Correo Querbes - Comunidad Vitoriana de España

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Nº23
Correo Querbes
SE FUNDA EN AMERICA
Por sorprendente que sea, el
primer intento de fundación de
los Clérigos de San Viator fuera
de Francia se produjo en los
Estados Unidos. Fue a principios
de 1839, incluso antes de la
confirmación de la aprobación
oficial de este Instituto por parte
de Roma.
Como todas las jóvenes
Iglesias, la diócesis de San Luis
(Missouri) experimentaba serios
Barco a palas
problemas en las escuelas. En
Acuarela de Maurice Marcotte
este caso, el obispo Rosati se pone
en contacto con el sacerdote Cholleton y decidió enviar a dos estadounidenses,
Sres. MacDonald y Shepherd para hacer su noviciado en la comunidad que
estimara conveniente.
Es la novedad de una fundación en el extranjero: las ofertas de trabajo en San
Luis son numerosas. Las invitaciones serán discretas: en algunos casos, casi en
secreto. Las condiciones de participación, los esfuerzos para obtener fondos, la
difícil elección de candidatos harán postergar las cosas durante un par de años.
Por último, los HH. Thibaudier, Lahaye, Lignon y Pavy se ponen en camino para
América con los dos estadounidenses que acaban de emitir sus votos religiosos.
Pero, para su sorpresa, en enero de 1841 en Missouri no hay ninguna previsión
para ellos, y habrá que negociar con un nuevo Obispo, Mons. Kenrick. Se instalan
en casa del sacerdote Fontbonne, párroco de Carondelet y responsable del grupo.
Las condiciones de vida están en los límites de lo tolerable.
Durante ocho meses, siguen en la indecisión más completa sobre el papel de
cada uno. El desacuerdo se instala y Lignon deja la comunidad. MacDonald y
Thibaudier se refugian en San Luis. Con la ayuda de un irlandés, Lahaye prueba a
trabajar en la escuela parroquial de Carondelet: es un fracaso debido a la falta de
suficientes conocimientos de inglés.
Un nuevo ensayo en San Luis con MacDonald corrió la misma suerte. Este abrirá
su propia escuela. Por el momento, Thibaudier comienza a estudiar teología en el
seminario de San Louis. Frustrado por la actitud de los hermanos y su incapacidad
Correo Querbes
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para formar una comunidad, el Sr. Fontbonne devuelve al P. Querbes el encargo de
superior que ha recibido.
Ante la dificultad de encontrar un compromiso para Thibaudier y Lahaye, el
Obispo Kenrick quiere recuperarlos como sacerdotes. Después de un tiempo,
Thibaudier finalmente se ordenó en el verano de 1844 y se hizo cargo de la
parroquia de Carondelet. Él será el único del grupo que finalmente tendrá una
verdadera responsabilidad.
De repente, ¡un rayo de esperanza! En 1846 el Obispo ofrece un proyecto
interesante de fundación. Con las Hermanas de San José abrirán una casa para
acoger a huérfanos. Thibaudier piensa en grande. Presenta con entusiasmo este
proyecto al P. Querbes. Para él, el futuro y el presente se unen: se está trabajando
ya. Él y Lahaye, ahora sacerdote, podrán ocuparse en la educación. Sin embargo, se
ve necesaria la presencia de algunos hermanos más, y especialmente la presencia
del Sr. Faure para la parroquia. Pero al poco tiempo, en abril de 1847, Lahaye y
Thibaudier se encontrarán con otros viatores en el Bajo Canadá, en el pueblo de
L’Industrie.
Fue un intento serio. Thibaudier y Lahaye fueron casi heroicos en el deseo de
establecer una comunidad en los Estados Unidos. Por desgracia, las dificultades
del idioma, el cambio de obispo y mil contradicciones en el gobierno de la
Congregación frustraron el intento de implantación en los Estados Unidos.
Maurice Marcotte, c.s.v.
UN OBISPO EN PROBLEMAS
Al mismo tiempo que los Clérigos de San Viator se dirigían a los Estados
Unidos, el obispo Mons. Roseti presidía en Filadelfia la consagración de
Mons. Kenrick como obispo de Drajas y auxiliar de su Diócesis de San
Luis. Al salir Mons. Roseti de inmediato para una misión especial en Haití,
Mons. Kenrick se convirtió en
responsable de la diócesis.
Es de suponer que no estaba
familiarizado con las medidas
previstas a la llegada de los
Clérigos de S. Viator a Missouri.
De ahí la confusa situación en el
momento de su llegada.
El nuevo obispo aceptó de corazón
Barcos en el puerto
la llegada de los hermanos a San
Óleo de Irving R. Wiles
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Correo Querbes
Luis y entabló con todos ellos muy
buenas relaciones. Especialmente con
H. Lahaye, al que se le confía hasta
el punto de llorar durante toda una
semana por la amenaza de muerte
que pesaba sobre él en ese momento.
Él no quería intervenir en la vida de
la pequeña comunidad como lo hará
Mons. Bourget en Canadá. Ni tampoco
tratar con el P. Querbes, a quien sólo
envió dos breves cartas para informarle
de la situación. Sin embargo, accedió a
ayudar al equipo viatoriano acogiendo
a los hermanos en S. Luis.
El obispo no cree posible la
El espíritu de la infancia
integración de los viatores en la
Óleo sobre tela – Lurena Vysekal
educación, debido a su limitado
conocimiento del inglés. En algunas ocasiones, les propondrá proyectos en
línea con las necesidades de la diócesis. En este sentido, invitó a estudiar
teología a casi todos los misioneros, presumiblemente para el sacerdocio.
Thibaudier y Lahaye fueron particularmente invitados. El juramento de
unirse a la diócesis a perpetuidad que exigía a los candidatos, retrasó
considerablemente su ordenación; los nuestros ponían objeciones a esta
cláusula.
La salida repentina de la diócesis tuvo probablemente algo que ver con
esta actitud. ¿Cuáles fueron las verdaderas razones? ¿Fue un cambio de
actitud del Obispo sobre el proyecto relativo al Orfanato, como lo presenta
Thibaudier? ¿O simplemente un capricho de este último que se atribuye el
papel de responsable de la comunidad? En el primer caso, habría parecido
conveniente que el obispo informara al P. Querbes de esta decisión. Sin
embargo, no hay nada que lo sostenga.
En suma, en su deseo de ayudar a los misioneros, el Obispo Kenrick
favoreció las necesidades de su diócesis frente al carisma de la comunidad.
¿Podría ser de otra manera, dada su falta de preparación para la tarea que
se esperaba de ellos?
Maurice Marcotte, c.s.v.
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EXILIO Y LA CONFIANZA EN DIOS
Vivir en el extranjero en un país de adopción constituye un grave problema
de adaptación. Pasar de un clima de viejas costumbres monárquicas a la joven
experiencia de la democracia americana no ocurre sin problemas. Someterse a un
severo ataque de fiebres en las regiones del sur puede hacer vacilar.
Este es el reto experimentado por los misioneros franceses en Missouri. Ante el
vacío que vivían, tendrían que preguntarse muchos días: ¿En qué lío me he metido?
En su sencillez el P. Lahaye tiene esta hermosa expresión de fe y abandono a la
voluntad de Dios: “Sr. Superior, mi decisión es nunca desesperar, como tampoco
jamás inquietarme mucho y esperar a ver venir los acontecimientos. Si vienen,
siempre les daremos la bienvenida; si no, “sit nomen Domini benedictum” (sea
bendito el nombre del Señor).
Maurice Marcotte, c.s.v.
LA IGLESIA DE LYÓN EN MISIÓN
Lyon juega un papel importante en
el renacimiento del catolicismo en
Francia después de la Revolución. Se
trata de revitalizar a un pueblo largo
tiempo oprimido en su fe. De ahí las
Misiones (retiros parroquiales intensivos)
aseguradas en muchos lugares por el clero.
Pero gracias a las nuevas fundaciones de
Europa en el extranjero, la Iglesia de Lyon
se preocupa de más misiones en tierras
lejanas, tanto laicos y sacerdotes seculares
como religiosos. Así que el P. Querbes no es
el único empujando en esta dirección. En
1836, por ejemplo, el obispo Pompallier fue
a Oceanía Occidental con siete Maristas,
cuatro sacerdotes y tres hermanos. Gregorio
XVI, por su parte, alienta encarecidamente
el esfuerzo misionero.”
Bruno Hébert, c.s.v
Lyón antiguo
Acuarela de Jacques Houle
Editado por la Provincia de los C.S.V. de Canadá - Traducido en la Comunidad viatoriana de España
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