MOOT MADRID V COMPETICIÓN INTERNACIONAL DE ARBITRAJE Y DERECHO MERCANTIL PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ Integrantes : Guillermo José Arribas Irazola Andrea Cadenas Cachay Jorge Luis Morelli Ferreyros Fabio Núñez del Prado Chávez Walter Alfredo Piazza Risi 1 MEMORIA DE DEMANDA NAZCA S.A. Calle Quijote No. 45, Ciudad de Barataria – Cervantia; y, TLALOC CORP. Calle Moctezuma No. 87 Ciudad de Tezcatlipoca – Aztequia - v. CHANCAS S.L. Avenida Gran Chimú No. 99 Ciudad de Yahuarpampa – Andina; D. Atahualpa Inca Calle Túpac Amaru No. 47 Ciudad de Yahuarpampa – Andina; Huáscar Huallpa Calle Sinchi Roca Ciudad de Yahuarpampa – Andina; y, Blas Valera Urbanización Yahrar Huaca, Villa Inca Roca Sausa-Andina 2 INDICE I. ¿DE QUÉ TRATA ESTE CASO? II. LOS HECHOS DEL CASO III. FUNDAMENTOS DE DERECHO 3.1 PARTE DE JURISDICCIÓN 3.1.1 El Tribunal es competente para resolver las cuestiones relativas a su propia composición 3.1.2 El Tribunal es competente sobre todas las controversias y partes sometidas a arbitraje 3.1.3 Conclusiones de la Parte de Jurisdicción 3.2 PARTE DE FONDO 3.2.1 Primera Parte: Argumentos De Tláloc 3.2.1.1 La Ley Aplicable 3.2.1.2 El Tribunal Arbitral deberá declarar la validez y eficacia del Contrato de Tláloc 3.2.1.3 Los Demandados Incumplieron El Acuerdo Estratégico 3.2.2 Segunda Parte: Argumentos De Nazca 3.2.2.1 Ley aplicable al Contrato de Nazca 3.2.2.2 La resolución del contrato practicada por Nazca es eficaz 3.2.2.3 La responsabilidad civil derivada de los incumplimientos contractuales de Chancas 3.2.3 Conclusiones De La Parte de Fondo IV. PETITORIO 3 ABREVIATURAS No. 1. NOMBRE ABREVIATURA Atahualpa Inca, Huáscar Huallpa y Blas los “Accionistas” Valera: 2. Contrato de Compraventa celebrado entre “Contrato de Nazca” Nazca y Chancas el 02 de mayo de 2012: 3. Contrato de compraventa celebrado entre “Contrato de Tláloc” Tláloc y Chancas el 7 de marzo de 2012: 4. Convención de las Naciones Unidas sobre “CIM” o la “Convención” los Contratos de Compraventa Internacional de Mercaderías: 5. Comisión de las Naciones Unidas para el “CNUDMI” Derecho Mercantil Internacional 6. Chancas S.L.: “Chancas” 7. Don Atahualpa Inca: “Atahualpa Inca” 8. Don Huáscar Huallpa: “Huáscar Huallpa” 9. Don Blas Valera: “Blas Valera” 10. Huaca S.A.: “Huaca” 11. KPMG Asesores, S.L.: “KPMG” 12. Nazca S.A: “Nazca” 13. Normas Internacionales de Contabilidad: “NIC” 14. Principios Unidroit sobre los Contratos “Principios Unidroit” Comerciales Internacionales 2010: 15. Tláloc Corp.: “Tláloc” 4 LISTA DE AUTORIDADES I. DOCTRINA 1. ALBALADEJO CAMPOY, Miguel Ángel. “Compraventa Responsabilidad del Vendedor”. En: Instituto de Empresa, Mimeo. de Empresas: 2. BARONA VILAR, Silvia. “Comentarios a la Ley de Arbitraje (Ley 60/2003, de 23 de diciembre)”. Madrid: Thomson Aranzadi. 2004. 3. BIANCA, Massimo. “Commentary on the International Sales Law”. Milan: Giuffrè. 1987. En: http://cisgw3.law.pace.edu/cisg/biblio/bianca-bb35.html 4. BOLDO RODA, Carmen. “Levantamiento del Velo y Persona Jurídica en el Derecho Privado Español”. Editorial Aranzadi. 2000. 5. BORN, Gary. “International Commercial Arbitration”. Tomo I. Kluwer Law International. 2009. 6. DE TRAZEGNIES GRANDA, Fernando. “El rasgado del velo societario para determinar la competencia dentro del arbitraje”. En: http://macareo.pucp.edu.pe/ftrazeg/aafaa.htm 7. DIEZ-PICAZO, Luis, ROCA, Encarna y Antonio MORALES. “Los principios del derecho europeo de los contratos”. Madrid: Civitas. 2002. 8. FOUCHARD, Philippe, Emmanuel Gaillard y Berthold Goldman. “International Commercial Arbitration”. Kluwer Law International. 9. GILI, Marian. “Compraventa de acciones: causa del contrato y remedios frente al incumplimiento de las manifestaciones y garantías”. En: InDret, Revista para el análisis del Derecho. Barcelona: 2010. 10. GONZÁLEZ DE COSSIO, Francisco. “Arbitraje”. México: Porrúa. 1972. 11. GONZÁLEZ DE COSSIO, Francisco. “El caso ECONET: Requiem Por un Acuerdo Arbitral Frustrado”. En: http://www.camex.com.mx/nl28-cont.pdf. 12. HANOTIAU, Bernard. “Complex Arbitrations: Multiparty, Multicontract, Multiissue and Class Actions”. La Haya: Kluwer Law International. 2005. 13. LEW, Julian D.M., Loukas A. Mistelis y Stefan Kroll. “Comparative International Commercial Arbitration”. Kluwer Law International. 14. MERINO MERCHÁN, José F. y José M. Chillón Medina. “Tratado de Derecho Arbitral”. Madrid: Thomson Civitas. 5 15. MESSINEO, Francesco. “Manual de Derecho Civil y Comercial”. Buenos Aires: Ediciones Jurídicas Europa. 1954. 16. MORI, Pablo y Giuseppe Galuccio. “El juego de las máscaras: la extensión del convenio arbitral a partes no signatarias en el caso de los grupos de sociedades”. Lima: Ediciones Legales y Ius et Veritas. 2012. 17. PAYET PUCCIO, José Antonio. "Reflexiones sobre el contrato de compraventa de empresas y la responsabilidad del vendedor". En: Ius et Veritas. Número 39. Lima: Asociación Civil Ius et Veritas. 2009. 18. PERALES VISCASILLAS, María del Pilar. “El Contrato de Compraventa Internacional de Mercancías (Convención de Viena de 1980)”. Disponible en la Biblioteca Electrónica sobre la Compraventa Internacional de Mercaderías y el CISG. En: http://www.cisg.law.pace.edu/cisg/biblio/perales1.html 19. PUYA PUJADO, Alejando y Francisco MARTÍNEZ MAOTO. “El Sistema Contractual”. En: Trías. SAGNIER, Miguel (director). Régimen Jurídico y Tributario del Capital de Riesgo en España: Entidades y Operaciones. Madrid: Marcial Pons. 2006. 20. REISMAN, W. Michael, W. Laurence Craig, William Park y Jan Paulsson. “International Commercial Arbitration”. Nueva York: The Foundation Press In. 1997. 21. ROPPO, Vincenzo. “El Contrato”. Lima: Gaceta Jurídica. 2009. 22. SÁNCHEZ LORENZO, Sixto. “Derecho Aplicable al Fondo de la Controversia en el Arbitraje Comercial Internacional”. Revista Española de Derecho Internacional Privado de la Universidad de Granada. 2009. En: http://digibug.ugr.es/bitstream/10481/19920/1/derecho%20aplicable%20en%20arbitr aje.pdf 23. SCHLECHTRIEM, Peter. “Uniform Sales Law - The Un-Convention On Contracts For The International Sale Of Goods”. Disponible en la Biblioteca Electrónica sobre la Compraventa Internacional de Mercaderías y el CISG. En: http://www.cisg.law.pace.edu/cisg/biblio/schlechtriem.html II. JURISPRUDENCIA 24. Caso Econet Wireless Ltd. v. First Bank of Nigeria. 25. Caso Ashville Investment Ltd. vs. Elmer Contractors Ltd. 26. Remy Amerique, Inc. vs. Touzet Distribution. Laudo CCI, No. 4145, 1987. En: http://www.tldb.de/> 27. Edwards vs. Skyways, caso resuelto por la Corte de Apelaciones del Reino Unido el 21 de enero de 1964. 6 28. Caso CLOUT 281 29. Caso CLOUT 988 III. NORMAS O DOCUMENTOS INTERNACIONALES 30. Resolución A/CN.9/677 de la Asamblea General de las Naciones (CNUDMI). 31. Resolución A/CN.9/746/Add.1 de la Asamblea General de las Naciones Unidas (CNUDMI). 32. Ley Modelo de la CNUDMI sobre Arbitraje Comercial Internacional. 33. Reglamento de la Corte de Arbitraje de Madrid 34. Servicios de la OMPI en virtud del Reglamento de Arbitraje de la CNUDMI. 35. Comentarios Oficiales al Artículo 2° de la Convención de las Naciones Unidas sobre Compraventa Internacional de Mercaderías. 36. Comentarios a los Principios Unidroit. Roma: Instituto Internacional para la Unificación del Derecho Privado. 2004. 7 AL TRIBUNAL ARBITRAL: Nazca S.A., empresa válidamente constituida en Cervantia, con domicilio y sede social en Calle Quijote No. 45, Ciudad de Barataria – Cervantia (en adelante, “Nazca”); y, Tláloc Corp., empresa constituida en Aztequia, con domicilio y sede social en Calle Moctezuma No. 87, Ciudad de Tezcatlipoca – Aztequia (en adelante, “Tláloc”), en el arbitraje seguido contra Chancas S.L., empresa válidamente constituida en Andina, con domicilio y sede social en Avenida Gran Chimú No. 99, Ciudad de Yahuarpampa – Andina (en adelante, “Chancas”); D. Atahualpa Inca, con domicilio en Calle Túpac Amaru No. 47, Ciudad de Yahuarpampa – Andina (en adelante, “Atahualpa Inca”); Huáscar Huallpa, con domicilio en Calle Sinchi Roca, Ciudad de Yahuarpampa – Andina (en adelante, “Huáscar Huallpa”); Blas Valera, con domicilio en Urbanización Yahrar Huaca, Villa Inca Roca, Ciudad de Sausa-Andina (en adelante, “Blas Valera”) (estos tres de manera conjunta e indistintamente, los “Accionistas”), a Usted atentamente decimos: I. ¿DE QUÉ TRATA ESTE CASO? 1. Este arbitraje trata de un fraude que ha obligado a dos compradores a unirse para demandar a un vendedor de mala fe. En este caso, Chancas transfirió las acciones de Huaca a dos compradores, Nazca y Tláloc, ocultando información esencial sobre el objeto de la venta. En un caso, omitió información sobre la situación patrimonial del bien y en otro omitió información sobre la situación jurídica del bien. Sin embargo, en ambos casos, el fraude es el mismo ya que ni Nazca ni Tláloc podrán disfrutar del bien prometido por Chancas. En pocas palabras, en ambos casos, el bien prometido difiere del bien vendido. 2. En el caso de Tláloc, Chancas y sus Accionistas, en el marco de un convenio de colaboración empresarial denominado Acuerdo Estratégico, le vendieron a ésta el 50% de la empresa Huaca. Sin embargo, a pesar de los requerimientos de la compradora para formalizar el acuerdo y recibir las acciones, ello nunca ocurrió debido a la oposición injustificada de Chancas. Poco tiempo después, Tláloc entendería las razones de la negativa de Chancas. 3. En efecto, meses después de haber celebrado el Contrato de Tláloc, Chancas, ante una oferta más favorable, decidió “olvidar” lo pactado con Tláloc y vendió el 100% de las acciones de Huaca a una tercera empresa, Nazca. 4. Hasta lo aquí mencionado es fácil identificar el fraude de Chancas: desconociendo una compraventa existente, incumplió su acuerdo y vendió el mismo bien a una tercera empresa, obligándose así a entregar el mismo bien a dos sujetos distintos al mismo tiempo. 5. Sin embargo, el fraude de Chancas va más allá. En este caso, no sólo realizó dos compraventas fraudulentas sino que, además, en ambos casos omitió información relevante para la ejecución de los acuerdos. 8 6. En el caso de Tláloc, Chancas nunca le informó sobre las negociaciones que mantuvo con Nazca para la venta de las acciones sino hasta después de celebrada dicha compraventa. Y, en el caso de Nazca, Chancas nunca le informó sobre la existencia de contingencias medioambientales que afectaron el valor de la empresa y, por lo tanto, el valor pagado por ella. 7. En ambos casos, el bien prometido difirió del bien vendido. Es justamente esta situación la que ha motivado que Tláloc y Nazca se unan en un mismo arbitraje para solicitar que el fraude de Chancas y sus Accionistas sea revelado. 8. Así, Nazca solicita en el presente proceso que se reconozcan las acciones que, en el marco del Contrato de Nazca, adoptó ante el incumplimiento de Chancas y Tláloc solicita que se reconozca la existencia del Contrato de Tláloc y el incumplimiento de Chancas al mismo y al Acuerdo Estratégico celebrado. II. LOS HECHOS DEL CASO 9. Chancas es una sociedad dedicada a la distribución de neumáticos en el Estado de Andina. Los Accionistas de Chancas son Atahualpa Inca, Huáscar Huallpa y Blas Valera. 10. En el año 1995, los Accionistas, Chancas y Tláloc, una empresa dedicada a la producción y distribución de alimentos, celebraron un “Acuerdo Estratégico”, en el cual regularon las relaciones comerciales entre las partes en el mercado de Andina. Las partes acordaron que tendrían reuniones periódicas para discutir y ejecutar oportunidades de colaboración empresarial entre ellas. 11. Asimismo, se acordó que en caso alguno de los firmantes se propusiera a transferir una participación significativa en una de las sociedades de su propiedad y otro firmante hubiera manifestado tener un interés estratégico en dicha empresa, entonces el transferente tendría que negociar primero con el otro firmante. En caso se procediera a la venta de las acciones a un tercero, los demás firmantes contarían con un derecho de adquisición preferente para comprar las acciones. 12. Este Acuerdo Estratégico fue renovado en el año 2010. En dicha oportunidad, las Partes decidieron incluir penalidades para sancionar cualquier posible incumplimiento y una cláusula arbitral para resolver cualquier controversia relativa al acuerdo. 13. Una de las empresas que podía ser objeto de alguna transacción en base al Acuerdo Estratégico era la sociedad Huaca S.A. (en adelante, “Huaca”). Chancas, es el único accionista de la sociedad Huaca, una empresa dedicada al rubro de distribución de alimentos, la cual opera principalmente en las regiones de Yahuarpampa, Sausa y Viracocha y cuenta con cadenas de distribución a distintos hipermercados, supermercados y tiendas especializadas en todo el país. 14. Sin embargo, Huaca era una sociedad con una situación patrimonial riesgosa. El 27 de febrero de 2012, el Ayuntamiento de Yahuarpampa notificó a Huaca con el inicio de un procedimiento de investigación en relación al vertimento de residuos tóxicos en el río Topama efectuados entre setiembre y diciembre de2011. Esta situación afectó el valor patrimonial de la empresa con una contingencia de 550, 000 euros. 9 15. A raíz de una de las reuniones periódicas dispuestas por el Acuerdo Estratégico, mediante conversación telefónica del 07 de marzo de 2012, Tláloc y Chancas, representada esta última por Atahualpa Inca, Huáscar Huallpa y Blas Valera, llegaron a un acuerdo definitivo para la adquisición por parte de Tláloc del 50% de las acciones de Huaca. Con base al acuerdo arribado, ese mismo día, Tenoc Tláloc, representante de Tláloc, envió un correo a Atahualpa Inca, como Consejero Delegado y representante de Chancas, así como a los demás Accionistas, resumiendo los términos de la oferta. 16. En dicha comunicación, Tenoc Tláloc dejó claramente establecido que las contingencias del negocio eran un factor importante que influía en los términos de la transacción. Tenoc Tláloc señaló expresamente lo siguiente: “También es importante dejar claro que la situación patrimonial de HUACA está muy lejos de ser perfecta. En un contexto económico como el actual, no tenemos interés en asumir demasiados riesgos, y HUACA, me temo, supone demasiados riesgos”(énfasis agregado). 17. Es por lo anterior que Tláloc ofreció un precio por la adquisición del 70% del valor contable por acción, señalando que un monto por encima de ello no sería razonable, precisamente por los riesgos que la adquisición significaba. 18. Mediante correo electrónico del 8 de marzo de 2012, Chancas, representada por los Accionistas, reiteró su aceptación de la oferta de Tláloc y así, solo quedaba pendiente formalizar el acuerdo arribado entre las partes el día anterior. 19. Como se puede observar, el Contrato celebrado entre Chancas y Tláloc (en adelante, el “Contrato de Tláloc”) surgió como consecuencia directa de la ejecución del Acuerdo Estratégico. Sin el Acuerdo Estratégico no hubiera existido el Contrato de Tláloc como tal. Es por ello que en el correo de Tláloc de fecha 7 de marzo de 2012, éste señaló: “Creo que el Acuerdo Estratégico que firmamos hace mucho tiempo, y renovamos el año pasado, fue una buena idea para asegurarnos que nuestros intereses se complementan. Los contactos periódicos facilitan situaciones como ésta, donde vosotros queréis desinvertir, y nosotros queremos comprar” (énfasis agregado). 20. A pesar de ello, y de que el Acuerdo Estratégico obligaba a colaborar de buena fe con Tláloc, luego del correo de Chancas de fecha 8 de marzo de 2012, ésta no llevó a cabo acción alguna para formalizar el Contrato de Tláloc. Por el contrario, en abril de 2012 los Accionistas iniciaron negociaciones con una tercera empresa, Nazca, dedicada también a la producción y distribución de alimentos, con el propósito de que esta adquiriera el 100% de las acciones de Huaca. 21. En las negociaciones entre Chancas y Nazca, ésta hizo un especial énfasis en que su interés en adquirir Huaca se derivaba de su buena salud financiera y la posibilidad de integrarla rápidamente en su cadena de producción y distribución, para continuar su expansión en Andina. Lo indicado se ve claramente en el correo electrónico enviado 10 con fecha 10 de abril de 2012 por Pedro Serrano, representante de la empresa, a los Accionistas en el que señaló que tenían compromisos de expansión “y la integración de la distribución supone una parte importante de los mismos”. 22. No obstante, en el curso de estas negociaciones, Chancas no ofreció a Nazca ninguna información con respecto al procedimiento de investigación iniciado por el Ayuntamiento de Yahuarpampa, incluso sabiendo -por la experiencia de negociación con Tláloc- que dicha información era especialmente sensible al momento de establecer el valor de la empresa. 23. Peor aún, en su correo de respuesta del 11 de abril de 2012, suscrito por todos los Accionistas, éstos afirmaron: “los ‘fundamentales’ de la sociedad son sólidos, y las cuentas anuales auditadas cerradas a 31 de diciembre de 2011 se firmaron ‘SIN SALVEDADES’”. 24. Con estos antecedentes, el 02 de mayo de 2012, Nazca y Chancas celebraron un contrato de compraventa de acciones por el 100% del capital social de Huaca (en adelante, “Contrato de Nazca”). La solidez financiera de Huaca tuvo un rol fundamental en el Contrato de Nazca y por eso en las declaraciones y garantías del acuerdo se dejó constancia de que los estados financieros de la empresa habían sido debidamente elaborados. 25. Nazca, quien desconocía de la verdadera situación financiera de la empresa, ofertó un precio de 140% del valor contable por acción, sumando un total de 2.563.864,9 euros. Claramente, de haber conocido la real situación de la empresa, los números para Nazca hubieran sido diferentes. En pocas palabras, de haber conocido la contingencia de Huaca, Nazca no hubiera ofrecido el doble de lo que Tláloc ofreció meses atrás. 26. Transcurridas diez semanas desde la celebración del Contrato de Tláloc y dos semanas desde la celebración del Contrato de Nazca, sobre el mismo objeto, con fecha 15 de mayo de 2012, Tenoc Tláloc envió un correo electrónico a los Accionistas, consultando sobre la formalización de su acuerdo. Ello pues, tal como lo mencionamos, a pesar de que el Contrato de Tláloc fue celebrado el 07 de marzo de 2012, hasta esa fecha, el acuerdo aún no había sido formalizado. 27. A pesar de lo anterior, mediante correo del 16 de mayo de 2012, Atahualpa Inca contestó la comunicación de Tenoc Tláloc y, contra todo lo negociado y celebrado, negó la existencia del Contrato de Tláloc e informó, por primera vez, sobre la existencia del Contrato de Nazca. 28. Como ya había sido anunciado desde febrero de2012, con fecha 17 de mayo de 2012, Huaca fue notificada por el Ayuntamiento de Yahuarpampa con el inicio de un procedimiento sancionador, por el vertimiento excesivo de residuos en el río Topama. Ante ello, el 18 de mayo de 2012, Nazca envió un correo electrónico a los Accionistas, reclamando por la falta de información sobre dicha contingencia y la indebida elaboración de los estados financieros. 29. Mediante correo del 23 de mayo de 2012, los Accionistas contestaron la comunicación de Nazca, informando que consideraban que no había sustento para el procedimiento 11 sancionatorio iniciado, en cuanto, a su parecer, Huaca siempre había contado con las autorizaciones necesarias y cumplido con la regulación aplicable. 30. En este contexto, Nazca solicitó a KPMG Asesores S.L., auditora de prestigio internacional, que revise la elaboración de los estados financieros al 31 de diciembre de 2011. De acuerdo con el informe pericial de fecha 8 de junio de 2012, KPMG concluyó que los estados financieros presentados a Nazca no se habían realizado de manera correcta. La razón es evidente: no se había incluido una provisión de 550.000 euros por los vertidos realizados en el río Topama entre setiembre y diciembre de 2011. 31. Mediante correo del 11 de junio de 2012, Pedro Serrano, representante de Nazca, informó a los Accionistas del resultado de la auditoría realizada por KPMG y solicitó que Chancas asuma su responsabilidad. Asimismo, Nazca manifestó su evidente descontento ya que las condiciones pactadas, claramente, no parecían responder a lo negociado por las partes. Por ello, Nazca manifestó: “estas no son las condiciones que negociamos en su día”. 32. Los Accionistas contestaron dicho correo el mismo 11 de junio de 2012 y, a pesar de la inminente contingencia, rechazaron la solicitud de Nazca aduciendo que el problema no era “tan grave como apuntan”. Ante el incumplimiento de lo pactado y de la buena fe, Nazca, mediante correo del 13 de junio de 2012, resolvió el Contrato, quedando las acciones a disposición de Chancas, previo reembolso del precio. 33. Tan solo una semana después de efectuada dicha resolución, el 20 de junio de 2012, Huaca fue notificada con una resolución cautelar del Ayuntamiento de Yahuarpampa mediante la cual se suspendieron las actividades de la empresa hasta que finalizara el procedimiento sancionatorio. 34. Como se desprende de lo hasta aquí mencionado, los hechos de este caso se resumen en la conducta maliciosa de Chancas y sus Accionistas en la negociación, celebración y ejecución del Contrato de Tláloc y el Contrato de Nazca. Por ello, a continuación, establecemos los fundamentos de Derecho que nos llevarán a encontrar las consecuencias jurídicas que Chancas y sus Accionistas debe soportar como consecuencia de su conducta. III. FUNDAMENTOS DE DERECHO 3. 1 PARTE DE JURISDICCIÓN 3.1.1 El Tribunal es competente para resolver las cuestiones relativas a su propia composición 35. A pesar de que, de acuerdo a la Cláusula IX del Contrato de Nazca, las partes nombraron a la Corte de Arbitraje de Madrid como Autoridad Nominadora, es pertinente precisar que ésta no es competente, en este caso, para resolver los aspectos relacionados a la conformación del Tribunal Arbitral. 36. Con respecto al nombramiento de los árbitros, la Autoridad Nominadora tiene un papel activo antes de la instalación del Tribunal Arbitral, no obstante, luego de constituido el Tribunal Arbitral, su composición–por regla general- es inalterable. Esto se encuentra 12 en línea de criterio con el artículo 56 del Convenio sobre Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones entre Estados y Nacionales de otros Estados (CIADI) que enuncia que “tan pronto quede constituida una Comisión o un Tribunal y se inicie el procedimiento, su composición permanecerá invariable”. 37. Por lo mismo, salvo casos excepcionales como la recusación o la sustitución, la regla general es que luego de instalado el Tribunal Arbitral, cualquier controversia que surja en torno a su formación, no es uno de composición sino uno de competencia que debe ser dirimido por el Tribunal Arbitral. 38. A pesar de la claridad de lo señalado, la demandada Chancas ha señalado que “las cuestiones sobre formación del Tribunal no son competencia del propio Tribunal, sino de la Autoridad Nominadora”. No obstante, admitir como válidas las alegaciones de Chancas iría en contra de uno de los principios rectores del Arbitraje: el principio Kompetenz-Kompetenz. Este principio se traduce en la facultad de los árbitros de controlar de oficio su propia competencia, incluida su correcta formación. 39. En efecto, este principio se extiende no solo a la apreciación de la competencia sino a la de cualquier otra excepción cuya estimación impida entrar en el fondo de la controversia1. Para efectos de la presente controversia, este principio se encuentra recogido en el artículo 23 del Reglamento de la CNUDMI que establece que“[e]l tribunal arbitral estará facultado para decidir acerca de su propia competencia, así como acerca de toda excepción relativa a la existencia o a la validez de un acuerdo de arbitraje […]2”. Como se puede apreciar, luego de la instalación del Tribunal Arbitral, las controversias relativas a su conformación se encuentran dentro de su propia competencia. 40. Al respecto, el principio Kompetenz-Kompetenz es recogido en el Derecho Comercial Internacional –incluyendo la Ley de Modelo UNCITRAL- y los reglamentos arbitrales de las instituciones arbitrales más importantes. Este es el caso del artículo 6 (2) del Reglamento de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional (CCI), artículo 23 del Reglamento de Arbitraje de la Corte Internacional de Arbitraje de Londres (LCIA), Artículo 15 del Reglamento de Arbitraje Internacional de la Asociación Americana de Arbitraje (AAA), Artículos 12 (3) de las Reglas de Arbitraje del Centro de Arbitraje de México (CAM); y el artículo 41 del Convenio sobre Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones entre Estados y Nacionales de otros Estados (CIADI)3. De la misma manera, las leyes de arbitraje de Holanda (1986), Suiza (1987), Inglaterra (1996), Alemania (1998), Bélgica (1998), Suecia (1999) y España (2003) reconocen también el principio de Kompetenz-Kompetenz de los árbitros. Como se puede observar, ninguno de los citados instrumentos arbitrales ha consagrado la regla por la cual la Autoridad 1 2 3 BARONA VILAR, Silvia. “Comentarios a la Ley de Arbitraje (Ley 60/2003, de 23 de diciembre)”. Madrid: Thomson Aranzadi. 2004. p. 806; y, MERINO MERCHÁN, José F. y José M. Chillón Medina. “Tratado de Derecho Arbitral”. Madrid: Thomson Civitas. p. 1446. En el mismo sentido, el principio Kompetenz-Kompetenz también se encuentra recogido en el artículo 16 de la Ley Modelo que al respecto, señala que “[e]l tribunal arbitral estará facultado para decidir acerca de su propia competencia, incluso sobre las excepciones relativas a la existencia o a la validez del acuerdo de arbitraje”. Por otra parte, el artículo 28 del Reglamento de la Corte de Arbitraje de Madrid expresa textualmente que: “[l]os árbitros estarán facultados para decidir sobre su propia competencia, incluso sobre las excepciones relativas a la existencia o a la validez del convenio arbitral o cualesquiera otras cuya estimación impida entrar en el fondo de la controversia”. GONZÁLEZ DE COSSIO, Francisco. “Arbitraje”. México: Porrúa. 1972. p. 134. 13 Nominadora tiene como función pronunciarse sobre la competencia del Tribunal Arbitral. Esto es obvio en tanto una interpretación distinta contravendría el principio del Kompetenz-Kompetenz. 41. Además de lo anterior, es pertinente examinar, ¿cuáles son las funciones que cumple una Autoridad Nominadora? En la Resolución A/CN.9/746/Add.1, la CNUDMI se delimitaron las competencias principales que debe desempeñar la Autoridad Nominadora en virtud del Reglamento de Arbitraje de la CNUDMI4, estableciendo sus seis funciones principales: “a) nombrar a los árbitros, b) decidir sobre la recusación de árbitros; c) sustituir a árbitros; d) prestar asistencia en la determinación de los honorarios de los árbitros; e) participar en el mecanismo de revisión de los gastos y honorarios; y f) asesorar en relación con la cuantía de los depósitos que deban efectuarse”. 42. Estas funciones constituyen un numerus clausus. Si la intención de las partes era que la Autoridad Nominadora tenga como función pronunciarse sobre la competencia del Tribunal Arbitral, ello tendría que haber sido pactado expresamente por las partes. Y eso no ha sucedido en este caso. Por lo tanto, únicamente aquellas funciones que se encuentren prescritas en el Reglamento de la CNUDMI, pueden ser realizadas por la Autoridad Nominadora. Así, la posibilidad que sea dicha entidad quien se pronuncie sobre la competencia del Tribunal Arbitral, excede el ámbito de sus funciones. 43. Por otro lado, debe anotarse que la composición del Tribunal Arbitral se encuentra en un todo vinculada con la competencia de los árbitros para pronunciarse sobre el fondo del asunto. Esa es la razón por la cual un Tribunal defectuosamente conformado no es competente para resolver la controversia. 44. Para estos efectos, resulta emblemático el caso Econet Wireless Ltd. v. First Bank Of Nigeria. En la discusión arbitral la demandada cuestionó la jurisdicción del Tribunal arguyendo que la composición del mismo era contraria al pacto de las partes. Su principal argumento era que, si las partes habían acordado que sería la judicatura nigeriana quien designaría al Tribunal, tenían que atenerse a ello. El Tribunal Arbitral, en ejercicio de su facultad de decidir sobre su propia competencia, determinó que carecía de la misma por no estar el Tribunal constituido acorde a la voluntad de las partes5. Como se puede apreciar, una defectuosa composición del Tribunal Arbitral acarrea la incompetencia de este último para pronunciarse sobre el fondo de la controversia. 45. En conclusión, la vinculación entre la composición del Tribunal y su KompetenzKompetenz, así como las propias competencias de la Autoridad Nominadora, confirman lo señalado: en virtud de lo pactado por las partes, el Tribunal Arbitral es competente 4 5 Resolución A/CN.9/746/Add.1 de la Asamblea General de las Naciones Unidas (CNUDMI), párrafo 30. Asimismo, en el documento denominado “Servicios de la OMPI en virtud del Reglamento de Arbitraje de la CNUDMI” se establecen las funciones que el Centro de Arbitraje de la OMPI debe ejecutar: “De ser designado autoridad nominadora, el Centro de Arbitraje de la OMPI ejecutará las siguientes funciones previstas en el Reglamento de arbitraje de la CNUDMI: (i) nombramiento de los árbitros; (ii) recusación de árbitros; (iii) nombramiento de árbitros sustitutos; (iv) asistencia en la fijación de los honorarios de los árbitros; (v) observaciones adicionales relativas a los depósitos; (vi) comunicaciones; (vii) sala de audiencias y sala para las partes; (viii) depósitos; (ix) registro de los laudos”. GONZÁLEZ DE COSSIO, Francisco. “El caso ECONET: Requiem Por un Acuerdo Arbitral Frustrado”. En: http://www.camex.com.mx/nl28-cont.pdf. Caso Econet Wireless Ltd. v. First Bank of Nigeria. 14 para pronunciarse sobre su propia competencia, ámbito dentro del cual se incluyen las cuestiones relativas a su formación. 3.1.2 El Tribunal es competente sobre todas las controversias y partes sometidas a arbitraje • Las controversias derivadas del Contrato de Nazca, del Acuerdo Estratégico y del Contrato de Tláloc son arbitrables 46. Las controversias derivadas del Contrato de Nazca y del Acuerdo Estratégico pueden ser sometidas a arbitraje. En efecto, tanto en la cláusula IX del Contrato de Nazca como en la cláusula XI del Acuerdo Estratégico, las partes manifestaron indubitablemente su voluntad de arbitrar las controversias que pudiesen surgir de cada una de estas relaciones contractuales. 47. Además, de una simple lectura de ambos convenios arbitrales es posible observar que su contenido es idéntico y compatible. Ambos contemplan la voluntad de las partes de (i) someter a arbitraje todo litigio resultante o relativo a cada contrato, (ii) con un Tribunal Arbitral formado por tres miembros; y; (iii) cuyo procedimiento se debe regir por el Reglamento de Arbitraje de la CNUDMI. 48. Si bien en el Contrato de Tláloc no consta una cláusula arbitral de manera expresa, es evidente que el convenio para arbitrar del Acuerdo Estratégico se extiende a las relaciones contractuales que se formen bajo los preceptos de este último. En otras palabras, el Contrato de Tláloc es una consecuencia directa del Acuerdo Estratégico, considerado éste como un “Convenio Marco”. 49. Al observar el texto del convenio arbitral del Acuerdo Estratégico, encontramos que las partes consintieron no sólo arbitrar las controversias resultantes directamente de ellas sino también aquellas controversias “relativas a ellas”. Este es el caso del Contrato de Tláloc, celebrado y ejecutado en el marco del referido Acuerdo Estratégico. Para confirmar que ello es así basta leer el convenio arbitral de dicho Acuerdo Estratégico (i) en base al principio de interpretación efectiva y (ii) a la buena fe. 50. Ello pues, tal como señalan LEW, MISTELIS y KRÖLL6, cuando existen acuerdos arbitrales sin una expresa limitación, estos deben interpretarse de modo que cubran todos los reclamos en conexión con el contrato. 51. El principio de interpretación efectiva exige que se deba preferir la interpretación que le dé efectos más amplios y exactos al acuerdo de las partes7. La interpretación efectiva se aplica mediante el principio de máxima eficacia o favor arbitrandum, “por el que se persigue obtener la máxima eficacia del convenio, de cara al mejor desenvolvimiento de la operación arbitral en su conjunto”8. De la misma manera, la jurisprudencia ha establecido que “cualquier duda concerniente al alcance de los asuntos arbitrables debe ser resuelta a favor del arbitraje”9. 6 7 8 9 LEW, Julian D.M., Loukas A. Mistelis y Stefan Kroll. “Comparative International Commercial Arbitration”. Kluwer Law International. p. 153. Caso Ashville Investment Ltd. vs. Elmer Contractors Ltd. Ibidem. p. 469 MERINO MERCHÁN, José F. y José M. Chillón Medina. Op. Cit. p. 1126. Remy Amerique, Inc. vs. Touzet Distribution. Laudo CCI, No. 4145, 1987. En: http://www.tldb.de/> 15 52. En este caso, el principio de interpretación efectiva y el principio favor arbitrandum exigen que el convenio arbitral del Acuerdo Estratégico se interprete en el sentido que todas las controversias que se deriven de las negociaciones y acuerdos que se hayan formado bajo sus preceptos estén comprendidas por el convenio, incluyendo, en este caso, el Contrato de Tláloc. 53. Por otro lado, el convenio arbitral del Acuerdo Estratégico debe ser interpretado conforme a la buena fe, sin limitarnos a examinar la literalidad de los términos usados en él10. El principio de buena fe indaga acerca de la común intención de las partes, siendo que en el presente caso esta consistió en celebrar un “Convenio Marco” e incorporar una cláusula arbitral que comprendiera no solo las eventuales controversias que pudiesen derivarse del Acuerdo Estratégico sino todas las controversias derivadas de las relaciones contractuales nacidas a consecuencia éste. 54. Siendo ello así, de acuerdo al principio de interpretación efectiva, favor arbitrandum y buena fe es posible concluir que no sólo son arbitrables las disputas que pudiesen surgir directamente del Acuerdo Estratégico, sino también aquellas relativas a él, como el Contrato de Tláloc. Es claro que las partes del Contrato de Nazca y del Acuerdo Estratégico, es decir, Nazca, Chancas, los Accionistas y Tláloc, respectivamente, han consentido que las controversias derivadas de ambos acuerdos sean dilucidadas mediante un arbitraje. • Las controversias derivadas del Contrato de Nazca, del Acuerdo Estratégico y del Contrato de Tláloc deben ser conjuntamente arbitradas 55. A efectos de resolver el presente caso, es necesario que el Tribunal Arbitral tenga en cuenta la realidad de los hechos en su integridad y no sólo una visión parcial de los mismos. Para que ello sea así, a continuación demostraremos porqué el conflicto surgido a partir del Contrato de Nazca, el Contrato de Tláloc y el Acuerdo Estratégico constituyen una unidad indisoluble que debe ser evaluada conjuntamente en este proceso. Los hechos del caso y la aplicación del sentido común son la mejor muestra de ello. 56. En efecto, en este caso parecen existir dos controversias separadas: una relativa a las consecuencias de la conducta de Chancas en el Acuerdo Estratégico y en el Contrato de Tláloc; y, otra relativa a las consecuencias de dicha conducta en el Contrato de Nazca. Sin embargo, tres hechos puntuales demuestran que, en realidad, nos encontramos ante una sola controversia en la que la conducta maliciosa de Chancas es el punto de convergencia entre Nazca y Tláloc: (i) 10 Febrero de 2012: Chancas y sus Accionistas fueron notificados con la existencia de una contingencia que afectaría las acciones de Huaca por 550, 000 euros. Ello ya que, en dicha fecha, el Ayuntamiento de Yahuarpampa les informó sobre el inicio de un procedimiento de investigación por la infracción cometida por Huaca, consistente en el vertimiento de residuos en el río Topama. FOUCHARD, Philippe, Emmanuel Gaillard y Berthold Goldman. “International Commercial Arbitration”. Kluwer Law International. p. 257. 16 (ii) Marzo de 2012: los Accionistas, en el marco del Acuerdo Estratégico previamente celebrado con Tláloc, iniciaron con ésta negociaciones para deshacerse del 50% de las acciones de Huaca que, como señalamos en el párrafo 12, se encontraban afectadas por una contingencia administrativa. Como era de esperarse, dado que Tláloc conocía del inicio de la investigación, sólo ofreció el 70% del valor contable de cada acción para su adquisición. (iii) Mayo de 2012: tan solo dos meses después, cuando aún Chancas no había hecho entrega efectiva de las acciones previamente vendidas, ésta decidió “olvidar” el pacto celebrado con Tláloc en vista de una oferta que le sería más favorable. Así, Chancas le vendió el 100% de las acciones a Nazca, quien pagó el doble de lo pactado con Tláloc: 140% del valor contable por cada acción. 57. Como se puede observar, lo que parecen ser dos controversias separadas, no constituyen más que un solo conflicto sobre el mismo objeto, la propiedad de las acciones de Huaca, y la misma conducta, la venta maliciosa de éstas por parte de Chancas. El siguiente gráfico de cuenta de ello: 58. En estos casos, siguiendo a HANOTIAOU, “uno debe empezar por preguntarse si, en el caso de disputas originadas por diversos contratos, dichas disputas deben ser resueltas de manera conjunta –y todas las partes reunirse- en un solo procedimiento arbitral”11. 59. Al respecto, coincidimos con lo señalado por BORN: “En primer lugar, un solo arbitraje puede, en algunas circunstancias ser más eficiente que dos o más arbitrajes separados. Un solo procedimiento arbitral permite ahorros en costos legales, tiempo utilizado en testigos, esfuerzos para la preparación de defensas y otros. Además, un solo arbitraje evita el costo asociado a diferentes Tribunales Arbitrales, cuyos miembros deben ser 11 HANOTIAU, Bernard. “Complex Arbitrations: Multiparty, Multicontract, Multi-issue and Class Actions”. La Haya: Kluwer Law International. 2005. p. 103. (Traducción Propia). 17 compensados por las partes (…) y reduce el riesgo de resultados inconsistentes a los que se podría llegar con dos o más arbitrajes separados”12(énfasis agregado). 60. La eficiencia del proceso arbitral, la reducción de costos para las partes y el riesgo de entorpecer la ejecución de Laudos Arbitrales contradictorios sobre el mismo fondo justifican la necesidad de que el Tribunal Arbitral resuelva la controversia derivada del Acuerdo Estratégico, del Contrato de Nazca y del Contrato de Tláloc de manera conjunta. 61. En ese sentido, debemos referirnos a lo establecido en el inciso 1 del Artículo 17 de Reglamento de Arbitraje de la CNUDMI que señala que “en el ejercicio de su discrecionalidad, el tribunal arbitral dirigirá las actuaciones con miras a evitar demoras y gastos innecesarios y a llegar a una solución justa y eficaz del litigio entre las partes”(énfasis agregado). 62. De no admitirse la evaluación conjunta de las relaciones jurídicas planteadas podríamos llegar a la absurda e ineficiente situación en la cual se declare por un lado que la resolución del contrato efectuada por Nazca no fue válida y que, por lo tanto, ésta sigue siendo propietaria de las acciones de Huaca y, por el otro, que Tláloc adquirió correctamente dichas acciones y que, por lo tanto también es propietaria de las acciones de Huaca. 63. Ello no sólo consistiría en un sinsentido jurídico sino que, además, violaría lo pactado por las partes, quienes en sus convenios arbitrales manifestaron su voluntad de obtener una solución eficaz a sus controversias, de conformidad con la ley aplicable pactada en cada caso y en un procedimiento regido por lo establecido en el Reglamento de Arbitraje de la CNUDMI. 64. Pero eso no es todo, el Tribunal Arbitral también deberá tomar en cuenta que, tal como se señaló en el Párrafo 47 los convenios arbitrales son idénticos y compatibles ya que en ellos las Partes acordaron (i) someter a arbitraje todo litigio resultante o relativo a cada contrato, (ii) con un Tribunal Arbitral formado por tres miembros; y; (iii) cuyo procedimiento se debe regir por el Reglamento de Arbitraje de la CNUDMI. 65. Así, la solicitud planteada no sólo es consistente con el sentido común y con lo establecido en el Reglamento Arbitral aplicable sino también con la buena fe que debe regir el proceso. Ello, ya que “es un principio básico del arbitraje comercial internacional que las partes tienen el deber de cooperar en Buena Fe con la ejecución de sus acuerdos así como en el mismo proceso arbitral”13. 66. Debe notarse, además, que es un hecho innegable que los demandados han manifestado su voluntad de arbitrar con cada parte demandante. Nazca y Chancas lo hicieron en el Contrato de Nazca; y, Tláloc, Chancas, Atahualpa Inca, Huáscar Huallpa y Blas Valera lo hicieron en el Acuerdo Estratégico y en el Contrato de Tláloc. Por lo tanto, ninguno podría huir del pacto que los obliga a dilucidar sus controversias en un proceso arbitral. 12 13 BORN, Gary. “International Commercial Arbitration”. Tomo I. Kluwer Law International. 2009. p. 1970. (Traducción Propia). HANOTIAU. Op. Cit. p. 107. (Traducción Propia). 18 67. Ahora bien, a efectos de consolidar dos relaciones jurídicas en un solo proceso arbitral es necesario que exista consentimiento de las partes involucradas14. En este caso, Nazca y Tláloc han consentido la arbitrabilidad conjunta de las controversias derivadas de sus relaciones jurídicas. Como era de esperarse, Chancas y los Accionistas se han opuesto a ello. 68. Sin embargo, las circunstancias del caso hacen innecesaria la aceptación expresa de Chancas y los Accionistas para unir ambas controversias en el presente arbitraje. Esto se debe a que de los hechos expuestos se desprende claramente que los actos de Chancas y sus Accionistas han defraudado a Nazca y Tláloc. Chancas no solo vendió las acciones devaluadas de Huaca a Nazca y a Tláloc sino que además entregó a Nazca las acciones de una sociedad distinta a la descrita en el Contrato de Nazca. En pocas palabras, Chancas y sus Accionistas han cometido un fraude. 69. El fraude en la utilización de una sociedad, explica BOLDO, se causa: “para eludir el cumplimiento de las leyes, para desligarse de las obligaciones contraídas con terceros y, en general, para defraudar los intereses de éstos”15. (énfasis agregado) 70. Efectivamente Chancas defraudó a Nazca y Tláloc. Sus Accionistas negociaron y enajenaron en nombre de Chancas las mismas acciones de Huaca a ambas empresas. Adicionalmente, basándose en engaños, Chancas vendió las acciones de Huaca a Nazca a un precio muy por encima de su valor real tomando en cuenta las contingencias ambientales ocultas. 71. Siendo ello así, tal como señala DE TRAZEGNIES “si bien el arbitraje surge de un contrato privado, no puede olvidarse que el árbitro es siempre juez y que, por consiguiente, tiene ante todo un compromiso primordial con la posibilidad de llegar a una solución justa dentro de una controversia dada”16. (énfasis agregado) 72. Es por eso que, en buena fe, debe interpretarse que cuando Chancas y sus Accionistas defraudaron a Nazca y Tláloc aceptaron las consecuencias jurídicas que podrían derivarse de su conducta, siendo el presente proceso arbitral una de ellas. 73. Nótese que la situación planteada es consistente con el Artículo 17.5 del Reglamento de Arbitraje de la CNUDMI y se asimila a situaciones en las que los Tribunales Arbitrales extienden los efectos de un convenio arbitral a partes no signatarias por configurarse situaciones fraudulentas o maliciosas dentro de un grupo de sociedades. Para tales efectos, el ejemplo planteado por GALUCCIO y MORI es más que gráfico: “(…) si una empresa de un grupo económico transfiere a otra empresa del mismo grupo, un activo importante para defraudar una deuda derivada de un contrato sujeto a un convenio arbitral, puede derivarse de la intención de defraudar de la empresa que recibe el bien, que estaba tratando de evadir los efectos de una relación jurídico obligatoria. Su simple conducta y el consentir a la 14 15 16 BORN, Gary. Op. Cit. p. 776. BOLDO RODA, Carmen. “Levantamiento del Velo y Persona Jurídica en el Derecho Privado Español”. Editorial Aranzadi. 3ª Edición. 2000. p. 44. DE TRAZEGNIES GRANDA, Fernando. “El rasgado del velo societario para determinar la competencia dentro del arbitraje”. En: http://macareo.pucp.edu.pe/ftrazeg/aafaa.htm 19 defraudación, implica, en buena fe, reconocer que debe quedar vinculada por los efectos de sus actos. Así esa empresa debe entenderse como parte del arbitraje, por que conscientemente contribuyó a evadir los efectos del contrato y del convenio arbitral a él vinculado17” (énfasis agregado). 74. Por lo tanto, es evidente que, dada la conducta maliciosa de Chancas y sus Accionistas, el Tribunal Arbitral debe relevar de exigencia el consentimiento expreso de éstos para unir en el arbitraje las controversias que generaron con su propia conducta fraudulenta. 75. Entonces, tomando en cuenta que las Partes de todas las relaciones jurídicas, esto es, el Acuerdo Estratégico, el Contrato de Nazca y el Contrato de Tláloc han manifestado su voluntad de arbitrar las controversias relacionadas a éstos, así como lo establecido en el artículo 17° del Reglamento de Arbitraje de la CNUDMI, el Tribunal Arbitral es competente para resolver dichas controversias de manera conjunta. 3.1.3 Conclusiones de la Parte de Jurisdicción 76. De lo hasta aquí mencionado, podemos concluir lo siguiente: (i) El Tribunal es competente para resolver sobre su propia composición y, por lo tanto, la evaluación sobre ella le corresponde a los árbitros y no a la Autoridad Nominadora designada en el caso. (ii) Las controversias derivadas del Acuerdo Estratégico, del Contrato de Nazca y del Contrato de Tláloc son arbitrables y deben ser resueltas por el Tribunal Arbitral de manera conjunta en el presente arbitraje. La voluntad de las partes, las circunstancias del caso y el fraude perpetrado por Chancas y sus Accionistas así lo justifican. 3.2 PARTE DE FONDO 3.2.1 Primera Parte: Argumentos De Tláloc 3.2.1.1 La Ley Aplicable 77. El principio de la autonomía de la voluntad habilita a las partes a elegir no sólo al arbitraje como medio de solución de controversias sino también a la ley que será aplicada por los árbitros para resolver dichas controversias. En este caso las partes han elegido, en unos casos de manera expresa y en otros de manera implícita, las reglas que regirían sus relaciones jurídicas contractuales y, por lo tanto, el fondo del arbitraje. 78. Ahora bien, en el presente caso existen controversias derivadas de múltiples contratos, por lo que es necesario individualizar las relaciones jurídicas y determinar las normas aplicables a cada una de ellas. La determinación separada de la ley aplicable a cada contrato, aún cuando éstos se encuentren estrechamente vinculados, se deriva del respeto por la autonomía de la voluntad de las partes pues como señala HANOTIAOU, 17 MORI, Pablo y Giuseppe Galuccio. “El juego de las máscaras: la extensión del convenio arbitral a partes no signatarias en el caso de los grupos de sociedades”. Lima: Ediciones Legales y Ius et Veritas. 2012. 20 en estos casos “desde un punto de vista metodológico, algunas veces el tribunal arbitral determinará la ley aplicable a los diversos contratos de manera separada”18. 79. Siendo ello así, veamos cuál es la Ley Aplicable (i) al Acuerdo Estratégico; y, (ii) al Contrato de Tláloc. La Ley Aplicable al Acuerdo Estratégico • 80. De acuerdo a la Cláusula X del Acuerdo Estratégico, a éste y al fondo de la controversia surgida a partir de él se le aplicarán los principios generales aplicables a los contratos comerciales internacionales, en concordancia con lo establecido por el Derecho de Andina en lo relativo a las materias propiamente societarias. Por ello, nos referiremos, entre otros, a los Principios Unidroit y a la jurisprudencia internacional sobre la materia. • La Ley Aplicable al Contrato de Tláloc 81. Las partes no han señalado de manera expresa cuál sería el derecho aplicable a las comunicaciones y acuerdos surgidos a partir del Acuerdo Estratégico. Sin embargo, tal como lo señala el Artículo 35° del Reglamento CNUDMI “el tribunal arbitral aplicará las normas de derecho que las partes hayan indicado como aplicables al fondo del litigio. Si las partes no indican las normas de derecho aplicables, el tribunal arbitral aplicará la ley que estime apropiada”. 82. La elección de la ley aplicable no sólo puede ser expresa sino también tácita19. Para ello, siguiendo a SÁNCHEZ LORENZO “la conducta anterior y posterior de las partes a la celebración del contrato, sus vínculos anteriores, sus manifestaciones durante las negociaciones, la utilización de ciertas condiciones generales, etc., pueden ser tenidas en cuenta para determinar la existencia de una voluntad tácita de las partes conformándose a una determina ley aplicable”20(énfasis agregado). 83. Por lo tanto, el Tribunal Arbitral, tomando en cuenta lo señalado en el párrafo 17, podrá observar que no sólo la estructura del negocio y los vínculos entre los Accionistas y Tláloc lo confirman sino que las propias comunicaciones entre las partes también lo hicieron: la elección de la Ley Aplicable del Contrato de Tláloc es la misma que la plasmada en el Acuerdo Estratégico. 84. En ese sentido, le serán aplicables a las comunicaciones y acuerdos surgidos a raíz del Acuerdo Estratégico “los principios generales, usos y prácticas aplicables a los contratos comerciales internacionales, con sujeción, en las materias propiamente societarias, al Derecho de Andina”. 18 19 20 HANOTIAOU, Bernard. Op. Cit. p. 215. (Traducción Propia) REISMAN, W. Michael, W. Laurence Craig, William Park y Jan Paulsson. “International Commercial Arbitration”. Nueva York: The Foundation Press In. 1997. p. 713. SÁNCHEZ LORENZO, Sixto. “Derecho Aplicable al Fondo de la Controversia en el Arbitraje Comercial Internacional”. Revista Española de Derecho Internacional Privado de la Universidad de Granada. 2009. En: http://digibug.ugr.es/bitstream/10481/19920/1/derecho%20aplicable%20en%20arbitraje.pdf 21 3.2.1.2 El Tribunal Arbitral deberá declarar la validez y eficacia del Contrato de Tláloc 85. Mediante conversación telefónica del 7 de marzo de 2012, Tláloc y Chancas, representada esta última por loa Accionistas acordaron la transferencia del 50% de las acciones de Huaca al 70% de su valor contable. Los correos electrónicos enviados entre las partes el 7 y 8 de marzo de 2012 dejan constancia del acuerdo. 86. El artículo 2.1.1 de los Principio Unidroit señala que un contrato se perfecciona mediante la aceptación a una oferta. En el caso concreto, Chancas aceptó la oferta de Tláloc respecto a la transferencia del 50% de las acciones de Huaca el 7 de marzo de 2012. Prueba de ello es el correo enviado por los Accionistas el 8 de marzo de 2012. Textualmente se indicó en la mencionada comunicación que “el acuerdo, por tanto, es aceptable”. 87. Si bien es cierto que Tláloc y Chancas tenían pendiente la redacción del texto de acuerdo, las condiciones esenciales del Contrato ya habían sido acordadas. En este sentido se debe observar lo dispuesto en el artículo 2.1.14 de los Principios Unidroit: “(1) Si las partes han tenido el propósito de celebrar un contrato, el hecho de que intencionalmente hayan dejado algún término sujeto a ulteriores negociaciones o a su determinación por un tercero no impedirá el perfeccionamiento del contrato. (2) La existencia del contrato no se verá afectada por el hecho de que con posterioridad: (a) las partes no se pongan de acuerdo acerca de dicho término”. 88. En el caso concreto no existe duda sobre la existencia de un vínculo contractual entre las partes. A partir del acuerdo del 7 de marzo de 2012, Tláloc era acreedor del 50% de las acciones con derecho a voto de Huaca. Tal como prescribe el artículo 2.1.14 de los Principios Unidroit, la falta de acuerdo respecto a ciertos aspectos dejados para un momento posterior no afecta a la formación del contrato, incluso en el caso que las partes no se pusieran de acuerdo sobre estos más adelante. 89. Siendo ello así, el hecho que Chancas no permitiera la formalización del Contrato de Tláloc aún cuando ya se encontraba obligado por el mismo; y, que, posteriormente, mediante correo del 16 de mayo del 2012 negara la existencia del vínculo contractual que lo unía con Tláloc es una clara muestra de su mala fe. La conducta de Chancas respecto al Contrato de Tláloc no constituye más que un intencional desacato al pacto al que ella misma se vinculó. 3.2.1.3 Los Demandados Incumplieron El Acuerdo Estratégico 90. En el año 1995, Tláloc, Chancas y los Accionistas celebraron un “Acuerdo Estratégico”, mediante el cual crearon un sistema de colaboración estratégica para regular su actuación en el mercado de Andina. A partir de este acuerdo, las partes se reunirían regularmente para explorar vías conjuntas de colaboración en sectores estratégicos y acordarían el sentido de sus votos en las empresas en las que fueran socios. 22 91. En su respuesta preliminar a la solicitud de arbitraje, los demandados han argumentado que el Acuerdo Estratégico no es una fuente de obligaciones, sino solo un acuerdo marco que no puede generar una verdadera relación contractual. 92. Sin embargo, ello carece de todo sustento. La obligatoriedad del acuerdo se desprende de principios contractuales básicos, así como del propio texto del contrato. De acuerdo con el artículo 2.1.1. de los Principios Unidroit, para que exista un contrato es necesario que las partes emitan una oferta y una aceptación; y, de acuerdo, al artículo 1.3 del mismo cuerpo normativo, todo acuerdo válidamente celebrado es obligatorio entre las partes. 93. Como se estableció en el caso Edwards vs. Skyways21, la no obligatoriedad de un acuerdo será siempre la excepción. Las partes tendrán que pactarlo expresamente, supuesto que no sucedió en el Acuerdo Estratégico. 94. Por el contrario, las partes establecieron expresamente obligaciones contractuales en el Acuerdo Estratégico. En la Cláusula VIII se estableció que en caso una de las partes esté interesada en realizar una desinversión en alguna sociedad donde mantenga más del 15% de las acciones con derecho a voto, ésta estaría obligada previamente a ofrecer estas acciones y negociar con aquellos co-contratantes del Acuerdo Estratégico que estén interesados en adquirir la participación de la sociedad. 95. Así mismo, en la Cláusula IX del Acuerdo Estratégico se establecieron penalidades en caso se incumplieran las obligaciones contractuales previstas en el Acuerdo Estratégico. Según la mencionada Cláusula, las partes podrían verse obligados a cancelar una penalidad de hasta 3.000.000.00 de euros. El Acuerdo Estratégico es claramente vinculante. 96. Así, habiendo demostrado la obligatoriedad del Acuerdo Estratégico, corresponde ahora determinar si existió un incumplimiento del mismo. A efectos de este proceso, son de especial relevancia las obligaciones asumidas en la Cláusula III, por la que las partes se obligaron a “explorar vías conjuntas de colaboración en los sectores estratégicos a los que pertenecen” de manera trimestral; y en la Cláusula VIII, en la que se acordó: (i) que en caso cualquiera de las partes optara por transmitir una parte significativa de acciones, primero debería entablar negociaciones con los demás firmantes a efectos de que ellos puedan adquirir las acciones, y (ii) que en caso se realizara la transferencia de acciones a un tercero, los demás firmantes tendrían un derecho de adquisición preferente para subrogarse en el lugar del comprador y adquirir las acciones, ofreciendo términos iguales o mejores. En este caso, es posible afirmar que Chancas incumplió tanto la Cláusula III como la Cláusula VIII del Acuerdo Estratégico. 97. Respecto a la Cláusula III del Acuerdo Estratégico, en marzo de 2012 Tláloc mostró tener un interés estratégico en la adquisición de las acciones de Huaca en una de las reuniones periódicas, y en virtud de ello, inició negociaciones con Chancas para la venta del 50% de las acciones de esta empresa. 98. Esto se puede apreciar claramente en el correo electrónico enviado el 7 de marzo de 2012 por Tenoc Tláloc a Atahualpa Inca, donde se señala que “el Acuerdo Estratégico 21 Caso resuelto por la Corte de Apelaciones del Reino Unido el 21 de enero de 1964. 23 que firmamos hace mucho tiempo, y renovamos el año pasado, fue una buena idea para asegurar que nuestros intereses se complementan. Los contactos periódicos facilitan situaciones como ésta, donde vosotros queréis desinvertir, y nosotros queremos comprar” (énfasis agregado). 99. Tal como ya lo hemos mencionado, estas negociaciones concluyeron con la celebración del Contrato de Tláloc de fecha 7 de marzo de 2012, habiendo quedado pendiente solamente la formalización del acuerdo y la entrega de las acciones a favor de Tláloc. La ejecución de buena fe de la Cláusula III del Acuerdo Estratégico claramente obligaba a Chancas a culminar con el proceso de contratación y a proceder a la formalización y redacción de los términos del Contrato de Tláloc. De lo contrario, la colaboración empresarial a la que Chancas se había obligado habría sido frustrada. 100. A pesar de ello, en abril de 2012 Chancas inició negociaciones con Nazca para la venta del 100% de las acciones de Huaca, las cuales culminaron en el Contrato de Nazca y en la posterior entrega de las acciones a favor de dicha empresa. La celebración de este contrato y, sobre todo, la entrega de las acciones a un tercero, frustró el acuerdo al que se había llegado con Tláloc el 7 de marzo de 2012 y el proceso de colaboración empresarial entre las empresas. 101. Con ello, Chancas también incumplió el Acuerdo Estratégico y se generó el supuesto de la Cláusula IX de dicho documento, que dispone el pago de una penalidad de hasta 3.000.000 de euros en caso de incumplimiento de alguna obligación material. 102. Respecto a la Cláusula VIII del Acuerdo Estratégico, ésta dispone que en caso uno de los firmantes hubiera manifestado su interés estratégico en alguna de las sociedades a otro firmante y éste último se propusiera transferir las participaciones de dicha sociedad, surgirían dos obligaciones en cabeza del transferente: (i) la de negociar previamente con el firmante que manifestó su interés estratégico, para la compra de dichas acciones y (ii) la de otorgar un derecho de adquisición preferente a dicho firmante, una vez que se hubiera concretado el contrato de compraventa con un tercero. 103. Así pues, es claro que el 7 de marzo de 2012 existió una manifestación de interés estratégico, ya que en el correo enviado por Tenoc Tláloc, se señala expresamente que “lo más importante es reiterar el interés mío y de mi grupo de empresas en integrar la distribuidora Huaca en el grupo”. Estando a ello, cuando Chancas inició las negociaciones con Nazca en abril de 2012, se activó la primera de las obligaciones establecidas en la cláusula VIII del Acuerdo Estratégico, debiendo la demandada iniciar negociaciones con Tláloc nuevamente, antes de proceder a un acuerdo final con Nazca. 104. Asimismo, en virtud del segundo párrafo de la cláusula VIII del Acuerdo Estratégico, una vez celebrado el contrato con Nazca, Chancas debió ofrecer a Tláloc la oportunidad de ejercer el derecho de adquisición preferente establecido en el contrato, comunicando la realización de la venta dentro de un plazo razonable. Sin embargo, nunca lo hizo. 105. No obstante, Chancas incumplió ambas obligaciones, puesto que entre abril y mayo de 2012 no inició negociación alguna con Tláloc, ni informó siquiera que había iniciado negociaciones con Nazca para la compraventa de las acciones de Huaca. Peor aún, una vez celebrado el contrato con Nazca el 2 de mayo de 2012, no envió comunicación 24 alguna a Tláloc, a fin de que esta pudiera ejercer el derecho de adquisición preferente establecido entre las partes. 106. De esta manera, Chancas incumplió el Acuerdo Estratégico puesto que no se llevó a cabo negociación alguna ni se concedió el derecho de adquisición preferente, de conformidad con el Acuerdo Estratégico. 3.2.2 Segunda Parte: Argumentos De Nazca 3.2.2.1 Ley aplicable al Contrato de Nazca 107. De acuerdo a la Cláusula VIII del Contrato de Nazca, las partes eligieron como ley aplicable a la Convención de las Naciones Unidas sobre los Contratos de Compraventa Internacional de Mercaderías (en adelante, la “CIM” o la “Convención”) y los principios generales de los contratos comerciales internacionales que fueran aplicables, y, en defecto de aquellos, el Derecho de Cervantia. 108. Chancas ha cuestionado la aplicación de la CIM, señalando que “las reglas de conformidad de la Convención de Viena no están concebidas para una compraventa de empresa” argumentando además que “no cabe aplicar las disposiciones sobre envase o embalaje, por cuanto se trata de conceptos creados a partir de la compraventa de mercadería”. 109. Este argumento se sustentaría en el artículo 2, inciso d) de la propia CIM, donde se establece que dicha norma no se aplica a las compraventas de valores mobiliarios, con lo que aparentemente se excluirían las compraventas de acciones y, por tanto, al Contrato de Nazca. Arribar a una conclusión como esta –como lo ha hecho la parte demandada- no sólo sería jurídicamente incorrecto sino que, además, implicaría desconocer el pacto que las Partes consintieron. 110. La CIM es plenamente aplicable al presente caso por dos motivos: (i) la autonomía de la voluntad es capaz de establecer la ley aplicable y superar la exclusión establecida en el artículo 2, inciso d) de la CIM que señala que no se aplica a compraventas de valores mobiliarios, y (ii) la supuesta incompatibilidad entre las normas de la CIM y el contrato de compraventa de empresas no existe. 111. En cuanto al punto (i), podemos ver que la aplicación de la CIM al fondo de la controversia se sustenta en la autonomía de la voluntad de las partes y no en la ratificación de la Convención por los Estados de Cervantia y Andina. De la misma manera en que las partes pudieron transcribir íntegramente la CIM al contrato para su aplicación directa, estas optaron por integrarla al Contrato de Nazca por referencia, con lo que es tan parte del acuerdo contractual como cualquier cláusula. 112. Es justamente por ello que el Artículo 35° del Reglamento CNUDMI señala que “el Tribunal Arbitral aplicará las normas de derecho que las partes hayan indicado como aplicables al fondo del litigio” (énfasis agregado). En el mismo sentido, REISMAN, 25 CRAIG, PARK y PAULSSON han reconocido que “los casos reportados muestran que los árbitros invariablemente aplican la ley seleccionada por las partes”22. 113. En tal sentido, si bien la CIM contiene una exclusión para su aplicación a la venta de valores mobiliarios, esta no resulta aplicable cuando las partes eligieron dicho cuerpo normativo como ley aplicable en observancia de su autonomía privada. Y es justamente la propia CIM la que privilegia la autonomía privada por encima de sus propias disposiciones, cuando señala en su artículo 6 que “las partes podrán excluir la aplicación de la presente Convención o, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 12, establecer excepciones a cualquiera de sus disposiciones o modificar sus efectos”. 114. Efectivamente, basta realizar una simple interpretación a contrario de este artículo para observar que, de la misma manera en que las partes pueden excluir la aplicación de la CIM, también podrán incluirla, aun cuando se incurra en alguna de las exclusiones para su aplicación. Ello ha sido reconocido por PERALES quien señala lo siguiente: “Cuestión diversa es la de si en transacciones que no se gobiernan por la Convención (por ejemplo, porque el objeto es alguno de los excluidos en el artículo 2 CNUCCIM (…) cabría que las partes pactasen su aplicación. La respuesta será casi con seguridad afirmativa, y dependerá de la libertad de elección que se conceda a las partes; cuestión que no queda gobernada por la Convención”23 (énfasis agregado). 115. En el mismo sentido, SCHLECHTRIEM ha reconocido lo siguiente: “Las partes pueden no solo rechazar la aplicación de la Convención, sino que pueden acordar la aplicación de la Convención cuando las condiciones previas para su aplicación no han sido cumplidas”24 (énfasis agregado). 116. Por otro lado, esto se sustenta también en que la incorporación de la CIM a un contrato de compraventa de empresas no afecta el propósito de la exclusión del artículo 2. En efecto, “la exclusión de las ventas de valores mobiliarios, títulos o efectos de comercio (apartado d) del artículo 2) tiene como propósito evitar conflictos con las normas imperativas del derecho interno”25. 117. Sin embargo, en la medida en que nos encontremos ante una elección válida de la ley aplicable por un acuerdo entre las partes, dicho conflicto no se presentará y, es por ello que se ha señalado que la Convención será aplicable a operaciones a las que normalmente no le sería aplicable, “por ejemplo porque el objeto es alguno de los excluidos en su artículo 2”26. 22 23 24 25 26 REISMAN, W. Michael, W. Laurence Craig, William Park y Jan Paulsson. Op. Cit. p. 712. (Traducción Propia) PERALES VISCASILLAS, María del Pilar. “El Contrato de Compraventa Internacional de Mercancías (Convención de Viena de 1980)”. Disponible en la Biblioteca Electrónica sobre la Compraventa Internacional de Mercaderías y el CISG. En: http://www.cisg.law.pace.edu/cisg/biblio/perales1.html SCHLECHTRIEM, Peter. “Uniform Sales Law - The Un-Convention On Contracts For The International Sale Of Goods”. Disponible en la Biblioteca Electrónica sobre la Compraventa Internacional de Mercaderías y el CISG. En: http://www.cisg.law.pace.edu/cisg/biblio/schlechtriem.html Comentarios Oficiales al Artículo 2° de la CIM. PERALES, María del Pilar. Op. Cit. p. 133. 26 118. Estando a ello, en aplicación del artículo 6 de la CIM, es claro que en este caso las partes establecieron una excepción al artículo 2, inciso d) de la CIM cuando pactaron expresamente que esta norma sería aplicable a la compraventa de acciones. 119. En cuanto al punto (ii), es preciso señalar que la naturaleza de las acciones o del contrato de compraventa de empresas no genera ningún impedimento para aplicar la CIM al presente caso. La racionalidad del acuerdo de las partes y la jurisprudencia confirman que ello es así. 120. Como se precisará más adelante, Nazca no adquirió el 50% o el 30% de las acciones del capital social de una empresa. Nazca adquirió el 100% de las acciones de Huaca; es decir, adquirió la empresa. Por lo tanto, a Nazca no sólo le interesan los derechos económicos y políticos que se derivan de la acción como tal sino que, el fin último de la transacción, era adquirir una empresa o “mercancía” económicamente viable y operativa. 121. Siendo ello así, al pactar a la CIM como Ley Aplicable, las partes exteriorizaron el sentido de la transacción y cuál era su verdadero interés. Por ello, no sólo serán aplicables al Contrato de Nazca las disposiciones relativas a la formación del contrato sino también, y con mayor relevancia para el caso, aquellas relacionadas a la conformidad que deben tener los bienes (mediatos e inmediatos) que son objeto de compraventa. 122. Además, si nos detenemos en el concepto de “mercadería” -a diferencia de lo planteado por Chancas- veremos que el asunto ya ha sido resuelto por la jurisprudencia en el sentido que dicho concepto debe tener un contenido amplio. Así, en el caso CLOUT 281, en el que el objeto de la venta fue un circuito integrado, se estableció, que “el término ‘bien’ debe ser interpretado ampliamente dado que comprende todos los objetos que puedan ser sometidos a una venta comercial”. 123. Asimismo, en dicho caso se determinó que la transferencia de un bien inmaterial puede estar regulado por la CIM, puesto que “según el sentido de la Convención, las ‘mercaderías’ comprendían todos los bienes materiales e inmateriales que pudieran ser objeto de contrato de compraventa internacional, lo que abarcaría a los programas informáticos” (énfasis agregado). 124. De igual manera, en el caso CLOUT 988 se resolvió sobre una compraventa de monedas, que también constituirían bienes “incompatibles” al estar excluidos por el artículo 2, inciso d) de la Convención y en cuanto constituyen propiamente dinero y no mercancías. En este caso, “la CIM se aplicó porque las partes así lo habían estipulado en el contrato. A pesar de lo dispuesto en el artículo 2 d) de la CIM, el Tribunal de arbitraje aplicó la CIM, a la venta de las monedas, aunque estos objetos pudieran calificarse como dinero”. (énfasis agregado) 125. De lo hasta aquí mencionado, podemos concluir que la Ley Aplicable al Contrato de Nazca es, indefectiblemente, la CIM y lo establecido en la Cláusula VIII del Contrato. 27 3.2.2.2 La resolución del contrato practicada por Nazca es eficaz 126. Los presupuestos para que una resolución por incumplimiento surta efectos son la legitimidad de la parte que pretende resolver y la existencia de un incumplimiento imputable a la contraparte27. En el presente proceso no está en discusión que Nazca es parte fiel. 127. En este sentido, a continuación, detallaremos los tres incumplimientos de Chancas: (i) el incumplimiento por falta de conformidad de los bienes, (ii) el incumplimiento de las declaraciones y garantías, y, (iii) el incumplimiento al deber de lealtad. • Chancas incumplió el contrato por falta de conformidad de los bienes vendidos El objeto del contrato de compraventa es la empresa Huaca y no sus acciones 128. El verdadero objeto del Contrato de Nazca es la empresa Huaca. Si bien Nazca adquirió acciones de la sociedad Huaca, adquirió el 100% de las acciones de su capital social. Es decir, Nazca adquirió el control absoluto de la sociedad objeto de compraventa. Por lo tanto, el Contrato de Nazca no solo abarca los valores mobiliarios consistentes en acciones, sino que incluye la titularidad de una entidad compuesta por múltiples relaciones contractuales, laborales y administrativas: Huaca. 129. Como señala ALBALADEJO, en la compraventa de empresas, estas “no constituyen un objeto contractual ni sencillo ni unívoco. (…) Las partes son conscientes de que la compra de acciones de la compañía es un simple paso formal para tener entrada en el control y disposición del negocio que constituye el sustrato económico de la sociedad adquirida. En estos casos, la titularidad de las acciones no es la finalidad última del negocio”28 (énfasis agregado). 130. De igual manera, PAYET argumenta que “si bien desde el punto de vista jurídico, la adquisición de una empresa se instrumenta o realiza en la mayoría de los casos a través de la adquisición de acciones, (…), en la realidad de las cosas la complejidad de la entidad “subyacente” a las acciones, la empresa, (…), hace que estas operaciones disten mucho del simple endoso de títulos valores. En este tipo de operaciones, la compra de acciones es solo el medio para adquirir la titularidad última de la empresa”29 (énfasis agregado). 131. Entonces, el Contrato de Nazca contaba con un objeto inmediato, consistente en las propias acciones de Huaca, y un objeto mediato, la empresa Huaca como unidad económica. Así lo han reconocido PUYÁ y MARTÍNEZ quienes han manifestado lo siguiente: [El proceso de compraventa de empresas] “va a culminar con la negociación y suscripción de un contrato de compraventa, cuyo objeto inmediato lo 27 28 29 ROPPO, Vincenzo. “El Contrato”. Lima: Gaceta Jurídica. 2009. p. 878. ALBALADEJO CAMPOY, Miguel Ángel. “Compraventa de Empresas: Responsabilidad del Vendedor”. En: Instituto de Empresa. Mimeo. p. 2. PAYET PUCCIO, José Antonio. "Reflexiones sobre el contrato de compraventa de empresas y la responsabilidad del vendedor". En: Ius et Veritas. Número 39. Lima: Asociación Civil Ius et Veritas, diciembre 2009. p. 72. 28 constituirán, normalmente, las acciones o participaciones de la sociedad titular de la empresa que constituya el objeto mediato de dicho contrato” 30. 132. Respecto a las acciones, objeto inmediato o vehículo del fin último del contrato, es decir, la adquisición de una empresa, debemos señalar que es una exigencia comercial que éstas se encuentren libres de gravámenes, derechos de terceros y demás requisitos exigidos por el contrato, la ley aplicable y el principio de buena fe contractual. 133. Sin embargo, de nada le serviría a un comprador contar con acciones libres de derechos de terceros cuando el objeto mediato de su adquisición, es decir, la empresa, no cuenta con un patrimonio solvente que le permita ejercer los derechos derivados de tales acciones en beneficio propio. Por tanto, los estándares de idoneidad que se exige de las acciones se extienden también al objeto mediato del contrato, la empresa misma. 134. Es por ello que, en el presente caso, Huaca también debía cumplir con los requisitos exigidos al bien objeto de la venta y es sobre este bien que las normas que protegen al comprador deben ser aplicadas. Una limitación del análisis solo a las acciones llevaría a un entendimiento parcial de la transacción realizada y de la controversia entre las partes, con lo que la solución al caso sería inevitablemente insatisfactoria. 135. Esto se puede apreciar también por el hecho que las partes hayan elegido a la CIM como la ley aplicable al presente caso. Al elegir a la CIM como ley aplicable, las partes revelaron que entendían la transacción no solo como la transferencia de acciones, sino como una operación en la que se estaba transmitiendo un bien sujeto a todas las contingencias de la compraventa de mercaderías, incluyendo la posibilidad que los bienes no sean conformes al contrato. 136. Así, habiendo entendido que el “bien” objeto del Contrato de Nazca incluye necesariamente a la empresa Huaca como tal, es claro que Chancas ha vulnerado el artículo 35 (2) (a) y 35 (2) (b) de la CIM. Chancas no entregó a Nazca la empresa idóneo para el propósito adquirido. Huaca no es conforme con el artículo 35 de la CIM 137. De acuerdo con el artículo 35 (1) de la CIM, el vendedor deberá entregar mercaderías cuya cantidad, calidad y tipo correspondan a los estipulados en el contrato. Asimismo, según el 35 (2) (a) y (b) de la CIM, el bien entregado debe ser apto para su uso ordinario o para el uso específico indicado por el comprador. 138. En el presente caso es evidente que la empresa transferida por Chancas no se encontraban conforme al contrato pues existe una diferencia sustancial entre el bien prometido y el bien entregado. En las negociaciones y en el contrato, Chancas ofreció una sociedad que libre de contingencias de ningún tipo y ello fue reflejado en los estados financieros de Huaca. 139. Lo anterior se puede apreciar claramente en el correo electrónico de fecha 10 de abril de 2012, enviado por el representante de Nazca, don Pedro Serrano, a los Accionistas, 30 PUYA PUJADO, Alejando y Francisco MARTÍNEZ MAOTO. “El Sistema Contractual”. En: Trías. SAGNIER, Miguel (director). Régimen Jurídico y Tributario del Capital de Riesgo en España: Entidades y Operaciones. Madrid: Marcial Pons. 2006. p. 177. 29 donde señaló que Huaca era la opción más conveniente para ingresar al mercado de Andina debido a su buena salud financiera. Esta afirmación fue confirmada por Chancas en su correo electrónico de respuesta del 11 de abril de 2012. 140. Pero eso no es todo. No sólo las negociaciones apuntaron a que Huaca era una empresa saludable financieramente sino que también se incluyó como una declaración y garantía del contrato que los estados financieros de Huaca, donde la sociedad aparecía “sin salvedades”, es decir sin contingencias, habían sido debidamente elaborados. Este era el bien en “calidad” y “tipo” que Chancas le prometió a Nazca. 141. Sin embargo, antes de la adquisición, Huaca había cometido infracciones administrativas que la ponían en riesgo de ser sancionada por vulneración de normas medioambientales. La inclusión de esta contingencia hubiera generado que Huaca se encontrara en una situación de pérdida en el ejercicio 2011 y hubiera reducido el patrimonio neto de la sociedad de manera sustancial, además de los costos adicionales que el procedimiento administrativo implicaban. 142. De esa manera, la característica determinante para que Nazca adquiriera la empresa, esto es, su “salud financiera”, no era tal. Por el contrario, hasta el momento, la sociedad no ha sido capaz de generar los beneficios para los que fue adquirida. Así, Chancas ha incumplido el artículo 35 (1) de la CIM, al haber entregado un bien distinto en calidad y tipo al que había prometido. Al respecto, cabe citar el caso (22 U 4/96) resuelto por la Corte de Apelaciones de Colonia, en el que un distribuidor de autos italiano vendió un automóvil a otro distribuidor alemán con un kilometraje y año de fabricación falso. En dicha ocasión, el Tribunal manifestó lo siguiente: “Las características estipuladas en el contrato son relevantes para determinar la conformidad con el contrato – datos cuantitativos, cualitativos y descripciones. Así, los datos cualitativos comprenden todas las circunstancias fácticas o legales con respecto a la relación de los bienes con su medio; si es que afectan la usabilidad o valor de los bienes debido a su tipo o duración no es relevante para determinar la conformidad del contrato bajo el artículo 35 (1) de la CIM. Tomando ello en consideración, no hay duda que el carro entregado constituye un incumplimiento del vendedor: el carro era de un año de fabricación distinto ni mostraba el kilometraje indicado.” 143. En adición a ello, también se han incumplido los artículos 35 (2) (a) y (b) de la CIM, en cuanto el bien entregado no es apto para su uso ordinario o el uso específico indicado por el comprador. 144. BIANCA, al comentar el artículo 35 (2) (a), señala que “los bienes no son conformes para su uso ordinario cuando la falta de las características apropiadas o defectos impiden su uso material u ofrecen resultados anormalmente deficientes u ofrecen costos inusuales. Los bienes también son disconformes para su uso usual cuando la falta de características apropiadas o defectos, aunque no afectan el uso material de los bienes, reducen su valor afectando su uso para el comercio”31(énfasis agregado). 31 BIANCA, Massimo. “Commentary on the International Sales Law”. Milan: Giuffrè. 1987. p. 268. En: http://cisgw3.law.pace.edu/cisg/biblio/bianca-bb35.html 30 145. Debido a la contingencia ocultada, Nazca no puede utilizar el bien adquirido, Huaca, ni para su uso ordinario ni para el que había especificado. Huaca es una sociedad especializada en la distribución de productos alimenticios, con canales de distribución a cadenas de hipermercados, la cual sería utilizada por Nazca para realizar una integración vertical de su negocio, facilitando la distribución de sus productos derivados de aceites vegetales. El uso ordinario de Huaca es evidentemente el cumplimiento de su objeto social, consistente en el ejercicio de la actividad de distribución, mientras que el uso específico a ser dado por Nazca era una integración con sus empresas de producción de aceites. 146. Sin embargo, debido al procedimiento sancionador iniciado con fecha 20 de junio de 2012, el Ayuntamiento de Yahuarpampa notificó a Nazca de la suspensión cautelar de la actividad de Huaca por la duración del expediente sancionador. Entonces, Nazca adquirió una empresa de distribución de productos alimenticios que no puede ser utilizada para absolutamente ningún uso, al encontrarse impedida de cumplir con su objeto social y distribuir productos alimenticios en Andina. Es decir, el bien adquirido no es idóneo para su uso ordinario, puesto que la empresa no puede operar. 147. El hecho que se pueda pagar la multa y continuar con la operación no afecta lo afirmado. Como señala BIANCA, cuando la utilización de las mercancías implica un costo inusual para el comprador, entonces también se entenderá que estas no son conformes al contrato, según el artículo 35 (2) (a) de la CIM. Así, el vicio se mantiene, pues para continuar la operación de la empresa adquirida, Nazca tendría que asumir un costo de 550,000 euros, que supone un quinto del precio total pagado por las acciones. 148. Por lo tanto, en atención a lo señalado y al artículo 25 de la CIM y el artículo 7.1.3 (2) (b) de los Principios Unidroit, nos encontramos ante un incumplimiento esencial que “priva sustancialmente a la parte perjudicada de lo que tenía derecho a esperar en virtud del contrato”: Chancas entregó a Nazca una empresa que no puede ser utilizada para su uso ordinario ni tampoco para el propósito comercial de Nazca. Nazca no ha recibido lo que tenía derecho según el Contrato de Nazca y ello constituye un incumplimiento de Chancas. • Chancas incumplió el Contrato de Nazca por falsedad en las declaraciones y garantías 149. En la Cláusula V del Contrato de Nazca se hizo referencia a las “Manifestaciones y Compromisos de las Partes”. Esta cláusula prevé lo que se conoce en la doctrina comercial como “declaraciones y garantías”. Por medio de estas, las partes asignan riesgos dentro de una operación contractual. 150. En ese sentido, GILI ha definido las declaraciones y garantías como “el conjunto de declaraciones, creencias o predicciones sobre la compañía objeto de compraventa que realiza el vendedor a favor del comprador y cuyo principal efecto consiste en asignar al vendedor los riesgos previstos por ese conjunto de declaraciones, creencias o 31 predicciones, con independencia de que el comprador los hubiera podido descubrir durante el proceso de due diligence”32. 151. Dentro de las declaraciones y garantías, Chancas, en calidad de vendedora, declaró que los Estados Financieros de Huaca, cerrados al 31 de diciembre de 2011, representaban de acuerdo a la ley aplicable y a los principios de contabilidad generalmente aceptados en Andina “la imagen fiel del patrimonio y situación financiera de HUACA, SA y no contienen ninguna afirmación incierta o ningún hecho sustancial que pueda inducir a error”. Chancas ha incumplido de manera manifiesta esta declaración. Nos explicamos. 152. De conformidad con lo establecido por DIEZ-PICAZO, ROCA Y MORALES, las declaraciones y garantías generan una vinculación obligacional entre las partes que “(…) no significa obligarse a que la realidad sea diferente, algo imposible, sino garantizar el interés del otro contratante en un determinado estado de la realidad”33. 153. A través de la declaración hecha por Chancas en el Contrato de Compraventa de Nazca, ésta asumió todos los riesgos relativos a cualquier vicio existente en los Estados Financieros de Huaca. La comprobada inexactitud de ésta genera un incumplimiento. Así se ha reconocido en el artículo 2-313 del Uniform Commercial Code y el artículo 6:101 de los Principios de Derecho Europeo de los Contratos. De la lectura de estas normas de Derecho Uniforme se puede concluir que las “declaraciones y garantías” en un contrato son propiamente obligaciones contractuales y su incumplimiento dará a la parte fiel derecho a utilizar los remedios contractuales típicos, entre ellos la resolución contractual. 154. En el mismo sentido, el 19 de enero de 2001 (RJ 2001/1320) la Primera Sala del Tribunal Supremo Español resolvió una controversia sobre las declaraciones tributarias realizadas en el contrato de compraventa de acciones de la empresa OPA Gestión Patrimonial S.A. señalando lo siguiente: “Se trata de una obligación expresamente asumida y de la que pretenden liberarse, sin base fáctica demostrada y apoyo legal alguno, viniendo a ser indiferente, dentro del marco procesal del pleito, que hubieran intervenido o no en las actuaciones inspectoras llevadas a cabo y el momento en que descubrieron el impago del tributo que correspondía a la sociedad” (énfasis agregado). 155. En el presente caso, dos semanas luego de que Nazca comenzara a operar la empresa Huaca, le fue notificado el inicio de un procedimiento administrativo sancionador por infracción a normas medioambientales con una contingencia estimada de 550,000 euros. Como se señaló, incluso el Ayuntamiento de Yaurpampa declaró la suspensión cautelar de las actividades de Huaca debido al mencionado procedimiento. 156. A pesar de que Chancas era consciente de esta contingencia, no hizo la provisión correspondiente en los Estados Financieros de Huaca, ni hizo mención a ella en la 32 33 GILI, Marian. “Compraventa de acciones: causa del contrato y remedios frente al incumplimiento de las manifestaciones y garantías”. En: InDret, Revista para el análisis del Derecho. Barcelona: 2010. p. 7 DIEZ-PICAZO, Luis, ROCA, Encarna y Antonio MORALES. “Los principios del derecho europeo de los contratos”. Madrid: Civitas. 2002. p. 320. 32 negociación del Contrato de Nazca. Por el contrario, tanto en su correo electrónico de fecha 11 de abril de 2012, como en el Contrato de Nazca afirmó la solidez financiera de la sociedad y la inexistencia de salvedades en sus Estados Financieros. 157. Tal como se expone en el informe pericial emitido por KPMG Asesores, S.L. de fecha 8 de junio de 2012, se debió provisionar una contingencia de 550,000 euros en los Estados Financieros del 2011 de Huaca. Esto, en razón de que los hechos causantes de la contingencia administrativa se dieron con anterioridad al cierre de las cuentas anuales del 2011. 158. Lo anterior es consistente con lo dispuesto en la NIC 37, norma contable internacional sobre Provisiones, Pasivos Contingentes y Activos, según la cual solo se podrá dejar de provisionar un pasivo contingente cuando sea remoto. Específicamente, de acuerdo a la NIC 37 se deberá “(…) informar acerca de la obligación en cuestión los estados financieros, salvo en el caso de que la salida de recursos que incorporen beneficios económicos tenga una probabilidad remota”. 159. Como se puede observar, existiendo una contingencia que, lejos de ser remota, era altamente probable de materializarse, esta debió provisionarse y no se provisionó. En consecuencia, la declaración formulada por Chancas en el Contrato de Nazca respecto a los Estados Financieros de Huaca es falsa y constituye un incumplimiento. En pocas palabras, el bien ofrecido no coincidió con el bien entregado ni declarado. 160. Al respecto, el 30 de junio del 2000 la Primera Sala del Tribunal Supremo Español, al resolver una controversia entre Samsonite Corporation y el Estado Español por la venta de acciones de la empresa Marroquería Industrias Tauro S.A. (RJ 2000/ 6747) que no contaba con los permisos necesarios para operar a pesar de lo dispuesto en las declaraciones y garantías, indicó: “El incumplimiento opera en este caso por insatisfacción objetiva en la parte compradora, con trascendencia en la inhabilidad del objeto, en este caso jurídica. Se trata de vicio que existía en el momento de la contratación, y ello posibilita la sanción de los artículo 1101 y 1124 del Código Civil (…)” (énfasis agregado). 161. Por lo tanto, el remedio resolutorio planteado por Nazca es eficaz en tanto Chancas entregó una sociedad en un estado distinto al acordado. Tal como indica el artículo 25 de la CIM y el artículo 7.1.3 (2) (b) de los Principios Unidroit, estaremos frente a un incumplimiento esencial cuando este “priva sustancialmente a la parte perjudicada de lo que tenía derecho a esperar en virtud del contrato”. Chancas incumplió su declaración sobre los Estados Financieros y, con ello, ha impedido que Nazca adquiera la sociedad que tenía derecho a esperar de acuerdo con lo ofrecido. • Chancas incumplió el deber de lealtad contractual 162. En adición a los incumplimientos antes detallados, Chancas violó el deber de lealtad o el principio de la buena fe contractual al no haber informado acerca de la posible sanción por verter residuos en el río Topama. Como ya se ha explicado, la sanción producto de este procedimiento sancionador afectaría de manera sustancial la economía 33 de la sociedad. No obstante, Chancas no informó sobre esta contingencia ni en las negociaciones del Contrato de Nazca ni en el texto del acuerdo. 163. De las comunicaciones realizadas entre las partes con anterioridad a la suscripción del Contrato de Nazca se desprende que los estados financieros de Huaca constituyeron un aspecto determinante para la decisión de Nazca de adquirir la sociedad. Es así que en el correo electrónico enviado por Nazca a Chancas el 10 de abril de 2010, el representante de Nazca señalo que una de las tres razones esenciales por las que se quería adquirir Huaca era su “buena salud financiera”, agregando que las cuentas anuales de la sociedad cerradas al 31 de diciembre de 2011 eran “sólidas”. 164. A pesar de que Chancas tenía conocimiento del vertimiento excesivo de residuos en el río Topama, habiéndole incluso notificado la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Yahuarpampa el inicio de las investigaciones por esta infracción el 27 de febrero de 2012, ésta no comunicó a Nazca al respecto. Por el contrario, Chancas, mediante correo electrónico de fecha 11 de abril de 2012 comunicó a Nazca que “Los ‘fundamentales’ de la sociedad [Huaca] son sólidos, y las cuentas anuales auditadas cerradas al 31 de diciembre de 2011 se firmaron ‘SIN SALVEDADES’”. 165. Lo expuesto hace evidente la violación al principio de buena fe por parte de Chancas en la relación contractual que mantiene con Nazca. MESSINEO ha definido la buena fe en relaciones obligatorias de la siguiente manera: “En sentido objetivo, buena fe significa lealtad de conducta en las relaciones con los otros sujetos: conexa con ella hay una valoración de orden ético. En este primer sentido, el término se emplea, (…), en materia de relaciones obligatorias”34. 166. Chancas demostró deslealtad plena frente a Nazca cuando, a pesar de conocer la relevancia de la situación económica de Huaca, no comunicó sobre las contingencias administrativas producto del excesivo vertimiento de residuos en el río Topama. Esta deslealtad se hace aún más evidente si tenemos en cuenta que para esa fecha Chancas ya había celebrado un contrato de compraventa de acciones a favor de Tláloc. 167. El incumplimiento del deber de lealtad negocial por parte de Chancas es inadmisible, especialmente considerando que la buena fe y lealtad negocial son preceptos legales considerados como imperativos por los Principios Unidroit35. Así, el segundo inciso del artículo 1.7 de los Principios Unidroit señala que “las partes no pueden excluir ni limitar este deber”. 168. La falta al deber de buena fe en este caso hace posible también la resolución del Contrato de Nazca. El artículo 7.3.1 (2) (c) de los Principios Unidroit califica como incumplimiento esencial aquel que “fue intencional o temerario”. Como bien ha dicho MESSINEO, el incumplimiento del principio de buena fe en el derecho de los contratos es “deslealtad de conducta, y en este sentido se aproxima al dolo”36. Por tanto, el actuar desleal de Chancas en el marco del Contrato de Nazca supone un incumplimiento esencial, que también justificó la resolución del vínculo entre las partes. 34 35 36 MESSINEO, Francesco. “Manual de Derecho Civil y Comercial”. Buenos Aires: Ediciones Jurídicas Europa. 1954. p.130. “Comentarios a los Principios Unidroit”. Roma: Instituto Internacional para la Unificación del Derecho Privado. 2004. p. 21. MESSINEO, Francesco. Op. Cit. p.131. 34 3.2.2.3 La responsabilidad civil derivada de los incumplimientos contractuales de Chancas 169. De acuerdo con el artículo 74 de la CIM y el artículo 7.4.1 de los Principios Unidroit, el deudor debe proceder al pago de la indemnización por los daños y perjuicios derivados del incumplimiento de sus obligaciones. 170. En el presente caso, Nazca reclama que se le indemnice por dos conceptos: (i) 17,428.5 euros derivados de (a) 7865 euros en gastos de abogados para la elaboración del contrato, (b) 1654.3 euros en horas del personal de Nazca dedicadas a la negociación del contrato y (c) 7909.2 euros por gastos de viaje de los directivos de Nazca para las reuniones de negociación de la adquisición; y, (ii) Un monto a ser determinado por una pericia posterior en función a los daños causados por la paralización de la actividad de Huaca por la medida cautelar mencionada anteriormente. 171. Como hemos demostrado en los puntos anteriores, Chancas incurrió dolosamente en tres incumplimientos graves y esenciales, puesto que (i) entregó bienes que no eran conformes con el contrato, según las normas de la CIM; (ii), incurrió en falsedad en las declaraciones y garantías; y, además, (iii) incumplió el deber de lealtad que el principio de buena fe contractual impone a las partes en una transacción. 172. Asimismo, es claro que existe un nexo de causalidad entre el incumplimiento contractual realizado por Chancas y los daños que se han generado a Nazca. Los incumplimientos contractuales de la contraparte llevaron a que Nazca se viera obligada a resolver el Contrato de Nazca. 173. Así, los daños que reclamamos se derivan de los gastos incurridos para negociar y celebrar el contrato, los cuales constituyen un daño emergente cuyo gasto no hubiera sido una pérdida de no haber sido por la falsa información provista por Chancas, y el daño por la suspensión de las actividades de Huaca, el cual constituye un lucro cesante. 3.2.3 Conclusiones De La Parte de Fondo 174. De lo hasta aquí mencionado sobre la Parte de Fondo, podemos concluir lo siguiente: (i) El acuerdo de las partes es claro sobre la elección de la Ley Aplicable a cada relación jurídica. El Tribunal Arbitral deberá aplicar al Contrato de Nazca la CIM y lo establecido en dicho acuerdo; y, al Contrato de Tláloc y al Acuerdo Estratégico los principios generales del derecho que fueren aplicables, como los Principios Unidroit, entre otros. (ii) Chancas enajenó a la vez las acciones de la sociedad Huaca a Nazca y Tláloc. Ambos compradores fueron perjudicados por la mala fe de Chancas. (iii) Chancas y los Accionistas incumplieron el Acuerdo Estratégico por: (i) no haber negociado de buena fe la venta de las acciones con Tláloc, (ii) no ofrecer las 35 acciones a Tláloc antes de la celebración del Contrato de Nazca; y (iii) no permitir que Tláloc ejerza su derecho de adquisición preferente. (iv) Chancas incumplió el Contrato de Tlalóc al no haber entregado el 50 % de las acciones con derecho a voto de la sociedad Huaca a Tláloc. (v) Chancas incumplió el Contrato de Nazca. La resolución ejercía por Nazca es plenamente eficaz en tanto: a. De conformidad con el artículo 35 de la CIM, el bien que Nazca recibió no era la empresa que se le había prometido, sino una cuya operación se vio paralizada por una medida cautelar y cuya utilización hubiera significado el costo de 550.000 euros, haciendo a la empresa inútil para su usos ordinarios y específicos. b. Chancas afirmó en las declaraciones y garantías del Contrato de Nazca que los estados financieros habían sido debidamente elaborados, cuando el informe de KPMG y las normas contables internacionales demuestran que se debió incluir una provisión de 550.000 euros por la posibilidad de la sanción administrativa. c. Chancas actúo de mala fe tanto en la negociación como en la ejecución del Contrato de Nazca. IV. PETITORIO 175. En atención a todo lo expuesto, las pretensiones que planteamos en el este arbitraje son las siguientes: (i) PRIMERA PRETENSIÓN CONJUNTA: Que el Tribunal Arbitral se declare competente para decidir las cuestiones relativas a su composición. (ii) SEGUNDA PRETENSIÓN CONJUNTA: Que el Tribunal Arbitral se declare competente para decidir sobre todas las partes y controversias sometidas al presente proceso arbitral. (iii) TERCERA PRETENSIÓN CONJUNTA: Que el Tribunal Arbitral declare que el derecho aplicable al Contrato de Nazca es la CIM y lo establecido en dicho acuerdo; y, al Contrato de Tláloc y al Acuerdo Estratégico los principios generales del derecho que fueren aplicables, entre otros. (iv) PRIMERA PRETENSIÓN DE NAZCA: Que el Tribunal Arbitral declare que Nazca resolvió correctamente el Contrato celebrado el 02 de mayo de 2012 por los incumplimientos de Chancas. (v) SEGUNDA PRETENSIÓN DE NAZCA: Que el Tribunal Arbitral ordene que, como consecuencia de la resolución, Chancas pague una indemnización por 17,428.5 euros, conforme al Informe Pericial, y la indemnización derivada de la paralización de la actividad de Huaca. 36 (vi) TERCERA PRETENSIÓN DE NAZCA: Que el Tribunal Arbitral ordene que, como consecuencia de la resolución, Chancas devuelva a Nazca el precio pagado por las acciones de Huaca. (vii) PRIMERA PRETENSIÓN DE TLÁLOC: Que el Tribunal Arbitral declare que Chancas (a través de Atahualpa Inca, el Consejero Delegado) incumplió el contrato de compraventa de acciones, al no entregar las acciones ya vendidas, y lo haga responsable civilmente por ello. (viii) SEGUNDA PRETENSIÓN DE TLÁLOC: Que el Tribunal Arbitral declare que los Accionistas y Chancas incumplieron el Acuerdo Estratégico y son responsables civilmente por: (i) no haber negociado de buena fe la venta de las acciones con Tláloc, (ii) no ofrecer las acciones a Tláloc antes del Contrato de Nazca; y (iii) no permitir que Tláloc ejerza su derecho de Adquisición Preferente. (ix) TERCERA PRETENSIÓN DE TLÁLOC: Que el Tribunal Arbitral ordene el pago de la penalidad pactada en la Cláusula IX del Acuerdo Estratégico. 37