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II Edición Concurso Universitario
“El valor como base imponible en el sistema tributario”
El “negocio” del valor como base imponible en el
sistema de tributario
Autores: Jotes
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN ............................................................................................... 3
IMPUESTO
SOBRE
TRANSMISIONES
PATRIMONIALES
Y
ACTOS
JURÍDICOS DOCUMENTADOS ........................................................................ 4
IMPUESTO SOBRE DONACIONES Y SUCESIONES ...................................... 4
MEDIOS DE COMPROBACIÓN ADMINISTRATIVA .......................................... 6
MÉTODO DE VALORACIÓN DE COEFICIENTES SOBRE VALORES DE
REGISTROS FISCALES .................................................................................... 8
EL VALOR CATASTRAL EN EL IBI ...................................................................11
EL VALOR CATASTRAL EN EL IIVTNU ........................................................... 12
EL VALOR CATASTRAL EN EL IMPUESTO SOBRE EL PATRIMONIO .......... 12
EL VALOR CATASTRAL EN EL IRPF .............................................................. 13
CONCLUSIONES............................................................................................. 17
BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................ 20
ANEXOS .......................................................................................................... 21
El “negocio” del valor como base imponible en el sistema de tributario
Jotes
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INTRODUCCIÓN
En el presente trabajo se pretende analizar cómo las administraciones,
concretamente en este caso la Generalitat Valenciana, con la actual legislación,
valoran determinadas operaciones a valor real en lugar del importe realmente
satisfecho en una operación. Los principales tributos a los que afecta la
valoración de la base imponible en función de su valor real son el Impuesto
Sobre Transmisiones Patrimoniales y el Impuesto sobre Donaciones y
Sucesiones, no obstante también se analizará cómo afecta a los distintos
impuestos de nuestro sistema tributario.
Antes de plantear la problemática que sugiere el título del trabajo debemos
comenzar identificando el régimen fiscal establecido en los principales
impuestos afectados por el método de valoración “valor real” que son el
Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados
y el Impuesto sobre Donaciones y Sucesiones, que se encuentran regulados en
el Texto Refundido aprobado por Real Decreto Legislativo 1/1993, de 24 de
septiembre y en Ley 29/1987, de 18 de diciembre, del Impuesto sobre
Sucesiones y Donaciones respectivamente.
El “negocio” del valor como base imponible en el sistema de tributario
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IMPUESTO SOBRE TRANSMISIONES
JURÍDICOS DOCUMENTADOS
PATRIMONIALES
Y
ACTOS
El artículo 10 de la Ley del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos
Jurídicos Documentados, en relación a las transmisiones onerosas, dice: “La
base imponible está constituida por el valor real del bien transmitido o del
derecho que se constituya o ceda”. Es decir, no vale que la Administración
tome un valor arbitrario, sino que la meta es el valor real, y aquí está una de las
claves: la Administración tendrá que motivarlo de forma clara, razonada y
específica.
En este punto conviene señalar que los conceptos valor real y precio no tienen
nada que ver. No debería confundirse precio con valor, ya que el precio es el
importe de la contraprestación y el valor real es un elemento esencial de la
naturaleza de cada bien, pero en el ámbito jurídico se trata de un concepto
jurídico indeterminado. Entendiéndose éste como un concepto que no se
encuentra definido ni regulado en ninguna norma, por lo que su valoración
debe hacerse con los medios de valoración generales establecidos en la ley y
que resulten adecuados al bien de que se trate.
La administración podrá comprobar los valores declarados por el contribuyente
que tradicionalmente ha sido el importe realmente satisfecho en una operación.
De esta forma la administración tiene potestad para determinar la que será la
base imponible por la que tributará una determinada operación con
independencia de la realidad económica de la misma.
IMPUESTO SOBRE DONACIONES Y SUCESIONES
El Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones grava los incrementos
patrimoniales obtenidos a título lucrativo por personas físicas.
Según el artículo 9 del impuesto Constituye la base imponible del Impuesto:
“a) En las transmisiones "mortis causa", el valor neto de la adquisición
individual de cada causahabiente, entendiéndose como tal el valor real de los
bienes y derechos minorado por las cargas y deudas que fueren deducibles.
El “negocio” del valor como base imponible en el sistema de tributario
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b) En las donaciones y demás transmisiones lucrativas "inter vivos"
equiparables, el valor neto de los bienes y derechos adquiridos, entendiéndose
como tal el valor real de los bienes y derechos minorado por las cargas y
deudas que fueren deducibles.
c) En los seguros sobre la vida, las cantidades percibidas por el beneficiario.
Las cantidades percibidas por razón de seguros sobre la vida se liquidarán
acumulando su importe al del resto de los bienes y derechos que integran la
porción hereditaria del beneficiario cuando el causante sea, a su vez, el
contratante del seguro individual o el asegurado en el seguro colectivo.”
Será en el caso de las donaciones donde entre en juego la determinación de la
base imponible en función del valor real y no necesariamente del declarado por
el donante.
Cuando la administración decide comprobar los valores de una donación
podemos encontrarnos ante uno de los casos más sangrantes derivados de
este método de determinación de la base imponible.
En este caso, la incidencia del valor real afectará no sólo a la base imponible
del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, sino también al IRPF.
En el IRPF el valor de adquisición/transmisión de los inmuebles, a efectos de
determinar una posible ganancia patrimonial para el caso de inmuebles
adquiridos/transmitidos por herencia o donación, viene determinado por el valor
declarado o en su caso comprobado por la administración en el Impuesto sobre
Donaciones y Sucesiones.
Este método de valoración puede llegar a provocar situaciones difícilmente
comprensibles para el contribuyente, como el caso de una donación padre-hijo
de un inmueble adquirido por el padre en el año 2005 por 150.000 € que ha
visto revisado su valor catastral en 2008 fijándose en este año en 93.400 €.
Podría ocurrir que en caso de comprobación la administración determine que el
inmueble tiene un valor real aproximadamente de 180.000 €, lo que le
generaría al donante una ganancia patrimonial aproximada de 30.000 €.
Además y a consecuencia de la crisis es previsible que difícilmente pueda
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venderse en el marcado este mismo inmueble por los 150.000 que costó.
En definitiva, el resultado de este método de valoración puede provocar en
determinadas ocasiones que los contribuyentes tengan que tributar por una
base imponible superior y por una ganancia patrimonial ficticia.
Para entender cómo y por qué pueden darse situaciones como la descrita
veremos a continuación cómo se articula la comprobación de valores por parte
de la administración.
MEDIOS DE COMPROBACIÓN ADMINISTRATIVA
La regulación general de los medios de comprobación administrativa se recoge
en el artículo 57 de la LGT, que establece lo siguiente:
“1. El valor de las rentas, productos, bienes y demás elementos determinantes
de la obligación tributaria podrá ser comprobado por la Administración tributaria
mediante los siguientes medios:
a) Capitalización o imputación de rendimientos al porcentaje que la ley de cada
tributo señale.
b) Estimación por referencia a los valores que figuren en los registros oficiales
de carácter fiscal.
Dicha estimación por referencia podrá consistir en la aplicación de los
coeficientes
multiplicadores
que
se
determinen
y
publiquen
por
la
Administración tributaria competente, en los términos que se establezcan
reglamentariamente, a los valores que figuren en el registro oficial de carácter
fiscal que se tome como referencia a efectos de la valoración de cada tipo de
bienes. Tratándose de bienes inmuebles, el registro oficial de carácter fiscal
que se tomará como referencia a efectos de determinar los coeficientes
multiplicadores para la valoración de dichos bienes será el Catastro
Inmobiliario.
c) Precios medios en el mercado.
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d) Cotizaciones en mercados nacionales y extranjeros.
e) Dictamen de peritos de la Administración.
f) Valor asignado a los bienes en las pólizas de contratos de seguros.
g) Valor asignado para la tasación de las fincas hipotecadas en cumplimiento
de lo previsto en la legislación hipotecaria.
h) Precio o valor declarado correspondiente a otras transmisiones del mismo
bien, teniendo en cuenta las circunstancias de éstas, realizadas dentro del
plazo que reglamentariamente se establezca.
i) Cualquier otro medio que se determine en la ley propia de cada tributo.
Número 1 del artículo 57 redactado por el apartado seis del artículo quinto de
la Ley 36/2006, de 29 de noviembre, de medidas para la prevención del fraude
fiscal.
2. La tasación pericial contradictoria podrá utilizarse para confirmar o corregir
en cada caso las valoraciones resultantes de la aplicación de los medios del
apartado 1 de este artículo.
3. Las normas de cada tributo regularán la aplicación de los medios de
comprobación señalados en el apartado 1 de este artículo.
4. La comprobación de valores deberá ser realizada por la Administración
tributaria a través del procedimiento previsto en los artículos 134 y 135 de esta
ley, cuando dicha comprobación sea el único objeto del procedimiento, o
cuando se sustancie en el curso de otro procedimiento de los regulados en el
título III, como una actuación concreta del mismo, y en todo caso será aplicable
lo dispuesto en dichos artículos salvo el apartado 1 del artículo 134 de esta ley.”
Cuando se da la discrepancia entre el valor declarado y el comprobado por la
administración se inicia el procedimiento de comprobación de valores, el medio
utilizado por muchas de las CCAA y el utilizado en este caso por la Generalitat
Valenciana es el de coeficientes sobre valores de registro fiscales, en general,
coeficientes que se multiplican sobre los valores de catastro.
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Y es precisamente en este punto donde, a nuestro juicio, esta el “negocio” del
valor real como base imponible en es sistema tributario.
Así pues, una vez que la administración inicia el procedimiento de
comprobación, previa notificación conforme al artículo 134 de la Ley General
Tributaria,
remitirá al contribuyente la propuesta de liquidación. En dicha
propuesta, aplicando las normas técnicas de valoración la administración se
pronunciará sobre el valor real del inmueble transmitido.
El valor comprobado por la administración como valor real del inmueble se
tomará como base imponible a efectos de determinar tanto el Impuesto sobre
transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados como el Impuesto
sobre donaciones y sucesiones. Y en consecuencia, a partir de la base
imponible calculada por la administración se liquidarán los impuestos
mencionados.
MÉTODO DE VALORACIÓN DE COEFICIENTES SOBRE VALORES DE
REGISTROS FISCALES
Para el caso concreto de la Generalitat Valenciana, según las normas técnicas
de valoración, el valor de los bienes inmuebles de naturaleza urbana está
integrado por el valor del suelo y el de las construcciones, si las hubiere.
Con carácter general la fórmula para la valoración de un inmueble urbano es la
siguiente:
Vv = Kp ( Vr + Vc )
Donde:
VV = Valor en venta del producto inmobiliario en euros/m2 construido.
VR = Valor de repercusión del suelo en euros/m2 construido.
VC = Valor de la construcción en euros/m2 construido
Kp = Coeficiente por gastos y beneficios de promoción
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O también:
VI = ((V SUELO + V CONSTRUCCIÓN) x COEFS. CORRECTORES ) x KP
Donde VI es el valor del inmueble. El valor de la construcción lo calcula de la
siguiente manera:
VC = (M.B.C. x TOPOLOGÍA x CATEGORÍA x ANTIGÜEDAD x ESTADO
CONSERVACIÓN) x SUPERFICIE
Siendo que:
M.B.C.: Módulo Básico de Construcción en euros/m2 construido.
Una vez analizadas dichas fórmulas, no es difícil apreciar que todas las
variables utilizadas son las mismas variables aprobadas por el Real Decreto
1020/1993 de 25 de junio por el que se aprueban las normas técnicas de
valoración y el cuadro macro de valores del suelo y de las construcciones para
determinar el valor catastral de los inmuebles de naturaleza urbana.
El citado Real Decreto en su norma técnica número 3 dice: “Para el cálculo del
valor catastral se tomará como referencia el valor de mercado, sin que en
ningún caso pueda exceder de éste…”
Y por otra parte la ORDEN EHA/1213/2005, de 26 de abril, por la que se
aprueba el módulo de valor M para la determinación de los valores de suelo y
construcción de los bienes inmuebles de naturaleza urbana en las valoraciones
catastrales dice:
“El Real Decreto Legislativo 1/2004, de 5 de marzo, por el que se aprueba el
texto refundido de la Ley del Catastro Inmobiliario, establece que para la
determinación del valor catastral se tendrán en cuenta las circunstancias y los
valores de mercado, que no podrán superarse y a los que estará
referenciado…
…el nuevo módulo no altera la relación entre los valores catastrales que se
revisen y los valores de mercado, relación que se mantiene en 0,50, conforme
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a lo dispuesto en la Orden de 14 de octubre de 1998, sobre aprobación del
módulo de valor M y del coeficiente RM y sobre modificación de ponencias de
valores.”
De lo descrito en el párrafo anterior se desprende que, a efectos
administrativos, el valor catastral es, o pretende ser, aproximadamente el 50%
del valor de mercado. Siendo esto así no resulta complicado tomar como base
imponible el doble del valor catastral. Al mismo tiempo, tampoco debería
resultar difícil demostrar que si duplicamos el valor catastral de cualquier
inmueble el valor resultante de tal operación en poco o en nada se acercará al
valor real, entendido éste como el valor de las transacciones de inmuebles de
similares características del mercado del que se trate.
Lo cierto es que, en la comprobación de valores, la administración no utiliza
este rudimentario método, pues debe suponerse que la valoración ha sido
individualizada para el inmueble del que se trate. La administración utiliza en
este caso el método, poco más sofisticado, consistente en la aplicación de
unos coeficientes sobre el valor catastral.
La finalidad de los mencionados coeficientes es individualizar el valor del
inmueble que se trate, pero sobre la base del valor catastral. Pues es este valor
el que se modifica en función de la situación del inmueble, antigüedad, etc.
En cualquier caso, en nuestra opinión, se parte de un valor arbitrario, pues el
Valor catastral intenta acercarse al 50% del valor del inmueble y partiendo de
esta premisa cualquier coeficiente que se aplique sobre éste no hará otra cosa
sino matizar el valor de un inmueble sobre la base de que dicho valor se
corresponde al 50% de su valor de mercado. De esta manera, cualquier
matización realizada sobre la base del valor catastral difícilmente se acercará al
valor real del inmueble. De la misma forma que si duplicamos el valor catastral
difícilmente el valor resultante se acercará al valor real del mismo.
Una vez analizado el método utilizado por la administración para la
comprobación de valores se aprecia con mayor claridad “el negocio del valor
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como base imponible en el sistema tributario”. Por todo lo expuesto, en nuestra
opinión, el “negocio” está en el valor catastral, valor que no consigue situarse
en el 50%
del valor de mercado, tal y como se describe en la ORDEN
EHA/1213/2005 de 26 de abril.
Esta
valoración
catastral
influirá
directamente
a
otros
impuestos,
concretamente, el IBI, el IIVTNU, el Impuesto sobre el Patrimonio y el IRPF, y
para mayor confusión cabe comentar que no afecta al Impuesto sobre la renta
de las personas físicas para el caso concreto de la transmisión de inmuebles.
EL VALOR CATASTRAL EN EL IBI
En el caso del IBI la relación es totalmente directa, pues según el articulo 65
del Legislativo 2/2004 de 5 de Marzo, por el que se aprueba el texto refundido
de la Ley Reguladora de Haciendas Locales, “la base imponible de este
impuesto estará constituida por el valor catastral de los inmuebles, cuantificará
y será susceptible de impugnación conforme a lo dispuesto en las normas
reguladoras del Catastro Inmobiliario”.
En este caso, el valor catastral puede parecer menos trascendente puesto que
cada ayuntamiento tiene potestad para fijar el tipo de gravamen dentro de los
límites establecidos en el artículo 72.3 del TRLRHL, pudiendo corregir si lo
estima oportuno la cuota tributaria derivada del valor catastral.
Pero lo cierto es que no es menos trascendente que en cualquier otro
impuesto, pues lo que pretende gravar el IBI, según el artículo 60 de TRLRHL,
es el valor de los bienes inmuebles.
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EL VALOR CATASTRAL EN EL IIVTNU
También para el caso del IIVTNU tiene especial relevancia el valor catastral
pues para la determinación de la base imponible se toma sólo como referencia
la parte del valor referente al terreno prescindiendo del valor de construcción.
También en este caso se aplican unos coeficientes en función de los años de
posesión del inmueble que cada ayuntamiento publicará libremente sin
sobrepasar el máximo establecido en TRLRHL.
El IIVTNU no está exento de polémica al alejarse también en muchas
ocasiones de la realidad, ya que el curioso método para calcularlo presume, sin
posibilidad de corrección, que con el transcurso del tiempo siempre se
generará una plusvalía.
EL VALOR CATASTRAL EN EL IMPUESTO SOBRE EL PATRIMONIO
En relación al Impuesto sobre el patrimonio, el valor catastral o el comprobado
por la administración también incidirá de manera directa en el mismo, pues
según el articulo 37 del impuesto “Están obligados a presentar declaración los
sujetos pasivos cuya cuota tributaria, determinada de acuerdo con las normas
reguladoras del Impuesto y una vez aplicadas las deducciones o bonificaciones
que procedieren, resulte a ingresar, o cuando, no dándose esta circunstancia,
el valor de sus bienes o derechos, determinado de acuerdo con las normas
reguladoras del impuesto, resulte superior a 2.000.000 euros”.
Y en su artículo 10 dice “Los bienes de naturaleza urbana o rústica se
computarán de acuerdo a las siguientes reglas:
Uno. Por el mayor valor de los tres siguientes: El valor catastral, el comprobado
por la Administración a efectos de otros tributos o el precio, contraprestación o
valor de la adquisición.
Dos. Cuando los bienes inmuebles estén en fase de construcción, se estimará
como valor patrimonial las cantidades que efectivamente se hubieran invertido
en dicha construcción hasta la fecha del devengo del Impuesto, además del
correspondiente valor patrimonial del solar. En caso de propiedad horizontal, la
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parte proporcional en el valor del solar se determinará según el porcentaje
fijado en el título.
Tres. Los derechos sobre bienes inmuebles adquiridos en virtud de contratos
de multipropiedad, propiedad a tiempo parcial o fórmulas similares, se
valorarán según las siguientes reglas:
a) Si suponen la titularidad parcial del inmueble, según las reglas del apartado
uno anterior.
b) Si no comportan la titularidad parcial del inmueble, por el precio de
adquisición de los certificados u otros títulos representativos de los mismos.”
EL VALOR CATASTRAL EN EL IRPF
En cuanto al IRPF, teniendo en cuenta el artículo 23 de la Ley 35/2006, de 28
de noviembre, del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, el artículo
14 del Reglamento del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas,
aprobado por el Real Decreto 439/2007, de 30 de marzo, que recogen los
gastos deducibles de los rendimientos del capital inmobiliario y según el
artículo 14 que establece:
“1. Para la determinación del rendimiento neto del capital inmobiliario, tendrán
la consideración de gasto deducible las cantidades destinadas a la
amortización del inmueble y de los demás bienes cedidos con el mismo,
siempre que respondan a su depreciación efectiva.
2. Se considerará que las amortizaciones cumplen el requisito de efectividad:
a) Tratándose de inmuebles: cuando, en cada año, no excedan del resultado de
aplicar el 3 por ciento sobre el mayor de los siguientes valores: el coste de
adquisición satisfecho o el valor catastral, sin incluir en el cómputo el del suelo.
Cuando no se conozca el valor del suelo, éste se calculará prorrateando el
coste de adquisición satisfecho entre los valores catastrales del suelo y de la
construcción de cada año.
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Además, el artículo 35.1 de la Ley del Impuesto establece que «el valor de
adquisición estará formado por la suma de:
a) El importe real por el que dicha adquisición se hubiera efectuado.
b) El coste de las inversiones y mejoras efectuadas en los bienes adquiridos y
los gastos y tributos inherentes a la adquisición, excluidos los intereses, que
hubieran sido satisfechos por el adquirente (...)”.
Por último, la deducción por inversión en vivienda habitual se recoge en los
artículos 68.1, 70 y 78 de la Ley del Impuesto, donde se establece la
configuración de esta deducción que, con una base máxima de deducción de
9.040 euros anuales (a partir de 1 de enero de 2011), se aplicará sobre “las
cantidades satisfechas para la adquisición o rehabilitación de la vivienda,
incluidos los gastos originados que hayan corrido a cargo del adquirente y
demás gastos derivados de la misma”.
De acuerdo con lo anteriormente expuesto, al tomarse, en el caso del IRPF,
como valores de adquisición y transmisión los importes realmente satisfechos,
no tiene incidencia directa en el Impuesto sobre la Renta de las Personas
Físicas, ya que, tanto el cómputo de la amortización como gasto deducible en
el caso de las viviendas alquiladas, la base de deducción por adquisición de la
vivienda habitual y la determinación del valor de adquisición de una futura
transmisión, parten de las cantidades efectivamente satisfechas, circunstancia
que no se da en el aumento del valor declarado a efectos del Impuesto sobre
Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados.
No obstante, sí podemos decir que la cuota diferencial de este Impuesto de
Transmisiones, resultante de la comprobación de valores, corresponde a un
mayor tributo que grava las citadas adquisiciones. Por lo tanto, tendría
repercusión en la base de la deducción por la adquisición de la que constituye
su vivienda habitual en la determinación del valor de adquisición de las
viviendas, en caso de una futura transmisión y en el cómputo de la
amortización en el caso de las viviendas arrendadas, de acuerdo con lo
dispuesto en la normativa del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas.
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Por otra parte, como se ha comentado anteriormente, el valor catastral afecta
al Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas en la determinación del
rendimiento neto derivado de rendimiento de capital inmobiliario y en las
imputaciones de renta establecidas en la normativa, para el caso de tenencia
de inmuebles no arrendados o arrendados a familiares.
En el primer caso el propietario de un inmueble deduce de sus rendimientos
una serie de gastos necesarios para la obtención del mismo, así como una
amortización del 3% en concepto de amortización del mayor de los siguientes:
1. La parte del valor catastral que se refiere al valor de la construcción del
inmueble.
2. La parte del valor de construcción respecto del total del valor de adquisición.
Para el caso de las imputaciones de las rentas inmobiliarias la trascendencia es
algo mayor, es este caso el artículo 85 de la LIRPF dispone:
“1. En el supuesto de los bienes inmuebles urbanos, calificados como tales en
el artículo 7 del texto refundido de la Ley del Catastro Inmobiliario, aprobado
por el Real Decreto Legislativo 1/2004, de 5 de marzo, así como en el caso de
los inmuebles rústicos con construcciones que no resulten indispensables para
el desarrollo de explotaciones agrícolas, ganaderas o forestales, no afectos en
ambos casos a actividades económicas, ni generadores de rendimientos del
capital, excluida la vivienda habitual y el suelo no edificado, tendrá la
consideración de renta imputada la cantidad que resulte de aplicar el 2 por
ciento al valor catastral, determinándose proporcionalmente al número de días
que corresponda en cada período impositivo.
En el caso de inmuebles localizados en municipios en los que los valores
catastrales hayan sido revisados, modificados o determinados mediante un
procedimiento de valoración colectiva de carácter general, de conformidad con
la normativa catastral, y hayan entrado en vigor a partir del 1 de enero de 1994,
la renta imputada será el 1,1 por ciento del valor catastral.
Si a la fecha de devengo del impuesto los inmuebles a que se refiere este
apartado carecieran de valor catastral o éste no hubiera sido notificado al titular,
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se tomará como base de imputación de los mismos el 50 por ciento de aquel
por el que deban computarse a efectos del Impuesto sobre el Patrimonio. En
estos casos, el porcentaje será del 1,1 por ciento.
Cuando se trate de inmuebles en construcción y en los supuestos en que, por
razones urbanísticas, el inmueble no sea susceptible de uso, no se estimará
renta alguna.
2. Estas rentas se imputarán a los titulares de los bienes inmuebles de acuerdo
con el artículo 7 de la Ley 19/1991, de 6 de junio, del Impuesto sobre el
Patrimonio.
Cuando existan derechos reales de disfrute, la renta computable a estos
efectos en el titular del derecho será la que correspondería al propietario.
3. En los supuestos de derechos de aprovechamiento por turno de bienes
inmuebles la imputación se efectuará al titular del derecho real, prorrateando el
valor catastral en función de la duración anual del periodo de aprovechamiento.
Si a la fecha de devengo del impuesto los inmuebles a que se refiere este
apartado carecieran de valor catastral, o éste no hubiera sido notificado al
titular, se tomará como base de imputación el precio de adquisición del derecho
de aprovechamiento.
No procederá la imputación de renta inmobiliaria a los titulares de derechos de
aprovechamiento por turno de bienes inmuebles cuando su duración no exceda
de dos semanas por año.”
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CONCLUSIONES
En nuestra opinión, con la actual legislación pueden darse ciertas situaciones
en las cuales podríamos determinar que se están lesionando los intereses del
contribuyente. Los casos más habituales se dan en la transmisión y donación
de inmuebles donde, como consecuencia de los singulares métodos de
comprobación de valor de la administración, nos podemos encontrar con una
desagradable “sorpresa fiscal”.
Si bien es cierto que el espíritu de la ley es evitar situaciones fraudulentas que
venían siendo recurrentes, la manera en que se aplica la normativa vigente
genera una inseguridad jurídica que propicia situaciones como la que hemos
visto. Es el caso de la donación de un inmueble por parte de un padre a un hijo,
donde nos podemos encontrar que, como consecuencia de la última revisión
catastral, el donante, de forma artificiosa, tenga que tributar por una ganancia
patrimonial que, atendiendo a las actuales condiciones del mercado, será
difícilmente entendible por el contribuyente.
Otra de las situaciones donde se plantea la misma problemática es el caso de
una entidad financiera que acuerda la dación en pago. Para Hacienda se
realiza la transmisión onerosa de la propiedad del inmueble y, como tal, está
sujeta al Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales Onerosas. Además, si el
inmueble que entrega como pago fue adquirido más de un año antes de dicha
entrega, deberá abonar el Impuesto Municipal sobre el Incremento del Valor de
los Terrenos de Naturaleza Urbana (IIVTNU).
Finalmente, otro aspecto a tener en cuenta es la tributación de la dación en
pago en el IRPF de la diferencia entre el precio de la dación (el precio que se lo
queda la entidad financiera) y el precio por el que, en su día, se compró.
En principio, según Real Decreto-ley 6/2012, de 9 de marzo, de Medidas
urgentes de protección de deudores hipotecarios sin recursos, el IIVTNU sería
pagado por la entidad financiera y no se tributaría en el IRPF por la ganancia
antes mencionada. Sin embargo, para que esto sea así, han de cumplirse una
serie de supuestos muy restrictivos que casi nunca se dan.
Para intentar evitar estas situaciones en la Ley 1/1998, de 26 de febrero, de
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Derechos y Garantías de los Contribuyentes, en su artículo 9 se introdujo la
posibilidad de solicitar una valoración previa. Que si bien puede evitar
sanciones en el caso de estar conforme con el valor calculado por la
administración, sigue sin ofrecer la seguridad jurídica necesaria para los
contribuyentes como consecuencia del método de comprobación.
En un contexto como el actual, con la grave crisis inmobiliaria, no parece
razonable,
que
la
administración
pretenda
valorar
las
transmisiones/
donaciones de inmuebles de acuerdo a la normativa actual.
Tampoco parece razonable, ni respeta el principio de justicia tributaria, que la
administración pueda concluir que se debe tributar por una ganancia
patrimonial que no existe o que es mucho menor a la calculada por la misma.
Según varios estudios, el precio de la vivienda ha caído un 30% desde el inicio
de la crisis pero los valores catastrales no han sido revisados desde el
pinchazo de la burbuja inmobiliaria.
En conclusión, a nuestro juicio, el método para calcular el valor de un inmueble
en la Comunitat Valenciana basado en el valor catastral no es un método
adecuado pues dicho valor se revisa potestativamente a conveniencia de las
administraciones y no está permanentemente actualizado.
Además, dicho valor afecta a gran parte de nuestro sistema tributario en mayor
o menor medida, por lo que sería deseable que el valor catastral se calculara
de la manera más rigurosa posible a fin de evitar posibles “injusticias
tributarias”.
Para concluir, y en relación con la inseguridad jurídica que rodea este tema,
comentar que todos aquellos contribuyentes que se han visto inmersos en un
proceso de comprobación de valores, que hayan recurrido y finalmente en
recurso a lo contencioso-administrativo se hubiesen estimado sus alegaciones,
deben saber que desde la Sentencia de la Sala de lo ContenciosoAdministrativo del Tribunal Supremo de 19 de Noviembre de 2012
(rec.1215/2011) la administración tendrá derecho a una nueva revisión siempre
que no haya prescrito el acto impugnado.
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Queda desplazada de este modo
la doctrina del “tiro único” que se ha
mantenido hasta la publicación de la citada sentencia, dando paso ahora a la
doctrina de “doble tiro”.
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BIBLIOGRAFÍA
- Artículo “La Determinación de la Base Imponible”. Germán Orón Moratal.
Catedrático de Derecho Financiero y Tributario de la Universitat Jaume I de
Castelló
- Todo fiscal 2013. Wolters Klower España SA
- Revista Técnica Tributaria nº 79
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El “negocio” del valor como base imponible en el sistema de tributario
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ANEXOS
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