Secundaria - Colegio Amor de Dios

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CINCO MINUTOS PARA DIOS CADA MAÑANA A TRAVÉS DE LAS HUELLAS
QUE DEJÓ JESÚS EN EL EVANGELIO
1 de octubre:
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
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Lectura del santo Evangelio según san Lucas, 9, 46-48. “Se suscitó una discusión entre ellos
sobre quién de ellos sería el mayor. Conociendo Jesús lo que pensaban en su corazón, tomó a
un niño, le puso a su lado, y les dijo: «El que reciba a este niño en mi nombre, a mí me
recibe; y el que me reciba a mí, recibe a Aquel que me ha enviado; pues el más pequeño de
entre vosotros, ése es mayor.» ¿Qué huella dejó Jesús en esta discusión de sus discípulos
por querer ser más que los demás y ocupar el primer puesto?
Un gesto: ACOGER, no discutir.
Una explicación: Lo más importante no es ser grande o pequeño u ocupar un puesto de
relieve. Lo más importante es ACOGER a todos como Jesús nos acoge a cada uno, aunque
seamos tan pequeños, limitados e improductivos como un niño. Y ACOGERLE a él también,
desde nuestra pequeñez, para poder tener vida para siempre junto a él. ¿Te atreves a seguir
sus huellas en este día? SON LAS DE LA ACOGIDA A LOS OTROS, SEAN COMO
SEAN, PUES ASÍ NOS ACOGE A NOSOTROS DIOS Y ACOGERLO A ÉL EN ESTE
MOMENTO DE ORACIÓN. Si eres humilde y sencillo esto lo conseguirás más fácilmente.
Breve silencio o rezar el Padrenuestro si nos parece oportuno o hacer una visita al Señor
durante el recreo en la capilla.
2 de octubre
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9,51-56: “Sucedió que como se iban
cumpliendo los días de su asunción, él se afirmó en su voluntad de ir a Jerusalén. Envió,
pues, mensajeros delante de sí, que fueron y entraron en un pueblo de samaritanos para
prepararle posada; pero no le recibieron porque tenía intención de ir a Jerusalén. Al verlo sus
discípulos Santiago y Juan, dijeron: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y
los consuma?» Pero, volviéndose, les reprendió; y se fueron a otro pueblo”. ¿Qué huella
dejó Jesús en esta decisión de ir a Jerusalén, de ser rechazado al pedir hospedaje al
pasar por la ciudad de Samaria y ver cómo los discípulos querían vengarse matándolos
con un rayo del cielo?
A pesar de todo, decide ir a Jerusalén, aunque sabe que
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lo van a matar, porque va a decir claramente la verdad sobre su vida: él no es el rey político
que los judíos esperan, el es el Hijo de Dios que viene a liberarnos de todo mal, de toda
esclavitud. Los samaritanos también lo rechazan porque son enemigos de los de Jerusalén,
hacia donde va; pero, aunque los discípulos desean mal a estos samaritanos por su rechazo,
él, como hará con los judíos y con todos los hombres, sólo quiere nuestra vida no nuestra
muerte, aunque lo rechacemos y no lo acojamos. Jesús hoy nos deja la huella de la verdad y
la de acogernos para darnos vida aunque a él lo rechacemos y se la quitemos. ¿Nos
apuntamos a caminar a lo largo de este día por estas huellas de verdad, perdón y repuesta
desde el amor y entrega a los que nos rechazan?
Breve silencio para acoger esta palabra del Señor y para pedirle fuerzas para seguir detrás de
sus huellas. Se puede hacer alguna petición en voz alta.
3 de octubre
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9,57-62: Mientras iban caminando, uno le dijo:
«Te seguiré adondequiera que vayas.» Jesús le dijo: «Las zorras tienen guaridas, y las aves
del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza.» A otro dijo:
«Sígueme.» Él respondió: «Déjame ir primero a enterrar a mi padre.» Le respondió: «Deja
que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el Reino de Dios.» También otro
le dijo: «Te seguiré, Señor; pero déjame antes despedirme de los de mi casa.» Le dijo Jesús:
«Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios”. ¿Qué
huella dejó Jesús en la llamada que les hace a estas tres personas que desean seguirlo?
Primera: Como él dejó todo lo mejor que tenía por nosotros, eso debemos hacer los
que lo seguimos. Dos: No hay que volver al pasado sino caminar hacia el futuro de una vida
nueva. Tres: La libertad de ser uno mismo implica romper cualquier lazo que nos impida
volar, ir hacia la verdad plena. ¿Nos apuntamos en este día a seguir las huellas de las
llamadas que nos haga Jesús de vivir con él haciendo un mundo más bello y feliz?
Pedimos la fuerza del Espíritu Santo que guío al Señor a lo largo de su vida en la tierra: Ven
Espíritu Santo de Jesús y condúcenos por su mismo camino que siempre lleva a una vida
nueva de paz, amor y bien.
También intentaremos hacer silencio en algún momento del día para escuchar la voz de Dios
que habla en nuestro corazón y para comparar estas tres exigencias que Jesús nos hace para
vivir como cristianos con lo que nosotros hacemos.
4 de octubre
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
3
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10, 1-12: “Después de esto, designó el Señor a
otros setenta y dos y los envió por delante, de dos en dos, a todas las ciudades y sitios adonde
él había de ir. Y les dijo: «La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de
la mies que envíe obreros a su mies. Id; mirad que os envío como corderos en medio de
lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no saludéis a nadie en el camino. En la
casa en que entréis, decid primero: `Paz a esta casa.' Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra
paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros. Permaneced en la misma casa, comed y
bebed lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa. En la
ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os pongan; curad los enfermos que haya en
ella, y decidles: `El Reino de Dios está cerca de vosotros.' En la ciudad en que entréis y no os
reciban, salid a sus plazas y decid: `Sacudimos sobre vosotros hasta el polvo de vuestra
ciudad que se nos ha pegado a los pies. Sabed, de todas formas, que el Reino de Dios está
cerca.' Os digo que en aquel Día habrá menos rigor para Sodoma que para aquella ciudad”. ”.
¿Qué huella dejó Jesús en la invitación que hace a sus discípulos de anunciar el
Evangelio en las casas y en las ciudades?
Que todo lo bueno que él tenía, que era
muchísimo, lo compartió con los hombres porque se lo pidió Dios su Padre. Ahora nos pide
que hagamos lo mismo nosotros. ¿Compartimos el regalo de la fe, de la alegría, de la
amistad, del amor, de la esperanza, de…?
Pedimos a la Virgen ayuda para dar a los demás lo que más necesitan: la persona de Jesús
con todo lo que ella significa para cada ser humano: la posibilidad de la felicidad y la vida
para siempre. Rezamos un Ave María.
Nos sentimos enviados a ser luz para los demás a lo largo del día a través de comunicarles
una buena noticia.
5 de octubre
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 7, 7-11: “Pedid y se os dará; buscad y
hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al que
llama, se le abrirá. ¿O hay acaso alguno entre vosotros que al hijo que le pide pan le dé una
piedra; o si le pide un pez, le dé una culebra? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar
cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas
buenas a los que se las pidan! Por tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres,
hacédselo también vosotros a ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas”. ¿Qué huella dejó
Jesús cuando nos recomienda pedir, buscar y llamar a la puerta de Dios?
A) La
seguridad de que cuando pedimos a Dios, ÉL atiende nuestra petición. Cuando buscamos a
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Dios, ÉL se deja encontrar. Cuando llamamos a la puerta de la casa de Dios, ÉL nos
atenderá. Porque esto mismo es lo que Jesús hacía con las personas que acudían a él.
¿Recuerdas algunas de estas peticiones que le hacen? Que digan alguna si recuerdan. (Jairo
pide la curación de su hija gravemente enferma. El centurión romano le pide que cure a su
criado enfermo. Calma la tempestad en medio del mar). (Hay otras actuaciones que concede
el Señor sin pedirlas: Hospedarse en casa de Zaqueo; multiplicar los panes y los peces…)
(¿Qué peticiones son las que no concede Jesús? Milagros o señales para demostrar que es
Dios). B) Todo cuanto deseamos que hagan los demás con nosotros debemos hacerlo
nosotros a los demás.
Oración
Puesto que sin ti nada podemos, concédenos, Señor, luz para distinguir siempre el bien y
valor para ponerlo en práctica, a fin de que podamos vivir según tu voluntad. Amén
8 de octubre
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10, 25-37: “Se levantó un legista y dijo, para
ponerle a prueba: «Maestro, ¿qué he de hacer para tener en herencia vida eterna?» Él le dijo:
«¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo lees?» Respondió: «Amarás al Señor tu Dios con todo
tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como
a ti mismo.» Díjole entonces: «Bien has respondido. Haz eso y vivirás.» Pero él, queriendo
justificarse, dijo a Jesús: «Y ¿quién es mi prójimo?» Jesús respondió: «Bajaba un hombre de
Jerusalén a Jericó y cayó en manos de salteadores que, después de despojarle y darle una
paliza, se fueron, dejándole medio muerto. Casualmente, bajaba por aquel camino un
sacerdote y, al verle, dio un rodeo. De igual modo, un levita que pasaba por aquel sitio le vio
y dio un rodeo. Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él, y al verle tuvo
compasión. Acercándose, vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y le montó luego
sobre su propia cabalgadura, le llevó a una posada y cuidó de él. Al día siguiente, sacó dos
denarios y se los dio al posadero, diciendo: `Cuida de él y, si gastas algo más, te lo pagaré
cuando vuelva.' ¿Quién de estos tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los
salteadores?» Él dijo: «El que practicó la misericordia con él.” Jesús le dijo: «Vete y haz tú
lo mismo.» ». ¿Qué huella dejó Jesús en la respuesta que da a la pregunta que le hacen
con mala idea?
El doctor pregunta: “¿Quién es mi prójimo?” Jesús pregunta:
“¿Quién fue prójimo del hombre asaltado?” Son dos perspectivas diferentes: el doctor
pregunta desde sí. Jesús pregunta desde las necesidades del otro. Por eso la huella que Jesús
fue dejando a lo largo de su vida fue la de ver qué necesitan los demás y ayudarlos. El
samaritano de la parábola no pertenecía al pueblo judío, pero hacía lo que Jesús hacía y
pedía. ¿Podríamos en este día caminar por estas mismas huellas del Señor dejando de vernos
a nosotros mismos para poder ver cómo son y qué necesitan los demás? Así descubriremos
quién es nuestro prójimo.
Podemos dedicar un rato a reflexionar junto a Jesús que estamos de viaje y que a lo largo del
camino podemos parecernos al buen samaritano o algunos de los demás personajes que
menciona el Señor: los salteadores que hacen mucho daño; los que pasan la vida preguntando
sin hacer el bien; o los que son indiferentes ante la suerte de los demás.
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9 de octubre
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10, 38-42: “Yendo ellos de camino, entró en
un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa. Tenía ella una hermana
llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra, mientras Marta
estaba atareada en muchos quehaceres. Al fin, se paró y dijo: «Señor, ¿no te importa que mi
hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude.» Le respondió el Señor:
«Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor,
de una sola. María ha elegido la mejor parte, que no le será quitada”. ¿Qué huella dejó
Jesús en la casa de estos hermanos, Marta y María -y Lázaro-, muy amigos suyos?
Que dar casa y comida sin dar el corazón o al revés, no vale. Es necesario el
servicio y la ayuda y es necesario el escuchar y estar demostrando amor a los que ayudamos.
¿Sabemos relacionar el servicio con la escucha de la Palabra de Jesús? Es decir ¿hemos
entendido que antes de servir debemos aceptar ser servidos por Jesús, que nos da su Palabra,
para que nos ilumine y sepamos cómo convivir con los demás? Quien sabe estar con Jesús y
escucharlo sabe comportarse de igual manera con los demás. ¿Podremos intentar hoy
caminar por estas mismas huellas que dejó marcadas Jesús?
Señor, cada día leemos tu Palabra, danos tu Espíritu Santo para entenderla y vivirla a lo largo
del día. Amén
10 de octubre
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 1-4: “Estaba JESÚS orando en cierto lugar
y cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: «Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan
a sus discípulos.» Él les dijo: «Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga
tu Reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, y perdónanos nuestros pecados, porque
también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación”.
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¿Qué huella dejó Jesús en los momentos que dedicaba a orar con su Padre?
Primero, que la oración personal es necesaria. Segundo, que la oración nos descubre cómo
debe de ser nuestra relación en la vida diaria con el Señor, con nosotros mismos y con los
demás. Esto lo resumió en el Padrenuestro. Lo rezamos juntos a continuación y podemos
luego repetir en voz alta los siete aspectos que destaca el Señor para que podamos vivir como
cristianos; así empezaremos ya a seguir sus huellas.
Reflexionar también durante el día personalmente, en la capilla o en otro lugar: ¿Rezo?
¿Cómo rezo? ¿Qué significa la oración para mí?
11 de octubre: COMIENZA EL AÑO DE LA FE (11-10-2012/24-11-2013) EN LA
IGLESIA CATÓLICA
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 5-13: “Les dijo también: «Si uno de
vosotros tiene un amigo y, acudiendo a él a medianoche, le dice: `Amigo, préstame tres
panes, porque ha llegado de viaje a mi casa un amigo mío y no tengo qué ofrecerle', y aquél,
desde dentro, le responde: `No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis hijos y yo
estamos acostados; no puedo levantarme a dártelos', os aseguro que si no se levanta a
dárselos por ser su amigo, se levantará para que deje de molestarle y le dará cuanto necesite.
«Yo os digo: Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que
pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, le abrirán. ¿Qué padre hay entre vosotros
que, si su hijo le pide un pez, en lugar de un pez le da una culebra; o, si pide un huevo, le da
un escorpión? Si, pues, vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos,
¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!” ¿Qué huella
dejó Jesús en la explicación que nos da sobre la necesidad que tenemos de orar?
Que debemos rezar con fe e insistencia, sin desfallecer. Que Dios siempre
escucha nuestra oración. Que el regalo o don más importante que nos hace cuando rezamos,
es el mismo Espíritu Santo que recibieron los apóstoles en Pentecostés después de estar
varios días unidos en oración y que transformó sus vidas.
Señor, reconocemos que la huella de la oración que tú dejaste marcada en la tierra no es la
que más seguimos. Danos ese Espíritu Santo que nos enseñe a orar cada día. Amén.
15 de octubre
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 25-30: “En aquel tiempo, tomando Jesús
la palabra, dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado
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estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha
sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el
Padre, ni al Padre le conoce nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
«Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad
sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis
descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera”. ¿Qué huella
dejó Jesús en esta oración de alabanza que hace a su Padre por revelar a los pequeños
y humildes las cosas que él está realizando entre los hombres?
Primero: la
ternura con la que él que acoge a los pequeños, pues los pobres y sencillos son los que
aceptan su predicación y su Reino. Segundo: Jesús se muestra como el seno materno de
Dios, como el refugio y el descanso de todos los que necesitan ser libres de tantos pesos y
esclavitudes como se ponen a sí mismos o les imponen los demás. ¿Queremos caminar hoy
ligeros de equipaje? ¿Queremos ser auténticamente libres? Caminemos en este día por las
huellas que nos ofrece Jesús: creer en él y entregarle todas nuestras preocupaciones,
dificultades y miedos.
Hacemos un momento de silencio mirando a Jesús. Después le decimos: gracias, Señor,
porque quieres ser en cada momento nuestro alivio cogiendo en tus manos todo lo que nos
pesa y agobia. Danos la fe que necesitamos para entregarte todo. Amén.
A lo largo del día o al acostarnos, reflexionamos un momento esta Palabra de Dios que nos
ofrece cambiar lo que nos pesa y hace daño por la alegría y la libertad.
16 de octubre
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 37-41: “En aquel tiempo, un fariseo
invitó a Jesús a comer. Jesús fue a la casa del fariseo y se sentó a la mesa. El fariseo se
extrañó que Jesús no hubiera cumplido con la ceremonia de lavarse las manos antes de
comer. Pero el Señor le dijo: Vosotros, los fariseos, limpiáis el exterior del vaso y del plato;
en cambio, vuestro interior está lleno de robos y maldad. Insensatos ¿Acaso el que hizo lo
exterior no hizo también lo interior? Dad más bien en limosna lo que tenéis y entonces todo
será puro para vosotros”. ¿Qué huella dejó Jesús viendo que el fariseo que lo invitó a
comer daba más importancia a sus gestos o rituales externos que a la riqueza interior
de la que el Señor era portador?
Testimoniar que vivir de apariencias externas
no hace felices ni buenos. La verdadera belleza está en el interior, en el bien que hacemos,
pues éste brota de un corazón compasivo y generoso y por eso esa clase de belleza no
envejece ni termina nunca.
¿Sabemos cuáles son nuestras apariencias? ¿Nos gusta más quedar bien o vivir en la verdad?
¿Preferimos ser como los demás a ser uno mismo? Qué hay en nuestro interior ¿la belleza del
bien o el vacío de la falsedad? Jesús nos quiere ayudar en este día a caminar por la senda de
la verdad y del bien. ¿Te atreverías a comentar con algún compañero/a este evangelio con el
fin de ayudaros mutuamente a descubrir vuestros mundos de verdades y apariencias?
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Terminamos rezando el Ave María a la Virgen para que ella nos ayude a llenar nuestro
interior con la verdad que es JESÚS.
17 de octubre
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 42-46: “Pero, ¡ay de vosotros, los
fariseos, que pagáis el diezmo de la menta, de la ruda y de toda hortaliza, y dejáis a un lado
la justicia y el amor a Dios! Esto es lo que había que practicar, aunque sin omitir aquello.
¡Ay de vosotros, los fariseos, que amáis el primer asiento en las sinagogas y que se os salude
en las plazas! ¡Ay de vosotros, pues sois como los sepulcros que no se ven, sobre los que
andan los hombres sin saberlo!”Uno de los legistas le respondió: “¡Maestro, diciendo estas
cosas también nos injurias a nosotros!” Pero él dijo: “¡Ay también de vosotros, los legistas,
que imponéis a los hombres cargas intolerables, y vosotros no las tocáis ni con uno de
vuestros dedos”! ¿Qué huella dejó Jesús al decirle a los fariseos cuáles eran sus
apariencias?
Les demostró que los amaba y conocía al decirles que no vivían en
la verdad. Les enseñó: A) Que el verdadero derecho y amor de Dios implican la
JUSTICIA. B) Que el servicio que está por encima de los honores es MISERICORDIA. C)
Que la verdad que está por delante de la mentira es SINCERIDAD.
¿Te sientes amado/a? Lo notarás en los que te conocen interiormente y te dicen aquella
verdad que te hace madurar y crecer humana y espiritualmente. Por el contrario, los que no
se preocupan de tu crecimiento interior y personal te quieren por egoísmo e intereses
propios. ¿Amas tú a los demás con conocimiento y verdad igualmente? El Señor en este día
nos muestra unas huellas muy importantes para convivir unos con otros y hacernos felices.
¿Las intentaremos seguir? Se lo pedimos en unos momentos de silencio.
Jesús, enséñanos a conocernos y a amarnos en la verdad y en la sinceridad. Que nuestro
caminar se una al tuyo y aprendamos qué decir y cómo hacerlo para que nos ayude a ser
personas auténticas como lo fuiste tú. Amén.
18 de octubre (San Lucas Evangelista)
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 42-46: “Después de esto, designó el
Señor a otros setenta y dos y los envió por delante, de dos en dos, a todas las ciudades y
sitios adonde él había de ir. Y les dijo: «La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues,
al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies…¿Qué huella dejó Jesús al elegir unos
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seguidores que continuaran su misión?
Una gran confianza en ellos a pesar de
que no lo entendían ni amaban desinteresadamente.
Te damos gracias, Jesús, por confiar en nosotros a pesar de ser egoístas y buscar nuestro
provecho. Danos tu mismo amor y fuerza interior para no callar la verdad de Dios; para no
esconder el amor de Dios entre nosotros y para ser conscientes de que la fe que hemos
recibido tenemos que vivirla y entregarla a los demás.
Rezamos el Ave María para que ella nos ayude a ser como ella que recibió y entregó a Jesús
a los demás.
19 de octubre
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Señor Jesús, esta mañana queremos
presentarte todos los países necesitados de lo más elemental: comida, escuela, casa, justicia,
respeto…Muchos niños, jóvenes, adultos y misioneros se esfuerzan por sobrevivir para
llevar una vida digna, seguro que tu presencia entre ellos los confortará. También nosotros,
desde aquí, queremos acompañarlos y ayudarlos con nuestra oración y nuestro compartir
La oración es fácil, la estamos haciendo ya. El compromiso de ayuda económica será un
poco más complicado porque igual creemos que no les va a llegar ¿Eso es
disculpa…autoengaño? Rezamos el Padrenuestro por ellos y para que nosotros tengamos un
corazón sensible.
22 de octubre
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 12, 13-21: “Uno de la gente le dijo:
«Maestro, di a mi hermano que reparta la herencia conmigo.» Él le respondió: -¡Hombre!
¿Quién me ha constituido juez o repartidor entre vosotros?» Y les dijo: -Mirad y guardaos de
toda codicia, porque, aunque alguien posea abundantes riquezas, éstas no le garantizan la
vida. Les dijo una parábola: “Los campos de cierto hombre rico dieron mucho fruto; y
pensaba entre sí, diciendo: ¿Qué haré, pues no tengo dónde almacenar mi cosecha?' Y dijo:
Voy a hacer esto: Derribaré mis graneros, edificaré otros más grandes, reuniré allí todo mi
trigo y mis bienes y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes en reserva para muchos
años. Descansa, come, bebe, banquetea. Pero Dios le dijo: ¡Necio! Esta misma noche te
reclamarán el alma; las cosas que preparaste, ¿para quién serán?' Así es el que atesora
riquezas para sí y no se enriquece en orden a Dios”. ¿Qué huella dejó Jesús ante esta
petición que le hacen y la actitud del que sólo pone su confianza en los bienes
materiales?
Primero: que su misión no es la de hacer reparticiones sino la de
ayudarnos a ser hermanos para que seamos nosotros capaces de compartir. Segundo: los
bienes materiales nos ayudan, pero si nos faltan los espirituales no lograremos la verdadera
vida y felicidad.
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El consumismo crea necesidades y despierta en nosotros el deseo de acumular. ¿Qué
hacemos nosotros para no ser víctima de la sociedad de consumo? Caminar por las huellas
que nos dejó Jesús. Ser un poco parecidos a él. Te lo pedimos de corazón, Señor. Amén.
23 de octubre
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 12, 35-38: “Tened ceñida la cintura y las
lámparas encendidas, y sed como hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda,
para que, en cuanto llegue y llame, al instante le abran. Dichosos los siervos a quienes el
Señor, al venir, encuentre despiertos: yo os aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la mesa
y, yendo de uno a otro, les servirá. Que venga en la segunda vigilia o en la tercera, si los
encuentra así, ¡dichosos ellos!” ¿Qué huella dejó Jesús en estos consejos que nos da?
La de estar siempre vigilantes pues somos empleados de Dios, trabajamos en su
viña.
Te pedimos, Jesús, en esta mañana, parecernos a ti en nuestro trabajo; que nos demos cuenta
que estamos construyendo el Reino tuyo, es decir un mundo nuevo en el que todos podamos
sentirnos bien ante los demás y ante ti cuando nos visites. Amén.
24 de octubre
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 12, 40: “Vosotros estad también preparados,
porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no esperéis”. ¿Qué huella dejó Jesús en
esto consejos que nos da?
La de avisarnos que nuestro tiempo y vida son suyos
y nos sabemos cuándo vendrá a buscarnos.
Queremos dedicar este breve silencio de ahora y otro que podamos tener a solas en la capilla
del colegio o en nuestra casa, a pensar si todo lo que hacemos y metemos en la mochila de
nuestra vida es un equipaje necesario o superfluo. ¿Por qué llevar más peso del necesario?
Por qué cargar con lo que nos estorba y no sirve? (Breve silencio). Terminamos rezando el
Ave María a nuestra Madre.
25 de octubre
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
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Lectura del santo Evangelio según san Lucas 12, 49-53: “He venido a arrojar fuego sobre
la tierra y ¡cuánto desearía que ya hubiera prendido! Con un bautismo tengo que ser
bautizado y ¡qué angustiado estoy hasta que se cumpla! ¿Creéis que estoy aquí para poner
paz en la tierra? No, os lo aseguro, sino división. Porque desde ahora habrá cinco en una casa
y estarán divididos; tres contra dos, y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo
y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la
nuera y la nuera contra la suegra”. ¿Qué huella dejó Jesús al decirnos que ha venido a
prender fuego, que tiene que ser bautizado y que va a provocar división?
Al
emplear la imagen del fuego y del agua nos recuerda que su cercanía es cálida y a la vez
purificadora. Que él no nos deja indiferentes nunca; unos estamos a su favor, otros en contra.
Pero el fuego de su amor alcanzará a todos y su agua nos lavará, nos dejará limpios,
tonificados, revitalizados.
Caminemos este día por la huella del amor de Cristo que nos libera y purifica de todo lo que
nos desfigura y mancha. (Breve silencio para pedir dejarnos amar y lavar por el Señor y
poder ser de los que estamos a su favor).
26 de octubre
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 12, 54-59: “Decía también a la gente: Cuando
veis que una nube se levanta por occidente, al momento decís: `Va a llover', y así sucede. Y
cuando sopla el sur, decís: `Viene bochorno', y así sucede. ¡Hipócritas! Sabéis explorar el
aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no exploráis, pues, este tiempo? ¿Por qué no juzgáis
por vosotros mismos lo que es justo? Cuando vayas con tu adversario al magistrado, procura
en el camino arreglarte con él, no sea que te arrastre ante el juez, el juez te entregue al
alguacil y el alguacil te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no hayas
pagado el último céntimo”. ¿Qué huella dejó Jesús al hablarnos sobre la interpretación
de los signos?
Que al igual que sabemos interpretar qué tiempo va hacer,
deberíamos saber interpretar otros signos más importantes: la Creación ¿es posible que no
tenga un Creador? Nuestra historia humana de libertad y esclavitud ¿es posible que no tenga
un Salvador? Nuestros interrogantes ¿es posible que no tengan una Palabra? ¿Tan poco nos
creemos y nos amamos? Todos caminamos hacia la vida porque el Señor está entre nosotros
y su Espíritu nos guía. Seamos justos admitiendo esto porque nos ayudará a ponernos de
acuerdo entre nosotros. (Breve silencio). Oración final: damos fe, Señor, para ver la historia
y el mundo con tus ojos. Amén
29 de octubre
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En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 13, 10-17: “Estaba un sábado enseñando en
una sinagoga. Había allí una mujer a la que un espíritu tenía enferma hacía dieciocho años;
estaba encorvada y no podía en modo alguno enderezarse. Al verla, Jesús la llamó y le dijo: Mujer, quedas libre de tu enfermedad. Y le impuso las manos. Y al instante se enderezó y
glorificaba a Dios. Pero el jefe de la sinagoga, indignado de que Jesús hubiese hecho una
curación en sábado, decía a la gente: -Hay seis días en que se puede trabajar; venid, pues,
esos días a curaros, y no en día de sábado. Le replicó el Señor: -¡Hipócritas! ¿No desatáis del
pesebre todos vosotros en sábado a vuestro buey o vuestro asno para llevarlos a abrevar? Y a
ésta, que es hija de Abrahán, a la que ató Satanás hace ya dieciocho años, ¿no estaba bien
desatarla de esta atadura en día de sábado? Y cuando decía estas cosas, sus adversarios
quedaban abochornados, mientras que toda la gente se alegraba con las maravillas que
hacía”. ¿Qué huella dejó Jesús al enseñar y curar en una sinagoga?
Que Él no es
sólo Palabra, sino también cumplimiento de lo que enseña. Dijo que venía a liberarnos de
todo mal. Pues en este caso, la mujer fue liberada de su enfermedad. Unos lo aceptaron y
quedaron maravillados y otros se enfurecieron, lo rechazaron. ¿Por qué huella caminamos
nosotros, por los que creemos en él y así le damos posibilidad de recibir su ayuda o por los
que están en contra?
En este día, Señor, recibimos la llamada de creer en ti para dejarnos liberar por tu Palabra,
por tu persona. Aumenta nuestra fe.
30 de octubre
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 13, 18-21: “Decía, pues: -¿A qué es
semejante el Reino de Dios? ¿A qué lo compararé? Es semejante a un grano de mostaza, que
tomó un hombre y lo puso en su huerto; creció hasta hacerse árbol y las aves del cielo
anidaron en sus ramas. Dijo también: -¿A qué compararé el Reino de Dios? Es semejante a la
levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina hasta que todo fermentó”.
¿Qué huella dejó Jesús al poner estas dos comparaciones sobre el Reino de Dios?
13
La de enseñar y hacer inteligible lo que enseña para que más nos sirva y ayude.
Por ejemplo: Jesús es la pequeña semilla que fue enterrado en nuestra tierra cuando lo
mataron, nació a otra vida y hoy es un árbol grande extendido por todo el mundo donde
millones y millones acudimos a refugiarnos en él. Jesús, Reino de Dios, de vida, también es
esa levadura escondida en la harina que somos nosotros, el mundo, y que fermenta, se une y
se hace un único pan grande con todos y para todos.
Señor, hoy queremos caminar por la huella de tu Reino, de estar unidos a ti, de descubrirte en
cada uno de nosotros. De sentir que todos somos uno en ti. De que todos somos algo en ti.
Amén. (No nos olvidemos de recordar lo que es el Reino de Dios en algún momento del día).
31 de octubre
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 13, 22-30: “Atravesaba ciudades y pueblos
enseñando, mientras caminaba hacia Jerusalén. Uno le dijo: -Señor, ¿son pocos los que se
salvan? Él les dijo: -Luchad por entrar por la puerta estrecha, porque, os digo, muchos
pretenderán entrar y no podrán. Cuando el dueño de la casa se levante y cierre la puerta, os
pondréis los que estéis fuera a llamar a la puerta, diciendo: ¡Señor, ábrenos!' Y os
responderá: -No sé de dónde sois.' Entonces empezaréis a decir: Hemos comido y bebido
contigo y has enseñado en nuestras plazas. Pero os volverá a decir: `No sé de dónde sois.
¡Retiraos de mí, todos los malhechores!' Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando
veáis a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, mientras a
vosotros os echan fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se pondrán a
la mesa en el Reino de Dios. Pues hay últimos que serán primeros y hay primeros que serán
últimos”. ¿Qué huella dejó Jesús en la respuesta que da sobre la salvación?
Que
tenemos que parecernos un poco a él. ¿Tenía miedo Jesús a Dios su Padre? No, confiaba
en su amor. ¿Ayudaba y quería a los demás aunque lo rechazasen? Sí, pues no se fijaba en
qué hacían los demás sino en lo que debía hacer él. Pues eso mismo es lo que tenemos que
hacer nosotros para vivir en paz y alegría.
Hoy vamos a pensar también en todos nuestros seres queridos que ya viven en el Reino de
Jesús y rezamos el Padrenuestro por ellos.
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