University of Miami Scholarly Repository Open Access Dissertations Electronic Theses and Dissertations 2012-04-30 El Conflicto Armado en Colombia: Análisis Regional de los Impactos de la Política de Seguridad Democrática Lilian Yaffe University of Miami, [email protected] Follow this and additional works at: http://scholarlyrepository.miami.edu/oa_dissertations Recommended Citation Yaffe, Lilian, "El Conflicto Armado en Colombia: Análisis Regional de los Impactos de la Política de Seguridad Democrática" (2012). Open Access Dissertations. Paper 756. This Embargoed is brought to you for free and open access by the Electronic Theses and Dissertations at Scholarly Repository. It has been accepted for inclusion in Open Access Dissertations by an authorized administrator of Scholarly Repository. For more information, please contact [email protected]. ! ! ! ! UNIVERSITY OF MIAMI EL CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA: ANÁLISIS REGIONAL DE LOS IMPACTOS DE LA POLÍTICA DE SEGURIDAD DEMOCRÁTICA By Lilian Yaffe A DISSERTATION Submitted to the Faculty of the University of Miami in partial fulfillment of the requirements for the degree of Doctor of International Studies Coral Gables, Florida May 2012 ! ! ©2012 Lilian Yaffe All Rights Reserved ! ! UNIVERSITY OF MIAMI A dissertation submitted in partial fulfillment of the requirements for the degree of Doctor of Philosophy EL CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA: ANÁLISIS REGIONAL DE LOS IMPACTOS DE LA POLÍTICA DE SEGURIDAD DEMOCRÁTICA Lilian Yaffe Approved: ________________ William C. Smith, Ph.D. Professor and Director of Graduate Studies Department of International Studies _________________ Terri A. Scandura, Ph.D. Dean of the Graduate School ________________ Bruce M. Bagley, Ph.D. Professor and Chair Department of International Studies _________________ Laura Gómez-Mera, Ph.D. Assistant Professor Department of International Studies ________________ Elvira María Restrepo, Ph.D. Research Assistant Professor Department of International Studies _________________ Francisco Piedrahita, M.A. President, ICESI University Cali, Colombia ! ! ! YAFFE, LILIAN El Conflicto Armado en Colombia: Análisis Regional de los Impactos de la Política de Seguridad Democrática. (Ph.D., International Studies) (May 2012) Abstract of a dissertation at the University of Miami. Dissertation supervised by Professor William Smith. (283) This dissertation examines the politics of political violence in contemporary Colombia. Levels of violent contestation declined significantly in Colombia after 2003, during the implementation of the so-called Democratic Security Policy (DSP). Notwithstanding this general diminution of violence, the results of the DSP varied significantly across the different regions of the country. While the level of violent contestation of state authority by non-state actors has decreased in some regions, in others violence actually increased or remained basically unchanged. What explains these variations in political violence? The argument explored in this dissertation is that distinctive regional configurations or combinations of economic, social, political, institutional, cultural and geographic factors crucially shape the effectiveness of state security policies. Employing Boolean algebra and comparative case study analysis the dissertation examines seven variables in order to identify these regional configurations: poverty and inequality; presence of lootable resources (coca, oil and gold); institutional presence; political inclusion; number of insurgent groups; social density and geography. Although the implementation of the DSP produced significant changes in the level of contestation at a national scale, empirical analysis of the 1995-2011 period leads to the conclusion that the particular characteristics of each regional configuration are ultimately fundamental in determining variations in violent conflict at the subnational level. ! ! DEDICATION El logro de alcanzar mi sueño del Doctorado lo dedico… A mis padres, Isidoro y Marcela, por su amor inagotable, por su dedicación sin límite, por inculcarme los valores que poseo, por enseñarme desde siempre que la educación y el saber son los mayores tesoros, y por ser ejemplos de vida para mí. A mis hermanos, Alice y Jacky, y a mi cuñada Meital, por ser amigos y compañeros, por celebrar mis alegrías y acompañarme en mis caídas, por aceptar mis consejos y brindarme los suyos con sabiduría, y por enseñarme día a día el valor incalculable de una familia unida. A mis hijos, Isaac, Sharon y Marcelle, por ser la luz que ilumina mi camino, por su amor que me acompaña siempre, por llenarme de orgullo y satisfacción con sus logros, por ser exactamente como son, y recordarme, todos los días, la alegría de ser madre. A mi amiga Olga, por su apoyo incondicional, por su presencia infaltable, por su cariño de hermana, y por persistir conmigo hasta alcanzar esta meta. Los quiero muchísimo... ! ! iii! ! ! ACKNOWLEDGEMENTS La idea para esta tesis nació, sin yo saberlo, hace trece años en las montañas de Colombia. Hoy, son muchas las personas a las que quiero agradecer porque sin su apoyo y ayuda hubiera sido imposible llegar a este momento. Quiero agradecer profundamente a los miembros de mi Comité de Tesis: Dr. William Smith, mi Director, por haberme aconsejado y acompañado en el camino paso a paso, por ser mentor, amigo y muchas veces paño de lágrimas cuando el esfuerzo de escribir la tesis parecía imposible. A Dr. Bruce Bagley por haber creído en mí desde el primer momento, por haberme impulsado a continuar, y por compartir conmigo su gran conocimiento sobre el caso colombiano. A Dr. Laura Gómez-Mera, por su asesoría en el tema metodológico, por su apoyo incondicional, por empujarme a dar lo mejor de mí, y por su amistad. A Dr. Elvira María Restrepo, por sus minuciosas revisiones, por su generosidad con el saber, por su motivación y palabras de aliento permanentes. A Francisco Piedrahita, porque desde que me acuerdo y a pesar de la distancia, ha apoyado y acompañado siempre mis esfuerzos académicos con cariño sincero. Al ex-Presidente de Colombia, Andrés Pastrana Arango, por su amistad, por su confianza, y por las interminables conversaciones en que compartió conmigo su invaluable experiencia. Al General Freddy Padilla de León, por su sabiduría, y por su dedicación incondicional para ayudarme en este proyecto. Al Dr. Fabio Sánchez, por su incansable colaboración y por su generosidad al compartir conmigo sus datos y sus conocimientos. A Joseph y Sarita Ganitsky, por darme el primer empujón hace cuatro años, cuando yo sabía dónde quería llegar, pero no cómo lograrlo. A todos Ustedes, Muchas Gracias ! iv! ! ! TABLE OF CONTENTS Página LIST OF TABLES ...................................................................................................... viii LIST OF GRAPHS ...................................................................................................... ix LIST OF MAPS .......................................................................................................... x LIST OF APPENDICES .............................................................................................. xi Chapter 1 CAPÍTULO UNO: INTRODUCCIÓN............................................................ 1 2 CAPÍTULO DOS: REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA SOBRE LAS CAUSAS DE CONFLICTO VIOLENTO Y FORMULACIÓN DE HIPÓTESIS ............................................................. 2.1 Causas generales de conflicto violento ..................................................... 2.2 El caso colombiano ................................................................................... 2.2.1 Causas económicas: resentimientos y desigualdad vs. codicia ........ 2.2.2 Causas políticas e institucionales ..................................................... 2.2.3 Causas sociales y culturales ............................................................. 2.3 Conclusiones de la revisión bibliográfica ................................................. 2.4 Hipótesis ................................................................................................... 2.5 Discusión metodológica ............................................................................ 15 15 20 20 24 29 32 35 38 3 CAPÍTULO TRES: CONTEXTO HISTÓRICO DEL CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA ............................................................................................... 43 3.1 Antecedentes .............................................................................................. 43 3.2 Surgimiento y evolución de los grupos insurgentes hasta el año 2002 ...... 48 3.2.1 FARC-EP .......................................................................................... 48 3.2.2 ELN ................................................................................................... 53 3.2.3 Grupos paramilitares o de autodefensa ............................................. 56 3.3 Antecedentes e implementación de la PSD ............................................... 61 3.4 Cambios institucionales originados por la PSD ......................................... 70 3.5 Evolución de las guerrillas tras la implementación de la PSD .................. 73 3.6 Evolución de los grupos paramilitares tras la implementación de la PSD . 78 4 CAPÍTULO CUATRO: DESCRIPCIÓN Y OPERACIONALIZACIÓN DE VARIABLES ................................................................................................... 82 4.1 Variable Dependiente ................................................................................. 84 4.2 Variable Independiente: cambios institucionales generados por la Política de Seguridad Democrática .............................................................................. 89 4.3 Variables Mediadoras ................................................................................. 91 ! v! ! ! 4.3.1 Pobreza, desigualdad y resentimientos ............................................. 4.3.2 Codicia por los recursos pirateables o saqueables ............................ 91 94 4.3.2.1 Petróleo e hidrocarburos ....................................................... 4.3.2.2 Cultivos de coca .................................................................... 4.3.2.3 Oro y metales preciosos ........................................................ 4.3.3 Presencia estatal ................................................................................ 4.3.4 Inclusión política ............................................................................... 4.3.5 Densidad social ................................................................................. 4.3.6 Presencia conjunta de más de un grupo insurgente (Warlords) ......... 4.3.7 Geografía ........................................................................................... 95 97 100 103 106 112 116 119 5 CAPÍTULO CINCO: FUENTES, METODOLOGÍA, PROCESAMIENTO DE DATOS Y RESULTADOS ....................................................................... 5.1 Discusión General ...................................................................................... 5.2 Fuentes ....................................................................................................... 5.3 Datos .......................................................................................................... 5.4 Observaciones iniciales .............................................................................. 5.5 Metodología ............................................................................................... 5.5.1 Análisis Cualitativo Comparativo y lógica Booleana ........................ 5.5.1.1 Tablas Booleanas de verdad y análisis de promedios ............ 5.5.1.2 Procesamiento de datos ......................................................... 5.5.1.3 Análisis de Resultados ......................................................... 5.5.1.3.1 Departamentos donde la intensidad del conflicto armado disminuyó .................................................. 5.5.1.3.2 Departamentos donde la intensidad del conflicto armado aumentó ..................................................... 5.5.1.3.3 Departamentos donde la intensidad del conflicto armado permaneció casi constante ........................ 5.5.1.4 Conclusiones del Análisis Comparativo Cualitativo y de las mediciones cuantitativas ............................................. 6 CAPÍTULO SEIS: ANÁLISIS DE CASOS ..................................................... 6.1 Análisis preliminar y criterios de selección .............................................. 6.2 Caso 1: Medellín ....................................................................................... 6.2.1 Intensidad del conflicto antes de la PSD (1980-2002)..................... 6.2.2. Recrudecimiento del conflicto (2009- 2011) ................................. 6.3 Caso 2:Departamento del Cauca ................................................................ 6.3.1 Identificación de causas para no disminución (y aumento) en la intensidad del conflicto armado ......................................................... 6.3.2 Conflicto étnico y sus efectos sobre la PSD ...................................... 6.4 Caso 3:Departamento del Vichada............................................................. 6.4.1 Identificación de causas para la permanencia casi constante de la intensidad del conflicto armado ......................................................... 6.4.2 Particularidades del Vichada.............................................................. ! vi! ! 125 125 127 129 138 141 142 145 151 160 160 173 176 177 179 179 184 185 194 199 200 204 209 209 214 ! 6.5 Conclusiones del análisis de casos ............................................................. 216 7 CAPÍTULO SIETE: CONCLUSIONES .......................................................... 7.1 Discusión general ....................................................................................... 7.2 Conclusiones y aportes a nivel normativo y de diseño de políticas ........... 7.2.1 Estado actual del conflicto armado colombiano ............................... 7.2.1.1 Situación actual de las FARC .............................................. 7.2.1.1.1 Nuevas estrategias para combatir el debilitamiento ........................................................ 7.2.1.1.2 Alianzas de las FARC con otros grupos ................ 7.2.1.2 Situación actual de las BACTRIM ....................................... 7.2.1.3 Enfrentamientos y alianzas entre grupos: recrudecimiento y transformación del conflicto armado ................................... 7.2.1.4 Conflicto colombiano: realmente el “fin del fin”? ............... 7.2.2 Éxito o fracaso de la PSD: Perspectivas futuras y recomendaciones para su sostenibilidad a largo plazo .................................................. 7.3 Conclusiones y aportes a los debates teóricos y metodológicos ............... ANEXOS 220 220 222 222 223 223 228 231 234 240 242 249 ............................................................................................................. 256 BIBLIOGRAFÍA ........................................................................................................ 268 ! vii! ! ! LIST OF TABLES Página Tabla 4.1: Acciones Ofensiva ..................................................................................... Tabla 5.1: Variables y Fuentes de Información .......................................................... Tabla 5.2: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Amazonas ................ Tabla 5.3: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Antioquia ................ Tabla 5.4: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Arauca .................... Tabla 5.5: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Atlántico ................. Tabla 5.6: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Bogotá D.C ............. Tabla 5.7: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Bolivar .................... Tabla 5.8: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Boyacá .................... Tabla 5.9: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Caldas ..................... Tabla 5.10: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Caquetá ................. Tabla 5.11: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Casanare ............... Tabla 5.12: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Cauca .................... Tabla 5.13: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Cesar ..................... Tabla 5.14: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Chocó ................... Tabla 5.15: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Córdoba ................ Tabla 5.16: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Cundinamarca ....... Tabla 5.17: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Guainía ................. Tabla 5.18: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Guaviare ................ Tabla 5.19: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Huila ...................... Tabla 5.20: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. La Guajira.............. Tabla 5.21: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Magdalena ............ Tabla 5.22: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Meta ...................... Tabla 5.23: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Nariño ................... Tabla 5.24: Cambios Porcentuales en las Variables.1995-2009. Norte de Santander . Tabla 5.25: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Putumayo............... Tabla 5.26: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Quindío .................. Tabla 5.27: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Risaralda ............... Tabla 5.28: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. San Andrés ........... Tabla 5.29: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Santander ............... Tabla 5.30: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Sucre ..................... Tabla 5.31: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Tolima .................. Tabla 5.32: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Valle del Cauca ..... Tabla 5.33: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Vaupés .................. Tabla 5.34: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Vichada ................ Tabla 5.35: Cambio % en la Intensidad del Conflicto, por Regiones Geográficas .... Tabla 5.36: Cambio porcentual, prom(1995-2002) vs. 2009, de las variables A, H y Tasa de Ataques Cambio porcentual, prom(1995-2002) vs. prom(2003-2009) de las variables B, C, D, E, F, G ............................ Tabla 5.37: Variación en la intensidad del conflicto armado, 1995-2009. Tabla de verdad Booleana. ....................................................................... Tabla 5.38: Nivel de Pobreza Inicial (1995-2002) vs. Comportamiento del Conflicto Armado .................................................................................... ! viii! ! 89 129 130 130 130 130 131 131 131 131 132 132 132 132 133 133 133 133 134 134 134 134 135 135 135 135 136 136 136 136 137 137 137 137 138 140 149 150 164 ! LIST OF GRAPHS Página Gráfico 3.1: Acciones bélicas y muertos en combate 1990-2007 ............................... Gráfico 3.2: Acciones bélicas por actores 1990-2007 ................................................ Gráfico 4.1: Pertenencia a organizaciones voluntarias 1997-2005 ............................. Gráfico 4.2: Cambio porcentual, participación en organizaciones voluntarias 1997-2005 ............................................................................ Gráfico 4.3: Cambio porcentual por tipo de membresía, 1997-2005 ......................... Gráfico 5.1 Variables independientes, dependiente y mediadoras en la reducción del conflicto armado ................................................................................. ! ix! ! 64 64 113 114 115 177 ! LIST OF MAPS Mapa 3.1: Localización de los frentes de las FARC en 1998 ...................................... Mapa 3.2: Presencia territorial de las FARC, año 2000 ............................................. Mapa 3.3: Ubicación de los frentes del ELN en 1998 ................................................ Mapa 3.4: Ubicación de las AUC en el año 1998 ....................................................... Mapa 3.5: Presencia de las FARC en el territorio nacional, año 2009 ....................... Mapa 4.1: Distribución departamental, minería. Año 2010 ........................................ Mapa 4.2: Mapa de “la U”, centro vs. periferia .......................................................... Mapa 5.1 Evolución de la intensidad del conflicto armado 2002-2009 ...................... Mapa 6.1 Casos seleccionados: Cauca; Antioquia y Vichada ..................................... ! x! ! 50 52 55 58 77 102 121 168 183 ! LIST OF APPENDICES Anexo 1: Entrevista a Andrés Pastrana Arango Ex-Presidente de Colombia. Panamá, Septiembre 23 de 2011 .................................................................. Anexo 2: Entrevista telefónica al General Freddy Padilla De León, Ex-Comandante General de las Fuerzas Armadas de Colombia. Sept 2, 2011 ..................... Anexo 3. Guión de Reclutamiento para entrevistados ................................................ Anexo 4: Consentimiento para participar en un estudio de investigación .................. Anexo 5: Guía para las entrevistas .............................................................................. ! xi! ! 256 260 263 264 267 ! 1 Capítulo Uno: Introducción El estudio de las guerras civiles y conflictos internos constituye un área fundamental dentro de las Ciencias Políticas. Varias causas explican la creciente proliferación de estudios sobre guerras civiles. La primera es la cuasi-desaparición de las guerras entre países, lo cual ha llevado a los estudiosos de la guerra a enfocarse en los escenarios donde ésta ocurre, es decir, los conflictos internos o guerras civiles. Una segunda causa de la proliferación en el estudio de las guerras civiles y conflictos internos es el auge de estudios de desarrollo económico (enfocados en el caso de África y auspiciados por el Banco Mundial), los cuales plantean que la guerra civil es el principal impedimento para el desarrollo económico. En tercer lugar, la resurgencia de conflictos étnicos durante los años posteriores al fin de la Guerra Fría, ha conducido a muchos estudiosos del área a enfocarse no sólo en conflictos étnicos, sino en toda clase de conflictos intra-estatales (Kalyvas 2009). Estas tres nuevas fuentes de interés en la guerra civil corresponden a tres estilos investigativos diferentes: el económico, el enfocado en relaciones internacionales, y el comparativista. Aunque los investigadores reconocen la complejidad y multi-causalidad de las guerras civiles y conflictos internos, existen diferentes concentraciones y enfoques para explicarlos. Así, los economistas han enfatizado el impacto de los recursos naturales, los especialistas en relaciones internacionales han dado primacía a los conflictos étnicos, y los comparativistas se han concentrado en la capacidad estatal. ! 1! ! ! 2! Existen varias definiciones de guerra civil. Quizá la más exacta la provee Kalyvas (2009, 417) al definirla como “el combate armado que tiene lugar dentro de las fronteras de una entidad soberana reconocida, entre partidos que están sujetos a una autoridad común cuando comienzan las hostilidades.” Esta definición enfatiza dos aspectos fundamentales. El primero es la militarización del conflicto (para lo cual se requiere la presencia de al menos dos lados en conflicto, incluyendo una organización rebelde con equipo militar y combatientes permanentes); este aspecto permite diferenciar la guerra civil de la delincuencia común, el terrorismo y los genocidios. La segunda característica distintiva de las guerras civiles es el desafío a nivel doméstico a las instituciones que detentan el poder, el cual diferencia las guerras civiles de las guerras entre países (Kalyvas 2009). Entre los elementos detonantes de las guerras civiles y conflictos internos se identifican tres igualmente importantes: el antagonismo étnico, la presencia de recursos naturales y la debilidad estatal. Sin embargo, cada uno de estos argumentos es continuamente cuestionado a través de nuevos estudios que despliegan nuevos datos, o técnicas de medición más sofisticadas, o bien nuevos desarrollos teóricos. Lo anterior ha llevado a Sambanis (2002, 217) a afirmar: “a pesar del reciente auge investigativo, las guerras civiles aún representan los fracasos en el sistema menos comprendidos, a nivel de los procesos políticos domésticos.” Es importante distinguir entre los diferentes tipos de guerras civiles. En este sentido Fearon (2004) propone diferenciar cinco tipos de guerras civiles para distinguir los diferentes patrones de ocurrencia y duración. Según esto, existen tres tipos de guerras civiles breves (aquellas derivadas de golpes militares y rebeliones populares, guerras ! ! ! 3! anticoloniales, y las guerras derivadas del colapso de la Unión Soviética y Yugoslavia), un tipo de guerra civil larga (caracterizada por insurgencias periféricas basadas en estrategia guerrillera), con dos sub-tipos particulares (las “guerras de los hijos del suelo”, es decir, aquellas que ocurren entre las minorías étnicas periféricas y los grupos étnicos dominantes apoyados por el Estado; y los conflictos donde los grupos rebeldes tienen acceso a los recursos naturales). Existen sin embargo otros enfoques alternos para tipificar las guerras. Kaldor (1999), por ejemplo, plantea que—aunque tras la ruptura de la Unión Soviética cesó la amenaza de guerras nucleares y de guerras interestatales a gran escala—durante la década de los 90, millones de personas murieron en guerras en África, Europa Oriental y Asia, o se convirtieron en refugiados de regiones destruidas por la guerra. Su explicación para este fenómeno es que, en un contexto globalizado, el concepto de guerra “tradicional” (caracterizada por conflictos interestatales cuyo objetivo es infligir violencia máxima al enemigo) se ha vuelto anacrónico y ha dado paso a una modalidad de guerra diferente, que Kaldor denomina “nuevas guerras”. Las “nuevas guerras” combinan guerra, crimen organizado y violaciones masivas de los derechos humanos. Los actores son tanto globales como locales, y tanto públicos como privados; las guerras se desencadenan con objetivos políticos particulares, utilizando tácticas de terror y desestabilización que en teoría están proscritas por las reglas de la guerra moderna. Finalmente, el funcionamiento de estas guerras depende de una economía criminalizada informal. La autora afirma que los líderes políticos y las instituciones internacionales han sido incapaces de controlar la proliferación de estas guerras, principalmente porque no han entendido su lógica; las han tratado bien sea como ! ! ! 4! guerras tradicionales o como procesos anárquicos. En cambio, según sugiere Kaldor (1999), la solución debe provenir de estrategias transnacionales que permitan reconstruir el monopolio del uso de la fuerza, y que impliquen el cumplimiento forzoso de la ley a nivel internacional. Finalmente, Kalyvas (2009) plantea que las clasificaciones más frecuentes para las guerras y conflictos internos se basan en los principales actores involucrados (esto es, domésticos o internacionales), sus objetivos (esto es, ofensivos o defensivos), sus proyectos sociales (resentimientos vs. codicia) y demás categorías pertinentes. Como se verá a continuación, el conflicto armado colombiano combina muchas de las características y causalidades antes descritas, lo cual hace muy difícil su clasificación en una sola de estas categorías. Tener un claro entendimiento de la complejidad de este fenómeno y sus ramificaciones resulta fundamental para abordar el conflicto armado en Colombia. Desde la década de los sesenta Colombia se halla inmersa en un conflicto armado1 que involucra múltiples actores: las guerrillas de izquierda; los paramilitares de derecha; los narcotraficantes; el gobierno y las fuerzas armadas; y la sociedad civil. No existe un consenso claro sobre cual es el origen exacto del conflicto armado colombiano. Algunos autores, como Sánchez (1985) señalan que los orígenes de la actual insurgencia2 se !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 1 A lo largo de este trabajo se utilizan como sinónimos los términos conflicto armado, conflicto violento y conflicto interno. Todos hacen referencia, como lo señalan Restrepo et al. (2006), al conflicto violento entre organizaciones armadas en Colombia. Los términos oposición violenta, confrontación violenta y contestación violenta también se utilizan en el mismo sentido. 2!Insurgencia es definida como las acciones que un grupo minoritario realiza dentro de un Estado para forzar un cambio político, mediante una combinación de subversión, propaganda y presión militar, persuadiendo o intimidando a la gran masa de la población para aceptar dicho cambio. Blanco (2009) ! ! ! ! 5! remontan al período conocido como “La Violencia”, una guerra civil que tuvo lugar entre 1946 y 1966. Durante este sangriento período el país estuvo radicalmente dividido en su. apoyo a los partidos Liberal y Conservador. Desde entonces, Colombia ha sido testigo de la emergencia sucesiva de guerrillas, narcotraficantes y grupos paramilitares. Las guerrillas surgieron en la década de los 60, siendo las más importantes las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, el Ejército de Liberación Nacional ELN, el Movimiento 19 de Abril, M-19 y el Ejército Popular de Liberación, EPL. El narcotráfico, por su parte, se inició con el cultivo y tráfico de marihuana en la década de los 70’s, seguido por el de cocaína en los 80’s. Los grupos paramilitares, a su vez, emergieron a comienzos de los 80 como una forma de retaliación por parte de los narcotraficantes, ganaderos y algunos militares, quienes formaron grupos de “autodefensa” para protegerse de los actos violentos perpetrados por las guerrillas. La proliferación y expansión de estos grupos—diferentes en naturaleza pero todos generadores de conflicto violento—ha sumergido al país en una ola de violencia durante más de cuatro décadas. Otros autores, como Palacios (2008), sostienen que la incipiente insurgencia de los años 60 adquirió realmente la dimensión de conflicto armado en la década de los 80. Según explica Palacios (2008, 71), a fines de la década de 1970 las tres guerrillas creadas en la década de 1960 (el ELN, las FARC y el EPL) “no sumaban mil combatientes. Más que en la movilidad constante recetada por el Che, estaban en estado de hibernación. ¿Qué las despertó y puso en movimiento? En el frente político, los ‘procesos de paz’, la ola de las transiciones a la democracia. En el organizacional, el narcotráfico globalizado.” Según este argumento de Palacios, además de las formaciones guerrilleras de los 60’s, ! ! ! 6! fue el surgimiento de organizaciones locales de paramilitares en la década de 1980, y su coalición con el narcotráfico, lo que dio al conflicto las características que adquirió. La coalición con el narcotráfico les proporcionó a las guerrillas los recurso financieros para montar la infraestructura armada y expandirse territorialmente. Según refiere Palacios (2008, 72): La conexión del narcotráfico con este tipo de organizaciones, a partir de los años ochenta, explica la escalada del conflicto: población desplazada, aumento de asesinatos, masacres, desapariciones, torturas, lesiones personales, secuestros, destrucción de propiedad pública y privada. Desde el punto de vista de los derechos humanos, Colombia ha sido una catástrofe con altibajos. Las FARC no siempre han sido el principal perpetrador, aunque sí el más constante. Tras la implementación a finales del 2002, durante el mandato de Álvaro Uribe, (2002-2010) de la Política de Seguridad Democrática (PSD), la intensidad3 del conflicto armado en Colombia decreció de manera sostenida a partir del año 2003 en la gran mayoría de las regiones del país4. Sin embargo, el cambio en los niveles de intensidad del conflicto armado ha sido desigual a través de las diferentes regiones. En algunas regiones la intensidad del conflicto ha disminuido de manera muy significativa, en otras tan solo un poco, en otras ha permanecido casi constante, y en unas pocas ha aumentado. ¿A qué se debe este cambio desigual en la intensidad del conflicto armado a través de las diferentes regiones del país? Considero que la Política de Seguridad Democrática ha sido la condición necesaria para los cambios en la intensidad del conflicto. Una condición !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 3!La variable intensidad del conflicto armado se mide a través del número de acciones ofensivas iniciadas y perpetradas por los grupos armados irregulares, es decir los grupos guerrilleros (incluyendo las FARC, el ELN y otras guerrillas), y los grupos paramilitares no estatales. La sumatoria de estas acciones ofensivas constituye la tasa de ataques, la cual es en últimas el medidor de la intensidad en el conflicto armado. Para una descripción mas detallada, ver la sección Variable Dependiente, en el capítulo 4. ! 4!Los cálculos de Durán (2008), Restrepo et al. (2009) y Ministerio de Defensa (2010), coinciden al presentar el pico máximo del conflicto armado en el año 2002. A partir del año 2003 se inicia el decrecimiento en la intensidad del conflicto armado. ! ! ! 7! necesaria, según define Wickham-Crowley (1993, 304) es aquella que “debe estar presente, o el resultado no ocurrirá; puede, sin embargo, tener tal efecto sólo en presencia de otras condiciones que apoyan este resultado”. Determinar que la PSD ha sido la condición necesaria para los cambios en la intensidad del conflicto resulta difícil, dado que obviamente no existe el caso contrafactual (Przewroski 2004) de “Colombia sin PSD”. Sin embargo, la evidencia empírica demuestra que todos los intentos anteriores de soluciones negociadas o acuerdos parciales habían sido infructuosos en el país. Al consultar esta inquietud con varios expertos en el tema colombiano, éstos coincidieron en afirmar que la PSD se convirtió en la condición necesaria cuando el discurso de Álvaro Uribe (2002-2010) se arraigó entre el pueblo, la clase política, la clase dirigente y los Estados Unidos. Ante el fracaso de la iniciativa de una solución negociada como la implementada por Andrés Pastrana (1998-2002), la iniciativa de una política de lucha frontal contra la insurgencia se volvió inevitable, irreversible y necesaria, porque no había otras alternativas viables o efectivas para enfrentar el conflicto armado. Era la única alternativa diferente (Bagley 2012). Sin embargo—además de la PSD—este trabajo explora la posibilidad de que existan configuraciones y/o condiciones de tipo económico, político, social, geográfico o cultural que han mediado y modulado la efectividad de esta política, y por ende expliquen los diferentes resultados obtenidos a través de las regiones del país. La posible existencia de estas configuraciones se deriva de la revisión bibliográfica, la cual señala que existen múltiples variables que inciden sobre los conflictos armados. Así, de acuerdo con las hipótesis formuladas en esta investigación, se esperaría por ejemplo que en regiones con menores niveles de pobreza y desigualdad; mayor inclusión política; mayor presencia ! ! ! 8! institucional; mayor densidad social; sin presencia de recursos saqueables; sin presencia conjunta de más de un grupo insurgente; y ubicadas en el centro en vez de la periferia del país, los niveles de intensidad de conflicto armado se redujeran de manera mucho más significativa que en regiones con condiciones diferentes, ante una implementación similar de la PSD. ¿Ocurrió esto así en realidad en el caso colombiano? Y además, ¿Pueden identificarse configuraciones similares para regiones que presentaron similares cambios en la intensidad del conflicto armado, y que por ende permitan explicar estos cambios? Eso es precisamente lo que se busca investigar. Los resultados arrojan que, en aquellas regiones en donde la intensidad del conflicto se redujo, la Política de Seguridad Democrática ha sido más efectiva cuando se implementó en departamentos donde también disminuyó la pobreza; aumentó la presencia estatal; disminuyó el número de grupos presentes, y que están ubicadas en el centro del país. En estos departamentos se observó una importante reducción en los niveles de conflicto armado, lo cual no sólo se atribuye a la implementación de la PSD, sino también al efecto positivo de las variables mediadoras mencionadas. Así, la presencia conjunta de estas variables impulsó o aceleró la efectividad de la PSD. La ciudad de Medellín se seleccionó como caso de estudio para ilustrar este fenómeno, ya que representa un caso en el cual se verifican la mayoría de las interacciones planteadas en las hipótesis. Igualmente en la investigación se encontró que, a nivel regional, tanto las hipótesis basadas en pobreza y resentimientos como aquellas basadas en codicia tienen fuerte poder explicativo para el caso colombiano, posiblemente alternándose en el tiempo. Este resultado invita a revisar los hallazgos de Collier (2000), quien minimiza la ! ! ! 9! importancia de las variables centradas en pobreza y resentimiento, dando preeminencia y exclusividad a las centradas en codicia. Otro hallazgo interesante es que algunas de las variables de las cuales inicialmente se sospechó que tendrían un efecto mediador sobre la efectividad de la PSD no arrojaron resultados significativos para el caso colombiano. Es el caso de las variables sociales (densidad y participación de la sociedad civil), y de inclusión política (participación electoral). El comportamiento de todas estas variables se analiza en detalle en la sección de resultados. En cuanto a las regiones en las cuales la intensidad del conflicto se incrementó, los resultados reflejaron que no existe un patrón claro de comportamiento de las variables mediadoras que permita atribuir los resultados negativos al comportamiento de dichas variables. En cambio, se observó que el incremento en el conflicto parece deberse a características particulares de las regiones en las cuales esto ocurrió. En este sentido, el departamento del Cauca se seleccionó como caso para ilustrar este fenómeno, por la particular problemática étnica que ahí se vive con las poblaciones indígenas y sus efectos sobre el conflicto armado. Al analizar el caso particular del Cauca, surgen inquietudes sobre la posibilidad de incorporar las variables de conflicto étnico—mencionadas, entre otros, por Kalyvas (2009)—al caso colombiano; este debate se discute ampliamente en la sección de análisis de casos. Finalmente, desde el punto de vista normativo, los resultados de la investigación (aunados al reciente recrudecimiento del conflicto en el país a partir del año 2010), sugieren que para mantener los logros alcanzados por la PSD y garantizar su sostenibilidad en el largo plazo deben implementarse adiciones y correctivos en el reenfoque de esta política. Ello implicaría asignar un mayor esfuerzo estatal a cada una de ! ! ! 10! las variables mediadoras identificadas en esta investigación. Vale la pena resaltar que los aportes de este estudio son significativos desde dos puntos de vista. Primero, a nivel del diseño, interpretación e implicaciones de las políticas gubernamentales, el estudio contribuye a analizar en detalle la efectividad de la PSD, señalando las áreas en las cuales debe reforzarse o modificarse en aras de su sostenibilidad en el largo plazo. Segundo, por su significancia a nivel académico, ya que las contribuciones al análisis teórico y empírico de los conflictos políticos derivadas de este estudio son muy relevantes; estos resultados se discuten ampliamente en la sección de conclusiones. El trabajo está dividido en siete capítulos, siendo esta introducción el primero. El segundo capítulo presenta la revisión bibliográfica de la literatura con respecto a las posibles causas de conflicto violento en Colombia. Un primer acercamiento a tratar de entender la desigual disminución en los niveles de oposición violenta consiste en identificar sus causas. Así, se presenta una revisión detallada de la literatura que las aborda, enfocándose inicialmente en la literatura general y concentrándose luego en el caso específico del conflicto violento en Colombia. Como se verá, no existe un consenso absoluto sobre cuáles son las causas del conflicto armado colombiano. Algunos autores enfatizan los factores económicos y sociales; otros dan prioridad a elementos de inclusión política; otros identifican aspectos como las carencias o resentimientos, o aspectos geográficos como la naturaleza del territorio y la distancia a los centros de producción. Sin embargo, casi todos los análisis parecen coincidir en la gran importancia de los factores institucionales y de presencia estatal, los cuales se cubren ampliamente en esta revisión. El capítulo continúa con la formulación de las hipótesis que vinculan el conflicto armado con las diferentes variables que lo causan y expanden. Estas hipótesis se ! ! ! 11! derivan de la revisión bibliográfica, y a través de ellas se construirán las posibles configuraciones de tipo económico, social, geográfico, político, social y cultural que se sospecha han modulado la implementación de la PSD. Finalmente, el capítulo concluye con la discusión metodológica y una breve explicación de las metodologías cuantitativas (análisis porcentuales) y cualitativas (álgebra Booleana y análisis de casos) utilizadas en esta investigación, así como también una descripción de las fuentes de información consultadas. El tercer capítulo presenta el contexto histórico del conflicto colombiano, analizando el surgimiento y evolución de los principales grupos en conflicto desde la década de los 60 hasta el año 2009. Factores como la expansión geográfica de estos grupos, sus fuentes de financiación y las interrelaciones que han sostenido a través del tiempo hacen parte importante de este análisis. Adicionalmente, como parte fundamental de la evolución del conflicto interno, en esta sección se explican los antecedentes a la implementación de la Política de Seguridad Democrática, incluyendo las dificultades estructurales de falta de continuidad y carencia de cobertura nacional que enfrentaron otras políticas implementadas en el pasado. El capítulo termina presentando los cambios institucionales derivados de la implementación de la PSD y los cambios en el nivel de actividad y distribución territorial de los grupos en conflicto. El capítulo cuatro presenta la descripción de la variable dependiente y las variables independientes y mediadoras, al igual que su operacionalización y cuantificación. La variable dependiente, cuyas variaciones desiguales se intenta explicar, es la intensidad del conflicto armado. La variable independiente, considerada como condición necesaria para los cambios presentados a nivel de conflicto armado entre los años 2003 y 2009 es la ! ! ! 12! Política de Seguridad Democrática. Las otras variables mediadoras, derivadas de la revisión bibliográfica y de las hipótesis, permitirán explorar e identificar la existencia de configuraciones regionales que hayan modulado la efectividad de la PSD. Según explican George y Bennett (2005), las variables mediadoras o “intervening variables” se definen como aquellas variables que operan entre otras variables, ayudando a delinear los procesos a través de los cuales las variables se afectan unas a las otras. Para efectos de esta investigación, las variables mediadoras son de tipo económico (centradas en teorías de resentimientos y de codicia); político (evaluando la presencia institucional y la inclusión política); social y cultural (incorporando la densidad de la sociedad civil); geográficas (distinguiendo entre la periferia y el centro del país) y de control territorial (evaluando el impacto de la presencia conjunta de grupos insurgentes sobre el conflicto armado). El capítulo concluye con la descripción detallada de los períodos de tiempo que se van a analizar. El capítulo cinco presenta las fuentes, la metodología, los datos, y los cálculos tendientes a identificar posibles configuraciones que expliquen la desigual evolución en los niveles de conflicto violento a través de las regiones del país. Al buscar el enfoque metodológico mas apropiado esta investigación, se encuentran dos fuertes consensos entre investigadores y estudiosos de los conflictos civiles. Por una parte, es claro que las investigaciones deben desplazarse del nivel nacional al nivel sub-nacional. El uso sistemático de datos a nivel sub-nacional es necesario, ya que los orígenes del desorden político se encuentran en conflictos cuyos propios orígenes son, en un alto grado, internos a la nación-estado (Bates 2008). Por otra parte, existe un fuerte consenso en cuanto a la necesidad de implementar enfoques multi-metodológicos que combinen instrumentos ! ! ! 13! cualitativos y cuantitativos. Por estas razones, la investigación se desagrega a nivel departamental, y combina elementos cuantitativos (tasas porcentuales y otros descriptores estadísticos para analizar el comportamiento de cada una de las variables en los períodos analizados) con elementos cualitativos, como la selección de casos ilustrativos de las diferentes posibilidades de evolución del conflicto armado y “process tracing”5. Adicionalmente, se utiliza la lógica Booleana6 para construir las tablas de verdad que conducirán a identificar las posibles configuraciones regionales que han modulado la efectividad de la PSD. Una vez implementadas estas metodologías, el capítulo concluye analizando los tres tipos de resultados obtenidos: regiones donde el conflicto se redujo; regiones donde se incrementó, y regiones donde éste permaneció casi constante. El capítulo seis presenta los casos de análisis que permiten analizar en detalle el comportamiento de las variables mediadoras en esas regiones. Es decir, permiten enfocarse en identificar cuál fue la concatenación de eventos y el rol de las variables mediadoras que llevó a los resultados de reducción, incremento o permanencia constante del conflicto tras la implementación de la PSD. Los casos son seleccionados como consecuencia de los resultados obtenidos en el capítulo cinco. Como se verá, dentro de los casos se incluyen algunos que presentan un comportamiento “típico”, acorde con las hipótesis, y otros que presentan comportamientos que parecen desafiar las teorías e hipótesis formuladas. El análisis comparativo de casos típicos vs. casos atípicos !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 5!Método que busca identificar los procesos causales (la cadena causal, o los mecanismos causales) que intervienen entre una (o varias) variables independientes y el resultado de la variable dependiente. Es decir, es un método que identifica los mecanismos de causalidad que conectan causas y efectos. Estos mecanismos causales, a su vez, son “procesos físicos, sociales o sicológicos, que no pueden ser observados, y a través de los cuales los agentes con capacidad causal operan, (pero solo en ciertos contextos o condiciones específicas), para transferir energía, información o material a otras entidades” (George y Bennett 2005, 137) 6!Así denominada por su precursor George Boole (1840). Para una descripción y discusión detallada de este método, ver la sección “Metodología” en el capítulo cinco. ! ! ! ! 14! (“outliers”) permite alcanzar importantes conclusiones con relación al comportamiento de la intensidad del conflicto armado, y de las otras variables que se analizan en esta investigación. Los casos seleccionados son el departamento del Cauca (en el cual el conflicto se intensificó tras al implementación de la PSD); Vichada (en el cual el conflicto permaneció casi constante); y la ciudad de Medellín (en el cual el conflicto se redujo) pero que en la actualidad presenta un significativo incremento en el mismo. Finalmente, el capítulo siete presenta las conclusiones generales. ! ! ! 2 Capítulo Dos: Revisión bibliográfica sobre las causas de conflicto violento y formulación de hipótesis. 2.1 Causas generales de conflicto violento La literatura en las ciencias sociales ofrece varios enfoques alternativos para explicar los fenómenos de conflicto interno y guerra civil. Quizá el debate más importante se presenta entre quienes sostienen que la violencia es el resultado de factores económicos y aquellos que afirman que los conflictos internos se originan en variables políticas tales como las instituciones, el tipo de régimen, la presencia Estatal y la inclusión (o exclusión) política. Un número importante de investigadores se centra en el papel que desempeñan las variables económicas en el conflicto interno. Dos teorías compiten para proveer una explicación: una centrada en resentimientos7 (del inglés grievances), desigualdad e injusticia (Gurr 1970; Ballentine y Sherman 2003) y la otra basada en codicia8 (del inglés greed), (Collier 2000; Bates 2008). La primera perspectiva vincula el conflicto interno con las desigualdades socioeconómicas, la exclusión de ciertas regiones, la discriminación de ciertos sectores de la población, etc. En consecuencia enfatiza la importancia de los resentimientos e injusticias sociales y económicas como causas de conflictos violentos. Dentro de estas teorías centradas en resentimiento, una de las más importantes es la noción de “privación relativa”, la cual encuentra sus orígenes en el trabajo de Gurr (1970), quién la define como la discrepancia entre lo que las personas piensan que merecen, y lo que realmente alcanzan. Su hipótesis plantea que “el potencial !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 7 8 ! Los términos resentimientos o agravios se usan como sinónimos para referirse a estas teorías. Los términos codicia o avaricia se utilizan como sinónimos para referirse a esta teorías. 15! ! 16! para la violencia colectiva varía sustancialmente con la intensidad y el alcance de la privación relativa entre los miembros de una colectividad” (Gurr 1970, 24). La segunda perspectiva, basada en codicia, realza el papel de los incentivos financieros para fomentar la rebelión. Esta literatura hace énfasis en los efectos de las rentas públicas y los recursos naturales, argumentando que estos juegan un papel fundamental en desencadenar y sostener la violencia política. Bates (2008) y Collier y Hoeffler (1998 y 2004) han encontrado que las evidencias favorecen los argumentos basados en codicia sobre aquellos basados en injusticia y desigualdad. En su planteamiento las raíces de los conflictos armados no se encuentran en los resentimientos y desigualdades socioeconómicas, como se creía, sino en los intereses económicos de algunos grupos en conflicto. Adicionalmente, en las sociedades prevalentemente pobres se pueden reclutar fuerzas armadas irregulares a bajos costos; en consecuencia, los actores sociales desafían la autoridad estatal con el fin de apropiarse de los recursos “saqueables”. Blattman y Miguel (2010) coinciden con este argumento planteando que—aunque comúnmente se sostiene que el resentimiento y la desigualdad son las principales causas de conflictos internos—esta relación de causalidad directa entre pobreza y conflicto debe ser reconsiderada. En realidad, los conflictos internos tienen consecuencias devastadoras sobre la calidad de vida y la salud, lo cual debilita el argumento de causalidad directa y de sentido único entre pobreza y conflicto social. De manera similar, Hardy (1979) y Weede (1981) cuestionan la conexión entre desigualdad y violencia, argumentando que esta relación desaparece cuando se controla el nivel de desarrollo económico. ! .! ! 17! El debate entre las teorías que asocian las causas del conflicto con factores de resentimiento y aquellas que lo asocian con factores de codicia adquiere una dimensión adicional con estudios como los de Ballentine y Nitzchke (2003) y Ballentine y Sherman (2003). En su análisis de diversos casos de conflictos armados en países en desarrollo, entre ellos Colombia, concluyen que aunque la pugna por el acceso a recursos económicos puede ser un elemento perpetuador de los conflictos armados, no es la causa principal de su surgimiento. Estos autores coinciden en afirmar que el origen de los conflictos violentos se encuentra en los resentimientos generados por la mala administración de los recursos, por la desigual repartición de las riquezas derivadas de estos recursos, y por las políticas gubernamentales que impiden que muchos sectores se beneficien de estas riquezas. Esta perspectiva no sólo desvirtúa los hallazgos de Collier y Hoeffler (2004), sino que incorpora un elemento importante al análisis: la necesidad de diferenciar entre aquellos factores que originan los conflictos internos y aquellos que contribuyen a perpetuarlos. Desde este punto de vista, el resentimiento y la desigualdad serían factores desencadenantes de los conflictos violentos, mientras que la codicia por el acceso a los recursos naturales y financieros contribuyen a perpetuarlos. En otras palabras, el acceso a recursos económicos lucrativos es un factor más importante para la continuación de los conflictos armados que para su aparición. Como se verá más adelante con los planteamientos de Sánchez y Chacón (2006), Pizarro (2004) y Restrepo et al. (2006), esta teoría parece confirmarse para el caso colombiano, en el cual en primera instancia el ! 18! conflicto aparece originado por resentimientos y agravios, y luego es perpetuado por la pugna por los recursos saqueables9 y el acceso a las finanzas públicas. Otras teorías se enfocan en factores políticos e institucionales para explicar la aparición y evolución de los conflictos civiles. De nuevo aparecen dos enfoques alternativos: el primero argumenta que la oposición violenta es el resultado de falta de presencia estatal e insuficiente provisión de bienes públicos. El segundo enfoque plantea que la inclusión política (incluyendo número de partidos, competencia electoral, acceso efectivo a las instituciones, etc.) es el elemento central que desencadena la oposición violenta. Goldstone et al. (2004) han encontrado que—aunque los factores económicos afectan la estabilidad política—el impacto de tener las “instituciones adecuadas” sobre el riesgo de crisis políticas violentas es generalmente cinco a diez veces mayor que el impacto de los niveles de pobreza sobre la violencia. Adicionalmente, los análisis de Goldstone et al. (2004) también demuestran que el tipo de régimen político es, de manera contundente, el factor dominante que dispara revoluciones, guerras étnicas y derrocamiento de regímenes democráticos. Sus hallazgos presentan el estrecho vínculo existente entre las configuraciones político-institucionales a nivel nacional (o tipo de régimen) y la probabilidad de ocurrencia de inestabilidad política y conflicto violento. Estos estudios demuestran que tanto los regímenes democráticos consolidados como los regímenes autocráticos consolidados son menos susceptibles a la ocurrencia de oposición violenta que las democracias o autocracias frágiles. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 9 En el caso colombiano, especialmente los recursos mineros y el cultivo de narcóticos como hoja de coca y amapola. ! 19! De manera similar, Fearon y Laitin (2003) argumentan que los indicadores de capacidad y fortaleza institucional son robustos pronosticadores de guerra civil. Concluyen que el conflicto violento es engendrado por gobiernos centrales débiles y por condiciones sociales que favorecen la insurgencia. Su argumento central es que los gobiernos que son financiera, organizacional y políticamente débiles hacen que la insurgencia resulte más atractiva y factible, a causa de la corrupción y de la ineptitud de las prácticas contrainsurgentes. En muchos casos estas ineficaces prácticas contrainsurgentes incluyen retaliaciones brutales e indiscriminadas contra la población civil, lo cual contribuye a que ésta se adhiera a los grupos insurgentes perpetuando así los conflictos violentos. Desde este punto de vista su análisis da prelación a los factores institucionales y de presencia estatal sobre los factores de pobreza y desigualdad. En un enfoque que también incorpora elementos institucionales, Kalyvas (2009) plantea que existen tres factores fundamentales para la irrupción de guerras civiles: antagonismo étnico; presencia de recursos naturales; y debilidad estatal. Cada uno de estos elementos incrementa el riesgo de guerra civil, especialmente en países pobres. Sin embargo la debilidad estatal—manifestada a través de gobiernos débiles, corruptos y con poca presencia institucional— además de causar los conflictos también contribuye a perpetuarlos. Finalmente, Bates (2008) concluye que la guerra civil no es sólo conducida por factores económicos (relativos a los recursos saqueables y a las finanzas públicas), sino también por factores políticos e institucionales. En una revisión reciente, Bates (2008) reafirma la importancia de las explicaciones basadas en codicia (por la presencia de recursos naturales “saqueables”), argumentando además que los mejores pronosticadores del colapso estatal no son sólo económicos sino también políticos. La ! 20! naturaleza de los regímenes políticos tiene una relación mas fuerte que el bienestar económico con la inestabilidad política subsecuente. Por lo tanto, la flecha de causalidad se origina a partir de las condiciones políticas y las finanzas públicas, y no a través del mercado o de las finanzas privadas. Bates (2008, 5) plantea: Al medir los ingresos privados por un lado, y la posibilidad de colapso estatal por el otro, se encuentra que una reducción en los primeros se correlaciona con un incremento en el segundo. Pero la ruta de causalidad entre el declive económico y el derrumbe político corre, según sugiere la evidencia, a través de las finanzas públicas y no a través de las economías privadas. 2.2 El caso colombiano Al pasar de la literatura general a la particular sobre el caso colombiano, encontramos el mismo debate entre aquellos que dan prelación a las variables económicas y aquellos que atribuyen las causas de la oposición violenta a variables políticas e institucionales. Existen, igualmente, teorías centradas en elementos culturales y particularmente en el rol de la sociedad civil. Con relación a las teorías económicas, se encuentra el mismo debate entre los argumentos que enfatizan en resentimientos y desigualdad, y aquellos que se centran en codicia. Estos últimos son reforzados por estudios sobre recursos “saqueables” tales como café, metales preciosos, petróleo y coca. 2.2.1 Causas económicas: resentimientos y desigualdad vs. codicia Algunos estudios tempranos se han centrado en las llamadas “causas objetivas” para explicar el conflicto armado. Según está aproximación las desigualdades socioeconómicas, la exclusión y discriminación de algunos sectores, y la injusticia, generan resentimientos o carencias (en inglés grievances), los cuales serían las principales causas de la inconformidad y el conflicto en el país. Sin embargo, estudios ! 21! más recientes parecen demostrar que esta hipótesis no encuentra sustento en Colombia. Según Gómez (2001), existe una correlación—pero no una relación de causalidad directa—entre desigualdad y conflicto violento, ya que otros países tienen una distribución de ingresos similar a la colombiana y no tienen insurgencia armada. En su opinión, cabría más bien formular la hipótesis opuesta para el caso colombiano: la violencia es la causa de la desigualdad. En términos de encontrar explicaciones para el conflicto armado en Colombia, Gómez formula explicaciones más plausibles centradas en la codicia, y en factores políticos e institucionales. Con respecto a la hipótesis que vincula la codicia por recursos “saqueables” con el conflicto armado, Sánchez (1998) ha demostrado que las áreas ricas en recursos primarios exportables se han convertido en puntos focales de confrontación, dada la importancia de controlar estas lucrativas zonas. Dube y Vargas (2006) estudian los efectos exógenos de los choques de precios externos sobre la violencia civil, en más de mil municipios de Colombia. Sus hallazgos demuestran que un aumento en el precio internacional del café (el producto colombiano intensivo en mano de obra más importante para exportación) reduce significativamente la violencia en las regiones productoras de café. En contraste, un incremento en el precio internacional del petróleo (un importante producto de exportación intensivo en capital) incrementa la violencia en regiones con oleoductos y reservas petroleras. De manera similar, los incrementos en el precio internacional de la cocaína incrementan la violencia en las zonas productoras de coca. Las diferencias parecen explicarse a través de la distribución de rentas: a medida que el precio de los recursos “saquables” aumenta, el efecto sobre la violencia se transmite, como un patrón, sobre la distribución de rentas. Por lo tanto para la producción ! 22! de café (en la cual los beneficios por aumentos de precios se distribuyen de manera más equitativa), un aumento en el precio reduce los niveles de violencia. En el caso del petróleo y la coca (donde los beneficios y rentas adicionales tienden a concentrarse más), los incrementos de precio se asocian con aumentos en los niveles de violencia. Dado que la coca es un cultivo lucrativo, los diferentes grupos armados luchan frecuentemente por el control territorial de las zonas de cultivo cocalero (Rangel 1998). Los estudios realizados por Sánchéz y Chacón (2006), complementados con las conclusiones de Pizarro (2004), parecen demostrar que en el caso colombiano hay una combinación de causas basadas tanto en resentimiento como en codicia. Según señalan estos autores, si bien en un comienzo el conflicto violento pudo encontrar sus orígenes y explicaciones en variables socio-económicas (de pobreza y desigualdad, injusticia social, etc.), posteriormente éste se explica mejor a través de variables asociadas con la codicia por los recursos naturales y las rentas provenientes de su explotación. En el caso colombiano, la actividad temprana (1974-1982) de los grupos guerrilleros centraba sus consignas en la búsqueda de mayor igualdad y desarrollo económico. Sin embargo, tras los procesos de descentralización política implementados a mediados de los años ochenta (que otorgaron mayor independencia política y fortaleza fiscal a los gobiernos locales), la acción armada se transformó. Como lo señalan Sánchez y Chacón (2006, 349) desde mediados de los ochenta hasta el año 2002: la descentralización trasladó el conflicto a una disputa por el poder local, lo que se manifiesta en el uso de la violencia ya sea para apropiarse de los bienes y recursos públicos, para influenciar los resultados políticos y electorales de conveniencia para los grupos irregulares o para consolidar su dominio territorial desde lo local. ! 23! Esta diferenciación también se hace evidente a nivel geográfico. Al principio los grupos insurgentes penetraron en regiones aisladas de los centros económicos de producción, en los cuales se podía establecer una relación entre pobreza, presencia guerrillera y ausencia del Estado. Sin embargo, desde mediados de los años ochenta la ubicación geográfica de las guerrillas se desplazó hacia regiones estratégicas, con abundantes recursos naturales y de gran potencial económico. La expansión de los grupos guerrilleros en las últimas décadas se relaciona de manera directa con la pugna por el control de los centros de producción de diversas riquezas, entre ellas las áreas de procesamiento de drogas ilícitas, zonas ricas en oro, carbón, petróleo, banano, ganadería y café (Pizarro 2004,185). De lo anterior parece evidente que, en el caso colombiano, las teorías basadas en resentimientos explican mejor el surgimiento del conflicto, y a aquellas centradas en codicia explican mejor su expansión y perpetuación. El narcotráfico en Colombia es un claro ejemplo de un elemento perpetuador (más no causal) del conflicto armado. Según señalan Restrepo et al. (2006), a finales de 1995 el gobierno colombiano implementó una política de guerra contra las drogas que condujo al desmantelamiento de los dos principales carteles del narcotráfico. Como resultado de estas acciones se le arrebató a los carteles colombianos las mayores rentas del negocio, asociadas a las etapas de transporte y distribución. Adicionalmente, con el debilitamiento de los narcotraficantes se presentó la oportunidad para que los grupos armados se apoderaran de un mayor porcentaje de las rentas originadas en la producción y procesamiento de narcóticos. Aunque estos grupos armados participaban del negocio de las drogas antes de la caída de los carteles, buscando financiarse y articularse como potencial “poder dual” ! 24! revolucionario, lo hacían de forma marginal: se beneficiaban de “impuestos” sobre las etapas iniciales de producción de cocaína y heroína (gravando el cultivo de coca y amapola, y la producción de pasta de coca y resina de amapola). Sin embargo, al perder fortaleza los carteles de las drogas, se permitió que los grupos guerrilleros capturaran una mayor parte de las rentas originadas en el negocio. Desde este punto de vista la derrota de los carteles de la droga pudo haber alimentado el conflicto. 2.2.2 Causas políticas e institucionales A pesar de que existe consenso sobre la complejidad del problema de violencia en Colombia, no hay acuerdo aún sobre cuál o cuáles son las causas de este fenómeno. Quizá la única explicación que genera consenso entre los investigadores es la que se basa en la debilidad y precariedad del Estado colombiano. Refiriéndose a los factores políticos e institucionales, Uprimny (2001) examina la múltiple causalidad de la violencia en Colombia. Su argumento confirma que la precariedad del Estado colombiano es el elemento clave que explica la persistencia de la violencia. Sánchez (2007) reafirma este argumento de multi-causalidad de la violencia en Colombia y precariedad estatal, planteando que la actividad armada ilegal tiene causas claramente identificables, como “polarización política, impunidad, búsqueda de rentas, mercados ilegales, carencia de fuerza pública, disputas territoriales entre grupos al margen de la ley, etc” (Sánchez 2007,18). Restrepo y Aponte (2009, 20) también analizan las relaciones entre pobreza y conflicto en Colombia adoptando, para ello un enfoque institucionalista: De acuerdo con este enfoque, las relaciones entre pobreza y conflicto en Colombia han estado mediadas por las instituciones existentes. Partiendo de un legado histórico de exclusión de las instituciones iniciales, se muestra que tales instituciones, junto con características idiosincráticas de la historia colombiana, como la lucha armada entre los partidos políticos ! 25! tradicionales, los conflictos agrarios no resueltos, el apoyo externo en la guerra fría, la existencia de una fuerzas militares mal equipadas y entrenadas sin órdenes directas de proteger a los individuos y las comunidades y la descentralización ocurrida a finales de los años ochenta y comienzos de los noventa, dieron nacimiento y forma al conflicto armado interno y a las condiciones actuales de pobreza en Colombia. Para algunos analistas la “precariedad estatal” se centra en la necesidad de mejorar las capacidades militares y de la policía, con el fin de ejercer una autoridad más efectiva en una sociedad propensa a la violencia. Para otros, esta precariedad se refiere a las debilidades de la democracia y del Estado de derecho en Colombia. Holmes et al. (2006) concluyen que “dadas las debilidades institucionales y las dificultades del terreno, históricamente Colombia ha sido incapaz de proveer una presencia estatal significativa de manera uniforme a lo largo del país” (Holmes et al. 2006, 159). Gutiérrez Sanín (2004) también subraya la importancia de la presencia estatal, planteando que la fumigación de cultivos ilícitos (que en muchos casos resulta siendo sólo una presencia negativa) es una de las pocas manifestaciones concretas del estado colombiano en esos territorios. En una línea de pensamiento similar, Restrepo (2003, 19) también atribuye el conflicto violento a la naturaleza de sus instituciones y a su sistema político, al plantear que: “un sistema político que no genere un grado suficiente de autonomía, y que tenga un déficit de legitimidad, está abierto a la corrupción y a la violencia en todas sus formas”. Chernick (2008) coincide, concluyendo que la paz solo puede alcanzarse en Colombia construyendo un régimen más participativo e incluyente, con presencia estatal legítima a lo largo de todo el territorio nacional. Por su parte Tokatlian (2004, 175) afirma que de no ocurrir un cambio institucional significativo Colombia podría ser testigo de un Estado fracasado, incapaz de proteger a sus individuos y las comunidades de la fuerzas que ! 26! amenazan su seguridad existencial. En ese sentido, concluye, “Colombia no tiene un Estado anárquico (ausencia completa de gobierno central) pero sí vive una mezcla de Estado fantasma (ejerce la autoridad en algunas áreas limitadas y en otras es inexistente) y Estado anémico (sus energías se consumen combatiendo diversas modalidades de grupos armados).” Leal (2006), a su vez, plantea que la tendencia general que ha prevalecido en el país desde el Frente Nacional ha sido la incapacidad de los gobiernos para diseñar una política de seguridad integral, con objetivos claramente definidos. Desde este punto de vista la exacerbación del conflicto es consecuencia de la debilidad estatal, la cual ha permitido el surgimiento de milicias privadas (destinadas a compensar el vacío de presencia del Estado) y el fortalecimiento del narcotráfico. En una línea de análisis similar, Duncan (2010) expande esta noción de falta de control gubernamental sobre ciertas áreas del país. En un argumento que combina elementos económicos (presencia de recursos “saqueables”, como coca), con diferencias geográficas (centro vs. periferia), y debilidad institucional, Duncan plantea que en algunas áreas periféricas del país el Estado ha sido reemplazado, bien sea por guerrillas o grupos paramilitares, que actúan como portadores de poder no institucionales. De hecho, las luchas por el control de los lucrativos cultivos de coca entre estos grupos denominados “Señores de la Guerra” (Warlords), incrementan la violencia en estas regiones. El resultado final de este proceso es la incorporación de criminales en la estructura de poder político, a través del ejercicio directo de las funciones del Estado (Duncan 2010, 11). Leal (2006) refuerza la idea de penetración política de los grupos armados ilegales. Su argumento plantea que, además del trafico de drogas, los grupos ilegales se apoyan en ! 27! la apropiación violenta de tierras y el control de la población mediante el desplazamiento de campesinos, la extorsión a comerciantes, el contrabando y la penetración en una amplia gama de actividades económicas legales e ilegales. En una reacción en cadena, “sobre esta base de poder económico se construye un poder político de alcance nacional. Su punto de partida son gobernaciones, las alcaldías, las asambleas y los consejos en la Costa Atlántica, además de la penetración en el Congreso y las instituciones oficiales” (Leal 2006, 539). Por su parte, Bagley (1988, 202) confirma el argumento de insuficiente presencia institucional, explicando que muchos países latinoamericanos (entre ellos Colombia y Perú, por ejemplo), han sido incapaces de controlar su territorio nacional, o de contrarrestar los efectos de las poderosas organizaciones de narcotráfico que operan en sus fronteras. Los esfuerzos unilaterales de los Estados Unidos para obligar a estos países a participar más activamente en la lucha contra el narcotráfico han sido en muchos momentos infructuosos. Se trata de un problema de insuficiente y corrupta presencia estatal e institucional, el cual no puede ser corregido únicamente con presiones arbitrarias y unilaterales de los Estados Unidos. Otro argumento construido alrededor del discurso de ausencia institucional y sus efectos sobre de participación ciudadana, es el de la débil organización de los grupos populares. El argumento plantea que éstos no han podido constituirse como fuerzas alternativas de presión frente a las élites dominantes y los actores armados, incluyendo el Estado. Basándose en un estudio comparativo entre la organización colectiva en Bolivia y en Colombia, Uprimny (2001) afirma que la mayor violencia en Colombia se deriva de la precarización del poder social y popular debido a la dificultad que existe de consolidar la ! 28! acción colectiva. Particularmente se refiere a “la incapacidad que tiene la gente trabajadora para desarrollar el poder de organizaciones colectivas capaces de transferir demandas sociales hacia la arena política”. A su vez el incremento de la violencia colombiana tiende a aumentar la fragmentación de los actores sociales. Ello resulta en un círculo vicioso en el cual la ausencia de poder ciudadano genera más violencia y viceversa (Uprimny 2001, 149). Uniéndose a la línea institucional, Richani (2002) presenta un argumento que explica la violencia Colombiana a través de factores económicos y de debilidad institucional. Dos preguntas claves se formulan en su análisis: “¿Por qué se propaga la violencia?” y “¿Qué tipo de configuraciones estructurales—políticas y socioeconómicas—impiden la resolución pacífica del conflicto?” Ambas preguntas son analizadas dentro de un contexto institucional, enfatizando particularmente en la debilidad del Estado y sus instituciones. Adicionalmente, Richani (2002, 152) enfatiza en la importancia de analizar todos los actores involucrados en el conflicto, al igual que sus interacciones: “la guerra civil no puede entenderse sin explorar las interconexiones entre los actores claves…o sin evaluar variables tales como contingencias, estructuras sociales, y agencias, que moldean los entornos de dichos actores y en consecuencia afectan sus comportamientos”. Su aporte principal es identificar los “sistemas de guerra”, definidos como estructuras de poder y arreglos institucionales irregulares, que surgen cuando las instituciones estatales fracasan en su rol de mediar o arbitrar los conflictos entre grupos antagónicos. Estos sistemas de guerra, según Richani plantea, contribuyen a perpetuar el conflicto violento. ! 29! Uno de los elementos más importantes de debilidad estatal tiene que ver con la transparencia (o corrupción) de sus instituciones. En este sentido, autores como Gaitán (1995) han concluido que ni la pobreza, ni las desigualdades, ni ninguna de las llamadas “causas objetivas” de violencia podrían por sí solas explicar los altos grados de oposición violenta en Colombia. En su opinión, el análisis del conflicto debería centrarse en causas institucionales, tales como la naturaleza del sistema judicial y los altos grados de impunidad frente al crimen. De igual manera, parecería que la crisis de las instituciones en Colombia no sólo es una de las causas de conflicto armado, sino también una consecuencia del mismo, en un ciclo destructivo que tiende a repetirse. Según plantea Rettberg (2010, 2) las décadas de conflicto armado han dejado una gran mella en “todas las instituciones —formales e informales, oficiales y privadas— colombianas y dejarán como herencia una estructura de incentivos y prácticas que puede ser más difícil de superar que la voluntad de guerra de los actores actualmente enfrentados.” 2.2.3 Causas sociales y culturales Finalmente otra línea de pensamiento se enfoca en los factores sociales, particularmente en la importancia de la sociedad civil y su impacto sobre los niveles de violencia. Algunos estudios recientes cuestionan la existencia de una “cultura de violencia” enraizada en el tejido social de los colombianos, según la cual existe un condicionamiento inicial en la sociedad a favor de la violencia como mecanismo de resolución de conflictos políticos (Sriram 2004, 133). Así, desde una perspectiva sociológica se explora la hipótesis de que el conflicto violento colombiano tenga sus raíces en las relaciones familiares y vecinales, y en la pérdida de valores y de cohesión, todos ellos elementos vinculados al ámbito social. Le Grand (2003) analiza el papel que ! 30! tradicionalmente ha desempeñado la sociedad civil colombiana, y cuestiona cómo ésta podría conducir el conflicto a una resolución pacífica. Aunque gran parte de la literatura sobre la violencia en Colombia indica que la sociedad civil ha sido tradicionalmente fragmentada, débil y poco influyente, Le Grand plantea: “una pregunta fundamental es si la violencia de los últimos 20 años ha minado los movimientos sociales y los ha vuelto insostenibles, o si, en cambio, la violencia ha generado nuevos movimientos que han resultado esenciales en la reducción de los niveles de violencia” (Le Grand 2003, 189). El vínculo entre la densidad de la sociedad civil y las diferencias de desarrollo económico fue inicialmente planteada por Putnam (1993). En su investigación demostró como el capital social (medido como la abundancia de organizaciones voluntarias) explica la diferencia entre las regiones del norte y sur de Italia, en términos del crecimiento económico y de la efectividad del estado regional. Un planteamiento similar es presentado por Sudarsky (2008) para el caso colombiano, identificando la presencia de capital social como un posible generador de cambio en las estructuras sociales y económicas, con el consecuente efecto que ello podría tener sobre el conflicto violento. La presencia de capital social se define como un resultado adicional en el logro de objetivos atribuible a las relaciones entre actores, sean estos personas u organizaciones. Sin embargo, la dificultad para el realizar este tipo de análisis en Colombia reside en la ausencia de un índice confiable que permita el estudio de los componentes del capital social10. Una pregunta central sería entonces, en lo que respecta al rol de la sociedad civil, si las iniciativas locales pueden actuar de manera efectiva sobre los niveles de violencia. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 10 Los argumentos de Sudarsky (2008) se desarrollan en detalle en el capítulo 4, en la sección “Densidad Social”. !! ! 31! Es posible que la sociedad civil sea mas fuerte o responsable en algunas regiones, y haya incidido positiva o negativamente en el conflicto. En este sentido, puede considerarse por ejemplo, la participación de las milicias urbanas del M-19, cuando en 1982 negociaban amnistías con el gobierno de Belisario Betancur. En el mismo sentido, Serbin (2008) analiza las diferentes expresiones de reacción ciudadana frente a la violencia, y el rol particular que asume la sociedad civil tanto en la creación y sostenimiento del conflicto violento como en su resolución pacífica. Su análisis incluye iniciativas a nivel nacional o local, a través de organizaciones de la sociedad civil “que buscan una salida frente a la inseguridad cotidiana y que abarcan desde movilizaciones esporádicas en contra de la criminalidad y la violencia de reclamo ante los gobiernos, hasta iniciativas basadas en un entrenamiento en mediación y resolución de conflictos” (Serbin 2008, 3). De manera similar, y utilizando la teoría de Kalyvas sobre la violencia en las guerras civiles, Vargas (2009a) analiza el caso de Barrancabermeja (Colombia), y pone en evidencia la participación de la población civil en el proceso de producción de violencia, destacando las transformaciones en las lógicas de colaboración de dicha población. En su análisis incorpora las formas de relacionamiento de la población civil con los grupos insurgentes. En otro caso que ejemplifica la relación entre la sociedad y el conflicto violento en Colombia, Serbin (2008) menciona el caso de las Asambleas por la Paz en Colombia, las cuales constituyen iniciativas ciudadanas que buscan la resolución pacífica del conflicto, incorporando sectores tan diversos como sindicatos, académicos e intelectuales, organizaciones religiosas, movimientos de mujeres y otras organizaciones comunitarias. ! 32! Finalmente, Las Comunidades de Paz en Colombia representan iniciativas ciudadanas que han surgido en medio del conflicto armado como una solución para mantener a la población alejada de él, evitar sus consecuencias y buscar la paz y el desarrollo en la región. Sus raíces se encuentran en las propias localidades y, en algunos casos, están constituidas por comunidades de desplazados11. Un ejemplo de estas iniciativas los constituye el Magdalena Medio, en donde se ha promovido la participación ciudadana y el empoderamiento de la sociedad en la toma de decisiones sobre asuntos de la región. Esto se ha logrado a través de las asociaciones familiares y comunitarias, los Consejos Municipales de Desarrollo Rural y los Consejos Territoriales de Planeación, logrando la participación ciudadana en temas tan complejos como el plan de desarrollo a seguir. 2.3 Conclusiones de la revisión bibliográfica ¿Qué conclusiones preliminares se derivan de esta revisión bibliográfica? En primera instancia, es evidente que en los conflictos armados se conjugan complejos mecanismos de causalidad, y la mayoría de los autores atribuyen la violencia política a múltiples factores. A pesar de que anteriormente prevalecía la hipótesis basada en resentimientos y desigualdad—según la cual son las carencias sociales y económicas las que conducen a los pueblos a confrontar la autoridad estatal—existe actualmente un debate, basado en la evidencia empírica, según el cual las teorías centradas en codicia por los recursos naturales saqueables también tienen un importante poder explicativo. Adicionalmente, parecería que en el caso colombiano ambas vertientes tienen poder !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 11!Definición presentada en el Boletín No.15, Febrero, 2000 de la Vicepresidencia de la República de Colombia. Las Comunidades de Paz. Observatorio de los Derechos Humanos en Colombia. ! 33! explicativo, pero de manera un poco diferente: las teorías basadas en resentimiento ilustrarían mejor los orígenes y raíces del conflicto, y aquellas centradas en codicia darían mejor cuenta de su expansión y perpetuación. De igual manera, los factores políticos e institucionales desempeñan también un papel fundamental para entender los conflictos violentos. Según Bates (2008) nos recuerda, es el tesoro público (y no las economías privadas) el elemento central para explicar la oposición violenta. La capacidad estatal se convierte entonces en un factor fundamental para explicar la violencia, y elementos como la falta de participación política, la falta de gobernabilidad, la mala administración de los ingresos provenientes de recursos naturales, y la ausencia del estado en partes del territorio facilitan la aparición o perpetuación del conflicto armado. En resumen, parece claro que la violencia no se arraiga solamente en elementos socioeconómicos, tales como desigualdad o crecimiento económico, ni tampoco en factores políticos como la naturaleza del régimen político, sino en la conjunción de varios de estos elementos. Como lo explican Blattman y Miguel (2010), la literatura ha ido madurando hasta alcanzar importantes percepciones: las guerras civiles tienen mayor probabilidad de ocurrencia en países que son pobres y ocurren después de choques negativos de ingresos; en países con un estado débil o con instituciones estatales corruptas; con regiones periféricas escasamente pobladas, con terrenos boscosos y montañosos, y con recursos “saqueables” valiosos. La revisión detallada de las causas del conflicto violento en Colombia constituye sólo un primer paso para entender las variaciones en los niveles de oposición violenta en los últimos años. Dada la multi-causalidad del conflicto colombiano, la principal ! 34! conclusión que se deriva de esta revisión bibliográfica es que todas las variables relacionadas con el conflicto en Colombia (sean estos factores que originan el conflicto, o que lo perpetúan) deben ser tenidas en cuenta cuando se trata de analizar los cambios en la intensidad del conflicto armado en el país. Muy posiblemente más de una de las variables explicadas han sufrido modificaciones—a nivel cuantitativo y/o cualitativo—y es posible que sean los cambios conjuntos que se han presentado los que expliquen la variación en los niveles de conflicto violento en el período 2003-2010. Según afirma Rettberg (2010, 2), Se han logrado avances importantes en la presencia institucional del Estado colombiano, que abarcan aspectos militares y de seguridad —la presencia de batallones y Fuerza Pública—, pero también en aspectos vistos como más afines a la superación definitiva de las fallas estatales, como la educación, la salud y el logro de una economía considerada atractiva y próspera por muchos inversionistas nacionales e internacionales. Como se explicó en la introducción, se considera la implementación de la PSD, con todos los cambios institucionales que conllevó, la condición necesaria para la reducción en los niveles de conflicto armado presentados en el período 2003-2009. Sin embargo, según lo sugieren tanto la revisión literaria como los resultados desiguales en la reducción del conflicto a través de las regiones del país, es posible que sea la variación conjunta de muchas de las variables que afectan el conflicto armado lo que haya ocasionado los cambios en éste. De ahí que este trabajo busque explorar la existencia de configuraciones y/o condiciones que involucren las variables en cuestión, para explicar de una manera más profunda los cambios a nivel de conflicto armado que se han presentado. Como se verá a continuación, las hipótesis formuladas reflejan precisamente esta multi-causalidad del conflicto colombiano, combinando variables económicas, ! 35! políticas, institucionales, sociales, culturales y geográficas. Adicionalmente, no solo se busca identificar las posibles configuraciones y/o combinaciones de variables que expliquen la variación en la intensidad del conflicto tras la implementación de la PSD, sino también identificar comportamientos atípicos (“outliers”) que permitan derivar conclusiones sobre el efecto de la interacción de variables sobre el conflicto armado. 2.4 Hipótesis Con el fin de explorar la posible existencia de configuraciones y/o condiciones regionales que hayan facilitado o entorpecido la implementación de la PSD en las diferentes regiones del país (y así poder explicar la desigual variación en los niveles de conflicto armado), es necesario analizar cada una de las variables relacionadas con el conflicto interno bien sea para originarlo o para expandirlo y perpetuarlo. Estas variables surgen de la revisión bibliográfica sobre las causas del conflicto armado. El análisis de cada una de ellas y de su interacción conjunta permitirá explorar esas diferentes configuraciones. A continuación se formulan 7 hipótesis que vinculan la intensidad del conflicto con cada una de las variables que lo afectan. H1. Hipótesis centrada en resentimientos. El conflicto violento se correlaciona de manera positiva con mayores niveles de pobreza, desigualdad y otros indicadores económicos. Niveles más altos de pobreza y desigualdad se asocian con niveles más altos de oposición violenta. Así, se esperaría que en regiones con menores niveles de pobreza y desigualdad la efectividad de la PSD hubiera sido mayor. H2. Hipótesis centrada en codicia. El conflicto violento se correlaciona con el precio de exportación de los recursos saqueables. H2a. Cuando la distribución de las rentas está concentrada (como en el caso de la coca, el petróleo y el oro), en la medida en que el precio aumenta el conflicto violento también aumenta. H2b. Cuando las rentas se distribuyen de manera más homogénea (como en el caso del café), cuando el precio ! 36! aumenta el conflicto disminuye. Así, se esperaría que en regiones sin presencia de recursos saqueables (o en donde los ingresos por estos recursos no se incrementaran), la efectividad de la PSD hubiera sido mayor. H3. Hipótesis centrada en presencia institucional. El conflicto violento se correlaciona de manera inversa con la presencia institucional y la provisión de bienes públicos. Cuando la presencia institucional aumenta el conflicto violento disminuye; si la presencia estatal disminuye el nivel de conflicto violento aumenta. Así, se esperaría que en regiones con mayor presencia institucional la efectividad de la PSD fuera mayor. H4. Hipótesis centrada en inclusión política. El conflicto violento se correlaciona de manera inversa con la inclusión política. Si la inclusión política (i.e libre competencia electoral y acceso a las instituciones) se expande, el nivel de oposición violenta disminuye. Así, se esperaría que en regiones con mayor inclusión política la efectividad de la PSD fuera mayor. H5. Hipótesis centrada en la densidad de la sociedad civil. El conflicto violento se correlaciona de manera inversa con la densidad y participación de la sociedad civil. Si la densidad de asociación y participación aumenta, los niveles de oposición violenta disminuyen. Así, e esperaría que en sociedades mas densamente asociadas y participativas la efectividad de la PSD fuera mayor. H6. Hipótesis centrada en condiciones geográficas. El conflicto violento se correlaciona de manera inversa con la proximidad a las principales ciudades. Al aumentar la proximidad a ciudades principales (ubicándose en zonas de “centro”) el conflicto violento disminuye. Al disminuir la proximidad a ciudades principales (ubicándose en zonas periféricas) el conflicto violento aumenta. Así, se esperaría que en regiones ubicadas en el centro del país la efectividad de la PSD fuera mayor que en las zonas periféricas. H7. Hipótesis centrada en “Warlords” o control territorial. El conflicto violento se correlaciona de manera positiva con el número de grupos presentes (coexistencia de guerrillas, paramilitares y fuerzas militares). Al aumentar el número de grupos presentes el conflicto violento se intensifica. Se esperaría que en regiones con menor presencia de ! 37! grupos insurgentes ( o donde este número se redujera) la efectividad de la PSD fuera mayor. Estas hipótesis permitirán construir las posibles configuraciones que pudieron haber afectado los resultados de la PSD sobre la intensidad del conflicto armado, explicando a su vez las diferencias que se presentaron a nivel regional. Basado en las hipótesis se esperaría, por ejemplo, que en regiones con menores niveles de pobreza y desigualdad; mayor inclusión política; mayor presencia institucional; mayor densidad social; sin presencia de recursos saqueables; sin presencia conjunta de más de un grupo insurgente; y ubicadas en el centro en vez de la periferia, los niveles de intensidad de conflicto armado se redujeran de manera mucho más significativa que en regiones con condiciones diferentes, ante la implementación de la PSD. ¿Ocurrió esto así en realidad? Y además, ¿Pueden identificarse configuraciones similares para regiones que presentaron similares cambios en la intensidad del conflicto armado, y que por ende permitan explicar estos cambios? Eso es precisamente lo que se busca investigar. En las secciones siguientes se abordará de manera individual cada una de estas hipótesis, concretándolas a nivel cualitativo y cuantitativo a través de variables dependientes e independientes. En el diseño de la investigación se contemplaron dos posibilidades para la evaluación de estas hipótesis y para la determinación de la incidencia de las variables sobre la efectividad de la PSD. La primera consistía en evaluar cada una de estas variables únicamente en el momento inicial (antes de la implementación de la PSD, en el año 2002), y de ahí evaluar si su presencia (o ausencia) había incidido sobre la efectividad de la PSD hasta el año 2009. La segunda opción consistía no en tomar solamente los valores iniciales de estas variables, sino en evaluar su comportamiento durante todo el período 1995-2009 (antes y durante la implementación ! 38! de la PSD), y analizar si dicho comportamiento había incidido sobre la efectividad de la PSD. Se adoptó el segundo enfoque, ya que provee un análisis más dinámico y de mayor riqueza analítica, a través de la evolución y comportamiento de las variables relacionadas con la intensidad del conflicto armado. Estas consideraciones se explican en detalle en los capítulos 4 y 5. 2.5 Discusión metodológica Al buscar el enfoque metodológico mas apropiado para evaluar las hipótesis mencionadas, se encuentran dos fuertes consensos entre investigadores y estudiosos de los conflictos civiles. En primer lugar, hay un acuerdo general según el cual las investigaciones deben desplazarse del nivel nacional al nivel sub-nacional. Según lo explica Bates (2008, 10), …. el uso sistemático de datos a nivel sub-nacional es necesario. Los orígenes del desorden político se encuentran en conflictos cuyos propios orígenes son, en un alto grado, internos a la nación-estado: la desigualdad regional, las preferencias partisanas en permanente conflicto, las diferencias religiosas, y todo lo demás. Los datos agregados a nivel nacional ofrecen la óptica equivocada para revisar conflictos al interior de los países. Bates también plantea que es necesario adquirir información sistemática sobre las propiedades estratégicas de las políticas nacionales y sub-nacionales, dado que éstas moldean las escogencias políticas, incluyendo la escogencia entre la oposición violenta ó no violenta a la autoridad estatal. En un país como Colombia, caracterizado por múltiples regiones y sub-regiones y con marcada fragmentación espacial, este argumento adquiere aún mayor relevancia. ! 39! De manera similar, Blattman y Miguel (2010) argumentan que para descifrar las causas del conflicto interno, para resolver el problema de correlación inversa entre pobreza, desigualdad y conflicto, y para entender la organización y la conducta de los grupos armados, se requiere del análisis a nivel micro implementado a escala subnacional. Weidman y Kuse (2009) confirman esta idea, planteando que los estudios cuantitativos han sido criticados por su incapacidad de capturar las dinámicas internas de la guerra civil, ya que los agregados se calculan a un nivel demasiado general. En su opinión se requiere un enfoque mas desagregado, ya que la guerra civil es un fenómeno sub-estatal conducido por la interacción de procesos locales y nacionales. En el mismo sentido, Kalyvas (2009) agrega que la investigación sobre guerras civiles debe enfocarse—de manera desagregada—en la especificación y evaluación de los mecanismos y senderos causales. En efecto, argumenta que las relaciones entre los niveles macro y micro deben estudiarse menos a través de análisis estadísticos internaciones, y más a través de diseños investigativos que hagan uso intensivo de datos subnacionales finamente “desgranados” tanto a nivel cuantitativo como cualitativo. El segundo consenso ha sido alcanzado tras un intenso debate entre los investigadores de las ciencias sociales, quienes han cuestionado hasta qué punto los análisis de tipo social deberían realizarse de manera cualitativa o bien de manera cuantitativa. Los defensores de los métodos cualitativos se oponen al positivismo de los “trituradores de números,” el cual puede desvirtuar los resultados por carecer del componente “humano” en el análisis. Aquellos que defienden los métodos cuantitativos, por otra parte, aducen que los estudios puramente cualitativos carecen del rigor analítico que proporciona el enfoque científico. Tras intensos debates se ha establecido un ! 40! consenso hacia nuevas tendencias que apuntan a los estudios multi-metodológicos. Éstos combinan la historia con sofisticadas estrategias empíricas complementadas con datos cuantitativos. Como lo explica Laitin (2002, 630) “hoy hay un nuevo consenso en el horizonte, el cual enfatiza en una metodología tripartita que incluya estadística, formalización y narrativa”. Basado en todo lo anterior este trabajo implementa un enfoque multi-metodológico, en el cual se emplean metodologías cualitativas y cuantitativas y se combinan agregados nacionales con datos desagregados a nivel departamental (en el capítulo 4 se explica en detalle a qué obedece la elección del nivel departamental). El método cualitativo seleccionado es el Análisis Cualitativo Comparativo, conocido como QCA por sus siglas en inglés (Qualitative Comparative Analysis), el cual emplea la metodología Booleana de lógica algebraica para identificar determinantes causales que sean necesarias, ó suficientes, para que un resultado se presente. Portes y Smith (2008). El álgebra Booleana se eligió porque considero que es un método muy adecuado para este tipo de análisis comparativo. Aunque el objetivo de esta investigación no es encontrar causalidad directa de algunas variables sobre la efectividad de la PSD (lo cual requeriría de herramientas y análisis que exceden el alcance de este estudio), sí se busca diagnosticar lo sucedido a través de un análisis comparativo de las diferentes regiones. Así, se intenta identificar patrones comunes (o no comunes) de comportamiento, para así tratar de establecer por qué en algunas regiones la PSD tuvo mayor efectividad que en otras, y de ahí formular directrices para el futuro y la sostenibilidad de la PSD. En este sentido, como se ilustrará en detalle en el capítulo 5, el álgebra Booleana resulta el instrumento ideal para este tipo de análisis. ! 41! Además del álgebra Booleana se utilizaron otros métodos cualitativos como el análisis de casos. Los análisis de casos, especialmente el de aquellos casos extremos en los cuales “no sucedió lo esperado” permiten entender mejor los mecanismos a través de los cuales la PSD funcionó (o no funcionó) en las regiones del país, en términos de la reducción de la intensidad del conflicto armado. El análisis de casos incluye la evaluación del comportamiento que tuvo cada una de las variables relacionadas con el conflicto armado, y esto se complementa con entrevistas realizadas tanto a académicos, como a funcionarios del gobierno, y a habitantes de las regiones analizadas, para obtener su percepción de los hechos. En el capítulo 6 se analiza en detalle los criterios de selección, que condujeron a seleccionar los departamentos de Antioquia, Cauca y Vichada como casos de análisis. Finalmente, para complementar los métodos cualitativos antes descritos, se utilizaron métodos cuantitativos como los promedios porcentuales y los descriptores estadísticos, encaminados a cuantificar y analizar de manera numérica el comportamiento de cada una de las variables durante el período 1995-2009. Estos análisis numéricos sirven como base para construir las “Tablas de Verdad” utilizadas en el análisis Booleano, lo cual se explica en detalle en el capítulo 5. Otros métodos cuantitativos alternativos, como los modelos econométricos y regresiones estadísticas no están incluidos en esta investigación, aunque no se descarta que puedan abordarse en estudios futuros mas enfocados en causalidad y en análisis cuantitativos a nivel macro. Para comenzar el análisis, en el capítulo siguiente se presenta el contexto histórico del conflicto armado en Colombia desde sus orígenes hasta el año 2010, revisando el surgimiento y expansión de los grupos insurgentes. Esta investigación adopta el enfoque ! ! ! ! 42! de Sánchez (1985) explicado anteriormente, según el cual los orígenes del actual conflicto armado se remontan al período conocido como “La Violencia”, entre las décadas de 1940 y 1960. Se incluye también un análisis detallado de los antecedentes a la implementación de la PSD y también los consecuentes cambios institucionales que ésta generó. ! ! .! 3 Capítulo Tres: Contexto histórico del conflicto armado en Colombia 3.1 Antecedentes Aunque no existe consenso sobre la fecha que se tome como origen de la actual violencia política que afecta al país, sí hay consenso general al señalar que el conflicto armado colombiano es uno de los más antiguos y prolongados de la historia. Algunos autores como Sánchez (1985) consideran que el conflicto armado colombiano tiene sus orígenes en la guerra civil que enfrentó a los dos partidos políticos tradicionales entre 1946 y 1953, en el período conocido como la Violencia. Otros plantean que éste se originó por efectos de la revolución cubana, y el nacimiento de las denominadas “guerrillas de primera generación” –Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Ejército de Liberación Nacional (ELN), Movimiento 19 de Abril (M-19) y Ejército Popular de Liberación (EPL)—entre 1964 y 1967. Posterior al surgimiento de los grupos guerrilleros, y con el objetivo de combatirlos, surgieron en la década de los ochenta los llamados grupos paramilitares o autodefensas ilegales. Para financiar sus actividades de ataques, combates, masacres e intimidación, recurrieron a mecanismos similares a los empleados por las guerrillas, tales como secuestros, extorsiones, cultivos ilícitos y apropiación de rentas municipales entre otros (Palacios 2008). Para un mejor entendimiento del conflicto armado colombiano, su evolución debe dividirse en sub-períodos según los factores causales y la intensidad del conflicto. Así, se identifica una primera etapa de actividad temprana de los grupos irregulares que va de 1974 a 1982, la cual se explica fundamentalmente por variables de tipo socioeconómico (pobreza, resentimientos, desigualdad, exclusión, etc.). La incapacidad del Estado para proveer los bienes públicos y servicios sociales, al igual que su fracaso en la provisión de 43!.! ! 44! justicia y seguridad ciudadana, alimentaban el descontento popular lo cual a su vez se traducía en actividad violenta, especialmente guerrillera. Posteriormente se registra un período de fuerte expansión del conflicto y creciente intensidad del mismo, desde mediados de la década de los 80 hasta el año 2002. En éste último año la intensidad del conflicto alcanza su más alto nivel. Esta escalada significativa se manifestó tanto en incremento de la actividad armada (presentándose más ataques), como en una gran expansión geográfica. Según concluyen Sánchez y Chacón (2006), este período de expansión en la intensidad del conflicto se explica por los cambios institucionales de descentralización política, administrativa y fiscal ocurridos a mediados de los 80, y que dieron mayor poder político y financiero a los gobiernos locales. De esta forma, los gobiernos locales pasaron a manejar cuantiosos recursos que los hicieron tremendamente atractivos como fuentes de financiación de los grupos irregulares. En consecuencia, éstos últimos “encontraron incentivos para disputar el poder local, utilizando la violencia para apropiarse de los bienes y recursos públicos, influenciar los resultados políticos y electorales, o consolidar su dominio territorial desde lo local” (Sánchez y Chacón 2006, 349). Así, la intensificación de la acción armada entre mediados de los 80 y el 2002 se explica por los cambios institucionales que causaron mayor independencia política y fortaleza fiscal de los gobiernos locales. Adicionalmente, las teorías económicas centradas en codicia también tienen un alto poder explicativo durante este período, ya que en últimas la descentralización causó que los grupos irregulares pugnaran por el control local para así acceder al control de los polos de producción y explotación de recursos naturales tales como oro, carbón, petróleo, y procesamiento de drogas ilícitas. En ! ! ! 45! consecuencia, la descentralización—entendida como la mayor autonomía política, presupuestal y administrativa de los gobierno locales—incrementó las oportunidades para que los grupos irregulares aumentaran su influencia política a nivel local, y expandieran sus fuentes de financiación. Igualmente, entre mediados de los 80 y hasta mediados de los años 90 la justicia estuvo debilitada y cuasi-ausente, en parte por la intimidación que ejecutaron los carteles de la droga a las instituciones de control judicial. Esto también podría proporcionar un argumento institucional (o mejor, de debilitamiento institucional) para explicar el incremento en la intensidad del conflicto en ese período. Entre los años 2003 y mediados del 2009 se registra un notorio decrecimiento en la intensidad del conflicto armado en la mayor parte de las regiones del país. El objetivo de este trabajo, como se ha explicado anteriormente, consiste en explicar por qué se registró una reducción desigual en la intensidad del conflicto a través de las diferentes regiones del país (en algunas la intensidad del conflicto se redujo significativamente, en otras en menor escala, en otras permaneció casi constante, y en algunas pocas la intensidad del conflicto aumentó). Se parte de la base de que la implementación de la Política de Seguridad Democrática a partir del año 2002 generó profundos cambios institucionales y de presencia estatal en el país, constituyéndose en una condición necesaria para la reducción en los niveles de conflicto violento. Las preguntas que surgen entonces son: ¿Por qué los resultados de estos cambios fueron desiguales a través de las regiones? ¿Acaso existen algunas configuraciones/ condiciones que facilitan o dificultan la efectividad de la PSD?. Adicionalmente, se identifica el período a partir del año 2010, en el cual la intensidad del conflicto armado ha ! ! ! 46! vuelto a incrementarse. Según señala Bagley12, existe fuerte evidencia de que los nuevos grupos violentos BACRIM (Bandas Criminales, constituidas en parte como rezago de los grupos paramilitares desmovilizados) se han convertido en nuevos focos generadores de violencia. Estas organizaciones, en sus intentos por penetrar la política local (especialmente buscando el poder a nivel municipal), utilizan métodos legales e ilícitos, entre los cuales está el asesinato de sus opositores. Las BACRIM tienen fuertes incentivos económicos para acceder a la política a nivel local, a causa de las descentralización política, fiscal y administrativa implementada en la década de los 8013 y por las leyes de regalías actualmente vigentes. En consecuencia, se observa en el país un recrudecimiento de la violencia en ciertas zonas, presentándose un desplazamiento de las zonas de violencia desde la Costa Norte (territorio antes dominado por los grupos paramilitares) hacia el Sur Occidente de la costa Pacífica (regiones como Buenaventura y Tumaco), en las cuales los grupos BACRIM se han convertido en focos generadores de violencia. Estas zonas del Sur Occidente reciben recursos descentralizados, por los cuales entran en pugna las BACRIM y las FARC a través del dominio de los gobiernos locales. Bagley concluye así, que el creciente poder político de las BACRIM en Colombia puede ocasionar un fuerte resurgimiento del conflicto violento a nivel local. Igualmente, señala que la proliferación de nuevos partidos políticos podría representar más oportunidades para que estos grupos penetren en la política local, a través de intermediarios. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 12!Comentarios expuestos durante la presentación del libro “La desmovilización de los Paramilitares en Colombia: Entre el escepticismo y la esperanza” (Restrepo y Bagley, compiladores), realizada en la Universidad de Miami en Octubre del 2011. 13!Explicada por Sánchez y Chacón (2006). Para una explicación detallada remitirse al inicio de este capítulo! ! ! ! 47! Finalmente, a pesar de los recientes golpes asestados por las Fuerzas Públicas a las FARC (entre ellos el asesinato del líder guerrillero Alfonso Cano en Noviembre del 2011), ésta guerrilla ha reiniciado sus actividades de intimidación y violencia, especialmente en el Sur Occidente del país. Por ejemplo, el 2 de Febrero de 2012 el Sexto Frente del las FARC perpetró un atentado terrorista detonando un carro con explosivos en Villarrica, Cauca. Todos estos argumentos llevarían a cuestionamientos sobre la efectividad real de políticas como la PSD, y sobre todo sobre su sostenibilidad en el largo plazo. Por tal razón, una vez analizados los cambios en la intensidad del conflicto en el período 2003-2009, en secciones posteriores también se abordará en detalle el tema de la sostenibilidad de la PSD a partir del año 2010. Para entender en profundidad el conflicto armado colombiano es necesario diferenciar entre los grupos en conflicto, ya que han tenido objetivos, estrategias, evoluciones y formas de operación diferentes. La siguiente sección examina inicialmente el surgimiento y evolución de los principales grupos del conflicto violento colombiano hasta el año 2002, fecha en la cual se inició la implementación de la PSD. Posteriormente se analizan los antecedentes políticos que precedieron a la implementación de la PSD, así como los cambios institucionales generados por la misma. El capítulo concluye presentando la evolución de los grupos en conflicto entre los años 2003 y 2009, es decir posterior a la implementación de la PSD. ! ! 48! 3.2 Surgimiento y evolución de los grupos insurgentes hasta el año 2002 3.2.1 FARC-EP Las FARC-EP surgieron a mediados de los años 50, iniciándose como grupos de autodefensas campesinas (con miembros afiliados en su mayoría al partido liberal) en respuesta a la violencia política del partido conservador, en la época de enfrentamientos bipartidistas conocida como La Violencia. Iniciaron sus actividades con fuerte influencia del Partido Comunista, concentrando su presencia en el Tolima y los Llanos Orientales. Con la Primera Conferencia Guerrillera realizada en 1964, se establece el Bloque Sur con el cual se transformaron las autodefensas campesinas en movimiento guerrillero, específicamente en guerrilla móvil (Vélez 2000). En 1966 se realiza la Segunda Conferencia, en la cual el Bloque Sur se constituye en las FARC y se decide expandir las actividades a través de una guerra de guerrillas móviles en otras áreas del país. En este período se constituyen seis nuevos núcleos guerrilleros y se cambian las estrategias defensivas por acciones ofensivas directas, con el fin de generar un conflicto de larga duración cuyo objetivo final sería la toma del poder (Sánchez y Chacón 2006, 355). En 1974 se realiza la Quinta Conferencia en el departamento del Meta, con la cual las FARC se constituyen en un ejército revolucionario. A pesar de esta rápida evolución, en la década de los sesenta la actividad de la FARC aún era limitada, circunscribiéndose a municipios periféricos donde primaban los conflictos agrarios, en los cuales se establecieron como mantenedores del orden por la baja o nula presencia del Estado. A partir de 1982, con la realización de la Séptima Conferencia, se inicia un período de fuerte expansión centrado en los objetivos principales de urbanización del conflicto y adopción de una estrategia militar de ataque. A partir de éste .! ! ! 49! período se duplicaron el número de frentes de diez a veinte y se incrementó considerablemente el número de municipios con presencia de este grupo (Vélez 2000). En las décadas de los ochenta y noventa los frentes aumentaron de veinte a cuarenta y ocho, creándose además nuevos medios de financiación para sustentar la actividad armada y la expansión geográfica. Dentro de las principales fuentes de financiación se encuentran: la depredación de actividades productivas (como la explotación de recursos naturales, entre ellos el petróleo, oro y carbón; y de otras actividades productivas como energía y transporte), el desangre de las finanzas municipales (por extorsión directa o desvío de la inversión local), la extorsión, el secuestro y el narcotráfico. De la misma forma, en las zonas donde se producen drogas ilícitas las FARC establecieron un “sistema tributario”14 que abarca los ámbitos de cultivo, procesamiento y tráfico de drogas (Sánchez y Chacón 2006, 358). Vale la pena resaltar que, en comparación con otras guerrillas, la FARC fue pionera en participar de fuentes del narcotráfico; la “narcoguerrilla” surgió con las FARC en el Yarí, en 1984. El mapa 3.1 ilustra la ubicación de los frentes de las FARC en las diferentes regiones del país en el año 1998. Como puede observarse, los procesos de expansión habían permitido a las FARC hacer presencia territorial en la mayoría de las regiones del país. Según se verá en las secciones siguientes, tras la implementación de la PSD la presencia de las FARC en el mapa cambia significativamente. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 14!También conocido como “gramaje”, se trata de un impuesto que cobran las FARC a los cultivadores de coca por cada gramo cultivado. Otros mecanismos de financiación incluyen la “vacuna” que es un seguro antisecuestro que pagan empresarios, comerciantes y finqueros para moverse en paz. ! ! ! ! 50! Mapa 3.1: Localización de los frentes de las FARC en 1998 Fuente: Echandía 1999 Sin embargo, a partir del año 2000 el panorama del conflicto interno cambió para las FARC. Tras las accidentadas relaciones diplomáticas de Colombia con Estados Unidos en el gobierno de Ernesto Samper, durante el gobierno de Andrés Pastrana se abrieron las puertas para una colaboración estrecha entre ambos países. Con la aprobación del Plan Colombia, (un plan de ayuda estratégica, económica y militar de los ! ! ! 51! Estados Unidos a Colombia en la lucha contra el narcotráfico y la guerrilla), Colombia se convirtió en el tercer mayor beneficiario de ayuda militar estadounidense del mundo. Si bien el Plan Colombia se presentó ante la opinión pública como una política antidrogas, es innegable que tuvo un componente contrainsurgente importante. Así, las Fuerzas Armadas iniciaron una verdadera revolución estratégica. Según señala Pizarro (2006, 193): Esta revolución estratégica tuvo los siguientes ejes: soldados profesionales, brigadas móviles con tropas aerotransportadas, el paso de unidades militares dispersas hacia grandes unidades militares invulnerables, el fortalecimiento de la infantería de marina y la aviación, la capacidad para el combate nocturno y la modernización de las comunicaciones. Con este cambio estratégico de las Fuerzas Armadas, las FARC empezaron a sufrir serias derrotas militares; la principal fue la recuperación de Mitú por parte del ejército. En entrevista al ex-Presidente Andrés Pastrana Arango15, éste explicó que para demostrar que estaba fortalecida y llegar a la mesa de negociación con mayor poder de persuasión, la guerrilla modificó su estrategia. Pasaron de la “guerra de guerrillas”, que consiste en atacar las poblaciones y luego retirarse, a la “guerra territorial16”, que implica controlar totalmente un territorio. Pero la guerrilla fue sorprendida por el nuevo aparato estratégico y militar de las Fuerzas Armadas. Cuando intentaron tomarse Mitú, se les atacó con instrumental tecnológico y táctico que incluía el uso masivo de helicópteros, visores infrarrojos para el combate nocturno, misiles aire-tierra, etc. En consecuencia, a partir de finales del año 2000 las FARC empezaron a verse limitadas para realizar !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 15La autora agradece la colaboración del ex-Presidente de Colombia Andrés Pastrana Arango, quién gentilmente accedió a explicar los cambios en el conflicto armado ocurridos durante su mandato. La entrevista referida tuvo lugar en la ciudad de Panamá, el 21 de Septiembre de 2011. La transcripción completa se encuentra en la sección de Anexos, Entrevista # 1. 16 También llamada guerra de movimientos! ! ! ! 52! operaciones militares de un real valor estratégico. Como lo ilustra el Mapa 3.2, en el año 2000 las FARC habían alcanzado el punto máximo de su presencia territorial en el país. De un total de 1101 municipios, la FARC tenía presencia en 606, es decir en el 55% del país. Mapa 3.2: Presencia territorial de las FARC, año 2000 Fuente: Ministerio de Defensa (2009) ! ! ! 53! 3.2.2 ELN Las raíces de este grupo se encuentran en La Habana, donde un grupo de estudiantes colombianos inspirados en las teorías del Ché Guevara crearon la Brigada José Antonio Galán. En 1964 esa Brigada se convirtió en el ELN, con los objetivos principales de avanzar hacia una toma del poder por parte de las clases populares, y luchar contra la oligarquía local y el imperialismo de los Estados Unidos. La expansión de este grupo entre los sesenta y los setenta fue lenta, ubicándose principalmente en los departamentos de Santander, Bolívar y Antioquia. El soporte financiero era débil, basado en pequeños asaltos a la nómina de entidades públicas y a la Caja agraria, al igual que en aportes de los campesinos. Según señala Medina (1990), el crecimiento estable del ELN se vio interrumpido en 1973, al sufrir graves derrotas propiciadas por la persecución militar por parte del Estado. La operación Anorí, realizada en 1973, fue una operación militar llevada a cabo por la Quinta Brigada del Ejército de Colombia contra el ELN. El grupo guerrillero pretendía tomarse la militarmente la población de Anorí, en el departamento de Antioquia. Tras la operación, el gobierno del presidente Misael Pastrana Borrero (1970-1974) dio un parte de victoria para las Fuerzas Militares. Estas derrotas por poco llevan a la extinción del grupo, el cual en sólo un año pasó de tener 270 guerrilleros a menos de 70. El período entre 1973-1983 presenta profundas crisis para la organización, lo cual los obliga a replegarse y diseñar nuevas estratégicas militares y de financiación. En 1983 se realiza la reunión nacional de Anorí, adoptando una reestructuración en el mando de la organización, la cual resultó en la implementación de tácticas de financiación similares a las adoptadas por las FARC. A partir de este momento el ELN desarrolló una estructura ! ! ! 54! organizacional capaz de recaudar e invertir enormes recursos económicos, los cuales permitieron al grupo recuperarse y expandirse. En contraste con las FARC, el ELN sólo empezó a beneficiarse del narcotráfico mucho mas tarde. Sin embargo, la práctica de secuestrar ganaderos y extorsionar a grandes compañías petroleras (como por ejemplo las compañías extranjeras encargadas de construir el oleoducto Caño Limón-Coveñas), permitió al ELN ocupar zonas de gran potencial económico en los sectores energéticos y mineros, y extraer de ellas considerables recursos. Dentro de estas zonas se encuentran las zonas petrolíferas y carboníferas del país, como Arauca, Casanare, Barrancabermeja, La Guajira y Cesar (Sánchez y Chacón 2006, 361). Adoptando estas estrategias el ELN logró una notable expansión numérica y territorial desde mediados de los años ochenta, pasando de tener 350 militantes y 4 frentes de guerra, en 1984, a tener 4500 militantes repartidos en 41 frentes en el año 2000. El Mapa 3.3 ilustra la ubicación de los frentes del ELN en las diferentes regiones del país en el año 1998. Como puede observarse, los procesos de expansión habían permitido a las ELN hacer presencia territorial en un gran número de regiones del país. Según se verá en las secciones siguientes, tras la implementación de la PSD la presencia de la ELN en el mapa cambia significativamente. ! ! ! 55! Mapa 3.3: Ubicación de los frentes del ELN en 1998 Fuente: Echandia 1999 Sin embargo, desde finales de la década de los noventa el ELN ha visto disminuída su capacidad militar y su presencia en previas zonas de influencia se ha reducido. Esto se debe en parte a presiones por parte de grupos paramilitares o de Autodefensa, y de las FARC. Por ejemplo, en ciudades como Barrancabermeja y Cúcuta (en las cuales la dominación anterior del ELN era evidente), éste grupo perdió importancia por causa de la actividad de las AUC, las cuales casi extinguieron al ELN en ! ! ! 56! esta región. Así, los grupos paramilitares erradicaron mucho mas fácil al ELN que a la FARC. 3.2.3 Grupos paramilitares o de autodefensa La “paramilitarización” es uno de los patrones comunes presentes en la mayoría de los conflictos internos. En el caso colombiano la actividad paramilitar a gran escala surgió a principios de los años ochenta, como una forma de retaliación por parte de los narcotraficantes, ganaderos y algunos militares, quienes formaron grupos de auto-defensa para protegerse de los actos violentos perpetrados por las guerrillas (principalmente extorsión, secuestro e invasión de tierras y latifundios). Así, inicialmente estos grupos se dedicaron a actividades de defensa y protección, financiados por las élites regionales y contando en algunos casos con la participación de las Fuerzas Armadas oficiales. Sin embargo, a raíz del carácter violento y de las permanentes violaciones a los derechos humanos perpetradas por los grupos de autodefensas, éstos fueron declarados ilegales a través del decreto 1194 de 1989 (Restrepo et al. 2012). Según señala Leal (2011, 53), “el énfasis en el narcotráfico por la presión de los Estados Unidos y la preocupación del gobierno por sobrellevar la crisis condujeron a que la subversión y el paramilitarismo no recibieran la atención que ameritaban”. La situación de orden público empeoró. Posteriormente, a comienzos de 1997 se gestó un proceso de unificación de todos estos grupos de autodefensa (ahora ilegales) y se crearon así las AUC (Autodefensas Unidas de Colombia), movimiento unificado bajo un solo mando, el Estado Mayor, conformado por líderes de grupos regionales (Sánchez y Chacón 2006). Esta fusión fue el eje de una estrategia nacional antisubversiva, sobre la base de un modelo de control territorial y de población (Leal 2011, 54). ! ! ! 57! A partir de 1998 la presencia y amenaza paramilitar se convirtió en un elemento importante en el conflicto interno. En efecto, con la consolidación de las AUC los paramilitares crearon una infraestructura que les permitió emprender actividades a gran escala contra las guerrillas, expandiéndose por todo el territorio nacional y obteniendo una gran movilidad y poder ofensivo. Sus atrocidades superaron las cometidas en años anteriores, lo cual generó su incorporación en la lista de organizaciones terroristas extranjeras de los Estados Unidos. La inclusión en esa lista ocasionó profundas fisuras en la relación de alianzas y guerras que mantenían los paramilitares con el narcotráfico. En este difícil contexto el principal espejismo fue del gobierno, que no formuló una estrategia política consolidada para enfrentar a los paramilitares y “acabar con la supuesta funcionalidad de los grupos paramilitares para los objetivos anti-subversivos de la fuerza pública, lo cual produjo el fortalecimiento paramilitar” (Leal 2011, 55). Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (2003) en el año 2002 existían en Colombia 22 grupos paramilitares repartidos en 28 departamentos. El incremento en el número de hombres en armas de las AUC también se hizo evidente en este período, pasando de tener 3800 hombres en 1997 a 13.000 en el 2003. La estrategia fundamental se basó en establecer presencia paramilitar en todos los territorios en los cuales la guerrilla ejercía control. Esta expansión los llevó a enfrentarse con las guerrillas por el dominio territorial de zonas estratégicas y de gran potencial económico, como las zonas cocaleras en Urabá, Putumayo en el sur de Bolívar, y en ciudades como Barrancabermeja y Cúcuta en las cuales desplazaron al ELN. El Mapa 3.4 ilustra la presencia de las AUC en el territorio nacional en el año 1998. ! ! ! 58! Mapa 3.4: Ubicación de las AUC en el año 1998. Fuente: Echandia 1999 Sin embargo, por la naturaleza de los enfrentamientos entre los paramilitares y las guerrillas, éstos han ocasionado un gran número de víctimas entre la población civil. En su modus operandi los paramilitares no se han limitado a actividades defensivas, sino que tomaron una estrategia político-militar ofensiva cuyo fin no es únicamente perseguir a las guerrillas, sino expropiar de tierras a los campesinos. Al respecto, la página de Verdad ! ! ! 59! Abierta17 presenta extractos del artículo de la revista de septiembre de 200818, según el cual, Miembros de las autodefensas se han adueñado a la fuerza o por medio de estrategias solapadas de miles de hectáreas de tierra en todo el país. Las víctimas de esta práctica han sido desde antiguos aliados hasta narcotraficantes, pasando por campesinos que fueron beneficiados con tierras de la reforma agraria y pequeños y medianos parceleros atrapados en medio del conflicto. Esta usurpación de tierras en ocasiones sigue intereses que no son exclusivamente militares, sino que obedecen a formas ilícitas de enriquecerse. Entre las estrategias que utilizan los paramilitares para expropiar las tierras se encuentra la intimidación de los propietarios para obligarlos a recibir un precio inferior al comercial, o desplazar a los campesinos que se rehúsen a convertirse en jornaleros de los paramilitares. En otras ocasiones asesinan a los campesinos que se nieguen a venderles sus tierras, y luego elaboran escrituras falsas donde se titularizan las tierras a nombre de los paramilitares. Existen numerosos testimonios de comunidades en el Chocó y en el Magdalena Medio que han sido víctimas de estas prácticas paramilitares (Semana 2008). Por otra parte, las acciones bélicas de los paramilitares se han enfocado también en las masacres selectivas, en las cuales penetran en poblaciones llevando listados de presuntos colaboradores de la guerrilla, y valiéndose de ese pretexto asesinan a quienes figuran en dicha lista. Otra estrategia paramilitar se basa en el ataque contra poblaciones !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 17El!proyecto de Verdad Abierta nació en 2008, cuando la Fundación Ideas para la Paz (FIP), un centro de pensamiento independiente y la revista SEMANA, resolvieron unir las fortalezas del periodismo y de la investigación académica para contribuir de alguna manera significativa a develar la verdad y a reconstruir la memoria histórica sobre el conflicto armado colombiano de los últimos años. Los socios fundadores de esta iniciativa hayan resuelto empezar a construir en una primera etapa la Verdad Abierta sobre el paramilitarismo. Para más información véase http://www.verdadabierta.com/component/content/article/343 18!http://www.verdadabierta.com/la-historia/206-los-senores-de-las-tierras-! ! ! ! 60! enteras que en el pasado se habían declarado neutrales para evitar las consecuencias del conflicto. Así, los enfrentamientos entre las guerrillas y grupos paramilitares han sido cruentos y sangrientos, principalmente porque las AUC conciben la victimización de civiles como parte de su actividad contra la infraestructura guerrillera (Aranguren 2001). Vale la pena mencionar que el poderío económico de los paramilitares no se derivaba únicamente de sus vínculos con el narcotráfico, sino de la conformación de redes mafiosas de difícil erradicación. Según explica Leal (2011, 61), Además del tráfico de drogas, estas redes se apoyan en la apropiación violenta de tierras y el control de la población mediante el desplazamiento de campesinos, la extorsión de comerciantes y la penetración en una amplia gama de actividades económicas legales e ilegales. Y sobre esta base de poder económico se construyen poderes políticos con pretensiones nacionales. Gobernaciones, alcaldías, asambleas y concejos, en especial en la costa atlántica, se proyectan mediante la penetración en el Congreso y las instituciones oficiales. En mayo de 2003 el presidente Álvaro Uribe anunció una propuesta de libertad condicional para los paramilitares que se desmovilizaran, iniciando los diálogos que luego se conocerían como los acuerdos de Santa Fe de Ralito. Según señalan Restrepo et al. (2006), el número de bajas sufridas por las guerrillas, comparado con el número de bajas en los grupos paramilitares, sugiere una relativa ineficiencia de los paramilitares en combate. Por tal razón, es posible pensar que la desmovilización de los paramilitares obedeció en parte a esta baja eficiencia operativa, que los llevó a preferir replegarse y enfocarse en el control territorial. Otra posibilidad, quizá mas realista, es que los paramilitares quisieran limpiar su pasado criminal y aprovechar la oferta del gobierno evitando la extradición. Paradójicamente, muchos fueron extraditados al final del proceso. Sea cual fuere la causa o combinación de causas, lo cierto es que las fuerzas paramilitares ! ! ! 61! se comprometieron a sustraerse del enfrentamiento activo del conflicto en el 2003. La evolución de estos acuerdos se explica en detalle en las secciones siguientes, cuando se aborda el tema de la evolución de los grupos paramilitares tras la implementación de la PSD. 3.3 Antecedentes e implementación de la PSD En el cuatrienio de 1994-1998, correspondiente a la presidencia de Ernesto Samper, el conflicto armado había alcanzado niveles muy altos. El inusitado fortalecimiento de las guerrillas era quizá el indicador más importante de esta escalada: a lo largo de este cuatrienio el Ejército Nacional sufrió una serie de derrotas militares a manos de las FARC, las cuales empezaban a emprender exitosamente la transición de guerra de guerrillas a guerra de movimientos. Además, el fortalecimiento de los grupos paramilitares o de autodefensa y su disputa con las guerrillas por el control territorial también incrementó la intensidad del conflicto violento en el país. Todo lo anterior, aunado al pobre resultado obtenido en grandes operaciones militares con altos costos económicos, contribuyó a reafirmar la imagen de ineficacia del Ejército frente a la opinión pública. De ahí que los militares empezaran a perder la autonomía lograda al final del gobierno anterior, y en los primeros años el gobierno de Samper, por causa de sus derrotas (Leal 2011). Ante la aparente incapacidad del Estado para restablecer el orden público a través del uso legítimo de la fuerza, la situación de aguda crisis política, militar y de orden público llevó a que surgiera casi de manera imperativa la opción de una solución negociada del conflicto. Esta vía de la solución negociada se exploró de manera exhaustiva durante el cuatrienio 1998-2002, bajo el mandato de Andrés Pastrana. Desde ! ! ! 62! el comienzo fue evidente la voluntad del gobierno de Pastrana de hacer cambios significativos en la estructura militar. Por ejemplo, la sustitución de soldados reclutados mediante el servicio militar obligatorio por soldados profesionales en las zonas de conflicto, fue un cambio importante implementado a partir de 1999. Además, se crearon nuevas unidades militares y se reorganizaron las antiguas, para aumentar la eficiencia en las acciones contrainsurgentes. Muchos de los fondos destinados a este fortalecimiento de las Fuerzas Militares provenían del Plan Colombia ideado por el presidente Pastrana, el cual no sólo implicaba ayuda económica sino también recursos técnicos y de entrenamiento. Según señala Leal (2011) el proyecto de ayuda fue iniciado en el 2001, “con una duración inicial de dos años. De un total de 1319 millones de dólares, 860 (65.2%) fueron para Colombia y el resto para los países vecinos… De los fondos para Colombia, 519 millones (60.4%) fueron para asistencia militar y 123 (14.3%) para la Policía Nacional”. Los anteriores cambios de cierta manera ayudaron a ayudó a proyectar la percepción de que sí era posible enfrentar con éxito a la guerrilla, en contraposición a la tesis imperante hasta el momento, según la cual ni el Ejército podía controlar a la guerrilla ni ésta podía tomarse el poder (es decir, se había llegado a un punto muerto). Paralelo a la reestructuración militar mediante fortalecimiento y modernización de las Fuerzas Militares, el gobierno de Andrés Pastrana exploró de manera exhaustiva el camino hacia una paz negociada. Sin embargo, el nulo avance de los diálogos de paz provocaron un enorme desprestigio de esos diálogos en la opinión pública nacional ! ! ! 63! (Rangel 2010). Finalmente, los altísimos niveles de intensidad en el conflicto armado19 en el año 2002 condujeron a la implementación de una nueva estrategia para reducir el conflicto. El Gráfico 3.1, según cálculos del CINEP20, muestra la evolución de las acciones bélicas y los muertos en combate para el período 1990-2007. Como se observa en el gráfico, el período comprendido entre 1995-2001 registra un ascenso gradual tanto en el número de acciones bélicas como en el número de muertos en combate. Tras este ascenso gradual, en el año 2002 se registra el nivel más alto de estos eventos, presentándose un pico que luego comienza a decrecer de manera sostenida a partir del año 2003. El Gráfico 3.2 ilustra la evolución en el número de acciones bélicas clasificadas por actores armados (FARC; ELN; otras guerrillas; grupos paramilitares y Fuerza Pública), para el período 1990-2007. Este gráfico ilustra un comportamiento similar el expuesto anteriormente, con un ascenso gradual de las acciones bélicas por actores armados en el período 1995-2001, el cual es seguido por un significativo ascenso en el año 2002, en el cual se registra el pico de actividad. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 19!La variable intensidad del conflicto armado se mide a través del número de acciones ofensivas iniciadas y perpetradas por los grupos armados irregulares, es decir los grupos guerrilleros (incluyendo las FARC, el ELN y otras guerrillas), y los grupos paramilitares no estatales. La sumatoria de estas acciones ofensivas constituye la tasa de ataques, la cual es en últimas el medidor de la intensidad en el conflicto armado. Para una descripción mas detallada, ver la sección Variable Dependiente, en el capítulo 4. ! 20!El Centro de Investigación y Educación Popular/ Programa por la Paz (CINEP/PPP) es una fundación sin ánimo de lucro que anima el cambio social desde las orientaciones de la Compañía de Jesús en Colombia. Su trabajo, realizado por cerca de cuatro décadas, ha permitido construir una mirada crítica y alternativa de la realidad colombiana que se fundamenta en la producción sistemática de información, en la reflexión con rigor investigativo, en las propuestas de educación popular para el fortalecimiento del tejido social y la organización, y en una acción de incidencia en lo público. Para mas información visitar la página www.cinep.org.co/ ! ! ! ! 64! Gráfico 3.1: Acciones bélicas y muertos en combate 1990-2007 DINAMICA DEL CONFLICTO ARMADO Acciones Bélicas y Muertos en combate 1990-2007 4,000! 3,500! 3,000! 2,500! 2,000! 1,500! 1,000! 500! 0! !!!1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 Acciones Bélicas 2003 2004 2005 2006 2007 Muertos en Combate Fuente: CINEP - 2008 Gráfico 3.2: Acciones bélicas por actores 1990-2007 DINAMICA DEL CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA Hechos de Acciones Bélicas por actores armados 1990-2007 1200! 1000! 800! 600! 400! 200! 0! !1990 ELN! 1991 1992 FARC! 1993 1994 1995 1996 1997 FUERZA!PUBLICA! 1998 1999 2000 Fuente: CINEP,-2008 ! 2001 2002 2003 OTRAS!GUERRILLAS! ! 2004 2005 2006 2007 PARAMILITARES! ! 65! Por el contexto anteriormente descrito, en el año 2002 era evidente la necesidad de implementar una política de seguridad de alcance nacional, con un enfoque que de alguna manera superase los obstáculos y fracasos del pasado. El fracaso de los diálogos del Cagúan21 hizo que casi seis22 millones de colombianos votaran por la opción militar propuesta por Álvaro Uribe. El diseño e implementación de la PSD obedeció también al entendimiento de que mientras no existiese una política de Estado duradera y consistente sería muy difícil que un gobierno, o una sucesión de gobiernos, pudiera darle solución al conflicto armado. Intentos previos para establecer políticas de seguridad de alcance nacional habían fracasado en el pasado. En efecto, según señala Restrepo (2006), las dificultades para implementar una política de Estado habían obedecido a dos causas fundamentales inherentes a las características y limitaciones del sistema político colombiano: la falta de continuidad entre un gobierno y otro, y la descentralización política y administrativa. Leal (2011) señala una causa adicional, que es la autonomía militar en el manejo del orden público durante décadas, en ausencia del componente político. Por una parte, está la falta de continuidad de las políticas estatales ante el conflicto, la cual no se limita al hecho de que éstas concluyan tras los cuatro años de un gobierno, sino al hecho de que “ la política de cada nuevo gobierno se trace con frecuencia en explícita ruptura y contradicción con las de su predecesor” (Restrepo 2006, 321). Ejemplos de esta tendencia lo constituyen, en el pasado, la implementación de !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 21!La “zona de distensión”, también llamada “zona de despeje del Caguán”, fue un área otorgada por el gobierno del presidente Pastrana a las FARC, para adelantar un proceso de negociación conducente a la paz. Entró en efecto en 1999, comprendiendo una extensión de 42.000 kilómetros cuadrados en los departamentos de Meta y Caquetá. El presidente Pastrana abolió la zona de distensión y finalizó los diálogos de paz con la FARC a raíz de las acciones terroristas de este grupo en medio de las negociaciones. 22!La cifra exacta es 5.829.958, según datos de la Registraduría Civil.! ! ! ! 66! diálogos de paz por parte de Betancur en total ruptura con el Estatuto de Seguridad de Turbay; la política de “pulso firme” de Barco, radicalmente opuesta a los diálogos de paz de Betancur; la “guerra integral” de Gaviria contra las FARC y el ELN, sucedida por nuevas políticas de diálogos pacifistas en el gobierno de Samper. Finalmente, la PSD implementada en el gobierno de Uribe, centrada en un proyecto de autoridad tras el fracaso de los intentos de paz del gobierno de Andrés Pastrana. Por otra parte, la descentralización política consagrada en la Constitución de 1991 también se ha constituido en un obstáculo para la implementación de políticas de seguridad a nivel nacional, ya que rompió la unidad del Ejecutivo, particularmente en la forma de enfrentar el conflicto. Así, alcaldes y gobernadores que ahora debían responder ante sus electores en municipios y departamentos, empezaron a implementar políticas aisladas de seguridad, a solicitar del gobierno central la autorización para sostener diálogos individuales con los insurgentes, y, en algunos casos, a mantener convenios secretos con los alzados en armas. Bejarano (2010, 52) explica que “la atomización de los partidos ha tenido efectos desastrosos en lo que concierne a la eficacia de las políticas gubernamentales, incluyendo aquellas relativas a la guerra y la paz.” Así, estas iniciativas dificultaron la implementación de una política de Estado de alcance a nivel nacional. La propuesta y posterior implementación de la Política de Seguridad Democrática, ocurrida durante los cuatrienios 2002-2006 y 2006-2010 bajo el mandato de Álvaro Uribe intentó llenar los vacíos de falta de continuidad y falta de cobertura nacional de las iniciativas anteriores. Además, consolidó la decisión de confrontar a los violentos mediante la aplicación de la fuerza legítima del Estado. El documento Política de Defensa y Seguridad Democrática se fijó como objetivos estratégicos “la consolidación del ! ! ! 67! control estatal sobre el territorio, la protección de la población, la eliminación del comercio de drogas ilícitas, el mantenimiento de una capacidad disuasiva y el logro, en la seguridad y la defensa, de una gestión eficiente y transparente” (Rangel 2010, 7). Otros autores, sin embargo, cuestionan precisamente la legitimidad de la fuerza Estatal implementada. Medellín (2010), por ejemplo, aunque reconoce que se alcanzaron algunos logros en reducir la intensidad del conflicto, también plantea que éstos tuvieron un costo muy alto en términos de transgresiones y violaciones humanitarias. En particular, se refiere a que las operaciones y operativos militares de capturas de subversivos, recuperación territorial o incautación de armas, “muy pronto terminaban encandiladas por falsos positivos, violaciones a los derechos humanos y al Derecho Internacional Humanitario o, simplemente, transgresiones a los códigos de procedimiento militar, por los que el gobierno tenía que salir a disculparse, o por lo menos salir a dar explicaciones” (Medellín 2010, 105). Esta doble visión de la PSD, percibida por unos como la política que permitió al país reducir por primera vez de manera significativa los niveles de conflicto violento; y por otros como un cúmulo de transgresiones y violaciones humanitarias, es hasta el día de hoy uno de los puntos más controversiales para el análisis de la PSD. En términos prácticos, para la consolidación del control estatal sobre el territorio el gobierno diseñó una estrategia integral de seguridad en las carreteras encaminada a combatir los retenes ilegales. Igualmente buscó incrementar la presencia institucional en todo el territorio, aumentando la administración de justicia y la disminución de las denuncias de violaciones a los derechos humanos por parte de agentes del Estado. Para alcanzar el objetivo de mayor protección a la población la estrategia consistía en ! ! ! 68! desarticular los grupos terroristas (incentivando, por ejemplo, la deserción voluntaria); reducir los homicidios, secuestros y extorsión; y facilitar la reinserción de los desplazados. En cuanto a la eliminación de la producción y comercio de drogas ilícitas, éste se lograría desactivando las redes de narcotráfico, erradicando los cultivo de coca y amapola, incautando los bienes de los narcotraficantes e impidiendo su acceso a los insumos para la fabricación de drogas. Para intentar resolver en parte este vacío de las políticas anteriores, la PSD se lanzó como una política de alcance nacional. Según explica el ex-Comandante de las Fuerzas Armadas General Freddy Padilla de León23, una política es el elemento superior que le da dirección a la voluntad del gobierno sobre un tema puntual. En el caso de la PSD el tema es la seguridad nacional, y por ello el jefe del Estado aprueba el direccionamiento al mas alto nivel, con su visión de la manera como se debe manejar la seguridad. En el caso de la PSD, ésta se diseñó con un alcance nacional, pero obviamente se implementó de manera gradual y según las necesidades de cada región y según la amenaza que primara en cada región. Por ejemplo, en zonas mas rurales se incrementó el rol del ejército y en las urbanas el de la policía. De acuerdo con los objetivos y estrategias diseñadas, hubo una coherencia en la forma de atacar diferentes tipos de violencia. Esto según los niveles de violencia que se enfrentaran, y según los actores causantes. Inicialmente la PSD dio prioridad a los centros de mayor concentración de población, y de producción (actividad económica), que eran los lugares más sensibles. Y !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 23La autora agradece la colaboración del ex-Comandante de las Fuerzas Armadas de Colombia, General Freddy Padilla de León, quién gentilmente accedió a explicar los cambios en el conflicto armado ocurridos durante su gestión. La entrevista telefónica tuvo lugar el 2 de Septiembre de 2011, mientras el General ejercía sus funciones como Embajador en Austria. La transcripción completa se encuentra en la sección de Anexos, Entrevista # 2. ! ! ! ! 69! de ese centro se siguió luego hacia la periferia (por lo tanto primero fueron los centros urbanos y capitales). Hoy en día se ve el éxito de la PSD en el hecho de que en los centros urbanos hay mucha menor violencia, concentrándose ésta ahora en la periferia. La PSD se desarrolló en tres fases: primera, la fase de seguridad; segunda, la fase de consolidación y tercera, la fase de prosperidad democrática. Por otra parte, la inclusión popular a nivel departamental y municipal también pretendía involucrar a toda la población, y darle un alcance nacional a esta nueva política. Según señala Leal (2010, 335), la iniciativa incluía el reclutamiento de “soldados campesinos”, destinados a las zonas de donde son oriundos, el estímulo a la deserción de combatientes ilegales, las recompensas por información, la conformación de redes de informantes para alimentar los servicios de inteligencia, , y la creación de zonas de rehabilitación en áreas de influencia guerrillera. Estas acciones, implementadas en conjunto, completaron el esquema inicial de seguridad democrática. Como se verá en la siguiente sección, la implementación de la PSD abarcó múltiples cambios institucionales encaminados a incrementar la presencia estatal a lo largo del país. Esta investigación considera que dichos cambios institucionales fueron la condición necesaria para las variaciones en la intensidad del conflicto que se presentaron en el país. ! ! ! 70! 3.4 Cambios institucionales originados por la PSD Uno de los cambios institucionales mas importantes ha sido el fortalecimiento de la fuerza pública, tanto a nivel de las Fuerzas Militares como de la Policía Nacional. Este incremento (reflejado en el aumento en el pié de fuerza y su movilidad, la modernización de su inteligencia y el incremento de su capacidad de combate aéreo) comenzó realmente antes de la implementación de la PSD, durante la presidencia de Andrés Pastrana (19982002). En efecto, la mayoría de los recursos para el fortalecimiento de la fuerza pública provenían del Plan Colombia, explicado en secciones anteriores. Por tal razón es importante resaltar estas actividades de fortalecimiento que sentaron las bases y fueron precursoras de muchos de los logros posteriores de la PSD. Al respecto, el ex-presidente Pastrana24 explicó que la necesidad del Plan Colombia se hizo evidente para avanzar en cuatro frentes: el fortalecimiento de las Fuerzas Militares; el fortalecimiento institucional (sobre todo nivel de la justicia); la política social y la política internacional. Para el objetivo de fortalecimiento militar, se empezó desde lo más básico, comprando por ejemplo uniformes, botas y armamentos. Se hizo muy evidente la necesidad de un fortalecimiento aéreo para el combate, para lo cual se compraron helicópteros. Un elemento adicional que prácticamente cambió la modalidad de guerra, fue la compra de bombas inteligentes al gobierno de los Estados Unidos (bajo la presidencia de George W. Bush). Adicionalmente, se implementó una estrategia para proteger a los policías, que consistió en diseñar unos nuevos cuarteles de policía por fuera de los municipios. Luego se restaurarían los cuarteles al interior de los municipios, pero esta medida temporal contribuyó en parte a proteger de las masacres tanto a las fuerzas !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 24!Ver nota pie de página # 15.!! ! ! ! 71! policivas como a la población civil. Todos esos cambios sentaron muchas de las bases para el posterior éxito de la PSD, porque ya el país contaba con los instrumentos necesarios para implementar un cambio en la lucha militar, y también un fortalecimiento y cambio a nivel institucional. Las anteriores consideraciones conducen a pensar que, si bien la caída en los indicadores del conflicto violento comenzó a hacerse evidente a partir del año 2003, hay posiblemente un efecto de rezago en las variables. Es decir, los cambios en la intensidad del conflicto comenzaron a gestarse antes, y sólo empezaron a manifestarse a partir del año 2003. Además del Plan Colombia, el fortalecimiento militar y posterior implementación de operativos y combates fue también financiado por la recaudación de un impuesto de guerra que de forma temporal pagaron los sectores más pudientes de la población. Según explica Rangel (2010, 10), Entre los años 2002 y 2008 el conjunto de la fuerza pública se incrementó en un 37%, al pasar de 313.406 hombres a 431.571. Las Fuerzas Militares crecieron en un 40%, pues su número de efectivos subió de 203.283 en 2002 a 285.700 en 2008. Por su parte, la Policía Nacional creció un 32%, de 110.123 hombres a 145.871 en el mismo período. Entre los indicadores de mayor presencia institucional en el área de seguridad, se encuentra la creación de 250 unidades militares (entre ellas sesenta batallones contra guerrilla, quince brigadas móviles, ocho brigadas territoriales, 41 destacamentos de tiradores de alta precisión, veinticuatro centros de instrucción y entrenamiento, diez compañías Plan Meteoro para las carreteras, y nueve batallones de apoyo y servicio para el combate). Adicionalmente, la Policía Nacional creó 168 nuevas estaciones y 146 subestaciones, con lo cual logró restablecer su presencia en muchos municipios del país, de los cuales la fuerza pública había sido expulsada por la actividad guerrillera. ! ! ! 72! Medellín (2010), explica que en el año 2002 existía un total de 158 municipios sin presencia permanente de la Policía.; para 2004 el total de los 1098 municipios de Colombia ya contaban con presencia permanente de la Policía Nacional. El retorno de la Policía a todas las cabeceras municipales fue complementado con la creación de la figura del soldado campesino, contenida en el programa Soldados de mi Pueblo-Plan Coraza. Con excepción de Amazonas, San Andrés, Guainía y Vaupés, todos los departamentos cuentan con pelotones de soldados campesinos. Con este incremento en la capacidad militar y policiva el Estado aumentó su presencia institucional atacando de manera frontal el frente de seguridad. Las campañas ofensivas, que además contaban con la colaboración de centenares de redes de informantes civiles voluntarios25, tenía como objetivos principal la ubicación y destrucción de los grupos armados irregulares. Sin embargo, aunque el énfasis se hizo en el área de seguridad, la PSD involucró muchas instituciones del gobierno y no ha sido solo una política del ejército o la policía. Por ejemplo, se enfatizó en el desarrollo de instituciones como “Acción Social” encargada de resolver problemas sociales como salud, educación, vivienda, acceso a mejores sistemas de comunicación, mejoras en el sistema de justicia, etc. Acción Social, anteriormente llamada Red de Solidaridad Social, es una iniciativa presidencial que atiende y previene el desplazamiento de comunidades vulnerables. Acción Social se concentra en las estrategias de !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 25!Las redes de informantes voluntarios incorporan a los civiles para entregar información a las autoridades. Su objetivo es prevenir el delito, o capturar delincuentes. Los informantes (por ejemplo taxistas, o estudiantes universitarios) son incentivados a través del pago de recompensas. Sin embargo, la implementación de estas redes generó arraigadas polémicas. Sus opositores, entre ellos expertos en seguridad y voceros de organizaciones sociales aseguran que si bien es cierto que informar a las agencias de seguridad del Estado es un deber constitucional, propuestas de incluir a la población civil en actividades que deben ser solo para policías o soldados, son no solo inoportunas sino abiertamente inconstitucionales. Revista Cambio.com, Febrero 2010. ! ! ! ! 73! desarrollo en zonas deprimidas y de conflicto, así como de promoción y protección de los Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario, enmarcadas dentro del objetivo de brindar Seguridad Democrática. (Acción Social 2011) Entre los programas desarrollados por “Acción Social” se encuentran: superación de la pobreza; atención a los desplazados y víctimas de la violencia; recuperación y desarrollo territorial; inclusión productiva y generación de capacidades. Así, además del énfasis en seguridad, también se creó un marco institucional para desarrollar actividades paralelas que permitieran consolidar los logros en seguridad. 3.5 Evolución de las guerrillas tras la implementación de la PSD A comienzos del año 2000, las FARC llegaron a tener unos 18 mil hombres en armas . Sin embargo entre los años 2002 y 2007, entre desertores y bajas perdieron más del 60%, pasando de 18 mil a 6 mil (Ministerio de Defensa 2010a). En cuanto al ELN, entre enero de 2002 y agosto de 2009 el ELN sufrió la deserción de 2879 combatientes, presentándose entre 2002 y 2008 un aumento del 70% en el número de desmovilizaciones voluntarias de este grupo. Entre las causas para el elevado número de deserciones se encuentran la debilidad de las guerrilla y su desprestigio entre los campesinos, lo cual afectó negativamente su capacidad de reclutamiento. Igualmente contribuyeron en este sentido las gestas de la Ley de Justicia y Paz26 y los incentivos para los desmovilizados. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 26!La Ley de Justicia y Paz (ó Ley 975) es un marco jurídico promovido por el gobierno de Álvaro Uribe y aprobada por el Congreso para facilitar la desmovilización de los paramilitares en Colombia. Eventualmente, esta ley podría ser utilizada en procesos de desmovilización de grupos guerrilleros. El principal objetivo de esta ley implicaba que los grupos armados al margen de la ley entregaran las armas y se reintegraran a la sociedad civil en lo que se conoce como la desmovilización. http://www.fiscalia.gov.co/justiciapaz/Documentos/Esquema_Ley975_Justicia_Paz.pdf Véase también nota de pié de página # 27. ! ! ! 74! Adicionalmente, según explica Medellín (2010), este debilitamiento puede atribuirse a los avances significativos en tres frentes por parte del Estado. Primero, la recuperación del control territorial en regiones claves como Cundinamarca (donde se desarticuló el frente 22 de las FARC) o en la costa norte (donde se desarticuló el frente 37). Con la recuperación de estos importantes corredores de movilidad se aisló a las guerrillas a zonas menos pobladas, reduciendo así su capacidad de comunicación y de acción efectiva. Segundo, el debilitamiento de la cúpula como consecuencia de las capturas y bajas de los niveles superiores y medios. Tercero, la disminución de la capacidad de acción de las FARC, como consecuencia “de la desmovilización de militantes, y en especial por la inclusión de éstos dentro de programas de cooperación militar con el gobierno nacional” (Medellín 2010, 114). El debilitamiento operativo de las guerrillas también es atribuible a que sus finanzas se afectaron negativamente a partir del año 2003. Esto se debió, por una parte, a la pérdida del control de muchas zonas antes cocaleras, lo cual llevó a la reducción en los ingresos por la producción y comercialización de drogas ilícitas. Por otra parte, la significativa reducción del secuestro (que después del narcotráfico ha representado el segundo renglón de ingresos de las FARC), pasando de 719 eventos en 2002 a 72 en el 2008, significó una caída del 90% en este rubro de ingresos. Finalmente, por la pérdida de control territorial y disminución de la movilidad, la capacidad extorsiva de las guerrillas también se ha visto afectada, con lo cual también se han debilitado sus ingresos. En cuanto al control territorial, éste también sufrió un debilitamiento a partir del año 2003. Si se mide la presencia territorial a través del número de municipios donde las !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! ! ! ! ! 75! FARC han realizado ataques contra las fuerzas públicas, su presencia territorial se ha reducido en un 62%: en 209 municipios hubo ataques de las FARC en 2002, mientras que en 2008 éstos ocurrieron en 78 municipios (Rangel 2010). La pérdida de control territorial no es sólo cuantitativa sino también cualitativa, dada la importancia estratégica de las zonas que las guerrillas han tenido que abandonar. El departamento de Cundinamarca, por ejemplo, constituía un importante punto en los planes estratégicos de las FARC para la toma del poder por la vía armada; la FARC perdió gran parte del control territorial en este departamento tras la implementación de la Operación Libertad por parte del ejército nacional. De manera similar, con la puesta en marcha del Plan Patriota (la operación militar contrainsurgente más grande de la historia colombiana), se logró restar movilidad y margen de maniobra a las FARC en los departamentos de Meta, Caquetá y Putumayo. Estos departamentos constituían el territorio de mayor importancia estratégica para las FARC, ya que eran zonas de abastecimiento logístico, de entrenamiento, recuperación de heridos, y sustracción de buena parte de sus rentas ilegales provenientes del narcotráfico. Así, mientras en 2002 la mitad de las acciones de las FARC se centró en los departamentos de Arauca, Caquetá, Meta, Cauca y Cundinamarca, en 2008 el centro de gravedad de sus acciones se desplazó desde las zonas más centrales del país hacia la zona occidental, concentrándose sus operaciones en Cauca, Antioquia, Nariño, Valle y Chocó. (Rangel 2010, 22) Otros autores, sin embargo, se muestran escépticos ante la noción de que un poderío militar mejorado sea la salida para el conflicto colombiano. En referencia a los recursos obtenidos a través del Plan Colombia, Tokatlian (2004, 179) afirma que “la lógica subyacente es que sólo más poder de fuego y más despliegue espacial de las ! ! ! 76! fuerzas armadas pueden equilibrar el creciente poderío territorial de la guerrilla y la enorme influencia regional del narcotráfico.” Sin embargo rebate esta lógica al plantear que si en los últimos diez años, con todos los recursos de seguridad estadounidenses brindados a Colombia, se elevó como nunca antes la violencia de todo tipo, la violación de los derechos humanos y el desquiciamiento de la guerra, nada augura que en los próximos años no se agudicen esos mismos problemas (Tokatlian 2009, 180). En cambio, propone un plan que no se centre únicamente en lo militar sino también en lo político e institucional que trascienda el plano estatal. Este plan debe incluir una alianza de la sociedad civil no armada, y de importantes actores sociales y políticos de Latinoamérica y de los Estados Unidos. El Mapa 3.5 presenta la ubicación de los frentes de las FARC en el país en el año 2009. De un total de 1101 municipios, en el año 2009 la FARC tenía presencia activa en 207, es decir el 18.8%. Esta cifra presenta fuerte contraste con las del año 2000, en el cual la FARC tenía presencia en 606 municipios, es decir en el 55% del país. El notorio decrecimiento en la actividad de esta organización guerrillera, al igual que la disminución en su control territorial, son ilustrativos de los profundos cambios que se presentaron en la intensidad del conflicto armado en el país entre los años 2003 y 2009. Desde este punto de vista, la implementación de la PSD conllevó a modificaciones sustanciales no sólo en la intensidad del conflicto, sino en la distribución territorial del mismo. ! ! ! 77! Mapa 3.5: Presencia de las FARC en el territorio nacional, año 2009 Fuente: Ministerio de Defensa (2009) En cuanto al ELN, este grupo también ha sufrido una disminución significativa en su capacidad operativa. Por ejemplo, departamentos como Antioquia y Cauca, que durante 2002 presentaron una alta frecuencia de retenes guerrilleros, dejaron de ! ! ! 78! presentarlos en 2008. Así mismo, entre 2002 y 2008 el ELN se vio obligado a abandonar el secuestro y otras prácticas extorsivas en 13 departamentos del país. 3.6 Evolución de los grupos paramilitares tras la implementación de la PSD La desmovilización de los grupos paramilitares se inició a mediados del año 2003 y se prolongó hasta el segundo semestre de 2006, cuando se efectuó la última desmovilización de los grupos paramilitares que se sometieron a la ley de Justicia y Paz27, marco jurídico que culminaba en la reinserción en la sociedad. Como se explicó anteriormente, entre las causas a las cuales se atribuye esta desmovilización se identifican el agotamiento estratégico de los dirigentes de los grupos paramilitares y la posibilidad de que los compromisos políticos y jurídicos para su desmovilización pudieran incluir reducción de penas y/o amnistías, y eliminación de la posibilidad de extradición. Con base en estas expectativas los jefes paramilitares se comprometieron a cesar sus acciones hostiles contra la población civil y contra el Estado, e iniciar el desarme y desmovilización de sus frentes de guerra sin que aún estuviera acordado el marco jurídico para su reinserción a la vida civil. Sin embargo, según señala Leal (2011), para el año 2004 los abusos de los paramilitares continuaban, en un intento por continuar con su política de “mano dura”. La ambigüedad jurídica de las negociaciones también contribuía a entorpecer el proceso, ya que muchos sectores temían que éste desembocara en impunidad. Las etapas posteriores incluyeron la creación de una zona de ubicación en el centro de influencia paramilitar, en !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 27No se incluye en esta reseña el enorme debate en torno a las condiciones jurídico-políticas en que ocurrió esta desmovilización, ni tampoco los cuestionamientos sobre la efectividad y resultados de la Ley de Justicia y Paz, por considerarse que trascienden el alcance de este trabajo. Para una revisión completa de este tema, ver Restrepo y Bagley (2011), “La desmovilización de los paramilitares en Colombia. Entre el escepticismo y la esperanza”, Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia. ! ! ! ! 79! Santa Fé del Ralito (departamento de Córdoba), en donde se concentrarían los jefes que estarían en la negociación; y la creación de una nueva propuesta llamada “verdad, justicia y reparación” cuya discusión no prosperó en el Congreso. En cambio, en el año 2005 se aprobó la “Ley de Justicia y Paz” la cual presentaba enormes vacíos y ambigüedades en “la confesión de los delitos frente a la incapacidad de la justicia para acusar y procesar a los implicados en el tiempo fijado, las penas leves que contempla y la posibilidad de su rebaja, los indefinidos sitios de reclusión y el enorme vacío en la reparación de las víctimas” (Leal 2011, 60). A pesar del accidentado proceso, no puede desconocerse la importancia de las desmovilizaciones que se llevaron a cabo. En efecto, según señala Restrepo (2012) “el proceso inicial de desmovilización de 31,671 paramilitares de derecha (y 19,553 guerrilleros que se desmovilizaron individualmente) que tuvo lugar en el período 2003-2009 representa un cambio fundamental en la búsqueda de paz”. No se trata solamente de la mayor desmovilización de combatientes en la historia del país, sino que, hasta la presidencia de Álvaro Uribe, ningún gobierno había logrado negociar con los paramilitares ni mucho menos lograr que se desmovilizaran. La gran mayoría de estos grupos se desmovilizaron, y solo continuaron en armas los dirigidos por alias Martín Llanos, las Autodefensas Campesinas de Casanare, y el Ejército Revolucionario Popular Antiterrorista de Colombia (Erpac). Sin embargo, a raíz de la persistencia del narcotráfico en las zonas de influencia de los grupos paramilitares desmovilizados, aparecieron nuevos grupos armados, comúnmente llamados “bandas emergentes” o “bandas criminales BACRIM”, diferentes a los anteriores grupos paramilitares pero que de alguna manera significan la continuidad de la violencia en estas zonas. Según concluye Restrepo (2012), muchos de los anteriores paramilitares se han re- ! ! ! 80! movilizado, adhiriéndose a bandas criminales existentes, o causando la aparición de nuevas bandas. Una combinación de ambas alternativas es lo más posible, pero lo cierto es que hay evidencia de una continuidad de la vida paramilitar en el país. Esto parece ser una consecuencia natural de la “ruptura” de los grupos paramilitares, lo cual llevó a una fragmentación de las organizaciones previas, convirtiéndose muchas de ellas en pequeñas bandas que ya no operan a nivel nacional sino local. El principal objetivo de estos “grupos emergentes” es mantener su participación en el negocio del tráfico de drogas, para lo cual han efectuado alianzas y pactos con la guerrilla de las FARC. Así, en la actualidad se presenta en el país una reconfiguración del mapa de alianzas. Los nuevos grupos armados, denominados “emergentes”, no son enemigos sino aliados de las guerrillas en las zonas donde coinciden. No luchan por el control territorial, sino que se asocian para realizar negocios de narcotráfico o para protegerse de la fuerza pública; se presenta en algunas zonas un tipo de especialización, bajo el cual las guerrillas se encargan de los cultivos de la coca, y los grupos emergentes de su procesamiento y comercialización (Rangel 2010). En resumen, a nivel nacional el cambio en los niveles de conflicto violento se evidenció de manera casi inmediata. Según señalan Montenegro y Pedraza (2009, 6) las cifras iniciales del año 2002 mostraban que, cerca de 160 (de los 1003) municipios carecían totalmente de presencia de la policía, que los grupos armados ilegales controlaban cerca del 40% del territorio nacional, que entre 1998 y 2002 el PIB per cápita colombiano no había crecido, que el desempleo había ascendido al 20%, y que la inversión había colapsado al nivel del 12% del PIB… La tasa de homicidios se encontraba en niveles de 60 por cada cien mil habitantes, una cifra que, aunque inferior a la cifra pico de comienzos de los 90, seguía siendo de todas maneras muy alta. ! ! ! 81! Para el año 2007 las cifras habían cambiado notoriamente. Entre los años 2002 y 2007 el número de miembros activos en las fuerzas armadas se incrementó en 32%, pasando de 307.000 a 405.000 miembros. Adicionalmente, en muy corto tiempo todos los municipios recibieron presencia policial. En el año 2007 la tasa de homicidios había caído a niveles no vistos desde comienzos de los 80. De manera consistente con estas tendencias, la economía comenzó a recuperarse, con la tasa de inversión alcanzando niveles pico de 26% del PIB durante el período 2006-2007. El crecimiento alcanzó de nuevo altos niveles, y el desempleo cayó casi 2 puntos porcentuales, pasando dl 11.8% en diciembre del 2006, al 9.9% en diciembre del 2007 (Montenegro y Pedraza 2009). La cuestión que se aborda en los siguientes capítulos es ¿Por qué los cambios en la intensidad del conflicto armado fueron diferentes a través de las diferentes regiones del país? ¿Existen acaso configuraciones regionales como las planteadas anteriormente, que hayan modulado la efectividad de la PSD? ¿Cuál variable, o cuales grupos de variables han tenido mayor incidencia sobre la variación en la intensidad del conflicto armado? El siguiente capítulo introduce las variables a considerar, al igual que su cuantificación y operacionalización. ! ! ! 4 Capítulo Cuatro: Descripción y operacionalización de variables Las variables que se presentan a continuación se analizan para el período comprendido entre 1995 y 2009. Aunque la PSD empezó a implementarse desde finales del 2002, para entender el comportamiento del conflicto armado es necesario remontarse a la década previa a su implementación. Según señalan Restrepo et al. (2006, 517): “el conflicto se tornó más activo y letal desde finales de los años noventa, y tal intensificación se ha reducido de manera moderada en los últimos años.” Dentro del período 1995-2009 se identifican dos sub-períodos. El primero, entre 1995 y 2002, en el cual la intensidad del conflicto interno alcanzó los niveles más altos desde sus orígenes (presentándose el pico máximo en el año 2002); el segundo, entre 2003 y 2009, en el cual la intensidad del conflicto interno decreció en la mayoría de las regiones del país28. Finalmente, se analiza de manera general los años 2010 y 2011, en los cuales en muchas regiones se presenta un recrudecimiento en los niveles de conflicto violento. En este sentido se abordan cuestionamientos sobre la sostenibilidad a largo plazo de la PSD. Las variables analizadas se desagregan a nivel departamental29, obedeciendo a la necesidad de desplazar las investigaciones del nivel nacional al nivel sub-nacional. El uso sistemático de datos a nivel sub-nacional es necesario, ya que los orígenes del desorden político se encuentran en conflictos cuyos propios orígenes son, en un alto grado, internos a la nación-estado (Bates 2008). Así, se analiza un total de 12 variables, en 33 !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 28 De acuerdo con Restrepo et al. (2006, 520), “a partir de 1996 se inició el período de recrudecimiento, en el que se nota un incremento importante tanto en la intensidad del conflicto como en la tasa de combates y ataques. Este período de recrudecimiento terminó en 2002 cuando, de hecho, se alcanzó la mayor ! intensidad en el conflicto armado. A partir del 2003 se presenta un cambio estructural en todas las series del conflicto. ! 29!Se adopta la desagregación a nivel departamental ya que, aunque lo ideal sería discriminar a nivel municipal, para muchas de las variables aun no existe información discriminada a este nivel. Por ejemplo, la información sobre la variable “número de policías”, utilizada para cuantificar la PSD, se encuentra solamente a nivel departamental (Montenegro y Pedraza 2009) ! 82! ! ! ! ! 83! departamentos, durante un período de 15 años, generándose aproximadamente 6000 observaciones. Las variables consideradas en la investigación se clasifican en: variable dependiente, variable independiente y variables mediadoras. Como se explica en detalle a continuación, la variable dependiente es la intensidad del conflicto armado en el período 1995-2009. La variable independiente es el cambio institucional generado por la PSD, el cual como se ha mencionado, se considera la condición necesaria para los cambios en los niveles de intensidad del conflicto armado. Por otra parte están las variables mediadoras, a través de las cuales se explora la posible existencia de configuraciones y/o condiciones regionales que hayan modulado la efectividad de la PSD. Las variables mediadoras explican los procesos o mecanismos a través de los cuales la variable independiente incide sobre la variable dependiente. Estas variables mediadoras a evaluar son: pobreza y resentimientos; existencia de recursos saqueables (coca, petróleo y oro); inclusión política; presencia estatal; geografía; densidad social y presencia conjunta de más de un grupo irregular. El Informe Nacional de Desarrollo Humano para Colombia (PNUD 2003, 32) resume así la multiplicidad de variables que afectan el conflicto interno colombiano: Colombia, en efecto, es una sociedad intensamente fragmentada. Por obra, en primer lugar, de una geografía que invita a la formación de provincias y que por mucho tiempo las mantuvo aisladas. Por obra, en segundo lugar, de un Estado históricamente débil, en términos fiscales de capacidad reguladora y aún de monopolio de la fuerza. Por obra, en tercer lugar, de una tardía, lenta e insuficiente extensión de la ciudadanía social o incorporación de las mayorías populares. Y por obra, en cuarto lugar, de unas élites sin suficiente base social, fragmentadas y —por ende sin conciencia de que su papel es dirigir una nación. Estos cuatro factores — geografía, Estado débil, no inclusión, no “clase dirigente”— se conectan y alimentan entre sí para producir una sociedad diversificada, heterogénea, ! ! ! ! ! ! 84! vital y pluralista, pero también propensa al conflicto, al bloqueo y a la incapacidad de resolver problemas colectivos. A continuación se describe cada una de esas variables, al igual que las consideraciones adoptadas para su cuantificación y operacionalización. Cabe resaltar que una de las grandes dificultades implícitas en el estudio del conflicto violento colombiano es la dificultad de consecución de los datos. Estos muchas veces sólo están registrados para el nivel nacional (no departamental), y en otras ocasiones simplemente no existen. Para la elaboración de esta investigación se consultaron innumerables fuentes, y se analizaron y luego descartaron muchísimas posibilidades de cuantificación y operacionalización de las variables, bien sea por falta de datos, o por falta de desagregación de éstos a nivel sub-nacional. Dicho lo anterior, se entenderá que algunas de las variable proxy presentadas adelante no sean las medidoras óptimas o ideales de algunos eventos, pero son las que existían, y a las cuales se tuvo acceso. 4.1 Variable Dependiente Esta investigación analiza por qué la intensidad del conflicto armado30cambió de manera diferente a través de las regiones del país, después de la implementación de la Política de Seguridad Democrática. Aunque algunos estudios anteriores han examinado facetas de este fenómeno, esta investigación llena un vacío en la literatura existente, al analizar de manera sistemática las transformaciones significativas de la violencia en Colombia en la década pasada, particularmente desde la implementación de la PSD. El aporte fundamental, que hace que esta investigación sea pionera entre otros estudios de su !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 30 A lo largo de este trabajo se utilizan como sinónimos los términos conflicto y conflicto interno. . Ambos hacen referencia, como lo señalan Restrepo et al. (2006), al conflicto violento entre organizaciones armadas en Colombia. Los términos confrontación violenta y contestación violenta también se utilizarán en el mismo sentido. ! ! ! ! ! ! 85! género, es el abordaje sub-nacional con el cual se ha desarrollado (nivel departamental). Considero que es fundamental en este momento realizar una investigación de esta naturaleza, especialmente por dos razones. En primer lugar, el enfoque de analizar la existencia de posibles configuraciones (económicas, políticas, sociales, institucionales, demográficas y geográficas) que expliquen de manera conjunta la variación en la intensidad del conflicto a través de las regiones del país, es novedoso e incorpora de manera sistemática en el análisis la multicausalidad del conflicto colombiano. En segundo lugar, es el momento idóneo para una investigación de esta naturaleza por los profundos cambios que ha sufrido el conflicto colombiano en la reciente década. En efecto, a raíz del conflicto armado Colombia era uno de los países mas violentos del mundo en el periodo 1980-2002. Sin embargo, partir del año 2003 se presentó una reducción significativa en los indicadores del conflicto violento, incluyendo la caída en la tasa de secuestros (se redujo en el 80% entre el 20032009); la reducción en la tasa de homicidios (bajó 50% en el mismo período); la desmovilización colectiva de cerca de 32,000 paramilitares; el desmonte de la estructura militar de las AUC; la desmovilización de 20,000 excombatientes de las FARC; la deserción, captura o muerte de importantes cabecillas de la guerrilla y liberación de numerosos e importantes secuestrados en poder de las FARC (Restrepo y Slakmon 2011, 563). Por todo lo anterior considero que esta investigación no es solo pertinente sino necesaria. A nivel normativo de diseño de políticas resultaría muy útil conocer las razones por las cuales en algunas regiones el conflicto armado se redujo de manera significativa y en otras no, para intentar replicar los resultados positivos en todo el país. ! ! ! ! ! ! 86! Vale la pena anotar que la medición de los conflictos violentos, caracterizados por la presencia de grupos armados irregulares que luchan por el monopolio del poder, se dificulta por varias razones. En primera instancia, los actos violentos son clandestinos e ilegales, lo cual dificulta el flujo de información y disminuye su calidad. Además, la divulgación de los eventos por parte de fuentes oficiales muchas veces está sesgada por el interés oficial de presentar el mayor número posible de éxitos y de ocultar o no incluir los fracasos. Adicionalmente, en un país de gran componente rural, como Colombia, muchos de los eventos violentos ocurren en regiones pobres y aisladas, con poca presencia institucional, lo cual dificulta aún más la recolección y medición de datos. Todos estos hechos conducen a que esta investigación evite, en lo posible, utilizar información oficial. Se utilizan, en cambio, bases de datos provenientes de instituciones de investigación privadas, ONG´s, instituciones académicas y demás31. En una aproximación inicial, se analizó la posibilidad de medir la intensidad del conflicto armado a través de la tasa de homicidios por 100.000 habitantes. Sin embargo, según han demostrado Restrepo et al. (2006, 518): Es claro que en el ámbito nacional la dinámica del conflicto, tanto en términos de número de eventos como en términos de su intensidad no sigue en general la misma tendencia de la tasa de homicidios, aunque todas las variables presentan una disminución contemporánea al final del período de estudio. Además, en la mayoría de ocasiones resulta casi imposible diferenciar los homicidios comunes o criminales de los homicidios en combate. Por tales razones, debe analizarse con cautela los hallazgos de estudios que buscan explicar el conflicto interno mediante el uso de la violencia homicida como medida de intensidad. Una aproximación !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 31!Ver nota de pié de página # 32. .! ! ! ! 87! más acertada implica medir el conflicto a través del número de acciones ofensivas o ataques. A pesar de las dificultades descritas, se ha logrado construir una base de datos en la cual se contabiliza el conflicto32. La variable dependiente, intensidad del conflicto armado, se mide a través del número de acciones ofensivas iniciadas y perpetradas por los grupos armados irregulares, es decir los grupos guerrilleros (incluyendo las FARC, el ELN y otras guerrillas), y los grupos paramilitares no estatales. La aplicación de este criterio permite minimizar cualquier sesgo de inclusión a favor de algún grupo en particular, pues se incluyen acciones de todos los grupos y los criterios aplican para todos ellos. El criterio para seleccionar las acciones ofensivas a incluir se basa en la motivación de los perpetradores. Desde este punto de vista se incluyen las acciones con una finalidad política, excluyéndose los eventos puramente criminales, con lo cual se hace una distinción entre el conflicto violento y el crimen organizado violento. Esta distinción no pretende olvidar el hecho de que muchas veces los conflictos violentos se financian a través del crimen organizado. Sin embargo, para efectos de medición del conflicto violento se hace esta distinción entre violencia política y violencia criminal. Vale la pena señalar que, a mi juicio, los secuestros deberían ser incluidos entre las acciones ofensivas, ya que en la última década se han convertido en uno de los elementos más característicos del conflicto violento colombiano. La mayoría de los secuestros son perpetrados por los grupos insurgentes, bien sea como fuentes de financiación, ó con finalidades de presión política. Desde este punto de vista, a mi juicio !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 32 La autora agradece la invaluable colaboración de Fabio Sánchez, profesor e investigador del CEDE y de la facultad de economía de la Universidad de los Andes, Bogotá, quién le facilitó el acceso a su base de datos de conflicto violento. De ahí se obtuvieron las acciones ofensivas, con las cuales se calculó la tasa de ataques explicada más adelante. En estas acciones ofensivas se incluye: el lugar de ocurrencia, la fecha, un relato de lo sucedido, los grupos o instituciones a los que pertenecen las víctimas (cuando se tiene esta información), y los grupos que efectuaron la acción o intervinieron en el evento. ! .! ! ! ! 88! los secuestros han dejado de ser eventos puramente criminales, para convertirse en componentes del conflicto violento, perteneciendo más a la categoría de violencia política que a la de violencia criminal. Sin embargo, la base de datos utilizada se elaboró con los criterios explicados en el párrafo anterior, y por tal razón no incluye los secuestros. Con base en los criterios descritos, las acciones ofensivas33 incluidas para medir la intensidad del conflicto armado son: ataques terroristas (explosivos e incendiarios); asaltos a propiedad privada, a entidades y a instalaciones; bloqueo de vías; emboscadas; hostigamientos; incursión a poblaciones; piratería terrestre; retenes ilegales; y otros actos terroristas. No se incluyen los enfrentamientos entre los grupos armados irregulares y las fuerzas de la ley (Ejército o Policía), ya que en estos casos es difícil determinar quiénes iniciaron los enfrentamientos, y el objetivo de la base de datos es contabilizar únicamente las acciones iniciadas por los grupos al margen de la ley. La sumatoria de las acciones ofensivas por año se llama tasa de ataques, la cual es la variable operativa para medir la intensidad del conflicto. La Tabla 4.1 presenta la categorización y los códigos de las acciones ofensivas, según lo establecido por el Observatorio de Derechos Humanos de la Presidencia de la República34. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! llamadas acciones de los grupos armados al margen de la ley.! nota de pié de página # 32. La base facilitada por Fabio Sánchez utiliza la clasificación del Observatorio de Derechos Humanos de la Presidencia de la República.! 33También 34!Ver .! ! ! ! 89! Tabla 4.1: Acciones Ofensivas Código Descripción 52 Ataque terrorista explosivo 52 Ataque terrorista incendiario 74 Asalto propiedad privada 54 Asalto entidad/instalación 38 Bloqueo de vías 58 Contacto Armado 57 Emboscada 83 Enfrentamientos 51 Hostigamiento 79 Incursión población 52 Otros actos terroristas 53 Piratería terrestre 71 Retén Ilegal 4.2 Variable Independiente: cambios institucionales generados por la Política de Seguridad Democrática. Como se mencionó en la revisión bibliográfica, a pesar de que existe consenso sobre la complejidad del problema de violencia en Colombia, no hay acuerdo aún sobre cuál o cuáles son las causas de este fenómeno. Quizá la única explicación que genera consenso entre los investigadores es la que se basa en la debilidad y precariedad del Estado colombiano y en la falta de presencia institucional. Para algunos analistas la “precariedad estatal” se centra en la necesidad de mejorar las capacidades militares y de .! ! ! ! 90! seguridad, con el fin de ejercer una autoridad más efectiva en una sociedad propensa a la violencia. En este sentido, la implementación de la PSD pretendió llenar el vacío de presencia institucional y fortalecer el control del Estado. Según señala Rangel (2010, 97) ,“la creciente presencia institucional del Estado en todo el territorio nacional ha sido parte integral de la PSD.” Esta investigación considera la implementación de la PSD como la condición necesaria para la reducción en los niveles de violencia en el país entre los años 2003 y 2009. En las secciones anteriores se describió en detalle esta política, abordando los antecedentes a su implementación, las estrategias que ha abarcado, y los cambios institucionales que de ella han resultado. En esta sección, se abordan los elementos de cuantificación y operacionalización de la PSD. Para medir esta variable y corroborar inicialmente este supuesto fundamental, se exploraron varias alternativas. Inicialmente, debe precisarse que es muy difícil encontrar información sobre variables de seguridad desagregada por departamentos. Además de que muchas compras de equipo son nacionales (aviones, camiones etc.) también se crearon brigadas móviles que operan en varios departamentos. Parte del éxito de la PSD fue haber podido mover recursos de unas partes a otras, por lo cual es difícil cuantificar las variables a nivel departamental. Además, siempre se enfrentan las barreras burocráticas, y las negativas a difundir los datos, ya que se trata información que atenta contra la seguridad nacional. Se exploró la opción de medir la PSD a través de las llamadas “acciones defensivas” (aquellas iniciadas por la policía y el ejército), las cuales pueden conseguirse a través de la Policía Nacional. Sin embargo, ello genera un grave problema de endogeneidad, al no poder establecer si estas acciones defensivas ocasionaron las ofensivas (que es la variable .! ! ! ! 91! dependiente) o viceversa. Finalmente, gracias a la colaboración de Santiago Montenegro35 se obtuvo la variable número de policías por departamentos, para el período 1996-2008, con la cual se midió la intensidad de la PSD. Obviamente, el número de policías no puede evaluar todas las medidas específicas implementadas como parte de la PSD. Según señala el mismo Montenegro (2009, 26): Es obvio que la PSD fue mucho más allá que la evolución de la policía. La eficiencia y la moral, no sólo de la policía sino de todos los componentes de las fuerzas armadas mejoró sustancialmente. Además, la PSD también incluía otras medidas específicas, como el pago de recompensas a las personas que informaran a las autoridades sobre actividades criminales y terroristas, y la creación de brigadas móviles y nuevas fuerzas especiales como los llamados “soldados campesinos”. Por falta de acceso a información sobre estas variables, no pudimos construir un índice de seguridad mas preciso y complejo… Investigaciones futuras en este tema podrían examinar de una manera más sofisticada las consecuencias de la PSD. Sin embargo, para los alcances de esta investigación, y por ser el único medidor que se logró conseguir tras incontables esfuerzos, se utilizará la variable número de policías, desagregados a nivel departamental, para darle una cuantificación numérica a la PSD. 4.3 Variables Mediadoras 4.3.1 Pobreza, desigualdad y resentimientos. Según se explicó en la revisión de literatura, algunas teorías vinculan el conflicto interno con las desigualdades socioeconómicas, la pobreza, la exclusión de ciertas !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 35 La autora agradece la invaluable colaboración de Santiago Montenegro, ex-Director General del Departamento Nacional de Planeación, y actual presidente de la Asociación Colombiana de Administradoras de Fondos y Pensiones y Cesantías, ASOFONDOS, quién le facilitó una base de datos que incluye el número de policías por departamentos de policía entre 1996-2008. Esta información proviene de la Policía Nacional. Esta base de datos fue usada por Montenegro y Pedraza en su artículo “Falling Kidnapping Rates and the Expansion of Mobile Phones in Colombia” (2009) Documento CEDE no. 2009-32. .! ! ! ! 92! regiones, la discriminación de ciertos sectores de la población, etc. En consecuencia estas teorías enfatizan en la importancia de los resentimientos e injusticias sociales y económicas como causas de conflictos violentos. Como indicador de pobreza, desigualdad y exclusión social se utilizó el PIB (Producto Interno Bruto) departamental, por habitante, durante el período 1995-2009. La información se obtuvo del DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadística), en la sección de Cuentas Regionales. Para el período 2000-2009, la información ya se encuentra a nivel departamental en la tabla “PIB por Departamento en pesos constantes, Base 2005”, de la cual se tomó directamente. En cambio, para el período 1995-1999 la información no se encuentra a nivel departamental sino nacional, por lo cual debió procesarse. Así, para los años 1995, 1996 y 1997, se tomó la información de “Total PIB Nacional, en pesos constantes, Base 2005”, y para calcular el PIB por departamento se le aplicó a este valor nacional los porcentajes de participación departamental sobre el PIB nacional obtenidos en la tabla “Participación porcentual del PIB departamental. Precios constantes de 1994”. Para los años 1998 y 1999 se realizó la misma operación, tomándose los totales nacionales de la tabla “Total PIB Nacional, en pesos constantes, Base 2005”, pero los porcentajes de participación departamental sobre el PIB nacional se obtuvieron de la tabla “Participación porcentual del PIB departamental. Precios constantes de 2000”. Esta diferenciación en los porcentajes de participación tomados obedece a la mayor cercanía en el tiempo, y busca mayor exactitud en las aproximaciones; (los años 95, 96 y 97 se consideraron más cercanos a las participaciones del 94, y los años 98 y 99 se consideraron más cercanos a las participaciones del 2000). Una vez obtenido el PIB .! ! ! ! 93! departamental para todos los años analizados (1995-2009), se dividió por la población36de cada departamento en cada año, con lo cual se obtuvo el PIB por habitante a nivel departamental, PIBpc. Esta es la variable operativa para medir el nivel de pobreza y desigualdad. Adicionalmente, también se utilizó como medidor alterno de pobreza y desigualdad el índice de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI). Aunque en principio este índice resultaría más adecuado que el PIB por habitante para medir resentimientos, pobreza, desigualdad y exclusión (ya que incluye elementos como salud, educación, cobertura de servicios, etc.), dificultades con la información existente sobre el índice de NBI llevaron a la decisión de utilizarlo complementado con el PIB. En efecto, en el índice de NBI por departamentos37 no existe información para los años 1995, 1996, 2001, y 2006. Igualmente, tampoco existen cálculos de índice de NBI para los departamentos de Arauca, Casanare, Putumayo, San Andrés, Amazonas, Guainía, Guaviare, Vaupés y Vichada. Por tal razón, como se explica en la sección metodológica, en los departamentos en los cuales sí hay información disponible se utilizaron promedios para salvar la dificultad de falta de algunos datos anuales. En definitiva se reforzó el análisis de causas económicas centradas en pobreza y desigualdad con el análisis conjunto de índice de NBI y el PIB por habitante. La variable operativa para medir pobreza y desigualdad a través de las necesidades básicas insatisfechas de llama NBI. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 36!Los datos de población provienen del DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadística), en la sección “Estimaciones de Población 1985 – 2005 y Proyecciones de Población 2005 -2020 Total Departamental por Área”. 37 Publicado por el Departamento de Planeación Nacional. ! .! ! ! ! 94! Finalmente, vale la pena anotar que en estudios futuros sería posible hacer más robustos los medidores de pobreza y resentimientos. Para tal efecto, una alternativa sería complementar los datos de PIB pc con las cifras de desempleo, sub-empleo y empleo informal. La principal dificultad radica en la inexistencia de información totalmente confiable en este sentido, especialmente en lo que se refiere al empleo informal y al subempleo. Pero si en el futuro se resolviese la dificultad de la consecución de datos, el complementar el Pib pc con los medidores de desempleo convertiría esta variable en una mejor proxy para cuantificar pobreza y resentimientos. 4.3.2 Codicia por los recursos pirateables o saqueables: El argumento principal que vincula el conflicto interno y los recursos saqueables plantea que los conflictos internos se suscitan por la lucha entre grupos sociales, que compiten por apoderarse de recursos con valor económico. Desde esta perspectiva los conflictos adquieren una dimensión principalmente financiera, con lo cual se reduce la importancia de aspectos como la ideología de los grupos en conflicto. Esta premisa se basa fundamentalmente en los hallazgos de Collier y Hoeffler (2004), quienes realizaron estudios econométricos de corte transversal que incluyen varios países, encontrando una relación entre la depredación de rentas provenientes de recursos naturales y la presencia de conflictos civiles. En el caso particular del conflicto armado colombiano, éste suele asociarse con la producción y comercialización de drogas ilícitas. Sin embargo, aunque las drogas ilegales indiscutiblemente estimulan y fomentan la violencia, los recursos lícitos también se relacionan con las dinámicas de los conflictos armados. De manera particular, la literatura enfatiza la importancia de las características de los recursos como determinantes de qué tan apropiables son (es decir, de su .! ! ! ! 95! “saqueabilidad”). Según señalan Basedau y Wegenast (2009), la explotación de recursos llamados “distantes” ó “difusos”—tales como los diamantes y las drogas—es difícilmente controlada por el gobierno central, y de ahí que el saqueo de estos recursos se facilite. En el caso del petróleo, por el contrario, los sofisticados conocimientos tecnológicos requeridos para su producción hacen más difícil el saqueo de este recurso. Por tal razón, los llamados recursos “distantes” tienen mayor probabilidad de ocasionar luchas por el control del poder estatal. Con base en lo expuesto anteriormente, este trabajo examina la presencia departamental de tres recursos diferentes (petróleo, oro y cultivo de coca) y se analiza si esta presencia afecta de alguna forma la intensidad del conflicto armado en Colombia. En las siguientes secciones se explican los criterios de medición para cada una de estas variables, incluyendo las unidades y demás técnicas de medición adoptadas. 4.3.2.1 Petróleo e hidrocarburos Según señalan Basedau y Wegenast (2009, 42), varios estudios han analizado la importancia del petróleo en el conflicto interno. Smith (2004) encuentra un efecto positivo de la dependencia en petróleo sobre la paz y la estabilidad del régimen en algunos países en desarrollo. Hegre y Sambanis (2006, 531) plantean que la exportación de petróleo—no su producción, ni la presencia de otros recursos—se vincula marginalmente con el conflicto violento. Bodea y Elbadawi (2007), por otra parte, confirman que el petróleo incrementa los riesgos de guerra civil, pero otras formas de violencia (como los golpes de Estado) no se vinculan a la presencia de recursos naturales. Fearon y Laitin (2003) critican los mecanismos centrados en codicia, planteando en .! ! ! ! 96! cambio que el nexo entre petróleo y violencia se establece a través de mecanismos de debilidad estatal. La hipótesis planteada vincula el precio de exportación del petróleo con el conflicto interno. Dado que la distribución de las rentas por petróleo se concentran, en la medida en que el precio de exportación aumenta el conflicto violento también aumenta. Para cuantificar la presencia de petróleo se utiliza como medidor las regalías totales por departamento, las cuales incluyen petróleo y en menor cuantía otros hidrocarburos. Estas regalías incorporan las fluctuaciones en el precio internacional del petróleo. Las regalías son el pago que realizan las compañías petroleras al Estado colombiano por explotar los yacimientos de petróleo38. El Estado recibe regalías por la producción de petróleo, no por la exploración ni por la perforación de los pozos. Las compañías petroleras entregan al Estado entre el 8% y el 25% del valor de la producción del petróleo crudo extraído directamente del pozo (en boca de pozo). El Estado entrega las regalías a los departamentos y a los municipios a través de dos modalidades: regalías directas (76% del total) que benefician a los departamentos y a los municipios productores (donde se encuentran los yacimientos de petróleo) y a los puertos marítimos o fluviales por donde se transporta el petróleo o sus productos derivados; y regalías indirectas que benefician a todos los departamentos y municipios del país que no son productores, a través de la presentación de proyectos definidos como prioritarios en el Plan de Desarrollo39.Las empresas que extraen recursos naturales no renovables en Colombia generan aproximadamente US$1.700 millones de dólares en regalías al año, de !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 38Definición del “Comité de Seguimiento de la Inversión en Regalías CSIR” http://www.csircolombia.org/. explicó Álvaro Rojas, del DNP (Departamento Nacional de Planeación), esta distribución será modificada a partir del año 2011 a través del Acto Legislativo 05 del 2011! 39Según .! ! ! ! 97! las cuales más del 70% se concentran en diez departamentos: Arauca, Casanare, Meta, Huila, Sucre, Guajira, Córdoba, Bolívar, Huila, Tolima. La información sobre regalías departamentales para el período 1995-2009 se obtuvo en el Departamento Nacional de Planeación (DNP). Para obtener valores en pesos constantes, los valores corrientes se deflactaron con el IPC (base 2008). Finalmente, para obtener los valores de regalías por habitante, se dividieron los valores departamentales entre la población, obteniéndose así la variable operacional petróleopc. 4.3.2.2 Cultivos de coca La literatura sobre conflictos armados plantea que existe una fuerte asociación entre las drogas y las guerras civiles. Según explica Guáqueta (2003, 101) “no todos los países involucrados en la producción y tráfico de drogas sufren de conflictos internos violentos, pero hay casos suficientemente significativos como para resaltar dicha conexión, tales como el Afganistán, Myanmar y Colombia”. En el caso particular colombiano, hay evidencia de que el crecimiento de las FARC y el surgimiento de los paramilitares está directamente relacionado con el progresivo crecimiento de los cultivos de coca desde 1980. Además de servir como fuente de financiación para el conflicto, el cultivo y la comercialización de drogas ilícitas ofrecen “ventajas” adicionales para los grupos armados al margen de la ley. Por ejemplo, dadas las características de las drogas ilícitas, los rebeldes que se dedican a la producción o comercialización de drogas establecen relaciones con redes internacionales de criminales, con lo cual se facilita su acceso a la compra de armas en mercados ilegales. Adicionalmente, las drogas impactan las guerras civiles no sólo como alternativas de financiación para los grupos alzados en armas, sino .! ! ! ! 98! también porque el narcotráfico disminuye la capacidad de reacción del Estado por medio de la violencia, la intimidación y la corrupción de sus estamentos e instituciones (Guáqueta 2003). Además, según señala Landinez-Aceros (2012) la distribución espacial de las guerrillas y su concentración en regiones específicas del país, parece estar determinada por la presencia de cultivos de coca. Esto daría validez al argumento de que la actividad guerrillera no es un fenómeno aleatorio, sino que está directamente relacionado con la existencia de recursos saqueables como los cultivos de coca. Este argumento explicaría la relación entre las zonas de fuerte presencia guerrillera (medida a través de la tasa de acciones armadas) y las dinámicas cambiantes de expansión de las zonas de cultivo de coca hacia ciertas regiones específicas, en los últimos diez años. Todos estos argumentos soportan la hipótesis planteada, según la cual cuando aumenta el precio internacional de la cocaína se aumenta la intensidad del conflicto en las zonas de presencia de cultivos de hoja de coca. Adicionalmente, los estudios de Mejía y Restrepo (2009) muestran que el número de hectáreas cultivadas con coca cayó aproximadamente a la mitad entre 2000 y 2006 (de 163,000 en 2000 a 80,000 en 2006) como resultado de las campañas de erradicación aérea de cultivos ilícitos. Por otro lado, la ONDCP40 (la fuente alternativa de datos sobre la producción y tráfico de cocaína) estima que la producción potencial cocaína en Colombia se incrementó en aproximadamente 4% entre 2000 y 2006. En otras palabras, casi la misma cocaína que se producía antes del inicio del Plan Colombia en 2000 se estaba produciendo en 2006, pero en la mitad de la tierra cultivada con coca. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 40!Office of National Drug Control Policy. Para más información véase http://www.whitehouse.gov/ondcp .! ! ! ! 99! Este ultimo resultado, aparentemente paradójico, se explica por el aumento en la productividad por hectárea cultivada con coca: mientras que en 2000 se producían aproximadamente 4.3 kg de cocaína por hectárea por año, en el año 2006 se producían cerca de 7.7 kg de cocaína por hectárea por año. Los incrementos de productividad toman diversas formas. Por ejemplo, el uso de variedades de coca mas grandes y eficientes, una mayor densidad de plantas de coca por hectárea, mejores técnicas de cultivo, y el uso de mejores precursores químicos y técnicas de producción, entre otros. Estas respuestas estratégicas ante la intensificación de las campañas de erradicación de cultivos ilícitos no son difíciles de entender una vez se revisan los márgenes de ganancias asociados con la producción y tráfico de cocaína: mientras que producir un gramo de cocaína pura cuesta cerca de US$ 2 o US$ 3, el mismo gramo de cocaína pura, puesto en los Estados Unidos cuesta entre US$ 150 y US$ 250 (Mejía y Restrepo 2009). La hipótesis que se plantea es que, dado que las guerrillas y los paramilitares se han nutrido del negocio del narcotráfico, siendo ésta una de sus principales fuentes de financiación, tras la implementación de la PSD la intensidad del conflicto violento debería haberse reducido menos en las áreas donde se realizan el cultivo y la producción de narcóticos, que en las áreas donde no se presentan estas actividades. Para cuantificar la variable independiente “cultivos de coca” se mide la producción en hectáreas cultivadas de hoja de coca, por departamento, para los años 1999-2009. Esta información se obtuvo en la Dirección Nacional de Estupefacientes. Para los años 1995–1998 sólo existe informacion para los departamentos de Guaviare, Caqueta, Putumayo, y para el sur de Bolivar, porque las cifras corresponden a la información satelital reportada por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, quienes durante esos años sólo .! ! ! ! 100! registraron la actividad pormenorizada en los departamentos mencionados. Para obtener la variable operacional cocapc se dividió el número de hectáreas cultivadas de hoja de coca entre la población. Una vez más debe reconocerse que la operacionalización de la variable “ingresos por coca” a través del número de hectáreas cultivadas per cápita quizá no sea la manera más idónea para cuantificar esta variable, pero por la inexistencia de datos mas acertados a nivel departamental es la que debió elegirse. En estudios futuros, y si la información se hace accesible, podría por ejemplo cuantificarse el efecto de los ingresos por coca a través de la presencia de corredores para el tráfico de la misma. Es decir, se buscaría identificar una correlación entre el número de grupos presentes, la existencia de corredores para el tránsito de drogas, y la intensidad del conflicto. En este sentido, la existencia de corredores sería una mejor variable proxy que el número de hectáreas cultivadas, o podrían utilizarse de manera complementaria para dar mas robustez a esta variable. 4.3.2.3 Oro y metales preciosos La literatura enfatiza los efectos de los recursos naturales sobre los conflictos internos. Según señalan Rettberg et al. (2009, 215), “los recursos naturales legales en Colombia —específicamente el banano, el café, las esmeraldas, el ferroníquel, las flores, el oro, el petróleo y el aceite de palma— están asociados con el conflicto armado en varias regiones colombianas.” Así, las actividades de producción, extracción y distribución de los recursos legales generan procesos económicos y sociales que en últimas tienen efectos sobre las dinámicas del conflicto armado. Cuando el saqueo de los recursos o de sus beneficios, o la extorsión de propietarios, productores y .! ! ! ! 101! comercializadores constituyen la primera motivación para la presencia de actores ilegales en una región determinada, existe una relación directa entre recursos y conflicto. Los homicidios y otras formas de victimización como secuestros y saqueos son principalmente el resultado de la competencia por el control del recurso y sus beneficios asociados. Así, En el caso del oro de Segovia (Antioquia, región central), el control directo de las minas de oro y de la producción por parte de actores ilegales, el pago forzoso de cuotas a actores ilegales por parte de mineros en busca del metal y la sangrienta persecución de supuestos auxiliadores de la guerrilla han marcado la historia reciente de la región dando como resultado una alta incidencia de masacres, homicidios y secuestros. (Rettberg et al. 2009) A raíz del aumento en el precio internacional del oro en los últimos años (en Septiembre de 2011 alcanzó niveles record de U$ 1600 por onza), se ha generado en Colombia una nueva “fiebre del oro”. Entre el 2002 y 2010, la cifra de permisos para minería se elevó de casi 1500 a más de 8500 (Wyss 2011). Aunque esta expansión representa una significativa fuente de financiación para el gobierno, también contribuye a financiar y expandir el conflicto armado. Tras años de campañas gubernamentales de erradicación y extinción de los cultivos ilícitos, las guerrillas y paramilitares han empezado a abandonar la producción de coca y a desplazarse hacia la minería del oro y a la extorsión de las comunidades mineras. Por ejemplo, grupos paramilitares como los Rastrojos, los Urabeños, los Paisas, y guerrilleros como las FARC, obligan a los mineros locales de los departamentos de Antioquia, Valle del Cauca y Córdoba (ricos en oro) a pagar tarifas de “seguridad” e impuestos sobre los equipos de minería. Con estas nuevas fuentes de financiación, los grupos alzados en arma han encontrado una fuente alterna para continuar financiando el conflicto interno (Lopez-Gamundi 2011). .! ! ! ! 102! El mapa 4.1 ilustra la distribución por departamentos de los recursos mineros en Colombia, en el año 2010. La ubicación del oro se observa en amarillo. Mapa 4.1: Distribución departamental, minería. Año 2010 Fuente: Peace Brigades International, PBI - 2011 La hipótesis planteada en la sección anterior vincula el precio de exportación del oro con el conflicto interno. Dado que la distribución de las rentas por oro se concentran, en la medida en que el precio de exportación aumenta el conflicto violento también aumenta. Para cuantificar la presencia de oro se utiliza como medidor las regalías totales por metales preciosos por departamento, las cuales incluyen oro y, en mucho menor cuantía, plata y platino. Las regalías son un medidor idóneo, ya que incorporan las .! ! ! ! 103! fluctuaciones en el precio internacional del oro. La información sobre regalías departamentales para el período 1995-2009 se obtuvo en el Departamento Nacional de Planeación (DNP). Para obtener valores en pesos constantes, los valores corrientes se deflactaron con el IPC (base 2008). Finalmente, para obtener los valores de regalías por habitante, se dividieron los valores departamentales entre la población, obteniéndose así la variable operacional oropc. 4.3.3 Presencia estatal La hipótesis formulada en la sección anterior vincula los niveles de conflicto violento con la presencia estatal. De manera particular, se atribuye los altos niveles de violencia a la falta de presencia y debilidad del Estado colombiano. Algunos autores plantean que la falta de homogeneidad en la presencia institucional y fortaleza estatal explican en parte las diferencias en la intensidad del conflicto violento a través de las regiones del país. Por ejemplo, según señalan Gonzáles y Otero (2006, 1), Existe una presencia diferenciada de las instituciones del Estado en diferentes espacios geográficos y momentos históricos de Colombia. Esa presencia diferenciada del Estado en el territorio y la sociedad colombiana es explicada por los procesos de poblamiento territorial y la manera como los partidos políticos tradicionales fueron articulando las regiones y localidades con el conjunto de la nación. Así, en algunas regiones (como la zona Andina, parte de la costa Caribe y algunas fracciones del occidente), el Estado colombiano funciona como regulador del orden social, consolidándose como detentador del monopolio de la fuerza y de la administración de la justicia. En estas regiones las instituciones funcionan mejor, la intensidad del conflicto violento es más baja, y el Estado goza de mayores niveles de gobernabilidad. En cambio, en otras regiones menos integradas y más marginadas (como .! ! ! ! 104! la costa Pacífica, los llanos Orientales, y el Suroccidente del país), hoy son objeto de disputa por parte de los actores armados. En estas regiones el Estado compite con otros actores en la regulación de la vida social y económica, las instituciones oficiales están ausentes o funcionan a través de intermediarios, y la intensidad del conflicto armado es mayor (Gonzáles y Otero 2006). Para González (2003, 136), la debilidad del Estado fue el resultado de la pobreza fiscal, que no permitió la aparición de una amplia burocracia estatal ni consolidar un verdadero “Estado del bienestar”. Restrepo (2003), a su vez, centra la debilidad estatal en los órdenes sociales alternos. Esto sucedió con la entrada de nuevos actores armados en la arena política, que desafiaron a los partidos políticos tradicionales. Como medidores de la falta de presencia institucional y debilidad estatal, Pizarro Leongómez y Bejarano (2003) toman las altas tasas de homicidio, la ineficiencia y corrupción de la policía, la consiguiente expansión de la seguridad privada, la expansión difusa de la actividad de guerrilleros y paramilitares, la erosión del sistema de justicia con altos índices de impunidad, el aumento de armas en manos civiles y la falta de presencia de las instituciones estatales en algunas regiones del país, como las de colonización. Para propósitos de esta investigación, y de manera similar a lo expuesto por Sánchez y Chacón (2006), se utiliza como un medidor de presencia estatal y fortaleza institucional la “eficiencia de la justicia”41, medida como la relación entre capturas por homicidio y el número de homicidios, de acuerdo con las estadísticas de la Policía Nacional. La tasa resultante se denomina tasa de capturas por homicidios. Vale al pena !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 41!Esta variable mide, por una parte, una mayor efectividad en la administración de justicia (al impartir las órdenes de captura), y por otra parte, una mayor efectividad en la labor policiva del Estado (al hacer efectivas las capturas).! .! ! ! ! 105! resaltar de nuevo el hecho de que otras variables (por ejemplo, el número de Notarías, de Oficinas de Registro Público, de Juzgados, de oficinas del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, etc.) posiblemente resultarían mejores cuantificadores y medidores de la presencia estatal institucional. Sin embargo, esta información no existe en Colombia discriminada a nivel departamental, para el período 1995-2009. Por tal razón, se adoptó la tasa de capturas por homicidio como medidor de presencia institucional estatal, ya que esta variable no sólo evalúa la efectividad de la Policía (entidad que realiza la captura), sino también la efectividad de la Administración de Justicia ( a través de las entidades que ordenan las capturas). También debe mencionarse que es posible que los incrementos en la tasa de capturas puedan representar aumentos temporales en la presencia estatal, (causados por ejemplo por mayores ataques), pero que no necesariamente implican mayor presencia permanente del Estado. Es decir, la tasa de capturas como variable proxy para cuantificar presencia estatal podría resultar parcializada porque no indica permanencia en el tiempo. Sin embargo, aún a pesar de entender las debilidades de esta variables, dada la información y los datos existentes, es la que mejor se ajusta para medir la presencia institucional estatal, a nivel departamental, para el período 1995-2009. Finalmente resulta importante aclarar que la inclusión dentro de las variables mediadoras de una variable que evalúe la presencia estatal institucional, no implica ni una contradicción, ni una doble contabilización, frente al hecho de que la variable Independiente (la PSD) también incorpore dentro de sí componentes de presencia institucional estatal. De hecho, según explica Bagley (2012) la PSD es una decisión estratégica de política estatal, que en su diseño abarcaría numerosos elementos (incluido .! ! ! ! 106! el incremento en la presencia institucional), lo cual no necesariamente se manifiesta como realidad empírica de una presencia estatal efectiva. Es decir, en tanto que política, la PSD es el “ideal” que encierra muchos componentes, los cuales no necesariamente se hacen reales, pero hacen parte del objetivo estratégico planeado. Las variables mediadoras, y la presencia institucional entre ellas, son la evidencia empírica que refleja si en realidad se ha presentado o no el fenómeno evaluado (en este caso, el incremento en la presencia estatal institucional). 4.3.4 Inclusión política La inclusión política resulta de la administración conjunta del poder, y del hecho que individuos y comunidades puedan elegir sus representantes. Sin embargo, la participación en elecciones no es el único elemento a considerar. Son también importantes el nivel y la calidad de la inclusión política y las reglas de participación política a través del espectro social. El nivel y la calidad de la inclusión política están determinados tanto por reglas formales como por normas y prácticas informales. Según Gonzales (2003, 137) por lo anterior, Colombia podría definirse como: Una democracia electoral bastante consolidada, que cuenta con una larga historia de elecciones y con un sufragio cada vez menos restringido a pesar de las escasas movilizaciones ciudadanas, el alto nivel de abstención, y del corte clientelista que ha caracterizado la adhesión a los partidos políticos durante el siglo XIX y buena parte del XX. Para entender la evolución de la inclusión política (medida a través de la participación electoral) en el país, es necesario hacer una breve revisión histórica de la evolución de los partidos políticos en Colombia, especialmente por la importancia de la transición de un sistema bi-partidista a uno multi-partidista. Según señala Gechem (2009) no existe unanimidad sobre los orígenes de los partidos políticos colombianos. Algunos .! ! ! ! 107! atribuyen la emergencia de los partidos Liberal y Conservador a la lucha ideológica entre Bolívar y Santander. Otros, ubican la aparición de los partidos políticos en el siglo XIX, atribuyéndola a la necesidad de trasladar a la escena política los grandes conflictos de la sociedad civil. Así, los partidos Liberal y Conservador aparecen como reflejo de divisiones sociales que llegan al campo de lo político. Inicialmente surgen como dos organizaciones opuestas, compuestas por grupos regionales que perseguían los mismos intereses. Gechem (2009, 135) explica: El partido Liberal estaba compuesto por comerciantes y artesanos que por primera vez hacían parte del panorama político, propugnaban una separación del Estado y la Iglesia, el libre cambio y el federalismo. El Partido Conservador, por su parte, estaba compuesto por los grandes terratenientes, el clero y las familias tradicionales del país. Esta división constituyó el primer clivaje partidista en Colombia. El período comprendido entre la independencia y mediados del siglo XX se caracterizó por profundas luchas por el poder y divisiones entre los dos (únicos) partidos existentes. Fue una época marcada por guerras civiles, donde a pesar de tener una sociedad dividida en dos bandos, los partidos no podían canalizar esos intereses y explotaba la guerra. Uno de los episodios más sangrientos de este período, conocido como La Violencia, fue el asesinato el 9 de Abril de 1948 del líder del partido Liberal, el político populista Jorge Eliécer Gaitán, dando origen al “Bogotazo”, una insurrección masiva de los liberales que se extendió a varias regiones (Nasi 2010, 100). Luego del asesinato de Gaitán la violencia bipartidista escaló significativamente, alcanzando los niveles mas altos en 1953. Para intentar controlar la violencia varias facciones de los partidos Liberal y Conservador, la Iglesia Católica, los empresarios y las Fuerzas Militares se unieron para dar apoyo a un golpe de estado que dio lugar a la dictadura del general Gustavo Rojas Pinilla (1953-1957). .! ! ! ! 108! Posteriormente, en 1958, el país regresó a la democracia bajo una modalidad restringida con la implementación del Frente Nacional. Este planteaba una coalición política y electoral entre liberales y conservadores, que se alternarían en el poder durante 16 años (1958-1974), y tendrían una cantidad idéntica de parlamentarios liberales y conservadores en el Congreso, y así mismo en muchas otras instituciones (i.e. la justicia, cortes y tribunales) . Sin embargo, para algunos el Frente Nacional bloqueó el sistema político. Como no era posible presentar candidaturas por fuera de los dos grandes partidos, esto impidió que nuevas fuerzas aparecieran a representar sus propios intereses. Bagley (1987), por ejemplo, caracteriza este período como “autoritario inclusivo”, planteando que el sistema político colombiano se ha caracterizado por una democracia que califica como “controlada”. La verdadera revolución democrática, en lo que toca a los partidos, se dio en Colombia con la Constitución de 1991. En ese momento se abrió el espectro para que aparecieran nuevos clivajes y nuevos partidos, presentándose así la transición de un sistema bi-partidista a uno multi-partidista (del bipartidismo absoluto se pasó al multipartidismo desaforado, hasta la operación avispa42). En la actualidad, y tras las elecciones al Congreso del año 2010, se expidió la Resolución 1959, según la cual se establece que en Colombia quedaron con vigencia doce partidos o movimientos políticos, los cuales son los únicos que cuentan con personería jurídica. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 42!La “Operación Avispa” fue el nombre que le dio el Partido Liberal a la estrategia electoral de presentar un elevado número de listas en las elecciones, abusando del anterior sistema de cuota simple y mayores residuos (Rodríguez y Botero 2006, 141) ! .! ! ! ! 109! La hipótesis planteada en la sección anterior vincula la intensidad del conflicto con la inclusión política (medida a través de la participación electoral). Tradicionalmente se espera que, en condiciones normales, al aumentar la participación electoral la intensidad del conflicto disminuya. Sin embargo, la relación en el otro sentido también parece verificarse; es decir, no solo la inclusión política afecta el conflicto, sino que también el conflicto afecta la inclusión política. Así, en un contexto violento puede esperarse que la participación electoral de los ciudadanos disminuya; adicionalmente, dado que no todos los contextos violentos son iguales, se espera que la reducción de la participación electoral varíe de un contexto a otro. En este sentido, García (2010, 162) cuestiona la libertad de elección y la inclusión política, planteando que en los países en conflicto “los actores armados ilegales recurren a la violencia para obligar a los individuos a comportarse de una manera que sea consistente con sus objetivos políticos.” En consecuencia, los ciudadanos que viven en un conflicto violento modificarán sus conductas y opiniones políticas, adaptándolas a los objetivos estratégicos y orientaciones ideológicas del actor armado dominante. Así, el contexto estructural afecta el comportamiento político individual, manifestándose en aspectos como la participación electoral, las decisiones de voto y las preferencias políticas. La forma de presión ejercida varía según la naturaleza de los grupos. Los paramilitares, por ejemplo, intentaron influir en la política para tratar de afectar los resultados electorales; para ello, utilizaron la violencia para reducir el apoyo electoral del que gozan los partidos de izquierda, y a la vez movilizaron el apoyo a favor de candidatos cercanos a ellos. Las investigaciones de Claudia López (2010) y la Corporación Arco .! ! ! ! 110! Iris43 han logrado revelar las alianzas establecidas entre el paramilitarismo y los políticos tradicionales, para alcanzar o mantener el poder. Esto dio origen a un gran escándalo denominado la “parapolítica”, de la cual López aclara que no es producto de desprevenidas relaciones sociales, ni de amistad entre paramilitares y políticos. En cambio, ésta: Es producto de alianzas electorales y políticas de mutuo beneficio entre una organización criminal y narcotraficante y políticos que, se supone, representaban la legalidad y el Estado. La parapolítica es una alianza del narcotráfico, criminales organizados y elites políticas y económicas para tomarse el poder y la representación política. El problema de la parapolítica no es que se firmaran pactos para «refundar el Estado»; el problema es que esos pactos no fueron palabras al viento, sino un propósito logrado por medio de la combinación de violencia, narcotráfico y política. (López 2010, 2) Como resultado de estas investigaciones judiciales, en el año 2008 había 77 congresistas involucrados en el proceso de la parapolítica, de los cuales 28 están presos. Lo anterior representa sin duda un fuerte vincula entre el conflicto armado y las condiciones de participaciones electoral e inclusión política en el país. Las guerrillas, en contraste, usan la violencia para socavar el régimen político existente (Pizarro 2006), ya que en la mayoría de los casos su interés principal no es promover candidatos sino bloquear elecciones y atacar a políticos (García 2010). En algunos casos, sin embargo, las guerrillas han acudido a prácticas de clientelismo armado para alcanzar objetivos políticos y económicos. Peñate (1998) por ejemplo, refiere las !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 43!La Corporación Nuevo Arco Iris -CNAI- es un centro de pensamiento, investigación y acción social para la reconciliación, que construye análisis, impulsa iniciativas y promueve acciones en relación con el conflicto armado, la paz, el post-conflicto y la seguridad para contribuir a la profundización de la democracia y la construcción de alternativas de equidad social y desarrollo, mediante el fortalecimiento del Estado social de derecho y la sociedad civil. Para mas información véase http://www.nuevoarcoiris.org.co/sac/?q=node/1! .! ! ! ! 111! prácticas de las FARC en el municipio de Sarare44. Con el fin de alcanzar el apoyo de la población acudieron a sobornos y concesiones, logradas en la mayoría de los casos con intimidación y clientelismo armado. Las FARC en el Sarare entraron a este juego clientelista, como cualquier barón electoral de esa provincia comenzaron a disputarse el apoyo de la población a través de facilitar atajos al barril de recursos públicos; pero introdujeron una regla nueva: los funcionarios del INCORA45 además de recibir papelitos y llamadas con recomendaciones ahora iban a enfrentar amenazas de muerte. (Peñate 1998, 21) Todas las anteriores consideraciones deben tenerse en cuenta al analizar los efectos de la inclusión política sobre la intensidad del conflicto armado. Para medir la variable inclusión política, se utiliza la participación electoral por departamentos, durante el período 1995-2009. La participación electoral es el sub-producto (cociente) de las variables “total de votos efectivos” y “potencial de votación”, y se presenta de manera porcentual. La información se obtuvo en la Registraduría Nacional del Estado Civil. Dado que los datos existen para las elecciones presidenciales de los años 1994, 1998, 2002, y 2006, en los años en que no hay elecciones (período de inter-elección) se toman los datos del período anterior. Por ejemplo, para 1994 se utilizan los datos de las elecciones de ese año, y esos datos se repiten en 1995, 1996 y 1997. Para 1998 se utilizan las elecciones de ese año, los cuales se repiten en los tres años siguientes, y así sucesivamente hasta el año 2009. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 44!Ubicado en el departamento de Arauca! 45!Instituto Colombiano de la Reforma Agraria.! .! ! ! ! 112! 4.3.5 Densidad social El vínculo entre la densidad de la sociedad civil y las diferencias de desarrollo económico fue inicialmente planteada por Putnam (1993). En su investigación demostró como el capital social (medido como la abundancia de organizaciones voluntarias no religiosas) explica la diferencia entre las regiones del norte y sur de Italia, en términos del crecimiento económico y de la efectividad del estado regional. De manera similar, Sudarsky (2008, 9) analiza la evolución del capital social en Colombia entre 1997-2005, planteando que “la definición más clara de la sociedad civil es la participación de los ciudadanos en organizaciones voluntarias seculares”. Sus hallazgos muestran que para el período comprendido entre 1997-2005 la sociedad civil ha caído en Colombia, destruyendo el capital social (Ksocial), y por ende eliminando uno de los principales escenarios de validación que los ciudadanos podrían tener. Su análisis incorpora el cambio en membresía activa en organizaciones como clubes deportivos, organizaciones sociales, artísticas, musicales y/o educativas, sindicatos, partidos políticos, organizaciones ecologistas, agremiaciones profesionales o cámaras, instituciones de caridad y otras). El Gráfico 4.1 ilustra la comparación de promedios ítems de pertenencia a organizaciones voluntarias seculares entre 1997 y 2005. Como se puede observar, únicamente la pertenencia a asociaciones de campesinos, agricultores y/o ganaderos se incrementó en este período. En las otras 15 categorías se presentó una disminución en la pertenencia a organizaciones voluntarias seculares. .! ! ! ! 113! Gráfico 4.1: Pertenencia a organizaciones voluntarias 1997-2005 Fuente: Sudarsky 2008 El gráfico 4.2 presenta el porcentaje de cambio ítems organizaciones voluntarias 2005/1997. Se observa como únicamente la participación en organizaciones voluntarias agrarias presenta un cambio porcentual positivo. Las otras 16 categorías presentan cambios porcentuales negativos, es decir, decrecimiento en la vinculación entre 1997 y 2005. .! ! ! ! 114! Gráfico 4.2: Cambio porcentual, participación en organizaciones voluntarias 1997-2005 Fuente: Sudarsky 2008 El gráfico 4.3 presenta los porcentajes de cambio por tipo de membresía en organizaciones voluntarias (activa o no activa), entre 1997 y 2005. Únicamente presentan incrementos en las membresías activas las organizaciones de campesinos, ganaderos y/o agricultores, las cooperativas y algunas organizaciones de seguridad y vigilancia. Todas las otras organizaciones voluntarias presentan significativos incrementos en las membresías inactivas. Ante el auge del paramilitarismo en este mismo período (hasta el año 2003), podría uno preguntarse si es una simple coincidencia, o quizá aventurar una hipótesis que vincule este auge paramilitar con el incremento en el tipo de organizaciones antes descritas. .! ! ! ! 115! Gráfico 4.3: Cambio porcentual por tipo de membresía, 1997-2005 Fuente: Sudarsky 2008 Las anteriores cifras ponen en evidencia el hecho de que el cambio en los niveles de actividad violenta no puede atribuirse a mejoras en la calidad de la sociedad civil, ya que ésta última presenta decrecimiento en la gran mayoría de los indicadores. Estos resultados, que parecen contradecir los hallazgos de Putnam (1993), son explicados por Sudarsky (2008), quien plantea que esta caída en los niveles de participación y densidad de la sociedad civil se debe a que el Estado no tiene una disposición clara para promover una política estructurada e institucional que invite a la movilización ciudadana. Así, el Estado no ha cumplido con su función de hacer una oferta articulada de participación a la cual concurran de manera instrumental las organizaciones voluntarias (Sudarsky 2008). Por lo anterior, aunque en ocasiones los grupos de la sociedad civil tienen riqueza en .! ! ! ! 116! conocimientos relativos al conflicto violento, que les permitiría actuar sobre éste sin el uso de medios violentos, la evidencia muestra que esto no se ha aplicado en el caso colombiano. Existen algunas iniciativas puntuales, como las descritas anteriormente, en las cuales la sociedad civil tomó parte activa para tratar de reducir el conflicto armado. Pero estas no han resultado en una vinculación realmente significativa que haya mejorado la calidad y densidad de asociación de la sociedad civil afectando por ende el conflicto. Por lo tanto, para el caso colombiano no hay suficiente evidencia que dé validez a la hipótesis que vincula una mayor densidad de asociación de la sociedad civil con la reducción en los niveles de conflicto armado. 4.3.6 Presencia conjunta de más de un grupo insurgente (Warlords). Según se mencionó en la revisión bibliográfica, varios autores explican el conflicto violento a través de la noción de falta de control gubernamental sobre ciertas áreas del país. En un argumento que combina elementos económicos (presencia de recursos “saqueables”, como coca), con diferencias geográficas (centro vs. periferia), y debilidad institucional, Duncan (2010) plantea que en algunas áreas periféricas del país el Estado ha sido reemplazado—bien sea por guerrillas o grupos paramilitares—que actúan como portadores de poder no institucionales. Este argumento ha sido reforzado por Tokatlian (2004) quien sostiene que el Estado consume sus energías combatiendo diversas modalidades de grupos armados que establecen diferentes modalidades de poder en las zonas donde tienen presencia activa. De hecho, las luchas por el control de los recursos entre estos grupos insurgentes (denominados “Señores de la Guerra”, o Warlords) incrementan la intensidad del conflicto en estas regiones. El eje central de este argumento es la presencia de los grupos, y en particular el número de grupos presentes en una región. .! ! ! ! 117! En este sentido, Echandía (1999, 8) afirma que el indicador de presencia “no revela control territorial, da cuenta más bien de los municipios donde la guerrilla ha registrado algún tipo de actividad armada.” La hipótesis formulada plantea que la presencia de más de un grupo insurgente en una región eleva los niveles de conflicto armado, en comparación con regiones en donde sólo está presente un grupo. En el primer caso, dada la coexistencia de grupos insurgentes, el nivel de conflicto armado se aumenta porque además de los ataques de los grupos insurgentes contra la población civil, o de los enfrentamientos entre los grupos insurgentes y las fuerzas públicas, existen enfrentamientos entre los distintos grupos insurgentes por el control territorial, control de las actividades económicas legales e ilegales, y en muchos casos control político. En cambio, en las zonas donde está presente un solo grupo insurgente, la intensidad del conflicto armado es menor, no solo porque no se presentan enfrentamientos entre grupos insurgentes, sino también porque en la mayoría de los casos el grupo en control se encarga de restablecer cierto tipo de orden institucional informal. Este argumento ha sido presentado por Gambetta (1992) , quien basado en estudios sobre la mafia Siciliana, ha demostrado que en situaciones de desconfianza e inseguridad los grupos mafiosos desempeñan el papel de protectores y garantes de la población. En este sentido, en el caso colombiano esto se asemejaría al papel que desempeñan los grupos al margen de la ley cuando son los únicos que imperan en una zona: se convierten en mantenedores de un nivel mínimo de orden público en zonas de alta inseguridad. Krauthausen (1994, 116) a su vez, se refiere también al rol de estos grupos, que detentan poder político, económico o ideológico, pero sobre todo imperan a .! ! ! ! 118! través del poder militar, utilizando también la violencia física como elemento coercitivo. De esta manera se constituye un “Estado dentro del Estado”, donde el grupo al mando ejerce control territorial, protección, extorsión, violencia y poder. Echandía (2004) desarrolla el mismo argumento planteando que, por la existencia de las llamadas “condiciones objetivas” (entre ellas la pobreza, la exclusión política y los desequilibrios sociales), en las zonas rurales y apartadas la guerrilla “protege” al campesinado víctima de la violencia terrateniente o estatal. En general, la violencia ejercida sobre el campesinado Es un factor determinante en el acercamiento entre la población de estas zonas y la guerrilla en busca de protección y acciones "justicieras", en un contexto en el que el Estado suele estar ausente y por lo tanto no puede actuar como mediador, o en el que su única presencia es militar y represiva. (Echandía 2004,151) Aunque la presencia de un grupo único produce una disrupción del orden, esto no necesariamente es reemplazado por una situación de caos o anarquía. Según señala Arjona (2011a, 1), “en muchos casos se establece un nuevo orden basado en reglas claras (más o menos formales), que se hacen cumplir”. Así, se genera un nuevo contexto en el cual la conducta de la población civil está claramente regulada por el grupo que ejerce el control. En el caso colombiano se ha evidenciado la intervención de guerrilleros y paramilitares en la vida económica, social y política de diferentes comunidades. Arjona (2011a) diferencia dos tipos de orden creado por el grupo insurgente en control. En las situaciones de vigilancia, el grupo armado crea reglas relacionadas con el orden público y el cobro de impuestos. En la rebelocracia, en cambio, el grupo armado opera como el gobernante de hecho, regulando conductas que van más allá del pago de contribuciones y del orden público, .! ! ! ! 119! interviniendo en los ámbitos económico, político y social. El grupo adopta, además, funciones centrales en la comunidad tales como dirimir conflictos sobre propiedad y regular servicios públicos. (Arjona 2011a,2) Así, se esperaría que en las zonas controladas por un grupo insurgente es donde menos violencia se registra, ya sea porque no la necesitan (tienen un control social que hace muy difícil la desobediencia) o porque es más difícil reportarla. Volviendo a la hipótesis planteada, debería observarse que el conflicto armado se intensifica en la medida en que más grupos insurgentes penetran en las regiones a lo largo del tiempo (coexistiendo y luchando por el control territorial), o se reduce en la medida en que un solo grupo ejerce el dominio territorial de las zonas. De manera operacional, la variable número de grupos presentes toma valores entre 0 y 3, ilustrando así regiones donde no hay ningún grupo presente, al igual que aquellas donde coexisten uno, dos o tres grupos (FARC, ELN y AUC). Esta información proviene de la bases de datos facilitada por Fabio Sánchez46. 4.3.7 Geografía La hipótesis centrada en geografía aborda la compleja relación entre las características físicas y ambientales del territorio y los procesos asociados con la guerra o la disputa del poder económico y político en diversas regiones del país. Según se indicó en la revisión bibliográfica, la literatura examinada plantea la existencia de una división (no solo geográfica sino también cultural, económica y social) que da origen a “dos Colombias”, y a través de la cual se pueden explicar el origen y la expansión del conflicto armado. Desde este punto de vista, por las características de la periferia ésta fue el escenario ideal para el desarrollo de los grupos insurgentes de diversa naturaleza. Con el !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 46!Ver nota de pié de página # 32! .! ! ! ! 120! tiempo, el conflicto se ha trasladado de manera gradual hacia el centro. Según señala el PNUD (2003, 21): Como referente geográfico, político y cultural, la “periferia” alude a regiones menos pobladas, más campesinas, menos integradas al mercado, con menos poder político y a menudo discriminadas o explotadas por el “centro”. Pero esta alusión debe matizarse en cuando menos cuatro sentidos: primero, “periferia” y “centro” no son categorías rígidas, sino atributos relativos y de grado; segundo, su extensión e intensidad varían con el paso del tiempo; tercero, no son internamente homogéneos sino que admiten diversas modalidades; cuarto, y en especial, no son universos aislados sino que interactúan de maneras muy complejas. Los orígenes de esta división se remontan a la era precolombina, en la cual por razones climáticas la población se había concentrado en la región andina. Por la misma razón, los españoles fundaron ciudades-puerto en el Caribe y centros poblados en el eje andino, alrededor de los cuales establecieron encomiendas y resguardos. Estas zonas dan origen al llamado centro del país. Posteriormente, ocurren en el país procesos de colonización (causados principalmente por los excedentes demográficos y el desempleo en el centro), hacia zonas alejadas de dicho centro. Estas zonas de colonización periféricas, que posteriormente se convertirían en los focos del conflicto armado, se iniciaron en dos márgenes geográficos por fuera del “corazón” del país o eje andino. La primera de estas zonas, cuya colonización duraría hasta bien entrado el siglo XX, se ubicó en los llamados “márgenes cercanos”, correspondientes a las llanuras del Caribe y a las vertientes externas de los Andes (y sus respectivos pie de montes). Sus grandes oleadas fueron la colonización antioqueña, la de las llanuras costeñas y la del Magdalena Medio. PNUD (2003, 22). La segunda zona de colonización se origina en los “márgenes lejanos”, o llanuras y bosques de la Costa Pacífica, la Orinoquia y la Amazonia. Esta fase se acelera durante las últimas décadas del siglo XX como resultado del desplazamiento .! ! ! ! 121! forzado por la violencia y de bonanzas locales lícitas (petróleo, banano, esmeraldas, oro, caucho, etc.) o ilícitas (contrabando, coca, amapola, etc.). Esta zona periférica constituye así una especie de “U” que desde el sur envuelve al “centro” del país. En ella se encuentran las zonas de colonización reciente, donde el conflicto ha encontrado nuevas y poderosas fuentes de alimentación. El Mapa 4.2 ilustra la ubicación de estas zonas. Mapa 4.2: Mapa de “la U”, centro vs. periferia Fuente: PNUD Informe Nacional de Desarrollo Humano Colombia - 2003 .! ! ! ! 122! Es precisamente en estas zonas de colonización periférica donde coinciden tres condiciones favorables para el surgimiento y desarrollo del conflicto armado: la presencia de ejércitos no estatales (futuros focos paramilitares); la presencia de remanentes de guerrilla social en el campo; y la evolución de éstos a proyectos revolucionarios. A lo anterior debe agregarse la ausencia del Estado en estas zonas del país, evidenciadas no solo en la falta de obras públicas, educación y otros indicadores de presencia estatal (ausencia de instituciones básicas, como por ejemplo las Oficinas de Instrumentos Públicos), sino sobre todo en la existencia de un orden jurídico difuso. Como resultado de lo anterior, “en la periferia existe un orden peculiar y distinto del orden (o el desorden) del centro: tiene que ser así porque las realidades económicas y sociales que se trata de ordenar son peculiares de la frontera” PNUD (2003, 24). Por lo anterior, en las zonas de periferia existe un déficit de autoridad y de institucionalidad que asegure el cumplimiento efectivo de las leyes, normas y contratos. De ahí nace la posibilidad de implementar justicia por mano propia o por mano contratada, lo cual hace estas zonas vulnerables a la prácticas de justicia privada y/o al surgimiento de ejércitos irregulares. Así, el conflicto estalla y procede del centro geográfico y político, pero se expresa y se perpetúa en la periferia campesina. Las anteriores consideraciones conducen a formular la hipótesis basada en elementos geográficos, según la cual la intensidad del conflicto armado se acentúa en las zonas de periferia, y se reduce en las zonas del centro. Esto no implica que el centro y la periferia puedan verse como secciones separadas dentro del país. De hecho, según señala el PNUD (2003, 42) el centro no puede entenderse sin periferia y viceversa: Esta Colombia y “la otra” son arte y parte de un sólo conflicto que se alimenta de ambas, se expresa en ambas y necesita resolverse en ambas. .! ! ! ! 123! De entrada, la distinción entre “centro” y “periferia” es apenas un recurso conceptual y el límite geográfico entre los dos es —lo habrá sentido el lector— cada día más borroso. Es más: aunque el conflicto exista principalmente en la “periferia”, su raíz, su motor y su objetivo están principalmente en “el centro.” El país también se divide geográficamente de acuerdo con las sub-regiones naturales. Se identifican así las regiones Andina, Caribe, Pacífica, Oriental y Amazonía. La región Andina está conformada por los departamentos: Antioquia; Boyacá; Caldas; Cundinamarca; Huila; Norte de Santander; Quindío; Risaralda; Santander y Tolima. La región Caribe está conformada por los departamentos: Atlántico; Bolívar; Cesar; Córdoba; Guajira; Magdalena; San Andrés y Sucre. La región Pacífica la conforman los departamentos: Cauca; Chocó; Nariño y Valle. La región Oriental la conforman Arauca; Casanare; Guainía; Meta y Vichada. Finalmente, la región Amazónica la constituyen los departamentos: Amazonas; Caquetá; Guaviare; Putumayo y Vaupés. Las regiones Andina y Caribe pertenecen al centro del país, mientras que las regiones Pacífica, Oriental y Amazónica pertenecen a la periferia. Como se verá mas adelante, esta sub-división regional parece relacionarse de manera directa con la intensidad del conflicto. Según señala la hipótesis formulada, el conflicto violento se correlaciona de manera inversa con la proximidad a las principales ciudades. Al aumentar la proximidad a ciudades principales (ubicándose en zonas de “centro”) el conflicto violento disminuye. Al disminuir la proximidad a ciudades principales (ubicándose en zonas periféricas) el conflicto violento aumenta. Una vez descritas y operacionalizadas las variables, el siguiente capítulo presenta los datos, describe los métodos utilizados para los cálculos estadísticos y presenta los .! ! ! ! 124! resultados. De manera intuitiva se esperaría que en las regiones con una “configuración ideal” (regiones con menores niveles de pobreza y desigualdad; mayor inclusión política; mayor presencia institucional; mayor densidad social; sin presencia de recursos saqueables; sin presencia conjunta de más de un grupo insurgente; y ubicadas en el centro en vez de la periferia), los niveles de intensidad de conflicto armado se redujeran de manera mucho más significativa que en regiones con condiciones diferentes, ante una implementación similar de la PSD. ¿Ocurrió esto así en realidad? Y además, ¿Pueden identificarse configuraciones similares para regiones que presentaron similares cambios en la intensidad del conflicto armado, y que por ende permitan explicar estos cambios? Eso es lo que se pretende analizar. .! .! .! 5 Capítulo Cinco: Fuentes, metodología, procesamiento de datos y resultados 5.1 Discusión General La complejidad del conflicto colombiano ha sido objeto de múltiples análisis entre los estudiosos del tema. Aunque algunos estudios anteriores han examinado diferentes facetas de este fenómeno, esta investigación llena un vacío en la literatura existente al analizar de manera sistemática las transformaciones significativas de la violencia en Colombia en la década pasada, particularmente desde la implementación de la PSD. Considero que es fundamental en este momento realizar una investigación de esta naturaleza, especialmente por el enfoque que le estoy dando a nivel regional (subnacional). En efecto, como se analizó en la revisión bibliográfica existe consenso entre los investigadores del conflicto armado en Colombia sobre la multi-causalidad de este fenómeno. El caso colombiano es muy particular, ya que conjuga variables causales de muy diversa índole (económicas, políticas, sociales, institucionales, demográficas y geográficas, entre otras) para explicar el surgimiento y perpetuación del conflicto. Así, aunque estudios previos han abordado esta multi-causalidad, lo novedoso de mi investigación es que propone la existencia e identificación de configuraciones, es decir de combinaciones de variables que al interactuar juntas determinan el conflicto. En otras palabras, no es solo la multi-causalidad del fenómeno, sino la interacción y concatenación de esas variables cuya presencia conjunta (o falta de la misma) lo que determina los diferentes resultados en el cambio de la intensidad del conflicto a través de las diferentes regiones, tras la implementación de la PSD. Adicionalmente, el análisis de estas configuraciones no solo permitirá identificar patrones de comportamiento similar, 125! 126! sino sobretodo señalar aquellos casos que se salen de lo hipotéticamente esperado. En este sentido, la identificación de estos casos llamados “outliers” permitirá comprender por qué en algunas instancias las políticas gubernamentales, aunque efectivas en algunos contextos, resultan menos efectivas en otros. A nivel normativo de diseño de políticas resultaría muy útil conocer cómo se comportaron las variables implicadas en el conflicto, tanto en aquellas regiones donde éste se redujo de manera significativa como en aquellas donde esto no ocurrió. Vale la pena recalcar lo explicado en el capítulo dos, con relación a los objetivos y alcances de esta investigación. Aunque el objetivo de ésta no es encontrar causalidad directa de algunas variables sobre la efectividad de la PSD (lo cual requeriría de herramientas y análisis que exceden el alcance de esta investigación), sí se busca diagnosticar lo sucedido a través de un análisis comparativo de las diferentes regiones. Así, se intenta identificar patrones comunes (o no comunes) de comportamiento, para así tratar de establecer por qué en algunas regiones la PSD tuvo mayor efectividad que en otras, y de ahí formular directrices para el futuro y la sostenibilidad de la PSD. El capítulo comienza describiendo las fuentes y presentando la medición cuantitativa de las variables (dependiente e independientes) antes descritas. La información está discriminada a nivel departamental47, y comprende el período 19952009. Este período, como se explica en detalle adelante, se subdivide en dos subperíodos: 1995-2002 (antes de la implementación de la PSD), y 2003-2009 (durante la implementación de la PSD). Posteriormente se describe la metodología a utilizar, explicando en detalle los principios del Algebra Booleana y los motivos que llevaron a !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 47!Ver nota de pié de página # 29.! .! .! 127! .! seleccionar este método para cuantificar la evolución del conflicto y realizar análisis comparativos a través de las regiones del país. El capítulo continúa con la presentación y el procesamiento de los datos y termina con el análisis de resultados. Con base en estos resultados se podrá proceder, en el próximo capítulo, a seleccionar y analizar los casos de estudio. 5.2 Fuentes Los datos cuantitativos proceden de fuentes diversas. Entre ellas, instituciones como CERAC48 y el CEDE49, el Departamento Nacional de Planeación (DNP), la Dirección Nacional de Estupefacientes, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), la Policía Nacional, la Registraduría Nacional del Estado Civil y las bases de datos de Fabio Sánchez y Santiago Montenegro, antes mencionadas.50 Adicionalmente, se obtuvo alguna información faltante sobre el índice de NBI (Necesidades Básicas Insatisfechas) de la base de datos gentilmente facilitada por Oeindrila Dube.51 !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 48!El Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC) es un centro de investigación privado e independiente, especializado en la generación de recursos para la investigación sobre violencia, el análisis de conflictos armados y el estudio de sus impactos sobre el desarrollo socioeconómico y el bienestar de las personas. CERAC no tiene filiación partidista o gubernamental alguna. CERAC busca contribuir a la reducción de la violencia y su impacto sobre las personas, las comunidades y la sociedad, mediante la investigación en ciencias sociales basada en evidencia, el desarrollo de tecnologías e innovación, además de participar en el diseño, implementación y evaluación de políticas públicas e intervenciones dirigidas a reducir la violencia armada. Para mayor información visítese: http://www.cerac.org.co 49 El Centro de Estudios sobre Desarrollo Económico, (CEDE), fue fundado en 1958, como parte de la Facultad de Economía de la Universidad de Los Andes. Fue el primer centro de investigación privado en economía en Colombia, y sus investigaciones sirven como base para el diseño e implementación de la política nacional, económica y social. Su objetivo es la investigación relacionada con el desarrollo económico y social de Colombia. En la actualidad se adelantan estudios en las áreas de: crecimiento y distribución del ingreso, desarrollo económico, economía de la educación, economía de la salud, economía internacional, economía laboral, economía política e institucional, violencia y conflicto, entre otras. Para ampliar esta información, visítese http://economia.uniandes.edu.co/investigaciones_y_publicaciones/CEDE 50 !Ver notas de píe de página números 32 y 35. 51 Oeindrila Dube is a Non-Resident Fellow at the Center for Global Development, and an assistant professor in politics and economics at New York University. She holds a Ph.D. in Public Policy from Harvard University, a M.Phil. in Economics from the University of Oxford, and a B.A. in Public Policy from Stanford University. She also received the Rhodes Scholarship in 2002. ! .! ! ! 128! Los datos que se presentan a continuación incluyen información cuantitativa sobre todas las variables explicadas en la sección anterior. La variable dependiente es la intensidad del conflicto armado en el período 1995-2009. La variable independiente es el cambio institucional generado por la PSD, el cual como se ha mencionado, se considera la condición necesaria para los cambios en los niveles de intensidad del conflicto armado. Por otra parte están las variables mediadoras, a través de las cuales se explora la posible existencia de configuraciones y/o condiciones regionales que hayan modulado la efectividad de la PSD. Las variables mediadoras explican los procesos o mecanismos a través de los cuales la variable independiente incide sobre la variable dependiente. Estas son: pobreza y resentimientos; existencia de recursos saqueables (coca, petróleo y oro); inclusión política; presencia estatal; geografía; densidad social y presencia conjunta de más de un grupo irregular. Vale la pena recalcar una vez más que una de las mayores dificultades para realizar estudios desagregados a nivel subnacional en Colombia radica en la consecución de información, La mayoría de los datos existen sólo a nivel nacional (no departamental), y otros sencillamente no existen. A pesar de lo anterior, se logró cuantificar y operacionalizar las variables que inciden sobre el conflicto, según se explica a continuación. La Tabla 5.1 resume la información anterior. ! ! ! ! 129! Tabla 5.1: Variables y Fuentes de Información Variable Tasa de Ataques Factor Medido Intensidad del Conflicto Armado Símbolo Tasa de Ataques Numero de Policías Cambio Institucional (PSD) Pobreza/Agravios Num. de Policías Pobreza/Agravios NBI Codicia recursos Oropc Regalías Petróleo Codicia recursos Petróleopc Hectáreas Coca Codicia recursos Cocapc Participación electoral Capturas por Homicidio Warlords Inclusión política Participación Electoral Tasa Capturas por Hom Num Grupos presentes Producto Interno Bruto Necesidades Básicas Insatisfechas Regalías por Oro Presencia estatal (eficiencia justicia) Presencia conjunta grupos PIB pc Fuentes Base Fabio Sánchéz. CEDE. CERAC Policía Nacional. S. Montenegro DANE Dpto. Nacional de Planeación. Dube. Depto. Nacional de Planeación Depto. Nacional de Planeación Dirección Nal. de Estupefacientes Registraduría Nacional Policía Nacional Base Fabio Sánchéz 5.3 Datos Las tablas que se presentan a continuación resumen la información discriminada a nivel departamental, para cada una de las variables, en el período 1995-2009. La presentación de estas tablas es fundamental, ya que de ellas se derivan los incrementos porcentuales que se utilizarán en el Algebra Booleana (ver métodos, en la siguiente sección). ! ! ! ! 130! Tabla 5.2: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Amazonas Amazonas Región:(Amazonas Población( Tasa(de(Ataques(( (Núm(Polícias((1996H2008) NBI PIBpc(($(Col(/pna) Petroleopc(($(Col(/pna) Oropc(($(Col(/pna) COCApc(((Ha(/pna) (Tasa(Capturas(por(Hom Núm(Grupos(Presentes Participación(Electoral Promedio1995-52002 Promedio200352009 Año 2009 (((((((((((((((((((59,650 ((((((((((((((((((((((((0.38 (((((((((((((((((((283.29 0 (((((((((((((3,669,148 0 ((((((((((((((((((((((((1.67 (((((((((((((((((0.00256 ((((((((((((((((((((((((1.64 0.38 ((((((((((((((((((((((48.71 (((((((((((((((((((68,564 (((((((((((((((((((((((0.71 (((((((((((((((((((326.67 0 (((((((((((((3,633,334 0 (((((((((((((((((((((29.87 ((((((((((((((((0.00973 (((((((((((((((((((((((0.97 0.428571429 (((((((((((((((((((((44.81 (((((((((71,167 0 (((((((((394.00 0 (((3,807,945 0 0 (((((((0.00389 ((((((((((((((0.67 0 ((((((((((((42.49 Cambio-% Cambio-% Pro(-95502)-vs.-2009 Pro(-95502)-vs.-Pro(03509) ( NV 39.08% NV 15.31% 3.78% H0.98% H100.00% 51.86% H59.29% ( H12.77% 1692.11% 279.63% H40.90% H8.00% Tabla 5.3: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Antioquia Antioquia Región:(Andina Población Tasa(de(Ataques (Núm(Polícias((1996B2008) NBI PIBpc(($(Col(/pna) Petroleopc(($(Col(/pna) Oropc(($(Col(/pna) COCApc(((Ha(/pna) (Tasa(Capturas(por(Hom Núm(Grupos(Presentes Participación(Electoral Promedio( 1995(22002 Promedio( 200322009 Año 2009 (((((((((((((5,170,547 (((((((((((((((((((109.88 ((((((((((((((((((((((6,503 ((((((((((((((((((((((21.28 (((((((((((((7,927,129 ((((((((((((((((7,086.30 ((((((((((((((((1,388.53 (((((((((((((((((0.00029 ((((((((((((((((((((((((0.14 ((((((((((((((((((((((((2.75 ((((((((((((((((((((((46.83 (((((((((((((5,758,038 (((((((((((((((((((((92.86 (((((((((((((((((((((9,226 (((((((((((((((((((((16.47 (((((((((((((8,718,059 (((((((((((((12,521.29 (((((((((((((((4,285.32 ((((((((((((((((0.00106 (((((((((((((((((((((((0.33 (((((((((((((((((((((((2.29 (((((((((((((((((((((47.44 (((5,988,552 ((((((((((((((((((34 ((((((((((((9,511 ((((((((((((14.20 (((9,383,904 ((((((9,728.67 ((((((5,507.38 (((((((0.00076 ((((((((((((((0.31 ((((((((((((((((((((1 ((((((((((((46.90 Cambio(% Cambio(% Pro((95202)(vs.(2009 Pro((95202)(vs.(Pro(03209) B69.06% 46.26% B33.27% 18.38% 37.29% 296.63% 161.38% 126.63% B15.49% 41.87% B22.62% 9.98% 76.70% 208.62% 262.68% 146.87% 0.15% 1.31% Tabla 5.4: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Arauca Arauca Región:(Oriental Población( Tasa(de(Ataques( (Núm(Polícias((1996C2008) NBI PIBpc(($(Col(/pna) Petroleopc(($(Col(/pna) Oropc(($(Col(/pna) COCApc(((Ha(/pna) (Tasa(Capturas(por(Hom Núm(Grupos(Presentes Participación(Electoral Promedio, 1995,42002 Promedio, 200342009 Año 2009 (((((((((((((((((204,206 ((((((((((((((((((((((43.88 (((((((((((((((((((512.71 0 (((((((((((14,540,145 (((((((((((((((((936,335 0 (((((((((((((((((0.00335 ((((((((((((((((((((((((0.05 ((((((((((((((((((((((((2.25 ((((((((((((((((((((((30.93 ((((((((((((((((235,636 (((((((((((((((((((((67.29 (((((((((((((((((((796.83 (((((((((((((((((((((((((C ((((((((((14,960,004 ((((((((((((((((949,854 0 ((((((((((((((((0.00503 (((((((((((((((((((((((0.10 (((((((((((((((((((((((2.43 (((((((((((((((((((((32.88 (((((((244,507 ((((((((((((((((((33 (((((((((((((((782 0 (16,228,574 (((1,197,609 0 (((((((0.00171 ((((((((((((((0.11 ((((((((((((((2.00 ((((((((((((38.37 Cambio,% Cambio,% Pro(,95402),vs.,2009 Pro(,95402),vs.,Pro(03409) C24.79% 52.52% ( 11.61% 27.90% ( C49.00% 112.24% 53.36% 55.41% 50.07% 104.31% 24.07% 6.32% 2.89% 1.44% Tabla 5.5: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Atlántico Atlántico Región:(Caribe (Población Tasa(de(Ataques (Núm(Polícias((1996C2008) NBI PIBpc(($(Col(/pna) Petroleopc(($(Col(/pna) Oropc(($(Col(/pna) COCApc(((Ha(/pna) (Tasa(Capturas(por(Hom Núm(Grupos(Presentes Participación(Electoral ! Promedio. 1995.72002 Promedio. 200372009 Año 2009 (((((((((((((1,972,874 ((((((((((((((((((((((21.63 ((((((((((((((((3,002.29 ((((((((((((((((((((((20.51 (((((((((((((6,201,087 ((((((((((((((((((((((14.75 0 0 ((((((((((((((((((((((((0.34 ((((((((((((((((((((((((1.38 ((((((((((((((((((((((63.80 (((((((((((((2,195,643 (((((((((((((((((((((17.57 (((((((((((((((3,134.50 (((((((((((((((((((((16.45 (((((((((((((6,907,493 (((((((((((((((((((((48.37 (((((((((((((((((((((((0.08 0 (((((((((((((((((((((((0.52 (((((((((((((((((((((((0.29 (((((((((((((((((((((33.03 (((2,284,841 ((((((((((((((((((((5 ((((((((((((3,278 ((((((((((((14.67 (((7,635,105 96.45 0.56 0 ((((((((((((((0.49 0 ((((((((((((31.29 ! Cambio.% Cambio.% Pro(.95702).vs..2009 Pro(.95702).vs..Pro(03709) C76.88% 9.18% C28.48% 23.13% 553.79% 43.39% C50.96% C18.74% 4.40% C19.82% 11.39% 227.88% ( ( 51.15% ( C48.23% ! ! 131! Tabla 5.6: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Bogotá D.C Bogotá,'D.C. Región:(Andina (Población Tasa(de(Ataques (Núm(Polícias((1996B2008) NBI PIBpc(($(Col(/pna) Petroleopc(($(Col(/pna) Oropc(($(Col(/pna) COCApc(((Ha(/pna) (Tasa(Capturas(por(Hom Núm(Grupos(Presentes Participación(Electoral Promedio' 1995'92002 Promedio' 200392009 Año 2009 (((((((((((((6,122,252 ((((((((((((((((((((((65.25 ((((((((((((((((7,588.14 ((((((((((((((((((((((11.92 (((((((((((11,443,090 0 0 0 ((((((((((((((((((((((((0.37 ((((((((((((((((((((((((1.38 ((((((((((((((((((((((53.20 (((((((((((((6,944,545 (((((((((((((((((((((30.86 (((((((((((((10,279.17 (((((((((((((((((((((((7.73 ((((((((((13,731,259 0 0 0 (((((((((((((((((((((((0.81 (((((((((((((((((((((((1.14 (((((((((((((((((((((53.94 (((7,259,597 ((((((((((((((((((14 (((((((((16,269 ((((((((((((((6.57 (14,750,543 0 0 0 ((((((((((((((0.53 ((((((((((((((((((((1 ((((((((((((52.37 Cambio'% Cambio'% Pro('95902)'vs.'2009 Pro('95902)'vs.'Pro(03909) B78.54% 114.40% B44.87% 28.90% 43.18% B1.57% B52.71% 35.46% B35.14% 20.00% ( ( ( 119.13% ( 1.38% Tabla 5.7: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Bolivar Bolívar Región:(Caribe (Población Tasa(de(Ataques (Núm(Polícias((1996D2008) NBI PIBpc(($(Col(/pna) Petroleopc(($(Col(/pna) Oropc(($(Col(/pna) COCApc(((Ha(/pna) (Tasa(Capturas(por(Hom Núm(Grupos(Presentes Participación(Electoral Promedio1995-62002 Promedio200362009 Año 2009 (((((((((((((1,758,696 ((((((((((((((((((((((16.50 ((((((((((((((((1,897.29 ((((((((((((((((((((((38.14 (((((((((((((5,590,360 (((((((((((((16,247.05 ((((((((((((((((2,515.26 (((((((((((((((((0.00135 ((((((((((((((((((((((((0.14 ((((((((((((((((((((((((2.50 ((((((((((((((((((((((38.01 (((((((((((((1,899,632 (((((((((((((((((((((34.00 (((((((((((((((1,827.00 (((((((((((((((((((((32.77 (((((((((((((7,623,700 (((((((((((((46,141.85 (((((((((((((((2,060.98 ((((((((((((((((0.00226 (((((((((((((((((((((((0.51 (((((((((((((((((((((((2.29 (((((((((((((((((((((34.44 (((1,958,431 ((((((((((((((((((((3 ((((((((((((1,250 ((((((((((((33.86 (((8,110,064 (((35,733.67 ((((((2,918.84 (((((((0.00244 ((((((((((((((0.62 ((((((((((((((2.00 ((((((((((((34.35 Cambio-% Cambio-% Pro(-95602)-vs.-2009 Pro(-95602)-vs.-Pro(03609) ( D81.82% D34.12% D11.23% 45.07% 119.94% 16.05% 80.49% 332.11% ( D9.63% 106.06% D3.70% D14.09% 36.37% 184.00% D18.06% 67.57% 255.74% D9.39% Tabla 5.8: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Boyacá Boyacá Región:(Andina Población( Tasa(de(Ataques (Núm(Polícias((1996?2008) NBI PIBpc(($(Col(/pna) Petroleopc(($(Col(/pna) Oropc(($(Col(/pna) COCApc(((Ha(/pna) (Tasa(Capturas(por(Hom Núm(Grupos(Presentes Participación(Electoral Promedio1995-62002 Promedio200362009 Año 2009 (((((((((((((1,225,744 ((((((((((((((((((((((((((((10 ((((((((((((((((1,718.14 ((((((((((((((((((((((30.27 (((((((((((((6,148,656 ((((((((((((((((6,221.73 ((((((((((((((((((((((((0.11 (((((((((((((((0.000069 ((((((((((((((((((((((((0.48 ((((((((((((((((((((((((2.25 ((((((((((((((((((((((55.18 (((((((((((((1,257,645 (((((((((((((((((((((((((((21 (((((((((((((((2,388.83 (((((((((((((((((((((19.11 (((((((((((((7,384,787 (((((((((((((69,132.32 (((((((((((((((((((((((0.27 ((((((((((((((0.000250 (((((((((((((((((((((((0.69 (((((((((((((((((((((((2.29 (((((((((((((((((((((55.20 (((1,265,513 ((((((((((((((((((((2 ((((((((((((2,845 ((((((((((((11.38 (((8,357,085 (((61,811.51 ((((((((((((((1.02 (((((0.000144 ((((((((((((((0.62 ((((((((((((((1.00 ((((((((((((55.28 Cambio-% Cambio-% Pro(-95602)-vs.-2009 Pro(-95602)-vs.-Pro(03609) ( ?80.00% 65.59% ?62.40% 35.92% 893.48% 832.19% 107.90% 28.99% ( 0.19% 111.43% 39.04% ?36.86% 20.10% 1011.14% 146.68% 260.97% 44.06% 0.04% Tabla 5.9: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Caldas Caldas Región:(Andina (Población Tasa(de(Ataques (Núm(Polícias((1996B2008) NBI PIBpc(($(Col(/pna) Petroleopc(($(Col(/pna) Oropc(($(Col(/pna) COCApc(((Ha(/pna) (Tasa(Capturas(por(Hom Núm(Grupos(Presentes Participación(Electoral ! Promedio, 1995,42002 Promedio, 200342009 Año 2009 (((((((((((((((((956,530 ((((((((((((((((((((((12.50 ((((((((((((((((1,398.71 ((((((((((((((((((((((18.36 (((((((((((((5,644,645 0 (((((((((((((((((((917.49 0 ((((((((((((((((((((((((0.17 ((((((((((((((((((((((((1.88 ((((((((((((((((((((((56.06 ((((((((((((((((970,584 (((((((((((((((((((((14.86 (((((((((((((((2,092.17 (((((((((((((((((((((14.10 (((((((((((((6,420,287 0 (((((((((((((((1,628.22 ((((((((((((((0.000217 (((((((((((((((((((((((0.36 (((((((((((((((((((((((2.00 (((((((((((((((((((((39.30 (((((((976,423 ((((((((((((((((((((3 ((((((((((((2,290 ((((((((((((11.84 (((6,749,124 0 ((((((1,739.38 (((((0.000170 ((((((((((((((0.51 ((((((((((((((1.00 ((((((((((((29.10 ! Cambio,% Cambio,% Pro(,95402),vs.,2009 Pro(,95402),vs.,Pro(03409) ( B76.00% 63.72% B35.50% 19.57% ( 89.58% 100.00% 200.45% ( B48.09% 18.86% 49.58% B23.18% 13.74% 77.46% 100.00% 113.81% B29.90% ! ! 132! Tabla 5.10: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Caquetá Caquetá Región:(Amazonas (Población Tasa(de(Ataques (Núm(Polícias((1996I2008) NBI PIBpc(($(Col(/pna) Petroleopc(($(Col(/pna) Oropc(($(Col(/pna) COCApc(((Ha(/pna) (Tasa(Capturas(por(Hom Núm(Grupos(Presentes Participación(Electoral Promedio. 1995.62002 Promedio. 200362009 Año 2009 (((((((((((((((((392,919 ((((((((((((((((((((((((6.50 (((((((((((((((((((506.86 ((((((((((((((((((((((27.63 (((((((((((((3,969,702 0 ((((((((((((((((((((((((5.59 (((((((((((((((((((0.0579 ((((((((((((((((((((((((0.09 ((((((((((((((((((((((((1.00 ((((((((((((((((((((((41.75 ((((((((((((((((426,060 (((((((((((((((((((((28.00 (((((((((((((((1,067.33 (((((((((((((((((((((24.94 (((((((((((((3,789,255 0 (((((((((((((((((((((((4.48 (((((((((((((((((((0.0128 (((((((((((((((((((((((0.22 (((((((((((((((((((((((1.29 (((((((((((((((((((((28.49 (((((((442,071 ((((((((((((((((((67 ((((((((((((1,148 ((((((((((((23.23 (((4,153,179 0 ((((((((((((((3.91 (((((((((0.0085 ((((((((((((((0.28 ((((((((((((((1.00 ((((((((((((31.13 Cambio.% Cambio.% Pro(.95602).vs..2009 Pro(.95602).vs..Pro(03609) 930.77% 126.49% I15.93% 4.62% ( I30.13% I85.31% 202.83% ( I25.43% 330.77% 110.58% I9.74% I4.55% I19.91% I77.84% 142.78% I31.77% Tabla 5.11: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Casanare Casanare Región:(Oriental Población( Tasa(de(Ataques( (Núm(Polícias((1996J2008) NBI PIBpc(($(Col(/pna) Petroleopc(($(Col(/pna) Oropc(($(Col(/pna) COCApc(((Ha(/pna) (Tasa(Capturas(por(Hom Núm(Grupos(Presentes Participación(Electoral Promedio, 1995,42002 Promedio, 200342009 Año 2009 (((((((((((((((((254,006 ((((((((((((((((((((((((4.88 (((((((((((((((((((506.86 0 (((((((((((32,643,528 (((((((((((((1,366,191 0 0 ((((((((((((((((((((((((0.15 ((((((((((((((((((((((((2.63 ((((((((((((((((((((((47.28 ((((((((((((((((301,295 (((((((((((((((((((((16.57 (((((((((((((((1,059.00 0 ((((((((((23,156,471 (((((((((((((2,207,355 0 0 (((((((((((((((((((((((0.42 (((((((((((((((((((((((2.71 (((((((((((((((((((((55.05 (((((((319,515 ((((((((((((((((((((8 ((((((((((((1,538 0 (20,305,776 (((2,066,992 0 0 ((((((((((((((0.80 ((((((((((((((2.00 ((((((((((((58.68 Cambio,% Cambio,% Pro(,95402),vs.,2009 Pro(,95402),vs.,Pro(03409) ( 64.10% 203.44% ( J37.80% 51.30% ( ( 434.13% ( 24.12% 239.93% 108.93% J29.06% 61.57% 181.16% 16.45% Tabla 5.12: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Cauca Cauca Región:(Pacífica (Población Tasa(de(Ataques (Núm(Polícias((1996I2008) NBI PIBpc(($(Col(/pna) Petroleopc(($(Col(/pna) Oropc(($(Col(/pna) COCApc(((Ha(/pna) (Tasa(Capturas(por(Hom Núm(Grupos(Presentes Participación(Electoral Promedio, 1995,42002 Promedio, 200342009 Año 2009 (((((((((((((1,194,853 ((((((((((((((((((((((21.25 ((((((((((((((((1,398.71 ((((((((((((((((((((((32.54 (((((((((((((3,283,921 ((((((((((((((((3,345.43 (((((((((((((((((((328.86 (((((((((((((((0.001657 ((((((((((((((((((((((((0.14 ((((((((((((((((((((((((2.25 ((((((((((((((((((((((43.48 (((((((((((((1,278,337 (((((((((((((((((((((59.14 (((((((((((((((2,103.67 (((((((((((((((((((((27.91 (((((((((((((3,921,736 (((((((((((((((5,190.86 (((((((((((((((((((714.23 ((((((((((((((0.002579 (((((((((((((((((((((((0.33 (((((((((((((((((((((((2.29 (((((((((((((((((((((41.40 (((1,308,183 ((((((((((((((((((78 ((((((((((((2,579 ((((((((((((28.17 (((4,335,785 ((((((2,978.66 ((((((2,337.34 (((((0.004697 ((((((((((((((0.30 ((((((((((((((1.00 ((((((((((((43.07 Cambio,% Cambio,% Pro(,95402),vs.,2009 Pro(,95402),vs.,Pro(03409) ( 267.06% 84.38% I13.42% 32.03% I10.96% 610.74% 183.36% 119.15% ( I0.95% 178.32% 50.40% I14.23% 19.42% 55.16% 117.18% 55.58% 141.88% I4.79% Tabla 5.13: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Cesar Cesar Región:(Caribe (Población Tasa(de(Ataques (Núm(Polícias((1996A2008) NBI PIBpc(($(Col(/pna) Petroleopc(($(Col(/pna) Oropc(($(Col(/pna) COCApc(((Ha(/pna) (Tasa(Capturas(por(Hom Núm(Grupos(Presentes Participación(Electoral ! Promedio+ 1995+32002 Promedio+ 200332009 Año 2009 (((((((((((((((((827,155 ((((((((((((((((((((((((((((33 ((((((((((((((((1,276.43 ((((((((((((((((((((((35.23 (((((((((((((5,215,683 ((((((((((((((((4,506.84 0 (((((((((((((((0.000115 ((((((((((((((((((((((((0.14 ((((((((((((((((((((((((2.50 ((((((((((((((((((((((40.09 ((((((((((((((((916,217 (((((((((((((((((((((((((((22 (((((((((((((((1,825.33 (((((((((((((((((((((35.26 (((((((((((((7,212,490 (((((((((((((13,818.59 0 ((((((((((((((0.000001 (((((((((((((((((((((((0.42 (((((((((((((((((((((((2.14 (((((((((((((((((((((41.00 (((((((953,866 ((((((((((((((((((((5 ((((((((((((1,994 ((((((((((((31.12 (((8,077,655 (((25,016.74 0 0 ((((((((((((((0.53 0 ((((((((((((41.08 ! Cambio+% Cambio+% Pro(+95302)+vs.+2009 Pro(+95302)+vs.+Pro(03309) ( A84.85% 56.22% A11.67% 54.87% 455.08% A100.00% 276.23% ( 2.47% A33.33% 43.00% 0.08% 38.28% 206.61% A99.34% 202.62% 2.27% ! ! 133! Tabla 5.14: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Chocó Chocó Región:(Pacífica (Población Tasa(de(Ataques (Núm(Polícias((1996H2008) NBI PIBpc(($(Col(/pna) Petroleopc(($(Col(/pna) Oropc(($(Col(/pna) COCApc(((Ha(/pna) (Tasa(Capturas(por(Hom Núm(Grupos(Presentes Participación(Electoral Promedio, 1995,52002 Promedio, 200352009 Año 2009 (((((((((((((((((428,468 ((((((((((((((((((((((((2.75 (((((((((((((((((((643.86 ((((((((((((((((((((((59.17 (((((((((((((2,403,206 0 ((((((((((((((((4,491.46 (((((((((((((((0.000172 ((((((((((((((((((((((((0.12 ((((((((((((((((((((((((2.00 ((((((((((((((((((((((40.46 ((((((((((((((((458,485 (((((((((((((((((((((11.71 (((((((((((((((1,300.50 (((((((((((((((((((((49.51 (((((((((((((2,804,886 0 (((((((((((((17,732.16 ((((((((((((((0.002517 (((((((((((((((((((((((0.49 (((((((((((((((((((((((2.29 (((((((((((((((((((((33.84 (((((((471,598 ((((((((((((((((((13 ((((((((((((1,854 ((((((((((((31.03 (((3,413,925 0 (((39,714.19 (((((0.003533 ((((((((((((((0.47 ((((((((((((((2.00 ((((((((((((33.13 Cambio,% Cambio,% Pro(,95502),vs.,2009 Pro(,95502),vs.,Pro(03509) ( 372.73% 187.95% H47.56% 42.06% ( 784.22% 1949.23% 284.11% ( H18.12% 325.97% 101.99% H16.34% 16.71% 294.80% 1360.21% 301.11% H16.36% Tabla 5.15: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Córdoba Córdoba( Región:(Caribe (Población Tasa(de(Ataques (Núm(Polícias((1996J2008) NBI PIBpc(($(Col(/pna) Petroleopc(($(Col(/pna) Oropc(($(Col(/pna) COCApc(((Ha(/pna) (Tasa(Capturas(por(Hom Núm(Grupos(Presentes Participación(Electoral Promedio( 1995(32002 Promedio( 200332009 Año 2009 (((((((((((((1,329,707 ((((((((((((((((((((((((((((((6 ((((((((((((((((1,522.14 ((((((((((((((((((((((49.14 (((((((((((((4,278,361 (((((((((((((20,626.59 ((((((((((((((((6,202.50 (((((((((((((((((0.00028 ((((((((((((((((((((((((0.22 ((((((((((((((((((((((((1.13 ((((((((((((((((((((((48.41 (((((((((((((1,490,825 (((((((((((((((((((((((((((11 (((((((((((((((1,851.67 (((((((((((((((((((((42.38 (((((((((((((4,821,881 (((((((((((((45,545.70 (((((((((((((((2,670.94 ((((((((((((((((0.00125 (((((((((((((((((((((((0.48 (((((((((((((((((((((((0.86 (((((((((((((((((((((44.17 (((1,558,833 ((((((((((((((((((((8 ((((((((((((2,081 ((((((((((((46.20 (((4,853,631 (((49,147.18 (((((((((509.13 (((((((0.00178 ((((((((((((((0.43 ((((((((((((((1.00 ((((((((((((42.23 Cambio(% Cambio(% Pro((95302)(vs.(2009 Pro((95302)(vs.(Pro(03309) ( 33.33% 36.72% J5.98% 13.45% 138.27% J91.79% 530.54% 94.74% 90.48% 21.65% J13.76% 12.70% 120.81% J56.94% 340.61% 118.67% J12.77% J8.76% Tabla 5.16: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Cundinamarca Cundinamarca Región:(Andina (Población Tasa(de(Ataques (Núm(Polícias((1996B2008) NBI PIBpc(($(Col(/pna) Petroleopc(($(Col(/pna) Oropc(($(Col(/pna) COCApc(((Ha(/pna) (Tasa(Capturas(por(Hom Núm(Grupos(Presentes Participación(Electoral Promedio1995-52002 Promedio200352009 Año 2009 (((((((((((((2,015,280 ((((((((((((((((((((((21.75 ((((((((((((((((2,519.14 ((((((((((((((((((((((22.77 (((((((((((((7,171,330 ((((((((((((((((2,594.34 (((((((((((((((((((390.14 ((((((((((0.00000853 ((((((((((((((((((((((((0.18 ((((((((((((((((((((((((1.38 ((((((((((((((((((((((52.71 (((((((((((((2,318,961 (((((((((((((((((((((18.57 (((((((((((((((3,459.17 (((((((((((((((((((((16.20 (((((((((((((7,834,899 (((((((((((((((5,230.01 (((((((((((((((((((((((0.01 (((((((((0.00002778 (((((((((((((((((((((((1.22 (((((((((((((((((((((((1.71 (((((((((((((((((((((55.34 (((2,437,151 ((((((((((((((((((((4 ((((((((((((4,386 ((((((((((((13.20 (((8,407,768 ((((((2,101.20 ((((((((((((((0.05 0 ((((((((((((((1.01 ((((((((((((((1.00 ((((((((((((56.09 Cambio-% Cambio-% Pro(-95502)-vs.-2009 Pro(-95502)-vs.-Pro(03509) ( B81.61% 74.11% B42.03% 17.24% B19.01% B99.99% B100% 448.89% ( 6.41% B14.61% 37.32% B28.84% 9.25% 101.59% B100.00% 225.48% 558.68% 4.98% Tabla 5.17: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Guainía Guainia Región:(Oriental Población( Tasa(de(Ataques(( (Núm(Polícias((1996J2008) NBI PIBpc(($(Col(/pna) Petroleopc(($(Col(/pna) Oropc(($(Col(/pna) COCApc(((Ha(/pna) (Tasa(Capturas(por(Hom Núm(Grupos(Presentes Participación(Electoral ! Promedio( 1995(22002 Promedio( 200322009 Año 2009 (((((((((((((((((((30,005 ((((((((((((((((((((((((0.13 ((((((((((((((((((((((99.43 0 (((((((((((((3,680,642 0 ((((((((((((((((1,265.05 (((((((((((((((((((0.0113 ((((((((((((((((((((((((0.27 ((((((((((((((((((((((((0.38 ((((((((((((((((((((((45.37 (((((((((((((((((((35,844 (((((((((((((((((((((((1.29 (((((((((((((((((((194.67 0 (((((((((((((2,982,689 0 (((((((((((((((1,858.92 (((((((((((((((((((0.0190 (((((((((((((((((((((((1.18 (((((((((((((((((((((((0.71 (((((((((((((((((((((34.92 (((((((((37,705 ((((((((((((((((((((1 (((((((((((((((251 0 (((3,421,297 0 (((((((((677.50 (((((((((0.0143 ((((((((((((((2.67 ((((((((((((((1.00 ((((((((((((34.75 ! Cambio(% Cambio(% Pro((95202)(vs.(2009 Pro((95202)(vs.(Pro(03209) ( NV 152.44% ( J7.05% ( J46.45% 26.76% 903.93% ( J23.41% NV 95.79% J18.96% 46.94% 68.49% 344.69% J23.04% ! ! 134! Tabla 5.18: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Guaviare Guaviare Región:(Amazonas Población( Tasa(de(Ataques(( (Núm(Polícias((1996H2008) NBI PIBpc(($(Col(/pna) Petroleopc(($(Col(/pna) Oropc(($(Col(/pna) COCApc(((Ha(/pna) (Tasa(Capturas(por(Hom Núm(Grupos(Presentes Participación(Electoral Promedio( 1995(22002 Promedio( 200322009 Año 2009 (((((((((((((((((((86,658 ((((((((((((((((((((((((0.75 (((((((((((((((((((232.57 0 (((((((((((((8,164,791 0 0 (((((((((((((((((((0.3212 ((((((((((((((((((((((((0.10 ((((((((((((((((((((((((0.88 ((((((((((((((((((((((28.61 (((((((((((((((((((97,202 (((((((((((((((((((((((4.86 (((((((((((((((((((728.50 0 (((((((((((((3,230,462 0 0 (((((((((((((((((((0.1012 (((((((((((((((((((((((0.18 (((((((((((((((((((((((1.14 (((((((((((((((((((((26.68 (((((((101,759 ((((((((((((((((((((5 ((((((((((((1,107 0 (((3,478,808 0 0 (((((((((0.0818 ((((((((((((((0.17 ((((((((((((((1.00 ((((((((((((30.85 Cambio(% Cambio(% Pro((95202)(vs.(2009 Pro((95202)(vs.(Pro(03209) ( 566.67% 375.98% ( H57.39% ( ( H74.54% 68.05% ( 7.84% 547.62% 213.24% H60.43% H68.51% 75.85% H6.75% Tabla 5.19: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Huila Huila Región:(Andina (Población Tasa(de(Ataques (Núm(Polícias((1996H2008) NBI PIBpc(($(Col(/pna) Petroleopc(($(Col(/pna) Oropc(($(Col(/pna) COCApc(((Ha(/pna) (Tasa(Capturas(por(Hom Núm(Grupos(Presentes Participación(Electoral Promedio( 1995(22002 Promedio( 200322009 Año 2009 (((((((((((((((((915,778 ((((((((((((((((((((((14.50 ((((((((((((((((1,834.14 ((((((((((((((((((((((26.95 (((((((((((((5,495,577 (((((((((((((((((116,738 ((((((((((((((((((((((((8.86 0 ((((((((((((((((((((((((0.18 ((((((((((((((((((((((((1.75 ((((((((((((((((((((((52.33 (((((((((((((1,025,678 (((((((((((((((((((((39.57 (((((((((((((((2,021.50 (((((((((((((((((((((21.70 (((((((((((((6,033,536 ((((((((((((((((266,944 (((((((((((((((((((((10.35 0 (((((((((((((((((((((((0.32 (((((((((((((((((((((((1.43 (((((((((((((((((((((37.05 (((1,068,844 ((((((((((((((((((23 ((((((((((((1,709 ((((((((((((19.51 (((6,318,041 (((((((187,127 ((((((((((((29.21 0 ((((((((((((((0.25 ((((((((((((((1.00 ((((((((((((31.33 Cambio(% Cambio(% Pro((95202)(vs.(2009 Pro((95202)(vs.(Pro(03209) ( 58.62% H6.82% H27.62% 14.97% 60.30% 229.63% ( 36.60% ( H40.13% 172.91% 10.21% H19.51% 9.79% 128.67% 16.75% 74.84% H29.20% Tabla 5.20: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. La Guajira La Guajira Región:(Caribe Población Tasa(de(Ataques (Núm(Polícias((1996C2008) NBI PIBpc(($(Col(/pna) Petroleopc(($(Col(/pna) Oropc(($(Col(/pna) COCApc(((Ha(/pna) (Tasa(Capturas(por(Hom Núm(Grupos(Presentes Participación(Electoral Promedio( 1995(22002 Promedio( 200322009 Año 2009 (((((((((((((((((521,366 ((((((((((((((((((((((15.38 (((((((((((((((((((789.00 ((((((((((((((((((((((37.17 (((((((((((((5,636,493 (((((((((((((((((((76,623 0 (((((((((((((((0.000231 ((((((((((((((((((((((((0.18 ((((((((((((((((((((((((2.00 ((((((((((((((((((((((39.23 ((((((((((((((((708,732 (((((((((((((((((((((16.71 (((((((((((((((((((988.83 (((((((((((((((((((((43.95 (((((((((((((5,898,342 ((((((((((((((((177,615 0.00222931 ((((((((((((((0.000363 (((((((((((((((((((((((0.30 (((((((((((((((((((((((1.57 (((((((((((((((((((((29.53 (((((((791,083 ((((((((((((((((((((8 ((((((((((((1,110 ((((((((((((48.34 (((6,023,388 (((((((248,433 0 (((((0.000206 ((((((((((((((0.25 ((((((((((((((1.00 ((((((((((((28.75 Cambio(% Cambio(% Pro((95202)(vs.(2009 Pro((95202)(vs.(Pro(03209) ( C47.97% 40.68% 30.05% 6.86% 224.23% C10.78% 39.44% ( C26.72% 8.71% 25.33% 18.25% 4.65% 131.80% 100.00% 57.14% 69.15% C24.73% Tabla 5.21: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Magdalena Magdalena Región:(Caribe (Población( Tasa(de(Ataques (Núm(Polícias((1996C2008) NBI PIBpc(($(Col(/pna) Petroleopc(($(Col(/pna) Oropc(($(Col(/pna) COCApc(((Ha(/pna) (Tasa(Capturas(por(Hom Núm(Grupos(Presentes Participación(Electoral ! Promedio1995-62002 Promedio200362009 Año 2009 (((((((((((((1,090,517 ((((((((((((((((((((((16.75 ((((((((((((((((1,378.43 ((((((((((((((((((((((38.14 (((((((((((((3,856,701 (((((((((((((((((((((((((345 ((((((((((((((((((((((((0.07 (((((((((((((((((0.00021 ((((((((((((((((((((((((0.14 ((((((((((((((((((((((((2.13 ((((((((((((((((((((((45.04 (((((((((((((1,160,294 (((((((((((((((((((((18.00 (((((((((((((((1,608.83 (((((((((((((((((((((36.57 (((((((((((((4,252,064 0 (((((((((((((((((((((((2.26 ((((((((((((((((0.00031 (((((((((((((((((((((((0.27 (((((((((((((((((((((((1.86 (((((((((((((((((((((45.50 (((1,190,666 ((((((((((((((((((((2 ((((((((((((1,864 ((((((((((((33.73 (((4,798,995 0 ((((((((((((((4.56 (((((((0.00013 ((((((((((((((0.35 0 ((((((((((((36.23 ! Cambio-% Cambio-% Pro(-95602)-vs.-2009 Pro(-95602)-vs.-Pro(03609) ( C88.06% 35.23% C11.57% 24.43% C100.00% 6760.68% C39.04% 153.77% ( C19.56% 7.46% 16.72% C4.13% 10.25% C100.00% 3303.75% 48.45% 99.15% 1.01% ! ! 135! Tabla 5.22: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Meta Meta Región:(Oriental (Población( Tasa(de(Ataques (Núm(Polícias((1996J2008) NBI PIBpc(($(Col(/pna) Petroleopc(($(Col(/pna) Oropc(($(Col(/pna) COCApc(((Ha(/pna) (Tasa(Capturas(por(Hom Núm(Grupos(Presentes Participación(Electoral Promedio+ 1995+42002 Promedio+ 200342009 Año 2009 (((((((((((((((((672,668 ((((((((((((((((((((((((((((16 ((((((((((((((((1,472.86 ((((((((((((((((((((((26.04 (((((((((((((8,458,910 (((((((((((((((((186,613 0 (((((((((((((((((0.00766 ((((((((((((((((((((((((0.23 ((((((((((((((((((((((((1.63 ((((((((((((((((((((((36.80 ((((((((((((((((800,842 (((((((((((((((((((((((((((72 (((((((((((((((2,072.50 (((((((((((((((((((((19.19 ((((((((((10,765,270 ((((((((((((((((495,095 0 ((((((((((((((((0.01455 (((((((((((((((((((((((0.21 (((((((((((((((((((((((1.71 (((((((((((((((((((((47.59 (((((((853,166 ((((((((((((((((((51 ((((((((((((2,582 ((((((((((((18.36 (14,729,842 (((((((543,021 0 (((((((0.00503 ((((((((((((((0.20 ((((((((((((((1.00 ((((((((((((48.88 Cambio+% Cambio+% Pro(+95402)+vs.+2009 Pro(+95402)+vs.+Pro(03409) ( 218.75% 75.31% J29.50% 74.13% 190.99% ( J34.26% J13.44% 32.81% 349.11% 40.71% J26.30% 27.27% 165.31% 89.95% J10.10% 29.32% Tabla 5.23: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Nariño Nariño Región:(Pacífica (Población( Tasa(de(Ataques (Núm(Polícias((1996I2008) NBI PIBpc(($(Col(/pna) Petroleopc(($(Col(/pna) Oropc(($(Col(/pna) COCApc(((Ha(/pna) (Tasa(Capturas(por(Hom Núm(Grupos(Presentes Participación(Electoral Promedio+ 1995+32002 Promedio+ 200332009 Año 2009 (((((((((((((1,417,578 ((((((((((((((((((((((((((((13 ((((((((((((((((1,693.71 ((((((((((((((((((((((34.82 (((((((((((((3,110,309 ((((((((((((((((((((((6,063 (((((((((((((((((((186.81 (((((((((((((((((0.00307 ((((((((((((((((((((((((0.32 ((((((((((((((((((((((((2.25 ((((((((((((((((((((((48.45 (((((((((((((1,560,963 (((((((((((((((((((((((((((50 (((((((((((((((2,278.50 (((((((((((((((((((((25.25 (((((((((((((3,589,335 (((((((((((((((((((((4,106 (((((((((((((((((((295.93 ((((((((((((((((0.01075 (((((((((((((((((((((((0.40 (((((((((((((((((((((((2.71 (((((((((((((((((((((40.11 (((1,619,461 ((((((((((((((((((61 ((((((((((((3,069 ((((((((((((18.58 (((3,750,013 ((((((((((((5,649 (((((((((447.98 (((((((0.01014 ((((((((((((((0.45 ((((((((((((((2.00 ((((((((((((41.95 Cambio+% Cambio+% Pro(+95302)+vs.+2009 Pro(+95302)+vs.+Pro(03309) ( 369.23% 81.20% I46.64% 20.57% I6.83% 139.80% 230.52% 38.83% ( I13.42% 284.62% 34.53% I27.50% 15.40% I32.29% 58.41% 250.27% 24.30% I17.22% Tabla 5.24: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Norte de Santander Norte&de&Santander Región:(Andina (Población( Tasa(de(Ataques (Núm(Polícias((1996H2008) NBI PIBpc(($(Col(/pna) Petroleopc(($(Col(/pna) Oropc(($(Col(/pna) COCApc(((Ha(/pna) (Tasa(Capturas(por(Hom Núm(Grupos(Presentes Participación(Electoral Promedio& 1995&62002 Promedio& 200362009 Año 2009 (((((((((((((1,171,269 ((((((((((((((((((((((41.88 ((((((((((((((((1,895.57 ((((((((((((((((((((((24.19 (((((((((((((4,233,176 ((((((((((((((((((((((7,310 0 (((((((((((((((0.004037 ((((((((((((((((((((((((0.09 ((((((((((((((((((((((((2.50 ((((((((((((((((((((((48.64 (((((((((((((1,254,475 (((((((((((((((((((((69.71 (((((((((((((((2,634.33 (((((((((((((((((((((23.16 (((((((((((((4,837,273 (((((((((((((((((((15,585 (((((((((((((((((((((((2.08 ((((((((((((((0.001873 (((((((((((((((((((((((0.25 (((((((((((((((((((((((2.57 (((((((((((((((((((((43.98 (((1,286,830 ((((((((((((((((((52 ((((((((((((3,046 ((((((((((((21.02 (((5,436,616 (((((((((13,486 ((((((((((((((0.60 (((((0.002108 ((((((((((((((0.30 ((((((((((((((2.00 ((((((((((((42.48 Cambio&% Cambio&% Pro(&95602)&vs.&2009 Pro(&95602)&vs.&Pro(03609) ( 24.18% 60.69% H13.09% 28.43% 84.48% 100.00% H47.78% 221.75% ( H12.66% 66.48% 38.97% H4.23% 14.27% 113.20% 100.00% H53.61% 173.53% H9.57% Tabla 5.25: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Putumayo Putumayo Región:(Amazonas (Población( Tasa(de(Ataques( (Núm(Polícias((1996H2008) NBI PIBpc(($(Col(/pna) Petroleopc(($(Col(/pna) Oropc(($(Col(/pna) COCApc(((Ha(/pna) (Tasa(Capturas(por(Hom Núm(Grupos(Presentes Participación(Electoral ! Promedio, 1995,52002 Promedio, 200352009 Año 2009 (((((((((((((((((285,886 ((((((((((((((((((((((((4.63 (((((((((((((((((((((((((551 0 (((((((((((((3,367,611 (((((((((((((((((((65,436 ((((((((((((((((((((((20.00 (((((((((((((((((((0.1068 ((((((((((((((((((((((((0.15 ((((((((((((((((((((((((1.13 ((((((((((((((((((((((36.64 ((((((((((((((((313,254 (((((((((((((((((((((24.29 (((((((((((((((1,051.00 0 (((((((((((((3,686,838 ((((((((((((((((164,747 (((((((((((((((((((((42.90 (((((((((((((((((((0.0287 (((((((((((((((((((((((0.29 (((((((((((((((((((((((1.43 (((((((((((((((((((((33.28 (((((((322,681 ((((((((((((((((((32 ((((((((((((1,269 0 (((5,159,895 (((((((169,213 ((((((((((((20.90 (((((((((0.0165 ((((((((((((((0.28 ((((((((((((((1.00 ((((((((((((36.11 ! Cambio,% Cambio,% Pro(,95502),vs.,2009 Pro(,95502),vs.,Pro(03509) ( 591.89% 130.31% ( 53.22% 158.59% 4.47% H84.58% 86.25% ( H1.45% 425.10% 90.74% 9.48% 151.77% 114.45% H73.15% 86.34% H9.17% ! ! 136! Tabla 5.26: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Quindío Quindio Región:(Andina (Población( Tasa(de(Ataques (Núm(Polícias((1996?2008) NBI PIBpc(($(Col(/pna) Petroleopc(($(Col(/pna) Oropc(($(Col(/pna) COCApc(((Ha(/pna) (Tasa(Capturas(por(Hom Núm(Grupos(Presentes Participación(Electoral Promedio( 1995(22002 Promedio( 200322009 Año 2009 (((((((((((((((((514,315 ((((((((((((((((((((((((5.13 ((((((((((((((((1,235.86 ((((((((((((((((((((((20.11 (((((((((((((5,377,036 0 ((((((((((((((((((((((((0.87 0 ((((((((((((((((((((((((0.34 ((((((((((((((((((((((((0.88 ((((((((((((((((((((((52.94 ((((((((((((((((537,511 (((((((((((((((((((((((9.14 (((((((((((((((1,254.00 (((((((((((((((((((((13.76 (((((((((((((5,581,975 0 (((((((((((((((((((((((2.18 0 (((((((((((((((((((((((0.60 (((((((((((((((((((((((1.29 (((((((((((((((((((((53.23 (((((((546,593 ((((((((((((((((((((3 ((((((((((((1,394 ((((((((((((11.89 (((6,152,658 0 ((((((((((((((1.58 0 ((((((((((((((0.45 ((((((((((((((1.00 ((((((((((((51.89 Cambio(% Cambio(% Pro((95202)(vs.(2009 Pro((95202)(vs.(Pro(03209) ( ?41.46% 12.80% ?40.87% 14.42% 78.40% 1.47% ?31.57% 3.81% 82.07% 150.64% 30.38% ( ?1.99% 74.27% 0.54% Tabla 5.27: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Risaralda Risaralda Región:(Andina (Población( Tasa(de(Ataques (Núm(Polícias((1996A2008) NBI PIBpc(($(Col(/pna) Petroleopc(($(Col(/pna) Oropc(($(Col(/pna) COCApc(((Ha(/pna) (Tasa(Capturas(por(Hom Núm(Grupos(Presentes Participación(Electoral Promedio( 1995(22002 Promedio( 200322009 Año 2009 (((((((((((((((((859,918 ((((((((((((((((((((((16.63 ((((((((((((((((((((((1,517 ((((((((((((((((((((((15.78 (((((((((((((5,473,110 0 ((((((((((((((((((((((65.62 0 ((((((((((((((((((((((((0.08 ((((((((((((((((((((((((1.88 ((((((((((((((((((((((54.36 ((((((((((((((((902,932 (((((((((((((((((((((20.29 (((((((((((((((1,713.83 (((((((((((((((((((((14.11 (((((((((((((6,339,780 0 (((((((((((((((((((((59.22 0 (((((((((((((((((((((((0.24 (((((((((((((((((((((((2.00 (((((((((((((((((((((49.55 (((((((919,641 ((((((((((((((((((((6 ((((((((((((1,991 ((((((((((((12.18 (((6,798,305 0 ((((((((((((69.26 0 ((((((((((((((0.34 0 ((((((((((((49.13 Cambio(% Cambio(% Pro((95202)(vs.(2009 Pro((95202)(vs.(Pro(03209) ( A63.91% 31.25% A22.81% 24.21% 22.02% 12.98% A10.61% 15.84% 5.55% A9.75% 318.09% ( A9.63% 196.45% A8.85% Tabla 5.28: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. San Andrés Archipiélago,de,San,Andrés Región:(Caribe Población( Tasa(de(Ataques(( (Núm(Polícias((1996I2008) NBI PIBpc(($(Col(/pna) Petroleopc(($(Col(/pna) Oropc(($(Col(/pna) COCApc(((Ha(/pna) (Tasa(Capturas(por(Hom Núm(Grupos(Presentes Participación(Electoral Promedio, 1995,;2002 Promedio, 2003;2009 (((((((((((((((((((66,629 ((((((((((((((((((((((((0.38 (((((((((((((((((((210.43 0 (((((((((((((9,039,957 ((((((((((((((((((((((2,793 0 0 ((((((((((((((((((((((((1.37 0.38 ((((((((((((((((((((((37.79 (((((((((((((((((((71,052 (((((((((((((((((((((((1.86 (((((((((((((((((((313.00 0 (((((((((((((9,080,760 (((((((((((((((((((((5,058 0 0 (((((((((((((((((((((((1.45 0 (((((((((((((((((((((29.35 Año 2009 Cambio,% Cambio,% Pro(,95;02),vs.,2009 Pro(,95;02),vs.,Pro(03;09) (((((((((72,735 ( 0 (((((((((((((((392 0 (((9,940,194 ((((((((((((4,772 0 0 ((((((((((((((0.56 0( ((((((((((((29.28 NV 86.29% NV 48.74% 9.96% 70.87% 0.45% 81.10% I59.55% 5.73% I22.52% I22.33% Tabla 5.29: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Santander Santander Región:(Andina (Población( Tasa(de(Ataques (Núm(Polícias((1996A2008) NBI PIBpc(($(Col(/pna) Petroleopc(($(Col(/pna) Oropc(($(Col(/pna) COCApc(((Ha(/pna) (Tasa(Capturas(por(Hom Núm(Grupos(Presentes Participación(Electoral ! Promedio, 1995,52002 Promedio, 200352009 Año 2009 (((((((((((((1,881,483 ((((((((((((((((((((((45.63 ((((((((((((((((3,134.29 ((((((((((((((((((((((18.99 (((((((((((((8,900,214 (((((((((((((((((((32,697 (((((((((((((((((((125.19 (((((((((((((((0.000243 ((((((((((((((((((((((((0.12 ((((((((((((((((((((((((2.50 ((((((((((((((((((((((57.91 (((((((((((((1,968,625 (((((((((((((((((((((69.57 (((((((((((((((3,305.33 (((((((((((((((((((((13.35 ((((((((((12,392,340 (((((((((((((((((((88,881 (((((((((((((((((((164.64 ((((((((((((((0.000556 (((((((((((((((((((((((0.49 (((((((((((((((((((((((2.14 (((((((((((((((((((((53.99 (((1,999,999 ((((((((((((((((((((4 ((((((((((((1,983 ((((((((((((10.92 (13,900,507 (((((((100,251 (((((((((188.41 (((((0.000477 ((((((((((((((0.66 0 ((((((((((((51.31 ! Cambio,% Cambio,% Pro(,95502),vs.,2009 Pro(,95502),vs.,Pro(03509) ( A91.23% A36.73% A42.48% 56.18% 206.61% 50.50% 96.49% 463.06% ( A11.40% 52.49% 5.46% A29.68% 39.24% 171.83% 31.51% 129.18% 320.16% A6.78% ! ! 137! Tabla 5.30: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Sucre. Sucre Región:(Caribe (Población( Tasa(de(Ataques (Núm(Polícias((1996C2008) NBI PIBpc(($(Col(/pna) Petroleopc(($(Col(/pna) Oropc(($(Col(/pna) COCApc(((Ha(/pna) (Tasa(Capturas(por(Hom Núm(Grupos(Presentes Participación(Electoral Promedio+ 1995+52002 Promedio+ 200352009 Año 2009 (((((((((((((((((722,339 ((((((((((((((((((((((((8.38 (((((((((((((((((((920.14 ((((((((((((((((((((((44.70 (((((((((((((3,152,036 (((((((((((((((((((48,620 ((((((((((((((((((((((48.38 0 ((((((((((((((((((((((((0.12 ((((((((((((((((((((((((1.75 ((((((((((((((((((((((47.24 ((((((((((((((((779,699 (((((((((((((((((((((13.43 (((((((((((((((1,246.67 (((((((((((((((((((((42.22 (((((((((((((3,465,776 (((((((((((((((((((92,356 (((((((((((((((((((129.84 (((((((((((((((((((((((((C (((((((((((((((((((((((0.53 (((((((((((((((((((((((1.43 (((((((((((((((((((((42.59 (((((((802,736 ((((((((((((((((((((2 ((((((((((((1,397 ((((((((((((41.07 (((3,880,479 (((((((120,953 0 0 ((((((((((((((0.30 0 ((((((((((((43.62 Cambio+% Cambio+% Pro(+95502)+vs.+2009 Pro(+95502)+vs.+Pro(03509) ( C76.12% 51.82% C8.11% 23.11% 148.77% C100.00% 159.81% ( C7.65% 60.34% 35.49% C5.54% 9.95% 89.95% 168.37% 350.15% C9.83% Tabla 5.31: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Tolima Tolima Región:(Andina (Población( Tasa(de(Ataques (Núm(Polícias((1996A2008) NBI PIBpc(($(Col(/pna) Petroleopc(($(Col(/pna) Oropc(($(Col(/pna) COCApc(((Ha(/pna) (Tasa(Capturas(por(Hom Núm(Grupos(Presentes Participación(Electoral Promedio( 1995(22002 Promedio( 200322009 Año 2009 (((((((((((((1,328,201 ((((((((((((((((((((((((((((27 ((((((((((((((((2,181.14 ((((((((((((((((((((((27.94 (((((((((((((5,433,617 (((((((((((((((((((20,225 ((((((((((((((((((((((50.78 0 ((((((((((((((((((((((((0.27 ((((((((((((((((((((((((2.38 ((((((((((((((((((((((49.27 (((((((((((((1,369,367 (((((((((((((((((((((((((((33 (((((((((((((((2,312.83 (((((((((((((((((((((21.01 (((((((((((((6,055,967 (((((((((((((((((((84,359 (((((((((((((((((((273.66 0 (((((((((((((((((((((((0.41 (((((((((((((((((((((((2.57 (((((((((((((((((((((45.42 (((1,383,304 ((((((((((((((((((25 ((((((((((((2,577 ((((((((((((19.34 (((6,663,756 (((((((((74,570 (((((((((280.35 0 ((((((((((((((0.33 ((((((((((((((1.00 ((((((((((((45.58 Cambio(% Cambio(% Pro((95202)(vs.(2009 Pro((95202)(vs.(Pro(03209) ( A7.41% 18.15% A30.78% 22.64% 268.69% 452.11% ( 21.36% ( A7.49% 22.22% 6.04% A24.79% 11.45% 317.10% 438.93% 49.03% A7.82% Tabla 5.32: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Valle del Cauca Valle%del%Cauca Región:(Pacífica (Población( (Tasa(de(Ataques( (Núm(Polícias((1996D2008) NBI PIBpc(($(Col(/pna) Petroleopc(($(Col(/pna) Oropc(($(Col(/pna) COCApc(((Ha(/pna) (Tasa(Capturas(por(Hom Núm(Grupos(Presentes Participación(Electoral Promedio% 1995%62002 Promedio% 200362009 Año 2009 (((((((((((((3,882,895 ((((((((((((((((((((((41.75 ((((((((((((((((7,248.86 ((((((((((((((((((((((16.18 (((((((((((((8,253,919 ((((((((((((((((((((((((5.94 ((((((((((((((((((((((59.58 (((((((((((((((0.000012 ((((((((((((((((((((((((0.19 ((((((((((((((((((((((((2.25 ((((((((((((((((((((((51.53 (((((((((((((4,205,718 (((((((((((((((((((((94.86 (((((((((((((((7,910.83 (((((((((((((((((((((12.60 (((((((((((((8,947,765 (((((((((((((((((((((17.40 (((((((((((((((((((((60.25 ((((((((((((((0.000129 (((((((((((((((((((((((0.29 (((((((((((((((((((((((2.14 (((((((((((((((((((((41.77 (((4,338,216 ((((((((((((((((((24 ((((((((((((8,218 ((((((((((((10.74 (((9,657,195 0 (((((((((184.73 (((((0.000214 ((((((((((((((0.23 ((((((((((((((1.00 ((((((((((((40.45 Cambio%% Cambio%% Pro(%95602)%vs.%2009 Pro(%95602)%vs.%Pro(03609) ( D42.51% 13.37% D33.63% 17.00% D100.00% 210.07% 1743.39% 22.97% ( D21.49% 127.20% 9.13% D22.15% 8.41% 192.81% 1.13% 1007.82% 52.33% D18.92% Tabla 5.33: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Vaupés Vaupés Región:(Amazonas Población( Tasa(de(Ataques(( (Núm(Polícias((1996I2008) NBI PIBpc(($(Col(/pna) Petroleopc(($(Col(/pna) Oropc(($(Col(/pna) COCApc(((Ha(/pna) (Tasa(Capturas(por(Hom Núm(Grupos(Presentes Participación(Electoral ! Promedio. 1995.72002 Promedio. 200372009 Año 2009 (((((((((((((((((((34,892 ((((((((((((((((((((((((0.13 ((((((((((((((((((((((((((((38 0 (((((((((((((3,576,471 0 (((((((((((((((((((292.63 (((((((((((((((((((0.0202 ((((((((((((((((((((((((0.18 ((((((((((((((((((((((((0.50 ((((((((((((((((((((((40.67 (((((((((((((((((((39,711 (((((((((((((((((((((((0.57 (((((((((((((((((((((39.67 0 (((((((((((((2,259,297 0 (((((((((((((((((((124.11 (((((((((((((((((((0.0167 (((((((((((((((((((((((0.44 (((((((((((((((((((((((0.86 (((((((((((((((((((((26.29 (((((((((41,094 ((((((((((((((((((((1 (((((((((((((((238 0 (((2,117,097 0 0 (((((((((0.0085 ((((((((((((((1.00 ((((((((((((((1.00 ((((((((((((25.33 ! Cambio.% Cambio.% Pro(.95702).vs..2009 Pro(.95702).vs..Pro(03709) ( NV 526.32% ( I40.80% ( I100.00% I57.67% 452.10% ( I37.71% NV 4.39% I36.83% I57.59% I17.34% 145.39% I35.35% ! ! 138! Tabla 5.34: Cambios Porcentuales en las Variables. 1995-2009. Vichada Vichada Región:(Oriental Población( Tasa(de(Ataques(( (Núm(Polícias((1996K2008) NBI PIBpc(($(Col(/pna) Petroleopc(($(Col(/pna) Oropc(($(Col(/pna) COCApc(((Ha(/pna) (Tasa(Capturas(por(Hom Núm(Grupos(Presentes Participación(Electoral Promedio, 1995,52002 Promedio, 200352009 Año 2009 (((((((((((((((((((45,855 ((((((((((((((((((((((((0.38 (((((((((((((((((((178.43 0 (((((((((((((5,105,160 0 ((((((((((((((((((((((((0.33 (((((((((((((((((0.04719 ((((((((((((((((((((((((0.46 ((((((((((((((((((((((((1.00 ((((((((((((((((((((((31.97 (((((((((((((((((((57,477 (((((((((((((((((((((((6.71 (((((((((((((((((((343.33 0 (((((((((((((6,272,461 0 (((((((((((((((((((((((0.64 ((((((((((((((((0.08856 (((((((((((((((((((((((0.71 (((((((((((((((((((((((1.00 (((((((((((((((((((((24.09 (((((((((62,071 ((((((((((((((((((((1 (((((((((((((((435 0 (((7,475,311 0 0 (((((((0.05057 ((((((((((((((0.90 ((((((((((((((1.00 ((((((((((((23.86 Cambio,% Cambio,% Pro(,95502),vs.,2009 Pro(,95502),vs.,Pro(03509) ( NV 143.80% 1690.48% 92.42% 46.43% 22.87% K100.00% 7.17% 96.35% ( K25.37% 92.64% 87.67% 54.79% K24.66% 5.4 Observaciones iniciales De manera preliminar se observa el comportamiento de la variable dependiente, “intensidad del conflicto armado”, sin incluir aún en el análisis las variables independientes. Resulta muy interesante analizar el comportamiento del conflicto a través de las 5 regiones del país. En general, se verifica consistentemente la hipótesis que plantea que las regiones del centro presentan reducciones mucho más significativas en los niveles de conflicto violento que aquellas ubicadas en la periferia (ver Mapa 4.2 en la sección anterior). En efecto, en la región Andina (centro), constituida por diez departamentos más el distrito capital Bogotá DC, nueve departamentos presentan reducción en los niveles de conflicto armado. De manera similar, en la región Caribe (centro) constituida por ocho departamentos, seis de ellos presentaron reducciones significativas en los niveles de violencia. De los dos departamentos restantes, uno presentó aumento en el conflicto, y en el otro éste permaneció casi constante. La región Pacífica está conformada por cuatro departamentos, dos de los cuales pertenecen al centro (en los cuales se redujo el conflicto violento), y dos a la periferia (en los cuales el conflicto aumentó de manera significativa). ! ! ! ! 139! En cuanto a las regiones ubicadas en la periferia, la región Amazónica comprende cinco departamentos, ninguno de los cuales presentó reducción en los niveles de conflicto; en tres de ellos éste se incrementó, y en los dos restantes permaneció en niveles constantes. Finalmente la región Oriental (periferia), constituida por cinco departamentos, tan sólo uno presentó reducción en el conflicto. De los cuatro restantes, en dos permaneció casi constante, y en dos se incremento significativamente. Estos resultados corroboran la hipótesis preliminar, que vincula la reducción en los niveles de violencia con las regiones del centro del país, y su incremento o permanencia constante con las regiones de la periferia. En efecto, según se observó el país está claramente dividido entre las regiones centrales (centros de producción y demás actividades económicas, densamente poblados y con mayor acceso a los servicios públicos), y aquellas marginales o periféricas (de acceso más difícil por su ubicación mas remota, menores grados de industrialización, y menos densamente poblados). Como lo reflejan los resultados, la intensidad del conflicto se reduce de manera muy significativa en las regiones centrales, incrementándose o permaneciendo casi constante en las regiones periféricas, lo cual da sustancial poder explicativo a las variables geográficas. La Tabla 5.35 resume estos resultados. ! ! ! ! Tabla 5.35: Cambio % en la Intensidad del Conflicto, por Regiones Geográficas Región: Andina ( C ) DEPTO Cambio en Conflicto Antioquia -70% Bogotá -79% Boyacá -80% Caldas -76% Cundinamarca -82% Huila +60% Norte de Santander +25% Quindío -40% Risaralda -64% Santander -90% Tolima -7% Región: Caribe (C ) DEPTO Cambio en Conflicto Atlántico -77% Bolivar -80% Cesar -85% Córdoba +33% Guajira -48% Magdalena -88% San Andrés y Providencia = Sucre -76% Región: Oriental ( P ) Cambio en DEPTO Conflicto Arauca -25% Casanare +65% Guainía = Meta +218% Vichada = Región: Amazonas ( P ) DEPTO Cambio en Conflicto Amazonas = Caquetá +930% Guaviare +566% Putumayo +592% Vaupés = Región:(Pacífica((C/P)( DEPTO( Cambio(en( (( Conflicto( Cauca% %%%%%%%%%+267%% Chocó% %%%%%%%%%+372%% Nariño% %%%%%%%%%+370%% Valle% 743%% ! ! 140! ! ! 141! Este comportamiento similar de los cambios en los niveles de conflicto armado al interior de las regiones geográficas puede explicarse a través de un “efecto contagio” entre un departamento o municipio y sus vecinos. Según lo explican Sánchez y Chacón (2006, 381), “la actividad de los grupos irregulares en un municipio puede estar correlacionada con la actividad de los grupos irregulares en el municipio vecino, con las condiciones sociales de los vecinos o con factores generadores de violencia de los vecinos.” Este “contagio” geográfico se hace especialmente evidente en la regiones Andina y Caribe, en la cual la mayoría de los departamentos no sólo se redujo el conflicto, sino que esta reducción fue en valores porcentuales muy similares (entre 70 y 80 % en la mayoría de los casos). Esta observación inicial, aunque sólo incluye la variable dependiente, es un buen punto de partida para iniciar el análisis. La sección siguiente presenta la metodología Booleana, en la cual todas las variables (dependiente e independientes) se incorporan al análisis. 5.5 Metodología Según lo expuesto en el capítulo 2, al abordar las consideraciones metodológicas se encuentran dos fuertes consensos entre investigadores y estudiosos de los conflictos civiles. Por una parte, es claro que las investigaciones deben desplazarse del nivel nacional al nivel sub-nacional; el uso sistemático de datos a nivel sub-nacional es necesario, ya que los orígenes del desorden político se encuentran en conflictos cuyos propios orígenes son, en un alto grado, internos a la nación-estado (Bates 2008). Por otra parte, existe un fuerte consenso en cuanto a la necesidad de implementar enfoques multimetodológicos que combinen instrumentos cualitativos y cuantitativos (Laitin 2002). Basado en lo anterior, este trabajo implementa un enfoque multi-metodológico, en el cual ! ! ! ! 142! se emplean metodologías cualitativas y cuantitativas y se combinan agregados nacionales con datos desagregados a nivel departamental. Las metodologías cualitativas utilizadas incluyen el Análisis Cualitativo Comparativo (QCA por sus siglas en inglés, Qualitative Comparative Analysis), basado en la lógica del álgebra Booleana, y los análisis de casos de estudio. En cuanto a las metodologías cuantitativas, éstas incluyen los promedios porcentuales para medir el comportamiento de las variables en el período 1995-2009. En este capítulo se combinan las metodologías cualitativas del álgebra Booleana con los métodos cuantitativos de promedios porcentuales, los cuales son necesarios para construir las Tablas de Verdad Booleana. En el capítulo siguiente, se emplea la metodología de análisis de casos. 5.5.1 Análisis Cualitativo Comparativo y la lógica del álgebra Booleana La selección del Análisis Cualitativo Comparativo se inspira en los trabajos de Wickham-Crowley (1993) y Ragin (1989, 2009). Wickham-Crowley busca determinar por qué en algunos casos los movimientos insurgentes Latinoamericanos alcanzaron la revolución (Cuba y Nicaragua) y en otros no. Parte de la base de que podría haber existido una condición necesaria para el éxito revolucionario (el soporte de los campesinos), y otras condiciones o configuraciones complementarias que explicasen los diferentes resultados de los movimientos insurgentes. Como puede observarse es un cuestionamiento similar al planteado por esta investigación, la cual busca establecer por qué en algunas regiones del país la intensidad del conflicto armado se redujo significativamente entre los años 2003 y 2009 y en otras esto no ocurrió (permaneciendo la intensidad del conflicto casi constante, o en algunos casos incrementándose). Esta investigación considera la implementación de la PSD la ! ! ! ! 143! condición necesaria para el cambio en la intensidad del conflicto, y evalúa el comportamiento de otras variables mediadoras para explorar la posible existencia de configuraciones o condiciones que hayan modulado la efectividad de la PSD, explicando así los diferentes resultados. Para este tipo de análisis comparativo resulta muy útil la lógica de John Stuart Mill quién formuló cinco principios de razonamiento inductivo y dos técnicas básicas para el análisis comparativo: el método de concordancia y el método de diferencia. Resumidos brevemente, en el método de concordancia se seleccionan todos los casos que presentan un resultado similar, “X”, y se analiza en qué se diferencian dichos casos entre sí. Si se encuentra, por ejemplo, que difieren en la presencia de las condiciones A, B, C, D, pero son similares en cuanto a la presencia de la condición E, podría inferirse que la condición E ha sido la causa del resultado similar “X”. El mismo Mill sugirió que el método de concordancia debía utilizarse con cautela, y sugirió el uso de otro instrumento de lógica: el método de diferencia. Según éste, se toman casos que son similares en muchos aspectos, pero difieren en cuanto al resultado final (por ejemplo, “revolución” o “no revolución”). Si al analizar dichos casos se encuentra que son similares en la presencia de las condiciones A, B, C, D, pero difieren en cuanto a la presencia de la condición E, puede inferirse que es la presencia o ausencia de E, (o su naturaleza), la que ha determinado los diferentes resultados (Wickham-Crowley 1993). Este tipo de lógica basada en los hallazgos de Mill ha sido utilizada en el pasado por Skocpol (1979) y Ragin (1989). La primera denominó su metodología “análisis macro-causal”, mientras que Ragin utilizó la lógica Boolena (así denominada por su precursor George Boole, 1840) para sistematizar sus análisis. Un aspecto importante de la ! ! ! ! 144! lógica Booleana es que no sólo permite el análisis individual de las condiciones que determinan el resultado de un evento (o sea, las variables A,B, C, D, E en el ejemplo anterior), sino que también permite evaluar el efecto de sus combinaciones. Las interacciones de estas variables generan nuevas variables mediadoras, generándose así las posibles configuraciones de variables, que en últimas determinan la ocurrencia de un evento. En términos prácticos, el análisis Booleano comienza construyendo las llamadas “tablas de verdad”, cuyo objetivo es identificar la posible existencia de configuraciones regionales que hayan incidido sobre la efectividad de la PSD. Estas posibles configuraciones provienen de las hipótesis formuladas en el capítulo dos, las cuales vale la pena mencionar de nuevo por su importancia para la formulación que sigue. Las hipótesis hacen referencia a que el cambio en la intensidad del conflicto armado (variable dependiente) se relaciona de diferente forma con las otras variables mediadoras. Por una parte, se relaciona de manera directa con los ingresos por recursos saqueables como oro, coca y petróleo (si aumentan los ingresos, aumenta la intensidad del conflicto); con la pobreza (si aumenta la pobreza, aumenta la intensidad del conflicto armado) y también de manera directa con el número de grupos presentes (si aumenta el número de grupos, aumenta la intensidad del conflicto). A su vez, la intensidad del conflicto armado se relaciona de manera inversa con la presencia institucional (si aumenta la presencia, disminuye la intensidad del conflicto), con la inclusión política (si aumenta la inclusión, disminuye la intensidad del conflicto), con la eficiencia de la justicia (si aumenta la eficiencia disminuye el conflicto) y con la cercanía al centro del país (si aumenta la cercanía al centro disminuye más rápido el ! ! ! ! 145! conflicto, que en regiones de la periferia). Vale la pena recordar que las variables mediadoras actuarían como factores coadyuvantes (o entorpecedores) de la variable que se ha asumido como condición necesaria para los cambios en la intensidad del conflicto (la implementación de la PSD). Lo que se desea analizar es si dependiendo del comportamiento de estas variables mediadoras, la PSD tuvo diferentes resultados a nivel regional, ocasionando así que los cambios en la intensidad del conflicto armado variasen a través de las diferentes regiones. Por lo tanto, para identificar las configuraciones es necesario analizar el comportamiento tanto de la variable dependiente como de las variables mediadoras en el período 1995-2009. Las preguntas son: ¿Las variables aumentaron o disminuyeron? y ¿Cómo medir y cuantificar este comportamiento? Para dar respuesta a estas preguntas, y poder así construir la “Tabla de verdad Booleana” es necesario construir primero la “Tabla de Cambios Porcentuales”, con la cual se obtienen los datos cuantitativos necesarios para responder a las preguntas que se formulan en las hipótesis. Una vez construida la tabla de cambios porcentuales, esta información se traduce a la tabla de verdad Booleana, como se explica a continuación. 5.5.1.1 Tablas Booleanas de verdad y análisis de promedios porcentuales En estas tablas se listan todos los posibles casos en la columna de la extrema izquierda (para esta investigación son los departamentos de Colombia). En la columna de la extrema derecha se presenta el resultado final, el cual en esta investigación sería “disminución en la intensidad del conflicto” (al cual se asigna el valor 1, si ocurrió, ó 0, si no ocurrió). La no disminución del conflicto puede sub-dividirse en aumento o permanencia constante del conflicto, pero eso se presentará posteriormente. Inicialmente, ! ! ! ! 146! como se indicó, se consideran sólo dos posibles resultados: disminución del conflicto (1), o no disminución del conflicto (0). ¿Pero cómo se cuantifica la presencia o ausencia del evento? Es decir, cómo se determina si para el departamento “X” la intensidad del conflicto armado disminuyó (1) ó no disminuyó (0) entre 1995 y 2009? Para ello se recurre a los métodos cuantitativos basados en cambios porcentuales y promedios. Se establece un tiempo llamado “antes” y un tiempo llamado “después” y se compara el cambio porcentual de la variable analizada entre “antes” y “después”. La variable que mide la intensidad del conflicto es la tasa de ataques, la cual es la sumatoria de las acciones ofensivas iniciadas por los grupos insurgentes, y cuantifica la intensidad del conflicto armado. En este caso, el periodo “antes” es el promedio de los años 1995 a 2002, y como periodo “después” se toma el año 2009, que es el último para el cual se tienen resultados numéricos de la implementación de la PSD. La razón para tomar el periodo 1995-2002 como “antes”, y no sólo el año 2002 (que es el inmediatamente anterior a la implementación de la PSD) obedece a la importancia de incorporar información histórica suficientemente significativa sobre el comportamiento de la intensidad del conflicto antes de la implementación de la PSD. En cambio, para el período “después” se toman los resultados del año 2009, ya que éstos reflejan el efecto acumulado de seis años de implementación de la PSD, como un continuum. Los resultados de los cambios porcentuales para la variable tasa de ataques ( y para todas las demás variables) se presentan en la Tabla 5.36. Resumiendo lo anterior, si al comparar el promedio de la intensidad del conflicto entre 1995-2002, con la intensidad del conflicto en el año 2009 se observa que el cambio porcentual es negativo ! ! ! ! 147! (decreció), se asigna para este departamento un valor de 1 en la tabla de verdad Booleana, en la columna “disminución del conflicto armado”. Si por el contrario, haciendo la misma comparación el cambio porcentual aumentó o permaneció constante, se asigna a este departamento el valor 0 en la columna “disminución del conflicto armado”. Continuando con la tabla de verdad, en las columnas centrales se incluyen la variable independiente y las variables mediadoras, que son las condiciones que se supone determinan el resultado final. Como se explicó anteriormente la variable independiente es la implementación de la PSD, la cual se considera una condición necesaria para los cambios en la intensidad del conflicto. Las otras variables son las mediadoras, las cuales se espera determinen las configuraciones que han modulado la efectividad de la PSD. En resumen estas variables son: número de policías para cuantificar la PSD; PIBpc para evaluar los efectos de pobreza y resentimientos; petróleo pc, coca pc y oropc para evaluar la codicia por la presencia de recursos saqueables; tasa de capturas por homicidio para evaluar la presencia estatal; participación electoral para evaluar la inclusión política; número de grupos presentes, para evaluar el efecto de múltiples grupos; y geografía, para evaluar el efecto de la ubicación en centro o periferia. Cabe precisar que debió prescindirse del índice de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), ya que la información existente se encuentra incompleta para muchos de los departamentos. Por tal razón, para evaluar los efectos de la pobreza y resentimientos se utiliza únicamente el PIB per cápita. Para todas las variables excepto geografía se aplica el criterio numérico descrito anteriormente. Es decir, se comparan los períodos “antes” vs. “después”, y se determina si hubo o no incremento porcentual en estas variables. Si hubo incremento porcentual ! ! ! ! 148! (indicando así mayor “presencia” de la variable en cuestión) se asigna el valor 1. Si no hubo incremento (indicando que la variable decreció o permaneció constante) se asigna el valor 0. Para las variables tasa de ataques, número de policías, y número de grupos presentes, se tomó como período “después” los resultados del año 2009, ya que éstos reflejan el efecto acumulado de seis años de implementación de la PSD, como un continuum. Se consideró que para estas variables el promedio no reflejaría de manera tan acertada la implementación acumulativa de la PSD. En cambio, para las variables de pobreza y resentimientos (PIBpc), codicia (oropc; cocapc y petróleopc), presencia institucional (tasa de capturas) e inclusión política (participación electoral), se tomó como período “después” el promedio (20032009), por considerarse que para este tipo de variables el promedio refleja de manera más inclusiva el comportamiento durante todo el período. En cuanto al período “antes”, para todas las variables se tomó el promedio (1995-2002), con el fin de incorporar información histórica suficientemente significativa sobre el comportamiento de las variables antes de la implementación de la PSD. Finalmente, para la variable geográfica (que no presenta evolución en el tiempo) se asignan los valores fijos de 0 para regiones ubicada en la periferia y 1 para regiones ubicadas en el centro. La clasificación de los departamentos en centro ó periferia se explicó en la sección “Geografía” en el capítulo 4. Las Tablas 5.36 y 5.37 presentan lo explicado anteriormente. La Tabla 5.36 resume toda la información, en términos de variación porcentual, para los períodos comparados. La Tabla 5.37, as su vez, presenta la Tabla de Verdad Booleana, convirtiendo en 1 y 0 las cifras de la Tabla 5.36. En el caso de los recursos saqueables (oro, coca y petróleo), en aquellos departamentos en donde no está presentes aparece la ! ! ! ! 149! sigla NP en la tabla. Por esta razón, a estos casos se les asigna un 0 en la tabla de verdad Booleana, indicando así que los ingresos por estos recursos no aumentaron en el período, lo cual es lo que plantea la hipótesis de codicia por recursos. Tabla 5.36: Cambio porcentual, prom(1995-2002) vs. 2009, de las variables A, H y Tasa de Ataques Cambio porcentual, prom(1995-2002) vs. prom(2003-2009) de las variables B, C, D, E, F, G Signos: + = aumento; - = disminución Pobreza Codicia Codicia Codicia PIBpc Petrolpc Cocapc Oropc A B C D E 1 Amazonas 39.08% -0.98% NP 1692% 279.63% 2 Antioquia 46.26% 9.98% 76.70% 262.68% 208.62% 3 Arauca 52.52% 2.89% 1.44% 50.07% NP 4 Atlántico 9.18% 11.39% 227.88% NP NP 5 Bogotá D. C. 114.40% 20% NP NP 6 Bolívar -34.12% 36.37% 184% 7 Boyacá 65.59% 20.10% 8 Caldas 63.72% 9 Caquetá CASO PSD (Departamento) (# Policias) Pres. Instit Inclus. Pol Warlords Tasa Captu Part. Elect # Grupos * F Geografia: Intensidad Periferia? Conflicto Tasa Ataque G H I -40.90% -8% 1→0 Periferia NV 146.87% 1.31% 3→1 Centro -69.06% 104.31% 6.32% 3→2 Periferia -24.79% 51.15% -48.23 2→0 Centro -76.88% NP 119.13% 1.38% 2→1 Centro -78.54% 67.57% -18.06% 255.74% -9.39% 3→2 Centro -81.82% 1011.14% 260.97% 146.68% 44.06% 0.04% 3→1 Centro -80% 13.74% NP 100% 77.46% 113.81% -29.90% 2→1 Centro -76% 126.49% -4.55% NP -77.84% -19.91% 142.78% -31.77% 1→1 Periferia 930.77% 10 Casanare 203.44% -29.06% 61.57% NP NP 181.16% 16.45% 3→2 Periferia 64.10% 11 Cauca 84.38% 19.42% 55.16% 55.58% 117.18% 141.88% -4.79% 3→1 Centro 267.06% 12 Cesar 56.22% 38.28% 206.61% -99.34% NP 202.62% 2.27% 3→0 Centro -84.85% 13 Chocó 187.95% 16.71% NP 1360.21% 294.80% 301.11% -16.36% 2→2 Periferia 372.73% 14 Córdoba 36.72% 12.70% 120.81% 340.61% -56.94% 118.67% -8.76% 2→1 Centro 33.33% 15 Cundinamarca 74.11% 9.25% 101.59% 225.48% -100% 558.70% 4.98% 2→1 Centro -81.61% 16 Guanía 152.44% -18.96% NP 68.49% 46.94% 344.69% -23.04% 1→1 Periferia NV 17 Guaviare 375.98% -60.43% NP -68.51% NP 75.85% -6.75% 1→1 Periferia 566.67% 18 Huila -6.82% 9.79% 128.67% NP 16.75% 78.84% -29.20% 2→1 Centro 58.62% 19 La Guajira 40.68% 4.65% 131.80% 57.14% 100% 69.15% -24.73% 2→1 Centro -47.97% 20 Magdalena 35.23% 10.25% -100% 48.45% 3303.75% 99.15% 1.01% 3→0 Centro -88.06% 21 Meta 75.31% 27.27% 165.31% 89.95% NP -10.10% 29.32% 2→1 Periferia 218.75% 22 Nariño 81.20% 15.40% -32.29% 250.27% 58.41% 24.30% -17.22% 3→2 Periferia 369.23% 23 Norte Santander 60.69% 14.27% 113.20% -53.61% 100% 173.53% -9.57% 3→2 Centro 24.18% 24 Putumayo 130.31% 9.48% 151.77% -73.15% 114.45% 86.34% -9.17% 2→1 Periferia 591.89% 25 Quindío 12.80% 3.81% NP NP 150.64% 74.27% 0.54% 1→1 Centro -41.46% 26 Risaralda 31.25% 15.84% NP NP -9.75% 196.45% -8.85% 2→0 Centro -63.91% 27 San Andrés y P 86.29% 0.45% 81.10% NP NP 5.73% -22.33% 1→0 Centro NV 28 Santander 5.46% 39.24% 171.83% 129.18% 31.51% 320.16% -6.78% 3→0 Centro -91.23% 29 Sucre 51.82% 9.95% 89.95% NP 168.37% 350.15% -9.83% 2→0 Centro -76.12% 30 Tolima 18.15% 11.45% 317.10% NP 438.93% 49.03% -7.82% 3→1 Centro -7.41% 31 Valle 13.37% 8.41% 192.81% 1008% 1.13% 52.33% -18.92% 3→1 Centro -42.51% 32 Vaupés 526.32% -36.83% NP -17.34% -57.59% 145.39% -35.35% 1→1 Periferia NV 33 Vichada 143.80% 22.87% NP 87.67% 92.64% 54.79% -24.66% 1→1 Periferia NV * Por la naturaleza de esta variable, para el período 1995-2002 no se toma el promedio, sino el número mayor de grupos en el periodo np: recurso no presente en este departamento na: dato no disponible nv: la tasa de ataques permaneció casi constante en estos departamentos. ! ! ! ! 150! Tabla 5.37: Variación en la intensidad del conflicto armado, 1995-2009. Tabla de verdad Booleana. 1="si"; 0="no". "No" puede ser: permaneció constante o cambió en sentido opuesto. Aumentó Aumentó Aumentó Aumentó PIBpc? Petrolpc? Cocapc? Oropc? A B C D E F G H I 1=si; 0=no 1 Amazonas 1 0 0 1 1 0 0 0 0 0 2 Antioquia 1 1 1 1 1 1 1 0 1 1 3 Arauca 1 1 1 1 0 1 1 0 0 1 4 Atlántico 1 1 1 0 0 1 0 0 1 1 5 Bogotá D. C. 1 1 0 0 0 1 1 0 1 1 6 Bolívar 0 1 1 1 0 1 0 0 1 1 7 Boyacá 1 1 1 1 1 1 1 0 1 1 8 Caldas 1 1 0 1 1 1 0 0 1 1 9 Caquetá 1 0 0 0 0 1 0 0 0 0 10 Casanare 1 0 1 0 0 1 1 0 0 0 11 Cauca 1 1 1 1 1 1 0 0 1 0 12 Cesar 1 1 1 0 0 1 1 0 1 1 13 Chocó 1 1 0 1 1 1 0 0 0 0 14 Córdoba 1 1 1 1 0 1 0 0 1 0 15 Cundinamarca 1 1 1 1 0 1 1 0 1 1 16 Guanía 1 0 0 1 1 1 0 0 0 0 17 Guaviare 1 0 0 0 0 1 0 0 0 0 18 Huila 0 1 1 0 1 1 1 0 1 0 19 La Guajira 1 1 1 1 1 1 0 0 1 1 20 Magdalena 1 1 0 1 1 1 1 0 1 1 21 Meta 1 1 1 1 0 0 1 0 0 0 22 Nariño 1 1 0 1 1 1 0 0 0 0 23 Norte Santander 1 1 1 0 1 1 0 0 1 0 24 Putumayo 1 1 1 0 1 1 0 0 0 0 25 Quindío 1 1 0 0 1 1 1 0 1 1 26 Risaralda 1 1 0 0 0 1 0 0 1 1 27 San Andrés y P 1 0 1 0 0 1 0 0 1 0 28 Santander 1 1 1 1 1 1 0 0 1 1 29 Sucre 1 1 1 0 1 1 0 0 1 1 30 Tolima 1 1 1 0 1 1 0 0 1 1 31 Valle 1 1 1 1 1 1 0 0 1 1 32 Vaupés 1 0 0 0 0 1 0 0 0 0 33 Vichada 1 1 0 1 1 1 1 0 0 0 CASO Aumentó (Departamento) # Policias? ! Aumentó Aumentó Aumentó Geografía: Disminuc. Tasa Capt? Part. Elect? # Grupos? Centro? ! Conflicto? ! ! 151! Una vez obtenida la tabla de verdad, se procede a hacer el análisis utilizando el Algebra Boolena. En contraste con los métodos estadísticos, el número de variables que determinarán las posibles configuraciones no afecta la validez de esta forma de análisis comparativo. En general, mas variables solo causan que las transformaciones lógicas (que se harán posteriormente) sean más complejas. A partir de este punto la tabla de verdad se analiza a través de una serie de “reducciones”, las cuales están encaminadas a establecer cuales condiciones son necesarias y suficientes para producir cualquiera de los resultados (i.e éxito o fracaso). Según señala Wickham-Crowley (1993, 304): ‘Necesaria’ quiere decir que una condición debe estar presente, o el resultado no ocurrirá; puede, sin embargo, tener tal efecto sólo en presencia de otras condiciones que apoyan este resultado. ‘Suficiente’ significa que la sola ocurrencia de esta condición producirá el resultado en cuestión; esto no descarta la existencia de otras condiciones, o conjunto de condiciones, que puedan también ser suficientes. Dada la complejidad de los fenómenos sociales, son raros los casos de causas a la vez necesarias y suficientes para el efecto. Al finalizar el proceso completo de reducción Booleana (explicado e implementado en la siguientes sección), éste produce una serie de “escenarios” o configuraciones que especifican cual conjunto o conjuntos de condiciones produce, por ejemplo, la reducción en la intensidad del conflicto armado (resultado al cual se asigna un 1). Un proceso idéntico se realiza para identificar las configuraciones que caracterizan la no reducción en el conflicto armado (pudiendo éste aumentar, o permanecer constante), al cual se asigna un 0. 5.5.1.2 Procesamiento de datos El proceso se inicia agrupando, de la tabla de verdad, todos aquellos casos para los cuales el resultado fue “reducción en el conflicto armado” (identificados con un 1). ! ! ! ! 152! Para cada uno de esos casos se identifica la configuración que lo caracteriza, es decir, si las variables mediadoras estuvieron presentes o ausentes. Una variable presente se señala en mayúscula, y una variable ausente se señala en minúscula. Por ejemplo, para el departamento de Antioquia, que es el primero que presenta reducción en el conflicto armado, la configuración sería ABCDEFGhI, lo cual representa que en este departamento, entre 1995 y 2009, el número de policías aumentó (A), el PIBpc aumentó (B), el petróleopc aumentó (C), la cocapc aumentó (D), el oropc aumentó (E), la tasa de capturas aumentó (F), la participación electoral aumentó (G), el número de grupos presentes disminuyó (h), y está ubicado en el centro del país (I). Otro ejemplo, para clarificar, sería el departamento de Arauca, en el cual también disminuyó la intensidad del conflicto. En el caso de este departamento la configuración sería ABCDeFGhi, lo cual representa que en este departamento, entre 1995 y 2009, el número de policías aumentó (A), el PIBpc aumentó (B), el petróleopc aumentó (C), la cocapc aumentó (D), el oropc disminuyó (e), la tasa de capturas aumentó (F), la participación electoral aumentó (G), el número de grupos presentes disminuyó (h), y está ubicado en la periferia del país (i). Esta identificación de configuraciones se realiza para todos los casos (departamentos) cuyo resultado fue “disminución en la intensidad del conflicto” (identificados con el 1). Una vez se obtienen todas las configuraciones, se busca si se pueden agrupar departamentos que presenten la misma configuración. Como se observa en la tabla resumen que se presenta a continuación, presentan configuraciones similares los departamentos de: Antioquia y Boyacá; Guajira, Santander y Valle; Sucre y Tolima. Estos comportamientos similares se analizan en detalle en el siguiente capítulo, al ! ! ! ! 153! seleccionar los casos de análisis. De esta forma, para los 17 departamentos (incluyendo Bogotá D.C) que presentaron como resultado final “disminución en la intensidad del conflicto”, se identifican 13 posibles configuraciones. El paso siguiente consiste en las rondas de minimización. Este proceso, según explica Wickham-Crowley (1993,307), se basa en la siguiente premisa: si dos escenarios producen resultados similares, pero difieren únicamente en la presencia/ausencia de una sola condición, se infiere que esa condición no puede ser decisiva en la producción de ese resultado común; por lo tanto esa condición puede ser descartada, y los dos escenarios combinados en uno sólo, con una condición menos. Por ejemplo, en la ronda 1 de minimizaciones presentada abajo, se observa que la configuración ABCDEFGhI (compartida por Antioquia y Boyacá) se combina con la configuración ABCDEFghI (compartida por Guajira, Santander y Valle) produciendo la configuración ABCDEFhI, en la cual desapareció la condición G/g (participación electoral), ya que se infiere que no pudo ser decisiva para el resultado final. Este proceso debe repetirse para todas las parejas variantes, hasta que el número de condiciones pueda reducirse al menos en una condición, para todas las posibles combinaciones. El proceso debe repetirse para reducir el número de condiciones aun más, si es posible. La minimización debe continuar hasta que ningún otro proceso de apareamiento y eliminación sea posible. A continuación se presentan los procesos de apareamiento y minimización para cada uno de los tres posibles resultados: “intensidad del conflicto armado disminuyó” (identificado con el 1); :intensidad del conflicto armado no disminuyó” (identificado con el numeral 0), el cual a su vez se subdivide en dos resultados: “intensidad del conflicto armado aumentó” e “intensidad del conflicto armado permaneció constante”. Este último ! ! ! ! 154! resultado se identifica con el símbolo NV (no varió) en la tabla de variación porcentual, y significa que las variaciones porcentuales en la intensidad del conflicto fueron insignificantes. Resultado 1: Intensidad del Conflicto Armado Disminuyó (17 Casos) Configuración Casos (Vienen de la Tabla 5.37) ! 1. ABCDEFGhI Antioquia (2) y Boyacá (7) 2. ABCDeFGhi Arauca (3) 3. ABCdeFghI Atlántico (4) 4. ABcdeFGhI Bogotá (5) 5. aBCDeFghI Bolivar (6) 6. ABcDEFghI Caldas (8) 7. ABCdeFGhI Cesar (12) 8. ABCDeFGhI Cundinamarca (15) 9. ABCDEFghI Guajira (19), Santander (28) y Valle (31) 10. ABcDEFGhI Magdalena (20) 11. ABcdEFGhI Quindio (25) 12. ABcdeFghI Risaralda (26) 13. ABCdEFghI Sucre (29) y Tolima (30) ! ! ! Resultado 1, Minimización(Ronda 1) Configuración 1 y 9: ABCDEFGhI Antioquia (2) y Boyacá (7) se combina con ABCDEFghI Guajira (19), Santander (28) y Valle (31) y produce ABCDEFhI Configuración 1 y 10: ABCDEFGhI Antioquia (2) y Boyacá (7) se combina con ABcDEFGhI Magdalena (20) y produceABDEFGhI Configuración 2 y 8: ABCDeFGhi Arauca (3) se combina con ABCDeFGhI Cundinamarca (15) y produce ABCDeFGh Configuración 3 y 7: ABCdeFghI Atlántico (4) se combina con ABCdeFGhI Cesar (12) y produce ABCdeFhI Configuración 3 y 13: ABCdeFghI Atlántico (4) se combina con ABCdEFghI Sucre (29) y Tolima (30) y produce ABCdFghI Configuración 9 y 13: ABCDEFghI Guajira (19), Santander (28) y Valle (31)se combina con ABCdEFghI Sucre (29) y Tolima (30) y produce ABCEFghI Configuración 4 y 7: ABcdeFGhI Bogotá (5) se combina con ABCdeFGhI Cesar (12) y produce ABdeFGhI Configuración 4 y 11: ABcdeFGhI Bogotá (5) se combina con ABcdEFGhI Quindio (25) y produce ABcdFGhI ! ! 155! ! ! Configuración 4 y 12: ABcdeFGhI Bogotá (5) se combina con ABcdeFghI Risaralda (26) y produce ABcdeFhI Configuración 6 y 9: ABcDEFghI Caldas (8) se combina con ABCDEFghI Guajira (19), Santander (28) y Valle (31)y produce ABDEFghI Configuración 6 y 10: ABcDEFghI Caldas (8) se combina con ABcDEFGhI Magdalena (20) y produce ABcDEFhI Configuración 7 y 8: ABCdeFGhI Cesar (12) se combina con ABCDeFGhI Cundinamarca (15) y produce ABCeFGhI Configuración 10 y 11: ABcDEFGhI Magdalena (20) se combina con ABcdEFGhI Quindio (25) y produce ABcEFGhI Configuración 3 y 12: ABCdeFghI Atlántico (4) se combina con ABcdeFghI Risaralda (26) y produce ABdeFghI Configuración 1 y 8: ABCDEFGhI Antioquia (2) y Boyacá (7) se combina con ABCDeFGhI Cundinamarca (15) y produce ABCDFGhI Resultado 1, Minimización (Ronda 2) Configuración 1 + 9 & Configuración 6 + 10: ABCDEFhI se combina con ABcDEFhI y produce ABDEFhI Configuración 1 + 10 & Configuración 6 + 9: ABDEFGhI se combina con ABDEFghI y produce ABDEFhI (igual a la anterior) ! ! 156! ! ! 157! Configuración 3 + 7 & Configuración 4 + 12: ABCdeFhI se combina con ABcdeFhI y Produce ABdeFhI Configuración 4 + 7 & Configuración 3 + 12: ABdeFGhI se combina con ABdeFghI y Produce ABdeFhI (igual a la anterior) A estas configuraciones se adicionan las que no sufren otra minimización, que son: Configuración 2 + 8: Produce ABCDeFGh Configuración 3 + 13: Produce ABCdFghI Configuración 9 + 13: Produce ABCEFghI Configuración 4 + 11: Produce ABcdFGhI Configuración 7 + 8: Produce ABCeFGhI Configuración 10 + 11: Produce ABcEFGhI Configuración 1 + 8: Produce ABCDFGhI En resumen, tras dos rondas de minimización, el resultado “Disminución del conflicto armado” presenta 9 distintas configuraciones. Resultado 2: Intensidad del Conflicto Armado Aumentó (11 Casos) ConfiguraciónCasos (Vienen de la Tabla 5.37) ! 1. AbcdeFghi Caquetá (9) y Guaviare (17) 2. AbCdeFGhi Casanare (10) 3. ABCDEFghI Cauca (11) ! ! ! 4. ABcDEFghi Chocó (13) y Nariño (22) 5. ABCDeFghI Córdoba (14) 6. aBCdEFGhi Huila (18) 7. ABCDefGhi Meta (21) 8. ABCdEFghI Norte Santander (23) 9. ABCdEFghi Putumayo (24) Resultado 2, Minimización (Ronda 1) Configuración 3 y 5: ABCDEFghI Cauca (11) se combina con ABCDeFghI Córdoba (14) y produce ABCDFghI Configuración 3 y 8: ABCDEFghI Cauca (11) se combina con ABCdEFghI Norte Santander (23) y produce ABCEFghI Configuración 8 y 9: ABCdEFghI Norte Santander (23) se combina con ABCdEFghi Putumayo (24) y produce ABCdEFgh A estas configuraciones se adicionan la que no sufrieron minimización, que son: Configuración 1: AbcdeFghi Configuración 2: AbCdeFGhi Configuración 4: ABcDEFghi Configuración 6: aBCdEFGhi Configuración 7: ABCDefGhi ! ! 158! ! ! 159! En resumen, tras las rondas de minimización, el resultado “Aumento del conflicto armado” presenta 8 distintas configuraciones. Resultado 3: Intesidad del Conflicto Armado Permaneció Constante (5 Casos) ConfiguraciónCasos (Vienen de la Tabla 5.37) 1. AbcDEfghi Amazonas (1) 2. AbcDEFghi Guainía (16) 3. AbCdeFghI San Andrés y Providencia (27) 4. AbcdeFghi Vaupés (32) 5. ABcDEFGhi Vichada (33) Resultado 3, Minimización (Ronda 1) Configuración 1 y 2: AbcDEfghi Amazonas (1) se combina con AbcDEFghi Guainía (16) y produce AbcDEghi Configuración 3 y 4: AbCdeFghI San Andrés y Providencia (27) se combina con AbcdeFghi Vaupés (32) y produce AbdeFghi Configuración 5: ABcDEFGhi Vichada (33) En resumen, tras las rondas de minimización, el resultado “Conflicto armado permaneció constante” presenta 3 distintas configuraciones. ! ! ! ! 160! 5.5.1.3 Análisis de resultados A continuación se presenta el análisis para cada uno de los tres posibles resultados que podían obtenerse en los departamentos a raíz de la implementación de la PSD, es decir, disminución en la intensidad del conflicto armado, aumento en la intensidad del conflicto armado, o permanencia casi constante del conflicto armado. 5.5.1.3.1 Departamentos donde la intensidad del conflicto armado disminuyó Los 17 casos (departamentos) que presentaron disminución en la intensidad del conflicto armado se agruparon finalmente en 9 posibles configuraciones. Vale la pena recordar que las variables examinadas son: A (si presente), ó a (si ausente): aumento en el número de policías B (si presente), ó b (si ausente): aumento en el PIB per cápita C (si presente), ó c (si ausente): aumento en los ingresos por petróleo D (si presente), ó d (si ausente): aumento en los ingresos por coca E (si presente), ó e (si ausente): aumento en los ingresos por oro F (si presente), ó f (si ausente): aumento en la tasa de capturas G (si presente), ó g (si ausente): aumento en la participación electoral H (si presente), ó h (si ausente): aumento en el número de grupos presentes I (si presente), ó i (si ausente): ubicación del departamento en el centro del país Igualmente vale la pena anotar de nuevo las 9 configuraciones obtenidas: ABDEFhI ABdeFhI ABCDeFGh ABCdFghI ABCEFghI ABcdFGhI ABCeFGhI ABcEFGhI ABCDFGhI ! ! ! ! 161! Al analizar lo anterior, se observa que los elementos comunes a todas las configuraciones son: A; B; F; h; I, lo cual implica que en todos los departamentos donde disminuyó la intensidad del conflicto armado también: - aumentó el número de policías (variable que cuantifica la PSD). - aumentó el PIB pc (variable que cuantifica disminución de pobreza). - aumentó la tasa de capturas (variable que cuantifica presencia institucional, justicia). - disminuyó el número de grupos presentes (variable que cuantifica Warlords). - pertenecen al centro del país (una sola excepción, Arauca). Las 4 variables restantes: (C, D, E alusivas a la presencia de recursos: petróleo, coca y oro respectivamente), y G (participación electoral), no presentan ningún patrón común de comportamiento. Es decir, pueden estar presentes o ausentes y ello no afecta la disminución en la intensidad del conflicto armado, por lo cual no parecen tener un efecto mediador significativo entre la implementación de la PSD y la reducción en la intensidad del conflicto. Qué significan estos resultados, y qué conclusiones pueden derivarse de ellos? Para iniciar la discusión, vale la pena recordar el argumento central de esta investigación, explicado en el capítulo 2: basado en las hipótesis formuladas se esperaría, por ejemplo, que en regiones con menores niveles de pobreza y desigualdad; mayor inclusión política; mayor presencia institucional; sin presencia de recursos saqueables ( o donde los ingresos por éstos no aumentasen); sin presencia conjunta de más de un grupo insurgente; y ubicadas en el centro en vez de la periferia, los niveles de intensidad de conflicto armado se redujeran de manera mucho más significativa que en regiones con condiciones diferentes, ante una implementación similar de la PSD. ¿Ocurrió esto así en realidad? ! ! ! ! 162! Los resultados muestran que en las regiones donde se redujo la intensidad del conflicto armado las hipótesis se verificaron para cuatro de las variables analizadas. Así se observa que la configuración que facilita la efectividad de la PSD (representada por A, aumento en el número de policías) se presenta cuando ésta va acompañada simultáneamente de B, F, h , I. Es decir, que la Política de Seguridad Democrática ha sido más efectiva cuando se implementó en departamentos donde también disminuyó la pobreza (reflejada en el aumento del PIB pc); aumentó la presencia estatal (reflejada en el aumento de la tasa de capturas); disminuyó el número de grupos presentes, y que están ubicadas en el centro del país. Estos resultados dan validez a las hipótesis H1, H3, H6 y H7, según las cuales la intensidad el conflicto violento se correlaciona de manera positiva con mayores niveles de pobreza y desigualdad (H1); de manera inversa con la presencia institucional (H3); de manera inversa con la proximidad al centro del país (H6); y de manera positiva con el número de grupos presentes (H7). Estas variables mediaron de forma positiva los efectos de la PSD sobre la intensidad del conflicto armado. Surgen entonces tres preguntas muy importantes: Primero, ¿cuáles fueron los mecanismos mediante los cuales operaron las variables que sí tuvieron un efecto mediador positivo entre la PSD y la reducción del conflicto? Segundo, ¿qué pasó con las otras variables mediadoras, que no parecen tener un efecto significativo en las zonas donde se redujo la intensidad del conflicto armado? Tercero: ¿qué pasó en las zonas donde el conflicto no disminuyó y cuál fue el comportamiento de cada una de estas variables mediadoras en esas regiones? Comenzamos el análisis examinando las zonas donde sí se redujo el conflicto armado, analizando cada una de las variables mediadoras, tanto las que tuvieron ! ! ! ! 163! incidencia positiva como las que aparentemente no tuvieron efectos que incidieran en los resultados de la PSD sobre el conflicto armado. La primera variable que parece presentar efectos mediadores positivos entre la PSD y el conflicto es la “pobreza y desigualdad”. Con relación a esta variable podría sospecharse un efecto de endogeneidad (Przewroski 2004), según el cual sería difícil establecer si la PSD fue más efectiva porque se redujo la pobreza, o si la pobreza se redujo a raíz de la implementación de la PSD. Para tratar de dilucidar lo que ocurrió en realidad, se analiza la variable “pobreza inicial” medida a través del PIBpc promedio para el período 1995-2002 (las técnicas para calcular el PIBpc se explicaron en el capítulo 4). La pobreza inicial se categoriza como “alta” si el PIBpc promedio es inferior a $5 millones de pesos, y como “baja” si el PIBpc promedio es superior a $5 millones de pesos. Esta variable se analiza en conjunto con el “comportamiento del conflicto armado”, para el cual hay tres resultados posibles: disminuyó; aumentó; o no varió. El objetivo de este análisis adicional para la variable pobreza es determinar si, aun desde antes de implementar la PSD, la pobreza podía ser una variable con efectos mediadores significativos sobre la efectividad de la PSD. Los resultados resumidos en la Tabla 5.38 que se presenta a continuación, permiten comprobar una vez mas el efecto significativo de la pobreza sobre la implementación de la PSD, y por ende sobre la intensidad del conflicto. ! ! ! ! 164! Tabla 5.38: Nivel de Pobreza Inicial (1995-2002) vs. Comportamiento del Conflicto Armado * Al promediar el PIB entre los departamentos (excluyendo Casanare y Arauca por sus valores extremos atribuíbles al petroleo en los años 1998, 1999 y 2000 especialmente) se obtiene un valor aproximado de $5 millones de pesos. Este valor promedio se utiliza para clasificar la pobreza en |alta| o [baja]. ! ! ! ! 165! El análisis de estos resultados muestra que en el 81% (17 de 21) de los departamentos con pobreza inicial baja, el conflicto armado disminuyó (o no aumentó). Igualmente, se observa que en el 83% (10 de 12) de los departamentos con pobreza inicial alta, el conflicto armado aumentó (o no disminuyó). Estos hallazgos resultan sumamente interesantes, en cuanto que permiten afirmar con mayor certeza que los niveles de pobreza han afectado la efectividad de la PSD. Esto puede afirmarse porque desde antes de implementar la PSD se observa una correlación positiva entre los sitios que empezaron con niveles de pobreza bajos, y terminaron con menores niveles de conflicto. Lo anterior obviamente no quiere decir que el efecto opuesto no se haya presentado, es decir, que la efectividad de la PSD no haya tenido efectos sobre la pobreza. Por el contrario, el crecimiento económico del país, especialmente en los años 2006 (6.7%) y 2007 (6.9%)52 puede considerarse evidencia de los efectos positivos de la PSD sobre el crecimiento económico y la reducción de la pobreza. Pero lo que interesa ilustrar aquí, y queda claro tras analizar los resultados de la Tabla 5.38, es que la pobreza como variable ha afectado la efectividad de la implementación de la PSD. La segunda variable que arrojó efectos de mediación importantes entre la PSD y la reducción en la intensidad del conflicto es la “presencia institucional” medida a través de la tasa de capturas por homicidios. Esta variable presentó un incremento en todas aquellas regiones en las cuales disminuyó la intensidad del conflicto armado, reforzando así el argumento de que el fortalecimiento institucional se correlaciona de manera positiva con la reducción de los conflictos. La medición de fortalecimiento institucional a !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 52 Información del DANE, crecimiento del PIB nacional, en pesos constantes, base 2005. Para más información véase la página www.dane.gov.co/index.php?option=com_content&view=article&id=127&itemid=84 ! ! ! ! ! 166! través de la “tasa de capturas” es también significativa porque la tasa de capturas evalúa tanto la eficiencia de la Policía (entidad que realiza la captura), como la eficiencia del administración de justicia (a través de las entidades que emiten la orden de captura, sin la cual la Policía no puede ejecutar los arrestos). Así un incremento de la tasa de capturas implica fortalecimiento y mayor efectividad en ambos tipos de instituciones, especialmente porque para una reducción efectiva del crimen es más importante la ejecución del arresto, que la sentencia o penalidad de hecho (Blumstein 1983). Igualmente, el incremento en la efectividad policial y de administración de justicia tiene efectos posteriores sobre la reducción del conflicto. Como señalan Arango et al., (2009, 86): En la carrera criminal, el encarcelamiento genera una incapacitación o corte en la carrera criminal. Además, si un homicida encarcelado tiene una posición importante dentro de un grupo criminal, el grupo se verá afectado ya que por un tiempo el conocimiento y la experiencia de este individuo no estarán, en principio, a su servicio. Vale la pena anotar que para esta variable no se registró un comportamiento inicial homogéneo, como el observado para la variable pobreza. Es decir, la presencia institucional inicial (promedio 1995-2002) no era necesariamente mayor en las regiones donde disminuyó la intensidad del conflicto armado. De lo anterior se deduce que fue la evolución positiva de esta variable durante el período 2003-2009 (representada por un aumento en la tasa de capturas), la que tuvo efectos mediadores positivos entre la PSD y la reducción en el conflicto. La tercera variable que parece haber tenido efectos mediadores positivos entre la PSD y la intensidad del conflicto es la geográfica. En efecto, según se muestra a ! ! ! ! 167! continuación en el Mapa 5.1 la gran mayoría de departamentos que presentaron reducción en el conflicto armado (13 de 17) están ubicados en el centro del país. Esta mayor efectividad de la PSD en regiones centrales puede atribuirse a varios factores característicos de las zonas centrales, entre ellos mayor acceso de las fuerzas públicas, mayores asignación de recursos para estas zonas, mayor nivel de estudios de la población, mayor provisión y calidad de los servicios estatales etc. Además de las anteriores desventajas, en las zonas de periferia existe un déficit de autoridad y de institucionalidad mayor que en las zonas del centro. Todo lo anterior hace que la implementación de la PSD haya tenido mayor éxito en las zonas del centro que en las periféricas. Los resultados anteriores parecen sugerir que existe una co-variación entre las variables “geografía” y “presencia institucional”, según la cual las regiones centrales tiene mayor presencia institucional, acceso a los servicios públicos y demás, y las regiones periféricas o marginales tiene menor acceso a éstos. Desde este punto de vista las iniciativas gubernamentales deben encaminarse a resolver esta brecha (que parece geográfica pero en realidad también es institucional), concentrando los esfuerzos políticos, administrativos y de inversión precisamente en aquellas regiones más remotas. Esto permitiría una resolución más eficaz del conflicto interno en dichas zonas. ! ! ! ! 168! Mapa 5.1 Evolución de la intensidad del conflicto armado 2002-2009 Al comparar el Mapa 5.1 con el Mapa 4.2 (Mapa de la “U”, centro vs. periferia) presentado en el capítulo anterior, resulta sorprendente la cuasi-exactitud de ambos mapas, y cómo el comportamiento real de la intensidad del conflicto se asemeja a lo esperado ó proyectado según la hipótesis geográfica. Las únicas regiones que parecen ! ! ! ! 169! salirse de lo esperado son los departamentos de Cauca, Huila, Córdoba y Norte de Santander (los cuales a pesar de pertenecer al centro del país experimentaron incrementos en la intensidad del conflicto); y el departamento de Arauca, que presenta la situación inversa (a pesar de estar ubicado en la periferia experimentó decrecimiento en la intensidad del conflicto). Finalmente, al analizar en conjunto el comportamiento de las variables “geografía” y “presencia institucional” parece observarse una co-variación de ellas, es decir, que en las regiones más cercanas a los centros urbanos más importantes (como Bogotá y Medellín, por ejemplo), la presencia institucional y el acceso a los recursos es mayor que en aquellas zonas ubicadas en la periferia del país. La cuarta variable que parece haber tenido efecto de mediación positivo entre la implementación de la PSD y la reducción en la intensidad del conflicto armado es la variable “número de grupos presentes”, la cual presenta reducción en todos los casos en los cuales la intensidad del conflicto armado disminuyó. Sin embargo, el efecto mediador real de esta variable resulta cuestionable, dado que en todos los departamentos del país (sin importar si el resultado final fue aumento, reducción o permanencia constante de la intensidad del conflicto) el número de grupos presentes disminuyó con relación a los datos del período 1995-2002. Esto, que parecería una contradicción con la hipótesis H7 (según la cual si el número de grupos se reduce debe presentarse una reducción en la intensidad del conflicto armado) puede tener dos explicaciones. La primera explicación, como se mostró al analizar los datos para el resultado “disminución del conflicto armado” podría hacer referencia a la necesidad de que la reducción en el número de grupos presentes deba presentarse en conjunto con las otras variables que afectan la efectividad de la PSD para lograr los resultados positivos de la ! ! ! ! 170! PSD. La segunda explicación hace referencia a lo mencionado por Restrepo (2006) y Arjona (2011b) en cuanto a la dificultad de cuantificación y medición de la presencia de grupos insurgentes. En efecto, la dificultad para diferenciar entre “presencia” y “violencia”, según la cual es incierto si la violencia es una buena variable proxy (medidora) de presencia, haría muy difícil el arribo a conclusiones basadas únicamente en estos elementos. Según señala Arjona (2011b, 1): “los grupos armados son, por definición, violentos. Cabe esperar que su presencia se traduzca en algún tipo de violencia. Por esta razón se suele asumir, implícita o explícitamente, que la violencia es una buena proxy de presencia. Sin embargo, es posible que exista un error de medición, sesgado”. En otras palabras, puede suceder que haya presencia sin violencia, lo cual distorsionaría la información y los resultados que de ella se obtuvieran. Esta problemática se analiza en detalle en el capítulo de conclusiones. En cuanto a las dos variables que parecen no haber tenido un efecto mediador significativo entre la implementación de la PSD y la reducción en la intensidad del conflicto armado (inclusión política y presencia de recursos saqueables), debe analizarse en detalle el comportamiento de cada una de ellas. En primer lugar, el hecho de que la inclusión política (medida a través de la participación electoral) no haya tenido un efecto mediador significativo puede atribuirse a la marcada disminución en la participación electoral en el país durante el período 1995-2009. En efecto, según arrojan los resultados de la Tabla 5.36 presentada en la sección anterior, la participación electoral se redujo (o permaneció en niveles casi constantes) en 26 de los 33 departamentos analizados. De acuerdo con la hipótesis formulada, una reducción en la inclusión política no podría tener ! ! ! ! 171! efectos mediadores positivos en la reducción del conflicto armado, sino que por el contrario podría incrementarlo. Cómo se explica la dramática reducción el la participación electoral en el país entre los años 1995 y 2009? Este fenómeno puede explicarse para el caso colombiano a través de lo expuesto por García (2010) quien plantea que en un contexto violento puede esperarse que la participación electoral de los ciudadanos disminuya. Esto se debe a que en los países en conflicto “los actores armados ilegales recurren a la violencia para obligar a los individuos a comportarse de una manera que sea consistente con sus objetivos políticos” (Garcia 2010, 162). En consecuencia, los ciudadanos que viven en un conflicto violento modificarán sus conductas y opiniones políticas, adaptándolas a los objetivos estratégicos y orientaciones ideológicas del actor armado dominante. Así, el contexto estructural afecta el comportamiento político individual, manifestándose en aspectos como la participación electoral (que tiende a reducirse), las decisiones de voto y las preferencias políticas. Adicionalmente, dado que no todos los contextos violentos son iguales, se espera que la reducción de la participación electoral varíe de un contexto a otro, como lo muestran las diferencias en la reducción en la participación electoral entre un departamento y otro (ver Tabla 5.36). En cuanto a las variables que miden presencia de recursos saqueables, contrario a lo planteado en la hipótesis centrada en codicia éstas no parecen haber tenido un efecto mediador significativo en los casos en los cuales se redujo el conflicto. Esta conclusión se deriva de que en muchos de los departamentos en los cuales se redujo el conflicto también se incrementaron los ingresos por recursos saqueables (por ejemplo Antioquia, Boyacá, Guajira, Valle, Santander, entre otros), lo cual contradice lo esperado por la ! ! ! ! 172! hipótesis centrada en codicia, según la cual en las zonas con mayor presencia de recursos la implementación de la PSD debería ser menos efectiva. Por otra parte, también se presenta el fenómeno contrario, es decir departamentos como Risaralda donde se redujeron los ingresos por recursos saqueables y el conflicto también se redujo (lo cual confirmaría la hipótesis centrada en codicia). Así no se observa ningún patrón claro de comportamiento de los ingresos por recursos saqueables que permita correlacionar de manera directa la presencia o ausencia de estos con la reducción del conflicto armado. El efecto de mediación de esta variable resulta pues incierto. Vale la pena anotar, sin embargo, que para el caso particular de los ingresos por coca sí hay evidencia empírica clara, de los años 2009 a 2011, que prueba que las zonas de recrudecimiento del conflicto son aquellas directamente relacionadas con el cultivo, producción o comercialización de coca. Esta evidencia, que parece refutar los hallazgos aquí presentados, se discute en la sección de conclusiones en el capítulo 7. En dicha sección se explica el recrudecimiento del conflicto en el período post-PSD, al igual que las posibles causas para esta aparente contradicción entre la realidad reflejada por la evidencia empírica y lo que arrojan los resultados con relación a los ingresos por coca. Con lo expuesto en las secciones anteriores se ha dado respuesta a dos de las tres preguntas formuladas al inicio de esta sección, a saber: ¿cuáles fueron los mecanismos mediante los cuales operaron las variables que sí tuvieron un efecto mediador positivo entre la PSD y la reducción del conflicto?; y ¿qué pasó con las otras variables mediadoras, que no parecen tener un efecto significativo en las zonas donde se redujo la intensidad del conflicto armado? . Queda pendiente por responder la tercera de esta preguntas: ¿qué pasó en las zonas donde el conflicto no disminuyo y cuál fue el comportamiento de cada ! ! ! ! 173! una de estas variables mediadoras en esas regiones? Las siguientes secciones intentan darles respuesta. 5.5.1.3.2 Departamentos donde la intensidad del conflicto armado aumentó Los 11 casos (departamentos) en los cuales aumentó la intensidad del conflicto armado se agruparon en 8 posibles configuraciones: ABCDFghI ABCEFghI ABCdEFgh AbcdeFghi AbCdeFGhi ABcDEFghi aBCdEFGhi ABCDefGhi El análisis de estas configuraciones muestra que, para el resultado “aumento en la intensidad del conflicto armado” no hay patrones de comportamiento común entre las variables. Esto difiere significativamente de lo que se observó en la sección anterior, cuando el conflicto armado disminuyó, y pudieron identificarse claramente variables cuya presencia conjunta aumentaba la efectividad de la PSD. Cómo se han comportado las variables en este caso, cuando el conflicto armado aumentó? En primer lugar se observa que, con excepción del departamento del Huila, en todos los departamentos aumentó el número de policías y sin embargo la intensidad del conflicto armado también aumentó. Es decir, la PSD no fue efectiva en estos departamentos en términos de reducir la intensidad del conflicto. Una posible explicación acorde con la hipótesis H6 planteada anteriormente, podría ser que la mayoría de estos departamentos están ubicados en la periferia del país. Esto no sólo hace más difícil el ! ! ! ! 174! acceso de la presencia institucional, sino que posiblemente incide sobre la asignación de recursos estatales (más cuantiosos hacia el centro que hacia las periferias), lo cual inhibiría el efecto mediador positivo de la variable económica e institucional, explicado en la sección anterior. Sin embargo, esto no es totalmente válido para todas las regiones ya que los departamentos de Cauca, Córdoba, Huila y Norte de Santander pertenecen al centro del país y en ellos la intensidad del conflicto aumentó. Lo que aparece claro a través de estos resultados, y complementándolos con lo encontrado para los casos en los cuales disminuyó el conflicto, es que la efectividad de la PSD no es la misma si no va acompañada de disminución en la pobreza, aumento en la presencia institucional y disminución en el número de grupos presentes. Por ejemplo, varias de las 8 configuraciones presentadas en esta sección tienen las variables A, F, h (aumento en la presencia institucional y disminución de número de grupos presentes), pero a la vez presentan aumentos en los niveles de pobreza, y ubicación periférica, con lo cual se reduce la efectividad de la PSD. Dentro de los departamentos en que el conflicto aumentó resulta sumamente interesante observar los casos de Cauca y Norte de Santander. Después de las rondas de minimización, estos dos departamentos presentan la misma configuración: ABCEFghI. Pero, si se analiza en detalle, se observa que esta configuración es idéntica a la que se presentó en los departamentos de Guajira, Santander, Valle, Sucre y Tolima, en los cuales la intensidad del conflicto sí disminuyó. Y sin embargo, a pesar de tener esa misma configuración de “éxito”, en Cauca y Norte de Santander la intensidad del conflicto aumentó. ¿Qué pasó en estos dos departamentos?. ¿Qué factores inhibieron los efectos ! ! ! ! 175! positivos de las variables mediadoras, las cuales a pesar de estar presentes no lograron incidir sobre la efectividad de la PSD reduciendo el conflicto? Casos como el del Cauca y Norte de Santander muestran que hubo regiones del país en las cuales los resultados reales se desviaron de lo que era “esperable” según las hipótesis planteadas. Así, aunque los resultados de los departamentos donde se redujo el conflicto podrían parecer demasiado “esperables” u obvios, casos como el de Cauca y Norte de Santander se desvían completamente de lo esperado. Estos departamentos presentan comportamientos de las variables mediadoras que deberían conducir a una reducción del conflicto, y sin embargo sucedió lo contrario. Por ello vale la pena estudiarlos en detalle para intentar comprender qué pasó en estas regiones; por esta razón el departamento del Cauca se selecciona como un caso para analizar en el siguiente capítulo. Para terminar, vale la pena mencionar que no se presentaron casos opuestos a los de Cauca y Norte de Santander. Es decir, no hubo casos que mostraran comportamientos “desfavorables” de las variables mediadoras, y que sin embargo experimentasen disminución en el conflicto. Así, en todos los casos en los que el conflicto disminuyó se encontró un comportamiento “favorable” de las variables mediadoras (de acuerdo con lo planteado por las hipótesis), lo cual aumenta la consistencia y solidez de los resultados obtenidos para los departamentos donde disminuyó el conflicto. ! ! ! ! 176! 5.5.1.3.3 Departamentos donde la intensidad del conflicto armado permaneció casi constante Los cinco casos (departamentos de Amazonas, Guainía, San Andrés, Vaupés y Vichada) en los cuales la intensidad del conflicto armado permaneció casi constante se agruparon en las siguientes 3 configuraciones: AbcDEghi AbdeFghi ABcDEFGhi Al analizar estas configuraciones se observa que todas tienen aumento en el número de policías (indicador de la PSD), pertenecen a la periferia, y en todos se redujo el número de grupos presentes. Además, en 4 de los 5 departamentos el PIBpc disminuyó (señalando aumento en los indicadores de pobreza y resentimiento). Resulta interesante observar las características comunes y similitudes entre los 4 departamentos (Vichada, Guainía, Vaupés y Amazonas), en términos de ubicación geográfica (todos en la frontera oriental del país) y extensión (todos con áreas considerables). Al analizar el comportamiento de las variables mediadoras en estos departamentos, se observa por una parte que en casi todos (excepto Vichada) la pobreza medida por el PIBpc aumentó, en cambio en casi todos (excepto Amazonas) la presencia institucional—medida por la tasa de capturas—aumentó. El comportamiento de estas variables podría explicar el resultado casi constante de la intensidad del conflicto: por una parte, el aumento en los niveles de pobreza podría haberlo aumentado; pero por otra el mejoramiento institucional lo habría reducido. Aunque estas conclusiones preliminares son especulativas, se analizará si algo ! ! ! ! 177! de esto ocurrió a través del análisis del departamento de Vichada, que se selecciona como caso para ser analizado en el capítulo siguiente. 5.5.1.4 Conclusiones del Análisis Comparativo Cualitativo y de las mediciones cuantitativas Los resultados arrojados por los datos permiten concluir que, en las zonas donde se redujo el conflicto armado, parece haber mediado positivamente la intervención de 4 variables, como lo muestra el siguiente gráfico. Gráfico 5.1 Variables independientes, dependiente y mediadoras en la reducción del conflicto armado. P.S.D. CONFLICTO ( V.I ) • ( V.D ) Pobreza • Presencia Institucional (V.M) • Número de Grupos • Geografía En cuanto a las regiones donde el conflicto aumentó, o donde éste permaneció constante, no se identificó un patrón consistente en el comportamiento de las variables mediadoras. Para tratar de entender lo sucedido en esas regiones se hace necesario el análisis detallado de los mecanismos a través de los cuales se llevaron a cabo los ! ! ! ! 178! diferentes procesos. Para tal fin, se utilizan los análisis de casos explicados en la siguiente sección, los cuales permiten dilucidar en profundidad las circunstancias particulares que condujeron a los resultados presentes en algunas regiones. Con el ánimo de ilustrar los tres posibles resultados obtenidos (reducción, incremento o permanencia casi constante en la intensidad del conflicto) se seleccionó un caso de cada uno de los grupos; los criterios de selección se explican en detalle adelante. Así, este complemento de las metodologías cualitativas y cuantitativas corrobora el argumento planteado en la discusión metodológica del capítulo dos, según el cual existe un consenso entre los investigadores del conflicto sobre la necesidad de complementar los métodos cuantitativos (con poder explicativo de macro-tendencias y patrones generales) con el uso de métodos cualitativos que exploren en detalle los mecanismos y procesos presentes en casos particulares (Laitin 2002). ! ! ! ! 6 Capítulo Seis: Análisis de casos 6.1 Análisis preliminar y criterios de selección En vista de la multi-causalidad del conflicto colombiano—que hace necesaria la inclusión de numerosas hipótesis en el análisis— y del consenso académico sobre la importancia de combinar metodologías cualitativas y cuantitativas para un análisis mas acertado de los conflictos internos, esta investigación se ha desarrollado en varias etapas. Así, tras haber formulado las hipótesis (derivadas de la revisión bibliográfica), se procedió a hacer un barrido general de los datos a través de los análisis de promedios porcentuales, seguido del Análisis Cualitativo Comparativo basado en la lógica del álgebra Booleana. En este capítulo se incorpora otra herramienta metodológica, el análisis de casos de estudio, cuyo aporte fundamental es que permiten dilucidar las circunstancias particulares que condujeron a los resultados presentes en algunas regiones. Según señalan George y Bennett (2005, 20): “el análisis cuantitativo se complementa frecuentemente con el estudio de casos, los cuales se enfocan en ejemplos particulares que permiten refinar conceptos y analizar en detalle los procesos”. Los análisis de casos se desarrollan en dos etapas. Primero, se realiza una selección idónea de los casos a analizar, teniendo en cuenta que éstos sean representativos de los fenómenos estudiados y que realmente permitan explorar el comportamiento de las variables analizadas. En este sentido, es positivo seleccionar una combinación tanto de casos que ilustren los procesos “normales”, como casos “extremos” o “outliers” que ilustren por qué sucedieron situaciones irregulares, lo cual permite especular sobre las pautas a seguir para implementar correctivos. Una vez seleccionados los casos, la segunda etapa consiste en el análisis detallado del comportamiento de cada 179! 180! una de las variables que afectan los resultados, en este caso la variable independiente (PSD), la variable dependiente (intensidad del conflicto armado), y todas las variables mediadoras antes explicadas. Este análisis permite identificar procesos, concatenar eventos, determinar el rol de los agentes involucrados, y tratar de reconstruir los elementos que condujeron a determinado resultado. En el análisis de los casos que se presentan a continuación se incorporan los argumentos de académicos y analistas del tema, la recolección de noticias y archivos relacionados con los sucesos a investigar, y los resultados de las entrevistas conducidas como parte del trabajo de campo de esta investigación. Es importante precisar que la selección de casos es ilustrativa de la forma en la cual el conflicto violento evolucionó en algunas regiones, pero no es de manera alguna un análisis exhaustivo de cobertura total del país. Es decir, como se explicará adelante los casos se seleccionaron con criterios muy definidos, y han resultados muy útiles para explicar procesos y mostrar la aplicabilidad del modelo de configuraciones aquí planteado; pero ello de ninguna manera implica que éstos sean los únicos casos que deben ser analizados. Por el contrario, los estudios futuros deben enfocarse en el análisis y explicación de otros casos, para complementar los hallazgos aquí presentados. Con el ánimo de ilustrar los tres posibles resultados obtenidos (reducción, incremento o permanencia casi constante en la intensidad del conflicto) se seleccionó un caso de cada uno de los grupos. Primero, para ilustrar el comportamiento “normal” de las variables mediadoras y su acción incrementando la efectividad de la PSD (y por ende reduciendo la intensidad del conflicto) se selecciona el departamento de Antioquia, y particularmente la ciudad de ! 181! Medellín. Esta ciudad presentó uno de los niveles más altos de violencia en el período 1980-2002; sin embargo, al analizar la evolución de los niveles de intensidad del conflicto armado tras la implementación de la PSD, se observa que Medellín presenta una de las reducciones más significativas en el período 2003-2009. Medellín fue seleccionado porque ejemplifica un escenario primordialmente urbano, en el cual la mayoría de las hipótesis evaluadas en este estudio se verificaron. Idealmente, el caso de Medellín debería analizarse de manera paralela contra un caso en el cual las hipótesis también se verificaran, pero produciendo el resultado contrario. Es decir, debería complementarse el caso de Medellín con el de otra ciudad de la misma región, en la cual el número de policías hubiese aumentado; la pobreza hubiese aumentado; los ingresos por recursos saqueables hubiesen aumentado; la participación electoral hubiese disminuido; la tasa de capturas hubiese disminuido y el número de grupos hubiese aumentado. Es decir, un caso en el cual todos los eventos que dificultan la efectividad de la PSD se hubieran presentado, y en consecuencia el conflicto hubiese aumentado (la configuración sería similar a: AbCDEfghI). Sin embargo, al buscar un caso de estas características dentro del grupo de departamentos en los cuales el conflicto aumentó, no se encontró ninguno que las incluyera todas, o al menos la mayoría de estas condiciones. Al no existir un departamento con estas características es imposible realizar una comparación directa con Medellín, para establecer “como actúan las variables mediadoras de manera positiva” (cuando baja el conflicto), y “cómo actúan de manera negativa”, cuando aumenta el conflicto. Sin embargo, el hecho de que no exista un caso con las características descritas revela de por sí información concluyente, pues nos ! ! 182! permite afirmar una vez más que la efectividad de la PSD sólo se incrementa con la presencia conjunta de las variables mediadoras. El caso contrario no es concluyente. Finalmente, Medellín también se seleccionó porque el recrudecimiento del conflicto en esta ciudad desde finales del año 2009, permitirá explorar la permanencia de los logros alcanzados por la PSD, y sobretodo analizar sus perspectivas de sostenibilidad en el tiempo. En segundo lugar, para ilustrar el incremento en la intensidad del conflicto se escogió el departamento del Cauca, el cual además presenta la particularidad de haber arrojado una configuración idéntica a la de varios departamentos en los cuales el conflicto disminuyó, y sin embargo en el Cauca aumentó. El análisis de este caso busca dilucidar por qué las variables mediadoras, aunque presentes, no tuvieron el mismo efecto positivo en el Cauca, donde no se redujo el conflicto. ¿Existen acaso en este departamento elementos inhibidores de la acción de las variables mediadoras, y que por ende redujeron las efectividad de la PSD? Siendo el Cauca un departamento rural, de gran componente poblacional campesino e indígena, su elección contrasta fuertemente con la de Medellín (notoriamente urbana), y de esta manera aumenta el espectro de variables contempladas dentro del análisis. Finalmente, para ilustrar los casos en los cuales la intensidad del conflicto armado permaneció casi constante se seleccionó el departamento del Vichada, el cual es un departamento rural, escasamente poblado y extremadamente remoto. Sin embargo, presenta la particularidad de haber sido el único de este grupo en el cual la pobreza se redujo y las instituciones se fortalecieron. ¿Por qué entonces el conflicto no se redujo de una manera mas significativa en este departamento? La secciones siguientes examinan ! ! 183! en detalle cada uno de los casos mencionados, teniendo en cuenta de nuevo que algunos representan los comportamientos “normales”, corroborando las hipótesis, y otros en cambio presentan comportamientos “desviados” (en inglés, deviant cases) que permiten extraer conclusiones a través de su comportamiento irregular. Mapa 6.1 Casos seleccionados: Cauca; Antioquia y Vichada ! ! 184! 6.2 Caso 1: Medellín El caso del departamento de Antioquia y particularmente su capital, la ciudad de Medellín, representa una paradoja para los estudiosos del conflicto armado. Por una parte, se trata de una ciudad con un importante acervo industrial y una cultura empresarial pujante y emprendedora, que a lo largo de su historia ha sido reconocida como una experiencia exitosa de gestión pública y transformación urbana. Por otra parte, la ciudad ha sido el escenario de las luchas mas violentas del país, constituyéndose en la actualidad en la ciudad más violenta de Colombia, y la cuarta más violenta del mundo (Corrales 2010). Los resultados de esta investigación muestran que, después de ser en las décadas de los años 80 y 90 la ciudad más violenta del país, en Medellín se registró una importante reducción de la intensidad del conflicto armado en el periodo 2003-2009. Las políticas implementadas de manera articulada por el Estado central y local permitieron la reducción en la intensidad del conflicto armado urbano y una significativa mejoría de los indicadores de seguridad y violencia. Sin embargo, el conflicto armado ha sufrido un nuevo recrudecimiento e intensificación en Medellín desde finales del año 2009. Es decir, el conflicto no se termina y por el contrario se transforma y adapta, pasando de ser un conflicto armado con cierto componente ideológico y político (guerrillas y autodefensas), a un conflicto de primacía criminal en manos de organizaciones y bandas criminales. Esta sección examina los antecedentes a la implementación de la PSD, es decir el periodo comprendido desde comienzo de la década de los 80 hasta el año 2002, época en la cual Medellín fue escenario de violencia indiscriminada por parte de los múltiples actores en conflicto. Posteriormente se analiza la reducción en el conflicto ocurrida ! ! 185! durante el período 2003-2009, tanto a la luz de la implementación de la PSD como a través del comportamiento de las variables mediadoras identificadas en esta investigación. Finalmente se aborda el tema del recrudecimiento del conflicto que se ha vivido en Medellín desde mediados del año 2009, intentando explicar sus causas y posibles alternativas de solución. En el análisis se incluye la opinión de estudiosos del tema como analistas, académicos y periodistas, así como también las entrevistas en profundidad efectuadas a ciudadanos de Medellín como parte del trabajo de campo de esta investigación. 6.2.1 Intensidad del conflicto antes de la PSD (1980-2002) La historia de conflicto violento en Medellín no es reciente ni obedece a razones coyunturales de corto plazo. Por el contrario, se ha caracterizado por décadas de violencia, en cada una de las cuales ha primado la supremacía de diferentes grupos en conflicto. Así, en la década de los ochenta el conflicto estuvo liderado por el narcotráfico en manos del Cartel de Medellín, cuyos enfrentamientos por el dominio del negocio y contra la Fuerza Pública sumieron a la ciudad en una espiral de violencia en la cual la tasa de homicidios alcanzó niveles superiores a 380 homicidios por cada 100.000 habitantes (Corrales 2010). Las décadas posteriores fueron testigo de los enfrentamientos entre las Milicias Populares de las guerrillas y los Bloques Urbanos de los grupos paramilitares. En la actualidad, el conflicto está principalmente entre las guerrillas de las FARC, aún activas en el departamento de Antioquia, y las numerosas bandas de delincuentes urbanos (como La Terraza, Los Mondongueros, Los Triana y La Unión, entre otros), muchos de los cuales son reconformaciones de los antiguos grupos paramilitares. ! ! 186! Al igual que ocurre con el caso colombiano, para entender las causas de la violencia en Medellín es necesario referirse a múltiples variables, algunas de tipo local y otras nacionales. Corrales (2010) identifica algunas causas fundamentales para que Medellín haya sido, desde finales de la década de los años 70 uno de los escenarios más cruentos del conflicto armado: la posición geoestratégica; el entorno socio-cultural; el crimen organizado “profesionalizado”; la respuesta errática del Estado; y la indiferencia de la población. Primero, por su posición geoestratégica Medellín es un punto clave de articulación y conexión entre el norte, centro y sur del país. Esta característica ha sido aprovechada por los grupos ilegales, los cuales han utilizado especialmente dos subregiones antioqueñas (además de Medellín) para establecer y consolidar el tráfico de drogas. Estas subregiones son: el Bajo Cauca, que además de ser uno de los principales centros de cultivo y producción de cocaína del país es también un corredor estratégico entre Urabá y Venezuela; y el Urabá Antioqueño, que con sus amplias extensiones costeras es un “puerto natural” por donde salen embarcaciones cargadas de droga hacia diversos sitios del mundo. El entorno socio-cultural, por otra parte, ha fomentado a través del narcotráfico y las mafias una cultura de la ‘ilegalidad’, en la cual la obtención fácil de ingresos permeó diversos sectores de la sociedad. Así, con la posibilidad de obtener ingresos de una manera rápida, muchos segmentos que carecían de oportunidades laborales y educativas se vieron cautivados por la oferta de obtener seguridad, ingresos, poder y ascenso social, aunque fuese en el marco de las acciones ilícitas, que resultan mucho más rentables que la oferta institucional. Lo anterior ha tenido como consecuencia la creación de un crimen organizado “profesionalizado”, con estructuras criminales resistentes y de gran capacidad ! ! 187! de adaptación a los cambios. Estas estructuras han variado, en ocasiones teniendo un solo líder (como en el caso de Pablo Escobar, o Don Berna), ó múltiples liderazgos mas atomizados, como en el período de 1994-1999 por ejemplo. La economía ilegal de mayor rentabilidad para estos grupos ha sido el narcotráfico. Por otra parte, en lo que respecta al rol del Estado en la creciente intensidad del conflicto en Medellín entre la década de los 80 y el año 2002, autores como Giraldo (2008) plantean que en ese periodo se presentó una situación de “retiro del Estado”, en la cual éste renunció a cumplir con la salvaguardia del bien publico de la seguridad. En este sentido, el Estado local fue incapaz de monopolizar el uso de la fuerza, presentándose igualmente un fuerte contraste entre las características del Estado y las de las organizaciones criminales. Según señala Corrales (2010, 2): Mientras que estas redes son transnacionales, desburocratizadas, se unen con propósitos comunes alrededor de un negocio de alta rentabilidad y operan con conexiones a escala mundial, el Estado colombiano tiene limitaciones y restricciones legales, porque siempre tiene que actuar bajo la ley; burocráticas, porque sus procesos institucionales son más lentos; y geográficas, porque sus competencias son limitadas. Por todo lo anterior la intensidad del conflicto alcanzó niveles muy elevados en Medellín en el período 1980-2002. Uno de los momentos de intensidad pico en el conflicto se presentó en el año 2002, en el cual el enfrentamiento entre las guerrillas y los paramilitares por el control del narcotráfico se manifestó con varias de las siguientes modalidades de violencia: cadáveres bomba; uso de fosas comunes para sepultar bajas propias o víctimas de ejecuciones fuera de combate; y patrullajes a luz del día de unidades numerosas, uniformadas y portando armas largas (Vicepresidencia 2002). Tales condiciones en un centro urbano altamente poblado, generaron frecuentes problemas con ! ! 188! relación a violación de los derechos humanos. Según el informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (2003, 56) para el año 2002 “serían por lo menos 39 los muertos civiles reportados en todos los operativos de la fuerza pública en Medellín durante el año (entre ellos 14 menores de edad) y 120 los heridos”. Otros eventos que caracterizaron el momento crítico del 2002 fueron los ataques directos a los representantes del Estado en la región por ejemplo: el abaleo de una comisión que visitaba la Comuna 13 encabezada por el Alcalde de la ciudad en abril; el hostigamiento a un helicóptero civil de la Gobernación de Antioquia en el barrio 20 de Julio una semana después del secuestro del Gobernador del Departamento, en mayo; en septiembre lanzaron una granada en el conjunto residencial donde vivía el padre del Gobernador Guillermo Gaviria Correa (Giraldo 2008). En cuanto a los grupos presentes en el año 2002, según el informe del periódico El Mundo (2002), diversos estimativos calculaban cerca de 650 bandas armadas en la ciudad. Adicional a esto, la revista Semana (2002) plantea la existencia de los siguientes grupos insurgentes: tres bloques de las autodefensas (José Luis Zuluaga, Bloque Metro y Bloque Cacique Nutibara); dos frentes, un proyecto y una estructura urbana del ELN (Carlos Alirio Buitrago, Bernardo López, el Proyecto Romeral y el Regional Medellín, aglutinados en la llamada Área Industrial); el grupo miliciano independiente Comandos Armados del Pueblo; y diversas estructuras del Bloque José María Córdova de las FARC (Semana 2002). Una excelente descripción de este período es provista por Sánchez (2010), quien afirma: La ciudad se rompió. Las clases medias y altas se encerraron en sus barrios presas del miedo, barrotes metálicos y vigilantes privados. Sostenían el ritmo económico divorciados del resto de la ciudad en una aparente “normalidad”. Entre tanto, las familias marginadas apiñadas en ! ! 189! barrios subnormales de laderas montañosas, conocidas como “comunas”, eran víctimas del fuego cruzado de pandillas juveniles o “milicias urbanas” que se disputaban el poder territorial a sangre y fuego y ejercían la autoridad absoluta. En algunos barrios, nadie podía salir después de las seis de la tarde, estaba prohibido cruzar ciertas calles, transitar ciertos sectores, pronunciar ciertos nombres... Como se observa de todo lo anterior, para el año 2002 la intensidad del conflicto armado había alcanzado proporciones muy elevadas en Medellín. En ese escenario comenzó a implementarse la PSD, cuyas estrategias especificas se han explicado en capítulos anteriores. ¿Cómo funcionó la PSD en Medellín, logrando reducir de manera tan significativa la intensidad del conflicto? (Véase tabla 5.36). ¿Y cuál fue el rol de cada una de las variables mediadoras identificadas en esta investigación? Es decir, ¿Cuáles fueron los mecanismos mediante los cuales esta variables mediaron de manera positiva sobre la efectividad de la PSD en Medellín? La siguiente sección aborda esas preguntas. Desde el inicio de la implementación de la PSD los indicadores de violencia se redujeron para Medellín, llegando a alcanzar niveles muy significativos de reducción en el período 2003-2009. La tasa de ataques, calculada en esta investigación según se explicó en el capítulo cuatro, se redujo de 74 acciones en el año 2002, a 10 en el año 2007, lo cual indica una reducción del 86%. Adicionalmente, según explica Rangel (2010) el número de homicidios decreció en un 55% entre los años 2003 y 2008; la tasa de homicidios, que en el 2003 era de 87 por cada 100.000 habitantes, pasó a 38 en el 2008 (reducción del 56%). Así mismo, entre los años 2003 y 2008 los secuestros se redujeron en Medellín entre un 70% y un 85%, los delitos de extorsión se redujeron en 69%, y la piratería terrestre, generalmente atribuida a los grupos insurgentes, se redujo en 81%. ! ! 190! Esta investigación sostiene que, además de la implementación de la PSD, lo que condujo a esta reducción del conflicto armado en Medellín fue la concurrencia de otras variables mediadoras, cuya acción aumentó la efectividad de la PSD. Según los resultados explicados en el capítulo anterior las variables mediadoras identificadas fueron: reducción en la pobreza; aumento en la presencia institucional; reducción en el número de grupos presentes y ubicación central de la región. ¿Cómo actuaron cada una de estas variables— y los agentes que las representan—en la reducción de la intensidad del conflicto para el caso específico de Medellín? ¿Cuál fue el efecto conjunto de estas interacciones? A continuación se examinan esas preguntas. La primera variable a analizar, es la reducción en la pobreza, medida a través del aumento del PIB. El estudio de la Alcaldía de Medellín (2010) revela que Medellín ha tenido una mejoría constante desde el año 2003 en variables como el PIB y el PIB per cápita. El PIB pasó de $20.80 billones de pesos corrientes en el 2003 a $38.94 billones en el 2009. Por otra parte, el Informe del Departamento Administrativo de Planeación (2010, 16) registra que en términos de reducción de la pobreza entre los años 2002 y 2008 Medellín estuvo entre las ciudades con mejores resultados. La población por debajo de la línea de pobreza pasó de ser el 49.7% en el año 2002, a ser el 38.5% en el año 2008, con una disminución de 11.2 puntos porcentuales. Las altas tasas de crecimiento entre 2005 y 2007 contribuyeron a que el período comprendido entre 2005 y 2008 fuera el de mayor reducción de la pobreza, con un decrecimiento de 6,6 puntos porcentuales. El crecimiento económico también impactó positivamente el empleo, variable clave para la reducción de la pobreza y sobre todo de la desigualdad; la tasa de desempleo en Medellín ! ! 191! se redujo entre los años 2002 – 2007. Así mismo, la indigencia disminuyó de un 12.3% en el año 2003 a un 9.2% en el 2008. Otros indicadores que reflejan la disminución de la pobreza y el mejoramiento en la calidad de vida son: el número de desconectados de energía en Medellín, que disminuyó de 64,749 personas en el año 2006 a 54,007 en el 2009; la tasa de cobertura neta en educación, que mejoro significativamente entre 2006 (84%) y 2009 (91.4%), aumentando en 7,4 puntos porcentuales; y el número de afiliados al régimen subsidiado en salud, que fue de 683.650 personas en el año 2009, cifra que según el Ministerio de la Protección Social representa una cobertura del 90%, la cual se considera universal (Departamento Administrativo de Planeación 2010, 18). Estas mejoras en el crecimiento económico y en la calidad de vida de la población tuvieron un efecto mediador positivo sobre la implementación de la PSD. Se lograron, según explica Jaramillo (2010), a través de un modelo de desarrollo económico basado en el mejoramiento de la ciudad con el fin de hacerla atractiva para desarrollar actividades internacionales. Ello incluyó la construcción de una importante infraestructura de servicios, al igual que el desarrollo de obras públicas en las comunas más populares de la ciudad. Con esto, la ciudad se convirtió en un importante centro logístico y de consecución de recursos financieros, tecnológicos y humanos. Esto a la vez se acompaño de programas como “Medellín Solidaria”, encaminados a disminuir la pobreza extrema. La segunda variable mediadora encontrada es la reducción en el número de grupos presentes. Esto ocurrió en Medellín entre los años 2003 y 2006, con la desmovilización de los grupos paramilitares, a través del proceso de Desmovilización, Desarme y Reinserción (DDR) de los bloques Cacique Nutibara y Héroes de Granada. El primero, ! ! 192! fue desmovilizado el 9 de diciembre de 2003, con 868 excombatientes y 467 armas entregadas; el segundo, el 1 de agosto de 2005, con 2.033 excombatientes y 1.120 armas entregadas (Alonso y Valencia 2008). Como se verá más adelante, esta desmovilización tuvo el efecto contrario a partir del año 2009, en el cual los anteriores grupos paramilitares se organizaron en numerosas micro bandas criminales—BACRIM—lo cual incremento sustancialmente el numero de grupos presentes a partir del año 2009. Pero, inicialmente el efecto de la desmovilización paramilitar fue positivo para Medellín en términos de la reducción del numero de grupos en conflicto. Según señalan Aguirre y Restrepo (2010, 274): La rápida reducción de los homicidios en Medellín, desde el 2002 hasta el 2007, puede atribuirse a una multiplicidad de factores. Entre las razones para esta importante reducción de los homicidios se han nombrado tanto la reorganización de los grupos armados en la ciudad, a partir del proceso de desmovilización, desarme y reinserción de los grupos de paramilitares en Colombia, en el 2002, como a estrategias de reintegración y de seguimiento complejo de sus fenómenos de violencia, con sistemas epidemiológicos. En el caso particular de Medellín, la desmovilización del Bloque Cacique Nutibara (única estructura paramilitar urbana en el país), le da una tregua al conflicto en esta ciudad, y traslada temporalmente la guerra del narcotráfico al norte del departamento del Valle del Cauca (Fernández 2009). Así, se registra el impacto positivo del proceso de desmovilización en el corto plazo (2004-2007) especialmente en aquellos barrios que registraron un mayor número de desmovilizados. Finalmente, otra variable mediadora arrojada por la investigación es el incremento en la presencia institucional, medida a través de un aumento en la tasa de capturas. Esto, como se indicó antes, refleja no sólo mayor efectividad policiva, sino también en la ! ! 193! administración de justicia. Aguirre y Restrepo (2010, 274) se refieren al efecto del rol policivo sobre la reducción en el conflicto en Medellín, al señalar que entre los múltiples factores a los cuales puede atribuirse la reducción homicida en Medellín “también se ha señalado el potencial impacto virtuoso de las intervenciones urbanas”. De manera similar, Arango et al. (2009, 91) plantean que en el caso de Medellín “la reacción de la sociedad genera presión para el incremento de la densidad policial, como resultado de un aumento de los homicidios. El incremento en la densidad policial aumenta la probabilidad de captura”. Para mantener los efectos positivos del incremento en la tasa de capturas experimentado en Medellín, recomiendan un aumento de la fuerza pública y una duración promedio de la sentencia no inferior a 17 años, lo que corresponde a la legislación actual de Colombia después de los beneficios otorgados a los criminales. Sin embargo, a pesar de la mayor eficiencia policiva y judicial detectada en Medellín entre los años 2003-2008, analistas como Vargas (2009b, 19) sostienen que aún se requieren muchos refinamientos y mejoras en la policía judicial y en las capacidades de inteligencia con regulación. Específicamente propone: …una policía polivalente y flexible. En el proceso de profesionalización que tuvo la policía en Colombia también hubo un proceso de especialización muy fuerte que la hace ineficiente, es necesario que la policía tenga más movilidad, una mejor policía también puede ser más policía en un contexto de constreñimiento de recursos, para esto se necesita una policía bien comunicada, con capacidad de movilización, con buena capacidad de movilidad y que rompa la especialidad. También sugiere que es necesario un mayor nivel de respuesta local de la policía, es decir, que actualmente la Policía Nacional está descontextualizada, y no tiene mucha ! ! 194! cercanía con las necesidades de la población, ni tampoco conocimiento particular de las organizaciones criminales para combatirlas con mayor eficiencia. Por otra parte, el incremento en la presencia institucional se ha manifestado también a través de programas como “Medellín la mas Educada”, el cual se implementó bajo el principio de invertir la mayor cantidad de recursos, con la mejor calidad y excelencia estética, en las zonas mas pobres y violentas. Estas obras incluyeron cinco parques-biblioteca en las comunas más abandonadas; un sistema de transporte público que acortó las distancias entre los antiguos guetos urbanos; un centro cultural, construido sobre el antiguo basurero de Moravia (donde antes vivían en extrema pobreza dos mil familias que fueron reubicadas), diez nuevos colegios públicos, nuevos estadios deportivos, parques lineales y coliseos preparativos de la sede de los Juegos Olímpicos Panamericanos del año 2010. El componente más importante del modelo son los cinco parques biblioteca, diseñados por los mejores arquitectos del país en los barrios antes catalogados como los más peligrosos, pobres y desprestigiados de la ciudad. Sánchez (2010). Elementos como los mencionados anteriormente, que reflejan un incremento en la presencia estatal y la eficiencia institucional en la ciudad de Medellín, actuaron como elementos mediadores para incrementar la efectividad de la PSD en esa ciudad en el período 2003-2009. 6.2.2. Recrudecimiento del conflicto (2009- 2011) El recrudecimiento del conflicto se evidencia en Medellín a través del aumento en la tasa de homicidios, la cual se incrementó significativamente entre los años 2008 y 2009. Según la publicación conjunta de la Personería de Medellín, el Instituto Popular de ! ! 195! Capacitación, y la Universidad de Antioquia (Sierra 2010, 23) entre los años 2008 y 2009 la tasa de homicidios se incrementó en un 85.6%, pasando de 1,137 homicidios en el año 2008 a 2,182 homicidios en el 2009. Según esta publicación, mucha de esta violencia se relaciona con la extradición de Don Berna, el líder del grupo paramilitar Cacique Nutibara, en Mayo de 2008. Bajo su mando, la ciudad estaba en relativa calma. Pero una vez fue extraditado, la mayoría de los asesinatos en el año 2009 ocurrieron entre miembros de pequeñas bandas, de las cuales se estima existen entre 150 y 300. Según señala Montero (2010), la situación de recrudecimiento del conflicto es más acentuada en las comunas, especialmente la 13, a causa del desplazamiento, los asesinatos, las amenazas y los enfrentamientos armados. Esto resulta paradójico, ya que es en dichas comunas donde las alcaldías han hecho las inversiones más cuantiosas en las últimas décadas, y sin embargo el conflicto no se reduce. Al parecer, se presenta un círculo vicioso “en que el dominio territorial lo logra alguno de los grupos, hasta que se hace un gran operativo militar y la paz se mantiene un corto tiempo hasta que otro grupo más poderoso llega a pelear de nuevo el poder” Montero (2010,1). Adicionalmente, es en estas zonas donde se presenta un mayor reclutamiento forzoso a los jóvenes por parte de las organizaciones armadas ilegales, las cuales amenazan a las familias si se oponen, dando lugar a muchos desplazamientos. Analistas como Corrales (2010) señalan que el recrudecimiento del conflicto violento se debe entre otras causas a las fallas en el proceso de desmovilización paramilitar, que condujeron a una transformación y regeneración de éstos en las BACRIM (bandas criminales organizadas),. Así: ! ! 196! La ciudad llegó a albergar a más de 4.300 desmovilizados, que fueron cobijados por oportunidades laborales y educativas que el gobierno municipal les brindó. Quienes optaron por el camino de la legalidad, encontraron las puertas abiertas. Quienes no, fueron capturados, asesinados por enemigos o reingresaron a las estructuras que nunca se desmovilizaron. Corrales (2010) Para enfrentar el recrudecimiento del conflicto, en opinión de los expertos se hace necesaria la formulación de una política de seguridad que permita enfrentarlo de manera integral. Dicha política no solo debe articular las acciones estatales, sino también movilizar a la sociedad civil para que ésta participe de manera más activa en la reducción del conflicto. Según señala Corrales (2010, 3): La creación de una Alta Consejería para la Seguridad en Medellín y su área metropolitana, que incluya dentro de su accionar el Bajo Cauca y el Urabá Antioqueño. Esta sería un ente de articulación de las acciones administrativas, operativas, judiciales y comunicacionales que de los planes se deriven y que comprometan a las autoridades nacionales, regionales, metropolitanas y locales en los ámbitos civiles (Presidencia, Ministerios de Interior y Defensa, Dirección de Estupefacientes, Gobernación y Alcaldías), policivas (Policía Nacional y Departamentos de inteligencia y Antinarcóticos), militares (Ejército, Fuerza Aérea, Armada) y judiciales (Fiscalía General, CTI, Medicina Legal, Consejo Superior, INPEC). Otros, como Vargas (2009b) adicionan la necesidad de hacer una devolución de poderes en cuanto al tema de la descentralización, es decir, transferir muchas de las competencias que en este momento se manejan desde niveles centrales, hacia lo local. Así, estaría implícita una reconversión parcial de los esfuerzos de seguridad (acorde con el post conflicto, que también es parcial), con el fin de enfrentar los nuevos retos, que son diferentes a los de los grupos en conflicto. Finalmente, Acero (2009) hace énfasis en la necesidad de reestructurar el gasto en seguridad, modificando el actual esquema según el cual “se prioriza el 90% de la inversión en fuerzas militares y solamente el 10% para la ! ! 197! policía”. Los cambios deben incluir asignar mayores recursos al fortalecimiento institucional, especialmente en la justicia y en el mejoramiento de las condiciones en que los jueces y fiscales están realizando su labor. Como parte del análisis de casos, y para continuar diagnosticando las variables que afectaron la disminución del conflicto y su posterior recrudecimiento, se realizaron entrevistas entre habitantes de diversos sectores de Medellín53. Las conversaciones reflejaron un consenso entre los entrevistados sobre las causas del recrudecimiento del conflicto. Uno de los entrevistados afirmó: “el problema se transformó, los violentos cambiaron de nombre, antes eran los paramilitares y ahora son las bandas emergentes. Pero lo que no ha cambiado es la fuente de financiación, que sigue siendo el narcotráfico”54. Aunque muchos entrevistados percibieron la mejoría en la intensidad del conflicto en el período 2003-2009, la totalidad coincidió en afirmar que hay mucha preocupación por los nuevos incrementos en el conflicto. Esto, en opinión de la mayoría, se debe a que “el gobierno ya no está dando mano dura como lo hizo al comienzo. Han bajado la guardia, y los nuevos grupos criminales han sacado ventaja y aprovechado esta falta de continuidad con las políticas anteriores”55. Resulta sorprendente, sin embargo, la polarización que existe en los que respecta a las causas de la reducción del conflicto. Casi el 50% de los entrevistados afirmó que éste se debió a la acción de las políticas estatales, particularmente la PSD: “acá en Medellín empezó a tenerse un poco de paz cuando el gobierno entendió que las buenas intenciones de Pastrana no servían de nada, y que las guerrillas, los paramilitares y los !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 53!Los sujetos entrevistados permanecen en el anonimato por los requerimientos del HSRO.! 54 Entrevista # 6, Alcaldía. Medellín. # 11, Farmacia, Medellín! 55!Entrevista ! ! 198! narcos sólo se podían acabar con el uso de la fuerza. Usted veía policías y militares por todas partes, y uno como ciudadano se sentía seguro, protegido por el gobierno”56 La otra mitad, por otra parte, atribuye la reducción del conflicto a “pactos secretos entre el gobierno y los paramilitares. Acá todo el mundo sabe que mientras Don Berna estaba en el poder, él se encargaba de mantener el orden y de que no hubiera violencia. Como cuando estaba Pablo Escobar. Pero cuando lo extraditaron las cosas se enredaron mucho y empezaron a atacarse entre pequeñas bandas”57. Finalmente, también hay conocimiento entre los entrevistados del rol de la ubicación geográfica de Medellín en el conflicto armado: “no es solo por el corredor de paso de drogas hacia el Urabá, sino que en Medellín estamos en el centro del país, en un punto medio entre el norte y el sur. Eso le da una ubicación estratégica para los grupos insurgentes y para el tráfico de drogas, y por eso es tan difícil aquí acabar con la violencia”58 En conclusión, el análisis del caso de Medellín ha permitido identificar el rol de las variables mediadoras al incrementar la efectividad de la PSD. Estas, como se ha ilustrado, facilitaron la implementación de la PSD en las zonas donde se redujo la intensidad del conflicto. Sin embargo, el caso de Medellín resulta de especial interés ya que también ilustra la dificultad de mantener la reducción en los niveles de intensidad del conflicto cuando se hacen presentes circunstancias inesperados. En efecto, variables como la desmovilización de los grupos paramilitares en Antioquia—de la cual se esperaba tendría efectos positivos en cuanto a la reducción del conflicto armado— resultaron a la postre siendo negativas para éste y facilitando su transformación y !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 56!Entrevista # 2, Hospital. Medellín! 57!Entrevista # 14. Central Transportes. Medellín.! 58!Entrevista # 18. Medellín.!Puesto de Salud.! ! ! 199! recrudecimiento. A pesar de que la desmovilización paramilitar es una parte muy importante de la PSD, al haberse realizado de manera parcial e incompleta eso ha facilitado que se revierta el proceso, incrementándose de nuevo la violencia. Así, la violencia asociada a la guerra contrainsurgente (que durante los últimos años se había desplazado a los márgenes socioeconómicos y geográficos de las periferias del país), se ha modificado. Tras la desmovilización paramilitar la tendencia de la era postconflicto ha sido contraria, desplazándose éste hacia las zonas centrales del país. El caso de Medellín ilustra la necesidad de hacer importantes modificaciones a la PSD en este sentido, ajustándola a las necesidades derivadas de las transformaciones del conflicto; si cambios como los sugeridos no se implementan, el conflicto en ciudades como Medellín seguirá recrudeciéndose y perpetuándose. Finalmente, el caso de Medellín es muy importante porque refuerza y confirma la importancia de la variable “número de grupos presentes” sobre la intensidad del conflicto. El recrudecimiento violento de los dos últimos años, que ha ido acompañado de la multiplicación de pequeños grupos tras la desmovilización paramilitar, presenta evidencia empírica de esta relación. Al incrementarse el número de grupos, se aumenta la intensidad del conflicto violento. 6.3 Caso 2: Departamento del Cauca Como se explicó en el capítulo anterior, el departamento del Cauca presentó un incremento en los niveles del conflicto armado tras la implementación de la PSD entre 2003-2009. Adicionalmente, es uno de los departamentos más afectados por la ola de recrudecimiento del conflicto que vive el país desde finales del año 2009. ¿A qué se debió esta imposibilidad de reducir los niveles de conflicto, y por qué éste se ha incrementado en enormes proporciones en el período 2009-2011?. La siguiente sección ! ! 200! intenta dar respuesta a estas preguntas. Como se verá, el caso del Cauca conjuga una multiplicidad de variables causales que han impedido hasta la fecha modificaciones positivas en el conflicto armado. 6.3.1 Identificación de causas para la no disminución (y aumento) en la intensidad del conflicto armado. El departamento del Cauca se encuentra localizado en el suroeste del país, con una extensión de 29,308 km². Limita al norte con los departamentos del Valle del Cauca y Tolima, al oriente con los departamentos de Huila y Caquetá, al sur con los departamentos de Putumayo y Nariño, y al occidente con el océano Pacífico. Lo conforman 38 municipios, y lo atraviesan las cordilleras Occidental y Oriental. Según explican Ávila y Núñez (2010), en el caso específico del Cauca la dificultad para erradicar el conflicto radica, entre otras causas, en elementos estructurales de larga data. Por una parte, a diferencia de otros departamentos el Cauca es predominantemente rural. Por otra parte, ha sido escenario de intensos fenómenos de recomposición de economías campesinas e indígenas a través de procesos de recuperación de tierras, que han modificado sustancialmente la estructura de posesión y tenencia a partir de la década de los años 70. Esto ha traído como consecuencia el predominio de micro-fundios y la falta de acceso a la tierra para miles de familias, lo cual se ha traducido en un problema agrario crónico que ha facilitado el surgimiento y perpetuación del conflicto armado en el Cauca. Adicionalmente, el conflicto en el Cauca adquiere otras singularidades, como lo son la vinculación de economías regionales y familiares a los cultivos de coca y a la producción de drogas, y la lucha por el control estratégico de corredores y fronteras por parte de la guerrilla y de los grupos neo-paramilitares. Según explica Ávila (2009), ! ! 201! En el departamento del Cauca han prosperado las economías ilícitas de la coca y la amapola, de una manera tal que además de comprometer franjas importantes de la población, también constituyen unos polos diferenciados de conflictividad, en tanto se inscriben en estructuras regionales y sociales específicas:. (Ávila 2009, 53) Si bien proliferan laboratorios artesanales de pasta de coca en todas estas regiones, la producción de cocaína tiende a concentrarse en narcotraficantes que se encargan directamente de su embarque, bien sea por la ruta de Ecuador, la ruta de Buenaventura (Valle del Cauca) o a través de las otras redes que manejan los herederos del Cartel de Cali y Norte del Valle. Precisamente la proximidad con el Valle permite explicar que en el norte del Cauca (en los municipios de Suárez, Buenos Aires, Santander, Caloto, Corinto) se concentre una buena parte de los laboratorios de cocaína, no obstante ser relativamente escasas las plantaciones de coca. De otra parte, según el informe de la Unidad de Prevención de Violencia de la Universidad del Valle (2004), el departamento del Cauca se ha constituido en un escenario estratégico para las fuerzas insurgentes y actores armados, debido a la confluencia de canales de comunicación entre la Amazonía y el Océano Pacífico, Ecuador y el Valle del Cauca, así como la diversidad de su geografía con valles interandinos y selvas, que se extienden desde la Cordillera Central hasta el Pacífico. Así, estas características han favorecido no sólo la aparición de grupos insurgentes y de organizaciones de autodefensa en los comienzos del conflicto, sino su permanencia y fortalecimiento en el Cauca a través del tiempo.. Las principales zonas donde estos grupos al margen de la ley tienen presencia son: la Bota Caucana que comunica con el departamento del Caquetá y con el Putumayo; el Macizo que comprende también algunos municipios de los departamentos de Tolima, ! ! 202! Huila, Nariño, Putumayo y Caquetá; la Vía Panamericana que atraviesa el departamento desde Nariño hasta Valle; la zona noroccidental (río Naya), que a través del río San Juan y más arriba por el río Atrato, comunica con el municipio de Buenaventura (Valle) y el departamento del Chocó (Pacífico); la Cordillera Oriental, en los municipios de El Tambo, Argelia, Patía, Balboa y el piedemonte de la Cordillera Central, especialmente los municipios de Mercaderes y Bolívar (zona de enclave cocalero), la zona del Pacífico, principal para el tráfico de armas y de drogas; así como Popayán y sus alrededores, eje administrativo del departamento (Universidad del Valle 2004). Igualmente, en entrevista a (Caracol Radio Febrero 2012), Restrepo sostiene que el departamento del Cauca resume los problemas que tiene el conflicto armado colombiano: “Cauca tiene una abundancia de recursos ilícitos como la coca y la marihuana, hay una presencia importante de población indígena59 que también es combustible del conflicto al proveer personas que hacen parte de los grupos armados ilegales”. El periódico El País de Cali (2011), por otra parte, plantea que las autoridades militares y civiles coinciden en que el problema de la guerrilla en el Cauca es un mal endémico e histórico, ya que allí nacieron los grupos subversivos más antiguos del país y ha sido su centro de acciones delictivas desde hace 45 años. Esto se hace evidente, por ejemplo, con la presencia ininterrumpida de las FARC en la región desde los comienzos de esta organización insurgente. En el Cauca está el frente más activo de las FARC, según las estadísticas oficiales: es el Sexto, que en los últimos dos años ha realizado 187 ataques y hostigamientos y que maneja la producción y el paso !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 59!Actualmente permanecen los grupos Guambianos en el municipio de Silvia, los Paeces en la cordillera Central y los Ingas en la denominada “bota Caucana”, al sur del departamento. (Universidad del Valle 2004). ! ! ! 203! de la coca en el norte del Cauca y el sur del Valle (El Tiempo 2011). En el año 2010 el Cauca ha sido también epicentro de confrontaciones violentas entre las FARC y el Ejército, especialmente en la zona norte. Según informe de la Revista Semana, (2010c), en el ultimo ataque el Ejército reportó que las FARC usaban civiles como escudos humanos, y que se refugiaban en las reservas indígenas vecinas. A raíz de lo anterior, el gobierno ha declarado el Cauca una prioridad, y desde finales del 2009 reforzó el Ejército en el norte del Cauca reforzándolo con 2,500 soldados. En respuesta a estos refuerzos según reporta el periódico El País de Cali (2010) las FARC han incrementado los actos violentos hacia la población civil. Por otra parte también se ha hecho evidente el proceso de reacomodamiento y adaptación de las FARC ante el acoso de las autoridades, especialmente en el desarrollo de nuevas estrategias y tácticas para continuar con el tráfico de drogas. La permanencia de las FARC en el Cauca, según inteligencia de la Policía, obedece a que esta organización está detrás de una nueva modalidad de cultivos ilegales en la zona: ya no siembran en lotes abiertos sino en invernaderos pequeños, cuya producción se refina también en 'micro-cocinas' del narcotráfico. Por esa vía el efecto del negocio continúa multiplicándose (El Tiempo 2011). Este diario resume así la situación del conflicto en el Cauca: Una zona montañosa difícil hasta para los helicópteros, que está en una ruta tradicional del narcotráfico entre el centro-oriente del país y el Pacífico, donde existe una tradicional desconfianza hacia la Fuerza Pública… son algunos de los elementos del explosivo coctel que tiene hoy al Cauca como el departamento más afectado por los ataques de ese grupo ilegal. ! ! 204! Igualmente, otro elemento que ha impedido que se reduzcan los niveles de intensidad del conflicto armado en el Cauca es la aparición de nuevos grupos armados al margen de la ley. Estos grupos, entre los cuales se encuentran los llamados “Águilas Negras-Nueva Generación”, se enfrentan con las guerrillas por el control de la minería del oro (Semana 2010a). Según continúa este informe de Semana, en los últimos meses han aparecido nuevos actores armados en Suárez y La Toma. Así, “mientras las FARC han hecho presencia constante en esa región, desde octubre del año pasado se han visto personas encapuchadas, con armas y haciendo retenes ilegales, que, de acuerdo con las mismas denuncias, parecen ser integrantes de otro grupo armado ilegal”. 6.3.2 Conflicto étnico y sus efectos sobre la PSD Sin embargo, al analizar las particularidades del departamento Cauca y comparándolo con otros departamentos donde el conflicto tampoco se redujo, resulta evidente que el Cauca presenta una problemática particular, que quizá se ha convertido en un factor inhibidor de le efectividad de la PSD. Este hecho parece haber actuado en contravía de las otras variables mediadoras que—como se ha explicado—a pesar de estar presentes en el Cauca no tuvieron el efecto facilitador de la PSD que sí tuvieron en otras regiones. El hecho en cuestión, es la presencia de comunidades indígenas, quienes a través de su renuencia a aceptar la presencia de las Fuerzas Públicas en sus regiones se han convertido en actores claves dentro del proceso del conflicto armado. Los paeces y guambianos en el Norte del Cauca se han resistido a la sociedad blanca y mestiza luchando por la ampliación de sus derechos civiles y políticos, por el reconocimiento de sus autoridades tradicionales y por la autonomía y autodeterminación para sus territorios. La constitución de 1991 convirtió en derechos muchas de estas ! ! 205! exigencias, lo cual representó un gran triunfo para las minorías étnicas del país. Sin embargo, paradójicamente este avance parece haber tenido condiciones negativas en la lucha del Estado contra la violencia. En efecto, según señala Otero (2006, 1) Los logros y las reivindicaciones de los indígenas a menudo entran en conflicto con el Estado colombiano. En muchas ocasiones, cuando las autoridades civiles o militares orientan esfuerzos por hacer presencia y controlar los territorios donde ellos habitan, o cuando se ponen en marcha nuevas leyes, tratados o medidas administrativas o comerciales, los indígenas sienten que el Estado les está vulnerando sus derechos, al tiempo que el Estado considera que las pretensiones de los indígenas impiden el cumplimiento de sus funciones constitucionales. Así, en ocasiones la posición que asumen las comunidades indígenas frente al conflicto que tiene lugar en sus territorios va en contravía de las políticas estatales, en este caso particular del la implementación de la PSD. Un ejemplo de lo anterior se presentó en el año 2005, cuando el municipio de Toribío fue atacado por las FARC durante varios días, lo cual resultó en decenas de militares y civiles muertos y heridos. En consecuencia, durante las semanas siguientes el Ejército y la Policía se trasladaron a la región, convirtiéndola en escenario de enfrentamientos y disputas para expulsar a las FARC. No obstante, las comunidades indígenas consideraron que este ingreso de la Fuerza Pública violaba sus derechos de permanecer neutrales en el conflicto armado, exigiendo al presidente Uribe retirarlas de su territorio. Esta no era la primera solicitud en este sentido, ya que anteriormente habían solicitado que se retirara la estación de Policía de la plaza central del municipio. Otero (2006). Según señala el periódico El País (2005), el presidente Uribe se opuso a esta petición, manifestando que “…esa dictadura de terrorismo la tenemos que sustituir por las libertades democráticas. Y las libertades democráticas necesitan una presencia eficaz ! ! 206! y transparente de la Fuerza Pública, presencia que no podemos renunciar ni someter a discusión”. Sin embargo, los indígenas no comparten esta opinión sobre el Ejército, el cual consideran que no los representa, y que ha cometido atropellos y asesinatos igual que los otros actores armados. Por tal razón, según expresaron los líderes indígenas al diario Vanguardia Liberal (2005): ““no le vamos a obedecer a nadie, ni a las FARC, pero tampoco a la red de informantes del presidente Uribe, que nos quiso involucrar en ella, y de hacerlo violaríamos el principio de autodeterminación». Así, en el año 2006 los indígenas de Toribio desmontaron ocho trincheras que la Policía había instalado en el casco urbano, pretendiendo con ello exigir la salida del territorio indígena de todas las fuerzas del Estado, así como las estructuras de las FARC. Periódico El Tiempo (2006). Ejemplos como el anterior han sido numerosos en el departamento del Cauca, razón por la cual puede concluirse que este tipo de intervención por parte de las comunidades indígenas ha resultado en dificultades para implementar la PSD en la región. Con el fin de completar el diagnóstico sobre la evolución del conflicto en el Cauca, se realizaron 20 entrevistas a ciudadanos de este departamento60. Los sujetos entrevistados permanecen en el anonimato por los requerimientos del HSRO61. Para el caso del departamento del Cauca, resulta sorprendente el nivel de conocimiento de la !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 60 %Las entrevistas fueron personales y/o telefónicas, y los entrevistados permanecen en el anonimato según los requerimientos del HSRO. Los criterios de selección de los entrevistados, así como los ‘Formatos de Entrevista”, y el formato de “ Consentimiento para participar en un estudio de Investigación”, se encuentran en la sección de Anexos (Anexos 4 y 5 respectivamente). Antes de elaborar las entrevistas, tanto el tema como los formatos de entrevistas fueron sometidos a evaluación por parte del HSRO, lográndose la aprobación final. 61!The Human Subject Research Office (HSRO) provides administrative support for the University of Miami Institutional Review Boards. An Institutional Review Board is a group of individuals comprised of faculty, staff and community members charged with reviewing proposed research involving human subjects to ensure the protection of those subjects and compliance with applicable federal regulations, state law and institutional policy that govern human subject research.! ! ! 207! población sobre las causas del conflicto, y especialmente sobre por qué este no ha podido ser reducido en este departamento. Uno de los entrevistados afirmó que el principal tema de confrontación en la cordillera Occidental es la explotación ilegal de recursos naturales, habiendo el oro desplazado a la coca: “para la guerrilla, narcotraficantes y bandas criminales ya les es más rentable producir un kilo de oro que un kilo de droga”62, explicó. La mayoría de los entrevistados coincidieron con este argumento, agregando además que la atomización de los grupos (especialmente por la transformación de los antiguos grupos paramilitares en bandas más pequeñas, BACRIM) también ha contribuido a incrementar el conflicto: “lo que ha cambiado es que antes habían unos cuerpos grandes, o grupos al margen de la ley grandes, y ahora hay muchos grupos pequeños… Eso es lo que uno percibe como ciudadano. Entonces se ha transformado el orden jerárquico de los grupos que están al margen de la ley y eso hace que hoy en día la incertidumbre permanezca. Ya no hacen grandes impactos sino que trabajan en pequeñas unidades generando mucho mas terrorismo en las poblaciones”63 Otro elemento que generó consenso entre los entrevistados es el de las características geográficas del Cauca, que dificultan el acceso a las fuerzas estatales, y permiten a los grupos insurgentes desarrollar con mas facilidad las actividades relacionadas con el tráfico de drogas: “ lo que pasa es que en el sur del Cauca hay unas zonas muy montañosas y muy apartadas que son de difícil acceso. Entonces esas zonas son propicias para el cultivo de coca, y en el norte del Cauca hay unas zonas de difícil !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 62!Entrevista número 9, taxista, Cauca.! 63!Entrevista número 7, alcaldía, Cauca.! ! ! 208! control que facilitan la conversión de hoja de coca en cocaína como tal”64. Otro entrevistado se refirió a las características poblacionales del Cauca como elemento coadyuvante del conflicto “… el departamento del Cauca, por ejemplo, el 15% está habitado y el resto son zonas vírgenes, entonces se facilita para que puedan ocultar sus laboratorios, y además que son de difícil acceso porque aquí las vías son horribles”.65 De esta manera, en el departamento del Cauca parecen haberse conjugado todos los elementos que conducen al surgimiento, y sobre todo a la perpetuación, del conflicto armado. Por una parte, altos niveles de desigualdad (teoría de resentimientos) que datan de tiempo atrás por los problemas de tenencia de tierras. Por otra parte, numerosos recursos naturales (entre ellos coca y oro simultáneamente), lo cual exacerba la “codicia” de los grupos insurgentes e incrementa su presencia. Además, las características naturales y geofísicas del Cauca y su constitución montañosa, la convierten en un área propicia no solo para los cultivos ilícitos, sino como refugio para los grupos insurgentes por el difícil acceso para las autoridades (presencia institucional limitada). Un elemento adicional es su cercanía a los corredores para el tráfico de drogas, y en particular a la costa Pacífica para efecto de exportación de las mismas. Finalmente, su composición étnica y la permanencia de población indígena hacen del Cauca una zona en la cual la implementación de la PSD se ha dificultado, al parecer por la intervención negativa de estas comunidades. Esto conduce a pensar que quizá, al igual que ocurre con las variables geográficas, la presencia de comunidades indígenas debería ser teorizada o “variabilizada” para medir de manera mas formal su incidencia !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 64!Entrevista número 13, hotel, Cauca. Seis entrevistados mas coincidieron con este argumento de zonas montañosas y de difícil acceso. ! 65!Entrevista número 8, inmobiliaria, Cauca.! ! ! 209! sobre la intensidad del conflicto. Este hallazgo parecería estar de acuerdo con lo que Laitin (2002) y otros han encontrado en África: los mayores niveles de heterogeneidad o polarización étnica parecen contribuir a elevar los niveles de conflicto. Así, estudios futuros podrían incluir la presencia de comunidades indígenas como una variable que cuantificase el conflicto étnico, incorporándole a la multiplicidad de variables que afectan el caso colombiano. Esta pluralidad de variables explica así por qué en el Cauca no se logró reducir la intensidad del conflicto armado en el período 2003-2009 a pesar de los esfuerzos implementados a través de la PSD. Estas variables explican, también, porqué el conflicto no solo se ha perpetuado en el Cauca, sino que se ha recrudecido de manera muy significativa en este departamento, el cual se ha convertido en el más flagelado por la guerrilla de las FARC en el período 2009-2011. A nivel normativo y de diseño de políticas, el entender estas causas del fracaso de la PSD en el Cauca podrían servir para implementar correctivos en la PSD. Estas sugerencias se discuten en el capítulo siete, en la sección de conclusiones. 6.4 Caso 3: Departamento del Vichada 6.4.1 Identificación de causas para la permanencia casi constante de la intensidad del conflicto armado. El departamento del Vichada tiene una extensión de 98,970 km2, y se ubica en el extremo noreste de Colombia. Lo conforman 4 municipios: Puerto Carreño, Santa Rosalía, Curamaribo y La Primavera. El Vichada hace parte de los llamados “antiguos territorios nacionales”, los cuales abarcaban varios departamentos de las regiones de la Orinoquía y la Amazonía. Tanto el Vichada como los demás departamentos de los ! ! 210! antiguos territorios se consolidaron administrativamente como departamentos con la Constitución de 1991. Esto les otorgó el derecho a gobiernos locales y elección de representantes a la Cámara (Núñez 2007, 2). En extensión es el segundo mas grande del país, pero también es uno de los menos densamente poblados, con una densidad poblacional de 1.79 habitantes por km2. Geográficamente hace parte de la Orinoquia colombiana, con paisajes predominantemente de sabana (Ríos 2008). Como se explicó en el capítulo anterior, el departamento del Vichada es mayormente rural, escasamente poblado, y extremadamente remoto. Su selección dentro del grupo de casos de análisis complementa los casos de Medellín y Cauca, cuyas características poblacionales y de ubicación son diferentes. Así, con la selección de tres casos tan distintos en términos de ubicación y población, se busca cubrir diversas opciones del espectro geográfico y poblacional del país. La particularidad del departamento del Vichada es que la intensidad del conflicto armado permaneció en niveles casi constantes tras la implementación de la PSD. Esta sección intenta entender las razones para este comportamiento. Según señala Núñez (2007), para entender las dinámicas del conflicto armado en el Vichada es necesario tener en cuenta las características particulares de este departamento, es decir: Una vegetación selvática en el sur del departamento, nutridas cuencas hidrográficas, la lejanía de centros de poder estatal, la ausencia de vías de comunicación interregionales, ser zona de frontera con Venezuela, una población mayoritariamente indígena y rural, y altos índices de necesidades básicas insatisfechas en los cascos urbanos (41,94%) y en las zonas rurales (84,4%), hacen de este territorio una extensión propicia para el cultivo de coca, el tráfico de armas y el asentamiento de grupos armados ilegales. (Núñez 2007, 3) ! ! 211! El origen de la presencia de las FARC en este departamento se remonta a principios de los años 90; el primer frente en tener presencia activa fue el frente 16. Según datos del Observatorio de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario (2007, 2), tras la muerte en 1999 de alias Esteban González (comandante del frente 16) el Negro Acacio asumió la comandancia. Esta nueva dirección del frente ocasionó un incremento del 86% de los cultivos de coca entre los años 2000 y 2001, concentrándose principalmente en los corregimientos de Puerto Príncipe, Chupave, Güerima, El Guaco, Manajuare, El Sejal y San José de Ocune, en el municipio de Cumaribo; estos datos provienen del Censo de Cultivos de Coca para Colombia, en 200666. Observatorio de Derechos Humanos (2007). De esta forma, el difícil acceso a este departamento, así como también la evidente ausencia del Estado favorecieron una incipiente presencia de las FARC desde la década de 1990, incrementando progresivamente su pie de fuerza en desarrollo de una estrategia de expansión hacia estos territorios. Las condiciones geográficas de la zona le han permitido a la guerrilla tener un histórico control social, político y económico sobre las comunidades, administrando la justicia, la suplencia de necesidades básicas, los cultivos de coca y la explotación ilegal de recursos naturales. Boletín de la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento, (CODHES 2005). Con relación a los grupos paramilitares, el principal grupo que operó en el Vichada fueron las ACMV (Autodefensas Campesinas del Meta y Vichada), que se originaron con la llegada de boyacenses y cundinamarqueses, especialmente esmeralderos, que !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 66!Monitoreo de Cultivos de Coca - 2006. Autor: SIMCI - UNODC - Gobierno de Colombia. 2007. Para mas información véase http://odc.dne.gov.co/index.php?option=com_content&view=article&id=122:cultivos-ilicitos-encolombia&catid=105:oferta-de-drogas&Itemid=100 ! ! 212! compraron tierras en esta zona y trajeron sus esquemas de seguridad privada. De otro lado, también llegaron algunos narcotraficantes paisas que impusieron un esquema de expansión armada alrededor del narcotráfico (Semana 2010b). Las ACMV tenían su tenían su base de operaciones en el norte del Meta, en los municipios de Puerto Gaitán y Puerto López, y en el Vichada en la zona de Cumaribo, Santa Rosalía y La Primavera. Su área de influencia tenía como límite el río Vichada y sus principales corredores fluviales eran los ríos Meta, Muco y Guarrojo (Nuñez 2007). Las ACMV conformaron con las autodefensas del sur de Casanare la Alianza de Oriente pero no se aliaron con los otros grupos, manteniéndose independientes del bloque Centauros y el Central Bolívar. Las ACMV se desmovilizaron en Agosto del año 2005. Sin embargo, “Cuchillo” no entregó las armas, y por el contrario, se convirtió en líder de una nueva organización denominada Los Cuchillos que ha asumido entre otras denominaciones la de Organización Libertadores del Llano y, en el presente, la de Ejército Revolucionario Popular Antisubversivo de Colombia, (ERPAC), que tiene influencia sobre el territorio dominado por el desmovilizado bloque Centauros (Semana 2010b). Al igual que se explicó para el departamento del Cauca (y esta situación se presentó en la mayoría de las regiones del país), con la desmovilización de los grupos paramilitares se dio una transformación de las dinámicas del conflicto armado. El vacío dejado por los antiguos grupos paramilitares pasó a ser disputado por las FARC, y por las nuevas bandas emergentes (BACRIM) que reemplazaron de manera mas atomizada a los antiguos grupos paramilitares. Así, tras la desmovilización de los grupos paramilitares, el reagrupamiento de algunos de éstos en pequeñas bandas (mayores en número) ha tenido ! ! 213! para el Vichada consecuencias negativas al igual que para la mayoría de las regiones del país. En efecto, según se indicó anteriormente las FARC y los grupos paramilitares dominaban este departamento hasta comienzos del año 2002. Como respuesta a esta expansión de la guerrilla, el gobierno nacional resolvió recuperar el dominio de la zona por medio de una creciente presencia de la fuerza pública desde 2002, a través de la implementación de la PSD. Esto se derivó en hostigamientos armados y operaciones de registro y control, que produjeron un repliegue de la guerrilla, obligándola que a internarse en la selva y abandonar las riberas de los ríos y de los poblados militarizados (CODHES 2005). Así, con la implementación de la PSD, los indicadores de violencia se redujeron sustancialmente en el Vichada entre los años 2003 y 2005: “A partir de la operación Gato Negro y 7 de agosto, y una mayor presencia de la Fuerza Pública, las tasas de homicidio se redujeron de manera notoria. Después, hasta 2002, la tendencia de homicidios nacionales fue creciente, mientas que la del departamento decrecía. En 2005 se presentó la tasa más baja de homicidios y de muertes de civiles, consecuencia de la desmovilización paramilitar.” (Núñez 2007, 10) Sin embargo, los homicidios se dispararon de nuevo en el año 2006, pasando de tres a cuarenta y nueve, y las cifras siguieron aumentando en 2007, en contraste con la tendencia a la baja en el resto del país. (Observatorio de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario 2007, 4). Este incremento se dio el año siguiente a la desmovilización de las autodefensas de Meta y Vichada y del frente Meta y Guaviare, del bloque Central Bolívar, lo cual desató la confrontación entre diferentes grupos por el control de los territorios de los desmovilizados: ! ! 214! La reconfiguración de la confrontación armada en el departamento durante 2006 se vio reflejada en el incremento de los homicidios y en los desplazamientos forzados de la población que habita en territorios de alto valor estratégico.(Observatorio de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario 2007, 4) Igualmente, la intensidad del conflicto se incrementó por las disputa que se presentaron entre las FARC y las diferentes estructuras de grupos emergentes, rearmados y disidentes con presencia en el Vichada. Los enfrentamientos entre los Paisas, liderados por “Don Mario”, los “Macacos” y los “Cuchillos” fueron importantes en el 2007 en todos los Llanos, según un informe de riesgo de la Defensoría del Pueblo. Así, según explica Núñez (2007, 10): El principal interés de estos grupos armados ilegales después de la desmovilización, es el de controlar las rutas del narcotráfico, así como el tráfico de armas y material de intendencia que se realiza a través del río Meta desde la frontera venezolana. 6.4.2 Particularidades del Vichada Los resultados de esta investigación, según los cuales la intensidad del conflicto armado permaneció casi constante en el Vichada durante el período 2003-2009 se explican a través de lo expuesto anteriormente. En efecto, a diferencia del departamento del Cauca en donde la tendencia del conflicto fue en ascenso de manera constante durante el período 2003-2009, en el Vichada se identifican dos sub-períodos: uno de descenso en la intensidad del conflicto, entre los años 2003y 2005; y uno de ascenso en la intensidad del conflicto entre los años 2006 y 2009. De esta forma, al realizar el promedio para la intensidad del conflicto en el período total 203-2009, se observa que en promedio este permaneció en niveles casi constantes. ! ! 215! Vale la pena agregar que en el departamento del Vichada, al igual que en muchas otras zonas del país, se presenta un fuerte conflicto por la tenencia de tierras y el desplazamiento de los colonos. Este problema involucra diversos sectores de la población (entre ellos a las comunidades indígenas, y a los terratenientes y ganaderos, por ejemplo). El conflicto por la tenencia de tierras es una variable que podría incluirse dentro de la gama de causas del conflicto interno colombiano. Sin embargo, por el hecho de no presentarse en todas las zonas del país (por ejemplo, en Medellín no se vive este fenómeno) se decidió no incluirla como variable de análisis en esta investigación. En estudios futuros podría incorporarse esta variable de manera regional, y medir su impacto real sobre la intensidad del conflicto armado. Para complementar el diagnóstico sobre la evolución del conflicto armado en el Vichada, se realizaron entrevistas entre los habitantes de este departamento. En contraste con lo observado en el departamento del Cauca, en el Vichada resulta sorprendente el nivel de desinformación de la población en general sobre la evolución y estado actual del conflicto armado. Se realizaron 15 entrevistas telefónicas, y la mayoría de los sujetos entrevistados desconocía las causas del conflicto, o la naturaleza de las variables que lo afectan en el Vichada. Ante la pregunta de por qué la intensidad del conflicto armado había permanecido en niveles casi constantes tras la implementación de la PSD, se obtuvo la siguiente respuesta: “Digamos que es que aquí en el Vichada la violencia no ha sido tan fuerte como en otros sitios. Entonces el gobierno atacó mas en otros sitios. Aquí en Vichada no es tan notoria la guerrilla67”. Otro de los entrevistados estuvo de acuerdo con este !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 67!Entrevista número 6. Vichada. Panadería! ! ! 216! argumento, afirmando que “el gobierno no le puso tanto énfasis a Vichada y por eso se quedó constante. Pero yo creo que se disminuyó en los últimos 9 años y ahorita está como resurgiendo nuevamente”68. Otro de los entrevistados, en cambio, atribuyó los niveles de conflicto armado en el Vichada a la geografía del departamento: “El Vichada hasta donde yo sé siempre ha sido muy tranquilo. Por lo general esta zona es de solo sabana, y eso hace que la guerrilla o los terroristas tengan mas dificultades para poderse radicar aquí. Ellos necesitan de montañas para poder esconderse y enfrentar al Ejército”69. Finalmente, a diferencia de lo ocurrido en las entrevistas a los habitantes del departamento del Cauca (quienes participaron activamente y expresaron opiniones bastante acertadas), entre los habitantes de Vichada consultados se percibió una renuencia (casi apatía) a participar en las entrevistas. Dado que la mayoría de éstas se hicieron por teléfono, esta actitud quizá podría atribuirse a desconfianza o temor a comprometer opiniones. Pero la diferencia con los entrevistados del Cauca, o con los de Medellín fue muy significativa y habla una vez más de las diferencias regionales (también a nivel de los comportamientos) que se presentan en Colombia. 6.5 Conclusiones del análisis de casos Como herramienta metodológica el análisis de casos resulta un complemento fundamental para el análisis cuantitativo. Los casos particulares permiten descubrir muchos de los eventos y relaciones causales implícitos dentro de los conflictos internos. Los tres casos seleccionados (Medellín, Cauca y Vichada) han permitido ilustrar diferentes matices y facetas del conflicto colombiano. Desde la selección misma, se !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 68!Entrevista número 12. Vichada. Taxista! 69!Entrevista número 9. Vichada. Empleado hotel. ! ! 217! incorporaron diferentes elementos: Medellín, fue seleccionado como un caso ilustrativo que corrobora los argumentos y las hipótesis formuladas en la investigación; Cauca y Vichada, se escogieron como casos que se desvían de lo esperado, y a través de los cuales se extraen importantes conclusiones sobre las dinámicas del conflicto a nivel regional. La selección de casos con distribución geográfica y poblacional diversa, por otra parte, también contribuye a incorporar estas variables dentro del análisis. Medellín representa la zona urbana por excelencia; Cauca ilustra una zona rural, con alto componente poblacional campesino e indígena; y el Vichada representa una zona rural, escasamente poblada y extremadamente remota. Como se explicó anteriormente, esta selección de casos pretende ser ilustrativa de las diferentes facetas de la multi-causalidad del conflicto colombiano, pero de ninguna manera es exhaustiva ni tampoco excluye la posibilidad (y la necesidad) de analizar otros casos en estudios futuros. Finalmente, la selección de tres casos que ilustran los diferentes resultados ocurridos con la intensidad del conflicto colombiano durante el período 1995-2009 (disminuyó, aumentó o permaneció casi constante), permiten ilustrar también los diversos efectos que la implementación de la PSD tuvo a nivel regional a lo largo del país. Los resultados arrojados al analizar los tres casos escogidos son muy relevantes para el entendimiento de la dinámica del conflicto colombiano. El caso de Medellín, por una parte, ha permitido analizar el rol que ha desempeñado cada una de las variables mediadoras para facilitar la implementación de la PSD y mejorar su efectividad. Así, el efecto de la reducción de la pobreza (a través de mayor inversión social y desarrollo de proyectos); el incremento en la presencia institucional; la ubicación central; y la reducción en el número de grupos (gracias a la desmovilización paramilitar), han sido ! ! 218! variables cuya implementación y concatenación han afectado de manera positiva la implementación de la PSD en Medellín. Por otra parte, también resulta importante el caso de Medellín, en tanto que refuerza y corrobora el argumento de que la variable “número de grupos” afecta de manera muy directa la efectividad de la PSD (cuando el número de grupos se redujo tras la desmovilización paramilitar, el conflicto se redujo de manera sustancial; y cuando el número de grupos se incrementó de nuevo tras la proliferación de las BACRIM, el conflicto se ha recrudecido notoriamente). Esto, según el análisis del caso revela, obedece en parte al hecho de que la desmovilización paramilitar—a pesar de ser un componente muy importante de la PSD—fue realizada de manera parcial e incompleta, lo cual ha permitido revertir el proceso de reducción del conflicto que se experimentó inicialmente. El caso del Cauca, por su parte, también resulta de gran importancia al revelar el efecto que variables de naturaleza puramente regional han tenido sobre la implementación de la PSD. En el caso particular del Cauca, la presencia de las comunidades indígenas y su intervención en contra de las acciones de la Policía y el Ejercito (para preservar sus derechos territoriales adquiridos) ha dado origen a un conflicto étnico que sin duda ha reducido la efectividad de la PSD en este departamento. El problema es de tal magnitud, que esta investigación sugiere la posibilidad de incorporar de manera formal la variable “conflicto étnico” dentro de las causas del conflicto interno colombiano. Cabe recordar que Kalyvas (2009) contempla el antagonismo étnico como uno de los importantes detonantes de las guerras civiles. Así, aunque algunos autores como Gutierrez-Sanin (2004, 270) han sugerido que “no hay profundas divisiones étnicas detrás del conflicto colombiano”, la evidencia empírica ! ! 219! arrojada por esta investigación sugiere que, a menos de manera regional, las brechas étnicas desempeñan un papel importante dentro del conflicto. Finalmente, el caso del departamento del Vichada arroja importantes luces sobre el desempeño de las variables mediadoras en regiones periféricas por excelencia. Así, al ser este un departamento netamente rural, escasamente poblado y extremadamente remoto, el efecto de las variable mediadoras se ha visto minimizado. Por ejemplo, a pesar de que en el departamento se experimentó una reducción de la pobreza y un aumento en la presencia institucional, los niveles de conflicto armado no se redujeron, sino que permanecieron en niveles casi constantes. Este caso sirve para ilustrar de manera clara el efecto negativo que ha tenido la ubicación periférica sobre la efectividad de la PSD. En conclusión, como se ha observado el análisis de casos resulta una herramienta fundamental (y casi indispensable) para complementar los otros análisis cualitativos (como el álgebra Booleana) y cuantitativos (como los análisis porcentuales). Los casos particulares han permitido identificar causas, procesos, matices y tendencias que los métodos más generales no permiten percibir. Un vez más, resulta evidente la importancia del argumento de Laitin (2002) con relación a la necesidad de utilizar estas metodologías cuantitativas y cualitativas de manera complementaria, ya que los aportes de cada una de ellas magnifican y expanden de manera sinérgica los resultados de las investigaciones. ! ! ! 7 Capítulo Siete: Conclusiones 7.1 Discusión general Los resultados de esta investigación permiten formular algunas conclusiones importantes sobre el comportamiento del conflicto armado en Colombia en la última década. En efecto, a través de la comparación de regiones donde el conflicto disminuyó a raíz de la implementación de la PSD, contra regiones en las cuales esté se intensificó, o bien permaneció constante, se ha identificado la existencia de variables cuya presencia ha tenido un efecto mediador positivo sobre la implementación de la PSD. Variables como la reducción de la pobreza (que corrobora las hipótesis centradas en resentimientos); el incremento en la presencia del Estado (que corrobora las hipótesis institucionales), la reducción en el número de grupos presentes (que corrobora las hipótesis de control territorial) y las diferencias entre centro y periferia (que corroboran la hipótesis geográfica) se han revelado como importantes variables complementarias a la implementación de la PSD. No obstante, al analizar el reciente comportamiento del conflicto (en lo que algunos analistas llaman el período Post-conflicto 2010-2012) la evidencia muestra que éste, en vez de desaparecer, se ha transformado y recrudecido en muchas regiones del país. Surgen entonces importantes preguntas para formular estas conclusiones: ¿Desvirtúa el actual recrudecimiento del conflicto los hallazgos de esta investigación, en términos de la importancia de ciertas variables mediadoras?; ¿Ha tenido o no éxito la PSD?; ¿Cuáles son las posibilidades de sostenibilidad de esta política en el largo plazo? y ¿Qué correctivos habría que implementarse a la PSD, teniendo en cuenta el rol de las variables mediadoras identificadas en este estudio? Para intentar responder a estas 220! 221! ! preguntas, el capítulo examina primero el estado actual del conflicto y el rol de los actores armados y sus procesos de adaptación, para entender la actual transformación del conflicto. Seguidamente hace un balance sobre los resultados de la PSD, abordando la cuestión de su sostenibilidad en el largo plazo. Posteriormente, se formulan algunas recomendaciones sobre las directrices que debería seguir la PSD, incorporando para ello el rol de las variables mediadoras identificadas en este estudio. Este constituye uno de los aportes importantes de esta investigación, en el sentido de utilizar el análisis para desarrollar recomendaciones, interpretaciones e implicaciones a nivel normativo, sobre el diseño y mejoramiento de las políticas estatales y específicamente sobre la PSD. Finalmente, el capítulo se enfoca en las contribuciones que la investigación hace al análisis teórico y empírico de los conflictos políticos y expande el debate metodológico a través del análisis de las ventajas y desventajas de las metodologías empleadas. Así, aspectos como el debate teórico entre las hipótesis explicativas (resentimientos vs. codicia; ó presencia estatal vs. inclusión política), por ejemplo, se revisan a la luz de los resultados de la investigación. Igualmente, el consenso metodológico sobre la necesidad de utilizar de manera complementaria metodologías cuantitativas y cualitativas se analiza bajo la perspectiva de las metodologías empleadas en la investigación, resaltando las bondades y desventajas de cada uno de los métodos, y sugiriendo posibles adiciones a los mismos en estudios futuros. ! 222! ! 7.2 Conclusiones y aportes a nivel normativo y de diseño de políticas 7.2.1 Estado actual del conflicto armado colombiano La complejidad del conflicto armado en Colombia radica, como se ha visto, en su multi-causalidad y en la pluralidad de elementos que lo constituyen y afectan. Tras nueve años de implementación de la PSD, la situación actual del conflicto refleja claramente que—aunque inicialmente éste se redujo de manera muy significativa en muchas regiones—hay evidencia de un nuevo recrudecimiento. Este panorama muestra claramente la necesidad de analizar la situación actual de cada uno de los actores en conflicto y de entender que éste se ha desplazado hacia diferentes componentes, nuevos actores y nuevas dinámicas de interrelación entre ellos. Por una parte, si bien los logros en la lucha contra las FARC han sido muy importantes, ésta están lejos de estar totalmente derrotadas o aniquiladas. Por otra parte, la amenaza que representan las BACRIM, sucesoras de los anteriores grupos paramilitares, se hace evidente no sólo a nivel regional sino nacional. Finalmente, y quizá el ingrediente mas importante del conflicto, lo constituyen las nuevas alianzas entre los grupos armados al margen de la ley (FARC, ELN Y BACRIM), y la aparente incapacidad del Estado para enfrentar esta nueva amenaza. Según el Informe sobre Colombia del International Crisis Group (2010, 1), “existe evidencia creciente de que las fuerzas de seguridad de Colombia carecen de una estrategia organizada para enfrentar esta nueva amenaza… cuya naturaleza es menos estructurada y menos visible”. Desde este punto de vista, continúa el Informe, para evitar un recrudecimiento aun mayor en la intensidad del conflicto el gobierno debería desarrollar e implementar una estrategia que combata de ! 223! ! manera efectiva las alianzas en estos grupos para minimizar sus efectos sobre las poblaciones rurales y urbanas. Para hacer un análisis completo de la actual situación de la intensidad del conflicto armado en Colombia, es necesario revisar la evolución de cada uno de sus componentes y actores. La siguiente sección examina la situación de los grupos armados al margen de la ley (y de sus alianzas e interacciones conjuntas) en los años 2010 y 2011. 7.2.1.1 Situación actual de las FARC 7.2.1.1.1 Nuevas estrategias para combatir el debilitamiento Aunque el inventario de capacidades militares de las FARC en el año 2010 dista mucho de su fortaleza del año 2002, ello para nada implica que la organización esté desmantelada, o cerca del fin. Por el contrario, la FARC exhibe nuevas capacidades de adaptación y de establecer alianzas estratégicas, tanto a nivel nacional como internacional, para garantizar su permanencia activa dentro del conflicto. Según datos de la Dirección de Inteligencia Policial (DIPOL, 2010)70 en el año 2002 la FARC tenía presencia activa en casi la mitad de los municipios del país (en 514 de los 1101 municipios). Para el año 2009 las acciones militares de este grupo insurgente se registraron únicamente en 206 municipios. Entre los departamentos que aún presentan fuerte actividad de este grupo guerrillero se encuentran Cauca, Caquetá, Nariño, Huila y Meta, los cuales también tienen importancia estratégica para el tráfico de drogas. Recientemente la actividad de las FARC también se ha incrementado en el departamento de Arauca, que durante los !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 70!En entrevista concedida al Crisis Group en Bogotá, Enero 26 de 2010. ! ! 224! ! últimos tres años había estado en relativa calma. Según el periódico El Nuevo Siglo (2010b), este recrudecimiento (que se espera empeorará aun más) posiblemente se debe a la guerra declarada por las FARC al ELN en Arauca. Por otra parte, la presencia insurgente en el Sur de Bolívar y la región del Magdalena Medio, que solía ser de gran magnitud, se ha reducido de manera significativa. Las FARC han sido expulsadas de la mayoría de regiones de la Costa Atlántica y su presencia también se ha reducido en los departamentos de Antioquia y Chocó. Para el año 2010, se estima que las FARC contaba con entre 8000 y 10000 combatientes, distribuidos en 61 frentes (de los cuales solo 30 tenían presencia activa) y una estructura móvil con aproximadamente 15 columnas móviles y 13 pequeñas compañías (International Crisis Group 2010). Además de los serios problemas de coordinación y comunicación que enfrentan las FARC a raíz de las estrategias de las Fuerzas Militares, también se han visto muy debilitadas por las numerosas deserciones y por la “baja moral” de muchos de sus miembros. Según el informe del Ministerio de Defensa (2010a) en el año 2008, 3027 guerrilleros de las FARC desertaron, y en el año 2009 lo hicieron 2128. Para Enero del año 2010 la cifra se había incrementado en 7% con relación al año anterior. Entre las causas de las numerosas deserciones podrían estar los paquetes de reinserción ofrecidos por el gobierno, o la numerosa propaganda transmitida a través de las emisoras militares. Finalmente, otro de los fuertes puntos de debilitamiento de las FARC radica en la creciente pérdida, especialmente a partir de 2008, de importantes mandos medios y mandos altos en la organización (siendo el más reciente el asesinato del líder guerrillero Alfonso Cano en Noviembre del 2011 por parte de las Fuerzas Militares). La pérdida de estos comandantes ha sido muy dañina para las FARC, no sólo porque son los encargados ! 225! ! de la orientación estratégica de la organización (en el caso de los altos mandos), sino porque los mandos medios son responsables de mantener disciplina, cohesión y moral entre los guerrilleros, y de establecer vínculos con las poblaciones locales. A pesar de los signos de debilitamiento antes descritos, las FARC permanecen activas y han desarrollado la capacidad de adaptarse a estos nuevos escenarios. Su estrategia ya no consiste en enfrentamientos a gran escala con el ejército, o en las tomas a poblaciones como las efectuadas en el año 2000, sino en el uso de tácticas de guerrilla para los enfrentamientos. Según el informe del Ministerio de Defensa (2010a), las acciones de los grupos armados insurgentes se incrementaron de nuevo entre los años 2008 y 2009, pasando de 52 acciones violentas en el año 2008 a 161 acciones violentas en el 2009, lo cual representa un incremento del 210 por ciento71. Así mismo, en el año 2009 las FARC llevaron a cabo 100 hostigamientos de corta duración a las fuerzas de seguridad, al igual que numerosos ataques incluyendo explosivos, secuestros y destrucción de infraestructura. Estas cifras reversan la tendencia de los primeros seis años del gobierno de Álvaro Uribe, que mostró una reducción significativa en las acciones de los grupos insurgentes. Entre las estrategias desarrolladas por las FARC para permanecer activas a pesar de la creciente presión de las Fuerzas Militares están: el uso indiscriminado de minas anti!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 71!En contraste con las cifras del Ministerio de Defensa, la Fundación Seguridad y Democracia reporta 323 acciones violentas en el año 2009, una reducción del 12% con relación a las cifras del 2008. En cambio, la Corporación Nuevo Arco Iris reporta que en el período comprendido entre Enero 1 y Octubre 20 del año 2009 las FARC perpetraron 1,429 acciones violentas, lo cual representa una cifra mayor que la de todo el año 2008 (1,353 acciones). Ambas entidades usan diferentes criterios de medición que el Ministerio de Defensa. (International Crisis Group 2010). ! ! 226! ! personas; el creciente reclutamiento de militantes provenientes de las comunidades AfroColombianas y/o indígenas; la expansión de las actividades de narcotráfico a países como Venezuela, Ecuador, Panamá y Brasil; y las alianzas con otros grupos insurgentes a nivel nacional e internacional. El uso de minas anti-personas ha sido de utilidad para las FARC no solo porque son una forma poco costosa de atacar a las Fuerzas Militares, sino también porque han impedido la erradicación manual de los cultivos de coca, especialmente en los departamentos de Norte de Santander, Antioquia y Nariño. Los estimativos de la Organización de Naciones Unidas72 plantean que más de 100,000 minas han sido instaladas en Antioquia para proteger los cultivos de coca. Adicionalmente, las minas son utilizadas para controlar poblaciones, ya que aíslan y limitan la movilidad de la población civil. En cuanto al reclutamiento intensivo de combatientes (especialmente entre las comunidades indígenas y Afro-Colombianas), éste obedece a una forma de contrarrestar las numerosas deserciones, capturas y muertes en combate que ha sufrido las FARC especialmente en los últimos cinco años. Adicionalmente, la pérdida del apoyo popular ha obligado a las FARC a implementar tácticas de reclutamiento mas agresivas, especialmente en los departamentos de Nariño, Cauca y Chocó (en los dos primeros se concentran poblaciones indígenas, y en el ultimo poblaciones Afro-colombianas, las cuales son particularmente vulnerables al reclutamiento guerrillero). Según sostiene la revista Cambio (2009) “las FARC aumentan el reclutamiento de menores para sustituir desertores”, ya que la edad promedio de los combatientes reclutados ha disminuido, y hoy se estima en 11.8 años. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 72!En entrevista realizada por el International Crisis Group, febrero 2010.! ! 227! ! Con respecto a las alianzas de las FARC con otros gobiernos, el reporte del periódico El Tiempo (2010c) señala que hay fuerte evidencia que tanto las FARC como el ELN reciben el apoyo económico del presidente venezolano Hugo Chávez y de las fuerzas de seguridad venezolanas, mientras que las fuerzas de inteligencia colombianas aseguran que al menos cuatro grupos de las Milicias Bolivarianas venezolanas tienen vínculos directos con las FARC (International Crisis Group 2010). De manera similar, con el fin de incrementar sus actividades de narcotráfico por fuera de Colombia, las FARC han expandido su red de alianzas con otros grupos criminales tanto en Colombia como en el resto del mundo. Existen indicios de que las FARC controlan parte de las rutas de tráfico de drogas a través del Pacífico, Panamá y Venezuela, y de que las FARC han establecido bases permanentes en Brasil para el tráfico de cocaína. El Tiempo (2010d). Una investigación de la Policía Nacional (Caracol Radio online 2010) puso al descubierto que ocho frentes de las FARC han abandonado sus actividades tradicionales de insurgencia para dedicarse de lleno al narcotráfico. Estos son el frente 30 en el Valle del Cauca, el frente 29 en Nariño, el frente 63 en Caquetá, el frente 15 en Amazonas, el frente 48 en Putumayo, los frentes 60 y 6 en el Cauca (activos en las tapas de producción y exportación), y el frente 57 en el Chocó, en la frontera con Panamá, concentrándose en el tráfico de drogas. Adicionalmente, el frente 33 en Norte de Santander (región del Catatumbo) está fuertemente vinculado con el tráfico de drogas a Venezuela, y se cree que la columna Daniel Aldana realiza actividades de tráfico y corrupción en la frontera con Ecuador (Caracol Radio online 2010). ! 228! ! Las FARC también utilizan rutas para el tráfico de armas a través de Panamá y Perú. En el primero, han establecido conexiones con grupos criminales, y se sospecha que entre ellos habría algunos rezagos de Sendero Luminoso (Latin American Security and Strategic Review 2010). Panamá, por otra parte, con su ubicación estratégica y líneas costeras relativamente poco vigiladas, se está convirtiendo cada vez más en una ruta atractiva para el tráfico de drogas y armas. Según señala el reporte del ICG (2010, 9), la información recuperada del computador de Tovar muestra que las FARC están presentes en la región del Darién entre Panamá y Colombia y han establecido rutas de transporte que van desde Turbo (en el Golfo de Urabá) a Panamá. 7.2.1.1.2 Alianzas de las FARC con otros grupos Uno de los elementos que mas ha contribuido para el recrudecimiento del conflicto armado colombiano lo constituyen las nuevas alianzas entre grupos insurgentes. En efecto, quizá como parte de una estrategia para combatir la creciente presión de las Fuerzas Militares, los grupos insurgentes han establecido alianzas y pactos regionales. Entre las alianzas mas importantes se encuentran las establecidas entre las FARC y las BACRIM. Según el informe de InSight Crime73 (Ortiz 2011), en la actualidad la policía reconoce la presencia de seis grupos en las BACRIM, con un total de 2,580 miembros, operando en 159 municipios, en 18 departamentos: Rastrojos (bajo el comando de Luis y Jaime Calle Serna); ERPAC (bajo el comando de alias “Cuchillo”); Los Paisas; Los !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 73!InSight Crime began in April 2010, under the auspices of the Fundacion Ideas para la Paz (FIP) in Bogota, Colombia, and with funding from the Open Society Foundations. In August, American University’s Center for Latin American and Latino Studies (CLALS) became a sponsor and additional host to the project. InSight Crime currently has offices at the FIP in Colombia and at American University in Washington DC. ! ! 229! ! Urabeños (bajo el comando de alias “Mauricio”); Renacer (bajo el comando de “Raúl”), y Los Machos (bajo el comando de alias “Don H”). Sin embargo, el informe de la Corporación Nuevo Arco Iris (Valencia 2010) adiciona el grupo “Águilas Negras” a este listado, a pesar de que el gobierno insiste en que se trata de un nombre imaginario para intimidar a la población. De acuerdo con el International Crisis Group (2010), hay evidencia de que las FARC y las BACRIM han constituido alianzas temporales para propósitos de traficar con drogas; en otras ocasiones, sin embargo, se han enfrentado por el control de este tráfico. Según indica el periódico El Tiempo (2010f) en la región del Bajo Cauca (Antioquia), donde las FARC se han visto debilitadas en los últimos años, este grupo ha establecido nexos de colaboración con Los Paisas para efectos de cultivo de coca. En el Catatumbo, continua el reporte, las FARC tienen una presencia fuerte en las áreas rurales y controlan la mayoría del cultivo y procesamiento de la coca. En esta región las FARC colaboran con Los Rastrojos y las Águilas Negras, los cuales dominan las áreas rurales y controlan la logística del transporte. De igual manera, otro informe del periódico El Tiempo (2010d), señala que las FARC también colaboran con el Cartel del Norte del Valle (CNDV), trasladando la droga desde los sitios de producción en Nariño y Cauca, hacia la costa Pacífica desde donde será exportada. Finalmente, según declaraciones del jefe de la misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) publicadas en el periódico El Tiempo (2010f), las alianzas mas fuertes entre las FARC y las BACRIM se encuentran en la costa Pacífica, el sur de Bolívar y el sur de Córdoba. En cuanto a las zonas de conflicto y disputa entre las FARC y las BACRIM, parece haber conflicto entre las FARC y Los Rastrojos por el control de ! 230! ! las rutas de tráfico en el norte del Cauca. Así mismo, en el sur de Córdoba, donde las FARC controlan los cultivos de coca, hay disputas entre las diferentes BACRIM para ser los únicos compradores de pasta de coca de las FARC. Finalmente, ha habido enfrentamientos entre Los Rastrojos y Los Machos en el Chocó por los cultivos y las rutas de tráfico de drogas. International Crisis Group (2010, 10). Existen, por otra parte, alianzas entre las FARC y el ELN. La más reciente fue anunciada en diciembre del año 2009. Aunque en el pasado esto había ocurrido en varias ocasiones, esta vez el anuncio parecía serio pues fue la consecuencia de varias reuniones entre miembros del Comando Central del ELN y del Secretariado de las FARC. Según relata el periódico El Tiempo (2010a) por el ELN asistieron Alan García y Pablo Beltrán (miembros del Comando Central), y por las FARC Iván Márquez (miembro del Secretariado), Rodrigo Granda (vocero internacional de las FARC) y Jesús Santrich (miembro del Alto Comando Central). El objetivo de esta alianza era terminar los enfrentamientos sangrientos entre los dos grupos, y construir un frente unido contra el gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010). Para el ELN la alianza tendría enorme valor militar, ya que en el año 2009 esta organización se encontraba profundamente debilitada tras sus enfrentamientos con los paramilitares y con las mismas FARC. Según el Ministerio de Defensa (2010a), se estimaba que en el año 2000 el ELN contaba con 4000 combatientes, de los cuales perdió entre 1500 y 2000 en el periodo 2000-2007. En el año 2009, 492 militantes del ELN desertaron la organización. En balance, se estima que el ELN tiene actualmente (año 2011) alrededor de 1500 miembros. Adicionalmente, el ELN perdió el 88 por ciento de su presencia territorial durante el gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010), dado que en el ! 231! ! año 2002 tenía presencia activa en 237 municipios, y para el año 2009 sólo la tenía en 28 municipios. International Crisis Group (2010, 11). Sin embargo, el ELN aun tiene presencia activa en muchas de las áreas estratégicas de producción de coca, y en los corredores para el tráfico de drogas, tales como Nariño, Norte de Santander, Arauca y Chocó. Por todo lo anterior, y dada la larga trayectoria de animadversión entre las FARC y el ELN y los prolongados enfrentamientos por el dominio territorial y por el control de los corredores para el tráfico de drogas, el éxito de esta alianza ha sido muy cuestionado. El Tiempo (2010g). En la actualidad parece haberse establecido la paz entre las FARC y el ELN en zonas donde tradicionalmente estas organizaciones se enfrentaron (especialmente en los departamentos del Cauca y Nariño). Por ejemplo, la alianza que anteriormente existía entre el ELN y Los Rastrojos en Nariño fue suspendida al entrar en vigencia el pacto FARC-ELN en ese departamento. Sin embargo, continúa el informe del El Tiempo (2010g), en el departamento de Arauca se reanudaron los enfrentamientos entre el ELN y las FARC en Mayo del año 2010. 7.2.1.2 Situación actual de las BACRIM Mientras que el enfoque principal de la PSD ha sido sobre las FARC (Medellín, 2010), los recursos y esfuerzos destinados a combatir las BACRIM han sido insuficientes. La rápida expansión de estos grupos y sus cambios de tácticas sugieren que su fortaleza, capacidad y participación en la política a nivel local es mayor que lo que las autoridades reconocen. Según explica Valencia (2010, 1), Los grupos que a finales del 2008 y a lo largo del 2009 se han extendido a 293 municipios del país están haciendo cosas similares a la anterior generación de paramilitares. Trafican con droga e incursionan en otros ! 232! ! negocios, amenazan y asesinan a líderes sociales y grupos de oposición, buscan afanosamente reconstruir los nexos con sectores de la fuerza pública y con dirigentes políticos. No tienen aún una estructura nacional ni su proclama antisubversiva es tan fervorosa, pero ya lograrán ese perfil si el Gobierno y la opinión pública continúan minimizando su alcance. Varias razones explicarían esta inadecuada respuesta estatal. Por una parte, en algunos casos la Policía no tiene la capacidad logística para enfrentar estos grupos. En otros casos, más graves, no hay del todo presencia policial. Por ejemplo, según el informe del Human Rights Watch74 (Díez Hernando 2010), en el municipio montañosos de Policarpa (departamento de Nariño), la presencia estatal es casi inexistente. Así, sin presencia militar ni policiva permanente, Los Rastrojos pueden controlar a los habitantes de algunos pueblos de la región. En realidad, no se trata de que la policía desestime la importancia del surgimiento y fortalecimiento de las BACRIM y de su impacto sobre la población civil. De hecho, para lograr un mayor control sobre las BACRIM la policía ha dividido el país en cuatro zonas operativas. La primera de estas zonas la constituyen el Urabá, Sucre, Antioquia, Córdoba y Chocó, y el principal objetivo en esta zona es combatir el crimen en las regiones fronterizas, e identificar a los líderes de los grupos en armas. La segunda zona la constituyen Norte de Santander, Cesar y el sur de Bolívar, donde los esfuerzos se !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 74!Human Rights Watch is a nonprofit, nongovernmental human rights organization made up of more than 280 staff members around the globe. Its staff consists of human rights professionals including country experts, lawyers, journalists, and academics of diverse backgrounds and nationalities. Established in 1978, Human Rights Watch is known for its accurate fact-finding, impartial reporting, effective use of media, and targeted advocacy, often in partnership with local human rights groups. Each year, Human Rights Watch publishes more than 100 reports and briefings on human rights conditions in some 90 countries, generating extensive coverage in local and international media. With the leverage this brings, Human Rights Watch meets with governments, the United Nations, regional groups like the African Union and the European Union, financial institutions, and corporations to press for changes in policy and practice that promote human rights and justice around the world. ! ! 233! ! encaminan a contrarrestar el tráfico de drogas, y desmantelar los laboratorios y depósitos de drogas. La tercera región, conformada por Nariño, Valle del Cauca, Cauca y sur del Chocó, donde se enfocan en los cultivos ilícitos, rutas de exportación marítimas, y en la identificación de los líderes del grupo Los Rastrojos. Finalmente, la cuarta zona la constituyen los Llanos Orientales, donde la prioridad es combatir las empresas ilegales y el tráfico de armas. International Crisis Group (2010,14). Sin embargo, estos esfuerzos de estructurar la cobertura en cuatro regiones resultarían infructuosos si la Policía subestima el número y cobertura real de los miembros de las BACRIM. Por ejemplo, según señala el informe de la Corporación Nuevo Arco Iris (Ávila Martínez 2009) existen fuertes discrepancias entre las cifras de la Policía y las de esta entidad. La policía estima que existen 2,580 miembros de las BACRIM operando en 159 municipios, en 18 departamentos. En cambio, Nuevo Arco Iris (Ávila Martínez 2009) considera que esta cifra se acerca a los 10,000 miembros. El informe del Human Rights Watch (Díez Hernando 2010) por otra parte, afirma que estos grupos están presentes en al menos 173 municipios, distribuidos en 24 departamentos. Así, estas discrepancias numéricas (y la consecuente subestimación de la fortaleza real de las BACRIM) podrían conducir a que las fuerzas estatales distribuyeran de manera inadecuada los recursos para enfrentar estos grupos, facilitando así su proliferación y expansión. De acuerdo con la Fundación Ideas para la Paz (2010) existen muchas similitudes entre la emergencia de los anteriores paramilitares (especialmente antes de constituirse en las AUC), y la de las actuales BACRIM. Por al razón, esta entidad sostiene que es fundamental que el gobierno evite que estos grupos alcancen uno ! 234! ! de sus principales objetivos, que es posicionarse como actores políticos en el conflicto, convirtiéndose así en una nueva generación de paramilitares en Colombia. 7.2.1.3 Enfrentamientos y alianzas entre grupos: recrudecimiento y transformación del conflicto armado En esta nueva etapa del conflicto armado en Colombia (desde finales del año 2009 hasta el momento actual), se observa que uno de los componentes del conflicto—esto es, la interacción entre los grupos armados—ha adquirido mayor importancia. Las alianzas y disputas temporales entre los grupos generan altos niveles de violencia, afectando de manera negativa a la población civil que ha sido victima de masacres, desplazamientos y reclutamiento de menores, según lo señala el reporte sobre derechos humanos de la Organización de Naciones Unidas (2010). Las áreas con alta presencia de grupos ilegales son aquellas en las cuales ocurren la mayoría de alianzas o disputas entre los grupos. Por lo general estas zonas se encuentran cerca a la frontera o conformando los corredores para el tráfico de drogas, siendo la región suroccidental del país particularmente afectada. Por ejemplo, presentan alta propensión al conflicto entre grupos las zonas fronterizas del Catatumbo, Nariño y Urabá, o los corredores para tráfico de drogas ubicados entre Tolima y Chocó, y del Bajo Cauca hacia Turbo. ICG (2010) En las regiones donde un solo grupo domina hay menor intensidad en el conflicto, ya que las confrontaciones armadas se reducen. Por ejemplo, según señala el periódico El Nuevo Día (2010), en la región de los Llanos Orientales la banda ERPAC ha consolidado el dominio, estableciendo una alianza estable con las FARC. Como resultado de esta alianza, según el diario El Nuevo Siglo (2009), las dos organizaciones trafican (conjuntamente) entre dos y tres toneladas de cocaína al mes. Aunque se podría pensar ! 235! ! que el efecto de estas alianzas entre grupos se percibe sobre todo a nivel rural, resulta sorprendente analizar sus efectos y consecuencias a nivel urbano. Un resultado adverso (y perverso) del enfático control que el gobierno ha tratado de ejercer sobre el tráfico de drogas con el apoyo del Plan Colombia, ha sido el surgimiento del micro-tráfico en las ciudades, con el consecuente incremento en los niveles de violencia. El Nuevo Siglo (2010a). Mientras que la presencia urbana de las FARC se ha reducido significativamente, las BACRIM y otras organizaciones criminales vinculadas con éstas y con las guerrillas se enfrentan por el control del lucrativo negocio de micro-tráfico. Las bandas criminales urbanas están muy localizadas, y sus áreas de control con frecuencia se confinan en un barrio, el cual defienden en frecuentes enfrentamientos. Un ejemplo importante es el de Medellín, donde la tasa de homicidios se incrementó significativamente entre los años 2008 y 2009. Según la publicación conjunta de la Personería de Medellín, el Instituto Popular de Capacitación, y la Universidad de Antioquia (Sierra 2010, 23) entre los años 2008 y 2009 la tasa de homicidios se incrementó en un 85.6%, pasando de 1,137 homicidios en el año 2008 a 2,182 homicidios en el 2009. Según esta publicación, mucha de esta violencia se relaciona con la extradición de Don Berna, el líder del grupo paramilitar Cacique Nutibara, en Mayo de 2008. Bajo su mando, la ciudad estaba en relativa calma. Pero una vez fue extraditado, la mayoría de los asesinatos en el año 2009 ocurrieron entre miembros de pequeñas bandas, de las cuales se estima existen entre 150 y 300. Otras ciudades, como Cali, Cúcuta, Buenaventura y hasta cierto grado Bogotá han sido testigos de incrementos similares en los niveles de conflicto. Según el informe de la Corporación Nuevo Arco Iris (Ávila Martínez 2009), el conflicto armado se ha ! 236! ! recrudecido en Buenaventura a raíz de su ubicación estratégica para el tráfico de drogas. En Bogotá, por otra parte, la tasa de homicidios se incrementó pasando de 21.3 por cada 100,000 habitantes en el año 2008, a 22.7 por cada 100,000 habitantes en el año 2009. El Tiempo (2010e). Así, se atribuye la escalada en la violencia a las disputas entre los grupos guerrilleros, las BACRIM, y las bandas urbanas. A pesar de las limitaciones de estas alianzas, y de su naturaleza temporal, frágil y atomizada, las asociaciones entre los grupos armados ilegales para realizar actividades criminales y de tráfico de drogas agregan una nueva dimensión al conflicto colombiano, llevando al deterioro de la seguridad y poniendo en peligro a la población civil. Los hechos presentados en la sección anterior reflejan claramente que el recrudecimiento del conflicto armado evidenciado en Colombia desde finales del año 2009 se relaciona principalmente con dos variables: el número de grupos presentes (y su interacción, en alianzas o enfrentamientos), y la incidencia del negocio del narcotráfico (vinculado de manera directa con el recurso saqueable “coca”). Esta evidencia empírica por una parte reafirma los resultados obtenidos en el capítulo cinco de esta investigación, en lo que respecta a la variable “número de grupos presentes”, y los refuta en lo que respecta a la variable “ingresos por recursos saqueables, coca”. En efecto, como se explicó anteriormente en todos los departamentos donde disminuyó el conflicto armado se registró también una reducción en el número de grupos presentes. Es decir, se corroboró la hipótesis que plantea que el número de grupos presentes se correlaciona de manera directa con la intensidad del conflicto armado (si aumenta el número de grupos la intensidad del conflicto también aumenta, y viceversa). La evidencia empírica arrojada por el recrudecimiento del conflicto armado en muchas ! 237! ! regiones del país también está acorde con esta hipótesis. Como se explicó al inicio de este capítulo, las zonas en las cuales el conflicto se ha recrudecido han presentado un incremento tanto en el número de grupos presentes, como en el grado de actividad e interacción (alianzas, y especialmente enfrentamientos) entre ellos. En este sentido, la desmovilización de los paramilitares y su consecuente atomización en pequeñas bandas criminales (BACRIM) ha incrementado el número de grupos presentes, aumentando de esa manera la probabilidad de enfrentamiento y conflicto entre los grupos. En el caso del recurso saqueable “coca”, por el contrario, la evidencia empírica arrojada por el recrudecimiento del conflicto armado desde finales del año 2009 refuta los resultados obtenidos en el capítulo cinco. En efecto, los resultados encontrados tras las rondas de minimización en el análisis Booleano dejaron entrever que el aumento (o la disminución) de los ingresos por recursos saqueables (coca, oro, petróleo) no parece ser una variable que haya incidido de manera significativa en el comportamiento del conflicto tras la implementación de la PSD. Por ejemplo, en los casos en los cuales el conflicto armado disminuyó, se esperaría según la H2 que los ingresos por coca hubieran disminuido. La lógica intrínseca a este razonamiento es que, si los ingresos disminuyen, el recurso saqueable se hace menos codiciado, y por ende el conflicto y las disputas para obtenerlo se reducen. Sin embargo los resultados encontrados arrojaron que, de todos los departamentos donde la intensidad del conflicto disminuyó, en algunos los ingresos por coca disminuyeron, pero en otros aumentaron (y sin embargo el conflicto disminuyó). De manera similar, en los departamentos donde la intensidad del conflicto aumentó (y en donde según la H2 se esperaría que los ingresos por coca hubieran aumentado), en ! 238! ! realidad se registró aumento de estos ingresos en algunos departamentos, y diminución en otros. Es decir, según los resultados presentados en el capítulo cinco, la variable “ingresos por coca” no arrojó un patrón consistente (de aumento o disminución) que pudiera correlacionarse con el aumento o disminución en la intensidad del conflicto armado. Sin embargo, la evidencia empírica presentada al inicio de este capitulo muestra claramente que existe una estrecha relación entre la presencia de coca (sea en las etapas de cultivo, producción o transporte) y el recrudecimiento del conflicto armado. Cómo se explica esta aparente contradicción entre los resultados obtenidos y lo que refleja la realidad de la evidencia empírica? Hay dos posibles explicaciones. Por una parte, está la dificultad en cuantificar los “ingresos por coca”. Como se explicó en el capítulo cuatro, para efectos de esta investigación y siguiendo la metodología de Sánchez75, para obtener la variable operacional cocapc se dividió el número de hectáreas cultivadas de hoja de coca entre la población. Sin embargo, según señalan Mejia y Restrepo (2009) para entender la incidencia del tráfico de drogas sobre la intensidad del conflicto armado colombiano es necesario entender los márgenes de ganancias asociados con la producción y tráfico de cocaína. Mientras que producir un gramo de cocaína pura cuesta cerca de US$ 2 o US$ 3, el mismo gramo de cocaína pura, puesto en los Estados Unidos cuesta entre US$ 150 y US$ 250 (Mejía y Restrepo 2009). Así, en vista del carácter ilícito de este recurso es muy difícil cuantificar de manera veraz la totalidad de los ingresos producidos. Y es posible que la contradicción entre los resultados obtenidos y la realidad reflejada por el recrudecimiento del conflicto en las zonas asociadas con coca, se explique precisamente por la dificultad de cuantificar !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 75!Ver nota de pié de página número 32 ! 239! ! acertadamente los ingresos generados por el cultivo, producción y comercialización de coca. Como se explicó en el capítulo cuatro, los estudios futuros deben intentar abordar la medición de la presencia de coca desde otros puntos de vista (como por ejemplo la existencia de corredores para el tráfico de drogas), y correlacionarlos con la intensidad del conflicto. Si se logra el acceso a esta información, la existencia de los corredores pare el tráfico de drogas sería una variable más refinada que el número de hectáreas cultivadas, para medir la presencia y el efecto de los ingresos por coca. La segunda explicación posible tiene que ver con uno de los supuestos metodológicos realizados en la investigación. Este se refiere a la conformación de la tabla de verdad Booleana, especialmente en cuanto a la respuesta a la pregunta “aumentaron los ingresos por coca”? Vale la pena recordar que las respuestas positivas se registraban con un “1”, y las negativas con un “0”. El supuesto mencionado consistió en que, para aquellos departamentos en los cuales la coca no está presente, se registró un “0” en la tabla Booleana en la pregunta “aumentaron los ingresos por coca”?, significando precisamente que no aumentaron. Sin embargo, el hecho de que esta respuesta sea similar a la que se obtuvo para departamentos que sí tienen presencia de coca, y en los cuales los ingresos por coca no aumentaron sino que disminuyeron (registrándose por ende también un “0”) podría generar distorsiones en los resultados. Los estudios futuros deberían refinar estos procesos para analizar si los resultados obtenidos difieren al hacer estos cambios. Lo que resulta incuestionable a través de la evidencia empírica, es que la existencia del recurso saqueable “coca” sí tiene efectos directos sobre el recrudecimiento del conflicto armado, confirmando las hipótesis basadas en codicia. De esta manera, los resultados obtenidos en el capítulo cinco con relación a la ! 240! ! variable “ingresos por coca” deben reconsiderarse usando técnicas de medición más refinadas y medidores mas robustos. 7.2.1.4 Conflicto colombiano: realmente el “fin del fin”? Al igual que no existe un consenso sobre las causas del conflicto armado en Colombia, tampoco existe un acuerdo entre los estudiosos del tema sobre el estado actual del conflicto. Mientras para algunos éste ha dado un giro irreversible y se aproxima a su fin, para otros (que no desconocen los logros de la PSD), la intensidad del conflicto aún permanece en niveles demasiado elevados para considerar que su fin es inminente. Granada, Restrepo y Vargas (2009), presentan una exhaustiva revisión de estas dos posiciones. Entre quienes sostienen que el conflicto se acerca al fin se encuentra, por ejemplo, Pizarro quien en su columna del periódico El Tiempo (Pizarro 2009) sostiene que “estamos viviendo ya el final del conflicto armado”. En la misma línea, la revista Semana (2009), señala que “el conflicto está en un punto de quiebre”, y el Ministerio de Defensa, representado por el comandante general del las fuerzas militares, general Freddy Padilla de León, ha afirmado que el conflicto en el país ha llegado al “fin del fin”. La Fundación Seguridad y Democracia coincide con esta visión, según la cual el conflicto ha evolucionado de manera irreversible y se aproxima a su fin: […] la dinámica de la confrontación armada ha cambiado definitivamente a favor del Estado y en contra de sus adversarios irregulares, lo cual sin duda alguna nos pone ante la fase terminal de la confrontación interna. Este último trecho puede ser más o menos doloroso, pero lo que puede darse por seguro es que en Colombia la próxima generación no volverá a padecer la situación de inseguridad y descontrol de su territorio que vivió hace menos de una década. (Fundación Seguridad y Democracia, 1) Por otra parte, está el grupo de analistas que afirman que, a pesar de los evidentes progresos en materia de violencia, el final del conflicto armado todavía no está próximo. ! 241! ! La Corporación Nuevo Arco Iris, por ejemplo, expresa a través de su director que la intensidad del conflicto en Colombia se ha reducido, y que la guerra se ha transformado, pero aún persiste: Los reductos paramilitares y grupos emergentes están creciendo y se están expandiendo desaforadamente. Las FARC se han reacomodado para seguir en la guerra. El ELN está eludiendo la confrontación y no está operando, pero mantiene su presencia. (Valencia 2010, 3) Duncan, a su vez, afirma en su columna de Razón Pública que “si bien en el gobierno Uribe se han dado grandes avances militares y si bien las FARC han sido desplazadas del territorio más densamente poblado, la salida definitiva del conflicto aún está lejana” (Duncan 2009). Igualmente, como se explicó en las secciones anteriores de este capítulo, el International Crisis Group (2010) comparte esta visión, según la cual los importantes avances en el control del conflicto no implican que éste haya terminado, y por el contrario requieren innovadores ajustes en las estrategias. Los resultados de la presente investigación confirman lo planteado por este segundo grupo. Los hallazgos reflejan que, aunque en muchas regiones del país la intensidad del conflicto armado se redujo en niveles muy significativos, en otros éste se incrementó y en algunos permaneció casi constante. Esto corrobora la visión de que el conflicto aun permanece activo, y de que su finalización definitiva depende de modificaciones en una pluralidad de variables, algunas de las cuales aún están por alcanzarse. Así, según concluyen Aponte y Restrepo (2009), las dos corrientes esbozadas tienen muchos matices y divergencias en cuanto a una diversidad de temas, “pero las posturas en torno a la posibilidad de finalización del conflicto y la necesidad de sostener o reformar la política ! 242! ! de seguridad son los polos de convergencia de buena parte de quienes opinan públicamente sobre el tema” (Aponte y Restrepo 2009, 32). Una vez analizado el estado actual del conflicto en Colombia y su reciente recrudecimiento, resulta claro que el conflicto permanece aún activo. Es posible que, como sostienen algunos analistas antes citados, el conflicto esté encaminado a una finalización; pero en el presente momento éste no ha terminado. Las preguntas que surgen entonces son: ¿Fue exitosa la Política de Seguridad Democrática? y ¿Cómo sostener sus logros en el largo plazo? 7.2.2 Éxito o fracaso de la PSD: Perspectivas futuras y recomendaciones para su sostenibilidad a largo plazo Los logros de la PSD en términos de ampliación de la seguridad y disminución de la intensidad del conflicto; reducción de la capacidad de los grupos insurgentes; desplazamiento de éstos hacia las zonas periféricas y protección de los centros poblacionales, resultan innegables. Desde este punto de vista puede concluirse que la PSD ha sido exitosa, ya que durante su implementación se generó un punto de quiebre, quizá de no retorno, en el conflicto colombiano. Sin embargo, por lo explicado en las secciones iniciales de este capítulo, es evidente que el conflicto aun permanece activo, y que lo que ha sucedido es una transformación del mismo. Tanto el número de grupos presentes, como sus interrelaciones han cambiado de manera significativa en los años 2010-2011, lo cual ha conducido a importantes transformaciones en la naturaleza y manifestaciones del conflicto. Estos cambios tienen importantes connotaciones cuando se analiza la posibilidad de una finalización definitiva del conflicto, ya que, según señalan Granada y Vargas (2009, 93): “Los procesos de transformación generan una permanencia ! 243! ! de la violencia en el tiempo, a pesar de que algunas de sus manifestaciones o características se modifiquen”. El proceso de transformación del conflicto—que ha conllevado por ende a su permanencia—se evidencia entre otras formas a través de los procesos de reacomodamiento y adaptación de los grupos insurgentes. Como se explicó anteriormente, las nuevas alianzas entre grupos, la re-distribución entre ellos de las áreas rurales y urbanas repartiendo las zonas de dominio, y el reacomodamiento y reasignación de funciones en el tráfico de drogas, demuestran que los grupos han logrado adaptarse a las nuevas circunstancias del conflicto. Desde este punto de vista, la PSD parece haber entrado en una fase de estancamiento, ó agotamiento, y se hacen necesarias transformaciones y adiciones sustanciales en su diseño para garantizar que los logros alcanzados no se pierdan y que por el contrario sean sostenibles y expandibles en el largo plazo. Un ejemplo de este agotamiento lo presentan los resultados de esta investigación, identificando zonas en las cuales, a pesar del incremento en la presencia estatal generado por la PSD, los niveles de conflicto armado se han incrementado. Esto hace evidente que las organizaciones insurgentes se resisten a la ofensiva militar, y desarrollan estrategias de adaptación. ¿Cual es el camino a seguir, si el objetivo es consolidar los resultados obtenidos con la PSD, expandirlos a regiones donde el conflicto permanece activo, y evitar el recrudecimiento del mismo? A la luz de los resultados obtenidos en esta investigación, se comprende que el énfasis militar y policivo, aunque necesario para reducir la intensidad del conflicto violento, es insuficiente para terminarlo. Esta conclusión se deriva de los resultados, según los cuales hay configuraciones ( o conjuntos de variables mediadoras) ! 244! ! que han incrementado la efectividad de la PSD. Como se explicó en el capítulo cinco, la Política de Seguridad Democrática ha sido más efectiva cuando se implementó en departamentos donde también disminuyó la pobreza (reflejada en el aumento del PIB pc); aumentó la presencia estatal (reflejada en el aumento de la tasa de capturas); disminuyó el número de grupos presentes, y que están ubicadas en el centro del país. De lo anterior se desprenden importantes conclusiones para la implementación futura de la PSD. En primer lugar, para sostener los resultados obtenidos en el período 2003-2009, en su implementación futura la PSD debe ir acompañada de planes que ataquen directamente la pobreza y la exclusión social, ya que como se observó, se obtuvieron resultados positivos de la PSD en aquellas zonas donde simultáneamente disminuyo la pobreza. Este hallazgo de esta investigación corrobora lo planteado por Aponte y Restrepo (2009, 103), quienes también enfatizan la importancia de implementar planes sociales y económicos (que reduzcan la pobreza y alivien la exclusión social), complementarios con el enfoque militar y de seguridad de la PSD: En la medida en que la política de seguridad actual centra el problema de la seguridad en los grupos armados, genera mecanismos tan sólo para enfrentarse a estos y no aborda la cuestión fundamental de la violencia en Colombia: los órdenes sociales y económicos, locales y regionales, diferentes del orden social e institucional que se pretende irradiar y trasplantar desde el Estado central (liberal y moderno). La característica de dichos órdenes locales es la existencia de importantes demandas de violencia para su sostenimiento y reproducción. En presencia de estas demandas, siempre habrá un grupo que responda con una oferta de violencia armada criminal. Aunque el Estado ha implementado campañas para el mejoramiento social y la erradicación de la pobreza (a través de “Acción Social”, y de programas como el Plan de Recuperación e Inversión Social, Familias es Acción, Empleos en Acción y Jóvenes en ! 245! ! Acción, explicados en secciones anteriores) la evidencia muestra que éstos no han sido suficientes para generar un verdadero cambio económico y social a lo largo de todo el país. Por lo tanto, la expansión de los logros obtenidos tras la implementación de la PSD hacia todas las regiones del país requiere mayores esfuerzos y recursos estatales en los planes sociales y económicos. En segundo lugar, otro de los hallazgos de esta investigación muestra que la PSD fue más efectiva al implementarse en regiones donde también se registró un aumento en los indicadores de presencia estatal y eficiencia institucional (medida a través de la eficiencia de la justicia, con la tasa de capturas). Estos resultados sugieren que, para consolidar y expandir los logros de la PSD, el Estado debe hacer un esfuerzo aún mayor para incrementar la presencia estatal y la fortaleza institucional en todas las regiones del país. De esta manera, deben modificarse los órdenes sociales existentes y dar paso a nuevas alternativas de arreglos institucionales encaminados a establecer formas institucionales de regulación y resolución de los conflictos. Según los resultados obtenidos, la presencia institucional medida a través de la tasa de capturas refleja una mayor presencia institucional tanto a nivel de la Policía (que realiza las capturas) como a nivel de la administración de justicia (que las ordena). Este resultado positivo implicaría que iniciativas similares, de refuerzo a las instituciones policivas y administrativas, resultaría fundamental en el mantenimiento de los logros obtenidos por la PSD. Estos hallazgos revelados en esta investigación corroboran lo sugerido por Granada y Vargas (2009, 102); Dadas las necesidades estructurales, parece ser conveniente una reconversión tecnológica de lo militar a lo policivo y judicial, transformación que requerirá un cambio drástico en los aparatos de seguridad del Estado, mecanismos de asignación de recursos, su ! 246! ! funcionamiento, capacidad de coordinación, doctrinas y mecanismos de control. Igualmente, el hallazgo de necesidad de fortalecimiento institucional reafirma lo expresado por Duncan (2009), quien sostiene que para lograr la pacificación es necesaria una transformación del orden social e institucional. Si ese cambio en la vida económica, política y social de muchas regiones no se realiza, las guerrillas, paramilitares y mafias permanecerán y “…podrán llamarse de otras maneras y podrán asumir otras modalidades, pero conservarán su capacidad de desafiar el monopolio legítimo de la fuerza por parte de los subsiguientes gobiernos, y de crear por eso Estados paralelos en la periferia. (Duncan, 2009). En tercer lugar, esta investigación encontró que la PSD ha sido más efectiva al implementarse en las regiones del centro del país, mientras los resultados en las zonas de la periferia no han sido tan positivos. De ahí se deriva que el Estado debe desarrollar estrategias encaminadas a expandir la reducción en la intensidad del conflicto hacia las periferias. En este sentido, esta investigación corrobora lo planteado por Granada y Vargas (2009), quienes sostienen que la PSD ha logrado un éxito diferenciado, donde se ha mejorado la seguridad de las poblaciones del centro del país vía marginalización del conflicto, pero no se ha logrado trasladar estos efectos hacia las comunidades que habitan en la periferia. Desde este punto de vista, las modificaciones o adiciones que se realicen a la PSD deben contemplar la provisión de seguridad también a las minorías marginadas que habitan las periferias, donde hoy todavía impera la inseguridad causada por el conflicto armado. Vale la pena resaltar que, aunque el énfasis debe darse sobre las zonas ! 247! ! periféricas, la PSD debe seguir enfocándose también en los centros urbanos ya que a pesar de los importantes logros alcanzados es en ellos donde se evidencia con mas fuerza el recrudecimiento del conflicto. El caso de Medellín, analizado en el capítulo anterior, es un ejemplo de la reactivación del terrorismo urbano, y de la paradoja que actualmente vive el conflicto en Colombia: aún en las zonas de indiscutido control del Estado, la política ha sido incapaz de eliminar completamente el conflicto. En cuarto lugar, esta investigación encontró que la PSD ha sido más efectiva en aquellas regiones donde se redujo el número de grupos en conflicto. Este hallazgo tiene implicaciones importantes para la situación actual, dado el fenómeno del “neoparamilitarismo” y la dispersión de los antiguos paramilitares en un número mayor de bandas de menor tamaño (BACRIM). Como se explicó al inicio de este capítulo, la transformación de estos grupos ha tenido consecuencias considerables en el recrudecimiento del conflicto, tanto a nivel rural como urbano. Desde este punto de vista, los alcances de la PSD han sido insuficientes para evitar la transformación de los grupos y por ende han sido insuficientes para dar una terminación definitiva al conflicto. En otras palabras, no se ha logrado una recuperación total y permanente del territorio nacional por parte del Estado. Resulta difícil determinar si esto se debe a que la PSD haya llegado a una fase de estancamiento, o bien a que las características estructurales de esta política impidan logros más profundos y permanentes. Lo que sí puede afirmarse con total certeza es que se hacen necesarios cambios en la PSD para lograr detener el recrudecimiento del conflicto causado por la transformación de los grupos y de sus dinámicas. ! 248! ! Finalmente vale la pena resaltar que a través del análisis de casos esta investigación también demostró el importante rol que juegan las particularidades regionales en el desarrollo del conflicto. Un ejemplo de esto es lo reflejado por el departamento del Cauca, el cual a pesar de presentar todas las condiciones (variables mediadoras) para que ocurriera una reducción en la intensidad del conflicto, registró en cambio incrementos en éste. Esto, como se explicó, podría deberse a la importante presencia de comunidades indígenas en el Cauca, y especialmente a su proceder frente a la implementación de políticas estatales como la PSD. Como se vio, en aras de defender su dominio territorial y los derechos obtenidos a través de la reforma constitucional de 1991, en muchas ocasiones las comunidades indígenas actúan con iniciativas particulares que van en contravía de las estrategias estatales para reducción del conflicto. Este tipo de particularidades regionales también deberían tenerse en cuenta al diseñar los ajustes de la PSD, ya que su incidencia sobre los alcances de la misma es indudable. Las anteriores consideraciones nos llevan a concluir que la resolución permanente del conflicto colombiano no puede centrarse únicamente en políticas militares y policivas encaminadas a desarticular los grupos alzados en armas. Como lo muestra lo experimentado en el país a raíz de la implementación de la PSD en el período 2002-2009, y el recrudecimiento de la violencia en la era “post-conflicto” (desde finales del año 2009), la desarticulación de los grupos insurgentes es un paso necesario para erradicar la violencia, pero es insuficiente. La presión del Estado sobre los grupos armados no estatales sí ha logrado resultados definitivos en términos de reducción de la intensidad del conflicto, pero ni éstos son globales a lo largo de toda la nación, ni han demostrado tener ! 249! ! permanencia definitiva en el tiempo. Se hace necesario, pues, adicionar otros componentes o realizar modificaciones en la estructura misma de la PSD. 7.3 Conclusiones y aportes a los debates teóricos y metodológicos A través de la pregunta central: ¿Por que la PSD tuvo diferentes efectos a través de las diferentes regiones de Colombia en el período 1995-2009?, esta investigación evalúa los principales debates teóricos y metodológicos de los estudios de Política Comparativa, especialmente aquellos vinculados con los conflictos internos. Así, las hipótesis formuladas involucran el debate teórico entre aquellos que sostienen que los conflictos internos son causados por la pobreza, los resentimientos, la desigualdad y la injusticia social (Gurr 1970; Ballentine y Sherman 2003) y aquellos que sostienen que éstos se explican mejor por la codicia por los recursos saqueables (Collier 2000; Bates 2008). Adicionalmente, las hipótesis incorporan también el debate entre quienes dan primacía a la presencia institucional (Fearon y Laitin 2003; Kalyvas 2009), y otros que favorecen aspectos como la inclusión política (Goldstone et al. 2004). Igualmente, las hipótesis evalúan el efecto de variables sociales (Putman 1993; Sudarsky 2008), geográficas (Richani 2002), y de control territorial (Duncan 2010). Los resultados de la investigación arrojan importantes conclusiones que contribuyen a expandir y clarificar estos debates. Primero, con relación a la disyuntiva entre las teorías centradas en resentimientos y aquellas centradas en codicia, los resultados de la investigación dan gran poder explicativo a la variable de pobreza y resentimientos , desafiando así lo planteado por Collier (2000) en el sentido de que es solo la codicia por los recursos saqueables la que explica los conflictos internos. Así, para el caso colombiano resulta evidente que ambas teorías tienen incidencia y relevancia, ! 250! ! alternándose con mayor o menor poder explicativo a través del tiempo y de las circunstancias cambiantes del conflicto. Aunque los resultados cuantitativos no son concluyentes con relación a los efectos de la codicia (especialmente en lo que respecta a los ingresos por coca), se asume que esto obedece a problemas con la cuantificación de esta variable en hectáreas, (ocasionados entre otras por la falta de información confiable a nivel departamental). Dado que la realidad empírica evidencia claramente que los ingresos por coca sí tienen vinculación directa con la intensidad del conflicto (lo cual se hace particularmente evidente en las etapas de recrudecimiento del mismo), se sugiere para estudios futuros refinar y fortalecer esta variable. Esto podría lograrse midiendo el efecto de la coca a través de la existencia de corredores para el tráfico de drogas para así complementar las cifras de cultivo por hectárea. En cuanto al debate centrado en inclusión política vs. presencia estatal, la investigación arrojó resultados muy significativos para el caso colombiano. Así, se reitera la importancia de la presencia estatal e institucional como variable fundamental en la reducción del conflicto armado, confirmando lo explicado en la revisión bibliográfica, según la cual ésta es la única variable que genera consenso de causalidad entre los estudiosos del tema. Por su parte, la variable participación electoral no parece tener poder explicativo para el caso colombiano, porque dicha participación ha experimentado un notorio decrecimiento en el período 1995-2009. Este es un aporte importante para la teoría de conflictos, ya que la evidencia empírica del caso colombiano corrobora lo sugerido por algunos autores en el sentido de que la relación entre conflicto interno y participación electoral es en ambos sentidos. Por una parte, la participación electoral, si aumenta, reduce el la intensidad del conflicto. Pero a su vez un aumento en la intensidad ! 251! ! del conflicto reduce la participación electoral porque afecta y modifica los patrones de votación (especialmente a través de la intimidación y el temor), como parece haber ocurrido en el caso colombiano. La investigación también revela que variables que en otros contextos tienen fuerte poder explicativo, como la densidad asociativa y la participación social no parecen tener esta incidencia en el caso colombiano. Esto se atribuye a que dicha participación se redujo significativamente en el periodo analizado, quizá a causa de la falta de apoyo gubernamental a estas iniciativas asociativas. Algunas iniciativas puntuales a nivel regional han tenido efectos positivos, pero con la información existente no puede afirmarse que la variable densidad social tenga efectos explicativos significativos sobre los cambios en la intensidad del conflicto armado en Colombia. Una vez más, estos resultados podrían en parte deberse a la falta de datos adecuados para la medición de la participación social, desagregados a nivel departamental. En este sentido, se sugiere que en estudios futuros se intente recolectar información directa (por ejemplo, a través de entrevistas) que cuantifiquen mejor la confianza y el capital social a nivel departamental. Datos como el número de ONG´s, asociaciones voluntarias, entidades sociales y culturales, para mencionar algunos, podrían medir de manera más acertada la densidad social y el efecto que ésta tiene sobre el conflicto. Por otra parte, este estudio refuerza significativamente el argumento centrado en la variable geográfica de centro vs. periferia, reflejando de manera muy clara que el conflicto se redujo en su mayoría en las regiones del centro, y aumento o permaneció constante en las de la periferia. Se observa adicionalmente que parece existir una covariación entre las variables geográficas y de presencia institucional, según la cual la ! 252! ! mayor cercanía a los centros urbanos importantes favorece el acceso a la presencia institucional, a la mayor inversión y a los recursos. Finalmente, la investigación corrobora de manera contundente la hipótesis de control territorial (Warlords), ya que refleja que en aquellas zonas donde el número de grupos se redujo el conflicto también lo hizo. Igualmente, la actual multiplicación del número de grupos (tras la desmovilización de los grupos paramilitares y su transformación en pequeñas bandas criminales BACRIM) ha coincidido con un significativo recrudecimiento en la intensidad del conflicto armado, con la particularidad de que éste recrudecimiento se hace más evidente en las zonas urbanas del centro que en aquellas regiones de la periferia. Otro aporte fundamental de esta investigación es el de ser pionera como estudio desagregado a nivel subnacional (departamental). Según han sugerido autores como Bates (2008) y Blattman y Miguel (2010), el estudio de los conflictos internos debe trasladarse del nivel nacional al subnacional, utilizando información desagregada regionalmente, porque es en esos micro-espacios donde tienen lugar los eventos que luego explican el conflicto a nivel nacional. Aunque muchos autores han realizado innumerables investigaciones sobre el conflicto colombiano, este es uno de los primeros estudios que utiliza de manera sistemática la información desmenuzada a nivel regional departamental. Una de las mayores dificultades para realizar estudios a nivel subnacional en Colombia es la consecución de información, la cual en muchas ocasiones no existe, o solo existe a nivel nacional. Por tal razón, aunque algunos de los medidores utilizados como proxy para representar y cuantificar ciertas variables podrían parecer poco refinados o robustos, considero que dadas las dificultades de consecución de información se ha logrado realizar un análisis bastante completo y ajustado a la realidad. ! 253! ! En cuanto a los aportes al debate metodológico, el uso complementario de metodologías cualitativas (Análisis Cualitativo Comparativo, QCA y casos de estudio), además de métodos cuantitativos (promedios porcentuales), ha permitido comprobar las bondades de este enfoque pluralista, recomendado en consenso por muchos investigadores (Laitin 2002). Por una parte, el barrido nacional inicial (cuantitativo) realizado a través de los promedios porcentuales, ilustró de manera general aspectos como la distribución territorial entre centro y periferia del conflicto, y los efectos de las condiciones iniciales de pobreza sobre el conflicto. Seguidamente, el Análisis Cualitativo Comparativo basado en la lógica Booleana permitió identificar las variables mediadoras y las configuraciones que han tenido incidencia sobre la intensidad del conflicto. Finalmente, el análisis de tres casos de estudio proporcionó información detallada sobre las particularidades que en cada región afectaron el conflicto y la incidencia de las variables mediadoras. Con relación a las metodologías seleccionadas vale la pena precisar que el Análisis Cualitattivo Comparativo (QCA), basado en la lógica Booleana, se adoptó porque proporciona las herramientas precisas para realizar comparaciones de esta naturaleza, destinadas a identificar las configuraciones y patrones de comportamiento que caracterizan los conflictos. En este sentido la elección del método se considera acertada, ya que de cierta forma preserva la “individualidad” de los casos analizados, sin reducirlos a la fría numerología de otros métodos como las regresiones y modelos econométricos. Sin embargo, dada la rigidez dicotómica del sistema binario Booleano (1,0) para cuantificar las variables, se recomienda en estudios futuros complementar el álgebra ! 254! ! Booleana con el uso de “fuzzy sets”, que también pertenecen a la metodología del Análisis Cualitativo Comparativo (Ragin 1989; 2009). Según señalan Portes y Smith (2008, 120): “la realidad social con frecuencia se resiste a una clasificación en términos dicotómicos estrictos, y en vez de eso se manifiesta en diferentes grados o matices”. El análisis a través de “fuzzy sets” contempla esta problemática, y resuelve la rigidez del sistema binario planteando que las variables en vez de estar presentes (1) o ausentes (0) pueden estar en “presencia completa” ; “ausencia completa”; “mas o menos ausente”; “ni presente ni ausente”, y “mas o menos presente”, tomando una escala de valores del 1 al 5. Esta ampliación del espectro de posibilidades permite acceder a matices dentro de las variables, moderando la rigidez del análisis, ofreciendo opciones intermedias, y por ende incrementando las posibilidades de entendimiento de los conflictos. Finalmente, dado que en esta investigación parecería evidente que algunas variables podrían ser combinadas (por ejemplo, la variable geográfica y la presencia institucional, que presentan co-variación), se sugiere que estudios futuros analicen esta posibilidad de combinación preliminar. Esto reduciría el número de variable a contemplar, sin disminuir la calidad de los análisis ni de los resultados. En cuanto al uso de casos de estudio su aporte fue fundamental para detectar y analizar condiciones de tipo regional que afectaron la efectividad de la PSD, y por ende la intensidad del conflicto. Es el caso, por ejemplo, del conflicto étnico en el Cauca, cuya importancia es tal que quizá sería necesario incorporarlo como una de las variables de análisis en el caso del conflicto colombiano. La limitación de los estudios de casos radica en que su selección es ilustrativa pero no exhaustiva, así que al utilizar esta metodología ! 255! ! debe tenerse claridad sobre este aspecto, y entender que siempre pueden seleccionarse casos adicionales (o diferentes) que enriquezcan el análisis. En conclusión, esta investigación realizó aportes fundamentales tanto a las teorías y debates sobre los conflictos internos, como a las implicaciones normativas de diseño y reestructuración de políticas para el caso colombiano. De manera particular, es importante remitirse una vez mas a uno de los argumentos iniciales de esta tesis, que es la multi-causalidad y complejidad del conflicto colombiano, en el cual intervienen variables de orden económico, político, institucional, social, geográfico y cultural entre otras. Así, la Política de Seguridad Democrática debe reorientarse para dar alcance a esta pluralidad de variables, desarrollando específicamente, según lo muestran los resultados arrojados por esta investigación, estrategias centradas en el mejoramiento económico, en el refortalecimiento institucional y de presencia estatal, en la reducción del número de grupos en conflicto, y en la cobertura global de la nación y no sólo enfocada en las regiones periféricas. Mientras estos objetivos no se persigan de manera continua y consistente, una resolución permanente del conflicto seguirá siendo inalcanzable. ! ! ANEXOS Anexo 1. ENTREVISTA A ANDRES PASTRANA ARANGO EXPRESIDENTE DE COLOMBIA. PANAMA, SEPTIEMBRE 23 DE 2011 PREGUNTA: La PSD es una política nacional, que se lanzó para cubrir todo el país. Por qué tuvo mayor efectividad en unas regiones que en otras? Es decir, BAJO QUE CONDICIONES FUNCIONA MEJOR LA PSD? -Para responder a la pregunta considero importante hablar primero de la historia que llevó a la implementación de la PSD, es decir a los antecedentes de la misma. Entre enero y agosto de 1998 hay un gran pico de violencia en el país, por ejemplo representada en el hecho de tener más de mil policías secuestrados en poder de la guerrilla. El general Tapias le dice al Presidente: “la democracia está en peligro, la guerrilla puede tomarse el poder”. En ese momento la guerrilla está muy fortalecida, y el ejército muy debilitado y desmoralizado; el ejército carece de armamento y estrategias adecuadas. Con el fin de mostrar su poderío y llegar a las mesas de negociación con fuerza para presionar, la guerrilla incrementa sus ataques. Y cómo se manifiesta este incremento en los ataques? Un ejemplo claro es el cambio de estrategia de la guerrilla. Para demostrar que estaba fortalecida y llegar a la mesa de negociación con mayor poder de persuasión, la guerrilla modificó su estrategia. Pasaron de la “guerra de guerrillas”, que consiste en atacar las poblaciones y luego retirarse, a la “guerra territorial”, que implica controlar totalmente un territorio. Pero la guerrilla fue sorprendida por el nuevo aparato estratégico y militar de 256! ! ! 257! las Fuerzas Armadas. Cuando intentaron tomarse Mitú (que ya no es una población cualquiera, sino la capital de un departamento, y de difícil acceso) , se les atacó con instrumental tecnológico y táctico que incluía el uso masivo de helicópteros, visores infrarrojos para el combate nocturno, misiles aire-tierra, etc. La guerrilla sufrió ahí una de sus mas grandes derrotas. De ahí surgió la necesidad de hacer un Plan Colombia, y se hizo evidente que era necesario avanzar en cuatro frentes: el fortalecimiento de las Fuerzas Militares; el fortalecimiento institucional (sobre todo nivel de la justicia); la política social y la política internacional. En Colombia durante muchos años se pensó que a la guerrilla se la derrotaría militarmente. Pero en mi gobierno la pregunta fue cómo derrotarla políticamente? Y esto se lograría de dos formas: desacreditando a la guerrilla a nivel internacional, y fortaleciendo el aparato militar y policivo en Colombia. Para el objetivo de fortalecimiento militar, se empezó desde lo más básico, comprando por ejemplo uniformes, botas y armamentos. Se hizo muy evidente la necesidad de un fortalecimiento aéreo para el combate, para lo cual se compraron helicópteros. Un elemento adicional que prácticamente cambió la modalidad de guerra, fue la compra de bombas inteligentes al gobierno de los Estados Unidos (bajo la presidencia de George W. Bush). Adicionalmente, se implementó una estrategia para proteger a los policías, que consistió en diseñar unos nuevos cuarteles de policía por fuera de los municipios. Luego se restaurarían los cuarteles al interior de los municipios, pero esta medida temporal contribuyó en parte a proteger de las masacres tanto a las fuerzas policivas como a la población civil. Todos esos cambios sentaron muchas de las bases para el posterior éxito ! ! ! ! ! 258! de la PSD, porque ya el país contaba con los instrumentos necesarios para implementar un cambio en la lucha militar, y también un fortalecimiento y cambio a nivel institucional. Hay un tema muy importante, que es el de las zonas. A dónde se le debía dar a la guerrilla para derrotarla? En el bolsillo, La guerrilla estaba aliada con los narcos, y de ahí salía su financiación. Por eso la primera prioridad del Plan Colombia era el Putumayo. Ahí se focalizan las primeras acciones e inversiones. Aparte de lo militar, ahí se implementaron muchos planes sociales para golpear a la guerrilla. Qué tipo de planes sociales? El Plan de Recuperación e Inversión Social incluía 3 ramas: Familias en Acción, Empleos en Acción y Jóvenes en Acción. El plan de Familias en Acción, por ejemplo, incluía subsidio social a la madre para que le dé alimentación al niño, siempre y cuando ella garantice que el infante recibe sus vacunas, y va a la escuela. El plan de Empleos en Acción por su parte, buscaba emplear a la población campesina en el sector productivo del país. Para este momento la guerrilla se había convertido en un tema que ya no era militar, sino muy narco. Tenían cero ideología marxista, y un enfoque total en el tráfico de drogas. Por eso a los campesinos había que llegarles a través de temas sociales, para que abandonaran el cultivo de coca. Se les ofreció sustituir los cultivos de coca por cultivos lícitos que fueran rentables, por ejemplo la palma africana. Es decir, se hacía sustitución de cultivos que generaran recursos a largo plazo, como la palma, y se intercalaban con productos de corto plazo. Todos los temas sociales se llevaban a las zonas mas deprimidas, y esto se complementó con inversión en carreteras, salud, escuelas, etc. ! ! ! ! ! 259! Volviendo a la pregunta de por qué la PSD produjo reducciones desiguales en la intensidad del conflicto a lo largo del país, cuál es su opinión? La diferencia en la efectividad de la PSD se debe a mi manera de ver a la naturaleza de los actores generadores de violencia en las diferentes regiones. Por ejemplo, en departamentos como Sucre y Córdoba donde los elementos generadores de violencia eran los paramilitares, esta se logró reducir con mayor efectividad y menos enfrentamientos, porque los paras finalmente se desmovilizaron (aunque antes de hacerlo aumentaron muchísimo los índices de violencia en esas zonas). Por el contrario en departamentos como el Valle del Cauca y Antioquia, donde los focos de violencia eran mayormente narcotráfico, la PSD fue mas difícil de implementar y de lograr resultados. En el Cauca, aun persisten con mucha fuerza las guerrillas, igualmente difíciles de combatir. Por lo tanto dependiendo de la naturaleza de los grupos generadores de violencia, o de la existencia simultanea de varios grupos, la PSD podía tener mayor o menor grado de éxito en cada región. ! ! ! ! ! 260! Anexo 2. ENTREVISTA TELEFONICA AL GENERAL FREDDY PADILLA DE LEON, EX-COMANDANTE GENERAL DE LAS FUERZAS ARMADAS DE COLOMBIA. Sept 2,2011 PREGUNTA: La PSD es una política nacional, que se lanzó para cubrir todo el país. Por qué tuvo mayor efectividad en unas regiones que en otras? Es decir, BAJO QUE CONDICIONES FUNCIONA MEJOR LA PSD? Una política es el elemento superior que le da dirección a la voluntad del gobierno sobre un tema puntual. En el caso de la PSD el tema es la seguridad nacional. El jefe del Estado aprueba el direccionamiento al mas alto nivel, con su visión de la manera como se debe manejar la seguridad. Con ello se establecen recursos, y se establecen prioridades. Se diseñan estrategias y planes para darle alcance a la PSD. En el caso de los recursos, no todo se podía hacer al mismo tiempo. Por lo tanto no se podía actuar con la misma intensidad en todos los lugares. Por lo tanto había que priorizar. Y eso se hizo con base en los niveles de violencia que hubiera en cada región, según lo que se necesitara. Es decir, la política se diseñó con un alcance nacional, pero obviamente se implementó de manera gradual y según las necesidades de cada región y según la amenaza que primara en cada región. Por ejemplo, en zonas mas rurales se incrementó el rol del ejército y en las urbanas el de la policía. PREGUNTA: Pero podría decirse entonces que la PSD se aplicó de manera similar en sitios con problemáticas y niveles de violencia iniciales similares? Si, de acuerdo con los objetivos y estrategias diseñadas, hubo una coherencia en la forma de atacar diferentes tipos de violencia. Esto según los niveles de violencia que enfrentábamos, y según los actores causantes. ! ! ! ! ! 261! Inicialmente la PSD dio prioridad a los centros de mayor concentración de población, y de producción (actividad económica), que eran los lugares más sensibles. Y de ese centro se siguió luego hacia la periferia (por lo tanto primero fueron los centros urbanos y capitales). Hoy en día se ve el éxito de la PSD en el hecho de que en los centros urbanos hay mucha menor violencia. Esta sigue ahora en la periferia. La PSD se desarrolló en tres fases: primer fase de seguridad; segunda fase de consolidación y tercera fase de prosperidad democrática. Volviendo a la pregunta¿ por que mayor efectividad de la PSD en unos sitios que en otros? Si en 5 ciudades A,B,C,D,E con similares niveles de violencia se hizo casi lo mismo, por qué resultados diferentes? Hay varios factores: -El narcotráfico, específicamente las etapas en la cadena de producción y distribución. Dependiendo de la etapa de producción que se desarrolle en cada región, se da da lugar a diferentes tipos y niveles de violencia. Por ejemplo, en las ciudades (donde se lleva a cabo la actividad de comercialización) el narcotráfico es mucho más violento y difícil de combatir que en las áreas rurales. Son mafias con diferentes que dan lugar a crímenes urbanos. Un ejemplo es Medellín, con asaltos, robos, asesinatos, puñaladas entre estas mafias para dominar el comercio de la droga. Esas etapas hacen que sean mas difíciles de combatir, y por tanto que la PSD tenga mayor o menor efectividad. Es decir, la forma como se comporta el foco de generador de violencia (en este caso el narcotráfico) varía según la actividad específica que se desarrolle en ese sitio. Por ejemplo, para nada sirve enviar al ejército a las comunas de Medellín, o a la policía al campo, porque son tipos de violencia diferentes. ! ! ! ! ! 262! -Otro elemento: la Justicia. Donde la mafia ha tenido mayor poder de corrupción, la justicia es menos efectiva y por lo tanto los violentos son más difíciles de combatir. Es un elemento de presencia institucional, de institucionalidad y fortaleza de las instituciones. -Otro elemento es la fortaleza de la sociedad. Eso puede medirse en términos de la participación electoral. La PSD funciona mejor en sitios donde hay mayor participación electoral, o menos temor de fraude, o menos miedo de ir a votar. -La presencia de recursos explotables hace que en algunas regiones la presencia de estos actores sea difícil de combatir. La coca, y ahora último la minería del oro, que estos delincuentes codician. Eso hace mas difícil lograr la estabilización de la institucionalidad. Y la pobreza? -Fíjese que la pobreza no la considero un factor determinante en la efectividad de la PSD, porque donde hay pobreza el estado puede llegar y combatirla. Son los otros elementos mencionados los que lo hacen difícil. Un último punto importante: la PSD involucró todas las instituciones del gobierno, no fue solo una política del ejército o la policía. Por ejemplo, instituciones como “Acción Social” encargada de resolver problemas sociales como salud, educación, poner colegios, instalar puestos de salud, instalar internet, llevar jueces. Todas esas eran actividades paralelas para consolidar los logros en seguridad. ! ! ! ! ! 263! Anexo 3. Guión de Reclutamiento para entrevistados El guión de reclutamiento es el mismo para ambas poblaciones (oficiales públicos o ciudadanos/campesinos comunes). El reclutamiento se llevara a cabo vía telefónica. En el caso de los oficiales públicos, yo determinaré previamente a quien contactar, dependiendo de sus conocimientos y utilidad para la investigación. En el caso de los ciudadanos comunes, estos serán seleccionados aleatoriamente del directorio telefónico de los municipios. El reclutamiento se llevara a cabo de la siguiente manera: Primero, saludar a los sujetos de manera respetuosa. Después explicarles que soy un estudiante de doctorado de la Universidad de Miami, y que estoy llevando a cabo mi disertación, la cual se refiere a la lucha violenta en Colombia. Explicarles que me gustaría entrevistarlos para conocer sus opiniones/percepciones sobre el comportamiento de la lucha violenta en las últimas décadas, y las posibles explicaciones de este comportamiento. Asegurarles que sus respuestas serán totalmente anónimas, y que pueden elegir no responder algunas de las preguntas, o retirarse completamente de la investigación. ! ! ! ! ! 264! Anexo 4 Universidad de Miami CONSENTIMIENTO PARA PARTICIPAR EN UN ESTUDIO DE INVESTIGACIÓN “El Conflicto Armado en Colombia: Análisis Regional de los Impactos de la Política de Seguridad Democrática” La siguiente información describe el estudio de investigación en el cual se le pide participar. Por favor lea esta información cuidadosamente. Al final, se le pedirá que firme si está de acuerdo en participar. PROPÓSITO DEL ESTUDIO: Se le pide participar en un estudio de investigación. El propósito de este estudio es encontrar las posibles explicaciones del cambio en los niveles de lucha violenta en las diferentes regiones de Colombia durante la última década. PROCEDIMIENTOS: Si decide formar parte de este estudio, se le pedirá que participe en una entrevista, la cual tomará de 20-40 minutos. La entrevista incluye preguntas acerca de su percepción de los niveles de violencia en Colombia durante los últimos diez años. También le pediremos alguna información demográfica tal como el municipio en el que vive o ha vivido para poder identificar de manera confiable los niveles de violencia a través de los diferentes Departamentos en Colombia. ! ! ! ! ! 265! RIESGOS Y/O INCOMODIDADES: No se anticipan riesgos o incomodidades por formar parte de este estudio. Su participación será completamente anónima, ya que no se registrarán o mencionarán nombres. Adicionalmente, si usted se siente incomodo con una pregunta, se puede saltar esa pregunta o retirarse del estudio completamente. Si decide retirarse en cualquier momento antes de haber terminado la entrevista, sus respuestas NO serán registradas. BENEFICIOS: No se anticipa que usted experimente ningún beneficio directo por este estudio. No obstante, su participación en esta investigación ayudará a los investigadores a proporcionar herramientas importantes para la planeación estratégica y la legislación. Potencialmente usted podría ser un receptor directo de las mejoras en las políticas y beneficios que podrían resultar de este estudio. CONFIDENCIALIDAD: Sus respuestas se mantendrán en completa confidencialidad. Para proteger su privacidad, sus respuestas son anónimas, ya que no se registrarán ni mencionarán nombres. Adicionalmente, la información obtenida solo estará accesible para los investigadores. COMPENSACIÓN: No habrá compensación por participar en este estudio. DERECHO DE DECLINAR O RETIRARSE: Su participación en este estudio es voluntaria. Usted tiene el derecho de negarse a participar en el estudio o de retirar su consentimiento en cualquier momento durante este ! ! ! ! ! 266! estudio. El investigador se reserva el derecho de retirarlo sin su consentimiento en el momento que sienta que esta acción es en el mejor interés para usted. INFORMACIÓN DE CONTACTO: William Smith (305) 284-5092, Lilian Yaffe correo electrónico: [email protected] responderán con gusto cualquiera de las preguntas que usted pudiera tener concerniente al propósito, procedimientos, y resultado de este proyecto. Si usted tiene preguntas con respecto a sus derechos como sujeto de investigación puede contactar a la Oficina de Sujetos Humanos de Investigación en la Universidad de Miami, al (305)243-3195. ACUERDO DEL PARTICIPANTE: He leído la información en esta forma de consentimiento y estoy de acuerdo en participar en este estudio. He tenido la oportunidad de hacer cualquier pregunta que tuviera con respecto a este estudio, y dichas preguntas han sido respondidas a mi satisfacción. Estoy listo para proceder con la entrevista. ! ! ! ! ! 267! Anexo 5. GUÍA PARA LAS ENTREVISTAS 1. ¿En dónde vive? (Municipio o región demográfica) 2. ¿Cuál es su percepción de la lucha violenta en Colombia durante los últimos 10 años? ¿Piensa que ha incrementado, disminuido, o que permanece igual? (Se puede mencionar el número de homicidios, o ataques terroristas, o secuestros como variables que ilustran la violencia). 3. ¿Por qué piensa que han ocurrido estos cambios? (En caso de que hayan identificado cambios en la pregunta anterior). Las respuestas pueden incluir: mayor presencia de los militares, guerrillas más/menos poderosas, más/menos pobreza, paramilitares, desmovilización, mayor densidad social, etc.) Un entrevistado podría brindar varias respuestas. 4. ¿Tiene usted alguna idea de cómo es que ocurrieron estos cambios? ¿Puede identificar que paso, a través de que mecanismo cambio la lucha violenta? 5. Si la persona menciona de manera voluntaria un incidente (familiar o personal) relacionado con la violencia, preguntar lo siguiente. ¿Cuándo ocurrió? ¿En donde ocurrió? ¿Puede describir la naturaleza del incidente? 6. ¿Piensa usted que se puede erradicar totalmente la lucha violenta de Colombia? ¿Por qué o por qué no? ¿Está el país alcanzando tales resultados? 7. ¿Piensa usted que ahora (2011) los niveles de lucha violenta están incrementando nuevamente en el país? ¿Por qué o por qué no ! ! ! ! ! BIBLIOGRAFIA Acción Social. "Acción Social." http://www.accionsocial.gov.co/portal/default.aspx (Obtenido en Septiembre 15, 2011). Acero, Hugo. Participante en la “Mesa de Trabajo Sobre Seguridad en Medellín.” organizada por el Programa “Medellín Cómo Vamos” en asocio con UN-Hábita , Universidad Eafit, Medellín, Noviembre 5, 2009. http://www.medellincomovamos.org/bitcache/0efb34bd58ea2b51c399868c48d4ba f2b7b9159e?vid=675&disposition=inline&op=vie (Obtenido en Enero 5, 2012). Agencia de Prensa IPC . “Conflicto Armado en Medellín Tiene a los Jóvenes entre la Espada y la Pared.” (Septiembre 28, 2009). http://www.ipc.org.co/agenciadeprensa/index.php?option=com_content&view=ar ticle&id=322:conflicto-armado-en-medellin-tiene-a-los-jovenes-entre-la-espaday-la-pared&catid=58:general&Itemid=18 (Obtenido Marzo 17, 2012). Aguirre, Katherine, y Jorge A. Restrepo. “El Control de Armas como Estrategia de Reducción de la Violencia en Colombia: Pertinencia, Estado y Desafíos.” Revista Criminalidad 52, no. 1 (Junio 2010): 265-286. Alcaldía de Medellín. “Estrategias y Retos para la Competitividad de la Región desde la Alcaldía de Medellín.” Medellín cómo Vamos (2010). http://www.medellincomovamos.org/bitcache/40b99531c4b355e1a27b1da88b270 8ed896465cc?vid=1153&disposition=inline&op=view (Obtenido en Marzo 19, 2012). Alonso, Manuel, y Germán Valencia. “Balance del Proceso de Desmovilización, Desarme y Reinserción (DDR) de los Bloques Cacique Nutibara y Héroes de Granada en la Ciudad de Medellín.” Estudios Políticos 33 (Julio-Diciembre 2008): 11-34. Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. “Informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la Situación de los Derechos Humanos en Colombia.” (E/CN.4/2003/12). Febrero 24, 2003. ———. “Informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la Situación de los Derechos Humanos en Colombia.” (E/CN.4/2006/9). Enero16, 2006. ———. “Informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la Situación de los Derechos Humanos en Colombia.” (A /HRC/113/72). Marzo 4, 2010. ! 268! ! ! ! ! 269! Aponte, David, y Jorge Alberto Restrepo. Guerra y Violencias en Colombia : Herramientas e Interpretaciones. Bogotá: CERAC, Pontificia Universidad Javeriana, 2009. Arango, Santiago, John Jairo Prado, e Isaac Dyner. “Evaluación de Políticas Publicas para la Reducción de la Criminalidad en Medellín: Una Aproximación con Dinámica de Sistemas.” Ensayos Sobre Política Económica 27, no. 60 (Diciembre 2009): 80-109. http://www.banrep.gov.co/docum/ensayos/pdf/espe_060-3.pdf (Obtenido Marzo 10, 2012). Aranguren Molina, Mauricio. Mi Confesión: Carlos Castaño Revela Sus Secretos. Bogotá: Oveja Negra, 2001. Arjona, Ana María. “De Rebelocracias y Reclutas: Instituciones y Participación en el Conflicto Armado Colombiano,” Foco Económico (blog), Abril 12, 2011a, http://focoeconomico.org/2011/04/12/de-rebelocracias-y-reclutas-instituciones-yparticipación-en-el-conflicto-armado-colombiano/ (Obtenido en Septiembre 15, 2011). ———.“Presencia vs. Violencia: Problemas de Medición de la Presencia de Actores Armados en Colombia,” Foco Económico (blog), Diciembre 20, 2011b, http://focoeconomico.org/2011/12/20/presencia-vs-violencia-problemas-demedicion-de-la-presencia-de-actores-armados- en-colombia/ (Obtenido en Septiembre 15, 2011). Ávila Martínez, Ariel Fernando. “La Guerra Contra las FARC y la Guerra de las FARC.” Corporación Nuevo Arco Iris no. 15 (Abril del 2010): 4-21. http://www.nuevoarcoiris.org.co/sac/files/oca/analisis/documento_FARC_2009.p df (Obtenido en Agosto 15, 2011). ———. “Conflicto Armado en el Cauca.” Corporación Nuevo Arco Iris (2009). Ávila Martínez, Ariel Fernando, y Magda Paola Núñez Gantiva. “Las Dinámicas Territoriales del Ejército de Liberación Nacional; Arauca, Cauca y Nariño.” Corporación Nuevo Arco Iris no. 15 (Abril del 2010): 22-33. http://www.nuevoarcoiris.org.co/sac/files/arcanos/arcanos15_abril_2010_files/arc anos2.pdf (Obtenido en Agosto 15, 2011). Bagley, Bruce Michael. "Colombian Politics: Crisis or Continuity." Current History 86, no. 516 (1987): 21-24, 40-41. ———. "US Foreign Policy and the War on Drugs: Analysis of a Policy Failure." Journal of Interamerican Studies and World Affairs 30, no. 2/3(1988): 189-212. ! ! ! ! ! 270! ———. (Director y Profesor, Departamento de Estudios Internacionales, Universidad de Miami), en entrevista con Lilian Yaffe, Marzo 8, 2012. Ballentine, Karen, y Heiko Nitzschke. Beyond Greed and Grievance: Policy Lessons from Studies in the Political Economy of Armed Conflict. New York: International Peace Academy, 2003. Ballentine, Karen, y Jake Sherman. The Political Economy of Armed Conflict: Beyond Greed and Grievance. London: Lynne Rienner Publishers, Inc, 2003. Bates, Robert H. "State Failure." Annual Review of Political Science 11, no. 1 (2008): 112. Bejarano, Ana María. "Conflicto Prolongado, Múltiples Protagonistas y Negociaciones Escalonadas." En Conflicto Armado, Seguridad y Construcción de Paz en Colombia, editado por Angelika Rettberg y Universidad de Los Andes, 43-68. Bogotá: Universidad de Los Andes, 2010. Bergquist, Charles W., Ricardo Peñaranda, y Gonzalo Sánchez G. Violence in Colombia, 1990-2000: Waging War and Negotiating Peace. Latin American Silhouettes. Wilmington: SR Books, 2001. Besadau, Matthias, y Tim Wegenast. "Oil and Diamonds as Causes of Civil War in SubSaharan Africa: Under what Conditions?." Colombia Internacional 70, (2009): 35. Blanco, Jesus Alonso. "La Containsurgencia en los Actuales Escenarios." En Las Nuevas Guerras y la Polemologia, editado por Ministerio de Defensa, Secretaria General Tecnica, 12-50. Bogotá: Imprenta Ministerio de Defensa, 2009. Blattman, Christopher, y Edward Miguel. "Civil War." Journal of Economic Literature 48, no.1 (2010): 3-57. Bodea, Cristina, y Ibrahim Elbadawi. “Riots, Coups and Civil War: Revisiting the Greed and Grievance Debate.” Policy Research Working Paper 4397: Te World Bank Development Research Group, 2007. Bumstein, Alfred. Research on Sentencing: The Search for Reform. Jacqueline Cohen, Susan Martin, and Michael Tonry (eds.), Report of the NAS Panel on Research on Sentencing, Washington, D.C. National Academy Press, 1983. Cambio. “Expertos Analizan la Política de Recompensas del Gobierno.” (Julio, 2009). http://www.cambio.com.co/portadacambio/836/ARTICULO-WEBNOTA_INTERIOR_CAMBIO-5599854.html (Obtenido en Julio 11, 2011). ! ! ! ! ! 271! Cambio. “Expertos Analizan la Política de Recompensas del Gobierno.” (Febrero 3, 2010). http://www.cambio.com.co/archivo/documento/CMS- 7111828 (Obtenido en Febrero 12, 2012). Caracol Radio Online. “Las FARC se Fortalecen como Cartel del Narcotráfico, Revela Informe de la Policía.” Febrero 18, 2010. Caracol Radio. “Cauca es Escenario de Regionalización de la Violencia, dice Especialista en Conflicto Armado.” Febrero 28, 2012. http://www.rcnradio.com/noticias/editor/cauca-es-escenario-de-regionalizacionde-la-139907#ixzz1o4uii4I4 (Obtenido en Septiembre 15, 2011). Chernick, Marc W. Acuerdo Posible: Solución Negociada al Conflicto Armado Colombiano. Bogotá: Ediciones Aurora, 2008. CODHES. “El Conflicto de Cara al Oriente Selvático.” Boletín de la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento, (CODHES) no. 63 (Julio 15, 2005). http://www.codhes.org/index2.php?option=com_docman&task=doc_view&gid=4 2&Itemid=50 (Obtenido en Mayo 10, 2011). Collier, Paul. “Economic Causes of Civil Conflict and their Implications for Policy.” World Bank Working Paper. Washington, DC: World Bank, 2000. Collier, Paul, y Anke Hoeffler. "On Economic Causes of Civil War." Oxford Economic Papers 50, no. 4 (1998): 563-573. ———. "Greed and Grievance in Civil War." Oxford Economic Papers 56, no. 4 (2004): 563-595. Corrales Jiménez, Diego. “Seis Causas y Tres Soluciones para la Violencia en Medellín.” La Silla Vacía (Septiembre 8, 2010). http://www.lasillavacia.com/historiainvitado/17832/diego-corrales-jimenez/seis-causas-y-tres-soluciones-para-laviolencia-en-me (Obtenido en Septiembre 2, 2011). Crawley, Eduardo. “From Military Arsenals to Drug Gangs and Guerrillas.” Latin American Security and Strategic Review (January 2010): 3-6. DANE."DANE."http://www.dane.gov.co/index.php?option=com_content&view=article &id=75&Itemid=72 (Obtenido en Septiembre 27, 2011). ! ! ! ! ! 272! Departamento Administrativo de Planeación. “Medidas de Pobreza para Colombia y Medellín 2002 – 2008.” (Marzo 17, 2010). http://www.medellin.gov.co/irj/go/km/docs/wpccontent/Sites/Subportal%20del% 20Ciudadano/Plan%20de%20Desarrollo/Secciones/Información%20General/Doc umentos/DesarrolloEconomico/publicaciones/MESEP%20Informe%20Observato rio.pdf (Obtenido en Marzo 19, 2012). Díez Hernando, Beatriz. “Herederos de los Paramilitares – La Nueva Cara de la Violencia en Colombia.” Human Rights Watch (Febrero 5, 2010). Dube, Oeindrila, y Juan F. Vargas. "Are all Resources Cursed?: Coffee, Oil and Armed Conflict in Colombia." Documentos CEDE 003460 (2006). Duncan,!Gustavo. “Una Visión Alternativa al Conflicto Colombiano.” Razón Pública (Marzo 8, 2009). ———. "Crime and Power: The Filter of Social Order." Trabajo presentado en APSA 2010 Annual Meeting, Washington, DC, Septiembre 2-5, 2010. http://iiiprxy.library.miami.edu:4827/abstract=1644540 (Obtenido en Septiembre 13, 2011). Echandia Castilla, Camilo. Geografía del Conflicto Armado y las Manifestaciones de la Violencia en Colombia. Santafé de Bogotá: Uniandes, Facultad de Economía, CEDE, Ediciones Uniandes, 1999. ———. "El Conflicto Armado Colombiano y su Expresión Territorial: Presencia de los Actores: Evolución Reciente de la Geografía del Conflicto Armado Colombiano." En Dimensiones Territoriales de la Guerra y la Paz, editado por Montañéz , Gustavo, 151-183. Bogotá: Unibiblos, 2004. El Mundo.“650 Bandas Operarían en Medellín Ciudad: Escenario de la Confrontación Armada.” Noviembre 26, 2002. El Mundo. “Medellín, una buena ciudad para hacer negocios .” Noviembre 16, 2011. http://www.elmundo.com/portal/noticias/economia/medellin_una_buena_ciudad_ para_hacer_negocios.php (Obtenido Marzo 18, 2012). El Nuevo Dia. “Bandas Emergentes, Mayores Generadoras de Violencia.” Abril 13, 2010. El Nuevo Siglo. “Cuchillo y el Loco Barrera Sacan al Mes de 2 a 3 Toneladas de Coca.” Abril 20, 2009. ———. “Nueva Estrategia Antidrogas de EU es más Equilibrada: Naranjo.” Mayo 13, 2010a. ! ! ! ! ! 273! ———. “Arauca, Departamento con más Muertos Violentas en 2010.” Junio 4, 2010b. El País. “Fuerza Pública Firme en los Pueblos de la Zona.” Mayo 2, 2005. ——— . “FARC Atacaron Norte del Cauca.” Febrero 21, 2010. ——— . “Violencia en el Cauca, herida que no cicatriza.” Octubre 16, 2011. El Tiempo. “Tumban Ocho Trincheras por Muerte de Niño.” Septiembre 29, 2006. ——— . “Entre Tres Citas se Pactó la Alianza entre el ELN y las FARC.” Enero 23, 2010a. ——— . “Ejército de Ecuador Encontró Ocho Bases de las FARC en su Territorio.” Enero 25, 2010b. ——— . “El ‘Dossier’ del Nexo de FARC y las Milicias.” Febrero 8, 2010c. ———. “El Mapa Mafioso de las FARC.” Marzo 8, 2010d. ——— . “En Bogotá hay 22.7 Homicidios por cada 100,000 Habitantes.” Marzo 25, 2010e. ———. “FARC y Bandas Criminales tienen Pactos de no Agresión, dice Jefe de Misión de la OEA en Colombia.” Mayo 5, 2010f. ——— . “Crisis Humanitaria por Ruptura de Pacto FARC-ELN.” Junio 24, 2010g. ——— . “Cauca el Departamento más Golpeado por las FARC.” Marzo 28, 2011. Fearon, James D., y David D. Laitin. "Ethnicity, Insurgency, and Civil War." The American Political Science Review 97, no. 1 (2003): 75-90. ———. “Why do Some Civil Wars Last so Much Longer than Others?.” Journal of Peace Research 41 (2004): 275-301. Fernández Correa, Patricia. “Violencia en Medellín: Una Montaña Rusa que no Para.” Corporación Viva la Ciudadanía (2009). http://www.viva.org.co/cajavirtual/svc0174/index%20-%20pagina%208.html (Obtenido en Marzo 17, 2012). Fundación Ideas para la Paz. “Siguiendo el Conflicto: Hechos y Análisis.” Fundación Ideas para la Paz, no. 58 (Enero del 2010). ! ! ! ! ! 274! Fundación Seguridad y Democracia. “Balance de la confrontación armada: 2002-2008.” http://www.seguridadydemocracia.org/docs/pdf/conflictoArmado/balanceconfront acion09.pdf (Obtenido en Febrero del 2012). Gaitán, Fernando, y Malcolm D Deas. Dos Ensayos Especulativos Sobre la Violencia en Colombia Bogotá: FONADE DNP, 1995. Gambetta, Diego. La Mafia Siciliana: un'industria della Protezione Privata. Torino: Einaudi, 1992. García Sánchez, Miguel. "Bajo la Mira de los Actores Armados. Contextos Violentos, Participación Política e Intención de Voto en Colombia." En Conflicto Armado, Seguridad y Construcción de Paz en Colombia, editado por Angelika Rettberg y Universidad de Los Andes, 159-202. Bogotá: Universidad de Los Andes, 2010. Gechem S., Carlos Eduardo. “Los Partidos Políticos en Colombia: Entre la Realidad y la Ficción.” Revista Derecho del Estado no. 23 (2009): 131-146. George, Alexander L., y Andrew Bennett. Case Studies and Theory Development in the Social Sciences. Cambridge, Mass: MIT, 2005. Giraldo Ramírez, Jorge, y Centro de Análisis Político Universidad Eafit–Colombia. “Conflicto Armado Urbano y Violencia Homicida. El Caso de Medellín.” Revista Latinoamericana de Seguridad Ciudadana, No. 5 (Septiembre 2008): 99-113. Goldstone, Jack, Ted Gurr, Monty Marshall, y Juan Vargas. "It’s all about State Structure: New Findings on Revolutionary Origins from Global Data." Homo Economicus 21, no. 2 (2004): 429-455. Gómez, Carlos Mario. "Economía y Violencia en Colombia." En Economía Crimen y Conflicto, editado por A. Martínez Ortiz (Ed.), 41-58. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2001. Gonzalez, Fernán. "Colapso Parcial o Presencia Diferenciada del Estado en Colombia?: Una Mirada Desde la Historia." Colombia Internacional 58 (2003): 124-158. Gonzalez, Fernán, y Silvia Otero Bahamon. "¿Es Ilegítimo El Sistema Político Colombiano?." Institute for Research and Debate on Governance (2006). http://www.institut-gouvernance.org/en/analyse/fiche-analyse-244.html (Obtenido en Enero 10, 2012). ! ! ! ! ! 275! Granada, Soledad, Jorge A. Restrepo, y Andrés R. Vargas. “El Agotamiento de la Política de Seguridad: Evolución y Transformaciones Recientes en el Conflicto Armado Colombiano." En Guerra y Violencias en Colombia: Herramientas e Interpretaciones, editado por Restrepo, Jorge Alberto, y David Aponte, 27-124. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 2009. Guáqueta, Alexandra. "La Economía Política Internacional de Los Conflictos Internos." Convergencia 31, no. enero-abril (2003): 60-89. Gurr, Ted Robert. Why Men Rebel. Princeton: Princeton University Press, 1970. Gutiérrez Sanín, Francisco. "Criminal Rebels? A Discussion of Civil War and Criminality from the Colombian Experience." Politics & Society 32, no. 4 (2004): 257-285. Hardy, Melissa A. "Economic Growth, Distributional Inequality, and Political Conflict in Industrial Societies." Journal of Political & Military Sociology 7, no. Fall (1979): 209-227. Hegre, Hávard, y Nicholas Sambanis. "Sensitivity Analysis of Empirical Results on Civil War Onset." The Journal of Conflict Resolution 50, no. 4 (2006): 508-535. Holmes, Jennifer S., Sheila Amin Gutiérrez de Piñeres, y Kevin M. Curtin. "Drugs, Violence, and Development in Colombia: A Department-Level Analysis." Latin American Politics & Society 48, no. 3 (2006): 157-184. Holmes, Jennifer S., Sheila Amin Gutiérrez de Piñeres, y Kevin M. Curtin. Guns, Drugs, and Development in Colombia. Austin: University of Texas Press, 2010. International Crisis Group. “Improving Security Policy in Colombia.” Latin American Briefing, no. 23 (Junio 29, 2010). http://www.crisisgroup.org/~/media/Files/latinamerica/colombia/B23%20Improving%20Security%20Policy%20in%20Colombi a.ashx (Obtenido en Octubre 13, 2011). Jaramillo, Alfredo. “Medellín, Baja la Calidad de Vida a Causa de la Violencia y la Falta de Equidad Social.” America Latina en Movimiento (Abril 23, 2010). http://alainet.org/active/37643&lang=es (Obtenido en Marzo 12, 2012). Kaldor, Mary. New and Old Wars: Organized Violence in a Global Era. Stanford, California: Stanford University Press, 1999. Kalyvas, Stathis N. "Civil War." En Oxford Handbooks of Political Science, editado por Carles Boix y Susan C. y Stokes, 416-434. Oxford; New York: Oxford University Press, 2009. ! ! ! ! ! 276! Krauthausen, Ciro. “Poder y Mercado. El Narcotráfico Colombiano y la Mafia Italiana.” Nueva Sociedad 130, no. Marzo-Abril (1994): 112-125. Laitin, David. "Comparative Politics: The State of the Subdiscipline." En Political Science: State of the Discipline, editado por Ira Katznelson y Helen Milner, 630659. New York: W.W Norton & Co, 2002. Landinez-Aceros, Jaime, y Universidad de los Andes. "Coca and Conflict. The Spatial Dimensions of Regional Violence in Colombia." Trabajo presentado AAG Annual Meeting, New York, Febrero 24 – 28, 2012. Leal Buitrago, Francisco. "Políticas de Seguridad: de Improvisación en Improvisación." En La Encrucijada, Colombia En El Siglo XXI, 513-544. Bogotá: Grupo Editorial Norma, 2006. ———. " Políticas de Seguridad: de Improvisación en Improvisación." En Conflicto Armado, Seguridad y Construcción de Paz en Colombia, editado por Angelika Rettberg y Universidad de Los Andes, 315-350. Bogotá: Universidad de Los Andes, 2010. ———. "Militares y Paramilitares en Colombia." En La Desmovilización de los Paramilitares en Colombia : Entre El Escepticismo y La Esperanza, editado por Restrepo, Elvira María, y Bruce Michael Bagley, 43-46. Bogotá: Ediciones Uniandes, 2011. LeGrand, Catherine C. "The Colombian Crisis in Historical Perspective." Canadian Journal of Latin American and Caribbean Studies 28, no. 55-56 (2003): 165(45). López, Claudia. "Para Frenar la Parapolítica." Número 57 (2010): 76-81. Lopez-Gamundi, Paula. "Colombia's Gold Mining Boom Offers Silver Lining for Paramilitaries and Guerillas." Council on Hemispheric Affairs. Septiembre 2, 2011. http://www.coha.org/colombias-gold-rush-the-silver-lining-forparamilitaries-and-guerrillas/ (Obtenido en Octubre 26, 2011). Medellín, Pedro, y Alfredo Rangel Suárez. Política de Seguridad Democrática. Cara & Sello. Bogotá: Norma, 2010. Medina Gallego, Carlos. Autodefensas, Paramilitares y Narcotráfico en Colombia : Origen, Desarrollo y Consolidación : El Caso "Puerto Boyacá". Bogotá: Editorial Documentos Periodísticos, 1990. Mejía, Daniel, y Pascual Restrepo. “La Guerra Contra la Producción y Tráfico de Drogas: Una Evaluación Económica del Plan Colombia.” Semana (Mayo 27, 2009). http://www.semana.com/documents/Doc-1885_2009528.pdf (Obtenido en Diciembre 12, 2011). ! ! ! ! ! 277! Mill, John Stuart. A System of Logic. Honolulu: University Press of the Pacific, 2002. Ministerio de Defensa. En entrevista anónima con Lilian Yaffe, Febrero 23, 2009. ———. "Anuario Estadístico del Sector Seguridad y Defensa 2003-2009." Bogotá: Ministerio de Defensa, 2010a. http://www.mindefensa.gov.co/irj/go/km/docs/Mindefensa/Documentos/descargas /estudios%20sectoriales/Anuario/Anuario_Estadistico2010a.pdf (Obtenido en August 10, 2010). ———. "Democratic Security and Defence Policy - Republic of Colombia." Bogotá: Ministerio de Defensa, 2010b. http://alpha.mindefensa.gov.co/descargas/Documentos_Home/Seguridad%20Dem ocratica.pdf (Obtenido en Agosto 10, 2010). ———. “Logros de la Política de Consolidación de la Seguridad Democracia – PCSD.” Bogotá: Ministerio de Defensa. Enero 2010c. ———. “Logros de la Política de Consolidación de la Seguridad Democracia – PCSD.” Bogotá: Ministerio de Defensa. Abril 2010d. Montenegro, Santiago, y Álvaro Enrique Pedraza. "Falling Kidnapping Rates and the Expansion of Mobile Phones in Colombia." Documento CEDE No. 2009-32 (Noviembre 2009). Montero Carvajal, Dora. “Violencia en las Comunas de Medellín: No Futuro.” La Silla Vacía (Agosto 25, 2010). http://www.lasillavacia.com/historia/17593 (Obtenido Marzo 17, 2012). Nasi, Carlo. "Saboteadores de los Procesos de Paz en Colombia. Los Actores y sus Estrategias." En Conflicto Armado, Seguridad y Construcción de Paz en Colombia, editado por Angelika Rettberg y Universidad de Los Andes, 97-128. Bogotá: Universidad de Los Andes, 2010. Nuñez, Magda Paola. “ Contexto de Violencia y Conflicto Armado.” En Monografía Político Electoral DEPARTAMENTO DE VICHADA 1997 a 2007, editado por Hernández, Claudia López. Bogotá: Corporación Nuevo Arco Iris, 2007. http://www.moe.org.co/home/doc/moe_mre/CD/PDF/vichada.pdf (Obtenido en Septiembre 2, 2011). Observatorio de Derechos Humanos. “Diagnóstico Departamental Vichada.” Junio 2007. http://www.derechoshumanos.gov.co/PNA/documents/2010/vichada/vichada.pdf (Obtenido Febrero 29, 2012). ! ! ! ! ! 278! Oficina Alto Comisionado para la Paz. “Ley de Justicia y Paz.” http://www.fiscalia.gov.co/justiciapaz/Documentos/Esquema_Ley975_Justicia_P az.pdf (Obtenido en Febrero 22, 2012). Ortiz, Andres. “Police: BACRIMs Main Threat to Colombian Security.” InsightOrganized Crime in the Americas (Enero 26, 2011). http://insightcrime.org/insight-latest-news/item/476-police-bacrim-main-threat%20for-colombian-security (Obtenido en Octubre 3, 2011). Otero Bahamon, Silvia. "Los Conflictos de Autoridad entre los Indígenas y el Estado. Algunos Apuntes sobre el Norte del Cauca." Institute for Research and Debate on Governance (2006). http://www.institutgouvernance.org/en/analyse/ficheanalyse-340.html (Obtenido en Febrero 12, 2012) Palacios, Marco. "Las FARC y la paz de Colombia." Letras Libres 10, no. 115 (2008): 70-73. Peñate, Andrés. "El Sendero Estratégico del ELN: del Idealismo Guevarista al Clientelismo Armado.” Documento CEDE Nº 15 (Marzo 1998). Pizarro Leongómez, Eduardo. Una Democracia Asediada: Balance y Perspectivas del Conflicto Armado en Colombia. Bogotá: Grupo Editorial Norma, 2004. ———. "Las FARC-EP: ¿Repliegue Estratégico, Debilitamiento o Punto de Inflexión?." En Nuestra Guerra Sin Nombre: Transformaciones del Conflicto en Colombia, editado por Gutiérrez Sanín, Francisco, María Emma Wills O., Gonzalo Sánchez G., Universidad Nacional de Colombia, y Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales, 171-208. Bogotá: Grupo Editorial Norma, 2006. ———. “Señales de paz.” El Tiempo (Abril 20, 2009). http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-3406819 (Obtenido en Junio 6, 2011). Pizarro Leongómez, Eduardo, y Ana María Bejarano. "Colombia A Failing State?." Harvard Review of Latin America 2, 3, no. Spring (2003):11-13. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD-Colombia. El Conflicto, Callejón con Salida: Informe Nacional de Desarrollo Humano para Colombia. Bogotá, Colombia: PNUD, 2003. Przeworski, Adam. “The Last Instance? Are Institutions the Primary Cause of Economic Development?.” European Journal of Sociology 15 (2004): 165-188. ! ! ! ! ! 279! Putnam, Robert D., Robert Leonardi, y Raffaella Nanetti. Making Democracy Work: Civic Traditions in Modern Italy. Princeton, N.J.: Princeton University Press, 1993. Ragin, Charles C. The Comparative Method: Moving Beyond Qualitative and Quantitative Strategies. Berkeley: University of California Press, 1989. Ragin, Charles C., y Benoît Rihoux. Configurational Comparative Methods: Qualitative Comparative Analysis (QCA) and Related Techniques. California: SAGE Publications Inc, 2009. Rangel Suárez, Alfredo. Colombia, Guerra en el Fin de Siglo. Bogotá: TM Editores, 1998. Rangel Suárez, Alfredo, y Pedro Medellín. Política de Seguridad Democrática. Cara & Sello. Bogotá: Norma, 2010. Restrepo, Elvira María, y Ebrary Inc. Colombian Criminal Judiciary in Crisis. St. Antony's Series. Basingstoke: Palgrave Macmillan, 2003. Restrepo, Elvira María. "Transitional Justice without a Compass: Paramilitary Demobilization in Colombia.” En After oppression: transitional justice in Latin America and Eastern Europe, editado por Popovski, Vesselin, y Mónica Serrano, Tokyo: United Nations University Press, 2012. Restrepo, Elvira María, y Catherine Slakmon. "La Institucionalización de la Memoria en Colombia: Más Allá de la Ley de Justicia y Paz." En La Desmovilización de los Paramilitares en Colombia : Entre El Escepticismo y La Esperanza, editado por Restrepo, Elvira María, y Bruce Michael Bagley, 561-592. Bogotá: Ediciones Uniandes, 2011. Restrepo, Elvira Maria, N Velasquez, y G Cohen. “The Murky Transformation of the Colombian Paramilitary and the Impact of the Media in its (Mis)conception. 1982-1998." Trabajo para ser presentado en LASA 2012, San Francisco, California, Mayo 23-26, 2012. Restrepo, Jorge Alberto, y David Aponte. Guerra y Violencias en Colombia : Herramientas e Interpretaciones. Bogotá: CERAC, Pontificia Universidad Javeriana, 2009. ! ! ! ! ! 280! Restrepo, Jorge A., Michael Spagat, y Juan Fernando Vargas. "El Conflicto en Colombia: ¿Quién Hizo Qué a Quién? Un Enfoque Cuantitativo (1988-2003)." En Nuestra Guerra Sin Nombre: Transformaciones del Conflicto en Colombia, editado por Gutiérrez Sanín, Francisco, María Emma Wills O., Gonzalo Sánchez G., Universidad Nacional de Colombia, y Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales, 505-542. Bogotá: Grupo Editorial Norma, 2006. Restrepo, Luis A. "Los Arduos Dilemas de la Democracia en Colombia.” En Nuestra Guerra Sin Nombre: Transformaciones del Conflicto en Colombia, editado por Gutiérrez Sanín, Francisco, María Emma Wills O., Gonzalo Sánchez G., Universidad Nacional de Colombia, y Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales, 313-346. Bogotá: Grupo Editorial Norma, 2006. Rettberg, Angelika, Ralf Leiteritz, y Carlo Nasi. "Para Desvincular los Recursos Naturales del Conflicto Armado en Colombia." Colombia Internacional no. 70 (2009): 215-229. Rettberg, Angélika. Conflicto Armado, Seguridad y Construcción de Paz en Colombia. Bogotá: Universidad de los Andes, 2010. ———. “Construcción de Paz en Colombia: Contexto y balance.” Working paper. Bogotá: Universidad de los Andes, 2011. Richani, Nazih. Systems of Violence: The Political Economy of War and Peace in Colombia. Albany, USA: State University of New York Press, 2002. Ríos Cano, Karina. Los Límites de la Guerra. Conflicto, Derechos Humanos y Desplazamiento forzado en el sur oriente colombiano. Bogota: CODHES. 2008. Sambanis, Nicholas. “A Review of Recent Advances and Future Directions in the Quantitative Literature on Civil War.” Defence and Peace Economics 13 (2002): 215-43. Sánchez, Ángela. “Urbanismo Social: la Metamorfosis de Medellín.” Barcelona Metropolis (Enero – Marzo 2010). http://www.barcelonametropolis.cat/es/page.asp?id=21&ui=331&prevNode=35&t agId=%C1ngela%20S%E1nchez (Obtenido en Marzo 12, 2012). Sánchez, Fabio. Las Cuentas De La Violencia: Ensayos Económicos Sobre el Conflicto y el Crimen en Colombia. Bogotá: Grupo Editorial Norma, 2007. ! ! ! ! ! 281! Sánchez, Fabio, y Mario Chacón. "Conflicto, Estado y Descentralización: del Progreso Social a la Disputa Armada por el Control Local, 1974-2002." En Nuestra Guerra Sin Nombre: Transformaciones del Conflicto en Colombia, editado por Gutiérrez Sanín, Francisco, María Emma Wills O., Gonzalo Sánchez G., Universidad Nacional de Colombia, y el Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales, 347-403. Bogotá: Grupo Editorial Norma, 2006. Sánchez, Gonzalo, y Peter Bakewell. "La Violencia in Colombia: New Research, New Questions." The Hispanic American Historical Review 65, no. 4 (1985): 789-807. Sánchez G., Gonzalo. "Colombia: Violencias Sin Futuro." Foro Internacional 38, no. 1 (1998): 37-58. Semana, “Medellín, Caso Dramático.” no. 1077 (Diciembre 23, 2002). ———.“Los Señores de las Tierras.” (Septiembre 2, 2008). http://www.verdadabierta.com/la-historia/206-los-senores-de-las-tierras(Obtenido en Agosto 13, 2011). ———.“El Conflicto en Colombia está Cerca del Punto de Quiebre.” (Mayo 8, 2009). http://www.semana.com/noticias-nacion/conflicto-colombia-esta-cerca-del-puntoquiebre/123752 (Obtenido en Septiembre 1, 2011). ———.“Oro, violencia y Muerte en Suárez, Cauca.” (Abril 8, 2010a). http://www.semana.com/problemas-sociales/oro-violencia-muerte-suarezcauca/137346-3.aspx (Obtenido en Enero 11, 2012). ———.“Autodefensas Campesinas de Meta y Vichada.” (Abril 14, 2010b). ———.“Sigue Infierno en el Norte de Cauca.” (Mayo 10, 2010c). Serbin, Andrés. "La Sociedad Civil ante la Violencia y los Conflictos en America Latina y el Caribe." Pensamiento Iberamericano no. 2 (2008):141-162. http://www.pensamientoiberoamericano.org/xnumeros/2/pdf/pensamientoIberoam ericano-59.pdf (Obtenido en Noviembre 2, 2011). Sierra A., Jorge Diego. Re-pensando la Seguridad: Percepciones y Representaciones en Torno a la Seguridad en Medellín. Medellín: Personería de Medellín, Instituto Popular de Capacitación y La Universidad de Antioquia, 2010. Skocpol, Theda. States and Social Revolutions: A Comparative Analysis of France, Russia, and China. Cambridge; New York: Cambridge University Press, 1979. Smith, Benjamin. "Oil Wealth and Regime Survival in the Developing World, 1960– 1999." American Journal of Political Science 48, no. 2 (2004): 232-246. ! ! ! ! ! 282! Sriram, Chandra Lekha. Confronting Past Human Rights Violations: Justice Vs. Peace in Times of Transition. New York, USA: Frank Cass, 2004. Sudarsky, John. 2008. "La Evolución del Capital Social en Colombia, 1997-2005." Revista Javeriana 144, no. 747 (2008). http://johnsudarsky.com/?q=academia (Obtenido en Octubre 20, 2011). Tokatlian, Juan Gabriel. “Colombia: Más Inseguridad Humana, Menos Seguridad Regional.” América Latina y el (des)orden global neoliberal, (2004):173-199. Buenos Aires: CLACSO. Universidad del Valle, Unidad de Prevención de Violencia. 2004. http://prevencionviolencia.univalle.edu.co/observatorios/cauca/departamental/arc hivos/perfil_cauca.pdf (Obtenido en Marzo 3, 2012). Uprimny, Rodrigo. “Violence, Power, and Collective Action. A Comparison Between Bolivia and Colombia.” En Violence in Colombia 1990-2000: Waging War and Negotiating Peace, editado por Bergquist, Charles, Ricardo Peñaranda y Gonzalo Sánchez (eds.), 39-52. Wilmington: Scholarly Resources, 2001. Valencia Agudelo, León. “El Declive de Seguridad Democrática.” Corporación Nuevo Arco Iris no. 15 (Abril del 2010): 2-4. http://www.nuevoarcoiris.org.co/sac/files/arcanos/arcanos15_abril_2010_files/arc anos_editorial15.pdf (Obtenido en Mayo 11, 2011). Vanguardia Liberal. “No Vamos a Obedecerle a Nadie: Guardia Indígena.” Mayo 3, 2005. Vargas, Andrés R. “Guerra Civil en Colombia: el Caso de Barrancabermeja.” En Guerra y Violencias en Colombia: Herramientas e Interpretaciones, editado por Restrepo, Jorge y David Aponte (Eds). Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 2009a. ———. Participante en la “Mesa de trabajo sobre seguridad en Medellín.” organizada por el Programa “Medellín Cómo Vamos” en asocio con UN-Hábita , Universidad Eafit, Medellín, Noviembre 5, 2009b. http://www.medellincomovamos.org/bitcache/0efb34bd58ea2b51c399868c48d4b af2b7b9159e?vid=675&disposition=inline&op=vie (Obtenido en Enero 5, 2012). Vélez, María Alejandra. "FARC - ELN: Evolución y Expansión Territorial." Documentos CEDE 2000-08 (Junio 2000). Vicepresidencia de la República, Observatorio del Programa Presidencial para los Derechos Humanos y el DIH. “Bitácoras de Prensa 2002.” (Obtenido Febrero 22, 2012). ! ! ! ! ! 283! Weede, Erich, y Horst Tiefenbach. "Some Recent Explanations of Income Inequality: An Evaluation and Critique." International Studies Quarterly 25, no. 2 (1981): 255282. Weidmann, N., Kuse, D. "War Views: Visualizing and Animating Geographic Data on Civil War." International Studies Perspectives 10, no. 1 (2009): 1-12. Wickham-Crowley, Timothy P. Guerrillas and Revolution in Latin America: a Comparative Study of Insurgents and Regimes since 1956. Princeton, N.J.: Princeton University Press, 1993. Wyss, Jim. 2011. "El Lado Oscuro Del Oro Colombiano." Miami Herald , Febrero 8, 2011. ! ! ! ! ! ! !