Calidad de las Aguas para Uso Agrícola GUIA TECNICA POSCOSECHA Nº 2 AREA POSCOSECHA – DIRECCIÓN CALIDAD AGRÍCOLA - CONSEJO NACIONAL DE PRODUCCIÓN Tel 257-9355 ext. 263 o 336 SAN JOSE COSTA RICA El agua es esencial para cualquier proceso vital en un ser; todos los organismos vivientes contienen agua y tanto en los animales como en las plantas el contenido del agua varía, dentro de los límites comprendidos entre 50 y 90 % del peso total del organismo. En el ámbito agrícola, el agua tiene un importante papel en la formación del suelo (meteorización física y química) y actúa como transporte para las sustancias disueltas entre los perfiles del suelo. Se considera como un solvente para casi todas las sustancias y como material con gran capacidad de absorber calor. I. CALIDAD DEL AGUA La calidad del agua se determina por la presencia o ausencia de impurezas, tales como bacterias, virus, minerales y sustancias orgánicas o inorgánicas: de estar presentes, deberán encontrarse en cantidades bajo los niveles que presentan riesgos para la salud. Tampoco debe exhibir turbiedad, o color, sabor u olor desagradables. El agua apropiada para beber puede usarse para el riego de los cultivos, pero el agua que se usa para el riego puede que no cumpla las normas requeridas para "agua potable"; de allí que la “calidad” debe definirse también en el ámbito de su uso. CONTAMINACION DEL AGUA La contaminación de las aguas puede originarse en eventos naturales o humanos; actualmente, sin duda, la más importante es la última. El crecimiento de la actividad industrial, de la urbanización y del tamaño de la población, ha acrecentado esos problemas y en consecuencia, el suministro de agua potable se ha visto afectado. Es particularmente importante la contaminación por organismos patógenos para el humano, de los cuales hay amplia diversidad (cuadro 1). Cuadro 1: algunas enfermedades de potencial transmisión por agua. AGENTE FUENTE PERIODO DE INCUBACION DURACION BACTERIAS 8 - 48 horas 3 - 5 días Salmonella spp. Heces Shigella sp. Heces 1 - 7 días 4 - 7 días Vibrio cholerae Eschericia coli enterohemorágica O157:H7 Heces 9 - 72 horas 3 - 4 días Heces 3 - 9 días 1 - 9 días SINTOMAS CLINICOS Diarrea acuosa con sangre Disentería (diarrea con sangre), fiebres altas, retortijones, pujos intensos e incluso convulsiones. Diarrea acuosa, vómito, deshidratación Diarrea acuosa con sangre y moco, dolor abdominal agudo, vómitos, no hay fiebre Diarrea, fiebre, cefalea, mialgias, dolor 1 - 2 semanas abdominal, a veces las heces son mucosas y con sangre Diarrea, dolores abdominales, fiebre y algunas 2 - 5 días (42 - 72 Campylobacter jejuni Heces 7 - 10 días veces heces fecales con sangre, dolor de horas) cabeza VIRUS Cansancio, debilidad muscular, síntomas gastrointestinales como perdida de apetito, Virus de la Hepatitis A 15 - 50 días (25 – 1 - 2 semanas Heces diarrea y vomito, o síntomas parecidos a la (VHA) 30) hasta meses gripe, ictericia, heces pálidas y coloración intensa de la orina. Virus de la Hepatitis E 15 - 65 días (35 – Heces IDEM IDEM (VHE) 40) Diarrea, nausea, vómito, dolor de cabeza, dolor Virus tipo Norwalk Heces 1 - 2 días 1 - 4 días abdominal PARASITOS Puede ser asintomático (hasta un 50%) o provocar una diarrea leve. También puede ser Giardia lamblia Heces 5 - 25 días Meses - años responsable de diarreas crónicas con mala absorción y distensión abdominal. Provoca diarrea acuosa, con dolor abdominal y Cryptosporidium parvum Heces 1 - 2 semanas 4 - 21 días pérdida de peso. Entamoeba histolytica Semanas - Dolor abdominal, estreñimiento, diarrea con Heces 2 - 4 semanas (Amibiasis) meses moco y sangre Diarrea acuosa con frecuentes deposiciones, Cyclospora var. Heces Semanas - náuseas, anorexia, dolor abdominal, fatiga, 3 - 7 días cayetanensis (oocistos) meses pérdida de peso, dolores musculares, meteorismo, y escasa fiebre. HELMINTOS El parásito eventualmente emerge (del pie en el 90% de los casos), causando edema intenso y Dracunculus medinensis Larva 8 - 14 meses Meses doloroso al igual que úlcera. La perforación de la piel se ve acompañada de fiebre, náuseas y vómitos. Eschericia coli enteroinasiva Heces Fuente: Diversos Autores, ver Referencias. 8 - 24 horas TIPOS DE CONTAMINANTES Dentro de los principales contaminantes que podemos encontrar en las aguas utilizadas en la agricultura pueden mencionarse: 1. Jabones, detergentes y productos de limpieza (sales inorgánicas, metales, residuos industriales inorgánicos, aceites de motores, agua caliente y sustancias radiactivas, etc.), 2. Residuos orgánicos producto de la actividad humana (aguas de cloacas, desechos de mataderos y procesamiento de frutas y vegetales), 3. Microorganismos patógenos (productores de enfermedades), 4. Nitratos y fosfatos usados como fertilizantes en actividad agrícola, sedimentos sólidos erosionados del suelo y otros. POTABILIZACION DE AGUAS Es clara la necesidad de contar con agua potable para actividades humanas: esta debe ser limpia, insípida, inodora y estar libre de microorganismos o al menos con niveles admisibles (cuadro 2). Este proceso implica eliminar los microorganismos y las sustancias químicas dañinas, a través de métodos físicos o químicos, como el uso de filtros, la radiación ultravioleta, los desinfectantes y otros. Cuadro 2: parámetros microbiológicos comparativos recomendados o permisibles en el agua potable. parámetro bacterias coliformes totales Bacterias Coliformes fecales Eschericia coli Conteo de bacterias heterótrofas Organismos patógenos Bacterias Coliformes totales Bacterias Coliformes fecales Eschericia coli Giardia lamblia Virus (entéricos) método filtración por membranas Filtración por membranas Filtración por membranas Filtración por membranas Filtración por membranas Tubos múltiples /NMP Tubos múltiples /NMP Tubos múltiples /NMP Filtración por membranas Filtración por membranas Centroamérica 0 ufc/100ml 0 UFC/100ml 0 UFC/100ml 50 UFC/100 ml Ausencia < 1.1 NMP/100 ml Ausencia Ausencia - E.E.U.U. 0 ufc/100ml 0 UFC/100ml 0 UFC/100ml N/A Ausencia Ausencia 1 Ausencia Ausencia Ausencia 2 Ausencia 2 N/A. No aplica. 1. En un mes dado, no pueden detectarse más de 5.0 % de muestras con Coliformes totales positivas. (para sistemas de agua en los que se recogen menos de 40 muestras de rutina por mes, no puede detectarse más de una muestra con Coliformes totales positivas). Toda muestra que presente coliformes totales debe analizarse para saber si presenta Eschericia coli ó coliformes fecales, a fin de determinar si hubo contacto con heces fecales humanas o de animales (Coliformes fecales, Eschericia coli y Estreptococcos fecales son parte del grupo de Coliformes totales. 2. La regla de tratamiento de agua de superficie requiere que los sistemas que usan agua de superficie o subterránea bajo influencia directa de agua de superficie, a) desinfecten el agua y b) filtren el agua o realicen el mismo nivel de tratamiento que aquellos que filtran el agua. El tratamiento debe reducir los niveles de Giardia lamblia (parásito) en un 99.99 % y los virus en un 99.99 %. II. DESINFECTANTES Un desinfectante de agua para uso humano, debe satisfacer ciertos criterios generales, entre los que se encuentran los siguientes: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. Debe poder destruir o inactivar, dentro de un tiempo prudente, las clases y cantidad de microorganismos patógenos presentes en el agua, El análisis para determinar la concentración de desinfectante en el agua debe ser preciso, sencillo y rápido (apropiado para aplicar en campo y laboratorio), El desinfectante debe ser fiable para usarse dentro del rango de condiciones que podrían encontrarse en el abastecimiento de agua, Debe poder mantener una concentración residual adecuada en el sistema de distribución de agua para evitar la re-contaminación o que los microorganismos se reproduzcan, De ser posible no debe introducir ni producir sustancias tóxicas, o en caso contrario éstas deben mantenerse bajo normas, ni cambiar las características estéticas o del consumo del agua, No promover efecto corrosivo (sobre utensilios de cocina, por ejemplo, o bloqueo de tuberías y daño a las cañerías, Debe ser razonablemente seguro y de fácil manipulación y aplicación, El costo del equipo, su instalación, operación, mantenimiento y reparación, así como la adquisición y el manejo de los materiales necesarios para sustentar permanentemente una dosificación eficaz, deberá ser razonable. Factores como microorganismos (cepas y quistes), materia orgánica, sustancias extrañas, agentes reductores, la temperatura, tiempo de exposición y la acidez, pueden alterar la eficacia de un desinfectante. De allí la necesidad de comprender el efecto de los agentes activos para poder determinar su posible comportamiento (cuadro 3). Cuadro 3: eficacia de los principales desinfectantes para agua. GERMENES 1 Bacterias Virus Protozoarios (quistes, oocistos) Helmintos (huevos) CLORO Muy bueno Bueno OZONO Excelente Excelente YODO Muy Bueno Bueno HIPOCLORITO Muy bueno Regular CLORAMINAS Escasa Muy escasa Regular Muy Bueno Bueno Regular Muy escasa Regular Excelente Falta información Regular Falta información 1. Los microorganismos en el agua de grifo que causan enfermedades, provienen generalmente de la deficiente calidad del agua de la fuente, así como de los errores en los procesos de tratamiento de desinfección y filtración o de los sistemas de distribución. Modificado de Trussell, R.R., 1991. Se observa que el más eficaz de ellos es el ozono. El cloro libre es eficaz para inactivar bacterias y virus y su acción es equivalente a la del ozono y el dióxido de cloro, para estos microorganismos, aunque menos eficaz contra Cryptosporidium parvum y Giardia lamblia. III. USO DEL AGUA EN LA AGRICULTURA La higiene y la salud del personal que manipula desde el campo productos alimenticios, es un factor de alta importancia para la seguridad de los consumidores. Trabajadores u operarios infectados o portadores de agentes patógenos, pueden contaminar con gérmenes, directamente o fungiendo como vehículo, las frutas y hortalizas frescas. Por lo tanto es esencial que el personal esté consciente de ello y que adopte buenos hábitos de higiene (bañarse a diario, utilizar ropas limpias, efectuar un buen lavado de manos cada vez que utilice los servicios sanitarios, etc.). Varias operaciones agrícolas requieren agua potable como insumo. Por ejemplo, el riego, la aplicación de plaguicidas, enfriamiento de frutas y vegetales, carnes, pescado, etc., lavado y preparación de productos acondicionadores. Utilizar agua de dudosa procedencia puede constituir una fuente directa de contaminación y un medio para diseminarla en el campo, en las instalaciones o durante el transporte, ya que el agua entra en contacto directo con las frutas y vegetales. Además puede propagar malezas, insectos, ácaros, nematodos o sustancias químicas como fertilizantes, plaguicidas, metales pesados, detergentes, etc. FUENTES DE AGUA Las fuentes más utilizadas en agricultura incluyen las aguas llovidas, las de corrientes superficiales (ríos, riachuelos, acequias y canales descubiertos - figura 1), el agua almacenada (pantanos, estanques y lagos) y el agua subterránea proveniente de pozos o nacientes. Aunque tradicionalmente se ha creído que las aguas subterráneas son más seguras que las superficiales, en la actualidad se deben realizar mayores controles sobre las mismas ya que la creciente contaminación ha provocado que muchos de estos mantos acuíferos estén contaminados. Dentro de los factores de riesgo por tomar en cuenta están: la procedencia del agua del agua que utilicemos, el tipo de riego empleado, las características físicas del cultivo y su contacto con el suelo, el tiempo transcurrido entre el último riego y la cosecha, el no realizar labores de lavado y desinfección posterior a la cosecha IV. EL RIEGO Las deficiencias hídricas provocan alteraciones en el metabolismo de las plantas, repercutiendo negativamente en el rendimiento y la calidad de las cosechas. El riego es la aplicación artificial de agua a los cultivos, destinada a cubrir sus necesidades del líquido y hacer posible una agricultura productiva y rentable. El agua de riego se considera una potencial fuente de contaminación para frutas y hortalizas, al entrar el producto en contacto directo con el agua. El riesgo depende en parte del sistema de riego empleado: más elevado en sistemas con aspersión que en el sistema de riego por goteo. También depende de las características físicas del cultivo (forma del fruto o las hojas) y el tiempo transcurrido entre el último riego y la cosecha (tiempo de permanencia del contaminante). CALIDAD DE AGUA PARA RIEGO Es importante mencionar algunas características que intervienen en la calidad del agua para riego. a. La concentración de sales solubles Sales como carbonatos, cloruros y sulfatos, en altas concentraciones se tornan perjudiciales para el suelo y las plantas, sobre todo en suelos pesados con drenaje deficiente o déficit de lluvia. El exceso de carbonatos, cloruros y sulfatos de calcio, magnesio y sodio, reduce el valor nutriticional y la productividad de los suelos, pudiendo afectar áreas dedicadas a la agricultura. b. La concentración de sodio (Na) en relación con otras sales Su fácil capacidad de intercambio en el complejo y la selectividad de algunas arcillas, provoca efectos nocivos en la parte física, química y biológica del suelo c. La concentración de sustancias tóxicas: aluminio (Al), boro (B) y selenio (Se) La toxicidad de éstos elemento es elevada y en particular, la eliminación de sales de boro en el suelo constituye un serio problema. d. Acidez (pH) El pH del agua influye en las características químicas de todo lo que entra en contacto con ella. Se considera que el pH adecuado para el uso de agua en la agricultura debe estar entre 5,5 – 7,0. Un pH superior a 7,0 altera la eficacia de la mayoría de los plaguicidas y contribuye a incrementar la alcalinidad en los suelos. Por el contrario, en suelos ácidos mejorará las características químicas del suelo. Aguas con valores menores de 5,5 perjudican la vida útil de los equipos. Los sistemas de riego más utilizados en la agricultura son el riego aéreo (aspersión), el riego superficial (gravedad) y el riego localizado (goteo). En sistemas por aspersión, el agua se aplica “pulverizada” por aspersores, simulando lluvia (figura 2). Las características del cultivo determinan su aplicabilidad, pues este sistema provoca mucho salpique (daño físico) y la consecuente diseminación de microorganismos que pueden afectar tanto la salud de la planta como, indirectamente, la de los consumidores. En el caso del riego por gravedad (o superficial) el agua avanza a lo largo de los surcos y se infiltra a través del suelo. Al ocurrir esto, se podría estar originando una vía para la transmisión de enfermedades, que afectan principalmente al cultivo. Figura 1. Canal abierto para conducción de aguas para riego. Figura 2. Sistema de riego por micro-aspersión. Se emplea más en producción bajo ambientes protegidos. El riego por goteo constituye un sistema de aplicación de agua a bajo caudal y de forma frecuente al suelo, por medio de emisores situados en las tuberías de riego; esto crea una zona en el suelo en la cual se mantiene limitada la humedad. Con este sistema se pueden suministrar además fertilizantes, insecticidas, fungicidas, herbicidas, etc., disueltos todos ellos en el agua. Este sistema es el más eficiente y, por sus características, minimiza los riesgos de contaminación en los productos hortifrutícolas. En la producción de cultivos en invernadero el uso de agua está mucho más controlado. Esto es necesario porque la humedad excesiva causada por el sobreriego y el rociado de altos volúmenes de agua durante la aplicación, pueden promover ataques relámpago de enfermedades causadas por hongos patógenos. V. EL AGUA EN PROCESOS DE ACONDICIONAMIENTO Como en otras oportunidades, debe partirse del hecho que el agua que será empleada en ello se encuentra en estas operaciones, presenta características adecuadas de sanidad. USOS En procesos de acondicionamiento de productos frescos, el agua se utiliza en varias etapas, dependiendo del producto, la complejidad del sistema y las especificaciones del mercado. 1. Pre-lavado: se utiliza gran cantidad de agua para remover las suciedades más "gruesas" que se encuentran adheridas al producto, generalmente suelo, y que en algunas oportunidades se hace usando presión para reducir el gasto de agua o para incrementar la eficacia del lavado. El agua rápidamente se contamina con bacterias y hongos fitopatógenos, y bacterias de importancia humana como Salmonella, Lysteria, Escherichia y otras, por lo que debe ser descontaminada antes de volverla a utilizar. 2. Lavado: en esta operación se complementa la acción del prelavado pero desde el punto de vista sanitario. El agua de lavado se desinfecta en primer lugar y posteriormente se usa con un desinfectante. El producto se lava sumergiéndolo durante uno o dos minutos o rociándolo con aspersores, con alta presión a través de una banda transportadora. Se pretende en este caso, eliminar cargas de bacterias, hongos y restos de suciedad. 3. Preenfriamiento: en algunas oportunidades, productos que tienen una vida útil muy corta (melones de redecilla, tomates y otros) deben ser enfriados inmediatamente al ingresar al sistema de acondicionamiento para reducir el calor de campo. 4. Enfriamiento: en sistemas sencillos de enfriamiento, es común utilizar agua. Por ejemplo, el sistema de enfriamiento evaporativo consiste en asperjar continuamente agua en las paredes o techos de las bodegas diseñadas para reducir la temperatura de los productos en campo. El agua que se utiliza en el sistema de cascada debe tener una temperatura de 0 C. En otras oportunidades se hace necesario compensar la pérdida de humedad rociando agua en el interior de las instalaciones; en estos casos debe tenerse especial cuidado con los agentes utilizados para desinfección, ya que pueden ser altamente corrosivos para la estructura o equipos. Figura 3. Lavado de frutos en sistemas automatizados. Se notan claramente los aspersores. Figura 4. Agua a 0 C se emplea en columnas para enfriar rápidamente el producto (hidroenfriamiento). 5. Desinfección de equipos: la limpieza y desinfección de herramientas y equipos también requiere agua. Las soluciones no deben ejercer acción oxidante; industrialmente se emplean derivados del amonio cuaternario, que no provocan daños por corrosión. 6. También se requiere agua para la preparación de soluciones de ceras, fungicidas, antitranspirantes y abrillantadores, que son comúnmente empleadas para mejorar la apariencia y la conservación de los productos. No debe dejarse por fuera el hecho de la aplicación de humedad en muchos supermercados y ferias sobre algunos productos bajo exhibición (brócoli, lechugas, arvejas chinas, etc.), usando microaspersores o botellitas perforadas, con el fin de evitar la pérdida de peso y mantener la frescura y una adecuada vida útil, por tanto, su potencial de venta. USO DEL CLORO El cloro es el agente desinfectante más utilizado en aguas para acondicionamiento en las plantas empacadoras y empresas comercializadoras. Las soluciones de cloro para lavado, como se indicó, requieren agua previamente desinfectada. Las fuentes más comunes de cloro son el cloro líquido comercial que se utiliza en los hogares (hipoclorito de sodio a 3,0 hasta 10 %) y el cloro granular que se emplea para aguas en piscinas (hipoclorito de calcio al 64 %). Este último es más peligroso y requiere condiciones más seguras para su manejo y almacenamiento. Figura 5. Lavado sanitario de instalaciones y equipos. Figura 6. Lavado sanitario del producto con agua clorada Cuando se agrega al agua, el producto se hidroliza rápidamente, produciendo ácido hipocloroso (HOCl) (cloro activo) y ácido clorhídrico; con un pH de 6,5, el 90% del cloro libre está presente en forma de HOCl; con pH por encima de 9, los iones hipoclorito son la especie predominante. El ácido hipocloroso es un desinfectante más eficaz que el ion de hipoclorito, por lo que un pH bajo favorece la desinfección eficaz. Los períodos de inmersión del producto no deben ser mayores a 2 minutos, pues pueden ocasionarse daños a la piel o cambios en la coloración de los materiales. En todo caso debe permitirse buen escurrimiento para que los restos de la solución sean drenadas. Por lo general se recomiendan concentraciones de 100 a 150 mg de cloro activo (pocas veces 200) por litro de solución en frutas y hortalizas de fruto o raíces y tubérculos pre-lavados; para hortalizas de hoja no más de 100 mg/l. Cómo preparar una solución de cloro: • CLORO LIQUIDO: Utilice equipo de seguridad durante la preparación (guantes, mascarilla, delantal. Se requiere contar con un recipiente de volumen conocido; un estañón plástico puede cortarse por la mitad, a lo largo, y asegurarse sobre "burras" (identifique el nivel de 75 litros). Cargue 50 litros de agua limpia. Mida aparte, en un recipiente pequeño, la cantidad de cloro necesaria según el cuadro siguiente. Añada el cloro al agua y revuelva suavemente. Termine de llenar con agua hasta la marca de 75 litros. Utilice las cantidades que se indica enseguida en los recuadros, para preparar soluciones con la concentración recomendada en cada producto. si usa cloro al 3,5 % si usa cloro al 4,0 % si usa cloro al 5,0 % si usa cloro al 10,0 % CONCENTRACION DESEADA 75 ppm 100 ppm 150 ppm 165 220 320 142 188 280 112 150 225 57 75 112 MILILITROS DE PRODUCTO LÍQUIDO COMERCIAL POR CADA 75 LITROS DE AGUA ! CLORO GRANULAR: Utilice equipo de seguridad durante la preparación. Cargue 50 litros de agua limpia Disuelva la cantidad requerida en un recipiente plástico con agua TIBIA, NO CALIENTE. Una vez los gránulos se han disuelto completamente, añada esta mezcla al agua del tanque y proceda a rellenar con agua hasta completar los 75 litros. Utilice las cantidades que se indica enseguida en los recuadros, para preparar soluciones con la concentración recomendada según necesidad. CONCENTRACION DESEADA 75 ppm 8,7 100 ppm 150 ppm 11,5 17,5 GRAMOS DE PRODUCTO GRANULADO COMERCIAL A 65 % PARA 75 LITROS DE AGUA OTROS DESINFECTANTES AMONIO CUATERNARIO: Estas sustancias se encuentran en el mercado con instrucciones precisas para su preparación como tratamiento desinfectante de equipos o herramientas, para piediluvios para la desinfección de calzado, etc. OZONO: este gas es una molécula con tres átomos de oxígeno. Se puede generar con máquinas especiales de alto costo y su empleo más generalizado es la desinfección de aguas para uso urbano (potabilización); hay pequeños aparatos para uso casero. El ozono es un agente muy oxidante, más que el mismo cloro y elimina grandes cantidades de sustancias, aromas y microorganismos que se encuentran sobre superficie de los productos. Por lo general se aplica al agua y esta se utiliza para el lavado de los materiales, pero es factible liberarlo al aire dentro de cámaras de refrigeración. AGUA CALIENTE: la elevación de la temperatura del agua es un método que se está utilizando frecuentemente en muchas empacadoras. Una de las más usuales es el tratamiento de frutas para al combate de plagas, en especial las larvas de moscas de las frutas en mango, papayas, algunos cítricos y otras más. El agua se calienta hasta temperaturas cercanas a 50 C y se sumerge la fruta por algunos minutos. El calor que el agua transmite hacia la fruta, mata los insectos y no se corre el riesgo de enviarlos vivos a países libres de las plagas. Con temperaturas un poco más altas pero inmersiones de apenas unos minutos (2-3) se ha logrado combatir algunas enfermedades como la antracnosis en mango y papaya. En muchas oportunidades se agregan al agua fungicidas específicos aprobados para su uso en poscosecha, aumentando la eficacia del tratamiento. ORGANICOS: ácidos orgánicos (acético, láctico, cítrico y peroxi-acético) tienen buen potencial como desinfectantes para frutas y hortalizas, pero las condiciones bajo las cuales son más efectivos aún no están definidas. NOTA: la disposición apropiada de estas soluciones debe ser parte de los procesos normales de trabajo contemplados dentro de la toma de decisiones. En cada caso deben aplicarse mecanismos para limpiar las aguas residuales antes de ser eliminadas al ambiente. VI. USOS EN EL HOGAR El agua es utilizada en muchos de los procesos de higiene personal y preparación de alimentos; esta puede ser un vehículo de contaminación por microorganismos si no se utiliza con la calidad adecuada. ¿POR QUÉ LAVAR FRUTAS Y HORTALIZAS? Durante los últimos años se ha estado informando en varios países sobre gran cantidad de productos alimenticios contaminados, con la consecuencia de intoxicaciones humanas. Nuestro país no escapa a estos eventos, en especial por la alta contaminación que se está produciendo en las aguas utilizadas para riego. Esto ha provocado que ciertas frutas y hortalizas vengan contaminadas, por ejemplo, con coliformes fecales, los cuales podrían provocar en nuestra población más susceptible (niños, embarazadas y adultos mayores) enfermedades gastrointestinales que podrían incluso causar la muerte. También por desconocimiento por parte de los productores, en muchos casos se presentan residuos de plaguicidas: por impropia aplicación o calibración de los equipos, irrespeto al periodo de espera (días entre la última aplicación y la cosecha) o la utilización de productos no recomendados para el cultivo. En el largo plazo, esto podría estar generando algún problema en la salud del consumidor. Ante esta situación, se hace necesario que las amas de casa tomen conciencia sobre la importancia de lavar las frutas y vegetales para disminuir los riesgos por contaminación microbiológica y química. COMO LAVAR FRUTAS Y HORTALIZAS El solo hecho de utilizar agua potable en el lavado, podría estar eliminando gran cantidad de microorganismos, así como ciertos residuos de agroquímicos. Pero para asegurarnos un mejor efecto, es importante utilizar un desinfectante (como el cloro, producto de fácil acceso y de bajo costo). Una forma de lavar los productos consiste en frotar el producto bajo el chorro de agua con nuestras manos o con un cepillo de cerdas finas o una esponja, según lo permita el producto, para eliminar contaminantes presentes en su superficie. Otra manera es utilizando un recipiente o pileta; se prepara una solución de cloro a una concentración de 75 o 100 mg/l (ver parte V) y se procede a sumergir las frutas y hortalizas por 1 o 2 minutos, realizando de ser posible además el proceso descrito anteriormente. Luego de este lavado se enjuaga el producto con agua potable para eliminar los remanentes de la solución desinfectante. CONTAMINACIÓN CRUZADA Algunas bacterias como las salmonelas, coliformes y otras, pueden llegar hasta la cocina en la superficie de los alimentos crudos como las carnes, la cáscara de los huevos, las frutas y vegetales y los embutidos. Por ello, es importante que las amas de casa consideren la contaminación cruzada, que ocurre al trasladar los microorganismos desde su punto de origen hacia el producto terminado y listo para consumir. Al contacto con el producto contaminado, las manos y los utensilios de cocina (tabla para picar, cuchillos, cucharas, tenedores, etc.) también se contaminan con los microorganismos. Estos son diseminados a lo largo del proceso de preparación de los alimentos, hacia los vasos, cubiertos, platos y al alimento listo para ser consumido. Esto representa mayor riesgo en el caso de refrescos y ensaladas de vegetales y frutas frescas, pues el material se utiliza y consume crudo. De allí la necesidad de lavado frecuente de las manos y los utensilios que han sido empleados. El uso de guantes evita el contacto del producto con las manos, pero no la contaminación cruzada, pues igualmente estos se pueden volver vehículos para transmisión de las bacterias. VII. PROTOCOLOS Y MUESTREOS ANALISIS MICROBIOLOGICO DEL AGUA DE USO AGRICOLA Para asegurarnos la calidad del agua que estamos utilizando se hace necesario efectuar análisis para determinar la presencia o ausencia de microorganismos y residuos químicos. Estos análisis pueden ser efectuados por laboratorios privados o estatales, como los de Acueductos y Alcantarillado y el Ministerio de Agricultura y Ganadería, o laboratorios de las Universidades. Este tipo de análisis deben de realizarse en forma periódica y esto depende del tipo de riesgos de contaminación de la fuente de agua. Para el caso de sistemas cerrados, subterráneos o pozos cubiertos, las pruebas se pueden realizar antes de iniciar operaciones de siembra. En pozos sin cubierta, canal abierto y estanques de recolección de agua, las pruebas deben realizarse trimestralmente. Se han establecido algunas recomendaciones para contar con análisis representativos. En los sistemas de riego, la muestra debe recolectarse luego que el equipo ha trabajado 15 a 30 minutos. Cuando se trate de aguas superficiales, se tomará a mitad del curso y a medio fondo (profundidad del canal); en pozos, luego que la bomba haya estado en operación y permita tener la certeza que la muestra corresponde al manto acuífero. PROCEDIMIENTO PARA EL MUESTREO La muestra debe ser tomada por funcionarios de los laboratorios para que así puedan dar fe que el análisis corresponde a la realidad del medio. En caso de no ser eso posible, se deben seguir algunos pasos básicos para recolectarla. Para el análisis físico-químico se debe extraer un volumen mínimo de 1,5 litros, en envase esterilizado, de vidrio o plástico, con tapa rosca, preferiblemente proveído por el laboratorio. Una vez recogida la muestra guardarla inmediatamente en una hielera oscura, con hielo, para enviarla al laboratorio lo antes posible; no dejar pasar más de 24 horas. Las muestras deberán llevar la siguiente información: nombre del productor o empresa, origen y nombre de la fuente, fecha y hora de toma de la muestra, localidad, dirección, teléfono y fax. Es importante que nada, con excepción del agua que va ser analizada, esté en contacto con el interior de la botella o la tapa; no se debe permitir el agua correr sobre un objeto o sobre las manos mientras está siendo llenada. Si el agua es recolectada desde un grifo, abra la llave y deje que antes el agua corra por 2 o 3 minutos. No enjuague la botella de la muestra. Considere lo anotado en el apartado anterior. VIII. BUENAS PRACTICAS PARA EL USO DE AGUA AGRICOLA Aunque nuestro planeta es mayormente agua, es importante conocer que menos del 1% del agua es dulce. Es importante que la población sea consciente de esto y que promovamos el ahorro del preciado líquido y evitar la contaminación de nuestros ríos y fuentes de agua, para que el día de mañana nuestros descendientes puedan tener la oportunidad consumir agua de buena calidad y en las cantidades requeridas. Enseguida se brindan algunas consideraciones al administrar agua de buena calidad para operaciones relacionadas con producción, comercialización y preparación de productos hortifrutícolas frescos. Buenas Prácticas 1. 2. 3. 4. Detectar las posibles fuentes de contaminación del agua y evitar en lo posible áreas de producción cercanas a actividades de manejo de estiércol y almacenamiento de desechos fecales. Realizar análisis químicos y microbiológicos del agua, cuya frecuencia dependerá de las probabilidades de contaminación. Se considera realizar estos por lo menos cada dos meses. El agua para uso agrícola (cultivo, cosecha y manejo poscosecha) debe cumplir los límites máximos permisibles de contaminantes microbiológicos y físico-químicos establecidos en normas. Se debe el prohibir el uso de aguas servidas, tratadas o sin tratar, para el riego de vegetales rastreros y de tallo corto, de consumo crudo, así como de frutales rastreros. Desinfectar mediante cloración o filtración las fuentes de agua (ejemplo: pozos) que han sido encontradas contaminadas con coliformes fecales y Eschericia coli. 5. 6. 7. 8. 9. También es importante mantener los pozos o lugares donde se almacena y distribuye el agua para uso agrícola, limpios y libres de basura y otros contaminantes. El lavado y desinfección de los depósitos debe realizarse cada 6 meses. Establecer área de protección entre la fuente de agua y las fuentes potenciales de contaminación. Esta deberá tener un radio mínimo de 30 metros con respecto al pozo. A los depósitos de agua deberá restringirse el acceso de animales y aves para evitar contaminación por excrementos. Mantener libre de malezas los canales de regadío o drenajes, etc. para evitar la diseminación de semillas de malezas a través del agua. Diseñar estructuras para detener escorrentía superficial debido a precipitaciones abundantes (barreras formadas por franjas de vegetación, uso de canales de drenajes, etc.), que eviten el ingreso de aguas provenientes de otros terrenos que pueden estar infectados. Usar técnicas de riego que minimicen el contacto entre el agua y la parte comestible del cultivo (a mayor contacto mayor grado de contaminación). Para uso de aguas para procesamiento 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. Utilizar agua potable (contener un mínimo de 0.5 mg/l de cloro residual) para el lavado o enjuague de frutas y hortalizas; cambiar el agua de lavado de frutas y hortalizas con frecuencia suficiente para prevenir la acumulación de materia orgánica y para prevenir la contaminación cruzada. Lo mismo aplica para sistemas de refrigeración y el hielo que entre en contacto con el producto. Monitorear continuamente la concentración de cloro libre residual del agua y del pH durante el lavado y otras operaciones de procesamiento de frutas y hortalizas; ajustar la concentración a los parámetros recomendados. Controlar y vigilar la temperatura del agua de lavado en el caso de ciertas frutas y hortalizas por ejemplo, las temperaturas del agua poscosecha utilizada en el lavado de los tomates, debe ser superior a la que traiga el producto, para evitar infiltración de la misma debido a diferencias de presión. Mezclar correctamente los agentes desinfectantes y antimicrobianos con el fin de obtener la concentración requerida; enjuagar las frutas y hortalizas con agua potable para eliminar cualquier residuo. Inspeccionar y dar mantenimiento periódico a los filtros, clorador automático, sistemas de alarma, etc. para garantizar la calidad del agua. Mantener en condiciones limpias e higiénicas las superficies que entren en contacto con el agua, como tanques de recepción, canales de entrada, tanques y duchas de lavado (mediante una limpieza y desinfección diaria). Suministrar a los trabajadores agua potable para beber. Debería contarse con sistemas e instalaciones adecuadas de drenaje y eliminación de desechos. Estos sistemas deberían diseñarse y construirse a fin de evitar el riesgo de contaminación de frutas y hortalizas frescas, de la red de abastecimiento de agua potable, etc. Limpiar y desinfectar las instalaciones de almacenamiento de frutas y hortalizas frescas antes de recibir la cosecha. 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[email protected] Francisco Marín Thiele [email protected] Diciembre 10, 2001