De la caducidad a la prescripción extintiva

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COMENTARIOS AL CODIGO PROCESAL CONSTITUCIONAL
¿ De la caducidad a la prescripción extintiva ?
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Por: Domingo Jesús Anglas Castañeda 1
El artículo 37 de la Ley 23506 prescribía que el ejercicio de la acción de amparo caduca
a los 60 días hábiles; mientras el Código Procesal Constitucional establece en su artículo
44 que el plazo para interponer la demanda prescribe a los 60 días hábiles,
destacándose ello en la Exposición de Motivos, donde se precisa: “que el plazo que
tiene un sujeto que a sufrido un agravio constitucional para interponer su demanda es un
plazo de prescripción extintiva”, sin señalarse reparo alguno a su naturaleza.
Como se advierte, el legislador a decido pasar de la caducidad a la prescripción extintiva.
Veamos cuales son las principales diferencias entre éstos dos institutos regulados en el
Libro VIII del Código Civil denominado Prescripción y Caducidad, a fin de establecer que
el citado plazo establecido en el Código Procesal Constitucional es en realidad un plazo
sui generis.
De la lectura del régimen del VIII Libro del Código Civil se advierten las siguientes
diferencias que nos interesa comentar:
1. La prescripción extingue la acción pero no el derecho mismo, mientras la caducidad
extingue el derecho y la acción correspondiente.
En rigor, la prescripción ni la caducidad extinguen la acción, entendida ésta como el
derecho que tiene toda persona de solicitar tutela jurisdiccional efectiva. Lo que sucede es
que la prescripción limita el ejercicio válido del derecho de acción para el caso en
concreto en el que se alega la prescripción; y, en el caso de la caducidad al extinguirse el
derecho materia del reclamo carece de sentido el ejercicio de la acción, dado que ésta
supone idealmente hablando la existencia de un derecho.
Lo importante es advertir que el campo de los efectos de la prescripción extintiva es el
derecho al ejercicio de la acción. En ese sentido, resultaba impertinente que el artículo 37
de la Ley 23506 estableciera que el ejercicio de la acción de amparo caduca a los 60
días hábiles, confundiendo acción con caducidad, dado que la acción no caduca sino el
derecho, en los términos expuestos en el párrafo anterior. Por otro lado, tampoco podía
entenderse que la intención del legislador era extinguir el derecho, dado que al perderse
la acción de amparo, el Justiciable podía acudir a la vía ordinaria. Es decir, lo único que
perdía el Justiciable al transcurrir los sesenta días hábiles era la posibilidad de reclamar
el derecho constitucional materia de amenaza o violación en la vía constitucional,
debiendo en consecuencia reconducir su acción hacía la vía ordinaria.
Por ello, resultaba impertinente considerar como de caducidad al plazo de 60 días
hábiles establecido por la Ley 23506 ya derogada. Seguramente el legislador lo hizo para
destacar la facultad del Juez de declararlo de oficio, dado que ésta es la naturaleza que le
da el Código Civil, como veremos inmediatamente.
2. El Juez no puede fundar sus fallos en la prescripción si no ha sido invocada, mientras
Abogado graduado en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas por la Universidad Nacional Mayor de
San Marcos, con estudios de Maestría en Derecho Civil y Comercial y Doctorado en Derecho en la
Universidad Particular Inca Garcilaso de la Vega. Asimismo, con estudios de Especialización en Derechos
Humanos y Procesal Constitucional. Asesor y consultor jurídico de empresas e instituciones.
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la caducidad puede ser declarada de oficio o a petición de parte.
Esta es otra diferencia clara que se advierte del Libro VIII del Código Civil. Sin embargo, la
prescripción extintiva que consagra el Código Procesal Constitucional si permite que
operado el plazo, el Juez lo pueda declarar de oficio, tal como se infiere del artículo 5
inciso 10 al establecer como causal de improcedencia de la demanda el haber vencido el
plazo para interponerla, con excepción del proceso de habeas corpus.
En ese sentido, debemos concluir que el plazo de 60 días para interponer la demanda en
el proceso de amparo, que el actual Código Procesal Constitucional lo denomina como
de prescripción extintiva y la Ley 23506 la consideraba de caducidad, es en realidad un
plazo sui generis, por no adecuarse a la naturaleza de la prescripción ni la caducidad
regulada en el Código Civil.
3. La prescripción se produce vencido el último día del plazo, el cual de ser inhábil vence
el primer día hábil mas próximo, mientras en la caducidad se produce trascurrido el
último día del plazo, aunque éste sea inhábil.
Conforme al artículo 183 inciso 1 del Código Civil el plazo se computa conforme al
calendario gregoriano correspondiendo al plazo señalado en días computarlo por días
naturales, salvo que la ley o el acto jurídico establezca que se haga por días hábiles,
como sucede en el artículo 44 el Código Procesal Constitucional que establece el plazo
de 60 días hábiles para interponer la demanda en el proceso de amparo, resultando
intrascendente en consecuencia la diferencia aludida del Código Civil.
4. Se puede renunciar expresa o tácitamente a la prescripción ya ganada, mientras que
la caducidad es irrenunciable dado que al cumplirse el plazo el derecho se extingue
de pleno derecho.
Esta diferencia igualmente resulta intrascendente para el plazo establecido por el Código
Procesal Constitucional, dado que dicho plazo puede ser declarado de oficio, en
consecuencia, es de naturaleza irrenunciable.
5. La prescripción admite suspensión e interrupción, mientras la caducidad no admite
interrupción en ningún caso, admitiendo únicamente suspensión solo cuando es
imposible reclamar el derecho ante un Tribunal peruano.
Dada la naturaleza de los proceso constitucionales que buscan reponer las cosas al
estado anterior a la violación o amenaza de violación de un derecho constitucional, y a
los que es aplicable el plazo de 60 días, se debe considerar que solo admitiría
suspensión cuando sea imposible reclamar el derecho ante un Tribunal peruano,
característica propia de la caducidad y no de la prescripción, lo que abona a considerar el
plazo en comento como un plazo sui generis, que el legislador en su exposición de
motivos no ha sabido precisar.
Lima, Enero del 2005.
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