Historia de la Ley Decreto Supremo Nº 349 Promulga el protocolo

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Historia de la Ley
Decreto Supremo Nº 349
Promulga el protocolo de Kyoto de la Convención Marco
de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y sus
Anexos A y B
Téngase presente
Esta Historia de Ley ha sido construida por la Biblioteca del Congreso Nacional
a partir de la información disponible en sus archivos.
Se han incluido los distintos documentos de la tramitación legislativa,
ordenados conforme su ocurrencia en cada uno de los trámites del proceso de
formación de la ley.
Se han omitido documentos de mera o simple tramitación, que
proporcionan información relevante para efectos de la Historia de Ley.
no
Para efectos de facilitar la revisión de la documentación de este archivo, se
incorpora un índice.
Al final del archivo se incorpora el texto de la norma aprobado conforme a la
tramitación incluida en esta historia de ley.
Índice
1. Primer Trámite Constitucional: Cámara de Diputados
4
1.1. Mensaje del Ejecutivo
4
1.2. Informe de Comisión de Relaciones Exteriores
11
1.3. Discusión en Sala
21
1.4. Oficio de Cámara de Origen a Cámara Revisora
27
2. Segundo Trámite Constitucional: Senado
28
2.1. Informe de Comisión de Medio Ambiente
28
2.2. Informe de Comisión de Relaciones Exteriores
51
2.3. Discusión en Sala
86
2.4. Oficio de Cámara Revisora a Cámara de Origen
108
3. Trámite Finalización: Cámara de Diputados
109
3.1. Oficio de Cámara de Origen al Ejecutivo.
109
4. Publicación de Decreto en Diario Oficial
110
4.1. Decreto N° 349
110
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MENSAJE PRESIDENCIAL
1. Primer Trámite Constitucional: Cámara de
Diputados
1.1. Mensaje del Ejecutivo
Mensaje de S.E. El Presidente de la República. Fecha 08 de junio, 2000. Cuenta
en Sesión 08. Legislatura 342.
MENSAJE DE S.E. EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA CON EL QUE
INICIA UN PROYECTO DE ACUERDO QUE APRUEBA EL PROTOCOLO DE
LA CONVENCIÓN MARCO DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE EL CAMBIO
CLIMÁTICO Y SUS ANEXOS A Y B, ADOPTADO EN KYOTO, JAPÓN, EL 11
DE DICIEMBRE DE 1997.
____________________________
SANTIAGO, junio 08 de 2000
A S.E. EL
PRESIDENTE
DE LA H.
CAMARA DE
M E N S A J E Nº 61-342/
DIPUTADOS.
Honorable Cámara de Diputados:
Tengo el honor de someter a vuestra consideración el Protocolo de la
Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, adoptado
en Kyoto, Japón, el 11 de diciembre de 1997.
I.
ANTECEDENTES.
El presente Protocolo, adoptado en la Tercera Reunión de la
Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre
Cambio Climático, realizada en Kyoto, Japón, en diciembre de 1997, se
constituye como un instrumento legalmente vinculante, cuyo aspecto
sobresaliente es el establecimiento de compromisos más estrictos de reducción
y limitación de emisiones de gases efecto invernadero para los países del
Anexo 1 de la Convención (agrupa a países desarrollados y países con
economías en transición), con un calendario determinado para cumplir dichos
compromisos.
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MENSAJE PRESIDENCIAL
II.
ALCANCE DEL PROTOCOLO.
1.
Mediante el Protocolo, los mencionados países del Anexo 1 de la
Convención acordaron alcanzar la reducción conjunta de las emisiones de GEI en un 5% bajo los niveles existentes al año 1990- para el primer periodo de
compromisos establecido entre los años 2008-2012, expresadas como
emisiones de CO2 equivalentes.
Entre los compromisos individuales destaca: Una reducción del
8% para la Unión Europea, 7% para EE.UU., 6% para Japón y 6% para
Canadá, y aumentos para países en situaciones especiales, tales como
Australia (8%) e Islandia (10%).
2. Otro aspecto importante es la ampliación del listado original de
gases a reducir, pues, además de los gases principales controlados por la
Convención, a saber, el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4) y el óxido
nitroso
(N2O),
se
incluyeron
los
hidrofluorocarbonos
(HCFCs),
perfluorocarburos (PFCs), y el hexafluoruro de azufre (SF6). Para los tres
primeros gases, el año base sigue siendo 1990, mientras que para los demás
es el año 1995.
3. El instrumento contempla, asimismo, el establecimiento de una
serie de políticas y medidas para reducir y limitar las emisiones, y la definición
de los llamados instrumentos de flexibilización, que son el mecanismo de
desarrollo limpio (Art. 12), la transacción de emisiones (Art. 17) y la
implementación conjunta (Art. 6).
4. Además, el Protocolo hace específica mención a los países en
desarrollo en su artículo 10, instándolos a fortalecer la implementación de sus
compromisos frente a la Convención y en su artículo 12, en el cual se señala el
rol que éstos tienen en la aplicación del mecanismo de desarrollo limpio (MDL).
Este mecanismo permitirá a los países del Anexo B del Protocolo, desarrollar
proyectos de reducción de emisiones en conjunto con países en desarrollo, y
ganar créditos por tales acciones, mediante la adquisición de unidades
certificadas de reducción de emisiones de GEI. La implementación de dichos
proyectos deberá propender a que las naciones menos desarrolladas alcancen
el desarrollo sostenible.
5. El Protocolo de Kyoto estuvo abierto para la firma entre el 16 de
marzo de 1998 y el 15 de marzo de 1999, y el Gobierno de la República de
Chile lo suscribió el 17 de junio de 1998.
III.
ARTÍCULOS MÁS RELEVANTES DEL PROTOCOLO.
1.
Artículo 2.
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MENSAJE PRESIDENCIAL
Describe las políticas y medidas que cada país del Anexo 1 de la
Convención debe cumplir para alcanzar los objetivos de limitación y reducción
de emisiones. Entre ellas, se mencionan la eficiencia energética, la protección y
aumento de sumideros, la agricultura sustentable, nuevas formas de energía y
energías renovables, eliminación de subsidios e incentivos, recuperación y uso
de metano, entre otros. Las Partes podrán cooperar para mejorar la efectividad
de tales medidas y, además, velarán para minimizar los impactos de la
aplicación de las medidas en otras Partes, especialmente en aquellas menos
desarrolladas.
2.
Artículo 3.
Establece los objetivos cuantificados de limitación y reducción de
emisiones para los países desarrollados, y hace mención al Anexo A (que
incluye una "canasta" de seis gases cuyas emisiones deberán reducirse, junto
al listado de fuentes de gases invernadero y los sectores involucrados), y al
Anexo B (que establece el listado de los compromisos, con rangos que van de
un 8% de reducción a un 10% de aumento en las emisiones).
Este artículo compromete a los países del Anexo B, a efectuar una
reducción de un 5% de sus emisiones de GEI bajo los niveles de 1990, en el
primer periodo de compromisos, y a realizar progresos demostrables de ellos el
año 2005. Señala, además, que los países del Anexo B deberán calcular sus
cambios en las reservas de carbono en 1990 y para años subsecuentes. Estos
también podrán agregar o sustraer de su cantidad asignada de reducción o
limitación, según corresponda, las emisiones de GEI o su remoción por
sumideros, provenientes de actividades directas inducidas por el hombre,
limitadas a reforestación, deforestación y forestación desde 1990. Asimismo,
podrán agregar otras actividades directas inducidas por el hombre para el
cálculo de su cumplimiento.
Los países con economías en transición tendrán consideraciones
especiales para el cumplimiento de compromisos (básicamente en el cálculo de
las líneas de base y en sus cantidades asignadas de reducción o limitación de
emisiones). También se establece en este artículo la posibilidad de adquirir o
traspasar unidades de reducción entre las partes del Anexo B, con el fin de
lograr cumplir con las cantidades asignadas.
3.
Artículo 4.
Establece las reglas mediante las cuales las Partes del Anexo B podrán
actuar en forma conjunta ("burbuja"), con el fin de cumplir los compromisos
establecidos en el artículo 3.
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MENSAJE PRESIDENCIAL
4.
Artículo 5.
Se refiere a la obligación de las Partes del Anexo 1 de la Convención
para establecer, no más allá de un año antes del inicio del primer periodo de
compromisos (año 2008), un sistema nacional para la estimación de las
emisiones desde las fuentes y su absorción por sumideros, de todos los gases
no controlados por el Protocolo de Montreal. Las metodologías para tales
estimaciones deben ser aceptadas por el Panel Intergubernamental de
Expertos sobre el Cambio Climático (PICC), y adoptadas en la Tercera Reunión
de la Conferencia de las Partes de la Convención (realizada en Kyoto, Japón,
en 1997).
5.
Artículo 6.
Consigna los criterios para que las Partes del Anexo 1 de la Convención
transfieran o adquieran de otras Partes del mencionado Anexo 1, unidades de
reducción de emisiones logradas a través de la implementación de proyectos
de reducción de emisiones o aumento de sumideros de gases de efecto
invernadero.
A este mecanismo se le denomina "implementación conjunta". Las
Partes podrán hacer uso de este instrumento siempre y cuando hayan
efectuado acciones domésticas demostrables para cumplir con el Artículo 3
(suplementariedad).
El establecimiento de modalidades y reglas para transferir o adquirir
unidades de reducción a través de este Artículo, está en debate actualmente
en los cuerpos subsidiarios de la Convención.
6.
Artículo 7.
Llama a que cada parte del Anexo 1 de la Convención incorpore
información adicional en su inventario anual de emisiones de GEI y remoción
por sumideros, y que esta sea incluida en su comunicación nacional, de
manera tal de reflejar su grado de cumplimiento de los compromisos.
7.
Artículo 8.
Prevé una revisión técnica exhaustiva, efectuada por equipos de
expertos, de la información que se proporcionará bajo el Artículo 7.
8.
Artículo 10.
Describe las actividades que todas las Partes deberán desarrollar, con
el fin de reafirmar y avanzar en la implementación del Artículo 4.1. de la
Convención de Cambio Climático, tomado en cuenta sus responsabilidades
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comunes pero diferenciadas, sus prioridades de desarrollo regional y nacional,
todo ello sin introducir nuevos compromisos para los países en desarrollo.
9.
Artículo 11.
Contempla la necesidad que las Partes desarrolladas y aquellas con
economías en transición (Anexo II de la Convención), provean de apoyo
financiero a los países en desarrollo para la aplicación del Artículo 10.
10.
Artículo 12.
Crea el mecanismo de desarrollo limpio, MDL, que consiste en la
implementación de actividades certificadas de reducción de emisiones entre
una Parte del Anexo B, y un país en desarrollo. Básicamente, corresponde a la
realización de proyectos de reducción de emisiones, a través de los cuáles, un
país desarrollado podrá utilizar "parte" de las reducciones logradas para
cumplir con sus compromisos del Artículo 3, y la Parte en desarrollo podrá
alcanzar el desarrollo sostenible y contribuir al objetivo último de la
Convención sobre Cambio Climático.
11.
Artículo 17.
Estatuye un sistema de emisiones transables de gases de efecto
invernadero, realizable sólo entre las Partes del Anexo B del Porotocolo,
mediante el cual se pueden transar reducciones, con el fin de cumplir con el
Artículo 3. Se restringe el uso de este Artículo a que dichas Partes deben
primero realizar acciones domésticas a fin de cumplir con dicho Artículo 3
(suplementariedad). Este artículo requiere la elaboración de reglas y
procedimientos, en especial, para la verificación, informe y contabilidad del
sistema de emisiones transables.
12.
Artículo 18.
Señala la elaboración futura de procedimientos y mecanismos
apropiados y eficaces para determinar y abordar los casos de incumplimiento
de las disposiciones del Protocolo, incluyendo el desarrollo de una lista
indicativa de consecuencias, tomando en consideración la causa, tipo, grado y
frecuencia del incumplimiento.
13.
Artículo 25.
Fija las condiciones para que el Protocolo entre en vigor a nivel
mundial. Ello ocurrirá cuando 55 países de la Convención hayan depositado sus
instrumentos de ratificación, aceptación, aprobación o adhesión, y entre esos
países deben haber Partes del Anexo 1 que den cuenta, en conjunto, de al
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MENSAJE PRESIDENCIAL
menos el 55% de las emisiones de CO2 que las partes del Anexo 1 tenían en el
año 1990.
IV.
IMPORTANCIA DEL PROTOCOLO PARA CHILE.
1. Teniendo presente que el cambio climático se convertirá en una de
las amenazas ambientales más importantes durante el siglo XXI, Chile podría
verse muy afectado, puesto que posee varias de las características de
vulnerabilidad establecidas en el artículo 4.8 de la Convención sobre Cambio
Climático: zonas costeras bajas; zonas áridas y semiáridas, zonas con
cobertura forestal y zonas expuestas al deterioro forestal; zonas propensas a
los desastres naturales; zonas expuestas a la sequía y a la desertificación;
zonas de alta contaminación atmosférica urbana; y zonas de ecosistemas
frágiles, incluidos los ecosistemas montañosos.
2. Las acciones establecidas en el Protocolo para reducir y estabilizar
las concentraciones de gases de efecto invernadero, tienen también como
finalidad, minimizar los impactos del cambio climático sobre los países más
vulnerables. En este sentido, mientras más pronto sea ratificado por las Partes
para su entrada en vigor a nivel mundial, más temprana será su operatividad,
quedando así los países mejor preparados para enfrentar los posibles efectos
adversos.
3. Asimismo, se prevé para el futuro una profunda transformación
tecnológica, especialmente para el mundo en desarrollo, si las Partes de la
Convención desean continuar y robustecer las acciones actuales para enfrentar
el problema del cambio climático. En relación a los temas de cooperación
tecnológica y transferencia de tecnologías, los cuáles están íntimamente
ligados a la implementación de medidas de mitigación de los impactos,
instrumentos legalmente vinculantes como la Convención y el Protocolo,
cuando se ejecuten adecuadamente, pueden convertirse en herramientas
valiosas para la promoción y desarrollo de tecnologías limpias.
4. Chile es reconocido mundialmente como un país con una
economía creciente, adecuado para explorar oportunidades de mercado y
confiable para la inversión extranjera. Si bien su nivel de emisión de gases de
efecto invernadero (GEI), es muy bajo comparado con el escenario global, se
espera que este crezca progresivamente, ya que el consumo de energía,
principal fuente de GEI, es relevante para poder mantener las altas tasas de
crecimiento del PGB.
Además, nuestro país ha establecido estándares ambientales exigentes,
con el propósito de hacer un balance entre el crecimiento económico y la
protección el medio ambiente para las presente y futuras generaciones. Por lo
tanto, la transferencia de tecnologías ambientalmente seguras para solucionar
los problemas de contaminación local y global -a través de dichos instrumentos
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legales- será importante para cumplir las metas de alcanzar el desarrollo
sustentable.
En mérito de lo expuesto, tengo el honor de someter a vuestra
consideración el siguiente
PROYECTO DE ACUERDO:
"ARTICULO UNICO.Apruébase el Protocolo de Kyoto de la Convención
Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y sus Anexos A y B,
adoptado en Kyoto, el 11 de diciembre de 1997.".
Dios guarde a V.E.,
RICARDO LAGOS ESCOBAR
Presidente de la República
SOLEDAD ALVEAR VALENZUELA
Ministra de Relaciones Exteriores
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INFORME COMISIÓN RELACIONES EXTERIORES
1.2. Informe de Comisión de Relaciones Exteriores
Cámara de Diputados. Fecha 11 de julio, 2000. Cuenta en Sesión 19.
Legislatura 342.
BOLETÍN Nº 2.525-10.
INFORME DE LA COMISIÓN DE RELACIONES EXTERIORES, ASUNTOS
INTERPARLAMENTARIOS E INTEGRACIÓN LATINOAMERICANA SOBRE
EL PROYECTO DE ACUERDO APROBATORIO DEL “PROTOCOLO DE
KYOTO DE LA CONVENCION MARCO DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE
EL CAMBIO CLIMÁTICO”.
HONORABLE CÁMARA:
Vuestra Comisión de Relaciones Exteriores, Asuntos
Interparlamentarios e Integración Latinoamericana pasa a informaros sobre el
proyecto de acuerdo aprobatorio del “Protocolo de Kyoto de la Convención
Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático” y sus anexos A y B,
adoptado en Kyoto, Japón, el 11 de diciembre de 1997, durante la Tercera
Reunión de la Conferencia de las Partes de la citada Convención y suscrito por
Chile el 17 de junio de 1998, y sometido a la consideración de la H. cámara, en
primer trámite constitucional, sin urgencia.
I.
ANTECEDENTES GENERALES.
1. Objetivo fundamental de la Convención Marco de Naciones Unidas
sobre el Cambio Climático.
Esta Convención fue suscrita en la Conferencia de
Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo celebrada en Río de
Janeiro, en 1992, y su objetivo último, según lo indica su artículo 2, es lograr
la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la
atmósfera a un nivel que impida interferencias antropógenas peligrosas en el
sistema climático, en un plazo suficiente para permitir que los ecosistemas se
adapten naturalmente al cambio climático, asegurar que la producción de
alimentos no se vea amenazada y permitir que el desarrollo económico prosiga
de manera sostenible.
Por gases de efecto invernadero, también conocidos
por la sigla GEI, se entiende aquellos componentes gaseosos de la atmósfera,
tanto naturales como antropógenos, que absorben y reemiten la radiación
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INFORME COMISIÓN RELACIONES EXTERIORES
infrarroja. El cambio climático, para los efectos de la Convención, se define
como el cambio atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que
altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad
natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables (Nos 2 y 5
del artículo 1 de la Convención).
En virtud de uno de sus principios, contemplados en
el Nº 1 de su artículo 3, los Estados Partes de esta Convención Marco se
comprometen a proteger el sistema climático; esto es, la totalidad de la
atmósfera, la hidrosfera, la biosfera y la geósfera, en beneficio de las
generaciones presentes y futuras, sobre la base de la equidad y de
conformidad con sus responsabilidades comunes pero diferenciadas y sus
respectivas capacidades. En consecuencia, a las Partes que son países
desarrollados se les solicita tomar la iniciativa en lo que respecta a combatir el
cambio climático y sus efectos adversos.
A este respecto, existe consenso en la comunidad
internacional en que el constante progreso tecnológico y el desarrollo
industrial, unido a la quema de combustibles y la tala de bosques, entre otras
actividades, han producido en la atmósfera un importante aumento de los
niveles de anhídrido carbónico (CO2), óxido nitroso (N2O) y clorofluorocarbonos
(CFC), entre otros gases, causando el fenómeno conocido como “efecto
invernadero”, que produce el calentamiento de la superficie terrestre.
También existe consenso en cuanto a que si no se
adoptan medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, es
posible prever un aumento del calentamiento global que alcanzará de 2º a 5º C
durante el siglo XXI, ritmo de evolución sin precedentes en los últimos 10.000
años. Se prevé, asimismo, que simultáneamente al aumento de las
temperaturas terrestres se producirá a finales de dicho siglo, un aumento del
nivel del mar de 35 a 65 centímetros, con serias amenazas para las islas de
litoral bajo y las zonas costeras.
El preámbulo de la Convención deja constancia de
que, tanto históricamente como en la actualidad, la mayor parte de las
emisiones de este tipo de gases en el mundo han tenido origen en los países
desarrollados, y que las emisiones per cápita en los países en desarrollo son
todavía relativamente reducidas y que la proporción total de emisiones
originada en ellos aumentará para permitirles satisfacer sus necesidades
sociales y de desarrollo.
Como lo señala la Comisión Nacional del Medio
Ambiente en su informe técnico favorable a la ratificación del Protocolo de
Kyoto, las amenazas potenciales del cambio climático para el país, junto a la
preocupación expresada por la comunidad científica internacional, propiciaron
una pronta ratificación por Chile de la Convención Marco señalada, de manera
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INFORME COMISIÓN RELACIONES EXTERIORES
que ella rige como ley de la República desde 1995, en virtud de haber sido
promulgada por el decreto supremo del Ministerio de Relaciones Exteriores Nº
123, de 1995, y publicada en el Diario Oficial del 13 de abril del mismo año.
2.
Origen, fines y alcance del Protocolo de Kyoto.
En la Primera Conferencia de las Partes de la
Convención Marco, realizada en 1995, en Berlín, se manifestó la necesidad de
establecer un instrumento jurídico vinculante destinado a ratificar y dar
cumplimiento a los compromisos de reducción de las emisiones antropógenas
de gases de efecto invernadero contraídos por 35 países, de los cuales 24 son
países desarrollados de Europa y América del Norte, y 11 son países de Europa
del Este en transición a una economía de mercado, según lista establecida en
el anexo I de la Convención Marco, que se detalla en nota a pie de página (*).
En dicha Conferencia hubo consenso en que el
contenido de las normas que regulan los compromisos contraídos por los 35
países señalados eran inadecuados, considerando que muchos de ellos habían
anunciado que no podrían cumplir las metas de reducción de emisiones de
gases de efecto invernadero planteadas para el año 2000; esto es, regresar a
los niveles de emisiones de 1990.
En esta forma, el bajo grado de cumplimiento de los
compromisos de los países industrializados hacía peligrar el logro del objetivo
estabilizador de las emisiones perseguido por el mecanismo de cooperación
internacional establecido por la Convención Marco.
Como resultado de esta constatación, se adoptó el
Mandato de Berlín, con el fin de iniciar un proceso de adecuada
implementación de acciones más allá del año 2000, incluyendo el
reforzamiento de los compromisos de los 35 países del anexo I, a través de un
protocolo u otro instrumento vinculante, como el que, después de tres años de
trabajos preparatorios, se adoptó en la Tercera Reunión de la Conferencia de
las Partes de la Convención, efectuada en Kyoto, Japón, con la participación de
más de 10.000 delegados, entre representantes de Gobiernos, de
organizaciones internacionales intergubernamentales y no gubernamentales,
de medios de prensa, y la participación de más de 120 Ministros de Estado.
(*) El referido anexo I, contiene una lista que comprende países desarrollados y países
en transición a una economía de mercado. Los países desarrollados son: Alemania,
Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Comunidad Europea, Dinamarca, España, Estados Unidos de
América, Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Islandia, Italia, Japón, Luxemburgo, Noruega, Nueva
Zelandia, Países Bajos, Portugal, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, Suecia y
Turquía. Los países en transición a una economía de mercado son ex repúblicas socialistas de la
URSS y países socialistas de Europa Oriental: Bielorrusia, Bulgaria, Checoslovaquia, Estonia,
Federación de Rusia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, Rumania y Ucrania.
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INFORME COMISIÓN RELACIONES EXTERIORES
El mensaje de S.E. el Presidente de la República os
informa que un aspecto sobresaliente en el Protocolo de Kyoto es el
establecimiento de compromisos más estrictos de reducción y limitación de
emisiones de gases de efecto invernadero para los señalados países del anexo
I de la Convención Marco, con un calendario determinado para cumplirlos.
Agrega, en tal sentido, que dichos países acordaron
alcanzar la reducción conjunta de tales emisiones en un 5% bajo los niveles
existentes al año 1990, para el primer período de compromisos establecido
entre los años 2008-2012, expresadas como emisiones de CO2 equivalentes.
Entre los compromisos individuales destaca: una
reducción del 8% para la Unión Europea; 7% para los Estados Unidos de
América; 6% para Japón, y 6% para Canadá, y aumentos para países en
situaciones especiales, tales como Australia (8%) e Islandia (10%).
Otro aspecto que destaca el mensaje, es la
ampliación del listado original de gases a reducir, pues, a los principales gases
controlados por la Convención, a saber, el dióxido de carbono (CO2), el metano
(CH4) y el óxido nitroso (N2O), se agregan los hidrofluorocarbonos (HCFFCs),
perfluorocarburos (PFCs) y el hexacluoruro de azufre (SF6). Para los tres
primeros gases, el año base sigue siendo 1990, mientras que para los demás
es el año 1995.
Por otra parte, el
Protocolo contempla el
establecimiento de políticas y medidas para reducir y limitar las emisiones y
define los llamados instrumentos de flexibilización, que constituyen el
mecanismo de desarrollo limpio, la transacción de emisiones y la
implementación conjunta.
Además, indica que el Protocolo hace específica
mención a los países en desarrollo, instándolos a fortalecer la implementación
de sus compromisos frente a la Convención Marco, señalando el rol que les
corresponde en la aplicación del mecanismo de desarrollo limpio (MDL). Este
mecanismo permitirá a los 35 países europeos y americanos antes señalados,
a los cuales el anexo B del Protocolo agrega Croacia, Eslovaquia, Liechtenstein,
Mónaco y la República Checa, desarrollar proyectos de reducción de emisiones
en conjunto con países en desarrollo, y ganar créditos por tales acciones,
mediante la adquisición de unidades certificadas de reducción de emisiones de
GEI. La implementación de dichos proyectos deberá propender a que las
naciones menos desarrolladas alcancen el desarrollo sostenible.
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INFORME COMISIÓN RELACIONES EXTERIORES
3. Importancia de la participación de Chile en la Convención Marco y
el Protocolo de Kyoto.
El mensaje os señala al respecto que la participación
de Chile en este Protocolo es importante por las amenazas que para el medio
ambiente representará el cambio climático durante el siglo XXI, situación en la
que nuestro país podría verse muy afectado, puesto que posee varias de las
características de vulnerabilidad establecidas en la Convención Marco: zonas
costeras bajas; zonas áridas y semiáridas, zonas con cobertura forestal; zonas
propensas a los desastres naturales; zonas expuestas a la sequía y a la
desertificación; zonas de alta contaminación atmosférica urbana, y zonas de
ecosistemas frágiles, incluidos los ecosistemas montañosos.
Añade que las acciones contempladas en el Protocolo
para reducir y estabilizar las concentraciones de gases de efecto invernadero,
tienen también como finalidad, minimizar los impactos del cambio climático
sobre los países más vulnerables. En este sentido, sostiene que mientras más
pronto sea ratificado por las Partes para su entrada en vigor a nivel mundial,
más temprana será su operatividad, quedando así los países mejor preparados
para enfrentar los posibles efectos adversos.
De acuerdo con antecedentes proporcionados por el
Ministerio de Relaciones Exteriores, este Protocolo ha sido firmado por 84
países y ratificado por Antigua y Barbuda, Bahamas, Bolivia, Chipre, Ecuador,
El Salvador, Fidji, Georgia, Guatemala, Jamaica, Islas Maldivas, Estado Federal
de Micronesia, Mongolia, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Trinidad y Tobago,
Turkmenistán,Tuvalú y Uzbekistán.
Por otra parte, destaca que se prevé para el futuro
una profunda transformación tecnológica, especialmente para el mundo en
desarrollo, si las Partes de la Convención desean continuar y robustecer las
acciones para enfrentar el problema del cambio climático. En relación a estos
temas, el mensaje estima que la Convención y el Protocolo podrán convertirse
en herramientas valiosas para la promoción y desarrollo de tecnologías limpias.
Afirma que Chile es reconocido mundialmente como
un país con una economía creciente, adecuado para explotar oportunidades de
mercado y confiable para la inversión extranjera, y señala que si bien el nivel
nacional de emisión de gases de efecto invernadero es muy bajo comparado
con el escenario global, se espera que él crezca progresivamente, ya que el
consumo de energía, principal fuente de estos gases, es relevante para
mantener las altas tasas de crecimiento del PGB.
Por último, os señala el mensaje que nuestro país ha
establecido estándares ambientales exigentes, con el propósito de hacer un
balance entre el crecimiento económico y la protección del medio ambiente
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INFORME COMISIÓN RELACIONES EXTERIORES
para las presentes y futuras generaciones. Por lo tanto, la transferencia de
tecnologías ambientalmente seguras para solucionar los problemas de
contaminación local y global –a través de la Convención Marco y el Protocolo,
cuyo contenido normativo se os pasa a reseñar, será importante para cumplir
las metas de alcanzar el desarrollo sustentable.
I.
RESEÑA DEL CONTENIDO DEL PROTOCOLO DE KYOTO.
Este instrumento consta de 28 artículos y dos
anexos: el A, que amplía la lista de gases de efecto invernadero y de los
sectores/categorías de fuentes, y el B, que contiene la lista de países, con
indicación del compromiso cuantificado de limitación o reducción de las
emisiones (% del nivel año o período de base). Como está dicho, esta lista,
comprende países desarrollados de Europa y América del Norte, y países de la
Europa del Este, en proceso de transición a economías de mercado.
Para los fines de este informe se os reseñarán las
disposiciones más relevantes de su articulado, cuyo contenido normativo es, en
general, altamente técnico.
El artículo 2 describe las políticas y medidas que
deben cumplir, para alcanzar los objetivos de limitación y reducción de
emisiones, los países desarrollados de Europa y América del Norte, más los
países de Europa del Este en transición a una economía de mercado, señalados
en el anexo B del Protocolo, que se adjunta al final de este informe.
En la ejecución de dichas políticas y medidas, los
países deberán prever:
a) El fomento de la eficiencia energética en los
sectores pertinentes de la economía nacional;
b) La protección y aumento de sumideros y depósitos
de gases de efecto invernadero no controlados por el Protocolo de montreal,
teniendo en cuenta los compromisos de promoción de prácticas sostenibles de
gestión forestal, la forestación y la reforestación;
c) La promoción de modalidades
sostenibles a la luz de las consideraciones del cambio climático;
agrícolas
d) La investigación, promoción, desarrollo y aumento
del uso de formas nuevas y renovables de energía, de tecnologías de secuestro
del dióxido de carbono y de tecnologías avanzadas y novedosas que sean
ecológicamente racionales;
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INFORME COMISIÓN RELACIONES EXTERIORES
e) La reducción progresiva o eliminación gradual de
las deficiencias del mercado, los incentivos fiscales, las exenciones tributarias y
arancelarias y las subvenciones que sean contrarios a los objetivos de la
Convención en todos los sectores emisores de gases de efecto invernadero y
aplicación de instrumentos de mercado, y
f) La eliminación
recuperación y uso de metano, entre otros, y
de
subsidios
e
incentivos,
g) La limitación o reducción de las emisiones de
gases de efecto invernadero no controlados por el Protocolo de Montreal
generadas por los combustibles del transporte aéreo y marítimo internacional
trabajando por conducto de la Organización de Aviación Civil Internacional
(OACI) y la Organización Marítima Internacional (OMI), respectivamente.
El Protocolo de Montreal relativo a las sustancias
agotadoras de la Capa de Ozono, de 1987, ha sido incorporado al orden
interno por el decreto supremo Nº 238, de 1990, del Ministerio de Relaciones
Exteriores, publicado en el Diario Oficial del 28 de abril del mismo año.
El artículo 3 establece los objetivos cuantificados de
limitación y reducción de emisiones para los países desarrollados respecto de
seis gases cuyas emisiones deberán reducir, según listado de fuentes de gases
de efecto invernadero y sectores involucrados, establecido en el anexo A del
Protocolo, copia del cual se adjunta al final del informe.
Los compromisos de limitación y reducción de
emisiones, que los 39 países señalados, más la Comunidad Europea contraen,
con rangos que van de un 8% de reducción a un 10% de aumento en las
emisiones, se contemplan en el anexo B del Protocolo, también adjunto al final
del informe.
Este artículo compromete a dichos países a efectuar
una reducción de un 5% de sus emisiones de gases de efecto invernadero bajo
los niveles de 1990, en el primer periodo de compromisos, y a realizar
progresos demostrables de ellos el año 2005.
Los países incluidos en el anexo I de la Convención
Marco que están en vías de transición a una economía de mercado tendrán
consideraciones especiales para el cumplimiento de compromisos, básicamente
en el cálculo de las líneas de base y en sus cantidades asignadas de reducción
o limitación de emisiones.
El artículo 4 establece las reglas mediante las cuales
las Partes del anexo B podrán actuar en forma conjunta, con el fin de cumplir
sus compromisos del artículo 3. En lo fundamental, producido el acuerdo de
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INFORME COMISIÓN RELACIONES EXTERIORES
acción conjunta, deberán notificarlo a la secretaría de la Convención Marco
para su información a los Países Partes y Países signatarios de la Convención.
El artículo 5 se refiere a la obligación de las Partes del
anexo I de la Convención Marco de establecer, no más allá de un año antes del
inicio del primer período de compromisos (año 2008), un sistema nacional para
la estimación de las emisiones desde las fuentes y su absorción por sumideros,
de todos los gases no controlados por el Protocolo de Montreal.
El artículo 6 establece los criterios para que las Partes
del referido anexo I transfieran o adquieran de otras Partes indicadas en el
mismo anexo, unidades de reducción de emisiones logradas a través de la
implementación de proyectos de reducción de emisiones o aumento de
sumideros de gases de efecto invernadero.
El artículo 7 llama a que cada Parte señalada en el
anexo I, incorpore información adicional en su inventario anual de emisiones
de gases de efecto invernadero y remoción por sumideros, y que esta sea
incluida en su comunicación nacional, de manera tal de reflejar su grado de
cumplimiento de los compromisos. Esta información podrá ser revisada por
equipos de expertos, según lo señala el artículo 8.
El artículo 9 establece que la Conferencia de las
Partes examinará periódicamente la aplicación del Protocolo a la luz de las
informaciones y estudios científicos más exactos de que se disponga sobre el
cambio climático y sus repercusiones y de la información técnica, social y
económica pertinente.
El artículo 10 describe las actividades que todas las
Partes deberán desarrollar, con el fin de reafirmar y avanzar en la
implementación de los compromisos que asumieron con la Convención Marco,
tomando en cuenta sus responsabilidades comunes pero diferenciadas, sus
prioridades de desarrollo regional y nacional, todo ello sin introducir nuevos
compromisos para los países en desarrollo.
El artículo 11 contempla la necesidad de que las
Partes desarrolladas de Europa y América del Norte, incluidas en la lista del
anexo II de la Convención Marco, proporcionen apoyo financiero a los países
en desarrollo para el cumplimiento de los compromisos asumidos con la
Convención.
El artículo 12 crea el mecanismo para un desarrollo
limpio, también reconocido en la práctica por su sigla MDL, cuyo propósito es
ayudar a que los países en desarrollo puedan lograr un desarrollo sostenible y
contribuir al objetivo último de la Convención, antes señalado en este informe,
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INFORME COMISIÓN RELACIONES EXTERIORES
mediante la implementación de actividades certificadas de reducción de
emisiones entre una Parte que sea país desarrollado y un país en desarrollo.
El artículo 17 establece un sistema de emisiones
transables de gases de efecto invernadero, realizable sólo entre las Partes del
anexo B del Protocolo, adjunto al final de este informe, mediante el cual se
pueden transar reducciones, con el fin de cumplir con los objetivos
cuantificados de limitación y reducción de emisiones para los países
desarrollados en el artículo 3, ya comentado.
El artículo 18 señala la elaboración futura de
procedimientos y mecanismos apropiados y eficaces para determinar y abordar
los casos de incumplimiento de las disposiciones del Protocolo, incluyendo el
desarrollo de una lista indicativa de consecuencias, tomando en consideración
la causa, tipo, grado y frecuencia del incumplimiento.
Los artículos 19 a 28 contemplan las cláusulas finales
de todo tratado multilateral y regulan la solución de controversias, los
procedimientos de enmienda del Protocolo, la integración al Protocolo de sus
anexos, la participación de las organizaciones regionales de integración
económica en el régimen del Protocolo, la designación del Secretario General
de las Naciones Unidas como Depositario del Protocolo, los procedimientos de
incorporación de los Estados y de las organizaciones regionales de integración
económica al Protocolo, la no admisibilidad de reservas a este instrumento, al
derecho a denunciarlo y a los idiomas en que ha sido suscrito.
De dichas disposiciones, es destacable que al
Protocolo se le hacen aplicables los mecanismos de solución de controversias
establecidos para la Convención Marco, según los cuales las controversias que
se susciten por su interpretación o aplicación serán resueltas mediante
negociación u otro medio pacífico elegido por las Partes, inclusive, si lo han
aceptado, el recurso a la Corte Internacional de Justicia o el arbitraje.
También es importante señalar que para que este
Protocolo entre en vigor mundial se requerirá que 55 países Partes de la
Convención Marco depositen sus instrumentos de ratificación, aceptación,
aprobación o adhesión, y entre ellos deben registrarse Partes del anexo I de la
Convención que den cuenta, en conjunto, de al menos el 55% de la emisiones
de gases de dióxido de carbono (CO2) que tenían al año 1990.
II.
DECISIONES DE LA COMISIÓN.
A)
Aprobación del proyecto de acuerdo.
Considerando los antecedentes expuestos vuestra
Comisión de Relaciones Exteriores, Asuntos Interparlamentarios e Integración
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INFORME COMISIÓN RELACIONES EXTERIORES
Latinoamericana concluyó el estudio del Protocolo en informe, compartiendo
las consideraciones de mérito que llevaron a los Estados Partes de la
Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático a
celebrarlo, por lo que, por mayoría de votos y la abstención de los señores
Leay, Masferrer y Moreira, acordó proponeros su aprobación, para lo cual os
recomienda adoptar el artículo único del proyecto de acuerdo que el mensaje
somete a vuestra consideración con modificaciones formales de menor entidad,
las que se salvan en el texto sustitutivo siguiente:
“Artículo único.- Apruébanse el “Protocolo de
Kyoto de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático” y sus anexos A y B, adoptados el 11 de diciembre de 1997.”.
B) Constancias reglamentarias.
Conforme lo ordenan los Nos 2 y 4 del artículo 287 del
Reglamento de la H. Corporación, se os consigna que las disposiciones del
Protocolo sometido a vuestra consideración no contiene normas de rango
orgánico constitucional ni de quórum calificado, y tampoco de aquellas que
deban ser conocidas por la H. Comisión de Hacienda.
C) Designación de Diputado Informante.
Esta designación recayó, por unanimidad, en el H.
Diputado don GABRIEL ASCENCIO MANSILLA.
)--------(
Acordado en sesión del día 11 de julio de 2000, con
asistencia de los Diputados señores Palma Irarrázaval, don Joaquín (Presidente
de la Comisión); Alessandri Valdés, don Gustavo; Allende Bussi, doña Isabel;
Ascencio Mansilla, don Gabriel; Jarpa Wevar, don Carlos Abel; Kuschel Silva,
don Carlos Ignacio; Leay Morán, don Cristián; Longton Guerrero, don Arturo;
Masferrer Pellizzari, don Juan; Moreira Barros, don Iván; Reyes Alvarado, don
Víctor, y Riveros Marín, don Edgardo.
SALA DE LA COMISIÓN, a 11 de julio de 2000.
FEDERICO VALLEJOS DE LA BARRA,
Abogado Secretario de la Comisión.
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DISCUSIÓN SALA
1.3. Discusión en Sala
Cámara de Diputados. Legislatura 342. Sesión 30. Fecha 29 de agosto, 2000.
Discusión. Se aprueba.
PROTOCOLO DE KYOTO DE LA CONVENCIÓN MARCO DE LAS NACIONES
UNIDAS SOBRE EL CAMBIO CLIMÁTICO. Primer trámite constitucional.
El señor LEÓN (Presidente en ejercicio).- Corresponde ocuparse, en primer
trámite constitucional, del proyecto de acuerdo aprobatorio del Protocolo de
Kyoto de la Convención marco de las Naciones Unidas sobre el cambio
climático, y sus anexos A y B, adoptado en Kyoto, Japón, el 11 de diciembre de
1997.
Diputado informante de la Comisión de Relaciones Exteriores es el señor
Ascencio.
Antecedentes:
-Mensaje, boletín Nº 2525-10, sesión 8ª, en 22 de junio de 2000.
Documentos de la Cuenta Nº 2.
-Informe de la Comisión de Relaciones Exteriores, sesión 19ª, en 1 de
agosto de 2000. Documentos de la Cuenta Nº 13.
El señor LEÓN (Presidente en ejercicio).- Tiene la palabra el diputado señor
Ascencio.
El señor ASCENCIO.- Señor Presidente, informo a la Sala sobre el proyecto de
acuerdo aprobatorio del Protocolo de Kyoto de la Convención marco de las
Naciones Unidas sobre el cambio climático, y sus anexos A y B, adoptado en
Kyoto, Japón, el 11 de diciembre de 1997, durante la Tercera Reunión de la
Conferencia de las Partes de la citada Convención y suscrito por Chile el 17 de
junio de 1998.
Ya sabemos que el objetivo fundamental de esa Convención marco es lograr la
estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la
atmósfera a un nivel que impida interferencias antropógenas peligrosas en el
sistema climático, en un plazo suficiente para permitir que los ecosistemas se
adapten naturalmente al cambio climático; asegurar que la producción de
alimentos no se vea amenazada, y permitir que el desarrollo económico
prosiga de manera sostenible.
En virtud de uno de los principios de esa Convención marco, los Estados partes
se comprometen a proteger el sistema climático, esto es, la totalidad de la
atmósfera, la hidrosfera, la biosfera y la geósfera, en beneficio de las
generaciones presentes y futuras, sobre la base de la equidad y de
conformidad con sus responsabilidades comunes, pero diferenciadas, y con sus
respectivas capacidades. En consecuencia, a las partes, que son países
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DISCUSIÓN SALA
desarrollados, se les solicita tomar la iniciativa en lo que respecta a combatir el
cambio climático y sus efectos adversos, a los cuales el diputado señor
Edgardo Riveros, informante del proyecto que se trató anteriormente, se ha
referido con la extensión suficiente, lo que hace innecesario repetirlos en este
caso.
Como lo señala la Comisión Nacional del Medio Ambiente en su informe técnico
favorable a la ratificación del Protocolo de Kyoto, las amenazas potenciales del
cambio climático para el país, junto a la preocupación expresada por la
comunidad científica internacional, propiciaron una pronta ratificación por Chile
de la Convención marco señalada, de manera que ella rige como ley de la
República desde 1995.
Acerca del origen, fines y alcance del Protocolo de Kyoto, informo que en la
Primera Conferencia de las partes de la Convención marco, realizada en Berlín
durante 1995, se manifestó la necesidad de establecer un instrumento jurídico
vinculante destinado a ratificar y a dar cumplimiento a los compromisos de
reducción de las emisiones antropógenas de gases de efecto invernadero,
contraídos por 35 países, de los cuales 24 son países desarrollados de Europa y
América del Norte, y 11, de Europa del Este en transición a una economía de
mercado, según lista establecida en el anexo I de la Convención marco, que se
detalla en el informe puesto a disposición de los honorables colegas.
En dicha Conferencia hubo consenso en que el contenido de las normas que
regulan los compromisos contraídos por los 35 países señalados era
inadecuado, considerando que muchos de ellos habían anunciado que no
podrían cumplir las metas de reducción de emisiones de gases de efecto
invernadero planteadas para el año 2000, esto es, regresar a los niveles de
emisiones de 1990.
En esta forma, el bajo grado de cumplimiento de los compromisos de los
países industrializados hacía peligrar el logro del objetivo estabilizador de las
emisiones, perseguido por el mecanismo de cooperación internacional
establecido por la Convención marco.
Como resultado de esta constatación, se adoptó el Mandato de Berlín, con el
fin de iniciar un proceso de adecuada implementación de acciones más allá del
año 2000, incluyendo el reforzamiento de los compromisos de los 35 países, a
través de un protocolo u otro instrumento vinculante, como el que, después de
tres años de trabajos preparatorios, se adoptó en la Tercera Reunión de la
Conferencia de las partes de la Convención, efectuada en Kyoto, con la
participación de más de 10.000 delegados, entre representantes de gobiernos,
de
organizaciones
internacionales
intergubernamentales
y
no
gubernamentales, de medios de prensa, y la participación de más de 120
ministros de Estado.
El mensaje de su Excelencia el Presidente de la República informa que un
aspecto sobresaliente en el Protocolo de Kyoto es el establecimiento de
compromisos más estrictos de reducción y limitación de emisiones de gases de
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DISCUSIÓN SALA
efecto invernadero para los países mencionados, con un calendario
determinado para cumplirlos.
Agrega, en tal sentido, que dichos países acordaron alcanzar la reducción
conjunta de tales emisiones en un 5 por ciento, bajo los niveles existentes al
año 1990, para el primer período de compromisos establecido entre los años
2008-2012, expresadas como emisiones de C02 equivalentes.
Entre los compromisos individuales destaca: una reducción del 8 por ciento
para la Unión Europea, de 7 por ciento para los Estados Unidos de América, de
6 por ciento para Japón, de 6 por ciento para Canadá, y aumentos para países
en situaciones especiales, como Australia (8 por ciento) e Islandia (10 por
ciento).
Otro aspecto que destaca el mensaje es la ampliación del listado original de
gases por reducir, pues, a los principales gases controlados por la Convención,
a saber, el dióxido de carbono, el metano, el óxido nitroso, se agregan otros,
como el hidrofluorocarbono, el perfluorocarburo y el hexacloruro de azufre.
Para los tres primeros gases, el año base sigue siendo 1990, mientras que
para los demás es el año 1995.
Por otra parte, el Protocolo contempla el establecimiento de políticas y medidas
para reducir y limitar las emisiones, y define los llamados instrumentos de
flexibilización, que constituyen el mecanismo de desarrollo limpio, la
transacción de emisiones y la implementación conjunta.
Además, indica que el Protocolo hace específica mención a los países en
desarrollo, instándolos a fortalecer la implementación de sus compromisos
frente a la Convención marco, señalando el rol que les corresponde en la
aplicación del mecanismo de desarrollo limpio. Este mecanismo permitirá a los
35 países europeos y americanos señalados, desarrollar proyectos de reducción
de emisiones en conjunto con países en desarrollo, y ganar créditos por tales
acciones mediante la adquisición de unidades certificadas de reducción de
emisiones de gases de efecto invernadero. La implementación de dichos
proyectos deberá propender a que las naciones menos desarrolladas alcancen
el desarrollo sostenible.
Respecto de la participación de Chile en la Convención marco y el Protocolo de
Kyoto, el mensaje señala que es importante por las amenazas que para el
medio ambiente representará el cambio climático durante el siglo XXI,
situación en la que nuestro país podría verse muy afectado, puesto que posee
varias de las características de vulnerabilidad establecidas en la Convención
marco: zonas costeras bajas, zonas áridas y semiáridas, zonas con cobertura
forestal, zonas propensas a los desastres naturales, zonas expuestas a la
sequía y a la desertificación, zonas de alta contaminación atmosférica urbana y
zonas de ecosistemas frágiles, incluidos los montañosos.
Añade que las acciones contempladas en el Protocolo para reducir y estabilizar
las concentraciones de gases de efecto invernadero, tienen también como
finalidad minimizar los impactos del cambio climático sobre los países más
vulnerables. En este sentido, sostiene que mientras más pronto sea ratificado
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DISCUSIÓN SALA
por las partes para su entrada en vigor a nivel mundial, más temprana será su
operatividad, quedando así los países mejor preparados para enfrentar los
posibles efectos adversos.
Por otra parte, destaca que se prevé para el futuro una profunda
transformación tecnológica, especialmente para el mundo en desarrollo, si las
partes de la Convención desean continuar y robustecer las acciones para
enfrentar el problema del cambio climático. En relación con estos temas, el
mensaje estima que la Convención y el Protocolo podrán convertirse en
herramientas valiosas para la promoción y desarrollo de tecnologías limpias.
Afirma que Chile es reconocido mundialmente como un país con una economía
creciente, adecuado para explotar oportunidades de mercado y confiable para
la inversión extranjera, y señala que si bien el nivel nacional de emisión de
gases de efecto invernadero es muy bajo compa-rado con el escenario global,
se espera que él crezca progresivamente, ya que el consumo de energía,
principal fuente de estos gases, es relevante para mantener las altas tasas de
crecimiento del producto global bruto.
Por último, el mensaje señala que nuestro país ha establecido estándares
ambientales exigentes con el propósito de hacer un balance entre el
crecimiento económico y la protección del medio ambiente para las presentes y
futuras generaciones. Por lo tanto, la transferencia de tecnologías
ambientalmente seguras para solucionar los problemas de contaminación local
y global, a través de la Convención marco y este Protocolo, cuyo contenido
normativo se ha reseñado, será importante para cumplir las metas de alcanzar
el desarrollo sustentable.
Considerando estos antecedentes y visto el contenido normativo-técnico del
Protocolo expuesto ampliamente en el informe escrito, puesto a disposición de
los honorables colegas, la Comisión de Relaciones Exteriores concluyó su
estudio compartiendo las consideraciones de mérito que llevaron a los estados
partes de la Convención marco de las Naciones Unidas sobre el cambio
climático a celebrarlo, por lo que, por mayoría de votos y las abstenciones de
los diputados señores Leay, Masferrer y Moreira, acordó proponer a esta
honorable Sala su aprobación, para lo cual recomienda, entonces, adoptar el
artículo único del proyecto de acuerdo con las modificaciones formales de
menor entidad que se salvan en el texto sustitutivo que se formula en este
informe.
He dicho.
El señor LEÓN (Presidente en ejercicio).- Tiene la palabra la diputada señora
Rosa González.
La señora GONZÁLEZ (doña Rosa).- Señor Presidente, he querido intervenir
en la discusión de este proyecto de acuerdo, pues, en mi concepto, resulta
imperioso que nuestro país adopte las medidas necesarias para establecer un
marco regulatorio en materia de cambios climáticos.
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DISCUSIÓN SALA
En efecto, la iniciativa que hoy debatimos pretende lograr la estabilización de
las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel
que impida interferencias peligrosas en el sistema climático, en un plazo
suficiente para permitir que los ecosistemas se adapten naturalmente a los
cambios climáticos.
Del mismo modo, a través de esta regulación se podrá asegurar que la
producción de alimentos no se vea amenazada y que el desarrollo económico
prosiga de manera sostenible en todas las naciones.
Para nadie es un misterio que nuestro país es tremendamente vulnerable ante
cambios climáticos severos como con-secuencia, por supuesto, de nuestra
singular geografía, que presenta zonas costeras bajas, zonas áridas y
semiáridas, zonas con grandes extensiones forestales, etcétera.
Por otra parte, Chile, durante toda su historia, ha sufrido el rigor de catástrofes
naturales, y particularmente en el último tiempo nos hemos visto afectados por
sequías, inundaciones, aluviones, etcétera. Todo esto se debe a las ya
conocidas corrientes del Niño y de la Niña, que han asolado todo el territorio
nacional con fatales consecuencias sociales, económicas y humanas.
Considero fundamental para Chile, un país que está en pañales en esta
materia, asumir con visión de futuro el tema de los cambios climáticos, para,
de esa forma, poder prevenir, afrontarlos y educar a la población.
He dicho.
El señor LEÓN (Presidente en ejercicio).- Tiene la palabra el diputado señor
Rodrigo Álvarez.
El señor ÁLVAREZ.- Señor Presidente, me parece que la aprobación del
Protocolo de Kyoto es de extraordinaria importancia, no sólo por las razones
que se han anunciado en materia de cambios climáticos, sino también por las
posibilidades que abren sus acuerdos complementarios para poder conservar
las extensiones de bosques nativos que tenemos en las regiones Décima,
Undécima y Duodécima -algunas de ellas ya están en análisis-, las cuales
permitirán obtener un ambiente limpio y proteger las bellezas forestales por
muchos años más.
He dicho.
El señor LEÓN (Presidente en ejercicio).- Tiene la palabra el diputado señor
Urrutia.
El señor URRUTIA.- Señor Presidente, aprobaremos este proyecto de acuerdo,
por cuanto apunta a algo fundamental, en el largo plazo, para la
sustentabilidad de la vida y del bienestar en la Tierra. Aquí hay una visión
planetaria, global, de los problemas de todos los países, cual es el espíritu con
que hoy debe trabajarse en la legislación internacional.
El recalentamiento por el efecto invernadero afectará a todos los países si es
que ahora no se toman medidas de control y, sin duda, el Protocolo de Kyoto
apunta correctamente -si bien de manera imperfecta- a poner en escenario el
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DISCUSIÓN SALA
problema y a adoptar medidas para corregirlo. Chile debe estar presente en
esta tarea, tanto por sus intereses especiales como por el hecho de que la
mayor parte del problema lo generan los países desarrollados, que son los que
producen más gases de efecto invernadero. Por ello, Chile debe aliarse con los
países en desarrollo y del tercer mundo, que serán las víctimas del derroche
energético de los países desarrollados si no se les pone coto a tiempo.
Además, existe un problema de tipo compensatorio que dice relación con
derechos de emisión que más adelante podrán beneficiar a Chile por el hecho
de contar con superficies forestales, en las cuales se pueden efectuar
inversiones financiadas por países que producen gases de efecto invernadero.
En todo caso, el principal interés radica en la protección del planeta como un
todo.
Por lo tanto, apoyo con entusiasmo este proyecto de acuerdo.
He dicho.
El señor LEÓN (Presidente en ejercicio).- Por haber concluido el tiempo de
Fácil Despacho, corresponde votar el proyecto de acuerdo.
En votación.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el
siguiente resultado: por la afirmativa, 44 votos; por la negativa, 0 voto. Hubo
1 abstención.
El señor LEÓN (Presidente en ejercicio).- Aprobado el proyecto de
acuerdo.
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Alessandri, Alvarado, Álvarez, Ascencio, Ávila, Bertolino, Rozas (doña María),
Ceroni, Correa, Delmastro, Elgueta, Galilea (don Pablo), García (don René
Manuel), Hales, Jaramillo, Jarpa, Jocelyn-Holt, Krauss, León, Letelier (don
Felipe), Martínez (don Gutenberg), Melero, Mesías, Montes, Muñoz (doña
Adriana), Navarro, Núñez, Ovalle (doña María Victoria), Palma (don Osvaldo),
Palma (don Andrés), Palma (don Joaquín), Pérez (don José), Pérez (doña Lily),
Riveros, Rocha, Saa (doña María Antonieta), Sánchez, Soto (doña Laura),
Urrutia, Valenzuela, Velasco, Venegas, Vilches y Walker (don Ignacio).
-Se abstuvo el diputado señor Masferrer.
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OFICIO LEY
1.4. Oficio de Cámara de Origen a Cámara Revisora
Oficio de Ley al Senado. Comunica texto aprobado. Fecha 29 de agosto, 2000.
Cuenta en Sesión 20. Legislatura 342. Senado.
Oficio Nº 3037
A S.E. EL
PRESIDENTE DEL
H. SENADO
VALPARAISO, 29 de agosto de 2000
Con motivo del Mensaje, Informe y demás antecedentes
que tengo a honra pasar a manos de V.E., la Cámara de Diputados ha tenido a
bien prestar su aprobación al siguiente
PROYECTO DE ACUERDO:
"Artículo único.- Apruébanse el "Protocolo de Kyoto
de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático" y
sus anexos A y B, adoptados el 11 de diciembre de 1997.".
Dios guarde a V.E.
ROBERTO LEON RAMIREZ
Presidente en ejercicio de la Cámara de Diputados
CARLOS LOYOLA OPAZO
Secretario de la Cámara de Diputados
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INFORME COMISIÓN MEDIO AMBIENTE
2. Segundo Trámite Constitucional: Senado
2.1. Informe de Comisión de Medio Ambiente
Senado. Fecha 14 de agosto, 2001. Cuenta en Sesión 07. Legislatura 347.
INFORME DE LA COMISIÓN DE MEDIO AMBIENTE Y BIENES
NACIONALES, recaído en el proyecto de acuerdo, en segundo trámite
constitucional, que aprueba el Protocolo de la Convención Marco de las
Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y sus Anexos A y B, adoptados en
Kioto, Japón, el 11 de diciembre de 1997.
BOLETÍN Nº 2.525-10
Honorable Senado:
Vuestra Comisión de Medio Ambiente y Bienes Nacionales
tiene el honor de presentaros su informe relativo al proyecto de acuerdo de la
referencia, en segundo trámite constitucional, originado en Mensaje de S.E. el
Presidente de la República.
-----Cabe tener presente que por tratarse de un proyecto de
artículo único, en conformidad con lo prescrito en el artículo 127 del
Reglamento de la Corporación, vuestra Comisión os propone discutirlo en
general y en particular a la vez.
-----Asistieron a algunas de las sesiones que la Comisión
destinó al análisis de este asunto los siguientes personeros: por el Ministerio
de Relaciones Exteriores, el Jefe del Departamento de Medio Ambiente, don
Andrés Landerretche; por la Comisión Nacional del Medio Ambiente, el
Coordinador del Programa de Cambio Climático, don Juan Pedro Searle, y el
asesor en Cambio Climático, don Eduardo Sanhueza; por la Comisión Nacional
Forestal, su Director Ejecutivo, don Carlos Weber; por la Corporación Nacional
del Cobre, el Jefe de la Unidad de Estudios de la Gerencia de Medio Ambiente,
don Fernando Toledo, y por el Comité de Cambio Global, el Coordinador del
Grupo de Expertos sobre Cambio de Uso del Suelo y Bosques de Chile, don
Aquiles Neuenschwander.
------
Historia del Decreto N° 349
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INFORME COMISIÓN MEDIO AMBIENTE
ANTECEDENTES
1.- Generales.
A modo ilustrativo, conviene recordar que la Convención
Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático -cuyo Protocolo nos
ocupa- fue adoptada en Nueva York, Estados Unidos de América, el 9 de mayo
de 1992. Suscrita por nuestro país durante la Conferencia de las Naciones
Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo celebrada en 1992 en la ciudad de
Río de Janeiro, se incorporó a nuestro ordenamiento interno por decreto
supremo Nº 123, del Ministerio de Relaciones Exteriores, de 1995. Según
antecedentes aportados por la Cancillería, esta Convención ha sido ratificada
hasta la fecha por más de ciento cuarenta países.
Al adoptar dicha Convención, los países signatarios
convinieron en reconocer que, entre otros fundamentos, los cambios de clima
del planeta y sus efectos adversos afectan a toda la humanidad, y que las
actividades humanas han contribuido a aumentar de manera significativa las
concentraciones de gases de efecto invernadero (en adelante nombrados por
su sigla GEI) en la atmósfera, intensificando a su vez el efecto invernadero
natural.
El Tratado define los GEI como aquellos componentes
gaseosos de la atmósfera, tanto naturales como antropógenos, que absorben y
reemiten radiación infrarroja. Asimismo, entiende por sumidero y por fuente
cualquier proceso que absorbe o libera, respectivamente, un GEI, un aerosol o
un precursor de un GEI de la atmósfera.
El fenómeno anterior, concluyeron los Estados firmantes
del Convenio, redundará en un calentamiento adicional de la superficie y de la
atmósfera de la tierra, que puede alterar negativamente los ecosistemas
naturales.
Reconocieron que lo expuesto requiere la más amplia
cooperación de todos los países y su participación en una respuesta
internacional efectiva y apropiada, proporcionales a sus responsabilidades y
capacidades, comunes pero diferenciadas, y a sus particulares condiciones
sociales y económicas.
En la búsqueda de los propósitos que los inspiraron, los
países signatarios asumieron diversos compromisos; entre otros, elaborar y
actualizar
periódicamente
inventarios
nacionales
de
las
emisiones
antropógenas por las fuentes y la absorción por los sumideros de todos los GEI
no controlados por el Protocolo de Montreal, relativo a las Sustancias que
agotan la Capa de Ozono; formular y publicar programas nacionales y
regionales que contengan medidas orientadas a mitigar el cambio climático y
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INFORME COMISIÓN MEDIO AMBIENTE
facilitar la adaptación adecuada al mismo; promover, apoyar y difundir
tecnologías, prácticas y procesos que controlen, reduzcan o prevengan las
emisiones antropógenas de GEI, en sectores como energía, transporte,
industria, agricultura, silvicultura y gestión de desechos; promover la gestión,
conservación y reforzamiento de los sumideros y depósitos de todos los GEI, y
apoyar la investigación en las áreas científica, tecnológica, socioeconómica y
de otra índole, que contribuya a facilitar la comprensión de las causas y los
efectos, la magnitud y la distribución cronológica del cambio climático.
Establecieron, asimismo, que las Partes que son países en
desarrollo y las demás Partes desarrolladas, adoptarán las medidas posibles
para promover, facilitar y financiar, según proceda, la transferencia de
tecnologías y conocimientos prácticos ambientalmente sanos o el acceso a
ellos, por otras Partes.
También debe tenerse en cuenta que la Convención
reconoció a las Partes el derecho -al llevar a la práctica los compromisos que
emanan de ella- a considerar el nivel de desarrollo de su economía, en cuanto
sea vulnerable a los efectos adversos de las medidas de respuesta a los
cambios climáticos.
La obligación de adoptar medidas tendientes a delimitar
las emanaciones de GEI y proteger y mejorar los sumideros naturales, recae
en los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico
(en adelante, OCDE) y en los doce países con economías en transición, todos
los que conforman el Anexo I del Convenio (de los cuales veinticuatro son
países desarrollados: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá,
Dinamarca, España, Estados Unidos de América, Finlandia, Francia, Grecia,
Irlanda, Islandia, Italia, Japón, Luxemburgo, Noruega, Nueva Zelandia, Países
Bajos, Portugal, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, Suecia,
Suiza y Turquía; y once se encuentran en transición a una economía de
mercado: Bielorrusia, Bulgaria, Checoslovaquia, Estonia, Federación de Rusia,
Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, Rumania y Ucrania). Cabe señalar que la
Comunidad Europea forma parte de dicho listado, en cuanto el mismo
Convenio permite incluir entre tales medidas, las políticas y las acciones
adoptadas por las organizaciones regionales de integración económica.
Esas tareas, señala la Convención, tienen por finalidad
volver, individual o conjuntamente, a los niveles de emanación existentes al
año 1990. En cuanto a compromisos específicos de reducción, la Convención
no llegó a incluirlos, razón por la cual su concreción definitiva, o la de otros,
tendiente a alcanzar los objetivos planteados, quedó entregada a las
Conferencias de las Partes que se realizasen en el futuro, instancias que
podrán reforzar o atenuar sus disposiciones en conformidad con los últimos
descubrimientos científicos. Entre otras medidas, podrán proponer
"enmiendas" o "protocolos" al Convenio original.
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En suma, el propósito ulterior de la Convención Marco es
lograr la estabilización de las concentraciones de GEI en la atmósfera a un
nivel que impida las interferencias antropógenas peligrosas en el sistema
climático. Ese nivel, señala, debería lograrse en un plazo suficiente para
permitir que los ecosistemas se adapten naturalmente al cambio del clima,
asegurar que la producción de alimentos no se vea amenazada y permitir que
el desarrollo económico prosiga de manera sostenible.
En este contexto se enmarca el Protocolo que se somete a
consideración de este H. Senado.
2.- Origen, fines y alcances del Protocolo de Kioto.
En la Primera Conferencia de las Partes de la Convención
Marco, realizada en 1995 en Berlín, se manifestó la necesidad de establecer un
instrumento jurídico destinado a ratificar y dar cumplimiento a los
compromisos de reducción de las emisiones antropógenas de GEI, contraído
por los treinta y cinco países signatarios del Convenio que conforman su Anexo
I, a los que se ha hecho mención en el acápite anterior.
En dicha Conferencia hubo consenso en que el contenido
de las normas que regulan los compromisos adoptados por esos países eran
inadecuados, considerando que muchos de ellos habían anunciado que no
podrían cumplir las metas de reducción de emisiones de GEI planteadas para el
año 2000, esto es, regresar a los niveles de emisiones de 1990.
En otras palabras, el objetivo estabilizador de las
emisiones, perseguido por la Convención Marco, se veía en peligro debido al
bajo grado de cumplimiento de los compromisos adoptados por los países
industrializados.
Como resultado de esta constatación, se adoptó el
Mandato de Berlín, que dio partida a un proceso de implementación de
acciones que incluiría la adopción de decisiones para reforzar los compromisos
acordados, a través de un protocolo u otro instrumento vinculante.
Luego de tres años de trabajos preparatorios, dicho
instrumento se adoptó en la Tercera Reunión de la Conferencia de las Partes,
efectuada en Kioto, oportunidad en la que participaron más de diez mil
delegados,
entre
representantes
de
gobiernos,
de
organizaciones
internacionales intergubernamentales y no gubernamentales, y de medios de
prensa. Concurrieron, también, más de ciento veinte Ministros de Estado.
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3.- Objetivos fundamentales del Protocolo que se somete a la consideración del
H. Senado.
En primer lugar establece compromisos estrictos de
reducción y limitación de emisiones de GEI para los países desarrollados y
países con economías en transición (Anexo I de la Convención Marco), con un
calendario determinado para cumplirlos.
Entre estos compromisos se mencionan los siguientes:
eficiencia energética, protección y mejoramiento de los sumideros, promoción
de modalidades de agricultura sustentable, utilización de nuevas y renovables
formas de energía, eliminación y reducción de incentivos, exenciones y
subvenciones contrarios a sus objetivos, y recuperación y uso de las emisiones
de metano, entre otros. Se señala que las Partes podrán cooperar para
mejorar la efectividad de tales medidas y, además, velarán para minimizar los
impactos de su aplicación en otras Partes, especialmente en aquéllas menos
desarrolladas (Artículo 2 del Protocolo).
En términos concretos, dichos países se comprometen a
alcanzar una reducción conjunta de las emisiones de GEI -de un 5% bajo los
niveles existentes al año 1990- para el primer período de compromisos,
establecido entre los años 2008 y 2012, expresada como emisiones de dióxido
de carbono equivalentes (Artículo 3 del Protocolo).
A modo de ejemplo, si se ratificara el Protocolo, dicho
compromiso de reducción de emisiones en el caso de Estados Unidos (principal
emisor de GEI, con un 25% del total), sería un 7% menor que las que tenía en
1990. Tratándose de la Unión Europea es, en promedio, un 8% menor a esa
línea y, en los casos de Japón y Canadá, un 6%.
Además, se amplía el listado original de gases a reducir,
pues, fuera de los gases principales controlados por la Convención, a saber, el
dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O), se incluyen
los hidrofluorocarbonos (HCFCs), perfluorocarburos (PFCs) y el hexafluoruro de
azufre (SF6). Para los tres primeros gases, el año base sigue siendo 1990,
mientras que para los demás es el año 1995 (Artículo 3 y Anexo A del
Protocolo).
El Protocolo consigna las reglas mediante las cuales las
Partes de su Anexo B podrán actuar en forma conjunta con el fin de cumplir los
compromisos asumidos en virtud de este mismo Anexo.
Se precisa la obligación de las Partes del Anexo I de la
Convención de establecer, a más tardar un año antes del inicio del primer
período de compromisos (año 2008), un sistema nacional para la estimación de
las emisiones desde las fuentes y su absorción por sumideros de todos los
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gases no controlados por el Protocolo de Montreal. Las metodologías para tales
estimaciones deben ser aceptadas por el Panel Intergubernamental de
Expertos sobre el Cambio Climático (PICC), acordadas por la Conferencia de
las Partes (Artículo 5 del Protocolo).
El instrumento establece,
mecanismos para reducir y limitar las emisiones.
asimismo,
una
serie
de
Así, se fijan los criterios para que las Partes del Anexo I de
la Convención transfieran o adquieran de otras Partes del mencionado Anexo I,
unidades de reducción de emisiones logradas a través de la implementación de
proyectos de reducción de emisiones o aumento de sumideros de GEI.
Este
implementación conjunta"
por las Partes siempre
demostrables para cumplir
tipo
de
medidas
son
denominadas
"de
(Artículo 6 del Protocolo), y podrán ser utilizadas
y cuando hayan efectuado acciones nacionales
con el Artículo 3 del Protocolo.
El Protocolo obliga también a cada parte del Anexo I de la
Convención a incorporar información adicional en su inventario anual de
emisiones de GEI y remoción por sumideros, la que debe ser incluida en su
comunicación nacional, de manera tal de reflejar su grado de cumplimiento de
los compromisos (Artículo 7 del Protocolo).
Se prevé una revisión técnica exhaustiva, efectuada por
equipos de expertos, de la información que se proporcionará emanada del
artículo anterior (Artículo 8 del Protocolo).
Se detallan las actividades que las Partes deberán
desarrollar con el fin de reafirmar y avanzar en la implementación del Artículo
4.1. de la Convención de Cambio Climático, esto es, de los compromisos
asumidos, tomando en cuenta sus responsabilidades comunes pero
diferenciadas y sus prioridades de desarrollo regional y nacional. Lo anterior,
sin introducir nuevos compromisos para los países en desarrollo (Artículo 10
del Protocolo).
Se establece la necesidad de que las Partes desarrolladas
y aquéllas con economías en transición provean apoyo financiero a los países
en desarrollo para dar cumplimiento a los compromisos asumidos por el
Artículo 4.1. y a la formulación de programas para mejorar la calidad de los
factores de emisión mencionados en el Artículo 10, ambos de la Convención
(Artículo 11 del Protocolo).
Se implementa un sistema denominado Mecanismo de
Desarrollo Limpio, en virtud del cual se permite a los países nombrados en el
Anexo B del Protocolo cumplir parte de sus obligaciones con actividades de
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reducción de emisiones o captura de las mismas en un país en desarrollo. En
otras palabras, se les permite generar proyectos de reducción de emisiones en
conjunto con países en desarrollo y ganar créditos por tales acciones, mediante
la adquisición de unidades certificadas de reducción de emisiones de GEI. La
implementación de dichos proyectos deberá propender a que las naciones
menos desarrolladas alcancen un desarrollo sustentable (Artículo 12 del
Protocolo).
El Protocolo, además, crea un sistema de mercado de
certificados de reducción de emisiones de GEI con el fin de cumplir con los
compromisos que emanan del Artículo 3, realizable sólo entre las Partes del
Anexo B del Protocolo. Dichas Partes deben, previamente, realizar acciones
domésticas (suplementariedad) para el cumplimiento de esos compromisos. En
todo caso, esta disposición requiere la elaboración de reglas y procedimientos
para la verificación, informe y contabilidad del sistema de emisiones transables
(Artículo 17 del Protocolo).
El
Protocolo
ordena
la
elaboración
futura
de
procedimientos y mecanismos eficaces para determinar y abordar los casos de
incumplimiento de sus disposiciones, incluyendo el desarrollo de una lista
indicativa de consecuencias, tomando en consideración la causa, tipo, grado y
frecuencia del incumplimiento (Artículo 18 del Protocolo).
En cuanto a solución de controversias, el Protocolo hace
aplicables las normas de la Convención Marco, contenidas en el Artículo 14 de
ésta (Artículo 19 del Protocolo); en cuanto a enmiendas, carácter de los
anexos, suscripción, ratificación y aprobación, rigen normas usuales en este
tipo de tratados (Artículos 20 a 24 del Protocolo).
Determina las condiciones para que el Protocolo entre en
vigor, lo que ocurrirá cuando cincuenta y cinco países de la Convención hayan
depositado sus instrumentos de ratificación, aceptación, aprobación o
adhesión, debiendo entre los países Partes del Anexo I representar en conjunto
al menos el 55% de las emisiones de CO2 que tenían en el año 1990 (Artículo
25 del Protocolo).
Cabe destacar, por último, que no se podrán formular
reservas al Protocolo (Artículo 26 del Protocolo).
De acuerdo con los antecedentes entregados por el
Ministerio de Relaciones Exteriores, a la fecha de despacho de este informe, el
Protocolo ha sido firmado por cien países y ratificado por Antigua y Barbuda,
Azerbaiyán, Bahamas, Barbados, Bolivia, Chipre, Ecuador, El Salvador, Fidji,
Gambia, Georgia, Guatemala, Guinea, Guinea Ecuatorial, Honduras, Islas
Maldivas, Jamaica, Kiribati, Lesotho, Mauricio, México, Micronesia, Mongolia,
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Nicaragua, Niue, Palau, Panamá, Paraguay, Rumania, Samoa, Senegal,
Trinidad y Tobago, Turkmenistán,Tuvalú, Uruguay, Uzbekistán y Vanuatú.
4.- Tramitación en la H. Cámara de Diputados.
En dicha Cámara el proyecto de acuerdo fue aprobado por
cuarenta y cuatro votos a favor y una abstención.
5.- Mensaje del Ejecutivo.
Al fundar el proyecto de acuerdo en informe el Ejecutivo
señala que si se tiene en consideración que el cambio climático se convertirá
en una de las amenazas ambientales más importantes durante el siglo XXI,
nuestro país podría verse especialmente afectado, ya que cuenta con varias de
las características de vulnerabilidad establecidas en la Convención sobre
Cambio Climático, entre las que destaca las zonas costeras bajas; áridas y
semiáridas; con cobertura forestal y expuestas al deterioro; propensas a los
desastres naturales; expuestas a la sequía y a la desertificación; de alta
contaminación atmosférica urbana, y de ecosistemas frágiles, incluidos
aquellos montañosos.
Indica, asimismo, que las acciones establecidas en el
Protocolo para reducir y estabilizar las concentraciones de GEI, tienen también
como finalidad minimizar los impactos del cambio climático sobre los países
más vulnerables. En este sentido, mientras más pronto sea ratificado por las
Partes para su entrada en vigor a nivel mundial, más temprana será su
operatividad, quedando así los países mejor preparados para enfrentar los
posibles efectos adversos.
Plantea que se prevé para el futuro una profunda
transformación tecnológica, especialmente para el mundo en desarrollo, que se
verá profundizada si las Partes de la Convención desean continuar y robustecer
las acciones actuales para enfrentar el problema del cambio climático. En
relación a los temas de cooperación y de transferencia tecnológica,
íntimamente ligados a la implementación de medidas de mitigación de los
impactos, la Convención y el Protocolo, ejecutados adecuadamente, podrán
convertirse en herramientas valiosas al efecto.
Al concluir, agrega el Ejecutivo que si bien Chile es
reconocido mundialmente por una economía creciente, su nivel de emisión de
GEI es aún bajo comparado con el escenario global, esperándose en todo caso
que crezca progresivamente ya que el consumo de energía, principal fuente de
GEI, es relevante para poder mantener las altas tasas de crecimiento del PGB.
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INFORME COMISIÓN MEDIO AMBIENTE
6.- Legales.
Cabe considerar, en cuanto inciden directamente en la
iniciativa, además del citado, los siguientes:
- El numeral 1) del artículo 50 de la Constitución Política,
que entrega al Congreso Nacional la atribución exclusiva de aprobar o desechar
los tratados internacionales que le presentare el Presidente de la República
antes de su ratificación, instancia que se someterá a los trámites de una ley.
- El numeral 8 del artículo 19 de la misma Carta, que
consagra el derecho a vivir en un ambiente libre de contaminación, y entrega
al Estado la obligación de velar para que este derecho no sea afectado y por la
preservación de la naturaleza.
- El Protocolo de Montreal, relativo a las Sustancias
Agotadoras de la Capa de Ozono, de 16 de septiembre de 1987, promulgado
por decreto supremo Nº 238, del Ministerio de Relaciones Exteriores, de 1990.
-----DISCUSIÓN GENERAL Y PARTICULAR
Vuestra Comisión dedicó varias sesiones al estudio del
instrumento internacional de que se trata, en las que, consciente del carácter
especialmente técnico de algunas de sus normas, requirió la opinión de
especialistas, cuya colaboración fue de gran utilidad para el cumplimiento de
su cometido.
En primer lugar, escuchó al Jefe del Departamento de
Medio Ambiente de la Cancillería, quien reiteró el interés que el Gobierno tiene
por la ratificación del Protocolo de Kioto, en cuanto permite al país, por una
parte, mantener la coherencia del discurso que ha sustentado ante la
comunidad internacional en materia de cambio climático y por otra,
implementar a la brevedad los mecanismos económicos flexibles que dicho
instrumento internacional consagra para propender a un desarrollo industrial
limpio.
Al efecto, agregó, el tratado contempla un conjunto de
limitaciones cuantitativas de emisiones que rigen para los países del Anexo I
de la Convención, que facilitan a Chile recibir inversión extranjera destinada al
cumplimiento del propósito fundamental, reducir las emisiones de GEI.
El punto, dijo, se vincula con la circunstancia de que
nuestro país está siendo especialmente afectado por el cambio climático, en la
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medida que reúne las características que han sido definidas como categoría de
alta vulnerabilidad por la Convención Marco.
En seguida, advirtió que la adopción de este instrumento
no ha estado exenta de conflicto. El problema más delicado, continuó, se
vincula con la negativa de Estados Unidos de América a ratificarlo, no obstante
tratarse de una de las naciones que genera el porcentaje más significativo de
emisión de GEI. En todo caso, se mostró confiado en que las reuniones que
celebrarán los Estados Partes y signatarios del Convenio en Bonn, permitirán
alcanzar los consensos que resuelvan las divergencias producidas.
Los motivos que habrían influido en la actitud asumida por
el Gobierno de Estados Unidos de América, según el personero, se vinculan con
el modo de entender el principio de "responsabilidades compartidas pero
diferenciadas" que se ha venido consolidando en el ámbito del Derecho
Ambiental Internacional. En virtud del mismo, los países desarrollados deben
contribuir de manera más significativa para revertir los daños al medio
ambiente, cuando surgen de sus respectivos procesos de industrialización y
producción de sustancias y residuos nocivos o peligrosos para el ecosistema
planetario.
Indicó que el año en que se suscribió el instrumento, el
Senado de Estados Unidos de América adoptó, por unanimidad, una resolución
en la que decidió rechazar su aprobación mientras países en vías de desarrollo
como Brasil, India o la República Popular China no se sometieran también a
determinadas cuotas de reducción de emisiones.
El representante de la Cancillería admitió que la
controversia podría incentivar a otras naciones a negar su incorporación al
Protocolo. En ese contexto, dijo, Chile daría una positiva señal internacional
tendiente a aunar voluntades políticas en torno a la urgente necesidad de que
el instrumento entre en vigor.
Concluyó informando que en la reciente Cumbre de Jefes
de Estado celebrada en Quebec, Estados Unidos participó de una declaración
conjunta que apoya los objetivos de la Convención, aunque haciendo reserva
de su opinión discordante acerca de las modalidades que en ella se contienen
para el logro de dichos objetivos.
Requerido por la ventaja concreta que tendría para
nuestro país ratificar el Protocolo, en circunstancias que existe el fundado
temor de que podría afectar el desarrollo futuro del sector productivo nacional
y hacer más dispendioso el acceso a nuevas tecnologías, respondió que ello
básicamente se relaciona con la implementación de mecanismos de desarrollo
limpio, que podrían incidir en la llegada de importantes proyectos de inversión
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INFORME COMISIÓN MEDIO AMBIENTE
y en la creación de nuevas fuentes de trabajo y áreas de crecimiento
económico.
En apoyo de esa tesis, el asesor en Cambio Climático de la
CONAMA recordó que cuando en 1990 Naciones Unidas decidió articular una
acción de la comunidad internacional para enfrentar el inquietante diagnóstico
científico referido al incremento de la temperatura terrestre y sus
consecuencias para la supervivencia del ecosistema planetario, tuvo en cuenta
que el costo de reparación del daño potencial sería siempre mucho más
relevante que cualquier costo de prevención.
Precisó que cuando el Protocolo establece obligaciones
para las naciones industrializadas, que se traducen en cifras de reducción de
emisiones según tipos de gases, la lógica aplicada se vincula con la
consideración del "costo efectivo". Hubo cierto acuerdo entre los países con
respecto a que dicho costo no podía expresarse en una alteración del orden
económico internacional. Conforme a otra forma de expresarlo, dijo, las
soluciones pasan por distribuir las cargas económicas de manera tal que todos
los países tengan que hacer un aporte proporcional a su responsabilidad
histórica en la aparición del problema, pero sin afectar el esquema actual de
competitividad mundial.
A continuación, el asesor se refirió a la posición chilena en
relación con el conflicto reseñado. Al efecto, dijo, el país ha actuado inspirado
en dos ideas esenciales.
Por una parte, que una alteración del sistema climático
afectará notablemente nuestros frágiles equilibrios ecológicos, por lo que
atendidas las últimas investigaciones que permiten asegurar que Chile es una
nación vulnerable, acometer el tema de manera congruente con los avances
hechos por la comunidad internacional, se torna una necesidad ineludible. En
ese sentido, el Protocolo contempla herramientas jurídico-económicas que
facultan a Chile para acceder a recursos destinados a reparar los perjuicios
ambientales que ha sufrido.
Por otra, que adicionalmente al efecto físico que el cambio
climático es susceptible de ocasionar, se ha estimado que mantenerse al
margen de las iniciativas internacionales de resolución del problema podría
también mermar nuestras posibilidades de desarrollo económico. Lo anterior,
porque adecuar las tecnologías productivas a procesos industriales más
limpios, que permitan controlar las emisiones de GEI, supone ingentes
inversiones que para países como Chile revisten un evidente obstáculo.
En los últimos años, dicha adecuación ha adquirido una
acelerada dinámica en los países industrializados. Si Chile no es capaz de
formar parte de esa transformación tecnológica, la brecha que existe en la
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actualidad en esta materia será mucho más difícil de salvar, lo cual podría
colocarlo en una riesgosa dependencia financiera. Precisando este aspecto, el
asesor argumentó que los programas de fomento y de transferencia
tecnológica establecidos en los instrumentos suscritos por la comunidad
internacional, relativos a cambio climático, facilitan el acceso a bajo costo a las
innovaciones que se experimentan en el ámbito de los procesos industriales y
productivos, con el consiguiente beneficio para nuestro país. En síntesis,
explicó, ello significaría incorporarse a la transformación tecnológica de manera
subsidiada.
Ejemplificó lo expuesto en un proyecto de producción
energética limpia, mediante la utilización de la fuerza eólica, susceptible de
generar 50 megawatts, que se instalará en la zona de Calama, con la
participación de CODELCO. Este proyecto permitirá producir energía eléctrica
casi a costo cero, lo cual garantiza su venta. Sin el apoyo financiero de los
países industrializados esta iniciativa sería inviable por el alto nivel de los
recursos involucrados para su implementación. Sin embargo, si se valoran las
emisiones de GEI que se evitan con un proyecto de esta naturaleza y se
incorporan a su estructura de costos, entonces se constituye en un negocio de
gran rentabilidad. Para los países inversionistas este punto es clave, porque les
permite transar en el mercado internacional lo que se evita como emisión de
gases. Se calcula que reducir una tonelada métrica de CO2 liberada a la
atmósfera en Estados Unidos de América o en Europa cuesta entre US$100 y
US$400.
Finalizó señalando que en esta materia nuestra biomasa
forestal ofrece posibilidades de enorme relevancia económica para el país.
Ante una pregunta de los HH. señores Senadores, el
asesor sostuvo que una de las características del Protocolo de Kioto consiste en
que al obligar a determinados países a reducir sus emisiones de GEI y asociar
a su contravención sanciones penales, se entregan señales de precio al
mercado que permiten avaluar pecuniariamente dichas emisiones.
En seguida, hizo presente que las naciones europeas son
de opinión que si todas las actividades forestales "potenciales" en el mundo se
utilizaran para compensar reducción de emisiones, el precio del CO2 bajaría
significativamente, afectando su interés estratégico de vender tecnología de
vanguardia. La Unión Europea considera que el Mecanismo de Desarrollo
Limpio del Protocolo facilita la posibilidad de transferir tecnologías de
generación de energías renovables a los países en vías de desarrollo. A juicio
de esta organización, la sola actividad forestal, siendo relevante, distraería de
la urgencia de efectuar profundas transformaciones tecnológicas en los
procesos industriales y productivos.
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Cabe destacar que esta posición, según dijera el asesor de
CONAMA, se habría flexibilizado, pues en la actualidad la Unión Europea estaría
por apoyar los proyectos de forestación de suelos degradados y de
reforestación de áreas deforestadas, aunque privilegiando siempre proyectos
de conservación y protección de recursos biomásicos naturales.
Por su parte, el Coordinador del Programa de Cambio
Climático de la CONAMA añadió que, pensando en las ventajas para Chile del
Protocolo de Kioto, los mecanismos que en él se conciben no han sido
diseñados para solucionar el problema integral del cambio climático, pues en
general se trata de un asunto que no se aprecia en sus exactas dimensiones
por el largo tiempo que todavía resta para que sus efectos sean efectivamente
percibidos. Por lo mismo, se trata de herramientas útiles para revertir daños
producidos por contaminación a nivel local, esto es, a menor escala.
En todo caso, advirtió, en materia de sumideros forestales
la situación del país reviste alguna complejidad, dado que hay estudios
científicos que demuestran una disminución progresiva de nuestra biomasa
vegetal.
A continuación, el Director Ejecutivo de la CONAF, en
cuanto a los beneficios que, desde el punto de vista del sector forestal chileno,
podría otorgar al país el Protocolo en análisis, señaló que el balance relativo a
la capacidad de captura de carbono de nuestros bosques es positivo,
estimándose que debería mantenerse en ese estado por algún tiempo.
Luego, llamó la atención acerca de que el problema de la
biomasa forestal y del cambio de uso de suelo como mecanismos de fijación
presenta una complejidad esencial en cuanto a cómo se contabilizarán estos
elementos, a los efectos de establecer parámetros de precio por tonelada de
carbono o por nivel de contaminación, en especial si se trata de producción
energética. Esta dificultad, agregó, determina que las negociaciones al
respecto tengan una mayor connotación política que científica.
El H. Senador señor Moreno manifestó su preocupación
por los alcances que, para un país de las características del nuestro, tendrían
las alternativas de desarrollo limpio que en definitiva se acuerden, que
involucran a los recursos forestales como sumideros, dado que tales
pronunciamientos implicarán o no la posibilidad de incorporar tanto a los
bosques exóticos, como a los recursos nativos. Lo anterior es, a su juicio,
determinante para el desarrollo económico chileno y un elemento clave para el
sector forestal.
Sobre el particular, el personero de la CONAF señaló que,
suponiendo que Chile ratificara el Protocolo, podrá participar en las
negociaciones. De ser así, al país le convendría defender la incorporación de
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todos los bosques en la contabilidad, esto es, los existentes y aquellos que son
el resultado de nuevas plantaciones, sobre todo en lo referido a renovales que
equivalen a casi 3,6 millones de hectáreas y que por encontrarse en período de
crecimiento neto están fijando carbono.
Consultado por la "sustitución", cuestión que interesó
especialmente al H. Senador señor Horvath, recordó que en las negociaciones
generalmente se ha estimado que las plantaciones adicionales no comprenden
las actividades de sustitución de bosque. En tal sentido, además, la
contabilidad resulta negativa porque eliminar bosque para plantar, libera más
carbono que el que se fija con lo plantado.
Sobre la capacidad de un bosque exótico versus la de un
bosque nativo para fijar carbono, informó que la respuesta dependerá de la
forma en que se contabilice la fijación. En bosques fríos o boreales y en los
templados la fijación se produce a nivel del suelo, esto es, en las raíces y en la
materia orgánica asociada en proceso parcial de descomposición, no en la
parte aérea de la masa arbórea. De allí es que los bosques nativos, siendo
heterogéneos, posean una mayor cantidad de materia orgánica bajo el nivel
del suelo que una plantación. No obstante, dada la complejidad práctica de la
contabilización del carbono radicado en el suelo, se opta por efectuar esta
clase de mediciones en la zona aérea de los bosques. En ésta, no hay
diferencias significativas entre bosques nativos y exóticos, aun cuando influyen
características locales o el volumen de madera, entre otros factores. Con todo,
concluyó, el carbono que aparece fijado por más tiempo es el que se acumula
en la madera.
En seguida expuso ante la Comisión el Jefe de la Unidad
de Estudios de la Gerencia de Medio Ambiente de CODELCO, quien luego de
destacar que el Protocolo de Kioto reconoce, como se ha dicho, un sistema
jurídico diferenciado en la medida en que frente a un problema ambiental de
carácter global establece que los países responsables de gestarlo son los
principales obligados a su reparación, hizo hincapié en que Chile, que se
encuentra en la categoría de nación en vías de desarrollo, no está sometido,
por ahora, a compromisos de reducción de emisiones. Los deberes que le
corresponden se vinculan con la búsqueda de eficiencia en el uso de la energía,
el manejo adecuado de sus bosques o la reconversión de sus procesos
industriales de manera de armonizarlos con el medio ambiente, entre otros.
Lo anterior se funda en que el calentamiento de la tierra
se origina en la revolución industrial de comienzos del siglo XIX, considerando
que el CO2 puede permanecer en la atmósfera hasta cuatrocientos años. En
ese entendido, se parte de la premisa que los países industrializados tienen
una deuda histórica que saldar. Estas naciones han asumido dicha
responsabilidad, lo cual se ha expresado en los compromisos establecidos en el
Protocolo.
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INFORME COMISIÓN MEDIO AMBIENTE
Tomando en consideración un modelo predictivo sobre
aumento de emisiones en los próximos veinte años, se concluye que en ese
lapso los países en vías de desarrollo estarán emitiendo GEI en el mismo nivel
en que hoy lo hacen los países desarrollados. Desde luego, precisó, ello debe
relacionarse con la circunstancia que estas últimas naciones deben responder
por las emisiones ocurridas desde hace doscientos años.
CODELCO ha tenido participación en las discusiones sobre
el tema y ha solicitado estudios de costo-beneficio en forma previa a cualquier
decisión de política exterior chilena, estudios que se traducen en cuantificar el
costo que significaría para el país reducir sus emisiones al mismo nivel que
alcanzaban a comienzos de la década de los noventa, los que fueron tenidos en
cuenta para fijar nuestra posición.
Prosiguió su intervención señalando que para la industria
minera, mientras Chile no esté obligado a cuotas de reducción, el Protocolo no
resulta desventajoso, porque el costo neto de producción de la libra de cobre
no debiera sufrir grandes alteraciones. En dicho valor se incluye alrededor de
un 17% por concepto de generación de energía para llevar a cabo el proceso
minero. Si tuviera que reducir emisiones el costo de producción aumentaría,
por lo que se daría un diferencial de precio que impondría a los productores la
necesidad de adoptar medidas para rebajarlo.
En lo que concierne a la incidencia de las emisiones de
anhídrido sulfuroso, derivado de los procesos cupríferos, explicó que si bien
este gas tiene propiedades congelantes no es definido como compensación a la
emisión de compuestos de carbono.
Para CODELCO llegará el momento en que Chile sea
exhortado internacionalmente a reducir emisiones, por lo que ha iniciado
estudios para proyectos de generación de energía alternativa no fósil, entre los
cuales citó el que utiliza fuerza eólica, a instalarse en Calama, iniciativa a la
que hiciera alusión precedentemente el asesor en Cambio Climático de la
CONAMA.
En todo caso, consultado por el financiamiento para los
estudios de factibilidad de la iniciativa, señaló que consiste en aportes del
Gobierno de los Estados Unidos de América por un total de US$400.000. De
concretarse, como se dijera, el país generaría mediante energía eólica 50
megawatts que permitirían cubrir el 5% del consumo anual de Chuquicamata.
Si bien, indicó, la capacidad de producción del proyecto es marginal en relación
con los requerimientos energéticos de una mina de las proporciones de
Chuquicamata, resulta igualmente significativo porque se constituiría en una
experiencia modelo que fomentaría iniciativas análogas en el futuro.
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Por último, comentó que el proyecto en cuestión responde
al interés conjunto de los Gobiernos de Chile y Estados Unidos de América, y
ha sido presentado para su evaluación ante la Secretaría de la Convención de
las Naciones Unidas sobre Cambio Climático. No obstante, nuestro país no está
obligado a concretarlo con Estados Unidos, pudiendo ocurrir que, en definitiva,
se materialice mediante aportes, vía donaciones o créditos blandos, de los
Gobiernos de Holanda y Dinamarca.
En cuanto a la posibilidad de generar energía eléctrica de
origen fotovoltaico, esto es, que utiliza como fuente la luz solar, indicó que han
existido conversaciones con el Gobierno de Japón, representado por la Japan
International Cooperation Agency (JICA), que se orientan en tal sentido. Con
anterioridad, agregó, las aplicaciones industriales de esta clase de energía
estaban entrampadas por razones técnicas, pero estos obstáculos ya habrían
sido superados.
Al concluir, abogó por la necesidad de articular una
capacidad institucional que se aboque al problema del cambio global con un
sentido comprensivo y con funciones y atribuciones claramente establecidas,
proyectándose en el largo plazo mediante una política de Estado sobre la
materia.
Con motivo de su exposición, el Coordinador del Grupo de
Expertos sobre Cambio de Uso del Suelo y Bosques de Chile, que integra el
Comité Asesor sobre Cambio Global, además de ilustrar a la Comisión acerca
de algunos de los conceptos anteriormente vertidos, se refirió
fundamentalmente a su participación en la última ronda de reuniones de las
Partes del Protocolo, celebrada en el mes de julio pasado en Bonn, donde se
alcanzó un acuerdo político destinado a zanjar las diferencias que se han
suscitado respecto del instrumento.
Dicho acuerdo fue el resultado de difíciles negociaciones,
dijo, en las que se confrontaron posiciones divergentes que datan de
comienzos de los años noventa. Tales conflictos se han referido a las opciones
que las Partes defienden acerca del uso de tres mecanismos flexibles.
El
primero,
constituido
por
la
denominada
“implementación conjunta” sólo se orienta a los países incluidos en el Anexo I
del Protocolo, esto es, aquellas naciones obligadas a reducir emisiones de GEI.
En virtud de este instrumento dichos países pueden realizar proyectos
compartidos destinados a disminuir sus emisiones o incrementar su capacidad
de captura de CO2 mediante el uso de la tierra, el cambio de uso del suelo y la
silvicultura.
El segundo, consiste en la “transacción de emisiones”, a
saber, un sistema de transferencia a título oneroso de derechos de emisión.
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INFORME COMISIÓN MEDIO AMBIENTE
El tercero, que interesa a los países en desarrollo, es el
denominado Mecanismo de Desarrollo Limpio, al cual se ha aludido con
anterioridad en este informe. Se recordará que su objeto es permitir a los
países desarrollados efectuar inversiones en los países en vías de desarrollo,
fundamentalmente en producción de energía. Se trata de iniciativas tendientes
a generar energía de manera eficiente y con alta rentabilidad ambiental,
mediante reducciones significativas de emisiones. A propósito del Mecanismo
en comentario, se discutió incluir actividades forestales o agrícolas como
sumideros o instrumentos de compensación entre el nivel de las emisiones y el
porcentaje de captura de CO2 de las biomasas nacionales.
En relación con este último aspecto, el personero explicó
que el debate en Bonn se centró en el número de actividades que se
aceptarían por concepto de manejo agrícola y de bosques (forestación,
reforestación y deforestación) y en la cantidad de recursos financieros
involucrados. Este asunto, por razones de escala, inquietó tanto a países
desarrollados como en vías de desarrollo.
Por otra parte, añadió, hubo algunos temas que también
dieron lugar a discrepancias, referidos a sanciones e incentivos aplicables a los
países consignados en el Anexo I, en la medida que sobre ellos recaen deberes
de reducción de emisiones.
Consultado por la posición asumida por Estados Unidos de
América, sostuvo que desde el inicio de la Conferencia de Bonn fue manifiesta
la voluntad de este país de no ratificar el Protocolo en su forma actual. En todo
caso, precisó, los representantes de dicho país han seguido participando en las
discusiones, aunque con el fin de respaldar los compromisos que le conciernen
en su calidad de Estado Parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas
sobre Cambio Climático. Tales compromisos se expresan, especialmente, como
determinadas contribuciones financieras que persiguen ayudar a los países en
desarrollo, por un lado, a disminuir sus emisiones y, por otro, a resistir las
medidas de mitigación adoptadas por los países del Anexo I (las cuales podrían
traducirse, por ejemplo, en la utilización de energías alternativas a los
combustibles fósiles, restricciones o alteraciones del comercio internacional,
limitaciones para la realización de actividades productivas en el mundo).
En cuanto a la principal ventaja del acuerdo político
obtenido en Bonn, señaló que consiste en el compromiso de que en el 2002 el
Protocolo deberá ser ratificado por un mínimo de cincuenta y cinco países,
responsables del 55% de las emisiones mundiales de GEI. Se excluye Estados
Unidos.
Para el primer período de cumplimiento del Protocolo, que
se extiende entre los años 2008 y 2012, se estima que habría que reducir del
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INFORME COMISIÓN MEDIO AMBIENTE
orden de mil millones de toneladas de carbono equivalentes en GEI. Estados
Unidos, comentó, participa con aproximadamente cuatrocientos millones de
toneladas, por lo que si no se contabiliza a este país la meta de reducción sería
de seiscientos millones de toneladas. Las cifras se establecen usando como
base de comparación el índice de emisión mundial de 1990.
En materia de bosques, el Panel Intergubernamental de
Cambio Climático estima que si los países del Anexo I hicieran efectivos los
derechos que emanan de los artículos 33 y 34 del Protocolo, podrían
compensar entre cuatrocientos y quinientos millones de toneladas como medio
de evitar reducir emisiones. Aquí se encuentra, en su opinión, el conflicto
mayor que surge del instrumento internacional en informe.
Los países que más se han opuesto a la inclusión de
actividades forestales o agrícolas han sido Brasil, China, India y los llamados
“países islas”, que se caracterizan por tener importantes asentamientos
humanos y poblaciones en áreas costeras. Estos últimos se enfrentarían a un
problema inmediato de supervivencia, dado que, según proyecciones
científicas, en los próximos cien años el mar experimentaría un aumento en
altura de entre sesenta centímetros y un metro. Si a lo anterior se añaden
marejadas y alteraciones climáticas destructoras, como tifones y huracanes, el
futuro de esas naciones se avizora desalentador. En estas condiciones se
encuentran países como Indonesia y Malasia. Se comprende, argumentó, que
sus representantes diplomáticos abogaran por la reducción de emisiones,
rechazando como principio la captura de carbono.
Respecto de Brasil, China e India, su oposición se fundó en
razones de Estado que se orientan hacia la conveniencia de reservar al ámbito
de su exclusiva soberanía la administración de sus recursos naturales, o
preferir aprovechar sus potenciales de generación nuclear. En tal sentido,
fueron partidarios de fortalecer el Mecanismo de Desarrollo Limpio. Se calcula
que si éste prosperara, China e India accederían a más del 70% de los fondos
para financiar proyectos en condiciones de elegibilidad.
Las Partes, luego de extensos debates, resolvieron por
consenso admitir solamente los proyectos de forestación y reforestación como
componentes del Mecanismo de Desarrollo Limpio para el primer período de
aplicación del Protocolo (años 2008 a 2012). Quedan excluidos, por ende, los
proyectos de conservación de bosque nativo.
La solución a que se llegó, para la Delegación Chilena,
dijo, es más que satisfactoria y corresponde con los lineamientos generales
que ha observado el Gobierno en materia de cambio de uso de suelo y
recuperación de suelos degradados mediante forestación y reforestación.
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INFORME COMISIÓN MEDIO AMBIENTE
En otro orden de ideas, mencionó que las Partes
coincidieron en establecer en el Protocolo que los países del Anexo I sólo
podrán beneficiarse con proyectos acogidos al Mecanismo de Desarrollo Limpio
hasta el 15% de las emisiones que tenían en 1990, lo cual equivaldría a casi
treinta y tres millones de toneladas de carbono. En su opinión, considerando la
experiencia que Chile tiene en materia de forestación, sumada a la existencia
de una institucionalidad plenamente operativa y a una legislación disponible,
nuestro país podría acceder a uno o dos millones de toneladas anuales, lo cual
podría reportarle ingresos del orden de diez a veinte millones de dólares para
proyectos de forestación.
Requerido por la causa que habría determinado que no se
aceptara el manejo silvicultural de bosques nativos, indicó que dada la
existencia en los países del Anexo I de importantes superficies boscosas, si
recurrieran a sus inventarios nacionales para compensar emisiones cumplirían
las metas de reducción sin necesidad efectiva de reducir, lo que atenta contra
el espíritu del Protocolo.
Se deja constancia que este personero hizo entrega de un
ejemplar en español del Acuerdo Político alcanzado en Bonn, el que se
encuentra en la Secretaría de la Comisión a disposición de los
HH. Senadores.
Concluidas estas exposiciones, los HH. Senadores de
vuestra Comisión presentes en la votación del proyecto, proclives a acoger la
iniciativa, estimaron que el Protocolo en informe puede ser especialmente
ventajoso para nuestro país, en la medida que consagra mecanismos
financieros adecuados para contribuir, por una parte, a garantizar recursos y
apoyo técnico altamente calificado para transferir tecnologías de vanguardia
destinadas a mejorar ambientalmente los procesos industriales y la capacidad
productiva nacional y, por otra, para profundizar la política forestal aplicada en
las últimas décadas, que ha permitido incrementar de manera significativa la
masa forestal y la superficie plantada.
En todo caso, manifestaron su inquietud por la exclusión
de la alternativa de manejo silvicultural de los bosques nativos del Mecanismo
de Desarrollo Limpio, como sistema de captura de CO2. A su juicio, el país
debería insistir en los foros internacionales en los que se discuta este asunto
en esta línea de argumentación, pues de aceptarse constituiría un beneficio
neto para las pretensiones que animan a las autoridades y a la sociedad
chilena en general, de recuperar esta clase de bosques y fomentar su
desarrollo en plena armonía con el medio ambiente.
En tal sentido, y dado que, en su opinión, se trataría de
temas coligados, la Comisión abogó por el pronto envío al Congreso de las
indicaciones anunciadas por el Ejecutivo para el proyecto de ley sobre
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INFORME COMISIÓN MEDIO AMBIENTE
recuperación
Nº 669-01).
del
bosque
nativo
y
fomento
forestal
(Boletín
La Comisión hizo presente que si bien existen dificultades
políticas en el concierto internacional para alcanzar un amplio consenso acerca
de las soluciones que finalmente habrán de expresarse normativamente, es
imprescindible que las Partes sean capaces de actuar en aras del interés
superior de restaurar el ecosistema planetario y, en ese entendido, de
acometer el problema con entereza y generosidad. El punto es de particular
relevancia para los países en vías de desarrollo, por cuanto probablemente son
las naciones más expuestas a las devastadoras consecuencias del efecto
invernadero.
- Sometida la iniciativa a votación, vuestra Comisión
le dio su aprobación en general y en particular por la unanimidad de
sus miembros presentes, HH. Senadores señores Horvath, Pizarro y
Stange.
-----En mérito del acuerdo precedentemente reseñado, vuestra
Comisión de Medio Ambiente y Bienes Nacionales tiene el honor de proponeros
aprobar, sin enmiendas, el proyecto de acuerdo de la H. Cámara de Diputados.
-----En consecuencia, el proyecto de acuerdo sería el siguiente:
PROYECTO DE ACUERDO:
"Artículo único.- Apruébanse el "Protocolo de Kyoto de la
Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático" y sus
anexos A y B, adoptados el 11 de diciembre de 1997.".
------
Acordado en sesiones celebradas los días 13 y 20 de junio;
11 de julio, y 1 y 8 de agosto de 2001, con asistencia de los HH. Senadores
señores Rodolfo Stange Oelckers (Presidente), Antonio Horvath Kiss, Rafael
Moreno Rojas, Jorge Pizarro Soto y Ramón Vega Hidalgo.
Sala de la Comisión, a 14 de agosto de 2001.
M. Angélica Bennett Guzmán
Secretario
Historia del Decreto N° 349
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INFORME COMISIÓN MEDIO AMBIENTE
ÍNDICE
Antecedentes:
Generales
Origen, fines y alcances del Protocolo
Objetivos del Protocolo
Tramitación en Cámara
Mensaje del Ejecutivo
Legales
pg.
pg.
pg.
pg.
pg.
pg.
Discusión general y particular
pg. 9
Proposición de la Comisión
pg. 19
Texto del proyecto de Acuerdo
pg. 19
1
4
4
7
7
8
Historia del Decreto N° 349
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INFORME COMISIÓN MEDIO AMBIENTE
RESEÑA
I.
BOLETÍN Nº: 2.525-10
II. MATERIA: Proyecto de acuerdo que aprueba el Protocolo de la Convención
Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y sus Anexos A y B,
adoptados en Kioto, Japón, el 11 de diciembre de 1997.
III. ORIGEN: Mensaje de S.E. el Presidente de la República.
IV. TRÁMITE CONSTITUCIONAL: Segundo trámite.
V. APROBACIÓN POR LA CÁMARA DE DIPUTADOS: Fue aprobado por
cuarenta y cuatro votos a favor y una abstención.
VI. INICIO TRAMITACIÓN EN EL SENADO: 30 de agosto de 2000.
VII. TRÁMITE REGLAMENTARIO: Primer informe.
VIII. URGENCIA: No tiene.
IX. LEYES QUE SE RELACIONAN CON LA MATERIA:
- El artículo 50, Nº 1, de la Constitución Política, que
consagra como atribución exclusiva del Congreso Nacional aprobar o desechar
los tratados internacionales que le presentare el Presidente de la República
antes de su ratificación.
- El numeral 8 del artículo 19 de la misma Carta, que
consagra el derecho a vivir en un ambiente libre de contaminación, y entrega
al Estado la obligación de velar para que este derecho no sea afectado y por la
preservación de la naturaleza.
- El decreto supremo Nº 328, del Ministerio de
Relaciones Exteriores, de 1990, que promulga el Protocolo de Montreal,
relativo a las Sustancias Agotadoras de la Capa de Ozono, de 16 de septiembre
de 1987.
X. ESTRUCTURA DEL PROYECTO PROPUESTO POR LA COMISIÓN:
Consta de artículo único.
XI. PRINCIPAL OBJETIVO DEL PROYECTO PROPUESTO POR LA
COMISIÓN: Aprobar el Protocolo de la Convención Marco de las Naciones
Unidas sobre Cambio Climático, que establece, para los países desarrollados y
para aquellos con economías en transición, compromisos de reducción y
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INFORME COMISIÓN MEDIO AMBIENTE
limitación de emisiones de GEI y fija un calendario predeterminado para su
cumplimiento.
XII. NORMAS DE QUÓRUM ESPECIAL: No tiene.
XIII.
ACUERDOS: Aprobación en general y en
unanimidad de miembros presentes de la Comisión (3x0).
particular,
por
Valparaíso, 14 de agosto de 2001.
M. Angélica Bennett Guzmán
Secretario
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INFORME COMISIÓN RELACIONES EXTERIORES
2.2. Informe de Comisión de Relaciones Exteriores
Senado. Fecha 18 de junio, 2002. Cuenta en Sesión 07. Legislatura 347.
INFORME DE LA COMISIÓN DE RELACIONES EXTERIORES, recaído en el
proyecto de acuerdo, en segundo trámite constitucional, que aprueba el
Protocolo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático y sus anexos A y B, adoptado en Kyoto, Japón, el 11 de diciembre de
1997.
BOLETÍN Nº 2.525-10.
_________________________________
HONORABLE SENADO:
Vuestra Comisión de Relaciones Exteriores tiene el
honor de informaros el proyecto de acuerdo de la referencia, en segundo
trámite constitucional, iniciado en Mensaje de S.E. el Presidente de la
República, del 8 de junio de 2000.
Se dio cuenta de esta iniciativa ante la Sala del
Honorable Senado en sesión del 30 de agosto de 2000, disponiéndose su
estudio por la Comisión de Medio Ambiente y Bienes Nacionales y por la
Comisión de Relaciones Exteriores.
Asistieron a las sesiones en las cuales se analizó el
proyecto de acuerdo en informe, además de sus miembros, el Honorable
Senador señor Sergio Romero, y, especialmente invitados, el Director de Medio
Ambiente del Ministerio de Relaciones Exteriores, Embajador José Ovalle; el
Subdirector de Medio Ambiente de dicho Ministerio, señor Ramiro Riobó; el
Asesor de Cambio Climático de la Comisión Nacional del Medio Ambiente, señor
Juan Searle; el Director Técnico de la Conama, señor Jorge Cáceres; el
Director del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada, Capitán de
Navío Fernando Mingram; el Jefe del Departamento de Oceanografía de dicha
repartición, Capitán de Fragata Rodrigo Núñez; la Asesora del SHOA, señora
Michelle Manley; el Asesor del Área de Medio Ambiente de la Sociedad de
Fomento Fabril, señor Aníbal Mege; el Gerente de Medio Ambiente de Codelco,
señor Santiago Torres; y el Vicepresidente de la Corporación Chilena de la
Madera, señor Fernando Raga.
----------
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INFORME COMISIÓN RELACIONES EXTERIORES
Cabe señalar que por tratarse de un proyecto de
artículo único, en conformidad con lo prescrito en el artículo 127 del
Reglamento de la Corporación, vuestra Comisión os propone discutirlo en
general y en particular a la vez.
---------ANTECEDENTES GENERALES
Para un adecuado estudio de esta iniciativa, se
tuvieron presentes las siguientes disposiciones constitucionales y legales así
como los restantes antecedentes que se consignan:
1.- Constitución Política de la República.a) En su artículo 50, Nº 1), entre las atribuciones
exclusivas del Congreso Nacional, el constituyente establece la de "aprobar o
desechar los tratados internacionales que le presentare el Presidente de la
República antes de su ratificación".
El resto del numeral en comento precisa que la
aprobación de un tratado se someterá a los trámites de una ley, agregando
que las medidas que el Presidente de la República adopte o los acuerdos que
celebre para el cumplimiento de un tratado en vigor no requerirán nueva
aprobación del Congreso, a menos que se trate de materias propias de ley.
Finalmente, el inciso tercero faculta al Congreso para
que, en el mismo acuerdo aprobatorio, se autorice al Presidente de la
República para dictar los decretos con fuerza de ley que estime necesarios para
el cabal cumplimiento del acuerdo internacional correspondiente.
b) El artículo 19, Nº 8º de la Carta Fundamental,
consagra el derecho a vivir en un ambiente libre de contaminación, y entrega
al Estado la obligación de velar para que este derecho no sea afectado y tutelar
la preservación de la naturaleza.
2.- Convención de Viena sobre el Derecho de los
Tratados, promulgada por decreto supremo Nº 381, del Ministerio de
Relaciones Exteriores, del 22 de junio de 1981.- En particular, deben
tenerse presentes los artículos 76 y siguientes, comprendidos en la Parte VII
relativa a "Depositarios, notificaciones, correcciones y registros".
3.- Convención Marco de las Naciones Unidas
sobre el Cambio Climático, adoptada en Nueva York, Estados Unidos de
América, el 9 de mayo de 1992.- Suscrita por Chile durante la Conferencia
de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, celebrada en 1992,
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INFORME COMISIÓN RELACIONES EXTERIORES
en la ciudad de Río de Janeiro, y promulgada por decreto supremo Nº 123, del
Ministerio de Relaciones Exteriores, del 31 de enero de 1995.
El objetivo principal del citado Convenio es lograr la
estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la
atmósfera a un nivel que impida interferencias antropógenas peligrosas en el
sistema climático, en un plazo suficiente para permitir que los ecosistemas se
adapten naturalmente al cambio climático, asegurar que la producción de
alimentos no se vea amenazada y permitir que el desarrollo económico prosiga
de manera sostenible.
4.- Protocolo de Montreal, relativo a las
Sustancias Agotadoras de la Capa de Ozono, del 16 de septiembre de
1987.- Promulgado por decreto supremo Nº 238, del Ministerio de Relaciones
Exteriores, del 8 de marzo de 1990.
5.- Mensaje de S.E. el Presidente de la
República.- Al fundar la iniciativa, el Ejecutivo señala que el presente
Protocolo, adoptado en la Tercera Reunión de la Conferencia de las Partes de la
Convención de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, realizada en
Kyoto, Japón, en diciembre de 1997, es un instrumento legalmente vinculante,
cuyo aspecto sobresaliente es el establecimiento de compromisos más estrictos
en materia de reducción y limitación de emisiones de gases de efecto
invernadero para los países del Anexo I de la Convención (que agrupa a los
países desarrollados y a los países con economías en transición), fijando un
calendario determinado para cumplir dichos acuerdos.
En cuanto al alcance de dicho Protocolo, el Mensaje
señala que los países del Anexo I de la Convención, acordaron alcanzar la
reducción conjunta de las emisiones de dichos gases (denominados en lo
sucesivo por su sigla “GEI”), en un 5% bajo los niveles existentes al año 1990,
para el primer periodo de compromisos, establecido entre los años 2008 y
2012, expresadas como emisiones de dióxido de carbono (CO2) equivalentes.
Destaca entre los compromisos individuales, los
siguientes: una reducción del 8% para la Unión Europea, 7% para EE.UU., 6%
para Japón y 6% para Canadá, y aumentos para países en situaciones
especiales, tales como Australia (8%) e Islandia (10%).
Agrega que otro aspecto importante es la ampliación
del listado original de gases que se reducirán, pues, además de los gases
principales controlados por la Convención, a saber, el dióxido de carbono
(CO2), el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O), se incluyeron los
hidrofluorocarbonos (HCFCs), perfluorocarburos (PFCs), y el hexafluoruro de
azufre (SF6). Señala que para los tres primeros gases el año base sigue siendo
1990, mientras que para los demás, el año 1995.
Historia del Decreto N° 349
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INFORME COMISIÓN RELACIONES EXTERIORES
Indica
que
el
instrumento
contempla
el
establecimiento de una serie de políticas y medidas para reducir y limitar las
emisiones, y la definición de los llamados instrumentos de flexibilización, que
son el mecanismo de desarrollo limpio (Art. 12), la transacción de emisiones
(Art. 17) y la implementación conjunta (Art. 6).
Expresa, además, que el Protocolo en su artículo 10,
hace específica mención a los países en desarrollo, instándolos a fortalecer la
implementación de sus compromisos frente a la Convención, y en su artículo
12, señala el rol que éstos tienen en la aplicación del denominado mecanismo
de desarrollo limpio (MDL), el cual permitirá a los países del Anexo B del
Protocolo, desarrollar proyectos de reducción de emisiones en conjunto con
países en desarrollo, y ganar créditos por tales acciones, mediante la
adquisición de unidades certificadas de reducción de emisiones de GEI. La
implementación de dichos proyectos, explica el Mensaje, deberá propender a
que las naciones menos desarrolladas alcancen el desarrollo sostenible.
Por otra parte, el Ejecutivo señala que el Protocolo en
estudio estuvo abierto para la firma entre el 16 de marzo de 1998 y el 15 de
marzo de 1999, y el Gobierno de la República de Chile lo suscribió el 17 de
junio de 1998.
Finalmente, indica que el Protocolo es importante
para nuestro país, por las siguientes consideraciones:
1. El cambio climático se convertirá en una de las
amenazas ambientales más importantes durante el siglo XXI, y Chile podría
verse muy afectado, puesto que posee varias de las características de
vulnerabilidad establecidas en el artículo 4.8 de la Convención sobre Cambio
Climático: zonas costeras bajas, zonas áridas y semiáridas, zonas con
cobertura forestal y zonas expuestas al deterioro forestal, zonas propensas a
los desastres naturales, zonas expuestas a la sequía y a la desertificación,
zonas de alta contaminación atmosférica urbana, y zonas de ecosistemas
frágiles, incluidos los montañosos.
2. Las acciones establecidas en el Protocolo para
reducir y estabilizar las concentraciones de gases de efecto invernadero, tienen
también como finalidad, minimizar los impactos del cambio climático sobre los
países más vulnerables. En este sentido, explica el Mensaje, mientras más
pronto sea ratificado por las Partes para su entrada en vigor a nivel mundial,
más temprana será su operatividad, quedando así los países mejor preparados
para enfrentar los posibles efectos adversos.
profunda
3. Agrega que, asimismo, se prevé para el futuro una
transformación tecnológica, especialmente para el mundo en
Historia del Decreto N° 349
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INFORME COMISIÓN RELACIONES EXTERIORES
desarrollo, si las Partes de la Convención desean continuar y robustecer las
acciones actuales para enfrentar el problema del cambio climático. En relación
a los temas de cooperación y transferencia tecnológica, los cuales están
íntimamente ligados a la implementación de medidas de mitigación de los
impactos, instrumentos legalmente vinculantes como la Convención y el
Protocolo, cuando se ejecuten adecuadamente, pueden convertirse en
herramientas valiosas para la promoción y desarrollo de tecnologías limpias.
4. Indica que Chile es reconocido mundialmente
como un país con una economía creciente, adecuado para explorar
oportunidades de mercado y confiable para la inversión extranjera. Por
consiguiente, si bien su nivel de emisión de gases de efecto invernadero (GEI),
es muy bajo comparado con el escenario global, se espera que éste crezca
progresivamente, ya que el consumo de energía, principal fuente de GEI, es
relevante para poder mantener las altas tasas de crecimiento del Producto
Geográfico Bruto.
Además, concluye el Mensaje, nuestro país ha
establecido estándares ambientales exigentes, con el propósito de hacer un
balance entre el crecimiento económico y la protección del medio ambiente
para las presentes y futuras generaciones. Por lo tanto, la transferencia de
tecnologías ambientalmente seguras para solucionar los problemas de
contaminación local y global, a través de dichos instrumentos legales, será
importante para alcanzar el desarrollo sustentable.
6.- Tramitación ante la H. Cámara de
Diputados.- Se dio cuenta del Mensaje presidencial en sesión de la H. Cámara
de Diputados a 22 de junio de 2000, disponiéndose su análisis por parte de la
Comisión de Relaciones Exteriores, Asuntos Interparlamentarios e Integración
Latinoamericana.
La citada Comisión estudió la materia en reunión
efectuada el día 11 de julio del 2000, aprobando por mayoría de votos y tres
abstenciones el proyecto en estudio. Del mismo modo, la Sala de la H. Cámara
de Diputados aprobó el proyecto, por cuarenta y cuatro votos a favor y una
abstención, en la sesión realizada el 29 de agosto del año 2000.
7.- Tramitación en el Senado.Como se expresó anteriormente, esta iniciativa
ingresó al Senado en sesión del 30 de agosto del 2000, disponiéndose su
estudio por la Comisión de Medio Ambiente y Bienes Nacionales y por la
Comisión de Relaciones Exteriores.
La Comisión de Medio Ambiente y Bienes Nacionales
del Senado, se abocó al estudio del referido proyecto en las sesiones
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INFORME COMISIÓN RELACIONES EXTERIORES
celebradas los días 13 y 20 de junio, 11 de julio, y 1 y 8 de agosto de 2001,
aprobándolo en general y en particular por la unanimidad de sus miembros
presentes.
8.- Descripción del Instrumento Internacional.El instrumento internacional en informe consta de un Preámbulo y veintiocho
artículos. Asimismo, consta de dos anexos, A y B.
En atención a que el contenido normativo del
Protocolo en estudio es altamente técnico, a continuación se reseñarán sus
disposiciones más relevantes:
- El artículo 2 describe las políticas y medidas que
cada país del Anexo I de la Convención debe cumplir para alcanzar los
objetivos de limitación y reducción de emisiones. Entre ellas, se mencionan la
eficiencia energética, la protección y aumento de sumideros, la agricultura
sustentable, las nuevas formas de energía y las energías renovables, la
eliminación de subsidios e incentivos, la recuperación y el uso de metano,
entre otras. Las Partes podrán cooperar para mejorar la efectividad de tales
medidas y, además, velarán para minimizar los impactos de la aplicación de las
medidas en otras Partes, especialmente en aquéllas menos desarrolladas.
- El artículo 3 establece los objetivos cuantificados de
limitación y reducción de emisiones para los países desarrollados, y hace
mención al Anexo A del Protocolo, que incluye una "canasta" de seis gases
cuyas emisiones deberán reducirse, junto al listado de fuentes de gases
invernadero y los sectores involucrados, y al Anexo B, que establece el listado
de los compromisos, con rangos que van de un 8% de reducción a un 10% de
aumento en las emisiones.
Este artículo compromete a los países del Anexo B, a
efectuar una reducción de un 5% de sus emisiones de GEI bajo los niveles de
1990, en el primer periodo de compromisos, y a realizar progresos
demostrables de ellos el año 2005. Señala, además, que los países del Anexo B
deberán calcular sus cambios en las reservas de carbono en 1990 y en los años
siguientes. Estos también podrán agregar o sustraer de su cantidad asignada
de reducción o limitación, según corresponda, las emisiones de GEI o su
remoción por sumideros, provenientes de actividades directas inducidas por el
hombre, limitadas a reforestación, deforestación y forestación desde 1990.
Asimismo, podrán agregar otras actividades directas inducidas por el hombre
para el cálculo de su cumplimiento.
Los países con economías en transición tendrán
consideraciones especiales para el cumplimiento de sus compromisos
(básicamente, en el cálculo de las líneas de base y en sus cantidades
asignadas de reducción o limitación de emisiones). También se establece en
Historia del Decreto N° 349
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INFORME COMISIÓN RELACIONES EXTERIORES
este artículo la posibilidad de adquirir o traspasar unidades de reducción entre
las partes del Anexo B, con el fin de cumplir con las cantidades asignadas.
- El artículo 4 establece las reglas mediante las cuales
las Partes del Anexo B podrán actuar en forma conjunta, con el fin de cumplir
los compromisos establecidos en el artículo 3.
- El artículo 5 se refiere a la obligación de las Partes
del Anexo I de la Convención de establecer, no más allá de un año antes del
inicio del primer periodo de compromisos (año 2008), un sistema nacional para
la estimación de las emisiones desde las fuentes y su absorción por sumideros,
de todos los gases no controlados por el Protocolo de Montreal. Las
metodologías para tales estimaciones deben ser aceptadas por el Panel
Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (PICC).
- El artículo 6 consigna los criterios para que las
Partes del Anexo I de la Convención transfieran o adquieran de otras Partes de
dicho Anexo, unidades de reducción de emisiones logradas a través de la
implementación de proyectos de reducción de emisiones o aumento de
sumideros de gases de efecto invernadero.
A este mecanismo se le denomina "implementación
conjunta". Las Partes podrán hacer uso de este instrumento siempre y cuando
hayan efectuado acciones domésticas demostrables para cumplir con el artículo
3 (suplementariedad).
El establecimiento de modalidades y reglas para
transferir o adquirir unidades de reducción a través de este artículo, está en
debate actualmente en los cuerpos subsidiarios de la Convención.
- El artículo 7 llama a que cada parte del Anexo I
la Convención incorpore información adicional en su inventario anual
emisiones de GEI y remoción por sumideros, y que ésta sea incluida en
comunicación nacional, de manera tal de reflejar su grado de cumplimiento
los compromisos.
de
de
su
de
- El artículo 8 prevé una revisión técnica exhaustiva,
efectuada por equipos de expertos, de la información que se proporcionará
bajo el artículo 7.
- El artículo 10 describe las actividades que todas las
Partes deberán desarrollar, con el fin de reafirmar y avanzar en la
implementación del artículo 4.1. de la Convención de Cambio Climático,
tomando en cuenta sus responsabilidades comunes pero diferenciadas y sus
prioridades de desarrollo regional y nacional, todo ello sin introducir nuevos
compromisos para los países en desarrollo.
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- El artículo 11 contempla la necesidad que las Partes
desarrolladas y aquéllas con economías en transición (Anexo II de la
Convención), provean de apoyo financiero a los países en desarrollo para la
aplicación del artículo 10.
- El artículo 12 crea el mecanismo de desarrollo
limpio, MDL, que consiste en la implementación de actividades certificadas de
reducción de emisiones entre una Parte del Anexo B, y un país en desarrollo.
Básicamente, corresponde a la realización de proyectos de reducción de
emisiones, a través de los cuales un país desarrollado podrá utilizar "parte" de
las reducciones logradas para cumplir con sus compromisos del artículo 3, y la
Parte en desarrollo podrá alcanzar el desarrollo sostenible y contribuir al
objetivo último de la Convención sobre Cambio Climático.
- El artículo 17 estatuye un sistema de emisiones
transables de gases de efecto invernadero, realizable sólo entre las Partes del
Anexo B del Protocolo, mediante el cual se pueden transar reducciones, con el
fin de cumplir con el artículo 3. Se restringe el uso de este artículo a que
dichas Partes deben primero realizar acciones domésticas a fin de cumplir con
dicho artículo 3 (suplementariedad). Este artículo requiere la elaboración de
reglas y procedimientos, en especial para la verificación, informe y contabilidad
del sistema de emisiones transables.
- El artículo 18 señala la elaboración futura de
procedimientos y mecanismos apropiados y eficaces para determinar y abordar
los casos de incumplimiento de las disposiciones del Protocolo, incluyendo el
desarrollo de una lista indicativa de consecuencias, tomando en consideración
la causa, tipo, grado y frecuencia del incumplimiento.
- El artículo 25 fija las condiciones para que el
Protocolo entre en vigor a nivel mundial. Ello ocurrirá cuando 55 países de la
Convención hayan depositado sus instrumentos de ratificación, aceptación,
aprobación o adhesión, y entre esos países deben haber Partes del Anexo I que
den cuenta, en conjunto, de al menos el 55% de las emisiones de CO2 que
dichas partes tenían en el año 1990.
Por último, en relación a los anexos al Protocolo, cabe
señalar que el Anexo A amplía la lista de gases de efecto invernadero y de los
sectores/categorías de fuentes, y el B, contiene la lista de países, con
indicación del compromiso cuantificado de limitación o reducción de las
emisiones (porcentaje del nivel año o período de base). Esta lista comprende
países desarrollados de Europa y América del Norte, y países de Europa del
Este en proceso de transición a economías de mercado.
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DISCUSIÓN EN GENERAL Y EN PARTICULAR
El señor Presidente de la Comisión agradeció la
presencia de los especialistas invitados y procedió a otorgar la palabra al
representante de la Cancillería, Embajador José Manuel Ovalle.
El Director de Medio Ambiente de la Cancillería,
Embajador José Manuel Ovalle agradeció la invitación que se hizo llegar al
Ministerio de Relaciones Exteriores, a fin de explicar la posición que nuestro
país ha mantenido en los foros internacionales respecto del tema del Cambio
Climático y, en particular, sobre el Protocolo de Kyoto.
Expresó que la Convención Marco de las Naciones
Unidas para el Cambio Climático se firmó en Río de Janeiro en 1992, durante la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, y fue
ratificada por nuestro país en el año 1994. Agregó que en ella se estableció la
reducción en la emisión de gases de efecto invernadero que producen el
calentamiento del planeta, y causan graves repercusiones en el clima y con
ello, probables desastres naturales. Añadió que dicha Convención sólo puso un
límite general a dichas emisiones, razón por la cual, la Conferencia de las
Partes negoció un instrumento jurídico que se firmó en Kyoto, en 1997, para
fijar límites precisos a la emisión de gases de efecto invernadero.
Señaló que en virtud del principio de las
responsabilidades comunes pero diferenciadas, establecido en la Declaración
de Río de 1992, los países desarrollados y de economías en transición, tienen
la obligación de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. Agregó
que los países en desarrollo no tienen esta obligación; así China, India y Brasil,
que son importantes emisores de gases de efecto invernadero, no tienen
obligación alguna de disminuir sus emisiones.
Indicó que mediante este Protocolo los países
desarrollados y de economías en transición, se comprometen a reducir para el
año 2012 sus emisiones al nivel que tenían en 1990, menos un porcentaje
voluntariamente pactado bajo esa línea. Ejemplificó que en el caso de Estados
Unidos, que emite alrededor del veinticinco por ciento (25%) del total de las
emisiones de gases de efecto invernadero, es un siete por ciento (7%) menor
que las emisiones que tenía al empezar la década de los noventa; en el caso
de la Unión Europea, es de un ocho por ciento (8%) en promedio bajo dicha
línea, y en el de Japón, un seis por ciento (6%).
Manifestó que se estima que Estados Unidos tendría
que reducir, para el 2012, entre un veintitrés (23%) y un veintiocho por ciento
(28%) sus actuales emisiones; la Unión Europea debería reducir entre un
dieciocho (18%) y un veintidós por ciento (22%) su nivel actual, y Japón, una
cifra ligeramente superior al veinte por ciento (20%).
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Señaló que el Protocolo también contempla, entre
otras disposiciones, la creación de fondos para la “adaptación” y transferencia
de tecnología en beneficio de los países en desarrollo, en particular los menos
adelantados. Agregó que lo más novedoso es que establece un verdadero
mercado de certificados de reducción de emisiones. De esta forma, un país
puede comprarle a otro, parte de su reducción de emisiones y contabilizarla
como si lo hubiera hecho él.
Destacó que a través del llamado Mecanismo de
Desarrollo Limpio (MDL), se pretende que los países desarrollados puedan
cumplir parte de sus obligaciones con actividades de reducción de emisiones o
captura de las mismas en un país en desarrollo. Añadió que en este caso,
como los países en desarrollo no tienen obligación de reducir emisiones de
acuerdo a una meta cuantitativa, se debe demostrar que el proyecto propuesto
reduce efectivamente emisiones respecto a lo que existía anteriormente en ese
país, de forma que esa diferencia pueda beneficiar a otro. Agregó que en virtud
de dicho mecanismo podría obtener una compensación económica o de otra
índole, al ceder, arrendar o vender el citado crédito a un país desarrollado con
obligación de reducción. Sin embargo, indicó que las reglas y condiciones de
las transacciones entre países del Anexo I de la Convención (desarrollados o de
economías en transición) son distintas a las que habrán entre dichos países y
los países en desarrollo.
Expresó a continuación, que los países desarrollados
también pueden disminuir sus emisiones en una determinada proporción, con
plantaciones de sumideros para capturar gases, efectuadas en sus propios
territorios, lo cual favorece a los países con mayor extensión territorial
(Estados Unidos, Canadá y Australia, entre otros).
Resaltó que, para Chile, el tema del Cambio Climático
es de suma importancia, ya que un calentamiento del planeta, que hiciera
subir la temperatura en dos grados -cosa que los científicos consideran muy
probable de continuar el actual nivel de emisiones-, entre otros diversos
efectos, elevaría el nivel del mar con graves consecuencias para la extensa
costa de nuestro país; además aumentaría la sequía y se aceleraría el proceso
de desertificación. Añadió que probablemente el cambio de clima significaría
una modificación negativa en el régimen de lluvias. Agregó que también se
debe considerar el calentamiento del mar, que afectaría sus ecosistemas y
causaría efectos directos sobre la temperatura de la masa continental.
Indicó que nuestro país es muy vulnerable a los
efectos del fenómeno del calentamiento del planeta; por ello se ha participado
activamente en los procesos de negociación, tanto de la Convención Marco de
las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, como del Protocolo de Kyoto,
pues se considera muy importante que se avance en la reducción de emisiones
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de gases de efecto invernadero. Agregó que este Protocolo es un paso,
modesto si se quiere, pero en la dirección correcta para que los países
desarrollados, que son los que tienen mayores responsabilidades en la
acumulación de dichos gases, estabilicen sus emisiones en los niveles de 1990,
menos un cinco por ciento (5%) de reducción en promedio, con un mecanismo
de cumplimiento obligatorio que contempla el Protocolo en estudio.
Subrayó, complementando lo anterior, que a través
del Mecanismo de Desarrollo Limpio, nuestro país podría obtener transferencia
de recursos que faciliten la conservación energética, mejorar la producción de
bienes con tecnologías limpias, y, además, beneficiarse con recursos
destinados a la conservación y plantación de bosques, así como de otra clase
de sumideros.
Afirmó que nuestro país defendió, durante todo el
proceso de negociación, que los sumideros (bosques) eran parte integral de la
respuesta ambiental al problema del cambio climático. Agregó, que postuló
también vigorosamente la inclusión de este tipo de proyectos en el Mecanismo
de Desarrollo Limpio, pese a la fuerte resistencia de un poderoso grupo de
países, principalmente europeos. Añadió que la posición que defendíamos,
compartida por un importante número de países miembros del Protocolo,
prevaleció. De esta forma, se acordó que antes de la Novena Conferencia de
los Estados Partes, que se realizará a fines del año 2003, se deberá contar con
un completo reglamento técnico y jurídico sobre esta materia.
Señaló que el Ministerio de Relaciones Exteriores
opina que este Protocolo debe ser aprobado, entre otras, por las siguientes
razones:
a) Es un paso positivo para disminuir el
calentamiento del planeta, cuyos efectos serían devastadores para la Flora,
Fauna y, en especial, los ecosistemas marinos.
b) Chile es un país muy vulnerable a un eventual
calentamiento del planeta, debido a su larga costa y frágil ecosistema de
bosques templados.
c) A través de proyectos del Mecanismo de Desarrollo
Limpio, podría acelerarse la transformación tecnológica para que Chile tuviera
un sistema de producción más limpio y sostenible.
d) Se abre la posibilidad a la transferencia de
recursos hacia nuestro país a través del ya mencionado Mecanismo, que
posibiliten la producción limpia de pequeñas y medianas empresas y, tal vez,
hagan rentable algún tipo de plantación (sumideros), para medianos y
pequeños agricultores.
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INFORME COMISIÓN RELACIONES EXTERIORES
Seguidamente expresó que se requiere, para la
entrada en vigencia del Protocolo de Kyoto, la ratificación, aceptación,
aprobación o adhesión de no menos de cincuenta y cinco (55) Partes de la
Convención Marco, entre las que se cuenten Partes del Anexo I, cuyas
emisiones totales representen por lo menos el cincuenta y cinco por ciento
(55%) del total de las emisiones de dióxido de carbono de las Partes del Anexo
I correspondientes a 1990.
Manifestó que este Protocolo, si bien imperfecto, es
un paso adelante en la mitigación de los efectos del Cambio Climático y, que
su Ministerio solicita que se apruebe y ratifique lo antes posible, de manera
que Chile esté entre los países que contribuyan a poner en vigencia este
Acuerdo, antes de la Cumbre sobre Desarrollo Sostenible que tendrá lugar en
septiembre próximo en Johannesburgo.
Indicó que para nuestro país constituye una
satisfacción el que se haya elegido a un experto chileno como suplente en el
cupo latinoamericano de la Junta del Mecanismo de Desarrollo Limpio, que será
el órgano encargado de calificar y aprobar esta clase de proyecto entre países
desarrollados y en desarrollo.
Finalmente, destacó que durante todo el proceso de
negociación, se contó con el apoyo de expertos de la Comisión Nacional del
Medio Ambiente (CONAMA), de la Universidad Católica, de la Universidad de
Valdivia y de la Fundación de Innovación Agraria de la Universidad de Chile, y,
en algunas sesiones, también participaron delegados de la Comisión Chilena
del Cobre (COCHILCO), Comisión Nacional de Energía y Fundación Chile. A
todas esas instituciones y delegados, el Ministerio de Relaciones Exteriores les
reconoce y agradece su arduo trabajo y entusiasta dedicación, durante todo el
proceso de negociaciones.
A continuación, hizo uso de la palabra el Asesor del
Área Medio Ambiente de la Sociedad de Fomento Fabril, señor Aníbal Mege,
quien agradeció la oportunidad brindada por la Comisión de Relaciones
Exteriores para dar a conocer el parecer de la SOFOFA respecto de este
importante Tratado.
Sobre el particular, manifestó que el Protocolo en
cuestión basa su justificación en el convencimiento de una parte importante de
la Comunidad Científica Internacional que la acción del hombre, especialmente
por el uso masivo de combustibles con el objeto de proveer energía a la
sociedad moderna, ha incrementado en forma sustancial el contenido de
ciertos gases en la atmósfera, especialmente anhídrido carbónico, que inhibe la
pérdida de calor normal del planeta, incrementando la temperatura de éste, en
especial del aire y de los mares. Explicó que, según los científicos, esto
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provoca como efecto un calentamiento global que traerá aparejadas una serie
de gravísimas consecuencias climáticas en un futuro relativamente próximo.
Agregó que numerosos gobiernos y organizaciones
ambientalistas han acogido esta tesis y, como consecuencia de ello, se ha
propuesto el Convenio en estudio, el que en su parte sustancial plantea una
reducción da las emisiones de estos gases que se conocen como gases con
efecto invernadero.
Reconoció que, en esta materia, no todos los
científicos están de acuerdo con estas teorías, y que expertos de primer nivel
en estas disciplinas sostienen otras hipótesis, como las siguientes:
a) Que el calentamiento global no es una realidad y
que las mediciones de temperaturas más precisas realizadas por satélites así lo
prueban, o que los incrementos de temperatura son insignificantes, y que si
bien en algunos lugares los glaciares disminuyen su tamaño, en otros, están
creciendo.
b) Que de existir el calentamiento, nada prueba que
éste tenga origen antropogénico, ya que períodos con grandes diferencias de
temperatura en la Tierra se han producido varias veces en el curso de los
tiempos. Añadió que han existido cuatro períodos glaciales, lo que es un hecho
absolutamente probado, seguidos de épocas de clima templado.
Indicó que también otros fenómenos, como las
variaciones de la actividad solar o erupciones volcánicas alteran notablemente
las temperaturas del planeta. Obviamente, estos fenómenos no guardan
relación alguna con la actividad humana.
Añadió que, como un detalle interesante, estos
científicos consignan el hecho que desde el siglo XV se registra en el Globo una
disminución notable de la temperatura, ocasionando en Europa, de donde se
tienen datos fidedignos, veranos casi inexistentes y con ello una generalizada
miseria, situación que se habría mantenido con menos rigor hasta el siglo XlX,
y que recién en el siglo XX habría concluido un período semi glacial.
c) Expresó que también se sostiene que un aumento
en la temperatura del planeta no tendría efectos negativos, sino que sumando
y restando los pro y los contra, el resultado final sería beneficioso para la
humanidad. Añadió que, por ejemplo, el aumento de anhídrido carbónico
produce un mayor desarrollo de la vegetación. Asimismo, agregó que es un
hecho demostrado que por las colosales acumulaciones de carbón mineral,
fruto de períodos cálidos, con alto contenido de gas carbónico en la atmósfera,
se originó un desarrollo extraordinario de la vegetación, a causa de estos
enormes volúmenes.
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d) Por último, señaló que los modelos matemáticos
computacionales que predicen este calentamiento y las consiguientes
catástrofes, son muy poco confiables. Agregó que es sabido que aún las
predicciones climáticas de corto plazo yerran con frecuencia.
En cuanto a los aspectos positivos del Protocolo, el
señor Mege destacó los siguientes:
a) En términos generales, el propiciar como lo hace
este Convenio un uso más racional de la energía y el desarrollo de alternativas
de generación energética por medios no tradicionales es, sin duda bueno.
Agregó que, en ese sentido, economizar recursos naturales es siempre positivo
y disminuir el consumo de energía es evidentemente una economía, pues
numerosos bienes de uso frecuente están compuestos, en sus costos,
principalmente de energía; por tanto ahorrar en ella contribuirá a ponerlos al
alcance de un mayor número de personas.
b) El Protocolo se preocupa de la educación al inducir
una conducta ambientalmente responsable en cuanto a uso de energía, lo que
también es conveniente.
c) En cuanto a sumideros de carbono, expresó que
este es un aspecto que puede ser favorable a nuestro país dado que Chile
absorbe más CO2 (anhídrido carbónico) que el que produce. Añadió que dado el
mecanismo que el Protocolo establece, esto podría representar un ingreso
interesante para el país, gracias a las plantaciones forestales que en esto son
más efectivas que el bosque nativo.
Agregó que, sin embargo, las mayores facilidades
para este tipo de operaciones están dadas para los países que figuran en el
Anexo I, donde aún no estamos.
Indicó que ingresar a este Anexo daría a Chile
ventajas, pero como contrapartida, de inmediato debería asumir el
compromiso de reducir emisiones, tarea casi imposible en un país en
desarrollo.
d) Expresó que favorece la eliminación de subsidios a
los combustibles. Añadió que ellos provocan consumos exagerados en los
países donde se aplican, lo que se traduce en demandas que elevan el precio
de estos insumos; por tanto, eliminarlos es un punto a favor.
e) Posibilita la ayuda técnica y financiera a los países
en desarrollo por parte de los desarrollados, para cumplir con lo dispuesto en
el Protocolo.
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INFORME COMISIÓN RELACIONES EXTERIORES
f) Instituye un sistema de transacción de emisiones.
Agregó que este mecanismo ha sido propiciado permanentemente por la
Sofofa, ya que permite la reducción de emisiones en forma más eficiente y
económica que por los métodos clásicos de regulación.
g) Por último, indicó que una de sus consecuencias
favorables sería la realización de investigaciones para desarrollar la generación
de energías alternativas económicamente viables.
Por otra parte, y entre los aspectos negativos del
Protocolo, el señor Mege señaló los siguientes:
a) Expresó que tarde o temprano, de ratificar el
Protocolo de Kyoto, Chile se vería en la obligación de entrar a un programa de
reducción de emisiones de gases efecto invernadero. Agregó que esto
constituiría la pérdida de un grado importante de libertad para su desarrollo,
pues es absolutamente necesario que nuestro país disponga de bastantes más
kilowatts per cápita si quiere ser un país desarrollado y derrotar la pobreza.
b) Este sacrificio, indicó, no tendría una justa
compensación ambiental dado que Estados Unidos está evidenciando
claramente su reticencia a adherir al Protocolo y representa el 20,52% de las
emisiones de gases invernadero. Agregó que hay que sumar a lo dicho, el
hecho de que están fuera del Convenio países como China e India, que
persiguen en forma exitosa y acelerada su desarrollo económico y que no
tienen ninguna intención de limitarlo, poniendo freno a sus posibilidades de
generar más energía per cápita, la que hoy es bajísima.
Asimismo, comparó el nivel de emisiones de Estados
Unidos, de un 20,52 %, con el 2,68% de China, en circunstancias que esta
última, tiene cinco veces más habitantes. Agregó que Rusia tampoco aparece
en el Anexo B del Protocolo, donde se fijan los compromisos de reducción, lo
que, a su juicio, parece indicar que el Protocolo tendría pocos efectos reales.
c) Asimismo, los bienes que produzcan los países
mencionados en el Anexo I de la Convención, experimentarían alzas en sus
costos, dado que el uso de alternativas energéticas distintas a las actuales es
considerablemente más caro, lo que tendría efectos negativos para nuestra
economía al elevar los precios de bienes importados, salvo excepciones.
d) Por último, las ganancias que se podrían tener
como sumidero de carbono serían menores que las pérdidas por mayor costo
de energía. Añadió que la energía producida por sistemas no tradicionales es
considerablemente más costosa a la fecha, y la reticencia de Estados Unidos a
suscribir sin reservas el Protocolo se basa, en lo sustancial, en esta situación.
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Finalmente, el asesor del Área Medio Ambiente de la
SOFOFA concluyó señalando que, el tema es extremadamente delicado y que a
juicio de la entidad que representa, conviene actuar con el máximo de
prudencia frente a las dudas que aún existen sobre el efecto invernadero, la
eficacia de los sistemas propuestos para reducirlo y la actitud que asumirán los
mayores responsables presentes y futuros de estas emisiones.
A continuación, la Comisión acordó la celebración de
una mesa redonda para estudiar el Convenio en comento, a objeto de clarificar
algunas inquietudes surgidas durante el debate. Para tal fin, resolvió invitar a
participar a especialistas de la Comisión Nacional del Medio Ambiente, Servicio
Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada, Corporación Nacional del Cobre y
Corporación Chilena de la Madera.
Posteriormente, durante la celebración de la referida
jornada, el señor Presidente de la Comisión, Honorable Senador señor Valdés,
ofreció la palabra al Director Técnico de la Corporación Nacional del Medio
Ambiente (Conama), señor Jorge Cáceres.
El mencionado personero expresó que el aumento de
la emisión de dióxido de carbono se encuentra asociado a la mayor demanda
energética. En ese sentido, indicó que su repartición ha reunido información a
fin de estudiar el tema, en atención a que se habla de la ausencia de una
política energética en el país.
Señaló que en la matriz energética de nuestra nación
predomina la generación hidroeléctrica, seguida por el gas natural y la térmica.
Agregó que dicha matriz ha evolucionado desde 1996 a la fecha, debido a la
creciente incorporación del citado gas. Añadió que esta distribución es
importante, porque el tipo de emisión está asociado a la forma en que se
genera la electricidad, con su consecuente impacto tanto a nivel local como
internacional.
Al respecto, manifestó que el Protocolo en estudio
tiene una implicancia positiva, pues fomenta proyectos de uso de energía
limpia o de menor emisión, tales como: de energía eólica o solar, uso de
combustibles de menor emisión en el transporte, y mejor eficiencia energética.
Afirmó que un segundo punto positivo lo constituye la
recuperación de suelos degradados y erosionados, pues mediante el
denominado mecanismo de desarrollo limpio se crearían nuevos flujos de
recursos financieros para ello.
A continuación, el Coordinador del Cambio Climático
de Conama, señor Juan Searle, afirmó que su institución comparte los últimos
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descubrimientos del Panel Intergubernamental respecto del cambio climático.
Agregó que, según esos hallazgos científicos, dicho cambio existe, en
particular; el aumento de la temperatura, el incremento en el nivel del mar y la
intensificación de los eventos climáticos extremos, precipitaciones y sequías.
Expresó que, en consecuencia, podríamos vernos
expuestos a los siguientes efectos: erosión de bordes costeros; daños en la
biodiversidad; impacto en la salud humana; pestes; daños en cultivos; déficit
de recursos hídricos, y búsqueda de nuevas energías. Añadió que los impactos
esperados en nuestro país son: el incremento de la aridez y el avance del
desierto en la zona norte, la reducción de la disponibilidad de recursos hídricos
en la zona central, mayores precipitaciones en la zona sur, y el aumento de la
frecuencia e intensidad en el denominado “Fenómeno de la corriente del Niño”.
A continuación, explicó que a nivel internacional se
ha abordado el problema desde 1992, cuando se estableció la “Convención
Marco sobre Cambio Climático”, que Chile ratificó el año 1994, y que publicó en
abril del año 1995.
Manifestó que la característica principal de la
Convención es haber establecido diferentes compromisos para las Partes,
según se tratara de países desarrollados y países en desarrollo. Añadió que los
primeros tienen compromisos de reducción de emisión de gases, en tanto que
los segundos, entre los cuales está nuestro país, no tienen obligaciones en ese
sentido, sino solamente compromisos cualitativos, que se traducen en elaborar
inventarios nacionales de emisiones. Agregó que a Chile no le significa costo
alguno implementar dicho acuerdo, porque en él se establecieron provisiones
para que los países desarrollados financien la totalidad de los gastos en que
incurran los países en desarrollo para llevarlo a efecto.
Indicó que, no obstante la Convención Marco, los
países desarrollados no redujeron sus emisiones en el año 2000 a lo que cada
uno tenía en el año 1990. Por tanto, fue necesario establecer este instrumento
adicional, para hacer frente al problema.
Señaló que las principales características del
mencionado Protocolo son tres: en primer lugar, fijó un período de cinco años
para que los países desarrollados cumplan con los compromisos asumidos de
reducción; en segundo lugar, creó un sistema de sanciones en caso de
incumplimiento; y, finalmente, estableció los denominados mecanismos
flexibles, como el mecanismo de desarrollo limpio, a fin de que los países
desarrollados puedan cumplir, más allá de sus fronteras, con la reducción de
emisiones, a raíz de que éste es un problema global, que afecta a todo el
planeta. Reiteró que en el citado Protocolo, Chile no tiene restricción de
emisión de gases y tampoco le significa costo alguno implementarlo.
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Indicó que aún el Protocolo no ha entrado en vigor a
nivel mundial, pues, para ello se necesita que lo hayan ratificado, aceptado,
aprobado o adherido al menos cincuenta y cinco (55) Partes de la Convención
Marco, entre las que se cuentan los países desarrollados cuyas emisiones
representen por lo menos el cincuenta y cinco por ciento (55%) del total de las
emisiones de dióxido de carbono de las Partes del Anexo I correspondientes a
1990. Agregó que Estados Unidos, que hoy es la principal potencia emisora,
con alrededor de un veinticinco (25%) a un treinta por ciento (30%) de
participación en las emisiones mundiales de efecto invernadero, ha mantenido
una postura de cautela frente al mismo.
Expresó que al 11 de abril del presente año han
ratificado el Protocolo cincuenta y tres (53) países, de los cuales cincuenta y
dos (52) son países en desarrollo, y un solo país del Anexo I, que es la
República Checa. Agregó que hasta el momento en Latinoamérica sólo Chile,
Costa Rica, Perú y Brasil, no lo han ratificado.
Manifestó que, no obstante lo anterior, en la Séptima
Conferencia de las Partes del Convenio sobre Cambio Climático, celebrada en
Marrakech, en noviembre del año pasado, se acordó hacer operativo el
Protocolo de Kyoto y seguir implementando la Convención de Cambio
Climático. En especial, respecto del primero, se adoptaron todas las reglas y
modalidades para implementar el mecanismo de desarrollo limpio, única vía
mediante la cual los países en desarrollo, incluido Chile, podrían optar a
realizar proyectos de reducción de emisiones o de captura de carbono, y
participar en este mercado, sin tener necesidad de reducir emisiones; se eligió,
además, la Junta Ejecutiva del Mecanismo de Desarrollo Limpio; se adoptó,
asimismo, una fase denominada de “pronto inicio” de este mecanismo, por la
cual se pueden realizar proyectos de reducción y de captura de emisiones, sin
tener que esperar que el Protocolo de Kyoto entre en vigor; y finalmente, se
adoptó una fase llamada “Fast Track”, que básicamente servirá para
desarrollar proyectos de pequeña escala en eficiencia energética y energía
renovable.
El Presidente de la Comisión, Honorable Senador
señor Valdés consultó cómo era posible hacer operativo este mecanismo
cuando aún el Protocolo no ha entrado en vigencia.
El señor Searle contestó que el Protocolo de Kyoto
está funcionando, en lo que respecta a su mecanismo de desarrollo limpio, tal
y como va a funcionar una vez que esté en vigor, porque el artículo 12,
número 10, establece que se puede reconocer retroactivamente la reducción o
la captura de emisiones desde el año 2000 en adelante.
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Seguidamente, El Presidente de la Comisión,
Honorable Senador señor Valdés preguntó si se pueden realizar las compras
entre los países que lo han ratificado o entre cualquier país.
Al respecto, el señor Searle respondió que no pueden
participar dentro del mecanismo de desarrollo limpio anticipado, aquellas
Partes que no han ratificado internamente el Protocolo de Kyoto. Agregó que
es un requisito tipificado en el Acuerdo de Marrakech, conforme al cual, ambas
Partes, sean desarrolladas o en desarrollo, tienen que haberlo ratificado.
Indicó que los fondos, públicos o privados,
provendrán de quienes inviertan en los proyectos, los que, a su vez, no
necesariamente tienen que ser de un país desarrollado hacia uno en desarrollo,
pues nosotros podemos, vía “lanzamiento unilateral”, participar con un
proyecto propio, ya sea en eficiencia energética o en energía renovable, eólica,
solar o en proyectos de forestación o reforestación, donde tendremos que
conseguir un comprador, que adquirirá un certificado de reducción.
El Vicepresidente de la Corporación de la Madera,
CORMA, señor Fernando Raga, expresó que el sector privado mundial se ha
movido anticipadamente en este ámbito. Así, los dueños de un proyecto
forestal en Chile pueden llamar a un certificador privado como SCS, que
acredite estándares de desarrollo sustentable y emita un certificado privado
reconocido mundialmente, el que será aceptado por un cliente en otra parte.
Añadió que hay ferias que ya están desarrollándose, donde se hacen estas
transacciones, aventurándose a que sean aceptadas en el futuro. Agregó que
los que hoy compran carbono lo hacen mucho más barato, porque el día que
esté firmado el Protocolo, será más caro. Indicó que ese es el incentivo, la
gente está apostando a comprar carbono barato hoy día.
El Honorable Senador señor Ávila expresó que dichas
operaciones se realizan en el marco de los compromisos que asumen los países
desarrollados, en orden a descender los niveles de emisión, para lo cual los
privados contribuyen adquiriendo reducciones a otros, de diferentes partes del
mundo. Agregó que ello tiene una repercusión a nivel de Estado, en atención a
la disminución comprometida por el país respectivo.
El señor Searle asintió a lo expresado por el
Honorable señor Senador. Añadió que cada proyecto presentado debe tener el
endoso de los gobiernos respectivos, lo cual es muy importante. Agregó que
actualmente se está estableciendo todo el sistema, dentro del cual la Junta
Ejecutiva se encuentra operativa. Indicó que en el Acuerdo de Marrakech hay
un sistema pormenorizado de acreditación de todas las entidades
operacionales, que irá certificando cada etapa de un proyecto, su validación y
el monitoreo de la reducción o la captura de emisiones.
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A su vez, el Honorable Senador señor Cariola inquirió
si los países desarrollados, comprando estos certificados, pueden abonarlos a
sus reducciones, a pesar de que sigan emitiendo gases en igual proporción.
El señor Searle respondió que se les pide una
reducción efectiva. Agregó que todos los mecanismos económicos de los
artículos 6, 12 y 17, son suplementarios a las medidas domésticas que los
países desarrollados deban realizar internamente para reducir, o sea, un plus
adicional que a ellos les servirá para reducir sus costos de mitigación de las
emisiones.
Manifestó que Estados Unidos, si bien no se opone a
realizar acciones para mitigar el Cambio Climático, sí se ha opuesto al
Protocolo de Kyoto por encontrarlo poco equitativo, en atención a que a países
como China, India y Brasil, no se les exigen mayores compromisos. Agregó
que dicha nación ha expresado que el problema es real, pero que se requiere
una mayor investigación de los potenciales impactos.
El Vicepresidente de CORMA, señor Fernando Raga
señaló que este problema hay que mirarlo desde un punto de vista global; lo
que le pase a los países desarrollados le va a pasar a los subdesarrollados.
Añadió que el costo de abatir carbono en Europa o en Estados Unidos,
eliminando o dejando de hacer proyectos de desarrollo, puede llegar a ser diez
o veinte veces más alto que absorber ese costo con una plantación en Chile, y
como el carbono se mueve en el mundo, tiene mucho sentido para el planeta
completo y para la humanidad, que está integrada económicamente, que se
realice donde es más barato.
A continuación, el Presidente de la Comisión,
Honorable Senador señor Valdés afirmó que comprende que el mundo tiene
que ser solidario: así como hay un combate contra las pestes, el sida o la
pobreza; aquí hay un combate contra el carbono, contra el calentamiento
global producido por los gases de efecto invernadero, y que debe realizarse a
nivel mundial. Sin embargo, le preocupa que los países emisores que son más
ricos, entre otras cosas porque tienen una actividad que envenena la
atmósfera o que crea estos problemas, puedan descargar parte de su
responsabilidad usando la falta de desarrollo de otros, con los consiguientes
perjuicios para el desarrollo económico de estos últimos.
Sobre el particular, el Director de Medio Ambiente de
la Cancillería, Embajador señor José Manuel Ovalle, expresó que los países
desarrollados tienen la obligación de reducir sus emisiones al nivel que tenían
el año 90. Indicó que ello tienen que hacerlo principalmente en su territorio,
vía tecnología, sólo parte de eso lo pueden hacer vía forestal, mediante
mecanismos de desarrollo limpio; así, Alemania no puede reducir la totalidad
de su emisión por medio de comprar certificados de bosques en el exterior.
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Sólo una parte muy pequeña, que falta por definir, puede mitigarse fuera de su
territorio. Agregó que, en consecuencia, el proceso a que aludía el Honorable
Senador Valdés, mediante el cual podría llegarse a abusos, tiene límites.
Por su parte, el Presidente de la Comisión, Honorable
Senador señor Valdés manifestó su inquietud por dos materias: la primera,
relativa a que estaría en operación una parte del convenio, en circunstancias
que jurídicamente éste no ha entrado en vigor; y, la segunda, tiene que ver
con las limitaciones existentes en los llamados mecanismos flexibles para
evitar abusos por parte de los países desarrollados.
Al respecto, el señor Searle expresó que los
denominados mecanismos de desarrollo limpio son de carácter suplementario.
Puntualizó que las cifras que aparecen al final del Protocolo se refieren
solamente a reducción de emisiones brutas en el sector energía por parte de
los países desarrollados, y que las reglas que se aprobaron en Marrakech
permiten realizar proyectos en el área de beneficencia energética y energía
renovable. Indicó que el tema de la forestación y reforestación está supeditado
a definir varios aspectos metodológicos, los cuales no están claros hoy en día,
por ejemplo, determinación de línea base del proyecto, cómo era la situación
antes y después de la presentación del mismo.
Señaló que el Protocolo en estudio es muy
interesante para nosotros, pues somos un país pequeño en términos de
emisiones a nivel mundial, por lo que obtenemos más beneficios que
desventajas al ratificarlo, especialmente: favorecer la transferencia
tecnológica, disminuir los contaminantes locales, recuperar la base de captura
de nuestros bosques, evitando su progresiva reducción, y acceder a recursos
económicos para enfrentar el problema.
Finalmente indicó, a manera de conclusión, lo
siguiente: primero, que si Chile no ratifica el Protocolo no podrá hacer uso del
mecanismo de desarrollo limpio, en los términos establecidos en el acuerdo de
Marrakech, lo que significa que no podrá participar de la profunda
transformación tecnológica que está detrás de este acuerdo; perderá una
herramienta útil para abordar la progresiva reducción del balance neto de la
captura de carbono del bosque chileno; perderá una opción interesante para
fomentar mejoras en el transporte, generación y uso de energía, y, asimismo,
los proyectos de desarrollo limpio chilenos no podrán ser validados por la Junta
Ejecutiva; segundo, su ratificación no impedirá al país participar de otros
acuerdos paralelos a Kyoto, que pudieran establecer naciones industrializadas
que no son parte de ella, por ejemplo, Estados Unidos; tercero, no significa
nuevas restricciones ambientales al sector privado chileno; cuarto, le dará a
Chile un importante posicionamiento internacional, toda vez que se atraerán
inversiones extranjeras asociadas al mercado del carbono, y, finalmente, su
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INFORME COMISIÓN RELACIONES EXTERIORES
ratificación permitirá contribuir a estabilizar las emisiones mundiales de este
efecto invernadero.
Agregó que tienen un proyecto que se llama
“Chacra”, presentado por la empresa hidroeléctrica Guardia Vieja, que
pretende ser el primer proyecto a nivel mundial validado por la Junta Ejecutiva
de Desarrollo Limpio.
A continuación, el Director del Servicio Hidrográfico y
Oceanográfico de la Armada (SHOA), Capitán de Navío, señor Fernando
Mingram, explicó que el efecto invernadero es un fenómeno atmosférico
natural que permite mantener la temperatura del planeta al retener parte de la
energía proveniente del sol. Agregó que los principales gases de efecto
invernadero (GEI) que se encuentran presentes en forma natural en la
atmósfera son el vapor de agua (H20) y el dióxido de carbono (CO2). Estos
gases presentan la capacidad de absorber la radiación infrarroja emitida por la
superficie del planeta y la atmósfera, aumentando de esta forma la
temperatura promedio de la tierra. Agregó que si no estuvieran presentes, la
temperatura promedio del planeta sería de alrededor de 30º centígrados (C)
menor a la actual.
Indicó que otros importantes GEI son: el metano
(CH4), el óxido nitroso (N2O), el ozono (O3) y los productos químicos artificiales
llamados clorofluorocarbonos (CFCs) los cuales son liberados en su mayoría
por procesos industriales.
Manifestó que el aumento de las emisiones de GEI es
un tema que ha adquirido gran atención en la agenda internacional, dado que
se piensa que puede inducir a importantes cambios en el clima de la tierra.
Añadió que, en la actualidad, la comunidad científica se pregunta si es posible
que ocurran cambios climáticos por efecto de las emisiones de GEI de origen
antropogénico o bien, si son fluctuaciones naturales, ya que la media global de
la temperatura atmosférica ha aumentado entre 0,3º y 0,6º C durante los
últimos 150 años, razón por la cual algunos piensan que esto se encuentra
relacionado con la revolución industrial. Destacó que este aumento no ha sido
constante en el tiempo y que el planeta ha sufrido cambios climáticos
anteriormente, por lo que la discusión hoy en día se basa en la pregunta de
que si este aumento es generado por el hombre o si es una fluctuación natural
del sistema climático.
Asimismo indicó que el Panel Intergubernamental de
Cambio Climático (PICC) define “Cambio Climático” como una variación
estadísticamente significativa en el estado medio del clima o en su variabilidad,
que persiste en un largo período, normalmente de décadas o más. Añadió que
este cambio puede atribuirse a procesos naturales internos o externos, o a
cambios antropogénicos persistentes. Hizo presente, además, que el planeta
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INFORME COMISIÓN RELACIONES EXTERIORES
ha presentado anteriormente períodos de glaciación y calentamiento, ya que
éstos son ciclos naturales que ocurren en una escala de tiempo de miles de
años.
Señaló, a continuación, que algunos modelos
predictivos indican que es muy probable que la temperatura superficial
promedio del planeta aumente entre 0,5º C y 2º C dentro de los próximos
cincuenta años.
En este contexto, expresó que el “Climate Change
2001: Synthesis Report” del PICC señala diversos escenarios para el clima
global y regional, y sus consecuencias para los años 2025, 2050, y 2100;
asociándolo a un rango de emisiones de gases de efecto invernadero. Agregó
que estas evaluaciones estiman que las concentraciones de carbono, la
temperatura promedio global y el nivel del mar, aumentarán bajo todos los
escenarios de emisión durante el siglo XXI.
Para todos los escenarios de emisión “SRES”, la
concentración proyectada de dióxido de carbono en el año 2100 tendrá un
rango de 540 a 970 ppm, comparado con las 280 ppm de la era pre-industrial,
y los 368 ppm medidos en el año 2000. Añadió que las proyecciones de dichos
escenarios de emisión en una serie de modelos climáticos, resultan en un
aumento de entre 1,4º C y 5,8º C en la temperatura superficial promedio
global para el período entre 1990 y 2100, mientras que, para el período entre
1990 y 2025, los aumentos proyectados son de alrededor de 0,4º C a 1,1º C y
0,8º C a 2,6º C, respectivamente.
Manifestó que otras proyecciones indican que los
glaciares continuarán su retroceso durante el siglo XXI, a pesar de que se
piensa que la capa de hielo Antártica aumentará, mientras que la de
Groenlandia probablemente disminuirá. En ese contexto, el nivel del mar global
también aumentará, entre 0,09 a 0,88 metros entre los años 1990 y 2100,
para todos los escenarios “SRES”, pero con diferencias regionales
significativas. Agregó que este aumento en el nivel del mar se atribuye
principalmente a la expansión termal de los océanos y al derretimiento de los
glaciares y capas de hielo.
Además, señaló que se proyecta un aumento en la
precipitación anual promedio durante el siglo XXI y alteraciones en la
biodiversidad.
Destacó que las poblaciones que habitan islas
pequeñas o áreas costeras bajas, presentan un riesgo particular a los cambios
señalados anteriormente, pues muchos asentamientos humanos se enfrentarán
a un mayor riesgo de inundaciones costeras y erosión.
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INFORME COMISIÓN RELACIONES EXTERIORES
Por otra parte, y en materia de las incertidumbres
que plantea este tema, indicó que los reportes del PICC, en 1995, llegaron a la
conclusión de que nuestra habilidad para cuantificar la influencia humana en el
Cambio Climático global se encuentra limitada por el momento, porque la señal
esperada del clima aún está emergiendo del ruido natural de la variabilidad
climática, y porque existe una comprensión incompleta de los siguientes
factores clave: fuentes y sumideros de GEI, que afectan las predicciones de
concentraciones futuras; nubes, que influencian fuertemente la magnitud del
cambio climático; océanos, que influencian el tiempo y patrones del cambio
climático; y, capas de hielo polares, que afectan las predicciones del aumento
del nivel del mar.
Por esta razón, explicó, no todos los científicos están
de acuerdo con la magnitud y tiempo del posible calentamiento global. Sin
embargo, añadió que según el PICC, el balance de las evidencias sugiere una
influencia discernible en el clima global por parte del hombre.
Hizo presente que al trabajar con modelos
estadísticos, es importante el largo de las series de datos, ya que mientras
más lejanos son los plazos, más largas deben ser las series de observaciones.
Ejemplificó lo expuesto con el fenómeno de “El Niño”, que es un evento
climático que ocurre en una escala interanual (3 a 7 años), y requiere para una
buena predicción un mínimo de 30 años de datos; por lo tanto, se necesitan
aún más datos para estudios de Cambio Climático que ocurren a escalas de
tiempo mayores (décadas o centurias).
Manifestó que si bien es cierto, los datos
paleoclimáticos (anillos de árboles, glaciares, sedimentos y corales), han
permitido reconstituir climas pasados, éstos no pueden obviar la ausencia de
series actuales de observación. Añadió que, por esta razón, los modelos
predictivos de cambio climático, dentro del presente siglo, requieren de un
registro de datos confiables (instrumentales) y más largos que los que se
poseen actualmente.
Advirtió el representante del SHOA que los dos más
importantes sumideros de CO2 son los océanos y la biósfera terrestre
(principalmente el sistema vegetal terrestre). Destacó la importancia de los
primeros en el cambio climático, dado que actualmente los océanos absorben
aproximadamente entre un tercio y un medio del CO2 antropogénico emitido de
combustibles fósiles y procesos industriales, jugando un rol dominante en la
regulación de CO2 en la atmósfera y, por lo tanto, ejerciendo una influencia
poderosa en el clima.
Indicó que por ello, se han desarrollado programas
internacionales que han reconocido la importancia que tienen los océanos en la
regulación natural del carbono atmosférico, entre ellos se encuentra el “Joint
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Global Ocean Flux Study” (JGOFS), que ha contribuido a mejorar la
comprensión del papel de los océanos en el ciclo del carbono, y la respuesta
probable del océano a un aumento de CO2 antropogénico. Añadió que este
programa multidisciplinario comenzó en 1987, con la participación de más de
20 países, entre ellos Chile, y que actualmente continúa en desarrollo.
Señaló que los ciclos del carbono y el transporte del
mismo desde la superficie hasta el océano profundo está dominado por
procesos físicos y biológicos, los que comúnmente reciben el nombre de bomba
biológica y física. Añadió que ambas bombas actúan para aumentar las
concentraciones de CO2 en el interior del océano.
Expresó que durante los eventos producidos por “El
Niño”, cuando aumenta la temperatura superficial del mar en el océano Pacífico
Ecuatorial del este y central, el flujo de CO2 desde el océano a la atmósfera se
reduce hasta en un cincuenta por ciento (50%), comparado con años de
eventos fríos como “La Niña”, en razón que la temperatura del mar afecta la
solubilidad del CO2 (bomba física).
Destacó que por esta razón el SHOA considera
importante el monitoreo de la temperatura superficial del mar en la costa
chilena.
Dicha bomba biológica juega un rol importante en la
habilidad del océano para absorber CO2 atmosférico; si ella funcionara al
máximo de su eficiencia, los niveles de CO2 atmosférico podrían caer a 110
ppm, comparado a los 365 ppm de hoy. Agregó que por ello se han realizado
experimentos de fertilización que aumentan la eficiencia de la referida bomba
en los océanos y, por lo tanto, la captura de CO2 atmosférico. Añadió que el
problema de estos experimentos es que se desconocen las consecuencias
ecológicas que involucra la fertilización artificial de los océanos.
A continuación, el señor Mingram se refirió
específicamente a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático (CMNUCC), y al respecto indicó que ésta fue adoptada en 1992, y
que entró en vigor en 1994. Agregó que en la Primera Conferencia de las
Partes de la Convención en 1995, las naciones del mundo negociaron un
protocolo sobre el control de las emisiones de GEI, cuyo resultado fue el
Mandato de Berlín, el cual establece que los límites y plazos para el control de
las emisiones deben ser aplicados solamente a los países incluidos en el Anexo
I de la citada Convención, que incluye básicamente a países industrializados.
Señaló que no existe, al menos todavía, ningún tipo de compromiso de
establecer límites y plazos sobre países menos desarrollados, tales como Chile.
Indicó que en la Tercera Conferencia de las Partes,
celebrada en Kyoto, Japón, en diciembre de 1997, los países del Anexo I
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acordaron obligaciones de reducción “legalmente vinculantes”, lo que significa
disminuir las emisiones de GEI al nivel de 1990, en el período de compromiso
comprendido entre los años 2008 y 2012. Agregó que para cumplir dicho
objetivo de reducción el Protocolo de Kyoto contempla el uso de instrumentos
como “permisos transables de emisión” entre los países del Anexo I y la
participación de países menos desarrollados a través de esfuerzos voluntarios
de reducción de emisiones.
Asimismo, explicó que la participación voluntaria de
los países menos desarrollados, formalizada en el Protocolo de Kyoto a través
de los denominados Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL), consiste en la
implementación conjunta de proyectos de reducción de emisiones de GEI entre
un agente de un país Anexo I y otro de un país no incluido en dicho anexo. En
otras palabras, a través del MDL, los países desarrollados que tienen
compromisos concretos de reducción de emisiones pueden adquirir certificados
de reducción de emisiones (CERs) para cumplir con parte de sus compromisos.
Agregó que tales certificados se lograrán a través de la realización de
proyectos de reducción de emisiones de gases invernadero o captura de
carbono.
Enfatizó que el Protocolo de Kyoto no ha sido
ratificado aún por todos los países, principalmente porque algunas naciones
presentes en el Anexo I, como Estados Unidos, se niegan a firmarlo sin que
previamente se modifique, a fin de establecer compromisos concretos de
reducción de emisiones de gases de efecto invernadero a los países en
desarrollo.
Prosiguió su intervención refiriéndose en particular a
los beneficios del Protocolo de Kyoto en el ámbito de la investigación, y al
respecto indicó que el artículo 10, generado en cumplimiento a lo dispuesto en
los artículos 4 y 5 de la Convención, señala que se debe cooperar en
investigaciones científicas y técnicas y promover el mantenimiento y el
desarrollo de procedimientos de observación sistemática y la creación de
archivos de datos para reducir las incertidumbres relacionadas con el sistema
climático, entre otras obligaciones.
Señaló que el punto 3 del artículo 4 de la Convención
Marco expresa “Las Partes que son países desarrollados y las demás partes
desarrolladas que figuran en el Anexo II, proporcionarán recursos financieros
nuevos y adicionales para cubrir la totalidad de los gastos convenidos que
efectúen las Partes que son países en desarrollo para cumplir sus obligaciones
en virtud del párrafo 1 del artículo 12”.
Además, expresó que el artículo 5 de la citada
Convención apoya principalmente a los programas y redes u organizaciones
internacionales e intergubernamentales que tengan por objeto definir, realizar,
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evaluar, o financiar actividades de investigación, recopilación de datos y
observación sistemática. En ese sentido, mencionó como entidades vinculadas
al tema en estudio al Comité Nacional Asesor sobre Cambio Global y al
Departamento de Oceanografía del SHOA.
Respecto del primero, precisó que fue creado
mediante decreto supremo de 1998, con el fin de que sirviera para el debate y
la asesoría gubernamental en la toma de decisión sobre este tema; es
presidido por la Comisión Nacional del Medio Ambiente (Conama), mientras
que el Ministerio de Relaciones Exteriores asume la vicepresidencia.
Indicó que dicho Comité Nacional incluye la
participación de representantes de diferentes instituciones relacionadas con el
medio ambiente, dentro de las cuales destacó la Dirección General del
Territorio Marítimo (DGTM) y el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la
Armada (SHOA), el cual es el organismo oficial, técnico y permanente del
Estado, en todo lo que se refiere a la cartografía náutica, la hidrografía y la
oceanografía.
Señaló que el Departamento de Oceanografía tiene
por función organizar, coordinar, dirigir, ejecutar y controlar todas las
actividades oceanográficas nacionales y especiales de la Armada, que sean de
interés para el país y, para la institución, así como atender el sistema de
alarma de tsunamis, fiscalizar la recolección y correcta clasificación de todas
las informaciones oceanográficas obtenidas, tales como: mareas, olas,
corrientes, y parámetros físico-químicos del agua de mar.
Expresó que a partir del año 1999, el SHOA cuenta
con una red de estaciones ambientales, ubicadas a lo largo de la costa chilena.
Agregó que dichas estaciones toman datos continuos cada hora de la
temperatura superficial del mar (TSM) y del nivel medio del mar (NMM); sólo
algunas están capacitadas para tomar ciertos datos meteorológicos como
temperatura del aire, presión atmosférica y humedad relativa. Añadió que el
Servicio cuenta con datos de TSM y NMM desde el año 1950, en algunos de los
principales puertos de Chile, pero que esta base de datos presenta una escala
de tiempo muy reducida para evaluar la situación de cambio climático, y se
utiliza más bien para evaluar la condición de los eventos “El Niño/Oscilación del
Sur” (ENOS), que ocurren a una escala temporal menor, interanual.
Al concluir, el señor Mingram señaló que Chile emite
una cantidad muy baja de gases de efecto invernadero en relación a otros
países como Estados Unidos, que emite alrededor del veinticinco por ciento
(25%) de las emisiones a nivel mundial.
Indicó que por el momento, el Protocolo de Kyoto, no
exige adquirir compromisos obligatorios de reducción de emisiones a los países
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no incluidos en el Anexo I o en desarrollo, como es el caso de nuestro país, a
diferencia de los países desarrollados, que tendrían compromisos legalmente
vinculantes de reducir sus emisiones entre los años 2008 y 2012, al nivel de
las que tenían el año 1990.
Añadió que, en ese sentido, el citado Protocolo es
beneficioso para nuestro país, ya que, los artículos 4 y 5 de la Convención
Marco, permiten a países como el nuestro, realizar estudios sistemáticos de
monitoreo de las condiciones ambientales. Específicamente el artículo 5, indica
que las partes del Anexo I ayudarán a los países que no formen parte de él, a
fin de mejorar sus capacidades de investigación. Agregó que, en ese sentido,
sería positivo para Chile pues permitiría la obtención de recursos para financiar
proyectos de investigación que establecieran, por ejemplo, un sistema de
vigilancia océano-atmosférica de los principales procesos que modulan la
dinámica e interacción océano-atmósfera en el Mar Presencial de Chile,
mejorando así las bases de datos actuales, y que, a largo plazo, permitirán
evaluar de mejor forma la situación del cambio climático, junto con inferir si es
el hombre realmente el que está influyendo en éste.
Finalizó señalando que un proyecto del Servicio
Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada que posiblemente podría ser
financiado por los mecanismos que establece el Protocolo es el Proyecto
“Sistema de Vigilancia Océano Atmósfera en el Pacífico Sur Oriental, Frente a
la Costa de Chile”.
Posteriormente, intervino el Gerente de Medio
Ambiente de la Corporación Nacional del Cobre (Codelco), señor Santiago
Torres, quien agradeció la invitación a exponer sobre el Tratado en estudio.
Expresó que el tema del cambio climático preocupa a
su empresa porque el sector de la minería es un sector intensivo en el uso de
la energía, tanto en el transporte de materiales (combustibles) como en la
generación eléctrica que proviene del Sistema Interconectado del Norte
Grande, que tiene como principal fuente de generación la térmica. Añadió que,
en consecuencia, hay una emisión de gases de efecto invernadero importante,
y por lo tanto, el sector minero emite principalmente uno de esos gases: el
dióxido de carbono (CO2).
Manifestó que se involucraron en el tema, en
atención a los costos que ello pudiese significar a la minería, cuando producto
de presiones de países desarrollados, nuestro país analizó la posibilidad de
reducir emisiones voluntariamente, a lo cual, desde el punto de vista del
Protocolo, no está obligado.
Sin embargo, indicó que, a raíz de ese hecho
comenzaron a informarse respecto de lo que significa este proceso de
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tratamiento global y cuál podría ser el papel que una empresa como Codelco
podría jugar tanto a nivel de industria como también a nivel de país en un
esfuerzo de esta naturaleza. Añadió que como resultado confeccionaron un
inventario de gases efecto invernadero, que arrojó el año 1999 una emisión,
tanto directa como indirecta, de cuatro millones y medio (4.500.000) de
toneladas de CO2. Explicó que la directa es aquélla que se produce por la
quema de combustibles que hacen principalmente sus camiones y equipos de
transportes, y que la indirecta corresponde a las emisiones que se derivan de
la generación de la electricidad que consumen. Agregó que la relación es de un
20% de directa y un 80% de indirecta.
Señaló que como son generadores directos e
indirectos de gases efecto invernadero, principalmente vía consumo de
energía, y teniendo presente que Chile no está obligado a reducir sus
emisiones de CO2 o de gases de efecto invernadero, cabe preguntarse cuál es
la posición de Codelco frente a esta realidad.
Al respecto, expresó que apoyan el planteamiento de
la Comisión Nacional del Medio Ambiente, en términos de que al país le
conviene involucrarse y aprobar este Protocolo, por lo ya expuesto por dicha
Institución.
Manifestó que participarán en acciones que permitan
un rol activo del país en el Protocolo. En ese contexto, rechazan cualquier
intento de establecer compromisos voluntarios, a no ser que haya un claro
contrapeso con otros beneficios que se logren a partir de eso, por el efecto que
tendría sobre su propia compañía.
Asimismo, destacó que centrarían toda su acción en
el uso de los mecanismos de desarrollo limpio, por cuanto ven que tanto la
empresa como el país podrían beneficiarse del uso de estos mecanismos. Al
respecto, agregó que para la minería proyectos de aumento en la eficiencia del
uso de la energía, y de generación de ella vía fuentes alternativas, se pueden
rentabilizar y hacer viables, a través del uso de estos instrumentos, de manera
de preparar nuestro eventual ingreso a la lista del Anexo B hacia el año 2010,
en el caso que nos constituyamos en un país desarrollado.
Expresó, a continuación, que Codelco, frente al
Tratado en comento, está realizando dos acciones concretas: primero, ha
confeccionado un inventario de emisiones de gases con efecto invernadero, y
segundo, ha elaborado un estudio de factibilidad de un proyecto eólico en
Calama.
Seguidamente, el Honorable Senador señor Cariola
preguntó sobre el proyecto de energía eólica en estudio.
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Sobre el particular, el Gerente de Medio Ambiente de
Codelco, señor Torres, respondió que están estudiando una planta de
generación de energía eólica de 40 MW de capacidad instalada, formada por
alrededor de 35 a 45 molinos de viento en la zona de Calama. Agregó que el
estudio de factibilidad del proyecto fue aprobado hace un año y medio
aproximadamente, por la unidad de implementación conjunta del Gobierno de
Estados Unidos, de tal forma que las ganancias por reducción de emisión las
podría acreditar dicho Estado. Añadió que el proyecto no conlleva gasto
económico ni a CODELCO ni a Chile, pues el financiamiento, que asciende a
doscientos cincuenta mil dólares (U$ 250.000), lo asume el país del norte. En
todo caso, agregó que Codelco puso como condición, si el proyecto resultaba
factible, la licitación a nivel internacional del equipamiento y de la fórmula de
operación de la planta.
Respecto del primer proyecto, señaló que cuentan
con el inventario para el año 1999 y una metodología elaborada; lo que resta
por hacer es validar esa metodología a nivel del Protocolo.
En el caso del proyecto Calama, manifestó que falta
evaluar la factibilidad técnico–económica de la planta generadora de energía
eólica. Agregó que este estudio de factibilidad permitirá evaluar el mercado de
derechos de emisión. De hecho, una empresa consultora está haciendo un
análisis exhaustivo de cuáles son los movimientos que el mercado hoy en día
tiene en relación con la compra y venta de estos derechos de emisión a nivel
mundial, y los posibles modelos de negocio.
Destacó que Codelco tiene como giro principal
producir cobre, no energía; por tanto la idea, de ser factible este proyecto, es
aprovechar el interés que tienen los países desarrollados de reducir sus
emisiones para hacer un joint venture con alguna empresa que acredite lo
logrado, de manera de beneficiarse la empresa con energía más barata; en
definitiva, es rentabilizar este antiguo proyecto eólico Codelco-Chuquicamata,
declarado en su momento como no rentable y abandonado por lo mismo.
Enfatizó que sólo lo harían en la zona norte, en
atención a que las emisiones de gases efecto invernadero de las divisiones del
sur tienen un efecto marginal, ya que son
abastecidas por el Sistema
Interconectado Central, que es principalmente hidroeléctrico.
Al respecto, el Honorable Senador señor Cariola
observó que todos se beneficiarían con el sistema de energía eólica; Estados
Unidos se puede adjudicar la reducción, y Codelco ayudaría a reducir la
contaminación atmosférica local.
El Ejecutivo de la Corporación Nacional del Cobre,
señor Torres, asintió a lo aseverado por el Honorable Senador señor Cariola.
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Agregó que incorporar esta fuente energética, obligará a mejorar la regulación,
pues de hecho el procedimiento económico de despacho de carga de los
sistemas interconectados no tiene contemplado la energía eólica.
A continuación, el Honorable Senador señor Ávila
consultó sobre el potencial de una planta de 40 MW.
Sobre el punto consultado, el señor Torres expresó
que una planta de esa característica podría iluminar a una ciudad como
Calama. Añadió que el costo de ella ascendería a unos cuarenta millones de
dólares (U$ 40.000.000).
Al respecto, la Comisión estimó muy relevante e
importante la magnitud del proyecto.
El Asesor de Conama, señor Cáceres, puntualizó que
lo señalado es un buen ejemplo de las sinergias que pueden lograrse. Agregó
que este año se pretende ingresar un proyecto de ley, comprendido en la
agenda pro-crecimiento, llamado “Bonos de Descontaminación”, el que
pretende emular a nivel local esta situación internacional. Añadió que
proyectos como el señalado permitirían reducir la contaminación, por ejemplo,
en la capital.
Posteriormente, hizo uso de la palabra el
Vicepresidente de la Corporación Chilena de la Madera (CORMA), señor
Fernando Raga, quien expresó que, en el entendido que la ratificación del
Protocolo de Kyoto no implica compromisos de reducción de emisiones para
Chile, se abre una oportunidad de negocios para nuestro país debido a las
reducciones que los países desarrollados deberán hacer a su nivel de
emisiones, las que podrán ser transadas por reducciones en otros países.
Precisó que en el caso del sector forestal, la
oportunidad de negocios proviene de la condición de sumideros o capturadores
de carbono que tienen los bosques.
Agregó que Chile puede acceder a negociar carbono a
través de uno de los mecanismos de transacción de emisiones contemplado en
el Protocolo, esto es, el denominado Mecanismo de Desarrollo Limpio. Recordó
que, conforme a las últimas negociaciones, las actividades elegibles son la
forestación y la reforestación, pero no los proyectos que evitan la
deforestación. Lo anterior es un serio desincentivo para el manejo del bosque
nativo, ya que el valor comercial de la conservación del mismo es bajo y ésta
sería una fuente importante para financiar su conservación. Indicó que se
espera que a futuro la situación cambie, pues precisó que lo señalado es válido
para el primer período de reducción de emisiones durante los años 2008 a
2012.
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Explicó que en el caso de la forestación, corresponde
a terrenos que no hayan tenido bosques, por lo menos en los últimos cincuenta
años. Agregó que en el caso chileno es difícil rastrear tanto tiempo atrás, salvo
en condiciones de suelo muy adversas y donde la actividad de forestación no
es socialmente rentable.
Por otra parte, indicó que la actividad de
reforestación, implica plantar terrenos cuyos bosques no hayan sido
cosechados después del año 2000 y en la práctica esto sería interesante para
Chile. Explicó que, sin embargo, nuestros negociadores señalan que
actividades como plantar Pino y Eucaliptus no serían “aceptables” para calificar
como elegible un proyecto de reducción de emisiones, a menos que fuera
realizado por comunidades asociadas y no por parte de empresas forestales.
Éstas sólo podrían calificar para proyectos de plantación en zonas extremas
con especies de menor crecimiento. Puntualizó que, no obstante lo anterior, no
debe olvidarse que una plantación es un sumidero, independientemente de
quien lo plante o de la especie de que se trate. El objetivo del Protocolo de
Kyoto es reducir las emisiones netas de carbono en el planeta, y para ello es
importante no excluir, sin un fundamento ambiental real, unidades económicas
que podrían hacer un gran aporte.
En relación a los bosques naturales, manifestó que la
Corporación de la Madera ha sostenido que su manejo, dado que acelera el
ritmo biológico de crecimiento, cambia positivamente su potencial de captura
de carbono, y en este caso no se está hablando de “forestación”,
“reforestación”, ni “evitar deforestación”. En consecuencia, agregó, debería
reconocerse el “manejo de bosques” como una actividad de captura. En ella es
fácil comprobar criterios de adicionalidad, ya que en la mayoría de los casos el
manejo del bosque nativo no es rentable privadamente, y sólo lo hace viable
un ingreso adicional, ya sea mediante subsidios o este tipo de transacciones.
Indicó que su aceptación podría ser un gran aporte a la conservación y
mejoramiento de los bosques naturales, no sólo en Chile, sino en el mundo.
Por último, el señor Raga señaló que CORMA estima
que debe reforzarse la contabilidad de carbono contenido en los productos
finales. Añadió que actualmente el Panel Intergubernamental de Cambio
Climático considera equivalente quemar un bosque que cosecharlo y producir
muebles de madera que retienen el carbono por doscientos años. Agregó que
principalmente Chile produce madera no como leña, sino como cientos de
productos que alargan la retención del carbono y que contribuyen a mitigar el
cambio climático, lo cual, puntualizó, merece ser reconocido.
Finalmente, el señor Presidente de la Comisión,
Honorable Senador señor Valdés, agradeció, a nombre de ésta, la participación
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INFORME COMISIÓN RELACIONES EXTERIORES
de los señores invitados y solicitó, teniendo presente las consideraciones
anteriores, someter a votación el proyecto.
Puesto en votación, el proyecto de acuerdo fue
aprobado en general y en particular por la unanimidad de los
miembros de la Comisión, Honorables Senadores señores Valdés, Ávila,
Cariola, Martínez y Pizarro.
---------En consecuencia, vuestra Comisión de Relaciones
Exteriores tiene el honor de proponeros que aprobéis el proyecto de acuerdo
en informe, en los mismos términos en que lo hizo la Comisión de Medio
Ambiente y Bienes Nacionales del Senado, cuyo texto es el siguiente:
PROYECTO DE ACUERDO:
"Artículo único.- Apruébanse el “Protocolo de Kyoto de
la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático” y sus
anexos A y B, adoptados el 11 de diciembre de 1997.".
----------
Acordado en sesiones celebradas los días 16 de abril,
7 de mayo, y 4 y 18 de junio de 2002, con asistencia de los Honorables
Senadores señores Gabriel Valdés Subercaseaux (Presidente), Nelson Ávila
Contreras, Marco Cariola Barroilhet (Rodolfo Stange Oelckers), Jorge Martínez
Busch (Enrique Zurita Camps) y Jorge Pizarro Soto (Sergio Paéz Verdugo).
Sala de la Comisión, a 18 de junio de 2002.
JULIO CÁMARA OYARZO
Secretario
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INFORME COMISIÓN RELACIONES EXTERIORES
RESEÑA
I.
BOLETÍN Nº: 2.525-10.
II.
MATERIA: proyecto de acuerdo que aprueba el Protocolo de la
Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático y sus
anexos A y B, adoptado en Kyoto, Japón, el 11 de diciembre de 1997.
III.
ORIGEN: Mensaje de S.E. el Presidente de la República.
IV.
TRÁMITE CONSTITUCIONAL: segundo.
V.
APROBACIÓN POR LA CÁMARA DE DIPUTADOS: fue aprobado por
cuarenta y cuatro votos a favor y una abstención.
VI.
INICIO TRAMITACIÓN EN EL SENADO: 30 de agosto de 2000.
VII. TRÁMITE REGLAMENTARIO: primer informe.
VIII. URGENCIA: no tiene.
IX.
LEYES QUE SE MODIFICAN O QUE SE RELACIONAN CON LA
MATERIA:
- Artículo 50, Nº 1) de la Constitución Política, entre las atribuciones exclusivas
del Congreso Nacional, el constituyente establece la de "aprobar o desechar los
tratados internacionales que le presentare el Presidente de la República antes
de su ratificación".
- Artículo 19, Nº 8) de la Carta Fundamental, consagra el derecho a vivir en un
ambiente libre de contaminación, y entrega al Estado la obligación de velar
para que este derecho no sea afectado y por la preservación de la naturaleza.
- Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático,
adoptada en Nueva York, Estados Unidos de América, el 9 de mayo de 1992.La cual fue suscrita por Chile durante la Conferencia de las Naciones Unidas
sobre Medio Ambiente y Desarrollo, celebrada en 1992, en la ciudad de Río de
Janeiro, promulgado por decreto supremo Nº 123, del Ministerio de Relaciones
Exteriores, del 31 de enero de 1995.
- Protocolo de Montreal, relativo a las Sustancias Agotadoras de la Capa de
Ozono, del 16 de septiembre de 1987.- El que fue promulgado por decreto
supremo Nº 238, del Ministerio de Relaciones Exteriores, del 8 de marzo de
1990.
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INFORME COMISIÓN RELACIONES EXTERIORES
X.
ESTRUCTURA DEL PROYECTO DE ACUERDO PROPUESTO: artículo
único en el cual se propone la aprobación del Protocolo -que a su vez consta de
un preámbulo y veintiocho artículos -, y de sus anexos A y B.
XI.
PRINCIPAL OBJETIVO DEL PROTOCOLO CUYA APROBACIÓN SE
PROPONE: establecer para los países desarrollados y para aquéllos con
economías en transición, compromisos de reducción y limitación de emisiones
de gases de efecto invernadero (GEI), fijando un calendario predeterminado
para su cumplimiento.
XII. NORMAS DE QUÓRUM ESPECIAL: no hay.
XII. ACUERDOS: aprobado en general y en particular por la unanimidad de
los miembros de la Comisión. (5x0)
Valparaíso, 18 de junio de 2002.
JULIO CÁMARA OYARZO
Secretario
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DISCUSIÓN SALA
2.3. Discusión en Sala
Senado. Legislatura 347. Sesión 10. Fecha 02 de julio, 2002. Discusión. Se
aprueba.
PROTOCOLO DE CONVENCIÓN MARCO DE NACIONES UNIDAS SOBRE
CAMBIO CLIMÁTICO
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Proyecto de acuerdo de la
Honorable Cámara de Diputados que aprueba el Protocolo de la Convención
Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y sus anexos A y B,
adoptado en Kyoto, Japón, el 11 de diciembre de 1997, con informes de las
Comisiones de Medio Ambiente y Bienes Nacionales y de Relaciones Exteriores.
--Los antecedentes sobre el proyecto (2525-10) figuran en los
Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de acuerdo:
En segundo trámite, sesión 20ª, en 30 de agosto de 2000.
Informes de Comisión:
M. Ambiente y B. Nacionales, sesión 7ª, en 19 de junio de
2002.
Relaciones Exteriores, sesión 7ª, en 19 de junio de 2002.
El señor HOFFMANN (Secretario).- El objetivo principal del Protocolo en
informe es establecer, para los países desarrollados y para aquellos con
economías en transición, compromisos de reducción y limitación de emisiones
de gases de efecto invernadero, fijando un calendario predeterminado para su
cumplimiento.
El informe de la Comisión de Medio Ambiente y
Bienes Nacionales reseña el instrumento internacional en comento y describe
la discusión general y particular producida al respecto, dejando constancia de
la inquietud de sus miembros acerca de la situación de los bosques nativos.
Con todo, los señores Senadores presentes en la Comisión, Honorables señores
Horvath, Pizarro y Stange, aprobaron por unanimidad el proyecto de acuerdo,
en los mismos términos en que lo hizo la Cámara de Diputados.
Por su parte, la Comisión de Relaciones Exteriores
deja constancia de la discusión general y particular habida en su seno sobre el
referido Protocolo, ocasión en que se escuchó a diversos invitados. El proyecto
de acuerdo fue aprobado unánimemente por sus miembros, Senadores señores
Ávila, Cariola, Martínez, Pizarro y Valdés, en los mismos términos en que lo
hizo la Comisión de Medio Ambiente y Bienes Nacionales.
Cabe destacar que ambos órganos técnicos, de
conformidad a lo establecido en el artículo 127 del Reglamento, proponen al
señor Presidente que el proyecto de acuerdo sea discutido en general y en
particular, a la vez.
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DISCUSIÓN SALA
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- En la discusión general y
particular, tiene la palabra el Honorable señor Valdés.
El señor VALDÉS.- Señor Presidente, como se acaba de consignar, la Comisión
de Relaciones Exteriores, que tengo el honor de presidir, aprobó por
unanimidad el proyecto de acuerdo que nos ocupa.
La Convención Marco de Naciones Unidas sobre el
Cambio Climático, que es el antecedente del Protocolo sometido a aprobación,
fue adoptada en Nueva York el 9 de mayo de 1992, habiendo sido suscrita por
Chile durante la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y
Desarrollo celebrada ese mismo año en Río de Janeiro.
Su objetivo principal es lograr la estabilización de las
concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que
impida interferencias antropógenas peligrosas en el sistema climático, en un
plazo suficiente para hacer posible que los ecosistemas se adapten
naturalmente al cambio del clima, asegurar que la producción de alimentos no
se vea amenazada y permitir que el desarrollo económico prosiga de manera
sostenible.
Por su parte, el Protocolo en estudio fue aprobado
durante la Tercera Reunión de la Conferencia de las Partes de la referida
Convención Marco, en Kyoto, Japón, en diciembre de 1997, donde participaron
más de diez mil delegados.
Se trata de un instrumento legalmente vinculante,
estructurado sobre la base de un preámbulo, veintiocho artículos y dos anexos,
y su aspecto más sobresaliente es el establecimiento de compromisos más
estrictos de reducción y limitación de emisiones de gases de efecto invernadero
para los países desarrollados y para aquellos con economías en transición, con
un calendario determinado para cumplirlos.
En cuanto al alcance del Protocolo, los mencionados
países acordaron alcanzar la reducción conjunta de las emisiones de dichos
gases en cinco por ciento bajo los niveles de 1990, para el período de
compromisos establecido entre los años 2008 y 2012.
Otro aspecto importante es la ampliación del listado
original de gases por reducir.
Asimismo, cabe señalar que el instrumento
contempla el establecimiento de una serie de políticas y medidas para reducir y
limitar las emisiones, y la definición de los llamados “instrumentos de
flexibilización”, que son el mecanismo de desarrollo limpio, la transacción de
emisiones y la implementación conjunta.
Además, el Protocolo hace específica mención de los
países en desarrollo -entre los cuales, por cierto, se encuentra el nuestro-,
instándolos a fortalecer la implementación de sus compromisos frente a la
Convención. También señala el rol que éstos tienen en la aplicación del ya
citado mecanismo de desarrollo limpio -instrumento extremadamente
interesante-, que permitirá a las naciones del Anexo B del Protocolo llevar a
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DISCUSIÓN SALA
cabo, en conjunto con los países en desarrollo, proyectos de reducción de
emisiones y ganar créditos por tales acciones, mediante la adquisición de
unidades certificadas de reducción de emisiones de gases de efecto
invernadero. La implementación de dichos proyectos deberá propender a que
las naciones menos desarrolladas alcancen el desarrollo sostenible.
En síntesis, el Protocolo merece las siguientes
consideraciones:
1.- El cambio climático se convertirá en una de las
amenazas ambientales más importantes durante el siglo XXI. Y Chile podría
verse muy afectado, puesto que posee varias de las características de
vulnerabilidad establecidas en la Convención Marco: zonas costeras bajas;
zonas áridas y semiáridas; zonas con cobertura forestal y zonas expuestas al
deterioro forestal; zonas propensas a los desastres naturales; zonas expuestas
a la sequía y a la desertificación; zonas de alta contaminación atmosférica
urbana, y zonas de ecosistemas frágiles, incluidos los montañosos.
2.- Las acciones dispuestas en el Protocolo para
reducir y estabilizar las concentraciones de gases de efecto invernadero
también persiguen como finalidad minimizar los impactos del cambio climático
sobre los países más vulnerables.
3.- Asimismo, si las Partes de la Convención desean
continuar y robustecer las acciones actuales para enfrentar el problema del
cambio climático, se prevé para el futuro una profunda transformación
tecnológica, especialmente para el mundo en desarrollo. De consiguiente, y
ligados a la implementación de medidas de mitigación de impactos,
instrumentos legalmente vinculantes como la Convención y el Protocolo,
cuando se ejecuten adecuadamente, pueden convertirse en herramientas
valiosas para la promoción, desarrollo y transferencia de tecnologías limpias,
que es uno de los objetivos perseguidos.
4.- Por otro lado, Chile es reconocido mundialmente
como un país con economía creciente, adecuado para explorar oportunidades
de mercado y confiable para la inversión extranjera. En consecuencia, si bien
su nivel de emisión de gases de efecto invernadero es muy bajo comparado
con el escenario global, se espera que crezca progresivamente, ya que el
consumo de energía, principal fuente de aquéllos, es relevante para poder
mantener las altas tasas de crecimiento del producto geográfico bruto.
Además, nuestro país ha establecido estándares
ambientales exigentes, con el propósito de hacer un balance entre crecimiento
económico y protección del medio ambiente para las presentes y futuras
generaciones. Por lo tanto, la transferencia de tecnologías ambientalmente
seguras para solucionar los problemas de contaminación local y global será
importante para cumplir la meta de alcanzar el desarrollo sustentable.
La Comisión de Relaciones Exteriores invitó a las
sesiones en que analizó el proyecto de acuerdo al Director y al Subdirector de
Medio Ambiente de la Cancillería; al Asesor en Cambio Climático y al Director
Técnico de la Comisión Nacional del Medio Ambiente; al Director, al Jefe del
Departamento de Oceanografía y a la Asesora del Servicio Hidrográfico y
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DISCUSIÓN SALA
Oceanográfico de la Armada; al Asesor del Área de Medio Ambiente de la
Sociedad de Fomento Fabril; al Gerente de Medio Ambiente de CODELCO, y al
Vicepresidente de la Corporación Chilena de la Madera.
Todos concordaron en que el Protocolo es beneficioso
para Chile; no nos afecta para nada en lo inmediato; afecta a los países
grandes, que deberán limitar la emisión de gases atmosféricamente
intolerables, y da a nuestro país la posibilidad de tener ventajas, pues posee
bosques con capacidad sustancial para generar anticuerpos contra el
crecimiento del calor en la atmósfera.
Se trata, pues, de un instrumento interesante,
suscrito hasta ahora por 74 países. Lamentablemente, Estados Unidos no lo ha
firmado, pues se niega a reconocer la necesidad de limitar sus emisiones de
gases, lo cual ha creado un problema que esperamos sea resuelto
oportunamente.
En atención a lo expresado, pido al Honorable Senado
aprobar el proyecto de acuerdo sometido a su consideración.
He dicho.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable
señor Horvath.
El señor HORVATH.- Señor Presidente, me voy a referir al informe de la
Comisión de Medio Ambiente y Bienes Nacionales recaído en el proyecto de
acuerdo que aprueba al Protocolo de la Convención Marco de las Naciones
Unidas sobre el Cambio Climático y sus Anexos A y B, adoptados en Kyoto,
Japón, el 11 de diciembre de 1997.
En primer lugar, quiero resaltar que el cambio
climático no es algo que puede poner en riesgo a nuestro país, sino un
fenómeno que ya lo está poniendo en riesgo. Si uno revisa las situaciones de
inundaciones, deshielos, intensidad de lluvias y olas de frío que azotan a la
zona austral de Chile, debe concluir necesariamente que el clima mundial está
cambiando a raíz de la liberación hacia la atmósfera de gases que dan lugar al
efecto invernadero, lo cual provoca que el calor que emite la Tierra después de
recibir la radiación solar electromagnética sea retenido y guardado al igual
como sucede en los invernaderos.
Este tema ha sido investigado profusamente a nivel
internacional, y existen antecedentes objetivos, científicos, que dan cuenta de
la existencia del proceso de cambio climático.
Ahora, como en todo orden de cosas, también hay
estudios de la misma índole que ponen en duda lo anterior. Pero entendemos
que, en general, se trata de informes sesgados o con algún interés económico
o político particular.
En ese contexto, los países se reúnen en 1992 en
Nueva York, Estados Unidos, y adoptan la Convención Marco de las Naciones
Unidas sobre el Cambio Climático, cuyo Protocolo nos ocupa hoy. Luego, en la
Cumbre para la Tierra, celebrada en Río de Janeiro en junio de ese mismo año,
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DISCUSIÓN SALA
se suscribe el Acuerdo destinado a frenar la emisión de gases a la atmósfera,
para llevarla a los niveles de 1990. Chile incorpora dicho instrumento a su
ordenamiento jurídico a través del decreto supremo Nº 123, de 1995.
El gas más conocido es el anhídrido carbónico. Sin
embargo, igualmente están el metano, el óxido de nitrógeno, etcétera, cuya
emisión
se
encuentra
resguardada
mediante
otros
instrumentos
internacionales -como el Protocolo de Montreal-, por afectar además la capa de
ozono.
De más está decir que el proceso natural por el cual
la Tierra se recupera del anhídrido carbónico liberado es el conocido e
importante proceso de la fotosíntesis, que, a partir de la combinación de dicho
gas con agua y energía solar, es capaz de generar, por ejemplo, la glucosa o
productos carbonados y la liberación de oxígeno.
No obstante, la capacidad del hombre para quemar
recursos fósiles y originar otro tipo de gases ha afectado de manera notable al
planeta. Estudios concretos señalan que la temperatura aumentará en los
próximos cien años, lo que, entre otras consecuencias, provocará un
derretimiento mayor de los glaciares y, con ello, la subida del mar entre
sesenta centímetros y un metro, en promedio. Si uno revisa el nivel de
población existente en los bordes costeros, constata que varias agrupaciones
radicadas en islas o costas se verían prácticamente destruidas por esa
elevación.
Así, la Convención Marco de las Naciones Unidas
sobre el Cambio Climático se va materializando a través de su Protocolo.
Prácticamente todos los países ya son Partes de ella. Sin embargo, al entrar en
el ámbito de la reducción de la emisión de gases con medidas concretas, han
surgido algunas dificultades.
Los orígenes, fines y alcances del Protocolo se
encuentran en la Primera Conferencia de las Partes de la Convención Marco,
realizada en 1995 en Berlín. Allí se puso de manifiesto la necesidad de
establecer un instrumento jurídico y mecanismos concretos para cumplir las
metas propuestas.
Después de tres años, se celebró en Kyoto la Tercera
Reunión de la Conferencia de las Partes, en la que participaron más de 10 mil
delegados,
entre
representantes
de
gobiernos,
de
organizaciones
internacionales intergubernamentales y no gubernamentales, y de medios de
prensa. Concurrieron, también, más de 120 Ministros de Estado.
El Protocolo tiene como objetivo establecer
compromisos estrictos de reducción y limitación de emisiones de GEI para los
países desarrollados y los países con economías en transición. Entre ellos se
mencionan los siguientes: eficiencia energética; protección y mejoramiento de
los sumideros (fundamentalmente, bosques, áreas verdes y plancton marino);
promoción de modalidades de agricultura sustentable; utilización de formas de
energía nuevas y renovables; eliminación y reducción de incentivos,
exenciones y subvenciones contrarias a los objetivos del instrumento
internacional en comento, y recuperación y uso de emisiones de metano, entre
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DISCUSIÓN SALA
otros. Se señala que las Partes, además, cooperarán para mejorar la
efectividad de tales medidas.
En términos concretos, los países se comprometen a
alcanzar una reducción conjunta de las emisiones de gases de efecto
invernadero en 5 por ciento bajo los niveles existentes en 1990, para el primer
período de compromiso, establecido entre los años 2008 y 2012. Esto significa
disminuir del orden de mil millones de toneladas de carbono equivalentes en
GEI, de las cuales Estados Unidos participa con aproximadamente 400
millones.
El Protocolo de Kyoto es conocido más por el hecho
de que Estados Unidos, primero a través del Senado -allí hubo consenso al
respecto- y luego del actual Presidente, se opone a su ratificación. Esa
Corporación entiende que países que se están convirtiendo en grandes
emisores -es el caso de India, China y Brasil- también deben suscribir algún
compromiso de reducción. En el caso de la Administración Bush, suma a lo
anterior los efectos económicos que la aprobación del instrumento va a
provocar en esa nación.
El país del Norte se ha negado en forma bastante
escandalosa a firmar el Protocolo de Kyoto. Incluso, el informe de "Acción
sobre el Clima de los Estados Unidos" recomienda adaptarse a los cambios
inevitables más que tratar de evitarlos. Y se atreve a señalar que el
calentamiento global implicará beneficios potenciales, como aumento del
desarrollo agrícola y forestal debido a la mayor duración de las estaciones de
crecimiento, mayores lluvias y más dióxido de carbono disponible para la
fotosíntesis. También indica que algunos bienes y servicios se van a perder por
la destrucción de los ecosistemas y que será imposible recuperarlos. Aquí hay
envuelto no sólo un elemento económico-ambiental, sino también un factor
moral.
En cuanto a Chile, la posibilidad de acceder a uno de
los mecanismos de transacción de emisiones y a la cooperación para disponer
de mecanismos de producción limpia, así como la factibilidad de que nuestros
bosques y áreas forestadas sean objeto de transacción económica,
obviamente, resultan bastante interesantes.
Un bosque capta alrededor de 4 toneladas de carbono
por hectárea al año. Ello depende del nivel de crecimiento, del tipo de árboles,
del lugar, etcétera. Pero si se interviene un bosque nativo, se genera una
suerte de acrecentamiento de los ciclos de fotosíntesis.
En tal sentido -lo recomienda nuestra Comisión de
Medio Ambiente y Bienes Nacionales-, formulamos un llamado al Gobierno para
que dé urgencia al proyecto de ley que permite valorar y desarrollar en buena
forma nuestro bosque nativo. De no intervenirlo, se mantendrá en una
situación prácticamente estable y no actuará como sumidero.
A la fecha, 74 países han ratificado el Protocolo de
Kyoto. Y estimo del caso destacar, por ejemplo, a Japón y a la Comunidad
Económica Europea. La verdad es que estamos llegando al borde de que ese
instrumento tenga aplicación en todo el mundo. A Chile le conviene, por los
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DISCUSIÓN SALA
mecanismos a que podrá acceder. Entonces, parece procedente generar una
suerte de presión internacional para que ningún país se reste de la suscripción.
Por lo anterior, más los antecedentes que figuran en
el informe, solicitamos a la Sala la pronta aprobación del Protocolo de Kyoto, a
fin de que en la próxima Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible
(denominada también "Río+10"), que se desarrollará en Sudáfrica en
septiembre próximo, Chile llegue -entre otros acuerdos internacionales,
legislaciones ambientales y compromisos que asumimos en 1992- al día con
respecto a los demás países.
He dicho.
El señor BOMBAL.- Deseo hacer una consulta, señor Presidente.
El señor NÚÑEZ.- ¿Podemos formular preguntas?
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable
señor Sabag.
El señor BOMBAL.- ¿Me permite una interrupción, señor Senador?
El señor SABAG.- Cómo no.
El señor BOMBAL.- Necesito una precisión, señor Presidente.
El Protocolo establece que los límites y los plazos
para el control de las emisiones deben ser aplicados sólo a los países
industrializados. En nuestro caso no se fija plazo ni límite.
¿Qué alcance tiene eso?
Los países no industrializados no tendrían ningún
límite. Entonces, ¿qué nos van a imponer a nosotros?
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Con la autorización del
Honorable señor Sabag y la venia de la Mesa, tiene la palabra el Senador señor
Valdés.
El señor VALDÉS.- Nadie nos impone nada. Los países que no contribuyen al
calentamiento no tienen plazo para llegar al límite. Los que exceden las
emisiones deben bajarlas hasta llegar al nivel de 1990. Ésa es su obligación.
Nosotros no tenemos ninguna.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tenemos la obligación de no
pasar el límite.
El señor NÚÑEZ.- Exactamente.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Recupera el uso de la palabra el
Honorable señor Sabag.
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DISCUSIÓN SALA
El señor SABAG.- Señor Presidente, este Protocolo fue adoptado en la
Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático realizada en Kyoto,
Japón, en diciembre de 1997. Se trata de un instrumento legalmente
vinculante.
Los países signatarios reconocieron que los cambios
de clima del planeta y sus efectos adversos afectan a toda la humanidad, y que
las actividades humanas han contribuido a aumentar de manera significativa
las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera,
intensificando a su vez el efecto invernadero natural. Ese fenómeno traerá
como resultado un calentamiento adicional de la superficie y de la atmósfera
de la Tierra, que puede alterar negativamente los ecosistemas naturales.
Los organismos internacionales competentes han
definido "cambio climático" como una variación estadísticamente significativa
en el estado medio del clima o en su variabilidad, que persiste en un largo
período, normalmente de décadas o más. Él puede atribuirse a procesos
naturales internos o externos, o a cambios antropogénicos persistentes.
El Protocolo y sus firmantes reconocen que los
cambios objeto de él se deben fundamentalmente a la acción del hombre y se
atribuyen a sus actividades industriales o procesos productivos.
Las principales características del Protocolo son tres:
fija un término de 5 años para que los países desarrollados cumplan los
compromisos de reducción de emisión de gases contaminantes; crea un
sistema de sanciones en caso de incumplimiento, y establece mecanismos,
como el de desarrollo limpio, a fin de que las naciones desarrolladas puedan
cumplir más allá de sus fronteras con la reducción de emisiones, problema
global que afecta a todo el planeta.
Resulta evidente que los países más desarrollados
son los que más contaminan. Las investigaciones actuales han logrado
establecer que 25 a 30 por ciento de las emisiones anuales de dióxido de
carbono corresponden a Estados Unidos. Luego siguen China, con 15 por
ciento; Rusia, con 9 por ciento, y Japón e India, con 5 por ciento. Todas esas
naciones totalizan cerca de 60 por ciento del total de emisiones. Chile llega a
0,14 por ciento.
El cambio climático se manifiesta en el aumento de la
temperatura, el incremento en el nivel del mar y la intensificación de eventos
climáticos extremos, sean éstos precipitaciones o sequías. Los impactos
esperados en nuestro país son: crecimiento de la aridez, avance del desierto
en la zona norte, reducción de disponibilidades de recursos hídricos en la
región central, mayores precipitaciones en el sur y aumento de la frecuencia e
intensidad del llamado "Fenómeno de la Corriente del Niño".
Las últimas investigaciones han determinado que el
incremento de la emisión de dióxido de carbono se encuentra asociado a la
mayor demanda de energía. De ahí los resultados que se presentan
actualmente en los países más desarrollados.
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El Protocolo de Kyoto fomenta proyectos de uso de
energía limpia o de menos emisión; por ejemplo, energía eólica, energía solar,
uso de combustibles de menor emisión en el transporte y mejor eficiencia
energética. También considera la recuperación de suelos degradados y
erosionados, por medio del mecanismo de desarrollo limpio, que crea flujos
financieros especiales para el tratamiento de estos objetivos.
En el presente año el Protocolo ha recibido 53
ratificaciones, de las cuales 52 corresponden a países en desarrollo. Sólo Chile,
Costa Rica, Perú y Brasil no lo han ratificado en América Latina. Estados Unidos
-como se señaló-, que es el que más contamina en el mundo, no ha querido
hacerlo por estimar que sus disposiciones lo perjudican y no son equitativas,
ya que, por ejemplo, a China, India y Brasil no se les exigen mayores
compromisos.
Quiero destacar los aspectos más positivos del
presente instrumento:
1) Es un paso efectivo para disminuir el
calentamiento del planeta.
2) Chile es un país muy vulnerable a un eventual
calentamiento planetario debido a su larga costa y frágil ecosistema de
bosques templados.
3) El Mecanismo de Desarrollo Limpio nos permitirá,
como país, alcanzar un sistema de producción más limpio y sostenible. Todo
ello, gracias a una transformación tecnológica impulsada en el Protocolo que
podrá favorecer la producción de las pequeñas y medianas empresas,
posibilitando la ayuda técnica y financiera a los países en desarrollo por parte
de los desarrollados.
4) El Protocolo impulsa un uso más racional de la
energía, como se indicó, y el desarrollo de alternativas por medios no
tradicionales. En esta línea se inscribe un proyecto estudiado por CODELCO
para poner en funcionamiento una planta de energía eólica de 40 megawatts
de capacidad instalada, formada por alrededor de 45 molinos de viento en la
zona de Calama, lo que permitiría iluminar toda esa ciudad. El estudio de
factibilidad está aprobado y será financiado por Estados Unidos, por tanto no
significa gasto alguno para el Estado chileno. Si bien CODELCO tiene como giro
principal producir cobre y no energía, el interés se ha despertado gracias al
Protocolo de Kyoto.
5) Se posibilitará el desarrollo de importantes
programas educacionales, a fin de inducir una conducta ambientalmente
responsable en cuanto al uso de la energía.
6) Los sumideros de carbono son favorables al país,
ya que Chile absorbe más dióxido de carbono que el que produce.
7) El Protocolo instituye un sistema de transacción de
emisiones, lo que permite la reducción de estas emisiones en forma más
eficiente y económica.
8) Hace posible la ejecución y financiamiento de
investigaciones no sólo -como se indicó- para desarrollar energía alternativa,
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sino además para ampliar y profundizar los potenciales impactos previstos en
el Protocolo.
9) Un aspecto interesante es que Chile podría optar
por realizar proyectos de reducción de emisiones o de captura de carbono, y
participar en este mercado sin necesidad de reducir emisiones. Además, el país
cuenta con significativas reservas forestales que pueden utilizarse como
sumideros.
En síntesis, el Protocolo ha creado importantes
sinergias, tanto en la empresa pública como en la privada, que permitirán, en
las materias que contempla, avanzar con seguridad y aportar a nuestra
capacidad creativa.
Este año ingresará a trámite legislativo un proyecto,
comprendido en la agenda Pro Crecimiento, relativo a los llamados “bonos de
descontaminación”, con los que se pretende emular a nivel local esta situación
internacional. Esta iniciativa podría reducir la contaminación en la Capital.
Deseo destacar los esfuerzos realizados en estas
materias por el “Taller del Parlamento Latinoamericano sobre Cambio
Climático”, celebrado en Buenos Aires, y por nuestra Cancillería en el “Primer
Seminario sobre Política Exterior y Medio Ambiente”, realizado en Santiago.
Ambos foros nos han permitido un mejor conocimiento del Protocolo de Kyoto
y sus aplicaciones, y fueron apoyados por el Programa de Medio Ambiente y
Desarrollo de Naciones Unidas.
Votaré favorablemente este proyecto de acuerdo, en
la convicción de que sus disposiciones serán favorables para Chile y de que
permitirán resguardar con mejores instrumentos el medio ambiente nacional y
mundial.
Gracias, señor Presidente.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable
señor Vega.
El señor VEGA.- Señor Presidente, las opiniones vertidas por los señores
Senadores que me antecedieron en el uso de la palabra constituyeron los
fundamentos tenidos en vista cuando se analizó el Protocolo en la Comisión de
Medio Ambiente y Bienes Nacionales.
Sin embargo, hoy la situación ha cambiado
dramáticamente. La no ratificación por Estados Unidos de este Protocolo, en
realidad, le saca la pata principal a la mesa. Es como si en 1946 ó 1947 se
hubiese retirado de la naciente Organización de las Naciones Unidas.
Como muy bien se ha señalado, la atmósfera
terrestre pudo generar vida gracias al efecto invernadero. En esta atmósfera
hay un equilibrio muy fino de los gases que la componen: entre los principales
se encuentran el dióxido de carbono, el metano, el ozono, el óxido de azufre,
etcétera. Si cualquiera de ellos altera su densidad, y por lo tanto su equilibrio
con los demás, se produce un trastorno irreversible. Dicho trastorno obedece al
aumento de las emisiones, principalmente de dióxido de ozono y ozono, los
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que fueron considerados tanto en el Protocolo de Montreal cuanto en el de
Kyoto.
Estados Unidos fue el principal gestor del Protocolo
de Kyoto, y originalmente, junto a los principales emisores, se comprometió a
reducir los indicadores respectivos. Porque todos estamos muy conscientes -y
se ha comprobado científicamente- de que el gran desarrollo industrial del
mundo es el causante de este desequilibrio que hace posible a la naturaleza
generar el efecto invernadero.
El señor ZURITA.- ¿Me permite una interrupción, señor Senador?
El señor VEGA.- Con mucho gusto, con la venia de la Mesa.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra Su Señoría.
El señor ZURITA.- Señor Presidente, deseo plantear algunas interrogantes.
Se dice que estos monstruos de la industrialización
están haciendo cambiar al mundo. ¿Será verdad?
Cuando Catón, en el Senado romano, para impulsar
las Guerras Púnicas, mostró higos frescos traídos desde Cartago, no existía el
desierto de Sahara. Pero ahora existe. ¿Lo creó una multinacional? ¡No, señor!
Las vegetaciones que se encuentran debajo del hielo
antártico y que corresponden a bosques templados, ¿se congelaron por culpa
de la industrialización?
La desaparición de animales salvajes, que se hallan
fosilizados en el subsuelo de Europa y que hoy sólo se hallan vivos en los
trópicos, ¿también fue obra del recalentamiento?
Si es así, cabría suponer que el “acto cultural” del
domingo también fue fruto del recalentamiento...
Ésas son mis dudas.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Recupera el uso de la palabra el
Senador señor Vega.
El señor VEGA.- El Honorable señor Zurita tiene mucha razón.
Los ciclos térmicos de glaciación obedecen a cambios
en la inclinación del eje terrestre en 3 grados cada 64 mil años. Se trata de
fenómenos naturales, y en el tiempo que medió entre ellos se generó la vida.
Y esos recalentamientos puntuales de los últimos
tiempos en Chile pueden representarse por el aumento de una curva muy
especial.
Es verdad: hay ciclos naturales, pero los estamos
alterando. Ello constituye la preocupación de científicos y políticos en el
mundo. En realidad, en 50 mil, 60 mil o 2 mil años los ecosistemas se adaptan
a tales ciclos. Pero ahora se trata de cambios mucho más violentos y
puntuales, a los cuales los ecosistemas no podrán ajustarse, con la
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consiguiente pérdida de los fundamentos que permiten sobrevivir a los pueblos
del mundo, no sólo a nosotros.
Mediante el Protocolo de Kyoto, los países más
importantes se comprometieron a reducir sus emisiones de gases: por
ejemplo, Estados Unidos con 7 por ciento, la Unión Europea con 8 por ciento y
Japón con 6 por ciento.
Además, el Protocolo contempla tres mecanismos
esenciales. Y aquí Chile puede entrar al comercio de las emisiones: se produce
30 por ciento de emisiones en Chicago -zona metalúrgica norteamericana- y se
compra emisión cero en Puerto Montt. Entonces, en vez de que Estados Unidos
gaste 200 mil millones de dólares en disminuirlas, con los consiguientes
problemas económicos -entre ellos, el desempleo- y políticos, es mucho más
fácil comprar por cien millones los bosques naturales del sur de Chile. Por esa
razón -seguramente-, el señor Tompkins ya adquirió 400 ó 500 mil hectáreas a
determinado precio, que después comprometerá por cien años mediante estas
transacciones de emisiones.
Por lo tanto, el problema es muy fino en este
aspecto. Los países industrializados, para aminorar los compromisos que este
Protocolo les impone, van a transar sus emisiones con países en desarrollo. Ya
se vendió todo el este boliviano (en Santa Cruz de la Sierra se han enajenado
cientos de miles de hectáreas a un dólar, por corresponder a emisión cero).
Costa Rica tiene el 80 por ciento de sus bosques ya comprometidos con la
Unión Europea, y no los podrá tocar en los próximos cien años.
El bosque es sólo una parte del problema. Hay
muchos otros factores que se deben considerar, sobre todo en las emisiones
derivadas del consumo de combustibles, campo donde Chile está dando pasos
bastante acertados al convertir vehículos a bencina en a gas. En la Unión
Europea, por ejemplo, se han implementado normas para las certificaciones
técnicas, que serán muy complejas, máxime cuando un país trate de imponer
sus restricciones internas para efectuar sus propias reducciones, como lo está
llevando a cabo Estados Unidos.
En este último país, la Agencia de Protección
Ambiental aprobó una norma definitiva para reducir las emisiones de diesel
que producen buses y camiones. Ello es parte de una doble estrategia para
mejorar los motores de los vehículos y las condiciones técnicas.
Por ese motivo, me parece preocupante la ausencia
de Estados Unidos en este Protocolo. Fue su gran gestor. Sin embargo, ahora
aduce que ha generado un programa interno de disminución de sus propias
emisiones. Por supuesto, se trata de un gran país. Tiene los recursos para
hacer sus propias definiciones internas desde el punto de vista técnico. Es
probable que logre mucho más éxito si no tiene la obligación puntual de
reducir sus emisiones en 5 por ciento entre los años 2008 y 2012. Se estima
que, tomando sus propias decisiones, se podrá actuar conforme a las mismas
políticas del Protocolo de Kyoto, pero con mucho mayor racionalidad.
Ahora bien, para Chile, como país en desarrollo, el
Acuerdo puede generar algunas ventajas vía intercambio de emisiones
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transables. Sin embargo, también puede hacerlo sin recurrir a sus cláusulas.
No hay ninguna necesidad de apresurar la adopción de decisiones políticas,
pues el país puede generar programas de intercambio sin necesidad del
Protocolo, como el Programa de Energía Eólica de CODELCO -que señaló el
Senador señor Sabag-, con apoyo del Banco Mundial. Se trata de un proyecto
importantísimo, mediante el cual se están reduciendo emisiones mineras en
forma sustancial y generando energía para consumo propio.
Asimismo, se está aplicando una ley sobre medio
ambiente muy interesante y un programa de descontaminación de Santiago; y
se ha implementado una serie de medidas puntuales para el transporte. En fin,
Chile, desde el punto de vista local, interno, ha adoptado decisiones -que el
Protocolo todavía no considera- que permitirán mayor racionalidad en cuanto a
las emisiones. Nuestro país es uno de los que han evidenciado una
preocupación muy técnica y eficiente respecto al equilibrio y cuidado del medio
ambiente, generando, por lo tanto, un desarrollo muy inteligente y
sustentable.
Señor Presidente, aunque apoyé la aprobación de
este instrumento internacional cuando se discutió en la Comisión de Medio
Ambiente, debo señalar que, a la luz de la nueva actitud de Estados Unidos que se traduce en la ausencia de un socio importante, responsable del 30 por
ciento de la contaminación-, se debilita enormemente. Ya no habrá una
autoridad importante en este Acuerdo, excepto la Unión Europea.
Pero Estados Unidos es Estados Unidos. Y al tomar
esa determinación se basó en razones técnicas y políticas que apuntan a
defender sus propios intereses, lo que tal vez nuestro país también podría
pretender hacer.
Por ello, sugiero que este proyecto de acuerdo, que
resultaba muy interesante con la ratificación de Estados Unidos, vuelva a las
Comisiones de Medio Ambiente y Bienes Nacionales y de Relaciones Exteriores
para analizarlo. Como no hay apuro en tomar definiciones políticas, sería
interesante que lo estudiáramos...
El señor SILVA.- ¿Me permite una interrupción, señor Senador?
El señor VEGA.- Con la venia de la Mesa, por supuesto, señor Senador.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra, Su Señoría.
El señor SILVA.- Señor Presidente, sólo quiero recordar al señor Senador que
hace más o menos tres meses, cuando se anunció que Estados Unidos tomaría
la determinación de oponerse al Protocolo de Kyoto, me permití hacer una
larga intervención en la Sala para explicar las razones que, a mi juicio,
permitían formular una crítica a esa posición.
En aquella ocasión, la Sala, por unanimidad, apoyó
mis planteamientos y acordó enviar copia de ellos al Senado de Estados Unidos
-como consta, naturalmente, en el oficio respectivo-, para que tomara
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conocimiento de la postura adversa del Senado chileno a las pretensiones de
ese país.
Lo señalo, señor Presidente, para los efectos de la
intervención de Su Señoría.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Recupera la palabra el Senador
señor Vega.
El señor VEGA.- Considero muy interesante y sensible el tema. Y como creo
que no hay un apuro letal para adoptar una decisión de esta naturaleza,
valdría la pena reanalizar la materia sobre la base de una macroestrategia
nacional propia.
Por último, deseo manifestar que estoy muy de
acuerdo con algunos planteamientos generales. Soy un convencido de que
debe protegerse nuestro medio ambiente, nuestra atmósfera. Y para ello se
cuenta con programas adecuados para avanzar en el desarrollo del
conocimiento puntual acerca del equilibrio de los gases de efecto invernadero,
y hay proyectos específicos propios, por ejemplo, para el catastro de la capa
de ozono. Es decir, a nivel local se ha hecho un buen trabajo y se han
implementado muy buenas políticas.
En mi opinión -reitero-, esta materia requeriría ser
discutida nuevamente.
He dicho.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable
señor Moreno.
El señor MORENO.- Señor Presidente, este tipo de convenciones marco de las
Naciones Unidas constituye una de las que se está forzado a suscribir sin ver
claramente sus beneficios.
Si se analiza tanto la información entregada como la
discusión de las Comisiones, queda de manifiesto la ausencia de, al menos,
cuatro de los países con mayor superficie de la Tierra: Estados Unidos, Brasil,
China e India. Entonces, cabe preguntarse: ¿de qué se está hablando?
Hablamos de una iniciativa loable, de la constatación empírica (o
semiempírica) de un fenómeno global, como es el efecto invernadero, y sus
consecuencias negativas; pero también se habla de la determinación de
importantísimas naciones que dicen: “No me someto a ninguna regla; no
acepto ser partícipe de este Acuerdo”. Y dan sus razones. Algunos, aducen
cuestiones de soberanía nacional. Otros, como Brasil y los denominados
“países islas” –que se caracterizan, como bien señala el informe, por tener
importantes poblaciones ubicadas en territorio costero-, no aceptan que
alguien regule lo que deben hacer con sus bosques, como los del territorio
amazónico en Brasil.
Por lo tanto, se está ante una situación en donde uno
se siente disminuido. Es la sensación que tengo como Senador al concurrir a
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DISCUSIÓN SALA
este debate. Hay un Protocolo que, por cierto, no ha sido suscrito por los
países más grandes. Y probablemente no lo harán, porque han sostenido
claramente que ello atenta contra su desarrollo industrial.
Más aún, hay una cláusula en extremo discutible, que
es precisamente la denominada “transacción de emisiones”. Para que
comprendamos claramente qué se entiende por tal, el país grande y
desarrollado que no quiere ser sometido a control, compra a uno chico y pobre
el derecho a contaminar, pero no a su cargo, sino al de la nación pequeña. Y si
se ensucia el planeta la culpa no es del primero, sino del segundo. En eso
consiste la transacción de emisiones, lo cual, obviamente, no es justo ni
correcto. Es como la vieja teoría sustentada en el tema medioambiental,
afortunadamente desechada: el que contamina, paga. Es decir, el que más
tenía, más contaminaba porque no le importaba pagar, pues en último término
lo recuperaba por otra vía. Y al final se destruía el medio ambiente.
Por lo tanto, me voy a someter a la evidencia, que no
puedo negar. Daré mi voto favorable, pero no estoy a gusto haciéndolo, lo que
declaro y dejo constancia de ello en el Senado. Porque éste no será un
Convenio de ejecución mundial; no la va a tener. Por consiguiente, estaremos
ante una situación tal que deberemos quejarnos ante los más poderosos,
porque ellos tienen una estrategia de desarrollo distinta. Y tendremos que
autoimponernos condiciones de regulación, someternos a inspecciones que
vendrán de afuera, allanarnos a que nos lleven a los foros internacionales a ver
cómo nos estamos comportando respecto de este Protocolo, a sabiendas de
que los que debieran formar parte de él no estarán.
Deseo que quede constancia de esto, pues pienso que
debemos empezar a cambiar un poco nuestra actitud. No por suscribir todos
los protocolos al país le va bien. No. Debe adherir a los que le convienen. Y
éste es uno que teóricamente favorecería a Chile, si todos los países lo
firmaran. Pero no creo que le resulte muy ventajoso si los más grandes se van
a restar de él o ya lo han hecho.
Con estas prevenciones, doy mi voto favorable al
proyecto de acuerdo.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable
señor Núñez.
El señor MARTÍNEZ.- ¿Me concede una interrupción, Honorable colega?
El señor NÚÑEZ.- Con mucho gusto, con la venia de la Mesa.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Puede hacer uso de ella, Su
Señoría.
El señor MARTÍNEZ.- Agradezco al Senador señor Núñez su deferencia. Seré
muy breve.
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Dados los planteamientos que se están haciendo,
echo de menos la presencia de alguien del Ministerio de Relaciones Exteriores.
No hay nadie. Y me llama la atención, porque éste es un tratado marco
importantísimo. Ya hemos escuchado la opinión de los señores Senadores,
pero no están los representantes de la Cancillería y quiero que quede
constancia de ello.
Muchas gracias por la interrupción.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Recupera el uso de la palabra el
Honorable señor Núñez.
El señor NÚÑEZ.- Señor Presidente, creo que hizo bien el Senador señor Silva
al recordarnos que el Senado ya tomó una resolución sobre la materia. Resulta
que esta Alta Cámara unánimemente, hace mucho tiempo, señaló que Estados
Unidos estaba cometiendo –no lo dijo en estos mismos términos, sino que son
expresiones mías-, en el largo plazo, un acto de terrorismo incalificable contra
el planeta y los seres humanos. Porque el país del norte, que tiene 6 por ciento
de la población del mundo, emite el 20 por ciento de los gases más
contaminantes, que son todos los de origen humano, por lo demás. En el
Protocolo de Kyoto no se consideran otros que sí emitimos nosotros. Por eso
quiero referirme al esfuerzo que estamos haciendo al respecto.
Chile no es un país pasivo sobre esta materia, sino
que extraordinariamente responsable. Lo importante es señalar que los
irresponsables del planeta son los Estados Unidos. Y es bueno que a propósito
de este Tratado ratifiquemos lo que planteamos la vez anterior, criticando la
conducta norteamericana, que no es la que han tenido los europeos. Creo que
no se refirió a estos últimos el señor Senador que dijo que todas las naciones
industrializadas, de hecho, no han aprobado el Protocolo de Kyoto. No es así.
Todos los países de Europa lo ratificaron, y prácticamente estamos hablando
de un número importante de naciones desarrolladas, que entre 2008 y 2012
reducirán –algunas ya lo han anunciado- en no menos de 5 por ciento sus
emisiones. De modo tal que los países que están en deuda con el planeta y con
el ser humano son Estados Unidos, Rusia y China, los mismos que,
efectivamente, no tienen intención alguna de ratificar este instrumento
internacional.
El problema radica en que la negativa de Estados
Unidos para nosotros es muy grave, porque sus emisiones están provocando el
derretimiento de Groenlandia, y según investigaciones de la NASA, de parte
importante de Alaska. ¿Qué significa que el nivel del Pacífico aumente de 0,09
hasta 0,88 metros? Que desaparecerá gran parte de las costas de América del
Sur, del Norte y de Centroamérica. Chiloé también resultará afectado. Éstos
son datos precisos de las últimas reuniones intergubernamentales que se han
celebrado bajo el patrocinio de Naciones Unidas. Así que no se trata de algo
baladí.
El año 2010 es altamente probable que el océano
Pacífico aumente su nivel en 88 centímetros. Ésos son los acuerdos de mil
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científicos que han trabajado en el tema. A nosotros nos afecta, porque
tenemos 4 mil kilómetros de costas sobre el Pacífico. Y ésta es una alteración
provocada por el ser humano. No se trata de los cambios regulares que
suceden en el planeta. Porque, efectivamente, su eje sobre el plano de la
elíptica cambia cada 100 mil años, lo que causa las transformaciones que
conocemos. Pero la que se está produciendo ahora es provocada por el ser
humano, lo cual absolutamente nadie puede refutar.
En consecuencia, considero muy importante que se
sepa lo que estamos haciendo. Chile realizó un gran esfuerzo en una empresa
del Estado, ENAMI, que invirtió hace pocos años más de 200 millones de
dólares para evitar que siguiera emitiendo gases a la atmósfera. Reitero: esta
nación pequeña, cuyas emisiones inciden en 0,08 del total de la contaminación
del planeta, hizo el esfuerzo de invertir más de 200 millones de dólares en una
empresa pública (ENAMI) para no enviar más gases a la atmósfera.
Además, CODELCO-Chile (luego daré cuenta de la
visita que hicimos hace pocos días a Chuquicamata) está haciendo lo propio
por modernizar su refinería y fundiciones con el objeto de no emitir algunos
gases que están contemplados en el Protocolo de Kyoto. Se trata de 5 mil
millones de dólares. ¿Acaso Estados Unidos no puede invertir de aquí al 2008
una cantidad similar, o la que corresponda al tamaño de su economía, para los
efectos de reducir en 5,2 por ciento sus emisiones? Lo cierto es que resulta
inaceptable desde el punto de vista de la lógica.
Creo que hablar del país del norte es injusto, porque
quien tomó la determinación de no ratificar el Protocolo de Kyoto fue el
Gobierno del señor Bush. No son los Estados Unidos, donde se ha levantado
una fuerte ola de protesta contra la determinación de su Administración, que
en este momento se halla comprometida en una lucha contra el terrorismo, en
lo que la hemos acompañado todos los países del mundo. Y resulta que dicho
Gobierno no es capaz de ratificar algo que es fundamental para economías
débiles como la nuestra.
Asimismo, es muy importante establecer lo siguiente
respecto del Tratado: que Chile está cumpliendo y, de alguna manera,
limitando su propio desarrollo. Si nuestro país fundiera y refinara todo el cobre
en su territorio (alrededor de 38 por ciento de la producción mundial), tendría
que hacerlo a un costo muy alto para los efectos de no afectar los límites
fijados en el Protocolo de Kyoto. Si así fuera, nos transformaríamos en un gran
emisor de gases. Pero resulta que no estamos haciendo eso. Por el contrario,
el país está tratando de limitar la emisión de gases a la atmósfera, cuestión
que no hacen en la misma magnitud ni Rusia ni China, ni fundamentalmente
los Estados Unidos.
Por último, es muy importante que se sepa que no es
neutro, sino relevante para Chile, que ratifiquemos lo ya acordado, en el
sentido de enviar al Senado norteamericano nuestra más formal protesta por el
hecho de que el Gobierno del señor Bush tomó la determinación de no
reconocer lo que Administraciones anteriores habían tratado de impulsar, y
que, lamentablemente, no se comprometió a hacerlo posteriormente.
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DISCUSIÓN SALA
En consecuencia, creo que el tema es muy de fondo
para Chile, particularmente por su situación geográfica.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable
señor Coloma.
El señor COLOMA.- Señor Presidente, en forma más bien breve, quiero
plantear un ángulo distinto del tema con relación a distintos acuerdos que
adoptó la Unión Interparlamentaria, en Marrakech, el 22 de marzo pasado, y
que precisamente tienen por objeto buscar apoyo parlamentario al Protocolo
de Kyoto.
En mi calidad de Presidente de la Comisión de
Educación, Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, me correspondió dirigir el
debate. Y quiero simplemente compartir tres reflexiones vinculadas al
Protocolo de Kyoto, que pueden ser útiles.
En primer lugar, compartiendo algunas expresiones
del señor Senador que me precedió, creo que, en general, hay cierta
frustración con relación al enfoque adoptado en la materia respecto de las
grandes y pequeñas naciones. No es un sentimiento exclusivo de Chile,
porque, junto a distintos parlamentarios del mundo, concluimos en lo complejo
de hacer legislación beneficiosa, en teoría, pero difícil de implementar, en la
práctica, por la falta de acuerdos.
Es cierto –y hay que ser franco- que aún quedan
temas en discusión.
El calentamiento del planeta es un asunto
relativamente discutible hasta el día de hoy, a pesar de que los indicadores de
los últimos cincuenta años -en esto concuerdo con el Honorable señor Núñezparecen comprobar que sí existe un proceso medible en tal sentido.
La respuesta a la pregunta ¿cuánto ha avanzado este
fenómeno? es menos clara, pues hay planteamientos en una y otra dirección.
La tercera interrogante es, quizás, la más difícil de
resolver: ¿es dañino para la vida?, o ¿puede obedecer a un proceso natural?
En esa oportunidad, diversos parlamentarios,
básicamente de países vinculados a Estados Unidos, como Canadá, plantearon
que los mismos resultados que hoy se presentan como indicadores de ese
eventual calentamiento pudieron tener su origen en fenómenos de hace 2 mil o
5 mil años, según los lugares, continentes u océanos de que se trate. O sea,
estas materias no son tan precisas. Sin embargo, no por la falta de precisión
absoluta, cabe marginarse de una iniciativa de este tipo.
En todo caso, hago presente que la aprobación o la
negativa del Convenio por parte de otros países se debe no a decisiones
arbitrarias, sino a análisis distintos de la realidad.
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DISCUSIÓN SALA
Por otro lado, me interesa aportar al debate una serie
de otras iniciativas primordiales relacionadas con el Protocolo de Kyoto,
planteadas en la referida Conferencia, donde se invitó a los distintos Estados a
asumirlas paralelamente.
Me referiré a tres recomendaciones.
En primer lugar, el documento de la Unión
Interparlamentaria, en su número 21, invita a los Estados a promover la
adopción del marco adecuado para fomentar la innovación tecnológica y social
que haga posible la materialización del progreso económico necesario para
hacer frente a la pobreza y mejorar el nivel de vida, sin dejar de respetar los
límites que impone el medio ambiente.
Esto, a mi juicio, es importante, porque nada se saca
con fijar protocolos que entreguen un marco de acción, si paralelamente no se
generan incentivos que tecnológica y socialmente permitan derrotar la pobreza
sin afectar gravemente el entorno natural.
Estas materias se debaten aquí, en Europa, en Asia,
en todos los lugares. En tal sentido, cuando se aprueba un Protocolo que, se
sabe, no se aplicará en la mayoría de los países, ¿qué hacer para que esos
temas paralelos, como el desarrollo y la pobreza, se puedan resolver? La Unión
Interparlamentaria nos hace una invitación al respecto, la cual transmito al
Senado.
La segunda sugerencia de la reunión precitada anima
–y esto fue unánime- a los Estados, en particular a los desarrollados –pero
también al nuestro-, a utilizar herramientas de mercado para promover la
inversión en tecnologías vinculadas a energías alternativas, así como a
promover las prácticas ecológicamente sostenibles en general, incluidas las
medidas encaminadas a fomentar entre los consumidores la consideración de
los costes medioambientales al adoptar decisiones de compra. Se trata de otro
punto también relevante.
En estos temas sí podemos como país evolucionar
hacia incentivos de mercado para impulsar el uso de energía alternativa, sobre
lo cual existe un gran vacío en nuestra legislación.
La tercera recomendación que deseo destacar, más
allá de lo que se planteó anteriormente –insisto en que estos planteamientos
se acordaron por unanimidad-, es la que insta a los Estados a aplicar el
principio de “quien contamina, paga” y el de precaución.
Agrego estos tres elementos al debate, pues me
parecen importantes. Si bien aquí estamos hablando básicamente del apoyo
parlamentario al Protocolo de Kyoto, hay que entender que esto se inserta en
una materia mucho más amplia, que tiene que ver con la degradación mundial
del medio ambiente y los compromisos que las distintas naciones van
asumiendo en función del objetivo primordial.
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DISCUSIÓN SALA
Por eso, señor Presidente, sin expresar entusiasmo,
aprobaré el Protocolo de Kyoto.
Reitero que una genuina preocupación por el tema
necesariamente va asociada a otros aspectos, que podemos analizar como
parlamentarios. Éstos, básicamente, tienen que ver con la inversión en
innovación tecnológica y social, con utilización de energías alternativas y con
los principios de precaución y de “quien contamina, paga”.
Así lo plantearon los parlamentarios del mundo
reunidos hace pocos días.
Considero necesario tomar en cuenta estas
recomendaciones no solamente para aprobar el Convenio, sino que para seguir
trabajando en la materia.
He dicho.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra el Senador
señor Gazmuri.
El señor GAZMURI.- Señor Presidente, solamente deseo hacer dos reflexiones.
Primero, tengo la impresión de que, a estas alturas,
la evidencia científica mundial es unánime en concluir que la saturación de
emisión de gases está produciendo cambios climáticos a nivel global.
Este asunto se viene discutiendo en sedes
académicas desde hace muchos años. Las previsiones, en general, se han
cumplido, tanto sobre el derretimiento de hielo cuanto respecto de la elevación
en el nivel de los mares. Lo mismo ha ocurrido con los anuncios hechos
durante muchos años con relación a que vendría un periodo de
transformaciones e inestabilidades climáticas muy bruscas. Incluso, esto lo
hemos vivido en el país.
Tanto es así que el mes pasado el propio Gobierno
norteamericano reconoció, por primera vez, la validez científica de lo que hay
detrás de aquello que se ha venido conceptualizando como cambio global.
Entonces, tengo la impresión de que el debate sobre
la existencia de un efecto específico de las emisiones de gases en cambios
climáticos de alguna significación, es un asunto claro.
En consecuencia, estimo que éste es uno de los
puntos que no sólo como país, sino como comunidad internacional, debe
preocuparnos, porque, evidentemente, la solución es global, al igual que
muchos problemas que afectan hoy a la humanidad y a distintos países del
mundo.
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Desde ese punto de vista, considero que Chile -no
con poco entusiasmo- debería apoyar el Acuerdo como parte de una política
internacional activa en temas globales, serios y que nos comprometen.
Segundo, el argumento que se da a veces para restar
importancia al Protocolo es decir “por qué nosotros adherimos, si otras
potencias grandes no lo hacen”. En mi opinión, ese debate debe realizarse más
a fondo, pues hay poderes mundiales que no sólo en esta materia, sino que en
todas, se resisten en general a suscribir compromisos que los obliguen a nivel
global.
Y claramente ése es el caso de Estados Unidos, que,
además de no firmar el Convenio de Kyoto, tampoco aprobó el del Tribunal
Penal Internacional. De igual forma, China Popular no suscribió este Protocolo,
así como tampoco una serie de otras iniciativas. La nación norteamericana
incluso no firmó el de la OIT. Sin perjuicio de ello, obviamente su legislación
interna está completamente en línea con las recomendaciones de dicha
Organización, más incluso que la chilena.
Pero nosotros aprobamos el Acuerdo de la OIT y
ellos, no. Y eso no se debe a que estén en desacuerdo con la normativa
laboral, sino, más bien, al principio de no ceder soberanía nacional en ningún
ámbito.
De hecho, hoy día aparece en la prensa el debate
sobre la pretensión de Estados Unidos para que sus tropas en Europa no
queden sujetas a la jurisdicción del Tribunal Penal Internacional. China tiene
una política similar y la India también aspira a un cierto estatus de gran
potencia.
El tema es que nuestra política es distinta de la de
esas naciones, pues, como país pequeño, sí nos interesa un orden jurídico
internacional que regule asuntos tanto del ámbito universal como nacional.
Cabe tener presente que en varios de estos países
renuentes a un orden jurídico más estricto -no es casualidad que Estados
Unidos sea la principal potencia de la Tierra; se pueden entender las razoneshay opinión pública interna, existe democracia y más de una sola opinión. Por
tanto, debemos pensar el punto como batallas políticas que se dan a nivel
global. A mi juicio, por pequeños que seamos, hemos de participar en ellas.
En ese sentido, anuncio mi voto favorable al
Protocolo, con más entusiasmo que el de mi colega por la Región del Maule,
porque creo que satisface el mejor interés nacional y el de países como el
nuestro, pues el amparo jurídico internacional obviamente sirve mucho más a
los débiles que a los poderosos. Éstos no lo necesitan, mucho menos la
primera potencia militar del planeta, o sea, Estados Unidos.
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Sin embargo, hay fuerzas en esa nación disponibles
para discutir un orden internacional más razonable y justo. Por ello, debemos
trabajar en tal dirección e incorporarnos activamente como país a esos
debates, que constituyen una parte muy sustantiva de los que habrá en el
siglo XXI, cuando la política ya no esté restringida al ámbito nacional, porque
un conjunto de problemas carecen de solución. Me parece que ello debe ser
parte de una concepción moderna de la política en un país pequeño pero muy
abierto como Chile.
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Si le parece a la Sala, se
aprobará el proyecto de acuerdo.
El señor VEGA.- ¿Me permite, señor Presidente?
El señor ZALDÍVAR, don Andrés (Presidente).- Tiene la palabra Su Señoría.
El señor VEGA.- Señor Presidente, sólo deseo señalar que no se puede dudar
de las cifras. Las emisiones de gases fueron comprobadas científicamente.
Cada partícula de ozono, de dióxido de carbono, etcétera, ha sido medida por
metro cúbico, latitud, longitud, hora del día, etcétera.
Por lo tanto, no hay duda alguna de que el
desequilibrio se está generando debido a una causa técnica producida por el
ser humano. Esto figura en todos los informes de Naciones Unidas.
Por tal razón, me voy a abstener.
--Se aprueba en general y particular el proyecto
de acuerdo, con la abstención del Senador señor Vega.
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OFICIO APROBACIÓN PROYECTO
2.4. Oficio de Cámara Revisora a Cámara de Origen
Oficio aprobación de Proyecto. Fecha 02 de julio, 2002. Cuenta en Sesión 13.
Legislatura 347. Cámara de Diputados.
Nº 20.188
A S. E.
la Presidente de la
H. Cámara de Diputados
Valparaíso, 2 de Julio de 2.002.
Tengo a honra comunicar a Vuestra Excelencia que el
Senado ha aprobado, en los mismos términos en que lo hizo esa Honorable
Cámara, el proyecto de acuerdo que aprueba el Protocolo de Kyoto de la
Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y sus
anexos A y B, adoptados el 11 de diciembre de 1997, correspondiente al
Boletín Nº 2.525-10.
Lo que comunico a Vuestra Excelencia en respuesta a
su oficio Nº 3037 de 29 de Agosto de 2.000.
Devuelvo los antecedentes respectivos.
Dios guarde a Vuestra Excelencia.
ANDRES ZALDIVAR LARRAIN
Presidente del Senado
CARLOS HOFFMANN CONTRERAS
Secretario del Senado
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OFICIO LEY AL EJECUTIVO
3. Trámite Finalización: Cámara de Diputados
3.1. Oficio de Cámara de Origen al Ejecutivo.
Oficio de Ley a S.E. El Presidente de la República. Comunica texto aprobado
por el Congreso Nacional. Fecha 04 de julio, 2002.
Oficio Nº 3829
A
S.
E.
PRESIDENTE
DE LA
REPUBLICA
EL
VALPARAISO, 4 de julio de 2002
Tengo a honra comunicar a V.E., que el Congreso
Nacional ha dado su aprobación al siguiente
PROYECTO DE ACUERDO:
"Artículo único.- Apruébanse el "Protocolo de Kyoto
de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático" y
sus anexos A y B, adoptados el 11 de diciembre de 1997.".
Dios guarde a V.E.
ADRIANA MUÑOZ D'ALBORA
Presidenta de la Cámara de Diputados
CARLOS LOYOLA OPAZO
Secretario de la Cámara de Diputados
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DECRETO PROMULGATORIO
4. Publicación de Decreto en Diario Oficial
4.1. Decreto N° 349
Tipo Norma
Fecha Publicación
Fecha Promulgación
Organismo
Título
:Decreto 349
:16-02-2005
:22-12-2004
:MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES
:PROMULGA EL PROTOCOLO DE KYOTO DE
LA CONVENCION MARCO DE LAS
NACIONES UNIDAS SOBRE EL CAMBIO
CLIMATICO Y SUS ANEXOS A Y B
Tipo Versión
:Única
De : 16-02-2005
URL
:
http://www.leychile.cl/N?i=235585&f=2005-02-16&p=
PROMULGA EL PROTOCOLO DE KYOTO DE LA CONVENCION MARCO DE LAS
NACIONES UNIDAS SOBRE EL CAMBIO CLIMATICO Y SUS ANEXOS A Y B
Núm. 349.- Santiago, 22 de diciembre de 2004.- Vistos:
Los artículos 32, Nº 17, y 50), Nº 1), de la Constitución
Política de la República.
Considerando:
Que con fecha 11 de diciembre de 1997, se adoptaron, en
Kyoto, Japón, el Protocolo de Kyoto de la Convención Marco de
las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, adoptada el 9
de mayo de 1992 y publicada en el Diario oficial de 13 de
abril de 1995, y sus anexos A y B.
Que dicho protocolo fue aprobado por el Congreso
Nacional, según consta en el oficio Nº 3.829, de 4 de julio
de 2002, de la Honorable Cámara de Diputados.
Que el instrumento de ratificación se depositó ante el
Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas
con fecha 26 de agosto de 2002, y que conforme al numeral 1
de artículo 25 del protocolo, éste entrará en vigor el 16 de
febrero de 2005.
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DECRETO PROMULGATORIO
Decreto:
Artículo único: Promúlganse el protocolo de Kyoto de la
Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático y sus Anexos A y B, adoptados en Kyoto el 11 de
diciembre de 1997; cúmplanse y llévense a efecto como ley y
publíquese copia autorizada de sus textos en el Diario
Oficial.
Anótese, tómese razón, regístrese y publíquese.- RICARDO
LAGOS ESCOBAR, Presidente de la República.- Ignacio Walker
Prieto, Ministro de Relaciones Exteriores.
Lo que transcribo a Us., para su conocimiento.- Demetrio
Infante Figueroa, Embajador Director General Administrativo.
PROTOCOLO DE KYOTO DE LA CONVENCION MARCO DE LAS NACIONES
UNIDAS SOBRE EL CAMBIO CLIMATICO
Las Partes en el presente Protocolo,
Siendo Partes en la Convención Marco de las Naciones
Unidas
sobre
el
Cambio
Climático,
en
adelante
"la
Convención",
Persiguiendo el objetivo último de la Convención
enunciado en su artículo 2,
Recordando las disposiciones de la Convención, Guiadas
por el artículo 3 de la Convención, En cumplimiento del
Mandato de Berlín, aprobado mediante la decisión 1/CP.1 de la
Conferencia de las Partes en la Convención en su primer
período de sesiones,
Han convenido en lo siguiente:
Artículo 1: A los efectos del presente Protocolo se
aplicarán las definiciones contenidas en el artículo 1 de la
Convención. Además:
1. Por "Conferencia de las Partes" se entiende
Conferencia de las Partes en la Convención.
2. Por "Convención" se entiende la Convención Marco
las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, aprobada
Nueva York el 9 de mayo de 1992.
3. Por "Grupo Intergubernamental de Expertos sobre
Cambio Climático" se entiende el grupo intergubernamental
la
de
en
el
de
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DECRETO PROMULGATORIO
expertos sobre el cambio climático establecido conjuntamente
por la Organización Meteorológica Mundial y el Programa de
las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en 1988.
4. Por "Protocolo de Montreal" se entiende el Protocolo
de Montreal relativo a las sustancias que agotan la capa de
ozono aprobado en Montreal el 16 de septiembre de 1987 y en
su forma posteriormente ajustada y enmendada.
5. Por "Partes presentes y votantes" se entiende las
Partes presentes que emiten un voto afirmativo o negativo.
6. Por "Parte" se entiende, a menos que del contexto se
desprenda otra cosa, una Parte en el presente Protocolo.
7. Por "Parte incluida en el anexo I" se entiende una
Parte que figura en el anexo I de la Convención, con las
enmiendas de que pueda ser objeto, o una Parte que ha hecho
la notificación prevista en el inciso g) del párrafo 2 del
artículo 4 de la Convención.
Artículo 2:
1. Con el fin de promover el desarrollo sostenible, cada
una de las Partes incluidas en el anexo I, al cumplir los
compromisos cuantificados de limitación y reducción de las
emisiones contraídos en virtud del artículo 3:
a)
Aplicará y/o seguirá elaborando políticas y medidas de
conformidad con sus circunstancias nacionales, por ejemplo
las siguientes:
i)
fomento de la eficiencia energética en los sectores
pertinentes de la economía nacional;
ii) protección y mejora de los sumideros y depósitos de
los gases de efecto invernadero no controlados por el
Protocolo de Montreal, teniendo en cuenta sus compromisos en
virtud de los acuerdos internacionales pertinentes sobre el
medio ambiente; promoción de prácticas sostenibles de gestión
forestal, la forestación y la reforestación;
iii) promoción de modalidades agrícolas sostenibles a la
luz de las consideraciones del cambio climático;
iv) investigación, promoción, desarrollo y aumento del
uso de formas nuevas y renovables de energía, de tecnologías
de secuestro del dióxido de carbono y de tecnologías
avanzadas y novedosas que sean ecológicamente racionales;
v)
reducción progresiva o eliminación gradual de las
deficiencias del mercado, los incentivos fiscales, las
exenciones tributarias y arancelarias y las subvenciones que
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DECRETO PROMULGATORIO
sean contrarios al objetivo de la Convención en todos los
sectores emisores de gases de efecto invernadero y aplicación
de instrumentos de mercado;
vi)
fomento de reformas apropiadas en los sectores
pertinentes con el fin de promover unas políticas y medidas
que limiten o reduzcan las emisiones de los gases de efecto
invernadero no controlados por el Protocolo de Montreal;
vii) medidas para limitar y/o reducir las emisiones de
los gases de efecto invernadero no controlados por el
Protocolo de Montreal en el sector del transporte;
viii) limitación y/o reducción de las emisiones de metano
mediante su recuperación y utilización en la gestión de los
desechos así como en la producción, el transporte y la
distribución de energía;
b)
Cooperará con otras Partes del anexo I para fomentar la
eficacia individual y global de las políticas y medidas que
se adopten en virtud del presente artículo, de conformidad
con el apartado i) del inciso e) del párrafo 2 del artículo 4
de la Convención. Con este fin, estas Partes procurarán
intercambiar experiencia e información sobre tales políticas
y medidas, en particular concibiendo las formas de mejorar su
comparabilidad, transparencia y eficacia. La Conferencia de
las Partes en calidad de reunión de las Partes en el presente
Protocolo, en su primer período de sesiones o tan pronto como
sea posible después de éste, examinará los medios de
facilitar dicha cooperación, teniendo en cuenta toda la
información pertinente.
2. Las Partes incluidas en el anexo I procurarán limitar
o reducir las emisiones de gases de efecto invernadero no
controlados por el Protocolo de Montreal generadas por los
combustibles del transporte aéreo y marítimo internacional
trabajando por conducto de la Organización de Aviación Civil
Internacional y la Organización Marítima Internacional,
respectivamente.
3. Las Partes incluidas en el anexo I se empeñarán en
aplicar las políticas y medidas a que se refiere el presente
artículo de tal manera que se reduzcan al mínimo los efectos
adversos, comprendidos los efectos adversos del cambio
climático,
efectos
en
el
comercio
internacional
y
repercusiones sociales, ambientales y económicas, para otras
Partes, especialmente las Partes que son países en desarrollo
y en particular las mencionadas en los párrafos 8 y 9 del
artículo 4 de la Convención, teniendo en cuenta lo dispuesto
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DECRETO PROMULGATORIO
en el artículo 3 de la Convención. La Conferencia de las
Partes en calidad de reunión de las Partes en el presente
Protocolo podrá adoptar otras medidas, según corresponda,
para promover el cumplimiento de lo dispuesto en este
párrafo.
4. Si considera que convendría coordinar cualesquiera de
las políticas y medidas señaladas en el inciso a) del párrafo
1 supra, la Conferencia de las Partes en calidad de reunión
de las Partes en el presente Protocolo, teniendo en cuenta
las diferentes circunstancias nacionales y los posibles
efectos, examinará las formas y medios de organizar la
coordinación de dichas políticas y medidas.
Artículo 3:
1. Las Partes incluidas en el anexo I se asegurarán,
individual o conjuntamente, de que sus emisiones antropógenas
agregadas, expresadas en dióxido de carbono equivalente, de
los gases de efecto invernadero enumerados en el anexo A no
excedan de las cantidades atribuidas a ellas, calculadas en
función de los compromisos cuantificados de limitación y
reducción de las emisiones consignados para ellas en el anexo
B y de conformidad con lo dispuesto en el presente artículo,
con miras a reducir el total de sus emisiones de esos gases a
un nivel inferior en no menos de 5% al de 1990 en el período
de compromiso comprendido entre el año 2008 y el 2012.
2. Cada una de las Partes incluidas en el anexo I deberá
poder demostrar para el año 2005 un avance concreto en el
cumplimiento de sus compromisos contraídos en virtud del
presente Protocolo.
3. Las variaciones netas de las emisiones por las
fuentes y la absorción por los sumideros de gases de efecto
invernadero que se deban a la actividad humana directamente
relacionada con el cambio del uso de la tierra y la
silvicultura, limitada a la forestación, reforestación y
deforestación
desde
1990,
calculadas
como
variaciones
verificables del carbono almacenado en cada período de
compromiso, serán utilizadas a los efectos de cumplir los
compromisos de cada Parte incluida en el anexo I dimanantes
del presente artículo. Se informará de las emisiones por las
fuentes y la absorción por los sumideros de gases de efecto
invernadero que guarden relación con esas actividades de una
manera transparente y verificable y se las examinará de
conformidad con lo dispuesto en los artículos 7 y 8.
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DECRETO PROMULGATORIO
4. Antes del primer período de sesiones de la
Conferencia de las Partes en calidad de reunión de las Partes
en el presente Protocolo, cada una de las Partes incluidas en
el anexo I presentará al Órgano Subsidiario de Asesoramiento
Científico y Tecnológico, para su examen, datos que permitan
establecer el nivel del carbono almacenado correspondiente a
1990 y hacer una estimación de las variaciones de ese nivel
en los años siguientes. En su primer período de sesiones o lo
antes posible después de éste, la Conferencia de las Partes
en calidad de reunión de las Partes en el presente Protocolo
determinará las modalidades, normas y directrices sobre la
forma de sumar o restar a las cantidades atribuidas a las
Partes
del
anexo
I
actividades
humanas
adicionales
relacionadas con las variaciones de las emisiones por las
fuentes y la absorción por los sumideros de gases de efecto
invernadero en las categorías de suelos agrícolas y de cambio
del uso de la tierra y silvicultura y sobre las actividades
que se hayan de sumar o restar, teniendo en cuenta las
incertidumbres, la transparencia de la presentación de
informes, la verificabilidad, la labor metodológica del Grupo
Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, el
asesoramiento
prestado
por
el
Órgano
Subsidiario
de
Asesoramiento Científico y Tecnológico de conformidad con el
artículo 5 y las decisiones de la Conferencia de las Partes.
Tal decisión se aplicará en los períodos de compromiso
segundo y siguientes. Una Parte podrá optar por aplicar tal
decisión sobre estas actividades humanas adicionales para su
primer período de compromiso, siempre que estas actividades
se hayan realizado desde 1990.
5. Las Partes incluidas en el anexo I que están en vías
de transición a una economía de mercado y que hayan
determinado su año o período de base con arreglo a la
decisión 9/CP.2, adoptada por la Conferencia de las Partes en
su segundo período de sesiones, utilizarán ese año o período
de base para cumplir sus compromisos dimanantes del presente
artículo. Toda otra Parte del anexo I que esté en transición
a una economía de mercado y no haya presentado aún su primera
comunicación nacional con arreglo al artículo 12 de la
Convención podrá también notificar a la Conferencia de las
Partes en calidad de reunión de las Partes en el presente
Protocolo que tiene la intención de utilizar un año o período
histórico de base distinto del año 1990 para cumplir sus
compromisos dimanantes del presente artículo. La Conferencia
de las Partes en calidad de reunión de las Partes en el
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DECRETO PROMULGATORIO
presente Protocolo se pronunciará sobre la aceptación de
dicha notificación.
6. Teniendo en cuenta lo dispuesto en el párrafo 6 del
artículo 4 de la Convención, la Conferencia de las Partes en
calidad de reunión de las Partes en el presente Protocolo
concederá un cierto grado de flexibilidad a las Partes del
anexo I que están en transición a una economía de mercado
para el cumplimiento de sus compromisos dimanantes del
presente Protocolo, que no sean los previstos en este
artículo.
7. En el primer período de compromiso cuantificado de
limitación y reducción de las emisiones, del año 2008 al
2012, la cantidad atribuida a cada Parte incluida en el anexo
I será igual al porcentaje consignado para ella en el anexo B
de sus emisiones antropógenas agregadas, expresadas en
dióxido de carbono equivalente, de los gases de efecto
invernadero enumerados en el anexo A correspondientes a 1990,
o al año o período de base determinado con arreglo al párrafo
5 supra, multiplicado por cinco. Para calcular la cantidad
que se les ha de atribuir, las Partes del anexo I para las
cuales el cambio del uso de la tierra y la silvicultura
constituían una fuente neta de emisiones de gases de efecto
invernadero en 1990 incluirán en su año de base 1990 o
período de base las emisiones antropógenas agregadas por las
fuentes, expresadas en dióxido de carbono equivalente, menos
la absorción por los sumideros en 1990 debida al cambio del
uso de la tierra.
8. Toda Parte incluida en el anexo I podrá utilizar el
año 1995 como su año de base para los hidrofluorocarbonos,
los perfluorocarbonos y el hexafluoruro de azufre para hacer
los cálculos a que se refiere el párrafo 7 supra.
9. Los compromisos de las Partes incluidas en el anexo I
para los períodos siguientes se establecerán en enmiendas al
anexo B del presente Protocolo que se adoptarán de
conformidad con lo dispuesto en el párrafo 7 del artículo 21.
La Conferencia de las Partes en calidad de reunión de las
Partes en el presente Protocolo comenzará a considerar esos
compromisos al menos siete años antes del término del primer
período de compromiso a que se refiere el párrafo 1 supra.
10. Toda unidad de reducción de emisiones, o toda
fracción de una cantidad atribuida, que adquiera una Parte de
otra Parte con arreglo a lo dispuesto en el artículo 6 o el
artículo 17 se sumará a la cantidad atribuida a la Parte que
la adquiera.
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DECRETO PROMULGATORIO
11. Toda unidad de reducción de emisiones, o toda
fracción de una cantidad atribuida, que transfiera una Parte
a otra Parte con arreglo a lo dispuesto en el artículo 6 o el
artículo 17 se deducirá de la cantidad atribuida a la Parte
que la transfiera.
12. Toda unidad de reducción certificada de emisiones
que adquiera una Parte de otra Parte con arreglo a lo
dispuesto en el artículo 12 se agregará a la cantidad
atribuida a la Parte que la adquiera.
13. Si en un período de compromiso las emisiones de una
Parte incluida en el anexo I son inferiores a la cantidad
atribuida a ella en virtud del presente artículo, la
diferencia se agregará, a petición de esa Parte, a la
cantidad que se atribuya a esa Parte para futuros períodos de
compromiso.
14. Cada Parte incluida en el anexo I se empeñará en
cumplir los compromisos señalados en el párrafo 1 supra de
manera que se reduzcan al mínimo las repercusiones sociales,
ambientales y económicas adversas para las Partes que son
países en desarrollo, en particular las mencionadas en los
párrafos 8 y 9 del artículo 4 de la Convención. En
consonancia con las decisiones pertinentes de la Conferencia
de las Partes sobre la aplicación de esos párrafos, la
Conferencia de las Partes en calidad de reunión de las Partes
en el presente Protocolo estudiará en su primer período de
sesiones las medidas que sea necesario tomar para reducir al
mínimo los efectos adversos del cambio climático y/o el
impacto de la aplicación de medidas de respuesta para las
Partes mencionadas en esos párrafos. Entre otras, se
estudiarán cuestiones como la financiación, los seguros y la
transferencia de tecnología.
Artículo 4:
1. Se considerará que las Partes incluidas en el anexo I
que hayan llegado a un acuerdo para cumplir conjuntamente sus
compromisos dimanantes del artículo 3 han dado cumplimiento a
esos compromisos si la suma total de sus emisiones
antropógenas agregadas, expresadas en dióxido de carbono
equivalente, de los gases de efecto invernadero enumerados en
el anexo A no excede de las cantidades atribuidas a ellas,
calculadas en función de los compromisos cuantificados de
limitación y reducción de las emisiones consignados para
ellas en el anexo B y de conformidad con lo dispuesto en el
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DECRETO PROMULGATORIO
artículo 3. En el acuerdo se consignará el nivel de emisión
respectivo asignado a cada una de las Partes en el acuerdo.
2. Las Partes en todo acuerdo de este tipo notificarán a
la secretaría el contenido del acuerdo en la fecha de
depósito de sus instrumentos de ratificación, aceptación o
aprobación del presente Protocolo o de adhesión a éste. La
secretaría informará a su vez a las Partes y signatarios de
la Convención el contenido del acuerdo.
3. Todo acuerdo de este tipo se mantendrá en vigor
mientras dure el período de compromiso especificado en el
párrafo 7 del artículo 3.
4. Si las Partes que actúan conjuntamente lo hacen en el
marco de una organización regional de integración económica y
junto con ella, toda modificación de la composición de la
organización tras la aprobación del presente Protocolo no
incidirá en los compromisos ya vigentes en virtud del
presente Protocolo. Todo cambio en la composición de la
organización se tendrá en cuenta únicamente a los efectos de
los compromisos que en virtud del artículo 3 se contraigan
después de esa modificación.
5. En caso de que las Partes en semejante acuerdo no
logren el nivel total combinado de reducción de las emisiones
fijado para ellas, cada una de las Partes en ese acuerdo será
responsable del nivel de sus propias emisiones establecido en
el acuerdo.
6. Si las Partes que actúan conjuntamente lo hacen en el
marco de una organización regional de integración económica
que es Parte en el presente Protocolo y junto con ella, cada
Estado miembro de esa organización regional de integración
económica, en forma individual y conjuntamente con la
organización regional de integración económica, de acuerdo
con lo dispuesto en el artículo 24, será responsable, en caso
de que no se logre el nivel total combinado de reducción de
las emisiones, del nivel de sus propias emisiones notificado
con arreglo al presente artículo.
Artículo 5:
1. Cada Parte incluida en el anexo I establecerá, a más
tardar un año antes del comienzo del primer período de
compromiso, un sistema nacional que permita la estimación de
las emisiones antropógenas por las fuentes y de la absorción
por los sumideros de todos los gases de efecto invernadero no
controlados por el Protocolo de Montreal. La Conferencia de
las Partes en calidad de reunión de las Partes en el presente
Historia del Decreto N° 349
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DECRETO PROMULGATORIO
Protocolo impartirá en su primer período de sesiones las
directrices en relación con tal sistema nacional, que
incluirán las metodologías especificadas en el párrafo 2
infra.
2.
Las
metodologías
para
calcular
las
emisiones
antropógenas por las fuentes y la absorción por los sumideros
de todos los gases de efecto invernadero no controlados por
el Protocolo de Montreal serán las aceptadas por el Grupo
Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático y
acordadas por la Conferencia de las Partes en su tercer
período de sesiones. En los casos en que no se utilicen tales
metodologías, se introducirán los ajustes necesarios conforme
a las metodologías acordadas por la Conferencia de las Partes
en calidad de reunión de las Partes en el presente Protocolo
en su primer período de sesiones. Basándose en la labor del
Grupo
Intergubernamental
de
Expertos
sobre
el
Cambio
Climático, en particular, y en el asesoramiento prestado por
el
Órgano
Subsidiario
de
Asesoramiento
Científico
y
Tecnológico, la Conferencia de las Partes en calidad de
reunión de las Partes en el presente Protocolo examinará
periódicamente
y,
según
corresponda,
revisará
esas
metodologías y ajustes, teniendo plenamente en cuenta las
decisiones que pueda adoptar al respecto la Conferencia de
las Partes. Toda revisión de metodologías o ajustes se
aplicará exclusivamente a los efectos de determinar si se
cumplen los compromisos que en virtud del artículo 3 se
establezcan para un período de compromiso posterior a esa
revisión.
3. Los potenciales de calentamiento atmosférico que se
utilicen para calcular la equivalencia en dióxido de carbono
de las emisiones antropógenas por las fuentes y de la
absorción por los sumideros de los gases de efecto
invernadero enumerados en el anexo A serán los aceptados por
el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio
Climático y acordados por la Conferencia de las Partes en su
tercer período de sesiones. Basándose en la labor del Grupo
Intergubernamental de Expertos en el Cambio Climático, en
particular, y en el asesoramiento prestado por el Órgano
Subsidiario de Asesoramiento Científico y Tecnológico, la
Conferencia de las Partes en calidad de reunión de las Partes
en el presente Protocolo examinará periódicamente y, según
corresponda,
revisará
el
potencial
de
calentamiento
atmosférico de cada uno de esos gases de efecto invernadero,
teniendo plenamente en cuenta las decisiones que pueda
adoptar al respecto la Conferencia de las Partes. Toda
Historia del Decreto N° 349
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DECRETO PROMULGATORIO
revisión de un potencial de calentamiento atmosférico será
aplicable únicamente a los compromisos que en virtud del
artículo 3 se establezcan para un período de compromiso
posterior a esa revisión.
Artículo 6:
1. A los efectos de cumplir los compromisos contraídos
en virtud del artículo 3, toda Parte incluida en el anexo I
podrá transferir a cualquiera otra de esas Partes, o adquirir
de ella, las unidades de reducción de emisiones resultantes
de proyectos encaminados a reducir las emisiones antropógenas
por las fuentes o incrementar la absorción antropógena por
los sumideros de los gases de efecto invernadero en cualquier
sector de la economía, con sujeción a lo siguiente:
a)
Todo proyecto de ese tipo deberá ser aprobado por las
Partes participantes;
b)
Todo proyecto de ese tipo permitirá una reducción de las
emisiones por las fuentes, o un incremento de la absorción
por los sumideros, que sea adicional a cualquier otra
reducción u otro incremento que se produciría de no
realizarse el proyecto;
c)
La Parte interesada no podrá adquirir ninguna unidad de
reducción de emisiones si no ha dado cumplimiento a sus
obligaciones dimanantes de los artículos 5 y 7; y
d)
La adquisición de unidades de reducción de emisiones
será suplementaria a las medidas nacionales adoptadas a los
efectos de cumplir los compromisos contraídos en virtud del
artículo 3.
2. La Conferencia de las Partes en calidad de reunión de
las Partes en el presente Protocolo podrá, en su primer
período de sesiones o tan pronto como sea posible después de
éste, establecer otras directrices para la aplicación del
presente artículo, en particular a los efectos de la
verificación y presentación de informes.
3. Una Parte incluida en el anexo I podrá autorizar a
personas jurídicas a que participen, bajo la responsabilidad
de esa Parte, en acciones conducentes a la generación,
transferencia o adquisición en virtud de este artículo de
unidades de reducción de emisiones.
4. Si, de conformidad con las disposiciones pertinentes
del artículo 8, se plantea alguna cuestión sobre el
cumplimiento por una Parte incluida en el anexo I de las
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DECRETO PROMULGATORIO
exigencias a que se refiere el presente artículo, la
transferencia y adquisición de unidades de reducción de
emisiones podrán continuar después de planteada esa cuestión,
pero ninguna Parte podrá utilizar esas unidades a los efectos
de cumplir sus compromisos contraídos en virtud del artículo
3 mientras no se resuelva la cuestión del cumplimiento.
Artículo 7:
1. Cada una de las Partes incluidas en el anexo I
incorporará en su inventario anual de las emisiones
antropógenas por las fuentes y de la absorción por los
sumideros de los gases de efecto invernadero no controlados
por el Protocolo de Montreal, presentado de conformidad con
las decisiones pertinentes de la Conferencia de las Partes,
la información suplementaria necesaria a los efectos de
asegurar el cumplimiento del artículo 3, que se determinará
de conformidad con el párrafo 4 infra.
2. Cada una de las Partes incluidas en el anexo I
incorporará en la comunicación nacional que presente de
conformidad con el artículo 12 de la Convención la
información
suplementaria
necesaria
para
demostrar
el
cumplimiento de los compromisos contraídos en virtud del
presente Protocolo, que se determinará de conformidad con el
párrafo 4 infra.
3. Cada una de las Partes incluidas en el anexo I
presentará la información solicitada en el párrafo 1 supra
anualmente, comenzando por el primer inventario que deba
presentar de conformidad con la Convención para el primer año
del período de compromiso después de la entrada en vigor del
presente Protocolo para esa Parte. Cada una de esas Partes
presentará la información solicitada en el párrafo 2 supra
como parte de la primera comunicación nacional que deba
presentar de conformidad con la Convención una vez que el
presente Protocolo haya entrado en vigor para esa Parte y que
se hayan adoptado las directrices a que se refiere el párrafo
4 infra. La frecuencia de la presentación ulterior de la
información
solicitada
en
el
presente
artículo
será
determinada por la Conferencia de las Partes en calidad de
reunión de las Partes en el presente Protocolo, teniendo en
cuenta
todo
calendario
para
la
presentación
de
las
comunicaciones nacionales que determine la Conferencia de las
Partes.
4. La Conferencia de las Partes en calidad de reunión de
las Partes en el presente Protocolo adoptará en su primer
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DECRETO PROMULGATORIO
período de sesiones y revisará periódicamente en lo sucesivo
directrices para la preparación de la información solicitada
en el presente artículo, teniendo en cuenta las directrices
para la preparación de las comunicaciones nacionales de las
Partes incluidas en el anexo I adoptadas por la Conferencia
de las Partes. La Conferencia de las Partes en calidad de
reunión de las Partes en el presente Protocolo decidirá
también
antes
del
primer
período
de
compromiso
las
modalidades de contabilidad en relación con las cantidades
atribuidas.
Artículo 8:
1. La información presentada en virtud del artículo 7
por cada una de las Partes incluidas en el anexo I será
examinada por equipos de expertos en cumplimiento de las
decisiones pertinentes de la Conferencia de las Partes y de
conformidad con las directrices que adopte a esos efectos la
Conferencia de las Partes en calidad de reunión de las Partes
en el presente Protocolo con arreglo al párrafo 4 infra. La
información presentada en virtud del párrafo 1 del artículo 7
por cada una de las Partes incluidas en el anexo I será
examinada en el marco de la recopilación anual de los
inventarios y las cantidades atribuidas de emisiones y la
contabilidad conexa. Además, la información presentada en
virtud del párrafo 2 del artículo 7 por cada una de las
Partes incluidas en el anexo I será estudiada en el marco del
examen de las comunicaciones.
2. Esos equipos examinadores serán coordinados por la
secretaría y estarán integrados por expertos escogidos entre
los candidatos propuestos por las Partes en la Convención y,
según corresponda, por organizaciones intergubernamentales,
de conformidad con la orientación impartida a esos efectos
por la Conferencia de las Partes.
3. El proceso de examen permitirá una evaluación técnica
exhaustiva e integral de todos los aspectos de la aplicación
del presente Protocolo por una Parte. Los equipos de expertos
elaborarán un informe a la Conferencia de las Partes en
calidad de reunión de las Partes en el presente Protocolo, en
el que evaluarán el cumplimiento de los compromisos de la
Parte y determinarán los posibles problemas con que se
tropiece y los factores que incidan en el cumplimiento de los
compromisos. La secretaría distribuirá ese informe a todas
las Partes en la Convención. La secretaría enumerará para su
ulterior consideración por la Conferencia de las Partes en
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calidad de reunión de las Partes en el presente Protocolo las
cuestiones relacionadas con la aplicación que se hayan
señalado en esos informes.
4. La Conferencia de las Partes en calidad de reunión de
las Partes en el presente Protocolo adoptará en su primer
período de sesiones y revisará periódicamente en lo sucesivo
directrices para el examen de la aplicación del presente
Protocolo por los equipos de expertos, teniendo en cuenta las
decisiones pertinentes de la Conferencia de las Partes.
5. La Conferencia de las Partes en calidad de reunión de
las Partes en el presente Protocolo, con la asistencia del
Órgano Subsidiario de Ejecución y, según corresponda, del
Órgano Subsidiario de Asesoramiento Científico y Tecnológico,
examinará:
a)
La información presentada por las Partes en virtud del
artículo 7 y los informes de los exámenes que hayan realizado
de ella los expertos de conformidad con el presente artículo;
y
b)
Las cuestiones relacionadas con la aplicación que haya
enumerado la secretaría de conformidad con el párrafo 3
supra, así como toda cuestión que hayan planteado las Partes.
6. Habiendo examinado la información a que se hace
referencia en el párrafo 5 supra, la Conferencia de las
Partes en calidad de reunión de las Partes en el presente
Protocolo adoptará sobre cualquier asunto las decisiones que
sean necesarias para la aplicación del presente Protocolo.
Artículo 9:
1. La Conferencia de las Partes en calidad de reunión de
las Partes en el presente Protocolo examinará periódicamente
el presente Protocolo a la luz de las informaciones y
estudios científicos más exactos de que se disponga sobre el
cambio climático y sus repercusiones y de la información
técnica, social y económica pertinente. Este examen se hará
en coordinación con otros exámenes pertinentes en el ámbito
de la Convención, en particular los que exigen el inciso d)
del párrafo 2 del artículo 4 y el inciso a) del párrafo 2 del
artículo 7 de la Convención. Basándose en este examen, la
Conferencia de las Partes en calidad de reunión de las Partes
en
el
presente
Protocolo
adoptará
las
medidas
que
correspondan.
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2. El primer examen tendrá lugar en el segundo período
de sesiones de la Conferencia de las Partes en calidad de
reunión de las Partes en el presente Protocolo. Los
siguientes se realizarán de manera periódica y oportuna.
Artículo 10: Todas las Partes, teniendo en cuenta sus
responsabilidades
comunes
pero
diferenciadas
y
las
prioridades, objetivos y circunstancias concretos de su
desarrollo nacional y regional, sin introducir ningún nuevo
compromiso para las Partes no incluidas en el anexo I aunque
reafirmando los compromisos ya estipulados en el párrafo 1
del artículo 4 de la Convención y llevando adelante el
cumplimiento de estos compromisos con miras a lograr el
desarrollo sostenible, teniendo en cuenta lo dispuesto en los
párrafos 3, 5 y 7 del artículo 4 de la Convención:
a)
Formularán, donde corresponda y en la medida de lo
posible, unos programas nacionales y, en su caso, regionales
para mejorar la calidad de los factores de emisión, datos de
actividad y/o modelos locales que sean eficaces en relación
con el costo y que reflejen las condiciones socioeconómicas
de cada Parte para la realización y la actualización
periódica de los inventarios nacionales de las emisiones
antropógenas por las fuentes y la absorción por los sumideros
de todos los gases de efecto invernadero no controlados por
el Protocolo de Montreal, utilizando las metodologías
comparables en que convenga la Conferencia de las Partes y de
conformidad con las directrices para la preparación de las
comunicaciones nacionales adoptadas por la Conferencia de las
Partes;
b)
Formularán, aplicarán, publicarán y actualizarán
periódicamente programas nacionales y, en su caso, regionales
que contengan medidas para mitigar el cambio climático y
medidas para facilitar una adaptación adecuada al cambio
climático;
i)
tales programas guardarían relación, entre otras
cosas, con los sectores de la energía, el transporte y la
industria así como con la agricultura, la silvicultura y la
gestión de los desechos. Es más, mediante las tecnologías y
métodos de adaptación para la mejora de la planificación
espacial se fomentaría la adaptación al cambio climático; y
ii)
las Partes del anexo I presentarán información
sobre las medidas adoptadas en virtud del presente Protocolo,
en particular los programas nacionales, de conformidad con el
artículo 7, y otras Partes procurarán incluir en sus
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comunicaciones nacionales, según corresponda, información
sobre programas que contengan medidas que a juicio de la
Parte contribuyen a hacer frente al cambio climático y a sus
repercusiones adversas, entre ellas medidas para limitar el
aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero e
incrementar la absorción por los sumideros, medidas de
fomento de la capacidad y medidas de adaptación;
c)
Cooperarán en la promoción de modalidades eficaces para
el desarrollo, la aplicación y la difusión de tecnologías,
conocimientos
especializados,
prácticas
y
procesos
ecológicamente racionales en lo relativo al cambio climático,
y adoptarán todas las medidas viables para promover,
facilitar y financiar, según corresponda, la transferencia de
esos recursos o el acceso a ellos, en particular en beneficio
de los países en desarrollo, incluidas la formulación de
políticas y programas para la transferencia efectiva de
tecnologías ecológicamente racionales que sean de propiedad
pública o de dominio público y la creación en el sector
privado de un clima propicio que permita promover la
transferencia de tecnologías ecológicamente racionales y el
acceso a éstas;
d)
Cooperarán en investigaciones científicas y técnicas y
promoverán el mantenimiento y el desarrollo de procedimientos
de observación sistemática y la creación de archivos de datos
para reducir las incertidumbres relacionadas con el sistema
climático, las repercusiones adversas del cambio climático y
las consecuencias económicas y sociales de las diversas
estrategias de respuesta, y promoverán el desarrollo y el
fortalecimiento de la capacidad y de los medios nacionales
para
participar
en
actividades,
programas
y
redes
internacionales e intergubernamentales de investigación y
observación sistemática, teniendo en cuenta lo dispuesto en
el artículo 5 de la Convención;
e)
Cooperarán en el plano internacional, recurriendo, según
proceda, a órganos existentes, en la elaboración y la
ejecución de programas de educación y capacitación que
prevean el fomento de la creación de capacidad nacional, en
particular capacidad humana e institucional, y el intercambio
o
la
adscripción
de
personal
encargado
de
formar
especialistas en esta esfera, en particular para los países
en desarrollo, y promoverán tales actividades, y facilitarán
en el plano nacional el conocimiento público de la
información sobre el cambio climático y el acceso del público
a ésta. Se deberán establecer las modalidades apropiadas para
poner en ejecución estas actividades por conducto de los
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órganos pertinentes de la Convención, teniendo en cuenta lo
dispuesto en el artículo 6 de la Convención;
f)
Incluirán en sus comunicaciones nacionales información
sobre los programas y actividades emprendidos en cumplimiento
del presente artículo de conformidad con las decisiones
pertinentes de la Conferencia de las Partes; y
g)
Al dar cumplimiento a los compromisos dimanantes del
presente artículo tomarán plenamente en consideración el
párrafo 8 del artículo 4 de la Convención.
Artículo 11:
1. Al aplicar el artículo 10 las Partes tendrán en
cuenta lo dispuesto en los párrafos 4, 5, 7, 8 y 9 del
artículo 4 de la Convención.
2. En el contexto de la aplicación del párrafo 1 del
artículo 4 de la Convención, de conformidad con lo dispuesto
en el párrafo 3 del artículo 4 y en el artículo 11 de la
Convención y por conducto de la entidad o las entidades
encargadas del funcionamiento del mecanismo financiero de la
Convención, las Partes que son países desarrollados y las
demás Partes desarrolladas incluidas en el anexo II de la
Convención:
a)
Proporcionarán recursos financieros nuevos y adicionales
para cubrir la totalidad de los gastos convenidos en que
incurran las Partes que son países en desarrollo al llevar
adelante el cumplimiento de los compromisos ya enunciados en
el inciso a) del párrafo 1 del artículo 4 de la Convención y
previstos en el inciso a) del artículo 10;
b)
Facilitarán también los recursos financieros, entre
ellos recursos para la transferencia de tecnología, que
necesiten las Partes que son países en desarrollo para
sufragar la totalidad de los gastos adicionales convenidos
que entrañe el llevar adelante el cumplimiento de los
compromisos ya enunciados en el párrafo 1 del artículo 4 de
la Convención y previstos en el artículo 10 y que se acuerden
entre una Parte que es país en desarrollo y la entidad o las
entidades internacionales a que se refiere el artículo 11 de
la Convención, de conformidad con ese artículo.
Al dar cumplimiento a estos compromisos ya vigentes se
tendrán en cuenta la necesidad de que la corriente de
recursos financieros sea adecuada y previsible y la
importancia de que la carga se distribuya adecuadamente entre
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las Partes que son países desarrollados. La dirección
impartida a la entidad o las entidades encargadas del
funcionamiento del mecanismo financiero de la Convención en
las decisiones pertinentes de la Conferencia de las Partes,
comprendidas las adoptadas antes de la aprobación del
presente Protocolo, se aplicará mutatis mutandis a las
disposiciones del presente párrafo.
3. Las Partes que son países desarrollados y las demás
Partes desarrolladas que figuran en el anexo II de la
Convención también podrán facilitar, y las Partes que son
países en desarrollo podrán obtener, recursos financieros
para la aplicación del artículo 10, por conductos bilaterales
o regionales o por otros conductos multilaterales.
Artículo 12:
1. Por el presente se define un mecanismo para un
desarrollo limpio.
2. El propósito del mecanismo para un desarrollo limpio
es ayudar a las Partes no incluidas en el anexo I a lograr un
desarrollo sostenible y contribuir al objetivo último de la
Convención, así como ayudar a las Partes incluidas en el
anexo I a dar cumplimiento a sus compromisos cuantificados de
limitación y reducción de las emisiones contraídos en virtud
del artículo 3.
3. En el marco del mecanismo para un desarrollo limpio:
a)
Las Partes no incluidas en el anexo I se beneficiarán de
las actividades de proyectos que tengan por resultado
reducciones certificadas de las emisiones; y
b)
Las Partes incluidas en el anexo I podrán utilizar las
reducciones certificadas de emisiones resultantes de esas
actividades de proyectos para contribuir al cumplimiento de
una parte de sus compromisos cuantificados de limitación y
reducción de las emisiones contraídos en virtud del artículo
3, conforme lo determine la Conferencia de las Partes en
calidad de reunión de las Partes en el presente Protocolo.
4. El mecanismo para un desarrollo limpio estará sujeto
a la autoridad y la dirección de la Conferencia de las Partes
en calidad de reunión de las Partes en el presente Protocolo
y a la supervisión de una junta ejecutiva del mecanismo para
un desarrollo limpio.
5. La reducción de emisiones resultante de cada
actividad de proyecto deberá ser certificada por las
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entidades operacionales que designe la Conferencia de las
Partes en calidad de reunión de las Partes en el presente
Protocolo sobre la base de:
a)
La participación voluntaria acordada por cada Parte
participante;
b)
Unos beneficios reales, mensurables y a largo plazo en
relación con la mitigación del cambio climático; y
c)
Reducciones de las emisiones que sean adicionales a las
que se producirían en ausencia de la actividad de proyecto
certificada.
6. El mecanismo para un desarrollo limpio ayudará según
sea necesario a organizar la financiación de actividades de
proyectos certificadas.
7. La Conferencia de las Partes en calidad de reunión de
las Partes en el presente Protocolo en su primer período de
sesiones deberá establecer las modalidades y procedimientos
que permitan asegurar la transparencia, la eficiencia y la
rendición de cuentas por medio de una auditoría y la
verificación independiente de las actividades de proyectos.
8. La Conferencia de las Partes en calidad de reunión de
las Partes en el presente Protocolo se asegurará de que una
parte de los fondos procedentes de las actividades de
proyectos certificadas se utilice para cubrir los gastos
administrativos y ayudar a las Partes que son países en
desarrollo particularmente vulnerables a los efectos adversos
del cambio climático a hacer frente a los costos de la
adaptación.
9. Podrán participar en el mecanismo para un desarrollo
limpio, en particular en las actividades mencionadas en el
inciso a) del párrafo 3 supra y en la adquisición de unidades
certificadas de reducción de emisiones, entidades privadas o
públicas,
y
esa
participación
quedará
sujeta
a
las
directrices que imparta la junta ejecutiva del mecanismo para
un desarrollo limpio.
10. Las reducciones certificadas de emisiones que se
obtengan en el período comprendido entre el año 2000 y el
comienzo del primer período de compromiso podrán utilizarse
para contribuir al cumplimiento en el primer período de
compromiso.
Artículo 13:
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1. La Conferencia de las Partes, que es el órgano
supremo de la Convención, actuará como reunión de las Partes
en el presente Protocolo.
2. Las Partes en la Convención que no sean Partes en el
presente Protocolo podrán participar como observadoras en las
deliberaciones de cualquier período de sesiones de la
Conferencia de las Partes en calidad de reunión de las Partes
en el presente Protocolo. Cuando la Conferencia de las Partes
actúe como reunión de las Partes en el presente Protocolo,
las decisiones en el ámbito del Protocolo serán adoptadas
únicamente por las Partes en el presente Protocolo.
3. Cuando la Conferencia de las Partes actúe como
reunión de las Partes en el presente Protocolo, todo miembro
de la Mesa de la Conferencia de las Partes que represente a
una Parte en la Convención que a la fecha no sea parte en el
presente Protocolo será reemplazado por otro miembro que será
elegido de entre las Partes en el presente Protocolo y por
ellas mismas.
4. La Conferencia de las Partes en calidad de reunión de
las Partes en el presente Protocolo examinará regularmente la
aplicación del presente Protocolo y, conforme a su mandato,
tomará las decisiones necesarias para promover su aplicación
eficaz. Cumplirá las funciones que le asigne el presente
Protocolo y:
a)
Evaluará, basándose en toda la información que se le
proporcione de conformidad con lo dispuesto en el presente
Protocolo, la aplicación del Protocolo por las Partes, los
efectos generales de las medidas adoptadas en virtud del
Protocolo, en particular los efectos ambientales, económicos
y sociales, así como su efecto acumulativo, y la medida en
que se avanza hacia el logro del objetivo de la Convención;
b)
Examinará periódicamente las obligaciones contraídas por
las Partes en virtud del presente Protocolo, tomando
debidamente en consideración todo examen solicitado en el
inciso d) del párrafo 2 del artículo 4 y en el párrafo 2 del
artículo 7 de la Convención a la luz del objetivo de la
Convención, de la experiencia obtenida en su aplicación y de
la evolución de los conocimientos científicos y técnicos, y a
este respecto examinará y adoptará periódicamente informes
sobre la aplicación del presente Protocolo;
c)
Promoverá y facilitará el intercambio de información
sobre las medidas adoptadas por las Partes para hacer frente
al cambio climático y sus efectos, teniendo en cuenta las
circunstancias, responsabilidades y capacidades diferentes de
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las Partes y sus respectivos compromisos en virtud del
presente Protocolo;
d)
Facilitará, a petición de dos o más Partes, la
coordinación de las medidas adoptadas por ellas para hacer
frente al cambio climático y sus efectos, teniendo en cuenta
las
circunstancias,
responsabilidades
y
capacidades
diferentes de las Partes y sus respectivos compromisos en
virtud del presente Protocolo;
e)
Promoverá y dirigirá, de conformidad con el objetivo de
la Convención y las disposiciones del presente Protocolo y
teniendo plenamente en cuenta las decisiones pertinentes de
la
Conferencia
de
las
Partes,
el
desarrollo
y
el
perfeccionamiento periódico de metodologías comparables para
la aplicación eficaz del presente Protocolo, que serán
acordadas por la Conferencia de las Partes en calidad de
reunión de las Partes en el presente Protocolo;
f)
Formulará sobre cualquier asunto las recomendaciones que
sean necesarias para la aplicación del presente Protocolo;
g)
Procurará movilizar recursos financieros adicionales de
conformidad con el párrafo 2 del artículo 11;
h)
Establecerá los órganos subsidiarios que considere
necesarios para la aplicación del presente Protocolo;
i)
Solicitará y utilizará, cuando corresponda, los
servicios
y
la
cooperación
de
las
organizaciones
internacionales y de los órganos intergubernamentales y no
gubernamentales competentes y la información que éstos le
proporcionen; y
j)
Desempeñará las demás funciones que sean necesarias para
la aplicación del presente Protocolo y considerará la
realización de cualquier tarea que se derive de una decisión
de la Conferencia de las Partes en la Convención.
5. El reglamento de la Conferencia de las Partes y los
procedimientos financieros aplicados en relación con la
Convención se aplicarán mutatis mutandis en relación con el
presente Protocolo, a menos que decida otra cosa por consenso
la Conferencia de las Partes en calidad de reunión de las
Partes en el presente Protocolo.
6. La secretaría convocará el primer período de sesiones
de la Conferencia de las Partes en calidad de reunión de las
Partes en el presente Protocolo en conjunto con el primer
período de sesiones de la Conferencia de las Partes que se
programe después de la fecha de entrada en vigor del presente
Protocolo. Los siguientes períodos ordinarios de sesiones de
la Conferencia de las Partes en calidad de reunión de las
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Partes en el presente Protocolo se celebrarán anualmente y en
conjunto con los períodos ordinarios de sesiones de la
Conferencia de las Partes, a menos que decida otra cosa la
Conferencia de las Partes en calidad de reunión de las Partes
en el presente Protocolo.
7. Los períodos extraordinarios de sesiones de la
Conferencia de las Partes en calidad de reunión de las Partes
en el presente Protocolo se celebrarán cada vez que la
Conferencia de las Partes en calidad de reunión de las Partes
lo considere necesario, o cuando una de las Partes lo
solicite por escrito, siempre que dentro de los seis meses
siguientes a la fecha en que la secretaría haya transmitido a
las Partes la solicitud, ésta reciba el apoyo de al menos un
tercio de las Partes.
8. Las Naciones Unidas, sus organismos especializados y
el Organismo Internacional de Energía Atómica, así como todo
Estado miembro de esas organizaciones u observador ante ellas
que no sea parte en la Convención, podrán estar representados
como observadores en los períodos de sesiones de la
Conferencia de las Partes en calidad de reunión de las Partes
en el presente Protocolo. Todo órgano u organismo, sea
nacional o internacional, gubernamental o no gubernamental,
que sea competente en los asuntos de que trata el presente
Protocolo y que haya informado a la secretaría de su deseo de
estar representado como observador en un período de sesiones
de la Conferencia de las Partes en calidad de reunión de las
Partes en el presente Protocolo podrá ser admitido como
observador a menos que se oponga a ello un tercio de las
Partes presentes. La admisión y participación de los
observadores se regirán por el reglamento, según lo señalado
en el párrafo 5 supra.
Artículo 14:
1. La secretaría establecida por el artículo 8 de la
Convención desempeñará la función de secretaría del presente
Protocolo.
2. El párrafo 2 del artículo 8 de la Convención sobre
las funciones de la secretaría y el párrafo 3 del artículo 8
de
la
Convención
sobre
las
disposiciones
para
su
funcionamiento se aplicarán mutatis mutandis al presente
Protocolo. La secretaría ejercerá además las funciones que se
le asignen en el marco del presente Protocolo.
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Artículo 15:
1. El Órgano Subsidiario de Asesoramiento Científico y
Tecnológico y el Órgano Subsidiario de Ejecución establecidos
por los artículos 9 y 10 de la Convención actuarán como
Órgano Subsidiario de Asesoramiento Científico y Tecnológico
y Órgano Subsidiario de Ejecución del presente Protocolo,
respectivamente. Las disposiciones sobre el funcionamiento de
estos dos órganos con respecto a la Convención se aplicarán
mutatis mutandis al presente Protocolo. Los períodos de
sesiones del Órgano Subsidiario de Asesoramiento Científico y
Tecnológico y del Órgano Subsidiario de Ejecución del
presente Protocolo se celebrarán conjuntamente con los del
Órgano Subsidiario de Asesoramiento Científico y Tecnológico
y el Órgano Subsidiario de Ejecución de la Convención,
respectivamente.
2. Las Partes en la Convención que no sean Partes en el
presente Protocolo podrán participar como observadoras en las
deliberaciones de cualquier período de sesiones de los
órganos subsidiarios. Cuando los órganos subsidiarios actúen
como
órganos
subsidiarios
del
presente
Protocolo
las
decisiones en el ámbito del Protocolo serán adoptadas
nicamente por las Partes que sean Partes en el Protocolo.
3. Cuando los órganos subsidiarios establecidos por los
artículos 9 y 10 de la Convención ejerzan sus funciones
respecto de cuestiones de interés para el presente Protocolo,
todo miembro de la Mesa de los órganos subsidiarios que
represente a una Parte en la Convención que a esa fecha no
sea parte en el Protocolo será reemplazado por otro miembro
que será elegido de entre las Partes en el Protocolo y por
ellas mismas.
Artículo 16: La Conferencia de las Partes en calidad de
reunión de las Partes en el presente Protocolo examinará tan
pronto como sea posible la posibilidad de aplicar al presente
Protocolo, y de modificar según corresponda, el mecanismo
consultivo multilateral a que se refiere el artículo 13 de la
Convención a la luz de las decisiones que pueda adoptar al
respecto la Conferencia de las Partes. Todo mecanismo
consultivo multilateral que opere en relación con el presente
Protocolo lo hará sin perjuicio de los procedimientos y
mecanismos establecidos de conformidad con el artículo 18.
los
Artículo 17: La Conferencia de las Partes determinará
principios,
modalidades,
normas
y
directrices
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pertinentes,
en
particular
para
la
verificación,
la
presentación de informes y la rendición de cuentas en
relación con el comercio de los derechos de emisión. Las
Partes incluidas en el anexo B podrán participar en
operaciones de comercio de los derechos de emisión a los
efectos de cumplir sus compromisos dimanantes del artículo 3.
Toda operación de este tipo será suplementaria a las medidas
nacionales que se adopten para cumplir los compromisos
cuantificados de limitación y reducción de las emisiones
dimanantes de ese artículo.
Artículo 18: En su primer período de sesiones, la
Conferencia de las Partes en calidad de reunión de las Partes
en el presente Protocolo aprobará unos procedimientos y
mecanismos apropiados y eficaces para determinar y abordar
los casos de incumplimiento de las disposiciones del presente
Protocolo, incluso mediante la preparación de una lista
indicativa de consecuencias, teniendo en cuenta la causa, el
tipo, el grado y la frecuencia del incumplimiento. Todo
procedimiento o mecanismo que se cree en virtud del presente
artículo y prevea consecuencias de carácter vinculante será
aprobado por medio de una enmienda al presente Protocolo.
Artículo 19: Las disposiciones del artículo 14 de la
Convención
se
aplicarán
mutatis
mutandis
al
presente
Protocolo.
Artículo 20:
1. Cualquiera de las Partes podrá proponer enmiendas al
presente Protocolo.
2. Las enmiendas al presente Protocolo deberán adoptarse
en un período ordinario de sesiones de la Conferencia de las
Partes en calidad de reunión de las Partes en el presente
Protocolo. La secretaría deberá comunicar a las Partes el
texto de toda propuesta de enmienda al Protocolo al menos
seis meses antes del período de sesiones en que se proponga
su aprobación. La secretaría comunicará asimismo el texto de
toda propuesta de enmienda a las Partes y signatarios de la
Convención y, a título informativo, al Depositario.
3. Las Partes pondrán el máximo empeño en llegar a un
acuerdo por consenso sobre cualquier proyecto de enmienda al
Protocolo. Si se agotan todas las posibilidades de obtener el
consenso sin llegar a un acuerdo, la enmienda será aprobada,
como último recurso, por mayoría de tres cuartos de las
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Partes presentes y votantes en la reunión. La secretaría
comunicará la enmienda aprobada al Depositario, que la hará
llegar a todas las Partes para su aceptación.
4. Los instrumentos de aceptación de una enmienda se
entregarán
al
Depositario.
La
enmienda
aprobada
de
conformidad con el párrafo 3 entrará en vigor para las Partes
que la hayan aceptado al nonagésimo día contado desde la
fecha en que el Depositario haya recibido los instrumentos de
aceptación de por lo menos tres cuartos de las Partes en el
presente Protocolo.
5. La enmienda entrará en vigor para las demás Partes al
nonagésimo día contado desde la fecha en que hayan entregado
al Depositario sus instrumentos de aceptación de la enmienda.
Artículo 21:
1. Los anexos del presente Protocolo formarán parte
integrante de éste y, a menos que se disponga expresamente
otra cosa, toda referencia al Protocolo constituirá al mismo
tiempo una referencia a cualquiera de sus anexos. Los anexos
que se adopten después de la entrada en vigor del presente
Protocolo
sólo
podrán
contener
listas,
formularios
y
cualquier otro material descriptivo que trate de asuntos
científicos, técnicos, de procedimiento o administrativos.
2. Cualquiera de las Partes podrá proponer un anexo del
presente Protocolo y enmiendas a anexos del Protocolo.
3. Los anexos del presente Protocolo y las enmiendas a
anexos del Protocolo se aprobarán en un período ordinario de
sesiones de la Conferencia de las Partes en calidad de
reunión de las Partes. La secretaría comunicará a las Partes
el texto de cualquier propuesta de anexo o de enmienda a un
anexo al menos seis meses antes del período de sesiones en
que se proponga su aprobación. La secretaría comunicará
asimismo el texto de cualquier propuesta de anexo o de
enmienda a un anexo a las Partes y signatarios de la
Convención y, a título informativo, al Depositario.
4. Las Partes pondrán el máximo empeño en llegar a un
acuerdo por consenso sobre cualquier proyecto de anexo o de
enmienda a un anexo. Si se agotan todas las posibilidades de
obtener el consenso sin llegar a un acuerdo, el anexo o la
enmienda al anexo se aprobará, como último recurso, por
mayoría de tres cuartos de las Partes presentes y votantes en
la reunión. La secretaría comunicará el texto del anexo o de
la enmienda al anexo que se haya aprobado al Depositario, que
lo hará llegar a todas las Partes para su aceptación.
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5. Todo anexo o enmienda a un anexo, salvo el anexo A o
B, que haya sido aprobado de conformidad con lo dispuesto en
los párrafos 3 y 4 supra entrará en vigor para todas las
Partes en el presente Protocolo seis meses después de la
fecha en que el Depositario haya comunicado a las Partes la
aprobación del anexo o de la enmienda al anexo, con excepción
de las Partes que hayan notificado por escrito al Depositario
dentro de ese período que no aceptan el anexo o la enmienda
al anexo. El anexo o la enmienda al anexo entrará en vigor
para las Partes que hayan retirado su notificación de no
aceptación al nonagésimo día contado desde la fecha en que el
Depositario haya recibido el retiro de la notificación.
6. Si la aprobación de un anexo o de una enmienda a un
anexo supone una enmienda al presente Protocolo, el anexo o
la enmienda al anexo no entrará en vigor hasta el momento en
que entre en vigor la enmienda al presente Protocolo.
7. Las enmiendas a los anexos A y B del presente
Protocolo se aprobarán y entrarán en vigor de conformidad con
el procedimiento establecido en el artículo 20, a reserva de
que una enmienda al anexo B sólo podrá aprobarse con el
consentimiento escrito de la Parte interesada.
Artículo 22:
1. Con excepción de lo dispuesto en el párrafo 2 infra,
cada Parte tendrá un voto.
2.
Las
organizaciones
regionales
de
integración
económica, en los asuntos de su competencia, ejercerán su
derecho de voto con un número de votos igual al número de sus
Estados miembros que sean Partes en el presente Protocolo.
Esas organizaciones no ejercerán su derecho de voto si
cualquiera de sus Estados miembros ejerce el suyo y
viceversa.
Artículo 23: El Secretario General de las
Unidas será el Depositario del presente Protocolo.
Naciones
Artículo 24:
1. El presente Protocolo estará abierto a la firma y
sujeto a la ratificación, aceptación o aprobación de los
Estados y de las organizaciones regionales de integración
económica que sean Partes en la Convención. Quedará abierto a
la firma en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York del
16 de marzo de 1998 al 15 de marzo de 1999, y a la adhesión a
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partir del día siguiente a aquél en que quede cerrado a la
firma.
Los
instrumentos
de
ratificación,
aceptación,
aprobación
o
adhesión
se
depositarán
en
poder
del
Depositario.
2.
Las
organizaciones
regionales
de
integración
económica que pasen a ser Partes en el presente Protocolo sin
que ninguno de sus Estados miembros lo sea quedarán sujetas a
todas las obligaciones dimanantes del Protocolo. En el caso
de una organización que tenga uno o más Estados miembros que
sean Partes en el presente Protocolo, la organización y sus
Estados miembros determinarán su respectiva responsabilidad
por el cumplimiento de las obligaciones que les incumban en
virtud
del
presente
Protocolo.
En
tales
casos,
la
organización y los Estados miembros no podrán ejercer
simultáneamente derechos conferidos por el Protocolo.
3.
Las
organizaciones
regionales
de
integración
económica indicarán en sus instrumentos de ratificación,
aceptación, aprobación o adhesión su grado de competencia con
respecto a las cuestiones regidas por el Protocolo. Esas
organizaciones comunicarán asimismo cualquier modificación
sustancial de su ámbito de competencia al Depositario, que a
su vez la comunicará a las Partes.
Artículo 25:
1. El presente Protocolo entrará en vigor al nonagésimo
día contado desde la fecha en que hayan depositado sus
instrumentos de ratificación, aceptación, aprobación o
adhesión no menos de 55 Partes en la Convención, entre las
que se cuenten Partes del anexo I cuyas emisiones totales
representen por lo menos el 55% del total de las emisiones de
dióxido de carbono de las Partes del anexo I correspondiente
a 1990.
2. A los efectos del presente artículo, por "total de
las emisiones de dióxido de carbono de las Partes del anexo I
correspondiente a 1990" se entiende la cantidad notificada,
en la fecha o antes de la fecha de aprobación del Protocolo,
por las Partes incluidas en el anexo I en su primera
comunicación nacional presentada con arreglo al artículo 12
de la Convención.
3. Para cada Estado u organización regional de
integración económica que ratifique, acepte o apruebe el
presente Protocolo o se adhiera a él una vez reunidas las
condiciones para la entrada en vigor establecidas en el
párrafo 1 supra, el Protocolo entrará en vigor al nonagésimo
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DECRETO PROMULGATORIO
día contado desde la fecha en que se haya depositado el
respectivo
instrumento
de
ratificación,
aceptación,
aprobación o adhesión.
4. A los efectos del presente artículo, el instrumento
que deposite una organización regional de integración
económica no contará además de los que hayan depositado los
Estados miembros de la organización.
Artículo 26: No se podrán formular reservas al presente
Protocolo.
Artículo 27:
1. Cualquiera de las Partes podrá denunciar el presente
Protocolo notificándolo por escrito al Depositario en
cualquier momento después de que hayan transcurrido tres años
a partir de la fecha de entrada en vigor del Protocolo para
esa Parte.
2. La denuncia surtirá efecto al cabo de un año contado
desde la fecha en que el Depositario haya recibido la
notificación correspondiente o, posteriormente, en la fecha
que se indique en la notificación.
3. Se considerará que la Parte que denuncia la
Convención denuncia asimismo el presente Protocolo.
Artículo 28: El original del presente Protocolo, cuyos
textos en árabe, chino, español, francés, inglés y ruso son
igualmente auténticos, se depositará en poder del Secretario
General de las Naciones Unidas. Hecho en Kyoto el día once de
diciembre de mil novecientos noventa y siete. En testimonio
de lo cual los infrascritos, debidamente autorizados a esos
efectos, han firmado el presente Protocolo en las fechas
indicadas.
ANEXO A
Gases de efecto invernadero
Dióxido de carbono (CO 2)
Metano (CH4 )
Óxido nitroso (N2 O)
Hidrofluorocarbonos (HFC)
Perfluorocarbonos (PFC)
Hexafluoruro de azufre (SF6 )
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Sectores/categorías de fuentes
Energía
Quema de combustible
Industrias de energía
Industria manufacturera y construcción
Transporte
Otros sectores
Otros
Emisiones fugitivas de combustibles
Combustibles sólidos
Petróleo y gas natural
Otros
Procesos industriales
Productos minerales
Industria química
Producción de metales
Otra producción
Producción de halocarbonos y hexafluoruro de azufre
Consumo de halocarbonos y hexafluoruro de azufre
Otros
Utilización de disolventes y otros productos
Agricultura
Fermentación entérica
Aprovechamiento del estiércol
Cultivo del arroz
Suelos agrícolas
Quema prescrita de sabanas
Quema en el campo de residuos agrícolas
Otros
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Desechos
Eliminación de desechos sólidos en la tierra
Tratamiento de las aguas residuales
Incineración de desechos
Otros
ANEXO B
Parte
Compromiso cuantificado
de limitacion o reduccion
de las emisiones (% del
nivel de año o período
de base)
Alemania
Australia
Austria
Bélgica
Bulgaria*
Canadá
Comunidad Europea
Croacia*
Dinamarca
Eslovaquia*
Eslovenia*
España
Estados Unidos de América
Estonia*
Federación Rusa*
Finlandia
Francia
Grecia
Hungría*
Irlanda
Islandia
Italia
Japón
Letonia*
Liechtenstein
Lituania*
Luxemburgo
Mónaco
92
108
92
92
92
94
92
95
92
92
92
92
93
92
100
92
92
92
94
92
110
92
94
92
92
92
92
92
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Noruega
Nueva Zelandia
Países Bajos
Polonia*
Portugal
Reino Unido de Gran
Bretaña e Irlanda del
Norte
República Checa*
Rumania*
Suecia
Suiza
Ucrania*
101
100
92
94
92
92
92
92
92
92
100
*
Países que están en proceso de transición a una economía
de mercado.
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