional para los paramilitares que se desmovilizaran, iniciando los diálogos que
luego se conocerían como los acuerdos de Santa Fe de Ralito. Según señalan Restrepo et
al. (2006), el número de bajas sufridas por las guerrillas, comparado con el número de
bajas en los grupos paramilitares, sugiere una relativa ineficiencia de los paramilitares en
combate. Por tal razón, es posible pensar que la desmovilización de los paramilitares
obedeció en parte a esta baja eficiencia operativa, que los llevó a preferir replegarse y
enfocarse en el control territorial. Otra posibilidad, quizá mas realista, es que los
paramilitares quisieran limpiar su pasado criminal y aprovechar la oferta del gobierno
evitando la extradición. Paradójicamente, muchos fueron extraditados al final del proceso.
Sea cual fuere la causa o combinación de causas, lo cierto es que las fuerzas paramilitares
!
!
!
61!
se comprometieron a sustraerse del enfrentamiento activo del conflicto en el 2003. La
evolución de estos acuerdos se explica en detalle en las secciones siguientes, cuando se
aborda el tema de la evolución de los grupos paramilitares tras la implementación de la
PSD.
3.3 Antecedentes e implementación de la PSD
En el cuatrienio de 1994-1998, correspondiente a la presidencia de Ernesto
Samper, el conflicto armado había alcanzado niveles muy altos. El inusitado
fortalecimiento de las guerrillas era quizá el indicador más importante de esta escalada: a
lo largo de este cuatrienio el Ejército Nacional sufrió una serie de derrotas militares a
manos de las FARC, las cuales empezaban a emprender exitosamente la transición de
guerra de guerrillas a guerra de movimientos. Además, el fortalecimiento de los grupos
paramilitares o de autodefensa y su disputa con las guerrillas por el control territorial
también incrementó la intensidad del conflicto violento en el país. Todo lo anterior,
aunado al pobre resultado obtenido en grandes operaciones militares con altos costos
económicos, contribuyó a reafirmar la imagen de ineficacia del Ejército frente a la
opinión pública. De ahí que los militares empezaran a perder la autonomía lograda al
final del gobierno anterior, y en los primeros años el gobierno de Samper, por causa de
sus derrotas (Leal 2011).
Ante la aparente incapacidad del Estado para restablecer el orden público a través
del uso legítimo de la fuerza, la situación de aguda crisis política, militar y de orden
público llevó a que surgiera casi de manera imperativa la opción de una solución
negociada del conflicto. Esta vía de la solución negociada se exploró de manera
exhaustiva durante el cuatrienio 1998-2002, bajo el mandato de Andrés Pastrana. Desde
!
!
!
62!
el comienzo fue evidente la voluntad del gobierno de Pastrana de hacer cambios
significativos en la estructura militar. Por ejemplo, la sustitución de soldados reclutados
mediante el servicio militar obligatorio por soldados profesionales en las zonas de
conflicto, fue un cambio importante implementado a partir de 1999. Además, se crearon
nuevas unidades militares y se reorganizaron las antiguas, para aumentar la eficiencia en
las acciones contrainsurgentes. Muchos de los fondos destinados a este fortalecimiento
de las Fuerzas Militares provenían del Plan Colombia ideado por el presidente Pastrana,
el cual no sólo implicaba ayuda económica sino también recursos técnicos y de
entrenamiento.
Según señala Leal (2011) el proyecto de ayuda fue iniciado en el 2001, “con una
duración inicial de dos años. De un total de 1319 millones de dólares, 860 (65.2%) fueron
para Colombia y el resto para los países vecinos… De los fondos para Colombia, 519
millones (60.4%) fueron para asistencia militar y 123 (14.3%) para la Policía Nacional”.
Los anteriores cambios de cierta manera ayudaron a ayudó a proyectar la percepción de
que sí era posible enfrentar con éxito a la guerrilla, en contraposición a la tesis imperante
hasta el momento, según la cual ni el Ejército podía controlar a la guerrilla ni ésta podía
tomarse el poder (es decir, se había llegado a un punto muerto).
Paralelo a la reestructuración militar mediante fortalecimiento y modernización
de las Fuerzas Militares, el gobierno de Andrés Pastrana exploró de manera exhaustiva el
camino hacia una paz negociada. Sin embargo, el nulo avance de los diálogos de paz
provocaron un enorme desprestigio de esos diálogos en la opinión pública nacional
!
!
!
63!
(Rangel 2010). Finalmente, los altísimos niveles de intensidad en el conflicto armado19 en
el año 2002 condujeron a la implementación de una nueva estrategia para reducir el
conflicto. El Gráfico 3.1, según cálculos del CINEP20, muestra la evolución de las
acciones bélicas y los muertos en combate para el período 1990-2007. Como se observa
en el gráfico, el período comprendido entre 1995-2001 registra un ascenso gradual tanto
en el número de acciones bélicas como en el número de muertos en combate. Tras este
ascenso gradual, en el año 2002 se registra el nivel más alto de estos eventos,
presentándose un pico que luego comienza a decrecer de manera sostenida a partir del
año 2003.
El Gráfico 3.2 ilustra la evolución en el número de acciones bélicas clasificadas
por actores armados (FARC; ELN; otras guerrillas; grupos paramilitares y Fuerza
Pública), para el período 1990-2007. Este gráfico ilustra un comportamiento similar el
expuesto anteriormente, con un ascenso gradual de las acciones bélicas por actores
armados en el período 1995-2001, el cual es seguido por un significativo ascenso en el
año 2002, en el cual se registra el pico de actividad.
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
19!La variable intensidad del conflicto armado se mide a través del número de acciones ofensivas iniciadas
y perpetradas por los grupos armados irregulares, es decir los grupos guerrilleros (incluyendo las FARC, el
ELN y otras guerrillas), y los grupos paramilitares no estatales. La sumatoria de estas acciones ofensivas
constituye la tasa de ataques, la cual es en últimas el medidor de la intensidad en el conflicto armado. Para
una descripción mas detallada, ver la sección Variable Dependiente, en el capítulo 4. !
20!El Centro de Investigación y Educación Popular/ Programa por la Paz (CINEP/PPP) es una fundación
sin ánimo de lucro que anima el cambio social desde las orientaciones de la Compañía de Jesús en
Colombia. Su trabajo, realizado por cerca de cuatro décadas, ha permitido construir una mirada crítica y
alternativa de la realidad colombiana que se fundamenta en la producción sistemática de información, en la
reflexión con rigor investigativo, en las propuestas de educación popular para el fortalecimiento del tejido
social y la organización, y en una acción de incidencia en lo público. Para mas información visitar la página
www.cinep.org.co/
!
!
!
!
64!
Gráfico 3.1: Acciones bélicas y muertos en combate 1990-2007
DINAMICA DEL CONFLICTO ARMADO
Acciones Bélicas y Muertos en combate
1990-2007
4,000!
3,500!
3,000!
2,500!
2,000!
1,500!
1,000!
500!
0!
!!!1990 1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000 2001 2002
Acciones Bélicas
2003
2004
2005 2006
2007
Muertos en Combate
Fuente: CINEP - 2008
Gráfico 3.2: Acciones bélicas por actores 1990-2007
DINAMICA DEL CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA
Hechos de Acciones Bélicas por actores armados
1990-2007
1200!
1000!
800!
600!
400!
200!
0!
!1990
ELN!
1991
1992
FARC!
1993
1994
1995
1996 1997
FUERZA!PUBLICA!
1998
1999
2000
Fuente: CINEP,-2008
!
2001
2002
2003
OTRAS!GUERRILLAS!
!
2004
2005
2006
2007
PARAMILITARES!
!
65!
Por el contexto anteriormente descrito, en el año 2002 era evidente la necesidad
de implementar una política de seguridad de alcance nacional, con un enfoque que de
alguna manera superase los obstáculos y fracasos del pasado. El fracaso de los diálogos
del Cagúan21 hizo que casi seis22 millones de colombianos votaran por la opción militar
propuesta por Álvaro Uribe. El diseño e implementación de la PSD obedeció también al
entendimiento de que mientras no existiese una política de Estado duradera y consistente
sería muy difícil que un gobierno, o una sucesión de gobiernos, pudiera darle solución al
conflicto armado. Intentos previos para establecer políticas de seguridad de alcance
nacional habían fracasado en el pasado. En efecto, según señala Restrepo (2006), las
dificultades para implementar una política de Estado habían obedecido a dos causas
fundamentales inherentes a las características y limitaciones del sistema político
colombiano: la falta de continuidad entre un gobierno y otro, y la descentralización
política y administrativa. Leal (2011) señala una causa adicional, que es la autonomía
militar en el manejo del orden público durante décadas, en ausencia del componente
político.
Por una parte, está la falta de continuidad de las políticas estatales ante el
conflicto, la cual no se limita al hecho de que éstas concluyan tras los cuatro años de un
gobierno, sino al hecho de que “ la política de cada nuevo gobierno se trace con
frecuencia en explícita ruptura y contradicción con las de su predecesor” (Restrepo 2006,
321). Ejemplos de esta tendencia lo constituyen, en el pasado, la implementación de
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
21!La “zona de distensión”, también llamada “zona de despeje del Caguán”, fue un área otorgada por el
gobierno del presidente Pastrana a las FARC, para adelantar un proceso de negociación conducente a la paz.
Entró en efecto en 1999, comprendiendo una extensión de 42.000 kilómetros cuadrados en los
departamentos de Meta y Caquetá. El presidente Pastrana abolió la zona de distensión y finalizó los
diálogos de paz con la FARC a raíz de las acciones terroristas de este grupo en medio de las negociaciones.
22!La cifra exacta es 5.829.958, según datos de la Registraduría Civil.!
!
!
!
66!
diálogos de paz por parte de Betancur en total ruptura con el Estatuto de Seguridad de
Turbay; la política de “pulso firme” de Barco, radicalmente opuesta a los diálogos de paz
de Betancur; la “guerra integral” de Gaviria contra las FARC y el ELN, sucedida por
nuevas políticas de diálogos pacifistas en el gobierno de Samper. Finalmente, la PSD
implementada en el gobierno de Uribe, centrada en un proyecto de autoridad tras el
fracaso de los intentos de paz del gobierno de Andrés Pastrana.
Por otra parte, la descentralización política consagrada en la Constitución de
1991 también se ha constituido en un obstáculo para la implementación de políticas de
seguridad a nivel nacional, ya que rompió la unidad del Ejecutivo, particularmente en la
forma de enfrentar el conflicto. Así, alcaldes y gobernadores que ahora debían responder
ante sus electores en municipios y departamentos, empezaron a implementar políticas
aisladas de seguridad, a solicitar del gobierno central la autorización para sostener
diálogos individuales con los insurgentes, y, en algunos casos, a mantener convenios
secretos con los alzados en armas. Bejarano (2010, 52) explica que “la atomización de los
partidos ha tenido efectos desastrosos en lo que concierne a la eficacia de las políticas
gubernamentales, incluyendo aquellas relativas a la guerra y la paz.” Así, estas iniciativas
dificultaron la implementación de una política de Estado de alcance a nivel nacional.
La propuesta y posterior implementación de la Política de Seguridad Democrática,
ocurrida durante los cuatrienios 2002-2006 y 2006-2010 bajo el mandato de Álvaro Uribe
intentó llenar los vacíos de falta de continuidad y falta de cobertura nacional de las
iniciativas anteriores. Además, consolidó la decisión de confrontar a los violentos
mediante la aplicación de la fuerza legítima del Estado. El documento Política de Defensa
y Seguridad Democrática se fijó como objetivos estratégicos “la consolidación del
!
!
!
67!
control estatal sobre el territorio, la protección de la población, la eliminación del
comercio de drogas ilícitas, el mantenimiento de una capacidad disuasiva y el logro, en la
seguridad y la defensa, de una gestión eficiente y transparente” (Rangel 2010, 7).
Otros autores, sin embargo, cuestionan precisamente la legitimidad de la fuerza
Estatal implementada. Medellín (2010), por ejemplo, aunque reconoce que se alcanzaron
algunos logros en reducir la intensidad del conflicto, también plantea que éstos tuvieron
un costo muy alto en términos de transgresiones y violaciones humanitarias. En particular,
se refiere a que las operaciones y operativos militares de capturas de subversivos,
recuperación territorial o incautación de armas, “muy pronto terminaban encandiladas por
falsos positivos, violaciones a los derechos humanos y al Derecho Internacional
Humanitario o, simplemente, transgresiones a los códigos de procedimiento militar, por
los que el gobierno tenía que salir a disculparse, o por lo menos salir a dar explicaciones”
(Medellín 2010, 105). Esta doble visión de la PSD, percibida por unos como la política
que permitió al país reducir por primera vez de manera significativa los niveles de
conflicto violento; y por otros como un cúmulo de transgresiones y violaciones
humanitarias, es hasta el día de hoy uno de los puntos más controversiales para el análisis
de la PSD.
En términos prácticos, para la consolidación del control estatal sobre el territorio
el gobierno diseñó una estrategia integral de seguridad en las carreteras encaminada a
combatir los retenes ilegales. Igualmente buscó incrementar la presencia institucional en
todo el territorio, aumentando la administración de justicia y la disminución de las
denuncias de violaciones a los derechos humanos por parte de agentes del Estado. Para
alcanzar el objetivo de mayor protección a la población la estrategia consistía en
!
!
!
68!
desarticular los grupos terroristas (incentivando, por ejemplo, la deserción voluntaria);
reducir los homicidios, secuestros y extorsión; y facilitar la reinserción de los
desplazados. En cuanto a la eliminación de la producción y comercio de drogas ilícitas,
éste se lograría desactivando las redes de narcotráfico, erradicando los cultivo de coca y
amapola, incautando los bienes de los narcotraficantes e impidiendo su acceso a los
insumos para la fabricación de drogas.
Para intentar resolver en parte este vacío de las políticas anteriores, la PSD se
lanzó como una política de alcance nacional. Según explica el ex-Comandante de las
Fuerzas Armadas General Freddy Padilla de León23, una política es el elemento superior
que le da dirección a la voluntad del gobierno sobre un tema puntual. En el caso de la
PSD el tema es la seguridad nacional, y por ello el jefe del Estado aprueba el
direccionamiento al mas alto nivel, con su visión de la manera como se debe manejar la
seguridad. En el caso de la PSD, ésta se diseñó con un alcance nacional, pero obviamente
se implementó de manera gradual y según las necesidades de cada región y según la
amenaza que primara en cada región. Por ejemplo, en zonas mas rurales se incrementó el
rol del ejército y en las urbanas el de la policía. De acuerdo con los objetivos y estrategias
diseñadas, hubo una coherencia en la forma de atacar diferentes tipos de violencia. Esto
según los niveles de violencia que se enfrentaran, y según los actores causantes.
Inicialmente la PSD dio prioridad a los centros de mayor concentración de
población, y de producción (actividad económica), que eran los lugares más sensibles. Y
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
23La autora agradece la colaboración del ex-Comandante de las Fuerzas Armadas de Colombia, General
Freddy Padilla de León, quién gentilmente accedió a explicar los cambios en el conflicto armado ocurridos
durante su gestión. La entrevista telefónica tuvo lugar el 2 de Septiembre de 2011, mientras el General
ejercía sus funciones como Embajador en Austria. La transcripción completa se encuentra en la sección de
Anexos, Entrevista # 2.
!
!
!
!
69!
de ese centro se siguió luego hacia la periferia (por lo tanto primero fueron los centros
urbanos y capitales). Hoy en día se ve el éxito de la PSD en el hecho de que en los
centros urbanos hay mucha menor violencia, concentrándose ésta ahora en la periferia.
La PSD se desarrolló en tres fases: primera, la fase de seguridad; segunda, la fase de
consolidación y tercera, la fase de prosperidad democrática.
Por otra parte, la inclusión popular a nivel departamental y municipal también
pretendía involucrar a toda la población, y darle un alcance nacional a esta nueva política.
Según señala Leal (2010, 335), la iniciativa incluía el reclutamiento de “soldados
campesinos”, destinados a las zonas de donde son oriundos, el estímulo a la deserción de
combatientes ilegales, las recompensas por información, la conformación de redes de
informantes para alimentar los servicios de inteligencia, , y la creación de zonas de
rehabilitación en áreas de influencia guerrillera. Estas acciones, implementadas en
conjunto, completaron el esquema inicial de seguridad democrática.
Como se verá en la siguiente sección, la implementación de la PSD abarcó
múltiples cambios institucionales encaminados a incrementar la presencia estatal a lo
largo del país. Esta investigación considera que dichos cambios institucionales fueron la
condición necesaria para las variaciones en la intensidad del conflicto que se presentaron
en el país.
!
!
!
70!
3.4 Cambios institucionales originados por la PSD
Uno de los cambios institucionales mas importantes ha sido el fortalecimiento de
la fuerza pública, tanto a nivel de las Fuerzas Militares como de la Policía Nacional. Este
incremento (reflejado en el aumento en el pié de fuerza y su movilidad, la modernización
de su inteligencia y el incremento de su capacidad de combate aéreo) comenzó realmente
antes de la implementación de la PSD, durante la presidencia de Andrés Pastrana (19982002). En efecto, la mayoría de los recursos para el fortalecimiento de la fuerza pública
provenían del Plan Colombia, explicado en secciones anteriores. Por tal razón es
importante resaltar estas actividades de fortalecimiento que sentaron las bases y fueron
precursoras de muchos de los logros posteriores de la PSD. Al respecto, el ex-presidente
Pastrana24 explicó que la necesidad del Plan Colombia se hizo evidente para avanzar en
cuatro frentes: el fortalecimiento de las Fuerzas Militares; el fortalecimiento institucional
(sobre todo nivel de la justicia); la política social y la política internacional.
Para el objetivo de fortalecimiento militar, se empezó desde lo más básico,
comprando por ejemplo uniformes, botas y armamentos. Se hizo muy evidente la
necesidad de un fortalecimiento aéreo para el combate, para lo cual se compraron
helicópteros. Un elemento adicional que prácticamente cambió la modalidad de guerra,
fue la compra de bombas inteligentes al gobierno de los Estados Unidos (bajo la
presidencia de George W. Bush). Adicionalmente, se implementó una estrategia para
proteger a los policías, que consistió en diseñar unos nuevos cuarteles de policía por fuera
de los municipios. Luego se restaurarían los cuarteles al interior de los municipios, pero
esta medida temporal contribuyó en parte a proteger de las masacres tanto a las fuerzas
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
24!Ver nota pie de página # 15.!!
!
!
!
71!
policivas como a la población civil. Todos esos cambios sentaron muchas de las bases
para el posterior éxito de la PSD, porque ya el país contaba con los instrumentos
necesarios para implementar un cambio en la lucha militar, y también un fortalecimiento
y cambio a nivel institucional.
Las anteriores consideraciones conducen a pensar que, si bien la caída en los
indicadores del conflicto violento comenzó a hacerse evidente a partir del año 2003, hay
posiblemente un efecto de rezago en las variables. Es decir, los cambios en la intensidad
del conflicto comenzaron a gestarse antes, y sólo empezaron a manifestarse a partir del
año 2003. Además del Plan Colombia, el fortalecimiento militar y posterior
implementación de operativos y combates fue también financiado por la recaudación de
un impuesto de guerra que de forma temporal pagaron los sectores más pudientes de la
población. Según explica Rangel (2010, 10),
Entre los años 2002 y 2008 el conjunto de la fuerza pública se incrementó
en un 37%, al pasar de 313.406 hombres a 431.571. Las Fuerzas Militares
crecieron en un 40%, pues su número de efectivos subió de 203.283 en
2002 a 285.700 en 2008. Por su parte, la Policía Nacional creció un 32%,
de 110.123 hombres a 145.871 en el mismo período.
Entre los indicadores de mayor presencia institucional en el área de seguridad, se
encuentra la creación de 250 unidades militares (entre ellas sesenta batallones contra
guerrilla, quince brigadas móviles, ocho brigadas territoriales, 41 destacamentos de
tiradores de alta precisión, veinticuatro centros de instrucción y entrenamiento, diez
compañías Plan Meteoro para las carreteras, y nueve batallones de apoyo y servicio para
el combate). Adicionalmente, la Policía Nacional creó 168 nuevas estaciones y 146
subestaciones, con lo cual logró restablecer su presencia en muchos municipios del país,
de los cuales la fuerza pública había sido expulsada por la actividad guerrillera.
!
!
!
72!
Medellín (2010), explica que en el año 2002 existía un total de 158 municipios sin
presencia permanente de la Policía.; para 2004 el total de los 1098 municipios de
Colombia ya contaban con presencia permanente de la Policía Nacional. El retorno de la
Policía a todas las cabeceras municipales fue complementado con la creación de la figura
del soldado campesino, contenida en el programa Soldados de mi Pueblo-Plan Coraza.
Con excepción de Amazonas, San Andrés, Guainía y Vaupés, todos los departamentos
cuentan con pelotones de soldados campesinos.
Con este incremento en la capacidad militar y policiva el Estado aumentó su
presencia institucional atacando de manera frontal el frente de seguridad. Las campañas
ofensivas, que además contaban con la colaboración de centenares de redes de
informantes civiles voluntarios25, tenía como objetivos principal la ubicación y
destrucción de los grupos armados irregulares. Sin embargo, aunque el énfasis se hizo en
el área de seguridad, la PSD involucró muchas instituciones del gobierno y no ha sido
solo una política del ejército o la policía. Por ejemplo, se enfatizó en el desarrollo de
instituciones como “Acción Social” encargada de resolver problemas sociales como salud,
educación, vivienda, acceso a mejores sistemas de comunicación, mejoras en el sistema
de justicia, etc.
Acción Social, anteriormente llamada Red de Solidaridad Social, es una
iniciativa presidencial que atiende y previene el desplazamiento de
comunidades vulnerables. Acción Social se concentra en las estrategias de
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
25!Las redes de informantes voluntarios incorporan a los civiles para entregar información a las autoridades.
Su objetivo es prevenir el delito, o capturar delincuentes. Los informantes (por ejemplo taxistas, o
estudiantes universitarios) son incentivados a través del pago de recompensas. Sin embargo, la
implementación de estas redes generó arraigadas polémicas. Sus opositores, entre ellos expertos en
seguridad y voceros de organizaciones sociales aseguran que si bien es cierto que informar a las agencias
de seguridad del Estado es un deber constitucional, propuestas de incluir a la población civil en actividades
que deben ser solo para policías o soldados, son no solo inoportunas sino abiertamente inconstitucionales.
Revista Cambio.com, Febrero 2010.
!
!
!
!
73!
desarrollo en zonas deprimidas y de conflicto, así como de promoción y
protección de los Derechos Humanos y del Derecho Internacional
Humanitario, enmarcadas dentro del objetivo de brindar Seguridad
Democrática. (Acción Social 2011)
Entre los programas desarrollados por “Acción Social” se encuentran: superación
de la pobreza; atención a los desplazados y víctimas de la violencia; recuperación y
desarrollo territorial; inclusión productiva y generación de capacidades. Así, además del
énfasis en seguridad, también se creó un marco institucional para desarrollar actividades
paralelas que permitieran consolidar los logros en seguridad.
3.5 Evolución de las guerrillas tras la implementación de la PSD
A comienzos del año 2000, las FARC llegaron a tener unos 18 mil hombres en
armas . Sin embargo entre los años 2002 y 2007, entre desertores y bajas perdieron más
del 60%, pasando de 18 mil a 6 mil (Ministerio de Defensa 2010a). En cuanto al ELN,
entre enero de 2002 y agosto de 2009 el ELN sufrió la deserción de 2879 combatientes,
presentándose entre 2002 y 2008 un aumento del 70% en el número de
desmovilizaciones voluntarias de este grupo. Entre las causas para el elevado número de
deserciones se encuentran la debilidad de las guerrilla y su desprestigio entre los
campesinos, lo cual afectó negativamente su capacidad de reclutamiento. Igualmente
contribuyeron en este sentido las gestas de la Ley de Justicia y Paz26 y los incentivos para
los desmovilizados.
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
26!La Ley de Justicia y Paz (ó Ley 975) es un marco jurídico promovido por el gobierno de Álvaro Uribe y
aprobada por el Congreso para facilitar la desmovilización de los paramilitares en Colombia.
Eventualmente, esta ley podría ser utilizada en procesos de desmovilización de grupos guerrilleros. El
principal objetivo de esta ley implicaba que los grupos armados al margen de la ley entregaran las armas y
se reintegraran a la sociedad civil en lo que se conoce como la desmovilización.
http://www.fiscalia.gov.co/justiciapaz/Documentos/Esquema_Ley975_Justicia_Paz.pdf Véase también
nota de pié de página # 27.
!
!
!
74!
Adicionalmente, según explica Medellín (2010), este debilitamiento puede
atribuirse a los avances significativos en tres frentes por parte del Estado. Primero, la
recuperación del control territorial en regiones claves como Cundinamarca (donde se
desarticuló el frente 22 de las FARC) o en la costa norte (donde se desarticuló el frente
37). Con la recuperación de estos importantes corredores de movilidad se aisló a las
guerrillas a zonas menos pobladas, reduciendo así su capacidad de comunicación y de
acción efectiva. Segundo, el debilitamiento de la cúpula como consecuencia de las
capturas y bajas de los niveles superiores y medios. Tercero, la disminución de la
capacidad de acción de las FARC, como consecuencia “de la desmovilización de
militantes, y en especial por la inclusión de éstos dentro de programas de cooperación
militar con el gobierno nacional” (Medellín 2010, 114).
El debilitamiento operativo de las guerrillas también es atribuible a que sus
finanzas se afectaron negativamente a partir del año 2003. Esto se debió, por una parte, a
la pérdida del control de muchas zonas antes cocaleras, lo cual llevó a la reducción en los
ingresos por la producción y comercialización de drogas ilícitas. Por otra parte, la
significativa reducción del secuestro (que después del narcotráfico ha representado el
segundo renglón de ingresos de las FARC), pasando de 719 eventos en 2002 a 72 en el
2008, significó una caída del 90% en este rubro de ingresos. Finalmente, por la pérdida
de control territorial y disminución de la movilidad, la capacidad extorsiva de las
guerrillas también se ha visto afectada, con lo cual también se han debilitado sus ingresos.
En cuanto al control territorial, éste también sufrió un debilitamiento a partir del año
2003. Si se mide la presencia territorial a través del número de municipios donde las
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
!
!
!
!
75!
FARC han realizado ataques contra las fuerzas públicas, su presencia territorial se ha
reducido en un 62%: en 209 municipios hubo ataques de las FARC en 2002, mientras que
en 2008 éstos ocurrieron en 78 municipios (Rangel 2010). La pérdida de control
territorial no es sólo cuantitativa sino también cualitativa, dada la importancia estratégica
de las zonas que las guerrillas han tenido que abandonar. El departamento de
Cundinamarca, por ejemplo, constituía un importante punto en los planes estratégicos de
las FARC para la toma del poder por la vía armada; la FARC perdió gran parte del
control territorial en este departamento tras la implementación de la Operación Libertad
por parte del ejército nacional.
De manera similar, con la puesta en marcha del Plan Patriota (la operación militar
contrainsurgente más grande de la historia colombiana), se logró restar movilidad y
margen de maniobra a las FARC en los departamentos de Meta, Caquetá y Putumayo.
Estos departamentos constituían el territorio de mayor importancia estratégica para las
FARC, ya que eran zonas de abastecimiento logístico, de entrenamiento, recuperación de
heridos, y sustracción de buena parte de sus rentas ilegales provenientes del narcotráfico.
Así, mientras en 2002 la mitad de las acciones de las FARC se centró en
los departamentos de Arauca, Caquetá, Meta, Cauca y Cundinamarca, en
2008 el centro de gravedad de sus acciones se desplazó desde las zonas
más centrales del país hacia la zona occidental, concentrándose sus
operaciones en Cauca, Antioquia, Nariño, Valle y Chocó. (Rangel 2010,
22)
Otros autores, sin embargo, se muestran escépticos ante la noción de que un
poderío militar mejorado sea la salida para el conflicto colombiano. En referencia a los
recursos obtenidos a través del Plan Colombia, Tokatlian (2004, 179) afirma que “la
lógica subyacente es que sólo más poder de fuego y más despliegue espacial de las
!
!
!
76!
fuerzas armadas pueden equilibrar el creciente poderío territorial de la guerrilla y la
enorme influencia regional del narcotráfico.” Sin embargo rebate esta lógica al plantear
que si en los últimos diez años, con todos los recursos de seguridad estadounidenses
brindados a Colombia, se elevó como nunca antes la violencia de todo tipo, la violación
de los derechos humanos y el desquiciamiento de la guerra, nada augura que en los
próximos años no se agudicen esos mismos problemas (Tokatlian 2009, 180). En cambio,
propone un plan que no se centre únicamente en lo militar sino también en lo político e
institucional que trascienda el plano estatal. Este plan debe incluir una alianza de la
sociedad civil no armada, y de importantes actores sociales y políticos de Latinoamérica
y de los Estados Unidos.
El Mapa 3.5 presenta la ubicación de los frentes de las FARC en el país en el año
2009. De un total de 1101 municipios, en el año 2009 la FARC tenía presencia activa en
207, es decir el 18.8%. Esta cifra presenta fuerte contraste con las del año 2000, en el
cual la FARC tenía presencia en 606 municipios, es decir en el 55% del país. El notorio
decrecimiento en la actividad de esta organización guerrillera, al igual que la disminución
en su control territorial, son ilustrativos de los profundos cambios que se presentaron en
la intensidad del conflicto armado en el país entre los años 2003 y 2009. Desde este punto
de vista, la implementación de la PSD conllevó a modificaciones sustanciales no sólo en
la intensidad del conflicto, sino en la distribución territorial del mismo.
!
!
!
77!
Mapa 3.5: Presencia de las FARC en el territorio nacional, año 2009
Fuente: Ministerio de Defensa (2009)
En cuanto al ELN, este grupo también ha sufrido una disminución significativa en
su capacidad operativa. Por ejemplo, departamentos como Antioquia y Cauca, que
durante 2002 presentaron una alta frecuencia de retenes guerrilleros, dejaron de
!
!
!
78!
presentarlos en 2008. Así mismo, entre 2002 y 2008 el ELN se vio obligado a abandonar
el secuestro y otras prácticas extorsivas en 13 departamentos del país.
3.6 Evolución de los grupos paramilitares tras la implementación de la PSD
La desmovilización de los grupos paramilitares se inició a mediados del año 2003
y se prolongó hasta el segundo semestre de 2006, cuando se efectuó la última
desmovilización de los grupos paramilitares que se sometieron a la ley de Justicia y Paz27,
marco jurídico que culminaba en la reinserción en la sociedad. Como se explicó
anteriormente, entre las causas a las cuales se atribuye esta desmovilización se identifican
el agotamiento estratégico de los dirigentes de los grupos paramilitares y la posibilidad de
que los compromisos políticos y jurídicos para su desmovilización pudieran incluir
reducción de penas y/o amnistías, y eliminación de la posibilidad de extradición. Con
base en estas expectativas los jefes paramilitares se comprometieron a cesar sus acciones
hostiles contra la población civil y contra el Estado, e iniciar el desarme y
desmovilización de sus frentes de guerra sin que aún estuviera acordado el marco jurídico
para su reinserción a la vida civil.
Sin embargo, según señala Leal (2011), para el año 2004 los abusos de los
paramilitares continuaban, en un intento por continuar con su política de “mano dura”. La
ambigüedad jurídica de las negociaciones también contribuía a entorpecer el proceso, ya
que muchos sectores temían que éste desembocara en impunidad. Las etapas posteriores
incluyeron la creación de una zona de ubicación en el centro de influencia paramilitar, en
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
27No
se incluye en esta reseña el enorme debate en torno a las condiciones jurídico-políticas en que ocurrió
esta desmovilización, ni tampoco los cuestionamientos sobre la efectividad y resultados de la Ley de
Justicia y Paz, por considerarse que trascienden el alcance de este trabajo. Para una revisión completa de
este tema, ver Restrepo y Bagley (2011), “La desmovilización de los paramilitares en Colombia. Entre el
escepticismo y la esperanza”, Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia.
!
!
!
!
79!
Santa Fé del Ralito (departamento de Córdoba), en donde se concentrarían los jefes que
estarían en la negociación; y la creación de una nueva propuesta llamada “verdad, justicia
y reparación” cuya discusión no prosperó en el Congreso. En cambio, en el año 2005 se
aprobó la “Ley de Justicia y Paz” la cual presentaba enormes vacíos y ambigüedades en
“la confesión de los delitos frente a la incapacidad de la justicia para acusar y procesar a
los implicados en el tiempo fijado, las penas leves que contempla y la posibilidad de su
rebaja, los indefinidos sitios de reclusión y el enorme vacío en la reparación de las
víctimas” (Leal 2011, 60). A pesar del accidentado proceso, no puede desconocerse la
importancia de las desmovilizaciones que se llevaron a cabo. En efecto, según señala
Restrepo (2012) “el proceso inicial de desmovilización de 31,671 paramilitares de
derecha (y 19,553 guerrilleros que se desmovilizaron individualmente) que tuvo lugar en
el período 2003-2009 representa un cambio fundamental en la búsqueda de paz”. No se
trata solamente de la mayor desmovilización de combatientes en la historia del país, sino
que, hasta la presidencia de Álvaro Uribe, ningún gobierno había logrado negociar con
los paramilitares ni mucho menos lograr que se desmovilizaran.
La gran mayoría de estos grupos se desmovilizaron, y solo continuaron en armas
los dirigidos por alias Martín Llanos, las Autodefensas Campesinas de Casanare, y el
Ejército Revolucionario Popular Antiterrorista de Colombia (Erpac). Sin embargo, a raíz
de la persistencia del narcotráfico en las zonas de influencia de los grupos paramilitares
desmovilizados, aparecieron nuevos grupos armados, comúnmente llamados “bandas
emergentes” o “bandas criminales BACRIM”, diferentes a los anteriores grupos
paramilitares pero que de alguna manera significan la continuidad de la violencia en estas
zonas. Según concluye Restrepo (2012), muchos de los anteriores paramilitares se han re-
!
!
!
80!
movilizado, adhiriéndose a bandas criminales existentes, o causando la aparición de
nuevas bandas. Una combinación de ambas alternativas es lo más posible, pero lo cierto
es que hay evidencia de una continuidad de la vida paramilitar en el país.
Esto parece ser una consecuencia natural de la “ruptura” de los grupos paramilitares,
lo cual llevó a una fragmentación de las organizaciones previas, convirtiéndose muchas
de ellas en pequeñas bandas que ya no operan a nivel nacional sino local. El principal
objetivo de estos “grupos emergentes” es mantener su participación en el negocio del
tráfico de drogas, para lo cual han efectuado alianzas y pactos con la guerrilla de las
FARC. Así, en la actualidad se presenta en el país una reconfiguración del mapa de
alianzas. Los nuevos grupos armados, denominados “emergentes”, no son enemigos sino
aliados de las guerrillas en las zonas donde coinciden. No luchan por el control territorial,
sino que se asocian para realizar negocios de narcotráfico o para protegerse de la fuerza
pública; se presenta en algunas zonas un tipo de especialización, bajo el cual las
guerrillas se encargan de los cultivos de la coca, y los grupos emergentes de su
procesamiento y comercialización (Rangel 2010).
En resumen, a nivel nacional el cambio en los niveles de conflicto violento se
evidenció de manera casi inmediata. Según señalan Montenegro y Pedraza (2009, 6) las
cifras iniciales del año 2002 mostraban que,
cerca de 160 (de los 1003) municipios carecían totalmente de presencia de
la policía, que los grupos armados ilegales controlaban cerca del 40% del
territorio nacional, que entre 1998 y 2002 el PIB per cápita colombiano no
había crecido, que el desempleo había ascendido al 20%, y que la
inversión había colapsado al nivel del 12% del PIB… La tasa de
homicidios se encontraba en niveles de 60 por cada cien mil habitantes,
una cifra que, aunque inferior a la cifra pico de comienzos de los 90,
seguía siendo de todas maneras muy alta.
!
!
!
81!
Para el año 2007 las cifras habían cambiado notoriamente. Entre los años 2002 y
2007 el número de miembros activos en las fuerzas armadas se incrementó en 32%,
pasando de 307.000 a 405.000 miembros. Adicionalmente, en muy corto tiempo todos los
municipios recibieron presencia policial. En el año 2007 la tasa de homicidios había
caído a niveles no vistos desde comienzos de los 80. De manera consistente con estas
tendencias, la economía comenzó a recuperarse, con la tasa de inversión alcanzando
niveles pico de 26% del PIB durante el período 2006-2007. El crecimiento alcanzó de
nuevo altos niveles, y el desempleo cayó casi 2 puntos porcentuales, pasando dl 11.8% en
diciembre del 2006, al 9.9% en diciembre del 2007 (Montenegro y Pedraza 2009).
La cuestión que se aborda en los siguientes capítulos es ¿Por qué los cambios en
la intensidad del conflicto armado fueron diferentes a través de las diferentes regiones del
país? ¿Existen acaso configuraciones regionales como las planteadas anteriormente, que
hayan modulado la efectividad de la PSD? ¿Cuál variable, o cuales grupos de variables
han tenido mayor incidencia sobre la variación en la intensidad del conflicto armado? El
siguiente capítulo introduce las variables a considerar, al igual que su cuantificación y
operacionalización.
!
!
!
4 Capítulo Cuatro: Descripción y operacionalización de variables
Las variables que se presentan a continuación se analizan para el período
comprendido entre 1995 y 2009. Aunque la PSD empezó a implementarse desde finales
del 2002, para entender el comportamiento del conflicto armado es necesario remontarse
a la década previa a su implementación. Según señalan Restrepo et al. (2006, 517): “el
conflicto se tornó más activo y letal desde finales de los años noventa, y tal
intensificación se ha reducido de manera moderada en los últimos años.” Dentro del
período 1995-2009 se identifican dos sub-períodos. El primero, entre 1995 y 2002, en el
cual la intensidad del conflicto interno alcanzó los niveles más altos desde sus orígenes
(presentándose el pico máximo en el año 2002); el segundo, entre 2003 y 2009, en el cual
la intensidad del conflicto interno decreció en la mayoría de las regiones del país28.
Finalmente, se analiza de manera general los años 2010 y 2011, en los cuales en muchas
regiones se presenta un recrudecimiento en los niveles de conflicto violento. En este
sentido se abordan cuestionamientos sobre la sostenibilidad a largo plazo de la PSD.
Las variables analizadas se desagregan a nivel departamental29, obedeciendo a la
necesidad de desplazar las investigaciones del nivel nacional al nivel sub-nacional. El uso
sistemático de datos a nivel sub-nacional es necesario, ya que los orígenes del desorden
político se encuentran en conflictos cuyos propios orígenes son, en un alto grado, internos
a la nación-estado (Bates 2008). Así, se analiza un total de 12 variables, en 33
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
28 De acuerdo con Restrepo et al. (2006, 520), “a partir de 1996 se inició el período de recrudecimiento, en
el que se nota un incremento importante tanto en la intensidad del conflicto como en la tasa de combates y
ataques. Este período de recrudecimiento terminó en 2002 cuando, de hecho, se alcanzó la mayor !
intensidad en el conflicto armado. A partir del 2003 se presenta un cambio estructural en todas las series del
conflicto. !
29!Se adopta la desagregación a nivel departamental ya que, aunque lo ideal sería discriminar a nivel
municipal, para muchas de las variables aun no existe información discriminada a este nivel. Por ejemplo,
la información sobre la variable “número de policías”, utilizada para cuantificar la PSD, se encuentra
solamente a nivel departamental (Montenegro y Pedraza 2009)
!
82!
!
!
!
!
83!
departamentos, durante un período de 15 años, generándose aproximadamente 6000
observaciones.
Las variables consideradas en la investigación se clasifican en: variable
dependiente, variable independiente y variables mediadoras. Como se explica en detalle a
continuación, la variable dependiente es la intensidad del conflicto armado en el período
1995-2009. La variable independiente es el cambio institucional generado por la PSD, el
cual como se ha mencionado, se considera la condición necesaria para los cambios en los
niveles de intensidad del conflicto armado. Por otra parte están las variables mediadoras,
a través de las cuales se explora la posible existencia de configuraciones y/o condiciones
regionales que hayan modulado la efectividad de la PSD. Las variables mediadoras
explican los procesos o mecanismos a través de los cuales la variable independiente
incide sobre la variable dependiente. Estas variables mediadoras a evaluar son: pobreza y
resentimientos; existencia de recursos saqueables (coca, petróleo y oro); inclusión
política; presencia estatal; geografía; densidad social y presencia conjunta de más de un
grupo irregular. El Informe Nacional de Desarrollo Humano para Colombia (PNUD 2003,
32) resume así la multiplicidad de variables que afectan el conflicto interno colombiano:
Colombia, en efecto, es una sociedad intensamente fragmentada. Por obra,
en primer lugar, de una geografía que invita a la formación de provincias y
que por mucho tiempo las mantuvo aisladas. Por obra, en segundo lugar,
de un Estado históricamente débil, en términos fiscales de capacidad
reguladora y aún de monopolio de la fuerza. Por obra, en tercer lugar, de
una tardía, lenta e insuficiente extensión de la ciudadanía social o
incorporación de las mayorías populares. Y por obra, en cuarto lugar, de
unas élites sin suficiente base social, fragmentadas y —por ende sin
conciencia de que su papel es dirigir una nación. Estos cuatro factores —
geografía, Estado débil, no inclusión, no “clase dirigente”— se conectan y
alimentan entre sí para producir una sociedad diversificada, heterogénea,
!
!
!
!
!
!
84!
vital y pluralista, pero también propensa al conflicto, al bloqueo y a la
incapacidad de resolver problemas colectivos.
A continuación se describe cada una de esas variables, al igual que las
consideraciones adoptadas para su cuantificación y operacionalización. Cabe resaltar que
una de las grandes dificultades implícitas en el estudio del conflicto violento colombiano
es la dificultad de consecución de los datos. Estos muchas veces sólo están registrados
para el nivel nacional (no departamental), y en otras ocasiones simplemente no existen.
Para la elaboración de esta investigación se consultaron innumerables fuentes, y se
analizaron y luego descartaron muchísimas posibilidades de cuantificación y
operacionalización de las variables, bien sea por falta de datos, o por falta de
desagregación de éstos a nivel sub-nacional. Dicho lo anterior, se entenderá que algunas
de las variable proxy presentadas adelante no sean las medidoras óptimas o ideales de
algunos eventos, pero son las que existían, y a las cuales se tuvo acceso.
4.1 Variable Dependiente
Esta investigación analiza por qué la intensidad del conflicto armado30cambió de
manera diferente a través de las regiones del país, después de la implementación de la
Política de Seguridad Democrática. Aunque algunos estudios anteriores han examinado
facetas de este fenómeno, esta investigación llena un vacío en la literatura existente, al
analizar de manera sistemática las transformaciones significativas de la violencia en
Colombia en la década pasada, particularmente desde la implementación de la PSD. El
aporte fundamental, que hace que esta investigación sea pionera entre otros estudios de su
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
30
A lo largo de este trabajo se utilizan como sinónimos los términos conflicto y conflicto interno. . Ambos
hacen referencia, como lo señalan Restrepo et al. (2006), al conflicto violento entre organizaciones armadas
en Colombia. Los términos confrontación violenta y contestación violenta también se utilizarán en el
mismo sentido.
!
!
!
!
!
!
85!
género, es el abordaje sub-nacional con el cual se ha desarrollado (nivel departamental).
Considero que es fundamental en este momento realizar una investigación de esta
naturaleza, especialmente por dos razones.
En primer lugar, el enfoque de analizar la existencia de posibles configuraciones
(económicas, políticas, sociales, institucionales, demográficas y geográficas) que
expliquen de manera conjunta la variación en la intensidad del conflicto a través de las
regiones del país, es novedoso e incorpora de manera sistemática en el análisis la multicausalidad del conflicto colombiano. En segundo lugar, es el momento idóneo para una
investigación de esta naturaleza por los profundos cambios que ha sufrido el conflicto
colombiano en la reciente década. En efecto, a raíz del conflicto armado Colombia era
uno de los países mas violentos del mundo en el periodo 1980-2002. Sin embargo, partir
del año 2003 se presentó una reducción significativa en los indicadores del conflicto
violento, incluyendo la caída en la tasa de secuestros (se redujo en el 80% entre el 20032009); la reducción en la tasa de homicidios (bajó 50% en el mismo período); la
desmovilización colectiva de cerca de 32,000 paramilitares; el desmonte de la estructura
militar de las AUC; la desmovilización de 20,000 excombatientes de las FARC; la
deserción, captura o muerte de importantes cabecillas de la guerrilla y liberación de
numerosos e importantes secuestrados en poder de las FARC (Restrepo y Slakmon 2011,
563).
Por todo lo anterior considero que esta investigación no es solo pertinente sino
necesaria. A nivel normativo de diseño de políticas resultaría muy útil conocer las
razones por las cuales en algunas regiones el conflicto armado se redujo de manera
significativa y en otras no, para intentar replicar los resultados positivos en todo el país.
!
!
!
!
!
!
86!
Vale la pena anotar que la medición de los conflictos violentos, caracterizados por
la presencia de grupos armados irregulares que luchan por el monopolio del poder, se
dificulta por varias razones. En primera instancia, los actos violentos son clandestinos e
ilegales, lo cual dificulta el flujo de información y disminuye su calidad. Además, la
divulgación de los eventos por parte de fuentes oficiales muchas veces está sesgada por el
interés oficial de presentar el mayor número posible de éxitos y de ocultar o no incluir los
fracasos. Adicionalmente, en un país de gran componente rural, como Colombia, muchos
de los eventos violentos ocurren en regiones pobres y aisladas, con poca presencia
institucional, lo cual dificulta aún más la recolección y medición de datos. Todos estos
hechos conducen a que esta investigación evite, en lo posible, utilizar información oficial.
Se utilizan, en cambio, bases de datos provenientes de instituciones de investigación
privadas, ONG´s, instituciones académicas y demás31.
En una aproximación inicial, se analizó la posibilidad de medir la intensidad del
conflicto armado a través de la tasa de homicidios por 100.000 habitantes. Sin embargo,
según han demostrado Restrepo et al. (2006, 518):
Es claro que en el ámbito nacional la dinámica del conflicto, tanto en
términos de número de eventos como en términos de su intensidad no
sigue en general la misma tendencia de la tasa de homicidios, aunque
todas las variables presentan una disminución contemporánea al final del
período de estudio.
Además, en la mayoría de ocasiones resulta casi imposible diferenciar los
homicidios comunes o criminales de los homicidios en combate. Por tales razones, debe
analizarse con cautela los hallazgos de estudios que buscan explicar el conflicto interno
mediante el uso de la violencia homicida como medida de intensidad. Una aproximación
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
31!Ver nota de pié de página # 32.
.!
!
!
!
87!
más acertada implica medir el conflicto a través del número de acciones ofensivas o
ataques. A pesar de las dificultades descritas, se ha logrado construir una base de datos en
la cual se contabiliza el conflicto32. La variable dependiente, intensidad del conflicto
armado, se mide a través del número de acciones ofensivas iniciadas y perpetradas por
los grupos armados irregulares, es decir los grupos guerrilleros (incluyendo las FARC, el
ELN y otras guerrillas), y los grupos paramilitares no estatales. La aplicación de este
criterio permite minimizar cualquier sesgo de inclusión a favor de algún grupo en
particular, pues se incluyen acciones de todos los grupos y los criterios aplican para todos
ellos. El criterio para seleccionar las acciones ofensivas a incluir se basa en la motivación
de los perpetradores. Desde este punto de vista se incluyen las acciones con una finalidad
política, excluyéndose los eventos puramente criminales, con lo cual se hace una
distinción entre el conflicto violento y el crimen organizado violento. Esta distinción no
pretende olvidar el hecho de que muchas veces los conflictos violentos se financian a
través del crimen organizado. Sin embargo, para efectos de medición del conflicto
violento se hace esta distinción entre violencia política y violencia criminal.
Vale la pena señalar que, a mi juicio, los secuestros deberían ser incluidos entre
las acciones ofensivas, ya que en la última década se han convertido en uno de los
elementos más característicos del conflicto violento colombiano. La mayoría de los
secuestros son perpetrados por los grupos insurgentes, bien sea como fuentes de
financiación, ó con finalidades de presión política. Desde este punto de vista, a mi juicio
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
32
La autora agradece la invaluable colaboración de Fabio Sánchez, profesor e investigador del CEDE y de
la facultad de economía de la Universidad de los Andes, Bogotá, quién le facilitó el acceso a su base de
datos de conflicto violento. De ahí se obtuvieron las acciones ofensivas, con las cuales se calculó la tasa de
ataques explicada más adelante. En estas acciones ofensivas se incluye: el lugar de ocurrencia, la fecha, un
relato de lo sucedido, los grupos o instituciones a los que pertenecen las víctimas (cuando se tiene esta
información), y los grupos que efectuaron la acción o intervinieron en el evento. !
.!
!
!
!
88!
los secuestros han dejado de ser eventos puramente criminales, para convertirse en
componentes del conflicto violento, perteneciendo más a la categoría de violencia
política que a la de violencia criminal. Sin embargo, la base de datos utilizada se elaboró
con los criterios explicados en el párrafo anterior, y por tal razón no incluye los
secuestros.
Con base en los criterios descritos, las acciones ofensivas33 incluidas para medir
la intensidad del conflicto armado son: ataques terroristas (explosivos e incendiarios);
asaltos a propiedad privada, a entidades y a instalaciones; bloqueo de vías; emboscadas;
hostigamientos; incursión a poblaciones; piratería terrestre; retenes ilegales; y otros actos
terroristas. No se incluyen los enfrentamientos entre los grupos armados irregulares y las
fuerzas de la ley (Ejército o Policía), ya que en estos casos es difícil determinar quiénes
iniciaron los enfrentamientos, y el objetivo de la base de datos es contabilizar únicamente
las acciones iniciadas por los grupos al margen de la ley. La sumatoria de las acciones
ofensivas por año se llama tasa de ataques, la cual es la variable operativa para medir la
intensidad del conflicto. La Tabla 4.1 presenta la categorización y los códigos de las
acciones ofensivas, según lo establecido por el Observatorio de Derechos Humanos de la
Presidencia de la República34.
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
llamadas acciones de los grupos armados al margen de la ley.!
nota de pié de página # 32. La base facilitada por Fabio Sánchez utiliza la clasificación del
Observatorio de Derechos Humanos de la Presidencia de la República.!
33También
34!Ver
.!
!
!
!
89!
Tabla 4.1: Acciones Ofensivas
Código
Descripción
52
Ataque terrorista explosivo
52
Ataque terrorista incendiario
74
Asalto propiedad privada
54
Asalto entidad/instalación
38
Bloqueo de vías
58
Contacto Armado
57
Emboscada
83
Enfrentamientos
51
Hostigamiento
79
Incursión población
52
Otros actos terroristas
53
Piratería terrestre
71
Retén Ilegal
4.2 Variable Independiente: cambios institucionales generados por la Política de
Seguridad Democrática.
Como se mencionó en la revisión bibliográfica, a pesar de que existe consenso
sobre la complejidad del problema de violencia en Colombia, no hay acuerdo aún sobre
cuál o cuáles son las causas de este fenómeno. Quizá la única explicación que genera
consenso entre los investigadores es la que se basa en la debilidad y precariedad del
Estado colombiano y en la falta de presencia institucional. Para algunos analistas la
“precariedad estatal” se centra en la necesidad de mejorar las capacidades militares y de
.!
!
!
!
90!
seguridad, con el fin de ejercer una autoridad más efectiva en una sociedad propensa a la
violencia. En este sentido, la implementación de la PSD pretendió llenar el vacío de
presencia institucional y fortalecer el control del Estado. Según señala Rangel (2010,
97) ,“la creciente presencia institucional del Estado en todo el territorio nacional ha sido
parte integral de la PSD.”
Esta investigación considera la implementación de la PSD como la condición
necesaria para la reducción en los niveles de violencia en el país entre los años 2003 y
2009. En las secciones anteriores se describió en detalle esta política, abordando los
antecedentes a su implementación, las estrategias que ha abarcado, y los cambios
institucionales que de ella han resultado. En esta sección, se abordan los elementos de
cuantificación y operacionalización de la PSD. Para medir esta variable y corroborar
inicialmente este supuesto fundamental, se exploraron varias alternativas.
Inicialmente, debe precisarse que es muy difícil encontrar información sobre
variables de seguridad desagregada por departamentos. Además de que muchas compras
de equipo son nacionales (aviones, camiones etc.) también se crearon brigadas móviles
que operan en varios departamentos. Parte del éxito de la PSD fue haber podido mover
recursos de unas partes a otras, por lo cual es difícil cuantificar las variables a nivel
departamental. Además, siempre se enfrentan las barreras burocráticas, y las negativas a
difundir los datos, ya que se trata información que atenta contra la seguridad nacional. Se
exploró la opción de medir la PSD a través de las llamadas “acciones defensivas”
(aquellas iniciadas por la policía y el ejército), las cuales pueden conseguirse a través de
la Policía Nacional. Sin embargo, ello genera un grave problema de endogeneidad, al no
poder establecer si estas acciones defensivas ocasionaron las ofensivas (que es la variable
.!
!
!
!
91!
dependiente) o viceversa. Finalmente, gracias a la colaboración de Santiago
Montenegro35 se obtuvo la variable número de policías por departamentos, para el
período 1996-2008, con la cual se midió la intensidad de la PSD. Obviamente, el número
de policías no puede evaluar todas las medidas específicas implementadas como parte de
la PSD. Según señala el mismo Montenegro (2009, 26):
Es obvio que la PSD fue mucho más allá que la evolución de la policía. La
eficiencia y la moral, no sólo de la policía sino de todos los componentes de las
fuerzas armadas mejoró sustancialmente. Además, la PSD también incluía otras
medidas específicas, como el pago de recompensas a las personas que informaran
a las autoridades sobre actividades criminales y terroristas, y la creación de
brigadas móviles y nuevas fuerzas especiales como los llamados “soldados
campesinos”. Por falta de acceso a información sobre estas variables, no pudimos
construir un índice de seguridad mas preciso y complejo… Investigaciones
futuras en este tema podrían examinar de una manera más sofisticada las
consecuencias de la PSD.
Sin embargo, para los alcances de esta investigación, y por ser el único medidor
que se logró conseguir tras incontables esfuerzos, se utilizará la variable número de
policías, desagregados a nivel departamental, para darle una cuantificación numérica a la
PSD.
4.3 Variables Mediadoras
4.3.1 Pobreza, desigualdad y resentimientos.
Según se explicó en la revisión de literatura, algunas teorías vinculan el conflicto
interno con las desigualdades socioeconómicas, la pobreza, la exclusión de ciertas
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
35
La autora agradece la invaluable colaboración de Santiago Montenegro, ex-Director General del
Departamento Nacional de Planeación, y actual presidente de la Asociación Colombiana de
Administradoras de Fondos y Pensiones y Cesantías, ASOFONDOS, quién le facilitó una base de datos
que incluye el número de policías por departamentos de policía entre 1996-2008. Esta información
proviene de la Policía Nacional. Esta base de datos fue usada por Montenegro y Pedraza en su artículo
“Falling Kidnapping Rates and the Expansion of Mobile Phones in Colombia” (2009) Documento CEDE
no. 2009-32.
.!
!
!
!
92!
regiones, la discriminación de ciertos sectores de la población, etc. En consecuencia estas
teorías enfatizan en la importancia de los resentimientos e injusticias sociales y
económicas como causas de conflictos violentos.
Como indicador de pobreza, desigualdad y exclusión social se utilizó el PIB
(Producto Interno Bruto) departamental, por habitante, durante el período 1995-2009. La
información se obtuvo del DANE (Departamento Administrativo Nacional de
Estadística), en la sección de Cuentas Regionales. Para el período 2000-2009, la
información ya se encuentra a nivel departamental en la tabla “PIB por Departamento en
pesos constantes, Base 2005”, de la cual se tomó directamente. En cambio, para el
período 1995-1999 la información no se encuentra a nivel departamental sino nacional,
por lo cual debió procesarse. Así, para los años 1995, 1996 y 1997, se tomó la
información de “Total PIB Nacional, en pesos constantes, Base 2005”, y para calcular el
PIB por departamento se le aplicó a este valor nacional los porcentajes de participación
departamental sobre el PIB nacional obtenidos en la tabla “Participación porcentual del
PIB departamental. Precios constantes de 1994”.
Para los años 1998 y 1999 se realizó la misma operación, tomándose los totales
nacionales de la tabla “Total PIB Nacional, en pesos constantes, Base 2005”, pero los
porcentajes de participación departamental sobre el PIB nacional se obtuvieron de la tabla
“Participación porcentual del PIB departamental. Precios constantes de 2000”. Esta
diferenciación en los porcentajes de participación tomados obedece a la mayor cercanía
en el tiempo, y busca mayor exactitud en las aproximaciones; (los años 95, 96 y 97 se
consideraron más cercanos a las participaciones del 94, y los años 98 y 99 se
consideraron más cercanos a las participaciones del 2000). Una vez obtenido el PIB
.!
!
!
!
93!
departamental para todos los años analizados (1995-2009), se dividió por la
población36de cada departamento en cada año, con lo cual se obtuvo el PIB por habitante
a nivel departamental, PIBpc. Esta es la variable operativa para medir el nivel de pobreza
y desigualdad.
Adicionalmente, también se utilizó como medidor alterno de pobreza y
desigualdad el índice de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI). Aunque en principio
este índice resultaría más adecuado que el PIB por habitante para medir resentimientos,
pobreza, desigualdad y exclusión (ya que incluye elementos como salud, educación,
cobertura de servicios, etc.), dificultades con la información existente sobre el índice de
NBI llevaron a la decisión de utilizarlo complementado con el PIB. En efecto, en el
índice de NBI por departamentos37 no existe información para los años 1995, 1996, 2001,
y 2006. Igualmente, tampoco existen cálculos de índice de NBI para los departamentos
de Arauca, Casanare, Putumayo, San Andrés, Amazonas, Guainía, Guaviare, Vaupés y
Vichada. Por tal razón, como se explica en la sección metodológica, en los departamentos
en los cuales sí hay información disponible se utilizaron promedios para salvar la
dificultad de falta de algunos datos anuales. En definitiva se reforzó el análisis de causas
económicas centradas en pobreza y desigualdad con el análisis conjunto de índice de NBI
y el PIB por habitante. La variable operativa para medir pobreza y desigualdad a través
de las necesidades básicas insatisfechas de llama NBI.
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
36!Los datos de población provienen del DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadística), en
la sección “Estimaciones de Población 1985 – 2005 y Proyecciones de Población 2005 -2020 Total
Departamental por Área”.
37
Publicado por el Departamento de Planeación Nacional.
!
.!
!
!
!
94!
Finalmente, vale la pena anotar que en estudios futuros sería posible hacer más
robustos los medidores de pobreza y resentimientos. Para tal efecto, una alternativa sería
complementar los datos de PIB pc con las cifras de desempleo, sub-empleo y empleo
informal. La principal dificultad radica en la inexistencia de información totalmente
confiable en este sentido, especialmente en lo que se refiere al empleo informal y al
subempleo. Pero si en el futuro se resolviese la dificultad de la consecución de datos, el
complementar el Pib pc con los medidores de desempleo convertiría esta variable en una
mejor proxy para cuantificar pobreza y resentimientos.
4.3.2 Codicia por los recursos pirateables o saqueables:
El argumento principal que vincula el conflicto interno y los recursos saqueables
plantea que los conflictos internos se suscitan por la lucha entre grupos sociales, que
compiten por apoderarse de recursos con valor económico. Desde esta perspectiva los
conflictos adquieren una dimensión principalmente financiera, con lo cual se reduce la
importancia de aspectos como la ideología de los grupos en conflicto. Esta premisa se
basa fundamentalmente en los hallazgos de Collier y Hoeffler (2004), quienes realizaron
estudios econométricos de corte transversal que incluyen varios países, encontrando una
relación entre la depredación de rentas provenientes de recursos naturales y la presencia
de conflictos civiles. En el caso particular del conflicto armado colombiano, éste suele
asociarse con la producción y comercialización de drogas ilícitas. Sin embargo, aunque
las drogas ilegales indiscutiblemente estimulan y fomentan la violencia, los recursos
lícitos también se relacionan con las dinámicas de los conflictos armados.
De manera particular, la literatura enfatiza la importancia de las características de
los recursos como determinantes de qué tan apropiables son (es decir, de su
.!
!
!
!
95!
“saqueabilidad”). Según señalan Basedau y Wegenast (2009), la explotación de recursos
llamados “distantes” ó “difusos”—tales como los diamantes y las drogas—es difícilmente
controlada por el gobierno central, y de ahí que el saqueo de estos recursos se facilite. En
el caso del petróleo, por el contrario, los sofisticados conocimientos tecnológicos
requeridos para su producción hacen más difícil el saqueo de este recurso. Por tal razón,
los llamados recursos “distantes” tienen mayor probabilidad de ocasionar luchas por el
control del poder estatal.
Con base en lo expuesto anteriormente, este trabajo examina la presencia
departamental de tres recursos diferentes (petróleo, oro y cultivo de coca) y se analiza si
esta presencia afecta de alguna forma la intensidad del conflicto armado en Colombia. En
las siguientes secciones se explican los criterios de medición para cada una de estas
variables, incluyendo las unidades y demás técnicas de medición adoptadas.
4.3.2.1 Petróleo e hidrocarburos
Según señalan Basedau y Wegenast (2009, 42), varios estudios han analizado la
importancia del petróleo en el conflicto interno. Smith (2004) encuentra un efecto
positivo de la dependencia en petróleo sobre la paz y la estabilidad del régimen en
algunos países en desarrollo. Hegre y Sambanis (2006, 531) plantean que la exportación
de petróleo—no su producción, ni la presencia de otros recursos—se vincula
marginalmente con el conflicto violento. Bodea y Elbadawi (2007), por otra parte,
confirman que el petróleo incrementa los riesgos de guerra civil, pero otras formas de
violencia (como los golpes de Estado) no se vinculan a la presencia de recursos naturales.
Fearon y Laitin (2003) critican los mecanismos centrados en codicia, planteando en
.!
!
!
!
96!
cambio que el nexo entre petróleo y violencia se establece a través de mecanismos de
debilidad estatal.
La hipótesis planteada vincula el precio de exportación del petróleo con el
conflicto interno. Dado que la distribución de las rentas por petróleo se concentran, en la
medida en que el precio de exportación aumenta el conflicto violento también aumenta.
Para cuantificar la presencia de petróleo se utiliza como medidor las regalías totales por
departamento, las cuales incluyen petróleo y en menor cuantía otros hidrocarburos. Estas
regalías incorporan las fluctuaciones en el precio internacional del petróleo.
Las regalías son el pago que realizan las compañías petroleras al Estado
colombiano por explotar los yacimientos de petróleo38. El Estado recibe regalías por la
producción de petróleo, no por la exploración ni por la perforación de los pozos. Las
compañías petroleras entregan al Estado entre el 8% y el 25% del valor de la producción
del petróleo crudo extraído directamente del pozo (en boca de pozo). El Estado entrega
las regalías a los departamentos y a los municipios a través de dos modalidades: regalías
directas (76% del total) que benefician a los departamentos y a los municipios
productores (donde se encuentran los yacimientos de petróleo) y a los puertos marítimos
o fluviales por donde se transporta el petróleo o sus productos derivados; y regalías
indirectas que benefician a todos los departamentos y municipios del país que no son
productores, a través de la presentación de proyectos definidos como prioritarios en el
Plan de Desarrollo39.Las empresas que extraen recursos naturales no renovables en
Colombia generan aproximadamente US$1.700 millones de dólares en regalías al año, de
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
38Definición
del “Comité de Seguimiento de la Inversión en Regalías CSIR” http://www.csircolombia.org/.
explicó Álvaro Rojas, del DNP (Departamento Nacional de Planeación), esta distribución será
modificada a partir del año 2011 a través del Acto Legislativo 05 del 2011!
39Según
.!
!
!
!
97!
las cuales más del 70% se concentran en diez departamentos: Arauca, Casanare, Meta,
Huila, Sucre, Guajira, Córdoba, Bolívar, Huila, Tolima.
La información sobre regalías departamentales para el período 1995-2009 se
obtuvo en el Departamento Nacional de Planeación (DNP). Para obtener valores en pesos
constantes, los valores corrientes se deflactaron con el IPC (base 2008). Finalmente, para
obtener los valores de regalías por habitante, se dividieron los valores departamentales
entre la población, obteniéndose así la variable operacional petróleopc.
4.3.2.2 Cultivos de coca
La literatura sobre conflictos armados plantea que existe una fuerte asociación
entre las drogas y las guerras civiles. Según explica Guáqueta (2003, 101) “no todos los
países involucrados en la producción y tráfico de drogas sufren de conflictos internos
violentos, pero hay casos suficientemente significativos como para resaltar dicha
conexión, tales como el Afganistán, Myanmar y Colombia”. En el caso particular
colombiano, hay evidencia de que el crecimiento de las FARC y el surgimiento de los
paramilitares está directamente relacionado con el progresivo crecimiento de los cultivos
de coca desde 1980.
Además de servir como fuente de financiación para el conflicto, el cultivo y la
comercialización de drogas ilícitas ofrecen “ventajas” adicionales para los grupos
armados al margen de la ley. Por ejemplo, dadas las características de las drogas ilícitas,
los rebeldes que se dedican a la producción o comercialización de drogas establecen
relaciones con redes internacionales de criminales, con lo cual se facilita su acceso a la
compra de armas en mercados ilegales. Adicionalmente, las drogas impactan las guerras
civiles no sólo como alternativas de financiación para los grupos alzados en armas, sino
.!
!
!
!
98!
también porque el narcotráfico disminuye la capacidad de reacción del Estado por medio
de la violencia, la intimidación y la corrupción de sus estamentos e instituciones
(Guáqueta 2003).
Además, según señala Landinez-Aceros (2012) la distribución espacial de las
guerrillas y su concentración en regiones específicas del país, parece estar determinada
por la presencia de cultivos de coca. Esto daría validez al argumento de que la actividad
guerrillera no es un fenómeno aleatorio, sino que está directamente relacionado con la
existencia de recursos saqueables como los cultivos de coca. Este argumento explicaría la
relación entre las zonas de fuerte presencia guerrillera (medida a través de la tasa de
acciones armadas) y las dinámicas cambiantes de expansión de las zonas de cultivo de
coca hacia ciertas regiones específicas, en los últimos diez años. Todos estos argumentos
soportan la hipótesis planteada, según la cual cuando aumenta el precio internacional de
la cocaína se aumenta la intensidad del conflicto en las zonas de presencia de cultivos de
hoja de coca.
Adicionalmente, los estudios de Mejía y Restrepo (2009) muestran que el número
de hectáreas cultivadas con coca cayó aproximadamente a la mitad entre 2000 y 2006
(de 163,000 en 2000 a 80,000 en 2006) como resultado de las campañas de erradicación
aérea de cultivos ilícitos. Por otro lado, la ONDCP40 (la fuente alternativa de datos sobre
la producción y tráfico de cocaína) estima que la producción potencial cocaína en
Colombia se incrementó en aproximadamente 4% entre 2000 y 2006. En otras palabras,
casi la misma cocaína que se producía antes del inicio del Plan Colombia en 2000 se
estaba produciendo en 2006, pero en la mitad de la tierra cultivada con coca.
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
40!Office of National Drug Control Policy. Para más información véase http://www.whitehouse.gov/ondcp
.!
!
!
!
99!
Este ultimo resultado, aparentemente paradójico, se explica por el aumento en la
productividad por hectárea cultivada con coca: mientras que en 2000 se producían
aproximadamente 4.3 kg de cocaína por hectárea por año, en el año 2006 se producían
cerca de 7.7 kg de cocaína por hectárea por año. Los incrementos de productividad toman
diversas formas. Por ejemplo, el uso de variedades de coca mas grandes y eficientes, una
mayor densidad de plantas de coca por hectárea, mejores técnicas de cultivo, y el uso de
mejores precursores químicos y técnicas de producción, entre otros. Estas respuestas
estratégicas ante la intensificación de las campañas de erradicación de cultivos ilícitos no
son difíciles de entender una vez se revisan los márgenes de ganancias asociados con la
producción y tráfico de cocaína: mientras que producir un gramo de cocaína pura cuesta
cerca de US$ 2 o US$ 3, el mismo gramo de cocaína pura, puesto en los Estados Unidos
cuesta entre US$ 150 y US$ 250 (Mejía y Restrepo 2009).
La hipótesis que se plantea es que, dado que las guerrillas y los paramilitares se
han nutrido del negocio del narcotráfico, siendo ésta una de sus principales fuentes de
financiación, tras la implementación de la PSD la intensidad del conflicto violento
debería haberse reducido menos en las áreas donde se realizan el cultivo y la producción
de narcóticos, que en las áreas donde no se presentan estas actividades. Para cuantificar la
variable independiente “cultivos de coca” se mide la producción en hectáreas cultivadas
de hoja de coca, por departamento, para los años 1999-2009. Esta información se obtuvo
en la Dirección Nacional de Estupefacientes. Para los años 1995–1998 sólo existe
informacion para los departamentos de Guaviare, Caqueta, Putumayo, y para el sur de
Bolivar, porque las cifras corresponden a la información satelital reportada por el
Departamento de Estado de los Estados Unidos, quienes durante esos años sólo
.!
!
!
!
100!
registraron la actividad pormenorizada en los departamentos mencionados. Para obtener
la variable operacional cocapc se dividió el número de hectáreas cultivadas de hoja de
coca entre la población.
Una vez más debe reconocerse que la operacionalización de la variable “ingresos
por coca” a través del número de hectáreas cultivadas per cápita quizá no sea la manera
más idónea para cuantificar esta variable, pero por la inexistencia de datos mas acertados
a nivel departamental es la que debió elegirse. En estudios futuros, y si la información se
hace accesible, podría por ejemplo cuantificarse el efecto de los ingresos por coca a
través de la presencia de corredores para el tráfico de la misma. Es decir, se buscaría
identificar una correlación entre el número de grupos presentes, la existencia de
corredores para el tránsito de drogas, y la intensidad del conflicto. En este sentido, la
existencia de corredores sería una mejor variable proxy que el número de hectáreas
cultivadas, o podrían utilizarse de manera complementaria para dar mas robustez a esta
variable.
4.3.2.3 Oro y metales preciosos
La literatura enfatiza los efectos de los recursos naturales sobre los conflictos
internos. Según señalan Rettberg et al. (2009, 215), “los recursos naturales legales en
Colombia —específicamente el banano, el café, las esmeraldas, el ferroníquel, las flores,
el oro, el petróleo y el aceite de palma— están asociados con el conflicto armado en
varias regiones colombianas.” Así, las actividades de producción, extracción y
distribución de los recursos legales generan procesos económicos y sociales que en
últimas tienen efectos sobre las dinámicas del conflicto armado. Cuando el saqueo de los
recursos o de sus beneficios, o la extorsión de propietarios, productores y
.!
!
!
!
101!
comercializadores constituyen la primera motivación para la presencia de actores ilegales
en una región determinada, existe una relación directa entre recursos y conflicto.
Los homicidios y otras formas de victimización como secuestros y saqueos son
principalmente el resultado de la competencia por el control del recurso y sus beneficios
asociados. Así,
En el caso del oro de Segovia (Antioquia, región central), el control
directo de las minas de oro y de la producción por parte de actores ilegales,
el pago forzoso de cuotas a actores ilegales por parte de mineros en busca
del metal y la sangrienta persecución de supuestos auxiliadores de la
guerrilla han marcado la historia reciente de la región dando como
resultado una alta incidencia de masacres, homicidios y secuestros.
(Rettberg et al. 2009)
A raíz del aumento en el precio internacional del oro en los últimos años (en
Septiembre de 2011 alcanzó niveles record de U$ 1600 por onza), se ha generado en
Colombia una nueva “fiebre del oro”. Entre el 2002 y 2010, la cifra de permisos para
minería se elevó de casi 1500 a más de 8500 (Wyss 2011). Aunque esta expansión
representa una significativa fuente de financiación para el gobierno, también contribuye a
financiar y expandir el conflicto armado. Tras años de campañas gubernamentales de
erradicación y extinción de los cultivos ilícitos, las guerrillas y paramilitares han
empezado a abandonar la producción de coca y a desplazarse hacia la minería del oro y a
la extorsión de las comunidades mineras. Por ejemplo, grupos paramilitares como los
Rastrojos, los Urabeños, los Paisas, y guerrilleros como las FARC, obligan a los mineros
locales de los departamentos de Antioquia, Valle del Cauca y Córdoba (ricos en oro) a
pagar tarifas de “seguridad” e impuestos sobre los equipos de minería. Con estas nuevas
fuentes de financiación, los grupos alzados en arma han encontrado una fuente alterna
para continuar financiando el conflicto interno (Lopez-Gamundi 2011).
.!
!
!
!
102!
El mapa 4.1 ilustra la distribución por departamentos de los recursos mineros en
Colombia, en el año 2010. La ubicación del oro se observa en amarillo.
Mapa 4.1: Distribución departamental, minería. Año 2010
Fuente: Peace Brigades International, PBI - 2011
La hipótesis planteada en la sección anterior vincula el precio de exportación del
oro con el conflicto interno. Dado que la distribución de las rentas por oro se concentran,
en la medida en que el precio de exportación aumenta el conflicto violento también
aumenta. Para cuantificar la presencia de oro se utiliza como medidor las regalías totales
por metales preciosos por departamento, las cuales incluyen oro y, en mucho menor
cuantía, plata y platino. Las regalías son un medidor idóneo, ya que incorporan las
.!
!
!
!
103!
fluctuaciones en el precio internacional del oro. La información sobre regalías
departamentales para el período 1995-2009 se obtuvo en el Departamento Nacional de
Planeación (DNP). Para obtener valores en pesos constantes, los valores corrientes se
deflactaron con el IPC (base 2008). Finalmente, para obtener los valores de regalías por
habitante, se dividieron los valores departamentales entre la población, obteniéndose así
la variable operacional oropc.
4.3.3 Presencia estatal
La hipótesis formulada en la sección anterior vincula los niveles de conflicto
violento con la presencia estatal. De manera particular, se atribuye los altos niveles de
violencia a la falta de presencia y debilidad del Estado colombiano. Algunos autores
plantean que la falta de homogeneidad en la presencia institucional y fortaleza estatal
explican en parte las diferencias en la intensidad del conflicto violento a través de las
regiones del país. Por ejemplo, según señalan Gonzáles y Otero (2006, 1),
Existe una presencia diferenciada de las instituciones del Estado en
diferentes espacios geográficos y momentos históricos de Colombia. Esa
presencia diferenciada del Estado en el territorio y la sociedad colombiana
es explicada por los procesos de poblamiento territorial y la manera como
los partidos políticos tradicionales fueron articulando las regiones y
localidades con el conjunto de la nación.
Así, en algunas regiones (como la zona Andina, parte de la costa Caribe y algunas
fracciones del occidente), el Estado colombiano funciona como regulador del orden
social, consolidándose como detentador del monopolio de la fuerza y de la
administración de la justicia. En estas regiones las instituciones funcionan mejor, la
intensidad del conflicto violento es más baja, y el Estado goza de mayores niveles de
gobernabilidad. En cambio, en otras regiones menos integradas y más marginadas (como
.!
!
!
!
104!
la costa Pacífica, los llanos Orientales, y el Suroccidente del país), hoy son objeto de
disputa por parte de los actores armados. En estas regiones el Estado compite con otros
actores en la regulación de la vida social y económica, las instituciones oficiales están
ausentes o funcionan a través de intermediarios, y la intensidad del conflicto armado es
mayor (Gonzáles y Otero 2006).
Para González (2003, 136), la debilidad del Estado fue el resultado de la pobreza
fiscal, que no permitió la aparición de una amplia burocracia estatal ni consolidar un
verdadero “Estado del bienestar”. Restrepo (2003), a su vez, centra la debilidad estatal en
los órdenes sociales alternos. Esto sucedió con la entrada de nuevos actores armados en la
arena política, que desafiaron a los partidos políticos tradicionales. Como medidores de la
falta de presencia institucional y debilidad estatal, Pizarro Leongómez y Bejarano (2003)
toman las altas tasas de homicidio, la ineficiencia y corrupción de la policía, la
consiguiente expansión de la seguridad privada, la expansión difusa de la actividad de
guerrilleros y paramilitares, la erosión del sistema de justicia con altos índices de
impunidad, el aumento de armas en manos civiles y la falta de presencia de las
instituciones estatales en algunas regiones del país, como las de colonización.
Para propósitos de esta investigación, y de manera similar a lo expuesto por
Sánchez y Chacón (2006), se utiliza como un medidor de presencia estatal y fortaleza
institucional la “eficiencia de la justicia”41, medida como la relación entre capturas por
homicidio y el número de homicidios, de acuerdo con las estadísticas de la Policía
Nacional. La tasa resultante se denomina tasa de capturas por homicidios. Vale al pena
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
41!Esta variable mide, por una parte, una mayor efectividad en la administración de justicia (al impartir las
órdenes de captura), y por otra parte, una mayor efectividad en la labor policiva del Estado (al hacer
efectivas las capturas).!
.!
!
!
!
105!
resaltar de nuevo el hecho de que otras variables (por ejemplo, el número de Notarías, de
Oficinas de Registro Público, de Juzgados, de oficinas del Instituto Colombiano de
Bienestar Familiar, etc.) posiblemente resultarían mejores cuantificadores y medidores de
la presencia estatal institucional. Sin embargo, esta información no existe en Colombia
discriminada a nivel departamental, para el período 1995-2009. Por tal razón, se adoptó la
tasa de capturas por homicidio como medidor de presencia institucional estatal, ya que
esta variable no sólo evalúa la efectividad de la Policía (entidad que realiza la captura),
sino también la efectividad de la Administración de Justicia ( a través de las entidades
que ordenan las capturas).
También debe mencionarse que es posible que los incrementos en la tasa de
capturas puedan representar aumentos temporales en la presencia estatal, (causados por
ejemplo por mayores ataques), pero que no necesariamente implican mayor presencia
permanente del Estado. Es decir, la tasa de capturas como variable proxy para cuantificar
presencia estatal podría resultar parcializada porque no indica permanencia en el tiempo.
Sin embargo, aún a pesar de entender las debilidades de esta variables, dada la
información y los datos existentes, es la que mejor se ajusta para medir la presencia
institucional estatal, a nivel departamental, para el período 1995-2009.
Finalmente resulta importante aclarar que la inclusión dentro de las variables
mediadoras de una variable que evalúe la presencia estatal institucional, no implica ni una
contradicción, ni una doble contabilización, frente al hecho de que la variable
Independiente (la PSD) también incorpore dentro de sí componentes de presencia
institucional estatal. De hecho, según explica Bagley (2012) la PSD es una decisión
estratégica de política estatal, que en su diseño abarcaría numerosos elementos (incluido
.!
!
!
!
106!
el incremento en la presencia institucional), lo cual no necesariamente se manifiesta
como realidad empírica de una presencia estatal efectiva. Es decir, en tanto que política,
la PSD es el “ideal” que encierra muchos componentes, los cuales no necesariamente se
hacen reales, pero hacen parte del objetivo estratégico planeado. Las variables
mediadoras, y la presencia institucional entre ellas, son la evidencia empírica que refleja
si en realidad se ha presentado o no el fenómeno evaluado (en este caso, el incremento en
la presencia estatal institucional).
4.3.4 Inclusión política
La inclusión política resulta de la administración conjunta del poder, y del hecho
que individuos y comunidades puedan elegir sus representantes. Sin embargo, la
participación en elecciones no es el único elemento a considerar. Son también
importantes el nivel y la calidad de la inclusión política y las reglas de participación
política a través del espectro social. El nivel y la calidad de la inclusión política están
determinados tanto por reglas formales como por normas y prácticas informales. Según
Gonzales (2003, 137) por lo anterior, Colombia podría definirse como:
Una democracia electoral bastante consolidada, que cuenta con una larga
historia de elecciones y con un sufragio cada vez menos restringido a
pesar de las escasas movilizaciones ciudadanas, el alto nivel de abstención,
y del corte clientelista que ha caracterizado la adhesión a los partidos
políticos durante el siglo XIX y buena parte del XX.
Para entender la evolución de la inclusión política (medida a través de la
participación electoral) en el país, es necesario hacer una breve revisión histórica de la
evolución de los partidos políticos en Colombia, especialmente por la importancia de la
transición de un sistema bi-partidista a uno multi-partidista. Según señala Gechem (2009)
no existe unanimidad sobre los orígenes de los partidos políticos colombianos. Algunos
.!
!
!
!
107!
atribuyen la emergencia de los partidos Liberal y Conservador a la lucha ideológica entre
Bolívar y Santander. Otros, ubican la aparición de los partidos políticos en el siglo XIX,
atribuyéndola a la necesidad de trasladar a la escena política los grandes conflictos de la
sociedad civil. Así, los partidos Liberal y Conservador aparecen como reflejo de
divisiones sociales que llegan al campo de lo político. Inicialmente surgen como dos
organizaciones opuestas, compuestas por grupos regionales que perseguían los mismos
intereses. Gechem (2009, 135) explica:
El partido Liberal estaba compuesto por comerciantes y artesanos que por
primera vez hacían parte del panorama político, propugnaban una
separación del Estado y la Iglesia, el libre cambio y el federalismo. El
Partido Conservador, por su parte, estaba compuesto por los grandes
terratenientes, el clero y las familias tradicionales del país. Esta división
constituyó el primer clivaje partidista en Colombia.
El período comprendido entre la independencia y mediados del siglo XX se
caracterizó por profundas luchas por el poder y divisiones entre los dos (únicos) partidos
existentes. Fue una época marcada por guerras civiles, donde a pesar de tener una
sociedad dividida en dos bandos, los partidos no podían canalizar esos intereses y
explotaba la guerra. Uno de los episodios más sangrientos de este período, conocido
como La Violencia, fue el asesinato el 9 de Abril de 1948 del líder del partido Liberal, el
político populista Jorge Eliécer Gaitán, dando origen al “Bogotazo”, una insurrección
masiva de los liberales que se extendió a varias regiones (Nasi 2010, 100). Luego del
asesinato de Gaitán la violencia bipartidista escaló significativamente, alcanzando los
niveles mas altos en 1953. Para intentar controlar la violencia varias facciones de los
partidos Liberal y Conservador, la Iglesia Católica, los empresarios y las Fuerzas
Militares se unieron para dar apoyo a un golpe de estado que dio lugar a la dictadura del
general Gustavo Rojas Pinilla (1953-1957).
.!
!
!
!
108!
Posteriormente, en 1958, el país regresó a la democracia bajo una modalidad
restringida con la implementación del Frente Nacional. Este planteaba una coalición
política y electoral entre liberales y conservadores, que se alternarían en el poder durante
16 años (1958-1974), y tendrían una cantidad idéntica de parlamentarios liberales y
conservadores en el Congreso, y así mismo en muchas otras instituciones (i.e. la justicia,
cortes y tribunales) . Sin embargo, para algunos el Frente Nacional bloqueó el sistema
político. Como no era posible presentar candidaturas por fuera de los dos grandes
partidos, esto impidió que nuevas fuerzas aparecieran a representar sus propios intereses.
Bagley (1987), por ejemplo, caracteriza este período como “autoritario inclusivo”,
planteando que el sistema político colombiano se ha caracterizado por una democracia
que califica como “controlada”.
La verdadera revolución democrática, en lo que toca a los partidos, se dio en
Colombia con la Constitución de 1991. En ese momento se abrió el espectro para que
aparecieran nuevos clivajes y nuevos partidos, presentándose así la transición de un
sistema bi-partidista a uno multi-partidista (del bipartidismo absoluto se pasó al
multipartidismo desaforado, hasta la operación avispa42). En la actualidad, y tras las
elecciones al Congreso del año 2010, se expidió la Resolución 1959, según la cual se
establece que en Colombia quedaron con vigencia doce partidos o movimientos políticos,
los cuales son los únicos que cuentan con personería jurídica.
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
42!La “Operación Avispa” fue el nombre que le dio el Partido Liberal a la estrategia electoral de presentar
un elevado número de listas en las elecciones, abusando del anterior sistema de cuota simple y mayores
residuos (Rodríguez y Botero 2006, 141)
!
.!
!
!
!
109!
La hipótesis planteada en la sección anterior vincula la intensidad del conflicto
con la inclusión política (medida a través de la participación electoral). Tradicionalmente
se espera que, en condiciones normales, al aumentar la participación electoral la
intensidad del conflicto disminuya. Sin embargo, la relación en el otro sentido también
parece verificarse; es decir, no solo la inclusión política afecta el conflicto, sino que
también el conflicto afecta la inclusión política. Así, en un contexto violento puede
esperarse que la participación electoral de los ciudadanos disminuya; adicionalmente,
dado que no todos los contextos violentos son iguales, se espera que la reducción de la
participación electoral varíe de un contexto a otro.
En este sentido, García (2010, 162) cuestiona la libertad de elección y la inclusión
política, planteando que en los países en conflicto “los actores armados ilegales recurren
a la violencia para obligar a los individuos a comportarse de una manera que sea
consistente con sus objetivos políticos.” En consecuencia, los ciudadanos que viven en un
conflicto violento modificarán sus conductas y opiniones políticas, adaptándolas a los
objetivos estratégicos y orientaciones ideológicas del actor armado dominante. Así, el
contexto estructural afecta el comportamiento político individual, manifestándose en
aspectos como la participación electoral, las decisiones de voto y las preferencias
políticas.
La forma de presión ejercida varía según la naturaleza de los grupos. Los
paramilitares, por ejemplo, intentaron influir en la política para tratar de afectar los
resultados electorales; para ello, utilizaron la violencia para reducir el apoyo electoral del
que gozan los partidos de izquierda, y a la vez movilizaron el apoyo a favor de candidatos
cercanos a ellos. Las investigaciones de Claudia López (2010) y la Corporación Arco
.!
!
!
!
110!
Iris43 han logrado revelar las alianzas establecidas entre el paramilitarismo y los políticos
tradicionales, para alcanzar o mantener el poder. Esto dio origen a un gran escándalo
denominado la “parapolítica”, de la cual López aclara que no es producto de
desprevenidas relaciones sociales, ni de amistad entre paramilitares y políticos. En
cambio, ésta:
Es producto de alianzas electorales y políticas de mutuo beneficio entre
una organización criminal y narcotraficante y políticos que, se supone,
representaban la legalidad y el Estado. La parapolítica es una alianza del
narcotráfico, criminales organizados y elites políticas y económicas para
tomarse el poder y la representación política. El problema de la
parapolítica no es que se firmaran pactos para «refundar el Estado»; el
problema es que esos pactos no fueron palabras al viento, sino un
propósito logrado por medio de la combinación de violencia, narcotráfico
y política. (López 2010, 2)
Como resultado de estas investigaciones judiciales, en el año 2008 había 77 congresistas
involucrados en el proceso de la parapolítica, de los cuales 28 están presos. Lo anterior
representa sin duda un fuerte vincula entre el conflicto armado y las condiciones de
participaciones electoral e inclusión política en el país.
Las guerrillas, en contraste, usan la violencia para socavar el régimen político
existente (Pizarro 2006), ya que en la mayoría de los casos su interés principal no es
promover candidatos sino bloquear elecciones y atacar a políticos (García 2010). En
algunos casos, sin embargo, las guerrillas han acudido a prácticas de clientelismo armado
para alcanzar objetivos políticos y económicos. Peñate (1998) por ejemplo, refiere las
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
43!La Corporación Nuevo Arco Iris -CNAI- es un centro de pensamiento, investigación y acción social para
la reconciliación, que construye análisis, impulsa iniciativas y promueve acciones en relación con el
conflicto armado, la paz, el post-conflicto y la seguridad para contribuir a la profundización de la
democracia y la construcción de alternativas de equidad social y desarrollo, mediante el fortalecimiento del
Estado social de derecho y la sociedad civil. Para mas información véase
http://www.nuevoarcoiris.org.co/sac/?q=node/1!
.!
!
!
!
111!
prácticas de las FARC en el municipio de Sarare44. Con el fin de alcanzar el apoyo de la
población acudieron a sobornos y concesiones, logradas en la mayoría de los casos con
intimidación y clientelismo armado.
Las FARC en el Sarare entraron a este juego clientelista, como cualquier
barón electoral de esa provincia comenzaron a disputarse el apoyo de la
población a través de facilitar atajos al barril de recursos públicos; pero
introdujeron una regla nueva: los funcionarios del INCORA45 además de
recibir papelitos y llamadas con recomendaciones ahora iban a enfrentar
amenazas de muerte. (Peñate 1998, 21)
Todas las anteriores consideraciones deben tenerse en cuenta al analizar los efectos
de la inclusión política sobre la intensidad del conflicto armado. Para medir la variable
inclusión política, se utiliza la participación electoral por departamentos, durante el
período 1995-2009. La participación electoral es el sub-producto (cociente) de las
variables “total de votos efectivos” y “potencial de votación”, y se presenta de manera
porcentual. La información se obtuvo en la Registraduría Nacional del Estado Civil.
Dado que los datos existen para las elecciones presidenciales de los años 1994, 1998,
2002, y 2006, en los años en que no hay elecciones (período de inter-elección) se toman
los datos del período anterior. Por ejemplo, para 1994 se utilizan los datos de las
elecciones de ese año, y esos datos se repiten en 1995, 1996 y 1997. Para 1998 se utilizan
las elecciones de ese año, los cuales se repiten en los tres años siguientes, y así
sucesivamente hasta el año 2009.
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
44!Ubicado en el departamento de Arauca!
45!Instituto Colombiano de la Reforma Agraria.!
.!
!
!
!
112!
4.3.5 Densidad social
El vínculo entre la densidad de la sociedad civil y las diferencias de desarrollo
económico fue inicialmente planteada por Putnam (1993). En su investigación demostró
como el capital social (medido como la abundancia de organizaciones voluntarias no
religiosas) explica la diferencia entre las regiones del norte y sur de Italia, en términos del
crecimiento económico y de la efectividad del estado regional. De manera similar,
Sudarsky (2008, 9) analiza la evolución del capital social en Colombia entre 1997-2005,
planteando que “la definición más clara de la sociedad civil es la participación de los
ciudadanos en organizaciones voluntarias seculares”. Sus hallazgos muestran que para el
período comprendido entre 1997-2005 la sociedad civil ha caído en Colombia,
destruyendo el capital social (Ksocial), y por ende eliminando uno de los principales
escenarios de validación que los ciudadanos podrían tener. Su análisis incorpora el
cambio en membresía activa en organizaciones como clubes deportivos, organizaciones
sociales, artísticas, musicales y/o educativas, sindicatos, partidos políticos,
organizaciones ecologistas, agremiaciones profesionales o cámaras, instituciones de
caridad y otras).
El Gráfico 4.1 ilustra la comparación de promedios ítems de pertenencia a
organizaciones voluntarias seculares entre 1997 y 2005. Como se puede observar,
únicamente la pertenencia a asociaciones de campesinos, agricultores y/o ganaderos se
incrementó en este período. En las otras 15 categorías se presentó una disminución en la
pertenencia a organizaciones voluntarias seculares.
.!
!
!
!
113!
Gráfico 4.1: Pertenencia a organizaciones voluntarias 1997-2005
Fuente: Sudarsky 2008
El gráfico 4.2 presenta el porcentaje de cambio ítems organizaciones voluntarias
2005/1997. Se observa como únicamente la participación en organizaciones voluntarias
agrarias presenta un cambio porcentual positivo. Las otras 16 categorías presentan
cambios porcentuales negativos, es decir, decrecimiento en la vinculación entre 1997 y
2005.
.!
!
!
!
114!
Gráfico 4.2: Cambio porcentual, participación en organizaciones voluntarias 1997-2005
Fuente: Sudarsky 2008
El gráfico 4.3 presenta los porcentajes de cambio por tipo de membresía en
organizaciones voluntarias (activa o no activa), entre 1997 y 2005. Únicamente
presentan incrementos en las membresías activas las organizaciones de campesinos,
ganaderos y/o agricultores, las cooperativas y algunas organizaciones de seguridad y
vigilancia. Todas las otras organizaciones voluntarias presentan significativos
incrementos en las membresías inactivas. Ante el auge del paramilitarismo en este mismo
período (hasta el año 2003), podría uno preguntarse si es una simple coincidencia, o quizá
aventurar una hipótesis que vincule este auge paramilitar con el incremento en el tipo de
organizaciones antes descritas.
.!
!
!
!
115!
Gráfico 4.3: Cambio porcentual por tipo de membresía, 1997-2005
Fuente: Sudarsky 2008
Las anteriores cifras ponen en evidencia el hecho de que el cambio en los niveles
de actividad violenta no puede atribuirse a mejoras en la calidad de la sociedad civil, ya
que ésta última presenta decrecimiento en la gran mayoría de los indicadores. Estos
resultados, que parecen contradecir los hallazgos de Putnam (1993), son explicados por
Sudarsky (2008), quien plantea que esta caída en los niveles de participación y densidad
de la sociedad civil se debe a que el Estado no tiene una disposición clara para promover
una política estructurada e institucional que invite a la movilización ciudadana. Así, el
Estado no ha cumplido con su función de hacer una oferta articulada de participación a la
cual concurran de manera instrumental las organizaciones voluntarias (Sudarsky 2008).
Por lo anterior, aunque en ocasiones los grupos de la sociedad civil tienen riqueza en
.!
!
!
!
116!
conocimientos relativos al conflicto violento, que les permitiría actuar sobre éste sin el
uso de medios violentos, la evidencia muestra que esto no se ha aplicado en el caso
colombiano. Existen algunas iniciativas puntuales, como las descritas anteriormente, en
las cuales la sociedad civil tomó parte activa para tratar de reducir el conflicto armado.
Pero estas no han resultado en una vinculación realmente significativa que haya mejorado
la calidad y densidad de asociación de la sociedad civil afectando por ende el conflicto.
Por lo tanto, para el caso colombiano no hay suficiente evidencia que dé validez a la
hipótesis que vincula una mayor densidad de asociación de la sociedad civil con la
reducción en los niveles de conflicto armado.
4.3.6 Presencia conjunta de más de un grupo insurgente (Warlords).
Según se mencionó en la revisión bibliográfica, varios autores explican el conflicto
violento a través de la noción de falta de control gubernamental sobre ciertas áreas del
país. En un argumento que combina elementos económicos (presencia de recursos
“saqueables”, como coca), con diferencias geográficas (centro vs. periferia), y debilidad
institucional, Duncan (2010) plantea que en algunas áreas periféricas del país el Estado
ha sido reemplazado—bien sea por guerrillas o grupos paramilitares—que actúan como
portadores de poder no institucionales. Este argumento ha sido reforzado por Tokatlian
(2004) quien sostiene que el Estado consume sus energías combatiendo diversas
modalidades de grupos armados que establecen diferentes modalidades de poder en las
zonas donde tienen presencia activa. De hecho, las luchas por el control de los recursos
entre estos grupos insurgentes (denominados “Señores de la Guerra”, o Warlords)
incrementan la intensidad del conflicto en estas regiones. El eje central de este argumento
es la presencia de los grupos, y en particular el número de grupos presentes en una región.
.!
!
!
!
117!
En este sentido, Echandía (1999, 8) afirma que el indicador de presencia “no revela
control territorial, da cuenta más bien de los municipios donde la guerrilla ha registrado
algún tipo de actividad armada.”
La hipótesis formulada plantea que la presencia de más de un grupo insurgente en
una región eleva los niveles de conflicto armado, en comparación con regiones en donde
sólo está presente un grupo. En el primer caso, dada la coexistencia de grupos insurgentes,
el nivel de conflicto armado se aumenta porque además de los ataques de los grupos
insurgentes contra la población civil, o de los enfrentamientos entre los grupos
insurgentes y las fuerzas públicas, existen enfrentamientos entre los distintos grupos
insurgentes por el control territorial, control de las actividades económicas legales e
ilegales, y en muchos casos control político. En cambio, en las zonas donde está presente
un solo grupo insurgente, la intensidad del conflicto armado es menor, no solo porque no
se presentan enfrentamientos entre grupos insurgentes, sino también porque en la mayoría
de los casos el grupo en control se encarga de restablecer cierto tipo de orden
institucional informal.
Este argumento ha sido presentado por Gambetta (1992) , quien basado en
estudios sobre la mafia Siciliana, ha demostrado que en situaciones de desconfianza e
inseguridad los grupos mafiosos desempeñan el papel de protectores y garantes de la
población. En este sentido, en el caso colombiano esto se asemejaría al papel que
desempeñan los grupos al margen de la ley cuando son los únicos que imperan en una
zona: se convierten en mantenedores de un nivel mínimo de orden público en zonas de
alta inseguridad. Krauthausen (1994, 116) a su vez, se refiere también al rol de estos
grupos, que detentan poder político, económico o ideológico, pero sobre todo imperan a
.!
!
!
!
118!
través del poder militar, utilizando también la violencia física como elemento coercitivo.
De esta manera se constituye un “Estado dentro del Estado”, donde el grupo al mando
ejerce control territorial, protección, extorsión, violencia y poder.
Echandía (2004) desarrolla el mismo argumento planteando que, por la existencia
de las llamadas “condiciones objetivas” (entre ellas la pobreza, la exclusión política y los
desequilibrios sociales), en las zonas rurales y apartadas la guerrilla “protege” al
campesinado víctima de la violencia terrateniente o estatal. En general, la violencia
ejercida sobre el campesinado
Es un factor determinante en el acercamiento entre la población de estas
zonas y la guerrilla en busca de protección y acciones "justicieras", en un
contexto en el que el Estado suele estar ausente y por lo tanto no puede
actuar como mediador, o en el que su única presencia es militar y
represiva. (Echandía 2004,151)
Aunque la presencia de un grupo único produce una disrupción del orden, esto no
necesariamente es reemplazado por una situación de caos o anarquía. Según señala
Arjona (2011a, 1), “en muchos casos se establece un nuevo orden basado en reglas claras
(más o menos formales), que se hacen cumplir”. Así, se genera un nuevo contexto en el
cual la conducta de la población civil está claramente regulada por el grupo que ejerce el
control. En el caso colombiano se ha evidenciado la intervención de guerrilleros y
paramilitares en la vida económica, social y política de diferentes comunidades. Arjona
(2011a) diferencia dos tipos de orden creado por el grupo insurgente en control. En las
situaciones de vigilancia, el grupo armado crea reglas relacionadas con el orden público y
el cobro de impuestos. En la rebelocracia, en cambio,
el grupo armado opera como el gobernante de hecho, regulando conductas
que van más allá del pago de contribuciones y del orden público,
.!
!
!
!
119!
interviniendo en los ámbitos económico, político y social. El grupo adopta,
además, funciones centrales en la comunidad tales como dirimir conflictos
sobre propiedad y regular servicios públicos. (Arjona 2011a,2)
Así, se esperaría que en las zonas controladas por un grupo insurgente es donde
menos violencia se registra, ya sea porque no la necesitan (tienen un control social que
hace muy difícil la desobediencia) o porque es más difícil reportarla. Volviendo a la
hipótesis planteada, debería observarse que el conflicto armado se intensifica en la
medida en que más grupos insurgentes penetran en las regiones a lo largo del tiempo
(coexistiendo y luchando por el control territorial), o se reduce en la medida en que un
solo grupo ejerce el dominio territorial de las zonas.
De manera operacional, la variable número de grupos presentes toma valores entre
0 y 3, ilustrando así regiones donde no hay ningún grupo presente, al igual que aquellas
donde coexisten uno, dos o tres grupos (FARC, ELN y AUC). Esta información proviene
de la bases de datos facilitada por Fabio Sánchez46.
4.3.7 Geografía
La hipótesis centrada en geografía aborda la compleja relación entre las
características físicas y ambientales del territorio y los procesos asociados con la guerra o
la disputa del poder económico y político en diversas regiones del país. Según se indicó
en la revisión bibliográfica, la literatura examinada plantea la existencia de una división
(no solo geográfica sino también cultural, económica y social) que da origen a “dos
Colombias”, y a través de la cual se pueden explicar el origen y la expansión del conflicto
armado. Desde este punto de vista, por las características de la periferia ésta fue el
escenario ideal para el desarrollo de los grupos insurgentes de diversa naturaleza. Con el
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
46!Ver nota de pié de página # 32!
.!
!
!
!
120!
tiempo, el conflicto se ha trasladado de manera gradual hacia el centro. Según señala el
PNUD (2003, 21):
Como referente geográfico, político y cultural, la “periferia” alude a
regiones menos pobladas, más campesinas, menos integradas al mercado,
con menos poder político y a menudo discriminadas o explotadas por el
“centro”. Pero esta alusión debe matizarse en cuando menos cuatro
sentidos: primero, “periferia” y “centro” no son categorías rígidas, sino
atributos relativos y de grado; segundo, su extensión e intensidad varían
con el paso del tiempo; tercero, no son internamente homogéneos sino que
admiten diversas modalidades; cuarto, y en especial, no son universos
aislados sino que interactúan de maneras muy complejas.
Los orígenes de esta división se remontan a la era precolombina, en la cual por
razones climáticas la población se había concentrado en la región andina. Por la misma
razón, los españoles fundaron ciudades-puerto en el Caribe y centros poblados en el eje
andino, alrededor de los cuales establecieron encomiendas y resguardos. Estas zonas dan
origen al llamado centro del país. Posteriormente, ocurren en el país procesos de
colonización (causados principalmente por los excedentes demográficos y el desempleo
en el centro), hacia zonas alejadas de dicho centro. Estas zonas de colonización
periféricas, que posteriormente se convertirían en los focos del conflicto armado, se
iniciaron en dos márgenes geográficos por fuera del “corazón” del país o eje andino.
La primera de estas zonas, cuya colonización duraría hasta bien entrado el siglo XX,
se ubicó en los llamados “márgenes cercanos”, correspondientes a las llanuras del Caribe
y a las vertientes externas de los Andes (y sus respectivos pie de montes). Sus grandes
oleadas fueron la colonización antioqueña, la de las llanuras costeñas y la del Magdalena
Medio. PNUD (2003, 22). La segunda zona de colonización se origina en los “márgenes
lejanos”, o llanuras y bosques de la Costa Pacífica, la Orinoquia y la Amazonia. Esta fase
se acelera durante las últimas décadas del siglo XX como resultado del desplazamiento
.!
!
!
!
121!
forzado por la violencia y de bonanzas locales lícitas (petróleo, banano, esmeraldas, oro,
caucho, etc.) o ilícitas (contrabando, coca, amapola, etc.). Esta zona periférica constituye
así una especie de “U” que desde el sur envuelve al “centro” del país. En ella se
encuentran las zonas de colonización reciente, donde el conflicto ha encontrado nuevas y
poderosas fuentes de alimentación. El Mapa 4.2 ilustra la ubicación de estas zonas.
Mapa 4.2: Mapa de “la U”, centro vs. periferia
Fuente: PNUD Informe Nacional de Desarrollo Humano Colombia - 2003
.!
!
!
!
122!
Es precisamente en estas zonas de colonización periférica donde coinciden tres
condiciones favorables para el surgimiento y desarrollo del conflicto armado: la presencia
de ejércitos no estatales (futuros focos paramilitares); la presencia de remanentes de
guerrilla social en el campo; y la evolución de éstos a proyectos revolucionarios. A lo
anterior debe agregarse la ausencia del Estado en estas zonas del país, evidenciadas no
solo en la falta de obras públicas, educación y otros indicadores de presencia estatal
(ausencia de instituciones básicas, como por ejemplo las Oficinas de Instrumentos
Públicos), sino sobre todo en la existencia de un orden jurídico difuso. Como resultado de
lo anterior, “en la periferia existe un orden peculiar y distinto del orden (o el desorden)
del centro: tiene que ser así porque las realidades económicas y sociales que se trata de
ordenar son peculiares de la frontera” PNUD (2003, 24).
Por lo anterior, en las zonas de periferia existe un déficit de autoridad y de
institucionalidad que asegure el cumplimiento efectivo de las leyes, normas y contratos.
De ahí nace la posibilidad de implementar justicia por mano propia o por mano
contratada, lo cual hace estas zonas vulnerables a la prácticas de justicia privada y/o al
surgimiento de ejércitos irregulares. Así, el conflicto estalla y procede del centro
geográfico y político, pero se expresa y se perpetúa en la periferia campesina. Las
anteriores consideraciones conducen a formular la hipótesis basada en elementos
geográficos, según la cual la intensidad del conflicto armado se acentúa en las zonas de
periferia, y se reduce en las zonas del centro. Esto no implica que el centro y la periferia
puedan verse como secciones separadas dentro del país. De hecho, según señala el PNUD
(2003, 42) el centro no puede entenderse sin periferia y viceversa:
Esta Colombia y “la otra” son arte y parte de un sólo conflicto que se
alimenta de ambas, se expresa en ambas y necesita resolverse en ambas.
.!
!
!
!
123!
De entrada, la distinción entre “centro” y “periferia” es apenas un recurso
conceptual y el límite geográfico entre los dos es —lo habrá sentido el
lector— cada día más borroso. Es más: aunque el conflicto exista
principalmente en la “periferia”, su raíz, su motor y su objetivo están
principalmente en “el centro.”
El país también se divide geográficamente de acuerdo con las sub-regiones
naturales. Se identifican así las regiones Andina, Caribe, Pacífica, Oriental y Amazonía.
La región Andina está conformada por los departamentos: Antioquia; Boyacá; Caldas;
Cundinamarca; Huila; Norte de Santander; Quindío; Risaralda; Santander y Tolima. La
región Caribe está conformada por los departamentos: Atlántico; Bolívar; Cesar;
Córdoba; Guajira; Magdalena; San Andrés y Sucre. La región Pacífica la conforman los
departamentos: Cauca; Chocó; Nariño y Valle. La región Oriental la conforman Arauca;
Casanare; Guainía; Meta y Vichada. Finalmente, la región Amazónica la constituyen los
departamentos: Amazonas; Caquetá; Guaviare; Putumayo y Vaupés.
Las regiones Andina y Caribe pertenecen al centro del país, mientras que las
regiones Pacífica, Oriental y Amazónica pertenecen a la periferia. Como se verá mas
adelante, esta sub-división regional parece relacionarse de manera directa con la
intensidad del conflicto. Según señala la hipótesis formulada, el conflicto violento se
correlaciona de manera inversa con la proximidad a las principales ciudades. Al aumentar
la proximidad a ciudades principales (ubicándose en zonas de “centro”) el conflicto
violento disminuye. Al disminuir la proximidad a ciudades principales (ubicándose en
zonas periféricas) el conflicto violento aumenta.
Una vez descritas y operacionalizadas las variables, el siguiente capítulo presenta
los datos, describe los métodos utilizados para los cálculos estadísticos y presenta los
.!
!
!
!
124!
resultados. De manera intuitiva se esperaría que en las regiones con una “configuración
ideal” (regiones con menores niveles de pobreza y desigualdad; mayor inclusión política;
mayor presencia institucional; mayor densidad social; sin presencia de recursos
saqueables; sin presencia conjunta de más de un grupo insurgente; y ubicadas en el centro
en vez de la periferia), los niveles de intensidad de conflicto armado se redujeran de
manera mucho más significativa que en regiones con condiciones diferentes, ante una
implementación similar de la PSD. ¿Ocurrió esto así en realidad? Y además, ¿Pueden
identificarse configuraciones similares para regiones que presentaron similares cambios
en la intensidad del conflicto armado, y que por ende permitan explicar estos cambios?
Eso es lo que se pretende analizar.
.!
.!
.!
5 Capítulo Cinco: Fuentes, metodología, procesamiento de datos y resultados
5.1 Discusión General
La complejidad del conflicto colombiano ha sido objeto de múltiples análisis
entre los estudiosos del tema. Aunque algunos estudios anteriores han examinado
diferentes facetas de este fenómeno, esta investigación llena un vacío en la literatura
existente al analizar de manera sistemática las transformaciones significativas de la
violencia en Colombia en la década pasada, particularmente desde la implementación de
la PSD. Considero que es fundamental en este momento realizar una investigación de esta
naturaleza, especialmente por el enfoque que le estoy dando a nivel regional (subnacional). En efecto, como se analizó en la revisión bibliográfica existe consenso entre
los investigadores del conflicto armado en Colombia sobre la multi-causalidad de este
fenómeno. El caso colombiano es muy particular, ya que conjuga variables causales de
muy diversa índole (económicas, políticas, sociales, institucionales, demográficas y
geográficas, entre otras) para explicar el surgimiento y perpetuación del conflicto.
Así, aunque estudios previos han abordado esta multi-causalidad, lo novedoso de
mi investigación es que propone la existencia e identificación de configuraciones, es
decir de combinaciones de variables que al interactuar juntas determinan el conflicto. En
otras palabras, no es solo la multi-causalidad del fenómeno, sino la interacción y
concatenación de esas variables cuya presencia conjunta (o falta de la misma) lo que
determina los diferentes resultados en el cambio de la intensidad del conflicto a través de
las diferentes regiones, tras la implementación de la PSD. Adicionalmente, el análisis de
estas configuraciones no solo permitirá identificar patrones de comportamiento similar,
125!
126!
sino sobretodo señalar aquellos casos que se salen de lo hipotéticamente esperado. En
este sentido, la identificación de estos casos llamados “outliers” permitirá comprender
por qué en algunas instancias las políticas gubernamentales, aunque efectivas en algunos
contextos, resultan menos efectivas en otros. A nivel normativo de diseño de políticas
resultaría muy útil conocer cómo se comportaron las variables implicadas en el conflicto,
tanto en aquellas regiones donde éste se redujo de manera significativa como en aquellas
donde esto no ocurrió.
Vale la pena recalcar lo explicado en el capítulo dos, con relación a los objetivos
y alcances de esta investigación. Aunque el objetivo de ésta no es encontrar causalidad
directa de algunas variables sobre la efectividad de la PSD (lo cual requeriría de
herramientas y análisis que exceden el alcance de esta investigación), sí se busca
diagnosticar lo sucedido a través de un análisis comparativo de las diferentes regiones.
Así, se intenta identificar patrones comunes (o no comunes) de comportamiento, para así
tratar de establecer por qué en algunas regiones la PSD tuvo mayor efectividad que en
otras, y de ahí formular directrices para el futuro y la sostenibilidad de la PSD.
El capítulo comienza describiendo las fuentes y presentando la medición
cuantitativa de las variables (dependiente e independientes) antes descritas. La
información está discriminada a nivel departamental47, y comprende el período 19952009. Este período, como se explica en detalle adelante, se subdivide en dos subperíodos: 1995-2002 (antes de la implementación de la PSD), y 2003-2009 (durante la
implementación de la PSD). Posteriormente se describe la metodología a utilizar,
explicando en detalle los principios del Algebra Booleana y los motivos que llevaron a
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
47!Ver nota de pié de página # 29.!
.!
.!
127!
.!
seleccionar este método para cuantificar la evolución del conflicto y realizar análisis
comparativos a través de las regiones del país. El capítulo continúa con la presentación y
el procesamiento de los datos y termina con el análisis de resultados. Con base en estos
resultados se podrá proceder, en el próximo capítulo, a seleccionar y analizar los casos de
estudio.
5.2 Fuentes
Los datos cuantitativos proceden de fuentes diversas. Entre ellas, instituciones como
CERAC48 y el CEDE49, el Departamento Nacional de Planeación (DNP), la Dirección
Nacional de Estupefacientes, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística
(DANE), la Policía Nacional, la Registraduría Nacional del Estado Civil y las bases de
datos de Fabio Sánchez y Santiago Montenegro, antes mencionadas.50 Adicionalmente, se
obtuvo alguna información faltante sobre el índice de NBI (Necesidades Básicas
Insatisfechas) de la base de datos gentilmente facilitada por Oeindrila Dube.51
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
48!El Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC) es un centro de investigación privado e
independiente, especializado en la generación de recursos para la investigación sobre violencia, el análisis
de conflictos armados y el estudio de sus impactos sobre el desarrollo socioeconómico y el bienestar de las
personas. CERAC no tiene filiación partidista o gubernamental alguna. CERAC busca contribuir a la
reducción de la violencia y su impacto sobre las personas, las comunidades y la sociedad, mediante la
investigación en ciencias sociales basada en evidencia, el desarrollo de tecnologías e innovación, además
de participar en el diseño, implementación y evaluación de políticas públicas e intervenciones dirigidas a
reducir la violencia armada. Para mayor información visítese: http://www.cerac.org.co
49
El Centro de Estudios sobre Desarrollo Económico, (CEDE), fue fundado en 1958, como parte de la
Facultad de Economía de la Universidad de Los Andes. Fue el primer centro de investigación privado en
economía en Colombia, y sus investigaciones sirven como base para el diseño e implementación de la
política nacional, económica y social. Su objetivo es la investigación relacionada con el desarrollo
económico y social de Colombia. En la actualidad se adelantan estudios en las áreas de: crecimiento y
distribución del ingreso, desarrollo económico, economía de la educación, economía de la salud, economía
internacional, economía laboral, economía política e institucional, violencia y conflicto, entre otras. Para
ampliar esta información, visítese http://economia.uniandes.edu.co/investigaciones_y_publicaciones/CEDE
50
!Ver notas de píe de página números 32 y 35.
51
Oeindrila Dube is a Non-Resident Fellow at the Center for Global Development, and an assistant
professor in politics and economics at New York University. She holds a Ph.D. in Public Policy from
Harvard University, a M.Phil. in Economics from the University of Oxford, and a B.A. in Public Policy
from Stanford University. She also received the Rhodes Scholarship in 2002.
!
.!
!
!
128!
Los datos que se presentan a continuación incluyen información cuantitativa sobre
todas las variables explicadas en la sección anterior. La variable dependiente es la
intensidad del conflicto armado en el período 1995-2009. La variable independiente es el
cambio institucional generado por la PSD, el cual como se ha mencionado, se considera
la condición necesaria para los cambios en los niveles de intensidad del conflicto armado.
Por otra parte están las variables mediadoras, a través de las cuales se explora la posible
existencia de configuraciones y/o condiciones regionales que hayan modulado la
efectividad de la PSD. Las variables mediadoras explican los procesos o mecanismos a
través de los cuales la variable independiente incide sobre la variable dependiente. Estas
son: pobreza y resentimientos; existencia de recursos saqueables (coca, petróleo y oro);
inclusión política; presencia estatal; geografía; densidad social y presencia conjunta de
más de un grupo irregular.
Vale la pena recalcar una vez más que una de las mayores dificultades para
realizar estudios desagregados a nivel subnacional en Colombia radica en la consecución
de información, La mayoría de los datos existen sólo a nivel nacional (no departamental),
y otros sencillamente no existen. A pesar de lo anterior, se logró cuantificar y
operacionalizar las variables que inciden sobre el conflicto, según se explica a
continuación. La Tabla 5.1 resume la información anterior.
!
!
!
!
129!
Tabla 5.1: Variables y Fuentes de Información
Variable
Tasa de Ataques
Factor Medido
Intensidad del
Conflicto Armado
Símbolo
Tasa de Ataques
Numero de Policías
Cambio Institucional
(PSD)
Pobreza/Agravios
Num. de Policías
Pobreza/Agravios
NBI
Codicia recursos
Oropc
Regalías Petróleo
Codicia recursos
Petróleopc
Hectáreas Coca
Codicia recursos
Cocapc
Participación
electoral
Capturas por
Homicidio
Warlords
Inclusión política
Participación
Electoral
Tasa Capturas por
Hom
Num Grupos
presentes
Producto Interno
Bruto
Necesidades Básicas
Insatisfechas
Regalías por Oro
Presencia estatal
(eficiencia justicia)
Presencia conjunta
grupos
PIB pc
Fuentes
Base Fabio
Sánchéz. CEDE.
CERAC
Policía Nacional.
S. Montenegro
DANE
Dpto. Nacional de
Planeación. Dube.
Depto. Nacional de
Planeación
Depto. Nacional de
Planeación
Dirección Nal. de
Estupefacientes
Registraduría
Nacional
Policía Nacional
Base Fabio
Sánchéz
5.3 Datos
Las tablas que se presentan a continuación resumen la información discriminada a
nivel departamental, para cada una de las variables, en el período 1995-2009. La
presentación de estas tablas es fundamental, ya que de ellas se derivan los incrementos
porcentuales que se utilizarán en el Algebra Booleana (ver métodos, en la siguiente
sección).
!
!
!
!
130!
Tabla 5.2: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Amazonas
Amazonas
Región:(Amazonas
Población(
Tasa(de(Ataques((
(Núm(Polícias((1996H2008)
NBI
PIBpc(($(Col(/pna)
Petroleopc(($(Col(/pna)
Oropc(($(Col(/pna)
COCApc(((Ha(/pna)
(Tasa(Capturas(por(Hom
Núm(Grupos(Presentes
Participación(Electoral
Promedio1995-52002
Promedio200352009
Año
2009
(((((((((((((((((((59,650
((((((((((((((((((((((((0.38
(((((((((((((((((((283.29
0
(((((((((((((3,669,148
0
((((((((((((((((((((((((1.67
(((((((((((((((((0.00256
((((((((((((((((((((((((1.64
0.38
((((((((((((((((((((((48.71
(((((((((((((((((((68,564
(((((((((((((((((((((((0.71
(((((((((((((((((((326.67
0
(((((((((((((3,633,334
0
(((((((((((((((((((((29.87
((((((((((((((((0.00973
(((((((((((((((((((((((0.97
0.428571429
(((((((((((((((((((((44.81
(((((((((71,167
0
(((((((((394.00
0
(((3,807,945
0
0
(((((((0.00389
((((((((((((((0.67
0
((((((((((((42.49
Cambio-%
Cambio-%
Pro(-95502)-vs.-2009 Pro(-95502)-vs.-Pro(03509)
(
NV
39.08%
NV
15.31%
3.78%
H0.98%
H100.00%
51.86%
H59.29%
(
H12.77%
1692.11%
279.63%
H40.90%
H8.00%
Tabla 5.3: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Antioquia
Antioquia
Región:(Andina
Población
Tasa(de(Ataques
(Núm(Polícias((1996B2008)
NBI
PIBpc(($(Col(/pna)
Petroleopc(($(Col(/pna)
Oropc(($(Col(/pna)
COCApc(((Ha(/pna)
(Tasa(Capturas(por(Hom
Núm(Grupos(Presentes
Participación(Electoral
Promedio(
1995(22002
Promedio(
200322009
Año
2009
(((((((((((((5,170,547
(((((((((((((((((((109.88
((((((((((((((((((((((6,503
((((((((((((((((((((((21.28
(((((((((((((7,927,129
((((((((((((((((7,086.30
((((((((((((((((1,388.53
(((((((((((((((((0.00029
((((((((((((((((((((((((0.14
((((((((((((((((((((((((2.75
((((((((((((((((((((((46.83
(((((((((((((5,758,038
(((((((((((((((((((((92.86
(((((((((((((((((((((9,226
(((((((((((((((((((((16.47
(((((((((((((8,718,059
(((((((((((((12,521.29
(((((((((((((((4,285.32
((((((((((((((((0.00106
(((((((((((((((((((((((0.33
(((((((((((((((((((((((2.29
(((((((((((((((((((((47.44
(((5,988,552
((((((((((((((((((34
((((((((((((9,511
((((((((((((14.20
(((9,383,904
((((((9,728.67
((((((5,507.38
(((((((0.00076
((((((((((((((0.31
((((((((((((((((((((1
((((((((((((46.90
Cambio(%
Cambio(%
Pro((95202)(vs.(2009 Pro((95202)(vs.(Pro(03209)
B69.06%
46.26%
B33.27%
18.38%
37.29%
296.63%
161.38%
126.63%
B15.49%
41.87%
B22.62%
9.98%
76.70%
208.62%
262.68%
146.87%
0.15%
1.31%
Tabla 5.4: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Arauca
Arauca
Región:(Oriental
Población(
Tasa(de(Ataques(
(Núm(Polícias((1996C2008)
NBI
PIBpc(($(Col(/pna)
Petroleopc(($(Col(/pna)
Oropc(($(Col(/pna)
COCApc(((Ha(/pna)
(Tasa(Capturas(por(Hom
Núm(Grupos(Presentes
Participación(Electoral
Promedio,
1995,42002
Promedio,
200342009
Año
2009
(((((((((((((((((204,206
((((((((((((((((((((((43.88
(((((((((((((((((((512.71
0
(((((((((((14,540,145
(((((((((((((((((936,335
0
(((((((((((((((((0.00335
((((((((((((((((((((((((0.05
((((((((((((((((((((((((2.25
((((((((((((((((((((((30.93
((((((((((((((((235,636
(((((((((((((((((((((67.29
(((((((((((((((((((796.83
(((((((((((((((((((((((((C
((((((((((14,960,004
((((((((((((((((949,854
0
((((((((((((((((0.00503
(((((((((((((((((((((((0.10
(((((((((((((((((((((((2.43
(((((((((((((((((((((32.88
(((((((244,507
((((((((((((((((((33
(((((((((((((((782
0
(16,228,574
(((1,197,609
0
(((((((0.00171
((((((((((((((0.11
((((((((((((((2.00
((((((((((((38.37
Cambio,%
Cambio,%
Pro(,95402),vs.,2009 Pro(,95402),vs.,Pro(03409)
C24.79%
52.52%
(
11.61%
27.90%
(
C49.00%
112.24%
53.36%
55.41%
50.07%
104.31%
24.07%
6.32%
2.89%
1.44%
Tabla 5.5: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Atlántico
Atlántico
Región:(Caribe
(Población
Tasa(de(Ataques
(Núm(Polícias((1996C2008)
NBI
PIBpc(($(Col(/pna)
Petroleopc(($(Col(/pna)
Oropc(($(Col(/pna)
COCApc(((Ha(/pna)
(Tasa(Capturas(por(Hom
Núm(Grupos(Presentes
Participación(Electoral
!
Promedio.
1995.72002
Promedio.
200372009
Año
2009
(((((((((((((1,972,874
((((((((((((((((((((((21.63
((((((((((((((((3,002.29
((((((((((((((((((((((20.51
(((((((((((((6,201,087
((((((((((((((((((((((14.75
0
0
((((((((((((((((((((((((0.34
((((((((((((((((((((((((1.38
((((((((((((((((((((((63.80
(((((((((((((2,195,643
(((((((((((((((((((((17.57
(((((((((((((((3,134.50
(((((((((((((((((((((16.45
(((((((((((((6,907,493
(((((((((((((((((((((48.37
(((((((((((((((((((((((0.08
0
(((((((((((((((((((((((0.52
(((((((((((((((((((((((0.29
(((((((((((((((((((((33.03
(((2,284,841
((((((((((((((((((((5
((((((((((((3,278
((((((((((((14.67
(((7,635,105
96.45
0.56
0
((((((((((((((0.49
0
((((((((((((31.29
!
Cambio.%
Cambio.%
Pro(.95702).vs..2009 Pro(.95702).vs..Pro(03709)
C76.88%
9.18%
C28.48%
23.13%
553.79%
43.39%
C50.96%
C18.74%
4.40%
C19.82%
11.39%
227.88%
(
(
51.15%
(
C48.23%
!
!
131!
Tabla 5.6: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Bogotá D.C
Bogotá,'D.C.
Región:(Andina
(Población
Tasa(de(Ataques
(Núm(Polícias((1996B2008)
NBI
PIBpc(($(Col(/pna)
Petroleopc(($(Col(/pna)
Oropc(($(Col(/pna)
COCApc(((Ha(/pna)
(Tasa(Capturas(por(Hom
Núm(Grupos(Presentes
Participación(Electoral
Promedio'
1995'92002
Promedio'
200392009
Año
2009
(((((((((((((6,122,252
((((((((((((((((((((((65.25
((((((((((((((((7,588.14
((((((((((((((((((((((11.92
(((((((((((11,443,090
0
0
0
((((((((((((((((((((((((0.37
((((((((((((((((((((((((1.38
((((((((((((((((((((((53.20
(((((((((((((6,944,545
(((((((((((((((((((((30.86
(((((((((((((10,279.17
(((((((((((((((((((((((7.73
((((((((((13,731,259
0
0
0
(((((((((((((((((((((((0.81
(((((((((((((((((((((((1.14
(((((((((((((((((((((53.94
(((7,259,597
((((((((((((((((((14
(((((((((16,269
((((((((((((((6.57
(14,750,543
0
0
0
((((((((((((((0.53
((((((((((((((((((((1
((((((((((((52.37
Cambio'%
Cambio'%
Pro('95902)'vs.'2009 Pro('95902)'vs.'Pro(03909)
B78.54%
114.40%
B44.87%
28.90%
43.18%
B1.57%
B52.71%
35.46%
B35.14%
20.00%
(
(
(
119.13%
(
1.38%
Tabla 5.7: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Bolivar
Bolívar
Región:(Caribe
(Población
Tasa(de(Ataques
(Núm(Polícias((1996D2008)
NBI
PIBpc(($(Col(/pna)
Petroleopc(($(Col(/pna)
Oropc(($(Col(/pna)
COCApc(((Ha(/pna)
(Tasa(Capturas(por(Hom
Núm(Grupos(Presentes
Participación(Electoral
Promedio1995-62002
Promedio200362009
Año
2009
(((((((((((((1,758,696
((((((((((((((((((((((16.50
((((((((((((((((1,897.29
((((((((((((((((((((((38.14
(((((((((((((5,590,360
(((((((((((((16,247.05
((((((((((((((((2,515.26
(((((((((((((((((0.00135
((((((((((((((((((((((((0.14
((((((((((((((((((((((((2.50
((((((((((((((((((((((38.01
(((((((((((((1,899,632
(((((((((((((((((((((34.00
(((((((((((((((1,827.00
(((((((((((((((((((((32.77
(((((((((((((7,623,700
(((((((((((((46,141.85
(((((((((((((((2,060.98
((((((((((((((((0.00226
(((((((((((((((((((((((0.51
(((((((((((((((((((((((2.29
(((((((((((((((((((((34.44
(((1,958,431
((((((((((((((((((((3
((((((((((((1,250
((((((((((((33.86
(((8,110,064
(((35,733.67
((((((2,918.84
(((((((0.00244
((((((((((((((0.62
((((((((((((((2.00
((((((((((((34.35
Cambio-%
Cambio-%
Pro(-95602)-vs.-2009 Pro(-95602)-vs.-Pro(03609)
(
D81.82%
D34.12%
D11.23%
45.07%
119.94%
16.05%
80.49%
332.11%
(
D9.63%
106.06%
D3.70%
D14.09%
36.37%
184.00%
D18.06%
67.57%
255.74%
D9.39%
Tabla 5.8: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Boyacá
Boyacá
Región:(Andina
Población(
Tasa(de(Ataques
(Núm(Polícias((1996?2008)
NBI
PIBpc(($(Col(/pna)
Petroleopc(($(Col(/pna)
Oropc(($(Col(/pna)
COCApc(((Ha(/pna)
(Tasa(Capturas(por(Hom
Núm(Grupos(Presentes
Participación(Electoral
Promedio1995-62002
Promedio200362009
Año
2009
(((((((((((((1,225,744
((((((((((((((((((((((((((((10
((((((((((((((((1,718.14
((((((((((((((((((((((30.27
(((((((((((((6,148,656
((((((((((((((((6,221.73
((((((((((((((((((((((((0.11
(((((((((((((((0.000069
((((((((((((((((((((((((0.48
((((((((((((((((((((((((2.25
((((((((((((((((((((((55.18
(((((((((((((1,257,645
(((((((((((((((((((((((((((21
(((((((((((((((2,388.83
(((((((((((((((((((((19.11
(((((((((((((7,384,787
(((((((((((((69,132.32
(((((((((((((((((((((((0.27
((((((((((((((0.000250
(((((((((((((((((((((((0.69
(((((((((((((((((((((((2.29
(((((((((((((((((((((55.20
(((1,265,513
((((((((((((((((((((2
((((((((((((2,845
((((((((((((11.38
(((8,357,085
(((61,811.51
((((((((((((((1.02
(((((0.000144
((((((((((((((0.62
((((((((((((((1.00
((((((((((((55.28
Cambio-%
Cambio-%
Pro(-95602)-vs.-2009 Pro(-95602)-vs.-Pro(03609)
(
?80.00%
65.59%
?62.40%
35.92%
893.48%
832.19%
107.90%
28.99%
(
0.19%
111.43%
39.04%
?36.86%
20.10%
1011.14%
146.68%
260.97%
44.06%
0.04%
Tabla 5.9: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Caldas
Caldas
Región:(Andina
(Población
Tasa(de(Ataques
(Núm(Polícias((1996B2008)
NBI
PIBpc(($(Col(/pna)
Petroleopc(($(Col(/pna)
Oropc(($(Col(/pna)
COCApc(((Ha(/pna)
(Tasa(Capturas(por(Hom
Núm(Grupos(Presentes
Participación(Electoral
!
Promedio,
1995,42002
Promedio,
200342009
Año
2009
(((((((((((((((((956,530
((((((((((((((((((((((12.50
((((((((((((((((1,398.71
((((((((((((((((((((((18.36
(((((((((((((5,644,645
0
(((((((((((((((((((917.49
0
((((((((((((((((((((((((0.17
((((((((((((((((((((((((1.88
((((((((((((((((((((((56.06
((((((((((((((((970,584
(((((((((((((((((((((14.86
(((((((((((((((2,092.17
(((((((((((((((((((((14.10
(((((((((((((6,420,287
0
(((((((((((((((1,628.22
((((((((((((((0.000217
(((((((((((((((((((((((0.36
(((((((((((((((((((((((2.00
(((((((((((((((((((((39.30
(((((((976,423
((((((((((((((((((((3
((((((((((((2,290
((((((((((((11.84
(((6,749,124
0
((((((1,739.38
(((((0.000170
((((((((((((((0.51
((((((((((((((1.00
((((((((((((29.10
!
Cambio,%
Cambio,%
Pro(,95402),vs.,2009 Pro(,95402),vs.,Pro(03409)
(
B76.00%
63.72%
B35.50%
19.57%
(
89.58%
100.00%
200.45%
(
B48.09%
18.86%
49.58%
B23.18%
13.74%
77.46%
100.00%
113.81%
B29.90%
!
!
132!
Tabla 5.10: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Caquetá
Caquetá
Región:(Amazonas
(Población
Tasa(de(Ataques
(Núm(Polícias((1996I2008)
NBI
PIBpc(($(Col(/pna)
Petroleopc(($(Col(/pna)
Oropc(($(Col(/pna)
COCApc(((Ha(/pna)
(Tasa(Capturas(por(Hom
Núm(Grupos(Presentes
Participación(Electoral
Promedio.
1995.62002
Promedio.
200362009
Año
2009
(((((((((((((((((392,919
((((((((((((((((((((((((6.50
(((((((((((((((((((506.86
((((((((((((((((((((((27.63
(((((((((((((3,969,702
0
((((((((((((((((((((((((5.59
(((((((((((((((((((0.0579
((((((((((((((((((((((((0.09
((((((((((((((((((((((((1.00
((((((((((((((((((((((41.75
((((((((((((((((426,060
(((((((((((((((((((((28.00
(((((((((((((((1,067.33
(((((((((((((((((((((24.94
(((((((((((((3,789,255
0
(((((((((((((((((((((((4.48
(((((((((((((((((((0.0128
(((((((((((((((((((((((0.22
(((((((((((((((((((((((1.29
(((((((((((((((((((((28.49
(((((((442,071
((((((((((((((((((67
((((((((((((1,148
((((((((((((23.23
(((4,153,179
0
((((((((((((((3.91
(((((((((0.0085
((((((((((((((0.28
((((((((((((((1.00
((((((((((((31.13
Cambio.%
Cambio.%
Pro(.95602).vs..2009 Pro(.95602).vs..Pro(03609)
930.77%
126.49%
I15.93%
4.62%
(
I30.13%
I85.31%
202.83%
(
I25.43%
330.77%
110.58%
I9.74%
I4.55%
I19.91%
I77.84%
142.78%
I31.77%
Tabla 5.11: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Casanare
Casanare
Región:(Oriental
Población(
Tasa(de(Ataques(
(Núm(Polícias((1996J2008)
NBI
PIBpc(($(Col(/pna)
Petroleopc(($(Col(/pna)
Oropc(($(Col(/pna)
COCApc(((Ha(/pna)
(Tasa(Capturas(por(Hom
Núm(Grupos(Presentes
Participación(Electoral
Promedio,
1995,42002
Promedio,
200342009
Año
2009
(((((((((((((((((254,006
((((((((((((((((((((((((4.88
(((((((((((((((((((506.86
0
(((((((((((32,643,528
(((((((((((((1,366,191
0
0
((((((((((((((((((((((((0.15
((((((((((((((((((((((((2.63
((((((((((((((((((((((47.28
((((((((((((((((301,295
(((((((((((((((((((((16.57
(((((((((((((((1,059.00
0
((((((((((23,156,471
(((((((((((((2,207,355
0
0
(((((((((((((((((((((((0.42
(((((((((((((((((((((((2.71
(((((((((((((((((((((55.05
(((((((319,515
((((((((((((((((((((8
((((((((((((1,538
0
(20,305,776
(((2,066,992
0
0
((((((((((((((0.80
((((((((((((((2.00
((((((((((((58.68
Cambio,%
Cambio,%
Pro(,95402),vs.,2009 Pro(,95402),vs.,Pro(03409)
(
64.10%
203.44%
(
J37.80%
51.30%
(
(
434.13%
(
24.12%
239.93%
108.93%
J29.06%
61.57%
181.16%
16.45%
Tabla 5.12: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Cauca
Cauca
Región:(Pacífica
(Población
Tasa(de(Ataques
(Núm(Polícias((1996I2008)
NBI
PIBpc(($(Col(/pna)
Petroleopc(($(Col(/pna)
Oropc(($(Col(/pna)
COCApc(((Ha(/pna)
(Tasa(Capturas(por(Hom
Núm(Grupos(Presentes
Participación(Electoral
Promedio,
1995,42002
Promedio,
200342009
Año
2009
(((((((((((((1,194,853
((((((((((((((((((((((21.25
((((((((((((((((1,398.71
((((((((((((((((((((((32.54
(((((((((((((3,283,921
((((((((((((((((3,345.43
(((((((((((((((((((328.86
(((((((((((((((0.001657
((((((((((((((((((((((((0.14
((((((((((((((((((((((((2.25
((((((((((((((((((((((43.48
(((((((((((((1,278,337
(((((((((((((((((((((59.14
(((((((((((((((2,103.67
(((((((((((((((((((((27.91
(((((((((((((3,921,736
(((((((((((((((5,190.86
(((((((((((((((((((714.23
((((((((((((((0.002579
(((((((((((((((((((((((0.33
(((((((((((((((((((((((2.29
(((((((((((((((((((((41.40
(((1,308,183
((((((((((((((((((78
((((((((((((2,579
((((((((((((28.17
(((4,335,785
((((((2,978.66
((((((2,337.34
(((((0.004697
((((((((((((((0.30
((((((((((((((1.00
((((((((((((43.07
Cambio,%
Cambio,%
Pro(,95402),vs.,2009 Pro(,95402),vs.,Pro(03409)
(
267.06%
84.38%
I13.42%
32.03%
I10.96%
610.74%
183.36%
119.15%
(
I0.95%
178.32%
50.40%
I14.23%
19.42%
55.16%
117.18%
55.58%
141.88%
I4.79%
Tabla 5.13: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Cesar
Cesar
Región:(Caribe
(Población
Tasa(de(Ataques
(Núm(Polícias((1996A2008)
NBI
PIBpc(($(Col(/pna)
Petroleopc(($(Col(/pna)
Oropc(($(Col(/pna)
COCApc(((Ha(/pna)
(Tasa(Capturas(por(Hom
Núm(Grupos(Presentes
Participación(Electoral
!
Promedio+
1995+32002
Promedio+
200332009
Año
2009
(((((((((((((((((827,155
((((((((((((((((((((((((((((33
((((((((((((((((1,276.43
((((((((((((((((((((((35.23
(((((((((((((5,215,683
((((((((((((((((4,506.84
0
(((((((((((((((0.000115
((((((((((((((((((((((((0.14
((((((((((((((((((((((((2.50
((((((((((((((((((((((40.09
((((((((((((((((916,217
(((((((((((((((((((((((((((22
(((((((((((((((1,825.33
(((((((((((((((((((((35.26
(((((((((((((7,212,490
(((((((((((((13,818.59
0
((((((((((((((0.000001
(((((((((((((((((((((((0.42
(((((((((((((((((((((((2.14
(((((((((((((((((((((41.00
(((((((953,866
((((((((((((((((((((5
((((((((((((1,994
((((((((((((31.12
(((8,077,655
(((25,016.74
0
0
((((((((((((((0.53
0
((((((((((((41.08
!
Cambio+%
Cambio+%
Pro(+95302)+vs.+2009 Pro(+95302)+vs.+Pro(03309)
(
A84.85%
56.22%
A11.67%
54.87%
455.08%
A100.00%
276.23%
(
2.47%
A33.33%
43.00%
0.08%
38.28%
206.61%
A99.34%
202.62%
2.27%
!
!
133!
Tabla 5.14: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Chocó
Chocó
Región:(Pacífica
(Población
Tasa(de(Ataques
(Núm(Polícias((1996H2008)
NBI
PIBpc(($(Col(/pna)
Petroleopc(($(Col(/pna)
Oropc(($(Col(/pna)
COCApc(((Ha(/pna)
(Tasa(Capturas(por(Hom
Núm(Grupos(Presentes
Participación(Electoral
Promedio,
1995,52002
Promedio,
200352009
Año
2009
(((((((((((((((((428,468
((((((((((((((((((((((((2.75
(((((((((((((((((((643.86
((((((((((((((((((((((59.17
(((((((((((((2,403,206
0
((((((((((((((((4,491.46
(((((((((((((((0.000172
((((((((((((((((((((((((0.12
((((((((((((((((((((((((2.00
((((((((((((((((((((((40.46
((((((((((((((((458,485
(((((((((((((((((((((11.71
(((((((((((((((1,300.50
(((((((((((((((((((((49.51
(((((((((((((2,804,886
0
(((((((((((((17,732.16
((((((((((((((0.002517
(((((((((((((((((((((((0.49
(((((((((((((((((((((((2.29
(((((((((((((((((((((33.84
(((((((471,598
((((((((((((((((((13
((((((((((((1,854
((((((((((((31.03
(((3,413,925
0
(((39,714.19
(((((0.003533
((((((((((((((0.47
((((((((((((((2.00
((((((((((((33.13
Cambio,%
Cambio,%
Pro(,95502),vs.,2009 Pro(,95502),vs.,Pro(03509)
(
372.73%
187.95%
H47.56%
42.06%
(
784.22%
1949.23%
284.11%
(
H18.12%
325.97%
101.99%
H16.34%
16.71%
294.80%
1360.21%
301.11%
H16.36%
Tabla 5.15: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Córdoba
Córdoba(
Región:(Caribe
(Población
Tasa(de(Ataques
(Núm(Polícias((1996J2008)
NBI
PIBpc(($(Col(/pna)
Petroleopc(($(Col(/pna)
Oropc(($(Col(/pna)
COCApc(((Ha(/pna)
(Tasa(Capturas(por(Hom
Núm(Grupos(Presentes
Participación(Electoral
Promedio(
1995(32002
Promedio(
200332009
Año
2009
(((((((((((((1,329,707
((((((((((((((((((((((((((((((6
((((((((((((((((1,522.14
((((((((((((((((((((((49.14
(((((((((((((4,278,361
(((((((((((((20,626.59
((((((((((((((((6,202.50
(((((((((((((((((0.00028
((((((((((((((((((((((((0.22
((((((((((((((((((((((((1.13
((((((((((((((((((((((48.41
(((((((((((((1,490,825
(((((((((((((((((((((((((((11
(((((((((((((((1,851.67
(((((((((((((((((((((42.38
(((((((((((((4,821,881
(((((((((((((45,545.70
(((((((((((((((2,670.94
((((((((((((((((0.00125
(((((((((((((((((((((((0.48
(((((((((((((((((((((((0.86
(((((((((((((((((((((44.17
(((1,558,833
((((((((((((((((((((8
((((((((((((2,081
((((((((((((46.20
(((4,853,631
(((49,147.18
(((((((((509.13
(((((((0.00178
((((((((((((((0.43
((((((((((((((1.00
((((((((((((42.23
Cambio(%
Cambio(%
Pro((95302)(vs.(2009 Pro((95302)(vs.(Pro(03309)
(
33.33%
36.72%
J5.98%
13.45%
138.27%
J91.79%
530.54%
94.74%
90.48%
21.65%
J13.76%
12.70%
120.81%
J56.94%
340.61%
118.67%
J12.77%
J8.76%
Tabla 5.16: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Cundinamarca
Cundinamarca
Región:(Andina
(Población
Tasa(de(Ataques
(Núm(Polícias((1996B2008)
NBI
PIBpc(($(Col(/pna)
Petroleopc(($(Col(/pna)
Oropc(($(Col(/pna)
COCApc(((Ha(/pna)
(Tasa(Capturas(por(Hom
Núm(Grupos(Presentes
Participación(Electoral
Promedio1995-52002
Promedio200352009
Año
2009
(((((((((((((2,015,280
((((((((((((((((((((((21.75
((((((((((((((((2,519.14
((((((((((((((((((((((22.77
(((((((((((((7,171,330
((((((((((((((((2,594.34
(((((((((((((((((((390.14
((((((((((0.00000853
((((((((((((((((((((((((0.18
((((((((((((((((((((((((1.38
((((((((((((((((((((((52.71
(((((((((((((2,318,961
(((((((((((((((((((((18.57
(((((((((((((((3,459.17
(((((((((((((((((((((16.20
(((((((((((((7,834,899
(((((((((((((((5,230.01
(((((((((((((((((((((((0.01
(((((((((0.00002778
(((((((((((((((((((((((1.22
(((((((((((((((((((((((1.71
(((((((((((((((((((((55.34
(((2,437,151
((((((((((((((((((((4
((((((((((((4,386
((((((((((((13.20
(((8,407,768
((((((2,101.20
((((((((((((((0.05
0
((((((((((((((1.01
((((((((((((((1.00
((((((((((((56.09
Cambio-%
Cambio-%
Pro(-95502)-vs.-2009 Pro(-95502)-vs.-Pro(03509)
(
B81.61%
74.11%
B42.03%
17.24%
B19.01%
B99.99%
B100%
448.89%
(
6.41%
B14.61%
37.32%
B28.84%
9.25%
101.59%
B100.00%
225.48%
558.68%
4.98%
Tabla 5.17: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Guainía
Guainia
Región:(Oriental
Población(
Tasa(de(Ataques((
(Núm(Polícias((1996J2008)
NBI
PIBpc(($(Col(/pna)
Petroleopc(($(Col(/pna)
Oropc(($(Col(/pna)
COCApc(((Ha(/pna)
(Tasa(Capturas(por(Hom
Núm(Grupos(Presentes
Participación(Electoral
!
Promedio(
1995(22002
Promedio(
200322009
Año
2009
(((((((((((((((((((30,005
((((((((((((((((((((((((0.13
((((((((((((((((((((((99.43
0
(((((((((((((3,680,642
0
((((((((((((((((1,265.05
(((((((((((((((((((0.0113
((((((((((((((((((((((((0.27
((((((((((((((((((((((((0.38
((((((((((((((((((((((45.37
(((((((((((((((((((35,844
(((((((((((((((((((((((1.29
(((((((((((((((((((194.67
0
(((((((((((((2,982,689
0
(((((((((((((((1,858.92
(((((((((((((((((((0.0190
(((((((((((((((((((((((1.18
(((((((((((((((((((((((0.71
(((((((((((((((((((((34.92
(((((((((37,705
((((((((((((((((((((1
(((((((((((((((251
0
(((3,421,297
0
(((((((((677.50
(((((((((0.0143
((((((((((((((2.67
((((((((((((((1.00
((((((((((((34.75
!
Cambio(%
Cambio(%
Pro((95202)(vs.(2009 Pro((95202)(vs.(Pro(03209)
(
NV
152.44%
(
J7.05%
(
J46.45%
26.76%
903.93%
(
J23.41%
NV
95.79%
J18.96%
46.94%
68.49%
344.69%
J23.04%
!
!
134!
Tabla 5.18: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Guaviare
Guaviare
Región:(Amazonas
Población(
Tasa(de(Ataques((
(Núm(Polícias((1996H2008)
NBI
PIBpc(($(Col(/pna)
Petroleopc(($(Col(/pna)
Oropc(($(Col(/pna)
COCApc(((Ha(/pna)
(Tasa(Capturas(por(Hom
Núm(Grupos(Presentes
Participación(Electoral
Promedio(
1995(22002
Promedio(
200322009
Año
2009
(((((((((((((((((((86,658
((((((((((((((((((((((((0.75
(((((((((((((((((((232.57
0
(((((((((((((8,164,791
0
0
(((((((((((((((((((0.3212
((((((((((((((((((((((((0.10
((((((((((((((((((((((((0.88
((((((((((((((((((((((28.61
(((((((((((((((((((97,202
(((((((((((((((((((((((4.86
(((((((((((((((((((728.50
0
(((((((((((((3,230,462
0
0
(((((((((((((((((((0.1012
(((((((((((((((((((((((0.18
(((((((((((((((((((((((1.14
(((((((((((((((((((((26.68
(((((((101,759
((((((((((((((((((((5
((((((((((((1,107
0
(((3,478,808
0
0
(((((((((0.0818
((((((((((((((0.17
((((((((((((((1.00
((((((((((((30.85
Cambio(%
Cambio(%
Pro((95202)(vs.(2009 Pro((95202)(vs.(Pro(03209)
(
566.67%
375.98%
(
H57.39%
(
(
H74.54%
68.05%
(
7.84%
547.62%
213.24%
H60.43%
H68.51%
75.85%
H6.75%
Tabla 5.19: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Huila
Huila
Región:(Andina
(Población
Tasa(de(Ataques
(Núm(Polícias((1996H2008)
NBI
PIBpc(($(Col(/pna)
Petroleopc(($(Col(/pna)
Oropc(($(Col(/pna)
COCApc(((Ha(/pna)
(Tasa(Capturas(por(Hom
Núm(Grupos(Presentes
Participación(Electoral
Promedio(
1995(22002
Promedio(
200322009
Año
2009
(((((((((((((((((915,778
((((((((((((((((((((((14.50
((((((((((((((((1,834.14
((((((((((((((((((((((26.95
(((((((((((((5,495,577
(((((((((((((((((116,738
((((((((((((((((((((((((8.86
0
((((((((((((((((((((((((0.18
((((((((((((((((((((((((1.75
((((((((((((((((((((((52.33
(((((((((((((1,025,678
(((((((((((((((((((((39.57
(((((((((((((((2,021.50
(((((((((((((((((((((21.70
(((((((((((((6,033,536
((((((((((((((((266,944
(((((((((((((((((((((10.35
0
(((((((((((((((((((((((0.32
(((((((((((((((((((((((1.43
(((((((((((((((((((((37.05
(((1,068,844
((((((((((((((((((23
((((((((((((1,709
((((((((((((19.51
(((6,318,041
(((((((187,127
((((((((((((29.21
0
((((((((((((((0.25
((((((((((((((1.00
((((((((((((31.33
Cambio(%
Cambio(%
Pro((95202)(vs.(2009 Pro((95202)(vs.(Pro(03209)
(
58.62%
H6.82%
H27.62%
14.97%
60.30%
229.63%
(
36.60%
(
H40.13%
172.91%
10.21%
H19.51%
9.79%
128.67%
16.75%
74.84%
H29.20%
Tabla 5.20: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. La Guajira
La Guajira
Región:(Caribe
Población
Tasa(de(Ataques
(Núm(Polícias((1996C2008)
NBI
PIBpc(($(Col(/pna)
Petroleopc(($(Col(/pna)
Oropc(($(Col(/pna)
COCApc(((Ha(/pna)
(Tasa(Capturas(por(Hom
Núm(Grupos(Presentes
Participación(Electoral
Promedio(
1995(22002
Promedio(
200322009
Año
2009
(((((((((((((((((521,366
((((((((((((((((((((((15.38
(((((((((((((((((((789.00
((((((((((((((((((((((37.17
(((((((((((((5,636,493
(((((((((((((((((((76,623
0
(((((((((((((((0.000231
((((((((((((((((((((((((0.18
((((((((((((((((((((((((2.00
((((((((((((((((((((((39.23
((((((((((((((((708,732
(((((((((((((((((((((16.71
(((((((((((((((((((988.83
(((((((((((((((((((((43.95
(((((((((((((5,898,342
((((((((((((((((177,615
0.00222931
((((((((((((((0.000363
(((((((((((((((((((((((0.30
(((((((((((((((((((((((1.57
(((((((((((((((((((((29.53
(((((((791,083
((((((((((((((((((((8
((((((((((((1,110
((((((((((((48.34
(((6,023,388
(((((((248,433
0
(((((0.000206
((((((((((((((0.25
((((((((((((((1.00
((((((((((((28.75
Cambio(%
Cambio(%
Pro((95202)(vs.(2009 Pro((95202)(vs.(Pro(03209)
(
C47.97%
40.68%
30.05%
6.86%
224.23%
C10.78%
39.44%
(
C26.72%
8.71%
25.33%
18.25%
4.65%
131.80%
100.00%
57.14%
69.15%
C24.73%
Tabla 5.21: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Magdalena
Magdalena
Región:(Caribe
(Población(
Tasa(de(Ataques
(Núm(Polícias((1996C2008)
NBI
PIBpc(($(Col(/pna)
Petroleopc(($(Col(/pna)
Oropc(($(Col(/pna)
COCApc(((Ha(/pna)
(Tasa(Capturas(por(Hom
Núm(Grupos(Presentes
Participación(Electoral
!
Promedio1995-62002
Promedio200362009
Año
2009
(((((((((((((1,090,517
((((((((((((((((((((((16.75
((((((((((((((((1,378.43
((((((((((((((((((((((38.14
(((((((((((((3,856,701
(((((((((((((((((((((((((345
((((((((((((((((((((((((0.07
(((((((((((((((((0.00021
((((((((((((((((((((((((0.14
((((((((((((((((((((((((2.13
((((((((((((((((((((((45.04
(((((((((((((1,160,294
(((((((((((((((((((((18.00
(((((((((((((((1,608.83
(((((((((((((((((((((36.57
(((((((((((((4,252,064
0
(((((((((((((((((((((((2.26
((((((((((((((((0.00031
(((((((((((((((((((((((0.27
(((((((((((((((((((((((1.86
(((((((((((((((((((((45.50
(((1,190,666
((((((((((((((((((((2
((((((((((((1,864
((((((((((((33.73
(((4,798,995
0
((((((((((((((4.56
(((((((0.00013
((((((((((((((0.35
0
((((((((((((36.23
!
Cambio-%
Cambio-%
Pro(-95602)-vs.-2009 Pro(-95602)-vs.-Pro(03609)
(
C88.06%
35.23%
C11.57%
24.43%
C100.00%
6760.68%
C39.04%
153.77%
(
C19.56%
7.46%
16.72%
C4.13%
10.25%
C100.00%
3303.75%
48.45%
99.15%
1.01%
!
!
135!
Tabla 5.22: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Meta
Meta
Región:(Oriental
(Población(
Tasa(de(Ataques
(Núm(Polícias((1996J2008)
NBI
PIBpc(($(Col(/pna)
Petroleopc(($(Col(/pna)
Oropc(($(Col(/pna)
COCApc(((Ha(/pna)
(Tasa(Capturas(por(Hom
Núm(Grupos(Presentes
Participación(Electoral
Promedio+
1995+42002
Promedio+
200342009
Año
2009
(((((((((((((((((672,668
((((((((((((((((((((((((((((16
((((((((((((((((1,472.86
((((((((((((((((((((((26.04
(((((((((((((8,458,910
(((((((((((((((((186,613
0
(((((((((((((((((0.00766
((((((((((((((((((((((((0.23
((((((((((((((((((((((((1.63
((((((((((((((((((((((36.80
((((((((((((((((800,842
(((((((((((((((((((((((((((72
(((((((((((((((2,072.50
(((((((((((((((((((((19.19
((((((((((10,765,270
((((((((((((((((495,095
0
((((((((((((((((0.01455
(((((((((((((((((((((((0.21
(((((((((((((((((((((((1.71
(((((((((((((((((((((47.59
(((((((853,166
((((((((((((((((((51
((((((((((((2,582
((((((((((((18.36
(14,729,842
(((((((543,021
0
(((((((0.00503
((((((((((((((0.20
((((((((((((((1.00
((((((((((((48.88
Cambio+%
Cambio+%
Pro(+95402)+vs.+2009 Pro(+95402)+vs.+Pro(03409)
(
218.75%
75.31%
J29.50%
74.13%
190.99%
(
J34.26%
J13.44%
32.81%
349.11%
40.71%
J26.30%
27.27%
165.31%
89.95%
J10.10%
29.32%
Tabla 5.23: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Nariño
Nariño
Región:(Pacífica
(Población(
Tasa(de(Ataques
(Núm(Polícias((1996I2008)
NBI
PIBpc(($(Col(/pna)
Petroleopc(($(Col(/pna)
Oropc(($(Col(/pna)
COCApc(((Ha(/pna)
(Tasa(Capturas(por(Hom
Núm(Grupos(Presentes
Participación(Electoral
Promedio+
1995+32002
Promedio+
200332009
Año
2009
(((((((((((((1,417,578
((((((((((((((((((((((((((((13
((((((((((((((((1,693.71
((((((((((((((((((((((34.82
(((((((((((((3,110,309
((((((((((((((((((((((6,063
(((((((((((((((((((186.81
(((((((((((((((((0.00307
((((((((((((((((((((((((0.32
((((((((((((((((((((((((2.25
((((((((((((((((((((((48.45
(((((((((((((1,560,963
(((((((((((((((((((((((((((50
(((((((((((((((2,278.50
(((((((((((((((((((((25.25
(((((((((((((3,589,335
(((((((((((((((((((((4,106
(((((((((((((((((((295.93
((((((((((((((((0.01075
(((((((((((((((((((((((0.40
(((((((((((((((((((((((2.71
(((((((((((((((((((((40.11
(((1,619,461
((((((((((((((((((61
((((((((((((3,069
((((((((((((18.58
(((3,750,013
((((((((((((5,649
(((((((((447.98
(((((((0.01014
((((((((((((((0.45
((((((((((((((2.00
((((((((((((41.95
Cambio+%
Cambio+%
Pro(+95302)+vs.+2009 Pro(+95302)+vs.+Pro(03309)
(
369.23%
81.20%
I46.64%
20.57%
I6.83%
139.80%
230.52%
38.83%
(
I13.42%
284.62%
34.53%
I27.50%
15.40%
I32.29%
58.41%
250.27%
24.30%
I17.22%
Tabla 5.24: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Norte de Santander
Norte&de&Santander
Región:(Andina
(Población(
Tasa(de(Ataques
(Núm(Polícias((1996H2008)
NBI
PIBpc(($(Col(/pna)
Petroleopc(($(Col(/pna)
Oropc(($(Col(/pna)
COCApc(((Ha(/pna)
(Tasa(Capturas(por(Hom
Núm(Grupos(Presentes
Participación(Electoral
Promedio&
1995&62002
Promedio&
200362009
Año
2009
(((((((((((((1,171,269
((((((((((((((((((((((41.88
((((((((((((((((1,895.57
((((((((((((((((((((((24.19
(((((((((((((4,233,176
((((((((((((((((((((((7,310
0
(((((((((((((((0.004037
((((((((((((((((((((((((0.09
((((((((((((((((((((((((2.50
((((((((((((((((((((((48.64
(((((((((((((1,254,475
(((((((((((((((((((((69.71
(((((((((((((((2,634.33
(((((((((((((((((((((23.16
(((((((((((((4,837,273
(((((((((((((((((((15,585
(((((((((((((((((((((((2.08
((((((((((((((0.001873
(((((((((((((((((((((((0.25
(((((((((((((((((((((((2.57
(((((((((((((((((((((43.98
(((1,286,830
((((((((((((((((((52
((((((((((((3,046
((((((((((((21.02
(((5,436,616
(((((((((13,486
((((((((((((((0.60
(((((0.002108
((((((((((((((0.30
((((((((((((((2.00
((((((((((((42.48
Cambio&%
Cambio&%
Pro(&95602)&vs.&2009 Pro(&95602)&vs.&Pro(03609)
(
24.18%
60.69%
H13.09%
28.43%
84.48%
100.00%
H47.78%
221.75%
(
H12.66%
66.48%
38.97%
H4.23%
14.27%
113.20%
100.00%
H53.61%
173.53%
H9.57%
Tabla 5.25: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Putumayo
Putumayo
Región:(Amazonas
(Población(
Tasa(de(Ataques(
(Núm(Polícias((1996H2008)
NBI
PIBpc(($(Col(/pna)
Petroleopc(($(Col(/pna)
Oropc(($(Col(/pna)
COCApc(((Ha(/pna)
(Tasa(Capturas(por(Hom
Núm(Grupos(Presentes
Participación(Electoral
!
Promedio,
1995,52002
Promedio,
200352009
Año
2009
(((((((((((((((((285,886
((((((((((((((((((((((((4.63
(((((((((((((((((((((((((551
0
(((((((((((((3,367,611
(((((((((((((((((((65,436
((((((((((((((((((((((20.00
(((((((((((((((((((0.1068
((((((((((((((((((((((((0.15
((((((((((((((((((((((((1.13
((((((((((((((((((((((36.64
((((((((((((((((313,254
(((((((((((((((((((((24.29
(((((((((((((((1,051.00
0
(((((((((((((3,686,838
((((((((((((((((164,747
(((((((((((((((((((((42.90
(((((((((((((((((((0.0287
(((((((((((((((((((((((0.29
(((((((((((((((((((((((1.43
(((((((((((((((((((((33.28
(((((((322,681
((((((((((((((((((32
((((((((((((1,269
0
(((5,159,895
(((((((169,213
((((((((((((20.90
(((((((((0.0165
((((((((((((((0.28
((((((((((((((1.00
((((((((((((36.11
!
Cambio,%
Cambio,%
Pro(,95502),vs.,2009 Pro(,95502),vs.,Pro(03509)
(
591.89%
130.31%
(
53.22%
158.59%
4.47%
H84.58%
86.25%
(
H1.45%
425.10%
90.74%
9.48%
151.77%
114.45%
H73.15%
86.34%
H9.17%
!
!
136!
Tabla 5.26: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Quindío
Quindio
Región:(Andina
(Población(
Tasa(de(Ataques
(Núm(Polícias((1996?2008)
NBI
PIBpc(($(Col(/pna)
Petroleopc(($(Col(/pna)
Oropc(($(Col(/pna)
COCApc(((Ha(/pna)
(Tasa(Capturas(por(Hom
Núm(Grupos(Presentes
Participación(Electoral
Promedio(
1995(22002
Promedio(
200322009
Año
2009
(((((((((((((((((514,315
((((((((((((((((((((((((5.13
((((((((((((((((1,235.86
((((((((((((((((((((((20.11
(((((((((((((5,377,036
0
((((((((((((((((((((((((0.87
0
((((((((((((((((((((((((0.34
((((((((((((((((((((((((0.88
((((((((((((((((((((((52.94
((((((((((((((((537,511
(((((((((((((((((((((((9.14
(((((((((((((((1,254.00
(((((((((((((((((((((13.76
(((((((((((((5,581,975
0
(((((((((((((((((((((((2.18
0
(((((((((((((((((((((((0.60
(((((((((((((((((((((((1.29
(((((((((((((((((((((53.23
(((((((546,593
((((((((((((((((((((3
((((((((((((1,394
((((((((((((11.89
(((6,152,658
0
((((((((((((((1.58
0
((((((((((((((0.45
((((((((((((((1.00
((((((((((((51.89
Cambio(%
Cambio(%
Pro((95202)(vs.(2009 Pro((95202)(vs.(Pro(03209)
(
?41.46%
12.80%
?40.87%
14.42%
78.40%
1.47%
?31.57%
3.81%
82.07%
150.64%
30.38%
(
?1.99%
74.27%
0.54%
Tabla 5.27: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Risaralda
Risaralda
Región:(Andina
(Población(
Tasa(de(Ataques
(Núm(Polícias((1996A2008)
NBI
PIBpc(($(Col(/pna)
Petroleopc(($(Col(/pna)
Oropc(($(Col(/pna)
COCApc(((Ha(/pna)
(Tasa(Capturas(por(Hom
Núm(Grupos(Presentes
Participación(Electoral
Promedio(
1995(22002
Promedio(
200322009
Año
2009
(((((((((((((((((859,918
((((((((((((((((((((((16.63
((((((((((((((((((((((1,517
((((((((((((((((((((((15.78
(((((((((((((5,473,110
0
((((((((((((((((((((((65.62
0
((((((((((((((((((((((((0.08
((((((((((((((((((((((((1.88
((((((((((((((((((((((54.36
((((((((((((((((902,932
(((((((((((((((((((((20.29
(((((((((((((((1,713.83
(((((((((((((((((((((14.11
(((((((((((((6,339,780
0
(((((((((((((((((((((59.22
0
(((((((((((((((((((((((0.24
(((((((((((((((((((((((2.00
(((((((((((((((((((((49.55
(((((((919,641
((((((((((((((((((((6
((((((((((((1,991
((((((((((((12.18
(((6,798,305
0
((((((((((((69.26
0
((((((((((((((0.34
0
((((((((((((49.13
Cambio(%
Cambio(%
Pro((95202)(vs.(2009 Pro((95202)(vs.(Pro(03209)
(
A63.91%
31.25%
A22.81%
24.21%
22.02%
12.98%
A10.61%
15.84%
5.55%
A9.75%
318.09%
(
A9.63%
196.45%
A8.85%
Tabla 5.28: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. San Andrés
Archipiélago,de,San,Andrés
Región:(Caribe
Población(
Tasa(de(Ataques((
(Núm(Polícias((1996I2008)
NBI
PIBpc(($(Col(/pna)
Petroleopc(($(Col(/pna)
Oropc(($(Col(/pna)
COCApc(((Ha(/pna)
(Tasa(Capturas(por(Hom
Núm(Grupos(Presentes
Participación(Electoral
Promedio,
1995,;2002
Promedio,
2003;2009
(((((((((((((((((((66,629
((((((((((((((((((((((((0.38
(((((((((((((((((((210.43
0
(((((((((((((9,039,957
((((((((((((((((((((((2,793
0
0
((((((((((((((((((((((((1.37
0.38
((((((((((((((((((((((37.79
(((((((((((((((((((71,052
(((((((((((((((((((((((1.86
(((((((((((((((((((313.00
0
(((((((((((((9,080,760
(((((((((((((((((((((5,058
0
0
(((((((((((((((((((((((1.45
0
(((((((((((((((((((((29.35
Año
2009
Cambio,%
Cambio,%
Pro(,95;02),vs.,2009 Pro(,95;02),vs.,Pro(03;09)
(((((((((72,735 (
0
(((((((((((((((392
0
(((9,940,194
((((((((((((4,772
0
0
((((((((((((((0.56
0(
((((((((((((29.28
NV
86.29%
NV
48.74%
9.96%
70.87%
0.45%
81.10%
I59.55%
5.73%
I22.52%
I22.33%
Tabla 5.29: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Santander
Santander
Región:(Andina
(Población(
Tasa(de(Ataques
(Núm(Polícias((1996A2008)
NBI
PIBpc(($(Col(/pna)
Petroleopc(($(Col(/pna)
Oropc(($(Col(/pna)
COCApc(((Ha(/pna)
(Tasa(Capturas(por(Hom
Núm(Grupos(Presentes
Participación(Electoral
!
Promedio,
1995,52002
Promedio,
200352009
Año
2009
(((((((((((((1,881,483
((((((((((((((((((((((45.63
((((((((((((((((3,134.29
((((((((((((((((((((((18.99
(((((((((((((8,900,214
(((((((((((((((((((32,697
(((((((((((((((((((125.19
(((((((((((((((0.000243
((((((((((((((((((((((((0.12
((((((((((((((((((((((((2.50
((((((((((((((((((((((57.91
(((((((((((((1,968,625
(((((((((((((((((((((69.57
(((((((((((((((3,305.33
(((((((((((((((((((((13.35
((((((((((12,392,340
(((((((((((((((((((88,881
(((((((((((((((((((164.64
((((((((((((((0.000556
(((((((((((((((((((((((0.49
(((((((((((((((((((((((2.14
(((((((((((((((((((((53.99
(((1,999,999
((((((((((((((((((((4
((((((((((((1,983
((((((((((((10.92
(13,900,507
(((((((100,251
(((((((((188.41
(((((0.000477
((((((((((((((0.66
0
((((((((((((51.31
!
Cambio,%
Cambio,%
Pro(,95502),vs.,2009 Pro(,95502),vs.,Pro(03509)
(
A91.23%
A36.73%
A42.48%
56.18%
206.61%
50.50%
96.49%
463.06%
(
A11.40%
52.49%
5.46%
A29.68%
39.24%
171.83%
31.51%
129.18%
320.16%
A6.78%
!
!
137!
Tabla 5.30: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Sucre.
Sucre
Región:(Caribe
(Población(
Tasa(de(Ataques
(Núm(Polícias((1996C2008)
NBI
PIBpc(($(Col(/pna)
Petroleopc(($(Col(/pna)
Oropc(($(Col(/pna)
COCApc(((Ha(/pna)
(Tasa(Capturas(por(Hom
Núm(Grupos(Presentes
Participación(Electoral
Promedio+
1995+52002
Promedio+
200352009
Año
2009
(((((((((((((((((722,339
((((((((((((((((((((((((8.38
(((((((((((((((((((920.14
((((((((((((((((((((((44.70
(((((((((((((3,152,036
(((((((((((((((((((48,620
((((((((((((((((((((((48.38
0
((((((((((((((((((((((((0.12
((((((((((((((((((((((((1.75
((((((((((((((((((((((47.24
((((((((((((((((779,699
(((((((((((((((((((((13.43
(((((((((((((((1,246.67
(((((((((((((((((((((42.22
(((((((((((((3,465,776
(((((((((((((((((((92,356
(((((((((((((((((((129.84
(((((((((((((((((((((((((C
(((((((((((((((((((((((0.53
(((((((((((((((((((((((1.43
(((((((((((((((((((((42.59
(((((((802,736
((((((((((((((((((((2
((((((((((((1,397
((((((((((((41.07
(((3,880,479
(((((((120,953
0
0
((((((((((((((0.30
0
((((((((((((43.62
Cambio+%
Cambio+%
Pro(+95502)+vs.+2009 Pro(+95502)+vs.+Pro(03509)
(
C76.12%
51.82%
C8.11%
23.11%
148.77%
C100.00%
159.81%
(
C7.65%
60.34%
35.49%
C5.54%
9.95%
89.95%
168.37%
350.15%
C9.83%
Tabla 5.31: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Tolima
Tolima
Región:(Andina
(Población(
Tasa(de(Ataques
(Núm(Polícias((1996A2008)
NBI
PIBpc(($(Col(/pna)
Petroleopc(($(Col(/pna)
Oropc(($(Col(/pna)
COCApc(((Ha(/pna)
(Tasa(Capturas(por(Hom
Núm(Grupos(Presentes
Participación(Electoral
Promedio(
1995(22002
Promedio(
200322009
Año
2009
(((((((((((((1,328,201
((((((((((((((((((((((((((((27
((((((((((((((((2,181.14
((((((((((((((((((((((27.94
(((((((((((((5,433,617
(((((((((((((((((((20,225
((((((((((((((((((((((50.78
0
((((((((((((((((((((((((0.27
((((((((((((((((((((((((2.38
((((((((((((((((((((((49.27
(((((((((((((1,369,367
(((((((((((((((((((((((((((33
(((((((((((((((2,312.83
(((((((((((((((((((((21.01
(((((((((((((6,055,967
(((((((((((((((((((84,359
(((((((((((((((((((273.66
0
(((((((((((((((((((((((0.41
(((((((((((((((((((((((2.57
(((((((((((((((((((((45.42
(((1,383,304
((((((((((((((((((25
((((((((((((2,577
((((((((((((19.34
(((6,663,756
(((((((((74,570
(((((((((280.35
0
((((((((((((((0.33
((((((((((((((1.00
((((((((((((45.58
Cambio(%
Cambio(%
Pro((95202)(vs.(2009 Pro((95202)(vs.(Pro(03209)
(
A7.41%
18.15%
A30.78%
22.64%
268.69%
452.11%
(
21.36%
(
A7.49%
22.22%
6.04%
A24.79%
11.45%
317.10%
438.93%
49.03%
A7.82%
Tabla 5.32: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Valle del Cauca
Valle%del%Cauca
Región:(Pacífica
(Población(
(Tasa(de(Ataques(
(Núm(Polícias((1996D2008)
NBI
PIBpc(($(Col(/pna)
Petroleopc(($(Col(/pna)
Oropc(($(Col(/pna)
COCApc(((Ha(/pna)
(Tasa(Capturas(por(Hom
Núm(Grupos(Presentes
Participación(Electoral
Promedio%
1995%62002
Promedio%
200362009
Año
2009
(((((((((((((3,882,895
((((((((((((((((((((((41.75
((((((((((((((((7,248.86
((((((((((((((((((((((16.18
(((((((((((((8,253,919
((((((((((((((((((((((((5.94
((((((((((((((((((((((59.58
(((((((((((((((0.000012
((((((((((((((((((((((((0.19
((((((((((((((((((((((((2.25
((((((((((((((((((((((51.53
(((((((((((((4,205,718
(((((((((((((((((((((94.86
(((((((((((((((7,910.83
(((((((((((((((((((((12.60
(((((((((((((8,947,765
(((((((((((((((((((((17.40
(((((((((((((((((((((60.25
((((((((((((((0.000129
(((((((((((((((((((((((0.29
(((((((((((((((((((((((2.14
(((((((((((((((((((((41.77
(((4,338,216
((((((((((((((((((24
((((((((((((8,218
((((((((((((10.74
(((9,657,195
0
(((((((((184.73
(((((0.000214
((((((((((((((0.23
((((((((((((((1.00
((((((((((((40.45
Cambio%%
Cambio%%
Pro(%95602)%vs.%2009 Pro(%95602)%vs.%Pro(03609)
(
D42.51%
13.37%
D33.63%
17.00%
D100.00%
210.07%
1743.39%
22.97%
(
D21.49%
127.20%
9.13%
D22.15%
8.41%
192.81%
1.13%
1007.82%
52.33%
D18.92%
Tabla 5.33: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Vaupés
Vaupés
Región:(Amazonas
Población(
Tasa(de(Ataques((
(Núm(Polícias((1996I2008)
NBI
PIBpc(($(Col(/pna)
Petroleopc(($(Col(/pna)
Oropc(($(Col(/pna)
COCApc(((Ha(/pna)
(Tasa(Capturas(por(Hom
Núm(Grupos(Presentes
Participación(Electoral
!
Promedio.
1995.72002
Promedio.
200372009
Año
2009
(((((((((((((((((((34,892
((((((((((((((((((((((((0.13
((((((((((((((((((((((((((((38
0
(((((((((((((3,576,471
0
(((((((((((((((((((292.63
(((((((((((((((((((0.0202
((((((((((((((((((((((((0.18
((((((((((((((((((((((((0.50
((((((((((((((((((((((40.67
(((((((((((((((((((39,711
(((((((((((((((((((((((0.57
(((((((((((((((((((((39.67
0
(((((((((((((2,259,297
0
(((((((((((((((((((124.11
(((((((((((((((((((0.0167
(((((((((((((((((((((((0.44
(((((((((((((((((((((((0.86
(((((((((((((((((((((26.29
(((((((((41,094
((((((((((((((((((((1
(((((((((((((((238
0
(((2,117,097
0
0
(((((((((0.0085
((((((((((((((1.00
((((((((((((((1.00
((((((((((((25.33
!
Cambio.%
Cambio.%
Pro(.95702).vs..2009 Pro(.95702).vs..Pro(03709)
(
NV
526.32%
(
I40.80%
(
I100.00%
I57.67%
452.10%
(
I37.71%
NV
4.39%
I36.83%
I57.59%
I17.34%
145.39%
I35.35%
!
!
138!
Tabla 5.34: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Vichada
Vichada
Región:(Oriental
Población(
Tasa(de(Ataques((
(Núm(Polícias((1996K2008)
NBI
PIBpc(($(Col(/pna)
Petroleopc(($(Col(/pna)
Oropc(($(Col(/pna)
COCApc(((Ha(/pna)
(Tasa(Capturas(por(Hom
Núm(Grupos(Presentes
Participación(Electoral
Promedio,
1995,52002
Promedio,
200352009
Año
2009
(((((((((((((((((((45,855
((((((((((((((((((((((((0.38
(((((((((((((((((((178.43
0
(((((((((((((5,105,160
0
((((((((((((((((((((((((0.33
(((((((((((((((((0.04719
((((((((((((((((((((((((0.46
((((((((((((((((((((((((1.00
((((((((((((((((((((((31.97
(((((((((((((((((((57,477
(((((((((((((((((((((((6.71
(((((((((((((((((((343.33
0
(((((((((((((6,272,461
0
(((((((((((((((((((((((0.64
((((((((((((((((0.08856
(((((((((((((((((((((((0.71
(((((((((((((((((((((((1.00
(((((((((((((((((((((24.09
(((((((((62,071
((((((((((((((((((((1
(((((((((((((((435
0
(((7,475,311
0
0
(((((((0.05057
((((((((((((((0.90
((((((((((((((1.00
((((((((((((23.86
Cambio,%
Cambio,%
Pro(,95502),vs.,2009 Pro(,95502),vs.,Pro(03509)
(
NV
143.80%
1690.48%
92.42%
46.43%
22.87%
K100.00%
7.17%
96.35%
(
K25.37%
92.64%
87.67%
54.79%
K24.66%
5.4 Observaciones iniciales
De manera preliminar se observa el comportamiento de la variable dependiente,
“intensidad del conflicto armado”, sin incluir aún en el análisis las variables
independientes. Resulta muy interesante analizar el comportamiento del conflicto a través
de las 5 regiones del país. En general, se verifica consistentemente la hipótesis que
plantea que las regiones del centro presentan reducciones mucho más significativas en los
niveles de conflicto violento que aquellas ubicadas en la periferia (ver Mapa 4.2 en la
sección anterior). En efecto, en la región Andina (centro), constituida por diez
departamentos más el distrito capital Bogotá DC, nueve departamentos presentan
reducción en los niveles de conflicto armado. De manera similar, en la región Caribe
(centro) constituida por ocho departamentos, seis de ellos presentaron reducciones
significativas en los niveles de violencia. De los dos departamentos restantes, uno
presentó aumento en el conflicto, y en el otro éste permaneció casi constante. La región
Pacífica está conformada por cuatro departamentos, dos de los cuales pertenecen al
centro (en los cuales se redujo el conflicto violento), y dos a la periferia (en los cuales el
conflicto aumentó de manera significativa).
!
!
!
!
139!
En cuanto a las regiones ubicadas en la periferia, la región Amazónica comprende
cinco departamentos, ninguno de los cuales presentó reducción en los niveles de
conflicto; en tres de ellos éste se incrementó, y en los dos restantes permaneció en niveles
constantes. Finalmente la región Oriental (periferia), constituida por cinco departamentos,
tan sólo uno presentó reducción en el conflicto. De los cuatro restantes, en dos
permaneció casi constante, y en dos se incremento significativamente.
Estos resultados corroboran la hipótesis preliminar, que vincula la reducción en
los niveles de violencia con las regiones del centro del país, y su incremento o
permanencia constante con las regiones de la periferia. En efecto, según se observó el
país está claramente dividido entre las regiones centrales (centros de producción y demás
actividades económicas, densamente poblados y con mayor acceso a los servicios
públicos), y aquellas marginales o periféricas (de acceso más difícil por su ubicación mas
remota, menores grados de industrialización, y menos densamente poblados). Como lo
reflejan los resultados, la intensidad del conflicto se reduce de manera muy significativa
en las regiones centrales, incrementándose o permaneciendo casi constante en las
regiones periféricas, lo cual da sustancial poder explicativo a las variables geográficas.
La Tabla 5.35 resume estos resultados.
!
!
!
!
Tabla 5.35: Cambio % en la Intensidad del Conflicto, por Regiones Geográficas
Región: Andina ( C )
DEPTO
Cambio en
Conflicto
Antioquia
-70%
Bogotá
-79%
Boyacá
-80%
Caldas
-76%
Cundinamarca
-82%
Huila
+60%
Norte de
Santander
+25%
Quindío
-40%
Risaralda
-64%
Santander
-90%
Tolima
-7%
Región:
Caribe (C )
DEPTO
Cambio en
Conflicto
Atlántico
-77%
Bolivar
-80%
Cesar
-85%
Córdoba
+33%
Guajira
-48%
Magdalena
-88%
San Andrés y
Providencia
=
Sucre
-76%
Región: Oriental ( P )
Cambio en
DEPTO
Conflicto
Arauca
-25%
Casanare
+65%
Guainía
=
Meta
+218%
Vichada
=
Región: Amazonas ( P )
DEPTO
Cambio en
Conflicto
Amazonas
=
Caquetá
+930%
Guaviare
+566%
Putumayo
+592%
Vaupés
=
Región:(Pacífica((C/P)(
DEPTO(
Cambio(en(
((
Conflicto(
Cauca%
%%%%%%%%%+267%%
Chocó%
%%%%%%%%%+372%%
Nariño% %%%%%%%%%+370%%
Valle%
743%%
!
!
140!
!
!
141!
Este comportamiento similar de los cambios en los niveles de conflicto armado al
interior de las regiones geográficas puede explicarse a través de un “efecto contagio”
entre un departamento o municipio y sus vecinos. Según lo explican Sánchez y Chacón
(2006, 381), “la actividad de los grupos irregulares en un municipio puede estar
correlacionada con la actividad de los grupos irregulares en el municipio vecino, con las
condiciones sociales de los vecinos o con factores generadores de violencia de los
vecinos.” Este “contagio” geográfico se hace especialmente evidente en la regiones
Andina y Caribe, en la cual la mayoría de los departamentos no sólo se redujo el conflicto,
sino que esta reducción fue en valores porcentuales muy similares (entre 70 y 80 % en la
mayoría de los casos). Esta observación inicial, aunque sólo incluye la variable
dependiente, es un buen punto de partida para iniciar el análisis. La sección siguiente
presenta la metodología Booleana, en la cual todas las variables (dependiente e
independientes) se incorporan al análisis.
5.5 Metodología
Según lo expuesto en el capítulo 2, al abordar las consideraciones metodológicas
se encuentran dos fuertes consensos entre investigadores y estudiosos de los conflictos
civiles. Por una parte, es claro que las investigaciones deben desplazarse del nivel
nacional al nivel sub-nacional; el uso sistemático de datos a nivel sub-nacional es
necesario, ya que los orígenes del desorden político se encuentran en conflictos cuyos
propios orígenes son, en un alto grado, internos a la nación-estado (Bates 2008). Por otra
parte, existe un fuerte consenso en cuanto a la necesidad de implementar enfoques multimetodológicos que combinen instrumentos cualitativos y cuantitativos (Laitin 2002).
Basado en lo anterior, este trabajo implementa un enfoque multi-metodológico, en el cual
!
!
!
!
142!
se emplean metodologías cualitativas y cuantitativas y se combinan agregados nacionales
con datos desagregados a nivel departamental. Las metodologías cualitativas utilizadas
incluyen el Análisis Cualitativo Comparativo (QCA por sus siglas en inglés, Qualitative
Comparative Analysis), basado en la lógica del álgebra Booleana, y los análisis de casos
de estudio. En cuanto a las metodologías cuantitativas, éstas incluyen los promedios
porcentuales para medir el comportamiento de las variables en el período 1995-2009. En
este capítulo se combinan las metodologías cualitativas del álgebra Booleana con los
métodos cuantitativos de promedios porcentuales, los cuales son necesarios para construir
las Tablas de Verdad Booleana. En el capítulo siguiente, se emplea la metodología de
análisis de casos.
5.5.1 Análisis Cualitativo Comparativo y la lógica del álgebra Booleana
La selección del Análisis Cualitativo Comparativo se inspira en los trabajos de
Wickham-Crowley (1993) y Ragin (1989, 2009). Wickham-Crowley busca determinar
por qué en algunos casos los movimientos insurgentes Latinoamericanos alcanzaron la
revolución (Cuba y Nicaragua) y en otros no. Parte de la base de que podría haber
existido una condición necesaria para el éxito revolucionario (el soporte de los
campesinos), y otras condiciones o configuraciones complementarias que explicasen los
diferentes resultados de los movimientos insurgentes.
Como puede observarse es un cuestionamiento similar al planteado por esta
investigación, la cual busca establecer por qué en algunas regiones del país la intensidad
del conflicto armado se redujo significativamente entre los años 2003 y 2009 y en otras
esto no ocurrió (permaneciendo la intensidad del conflicto casi constante, o en algunos
casos incrementándose). Esta investigación considera la implementación de la PSD la
!
!
!
!
143!
condición necesaria para el cambio en la intensidad del conflicto, y evalúa el
comportamiento de otras variables mediadoras para explorar la posible existencia de
configuraciones o condiciones que hayan modulado la efectividad de la PSD, explicando
así los diferentes resultados.
Para este tipo de análisis comparativo resulta muy útil la lógica de John Stuart
Mill quién formuló cinco principios de razonamiento inductivo y dos técnicas básicas
para el análisis comparativo: el método de concordancia y el método de diferencia.
Resumidos brevemente, en el método de concordancia se seleccionan todos los casos que
presentan un resultado similar, “X”, y se analiza en qué se diferencian dichos casos entre
sí. Si se encuentra, por ejemplo, que difieren en la presencia de las condiciones A, B, C,
D, pero son similares en cuanto a la presencia de la condición E, podría inferirse que la
condición E ha sido la causa del resultado similar “X”. El mismo Mill sugirió que el
método de concordancia debía utilizarse con cautela, y sugirió el uso de otro instrumento
de lógica: el método de diferencia. Según éste, se toman casos que son similares en
muchos aspectos, pero difieren en cuanto al resultado final (por ejemplo, “revolución” o
“no revolución”). Si al analizar dichos casos se encuentra que son similares en la
presencia de las condiciones A, B, C, D, pero difieren en cuanto a la presencia de la
condición E, puede inferirse que es la presencia o ausencia de E, (o su naturaleza), la que
ha determinado los diferentes resultados (Wickham-Crowley 1993).
Este tipo de lógica basada en los hallazgos de Mill ha sido utilizada en el pasado
por Skocpol (1979) y Ragin (1989). La primera denominó su metodología “análisis
macro-causal”, mientras que Ragin utilizó la lógica Boolena (así denominada por su
precursor George Boole, 1840) para sistematizar sus análisis. Un aspecto importante de la
!
!
!
!
144!
lógica Booleana es que no sólo permite el análisis individual de las condiciones que
determinan el resultado de un evento (o sea, las variables A,B, C, D, E en el ejemplo
anterior), sino que también permite evaluar el efecto de sus combinaciones. Las
interacciones de estas variables generan nuevas variables mediadoras, generándose así las
posibles configuraciones de variables, que en últimas determinan la ocurrencia de un
evento.
En términos prácticos, el análisis Booleano comienza construyendo las llamadas
“tablas de verdad”, cuyo objetivo es identificar la posible existencia de configuraciones
regionales que hayan incidido sobre la efectividad de la PSD. Estas posibles
configuraciones provienen de las hipótesis formuladas en el capítulo dos, las cuales vale
la pena mencionar de nuevo por su importancia para la formulación que sigue. Las
hipótesis hacen referencia a que el cambio en la intensidad del conflicto armado (variable
dependiente) se relaciona de diferente forma con las otras variables mediadoras. Por una
parte, se relaciona de manera directa con los ingresos por recursos saqueables como oro,
coca y petróleo (si aumentan los ingresos, aumenta la intensidad del conflicto); con la
pobreza (si aumenta la pobreza, aumenta la intensidad del conflicto armado) y también de
manera directa con el número de grupos presentes (si aumenta el número de grupos,
aumenta la intensidad del conflicto).
A su vez, la intensidad del conflicto armado se relaciona de manera inversa con
la presencia institucional (si aumenta la presencia, disminuye la intensidad del conflicto),
con la inclusión política (si aumenta la inclusión, disminuye la intensidad del conflicto),
con la eficiencia de la justicia (si aumenta la eficiencia disminuye el conflicto) y con la
cercanía al centro del país (si aumenta la cercanía al centro disminuye más rápido el
!
!
!
!
145!
conflicto, que en regiones de la periferia). Vale la pena recordar que las variables
mediadoras actuarían como factores coadyuvantes (o entorpecedores) de la variable que
se ha asumido como condición necesaria para los cambios en la intensidad del conflicto
(la implementación de la PSD). Lo que se desea analizar es si dependiendo del
comportamiento de estas variables mediadoras, la PSD tuvo diferentes resultados a nivel
regional, ocasionando así que los cambios en la intensidad del conflicto armado variasen
a través de las diferentes regiones.
Por lo tanto, para identificar las configuraciones es necesario analizar el
comportamiento tanto de la variable dependiente como de las variables mediadoras en el
período 1995-2009. Las preguntas son: ¿Las variables aumentaron o disminuyeron? y
¿Cómo medir y cuantificar este comportamiento? Para dar respuesta a estas preguntas, y
poder así construir la “Tabla de verdad Booleana” es necesario construir primero la
“Tabla de Cambios Porcentuales”, con la cual se obtienen los datos cuantitativos
necesarios para responder a las preguntas que se formulan en las hipótesis. Una vez
construida la tabla de cambios porcentuales, esta información se traduce a la tabla de
verdad Booleana, como se explica a continuación.
5.5.1.1 Tablas Booleanas de verdad y análisis de promedios porcentuales
En estas tablas se listan todos los posibles casos en la columna de la extrema
izquierda (para esta investigación son los departamentos de Colombia). En la columna de
la extrema derecha se presenta el resultado final, el cual en esta investigación sería
“disminución en la intensidad del conflicto” (al cual se asigna el valor 1, si ocurrió, ó 0, si
no ocurrió). La no disminución del conflicto puede sub-dividirse en aumento o
permanencia constante del conflicto, pero eso se presentará posteriormente. Inicialmente,
!
!
!
!
146!
como se indicó, se consideran sólo dos posibles resultados: disminución del conflicto (1),
o no disminución del conflicto (0).
¿Pero cómo se cuantifica la presencia o ausencia del evento? Es decir, cómo se
determina si para el departamento “X” la intensidad del conflicto armado disminuyó (1) ó
no disminuyó (0) entre 1995 y 2009? Para ello se recurre a los métodos cuantitativos
basados en cambios porcentuales y promedios. Se establece un tiempo llamado “antes” y
un tiempo llamado “después” y se compara el cambio porcentual de la variable analizada
entre “antes” y “después”. La variable que mide la intensidad del conflicto es la tasa de
ataques, la cual es la sumatoria de las acciones ofensivas iniciadas por los grupos
insurgentes, y cuantifica la intensidad del conflicto armado. En este caso, el periodo
“antes” es el promedio de los años 1995 a 2002, y como periodo “después” se toma el
año 2009, que es el último para el cual se tienen resultados numéricos de la
implementación de la PSD.
La razón para tomar el periodo 1995-2002 como “antes”, y no sólo el año 2002
(que es el inmediatamente anterior a la implementación de la PSD) obedece a la
importancia de incorporar información histórica suficientemente significativa sobre el
comportamiento de la intensidad del conflicto antes de la implementación de la PSD. En
cambio, para el período “después” se toman los resultados del año 2009, ya que éstos
reflejan el efecto acumulado de seis años de implementación de la PSD, como un
continuum. Los resultados de los cambios porcentuales para la variable tasa de ataques
( y para todas las demás variables) se presentan en la Tabla 5.36. Resumiendo lo anterior,
si al comparar el promedio de la intensidad del conflicto entre 1995-2002, con la
intensidad del conflicto en el año 2009 se observa que el cambio porcentual es negativo
!
!
!
!
147!
(decreció), se asigna para este departamento un valor de 1 en la tabla de verdad Booleana,
en la columna “disminución del conflicto armado”. Si por el contrario, haciendo la misma
comparación el cambio porcentual aumentó o permaneció constante, se asigna a este
departamento el valor 0 en la columna “disminución del conflicto armado”.
Continuando con la tabla de verdad, en las columnas centrales se incluyen la
variable independiente y las variables mediadoras, que son las condiciones que se supone
determinan el resultado final. Como se explicó anteriormente la variable independiente es
la implementación de la PSD, la cual se considera una condición necesaria para los
cambios en la intensidad del conflicto. Las otras variables son las mediadoras, las cuales
se espera determinen las configuraciones que han modulado la efectividad de la PSD. En
resumen estas variables son: número de policías para cuantificar la PSD; PIBpc para
evaluar los efectos de pobreza y resentimientos; petróleo pc, coca pc y oropc para
evaluar la codicia por la presencia de recursos saqueables; tasa de capturas por
homicidio para evaluar la presencia estatal; participación electoral para evaluar la
inclusión política; número de grupos presentes, para evaluar el efecto de múltiples
grupos; y geografía, para evaluar el efecto de la ubicación en centro o periferia. Cabe
precisar que debió prescindirse del índice de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), ya
que la información existente se encuentra incompleta para muchos de los departamentos.
Por tal razón, para evaluar los efectos de la pobreza y resentimientos se utiliza
únicamente el PIB per cápita.
Para todas las variables excepto geografía se aplica el criterio numérico descrito
anteriormente. Es decir, se comparan los períodos “antes” vs. “después”, y se determina
si hubo o no incremento porcentual en estas variables. Si hubo incremento porcentual
!
!
!
!
148!
(indicando así mayor “presencia” de la variable en cuestión) se asigna el valor 1. Si no
hubo incremento (indicando que la variable decreció o permaneció constante) se asigna el
valor 0. Para las variables tasa de ataques, número de policías, y número de grupos
presentes, se tomó como período “después” los resultados del año 2009, ya que éstos
reflejan el efecto acumulado de seis años de implementación de la PSD, como un
continuum. Se consideró que para estas variables el promedio no reflejaría de manera tan
acertada la implementación acumulativa de la PSD.
En cambio, para las variables de pobreza y resentimientos (PIBpc), codicia
(oropc; cocapc y petróleopc), presencia institucional (tasa de capturas) e inclusión
política (participación electoral), se tomó como período “después” el promedio (20032009), por considerarse que para este tipo de variables el promedio refleja de manera más
inclusiva el comportamiento durante todo el período. En cuanto al período “antes”, para
todas las variables se tomó el promedio (1995-2002), con el fin de incorporar
información histórica suficientemente significativa sobre el comportamiento de las
variables antes de la implementación de la PSD. Finalmente, para la variable geográfica
(que no presenta evolución en el tiempo) se asignan los valores fijos de 0 para regiones
ubicada en la periferia y 1 para regiones ubicadas en el centro. La clasificación de los
departamentos en centro ó periferia se explicó en la sección “Geografía” en el capítulo 4.
Las Tablas 5.36 y 5.37 presentan lo explicado anteriormente. La Tabla 5.36
resume toda la información, en términos de variación porcentual, para los períodos
comparados. La Tabla 5.37, as su vez, presenta la Tabla de Verdad Booleana,
convirtiendo en 1 y 0 las cifras de la Tabla 5.36. En el caso de los recursos saqueables
(oro, coca y petróleo), en aquellos departamentos en donde no está presentes aparece la
!
!
!
!
149!
sigla NP en la tabla. Por esta razón, a estos casos se les asigna un 0 en la tabla de verdad
Booleana, indicando así que los ingresos por estos recursos no aumentaron en el período,
lo cual es lo que plantea la hipótesis de codicia por recursos.
Tabla 5.36:
Cambio porcentual, prom(1995-2002) vs. 2009, de las variables A, H y Tasa de Ataques
Cambio porcentual, prom(1995-2002) vs. prom(2003-2009) de las variables B, C, D, E, F, G
Signos: + = aumento; - = disminución
Pobreza
Codicia
Codicia
Codicia
PIBpc
Petrolpc
Cocapc
Oropc
A
B
C
D
E
1 Amazonas
39.08%
-0.98%
NP
1692%
279.63%
2 Antioquia
46.26%
9.98%
76.70%
262.68%
208.62%
3 Arauca
52.52%
2.89%
1.44%
50.07%
NP
4 Atlántico
9.18%
11.39%
227.88%
NP
NP
5 Bogotá D. C.
114.40%
20%
NP
NP
6 Bolívar
-34.12%
36.37%
184%
7 Boyacá
65.59%
20.10%
8 Caldas
63.72%
9 Caquetá
CASO
PSD
(Departamento) (# Policias)
Pres. Instit
Inclus. Pol
Warlords
Tasa Captu Part. Elect # Grupos *
F
Geografia:
Intensidad
Periferia?
Conflicto
Tasa Ataque
G
H
I
-40.90%
-8%
1→0
Periferia
NV
146.87%
1.31%
3→1
Centro
-69.06%
104.31%
6.32%
3→2
Periferia
-24.79%
51.15%
-48.23
2→0
Centro
-76.88%
NP
119.13%
1.38%
2→1
Centro
-78.54%
67.57%
-18.06%
255.74%
-9.39%
3→2
Centro
-81.82%
1011.14%
260.97%
146.68%
44.06%
0.04%
3→1
Centro
-80%
13.74%
NP
100%
77.46%
113.81%
-29.90%
2→1
Centro
-76%
126.49%
-4.55%
NP
-77.84%
-19.91%
142.78%
-31.77%
1→1
Periferia
930.77%
10 Casanare
203.44%
-29.06%
61.57%
NP
NP
181.16%
16.45%
3→2
Periferia
64.10%
11 Cauca
84.38%
19.42%
55.16%
55.58%
117.18%
141.88%
-4.79%
3→1
Centro
267.06%
12 Cesar
56.22%
38.28%
206.61%
-99.34%
NP
202.62%
2.27%
3→0
Centro
-84.85%
13 Chocó
187.95%
16.71%
NP
1360.21%
294.80%
301.11%
-16.36%
2→2
Periferia
372.73%
14 Córdoba
36.72%
12.70%
120.81%
340.61%
-56.94%
118.67%
-8.76%
2→1
Centro
33.33%
15 Cundinamarca
74.11%
9.25%
101.59%
225.48%
-100%
558.70%
4.98%
2→1
Centro
-81.61%
16 Guanía
152.44%
-18.96%
NP
68.49%
46.94%
344.69%
-23.04%
1→1
Periferia
NV
17 Guaviare
375.98%
-60.43%
NP
-68.51%
NP
75.85%
-6.75%
1→1
Periferia
566.67%
18 Huila
-6.82%
9.79%
128.67%
NP
16.75%
78.84%
-29.20%
2→1
Centro
58.62%
19 La Guajira
40.68%
4.65%
131.80%
57.14%
100%
69.15%
-24.73%
2→1
Centro
-47.97%
20 Magdalena
35.23%
10.25%
-100%
48.45%
3303.75%
99.15%
1.01%
3→0
Centro
-88.06%
21 Meta
75.31%
27.27%
165.31%
89.95%
NP
-10.10%
29.32%
2→1
Periferia
218.75%
22 Nariño
81.20%
15.40%
-32.29%
250.27%
58.41%
24.30%
-17.22%
3→2
Periferia
369.23%
23 Norte Santander
60.69%
14.27%
113.20%
-53.61%
100%
173.53%
-9.57%
3→2
Centro
24.18%
24 Putumayo
130.31%
9.48%
151.77%
-73.15%
114.45%
86.34%
-9.17%
2→1
Periferia
591.89%
25 Quindío
12.80%
3.81%
NP
NP
150.64%
74.27%
0.54%
1→1
Centro
-41.46%
26 Risaralda
31.25%
15.84%
NP
NP
-9.75%
196.45%
-8.85%
2→0
Centro
-63.91%
27 San Andrés y P
86.29%
0.45%
81.10%
NP
NP
5.73%
-22.33%
1→0
Centro
NV
28 Santander
5.46%
39.24%
171.83%
129.18%
31.51%
320.16%
-6.78%
3→0
Centro
-91.23%
29 Sucre
51.82%
9.95%
89.95%
NP
168.37%
350.15%
-9.83%
2→0
Centro
-76.12%
30 Tolima
18.15%
11.45%
317.10%
NP
438.93%
49.03%
-7.82%
3→1
Centro
-7.41%
31 Valle
13.37%
8.41%
192.81%
1008%
1.13%
52.33%
-18.92%
3→1
Centro
-42.51%
32 Vaupés
526.32%
-36.83%
NP
-17.34%
-57.59%
145.39%
-35.35%
1→1
Periferia
NV
33 Vichada
143.80%
22.87%
NP
87.67%
92.64%
54.79%
-24.66%
1→1
Periferia
NV
* Por la naturaleza de esta variable, para el período 1995-2002 no se toma el promedio, sino el número
mayor de grupos en el periodo
np: recurso no presente en este departamento
na: dato no disponible
nv: la tasa de ataques permaneció casi constante en estos departamentos.
!
!
!
!
150!
Tabla 5.37: Variación en la intensidad del conflicto armado, 1995-2009. Tabla de verdad
Booleana.
1="si"; 0="no". "No" puede ser: permaneció constante o cambió en sentido opuesto.
Aumentó
Aumentó
Aumentó
Aumentó
PIBpc?
Petrolpc?
Cocapc?
Oropc?
A
B
C
D
E
F
G
H
I
1=si; 0=no
1 Amazonas
1
0
0
1
1
0
0
0
0
0
2 Antioquia
1
1
1
1
1
1
1
0
1
1
3 Arauca
1
1
1
1
0
1
1
0
0
1
4 Atlántico
1
1
1
0
0
1
0
0
1
1
5 Bogotá D. C.
1
1
0
0
0
1
1
0
1
1
6 Bolívar
0
1
1
1
0
1
0
0
1
1
7 Boyacá
1
1
1
1
1
1
1
0
1
1
8 Caldas
1
1
0
1
1
1
0
0
1
1
9 Caquetá
1
0
0
0
0
1
0
0
0
0
10 Casanare
1
0
1
0
0
1
1
0
0
0
11 Cauca
1
1
1
1
1
1
0
0
1
0
12 Cesar
1
1
1
0
0
1
1
0
1
1
13 Chocó
1
1
0
1
1
1
0
0
0
0
14 Córdoba
1
1
1
1
0
1
0
0
1
0
15 Cundinamarca
1
1
1
1
0
1
1
0
1
1
16 Guanía
1
0
0
1
1
1
0
0
0
0
17 Guaviare
1
0
0
0
0
1
0
0
0
0
18 Huila
0
1
1
0
1
1
1
0
1
0
19 La Guajira
1
1
1
1
1
1
0
0
1
1
20 Magdalena
1
1
0
1
1
1
1
0
1
1
21 Meta
1
1
1
1
0
0
1
0
0
0
22 Nariño
1
1
0
1
1
1
0
0
0
0
23 Norte Santander
1
1
1
0
1
1
0
0
1
0
24 Putumayo
1
1
1
0
1
1
0
0
0
0
25 Quindío
1
1
0
0
1
1
1
0
1
1
26 Risaralda
1
1
0
0
0
1
0
0
1
1
27 San Andrés y P
1
0
1
0
0
1
0
0
1
0
28 Santander
1
1
1
1
1
1
0
0
1
1
29 Sucre
1
1
1
0
1
1
0
0
1
1
30 Tolima
1
1
1
0
1
1
0
0
1
1
31 Valle
1
1
1
1
1
1
0
0
1
1
32 Vaupés
1
0
0
0
0
1
0
0
0
0
33 Vichada
1
1
0
1
1
1
1
0
0
0
CASO
Aumentó
(Departamento) # Policias?
!
Aumentó
Aumentó
Aumentó Geografía: Disminuc.
Tasa Capt? Part. Elect? # Grupos? Centro?
!
Conflicto?
!
!
151!
Una vez obtenida la tabla de verdad, se procede a hacer el análisis utilizando el
Algebra Boolena. En contraste con los métodos estadísticos, el número de variables que
determinarán las posibles configuraciones no afecta la validez de esta forma de análisis
comparativo. En general, mas variables solo causan que las transformaciones lógicas (que
se harán posteriormente) sean más complejas. A partir de este punto la tabla de verdad se
analiza a través de una serie de “reducciones”, las cuales están encaminadas a establecer
cuales condiciones son necesarias y suficientes para producir cualquiera de los
resultados (i.e éxito o fracaso). Según señala Wickham-Crowley (1993, 304):
‘Necesaria’ quiere decir que una condición debe estar presente, o el
resultado no ocurrirá; puede, sin embargo, tener tal efecto sólo en
presencia de otras condiciones que apoyan este resultado. ‘Suficiente’
significa que la sola ocurrencia de esta condición producirá el resultado en
cuestión; esto no descarta la existencia de otras condiciones, o conjunto de
condiciones, que puedan también ser suficientes. Dada la complejidad de
los fenómenos sociales, son raros los casos de causas a la vez necesarias y
suficientes para el efecto.
Al finalizar el proceso completo de reducción Booleana (explicado e
implementado en la siguientes sección), éste produce una serie de “escenarios” o
configuraciones que especifican cual conjunto o conjuntos de condiciones produce, por
ejemplo, la reducción en la intensidad del conflicto armado (resultado al cual se asigna un
1). Un proceso idéntico se realiza para identificar las configuraciones que caracterizan la
no reducción en el conflicto armado (pudiendo éste aumentar, o permanecer constante), al
cual se asigna un 0.
5.5.1.2 Procesamiento de datos
El proceso se inicia agrupando, de la tabla de verdad, todos aquellos casos para
los cuales el resultado fue “reducción en el conflicto armado” (identificados con un 1).
!
!
!
!
152!
Para cada uno de esos casos se identifica la configuración que lo caracteriza, es decir, si
las variables mediadoras estuvieron presentes o ausentes. Una variable presente se señala
en mayúscula, y una variable ausente se señala en minúscula. Por ejemplo, para el
departamento de Antioquia, que es el primero que presenta reducción en el conflicto
armado, la configuración sería ABCDEFGhI, lo cual representa que en este
departamento, entre 1995 y 2009, el número de policías aumentó (A), el PIBpc aumentó
(B), el petróleopc aumentó (C), la cocapc aumentó (D), el oropc aumentó (E), la tasa de
capturas aumentó (F), la participación electoral aumentó (G), el número de grupos
presentes disminuyó (h), y está ubicado en el centro del país (I). Otro ejemplo, para
clarificar, sería el departamento de Arauca, en el cual también disminuyó la intensidad
del conflicto. En el caso de este departamento la configuración sería ABCDeFGhi, lo
cual representa que en este departamento, entre 1995 y 2009, el número de policías
aumentó (A), el PIBpc aumentó (B), el petróleopc aumentó (C), la cocapc aumentó (D),
el oropc disminuyó (e), la tasa de capturas aumentó (F), la participación electoral
aumentó (G), el número de grupos presentes disminuyó (h), y está ubicado en la periferia
del país (i).
Esta identificación de configuraciones se realiza para todos los casos
(departamentos) cuyo resultado fue “disminución en la intensidad del conflicto”
(identificados con el 1). Una vez se obtienen todas las configuraciones, se busca si se
pueden agrupar departamentos que presenten la misma configuración. Como se observa
en la tabla resumen que se presenta a continuación, presentan configuraciones similares
los departamentos de: Antioquia y Boyacá; Guajira, Santander y Valle; Sucre y Tolima.
Estos comportamientos similares se analizan en detalle en el siguiente capítulo, al
!
!
!
!
153!
seleccionar los casos de análisis. De esta forma, para los 17 departamentos (incluyendo
Bogotá D.C) que presentaron como resultado final “disminución en la intensidad del
conflicto”, se identifican 13 posibles configuraciones. El paso siguiente consiste en las
rondas de minimización. Este proceso, según explica Wickham-Crowley (1993,307), se
basa en la siguiente premisa:
si dos escenarios producen resultados similares, pero difieren únicamente
en la presencia/ausencia de una sola condición, se infiere que esa
condición no puede ser decisiva en la producción de ese resultado común;
por lo tanto esa condición puede ser descartada, y los dos escenarios
combinados en uno sólo, con una condición menos.
Por ejemplo, en la ronda 1 de minimizaciones presentada abajo, se observa que la
configuración ABCDEFGhI (compartida por Antioquia y Boyacá) se combina con la
configuración ABCDEFghI (compartida por Guajira, Santander y Valle) produciendo la
configuración ABCDEFhI, en la cual desapareció la condición G/g (participación
electoral), ya que se infiere que no pudo ser decisiva para el resultado final. Este proceso
debe repetirse para todas las parejas variantes, hasta que el número de condiciones pueda
reducirse al menos en una condición, para todas las posibles combinaciones. El proceso
debe repetirse para reducir el número de condiciones aun más, si es posible. La
minimización debe continuar hasta que ningún otro proceso de apareamiento y
eliminación sea posible.
A continuación se presentan los procesos de apareamiento y minimización para
cada uno de los tres posibles resultados: “intensidad del conflicto armado disminuyó”
(identificado con el 1); :intensidad del conflicto armado no disminuyó” (identificado con
el numeral 0), el cual a su vez se subdivide en dos resultados: “intensidad del conflicto
armado aumentó” e “intensidad del conflicto armado permaneció constante”. Este último
!
!
!
!
154!
resultado se identifica con el símbolo NV (no varió) en la tabla de variación porcentual, y
significa que las variaciones porcentuales en la intensidad del conflicto fueron
insignificantes.
Resultado 1:
Intensidad del Conflicto Armado Disminuyó (17 Casos)
Configuración Casos (Vienen de la Tabla 5.37)
!
1. ABCDEFGhI
Antioquia (2) y Boyacá (7)
2. ABCDeFGhi
Arauca (3)
3. ABCdeFghI
Atlántico (4)
4. ABcdeFGhI
Bogotá (5)
5. aBCDeFghI
Bolivar (6)
6. ABcDEFghI
Caldas (8)
7. ABCdeFGhI
Cesar (12)
8. ABCDeFGhI
Cundinamarca (15)
9. ABCDEFghI
Guajira (19), Santander (28) y Valle (31)
10. ABcDEFGhI
Magdalena (20)
11. ABcdEFGhI
Quindio (25)
12. ABcdeFghI
Risaralda (26)
13. ABCdEFghI
Sucre (29) y Tolima (30)
!
!
!
Resultado 1, Minimización(Ronda 1)
Configuración 1 y 9:
ABCDEFGhI Antioquia (2) y Boyacá (7) se combina con
ABCDEFghI Guajira (19), Santander (28) y Valle (31) y
produce ABCDEFhI
Configuración 1 y 10:
ABCDEFGhI Antioquia (2) y Boyacá (7) se combina con
ABcDEFGhI Magdalena (20) y
produceABDEFGhI
Configuración 2 y 8:
ABCDeFGhi Arauca (3) se combina con
ABCDeFGhI Cundinamarca (15) y
produce ABCDeFGh
Configuración 3 y 7:
ABCdeFghI Atlántico (4) se combina con
ABCdeFGhI Cesar (12) y
produce ABCdeFhI
Configuración 3 y 13:
ABCdeFghI Atlántico (4) se combina con
ABCdEFghI Sucre (29) y Tolima (30) y
produce ABCdFghI
Configuración 9 y 13:
ABCDEFghI Guajira (19), Santander (28) y Valle (31)se combina con
ABCdEFghI Sucre (29) y Tolima (30) y
produce ABCEFghI
Configuración 4 y 7:
ABcdeFGhI Bogotá (5) se combina con
ABCdeFGhI Cesar (12) y
produce ABdeFGhI
Configuración 4 y 11:
ABcdeFGhI Bogotá (5) se combina con
ABcdEFGhI Quindio (25) y
produce ABcdFGhI
!
!
155!
!
!
Configuración 4 y 12:
ABcdeFGhI Bogotá (5) se combina con
ABcdeFghI Risaralda (26) y
produce ABcdeFhI
Configuración 6 y 9:
ABcDEFghI Caldas (8) se combina con
ABCDEFghI Guajira (19), Santander (28) y Valle (31)y
produce ABDEFghI
Configuración 6 y 10:
ABcDEFghI Caldas (8) se combina con
ABcDEFGhI Magdalena (20) y
produce ABcDEFhI
Configuración 7 y 8:
ABCdeFGhI Cesar (12) se combina con
ABCDeFGhI Cundinamarca (15) y
produce ABCeFGhI
Configuración 10 y 11:
ABcDEFGhI Magdalena (20) se combina con
ABcdEFGhI Quindio (25) y
produce ABcEFGhI
Configuración 3 y 12:
ABCdeFghI Atlántico (4) se combina con
ABcdeFghI Risaralda (26) y
produce ABdeFghI
Configuración 1 y 8:
ABCDEFGhI Antioquia (2) y Boyacá (7) se combina con
ABCDeFGhI Cundinamarca (15) y
produce ABCDFGhI
Resultado 1, Minimización (Ronda 2)
Configuración 1 + 9 & Configuración 6 + 10:
ABCDEFhI se combina con ABcDEFhI y
produce ABDEFhI
Configuración 1 + 10 & Configuración 6 + 9:
ABDEFGhI se combina con ABDEFghI y
produce ABDEFhI (igual a la anterior)
!
!
156!
!
!
157!
Configuración 3 + 7 & Configuración 4 + 12:
ABCdeFhI se combina con ABcdeFhI y
Produce ABdeFhI
Configuración 4 + 7 & Configuración 3 + 12:
ABdeFGhI se combina con ABdeFghI y
Produce ABdeFhI (igual a la anterior)
A estas configuraciones se adicionan las que no sufren otra minimización, que son:
Configuración 2 + 8:
Produce ABCDeFGh
Configuración 3 + 13:
Produce ABCdFghI
Configuración 9 + 13:
Produce ABCEFghI
Configuración 4 + 11:
Produce ABcdFGhI
Configuración 7 + 8:
Produce ABCeFGhI
Configuración 10 + 11:
Produce ABcEFGhI
Configuración 1 + 8:
Produce ABCDFGhI
En resumen, tras dos rondas de minimización, el resultado “Disminución del conflicto
armado” presenta 9 distintas configuraciones.
Resultado 2:
Intensidad del Conflicto Armado Aumentó (11 Casos)
ConfiguraciónCasos (Vienen de la Tabla 5.37)
!
1. AbcdeFghi
Caquetá (9) y Guaviare (17)
2. AbCdeFGhi
Casanare (10)
3. ABCDEFghI
Cauca (11)
!
!
!
4. ABcDEFghi
Chocó (13) y Nariño (22)
5. ABCDeFghI
Córdoba (14)
6. aBCdEFGhi
Huila (18)
7. ABCDefGhi
Meta (21)
8. ABCdEFghI
Norte Santander (23)
9. ABCdEFghi
Putumayo (24)
Resultado 2, Minimización (Ronda 1)
Configuración 3 y 5:
ABCDEFghI Cauca (11) se combina con
ABCDeFghI Córdoba (14)
y produce ABCDFghI
Configuración 3 y 8:
ABCDEFghI Cauca (11) se combina con
ABCdEFghI Norte Santander (23)
y produce ABCEFghI
Configuración 8 y 9:
ABCdEFghI Norte Santander (23) se combina con
ABCdEFghi Putumayo (24)
y produce ABCdEFgh
A estas configuraciones se adicionan la que no sufrieron minimización, que son:
Configuración 1:
AbcdeFghi
Configuración 2:
AbCdeFGhi
Configuración 4:
ABcDEFghi
Configuración 6:
aBCdEFGhi
Configuración 7:
ABCDefGhi
!
!
158!
!
!
159!
En resumen, tras las rondas de minimización, el resultado “Aumento del conflicto
armado” presenta 8 distintas configuraciones.
Resultado 3:
Intesidad del Conflicto Armado Permaneció Constante (5 Casos)
ConfiguraciónCasos (Vienen de la Tabla 5.37)
1. AbcDEfghi
Amazonas (1)
2. AbcDEFghi
Guainía (16)
3. AbCdeFghI
San Andrés y Providencia (27)
4. AbcdeFghi
Vaupés (32)
5. ABcDEFGhi
Vichada (33)
Resultado 3, Minimización (Ronda 1)
Configuración 1 y 2:
AbcDEfghi Amazonas (1) se combina con
AbcDEFghi Guainía (16) y
produce AbcDEghi
Configuración 3 y 4:
AbCdeFghI San Andrés y Providencia (27) se combina con
AbcdeFghi
Vaupés (32) y
produce AbdeFghi
Configuración 5:
ABcDEFGhi Vichada (33)
En resumen, tras las rondas de minimización, el resultado “Conflicto armado permaneció
constante” presenta 3 distintas configuraciones.
!
!
!
!
160!
5.5.1.3 Análisis de resultados
A continuación se presenta el análisis para cada uno de los tres posibles resultados
que podían obtenerse en los departamentos a raíz de la implementación de la PSD, es
decir, disminución en la intensidad del conflicto armado, aumento en la intensidad del
conflicto armado, o permanencia casi constante del conflicto armado.
5.5.1.3.1 Departamentos donde la intensidad del conflicto armado disminuyó
Los 17 casos (departamentos) que presentaron disminución en la intensidad del conflicto
armado se agruparon finalmente en 9 posibles configuraciones. Vale la pena recordar que
las variables examinadas son:
A (si presente), ó a (si ausente): aumento en el número de policías
B (si presente), ó b (si ausente): aumento en el PIB per cápita
C (si presente), ó c (si ausente): aumento en los ingresos por petróleo
D (si presente), ó d (si ausente): aumento en los ingresos por coca
E (si presente), ó e (si ausente): aumento en los ingresos por oro
F (si presente), ó f (si ausente): aumento en la tasa de capturas
G (si presente), ó g (si ausente): aumento en la participación electoral
H (si presente), ó h (si ausente): aumento en el número de grupos presentes
I (si presente), ó i (si ausente): ubicación del departamento en el centro del país
Igualmente vale la pena anotar de nuevo las 9 configuraciones obtenidas:
ABDEFhI
ABdeFhI
ABCDeFGh
ABCdFghI
ABCEFghI
ABcdFGhI
ABCeFGhI
ABcEFGhI
ABCDFGhI
!
!
!
!
161!
Al analizar lo anterior, se observa que los elementos comunes a todas las
configuraciones son: A; B; F; h; I, lo cual implica que en todos los departamentos donde
disminuyó la intensidad del conflicto armado también:
- aumentó el número de policías (variable que cuantifica la PSD).
- aumentó el PIB pc (variable que cuantifica disminución de pobreza).
- aumentó la tasa de capturas (variable que cuantifica presencia institucional, justicia).
- disminuyó el número de grupos presentes (variable que cuantifica Warlords).
- pertenecen al centro del país (una sola excepción, Arauca).
Las 4 variables restantes: (C, D, E alusivas a la presencia de recursos: petróleo, coca y
oro respectivamente), y G (participación electoral), no presentan ningún patrón común de
comportamiento. Es decir, pueden estar presentes o ausentes y ello no afecta la
disminución en la intensidad del conflicto armado, por lo cual no parecen tener un efecto
mediador significativo entre la implementación de la PSD y la reducción en la intensidad
del conflicto.
Qué significan estos resultados, y qué conclusiones pueden derivarse de ellos?
Para iniciar la discusión, vale la pena recordar el argumento central de esta investigación,
explicado en el capítulo 2: basado en las hipótesis formuladas se esperaría, por ejemplo,
que en regiones con menores niveles de pobreza y desigualdad; mayor inclusión política;
mayor presencia institucional; sin presencia de recursos saqueables ( o donde los ingresos
por éstos no aumentasen); sin presencia conjunta de más de un grupo insurgente; y
ubicadas en el centro en vez de la periferia, los niveles de intensidad de conflicto armado
se redujeran de manera mucho más significativa que en regiones con condiciones
diferentes, ante una implementación similar de la PSD. ¿Ocurrió esto así en realidad?
!
!
!
!
162!
Los resultados muestran que en las regiones donde se redujo la intensidad del
conflicto armado las hipótesis se verificaron para cuatro de las variables analizadas. Así
se observa que la configuración que facilita la efectividad de la PSD (representada por A,
aumento en el número de policías) se presenta cuando ésta va acompañada
simultáneamente de B, F, h , I. Es decir, que la Política de Seguridad Democrática ha sido
más efectiva cuando se implementó en departamentos donde también disminuyó la
pobreza (reflejada en el aumento del PIB pc); aumentó la presencia estatal (reflejada en el
aumento de la tasa de capturas); disminuyó el número de grupos presentes, y que están
ubicadas en el centro del país.
Estos resultados dan validez a las hipótesis H1, H3, H6 y H7, según las cuales la
intensidad el conflicto violento se correlaciona de manera positiva con mayores niveles
de pobreza y desigualdad (H1); de manera inversa con la presencia institucional (H3); de
manera inversa con la proximidad al centro del país (H6); y de manera positiva con el
número de grupos presentes (H7). Estas variables mediaron de forma positiva los efectos
de la PSD sobre la intensidad del conflicto armado. Surgen entonces tres preguntas muy
importantes: Primero, ¿cuáles fueron los mecanismos mediante los cuales operaron las
variables que sí tuvieron un efecto mediador positivo entre la PSD y la reducción del
conflicto? Segundo, ¿qué pasó con las otras variables mediadoras, que no parecen tener
un efecto significativo en las zonas donde se redujo la intensidad del conflicto armado?
Tercero: ¿qué pasó en las zonas donde el conflicto no disminuyó y cuál fue el
comportamiento de cada una de estas variables mediadoras en esas regiones?
Comenzamos el análisis examinando las zonas donde sí se redujo el conflicto
armado, analizando cada una de las variables mediadoras, tanto las que tuvieron
!
!
!
!
163!
incidencia positiva como las que aparentemente no tuvieron efectos que incidieran en los
resultados de la PSD sobre el conflicto armado. La primera variable que parece presentar
efectos mediadores positivos entre la PSD y el conflicto es la “pobreza y desigualdad”.
Con relación a esta variable podría sospecharse un efecto de endogeneidad (Przewroski
2004), según el cual sería difícil establecer si la PSD fue más efectiva porque se redujo la
pobreza, o si la pobreza se redujo a raíz de la implementación de la PSD. Para tratar de
dilucidar lo que ocurrió en realidad, se analiza la variable “pobreza inicial” medida a
través del PIBpc promedio para el período 1995-2002 (las técnicas para calcular el PIBpc
se explicaron en el capítulo 4). La pobreza inicial se categoriza como “alta” si el PIBpc
promedio es inferior a $5 millones de pesos, y como “baja” si el PIBpc promedio es
superior a $5 millones de pesos. Esta variable se analiza en conjunto con el
“comportamiento del conflicto armado”, para el cual hay tres resultados posibles:
disminuyó; aumentó; o no varió.
El objetivo de este análisis adicional para la variable pobreza es determinar si, aun
desde antes de implementar la PSD, la pobreza podía ser una variable con efectos
mediadores significativos sobre la efectividad de la PSD. Los resultados resumidos en la
Tabla 5.38 que se presenta a continuación, permiten comprobar una vez mas el efecto
significativo de la pobreza sobre la implementación de la PSD, y por ende sobre la
intensidad del conflicto.
!
!
!
!
164!
Tabla 5.38: Nivel de Pobreza Inicial (1995-2002) vs. Comportamiento del Conflicto Armado
* Al promediar el PIB entre los departamentos (excluyendo Casanare y Arauca por sus valores
extremos atribuíbles al petroleo en los años 1998, 1999 y 2000 especialmente) se obtiene un valor
aproximado de $5 millones de pesos. Este valor promedio se utiliza para clasificar la pobreza en |alta| o
[baja].
!
!
!
!
165!
El análisis de estos resultados muestra que en el 81% (17 de 21) de los
departamentos con pobreza inicial baja, el conflicto armado disminuyó (o no aumentó).
Igualmente, se observa que en el 83% (10 de 12) de los departamentos con pobreza
inicial alta, el conflicto armado aumentó (o no disminuyó). Estos hallazgos resultan
sumamente interesantes, en cuanto que permiten afirmar con mayor certeza que los
niveles de pobreza han afectado la efectividad de la PSD. Esto puede afirmarse porque
desde antes de implementar la PSD se observa una correlación positiva entre los sitios
que empezaron con niveles de pobreza bajos, y terminaron con menores niveles de
conflicto. Lo anterior obviamente no quiere decir que el efecto opuesto no se haya
presentado, es decir, que la efectividad de la PSD no haya tenido efectos sobre la pobreza.
Por el contrario, el crecimiento económico del país, especialmente en los años 2006
(6.7%) y 2007 (6.9%)52 puede considerarse evidencia de los efectos positivos de la PSD
sobre el crecimiento económico y la reducción de la pobreza. Pero lo que interesa ilustrar
aquí, y queda claro tras analizar los resultados de la Tabla 5.38, es que la pobreza como
variable ha afectado la efectividad de la implementación de la PSD.
La segunda variable que arrojó efectos de mediación importantes entre la PSD y
la reducción en la intensidad del conflicto es la “presencia institucional” medida a través
de la tasa de capturas por homicidios. Esta variable presentó un incremento en todas
aquellas regiones en las cuales disminuyó la intensidad del conflicto armado, reforzando
así el argumento de que el fortalecimiento institucional se correlaciona de manera
positiva con la reducción de los conflictos. La medición de fortalecimiento institucional a
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
52
Información del DANE, crecimiento del PIB nacional, en pesos constantes, base 2005. Para más
información véase la página
www.dane.gov.co/index.php?option=com_content&view=article&id=127&itemid=84
!
!
!
!
!
166!
través de la “tasa de capturas” es también significativa porque la tasa de capturas evalúa
tanto la eficiencia de la Policía (entidad que realiza la captura), como la eficiencia del
administración de justicia (a través de las entidades que emiten la orden de captura, sin la
cual la Policía no puede ejecutar los arrestos). Así un incremento de la tasa de capturas
implica fortalecimiento y mayor efectividad en ambos tipos de instituciones,
especialmente porque para una reducción efectiva del crimen es más importante la
ejecución del arresto, que la sentencia o penalidad de hecho (Blumstein 1983).
Igualmente, el incremento en la efectividad policial y de administración de justicia tiene
efectos posteriores sobre la reducción del conflicto. Como señalan Arango et al., (2009,
86):
En la carrera criminal, el encarcelamiento genera una incapacitación o
corte en la carrera criminal. Además, si un homicida encarcelado tiene una
posición importante dentro de un grupo criminal, el grupo se verá afectado
ya que por un tiempo el conocimiento y la experiencia de este individuo
no estarán, en principio, a su servicio.
Vale la pena anotar que para esta variable no se registró un comportamiento inicial
homogéneo, como el observado para la variable pobreza. Es decir, la presencia
institucional inicial (promedio 1995-2002) no era necesariamente mayor en las regiones
donde disminuyó la intensidad del conflicto armado. De lo anterior se deduce que fue la
evolución positiva de esta variable durante el período 2003-2009 (representada por un
aumento en la tasa de capturas), la que tuvo efectos mediadores positivos entre la PSD y
la reducción en el conflicto.
La tercera variable que parece haber tenido efectos mediadores positivos entre la
PSD y la intensidad del conflicto es la geográfica. En efecto, según se muestra a
!
!
!
!
167!
continuación en el Mapa 5.1 la gran mayoría de departamentos que presentaron reducción
en el conflicto armado (13 de 17) están ubicados en el centro del país. Esta mayor
efectividad de la PSD en regiones centrales puede atribuirse a varios factores
característicos de las zonas centrales, entre ellos mayor acceso de las fuerzas públicas,
mayores asignación de recursos para estas zonas, mayor nivel de estudios de la población,
mayor provisión y calidad de los servicios estatales etc. Además de las anteriores
desventajas, en las zonas de periferia existe un déficit de autoridad y de institucionalidad
mayor que en las zonas del centro. Todo lo anterior hace que la implementación de la
PSD haya tenido mayor éxito en las zonas del centro que en las periféricas.
Los resultados anteriores parecen sugerir que existe una co-variación entre las
variables “geografía” y “presencia institucional”, según la cual las regiones centrales
tiene mayor presencia institucional, acceso a los servicios públicos y demás, y las
regiones periféricas o marginales tiene menor acceso a éstos. Desde este punto de vista
las iniciativas gubernamentales deben encaminarse a resolver esta brecha (que parece
geográfica pero en realidad también es institucional), concentrando los esfuerzos
políticos, administrativos y de inversión precisamente en aquellas regiones más remotas.
Esto permitiría una resolución más eficaz del conflicto interno en dichas zonas.
!
!
!
!
168!
Mapa 5.1 Evolución de la intensidad del conflicto armado 2002-2009
Al comparar el Mapa 5.1 con el Mapa 4.2 (Mapa de la “U”, centro vs. periferia)
presentado en el capítulo anterior, resulta sorprendente la cuasi-exactitud de ambos
mapas, y cómo el comportamiento real de la intensidad del conflicto se asemeja a lo
esperado ó proyectado según la hipótesis geográfica. Las únicas regiones que parecen
!
!
!
!
169!
salirse de lo esperado son los departamentos de Cauca, Huila, Córdoba y Norte de
Santander (los cuales a pesar de pertenecer al centro del país experimentaron incrementos
en la intensidad del conflicto); y el departamento de Arauca, que presenta la situación
inversa (a pesar de estar ubicado en la periferia experimentó decrecimiento en la
intensidad del conflicto). Finalmente, al analizar en conjunto el comportamiento de las
variables “geografía” y “presencia institucional” parece observarse una co-variación de
ellas, es decir, que en las regiones más cercanas a los centros urbanos más importantes
(como Bogotá y Medellín, por ejemplo), la presencia institucional y el acceso a los
recursos es mayor que en aquellas zonas ubicadas en la periferia del país.
La cuarta variable que parece haber tenido efecto de mediación positivo entre la
implementación de la PSD y la reducción en la intensidad del conflicto armado es la
variable “número de grupos presentes”, la cual presenta reducción en todos los casos en
los cuales la intensidad del conflicto armado disminuyó. Sin embargo, el efecto mediador
real de esta variable resulta cuestionable, dado que en todos los departamentos del país
(sin importar si el resultado final fue aumento, reducción o permanencia constante de la
intensidad del conflicto) el número de grupos presentes disminuyó con relación a los
datos del período 1995-2002. Esto, que parecería una contradicción con la hipótesis H7
(según la cual si el número de grupos se reduce debe presentarse una reducción en la
intensidad del conflicto armado) puede tener dos explicaciones.
La primera explicación, como se mostró al analizar los datos para el resultado
“disminución del conflicto armado” podría hacer referencia a la necesidad de que la
reducción en el número de grupos presentes deba presentarse en conjunto con las otras
variables que afectan la efectividad de la PSD para lograr los resultados positivos de la
!
!
!
!
170!
PSD. La segunda explicación hace referencia a lo mencionado por Restrepo (2006) y
Arjona (2011b) en cuanto a la dificultad de cuantificación y medición de la presencia de
grupos insurgentes. En efecto, la dificultad para diferenciar entre “presencia” y
“violencia”, según la cual es incierto si la violencia es una buena variable proxy
(medidora) de presencia, haría muy difícil el arribo a conclusiones basadas únicamente en
estos elementos. Según señala Arjona (2011b, 1): “los grupos armados son, por
definición, violentos. Cabe esperar que su presencia se traduzca en algún tipo de
violencia. Por esta razón se suele asumir, implícita o explícitamente, que la violencia es
una buena proxy de presencia. Sin embargo, es posible que exista un error de medición,
sesgado”. En otras palabras, puede suceder que haya presencia sin violencia, lo cual
distorsionaría la información y los resultados que de ella se obtuvieran. Esta problemática
se analiza en detalle en el capítulo de conclusiones.
En cuanto a las dos variables que parecen no haber tenido un efecto mediador
significativo entre la implementación de la PSD y la reducción en la intensidad del
conflicto armado (inclusión política y presencia de recursos saqueables), debe analizarse
en detalle el comportamiento de cada una de ellas. En primer lugar, el hecho de que la
inclusión política (medida a través de la participación electoral) no haya tenido un efecto
mediador significativo puede atribuirse a la marcada disminución en la participación
electoral en el país durante el período 1995-2009. En efecto, según arrojan los resultados
de la Tabla 5.36 presentada en la sección anterior, la participación electoral se redujo (o
permaneció en niveles casi constantes) en 26 de los 33 departamentos analizados. De
acuerdo con la hipótesis formulada, una reducción en la inclusión política no podría tener
!
!
!
!
171!
efectos mediadores positivos en la reducción del conflicto armado, sino que por el
contrario podría incrementarlo.
Cómo se explica la dramática reducción el la participación electoral en el país
entre los años 1995 y 2009? Este fenómeno puede explicarse para el caso colombiano a
través de lo expuesto por García (2010) quien plantea que en un contexto violento puede
esperarse que la participación electoral de los ciudadanos disminuya. Esto se debe a que
en los países en conflicto “los actores armados ilegales recurren a la violencia para
obligar a los individuos a comportarse de una manera que sea consistente con sus
objetivos políticos” (Garcia 2010, 162). En consecuencia, los ciudadanos que viven en un
conflicto violento modificarán sus conductas y opiniones políticas, adaptándolas a los
objetivos estratégicos y orientaciones ideológicas del actor armado dominante. Así, el
contexto estructural afecta el comportamiento político individual, manifestándose en
aspectos como la participación electoral (que tiende a reducirse), las decisiones de voto y
las preferencias políticas. Adicionalmente, dado que no todos los contextos violentos son
iguales, se espera que la reducción de la participación electoral varíe de un contexto a
otro, como lo muestran las diferencias en la reducción en la participación electoral entre
un departamento y otro (ver Tabla 5.36).
En cuanto a las variables que miden presencia de recursos saqueables, contrario
a lo planteado en la hipótesis centrada en codicia éstas no parecen haber tenido un efecto
mediador significativo en los casos en los cuales se redujo el conflicto. Esta conclusión se
deriva de que en muchos de los departamentos en los cuales se redujo el conflicto
también se incrementaron los ingresos por recursos saqueables (por ejemplo Antioquia,
Boyacá, Guajira, Valle, Santander, entre otros), lo cual contradice lo esperado por la
!
!
!
!
172!
hipótesis centrada en codicia, según la cual en las zonas con mayor presencia de recursos
la implementación de la PSD debería ser menos efectiva. Por otra parte, también se
presenta el fenómeno contrario, es decir departamentos como Risaralda donde se
redujeron los ingresos por recursos saqueables y el conflicto también se redujo (lo cual
confirmaría la hipótesis centrada en codicia). Así no se observa ningún patrón claro de
comportamiento de los ingresos por recursos saqueables que permita correlacionar de
manera directa la presencia o ausencia de estos con la reducción del conflicto armado. El
efecto de mediación de esta variable resulta pues incierto.
Vale la pena anotar, sin embargo, que para el caso particular de los ingresos por
coca sí hay evidencia empírica clara, de los años 2009 a 2011, que prueba que las zonas
de recrudecimiento del conflicto son aquellas directamente relacionadas con el cultivo,
producción o comercialización de coca. Esta evidencia, que parece refutar los hallazgos
aquí presentados, se discute en la sección de conclusiones en el capítulo 7. En dicha
sección se explica el recrudecimiento del conflicto en el período post-PSD, al igual que
las posibles causas para esta aparente contradicción entre la realidad reflejada por la
evidencia empírica y lo que arrojan los resultados con relación a los ingresos por coca.
Con lo expuesto en las secciones anteriores se ha dado respuesta a dos de las tres
preguntas formuladas al inicio de esta sección, a saber: ¿cuáles fueron los mecanismos
mediante los cuales operaron las variables que sí tuvieron un efecto mediador positivo
entre la PSD y la reducción del conflicto?; y ¿qué pasó con las otras variables mediadoras,
que no parecen tener un efecto significativo en las zonas donde se redujo la intensidad del
conflicto armado? . Queda pendiente por responder la tercera de esta preguntas: ¿qué
pasó en las zonas donde el conflicto no disminuyo y cuál fue el comportamiento de cada
!
!
!
!
173!
una de estas variables mediadoras en esas regiones? Las siguientes secciones intentan
darles respuesta.
5.5.1.3.2 Departamentos donde la intensidad del conflicto armado aumentó
Los 11 casos (departamentos) en los cuales aumentó la intensidad del conflicto
armado se agruparon en 8 posibles configuraciones:
ABCDFghI
ABCEFghI
ABCdEFgh
AbcdeFghi
AbCdeFGhi
ABcDEFghi
aBCdEFGhi
ABCDefGhi
El análisis de estas configuraciones muestra que, para el resultado “aumento en la
intensidad del conflicto armado” no hay patrones de comportamiento común entre las
variables. Esto difiere significativamente de lo que se observó en la sección anterior,
cuando el conflicto armado disminuyó, y pudieron identificarse claramente variables
cuya presencia conjunta aumentaba la efectividad de la PSD. Cómo se han comportado
las variables en este caso, cuando el conflicto armado aumentó?
En primer lugar se observa que, con excepción del departamento del Huila, en
todos los departamentos aumentó el número de policías y sin embargo la intensidad del
conflicto armado también aumentó. Es decir, la PSD no fue efectiva en estos
departamentos en términos de reducir la intensidad del conflicto. Una posible explicación
acorde con la hipótesis H6 planteada anteriormente, podría ser que la mayoría de estos
departamentos están ubicados en la periferia del país. Esto no sólo hace más difícil el
!
!
!
!
174!
acceso de la presencia institucional, sino que posiblemente incide sobre la asignación de
recursos estatales (más cuantiosos hacia el centro que hacia las periferias), lo cual
inhibiría el efecto mediador positivo de la variable económica e institucional, explicado
en la sección anterior. Sin embargo, esto no es totalmente válido para todas las regiones
ya que los departamentos de Cauca, Córdoba, Huila y Norte de Santander pertenecen al
centro del país y en ellos la intensidad del conflicto aumentó.
Lo que aparece claro a través de estos resultados, y complementándolos con lo
encontrado para los casos en los cuales disminuyó el conflicto, es que la efectividad de la
PSD no es la misma si no va acompañada de disminución en la pobreza, aumento en la
presencia institucional y disminución en el número de grupos presentes. Por ejemplo,
varias de las 8 configuraciones presentadas en esta sección tienen las variables A, F, h
(aumento en la presencia institucional y disminución de número de grupos presentes),
pero a la vez presentan aumentos en los niveles de pobreza, y ubicación periférica, con lo
cual se reduce la efectividad de la PSD.
Dentro de los departamentos en que el conflicto aumentó resulta sumamente
interesante observar los casos de Cauca y Norte de Santander. Después de las rondas de
minimización, estos dos departamentos presentan la misma configuración: ABCEFghI.
Pero, si se analiza en detalle, se observa que esta configuración es idéntica a la que se
presentó en los departamentos de Guajira, Santander, Valle, Sucre y Tolima, en los cuales
la intensidad del conflicto sí disminuyó. Y sin embargo, a pesar de tener esa misma
configuración de “éxito”, en Cauca y Norte de Santander la intensidad del conflicto
aumentó. ¿Qué pasó en estos dos departamentos?. ¿Qué factores inhibieron los efectos
!
!
!
!
175!
positivos de las variables mediadoras, las cuales a pesar de estar presentes no lograron
incidir sobre la efectividad de la PSD reduciendo el conflicto?
Casos como el del Cauca y Norte de Santander muestran que hubo regiones del
país en las cuales los resultados reales se desviaron de lo que era “esperable” según las
hipótesis planteadas. Así, aunque los resultados de los departamentos donde se redujo el
conflicto podrían parecer demasiado “esperables” u obvios, casos como el de Cauca y
Norte de Santander se desvían completamente de lo esperado. Estos departamentos
presentan comportamientos de las variables mediadoras que deberían conducir a una
reducción del conflicto, y sin embargo sucedió lo contrario. Por ello vale la pena
estudiarlos en detalle para intentar comprender qué pasó en estas regiones; por esta razón
el departamento del Cauca se selecciona como un caso para analizar en el siguiente
capítulo.
Para terminar, vale la pena mencionar que no se presentaron casos opuestos a los
de Cauca y Norte de Santander. Es decir, no hubo casos que mostraran comportamientos
“desfavorables” de las variables mediadoras, y que sin embargo experimentasen
disminución en el conflicto. Así, en todos los casos en los que el conflicto disminuyó se
encontró un comportamiento “favorable” de las variables mediadoras (de acuerdo con lo
planteado por las hipótesis), lo cual aumenta la consistencia y solidez de los resultados
obtenidos para los departamentos donde disminuyó el conflicto.
!
!
!
!
176!
5.5.1.3.3 Departamentos donde la intensidad del conflicto armado permaneció casi
constante
Los cinco casos (departamentos de Amazonas, Guainía, San Andrés, Vaupés y Vichada)
en los cuales la intensidad del conflicto armado permaneció casi constante se agruparon
en las siguientes 3 configuraciones:
AbcDEghi
AbdeFghi
ABcDEFGhi
Al analizar estas configuraciones se observa que todas tienen aumento en el
número de policías (indicador de la PSD), pertenecen a la periferia, y en todos se redujo
el número de grupos presentes. Además, en 4 de los 5 departamentos el PIBpc disminuyó
(señalando aumento en los indicadores de pobreza y resentimiento). Resulta interesante
observar las características comunes y similitudes entre los 4 departamentos (Vichada,
Guainía, Vaupés y Amazonas), en términos de ubicación geográfica (todos en la frontera
oriental del país) y extensión (todos con áreas considerables). Al analizar el
comportamiento de las variables mediadoras en estos departamentos, se observa por una
parte que en casi todos (excepto Vichada) la pobreza medida por el PIBpc aumentó, en
cambio en casi todos (excepto Amazonas) la presencia institucional—medida por la tasa
de capturas—aumentó. El comportamiento de estas variables podría explicar el resultado
casi constante de la intensidad del conflicto: por una parte, el aumento en los niveles de
pobreza podría haberlo aumentado; pero por otra el mejoramiento institucional lo habría
reducido. Aunque estas conclusiones preliminares son especulativas, se analizará si algo
!
!
!
!
177!
de esto ocurrió a través del análisis del departamento de Vichada, que se selecciona como
caso para ser analizado en el capítulo siguiente.
5.5.1.4 Conclusiones del Análisis Comparativo Cualitativo y de las mediciones
cuantitativas
Los resultados arrojados por los datos permiten concluir que, en las zonas donde
se redujo el conflicto armado, parece haber mediado positivamente la intervención de 4
variables, como lo muestra el siguiente gráfico.
Gráfico 5.1 Variables independientes, dependiente y mediadoras en la reducción del
conflicto armado.
P.S.D.
CONFLICTO
( V.I )
•
( V.D )
Pobreza
• Presencia Institucional
(V.M)
• Número de Grupos
•
Geografía
En cuanto a las regiones donde el conflicto aumentó, o donde éste permaneció
constante, no se identificó un patrón consistente en el comportamiento de las variables
mediadoras. Para tratar de entender lo sucedido en esas regiones se hace necesario el
análisis detallado de los mecanismos a través de los cuales se llevaron a cabo los
!
!
!
!
178!
diferentes procesos. Para tal fin, se utilizan los análisis de casos explicados en la siguiente
sección, los cuales permiten dilucidar en profundidad las circunstancias particulares que
condujeron a los resultados presentes en algunas regiones. Con el ánimo de ilustrar los
tres posibles resultados obtenidos (reducción, incremento o permanencia casi constante
en la intensidad del conflicto) se seleccionó un caso de cada uno de los grupos; los
criterios de selección se explican en detalle adelante.
Así, este complemento de las metodologías cualitativas y cuantitativas corrobora
el argumento planteado en la discusión metodológica del capítulo dos, según el cual
existe un consenso entre los investigadores del conflicto sobre la necesidad de
complementar los métodos cuantitativos (con poder explicativo de macro-tendencias y
patrones generales) con el uso de métodos cualitativos que exploren en detalle los
mecanismos y procesos presentes en casos particulares (Laitin 2002).
!
!
!
!
6 Capítulo Seis: Análisis de casos
6.1 Análisis preliminar y criterios de selección
En vista de la multi-causalidad del conflicto colombiano—que hace necesaria la
inclusión de numerosas hipótesis en el análisis— y del consenso académico sobre la
importancia de combinar metodologías cualitativas y cuantitativas para un análisis mas
acertado de los conflictos internos, esta investigación se ha desarrollado en varias etapas.
Así, tras haber formulado las hipótesis (derivadas de la revisión bibliográfica), se
procedió a hacer un barrido general de los datos a través de los análisis de promedios
porcentuales, seguido del Análisis Cualitativo Comparativo basado en la lógica del
álgebra Booleana. En este capítulo se incorpora otra herramienta metodológica, el
análisis de casos de estudio, cuyo aporte fundamental es que permiten dilucidar las
circunstancias particulares que condujeron a los resultados presentes en algunas regiones.
Según señalan George y Bennett (2005, 20): “el análisis cuantitativo se complementa
frecuentemente con el estudio de casos, los cuales se enfocan en ejemplos particulares
que permiten refinar conceptos y analizar en detalle los procesos”.
Los análisis de casos se desarrollan en dos etapas. Primero, se realiza una
selección idónea de los casos a analizar, teniendo en cuenta que éstos sean
representativos de los fenómenos estudiados y que realmente permitan explorar el
comportamiento de las variables analizadas. En este sentido, es positivo seleccionar una
combinación tanto de casos que ilustren los procesos “normales”, como casos “extremos”
o “outliers” que ilustren por qué sucedieron situaciones irregulares, lo cual permite
especular sobre las pautas a seguir para implementar correctivos. Una vez seleccionados
los casos, la segunda etapa consiste en el análisis detallado del comportamiento de cada
179!
180!
una de las variables que afectan los resultados, en este caso la variable independiente
(PSD), la variable dependiente (intensidad del conflicto armado), y todas las variables
mediadoras antes explicadas. Este análisis permite identificar procesos, concatenar
eventos, determinar el rol de los agentes involucrados, y tratar de reconstruir los
elementos que condujeron a determinado resultado. En el análisis de los casos que se
presentan a continuación se incorporan los argumentos de académicos y analistas del
tema, la recolección de noticias y archivos relacionados con los sucesos a investigar, y los
resultados de las entrevistas conducidas como parte del trabajo de campo de esta
investigación.
Es importante precisar que la selección de casos es ilustrativa de la forma en la
cual el conflicto violento evolucionó en algunas regiones, pero no es de manera alguna un
análisis exhaustivo de cobertura total del país. Es decir, como se explicará adelante los
casos se seleccionaron con criterios muy definidos, y han resultados muy útiles para
explicar procesos y mostrar la aplicabilidad del modelo de configuraciones aquí
planteado; pero ello de ninguna manera implica que éstos sean los únicos casos que
deben ser analizados. Por el contrario, los estudios futuros deben enfocarse en el análisis
y explicación de otros casos, para complementar los hallazgos aquí presentados. Con el
ánimo de ilustrar los tres posibles resultados obtenidos (reducción, incremento o
permanencia casi constante en la intensidad del conflicto) se seleccionó un caso de cada
uno de los grupos.
Primero, para ilustrar el comportamiento “normal” de las variables mediadoras y
su acción incrementando la efectividad de la PSD (y por ende reduciendo la intensidad
del conflicto) se selecciona el departamento de Antioquia, y particularmente la ciudad de
!
181!
Medellín. Esta ciudad presentó uno de los niveles más altos de violencia en el período
1980-2002; sin embargo, al analizar la evolución de los niveles de intensidad del
conflicto armado tras la implementación de la PSD, se observa que Medellín presenta una
de las reducciones más significativas en el período 2003-2009. Medellín fue seleccionado
porque ejemplifica un escenario primordialmente urbano, en el cual la mayoría de las
hipótesis evaluadas en este estudio se verificaron.
Idealmente, el caso de Medellín debería analizarse de manera paralela contra un
caso en el cual las hipótesis también se verificaran, pero produciendo el resultado
contrario. Es decir, debería complementarse el caso de Medellín con el de otra ciudad de
la misma región, en la cual el número de policías hubiese aumentado; la pobreza hubiese
aumentado; los ingresos por recursos saqueables hubiesen aumentado; la participación
electoral hubiese disminuido; la tasa de capturas hubiese disminuido y el número de
grupos hubiese aumentado. Es decir, un caso en el cual todos los eventos que dificultan la
efectividad de la PSD se hubieran presentado, y en consecuencia el conflicto hubiese
aumentado (la configuración sería similar a: AbCDEfghI). Sin embargo, al buscar un
caso de estas características dentro del grupo de departamentos en los cuales el conflicto
aumentó, no se encontró ninguno que las incluyera todas, o al menos la mayoría de estas
condiciones.
Al no existir un departamento con estas características es imposible realizar una
comparación directa con Medellín, para establecer “como actúan las variables
mediadoras de manera positiva” (cuando baja el conflicto), y “cómo actúan de manera
negativa”, cuando aumenta el conflicto. Sin embargo, el hecho de que no exista un caso
con las características descritas revela de por sí información concluyente, pues nos
!
!
182!
permite afirmar una vez más que la efectividad de la PSD sólo se incrementa con la
presencia conjunta de las variables mediadoras. El caso contrario no es concluyente.
Finalmente, Medellín también se seleccionó porque el recrudecimiento del conflicto en
esta ciudad desde finales del año 2009, permitirá explorar la permanencia de los logros
alcanzados por la PSD, y sobretodo analizar sus perspectivas de sostenibilidad en el
tiempo.
En segundo lugar, para ilustrar el incremento en la intensidad del conflicto se
escogió el departamento del Cauca, el cual además presenta la particularidad de haber
arrojado una configuración idéntica a la de varios departamentos en los cuales el
conflicto disminuyó, y sin embargo en el Cauca aumentó. El análisis de este caso busca
dilucidar por qué las variables mediadoras, aunque presentes, no tuvieron el mismo efecto
positivo en el Cauca, donde no se redujo el conflicto. ¿Existen acaso en este
departamento elementos inhibidores de la acción de las variables mediadoras, y que por
ende redujeron las efectividad de la PSD? Siendo el Cauca un departamento rural, de
gran componente poblacional campesino e indígena, su elección contrasta fuertemente
con la de Medellín (notoriamente urbana), y de esta manera aumenta el espectro de
variables contempladas dentro del análisis.
Finalmente, para ilustrar los casos en los cuales la intensidad del conflicto armado
permaneció casi constante se seleccionó el departamento del Vichada, el cual es un
departamento rural, escasamente poblado y extremadamente remoto. Sin embargo,
presenta la particularidad de haber sido el único de este grupo en el cual la pobreza se
redujo y las instituciones se fortalecieron. ¿Por qué entonces el conflicto no se redujo de
una manera mas significativa en este departamento? La secciones siguientes examinan
!
!
183!
en detalle cada uno de los casos mencionados, teniendo en cuenta de nuevo que algunos
representan los comportamientos “normales”, corroborando las hipótesis, y otros en
cambio presentan comportamientos “desviados” (en inglés, deviant cases) que permiten
extraer conclusiones a través de su comportamiento irregular.
Mapa 6.1 Casos seleccionados: Cauca; Antioquia y Vichada
!
!
184!
6.2 Caso 1: Medellín
El caso del departamento de Antioquia y particularmente su capital, la ciudad de
Medellín, representa una paradoja para los estudiosos del conflicto armado. Por una parte,
se trata de una ciudad con un importante acervo industrial y una cultura empresarial
pujante y emprendedora, que a lo largo de su historia ha sido reconocida como una
experiencia exitosa de gestión pública y transformación urbana. Por otra parte, la ciudad
ha sido el escenario de las luchas mas violentas del país, constituyéndose en la actualidad
en la ciudad más violenta de Colombia, y la cuarta más violenta del mundo (Corrales
2010).
Los resultados de esta investigación muestran que, después de ser en las décadas
de los años 80 y 90 la ciudad más violenta del país, en Medellín se registró una
importante reducción de la intensidad del conflicto armado en el periodo 2003-2009. Las
políticas implementadas de manera articulada por el Estado central y local permitieron la
reducción en la intensidad del conflicto armado urbano y una significativa mejoría de los
indicadores de seguridad y violencia. Sin embargo, el conflicto armado ha sufrido un
nuevo recrudecimiento e intensificación en Medellín desde finales del año 2009. Es decir,
el conflicto no se termina y por el contrario se transforma y adapta, pasando de ser un
conflicto armado con cierto componente ideológico y político (guerrillas y autodefensas),
a un conflicto de primacía criminal en manos de organizaciones y bandas criminales.
Esta sección examina los antecedentes a la implementación de la PSD, es decir el
periodo comprendido desde comienzo de la década de los 80 hasta el año 2002, época en
la cual Medellín fue escenario de violencia indiscriminada por parte de los múltiples
actores en conflicto. Posteriormente se analiza la reducción en el conflicto ocurrida
!
!
185!
durante el período 2003-2009, tanto a la luz de la implementación de la PSD como a
través del comportamiento de las variables mediadoras identificadas en esta
investigación. Finalmente se aborda el tema del recrudecimiento del conflicto que se ha
vivido en Medellín desde mediados del año 2009, intentando explicar sus causas y
posibles alternativas de solución. En el análisis se incluye la opinión de estudiosos del
tema como analistas, académicos y periodistas, así como también las entrevistas en
profundidad efectuadas a ciudadanos de Medellín como parte del trabajo de campo de
esta investigación.
6.2.1 Intensidad del conflicto antes de la PSD (1980-2002)
La historia de conflicto violento en Medellín no es reciente ni obedece a razones
coyunturales de corto plazo. Por el contrario, se ha caracterizado por décadas de violencia,
en cada una de las cuales ha primado la supremacía de diferentes grupos en conflicto. Así,
en la década de los ochenta el conflicto estuvo liderado por el narcotráfico en manos del
Cartel de Medellín, cuyos enfrentamientos por el dominio del negocio y contra la Fuerza
Pública sumieron a la ciudad en una espiral de violencia en la cual la tasa de homicidios
alcanzó niveles superiores a 380 homicidios por cada 100.000 habitantes (Corrales 2010).
Las décadas posteriores fueron testigo de los enfrentamientos entre las Milicias Populares
de las guerrillas y los Bloques Urbanos de los grupos paramilitares. En la actualidad, el
conflicto está principalmente entre las guerrillas de las FARC, aún activas en el
departamento de Antioquia, y las numerosas bandas de delincuentes urbanos (como La
Terraza, Los Mondongueros, Los Triana y La Unión, entre otros), muchos de los cuales
son reconformaciones de los antiguos grupos paramilitares.
!
!
186!
Al igual que ocurre con el caso colombiano, para entender las causas de la
violencia en Medellín es necesario referirse a múltiples variables, algunas de tipo local y
otras nacionales. Corrales (2010) identifica algunas causas fundamentales para que
Medellín haya sido, desde finales de la década de los años 70 uno de los escenarios más
cruentos del conflicto armado: la posición geoestratégica; el entorno socio-cultural; el
crimen organizado “profesionalizado”; la respuesta errática del Estado; y la indiferencia
de la población. Primero, por su posición geoestratégica Medellín es un punto clave de
articulación y conexión entre el norte, centro y sur del país. Esta característica ha sido
aprovechada por los grupos ilegales, los cuales han utilizado especialmente dos
subregiones antioqueñas (además de Medellín) para establecer y consolidar el tráfico de
drogas. Estas subregiones son: el Bajo Cauca, que además de ser uno de los principales
centros de cultivo y producción de cocaína del país es también un corredor estratégico
entre Urabá y Venezuela; y el Urabá Antioqueño, que con sus amplias extensiones
costeras es un “puerto natural” por donde salen embarcaciones cargadas de droga hacia
diversos sitios del mundo.
El entorno socio-cultural, por otra parte, ha fomentado a través del narcotráfico y
las mafias una cultura de la ‘ilegalidad’, en la cual la obtención fácil de ingresos permeó
diversos sectores de la sociedad. Así, con la posibilidad de obtener ingresos de una
manera rápida, muchos segmentos que carecían de oportunidades laborales y educativas
se vieron cautivados por la oferta de obtener seguridad, ingresos, poder y ascenso social,
aunque fuese en el marco de las acciones ilícitas, que resultan mucho más rentables que
la oferta institucional. Lo anterior ha tenido como consecuencia la creación de un crimen
organizado “profesionalizado”, con estructuras criminales resistentes y de gran capacidad
!
!
187!
de adaptación a los cambios. Estas estructuras han variado, en ocasiones teniendo un solo
líder (como en el caso de Pablo Escobar, o Don Berna), ó múltiples liderazgos mas
atomizados, como en el período de 1994-1999 por ejemplo. La economía ilegal de mayor
rentabilidad para estos grupos ha sido el narcotráfico.
Por otra parte, en lo que respecta al rol del Estado en la creciente intensidad del
conflicto en Medellín entre la década de los 80 y el año 2002, autores como Giraldo
(2008) plantean que en ese periodo se presentó una situación de “retiro del Estado”, en la
cual éste renunció a cumplir con la salvaguardia del bien publico de la seguridad. En este
sentido, el Estado local fue incapaz de monopolizar el uso de la fuerza, presentándose
igualmente un fuerte contraste entre las características del Estado y las de las
organizaciones criminales. Según señala Corrales (2010, 2):
Mientras que estas redes son transnacionales, desburocratizadas, se unen
con propósitos comunes alrededor de un negocio de alta rentabilidad y
operan con conexiones a escala mundial, el Estado colombiano tiene
limitaciones y restricciones legales, porque siempre tiene que actuar bajo
la ley; burocráticas, porque sus procesos institucionales son más lentos; y
geográficas, porque sus competencias son limitadas.
Por todo lo anterior la intensidad del conflicto alcanzó niveles muy elevados en
Medellín en el período 1980-2002. Uno de los momentos de intensidad pico en el
conflicto se presentó en el año 2002, en el cual el enfrentamiento entre las guerrillas y los
paramilitares por el control del narcotráfico se manifestó con varias de las siguientes
modalidades de violencia: cadáveres bomba; uso de fosas comunes para sepultar bajas
propias o víctimas de ejecuciones fuera de combate; y patrullajes a luz del día de
unidades numerosas, uniformadas y portando armas largas (Vicepresidencia 2002). Tales
condiciones en un centro urbano altamente poblado, generaron frecuentes problemas con
!
!
188!
relación a violación de los derechos humanos. Según el informe del Alto Comisionado de
las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (2003, 56) para el año 2002 “serían por
lo menos 39 los muertos civiles reportados en todos los operativos de la fuerza pública
en Medellín durante el año (entre ellos 14 menores de edad) y 120 los heridos”. Otros
eventos que caracterizaron el momento crítico del 2002 fueron los ataques directos a los
representantes del Estado en la región por ejemplo: el abaleo de una comisión que
visitaba la Comuna 13 encabezada por el Alcalde de la ciudad en abril; el hostigamiento a
un helicóptero civil de la Gobernación de Antioquia en el barrio 20 de Julio una semana
después del secuestro del Gobernador del Departamento, en mayo; en septiembre
lanzaron una granada en el conjunto residencial donde vivía el padre del Gobernador
Guillermo Gaviria Correa (Giraldo 2008).
En cuanto a los grupos presentes en el año 2002, según el informe del periódico El
Mundo (2002), diversos estimativos calculaban cerca de 650 bandas armadas en la ciudad.
Adicional a esto, la revista Semana (2002) plantea la existencia de los siguientes grupos
insurgentes: tres bloques de las autodefensas (José Luis Zuluaga, Bloque Metro y Bloque
Cacique Nutibara); dos frentes, un proyecto y una estructura urbana del ELN (Carlos
Alirio Buitrago, Bernardo López, el Proyecto Romeral y el Regional Medellín,
aglutinados en la llamada Área Industrial); el grupo miliciano independiente Comandos
Armados del Pueblo; y diversas estructuras del Bloque José María Córdova de las FARC
(Semana 2002). Una excelente descripción de este período es provista por Sánchez
(2010), quien afirma:
La ciudad se rompió. Las clases medias y altas se encerraron en sus
barrios presas del miedo, barrotes metálicos y vigilantes privados.
Sostenían el ritmo económico divorciados del resto de la ciudad en una
aparente “normalidad”. Entre tanto, las familias marginadas apiñadas en
!
!
189!
barrios subnormales de laderas montañosas, conocidas como “comunas”,
eran víctimas del fuego cruzado de pandillas juveniles o “milicias urbanas”
que se disputaban el poder territorial a sangre y fuego y ejercían la
autoridad absoluta. En algunos barrios, nadie podía salir después de las
seis de la tarde, estaba prohibido cruzar ciertas calles, transitar ciertos
sectores, pronunciar ciertos nombres...
Como se observa de todo lo anterior, para el año 2002 la intensidad del conflicto
armado había alcanzado proporciones muy elevadas en Medellín. En ese escenario
comenzó a implementarse la PSD, cuyas estrategias especificas se han explicado en
capítulos anteriores. ¿Cómo funcionó la PSD en Medellín, logrando reducir de manera
tan significativa la intensidad del conflicto? (Véase tabla 5.36). ¿Y cuál fue el rol de cada
una de las variables mediadoras identificadas en esta investigación? Es decir, ¿Cuáles
fueron los mecanismos mediante los cuales esta variables mediaron de manera positiva
sobre la efectividad de la PSD en Medellín? La siguiente sección aborda esas preguntas.
Desde el inicio de la implementación de la PSD los indicadores de violencia se
redujeron para Medellín, llegando a alcanzar niveles muy significativos de reducción en
el período 2003-2009. La tasa de ataques, calculada en esta investigación según se
explicó en el capítulo cuatro, se redujo de 74 acciones en el año 2002, a 10 en el año
2007, lo cual indica una reducción del 86%. Adicionalmente, según explica Rangel
(2010) el número de homicidios decreció en un 55% entre los años 2003 y 2008; la tasa
de homicidios, que en el 2003 era de 87 por cada 100.000 habitantes, pasó a 38 en el
2008 (reducción del 56%). Así mismo, entre los años 2003 y 2008 los secuestros se
redujeron en Medellín entre un 70% y un 85%, los delitos de extorsión se redujeron en
69%, y la piratería terrestre, generalmente atribuida a los grupos insurgentes, se redujo en
81%.
!
!
190!
Esta investigación sostiene que, además de la implementación de la PSD, lo que
condujo a esta reducción del conflicto armado en Medellín fue la concurrencia de otras
variables mediadoras, cuya acción aumentó la efectividad de la PSD. Según los
resultados explicados en el capítulo anterior las variables mediadoras identificadas
fueron: reducción en la pobreza; aumento en la presencia institucional; reducción en el
número de grupos presentes y ubicación central de la región. ¿Cómo actuaron cada una
de estas variables— y los agentes que las representan—en la reducción de la intensidad
del conflicto para el caso específico de Medellín? ¿Cuál fue el efecto conjunto de estas
interacciones? A continuación se examinan esas preguntas.
La primera variable a analizar, es la reducción en la pobreza, medida a través del
aumento del PIB. El estudio de la Alcaldía de Medellín (2010) revela que Medellín ha
tenido una mejoría constante desde el año 2003 en variables como el PIB y el PIB per
cápita. El PIB pasó de $20.80 billones de pesos corrientes en el 2003 a $38.94 billones en
el 2009. Por otra parte, el Informe del Departamento Administrativo de Planeación (2010,
16) registra que en términos de reducción de la pobreza entre los años 2002 y 2008
Medellín estuvo entre las ciudades con mejores resultados. La población por debajo de la
línea de pobreza pasó de ser el 49.7% en el año 2002, a ser el 38.5% en el año 2008, con
una disminución de 11.2 puntos porcentuales. Las altas tasas de crecimiento entre 2005 y
2007 contribuyeron a que el período comprendido entre 2005 y 2008 fuera el de mayor
reducción de la pobreza, con un decrecimiento de 6,6 puntos porcentuales. El
crecimiento económico también impactó positivamente el empleo, variable clave para la
reducción de la pobreza y sobre todo de la desigualdad; la tasa de desempleo en Medellín
!
!
191!
se redujo entre los años 2002 – 2007. Así mismo, la indigencia disminuyó de un 12.3%
en el año 2003 a un 9.2% en el 2008.
Otros indicadores que reflejan la disminución de la pobreza y el mejoramiento en la
calidad de vida son: el número de desconectados de energía en Medellín, que disminuyó
de 64,749 personas en el año 2006 a 54,007 en el 2009; la tasa de cobertura neta en
educación, que mejoro significativamente entre 2006 (84%) y 2009 (91.4%), aumentando
en 7,4 puntos porcentuales; y el número de afiliados al régimen subsidiado en salud, que
fue de 683.650 personas en el año 2009, cifra que según el Ministerio de la Protección
Social representa una cobertura del 90%, la cual se considera universal (Departamento
Administrativo de Planeación 2010, 18).
Estas mejoras en el crecimiento económico y en la calidad de vida de la población
tuvieron un efecto mediador positivo sobre la implementación de la PSD. Se lograron,
según explica Jaramillo (2010), a través de un modelo de desarrollo económico basado en
el mejoramiento de la ciudad con el fin de hacerla atractiva para desarrollar actividades
internacionales. Ello incluyó la construcción de una importante infraestructura de
servicios, al igual que el desarrollo de obras públicas en las comunas más populares de la
ciudad. Con esto, la ciudad se convirtió en un importante centro logístico y de
consecución de recursos financieros, tecnológicos y humanos. Esto a la vez se acompaño
de programas como “Medellín Solidaria”, encaminados a disminuir la pobreza extrema.
La segunda variable mediadora encontrada es la reducción en el número de grupos
presentes. Esto ocurrió en Medellín entre los años 2003 y 2006, con la desmovilización
de los grupos paramilitares, a través del proceso de Desmovilización, Desarme y
Reinserción (DDR) de los bloques Cacique Nutibara y Héroes de Granada. El primero,
!
!
192!
fue desmovilizado el 9 de diciembre de 2003, con 868 excombatientes y 467 armas
entregadas; el segundo, el 1 de agosto de 2005, con 2.033 excombatientes y 1.120 armas
entregadas (Alonso y Valencia 2008). Como se verá más adelante, esta desmovilización
tuvo el efecto contrario a partir del año 2009, en el cual los anteriores grupos
paramilitares se organizaron en numerosas micro bandas criminales—BACRIM—lo cual
incremento sustancialmente el numero de grupos presentes a partir del año 2009.
Pero, inicialmente el efecto de la desmovilización paramilitar fue positivo para
Medellín en términos de la reducción del numero de grupos en conflicto. Según señalan
Aguirre y Restrepo (2010, 274):
La rápida reducción de los homicidios en Medellín, desde el 2002 hasta el
2007, puede atribuirse a una multiplicidad de factores. Entre las razones
para esta importante reducción de los homicidios se han nombrado tanto la
reorganización de los grupos armados en la ciudad, a partir del proceso de
desmovilización, desarme y reinserción de los grupos de paramilitares en
Colombia, en el 2002, como a estrategias de reintegración y de
seguimiento complejo de sus fenómenos de violencia, con sistemas
epidemiológicos.
En el caso particular de Medellín, la desmovilización del Bloque Cacique Nutibara
(única estructura paramilitar urbana en el país), le da una tregua al conflicto en esta
ciudad, y traslada temporalmente la guerra del narcotráfico al norte del departamento del
Valle del Cauca (Fernández 2009). Así, se registra el impacto positivo del proceso de
desmovilización en el corto plazo (2004-2007) especialmente en aquellos barrios que
registraron un mayor número de desmovilizados.
Finalmente, otra variable mediadora arrojada por la investigación es el incremento
en la presencia institucional, medida a través de un aumento en la tasa de capturas. Esto,
como se indicó antes, refleja no sólo mayor efectividad policiva, sino también en la
!
!
193!
administración de justicia. Aguirre y Restrepo (2010, 274) se refieren al efecto del rol
policivo sobre la reducción en el conflicto en Medellín, al señalar que entre los múltiples
factores a los cuales puede atribuirse la reducción homicida en Medellín “también se ha
señalado el potencial impacto virtuoso de las intervenciones urbanas”. De manera similar,
Arango et al. (2009, 91) plantean que en el caso de Medellín “la reacción de la sociedad
genera presión para el incremento de la densidad policial, como resultado de un aumento
de los homicidios. El incremento en la densidad policial aumenta la probabilidad de
captura”. Para mantener los efectos positivos del incremento en la tasa de capturas
experimentado en Medellín, recomiendan un aumento de la fuerza pública y una duración
promedio de la sentencia no inferior a 17 años, lo que corresponde a la legislación
actual de Colombia después de los beneficios otorgados a los criminales.
Sin embargo, a pesar de la mayor eficiencia policiva y judicial detectada en
Medellín entre los años 2003-2008, analistas como Vargas (2009b, 19) sostienen que aún
se requieren muchos refinamientos y mejoras en la policía judicial y en las capacidades
de inteligencia con regulación. Específicamente propone:
…una policía polivalente y flexible. En el proceso de profesionalización
que tuvo la policía en Colombia también hubo un proceso de
especialización muy fuerte que la hace ineficiente, es necesario que la
policía tenga más movilidad, una mejor policía también puede ser más
policía en un contexto de constreñimiento de recursos, para esto se
necesita una policía bien comunicada, con capacidad de movilización, con
buena capacidad de movilidad y que rompa la especialidad.
También sugiere que es necesario un mayor nivel de respuesta local de la policía, es
decir, que actualmente la Policía Nacional está descontextualizada, y no tiene mucha
!
!
194!
cercanía con las necesidades de la población, ni tampoco conocimiento particular de las
organizaciones criminales para combatirlas con mayor eficiencia.
Por otra parte, el incremento en la presencia institucional se ha manifestado
también a través de programas como “Medellín la mas Educada”, el cual se implementó
bajo el principio de invertir la mayor cantidad de recursos, con la mejor calidad y
excelencia estética, en las zonas mas pobres y violentas. Estas obras incluyeron cinco
parques-biblioteca en las comunas más abandonadas; un sistema de transporte público
que acortó las distancias entre los antiguos guetos urbanos; un centro cultural, construido
sobre el antiguo basurero de Moravia (donde antes vivían en extrema pobreza dos mil
familias que fueron reubicadas), diez nuevos colegios públicos, nuevos estadios
deportivos, parques lineales y coliseos preparativos de la sede de los Juegos Olímpicos
Panamericanos del año 2010. El componente más importante del modelo son los cinco
parques biblioteca, diseñados por los mejores arquitectos del país en los barrios antes
catalogados como los más peligrosos, pobres y desprestigiados de la ciudad. Sánchez
(2010).
Elementos como los mencionados anteriormente, que reflejan un incremento en la
presencia estatal y la eficiencia institucional en la ciudad de Medellín, actuaron como
elementos mediadores para incrementar la efectividad de la PSD en esa ciudad en el
período 2003-2009.
6.2.2. Recrudecimiento del conflicto (2009- 2011)
El recrudecimiento del conflicto se evidencia en Medellín a través del aumento en
la tasa de homicidios, la cual se incrementó significativamente entre los años 2008 y
2009. Según la publicación conjunta de la Personería de Medellín, el Instituto Popular de
!
!
195!
Capacitación, y la Universidad de Antioquia (Sierra 2010, 23) entre los años 2008 y 2009
la tasa de homicidios se incrementó en un 85.6%, pasando de 1,137 homicidios en el año
2008 a 2,182 homicidios en el 2009. Según esta publicación, mucha de esta violencia se
relaciona con la extradición de Don Berna, el líder del grupo paramilitar Cacique
Nutibara, en Mayo de 2008. Bajo su mando, la ciudad estaba en relativa calma. Pero una
vez fue extraditado, la mayoría de los asesinatos en el año 2009 ocurrieron entre
miembros de pequeñas bandas, de las cuales se estima existen entre 150 y 300.
Según señala Montero (2010), la situación de recrudecimiento del conflicto es más
acentuada en las comunas, especialmente la 13, a causa del desplazamiento, los
asesinatos, las amenazas y los enfrentamientos armados. Esto resulta paradójico, ya que
es en dichas comunas donde las alcaldías han hecho las inversiones más cuantiosas en las
últimas décadas, y sin embargo el conflicto no se reduce. Al parecer, se presenta un
círculo vicioso “en que el dominio territorial lo logra alguno de los grupos, hasta que se
hace un gran operativo militar y la paz se mantiene un corto tiempo hasta que otro grupo
más poderoso llega a pelear de nuevo el poder” Montero (2010,1). Adicionalmente, es en
estas zonas donde se presenta un mayor reclutamiento forzoso a los jóvenes por parte de
las organizaciones armadas ilegales, las cuales amenazan a las familias si se oponen,
dando lugar a muchos desplazamientos.
Analistas como Corrales (2010) señalan que el recrudecimiento del conflicto
violento se debe entre otras causas a las fallas en el proceso de desmovilización
paramilitar, que condujeron a una transformación y regeneración de éstos en las
BACRIM (bandas criminales organizadas),. Así:
!
!
196!
La ciudad llegó a albergar a más de 4.300 desmovilizados, que fueron
cobijados por oportunidades laborales y educativas que el gobierno
municipal les brindó. Quienes optaron por el camino de la legalidad,
encontraron las puertas abiertas. Quienes no, fueron capturados,
asesinados por enemigos o reingresaron a las estructuras que nunca se
desmovilizaron. Corrales (2010)
Para enfrentar el recrudecimiento del conflicto, en opinión de los expertos se hace
necesaria la formulación de una política de seguridad que permita enfrentarlo de manera
integral. Dicha política no solo debe articular las acciones estatales, sino también
movilizar a la sociedad civil para que ésta participe de manera más activa en la reducción
del conflicto. Según señala Corrales (2010, 3):
La creación de una Alta Consejería para la Seguridad en Medellín y su
área metropolitana, que incluya dentro de su accionar el Bajo Cauca y el
Urabá Antioqueño. Esta sería un ente de articulación de las acciones
administrativas, operativas, judiciales y comunicacionales que de los
planes se deriven y que comprometan a las autoridades nacionales,
regionales, metropolitanas y locales en los ámbitos civiles (Presidencia,
Ministerios de Interior y Defensa, Dirección de Estupefacientes,
Gobernación y Alcaldías), policivas (Policía Nacional y Departamentos de
inteligencia y Antinarcóticos), militares (Ejército, Fuerza Aérea, Armada)
y judiciales (Fiscalía General, CTI, Medicina Legal, Consejo Superior,
INPEC).
Otros, como Vargas (2009b) adicionan la necesidad de hacer una devolución de
poderes en cuanto al tema de la descentralización, es decir, transferir muchas de las
competencias que en este momento se manejan desde niveles centrales, hacia lo local.
Así, estaría implícita una reconversión parcial de los esfuerzos de seguridad (acorde con
el post conflicto, que también es parcial), con el fin de enfrentar los nuevos retos, que son
diferentes a los de los grupos en conflicto. Finalmente, Acero (2009) hace énfasis en la
necesidad de reestructurar el gasto en seguridad, modificando el actual esquema según el
cual “se prioriza el 90% de la inversión en fuerzas militares y solamente el 10% para la
!
!
197!
policía”. Los cambios deben incluir asignar mayores recursos al fortalecimiento
institucional, especialmente en la justicia y en el mejoramiento de las condiciones en que
los jueces y fiscales están realizando su labor.
Como parte del análisis de casos, y para continuar diagnosticando las variables que
afectaron la disminución del conflicto y su posterior recrudecimiento, se realizaron
entrevistas entre habitantes de diversos sectores de Medellín53. Las conversaciones
reflejaron un consenso entre los entrevistados sobre las causas del recrudecimiento del
conflicto. Uno de los entrevistados afirmó: “el problema se transformó, los violentos
cambiaron de nombre, antes eran los paramilitares y ahora son las bandas emergentes.
Pero lo que no ha cambiado es la fuente de financiación, que sigue siendo el
narcotráfico”54. Aunque muchos entrevistados percibieron la mejoría en la intensidad del
conflicto en el período 2003-2009, la totalidad coincidió en afirmar que hay mucha
preocupación por los nuevos incrementos en el conflicto. Esto, en opinión de la mayoría,
se debe a que “el gobierno ya no está dando mano dura como lo hizo al comienzo. Han
bajado la guardia, y los nuevos grupos criminales han sacado ventaja y aprovechado esta
falta de continuidad con las políticas anteriores”55.
Resulta sorprendente, sin embargo, la polarización que existe en los que respecta
a las causas de la reducción del conflicto. Casi el 50% de los entrevistados afirmó que
éste se debió a la acción de las políticas estatales, particularmente la PSD: “acá en
Medellín empezó a tenerse un poco de paz cuando el gobierno entendió que las buenas
intenciones de Pastrana no servían de nada, y que las guerrillas, los paramilitares y los
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
53!Los sujetos entrevistados permanecen en el anonimato por los requerimientos del HSRO.!
54
Entrevista # 6, Alcaldía. Medellín.
# 11, Farmacia, Medellín!
55!Entrevista
!
!
198!
narcos sólo se podían acabar con el uso de la fuerza. Usted veía policías y militares por
todas partes, y uno como ciudadano se sentía seguro, protegido por el gobierno”56 La otra
mitad, por otra parte, atribuye la reducción del conflicto a “pactos secretos entre el
gobierno y los paramilitares. Acá todo el mundo sabe que mientras Don Berna estaba en
el poder, él se encargaba de mantener el orden y de que no hubiera violencia. Como
cuando estaba Pablo Escobar. Pero cuando lo extraditaron las cosas se enredaron mucho
y empezaron a atacarse entre pequeñas bandas”57. Finalmente, también hay
conocimiento entre los entrevistados del rol de la ubicación geográfica de Medellín en el
conflicto armado: “no es solo por el corredor de paso de drogas hacia el Urabá, sino que
en Medellín estamos en el centro del país, en un punto medio entre el norte y el sur. Eso
le da una ubicación estratégica para los grupos insurgentes y para el tráfico de drogas, y
por eso es tan difícil aquí acabar con la violencia”58
En conclusión, el análisis del caso de Medellín ha permitido identificar el rol de
las variables mediadoras al incrementar la efectividad de la PSD. Estas, como se ha
ilustrado, facilitaron la implementación de la PSD en las zonas donde se redujo la
intensidad del conflicto. Sin embargo, el caso de Medellín resulta de especial interés ya
que también ilustra la dificultad de mantener la reducción en los niveles de intensidad del
conflicto cuando se hacen presentes circunstancias inesperados. En efecto, variables
como la desmovilización de los grupos paramilitares en Antioquia—de la cual se
esperaba tendría efectos positivos en cuanto a la reducción del conflicto armado—
resultaron a la postre siendo negativas para éste y facilitando su transformación y
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
56!Entrevista # 2, Hospital. Medellín!
57!Entrevista # 14. Central Transportes. Medellín.!
58!Entrevista # 18. Medellín.!Puesto de Salud.!
!
!
199!
recrudecimiento. A pesar de que la desmovilización paramilitar es una parte muy
importante de la PSD, al haberse realizado de manera parcial e incompleta eso ha
facilitado que se revierta el proceso, incrementándose de nuevo la violencia.
Así, la violencia asociada a la guerra contrainsurgente (que durante los últimos años
se había desplazado a los márgenes socioeconómicos y geográficos de las periferias del
país), se ha modificado. Tras la desmovilización paramilitar la tendencia de la era postconflicto ha sido contraria, desplazándose éste hacia las zonas centrales del país. El caso
de Medellín ilustra la necesidad de hacer importantes modificaciones a la PSD en este
sentido, ajustándola a las necesidades derivadas de las transformaciones del conflicto; si
cambios como los sugeridos no se implementan, el conflicto en ciudades como Medellín
seguirá recrudeciéndose y perpetuándose. Finalmente, el caso de Medellín es muy
importante porque refuerza y confirma la importancia de la variable “número de grupos
presentes” sobre la intensidad del conflicto. El recrudecimiento violento de los dos
últimos años, que ha ido acompañado de la multiplicación de pequeños grupos tras la
desmovilización paramilitar, presenta evidencia empírica de esta relación. Al
incrementarse el número de grupos, se aumenta la intensidad del conflicto violento.
6.3 Caso 2: Departamento del Cauca
Como se explicó en el capítulo anterior, el departamento del Cauca presentó un
incremento en los niveles del conflicto armado tras la implementación de la PSD entre
2003-2009. Adicionalmente, es uno de los departamentos más afectados por la ola de
recrudecimiento del conflicto que vive el país desde finales del año 2009. ¿A qué se
debió esta imposibilidad de reducir los niveles de conflicto, y por qué éste se ha
incrementado en enormes proporciones en el período 2009-2011?. La siguiente sección
!
!
200!
intenta dar respuesta a estas preguntas. Como se verá, el caso del Cauca conjuga una
multiplicidad de variables causales que han impedido hasta la fecha modificaciones
positivas en el conflicto armado.
6.3.1 Identificación de causas para la no disminución (y aumento) en la intensidad
del conflicto armado.
El departamento del Cauca se encuentra localizado en el suroeste del país, con una
extensión de 29,308 km². Limita al norte con los departamentos del Valle del Cauca y
Tolima, al oriente con los departamentos de Huila y Caquetá, al sur con los
departamentos de Putumayo y Nariño, y al occidente con el océano Pacífico. Lo
conforman 38 municipios, y lo atraviesan las cordilleras Occidental y Oriental. Según
explican Ávila y Núñez (2010), en el caso específico del Cauca la dificultad para
erradicar el conflicto radica, entre otras causas, en elementos estructurales de larga data.
Por una parte, a diferencia de otros departamentos el Cauca es predominantemente rural.
Por otra parte, ha sido escenario de intensos fenómenos de recomposición de economías
campesinas e indígenas a través de procesos de recuperación de tierras, que han
modificado sustancialmente la estructura de posesión y tenencia a partir de la década de
los años 70. Esto ha traído como consecuencia el predominio de micro-fundios y la falta
de acceso a la tierra para miles de familias, lo cual se ha traducido en un problema agrario
crónico que ha facilitado el surgimiento y perpetuación del conflicto armado en el Cauca.
Adicionalmente, el conflicto en el Cauca adquiere otras singularidades, como lo
son la vinculación de economías regionales y familiares a los cultivos de coca y a la
producción de drogas, y la lucha por el control estratégico de corredores y fronteras por
parte de la guerrilla y de los grupos neo-paramilitares. Según explica Ávila (2009),
!
!
201!
En el departamento del Cauca han prosperado las economías ilícitas de la
coca y la amapola, de una manera tal que además de comprometer franjas
importantes de la población, también constituyen unos polos diferenciados
de conflictividad, en tanto se inscriben en estructuras regionales y sociales
específicas:. (Ávila 2009, 53)
Si bien proliferan laboratorios artesanales de pasta de coca en todas estas regiones,
la producción de cocaína tiende a concentrarse en narcotraficantes que se encargan
directamente de su embarque, bien sea por la ruta de Ecuador, la ruta de Buenaventura
(Valle del Cauca) o a través de las otras redes que manejan los herederos del Cartel de
Cali y Norte del Valle. Precisamente la proximidad con el Valle permite explicar que en
el norte del Cauca (en los municipios de Suárez, Buenos Aires, Santander, Caloto,
Corinto) se concentre una buena parte de los laboratorios de cocaína, no obstante ser
relativamente escasas las plantaciones de coca.
De otra parte, según el informe de la Unidad de Prevención de Violencia de la
Universidad del Valle (2004), el departamento del Cauca se ha constituido en un
escenario estratégico para las fuerzas insurgentes y actores armados, debido a la
confluencia de canales de comunicación entre la Amazonía y el Océano Pacífico,
Ecuador y el Valle del Cauca, así como la diversidad de su geografía con valles
interandinos y selvas, que se extienden desde la Cordillera Central hasta el Pacífico. Así,
estas características han favorecido no sólo la aparición de grupos insurgentes y de
organizaciones de autodefensa en los comienzos del conflicto, sino su permanencia y
fortalecimiento en el Cauca a través del tiempo..
Las principales zonas donde estos grupos al margen de la ley tienen presencia son:
la Bota Caucana que comunica con el departamento del Caquetá y con el Putumayo; el
Macizo que comprende también algunos municipios de los departamentos de Tolima,
!
!
202!
Huila, Nariño, Putumayo y Caquetá; la Vía Panamericana que atraviesa el departamento
desde Nariño hasta Valle; la zona noroccidental (río Naya), que a través del río San Juan
y más arriba por el río Atrato, comunica con el municipio de Buenaventura (Valle) y el
departamento del Chocó (Pacífico); la Cordillera Oriental, en los municipios de El
Tambo, Argelia, Patía, Balboa y el piedemonte de la Cordillera Central, especialmente
los municipios de Mercaderes y Bolívar (zona de enclave cocalero), la zona del Pacífico,
principal para el tráfico de armas y de drogas; así como Popayán y sus alrededores, eje
administrativo del departamento (Universidad del Valle 2004).
Igualmente, en entrevista a (Caracol Radio Febrero 2012), Restrepo sostiene que
el departamento del Cauca resume los problemas que tiene el conflicto armado
colombiano: “Cauca tiene una abundancia de recursos ilícitos como la coca y la
marihuana, hay una presencia importante de población indígena59 que también es
combustible del conflicto al proveer personas que hacen parte de los grupos armados
ilegales”. El periódico El País de Cali (2011), por otra parte, plantea que las autoridades
militares y civiles coinciden en que el problema de la guerrilla en el Cauca es un mal
endémico e histórico, ya que allí nacieron los grupos subversivos más antiguos del país y
ha sido su centro de acciones delictivas desde hace 45 años.
Esto se hace evidente, por ejemplo, con la presencia ininterrumpida de las FARC en
la región desde los comienzos de esta organización insurgente. En el Cauca está el frente
más activo de las FARC, según las estadísticas oficiales: es el Sexto, que en los últimos
dos años ha realizado 187 ataques y hostigamientos y que maneja la producción y el paso
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
59!Actualmente permanecen los grupos Guambianos en el municipio de Silvia, los Paeces en la cordillera
Central y los Ingas en la denominada “bota Caucana”, al sur del departamento. (Universidad del Valle
2004).
!
!
!
203!
de la coca en el norte del Cauca y el sur del Valle (El Tiempo 2011). En el año 2010 el
Cauca ha sido también epicentro de confrontaciones violentas entre las FARC y el
Ejército, especialmente en la zona norte. Según informe de la Revista Semana, (2010c),
en el ultimo ataque el Ejército reportó que las FARC usaban civiles como escudos
humanos, y que se refugiaban en las reservas indígenas vecinas. A raíz de lo anterior, el
gobierno ha declarado el Cauca una prioridad, y desde finales del 2009 reforzó el Ejército
en el norte del Cauca reforzándolo con 2,500 soldados. En respuesta a estos refuerzos
según reporta el periódico El País de Cali (2010) las FARC han incrementado los actos
violentos hacia la población civil.
Por otra parte también se ha hecho evidente el proceso de reacomodamiento y
adaptación de las FARC ante el acoso de las autoridades, especialmente en el desarrollo
de nuevas estrategias y tácticas para continuar con el tráfico de drogas. La permanencia
de las FARC en el Cauca, según inteligencia de la Policía, obedece a que esta
organización está detrás de una nueva modalidad de cultivos ilegales en la zona: ya no
siembran en lotes abiertos sino en invernaderos pequeños, cuya producción se refina
también en 'micro-cocinas' del narcotráfico. Por esa vía el efecto del negocio continúa
multiplicándose (El Tiempo 2011). Este diario resume así la situación del conflicto en el
Cauca:
Una zona montañosa difícil hasta para los helicópteros, que está en una
ruta tradicional del narcotráfico entre el centro-oriente del país y el
Pacífico, donde existe una tradicional desconfianza hacia la Fuerza
Pública… son algunos de los elementos del explosivo coctel que tiene hoy
al Cauca como el departamento más afectado por los ataques de ese grupo
ilegal.
!
!
204!
Igualmente, otro elemento que ha impedido que se reduzcan los niveles de
intensidad del conflicto armado en el Cauca es la aparición de nuevos grupos armados al
margen de la ley. Estos grupos, entre los cuales se encuentran los llamados “Águilas
Negras-Nueva Generación”, se enfrentan con las guerrillas por el control de la minería
del oro (Semana 2010a). Según continúa este informe de Semana, en los últimos meses
han aparecido nuevos actores armados en Suárez y La Toma. Así, “mientras las FARC
han hecho presencia constante en esa región, desde octubre del año pasado se han visto
personas encapuchadas, con armas y haciendo retenes ilegales, que, de acuerdo con las
mismas denuncias, parecen ser integrantes de otro grupo armado ilegal”.
6.3.2 Conflicto étnico y sus efectos sobre la PSD
Sin embargo, al analizar las particularidades del departamento Cauca y
comparándolo con otros departamentos donde el conflicto tampoco se redujo, resulta
evidente que el Cauca presenta una problemática particular, que quizá se ha convertido en
un factor inhibidor de le efectividad de la PSD. Este hecho parece haber actuado en
contravía de las otras variables mediadoras que—como se ha explicado—a pesar de estar
presentes en el Cauca no tuvieron el efecto facilitador de la PSD que sí tuvieron en otras
regiones. El hecho en cuestión, es la presencia de comunidades indígenas, quienes a
través de su renuencia a aceptar la presencia de las Fuerzas Públicas en sus regiones se
han convertido en actores claves dentro del proceso del conflicto armado.
Los paeces y guambianos en el Norte del Cauca se han resistido a la sociedad
blanca y mestiza luchando por la ampliación de sus derechos civiles y políticos, por el
reconocimiento de sus autoridades tradicionales y por la autonomía y autodeterminación
para sus territorios. La constitución de 1991 convirtió en derechos muchas de estas
!
!
205!
exigencias, lo cual representó un gran triunfo para las minorías étnicas del país. Sin
embargo, paradójicamente este avance parece haber tenido condiciones negativas en la
lucha del Estado contra la violencia. En efecto, según señala Otero (2006, 1)
Los logros y las reivindicaciones de los indígenas a menudo entran en
conflicto con el Estado colombiano. En muchas ocasiones, cuando las
autoridades civiles o militares orientan esfuerzos por hacer presencia y
controlar los territorios donde ellos habitan, o cuando se ponen en marcha
nuevas leyes, tratados o medidas administrativas o comerciales, los
indígenas sienten que el Estado les está vulnerando sus derechos, al
tiempo que el Estado considera que las pretensiones de los indígenas
impiden el cumplimiento de sus funciones constitucionales.
Así, en ocasiones la posición que asumen las comunidades indígenas frente al
conflicto que tiene lugar en sus territorios va en contravía de las políticas estatales, en
este caso particular del la implementación de la PSD. Un ejemplo de lo anterior se
presentó en el año 2005, cuando el municipio de Toribío fue atacado por las FARC
durante varios días, lo cual resultó en decenas de militares y civiles muertos y heridos. En
consecuencia, durante las semanas siguientes el Ejército y la Policía se trasladaron a la
región, convirtiéndola en escenario de enfrentamientos y disputas para expulsar a las
FARC. No obstante, las comunidades indígenas consideraron que este ingreso de la
Fuerza Pública violaba sus derechos de permanecer neutrales en el conflicto armado,
exigiendo al presidente Uribe retirarlas de su territorio.
Esta no era la primera solicitud en este sentido, ya que anteriormente habían
solicitado que se retirara la estación de Policía de la plaza central del municipio. Otero
(2006). Según señala el periódico El País (2005), el presidente Uribe se opuso a esta
petición, manifestando que “…esa dictadura de terrorismo la tenemos que sustituir por
las libertades democráticas. Y las libertades democráticas necesitan una presencia eficaz
!
!
206!
y transparente de la Fuerza Pública, presencia que no podemos renunciar ni someter a
discusión”. Sin embargo, los indígenas no comparten esta opinión sobre el Ejército, el
cual consideran que no los representa, y que ha cometido atropellos y asesinatos igual
que los otros actores armados. Por tal razón, según expresaron los líderes indígenas al
diario Vanguardia Liberal (2005): ““no le vamos a obedecer a nadie, ni a las FARC, pero
tampoco a la red de informantes del presidente Uribe, que nos quiso involucrar en ella, y
de hacerlo violaríamos el principio de autodeterminación».
Así, en el año 2006 los indígenas de Toribio desmontaron ocho trincheras que la
Policía había instalado en el casco urbano, pretendiendo con ello exigir la salida del
territorio indígena de todas las fuerzas del Estado, así como las estructuras de las FARC.
Periódico El Tiempo (2006). Ejemplos como el anterior han sido numerosos en el
departamento del Cauca, razón por la cual puede concluirse que este tipo de intervención
por parte de las comunidades indígenas ha resultado en dificultades para implementar la
PSD en la región.
Con el fin de completar el diagnóstico sobre la evolución del conflicto en el Cauca,
se realizaron 20 entrevistas a ciudadanos de este departamento60. Los sujetos
entrevistados permanecen en el anonimato por los requerimientos del HSRO61. Para el
caso del departamento del Cauca, resulta sorprendente el nivel de conocimiento de la
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
60
%Las entrevistas fueron personales y/o telefónicas, y los entrevistados permanecen en el anonimato según
los requerimientos del HSRO. Los criterios de selección de los entrevistados, así como los ‘Formatos de
Entrevista”, y el formato de “ Consentimiento para participar en un estudio de Investigación”, se
encuentran en la sección de Anexos (Anexos 4 y 5 respectivamente). Antes de elaborar las entrevistas,
tanto el tema como los formatos de entrevistas fueron sometidos a evaluación por parte del HSRO,
lográndose la aprobación final.
61!The Human Subject Research Office (HSRO) provides administrative support for the University of
Miami Institutional Review Boards. An Institutional Review Board is a group of individuals comprised of
faculty, staff and community members charged with reviewing proposed research involving human subjects
to ensure the protection of those subjects and compliance with applicable federal regulations, state law and
institutional policy that govern human subject research.!
!
!
207!
población sobre las causas del conflicto, y especialmente sobre por qué este no ha podido
ser reducido en este departamento. Uno de los entrevistados afirmó que el principal tema
de confrontación en la cordillera Occidental es la explotación ilegal de recursos naturales,
habiendo el oro desplazado a la coca: “para la guerrilla, narcotraficantes y bandas
criminales ya les es más rentable producir un kilo de oro que un kilo de droga”62, explicó.
La mayoría de los entrevistados coincidieron con este argumento, agregando además que
la atomización de los grupos (especialmente por la transformación de los antiguos grupos
paramilitares en bandas más pequeñas, BACRIM) también ha contribuido a incrementar
el conflicto: “lo que ha cambiado es que antes habían unos cuerpos grandes, o grupos al
margen de la ley grandes, y ahora hay muchos grupos pequeños… Eso es lo que uno
percibe como ciudadano. Entonces se ha transformado el orden jerárquico de los grupos
que están al margen de la ley y eso hace que hoy en día la incertidumbre permanezca. Ya
no hacen grandes impactos sino que trabajan en pequeñas unidades generando mucho
mas terrorismo en las poblaciones”63
Otro elemento que generó consenso entre los entrevistados es el de las
características geográficas del Cauca, que dificultan el acceso a las fuerzas estatales, y
permiten a los grupos insurgentes desarrollar con mas facilidad las actividades
relacionadas con el tráfico de drogas: “ lo que pasa es que en el sur del Cauca hay unas
zonas muy montañosas y muy apartadas que son de difícil acceso. Entonces esas zonas
son propicias para el cultivo de coca, y en el norte del Cauca hay unas zonas de difícil
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
62!Entrevista número 9, taxista, Cauca.!
63!Entrevista número 7, alcaldía, Cauca.!
!
!
208!
control que facilitan la conversión de hoja de coca en cocaína como tal”64. Otro
entrevistado se refirió a las características poblacionales del Cauca como elemento
coadyuvante del conflicto “… el departamento del Cauca, por ejemplo, el 15% está
habitado y el resto son zonas vírgenes, entonces se facilita para que puedan ocultar sus
laboratorios, y además que son de difícil acceso porque aquí las vías son horribles”.65
De esta manera, en el departamento del Cauca parecen haberse conjugado todos
los elementos que conducen al surgimiento, y sobre todo a la perpetuación, del conflicto
armado. Por una parte, altos niveles de desigualdad (teoría de resentimientos) que datan
de tiempo atrás por los problemas de tenencia de tierras. Por otra parte, numerosos
recursos naturales (entre ellos coca y oro simultáneamente), lo cual exacerba la “codicia”
de los grupos insurgentes e incrementa su presencia. Además, las características naturales
y geofísicas del Cauca y su constitución montañosa, la convierten en un área propicia no
solo para los cultivos ilícitos, sino como refugio para los grupos insurgentes por el difícil
acceso para las autoridades (presencia institucional limitada). Un elemento adicional es
su cercanía a los corredores para el tráfico de drogas, y en particular a la costa Pacífica
para efecto de exportación de las mismas.
Finalmente, su composición étnica y la permanencia de población indígena hacen
del Cauca una zona en la cual la implementación de la PSD se ha dificultado, al parecer
por la intervención negativa de estas comunidades. Esto conduce a pensar que quizá, al
igual que ocurre con las variables geográficas, la presencia de comunidades indígenas
debería ser teorizada o “variabilizada” para medir de manera mas formal su incidencia
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
64!Entrevista número 13, hotel, Cauca. Seis entrevistados mas coincidieron con este argumento de zonas
montañosas y de difícil acceso. !
65!Entrevista número 8, inmobiliaria, Cauca.!
!
!
209!
sobre la intensidad del conflicto. Este hallazgo parecería estar de acuerdo con lo que
Laitin (2002) y otros han encontrado en África: los mayores niveles de heterogeneidad o
polarización étnica parecen contribuir a elevar los niveles de conflicto. Así, estudios
futuros podrían incluir la presencia de comunidades indígenas como una variable que
cuantificase el conflicto étnico, incorporándole a la multiplicidad de variables que afectan
el caso colombiano.
Esta pluralidad de variables explica así por qué en el Cauca no se logró reducir la
intensidad del conflicto armado en el período 2003-2009 a pesar de los esfuerzos
implementados a través de la PSD. Estas variables explican, también, porqué el conflicto
no solo se ha perpetuado en el Cauca, sino que se ha recrudecido de manera muy
significativa en este departamento, el cual se ha convertido en el más flagelado por la
guerrilla de las FARC en el período 2009-2011. A nivel normativo y de diseño de
políticas, el entender estas causas del fracaso de la PSD en el Cauca podrían servir para
implementar correctivos en la PSD. Estas sugerencias se discuten en el capítulo siete, en
la sección de conclusiones.
6.4 Caso 3: Departamento del Vichada
6.4.1 Identificación de causas para la permanencia casi constante de la intensidad
del conflicto armado.
El departamento del Vichada tiene una extensión de 98,970 km2, y se ubica en el
extremo noreste de Colombia. Lo conforman 4 municipios: Puerto Carreño, Santa
Rosalía, Curamaribo y La Primavera. El Vichada hace parte de los llamados “antiguos
territorios nacionales”, los cuales abarcaban varios departamentos de las regiones de la
Orinoquía y la Amazonía. Tanto el Vichada como los demás departamentos de los
!
!
210!
antiguos territorios se consolidaron administrativamente como departamentos con la
Constitución de 1991. Esto les otorgó el derecho a gobiernos locales y elección de
representantes a la Cámara (Núñez 2007, 2). En extensión es el segundo mas grande del
país, pero también es uno de los menos densamente poblados, con una densidad
poblacional de 1.79 habitantes por km2. Geográficamente hace parte de la Orinoquia
colombiana, con paisajes predominantemente de sabana (Ríos 2008).
Como se explicó en el capítulo anterior, el departamento del Vichada es
mayormente rural, escasamente poblado, y extremadamente remoto. Su selección dentro
del grupo de casos de análisis complementa los casos de Medellín y Cauca, cuyas
características poblacionales y de ubicación son diferentes. Así, con la selección de tres
casos tan distintos en términos de ubicación y población, se busca cubrir diversas
opciones del espectro geográfico y poblacional del país. La particularidad del
departamento del Vichada es que la intensidad del conflicto armado permaneció en
niveles casi constantes tras la implementación de la PSD. Esta sección intenta entender
las razones para este comportamiento. Según señala Núñez (2007), para entender las
dinámicas del conflicto armado en el Vichada es necesario tener en cuenta las
características particulares de este departamento, es decir:
Una vegetación selvática en el sur del departamento, nutridas cuencas
hidrográficas, la lejanía de centros de poder estatal, la ausencia de vías de
comunicación interregionales, ser zona de frontera con Venezuela, una
población mayoritariamente indígena y rural, y altos índices de
necesidades básicas insatisfechas en los cascos urbanos (41,94%) y en las
zonas rurales (84,4%), hacen de este territorio una extensión propicia para
el cultivo de coca, el tráfico de armas y el asentamiento de grupos armados
ilegales. (Núñez 2007, 3)
!
!
211!
El origen de la presencia de las FARC en este departamento se remonta a principios
de los años 90; el primer frente en tener presencia activa fue el frente 16. Según datos del
Observatorio de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario (2007, 2), tras
la muerte en 1999 de alias Esteban González (comandante del frente 16) el Negro Acacio
asumió la comandancia. Esta nueva dirección del frente ocasionó un incremento del 86%
de los cultivos de coca entre los años 2000 y 2001, concentrándose principalmente en los
corregimientos de Puerto Príncipe, Chupave, Güerima, El Guaco, Manajuare, El Sejal y
San José de Ocune, en el municipio de Cumaribo; estos datos provienen del Censo de
Cultivos de Coca para Colombia, en 200666. Observatorio de Derechos Humanos (2007).
De esta forma, el difícil acceso a este departamento, así como también la evidente
ausencia del Estado favorecieron una incipiente presencia de las FARC desde la década
de 1990, incrementando progresivamente su pie de fuerza en desarrollo de una estrategia
de expansión hacia estos territorios. Las condiciones geográficas de la zona le han
permitido a la guerrilla tener un histórico control social, político y económico sobre las
comunidades, administrando la justicia, la suplencia de necesidades básicas, los cultivos
de coca y la explotación ilegal de recursos naturales. Boletín de la Consultoría para los
Derechos Humanos y el Desplazamiento, (CODHES 2005).
Con relación a los grupos paramilitares, el principal grupo que operó en el Vichada
fueron las ACMV (Autodefensas Campesinas del Meta y Vichada), que se originaron con
la llegada de boyacenses y cundinamarqueses, especialmente esmeralderos, que
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
66!Monitoreo de Cultivos de Coca - 2006. Autor: SIMCI - UNODC - Gobierno de Colombia. 2007. Para
mas información véase
http://odc.dne.gov.co/index.php?option=com_content&view=article&id=122:cultivos-ilicitos-encolombia&catid=105:oferta-de-drogas&Itemid=100
!
!
212!
compraron tierras en esta zona y trajeron sus esquemas de seguridad privada. De otro
lado, también llegaron algunos narcotraficantes paisas que impusieron un esquema de
expansión armada alrededor del narcotráfico (Semana 2010b). Las ACMV tenían su
tenían su base de operaciones en el norte del Meta, en los municipios de Puerto Gaitán y
Puerto López, y en el Vichada en la zona de Cumaribo, Santa Rosalía y La Primavera. Su
área de influencia tenía como límite el río Vichada y sus principales corredores fluviales
eran los ríos Meta, Muco y Guarrojo (Nuñez 2007).
Las ACMV conformaron con las autodefensas del sur de Casanare la Alianza de
Oriente pero no se aliaron con los otros grupos, manteniéndose independientes del bloque
Centauros y el Central Bolívar. Las ACMV se desmovilizaron en Agosto del año 2005.
Sin embargo, “Cuchillo” no entregó las armas, y por el contrario, se convirtió en líder de
una nueva organización denominada Los Cuchillos que ha asumido entre otras
denominaciones la de Organización Libertadores del Llano y, en el presente, la de
Ejército Revolucionario Popular Antisubversivo de Colombia, (ERPAC), que tiene
influencia sobre el territorio dominado por el desmovilizado bloque Centauros (Semana
2010b).
Al igual que se explicó para el departamento del Cauca (y esta situación se
presentó en la mayoría de las regiones del país), con la desmovilización de los grupos
paramilitares se dio una transformación de las dinámicas del conflicto armado. El vacío
dejado por los antiguos grupos paramilitares pasó a ser disputado por las FARC, y por las
nuevas bandas emergentes (BACRIM) que reemplazaron de manera mas atomizada a los
antiguos grupos paramilitares. Así, tras la desmovilización de los grupos paramilitares, el
reagrupamiento de algunos de éstos en pequeñas bandas (mayores en número) ha tenido
!
!
213!
para el Vichada consecuencias negativas al igual que para la mayoría de las regiones del
país.
En efecto, según se indicó anteriormente las FARC y los grupos paramilitares
dominaban este departamento hasta comienzos del año 2002. Como respuesta a esta
expansión de la guerrilla, el gobierno nacional resolvió recuperar el dominio de la zona
por medio de una creciente presencia de la fuerza pública desde 2002, a través de la
implementación de la PSD. Esto se derivó en hostigamientos armados y operaciones de
registro y control, que produjeron un repliegue de la guerrilla, obligándola que a
internarse en la selva y abandonar las riberas de los ríos y de los poblados militarizados
(CODHES 2005). Así, con la implementación de la PSD, los indicadores de violencia se
redujeron sustancialmente en el Vichada entre los años 2003 y 2005:
“A partir de la operación Gato Negro y 7 de agosto, y una mayor presencia
de la Fuerza Pública, las tasas de homicidio se redujeron de manera
notoria. Después, hasta 2002, la tendencia de homicidios nacionales fue
creciente, mientas que la del departamento decrecía. En 2005 se presentó
la tasa más baja de homicidios y de muertes de civiles, consecuencia de la
desmovilización paramilitar.” (Núñez 2007, 10)
Sin embargo, los homicidios se dispararon de nuevo en el año 2006, pasando de tres
a cuarenta y nueve, y las cifras siguieron aumentando en 2007, en contraste con la
tendencia a la baja en el resto del país. (Observatorio de Derechos Humanos y Derecho
Internacional Humanitario 2007, 4). Este incremento se dio el año siguiente a la
desmovilización de las autodefensas de Meta y Vichada y del frente Meta y Guaviare, del
bloque Central Bolívar, lo cual desató la confrontación entre diferentes grupos por el
control de los territorios de los desmovilizados:
!
!
214!
La reconfiguración de la confrontación armada en el departamento durante
2006 se vio reflejada en el incremento de los homicidios y en los
desplazamientos forzados de la población que habita en territorios de alto
valor estratégico.(Observatorio de Derechos Humanos y Derecho
Internacional Humanitario 2007, 4)
Igualmente, la intensidad del conflicto se incrementó por las disputa que se
presentaron entre las FARC y las diferentes estructuras de grupos emergentes, rearmados
y disidentes con presencia en el Vichada. Los enfrentamientos entre los Paisas, liderados
por “Don Mario”, los “Macacos” y los “Cuchillos” fueron importantes en el 2007 en
todos los Llanos, según un informe de riesgo de la Defensoría del Pueblo. Así, según
explica Núñez (2007, 10):
El principal interés de estos grupos armados ilegales después de la
desmovilización, es el de controlar las rutas del narcotráfico, así como el
tráfico de armas y material de intendencia que se realiza a través del río
Meta desde la frontera venezolana.
6.4.2 Particularidades del Vichada
Los resultados de esta investigación, según los cuales la intensidad del conflicto
armado permaneció casi constante en el Vichada durante el período 2003-2009 se
explican a través de lo expuesto anteriormente. En efecto, a diferencia del departamento
del Cauca en donde la tendencia del conflicto fue en ascenso de manera constante durante
el período 2003-2009, en el Vichada se identifican dos sub-períodos: uno de descenso en
la intensidad del conflicto, entre los años 2003y 2005; y uno de ascenso en la intensidad
del conflicto entre los años 2006 y 2009. De esta forma, al realizar el promedio para la
intensidad del conflicto en el período total 203-2009, se observa que en promedio este
permaneció en niveles casi constantes.
!
!
215!
Vale la pena agregar que en el departamento del Vichada, al igual que en muchas
otras zonas del país, se presenta un fuerte conflicto por la tenencia de tierras y el
desplazamiento de los colonos. Este problema involucra diversos sectores de la población
(entre ellos a las comunidades indígenas, y a los terratenientes y ganaderos, por ejemplo).
El conflicto por la tenencia de tierras es una variable que podría incluirse dentro de la
gama de causas del conflicto interno colombiano. Sin embargo, por el hecho de no
presentarse en todas las zonas del país (por ejemplo, en Medellín no se vive este
fenómeno) se decidió no incluirla como variable de análisis en esta investigación. En
estudios futuros podría incorporarse esta variable de manera regional, y medir su impacto
real sobre la intensidad del conflicto armado.
Para complementar el diagnóstico sobre la evolución del conflicto armado en el
Vichada, se realizaron entrevistas entre los habitantes de este departamento. En contraste
con lo observado en el departamento del Cauca, en el Vichada resulta sorprendente el
nivel de desinformación de la población en general sobre la evolución y estado actual del
conflicto armado. Se realizaron 15 entrevistas telefónicas, y la mayoría de los sujetos
entrevistados desconocía las causas del conflicto, o la naturaleza de las variables que lo
afectan en el Vichada.
Ante la pregunta de por qué la intensidad del conflicto armado había permanecido
en niveles casi constantes tras la implementación de la PSD, se obtuvo la siguiente
respuesta: “Digamos que es que aquí en el Vichada la violencia no ha sido tan fuerte
como en otros sitios. Entonces el gobierno atacó mas en otros sitios. Aquí en Vichada no
es tan notoria la guerrilla67”. Otro de los entrevistados estuvo de acuerdo con este
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
67!Entrevista número 6. Vichada. Panadería!
!
!
216!
argumento, afirmando que “el gobierno no le puso tanto énfasis a Vichada y por eso se
quedó constante. Pero yo creo que se disminuyó en los últimos 9 años y ahorita está
como resurgiendo nuevamente”68. Otro de los entrevistados, en cambio, atribuyó los
niveles de conflicto armado en el Vichada a la geografía del departamento: “El Vichada
hasta donde yo sé siempre ha sido muy tranquilo. Por lo general esta zona es de solo
sabana, y eso hace que la guerrilla o los terroristas tengan mas dificultades para poderse
radicar aquí. Ellos necesitan de montañas para poder esconderse y enfrentar al Ejército”69.
Finalmente, a diferencia de lo ocurrido en las entrevistas a los habitantes del
departamento del Cauca (quienes participaron activamente y expresaron opiniones
bastante acertadas), entre los habitantes de Vichada consultados se percibió una renuencia
(casi apatía) a participar en las entrevistas. Dado que la mayoría de éstas se hicieron por
teléfono, esta actitud quizá podría atribuirse a desconfianza o temor a comprometer
opiniones. Pero la diferencia con los entrevistados del Cauca, o con los de Medellín fue
muy significativa y habla una vez más de las diferencias regionales (también a nivel de
los comportamientos) que se presentan en Colombia.
6.5 Conclusiones del análisis de casos
Como herramienta metodológica el análisis de casos resulta un complemento
fundamental para el análisis cuantitativo. Los casos particulares permiten descubrir
muchos de los eventos y relaciones causales implícitos dentro de los conflictos internos.
Los tres casos seleccionados (Medellín, Cauca y Vichada) han permitido ilustrar
diferentes matices y facetas del conflicto colombiano. Desde la selección misma, se
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
68!Entrevista número 12. Vichada. Taxista!
69!Entrevista número 9. Vichada. Empleado hotel.
!
!
217!
incorporaron diferentes elementos: Medellín, fue seleccionado como un caso ilustrativo
que corrobora los argumentos y las hipótesis formuladas en la investigación; Cauca y
Vichada, se escogieron como casos que se desvían de lo esperado, y a través de los cuales
se extraen importantes conclusiones sobre las dinámicas del conflicto a nivel regional. La
selección de casos con distribución geográfica y poblacional diversa, por otra parte,
también contribuye a incorporar estas variables dentro del análisis. Medellín representa la
zona urbana por excelencia; Cauca ilustra una zona rural, con alto componente
poblacional campesino e indígena; y el Vichada representa una zona rural, escasamente
poblada y extremadamente remota. Como se explicó anteriormente, esta selección de
casos pretende ser ilustrativa de las diferentes facetas de la multi-causalidad del conflicto
colombiano, pero de ninguna manera es exhaustiva ni tampoco excluye la posibilidad (y
la necesidad) de analizar otros casos en estudios futuros. Finalmente, la selección de tres
casos que ilustran los diferentes resultados ocurridos con la intensidad del conflicto
colombiano durante el período 1995-2009 (disminuyó, aumentó o permaneció casi
constante), permiten ilustrar también los diversos efectos que la implementación de la
PSD tuvo a nivel regional a lo largo del país.
Los resultados arrojados al analizar los tres casos escogidos son muy relevantes
para el entendimiento de la dinámica del conflicto colombiano. El caso de Medellín, por
una parte, ha permitido analizar el rol que ha desempeñado cada una de las variables
mediadoras para facilitar la implementación de la PSD y mejorar su efectividad. Así, el
efecto de la reducción de la pobreza (a través de mayor inversión social y desarrollo de
proyectos); el incremento en la presencia institucional; la ubicación central; y la
reducción en el número de grupos (gracias a la desmovilización paramilitar), han sido
!
!
218!
variables cuya implementación y concatenación han afectado de manera positiva la
implementación de la PSD en Medellín. Por otra parte, también resulta importante el caso
de Medellín, en tanto que refuerza y corrobora el argumento de que la variable “número
de grupos” afecta de manera muy directa la efectividad de la PSD (cuando el número de
grupos se redujo tras la desmovilización paramilitar, el conflicto se redujo de manera
sustancial; y cuando el número de grupos se incrementó de nuevo tras la proliferación de
las BACRIM, el conflicto se ha recrudecido notoriamente). Esto, según el análisis del
caso revela, obedece en parte al hecho de que la desmovilización paramilitar—a pesar de
ser un componente muy importante de la PSD—fue realizada de manera parcial e
incompleta, lo cual ha permitido revertir el proceso de reducción del conflicto que se
experimentó inicialmente.
El caso del Cauca, por su parte, también resulta de gran importancia al revelar el
efecto que variables de naturaleza puramente regional han tenido sobre la
implementación de la PSD. En el caso particular del Cauca, la presencia de las
comunidades indígenas y su intervención en contra de las acciones de la Policía y el
Ejercito (para preservar sus derechos territoriales adquiridos) ha dado origen a un
conflicto étnico que sin duda ha reducido la efectividad de la PSD en este departamento.
El problema es de tal magnitud, que esta investigación sugiere la posibilidad de
incorporar de manera formal la variable “conflicto étnico” dentro de las causas del
conflicto interno colombiano. Cabe recordar que Kalyvas (2009) contempla el
antagonismo étnico como uno de los importantes detonantes de las guerras civiles. Así,
aunque algunos autores como Gutierrez-Sanin (2004, 270) han sugerido que “no hay
profundas divisiones étnicas detrás del conflicto colombiano”, la evidencia empírica
!
!
219!
arrojada por esta investigación sugiere que, a menos de manera regional, las brechas
étnicas desempeñan un papel importante dentro del conflicto.
Finalmente, el caso del departamento del Vichada arroja importantes luces sobre
el desempeño de las variables mediadoras en regiones periféricas por excelencia. Así, al
ser este un departamento netamente rural, escasamente poblado y extremadamente
remoto, el efecto de las variable mediadoras se ha visto minimizado. Por ejemplo, a pesar
de que en el departamento se experimentó una reducción de la pobreza y un aumento en
la presencia institucional, los niveles de conflicto armado no se redujeron, sino que
permanecieron en niveles casi constantes. Este caso sirve para ilustrar de manera clara el
efecto negativo que ha tenido la ubicación periférica sobre la efectividad de la PSD.
En conclusión, como se ha observado el análisis de casos resulta una herramienta
fundamental (y casi indispensable) para complementar los otros análisis cualitativos
(como el álgebra Booleana) y cuantitativos (como los análisis porcentuales). Los casos
particulares han permitido identificar causas, procesos, matices y tendencias que los
métodos más generales no permiten percibir. Un vez más, resulta evidente la importancia
del argumento de Laitin (2002) con relación a la necesidad de utilizar estas metodologías
cuantitativas y cualitativas de manera complementaria, ya que los aportes de cada una de
ellas magnifican y expanden de manera sinérgica los resultados de las investigaciones.
!
!
!
7 Capítulo Siete: Conclusiones
7.1 Discusión general
Los resultados de esta investigación permiten formular algunas conclusiones
importantes sobre el comportamiento del conflicto armado en Colombia en la última
década. En efecto, a través de la comparación de regiones donde el conflicto disminuyó a
raíz de la implementación de la PSD, contra regiones en las cuales esté se intensificó, o
bien permaneció constante, se ha identificado la existencia de variables cuya presencia ha
tenido un efecto mediador positivo sobre la implementación de la PSD. Variables como
la reducción de la pobreza (que corrobora las hipótesis centradas en resentimientos); el
incremento en la presencia del Estado (que corrobora las hipótesis institucionales), la
reducción en el número de grupos presentes (que corrobora las hipótesis de control
territorial) y las diferencias entre centro y periferia (que corroboran la hipótesis
geográfica) se han revelado como importantes variables complementarias a la
implementación de la PSD.
No obstante, al analizar el reciente comportamiento del conflicto (en lo que
algunos analistas llaman el período Post-conflicto 2010-2012) la evidencia muestra que
éste, en vez de desaparecer, se ha transformado y recrudecido en muchas regiones del
país. Surgen entonces importantes preguntas para formular estas conclusiones: ¿Desvirtúa
el actual recrudecimiento del conflicto los hallazgos de esta investigación, en términos de
la importancia de ciertas variables mediadoras?; ¿Ha tenido o no éxito la PSD?; ¿Cuáles
son las posibilidades de sostenibilidad de esta política en el largo plazo? y ¿Qué
correctivos habría que implementarse a la PSD, teniendo en cuenta el rol de las
variables mediadoras identificadas en este estudio? Para intentar responder a estas
220!
221!
!
preguntas, el capítulo examina primero el estado actual del conflicto y el rol de los
actores armados y sus procesos de adaptación, para entender la actual transformación del
conflicto. Seguidamente hace un balance sobre los resultados de la PSD, abordando la
cuestión de su sostenibilidad en el largo plazo. Posteriormente, se formulan algunas
recomendaciones sobre las directrices que debería seguir la PSD, incorporando para ello
el rol de las variables mediadoras identificadas en este estudio. Este constituye uno de los
aportes importantes de esta investigación, en el sentido de utilizar el análisis para
desarrollar recomendaciones, interpretaciones e implicaciones a nivel normativo, sobre el
diseño y mejoramiento de las políticas estatales y específicamente sobre la PSD.
Finalmente, el capítulo se enfoca en las contribuciones que la investigación hace
al análisis teórico y empírico de los conflictos políticos y expande el debate metodológico
a través del análisis de las ventajas y desventajas de las metodologías empleadas. Así,
aspectos como el debate teórico entre las hipótesis explicativas (resentimientos vs.
codicia; ó presencia estatal vs. inclusión política), por ejemplo, se revisan a la luz de los
resultados de la investigación. Igualmente, el consenso metodológico sobre la necesidad
de utilizar de manera complementaria metodologías cuantitativas y cualitativas se analiza
bajo la perspectiva de las metodologías empleadas en la investigación, resaltando las
bondades y desventajas de cada uno de los métodos, y sugiriendo posibles adiciones a los
mismos en estudios futuros.
!
222!
!
7.2 Conclusiones y aportes a nivel normativo y de diseño de políticas
7.2.1 Estado actual del conflicto armado colombiano
La complejidad del conflicto armado en Colombia radica, como se ha visto, en su
multi-causalidad y en la pluralidad de elementos que lo constituyen y afectan. Tras nueve
años de implementación de la PSD, la situación actual del conflicto refleja claramente
que—aunque inicialmente éste se redujo de manera muy significativa en muchas
regiones—hay evidencia de un nuevo recrudecimiento. Este panorama muestra
claramente la necesidad de analizar la situación actual de cada uno de los actores en
conflicto y de entender que éste se ha desplazado hacia diferentes componentes, nuevos
actores y nuevas dinámicas de interrelación entre ellos.
Por una parte, si bien los logros en la lucha contra las FARC han sido muy
importantes, ésta están lejos de estar totalmente derrotadas o aniquiladas. Por otra parte,
la amenaza que representan las BACRIM, sucesoras de los anteriores grupos
paramilitares, se hace evidente no sólo a nivel regional sino nacional. Finalmente, y quizá
el ingrediente mas importante del conflicto, lo constituyen las nuevas alianzas entre los
grupos armados al margen de la ley (FARC, ELN Y BACRIM), y la aparente incapacidad
del Estado para enfrentar esta nueva amenaza. Según el Informe sobre Colombia del
International Crisis Group (2010, 1), “existe evidencia creciente de que las fuerzas de
seguridad de Colombia carecen de una estrategia organizada para enfrentar esta nueva
amenaza… cuya naturaleza es menos estructurada y menos visible”. Desde este punto de
vista, continúa el Informe, para evitar un recrudecimiento aun mayor en la intensidad del
conflicto el gobierno debería desarrollar e implementar una estrategia que combata de
!
223!
!
manera efectiva las alianzas en estos grupos para minimizar sus efectos sobre las
poblaciones rurales y urbanas.
Para hacer un análisis completo de la actual situación de la intensidad del conflicto
armado en Colombia, es necesario revisar la evolución de cada uno de sus componentes y
actores. La siguiente sección examina la situación de los grupos armados al margen de la
ley (y de sus alianzas e interacciones conjuntas) en los años 2010 y 2011.
7.2.1.1 Situación actual de las FARC
7.2.1.1.1 Nuevas estrategias para combatir el debilitamiento
Aunque el inventario de capacidades militares de las FARC en el año 2010 dista
mucho de su fortaleza del año 2002, ello para nada implica que la organización esté
desmantelada, o cerca del fin. Por el contrario, la FARC exhibe nuevas capacidades de
adaptación y de establecer alianzas estratégicas, tanto a nivel nacional como internacional,
para garantizar su permanencia activa dentro del conflicto. Según datos de la Dirección
de Inteligencia Policial (DIPOL, 2010)70 en el año 2002 la FARC tenía presencia activa
en casi la mitad de los municipios del país (en 514 de los 1101 municipios). Para el año
2009 las acciones militares de este grupo insurgente se registraron únicamente en 206
municipios.
Entre los departamentos que aún presentan fuerte actividad de este grupo
guerrillero se encuentran Cauca, Caquetá, Nariño, Huila y Meta, los cuales también
tienen importancia estratégica para el tráfico de drogas. Recientemente la actividad de las
FARC también se ha incrementado en el departamento de Arauca, que durante los
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
70!En entrevista concedida al Crisis Group en Bogotá, Enero 26 de 2010.
!
!
224!
!
últimos tres años había estado en relativa calma. Según el periódico El Nuevo Siglo
(2010b), este recrudecimiento (que se espera empeorará aun más) posiblemente se debe a
la guerra declarada por las FARC al ELN en Arauca. Por otra parte, la presencia
insurgente en el Sur de Bolívar y la región del Magdalena Medio, que solía ser de gran
magnitud, se ha reducido de manera significativa. Las FARC han sido expulsadas de la
mayoría de regiones de la Costa Atlántica y su presencia también se ha reducido en los
departamentos de Antioquia y Chocó. Para el año 2010, se estima que las FARC contaba
con entre 8000 y 10000 combatientes, distribuidos en 61 frentes (de los cuales solo 30
tenían presencia activa) y una estructura móvil con aproximadamente 15 columnas
móviles y 13 pequeñas compañías (International Crisis Group 2010).
Además de los serios problemas de coordinación y comunicación que enfrentan las
FARC a raíz de las estrategias de las Fuerzas Militares, también se han visto muy
debilitadas por las numerosas deserciones y por la “baja moral” de muchos de sus
miembros. Según el informe del Ministerio de Defensa (2010a) en el año 2008, 3027
guerrilleros de las FARC desertaron, y en el año 2009 lo hicieron 2128. Para Enero del
año 2010 la cifra se había incrementado en 7% con relación al año anterior. Entre las
causas de las numerosas deserciones podrían estar los paquetes de reinserción ofrecidos
por el gobierno, o la numerosa propaganda transmitida a través de las emisoras militares.
Finalmente, otro de los fuertes puntos de debilitamiento de las FARC radica en la
creciente pérdida, especialmente a partir de 2008, de importantes mandos medios y
mandos altos en la organización (siendo el más reciente el asesinato del líder guerrillero
Alfonso Cano en Noviembre del 2011 por parte de las Fuerzas Militares). La pérdida de
estos comandantes ha sido muy dañina para las FARC, no sólo porque son los encargados
!
225!
!
de la orientación estratégica de la organización (en el caso de los altos mandos), sino
porque los mandos medios son responsables de mantener disciplina, cohesión y moral
entre los guerrilleros, y de establecer vínculos con las poblaciones locales.
A pesar de los signos de debilitamiento antes descritos, las FARC permanecen
activas y han desarrollado la capacidad de adaptarse a estos nuevos escenarios. Su
estrategia ya no consiste en enfrentamientos a gran escala con el ejército, o en las tomas a
poblaciones como las efectuadas en el año 2000, sino en el uso de tácticas de guerrilla
para los enfrentamientos. Según el informe del Ministerio de Defensa (2010a), las
acciones de los grupos armados insurgentes se incrementaron de nuevo entre los años
2008 y 2009, pasando de 52 acciones violentas en el año 2008 a 161 acciones violentas
en el 2009, lo cual representa un incremento del 210 por ciento71. Así mismo, en el año
2009 las FARC llevaron a cabo 100 hostigamientos de corta duración a las fuerzas de
seguridad, al igual que numerosos ataques incluyendo explosivos, secuestros y
destrucción de infraestructura. Estas cifras reversan la tendencia de los primeros seis años
del gobierno de Álvaro Uribe, que mostró una reducción significativa en las acciones de
los grupos insurgentes.
Entre las estrategias desarrolladas por las FARC para permanecer activas a pesar de
la creciente presión de las Fuerzas Militares están: el uso indiscriminado de minas anti!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
71!En contraste con las cifras del Ministerio de Defensa, la Fundación Seguridad y Democracia reporta 323
acciones violentas en el año 2009, una reducción del 12% con relación a las cifras del 2008. En cambio, la
Corporación Nuevo Arco Iris reporta que en el período comprendido entre Enero 1 y Octubre 20 del año
2009 las FARC perpetraron 1,429 acciones violentas, lo cual representa una cifra mayor que la de todo el
año 2008 (1,353 acciones). Ambas entidades usan diferentes criterios de medición que el Ministerio de
Defensa. (International Crisis Group 2010).
!
!
226!
!
personas; el creciente reclutamiento de militantes provenientes de las comunidades AfroColombianas y/o indígenas; la expansión de las actividades de narcotráfico a países como
Venezuela, Ecuador, Panamá y Brasil; y las alianzas con otros grupos insurgentes a nivel
nacional e internacional. El uso de minas anti-personas ha sido de utilidad para las FARC
no solo porque son una forma poco costosa de atacar a las Fuerzas Militares, sino
también porque han impedido la erradicación manual de los cultivos de coca,
especialmente en los departamentos de Norte de Santander, Antioquia y Nariño. Los
estimativos de la Organización de Naciones Unidas72 plantean que más de 100,000 minas
han sido instaladas en Antioquia para proteger los cultivos de coca. Adicionalmente, las
minas son utilizadas para controlar poblaciones, ya que aíslan y limitan la movilidad de la
población civil.
En cuanto al reclutamiento intensivo de combatientes (especialmente entre las
comunidades indígenas y Afro-Colombianas), éste obedece a una forma de contrarrestar
las numerosas deserciones, capturas y muertes en combate que ha sufrido las FARC
especialmente en los últimos cinco años. Adicionalmente, la pérdida del apoyo popular
ha obligado a las FARC a implementar tácticas de reclutamiento mas agresivas,
especialmente en los departamentos de Nariño, Cauca y Chocó (en los dos primeros se
concentran poblaciones indígenas, y en el ultimo poblaciones Afro-colombianas, las
cuales son particularmente vulnerables al reclutamiento guerrillero). Según sostiene la
revista Cambio (2009) “las FARC aumentan el reclutamiento de menores para sustituir
desertores”, ya que la edad promedio de los combatientes reclutados ha disminuido, y
hoy se estima en 11.8 años.
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
72!En entrevista realizada por el International Crisis Group, febrero 2010.!
!
227!
!
Con respecto a las alianzas de las FARC con otros gobiernos, el reporte del
periódico El Tiempo (2010c) señala que hay fuerte evidencia que tanto las FARC como
el ELN reciben el apoyo económico del presidente venezolano Hugo Chávez y de las
fuerzas de seguridad venezolanas, mientras que las fuerzas de inteligencia colombianas
aseguran que al menos cuatro grupos de las Milicias Bolivarianas venezolanas tienen
vínculos directos con las FARC (International Crisis Group 2010). De manera similar,
con el fin de incrementar sus actividades de narcotráfico por fuera de Colombia, las
FARC han expandido su red de alianzas con otros grupos criminales tanto en Colombia
como en el resto del mundo. Existen indicios de que las FARC controlan parte de las
rutas de tráfico de drogas a través del Pacífico, Panamá y Venezuela, y de que las FARC
han establecido bases permanentes en Brasil para el tráfico de cocaína. El Tiempo
(2010d).
Una investigación de la Policía Nacional (Caracol Radio online 2010) puso al
descubierto que ocho frentes de las FARC han abandonado sus actividades tradicionales
de insurgencia para dedicarse de lleno al narcotráfico. Estos son el frente 30 en el Valle
del Cauca, el frente 29 en Nariño, el frente 63 en Caquetá, el frente 15 en Amazonas, el
frente 48 en Putumayo, los frentes 60 y 6 en el Cauca (activos en las tapas de producción
y exportación), y el frente 57 en el Chocó, en la frontera con Panamá, concentrándose en
el tráfico de drogas. Adicionalmente, el frente 33 en Norte de Santander (región del
Catatumbo) está fuertemente vinculado con el tráfico de drogas a Venezuela, y se cree
que la columna Daniel Aldana realiza actividades de tráfico y corrupción en la frontera
con Ecuador (Caracol Radio online 2010).
!
228!
!
Las FARC también utilizan rutas para el tráfico de armas a través de Panamá y Perú.
En el primero, han establecido conexiones con grupos criminales, y se sospecha que entre
ellos habría algunos rezagos de Sendero Luminoso (Latin American Security and
Strategic Review 2010). Panamá, por otra parte, con su ubicación estratégica y líneas
costeras relativamente poco vigiladas, se está convirtiendo cada vez más en una ruta
atractiva para el tráfico de drogas y armas. Según señala el reporte del ICG (2010, 9), la
información recuperada del computador de Tovar muestra que las FARC están presentes
en la región del Darién entre Panamá y Colombia y han establecido rutas de transporte
que van desde Turbo (en el Golfo de Urabá) a Panamá.
7.2.1.1.2 Alianzas de las FARC con otros grupos
Uno de los elementos que mas ha contribuido para el recrudecimiento del conflicto
armado colombiano lo constituyen las nuevas alianzas entre grupos insurgentes. En
efecto, quizá como parte de una estrategia para combatir la creciente presión de las
Fuerzas Militares, los grupos insurgentes han establecido alianzas y pactos regionales.
Entre las alianzas mas importantes se encuentran las establecidas entre las FARC y las
BACRIM. Según el informe de InSight Crime73 (Ortiz 2011), en la actualidad la policía
reconoce la presencia de seis grupos en las BACRIM, con un total de 2,580 miembros,
operando en 159 municipios, en 18 departamentos: Rastrojos (bajo el comando de Luis y
Jaime Calle Serna); ERPAC (bajo el comando de alias “Cuchillo”); Los Paisas; Los
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
73!InSight Crime began in April 2010, under the auspices of the Fundacion Ideas para la Paz (FIP) in
Bogota, Colombia, and with funding from the Open Society Foundations. In August, American
University’s Center for Latin American and Latino Studies (CLALS) became a sponsor and additional host
to the project. InSight Crime currently has offices at the FIP in Colombia and at American University in
Washington DC.
!
!
229!
!
Urabeños (bajo el comando de alias “Mauricio”); Renacer (bajo el comando de “Raúl”), y
Los Machos (bajo el comando de alias “Don H”). Sin embargo, el informe de la
Corporación Nuevo Arco Iris (Valencia 2010) adiciona el grupo “Águilas Negras” a este
listado, a pesar de que el gobierno insiste en que se trata de un nombre imaginario para
intimidar a la población.
De acuerdo con el International Crisis Group (2010), hay evidencia de que las
FARC y las BACRIM han constituido alianzas temporales para propósitos de traficar con
drogas; en otras ocasiones, sin embargo, se han enfrentado por el control de este tráfico.
Según indica el periódico El Tiempo (2010f) en la región del Bajo Cauca (Antioquia),
donde las FARC se han visto debilitadas en los últimos años, este grupo ha establecido
nexos de colaboración con Los Paisas para efectos de cultivo de coca. En el Catatumbo,
continua el reporte, las FARC tienen una presencia fuerte en las áreas rurales y controlan
la mayoría del cultivo y procesamiento de la coca. En esta región las FARC colaboran
con Los Rastrojos y las Águilas Negras, los cuales dominan las áreas rurales y controlan
la logística del transporte. De igual manera, otro informe del periódico El Tiempo
(2010d), señala que las FARC también colaboran con el Cartel del Norte del Valle
(CNDV), trasladando la droga desde los sitios de producción en Nariño y Cauca, hacia la
costa Pacífica desde donde será exportada.
Finalmente, según declaraciones del jefe de la misión de la Organización de
Estados Americanos (OEA) publicadas en el periódico El Tiempo (2010f), las alianzas
mas fuertes entre las FARC y las BACRIM se encuentran en la costa Pacífica, el sur de
Bolívar y el sur de Córdoba. En cuanto a las zonas de conflicto y disputa entre las FARC
y las BACRIM, parece haber conflicto entre las FARC y Los Rastrojos por el control de
!
230!
!
las rutas de tráfico en el norte del Cauca. Así mismo, en el sur de Córdoba, donde las
FARC controlan los cultivos de coca, hay disputas entre las diferentes BACRIM para ser
los únicos compradores de pasta de coca de las FARC. Finalmente, ha habido
enfrentamientos entre Los Rastrojos y Los Machos en el Chocó por los cultivos y las
rutas de tráfico de drogas. International Crisis Group (2010, 10).
Existen, por otra parte, alianzas entre las FARC y el ELN. La más reciente fue
anunciada en diciembre del año 2009. Aunque en el pasado esto había ocurrido en varias
ocasiones, esta vez el anuncio parecía serio pues fue la consecuencia de varias reuniones
entre miembros del Comando Central del ELN y del Secretariado de las FARC. Según
relata el periódico El Tiempo (2010a) por el ELN asistieron Alan García y Pablo Beltrán
(miembros del Comando Central), y por las FARC Iván Márquez (miembro del
Secretariado), Rodrigo Granda (vocero internacional de las FARC) y Jesús Santrich
(miembro del Alto Comando Central). El objetivo de esta alianza era terminar los
enfrentamientos sangrientos entre los dos grupos, y construir un frente unido contra el
gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010).
Para el ELN la alianza tendría enorme valor militar, ya que en el año 2009 esta
organización se encontraba profundamente debilitada tras sus enfrentamientos con los
paramilitares y con las mismas FARC. Según el Ministerio de Defensa (2010a), se
estimaba que en el año 2000 el ELN contaba con 4000 combatientes, de los cuales perdió
entre 1500 y 2000 en el periodo 2000-2007. En el año 2009, 492 militantes del ELN
desertaron la organización. En balance, se estima que el ELN tiene actualmente (año
2011) alrededor de 1500 miembros. Adicionalmente, el ELN perdió el 88 por ciento de
su presencia territorial durante el gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010), dado que en el
!
231!
!
año 2002 tenía presencia activa en 237 municipios, y para el año 2009 sólo la tenía en 28
municipios. International Crisis Group (2010, 11). Sin embargo, el ELN aun tiene
presencia activa en muchas de las áreas estratégicas de producción de coca, y en los
corredores para el tráfico de drogas, tales como Nariño, Norte de Santander, Arauca y
Chocó.
Por todo lo anterior, y dada la larga trayectoria de animadversión entre las FARC y
el ELN y los prolongados enfrentamientos por el dominio territorial y por el control de
los corredores para el tráfico de drogas, el éxito de esta alianza ha sido muy cuestionado.
El Tiempo (2010g). En la actualidad parece haberse establecido la paz entre las FARC y
el ELN en zonas donde tradicionalmente estas organizaciones se enfrentaron
(especialmente en los departamentos del Cauca y Nariño). Por ejemplo, la alianza que
anteriormente existía entre el ELN y Los Rastrojos en Nariño fue suspendida al entrar en
vigencia el pacto FARC-ELN en ese departamento. Sin embargo, continúa el informe del
El Tiempo (2010g), en el departamento de Arauca se reanudaron los enfrentamientos
entre el ELN y las FARC en Mayo del año 2010.
7.2.1.2 Situación actual de las BACRIM
Mientras que el enfoque principal de la PSD ha sido sobre las FARC (Medellín,
2010), los recursos y esfuerzos destinados a combatir las BACRIM han sido insuficientes.
La rápida expansión de estos grupos y sus cambios de tácticas sugieren que su fortaleza,
capacidad y participación en la política a nivel local es mayor que lo que las autoridades
reconocen. Según explica Valencia (2010, 1),
Los grupos que a finales del 2008 y a lo largo del 2009 se han extendido a
293 municipios del país están haciendo cosas similares a la anterior
generación de paramilitares. Trafican con droga e incursionan en otros
!
232!
!
negocios, amenazan y asesinan a líderes sociales y grupos de oposición,
buscan afanosamente reconstruir los nexos con sectores de la fuerza
pública y con dirigentes políticos. No tienen aún una estructura nacional ni
su proclama antisubversiva es tan fervorosa, pero ya lograrán ese perfil si
el Gobierno y la opinión pública continúan minimizando su alcance.
Varias razones explicarían esta inadecuada respuesta estatal. Por una parte, en
algunos casos la Policía no tiene la capacidad logística para enfrentar estos grupos. En
otros casos, más graves, no hay del todo presencia policial. Por ejemplo, según el informe
del Human Rights Watch74 (Díez Hernando 2010), en el municipio montañosos de
Policarpa (departamento de Nariño), la presencia estatal es casi inexistente. Así, sin
presencia militar ni policiva permanente, Los Rastrojos pueden controlar a los habitantes
de algunos pueblos de la región. En realidad, no se trata de que la policía desestime la
importancia del surgimiento y fortalecimiento de las BACRIM y de su impacto sobre la
población civil. De hecho, para lograr un mayor control sobre las BACRIM la policía ha
dividido el país en cuatro zonas operativas.
La primera de estas zonas la constituyen el Urabá, Sucre, Antioquia, Córdoba y
Chocó, y el principal objetivo en esta zona es combatir el crimen en las regiones
fronterizas, e identificar a los líderes de los grupos en armas. La segunda zona la
constituyen Norte de Santander, Cesar y el sur de Bolívar, donde los esfuerzos se
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
74!Human Rights Watch is a nonprofit, nongovernmental human rights organization made up of more than
280 staff members around the globe. Its staff consists of human rights professionals including country
experts, lawyers, journalists, and academics of diverse backgrounds and nationalities. Established in 1978,
Human Rights Watch is known for its accurate fact-finding, impartial reporting, effective use of media, and
targeted advocacy, often in partnership with local human rights groups. Each year, Human Rights Watch
publishes more than 100 reports and briefings on human rights conditions in some 90 countries, generating
extensive coverage in local and international media. With the leverage this brings, Human Rights Watch
meets with governments, the United Nations, regional groups like the African Union and the European
Union, financial institutions, and corporations to press for changes in policy and practice that promote
human rights and justice around the world.
!
!
233!
!
encaminan a contrarrestar el tráfico de drogas, y desmantelar los laboratorios y depósitos
de drogas. La tercera región, conformada por Nariño, Valle del Cauca, Cauca y sur del
Chocó, donde se enfocan en los cultivos ilícitos, rutas de exportación marítimas, y en la
identificación de los líderes del grupo Los Rastrojos. Finalmente, la cuarta zona la
constituyen los Llanos Orientales, donde la prioridad es combatir las empresas ilegales y
el tráfico de armas. International Crisis Group (2010,14).
Sin embargo, estos esfuerzos de estructurar la cobertura en cuatro regiones
resultarían infructuosos si la Policía subestima el número y cobertura real de los
miembros de las BACRIM. Por ejemplo, según señala el informe de la Corporación
Nuevo Arco Iris (Ávila Martínez 2009) existen fuertes discrepancias entre las cifras de la
Policía y las de esta entidad. La policía estima que existen 2,580 miembros de las
BACRIM operando en 159 municipios, en 18 departamentos. En cambio, Nuevo Arco
Iris (Ávila Martínez 2009) considera que esta cifra se acerca a los 10,000 miembros. El
informe del Human Rights Watch (Díez Hernando 2010) por otra parte, afirma que estos
grupos están presentes en al menos 173 municipios, distribuidos en 24 departamentos.
Así, estas discrepancias numéricas (y la consecuente subestimación de la fortaleza
real de las BACRIM) podrían conducir a que las fuerzas estatales distribuyeran de
manera inadecuada los recursos para enfrentar estos grupos, facilitando así su
proliferación y expansión. De acuerdo con la Fundación Ideas para la Paz (2010) existen
muchas similitudes entre la emergencia de los anteriores paramilitares (especialmente
antes de constituirse en las AUC), y la de las actuales BACRIM. Por al razón, esta
entidad sostiene que es fundamental que el gobierno evite que estos grupos alcancen uno
!
234!
!
de sus principales objetivos, que es posicionarse como actores políticos en el conflicto,
convirtiéndose así en una nueva generación de paramilitares en Colombia.
7.2.1.3 Enfrentamientos y alianzas entre grupos: recrudecimiento y transformación
del conflicto armado
En esta nueva etapa del conflicto armado en Colombia (desde finales del año 2009
hasta el momento actual), se observa que uno de los componentes del conflicto—esto es,
la interacción entre los grupos armados—ha adquirido mayor importancia. Las alianzas y
disputas temporales entre los grupos generan altos niveles de violencia, afectando de
manera negativa a la población civil que ha sido victima de masacres, desplazamientos y
reclutamiento de menores, según lo señala el reporte sobre derechos humanos de la
Organización de Naciones Unidas (2010). Las áreas con alta presencia de grupos ilegales
son aquellas en las cuales ocurren la mayoría de alianzas o disputas entre los grupos. Por
lo general estas zonas se encuentran cerca a la frontera o conformando los corredores
para el tráfico de drogas, siendo la región suroccidental del país particularmente afectada.
Por ejemplo, presentan alta propensión al conflicto entre grupos las zonas fronterizas del
Catatumbo, Nariño y Urabá, o los corredores para tráfico de drogas ubicados entre
Tolima y Chocó, y del Bajo Cauca hacia Turbo. ICG (2010)
En las regiones donde un solo grupo domina hay menor intensidad en el conflicto,
ya que las confrontaciones armadas se reducen. Por ejemplo, según señala el periódico El
Nuevo Día (2010), en la región de los Llanos Orientales la banda ERPAC ha consolidado
el dominio, estableciendo una alianza estable con las FARC. Como resultado de esta
alianza, según el diario El Nuevo Siglo (2009), las dos organizaciones trafican
(conjuntamente) entre dos y tres toneladas de cocaína al mes. Aunque se podría pensar
!
235!
!
que el efecto de estas alianzas entre grupos se percibe sobre todo a nivel rural, resulta
sorprendente analizar sus efectos y consecuencias a nivel urbano. Un resultado adverso (y
perverso) del enfático control que el gobierno ha tratado de ejercer sobre el tráfico de
drogas con el apoyo del Plan Colombia, ha sido el surgimiento del micro-tráfico en las
ciudades, con el consecuente incremento en los niveles de violencia. El Nuevo Siglo
(2010a). Mientras que la presencia urbana de las FARC se ha reducido significativamente,
las BACRIM y otras organizaciones criminales vinculadas con éstas y con las guerrillas
se enfrentan por el control del lucrativo negocio de micro-tráfico.
Las bandas criminales urbanas están muy localizadas, y sus áreas de control con
frecuencia se confinan en un barrio, el cual defienden en frecuentes enfrentamientos. Un
ejemplo importante es el de Medellín, donde la tasa de homicidios se incrementó
significativamente entre los años 2008 y 2009. Según la publicación conjunta de la
Personería de Medellín, el Instituto Popular de Capacitación, y la Universidad de
Antioquia (Sierra 2010, 23) entre los años 2008 y 2009 la tasa de homicidios se
incrementó en un 85.6%, pasando de 1,137 homicidios en el año 2008 a 2,182 homicidios
en el 2009. Según esta publicación, mucha de esta violencia se relaciona con la
extradición de Don Berna, el líder del grupo paramilitar Cacique Nutibara, en Mayo de
2008. Bajo su mando, la ciudad estaba en relativa calma. Pero una vez fue extraditado, la
mayoría de los asesinatos en el año 2009 ocurrieron entre miembros de pequeñas bandas,
de las cuales se estima existen entre 150 y 300.
Otras ciudades, como Cali, Cúcuta, Buenaventura y hasta cierto grado Bogotá han
sido testigos de incrementos similares en los niveles de conflicto. Según el informe de la
Corporación Nuevo Arco Iris (Ávila Martínez 2009), el conflicto armado se ha
!
236!
!
recrudecido en Buenaventura a raíz de su ubicación estratégica para el tráfico de drogas.
En Bogotá, por otra parte, la tasa de homicidios se incrementó pasando de 21.3 por cada
100,000 habitantes en el año 2008, a 22.7 por cada 100,000 habitantes en el año 2009. El
Tiempo (2010e). Así, se atribuye la escalada en la violencia a las disputas entre los
grupos guerrilleros, las BACRIM, y las bandas urbanas. A pesar de las limitaciones de
estas alianzas, y de su naturaleza temporal, frágil y atomizada, las asociaciones entre los
grupos armados ilegales para realizar actividades criminales y de tráfico de drogas
agregan una nueva dimensión al conflicto colombiano, llevando al deterioro de la
seguridad y poniendo en peligro a la población civil.
Los hechos presentados en la sección anterior reflejan claramente que el
recrudecimiento del conflicto armado evidenciado en Colombia desde finales del año
2009 se relaciona principalmente con dos variables: el número de grupos presentes (y su
interacción, en alianzas o enfrentamientos), y la incidencia del negocio del narcotráfico
(vinculado de manera directa con el recurso saqueable “coca”). Esta evidencia empírica
por una parte reafirma los resultados obtenidos en el capítulo cinco de esta investigación,
en lo que respecta a la variable “número de grupos presentes”, y los refuta en lo que
respecta a la variable “ingresos por recursos saqueables, coca”.
En efecto, como se explicó anteriormente en todos los departamentos donde
disminuyó el conflicto armado se registró también una reducción en el número de grupos
presentes. Es decir, se corroboró la hipótesis que plantea que el número de grupos
presentes se correlaciona de manera directa con la intensidad del conflicto armado (si
aumenta el número de grupos la intensidad del conflicto también aumenta, y viceversa).
La evidencia empírica arrojada por el recrudecimiento del conflicto armado en muchas
!
237!
!
regiones del país también está acorde con esta hipótesis. Como se explicó al inicio de este
capítulo, las zonas en las cuales el conflicto se ha recrudecido han presentado un
incremento tanto en el número de grupos presentes, como en el grado de actividad e
interacción (alianzas, y especialmente enfrentamientos) entre ellos. En este sentido, la
desmovilización de los paramilitares y su consecuente atomización en pequeñas bandas
criminales (BACRIM) ha incrementado el número de grupos presentes, aumentando de
esa manera la probabilidad de enfrentamiento y conflicto entre los grupos.
En el caso del recurso saqueable “coca”, por el contrario, la evidencia empírica
arrojada por el recrudecimiento del conflicto armado desde finales del año 2009 refuta los
resultados obtenidos en el capítulo cinco. En efecto, los resultados encontrados tras las
rondas de minimización en el análisis Booleano dejaron entrever que el aumento (o la
disminución) de los ingresos por recursos saqueables (coca, oro, petróleo) no parece ser
una variable que haya incidido de manera significativa en el comportamiento del
conflicto tras la implementación de la PSD. Por ejemplo, en los casos en los cuales el
conflicto armado disminuyó, se esperaría según la H2 que los ingresos por coca hubieran
disminuido. La lógica intrínseca a este razonamiento es que, si los ingresos disminuyen,
el recurso saqueable se hace menos codiciado, y por ende el conflicto y las disputas para
obtenerlo se reducen.
Sin embargo los resultados encontrados arrojaron que, de todos los departamentos
donde la intensidad del conflicto disminuyó, en algunos los ingresos por coca
disminuyeron, pero en otros aumentaron (y sin embargo el conflicto disminuyó). De
manera similar, en los departamentos donde la intensidad del conflicto aumentó (y en
donde según la H2 se esperaría que los ingresos por coca hubieran aumentado), en
!
238!
!
realidad se registró aumento de estos ingresos en algunos departamentos, y diminución en
otros. Es decir, según los resultados presentados en el capítulo cinco, la variable
“ingresos por coca” no arrojó un patrón consistente (de aumento o disminución) que
pudiera correlacionarse con el aumento o disminución en la intensidad del conflicto
armado. Sin embargo, la evidencia empírica presentada al inicio de este capitulo muestra
claramente que existe una estrecha relación entre la presencia de coca (sea en las etapas
de cultivo, producción o transporte) y el recrudecimiento del conflicto armado.
Cómo se explica esta aparente contradicción entre los resultados obtenidos y lo
que refleja la realidad de la evidencia empírica? Hay dos posibles explicaciones. Por una
parte, está la dificultad en cuantificar los “ingresos por coca”. Como se explicó en el
capítulo cuatro, para efectos de esta investigación y siguiendo la metodología de
Sánchez75, para obtener la variable operacional cocapc se dividió el número de hectáreas
cultivadas de hoja de coca entre la población. Sin embargo, según señalan Mejia y
Restrepo (2009) para entender la incidencia del tráfico de drogas sobre la intensidad del
conflicto armado colombiano es necesario entender los márgenes de ganancias asociados
con la producción y tráfico de cocaína. Mientras que producir un gramo de cocaína pura
cuesta cerca de US$ 2 o US$ 3, el mismo gramo de cocaína pura, puesto en los Estados
Unidos cuesta entre US$ 150 y US$ 250 (Mejía y Restrepo 2009).
Así, en vista del carácter ilícito de este recurso es muy difícil cuantificar de
manera veraz la totalidad de los ingresos producidos. Y es posible que la contradicción
entre los resultados obtenidos y la realidad reflejada por el recrudecimiento del conflicto
en las zonas asociadas con coca, se explique precisamente por la dificultad de cuantificar
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
75!Ver nota de pié de página número 32
!
239!
!
acertadamente los ingresos generados por el cultivo, producción y comercialización de
coca. Como se explicó en el capítulo cuatro, los estudios futuros deben intentar abordar la
medición de la presencia de coca desde otros puntos de vista (como por ejemplo la
existencia de corredores para el tráfico de drogas), y correlacionarlos con la intensidad
del conflicto. Si se logra el acceso a esta información, la existencia de los corredores pare
el tráfico de drogas sería una variable más refinada que el número de hectáreas cultivadas,
para medir la presencia y el efecto de los ingresos por coca.
La segunda explicación posible tiene que ver con uno de los supuestos
metodológicos realizados en la investigación. Este se refiere a la conformación de la tabla
de verdad Booleana, especialmente en cuanto a la respuesta a la pregunta “aumentaron
los ingresos por coca”? Vale la pena recordar que las respuestas positivas se registraban
con un “1”, y las negativas con un “0”. El supuesto mencionado consistió en que, para
aquellos departamentos en los cuales la coca no está presente, se registró un “0” en la
tabla Booleana en la pregunta “aumentaron los ingresos por coca”?, significando
precisamente que no aumentaron. Sin embargo, el hecho de que esta respuesta sea similar
a la que se obtuvo para departamentos que sí tienen presencia de coca, y en los cuales los
ingresos por coca no aumentaron sino que disminuyeron (registrándose por ende también
un “0”) podría generar distorsiones en los resultados.
Los estudios futuros deberían refinar estos procesos para analizar si los resultados
obtenidos difieren al hacer estos cambios. Lo que resulta incuestionable a través de la
evidencia empírica, es que la existencia del recurso saqueable “coca” sí tiene efectos
directos sobre el recrudecimiento del conflicto armado, confirmando las hipótesis basadas
en codicia. De esta manera, los resultados obtenidos en el capítulo cinco con relación a la
!
240!
!
variable “ingresos por coca” deben reconsiderarse usando técnicas de medición más
refinadas y medidores mas robustos.
7.2.1.4 Conflicto colombiano: realmente el “fin del fin”?
Al igual que no existe un consenso sobre las causas del conflicto armado en
Colombia, tampoco existe un acuerdo entre los estudiosos del tema sobre el estado actual
del conflicto. Mientras para algunos éste ha dado un giro irreversible y se aproxima a su
fin, para otros (que no desconocen los logros de la PSD), la intensidad del conflicto aún
permanece en niveles demasiado elevados para considerar que su fin es inminente.
Granada, Restrepo y Vargas (2009), presentan una exhaustiva revisión de estas dos
posiciones. Entre quienes sostienen que el conflicto se acerca al fin se encuentra, por
ejemplo, Pizarro quien en su columna del periódico El Tiempo (Pizarro 2009) sostiene
que “estamos viviendo ya el final del conflicto armado”. En la misma línea, la revista
Semana (2009), señala que “el conflicto está en un punto de quiebre”, y el Ministerio de
Defensa, representado por el comandante general del las fuerzas militares, general Freddy
Padilla de León, ha afirmado que el conflicto en el país ha llegado al “fin del fin”. La
Fundación Seguridad y Democracia coincide con esta visión, según la cual el conflicto ha
evolucionado de manera irreversible y se aproxima a su fin:
[…] la dinámica de la confrontación armada ha cambiado definitivamente
a favor del Estado y en contra de sus adversarios irregulares, lo cual sin
duda alguna nos pone ante la fase terminal de la confrontación interna.
Este último trecho puede ser más o menos doloroso, pero lo que puede
darse por seguro es que en Colombia la próxima generación no volverá a
padecer la situación de inseguridad y descontrol de su territorio que vivió
hace menos de una década. (Fundación Seguridad y Democracia, 1)
Por otra parte, está el grupo de analistas que afirman que, a pesar de los evidentes
progresos en materia de violencia, el final del conflicto armado todavía no está próximo.
!
241!
!
La Corporación Nuevo Arco Iris, por ejemplo, expresa a través de su director que la
intensidad del conflicto en Colombia se ha reducido, y que la guerra se ha transformado,
pero aún persiste:
Los reductos paramilitares y grupos emergentes están creciendo y se están
expandiendo desaforadamente. Las FARC se han reacomodado para
seguir en la guerra. El ELN está eludiendo la confrontación y no está
operando, pero mantiene su presencia. (Valencia 2010, 3)
Duncan, a su vez, afirma en su columna de Razón Pública que “si bien en el
gobierno Uribe se han dado grandes avances militares y si bien las FARC han sido
desplazadas del territorio más densamente poblado, la salida definitiva del conflicto aún
está lejana” (Duncan 2009). Igualmente, como se explicó en las secciones anteriores de
este capítulo, el International Crisis Group (2010) comparte esta visión, según la cual los
importantes avances en el control del conflicto no implican que éste haya terminado, y
por el contrario requieren innovadores ajustes en las estrategias.
Los resultados de la presente investigación confirman lo planteado por este segundo
grupo. Los hallazgos reflejan que, aunque en muchas regiones del país la intensidad del
conflicto armado se redujo en niveles muy significativos, en otros éste se incrementó y
en algunos permaneció casi constante. Esto corrobora la visión de que el conflicto aun
permanece activo, y de que su finalización definitiva depende de modificaciones en una
pluralidad de variables, algunas de las cuales aún están por alcanzarse. Así, según
concluyen Aponte y Restrepo (2009), las dos corrientes esbozadas tienen muchos matices
y divergencias en cuanto a una diversidad de temas, “pero las posturas en torno a la
posibilidad de finalización del conflicto y la necesidad de sostener o reformar la política
!
242!
!
de seguridad son los polos de convergencia de buena parte de quienes opinan
públicamente sobre el tema” (Aponte y Restrepo 2009, 32).
Una vez analizado el estado actual del conflicto en Colombia y su reciente
recrudecimiento, resulta claro que el conflicto permanece aún activo. Es posible que,
como sostienen algunos analistas antes citados, el conflicto esté encaminado a una
finalización; pero en el presente momento éste no ha terminado. Las preguntas que
surgen entonces son: ¿Fue exitosa la Política de Seguridad Democrática? y ¿Cómo
sostener sus logros en el largo plazo?
7.2.2 Éxito o fracaso de la PSD: Perspectivas futuras y recomendaciones para su
sostenibilidad a largo plazo
Los logros de la PSD en términos de ampliación de la seguridad y disminución de
la intensidad del conflicto; reducción de la capacidad de los grupos insurgentes;
desplazamiento de éstos hacia las zonas periféricas y protección de los centros
poblacionales, resultan innegables. Desde este punto de vista puede concluirse que la
PSD ha sido exitosa, ya que durante su implementación se generó un punto de quiebre,
quizá de no retorno, en el conflicto colombiano. Sin embargo, por lo explicado en las
secciones iniciales de este capítulo, es evidente que el conflicto aun permanece activo, y
que lo que ha sucedido es una transformación del mismo. Tanto el número de grupos
presentes, como sus interrelaciones han cambiado de manera significativa en los años
2010-2011, lo cual ha conducido a importantes transformaciones en la naturaleza y
manifestaciones del conflicto. Estos cambios tienen importantes connotaciones cuando se
analiza la posibilidad de una finalización definitiva del conflicto, ya que, según señalan
Granada y Vargas (2009, 93): “Los procesos de transformación generan una permanencia
!
243!
!
de la violencia en el tiempo, a pesar de que algunas de sus manifestaciones o
características se modifiquen”.
El proceso de transformación del conflicto—que ha conllevado por ende a su
permanencia—se evidencia entre otras formas a través de los procesos de
reacomodamiento y adaptación de los grupos insurgentes. Como se explicó anteriormente,
las nuevas alianzas entre grupos, la re-distribución entre ellos de las áreas rurales y
urbanas repartiendo las zonas de dominio, y el reacomodamiento y reasignación de
funciones en el tráfico de drogas, demuestran que los grupos han logrado adaptarse a las
nuevas circunstancias del conflicto. Desde este punto de vista, la PSD parece haber
entrado en una fase de estancamiento, ó agotamiento, y se hacen necesarias
transformaciones y adiciones sustanciales en su diseño para garantizar que los logros
alcanzados no se pierdan y que por el contrario sean sostenibles y expandibles en el largo
plazo. Un ejemplo de este agotamiento lo presentan los resultados de esta investigación,
identificando zonas en las cuales, a pesar del incremento en la presencia estatal generado
por la PSD, los niveles de conflicto armado se han incrementado. Esto hace evidente que
las organizaciones insurgentes se resisten a la ofensiva militar, y desarrollan estrategias
de adaptación.
¿Cual es el camino a seguir, si el objetivo es consolidar los resultados obtenidos
con la PSD, expandirlos a regiones donde el conflicto permanece activo, y evitar el
recrudecimiento del mismo? A la luz de los resultados obtenidos en esta investigación, se
comprende que el énfasis militar y policivo, aunque necesario para reducir la intensidad
del conflicto violento, es insuficiente para terminarlo. Esta conclusión se deriva de los
resultados, según los cuales hay configuraciones ( o conjuntos de variables mediadoras)
!
244!
!
que han incrementado la efectividad de la PSD. Como se explicó en el capítulo cinco, la
Política de Seguridad Democrática ha sido más efectiva cuando se implementó en
departamentos donde también disminuyó la pobreza (reflejada en el aumento del PIB pc);
aumentó la presencia estatal (reflejada en el aumento de la tasa de capturas); disminuyó el
número de grupos presentes, y que están ubicadas en el centro del país. De lo anterior se
desprenden importantes conclusiones para la implementación futura de la PSD.
En primer lugar, para sostener los resultados obtenidos en el período 2003-2009, en
su implementación futura la PSD debe ir acompañada de planes que ataquen directamente
la pobreza y la exclusión social, ya que como se observó, se obtuvieron resultados
positivos de la PSD en aquellas zonas donde simultáneamente disminuyo la pobreza. Este
hallazgo de esta investigación corrobora lo planteado por Aponte y Restrepo (2009, 103),
quienes también enfatizan la importancia de implementar planes sociales y económicos
(que reduzcan la pobreza y alivien la exclusión social), complementarios con el enfoque
militar y de seguridad de la PSD:
En la medida en que la política de seguridad actual centra el problema de
la seguridad en los grupos armados, genera mecanismos tan sólo para
enfrentarse a estos y no aborda la cuestión fundamental de la violencia en
Colombia: los órdenes sociales y económicos, locales y regionales,
diferentes del orden social e institucional que se pretende irradiar y
trasplantar desde el Estado central (liberal y moderno). La característica de
dichos órdenes locales es la existencia de importantes demandas de
violencia para su sostenimiento y reproducción. En presencia de estas
demandas, siempre habrá un grupo que responda con una oferta de
violencia armada criminal.
Aunque el Estado ha implementado campañas para el mejoramiento social y la
erradicación de la pobreza (a través de “Acción Social”, y de programas como el Plan de
Recuperación e Inversión Social, Familias es Acción, Empleos en Acción y Jóvenes en
!
245!
!
Acción, explicados en secciones anteriores) la evidencia muestra que éstos no han sido
suficientes para generar un verdadero cambio económico y social a lo largo de todo el
país. Por lo tanto, la expansión de los logros obtenidos tras la implementación de la PSD
hacia todas las regiones del país requiere mayores esfuerzos y recursos estatales en los
planes sociales y económicos.
En segundo lugar, otro de los hallazgos de esta investigación muestra que la PSD
fue más efectiva al implementarse en regiones donde también se registró un aumento en
los indicadores de presencia estatal y eficiencia institucional (medida a través de la
eficiencia de la justicia, con la tasa de capturas). Estos resultados sugieren que, para
consolidar y expandir los logros de la PSD, el Estado debe hacer un esfuerzo aún mayor
para incrementar la presencia estatal y la fortaleza institucional en todas las regiones del
país. De esta manera, deben modificarse los órdenes sociales existentes y dar paso a
nuevas alternativas de arreglos institucionales encaminados a establecer formas
institucionales de regulación y resolución de los conflictos. Según los resultados
obtenidos, la presencia institucional medida a través de la tasa de capturas refleja una
mayor presencia institucional tanto a nivel de la Policía (que realiza las capturas) como a
nivel de la administración de justicia (que las ordena). Este resultado positivo implicaría
que iniciativas similares, de refuerzo a las instituciones policivas y administrativas,
resultaría fundamental en el mantenimiento de los logros obtenidos por la PSD. Estos
hallazgos revelados en esta investigación corroboran lo sugerido por Granada y Vargas
(2009, 102);
Dadas las necesidades estructurales, parece ser conveniente una
reconversión tecnológica de lo militar a lo policivo y judicial,
transformación que requerirá un cambio drástico en los aparatos de
seguridad del Estado, mecanismos de asignación de recursos, su
!
246!
!
funcionamiento, capacidad de coordinación, doctrinas y mecanismos de
control.
Igualmente, el hallazgo de necesidad de fortalecimiento institucional reafirma lo
expresado por Duncan (2009), quien sostiene que para lograr la pacificación es necesaria
una transformación del orden social e institucional. Si ese cambio en la vida económica,
política y social de muchas regiones no se realiza, las guerrillas, paramilitares y mafias
permanecerán y “…podrán llamarse de otras maneras y podrán asumir otras modalidades,
pero conservarán su capacidad de desafiar el monopolio legítimo de la fuerza por parte de
los subsiguientes gobiernos, y de crear por eso Estados paralelos en la periferia. (Duncan,
2009).
En tercer lugar, esta investigación encontró que la PSD ha sido más efectiva al
implementarse en las regiones del centro del país, mientras los resultados en las zonas de
la periferia no han sido tan positivos. De ahí se deriva que el Estado debe desarrollar
estrategias encaminadas a expandir la reducción en la intensidad del conflicto hacia las
periferias. En este sentido, esta investigación corrobora lo planteado por Granada y
Vargas (2009), quienes sostienen que la PSD ha logrado un éxito diferenciado, donde se
ha mejorado la seguridad de las poblaciones del centro del país vía marginalización del
conflicto, pero no se ha logrado trasladar estos efectos hacia las comunidades que habitan
en la periferia.
Desde este punto de vista, las modificaciones o adiciones que se realicen a la PSD
deben contemplar la provisión de seguridad también a las minorías marginadas que
habitan las periferias, donde hoy todavía impera la inseguridad causada por el conflicto
armado. Vale la pena resaltar que, aunque el énfasis debe darse sobre las zonas
!
247!
!
periféricas, la PSD debe seguir enfocándose también en los centros urbanos ya que a
pesar de los importantes logros alcanzados es en ellos donde se evidencia con mas fuerza
el recrudecimiento del conflicto. El caso de Medellín, analizado en el capítulo anterior, es
un ejemplo de la reactivación del terrorismo urbano, y de la paradoja que actualmente
vive el conflicto en Colombia: aún en las zonas de indiscutido control del Estado, la
política ha sido incapaz de eliminar completamente el conflicto.
En cuarto lugar, esta investigación encontró que la PSD ha sido más efectiva en
aquellas regiones donde se redujo el número de grupos en conflicto. Este hallazgo tiene
implicaciones importantes para la situación actual, dado el fenómeno del “neoparamilitarismo” y la dispersión de los antiguos paramilitares en un número mayor de
bandas de menor tamaño (BACRIM). Como se explicó al inicio de este capítulo, la
transformación de estos grupos ha tenido consecuencias considerables en el
recrudecimiento del conflicto, tanto a nivel rural como urbano. Desde este punto de vista,
los alcances de la PSD han sido insuficientes para evitar la transformación de los grupos
y por ende han sido insuficientes para dar una terminación definitiva al conflicto. En
otras palabras, no se ha logrado una recuperación total y permanente del territorio
nacional por parte del Estado. Resulta difícil determinar si esto se debe a que la PSD haya
llegado a una fase de estancamiento, o bien a que las características estructurales de esta
política impidan logros más profundos y permanentes. Lo que sí puede afirmarse con
total certeza es que se hacen necesarios cambios en la PSD para lograr detener el
recrudecimiento del conflicto causado por la transformación de los grupos y de sus
dinámicas.
!
248!
!
Finalmente vale la pena resaltar que a través del análisis de casos esta investigación
también demostró el importante rol que juegan las particularidades regionales en el
desarrollo del conflicto. Un ejemplo de esto es lo reflejado por el departamento del Cauca,
el cual a pesar de presentar todas las condiciones (variables mediadoras) para que
ocurriera una reducción en la intensidad del conflicto, registró en cambio incrementos en
éste. Esto, como se explicó, podría deberse a la importante presencia de comunidades
indígenas en el Cauca, y especialmente a su proceder frente a la implementación de
políticas estatales como la PSD. Como se vio, en aras de defender su dominio territorial y
los derechos obtenidos a través de la reforma constitucional de 1991, en muchas
ocasiones las comunidades indígenas actúan con iniciativas particulares que van en
contravía de las estrategias estatales para reducción del conflicto. Este tipo de
particularidades regionales también deberían tenerse en cuenta al diseñar los ajustes de la
PSD, ya que su incidencia sobre los alcances de la misma es indudable.
Las anteriores consideraciones nos llevan a concluir que la resolución permanente
del conflicto colombiano no puede centrarse únicamente en políticas militares y policivas
encaminadas a desarticular los grupos alzados en armas. Como lo muestra lo
experimentado en el país a raíz de la implementación de la PSD en el período 2002-2009,
y el recrudecimiento de la violencia en la era “post-conflicto” (desde finales del año
2009), la desarticulación de los grupos insurgentes es un paso necesario para erradicar la
violencia, pero es insuficiente. La presión del Estado sobre los grupos armados no
estatales sí ha logrado resultados definitivos en términos de reducción de la intensidad del
conflicto, pero ni éstos son globales a lo largo de toda la nación, ni han demostrado tener
!
249!
!
permanencia definitiva en el tiempo. Se hace necesario, pues, adicionar otros
componentes o realizar modificaciones en la estructura misma de la PSD.
7.3 Conclusiones y aportes a los debates teóricos y metodológicos
A través de la pregunta central: ¿Por que la PSD tuvo diferentes efectos a través de
las diferentes regiones de Colombia en el período 1995-2009?, esta investigación evalúa
los principales debates teóricos y metodológicos de los estudios de Política Comparativa,
especialmente aquellos vinculados con los conflictos internos. Así, las hipótesis
formuladas involucran el debate teórico entre aquellos que sostienen que los conflictos
internos son causados por la pobreza, los resentimientos, la desigualdad y la injusticia
social (Gurr 1970; Ballentine y Sherman 2003) y aquellos que sostienen que éstos se
explican mejor por la codicia por los recursos saqueables (Collier 2000; Bates 2008).
Adicionalmente, las hipótesis incorporan también el debate entre quienes dan primacía a
la presencia institucional (Fearon y Laitin 2003; Kalyvas 2009), y otros que favorecen
aspectos como la inclusión política (Goldstone et al. 2004). Igualmente, las hipótesis
evalúan el efecto de variables sociales (Putman 1993; Sudarsky 2008), geográficas
(Richani 2002), y de control territorial (Duncan 2010).
Los resultados de la investigación arrojan importantes conclusiones que
contribuyen a expandir y clarificar estos debates. Primero, con relación a la disyuntiva
entre las teorías centradas en resentimientos y aquellas centradas en codicia, los
resultados de la investigación dan gran poder explicativo a la variable de pobreza y
resentimientos , desafiando así lo planteado por Collier (2000) en el sentido de que es
solo la codicia por los recursos saqueables la que explica los conflictos internos. Así, para
el caso colombiano resulta evidente que ambas teorías tienen incidencia y relevancia,
!
250!
!
alternándose con mayor o menor poder explicativo a través del tiempo y de las
circunstancias cambiantes del conflicto. Aunque los resultados cuantitativos no son
concluyentes con relación a los efectos de la codicia (especialmente en lo que respecta a
los ingresos por coca), se asume que esto obedece a problemas con la cuantificación de
esta variable en hectáreas, (ocasionados entre otras por la falta de información confiable a
nivel departamental). Dado que la realidad empírica evidencia claramente que los
ingresos por coca sí tienen vinculación directa con la intensidad del conflicto (lo cual se
hace particularmente evidente en las etapas de recrudecimiento del mismo), se sugiere
para estudios futuros refinar y fortalecer esta variable. Esto podría lograrse midiendo el
efecto de la coca a través de la existencia de corredores para el tráfico de drogas para así
complementar las cifras de cultivo por hectárea.
En cuanto al debate centrado en inclusión política vs. presencia estatal, la
investigación arrojó resultados muy significativos para el caso colombiano. Así, se reitera
la importancia de la presencia estatal e institucional como variable fundamental en la
reducción del conflicto armado, confirmando lo explicado en la revisión bibliográfica,
según la cual ésta es la única variable que genera consenso de causalidad entre los
estudiosos del tema. Por su parte, la variable participación electoral no parece tener poder
explicativo para el caso colombiano, porque dicha participación ha experimentado un
notorio decrecimiento en el período 1995-2009. Este es un aporte importante para la
teoría de conflictos, ya que la evidencia empírica del caso colombiano corrobora lo
sugerido por algunos autores en el sentido de que la relación entre conflicto interno y
participación electoral es en ambos sentidos. Por una parte, la participación electoral, si
aumenta, reduce el la intensidad del conflicto. Pero a su vez un aumento en la intensidad
!
251!
!
del conflicto reduce la participación electoral porque afecta y modifica los patrones de
votación (especialmente a través de la intimidación y el temor), como parece haber
ocurrido en el caso colombiano.
La investigación también revela que variables que en otros contextos tienen fuerte
poder explicativo, como la densidad asociativa y la participación social no parecen tener
esta incidencia en el caso colombiano. Esto se atribuye a que dicha participación se
redujo significativamente en el periodo analizado, quizá a causa de la falta de apoyo
gubernamental a estas iniciativas asociativas. Algunas iniciativas puntuales a nivel
regional han tenido efectos positivos, pero con la información existente no puede
afirmarse que la variable densidad social tenga efectos explicativos significativos sobre
los cambios en la intensidad del conflicto armado en Colombia. Una vez más, estos
resultados podrían en parte deberse a la falta de datos adecuados para la medición de la
participación social, desagregados a nivel departamental. En este sentido, se sugiere que
en estudios futuros se intente recolectar información directa (por ejemplo, a través de
entrevistas) que cuantifiquen mejor la confianza y el capital social a nivel departamental.
Datos como el número de ONG´s, asociaciones voluntarias, entidades sociales y
culturales, para mencionar algunos, podrían medir de manera más acertada la densidad
social y el efecto que ésta tiene sobre el conflicto.
Por otra parte, este estudio refuerza significativamente el argumento centrado en la
variable geográfica de centro vs. periferia, reflejando de manera muy clara que el
conflicto se redujo en su mayoría en las regiones del centro, y aumento o permaneció
constante en las de la periferia. Se observa adicionalmente que parece existir una covariación entre las variables geográficas y de presencia institucional, según la cual la
!
252!
!
mayor cercanía a los centros urbanos importantes favorece el acceso a la presencia
institucional, a la mayor inversión y a los recursos. Finalmente, la investigación
corrobora de manera contundente la hipótesis de control territorial (Warlords), ya que
refleja que en aquellas zonas donde el número de grupos se redujo el conflicto también lo
hizo. Igualmente, la actual multiplicación del número de grupos (tras la desmovilización
de los grupos paramilitares y su transformación en pequeñas bandas criminales
BACRIM) ha coincidido con un significativo recrudecimiento en la intensidad del
conflicto armado, con la particularidad de que éste recrudecimiento se hace más evidente
en las zonas urbanas del centro que en aquellas regiones de la periferia.
Otro aporte fundamental de esta investigación es el de ser pionera como estudio
desagregado a nivel subnacional (departamental). Según han sugerido autores como
Bates (2008) y Blattman y Miguel (2010), el estudio de los conflictos internos debe
trasladarse del nivel nacional al subnacional, utilizando información desagregada
regionalmente, porque es en esos micro-espacios donde tienen lugar los eventos que
luego explican el conflicto a nivel nacional. Aunque muchos autores han realizado
innumerables investigaciones sobre el conflicto colombiano, este es uno de los primeros
estudios que utiliza de manera sistemática la información desmenuzada a nivel regional
departamental. Una de las mayores dificultades para realizar estudios a nivel subnacional
en Colombia es la consecución de información, la cual en muchas ocasiones no existe, o
solo existe a nivel nacional. Por tal razón, aunque algunos de los medidores utilizados
como proxy para representar y cuantificar ciertas variables podrían parecer poco
refinados o robustos, considero que dadas las dificultades de consecución de información
se ha logrado realizar un análisis bastante completo y ajustado a la realidad.
!
253!
!
En cuanto a los aportes al debate metodológico, el uso complementario de
metodologías cualitativas (Análisis Cualitativo Comparativo, QCA y casos de estudio),
además de métodos cuantitativos (promedios porcentuales), ha permitido comprobar las
bondades de este enfoque pluralista, recomendado en consenso por muchos
investigadores (Laitin 2002). Por una parte, el barrido nacional inicial (cuantitativo)
realizado a través de los promedios porcentuales, ilustró de manera general aspectos
como la distribución territorial entre centro y periferia del conflicto, y los efectos de las
condiciones iniciales de pobreza sobre el conflicto. Seguidamente, el Análisis Cualitativo
Comparativo basado en la lógica Booleana permitió identificar las variables mediadoras y
las configuraciones que han tenido incidencia sobre la intensidad del conflicto.
Finalmente, el análisis de tres casos de estudio proporcionó información detallada sobre
las particularidades que en cada región afectaron el conflicto y la incidencia de las
variables mediadoras.
Con relación a las metodologías seleccionadas vale la pena precisar que el Análisis
Cualitattivo Comparativo (QCA), basado en la lógica Booleana, se adoptó porque
proporciona las herramientas precisas para realizar comparaciones de esta naturaleza,
destinadas a identificar las configuraciones y patrones de comportamiento que
caracterizan los conflictos. En este sentido la elección del método se considera acertada,
ya que de cierta forma preserva la “individualidad” de los casos analizados, sin reducirlos
a la fría numerología de otros métodos como las regresiones y modelos econométricos.
Sin embargo, dada la rigidez dicotómica del sistema binario Booleano (1,0) para
cuantificar las variables, se recomienda en estudios futuros complementar el álgebra
!
254!
!
Booleana con el uso de “fuzzy sets”, que también pertenecen a la metodología del
Análisis Cualitativo Comparativo (Ragin 1989; 2009).
Según señalan Portes y Smith (2008, 120): “la realidad social con frecuencia se
resiste a una clasificación en términos dicotómicos estrictos, y en vez de eso se
manifiesta en diferentes grados o matices”. El análisis a través de “fuzzy sets” contempla
esta problemática, y resuelve la rigidez del sistema binario planteando que las variables
en vez de estar presentes (1) o ausentes (0) pueden estar en “presencia completa” ;
“ausencia completa”; “mas o menos ausente”; “ni presente ni ausente”, y “mas o menos
presente”, tomando una escala de valores del 1 al 5. Esta ampliación del espectro de
posibilidades permite acceder a matices dentro de las variables, moderando la rigidez del
análisis, ofreciendo opciones intermedias, y por ende incrementando las posibilidades de
entendimiento de los conflictos. Finalmente, dado que en esta investigación parecería
evidente que algunas variables podrían ser combinadas (por ejemplo, la variable
geográfica y la presencia institucional, que presentan co-variación), se sugiere que
estudios futuros analicen esta posibilidad de combinación preliminar. Esto reduciría el
número de variable a contemplar, sin disminuir la calidad de los análisis ni de los
resultados.
En cuanto al uso de casos de estudio su aporte fue fundamental para detectar y
analizar condiciones de tipo regional que afectaron la efectividad de la PSD, y por ende la
intensidad del conflicto. Es el caso, por ejemplo, del conflicto étnico en el Cauca, cuya
importancia es tal que quizá sería necesario incorporarlo como una de las variables de
análisis en el caso del conflicto colombiano. La limitación de los estudios de casos radica
en que su selección es ilustrativa pero no exhaustiva, así que al utilizar esta metodología
!
255!
!
debe tenerse claridad sobre este aspecto, y entender que siempre pueden seleccionarse
casos adicionales (o diferentes) que enriquezcan el análisis.
En conclusión, esta investigación realizó aportes fundamentales tanto a las teorías y
debates sobre los conflictos internos, como a las implicaciones normativas de diseño y
reestructuración de políticas para el caso colombiano. De manera particular, es
importante remitirse una vez mas a uno de los argumentos iniciales de esta tesis, que es la
multi-causalidad y complejidad del conflicto colombiano, en el cual intervienen variables
de orden económico, político, institucional, social, geográfico y cultural entre otras. Así,
la Política de Seguridad Democrática debe reorientarse para dar alcance a esta pluralidad
de variables, desarrollando específicamente, según lo muestran los resultados arrojados
por esta investigación, estrategias centradas en el mejoramiento económico, en el
refortalecimiento institucional y de presencia estatal, en la reducción del número de
grupos en conflicto, y en la cobertura global de la nación y no sólo enfocada en las
regiones periféricas. Mientras estos objetivos no se persigan de manera continua y
consistente, una resolución permanente del conflicto seguirá siendo inalcanzable.
!
!
ANEXOS
Anexo 1. ENTREVISTA A ANDRES PASTRANA ARANGO EXPRESIDENTE
DE COLOMBIA. PANAMA, SEPTIEMBRE 23 DE 2011
PREGUNTA: La PSD es una política nacional, que se lanzó para cubrir todo el país.
Por qué tuvo mayor efectividad en unas regiones que en otras? Es decir, BAJO
QUE CONDICIONES FUNCIONA MEJOR LA PSD?
-Para responder a la pregunta considero importante hablar primero de la historia que llevó
a la implementación de la PSD, es decir a los antecedentes de la misma. Entre enero y
agosto de 1998 hay un gran pico de violencia en el país, por ejemplo representada en el
hecho de tener más de mil policías secuestrados en poder de la guerrilla. El general
Tapias le dice al Presidente: “la democracia está en peligro, la guerrilla puede tomarse el
poder”. En ese momento la guerrilla está muy fortalecida, y el ejército muy debilitado y
desmoralizado; el ejército carece de armamento y estrategias adecuadas. Con el fin de
mostrar su poderío y llegar a las mesas de negociación con fuerza para presionar, la
guerrilla incrementa sus ataques.
Y cómo se manifiesta este incremento en los ataques?
Un ejemplo claro es el cambio de estrategia de la guerrilla. Para demostrar que estaba
fortalecida y llegar a la mesa de negociación con mayor poder de persuasión, la guerrilla
modificó su estrategia. Pasaron de la “guerra de guerrillas”, que consiste en atacar las
poblaciones y luego retirarse, a la “guerra territorial”, que implica controlar totalmente un
territorio. Pero la guerrilla fue sorprendida por el nuevo aparato estratégico y militar de
256!
!
!
257!
las Fuerzas Armadas. Cuando intentaron tomarse Mitú (que ya no es una población
cualquiera, sino la capital de un departamento, y de difícil acceso) , se les atacó con
instrumental tecnológico y táctico que incluía el uso masivo de helicópteros, visores
infrarrojos para el combate nocturno, misiles aire-tierra, etc. La guerrilla sufrió ahí una de
sus mas grandes derrotas.
De ahí surgió la necesidad de hacer un Plan Colombia, y se hizo evidente que era
necesario avanzar en cuatro frentes: el fortalecimiento de las Fuerzas Militares; el
fortalecimiento institucional (sobre todo nivel de la justicia); la política social y la
política internacional. En Colombia durante muchos años se pensó que a la guerrilla se la
derrotaría militarmente. Pero en mi gobierno la pregunta fue cómo derrotarla
políticamente? Y esto se lograría de dos formas: desacreditando a la guerrilla a nivel
internacional, y fortaleciendo el aparato militar y policivo en Colombia.
Para el objetivo de fortalecimiento militar, se empezó desde lo más básico, comprando
por ejemplo uniformes, botas y armamentos. Se hizo muy evidente la necesidad de un
fortalecimiento aéreo para el combate, para lo cual se compraron helicópteros. Un
elemento adicional que prácticamente cambió la modalidad de guerra, fue la compra de
bombas inteligentes al gobierno de los Estados Unidos (bajo la presidencia de George W.
Bush). Adicionalmente, se implementó una estrategia para proteger a los policías, que
consistió en diseñar unos nuevos cuarteles de policía por fuera de los municipios. Luego
se restaurarían los cuarteles al interior de los municipios, pero esta medida temporal
contribuyó en parte a proteger de las masacres tanto a las fuerzas policivas como a la
población civil. Todos esos cambios sentaron muchas de las bases para el posterior éxito
!
!
!
!
!
258!
de la PSD, porque ya el país contaba con los instrumentos necesarios para implementar
un cambio en la lucha militar, y también un fortalecimiento y cambio a nivel institucional.
Hay un tema muy importante, que es el de las zonas. A dónde se le debía dar a la
guerrilla para derrotarla? En el bolsillo, La guerrilla estaba aliada con los narcos, y de ahí
salía su financiación. Por eso la primera prioridad del Plan Colombia era el Putumayo.
Ahí se focalizan las primeras acciones e inversiones. Aparte de lo militar, ahí se
implementaron muchos planes sociales para golpear a la guerrilla.
Qué tipo de planes sociales?
El Plan de Recuperación e Inversión Social incluía 3 ramas: Familias en Acción, Empleos
en Acción y Jóvenes en Acción. El plan de Familias en Acción, por ejemplo, incluía
subsidio social a la madre para que le dé alimentación al niño, siempre y cuando ella
garantice que el infante recibe sus vacunas, y va a la escuela. El plan de Empleos en
Acción por su parte, buscaba emplear a la población campesina en el sector productivo
del país. Para este momento la guerrilla se había convertido en un tema que ya no era
militar, sino muy narco. Tenían cero ideología marxista, y un enfoque total en el tráfico
de drogas. Por eso a los campesinos había que llegarles a través de temas sociales, para
que abandonaran el cultivo de coca. Se les ofreció sustituir los cultivos de coca por
cultivos lícitos que fueran rentables, por ejemplo la palma africana. Es decir, se hacía
sustitución de cultivos que generaran recursos a largo plazo, como la palma, y se
intercalaban con productos de corto plazo. Todos los temas sociales se llevaban a las
zonas mas deprimidas, y esto se complementó con inversión en carreteras, salud, escuelas,
etc.
!
!
!
!
!
259!
Volviendo a la pregunta de por qué la PSD produjo reducciones desiguales en la
intensidad del conflicto a lo largo del país, cuál es su opinión?
La diferencia en la efectividad de la PSD se debe a mi manera de ver a la naturaleza de
los actores generadores de violencia en las diferentes regiones. Por ejemplo, en
departamentos como Sucre y Córdoba donde los elementos generadores de violencia eran
los paramilitares, esta se logró reducir con mayor efectividad y menos enfrentamientos,
porque los paras finalmente se desmovilizaron (aunque antes de hacerlo aumentaron
muchísimo los índices de violencia en esas zonas). Por el contrario en departamentos
como el Valle del Cauca y Antioquia, donde los focos de violencia eran mayormente
narcotráfico, la PSD fue mas difícil de implementar y de lograr resultados. En el Cauca,
aun persisten con mucha fuerza las guerrillas, igualmente difíciles de combatir. Por lo
tanto dependiendo de la naturaleza de los grupos generadores de violencia, o de la
existencia simultanea de varios grupos, la PSD podía tener mayor o menor grado de éxito
en cada región.
!
!
!
!
!
260!
Anexo 2. ENTREVISTA TELEFONICA AL GENERAL FREDDY PADILLA DE
LEON, EX-COMANDANTE GENERAL DE LAS FUERZAS ARMADAS DE
COLOMBIA.
Sept 2,2011
PREGUNTA: La PSD es una política nacional, que se lanzó para cubrir todo el país.
Por qué tuvo mayor efectividad en unas regiones que en otras? Es decir, BAJO
QUE CONDICIONES FUNCIONA MEJOR LA PSD?
Una política es el elemento superior que le da dirección a la voluntad del gobierno sobre
un tema puntual. En el caso de la PSD el tema es la seguridad nacional. El jefe del
Estado aprueba el direccionamiento al mas alto nivel, con su visión de la manera como se
debe manejar la seguridad. Con ello se establecen recursos, y se establecen prioridades.
Se diseñan estrategias y planes para darle alcance a la PSD. En el caso de los recursos, no
todo se podía hacer al mismo tiempo. Por lo tanto no se podía actuar con la misma
intensidad en todos los lugares. Por lo tanto había que priorizar. Y eso se hizo con base
en los niveles de violencia que hubiera en cada región, según lo que se necesitara. Es
decir, la política se diseñó con un alcance nacional, pero obviamente se implementó de
manera gradual y según las necesidades de cada región y según la amenaza que primara
en cada región. Por ejemplo, en zonas mas rurales se incrementó el rol del ejército y en
las urbanas el de la policía.
PREGUNTA: Pero podría decirse entonces que la PSD se aplicó de manera similar
en sitios con problemáticas y niveles de violencia iniciales similares?
Si, de acuerdo con los objetivos y estrategias diseñadas, hubo una coherencia en la forma
de atacar diferentes tipos de violencia. Esto según los niveles de violencia que
enfrentábamos, y según los actores causantes.
!
!
!
!
!
261!
Inicialmente la PSD dio prioridad a los centros de mayor concentración de población, y
de producción (actividad económica), que eran los lugares más sensibles. Y de ese centro
se siguió luego hacia la periferia (por lo tanto primero fueron los centros urbanos y
capitales). Hoy en día se ve el éxito de la PSD en el hecho de que en los centros urbanos
hay mucha menor violencia. Esta sigue ahora en la periferia.
La PSD se desarrolló en tres fases: primer fase de seguridad; segunda fase de
consolidación y tercera fase de prosperidad democrática.
Volviendo a la pregunta¿ por que mayor efectividad de la PSD en unos sitios que en
otros? Si en 5 ciudades A,B,C,D,E con similares niveles de violencia se hizo casi lo
mismo, por qué resultados diferentes?
Hay varios factores:
-El narcotráfico, específicamente las etapas en la cadena de producción y distribución.
Dependiendo de la etapa de producción que se desarrolle en cada región, se da da lugar a
diferentes tipos y niveles de violencia. Por ejemplo, en las ciudades (donde se lleva a
cabo la actividad de comercialización) el narcotráfico es mucho más violento y difícil de
combatir que en las áreas rurales. Son mafias con diferentes que dan lugar a crímenes
urbanos. Un ejemplo es Medellín, con asaltos, robos, asesinatos, puñaladas entre estas
mafias para dominar el comercio de la droga. Esas etapas hacen que sean mas difíciles de
combatir, y por tanto que la PSD tenga mayor o menor efectividad. Es decir, la forma
como se comporta el foco de generador de violencia (en este caso el narcotráfico) varía
según la actividad específica que se desarrolle en ese sitio. Por ejemplo, para nada sirve
enviar al ejército a las comunas de Medellín, o a la policía al campo, porque son tipos de
violencia diferentes.
!
!
!
!
!
262!
-Otro elemento: la Justicia. Donde la mafia ha tenido mayor poder de corrupción, la
justicia es menos efectiva y por lo tanto los violentos son más difíciles de combatir. Es un
elemento de presencia institucional, de institucionalidad y fortaleza de las instituciones.
-Otro elemento es la fortaleza de la sociedad. Eso puede medirse en términos de la
participación electoral. La PSD funciona mejor en sitios donde hay mayor participación
electoral, o menos temor de fraude, o menos miedo de ir a votar.
-La presencia de recursos explotables hace que en algunas regiones la presencia de estos
actores sea difícil de combatir. La coca, y ahora último la minería del oro, que estos
delincuentes codician. Eso hace mas difícil lograr la estabilización de la institucionalidad.
Y la pobreza?
-Fíjese que la pobreza no la considero un factor determinante en la efectividad de la PSD,
porque donde hay pobreza el estado puede llegar y combatirla. Son los otros elementos
mencionados los que lo hacen difícil.
Un último punto importante: la PSD involucró todas las instituciones del gobierno, no fue
solo una política del ejército o la policía. Por ejemplo, instituciones como “Acción Social”
encargada de resolver problemas sociales como salud, educación, poner colegios, instalar
puestos de salud, instalar internet, llevar jueces. Todas esas eran actividades paralelas
para consolidar los logros en seguridad.
!
!
!
!
!
263!
Anexo 3. Guión de Reclutamiento para entrevistados
El guión de reclutamiento es el mismo para ambas poblaciones (oficiales públicos o
ciudadanos/campesinos comunes). El reclutamiento se llevara a cabo vía telefónica. En el
caso de los oficiales públicos, yo determinaré previamente a quien contactar,
dependiendo de sus conocimientos y utilidad para la investigación. En el caso de los
ciudadanos comunes, estos serán seleccionados aleatoriamente del directorio telefónico
de los municipios. El reclutamiento se llevara a cabo de la siguiente manera: Primero,
saludar a los sujetos de manera respetuosa. Después explicarles que soy un estudiante de
doctorado de la Universidad de Miami, y que estoy llevando a cabo mi disertación, la
cual se refiere a la lucha violenta en Colombia. Explicarles que me gustaría entrevistarlos
para conocer sus opiniones/percepciones sobre el comportamiento de la lucha violenta en
las últimas décadas, y las posibles explicaciones de este comportamiento. Asegurarles
que sus respuestas serán totalmente anónimas, y que pueden elegir no responder algunas
de las preguntas, o retirarse completamente de la investigación.
!
!
!
!
!
264!
Anexo 4
Universidad de Miami
CONSENTIMIENTO PARA PARTICIPAR EN UN ESTUDIO DE
INVESTIGACIÓN
“El Conflicto Armado en Colombia: Análisis Regional de los Impactos de la Política de
Seguridad Democrática”
La siguiente información describe el estudio de investigación en el cual se le pide
participar. Por favor lea esta información cuidadosamente. Al final, se le pedirá que
firme si está de acuerdo en participar.
PROPÓSITO DEL ESTUDIO:
Se le pide participar en un estudio de investigación. El propósito de este estudio es
encontrar las posibles explicaciones del cambio en los niveles de lucha violenta en las
diferentes regiones de Colombia durante la última década.
PROCEDIMIENTOS:
Si decide formar parte de este estudio, se le pedirá que participe en una entrevista, la cual
tomará de 20-40 minutos. La entrevista incluye preguntas acerca de su percepción de los
niveles de violencia en Colombia durante los últimos diez años. También le pediremos
alguna información demográfica tal como el municipio en el que vive o ha vivido para
poder identificar de manera confiable los niveles de violencia a través de los diferentes
Departamentos en Colombia.
!
!
!
!
!
265!
RIESGOS Y/O INCOMODIDADES:
No se anticipan riesgos o incomodidades por formar parte de este estudio. Su
participación será completamente anónima, ya que no se registrarán o mencionarán
nombres. Adicionalmente, si usted se siente incomodo con una pregunta, se puede saltar
esa pregunta o retirarse del estudio completamente. Si decide retirarse en cualquier
momento antes de haber terminado la entrevista, sus respuestas NO serán registradas.
BENEFICIOS:
No se anticipa que usted experimente ningún beneficio directo por este estudio. No
obstante, su participación en esta investigación ayudará a los investigadores a
proporcionar herramientas importantes para la planeación estratégica y la legislación.
Potencialmente usted podría ser un receptor directo de las mejoras en las políticas y
beneficios que podrían resultar de este estudio.
CONFIDENCIALIDAD:
Sus respuestas se mantendrán en completa confidencialidad. Para proteger su
privacidad, sus respuestas son anónimas, ya que no se registrarán ni mencionarán
nombres. Adicionalmente, la información obtenida solo estará accesible para los
investigadores.
COMPENSACIÓN:
No habrá compensación por participar en este estudio.
DERECHO DE DECLINAR O RETIRARSE:
Su participación en este estudio es voluntaria. Usted tiene el derecho de negarse a
participar en el estudio o de retirar su consentimiento en cualquier momento durante este
!
!
!
!
!
266!
estudio. El investigador se reserva el derecho de retirarlo sin su consentimiento en el
momento que sienta que esta acción es en el mejor interés para usted.
INFORMACIÓN DE CONTACTO:
William Smith (305) 284-5092, Lilian Yaffe correo electrónico: [email protected]
responderán con gusto cualquiera de las preguntas que usted pudiera tener concerniente al
propósito, procedimientos, y resultado de este proyecto. Si usted tiene preguntas con
respecto a sus derechos como sujeto de investigación puede contactar a la Oficina de
Sujetos Humanos de Investigación en la Universidad de Miami, al (305)243-3195.
ACUERDO DEL PARTICIPANTE:
He leído la información en esta forma de consentimiento y estoy de acuerdo en
participar en este estudio. He tenido la oportunidad de hacer cualquier pregunta
que tuviera con respecto a este estudio, y dichas preguntas han sido respondidas a
mi satisfacción.
Estoy listo para proceder con la entrevista.
!
!
!
!
!
267!
Anexo 5. GUÍA PARA LAS ENTREVISTAS
1. ¿En dónde vive? (Municipio o región demográfica)
2. ¿Cuál es su percepción de la lucha violenta en Colombia durante los últimos 10 años?
¿Piensa que ha incrementado, disminuido, o que permanece igual? (Se puede mencionar
el número de homicidios, o ataques terroristas, o secuestros como variables que ilustran
la violencia).
3. ¿Por qué piensa que han ocurrido estos cambios? (En caso de que hayan identificado
cambios en la pregunta anterior). Las respuestas pueden incluir: mayor presencia de los
militares, guerrillas más/menos poderosas, más/menos pobreza, paramilitares,
desmovilización, mayor densidad social, etc.) Un entrevistado podría brindar varias
respuestas.
4. ¿Tiene usted alguna idea de cómo es que ocurrieron estos cambios? ¿Puede identificar
que paso, a través de que mecanismo cambio la lucha violenta?
5. Si la persona menciona de manera voluntaria un incidente (familiar o personal)
relacionado con la violencia, preguntar lo siguiente. ¿Cuándo ocurrió? ¿En donde
ocurrió? ¿Puede describir la naturaleza del incidente?
6. ¿Piensa usted que se puede erradicar totalmente la lucha violenta de Colombia? ¿Por
qué o por qué no?
¿Está el país alcanzando tales resultados?
7. ¿Piensa usted que ahora (2011) los niveles de lucha violenta están incrementando
nuevamente en el país? ¿Por qué o por qué no
!
!
!
!
!
BIBLIOGRAFIA
Acción Social. "Acción Social." http://www.accionsocial.gov.co/portal/default.aspx
(Obtenido en Septiembre 15, 2011).
Acero, Hugo. Participante en la “Mesa de Trabajo Sobre Seguridad en Medellín.”
organizada por el Programa “Medellín Cómo Vamos” en asocio con UN-Hábita ,
Universidad Eafit, Medellín, Noviembre 5, 2009.
http://www.medellincomovamos.org/bitcache/0efb34bd58ea2b51c399868c48d4ba
f2b7b9159e?vid=675&disposition=inline&op=vie (Obtenido en Enero 5, 2012).
Agencia de Prensa IPC . “Conflicto Armado en Medellín Tiene a los Jóvenes entre la
Espada y la Pared.” (Septiembre 28, 2009).
http://www.ipc.org.co/agenciadeprensa/index.php?option=com_content&view=ar
ticle&id=322:conflicto-armado-en-medellin-tiene-a-los-jovenes-entre-la-espaday-la-pared&catid=58:general&Itemid=18 (Obtenido Marzo 17, 2012).
Aguirre, Katherine, y Jorge A. Restrepo. “El Control de Armas como Estrategia de
Reducción de la Violencia en Colombia: Pertinencia, Estado y Desafíos.” Revista
Criminalidad 52, no. 1 (Junio 2010): 265-286.
Alcaldía de Medellín. “Estrategias y Retos para la Competitividad de la Región desde
la Alcaldía de Medellín.” Medellín cómo Vamos (2010).
http://www.medellincomovamos.org/bitcache/40b99531c4b355e1a27b1da88b270
8ed896465cc?vid=1153&disposition=inline&op=view (Obtenido en Marzo 19,
2012).
Alonso, Manuel, y Germán Valencia. “Balance del Proceso de Desmovilización,
Desarme y Reinserción (DDR) de los Bloques Cacique Nutibara y Héroes de
Granada en la Ciudad de Medellín.” Estudios Políticos 33 (Julio-Diciembre
2008): 11-34.
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. “Informe del
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la
Situación de los Derechos Humanos en Colombia.” (E/CN.4/2003/12). Febrero 24,
2003.
———. “Informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos sobre la Situación de los Derechos Humanos en Colombia.”
(E/CN.4/2006/9). Enero16, 2006.
———. “Informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos sobre la Situación de los Derechos Humanos en Colombia.” (A
/HRC/113/72). Marzo 4, 2010.
!
268!
!
!
!
!
269!
Aponte, David, y Jorge Alberto Restrepo. Guerra y Violencias en Colombia :
Herramientas e Interpretaciones. Bogotá: CERAC, Pontificia Universidad
Javeriana, 2009.
Arango, Santiago, John Jairo Prado, e Isaac Dyner. “Evaluación de Políticas Publicas
para la Reducción de la Criminalidad en Medellín: Una Aproximación con
Dinámica de Sistemas.” Ensayos Sobre Política Económica 27, no. 60 (Diciembre
2009): 80-109. http://www.banrep.gov.co/docum/ensayos/pdf/espe_060-3.pdf
(Obtenido Marzo 10, 2012).
Aranguren Molina, Mauricio. Mi Confesión: Carlos Castaño Revela Sus Secretos.
Bogotá: Oveja Negra, 2001.
Arjona, Ana María. “De Rebelocracias y Reclutas: Instituciones y Participación en el
Conflicto Armado Colombiano,” Foco Económico (blog), Abril 12, 2011a,
http://focoeconomico.org/2011/04/12/de-rebelocracias-y-reclutas-instituciones-yparticipación-en-el-conflicto-armado-colombiano/ (Obtenido en Septiembre 15,
2011).
———.“Presencia vs. Violencia: Problemas de Medición de la Presencia de Actores
Armados en Colombia,” Foco Económico (blog), Diciembre 20, 2011b,
http://focoeconomico.org/2011/12/20/presencia-vs-violencia-problemas-demedicion-de-la-presencia-de-actores-armados- en-colombia/ (Obtenido en
Septiembre 15, 2011).
Ávila Martínez, Ariel Fernando. “La Guerra Contra las FARC y la Guerra de las FARC.”
Corporación Nuevo Arco Iris no. 15 (Abril del 2010): 4-21.
http://www.nuevoarcoiris.org.co/sac/files/oca/analisis/documento_FARC_2009.p
df (Obtenido en Agosto 15, 2011).
———. “Conflicto Armado en el Cauca.” Corporación Nuevo Arco Iris (2009).
Ávila Martínez, Ariel Fernando, y Magda Paola Núñez Gantiva. “Las Dinámicas
Territoriales del Ejército de Liberación Nacional; Arauca, Cauca y Nariño.”
Corporación Nuevo Arco Iris no. 15 (Abril del 2010): 22-33.
http://www.nuevoarcoiris.org.co/sac/files/arcanos/arcanos15_abril_2010_files/arc
anos2.pdf (Obtenido en Agosto 15, 2011).
Bagley, Bruce Michael. "Colombian Politics: Crisis or Continuity." Current History 86,
no. 516 (1987): 21-24, 40-41.
———. "US Foreign Policy and the War on Drugs: Analysis of a Policy Failure."
Journal of Interamerican Studies and World Affairs 30, no. 2/3(1988): 189-212.
!
!
!
!
!
270!
———. (Director y Profesor, Departamento de Estudios Internacionales, Universidad de
Miami), en entrevista con Lilian Yaffe, Marzo 8, 2012.
Ballentine, Karen, y Heiko Nitzschke. Beyond Greed and Grievance: Policy Lessons
from Studies in the Political Economy of Armed Conflict. New York: International
Peace Academy, 2003.
Ballentine, Karen, y Jake Sherman. The Political Economy of Armed Conflict: Beyond
Greed and Grievance. London: Lynne Rienner Publishers, Inc, 2003.
Bates, Robert H. "State Failure." Annual Review of Political Science 11, no. 1 (2008): 112.
Bejarano, Ana María. "Conflicto Prolongado, Múltiples Protagonistas y Negociaciones
Escalonadas." En Conflicto Armado, Seguridad y Construcción de Paz en
Colombia, editado por Angelika Rettberg y Universidad de Los Andes, 43-68.
Bogotá: Universidad de Los Andes, 2010.
Bergquist, Charles W., Ricardo Peñaranda, y Gonzalo Sánchez G. Violence in Colombia,
1990-2000: Waging War and Negotiating Peace. Latin American Silhouettes.
Wilmington: SR Books, 2001.
Besadau, Matthias, y Tim Wegenast. "Oil and Diamonds as Causes of Civil War in SubSaharan Africa: Under what Conditions?." Colombia Internacional 70, (2009):
35.
Blanco, Jesus Alonso. "La Containsurgencia en los Actuales Escenarios." En Las Nuevas
Guerras y la Polemologia, editado por Ministerio de Defensa, Secretaria General
Tecnica, 12-50. Bogotá: Imprenta Ministerio de Defensa, 2009.
Blattman, Christopher, y Edward Miguel. "Civil War." Journal of Economic Literature
48, no.1 (2010): 3-57.
Bodea, Cristina, y Ibrahim Elbadawi. “Riots, Coups and Civil War: Revisiting the Greed
and Grievance Debate.” Policy Research Working Paper 4397: Te World Bank
Development Research Group, 2007.
Bumstein, Alfred. Research on Sentencing: The Search for Reform. Jacqueline Cohen,
Susan Martin, and Michael Tonry (eds.), Report of the NAS Panel on Research on
Sentencing, Washington, D.C. National Academy Press, 1983.
Cambio. “Expertos Analizan la Política de Recompensas del Gobierno.” (Julio, 2009).
http://www.cambio.com.co/portadacambio/836/ARTICULO-WEBNOTA_INTERIOR_CAMBIO-5599854.html (Obtenido en Julio 11, 2011).
!
!
!
!
!
271!
Cambio. “Expertos Analizan la Política de Recompensas del Gobierno.” (Febrero 3,
2010). http://www.cambio.com.co/archivo/documento/CMS- 7111828
(Obtenido en Febrero 12, 2012).
Caracol Radio Online. “Las FARC se Fortalecen como Cartel del Narcotráfico, Revela
Informe de la Policía.” Febrero 18, 2010.
Caracol Radio. “Cauca es Escenario de Regionalización de la Violencia, dice Especialista
en Conflicto Armado.” Febrero 28, 2012.
http://www.rcnradio.com/noticias/editor/cauca-es-escenario-de-regionalizacionde-la-139907#ixzz1o4uii4I4 (Obtenido en Septiembre 15, 2011).
Chernick, Marc W. Acuerdo Posible: Solución Negociada al Conflicto Armado
Colombiano. Bogotá: Ediciones Aurora, 2008.
CODHES. “El Conflicto de Cara al Oriente Selvático.” Boletín de la Consultoría para los
Derechos Humanos y el Desplazamiento, (CODHES) no. 63 (Julio 15, 2005).
http://www.codhes.org/index2.php?option=com_docman&task=doc_view&gid=4
2&Itemid=50 (Obtenido en Mayo 10, 2011).
Collier, Paul. “Economic Causes of Civil Conflict and their Implications for Policy.”
World Bank Working Paper. Washington, DC: World Bank, 2000.
Collier, Paul, y Anke Hoeffler. "On Economic Causes of Civil War." Oxford Economic
Papers 50, no. 4 (1998): 563-573.
———. "Greed and Grievance in Civil War." Oxford Economic Papers 56, no. 4 (2004):
563-595.
Corrales Jiménez, Diego. “Seis Causas y Tres Soluciones para la Violencia en Medellín.”
La Silla Vacía (Septiembre 8, 2010). http://www.lasillavacia.com/historiainvitado/17832/diego-corrales-jimenez/seis-causas-y-tres-soluciones-para-laviolencia-en-me (Obtenido en Septiembre 2, 2011).
Crawley, Eduardo. “From Military Arsenals to Drug Gangs and Guerrillas.” Latin
American Security and Strategic Review (January 2010): 3-6.
DANE."DANE."http://www.dane.gov.co/index.php?option=com_content&view=article
&id=75&Itemid=72 (Obtenido en Septiembre 27, 2011).
!
!
!
!
!
272!
Departamento Administrativo de Planeación. “Medidas de Pobreza para Colombia y
Medellín 2002 – 2008.” (Marzo 17, 2010).
http://www.medellin.gov.co/irj/go/km/docs/wpccontent/Sites/Subportal%20del%
20Ciudadano/Plan%20de%20Desarrollo/Secciones/Información%20General/Doc
umentos/DesarrolloEconomico/publicaciones/MESEP%20Informe%20Observato
rio.pdf (Obtenido en Marzo 19, 2012).
Díez Hernando, Beatriz. “Herederos de los Paramilitares – La Nueva Cara de la
Violencia en Colombia.” Human Rights Watch (Febrero 5, 2010).
Dube, Oeindrila, y Juan F. Vargas. "Are all Resources Cursed?: Coffee, Oil and Armed
Conflict in Colombia." Documentos CEDE 003460 (2006).
Duncan,!Gustavo. “Una Visión Alternativa al Conflicto Colombiano.” Razón Pública
(Marzo 8, 2009).
———. "Crime and Power: The Filter of Social Order." Trabajo presentado en APSA
2010 Annual Meeting, Washington, DC, Septiembre 2-5, 2010.
http://iiiprxy.library.miami.edu:4827/abstract=1644540 (Obtenido en Septiembre
13, 2011).
Echandia Castilla, Camilo. Geografía del Conflicto Armado y las Manifestaciones de la
Violencia en Colombia. Santafé de Bogotá: Uniandes, Facultad de Economía,
CEDE, Ediciones Uniandes, 1999.
———. "El Conflicto Armado Colombiano y su Expresión Territorial: Presencia de los
Actores: Evolución Reciente de la Geografía del Conflicto Armado Colombiano."
En Dimensiones Territoriales de la Guerra y la Paz, editado por Montañéz ,
Gustavo, 151-183. Bogotá: Unibiblos, 2004.
El Mundo.“650 Bandas Operarían en Medellín Ciudad: Escenario de la Confrontación
Armada.” Noviembre 26, 2002.
El Mundo. “Medellín, una buena ciudad para hacer negocios .” Noviembre 16, 2011.
http://www.elmundo.com/portal/noticias/economia/medellin_una_buena_ciudad_
para_hacer_negocios.php (Obtenido Marzo 18, 2012).
El Nuevo Dia. “Bandas Emergentes, Mayores Generadoras de Violencia.” Abril 13, 2010.
El Nuevo Siglo. “Cuchillo y el Loco Barrera Sacan al Mes de 2 a 3 Toneladas de Coca.”
Abril 20, 2009.
———. “Nueva Estrategia Antidrogas de EU es más Equilibrada: Naranjo.” Mayo 13,
2010a.
!
!
!
!
!
273!
———. “Arauca, Departamento con más Muertos Violentas en 2010.” Junio 4, 2010b.
El País. “Fuerza Pública Firme en los Pueblos de la Zona.” Mayo 2, 2005.
——— . “FARC Atacaron Norte del Cauca.” Febrero 21, 2010.
——— . “Violencia en el Cauca, herida que no cicatriza.” Octubre 16, 2011.
El Tiempo. “Tumban Ocho Trincheras por Muerte de Niño.” Septiembre 29, 2006.
——— . “Entre Tres Citas se Pactó la Alianza entre el ELN y las FARC.” Enero 23,
2010a.
——— . “Ejército de Ecuador Encontró Ocho Bases de las FARC en su Territorio.”
Enero 25, 2010b.
——— . “El ‘Dossier’ del Nexo de FARC y las Milicias.” Febrero 8, 2010c.
———. “El Mapa Mafioso de las FARC.” Marzo 8, 2010d.
——— . “En Bogotá hay 22.7 Homicidios por cada 100,000 Habitantes.” Marzo 25,
2010e.
———. “FARC y Bandas Criminales tienen Pactos de no Agresión, dice Jefe de Misión
de la OEA en Colombia.” Mayo 5, 2010f.
——— . “Crisis Humanitaria por Ruptura de Pacto FARC-ELN.” Junio 24, 2010g.
——— . “Cauca el Departamento más Golpeado por las FARC.” Marzo 28, 2011.
Fearon, James D., y David D. Laitin. "Ethnicity, Insurgency, and Civil War." The
American Political Science Review 97, no. 1 (2003): 75-90.
———. “Why do Some Civil Wars Last so Much Longer than Others?.” Journal of
Peace Research 41 (2004): 275-301.
Fernández Correa, Patricia. “Violencia en Medellín: Una Montaña Rusa que no Para.”
Corporación Viva la Ciudadanía (2009).
http://www.viva.org.co/cajavirtual/svc0174/index%20-%20pagina%208.html
(Obtenido en Marzo 17, 2012).
Fundación Ideas para la Paz. “Siguiendo el Conflicto: Hechos y Análisis.” Fundación
Ideas para la Paz, no. 58 (Enero del 2010).
!
!
!
!
!
274!
Fundación Seguridad y Democracia. “Balance de la confrontación armada: 2002-2008.”
http://www.seguridadydemocracia.org/docs/pdf/conflictoArmado/balanceconfront
acion09.pdf (Obtenido en Febrero del 2012).
Gaitán, Fernando, y Malcolm D Deas. Dos Ensayos Especulativos Sobre la Violencia en
Colombia Bogotá: FONADE DNP, 1995.
Gambetta, Diego. La Mafia Siciliana: un'industria della Protezione Privata. Torino:
Einaudi, 1992.
García Sánchez, Miguel. "Bajo la Mira de los Actores Armados. Contextos Violentos,
Participación Política e Intención de Voto en Colombia." En Conflicto Armado,
Seguridad y Construcción de Paz en Colombia, editado por Angelika Rettberg y
Universidad de Los Andes, 159-202. Bogotá: Universidad de Los Andes, 2010.
Gechem S., Carlos Eduardo. “Los Partidos Políticos en Colombia: Entre la Realidad y la
Ficción.” Revista Derecho del Estado no. 23 (2009): 131-146.
George, Alexander L., y Andrew Bennett. Case Studies and Theory Development in the
Social Sciences. Cambridge, Mass: MIT, 2005.
Giraldo Ramírez, Jorge, y Centro de Análisis Político Universidad Eafit–Colombia.
“Conflicto Armado Urbano y Violencia Homicida. El Caso de Medellín.”
Revista Latinoamericana de Seguridad Ciudadana, No. 5 (Septiembre 2008):
99-113.
Goldstone, Jack, Ted Gurr, Monty Marshall, y Juan Vargas. "It’s all about State
Structure: New Findings on Revolutionary Origins from Global Data." Homo
Economicus 21, no. 2 (2004): 429-455.
Gómez, Carlos Mario. "Economía y Violencia en Colombia." En Economía Crimen y
Conflicto, editado por A. Martínez Ortiz (Ed.), 41-58. Bogotá: Universidad
Nacional de Colombia, 2001.
Gonzalez, Fernán. "Colapso Parcial o Presencia Diferenciada del Estado en Colombia?:
Una Mirada Desde la Historia." Colombia Internacional 58 (2003): 124-158.
Gonzalez, Fernán, y Silvia Otero Bahamon. "¿Es Ilegítimo El Sistema Político
Colombiano?." Institute for Research and Debate on Governance (2006).
http://www.institut-gouvernance.org/en/analyse/fiche-analyse-244.html (Obtenido
en Enero 10, 2012).
!
!
!
!
!
275!
Granada, Soledad, Jorge A. Restrepo, y Andrés R. Vargas. “El Agotamiento de la Política
de Seguridad: Evolución y Transformaciones Recientes en el Conflicto Armado
Colombiano." En Guerra y Violencias en Colombia: Herramientas e
Interpretaciones, editado por Restrepo, Jorge Alberto, y David Aponte, 27-124.
Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 2009.
Guáqueta, Alexandra. "La Economía Política Internacional de Los Conflictos Internos."
Convergencia 31, no. enero-abril (2003): 60-89.
Gurr, Ted Robert. Why Men Rebel. Princeton: Princeton University Press, 1970.
Gutiérrez Sanín, Francisco. "Criminal Rebels? A Discussion of Civil War and
Criminality from the Colombian Experience." Politics & Society 32, no. 4 (2004):
257-285.
Hardy, Melissa A. "Economic Growth, Distributional Inequality, and Political Conflict in
Industrial Societies." Journal of Political & Military Sociology 7, no. Fall (1979):
209-227.
Hegre, Hávard, y Nicholas Sambanis. "Sensitivity Analysis of Empirical Results on Civil
War Onset." The Journal of Conflict Resolution 50, no. 4 (2006): 508-535.
Holmes, Jennifer S., Sheila Amin Gutiérrez de Piñeres, y Kevin M. Curtin. "Drugs,
Violence, and Development in Colombia: A Department-Level Analysis." Latin
American Politics & Society 48, no. 3 (2006): 157-184.
Holmes, Jennifer S., Sheila Amin Gutiérrez de Piñeres, y Kevin M. Curtin. Guns, Drugs,
and Development in Colombia. Austin: University of Texas Press, 2010.
International Crisis Group. “Improving Security Policy in Colombia.” Latin American
Briefing, no. 23 (Junio 29, 2010). http://www.crisisgroup.org/~/media/Files/latinamerica/colombia/B23%20Improving%20Security%20Policy%20in%20Colombi
a.ashx (Obtenido en Octubre 13, 2011).
Jaramillo, Alfredo. “Medellín, Baja la Calidad de Vida a Causa de la Violencia y la Falta
de Equidad Social.” America Latina en Movimiento (Abril 23, 2010).
http://alainet.org/active/37643&lang=es (Obtenido en Marzo 12, 2012).
Kaldor, Mary. New and Old Wars: Organized Violence in a Global Era. Stanford,
California: Stanford University Press, 1999.
Kalyvas, Stathis N. "Civil War." En Oxford Handbooks of Political Science, editado por
Carles Boix y Susan C. y Stokes, 416-434. Oxford; New York: Oxford University
Press, 2009.
!
!
!
!
!
276!
Krauthausen, Ciro. “Poder y Mercado. El Narcotráfico Colombiano y la Mafia Italiana.”
Nueva Sociedad 130, no. Marzo-Abril (1994): 112-125.
Laitin, David. "Comparative Politics: The State of the Subdiscipline." En Political
Science: State of the Discipline, editado por Ira Katznelson y Helen Milner, 630659. New York: W.W Norton & Co, 2002.
Landinez-Aceros, Jaime, y Universidad de los Andes. "Coca and Conflict. The Spatial
Dimensions of Regional Violence in Colombia." Trabajo presentado AAG
Annual Meeting, New York, Febrero 24 – 28, 2012.
Leal Buitrago, Francisco. "Políticas de Seguridad: de Improvisación en Improvisación."
En La Encrucijada, Colombia En El Siglo XXI, 513-544. Bogotá: Grupo Editorial
Norma, 2006.
———. " Políticas de Seguridad: de Improvisación en Improvisación." En Conflicto
Armado, Seguridad y Construcción de Paz en Colombia, editado por Angelika
Rettberg y Universidad de Los Andes, 315-350. Bogotá: Universidad de Los
Andes, 2010.
———. "Militares y Paramilitares en Colombia." En La Desmovilización de los
Paramilitares en Colombia : Entre El Escepticismo y La Esperanza, editado por
Restrepo, Elvira María, y Bruce Michael Bagley, 43-46. Bogotá: Ediciones
Uniandes, 2011.
LeGrand, Catherine C. "The Colombian Crisis in Historical Perspective." Canadian
Journal of Latin American and Caribbean Studies 28, no. 55-56 (2003): 165(45).
López, Claudia. "Para Frenar la Parapolítica." Número 57 (2010): 76-81.
Lopez-Gamundi, Paula. "Colombia's Gold Mining Boom Offers Silver Lining for
Paramilitaries and Guerillas." Council on Hemispheric Affairs. Septiembre 2,
2011. http://www.coha.org/colombias-gold-rush-the-silver-lining-forparamilitaries-and-guerrillas/ (Obtenido en Octubre 26, 2011).
Medellín, Pedro, y Alfredo Rangel Suárez. Política de Seguridad Democrática. Cara &
Sello. Bogotá: Norma, 2010.
Medina Gallego, Carlos. Autodefensas, Paramilitares y Narcotráfico en Colombia :
Origen, Desarrollo y Consolidación : El Caso "Puerto Boyacá". Bogotá:
Editorial Documentos Periodísticos, 1990.
Mejía, Daniel, y Pascual Restrepo. “La Guerra Contra la Producción y Tráfico de Drogas:
Una Evaluación Económica del Plan Colombia.” Semana (Mayo 27, 2009).
http://www.semana.com/documents/Doc-1885_2009528.pdf (Obtenido en
Diciembre 12, 2011).
!
!
!
!
!
277!
Mill, John Stuart. A System of Logic. Honolulu: University Press of the Pacific, 2002.
Ministerio de Defensa. En entrevista anónima con Lilian Yaffe, Febrero 23, 2009.
———. "Anuario Estadístico del Sector Seguridad y Defensa 2003-2009." Bogotá:
Ministerio de Defensa, 2010a.
http://www.mindefensa.gov.co/irj/go/km/docs/Mindefensa/Documentos/descargas
/estudios%20sectoriales/Anuario/Anuario_Estadistico2010a.pdf (Obtenido en
August 10, 2010).
———. "Democratic Security and Defence Policy - Republic of Colombia." Bogotá:
Ministerio de Defensa, 2010b.
http://alpha.mindefensa.gov.co/descargas/Documentos_Home/Seguridad%20Dem
ocratica.pdf (Obtenido en Agosto 10, 2010).
———. “Logros de la Política de Consolidación de la Seguridad Democracia – PCSD.”
Bogotá: Ministerio de Defensa. Enero 2010c.
———. “Logros de la Política de Consolidación de la Seguridad Democracia – PCSD.”
Bogotá: Ministerio de Defensa. Abril 2010d.
Montenegro, Santiago, y Álvaro Enrique Pedraza. "Falling Kidnapping Rates and the
Expansion of Mobile Phones in Colombia." Documento CEDE No. 2009-32
(Noviembre 2009).
Montero Carvajal, Dora. “Violencia en las Comunas de Medellín: No Futuro.” La Silla
Vacía (Agosto 25, 2010). http://www.lasillavacia.com/historia/17593 (Obtenido
Marzo 17, 2012).
Nasi, Carlo. "Saboteadores de los Procesos de Paz en Colombia. Los Actores y sus
Estrategias." En Conflicto Armado, Seguridad y Construcción de Paz en
Colombia, editado por Angelika Rettberg y Universidad de Los Andes, 97-128.
Bogotá: Universidad de Los Andes, 2010.
Nuñez, Magda Paola. “ Contexto de Violencia y Conflicto Armado.” En Monografía
Político Electoral DEPARTAMENTO DE VICHADA 1997 a 2007, editado
por Hernández, Claudia López. Bogotá: Corporación Nuevo Arco Iris, 2007.
http://www.moe.org.co/home/doc/moe_mre/CD/PDF/vichada.pdf (Obtenido en
Septiembre 2, 2011).
Observatorio de Derechos Humanos. “Diagnóstico Departamental Vichada.” Junio 2007.
http://www.derechoshumanos.gov.co/PNA/documents/2010/vichada/vichada.pdf
(Obtenido Febrero 29, 2012).
!
!
!
!
!
278!
Oficina Alto Comisionado para la Paz. “Ley de Justicia y Paz.”
http://www.fiscalia.gov.co/justiciapaz/Documentos/Esquema_Ley975_Justicia_P
az.pdf (Obtenido en Febrero 22, 2012).
Ortiz, Andres. “Police: BACRIMs Main Threat to Colombian Security.” InsightOrganized Crime in the Americas (Enero 26, 2011).
http://insightcrime.org/insight-latest-news/item/476-police-bacrim-main-threat%20for-colombian-security (Obtenido en Octubre 3, 2011).
Otero Bahamon, Silvia. "Los Conflictos de Autoridad entre los Indígenas y el Estado.
Algunos Apuntes sobre el Norte del Cauca." Institute for Research and Debate on
Governance (2006). http://www.institutgouvernance.org/en/analyse/ficheanalyse-340.html (Obtenido en Febrero 12, 2012)
Palacios, Marco. "Las FARC y la paz de Colombia." Letras Libres 10, no. 115 (2008):
70-73.
Peñate, Andrés. "El Sendero Estratégico del ELN: del Idealismo Guevarista al
Clientelismo Armado.” Documento CEDE Nº 15 (Marzo 1998).
Pizarro Leongómez, Eduardo. Una Democracia Asediada: Balance y Perspectivas del
Conflicto Armado en Colombia. Bogotá: Grupo Editorial Norma, 2004.
———. "Las FARC-EP: ¿Repliegue Estratégico, Debilitamiento o Punto de Inflexión?."
En Nuestra Guerra Sin Nombre: Transformaciones del Conflicto en Colombia,
editado por Gutiérrez Sanín, Francisco, María Emma Wills O., Gonzalo Sánchez
G., Universidad Nacional de Colombia, y Instituto de Estudios Políticos y
Relaciones Internacionales, 171-208. Bogotá: Grupo Editorial Norma, 2006.
———. “Señales de paz.” El Tiempo (Abril 20, 2009).
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-3406819 (Obtenido en Junio
6, 2011).
Pizarro Leongómez, Eduardo, y Ana María Bejarano. "Colombia A Failing State?."
Harvard Review of Latin America 2, 3, no. Spring (2003):11-13.
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD-Colombia. El Conflicto,
Callejón con Salida: Informe Nacional de Desarrollo Humano para Colombia.
Bogotá, Colombia: PNUD, 2003.
Przeworski, Adam. “The Last Instance? Are Institutions the Primary Cause of Economic
Development?.” European Journal of Sociology 15 (2004): 165-188.
!
!
!
!
!
279!
Putnam, Robert D., Robert Leonardi, y Raffaella Nanetti. Making Democracy Work:
Civic Traditions in Modern Italy. Princeton, N.J.: Princeton University Press,
1993.
Ragin, Charles C. The Comparative Method: Moving Beyond Qualitative and
Quantitative Strategies. Berkeley: University of California Press, 1989.
Ragin, Charles C., y Benoît Rihoux. Configurational Comparative Methods: Qualitative
Comparative Analysis (QCA) and Related Techniques. California: SAGE
Publications Inc, 2009.
Rangel Suárez, Alfredo. Colombia, Guerra en el Fin de Siglo. Bogotá: TM Editores,
1998.
Rangel Suárez, Alfredo, y Pedro Medellín. Política de Seguridad Democrática. Cara &
Sello. Bogotá: Norma, 2010.
Restrepo, Elvira María, y Ebrary Inc. Colombian Criminal Judiciary in Crisis. St.
Antony's Series. Basingstoke: Palgrave Macmillan, 2003.
Restrepo, Elvira María. "Transitional Justice without a Compass: Paramilitary
Demobilization in Colombia.” En After oppression: transitional justice in Latin
America and Eastern Europe, editado por Popovski, Vesselin, y Mónica Serrano,
Tokyo: United Nations University Press, 2012.
Restrepo, Elvira María, y Catherine Slakmon. "La Institucionalización de la Memoria en
Colombia: Más Allá de la Ley de Justicia y Paz." En La Desmovilización de los
Paramilitares en Colombia : Entre El Escepticismo y La Esperanza, editado por
Restrepo, Elvira María, y Bruce Michael Bagley, 561-592. Bogotá: Ediciones
Uniandes, 2011.
Restrepo, Elvira Maria, N Velasquez, y G Cohen. “The Murky Transformation of the
Colombian Paramilitary and the Impact of the Media in its (Mis)conception.
1982-1998." Trabajo para ser presentado en LASA 2012, San Francisco,
California, Mayo 23-26, 2012.
Restrepo, Jorge Alberto, y David Aponte. Guerra y Violencias en Colombia :
Herramientas e Interpretaciones. Bogotá: CERAC, Pontificia Universidad
Javeriana, 2009.
!
!
!
!
!
280!
Restrepo, Jorge A., Michael Spagat, y Juan Fernando Vargas. "El Conflicto en Colombia:
¿Quién Hizo Qué a Quién? Un Enfoque Cuantitativo (1988-2003)." En Nuestra
Guerra Sin Nombre: Transformaciones del Conflicto en Colombia, editado por
Gutiérrez Sanín, Francisco, María Emma Wills O., Gonzalo Sánchez G.,
Universidad Nacional de Colombia, y Instituto de Estudios Políticos y Relaciones
Internacionales, 505-542. Bogotá: Grupo Editorial Norma, 2006.
Restrepo, Luis A. "Los Arduos Dilemas de la Democracia en Colombia.” En Nuestra
Guerra Sin Nombre: Transformaciones del Conflicto en Colombia, editado por
Gutiérrez Sanín, Francisco, María Emma Wills O., Gonzalo Sánchez G.,
Universidad Nacional de Colombia, y Instituto de Estudios Políticos y Relaciones
Internacionales, 313-346. Bogotá: Grupo Editorial Norma, 2006.
Rettberg, Angelika, Ralf Leiteritz, y Carlo Nasi. "Para Desvincular los Recursos
Naturales del Conflicto Armado en Colombia." Colombia Internacional no. 70
(2009): 215-229.
Rettberg, Angélika. Conflicto Armado, Seguridad y Construcción de Paz en Colombia.
Bogotá: Universidad de los Andes, 2010.
———. “Construcción de Paz en Colombia: Contexto y balance.” Working paper.
Bogotá: Universidad de los Andes, 2011.
Richani, Nazih. Systems of Violence: The Political Economy of War and Peace in
Colombia. Albany, USA: State University of New York Press, 2002.
Ríos Cano, Karina. Los Límites de la Guerra. Conflicto, Derechos Humanos y
Desplazamiento forzado en el sur oriente colombiano. Bogota: CODHES.
2008.
Sambanis, Nicholas. “A Review of Recent Advances and Future Directions in the
Quantitative Literature on Civil War.” Defence and Peace Economics
13 (2002): 215-43.
Sánchez, Ángela. “Urbanismo Social: la Metamorfosis de Medellín.” Barcelona
Metropolis (Enero – Marzo 2010).
http://www.barcelonametropolis.cat/es/page.asp?id=21&ui=331&prevNode=35&t
agId=%C1ngela%20S%E1nchez (Obtenido en Marzo 12, 2012).
Sánchez, Fabio. Las Cuentas De La Violencia: Ensayos Económicos Sobre el Conflicto y
el Crimen en Colombia. Bogotá: Grupo Editorial Norma, 2007.
!
!
!
!
!
281!
Sánchez, Fabio, y Mario Chacón. "Conflicto, Estado y Descentralización: del Progreso
Social a la Disputa Armada por el Control Local, 1974-2002." En Nuestra Guerra
Sin Nombre: Transformaciones del Conflicto en Colombia, editado por Gutiérrez
Sanín, Francisco, María Emma Wills O., Gonzalo Sánchez G., Universidad
Nacional de Colombia, y el Instituto de Estudios Políticos y Relaciones
Internacionales, 347-403. Bogotá: Grupo Editorial Norma, 2006.
Sánchez, Gonzalo, y Peter Bakewell. "La Violencia in Colombia: New Research, New
Questions." The Hispanic American Historical Review 65, no. 4 (1985): 789-807.
Sánchez G., Gonzalo. "Colombia: Violencias Sin Futuro." Foro Internacional 38, no. 1
(1998): 37-58.
Semana, “Medellín, Caso Dramático.” no. 1077 (Diciembre 23, 2002).
———.“Los Señores de las Tierras.” (Septiembre 2, 2008).
http://www.verdadabierta.com/la-historia/206-los-senores-de-las-tierras(Obtenido en Agosto 13, 2011).
———.“El Conflicto en Colombia está Cerca del Punto de Quiebre.” (Mayo 8, 2009).
http://www.semana.com/noticias-nacion/conflicto-colombia-esta-cerca-del-puntoquiebre/123752 (Obtenido en Septiembre 1, 2011).
———.“Oro, violencia y Muerte en Suárez, Cauca.” (Abril 8, 2010a).
http://www.semana.com/problemas-sociales/oro-violencia-muerte-suarezcauca/137346-3.aspx (Obtenido en Enero 11, 2012).
———.“Autodefensas Campesinas de Meta y Vichada.” (Abril 14, 2010b).
———.“Sigue Infierno en el Norte de Cauca.” (Mayo 10, 2010c).
Serbin, Andrés. "La Sociedad Civil ante la Violencia y los Conflictos en America Latina
y el Caribe." Pensamiento Iberamericano no. 2 (2008):141-162.
http://www.pensamientoiberoamericano.org/xnumeros/2/pdf/pensamientoIberoam
ericano-59.pdf (Obtenido en Noviembre 2, 2011).
Sierra A., Jorge Diego. Re-pensando la Seguridad: Percepciones y Representaciones en
Torno a la Seguridad en Medellín. Medellín: Personería de Medellín, Instituto
Popular de Capacitación y La Universidad de Antioquia, 2010.
Skocpol, Theda. States and Social Revolutions: A Comparative Analysis of France,
Russia, and China. Cambridge; New York: Cambridge University Press, 1979.
Smith, Benjamin. "Oil Wealth and Regime Survival in the Developing World, 1960–
1999." American Journal of Political Science 48, no. 2 (2004): 232-246.
!
!
!
!
!
282!
Sriram, Chandra Lekha. Confronting Past Human Rights Violations: Justice Vs. Peace in
Times of Transition. New York, USA: Frank Cass, 2004.
Sudarsky, John. 2008. "La Evolución del Capital Social en Colombia, 1997-2005."
Revista Javeriana 144, no. 747 (2008). http://johnsudarsky.com/?q=academia
(Obtenido en Octubre 20, 2011).
Tokatlian, Juan Gabriel. “Colombia: Más Inseguridad Humana, Menos Seguridad
Regional.” América Latina y el (des)orden global neoliberal, (2004):173-199.
Buenos Aires: CLACSO.
Universidad del Valle, Unidad de Prevención de Violencia. 2004.
http://prevencionviolencia.univalle.edu.co/observatorios/cauca/departamental/arc
hivos/perfil_cauca.pdf (Obtenido en Marzo 3, 2012).
Uprimny, Rodrigo. “Violence, Power, and Collective Action. A Comparison Between
Bolivia and Colombia.” En Violence in Colombia 1990-2000: Waging War and
Negotiating Peace, editado por Bergquist, Charles, Ricardo Peñaranda y Gonzalo
Sánchez (eds.), 39-52. Wilmington: Scholarly Resources, 2001.
Valencia Agudelo, León. “El Declive de Seguridad Democrática.” Corporación Nuevo
Arco Iris no. 15 (Abril del 2010): 2-4.
http://www.nuevoarcoiris.org.co/sac/files/arcanos/arcanos15_abril_2010_files/arc
anos_editorial15.pdf (Obtenido en Mayo 11, 2011).
Vanguardia Liberal. “No Vamos a Obedecerle a Nadie: Guardia Indígena.” Mayo 3, 2005.
Vargas, Andrés R. “Guerra Civil en Colombia: el Caso de Barrancabermeja.” En Guerra
y Violencias en Colombia: Herramientas e Interpretaciones, editado por
Restrepo, Jorge y David Aponte (Eds). Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana,
2009a.
———. Participante en la “Mesa de trabajo sobre seguridad en Medellín.” organizada
por el Programa “Medellín Cómo Vamos” en asocio con UN-Hábita , Universidad
Eafit, Medellín, Noviembre 5, 2009b.
http://www.medellincomovamos.org/bitcache/0efb34bd58ea2b51c399868c48d4b
af2b7b9159e?vid=675&disposition=inline&op=vie (Obtenido en Enero 5, 2012).
Vélez, María Alejandra. "FARC - ELN: Evolución y Expansión Territorial." Documentos
CEDE 2000-08 (Junio 2000).
Vicepresidencia de la República, Observatorio del Programa Presidencial para los
Derechos Humanos y el DIH. “Bitácoras de Prensa 2002.” (Obtenido Febrero 22,
2012).
!
!
!
!
!
283!
Weede, Erich, y Horst Tiefenbach. "Some Recent Explanations of Income Inequality: An
Evaluation and Critique." International Studies Quarterly 25, no. 2 (1981): 255282.
Weidmann, N., Kuse, D. "War Views: Visualizing and Animating Geographic Data on
Civil War." International Studies Perspectives 10, no. 1 (2009): 1-12.
Wickham-Crowley, Timothy P. Guerrillas and Revolution in Latin America: a
Comparative Study of Insurgents and Regimes since 1956. Princeton, N.J.:
Princeton University Press, 1993.
Wyss, Jim. 2011. "El Lado Oscuro Del Oro Colombiano." Miami Herald , Febrero 8,
2011.
!
!
!
!
!
!
!
Descargar