Apuesta por el Reciclaje Industrial

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minería
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La empresa de Calama lleva 15 años reciclando baterías de plomo-ácido para abastecer
de ánodos a la minería chilena. Una industria que no está del todo regularizada y que todavía
cuenta con un tráfico informal de residuos.
Por: Matías Marambio
F
| Recimat
Apuesta por el
reciclaje industrial
Jun 2014
ueron las necesidades en los procesos del sector minero las que hace
15 años llevaron al Grupo Inppamet
Electrodos EW a crear en Calama una
nueva empresa de reciclaje ambiental
de residuos peligrosos: Recimat. Desde
entonces, esta nueva empresa se ha
dedicado a recoger, fundir y reciclar
diversos residuos generados por los
procesos metalúrgicos de la minería,
tales como borras anódicas y ánodos
fuera de desuso. Junto con eso, y debido
a la necesidad de Chile de dar un tratamiento y disposición final a las baterías
de plomo-ácido fuera de uso, Recimat
amplió sus procesos para tratar adecuadamente este residuo. Para esto en 2007
instaló maquinarias de alta eficiencia
para el reciclaje de baterías de plomoácido, residuo que, según explica Ivo
Ivicevic, gerente de Medio Ambiente
de Recimat, a la fecha se disponía y se
exportaba sin ninguna regulación. De
esta forma, en la actualidad se recicla
casi el 90% de este material peligroso,
“pero todavía no se erradica la exportación ilegal hacia los países vecinos de
este material”, agrega Ivicevic.
Este reciclaje no sólo ha contribuido al tratamiento de residuos, sino
también le ha permitido a Recimat
abastecer las necesidades de ánodos a la
minería chilena y disminuir así al mínimo la importación de plomo primario
desde Chile, evitando el ingreso de este
elemento químico considerado peligroso al territorio nacional. “Tenemos
una capacidad de tratamiento de 2.000
toneladas mensuales, la que podría
tratar el 100% de este residuo a nivel
nacional”, dice el ejecutivo.
Aunque el mayor generador de este
residuo –baterías de automóviles– es
el rubro del transporte, arriendo de ve-
Ivo Ivicevic, gerente de
Medio Ambiente de Recimat.
hículos, mantenciones, entre otros, las
baterías de autos no son las únicas que
contienen plomo, existiendo otro tipo
de baterías que contienen este mineral, como las de tracción, unidades de
respaldo, generadores, las que suelen ser
de mayor tamaño. Una vez recolectadas
estas baterías, en primera instancia se
someten a un proceso de separación de
sus componentes, en donde el principal es el plomo, el cual se ingresa a un
horno de fundición y posteriormente
es refinado, obteniéndose plomo puro
para la fabricación de ánodos nuevos
para la minería. Junto con eso también
se obtiene plástico y ácido sulfúrico. El
primero pasa por varios procesos de
limpieza y se paletiza para su venta,
mientras que el segundo se neutraliza
generando sulfato de calcio (yeso) y se
dispone como residuo industrial.
“Nuestros procesos nos permiten
abastecer en un 100% a una de las
empresas más importante del mundo en
fabricación de plomo como es el caso de
Inppamet, donde la política del holding
y principal restricción es no comprar
plomo en mercados internacionales,
sino que siempre reciclarlo, manteniendo el círculo de los sistemas. Por eso las
empresas cupríferas nos prefieren para
tratar sus residuos peligrosos consistentes en plomo y por otro lado, recuperamos todo el plomo que existe disperso
en nuestro país a través de baterías de
plomo-ácido. Por lo mismo podemos
decir a cabalidad que somos una empresa sustentable, ya que no incorporamos
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“Nuestros procesos nos permiten abastecer en un 100% a una de las empresas más
importante del mundo en fabricación de plomo como es el caso de Inppamet, donde
la política del holding y principal restricción es no comprar plomo en mercados
internacionales, sino que siempre reciclarlo, manteniendo el círculo de los sistemas,
señala Ivo Ivicevic, gerente de Medio Ambiente de Recimat.
este metal a Chile y además lo eliminamos como residuo en todos sus aspectos
de generación”, asegura Ivicevic.
Desafíos de la industria
Uno de los problemas que afecta a la
industria del reciclaje en Chile es el tráfico
informal de residuos, principalmente en el
norte del país. “En el caso de las baterías,
el problema se concentra en Putre, zona
que se usa para pasarlas fuera del país.
Ahí interviene la PDI, quienes decomisan
y finalmente culminan con un informe
a la Fiscalía. Este último organismo nos
informa y de esta manera ofrecemos
el servicio de destrucción del material
incautado con la aprobación de la Seremi
de Salud regional”, cuenta el ejecutivo de
Recimat. Sin embargo, Putre es una de las
tantas salidas de baterías fuera del país, ya
que existen muchas más. En este sentido,
según Ivicevic falta más cooperación e
intervención de los organismos del Estado
con competencia en este tema, partiendo desde la primera línea, el recolector
informal. “Actualmente en el país se
mueven cerca 2.000 toneladas mensuales
de baterías provenientes del mercado
informal, donde no hay una preocupación
de un correcto almacenaje ni disposición
final. En este sector, principalmente
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gobernado por chatarreros, sólo prima el
concepto de precio que es la gran preocupación, ya que estamos hablando de un
residuo altamente peligroso, que contiene
plomo y ácido sulfúrico que contamina a
las personas, animales y suelos. En este
caso, como el residuo sale principalmente
por la frontera del altiplano, se elimina
el ácido sulfúrico directamente en zonas
de reservas y en ríos cercanos, aguas que
son utilizadas para la agricultura de los
poblados de sector”, denuncia.
Para atacar este problema, la empresa
considera que falta una mayor fiscalización de la norma existente, y una mayor
coordinación entre los distintos organismos de competencia ambiental. “Hemos
encontrado exportación de residuos peligrosos tales como ánodos de plomo fuera
de uso, que es altamente tóxico ya que
contiene cobre metálico, plomo metálico
y adherido a la plancha óxidos de plomo
o sulfatos de plomo que son muy contaminantes. También se ha exportado borras
ánodos (óxidos o sulfato de plomo). Todas
estas exportaciones se han realizado incumpliendo el compromiso con la OCDE
y los principios del Convenio Basilea, de
tratar los residuos peligrosos en los lugares más cercanos a su generación y en país
de origen”, señala Ivicevic. En ese sentido,
el ejecutivo agrega que debiese existir
una normativa específica sobre el uso de
residuos peligrosos plomados mineros,
ampliando el decreto N° 2 que aborda la
prohibición de la exportación de baterías
de plomo-ácido.
Un punto clave en esta discusión es
el proyecto de Ley de Responsabilidad
Extendida del Productor (REP), en la que
el productor se hace cargo de los residuos
asociados a su producto. Para Ivicevic es
un gran avance en términos de responsabilizar a los generadores o importadores
de un determinado producto. “Con esta
legislación, los productores estarán obligados a preocuparse no sólo de la venta
sino de crear una cadena de logística
inversa, en la que el reciclaje sea parte de
la solución para el manejo de la vida final
del producto.
Además incentivaría la aplicación
de un principio llamado ‘de la cuna a
la tumba’, que consiste justamente en
preocuparse de la fabricación del producto y luego de su uso, del desecho que
genera”, señala.
En el caso de las baterías de plomoácido fuera de uso, en Chile existen
sólo dos empresas autorizadas, Recimat
ubicada en Calama y otra empresa en
San Antonio.
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