1. ECONOMIA. PARTIDOS

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II. LA SITUACIÓN ECONÓMICA DURANTE LA II REPÚBLICA
La instauración de la República coincidió en el tiempo con la Crisis de 1929. La incidencia de
esta crisis sobre la economía española en general fue débil, ya que estaba poco desarrollada y
muy aislada del comercio internacional. La producción industrial no descendió en exceso
durante la II República.
La crisis internacional no fue la causante de las dificultades económicas españolas, pero sí
afectó a determinados sectores, sobre todo al agrícola de productos de exportación (vino,
cítricos, aceite de oliva), así como a la explotación minera y sus derivados. Las exportaciones
españolas se redujeron en volumen, y sobre todo en valor.
Los problemas económicos derivaron sobre todo de factores internos:
- Escasa productividad de la agricultura y la industria, por la escasa capitalización.
- Déficit de la balanza comercial.
- Déficit del Estado (endeudamiento con Primo).
- Escasa competitividad exterior.
- Desconfianza del empresariado sobre el nuevo régimen, que se plasmó en un
descenso de la inversión. La falta de inversión y el aumento de los salarios sin una
subida proporcional de la productividad, hicieron disminuir los beneficios empresariales,
lo que aumentó las dificultades de la economía española (y la desconfianza
empresarial).
Las políticas gubernamentales no ayudaron a solucionar los problemas. Los diferentes
gobiernos se esforzaron por disminuir el déficit público para sanear las cuentas públicas, pero
también para demostrar que un gobierno con pretensiones de reforma social no tenía
necesariamente que aumentar el déficit. De este modo se redujo no sólo la inversión privada,
sino también la pública.
La gran conflictividad social del periodo republicano no se debe a una especial coyuntura de
crisis, ni al estancamiento de los salarios (que de hecho aumentaron ligeramente) sino a la
posibilidad de expresar el descontento obrero y campesino gracias a las nuevas libertades, y la
de conseguir del gobierno republicano una transformación de las estructuras sociales (CNT y
UGT), creando una mayor distribución de la renta y la riqueza. La sucesiva frustración de esas
esperanzas hizo aumentar la conflictividad con el tiempo, así como la desconfianza empresarial
sobre el sistema.
Los terratenientes, la alta burguesía industrial y financiera eran el grupo social contra el que iba
la modernización social: la reforma agraria, el intervencionismo estatal en las relaciones
laborales, las medidas de política económica enfocadas a la distribución de la renta. A éstos se
sumaban los medianos propietarios agrícolas de Castilla, que temían por sus propiedades.
Todos ellos encontraron en el partido católico (CEDA) la posibilidad de expresar su oposición a
la República y su temor a la Revolución social.
Aunque no sea una condición determinante, un régimen recién nacido necesita una cierta
estabilidad económica y social para consolidarse. La II República no tuvo ni lo uno ni lo otro:
coincidió con una coyuntura internacional de crisis que agravaba los problemas económicos
internos, y con una fase de conflictividad social que le retrajo el apoyo de los grupos
económicamente mejor situados, al tiempo que las masas populares se veían defraudadas
ante la lentitud y escasez de las reformas, y tendían a una mayor radicalización en sus
protestas y sus opiniones políticas, inclinándose hacia las opciones partidarias de un régimen
revolucionario (anarquistas y comunistas).
I.
LAS FUERZAS POLÍTICAS DE LA REPÚBLICA
El sistema de partidos políticos en la República, cuando por primera vez se intentaba en
España un régimen verdaderamente democrático-parlamentario, reviste gran interés.
Existieron una gran cantidad de partidos, la mayoría de creación bastante reciente, de todo
signo ideológico, que compitieron por conseguir el respaldo electoral y movilizar a sus
simpatizantes, creando por primera vez partidos de masas. Las antiguas redes caciquiles y los
viejos partidos de la Restauración desaparecieron. Los ciudadanos españoles participaron por
primera vez de una forma activa en la vida política, votaron en libertad y asistieron
multitudinariamente a mítines.
Casi todos estos partidos tenían una implantación a nivel nacional, (excepto los nacionalistas).
También era frecuente la creación de organizaciones de juventudes del partido, usadas como
brazo armado del partido, que se enfrentaban violentamente a las organizaciones rivales.
A – PARTIDOS DE DERECHA:
1 – PARTIDOS FASCISTAS:
- JONS (Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista):
Pequeño partido fundado en 1931, siguiendo el modelo de otros partidos fascistas europeos.
Liderado por Onésimo Redondo, José Antonio Girón, y Ramiro Ledesma Ramos.
Muy violento, y desde un principio enemigo jurado de la izquierda y del propio sistema
republicano, participó en todo tipo de conspiraciones para acabar con ella. En 1934 se fusionó
con la Falange.
- FALANGE ESPAÑOLA:
Creada en 1933 por José Antonio Primo de Rivera (hijo del dictador). Auténtica versión
española del fascismo, con pretensiones de “regeneración autoritaria” de la sociedad española,
conservando las ideas “revolucionarias” del fascismo, pero siempre dentro de un régimen
político totalitario.
Ideología: nacionalismo, protección a clases medias, propiedad, reforma social, militarismo,
anticomunismo, corporativismo, exaltación de la violencia, líder carismático, 3ª vía frente
comunismo y capitalismo, etc.
Con gran implantación entre los jóvenes de clase media y alta, estudiantes e “intelectuales”.
Trajo a España el uso de símbolos, uniformes, himnos (“Cara al Sol”), y toda la parafernalia
fascista (camisa azul, saludo a la “romana”, escudo con el yugo y las flechas – copia del fasces
romano -, etc.). En 1934 se unió a las JONS, creando la Falange Española de las JONS, pero
a pesar de ello su apoyo electoral siguió siendo mínimo (su crecimiento se da ya durante la
Guerra Civil). Por supuesto, con tal ideología era enemiga acérrima del régimen republicano.
2 – PARTIDOS DE DERECHAS:
- COMUNIÓN TRADICIONALISTA (Carlistas):
Tradicionalismo monárquico y católico a ultranza. Enemigos del sistema republicano, al que
consideraban ateo. Dirigidos por Manuel Fal Conde. Mantenían fuertes apoyos en Navarra, La
Rioja y País Vasco. Siempre dispuesto a participar en cualquier intento violento para eliminar la
República, a través de sus juventudes, los Requetés (más de 10.000).
- RENOVACIÓN ESPAÑOLA: (monárquicos)
Partido creado en 1933 con la unión de los monárquicos más ultraderechistas y tradicionalistas,
anclados en el sistema de la Restauración, negaban el sufragio universal y eran firmes
partidarios de la autoridad monárquica y del catolicismo.
Aborrecían el liberalismo, la democracia, el socialismo, y el individualismo, como ideas
destructoras del orden social, y opuestas al catolicismo. Justificaban el recurso a la fuerza para
derribar la República. La mayoría de sus dirigentes y simpatizantes pertenecían a la alta
aristocracia o habían colaborado en la Dictadura. En 1936 de su colaboración en algunas
provincias con Comunión Tradicionalista surgió el “Bloque Nacional”.
Dirigidos por Joaquín Calvo Sotelo, contaron con el apoyo de intelectuales como Ramiro de
Maeztu y José Mª Pemán, y con el del infante D. Juan de Borbón desde el exilio.
- CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas (católicos):
La Iglesia se sintió amenazada por la República desde el principio, por lo que promovió
publicaciones, asociaciones y partidos políticos anti-republicanos como Acción Católica, más
tarde Acción Popular, y que con la fusión con otros partidos de ideología similar en 1933 dieron
lugar a la CEDA.
Fue la fuerza política de derechas con mayor apoyo electoral y social (clases medias urbanas
católicas y medianos campesinos castellanos), organizada como un auténtico partido de masas
(más de 700.000 afiliados). Los propietarios vieron en la CEDA la defensa de sus intereses:
orden, propiedad, nacionalismo español, defensa del catolicismo. Los partidos conservadores
clásicos estaban desintegrándose, pero la Iglesia les proporcionó la red de publicaciones,
asociaciones y un partido que defendía sus intereses.
Liderada por José Mª Gil Robles, quien usaba una retórica muy exaltada, con un discurso
antidemocrático, antiparlamentario, nunca se definió como partidario de la República, pero al
mismo tiempo llevó a cabo una política posibilista (cierta colaboración con los partidos
republicanos de centro y derecha para gobernar durante el bienio conservador, auténtico poder
en la sombra), para destruir la República desde dentro.
Sus principales bases ideológicas eran: defensa del catolicismo, de la unidad española, y
antimarxismo. Por tanto, pretendían reformar la Constitución para eliminar el divorcio y los
aspectos anticlericales, defender la educación católica, y frenar cualquier reforma que pusiera
en peligro la propiedad privada y el sistema capitalista (por ejemplo la Reforma Agraria), al
tiempo que rechazaban las reivindicaciones autonomistas de catalanes, vascos y gallegos.
- PARTIDO AGRARIO:
Partido de derechas, que pretendía defender los intereses de los propietarios agrarios. De poca
implantación (su posible electorado votaba a la CEDA). Dirigido por Martínez de Velasco.
- DERECHA LIBERAL REPUBLICANA:
Liderado por Niceto Alcalá Zamora Y Miguel Maura, es el único partido conservador pero
partidario del sistema republicano, por lo que se situaba cerca del “centro” político. Sus líderes
no fueron capaces de crear un auténtico partido de masas que representara a la derecha
política, por lo que ésta se inclinó por opciones políticas no democráticas.
En 1931 se fragmentó en el Partido Republicano Progresista (Alcalá Zamora) y Partido
Republicano Conservador (Maura)
B – PARTIDOS DE CENTRO: PARTIDO REPUBLICANO RADICAL:
El más veterano de los partidos republicanos, liderado por Alejandro Lerroux (también
importante la figura de Diego Martínez Barrio). Había evolucionado de sus excesos
revolucionarios y demagógicos del periodo de la Restauración hacia el centro político,
defendiendo el orden público frente a los excesos revolucionarios proletarios.
Poco partidarios de reformas socio-económicas profundas. Sus apoyos sociales se
encontraban entre las clases medias urbanas. Siempre fue criticado por no tener un programa
político claro y por buscar en exceso la cercanía al poder para lucrarse personalmente. Durante
su gobierno en el Bienio Conservador se descubrieron varios escándalos de corrupción
económica.
C – PARTIDOS DE IZQUIERDA:
1 – PARTIDOS REPUBLICANOS DE IZQUIERDA:
- PARTIDO RADICAL SOCIALISTA:
Surgido al final de la Dictadura, liderado por Marcelino Domingo y Álvaro de Albornoz, ambos
con buenas ideas de fondo (defensa de la república y la democracia, reformas económicas y
sociales). Es un partido burgués, pero radical en sus planteamientos e ideas. Siempre tuvo una
mayor representación parlamentaria que el partido de Azaña, pero las carencias de sus líderes,
frente a la personalidad del anterior, hicieron que tuviese menos responsabilidad de poder.
- ACCIÓN REPUBLICANA:
Partido burgués, reformista y progresista, dirigido por Manuel Azaña, intelectual de prestigio
desde los últimos momentos de la Dictadura, con gran personalidad y oratoria. Ministro de la
Guerra en el Gobierno Provisional, Presidente del Consejo de Ministros durante el Bienio
Reformista y Presidente de la República desde 1936.
Sus grandes objetivos fueron la modernización de España en el plano social y económico y la
consolidación de las instituciones democráticas, para lo que juzgó necesario llegar a alianzas
con el PSOE, la fuerza política con más apoyos electorales, al que de paso alejaba de sus
tendencias revolucionarias, aunque como consecuencia de ello todas las fuerzas políticas de
centro-derecha se alejaran del gobierno y las instituciones, por considerar imprudente aliarse
con un partido que no había renunciado a la revolución proletaria.
Su apoyo electoral se encontraba entre las clases medias urbanas.
En 1934 se fusionó con el Partido Radical Socialista y ORGA, creando un nuevo partido:
IZQUIERDA REPUBLICANA.
2 – PARTIDOS OBREROS:
- PSOE (Partido Socialista Obrero Español):
La fuerza política más votada durante la II República, con el apoyo de la mayor central sindical,
la UGT. Su líder, Julián Besteiro, pronto fue eclipsado por 2 figuras de tendencias diferentes:
Francisco Largo Caballero (procedente de la UGT, más revolucionario) e Indalecio Prieto
(más posibilista).
El PSOE nunca renunció a la revolución proletaria, y en su seno fueron constantes los debates
sobre la pertinencia de llegar a alianzas con partidos “burgueses” para alcanzar el poder y
transformar la sociedad. Éste es el punto que separa a Largo Caballero y Prieto, el segundo
firme partidario de llegar a compromisos con el partido de Azaña y defender el sistema
democrático, mientras el primero pronto se sintió desencantado con los pobres resultados del
Bienio Reformista y se embarcó en una retórica revolucionaria, que asustó a gran parte de las
clases medias y altas españolas, que creyeron en la inminencia de la revolución socialista
(cuando ni Largo Caballero lo creía).
- PCE (Partido Comunista de España):
Partido revolucionario y prosoviético, sometido a las directrices marcadas desde Moscú por
Stalin. Dirigido por José Díaz y Vicente Uribe, comenzaron a destacar las figuras de Dolores
Ibárruri (La Pasionaria) y ya durante la Guerra Civil Santiago Carrillo (antes en juventudes del
PSOE). Durante los primeros años de la República mantuvieron una actitud contraria a ésta por
considerarla un régimen burgués y preconizaron la necesidad de la revolución proletaria,
cambian de táctica en 1936 (Frente Popular). Su apoyo electoral fue escaso hasta la formación
del Frente Popular en 1936, y sobre todo hasta la Guerra Civil.
- POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista):
Creado en 1935 con la fusión de varios partidos comunistas de orientación Trotskista,
enfrentados al PCE de orientación stalinista. Liderado por Joaquín Maurín y Andreu Nin, y de
implantación fundamentalmente en Cataluña.
- CNT y FAI ( desde 1927: Federación Anarquista Ibérica): Anarquistas:
Rechazaban la democracia parlamentaria y promovieron el derribo de las instituciones
republicanas burguesas y la realización de la revolución. Los anarquistas rechazaban la
participación política y promovieron diversas insurrecciones, ocupaciones de fincas, huelgas y
manifestaciones, aumentando la conflictividad social. Su recomendación a sus afiliados era no
votar, pero en determinadas ocasiones, como las elecciones de Febrero de 1936 dejaron
libertad para votar a las opciones de izquierda (Frente Popular). Durante la Guerra Civil,
llegaron a participar en el gobierno de Largo Caballero.
D – PARTIDOS NACIONALISTAS
- LLIGA CATALANA:
Dirigida por F. Cambó, dejó de ser el partido nacionalista catalán por excelencia en favor de
ERC. Sus ideas conservadoras les llevaron a colaborar con Lerroux, e incluso con la CEDA en
las elecciones de 1936.
- ESQUERRA REPUBLICANA DE CATALUÑA:
Partido surgido en 1931 tras las fusión de varios partidos nacionalistas de izquierda catalanes
con Estat Català de Francesc Macià. Arrebató a la Lliga el liderazgo político en Cataluña.
Renunció al independentismo de Macià en favor del autonomismo de Lluis Companys, por lo
que pudo aumentar su base electoral. Cuando se obtuvo el Estatut en 1932, el presidente
autonómico fue Macià, hasta su fallecimiento en 1933, siendo sucedido por Companys.
- PNV (Partido Nacionalista Vasco):
De principios ideológicos confusos, en los que se mezclaba el catolicismo, ideales tradicionales
y conservadores, con nacionalismo vasco a ultranza. Bajo la dirección de José Antonio
Aguirre fue evolucionando hacia posturas más centristas, por lo que de no colaborar con las
instituciones republicanas, pasó a redactar su propio estatuto de autonomía, que consiguió en
1936, y colaborar con el Frente Popular durante la Guerra Civil.
- ORGA (Organización Republicana Autonomista Galega):
Grupo político autonomista de izquierda creado en 1931, dirigido por Santiago Casares
Quiroga, acabó fundiéndose en 1934 en la Izquierda Republicana de Azaña.
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