Reparaciones colectivas - Deutsche Digitale Bibliothek

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Proyecto “Fortalecimiento del Estado de Derecho - FortalEsDer”
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Reparaciones colectivas:
consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
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Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH
Reparaciones colectivas:
consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
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consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Reparaciones colectivas:
consideraciones conceptuales y normativas.
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
© Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH
ISBN: 978-958-8438-75-7
La Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH inició sus labores al comenzar
el año 2011. La organización reúne las competencias y las experiencias de muchos años del Servicio
Alemán de Cooperación Social-Técnica (DED) gGmbH, de la Deutsche Gesellschaft für Technische
Zusammenarbeit (GTZ) GmbH y de InWEnt – Capacitación y Desarrollo Internacional gGmbH.
________________________________________________________
Alejandro Ordóñez Maldonado
Procurador General de la Nación
Paula Andrea Ramírez Barbosa
Procuradora Delegada para el Ministerio Público en Asuntos Penales
Peter Luhmann
Director Residente de la GIZ en Colombia
Christian Grünhagen
Director Proyecto FortalEsDer
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Editor: Nelson Socha Masso
Autores:
Carlos Hernando Lozano Acosta
Claudia Hurtado
Diana María Cadena Lozano
Javier Eduardo Peña Cañas
Juan Sebastián Ospina
Lina Patricia Henao Pérez
Lina Paola Rondón Daza
Nelson Socha Masso
Samuel Serrano Galvis
Victor Andrés Salcedo Fuentes
Diseño editorial de la colección, corrección de estilo y diagramación
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Cel: 316 335 4701
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Impresión
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Primera edición: julio de 2013
Contenido
Presentación
7
Introducción
11
Primera parte.
Consideraciones conceptuales y normativas
23
1. Aclaración previa sobre la competencia de la Procuraduría
en los incidentes de reparación integral antes de la reforma
a la Ley de Justicia y Paz
25
2. Implicaciones de ofrecer reparación colectiva
en un contexto de justicia transicional
26
3. El concepto de derecho fundamental
en las reparaciones colectivas
29
4. El marco de regulación jurídica de las reparaciones colectivas
33
5. El concepto de reparación colectiva
46
6. Los presupuestos de la reparación colectiva
50
7. Doctrina específica sobre daño colectivo
61
8. La víctima colectiva y los derechos de los sujetos colectivos
66
9. Categorías generales de violación
87
10. El nexo de causalidad en la representación del daño colectivo
88
5
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Segunda parte.
Aproximaciones diagnósticas
de la PGN a los daños colectivos,
elaboradas en el año 2012
1. Documento diagnóstico del daño colectivo y medidas
de reparación –víctimas del Bloque Central Bolívar–
6
91
97
2. Aproximación al daño colectivo y propuesta
de medidas de reparación colectiva para
las víctimas de la masacre de El Naya
157
3. Aproximaciones a los daños colectivos causados
por el Frente Héctor Julio Peinado Becerra.
179
4. Aproximación al daño colectivo del Frente William Rivas
del Bloque Norte de las AUC
218
5. Aproximación al daño colectivo ocasionado
por las acciones del Frente Ómar Isaza
276
6. Aproximación al daño colectivo ocasionado por
las acciones del “Bloque Élmer Cárdenas”
314
7. Aproximación al daño colectivo del Frente
José Pablo Díaz del Bloque Norte de las autodefensas
329
Conclusiones.
Lineamientos para el abordaje del daño
colectivo en el incidente de reparaciones
363
Presentación
Bajo el entendido de justicia transicional, como la institución jurídica a
través de la cual se pretende integrar diversos esfuerzos que aplican las
sociedades para enfrentar las consecuencias de violaciones masivas y
abusos generalizados o sistemáticos en materia de derechos humanos,
sufridos en un conflicto, hacia una etapa constructiva de paz, respeto,
reconciliación y consolidación de la democracia, situaciones de excepción
frente a lo que resultaría de la aplicación de las instituciones penales
corrientes, tal como lo concibe la Honorable Corte Constitucional en la
Sentencia C-052 de 2012.
La Procuraduría General de la Nación no desconoce que el tema
comúnmente denominado como “fenómeno dañoso y responsabilidad
civil” surge como la repercusión que en el Derecho tienen los
comportamientos o conductas del hombre; luego debe sostenerse que
al abordar la temática de las fronteras actuales del derecho de daños y
responsabilidad civil, considerando que el primero excede los límites de
ésta: por los fenómenos colectivos que vislumbra, por el contenido de
derecho público y por los sistemas de compensación de daños, y sostiene
la necesidad de que estos fenómenos sean abordados y encuentren una
solución desde el derecho de daños.
Colombia adoptó la Ley 975 de 2005, a través de la cual se encomendó
a la Procuraduría General de la Nación la representación judicial de los
sujetos colectivos que, con ocasión del conflicto armado, resultaron
afectados en sus derechos.
El rol de la Procuraduría, a través de la Delegada para el Ministerio Público
en Asuntos Penales, tiene dos objetivos definidos:
• En desarrollo del incidente de reparación integral, los Procuradores
Judiciales Penales, han presentado ante las autoridades
jurisdiccionales el diagnóstico sobre los daños a derechos colectivos
causados a las comunidades.
• Los Procuradores Judiciales Penales/Apoyo a Víctimas del Conflicto
Armado, han solicitado las medidas de reparación identificadas de
manera previa y, sobre todo, legitimadas con sus destinatarios, es
decir, los sujetos colectivos.
7
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Resulta justo indicar que el principal reto de la entidad fue la
conceptualización del daño colectivo, en el marco de la justicia
transicional, bajo el concepto y entendido inicialmente reseñado,
atendiendo sus alcances y limitaciones, otorgándole su propia identidad
jurídica, nutrida de los avances que sobre el tema han desarrollado
de tiempo atrás la Justicia Contencioso Administrativa y el Derecho
Civil al evaluar temas como el del derecho de daños o la denominada
responsabilidad civil.
Una vez definido conceptualmente el daño colectivo, el siguiente paso
fue establecer la metodología de trabajo a ser aplicada en terreno.
Para ello, inicialmente fue ineludible establecer las vías para lograr un
acercamiento adecuado con la comunidad, identificar sus costumbres
y sobre todo poder legitimar nuestra condición de interlocutores de los
colectivos ante la Justicia, en búsqueda de la tan anhelada reparación.
Obtenido el aval de los sujetos colectivos, para adentrarnos en sus
experiencias como víctimas del conflicto armado, se procedió con
seriedad a aplicar las herramientas que previamente fueron diseñadas
para la identificación de dichas afectaciones, tales como: entrevistas,
documentación, y diálogo abierto. Conforme al diálogo abierto allí se
exponían las diversas e intensas experiencias que el pasado próximo
violento dejó marcadas en sus vidas y que inclusive todavía hoy
mantienen latentes.
Esta gestión envolvió esencialmente un trabajo ejecutado en forma
directa en los lugares donde se concentraron las grandes vulneraciones
a los derechos colectivos, en la mayoría de casos en municipios lejanos,
donde se ejecutaron hechos de la mayor gravedad, tales como delitos de
lesa humanidad, genocidios y actos de barbarie contra la población civil.
En cumplimiento de este mandato legal impuesto a la Procuraduría, se
generó la necesidad de recurrir a las ciencias auxiliares del Derecho, tales
como la Sociología y la Psicología entre otras, para que, con su práctica,
se desenvolvieran los trabajos de diagnósticos de daño colectivo y así
poder identificar con seguridad, esas situaciones de graves quebrantos a
la sociedad que modificaron la vida de muchos de nuestros compatriotas.
La Procuraduría pudo evidenciar que son numerosas las comunidades
que se vieron afectadas en sus derechos colectivos, y atendiendo a la
dinámica delineada por el legislador primario –dentro de su libertad
de configuración– del proceso de Justicia y Paz, fue necesario priorizar
8
aquellos casos tanto por la etapa procesal en que se encontraban, como
por la trascendencia de las afectaciones colectivas causadas, ajustando la
estrategia de la Procuraduría en las víctimas colectivas de las estructuras
ilegales de autodefensas1.
El efecto que arroja la gestión de la Procuraduría es la constatación
de la existencia de una serie de daños, en su mayoría considerables,
que trascenderán la memoria histórica de la Nación y del colectivo de
víctimas, definidos técnicamente como el daño a la institucionalidad del
Estado Social de Derecho, los daños psicosociales y las afectaciones a
derechos, los cuales a su vez se subdividen en una serie de categorías
transversales a casi todos los escenarios de violencia, como los cambios
culturales abruptos, pérdida de identidades colectivas y apatía a la
institucionalidad, entre muchos otros, lo cual visibiliza una serie de
heridas al tejido social que el conflicto armado ha dejado por décadas
en nuestra sociedad y que la gran mayoría de colombianos guarda en su
imaginario, pero que a ciencia cierta no las han vivido.
La Procuraduría, en el marco del Área de Paz, Desarrollo y Reconciliación,
está ejecutando programas de Promoción de la Convivencia y
Fortalecimiento en lo que tiene que ver con la misión institucional del
Ministerio Público en el entorno de la justicia transicional –Ley 975 de
2005–; una iniciativa que es integral con la cooperación internacional
en materia de justicia transicional, que se entiende como un gran
acompañamiento del Estado y la sociedad colombiana.
Asimismo la Procuraduría, a través de la Delegada para el Ministerio
Público y su Coordinación Nacional de Procuradurías Judiciales Penales
de Justicia y Paz, en cumplimiento de los requisitos y criterios legales
sistematizados para establecer si es posible o no dar lugar al incidente y
se tiene o no derecho a la reparación, por la Corte Suprema de Justicia,
Sala de Casación Penal –Auto del 11 de diciembre de 2007, radicado No.
1
Bloque Central Bolívar: región del Magdalena Medio con el Postulado Rodrigo Pérez
Alzate, alias “Julián Bolívar”. Bloque Calima: Masacre del Naya. Postulado: José Ever
Veloza García, alias “HH”. Frente Héctor Julio Peinado Becerra: región del sur del
departamento del Cesar y parte de Norte de Santander. Postulado: Juan Francisco
Prada Márquez, alias “Juancho Prada”. Bloque Central Bolívar, región del Magdalena
Medio. Postulado: Carlos Mangones Lugo, alias “Carlos Tijeras”. Autodefensas
Campesinas del Magdalena Medio – ACMM. Postulado: Ramón Isaza. Bloque Élmer
Cárdenas. Postulado: Fredy Rendón Herrera, alias “El alemán”.
9
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
28769–, ha realizado un importante fortalecimiento institucional en la
construcción de los incidentes de reparación con énfasis en el sistema
de justicia, el respeto de los derechos humanos y los derechos de las
víctimas.
Ahora bien, con ocasión de la reforma a la Ley 975 de 2005, incorporada
al proceso transicional de Justicia y Paz a través de la Ley 1592 de
2012, en lo referente a la modificación del incidente de reparación
integral, la Procuraduría General de la Nación ha observado con
preocupación lo referente a la eliminación del escenario de Justicia
y Paz del reconocimiento y reparación del daño colectivo causado a
las comunidades víctimas del actuar ilegal de los postulados. Dicha
legislación contempla trasladar dicho componente de reparación, de
manera exclusiva, al trámite previsto en la Ley 1448 de 2011, es decir,
al escenario administrativo bajo la responsabilidad de la Unidad de
Reparación y Atención a Víctimas.
En consecuencia, la Procuraduría propenderá porque los resultados
que se plantean en el presente documento y las medidas de reparación
que se recomiendan, sean acogidas por las autoridades administrativas
encargadas de materializar lo aquí expuesto, para lo cual la entidad
dentro del marco de sus competencias estará atenta y hará seguimiento
a las decisiones que sobre el particular se profieran, en procura de
un restablecimiento efectivo de los derechos colectivos de nuestras
comunidades –artículo 277 Superior–.
Debo mencionar que todo el trabajo académico que aquí se presenta,
contó con el apoyo incondicional de organismos internacionales, como
se enunció anteriormente, debiendo resaltar: la Agencia de Cooperación
Alemana GIZ, por medio del proyecto Fortalecimiento del Estado de
Derecho – FortalEsDer, el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo – PNUD, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo
Internacional – USAID–, la Organización para las Migraciones – OIM, y la
Misión de Apoyo al Proceso de Paz – MAPP-OEA, quienes pródigamente
brindaron su apoyo para el desarrollo de la labor encomendada,
facilitando herramientas y la experiencia internacional para lograr así los
resultados que aquí se presentan.
Cordialmente,
Alejandro Ordóñez Maldonado
Procurador General de la Nación
Bogotá D.C., abril de 2013
10
Introducción
En el marco de la cooperación entre la República de Colombia y la
República Federal de Alemania, la Deutsche Gesellschaft für Internationale
Zusammenarbeit (GIZ) GmbH desarrolla, por encargo del Ministerio Federal
de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ) de Alemania, el proyecto
Fortalecimiento del Estado de Derecho (FortalEsDer).
En desarrollo de este proyecto la Procuraduría General de la Nación
solicitó acompañamiento para la promoción del acceso de las víctimas
a la justicia mediante sus actuaciones a través de los procuradores de
Justicia y Paz en los incidentes de reparación, en su componente de
reparaciones colectivas.
Este apoyo a los procuradores de Justicia y Paz definió como producto
específico de cooperación la elaboración, sobre la base de un trabajo
ya adelantado con otras agencias de cooperación internacional, de
un protocolo de actuaciones de dicho cuerpo de procuradores para la
realización de los diagnósticos de daños colectivos y para proposición de
medidas de reparación colectiva. También se acordó la realización de dos
experiencias piloto de elaboración de diagnósticos de daños colectivos
en terreno donde se pusieran en práctica los criterios metodológicos
elaborados en el proyecto de protocolo.
El Proyecto avanzó en la elaboración de un documento conceptual
y normativo sobre el derecho a la reparación colectiva, con criterios
metodológicos para la identificación de los daños colectivos y el diseño
de medidas de reparación. Al mismo tiempo asesoró a los procuradores
judiciales de Justicia y Paz en el desarrollo de dos experiencias piloto
de diagnósticos de daños colectivos causados a comunidades concretas.
En este estado de desarrollo de tales productos se adelantó en el
Congreso de la República una reforma a la Ley 975 de 2005 (Ley 1592 de
2012). Reforma mediante la cual perdieron protagonismo los procesos
penales de justicia de transición y los magistrados de las Salas de Justicia
y Paz para tomar decisiones sobre el alcance y contenido de las medidas
de reparación a otorgarse a las víctimas, tanto en la dimensión individual
como en la dimensión colectiva. Medidas de reparación que pasaron a
ser responsabilidad exclusiva del Gobierno Nacional en desarrollo de su
función administrativa, mientras la función de los procesos judiciales de
11
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Justicia y Paz, en materia de reparación a las víctimas, quedó circunscrita
a la identificación de las víctimas y de los daños causados.
Las medidas de reparación otorgadas por la administración a estas
víctimas identificadas en los procesos de Justicia y Paz, se ceñirán
en adelante en su alcance y sus montos, a lo predeterminado en los
programas administrativos diseñados y aprobados con antelación.
Resulta conveniente en lo que sigue recapitular el camino recorrido por
la jurisprudencia hasta la determinación del papel de la Procuraduría
General de la Nación en la representación del daño colectivo en los
procesos de Justicia y Paz; así como presentar un breve comentario al
nuevo marco normativo, a partir de la reforma a la Ley 975 de 2005.
El nivel de desarrollo alcanzado en el tema de las reparaciones colectivas
en el curso de los procesos penales de justicia de transición, llamados
procesos de Justicia y Paz, antes de la reforma a la Ley de Justicia y Paz
(Ley 1592 de 2012), requirió un largo camino de esclarecimiento de las
funciones de las entidades intervinientes en el proceso de Justicia y Paz
por parte de la jurisprudencia respecto de las reparaciones colectivas y
las funciones de las entidades intervinientes en el proceso; camino que
contó con contribuciones claves de parte de procuradores de Justicia y
Paz, así como la asunción de roles institucionales sobre las mismas.
La redacción inicial de la Ley de Justicia y Paz (Ley 975 de 2005) si bien
determinó con claridad que la identificación de los daños colectivos
y las medidas de reparación colectiva constituían un aspecto central
de estos procesos, introdujo cierta ambigüedad a la hora de designar
la representación de los daños colectivos en los incidentes de
reparación. En efecto, la Ley 975 de 2005 indicó en su artículo 49 que el
Gobierno Nacional debería implementar un programa de reparaciones
colectivas como programa administrativo sobre la base de un
conjunto de recomendaciones de la Comisión Nacional de Reparación
y Reconciliación (CNRR). Esta función no se entendió como opuesta o
excluyente al decreto de reparaciones colectivas por vía judicial de
acuerdo con lo preceptuado en el artículo 8, incisos 8 y 9 de la misma
ley, donde se establece que las autoridades judiciales fijarán este tipo de
medidas de acuerdo con el caso.
Las medidas de reparación colectiva, incluso por la vía administrativa,
fueron comprendidas como reparaciones integrales, no circunscritas
solo a medidas simbólicas, pero que debían incluir este tipo de medidas,
12
entre otras, cuando se tratara de comunidades afectadas. Por lo tanto,
a las medidas de reparación simbólicas debían agregarse medidas
de restablecimiento efectivo de la vida comunitaria en sus diversos
componentes y en procura del logro de su estabilidad emocional y
social, como también para la recuperación de la institucionalidad propia
del Estado Social de Derecho, del ejercicio de los derechos por parte de
los ciudadanos y para la dignificación de las víctimas.
Dado que en las primeras actuaciones en los procesos de Justicia y Paz
no se hizo alusión a los daños colectivos, los magistrados de la Corte
Suprema de Justicia exigieron su inclusión en la imputación de cargos a
la Fiscalía General de la Nación (Rad. 29560 del 28 de mayo de 2008) de
acuerdo con lo dispuesto en el artículo 15, inc. 2 de la Ley 975. A partir de
este momento se inició un camino de discernimiento interinstitucional
sobre la entidad que debía realizar los diagnósticos de daño colectivo y
la representación de las pretensiones derivadas de este en los incidentes
de reparación.
Mientras la representación judicial de las víctimas determinadas sin duda
recaía en el servicio de defensoría pública prestado por la Defensoría del
Pueblo (art. 34 de la Ley 975), en la jurisprudencia se había generado
debate y confusión entre la representación del daño y las víctimas
colectivas y la representación de las víctimas llamadas en ese momento
“indeterminadas”, a partir de una norma que consignó los derechos
específicos de las víctimas en el procedimiento de Justicia y Paz (arts. 3738.7) donde se consagró una representación judicial de víctimas a cargo
del Ministerio Público. Además, el Decreto reglamentario 3391 de 2006,
en su artículo 8, había especificado que la representación de las víctimas
indeterminadas se cumpliría por el Ministerio Público, para lo cual el
Procurador General debería emitir las directrices para garantizar dicha
representación (Rad. 30442 de 2008). Por su parte, el Procurador General
como supremo director del Ministerio Público, mediante la Resolución
008 de 2007 había solicitado a la Defensoría del Pueblo disponer
lo necesario para la representación de las víctimas indeterminadas,
mientras por el otro lado la Sala Penal de la Corte Suprema indicaba
que tal función de representación de las víctimas indeterminadas
correspondía a la Procuraduría (Rad. 30442 de 2008).
En la sustentación por parte de la Procuraduría de uno de los recursos para
tratar de dilucidar la distinción y precisión entre víctimas indeterminadas
y víctimas colectivas, el representante del Ministerio Público postuló
13
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
que la indeterminación de las víctimas y de la victimización no resultaba
un concepto que pudiera diferenciarse del papel de la defensa de la
sociedad, del orden jurídico y de los derechos fundamentales que
ejerce la Procuraduría en abstracto, no en representación de personas
particulares, en los procesos judiciales. Sostuvo también que podría
resultar más concreto y pertinente en el proceso de Justicia y Paz asimilar
las pretensiones de las víctimas indeterminadas con el daño colectivo.
Sin embargo la tesis propuesta por la Procuraduría no fue de recibido
por la Corte Suprema y se mantuvo en la idea de la representación de
las víctimas indeterminadas por parte de la Procuraduría General de la
Nación (ver sustentación en Rad. 31998 de 2009).
Al tiempo para adelantar la actuación sobre daño y reparaciones
colectivas, en un principio, se realizó una concertación interinstitucional
entre la CNRR y la Procuraduría General de la Nación (Procuraduría para
Justicia y Paz). Inicialmente la Magistratura de Justicia y Paz comisionó a
la CNRR como representante de las víctimas en materia de daño colectivo
dadas algunas de sus funciones en materia de reparaciones colectivas en
la Ley de Justicia y Paz, pero muy pronto la Comisión declinó tal encargo
por la limitación de su función en dicha ley, también por su particular
configuración institucional que no le permite adquirir compromisos
a nombre del Ejecutivo. La CNRR se negó a toda intervención de tipo
judicial bajo el argumento de su carácter de organismo consultivo y
asesor del Gobierno y que, por tanto, no estaba facultada para intervenir
en el proceso. Aun así, la Magistratura otorgó a la CNRR un papel de
acompañamiento a la consulta a la comunidad. En esta concertación
interinstitucional se determinó que era necesario hacer previsiones
y precisiones sobre los contenidos del daño colectivo, los sujetos
colectivos y las medidas de reparación correspondientes.
Más adelante la jurisprudencia de la Corte Suprema precisó que
el concepto de representación de las víctimas indeterminadas
correspondía a la representación del daño colectivo, y la Procuraduría
asumió las actuaciones necesarias para llevar adelante tal representación
(ver, por ejemplo, la decisión del radicado 37048) porque en la práctica
resultaba coincidente con su papel de representación de los intereses de
la sociedad (C.P. art. 277 No. 3; art. 111, 2, b, de la Ley 906 de 2004 y art.
38.7 de la Ley 975).
En este camino la jurisprudencia y la actuación de las propias entidades
intervinientes en el proceso de Justicia y Paz clarificaron el contenido del
14
marco normativo y las funciones no definidas con suficiente precisión
en la Ley 975 en materia de reparaciones colectivas. Una vez dilucidado
el papel y la función que debería y podría cumplirse por parte de la
Procuraduría en relación con la representación del daño colectivo, se
inició la reflexión sobre el alcance, los contenidos, las medidas y los
métodos para llevar adelante esta función, la cual se valoró como de
gran trascendencia sobre la vida de muchas comunidades afectadas por
la violencia.
La realización de los diagnósticos y el ejercicio de la representación de
las afectaciones colectivas fue asumida con entereza por la Procuraduría
General de la Nación y su grupo de procuradores de Justicia y Paz,
pero también dando pie a la actuación de las comunidades, grupos y
organizaciones en forma directa en los procesos. Para el desarrollo de
esta tarea el Ministerio Público contó con apoyos de diversos organismos
internacionales, hasta que sobrevino la reforma a la Ley 975, con la
cual se suspendió la actuación de la Procuraduría General de cara a las
comunidades y grupos victimizados.
En este punto resulta necesario, entonces, presentar también una breve
reflexión sobre esta importante reforma introducida en el proceso
penal de justicia de transición consagrado en la Ley 975 mediante la
Ley 1592 de 2012. Tal reforma resultaba necesaria para responder a
varias necesidades de ajuste en unos campos de alta prioridad tanto
para el proceso como para dar claridad al marco jurídico aplicable a
los postulados.
Muchos aspectos no pudieron ser resueltos totalmente en ella, lo que
resulta comprensible por cuanto se trata de una ley especial que por
su propia textualidad reducida solo puede abordar sus contenidos de
manera tangencial; aspectos que luego adquieren mayor entidad al
producirse las necesarias integraciones normativas con el bloque de
constitucionalidad y las normas procesales ordinarias.
Por lo tanto, los verdaderos alcances de la reforma solo podrán ser vistos
en su trascendencia una vez se dé aplicación en los procesos concretos
y se pronuncie la jurisprudencia sobre ellos. La doctrina constitucional
elaborada por la Corte en la Sentencia C-370 de 2005, así como la ya
voluminosa jurisprudencia de la Sala Penal de la Corte Suprema que
orienta el proceso de Justicia y Paz, contribuirán a reconfigurar los
procesos de acuerdo con la reforma.
15
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Se puede destacar como un aspecto de dicha jurisprudencia el principio
pro-víctima que ha permitido dar un papel central a los derechos de
las víctimas y regular muchos aspectos del proceso. Principio que dio
viabilidad constitucional al arreglo institucional consagrado en la Ley
975 para la desmovilización de los grupos paramilitares. Por supuesto
que este principio debe continuar su desarrollo sin detrimento de los
derechos del postulado, pero al tiempo sin ninguna aminoración de
sus precisas y exactas obligaciones con la justicia, con la sociedad y con
las víctimas para que puedan llegar a hacerse acreedores al enorme
beneficio penal que se ofrece y que permanece como una expectativa
de derecho hasta tanto ellas no se cumplan.
Se pueden destacar algunos aspectos de la reforma: en primer lugar
y muy importante, se buscó hacer más ágil y expedito el proceso,
para lo cual se adoptaron significativas decisiones que permitieron la
concentración de algunas fases que estaban llevando a repeticiones
innecesarias en largos y complejos trámites.
En segundo lugar, se buscó aclarar el alcance del papel del Estado
como reparador subsidiario. No se mantuvo la norma y el criterio
jurisprudencial que establecía que el Estado únicamente concurría como
reparador subsidiario cuando quedara demostrado que el postulado
estuviera en incapacidad o careciera de la voluntad de responder por las
reparaciones a las víctimas.
En la reforma se aclaró, de modo oportuno y necesario, que el Estado
concurriría como reparador subsidiario solo con la carga de otorgar las
reparaciones de acuerdo con los montos fijados en los programas de
reparaciones administrativas. Esta decisión legislativa resulta acorde con
los principios de reparación elaborados por el Derecho Internacional y
por otros documentos indicativos del Sistema de las Naciones Unidas
para los Estados y sus programas masivos de reparación con cargo a
las políticas públicas. Además, razones de conveniencia en materia de
estabilidad fiscal y capacidad de respuesta de unos programas que
tienen aspiraciones de masividad en las reparaciones, recomiendan la
adopción de este tipo de medidas.
En los procesos de Justicia y Paz no se trata de decidir de fondo sobre las
eventuales responsabilidades del Estado por los hechos ilícitos objeto de
su conocimiento, y que las reparaciones otorgadas por vía administrativa
no se otorgan como derivadas de una responsabilidad estatal por
acciones u omisiones en los hechos constatados en estos procesos.
16
Pero al momento de la aplicación de estas reformas necesarias se deberá
mostrar cómo resultará en la práctica la configuración de la función
judicial y de los procesos penales, incluso en procesos de justicia de
transición, para dar cuenta en sus sentencias de la totalidad de los
hechos y daños causados. En particular se trata de la prohibición de
tasar los daños a las víctimas en el incidente de identificación de daños
los cuales, en su totalidad y en todos sus componentes, junto con los
hechos delictivos, deben siempre poderse endilgar a la responsabilidad
del procesado y ser consignados en la sentencia como imputados a
su responsabilidad. Obligaciones de reparación que, ante la eventual
incapacidad o falta de voluntad del procesado para cumplirla, dan paso
al Estado para que las cumpla con base en otro parámetro normativo y
otros montos propios de su función administrativa.
Persiste la inquietud de si nos encontramos ante una adecuada distinción
entre la esfera de la responsabilidad penal y reparadora del procesado,
por un lado, y la obligación del Estado de concurrir como reparador
subsidiario regido por un parámetro normativo distinto, por el otro.
Es cierto que tal distinción, de una manera básica, quedó establecida en la
reforma y constituye uno de sus aciertos. Cabe de nuevo la pregunta de si
tal distinción debió incluir, en materia de responsabilidad del procesado,
la facultad de endilgarle la totalidad de los daños causados, en todos
y cada uno de sus componentes, incluida su tasación. La concurrencia
necesaria del Estado como reparador subsidiario no responsable por los
hechos, no debería oponerse a la derivación de la responsabilidad total
y específica del postulado.
En esta perspectiva, es de esperarse que el incidente de identificación de
afectaciones previsto en la reforma se ocupe de la identificación de los
daños individuales y colectivos, materiales e inmateriales, proferidos
por el postulado y por el grupo a las víctimas, incluidas las personas
individuales, pero también los colectivos.
En esta dirección, tanto los daños individuales como los colectivos
deberán ser objeto de la mayor exposición y aclaración en todos y
cada uno de sus componentes de modo que las víctimas cuenten con
un pronunciamiento judicial sobre sus daños, también como parte del
objetivo de esclarecimiento de los hechos y búsqueda de la verdad que
este proceso debe contribuir a hacer efectivo. Por supuesto, por ahora,
sin entrar a tasarlos en su valor monetario de acuerdo con lo establecido
por la reforma.
17
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
En este sentido, los diagnósticos detallados de daño colectivo o las
versiones sobre su propio daño presentados por los sujetos colectivos al
ser consignados en la sentencia, se pueden constituir en parámetros para
que la administración diseñe los programas de reparación colectivos
debidamente localizados en poblaciones y territorios concretos de
manera que responda a los daños causados de manera específica. Tales
diagnósticos serán presentados, en principio, por las propias víctimas.
Estos programas de reparación colectiva diseñados por la administración
podrán llegar a ser muy efectivos en cuanto consultan los daños
evidenciados en los procesos judiciales. Programas que a su vez deberán
contar con importantes componentes reparativos con contenidos
políticos, materiales y simbólicos, de acuerdo con la Ley 1448 y sus
decretos reglamentarios a realizarse de acuerdo con los recursos
disponibles y a discreción de la administración.
Se encuentra acertado otro aspecto central de la reforma, como fue
introducir una serie de normas que buscan dar mayor claridad sobre el
sensible tema de los bienes lícitos e ilícitos. Los que pudiera detentar el
postulado o de los cuales pudiera tener noticia y que guarden relación
con las actividades del grupo armado ilegal. De igual manera se ordena
de manera expresa la investigación de tierras despojadas o abandonas
por la acción y presencia de los grupos armados, al tiempo que se
establece la obligación de identificar patrones de macro criminalidad
al respecto.
Se cuenta con el antecedente en una de las sentencias de la Sala de
Justicia y Paz que emitió orden a la Fiscalía de conformar una unidad
especializada para investigar el tema de los bienes de los postulados y
de los grupos armados ilegales (Sala de Justicia y Paz, Tribunal Superior
de Bogotá, sentencia parcial de 29 de junio de 2010, postulados: Eduardo
Cobos Téllez y Uber Enrique Banquez M.), orden que fue revocada por
la Corte por falta de competencia de los magistrados para ello, pero
no porque tal medida por parte de la Fiscalía no resultara necesaria y
urgente (Proceso 34547).
Sin embargo, surge una inquietud en lo atinente a la distinción entre
el carácter de los bienes de origen lícito de los postulados y los bienes
de origen ilícito. De acuerdo con lo dicho por la Corte Constitucional
en la Sentencia C-370 de 2006, por un lado los bienes de origen lícito
constituyen la garantía general de los acreedores, dentro de los cuales
deben incluirse las víctimas que hayan resultado reconocidas en sus
18
daños dentro del proceso de Justicia y Paz. Por lo tanto estos bienes, si
los hubiera, deben estar afectados de manera especial a la reparación
de las víctimas de acuerdo con los contenidos de la sentencia y los
daños reconocidos en el proceso y dentro del estricto campo de la
responsabilidad del procesado.
Por otro lado, los bienes de origen ilícito, por el hecho de serlo,
corresponden al Estado y pueden destinarse de manera general a reparar
a las víctimas por la vía administrativa y de acuerdo con los parámetros
establecidos en la normativa que rige los programas administrativos. De
nuevo estamos ante la necesidad de una adecuada separación entre la
responsabilidad de los procesados y la concurrencia del Estado como
reparador subsidiario. Tal distinción resulta relevante para la realización
efectiva del derecho de acceso a la justicia del grupo de víctimas que
buscaron la resolución de sus casos en los procesos de Justicia y Paz.
En cualquier caso no puede leerse o entenderse en el futuro, ni dentro ni
fuera de Colombia, lo cual resulta de la mayor importancia, que el proceso
de Justicia y Paz pueda dar como resultado la legalización de grandes
fortunas provenientes de actividades ilícitas que involucraron diversos
campos de actuaciones ilegales del grupo como narcotráfico, despojos
de tierras, captura de presupuestos del Estado, robo de combustibles,
extorsiones, secuestros, etc.; muchas de las cuales conllevaron graves
afectaciones a la vida, la integridad y la libertad, entre otros derechos.
Lo anterior pone de presente la necesidad de llegar al fondo de las
investigaciones sobre bienes en los procesos de Justicia y Paz, a lo cual
deben aportar todos los intervinientes. Incluso, recurriendo a medidas
de cooperación judicial de otros gobiernos.
Sobre los bienes se hace necesario avanzar en las indagaciones que
son posibles de continuar con base en informaciones ya disponibles
en el proceso. Otras informaciones más sofisticadas como testaferratos,
cuentas en el exterior, inversiones en sociedades, etc., requieren de
un trabajo técnico que debe seguirse profundizando. Aspecto que
constituye un inmenso reto en la aplicación de la reforma.
Otro aspecto de importancia en la reforma fue la introducción de
un nuevo artículo con el número 11ª, donde se introducen causales
de terminación de los procesos de Justicia y Paz y de exclusión de
los postulados del mismo. Resulta relevante que ahora en la Ley 975
reformada coexisten causales de exclusión presentadas de manera
19
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
positiva como requisitos de elegibilidad, en los artículos 10 y 11, y
causales de exclusión expresadas en forma negativa como causales de
terminación y exclusión, fuera de las exigencias en materia de revelar
toda la verdad (art. 17 y 25 y Sentencia C-370 de 2006), de manera que
se entiende que el régimen de exclusiones de los postulados del proceso
se ha hecho más riguroso y por lo tanto el examen de sus obligaciones
debe hacerse de manera más exigente de ahora en adelante, de acuerdo
con la reforma.
Por lo pronto la reforma ha suscitado reacciones diversas. En una de
las primeras audiencias de aplicación fue posible ver a la magistratura
bregar con una verdadera lluvia de excepciones de inconstitucionalidad
solicitadas por muchos abogados defensores, las cuales serán resueltas
en la sentencia en aplicación del mandato de concentración de la
actuación, ordenado por la misma reforma.
Se dejan aquí estas reflexiones sobre algunos aspectos valorados como
centrales en la reforma de cara a los objetivos del Proyecto FortaEsDer
que se encuentran en consonancia con los objetivos misionales de las
entidades con las que cooperamos. Otros aspectos más puntuales de
esta reforma tan importante y compleja esperamos tener la oportunidad
de compartirlos en la reflexión mutua adelantada en el día a día de
nuestro trabajo con el grupo de procuradores de Justicia y Paz.
Una vez expedida la reforma, en conjunto con la Delegada para el
Ministerio Público en Asuntos Penales y con algunos procuradores de
Justicia y Paz se convino la publicación de este volumen en el que se
recogen algunos documentos elaborados en desarrollo de la función de
representación por parte de la Procuraduría de las afectaciones colectivas
en los procesos de Justicia y Paz. Se incluyen en esta publicación tanto el
documento conceptual y normativo acerca del derecho a la reparación
colectiva así como un ejercicio completo de diagnóstico del daño
colectivo y de proposición de medidas de reparación, realizado en
terreno por el Proyecto FortalEsDer de la GIZ de manera conjunta con un
grupo de funcionarios y de procuradores de Justicia y Paz, al igual que
una serie de ejercicios de aproximación al daño colectivo y al diseño de
medidas de reparación realizado por otros grupos de trabajo, llevados a
cabo simultáneamente con el primer ejercicio mencionado.
Se espera con esto contribuir al abordaje de los daños colectivos en
el proceso de Justicia y Paz reformado por parte de los procuradores
judiciales y otros intervinientes en los procesos; así como por parte
20
de los procuradores de víctimas en relación con la actuación de otras
autoridades, sobre todo las administrativas, sobre quienes recaerá la
responsabilidad de formular y realizar los programas de reparaciones
colectivas. De igual manera, este texto aspira a constituirse en un
referente para otras experiencias de reparaciones colectivas en otros
países en procesos de transición.
La iniciativa de acompañar al grupo de procuradores de Justicia y Paz
en un campo nuevo en nuestro país en el marco de un proceso judicial,
como lo son las reparaciones colectivas, se realizó con en el marco de un
trabajo de largo aliento desarrollado con este grupo de la Procuraduría
General de la Nación, para lo cual se constituyó un espacio de reflexión
que llevó a cabo una serie de encuentros que deben dar como resultado
un conjunto de criterios de actuación para guiar las intervenciones de
los procuradores en el curso de los procesos.
Christian Grünhagen
Director del Proyecto FortalEsDer-GIZ
21
Primera parte.
Consideraciones conceptuales
y normativas2
2
Este texto sobre aspectos conceptuales y normativos de la reparación colectiva fue escrito por
el abogado Carlos Lozano Acosta para la Procuraduría General de la Nación como parte de una
consultoría del Proyecto FortalEsDer de la GIZ.
23
1. Aclaración previa sobre la
competencia de la Procuraduría en los
incidentes de reparación integral antes
de la reforma a la Ley de Justicia y Paz
Muy a pesar de que a la fecha del presente informe la Ley 1592 que
reforma la Ley 975 de 2005, la cual modifica la competencia de la
Procuraduría en el tema que nos ocupa, ya está en vigencia, el presente
documento analiza la función de la entidad bajo la óptica de la normativa
anterior, pues fue dicho marco legal el que se tuvo en cuenta para
abordar este trabajo. La trascendencia del informe radica en que, a pesar
de la vigencia de la reforma, los conceptos aquí desarrollados guardan
total vigencia y validez, independientemente del escenario judicial o
administrativo desde donde se analice el daño colectivo.
La Procuraduría General de la Nación, de acuerdo con sus funciones en
la Ley 975 de 2005 (en adelante “la Ley”, “la Ley 975” o “la Ley de Justicia y
Paz”), cumple un doble papel: velar por los derechos de los intervinientes
en los procesos judiciales e impulsar la debida protección de los derechos
a la verdad, justicia y reparación de las víctimas que participan en el
proceso. En ese contexto es que la Procuraduría Judicial para la Justicia
y la Paz, con competencia nacional, ha venido desarrollando estrategias
de litigio y lineamientos de actuación institucional.
Los decretos reglamentarios de la Ley han determinado el rol especial
que la Procuraduría debería desempeñar con respecto a la garantía
efectiva de la reparación del daño colectivo en el incidente de reparación
integral y la adecuada participación de las víctimas en este proceso. La
función contemplada en el Decreto 3391 de septiembre 29 de 2006,
manifiesta que para hacer efectivos los derechos a la verdad, la justicia y
la reparación de las víctimas en los procesos judiciales, la Procuraduría, en
el evento que esas víctimas no comparezcan, tiene la obligación especial
de garantizar su representación en el proceso correspondiente. Por
tanto, es el Ministerio Público quien, por disposición legal, cumple con
la función específica de representar judicialmente a las víctimas cuando
quiera que haya lugar al supuesto descrito por esa norma. Igualmente,
en el ámbito de sus funciones generales, derivadas de la Constitución,
debe también velar por el interés general y la vigencia del orden jurídico.
25
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
2. Implicaciones de ofrecer
reparación colectiva en un contexto
de justicia transicional
En Colombia la justicia transicional es una calificación atribuida legal
y jurisprudencialmente a diferentes mecanismos de verdad, justicia y
reparación a víctimas, con posterioridad a la expedición de la Ley de
Justicia y Paz3. La doctrina acerca de este concepto es diversa, pero
normalmente se define como un enfoque interdisciplinario para enfrentar
la comisión de atrocidades a escala masiva4 o como la cualificación de
cambios políticos con arreglo a consideraciones de justicia frente a las
víctimas5. Las definiciones en documentos de derecho internacional
son escasas6. La justicia transicional responde a la constatación de
que el funcionamiento de los sistemas legales ordinarios tiene como
objeto las violaciones ocasionales y no generalizadas de las normas que
aplican7. La masividad desafía su funcionamiento. También propone una
aproximación pragmática a la respuesta estatal a violaciones a derechos
humanos, en la medida en que pretende mitigar las desventajas relativas
de cada uno de sus mecanismos, por medio del uso comprehensivo y
26
3
La Sentencia C-370 de 2006 de la Corte Constitucional calificó a la Ley 975 como un
mecanismo de justicia transicional. La Corte Suprema de Justicia ha hecho lo propio
en distintas decisiones. Véase, Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Auto
de fecha 28 de septiembre de 2006, rad. 25830, M. P. Mauro Solarte Portilla. Otros
mecanismos, como la Ley de Víctimas, utilizan ese mismo lenguaje.
4
De Greiff, Pablo. “Justicia y reparaciones”. En: Díaz, Catalina (Ed.). Reparaciones para
las víctimas de la violencia política. Bogotá: Centro Internacional para la Justicia
Transicional, 2008, p. 333.
5
Teitel, Ruti. “Transitional Justice Genealogy”. Harvard Human Rights Journal, 2003, 16, p.
69.
6
La más conocida sostiene que se trata de una “variedad de procesos y mecanismos
asociados con los intentos de una sociedad por resolver los problemas derivados de
un pasado de abusos a gran escala, a fin de que los responsables rindan cuentas de
sus actos, servir a la justicia y lograr la reconciliación”. Véase, Consejo de Seguridad
de Naciones Unidas. Informe del Secretario General sobre el Estado de derecho y la
justicia de transición en las sociedades que sufren o han sufrido conflictos. S/2004/616.
2004.
7
De Greiff, Pablo, óp. cit.
coherente de cada uno de ellos8. En otras palabras, es el “rostro práctico”
de los derechos de las víctimas, por cuanto intenta encontrar respuestas
holísticas a cuestiones que el Derecho de los derechos humanos por sí
solo no puede resolver. Ese es su valor agregado en un contexto como
el colombiano, donde la regulación sobre derechos de las víctimas es,
de por sí, prolija, pero con dificultades en su aplicación. A pesar de lo
anterior, conviene tener en cuenta algunas precisiones sobre el alcance
jurídico del concepto de justicia transicional en el sistema constitucional
colombiano9. Esto tiene implicaciones específicas para la representación
judicial del daño colectivo por parte del Ministerio Público.
En primer lugar, como lo ha señalado el Relator Especial de verdad,
justicia y reparación de Naciones Unidas, la justicia transicional
“no es una forma de justicia blanda”10. Esto significaría, para el caso
colombiano, que no se puede desconocer el núcleo esencial de los
derechos de las víctimas. En términos prácticos, supone que no se
puede dejar de lado el alcance de ese núcleo esencial, tal como ha sido
fijado por la jurisprudencia tanto de la Corte Suprema como de la Corte
Constitucional. En segundo lugar, como consecuencia de lo anterior,
significa que la justicia transicional no es un campo desregulado. Es
decir, el hecho que una norma sea calificada como “transicional” no trae
consigo la posibilidad de desprenderse del marco de la Constitución, los
tratados de derechos humanos e incluso la reglamentación. En Colombia,
la justicia transicional debe ser constitucional. Al mismo tiempo, la
8
“El Relator Especial considera que los cuatro componentes del mandato, a saber la
verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición, constituyen una
serie de áreas de acción interrelacionadas que pueden reforzarse mutuamente en el
proceso de subsanar las secuelas del abuso y la vulneración masivas de los derechos
humanos. Subsanar las secuelas de los abusos significa en primer lugar dar efecto a las
normas de derechos humanos que han sido sistemática o manifiestamente violadas”.
Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Informe del Relator Especial sobre
la promoción de la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición. A/
HRC/21/46. 2012.
9
Cuando este texto se escribió no se encontraba aprobado el Acto legislativo 01 de
2012, “Por medio del cual se establecen instrumentos jurídicos de Justicia transicional
en el marco del artículo 22 de la Constitución y se dictan otras disposiciones”, conocido
como “marco jurídico para la paz”, donde se constitucionalizan un conjunto de medidas
posibles de ser utilizadas para facilitar la terminación del conflicto armado. El alcance
de tales medidas se difiere a sus desarrollos en una Ley Estatutaria.
10 Ibíd.
27
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
propia Constitución provee mecanismos para resolver tensiones entre
principios y/o valores en juego (que suelen ser normalmente la justicia y
la paz). Ellos son, fundamentalmente, la ponderación judicial y la libertad
de configuración legislativa. Por fuera de ellos, el riesgo de contradicción
de las actuaciones de los operadores judiciales con la Constitución se
incrementa. En tercer lugar, el uso de un lenguaje de justicia transicional
debe distinguir entre dos conceptos recurrentes: los estándares jurídicos
(o “estándares internacionales”) y la experiencia comparada:
[…] los estándares internacionales no pueden confundirse con las
experiencias comparadas. Los primeros son jurídicos, mientras que
las segundas son principalmente prácticas. Los estándares aluden
a las reglas domésticas o de derecho internacional que regulan un
derecho humano. Si se quiere, su núcleo esencial. Las experiencias
comparadas son fenómenos empíricos: la forma como una sociedad
ha lidiado con un problema considerado políticamente relevante,
en un contexto específico, con o sin presencia de estándares. En
otras palabras, la Convención Americana de Derechos Humanos y
la jurisprudencia interamericana son estándares internacionales.
Los casos de Marruecos y Uganda, con ventajas y falencias, son
experiencia comparada. La importancia de los primeros radica en su
obligatoriedad. La de los segundos, en su eventual pertinencia. Las
experiencias comparadas no derogan los estándares. Los estándares
no pierden validez ante la invocación de las experiencias11.
Por último, la idea de justicia transicional invita a interpretar que los
esfuerzos de reparación colectiva judicial emprendidos en Justicia
y Paz deberían tener algún tipo de relación coherente con los demás
mecanismos de justicia. Es decir, los programas administrativos de
reparaciones (en sus modalidades individuales y colectivas) y la
búsqueda de la verdad, tanto judicial como no judicial. Esto no es una
obligación jurídica en sentido estricto, sino más bien una tendencia
institucional aconsejable por documentos de derecho internacional12 y
11 Orjuela Ruiz, A. et al. “La indeterminación del campo de la justicia transicional en
Colombia”. Revista Estudios Socio-Jurídicos. Bogotá: Universidad del Rosario, 2012, 14,
(1), pp. 255-281.
12 “La insuficiencia de cada una de las áreas de acción por separado [de la justicia
transicional] ofrece un poderoso incentivo para buscar modalidades de interacción
que permitan superar sus respectivas limitaciones. La experiencia internacional, así
28
por el análisis comparado13 para reducir las dificultades que enfrentan
las instituciones públicas en contextos desafiantes como el colombiano.
Por consiguiente, la producción jurídica de estos mecanismos, que
interpreta el alcance de los daños colectivos causados por el grupo
armado ilegal del que se trate, puede ser tenida en cuenta como fuente
para la elaboración del diagnóstico del daño colectivo. Del mismo modo,
existiría la posibilidad de ordenar como medida de reparación colectiva
la remisión al programa administrativo de la misma índole, o el diseño
de medidas judiciales específicas, pero con implementación a cargo a
la Unidad de Atención y Reparación a Víctimas o el Centro de Memoria
Histórica. Esas son expresiones concretas de cómo podría funcionar la
coherencia en mención.
3. El concepto de derecho fundamental
en las reparaciones colectivas
Para hablar de reparaciones colectivas es necesario entender en qué
consiste el derecho fundamental a la reparación. A su vez, para esto
es preciso comprender qué es un derecho fundamental. Pero además,
como se explica a continuación, en algunos casos los derechos a reparar
también son fundamentales. Por consiguiente, es importante tener
presente el significado del concepto “derecho fundamental”, al menos
por dos razones. Primero, porque existiría una necesidad de basar el
derecho a la reparación en su modalidad colectiva como fundamental
(por ejemplo, para aumentar su importancia dentro del proceso judicial
como los estudios, sugieren que la aplicación íntegra de los cuatro componentes del
mandato ofrece a las diversas partes interesadas, principalmente las víctimas, razones
más poderosas para comprender las medidas como intentos de hacer justicia tras
las violaciones cometidas que su aplicación descoordinada o fragmentaria. […] La
práctica ha demostrado que las iniciativas aisladas y fragmentarias de enjuiciamiento
no acallan la demanda de otras formas de justicia distintas del mero enjuiciamiento.
No es algo que ocurra solo con la justicia penal. Lo mismo puede decirse de todas las
demás áreas de acción del mandato. Si se desarrollan en forma aislada, ni siquiera los
procesos más rigurosos de búsqueda de la verdad son equiparados a justicia, ya que
la revelación de la verdad no satisface plenamente la necesidad de una reparación
adecuada”. Consejo de Derechos Humanos, óp. cit.
13 De Greiff, Pablo, óp. cit.
29
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
y evitar eventuales violaciones, o para desafiar interpretaciones que lo
entiendan como distinto al derecho individual a la reparación, y por
tanto, como una prerrogativa de menor importancia constitucional).
Segundo, porque describir los derechos a reparar como fundamentales,
cuando haya lugar a ello, contribuiría a reducir el riesgo de que las
pretensiones sean negadas.
En efecto, algunos de los derechos que son objeto de reparación
colectiva pueden ser fundamentales. Ahora bien, algunos otros no lo
son. En el primer caso, es importante tener en cuenta ciertos criterios
para identificarlos, esencialmente porque los derechos fundamentales
objeto de reparación colectiva podrían ser objeto de priorización, tanto
en el diagnóstico del daño colectivo como en el diseño de las medidas
de reparación. En otras palabras, el hecho que un derecho violado en
dimensión colectiva sea fundamental, le podría dar, eventualmente,
un peso relativo mayor en la representación judicial que adelanta la
Procuraduría. Ahora bien, esto también depende del caso concreto, del
interés de las víctimas y de la estrategia concreta de litigio.
Para autores como Alexy –importante porque ha sido ampliamente citado
por el tribunal constitucional colombiano en el desarrollo temprano
del precedente sobre derechos fundamentales–, el punto de partida
del concepto de derecho fundamental es la adecuada compresión de
la idea de norma. Por ella entiende “el significado de un enunciado
normativo”, si bien “la misma norma puede ser expresada a través de
diferentes enunciados normativos” o sin acudir a ellos14. Una norma es
una entidad semántica, es decir “un contenido de significado que incluye
una modalidad deóntica”15. En otras palabras, es aquello que se afirma
con las disposiciones jurídicas y que pretende prescribir la conducta
humana. No es lo mismo que los enunciados normativos. Bien puede
ocurrir que un enunciado normativo específico –por ejemplo, el artículo
90 de la Constitución colombiana– contenga más de una norma16. Por
14 Alexy, Robert. Teoría de los derechos fundamentales. Madrid: Centro de Estudios
Políticos y Constitucionales, 2002, p. 51.
15 Ibíd., p. 53.
16 Esto es importante para el campo de las reparaciones colectivas, que adolece de un
alto grado de indeterminación normativa en lo tocante al diseño de sus medidas. Los
artículos legales –enunciados normativos– que tratan el tema de las reparaciones
colectivas pueden contener más de una norma.
30
eso es importante revisar con detalle las disposiciones jurídicas relativas
a reparaciones; más de un derecho, por ejemplo, puede estar presente
en un mismo enunciado jurídico. La labor de interpretación es clave
para discernirlo.
Las normas pueden ser clasificadas entre las que son de derecho
fundamental y las que no lo son. Una norma de derecho fundamental es
“aquella que es expresada a través de disposiciones iusfundamentales,
y disposiciones iusfundamentales son exclusivamente enunciados
contenidos en el texto de la ley fundamental”17. Esto es, aquellas que
se encuentran en el texto de la Constitución. Aunque también pueden
ser adscriptas, como es el caso del derecho a la reparación, que no se
encuentra explícitamente en el texto constitucional. Las normas de
derecho fundamental conceden derechos fundamentales. Un derecho
fundamental es un conjunto de posiciones jurídicas iusfundamentales
de diverso contenido y estructura, vinculadas entre sí, agregadas en un
derecho fundamental por vía de su adscripción a una disposición de
derecho fundamental y cuyo reconocimiento es tan importante que no
es posible dejarlo en manos de la mayoría simple del legislativo. Aunque
los derechos fundamentales pueden ser limitados excepcionalmente,
esta posibilidad está sujeta, a su vez, a restricciones18. Las principales
características de un derecho fundamental son el carácter subjetivo y su
grado de importancia alto. El primero significa que pone válidamente al
titular en posición de exigir el cumplimiento de la prestación correlativa19.
17 Ibíd., p. 62.
18 “Una restricción de los derechos fundamentales es sólo admisible si[,] en el caso
concreto[,] a principios opuestos les corresponde un peso mayor que al principio
iusfundamental”. Alexy, óp. cit., p. 286.
19 La teoría del derecho ha desarrollado varias definiciones sobre lo que es un derecho
subjetivo. Kelsen afirma que se está en presencia de un derecho subjetivo cuando
“una norma jurídica coloca así a un individuo en posición de defender sus intereses”.
Es decir, “cuando entre las condiciones de la sanción figura una manifestación de
voluntad, querella o acción judicial emanada de un individuo lesionado en sus
intereses por un acto ilícito”. Puede entenderse también como la facultad jurídica que
una norma reconoce a una persona para reclamar de otra –normalmente el Estado–
que actúe u omita de determinada forma, con el propósito de asegurar un interés
propio. Para Alexy, tres elementos esenciales estructuran un derecho subjetivo: i) una
norma jurídica, ii) un deber jurídico y iii) una facultad jurídica, o en otras palabras, una
posición jurídica para obtener intereses propios del titular, que le han sido reconocidos.
En cualquier caso, la doctrina indica que no existe ningún derecho fundamental que
no sea un derecho subjetivo. Es decir, que no se pueda exigir.
31
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
El segundo, que no puede ser modificado o suprimido por las mayorías.
Esto es importante para el derecho a la reparación integral, porque
significa que es un derecho que se puede exigir judicialmente y que su
contenido esencial no puede ser desmejorado por vía parlamentaria.
Desde el punto de vista del precedente constitucional, el concepto de
derecho fundamental ha sido ampliamente desarrollado. En general se
entienden también como derechos con una importancia normativa alta,
que justifican la existencia del Estado y que gozan de aplicación directa
y protección prevalente20. Además, tienen requisitos esenciales, entre
los que se encuentran los siguientes: conexión directa con los principios
constitucionales (“todo derecho fundamental debe ser emanación
directa de un principio”), eficacia directa (“aplicación automática”
desde el texto constitucional, sin que sea necesaria la “intermediación
normativa”) y existencia de un contenido esencial (normalmente
determinable por el precedente)21. El examen de estos criterios se puede
realizar acudiendo a la jurisprudencia.
Adicional a lo anterior, para el precedente constitucional hay una serie
de criterios analíticos de distinción de los derechos fundamentales. En
general, en los sistemas constitucionales existen dos formas para que un
derecho pueda ser considerado fundamental. La primera es que el propio
texto de la Constitución lo diga así. Esto se denomina consagración
expresa. La segunda, que aunque no haya disposición explícita en
la Carta Política, la jurisprudencia de la Corte Constitucional lo haya
interpretado de esa manera, bien sea porque se trate de un derecho
innominado o porque hay conexidad con otro derecho fundamental.
Ese es un primer criterio para identificarlos. Además de lo anterior, hay
otras formas para hacerlo, conforme a la jurisprudencia de la Corte
Constitucional colombiana. Una de ellas, muy importante, es la remisión
expresa, que se desprende del bloque de constitucionalidad consagrado
en el artículo 93 de la Carta Política.
20 Corte Constitucional. Sentencia T- 406 de 1992, M.P. Ciro Angarita Barón.
21 Ibíd.
32
4. El marco de regulación jurídica
de las reparaciones colectivas
Los elementos de la regulación jurídica del derecho a la reparación
fueron útiles para la estrategia judicial de la Procuraduría en el incidente
de reparación integral. Entre ellos, conviene distinguir aquellos que son
vinculantes para el sistema jurídico colombiano, y los que tienen un
carácter persuasivo para interpretar el alcance del derecho.
El derecho a la reparación integral de las víctimas de violaciones a los
derechos humanos es fundamental22. Así se expresó en los incidentes de
reparación integral. Ahora bien, aunque cuenta con amplia regulación en
el derecho internacional, incorporada en aspectos esenciales al sistema
legal doméstico23, la definición positiva de este derecho fundamental
es escasa. Normalmente se construye a partir del principio de derecho
internacional según el cual el incumplimiento de un compromiso
jurídicamente vinculante para los Estados trae consigo la obligación de
repararlo en forma adecuada24. La reparación se suele definir también
22 Corte Constitucional. Sentencia C-370 de 2006, M.P. Jaime Córdoba Triviño y otros.
23 Principalmente, a través de las sentencias C-228 de 2002, M.P. Manuel José Cepeda y
C-370 de 2006, M.P. Jaime Córdoba Triviño y otros.
24 “Es un principio de derecho internacional, y aun un concepto general de derecho,
que cualquier incumplimiento de un compromiso impone la obligación de efectuar
una reparación adecuada. El principio esencial contenido en la verdadera noción de
un acto ilícito –un principio que parece establecido por la práctica internacional y
especialmente por las decisiones de los tribunales de arbitraje– es que la reparación
debe, hasta donde sea posible, borrar todas las consecuencias del acto ilícito y
restablecer la situación que con toda probabilidad hubiera existido si no se hubiera
cometido el acto. La restitución en especie, o de no ser esta posible, el pago de una
cantidad correspondiente al valor que tendría la restitución en especie, y la concesión,
en caso de ser necesario, de una indemnización de daños por la pérdida sufrida si esta
no resulta cubierta por la restitución en especie o por el pago en lugar de ella, esos
son los principios que deben servir para determinar el monto de la indemnización
debida por un acto contrario al derecho internacional”. Corte Internacional de Justicia.
Case Concerning the Factory at Chorzów (Claim for Indemnity) (Jurisdiction). Germany
vs. Poland. PCIJ, Ser. B., No. 3, 1925. Ver, además, el Proyecto de Artículos sobre
Responsabilidad del Estado por hechos internacionalmente ilícitos, adoptado por la
CDI en su 53 periodo de sesiones (A/56/10) y anexado por la AG en su resolución 56/83
de 12 de diciembre de 2001. Artículo 31.- Reparación. 1. El Estado responsable está
obligado a reparar íntegramente el perjuicio causado por el hecho internacionalmente
33
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
como la herramienta con la que cuentan los Estados para liberarse de
las consecuencias jurídicas de la comisión de un acto que transgrede
obligaciones preexistentes25. En consecuencia, la reparación es el
sucedáneo del incumplimiento de un deber derivado de instrumentos
internacionales, incluso si no se encuentra explícitamente incluida
en el texto de los mismos26. Puede ser entendida, además, como “el
derecho del que son titulares las víctimas de violaciones de los derechos
protegidos por el derecho internacional de los derechos humanos y el
derecho internacional humanitario”27. Es, en últimas, “una obligación
a cargo de los Estados por hechos que le son imputables, conforme al
derecho internacional, y que violan las obligaciones internacionales
adquiridas por ellos; y es entendido en términos de una reparación
integral que comprende todo el daño causado, tanto el material como
el moral”28.
Las disposiciones de derecho interno no pueden ser invocadas
para desconocer la obligación de reparar29. Las reparaciones deben
suministrarse sin discriminación. Esto es importante para las reparaciones
colectivas, que suelen ser solicitadas por grupos marginados. En algunos
casos, si la situación concreta lo justifica, las reparaciones pueden estar
conectadas con esfuerzos de acción afirmativa. Es fundamental traer a
ilícito. 2. El perjuicio comprende todo daño, tanto material como moral, causado por
el hecho internacionalmente ilícito del Estado. “Sobre la base de lo dispuesto en el
artículo 63.1 de la Convención Americana la Corte ha indicado que toda violación
de una obligación internacional que haya producido daño comporta el deber de
repararlo adecuadamente y que esa disposición recoge una norma consuetudinaria
que constituye uno de los principios fundamentales del derecho internacional
contemporáneo sobre responsabilidad de un Estado”. Corte IDH. Caso Pacheco Teruel
y otros vs. Honduras. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de abril de 2012,
Serie C, No. 241.
25 Sorensen, Max. (Ed.). Manual de derecho internacional público. México D.F.: Fondo de
Cultura Económica, 2004, p. 534.
26 Corte Internacional de Justicia. Case Concerning the Factory at Chorzów (Claim for
Indemnity) (Jurisdiction). Germany vs. Poland. PCIJ, Ser. B., No. 3, 1925.
27 Rincón, Tatiana. Verdad, justicia y reparación. La justicia de la justicia transicional. Bogotá:
Ed. Universidad del Rosario, 2010.
28 Ibíd., p. 77.
29 Ibíd.
34
colación estos elementos generales del deber de reparar, porque valen
para las reparaciones colectivas, como veremos más adelante.
El deber de suministrar reparaciones está asociado, a su vez, a la idea
de un recurso efectivo. De esta manera, “si no se da reparación a las
personas cuyos derechos reconocidos […] hayan sido infringidos,
queda sin cumplir la obligación de facilitar recursos efectivos”30.
De hecho, la reparación puede ser exigida por medio de medidas
provisionales. Esto, para obtener reparaciones “cuanto antes”31.
Finalmente, el deber de reparar dimana fundamentalmente de tres
fuentes: el derecho internacional consuetudinario, los tratados de los
que un Estado sea parte y el derecho interno de cada Estado32. Esta
última fuente incluye el precedente doméstico. La Corte Constitucional
no parece tener una definición unánime adoptada sobre lo que es
el derecho a la reparación. Sin embargo, acude a los elementos de
definición suministrados por el derecho internacional, y en todo caso,
ha producido una regulación vigorosa de esta materia, basada en el
bloque de constitucionalidad. Esta regulación inicialmente vinculada
a la responsabilidad del Estado, recientemente ha sido orientada a la
persecución del patrimonio del victimario33.
30 Comité de Derechos Humanos. Observación general No. 31. Naturaleza de la
obligación jurídica general impuesta a los Estados partes en el pacto. 26/05/2004.
CCPR/C/21/Rev.1/Add.13.
31 Ibíd.
32 Asamblea General de las Naciones Unidas. Principios y directrices básicos sobre el
derecho de las víctimas de violaciones manifiestas de las normas internacionales de
derechos humanos y de violaciones graves del derecho internacional humanitario a
interponer recursos y obtener reparaciones. A/RES/60/147. 21 de marzo de 2006.
33 Así lo ha hecho, principalmente, por medio de la Sentencia C-370 de 2006. Allí sostuvo
que “no parece existir una razón constitucional suficiente para que, frente a procesos
de violencia masiva, se deje de aplicar el principio general según el cual quien causa el
daño debe repararlo. Por el contrario, como ya lo ha explicado la Corte, las normas, la
doctrina y la jurisprudencia nacional e internacional han considerado que la reparación
económica a cargo del patrimonio propio del perpetrador es una de las condiciones
necesarias para garantizar los derechos de las víctimas y promover la lucha contra la
impunidad. Sólo en el caso en el cual el Estado resulte responsable –por acción o por
omisión– o cuando los recursos propios de los responsables no son suficientes para
pagar el costo de reparaciones masivas, el Estado entra a asumir la responsabilidad
subsidiaria que esto implica. Y esta distribución de responsabilidades no parece variar
en procesos de justicia transicional hacia la paz. Resulta acorde con la Constitución
35
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
El derecho a la reparación es regulado en todos sus aspectos por el
derecho internacional de los derechos humanos34. Ha sido incorporado
en distintos instrumentos. Entre otros, en la Convención Americana
sobre Derechos Humanos (Arts. 10 y 63); la Declaración de la Asamblea
General de Naciones Unidas sobre la protección de todas las personas
contra las desapariciones forzadas; la Convención contra la Tortura y
otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes; el Estatuto de
la Corte Penal Internacional; el Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos (Art. 9); la Convención Internacional sobre la Eliminación de
todas las Formas de Discriminación Racial; la Convención de La Haya
relativa a las leyes y costumbres de la guerra terrestre y el Protocolo
Adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949, relativo
a la Protección de las Víctimas de los Conflictos Armados Internacionales
(Protocolo I):
que los perpetradores de este tipo de delitos respondan con su propio patrimonio
por los perjuicios con ellos causados, con observancia de las normas procesales
ordinarias que trazan un límite a la responsabilidad patrimonial en la preservación de
la subsistencia digna del sujeto a quien dicha responsabilidad se imputa, circunstancia
que habrá de determinarse en atención a las circunstancias particulares de cada caso
individual”.
34 A nivel regional, el precedente ha sido amplio. “Tal como ha indicado la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, el artículo 63.1 de la Convención Americana
contiene una norma consuetudinaria que constituye uno de los principios
fundamentales del derecho internacional contemporáneo sobre la responsabilidad
de los Estados. De acuerdo con ello, al producirse un hecho ilícito imputable a un
Estado, surge de inmediato la responsabilidad de éste por la violación de la norma
internacional de que se trata, con el consecuente deber de reparación y de hacer
cesar las consecuencias de la mencionada violación”. Véase, Corte Interamericana de
Derechos Humanos. Caso Cantos vs. Argentina. Sentencia de 28 de noviembre de
2002. Fondo, Reparaciones y Costas, Serie C, No. 97, párr. 67.
36
Instrumentos de derecho internacional relevantes para reparaciones colectivas
Instrumento
Regulación
“Artículo 10. Derecho a Indemnización. Toda persona tiene
derecho a ser indemnizada conforme a la ley en caso de haber
sido condenada en sentencia firme por error judicial”.
Convención Americana sobre Derechos
Humanos (Arts. 10 y 63)
“Artículo 63.1. Cuando decida que hubo violación de un
derecho o libertad protegidos en esta Convención, la Corte
dispondrá que se garantice al lesionado en el goce de su
derecho o libertad conculcados. Dispondrá asimismo, si ello
fuera procedente, que se reparen las consecuencias de la
medida o situación que ha configurado la vulneración de
esos derechos y el pago de una justa indemnización a la parte
lesionada”.
Declaración de la Asamblea General de
Naciones Unidas sobre la protección
de todas las personas contra las
desapariciones forzadas
“Artículo 19. Las víctimas de actos de desaparición forzada y
sus familiares deberán obtener reparación y tendrán derecho
a ser indemnizadas de una manera adecuada y a disponer de
los medios que les aseguren una readaptación tan completa
como sea posible. En caso de fallecimiento de la víctima a
consecuencia de su desaparición forzada, su familia tendrá
igualmente derecho a indemnización”.
Convención contra la Tortura y otros
Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o
Degradantes
“Artículo 14.1. Todo Estado Parte velará porque su legislación
garantice a la víctima de un acto de tortura la reparación y
el derecho a una indemnización justa y adecuada, incluidos
los medios para su rehabilitación lo más completa posible.
En caso de muerte de la víctima como resultado de un
acto de tortura, las personas a su cargo tendrán derecho a
indemnización”.
Estatuto de la Corte Penal Internacional
“Artículo 75. Reparación a las víctimas. 1. La Corte establecerá
principios aplicables a la reparación, incluidas la restitución,
la indemnización y la rehabilitación, que ha de otorgarse a
las víctimas o a sus causahabientes. Sobre esta base, la Corte,
previa solicitud o de oficio en circunstancias excepcionales,
podrá determinar en su decisión el alcance y la magnitud de
los daños, pérdidas o perjuicios causados a las víctimas o a sus
causahabientes, indicando los principios en que se funda”.
37
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Instrumentos de derecho internacional relevantes para reparaciones colectivas
Instrumento
Regulación
Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos
“Artículo 9.5. Toda persona que haya sido ilegalmente
detenida o presa, tendrá el derecho efectivo a obtener
reparación”.
Convención Internacional sobre la
Eliminación de todas las Formas de
Discriminación Racial
“Artículo 6. Los Estados partes asegurarán a todas las personas
que se hallen bajo su jurisdicción, protección y recursos
efectivos, ante los tribunales nacionales competentes y otras
instituciones del Estado, contra todo acto de discriminación
racial que, contraviniendo la presente Convención, viole sus
derechos humanos y libertades fundamentales, así como el
derecho a pedir a esos tribunales satisfacción o reparación
justa y adecuada por todo daño de que puedan ser víctimas
como consecuencia de tal discriminación”.
Convención de La Haya relativa a las
leyes y costumbres de la guerra terrestre
“Artículo 3. La parte beligerante que viole las disposiciones de
dicho Reglamento estará obligada a indemnización, si fuere el
caso, y será responsable de todos los actos cometidos por las
personas que hagan parte de su fuerza armada”.
Protocolo Adicional a los Convenios
de Ginebra del 12 de agosto de 1949,
relativo a la Protección de las Víctimas de
los Conflictos Armados Internacionales
(Protocolo I)
“Artículo 91. Responsabilidad. La Parte en conflicto que violare
las disposiciones de los Convenios o del presente Protocolo
estará obligada a indemnizar si hubiere lugar a ello. Será
responsable de todos los actos cometidos por las personas
que formen parte de sus fuerzas armadas”.
Es importante recordar que el derecho a la reparación integral tiene una
dimensión doble en el derecho internacional. La primera, es sustantiva.
Se refiere a los componentes tradicionales de la reparación, restitución,
rehabilitación, indemnización y garantías de no repetición. La segunda
dimensión es procedimental, pero opera en función de los elementos
sustantivos. La dimensión procedimental se deriva de la idea de
efectividad de los recursos35. Las víctimas tienen derecho a disponer de
35 Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Instrumentos del Estado de derecho para sociedades que han salido de un conflicto.
Programas de Reparaciones. Nueva York y Ginebra: Naciones Unidas, 2008, p. 6.
38
ellos no solo para acceder a la verdad y a la justicia, sino también para
la “reparación adecuada, efectiva y rápida del daño sufrido”36. Conforme
al derecho internacional, la reparación está cualificada por una serie de
atributos. Algunos de ellos son, de hecho, modalidades de obligación a
cargo de los Estados. Otros deben ser procurados por los Estados:
Una reparación adecuada, efectiva y rápida tiene por finalidad
promover la justicia, remediando las violaciones manifiestas de
las normas internacionales de derechos humanos o las violaciones
graves del derecho internacional humanitario. La reparación ha
de ser proporcional a la gravedad de las violaciones y al daño
sufrido. Conforme a su derecho interno y a sus obligaciones jurídicas
internacionales, los Estados concederán reparación a las víctimas
por las acciones u omisiones que puedan atribuirse al Estado y
constituyan violaciones manifiestas de las normas internacionales
de derechos humanos o violaciones graves del derecho internacional
humanitario. Cuando se determine que una persona física o jurídica u
otra entidad están obligadas a dar reparación a una víctima, la parte
responsable deberá conceder reparación a la víctima o indemnizar
al Estado si éste hubiera ya dado reparación a la víctima37.
Conforme al derecho interno y al derecho internacional, y teniendo
en cuenta las circunstancias de cada caso, se debería dar a las
víctimas de violaciones manifiestas de las normas internacionales de
derechos humanos y de violaciones graves del derecho internacional
humanitario, de forma apropiada y proporcional a la gravedad de la
violación y a las circunstancias de cada caso, una reparación plena
y efectiva, según se indica en los principios 19 a 23, en las formas
siguientes: restitución, indemnización, rehabilitación, satisfacción y
garantías de no repetición38.
Se puede afirmar que el sentido de la reparación es remediar el daño, es
decir, la lesión de un derecho. En otras palabras, se propone desaparecer,
en la medida de lo posible, los efectos de las violaciones cometidas39. El
36 Asamblea General de las Naciones Unidas, óp. cit.
37 Ibíd.
38 Ibíd.
39 “Las reparaciones, como el término lo indica, consisten en las medidas que tienden
a hacer desaparecer los efectos de las violaciones cometidas. Su naturaleza y su
39
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
ideal normativo de este enfoque, propio del derecho de daños, es restituir
a la persona a la condición en la que se encontraba con anterioridad a
la comisión de la violación. En este punto hay una diferencia entre las
ideas de restauración y restitutio in integrum. La primera es entendida
como “el restablecimiento de la situación que existía antes de que el acto
violatorio fuese consumado”40. La segunda “implica también la adopción
de medidas que sean conducentes a establecer la situación que, en toda
probabilidad, habría existido si la violación no hubiese sido cometida”41.
La práctica jurisprudencial tanto de los tribunales domésticos como
de los internacionales, tanto en los aspectos sustantivos como en los
procedimentales, normalmente apunta al estado de cosas anterior a
las violaciones. Sin embargo, esta aproximación ha sido desafiada por
enfoques que ven problemático restituir a las personas a situaciones de
pobreza y exclusión42. Por ello, se ha propuesto que las reparaciones,
más allá del simple esfuerzo restitutivo, tengan vocación de justicia
distributiva43. Es una perspectiva que fue incorporada en la Ley 1448
de 2011, incluso en lo tocante a reparaciones colectivas. Ahora bien,
es importante distinguir entre estas y las iniciativas de desarrollo. La
relación entonces, debe ser de interacción sin caer en la asimilación.
El estándar de protección del derecho a la reparación indica que debe
ser justa, adecuada y proporcional a la gravedad de la violación y del
monto dependen del daño ocasionado en los planos tanto material como inmaterial.
Las reparaciones no pueden implicar ni enriquecimiento ni empobrecimiento
para la víctima o sus sucesores”. Corte IDH. Caso Almonacid Arellano y otros vs.
Chile. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 26 de
septiembre de 2006, Serie C, No. 154.
40 Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Memorando sobre reparaciones.
Washington D.C., p. 15.
41 La diferencia (entre restauración y restitutio in integrum), por lo tanto, reside en el
hecho que la restauración refiere a la situación (determinable objetivamente) que
existía al momento en que la violación ocurrió. Restitutio in integrum, por otra parte,
depende de un ejercicio de formulación hipotética que describe el progreso posible
de esa situación en el tiempo. Ibíd.
42 Uprimny, Rodrigo y Saffon, María Paula. “Reparaciones transformadoras, justicia
distributiva y profundización democrática”. En: Reparar en Colombia: los dilemas en
contextos de conflicto, pobreza y exclusión. Bogotá: Centro Internacional para la Justicia
Transicional y Centro de Estudios en Derecho, Justicia y Sociedad, 2009.
43 Ibíd.
40
daño44. Ahora bien, el rigor no es solo para las medidas. También debe
observarse en el establecimiento de responsabilidad que sirve de
título a la reparación y en la atribución de aquella al sujeto enjuiciado.
En efecto, la Corte Interamericana ha sostenido que las reparaciones
judiciales deben observar la existencia de nexo causal con los hechos
del caso, las violaciones declaradas, los daños acreditados, así como con
las medidas solicitadas para reparar los daños colectivos, a fin de que el
pronunciamiento sea conforme a derecho45. Esto también vale para las
reparaciones colectivas. En la reparación en el marco de Justicia y Paz,
esto supone específicamente que exista un nexo causal entre los hechos
judicializados y el daño reparado, así como una relación consistente
entre la actuación del procesado o del grupo al que pertenece y la
actividad dañosa:
Las pretensiones de reparación en la Ley 975 están sujetas a i) la
prueba real, concreta y específica del daño; ii) la demostración del
nexo causal entre los actos de los miembros del grupo armado ilegal
durante y con ocasión de su pertenencia al mismo, y los perjuicios; iii)
la acreditación de la desmovilización del grupo respectivo; iv) la cita
de declaración judicial de responsabilidad penal, sea por condena o
legal aceptación de cargos y v) la oportunidad procesal46.
Es importante señalar que los mecanismos para reclamar reparaciones
no deben ser demasiado complejos ni excesivamente exigentes en
términos procesales, de tal manera que obstaculicen la satisfacción del
derecho47. Este es un argumento que la Procuraduría puede esgrimir si
las exigencias de la magistratura en torno al umbral de prueba u otros
aspectos de fondo, transforman el requisito de fallar en derecho en un
obstáculo a la satisfacción del deber de reparar. Ahora bien, para algunos
doctrinantes, en las reparaciones judiciales se deben observar ciertos
44 Rincón, óp. cit., p. 84.
45 Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Gomes Lund y otros (Guerrilha do
Araguaia) vs. Brasil. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia
de 24 de noviembre de 2010, párr. 246.
46 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Radicado No. 28769 del 11 de
febrero de 2007, M.P. María del Rosario González de Lemos.
47 Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso de la Masacre de la Rochela vs.
Colombia. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 11 de mayo de 2007, Serie C,
No. 163, párr. 199.
41
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
requisitos, con independencia de si se trata de medidas individuales o
colectivas:
• En primer lugar, debe haber una identificación de la víctima. No
puede haber lugar a reparaciones sin la presencia de ese sujeto
esencial de la reparación.
• En segundo lugar, se debe determinar el derecho violado y su fuente
positiva o adscripta, con el fin de determinar si se trata de una
prerrogativa vigente.
• En tercer lugar, se debe establecer la gravedad y la naturaleza de las
violaciones.
• En cuarto lugar, se deben esclarecer “las circunstancias en las que se
produce la violación del derecho y los efectos de esa violación”.
• Por último, se debe examinar si la víctima cuenta con un recurso para
reclamar remedio a su daño –es decir, escrutar si hay garantía del
derecho a la reparación– y si los beneficios suministrados a título de
reparación guardan relación de proporcionalidad48.
Finalmente, existe una serie de disposiciones jurídicas alusivas a las
reparaciones colectivas, específicas del sistema de Justicia y Paz y de la
Ley de Víctimas. A pesar de que el sistema normativo colombiano está
inspirado por el principio de coherencia del ordenamiento jurídico49,
estas disposiciones distan de ser sistemáticas y reflejan un alto grado
de indeterminación, quizás porque fueron producidas por distintas
autoridades en momentos políticos diferentes. Su armonización y
alcance, por lo tanto, es lo que al parecer pretendió la Ley 1592, aspecto
sobre el que el presente documento no hará referencia explícita por ser
asunto en el que la Procuraduría se pronunciará dentro del marco de
sus competencias, ante eventuales demandas de inconstitucionalidad.
No obstante, y a pesar de que algunas de ellas refieren a programas
administrativos y no a mecanismos judiciales, se trata de un material
jurídico que no puede ser ignorado:
48 Rincón, óp. cit., p. 102.
49 Corte Constitucional. Sentencia C-370 de 2006, M.P. Manuel José Cepeda y otros.
42
Disposiciones domésticas de referencia para reparaciones colectivas
Norma
Contenido
Ley 975 de 2005,
art. 8.
“La reparación colectiva debe orientarse a la reconstrucción sico-social de las
poblaciones afectadas por la violencia. Este mecanismo se prevé de manera
especial para las comunidades afectadas por la ocurrencia de hechos de violencia
sistemática”.
Ley 975 de 2005,
art. 49.
“El Gobierno, siguiendo las recomendaciones de la Comisión Nacional de
Reconciliación y Reparaciones, deberá implementar un programa institucional
de reparación colectiva que comprenda acciones directamente orientadas a
recuperar la institucionalidad propia del Estado Social de Derecho particularmente
en las zonas más afectadas por la violencia; a recuperar y promover los derechos
de los ciudadanos afectados por hechos de violencia, y a reconocer y dignificar a
las víctimas de la violencia”.
Decreto 3391 de
2006, art. 16.
“En concordancia con lo dispuesto en el inciso 8 del artículo 8 de la Ley 975 de
2005, tratándose de comunidades afectadas por la ocurrencia de hechos de
violencia masiva o sistemática, la reparación colectiva de la población afectada es
el mecanismo especial e idóneo que comporta resarcimiento para todas y cada
una de las víctimas de tales comunidades, además de encontrarse orientado a
su reconstrucción sico-social. Los criterios formulados por la Comisión Nacional
de Reparación y Reconciliación de conformidad con los incisos anteriores, serán
considerados por la autoridad judicial para efectos de establecer las obligaciones
de reparación en los procesos judiciales de su conocimiento. Parágrafo. La
Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación deberá formular los criterios
de que trata el presente artículo, a más tardar dentro de los cuatro (4) meses
siguientes a la entrada en vigencia del presente decreto”.
Decreto 3391
de 2006, art. 17,
Parágrafo 1.
“Se entenderá como medida de reparación colectiva la entrega, por parte de los
desmovilizados, de bienes destinados al desarrollo de proyectos productivos
en zonas afectadas por la violencia, que beneficien a desplazados, campesinos
y reinsertados que carezcan de medios económicos para su subsistencia,
otorgándoles participación en la propiedad y medios de producción de los
mismos. En el caso de los bienes destinados al desarrollo de proyectos productivos
en zonas afectadas por la violencia, el acta de que trata el inciso final del artículo
17 del decreto 4760 de 2005, que hará las veces de entrega de los mismos, indicará
el control de tutela que realizará Acción Social sobre la administración y desarrollo
de los proyectos por parte de los beneficiarios”.
43
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Disposiciones domésticas de referencia para reparaciones colectivas
Norma
Contenido
Ley 1448 de 2011,
art. 99.
“Contratos para el uso del predio restituido. Cuando existan proyectos
agroindustriales productivos en el predio objeto de restitución y con el propósito
de desarrollar en forma completa el proyecto, el Magistrado que conozca del
proceso podrá autorizar, mediante el trámite incidental, la celebración de contratos
entre los beneficiarios de la restitución, y el opositor que estuviera desarrollando
el proyecto productivo, sobre la base del reconocimiento del derecho de dominio
del restituido o restituidos, y que el opositor haya probado su buena fe exenta
de culpa en el proceso. Cuando no se pruebe la buena fe exenta de culpa, el
Magistrado entregará el proyecto productivo a la Unidad Administrativa Especial
de Gestión de Restitución de Tierras Despojadas para que lo explote a través
de terceros y se destine el producido del proyecto a programas de reparación
colectiva para víctimas en las vecindades del predio, incluyendo al beneficiario de
la restitución. El Magistrado velará por la protección de los derechos de las partes y
que estos obtengan una retribución económica adecuada”.
Ley 1448 de 2011,
art. 151.
“Reparación colectiva. Dentro de los seis (6) meses siguientes a la promulgación
de la presente Ley, la Unidad Administrativa Especial para la Atención y Reparación
Integral a las Víctimas, tomando en consideración las recomendaciones de la
Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación, y a través del Plan Nacional de
Atención y Reparación Integral a las Víctimas, deberá implementar un Programa
de Reparación Colectiva que tenga en cuenta cualquiera de los siguientes eventos:
a) El daño ocasionado por la violación de los derechos colectivos; b) La violación
grave y manifiesta de los derechos individuales de los miembros de los colectivos;
c) El impacto colectivo de la violación de derechos individuales”.
Ley 1448 de 2011,
art. 152.
“Sujetos de reparación colectiva. Para efectos de la presente ley, serán sujetos de
la reparación colectiva de que trata el artículo anterior: 1. Grupos y organizaciones
sociales y políticos; Comunidades determinadas a partir de un reconocimiento
jurídico, político o social que se haga del colectivo, o en razón de la cultura, la zona
o el territorio en el que habitan, o un propósito común”.
A pesar de la indeterminación, existe una serie de reglas identificables
en el cuerpo normativo sobre reparaciones colectivas:
• Existe base legal para afirmar que uno de los objetivos de la reparación
colectiva “es la reconstrucción sico social de las poblaciones afectadas
44
por la violencia”. La determinación específica de lo que significa ese
término es una labor pendiente de los jueces. Lo que sí es claro es que
existiría una presunción fuerte a favor de i) identificar los impactos
psicosociales como componentes del daño colectivo, y ii) solicitar
medidas de rehabilitación colectiva como parte de la estrategia
judicial en los nuevos escenarios que plantea la ley.
• El Decreto 3391 de 2006 remite a los criterios de la Comisión Nacional
de Reparación y Reconciliación en materia de reparación colectiva.
Es decir, a los aprendizajes de la experiencia piloto que dieron lugar a
la creación del Programa Institucional de Reparación Colectiva. Pero
el documento está pensado para estrategias de política pública, no
para procesos judiciales. Por consiguiente, sus elementos deben ser
interpretados en ese contexto. La utilidad de una regla determinada
de ese documento debería demostrarse, no presumirse. En
particular, por el precedente de la Corte Suprema de Justicia, que
prohíbe impartir órdenes a autoridades públicas y establece que sólo
proceden los exhortos50.
• La entrega de bienes para proyectos productivos parece ser
considerada una medida de reparación colectiva. Por consiguiente,
habría también base reglamentaria para afirmar que la restitución
de predios a comunidades puede ser una medida solicitable en las
intervenciones de la Procuraduría en el incidente de reparación
integral, si las comunidades beneficiarias lo estiman conveniente.
Con todo, el precedente sobre inmuebles y reparaciones muta
permanentemente y parece haber una tendencia a redireccionar
estos temas a la jurisdicción especializada en restitución creada por
la Ley 1448 de 2011. Esta tendencia parece originada en el artículo
99 de esa norma, que establece que proyectos agroindustriales en
predios objeto de restitución podrán ser entregados a la Unidad
Administrativa Especial de Gestión de Restitución de Tierras con el fin
de reparar con los rendimientos a las víctimas. Es preciso monitorear
permanentemente la jurisprudencia para predecir las posibilidades
que tendría de prosperar en el incidente de reparación una medida
de esta naturaleza.
50 Precedente reiterado en la sentencia del caso “Iguano”. Corte Suprema de Justicia, Sala
de Casación Penal. Sentencia contra Jorge Iván Laverde Zapata, M.P. Luis Guillermo
Salazar. Expediente 35637, 6 de julio de 2012.
45
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
• Hay legislación expresa (Ley 1448 de 2001, art. 151) sobre la necesidad
de tomar en cuenta la violación de derechos colectivos propiamente
dichos, la violación grave y manifiesta de derechos individuales y
el impacto colectivo de afectación a derechos individuales como
fuentes de daño colectivo. También define en forma expresa como
sujetos de reparación colectiva a las organizaciones sociales y
políticas y comunidades reconocidas.
• La Ley 975 de 2005 y el Decreto 3391 de 2006 regulan en forma
explícita el subsistema de Justicia y Paz. Por el contrario, la Ley 1448
regula materias relacionadas –en especial el derecho a la reparación–
y constituye un arreglo institucional diferente.
5. El concepto de reparación colectiva
El concepto de daño colectivo ha cobrado una particular importancia
dentro de los procesos que se han desarrollado en el marco de la Ley de
Justicia y Paz. La razón principal obedece no solo a que se trata de un
aspecto central en la perspectiva de la reparación judicial de las víctimas,
sino por la dificultad que han tenido que enfrentar los intervinientes –
tanto víctimas como operadores judiciales y representantes– para
abordarlo en la práctica y pensarlo conceptualmente en perspectiva de
la justicia transicional.
Desde el punto de vista jurídico, la reparación colectiva no es una
prerrogativa distinta del derecho a la reparación integral. Antes bien, es
una modalidad que puede adoptar el derecho a la reparación integral de
víctimas de violaciones a los derechos humanos e infracciones al derecho
humanitario, consistente en medidas que se deben a sujetos colectivos
victimizados, en sentido lato51, y que se proponen remediar daños
colectivos causados por las violaciones en mención. Por consiguiente, se
51 Aquí se entiende la idea de sujeto colectivo en sentido amplio. Es decir, que puede
ir más allá de sujetos con “unidad de sentido” o identidad común. La calificación de
la subjetividad aquí es significativamente más laxa. Sin embargo, parece importante
mantener la idea de sujeto colectivo para diferenciar el grupo de beneficiarios de la
reparación colectiva frente a la generalidad de la sociedad. Existen otros mecanismos
procesales para la protección de los derechos de la generalidad de la sociedad. En
particular, cuando estos no están relacionados con el conflicto armado.
46
encuentra regulada en todos sus aspectos por las reglas generales del deber
de reparar52. Este debe ser el punto de partida de cualquier definición
que se construya dentro de la estrategia judicial de la Procuraduría en
relación con el incidente. Lo anterior incluye tanto las reglas generales
de los derechos humanos –por ejemplo, igualdad y no discriminación,
imparcialidad y efectividad de los recursos, protección judicial, entre
otras– como las específicas del derecho a la reparación. Por ejemplo, la
necesidad de que esta sea justa, proporcional o adecuada, que incluya
los componentes probados del derecho a la reparación integral y que el
recurso judicial o administrativo para concederla goce de efectividad. La
reparación colectiva no excluye a la reparación individual. Por el contrario,
deberían guardar una relación coherente de complementariedad53.
No obstante lo anterior, parece haber cierto grado de indeterminación
en dos aspectos relacionados con las reparaciones colectivas54. El
primero de ellos es la naturaleza de esta modalidad de la reparación y su
distinción con otras formas de remediar el daño55. Aunque la respuesta
a estos interrogantes parezca obvia, es un asunto que puede llegar a
ser complejo. Particularmente, porque puede haber confusión con las
garantías de no repetición, que si bien hacen parte de la reparación
integral en perspectiva individual, suelen tener efectos que pueden
alcanzar a la generalidad de la sociedad, o al menos a parte de ella. Del
mismo modo, hay debate sobre quiénes pueden ser los beneficiarios de
52 “Cuando se hace referencia a la reparación colectiva, deben tenerse presentes
las normas del derecho internacional de los derechos humanos que, de un lado,
reconocen el derecho de las víctimas a la reparación y establecen la obligación de los
Estados de adoptar medidas de reparación, y, del otro, definen la noción de reparación
y las formas de reparación. En este sentido, la reparación colectiva responde a la
definición general de reparación, busca los mismos objetivos de la reparación y puede
ser materializada a través de las distintas formas que integran la reparación”. Rincón,
óp. cit., p. 88.
53 Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Herramientas del Estado de derecho para sociedades en post-conflicto: programas de
reparaciones. Naciones Unidas. Nueva York y Ginebra, 2008.
54 Rincón, óp. cit.
55 “A pesar de esta inicial claridad sobre el sentido y el alcance de las reparaciones
colectivas, parece existir una dificultad en poder precisar cuándo son necesarias estas
medidas o cuándo estamos ante una de estas medidas y no ante otro tipo de medidas”.
Rincón, óp. cit., p. 88.
47
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
las reparaciones colectivas. Por consiguiente, también hay discusiones
sobre la procedencia de las reparaciones colectivas.
La reparación colectiva como modalidad es claramente admisible en
el sistema jurídico colombiano56. También parece serlo en el derecho
internacional57. En otros términos, no parece haber fuente jurídica
que prohíba o desaconseje el suministro de medidas colectivas de
reparación58. Las reparaciones colectivas son una categoría en evolución
dentro del derecho de los derechos humanos59. Algunos expertos de
Naciones Unidas han llamado la atención sobre la necesidad de precisar
sus alcances, de cara a las demandas de grupos raciales, nacionales,
étnicos, sociales o de otra índole60. También, sobre la conveniencia de
fijar con claridad, desde la autoridad propia del derecho internacional,
si la comprensión de lo colectivo se extiende a demandas conjuntas de
grupos de víctimas individuales, o si se refiere a demandas colectivas de
56 “(x) la reparación tiene una dimensión doble (individual y colectiva) y en el plano
individual abarca medidas de restitución, indemnización y readaptación; (xi) en el
plano colectivo, la reparación se logra a través de medidas de carácter simbólico o de
otro tipo que se proyectan a la comunidad”. Corte Constitucional. Sentencia C-370 de
2006, M.P. Jaime Córdoba Triviño y otros.
57 “Además del acceso individual a la justicia, deberían tomarse las disposiciones
necesarias para que las víctimas pudieran presentar demandas de reparación
colectivas y obtener una reparación colectiva”. Comisión de Derechos Humanos de
Naciones Unidas. Directrices de Bassiouni 2000. E/CN.4/2000/62. Los derechos civiles
y políticos, en particular las cuestiones relacionadas con: la independencia del poder
judicial, la administración de justicia, la impunidad. Directriz VIII.13.
58 “Las modalidades de reparación son diversas y abarcan: la restitución, la indemnización,
la rehabilitación, la satisfacción y las garantías de no repetición. La reparación debe
ser adecuada, justa y pronta y puede ser individual o colectiva, según la naturaleza
del derecho violado y el conjunto humano afectado”. Corte Constitucional. Sentencia
C-370 de 2006, M.P. Manuel José Cepeda y otros.
59 “Nada de lo dispuesto en estos Principios y directrices impide el futuro desarrollo
de los derechos colectivos de las víctimas conforme al derecho internacional
convencional y consuetudinario”. Principios y directrices básicos sobre las víctimas
de violaciones manifiestas de las normas internacionales de derechos humanos y
de violaciones graves del derecho internacional humanitario a interponer recursos y
obtener reparaciones. 24 de octubre de 2003.
60 Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Directrices de Bassiouni 2000,
párr. 32.
48
sujetos con la misma calidad61. Esto representa una oportunidad para
los jueces de Justicia y Paz porque les permitiría determinar por vía de
precedente el alcance que pueden tener las reparaciones colectivas. La
Procuraduría puede incidir en ese diseño institucional por medio de su
estrategia de litigio.
En suma, la mejor estrategia para lidiar con la indeterminación en la Ley
975 es provocar pronunciamientos jurisprudenciales que regulen con
mayor detalle la reparación colectiva, tanto en la Corte Constitucional
como en la jurisdicción penal. La actuación de la Procuraduría puede
ofrecer elementos para que la magistratura de Justicia y Paz, tanto
en los tribunales como en la Corte Suprema, genere precedentes que
regulen el alcance de las reparaciones colectivas, y contribuya a reducir
la complejidad jurídica de este campo. Estos pueden estar basados en el
contraste del desarrollo conceptual con datos empíricos sobre el terreno.
Ahora bien, se debe asumir una posición frente a los derechos colectivos
propiamente dichos. En efecto, el artículo 88 de la Constitución y la
Ley 472 de 1998 reconocen una serie de derechos colectivos. Cuando
quiera que sean vulnerados, es perfectamente posible exigir protección
judicial, no solamente por medio de las acciones populares y de grupo
sino eventualmente por vía de acciones de reparación directa o de
responsabilidad civil extracontractual en la vía ordinaria.
La pregunta que importa aquí es si el daño respecto de este tipo de
derechos colectivos debería ser objeto de remedio en el incidente de
reparación integral de la Ley 975 de 2005. Como veremos más adelante,
algunos tratadistas sostienen que sí, siempre y cuando haya un nexo
causal entre el daño colectivo del que se trate y la actividad del grupo
armado ilegal. Pero esta aproximación no está exenta de problemas62.
Primero, porque son derechos que suelen estar en cabeza de la sociedad
en general y, por ende, cualquier persona estaría legitimada para
demandar su amparo judicial. Segundo, porque, como ya se mencionó,
cuentan con mecanismos procesales específicos. Sin embargo, su
procedencia no debería ser descartada, por dos razones, una jurídica y
otra empírica. Primero, porque no existe una regla jurídica que lo prohíba
61 Ibíd.
62 López, Claudia. (Coord.). Daño y reparación judicial en el ámbito de la Ley de Justicia y
Paz. Bogotá: Agencia Alemana de Cooperación Internacional, p. 123.
49
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
y porque no parece contravenir el ordenamiento jurídico. Segundo,
porque es altamente posible que en los talleres de diagnóstico del daño,
las víctimas expresen expectativas de reparación por daños a ese tipo de
derechos y que en el marco de los mismos se pruebe nexo causal con la
acción del grupo armado específico. La combinación de estas variables
habilitaría la procedencia reglada de este tipo de reparación.
Tal como se ha podido constatar en los pasados incidentes de reparación
integral, no existe todavía una aproximación unificada que logre
consenso y claridad en la aproximación de cómo determinar y evaluar
el daño colectivo en el contexto de la vía judicial de la Ley 975. En las
audiencias de Justicia y Paz ha sido evidente la falta de consenso para
abordar el tema. La solución a estos dilemas, a pesar de sus implicaciones
prácticas, pasa necesariamente por dar respuesta prioritaria a ciertas
preguntas conceptuales.
6. Los presupuestos de la
reparación colectiva
El daño es una noción ampliamente empleada en el discurso y
práctica jurídica. Generalmente se comprende en relación con la
idea de responsabilidad. El daño es afectación que se experimenta
en el patrimonio material y por lo tanto, la reparación de ese daño
normalmente conduce a una indemnización económica o pecuniaria.
Como lo recoge de manera analítica Henao, la aproximación tradicional
sugiere en forma prevalente que el daño es “la aminoración patrimonial
sufrida por la víctima”63.
No obstante, el daño no es, exclusivamente, una aminoración patrimonial.
También comprende la afectación inmaterial sufrida por la víctima. En
ese sentido, generalmente se clasifica el daño en dos grandes categorías:
material e inmaterial. En principio, estas valen para las reparaciones
colectivas, en la medida en que responden a la idea general de derecho
a la reparación. De nuevo, lo “colectivo” es una modalidad, no una
obligación distinta.
63 Henao, Juan Carlos. El daño. Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 1998, p. 84.
50
En cuanto al desarrollo del daño material, la doctrina es pacífica en
reconocer dos expresiones principales del mismo: el daño emergente
y el lucro cesante64. Por su parte, en el esquema del daño inmaterial, la
tipología que se ha construido incluye varios conceptos, asociados en
forma prevalente a una perspectiva individual de las reparaciones: el
daño moral, el daño a la vida de relación, y más recientemente, el daño
por alteración de las condiciones de existencia y el daño al proyecto
de vida65. Adicionalmente, existen algunas premisas básicas acerca del
daño que deben ser tenidas en cuenta en el plano jurídico:
• “(i) el daño es el primer elemento a estudiar en un proceso de
responsabilidad; (ii) el daño es un requisito necesario pero por sí
mismo insuficiente para declarar la responsabilidad”;
• “(iii) el daño debe ser probado por quien lo sufre; (iv) el daño debe ser
indemnizado plenamente; y”
• “(v) la indemnización del daño no depende de la acción procesal
utilizada para obtener la reparación del mismo”66.
64 El “daño emergente” ha sido entendido como la afectación patrimonial derivada
inmediata y directamente de los hechos, y el “lucro cesante” se refiere a la pérdida de
ingresos económicos futuros.
65 El daño al proyecto de vida fue reconocido por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos en su sentencia de reparaciones en el caso Loayza Tamayo contra la
República de Perú. En dicha denominación se ha entendido que el daño al proyecto
de vida comprende nociones diferentes a las que tradicionalmente se han entendido
bajo las denominaciones de “daño emergente” y “lucro cesante”. El daño al proyecto
de vida responde conceptualmente a la realización integral de la persona afectada,
considerando las opciones de vida que la persona tendría razones para apreciar y
que permiten fijarse determinadas expectativas y acceder a ellas. La Sala Penal de la
Corte Suprema se ha pronunciado al respecto. Ha dicho que: “el daño al proyecto de
vida, también denominado pérdida de oportunidades, el cual corresponde a aquellas
aspiraciones, propósitos, potencialidades y expectativas de las personas que no
pueden llevarse a feliz término en razón de la afrenta a sus derechos, como ocurre
cuando alguien se ve compelido a retirarse de sus estudios con ocasión del daño
causado, o cuando una lesión a su integridad lo priva de participar en una competencia
deportiva de alto nivel para la cual se venía preparando con destacado desempeño.
En algunas decisiones esta especie de daño se ha incluido de manera genérica dentro
del daño moral, pero no se excluye que también pueda apreciarse en sede del daño
material”. Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Segunda instancia 34547.
Edward Cobos Téllez y Uber Enrique Banquez Martínez, 27 de abril de 2011, p. 133.
66 Centro Internacional de Toledo para la Paz. El proceso penal especial de Justicia y Paz.
Alcances y límites de un proceso penal concebido en clave Transicional. Bogotá, 2010, p.
324.
51
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
De ese modo, sin importar que el daño aluda a una aminoración
patrimonial o que se configure en un ámbito inmaterial, en cualquier
caso el daño expresa la alteración negativa de un estado de cosas
existente67. En otros términos, daño sería la materialización de un
cambio desfavorable, bien sea material o inmaterial. Esto ameritaría un
remedio que no se limita a cuantificar su valor y fijar una indemnización.
Esto valdría tanto para víctimas individuales como colectivas.
La Ley de Justicia y Paz ofrece una aproximación al daño. En el
artículo 5 la Ley señalaba daños directos padecidos por las víctimas
“[…] tales como lesiones transitorias o permanentes que ocasionen
algún tipo de discapacidad física, psíquica y/o sensorial (visual y/o
auditiva), sufrimiento emocional, pérdida financiera o menoscabo de
sus derechos fundamentales”. Por otra parte, su artículo 15 establece
la obligación de la Fiscalía General de la Nación de “asegurar el
esclarecimiento de la verdad” y, al mismo tiempo, “deberá investigar,
entre otros, los daños que individual o colectivamente haya causado
de manera directa a las víctimas”. Esto es importante porque la verdad
judicial puede contribuir a determinar el alcance del daño. Además,
porque la búsqueda de la verdad puede ser una medida de reparación
simbólica o con efecto reparador. Por su parte, el artículo 23 de la Ley
señalaba la oportunidad procesal para la reparación de esos daños. Así
se establecía que el incidente de reparación integral era el escenario
referencial donde se abordaba “la reparación integral de los daños
causados con la conducta criminal”.
Las ideas de daño y perjuicio guardan algunas diferencias. La diferencia
fundamental consistiría en que el daño es un hecho –la lesión de un
derecho– mientras que el perjuicio es “el menoscabo patrimonial de
una persona en concreto”68. En otros términos, el patrimonio –cuando
se trata de afectación material– es el que sufre el perjuicio, que a su vez
proviene del daño. Así, “se indemniza sólo el perjuicio que proviene del
daño”69. La diferencia valdría para el daño inmaterial. En este caso, el
daño sigue siendo el hecho, mientras que el perjuicio sería el cambio
desfavorable experimentado por la víctima en el goce de derechos no
67 Henao, óp. cit.
68 Ibíd., p. 77.
69 Ibíd., p. 78.
52
patrimoniales. Ahora bien, aunque existan esos perjuicios que no se
perciben en el patrimonio de quien pretende las reparaciones, aunque
la indemnización, cuando proceda, puede ingresar a él. También debe
precisarse que en la jurisprudencia colombiana, tanto en Justicia y Paz
como en el Consejo de Estado, es bastante común que ambos conceptos
sean usados en forma indistinta.
En concreto, la idea de daño colectivo puede ser definida a partir
de varios de los conceptos básicos de daño. La primera de ellas, es la
“alteración negativa de un estado de cosas existente”70. Para Henao, se
ha definido como:
• Aminoración de una situación favorable;
• Lesión del derecho ajeno consistente en merma patrimonial y o
sufrimiento moral;
• Menoscabo de las facultades jurídicas para disfrutar de un bien
patrimonial o extra patrimonial;
• Detrimento en bienes patrimoniales y/o espirituales por hecho
propio o ajeno o caso fortuito;
• Detrimento al patrimonio o lesión al honor;
• Detrimento patrimonial sufrido por la víctima71.
Por su parte, López sostiene que el daño colectivo es:
[…] el que ataca un interés de la comunidad, un interés o un bien
colectivo, y por ello genera un daño de la misma naturaleza sin
perjuicio de que, eventualmente, pudiera ocasionar también daños
individuales. […] El daño colectivo solo tiene una víctima directa: la
colectividad, la comunidad. Los individuos solo resultan perjudicados
en tanto pertenecen a ella, así como los bienes colectivos favorecen
a la colectividad, (y a sus integrantes los individuos, únicamente
en cuanto forman parte de aquélla), así también la lesión a tales
bienes sólo los perjudica indirectamente, en cuanto integrantes del
ente colectivo que es también el perjudicado. Por eso la reparación
es también colectiva; no favorece a determinados individuos en
70 Ibíd., p. 84.
71 Ibíd.
53
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
particular; ellos resultan beneficiados como integrantes de la
colectividad en tanto pueden retornar al disfrute del interés colectivo
quebrantado o de otro equivalente72.
De esta forma, la reparación del daño colectivo solo podría ser solicitada
por la colectividad específica –en sentido amplio– de la que se trate
o por quien tenga el mandato legal o judicial para representarla. No
estrictamente por los individuos, en tanto tales, que la componen.
De alguna manera, esta modalidad de reparación reconoce que no
solamente la dimensión personal del ciudadano o ciudadana debe
ser objeto de protección jurídica. También su dimensión social73. La
distinción entre daño colectivamente causado y daño colectivamente
padecido, es útil para identificar el ámbito de interés para la función de
la Procuraduría. En efecto, puede haber daño colectivamente causado
que, sin embargo, genere un perjuicio eminentemente individual. En tal
caso, el litigio debería ser realizado por los Representantes Judiciales de
Víctimas de la Defensoría del Pueblo. En el caso del daño colectivamente
padecido, es indistinto en términos de su procedencia si es atribuible
a la acción de un solo sujeto responsable o a una sumatoria de ellos.
Podría ameritar, de todas formas, reparación en modalidad colectiva,
dependiendo de las circunstancias particulares del caso.
Un punto importante de la definición de daño colectivo es si se refiere a
un número determinado de personas o si por el contrario podría aludir a
la sociedad, pero en un espacio social determinable. En principio, la noción
cabría condicionadamente para ambos supuestos. Empero, su utilidad
práctica para las reparaciones colectivas en función del procedimiento
judicial de la Ley 975 dependería altamente de los hechos de cada
caso y de las expectativas de reparación que tengan las víctimas de
las que se trate. Se puede hablar de daño colectivo cuando se afecta
a una comunidad determinada, por ejemplo, un pueblo indígena, un
sindicato o una comunidad campesina, bien sea por lesión al goce de la
propiedad, la participación política o la identidad común. También cabe
para eventos en los cuales se trata de derechos colectivos con alcance
general, como la moralidad administrativa, la paz o el patrimonio cultural
de la Nación. En los dos casos, la dogmática del derecho de daños
72 López, Claudia, óp. cit., p. 118.
73 Ibíd., p. 115.
54
admite la existencia de una dimensión colectiva. La característica común
sería la posibilidad de identificar impactos claramente distinguibles
de afectaciones individuales. Ahora bien, la pregunta es si el daño
generalizado en cabeza de la sociedad, es decir, que no corresponde
a un grupo específico, debe ser objeto de reparación colectiva en el
marco del procedimiento especial de Justicia y Paz. La respuesta a esta
pregunta debe estar antecedida de dos cuestiones.
Primero, es preciso tener presente que también existen otros mecanismos
procesales para proteger derechos colectivos. Las acciones populares
son útiles para la protección frente a este tipo de daños. La reparación,
por su parte, puede ser obtenida mediante la acción de reparación
directa o las acciones de grupo, que son mecanismos especializados para
obtener remedio por perjuicios. Luego es preciso establecer requisitos
específicos para determinar si la reparación colectiva de los daños de
los que se trate procede dentro del procedimiento especial de Justicia
y Paz. El principal de ellos es que tales hechos sean atribuibles al “grupo
armado específico”74 que es objeto de la acción judicial en el marco de
la Ley 975.
Segundo, hay una cuestión de orden empírico, pero que no por ello
deja de tener relevancia normativa, tanto para el diseño de leyes como
la generación de jurisprudencia. La expresión de voluntad sobre la
aceptación de las medidas de reparación es un criterio de validez, dado
el estatus jurídico importante que tiene la participación de las víctimas
en la regulación jurídica del sistema de Justicia y Paz.
La experiencia en reparaciones parece aconsejar la necesidad de
identificar un sujeto colectivo –que no necesariamente tiene que ser una
comunidad étnica– para evitar que las víctimas rechacen reparaciones
colectivas dirigidas a la generalidad de la sociedad, en abstracto. Ese sujeto
colectivo puede ser entendido en sentido amplio. No necesariamente
tiene que observar una unidad de sentido, o en otras palabras, una
identidad común fuerte, como la que se encuentra en comunidades
étnicas, sindicatos o partidos políticos. Lo importante aquí es que haya
un elemento común que distinga a ese grupo humano de la sociedad en
general, aunque haga parte de ella.
74 Corte Constitucional. Sentencia C-370 de 2006, M.P. Manuel José Cepeda y otros.
55
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Lo anterior para evitar que las reparaciones colectivas sean suministradas
a grupos de personas que constituyen simple sumatoria de individuos:
“ofrecer reparaciones colectivas como reparación a grupos que en
realidad no se asumen [de alguna manera] como un sujeto colectivo […]
puede resultar en frustración para las víctimas”75. Para desarrollar este
punto en detalle es de utilidad considerar dos experiencias: los casos de
las masacres de Villatina y de Bojayá.
En 1992 hubo una masacre en la zona urbana de Medellín, a manos de
miembros de la Policía Nacional vestidos de civil. Ocho niños entre 8 y
17 años fueron asesinados. El caso fue elevado por una organización
no gubernamental colombiana ante el sistema interamericano
de derechos humanos. El procedimiento desembocó en solución
amistosa entre el Estado y los peticionarios. Los términos del acuerdo
incluyeron reconocimiento de responsabilidad por parte del Estado
colombiano, medidas individuales de reparación, y lo que se dio en
llamar “reparación social”. Esto último no era otra cosa que una serie de
medidas con dimensión colectiva, dirigidas a beneficiar a la comunidad
en la que vivían las víctimas directas. Buena parte de los familiares de
las víctimas continuaban viviendo allí. Con todo, las víctimas directas
y los beneficiarios de estas medidas de reparación social no tenían
una identidad compartida, ni habían solicitado como un grupo la
diseminación de esa modalidad de reparación.
Varias medidas fueron puestas en marcha. Primero, el mejoramiento del
centro de salud existente en el barrio. Este incluía una placa conmemorativa
en las instalaciones. En segundo lugar, se adecuó la institución educativa
de la zona, de tal manera que pudiese ofrecer, además de básica
primaria, bachillerato. Así, la infraestructura fue perfeccionada y los
cursos superiores fueron paulatinamente convocados. También se creó
un proyecto productivo dirigido principalmente a los familiares de las
víctimas, pero que incluía un componente de capacitación productiva
para la comunidad de la zona. Finalmente, se eligió erigir un monumento
de desagravio en algún punto de la ciudad, a cargo de la alcaldía. El
espíritu de esta batería de medidas consistía en interpretar que el daño
75 Uprimny, Rodrigo y Díaz, Catalina. Reparar en Colombia: los dilemas en contextos de
conflicto, pobreza y exclusión. Bogotá: Centro Internacional para la Justicia Transicional
y Centro de Estudios en Derecho, Justicia y Sociedad, 2009, p. 165.
56
había desbordado la simple sumatoria de las víctimas indirectas y había
alcanzado a la comunidad.
No obstante lo anterior, las medidas no fueron bien recibidas por las
víctimas. Mientras muchos miembros de la comunidad no sabían que
se trataba de reparaciones, pues asumían que estaban frente a inversión
social ordinaria, varios de los familiares de las víctimas directas expresaron
su insatisfacción por el hecho de que otras personas –es decir, quienes
no eran víctimas directas ni indirectas, y que solo compartían un factor
de coincidencia geográfica con el lugar de los hechos– “se pudieran
beneficiar de las medidas”. Aunque sus representantes judiciales tenían
la idea de generar innovación en el campo mediante la solicitud de
reparaciones para la comunidad, las madres rechazaban la posibilidad
de que personas distintas a los familiares percibieran beneficios:
Pero lo que sí tenemos claro es que hay una concepción diferente
de las mamás y de parte nuestra en este punto. En el sentido de
que nosotros queríamos algo que beneficiara a la comunidad,
pero ellas no estaban de acuerdo, porque decían “por qué para la
comunidad, si las que perdieron los hijos fuimos nosotras”. En ese
momento nosotras como representantes del caso, planteamos al
Gobierno la posibilidad de cambiar la idea original del proyecto
productivo para la comunidad, por uno que beneficiara a las
familias directamente afectadas76.
Parece razonable interpretar que, en ausencia de algún tipo de identidad
colectiva o de expectativa común a la hora de suministrar reparaciones
con la misma naturaleza, se corren al menos dos riesgos. El primero de
ellos es que las víctimas –y en ocasiones, las personas que habitan con
ellas las mismas zonas geográficas– no perciban el carácter reparador
de las medidas, y entiendan que tales beneficios corresponden,
simplemente, a la inversión social ordinaria que los gobiernos deben
hacer. Esta impresión se ve exacerbada por el hecho de que quienes no
fueron víctimas –al menos en el sentido típico de la expresión– están en
posibilidad de percibir exactamente los mismos beneficios que quienes
76 Entrevista al representante judicial de las víctimas del caso ante el sistema
interamericano de protección. Citado en Uprimny, Rodrigo y Díaz, Catalina, óp. cit., p.
423.
57
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
sí lo fueron (uso del servicio de salud, matrícula escolar en el colegio
adecuado, capacitación productiva).
El segundo riesgo es que rechacen la ausencia de identidad entre víctimas
y beneficiarios reales. Esta ausencia de identidad tiene dos dimensiones.
La primera de ellas, es la que alude a la carencia de elementos culturales,
sociales, étnicos, políticos o de índole similar que impide hablar de un
sujeto que va más allá de la simple suma de los integrantes del grupo
humano del que se trate. Es decir, se trata de personas que más allá
de habitar en la misma localización geográfica, no tienen mucho más
en común. La segunda –asociada a lo anterior– es la imposibilidad de
predicar que quienes tienen derecho a la reparación y quienes en efecto
perciben los beneficios son las mismas personas. Es decir, por el contrario,
puede ocurrir que sean personas naturales distintas, que no constituyen
un sujeto colectivo en sentido amplio. Por consiguiente, ni coinciden en
perspectiva comunitaria, ni son los mismos desde el enfoque individual.
Esto obstaculiza la posibilidad de convertir a toda víctima (persona
elegible) en beneficiario real de la reparación77.
Por ello, la reacción de las víctimas del caso Villatina fue predecible: hubo
conformidad relativa con cierto tipo de medidas, particularmente las
indemnizaciones individuales. Pero las llamadas reparaciones sociales,
que se parecen mucho a las medidas de reparación colectiva, fueron
rechazadas con vehemencia por una parte importante del universo de
reclamantes. Hubo un sentimiento generalizado en el que se creía que
las reparaciones colectivas que se ofrecieron al barrio pudieron haber
desmejorado las reparaciones individuales a las que tenían derecho
las víctimas directas78. Esto no es un asunto de representación dentro
del colectivo, porque de hecho, las víctimas no se sentían parte de una
comunidad. Sencillamente, eran individuos que estaban haciendo causa
común por hechos concomitantes que los habían afectado. Aprecian
los beneficios de educación y salud que les son asignados, pero tienen
confusión sobre el título jurídico de la medida y tienden a creer que es
injusto que el efecto benéfico de la medida tenga efecto amplio.
Por otro lado, no hay evidencia de que el equipo de concertación de
las medidas del caso Villatina haya indagado entre habitantes del barrio,
77 De Greiff, óp. cit.
78 Uprimny y Díaz, óp. cit.
58
distintos de las víctimas directas, si se sentían lesionados con el evento
de la masacre y si pensaban que esto ameritaba reparación. En tales
ejercicios es fundamental tener en cuenta, dado el pronunciado contexto
colombiano de pobreza y exclusión, que muchas personas tendrían
incentivos para reclamar reparaciones sin tener, en principio, derecho a
ellas. Esto a pesar de que las reparaciones deberían tener vocación de
justicia distributiva. En este punto el reto consiste en ser cuidadosos para
que los mecanismos de asignación de beneficios a título de reparación –
sean estos judiciales o administrativos– sean rigurosos para impedir que
quienes no son elegibles reciban reparaciones, pero al mismo tiempo,
sean flexibles para permitir que todas las víctimas, en situación de
vulnerabilidad, puedan percibir los beneficios.
Otro caso tipo que ofrece razones en contra de reparaciones colectivas
mal suministradas es Bojayá. En ese municipio del Medio Atrato
chocoano hubo una masacre de alrededor de cien personas en 2002.
Un grupo armado lanzó una pipeta de gas sobre la iglesia donde se
refugiaban los civiles. El Gobierno Nacional decidió desplegar un
ambicioso dispositivo de inversión en el municipio, que contó con
recursos cuatro veces mayores al presupuesto anual de la localidad.
Hubo algunos elementos de tipo participativo que no fueron tenidos
en cuenta, como por ejemplo la posición del pueblo en términos de la
relación cultural que las comunidades tienen con el río. Otro error serio
fue no usar un lenguaje de reparaciones desde el principio, que invitara a
las comunidades a interpretar que los beneficios materiales que estaban
recibiendo obedecían a un esfuerzo por remediar el daño.
Más del 90% de las víctimas del municipio de Bojayá son indígenas o
afrodescendientes. Sin embargo, muchas de las medidas que fueron
diseminadas masivamente, y que posteriormente el Gobierno presentaría
como esfuerzos de reparaciones, no fueron entendidas de esa manera
por los sujetos colectivos presentes en la zona. Principalmente, porque
no hubo, en estricto sentido, medidas dirigidas a reparar los daños que
esos sujetos colectivos percibieron79. De hecho, muchas de las personas
que fueron beneficiarias de las inversiones ni fueron afectadas en lo
personal por la masacre, ni se sentían parte de un colectivo lesionado
79 Lozano, Carlos. “Entre la redistribución y el reconocimiento: percepciones de las
víctimas sobre la inversión social focalizada a causa de la masacre de Bojayá”. En:
Uprimny y Díaz, óp. cit., p. 520.
59
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
por ella. Aunque así fuera, son discutibles las razones por las cuales ellas
recibieron inmuebles, mientras víctimas directas no fueron cobijadas
con esta medida. Si se tratara de reparar colectivos, lo procedente habría
sido entregar medidas simbólicas y materiales a las comunidades, por
conducto de sus representantes o sus autoridades tradicionales. En su
lugar, lo que se obtuvo fue lo siguiente:
• El principal criterio de asignación de beneficios fue tener fijado el
domicilio en zona urbana de Bojayá al momento de la puesta en
marcha de la política (no se sabe si también de la masacre).
• Aunque había sujetos colectivos fácilmente identificables, no se
entregaron beneficios a comunidades, sino a individuos; como
consecuencia, muchas personas pertenecientes a comunidades
étnicas no percibieron beneficios a pesar de ser víctimas directas de
la masacre, principalmente por estar desplazados fuera de Bojayá al
momento de la entrega de aquellos.
• Al mismo tiempo, personas que no fueron víctimas directas o
indirectas de los hechos, y que no parecen guardar una relación
identitaria o cultural con las comunidades de la zona, sí fueron
destinatarias de viviendas, aunque partieron de la zona, incluso con
anterioridad a la comisión de la masacre.
El caso Bojayá es muy sugestivo porque demuestra cómo las reparaciones
colectivas pueden fracasar aun en universos poblacionales donde la
inmensa mayoría de las víctimas pertenece a un sujeto colectivo, porque
dicho sujeto no es suficientemente identificado. En otras palabras, el
sujeto colectivo fue ignorado, aunque era evidente que estaba ahí, y en
su lugar el Estado se dedicó a distribuir recursos nada despreciables (por
un valor ocho veces mayor al plan de desarrollo anual del municipio)
entre las personas que hacían parte del colectivo, pero como si fueran
simples individuos.
En resumen, las reglas que parecen extraerse de estas dos experiencias
son las siguientes:
• La procedencia de las reparaciones colectivas debe demostrarse, no
presumirse, a partir de dos criterios:
– La existencia de un sujeto colectivo (en adición al daño, en tanto
presupuesto).
60
– O, en ausencia de ese sujeto en sentido estricto, la pretensión
explícita de reparación de una comunidad por daño colectivo
imputable al procesado o al grupo armado (sujeto en sentido
amplio).
• La simple constatación de la existencia de un sujeto colectivo no es
suficiente. Hace falta, además:
– Que las medidas sean diseñadas en función de las necesidades
de ese sujeto.
– Que dicho sujeto sea consultado.
7. Doctrina específica
sobre daño colectivo
La intervención de la Procuraduría en el incidente de reparación
consultó la dogmática del daño colectivo y su reparación. El concepto
de daño colectivo se sirve de la idea de bien jurídico colectivo, en la
medida en que aquel tiene un efecto negativo sobre este. Esto hace
necesaria la reparación colectiva. Un bien jurídico colectivo es aquel que
“no puede ser apropiado individualmente ni disfrutado exclusivamente
por los individuos, sino que satisface necesidades generales [de un
sujeto colectivo]”80. En este sentido, son características de los bienes
[jurídicos] colectivos81:
• La titularidad compartida.
• La indivisibilidad.
• La indisponibilidad unilateral.
El bien jurídico es lo deseado o el objeto que posibilita la satisfacción,
mientras que el derecho es el atributo jurídico que permite el disfrute.
80 Rivera Morales, Rodrigo. Protección constitucional y procesal de víctima de delitos
colectivos. Las acciones colectivas como instrumento de protección de la víctima colectiva.
Editorial Académica Española, 2011, p. 221.
81 Ibíd.
61
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Vale decir que los derechos colectivos son típicamente derechos a
bienes colectivos”82.
Otros autores sostienen que “el bien jurídico [colectivo] implica siempre
una relación masiva y universal […] se trata de relaciones sociales que
son consideradas esenciales [dentro de una comunidad] en el sistema
de relaciones de sus miembros”83. Tanto la protección preventiva de un
derecho, como la tutela posterior representada por la reparación del
daño responden a la necesidad de amparar bienes jurídicos, para este
caso, colectivos. De esta manera, “el bien jurídico [colectivo] no puede
descomponerse en porciones atribuibles a los individuos”84.
La indivisibilidad aquí tiene al menos dos dimensiones. Primero, la
esencia colectiva del bien impide la asignación por medio de porciones
a los individuos que hacen parte de la colectividad. Por otro lado,
“la conducta no se dirige en específico a un bien individual sino que
somete a riesgo a una pluralidad de personas o sus condiciones de
existencia social, residiendo allí la pluriofensividad y la indivisibilidad
en cuanto al ataque[,] puesto que se dirige a la masa y no persona
determinada –concurren que hay pluralidad de sujetos pasivos y que
hay indeterminación previa de los sujetos pasivos–. En ambos casos
el tratamiento de la protección es común, pudiéndose predicar su
indivisibilidad”85. Los bienes jurídicos colectivos han sido clasificados
en función de distintos criterios. El primero de ellos es la titularidad. El
segundo es su función social. El tercero es la relación de funcionamiento
con el sistema jurídico86. A partir de ellos se ha propuesto un paradigma
de clasificación, compuesto por varias categorías:
• La primera de ellas es la de bienes jurídicos colectivos de funcionalidad
social, es decir, bienes“que posibilitan la existencia y el funcionamiento
de la sociedad”87.
82 Ibíd.
83 Bustos Ramírez, Juan. Los bienes jurídicos colectivos. Citado en Rivera Morales, óp. cit., p.
252.
84 Rivera Morales, óp. cit., p. 266.
85 Ibíd., p. 267.
86 Ibíd.
87 Ibíd.
62
• La segunda es la categoría de los bienes jurídicos colectivos de
referente individual. Estos son bienes que “afectan a una pluralidad de
personas en virtud de su pertenencia social o la vida en común, [en
los que] por lo general, no hay mediación de entes institucionales en
la protección del bien”88.
• Finalmente, se tienen los bienes jurídicos individuales “colectivizados
por el ataque masivo”. Se refiere a los casos en los que el bien está
estructurado en términos individuales, “pero la modalidad masiva del
ataque es pluriofensiva, pues se dirige al grupo social o comunidad.
Estos bienes son colectivizados en virtud del resultado de la actividad
que produjo una pluriofensividad”89. Debe advertirse que esta
colectivización opera para agravar el tipo individual, es decir, el bien
individual mantiene su sustantividad. No obstante, como garantía de
la vida social y el derecho a lo social si se produce un ataque contra
ellas, bien sea de puesta en peligro o de lesión concreta, funciona
como agravación del delito individual. La diferencia con el anterior es
que la pluriofensividad surge por el ataque a grupos indeterminados
concretándose en lesiones individuales pero en afectación de masas90.
Dependiendo de esta clasificación, las implicaciones procesales para
los mecanismos tanto de amparo como de reparación de la lesión a
este tipo de bienes pueden variar.
Además de responder a bienes jurídicos colectivos, el daño colectivo
debe estar cualificado por una serie de características que, en general,
son predicables de casi cualquier tipo de daño con vocación de ser
reparado. En primer lugar, el daño es el primer elemento a estudiar para la
procedencia de las reparaciones colectivas, aun antes del llamado sujeto
colectivo y de la estrategia para el diseño específico de las medidas91. No
puede haber responsabilidad sin daño demostrado adecuadamente. En
otras palabras, si no hay un daño colectivo, no es necesario pensar en
reparaciones colectivas. Esto parece obvio, pero es una ruta que debe
88 Ibíd., p. 272.
89 Ibíd.
90 Ibíd.
91 Henao, Juan Carlos. El daño. Análisis comparativo de la responsabilidad extracontractual
del Estado en derecho colombiano y francés. Bogotá: Universidad Externado de
Colombia, 2007, p. 36.
63
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
seguirse en el diseño de la estrategia judicial. Menos aun, teniendo en
cuenta que el enriquecimiento sin causa está prohibido y que debe
haber proporcionalidad en las reparaciones, dado que en Colombia no
hay daños punitivos.
Como corolario de lo anterior, se puede afirmar que el daño “es requisito
necesario pero no suficiente” para la procedencia de las reparaciones
colectivas92. Para ello, se debe demostrar también la imputabilidad al
demandado, de tal suerte que no exista una causal de exoneración de
responsabilidad o que el deber de reparar en efecto existe porque la
víctima no estaba en el deber jurídico de soportar el daño.
El daño debe ser probado por quien lo alega. Quien pretende la reparación
tiene la carga de acreditarlo. Esto parece obvio, pero también es
importante decirlo para distinguir entre reparaciones colectivas
administrativas y reparaciones colectivas judiciales. Las primeras son un
modo facultativo de satisfacer el deber de reparar, dado que la idea de
recurso efectivo en las reparaciones no está restringida exclusivamente a
los mecanismos judiciales. Están pensadas para contextos de masividad
que desafían la lógica de funcionamiento de los procesos judiciales, que
parten del supuesto de que la transgresión a las normas que aplican es
ocasional y no generalizada93. Se proponen evitar a las víctimas las cargas
propias de la comprobación judicial. Intentan hacer esto, especialmente,
a partir de la estandarización y flexibilización de parámetros probatorios.
En algunos casos, se contempla la inversión de la carga de la prueba. Por
el contrario, en los escenarios judiciales dicha carga persiste en cabeza
de quien pretende la reparación. Ahora bien, tratándose de sujetos
colectivos, lo fundamental es que la persona que ejerce la representación
esté legitimada para hacerlo, bien sea por mandato legal o judicial.
El daño debe ser indemnizado plenamente. La Corte Constitucional ha
dicho que “el resarcimiento del perjuicio debe guardar correspondencia
directa con la magnitud del daño causado, mas no puede superar ese
límite”94. De nuevo, si la compensación rebasa la entidad del daño,
habrá lugar a enriquecimiento sin causa. Tal enriquecimiento también
92 Ibíd., p. 38.
93 De Greiff, óp. cit.
94 Corte Constitucional. Sentencia C-197 de 1993, M.P. Antonio Barrera Carbonell.
64
puede predicarse de los beneficiarios de reparación colectiva. En la
medida en que los sujetos colectivos pueden ser –aunque no siempre
son– personas jurídicas, por tanto, titulares de patrimonio, los beneficios
patrimoniales que ingresen a su favor, y que no guarden una relación
proporcional con los daños, excederán el propósito de la reparación.
Tampoco es posible asignar indemnizaciones a título de daño punitivo.
Por las mismas razones, en escenarios judiciales la reparación no debería
ser menor a lo que se pruebe adecuadamente. Como es evidente, esto
lleva a concluir que las indemnizaciones también pueden ser parte de
las reparaciones colectivas.
Ahora bien, puede ocurrir que con ocasión de la indemnización, la
situación económica real de la víctima colectiva cambie sustancialmente,
dado el efecto acumulativo de la suma asignada. A la larga, de alguna
manera la restitución del equilibrio en el que se encontraba la persona
con anterioridad a la comisión de los hechos es una ficción jurídica.
Con todo, esto no significa que la mejoría económica que pueda traer
consigo la reparación colectiva habilite el descuento de sumas que
afecten la integralidad de la indemnización95. En otras palabras, no hay
cesación parcial o definitiva del daño cuando “hay situación favorable
generada por la víctima con posterioridad al mismo”96.
Finalmente, el daño debe ser cierto. Es decir, debe contar con una
entidad real y no eventual. En otras palabras, no debe ser “un daño
genérico o hipotético sino uno específico, cierto: el que sufre una
persona determinada”97. Así, es preciso tener presentes los conceptos
de perjuicio cierto y perjuicio eventual. El primero es aquel respecto
del cual es posible determinar, con algún grado de certeza, que ha sido
causado. El segundo, alude a eventos en los cuales existe una serie de
condiciones que propiciarían que el perjuicio tenga lugar, aunque aún
no ha acontecido. Mientras que respecto del primero no hay duda
alguna en cuanto a su existencia, frente al segundo no es del todo claro
que se pueda realizar esa afirmación:
95 Henao, óp. cit., p. 69.
96 Ibíd., p. 75.
97 Ibíd., p. 129.
65
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
La existencia es entonces la característica que distingue al perjuicio
cierto. Pero, si la existencia del perjuicio es la singularidad de su
certeza, no podemos sin embargo confundir las diferencias entre
la existencia del perjuicio y la determinación de su indemnización.
En efecto, según el profesor Chapus, lo que el juez no puede hacer,
en ausencia de la determinación del perjuicio, es otorgar una
indemnización que repare, y ello por la fuerza misma de las cosas,
porque la realidad y dimensión del perjuicio son la medida de su
indemnización. Pero bien puede reconocer que la responsabilidad
se compromete cuando la existencia del perjuicio se establece, sin
importar las dudas que se tengan acerca de su extensión exacta.
En la doctrina colombiana el profesor Tamayo Jaramillo enuncia
que según la jurisprudencia, se distingue entre la existencia del
perjuicio y la de su cuantía, aceptando que lo indispensable es la
prueba de la primera, con lo cual se abre camino para que, en un
incidente posterior, se demuestre el monto de la segunda. […] Para
que el perjuicio se considere existente es indiferente que sea pasado
o futuro, pues el problema siempre será el mismo: probar la certeza
del perjuicio98.
8. La víctima colectiva y los
derechos de los sujetos colectivos
La víctima de violaciones a derechos humanos y/o infracciones
al derecho internacional humanitario es el titular del derecho a la
reparación integral99. Esto es así con independencia de que el autor
98 Ibíd., p. 131.
99 A los efectos del presente documento, se entenderá por víctima a toda persona que
haya sufrido daños, individual o colectivamente, incluidas lesiones físicas o mentales,
sufrimiento emocional, pérdidas económicas o menoscabo sustancial de sus derechos
fundamentales, como consecuencia de acciones u omisiones que constituyan una
violación manifiesta de las normas internacionales de derechos humanos o una
violación grave del derecho internacional humanitario. Cuando corresponda, y en
conformidad con el derecho interno, el término “víctima” también comprenderá a la
familia inmediata o las personas a cargo de la víctima directa y a las personas que
hayan sufrido daños al intervenir para prestar asistencia a víctimas en peligro o para
impedir la victimización. Véase, Asamblea General de las Naciones Unidas. Principios y
directrices…, óp. cit.
66
sea individualizado o condenado, e incluso, de que sea reconocida por
disposiciones de derecho interno. Incluye tanto a las víctimas directas
como a las indirectas100. Para algunos autores, a diferencia de los derechos
a la verdad y la justicia, del cual pueden ser titulares, de alguna manera,
las sociedades, el derecho a la reparación “ha sido considerado, hasta
ahora, fundamentalmente un derecho de las víctimas [humanas] de
violaciones a derechos”101. En cualquier caso, el amparo de los derechos
colectivos está encaminado a la protección de la persona humana y
la dimensión social de su existencia102. La doctrina ha tenido distintas
aproximaciones a la idea de víctima colectiva. Algunos autores sostienen
que víctima colectiva es “aquella que es afectada por la lesión de un bien
jurídico-penal colectivo”103.
100 “Por su parte, la Corte Constitucional ha señalado que debe tenerse como víctima o
perjudicado de un delito penal a la persona que ha sufrido un daño real, concreto y
específico, cualquiera sea la naturaleza de éste y el delito que lo ocasionó. Subraya
la Corte que en las presunciones establecidas en los incisos 2 y 5 del artículo 5 se
incluyen elementos definitorios referentes a la configuración de ciertos tipos penales.
Así, en el inciso 2 se señala que la condición de familiar víctima se concreta cuando
a la ‘víctima directa’ ‘se le hubiere dado muerte o estuviere desaparecida’. Es decir,
que los familiares en el grado allí señalado se tendrán como víctimas solo en tales
supuestos. Esto podría ser interpretado en el sentido de que los familiares, aun en
el primer grado establecido en la norma, no se consideran víctima si un familiar no
fue muerto o desaparecido. Esta interpretación sería inconstitucional por limitar de
manera excesiva el concepto de víctima a tal punto que excluiría de esa condición y,
por lo tanto, del goce de los derechos constitucionales propios de las víctimas, a los
familiares de los secuestrados, de los que sufrieron graves lesiones, de los torturados,
de los desplazados forzosamente, en fin, a muchos familiares de víctimas directas
de otros delitos distintos a los que para su configuración exigen demostración de la
muerte o desaparición. Esta exclusión se revela especialmente gravosa en casos donde
tal delito recae sobre familias enteras, como sucede con el desplazamiento forzado,
o donde la víctima directa estando viva o presente ha sufrido un daño psicológico
tal que se rehúsa a hacer valer para sí misma sus derechos, como podría ocurrir en
un caso como la tortura. Las víctimas que demuestren haber sufrido un daño real,
concreto y específico, así como sus familiares que cumplan los requisitos probatorios
correspondientes, pueden hacer valer sus derechos”. Corte Constitucional. Sentencia
C-370 de 2006, M.P. Manuel José Cepeda y otros.
101 Rincón, óp. cit., p. 75
102 Álvarez García, Francisco J. “Bien jurídico y Constitución”. Revista Cuadernos de Política
Criminal, No. 43 (1991). Universidad Complutense de Madrid: Instituto Universitario de
Criminología. Editoriales de Derecho Reunidas, EDERSA. p. 26.
103 Rivera Morales, óp. cit., p. 469.
67
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
El derecho internacional parece distinguir entre “personas”, “grupos”
y “comunidades”104. Por los primeros, se entienden normalmente los
individuos, aunque los sujetos colectivos pueden ser personas jurídicas.
Por las comunidades, parece entenderse grupos humanos que tienen
elementos sociales, culturales y de otra índole en común o habitan en
forma histórica un territorio. El ejemplo más obvio son las etnias105.
O pueden ser grupos humanos organizados en un lugar geográfico
determinado, cuyos integrantes han sufrido un daño por el hecho de
pertenecer a la comunidad en mención106. Este último podría ser el caso,
muy común en Colombia, de comunidades campesinas victimizadas. En
cuanto a la idea de grupos, algunos tratadistas sugieren que se refiere
tanto a grupos pre existentes al acto que origina la violación como a
“quienes sufren un daño producido por la misma causa, bien sea que
se trate de la violación de un derecho colectivo o de la violación de
derechos individuales”107. Sin embargo, el texto de las directrices no es
unívoco y podría admitir varias interpretaciones:
No se puede negar que tanto los individuos como las colectividades a
menudo resultan víctimas de violaciones flagrantes de los derechos
humanos. La mayoría de las violaciones flagrantes enumeradas
en el párrafo anterior afectan de manera inherente a derechos de
las personas y a derechos de las colectividades. Esto también se
dio por sentado en la resolución 1989/13 de la Subcomisión, que
contiene algunas directrices útiles sobre quién tiene derecho a
obtener reparación. A este respecto la resolución menciona en su
primer párrafo del preámbulo «las personas», «los grupos» y «las
comunidades». En la parte siguiente de esta sección, que tratará
de algunas cuestiones especiales de interés y dignas de atención,
los aspectos individuales y colectivos de las personas y grupos que
son víctimas en muchos casos están estrechamente relacionados.
Esta coincidencia de aspectos individuales y colectivos es
particularmente patente en relación con los derechos de los pueblos
indígenas. En este contexto es necesario por lo tanto que, además
104 Rincón, óp. cit.
105 Ibíd.
106 Ibíd., p. 91.
107 Ibíd.
68
de los medios de obtener reparación de que disponen los individuos,
se adopten medidas adecuadas para que los grupos de víctimas
o las comunidades que son víctimas tengan derecho a presentar
reclamaciones colectivas por los daños y perjuicios sufridos y a
recibir la correspondiente reparación colectiva108.
También puede ocurrir que haya concurrencia de más de un bien jurídico
afectado por medio de una sola actuación del responsable. No obstante,
el derecho internacional incluye a las víctimas tanto individuales como
colectivas109. Se afirma que tanto los individuos como las colectividades
pueden ser víctimas de violaciones a los derechos humanos110. Esto
ocurre así, en general, cuando la existencia de las comunidades
indígenas y afrodescendientes, como un colectivo, se ve amenazada111.
Como consecuencia, las reclamaciones pueden ser tanto individuales
como colectivas. Conforme a algunos referentes normativos, se debería
permitir que tanto las comunidades victimizadas como los grupos de
víctimas soliciten reparaciones colectivas112. En estos casos, los daños
individuales y colectivos, aunque distintos, pueden estar relacionados.
El derecho internacional ha reconocido que ciertas formas recientes
de victimización, si bien operan contra personas humanas, también
pueden “estar dirigidas esencialmente contra personas, tomadas
como objetivo colectivamente”113. Ahora bien, desde el punto de vista
positivo, esta posición no es unívoca. Para algunos tratadistas, algunos
tratados internacionales, como la Carta Africana de Derechos Humanos
y de los Pueblos, reconocen personas jurídicas como beneficiarias de
las reparaciones, mientras la Convención Interamericana de Derechos
108 Comisión de Derechos Humanos. Estudio de Van Boven de 1993, relativo al derecho de
restitución, indemnización y rehabilitación a las víctimas de violaciones flagrantes de
los derechos humanos y las libertades fundamentales. E/CN.4/Sub.2/1993/8, párr. 14.
109 Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Estudio sobre el derecho a la
verdad. Informe de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos. E/CN.4/2006/91. 9 de enero de 2006.
110 Comisión De Derechos Humanos. Estudio de Van Boven de 1993, óp. cit., párr. 14.
111 Ibíd., p. 17.
112 Ibíd.
113 Asamblea General de las Naciones Unidas. Principios y directrices…, óp. cit., Preámbulo.
69
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Humanos solo reconoce a las personas naturales114, sin perjuicio del
desarrollo jurisprudencial de las reparaciones para pueblos indígenas115,
que los ha considerado “parte lesionada”, es decir, sujetos de reparación116.
Las dificultades para la identificación de los beneficiarios de reparaciones
colectivas se pueden clasificar entre aquellas que responden a casos
en los cuales es claro que se está en presencia de un sujeto colectivo
y aquellas donde la existencia de ese sujeto no es obvia. Los casos en
los cuales hay un sujeto colectivo que ha sido afectado en tanto tal
por violaciones a los derechos humanos e infracciones al derecho
humanitario están dentro de la órbita de las reparaciones colectivas.
La legislación colombiana reconoce derechos de las comunidades
indígenas y afrodescendientes. De ese reconocimiento se desprende
la posibilidad de reclamar reparaciones cuando esos derechos son
violados. De hecho, muchos de los derechos reconocidos tienen
carácter fundamental117. La protección de estos derechos está pensada
en términos colectivos. Los derechos que les son atribuidos, a su vez,
son subjetivos118. Esto incluye los derechos al territorio, a la identidad
cultural, a la consulta previa, entre otros. Estos derechos son resultado de
la influencia del derecho internacional en el sistema jurídico doméstico.
A la luz del sistema interamericano, los pueblos indígenas son objeto
de especial protección convencional. Son considerados parte lesionada,
por tanto, beneficiarios de reparaciones colectivas. El artículo 21, relativo
114 Rincón, óp. cit.
115 En este campo, la decisión más reciente del sistema interamericano es la sentencia
del Caso Comunidad Indígena Xákmok Kásek vs. Paraguay. Corte Interamericana de
Derechos Humanos. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de agosto de
2010, Serie C, No. 214.
116 Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Pueblo Indígena Kichwa de
Sarayaku vs. Ecuador. Fondo y reparaciones. Sentencia de 27 de junio de 2012, Serie C,
No. 245, párr. 284.
117 Corte Constitucional. Sentencias T-380 de 1993, M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz, y T-652
de 1998, M.P. Ciro Angarita Barón.
118 “[…] no puede en verdad hablarse de protección de la diversidad étnica y cultural y de
su reconocimiento, si no se otorga, en el plano constitucional, personería sustantiva
a las diferentes comunidades indígenas que es lo único que les confiere estatus para
gozar de los derechos fundamentales y exigir, por sí mismas, su protección cada vez
que ellos les sean conculcados”. Ibíd.
70
a la propiedad, tutela los derechos territoriales de pueblos indígenas y
tribales119. Dado el principio pro homine, el sistema interamericano ha
interpretado sus instrumentos de conformidad con los desarrollos sobre
los derechos de los pueblos indígenas. Además, en virtud del principio
de efectividad, es decir, la necesidad de hacer que la protección de los
derechos a estas comunidades sea real, obliga a que sus derechos sean
tenidos en cuenta en este sistema de protección, a pesar de que no estén
incorporados explícitamente en los instrumentos que le dan estructura
jurídica120. Los Estados tienen obligación de respetar y garantizar sus
derechos. Asimismo, tienen una serie de prerrogativas específicas. Entre
ellas se cuentan: el derecho a una protección especial; el derecho a no ser
objeto de discriminación; el derecho a la protección y el reconocimiento
de la propiedad comunitaria, así como la seguridad jurídica del predio
reconocido; el derecho al disfrute de sus recursos naturales; a la
delimitación y demarcación del territorio ancestral; a la posesión, uso y
restitución de territorios ancestrales; a no ser desplazado, a la vida, la
salud, la alimentación, a la identidad cultural y la libertad religiosa y a la
libre determinación121. El Convenio 169 de la OIT, por su parte, sostiene
que los pueblos indígenas tienen derecho a la consulta previa, a decidir
sobre su propio desarrollo; a la protección de la identidad cultural; a
la propiedad y uso del territorio y al aprovechamiento de los recursos
naturales propios122.
La Procuraduría ha insistido con acierto en relacionar las reparaciones
colectivas con los demás derechos de las víctimas. En efecto, la
búsqueda general de verdad y justicia tiene una dimensión colectiva
ya reconocida123. Pero su vocación para ser entendida como reparación
colectiva no es absoluta.
119 Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Derechos de los pueblos indígenas y
tribales sobre sus tierras ancestrales y recursos naturales. Normas y jurisprudencia del
Sistema Interamericano de Derechos Humanos.
120 Comisión Interamericana de Derechos Humanos, óp. cit., párr. 10.
121 Comisión Interamericana de Derechos Humanos, óp. cit.
122 Organización Internacional del Trabajo. Convenio 169.
123 Por ejemplo, la búsqueda de la verdad es vista categóricamente en algunos
documentos de Naciones Unidas como una medida de reparación de nivel y alcance
colectivo. Véase, Naciones Unidas. Directrices de Joinet revisadas. E/CN.4/Sub. La
cuestión de la impunidad de los autores de violaciones de los derechos humanos
(derechos civiles y políticos) 2/1997/20/Rev. 1. 2 de octubre de 1997.
71
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
En el caso de los derechos a la verdad y a la justicia, se reconoce
expresamente que las sociedades tienen tanto un derecho colectivo a
conocer su historia de opresión y de graves violaciones a los derechos
humanos, como un derecho a exigir la investigación y castigo de
aquellos crímenes que, por su inhumanidad y gravedad, trascienden
la esfera individual de la persona directamente agredida. Ahora bien,
aunque conocer la verdad puede ser un derecho con dimensión
colectiva, por tanto, con titularidad en la sociedad en su conjunto, eso
no significa que la medida de reparación a la que responde deje de
ser individual, al ser consecuencia, como comúnmente ocurre, de una
violación individual o de una sumatoria de violaciones particulares y no
generalizables. La razón es simple. No hay daño colectivo con la violación
individual, aunque la medida que lo remedia tiene naturaleza colectiva.
En otras palabras, las medidas colectivas también pueden responder
a violaciones individuales. Luego, en ausencia de los demás requisitos
para que las reparaciones colectivas procedan, se está en presencia,
simplemente, de una medida con dimensión colectiva para una o varias
violaciones individuales.
En el caso del derecho a la reparación, por el contrario, las sociedades, en
su conjunto, no tienen reconocido expresamente, en principio y hasta
el momento, un derecho similar a reclamar reparación. La reparación
está ligada a quien o a quienes han sufrido violaciones a sus derechos,
y a causa de las mismas, han padecido daños, incluidas comunidades,
grupos y poblaciones124. Ahora bien, tanto la verdad como la justicia
pueden tener un efecto reparador, lo que significaría que las sociedades
pueden percibir, de alguna manera, dichos efectos. Esto obedecería al
menos a dos razones. La primera de ellas es normativa. La indivisibilidad
e interdependencia de los derechos humanos, que incluyen los de las
víctimas, supone que los derechos a la verdad, la justicia y la reparación
están conectados de una manera tal que, desde el punto de vista jurídico,
el avance de uno o algunos de ellos contribuye al posicionamiento de
otros. Desde el punto de vista práctico, la experiencia comparada en
justicia transicional invita a interpretar que las restricciones empíricas
para la satisfacción de los derechos de las víctimas pueden ser
morigeradas si los mecanismos que pretenden llevar verdad, justicia
y reparación son implementados de una manera integral y coherente
124 Rincón, óp. cit., p. 75.
72
entre sí, de tal forma que haya sinergia entre las virtudes de dichos
mecanismos y, al mismo tiempo, que las desventajas relativas de cada
uno de ellos sean reducidas125. Si bien ni en el derecho internacional,
ni en la regulación positiva doméstica parece haber provisiones que
entiendan a la sociedad en su conjunto como titular del derecho a la
reparación, algunos doctrinantes parecen sugerir avances en ese sentido:
La víctima es acreedora de reparaciones, porque el orden judicial
internacional se despliega […] para la defensa de intereses
individuales y colectivos, vulnerados simultáneamente por la
situación y el acto violatorios. Obviamente, esto mismo ocurre en
el orden nacional. Así, hay reparaciones debidas precisamente a
la víctima, sujeto lesionado, como la indemnización por daños y
perjuicios causados, el pago de costas, la atención al proyecto de
vida; pero también las hay que se dirigen a restituir o reparar, reponer
o preservar bienes que exceden al lesionado inmediato, –aunque
pudieran abarcarlo– y corresponden a la sociedad en su conjunto.
Tal ocurre cuando se dispone la reforma de una norma que se opone
a la Convención o se ordena investigar y sancionar al responsable
de la violación de derechos, libertades o garantías, que por serlo se
convierte, bajo la ley doméstica, en autor de un delito126.
Para algunos autores la vía que parece posible para este potencial
desarrollo del derecho a la reparación –que en todo caso no parece
presente en la regulación vigente, más allá de menciones doctrinales
ocasionales– se encontraría en las garantías de no repetición. Es decir,
las garantías de no repetición, en tanto componente del derecho a la
reparación integral, pueden terminar beneficiando a toda la sociedad127.
Esto se debe a que persiguen transformaciones institucionales que
125 Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Instrumentos del Estado de derecho para sociedades que han salido de un conflicto.
Programas de Reparaciones. Nueva York y Ginebra: Naciones Unidas, 2008.
126 García Ramírez, Sergio. Las reparaciones en el sistema interamericano de protección de
los derechos humanos. Instituto de Investigaciones Jurídicas, Universidad Nacional
Autónoma de México. En línea. Disponible en http://biblio.juridicas.unam.mx/
libros/5/2454/9.pdf
127 Ver Comisión de Derechos Humanos. Las Directrices de Joinet revisadas. E/CN.4/Sub.
2/1997/20/Rev.1. 2 de octubre de 1997.
73
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
impactan la generalidad del conglomerado social y no necesariamente
un grupo específico.
Pero esta posición no es unívoca. De hecho, la doctrina también
sostiene que las reparaciones colectivas y las garantías de no repetición
tienen una relación de intersección que constituye una frontera difusa
entre ambos tipos de medidas128. Es decir, que en lugar de tener una
relación de complementariedad, o al menos de coherencia, tienden a
sufrir una asimilación problemática. En otras palabras, se afirma que la
puesta en marcha de esfuerzos de no repetición a título de reparación
no necesariamente significa que nos encontremos ante medidas de
reparaciones colectivas129, aunque sus efectos provechosos puedan
alcanzar a la generalidad de la sociedad. Puede ocurrir que ciertas medidas
de tipo individual terminen impactando a muchas más personas, pero
esto no convierte a la medida que repara a una persona en una suma
de individuos en tanto tales, en un esfuerzo de reparación colectiva.
También puede pasar que múltiples medidas de reparación individual
se diseminen a gran escala y en forma concentrada en un territorio. Un
ejemplo hipotético sería la indemnización individualizada del noventa
por ciento de los habitantes de un poblado. Ni la suma de todas esas
indemnizaciones, ni el eventual efecto económico acumulativo (por
ejemplo, si los beneficiarios se asocian en cooperativas para invertir
grupalmente sus compensaciones) convierte a la medida en reparación
colectiva. Así, puede haber medidas con repercusiones colectivas para
reparar daños individuales. De hecho, tanto la satisfacción como las
garantías de no repetición suelen tenerlas. Pero otra cosa es la reparación
colectiva de daños colectivos, lo que a su vez, puede incluir reparaciones
simbólicas y reformas institucionales pensadas para remediar el daño
padecido por el sujeto colectivo del que se trate.
Hay varias cuestiones jurídicas que han sido objeto de intenso debate
entre los operadores judiciales de la Ley 975. La idea de daño en la
jurisprudencia que se ha venido produciendo en el marco de este
subsistema especial en general se alimenta del derecho extracontractual
civil, de la doctrina de la responsabilidad del Estado y de la dogmática
penal sobre el daño, asociada comúnmente a la jurisprudencia de la Corte
128 Rincón, óp. cit., p. 88.
129 Ibíd.
74
Suprema de Justicia130. Es claro que el diseño institucional de Justicia y
Paz admite la posibilidad de reparar víctimas en clave colectiva y daños
colectivos. En primer lugar, la Ley lo establece así en sus artículos 5 y 49.
En segundo lugar, la jurisprudencia constitucional lo ha ratificado131. La
concepción del “daño” anteriormente expuesta, puede identificarse de
manera diferente según se esté en presencia de una víctima individual
o una víctima colectiva. Las formas contemporáneas de victimización,
y de manera similar la Ley de Justicia y Paz, permiten distinguir entre
dos casos concretos de víctimas: por un lado, la víctima individual que
es toda persona que haya sufrido daños individuales, incluidas lesiones
físicas o mentales, sufrimiento emocional, pérdidas económicas o
menoscabo sustancial de sus derechos fundamentales132; y por otro lado,
la víctima colectiva que esencialmente es un grupo de personas, que
constituye una entidad distinta a la simple sumatoria de sus integrantes
individualmente considerados. En términos simples, la víctima colectiva
“es un conjunto de personas integrantes de una comunidad o de una
colectividad, a la cual se ha afectado un derecho, un interés o un bien
130 Al respecto ver López, Claudia, óp. cit.
131 La Corte Constitucional desestimó una demanda de inconstitucionalidad contra la
Ley 975 de 2005, por supuesta omisión de reparar el daño colectivo. La Corte sostuvo
en esa decisión que no había prohibición alguna en la materia en la norma acusada:
“sobre este aspecto de la acusación relativo a la dimensión colectiva del derecho a
la reparación y el supuesto desconocimiento o limitación en determinados casos
de la misma por parte del legislador en la Ley 975 de 2005 la Corte constata que
los demandantes parten, como lo pone de presente el señor Fiscal de la Nación, de
un supuesto que no puede predicarse de la Ley 975 de 2005 a saber que ella define
el concepto de víctima en un sentido exclusivamente individual. Al respecto ha de
recordarse que el primer inciso del artículo 5 que contiene la definición de víctima
señala que ‘Para los efectos de la presente ley se entiende por víctima la persona
que individual o colectivamente haya sufrido daños directos tales como lesiones
transitorias o permanentes que ocasionen algún tipo de discapacidad física, psíquica
y/o sensorial (visual y/o auditiva), sufrimiento emocional, pérdida financiera o
menoscabo de sus derechos fundamentales. Los daños deberán ser consecuencia de
acciones que hayan transgredido la legislación penal, realizadas por grupos armados
organizados al margen de la ley’. En este sentido nada impide entender que cuando la
ley se refiere a la víctima o a las víctimas está haciendo igualmente mención a quienes
colectivamente han sufrido un daño, y en este sentido a grupos o comunidades que
han sido afectadas por hechos delictivos cometidos por las personas vinculadas a
grupos armados organizados al margen de la ley a los que alude la Ley”. Véase, Corte
Constitucional. Sentencia C-575 de 2006, M.P. Álvaro Tafur.
132 Asamblea General de las Naciones Unidas, óp. cit.
75
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
jurídico colectivo”133. Otro criterio que puede ser útil para resolver los
dilemas de las reparaciones colectivas en Justicia y Paz señala que “no es
el número de personas o víctimas que se afectan con el daño o prejuicio
que sufren, sino el bien jurídico tutelado que se ha afectado con la
acción delictiva del grupo armado organizado al margen de la ley”134.
En ese sentido, en la esfera de las víctimas individuales se fija la atención
en los daños que afectan sus derechos individuales; en la esfera de las
víctimas colectivas, la atención está en aquellos derechos, intereses
o bienes jurídicos de alcance colectivo. En ambos casos –individual y
colectivo–, algunos derechos a reparar son fundamentales, mientras
que otros no tienen esa connotación. La Corte Constitucional también
ha establecido modalidades de distinción del daño que pueden ser
útiles. Al mismo tiempo es posible realizar una segunda distinción que
facilita comprender dicha afectación en cada una de esas circunstancias
de victimización. La Corte Constitucional ha planteado la existencia de
tres tipos de daños:
[…] el daño individual, que afecta derechos patrimoniales, extra
patrimoniales y fundamentales de un solo individuo identificado o
identificable; el daño de grupo, afecta a una porción de un grupo
de individuos que forman parte de una comunidad determinada
o determinable; el daño colectivo, no afecta directamente a un
individuo o a un grupo de individuos, pero sí a una comunidad
determinada o determinable. Estas tres clases de daño pueden darse
de manera conjunta o separadamente135.
Los esfuerzos realizados en el marco de la aplicación de la Ley de Justicia
y Paz han mostrado que los casos de víctimas individuales no han sido
hasta el momento críticos en cuanto a la demostración del daño. De
alguna manera, independientemente de las dificultades operativas
que han enfrentado los representantes de las víctimas individuales
para probar su condición y enunciar los medios de prueba del daño
sufrido136, las premisas básicas –como los esquemas y métodos para
133 López, Claudia, óp. cit., p. 42.
134 Ibíd.
135 Corte Constitucional. Sentencia T-235 del 2 de mayo de 2002, M.P. Jaime Araujo
Rentería.
136 Organización de Estados Americanos. Misión de Apoyo al Proceso de Paz. Diagnóstico
76
atender tanto probatoria como conceptualmente el daño individual–,
no han sido objeto de especial controversia o de confusión para los
operadores judiciales.
Por otra parte, el daño de carácter plural tampoco ha sido controversial
en su aplicación e interpretación. Este existe cuando es posible identificar
que un grupo o varias personas son afectados por un mismo hecho
o violación similar. El daño plural se define, según lo ha expresado la
Corte Suprema de Justicia, como “[…] la producción de múltiples daños
particulares que afectan a varios titulares de derechos involucrados
y corresponde a la sumatoria de daños individuales, como cuando
la explosión de un artefacto ocasiona de manera sincrónica lesiones
personales a diferentes personas, la muerte de otras, y daños a vehículos
y edificaciones, caso en el cual las pretensiones indemnizatorias
pueden ensayarse individualmente y también las reparaciones tendrán
dicho carácter particular”137. Sin embargo, la imprecisión conceptual
y metodológica aparece con la noción del daño colectivo. Uno de los
principales problemas está ligado al énfasis jurídico y penal ordinario que
se la ha querido imprimir al desarrollo de la identificación y evaluación
del daño colectivo en el Incidente de Reparación Integral de la Ley 975.
Por ello puede ser útil hacer varias distinciones.
La primera es distinguir que el daño colectivo no es necesariamente
resultado de perjuicio a un interés o derecho colectivo. Un daño
colectivo no solo se presenta en comunidades o sujetos colectivos
que poseen una “unidad de sentido”. En primer lugar, pueden existir
violaciones que en principio son individuales, pero que pueden tener un
impacto sobre la generalidad de la comunidad. En segundo lugar, puede
haber daño colectivo en relación con derechos colectivos propiamente
dichos. Al hablar del daño como consecuencia de la lesión de derechos e
intereses de colectivos, se hace referencia a cuestiones relacionadas con
el patrimonio y el espacio públicos, la seguridad, la salubridad pública, la
moral administrativa, el medio ambiente, la libre competencia económica
y otros de naturaleza similar, contenidas en la Ley 472 de 1998. El reto aquí
sería determinar si ese tipo de afectación a intereses colectivos debería
de Justicia y Paz en el marco de la Justicia Transicional en Colombia, 2011. p. 34.
137 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Radicado 34.547 del 27 de abril de
2011, p. 134.
77
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
ser reparada en el marco de Justicia y Paz. En tal caso, la regla debería
ser la siguiente: la reparación de los daños por violaciones de derechos
colectivos con arreglo a la Ley 472 de 1998 procedería en Justicia y Paz
si han sido causados por la acción (violaciones a los derechos humanos
e infracciones al derecho humanitario) de los grupos armados ilegales o
sus integrantes destinatarios de la aplicación de la Ley 975 de 2005 y si
así ha sido solicitado por la comunidad consultada. No habría objeción
fuerte para afirmar que, en caso contrario, la reparación por violación de
daños colectivos procedería por medio de las acciones populares (en la
medida en que por medio de ellas los jueces pueden ordenar restituir las
cosas al estado anterior) o potencialmente las acciones de grupo (que
pretende indemnización por causas uniformes).
Por todo lo anterior, parece importante que en el marco de la Ley 975
sea posible admitir la reparación por violaciones a derechos colectivos
propiamente dichos, si concurren las condiciones señaladas.
Derechos colectivos desarrollados en la Ley 472 de 2008
Derecho
78
Relación con derechos fundamentales u objetivos
constitucionales
Goce de un ambiente sano
Bajo determinados supuestos puede ser fundamental
por conexidad. (Riesgo a la vida y salud). Corte
Constitucional. Sentencia C-486/09, M.P. María Victoria
Calle.
Moralidad administrativa
En algunos casos, con igualdad, acceso a cargos
públicos, elegir y ser elegido. SU-913/09, M.P. Juan Carlos
Henao. T-510/6, M.P. Álvaro Tafur.
Existencia del equilibrio ecológico y el manejo y
aprovechamiento racional de los recursos naturales.
Conservación de las especies animales y vegetales.
Protección de áreas de especial importancia ecológica,
de los ecosistemas situados en las zonas fronterizas, así
como los demás intereses de la comunidad relacionados
con la preservación y restauración del medio ambiente
No es un derecho fundamental, pero constituye
objetivo constitucional. Corte Constitucional. Sentencias
C-339/02, M.P. Jaime Araujo Rentería y C-433/2009, M.P.
Humberto Sierra Porto.
Goce del espacio público y la utilización y defensa de los
bienes de uso público
En algunos casos, relación con derecho al trabajo. Corte
Constitucional. Sentencia SU-360/99, M.P. Alejandro
Martínez Caballero.
Derechos colectivos desarrollados en la Ley 472 de 2008
Derecho
Relación con derechos fundamentales u objetivos
constitucionales
Defensa del patrimonio público
Es un objetivo constitucional. Corte Constitucional.
Sentencia C-088/00, M.P. Fabio Morón Díaz.
Defensa del patrimonio cultural de la Nación
Es un objetivo constitucional. Sentencia C-366/00, M.P.
Alfredo Beltrán Sierra.
Seguridad y salubridad públicas
Puede tener relación con vida, dignidad humana y salud.
Corte Constitucional. Auto 234/08, M. Mauricio González
y otros.
Acceso a una infraestructura de servicios que garantice
la salubridad pública
Protección es objetivo constitucional. Corte
Constitucional. Sentencia C-802 de 2002, M.P. Jaime
Córdoba Triviño.
Libre competencia económica
No constituye derecho fundamental. Corte
Constitucional. Sentencia C-486 de 2009, M.P. María
Victoria Calle. Pero tiene protección constitucionalmente
legítima. Sentencia C-242-06, M.P. Clara Inés Vargas.
Acceso a los servicios públicos y a que su prestación sea
eficiente y oportuna
Prestación es obligación general constitucional del
Estado. Sentencia C-1064 de 2003, M.P. Alfredo Beltrán.
Prohibición de la fabricación, importación, posesión, uso
de armas químicas, biológicas y nucleares, así como la
introducción al territorio nacional de residuos nucleares
o tóxicos
Derecho a la paz, dignidad humana. Corte
Constitucional. Sentencia C-328 de 2002, M.P. Eduardo
Cifuentes Muñoz.
Seguridad y prevención de desastres previsibles
técnicamente
En algunos casos, relación con derecho a la vida y la
integridad. Corte Constitucional. Sentencia T-218-98.,
M.P. Fabio Morón Díaz.
Realización de las construcciones, edificaciones y
desarrollos urbanos, respetando las disposiciones
jurídicas, de manera ordenada, y dando prevalencia al
beneficio de la calidad de vida de los habitantes
En algunos casos, puede tener relación con el derecho a
medio ambiente sano.
Derechos de los consumidores y usuarios
Objeto de protección especial constitucional. Sentencia
C-973-02, M.P. Álvaro Tafur Galvis.
79
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Además de lo que ya se mencionó, para algunos autores138 las
reparaciones colectivas, bien sea en sede judicial o administrativa,
requieren una serie de condiciones para su adecuada implementación:
• Que la valoración del daño colectivo sea interdisciplinaria, incluyendo
variables de los campos psicosocial, sociológico, cultural, económico
y político, entre otros. Esto permitiría identificar tipologías de los
daños, el estado de la identidad colectiva y las repercusiones de las
violaciones sobre la vida de las comunidades.
• Que su protección tome en cuenta distintos tipos de medidas,
consultando la complejidad del daño. Esto puede incluir acciones
tanto legislativas como judiciales y de políticas públicas. Ahora bien,
esto representa un reto para las competencias limitadas de un juez
penal.
• Que se tome en cuenta “la historia” de la comunidad. Es decir, las
razones por las cuales esa comunidad llegó a ser lo que fue antes de
la violación y la manera como esta la impactó.
• Que tanto el diseño como la implementación de las medidas pase por
las instancias comunitarias de decisión y gestión, cuando las hubiere.
• Que haya adecuada representación de género en los espacios de
consulta139.
• Que se dispongan mecanismos de evaluación de impacto de las
medidas y satisfacción de los beneficiarios.
• Que la especificidad de la comunidad a la que se va a asignar la
reparación no se pierda, sin perjuicio de que eventualmente, el
provecho pueda alcanzar en forma indirecta a otras personas.
• Que los términos de la implementación sigan en forma estricta los
parámetros determinados por la sentencia. Pero al mismo tiempo, el
diseño de las medidas debe ser adecuado.
138 Martín Beristain, Carlos. El derecho a la reparación en los conflictos socio ambientales.
Experiencias, aprendizajes y desafíos prácticos. Bilbao: Universidad del País Vasco, 2007,
p. 197.
139 Ibíd.
80
• Que las víctimas colectivas, en tanto tales, puedan participar en
todas las etapas del proceso de reparación, por medio de sus
representantes. Que sean consultadas adecuadamente, informadas
de la evolución procesal y de los resultados de la sentencia, pero
también, de los pormenores del proceso de implementación.
• Que guarde una relación coherente con otros mecanismos de justicia,
como la propia acción penal y la búsqueda de la verdad, así como las
acciones de memoria histórica140.
Otro de los desafíos que enfrenta el litigio en reparaciones colectivas
dentro del procedimiento especial de Justicia y Paz es lo relativo al
responsable de las medidas de reparación colectiva. Como es bien
sabido, tanto en el diseño legal del mecanismo, como en la reiterada
interpretación judicial de la norma tanto por la Corte Constitucional
como por la Corte Suprema de Justicia, e incluso el Consejo de Estado,
se entiende que el principal responsable de la reparación integral es el
procesado. A pesar de que es importante evitar “amnistías civiles” para
los miembros de grupos armados ilegales, desplazar absolutamente al
Estado de la garantía de las reparaciones es problemático.
En primer lugar, la efectividad de los recursos para las reparaciones exige
que las medidas que se ordenan por medio de los mismos se puedan
ejecutar. En otras palabras, si la orden de reparación colectiva se imparte,
pero no es materializada por argumentos de escasez de recursos o de
falta de competencia para dar órdenes a la administración, la efectividad
de la reparación no está siendo acatada, y por tanto el derecho podría
estar en riesgo de violación. Esto solo lo podría garantizar el Estado.
En ese mismo orden de ideas, hay cierto tipo de medidas de reparación
que, por su propia naturaleza, solo podrían estar a cargo del Estado. En
ningún caso, en cabeza del procesado. Por ejemplo, la rehabilitación o
las garantías de no repetición. Sería extraño pensar que el procesado
o su grupo armado están habilitados para ofrecer atención psicosocial,
médica u ocupacional a las víctimas. Normalmente, el contacto con el
victimario en posición de proveedor de servicios de salud no parecería
aconsejable para la recuperación de las víctimas. De hecho, en la
sentencia del caso Alemán, el tribunal estimó desaconsejable cualquier
140 Ibíd.
81
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
tipo de interacción entre el procesado y la víctima que no estuviera
mediado por la formalidad de la audiencia judicial y que reprodujera
las relaciones desiguales de poder entre el penalmente responsable
y los afectados por el reclutamiento ilícito141. Ubicar al procesado en
la posición de diseñador o implementador de programas de atención
psicosocial a víctimas no parece admisible. Esto es así, sin importar que
estemos hablando de rehabilitación a víctimas en perspectiva individual
o de programas de rehabilitación psicosocial para comunidades, como
medida de reparaciones colectivas. En cualquiera de los dos casos, es
importante que esté presente el Estado, o que este regule al particular
que presta el servicio.
Igual ocurre con las garantías de no repetición. Desde el punto de vista
de las políticas públicas, las garantías de no repetición son reformas
institucionales. Es decir, modificaciones de la manera como fueron
diseñadas o como funcionan las instituciones públicas, con fines de
mejoramiento para la protección de los derechos humanos. Las reformas
institucionales no parecen coincidir con las expresiones formales de
voluntad de las personas que cometen infracciones a la ley penal y que
se comprometen a no delinquir, sino de hecho, a la facultad que deben
tener las instituciones del Estado, desde múltiples competencias, para
desincentivar, y si es el caso, sancionar en forma efectiva las conductas
que generan violaciones. Esto supone contar con una serie de facultades
para ello. Por ejemplo, iniciativa legislativa, potestad reglamentaria,
competencia judicial, posibilidad de efectuar apropiación presupuestal
o capacidad de recaudo, entre otras. Es decir, actos que solo puede llevar
a cabo la administración. De nuevo, en ningún caso el procesado.
Por el contrario, el compromiso de no volver a delinquir, tal como
ha sido desarrollado en algunas sentencias del sistema de Justicia y
Paz, no parece ser, en estricto sentido, una garantía de no repetición.
De nuevo, es importante que el Estado esté vinculado como garante
de estas medidas de reparaciones. Quizás la única forma en la que se
podría vincular directamente al procesado o al grupo armado ilegal
en el aseguramiento de medidas de rehabilitación y garantías de no
repetición, sería mediante la obligación de contribuir económicamente
a su financiación. Es decir, que su patrimonio sea perseguido y que los
141 Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, Sala de Justicia y Paz. Proceso 2007
82701. Proceso contra Freddy Rendón Herrera, 16 de diciembre de 2011.
82
bienes respecto de los cuales se extingue el dominio sean destinados a
sufragar este tipo de medidas.
En cualquier caso, es fundamental considerar el cambio del precedente
en materia de vinculación de entidades estatales. La argumentación
debería estar basada en la idea de efectividad del recurso para las
reparaciones. En otras palabras, si no hay una vinculación apropiada
del Estado como garante, por medio de sus instituciones, difícilmente
el derecho a la reparación se podrá materializar. Con todo, un giro en
el precedente significaría la posibilidad clara de vincular al aparato
estatal, con todos sus recursos, en la puesta en marcha de reparaciones
colectivas. Para ello, puede ser de utilidad argumentar la necesidad
de que los recursos para reparaciones estén cualificados por algunos
elementos que eviten que el mecanismo sea inocuo.
La efectividad de los recursos para reparaciones no significa pensar en
obligaciones adicionales a las que ya existen a cargo de los Estados frente
al derecho a la reparación. Se trata, más bien, de cualificar las obligaciones
existentes mediante el mejoramiento de los mecanismos para cumplirlas.
En cualquier caso, los mecanismos judiciales o administrativos para
suministrar reparaciones deben proveer acceso equitativo, efectivo y
rápido a la justicia y recursos suficientes, eficaces, rápidos y apropiados,
“incluida la reparación”142. Esto con el fin de obtener remedio al daño en
forma adecuada, efectiva y rápida, e incluso, la información apropiada
sobre el uso de estos mecanismos143. Conforme al derecho internacional,
las víctimas deben ser reparadas en forma pronta y expedita, con formas
para hacer seguimiento a las medidas y la posibilidad de interponer
recursos frente a lo decidido144. Los mecanismos para la reparación deben
ser suficientes145. La reparación debe ser fácilmente accesible, diligente,
142 Asamblea General de las Naciones Unidas, óp. cit., p. 5.
143 Ibíd.
144 Organización de las Naciones Unidas, Comisión de Derechos Humanos. Estudio relativo
al derecho de restitución, indemnización y rehabilitación a las víctimas de violaciones
flagrantes de los derechos humanos y las libertades fundamentales. Informe definitivo
presentado por el Sr. Theo van Boven, Relator Especial E/CN.4/Sub.2/1993/8, 2 de julio
de 1993, p. 66.
145 Organización de las Naciones Unidas. Comisión de Derechos Humanos. Informe de la
segunda reunión consultiva sobre los principios y directrices básicos sobre el derecho
de las víctimas de las violaciones a los derechos humanos y del derecho internacional
humanitario a interponer recursos y reparaciones, óp. cit., Numeral 1.2, literal C.
83
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
rápida, y sobre todo, eficaz146. Este último elemento es particularmente
importante. La eficacia de las reparaciones no significa que todas las
pretensiones de reparación deben ser automáticamente concedidas.
Pero sí implica que debe tener la vocación de remediar realmente el
daño si se dan los presupuestos probatorios y procesales para ello. En
ese sentido, el papel protagónico del Estado en su impulso es crucial.
En suma, a pesar de la claridad sobre la aplicación de las reglas generales
del deber de reparar a la modalidad de las reparaciones colectivas, existe
indeterminación tanto en el derecho internacional como en el sistema
doméstico sobre varios aspectos de las reparaciones colectivas. Entre
ellos se cuentan i) los beneficiarios o titulares; ii) la procedencia de las
medidas y iii) la naturaleza de las mismas, o en otras palabras, los criterios
para identificar cuándo nos encontramos ante una medida de reparación
colectiva. Para enfrentar los retos de estrategia y producción judicial
asociados a la indeterminación de ciertos aspectos de las reparaciones
colectivas, es indispensable calificar en forma acumulativa la existencia
de los siguientes requisitos en el caso concreto:
• Presencia de un sujeto colectivo, en sentido lato.
• Presencia de un daño colectivo.
• Causalidad entre las violaciones o delitos cometidos por la persona
cuya responsabilidad se declara con la sentencia y el daño colectivo.
• Imputación de los hechos dañosos a la persona cuya responsabilidad
se declara con la sentencia.
• Expresión informada, voluntaria y representativa de interés en
obtener reparaciones colectivas por parte del sujeto colectivo.
146 Organización de las Naciones Unidas. Comisión de Derechos Humanos. Serie revisada
de principios y directrices sobre el derecho de las víctimas de violaciones graves a los
derechos humanos y el derecho humanitario a obtener reparación, preparada por el
Sr. Theo Van Boven de conformidad con la decisión 1995/117 de la subcomisión. E/
CN.4/Sub.2/1996/17, 24 de mayo de 1996. Ver también Organización de las Naciones
Unidas. Directrices de Joinet revisadas. Informe final revisado acerca de la cuestión de la
impunidad de los autores de violaciones de los derechos humanos (derechos civiles y
políticos) preparado por el Sr. Luis Joinet de conformidad con la Resolución 1996/119
de la Subcomisión. Doc. ONU E/CN/Sub.2/1997/20/Rev.1, principio 34.
84
Para algunos autores, las medidas de reparación colectiva serían
adecuadas para remediar el daño cuando tiendan a restablecer los
derechos vulnerados y hacer desaparecer los efectos de las violaciones
sufridas por sujetos colectivos, o corregir los efectos de “las violaciones
de la dimensión social o colectiva de los derechos” o remediar los efectos
colectivos de violaciones de derechos147. Asimismo, se sostiene que las
reparaciones colectivas proceden cuando se trata “de comunidades,
pueblos o grupos de personas”; cuando “se ha violado la dimensión
colectiva de un derecho” o cuando se pretenden corregir los efectos
colectivos de la violación de un derecho; cuando se pretende generar
reformas institucionales, o “cuando se busca producir cambios en la
conciencia colectiva de una sociedad”148.
Así, se ha entendido que el concepto de reparación colectiva ofrecido
por el derecho internacional es relativamente amplio, de manera que
incluye desde esfuerzos de reparaciones para sujetos con identidad
colectiva hasta “medidas dirigidas a impactar en toda la sociedad”149.
Esta propuesta parte de una sistematización de elementos del derecho
internacional muy bien lograda. Sin embargo, debe tener en cuenta las
exigencias particulares del procedimiento de Justicia y Paz que es, antes
que nada, un escenario judicial.
Finalmente, es preciso discutir el vínculo posible entre la idea de
víctimas indeterminadas y quienes colectivamente han sufrido daños. Al
respecto, la Corte Suprema de Justicia150, definió que sería la Procuraduría
General de la Nación quien asumiera la representación de las víctimas
indeterminadas dentro del proceso judicial de Justicia y Paz. De acuerdo
con la Ley de Justicia y Paz, la víctima indeterminada es:
[…] la persona que individual o colectivamente haya sufrido
daños directos tales como lesiones transitorias o permanentes que
ocasionen algún tipo de discapacidad física, psíquica y/o sensorial
(visual y/o auditiva), sufrimiento emocional, pérdida financiera o
147 Rincón, óp. cit., p. 93.
148 Ibíd., p. 101.
149 Ibíd.
150 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Auto Rad. 30442, octubre 3 de 2008,
M.P. Alfredo Gómez Quintero.
85
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
menoscabo de sus derechos fundamentales. Los daños deberán ser
consecuencia de acciones que hayan transgredido la legislación
penal, realizadas por grupos armados organizados al margen de la
ley151.
La condición de indeterminación alude a la dificultad de su
individualización, su localización y su arribo al proceso judicial.
Adicionalmente, se ha comprendido que una vez ellas comparecen
al proceso pierden su condición de indeterminación y adquieren la
condición ordinaria de determinada, es decir, que entran a hacer exigibles
sus derechos como víctimas por el daño individualmente causado y de
ese modo, a ser formalmente representadas por la Defensoría del Pueblo.
Al interior de la Procuraduría General de la Nación y de la Coordinación
Nacional de Justicia y Paz, se ha interpretado que la representación
que encabeza la Procuraduría, se hace entonces de las víctimas que
colectivamente han sufrido daños, consecuencia de acciones que
hayan transgredido la legislación penal, realizadas por grupos armados
organizados al margen de la ley. Para que esa representación sea posible,
es pertinente tener claridad sobre todas las posibilidades en que se
pueden reconocer las víctimas que colectivamente han sufrido daños. A
continuación se presentan algunos escenarios para tal reconocimiento.
El Programa Institucional de Reparaciones Colectivas152, ha comprendido
que son sujetos de reparación colectiva los siguientes:
• Grupos y organizaciones sociales y políticos.
• Comunidades determinadas a partir de un reconocimiento jurídico,
político o social que se haga del colectivo, o en razón de la cultura, la
zona o el territorio en el que habitan, o un propósito común.
• Los pueblos y comunidades indígenas, Rom y negras, afrocolombianas,
raizales y palenqueras.
151 Ley 975 de 2005, artículo 5.
152 Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación. Programa Institucional de
Reparaciones Colectivas. CNRR, 2011, p. 38.
86
9. Categorías generales de violación
El Programa Institucional de Reparaciones Colectivas, que es relevante
para el incidente de reparación en virtud del Decreto 3391 de 2006,
asume una perspectiva de análisis por derechos para comprender las
violaciones que tienen un impacto colectivo, es decir, que producen
una victimización colectiva. Para tal propósito, la Comisión Nacional
de Reparación y Reconciliación ha descrito cuatro categorías de
violaciones153.
• Violación de derechos colectivos: se consideran como derechos
colectivos aquellos reconocidos por la Ley 473 de 1998, así como
otros derechos de goce colectivo como la libertad sindical, el derecho
al medio ambiente y el derecho a la paz.
• Violación de derechos de sujetos colectivos constitucionalmente
protegidos: es decir, los reconocidos por la Constitución Política
de 1991; pueblos y comunidades indígenas, Rom, y negras,
afrocolombianas, raizales y palenqueras.
• Violación sistemática y/o generalizada de derechos individuales
con impacto en un sujeto colectivo: en esta categoría se incluye la
violación sistemática y generalizada de derechos individuales que
afecta a varios miembros de una comunidad o grupo, ocasionando
un impacto colectivo.
• Violación de derechos individuales con impacto en un colectivo: se refiere
a la violación de derechos que afectaron a un miembro particular o
a sujetos identificables de la comunidad y que lograron generar un
impacto en el colectivo. Ejemplos de lo anterior son, entre otros, la
desaparición, el asesinato o tortura de líderes sociales, sindicales o
comunitarios o de personas con roles significativos dentro del grupo,
comunidad o colectivo.
Las categorías de violaciones presentadas por la CNRR permiten un
esquema de análisis importante referido a las violaciones a los derechos
ante las cuales pueden sobrevenir daños colectivos. El Programa
Institucional de Reparaciones Colectivas (PIRC), ha recomendado
153 Ibíd., p. 39.
87
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
primero la identificación de los sujetos de reparación colectiva, y luego
su reparación. La representación que el Ministerio Público realizó en el
marco del proceso judicial de Justicia y Paz, requirió primero identificar
los hechos que dieron lugar a la victimización y luego de ello, los daños
en la relación de causalidad con esos hechos, así como los sujetos
afectados por esos daños.
10. El nexo de causalidad en la
representación del daño colectivo
La atribución del daño es fundamental para la reparación judicial, en
distintas jurisdicciones. En el sistema interamericano, es un requisito
sin el cual las reparaciones no pueden ser consideradas procedentes154.
Igual ocurre en la jurisdicción contencioso administrativa155. Justicia y
Paz no parece ser la excepción.
Ahora bien, para la representación judicial en reparaciones con enfoque
colectivo, ante la complejidad de los daños se requiere establecer los
vínculos de causalidad considerando todo el contexto de actuación de la
estructura armada que afecta a poblaciones específicas. De ese modo, el
daño colectivo se entiende en el análisis de la conexión entre el conjunto
de condiciones sociales, económicas e históricas en que sobrevienen las
violaciones a los derechos humanos e infracciones al DIH, atribuibles
al grupo armado, y los efectos que estas tienen en la vida comunitaria.
Por tanto, el daño colectivo requiere un análisis de contexto y no solo la
interpretación jurídica de los hechos de violencia, como si se tratase de
delitos aislados.
154 “Este Tribunal ha establecido que las reparaciones deben tener un nexo causal con
los hechos del caso, las violaciones declaradas, los daños acreditados, así como con
las medidas solicitadas para reparar los daños respectivos. Por lo tanto, la Corte
deberá observar dicha concurrencia para pronunciarse debidamente y conforme a
derecho”. Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Pueblo Indígena Kichwa
de Sarayaku vs. Ecuador. Fondo y reparaciones. Sentencia de 27 de junio de 2012, Serie
C, No. 245.
155 Debe haber nexo causal entre el daño y los hechos, así como imputabilidad al sujeto
demandado. Consejo de Estado, Sección Tercera. Radicación número: 66001-23-31000-1998-00241-01(18429). C.P. Gladys Agudelo Ordóñez, 26 de enero de 2011.
88
No basta con hacer un contexto genérico de la estructura del grupo
armado ilegal, si del mismo no se desprenden análisis diferenciales
de cada subestructura y de ellos en relación con el contexto histórico
y geográfico específico y las actuaciones violentas que desplegaron.
De ahí puede surgir una base para determinar el alcance de daños
colectivos. Las categorías que orienten metodológicamente la captura
de información en terreno, también deberían informar la elaboración
del contexto.
De manera consistente, esa ha sido la línea que ha trazado la
Corte Suprema de Justicia para corregir muchos de los escollos de
investigación que se han presentado en la Ley de Justicia y Paz. Para la
Corte, en la investigación criminal en el proceso de la Ley de Justicia y
Paz, se develarán las condiciones del contexto en que actúan los grupos
armados organizados al margen de la ley, en el entendido que: “[…]
los fallos que se profieran al amparo de la Ley de Justicia y Paz tienen
una carga argumentativa mayor en lo que corresponde al examen de
los fenómenos de macrocriminalidad y de violaciones sistemáticas y
generalizadas de derechos humanos, atendiendo además al marco
internacional. Por consiguiente, el funcionario judicial debe no solo
analizar el caso concreto sino contextualizarlo dentro del conflicto,
identificando los patrones de violencia y los demás actores seguramente
de rango superior que también son responsables”156.
Pese a que en el proceso judicial se ha aceptado la acumulación parcial
del proceso de investigación de hechos imputados a los postulados,
esto no debe interpretarse como un impedimento para que en la
representación judicial de quienes han sufrido daños colectivos, el
funcionario judicial vincule en el análisis del contexto, todo aquello
que va más allá de lo que ha sido susceptible de legalización parcial
de cargos. Esto es posible siempre que se acuda a otras fuentes de
análisis que reflejen una relación razonable de causalidad, en donde
lo legalizado parcialmente se presenta como una pauta de las posibles
actuaciones que, bajo un análisis más complejo, pudieran hacer parte de
las prácticas de victimización de la estructura del grupo armado en un
contexto geográfico y durante una época específica.
156 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Expediente 31539, contra Wilson
Salazar Carrascal. Sentencia del 31 de julio de 2009, M.P. Augusto Ibáñez.
89
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Así las cosas, se puede entender bajo la categoría de prácticas de
victimización la sumatoria de elementos ligados al comportamiento,
medios y condiciones que despliega un grupo armado ilegal en el
ejercicio de la violencia. En otras palabras, se trata del conjunto de
patrones distinguibles que pueden identificarse como regla para
establecer la frecuencia, localización o características del tipo de
violencia que se ejerció en contra de individuos, grupos o comunidades.
Así, deberían tener lugar dos tipos de atribución del daño colectivo:
• En primer término, se debe mostrar que hay un nexo de causalidad
entre tales daños y los actos considerados del procesado o del grupo
armado al que pertenece, según sea el caso. Esto es, que se puede
inferir razonablemente que los daños fueron causados por tales
actos.
• Como es obvio, también se debe demostrar que dichos hechos
fueron cometidos por el procesado o por el grupo al que pertenece y
no por otra persona u organización, como se mencionó, en el marco
del contexto de actuación de la estructura armada específica. Este
punto es importante porque en ocasiones algunos de los daños
que surgen en los talleres han sido generados por actores armados
que, aunque hacen parte del conflicto armado, por distintas razones
no hacen parte del ámbito de actuación de la Ley 975 de 2005. Por
ejemplo, integrantes de la fuerza pública o grupos guerrilleros que
no se han desmovilizado. En esos casos, la ruta procesal puede ser
distinta y su representación no necesariamente está a cargo de la
Procuraduría.
90
Segunda parte.
Aproximaciones diagnósticas
de la PGN a los daños
colectivos, elaboradas
en el año 2012
91
A lo largo del año 2012 se realizaron una serie de reuniones con
funcionarios y procuradores del grupo de Justicia y Paz de la Procuraduría
General de la Nación, con asistencia de asesores del Proyecto FortalEsDer
y del Proyecto CerCapaz de la GIZ, y con un experto externo. En dichas
reuniones y talleres se reflexionaron y debatieron criterios metodológicos,
pero también análisis conceptuales y normativos, para los trabajos de
terreno sobre diagnósticos de daño colectivo para ser presentados en
el incidente de reparaciones colectivas por parte de la Procuraduría
General de la Nación. Este conjunto de criterios metodológicos, y otros
como fruto de la reflexión del experto externo, se pusieron a prueba en
terreno en la experiencia de diagnóstico del daño colectivo efectuado
en las zonas de influencia del autodenominado grupo armado ilegal
Bloque Central Bolívar (BCB). Como resultado de dicha experiencia se
presenta el diagnóstico de daños colectivos realizado y las propuestas
de medidas de reparación colectiva. De manera simultánea, el grupo
de Justicia y Paz de la Procuraduría General de la Nación, para dar
respuesta al avance de los diversos procesos, con el apoyo de otros
expertos contratados por diversas agencias de cooperación, llevó a cabo
diagnósticos de daño colectivo y propuestas de medidas de reparación
para otras poblaciones y comunidades del país. Por considerar que se
trata de esfuerzos de investigación que sistematizaron los efectos sobre
poblaciones, comunidades, redes sociales, movimientos sociales de las
violencias masivas realizas por los grupos armados ilegales de las AUC, la
Procuraduría General de la Nación ha decidido su publicación para que
en adelante otras instituciones o grupos académicos se apoyen en ellos
para dar cuenta de la terrible tragedia sufrida por los habitantes de los
territorios donde se asentaron y actuaron los grupos armados ilegales.
De igual manera, los contenidos de tales investigaciones han servido de
fundamento para las intervenciones de los Procuradores Judiciales en
los procesos respectivos.
Como ya se indicó en la primera parte del este libro, los diagnósticos de
daños colectivos, la concepción de las medidas de reparación colectiva y
su implementación requieren una serie de condiciones para su adecuada
implementación, que nos permitimos recordar de nuevo ahora:
• Que la valoración del daño colectivo sea interdisciplinaria, incluyendo
variables de los campos psicosocial, sociológico, cultural, económico
y político, entre otras. Esto permitiría identificar tipologías de los
daños, el estado de la identidad colectiva y las repercusiones de las
violaciones sobre la vida de las comunidades.
93
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
• Que su protección tome en cuenta distintos tipos de medidas,
consultando la complejidad del daño. Esto puede incluir acciones
tanto legislativas, como judiciales y de políticas públicas. Ahora bien,
esto representa un reto para las competencias limitadas de un juez
penal.
• Que se tome en cuenta “la historia” de la comunidad. Es decir, las
razones por las cuales esa comunidad llegó a ser lo que fue antes de
la violación y la manera como esta la impactó.
• Que tanto el diseño como la implementación de las medidas pase por
las instancias comunitarias de decisión y gestión, cuando las hubiere.
• Que haya adecuada representación de género en los espacios de
consulta.
• Que se incluyan enfoques diferenciales e integrados por grupo
poblacional y hecho victimizante, comprendiendo que el daño no es
vivido de la misma manera por mujeres, niños y niñas, personas de
la tercera edad, afrodescendientes y/o indígenas, y que los impactos
generados por una desaparición forzada son distintos a los que
causa un desplazamiento masivo. Se requieren medidas específicas y
diferenciadas que permitan dar respuesta a toda la población víctima
desde sus particularidades, pero al mismo tiempo de manera integral
e integradora.
• Que se dispongan mecanismos de evaluación de impacto de las
medidas y satisfacción de los beneficiarios.
• Que la especificidad de la comunidad a la que se va a asignar la
reparación no se pierda, sin perjuicio de que eventualmente, el
provecho pueda alcanzar en forma indirecta a otras personas.
• Que se acoja una comprensión de las comunidades y grupos
victimizados como afectados por el daño pero al tiempo como sujetos
sociales capaces de acciones de resistencia que deben ser tenidas en
cuenta. A pesar que el enfoque jurídico requiere una profundización
y demostración del daño, se hace necesario recordar que las víctimas,
aparte de ser receptoras de daño por parte de los grupos armados,
son sujetos de derechos, con una inmensa capacidad para resistir y
sobrevivir a pesar del peso del conflicto.
• Que el proceso de reparación integral requiere tomar en cuenta con
el acumulado de experiencias y formas organizativas existentes en
94
las comunidades y las poblaciones, recuperar lo que existía y que
fue destruido, y propiciar la integración de los elementos nuevos y
antiguos existentes en las comunidades en su proceso de reparación.
• Que los términos de la implementación sigan en forma estricta los
parámetros determinados en el programa administrativo o en la
sentencia. Pero al mismo tiempo, el diseño de las medidas debe ser
adecuado.
• Que las víctimas colectivas, en tanto tales, puedan participar en
todas las etapas del proceso de reparación, por medio de sus
representantes. Que sean consultadas adecuadamente, informadas
de la evolución procesal y de los resultados de la sentencia, pero
también, de los pormenores del proceso de implementación.
• Que las víctimas, sus organizaciones u organizaciones comunitarias
participen en todas las etapas de la reparación integral, desde la
concepción de las medidas propuestas, y luego en su realización,
finalización, evaluación y seguimiento. La participación es
fundamental para garantizar la recuperación del pleno ejercicio de la
ciudadanía y su necesaria autonomía.
• Que la reparación se comprenda como un proceso y no como la
sumatoria de acciones individuales inconexas y descontextualizadas.
Proceso que requiere planeación, seguimiento, veeduría y constante
actualización de acuerdo con las condiciones del contexto.
• Que las acciones reparadoras se guíen por los principios de acción
sin daño, para no generar procesos de revictimización durante el
proceso de reparación. Lo cual supone analizar constantemente la
pertinencia de determinada medida en un contexto particular. No
todo es válido hablando de reparación integral.
• Que el enfoque psicosocial de la labor de detección de las
afectaciones colectivas implica una constante reflexión, integración
y promoción de la dignidad y respeto por las víctimas en todas las
etapas del proceso hasta el seguimiento de las medidas propuestas
en el proceso.
• Que guarde una relación coherente con otros mecanismos de justicia,
como la propia acción penal y la búsqueda de la verdad, así como las
acciones de memoria histórica.
95
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Se presentan a continuación los diagnósticos de daños colectivos
causados y las medidas de reparación, que elaboró el equipo
interdisciplinario de la Procuraduría General de la Nación, con el apoyo
de organismos de cooperación internacional, los cuales han sido
presentados o lo serán en las nuevas audiencias de identificación de
afectaciones a celebrarse en el año 2013 de acuerdo con lo dispuesto en
la reforma de la Ley 975 (Ley 1592 de 2012).
96
1. Documento diagnóstico del daño
colectivo y medidas de reparación
–víctimas del Bloque Central
Bolívar–, región del Magdalena
Medio. Postulado Rodrigo Pérez
Alzate, alias “Julián Bolívar”
1.1. Antecedentes
La región del Magdalena Medio se encuentra en el centro nororiental
de Colombia y comprende parte de los departamentos de Cesar, Bolívar,
Santander y Antioquia, en la parte central de la cuenca del río Magdalena.
Cuenta con múltiples recursos naturales y actividades económicas
lucrativas legales e ilegales que son de profundo interés para la inversión
extranjera y la presencia de grupos armados ilegales.
Ejemplo de ello lo constituyen las minas de oro de la serranía de San
Lucas157, los cultivos extensivos de coca y su procesamiento, los cultivos
de palma africana en el sur de Bolívar (ver mapa en la página siguiente)158;
la extracción y transformación del petróleo en Barrancabermeja y minas
de carbón en Simacota, Betulia y Zapatoca, en Santander.
157 En el informe del OPI, titulado Minería, petróleo, energía y multinacionales (Castilla, P),
se habla de 1,5 millones de hectáreas de la serranía de San Lucas, considerada la mina
de oro más grande de América Latina.
158 Informe 2002. Agencia de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito – UNODC/
Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos –SIMCI– Como se puede observar,
una de las zonas que más tiene cultivos de coca es el cono sur del departamento de
Bolívar, zona de fuerte influencia del BCB, a través de su Frente Sur de Bolívar. De
hecho, en San Blas, corregimiento de Simití, se estableció la base militar y política
central del BCB en el sur de Bolívar.
97
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Densidad Media de Cultivo (ha/km2)
< 0.1
0.1 - 1.0
1.0 - 2.0
2.0 - 3.0
> 0.1
Ciudades Principales
Ilustración 1: Cultivos de coca en el año 2002. UNODC.
98
Del mismo modo, su ubicación geográfica es estratégica por contar con
importantes vías de comunicación, principalmente el río Magdalena
que atraviesa prácticamente todo el país, pero que en su parte media
conecta a los municipios de Santander, Antioquia y Bolívar con el norte
del país. Igualmente, desde Barrancabermeja como epicentro y “capital
natural” del Magdalena Medio se accede fácilmente a la antes llamada
troncal del Magdalena, hoy Ruta del Sol, conectando con ciudades
capitales y con el norte del país en departamentos de especial interés,
como Norte de Santander, por la frontera con Venezuela. Finalmente, en
la parte antioqueña del Magdalena Medio, a través de los municipios de
Yondó y Puerto Berrío, se accede al valle del río Cimitarra, donde se tiene
proyectada una carretera que vaya hacia la capital del departamento
con su posterior conexión con el Urabá antioqueño, dando salida al
mar Caribe.
Con las características mencionadas anteriormente, grupos armados
ilegales tanto de derecha como de izquierda han tenido presencia
constante en esta zona del país. Desde la década de los setenta en el sur
de Bolívar. El ELN, a través de sus frentes José Solano Sepúlveda, Héroes
y Mártires de Santa Rosa y Alfredo Gómez Quiñónez159, tuvieron dominio
del territorio, especialmente en zona comprendida por la serranía de San
Lucas y sus alrededores.
Según el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos
y Derecho Internacional Humanitario160, el ELN tuvo una fuerte presencia
en los departamentos de Santander, Bolívar y Antioquia, debiendo
replegarse a este último desde 2002 por las acciones que en su contra
cometieron tanto las FARC como los paramilitares.
Con respecto a grupos paramilitares, se encuentran referencias que
desde principios de los años ochenta la zona ha contado con grupos
de extrema derecha: “La Mano Negra”, “Muerte a Secuestradores MAS”,
“Los Escopeteros”, pero es hasta 1997 donde consolidan su estrategia
159 Misión de Observación Electoral - MOE. Monografía Político Electoral. Departamento de
Bolívar, 1997 a 2007.
160 Informe del Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos: Panorama
del Magdalena Medio. Mayo 2001. Ver: http://www.derechoshumanos.gov.co/
Observatorio/Publicaciones/documents/2010/Estu_Regionales/04_03_regiones/
magdalenamedio/index.htm. Visitado el 9 de agosto de 2012.
99
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
“antisubversiva” contra las fuerzas guerrilleras por un total y absoluto
dominio y control territorial y poblacional, a través del Bloque Central
Bolívar (BCB), en la región del Magdalena Medio.
Como objeto de este documento, se identificarán las prácticas de
victimización utilizadas por este actor armado, así como los daños
colectivos ejercidos contra las comunidades y los sujetos colectivos
afectados. Por lógica territorial, económica y social, la región del
Magdalena Medio se dividirá por micro regiones, para su mejor abordaje.
1.2. Contexto de las violaciones colectivas
El Bloque Central Bolívar (BCB) es una de las estructuras que conformó
las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) comandadas por Carlos
Castaño Gil. Hizo presencia en la región del Magdalena Medio entre los
años 1998 y 2005; también actuó en otras regiones. La coordinación
operativa y militar estuvo a cargo de Rodrigo Pérez Álzate, alias “Julián
Bolívar”, Carlos Mario Jiménez Naranjo, alias “Javier Montañez” o “Macaco”
también tuvo un papel relevante en esta estructura161.
La formación de esta agrupación tiene varios antecedentes que permiten
entender su origen. La Fiscalía General de la Nación ha documentado
que las AUC intentaron inicialmente acceder al municipio de Tiquisio
con el objeto de hacerse al control territorial de la región, pero sin los
resultados esperados162. Luego de la confederación que dio origen a las
AUC, Castaño ordenó a las Autodefensas del Bajo Cauca Antioqueño,
comandadas por Jiménez Naranjo, planificar la incursión a los territorios
del sur de Bolívar, por considerarlos una zona de dominio de la guerrilla.
La operación fue coordinada principalmente por Pérez Alzate e inició
alrededor del año 1998. Esta generó un impacto colectivo importante.
Posteriormente, tuvo lugar una reunión con las llamadas Autodefensas
Campesinas de Santander y el sur del Cesar, al mando de Camilo
161 Fiscalía General de la Nación, Unidad Nacional de Fiscalías para la Justicia y la Paz.
Escrito de acusación contra Rodrigo Pérez Alzate. Fechado 30/06/2012. Código Único
del caso No. 110016000253200680012.
162 Ibíd.
100
Morantes, en la que se decidió que Cerro Burgos (Simití) sería el punto
de partida del proceso de ocupación territorial.
Desde allí se tenía acceso a múltiples lugares del sur de Bolívar163.
Posteriormente, tuvo lugar un cambio de estrategia por parte de las
AUC y se decidió ingresar por el corregimiento de Mico Ahumado
(municipio de Morales), bajo la coordinación de Salvatore Mancuso. La
base principal de operaciones fue establecida en el municipio de San
Blas. Incluyó una escuela de entrenamiento militar164. Los paramilitares
tendieron infraestructura de comunicaciones, vigilancia y producción
de elementos de intendencia. A través de alias “Camilo Morantes”,
comandante de las Autodefensas Campesinas del sur del Cesar (AUSAC).
Algunas de las estructuras de las AUSAC pasaron a hacer parte del
bloque comandado por Pérez Alzate.
Esta planificación reconfiguró el territorio del Magdalena Medio, desde
varios puntos de vista165. Por otra parte, permite entender que se trató
de una actuación coordinada por distintos agentes del grupo armado.
Se trató de una intervención que, lejos de ser fortuita, fue intencionada,
con propósitos definidos y, por ende, atribuibles a personas específicas.
El Estado Mayor del Bloque Central Bolívar estaba compuesto por Carlos
Mario Jiménez Naranjo, alias “Javier Montañez” o “Macaco”; Rodrigo Pérez
Álzate, alias “Julián Bolívar” e Iván Roberto Duque, alias “Ernesto Báez”. Es
importante entender la distribución de los territorios entre las distintas
estructuras, para efectos de los posibles impactos colectivos. Así, en la
zona del sur de Bolívar, se encontraban los frentes “combatientes de
la serranía de San Lucas”, el frente “Vencedores del Sur” y el frente
“Libertadores del Río Magdalena”. En la zona de Santander se ubicaron
los frentes “Fidel Castaño Gil”, “Walter Sánchez”, “Alfredo Socarras”, “Isidro
Carreño”, “Cacique Guanentá”, “Patriotas de Málaga”, “Lanceros de Vélez”,
“Boyacá”, “Pablo Emilio Guarín” y “Conquistadores de Yondó”. En la zona
del Bajo Cauca, los frentes “Héroes de Zaragoza”, “Bajo Cauca Oriental”
y “Gustavo Alarcón”. En la zona de Tumaco, las estructuras “Héroes de
Tumaco y Llorente”, “Brigadas Campesinas Antonio Nariño” y “Lorenzo
163 Ibíd.
164 Ibíd.
165 Al respecto, ver peritaje del Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio.
101
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
de Aldana”. En Risaralda, los frentes “Mártires y Héroes de Guática” y
“Cacique Pipintá”. Finalmente, se tienen los frentes “Sur de los Andaquíes”,
“Próceres del Caguán” y “Combatientes de Florencia”166.
Se puede afirmar que la distribución geográfica entre estructuras da
cuenta de un ejercicio planificado de ocupación del territorio. Además
de lo anterior, confluían una serie de intereses económicos que eran
vistos como fuente potencial de financiación para la incursión armada, y
al mismo tiempo, eran un incentivo para la misma167.
El fácil acceso desde el Magdalena Medio hacia los mercados más
importantes del país –Medellín, Bucaramanga y la propia Bogotá–
y la oferta de recursos petroleros en la zona –y por consiguiente la
disponibilidad de rentas168–, configuran una variable económica
explicativa del conflicto que no debería ser ignorada ni para la
caracterización de los daños colectivos ni para el diseño eventual de
medidas. La financiación local, además, permitía que las estructuras
militares se consolidaran, una vez establecidas en los territorios. Esto
no desconoce, en modo alguno, la importancia de otras variables para
entender el conflicto.
La realidad económica no fue la única que cambió con la incursión
paramilitar en el Magdalena Medio. La violencia del BCB generó un
impacto social sobre un factor de enorme importancia desde distintos
puntos de vista: la población. En otras palabras, la configuración
demográfica de la zona cambió sustancialmente, tanto por el flujo
de expulsión de personas y comunidades como por los ejercicios de
repoblamiento con fines de control territorial.
De cualquier forma, esta alteración demográfica obedeció a la dinámica
de la guerra que quisieron imponer los actores armados, no a procesos
ordenados ni planificados de retorno por parte del Estado. Fue una
reconfiguración demográfica signada por la violencia. Por consiguiente,
postergó las posibilidades de integración y desarrollo de la región del
166 Ibíd.
167 Entrevista con funcionario del Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio.
Barrancabermeja, realizada el 8 de junio de 2012.
168 Ibíd.
102
Magdalena Medio169. En otras palabras, el desarrollo social y económico
de la región se vio afectado desfavorablemente por la presencia militar
del BCB.
La Constitución colombiana establece el derecho a elegir y ser elegido,
así como el derecho a organizarse y asociarse con fines de participación
política. En el Magdalena Medio, muchas organizaciones buscaban
el poder político por las vías democráticas. Algunas se postulaban
directamente a las elecciones y otras preferían manifestarse en las
calles para hacer saber a las autoridades qué agendas preferían ver
priorizadas en las políticas públicas. Les animaba la intención de luchar
contra la corrupción y, desde el punto de vista jurídico, velar por la
moralidad administrativa.
Del mismo modo, asegurar que el Estado prestara servicios esenciales
en forma apropiada y que llegase realmente a sus destinatarios. Esa
dinámica también se vio fuertemente afectada por la presencia del BCB.
La correlación entre violaciones cometidas por esa estructura criminal
y la intensidad del activismo político fue inversamente proporcional.
A medida que arreciaban las violaciones y se desarticulaban las
organizaciones, la actividad política disminuía. En esa medida, podría
haber lugar a un daño colectivo, o varios de ellos170.
En resumen, y con carácter introductorio, es posible afirmar que estas
estructuras ilegales cometieron delitos de diversa índole, que además de
lesiones individuales a derechos, generaron múltiples daños de alcance
colectivo en distintos espacios sociales. Entre ellos se encuentra de
manera central y protagónica, la región del Magdalena Medio y su capital
económica: Barrancabermeja. Como veremos más adelante, esta ciudad
constituye un espacio social que, para los efectos del procedimiento
penal especial de Justicia y Paz, funge como sujeto colectivo en sentido
amplio, vale decir, como potencial destinatario, en perspectiva general,
de medidas de reparación con alcance colectivo.
El diagnóstico del daño colectivo se dividirá en cuatro categorías. La
primera de ellas es la afectación de derechos. En ella se hace un mapeo
169 Visita de campo al Magdalena Medio, 4 al 8 de junio de 2012.
170 Entrevista con funcionario del Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio.
Barrancabermeja. Realizada el 8 de junio de 2012.
103
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
de las libertades públicas que se dejaron de ejercer por cuenta del
accionar del grupo y que generaron un daño colectivo. La segunda
categoría alude a la afectación de la institucionalidad propia del Estado
Social de Derecho, que también causó daños de índole colectiva. La
tercera se refiere al daño psicosocial infringido a las comunidades, en
los términos de la Ley 975 de 2005. Finalmente, se tiene la afectación a
derechos colectivos propiamente dichos, en los términos de la Ley 472
de 1998 y el precedente concordante171.
Estas categorías no son excluyentes. Por el contrario, puede intersecarse
y deben ser consideradas en perspectiva complementaria, por varias
razones. Primero, porque las violaciones a ciertos derechos pueden
encajar en más de una de ellas. Segundo, porque un mismo tipo de
violación puede generar distintas modalidades de afectación. Tercero,
porque un mismo hecho puede constituir más de una violación.
Cuarto, porque un tipo de medida de reparación también puede tener
la pretensión de remediar más de un tipo de daño. A estas razones se
171 Ley 472 de 1998, artículo 4. Derechos e intereses colectivos. Son derechos e intereses
colectivos, entre otros, los relacionados con: a) El goce de un ambiente sano,
de conformidad con lo establecido en la Constitución, la ley y las disposiciones
reglamentarias; b) La moralidad administrativa; c) La existencia del equilibrio ecológico
y el manejo y aprovechamiento racional de los recursos naturales para garantizar su
desarrollo sostenible, su conservación, restauración o sustitución. La conservación
de las especies animales y vegetales, la protección de áreas de especial importancia
ecológica, de los ecosistemas situados en las zonas fronterizas, así como los demás
intereses de la comunidad relacionados con la preservación y restauración del medio
ambiente; d) El goce del espacio público y la utilización y defensa de los bienes de uso
público; e) La defensa del patrimonio público; f ) La defensa del patrimonio cultural
de la Nación; g) La seguridad y salubridad públicas; h) El acceso a una infraestructura
de servicios que garantice la salubridad pública; i) La libre competencia económica;
j) El acceso a los servicios públicos y a que su prestación sea eficiente y oportuna;
k) La prohibición de la fabricación, importación, posesión, uso de armas químicas,
biológicas y nucleares, así como la introducción al territorio nacional de residuos
nucleares o tóxicos; l) El derecho a la seguridad y prevención de desastres previsibles
técnicamente; m) La realización de las construcciones, edificaciones y desarrollos
urbanos respetando las disposiciones jurídicas, de manera ordenada, y dando
prevalencia al beneficio de la calidad de vida de los habitantes; n) Los derechos de
los consumidores y usuarios. Igualmente son derechos e intereses colectivos los
definidos como tales en la Constitución, las leyes ordinarias y los tratados de Derecho
Internacional celebrados por Colombia. PARAGRAFO. Los derechos e intereses
enunciados en el presente artículo estarán definidos y regulados por las normas
actualmente vigentes o las que se expidan con posterioridad a la vigencia de la
presente ley.
104
podría agregar, además, que la indivisibilidad e interdependencia de los
derechos humanos obliga a consultar las conexiones entre las categorías
en mención.
1.3. Prácticas de victimización comunes a toda la región
• Mientras las fuerzas guerrilleras concentraban su accionar criminal en
ciertas modalidades de acción172; las fuerzas paramilitares ejercieron
todas las violaciones posibles a los derechos humanos e infracciones
al DIH. Entre esas se destacan los homicidios selectivos, las masacres
y posteriores desplazamientos masivos, la tortura, la violencia sexual
contra niñas, jóvenes y mujeres, entre muchos daños colectivos.
Los grupos paramilitares alcanzaron un mayor control territorial,
diversificaron, sistematizaron y dieron mayor profundidad a su
accionar delictivo en comparación con las de la guerrilla.
• La exacerbación de los hechos de violencia en el periodo comprendido
entre 1998 y 2005, tiempo durante el cual ejerció poder en la región
el BCB, se vio acompañada por un subregistro, en el mejor de los
casos, o una invisibilidad absoluta de los hechos victimizantes en
los registros oficiales. Así lo muestra el banco de datos de derechos
humanos y violencia política del CINEP en una de las denuncias
puestas en el puerto petrolero: “Las autoridades en sus informes y
balances de fin de año quieren minimizar o negar la situación crítica
de Derechos Humanos borrándola con cifras oficiales173.
• Una mirada a las nudas cifras del accionar de los grupos armados
ilegales según la recopilación realizada por el Banco de Datos del
CINEP nos arroja la siguiente información acumulada en los años
1996 al 2002: 424 hechos atribuibles al ELN; 180 hechos atribuibles
a las FARC; 161 hechos atribuibles a otras guerrillas; 1.191 hechos
atribuibles a los paramilitares. Durante este mismo periodo, mirados
los números de víctimas ocasionadas por estos hechos, encontramos:
399 víctimas en hechos atribuibles al ELN; 145 víctimas por hechos
172 Ibíd.
173 En https://www.nocheyniebla.org/consulta_web.php. Hechos relacionados en
Barrancabermeja, Santander hasta el 2006.
105
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
atribuibles a las FARC; 116 víctimas por hechos atribuibles a otras
guerrillas; 960 víctimas ocasionadas en hechos atribuibles a los
grupos paramilitares174.
• Por su parte la Corporación Nación con sede en Barrancabermeja
tiene documentados 208 casos de desapariciones forzadas en esta
ciudad, y estima un subregistro de más del 100%. La desaparición
forzada fue una de las modalidades de acción delictiva más
frecuentemente utilizadas por las estructuras del grupo armado
ilegal autodenominado Bloque Central Bolívar. La recurrencia
masiva y sistemática a esta modalidad de acción delictiva marca
una diferencia con los demás grupos armados ilegales y su accionar
delictivo, que resultan igualmente reprochables y que ameritan
actividades de investigación y sanción por parte del Estado.
• Articulación y fortalecimiento de las acciones paramilitares por la
hermandad con fuerzas armadas legales y grupos empresariales
importantes en la zona.
• Justificación del conflicto como una lucha antisubversiva,
etiquetando a la población civil, incluidos sindicalistas, defensores
de derechos humanos y líderes comunitarios como “guerrilleros”,
invisibilizando excesos en contra de la dignidad de las personas y
comunidades afectadas, y modificando el valor de la vida como algo
fundamental y prioritario. Bajo esta excusa se cometieron toda clase
de vejámenes, desde los asesinatos generalizados hasta la quema y
destrucción total de corregimientos enteros como El Paraíso (Simití)
y Alto Cañabraval (San Pablo).
• El impacto generado por las fuerzas paramilitares se multiplicó y
fortaleció al lograr cooptar la institucionalidad, incidir e insertarse
en el gobierno local y regional a través de fichas estratégicas para
apoyo, fortalecimiento y expansión, lo cual sumado a las prácticas
de corrupción, estableció un sistema paraestatal de ordenamiento
y regulación de la vida comunitaria en todas sus esferas: económica,
política, social y moral/ética.
174 Banco de Datos del CINEP, información agregada a partir de consultas realizadas a la
página web: http://www.nocheyniebla.org/
106
• Unido a lo anterior, se constituyó en una práctica de victimización
asesinar, desaparecer, desplazar, amenazar, señalar y estigmatizar a
líderes sindicales y sociales, calificándolos de guerrilleros así como
erradicar y disminuir al mínimo cualquier indicio de organización
y participación comunitaria y de exigencia de derechos. Romper
el tejido social, desarticulando las redes de apoyo, fue la manera
de establecer con éxito un sistema paraestatal en el territorio y la
población.
• Con las prácticas de “limpieza social” se logró deshumanizar al otro,
al diferente, instaurando categorías de rechazo a los supuestos
drogadictos, trabajadoras sexuales, personas con orientación sexual
diversa, etc., se estratificó la dignidad humana y se justificaron las
acciones de violencia.
• Se modificaron los referentes culturales y sociales, rompiendo
aún más la dinámica comunitaria. Ejemplo de ello lo constituye la
contaminación, como consecuencia de utilizar las fuentes de agua
–principalmente ríos, ciénagas y quebradas–, como cementerios y
fosas comunes.
1.3.1. Afectación de derechos en la zona de
Barrancabermeja y el Magdalena Medio
1.3.1.1. Barrancabermeja como espacio social
Como muchas otras en el país, la zona del Magdalena Medio ha sido
fuertemente afectada por la violencia asociada al conflicto armado
interno. Esta se encuentra distribuida entre los departamentos de
Antioquia, Santander, Bolívar, Cesar, Santander, Tolima y Caldas, por
consideraciones de acceso al río Magdalena. Por razones de distinta
índole, los municipios de esa región encuentran en Barrancabermeja
una suerte de capital de la región. Allí se concentra una parte importante
de la actividad comercial, industrial y política de esa zona del país.
Del mismo modo, es receptora permanente de un flujo significativo de la
migración laboral, pero también del desplazamiento forzado en la zona.
La ciudad de Barrancabermeja puede ser reconocida como un
espacio social en el cual se han ejercido, en forma histórica, múltiples
107
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
derechos. Tales derechos son ejercidos por personas naturales,
individualmente consideradas, pero también por grupos humanos –que
no necesariamente tienen personería jurídica–, como organizaciones
sindicales, barriales, comunitarias, políticas, de mujeres, de usuarios de
servicios públicos, no gubernamentales y agrarias, entre muchas otras.
Algunas de ellas se autodenominan “organizaciones de base”. Dichas
organizaciones tienen una historia de agremiación entre ellas, pues han
formado coordinaciones, plataformas, mesas, “espacios” y otras formas
de articulación. Esto hace parte de su cultura política175. Otras han
sido previas a la violencia de los grupos armados ilegales176. Así como
también hay algunas que han surgido justamente como una reacción
organizativa a ese fenómeno177.
En cualquiera de los dos casos, su existencia da cuenta de un tinglado
social y político cuya existencia está justificada, en un sistema
democrático, en los derechos a la participación política y a la libertad
de expresión. Las organizaciones que participaban y las organizaciones
que hacían parte de ellas estaban desplegando una actividad legal
y legítima. Por el contrario, la obstaculización de ese ejercicio por
medio de acciones de intimidación y violencia es incompatible con los
valores democráticos. Sus efectos, por ende, son ilegales y deben ser
objeto de reparación.
El espacio social que constituye la ciudad de Barrancabermeja es
cualitativamente diferenciable de otros cascos municipales. Difícilmente
se puede encontrar en Colombia otro caso tipo en el que se concentre
un tejido social tan fuerte, pero al mismo tiempo tan golpeado por la
violencia. Factores como el número de organizaciones constituidas –
pero también desestructuradas por la fuerza–, el nivel de presencia
de actores del conflicto armado, la densidad poblacional y sobre todo
la concentración de múltiples violaciones, hacen de la experiencia
del puerto petrolero un evento emblemático de victimización, con
175 Visita de campo a Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012.
176 CREDHOS. “Informe: Derechos humanos en Barrancabermeja y su zona de influencia en
el Magdalena Medio, junio a noviembre de 1996. Publicado en la página web de MOVICE
(Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado): http://datoscolombianuncamas.org
(visitada el 20 de agosto de 2012), p.p. 36 y ss.
177 Visita de campo a Barrancabermeja, 26 de julio de 2008. Entrevista con directivos de la
Organización CREDHOS.
108
perspectiva sin duda colectiva, de un espacio social para el ejercicio de
derechos reconocidos por el propio sistema democrático.
Los derechos cuya reivindicación colectiva fue afectada por la acción del
BCB son de diversa índole. En general se puede afirmar que se trató ante
todo de prerrogativas civiles y políticas. Sin embargo, es posible decir
también que en el fondo se proponían garantizar derechos económicos,
sociales y culturales. Todos ellos fueron golpeados fuertemente por la
violencia en la ciudad de Barrancabermeja. Además de la compensación
individual, que cuenta con mecanismos propios, esa lesión amerita
esfuerzos de reparaciones en una perspectiva colectiva.
Desde luego, lo anterior no supone entender a la ciudad como un sujeto
colectivo, en términos de un grupo humano con unidad de sentido
distinta a la simple sumatoria de los individuos que la componen178.
Esto conduciría a una comprensión inadecuada de lo que deben ser
las reparaciones colectivas y, por ende, a un mal diseño de las medidas.
Pero sí implica entender dos fenómenos. Primero, que en el marco de la
ciudad comprendida como un espacio social, es decir, como un escenario
espacial pero también simbólico de movilizaciones ciudadanas, actúan
distintos sectores de la democracia que deben ser respetados y tolerados,
aun en aquellos casos en los que se declaren en oposición al gobierno
de turno.
Esta afirmación parece obvia, pero es importante hacerla, en especial
en la parte motiva de las sentencias que judicializan las violaciones a
los derechos en mención. Segundo, que esos sectores de la democracia
que actúan en el espacio social pueden ser caracterizados con fines de
reparaciones colectivas. Es decir, con el propósito de que sus casos sirvan
para diseñar tipologías útiles para remediar la lesión que el conflicto
armado ha generado frente al ejercicio de ciertos derechos vitales para
cualquier sistema democrático, ante la ausencia de posibilidades reales
de efectuar un inventario completo del repertorio de daños causados
por el conflicto armado y la violencia asociada al mismo.
178 Díaz, Catalina. “Problemas conceptuales de la reparación colectiva en perspectiva
comparada”. En: Uprimny, Rodrigo et al. Reparar en Colombia: los dilemas en contextos de
conflicto, pobreza y exclusión. Bogotá: Centro Internacional para la Justicia Transicional
y Centro de Estudios en Derecho, Justicia y Sociedad, 2009, p. 160.
109
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
1.3.1.2. Caracterización introductoria de los sectores victimizados
A continuación se ofrece una caracterización introductoria de esos
sectores. Esto con el objeto de entender cuáles de ellos han sido
afectados por la violencia debido al ejercicio democrático de derechos
tales como la asociación, la participación política y la libertad de
expresión, tanto individual como colectivamente. Si bien algunos de
estos sectores no constituyen en estricto sentido sujetos colectivos, su
experiencia frente a la violencia del conflicto armado en la zona ofrece
datos relevantes para el entendimiento del impacto colectivo. Algunas
de las plataformas, organizaciones o mesas de articulación que se
describen a continuación, de hecho ya no se encuentran estructuradas,
bien porque la dinámica política marcó otro rumbo o bien porque la
violencia fue dirigida intencionalmente contra esos actores, justo por el
rol organizativo que estaban desempeñando. En estos últimos eventos
proceden las reparaciones colectivas. A su vez, esta caracterización
permite entender por qué y de qué manera Barrancabermeja puede ser
considerada un espacio social relevante para las reparaciones colectivas.
La región ha sido escenario de un pronunciado activismo ciudadano,
impulsado principalmente, pero no exclusivamente, por la industria
extractiva del petróleo, que arribó a la zona en la primera mitad del
siglo XX. Esto abrió espacio para un movimiento social179 que incluyó
sectores sindicales y diversas corrientes políticas. En 1924 nació la Unión
179 En lo sucesivo se presentará, mediante notas al pie, la caracterización de algunas
organizaciones sociales relevantes para el diagnóstico del daño colectivo en la
zona. La “autodefinición” por parte de estas organizaciones es importante para las
medidas de reparación colectiva. Esto es así principalmente porque la satisfacción
propia de los esfuerzos de reparaciones supone declarar en forma normativamente
autorizada el carácter legal y legítimo de las organizaciones que actúan en el marco
de la democracia, y de su existencia. Ella debe partir de la forma como la propia
organización comprende su naturaleza y su rol en la sociedad. Es una manera
de interpelar los efectos de la violencia, que usualmente incluyó, además de las
violaciones, fenómenos de estigmatización contra las organizaciones y sus integrantes.
El propósito de esta caracterización no necesariamente es el diseño específico de
medidas para las organizaciones que se describen, pues ello requeriría contar con su
expresión de voluntad, en tanto personas jurídicas. Antes bien, se propone suministrar
elementos para entender los patrones de violencia contra las organizaciones de su
misma naturaleza, a fin de interpretarla a profundidad y diseñar medidas que puedan
alcanzarlas a todas ellas.
110
Sindical Obrera de la Industria del Petróleo (USO) el principal sindicato
de Ecopetrol180.
Esta organización desempeñó un papel protagónico en los procesos
de movilización social y por ello fue altamente victimizado. En 1972
surge la Organización Femenina Popular181, un movimiento de mujeres
enfocado en el trabajo de movilización, acción política y comunitaria
asociada al empoderamiento de las mujeres182. La Organización
180 La USO es un sindicato de primer grado e industria. Está conformado por trabajadores
del sector hidrocarburos de todo el territorio nacional, con independencia de la
modalidad de contratación. Ver Estatutos de la Unión Sindical Obrera de la Industria
del Petróleo. Disponible en http://www.usofrenteobrero.org/index.php?option=com_
content&view=article&id=259&Itemid=139
181 Movimiento Nacional de Víctimas. Zona 5. Barrancabermeja. Disponible en http://www.
movimientodevictimas.org/~nuncamas/images/stories/zona5/BARRANCABERMEJA.
pdf
182 La OFP se define como “un proceso de organización, formación y movilización
popular de mujeres de base, defensoras de los Derechos Humanos Integrales, que
nos asumimos como sujetas políticas de derecho y construimos proyectos de vida
digna a partir de la resistencia frente a todas las formas de violencia (económica,
social, cultural, civil y política). Nos proponemos la defensa de la vida y los derechos
humanos integrales, reivindicando los derechos de la mujer, quien como sujeta
política eleve su conciencia de género y de clase y transforme su realidad social a
partir de sus propias acciones cotidianas civilistas y autónomas. Precisamente, estos
principios, la civilidad y la autonomía, son el fundamento de nuestra ética política.
Defendemos la civilidad como estatus político que nos permita construir propuestas
de vida para todas y todos, en las que las normas que nos rijan sean inspiradas en
modelos democráticos y no dictatoriales ni militaristas. No aceptamos ningún tipo
de presión por parte del Estado ni de los actores armados ilegales. Defendemos
nuestra autonomía como mujeres sujetas de derecho. Así pues, desde estos principios
e inspirándonos en valores como la justicia, el amor, la equidad, la solidaridad, la
sororidad, la ternura, la dignidad y el respeto humano, trabajamos por el desarrollo
integral de la mujer, y por la construcción de poder popular mediante la organización
y el movimiento social regional y nacional para defender la vida digna y los derechos
humanos integrales de las mujeres y los pueblos. Nuestro proceso organizativo nace
en 1972, en el sector nororiental de Barrancabermeja, como una propuesta de la
Iglesia Católica para organizar a las mujeres en torno a la superación de la violencia
intrafamiliar, el sometimiento de las mujeres y la injusticia social. Surgimos durante
el auge de la Teología de la Liberación y de los movimientos sociales en Colombia.
En 1988 iniciamos un proceso organizativo autónomo, independiente de la iglesia.
Lo que inició en Barrancabermeja como un proceso organizativo de base local, fue
ampliándose hacia la región del Magdalena Medio, a cinco municipios más, donde
consolidamos nuestro trabajo regional a partir de 1995. El conflicto armado escalado
en la región y el país nos fue trazando nuevos retos y exigiendo nuevas respuestas
111
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Femenina Popular desarrolla desde hace 35 años un trabajo en defensa
de los derechos humanos de las mujeres de la región del Magdalena
Medio. Han denunciado de manera permanente la presencia y el
control social ejercido por los grupos paramilitares de la zona, exigiendo
constantemente a las autoridades la recuperación del control social y
político de Barrancabermeja y del Magdalena Medio. Por ese motivo, su
tarea se ha desarrollado en medio de amenazas y hostigamientos, así
como con un número importante de víctimas de su organización.
Las formas de las violencias que han padecido han tenido un impacto
diferenciado. Como un hecho notable de la persecución de la que
han sido víctimas, se señala la destrucción de una de las casas donde
desarrollaban sus actividades de educación y promoción de las mujeres
y sus hijos. Los paramilitares demolieron el inmueble en su totalidad,
recogieron los escombros, los subieron en camiones y se los llevaron,
como para enviar un mensaje de su intención de desaparecer en forma
total a la OFP. La OFP ha insistido en que las reparaciones deben ser para
la organización, no individuales. De hecho, sostienen que las violaciones
individuales no iban dirigidas contra ellas sino que intentaban debilitar
el proceso organizativo183.
En 1975 es creado el Movimiento Cívico, Obrero y Campesino, enfocado
principalmente en demandas por justicia social, especialmente las
relacionadas con servicios públicos184. Este espacio, a su vez, articulaba a
otras organizaciones sociales en torno a reivindicaciones concretas.
Posteriormente, alrededor de 1980, surgió otra plataforma denominada
la Coordinadora de Solidaridad. Fue en este marco en el que se
impulsaron varios de los paros cívicos que tuvieron lugar en la región
y que marcaron repercusiones en muchos lugares del país. Con
posterioridad, para el año 1997, surge la Corporación Regional para la
como organización, es así, como en 1996 lanzamos la propuesta del Movimiento
Social de Mujeres contra la Guerra y por la Paz y a la vez afianzamos nuestro perfil
como defensoras de los derechos humanos integrales. A partir del año 2000 tomamos
dimensión nacional y ampliamos nuestro trabajo a las ciudades de Bogotá y Neiva”.
183 Visita de campo a Barrancabermeja, 8 de julio de 2012. Reunión con la Organización
Femenina Popular.
184 Movimiento Nacional de Víctimas, óp. cit.
112
Defensa de los Derechos Humanos –CREDHOS185. También se crea la
Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare (ATCC)186. En 1988
nace el Frente Común por la Vida, la Paz y la Democracia, que involucra a
distintos sectores del municipio. Al parecer este espacio político ya no se
encuentra activo, aunque muchos de los sectores que hicieron parte de
él siguen funcionando en la zona187. Esto incluye a la Iglesia católica y a la
administración municipal.
Asimismo, surge la Coordinadora Popular de Barrancabermeja (1989), con
una agenda política distributiva muy similar. Luego, en 1991 se configura
el Comité Cívico de Convivencia Ciudadana. Su agenda, además, estaba
enfocada a intervenir sobre los efectos del conflicto armado y la violencia
185 “La Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humanos (CREDHOS) es
una organización no gubernamental, autónoma y civilista constituida e integrada
por pobladoras y pobladores de distintos sectores de la sociedad civil en la región
del Magdalena Medio. […] Fue fundada para la promoción, defensa y protección de
los derechos humanos, la democracia y el Derecho Internacional Humanitario (DIH).
Entre sus objetivos también se encuentra la búsqueda de la generación de acciones y
escenarios para el entendimiento, la tolerancia, la convivencia y la paz civilizada en favor
de la población civil y de sectores sociales vulnerables. Realiza formación mediante
equipos promotores, investigación, promoción de denuncias, documentación de
casos, asistencia jurídica, publicaciones, participación en espacios de coordinación y
trabajo en redes”. Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humanos. PBI
Colombia, paquete de prensa. Disponible en http://www.pbi-colombia.org/fileadmin/
user_files/projects/colombia/files/press_kits/100920_CREDHOS_ESP.pdf
186 La Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare, ATCC, es una de las iniciativas
pioneras en materia de construcción de Paz desde las regiones. En mayo de 1987 los
campesinos y campesinas del corregimiento de La India decidieron organizarse para
buscar de manera pacífica soluciones a sus problemas y para exigirles en el marco de
la no violencia a los diferentes grupos armados ilegales no involucrarlos en el conflicto.
En su lucha por el respeto a los derechos humanos, por el desarrollo económico y la
dignificación de la vida, la Asociación ha sido víctima de asesinatos (sus principales
dirigentes en la década de los 90 fueron asesinados) de amenazas y de diferentes
formas de presión. Sin embargo, se ha sostenido y ha logrado construir un proceso
organizativo y productivo que se mantiene como proyecto socio cultural que da vida
a una comunidad campesina. Está presente en el corregimiento de La India, y con
influencia en 36 veredas y 2 corregimientos de los municipios de Landázuri, Cimitarra,
Sucre, Bolívar, Peñón y la Belleza (Santander). Asociación de Trabajadores Campesinos
del Carare, ATCC. Disponible en: http://expopaz.org.co/index.php?option=com_co
ntent&view=article&id=37:asociacion-de-trabajadores-campesinos-del-carareatcc&catid=5:desarrollo-para-la-paz&Itemid=10
187 Observación de visita de campo efectuada a Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012
y 23 al 27 de julio del mismo año.
113
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
sociopolítica en la región. También tuvo espacio en 1992 lo que se llamó
el “Comité Nacional Antisicarial” como un espacio de acción democrática
frente a los asesinatos selectivos y las masacres en el puerto petrolero188.
Estos asesinatos selectivos parecían estar relacionados con esfuerzos
por amedrentar procesos organizativos y de reclamación de derechos189.
Luego, en 1993, tiene lugar el Consejo de Desarrollo Socio Económico.
Este escenario es una reacción de la administración municipal frente a
reclamos de participación por parte de las organizaciones sociales. En
1995, es creado el Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio
(PDPMM), a partir de un diálogo de sectores sociales con Ecopetrol190. No
es una organización de base pero tiene diálogo y asociación con muchas
de ellas.
También surgen el Movimiento Regional por la Paz (1996) y la Mesa
Regional de Trabajo Permanente por la Paz (1998).
Estas organizaciones y/o espacios organizativos experimentaron eventos
de violencia que también permitirían entender aquella ejercida contra
otras instituciones de su género. Todos estos escenarios constituyen
un continuum de actividad política y organizativa en el que distintos
agentes participaron. Fueron afectados por la violencia y esto a su vez
determinó la manera como se podían agremiar y el impacto sobre sus
dinámicas de actuación política y social.
La sectorización de las principales violaciones permite entender qué
sectores fueron los más victimizados, y, eventualmente, relacionar
el ejercicio de ciertos derechos con las formas más pronunciadas
de victimización:
188 Movimiento de Víctimas, óp. cit., p. 4.
189 Entrevista con funcionario de organización no gubernamental en la zona.
190 Movimiento de Víctimas, óp. cit., p. 5.
114
Victimizaciones por sector social en Barrancabermeja entre 1966 y 1998
Sector social
Asesinato
Desaparición
Tortura
Detención
Allanamiento
Amenazas
Atentados
Defensores
DDHH
4
--
--
--
--
3
--
Dirigentes
cívicos
11
2
5
6
--
9
--
Educadores
1
--
--
1
--
3
1
Estudiantes
14
6
1
4
--
1
2
Func.
públicos
22
1
--
--
--
2
2
Líderes
campesinos
4
--
--
12
--
6
7
Militantes
políticos
48
5
6
14
2
3
15
Obreros
50
4
12
29
4
18
3
P. rural
225
21
68
101
5
7
14
Sindicalistas
70
7
30
94
10
41
23
F. judiciales
1
--
--
--
--
--
--
429
66
171
183
20
20
58
P. urbana
Fuente: Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado.
1.3.1.3. Patrones generales de victimización
Se tiene entonces que ocurrieron una serie de patrones de victimización
que adoptan modalidades diferentes, pero que también tienen en común
que se proponen mermar el impacto de los procesos organizativos,
prohibir que la ciudadanía se acerque a ellos y obstaculizar sus demandas
democráticas, sean ellas por reconocimiento o respeto a las libertades
115
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
civiles y políticas, o bien sean peticiones por justicia distributiva191. A esto
hay que sumarle como un dato relevante la participación de políticos
locales en alianzas con grupos paramilitares192.
CREDHOS nace como organización defensora de derechos en 1987 en
un contexto de violación a derechos humanos y crisis humanitaria. En el
contexto del ascenso político de la UP, quienes alcanzan mayoría en el
Concejo Municipal de Puerto Berrío, se inician acciones violentas contra
esta organización política y contra otras organizaciones similares.
A partir de testimonios aportados en procesos judiciales se tiene
evidencia de las actuaciones de una red criminal, presuntamente de la
Armada Nacional, al mando de un Coronel de apellido Quiñones. En 1990
sufre un atentado una de sus lideresas más importantes, mientras varios
de sus dirigentes se ven obligados a abandonar la ciudad. Su presidenta
también tuvo que salir del país en 1998. Otros miembros connotados se
desplazaron dentro del país. A finales de los años noventa se cerraron las
oficinas de la organización, las cuales se reabrieron en 2001193.
Sin duda, CREDHOS es una organización que sufrió un fuerte impacto por
cuenta de la actividad del BCB. Es un ejemplo tipo de la afectación que
sufrieron las organizaciones clásicas defensoras de derechos humanos.
A su vez, la violencia que esta organización padeció influyó de manera
indirecta pero palpable en otras organizaciones de derechos humanos
que actuaban en la zona, y que vieron reducido su margen de actuación
por las intimidaciones contra CREDHOS. Fue un mensaje simbólico
dirigido a una organización específica, pero que alcanzó a muchas otras
que desarrollaban un trabajo similar en la región.
El intenso ejercicio de múltiples libertades dio origen a una
estigmatización de la ciudad de Barrancabermeja como una zona
problemática para el orden público. Esto dio lugar, en primer término,
a operaciones selectivas pero planificadas de exterminio, dirigidas
contra integrantes de las distintas organizaciones sociales. Pero no
191 Entrevistas con funcionarios de la Corporación Nación. Barrancabermeja, 4 al 8 de
junio de 2012.
192 Ibíd.
193 Visita de campo a Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012. Entrevista con integrantes
de la Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humanos –CREDHOS.
116
con la intención exclusiva de exterminio individual. Antes bien, con el
propósito de desarticular las organizaciones a las que pertenecían, que
eran consideradas aliadas de la guerrilla. Además de la violencia que fue
ejercida por las organizaciones subversivas, las agremiaciones civiles
sufrieron la acción de algunos elementos de los grupos paramilitares, en
distintos casos, y de diferentes maneras, con aquiescencia o apoyo de la
fuerza pública.
Así, se encuentra ampliamente documentada la situación de la Red 07
de la Armada Nacional194. En un informe publicado por el Equipo Nizkor,
y fundamentado en las investigaciones penales y disciplinarias sobre los
hechos, se afirma que existió una red de exterminio que fue apoyada
por la Armada Nacional a finales de los años ochenta hasta mediados de
los noventa195. Posteriormente, los grupos paramilitares, por medio del
Bloque Central Bolívar, cometieron graves crímenes con el propósito de
desarticular las organizaciones de la sociedad civil y afectar el ejercicio
tanto de libertades civiles y políticas como de derechos colectivos.
Este tipo de actuaciones significaron afectaciones de diversa índole. En
primer lugar, el derecho al buen nombre tanto de los líderes sociales
como de las organizaciones a las que pertenecen ha sido puesto
en entredicho. Ese parece ser un común denominador en todas las
entrevistas196. Aplica tanto para organizaciones específicas y plenamente
identificables, como para las múltiples plataformas y coordinadoras
a las que pertenecían. Hubo un patrón de victimización orientado al
debilitamiento de las organizaciones.
Estos daños se dieron con base en ataques consistente en:
amenazas, asesinatos selectivos, desaparición forzada, reclutamiento
forzado, secuestros y restricciones al derecho a la participación en
organizaciones sociales y en organizaciones políticas. También hubo
esfuerzos por atajar liderazgos políticos considerados indeseables.
194 Corporación Colectivo de Abogados “José Alvear Restrepo” y Corporación Regional
para la Defensa de los Derechos Humanos. Informe “Hoy como ayer persistiendo por
la vida”. Redes de Inteligencia y Exterminio en Barrancabermeja. Disponible en http://
www.derechos.org/nizkor/colombia/libros/redes/
195 Ibíd.
196 Visitas de campo en Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012 y 23 al 27 de julio de
2012.
117
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Esto fue evidente, por ejemplo, en el municipio de Aguachica197. Este
municipio, por cierto, es quizás el más estratégico del Magdalena Medio.
Distintas organizaciones que buscaban acceder al poder por medios
democráticos fueron amedrentadas198. En esa medida, el ejercicio de la
participación política se vio fuertemente afectado. La Unión Patriótica
y el Partido Comunista fueron prácticamente exterminados en la zona.
En la zona de Barrancabermeja se quiso imponer una gobernabilidad
violenta, en la medida en que todo lo que escapara a los propósitos del
BCB era exterminado199.
En determinados eventos, las violaciones del derecho a la vida
produjeron impacto colectivo. Hay evidencia muy fuerte de ello en
Barrancabermeja200. Se trata de eventos en los cuales el homicidio
de una sola persona desarticuló organizaciones o tuvo un impacto
negativo importante en sus posibilidades de fortalecimiento o en
la continuidad de la asociación201. También hubo impacto sobre las
Juntas de Acción Comunal, que eran asociadas con actores armados y
por tanto eran consideradas objetivos militares. Esto tuvo impacto, a su
vez, en las posibilidades de solución de problemas comunitarios por vía
de la autogestión, ante la ausencia del Estado. Hubo daños colectivos
por la pérdida de ciertas prácticas culturales, tal como ocurrió con el
festival de Gaitas y Tamboras, que no se volvió a celebrar en muchas
partes de Barrancabermeja202.
Las ejecuciones fueron masivas y existen muchos sitios del territorio
donde hay fosas comunes con restos pendientes de identificación.
Del mismo modo, se profundizó la corrupción y se redujeron las
posibilidades de que las comunidades controlaran el gasto de
197 Visita de toma de contacto. 4 al 8 de junio de 2012.
198 Ibíd.
199 Visita de campo a Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012. Entrevista con la
Corporación Nación.
200 Ibíd.
201 Visitas de campo a Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012 y 23 al 27 de julio de 2012.
202 Visita de campo a Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012. Grupo focal con víctimas
acompañadas por la diócesis de Barrancabermeja.
118
los recursos públicos203. En Santa Rosa también hubo violaciones
individuales con impacto colectivo. Se trata, por ejemplo, de Artemio
Mejía, líder promotor de la sustitución de cultivos ilícitos. Fue asesinado
en la carretera que de Simití conduce a Santa Rosa204. Esto tuvo un
efecto desfavorable sobre las iniciativas organizativas de la zona,
que fueron desestimuladas. De esta manera, una violación individual
impactó toda la zona donde fue cometida205.
Las masacres también generaron impactos colectivos. En San Pablo
tuvo lugar una, alrededor del año 1999, en la que fueron asesinadas
14 personas. En el repertorio de violencia de los grupos paramilitares,
esto es interpretado como el mensaje de notificación de la entrada
del grupo armado en un territorio determinado206. También fue
común que circularan vehículos que eran ampliamente conocidos
por la comunidad como mecanismos para la desaparición forzada.
Su circulación permanente por el territorio enviaba un mensaje a la
población civil. Estas modalidades de actuación buscaban aterrorizar
a la comunidad y dotar de un sentido de control estricto sobre la vida
y los bienes de la ciudadanía a la presencia constante de los actores
armados en el territorio207.
1.3.1.4. Afectaciones al derecho a la educación, a la libre
asociación y al libre desarrollo de la personalidad
El derecho a la educación se vio afectado por la acción del BCB en el
corregimiento San Blas, de Simití. La asistencia de los menores al sistema
educativo se vio drásticamente reducida208. La posibilidad de efectuar
emprendimiento económico también fue afectada por cuenta de
extorsiones a múltiples sectores de la economía. San Blas era una zona
203 Visita de campo a Puerto Berrío, 26 de julio de 2012. Grupo focal con la Asociación de
Víctimas Ave Fénix.
204 Visita de campo a Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012. Entrevista con funcionaria
de la Defensoría del Pueblo.
205 Ibíd.
206 Ibíd.
207 Ibíd.
208 Ibíd.
119
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
de convergencia para que los jóvenes de la región cursaran educación
secundaria. Allí funcionaba una institución educativa con cupos para
alrededor de 1.000 estudiantes. Pero ante la presión del BCB, en algún
momento llegó a tener cerca de 200. Los restantes estudian en Simití,
mediante un desplazamiento de más de dos horas de viaje y con malas
condiciones de transporte209.
Las libertades sindicales fueron especialmente golpeadas. Líderes y
lideresas de sindicatos muy importantes fueron asesinados, lesionados,
desplazados o exiliados210. Los golpes debilitaron la afiliación y las
organizaciones percibieron menos recursos, así como un número
inferior de asociados211. El derecho de huelga y las convenciones
colectivas se vinieron al piso. Los sindicatos de segundo nivel también
se vieron debilitados212.
El resultado final es un impacto evidente y profundo en el derecho
de asociación y otras libertades sindicales. Muchos sindicatos fueron
altamente debilitados. Otros desaparecieron. El impacto específico de
este debilitamiento sindical sobre los derechos de los trabajadores es un
fenómeno que aún se encuentra pendiente de ser medido. Los grupos
paramilitares prohibieron que las comunidades se acercaran a las sedes
de las organizaciones de trabajadores como la Unión Sindical Obrera213.
La violencia antisindical no fue fortuita, sino intencionada y tuvo impacto
colectivo sobre el ejercicio del derecho de asociación.
El libre desarrollo de la personalidad también se vio afectado por
distintos fenómenos. La comunidad LGBT fue perseguida y estigmatizada
en Barrancabermeja214. En muchos eventos fueron amenazados,
209 Visita de campo a Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012. Entrevista con el Programa
de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio.
210 Visita de campo a Barrancabermeja, 23 al 27 de junio de 2012. Entrevistas con
Corporación CREDHOS y con el Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio.
211 Ibíd.
212 Ibíd.
213 Visita de campo a Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012. Entrevista con la
Corporación Nación.
214 Visita de campo a Barrancabermeja, 23 al 27 de julio de 2012. Entrevista con líder de la
comunidad LGBT de Barrancabermeja.
120
destinatarios de tratos crueles, inhumanos o degradantes y sexualmente
agredidos. El resultado final fue una represión de las identidades de
género y orientaciones sexuales alternativas, en causalidad con el
conflicto armado. Es decir, a pesar de que es probable que existiese un
contexto previo de discriminación contra la comunidad LGBT, esa forma
de violencia se vio altamente exacerbada por cuenta del control territorial
de los grupos armados, específicamente, para este caso, del BCB.
Con frecuencia, las lesbianas eran violadas para “demostrarles que
estaban equivocadas en cuánto a su orientación sexual”215. La condición
de homosexual podía significar llamar la atención del grupo armado y,
por ende, ser objeto de hostigamientos adicionales a los que percibían
la generalidad de las personas oprimidas por el control territorial de
los grupos armados ilegales216. Por tal motivo, otras personas que
pertenecían a la comunidad LGBT tampoco se revelaban públicamente.
Hubo un fenómeno de ocultamiento de la comunidad LGBT, asociado con
la discriminación generalizada, pero exacerbado por la por la violencia
del BCB, que sin duda empeoró su condición. Con otras personas
homosexuales hubo una exposición pública, a modo de escarnio, con
fines de sanciones con impacto social. Los tratos crueles, inhumanos
y degradantes a los que eran sometidos, se utilizaban como conducta
ejemplarizante. Es decir, se les visibilizaba como homosexuales en tanto
había que castigarlos. También hubo señalamientos y amenazas a raíz
de la marcha LGBT217. Como ocurrió con casi todos los ejercicios de
activismo político y movilización social, la manifestación pública de esta
comunidad fue mal vista por parte del grupo armado.
1.3.1.5. Afectaciones derivadas del control de la vida
civil y de la imposición de códigos de conducta
Finalmente, el BCB impuso un código de conducta con fines de regulación
de la vida cotidiana en el municipio de Barrancabermeja. Ese código fue
reproducido por medios escritos y por transmisión oral. Algunas veces
215 Ibíd., reunión con integrantes de la Mesa Regional de Víctimas.
216 Ibíd., entrevista con integrante de la comunidad LGBT.
217 Ibíd.
121
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
el propio grupo armado ordenaba la difusión y se esforzaba por darlo
a conocer. En otros eventos, la información circulaba entre las redes
de las propias comunidades, movidas por el temor y la intimidación.
La regulación prescribía, valiéndose de la coacción criminal, la manera
como la gente se debía comportar. En perspectiva colectiva, esto incluía
la prohibición expresa a la ciudadanía de acercarse a las organizaciones
sociales y de derechos humanos, tal como ocurría con las organizaciones
sindicales. Para algunas víctimas el sentido de ese comportamiento
consistía en obstaculizar las denuncias y las labores de activismo. Es
decir, sin defensores de derechos humanos, o con ellos simbólicamente
incomunicados y confinados, la gente denuncia menos de lo que lo haría
si dicha restricción no existiese218. Esto, aunque el número de violaciones
permanezca igual o incluso más alto.
Se puede afirmar que esta fue una estrategia dirigida no a cambiar la
realidad sino a modificar la manera como es percibida y a dar un lugar
privado a la violencia del conflicto armado219. Debido a esta reducción
en la posibilidad de acudir a las organizaciones por cuenta de las
prohibiciones del BCB, muchos procesos judiciales que eran adelantados
por defensores de derechos humanos que fueron asesinados,
amenazados o desplazados se vieron paralizados220. Con todo, la gran
afectación en contra de las organizaciones sociales y de derechos
humanos fue la pérdida de la capacidad de convocatoria y movilización.
Algunas organizaciones prácticamente desaparecieron y muchas otras
tuvieron que cerrar sus oficinas por espacios prolongados de tiempo221.
El código de conducta impuesto por el BCB era un documento con diez
puntos. Resolvían conflictos conyugales. Las sanciones iban desde barrer
las calles hasta asesinatos. Las víctimas eran desnudadas, bañadas con
agua caliente o sus cabezas rapadas222. Era una forma de degradarlos
218 Visita de campo a Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012. Entrevista con la
Corporación Nación.
219 Ibíd.
220 Visita de campo a Barrancabermeja, 23 al 27 de julio de 2012. Entrevista con
funcionarios de CREDHOS.
221 Visita de campo a Barrancabermeja, 23 al 27 de julio de 2012. Entrevista con integrantes
de la Corporación CREDHOS.
222 El BCB había escrito un código. Era un papel con diez puntos. Resolvían conflictos
122
y hacerles perder la dignidad. La gente no acudía a la policía, porque
los paramilitares eran informados. Por tal motivo, la ciudadanía terminó
acudiendo directamente a los ilegales, que eran quienes resolvían los
conflictos. Por el contrario, la policía no se atrevía a actuar contra los
ilegales. Le recomendaban a la gente que mejor arreglaran “por las
buenas” con ellos223.
Este código de conducta no tiene validez jurídica alguna y es
incompatible con los derechos y libertades de la Constitución Política224.
Por ende, no debe ser reconocido, en modo alguno, como fuente de
obligaciones para los miembros del grupo o como origen de derechos
para la comunidad barranqueña. Con todo, tuvo incidencia en el
ejercicio de tales derechos y por consiguiente puede configurar un daño
colectivo. Es la expresión empírica de la violación de varios derechos,
en particular, de reunión y asociación. Las medidas de reparación, por
consiguiente, deben descalificar el carácter impositivo de ese código y
afirmar los valores constitucionales que fueron transgredidos por esa
victimización particular, entre otras muchas.
1.3.1.6. Afectaciones a los derechos a la libre circulación,
a la participación y por violencia de género
El ejercicio de la libre circulación también se vio afectado, al menos por
dos razones. En primer lugar, los grupos armados, entre ellos el BCB,
impusieron toques de queda tanto en las zonas rurales como en los
cascos urbanos. Así aconteció en varios puntos de Barrancabermeja225
conyugales. Las penas iban desde barrer las calles hasta asesinarlos. Los desnudaban,
o los metían en agua caliente, les rapaban la cabeza, era una forma de degradar y hacer
perder la dignidad. Si alguien hacia algo, todo el mundo se daba cuenta. La gente no
iba a la policía, porque le contaban a los paramilitares, más bien acudían directamente
a los ilegales que eran los que resolvían los conflictos. Ellos no se atrevían contra los
ilegales. Le recomendaban a la gente que mejor arreglaran “por las buenas” con ellos.
223 Visita de campo a Barrancabermeja, 23 al 27de julio de 2012. Entrevista con líder de
una organización de víctimas.
224 Esto debe ser afirmado así por cualquier decisión judicial que pretenda ofrecer
reparaciones por tales hechos.
225 Visitas de campo a la zona del sur de Bolívar, 4 al 8 de junio de 2012.
123
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
y en otras zonas tanto rurales como urbanas de otros municipios226. En
segundo lugar, hubo daño cultural a la práctica de las contribuciones
voluntarias para el mantenimiento de infraestructuras comunitarias.
Con frecuencia, ante la ausencia del Estado tanto local como regional,
los niveles de auto gestión de las comunidades eran bastante altos. Las
redes de apoyo mutuo así como los esfuerzos de solución de problemas
a nivel comunitario fueron destruidos por la presencia de los grupos
armados ilegales, entre ellos el BCB.
El sistema jurídico colombiano tiene previstas muchas formas de
participación de la ciudadanía, tanto en la Constitución como en la
ley y los reglamentos. Esto incluye distintas instancias de las entidades
públicas. Muchas de esas oportunidades de participación se vieron
afectadas por la acción del Bloque Central Bolívar, bien porque cooptaban
los escenarios o bien porque impedían participar a los ciudadanos.
Además de los toques de queda, en muchas regiones de influencia
del BCB hubo retenes y peajes ilegales227. Estas acciones parecían
direccionadas a consolidar el control militar sobre el territorio y al mismo
tiempo regular la vida y la cotidianidad de las comunidades. De hecho,
los grupos armados usurparon peajes comunitarios que la gente veía
como legítimos porque estaban destinados a la solución de problemas
de las comunidades228.
Hubo corregimientos que sufrieron arrasamiento. Por ejemplo, el
corregimiento de El Paraíso, en Simití, fue quemado tres veces229.
Dañaron las comunicaciones y se apropiaron de las torres que para ese
efecto existían, a fin de utilizarlas para fines ilegales. En resumen, las
comunidades fueron incomunicadas230.
226 Visitas de campo a Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012 y 23 al 37 de julio de 2012.
Visita de campo a Puerto Berrío, 26 de julio de 2012. Grupo focal con la Asociación de
Víctimas Ave Fénix.
227 Reunión con la Mesa de Víctimas acompañada por el Programa de Desarrollo y Paz del
Magdalena Medio. 5 de julio de 2012.
228 Ibíd.
229 Ibíd.
230 Ibíd.
124
En algunos barrios de Barrancabermeja el BCB cortó las líneas telefónicas
y prohibió que fueran reinstaladas. Literalmente, arrancaron las líneas.
La comunidad cree que ocurrió para que no dialogaran entre ellos y
especialmente para que no se organizaran231. La gente denunció estos
eventos ante la policía, pero ellos mismos informaron a los ilegales y
sugirieron no denunciar más para evitar problemas con el BCB232.
Los procesos de memoria que venían adelantando las comunidades
se vieron interrumpidos por la presencia del BCB. Se le bajó el perfil a
las actividades. De hecho, estuvieron inactivos por mucho tiempo233.
Esto fue particularmente evidente con los procesos organizativos que
se habían tejido como esfuerzos de conmemoración alrededor de las
masacres más representativas de la irrupción paramilitar en el puerto
petrolero. El silenciamiento de las iniciativas de memoria fue un evento
de revictimización.
La violencia también tuvo un impacto diferencial sobre la vida de
las mujeres. Fueron atacadas en su integridad. Aunque los casos no
fueron directamente documentados en este ejercicio, en las entrevistas
se tuvo noticia de muchos eventos de violencia sexual contra ellas.
Específicamente, les cortaban el pelo porque se negaban a lavarles la
ropa a los paramilitares o a tener sexo con ellos234. Muchas otras mujeres
fueron efectivamente obligadas a realizar actividades de esa naturaleza.
A otras mujeres las hacían exponerse en ropa interior, barriendo el
espacio público, porque les gustaban las fiestas235. Del mismo modo, las
amenazas, cuando se dirigían contra mujeres, evidenciaban contenido
sexual explícito. En otras palabras, amenazaban con ejercer violencia
sexual contra ellas.
231 Visita de campo a Barrancabermeja, 23 al 27 de julio de 2012. Grupo focal con
organizaciones de la Mesa Regional de Víctimas.
232 Ibíd.
233 Ibíd.
234 Ibíd.
235 Ibíd.
125
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
1.3.1.7. Afectaciones al derecho a la libertad de cultos,
derivadas del narcotráfico y por homicidios selectivos
La libertad de cultos y de conciencia de alguna manera fue afectada,
pues las comunidades religiosas que trabajaban con la ciudadanía en
las comunas fueron atacadas y amenazadas236. El BCB se apoderó de sus
espacios comunitarios, que eran de la gente también. Intentaron cooptar
los escenarios culturales de la gente, y cuando no lo lograban, entonces
los destruían. La gente no era entonces voluntariamente convocada para
participar en actividades culturales, sino que era llamada para presenciar
en forma forzada reuniones de los grupos ilegales237.
Se puede decir que el accionar del BCB transformó toda la estructura
social de Barrancabermeja. Se pasó de un espacio social en el que se
ejercían derechos civiles y políticos, a una sociedad desarticulada donde
las organizaciones que lideraban ese ejercicio democrático fueron
fuertemente golpeadas238 y en el que los grupos armados regulaban
todas las relaciones sociales. Las comunidades dejaron de pronunciarse
sobre los problemas que los aquejaban y se retiraron del espacio
social de la protesta ciudadana239. El BCB destruía todos los esfuerzos
organizativos que no eran compatibles con su proyecto político, cuando
no lograban someterlos240.
Los paramilitares cometieron muchos homicidios en persona protegida
contra personas acusadas de hurto entre la comunidad. Ofrecían
asesinarlos para congraciarse con la población. Pero en muchos casos,
aunque la comunidad sabía que se trataba en efecto de personas que se
dedicaban al hurto, exigía respeto por la vida241. Consideran que trataban
de involucrar a las comunidades en el “proceso de toma de decisión” de
asesinar a alguien, con el propósito de amedrentarlos y cooptarlos. Es
decir, hacerlos partícipes de su proyecto criminal.
236 Ibíd.
237 Ibíd.
238 Ibíd.
239 Ibíd.
240 Visita de campo a Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012. Entrevista con la
Corporación Nación.
241 Ibíd.
126
Con la presencia del BCB, los expendios de estupefacientes se
multiplicaron. Los menores empezaron a prostituirse y eso tenía
que ver con la falta de entrada de la fuerza pública y el control de los
paramilitares. Gente de su entera confianza controlaba los comercios. Esa
situación se sigue sintiendo aun hoy en los barrios242 y no ha cambiado
sustancialmente.
1.3.1.8. Afectaciones a la participación y disfrute
de servicios de salud y educación
Muchos centros de salud fueron afectados por la acción del BCB en zona
urbana de Barrancabermeja. Por ejemplo, el de la Comuna 7. Hacían
atender a sus combatientes mal heridos. Por ese motivo, ni los médicos ni
las enfermeras querían trabajar allá. Eso fue después del 2000. Acabaron
con el puesto de salud porque les traían demasiados heridos. Si se les
moría el paciente, mataban al médico. Ellos tenían que conseguir la
droga y los elementos para atenderlos. Por ese motivo, los trabajadores
de la salud abandonaban el cargo y no volvían. Todo lo que había allá lo
trasladaron a otro lado.
Al lado del puesto de salud en el barrio Danubio, en la Comuna 6, había
una biblioteca. Como hubo una estigmatización contra los curas, eso
afectó mucho y la biblioteca se murió. A los padres franciscanos y a los
que entraban en la casa cural los declararon objetivo militar. Desde ese
entonces no hay biblioteca. Ese sitio está solo y abandonado. Todos esos
espacios comunitarios, bien fuera de salubridad, educativos o religiosos
fueron cooptados o destruidos.
Los procesos organizativos de los estudiantes de secundaria,
concentrados principalmente en el colegio Camilo Torres del barrio Las
Granjas, fueron desestructurados por cuenta de las amenazas. Dichos
procesos reivindicaban principalmente el derecho social a la educación.
Además de ello, el transporte escolar se hizo tremendamente difícil por
el control territorial de los grupos armados. Las fronteras invisibles entre
los barrios dificultaban la circulación para las actividades cotidianas, y
por ende, el acceso a servicios de educación y salud.
242 Ibíd.
127
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
En el barrio 9 de abril, de la Comuna 7, fue erigido un monumento al
comandante de las AUC Carlos Castaño, por orden del BCB, alrededor
del año 2003. A ese monumento le hicieron una inauguración. Fue
durante el apogeo del BCB en Barrancabermeja. Luego la comunidad lo
hizo quitar. Eso ocurrió alrededor del año 2005. Fue un acto que afrentó
profundamente a las víctimas, y aunque el lugar ya no esté, podría ser
importante identificar y recuperar ese espacio a favor de las mismas.
Este evento da cuenta del grado de control territorial que alcanzaron los
grupos paramilitares en la zona y del nivel de control que tuvieron sobre
la vida comunitaria.
Finalmente, hubo ciertos sectores de la sociedad que fueron
particularmente afectados. En primer lugar, está el magisterio. Los
maestros fueron muy amenazados y perseguidos en Barrancabermeja.
Este sector estaba altamente sindicalizado y además participaba
de esfuerzos organizativos en defensa de la educación pública. Los
transportadores fluviales también fueron atacados e intimidados.
Aunque no eran tan políticos como los maestros, por su circulación en
los territorios eran acusados de apoyar a la guerrilla. En general, todos
los sectores que normalmente estaban involucrados en procesos de
movilización social y política alrededor de la defensa de servicios sociales
que debía proveer el Estado fueron atacados de alguna manera.
1.3.2. Daño a la institucionalidad del Estado Social de Derecho
1.3.2.1. Aspectos generales
Los daños a la institucionalidad ocasionados por el accionar del Bloque
Central Bolívar en los municipios y la región del Magdalena Medio
fueron una modalidad del daño colectivo causado en el Magdalena
Medio por parte de dicho bloque. Aquí se ofrece una aproximación sin
pretensiones de exhaustividad que, sin embargo, se propone exponer
los patrones generales de esta modalidad de la afectación colectiva
y, por esa vía, interpretar a profundidad el alcance de los daños y sus
posibilidades de reparación.
La información aportada en estos contactos exploratorios fue
complementada con el examen de algunos textos que han dado
cuenta de los procesos de violencia sufridos en el Magdalena Medio y
128
en la ciudad de Barrancabermeja, en particular243. En esta medida este
capítulo se propone una presentación aproximada a algunos tipos y
casos constitutivos de daño a la institucionalidad del Estado. Casos en
los cuales fueron desconfiguradas algunas instituciones en su misión y
actuaciones por la presencia e influencia del Bloque Central Bolívar.
Es importante mencionar y tener presente que la presencia y acción del
Bloque Central Bolívar no puede entenderse como una manifestación
puntual y totalmente nueva en la historia de violencias sufridas en la
región del Magdalena Medio y en la ciudad de Barrancabermeja. La
llegada de este grupo, su consolidación y sus modos de operar deben
entenderse en continuidad con el accionar de otros que actuaron antes
bajo otras denominaciones y formas de conducción que perseguían,
entre otros, fines similares244.
En esa medida, la violencia, además de ser indiscriminada –aunque
profundamente intencionada– y desproporcionada, tuvo un marcado
impacto acumulativo. Por tal razón y solo para efectos de contextualizar
posteriores involucramientos de miembros de la Fuerza Pública y otras
autoridades con el Bloque Central Bolívar, se hace una breve presentación
de los antecedentes de actuación de otros grupos armados ilegales que
antecedieron al BCB.
En este punto, cabe destacar que se debe avanzar en la consideración
jurisprudencial del potencial reparador del reconocimiento de
responsabilidad del Estado en los eventos de violencia del municipio
de Barrancabermeja, por varias razones. La primera de ellas, porque
hay un cuerpo de pronunciamientos que invitan a interpretar que
en ciertos eventos hito de la violencia en la zona se presentó apoyo
por parte de la fuerza pública para el accionar de los llamados grupos
243 Se trata de los siguientes textos: González Tejada, Diro César. Los días que estremecieron
a Barrancabermeja. Barrancabermeja: Agencia Matrix, 2011; Corporación Nación.
Agenda civilista de verdad, justicia y reparación en Barrancabermeja. Barrancabermeja:
Litodigital, 2006; CREDHOS - Banco de Datos de Violencia Política – CINEP.
Barrancabermeja la otra versión: paramilitarismo, control social y desaparición forzada
2000-2003. Bogotá, 2005; Corporación regional para la defensa de los derechos
humanos – CREDHOS. Hoy como ayer, persistiendo por la vida: redes de inteligencia y
exterminio en Barrancabermeja. Bogotá: Corporación Colectivo José Alvear Restrepo
–CAJAR, Bogotá, 1999.
244 Corporación Nación, óp. cit., p. 28.
129
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
paramilitares245. Segundo, porque existe un caso de reparación
simbólica agenciado por la alcaldía de Barrancabermeja que de alguna
manera implicó el reconocimiento de dicha responsabilidad, como se
explica a continuación. A raíz de la masacre del 16 de mayo de 1998
en las comunas de Barrancabermeja, existe una serie de expectativas
de justicia que aún siguen pendientes. Con todo, la administración local
efectuó un acto de conmemoración en el que acepta la responsabilidad
que le incumbe a esa institución como primera autoridad de policía de
la zona, pese a lo cual, no actuó diligentemente para evitar la masacre.
Por tal razón, el alcalde presentó excusas a la ciudad y a las víctimas
en el acto de conmemoración del 16 de mayo de 2010. Tales excusas
fueron recibidas en forma satisfactoria por las víctimas246, si bien la
inconformidad por la ausencia de justicia persiste.
Con todo, es un precedente sobre la diferencia cualitativa que puede
existir entre medidas de reparación que asumen responsabilidad oficial y
reconocen la defraudación de las expectativas de cuidado de las víctimas
frente al Estado. En el fondo, constituye una manera de confrontar la
negación de las atrocidades, un reconocimiento de la diferencia que
debe existir entre un pasado de abusos y un futuro de compromiso con el
Estado de derecho, así como una afirmación de los valores democráticos
transgredidos por la victimización247. De conformidad con lo anterior, si
existe mérito en el proceso sobre hechos específicos que den cuenta de
eventos que pueden comprometer la responsabilidad del Estado o sus
agentes, la judicatura debería avanzar no en el conocimiento del fondo
de esa situación, pues puede llegar a ser considerada incompetente para
ello, sino en el diseño de medidas de reparación que permitan avanzar
en la recuperación de la confianza ciudadana en las instituciones. Es
decir, contribuir a dar remedio al daño causado por estos hechos a la
institucionalidad propia del Estado Social de Derecho. Estas medidas
pueden tomar la forma de aserciones incluidas en el cuerpo de la sentencia,
245 Infra.
246 Visita de campo a Barrancabermeja, 23 al 27 de julio de 2012. Entrevista con integrante
del Colectivo 16 de mayo.
247 Adicionalmente, la alcaldía de Barrancabermeja cuenta con experiencia en el
reconocimiento de la necesidad de medidas de reparación colectiva. Según algunas
personas entrevistadas, esta iniciativa municipal también fue bien recibida. Entrevista
con el Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio, 4 al 8 de junio de 2012.
130
con órdenes explícitas y específicas para asegurar su comunicación
pública, o el llamado a determinadas instituciones, teniendo en cuenta
sus competencias legales y constitucionales, para que contribuyan a la
recuperación de la confianza cívica248 en las instituciones mediante la
aceptación de las expectativas de protección que tenían las víctimas
y que fueron defraudadas. Ello no implica necesariamente explicitar el
tipo de responsabilidad jurídica que acarrearía para el Estado, sino más
bien una aserción sobre la incompatibilidad normativa entre el tipo de
248 Sobre la idea de confianza cívica, Pablo de Greiff sostiene: “comencemos por un amplio
entendimiento de confianza: confianza en general, como una disposición que media
las interacciones sociales, ‘es una alternativa a la vigilancia y dependencia de amenazas
con sanciones, [y] la confiabilidad… es una alternativa a la vigilancia constante sobre
lo que uno puede o no obtener, ante el recurrente recálculo de costos y beneficios’.
Además, por medio de la in-dirección, se puede decir que creer en alguien significa
confiar en que esa persona va a hacer o dejar de hacer ciertas cosas, la confianza no
es lo mismo que la simple predicción o regularidad empírica. De ser así, el paradigma
de la confianza se daría en nuestra relación con máquinas particularmente confiables.
La confianza no puede ser vista de igual manera que la confiabilidad en nuestra
indisposición para decir que confiamos en alguien de cuya conducta sentimos
gran certeza, sólo porque le hacemos seguimiento y lo controlamos (por ejemplo
mediante la aplicación de los términos de un contrato), o porque tomamos acciones
defensivas o prioritarias. La confianza implica la expectativa de un compromiso
normativo compartido. Yo confío en alguien cuando tengo razones para esperar un
cierto patrón de comportamiento de esa persona, y esas razones no sólo incluyen su
pasado comportamiento coherente, sino también, fundamentalmente, la expectativa
de que entre los motivos de su acción esté el compromiso con las normas y valores
que compartimos. En este sentido, aunque la confianza no implica una normativa
simétrica –la confianza es posible dentro de las relaciones ampliamente asimétricas,
incluyendo las que pertenecen a instituciones profundamente jerárquicas– sí
implica una reciprocidad normativa: la confianza derivada de un sentido mutuo
de compromiso hacia las normas y los valores compartidos. […] Ahora, el término
‘cívica’ en confianza cívica: lo entiendo básicamente como un clasificador limitante.
La confianza puede concebirse como una relación de escalar, como una relación que
permite grados. El sentimiento de confianza que estamos tratando aquí no es la forma
marcada de confianza característica de las relaciones entre amigos íntimos, sino más
bien, la confianza ‘cívica’, que pienso es el tipo de disposición que se puede desarrollar
entre ciudadanos, que son extraños unos a otros y que son miembros de una misma
comunidad sólo en el sentido en que son conciudadanos de la misma comunidad
política. […] Por otra parte, no se trata sólo de que los sistemas jurídicos se basen en la
confianza de los ciudadanos tanto entre ellos, como en el propio sistema. Los sistemas
jurídicos cuando funcionan bien, también catalizan la confianza, una vez más, tanto
entre los propios ciudadanos, como en el propio sistema”. De Greiff, Pablo. “Justicia
y Reparaciones”. En: Díaz, Catalina (Ed.). Reparaciones para las víctimas de la violencia
política. Bogotá: Centro Internacional para la Justicia Transicional, 2010.
131
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
violencia cometida y los derechos de todo ciudadano al respeto de sus
derechos. Ahora bien, si la judicatura necesita encontrar un título para
vincular al Estado a las reparaciones, podría hacerlo como garante,
en los términos de la sentencia C- 370 de 2006. Otra forma en la que
la confianza en las instituciones fue disminuida se dio mediante la
presunta participación de algunos funcionarios públicos en el negocio
del narcotráfico. De acuerdo con información recogida, en determinados
casos y zonas algunos elementos de la fuerza pública al parecer dejaban
pasar insumos para el procesamiento de alucinógenos de una manera
que hace difícil pensar que no estaban apercibidos de lo que estaba
aconteciendo249. La comunidad tomaba nota de esta situación y algunas
personas entrevistadas consideran que esto incidió desfavorablemente
en la confianza ciudadana en las instituciones250. Se ha sugerido un
acto simbólico de reconocimiento de alto nivel político en el que se
acepte que la violencia desplegada por el BCB en Barrancabermeja es
incompatible con los derechos y garantías de la Constitución de 1991.
1.3.2.2. Antecedentes del involucramiento de instituciones
de la fuerza pública en el despliegue y actuación de grupos
armados ilegales en la ciudad de Barrancabermeja
En general, distintos documentos de memoria histórica producidos por
instancias institucionales invitan a interpretar que han existido acciones
concertadas entre instituciones armadas del Estado en el despliegue
y accionar de los grupos armados ilegales, en múltiples lugares del
territorio nacional251, incluyendo el Magdalena Medio y en la ciudad de
Barrancabermeja en particular252.
249 Visita de campo a Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012. Entrevista con funcionario
de la Defensoría del Pueblo.
250 Ibíd.
251 Ver, entre otras, Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso de la Masacre de
la Rochela vs. Colombia. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 11 de mayo de
2007, Serie C, No. 163; Caso 19 Comerciantes vs. Colombia. Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 5 de julio de 2004, Serie C, No. 109; Caso Manuel Cepeda Vargas
vs. Colombia. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de
26 de mayo de 2010, Serie C, No. 213.
252 En el reporte sobre la masacre de Trujillo, el Grupo de Trabajo de Memoria Histórica
132
La Corporación Nación ha señalado en sus investigaciones que desde la
década de los ochenta el Magdalena Medio adquirió una connotación
de zona de acción contrainsurgente y de presencia del Estado de manera
predominante como actuación policiva y militar253. Desde ese entonces
la fuerza pública utilizó civiles para que cumplieran labores propias de
estas instituciones a quienes se dotó con armas oficiales y apoyo logístico.
El blanco de la acción de estos grupos fueron los partidos políticos, los
movimientos sociales y las organizaciones de derechos humanos254.
En la misma década255, con la fundación del grupo armado MAS (Muerte
a secuestradores) por parte de los carteles de las drogas, se inició la
instalación de centros de entrenamiento en la zona del Magdalena
Medio con la complicidad y entrenamiento de miembros de la fuerza
pública y de mercenarios internacionales. De acuerdo con lo referido en
el texto de CREDHOS, el Procurador de la época, Carlos Jiménez Gómez,
afirmó que los eventos de violencia que comprometieron agentes estatales fueron “los
más críticos y con mayor concentración de densidad del terror”. De la misma manera,
sostuvo que la fuerza pública apoyó por acción y omisión actos generalizados de
violencia contra civiles entre 1988 y 1993, esto es, durante 7 años. En el informe de la
masacre de Bahía Portete, se sugiere responsabilidad estatal en la omisión frente a las
alertas emitidas por la población civil y en el retiro de la fuerza pública días antes de la
matanza. La responsabilidad del ejército también es esgrimida en el reporte sobre la
masacre de El Salado. Allí el Grupo de Trabajo de Memoria Histórica defendió la idea de
que la fuerza pública habría facilitado “los hechos centrales de la masacre”. También,
que “esta continuó después, con su presencia”. La atribución se extiende a varios de los
actos preparatorios de la ejecución múltiple y en general al contexto que permitió que
la masacre fuera posible. En cuanto a la masacre de La Rochela, el Grupo de Trabajo
de Memoria Histórica defiende la hipótesis según la cual hubo responsabilidad del
Estado en la matanza y en la obstrucción de la causa penal. El reporte sobre los hechos
violentos de Segovia dice que “hay un implicado en calidad de perpetrador común:
agentes de la Fuerza Pública, y hay también una víctima común: civiles en estado
de indefensión”. Señala a miembros de las fuerzas militares de ejecutar acciones
criminales y atribuye “responsabilidad singular” a elementos militares en la comisión
sistemática de violaciones. La investigación sobre la violencia en San Carlos también
reporta violaciones cometidas por la Policía y el Ejército contra la población civil.
Por último, en el informe sobre los hechos de la Comuna 13 de Medellín, el GTMH
sostiene la afirmación de que la fuerza pública soportó a los paramilitares y operó
articuladamente con ellos en la recuperación de ese escenario urbano.
253 Corporación Nación, óp. cit., p. 26.
254 Ibíd.
255 Grupo de Trabajo de Memoria Histórica. Informe sobre la masacre de La Rochela.
133
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
indicó que 60 miembros de la Fuerza Pública fueron miembros de este
grupo paramilitar incipiente256. Entre 1988 y 1992 se constituyó una
red de exterminio manejada por el área de inteligencia de la Armada
Nacional, conocida como la Red de Inteligencia 07, la cual ha sido
suficientemente documentada tanto en procesos judiciales, como en
documentos analíticos257. Finalmente, con la llegada hacia el año de
1995 de nuevos grupos paramilitares para controlar la región a través
de la estructura armada conocida como las AUSAC (Autodefensas de
Santander y sur del Cesar), se hizo de nuevo blanco de acciones a los
movimientos sociales. Las organizaciones de derechos humanos de la
región indican la complicidad de los organismos de seguridad del Estado
con la presencia y actuación de este grupo258.
1.3.2.3. El ingreso y la consolidación del Bloque Central
Bolívar en la región y en la ciudad de Barrancabermeja
Una hipótesis general del modelo de ocupación del paramilitarismo en
la zona de Barrancabermeja sostiene que la incursión se realizó primero
en múltiples zonas rurales aledañas, incluyendo pequeños cascos
urbanos, para luego tomarse el puerto petrolero259. Se señala que la
arremetida militar tuvo lugar desde la laguna del Opón, el corregimiento
del Centro, el Llanito y San Rafael, “en una verdadera operación candado
sobre la ciudad”260. El grupo de las AUSAC fue desplazado con la entrada
a la región del Bloque Central Bolívar en 1998 por el Cerro de Burgos
en el municipio de Simití. La primera ubicación de miembros del BCB
en el Magdalena Medio y sur de Bolívar se hizo en coordinación con
256 CREDHOS - Banco de Datos - Cinep, óp. cit., p. 96.
257 Juzgado Regional de Cúcuta. Radicado 1953, Sentencia del 24 de febrero de 1998
citada por CREDHOS -CCAJAR, óp. cit., p. 192. Sentencia confirmada por el Tribunal
Nacional que para esa época conocía las segundas instancias en este tipo de procesos.
CREDHOS - Banco de Datos del CINEP, óp. cit., p. 118. Corporación Nación, óp. cit., p. 28.
González Tejada, Diro César, óp. cit. pp. 19 y ss.
258 Corporación Nación, óp. cit., p. 28.
259 Visita de campo, 23 al 27 de julio de 2012. Entrevista con el programa de Desarrollo y
Paz del Magdalena Medio.
260 Visita de campo a Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012. Entrevista con la
Corporación CREDHOS.
134
el Comandante de las AUSAC, pero con posterioridad tal capacidad de
colaboración se deterioró261. Más adelante el grupo hizo su ingreso para
controlar el casco urbano de la ciudad de Barrancabermeja en diciembre
de 2000, con el apoyo de las fuerzas armadas del Estado, mediante
operaciones previas de aseguramiento y requisas en las áreas a ocupar
por el grupo armado ilegal262. La pasividad de la fuerza pública frente
a la presencia y actuación del grupo armado ilegal en la ciudad fue
señalada por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas en
el año 2003263.
Las AUSAC cometieron la masacre del 16 de marzo de 1998 que dejó un
saldo de 7 personas muertas, luego de lo cual 40 fueron secuestradas,
y de estas 25 fueron desaparecidas. Esta masacre tuvo una notable
reacción de rechazo nacional e internacional, así como una reacción
fuerte y organizada de la población de la ciudad. El BCB ingresó con
prácticas de hostigamiento a la población civil y algunas masacres, para
luego adoptar una estrategia de asesinatos selectivos, de acuerdo con el
testimonio de un sacerdote de la Diócesis de Barrancabermeja recogido
en los informes que se reseñan264. De este modo, penetraron en los
sectores que estaban bajo el dominio de las guerrillas, como las zonas
nororientales y surorientales de la ciudad265.
Las organizaciones de derechos humanos de la región no registran
combates entre las fuerzas del Estado y el grupo armado ilegal Bloque
Central Bolívar. Al tiempo que registran la ocurrencia de algunas capturas
para proceder a procesar a miembros del grupo por delitos diferentes a
los perpetrados con ocasión y por razón de su pertenencia al grupo266.
261 Unidad Nacional de Fiscalías de Justicia y la Paz. “Escrito de acusación contra el Bloque
Central Bolívar. Fecha 30-062-011”.
262 CREDHOS - Banco de Datos - CINEP, óp. cit., pp. 98 y 130. Corporación Nación, óp. cit.,
p. 29.
263 OACNUDH. E/CN.4/2003/13, 24 de febrero de 2003, párr. 34 y 74, citado por la
Corporación Nación óp. cit., p. 29.
264 Visita de campo a Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2002.
265 CREDHOS - Banco de Datos - CINEP, óp. cit., pp. 51-52, 104.
266 Corporación Nación, óp. cit., p. 30. CREDHOS - Banco de Datos - CINEP, óp. cit., p. 66.
135
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
En algunas zonas urbanas del municipio de Barrancabermeja
presuntamente existió trabajo mancomunado entre la fuerza pública y
los grupos paramilitares en diversos aspectos. Por ejemplo, se dividían
para cobrar vacunas267. Según se tiene información, en algún momento
fue el propio BCB y no las autoridades militares quienes decidían las
cuestiones relacionadas con la entrega de las libretas militares a los
jóvenes de la zona, a quienes consideraban guerrilleros268.
Las acciones del BCB se orientaron a la sistematicidad de sus operaciones,
de modo que algunos observadores locales plantean la existencia de un
modelo de control que se pretendía implantar. Modelo que se impuso
bajo formas de convivencia con las distintas autoridades, y sin que
fuera evidente el desarrollo de una política efectiva de persecución y
desactivación de los grupos paramilitares, aunque se cuenta de algunos
de sus miembros llevados a prisión. Los ciudadanos organizados de la
ciudad hicieron muchas denuncias ante diversas entidades sin obtener
resultado alguno, con excepción de la Defensoría del Pueblo que realizó
algunas acciones de respuesta. Los habitantes perdieron paulatinamente
la confianza en las autoridades civiles y dejaron de denunciar, además
porque en ocasiones sus denuncias eran comunicadas a los miembros
del grupo armado ilegal, quienes tomaban represalias. Tal conformidad
o colaboración de las instituciones con la presencia y acciones del grupo
armado ilegal, ha llevado a que se asevere en los testimonios recogidos
por algunas organizaciones de derechos humanos, que el proyecto
paramilitar funcionó como una estrategia de Estado269.
El control sobre la vida de toda la ciudad se hizo sistemático e intenso.
En particular en los barrios Cincuentenario, Limonar, El Cerro, La Liga y
Buenavista, el grupo armado ejerció un control mediante vigilancia en
cada esquina con grupos de entre 3 y 4 hombres. Todo lo cual se hizo con
algún grado de conocimiento de múltiples autoridades270.
267 Reunión con la Mesa de Víctimas acompañada por el Programa de Desarrollo y Paz del
Magdalena Medio, 5 de julio de 2012.
268 Ibíd.
269 CREDHOS - Banco de Datos - CINEP, óp. cit., pp. 102 y 107.
270 CREDHOS - Banco de Datos - CINEP, óp. cit., p. 107.
136
Otras versiones señalan que el ejercicio del control y los actos de
violencia en las comunas de la ciudad se extendieron más allá de
la Comuna 7, ya que también fueron afectadas la Comuna 1 (ocho
barrios), Comuna 3 (diez barrios), Comuna 4 (siete barrios), Comuna 5
(doce barrios), Comuna 6 (diez barrios) y la Comuna 7 (doce barrios)271.
En ellas se mantuvo una presencia y un actuar militar permanentes,
se pusieron puestos de control. Se puede decir que se dio un control
sobre la vida cotidiana, sobre las expresiones sociales-organizativas, así
como un control político. Según testimonios recogidos en los informes
que se vienen reseñando, miembros de la fuerza pública ejercieron
presiones y amenazas sobre periodistas para que no informaran sobre
la ocupación y control que ejerció el grupo armado sobre la ciudad, así
como exigencias de no difundir informaciones provenientes de algunas
organizaciones sociales y de derechos humanos, bajo el señalamiento
de tener relaciones con las guerrillas272. También impidieron informar
sobre hechos puntuales de tráfico de armas273.
1.3.2.4. Concentración de la actividad del narcotráfico del BCB en San
Pablo con la aquiescencia y participación de diversas autoridades
Según lo narrado por personas conocedoras de las actividades de
control de la economía ilegal por parte del grupo armado ilegal, el
municipio de San Pablo fue constituido en epicentro económico del
Magdalena Medio, con énfasis en la economía ilegal del narcotráfico274.
Por allí circulaban muchas personas, mercancías y era un centro de paso
del comercio de cocaína e insumos para su producción.
De acuerdo con la información de la funcionaria el daño institucional
fue grande, ya que resultaron involucrados muchos miembros de
271 Visita de campo a la ciudad de Barrancabermeja, 23 al 27 de julio de 2012. Grupo
focal con organizaciones de víctimas en la sede del Programa de Desarrollo y Paz del
Magdalena Medio.
272 Visitas de campo en Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012 y 23 al 37 de junio de
2012.
273 CREDHOS - Banco de Datos - CINEP, óp. cit., pp. 131, 140 y 141.
274 Visita de campo a Barrancabermeja, 23 al 27 de julio de 2012. Entrevista con funcionaria
de la Defensoría del Pueblo local.
137
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
instituciones en las actividades de comercio ilícito. La Policía y el
Ejército dejaban pasar insumos químicos, incluso los laboratorios de
procesamiento se ubicaban cerca al borde de la carretera, a la vista de
todas las personas, incluyendo las autoridades.
Todavía existe esta economía ilegal a pesar de la erradicación manual
y las fumigaciones, solo que se ubican en la parte alta del municipio
y aún se sufren las consecuencias de esta economía ilegal instalada
por el grupo armado, en la medida en que el tráfico continúa y sus
implicaciones también, por ejemplo, en lo tocante al control territorial,
presencia de actores armados y desconfianza de las comunidades, tanto
al interior de las mismas como en relación con el Estado. Por esto se
requiere hacer un levantamiento más detallado de los daños colectivos
producidos en la región con el establecimiento por parte de los grupos de
las AUC como una gran empresa de economía ilícita para la producción
y comercialización de estupefacientes. Este auge de la economía ilegal
produjo una modificación sustantiva en los modos de vida, en las
iniciativas de producción legítimas, en la legitimidad de las instituciones
así como el acatamiento a la cultura de legalidad conseguido hasta cierto
nivel con dificultades en una zona de colonización y afectada de tiempo
atrás por el conflicto armado interno275. Es una variable que explica
parcialmente el conflicto, lo exacerba e imprime algunas características
sobre el daño colectivo. Por ejemplo, modifica la cultura tradicional de
muchas comunidades e incluso la sustituye por una de la ilegalidad.
También dificulta las garantías de no repetición. En estos órdenes de
afectación podrían considerarse el diseño de medidas.
1.3.2.5. Captura del presupuesto de la salud y
ocupación de un hospital en Puerto Berrío
Las instituciones y los presupuestos para la salud en muchos de los
municipios se vieron afectados porque los actores armados controlaron
la contratación de los hospitales públicos. Un caso tipo de esa situación
fue el municipio de Puerto Berrío276. En primer lugar, fue corroborado
275 Visita de campo a Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012. Entrevista con funcionario
de la Defensoría del Pueblo.
276 Visita de campo a Puerto Berrío. Grupo focal con la Asociación de Víctimas Ave Fénix.
26 de julio de 2012.
138
que la atención en el hospital municipal es deficiente. La ciudadanía
no tiene acceso a medicamentos ni servicios en cantidad y calidad
adecuadas. La escasez de personal médico y de citas disponibles
es evidente277. El resultado final es que la ciudadanía, entre ellas las
víctimas, no están siendo atendidas en forma adecuada. La asignación
es escasa y de mala calidad.
Si bien el sistema de salud da cuenta de una crisis generalizada en casi
todo el país, en este caso hay razones para pensar que dicha crisis fue
exacerbada por el accionar del BCB, al menos por dos razones. En primer
lugar, porque según versiones recogidas entre la comunidad hubo
hurto de los recursos financieros y de otra índole del hospital por parte
del Bloque Central Bolívar278. De hecho, conforme a algunas versiones,
comandantes del BCB siguen hurtando recursos del hospital de Puerto
Berrío mientras se encuentran privados de la libertad por cuenta del
procedimiento especial de Justicia y Paz279. Hay razones para pensar que
esto empeoró la crisis de la salud en la zona e incidió negativamente
en las posibilidades de atención de la población. En segundo lugar y
en relación con lo anterior, las posibilidades de verificación ciudadana
sobre el uso y destino de los recursos públicos afectos al servicio de
salud fueron prácticamente anuladas. El control territorial del BCB era tan
arbitrario e intimidante que nadie se atrevía a cuestionar la infiltración en
el sistema de salud local280. Los recursos existentes en las instituciones de
salud, de esta manera, no solamente fueron utilizados para atender a los
combatientes heridos o enfermos del Bloque Central Bolívar. También
fueron objeto de despojo281. Las propias organizaciones preguntan
por qué, si la moralidad administrativa fue afectada por el desfalco en
los recursos públicos, la reparación colectiva no incluye medidas para
remediar esa situación282.
277 Ibíd.
278 Visita de campo a Puerto Berrío, 26 de julio de 2012. Versiones de ciudadanos y
ciudadanas (se omiten los nombres por razones de seguridad).
279 Ibíd.
280 Ibíd.
281 Ibíd.
282 Visita de campo a Barrancabermeja, 5 de julio de 2012. Reunión con la Mesa de
víctimas acompañada por el Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio.
139
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
1.3.2.6. Muertes y desapariciones para los
denunciantes en Puerto Berrío
Por muchos años, en el municipio de Puerto Berrío no se pudieron
denunciar masacres, desapariciones y otras formas de victimización,
porque las personas que se acercaban a las autoridades eran señaladas y
sufrían retaliaciones. El listado de personas forzadamente desaparecidas
es amplio y debe reposar en los registros de la Fiscalía General de la
Nación. Esto generó falta de confianza en las instituciones. Durante
algún tiempo, la Fiscalía General de la Nación hizo presencia mediante la
designación de un fiscal para la zona. Dicha asignación, así como la labor
desempeñada por ese funcionario, fue valorada positivamente por parte
de miembros de la comunidad283. Permitió avanzar en la documentación
de casos, así como en la gestión de los mismos ante autoridades del
orden local y nacional. Pero ese funcionario fue retirado de la zona y
la comunidad percibe que no hubo explicación suficiente sobre los
motivos de esa determinación284.
1.3.2.7. Captura de la administración y del
presupuesto municipal en Simití
Se tuvo noticias de muchos actos de corrupción en Simití para apropiarse
de los presupuestos municipales, pero resultan difíciles de documentar y
probar. Por consiguiente, no se solicitarán medidas sobre este particular,
aunque se considera importante mencionar estos datos acopiados, a
modo de contextualización en información complementaria. Se habló
de un proyecto de vivienda por 800 millones en el corregimiento del San
Blas y otro de acueducto en el corregimiento de Monterrey, los cuales
eran otorgados a una empresa de ingenieros traída por el grupo armado
desde la zona del Bajo Cauca, quienes no invertían sino una mínima
parte y el resto era apropiado para el grupo armado y para la firma285.
283 Visita de campo a Puerto Berrío, 26 de julio de 2012. Grupo focal con la Asociación de
Víctimas Ave Fénix.
284 Ibíd.
285 Visita de campo a Puerto Berrío, 26 de julio de 2012. Versiones de ciudadanos y
ciudadanas (se omiten los nombres por razones de seguridad).
140
Cuando la administración municipal no respondía a las exigencias del
grupo armado, realizaban juicios políticos al alcalde286.
1.3.2.8. Afectación de derechos colectivos
por acción del grupo armado ilegal
La Asociación de Pescadores y Agricultores del Magdalena Medio tenía
influencia en 16 municipios y la dirección de la organización contaba
con un delegado en cada uno de ellos. La organización fue altamente
acosada por el Bloque Central Bolívar y uno de sus líderes, Roberto
Rodríguez, de Puerto Wilches, fue desplazado forzadamente287. Hubo
varios intentos de ejecución de sus dirigentes288. La Asociación tuvo
alrededor de 1.500 asociados y 5.000 personas de base. Ahora no hay
más de 300, no tienen sede, ni infraestructura de funcionamiento.
El derecho al medio ambiente sano fue afectado por las actividades
económicas de los grupos armados. Un ejemplo tipo de ello fue la
afectación de los recursos ícticos en la cuenca del río Magdalena en
los alrededores de Barrancabermeja. Los grupos armados pescaban
con medios que no eran sostenibles, como el trasmayo y explosivos,
especialmente granadas. Esto les permitía pescar en mayor escala
pero destruyendo especies menores que no eran de interés comercial
o especímenes que eran demasiado pequeños, motivo por el cual ello
representaba un riesgo para el equilibrio ecosistémico289. Del mismo
modo, hubo deforestación excesiva por ganadería y palmicultura, lo
que impactó en las cuencas, entendidas como ecosistemas complejos
donde la intervención humana debe ser respetuosa de la legislación
ambiental. Las comunidades de pescadores, por ejemplo, tuvieron
enfrentamientos con agroindustriales con nexos con grupos ilegales y
eso les valió la reacción violenta de los armados. Las organizaciones de
pescadores se propusieron trazar criterios sustentables para el uso de
286 Ibíd.
287 Visita de campo a Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012. Entrevista con persona líder
de Asopesamm, Asociación de Pescadores Artesanales y Agricultores del Magdalena
Medio.
288 Ibíd.
289 Ibíd.
141
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
recursos pesqueros. Generaron una restricción al uso de zonas aledañas
a los humedales para pastoreo de ganado, la cual no podía avanzar hacia
las zonas de inundación en temporada invernal290.
1.3.2.9. Robo sistemático de gasolina a la
Empresa Colombiana de Petróleos
También resulta necesario documentar el robo sistemático de
combustible por parte del BCB, más que como una estrategia de
financiación del grupo, como una estrategia de enriquecimiento. Por
otro lado, algunas versiones señalan que la empresa estaba al tanto de
lo que sucedía, y que ello necesariamente se debe reflejar en registros de
movimiento y comercialización de sus productos. Desde el nivel central
de la empresa en Bogotá nunca adoptaron medidas para controlar este
saqueo. Los informes de producción y comercialización de la empresa
pueden dar cuenta de estas extracciones de combustible, informaciones
a las que puede tener acceso la PGN291. Con todo, el daño a Ecopetrol
debería ser considerado también un daño a la institucionalidad, en la
medida en que significó un detrimento importante a la hacienda pública
y por tanto, a las posibilidades de financiación de los servicios públicos,
la salud, la educación y otras formas de hacer justicia distributiva que
tiene el Estado. Es el dinero público.
1.3.2.10. Uso del espacio público
El uso del espacio público fue ampliamente afectado, en dimensión
colectiva, por la acción del BCB. En primer lugar, los toques de queda
significaron que la ciudadanía ya no podía relacionarse con el disfrute
del espacio público con la misma tranquilidad que lo venía haciendo
con anterioridad a la comisión de las violaciones. Prácticas como bailes
y reuniones sociales en zonas urbanas, así como paseos en zonas rurales
fueron prácticamente suprimidas. El uso nocturno del espacio público
cesó, bien por amenazas expresas de los grupos armados o por el temor
290 Ibíd.
291 No se obtuvo mayor información a este respecto. Creo que la única forma en la que
podríamos demostrar esto son pericias contables (internas o externas) con las que no
contamos. Sugiero retirarlo. Salvo mejor opinión.
142
que causaba el contexto generalizado de violencia. Del mismo modo,
las prácticas de socialización asociadas al aprovechamiento del espacio
público se perdieron por distintas razones, entre otras por el patrullaje
nocturno que hacían los miembros del BCB en la zona y por los muertos
que arrojaban a las calles en horas de la noche. Por consiguiente, el
uso del espacio público fue totalmente reconfigurado, no solamente
en Barrancabermeja sino también en municipios como Puerto Berrío.
Las interacciones sociales que surgían alrededor de su utilización se
vieron drásticamente reducidas. Las vías, parques, salones comunales y
carreteras dejaron de ser un espacio para la circulación de los ciudadanos,
el intercambio de bienes y la prestación de servicios, para convertirse en
escenario de la actuación violenta de los grupos armados. Esos espacios
fueron señalizados por medio de un amplio repertorio de violencias,
entre ellos la ejecución extrajudicial de personas, la realización de
toques de queda, la interceptación de la circulación de la ciudadanía
con fines de comisión de delitos, la prohibición de recoger los cuerpos
de las víctimas, el uso recurrente de ciertos sitios para la comisión
de determinadas clases de violaciones y la imposición de sanciones
ejemplarizantes en la vía pública.
1.3.3. Medidas de reparación colectiva – Víctimas del Bloque Central
Bolívar, postulado Rodrigo Pérez Alzate, alias “Julián Bolívar”
1.3.3.1. Introducción
Partiendo de la base que para las víctimas muchos de los daños sufridos
son irreparables, el presente documento presenta una recopilación de
las medidas de reparación colectiva aportadas por líderes, lideresas
y víctimas del accionar del Bloque Central Bolívar; por defensores y
defensoras de derechos humanos y por el equipo interdisciplinar de
Incidentes de Reparación de la Procuraduría General de la Nación.
Las medidas de reparación se presentan en tres grandes ejes, los mismos
indagados a lo largo de la aplicación del protocolo para el diagnóstico de
daño colectivo: aquellas tendientes a reparar el daño psicosocial, las que
pretenden reparar el daño a la institucionalidad del Estado, y en tercer
lugar, las medidas tendientes a subsanar las afectaciones a derechos.
Importante mencionar que así como un daño puede hacer parte de cada
una de las categorías mencionadas, del mismo modo, existen medidas
143
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
de reparación que pretenden reparar daños específicos de cada una de
dichas categorías. Por cuestiones prácticas se dividirán y categorizarán
las medidas de reparación construidas conjuntamente, teniendo la
claridad previa de que están intrínsecamente relacionadas y, vistas en
conjunto, le apuestan a una reparación integral.
1.3.3.2. Elementos transversales
Como elementos transversales se entienden aquellos principios y/o
condiciones que requieren las medidas de reparación colectiva para
tener una verdadera vocación reparadora e integral:
• Participación de las víctimas y organizaciones en todas las etapas de
la reparación integral, desde las medidas propuestas, hasta el detalle,
desarrollo, finalización, evaluación y seguimiento de las mismas. La
participación es fundamental para garantizar el pleno ejercicio de la
ciudadanía, el cual implica necesariamente la autonomía.
• La reparación como un proceso y no como la sumatoria de acciones
individuales inconexas y descontextualizadas. Proceso que requiere
planeación, seguimiento, veeduría y constante actualización de
acuerdo con las condiciones del contexto.
• Enfoque diferencial e integrado por grupo poblacional y hecho
victimizante, comprendiendo que el daño no es vivido de la misma
manera por mujeres, niños y niñas, personas de la tercera edad,
afrodescendientes y/o indígenas, y que los impactos generados
por una desaparición forzada son distintos a los que causa un
desplazamiento masivo; se requieren medidas específicas y
diferenciadas que permitan dar respuesta a toda la población víctima
desde sus particularidades, pero al mismo tiempo de manera integral
e integradora.
• Acción sin daño: con la intención de no generar procesos de
revictimización durante el proceso de reparación, se hace fundamental
observar y analizar todas las medidas planteadas con un enfoque de
acción sin daño que permita analizar constantemente la pertinencia
de determinada medida en un contexto particular. No todo es válido
hablando de reparación integral. Ejemplo de una acción con daño fue
la referenciada por las comunidades del Magdalena Medio, donde
expresaban su malestar al tener que participar de manera obligada
144
en espacios compartidos con desmovilizados cuando aún no existen
las condiciones necesarias de confianza, perdón y convivencia que
ello requiere.
• Doble mirada: desde el daño y la resistencia. A pesar que el enfoque
jurídico requiere una profundización y demostración del daño, se
hace necesario recordar que las víctimas, aparte de ser receptoras
de daño por parte de los grupos armados, son sujetos de derechos
con una inmensa capacidad para resistir y sobrevivir a pesar del peso
del conflicto.
• Es importante recordar que el enfoque psicosocial que tiene el
protocolo, construido desde la Procuraduría, implica una constante
reflexión, integración y promoción de la dignidad y respeto por las
víctimas, dentro de todas las etapas del proceso, desde la recolección
de la información para el diagnóstico del daño colectivo hasta el
seguimiento de las medidas propuestas en el proceso.
• El proceso de reparación integral implica necesariamente trabajar
desde lo que ya hay, recuperar lo que existía e integrar las iniciativas,
quizá aún incipientes, de las comunidades en su proceso de
reparación.
• Eventos descentralizados, pensar en región.
1.3.3.3. Medidas de reparación colectiva
tendientes a resarcir el daño psicosocial
Comprendiendo que uno de los principales daños ejercidos contra la
comunidad del Magdalena Medio fue la instauración de una cultura
de guerra en todas las esferas de la vida, deben establecerse procesos
encaminados específicamente a hacer contrapeso a esa situación y,
mediante acciones en el corto, mediano y largo plazo, promover una
cultura de paz. Algunos de los elementos fundamentales serían:
• Programa de acompañamiento psicosocial y salud integral a las
víctimas, sus familias y las comunidades en general, que permitan
comprender como un asunto de salud pública el estado actual de
salud mental de las víctimas y sus comunidades. Esto incluye atención
médica, psicológica y psiquiátrica de calidad, a nivel individual y
familiar, con personal interdisciplinar y grupos de contención y apoyo
emocional. Para la reconstrucción del tejido social; para retomar los
145
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
proyectos de vida tanto individuales, familiares y comunitarios; y
humanizar el conflicto, las personas y el territorio: “En cuanto a la
atención psicosocial que debe ser permanente y que ojalá sea con
un psicólogo que desde que uno inicie, sea el que lo lleve al término
del caso”292.
• Identificación y exhumación de fosas comunes en el caso de las
desapariciones forzadas, que permita hacer los rituales fúnebres
y continuar con el proceso de duelo que se quedó suspendido en
el tiempo.
• Fortalecimiento de las organizaciones de víctimas, lo cual implica
procesos de capacitación referentes a la normatividad existente y
la exigencia de derechos, el fortalecimiento de los lazos al interior
de la organización y su capacidad de interlocución e incidencia, e
intercambio de experiencias y saberes de sobrevivencia y resistencia
entre grupos de víctimas de distintas zonas de la región:
[…] espacios donde estuviéramos nosotras las víctimas,
donde compartiéramos esas experiencias y saberes, que se
nos fortalezca. Que se nos dé la posibilidad de continuar entre
nosotros mismos teniendo escenarios donde compartamos
experiencias y saberes, donde nosotros mismos nos demos
aliento, conozcamos más sobre cómo va, lo esto, lo otro…”293.
• Procesos de sensibilización y movilización social, que promuevan
el respeto y la integración de la diferencia y la diversidad como
contrapeso a la fuerte polarización que tienen estas comunidades; y
donde se aborden temáticas como derechos humanos, organización
comunitaria, los derechos a la asociación, organización y sindicato, la
población LGBTI, los derechos sexuales y reproductivos, las violencias
contra las mujeres.
• Proceso de resignificación y limpieza del territorio, que incluya la
retoma ciudadana de aquellos espacios vetados y utilizados como
lugares de tortura, muerte y control: retenes, bases militares, clínicas y
292 Poblador Magdalena Medio. Jornada de trabajo Procuraduría General de la Nación
para la identificación de medidas de reparación colectiva. Barrancabermeja, 6 de
septiembre de 2012.
293 Ibíd.
146
puestos de salud, colegios y escuelas, fuentes hídricas comprendidas
como fuente de vida y declaradas como campos santos:
No se trata de ir hacer allá un ratico el día tal a las 4 de la
tarde, de 4 a 6, tome hartas fotos y filme esa vaina, sino como
es que se genera un proceso de resignificación de eso, que
implica todo un trabajo, que implica seguramente a toda la
institucionalidad pública, la institucionalidad civil que se ha
desarrollado en el Magdalena Medio para eso y no solo el Río
Magdalena sino todos los ríos y quebradas294.
• Procesos de memoria histórica, construidos participativamente,
que permitan reconstruir y resignificar lo vivido (desde el daño y
la resistencia), dignificar la memoria de las víctimas y hacer una
exigencia de no repetición. Dichos procesos incluyen una página
web de las víctimas del Magdalena Medio, monumentos simbólicos
y conmemorativos, procesos de formación y análisis de contexto,
ejemplo: la relación existente entre presencia de cultivos ilícitos
y formación de grupos armados ilegales; y la petición al Centro de
Memoria Histórica de hacer un informe de Memoria Histórica en la
región del Magdalena Medio:
[…] por los menos las capitales departamentales donde se
vivió el conflicto, deben existir unos museos y otras cosas ya
sean museos virtuales, porque eso sirve para retroalimentar
en el proceso cultural de las comunidades, de los pobladores
de esa zona para que eso no pase desapercibido295.
• Recuperar espacios de integración construidos por la comunidad
que se vieron afectados por el accionar del Bloque Central Bolívar,
como los convites y mingas de trabajo comunitario, los campeonatos
interveredales de fútbol, las verbenas populares, las emisoras
comunitarias, entre otras. Acciones tendientes a recuperar la
confianza y reconstruir el tejido social.
• Programa de formación en derechos humanos para toda la
comunidad que se integre al plan curricular de las instituciones
294 Entrevista a profundidad defensor de derechos humanos. Barrancabermeja, 5 de
septiembre 2012.
295 Ibíd.
147
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
educativas de la región, para involucrar y comprometer a las nuevas
generaciones y favorecer condiciones, desde la comunidad, para el
pleno ejercicio de la ciudadanía:
Y nosotros proponemos no una campaña, proponemos un
programa de defensa a los derechos humanos, para que se
haga seguimiento, porque las campañas, se dan los talleres
y ya, se acabó296.
Este programa debe incluir como temática a trabajar la resolución
de conflictos, de tal forma que permita romper con la cultura de la
ilegalidad y la resolución con la intermediación de la fuerza:
[…] la fuerza está puesta es en rescatar la pedagogía y
el imaginario de construcción de comunidad, de cómo
poder abordar los conflictos sin necesidad de matarse, de
desaparecerse, de desplazarse, […] aportar a la construcción
de una sociedad que los derechos humanos como código
para su convivencia297.
• Realizar eventos de difusión y explicación en términos sencillos
y comprensibles para las víctimas, del momento judicial y
administrativo del proceso, difundir ampliamente la sentencia, los
pasos a seguir, los retos que plantean las nuevas leyes, las constantes
reformas de las mismas.
• Como parte del proceso, para las víctimas se hace importante que
los victimarios pidan perdón de manera pública, acepten que sus
víctimas eran personas inocentes, se comprometan a que los hechos
de los que fueron víctima nunca se van a repetir y, sobre todo, que
sea un perdón genuino y sentido.
• Conocer la verdad a profundidad, no solo de los hechos victimizantes
y sus escabrosos detalles, sino de los móviles, intereses en el territorio,
relación con proyectos económicos y presencia de recursos naturales:
[…] hechos concretos públicos en la región, que evidencien
de fondo la verdad ¿Qué paso?, ¿quién lo hizo?, ¿cuáles fueron
296 Líder de población desplazada.
297 Líder del sur de Bolívar. Entrega de ruta de reparación colectiva del Comité Cívico del
Sur de Bolívar.
148
los motivos por los que lo hicieron?, ¿quiénes participaron en
particular del Estado en esos hechos? […] que se diga, que
se reconozcan los miles de desplazados, o sea que se diga
es que fueron tantos, que se reconozca la magnitud del
desplazamiento en el Magdalena Medio298.
• El proceso organizativo de la Asociación de Trabajadores Campesinos
del Carare quiere ser nombrado como patrimonio intangible de paz,
como una medida de satisfacción.
• Centros de convivencia con oficinas en cada uno de los corregimientos:
[…] donde ahí puedan venir, así no sea permanentemente,
pero de vez en cuando instituciones del Estado, a atender
la comunidad, cualesquiera… de la Defensoría del Pueblo,
de Bienestar Familiar, de la Fiscalía, de cualquiera, de la
Registraduría Nacional, pero que vengan, y que ahí haya ese
espacio299.
1.3.3.4. Medidas de reparación colectiva
tendientes a resarcir el daño a derechos
Como se pudo evidenciar en el diagnóstico de daño colectivo, fueron
muchos los derechos afectados por el accionar del Bloque Central Bolívar
en la región del Magdalena Medio. En este apartado se hace un recuento
de aquellas medidas tendientes a reparar algunos de tales derechos:
• Favorecer garantías para el ejercicio pleno de los derechos a la
asociación, organización y participación ciudadana.
• Garantizar un acceso preferencial a las víctimas a todo el ciclo
educativo, incluida la educación superior y el acceso a las Tecnologías
de la Información y la Comunicación.
• Contar con un programa de protección a líderes y lideresas de
organizaciones de víctimas y defensoras de derechos humanos.
298 Entrevista a profundidad defensor de derechos de las personas en situación de
desplazamiento. Barrancabermeja, 5 de septiembre 2012.
299 Líder sur de Bolívar. Entrega de ruta de reparación colectiva del Comité Cívico del Sur
de Bolívar.
149
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
• Acompañamiento a retornos voluntarios, lo cual incluye garantías
de no repetición, condiciones de seguridad, subsidios para el
mejoramiento de las tierras y bienes abandonados a causa del
desplazamiento forzado, y la garantía de todos aquellos derechos
(educación, trabajo, vivienda, salud, etc.) que hagan viable una vida
con calidad.
• Recuperación ambiental que incluya las fuentes hídricas, procesos de
reforestación y prevención de daños a nivel ambiental, representado
hoy en día principalmente en la extracción de oro.
• Garantías laborales y/o económicas para aquellas personas que por el
accionar del grupo armado, vieron afectada, disminuida o destruida
su actividad económica. Esto incluiría créditos blandos y promoción
de la microempresa comunitaria.
• El sur de Bolívar es una de las zonas del país con mayor número de
minas antipersona y munición sin explotar, sembradas por diversos
actores armados300. Es así como una de las medidas más urgentes
de reparación integral y no repetición consiste en un programa de
desminado del territorio, que incluya medidas preventivas.
• Festivales de arraigo territorial y la vida como valor supremo que
permita recuperar algunas de las actividades culturales que fueron
afectadas.
• Capítulo especial mujer: las mujeres fueron uno de los grupos
poblacionales más afectados por el accionar de este grupo armado,
siendo víctimas de todo tipo de abusos, desmanes y daños a su
integridad como personas. Por lo cual se hace fundamental contar
con un riguroso enfoque diferencial que permita abordar diversas
temáticas, desde su salud sexual y reproductiva, pasando por un
programa de prevención de todo tipo de violencias y su integración
a la sociedad como un sujeto político:
[…] en el tema de mujer se mira que nosotras somos
convocadas más a programas por ejemplo de cáncer de
seno, no en capacitaciones que tengan que ver en la política
pública, de formarnos nosotras, de nosotras poder conocer
300 Observatorio de Paz Integral del Magdalena Medio. Informe “Los que siempre pagamos
somos las comunidades”. 2008.
150
las rutas de acceso para conocer a esos derechos que nosotras
como mujeres tenemos301.
• Saneamiento de deudas prediales y servicios públicos para
aquellas personas que debieron abandonar sus bienes a causa del
desplazamiento forzado.
• Como medida de no repetición, congelar la compra de tierras en el
Magdalena Medio.
• Favorecer un amplio debate público con empresarios, instituciones,
poseedores y demás actores para determinar caminos posibles con
respecto al uso de la tierra.
• Procesos de capacitación (vs. acciones desarticuladas) que permitan
una profesionalización en derechos humanos, paz y desarrollo.
Primero para las víctimas y luego para dirigentes sociales y
funcionarios públicos:
Entonces yo diría que el programa de formación, que sea
un programa de formación en los municipios tanto a los
líderes comunitarios de las asociaciones defensoras de los
derechos humanos, y a los de las víctimas, junto con los de las
administraciones y señorita o señor personero302.
• Programa de atención especifico por parte del ICBF para niños y
niñas producto de violencia sexual de sus madres.
• En zonas rurales, garantías de comunicación.
1.3.3.5. Medidas de reparación colectiva tendientes a
resarcir el daño a la institucionalidad del Estado
Comprendiendo que la creación, fuerza y permanencia del Bloque
Central Bolívar en la región del Magdalena Medio se dio en gran medida
por el apoyo directo, connivencia, omisión o ausencia total de algunos
actores estatales: fuerzas militares, notarías, personerías, alcaldías, entre
301 Lideresa de Barrancabermeja. Jornada de trabajo de la Procuraduría General de la
Nación para la identificación de medidas de reparación colectiva. Barrancabermeja, 6
de septiembre de 2012.
302 Entrevista a profundidad con defensor de derechos humanos, septiembre 2012.
151
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
otras; una de las medidas que mayor peso tiene a la hora de hablar de
reparación integral hace referencia a la presencia estatal en la región,
incluida su amplia zona rural:
La creación de una oficina local de la Defensoría y la Procuraduría
para la atención a las víctimas, propuesta para Santa Rosa del Sur
[…] que el Estado haga presencia en la mayoría de los rincones
del país303.
Pero así como es fundamental contar con presencia de instituciones
estatales, esta debe ir acompañada necesariamente de funcionarios
idóneos, humanos y capacitados para abordar la temática de víctimas. Una
de las principales instituciones en zonas apartadas son las personerías
municipales, y sobre ellas recae la mayor responsabilidad de articulación
de la política pública de víctimas a nivel municipal; sin embargo, las
víctimas referencian que no siempre hacen la labor de la mejor manera
o con buena disposición. Al respecto proponen seguimiento y veeduría
por parte de la Procuraduría:
La idea de la propuesta es que efectivamente la Procuraduría
provincial en este caso, le haga seguimiento a estas personerías para
que cumplan la función que deberían hacer, porque tampoco están
haciendo lo que les corresponde, que debería ser defender y proteger
los derechos de la comunidad304.
Y finalmente, lo más importante es que estas instituciones cumplan con
su labor de manera comprometida, transparente y eficaz:
Lo de la recuperación del Estado, necesitamos son resultados de
las instituciones, para nosotros recuperar la confianza del Estado
necesitamos son resultados, nosotros hablamos tantísimo y lo
mismo en todas las reuniones, que ya nosotros necesitamos son
resultados […]305.
303 Pobladora del sur de Bolívar. Jornada de trabajo de la Procuraduría General de la
Nación para la identificación de medidas de reparación colectiva. Barrancabermeja, 6
de septiembre de 2012.
304 Ibíd.
305 Ibíd.
152
Relacionado con la presencia y calidad de la institucionalidad, el
derecho a la verdad en este apartado se hace vital para que las víctimas
y la sociedad civil en general conozcan lo sucedido a profundidad, sus
causas y consecuencias, se haga justicia, y partiendo de las garantías
de no repetición, poco a poco se vaya recuperando la confianza en las
instituciones que los representan. Este apartado incluiría, principalmente,
dos elementos:
• Perfeccionamiento y fortalecimiento de la estrategia investigativa
del Estado colombiano, representada principalmente en la Fiscalía
General de la Nación, para determinar de manera certera, expedita
y profunda la verdad de todo lo sucedido, los móviles, los patrones
de victimización y de relación entre actores armados, estatales y
civiles; y territorio/recursos naturales. Las víctimas del sur de Bolívar
referencian que, a pesar de ser muchos los hechos victimizantes
cometidos por el Bloque Central Bolívar, son muy pocos los que han
sido investigados o siquiera mencionados, en el proceso judicial
contra Rodrigo Pérez Alzate.
• Socialización de la verdad en eventos descentralizados que permitan
a las víctimas tener información de primera mano:
[…] el tema de la información, o sea, cómo se programan 30 eventos
en la región del Magdalena Medio donde se convoquen a no sé qué
tipo de autoridades, y allí en un asunto serio se diga esta es la verdad
sobre este hecho306.
Relacionado con lo anterior, sería importante que así como lo promulga
la ley, las víctimas puedan participar en todas las etapas del proceso,
incluido el incidente de reparación.
Ahora bien, durante la aplicación y análisis del protocolo para el
diagnóstico de daño colectivo y las medidas de reparación colectiva a
ser presentadas dentro del proceso judicial, se evidenciaba por parte de
las comunidades que el fortalecimiento de la institucionalidad tiene dos
aristas contrapuestas pero interrelacionadas: una necesidad de control
del orden nacional a las instituciones regionales y el territorio vs. una
necesidad imperiosa de descentralizar la política pública para víctimas
y fortalecer la institucionalidad regional, de tal manera que lo que está
306 Entrevista a profundidad. Defensor de derechos humanos. Barrancabermeja.
153
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
consignado en el papel se vuelva realidad en todos los rincones del
territorio nacional.
En cuanto a aquellos aspectos que requieren un control mayor desde el
ámbito nacional, se encuentran:
• Seguimiento al proceso de desmovilización, de tal manera que se
cumplan todos los compromisos adquiridos y se haga un detallado
seguimiento para la no reincidencia.
• Impedir continuidad de estructuras armadas en la zona, lo cual
implica una amplia estrategia de garantías de no repetición, que
incluye mayor presencia y calidad institucional, el monopolio del uso
de la fuerza, entre otras.
• Control a la extracción masiva de recursos naturales, actualmente
con el auge del oro, lo cual requiere una vigilancia seria, sistemática
y rigurosa a las multinacionales interesadas en la zona y a la
implementación de cultivos extensivos, como la palma africana:
Hoy no están los paramilitares o la guerrilla, pero la minería
ilegal en las cabeceras de los ríos o legal o ilegal, no sé,
nos está afectando, hay que meterle mano a eso desde el
Gobierno Nacional307.
• Teniendo como telón de fondo la posible salida de la cárcel de alias
“Julián Bolívar” el próximo año (2013), prohibir su ingreso a la zona
podría ser una garantía de no repetición.
• Garantías de cumplimiento de todo lo expresado en este documento.
Dentro de este mismo apartado, vale la pena hacer un capítulo especial
para la temática de tierras:
• En el municipio de Simití, Bolívar, existe un bien entregado por alias
“Julián Bolívar” para la reparación de sus víctimas, compuesto por 12
predios, cuya mitad de extensión tiene cultivos, en plena producción,
de palma africana. Dicho bien se encuentra bajo una modalidad de
fiducia civil, donde intervienen, entre otros: proceso organizativo
conocido en la región como el Comité Cívico del Sur de Bolívar; como
organización acompañante y defensora de derechos humanos, el
307 Entrevista a profundidad. Defensora derechos humanos. Barrancabermeja.
154
Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio; y la Unidad de
Víctimas, representada principalmente por la Unidad de Restitución
de Bienes. Como anexo308, se adjunta la propuesta autónoma de
reparación colectiva, construida de manera participativa durante
un lapso de 2 años en la región. Para la comunidad es claro que no
desean la monetización de los bienes, por el contrario manifiestan:
[…] que el proyecto productivo que está representado en las
palmas de aceite constituya un bien colectivo para expresar
cómo es posible construir economía de manera comunitaria
y colectiva309.
• Formalización de la tenencia y propiedad de la tierra:
El problema de las tierras es que aquí la mayoría de las
tierras no tienen escrituras, porque esto prácticamente hace
30 o 40 años ha sido baldío, tiene posesión. Y esa posesión
también nos la han quitado… Que el INCODER implemente
un plan extraordinario de formalización de la propiedad en el
Magdalena Medio, de la propiedad rural310.
• Recuperación y fortalecimiento de la figura jurídica de las Zonas de
Reserva Campesina, como medida de especial protección para las
comunidades campesinas de la zona.
Contrapuesto pero relacionado, se requiere de manera urgente un
fortalecimiento de lo local, de la institucionalidad, de las organizaciones
de víctimas, de funcionarios públicos. Algunos elementos:
• Contar con un observatorio en materia de justicia transicional sobre
asistencia humanitaria, sobre reparación administrativa y reparación
judicial. Importante que dicha propuesta se articule a iniciativas ya
existentes en la región, como el Observatorio de Paz Integral – OPI,
del Programa de Desarrollo y Paz.
308 Ruta de reparación colectiva. Simití, sur de Bolívar. Corporación Desarrollo y Paz del
Magdalena Medio. Abril de 2012.
309 Líder del sur de Bolívar. Presentación ruta de reparación colectiva del Comité Cívico del
Sur de Bolívar ante instituciones del Estado. San Blas, Simití. 8 de septiembre de 2012.
310 Líder del sur de Bolívar. El Paraíso, Simití. Jornada de trabajo con la comunidad. 7 de
septiembre de 2012.
155
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
• Seguimiento al tema ambiental y de extracción de recursos
naturales, con trabajo en campo y descentralizado, que tenga unas
conclusiones pertinentes y contextualizadas:
Acerca de los estudios de impacto de intervención minera,
esos estudios se deben hacer directamente del ministerio, las
corporaciones, con las comunidades, no desde las oficinas,
porque es que desde allá no se conoce realmente los impactos
que ha causado la explotación311.
• Contar en cada de uno de los municipios, con un eje transversal de
“Reparación integral” en los planes de desarrollo tanto municipales
como departamentales, que permitan hacer real la ley en las regiones.
• De manera inseparable, las víctimas solicitan audiencias de
seguimiento a la administración pública en el tema de víctimas,
específicamente:
Entonces pienso que debe haber un seguimiento a la ejecución
de los presupuestos y que las comunidades tengamos acceso
a esa información312.
• Capacitación a funcionarios públicos en temas de conflicto, víctimas
y reparación, con presencia de líderes y lideresas de organizaciones
de víctimas para posterior exigencia de cumplimiento:
Cuando nosotros estamos presentes en las capacitaciones de
los funcionarios, así sea simplemente por escuchar nosotros
podemos hacer más incidencia en la […] de nuestros
derechos313.
• Contar con garantías de denuncia, principalmente en la
confidencialidad de la información suministrada y la identidad de
quien denuncia.
311 Entrevista a profundidad. Líder de defensa de derechos humanos de la población
desplazada. Barrancabermeja.
312 Pobladora de Barrancabermeja. Jornada de trabajo de la Procuraduría General de la
Nación para la identificación de medidas de reparación colectiva. Barrancabermeja, 6
de septiembre de 2012.
313 Pobladora de Puerto Berrío. Jornada de trabajo de la Procuraduría General de la
Nación para la identificación de medidas de reparación colectiva. Barrancabermeja, 6
de septiembre de 2012.
156
2. Aproximación al daño colectivo
y propuesta de medidas de
reparación colectiva para las
víctimas de la masacre de El Naya.
Postulado: José Éver Veloza García,
alias “HH”. Bloque Calima314
2.1. Antecedentes del conflicto armado y la presencia
de los grupos armados en la región del Naya
La región del Naya es una cuenca formada a partir de lo alto de la
cordillera occidental, entre los departamentos del Valle y el Cauca
hasta el encuentro con las zonas planas y el océano Pacífico. Ha sido
habitada por comunidades negras, indígenas y campesinos, arribados
en distintos periodos. La parte baja del río Naya ha estado habitada
por la etnia epirara siapirara; mientras la parte alta, desde los años
cincuenta del siglo XX, empezó a ser habitada por núcleos de indígenas
Nasa provenientes del Cauca. En los años ochenta y noventa, dado el
surgimiento de la economía cocalera, se propició el establecimiento de
campesinos y comerciantes315.
Desde finales de los años ochenta llegaron a la zona las guerrillas de
las autodenominadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
314 Este es un trabajo preliminar de aproximación al daño colectivo ocasionado por el
grupo armado ilegal. El presente documento se basa en el acta de acuerdos de la
conmemoración de 10 años de la masacre de El Naya. Tomado de “Las deudas con la
comunidad de El Naya” de Verdad Abierta, recuperado el 21 de agosto en: http://www.
verdadabierta.com/index.php?option=com_content&id=3187
315 Jimeno, Miriam y otros. “A los siete años de la masacre del Naya: la perspectiva de
las víctimas”. En: http://www.myriamjimeno.com/wp-content/uploads/2009/10/08AnuarioAntropologico-JimenoCastilloVarela1.pdf (visitada el 9 de noviembre de
2011), pp. 184 y ss.
157
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
(FARC), más tarde lo hicieron la guerrilla del también autodenominado
Ejército de Liberación Nacional (ELN), e iniciaron la disputa por el dominio
de la región. La zona resultaba importante por la economía cocalera,
como zona de refugio, y por ser aledaña a zonas ricas y pobladas del
Valle del Cauca.
Vale la pena reseñar como antecedente, actuaciones armadas lesivas
contra la población civil de esta región por parte de las guerrillas. Entre
muchas otras que no son objeto de este trabajo, se realizaron dos
secuestros masivos en la ciudad de Cali y sus alrededores, el de la iglesia
La María (en mayo de 1999) y el del restaurante del kilómetro 18 de la
carretera al mar.
Según se supo, los secuestrados fueron conducidos por montañas de los
farallones de Cali hasta el Alto Naya. Desde entonces corrió el rumor de
que la población local conocía del secuestro o apoyaba de alguna forma
a la guerrilla316.
Según lo expresado por el postulado José Éver Veloza García, alias “HH”,
el grupo armado ilegal llamado “Bloque Calima”, de las conocidas como
Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), se constituyó promovido por
los principales narcotraficantes del cartel del Norte del Valle y un grupo
de empresarios locales para que les cuidaran los negocios y su integridad
del acoso guerrillero, sobre todo después del secuestro masivo en la
iglesia de La María, sucedido en mayo de 1999.
Inicialmente alias “Román”, “Rafa” y “Don José” eran los jefes del grupo
“Calima”. Luego los hermanos Castaño enviaron en julio de 1999 a un
colaborador de su confianza, José Éver Veloza García, alias “HH”, con un
enorme acumulado de actos delictivos y asesinatos, para controlar el
grupo armado ilegal.
Inicialmente alias “HH’” reconoció en versión libre algunas de las matanzas
del grupo Calima bajo su jefatura, a saber: dos en el corregimiento
Sabaletas, de Buenaventura, y una más en el caserío El Palo, en el centro
del Valle del Cauca, en las que fueron asesinadas 18 personas317.
316 Ibíd., p. 185.
317 En http://www.verdadabierta.com/nunca-mas/40-masacres/1135-tres-dias-quesacudieron-el-naya (visitada el 10 de noviembre de 2012).
158
Los hombres bajo el mando de alias “HH” (Elkin Casarrubia, alias
el “El Cura”, Juan Mauricio Aristizábal Ramírez, alias “El Fino”, Jair
Alexander Muñoz Borja, alias “Sisas”; José de Jesús Pérez Jiménez, alias
“Sancocho”; y Yesid Enrique Pacheco Sarmiento, alias “El Cabo”), en
sus versiones libres indicaron que alias “Gordo Lindo” había trasmitido
la petición de empresarios, ganaderos y narcotraficantes para hacer
presencia en el municipio de Corinto en norte del Cauca, para lo cual
se desplazaron hombres armados desde Tuluá, grupo que se asentó en
los corregimientos de Timba, ubicados en los municipios de Jamundí,
Valle y Buenos Aires, Cauca. Posteriormente el grupo se ubicó también
en Santander de Quilichao318.
Para finales del año 2000 los paramilitares hacían presencia en Puerto
Tejada, Villa Rica, Paso de la Bolsa, Mondomo, La Balsa, Lomitas y San
Miguel. A comienzos de 2001 el autodenominado Bloque Calima radicó
grupos urbanos en Popayán, El Bordo, Rosas, Tambo y San Joaquín.
Varias masacres se cometieron antes de la del Naya: la primera ocurrió en
enero de 2001 en Betulia, municipio de Suárez, donde asesinaron a cinco
personas. Otra masacre fue la del corregimiento de El Palo, del municipio
de Caloto, donde asesinaron a seis personas y en Mata Redonda fueron
atacados por la guerrilla.
El mismo día, otro grupo de paramilitares asesinó a tres personas en
la vereda El Toro, de Santander de Quilichao. También se produjo una
masacre en Barragán, municipio de Tuluá. Este conjunto de acciones
criminales ocasionó el desplazamiento de cientos de personas hacia
Timba, Cauca.
2.2. Antecedentes inmediatos de la masacre del Naya
Un transportador secuestrado por el grupo armado ilegal denominado
Bloque Calima, Eladio Viveros, presunto informante y colaborador de
la guerrilla, relató a la Fiscalía que lo obligaron, de manera también
presunta, a dar informaciones que sirvieron para preparar la masacre del
Naya. Fue testigo de reuniones de varios integrantes del Bloque Calima
318 En http://www.verdadabierta.com/justicia-y-paz/3146 (visitada el 10 de noviembre de
2012).
159
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
con militares. Dijo, por ejemplo, que presenció el encuentro entre alias “El
Gato” con un mayor del Ejército en la propia sede del batallón Pichincha
de Cali. Allí le informaron al militar que podría servirse de él como guía
en la región319.
El informante conocía bien El Naya y sabía dónde se movía la guerrilla,
dónde estaban cultivos y laboratorios. Informó sobre detalles de la
región, sus pobladores y cómo estaba ubicada la guerrilla. También
dio información sobre plantaciones y laboratorios cocaleros. Durante
el tiempo de su secuestro vio cómo mataron a personas con armas de
fuego y machetes320.
Eladio fue llevado a una finca en la vereda El Barejonal, presumiblemente
de propiedad del narcotraficante Pacho Herrera. Presuntamente logró
escapar del lugar donde lo tenían cautivo y se puso en comunicación
con la Defensoría del Pueblo. Denunció, ante tal entidad, los planes de
los paramilitares de emprender una masacre en El Naya. Denuncia que
permitió alertar al Gobierno en varias ocasiones, sin que este realizara
suficientes acciones para evitar la masacre.
En marzo de 2011, diez años después de la masacre, una parte de los
hombres que fueron autores de la masacre de El Naya, en el marco del
proceso de Justicia y Paz, contaron su verdad sobre este hecho criminal321.
Según estos registros de la Fiscalía, la población de El Naya empezó a ser
víctima del Bloque Calima desde mayo de 2000, con la creación de los
frentes Pacífico y Frente Farallones, los cuales cercaron a la comunidad y
controlaron las entradas a la región, tanto por el Pacífico, como por la vía
terrestre de Buenos Aires.
Retenes ilegales de los paramilitares “casi de forma permanente”
controlaron el ingreso de todo tipo de productos a El Naya. Los “paras”
prohibieron remezas mayores de 50 mil pesos y cobraron “impuestos’”
para el ingreso de determinados productos para el procesamiento de
la coca.
319 En http://www.verdadabierta.com/nunca-mas/40-masacres/1135-tres-dias-quesacudieron-el-naya (visitada el 11 de noviembre).
320 Ibíd.
321 http://www.verdadabierta.com/component/content/article/82-imputaciones/4062los-origenes-de-la-masacre-de-el-naya/
160
Según lo reseñado por la Fiscalía, entre enero y febrero de 2001, Vicente
Castaño ordenó a Éver Veloza García, alias “HH”, la creación de “un bloque
en la Costa Pacífica que tuviera un corredor por los municipios costeros
de Valle y Cauca, con asiento en Guapi (Cauca)”. La idea era crear el
Bloque Pacífico, que delinquiría desde las costas de Nariño hasta las de
Chocó, para apoderarse de la economía ilegal que dejaba el cobro de
gramaje a los narcotraficantes que sacaban drogas por esa zona.
Según la narrado en las versiones libres de alias “HH.” y corroboradas por
sus lugartenientes, los propósitos de Castaño eran “combatir al Frente
30 [de las FARC] de “Mincho’” y al grupo del ELN que estaba explotando
minas de oro en López de Micay”.
Para lograr este cometido concentró parte de su grupo armado ilegal,
conformado con miembros provenientes del norte de Valle del Cauca y
del Cauca, en la vereda de Munchique del municipio de Buenos Aires. En
la vereda de San Miguel se ultimaron detalles de la incursión a la zona
del Naya con los segundos jefes de su cuadrilla.
Entre el 5 y el 6 abril, el grupo de paramilitares fue reunido en la cancha
de futbol de Munchique, y se les entregó la dotación necesaria para su
incursión armada. Se trataba de casi 220 paramilitares que llegaron allí
sin que fueran detenidos por ninguna autoridad, dada la coordinación
con algunos miembros de la fuerza pública.
En el batallón Pichincha de Cali habían conseguido, comprados, algunos
elementos necesarios (camuflados y chalecos) para la entrada a El Naya.
En el municipio de Villa Rica tuvieron el apoyo de un teniente de apellido
Salcedo para que parte del grupo pasara por un retén. Los camiones con
otro grupo de unos cien hombres armados, se detuvieron en un retén
ubicado cerca del peaje de Buga, pero pudieron avanzar una vez dieron
el santo y seña (dos pitazos) previamente convenido.
Así mismo, la unidad del Ejército acantonada en Timba no se dio por
enterada de la llegada de tres camiones con paramilitares al municipio
de Suárez. También tuvieron que pasar cerca de una base militar ubicada
en el paraje conocido como El Amparo.
En las versiones libres se señalaron nombres de oficiales que se
comprometieron a mover la tropa que estaba en la vereda La Esperanza,
así mismo acordaron que el grupo llegara a la vereda El Ceral, donde el
Ejército tenía conocimiento de presencia de guerrillas.
161
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Entre el 7 y el 8 de abril el grupo llegó a la vereda Bellavista, de Suárez.
Se dividieron en cuatro subgrupos. El primero fue llamado “Centella”,
conformado por 120 hombres armados, cuya función fue escoltar
la llegada del grupo principal hasta la entrada de El Naya en el punto
llamado Patio Bonito. Los otros tres grupos fueron conformados cada
uno por 35 hombres armados con fusil (ellos serían el origen del
autodenominado Bloque Pacífico de las AUC). Llegados a este punto se
iniciaron las acciones conocidas como la masacre del Naya.
2.3. Desarrollo de la masacre según lo
narrado por la propia comunidad
Este relato cuenta la forma como los miembros de las AUC dirigidos
por Éver Veloza García, alias “HH”, ingresaron a la zona de El Naya
y perpetraron la masacre que lleva el mismo nombre. La narración
fue tomada del documento Kitek Kiwe reasentamiento del NAYA:
nuestra memoria, publicado por la Universidad Nacional con el
apoyo de USAID 322:
Jueves 6 de abril de 2000: Comenzó el operativo de la masacre,
cuando llegaron a Timba tres camiones cargados de paramilitares.
Los camiones provenían de Trujillo, en el Valle del Cauca y para
llegar hasta el Cauca cruzaron tres retenes militares en Tuluá, Buga
y Palmira. HH reunió más de 500 hombres bajo los distintivos de
las AUC en los campamentos del Bloque Calima: en el Berenjenal
(Corregimiento de Robles, Valle) y Cerros Catalinas (Municipio de
Buenos Aires, Cauca)323.
322 El cabildo de indios Kitek Kiwe, o tierra floreciente en lengua Nasa, es un asentamiento
originado por 50 familias desplazados del Naya que se reubicaron en la finca la Laguna
cerca de Popayán, lugar que ganaron mediante una acción de tutela. Han realizado
un trabajo comunitario para mantener la memoria de los hechos de la masacre,
para detectar sus impactos y para proponer y gestionar las medidas de reparación.
Véase Universidad Nacional de Colombia - Centro de Estudios Sociales. KITEK KIWE Reasentamiento del Naya – Nuestra memoria. 2011.
323 Verdad Abierta.com. “Paramilitares y conflicto armado en Colombia”. Entrevista a Éver
Veloza García, alias “HH”, del 15 de enero de 2011.
162
Elkin Casarrubios, alias “El Cura” o “Mario”, dirigió los operativos.
El grupo más grande ingresó el día 7 de abril, en camiones, por la
carretera que de Timba conduce a Suárez. Los pobladores del casco
urbano de Suárez vieron pasar la caravana de camiones atravesando
su pueblo a las 11:00 a.m. Se dirigieron al corregimiento La Betulia,
pasando a 300 metros de distancia del puesto de la Tercera Brigada
ubicado en El Amparo, que cuida la represa de La Salvajina.
Domingo 8 de abril: los paramilitares hicieron dos retenes, uno
en La Betulia y el segundo en El Peñón. En este sitio retuvieron a
un indígena de apellido Campo y le dieron muerte en El Naranjal,
corregimiento de Los Robles. Fue la primera persona muerta en la
incursión, de allí en adelante la caravana abandonó los camiones
y prosiguió a pie. Durante la noche llegaron a Las Pineras de La
Alsacia, Corregimiento de El Ceral en el municipio de Buenos Aires.
Lunes 9 de abril: en La Alsacia, el grupo más grande de las
Autodefensas, dirigido por Elkin Casarrubios, alias “El Cura” o
“Mario”, se encontró con otro más pequeño que había ingresado
por otro camino, el de La Ventura, corregimiento El Ceral. De esta
manera bloquearon todos los accesos a la región. A lo largo de
esas primeras horas, los paramilitares instalaron dos retenes en
horas de la tarde: en el punto denominado La Silvia a la 1:45 p.m.
y en Los Robles aproximadamente a las 3:00 p.m. Estos dos retenes
mantuvieron a la región de El Naya incomunicada con el interior
del Cauca e impidieron el ingreso de personas durante la siguiente
semana. Mientras tanto, un grupo de avanzada, comandado por Jair
Alexander Muñoz, alias “Sisas”, llegó hasta la cuchilla de la cordillera,
en el límite del resguardo de La Paila y la Región del Alto Naya y allí
acamparon, según lo relatan los sobrevivientes.
Martes 10 de abril: a las 6:00 de la mañana, el grupo dirigido
por alias “Sisas”, “Bocanegra” y “el Cura” junto con una mujer
comandante, llegaron al restaurante Patio Bonito, ubicado sobre
el camino que conduce hacia el interior de El Naya. Se instalaron
en el restaurante administrado por Lisinia Collazos y su marido
Audilio Rivera, indígenas de origen nasa. Ellos tenían un contacto de
administración temporal del restaurante. Lisinia cuenta que:
“Llegaron a las seis de la mañana, se identificaron como las
AUC, nos requisaron y lo primero que buscaron eran armas,
porque les habían dicho […] que allí guardaban unas armas.
163
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Ellos voltiaron toda la casa, no encontraron ningún arma y
entonces ellos nos […] llevaron a la cocina y […] nos hicieron
arrodillar en el piso, y pues nos decían que les entregáramos
las armas, pero nosotros ‘¿cuáles armas?’ si nosotros no
teníamos armas. Entonces, ellos dijeron ‘no, es que ustedes no
quieren cantar, pero les vamos a enseñar a cantar’. Y nosotros
dijimos ‘¡pues nos morimos!’. Pero pues en ese momento, yo
digo que fue la misericordia de Dios, salió un señor por la
ventana de la cocina y dice ‘déjenlos, no los maten’. Entonces
[…] ese señor me jaló el cabello, a mi esposo le jalaron de la
camisa y nos hicieron parar, y dijo ‘es que todavía no es tu
hora’, me dijo”.
Al frente del restaurante retuvieron a Daniel Suárez, a su esposa
Blanca Flor Bizú, a Humberto Arias y Gonzalo Osorio, sus sobrinos y
trabajadores. También a Cayetano Cruz, alguacil del Cabildo de La
Playa, quienes en ese momento pasaban por el camino. A todos los
retuvieron por horas y horas.
Ya en la tarde, dentro del restaurante, Lisina, su marido y sus tres
hijos pequeños, permanecían encerrados. Lisinia cuenta:
“Para nosotros era prohibido levantar la cabeza y mirar lo
que estaba ocurriendo afuera. Luego, comienza a sonar esa
motosierra y, nosotros nos quedamos quietecitos, porque ¡ya
sabíamos lo que estaba sucediendo! Por entre las chontas324
de la casa yo alcancé a ver al alguacil [Cayetano] que estaba
amarrado. Yo creo que el mismo miedo que estábamos
sintiendo nosotros también los estaba sintiendo el alguacil
[…]. Oíamos quejidos de las personas, sonaba ¡y nosotros
ahí! […]. Acaban con ello, ¡y ahora si vienen con nosotros!
Bueno, nosotros nos quedamos quieticos, sabíamos que la
muerte estaba cerquita de nosotros… y eso fue terrible en
ese momento”.
Continúa Lisinia:
“Resulta que el alguacil [Cayetano] le quitó el arma [a un
paramilitar], intentó dispararle, pero pues, como él no era
324 Maderas con las que estaba fabricado el restaurante.
164
guerrillero no sabía manejar esa arma […]. Yo pienso, ahorita
que si él hubiera sido guerrillero […], de pronto él había
podido matar a uno de ellos, pero no pudo […]. Y entonces el
alguacil sale corriendo […] se fue por detrás de la casa donde
estábamos y comenzaron a disparar […], lo cogen de frente
y […] le alcanzaron a dar en la espalda y él llegó hasta detrás
de la casa […] y él ya no pudo caminar más, él cayó allí y allí
fue donde lo remataron.
Luego le dijeron a Lisinia, “hagan cuentas que aquí no pasó
nada”. A Audilio le ordenaron, “Usté camine, usté nos va a ayudar
a cargar estas mulas, pero usté va solo hasta ahí a ese filito y
después se devuelve”.
Después de dejar la casa de Lisinia, alias “Sisas” retornó hacia Timba
junto con alguno de sus hombres, llevándose a Audilio. Mientras, otro
grupo de paramilitares, comandado por Luis Felipe Arce Martínez,
alias “Chilapo”, prosiguió a su marcha hacia el interior de El Naya
llevando consigo a Luis Chávez, habitante de la vereda La Esperanza,
a quien también retuvieron en Patio Bonito. Esa noche Audilio no
regresó a su casa. De Luis Chávez se supo que estuvo retenido en la
caravana de “Chilapo” por algunos días y después de eso se perdió su
rastro, hasta ahora.
Miércoles 11 de abril: en la madrugada Lisinia, muy angustiada,
emprendió camino hacia su vereda, Cerro Azul, con la esperanza de
encontrar allí a Audilio.
“Cuando, ya me faltaban como escasos tres kilómetros para
llegar a la casa de mi mamá, venía un arriero corriendo y
gritando en un caballo […]. Me alcanzó y me dijo…, pues
él no sabía cómo darme la noticia, la pensaba y la pensaba,
pero yo tampoco me imaginaba, porque yo no quería saber
de cosas trágicas, entonces me dijo: ‘su esposo está en La Silvia
[…] él está muerto y él ya no va a venir’. Entonces nosotros
nos sentamos […] entonces el señor dijo ‘no, camine vamos a
tomar una agüita, una gaseosa’, yo le dije ‘no, pues lo que hay
que hacer es irlo a traer’.
Lisinia junto con sus hijos y algunas personas de su congregación
religiosa, trajeron el cuerpo hasta el Llanito, ya cerca de Cerro Azul.
Ahí lo enterraron en secreto, atemorizados por las amenazas. Esa
165
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
noche llegaron hasta su casa, en Cerro Azul, hombres armados que
se identificaron como guerrilleros. Dijeron que venían a reclutar a sus
sobrinos para vengar la muerte de su marido.
“Yo les dije ¡no!, porque por ustedes pasó lo que pasó. Los
paramilitares los andaban buscando a ustedes y a ustedes no
los encontraron, y pagó mi marido que era inocente”.
“Qué ganamos nosotros con irnos con ustedes, ¡pues ahí sí
que nos morimos todos!”
Los guerrilleros se fueron disgustados y dijeron que volverían.
Entonces Lisinia decidió salir de la región para no volver más.
Por su parte, el grupo de paramilitares comandado por “Chilapo”
avanzó Naya adentro, ese miércoles 11 de abril llegaron a Las Minas,
donde saquearon la tienda de un campesino. “Lo que no se comieron,
lo pisotearon y lo botaron al camino” señala Leandro Güetio. Enrique
Fernández cuenta que los paramilitares:
“Siguen el camino y llegan a Aguapanela, donde vive el
compañero Milciades con la compañera Bertilde; ellos vivían
de un negocio pues de vender mecato, de vender gaseosa,
de vender chicha de maíz, y llegan y se le comen todo el
mecatico que tenía, la gaseosa, todo lo que había de comer
se lo llevaron”.
“Luego, cuando apenas comenzaban a subir a la loma de Alto
Sereno para después descender hacia lo que se conoce como
el Alto Naya, llegaron a la tienda de Guillermo León Trujillo,
distante unos metros del camino. Allí tomaban gaseosa dos
muchachos trabajadores, Wilson y Rolando Castañeda. A los
tres los sacaron amarrados y los llevaron hasta el camino”.
Rubiela Penagos, esposa de Guillermo León Trujillo, cuenta:
“A los tres amarraron con el mismo lazo, que era de amarrar
bestias, nuestras. Nos sacaron a todos de la casa. Ya se habían
comido todo lo que habían podido de la tienda. Ellos dijeron
que eran trescientos hombres los que iban bajando y que atrás
venían doscientos. Eso lo dijo ese gordo que iba montando
una mula, era el comandante. Después, en la cocina, dijeron
que venían con orden de Carlos Castaño y HH para matar
166
a los campesinos que eran auxiliadores de la guerrilla. El
hombre dio la orden de sacarnos de la casa. En esas dio la
orden de que destrozaran todo lo de la casa. El hombre gordo
les dio la orden de que afilaran las armas. Nos llevaron hasta
el crucero del Río Mina, a El Playón. Allí los hicieron sentar a
ellos en un barranco y un muchacho sacó algo, como un fusil,
pero no, era una motosierra […] una motosierrita. El hombre
dio la orden para matar a los tres. A mi marido lo mataron
con el fusil, al pie de nosotras dos, la niña, mi hija, que en ese
tiempo tenía 5 años, y yo. El de la mula dio orden de matar
a Wilson y el otro hombre llegó con una puñaleta y le fue
dando poco a poco. Decía, ‘queremos que ella vea, que sea
escarmiento por colaborarle a la guerrilla’. Ahí le pasaron la
motosierra a Rolando y me despacharon: ‘se fue vieja h.p., se
fue, ¡no nos ha visto!’”.
Luego, el grupo continuó hasta un punto conocido como La Ye,
donde el camino se divide, de un lado hacia las veredas El Playón
y Río Mina. En La Ye, torturaron y mataron a Jesús Ipia, Jorge Ipia
y Orlando Cabrera. Continuaron hacia Río Mina y sobre el camino
asesinaron a Luis Ómar Aponza y a Esteban Delgado. Arribaron a
El Crucero. Allí mataron a José Muriel Mina Carabalí, en frente de
varias personas. Luego, el grupo llegó al caserío Río Mina. Ahí vivía
Maximiliano Perdomo, quien cuenta:
“Entraron esa gente [los paramilitares] allá y fue el momento
cuando ellos mismo nos llamaron y nos reunieron en un
sitio después ya nos tuvieron como casi media hora ahí.
Nos pidieron los papeles y preguntándonos que [a] quién
conocíamos de los guerrilleros. Entonces como ahí estaba el
presidente de la junta, el presidente les dijo que aquí no había
ningún guerrillero. Pero que sí, que ‘han andado por ahí,
pero que ahora no se sabe dónde estarán’ […]. Entonces nos
dijeron que ellos venían a pelear con los guerrilleros, y que nos
daban cinco horas para que dejáramos esos lugares solos.
Y después que ya dijeron así, dijeron ‘¡váyanse¡’, y verdad,
comenzamos todos a salir. Y allí donde estábamos reunidos
se escucharon varios disparos, y nosotros pues, asustados,
salimos corriendo”.
167
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Algunos de quienes estaban allí cuentan que en un enfrentamiento
con el ELN, que estaba en los alrededores de Río Mina y murieron
tanto paramilitares como civiles. Durante el enfrentamiento, otros
paramilitares sacaron a golpes a los habitantes de Río Mina. Al frente
de la casa de Saul Dagua, mataron a Luis Ómar Aponza. Poco antes
habían matado a un joven trabajador negro, luego, continuaron por
el camino hacia la Paz. Pasaron el puente sobre el Río Mina, y a unos
pocos metros asesinaron a Alexander Serna Quina. Los paramilitares
se detuvieron y pasaron la noche en el caserío La Paz.
Jueves 12 de abril: los paramilitares se dirigieron al poblado El
Placer, saquearon y quemaron las casas de Evelio Yule y su hijo, y
continuaron rumbo al Bajo Naya. Leandro Güetio cuenta:
“A seis horas de camino está El Saltillo, donde comienza el
Bajo Naya y el río ya es navegable. Hasta allí llegó el grupo
paramilitar guiado por alias ‘Peligro’, miliciano del ELN.
Este miliciano y otro paramilitar fueron obligados por alias
Bocanegra a bajar al caserío de La Concepción y conseguir
unas canoas para que todos los paramilitares pudieran bajar.
Cuando bajaban por el río fueron atacados por la guerrilla de
las FARC, mueren ahogados algunos paramilitares, entre ellos
paramilitares de ascendencia indígena que fueron reclutados
por Lisardo Becoche, comandante de AUC en Ortega, Cajibío”.
José Ipia también cuenta que él con sus hermanos había estado
pescando en Río Azul. Ese día se devolvieron a su casa y cuando
llegaron observaron:
“Cuando llegamos a Río Mina, ya nadie se veía, las tiendas
estaban abiertas, las casas, las puertas tumbadas. Eran
como las nueve de la mañana, veníamos con hambre y
había un racimo de maduro a la mitad del camino. Entonces
mi hermano dijo al cuñado de él: ‘anda tumba ese maduro’,
cuando él se metió al monte y bajó, así, al barranco dijo:
‘mirá, acá hay un muerto’. Seguimos más arribita y ahí había
una cantidad de ropa tirá así en el camino, el muerto estaba
desnudo, con la cabeza y las rodillas, así, agachado. Seguimos
otra vez más arribita y por allá había unas mulas sueltas en
un potrero y entonces nos fuimos hacia allá y allí estaba el
otro muerto. Nosotros soltamos las bestias y salimos a correr
para la casa. Cuando llegamos no había nadie, cuando
168
arrimamos estaba llena de huecos porque le habían hecho
tiros. En ese momento llegó un viejito corriendo y nos dijo
‘vuélense muchachos, ahora mismo, que los paramilitares
bajaron’. Tuvimos víctimas a un primo que se llamaba Jesús
Antonio Ipia y a un trabajador que se llamaba Jorge Ipia”.
Viernes 13 de abril: en horas de la tarde el grupo paramilitar llegó
navegando hasta La Concepción, en el Bajo Naya. Allí amenazaron
a sus habitantes, negros en su mayoría, robaron pertenencias y
robaron sus casas. Esa noche celebraron con una fiesta, según los
informes de la Comisión Intereclecial de Justicia y Paz.
Sábado 14 de abril: los paramilitares permanecieron en la casa de
La Concha o La Concepción.
Domingo 15 de abril: en ese mismo lugar, en horas de la mañana,
ciento treinta paramilitares violaron y asesinaron a Juan Bautista
Angulo Hinestroza, quien no había conseguido huir, pues padecía
trastornos mentales.
Lunes 16 de abril: los hombres se trasladaron a Dos Quebradas,
“donde saquearon y destruyeron bienes de los habitantes, siguiendo
su camino hacia San Francisco. Allí durmieron en el templo de la
iglesia católica e hicieron un recorrido casa por casa, golpeando
fuertemente las puertas y revolcando las casas que se encontraban
vacías; saquearon algunas viviendas y ofrecieron a la venta algunas
de las mercancías robadas a los pobladores de las comunidades
vecinas”, cuenta Leandro Güetio.
Martes 17 de abril: dos mujeres afrodescendientes fueron
violentadas sexualmente. En San Antonio, un pueblo de pescadores
“masacraron a catorce afrocolombianos a quienes enterraron en
una fosa común”.
Viernes 27 de abril: de acuerdo con reportes de prensa, ocurrió
un operativo militar de la Armada en La Concepción o La Concha
(Bajo Naya), en el que se capturaron quince paramilitares. El lunes
30, en Santa María, fueron capturados otros cuarenta, luego de
enfrentamientos con la Armada. El 26 de abril la Infantería de
Marina capturó a otros tantos, que en total sumaron setenta y tres
paramilitares que hoy pagan condena por los hechos de la masacre
de El Naya.
169
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
2.4. Medidas de reparación
Conforme al plan de vida previamente definido por las comunidades
afectadas por la masacre de El Naya, propusieron las siguientes medidas
de reparación colectiva:
La posición siempre han sido estos cuatro pilares: partimos de
las garantías de no repetición; luego la verdad de los hechos, los
actores materiales e intelectuales, todos estos que facilitaron las
acciones criminales del Bloque Calima; ahora vamos con la justicia,
que se aplique una verdadera justicia acá; ahora sí hablemos de
una reparación, desde nuestras percepciones de nuestros planes de
vida325.
Reparación integral
Justicia
Verdad
Garantías de
no repetición
325 Las medidas de reparación consignadas en este texto provienen de un documento
de la comunidad, las cuales fueron complementadas con testimonios tomados en
una jornada con víctimas de la masacre, llevada a cabo por parte de la Procuraduría
General de la Nación el 13 de julio de 2012 en Santander de Quilichao.
170
2.4.1. Titulación de tierras
Se propone la titulación de los territorios de El Naya bajo una modalidad
interétnica donde habiten conjuntamente comunidades y formas
organizativas: afrodescendientes/consejos comunitarios, campesinas/
juntas de acción comunal e indígenas/resguardos y cabildos:
En realidad, queremos que el Naya sea interétnico, y esa figura la
hemos trabajado y la hemos seguido trabajando, hasta donde
tengamos que llegar, y donde nos tengamos que reunir pero que esto
se haga y que sea un modelo aquí en Colombia.
Para este punto se proponen cuatro partes fundamentales y relacionadas
entre sí:
1. Titulación del territorio de la región de El Naya con derecho al suelo,
subsuelo y espacio aéreo.
2. Garantizar condiciones económicas tanto para realizar la mencionada
titulación como para permanecer en el territorio. Proyectos
productivos.
3. Medidas de protección y garantía de no repetición: “Exigimos
del Estado la responsabilidad de garantizar la pervivencia de la
comunidad”.
4. Que el Gobierno no tome decisiones que afecten a los grupos
étnicos representado en sus autoridades tradicionales de la región
de El Naya.
Respecto a la titulación del territorio es necesario tener en cuenta:
• Estas comunidades desean que la titulación se dé no solo como
medida de reparación, sino como derecho ancestralmente obtenido
bajo la Constitución del 91 y bajo normatividad internacional al
respecto:
[…] ese territorio nosotros lo tenemos ganado por derechos
ancestrales, no por reparación… Eso nos pertenece por
derecho propio, y porque nuestros antepasados estuvieron
allá hace 60 o 70 años, eso no es de ahora. Ya nosotros
tenemos un concepto claro sobre titulación, que es lo
principal que necesitamos nosotros.
171
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
• Importante tener en cuenta las tensiones existentes entre las distintas
formas organizativas y formas de concebir el mundo y el territorio.
Debe ser una apuesta por la multietnicidad pero bajo el respeto y
presencia a la pluralidad de posturas.
• Hay personas que están por fuera del territorio de El Naya, por lo cual
se solicitan medidas de reubicación para aquellas familias que están
por fuera del país y en departamentos remotos. Aquí no aplicaría
restitución.
2.4.2. Medidas específicas de reparación integral a las víctimas
• Se debe dar prioridad a mujeres viudas y niños y niñas huérfanos de
la masacre.
• Medidas tendientes a la armonización del territorio en sus diversos
componentes: los ríos Cauca, Naya, Yurumangui, entre otros lugares
desde una perspectiva cultural y espiritual. Adicionalmente un
reconocimiento de El Naya como un territorio sagrado y de paz.
• Programación de eventos conmemorativos de memoria histórica
que incluyan la construcción de lugares significativos de recordación
de las víctimas, desde los parámetros de las comunidades:
Los sitios en que nuestros hermanos y hermanas cayeron
hagamos como una especie de muralcito para que quien
pase dentro y salga de la región jamás olvide que allí dejaron
un indio inocente. Algo así de memoria para que permita la
información y jamás olvidar, un evento conmemorativo para
que no olvidemos lo que sucedió y nuestras generaciones
jamás lo olviden.
• Promoción de los liderazgos en las comunidades mediante la
integración de las nuevas generaciones, para lo cual se propone
procesos de formación de jóvenes:
• En mi comunidad existe algo particular, que le estamos dando cabida
a los jóvenes, por eso uno se siente contento, que ya no es como se
dice los ancianos, los viejos o las viejitas estamos ahí al frente , sino
que están las jóvenes y los jóvenes liderando también este proceso.
172
• Realización de jornadas de notariado y registro, y levantamiento de
un censo que permita conocer quiénes están en la región de El Naya
y su situación actual.
Es que dicen allá no hay población, entonces por eso es que
no nos escuchan y no pasa nada… Nos han minimizando el
problema, tenemos mucha gente que se nos ha quedado por
fuera en la cuestión de víctimas, tenemos mucha gente que
no está incluida.
• Acompañamiento psicosocial permanente y constante en el tiempo
que permita elaborar las pérdidas, promover la resistencia y el
afrontamiento, y retomar los proyectos de vida tanto individuales
como colectivos:
[…] habían grandes personas que eran negociantes y ya
quedaron impedidos, porque necesitan una reparación
psicosocial, porque unas de esas personas que tienen ese
trauma aquí en la cabeza y que ya no están aptas para
trabajar, hermano, son personas que quedaron impedidas de
por vida, por el problema que les quedó aquí en la cabeza.
2.4.3. Medidas específicas para la reparación de las mujeres
• Medidas de atención focalizadas en mujeres viudas, que superen las
medidas de indemnización y aborden los cambios en los roles dentro
de la comunidad.
• Medidas de atención sicosocial que permitan abordar los duelos no
resueltos, retomar y transformar los proyectos de vida afectados a
partir de la masacre. Este acompañamiento psicosocial debe ser
constante, humano y ético, que no conlleve revictimización.
Las viudas, a nosotras nos tienen olvidadas… nosotras
hemos sido hombre y mujeres, padres y madres a la misma
vez… nadie me va a reponer, ningún dinero me va a reponer
lo que yo he perdido.
• Facilitar formas organizativas en las mujeres que permitan, por un
lado, hacer una exigencia más certera de sus derechos, y por otro
constituirse en un grupo líder que promueva la reconstrucción del
tejido social.
173
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Que no nos pongan de aquí pa’ allá, porque es que si a
nosotros nos atienden a las viudas de El Naya por partecitas,
no vamos a andar más rápido, pero si nos organizamos nos
atienden más rápido.
En este aspecto es necesario tomar en cuenta:
• Las comunidades solicitan que la masacre no se vea de manera
aislada con relación a otros hechos de violencia cometidos por la
misma estructura armada, de tal manera que sean reconocidas las
víctimas de todos los hechos victimizantes antes, durante y después
de la masacre.
• Mediante una sentencia del Consejo de Estado se decretaron
medidas de indemnización para 82 personas. Luego se solicitaron
indemnizaciones para otras 620 personas. Las comunidades
consideran que, aunque resultan importantes estas medidas de
indemnización, no son suficientes desde el punto de vista de una
reparación integral:
Que se supere las medidas de indemnización: no caigamos
en ese error de que la reparación son 20, 25 millones y listo,
se acabó la discusión. No, aquí hay unos muertos, aquí
hay unas familias que están sufriendo, perdieron su ser
querido, perdieron toda su vida. Entonces, por respeto a esas
memorias, seamos un poco más prudentes.
• Superación de la fase de diagnósticos para dar paso a la realización
de medidas específicas de reparación. Y evitar la revictimización de
las personas afectadas.
2.4.4. Inversión social para los territorios de El
Naya desde los planes de vida de las comunidades
indígenas, afrodescendientes y campesinas
• Las medidas de reparación deben guardar proporcionalidad con
el daño causado, y es necesario diferenciarlas de la inversión
obligatoria de un Estado Social de Derecho para la efectividad de
los derechos de los ciudadanos y ciudadanas.
174
2.4.5. Medidas en relación con el derecho a la verdad
• El esclarecimiento de los hechos, esto es, el derecho a la verdad en
todos sus componentes y hasta sus últimas consecuencias sobre
la masacre de El Naya. Esto supone el esclarecimiento de todos
los hechos del antes, durante y después de la misma, así como la
agilización y profundidad de los procesos judiciales de manera que
permita establecer quiénes auspiciaron, ejecutaron y se beneficiaron
con esta masacre. También derivar la responsabilidad del Estado
por omisión y participación. Se trata de una exigencia de justicia
y garantías de no repetición. También, se exige la aclaración sobre
lo acontecido con las víctimas desaparecidas y desplazadas.
Adicionalmente, las comunidades solicitan que se pida perdón de
manera pública a las víctimas del Naya, a la región entendida como
su territorio:
[…] nosotros estamos es detrás de los grandes peces, de
los grandes políticos que manejan el Valle del Cauca, un
departamento que ¿cuántos gobernadores ha cambiado en
menos de tanto tiempo?, siete, qué vergüenza, pero es debido
a la corrupción, a la politiquería que vive este país. ¿Qué tiene
que ver eso con nosotros? Pues claro que tiene que ver con
nosotros, porque ahí hay también militares, empresarios,
fiscales, agentes de Estado, y para que ustedes también se
lleven, porque como estamos mostrando la herida, y la herida
se tiene que mostrar bien.
2.4.6. Medidas para garantizar la seguridad (preventiva y protectiva)
para los líderes y lideresas de las comunidades de El Naya
• Se deben adoptar medidas que garanticen la vida, el ejercicio de sus
actividades comunitarias y las acciones de defensa de los derechos
humanos.
• Esta medidas deben contemplar las particularidades del territorio de
El Naya, las distancias entre cada una de las veredas, y entre estas
y las cabeceras municipales. Además deben tener en cuenta las
características étnicas del grupo al que pertenecen tales líderes y
lideresas.
175
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
2.4.7. Exigencia del cumplimiento de las consultas previas con
las comunidades en la implementación de cualquier política,
proyecto o inversión que afecte o incida en el territorio de El Naya
• Las medidas de reparación también se rigen por la normativa de la
consulta previa como requisito para cualquier política, proyecto o
inversión en los territorios de la comunidad.
• Se pone como ejemplo las fumigaciones con glifosato:
[…] rechazamos la decisión unilateral, inconsulta y arbitraria
del Gobierno Nacional de fumigar los cultivos milenarios de
hoja de coca sin considerar las graves consecuencias que la
fumigación acarrea en la salud de los niños, niñas, adultos,
animales, la madre tierra y el medio ambiente.
2.4.8. Medidas para facilitar a las víctimas
su derecho de acceso a la justicia
• Esta medida exige la no extradición de los victimarios para garantizar
de manera plena su participación en las audiencias habilitadas para la
confesión de sus crímenes. También se debe permitir la participación
activa de las víctimas en la confrontación de sus dichos e indagar por
personas, circunstancias y motivaciones.
2.4.9. Medidas que garanticen la participación de
las víctimas en el proceso de reparación
• Se debe garantizar la participación de las víctimas a lo largo del
todo el proceso de reparación, desde la construcción participativa
del diagnóstico del daño, el diseño de las medidas de reparación
y su aplicación. Esto debe hacerse tanto en la vía judicial como en
la vía administrativa, con adecuado acompañamiento jurídico para
comprender tanto los términos técnicos como las diversas etapas
de las rutas. De igual manera, se debe brindar acompañamiento
psicosocial para ayudar a afrontar los traumas persistentes, que se
reviven por el contacto con actividades relacionadas con los hechos
criminalizantes.
[…] la región es de todos, y entonces así queremos encaminar
lo de reparación, que estemos involucrados todos.
176
2.4.10. Veeduría y acompañamiento permanente de la comunidad
internacional y organizaciones defensoras de los derechos humanos
• Como medida de garantía para llevar a cabo los procesos de
restablecimiento de derechos de las comunidades.
2.4.11. Cumplimiento de compromisos
• Concertación de una agenda de cumplimiento de los compromisos
adquiridos por las autoridades en la audiencia de conmemoración
de los 10 años de la masacre de El Naya. De modo que las exigencias
presentadas cuenten con un plan de cumplimiento, un cronograma,
unos responsables y los recursos necesarios y suficientes para su
implementación.
2.5. Consideraciones generales
• Las comunidades de El Naya consideran que la reparación, para que
sea integral, debe contar con medidas tanto a nivel individual como
colectiva:
Entonces, sintetizamos que en el territorio Naya surgen dos
fuerzas: la negativa y la positiva, que en un equilibrio natural
eso daba una armonía, por lo cual esto y los anteriores tienen
una cruzada, porque la indemnización o la reparación debe
ser de manera individual pero también de manera colectiva.
• Resulta fundamental promover una reparación con enfoque
diferencial y étnico: mujeres, niños y niñas, jóvenes, personas de
la tercera edad, personas en discapacidad, afrodescendientes,
indígenas.
• Se requiere una institucionalidad proactiva, que se movilice a donde
están las víctimas y más en un territorio tan distante como El Naya.
• Son urgentes las garantías de protección a líderes y lideresas de
esta comunidad. Después de la masacre, el 23 de mayo de 2010
asesinaron a Alex Quintero, quien venía exigiendo los derechos a la
verdad, la justicia y la reparación integral para las víctimas.
177
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
• Se debe tener en cuenta que Kitek Kiwe es solo una mínima parte de
las víctimas afectadas por la masacre. Si bien son muy organizados
y cuentan con documentos escritos que sirven de sustento para el
incidente, debemos ampliar la mirada para incluir otros componentes
de la población que habitaba la cuenca del Naya antes de la masacre.
• Resulta de la mayor importancia contar con que para estas
comunidades ni la Ley de Justicia y Paz, ni la Ley de Víctimas es
suficiente, hay una lucha territorial de tiempo atrás que implica
titulación de tierras desde la Constitución de 1991.
• Se requiere contar con una persona de la comunidad que dé cuenta
de la complejidad étnica en este IRI. De no ser posible, por razones
de seguridad, se debe contar con un perito experto en el tema étnico.
• En el incidente de reparación se debe utilizar, dentro de lo posible, un
lenguaje claro para la gente:
Porque si yo me pongo con la magistrada, uno ante gente que
maneja leyes y todo eso lo vuelven a uno más confundido.
178
3. Aproximaciones a los daños
colectivos causados por el grupo
armado ilegal Frente Héctor
Julio Peinado Becerra (sur del
departamento del Cesar y parte
de Norte de Santander). Jefe
del grupo: Juan Francisco Prada
Márquez, alias “Juancho Prada”326
3.1. Contexto
El grupo armado ilegal autodenominado Frente Héctor Julio Peinado (en
adelante FHJP) de las llamadas Autodefensas Unidas de Colombia, entre
los años 1999 y 2000 se ubicó para realizar sus actividades criminales en
los municipios del Sur del Cesar y otros de Norte de Santander, luego de
diferenciarse de la estructura del grupo armado ilegal autodenominado
Autodefensas Unidas del Santander y el Cesar (AUSAC). El despliegue
de estos grupos, que tiene como hecho antecedente y concomitante la
presencia y actividad de los grupos guerrilleros, puede explicarse por
las condiciones geográficas y económicas de esta importarte región del
país. Los municipios del sur del Cesar donde el grupo armado ilegal FHJP
ejerció sus actividades fueron los siguientes: Chimichagua, Curumaní,
Tamalameque, Pailitas, Pelaya, Aguachica, Gamarra, González, La Gloria,
San Martín, San Alberto y Río de Oro. Mientras, en Norte de Santander lo
hizo en los municipios de Ocaña, Ábrego y La Playa de Belén.
326 Este es un trabajo preliminar de aproximación al daño colectivo ocasionado por el
grupo armado ilegal.
179
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
3.2. Geografía del departamento del Cesar
El sur del departamento del Cesar limita por el oriente y sur con Norte
de Santander, Santander y Venezuela, y por el occidente con los
departamentos de Bolívar y Magdalena. Dicha posición geográfica ha
despertado el interés de actores o grupos armados por este territorio
que provee movilidad importante hacia el oriente, hacia la Sierra Nevada
de Santa Marta, a la Serranía del Perijá y otros sistemas montañosos, así
como hacia el interior del país y Venezuela327.
La posición geográfica del departamento del Cesar se define como
estratégica para los grupos ilegales alzados en armas, específicamente
en el caso de la presencia del autodenominado grupo armado ilegal de
autodefensas bajo la dirección de alias “Juancho Prada”. Según él mismo
ha presentado su presunto objetivo contrainsurgente, su propósito era
interrumpir la movilidad guerrillera en la zona de la Serranía del Perijá,
donde se consolida la Cordillera Oriental, ya que es un punto estratégico
como puente en la frontera con Venezuela.
A partir de su fisiografía, en el Cesar se presentan las siguientes
subregiones: la Sierra Nevada de Santa Marta, la Serranía del Perijá y
la Ciénaga Grande del Magdalena, donde la Serranía funciona como
un corredor útil para el tráfico ilegal de armas, suministro de logística,
cultivos de coca y tráfico de narcóticos.
La Serranía del Perijá es un accidente geográfico estratégico que ofrecía
condiciones para el refugio de grupos armados ilegales pertenecientes
al autodenominado ELN, y que luego el grupo armado de alias “Juancho
Prada” tomó bajo su control.
El valle del río Magdalena tiene una gran relevancia en la actividad
productiva del departamento, pues junto con el valle del río Cesar son
las zonas de mayor actividad agropecuaria del departamento, sobre
todo para su parte sur. Esta subregión la comprenden los municipios de
Aguachica, Chimichagua, Gamarra, La Gloria, Pailitas, Pelaya, Río de Oro,
San Alberto, San Martín y Tamalameque328.
327 Misión de Observación Electoral – MOE, óp. cit.
328 En: www.gobcesar.gov.co/gobercesar/index.php?option=com
180
3.3. Actividades económicas de los
municipios del sur del Cesar
Históricamente la economía del departamento del Cesar ha estado
basada en el sector agrícola, dada la calidad de sus suelos y su
posibilidad de adecuación mediante el riego. En los años sesenta y
setenta, el cultivo del algodón constituyó el reglón productivo del cual
dependió la mayoría de las familias cesarenses y les generó una bonanza
en las décadas de los años sesenta y setenta, potencializando la naciente
economía del departamento con encadenamientos productivos y una
clase media cuyo sustento y fuente de empleabilidad estuvo alrededor
de este cultivo.
Sin embargo, para esa naciente economía en los ochenta empieza
una época de estancamiento con caída de precios, crisis en créditos y
con la aparición de grupos armados al margen de la ley. Se genera un
retroceso tanto económico como en la estructura institucional; situación
de crisis que se intensifica en los noventa, vislumbrándose para el sector
agropecuario la necesidad de recurrir a valores agregados en aras de
superar la crisis, pero además porque a partir de los años noventa se
insertan cultivos de palma africana y se afianza la actividad ganadera.
Finalmente, el sector fue desplazado por la economía del carbón, que
se consolida como el renglón más importante, pero paradójicamente
sin que ello se vea reflejado ni en indicadores de mejoramiento como
tampoco en infraestructura regional o en la calidad de vida de sus
habitantes329. Según el Departamento Administrativo Nacional de
Estadísticas – DANE, la nueva orientación minera del departamento del
Cesar registró una participación que pasó del 8% del PIB en 1990 al 34%
en 2005, mientras que en el sector agropecuario la participación se vio
mermada, pasando del 45% al 24% durante el mismo periodo.
329 “[…] la ejecución de las regalías no ha sido la más eficaz, y no se han traducido en
mayores logros de servicios básicos. Para los mismos años que empezaron las
exportaciones de carbón, los indicadores de pobreza en el departamento muestran
un desmejoramiento de las condiciones de vida en el Cesar. La situación de servicios
básicos, de infraestructura y de educación muestran un rezago del Cesar con respecto
al país y otros departamentos de la región.”. Ver Gamarra Vergara, José R. La economía
del Cesar después del algodón, Documentos de trabajo sobre Economía Regional, No. 59,
Cartagena: Centro de Estudios Económicos Regionales, CEER, Banco de la República,
2005, Resumen.
181
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
No obstante el auge del sector minero, ésta funciona como una economía
de enclave, y a pesar de lo percibido por los entes territoriales en el
periodo 2000-2005 por regalías del carbón, los municipios productores
muestran una baja en las ejecuciones presupuestales. Un informe de
la Contraloría General de la República en 2004 expresa que de 1998 a
2002, si bien los ingresos y gastos aumentaron a causa de las regalías,
su inversión contrasta con lo establecido en la ley330. El Censo de 2005
refleja que entre los 25 municipios, 20 no alcanzan el cubrimiento y
calidad mínima de un servicio de alcantarillado; en servicio de acueducto
solo 15 superan la cobertura mínima; y en mortalidad infantil, el Cesar
reporta 41,5 por mil y la cifra nacional es de 23,4 por mil.
El potencial del sur del Cesar respecto de la región en sentido más
amplio, fue descrito por el Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena
Medio (PDPMM) como “la región que presenta mayor desarrollo relativo
y quizás mayores posibilidades productivas. Es una subregión con
perfil empresarial, en la cual sobresalen los productos de la agricultura
comercial y la agroindustria de la palma, al lado de una ganadería de
leche y carne, que pesa en las cifras del producto departamental. Los
campesinos con economías de subsistencia y, en general la producción
familiar campesina, se ubican en las partes altas, hacia la cordillera”.
“En esta subregión se destaca recientemente la compra de tierras por
parte de inversionistas externos a la zona, con una marcada orientación
hacia la utilización ganadera del suelo.”En otro documento de diagnóstico
del PDPM se señala lo siguiente: “la situación se ha visto agravada en
los últimos años por el proceso acelerado de ganaderización que vive
la zona y el profundo cambio en los titulares de la propiedad agraria.
La mayoría de los propietarios no tienen como propósito maximizar sus
ingresos a través de la explotación adecuada de la tierra, sino con otros
fines como el ocultamiento de riquezas obtenidas en negocios ilícitos,
la especulación con la tierra aprovechando su valorización debida, en
330 La reglamentación vigente en el periodo (Decreto 416 de 2007) establece que cuando
la producción supera los tres millones de toneladas anuales –y la producción de carbón
cesarense alcanzó las 20 millones de toneladas en 2005–, los departamentos deben
destinar como mínimo el 60% de estos recursos a proyectos de inversión orientados a
alcanzar y mantener las coberturas en agua potable, alcantarillado, educación, salud y
mortalidad infantil. Ver en Bonet, Jaime. Regalías y finanzas públicas en el departamento
del Cesar, Documentos de trabajo sobre Economía Regional No. 92, Cartagena: Centro de
Estudios Económicos Regionales – CEER, Banco de la República, 2007, pp. 2 y ss.
182
gran medida, a la construcción de capital social en la zona, y, la más
importante a nuestro juicio, el mantenimiento del control territorial
por parte de los propietarios arruinados por la apertura económica, y la
violencia guerrillera y paramilitar”331.
Además de fuentes de riqueza ilegal, San Martín contaba con
explotaciones petroleras, San Alberto con la producción de aceite de
palma y ganaderías extensivas de gran valor económico. Río de Oro y
Gamarra generaban ingresos por cultivos de algodón, arroz, palma
africana, frutas, hortalizas, tabaco y ganadería. La pesca cobra relevancia
en Gamarra, generando dinámicas de fuente de ingresos para los
pescadores, unos permanentes y otros transitorios.
Aguachica figura como la segunda ciudad del Cesar por su estratégica
posición geográfica, útil para la interconexión con Norte de Santander, el
interior del país y la costa Caribe. Su sistema montañoso en la Cordillera
Oriental se convirtió en fortín para los grupos ilegales alzados en armas
de las guerrillas y para los grupos armados ilegales del paramilitarismo.
El interés económico de esta zona sur del Cesar deviene de sus grandes
extensiones de tierra, latifundios para la agricultura y ganadería, pero
también para los cultivos de coca y amapola. Para la concentración de
esos latifundios, terratenientes y grupos paramilitares se aliaron para
finalmente protegerse, ejerciendo estos últimos como guardas y garantes
de las tierras, desalojando y despojando a las familias campesinas.
3.4. Una zona atractiva para los grupos armados ilegales
A las condiciones económicas prometedoras pero precarias en la
realidad se sumó, sobre todo en la parte sur del departamento, la
presencia y accionar de grupos guerrilleros, y más adelante o de manera
concomitante, la incursión de grupos denominados de autodefensa,
guiados por variados intereses económicos bajo una plataforma
331 Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio (PDPM). Documentos de
Diagnósticos: “Unidad Agropecuaria” y “Factores Determinantes de la Acumulación de
Capital Social en la Región del Magdalena Medio y sus Perspectivas”. 2007. Página web
(visitada el 20 enero de 2013): http://www.pdpmm.org.co/index.php?option=com_
docman&task=cat_view&gid=19&Itemid=14
183
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
ideológica contrainsurgente, así como de imposición de un control social
general y un ordenamiento de los comportamientos de la población.
Dicho asentamiento de los grupos armados ilegales se explica, como ya
se dijo, por el fácil acceso de esta región con otras por zonas importantes
ubicadas en los departamentos de Bolívar, Magdalena, Cesar, Norte de
Santander, y con salidas hacia la República de Venezuela. En un principio,
en los primeros años 90, la violencia se intensifica, especialmente por la
presencia y accionar del grupo armado ilegal autodenominado Ejército
de Liberación Nacional (ELN), organización que sembró el miedo en
ciertos sectores de la población civil por su acciones de secuestros
selectivos y extorsiones a todas las actividades económicas, desde las
pequeñas hasta las grandes, a lo que se agrega una falta de credibilidad
de las instituciones, acumulada por el control de esta actividad para
fines individuales. Este afectado espacio social constituyó el escenario
de ingreso de los grupos armados ilegales denominados autodefensas.
Muy pronto la población civil se vio inmersa en una violencia sistemática
por la ocupación del territorio para actividades de economía ilegal por
parte de los grupos paramilitares. De esta ocupación no estuvieron
exentas los institucionales locales, regionales y nacionales. En medio
de esta dinámica paramilitar de apropiación del territorio fértil del sur
del Cesar, cometiendo extorsiones, hurtos, amenazas y el consecuente
desplazamiento forzado y demás crímenes en contra de los derechos
humanos y el derecho internacional humanitario, se han registrado
casos como el ocurrido en la hacienda Bellacruz, que se extiende entre
los municipios de La Gloria, Pelaya y Tamalameque.
En la versión libre en abril de 2010 ante la Fiscalía para la Justicia y la
Paz, Alfredo Ballena, alias “Rancho”, desmovilizado del grupo armado
ilegal FHJP, manifiesta que desde el mismo año de la incursión, ese
latifundio fue adecuado como base de entrenamiento para el grupo
y prestó colaboración con integrantes del frente para la incursión a
las zonas de la hacienda habitadas por campesinos que esperaban la
titulación de los lotes baldíos de propiedad de la Nación; incursión de
la que resultaron alrededor de 64 familias desalojadas, quedando en
situaciones socioeconómicas de alta vulnerabilidad332.
332 En: http://www.verdadabierta.com/nunca-mas/3424-lastrampas-de-bellacruz
184
Según testimonios de campesinos afectados y de desmovilizados, los
paramilitares en asocio con la familia Marulanda, emprenden acciones
en 1996 contra las familias agricultoras asentadas en por lo menos las
1.500 hectáreas de lotes baldíos propiedad de la Nación, involucradas
en una serie de manejos ilícitos entre la familia mencionada y el Incoder.
Según relato de un líder de dichas familias:
[…] en 1995, los paramilitares de “Juancho Prada” se camuflaron
entre la gente haciéndose pasar como campesinos y jornaleros.
Empezaron a obtener información sobre los reclamantes de tierras.
Pero el 14 de febrero de 1996 se quitaron la máscara. Entraron a las
fincas de los campesinos que esperaban la titulación de sus lotes, y
cometieron todo tipo de abusos contra ellos y sus familias.
Más adelante, el grupo armado ilegal FHJP liderado por alias “Juancho
Prada” se ubica en este territorio, entendido en sentido amplio, que
ofrece una emprendedora actividad productiva en la zona rural, así
como en el casco urbano a través del comercio y los servicios. Mediante
la toma del control sobre la oferta y la demanda, se determina quién
comercializa, quién detenta posesión sobre las tierras, todos los sectores
activos terminan aportando financieramente al grupo armado ilegal.
En esta dinámica se presentan delitos como la extorsión y el secuestro
por parte tanto de la guerrilla como de las autodefensas, exigiendo los
denominados “costos de protección”. Estos mecanismos de exacción
terminan por hacer más vulnerables a los más pequeños en lo económico,
pero termina afectando a todos, también a los desposeídos por la caída
en las fuentes de empleo o de la economía informal.
Los latifundistas, hacendados, ganaderos y palmicultores resultaron ser
un respaldo importante para la implantación del nuevo grupo armado
ilegal; se dio entre ellos unas relaciones de utilidad, se necesitaban
también como socios en la apropiación de tierras, para legalizar recursos
provenientes de la economía ilegal del narcotráfico, contrabando y venta
ilegal de gasolina por la frontera con Venezuela. Todas estas alianzas
se hicieron provocando desplazamientos forzados de campesinos
y pequeños propietarios, entre otros delitos, para crear sus propios
cordones de seguridad.
Después de la desmovilización del grupo armado ilegal conocido como
Bloque Catatumbo, sectores del grupo armado FHJP se dieron a la tarea
de controlar algunas rutas hacia los sectores rurales y hacia el vecino
185
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
país de Venezuela, para tomar el control de los cultivos ilícitos y los
movimientos de droga producida en la selva norte santandereana.
Tal como lo reseña Wilfredo Cañizares, director de la ONG Corporación
Progresar: “Aunque con la desmovilización fueron desalojadas las
vías carreteables y los centros urbanos, ahora las autodefensas de los
Bloques Caribe y del sur del Cesar utilizan una ruta ‘rural’, que inicia en
Norte de Santander en Tibú y pasa por los sectores conocidos como La
Llana en San Alberto, Arcilla, Banco de Arena y Aguaclara para acceder al
municipio de Puerto Santander, en límites con Venezuela”, es un corredor
estratégico para el tráfico.
3.5. Establecimiento de grupos armados
ilegales en el sur de Cesar
Finalizando los años sesenta, la guerrilla autodenominada Ejército de
Liberación Nacional (ELN) –grupo de más tiempo en la región–, a medida
que avanzaba en su localización en el sur del Cesar, constituyó el Frente
Camilo Torres Restrepo333. Este grupo guerrillero se dedicó a ejercer
acciones de extorsión, secuestro, abigeato, asesinatos, retenes ilegales,
promoción de invasión de tierras, penetración a sindicatos y ataques
a puestos de policía, como estrategia para afianzar su posición en la
cordillera y su influjo en la población. Al tiempo desarrollaba acciones
para contrarrestar la presencia que pudiera existir del Estado.
La guerrilla del ELN nutrió su economía ilegal con exacciones a ganaderos
y agricultores mediante extorsiones y cobros clandestinos de impuestos
(boleteo), en menor medida recurrió al secuestro. Ya en la década de los
ochenta se refugió en la zona montañosa y se hizo fuerte en la frontera
con Venezuela; los cultivos ilícitos y el influjo y el sometimiento de la
población permiten a este grupo armado ilegal ganar una enorme
influencia en la región.
También por los años ochenta incursiona el grupo armado ilegal
guerrillero autodenominado Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia (FARC), con la pretensión de llegar a la Serranía del Perijá y
la Cordillera Oriental hacia la frontera con Venezuela y la Sierra Nevada
333 En: www.derechoshumanos.gov.co/observatorio/.../confluencia.pdf
186
de Santa Marta, ya que se trataba de zonas importantes por el tráfico
ilegal de armas y cultivos ilícitos. Hace presencia en la región el Bloque
Magdalena Medio, con los frentes Héroes y Mártires de Santa Rosa, en
los municipios de Aguachica y Pailitas; también el Frente 20, que opera
en los municipios de San Martín y San Alberto, al sur del Cesar.
Por esta época, también desplegaron su presencia y acción ilegal en la
región los grupos guerrilleros M19 y EPL.
El accionar de los grupos armados ilegales de guerrilla, concentrado en
la exacción de ganaderos y agricultores y sus familias, se constituye en
una motivación, aunque no en la única, para la organización de grupos
paramilitares inspirados en el MAS de Puerto Boyacá (grupo “Muerte a
Secuestradores”, en 1981).
La misma familia Prada recibió la intimidación de las guerrillas del
ELN y las FARC. Entre los primos Roberto Prada y Juan Francisco Prada
Márquez se apoyan para la conformación y sostenimiento de grupos de
autodefensa334. Ellos se dividieron el territorio, y desde 1992 puede verse
la participación de alias “Juancho Prada” en los grupos de paramilitares,
como puede verse en el siguiente esquema de la Fiscalía General de la
Nación:
334 “Los ´Paras´ contaron cómo se crearon las Autodefensas del sur del Cesar. La región
era inviable, y muchos arroceros, algodoneros y ganaderos abandonaron sus fincas
por el hostigamiento permanente de los grupos guerrilleros incluyendo al EPL y M-19
[…]. Juan Francisco Prada Márquez, alias ‘Juan Prada’ y ex jefe de las autodefensas
campesinas del Cesar, contó su versión de cómo era la situación de la época. ‘Ya uno
no aguantaba más a la guerrilla. Yo iba con unos obreros míos a trabajar en el cultivo
y uno se encontraba a la guerrilla en la trocha. Ellos le decían a uno, compañeros,
necesito que me lleve estos compañeros. Entonces uno tenía que dejar a los obreros
y eso era casi todos los días’, dijo. En la misma versión, el desmovilizado contó sobre
la cercanía de las autodefensas con la fuerza pública. ‘Con Roberto (Prada Gamarra, su
primo), empezamos dándole información a el Ejército de dónde los dejábamos (a los
guerrilleros). Uno llegaba a la base del Ejército a dar información y no actuaban de una
vez’, contó alias ‘Juancho Prada’. Según lo documentado por la Fiscalía 34 de Justicia
y Paz, ante la falta de reacción del Estado los terratenientes de la zona comenzaron
a financiar grupos de autodefensa y a ‘importar’ desde Puerto Boyacá a paramilitares
conocidos como ‘Los Masetos’. Lo hicieron el ex diputado Rodolfo Rivera Stapper, el
agricultor Roberto Prada Gamarra y el finquero Luis Obrego Ovalle”. En: http://www.
verdadabierta.com/justicia-y-paz/2893
187
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Comandante
Comandante
Comandante
Juan Francisco Prada Márquez
Alias Juancho Prada
Roberto Prada Gamarra
Alias Roberto y/o Don Aníbal
Martiniano Prada Márquez
Comandante Militar
Manuel Alfredo Rincon
Alias Passo
Patrulleros
Luis Emilio Camarón Florez
Alias Camarón
Gustavo Velazco
Alias Rambo
Rafael Ramírez Hernández
Alias Rafa
Jairo N - Hijo Roberto Prada
Alias Óscar
Alias Pangara
Alias Culebrita
Alias Negro Tolamba
Alias Martín
Fredy Molina
Alias El Tigre
Alias Richard
Fuente: Unidad Nacional de Fiscalías para la Justicia y la Paz. Fiscalía General de la Nación.
188
Comandante General
Juan Francisco Prada Márquez
Alias Juancho Prada
y/o Francisco Tabares
Puerto Bello
Manaure
Valledupar
La Paz
San Diego
Copey
Comandantes Militares
Codazzi
Bosconia
Becerril
El paso
La Jagua Ibirico
Astrea
Chiriguaná
Chimichagua
Tamalameque
Curumaní
Jhon Vega Alvernia
Alias Norris
Primer CDTE
Manuel Alfredo Rincón
Alias Pasos
Segundo CDTE
Pailitas
Pelaya
Pelaya
Gamarra
González
Río de Oro
Aguachica
San Martín
San Alberto
Patrulleros
Ariel Zabala Vergel
Alias Gordo
Alfredo Ballena
Alias Rancho
Norman Herrera Franco
Alias El Tío
Gerardo Mora Colmenares
Alias García
José Luis Sanabria
Alias Mincho
Ramón David Torrado Navarro
Alias Salomón00
Misael Rodríguez
Alias Garcés
Ramón Torres Mendoza
Alias El Paisa
Fredy Ramiro Pedraza
Alias Chicote
Alexander Verjel
Alias Canal A
Fuente: Unidad Nacional de Fiscalías para la Justicia y la Paz. Fiscalía General de la Nación.
189
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
A finales de los años noventa los hermanos Castaño convocan a
todos los grupos que alrededor del país se han configurado como
autodefensas y se da el contacto de los Prada con los hermanos Castaño.
Fue en 1998 cuando los grupos consolidados de los Prada en el sur del
Cesar, con Guillermo Cristancho Acosta, alias “Camilo Morantes”, jefe en
Santander, y alias “Mario Zabala”, jefe en Norte de Santander, se suman
a las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), denominándose como
Autodefensas de Santander y sur del Cesar (AUSAC); pero entre 1999 y
2000 los Prada, para diferenciarse de este último, pasan a denominarse
Autodefensas Campesinas del sur del Cesar (ACSUC), aliándose en 2004
al Bloque Norte de “Jorge 40”, consolidado en las zonas norte y centro
del departamento del Cesar. Por diferencias con el Bloque Central
Bolívar, cuyos hombres habían empezado a delinquir en Aguachica, alias
“Juancho Prada” entrega a “Jorge 40”, del Bloque Norte, la zona urbana de
dicho municipio en marzo de 2004335.
Entre los años 1994 y 1996 a los Prada les resulta de gran importancia
el otorgamiento de las licencias para la creación de dos cooperativas
de seguridad rural (Convivir)336, como una cobertura legal para sus
actividades ilegales, como se evidencia en el siguiente gráfico de la
Fiscalía General de la Nación:
335 Verdadabierta, 7 de diciembre de 2010, http://www.verdadabierta.com/justicia-y-paz/
versiones/2893-paras-contaron-como-se-crearon-las-autodefensas-del-sur-del-cesar
336 Desde el gobierno de Cesar Gaviria Trujillo se expidió el Decreto 356 de 1994 donde se
reglamentaron de manera general las diversas modalidades de servicios de vigilancia
y seguridad privada en el país. Durante el gobierno de Ernesto Samper, el Ministro
de Defensa, Fernando Botero Zea, promovió que la Superintendencia de Vigilancia y
Seguridad Privada expidiera una norma (Resolución 368 de 1995) que habilitaría los
servicios comunitarios de seguridad con características de servicios especiales de
seguridad privada, a los cuales se les dio el nombre de Cooperativas “Convivir”. Esta
norma se orientaba a facilitar la creación de servicios de vigilancia para ganaderos,
empresarios y comerciantes que venían siendo afectados por los actos de extorsión,
secuestro y asesinato por parte de las guerrillas. Sin embargo, como se demostró luego
en muchos escenarios judiciales, dicha figura fue aprovechada por organizaciones
paramilitares para darle aspecto legal a estructuras armadas ilegales.
190
Grupo Roberto Prada Gamarra 1994 - 1996
Asociacion Convivir Renacer Cesarence
Comandante
Resolucion No. 1496 del 14 de noviembre
de 1995. Superseguridad.
Roberto Prada Gamarra
Alias Roberto y/o Don Aníbal
Comandante Militar
Luis Emilio Camarón Flórez
Alias Camarón
San Martin 1996
Asociacion Los Arrayanes
Comandante General
Resolucion No. 2018 del 29 de
enero de 1996. Superseguridad. Nit
8040017632
Juan Francisco Prada Márquez
Alias Juancho Prada y/o
Francisco Tabares
Fuente: Unidad Nacional de Fiscalías para la Justicia y la Paz. Fiscalía General de la Nación.
En 1996, tras la captura de Roberto Prada y el asesinato de Rodolfo Rivera,
los Prada ya se habían extendido hasta San Alberto, corregimientos
de Minas, el Líbano y La Llana. Luego, mediante acuerdos con alias
“Manaure”, se distribuyen nuevamente el territorio, y alias “Juancho
Prada” mantiene el control de la zona de Aguachica hasta la quebrada
Besote, dado que ya había consolidado su presencia en el sur del Cesar
en unión con los grupos de su primo. Queda bajo la dirección del grupo
armado ilegal autodenominado Frente Héctor Julio Peinado Becerra,
nombre que asumen al desmovilizarse y que corresponde al de un jefe
de escuadra muerto en desarrollo de sus actividades ilegales. De alias
191
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
“Juancho Prada” se conoce que llegó desde temprana edad al municipio
de San Martín (Cesar). Proviene de una familia agricultora, tuvo una
formación escolar escasa, sólo hasta segundo de primaria; su padre se
dedicaba a la compra, mejora y venta de fincas, pasos que él siguió. Hacia
los años noventa se traslada al departamento de Casanare y desde ese
tiempo empiezan las relaciones con las AUC. Regresa al Cesar hacia 1994.
Alias “Juancho Prada”, supuestamente orienta su grupo armado ilegal
bajo la idea de “contraguerrilla y contra la delincuencia común”; lo que
entiende como cualquier manifestación o expresión que a su parecer
generara desorden social, incluyendo a quienes no fueran simpatizantes
de su postulado ideológico o le significaran un obstáculo para sus
fines de infiltrar los poderes administrativos y políticos locales. Una
sospecha al respecto ocasionaba que las personas fuesen tildadas
de “colaboradores”, “informantes” o “subversivos”. Involucraba como
objetivos a otra serie de personas y grupos que por sus creencias, estilos
u opciones de vida, se vieron maltratados en su dignidad humana,
en un clima generalizado de zozobra y temor que perjudicó todo el
tejido social, deteriorando los referentes que una sociedad tiene frente
a la seguridad e institucionalidad, atribuyéndose una “autoridad”
extrajudicial y arbitraria con la que juzgaba a las personas. Con base en
señalamientos de este tipo se apoderó de tierras, desalojó y despojó
de las mismas a pequeños agricultores, con pérdida para ellos de sus
patrimonios, de su seguridad alimentaria, el resquebrajamiento de sus
familias, sus planes y proyectos de vida. Se generó en toda la región un
clima de desconfianza colectiva e incertidumbre, y la vulneración de
múltiples derechos fundamentales.
3.6. Estructura del grupo armado ilegal AUSAC
El frente tuvo una estructura piramidal cuyos crímenes eran
direccionados por un jefe superior. También contaba con subjefaturas
en lo militar, financiero y político. Había grupos encargados del hurto
de combustible, los mal llamados “patrulleros”, quienes se encargaban
de la ejecución de órdenes de comisión de delitos y crímenes emanadas
desde las diferentes comandancias, y un grupo apoyo en el área de las
comunicaciones337.
192
337 Unidad Nacional de Fiscalías para la Justicia y la Paz.
Comandante
General
Comandante
Militar
Comandante
Financiero
Comandante
Político
Rural
Contraguerrilla
Escuadras
Urbana
Grupo los Guanes
San Martín
Ocaña
* Aguachica
* Río de Oro
* San Alberto
* Ábrego
* Gamarra
* La Playa
Presentamos, proveniente del Fiscalía General de la Nación, las estructuras
sucesivas de los grupos armados ilegales denominadas autodefensas de
Santander y sur del Cesar (AUSAC) y de las autodefensas campesinas del
sur del Cesar (ACSUC), ambas estuvieron bajo la dirección criminal de
alias “Juancho Prada”. Desplegaron su actividad ilegal en los municipios
del sur del Cesar y tareas de apoyo a los municipios de Ábrego, Ocaña y
La Playa, en el departamento de Norte de Santander.
193
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
ESTRUCTURA AUSAC - 1997
Comandante General
Juan Francisco Prada Márquez
Alias Juancho Prada y/o
Francisco Tabares
Comandantes Financieros
Luis Antonio
Carrillo Ortega
Alias franco
Primer CDTE
Comandantes Militares
Miguel Ángel
López
Jhon Vega
Alvernia
Alias Harold
Alias Norris
Segundo CDTE
Primer CDTE
Alias Jorge
Segundo CDTE
Comandantes de Escuadra
Alias Guasaco o El Paisano
Alias El Calvo
Alias Marcos
Alias Mañe
Luis Troncal
194
Comandantes Políticos
Alberto Durán
Blanco
Raul Prada
Lamus
Alias Barranquilla
Alias Antonio
Segundo CDTE
Político
Primer CDTE
Político
Grupo Campesino Los Guanes
Alias Fernando
Apoyo Equipos Comunicación
Jesus Noraldo Bastos León
Alias Parabólico
ESTRUCTURA ACSUC - 2001
Comandante General
Juan Francisco Prada Márquez
Alias Juancho Prada y/o
Francisco Tabares
Comandantes Financieros
Alirio Páez
Alias Chinito
Alias Guasaco
Segundo CDTE
Hasta agosto
Primer CDTE
Comandantes Militares
Faver de Jesús
Atehortua
Gómez
Alias
Julio Palizada
Primer CDTE
Comandantes Políticos
Alberto Durán
Blanco
Jorge Enrique
Rodríguez
Raul Prada
Lamus
Alias Barranquilla
Alias Costeño
Alias Antonio
Segundo CDTE
Primer CDTE
Político
Comandantes de C/ra Guerrilla
Comandantes de Escuadra
Grupo Campesino Los Guanes
César García
Javier Antonio Quintero Coronel
Alfredo García Tarazona
Hector Julio Peinado Becerra
Alberto Pérez Avendaño
Bernardino Remolina
Alias Fabián
Alias Grillo
Alias Tigre
Alias El Calvo
Alias Marcos
Alias Mañe
Alias Gato
Alias Peter
Alias Duván
Alias Fernando
Alias ET
Alias Míster
Alias Ramoncito
Jefe de Comunicación
Jesus Noraldo Bastos León
Alias Parabólico
Hurto de Combustible
Franklin Barón Larios
Alia Cachas
Fuente: Fiscalía 34 UNJP.
195
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
3.7. Aproximación al accionar del grupo armado FHJP
Se pretende ahora describir parcialmente las modalidades de actuación
del grupo armado ilegal FHJP con mayor impacto en los derechos
colectivos en el sur del Cesar. Bajo el entendido que estos daños se
deducen no solo por el número de hechos delictivos y/o de víctimas
causadas, sino también por modalidades específicas de acción que
afectan de manera directa derechos de este tipo. Incluso la sola
presencia y despliegue del grupo y sus órdenes y mensajes, como un
todo sistemático, cambian, para dañar la vida y las dinámicas sociales
de pueblos enteros y regiones. En particular se produce un daño a la
institucionalidad del Estado y a la vigencia del Estado Social de Derecho,
aunque en ciertas regiones este constituyera en ese entonces, solo un
horizonte al que se avanzaba con dificultad.
Las prácticas de victimización que han perjudicado o alterado el ejercicio
por parte de la comunidad de “derechos, intereses o bienes jurídicos de
alcance colectivo”, produce efectos sociales con largo impacto en la vida
de las comunidades. Dichas prácticas impactan identidades, culturas y
cosmovisiones, que tienen su desenvolvimiento en interacción con la
institucionalidad del Estado y con el ordenamiento jurídico que busca
ponerse en vigencia.
La presencia y acción del grupo armado ilegal FHJP dejó una población
civil en estado de recorte grave a sus libertades y vulnerada en sus
derechos humanos fundamentales, además de constituirse en víctima
sistemática a raíz de las infracciones al derecho internacional humanitario.
En el desarrollo de estas acciones criminales se dieron hechos que
configuran crímenes de guerra tales como el homicidio, la tortura,
el acceso carnal violento en personas protegidas, terrorismo,
desplazamiento forzado, así como contribuciones ilegales arbitrarias
y el reclutamiento ilegal. Así mismo se dieron hechos que configuran
crímenes de lesa humanidad, como los ataques a la población civil
realizados de manera generalizada y sistemática, que se encuentran
dentro de los patrones de conducta de las políticas de los grupos
paramilitares, ya que se atacó a personas que no ofrecían combate ni
condiciones de resistencia.
En desarrollo de la función constitucional (art. 227) de la Procuraduría
General de la Nación consistente en garantizar y proteger los derechos
196
humanos y representar a la sociedad, se concibe el daño colectivo
como un conjunto de violaciones de derechos individuales y derechos
colectivos que producen una serie de afectaciones sobre bienes de
interés colectivo.
Muchas acciones del grupo armado ilegal liderado por alias “Juancho
Prada” en el sur del Cesar se orientaron a producir un daño colectivo
sobre la institucionalidad y la gobernabilidad democrática, daños a los
derechos humanos y daños psicosociales a las personas o a la comunidad,
que resultaron víctimas del actuar de este grupo paramilitar.
Las acciones del grupo armado ilegal FHJP, orientadas por una ideología
violenta, autoritaria e intervencionista en muchas áreas de la vida de
las comunidades y de las personas, trazaron un ejercicio sistemático
de violaciones de múltiples derechos que dieron como resultado serias
afectaciones al tejido social, tejido que se mantenía a pesar de la violencia
guerrillera que persistía en la zona desde tiempo atrás, lo cual se puede
explicar por el predominante carácter rural del accionar de la guerrilla,
que trataba de llegar a las ciudades o poblados, mientras la violencia
paramilitar obró preferentemente en una dirección contraria, es decir,
de los poblados hacia las zonas rurales, concentrando su presencia
principalmente en los cascos urbanos. Por lo tanto la afectación de los
tejidos sociales urbanos fue una obra atribuible al accionar paramilitar.
Las afectaciones a la institucionalidad del Estado se produjeron en
muchos niveles de la administración y del gobierno. Sin embargo un
punto poco destacado de la afectación a las instituciones ha sido que
la creación, despliegue de los grupos, así como su actuar sostenido en
los territorios, contaron con la participación por acción u omisión de
dirigentes y hasta miembros o ex miembros de la fuerza pública del
Estado colombiano.
En versiones libres ante la Fiscalía 34 Unidad Nacional para Justicia y
Paz, integrantes del grupo armado ilegal FHJP manifiestan los nexos con
miembros de la Policía y el Ejército, dando cuenta del conocimiento que
estos tenían de sus acciones en municipios del sur del Cesar338.
338 “En este mismo sentido el postulado JOSE LENIN MOLANO MEDINA, Ojitos y/o Ángel
Montoya señala que como comandante de Ábrego Norte de Santander y del Municipio
de San Alberto coordinó y delinquió con integrantes del ejército Nacional adscritos al
Batallón Santander de Ocaña”. Postulado en versión libre del 26 de febrero de 2010
197
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
A pesar del supuesto propósito de la organización armada ilegal FHJP
de llevar a cabo acciones contra la guerrilla y contra la delincuencia
común, se actuó con ataques criminales sistemáticos y generalizados
que afectaron principalmente a la población civil. Esta población
resultó afectada por la comisión de crímenes de lesa humanidad y otros
contemplados como infracciones al Derecho Internacional Humanitario.
Estos crímenes fueron promovidos y desarrollados como un patrón
de conducta del grupo. El terror se implantó en la vida cotidiana de la
población. La comisión de delitos como la desaparición forzada y los
desplazamientos forzados se volvieron habituales.
Los siguientes son datos tomados de Acción Social acerca de la dinámica
de desplazamiento forzado en los municipios del sur del Cesar:
Año
Aguachica
San Alberto
San Martín
Gamarra
Río de Oro
Total por año
1994
0
11
4
0
0
15
1995
5
60
46
0
0
111
1996
15
59
8
0
0
82
1997
57
142
10
3
0
212
1998
87
297
16
14
0
414
en la Fiscalía 34 UNJP: “Se entró en coordinación con personal del Batallón Santander,
con el Mayor Lázaro, el Capitán Mulfro, el Cabo de la Policía Uribe, y con estos señores
se coordinó… después que trasladaron a mi Capitán Mulfro se siguió trabajando con
el Capitán Cañón. El que hizo esta coordinación para entrar fue Robert junior. En San
Alberto se coordinaba con el Mayor Rivera Comandante del Batallón contraguerrilla Nº
27. Cada vez que se hacía un operativo en el casco urbano de San Alberto se me decía
que tranquilo que se había hablado con la tropa y que iba a estar recogida, se entraba
y se hacia el operativo y el Ejército reaccionaba como a los 15 o 20 minutos después del
operativo, así era como se trabajaba en estos sitios de presencia de las AUC, en estos
sitios tanto en San Alberto como en Ábrego”.
“De igual manera en versión libre JAVIER ANTONIO QUINTERO CORONEL y WILSON
SALAZAR CARRASCAL, del 19 de abril de 2010 en la Fiscalía 34 UNJP, señalan a un
teniente de la Policía Nacional que les prestaba apoyo en el Municipio de San Martín:
‘El Comandante de la Policía si no estoy equivocado era el Teniente Ángel Umparela.
La relación con el Comandante de la Policía era que él nos dejaba trabajar a los
paramilitares” – Informe sobre vínculos entre la fuerza pública y grupos paramilitares.
Fiscalía 34 Unidad Nacional para la Justicia y la Paz – UNJP.
198
Año
Aguachica
San Alberto
San Martín
Gamarra
Río de Oro
Total por año
1999
89
159
25
51
0
324
2000
140
130
24
11
30
335
2001
727
372
124
103
61
1387
2002
822
255
143
90
53
1363
2003
416
131
44
60
24
675
2004
668
128
58
58
54
966
2005
795
192
135
104
57
1283
2006
119
29
36
13
15
212
Fuente: Acción Social.
Puede verse cómo la situación de desplazamiento aumenta a medida
que el frente consolida su presencia en el territorio. A partir del
2000 se intensifica su actuar violento, convirtiéndose el Cesar en un
departamento expulsor, con una población migrando hacia el mismo
interior del departamento; también a Norte de Santander, especialmente
hacia Cúcuta, y a Santander, principalmente hacia Barrancabermeja
y Bucaramanga, su capital. Igualmente, Bogotá fue un destino para
muchos de los desterrados.
Las afectaciones al derecho a la vida mediante la comisión de homicidios
colectivos, las llamadas “masacres”, también fueron acciones a través de
las cuales el grupo armado ilegal golpeó con crueldad a la población
civil, implantando su poder mediante el terror. Se realizaron acciones
dirigidas contra grupos específicos, tales como el movimiento sindical
y el liderazgo social comunitario, a quienes calificaban de apoyar o ser
afines con las guerrillas.
Sin embargo, otros objetivos acompañaron el accionar del grupo armado
ilegal: la necesidad de dominar el territorio y la población para asegurar
el control de la economía ilegal y la captura de rentas ilegales. Se trataba
de controlar la actividad del narcotráfico, mientras buscaban intervenir
el poder local para desviar presupuestos y avanzar en la construcción de
poder político.
199
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
En este contexto se produjo la masacre en Puerto Patiño, corregimiento
de Aguachica, el 15 de enero de 1995, por orden de Jorge Alberto Lázaro
Vergel, militar retirado del Ejército, quien solicitó apoyo a paramilitares
del sur del Cesar. Por la época en que se realizó esta masacre, dado el
paso de personas de una estructura paramilitar a otra, es posible que
miembros del grupo armado ilegal FHJP hayan participado en ella. Otras
versiones mencionan a “Los Masetos” y a Roberto Prada como autores
materiales. Este último no alcanzó a ser procesado por estos hechos;
pero de acuerdo con el informe de la Fiscalía, esta masacre se encuentra
entre las atribuidas al frente en mención.
Entre las versiones del ex paramilitar Rafael Emilio Ramírez, alias “Memo”,
sobre la noche del 15 de enero de 1995 manifiesta: “A eso de las nueve
o diez de la noche llegó el mayor Lázaro, yo lo vi. Nos dirigimos a
Aguasclaras, al barrio La 40, en busca de los supuestos delincuentes y
no encontramos a nadie”. El desmovilizado explicó que el mayor Lázaro
les había dicho que para la incursión de Puerto Patiño contarían con
un informante de él, un ex integrante de la guerrilla que señalaría a las
víctimas: “Esa noche llegamos a Puerto Patiño. Había uno o dos bares,
donde se mandó a apagar la música. A toda la gente la tendimos en
el suelo y el supuesto informante iba identificando a los supuestos
guerrilleros que él conocía”. “Memo” contó que primero asesinaron
a una de ellas, cuatro fueron trasbordadas en una camioneta de los
paramilitares, y las otras cuatro distribuidas en los carros que llevaban
los militares: “El mayor le dijo a mi hermano Luis Antonio: ‘Yo voy a coger
para Aguachica y usted coja para su zona, para Ocaña. Vayan dejando
esas personas por el camino, una distanciada de la otra’”. Según contó
alias “Memo”, así se cumplió la orden y cada 300 metros fueron arrojando
los cadáveres a la vía.
Allí fueron asesinados Fernando López Osorio, Jesús Ropero, Jhon Hoimar
Beltrán Galván, Elibardo Montalvo Peinado, Miguel Ángel Cáceres Padilla,
Lorenzo Pedrozo Padilla, Geovanni Guzmán Pérez, León Saldaña y José
Trinidad Galván Urquijo, pescadores señalados de colaborar o hacer
parte de la guerrilla; además, por la forma como ocurrieron los hechos,
la comunidad se vio sometida al miedo de nuevos señalamientos y a la
incertidumbre de saber a dónde conducirían las acciones criminales de
las cuales estaban siendo sometidos.
En la fecha de esta masacre el grupo armado ilegal FHJP se encontraba
de manera directa manejado por alias “Juancho Prada”.
200
Esta masacre produjo las víctimas directas ya enumeradas, pero también
lo fueron las comunidades que habitaban este caserío, dado el pánico
producido, los impactos emocionales generados y la incertidumbre
instaurada en sus vidas. Además se produce un menoscabo en el
ejercicio de los derechos a la seguridad y al ejercicio de las libertades.
Otro caso fue la masacre del carrotanque, acaecida el 16 de abril de 1996
en la vereda La Huila, del municipio San Martín. El móvil de esta masacre
fue el interés de monopolizar el hurto y contrabando de combustible,
como una importante fuente de financiación y enriquecimiento, ya
que resultaba tan rentable como el narcotráfico. Alias “Juancho Prada”
ordenó el asesinato de quienes presuntamente también robaban
gasolina del oleoducto. Resultaron asesinados Carlos Alfonso Romero
Pardo, Ángel Miguel Muñoz Amorocho, Gabriel Ángel Mesa Carrasquilla,
Edgar Antonio Poveda Lobaton y Antonio Badillo Torres.
En la versión del mismo alias “Juancho Prada”, confirmó que dio la orden
a Jhon Vega Alvernia, alias “Norris”, ex jefe militar de las autodefensas
en San Martín, que “asesinara a quienes vieran en esa zona robando
combustible […] Le di la orden que patrullara desde San José de las
Américas hasta la quebrada La Rayita a donde llegaba la carretera”.
En artículo de Verdad Abierta del 31 de octubre de 2011 se dice lo
siguiente:
Alias ‘EL Loro’ dijo que les dispararon a cinco hombres que estaban
supuestamente llenando un carrotanque con gasolina y que las
balas causaron un incendio. “Por todo fueron cuatro muertos y un
herido, y con la vaina de la ‘plomacera’ se prendió la mula”, dijo el ex
paramilitar.
Alias ‘Juancho Prada’ dijo que en la masacre participaron además
de ‘El Loro’, Manuel Antonio Villamizar alias ‘Mañe’, Juan Tito Prada
alias ‘Tito Prada’, alias ‘Taolamba’ y ‘El gringo’.
Según lo documentó Justicia y Paz, el grupo ‘Juancho Prada’ se
financió precisamente del robo de combustible. En un informe
presentado a la Fiscalía, Ecopetrol reportó la extracción ilegal de
135.837 barriles de crudo de las líneas Galán-Ayacucho entre 2003
y 2006.
201
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
3.8. Aproximaciones a los daños colectivos
causados por el grupo armado ilegal FHJP
3.8.1. Daño a la institucionalidad
En este acercamiento al diagnóstico de daños colectivos en el sur del Cesar
nos encontramos, en primer lugar, con el daño a la institucionalidad.
El accionar del grupo causó daños en el ejercicio y garantía al derecho
constitucional a elegir y ser elegido. Muchos concejales, alcaldes y
candidatos o candidatas a cargos de elección popular fueron asesinados
bajo el supuesto de tener vínculos con organizaciones subversivas. En
realidad, el interés del frente era sustituir a líderes o dirigentes políticos
que consideraban “enemigos” para imponer sus propias figuras.
Algunas versiones libres permiten inferir que estas personas y su actividad
política significaban un obstáculo para los propósitos de apoderarse de
las administraciones municipales. Si bien alias “Juancho Prada” como jefe
del grupo armado ilegal expresó que no dio instrucciones para que se
incidiera en las decisiones políticas de las comunidades, otros miembros
del grupo manifestaron que hubo nexos entre la clase dirigente y el
grupo, apoyos que se materializaban en destinación de recursos del
presupuesto para el grupo armado.
En versión libre del 21 de febrero de 2011 ante la Fiscalía 34 UNJP en
Bucaramanga, los desmovilizados Javier Antonio Quintero Coronel y
Wilson Salazar Carrascal expresaron:
Los candidatos recibían apoyo militar de nosotros. Por ejemplo se
lanzó un alcalde. Y a nosotros nos mandaban de a tres o cuatro
muchachos paramilitares por caserío y nosotros le decíamos a
la gente es que tiene que votar por este político. O en el tiempo
de la campaña, este alcalde o concejal, nosotros le prestábamos
seguridad. Ahí es donde viene la gente atemorizada por todo esto.
El caso del ex alcalde del municipio de Aguachica, Luis Fernando
Rincón López, desmovilizado del M-19, es un ejemplo del agravio,
estigmatización y finalmente muerte violenta de un líder comunitario y
político por la acción intolerante del grupo. En igual sentido sucedió con
sindicalistas y periodistas.
202
El ex alcalde fue objeto de constantes amenazas por distintas
estructuras armadas ilegales: mientras el ELN lo tildaba de “amigo” de los
paramilitares, estos hacían lo mismo al señalarlo de amigo de aquellos.
Con un equipo de amigos el funcionario promovió una consulta popular
por la paz en el año 1995, como respuesta a la ola de violencia en el
territorio. Antonio Calvo, quien lo acompañó en la Alcaldía, recuerda: “La
pregunta fue de lo más simple. Si ellos actuaban a nombre del pueblo
entonces había que preguntarle a la gente si rechazaba la violencia y
convertíamos a Aguachica en un territorio de paz”.
La respuesta de la población a la consulta, en agosto de 1995, arrojó
un resultado de masiva participación, con 12.000 votos a favor. Rincón
en compañía de otros líderes, incluyendo a su opositor conservador y
a quien le había ganado en las elecciones a la alcaldía, emprendió una
apertura de espacios de cultura ciudadana por la paz y los derechos
humanos. Más tarde este líder, Álvaro Payares Ropero, fue asesinado.
El ejercicio de la consulta por la paz no agradó y no contó el apoyo de la
clase política dirigente tradicional, ni de los grupos organizados armados
al margen de la ley: “Se opusieron con ferocidad a la consulta por la
paz. Los grupos armados estuvieron juntos, los ‘paras’ quemaron urnas
y el ELN también”, dice Antonio Calvo. Por esos días los paramilitares
usaron el apoyo legal para la creación de las denominadas cooperativas
de vigilancia y seguridad “Convivir”, con estos grupos privados de
seguridad como “Renacer” y “Arrayanes” dieron rienda al actuar del
llamado frente HJP339.
El 15 de agosto de 2000 fue asesinado Luis Fernando Rincón López. En la
vía de Aguachica hacia Puerto Mosquito fue sustraído de su camioneta
y llevado a la finca “El Palmar” con los escoltas asignados por el DAS.
Luego de cumplir con una supuesta reunión para la que fue convocado y
entrevistarse con alias “Julio Palizada”, fue asesinado con arma de fuego.
Concejales y miembros del equipo de trabajo de Luis Fernando Rincón
López recibieron amenazas tras el asesinato del ex alcalde, como
consecuencia de ello tuvieron que desplazarse forzosamente, perdiendo
su proyecto y plan de vida. Fuera de las afectaciones individuales y
familiares que esto conlleva, se causó un grave perjuicio a una comunidad
339 Del artículo en Verdadabierta, “De dónde salieron los paras”, del 7 de septiembre de
2011.
203
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
que también consideraba esas expresiones políticas como parte de su
vida. Se anularon las expresiones de todas las personas que mediante
actividades académicas, laborales, cívicas o comunitarias, representaran
un obstáculo para los intereses del grupo y de los sectores sociales que
se aliaron con ellos. Los ganaderos y la clase política dirigente buscaron
asegurar sus propiedades, acrecentar sus riquezas, seguir detentando
el poder social, político y administrativo, mediante una alianza con el
grupo armado ilegal FHJP.
Se puede afirmar que en el sur del Cesar el paramilitarismo busca
tanto la defensa y ampliación de la dominación territorial de los
hacendados como la recuperación del espacio político perdido por
las élites locales.
En la primera mitad de la década de los noventa se incrementó la
violación a los derechos humanos en la región. La población civil
atemorizada, conociendo los crímenes cometidos y a sus autores, no está
en capacidad de denunciar, porque saben que desde la institucionalidad
se apoya la acción del grupo armado.
El Banco de Datos de Derechos Humanos y Violencia Política – CINEP y
Justicia y Paz, en su Revista Noche y Niebla (abril-mayo-junio de 1997, No.
4), expone testimonios de la situación para la población civil en la zona
sur del Cesar:
Pailitas no, Pailitas está malo y Pelaya peor… De ahí para abajo eso
está mejor dicho! Es mucho la matazón que ha habido por ahí. Uno
se pone a pensar que sí han matado muchas personas inocentes y
uno también se lleva por lo menos el pensamiento de que uno no
debe nada pero que han matado mucha gente, ahí lo encuentran a
uno y lo pueden fregar, lo pueden matar.
Si antes, por el actuar guerrillero, quienes se sintieron solos, sin el apoyo
del Estado, fueron los ganaderos, terratenientes, palmicultores, las
familias tradicionales y la clase política dirigente, ahora quien está sola
es el resto de la población civil.
Finalizando el año 1994 se creó el Programa de Desarrollo y Paz del
Magdalena Medio (PDPMM)340. Los paramilitares, en un intento por
340 Es una organización no gubernamental propiciada por Ecopetrol por iniciativa
de su sindicato, con la Iglesia católica, y cuya dirección técnica quedó en manos
204
eliminar tal emprendimiento, agravan la situación de violencia y,
producto de ello, algunos sindicalistas de la región que hacían parte de
la iniciativa resultaron señalados como colaboradores e informantes de
la guerrilla.
En esta organización participó activamente la candidata a la alcaldía
de San Alberto, Aída Cecilia Lasso Gemade. La señora Lasso y su
familia fueron ultrajados en su residencia, resultando asesinadas ella
y su hija menor de edad, Sindy Paola Rondon Lasso. La candidata
ejerció durante 16 años activamente sus convicciones a favor de
las mujeres y el trabajo social desde la UMATA de la administración
municipal, de donde fue retirada sin justificación alguna por denunciar
irregularidades ante la Procuraduría.
Desde allí había apoyado muchos proyectos productivos para las
mujeres e hijos víctimas de la violencia. Una vez fue despedida lanzó su
candidatura a la alcaldía, lo que suscitó mucho interés en la comunidad.
Su candidatura no fue bien recibida por la clase política tradicional y
los militares. Tres días antes de su asesinato y el de su hija se llevó a
cabo un reunión a la que asistieron miembros del grupo armado ilegal
FHJP, el alcalde en funciones y el candidato opositor, Javier Zárate.
Estas personas, más adelante, fueron condenadas por el crimen de
la señora Lasso y su hija. Se trató de un acto de sevicia que generó
terror, zozobra y duelo en la comunidad, y ocasionó una merma en su
identidad colectiva, menoscabo en su esperanza y capacidad de buscar
oportunidades para construir proyectos y planes de vida comunitarios
en un territorio de paz. La familia de las víctimas directas se vio abocada
al desplazamiento forzado341.
del CINEP (Centro de Investigación y Educación Popular de los padres jesuitas) y
el SEAP (Sociedad Económica de Amigos del País) que promueve una iniciativa
interinstitucional y se propone la consolidación de una red de ciudadanos para brindar
apoyo técnico y financiero a propuestas o proyectos comunitarios de desarrollo, como
alternativa a la violencia. Posteriormente esta iniciativa contó con importantes aportes
de la cooperación internacional y del Gobierno Nacional. Numerosas iniciativas
comunitarias, promoción de liderazgos y estudios sobre la región se han realizado a
través del Programa.
341 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Segunda instancia de Justicia y Paz,
p. 18.
205
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Solo por su ocurrencia, la presencia y acciones del grupo producen daños
sobre las comunidades, pero acciones como las relatadas producen un
daño específico en la conformación de la región como sociedad política.
Coartar la libertad de los líderes para abanderar causas y coartar el
voto de los ciudadanos desdibuja la posibilidad de construir proyectos
sociales al servicio de todo el conglomerado. Además, las anteriores
coerciones traen un resquebrajamiento de la institucionalidad del
Estado en el territorio, por falta de garantías de seguridad no se ejercen
las funciones que desde las corporaciones públicas y el gobierno
local deben realizarse. Tanto las acciones de la sociedad civil como las
organizaciones no gubernamentales y demás espacios democráticos
que promuevan la cultura política se cierran y se produce una grave
afectación al desarrollo.
Como consecuencia del cierre de estos espacios para la acción política,
la falta de debate público y la ausencia de transparencia en el curso
de la administración, la corrupción se apoderó del manejo de los
asuntos públicos en esta región. Todos estos hechos generan daño a la
colectividad con consecuencias sociales graves y de difícil recuperación.
Los nexos de la clase política dirigente con el grupo armado ilegal
muestran que antepusieron los intereses particulares sobre los
generales y fueron más allá: sobre los fines y valores constitucionales
antepusieron las antípodas de la corrupción, la violencia y la economía
ilegal. La falta de credibilidad en las instituciones es una huella que
solo muy buenas acciones realizadas durante muchos años permitirán
recuperar la confianza. Todo este engranaje dio pie a expresiones como
“narcodemocracia” y “parapolítica”, que revelan el daño producido a la
colectividad como sociedad política.
La injerencia del grupo armado ilegal FHJP en la esfera política en
busca de representación en la administración local, trajo la captura de
las funciones de los gobiernos locales, además su mirada se elevaba a
trascender a la esfera departamental y nacional. Se pretendía con todo
este entramado criminal asegurar su protección como grupo y nutrir sus
fuentes de financiación y enriquecimiento, aparte de ocultar los ingresos
por negocios ilícitos.
En relación con lo anterior, es necesario poner en evidencia el vínculo con
la fuerza pública del Estado que, por omisión o colaboración, contribuyó
con ello a la consolidación del frente en el territorio. De esta situación
206
resultaron masacres, homicidios y, consecuentemente, desapariciones y
desplazamientos forzados.
El ente que por función constitucional vela por el orden público y la
seguridad de los ciudadanos quedó vinculado al grupo armado ilegal,
y la organización delictiva se erigió como una “autoridad” extrajudicial.
Bajo su patrón de violencia provocó un cambio en los valores y en el
imaginario colectivo; las personas cambiaron sus costumbres, su
cotidianidad y el sentido de seguridad, basado no en el respeto sino en
el miedo, se trastocó su capacidad y el derecho a movilizarse libremente
por su territorio342.
La masacre de Puerto Patiño nos sirve de ejemplo de cómo se corrompe
una institución y el daño colectivo que se genera hacia la misma y hacia la
seguridad de la población. La incursión fue planeada por el comandante
de ese entonces de la base militar de Aguachica, Jorge Alberto Lázaro
Vergel, en la que estaban involucrados miembros del frente Héctor Julio
Peinado Becerra, además de personal del Ejército.
Las masacres producen un daño colectivo sobre toda la población que
presencia o tiene noticia de lo ocurrido. Se coarta la libertad y las gentes
no tienen otra alternativa que rendirse ante cualquiera de los grupos
armados ilegales.
Este ex militar fue condenado en marzo de 2011 por los delitos de
desaparición forzada y concierto para delinquir, y se constituye en una
de las evidencias de la cruel alianza contra la comunidad entre el grupo
armado ilegal y las fuerzas institucionales. La gran equivocación que hay
detrás de estas maniobras delictivas entre la Fuerza Pública y los grupos
armados ilegales paramilitares, fue la errada convicción de que la mejor
forma de enfrentar a las organizaciones guerrilleras era mediante el mal
llamado “trabajo sucio” de los paramilitares. Cuando está demostrado
que con actuaciones dentro del marco de la Ley y bajo los principios
342 Según informe de la Fiscalía 34 UNJP, en las versiones libres de varios postulados
puede encontrarse la coincidencia en sus afirmaciones sobre la relación entre la fuerza
pública y el frente: “siempre el contacto con la fuerza pública y las autoridades de
policía pues con ellos se coordina tanto en la zona rural como urbana existiendo una
comunicación fluida en la que se informaba sobre las posiciones geográficas en las
que se encontraban, las actividades que realizarían, cruce de información de interés
llegando incluso las autodefensas a pagarles una mensualidad a los integrantes de la
fuerza pública por su colaboración”.
207
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
éticos del honor militar era posible obtener avances sin dañar la
institucionalidad del Estado. Estas maniobras como última finalidad
se proponían la captura de rentas ilegales y el control de economías
ilegales sobre lógicas de ambición sin límites.
En suma, lo vivido en estos años por causa de la presencia y actuación del
grupo armado ilegal FHJP ha sido un despliegue de una fuerza que actuó
a sus anchas en el territorio del sur del Cesar, quienes de una manera
cruenta sometieron a los ciudadanos y a la institucionalidad. Todo ello
por cuenta de unos intereses orientados al narcotráfico, el contrabando,
la tenencia de tierras y la captura de los presupuestos públicos.
3.8.2. Daños a los derechos humanos
En la versión libre de alias “Juancho Prada” (Fiscalía 34 UNJP), realizada el
15 de diciembre de 2011, se encuentran las directrices criminales para
el grupo armado ilegal que dieron origen a los patrones de violencia
realizados. En sus propias palabras manifiesta: “La orden de que yo había
dado era que mataran a la guerrilla, a los colaboradores de la guerrilla, a
los auxiliadores de la guerrilla, a los cuatreros y a la delincuencia común,
a las sectas satánicas, a los vendedores de vicio, a los violadores y a todos
los que le hicieran daño a la sociedad”.
Son pocas las acciones, igualmente ilegales, de confrontación militar
entre grupos armados ilegales, dígase paramilitares y guerrillas. Con
esas órdenes así impartidas se desató una acción criminal sistemática
contra población civil no combatiente. Acciones orientadas por toda
clase de prejuicios y estigmatizaciones. La comunidad resultó intimidada
y sometida a un régimen de limitaciones de horarios y espacios, de
su movilidad, también se estigmatizaron estilos de vida y condiciones
sexuales, se desdeñaron derechos a la honra, a la intimidad, al libre
desarrollo de la personalidad, a la libertad de locomoción, a la integridad
personal, a la libertad e integridad sexuales. Las mujeres fueron afectadas
al quedar relegadas o reducidas a moverse solo en el ámbito privado, se
dañaron familias y personas con repercusiones en el sentido individual y
colectivo de los derechos.
Un grupo de investigadores judiciales de la Fiscalía 34 realizó una serie
de entrevistas con población LGBTI y mujeres víctimas en la zona de
actuación del grupo armado ilegal FHJP, particularmente en Aguachica
y Ocaña. En general, las personas entrevistadas tenían bajo nivel
208
académico, en especial campesinos; las mujeres apenas tenían estudios
primarios y muy pocas habían realizado estudios técnicos. En su mayoría
estaban dedicadas a actividades de amas de casa, labores agrícolas,
al empleo doméstico, empleadas de establecimientos públicos o
almacenes, vendedoras ambulantes y, en último caso, estudiantes.
Lo primero por destacar es que el acceso de las mujeres a las funciones
públicas en Aguachica es muy limitado, la presencia del grupo armado
ilegal contribuyó a desestimular la proyección de las mujeres en esferas
más allá del ámbito privado.
En Aguachica las mujeres manifestaron sentirse limitadas en su libertad
de locomoción por el miedo que les causaba la presencia de los miembros
del grupo armado ilegal por la calles y en establecimientos públicos
en actividades ilegales de control –que ellos llamaban patrullaje–. Las
mujeres fueron objeto de acoso sexual y se presentaron violaciones.
Estos hechos son evidenciados con mucha reserva, pero alcanzan a
manifestar que los miembros del grupo armado ilegal buscaban mujeres
con edades entre los 15 y 20 años. Muchas de ellas se vieron obligadas
al desplazamiento, otras viven con miedo al “escarnio público” o a ser
asesinadas por haber tenido trato obligado o aceptado con los miembros
del grupo armado ilegal:
De acuerdo a lo relatado por una víctima como producto de la
violencia es madre de un menor de edad, hecho que se ha mantenido
en reserva al interior de la familia de la víctima en razón a que el
victimario se encuentra en libertad y principalmente por no afectar
al menor. El reporte manifiesta que cuando fue víctima del hecho
contaba con 15 años de edad343.
También en Aguachica, en un relato de una violación fue nombrado
como autor de los hechos Luis Manuel Zorrilla Contreras, alias “Rubiano”,
su víctima fue Inmaculada Santos344, una menor de edad, como fruto
de este acto tuvo un hijo que hoy tiene 12 años. Otro caso se refiere
al asesinato de una joven quien sufrió violación por parte de alias “Tito
Prada”, según relata su hermana. Las entrevistadas manifiestan haber
343 Informe de la Comisión a Aguachica y Ocaña de la Fiscalía 34 UNJP y equipo de
investigadores judiciales.
344 Nombre supuesto para proteger la integridad de la víctima.
209
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
escuchado en muchas ocasiones este tipo de casos, pero dicen no tener
más información. Estos temas siguen siendo ocultados por temores y
por pudor.
En Ocaña la situación no difiere mucho. Si bien algunas mujeres han
podido ejercer eventualmente como líderes de sus comunidades, nunca
la alcaldía fue asumida por una mujer, ni siquiera se han presentado
como candidatas al cargo, menos aun en la época de acción del grupo
armado ilegal. Durante este tiempo fueron ultrajadas, tratadas como
objetos y obligadas a realizar labores sin remuneración.
En las familias existía un miedo constante a que se llevaran a las menores
de edad. Hay relatos de ello y aún hoy se sabe de víctimas directas que
se encuentran desaparecidas; otras fueron golpeadas, asesinadas y
otras más quedaron embarazadas y posteriormente se convirtieron
en madres solteras. También existen casos de quienes quedaron solas,
responsables de sus hogares, pues sus compañeros fueron asesinados o
desaparecidos. Presentamos a continuación extractos de declaraciones
que ejemplifican crudamente estos hechos:
Los paramilitares estaban en mi casa y a la fuerza [se] llevaron dos
muchachas: un mes encerradas, sólo salían al baño y a bañarse.
Abusaban de ellas alias “Míster” y alias “Douglas”. Al mes les dijeron
que se fueran. Ellas eran de Aspasica; una de ellas era Leidy, como de
18 años, la otra era como de 13 años y el papá es Heliodoro Trigos, le
dicen Yuyito. Él vive en Barranquilla, se tuvo que desplazar.
[…] Después de que los paramilitares mataron a mi esposo, yo tenía
23 años y a mi casa llegaba Ángel Montoya, alias “Ojitos” y me decía
que yo estaba buena, que me fuera a vivir con él y dejara a mis tres
hijos. Yo le dije que mejor me matara, que ellos se habían metido con
mi marido.
[…] El caso de mi mamá, Marilce Vega Guerrero, quien está
desaparecida desde el 15 de mayo de 1995. A ella la acosó
sexualmente permanentemente el paramilitar Milciades y un día la
sacó de la casa y no supimos más de ella.
[…] A las mujeres que se encontraban fuera de sus casas a altas
horas de la noche las increpaban y castigaban severamente, les
daban fuetazos o golpes”, “igualmente eran reprendidas las mujeres
que fueran encontradas besándose con sus novios o esposos en las
calles.
210
[…] existió cierta restricción hacia las mujeres en la zona de
injerencia del Frente Héctor Julio Peinado Becerra en cuanto a
su forma de vestir ya que no podían utilizar minifaldas o blusas
escotadas, blusas ombligueras y todo tipo de prendas insinuantes
(algunos testimonios recopilados por la Comisión de la Fiscalía 34).
Con los pocos testimonios con que es posible contar, se puede
evidenciar el daño colectivo causado y sufrido por las mujeres a su
dignidad e integridad física, mental y moral, la situación de sumisión
y subordinación con los hombres miembros del frente, en un contexto
social con alta discriminación hacia el género femenino.
Toda una generación de mujeres jóvenes que vieron truncada su
expectativa de vida. Los paramilitares hicieron uso del poder, infundiendo
miedo a la comunidad para dar rienda a sus acciones perversas:
Se sabe que los paramilitares hacían sus parrandas y hacían
desfilar a las mujeres desnudas para ellos […] Muchas por miedo
no denunciaron, también obligaron a que se prostituyeran, el
comandante tenía su grupo de mujeres y después de estar con ellas
tenían que pasar por el resto de compañeros, ese era el comentario
en Ocaña.
Una mirada especial merecen los casos de violencia sexual en contra
de mujeres prostituidas o trabajadoras sexuales, aunque es un tema
que genera diversas susceptibilidades, dado el discurso cotidiano y la
discusión sobre esta actividad laboral. Lo cierto es que estas mujeres
se encuentran normalmente en condiciones de precario respeto por
sus derechos humanos más fundamentales, fuera de la estigmatización
social que las margina y las hace más vulnerables. Las mujeres en el
ejercicio de la prostitución, como actividad elegida o impuesta, tienen
los mismos derechos y libertades que cualquier persona, incluso sus
clientes, quienes en muchas ocasiones se arrogan mayores derechos y la
potestad de someter y maltratar.
Las trabajadoras sexuales deberían haber tenido el derecho y la opción a
resistirse frente a la explotación sexual de la cual fueron objeto por parte
del grupo armado ilegal FHJP. Hay evidencia de que ellas fueron sujetas
a tortura sexual, acoso y desnudos forzados.
La Fiscalía 34 UNJP recibió información de casos como estos en
Aguachica y Ocaña. Se presentaron situaciones de explotación sexual
sobre mujeres, en su mayoría menores de edad, que eran obligadas a
211
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
estar en las fiestas de los paramilitares. Se sabe que personas del grupo
armado acudían a sus servicios y no les pagaban, en otros casos algunas
fueron secuestradas para satisfacer a varias personas pertenecientes al
grupo armado ilegal. Muchas veces eran maltratadas y golpeadas.
Los miembros del FHJP también se atribuyeron el ejercicio de controles
sobre las casas de lenocinio respecto a la detección de infecciones
sexuales, incluido el VIH. Las mujeres portadoras de alguna enfermedad
transmisible corrían el riesgo de ser asesinadas, y de hecho así ocurrió
en algunos casos. El daño a esta comunidad específica se evidencia en
tanto que las mujeres son consideradas objetos carentes de derechos,
de garantías y de protección por parte de ninguna institución. Se
presenta un daño colectivo hacia ellas, sus familias como sector social
y como grupo, pero toda la sociedad recibe estos maltratos, y puede
profundizar su insensibilidad para este tipo de población. Si bien la
situación de marginación social puede darse de manera previa a sus
labores como trabajadoras sexuales, el ejercicio de la prostitución las
condena a la profundización de su marginalidad. La vida de ellas, casi
siempre, se desenvuelve en condiciones de zozobra desde antes de
ejercer la prostitución. En Ocaña y Aguachica, la comisión mencionada
encontró expresiones como las siguientes:
A María Magdalena345 le dijeron que dejáramos la lengua quieta y
nos mandáramos a hacer exámenes y que no fuéramos a robar a los
clientes.
En un contexto todavía lleno de intimidaciones y estigmatizaciones no
es posible conseguir relatos más detallados del ambiente de coerción, de
control sobre la vida, y sobre los cuerpos de estas mujeres marginadas y
sometidas. La conclusión perentoria de estos relatos es que la afectación
causada sobre las mujeres por el grupo armado ilegal tiene un impacto
sobre la comunidad entera, tanto por el trauma causado a sus familias y
por la desarticulación que esto produce sobre tejidos sociales diversos.
Se hace necesario realizar una profundización tanto en los hechos como
en las consecuencias de los mismos. Por otro lado, el uso del terror
dificultó para muchas personas el goce efectivo de sus derechos al libre
desarrollo de la personalidad en los municipios del sur del Cesar y buena
parte de Norte de Santander. Las personas eran señaladas por su forma
345 Nombre supuesto para proteger los derechos de la víctima.
212
de vestir y por otras razones que conllevaban discriminaciones. Existía la
orden de que las mujeres no podían llevar prendas como faldas o blusas
cortas, los hombres no podían llevar cabello largo, nadie podía usar
piercing, ni tatuajes, podían ser catalogados como “delincuentes”. Con
esto se anulaban libertades básicas en el despliegue de la personalidad
y la expresión, necesarias en el proceso de crecimiento de los grupos
humanos. Un ejemplo en Ocaña relata:
Tengo un conocido, se llama Alexander Carrascal Manzano, los
paramilitares lo raparon con una gilete cuando tenía 23 años por
tener el cabello largo […].
Las personas no recibieron la protección a la que tienen derecho en estos
casos de ataques directos u otros actos de violencia. Toda la comunidad
quedó expuesta a la violencia y la arbitrariedad. Cuando alguien se
atrevió a denunciar estos atropellos no se adelantaron los procesos
respectivos; antes, por el contrario, fueron sometidos a desplazamiento
u otras violencias. Los jóvenes se convirtieron en objetivo militar. Podría
decirse que por “fama de delincuentes” fueron atacados, siendo blanco
de torturas, desapariciones y asesinatos. Se privó a las personas de
sus vidas por pertenecer a sectores calificados de “grupos marginales”,
o tan solo por sospecha de estar involucradas en ilícitos, o por lo que
se les ocurriera: ello se convirtió en una práctica sistemática en todo el
territorio ocupado el frente.
La amenaza constante que vivió la comunidad en general, también
fue sufrida por la comunidad LGBTI. Los actos discriminatorios hacia la
población marcaron la tendencia de desprestigiar y estigmatizar a las
personas, convirtiéndolas en víctimas del control territorial y sobre la
población impuesto por el grupo armado ilegal. Los homosexuales
fueron tildados de “causar daño a la sociedad”, se vulneraron sus derechos
humanos de muchas formas. Un testimonio recogido en Ocaña permite
ver la persecución operada contra esta población:
Los paramilitares pasaban rondando de noche buscando a quién
darle duro, entre esos estaban los homosexuales, los travestis y toda
persona que pensara diferente a ellos […]
Hubo un tiempo en que los panfletos decían que iban a matar a los
gays, viciosos, prostitutas, prepagos, jíbaros que tuvieran nexos con
la guerrilla, hubo pánico por temporadas.
213
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
3.9. Conclusiones
Todo lo expuesto pone de manifiesto una acción sistemática y masiva
por parte del grupo armado ilegal Frente Héctor Julio Peinado para
violar derechos fundamentales de variados sectores de la población. Se
presenta un daño por la restricción al uso de los espacios públicos y los
territorios de los pobladores para convertirlos en lugares de temor y de
riesgo, bajo designios deliberados de producir terror sobre poblaciones
civiles. Se presenta daño por el ambiente de inseguridad y desprotección
generado, por la interiorización del miedo como consecuencia de la
violación masiva y sistemática de los derechos humanos ejercida por el
grupo armado ilegal. Se producen daños en el ejercicio de los derechos
políticos y en esta medida se da una afectación grave a las libertades
públicas y el derecho a elegir y ser elegido. Al acudir masivamente al
voto por la paz, la población respondió a sus deberes ciudadanos de
participar y al derecho de expresar de manera pública aspiraciones
colectivas. Pero ese valor civil resultó lesionado. La institucionalidad
no garantizó la paz reclamada, tampoco generó las condiciones para
cumplir los deberes y ejercer los derechos de los ciudadanos, por el
contrario, la población quedó sometida a los patrones impuestos, a la
arbitrariedad y la violencia del grupo armado ilegal346.
Se produce un daño grave a la institucionalidad del Estado y en la vigencia
del Estado Social de Derecho como proyecto colectivo, tanto por las
relaciones con la Fuerza Pública como por la captura de las instituciones
locales y departamentales, con proyección a nivel nacional. Se presenta
una rechazo y resistencia en sectores poblacionales a la institucionalidad
del Estado (no quieren acudir, ni hay interés por conocer las rutas de
atención y servicios incluidos en la oferta institucional).
Se encuentran criterios y prácticas instalados, modificaciones en
la conducta individual y colectiva, antivalores que se defienden
346 “En contextos de violencia sociopolítica y conflicto armado, la justicia tiene un
valor relevante en términos sociales, políticos y psicológicos, en tanto que es un
instrumento que permite restablecer los pactos sociales que constituyen la relación de
los ciudadanos entre sí y con el Estado. Entre otros aspectos la justicia permite regular
la acción del Estado (CELS, 2007), así como transformar las premisas que se mantienen
en contextos de guerra que Ignacio Martín Baró (1984) describe en términos del
ejercicio de la violencia, la polarización social y la mentira”.
214
como valores. El hecho que sectores de la población recurrieran a la
intermediación del grupo armado ilegal paramilitar –antes posiblemente
lo había hecho con el grupo armado ilegal de la guerrilla– para tramitar
conflictos y tratar sus diferencias, incluso situaciones familiares e
interpersonales, generó una contracultura que confunde valores con
antivalores, por cuanto se otorga credibilidad y autoridad a un grupo
de personas que no tienen legitimidad en el origen de su poder, ni
en los fines de sus acciones, menos en las formas como resuelven
los conflictos de las personas, todo ello acompañado de ejercicios
sistemáticos de violencias, violaciones a derechos humanos y toda clase
de arbitrariedades. El quedar instalado culturalmente el recurso a actores
no estatales y criminales para la resolución de conflictos constituye
un grave daño sicosocial. Pero este es más profundo si, además de la
aceptación de esta “autoridad” espuria, las gentes se asumen como
“responsables” o “culpables” de los hechos o prácticas de violencia que
viven, y que los sitúa en la dualidad extrema de “bueno/nocivo para la
sociedad” o “amigo/enemigo de los paramilitares”.
Se afectó el valor y el aprecio por la vida, el aprecio por la paz como valor
social, y a la noción de los deberes y derechos de las personas. Muchos
quedaron sumidos en actitudes instaladas durante el periodo de la
ocupación paramilitar, donde el “sálvese quien pueda”, simpatizar con
el grupo para salvar la vida, o esconderse o esconder los pensamientos
se convirtieron en actitudes generalizadas para no resultar afectado,
víctima de una masacre o de las mal llamadas “limpiezas sociales”. Se
configuran daños psicosociales sobre las poblaciones violentadas y
sometidas que dejan secuelas de miedo, desconfianza y ruptura de
tejidos sociales, sobre imaginarios colectivos, expresiones culturales y
elementos de identidad construidos a lo largo de varias generaciones.
El nexo de la acción del frente con los daños psicosociales en la población
se evidencia en la desconfianza colectiva de las personas tanto en sus
entornos inmediatos como en los entornos comunitarios, en la pérdida
de valores, de autoestima y proactividad. Las víctimas quedan situadas
en condiciones de inferioridad y vulnerabilidad frente al resto del
conjunto social, lo que les dificulta emprender los procesos para rehacer
sus proyectos de vida.
En los daños psicosociales referenciados de manera preliminar, algunos
pueden tener soluciones de continuidad con prácticas igualmente
reprochables, instaladas con anterioridad por los grupos armados
215
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
ilegales guerrilleros. Sin embargo, el fenómeno paramilitar alcanzó
dimensiones de control territorial y poblacional, sistematicidad en
las violencias así como la colaboración y connivencia de muchas
autoridades, que hacen de este un fenómeno de mayor profundidad y
mayor capacidad de afectación. El jefe del grupo, alias “Juancho Prada”,
sostiene en su biografía que vivió con su familia prácticas de violencia
de las guerrillas. Es posible que a partir de hechos como esos se puedan
analizar los traumas y problemas de salud mental que existen generados
por violencias pasadas no resueltas, que pueden, no siempre, expresarse
posteriormente en nuevos ciclos de violencia, con componentes de
venganza, traición y culpabilidad de unos actores armados u otros.
Sin embargo, la violencia pasada sufrida no alcanza a explicar la
magnitud y profundidad de la violencia ejercida por el grupo armado
ilegal objeto de este proceso, como tampoco la mezcla de intereses
que entraron a ser parte del dispositivo armado que se puso en
ejecución, como tampoco la complejidad de múltiples interacciones
sociales e institucionales que se pusieron en juego en su despliegue y
desarrollo. Podemos ver en un ejemplo extraído del trabajo de grado
“Conversaciones reparadoras en el curso de la documentación de casos
y evaluación de daños psicosociales y en la salud mental de víctimas
que participan en la Ley 975/2005”, el sentido de culpabilidad expresado
por una víctima. Justamente las garantías de no repetición, el acceso a
la verdad, las medidas de reparación individuales y colectivas, incluida
la asistencia sicosocial, favorece el cierre de ese ciclo de victimización y
revictimización.
En una de las entrevistas, en la que se abordó la importancia que para
la víctima tiene el que los victimarios asuman la responsabilidad
de los hechos de violencia y que se sientan arrepentidos por lo
que hicieron, la conversación se dio del siguiente modo”. Apartes,
donde P es la víctima entrevistada y Ps la psicóloga del proceso de
intervención:
“P: ¿Pero cómo hago para que no me duela?
Ps: Eso es inevitable…
P: Pero que me duela menos, que no me duela tanto y eso es
mi culpa.
Ps: ¿Qué?
216
P: Lo que pasó, llevar el dolor, la culpa.
Ps: ¿Tú culpa…? Unos señores llegaron a donde tú vives y
buscan a tu tío y de paso matan a tu papá también… ¿Esos
señores tienen nombre? ¿Que sepamos quiénes son?
P: Son…, es “Juancho Prada”.
Ps: Juancho Prada, OK, Juancho Prada, entonces Juancho
Prada está involucrado en eso y la culpa es de uno…
P: Ve, y si no me echa la culpa a mi entonces a quién.
Ps: ¿Cómo a quién...?
P: Pero ellos nunca lo van a asumir.
Ps: Pero ese es el problema de ellos, no tuyo, ¿Tú crees de verdad
que tu papá está esperando que alguien se sienta culpable?
[...] la justicia lo que tiene que hacer es demostrar que él lo
hizo y por eso hay un castigo […] nadie te está pidiendo a ti
que te sientas culpable… y eso no se llama traición”347.
Finalmente, se debe advertir que el anterior documento constituye
una aproximación al diagnóstico de daño colectivo causado por las
acciones del grupo armado ilegal autodenominado Frente Héctor Julio
Peinado. Solo una aproximación, porque muchos de estos hechos y
sus consecuencias en la comunidad y en la vigencia del Estado Social
de Derecho pueden y deben ser detallados en sus descripciones y
profundizados en su análisis. Además, desde el punto de vista procesal
se trata solo de cargos parciales sobre los hechos del postulado.
347 Conversaciones reparadoras en el curso de la documentación de casos y evaluación
de daños psicosociales y en la salud mental de víctimas que participan en la Ley
975/2005”, pp. 162-163.
217
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
4. Aproximación al daño colectivo y
propuestas de medidas de reparación
por actuaciones del Frente William
Rivas del Bloque Norte de las
AUC. Postulado Carlos Mangones
Lugo, alias “Carlos Tijeras”348
4.1. Introducción
Este documento presenta una aproximación al daño colectivo causado
por el accionar del autodenominado Frente William Rivas (en adelante
FWR) del llamado Bloque Norte de las también autodenominadas
Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), en algunos municipios del
departamento de Magdalena. Si bien es un documento donde se presenta
un contexto y la dinámica de lo que fue este grupo de autodefensas, no
pretende ser la verdad única sobre su origen, naturaleza y accionar. La
apuesta de este documento, de una manera modesta, es describir los
patrones de victimización del FWR, identificando la sistematicidad de
sus violaciones y el impacto en la población civil, logrando concluir los
daños colectivos.
348 Este es un trabajo preliminar de aproximación al daño colectivo ocasionado por el
grupo armado ilegal.
218
4.2. Antecedentes
El FWR operó como estructura armada ilegal aproximadamente
desde 1999 hasta el 2005 en los municipios de Ciénaga, Pueblo Viejo,
Zona Bananera, Aracataca, El Retén y Fundación, región que tiene
sus particularidades por ser la zona plana o baja de la estribación
montañosa de la Sierra Nevada de Santa Marta –con rutas históricas del
narcotráfico–; también es reconocida por las grandes plantaciones de
banano, actualmente de palma africana y cuenta geográficamente con
la Ciénaga Grande de Santa Marta.
219
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Se debe destacar, de acuerdo con lo evidenciado durante estos
procedimientos de Justicia y Paz, cómo las empresas bananeras
apoyaron financieramente y fortalecieron el FWR; empresas tales como
Chiquita Brands International Co. y Dole Food International Inc. En esta
media el daño colectivo causado involucra autores y partícipes más allá
de los miembros de la estructura armada.
La Fiscalía colombiana tiene pruebas testimoniales, documentos e
indicios, incluidas las confesiones de los jefes paramilitares Salvatore
Mancuso, Raúl Hasbun (o Pedro Bonito), Éver Veloza (HH), Fredy
Rendón (El Alemán), Rodrigo Tovar (Jorge 40) y José Mangones
(Carlos Tijeras), donde cuentan los detalles del convenio de los paras
con las multinacionales, el cual incluía protección a plantaciones,
desmantelamiento de sindicatos, persecución a ladrones, escolta de
los cargamentos, apoyo financiero y préstamo de instalaciones para
embarques de droga y cargamentos de armas349.
Se puede apreciar una estrategia de planeación previa entre estas
empresas y el establecimiento de los paramilitares en la región, con el
fin de consolidar y expandir los negocios por medio de varias maniobras,
tales como: despojar a los pequeños propietarios de sus parcelas para
anexarlas a los grandes latifundios, asesinar a trabajadores acusándolos de
ser auxiliadores de la guerrilla con el fin de no pagar sus derechos laborales
(cesantías), de igual manera asesinar a los trabajadores sindicalizados
–en especial a los líderes sindicales– tachándolos de guerrilleros, con
el fin de evitar protestas, paros y peticiones de mejoramiento de las
condiciones laborales. Esta asociación de los paramilitares no solo se
generó con las empresas, también la clase política del departamento
mantuvo vínculos con el Bloque Norte al mando de alias “Jorge 40”, de
acuerdo con la verdad expuesta en diversos procesos judiciales. En estas
investigaciones y procesos varios congresistas han sido implicados por
sus nexos paramilitares en el departamento del Magdalena, a saber:
Caballero Caballero, Jorge Luis; Campo Escobar, Alfonso Antonio; Castro
Pacheco, Jorge Luis; Gamarra Sierra, José del Rosario; Lara Vence, Karelly
Patricia; Peñalosa Londoño, Pedro; Pinedo Vidal, Miguel; Ramírez Torres,
Alonso de Jesús; Rapag Matar, Fuad Emilio; Roncallo Fandiño, Rodrigo
349 Véase “Bananas en Sangre. El Genocidio Paracorporativo en Colombia”. En Línea.
Disponible en: http://nmadnews.wordpress.com/2009/12/09/bananas-en-sangre-elgenocidio-paracorporativo-en-colombia-magdalena-1997-2007/
220
de Jesús; Saade Abdala, Salomón; Vanegas Queruz, Luis Fernando; Vives
Lacouture, Luis Eduardo y Vives Pérez, Joaquín José.
Si bien en la zona norte del departamento existían estructuras de grupos
paramilitares de manera previa a la consolidación del llamado Bloque
Norte de las AUC, tales grupos previos fueron sometidos o se aliaron
con la nueva estructura. Tal el caso de la familia conocida como “el Clan
de los Rojas” o “Autodefensas del Palmor”, quienes tenían su base en el
corregimiento de Ciénaga y que han estado históricamente relacionados
con “los Masetos” –derivación del MAS, Muerte a Secuestradores en la
década de los 80–. De igual manera, las rutas tradicionales de contrabando
y de narcotráfico eran motivo de permanentes confrontaciones y alianzas
entre grupos de mafia y guerrillas; uno de estos corredores se encuentra
entre los municipios costeros de Ciénaga y Pueblo Viejo, conectando
el mar con la Ciénaga Grande de Santa Marta, luego por medio de ríos
y caminos con la zona montañosa de la Sierra Nevada de Santa Marta,
donde por múltiples senderos han transitado los productos de cultivos
ilícitos como la coca y la marihuana, sembrada en las montañas cercanas
al mar. Se recuerdan todavía con horror las masacres ejecutadas por
hombres al mando de alias “Jorge 40” en las poblaciones palafíticas
de pescadores dentro de la Sierra Nevada de Santa Marta, violaciones
cometidas antes de la llegada del FWR. Sin embargo, una vez esta
estructura armada se consolidó en la zona, continuó con el asesinato y
la persecución a los líderes de pescadores de la Ciénaga, afectando el
tejido social y organizativo. Esta acción dañina continuó por parte de los
dueños de fincas que colindan con la Ciénaga, quienes para ampliar sus
terrenos de manera sistemática disecan el cuerpo de agua por medio de
terraplenes para el pastoreo de ganado o la siembra de palma de aceite.
La guerrilla, especialmente las FARC, tenía una débil presencia en la
zona, por lo tanto esta estructura paramilitar más que desarrollar una
lucha contrainsurgente, se dedicó principalmente a beneficiar algunos
intereses económicos. Ya se han mencionado las multinacionales
del banano y las familias tradicionales, dueñas de hatos ganaderos
y propietarias de grandes extensiones de palma de aceite. Fuera de
servir a estos intereses económicos, el grupo armado por intermedio de
testaferros y de fichas políticas propias o a través de aliados, realizó una
cooptación del Estado. Se erigió en un poder de facto con lo cual ejerció
control sobre la economía legal e ilegal, administró justicia y compartió
con la Fuerza Pública el control territorial. El FWR tomó el control de las
administraciones municipales para desviar los presupuestos públicos.
221
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Esta dominación y control fue ejercida por alias “Carlos Tijeras” y los
hombres bajo su mando, quienes fungieron como amos y señores
feudales de estas tierras y sus poblaciones. Se trató de un poder erigido
sobre su capacidad de administrar la muerte sobre todos los habitantes
de la región. Luego de la desmovilización del FWR en marzo de 2006,
pudo diagnosticarse que se dio una reconfiguración del territorio
causada por las acciones criminales de esta estructura armada. Tal
reconfiguración afectó a la población asentada en los cascos urbanos y
la tenencia de la tierra.
4.3. Daños colectivos
4.3.1. Patrones de victimización del frente William Rivas
Esta aproximación al daño colectivo se basa en el análisis de la
frecuencia de los hechos criminales que fueron relacionados en el
escrito de legalización de cargos contra los postulados José Gregorio
Mangones Lugo (ex jefe del Frente William Rivas de las AUC desde
marzo de 2002 hasta marzo de 2006) y Ómar Enrique Martínez Ossias.
A partir de estos análisis de frecuencias se plantean hipótesis sobre los
patrones de victimización contra la población del departamento del
Magdalena a los que recurrió el grupo armado FWR. Se advierte que
en muchos casos no se encontraron en el escrito de legalización de la
Fiscalía el reporte de las categorías para este análisis. En estos casos se
señalaron como “no reportadas” en este documento. El análisis se realizó
ubicando la información relacionada con los hechos350 en una matriz,
cuyas columnas se convirtieron en las categorías que aquí se presentan,
y cuyas filas constituían cada uno de los hechos que fueron objeto de
la legalización de cargos. Se encontrarán a continuación las frecuencias
por categorías de análisis, las cuales se describen en cada tabla. Al final
del documento se presentarán los patrones de victimización, los cuales
son resultado de la conjugación de varias categorías de análisis vistas en
350 Los hechos presentan las características de modo, tiempo y lugar en que ocurrieron los
delitos y las características de las víctimas. Un hecho puede representar uno o varios
cargos que fueron objeto de la imputación.
222
interacción y correlación unas con otras. De este modo en los patrones
se aglutinan varios elementos de la victimización realizada por el grupo
armado ilegal.
Información general analizada
Postulado
José Mangones Lugo
Ómar Enrique
Martínez Ossias
Total
Número de hechos
392
55
447
Número de víctimas
489
66
555
El total de víctimas da cuenta de un promedio de 1,24 víctimas por
hecho.
4.3.2. Sexo de las víctimas
En el cuadro se muestra la proporción de víctimas por género masculino
y femenino causadas en los hechos.
Sexo de las Víctimas
9%
91%
Hombres
Mujeres
223
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Patrón sexo
Victimario
Mujeres
Hombres
Total postulado
Martínez Ossias
8
58
66
Mangones Lugo
41
448
489
Total del frente
49
506
555
4.3.3. Perfil de la víctima
Para esta categoría se analizaron las características sobre la ocupación
de la víctima, reportada por los familiares o la descripción del hecho
por parte de la Fiscalía. Las hipótesis relacionadas con el patrón de
victimización por vulnerabilidad según ocupación de la víctima, se
encuentran señaladas en la columna de la derecha.
Perfil de la víctima
Ocupación víctima
Postulado
Ossias
Abogado
No reporta
1
15
Administrador de
finca
Agricultor
Ama de casa
224
Mangones
8
221
Descripción de la categoría e hipótesis sobre el patrón de
victimización
Personas que en su trabajo ejercían la defensa de los
intereses de algunos pobladores, entre ellos la defensa
de víctimas de desplazamiento forzado.
Información no consignada por la Fiscalía durante la
formulación de los cargos.
5
Personas dedicadas a la administración. Se encontró que
la vulnerabilidad de estas víctimas estaba relacionada
con amenazas contra los propietarios de las fincas,
algunas de ellas por no pago de extorsiones.
42
Personas dedicadas a diferentes tipos de cultivo, si bien
la Fiscalía señala la ocupación de la víctima, en la lectura
de los documentos no se encontró que la motivación de
los homicidios y otras victimizaciones fuera solo el oficio
como agricultores, sino las zonas en donde desarrollaban
esta actividad.
1
Solo un caso para esta categoría.
Perfil de la víctima
Postulado
Descripción de la categoría e hipótesis sobre el patrón de
victimización
Ocupación víctima
Ossias
Mangones
Candidato político
1
3
Principalmente candidatos a alcaldías y concejos
municipales.
Líder social
1
5
La ocupación como líder social se reconocía ligada a
sectores específicos, como algunas comunas de Santa
Marta, líderes de pescadores y madres comunitarias.
Celador
2
8
Personas dedicadas al cuidado de fincas y
establecimientos de comercio abiertos al público. La
razón de la victimización pudo ser coincidente con
la señalada para quienes tenían por ocupación ser
administradores de fincas.
Ciclotaxista o
mototaxista
2
12
Personas dedicadas al transporte intermunicipal. La
motivación pudo estar relacionada con no pago de
extorsiones.
Comerciante
4
26
La motivación pudo estar relacionada con no pagos de
extorsión.
Conductor
1
11
La motivación pudo estar relacionada con no pagos de
extorsión.
No aplica
1
1
Este caso no reporta ocupación de la víctima porque
corresponde con la formulación del Concierto para
Delinquir.
Consumidor SPA
2
11
La motivación pudo estar relacionada con móviles
relacionados con la mal llamada “limpieza social” y el
control de mercados ilegales.
Desplazado
5
7
La motivación pudo estar relacionada, igual que en
la categoría “Proveniente de la Sierra”, los cuales eran
señalados por provenir de lugares donde hubo o había
presencia de las FARC o el ELN.
Ex presidiario
2
5
La motivación pudo estar relacionada con móviles
ligados con la mal llamada “limpieza social” y el control
de mercados ilegales.
225
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Perfil de la víctima
Ossias
Mangones
Descripción de la categoría e hipótesis sobre el patrón de
victimización
1
4
Personas que trabajaban en procesos de investigación en
contra de las AUC.
Ex AUC
4
Personas que realizaban extorsiones a título propio o
que incumplieron códigos de conducta dentro del grupo
armado ilegal.
Funcionario público
1
Personas que trabajaban en procesos de investigación en
contra de las AUC.
Indígena
1
La motivación pudo estar relacionada con el oficio de
agricultor y por provenir de la Sierra.
Ocupación víctima
Ex fuerza pública
LGBT posible
1
2
Señalados como desestabilizadores del orden social.
Mecánico
2
11
La motivación pudo estar relacionada con móviles
ligados con la llamada “limpieza social” y el control de
mercados ilegales.
8
Categoría relevante por constituir un agravante de los
delitos cometidos contra ellos (los casos contra menores
de edad pueden aparecer incluidos en otras categorías
en razón de la ocupación de las víctimas).
Odontólogo
1
No se pudo establecer patrón de criminalización en
relación con esta ocupación.
Problemas mentales
3
La motivación pudo estar relacionada con móviles
relacionados con la mal llamada “limpieza social” y el
control de mercados ilegales.
3
La motivación pudo estar relacionada, igual que en la
categoría de “Desplazamiento”, con señalamientos de
provenir de lugares donde hubo o había presencia de
las FARC o el ELN. Las personas provenientes de la Sierra
bajaban a las cabeceras de los municipios a comercializar
algún producto o desempeñar otras ocupaciones.
Menor de edad
Provenientes Sierra
226
Postulado
1
Perfil de la víctima
Ocupación víctima
Postulado
Ossias
Sector informal
Mangones
Descripción de la categoría e hipótesis sobre el patrón de
victimización
8
La motivación pudo estar relacionada con móviles
ligados con la llamada “limpieza social” y el control de
mercados ilegales. Puede coincidir con “Oficios varios”
o “Vendedor ambulante”, pero no había claridad en
el relato, como para poder ser incluidos en esas otras
categorías.
Tendero
2
9
La motivación pudo estar relacionada con no pago de
extorsiones.
Vendedor ambulante
1
10
La motivación podría estar relacionada con móviles
ligados con la mal llamada “limpieza social” y el control
de mercados ilegales, o el no pago de extorsiones.
Concejal
1
Personas elegidas mediante voto popular. La motivación
pudo estar relacionada con la oposición a las
candidaturas políticas impuestas por el grupo armado o
a otros de sus designios criminales.
Alcalde
0
Cristiano
1
Señalados de desestabilizadores del orden social.
Delco
3
La motivación pudo estar relacionada con móviles
ligados con la mal llamada “limpieza social” y el control
de mercados ilegales.
Enfermedad física
1
La motivación pudo estar relacionada con móviles
ligados con la llamada “limpieza social” y el control de
mercados ilegales.
Estilista
1
No hay claridad en el relato sobre la motivación, la cual
pudo estar relacionada con la pertenencia a comunidad
LGBT (no al ejercicio del oficio).
Fuerza pública
1
Personas que trabajaban en procesos de investigación en
contra de las AUC.
227
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Perfil de la víctima
Ocupación víctima
Postulado
Ossias
Foráneo
Oficios varios
Pescador
2
1
Trabajador industrial
Víctima circunstancial
Total
55
Mangones
Descripción de la categoría e hipótesis sobre el patrón de
victimización
2
Desconocidos que llegaban a zonas bajo control
territorial de las AUC y fueron señalados como
guerrilleros.
5
La motivación pudo estar relacionada con móviles
ligados con la mal llamada “limpieza social” y el control
de mercados ilegales.
4
No claridad sobre motivaciones en contra de esta
ocupación. Pero la vulnerabilidad pudo darse por el
lugar de habitación y de desarrollo de sus actividades
(Ciénaga, río o mar). Zonas cuyo control interesaba al
grupo.
1
La motivación pudo estar relacionada con no pagos de
extorsión.
3
Se trata de víctimas que, en principio y según lo
señalaron los postulados en las versiones libres, no iban
a ser objeto de la agresión, pero se hallaban presentes
en el lugar de los hechos o fueron usadas como escudos
humanos por terceros.
447
4.3.4. Móvil
Se categorizaron las distintas motivaciones presentadas por los
postulados sobre la motivación que tuvieron para cometer los ilícitos. Es
de resaltar que dicha motivación se recogió de lo indicado en el escrito
de formulación de cargos de acuerdo con lo que “el postulado dijo”. Se
incluyeron también referencias de las víctimas cuando el postulado
manifestaba desconocer el móvil. En la columna de la derecha se
describe el contenido de la categoría, así como apartes de las piezas
procesales donde tal motivación fue expresada.
228
Patrón del móvil Frente William Rivas
Móvil según
postulados en
versiones libres
Ossias
Mangones
Lugo
Total
Descripción de la categoría
El postulado refería que la victimización no estaba dirigida a la
víctima. Ejemplo:
Por
equivocación o
casualidad
0
3
3
“[…] al morir la muchacha Rodrigo me comenta a mi haber
suspendido a José y me dice ponlo hacer guardia, le preguntó
a José Molina, que había pasado y éste le refiere lo que pasa es
que fui a hacerle un trabajo a un muchacho cuando le disparó el
hombre cogió a la muchacha como escudo y la impactó a ella,
inclusive el también quedó herido […]”. Hecho 83, Mangones
Lugo.
La victimización se dio porque otro-cercano era vulnerable.
Ejemplos:
Vulnerabilidad
de tercero
0
7
7
“[…] madre del exguerrillero Hernán Giraldo, también dado
de baja, miembro del ELN, ella guardaba armamento de la
guerrilla del ELN [...]”. Hecho 41, Mangones Lugo. “[…] la víctima
era la esposa del Sr. Félix Villamil asesinado en el mismo año,
presuntamente por tener nexos con el ELN y haber mantenido
algún tipo de relación con Alexis Parejo […]”. Hecho 49,
Mangones Lugo. “Al parecer tenía un hijo en las FARC”. Hecho
359, Mangones Lugo.
Los postulados refirieron que las víctimas pertenecían a la
guerrilla. Ejemplos:
Señalado como
guerrillero
17
19
36
“[…] porque era miliciano de las FARC y trabajaba en la finca Las
Marías […]”. Hecho 23, Ossias. “[…] la víctima tenía conocimiento
dónde se encontraban unos fusiles y un cilindro esto fue en una
vía después de la línea como a unos 300 metros por los cultivos
de palma. La víctima pertenecía a las FARC […]”. Hecho 38,
Ossias. “[…] unos meses antes habían capturado a un joven que
pertenecía a las FARC, que dijo que le perdonaran la vida, que él
iba a colaborar con información y él fue el que dio la información
al señor 7-1, de que ese señor era guerrillero […]”. Hecho 54,
Ossias. “[…] el occiso fue catalogado como financista de grupos
subversivos […]”. Hecho 110, Mangones.
229
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Patrón del móvil Frente William Rivas
Móvil según
postulados en
versiones libres
Señalado como
colaborador de
la guerrilla
Por acudir a la
justicia
Por informar a
las autoridades
sobre el grupo
armado
Señalado como
ideólogo de la
guerrilla
Ossias
1
1
2
Mangones
Lugo
15
0
3
Total
16
1
5
Descripción de la categoría
Los postulados refieren que realizaban acciones de colaboración
o avituallamiento a la guerrilla. Ejemplo:
“[…] eran colaboradoras de la guerrilla, les llevaban víveres […]”.
Hecho 25, Ossias.
Las víctimas que acudían a establecer denuncias eran
señaladas como amenaza a la organización. El patrón puede ser
coincidente con la categoría de “informantes de las autoridades”.
Ejemplos:
“[…] no portamos brazaletes para cometer la acción, íbamos de
civil, alias ‘Camilo’ era el segundo de Mangones. Nicolás tenía
información que la víctima era informante del GAULA […]”.
Hecho 10, Ossias.
“[…] el postulado alega que el occiso era informante de la SIJIN
en contra de ellos y que a eso se debe su muerte […]”. Hecho
330, Mangones.
“[…] era informante del GAULA […]”. Hecho 54, Mangones.
2
2
4
El móvil señalaba que las personas eran asesinadas porque las
actividades de liderazgo social estaban encaminadas a fundar
principios en organizaciones de subversión. El patrón coincide
con el siguiente, sobre agitador de masas, pero la motivación
que refieren no es la agitación sino el señalamiento como
pertenecientes al grupo armado. Ejemplos:
“[…] ideólogo de las FARC […]”. Hecho 389, Mangones.
“[…] la víctima era ideóloga de las FARC; su esposa y su cuñado
hacían parte igualmente a ese grupo armado […]”. Hecho 11,
Ossias.
230
Patrón del móvil Frente William Rivas
Móvil según
postulados en
versiones libres
Señalado como
agitador de
masas
Ossias
0
Mangones
Lugo
2
Total
2
Descripción de la categoría
“[…] el versionado dice: ‘nosotros no tenemos nada en contra
de ningún sindicato […] es muy diferente que quieran colocar
el sindicato a la orden de cualquier guerrilla’. Se respetaba la
intención de luchar por los trabajadores. La Fiscalía preguntó
cuál era la posición del bloque ante los miembros de los
sindicatos, a lo cual contestó el versionado que para él era
normal que hubiera integrantes de los sindicatos y que la
ideología de la persona del sindicato no tiene nada que ver
o ninguna importancia, salvo que se pongan al servicio de
la guerrilla, que si gustaba de la guerrilla sí eran declaradas
objetivo militar, pero si no militan en ningún grupo no hay
problemas”. Hecho 380, Mangones.
“[…] agitadores de masa y movilizaban gente para irrumpir la
tranquilidad […]”. Hecho 205, Mangones.
No conoce la
motivación: se
encontraba en
una lista
1
0
1
“[…] estaba en la lista, desconoce los motivos […]”. Hecho 33,
Ossias.
Este no fue nunca el móvil referido por los postulados, sino el
referido por las víctimas. Ejemplo:
No pago de
extorsión
1
3
4
No reporta
11
267
278
“[…] los familiares de la víctima directa, éste venía siendo
objeto de extorsión por parte de grupos de autodefensas de la
región, el occiso manejaba un bicitaxi y le exigían cierta suma
de dinero como vacuna, en vista que no cubrió las exigencias
de los extorsionistas, el día 15 de julio de 2005 fue interceptado
por varios sujetos armados quienes se lo llevaron y lo encerraron
en una casa, donde posteriormente fue encontrado con varios
impactos de arma de fuego […]”.
231
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Patrón del móvil Frente William Rivas
Móvil según
postulados en
versiones libres
Candidato
a la alcaldía
por elección
popular
Señalado como
consumidor
de substancias
psicoativas
Señalado como
delincuente
común
Intervención
armada para
resolver
conflictos de
terceros
232
Ossias
1
1
11
0
Mangones
Lugo
0
3
39
4
Total
Descripción de la categoría
1
El patrón es coincidente con el asesinato de algunos líderes cuya
motivación era la de ser agitador de masas o ser ideólogo de las
FARC, pero en este caso el señalamiento de la motivación la hace
en forma directa el postulado, deja entrever misión de control de
cargos políticos como motivación primaria del delito. Ejemplo:
“[…] porque fue candidato a la alcaldía por postulación popular
[…]”. Hecho 52, Ossias.
4
Argumentan que las víctimas se dedicaban al consumo de
marihuana. Ejemplo: “[…] la hoy occisa era consumidora de
drogas y permanecía en compañía de sujetos que se dedicaban
al hurto de residencias, locales comerciales y atraco de personas
en el sector del mercado público […]”. Hecho 94, Mangones.
50
Argumentan que las víctimas se dedicaban a delitos como
expendio de marihuana, robos, abigeato, desvalijada de carros,
entre otros. Ejemplo: “[…] manifiesta que las víctimas eran
bandidas […]”. Hecho 96, Mangones.
4
Se creó esta categoría para los casos en donde la motivación del
delito obedeció a dar respuesta a miembros de la comunidad
para resolver conflictos. Ejemplos: “[…] comenta que su esposo
había hecho una carrera de taxi a una mujer con la cual tuvo
una discusión por la forma de pago, hasta tal punto que la
mujer a la cual le hizo la carrera lo amenazó diciéndole que a
ella nadie la regaña ni la gritaba porque su esposo era un paraco
y el occiso le dijo: ‘que paraco ni que mierda’ y parece ser que
ese fue el motivo de la muerte de este señor […]”. Hecho 294,
Mangones Lugo. “[…] al parecer meses antes el occiso había
tenido problemas con un señor de un camión donde viajaba
de pasajero y se volcó, causando fracturas al occiso y el seguro
obligatorio no pudo cubrir todos los gastos y éste le reclamó al
propietario del camión, quien lo amenazó que le iba a echar a los
paramilitares. En versión el postulado dijo que era colaborador
de la guerrilla […]”. Hecho 321, Mangones.
Patrón del móvil Frente William Rivas
Móvil según
postulados en
versiones libres
Ossias
Mangones
Lugo
Total
Descripción de la categoría
Se incluyen en este móvil los casos donde las víctimas habían
salido de la cárcel días antes de su asesinato o desaparición.
Ejemplo:
Perseguido por
antecedentes
Cuentas
pendientes AUC
0
5
2
13
2
18
“[…] la víctima presentaba antecedentes judiciales había salido
de la cárcel judicial de Ciénaga. El día 9 de julio de 2003, siendo
aproximadamente las 09:30 horas, en la carrera 23 frente a la
vivienda demarcada con el número 18a-48, parte posterior de la
cárcel fue interceptado por un sujeto que se movilizaba a pie el
cual le disparó en repetidas ocasiones ocasionándole la muerte,
el postulado manifestó que la víctima era objetivo militar por
antecedentes […]”. Hecho 178, Mangones.
Se reconoció este móvil para los hechos en donde las AUC
tenían como objetivo ajustar cuentas con miembros del mismo
grupo, ex miembros o quienes habían incurrido en alguna falta
contra la organización. Ejemplos:
“[…] la víctima se dedicaba a extorsionar a nombre de las AUC
[…]”. Hecho 8, Ossias.
“[…] sicariato, después de retirarse de la organización se
apodero de unas armas […]”. Hecho 305, Mangones.
No aplica
1
0
1
Corresponde al caso de Concierto para delinquir.
Asesinato de personas que llegaban a cascos urbanos, señalados
como desconocidos o procedentes de zonas donde se dice,
hubo presencia de las FARC. Ejemplo:
Foráneo
0
2
2
“[…] el hoy occiso había llegado del corregimiento de San
Pedro de la Sierra en compañía de su padre con el objeto
de adquirir unos productos. Un familiar expresó que hacía
aproximadamente cinco meses antes, en iguales condiciones
habían asesinado a un hermano de la víctima […]”. Hecho 70,
Mangones.
233
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Patrón del móvil Frente William Rivas
Móvil según
postulados en
versiones libres
Ossias
Mangones
Lugo
Total
Descripción de la categoría
Asesinatos cuya motivación correspondió con incumplimiento
de reglas para el funcionamiento social. Ejemplo:
Incumplimiento
toque de queda
Señalado por
corrupción
Total analizados
234
0
2
2
“[…] la víctima se encontraba en el sector de la estación calle
17 entre carreras 13 y 14 en Ciénaga, en la noche, cuando
se acercaron sujetos desconocidos quienes le propinaron
varios impactos de arma de fuego a la altura de la cabeza,
inmediatamente se dieron a la fuga con rumbo desconocido,
la hija cree que a su papá lo asesinaron por ir indocumentado,
después de la advertencia de los paramilitares que a quien
encontraran sin documento lo mataban […]”. Hecho 18,
Mangones.
Funcionario de la rama hospitalaria señalado por malversación
de recursos. Ejemplo:
0
1
1
447
“[…] la víctima en el pasado fue gerente del hospital. El
postulado afirma que ‘[…] mal gastaba dineros del hospital’
[…]’”. Hecho 292, Mangones.
Señalado por corrupción
Incumplimiento Toque de Queda
Foráneo
Cuentas pendientes AUC
Objeto militar por antecedentes
Señalado como agitador de masas
Resolución de conflictos por terceros
Señalado como DELCO
Señalado consumo SPA
Candidato a la Alcaldía por elección popular
No pago de extorsión
No conoce
Señalado como Ideólogo de la Guerrilla
Informante de las AUC
Acudir a la Justicia
Señalado como colaborador de la Guerrilla
Señalado como guerrillero
Vulnerabilidad de tercero
Por equivocación
0
5
10
15
20
25
30
35
40
45
OSIAS
MANGONEZ LUGO
235
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
4.3.5. Medios
Presentamos la clasificación de los medios o elementos usados por los
miembros de grupo armado ilegal para cometer los delitos:
Patrón de medios
Victimario
Elementos usuados
Total del frente
Ossias
Mangones
Arma de fuego
44
370
414
No reporta
4
4
8
Arma blanca
3
10
13
Conjunto arma blanca y de fuego
4
2
6
Tortura
4
4
Desmembramiento
1
1
Ahogamiento
1
1
Serpiente
1
1
Granada
2
2
Piedra
1
1
392
447
Total
55
4.3.6. Modo
En la mayoría de los casos no se menciona la magnitud del medio
empleado, es decir, el número de impactos de bala o de heridas por
arma de fuego. Algunas menciones sobre este aspecto particular se
documentaron para el patrón definido como “instrumentalización del
cuerpo de las víctimas” en la parte final del documento.
236
En la columna de la derecha del cuadro siguiente se aglutinaron en
categorías las formas de cometer los delitos. Se resalta que en su mayoría
estos modos corresponden más con homicidios y desapariciones
forzadas que a delitos como la extorsión o el desplazamiento, dado que
el modo de la actuación no hace relieve para estos delitos.
Patrón de modo
Patrón
Ossias
Mangones
Total del
frente
Interceptación
por sujetos a
pie
17
73
90
No reporta
3
83
86
Interceptación
por sujetos en
moto
6
66
72
Se refiere a los hechos en donde los victimarios
abordaban en sitios públicos a las víctimas
desplazándose en motocicleta.
Irrupción en
morada-casa
11
68
79
Casos en donde los victimarios irrumpieron en la
residencia urbana de las víctimas para asesinarlas.
Irrupción en
morada-finca
2
0
2
Casos en donde los victimarios irrumpieron en la
residencia rural de las víctimas para asesinarlas.
Interceptación
en carretera
10
10
Casos en donde los actores armados detenían
algún vehículo en la vía pública
Rapto
15
15
Casos de desaparición forzada o secuestro simple
sin mayores detalles sobre el modo de operación
que el sustraer a la persona de algún lugar.
0
1
Modo asociado a un caso de desplazamiento
forzado.
3
3
Sujetos que llegaron a residencia de la víctima en
motocicleta o irrumpieron con motocicleta en la
vivienda.
9
10
Casos en donde los actores armados subieron a
buses de transporte público y les dieron muerte
bien sea dentro del bus o bajándoles del mismo.
Amenaza
1
Irrupción
con moto en
morada -casa
Abordaje de
bus
1
Descripción de la categoría
Se refiere a los hechos en donde los victimarios
abordaban en sitios públicos a las víctimas
desplazándose a pie.
237
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Patrón de modo
Ossias
Mangones
Total del
frente
4
4
8
Corresponde a algunos casos donde la víctima
fue citada por los actores armados y luego fue
desaparecida o se la encontró asesinada.
Ingreso
hospital
1
1
Caso en el que después de intento de homicidio,
la víctima sobrevive y es llevada al hospital, los
actores armados ingresan y allí lo asesinan.
Irrupción sitio
público
13
13
Interceptación
en bicicleta
12
12
Se refiere a los hechos en donde los victimarios
abordaban en sitios públicos a las víctimas
desplazándose y huyendo en bicicleta.
8
Casos en donde los victimarios irrumpieron en el
lugar de trabajo de la víctima para asesinarla. Esta
categoría fue empleada con independencia para
lugares rurales –fincas– y en el sector urbano.
Patrón
Cita
Irrupción
en lugar de
trabajo
8
Suplantación
de autoridad
–irrupción en
morada
2
3
5
Casos en donde los victimarios irrumpieron en
la residencia urbana de las víctimas haciéndose
pasar por algún órgano de investigación o fuerza
pública.
Atentado
1
0
1
Caso en donde se presentaron varias detonaciones
en el barrio de residencia de las víctimas, no
dirigidas contra ellas, pero resultando heridas.
13
20
Casos en donde los victimarios irrumpieron
en la residencia urbana de las víctimas, les
sacaron de ese lugar y luego fueron asesinadas o
desaparecidas en otro lugar.
11
11
Se refiere a los hechos en donde los victimarios
abordaban en sitios públicos a las víctimas
desplazándose en vehículo.
392
447
Sacado de la
casa
7
Interceptación
en vehículo
Total
238
Descripción de la categoría
55
4.3.7. Lugares de ocurrencia de los hechos
Se presentan en el siguiente cuadro los lugares en donde reportaban
la ocurrencia de los hechos o el hallazgo sin vida de los cuerpos de
las víctimas. Es posible que en la evaluación del daño encontremos
estos como lugares que demarcan la experiencia de terror por los
hechos ocurridos. Para facilitar el trabajo en el terreno, se aglutinaron
según municipio.
Sitios de realización
de hechos en Ciénaga
Ossias
Mangones
Total
Billar
0
6
6
Bomba de gasolina
0
9
9
Bus
0
4
4
Calle urbana
0
54
54
Carretera rural
0
12
12
El Manantial
0
5
5
Residencia de la víctima – rural
0
5
5
Invasión Si nos dejan
0
5
5
La Playa
0
6
6
Línea férrea
0
5
5
Cercanías cárcel
0
5
5
Puente Córdoba
0
2
2
Quebrada Mateo
0
1
1
Residencia de la víctima – urbana
0
32
32
Residencia conocido
0
5
5
Sitio público
0
17
17
Vía a Sevillano
0
9
9
239
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Sitios de realización
de hechos en Ciénaga
Ossias
Mangones
Total
Desembocadura río Córdoba
1
1
2
Puerto Nuevo
0
2
2
Estación de buses
0
1
1
Hospital
0
1
1
La Frutera
0
3
3
Mercado público
0
5
5
Puente río Toribia
0
1
1
Lugar de trabajo de la víctima
0
1
1
No reporta
0
1
1
Corregimiento de Río Frío
0
1
1
Curva de La Virgen
0
1
1
La Y
0
5
5
Polideportivo
0
1
1
Sector volcán
0
2
2
Torre de bombero
0
1
1
Total de hechos en Ciénaga
Sitios de realización de hechos
en Aracataca
Mangones
Lugo
Total
Bomba de gasolina
2
2
Calle urbana
12
12
10
11
Carretera rural
240
210
Ossias
1
Sitios de realización de hechos
en Aracataca
Mangones
Lugo
Total
Lugar de trabajo
1
1
Puerto de los hombres
1
1
20
24
2
2
Residencia de la víctima – urbano
Ossias
4
Sitio público
Residencia de la víctima – rural
3
3
6
Línea férrea
1
2
3
Terreno baldío
1
0
1
Vereda Colombia (puede ser el retén)
0
1
1
Billar
1
1
El camellón
1
1
Bus
1
1
0
1
Entrada a boca toma en la Sierra
1
Total de hechos en Aracataca
Sitios de realización de hechos
en Pueblo Viejo
68
Ossias
Mangones
Lugo
Total
Carretera rural
0
1
1
Residencia de la víctima
0
2
2
Residencia de la víctima
0
1
1
Caña Villa Vel.
0
1
1
Corregimiento Villa Nueva
0
1
1
Total hechos en pueblo viejo
6
241
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Sitios de realización de hechos
en Zona Bananera
Ossias
Mangones
Lugo
Total
1
8
9
1
1
6
7
Residencia de la víctima – rural
3
3
Calle urbano
2
2
La Gran Vía
1
1
Lugar de trabajo
2
2
Tucurinca
3
3
Puente de Sevilla
1
1
Sevillano
2
2
No reporta
1
1
Billar
2
2
Línea férrea
1
1
Puente de Río Frío
1
1
Vía a Sevillano
3
3
Sitio público
1
1
Bus
1
1
El Manantial
6
6
Quebrada Mateo
1
1
Total hechos en Zona Bananera
0
48
Carretera rural
Plaza fiestas populares
Residencia de la víctima – urbano
242
1
Sitios de realización de hechos en Santa
Marta
Ossias
Mangones
Total
Basurero
1
0
1
Terreno baldío
1
0
1
Sitio público
2
0
2
Residencia de la víctima – urbano
8
0
8
Carretera
2
0
2
0
0
Sitio público
Residencia de la víctima – rural
1
0
1
Residencia conocido
1
0
1
Total hechos en Santa Marta
Sitios de realización
de hechos en Fundación
16
Ossias
Billar
Mangones
Total
4
4
Calle urbana
1
19
20
Carretera rural
2
12
14
Línea férrea
1
1
Finca rural
1
1
Puente Macondo
3
3
Residencia de la víctima – urbano
9
22
31
Basurero
4
1
5
Residencia conocido
1
4
5
243
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Sitios de realización
de hechos en Fundación
Sitio público
Ossias
Mangones
Total
1
2
3
1
1
0
1
Bus
Residencia de la víctima – rural
1
Total hechos en Fundación
89
4.3.8. Cargos
Se presenta ahora una relación de los tipos delictivos que fueron
imputados a los postulados del grupo armado Frente William Rivas.
Se subraya, nuevamente, que el número de delitos reportado para
cada postulado corresponde al de la cantidad de los hechos donde se
cometió ese tipo de delitos. En esta medida se reportan hechos pero
no se reportan el número efectivo de delitos cometidos. Por ejemplo, a
Ossias le imputaron homicidio en 51 hechos, donde 51 es el número de
hechos, pero un hecho pudo contener, por ejemplo, hasta 3 homicidios,
dato desagregado que no se refleja en esta tabla:
Cantidad de hechos en donde se imputan esos delitos
Delito
244
Ossias
Mangones Lugo
Homicidio
51
385
Porte ilegal de armas
49
379
Tortura
2
8
Desaparición forzada
6
7
Desplazamiento forzado
2
8
Tentativa de homicidio
1
15
Daño en bien ajeno
0
16
Cantidad de hechos en donde se imputan esos delitos
Delito
Ossias
Mangones Lugo
Hurto
0
6
Lesiones personales
0
1
Homicidio agravado
0
4
Terrorismo
0
1
Secuestro
0
7
Secuestro simple
3
14
Extorsión
0
8
Concierto para delinquir
1
0
Secuestro extorsivo
1
0
Amenazas
0
7
4.3.9. Patrones de victimización
Como se indicó al comienzo, se han denominado patrones de
victimización a las categorías logradas mediante deducción de la
conjugación de varios patrones señalados en la categorización anterior.
1. Control de mercados ilegales
Se refiere al interés del grupo por mantener el monopolio de mercados
ilegales, asesinato de personas señalas como pertenecientes a
grupos de delincuencia.
2. Imposición de modelos ideológicos para mantener el orden social
Se refiere a las características de operación del grupo en donde hay
imposición de modelo en las motivaciones para cometer los hechos;
los modelos ideológicos argumentan condiciones de orden social y
moral y, en general, se presentan como instrucciones ambivalentes.
245
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
3. Generalización de la noción de combatiente
Se refiere a la extensión en la declaración de objetivos militares y
victimización sobre la argumentación de pertenecientes a las FARC,
colaboradores o ideólogos.
4. Protección de la estructura delictiva de las AUC
Se incluyeron en este patrón las agresiones a fuerza pública,
informantes-denuncianates y miembros o ex miembros de las
AUC que fueron asesinados por representar riesgos respecto a la
continuidad de las acciones armadas del grupo.
5. Resolución de conflictos a través de la ilegalidad
Se incluyeron en esta categoría los hechos en donde, a fin de
disuadir conflictos de miembros de AUC o de allegados a las AUC
con población civil y de conflictos entre vecinos, se acudía a la
intervención del grupo armado, se facilitaban amenazas a nombre
del grupo y se cometían asesinatos.
Los comandantes desmovilizados de las AUC argumentan en su
discurso que en ningún momento pretenden sustituir las funciones
del Estado como autoridad, sin embargo, no niegan que han
cumplido estas funciones en diferentes ámbitos, uno de ellos es
la resolución de conflictos entre civiles: “en el curso de la guerra,
sustituimos muchas veces las instancias decisorias civiles y judiciales
en las zonas donde el Estado estuvo ausente. Fue una labor para la
que no estábamos preparados, pero aprendimos a tener contacto
con las comunidades y perfilamos la noción de equilibrio social que
se asemeja a la justicia”.
Este comportamiento se refleja en los diferentes casos donde las AUC
intermedian en los conflictos de civiles, donde se incluyen variados
conflictos cotidianos, por ejemplo deudas, conflictos de tierras, actos
obscenos, infidelidades, etc. Un ejemplo es el hecho 324, donde
asesinaron a una pareja, y argumentaron para hacerlo que la señora
había mandado a matar al esposo meses atrás para quedarse con el
nuevo esposo. De igual forma encontramos el hecho 231, en el cual
asesinaron a un agricultor y a varios vecinos, hoy se afirma que fueron
objeto de tales crímenes por parte del grupo armado para quitarles
las tierras, las cuales en este momento se encontraban a cargo de la
empresa Dole.
246
6. Inhibición de liderazgo social mediante represión
Se incluyen en este patrón los casos en los cuales las víctimas tenían
un rol activo como líderes sociales o políticos. Así mismo, actos del
grupo para reprimir expresiones sociales y el ejercicio de derechos
políticos.
El grupo armado buscó coartar toda expresión de liderazgo que no
correspondiera con sus ideales y que, por el contrario, alentará a la
población a contemplar otras posibilidades de regulación de sus
vidas. Se procedió a señalar a los líderes sociales como una amenaza;
no obstante, la muerte de estas personas no se reconoce por
persecución a la actividad sindical sino por ser agitadores de masas,
tal como se narra en los hechos 205 y 380: “Agitadores de masa y
movilizaban gente para irrumpir la tranquilidad”.
Algunos de los hechos narrados no registran que el móvil del delito
haya sido por agitador de masa, aunque se reconozca dentro de las
características de la víctima el liderazgo que ejercía dentro de su
comunidad. De acuerdo con las narraciones del hecho, realizadas
por un ex integrante de las autodefensas del Bloque Norte, se prefirió
señalarlas como colaboradores de la guerrilla. En palabras del
imputado:
[…] nosotros no tenemos nada en contra de ningun sindicato
[…] es muy diferente que quieran colocar el sindicato a
la orden de cualquier guerrilla […] la Fiscalía: ¿cual era la
posicion del bloque ante los miembros de los sindicatos?
Contestando el versionado: que para el […] era normal
los integrantes de los sindicatos y […] que si gustaba de la
guerrilla sí eran declaradas objetivo militar pero si no milita
en ningun grupo no hay problema […]”. (Hecho 380 observaciones).
7. Monopolización de cargos públicos de elección popular
Se incluyen en este patrón los casos en donde, pese al móvil
expresado por el victimario, fueron asesinados candidatos políticos,
líderes sociales con aspiraciones políticas o funcionarios públicos de
elección popular.
8. Omisión de control de la propia estructura armada
247
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Se incluyen en esta categoría los casos en donde las AUC buscaron
aleccionar a los integrantes del grupo por haber incurrido en
violaciones que, en apariencia, no son validadas ideológicamente
por la estructura armada. Estas, sin embargo, no siempre son
indicativas de omisión de control, ya que en ocasiones son
consecuencia de la ambivalencia en los mensajes o instrucciones al
interior del mimo grupo.
En la estructura del grupo armado ilegal se encuentra una marcada
diferencia entre los jefes del grupo y los demás miembros del mismo.
Es común que se genere un distanciamiento y se deje al jefe como
figura de autoridad, quien debe autorizar cada uno de los hechos que
los demás miembros lleven a cabo y castigar los casos en que estos se
den sin previa autorización como forma de control y de ratificación
de su autoridad ante el grupo.
Alias “Tijeras” acepta dos hechos que pueden relacionarse como
omisión de control: el primero de ellos identificado como el hecho
138, donde el versionado manifiesta que ajustició y asesinó a uno de
sus combatientes, alias “Cumba”, frente a sus demás compañeros por
el asesinato de un ciudadano colombo-francés al cual acusaron de
guerrillero. Una investigación posterior ordenada por el versionado
reveló que la víctima no pertenecía a la guerrilla y que había tenido
problemas con alias “Cumba”. El versionado acepta el homicidio del
ciudadano colombo-francés por omisión y manifiesta en cuanto al
asesinato de alias “Cumba”: “[…] hoy cuando usted me decía que me
sentía con autoridad, desafortunadamente la autoridad no existía en
esa zona; por eso yo era autoridad para que la gente buena de la zona
pudiera vivir con tranquilidad. Asesiné a Cumba porque no estaba de
acuerdo con lo que hizo”.
El segundo caso que ilustra delitos cometidos como consecuencia
de omisión de control es el hecho 240, donde se dio muerte a un
miembro del grupo armado ilegal que el día anterior había asesinado
a una menor de edad con quien mantenía una relación sentimental.
El miembro del grupo explicó su acto homicida por haber hablado
de los operativos de la organización mientras se encontraban
departiendo en un lugar público. Comentario que no fue de su
agrado, y procedió a darle muerte a la adolescente, sin contar con
autorización de los jefes del grupo.
248
Otros casos pueden ejemplificar la omisión de control por parte de los
jefes, aunque no se cuenta con mayores de detalles de los mismos. Se
trata de los hechos 197 y 305, donde miembros del grupo se “retiran”
de la organización pero continúan delinquiendo y fueron asesinados
poco tiempo después.
9. Instrumentalización del cuerpo de las víctimas como objeto simbólico
de deshumanización ejemplarizante y de la corrección
En este patrón se incluyen para el análisis los elementos de sevicia
en el tratamiento del cuerpo de las víctimas de homicidio, tortura y
desaparición forzada.
10. Naturalización de la presencia del agresor en el entorno social
Se incluye en este patrón los hechos delictivos producto de la
constante presencia de miembros del grupo armado en la vida
cotidiana de las comunidades y en las interacciones sociales de la
región.
11. Inhibición de la motivación para el acceso a la justicia
Se incluyen en esta categoría los hechos en los que se reconoce
motivación asociada a acciones de las víctimas para acceder a la
justicia.
El orden impuesto por el grupo armado se conservaba mediante
ejercicios sistemáticos de violencia sin importar los costos humanos
de tales procederes. Por eso justificaban la muerte de todas aquellas
personas que percibían como una amenaza para su estructura
armada, para el control y orden impuesto.
La narración entra en contradicción cuando solo se reconoce la
protección para una parte de la población civil. De acuerdo con
narraciones de un ex integrante del Bloque Norte de las AUC, uno de
los principales propósitos era convertirse en la autoridad que faltaba
en la zona para poder hacer las veces de “juez y ley” entre la población.
La persona mencionada comenta que: “[…] desafortunadamente la
autoridad no existía en esa zona; por eso yo era autoridad para que
la gente buena de la zona pudiera vivir con tranquilidad” (Fiscalía 17,
Santa Marta, 2008).
249
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Anexo 1. Coautores de los hechos formulados a los postulados de
William Rivas por cada municipio
Ciénaga
Hecho
Fecha
Daban órdenes
Ejecutaban
Caso Mangones Lugo
250
1
12/16/1999
El comandante era Rodrigo
“Paisa” y “Kalimán”
2
01/27/2000
El comandante era Rodrigo
“Paisa” y Cepillo
3
01/29/2000
El comandante era Rodrigo
Se encontraba alias “Kalimán”
4
03/08/2000
El comandante era Rodrigo
“Kalimán”, el “Paisa” y “Cepillo”
5
03/25/2000
El comandante era Rodrigo
Estaba “Harold”, “el Paisa”
6
03/26/2000
El comandante era Rodrigo
Hacían parte “Harold”, “Paisa” y “Cepillo”
7
04/01/2000
El comandante era Rodrigo
Grupo “Kalimán” y “el Paisa”
8
04/04/2000
9
04/16/2000
El comandante era Rodrigo
10
04/25/2000
El comandante era Rodrigo
11
05/19/2000
El comandante era Rodrigo
12
05/20/2000
El comandante era Rodrigo
“Harold”
13
05/28/2000
El comandante era Rodrigo
“El Paisa” y “Harold”
14
06/06/2000
El comandante era Rodrigo
“Kalimán”, “Paisa”, “Harold” y “Alonso”
15
06/17/2000
El comandante era Rodrigo
16
07/06/2000
El comandante era Rodrigo
17
07/12/2000
El comandante era Rodrigo
Alias “Alonso”
18
08/25/2000
El comandante era Rodrigo
Participó “Tijeras”, lo ejecutó alias “Cepillo”
19
09/11/2000
El comandante era Rodrigo
“Harold”
“Kalimán” y el “Cepillo”
“El Paisa”
Ciénaga
Hecho
Fecha
Daban órdenes
Ejecutaban
20
09/13/2000
El comandante era Rodrigo
“Harold” y “el Paisa”
21
09/17/2000
El comandante era Rodrigo
Alias “el Viejo”
22
10/09/2000
El comandante era Rodrigo
23
10/10/2000
El comandante era Rodrigo
“Harold Blanco”
24
10/14/2000
El comandante era Rodrigo
“Yesid”, “Sombra”, “Ronald”, Alfonso Castro
25
11/18/2000
El comandante era Rodrigo
“Tijeras” y “el Paisa”
26
12/01/2000
El comandante era Rodrigo
“Tijeras” y “el Paisa”
27
12/14/2000
El comandante era Rodrigo
“Tijeras” y “Harold Blanco”
28
01/13/2001
No registran
Víctor León Salazar Gutiérrrez y Jorge Luis
Mejía Potacio
29
06/01/2001
30
05/03/2003
No registran
No registran
32
01/20/2001
El comandante era Rodrigo
Alias “Tijeras, acompañado de alias “Jose”
33
01/23/2001
El comandante era Rodrigo
Se desconoce quién ejecutó la orden
34
02/05/2001
El comandante era Rodrigo
Alias “Tijeras” y “Bronco”
35
02/07/2001
El comandante era Rodrigo
“Harold”, “Paisa”, “Grillo”, “Kalimán”, “Diego”,
“el Médico” y “Tijeras”
36
02/09/2001
La orden la dio Rodrigo
“Tijeras” y “el Paisa”
37
02/14/2001
La orden la dio Rodrigo
“Kalimán” y alias “Cepillo”
38
02/24/2001
La orden la dio Rodrigo
Alias “José Molina”
39
03/06/2001
La orden la dio Rodrigo
“El Paisa”, “Rodrigo”, “Alonso” y “Tijeras”, se
relaciona a “el Viejo”
40
02/22/2001
No registran
“El Paisa” y “Tijeras”
“Gamboya” y “Montería”
251
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Ciénaga
Hecho
252
Fecha
Daban órdenes
Ejecutaban
42
03/6/2001
No reporta
No reporta
43
03/15/2001
No reporta
No reporta
44
03/18/2001
No reporta
No reporta
45
03/24/2001
El comandante era Rodrigo
“Kalimán”, “Cepillo”, “Pedro”, “Paisa” y “Tijeras”
46
03/30/2001
Lo ejecutó directamente
“El Paisa” y “Tijeras”
47
04/07/2001
El comandante era Rodrigo
48
04/09/2001
No reporta
No reporta
49
05/02/2001
Eran directos de “4-4”, pero el
comandante Rodrigo le dio la
orden a “Tijeras” de prestar la
moto y las armas
“El Poli” y “Abel Ávila”
50
05/04/2001
La orden la dio Rodrigo
51
05/05/2001
El comandante era Rodrigo
52
05/19/2001
El comandante era Rodrigo
“Tijeras” acompañado por “José Molina”
53
05/20/2001
El comandante era Rodrigo
“José Molina” y “Tijeras”
55
05/29/2001
Se desconocen
No reporta
57
06/18/2001
La orden la dio Rodrigo
No reporta
58
06/20/2001
El comandante era Rodrigo
No reporta
59
06/16/2001
El comandante era Rodrigo
No reporta
60
06/27/2001
El comandante era Rodrigo
No reporta
61
06/27/2001
El comandante era Rodrigo
No reporta
62
07/28/2001
El comandante era Rodrigo
No reporta
63
06/30/2001
El comandante era Rodrigo
No reporta
Ciénaga
Hecho
Fecha
Daban órdenes
Ejecutaban
64
07/02/2001
El comandante era Rodrigo
No reporta
66
07/13/2001
No reporta
No reporta
69
08/01/2001
El comandante era Rodrigo
No reporta
70
08/06/2001
El comandante era Rodrigo
No reporta
71
08/08/2001
El comandante era Rodrigo
No reporta
72
08/10/2001
El comandante era Rodrigo
No reporta
73
08/10/2001
El comandante era Rodrigo
No reporta
74
08/11/2001
El comandante era Rodrigo
No reporta
75
08/17/2001
El comandante era Rodrigo
No reporta
76
08/20/2001
Rodrigo
No reporta
77
08/21/2001
Rodrigo
No reporta
78
08/31/2001
Rodrigo
No reporta
79
08/25/2001
Rodrigo
No reporta
80
08/25/2001
No reporta
“Alonso” y “Rodrigo”
81
08/26/2001
Rodrigo
No reporta
82
08/28/2001
Rodrigo
No reporta
83
09/02/2001
No reporta
“Rodrigo” y “José”
85
10/18/2001
No reporta
“Pablo”
87
11/28/2001
No reporta
“Rodrigo”
88
01/13/2002
No reporta
No reporta
89
01/22/2002
No reporta
No reporta
90
01/23/2002
No reporta
Alias “el Flaco” y alias “Rodrigo”
253
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Ciénaga
Hecho
254
Fecha
Daban órdenes
Ejecutaban
91
02/03/2002 se
solicitó
No reporta
92
02/19/2002
Rodrigo
93
02/25/2002
No reporta
94
03/21/2002
No reporta
Alias “Armenta” y alias “Kalimán”
95
03/29/2002
No reporta
Alias “José”
96
04/11/2002
No reporta
98
04/20/2002
No reporta
99
04/21/2002
No reporta
100
05/22/2002
No reporta
101
04/30/2002
No reporta
“Poca Lucha” y alias “el Ruso”
102
05/05/2002
No reporta
Alias “José”, quien salió herido, y alias “el
Ruso”
104
05/13/2002
No reporta
105
05/15/2002
Bloque Norte de la zona
bananera, del comando Jhon
Jairo López
106
05/25/2002
No reporta
109
05/26/2002
No reporta
110
05/31/2002
No reporta
111
06/02/2002
No reporta
113
06/10/2002
No reporta
114
06/17/2002
Rodrigo
“Caño Mocho”
Alias “el Ruso” y alias “el Papicho”
Ciénaga
Hecho
Fecha
Daban órdenes
Ejecutaban
115
07/15/2002
Rodrigo
116
06/26/2002
No reporta
Alias “Pedro” y alias “José”
117
07/20/2002
No reporta
Lo mató alias “el Ruso” y “Camilo”
118
08/06/2002
No reporta
119
08/03/2002
No reporta
Alias “Tony” de nombre Antonio y Juan
Carlos, miembros de un grupo urbano.
“Milton y Caño Mocho”
210
04/05/2004
No reporta
No reporta
Casos Ossias
55
11/09/2002
“Poca Lucha” y “Maicol”
Zona Bananera
Hecho
Fecha
Daban órdenes
Ejecutaban
Casos Mangones Lugo
31
01/14/2001
No registran
41
07/09/2001
56
06/09/2001
La orden la da el postulado
“Carioca” y “el Gato”
65
07/07/2001
El comandante era “4.4”
“El Poli” y “Carioca”
67
17/07/2001
68
07/17/2001
84
10/08/2001
“Abel Ávila”
El comandante era “4.4”, alias
“Tijeras” estaba empalmando
con él.
“Loco Espeleta”, “Bronco”, “el Poli”, “Abel
Ávila”, “Carioca”
“El Gato”, “Bronco”, “Carioca”, “Abel Ávila”, “el
Poli”, “Moncho”
255
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Zona Bananera
Hecho
256
Fecha
Daban órdenes
86
11/12/2001
No reporta
103
05/08/2002
No reporta
107
05/28/2002
No reporta
108
05/28/2002
Alias “Brayan”
112
06/05/2002
No reporta
134
11/23/2002
No reporta
165
05/23/2003
168
09/06/2003
183
17/10/2003
El comandante era alias
“Pablo”
188
20/11/2003
Comandante “Pablo”
189
11/12/2003
198
08/02/2004
204
18/03/2004
206
05/04/2004
214
09/06/2004
220
02/09/2004
221
02/09/2004
Comandante “Chávez”
232
15/01/2005
Comandante “Chávez”
247
13/06/2005
380
07/10/2000
381
04/18/2001
Ejecutaban
Alias “Jesús” y alias “el Negro”
“Angelo”, “Murdo” y “el Mono”
Comandante “Chávez”
El comandante era alias “4.4.”
Uno de los hermanos Gallardo, y Ángel
Campis; a este último lo mató alias “Tijeras”
Zona Bananera
Hecho
Fecha
382
05/17/2001
383
06/01/2002
384
07/07/2001
385
07/16/2001
386
09/07/2001
387
01/10/2001
388
06/10/2001
389
09/18/2001
390
10/18/2001
391
10/18/2001
392
11/12/2001
393
11/27/2001
394
01/07/2002
395
19/01/2001
396
01/28/2002
397
02/21/2002
398
02/28/2002
399
04/04/2002
Daban órdenes
Comandaban “Jorge 40” y
“4.4.”
Ejecutaban
“Alonso”, “José”, “el Médico”, “Rodrigo”,
“Tijeras”
La orden la da Rodrigo
El comandante era alias
“Tijeras”
“Carioca”
Alias “Bronco” de nombre Kevin, alias “el
Poli”, alias “Carioca”, alias “el Gato”
El comandante era “Tijeras”
Luis Camargo Polo
257
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Zona Bananera
Hecho
Fecha
Daban órdenes
Ejecutaban
Casos Ossias
“Carlos Tijeras”, otro alias “Camilo” y alias
“Poca Lucha”
10
31/08/2004
La orden la dio alias “Nicolás”,
quien se la dio a alias
“Camilo”.
27
17/10/2004
La orden la dio alias “Camilo”
Alias “Ángelo”, “el Mono” o “Scooby”, “Kike” y
“Maicol”
Daban órdenes
Ejecutaban
Alias “Nicolás”, “Kike”, “Scooby, “Ángelo” y
“Maicol”
Fundación
Hecho
Fecha
Caso Mangones
258
251
10/03/2002
252
02/04/2002
253
15/05/2002
254
30/05/2002
255
12/04/2002
256
08/06/2002
257
09/06/2002
258
17/06/2002
259
20/06/2002
260
17/06/2002
261
13/08/2002
Alias “Esteban”, alias “Caballo”, alias “Marco”
y alias “Rafa”
Fundación
Hecho
Fecha
262
13/07/2002
263
12/08/2002
264
16/08/2002
265
18/08/2002
266
22/08/2002
267
4 /09/2002
268
10/09/2002
269
23/10/2002
270
24/10/2002
271
07/01/ 2003,
en esta fecha
se encontró el
cuerpo, no se
conoce la fecha
del asesinato
272
26/02/2003,
se encontró el
cadáver, no se
aclara fecha del
hecho
273
01/03/2003
274
14/03/2003
275
23 de marzo
276
03/04/200
277
12/04/2003
278
28/04/2004
Daban órdenes
Ejecutaban
Alias “Maicol” y “Larry”.
259
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Fundación
Hecho
Fecha
279
30/04/2003
280
Se desconoce
281
09/05/2003
282
13/05/2003
283
14/06/2003
285
22/06/2003
286
29/06/2003
287
12/06/2003
288
03/10/2003
289
19/10/2003
292
Al parecer
los hechos
ocurrieron entre
el 2 al 5 de
febrero de 2004
293
260
Daban órdenes
El comandante era “Tijeras”
Ejecutaban
Rafael Barros González, alias
“Casayambombo”, Wilson José Contreras
López, alias “Jhon cara de lápida”
Alias “Camilo”
295
03/03/2004
296
04 de abril
297
15/04/2004
298
15/04/2004
299
23/04/2004
300
04/05/2004
301
24/05/2004
Alias “Mauricio” o “Poca Lucha”
Fundación
Hecho
Fecha
Daban órdenes
Ejecutaban
Alias “Camilo”, comandante
de Fundación
302
19/06/2004
303
25/06/2004
304
30/06/2004
305
05/07/2004
306
19/07/2004
307
31/08/2004
308
27/07/2004
309
21/09/2004
Alias “Camilo”
310
14/10/2004
Alias “Camilo”
311
21/09/2004
Alias “Camilo”
312
15/12/2004
313
21/12/2004
Alias “Pablo”
314
29/12/2004
Alias “Pablo”
315
01/02/2005
316
04/02/2005
317
23/02/2005
318
16/03/2005
Alias “Pablo”
319
20/04/2005
Alias “El Negro”
320
29/04/2005
321
12/05/2005
322
31/05/2005
Comandante “Camilo”
El comandante era Richard o
“el Gato”
Alias “Arley”
Alias “Camilo” y alias “Tribilín”
261
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Fundación
Hecho
Fecha
Daban órdenes
323
15/07/2005
Comandante “Chávez”
324
09/06/2004
Ejecutaban
Ossias
262
1
11/11/2003
La orden se la dieron alias
“7.1.” y alias “Freddy”
“Maicol”
8
23/10/2002
Y yo
Alias “Freddy” y “Maicol”
11
26/04/2003
Alias “Mauricio”
Alias “Nelson”, “Gorra Blanca” y “Larry”
12
01/08/2003
Información la suministró
alias “Gorra Blanca”
Alias “Freddy”, “Mauricio”, “Larrys” y “Maicol”
17
14/03/2003
Orden la impartió alias
“Mauricio” y/o “Poca Lucha”
Alias “Maicol” y “Freddy”
18
23/03/2003
20
13/05/2003
Por orden de alias “Mauricio”
21
14/06/2003
Alias “Mauricio” y “Maicol”
22
19/06/2003
Alias “Maicol”
24
06/07/2003
La orden la dio alias
“Mauricio”, quien fue la
persona que retuvo al hoy
occiso, esa retención se
produjo por un intercambio
de disparos con estas
personas
Alias “Poca Lucha” y “Maicol”
25
16/08/2003
La orden la dio “Mauricio”
En la acción participó Diego, alias “Aramis”,
“Gorra Blanca” y alias “Freddy” y “Maicol”
Alias “Orejitas” y “Aramis Caballero”, alias
“Maicol”, “Javier Pérez”, alias “El Negro
Mercado”, alias “Larry” y alias “Maicol”
Alias “Freddy”, “Gorra Blanca” y “Maicol”,
alias “Rafa”
Fundación
Hecho
Fecha
Daban órdenes
Ejecutaban
Participó alias “Rafa”, “Freddy”, “Gorra
Blanca”, “Maicol” y “Mauricio”
26
07/10/2003
30
03/10/2003
La inteligencia la hizo alias
“Larry” y/o “Aramis” y la
verificó alias “Poca Lucha”
En la acción participó alias “Diego”, “Maicol”
31
12/07/2003
La orden la dio alias
“Mauricio” y/o “Poca Lucha”
Alias “Larry” y/o “Aramis”
32
18/09/2003
La orden la da “Mauricio” y/o
“Poca Lucha”
Alias “Freddy”, “Gorra Blanca”, “Rafa” y
“Maicol”
38
Mayo de 2003
Yo y el mono le propina las
puñaladas con “Aramis”
“Maicol” le abrió el cuello
39
12/08/2002
Orden de alias “Pedro”
Alias “Pablo” y “Maicol”
40
01/06/2003
La orden la dio alias
“Mauricio” y/o “Poca Lucha”
en el mes de junio del 2003.
Alias “Diego”, “Larry”, “Gorra Blanca” y el
imputado
52
09/08/2003
Alias “7.1.”
Pueblo Viejo
Hecho
Fecha
Daban órdenes
54
05/27/2001
El comandante era “Rodrigo”
125
09/01/2002
No reporta
127
10/7/2002.
La Fiscalía
corrige la fecha:
10/10/2002
No reporta
Ejecutaban
Mangones
Alias “Pedro”, “José Molina”
y “Tijeras”
263
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Pueblo Viejo
Hecho
175
Fecha
28/06/2003
225
13/10/2004
244
12.01.01
Daban órdenes
Orden de “Rodrigo”
Ejecutaban
“El Paisa” y “Alonso”
Alias “Larry”, de nombre
Aramis Caballero, Jhonatan
“El Nuevo” y el Cdte.
“Pocalucha”
Aracataca
Hecho
Fecha
Daban órdenes
Ejecutaban
Mangones
264
97
04/19/2002
325
07/06/2002
326
25/03/2002
327
29/04/2002
328
04/10/2002
329
05/08/2002
330
05/09/2002
331
06/05/2002
332
22/06/2002
333
06/13/2002
334
06/18/2002
335
07/01/2002
336
07/10/2002
No reporta
Alias “El Viejo”
“Caño Mocho”, “el Gato” y
“Carioca”
Aracataca
Hecho
Fecha
Daban órdenes
Ejecutaban
337
07/22/2002
338
07/14/2002
339
08/28/2002
340
09/01/2002
341
09/12/2002
342
11/29/2002
343
07/12/2002
344
01/10/2003
345
01/23/2003
346
01/23/2003
347
04/02/2003
Alias “Damián”
348
02/18/2003
Alias “07” y alias “Cantinflas”
349
02/21/2003
Los alias “Nelson”, “Larry”,
“Harold” y “Maicol”
350
03/06/2003
351
03/27/2003
352
04/05/2003
353
28/04/2003
El comandante es “Tijeras”
354
05/14/2003
El comandante es “Tijeras”
355
05/17/2003
Se solicitó a la
Fiscalía aclarar
las víctimas, pues
Ana Martínez no
fue incluida
El comandante es “Tijeras”
“Jhonys Javier Argo”
Alias “Maicol”
265
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Aracataca
Hecho
266
Fecha
356
07/19/2008
357
07/26/2003
358
08/13/2003
359
08/27/2003
360
11/11/2003
361
12/08/2003
362
12/21/2003
363
01/23/2004
364
02/08/2004
365
02/11/2004
366
02/09/2004
367
03/07/2004
368
03/30/2004
369
08/30/2004
370
09/19/2004
371
09/19/2004
372
09/22/2004
373
12/05/2004
374
12/14/2004
375
01/19/2005
376
02/22/2005
Daban órdenes
Ejecutaban
El comandante es “Tijeras”
Alias “Maicol” y alias
“Esteban”
Alias “Jhony”
Aracataca
Hecho
Fecha
377
04/14/2005
378
05/21/2005
379
06/01/2005
Daban órdenes
Ejecutaban
Ossias
9
01/04/2004
13
27/03/2003
La orden la impartió “Mauricio”
14
15-May-03
No reporta
15
11-Nov-03
16
23-Ene-03
23
20/06/2003
Lo ejecuta alias “Freddy” y
“Maicol”
21/02/2003
Alias “Harold”, “Nelson”,
“Gorra Blanca”, “Freddy”,
“Mauricio” y “Maicol”; iban
de civil
29
27/08/2003
La inteligencia la hizo
alias “Gorra Blanca”, alias
“Loquillo” y “Maicol” prestó
seguridad
48
23/01/2003
“Damián”, “Harold”, “el
Flaco”, que fue el que mató
49
17/04/2004
Fui con “Damián” y se lo
entregamos a “John”.
53
Año 2003
“7.1.” o “Cantinflas”
28
“Damián”
Alias “Gorra Blanca”,
“Nelson”, “Freddy” y “Larry”
Alias “Gorra Blanca”, “Diego”
y “Maicol”, lo entrega alias
“Freddy”
No reporta
“Mauricio” dio la orden
267
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
4.4. Medidas de reparación colectiva
Al momento de proponer medidas de reparación colectiva es necesario
partir del presupuesto de que muchos daños causados y sufridos por
las víctimas, individuales y colectivas, son irreparables. El presente
documento presenta una recopilación de las medidas de reparación
colectiva propuestas por líderes, lideresas y víctimas de las acciones del
Frente William Rivas; por defensores y defensoras de derechos humanos;
y por el equipo interdisciplinar de Incidentes de Reparación de la
Procuraduría General de la Nación.
Las medidas de reparación se presentan en tres grandes ejes, los
mismos indagados a lo largo de la aplicación del protocolo para el
diagnóstico de daño colectivo: aquellas tendientes a reparar el daño
psicosocial, las que pretenden reparar el daño a la institucionalidad
del Estado, y en tercer lugar, las medidas tendientes a subsanar las
afectaciones a derechos.
Resulta importante mencionar que así como un daño puede extenderse
a varias de las categorías construidas, del mismo modo existen medidas
de reparación que buscan reparar daños específicos de cada una de
dichas categorías, mientras otras pueden resarcir aspectos de diversas
categorías de daño. Por cuestiones prácticas se dividirán y categorizarán
las medidas de reparación, pero bajo la idea de que las medidas están
intrínsecamente relacionadas, deben ser consideradas en conjunto y
orientarse a una reparación integral.
4.4.1. Medidas de reparación colectiva tendientes a
resarcir el daño a la institucionalidad del Estado
• Realización de un seguimiento detallado a la labor, cumplimiento
de las funciones y uso de los recursos públicos por las entidades y
funcionarios de las instituciones ambientales presentes en la región.
Por ejemplo la Corporación Autónoma Regional del Magdalena –
CORPAMAG, y al Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras –
INVEMAR:
[…] ellos no hacen nada, nada, absolutamente nada, ahí
hay un problema impresionante de ineficiencia, por no decir
corrupción administrativa que es grave, ¿cierto?, pero de ese
268
tema no se puede hablar, porque ese tema aquí, puede dejar
muertos, clarísimamente… muertos351.
Seguimiento que debe ir acompañado de medidas de protección a
la labor de los funcionarios, personas y comunidades que lo realizan.
Dado que la situación de vulnerabilidad continúa presente.
Del mismo modo, y mientras este control se hace efectivo desde el
nivel nacional, se solicita que los recursos encaminados a la reparación
de las comunidades pesqueras y palafíticas no sean entregados a
estas instituciones hasta que no se garantice un manejo transparente
de los mismos.
• Como parte del derecho a la verdad, es vital que las víctimas y la
sociedad civil en general conozcan lo sucedido a profundidad, sus
causas y consecuencias.
Se parte del supuesto de que las medidas de reparación, verdad,
justicia y garantías de no repetición, inciden unas sobre las otras.
Las medidas que desarrollan garantías de no repetición, junto
con la búsqueda y divulgación de la verdad y la administración de
justicia sobre los hechos del grupo armado ilegal, contribuyen a la
recuperación de la confianza en las instituciones.
Es imprescindible que se establezca la relación entre sectores
económicos (ganadería extensiva, banano y palma) y los grupos
armados, y cómo su apoyo, consentido u obligado, favoreció el
crecimiento y establecimiento del autodenominado FWR en la zona:
Porque es que generalmente nosotros nos quedamos en el
mediático, quién fue el que le disparó y no quién le mandó
a disparar y eso me parece que es muy grave porque siempre
deja a los mismos con las mismas352.
• Se deben adoptar medidas tendientes a la promoción de la presencia
estatal con todos los pesos y contrapesos en la región, incluida su
351 Entrevista a profundidad. Defensora de derechos humanos. Noviembre 2012. Jornada
de trabajo de la Procuraduría General de la Nación para la identificación de medidas
de reparación colectiva.
352 Ibíd.
269
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
amplia zona rural, como una forma de recuperar la idea y el respeto
por el Estado Social de Derecho.
• Se propone realizar un seguimiento detallado a la ejecución del
presupuesto específico destinado a los derechos de las víctimas, así
como de los recursos de cooperación internacional en la región.
4.4.2. Medidas de reparación colectiva
tendientes a resarcir el daño a derechos
• El tema ambiental, centrado principalmente pero no de manera
exclusiva, en la Ciénaga Grande de Santa Marta, es fundamental y
prioritario en este incidente. Acciones tendientes a resarcir los daños
en este ámbito incluirían la construcción de un plan de ordenamiento
pesquero, plan de manejo ambiental, acciones institucionales
certeras y pertinentes, y recuperación de especies, entre otros.
Fundamental el papel de la academia para la producción y
socialización de conocimiento relacionado con el tema:
[…] hacer como una especie de estación de investigación
y piscicultura, no es solamente hacer la piscicultura seca
¿cierto?, sino asociada a un proceso, es como una estación
piscícola con un componente de investigación, que muestre
hasta dónde es posible con insumos técnico importantes
¿cierto?, recuperar las especies que aún quedan, que fueron
especies propias de la zona, por ejemplo la liza, el chivo
cabezón, el manatí353.
• Se debe tener en cuenta las iniciativas desarrolladas en la Ciénaga
Grande de Santa Marta, para lo cual se deben retomar las lecciones
aprendidas de procesos anteriores, por ejemplo el Proyecto
Prociénaga.
• Como garantía de no repetición se debe reforzar la labor del INCODER
en la zona, en particular respecto de la titulación de algunos predios
y la formalización de ciertas áreas de especial protección, como
la denominada Ecoregión, la cual cuenta con una propuesta de
delimitación y con una práctica sobre la misma por parte de las
comunidades, pero no se le ha dado soporte legal:
353 Ibíd.
270
Esas zonas, la Ecoregion, es el producto de una definición.
Primero tiene una fuente científica, pero luego tiene que
traducirse en una decisión política que es una resolución, un
acuerdo que dice estos son los límites354.
• Es indispensable la construcción de un plan de ordenamiento
pesquero que permita la regulación de la vida de estas comunidades
y la labor de las instituciones encargadas de la protección de la
Ciénaga:
Ordenemos cómo es que vamos a desarrollar nuestra
actividad pesquera, regulemos entre nosotros qué artes
vamos a usar, qué artes no vamos a usar, cuáles son las zonas
que vamos a proteger, qué zonas vamos a vedar, qué especies
definitivamente tenemos sobre explotadas355.
• Con base en el estado de deterioro ambiental de la Ciénaga y demás
fuentes hídricas, la disminución de los recursos pesqueros, y el
crecimiento de las necesidades de la población, se hace imperiosa
la diversificación de las actividades económicas para garantizar la
supervivencia de las comunidades pescadoras:
La posibilidad de hacer como un tránsito hacia otro tipo de
actividades desde las cuales pudieran derivar ingresos, […]
si estuviera muy claro que los mayores beneficios son para la
población356.
La diversificación debe contemplar como uno de sus focos el trabajo
y la productividad de la tierra. Como medida de reparación se debe
ordenar una priorización en su uso, dados los múltiples intereses
en disputa alrededor de este recurso. Los usos promovidos por estos
intereses van en contraposición a la protección de la Ciénaga. Por
ejemplo la ganadería extensiva, el proyecto palmero y la agroindustria
afectaron los cauces de agua y modificaron las condiciones originales
de vida de las comunidades palafíticas.
354 Entrevista a profundidad. Defensora de derechos ambientales. Noviembre 2012.
Jornada de trabajo de la Procuraduría General de la Nación para la identificación de
medidas de reparación colectiva.
355 Ibíd.
356 Ibíd.
271
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
• Se deben recuperar y fortalecer espacios y prácticas culturales
afectadas por la presencia y acción del grupo armado ilegal, como
por ejemplo el baile de negros.
• No deben contemplarse, ni permitirse iniciativas tendientes a la
reubicación de las comunidades palafíticas. Bajo la idea de preservar
estas comunidades sería una acción con daño. La comunidad
ha optado por desarrollar una proyecto de vida en su territorio
como resistencia a las pretensiones violentas de desplazarlos o
institucionales de trasladarlos.
• Reconocimiento del valor de las comunidades palafíticas como una
construcción social única y originaria.
• Elaboración de un conjunto de garantías mínimas necesarias para
la subsistencia de las comunidades palafíticas. Por ejemplo se debe
garantizar el suministro de agua potable a estos poblados.
Ayer alguien decía que si antes habían sido desplazados
por la violencia, ahora iban a tener que desplazarse por el
hambre, por el agua357.
• Para reforzar el papel de las mujeres, con un enfoque de género,
se deben diseñar medidas para apoyar proyectos productivos
comunitarios, que hagan posible diversificar la actividades
productivas y superar la dependencia de la actividad pesquera:
Trabajarlas y construir con ellas. En este momento yo creo que
ellas están llenas de intereses, llenas por ejemplo hay unas
que quieren criar gallinas, ellas llenan unas partes a través
de sus patios como poder diversificar el tema del alimento,
unas pequeñas huertas en sus casas, o sea que pudiéramos
mejorar también de nutrición358.
• En el mismo sentido, deben diseñarse medidas orientas a ofrecer
alternativas a los jóvenes. Se podría, inicialmente, concentrar
acciones en la capacitación orientada a la diversificación de la
actividad económica:
357 Grupo focal en Pueblo Viejo. Identificación de medidas de reparación colectiva.
Noviembre 2012.
358 Entrevista a profundidad. Defensora de derechos humanos. Noviembre de 2012.
272
Hay que hacerles cosas de capacitación, yo creo que el tema
de diversificar actividades adicionales eso es importante
porque la pesca es un recurso que está, no creo y es muy
personalmente que la solución sea llenar la Ciénaga de
estanques, como ha querido hacer mucha gente, creo que
otro tipo de actividad es con otro recurso, explorar por
ejemplo en Buenavista lo hacen con la jaiba y con el camarón
dentro de los 2 palafitos359.
• Las medidas de reparación colectiva para las poblaciones afectadas
por el grupo FWR deben tomar en cuenta el documento “Programa
de educación ambiental y participación ciudadana: acuerdos por la
vida de la Ciénaga Grande de Santa Marta”360, el cual fue construido
con la participación de las comunidades pesqueras y palafíticas de la
Ciénaga Grande. En él se concretan los proyectos y las conclusiones
de un documento anterior denominado Agenda socioambiental de la
Ciénaga Grande de Santa Marta. El documento final resulta pertinente
en el contexto del Incidente de Reparación, por cuanto recoge un
proceso de elaboración comunitaria, plantea programas con un
enfoque reparador y transformador de las condiciones de pobreza
extrema y de una situación de necesidades básicas insatisfechas.
Situación que se vio profundizada por la presencia y acciones
delictivas de diversos grupos armados, incluido el Frente William
Rivas. En el documento se pueden identificar seis componentes
básicos, a saber:
– Reconocimiento del ciclo del agua y el conocimiento
tradicional: se busca una validación social y científica de
conocimiento y la información sobre la Ciénaga Grande de
Santa Marta de la cual son portadoras las comunidades que la
habitan. Se propone un diálogo de saberes entre los pescadores
y los especialistas en temas hídricos, una cátedra educativa,
donde se dinamicen propuestas de superación del desequilibrio
hidrológico de la Ciénaga.
359 Ibíd.
360 Organizaciones sociales de la Ciénaga de Santa Marta: Asocociénaga, Granpes,
Agevpis, ComercialCoop, Fecolpalmar, JAC, Apopesca; con el apoyo del Ministerio de
Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial. Noviembre 2009.
273
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
– Acuerdos sociales por la pesca artesanal: para establecer
consensos alrededor de un plan de ordenamiento pesquero que
permita una mejor relación con el territorio con un enfoque de
conservación y protección.
– Aprendizajes para la producción sostenible: a partir de una
evaluación participativa de proyectos productivos de la última
década, elaborar propuestas pertinentes y plausibles de acuerdo
con las particularidades de la región.
– Expedición pedagógica: elaboración de una metodología
de intercambio de saberes entre las instituciones educativas,
comunidades e instituciones para la conservación de la reserva
de la biosfera y el Humedal Ramsar.
– Fortalecimiento organizativo de organizaciones del primero
al tercer nivel: con el objetivo de alcanzar un mayor nivel de
interlocución e incidencia, y un relevo generacional en el liderazgo.
– Comunicación educativa: para garantizar el flujo de información,
construcción de opinión, expresión y debate, y la conformación
de un colectivo de comunicación comunitaria.
4.4.3. Medidas de reparación colectiva
tendientes a resarcir el daño psicosocial
El componente psicosocial atraviesa cada una de las medidas propuestas
en el presente documento. De acuerdo con ello y con la manifestación de
personas entrevistadas, el cimiento de una reparación integral radica en
la recuperación de la confianza, en el restablecimiento y fortalecimiento
del tejido social de las comunidades:
Si no hay base social, y digamos, si no hay tejido social articulado,
desde lo que fueron digamos los ejes básicos de la vida de la
comunidad… si eso no hay ahí, no importa lo que uno ponga, todo
se va a desbaratar, porque la solidaridad desapareció, la confianza
en el otro desapareció… sin el previo del proceso organizativo, todo
está condenado a fracasar361.
361 Entrevista a profundidad. Defensora de derechos humanos. Noviembre 2012. Jornada
de trabajo en campo de la Procuraduría General de la Nación para el establecimiento
de medidas de reparación colectiva.
274
A partir de este presupuesto, se hace necesario el acompañamiento
psicosocial como un proceso, diferente a la sumatoria de acciones
concretas e inconexas, lo cual implica necesariamente la participación
de las comunidades en todas y cada una de las etapas, respetando sus
referentes, tiempos y particularidades:
[…] hacer un proceso digamos con calma, pensado, estructurado,
que permita reconstruir los lazos sociales y los relacionamientos
entre ellos, los principios que sustentan la vida en la comunidad
¿cierto?, si eso no hay, esa comunidad va a desaparecer362.
Para esto se requiere fortalecer la vida organizativa existente: las
comunidades y líderes hicieron referencia a la existencia de múltiples
organizaciones con personería jurídica, pero sin un soporte social
de base suficientemente sólido. Se propone que el tema ambiental
se constituya en el núcleo que aglutine, convoque y motive. También
que participen las tres asociaciones de segundo nivel más fuertes:
Asocociénaga, Granpez y Comercialcoop:
Por el lado de los pescadores yo sí creo que habría toda la disposición.
Ese sería de los temas que puede llamar a la integración, a la
articulación, porque también entiendo que la organización no
se teje en abstracto, ¿cierto?, se teje en lo concreto, de propósitos
compartidos, de acciones, de tareas, de cosas en el día a día, ¿cierto?363.
La finalidad y el fundamento deben ser el empoderamiento y la
redignificación de estas comunidades, a través de la recuperación y
validación de sus saberes ancestrales:
[…] creo que un proceso importante para dignificarlos y que ellos
se sientan en igualdad de condiciones, es valorar su conocimiento
ecológico tradicional, dignificar sus saberes… Son unos decimeros
de miedo, te sacan una décima como sea, hay cosas muy valiosas
para recuperar y para lograr otra vez esa cohesión y eso…, que ellos
se sientan nuevamente personas364.
362 Jornada de trabajo con líderes y personero municipal de Pueblo Viejo para la
identificación de medidas de reparación colectiva. Noviembre 2012.
363 Entrevista a profundidad. Defensora de derechos humanos. Noviembre 2012.
364 Ibíd.
275
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
5. Aproximación al daño colectivo
ocasionado por las acciones del
grupo armado ilegal conocido
como Frente Ómar Isaza, de las
Autodefensas Campesinas del
Magdalena Medio (ACMM)365
Este apartado aborda de manera general la presencia y acciones al
igual que las prácticas de violencia sufridas y las afectaciones colectivas
ocasionadas por el grupo armado ilegal autodenominado Frente Ómar
Isaza (FOI) sobre las poblaciones, comunidades y grupos que habitan la
zona sur del vasto territorio conocido como Magdalena Medio.
La presencia de los grupos armados ilegales en la región data desde
los años sesenta (el ELN y las FARC). En los noventa hizo presencia el
autodenominado ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo). Hasta
mediados de los ochenta la presencia y dominio de estos grupos fue
incuestionable, manifestándose con acciones violentas dirigidas hacia
la infraestructura energética y petrolera, la Fuerza Pública y delitos
contra la población civil, sobre todo, pero no exclusivamente, con fines
de financiamiento; actos que terminaron en diversas ocasiones con la
muerte y desaparición de las víctimas.
Facciones del ELN se hicieron fuertes en la zona montañosa media de la
carretera que conduce a Medellín, desde el río Magdalena, con influjo
y afectación en la zona conocida como el oriente cercano a la capital
del departamento de Antioquia. Al mismo tiempo, las FARC mantenían
presencia y ejecutaban acciones en la zona de las hidroeléctricas, en el
norte del departamento de Caldas, en el suroriente de Antioquia y en el
valle del río Magdalena, llegando hasta el norte y centro del Tolima. En la
zona sur de este departamento las FARC mantuvieron presencia desde
su misma fundación, en los años sesenta.
365 Este es un trabajo preliminar de aproximación al daño colectivo ocasionado por el
grupo armado ilegal.
276
Muy poco después del surgimiento e instalación de las guerrillas, empezó
a sentirse la presencia de grupos armados de autodefensas en la parte sur
de la región del Magdalena Medio. En sus inicios contaron con cobertura
legal, pero al perder vigencia la norma que las autorizaba desarrollaron
estructuras ilegales con un alto nivel de accionar criminal. El surgimiento
de estos grupos se apoyó en la colaboración de personas con intereses
económicos en la región y el Ejército Nacional, bajo el amparo de una
norma de la Ley de Defensa Nacional que permitía constituir grupos
armados de población civil para defenderse de la presencia y acción de
grupos armados ilegales366.
Aquí vale la pena recordar uno de los primeros antecedentes de
realización de masacres en la zona que años más tarde pasaría a estar
bajo el control de los grupos de ACMM. El caso se presentó con motivo
de la expulsión del párroco de Cocorná (Antioquia), Bernardo López
Arroyave (posteriormente asesinado por paramilitares en Sucre), y la
masacre del 17 de septiembre de 1982 en la vereda Santa Rita, en el
mismo municipio del oriente antioqueño, lo cual motivó que muchos
campesinos organizados alrededor de la iglesia decidieran ingresar
a las guerrillas que hacían presencia en la zona. Así lo recuerda una
crónica periodística:
Toda Santa Rita ya se había enterado. Primero la voz corrió menuda,
en cuchicheos ahuecados con las palmas de las manos, después se
expandió ganando en altura hasta convertirse en una invitación
marcial y resonante. Gustavo Buitrago, su hermano Rigoberto,
Ricardo Castaño y tres hombres más merodeaban la vereda. Venían
con fusiles terciados, los ojos resueltos en sus semblantes juveniles
y el pecho cruzado de cananas. Ahora decían traer a cinco mártires
entre sus motivos para tomar las armas.
El surco profundo que dejó la masacre del 17 de septiembre de 1982,
facilitó el trabajo de reclutamiento en la vereda por parte de los seis
hombres. Los jóvenes se incorporaban a la guerrilla en apariencia
convencidos en la lucha de clases y en la liberación del pueblo.
Tal vez de estos argumentos sólo tenían las brumas que les dejó
366 Observatorio de Derechos Humanos de la Vicepresidencia de la República - Programa
de Derechos Humanos: “Panorama actual del Magdalena Medio (violencias del año
1990-2000)”. 2001.
277
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
el recuerdo del Padre Bernardo López pero, en cambio, sentían la
contundencia de su sangre revuelta con el asesinato de sus vecinos y
con la amenaza de la muerte367.
De acuerdo con datos del Observatorio del Programa Presidencial de
Derechos Humanos, el avance de los grupos armados de autodefensas
en la región del Magdalena Medio comprendió tres fases: hasta la
mitad de los años ochenta se encontraban estructuras ubicadas en
Yacopí, Puerto Berrío, Puerto Boyacá y Cimitarra, las que adquirieron
un carácter ofensivo con el apoyo de narcotraficantes y esmeralderos
quienes habían empezado a adquirir enormes extensiones de tierra y
a instalar procesos de coca en la región. Desde la segunda mitad de los
ochenta hasta la primera mitad de los noventa se ubicaron en el centro
y norte de la región, con mayor fuerza en los municipios de Antioquia
y Santander, en particular San Vicente y El Carmen. Desde la segunda
mitad de los noventa consolidaron el control sobre toda la región, desde
Puerto Boyacá hasta el sur del César. Los grupos de Ramón Isaza, alias
“el Viejo”, se ubicaron en la zona sur del Magdalena Medio, centrados
en Puerto Triunfo (Antioquia). Luego tuvieron una expansión tardía
hacia el sur, hasta abarcar el norte del Tolima y secciones del occidente
de Cundinamarca. Esta expansión explica el montaje de la estructura
armada ilegal conocida como FOI.
La consolidación y desarrollo de los grupos armados de paramilitares
en la región se hizo mediante la sucesión de estructuras en una cadena
de alianzas y enfrentamientos, hasta que se produjo la repartición del
territorio por lo grupos que protagonizaron las negociaciones con el
Gobierno Nacional y las desmovilizaciones, a partir del año 2005.
La economía del narcotráfico, además de otras fuentes de financiamiento
que garantizaban el control del territorio, se constituyó en el gran motor
para el montaje e instalación de estos grupos armados ilegales de
paramilitares. Su presencia y accionar debe leerse e interpretarse en la clave
de una movilización cuyas finalidades van más allá de su ‘justificación por
limpiar o mejorar la sociedad’. En desarrollo de sus finalidades lograron el
control territorial con la aquiescencia y colaboración de las autoridades,
367 Crónica inédita titulada “Entre tarde y noche”, del periodista Juan Alberto Gómez,
citado en VerdadAbierta: http://verdadabierta.com/component/content/article/35bloques/420-autodefensas-campesinas-del-magdalena-medio.
278
colmaron poblaciones enteras con acciones violentas, produjeron daños
individuales y colectivos, profundizaron la condición de vulnerabilidad
de muchos sectores sociales dando lugar a afectaciones todavía no
reparadas a los pobladores de toda la región.
5.1. Breve descripción de las características geográficas
y económicas de las zonas ocupadas por el FOI
La denominación “Magdalena Medio” tuvo un origen militar. Surgió en la
planeación de acciones militares en la base de Palanquero (Puerto Salgar)
en los años sesenta. Desde ese entonces la zona tenía connotaciones de
“zona roja” por la violencia de grupos armados y por la persistencia de
conflictos sociales368.
No se trata de una región en el sentido político y administrativo, ya que
cada departamento cuyo eje principal se ubica en la zona andina buscó
su salida al río Magdalena, con lo cual los municipios ubicados en sus
riveras cumplían un papel funcional a los intereses centrales de cada
entidad territorial. Para algunas de estas entidades los territorios en
mención eran los más aislados y los menos desarrollados: tal ha sido el
caso de Antioquia, el sur Bolívar –tradicionalmente una de las zonas más
pobres y abandonadas del país– y Santander, con excepción de la ciudad
de Barrancabermeja. Cuando los departamentos han planificado, lo han
hecho en función de sí mismos y no en la relación de los municipios de
esta región con su entorno ni con el relacionamiento cercano en la zona
del Magdalena Medio369.
Desde Puerto Boyacá hacia el norte, este y oeste, se trata de territorios
de reciente poblamiento o “de colonización”, y por ello aparecen como
“mosaicos” sociales y culturales, dada la afluencia de gentes de “otras
regiones” bien caracterizadas del país370. No sucede lo mismo en los
municipios ubicados al norte de Puerto Boyacá, donde se cuenta con
368 Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio (PDPMM). El Magdalena Medio:
una región que se construye por el río. Diagnóstico propositivo. 1996, p. 9.
369 Ibíd., p. 10.
370 Ibíd., p. 11.
279
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
grupos humanos asentados a lo largo del siglo XIX, o con asentamientos
desde la Colonia, como puede verse en Mariquita y Honda, municipios
que pueden salir de la arbitraria denominación del Magdalena Medio.
El área de influencia del FOI involucra zonas urbanas con interesante
movimiento de comercio (Honda, Dorada, Guaduas, Mariquita,
Pensilvania, etc.) así como zonas con vocación para cultivos
agroindustriales al norte del Tolima. Durante los noventa la agricultura
comercial, con un marcado desarrollo anterior, se vio afectada por una
fuerte contracción a raíz de la apertura económica, lo cual también afectó
la economía campesina, generando altos índices de desempleo rural.
Esta circunstancia contribuyó a que los cultivos ilícitos se constituyeran
en una alternativa a la crisis económica. Así ocurrió con la amapola,
cuyos cultivos comienzan a extenderse sobre la Cordillera Central que
atraviesa el departamento, bajo el impulso de las guerrillas y de los
grupos de paramilitares.
En relación con lo anterior, el Magdalena Medio ha contado con
ganaderías extensivas que se han expandido desde el sur hacia el
norte, empezando en Puerto Boyacá y la Dorada; tal actividad ha
avanzado ocupando todos los terrenos aptos tanto para la agricultura,
y con mayor razón, los apropiados para la ganadería, en un proceso
de potrerización que no ha resultado ajeno al dominio territorial
impulsado por los paramilitares en su disputa por el control de la región
con los grupos guerrilleros371.
Esta ocupación ganadera produjo desalojos tanto de los antiguos
colonos y campesinos que se habían asentado en los territorios
como de terratenientes tradicionales. Muchas de estas ganaderías no
buscan la productividad y la generación de empleo, sino la inversión
en tierras para su valorización y el no pago de tributos. La expansión
ganadera se estructura con propósitos de dominio territorial en una
especie de feudalismo bárbaro, por cuanto el acceso a la tierra a través
de grandes capitales foráneos se llevó a cabo involucrando actos de
violencia, intimidación y desalojo, estableciendo ejércitos privados y
administradores leales e incondicionales a los nuevos terratenientes372.
371 Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio (PDPMM). Diagnóstico
agropecuario y rural del Magdalena Medio. 1995, p. 38.
372 Ibíd., p. 38.
280
Este uso de la tierra a través del modelo de ganadería intensiva ha
configurado un interés en los últimos lustros por consolidar la frontera
ganadera, motivado por la presencia y acción de grupos armados de
paramilitares empeñados en un mayor control territorial, cuyo epicentro
se ubicaba en La Dorada y Puerto Boyacá.
Así sucedió también en la porción del Magdalena Medio santandereano,
departamento que en su zona sur (Cimitarra, Puerto Parra, Landázuri,
Bolívar y El Peñón), también presenta un perfil dominado por la
ganadería extensiva en grandes propiedades. En orden de importancia,
el fenómeno se presenta en Cimitarra, Puerto Parra y el bajo Landázuri,
zona que si bien no quedó bajo el dominio de los grupos de Ramón Isaza
sufrió también el mismo proceso de aseguramiento por estructuras
paramilitares, en una estrategia concertada para dominar toda la región.
De otro lado, la región plana del sur del Magdalena Medio permite el
acceso a dinamismos económicos consolidados en las zonas andinas.
Se presentan importantes actividades pecuarias y comerciales
alrededor y en la propia ciudad de Bucaramanga; en la zona del
oriente antioqueño se asienta una agricultura intensiva en medianos
y pequeños fundos, así como algunas de las más importantes
hidroeléctricas del país; en el nordeste antioqueño se da una intensa
actividad minera; en los municipios de Caldas hay ganaderías y una
importante producción de café.
En este contexto se debe tener en cuenta que las condiciones de
comunicación de la región con la costa atlántica, el centro y el oriente
del país ofrecen importantes accesos a mercados para la producción
ganadera así como para el transporte de productos ilícitos, otorgando al
mismo tiempo una estratégica ubicación desde el punto de vista militar.
También debe tomarse en cuenta que la región sur del Magdalena
Medio tiene un valor estratégico para las comunicaciones terrestres
entre el oriente, el centro y el occidente del país. Las troncales de la Línea
y de Letras cumplen un importante papel para desplazar gran cantidad
del comercio del país desde y hacia la Cordillera Oriental, la Cordillera
Central y el puerto de Buenaventura. Desde allí se desprenden carreteras
de acceso a Cundinamarca y Bogotá, todo lo cual explica que se haya
constituido en una zona de emplazamiento de grupos guerrilleros y
posteriormente paramilitares, como el FOI.
281
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
A raíz de los retenes ilegales y ataques contra la fuerza pública llevados
a cabo por las FARC en ambas troncales, las dos vías debieron ser
custodiadas intensamente por destacamentos oficiales, al tiempo
que los grupos paramilitares consolidaban su presencia en la zona
y desestimulaban la relación de la población civil con las guerrillas,
mediante acciones de intimidación al campesinado.
Son precisamente estas fortalezas geográficas y económicas las que
hicieron de este un territorio en disputa, generador de importantes
beneficios para el grupo o los grupos que consiguieran su control. Durante
la época del dominio paramilitar, la zona se convirtió en productora de
narcóticos, en corredor para el tráfico de armas y en foco de inversiones
en tierras para narcotraficantes y grupos económicos afines.
Aquí vale la pena recordar que la región contaba con una interesante
historia de organizaciones y movilizaciones sociales por el reconocimiento
y los derechos, historia que vino a ser empañada por la presencia y acción
de los grupos guerrilleros. La dominación y el accionar, también atroz, de
las guerrillas y la emergencia de la economía del narcotráfico, estimularon
la disputa de este territorio por parte de diversas facciones de los grupos
paramilitares en estructuras sucesivas, hasta la distribución concertada
de todo el Magdalena Medio en una situación consolidada, que persistía
cuando sobrevinieron las negociaciones y desmovilizaciones en el 2006.
Aunque en el último período Puerto Berrío no estuvo bajo el dominio de
los grupos armados ilegales de Ramón Isaza, el testimonio de uno de sus
alcaldes da cuenta de la tragedia sufrida allí y en toda la región:
Precisamente, ese privilegio de estar geográficamente bien ubicados,
y dar acceso a varios departamentos, es lo que ha convertido a Puerto
Berrío en una especie de corredor estratégico para el negocio del
narcotráfico. A lo que se suma su espesa vegetación que ha servido
para la instalación de cocinas para el procesamiento de los alcaloides.
El alcalde actual de Puerto Berrío, Robinson Baena expresa:
“Geopolíticamente hablando es un punto de conexión con otros
departamentos. Desde aquí se llega a Bucaramanga, Manizales,
Bogotá, y la Costa Caribe. Si uno en la legalidad aprovecha esto para
conectarse con otras regiones. Eso mismo lo harán estos grupos. Para
nadie es desconocido que estos grupos al margen de la ley, financian
sus actos delincuenciales con el narcotráfico, y otras actividades”,
resalta el burgomaestre. Esta como una de las tantas expresiones
que pueden encontrarse en toda la zona del Magdalena Medio.
282
El municipio de Puerto Berrío, por décadas ha tenido que afrontar los
vejámenes de la guerra. Entre los finales de los años 70’ y mediados
de los años 80’, tuvieron que vivir en carne propia las atrocidades
de la insurgencia a través de los frentes de las FARC-EP; después se
produjo la arremetida paramilitar, procedente del municipio de
Puerto Boyacá (Boyacá), cuyo fin era sacar a la guerrilla de la zona.
Esto generó aún más violencia, ya que tanto los unos como los otros
pusieron a la población civil en el medio, acusándolos de pertenecer
o ayudar a uno u otro grupo.
Esa coyuntura militar por el control del territorio, se caracterizó por
la sistemática violación a los Derechos Humanos. Se volvieron una
constante en el municipio las amenazas, los asesinatos selectivos,
las masacres, las desapariciones, los desplazamientos masivos y las
torturas. Es así, que más de 3.500 personas fueron desplazadas y
más de 1.000 personas llegaron. Estas cifras corresponden al período
entre 1997 y el 2011, según datos del sistema de información de
Acción Social. Se calcula que toda esta violencia pudo haber dejado
más de 1.000 víctimas entre desaparecidos y asesinados. Aunque
aún existe un subregistro, por el temor de las personas a denunciar.
Doña María* hace un alto en el camino y recuerda quiénes han sido
los causantes de tanta desgracia, “Por aquí, han pasado el Bloque
Central Bolívar, el Bloque Metro, el Bloque Magdalena Medio de
Ramón Isaza, y otras más, y las víctimas o sus familiares no saben de
quienes fueron sus agresores”373.
Después de que el Bloque Metro fue aniquilado por el Bloque Central
Bolívar, en el Magdalena Medio, “Julián Bolívar” pretendió crear un
frente en La Sierra, sin embargo esa pretensión se vio truncada. Isaza
afirma que esto se debió a que líderes comunitarios y ganaderos de esa
población, le enviaron una carta a “Julián Bolívar” y a él solicitándole
al BCB retirarse de La Sierra y a Isaza pidiéndole permanecer374.
373 Observatorio de Paz Integral – OPI. “Paramilitares en el Magdalena Medio: 22 asesinatos
en Puerto Berrío en lo corrido del año”. Miércoles 15 de agosto de 2012. *Nombres
cambiados a petición de los entrevistados por razones de seguridad.
374 Barón Villa, Mauricio. Apogeo y caída de las autodefensas de Puerto Boyacá: del
paramilitarismo a los señores de la guerra en el Magdalena Medio. Universidad Nacional
de Colombia. Facultad de Ciencias Humanas. Departamento de Historia. Bogotá, 2011,
pp. 73-74.
283
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
5.2. Antecedentes del grupo armado
Frente Omar Isaza (FOI)
De acuerdo con lo documentado por la magistratura de Justicia y
Paz, las estructuras de grupos armados ilegales autodenominadas
Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio (ACMM), dirigidas por
Ramón Isaza, alias “el Viejo”, tienen como antecedente un grupo armado
ilegal autodenominado “los Escopeteros” que surgió hacia 1978. En sus
inicios tenía como base de operaciones el municipio de Puerto Triunfo
y desde allí incursionaba hacia otros municipios de Antioquia y Caldas.
Al comienzo este grupo contaba con el impulso y apoyo del Ejército
Nacional y con aportes financieros de ganaderos de la región375.
Desde 1983 el grupo se vinculó con las autodefensas de Puerto Boyacá,
que contaban con mayores recursos económicos provenientes de su
alianza con el narcotráfico y con los esmeralderos376. Desde 1987 se
producen las alianzas del grupo armado ilegal de Puerto Boyacá con los
grupos de paramilitares de los hermanos Castaño e importantes capos
del narcotráfico, lo que explica que Ramón Isaza estuviera un tiempo
ayudando a conformar un grupo armado ilegal en los llanos de Yarí, en el
departamento del Meta377. Por la misma época se instalan las escuelas de
formación de paramilitares bajo la conducción de mercenarios israelíes
y británicos en el Magdalena Medio, en las que participan miembros del
grupo de Ramón Isaza, que vienen de la época de los Escopeteros378.
La Asociación Campesina de Ganaderos del Magdalena Medio
(ACDEGAM), creada en 1982 y con sede en Puerto Boyacá, cumplió un
papel central en la conformación de grupos paramilitares, en asocio con
las autoridades del municipio de Puerto Boyacá y autoridades militares
de la zona379.
375 Tribunal Superior de Bogotá. Providencia de control de legalidad a la aceptación de
cargos de Ramón Isaza, alias “el Viejo”. Rad. Interno 1520 del 5 de octubre de 2012, pp.
198 y ss.
376 Ibíd., pp. 202 y ss.
377 Ibíd., pp. 204, 208 y ss.
378 Ibíd., pp. 209 y ss.
379 Tribunal Superior de Bogotá, Sala de Justicia y Paz, óp. cit., p. 203.
284
A comienzos de los noventa, ante la fricción entre el capo del narcotráfico,
Pablo Escobar, y los jefes paramilitares de Puerto Boyacá, Ramón Isaza
separa su grupo para enfrentar solo sus contradicciones con Escobar.
En 1991 se produce la desmovilización de un importante número de
paramilitares de Puerto Boyacá380. Con la muerte de Escobar y de varios
líderes del grupo de Puerto Boyacá se produce una reorganización de sus
estructuras, cuya dirección fue asumida en Puerto Boyacá por Arnubio
Triana Mahecha, alias “Botalón”, en Yacopí (Cundinamarca) por Luis
Eduardo Cifuentes Galindo, alias “el Águila”, mientras en el Magdalena
Medio continuó la estructura de Ramón Isaza381.
A partir de este momento, el grupo armado ilegal de Ramón Isaza
se autodenominó Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio
antioqueño (ACMM) e inicia su expansión a otros municipios y la
diversificación de frentes de operación con familiares de su jefe al mando
de cada uno de ellos. Estos pequeños grupos conformados crecen de
acuerdo con la capacidad de captura o depredación de rentas382.
En el año 2000 se produce una reorganización de subgrupos armados al
interior de la estructura y se crea el grupo armado ilegal autodenominado
Frente Omar Isaza (FOI), bajo la dirección de Luis Fernando Herrera Gil,
alias “Memo Chiquito” o “Juan Carlos”, y Walter Ochoa Guisa, alias “el Gurre”.
Este grupo fue el de mayor expansión en esta nueva época de la estructura
criminal de Ramón Isaza y extendió su influjo por varios departamentos.
En el Tolima: Honda, Mariquita, Armero (Guayabal), Palo Cabildo, Frías,
Falan, Casabianca, Herveo, Fresno, Venadillo y Villahermosa. En Caldas:
Samaná, Norcasia, Marquetalia, Manzanares, Pensilvania, Victoria y la
Dorada. En Antioquia: San Miguel (Sonsón). En Cundinamarca: Puerto
Bogotá (Guaduas) y Cambao (San Juan de Rioseco)383.
El semanario Verdad Abierta resume testimonios recopilados por la
Fiscalía sobre los liderazgos en el establecimiento de la estructura
armada ilegal del FOI:
380 Ibíd., p. 215.
381 Ibíd., pp. 216-217.
382 Ibíd., p. 218.
383 Ibíd., pp. 234-235.
285
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Según la Fiscalía, la expansión de las ACMM antioqueño obligó a
Ramón Isaza a descentralizar el poder. Creó entonces cinco frentes,
cada uno con 50 hombres a cargo de un comandante. El que se asentó
en Tolima fue el frente “Ómar Isaza”, comandado políticamente
por Walter Ochoa Guisao, alias “El Gurre”, y militarmente por
Luis Fernando Herrera Gil, alias “Memo Chiquito”. “Alias ‘El Gurre’
y el empresario Javier Sandoval, alias “El Patrón” o “Morrongo”,
se asociaron para crear el frente Ómar Isaza en las veredas de
Mariquita y Fresno, afirmó un ex concejal que declaró bajo reserva
en la audiencia del proceso de parapolítica contra el ex senador Luis
Humberto Gómez Gallo384.
La distribución de grupos y territorios realizada por la estructura
armada ilegal llamada ACMM no fue siempre fija, en muchas ocasiones
diversos grupos hicieron presencia en el mismo territorio. Si bien la
zona de influencia de las ACMM se dirigía, en principio, del valle del río
Magdalena en la zona de Antioquia hacia los municipios ubicados en
las montañas. La expansión y organización de grupos llevada a cabo
desde el año 2000 los llevó a cubrir varios departamentos en la misma
lógica desde las zonas planas adyacentes al mencionado río hacia las
montañas de los departamentos de Caldas, Tolima y Cundinamarca. El
siguiente aparte de Verdad Abierta resume esta característica territorial
y geográfica del grupo:
Aparte de la lucha contrainsurgente, el interés de los paramilitares
en el Tolima fue el dominio del río Magdalena y de los ejes viales que
conectan el centro con el norte y el sur del país, con puntos claves
de vigilancia del transporte hacia el sur y el norte del departamento.
El cobro de gramaje sobre la coca que provenía de Putumayo,
Caquetá y Huila, el cobro de vacunas a los arroceros y el robo de
gasolina, fueron las principales fuentes de financiación. Al tiempo,
comenzaron a penetrar la política local. Según el testigo, “El Patrón”
(o “Morrongo”) “era amigo de Gómez Gallo y fue el financiero de su
campaña. Cada presidente de las Juntas de Acción Comunal de las
veredas recibió un aporte económico de Javier Sandoval para que
apoyaran la campaña de Gómez Gallo […] Alias “Elkin” o “Tajada”
me dijo que si no votaba por Gómez Gallo, me mataban”385.
384 Véase “El largo recorrido del paramilitarismo en Tolima”. Martes 29 de mayo de 2012.
En: www.verdadabierta.com/nunca-mas/index.php?option=com_content&id=4023
385 Ibíd.
286
5.3. El accionar del grupo armado ilegal FOI
El accionar del FOI involucra actos de delincuencia común y actos de
violencia asociada al conflicto armado. Las zonas donde se instaló y
actuó el grupo presentaron un importante incremento en los homicidios
de civiles. A la par de las acciones para presionar o enfrentar facciones
guerrilleras, se cometían actos delictivos, sobre todo homicidios y
desplazamientos forzados, contra la población civil.
En ocasiones se atentó contra líderes sociales que promovían
organizaciones para reclamar derechos y reivindicaciones sociales. Es
el caso del arquitecto John Jairo Gómez Builes, quien fuera líder de la
Asociación Nacional de Usuarios Campesinos, en la Dorada (ANUC).
Gómez Builes fue asesinado en el 2004, en presencia de miembros
de su familia. El atentado contra su vida se explica por sus denuncias
acerca de hechos sucedidos en la hacienda el Japón de la Dorada,
donde asesinaban personas y se las depositaba en fosas comunes allí
mismo. La hacienda había sido propiedad del narcotraficante Jairo
Correa Alzate, a quien le fue expropiada por la Dirección Nacional
de Estupefacientes (DNE), entidad que la entregó al Ministerio de
Agricultura y el INCODER, para fines de reforma agraria. Al final, este
bien quedó en manos de ganaderos con nexos con el paramilitarismo y
familiares de Jairo Correa Alzate.
El arquitecto líder de la ANUC promovía que la hacienda, con alrededor
de 600 hectáreas, fuera entregada a campesinos. La reivindicación del
acceso a la tierra para los campesinos y las denuncias de hechos de
violencia vinculados con la hacienda, lo llevó a enfrentamientos con
políticos y paramilitares de la región.
El jefe máximo del grupo armado ilegal, Ramón Isaza, manifestó en sesión
de versión libre del 3 de agosto de 2009 que la hacienda El Japón sirvió de
base paramilitar del FOI. Aunque no aceptó cargos, expresó que la zona
era manejada por su subalterno Walter Ochoa Guisao, alias “El Gurre”,
quien fungía como uno de los jefes del subgrupo armado ilegal FOI, de
quien dijo: “[…] mataba, mataba y mataba, pero no decía qué pasaba […]
en La Dorada se moría mucha gente que no se sabía de qué”386.
386 En: http://www.verdadabierta.com/justicia-y-paz/1493-isaza-da-pistas-sobreasesinato-de-arquitecto-y-lider-campesino-de-la-dorada. Miércoles 5 de agosto de
2009.
287
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
El índice de homicidios en Caldas se incrementó. En el periodo 1997-2007
se registraron 9.446 homicidios, fenómeno que puede explicarse por la
presencia y expansión paramilitar con orientación hacia el asesinato
selectivo:
La consolidación de las FARC en el departamento a finales de
los noventa y la incursión de las autodefensas en los años 2000
generaron un incremento en la intensidad de la confrontación
armada, la tasa de homicidio y el número de secuestros entre 1998
y 2002 y en general de los diferentes indicadores de la violencia387.
Este incremento de la violencia se evidencia en los siguientes cuadros
tomados del informe de la MOE:
Homicidios y civiles muertos en conflicto en Caldas, 1997-2007
1.400
45
35
Homicidios
1.000
30
800
25
600
20
15
400
10
200
5
0
0
1.997
1.998
1.999
2.000
Homicidios
2.001
2.002
2.003
2.004
2.005
Muertos civiles en combate
Eje derecho: civiles muertos en conflicto
Eje izquierdo: homicidios.
Fuente: Homicidios: Policía Nacional.
Base de Datos en Acciones de Conflicto Armado de Cerac.
387 Misión de Observación Electoral – MOE, Corporación Nuevo Arco Iris, óp. cit., p. 8.
288
2.006
2.007
Muertos civiles en combate
40
1.200
Los índices de secuestro y desplazamiento forzado también se
incrementaron desde 1999, a medida que los grupos de paramilitares
consolidaban su control del territorio. Tal incremento puede apreciarse
en el siguiente cuadro tomado del informe de la MOE:
Desplazados y secuestrados en Caldas, 1997-2007
25.000
120.000
Desplazados
80.000
15.000
60.000
10.000
Secuestrados
100.000
20.000
40.000
5.000
20.000
0
0
1.997
1.998
1.999
2.000
2.001
2.002
2.003
2.004
2.005
2.006
2.007
Desplazados
Secuestrados
Eje derecho: secuestrados
Eje izquierdo: desplazados.
Fuente: estimaciones de Cerac basadas en Sipod de Acción Social y RUT
de la Pastoral Social de la Conferencia Episcopal de Colombia.
Fondelibertad
289
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
El departamento de Caldas tiene 27 municipios. En el 2002 las FARC
alcanzaron su máximo nivel de influencia, con presencia en ocho de
ellos, presencia que descendió y luego volvió a incrementarse entre los
años 2006 y 2007. Por el lado de los paramilitares, hicieron presencia
desde 1999 en tres municipios, y posteriormente en cinco, en el año
2004. Otro aspecto a considerar fueron los municipios en disputa entre
los grupos, los cuales pasaron de siete en el año 1999 a dieciséis en
el año 2000. Mientras el grupo armado ilegal autodenominado Frente
Cacique Pipintá, del llamado Bloque Central Bolívar, hacía presencia
en los municipios de las zonas altas, los grupos armados ilegales
de las ACMM hacían presencia en los municipios de las vertientes
orientales, desde las zonas planas del valle del río Magdalena. Con la
consolidación de la presencia de las guerrillas de las FARC, entran en
disputa los grupos paramilitares y los índices de violencia aumentan,
como ya se puso en evidencia388.
El departamento del Tolima también resultó muy afectado por el
conflicto armado, ya que allí actuaron de manera persistente las
guerrillas de las FARC y en zonas precisas grupos muy activos del
ELN (entre Líbano y Mariquita, en el corregimiento de Frías y en el
municipio de Falan). Con el establecimiento de los grupos paramilitares
la compra de tierras por narcotraficantes se intensificó, sobre todo en
los municipios de Alvarado, Ambalema, Guayabal, Carmen de Apicalá,
Coello, Cunday, Espinal, Falan, Flandes, Fresno, Natagaima, Piedras,
Saldaña, Suárez, Venadillo y Villarrica. Así como el incremento de la
economía ilegal por cultivos de amapola. Como se recuerda, el Tolima
fue uno de los principales escenarios de “La Violencia” de los años
cincuenta, por cuenta del fenómeno del bandolerismo. En su zona
sur se organizaron núcleos de autodefensa campesina de orientación
comunista que sucedieron a grupos de resistencia liberal, que fueron la
base para la creación de las FARC en 1964. Otros grupos de autodefensa
estuvieron integrados por comunidades en resistencia a las guerrillas
comunistas que poca relación de continuidad tienen con los grupos
paramilitares que operaron a partir del año 2001 y sus antecesoras de los
años noventa. La guerrilla hizo presencia durante años en los municipios
de minifundio de la región Andina, pero también en los de campesinado
de mediana y gran propiedad En el noroccidente del departamento
operaron el ELN, las FARC, el ERP y los grupos de paramilitares que
388 Ibíd., pp. 15-17.
290
se expandieron desde Puerto Boyacá. El oriente del Tolima, muy
relacionado con Cundinamarca, había tenido a las guerrillas de las FARC
como grupo armado ilegal preponderante. Con la crisis económica y el
desempleo ocasionado sobre todo en la población campesina, por el
retroceso vivido en el campo en los años noventa, los cultivos ilícitos
tomaron el protagonismo. La amapola se erigió en fuente de ocupación
y generación de ingresos para sectores pobres del campo y para los
grandes hacendados, ganaderos y terratenientes quienes, además, se
asociaron con narcotraficantes y políticos. La violencia relacionada con
el negocio de la amapola generó una población campesina trashumante
y vulnerable así como una comunidad indígena inmersa en un conflicto
agrario que alteró sus cosmovisiones, sus conceptos en seguridad
alimentaria y el tejido social construido bajo sus costumbres y cultura.
Los impactos de esta economía ilegal en el norte del Tolima pueden
explicar el interés de las ACMM de implantar parte de sus estructuras
armadas en esta zona:
Sobre este particular el sociólogo Alejandro Reyes, identifica
claramente dos regiones afectadas por este fenómeno: las tierras
bajas situadas en el Valle del Magdalena, donde se ha concentrado
la mayor inversión de los narcotraficantes, el piedemonte de la
Cordillera Central, en la zona sur, donde las compras obedecen a
la expansión de los cultivos de amapola. Los municipios donde las
compras han sido especialmente notables son Honda y Mariquita
hacia el norte del Tolima389.
Los señores de la guerra de Puerto Boyacá y Puerto Triunfo, ya
mencionados, alias “Botalón” y alias “el Viejo”, consolidaron el dominio de
toda la región sur del Magdalena Medio, bajo la supuesta “labor social”,
que no era más que el uso de la fuerza, la violencia y el terror sobre las
poblaciones como herramientas de poder y control. Las estructuras
armadas ilegales de Ramón Isaza, alias“el Viejo”se expandieron hacia el sur
de Puerto Triunfo, hasta alcanzar Caldas y el norte del Tolima, municipios
afectados de manera sistemática por las guerrillas. El jefe político del FOI,
Walter Ochoa Guisao, alias “El Gurre”, estuvo desde temprana edad con
Ramón Isaza. Más adelante integró de modo formal el grupo armado,
donde comandó acciones de narcotráfico, contrabando de combustible,
masacres, asesinatos, desplazamientos y desapariciones forzadas.
Muchos cuerpos de sus víctimas fueron depositados en fosas comunes o
389 Ibíd., p. 5.
291
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
arrojados al río Magdalena. Se trató de uno de los frentes más violentos
de las ACMM, además de los asesinatos individuales fueron autores de
masacres como las siguientes: masacre de la vereda La Esperanza en el
Carmen de Viboral (Antioquia), cometida el 3 de mayo de 1997; masacre
de La Leonera, en Fresno (Tolima), el 3 de mayo de 2001; masacre de
La Parroquia, el 16 de julio de 2001 en Mariquita (Tolima); masacre de
Frías, el 15 de septiembre de 2001, en Frías (Falan, Tolima); masacre de
cazadores, el 17 de enero de 2003, en la finca San Jorge, corregimiento
de Méndez, en Armero – Guayabal (Tolima) y la masacre de Bucamba, el
11 de febrero de 2003 en Playas de Bucamba, de La Dorada (Caldas)390.
De acuerdo con la legalización de aceptación de cargos de Ramón Isaza,
se pueden agregar a la lista anterior la masacre de Guaduas, del 29 de
marzo de 2001; la masacre del río Guarinó, el 4 de noviembre de 2000; y
la de los camioneros de la empresa SAFERBO, el 5 de noviembre de 2000.
El esclarecimiento y establecimiento de la verdad sobre el accionar de
los grupos que constituyeron la estructura armada de Ramón Isaza, ha
contado con la dificultad de que se produjeron a su interior asesinatos
de varios de sus miembros, lo cual impide establecer “responsabilidades”
directas de los hechos, porque la que se deriva por cadena de mando
deben recaer sobre el jefe máximo de la estructura. Sucede que a la par
de un no reconocimiento de hechos, se han endilgado la responsabilidad
de unos sobre los otros; aún más, algunos de los perpetradores no se
encuentran dentro del proceso de Justicia y Paz. Esta situación ha
generado en las víctimas y en la opinión pública interesada en el tema
una sensación de incertidumbre, que se recoge en el siguiente apartado
de Verdad Abierta: La mayor parte de la verdad se fue a la tumba con
los paramilitares asesinados en riñas entre ellos mismos, dentro de esas
verdades, está la que coinciden en afirmar los postulados de Justicia y
Paz del Frente Ómar Isaza (FOI) que se llevó Luis Fernando Herrera Gil,
más conocido como “Memo Pequeño”, a quien insisten en señalar como
el culpable de los “desmanes” ocurridos en los departamentos, donde
era el comandante militar.
[…] Sólo ellos saben si lo hacen por ocultar que otros comandantes
también conocieron y autorizaron lo hecho por “Memo”, pero a este
hombre le imputan el haber ordenado todas las muertes, masacres,
desapariciones y demás delitos de lesa humanidad cometidos por
las AUC en parte de Antioquia, Caldas y Tolima.
390 En: http://www.CNRR.org.co/contenido/09e/spip.php?article856
292
Para los postulados a la Ley de Justicia y Paz, “Memo Pequeño” era
el más sangriento de los paramilitares, el hombre que nunca dio
órdenes distintas al asesinato de todas las personas “capturadas”
por las AUC, que terminó convirtiéndose en un psicópata, con el
poder que tenía como comandante militar.
Este paramilitar ordenaba los asesinatos, que dejaban ver sus
problemas psicológicos, como el desmembramiento de sus víctimas
aún en vida, torturas hasta causar la muerte, masacres colectivas,
entre otras391.
El jefe del grupo armado, Ramón Isaza, se ha referido a sus acciones
como “labor social”. El grupo se atribuyó la autoridad de intervenir en
conflictos cotidianos de las personas y comunidades sometidas a su
ocupación militar. En ocasiones, tales intervenciones eran solicitadas
y aceptadas, mientras en otros momentos tal intervención era autoatribuida. Muchas veces tales acciones se prestaban para cometer
arbitrariedades ocasionadas de modo deliberado por rencillas al interior
de las comunidades. Este tipo de intervención en la conflictividad
cotidiana sobre la base de un poder armado ilegal y violento, produce
daño psicosocial en las comunidades, daños a la institucionalidad del
Estado y una dislocación del sentido de la autoridad legítima y de
los valores que deben regir la vida de los conglomerados sociales. El
sometimiento a este tipo de grupos constituye también una vulneración
de los derechos y libertades civiles.
5.3.1. Hechos con impacto colectivo en el municipio de Mariquita
A partir de los delitos cometidos en el municipio de Mariquita
documentados por la Fiscalía, se presenta la siguiente tipología sobre
las circunstancias de modo y lugar del accionar del FOI. Tipología que se
constituye en uno de los elementos para el posterior análisis del daño
colectivo.
391 En: www.verdadabierta.com/justicia-y-paz/1596. “La verdad se fue con ellos” (El Nuevo
día). “El asesinato de algunos comandantes del Frente Ómar Isaza y el silencio de otros
“paras” tienen en vilo la verdad sobre el paso del paramilitarismo por Tolima, Caldas y
Antioquia”. Publicado en El Nuevo Día, 01/09/09.
293
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Violaciones de derechos individuales con impacto en un colectivo
Suceso
Se presentaron
amenazas y
desplazamientos hacia
personas que se oponían
a pagar las cuotas
establecidas por los
grupos armados.
Víctima/s
1
Significado y consecuencias
Motivación
Con estas prácticas se establecieron
obligatoriamente dinámicas de autoridad
y soberanía ilegal, en donde las personas
que no cumplieran con estas nuevas reglas
eran sometidas a castigos estipulados por el
grupo ilegal. Estas prácticas, por lo tanto, son
un atentado sobre la libertad y, en especial,
representan una afectación colectiva en cuanto
se violan los derechos individuales.
Las consecuencias de estas amenazas y
desplazamientos derivadas del incumplimiento
de lo estipulado por el grupo ilegal, instauran
en la población actitudes sumisas y de
desesperanza, impidiendo de esta forma
cualquier acción en contra de la violencia y las
prácticas ilegales.
Se realizaron asesinatos
selectivos, algunos
públicos, de personas
que eran señaladas como
presuntos consumidores
de sustancias
psicoactivas o “viciosos”.
Como víctimas de la mal
llamada limpieza social,
fueron asesinados en
lugares públicos, sacados
de sus casas y luego en
descampados.
294
Varios
Las acciones de la mal llamada limpieza social
generan un mensaje de desprecio, así como
la muerte de gente relacionada con los vicios,
delitos, homosexuales, personas que no
pertenecen a la comunidad, etc. Sin embargo,
estos asesinatos selectivos instauran en la
sociedad una estigmatización de prácticas,
las cuales no se permiten, bajo un supuesto
perjuicio sobre la sociedad, al parecer paradójico
ya que es mejor (para el grupo armado y según
ellos para la sociedad) matarlos.
El asesinato por la mal llamada limpieza social
de personas vinculadas a la delincuencia, aparte
de dar un mensaje de autoridad y consecuencias
del delito, también instaura una tradición de
eficacia de justicia para la comunidad, basada en
la violencia indiscriminada.
Mal llamada
limpieza social
Vicioso
Suceso
Víctima/s
Se realizaron asesinatos
selectivos de personas
señaladas como
presuntas expendedoras
de sustancias
psicoactivas (Dealer).
Como víctimas de la
mal llamada limpieza
social, fueron asesinados
en lugares públicos, o
sacados de sus casas y
llevados a descampados.
1
Se realizaron asesinatos
selectivos de personas
que eran señalados como
presuntos delincuentes.
Como víctimas de la
mal llamada limpieza
social, fueron asesinados
en lugares públicos o
sacados de sus casas
y luego llevados a
descampados.
Varios
Se realizaron asesinatos
selectivos de personas
que eran señalados
como personas extrañas
a la región.
Varios
Se realizaban asesinatos
contra personas que
presentaran trastornos
mentales, así como de
personas que bajo su
concepción no estaban
bien de la cabeza y eran
obscenos.
Varios
Significado y consecuencias
Motivación
Se entrevé concepciones sobre la humanidad
dirigidas a que la disfuncionalidad no es útil y
por tanto no merece vivir, además de que causa
daño e incomodidad a la comunidad (por sus
prácticas).
Mal llamada
limpieza social
Dealer
El asesinato de quienes son considerados como
objetivo militar siguiendo estos presupuestos,
aparte de tener implicaciones sobre la vida,
también causa daños físicos y psicológicos a
las personas cercanas a ellos y, en general, a la
población, ya que los conocidos o familiares
también pueden verse en peligro.
Este peligro diremos “colateral”, podría decirse
que genera en la comunidad un ambiente de
desconfianza y recelo, de manera que la cercanía
entre conocidos no será definitiva, por miedo
a represalias contra ellos (Esto teniendo en
cuenta que, generalmente, los grupos ilegales
consideraban o juzgaban, en algunos casos
arbitrariamente, como presunto consumidor de
sustancias o ladrón, a las personas de manera
que no se sabía a quién consideraban objeto de
limpieza).
Mal llamada
limpieza social
Delincuente o
antecedentes
Mal llamada
limpieza social
Persona que no
era de la región
Mal llamada
limpieza social
Trastornos
mentales y
exhibicionismo
295
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Suceso
Víctima/s
Se realizaron amenazas,
secuestros y asesinatos
de personas que eran
señaladas de tener nexos
con la guerrilla.
Varios
Se realizaron
extorsiones, se obligó
al desplazamiento
forzado y se cometieron
asesinatos contra
personas que intentaban
denunciar los hechos
violentos del FOI.
1
Significado y consecuencias
Presuntos nexos, generalmente inexistentes,
dando a la comunidad inseguridad por la
arbitrariedad de las acciones del grupo armado.
Nexos con la
guerrilla
Por otro lado, en algunos casos los asesinatos
se realizaban en espacios y lugares públicos (Tal
vez para dar un mensaje sobre el pertenecer o
auxiliar al grupo contrario, o pudo ser solo por
azar), por lo tanto los asesinatos en sí mismos
en áreas públicas causaban gran impacto y
miedo generalizado a asistir a estos lugares, ya
que en ocasiones resultaban heridas personas
inocentes.
La violencia y los delitos cometidos contra las
personas que buscaban denunciar los delitos
cometidos contra la población, representan una
clara violación sobre el derecho a la verdad.
La imposibilidad de saber qué fue lo que pasó
con una persona de interés se enmarca en una
restricción sobre la elaboración misma de la
violencia o del hecho violento, y por lo tanto, se
prolonga así la violencia y la victimización de las
personas cuyos familiares o personas cercanas
fueron víctimas de la violencia.
Como consecuencia de este proceso de
ocultamiento de la verdad, se producen en
la población sensaciones de frustración e
impotencia ante los procesos de violencia.
296
Motivación
Denunciar
sobre los
asesinatos
(móviles y
autores) de la
organización
ilegal
Suceso
Víctima/s
En momentos en que la
víctima se encontraba
visitando a su novia
Catherine, en la vereda
Albania del municipio,
llegaron cinco varones
adultos, de los cuales dos
se quedaron afuera de
la casa y tres entraron,
lo amarraron, lo sacaron
y se lo llevaron, sin que
se volviera a saber de su
paradero.
Jhon Carlos
Chica
Higinio
Significado y consecuencias
La utilización de la ACMM con fines personales,
acusando a una persona de ser parte o
colaborar con las FARC, evidencia la percepción
de solución de problemas y, por lo tanto, de
afrontamiento de los mismos basados en la
violencia, y peor aún, en la muerte. Este tipo
de prácticas se presentan posiblemente por
la instauración de una tradición de asesinatos
por razones insuficientes, lo cual se permea a la
sociedad y se utiliza para solucionar diferencias
personales.
Motivación
Falsa denuncia
de que la
persona
pertenecía o
auxiliaba a las
FARC
Sobre la víctima pesaba
el señalamiento de ser
guerrillero, razón por
la cual se ordenó su
muerte. Posteriormente,
dentro del mismo
marco normativo de
la Ley 975 de 2004, se
estableció que la víctima
no era guerrillero, que
la información fue
suministrada por Jhon
Jairo Yepes, apodado
“El Chivo”, por estar
pretendiendo a la misma
mujer, quien habría
utilizado a las ACMM
para asesinar a Jhon
Carlos Chica Higinio.
297
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
En la ciudad de Mariquita, a diferencia de Fresno, ocurría frecuentemente
que se ejerciera una magnanimidad armada y arbitraria, ya que se
proferían actos de perdón por supuestas infracciones cometidas por
primera vez por sus habitantes. El grupo armado ilegal dictaminaba
sanciones consistentes en condenas pecuniarias y amenazaba de
muerte si se daba una repetición. Los asesinatos en lugares públicos se
reconocían como orientados a ser públicos, que la gente los conociera,
de modo que se produjera miedo a repetir supuestos comportamientos
de las personas asesinadas. Estas prácticas produjeron terror y miedo
generalizado a los lugares públicos en donde ocurrieron asesinatos,
relacionándolos así con la violencia y, en especial, con la muerte.
5.3.2. Hechos en el municipio de Fresno con impacto en el colectivo
A partir de los delitos cometidos en el municipio de Fresno documentados
por la Fiscalía, se presenta la siguiente tipología sobre las circunstancias
de modo, lugar y significado social de algunas acciones del FOI. Tipología
que se constituye en uno de los elementos para el posterior análisis del
daño colectivo. En ocasiones los homicidios fueron múltiples, es decir,
con un número plural de víctimas, conocidos como masacres, las que
producen un impacto momentáneo de mayor terror.
Sin embargo existen violaciones de derechos que tienen varias
implicaciones y pueden estar enmarcadas en más de un tipo de daño
colectivo, por tanto aparecerán en las dos tablas referidas a los daños
colectivos correspondientes.
Violación sistemática y/o generalizada de derechos individuales con
impacto en un sujeto colectivo
298
Suceso
Víctima/s
Significado y consecuencias
Motivación
Los procesos de la mal llamada
limpieza social contra las
personas homosexuales y
con prácticas de género no
convencionales representan
un intento de homogenización
de la conducta humana,
instaurando de esta forma
códigos sexuales particulares
impuestos a contra-cultura.
Se realizaron asesinatos
selectivos de personas
que eran señaladas como
“homosexuales”. Como
víctimas de la mal llamada
limpieza social, fueron
sometidas a desaparición
forzada y en algunos casos
de manera posterior fueron
hallados sus cuerpos
asesinados.
Varios
Se producen procesos de
estigmatización sobre la
personas de orientaciones
sexuales y de género que no
van con la homogenización
impuesta, causando daño
sobre la construcción de
identidad y sobre los derechos
individuales.
Mal llamada limpieza
social
Homosexual
Con esta estigmatización,
acogida por la población, las
personas con este tipo de
orientaciones no tienen otro
camino que adaptarse a las
condiciones del territorio,
dejando de lado el disfrute
de su libertad sexual y de
género, viéndose obligadas
a comportarse según lo
establecido por las prácticas
hegemónicas de la sexualidad
tradicional.
299
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Violaciones de derechos individuales con impacto en un colectivo
300
Suceso
Víctima/s
Significado y consecuencias
Asesinatos,
desapariciones,
desplazamientos,
amenazas individuales
y sistemáticas a
finqueros, familias
y personas por no
pagar vacunas o
cuotas exigidas por las
autodefensas.
Varias
La imposición de vacunas e impuestos a las
personas de la comunidad representa una
sustitución de la acción estatal, legitimando
la presencia y acción de un grupo
particular. Esta instauración del grupo
como representante de la comunidad, se
da poco a poco por medio de la imposición
de normas obligatorias, las cuales dan
derecho a ser protegido y a exigir, por lo
tanto es la participación de estas prácticas
lo que instaura al grupo armado como ente
representante de la comunidad.
Se realizaron
asesinatos selectivos
de personas que
eran señaladas
como presuntas
consumidoras de
sustancias psicoactivas
o “viciosos”. Como
víctimas de la mal
llamada limpieza
social, fueron
asesinados en
lugares como
fincas, paradores, o
fueron sometidos a
desaparición forzada.
Varias
La mal llamada limpieza social por
diversas razones (consumo de sustancias,
distribución de sustancias, delincuencia,
trastornos o deficiencias mentales) impone
una representación deshumanizadora
sobre tales conductas y las personas
así calificadas son concebidas por la
organización como ausentes de derechos
fundamentales, fundamentando tal
concepción en un supuesto riesgo para
los demás integrantes de la comunidad,
quienes podrían tomar ejemplo y seguir los
mismos pasos.
Podría decirse que estas organizaciones
prefieren evitar esfuerzos en procesos de
rehabilitación, y consideran mejor “cortar el
problema de raíz”; así la muerte se enmarca
como una opción factible y naturalizada
para confrontar los fenómenos sociales. La
muerte entra a formar parte de la cultura
del territorio, y se naturaliza su práctica.
Motivación
Mal llamada
limpieza social
Vicioso
Suceso
Víctima/s
Significado y consecuencias
Motivación
Se realizaron
asesinatos selectivos
de personas que
eran señaladas
como presuntas
expendedoras
de sustancias
psicoactivas (Dealer).
Como víctimas
de la mal llamada
limpieza social,
fueron asesinados
en lugares públicos,
en sus propias
casas, o llevados a
descampados.
Varias
Mal llamada
limpieza social
Se realizaron
asesinatos selectivos
de personas que
eran señaladas como
delincuentes. Como
víctimas de la mal
llamada limpieza
social”, fueron
desaparecidos o
asesinados en lugares
públicos (en calles o
bares), en sus propias
casas o llevados a
descampados.
Varias
Mal llamada
limpieza social
La víctima fue
asesinada con disparos
de arma de fuego.
José Abel
Arango
Rivera, o
Valencia
Delincuente o
antecedentes
Mal llamada
limpieza social.
Trastornos
mentales
301
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
302
Suceso
Víctima/s
Significado y consecuencias
Motivación
Se realizaron
asesinatos selectivos
de personas que
eran señaladas como
“homosexuales”. Como
víctimas de la mal
llamada limpieza social
fueron sometidos a
desaparición forzada
y posteriormente
asesinados.
1
Los procesos de mal llamada limpieza
social en contra de la homosexualidad y
las prácticas de género no convencionales
representan un intento de homogenización
cultural, instaurando de esta forma
códigos sexuales particulares impuestos
a contra-cultura. Se producen procesos
de estigmatización que se incorporan
en el imaginario de la población,
acogiéndolos como práctica local en un
desarrollo de actitudes discriminatorias
hacia las manifestaciones sexuales no
convencionales, actitudes que son
impuestas a la fuerza por el grupo armado.
Mal llamada
limpieza social
Se realizaron
asesinatos selectivos
de personas que
eran señaladas como
ajenas y extrañas
a la región y, por
tanto, posiblemente
pertenecientes o con
nexos en la guerrilla, o
como responsables de
buscar información.
2
Las prácticas de muerte contra personas
extrañas o que no pertenecen a la región,
bajo el señalamiento supuesto de ser
infiltrados, colaboradores o bien porque se
sospechaba que tenían intereses contra la
organización.
Mal llamada
limpieza social
Se realizaron asesinatos
selectivos de personas
que eran señaladas
como ex miembros
de la guerrilla o con
nexos actuales con
ella Estos asesinatos
generalmente se
producían en lugares
públicos o en las zonas
rurales.
Varios
Este tipo de asesinatos se enmarca sobre la
ley imperante en la región, la cual sentencia
que cualquiera que pertenezca a la guerrilla
contradice los supuestos ideológicos de las
ACMM. Estas concepciones pasan a formar
parte de leyes generales que se instauran
en la concepción de legalidad cultural,
distorsionando las prácticas culturales
locales.
Desaparición
forzada por
nexos con la
guerrilla
Homosexual
Persona que no
era de la región
Suceso
Víctima/s
Significado y consecuencias
Motivación
A las instalaciones
de la emisora Fresno
Estéreo arribaron
personas armadas y
desconocidas, quienes
dispararon sobre la
víctima, periodista
y director de dicha
emisora.
Arquímedes
Arias Henao
El asesinato de personas relacionadas con
la comunicación social, en especial de
personas públicas con posiciones contrarias
o críticas sobre la organización ilícita,
conlleva un mensaje específico sobre la
población general que intenta establecer la
imposibilidad de mostrarse como opositor
o contrariar las prácticas e ideologías de la
organización.
Libre expresión
Esta imposibilidad de expresión representa
una violación a la autonomía y la libertad
pues somete a las personas a un silencio
rotundo, por tanto, en tales casos, se puede
hablar de una complicidad obligada.
Este fenómeno podría tener implicaciones
tales como el desarrollo de sentimientos
de frustración generalizada y, en algunos
casos, sufrimiento por verse como parte
de la violencia y no poder hacer nada al
respecto.
Se realizaron
asesinatos selectivos,
desapariciones
forzadas, amenazas
y desplazamiento
forzado a personas
que estaban
averiguando sobre
algunos actores y
asesinatos de amigos,
familiares, etc.,
buscando venganza
por asesinatos, o
buscando denunciar
asesinatos.
Varias
La violencia y los delitos cometidos contra
las personas que buscan averiguar o
denunciar los actos cometidos contra
un familiar o sobre alguien en particular,
representan una clara violación sobre
el derecho a la verdad. La imposibilidad
de saber qué sucedió con una persona
se enmarca en una restricción sobre la
elaboración misma de la violencia o del
hecho violento, y por lo tanto, se prolonga
así la violencia y la victimización de las
personas cuyos familiares o personas
cercanas fueron víctimas de la violencia.
Como consecuencia de este proceso de
ocultamiento de la verdad, se producen en
la población sensaciones de frustración e
impotencia ante los procesos de violencia.
Averiguar o
denunciar sobre
los asesinatos
(móviles y
autores) de su
familia, querer
tomar venganza
303
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Suceso
Víctima/s
Significado y consecuencias
Motivación
Se realizaron
asesinatos selectivos
y amenazas a
personas y familiares
de presuntos
delincuentes.
2
Con estos sucesos se produce una
generalización de los efectos delictivos
de alguien, a los miembros de su familia
o conocidos, dándoles de esta forma
responsabilidad sobre lo que no tienen
responsabilidad alguna.
Desplazamiento
y asesinato por
ser familiar de
un delincuente
Este proceso fomenta en la población
una externalización de responsabilidad
en los sucesos y acciones de las personas
en general, entrando en un estado de
desesperanza aprendida sobre su propia
suerte y vida.
El ciudadano se vio
obligado a desplazarse
en compañía de su
familia, de la vereda
Mireya, municipio
de Fresno, por las
amenazas proferidas
por alias “Steven”,
producto de los
permanentes hechos
realizados por las
AUC en la zona. En el
año 2003, recibió una
misiva amenazante
que atribuye a la
misma organización.
304
Álvaro Urrego
Salguero
En la victimización de este caso en
particular se evidencia la imposibilidad
de presentar pensamientos en contra
de las prácticas y pensamientos de la
organización ilegal imperante, sin embargo
y a diferencia del caso de la comunicadora
social, este pensamiento no es de manera
general difundido entre la población, o
por lo menos no por un medio de acceso
masivo a la población, y quizá por lo tanto
la retaliación es de menor impacto (no
lo mataron, pero sí lo amenazaron). Sin
embargo, se evidencia un mensaje explícito
sobre la población, en donde se intenta
suprimir la opción y libertad de expresión y
pensamiento.
Oposición
ideológica
Suceso
Víctima/s
Significado y consecuencias
Motivación
La víctima se
desempeñaba
como docente y
directiva encargada
de la escuela de la
vereda Las Marías.
El comandante
paramilitar de la zona,
postulado José David
Velandia Ramírez, alias
“Steven”, ordenó a la
profesora abandonar
la zona, resultando
aquella trasladada al
colegio de Nuestra
Señora de la Asunción,
del corregimiento El
Martha
Estrella
Bedoya
Gallego
Tal vez con este tipo de victimización
hacia personas que realizan mal sus
responsabilidades, en este caso una
profesora, se produce en la población un
pensamiento sobre efectividad policiva
y protección a la comunidad, o a parte
de la comunidad (los niños), dando
posiblemente lugar a concepciones, juicios
de valor y atribuciones positivas al accionar
del grupo armado ilegal en la zona.
Carácter fuerte y
abusivo con sus
estudiantes
Tablazo, lugar a donde
llegó el 2 de marzo
de 2002 una comisión
de las autodefensas.
Nuevamente y bajo
amenazas la hicieron
abandonar el lugar,
ocasionado ahora su
desplazamiento a un
lugar alejado y fuera
del departamento.
305
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Suceso
Víctima/s
Significado y consecuencias
Motivación
En momentos en
que el ciudadano
se encontraba en el
perímetro urbano
del municipio, fue
abordado por unos
hombres quienes
llegaron en una
camioneta y se lo
llevaron. Se encontró
su cadáver en la
vereda Sobacol,
jurisdicción del mismo
municipio.
Jorge David
Duque
Tangarife
Con el acontecimiento de este tipo de
sucesos se evidencia una actuación y
accionar conjunto entre la fuerza pública
y los grupos ilegales, de manera que se
produce una incongruencia en el sistema
de significados sobre la protección
estatal y los organismos violentos y que
proporcionan seguridad, por lo tanto se
produce una dicotomía sobre los procesos
de legalidad e ilegalidad dentro de la
institucionalidad, y por ende desconfianza
hacia el Estado.
Oposición y
roces con la
policía
5.3.3. Hechos en el municipio de La Dorada
con impacto en el colectivo
1. Muerte a vendedores ambulantes, consumidores de alcohol o
sustancias psicoactivas, expendedores de estupefacientes, personas
que han salido de la cárcel, indigentes, recicladores, personas
dedicadas al hurto, entre otros. Ejemplo:
El 23 de mayo de 2005 en horas de la mañana, el ciudadano
JAVIER DIAZ SALAZAR, apodado FLACO o RAMBO,
indocumentado, de 35 años de edad, ocupación se ganaba
la vida haciendo acarreos en una carretilla, botando basura
o recogiendo escombros. Ese día estaba recogiendo tierra
en una carretilla en la calle 9 No. 3 – 38, barrio El Conejo del
municipio de La Dorada Caldas, cuando fue abordado por
dos personas desconocidas, con uno de los cuales sostuvo
una discusión, luego de la cual el desconocido se fue, JAVIER
DIAZ se agachó a seguir recogiendo tierra y fue cuando el
hombre se devolvió y le propinó tres disparos de arma de
306
fuego, cegándole la vida. Pues el móvil del crimen fue mal
llamada limpieza social.
2. Se realizan retenes ilegales en los cuales los grupos armados verifican
las identidades de las personas a bordo de los vehículos, a quienes
los hacen tender en el piso, los amarran y les vendan los ojos. Se
llevan a algunas personas en contra de su voluntad, personas de las
que más tarde aparecen sus cuerpos. Otros cadáveres son arrojados
al río. Ejemplo:
[…] el ciudadano PEDRO ALBEIDER CARRANZA, […] se
desplazaba en el vehículo de servicio público de placas JGJ
994, de Palocabildo a Mariquita, fue retenido en un retén
ilegal de un grupo organizado al margen de la ley, ubicado
entre Falan y San Felipe, cuyos integrantes, lista en mano
verificaron las identidades de los ocupantes, llevándose
al conductor y el vehículo, sin volver a tener noticias de su
paradero, aclarando que ALBEIDER CARRANZA fue amarrado
y subido a una camioneta en que se transportaban sus
captores […].
Muertes en lugares públicos como plazas, parques, calles, en
el polideportivo, en frente de discotecas, detrás de un colegio,
en parqueaderos públicos, billares, canchas de tejo, locales y
en vehículos de servicio público. Ejemplo:
[…] el ciudadano JOSE MOISES LOZADA GOMEZ con C.C.
No. 10’162.883, de 48 años de edad, ocupación reciclador, se
encontraba en una guarapería y canchas de tejo ubicada en
la carrera 1 con calle 21, de razón social Estadero Los Limones,
en el municipio de la Dorada Caldas, cuando dos personas
desconocidas que se movilizaban en una motocicleta,
ingresaron al local y por la espalda le propinaron tres
disparos con arma de fuego, luego fue trasladado al hospital
local, donde horas más tarde falleció, a causa de las heridas
que tenía.
3. Múltiples asesinatos o intentos de estos en frente de las residencias
de las víctimas. Ejemplo:
[…] el ciudadano LUIS FERNANDO CASTRO […] se encontraba
sentado a las afueras de su residencia ubicada en la Calle 46
A No. 1 - 04 del municipio de La Dorada Caldas, en compañía
307
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
de su progenitora EMMA CASTRO DELGADO y una amiga de
ésta, cuando fue abordado por una persona desconocida,
que sin mediar palabra le propinó tres disparos de arma
de fuego en la cabeza, los cuales acabaron con su vida, en
seguida salió corriendo y abordó una moto con otra persona
que lo esperaba en la esquina y emprendieron la huida.
4. Muertes violentas a miembros de la comunidad y en las cuales se
deja el cadáver de la víctima en un lugar público. En los cuerpos se
reconoce el uso de formas de tortura, el uso de arma blanca y en
algunos casos las víctimas han sido desnucadas. Ejemplo:
El 27 de abril de 2003 en horas de la madrugada, en la
carrera 8ª No. 47 C – 07 del municipio de La Dorada Caldas,
fue hallado el cadáver del ciudadano JOHN JAIRO CASTAÑO
RAMIREZ, C.C. No. 18.510.696, de 30 años de edad, el cual
fue muerto violentamente como consecuencia de plurales
heridas ocasionadas con arma de corte y penetración.
Ejemplo 2:
El 5 de febrero de 2005, sobre la vía que de Honda –Tolima–
conduce a La Dorada –Caldas–, en el sitio conocido como
ZANJA HONDA, vereda El Mesuno, jurisdicción de Honda, se
practicó el levantamiento de cadáver de N.N. varón adulto
en estado de descomposición, identificado posteriormente
como MIGUEL ANGEL MURCIA FERNANDEZ, C.C. 93´336.783
de Mariquita, de 40 años de edad y profesión pescador. OLGA
LUCIA SILVA ex compañera de MIGUEL ANGEL MURCIA, narra
que en esa época vivía con la víctima en mariquita, se fue a
Honda a pescar en el sitio llamado el Chorro, hasta donde
llegó un hombre desconocido que lo llamó y en compañía
de otros, lo cogieron y subieron a un carro, en el que se lo
llevaron; posteriormente apareció muerto en el kilómetro 5
vía la Dorada torturado en los testículos y desnucado. Refiere
que su compañero era drogadicto, y que luego del funeral le
comentaron que lo habían matado porque le debía $500.000
a un señor, y que él estaba incluido en una lista de los
paramilitares para hacer la supuesta mal llamada limpieza
social.
308
5. Raptos y desapariciones forzadas a varios miembros de la comunidad.
Ejemplo:
El 5 de marzo de 2002 el ciudadano RODRIGO OSORIO
LOZANO, C.C. 79.347.855, de 42 años de edad, administrador
de la finca La Julia, ubicada en la vía que de Honda, Tolima
conduce a La Dorada, Caldas, corregimiento de Guarinocito,
salió de la misma con el propósito de cobrar un dinero
producto de la venta de ganado; viaje que emprendió a bordo
de un vehículo, desconociéndose desde entonces su paradero
y el del automotor.
6. Varios asesinatos a jóvenes y menores de edad. Ejemplo:
El 10 de abril de 2002 frente al inmueble de la calle 44 No.
7-43, Barrio Las Ferias de La Dorada, Caldas, personas
desconocidas, dieron muerte con disparos de arma de fuego
a los menores EUDES ALCIZAR QUINTERO VELEZ, T.I. No.
850812-54686 de Puerto Boyacá, de 17 años de edad y JOSE
ELVER CASTIBLANCO GRAJALES, indocumentado, de 14 años
de edad, resultando lesionada la menor de tres años de edad
ANGLE LORENA SOTO CALDERON.
7. Persecuciones a jóvenes en lugares públicos con intención de
asesinarlos. En varias ocasiones se logra este cometido. Ejemplo:
El 30 de abril de 2003 el ciudadano FLAVIO ALBERTO ROSAS
PÉREZ, C.C. No. 74’261.510, de 18 años de edad, se reunió con
sus amigos DARWIN N.N. y NOLBEIRO AGUDELO OSPINA en la
residencia de éste último de la ciudad de La Dorada -Caldas-,
quienes después se dirigieron al billar ubicado en el parque
de Los Novios de la misma ciudad. Ocupados en ese juego de
mesa, fueron sorprendidos por un individuo desconocido que
sin mediar palabra se acercó a DARWIN AGUDELO OSPINA
y disparó sobre él proyectiles de arma de fuego causándole
lesiones, quien logró incorporarse y con sus amigos de mesa
salió huyendo del lugar refugiándose en casa de NOLBERTO;
mientras DARWIN era perseguido por el agresor, éste logró
impactarlo con su arma, dejándolo lesionado. FLAVIO
ALBERTO perdió la vida en desarrollo de esos acontecimientos
por la bala perdida que disparó el desconocido.
309
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
8. Miembros de la comunidad se convierten en cómplices o en
facilitadores de vulneraciones de derechos a otras personas, lo que
genera una ruptura en los lazos sociales y vecinales, ya que surge un
sentimiento de desconfianza entre pares. Ejemplo:
El 24 de agosto de 2003, en horas de la madrugada y en
momentos en que el joven JOSE MANUEL SERRATO ROMERO,
indocumentado, de 18 años de edad, se encontraba en una
fiesta en el sector del Polideportivo del barrio Las Ferias en el
colegio Renán Barco de La Dorada, fue sacado de la misma
por unos amigos, diciéndole que afuera lo esperaba una
joven. Al llegar al lugar, lo que encontró fue miembros de
las autodefensas que procedieron a darle muerte mediante
disparos de arma de fuego, dejando su cadáver en el sitio de
los acontecimientos.
9. Asesinatos de mujeres que ejercían la prostitución (una de ellas
después del sepelio de una compañera). Ejemplo:
El 26 de agosto de 2000, la ciudadana MARIA TERESA
DURAN OSPINA, de 22 años de edad, apodada LA COTORRA,
ocupación meretriz, salió de su casa ubicada en el barrio
La Polonia del municipio de Honda Tolima, dirigiéndose al
sepelio de ELVIRA CALDERON ANZOLA, conocida como “LA
MAMOTA”, sin que se volviera a saber de su paradero hasta el
día 28 del mismo mes y año, cuando fue hallado su cadáver
en zona rural de la variante Honda - La Dorada, en el desvío
a la arenera, presentaba estado de descomposición y con
heridas ocasionadas con arma de fuego a nivel de tórax, que
le ocasionaron la muerte.
5.3.4. Impactos colectivos causados en el municipio de Falan (Tolima)
A partir de algunos delitos cometidos por el grupo armado ilegal
en el municipio de Falan se presenta la siguiente tipología sobre las
circunstancias de modo, lugar y significado social de algunas de las
acciones del FOI. Tipología que se constituye en uno de los elementos
para el posterior análisis del daño colectivo.
310
Hechos
Víctima/s
Significado y consecuencias
Motivación
2 masacres
cometidas en el
corregimiento
de Frías.
Población civil campesina
Desplazamientos forzados de
las familias, abandono de fincas,
desarticulación del tejido social y
organizativo.
Control y disputa
territorial
Retenes
Ilegales.
Población civil de todo el
municipio
Afectación al derecho de movilidad,
donde los pobladores de las partes
altas y montañosas eran considerados
como insurgentes, confinamiento de
la población, estigmatización de los
campesinos de las partes altas.
Control territorial
Asesinato
de personas
discapacitadas.
Abuso sexual y asesinato
a puñaladas de una mujer
conocida como la “loca
del pueblo” (mujer con
discapacidad mental).
Persona reconocida y querida en la
cabecera municipal, impactó en todo
el municipio dada la crueldad y sevicia
con que la asesinaron.
Desconocida
Exacción,
extorsiones
Comerciantes,
transportadores,
campesinos, finqueros.
El comercio y el agro eran objeto de
extorsiones, durante el periodo de
control y dominio paramilitar.
Captar recursos
de la economía
legal
Reclutamiento
de menores
Jóvenes menores del
municipio
Involucramiento de menores de edad
en el conflicto.
Aprovechamiento
de los menores
para su accionar
Inducción a la
prostitución
Jóvenes menores del
municipio
Introducción e implantación de nuevas
prácticas en la comunidad.
Uso y abuso de
menores
Inducción a la
drogadicción
Jóvenes menores del
municipio
Destrucción de tejido cultural y social.
Narcotráfico
311
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
5.4. Indicaciones iniciales sobre los daños colectivos
en los municipios de Mariquita, La Dorada y Fresno
El modus operandi de los grupos paramilitares, de acuerdo con múltiples
testimonios recogidos por la Justicia y los investigadores sociales,
obedeció a un modelo común, replicado con variaciones menores, el cual
fue puesto en práctica a partir de la estructuración y diseminación de los
grupos a lo largo y ancho del territorio nacional desde unos centros de
decisión y entrenamiento (ver caso del Bloque Elmer Cárdenas). En esta
medida, los impactos en las comunidades y grupos también aparecen
con rasgos comunes cuando se intenta hacer descripciones de los daños
en las diversas regiones donde hicieron presencia y alcanzaron niveles
importantes de control territorial y poblaciones.
De igual manera a como sucedió en otras regiones, en el caso de los
municipios de Mariquita, Dorada y Fresno se presentó el control de la
institucionalidad local, el apoyo de los destacamentos de Fuerza Pública,
así como niveles notables de impunidad manifestados en decisiones
inhibitorias de autoridades judiciales, incluso sentencias absolutorias
a nivel de Tribunal de Distrito Judicial (ver hechos legalización de
aceptación de cargos), todo lo cual dejó una baja valoración y una
significación de las instituciones contraria a los fines constitucionales en
relación con la vida, la seguridad y los derechos de los habitantes de estas
comunidades, lo que produce como resultado una deslegitimación de
las instituciones del Estado y una falta de confianza en las autoridades.
La imposición violenta de códigos de conducta arbitrarios, incluso con
imposición de trabajos forzados a los jóvenes por supuestas infracciones,
como sucedía en Mariquita, produjo traumas y deformaciones culturales
que deben revertirse con un buen programa de rehabilitación sicosocial.
Existe mucho dolor acumulado y no expresado en diversos núcleos
rurales que sufrieron muertes selectivas o masacres dentro de su
seno, grupos que no han recibido ayuda sicosocial ni han contado con
espacios para la elaboración de los traumas. La presencia de un actor
armado violento y arbitrario que tomó en sus manos el destino de las
comunidades y se erigió en autoridad para desatar conflictos, propició
el trámite inadecuado de las diferencias cotidianas y realizó actos de
violencia, incluso con componentes de discriminación, que permanecen
como culpas silenciosas en personas y en sectores de la comunidad, los
cuales deben ser asumidos y elaborados para reconstituir el proyecto
comunitario de muchas veredas y poblados.
312
Más o menos en continuidad con el fenómeno anterior, se presentó
el asesinato cotidiano mediante la mal llamada “limpieza social”
operada contra personas con orientación sexual diferente, como los
homosexuales, también contra las mujeres prostituidas, los ladronzuelos,
los jóvenes desocupados, los enfermos y retrasados mentales, y los
recién llegados y desconocidos. Todos estos crimines generaron una
baja consideración y poco aprecio por la vida humana. En ocasiones
los actos de sevicia sobre los cuerpos de los asesinados, en distintas
circunstancias y con motivaciones diversas, además de generar terror
dejaron huellas emocionales por la trasgresión de códigos ancestrales
de respeto al cuerpo propio y ajeno, de los vivos y de los muertos.
Los motivos bajos y fútiles para realizar actos de enorme violencia y
afectación quedan en evidencia en el caso de la masacre de Bucamba,
aún recordada hoy con aflicción en la zona. Sucedió en la playa para
la recreación popular a orillas del río Magdalena, en el municipio de la
Dorada. Un hacendado, vecino de la zona de esparcimiento, propició
la acción del grupo paramilitar contra un grupo numeroso de jóvenes
que comían los mangos de los árboles de sus predios. El fenómeno
de degradación ética y cultural que reduce a nada el valor de la vida
humana hace necesaria una labor de trabajo sicosocial con estas
comunidades afectadas de manera cotidiana por la muerte violenta en
sus entornos sociales.
Han encontrado los funcionarios y el personal de apoyo de la Procuraduría
General de la Nación que el discurso de lucha contrainsurgente en que
se apoyan muchas de las versiones rendidas ante la justicia por los
postulados, debe complementarse con una visión más completa de
las motivaciones para el emplazamiento de estos grupos armados en
las distintas regiones. Tanto en Mariquita como en la Dorada persistían
grupos muy activos del ELN y de las FARC, hasta que sobrevino el
dominio de las facciones armadas ilegales de las autodenominadas
ACMM. Sin embargo, la zona fue disputada por su enorme proyección
económica, como corredor estratégico entre el oriente y el centro del
país para toda clase de negocios de tierras y de economía ilícita. De
particular relevancia fue el control del oleoducto que sube a la Cordillera
Central por Fresno y Falan desde las zonas planas. El negocio ilegal
de extracción, transporte y comercialización de combustible robado
adquirió caracteres notables de sistematicidad y organización, como
también de violencias asociadas a su trámite. Se recuerda la masacre
del paraje La Parroquia donde resultó víctima un grupo de trabajadores
313
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
encargados de la seguridad del oleoducto. Vale la pena solicitar que
se realicen indagaciones sobre el grado de conocimiento y eventual
connivencia de los niveles directivos y de conducción política de la
empresa dueña y operadora del ducto. Las mujeres también resultaron
bastante afectadas por la presencia y actuación del grupo paramilitar.
La inducción a la prostitución fue muy frecuente. Tal inducción, junto
con el asesinato de mujeres con cierta trayectoria en el ejercicio de esta
actividad, indica una instrumentalización del cuerpo y la vida de las
mujeres que indica la instauración de un ciclo macabro. Primero se les
induce, se les instrumentaliza y luego se les desprecia, se les somete a
violencia, hasta el punto de ser sujetos fáciles de eliminación física. Fruto
del fomento de la prostitución, hoy los cuerpos de las jóvenes prostituidas
se ofrecen en revistas editadas que circulan en los municipios.
6. Aproximación al daño colectivo
ocasionado por las acciones del grupo
armado ilegal conocido como “Bloque
Élmer Cárdenas” de las Autodefensas
Campesinas de Colombia (AUC)392
6.1. Origen y evolución del Bloque Élmer Cárdenas
En los años 1994 y 1995, los hermanos Castaño contaban con quince
años de experiencia en la conformación de grupos paramilitares y habían
adoptado formas particulares de realizar la ocupación de los territorios,
controlar las poblaciones, extraer recursos de la economía (legal e ilegal),
y relacionarse con actores locales, regionales y nacionales. También
había desaparecido su máximo líder, Fidel Castaño, por lo cual se había
constituido una dirección familiar colectiva. Además, al grupo habían
392 Este es un trabajo preliminar de aproximación al daño colectivo ocasionado por el
grupo armado ilegal.
314
ingresado miembros con formación militar en las Fuerzas Armadas y
algunos empresarios de las regiones, como Salvatore Mancuso.
Las estructuras paramilitares de Urabá y Córdoba llegaron a conformar el
eje principal de la organización y constituyeron el modelo organizativo
y de acción para los grupos paramilitar en todo el país. En este eje
radicaba el centro de las decisiones en relación con la expansión de las
organizaciones paramilitares por todo el país.
En Urabá se conformaron y agruparon importantes estructuras para
concentrar las experiencias de los grupos paramilitares que habían
operado hasta ese momento, pero también para asegurar el espacio
ganado en la población y ante la institucionalidad local, departamental
y nacional. Se mantuvo comunicación con amigos que apoyaban el
accionar de los grupos paramilitares, se reclutó a todos los que tuvieran
condiciones para enrolarse, se tejieron redes regionales que permitieron
la expansión de este tipo de grupos armados ilegales.
En el proceso de Justicia y Paz se documentó que para finales de 1994
y comienzos de 1995, los hermanos Castaño ordenaron la incursión
en el Urabá antioqueño a cargo de alias “Doble Cero”. Al mando del
conocido como “HH” se conformó el Bloque Bananero que actuaba en
los municipios aledaños a la carretera central que llega hasta Turbo. Al
tiempo se concibió el desarrollo de una zona central del paramilitarismo
en Urabá, dado el carácter estratégico de esta región. Para esto eligieron
como uno de sus centros de operaciones el corregimiento de Pueblo
Nuevo, ubicado en las afueras del municipio de Necoclí.
Con este fin se constituyó un segundo grupo de paramilitares en la
zona de Urabá a cargo del ganadero Carlos Alberto Ardila Hoyos, alias
“Carlos Correa”, quien para salvar su vida, pues fungía como reducidor de
ganado de las FARC, fue invitado por los hermanos Castaño a conformar
un nuevo grupo a su servicio393. No obstante, cabe advertir que en el
norte de Necoclí ya se conocía de la presencia de las autodefensas de
Pascual Rovira Peña, alias “Elías 44”. Para 1995 Fredy Rendón Herrera,
alias “el Alemán”, ya era cercano al grupo, y para 1997 ya firmaba como
jefe de la estructura armada.
393 Verdad Abierta. http://www.verdadabierta.com/component/content/article/234-asinacieron/3301-de-los-guelengues-al-bloque-elmer-cardenas
315
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Para conformar esta nueva estructura armada se vincularon a la
organización personas cercanas al círculo familiar, social y comercial de
Carlos Correa, entre ellas: Franklin Hernández Seguro, alias “El Chivo”;
Elkin Antonio Duque Zapata, alias “El Enano”; Baltazar Mesa Durango,
alias “Baltazar”, ex integrante del EPL; alias “Tolamba”; Willian Manuel
Soto Salcedo, alias “El Cuñado”; alias “El Embustero”; alias “El Lobo”, alias
“El Loco” y Élmer Alonso Cárdenas, alias “El Cabezón”, entre otros.
Su área de influencia inicial se ubicó en la zona norte del Urabá
antioqueño, es decir, San Pedro, San Juan, Necoclí y Arboletes. También
se ubicaron en su zona sur, es decir, Mutatá, Dabeiba, Uramita, y llegaron
hasta el occidente de Antioquia en Frontino, Cañas Gordas y Caicedo. Era
una zona con presencia de las FARC, particularmente de los Frentes V, el
57 y el 58. También algunos grupos del ELN394.
El nuevo grupo creció y para hacerse a su propio territorio y fuentes
de recursos, desde la zona del Urabá de Antioquia se movieron hacia
las márgenes del río Atrato y ocuparon la zona del Urabá ubicada en
el departamento del Chocó. Fue así como llegaron a Riosucio, Unguía
y Acandí. El nuevo grupo armado ilegal fue conocido al principio con
el nombre de “los Guelengueros”, luego como “Grupo de La 70”, y
finalmente asumieron el nombre de un paramilitar muerto, de nombre
Élmer Cárdenas.
6.2. Proceso de expansión regional
del Bloque Élmer Cárdenas
6.2.1. Necoclí (Antioquia)
El municipio de Necoclí se ubica de manera equidistante entre el Urabá
del eje bananero, y el norte del Golfo de Urabá en su costado oriental
(zona norte-norte de Antioquia). Desde allí se puede pasar de manera
ágil al costado occidental del mismo golfo (norte-norte del Chocó), y
posibilita el control total del mismo así como entrada y salida al río Atrato
394 Verdad Abierta. http://www.verdadabierta.com/victimarios/los-bloques/416-bloqueelmer-cardenas-de-uraba
316
y la salida al mar abierto. Hace corredor con las estribaciones del Nudo
de Paramillo y la ribera del río Sinú, en el departamento de Córdoba.
Este municipio se convirtió en un centro paramilitar muy importante, de
acuerdo con los designios de Carlos Castaño, ya que la presencia en el
eje bananero por sí sola no aseguraba el control total de la zona.
El control del Golfo representaba para las autodefensas su
principal fuente de financiación. No querían cometer los errores
de la guerrilla al someter a la población a extenuantes exacciones
mediante la extorsión y el secuestro, que muchas veces terminaron
en la desaparición y muerte de las víctimas, lo que puso a sectores
importantes de la población en su contra. La erradicación de esas
prácticas violentas y dañosas les dio a los paramilitares un estatus de
“benefactores” entre los sectores más pudientes y otros sectores de la
población, pero sobre la base de una violencia sistemática y masiva
sobre otros sectores, incluyendo simpatizantes de las guerrillas y otros
indiferentes o contrarios. Para los paramilitares resultó vital contar con
fuentes de ingresos provenientes de la economía ilegal mediante el
tráfico de armas, el contrabando, el control de la salida de narcóticos
por el Golfo, la entrada de insumos químicos para el procesamiento y
el cobro sobre las exportaciones de banano.
6.2.2. Unguía y Acandí (Chocó)
Para los grupos paramilitares de la región de Urabá era necesario ingresar
al norte del Chocó (Unguía y Acandí), para completar el dominio de toda la
región; además, en esa zona se mantenía la presencia del Frente 57 de las
guerrillas de las FARC. Esta facción de guerrillas se encontraba fortalecida
por haberse replegado desde la zona del Urabá antioqueño. También
prestaba apoyo al Frente 34 de la misma guerrilla, que se movía en el medio
Atrato, en los municipios de Vigía de Fuerte (Antioquia) y Bojayá (Chocó).
Con estas estructuras los grupos armados ilegales de las FARC hacían
presencia y operaban desde Quibdó –en el centro del departamento
del Chocó– hasta el norte, en límites con Panamá. El establecimiento
de cualquier grupo armado en las cuencas bajas y medias del río Atrato
conlleva importantes dificultades de tipo geográfico, mucho más cuando
se disputa el territorio con otro grupo armado irregular bien asentado en
la zona. Desde los años ochenta el fundador de los paramilitares, Fidel
Castaño, se había movilizado con su grupo armado y lo había cedido ante
el avance de las guerrillas de las FARC.
317
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
El nuevo grupo paramilitar bajo la jefatura de Carlos Correa y Arnoldo
Vergara, con 30 hombres, ingresó al municipio de Unguía el 10 de febrero
de 1996. Luego llegaron al municipio de Acandí el 23 de febrero de 1996,
con alias “Ramiro” y “Roberto” como jefes del grupo.
Una vez asentados en la región implementaron el modelo ya ensayado
en el Urabá antioqueño, es decir, ataques contra la población civil
para dominar por la vía del terror, asesinatos selectivos de supuestos
o reales colaboradores y milicianos de la guerrilla a quienes
asesinaron con “armas blancas”. Algunos de estos fueron reclutados
para el grupo. Desde 1996 hasta la desmovilización en el año 2006 el
autodenominado Bloque Élmer Cárdenas controló los municipios de
Necoclí, Unguía y Acandí.
6.2.3. Riosucio y Carmen del Darién (Chocó)
Estos municipios se ubican en la parte norte del departamento del Chocó,
en la margen derecha del río Atrato y antes de que este desemboque
en el Golfo de Urabá (bajo Atrato). El municipio de Riosucio es rivereño,
mientras el Carmen del Darién no lo es, porque se ubica en el interior de
la explanada que se extiende desde las márgenes del Atrato, en una zona
intermedia entre este y el eje bananero. Después de dominar la margen
izquierda del río (Unguía), lo lógico en una estrategia de control del
territorio era dominar la margen derecha (Riosucio y Carmen del Darién).
Junto con el dominio de los municipios del eje bananero con la expansión
hacia el norte del Urabá antioqueño, el Urabá chocoano y el bajo Atrato,
los grupos armados ilegales paramilitares alcanzaron el dominio de
toda la región y los accesos al Golfo de Urabá. Las tierras al interior de
la margen derecha del río Atrato –mirado de sur a norte, zona rural de
Riosucio, Carmen del Darién en el Chocó y Bajirá en Antioquia– habían
sido de las últimas en ser colonizadas en la zona de Urabá y conservaban
todavía importantes remanentes de selva, pero también algunas de
sus cuencas habían sido declaradas territorios de las comunidades
afrodescendientes en desarrollo de la Ley 70 de 1994. Se trataba de
una zona con actividades madereras, ganaderas y agrícolas. Con la
llegada de del Bloque Élmer Cárdenas se dio inicio a la implantación de
macroproyectos productivos de siembra de palma africana. Antes del
arribo del grupo armado estos dos municipios constituían lugares de
presencia y asentamiento de los Frentes 57 y 34 de las FARC, dominio
que entró a ser disputado con la llegada de los paramilitares en 1996.
318
6.2.4. Vigía del Fuerte (Antioquia) y Bojayá (Chocó)
De manera lógica, la expansión de la estructura paramilitar continuó en
dirección sur hacia el medio Atrato. El Bloque Élmer Cárdenas ingresó
el 22 de mayo de 1997 a las zonas dominadas por el Bloque José María
Córdoba de las guerrillas de las FARC a los municipios de Vigía del Fuerte
(Antioquia) y Bojayá o Bellavista (Chocó), donde operaba el Frente 34
de la misma guerrilla. De la misma forma como lo habían hecho en
Riosucio, simularon un enfrentamiento con la Fuerza Pública acordado
previamente, para luego tomar posesión de los poblados. La presencia
del grupo paramilitar en estos cascos urbanos se prolongó hasta el 25
de marzo del año 2000, cuando fueron retomados por grupos armados
pertenecientes al autodenominado Bloque José María Córdoba de las
FARC. La acción para retomar estas poblaciones por parte de la guerrilla
dejó muchas bajas entre miembros de la Fuerza Pública, mientras
las instalaciones policiales y militares fueron destruidas. Entretanto,
los integrantes del grupo paramilitar se movieron de nuevo hacia los
municipios de Carmen del Darién y Riosucio.
Más adelante, en abril de 2002, el Bloque Élmer Cárdenas, con Pablo José
Montalvo Cuitiva, alias “Alfa11” o “David” a la cabeza, incursionó en los
municipios de Vigía del Fuerte y Bojayá. En el intento por recuperar el
control de estos cascos urbanos por parte de las guerrillas de las FARC,
se cometió la recordada masacre de Bojayá acaecida pocos días después,
el 2 de mayo de 2002. En septiembre de 2003 fueron retomadas las
cuencas de los ríos Opogadó y Napipí, donde permanecieron los
grupos paramilitares hasta su desmovilización en agosto de 2006,
donde constituyeron dos facciones armadas llamados Frentes Norte
y Medio Salaqui, bajo la jefatura de Ómar Solera Reyes, alias “Alfa5” o
“Comandante Mario”.
6.2.5. Juradó
La cabecera de este municipio ubicado en la costa pacífica se localiza a
unos 95 km al norte de Bahía Solano y hace límites con Panamá. El casco
urbano se encuentra emplazado en una isla formada por los ríos Juradó
y Partadó al desembocar al océano Pacífico. La base de su economía
es la agricultura (plátano, coco, yuca, arroz), la pesca y la explotación
maderera (caoba, abarco y cedro). En junio de 1997 un grupo ilegal de
hombres armados perteneciente a los paramilitares de Necoclí irrumpió
319
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
en esta población, donde permanecieron hasta noviembre de ese
mismo año. Según las versiones de algunos postulados, su presencia
allí no fue atractiva por no resultar rentable para sus intereses. Tampoco
fue posible para ellos enfrentar de manera efectiva al Frente 57 de las
guerrillas de las FARC.
6.2.6. Quibdó y municipios circunvecinos
Quibdó es la capital del departamento del Chocó y se encuentra ubicado
en el centro del departamento, a orillas del río Atrato, cercano al punto
donde se inicia la cuenca del alto Atrato. Entre agosto de 1997 y febrero
de 1998 los paramilitares de Necoclí ingresaron a Quibdó y ejercieron
luego control territorial urbano y sobre la carretera que va a los
municipios de Yuto, Cértegui, Unión Panamericana, Tadó, Itsmina, Medio
San Juan (Andagoya) y Condoto, incluidas sus zonas urbanas.
6.2.7. Norte de Antioquia y margen izquierda del río Sinú
Como ya se indicó, esta facción de los paramilitares se creó con la idea
de llevar a la práctica un modelo de expansión de los primeros grupos
fundados en Córdoba, después de instalar su primer grupo filial en los
municipios del eje bananero del Urabá antioqueño. Una vez el grupo
armado perdió a uno de los jefes de su avanzada por el norte del Urabá
antioqueño –alias “Elías 44”–, se designó al llamado Bloque Élmer
Cárdenas a hacer presencia y establecerse en los municipios de San Juan
de Urabá, Arboletes (Antioquia), Canalete y Los Córdobas (Córdoba).
Los jefes máximos del paramilitarismo, los hermanos Castaño, veían
en este Bloque la capacidad de replicar el modelo expansivo, controlar
poblaciones y territorios, apropiar tierras, extracción de rentas ilegales,
y gestionar economías ilegales. En esta zona se creó el llamado Frente
Costanero, dirigido por Otoniel Segundo Hoyos Pérez, alias “Rivera”,
hasta su desmovilización en 2006.
La entrega de un territorio estratégico como era la zona norte del
Urabá de Antioquia y la margen izquierda del río Sinú en Córdoba se
puede interpretar como un reconocimiento de los jefes máximos del
paramilitarismo, los hermanos Castaño, a Fredy Rendón Herrera, alias
“el Alemán”. Este había demostrado con sus acciones criminales para
ocupación de territorios y control de poblaciones en el Chocó, que
320
podría dirigir estas facciones en la región de Córdoba, con las que se
completaba el eje paramilitar entre Córdoba y el Golfo de Urabá.
Desde enero de 2001 hasta mayo de 2003 este grupo mantuvo el control
de la zona asignada en Córdoba hasta cuando sobrevino la firma del
acuerdo de Santa Fe de Ralito. El grupo armado ilegal tuvo el control
sobre los municipios de la margen izquierda del río Sinú, entre ellos:
San Bernardo del Viento, Puerto Escondido, Moñitos, Lorica, San Pelayo
y Cereté, con un nivel bajo de disputa del territorio con las guerrillas.
Una vez se firmó el acuerdo, la violencia se mantuvo en estos municipios.
La zona fue muy utilizada para la salida de narcóticos por el Golfo de
Morrosquillo. Cuando el jefe de este grupo, Fredy Rendón Herrera, alias
“el Alemán”, se negó a sumarse a las negociaciones de Santa Fe de Ralito,
los máximos jefes de las AUC le solicitaron la devolución de los territorios
pertenecientes al departamento de Córdoba. Devolvió a San Bernardo
del Viento, Puerto Escondido, Moñitos, Lorica, San Pelayo y Cereté en
mayo de 2003, mediante documento escrito a ellos y a algunos sectores
sociales del departamento de Córdoba.
6.2.8. Mutatá y Dabeiba
En algún momento los grupos armados ilegales de las AUC en Urabá
consideraron la posibilidad de unirse alrededor del autodenominado
Bloque Élmer Cárdenas bajo la jefatura de Fredy Rendón Herrera, alias
“el Alemán”, “Raúl Hazbun” o “Pedro Ponte” y Éver Veloza, alias “HH” o
“Carepollo”. Tal unión se gestó de manera transitoria hacia el segundo
semestre del año 2001, cuando Fredy Rendón Herrera pretendió ser
el jefe de todas las autodefensas del Urabá, pero tal unión no dio los
resultados esperados. Como resultado de tal intento de unidad se sumó
a la estructura armada del Bloque Élmer Cárdenas el grupo de Mutatá
(un apéndice del grupo paramilitar de Chigorodó). El jefe del grupo era
Elkin Jorge Castañeda Naranjo, alias “El Güevudo” o “Hermógenes Maza”,
quien contaba con 15 hombres que hacían presencia en la vía que de
Mutatá conduce al municipio de Chigorodó, cuyos jefes eran “Hazbun”
o “Pedro Ponte”. Esta vinculación permitió al grupo de Mutatá aumentar
su capacidad logística y el número de hombres, mientras el Bloque
Élmer Cárdenas amplió su zona de injerencia. Este avance hacia el sur
de Urabá antioqueño le permitió llegar hasta el municipio de Dabeiba
a finales de 2001.
321
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
Para llegar hasta Dabeiba se hizo una concertación con grupos
paramilitares ubicados en el occidente de Antioquia, como los de Frontino
–cuyo jefe era Mateo Rey– y los del occidente cercano –liderados por alias
“Memín”–. La presencia de las autodefensas del Bloque Élmer Cárdenas
duró allí hasta su desmovilización en abril de 2006 con el Frente Dabeiba
o Gabriela White, donde actúo como jefe Elkin Castañeda Naranjo y
Javier Ocaris Correa Alzate. Controlaron así el Cañón de la Llorona –zona
vulnerable de la carretera que conduce de Urabá a Medellín, ubicado
entre Dabeiba y Mutatá–. También controlaron el municipio de Uramita,
la zona rural de Peque, Frontino y Cañasgordas.
6.2.9. Mutatá, Pavarandó y Bajirá
El grupo paramilitar de Chigorodó, perteneciente al autodenominado
Bloque Bananero, no tuvo éxito en su incursión a la zona de Pavarandó
y Bajirá (al occidente del eje bananero hacia el río Atrato). Se cedieron
estos territorios al llamado Bloque Élmer Cárdenas, quienes hicieron
presencia y controlaron esta zona desde finales de septiembre de 2002
hasta su desmovilización en 2006. Allí se estableció el autodenominado
Frente Pavarandó, bajo la jefatura de Pablo José Montalvo Cuitiva. Sin
embargo, pese la presencia de este Bloque, algunos territorios seguían
controlados por el grupo de paramilitares de Chigorodó, bajo el mando
de “Pedro Hazbun” o “Pedro Bonito”; mientras la región de Jiguamiandó
y Curvaradó –con muchas cuencas de comunidades afrodescencientes–
fue ocupada por grupos de paramilitares de Vicente Castaño.
6.2.10. Boyacá, Cundinamarca y Santander
En dieciocho municipios de la zona de confluencia de estos tres
departamentos llegó una facción armada del autodenominado Bloque
Élmer Cárdenas, a pesar de estar ubicados en una región muy distante
de su zona de surgimiento y consolidación. En septiembre de 2001 un
grupo de unos 30 hombres incursionó en los municipios de Pauna,
Briceño, Maripi, Coper, Saboyá, Chiquinquirá y Muzo en Boyacá; en los
municipios de San Cayetano, Paime, Villa Pinzón, Susa, Simijaca, Pacho,
Ubaté y Cogua en Cundinamarca; y en los municipios de Florián y Albania
en Santander. Aunque las estructuras paramilitares habían adquirido
ya la capacidad de implantarse en zonas distantes a las de su origen,
la llegada de este grupo paramilitar a esta región alejada se explica en
322
el contexto de una confrontación entre grupos de esmeralderos, que
luego fue desestimada por los jefes paramilitares. Por esta razón, el jefe
el grupo armado ilegal, Fredy Rendón Herrera, pidió al jefe máximo de
los paramilitares, Carlos Castaño, el retiro de la facción armada ilegal
de la región. En febrero de 2003 hizo entrega de la zona y parte de su
estructura armada a alias “el Águila”.
Aproximación al accionar y a los daños colectivos del grupo armado
ilegal Bloque Élmer Cárdenas
Las acciones delictivas realizadas e imputadas a los integrantes de este
grupo armado ilegal responden a las lógicas de acción de los grupos
paramilitares; en esta medida desarrollarán patrones conocidos de
control del territorio y de la población mediante violencias sistemáticas
realizadas en forma selectiva, sea con homicidios individuales o
colectivos.
Esto se puede apreciar en las zonas de influencia del Bloque Élmer
Cárdenas desde 1995 hasta su desmovilización, con la perpetración de
gran cantidad de homicidios, desapariciones, torturas, desplazamientos,
secuestros, reclutamiento ilícito de menores, entre otros, que
constituyeron una actividad permanente y reiterada de la organización.
Este tipo de acciones provienen de una operación militar concertada,
porque de la adhesión misma a la organización y a las órdenes de sus
comandantes superiores se deriva el ajuste del comportamiento de cada
uno de sus miembros a los fines del grupo.
En efecto, de las pruebas recaudadas se establece que la manera de
actuar del grupo surgía del cumplimiento de las órdenes impuestas
desde la cúpula y se transmitía siguiendo los canales de mando, para
finalmente ser ejecutados por los miembros que operan en la base de la
estructura, de acuerdo con objetivos militares precisos, con manifiesta
división del trabajo y con univocidad en el desarrollo de las estrategias
y tácticas empleadas, referidas a: a) realización de labores de planeación
y selección de las víctimas; b) realización de labores de inteligencia
por parte de las estructuras urbanas y rurales que operan en los cascos
urbanos y zonas aledañas de los municipios; c) la selección del personal
y de los elementos de guerra que se iban a usar; d) la asignación de claras
funciones a los combatientes escogidos en la ejecución de cada hecho.
Por su parte, este esquema se reprodujo también en la estructura
financiera del grupo armado ilegal, la cual dependía igualmente de
323
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
las directrices impuestas por la cúpula de la organización, y cuyo fin
primordial era lograr su mantenimiento económico a través de: a)
determinación de fuentes de financiación mediante el cobro de dineros
a todos los que desarrollaran tanto actividades lícitas como ilícitas en
las zonas de influencia; b) selección de comandantes financieros que
coordinaran los montos de los cobros según la actividad desarrollada, la
recaudación de los mismos, el control de evasión sobre dichos cobros,
la contabilidad y los reportes mensuales de los ingresos obtenidos
a los jefes del grupo armado ilegal; c) selección de personal de base
destinado a hacer efectivo el cobro y a controlar las diversas fuentes
de financiación.
Situación similar se desarrolló frente a la estructura política, la cual
partiendo de la política impuesta por la cúpula de la organización, buscó
a través de distintos proyectos políticos –Clamor Campesino Caribe,
Marisco, Urabá Grande Unido y en Paz– lograr el afianzamiento regional
a través de la interacción de los líderes políticos del grupo armado con
las juntas de acción comunal y, más adelante, a raíz de la consolidación
de algunos de sus proyectos y con ello, del afianzamiento suyo en la
zona, lograr a mayor escala impulsar proyectos de carácter regional así
como promover la elección de candidatos a distintos cargos del orden
municipal, regional y nacional, los cuales a su vez favorecían desde allí
la política del grupo armado ilegal. Como queda claro, las acciones
sostenidas y concertadas en el campo militar, político y financiero del
Bloque Élmer Cárdenas en sus zonas de influencia, principalmente en el
Urabá antioqueño y en el Medio Atrato, permitieron que se consolidara
un dominio sobre el territorio y la población evidenciado en amplios
corredores estratégicos utilizados para sus actividades ilícitas.
Ante lo expuesto, no hay duda que algunos de los hechos cometidos
por el postulado vulneraron la normatividad internacional en materia
de conflictos armados, afectando con dicho ataque tanto a “personas
protegidas” como a “bienes protegidos”. Valga decir que las muertes
de los guerrilleros o de los que presuntamente lo eran, se cometieron
vulnerando claras normas de guerra al hacerse cuando se encontraban
indefensos o fuera de combate, ya que en esos momentos también
gozan de protección de las normas humanitarias. Pero lo más grave,
cuando ni siquiera tenían claro que una determinada persona era en
verdad combatiente, ya sea porque las informaciones que los llevaron a
proceder en contra de ellas eran infundadas, no verificadas, o motivadas
por otras razones distintas, tal como ocurre por ejemplo con las acciones
324
de la llamada “limpieza social”, situaciones todas que llevan a pensar que
muchos de los hechos se cometieron contra la población civil.
En ese mismo sentido, debe destacarse que el reclutamiento de niños
constituyó una política sistemática y generalizada, encaminada a
fortalecer las huestes del grupo armado ilegal mediante la incorporación
de menores de edad en sus filas, valiéndose normalmente y en la
mayoría de casos, de sus necesidades apremiantes a nivel económico
y de su afán de colaborar con sus familias en dicho aspecto, lo cual no
aminora el reproche penal. Como sujetos regulados por el derecho
internacional humanitario y destinatarios de la penalización interna de
sus infracciones, por su condición de partícipes directos en escenarios de
hostilidades, los miembros del Bloque Élmer Cárdenas, especialmente su
comandante, debían haberse abstenido de realizarlas y no permitir que
otros miembros del grupo las cometieran.
El impacto sobre las comunidades de origen, pero también sobre
las comunidades receptoras de los desmovilizados, en el caso de
reclutamiento de niños ha sido suficientemente documentado, en
particular en pronunciamientos judiciales en procesos de Justicia y Paz395.
Las comunidades de donde salieron estos niños y jóvenes sufrieron una
desarticulación y un traumatismo en su capacidad de reproducir su vida
cotidiana, su economía y sus prácticas culturales. Estas personas llevan
consigo las marcas emocionales de haber pertenecido a estructuras
que sometieron sus voluntades en todos los aspectos de su vida,
fueron obligados a cometer actos de crueldad y de barbarie, sufrieron e
incorporaron en sus emociones el terror y el miedo de estar expuestos al
peligro durante mucho tiempo.
6.3. Medidas de reparación colectiva propuestas
por la Procuraduría General de la Nación
1. Promover un programa robusto de reconocimiento, apropiación
y ejercicio de derechos en los escenarios territoriales donde tuvo
presencia y control territorial el BEC.
395 Tribunal Superior de Bogotá, Sala de Justicia y Paz. Radicado 11001600025320078270
del 16 de diciembre del 2011. M.P. Uldi Teresa Jiménez López, pp. 64 y ss.
325
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
2. Agente reparador: gobernación de Antioquia, gobernación de
Chocó, gobernación de Córdoba, ICBF, Ministerio de Salud.
3. Garantizar la financiación de proyectos en los municipios afectados
por el reclutamiento ilícito con saldo pedagógico y reparador;
propiciando la autogestión de proyectos sociales en los que
participen las víctimas de reclutamiento y sus familias y otros
miembros de la sociedad.
Agente reparador: gobernación de Antioquia, gobernación de
Chocó, gobernación de Córdoba, ICBF, Ministerio de Salud.
4. Creación, implementación y promoción de un programa de atención
psicosocial comunitario:
a. En el caso de reclutamiento de niños, la rehabilitación no se
limita a la recuperación física y psicológica de las víctimas como
consecuencia del delito; implica también la puesta en marcha de
una serie de servicios sociales.
b. El programa de atención psicosocial se enfocará a nivel
comunitario con el propósito de mitigar el daño ocasionado por
el accionar del BEC en los entornos sociales donde este operó.
c. Se complementará con otras medidas que el Gobierno establezca
para la atención, desde la clínica terapéutica a nivel nacional o
familiar, dado que dichas acciones corresponden a procesos de
mitigación del daño individual y no colectivo.
d. La puesta en práctica del programa requiere que se articulen
los objetivos del mismo en acciones emprendidas por grupos
interdisciplinarios (psicólogos, sociólogos, antropólogos y
trabajadores sociales).
Agente reparador: gobernación de Antioquia, gobernación de
Chocó, gobernación de Córdoba, ICBF, Ministerio de Salud.
5. Programa pedagógico de rechazo al delito del reclutamiento ilegal
y al reconocimiento del conjunto de violaciones a los derechos
humanos que coexisten con el reclutamiento. Este programa deberá
tener énfasis local pero con expresión regional y nacional.
Agente reparador: gobernación de Antioquia, gobernación de
Chocó, gobernación de Córdoba, ICBF, Ministerio de Salud.
326
6. Crear una comisión que diseñe una estrategia de colaboración
efectiva en la búsqueda de los niños, niñas y adolescentes reclutados
para que logren un real acceso a la justicia y que la sociedad en
general pueda tener acceso a la verdad sobre la dimensión de esta
violación a los derechos humanos en el país. En la búsqueda de
justicia se deberá conocer con claridad:
– ¿Cuáles fueron las formas de desvinculación de los niños, niñas y
adolescentes?
– ¿Si fueron entregados al ICBF?
– ¿Si pasaron por el proceso administrativo de restablecimiento de
derechos?
– ¿Si fueron registrados en el CODA y, por ende, pueden aspirar a
ser sujetos de reparación?
La comisión deberá satisfacer las siguientes condiciones:
a. Será integrada por un funcionario de las siguientes instituciones:
Oficina de la Alta Consejería para la Reintegración; Oficina del
Alto Comisionado para la Paz; Ministerio de Defensa Nacional;
Instituto Colombiano de Bienestar Familiar; Fiscalía General de la
Nación; Procuraduría General de la Nación; Programa Presidencial
de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario;
CNRR; y dos representantes de la sociedad civil con trayectoria
y reconocimiento en el campo de la defensa y promoción de los
derechos de los niños, niñas y adolescentes.
b. Dispondrá de todas las medidas que estén a su alcance para
esclarecer y hacer pública la información que recaude y que
considere pertinente con relación a los hechos de reclutamiento y
destino luego de la desmovilización de niños, niñas y adolescentes
del Bloque Élmer Cárdenas.
c. La comisión deberá realizar una visita a la zona de influencia
del Bloque Élmer Cárdenas donde se cometió el punible de
reclutamiento ilícito de niños, niñas y adolescentes. Se considera
pertinente que las víctimas del reclutamiento, sus familias o sus
representantes, participen y presten toda la colaboración en las
gestiones de esta visita que la Comisión realice para esclarecer
las circunstancias y el destino de los niños, niñas y adolescentes
reclutados por el Bloque Élmer Cárdenas.
327
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
d. Al término de su gestión, que deberá concluirse en un plazo de
seis meses, la Comisión emitirá un informe público dando cuenta
de las conclusiones de su investigación. El informe deberá ser
socializado y expuesto a las comunidades y familias que fueron
afectadas por el delito de reclutamiento ilícito de niños, niñas y
adolescentes cometido por el Bloque Élmer Cárdenas.
e. El postulado deberá continuar contribuyendo con el derecho
de la verdad, como parte integral del derecho fundamental a la
justicia.
7. Impulsar en las zonas donde operó el BEC la política de prevención
del reclutamiento, adaptarla al contexto y propiciar su apropiación.
Objetivos:
a. Identificar factores de riesgo y amenaza.
b. Fortalecer entornos protectores.
c. Promover el reconocimiento de niños, niñas y adolescentes como
sujetos de derechos y la apropiación y ejercicio de los mismos,
que pasa por fomentar el conocimiento y apropiación del marco
normativo y de política.
d. Incentivar la movilización social en contra del reclutamiento.
e. Dar a conocer el impacto desproporcionado de esta práctica.
f. Desarrollar medidas
reclutamiento.
de
protección
ante
amenazas
de
g. Fortalecer el SAT.
Agente reparador: gobernación de Antioquia, gobernación
de Chocó, gobernación de Córdoba, ICBF, Ministerio de Salud y
Defensoría del Pueblo de las regionales Antioquia, Chocó y Córdoba.
8. Fortalecer la institucionalidad propia del Estado social de derecho
y las organizaciones y redes de la sociedad civil que trabajan por la
defensa de los derechos humanos de los niñas, niñas y adolescentes
y la prevención del reclutamiento para evitar la repetición de los
hechos.
328
9. Agente reparador: gobernación de Antioquia, gobernación de
Chocó, gobernación de Córdoba, ICBF, Ministerio de Salud, Ministerio
de Defensa Nacional, Ministerio del Interior y la Fiscalía General de la
Nación.
7. Aproximación al daño colectivo
del grupo armado ilegal Frente José
Pablo Díaz del Bloque norte de las
autodefensas, postulado Édgar Fierro
(Departamento del Atlántico)
El departamento del Atlántico posee diversas ventajas para la movilidad
de los grupos armados ilegales que operan en el norte del país, porque
sus condiciones geográficas facilitan el tránsito por la costa norte. Por
la zona plana se tiene acceso al departamento del Magdalena en sus
municipios de Sitionuevo, Pueblo Viejo y Ciénaga; por las ciénagas y
caños del río Magdalena se tiene vía a la Sierra Nevada de Santa Marta.
Los municipios de Luruaco, Piojó y Repelón en el noroccidente del
departamento se ubican en una serranía de poca altura llamada San
Jerónimo (que no debe confundirse con una de las estribaciones de la
Cordillera Occidental en las sabanas de Córdoba y Sucre). Los municipios
de la zona sur permiten hacer tránsito al departamento de Bolívar y a los
Montes de María.
Estas condiciones geográficas del Atlántico facilitaron el refugio y
albergue temporal de organizaciones guerrilleras. Pero, paradójicamente,
tales condiciones no lo han situado históricamente como una zona
prioritaria dentro de los planes estratégicos de control territorial de los
grupos armados. Distintas fuentes indican que el número de hombres
de la guerrilla no fue numeroso, lo cual se concluye de su débil presencia
y el tipo de actos que realizaban.
Es en dicho contexto en el que hay que ver la situación histórica de los
grupos guerrilleros en el departamento. Como lo señaló en su momento
el secretario de Gobierno del Atlántico, Adel Caicedo, los grupos armados
“cuando son acosados en Bolívar, Córdoba, Sucre y Magdalena vienen
acá (al Atlántico) vegetan, descansan y posteriormente salen”396.
396 “Atlántico, refugio subversivo”, El Tiempo, 13 de febrero de 2001.
329
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
7.1. Las autodefensas en el departamento
de Atlántico: ¿Lucha antisubversiva?
El marco jurídico que permitió la creación de las cooperativas de
seguridad privada denominadas “Convivir”397 –utilizadas como
mecanismo de seguridad privado para ganaderos, empresarios y
comerciantes afectados por el accionar delictivo de la guerrilla– no
tuvo eco en el departamento del Atlántico. La Asociación de Ganaderos
del Atlántico y Zona Norte (ASOGANORTE) había hecho un llamado
a la administración departamental para que las cooperativas de
seguridad pudieran establecerse en la región del Atlántico, a lo que la
institucionalidad regional se negó. El gobernador Rodolfo Espinosa
Meola se rehusó a ello de manera expresa cuando tomó posesión en
1998. Por su parte, la Defensoría del Pueblo apoyó la posición asumida
por la gobernación; la Asamblea Departamental tampoco compartió la
idea de permitir la creación de estos “servicios especiales” de seguridad
privada en el departamento. Según el diputado de la época, Jorge
Iglesias Vilora, en el Atlántico no se hacía necesaria “la presencia de estos
grupos por la inexistencia de conflicto armado”398.
7.2. La incursión del Bloque Norte de las
Autodefensas y el surgimiento del Frente José
Pablo Díaz en el departamento del Atlántico
El jefe paramilitar y luego postulado Salvatore Mancuso, tenía como
objetivo en 1996 expandir el control y la presencia de las autodefensas
en los departamentos del norte del país. Por ello, encargó de tal
proyecto a Santiago Tobón o Reinel Ríos399. El establecimiento de estos
grupos armados ilegales de paramilitares en los departamentos del
397 “Asamblea del Atlántico dijo no a la creación de las Convivir”, El Tiempo, 10 de junio de
1998.
398 Ibíd.
399 De acuerdo con la versión libre de Mancuso, para el segundo semestre de 1996 el
comandante René Ríos lideraba el Grupo Cesar y Magdalena del Bloque Norte que
operaba en los municipios de Copey, Codazzi, Valledupar, Becerril, Ariguaní y San
Diego y que para ese momento contaba con 40 hombres.
330
Caribe colombiano siguió su lógica ya probada en otras regiones del
país: controlar el territorio y a la población para establecer un control
monopólico de los actores de la violencia y el crimen que existían en las
ciudades y los campos.
Tras la captura de Santiago Tobón, jefe del grupo, Mancuso designó
como nuevo jefe a Rodrigo Tovar, alías “Jorge 40”, quien dominó las
facciones paramilitares de La Guajira, Cesar, Magdalena y Atlántico.
Desde ese momento, el denominado Bloque Norte adquiere autonomía
política, militar y financiera.
A finales de 1999, alias “Jorge 40” le ordenó al Mayor (r) del ejército José
Pablo Díaz, crear una facción o frente para operar en el departamento
del Atlántico. Este frente ingresó al departamento por Palermo,
corregimiento de Sitionuevo, ubicado en la ribera oriental del río
Magdalena, frente a la ciudad de Barranquilla. Luego, continuó su
establecimiento en Soledad, Malambo y los demás municipios de la
zona ribereña y plana del departamento. Fue así como Díaz a partir
del año 2000 empezó “sembrando terror con una mano, y haciendo
negocios turbios con la otra, uno a uno, en casi todos los municipios de
ese departamento”400.
El mando militar de Díaz en el Atlántico se mantendría hasta su muerte
en el 2003. Ese mismo año “Jorge 40” encomienda la responsabilidad
de continuar con el manejo de ese frente al también ex oficial del
ejército Edgar Ignacio Fierro Flórez, conocido como “Don Antonio” o
“Isaac Bolívar”. Una vez posicionado “Don Antonio”, la estructura adopta
también una nueva denominación: Frente José Pablo Díaz Zuluaga, en
conmemoración a su primer comandante.
De acuerdo con la información presentada en la providencia de
legalización de cargos al procesado Edgar Ignacio Fierro, alias “Don
Antonio”, el Frente a su mando estaba integrado por 10 comisiones. Estas
comisiones realizaban las actividades propias de la criminalidad: tender
una pluralidad de redes con actores legales e ilegales de sus zonas de
operación con el fin de planificar y ejecutar cualquier tipo de operación.
400 “Don Antonio”. El hombre detrás del computador, Verdad Abierta, 14 de agosto de
2009.
331
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
7.3. El control económico del Frente José Pablo Díaz:
narcotráfico, extorsión e infiltración de actividades legales
De acuerdo con lo dicho, la conformación de esta facción paramilitar no
surgió para hacer frente a la presencia y acción de los grupos guerrilleros.
La llegada de “Don Antonio” al mando del recién denominado Frente
José Pablo Díaz mantendría el control del crimen y la violencia en el
departamento y la ciudad de Barranquilla.
En el periodo durante el cual estuvo alias “Don Antonio” como jefe
del grupo, entre 2003 y 2006, se refleja un considerable aumento
de los homicidios en todo el departamento. En 2004 se presentaron
730 homicidios –la tasa más alta en el periodo 2000-2006–; en 2005,
se registraron 637, y en 2006, 609 asesinatos. Los municipios más
afectados en ese periodo fueron Barranquilla con 1.664 (el 61% del total
departamental), Soledad con 572 (21%) y Malambo con 116 (6%)401.
Rodrigo Tovar, alias “Jorge 40” enfatizó en su libro que “sin finanzas
sería imposible avanzar tan rápido como exigían las circunstancias y la
sociedad”402. En desarrollo de esta indicación, el grupo armado dedicó
esfuerzos a extracción de recursos de la economía legal e ilegal.
Desde la década de los ochenta, Barranquilla era un “sitio estratégico
para la salida de droga y la entrada de insumos y armas; más aún, en
un contexto en el que se han movido intereses de contrabando y por
las condiciones favorables para el lavado de activo de dólares”403.
Durante los años ochenta disputaron y dominaron el narcotráfico en el
Atlántico un grupo variado: por un lado, el llamado Cartel de la Costa404,
401 Observatorio de Derechos Humanos y DIH. Diagnóstico Departamental Atlántico.
Programa Presidencial para los Derechos Humanos, p. 7.
402 Véase “Mi vida como autodefensa y mi participación como miembro del Bloque Norte
y del BNA”, p. 7, en www.verdadabierta.com.
403 Observatorio de Derechos Humanos y DIH. Informe “Dinámica reciente de la violencia
en Barranquilla”. Programa Presidencial para los Derechos Humanos. Vicepresidencia
de la República, p. 24.
404 Quien protagonizó esta historia del narcotráfico tanto en el departamento como en la
capital fue Alberto Orlando Gamboa, alias “el Caracol”, líder del Cartel de la Costa. En
1993 alias “el Caracol” fue capturado dentro de la operación Alcatraz, realizada por la
Policía Nacional. Dos años después fue dejado en libertad por falta de pruebas dentro
332
conformado entre muchos otros por el Clan Nasser Arana405, y por otro
lado, el grupo de Los Mellizos406.
Según fuentes de la Policía, en el segundo semestre de 1998 se registró
un incremento del 80,3% en las incautaciones de cocaína en esa
región407. Se logró desarticular el Cartel de la Costa y a los grandes capos
del narcotráfico que dominaban la región. Sin embargo, el negocio se
mantenía y dadas las condiciones locales del conflicto e intereses de los
grupos armados ilegales, siempre hubo un nuevo poder local que se
encargó de asegurar el tráfico de narcóticos.
Este papel fue asumido en su momento por el Frente José Pablo Díaz, a
través de la Comisión al Mar, bajo la jefatura de Miguel Villarreal Archila,
alias “Salomón”, antiguo subintendente (r) de la Policía Nacional. Alias
“Salomón” fue encargado de controlar los municipios intermedios
ubicados entre las ciudades de Cartagena y Barranquilla, como Puerto
Colombia, Juan de Acosta, Tubará y Piojó. Según lo reveló “Salomón”
en sus versiones ante la Fiscalía, “entre 2003 y 2006 los narcotraficantes
de un proceso de homicidio. Nuevamente fue detenido en junio de 1998, para que
respondiera por el requerimiento de la Corte Federal del Distrito Sur de Nueva York
bajo el cargo de tráfico de drogas. En agosto de 2000 fue extraditado hacia los Estados
Unidos, donde fue condenado a 40 años de prisión. Ver, “¿Quién es el Caracol?”, El
Tiempo, 8 de junio de 1998.
405 El Clan Nasser Arana era un grupo miembro del denominado Cartel de la Costa. En una
operación desarrollada durante tres años por la Policía Nacional, denominada “Costa
Azul”, se logró la captura de toda la familia reconocida en Barranquilla como el Clan
Nasser Arana, y dedicados al narcotráfico desde mediados de la década de los setenta.
Ver, “Efecto dominó”, Semana, 26 de abril de 1999.
406 En julio de 1999 las autoridades de antinarcóticos realizaron la denominada “Operación
Transatlántico” en la que se logró el decomiso de 20 toneladas de droga a los hermanos
Mejía Múnera –“los Mellizos”– en un operativo coordinado internacionalmente.
Con este operativo, la Fiscalía General de la Nación acusó ante los Jueces Penales
del Circuito Especializados de Barranquilla a los narcotraficantes barranquilleros
asociados al cartel del norte del Valle de “los Mellizos”: a Gustavo Adolfo Gómez
Maya, Omar de Jesús del Prado Arregocés, Hernando José Franco Saavedra y Hugo
Carlos Gómez Maya, como presuntos coautores de concierto para delinquir con fines
de narcotráfico. Ver, “Acusados aprehendidos en operación transatlántico”, Fiscalía
General de la Nación, Boletín de prensa No. 308.
407 Grupo de Análisis de Narcotráfico, Área de Producción de Inteligencia, Dirección
de Inteligencia Policial. “Comportamiento estratégico del narcotráfico, 1998-2008”,
Revista Criminalidad. Vol. 51, No. 1, junio de 2009. Policía Nacional, DIJIN, pp. 311-322.
333
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
sacaron más de 100 toneladas de coca con permiso de miembros de la
Policía del Atlántico, que se cobraba por transitar por territorio bajo su
control o por embarque”408. Por cada kilo se pagaba a los paramilitares
entre 50 y 75 dólares; y según indicó “Salomón”, durante ese periodo
“las autodefensas alcanzaron a cobrar impuesto por embarque de 28
toneladas anuales”409. Esta comisión, durante los tres años de operación,
recaudó aproximadamente 2 millones de dólares anuales por concepto
de “impuesto” al tránsito y a los embarques de narcóticos en el
departamento del Atlántico.
Ahora bien, el control de las transacciones criminales del Frente José
Pablo Díaz no solo estuvo vinculado con el narcotráfico. El dinamismo
comercial del departamento y de la ciudad de Barranquilla generaba
también un entorno propicio para “recolectar” recursos en el sector
formal. Así, en segundo lugar, surgieron las extorsiones “a ganaderos,
comerciantes del mercado de verduras de Barranquillita, tenderos
[…]”410. La obtención de rentas del comercio formal e informal afectó
a comerciantes, abarroteros y tenderos, en particular del mercado
tradicional de Barranquillita, la Central de abastos del Caribe y de los
barrios periféricos de la ciudad de Barranquilla.
Según Jairo Rodelo Neira, alias “John 70”, desde el corregimiento de
Palermo hasta el puente de Aguas Negras “Todas las personas que
tuvieran fincas eran extorsionadas. Se les cobraba $10.000 por hectárea,
cuando llegó a la zona ya esta estructura estaba montada, que eran
los financieros quienes recaudaban. Los propietarios de la finca La
Arrocera del municipio de Sitionuevo (Magdalena) pagaban $1,000,000
mensuales”411.
La agremiación de los pequeños comerciantes y tenderos de
departamento, llamada Unión Nacional de Comerciantes (UNDECO)
realizó un cálculo de la exacción realizada por el grupo armado ilegal
408 “'Salomón' dice que durante tres años sacaron coca con ayuda de la policía”, Semana,
11 de julio de 2008.
409 Ibíd.
410 “’Don Antonio’. El hombre detrás del computador”, Verdad Abierta, 14 de agosto de
2009.
411 Versión de Jairo Rodelo Neira, alias “Jhon 70”, fecha de la diligencia: 24 de mayo de
2009. Al referirse a las extorsiones perpetradas en Sitionuevo y Remolino.
334
a este sector de la economía. Según estos cálculos y de acuerdo con
el reporte periodístico que reseñó informes de investigadores, en la
ciudad de Barranquilla en el año 2005 el grupo paramilitar exigía a
cada comerciante una suma promedio de 50 mil pesos por semana, lo
cual equivalía a un colecta aproximada de 750 millones a la semana,
es decir, más de 3.000 millones al mes (se promedian aportes de
diferente cuantía y se incluyen carretilleros de las calles y vendedores
ambulantes de agua o tinto), de los cuales el 90% era practicado por los
grupos paramilitares412.
Si se toma esta medida, se podría suponer que anualmente el Frente
José Pablo Díaz al mando de “Don Antonio”, en la ciudad de Barranquilla
pudo obtener por extorsión alrededor de 9.000 millones de pesos y, en
los tres años de operación, un total de 27.000 millones de pesos.
Otro tipo de empresas legales también fueron afectadas por la infiltración
y la exacción sistemática por parte de este grupo armado. Este nivel de
infiltración explicado por Gustavo Duncan en el libro Del campo a la
ciudad en Colombia: la infiltración de los señores de la guerra, se presenta
de manera nítida en el caso de la infiltración del Frente José Pablo Díaz
a la Cooperativa de Leche Coolechera. La información extraída del
computador incautado a “Don Antonio”, demuestra cómo esta empresa
fue controlada por este Frente con dos fines: como fachada para lavar
dinero del narcotráfico y para apoyar a través de recursos humanos y
logísticos sus estrategias criminales413.
Queda claro, entonces, que el Frente José Pablo Díaz concentró sus
pretensiones de control económico en el departamento tanto en los
sectores lícitos como en aquellos ilícitos. Esta regulación de ambos
negocios representaba una doble ventaja para estos grupos: por un lado,
una forma discreta de ejercer, a través de la coerción y la violencia, la
protección y el control de una serie de actividades que eran “gravables”;
y a su vez, constituía una fuente, por cierto nada despreciable, de
flujo de recursos en efectivo. Por otro lado, adelantar sus infiltraciones
en negocios lícitos como empresas o cooperativas, les facilitaba no
solo tender un puente con los sectores “honestos” que representaban
412 Véase, “Por vacuna, 8 tenderos muertos”, El Tiempo, 4 de mayo de 2005.
413 Corporación Nuevo Arcoiris. La economía de los paramilitares. Redes de corrupción,
negocios y política. Eds. Mauricio Romero Vidal. Bogotá: Debate, 2011.
335
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
ingresos y transacciones rentables, como es el caso de Coolechera, sino
también construir fachadas que no eran tan fáciles de detectar por
las autoridades para lavar activos producto del narcotráfico y demás
actividades ilícitas.
7.4. El control político del grupo denominado José
Pablo Díaz: control de las administraciones locales,
los presupuestos y los contratos públicos
De manera paralela al poder económico que iba consolidando el Frente
José Pablo Díaz, su incidencia en la política y la administración local
parecía ir también asegurándose en el departamento. Sin embargo,
su infiltración en la administración pública no parecía estar motivada
para asegurarse la adhesión y control de líderes regionales con las
características requeridas para servir a los presuntos objetivos de la
lucha antisubversiva desde el interior del Estado local, o de alentar la
“identidad política” de estos grupos por ciertas causas ideológicas. Su
interés respondía, de manera más clara, a convertirse en actores con un
mayor poder económico.
Vale la pena resaltar el caso de la ex alcaldesa Rosa Stella Ibáñez y el ex
alcalde Alfredo Arraut, quienes fueron condenados a nueve y siete años
de prisión por los delitos de contrato sin cumplimiento de requisitos
legales, peculado por apropiación y concierto para delinquir simple, por
el hecho de haber entregado los dineros públicos del sector salud a los
paramilitares, quienes cooptaron el Hospital Materno Infantil y la oficina
Jurídica de la alcaldía municipal.
7.5. El control social del Frente José Pablo Díaz:
prácticas de victimización y la violación de los
derechos humanos de sectores de la sociedad civil
Detrás de la regulación económica y política que caracterizó el actuar
del Frente José Pablo Díaz en el departamento del Atlántico estuvo
la violencia, la persecución y la coerción que este grupo impuso a
algunos sectores de la sociedad civil. Como lo señala la providencia de
336
legalización de cargos de “Don Antonio”, durante el tiempo de operación
de este Frente las acciones criminales respondían “a una política
devastadora que iba dirigida contra miembros de la población civil”, y
particularmente, a aquellos “[…] señalados sin fórmula de juicio como
enemigos de la organización, es decir, como militantes o auxiliadores de
los grupos subversivos […] o simplemente como dañinos a la sociedad;
ataques que se pretendieron legitimar desde la Comandancia del
mismo Bloque”414.
7.5.1. La imposición de modelos ideológicos para mantener el
orden social: la instrumentalización de la noción de enemigo
Todos los abusos cometidos por los paramilitares han pretendido ser
justificados con las razones típicas de su modelo ideológico de coerción
y barbarie: la de vincular sus actividades delincuenciales con la misión
favorable de imponer una mejor situación de seguridad para las
comunidades, bajo sus propios intereses y por medio de la violencia, así
como la de extender distinciones que aspiran a darle mayor capacidad
de justificación a su discurso antisubversivo: etiquetar a todos aquellos
defensores de derechos humanos, políticos, activistas o líderes sociales,
como colaboradores de la insurgencia y “enemigos” que debían ser
eliminados. Una de las prácticas de victimización que adopta este
modelo ideológico, fue la asumida por el Frente José Pablo Díaz en
contra de aquellos ciudadanos pertenecientes a sectores de la sociedad
afines a las reivindicaciones de la izquierda o con intereses de defender
a las poblaciones más vulnerables.
7.5.2. Los sindicalistas como enemigos
Esta práctica se refiere a la extensión de la declaración de objetivos
militares a ciudadanos que son señalados de pertenecer, de colaborar o
ser presuntos ideólogos de los grupos guerrilleros. De manera sistemática
esta práctica se manifestó más directamente contra diferentes sectores
y miembros del sindicalismo del Atlántico. Justamente fue en este
414 Providencia de Legalización Parcial de cargo al procesado Fierro Flórez, párr. 58.
337
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
departamento donde los sindicatos fueron de las organizaciones más
atacadas por el paramilitarismo.
En efecto, como lo alertó la Defensoría del Pueblo en una de sus
resoluciones defensoriales de julio de 2003, “[…] las acciones violentas
en contra del movimiento sindical se deben, en buena parte, a la
percepción equívoca que tienen algunos sectores de los objetivos de
la lucha sindical que, con el proceso de estigmatización de que son
víctimas, han convertido a muchos sindicatos en ‘objetivo militar’ de los
grupos de autodefensas o paramilitares”415. Llama la atención un texto
de las autodefensas en el área de influencia del Frente José Pablo Díaz:
[…] existen negociaciones de parte de nuestros jefes y compañeros de
lucha y por amor a nuestra patria aceptamos dichas conciliaciones
pero lo que no aceptamos es la opresión que tienen ustedes contra
el pueblo lavándoles el cerebro con ideales infantiles como defender
los derechos humanos a través de que el pueblo se revele para
beneficio de algunos se hacen llamar líderes del pueblo, sindicalistas,
defensores de los derechos humanos, pero solo son terroristas
guerrilleros que solo buscan su beneficio propio” […] es hora de darle
un último aviso para no pertenecer a estos grupos como son estas
organizaciones sindicales llamadas CUT, SINDIBA, PCC Y ANTHOC
SABANALARGA. Tenemos ubicados y sabemos de antemano que
esconden revolucionarios que trabajan a nivel rural y se les prestan
ayudas de niveles hospitalarios […]”416.
Paralelo a esa estigmatización se estimulaba de manera estratégica
el temor y la zozobra de los sindicalistas por medio de panfletos
amenazantes. En la mayoría de casos documentados estos panfletos
antecedían los homicidios: eran los anuncios de muerte. Esta lógica
tenía el fin de generar zozobra, lo cual es corroborado en el contenido
de la sentencia proferida en contra de Édgar Ignacio Fierro Flórez por
el homicidio de Adán Alberto Pacheco Rodríguez, ex presidente del
Sindicato de Electricaribe, ocurrido el 2 de mayo de 2005417. La sentencia
415 Resolución defensorial No. 23 de julio de 2003.
416 Caso reportado por la base de datos del CINEP con fecha del 17/08/2006 en
Sabanalarga-Atlántico.
417 Sentencia anticipada proceso número 110013107912-2008-0001, proferida por el
Juzgado Segundo Penal del Circuito Especializado de Descongestión (OIT), 31 de
enero de 2008.
338
señala que el “[…] atentado en las circunstancias en que falleció el señor
Pacheco Rodríguez, fue ejecutado dentro del marco de acciones dirigidas
a provocar estados de zozobra o temor en la población sindicalizada,
pues el día anterior a su muerte, día del trabajo, se habían recibido
amenazas generalizadas de Muerte A Sindicales –MAS–. Por tanto, este
tipo de actos ponen en peligro la vida, la integridad física o la libertad
de las personas que en procura de obtener reivindicaciones laborales se
asocian en ejercicio de este derecho fundamental, razones suficientes
que hacen viable el agravante deducido”418.
En septiembre de 2003 el vicepresidente Francisco Santos Calderón
presidió una reunión con el gobernador del Atlántico, comandantes de
las Fuerzas Militares y la Policía para abordar y revisar la situación. Pese a
que las autoridades eran conscientes de la gravedad de las amenazas no
podían identificar con certeza quién estaba detrás de estas actuaciones
que causaban terror dentro de la comunidad sindicalizada.
Según un informe de riesgo emitido por la Defensoría del Pueblo el
24 de diciembre de 2003, la situación de estigmatización que los
paramilitares promovían en contra de los miembros de los sindicatos,
afectó con amenazas a un grupo de 63 sindicalistas afiliados a la
Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y directivos, miembros,
activistas de Anthoc, Sintrahoincol, Sintraimargra, Sintranaviera,
Sutimac, Sintrabancol, Sinthol, Sintrainal Barranquilla, Sindicato de
Galapa, Sintracarne, Sintraelecol, Atlco, Sintraelecol Corelca, Sutimac,
Sintracolechera, Sintraagricola, Sintrago y FECODE419. En ese mismo
periodo, según la Vicepresidencia, habían sido amenazados 107
sindicalistas, profesores y estudiantes, de los cuales tuvieron que salir
de la ciudad alrededor de 40420.
En 2005 un informe de riesgo de la Defensoría del Pueblo identificaba
aproximadamente un universo de 300 miembros conformado por
sindicalistas, estudiantes y docentes de la Universidad del Atlántico
amenazados bajo las mismas circunstancias de años anteriores. Y la
418 Ídem, citando el auto de septiembre 27 de 2005. Dr. Mauro Solarte Portilla.
419 Defensoría del Pueblo. Informe de Riesgo No. 082-03, 24 de diciembre de 2003.
420 Observatorio de Derechos Humanos y DIH. Informe “Dinámica reciente de la violencia
en Barranquilla”. Programa Presidencial para los Derechos Humanos. Vicepresidencia
de la República, p. 51.
339
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
misma situación se repetía en 2006. Según la Defensoría, ese año se
generó una situación de amenazas e intimidación para aproximadamente
590 personas, entre las que se encontraban dirigentes sindicales y
trabajadores sindicalizados de la CUT y la CGT, docentes, trabajadores
y estudiantes de la Universidad del Atlántico421. De acuerdo con cifras
de la Vicepresidencia de la República, tres sindicalistas habrían sido
asesinados en el 2006.
Se destaca otro de los mecanismos utilizados para la victimización en
contra de los sindicalistas por parte de los grupos paramilitares en el
departamento del Atlántico: el empleo de información de inteligencia
o de fuentes humanas para identificar los perfiles de quienes se
presumían enemigos potenciales y, por tanto, objetivos militares de las
autodefensas. La información era determinante, según las versiones de
los postulados, para su propósito de intimidación y violencia.
En lo que respecta a la obtención de información en el contexto
del actuar del Frente José Pablo Díaz, existió una variada red de
interrelaciones entre informantes, inteligencia del Departamento
Administrativo de Seguridad (DAS) y ex desmovilizados de grupos
guerrilleros. El despliegue de este sistema de información para cumplir
con el propósito de identificar al “enemigo”, es posible ilustrarlo,
por lo menos en la interrelación entre la inteligencia del Estado y el
grupo armado ilegal, con los datos revelados por “Don Antonio” en el
juicio contra Jorge Noguera –ex director del DAS– y en la sentencia
condenatoria proferida por el Juzgado de Descongestión OIT de Bogotá
contra Rodrigo Tovar Pupo, alias “Jorge 40”, por el homicidio del profesor
Alfredo Correa De Andreis. De acuerdo con su declaración ante la Corte
Suprema de Justicia, Fierro Flórez, alias “Don Antonio” se reunió en una
oportunidad con Rafael García, ex funcionario de informática del DAS,
con el fin de conocer la información clave que éste tenía sobre presuntos
colaboradores de la guerrilla en el Atlántico422. Al parecer se trataba de
listas con información de líderes sindicales, profesores, estudiantes
universitarios y activistas de izquierda, elaboradas por el organismo de
421 Defensoría del Pueblo. Informe de Riesgo No. 040-06 AI, 21 de septiembre de 2006.
422 “La conexión Bloque Norte-DAS según ‘Don Antonio’”, Verdad Abierta, 2 de febrero
de 2010. Disponible en: http://www.verdadabierta.com/index.php?option=com_
content&id=2174
340
inteligencia para ser entregadas al Bloque Norte de las autodefensas423.
Según “Don Antonio”, el ex funcionario del DAS contaba con las hojas
de vida de estos líderes sociales a quienes el DAS presuntamente había
identificado como miembros del Partido Comunista Clandestinos-PC3de las FARC.
7.5.3. Los profesores y estudiantes de la Universidad
del Atlántico como combatientes
Uno de los sectores más afectados por esta práctica en el departamento
del Atlántico, durante el periodo que nos ocupa, fue sin duda el gremio
de profesores y estudiantes. La arremetida de violencia en contra de la
comunidad universitaria comenzó en los años 1999 y 2000, periodo que
coincide con el ingreso de los grupos de autodefensas al departamento
y la ciudad de Barranquilla. En ese mismo periodo, la irrupción del
conflicto armado en las universidades del país se reflejaba a través de los
homicidios a nivel nacional de profesores vinculados al tema de la paz.
La comunidad universitaria de Barranquilla no fue una excepción.
7.5.4. Defensores de derechos humanos como
subordinados del proyecto “insurgente”
Un tercer sector social que sintió las amenazas y la violencia por
las denuncias y críticas realizadas en el marco de sus labores en el
departamento del Atlántico, fueron las organizaciones y defensores de
derechos humanos. Particularmente, se evidenció que el grupo armado
ilegal autodenominado Frente José Pablo Díaz tuvo como práctica
de victimización la de inhibir la defensa de organizaciones, líderes,
comunidades religiosas y académicos que trabajaban a favor de la
defensa de los derechos humanos de la población desplazada.
En este sector también se agrupan los militantes de partidos políticos,
líderes sociales y comunales. Si bien los casos documentados de
homicidios no son numerosos, los grupos de paramilitares sí mostraron
una estrategia de intimidación y amenaza activa contra estos sectores
423 Juzgado (11) Penal del Circuito Especializado de Bogotá. Sentencia anticipada de
primera instancia, Radicado 080013107001 2008-00027-00, 30 de marzo de 2011.
341
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
que de una u otra manera minó las condiciones de seguridad para
ejercer sus actividades.
Los homicidios selectivos y las amenazas a estos sectores sociales eran
motivados principalmente porque eran asimilados por estos grupos
ilegales como los representantes en la sociedad civil de los intereses
subordinados del proyecto “insurgente”.
De acuerdo con la información sistematizada de la Comisión Colombiana
de Juristas, entre 2000 y 2005 se presentaron 5 violaciones de derechos
humanos en contra de defensoras y defensores sociales. También
pueden adicionarse a estos casos el homicidio del candidato a la alcaldía
de Soledad, José Castillo Bolívar, en septiembre de 2003; el homicidio
del alcalde de Santo Tomás, Nelson Mejía Sarmiento, cometido el 29 de
marzo de 2004 y las amenazas al alcalde de Baranoa, Carlos Zambrano.
7.5.5. Los asesinatos que pretendían controlar la criminalidad: la
limpieza social como práctica de ordenamiento social y moral
Otra de las prácticas de victimización identificadas es la llamada “limpieza
social” ejercida por el Frente José Pablo Díaz en contra de delincuentes
comunes, consumidores de sustancias psicoactivas y lesbianas, gays,
bisexuales o transgeneristas (LGBT).
Dos fueron las prácticas de victimización que corresponden a la
imposición de ciertos modelos ideológicos y de discriminación por parte
del Frente José Pablo Díaz: en primer lugar los asesinatos que pretendían
aparentemente controlar la criminalidad, entre ellos los asesinatos
de personas con problemas de drogadicción, problemas mentales,
mendigos, trabajadores ambulantes; y en segundo lugar, los asesinatos
de la población LGBT.
Los asesinatos de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT): el
grupo armado porta los prejuicios que generalmente están asociados a
las creencias que se han tejido alrededor de estas comunidades, lo cual
sirve de justificación para cometer actos criminales contra ellos. Estos
prejuicios son otra de las vulnerabilidades que presentan los miembros
de la comunidad LGBT. Los prejuicios generados hacia esta comunidad
en Colombia parten de creencias tales como que los homosexuales
atentan contra la moralidad o, simplemente, ponen en peligro el orden
natural dentro de la sociedad mayoritaria.
342
La mayoría de violaciones a los derechos humanos de la población
LGBT por parte de miembros de las autodefensas se encuentran
ligadas a ese tipo de prejuicios y creencias que subrayan las actitudes
u orientaciones sexuales diversas como comportamientos inmorales
que deben ser rechazados en cualquier orden social. Como lo
enfatizó un miembro del Bloque Norte, “[…] A los consumidores no
se le declaraba objetivo militar, pero si estaban cometiendo delitos
de contra el pudor y la libertad sexual, sí lo declaraban […]”424.
7.5.6. Naturalización de la presencia del agresor en el entorno social
La naturalización de la presencia del agresor en el entorno social se
refiere a una especie de acostumbramiento por parte de la población
de sus mecanismos de actuación y su visibilidad pública. Esta práctica es
una condición inherente a la actuación del agresor en el departamento
del Atlántico y en el municipio de Sitionuevo en el departamento del
Magdalena. Los actos para significar la presencia del agresor, que son
un agravante en materia penal, ponen de relieve los instrumentos de
terror que caracterizan los traumas intencionales, en cuya construcción
se resalta la presencia del agresor en el entorno social. Se conoce como
traumas intencionales a aquellos hechos a los que los actores armados
recurren con el objetivo de causar gran impacto en el colectivo.
7.6. Conclusiones sobre el daño colectivo causado
7.6.1. Daño psicosocial
1. Las lecturas, diálogos y narrativas sobre el impacto generado a los
colectivos establecen que el daño psicosocial está asociado con los
procesos de significación que han ocurrido en el escenario público.
Por eso en las poblaciones pequeñas y medianas se encuentra gran
afectación en el colectivo a partir de hechos individuales, y en las
424 Relato del Imputado. Hecho 57. Formulación de cargos a Mangones Lugo. Frente
William Rivas.
343
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
poblaciones intermedias son mayores las afectaciones psicosociales
ligadas con hechos que se presentaron en forma sistemática.
Especialmente se reconoció esta cualidad del daño ante asesinatos
de líderes sociales, sindicalistas y defensores de derechos humanos.
2. Como evidencia del daño psicosocial se ha reconocido la vigencia
en las narrativas alrededor de la experiencia de los hechos violentos
como condiciones traumáticas, asociadas a constantes referencias
de dolor, terror, miedo, angustia, desamparo y desesperanza en
el colectivo que no han podido integrarse al devenir de la historia
colectiva, es decir que siguen siendo referentes de ruptura en el
proceso de construcción social de los pueblos. Esto se evidencia en
la falta de escenarios para la representación del sufrimiento, en la
ausencia de espacios comunitarios de convivencia social y diálogo
alrededor del sufrimiento generado por la violencia. El impacto
descrito es mayor en las comunidades de Sitionuevo, Sabanagrande
y Baranoa.
3. Se reconoce que los procesos de duelos colectivos se vieron
interrumpidos en la totalidad de las poblaciones entrevistadas
(Ponedera, Galapa, Baranoa, Palmar de Varela, Piojó, Sitionuevo,
Soledad, Sabanalarga, Sabanagrande, Soledad, Luruaco, Repelón,
Malambo), se encontró además una disminución de las actitudes
sociales relacionadas con las expresiones de solidaridad ante las
pérdidas humanas y una imposibilidad de dar continuidad a los
rituales fúnebres.
4. Se trastocaron los valores predominantes sobre los cuales
ocurrieron expresiones violentas que cumplieron el propósito de
desculturización en las comunidades. Las principales prácticas
culturales afectadas son las referidas a las ceremonias fúnebres,
la celebración de fiestas populares, el consenso alrededor de la
vida futura posible a nivel intergeneracional, la noción de amparo
y protección a los jóvenes de las comunidades y la capacidad de
autodeterminación de los colectivos sociales y de las familias.
5. Se vieron limitados e inhibidos los procesos de afrontamiento
colectivo, lo cual ha generado una mayor privatización de la
experiencia de sufrimiento emocional y ha disminuido la disposición
frente a la participación en escenarios sociales donde se debaten
los asuntos públicos. Esta cualidad del daño se presentó en forma
generalizada, excepto en el municipio de Repelón.
344
6. Se reconocen en forma generalizada transformaciones en los
imaginarios asociados al ejercicio de la política y a la percepción del
Estado como garante de protección y amparo ante situaciones de
violencia. Así mismo, en las comunidades se encontró desesperanza
y desinterés generalizado en la participación política.
7. En las comunidades de Soledad, Malambo, Sabanalarga,
Sabanagrande, Sitionuevo, Luruaco, Ponedera y Palmar de Varela se
vieron incrementados los prejuicios y estereotipos, producto de la
tolerancia por algunos hechos de violencia ante los cuales hoy en día
continúa vigente una falta de reconocimiento del respeto a la vida
como interés superior de las comunidades.
8. Se trastocó el consenso social alrededor de la justicia, la criminalidad
y la inocencia. En gran parte de las comunidades se han identificado
pensamientos vigentes y tolerantes acerca de la eliminación de
personas señaladas como indeseables así como sobre limitaciones
frente a la libre elección y preferencias en el vestir, la apariencia física
y la elección sexual.
9. En las comunidades de Soledad, Malambo, Sabanalarga,
Sabanagrande, Sitionuevo, Luruaco, Ponedera y Palmar de Varela
se exacerbó una moralidad de la tiranía, a partir de la cual no solo
se han tolerado prácticas de violencia justificadas en la mal llamada
“limpieza social” sino que, producto del temor por los señalamientos
realizados por miembros del mismo colectivo quienes definían
como blanco a personas a raíz de señalamientos morales, se toleraba
la eliminación de personas de la misma comunidad, provocando
relaciones de desconfianza entre los habitantes de los municipios.
10. Los daños encontrados se suman a todas las condiciones de
vulnerabilidad psicosocial de los colectivos, exacerbando el impacto
generado por la guerra a quienes sufrieron procesos de victimización
anteriores. en manos de otras estructuras paramilitares o guerrilleras.
345
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
7.6.2. Daños respecto a la garantía y protección
de derechos fundamentales
1. Respecto a los daños ocurridos en materia de derechos de las
comunidades, es importante reconocer que fue propio de la
actuación natural del Frente José Pablo Díaz someter a agresiones,
violaciones, limitaciones y vejámenes a los ciudadanos de las
comunidades del departamento del Atlántico. Desde todo punto
de vista, este control social violento e ilegítimo se constituyó en una
afectación a la garantía y protección de los derechos fundamentales
de la población.
2. La mayoría de las víctimas consultadas consideró que las condiciones
sobre la garantía de los derechos se vio drásticamente transformada
por la incursión de los grupos paramilitares. Los resultados que
reportan las encuestas reflejan que más de la mitad de las víctimas
cree que no era posible gozar de los derechos fundamentales debido
a la situación de violencia ejercida por dichos grupos. De manera
concreta, la afectación en los derechos se concentró en la libertad
de movilidad y locomoción, tanto en las áreas rurales como en los
barrios periféricos de la capital.
3. Igualmente, como ha sido común en una situación de conflicto
armado, la gravedad e intensidad del daño en los derechos se
concentra en aquellos relativos a la paz y a la vida. Más de la mitad de
los encuestados consideró que nunca fue posible gozar de armonía
y tranquilidad en la comunidad mientras los paramilitares estuvieron
presentes en su entorno comunitario. De la misma forma, creían
que el respeto por la vida de los miembros de la comunidad dejó de
considerarse como una norma de cumplimiento superior.
4. Otro de los daños identificados en esta materia fue el sufrido en los
derechos civiles y políticos. La movilización y manifestación son los
derechos que las víctimas consideran más violados por el grupo
armado ilegal y de los menos garantizados por el Estado durante el
periodo de presencia de los paramilitares, lo cual ocasionó que las
comunidades no se reunieran ni se movilizaran para expresar sus
opiniones políticas o descontento acerca de la situación general que
se presentaba, por el terror de resultar asesinados.
346
5. Por otra parte, los resultados electorales reflejan las limitaciones que
se generaron por la presencia de los grupos paramilitares durante los
periodos de elecciones. Así, se encontró que en casi la mitad de los
municipios encuestados las víctimas creen que no se desarrollaban
libremente las elecciones populares; y, en particular, que nunca
fue posible, durante la presencia de los grupos paramilitares,
realizar actividades de carácter proselitista o electoral. Igualmente,
no existieron garantías de imparcialidad en la manera en que se
realizaron las elecciones para elegir candidatos a cargos de función
pública.
7.6.3. Daño a la Institucionalidad del Estado Social de Derecho
1. La presencia de grupos armados ilegales en los municipios evidenció
la falta de control territorial por parte de la Fuerza Pública, que no
logró garantizar la protección y seguridad a la población. Según el
sentir de las comunidades, la Fuerza Pública no fue garante como
institución protectora de la población civil. Se señalaron claras y
visibles alianzas de sus miembros con grupos paramilitares.
2. Las entidades del nivel nacional hacen presencia en la capital del
departamento y las acciones de esas instituciones poco se reflejan
en los municipios.
3. Los resultados evidencian el bajo el grado de confianza que le
reconoce la población a la institucionalidad.
4. En la mayoría de los municipios no existe credibilidad alguna en la
administración municipal. Lamentablemente, las personerías están
inmersas en la misma situación.
5. Se evidenció que hubo colusión entre algunos funcionarios públicos
y paramilitares para el despojo de bienes de las víctimas, en favor
propio o de terceros.
6. Casi todas las víctimas manifestaron que la posibilidad de acceder a
la justicia les fue negada.
347
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
7.7. Medidas de reparación colectiva propuestas
para las comunidades afectadas por el grupo
armado ilegal Frente José Pablo Díaz
Con relación al daño psicosocial, se considera pertinente la solicitud de
las siguientes medidas de reparación colectiva:
1. Creación, implementación y promoción de un Programa de atención
psicosocial comunitario (Componente de la Reparación Integral:
Rehabilitación-Satisfacción)
• Objetivos:
– Promover y facilitar prácticas que permitan procesos de
elaboración de duelos colectivos. Promover la disminución de
elementos que perpetúan patrones de estigmatización social y
discriminación.
– Promover acciones para el restablecimiento de la confianza
entre ciudadanos y fomentar nuevas prácticas de convivencia
comunitaria.
– Facilitar la construcción de narrativas que integren al devenir
social la capacidad de superación y afrontamiento de la afectación
emocional.
– Validar las diferentes expresiones del sufrimiento y promover
diversos mecanismos para su reconocimiento.
– Promover la sensibilización de la sociedad en general en el
proceso de reparación y la toma de conciencia sobre el nivel de
participación respecto a la tolerancia de aspectos violatorios.
– Recuperación psicosocial desde una perspectiva cultural
con énfasis en formación de capacidad local. Este ejercicio
propendería por el fortalecimiento de los recursos propios
de cada colectivo mediante un ejercicio de reconocimiento y
validación de los conocimientos y prácticas culturales alrededor
de la cura, el duelo, la recuperación, la sanación u otros.
– Apoyar procesos de resignificación de los escenarios que
se configuraron como espacios simbólicos de terror o de
intimidación.
348
• Cualidades o condiciones de la medida:
– El programa de atención psicosocial se enfocará a nivel
comunitario con el propósito de mitigar el daño ocasionado por
el accionar del Frente José Pablo Díaz.
– No involucrará acciones de atención desde la clínica terapéutica a
nivel individual o familiar, dado que dichas acciones corresponden
a procesos de mitigación del daño individual y no colectivo.
– La puesta en práctica del programa requiere que se articulen
los objetivos del mismo en acciones emprendidas por grupos
interdisciplinarios (psicólogo, sociólogo, trabajador social).
– Se deben focalizar las acciones de intervención y promoción
atendiendo a grupos poblacionales. De acuerdo con el
diagnóstico de daño realizado, se recomienda la siguiente
focalización: Población 1: municipios de Sitionuevo (Magdalena)
y Sabanagrande; Población 2: municipios de Soledad, Malambo,
Luruaco, Repelón, Sabanalarga y Barranquilla; Población 3:
municipios de Ponedera, Galapa, Polo Nuevo, Santo Tomás,
Baranoa, Palmar de Varela y Piojó.
• Agente reparador: gobernador del departamento del Atlántico y
Ministro de la Protección Social425.
425 La Corte Constitucional ha buscado trascender la comprensión de la afectación de
las víctimas ligándola solo a las manifestaciones clínicas o la incapacidad. A través
de la promulgación de la Sentencia T-045 de 2010, a partir de la cual se ordenaba al
Ministerio de Protección Social que construyera un protocolo de atención psicosocial
a las víctimas del conflicto armado, con esta sentencia la Corte Constitucional buscaba
proteger el derecho de los ciudadanos y ciudadanas a la salud integral y con él, el
derecho a la condición de bienestar y no solo a la ausencia de enfermedad. Esta
misma intención ha sido recogida en la Ley 1448 de 2011 a partir del articulado de
Rehabilitación, en donde además se enuncia que los propósitos de la rehabilitación
no son solo individuales, sino también sociales e incluyen las medidas de reparación
colectivas (artículo 136). En la misma ley (artículo 137) se ha designado al Ministerio
de la Protección Social para que agencie el Programa de Atención Psicosocial y Salud
Integral, contemplando las modalidades de atención individual, familiar y comunitaria:
“[…] Se deberá garantizar una atención de calidad por parte de profesionales con
formación técnica específica y experiencia relacionada […] se deberán incluir acciones
comunitarias según protocolos de atención que deberán diseñarse e implementarse
localmente en función del tipo de violencia y del marco cultural de las víctimas”.
349
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
2. Construcción de un parque conmemorativo para las víctimas del
Frente José Pablo Díaz (Componente de la Reparación Integral:
Reparación simbólica)
• Objetivos:
– Construir en el espacio público un parque conmemorativo que
promueva la dignificación de las víctimas de los hechos violentos
cometidos por el Frente José Pablo Díaz del Bloque Norte.
– Otorgar relevancia pública a las víctimas del conflicto armado y
concientizar a la sociedad del Atlántico de los hechos de violencia
que acontecieron en el departamento, con el fin de coadyuvar a la
construcción y estímulo de procesos de memoria histórica.
– Reconocer que el trabajo de rehumanización no debe estar
encaminado solo a las víctimas o victimarios, sino a la sociedad
en general. Todo proceso de memoria y dignificación de las
víctimas debe dirigirse a rehumanizar a quienes han desconocido
o ignorado el devenir de la historia de violencia.
– Orientar los procesos de reparación al reconocimiento de la
sociedad en cuyas creencias, atribuciones o imaginarios haya
prevalecido un discurso de negación o desconocimiento de la
ocurrencia de la violencia.
• Cualidades o condiciones de la medida:
– La orientación: esta es una medida que pretende hacer pública y
vigente la recordación de las víctimas y el rechazo de los hechos
de violencia que dieron lugar a su victimización.
– El lugar: se recomienda que el parque esté ubicado en un lugar
central de la ciudad de Barranquilla, con fácil acceso por parte de
toda la población del Atlántico. Se recomienda que el parque de
conmemoración de las víctimas se construya en la Plaza de la Paz
o en el parque Suri Salcedo.
– La estructura: debe permitir el desarrollo de dinámicas que
aporten solemnidad al recuerdo de las víctimas426. La disposición
426 Se ha encontrado, por ejemplo, que las estructuras en forma circular permiten un
ejercicio solemne respecto a la recordación de las víctimas. Así, el Memorial “El ojo
que llora” es una escultura de piedra de donde brota agua a manera de lágrimas. La
350
de un espacio como este permite que las familias sobrevivientes
sientan validado el sufrimiento que experimentaron, con
independencia de los resultados de los procesos judiciales o
administrativos de reparación individual.
Es así como se logra que los sobrevivientes encuentren en el
espacio físico un lugar al cual trasladar el sufrimiento emocional,
haciendo público el dolor que hasta entonces era privado. Por
tanto, la estructura física del parque debe facilitar un recorrido
que sirva a la reconstrucción de un espacio de conmemoración,
en el que los familiares de las víctimas puedan sentir que sus
rituales de muerte son compensados con el acompañamiento
que hace cada uno de los visitantes, en una actitud solemne.
Dentro del parque deberá existir un auditorio para el encuentro
social donde se promuevan prácticas vinculadas a condiciones de
encuentro en torno al recuerdo de las víctimas, de la historia de
vida de los afectados por el conflicto armado, de la defensa de los
derechos humanos, de acciones de convivencia. Un espacio que
propicie narrativas que faciliten la construcción de memoria sobre
los hechos de violencia y los daños que fueron generados427.
piedra representa a la madre tierra –“Pachamama”– y define el centro de un camino
laberíntico que comprende once círculos formados por gruesas bandas de canto
rodado. Las piedras están distribuidas en forma circular y el espectador se ve obligado
a pasar por cada camino. Al estar supeditado a buscar los lugares por donde debe
salir, ve al mismo tiempo las 32 mil piedras, cada una con el nombre, la edad y el año
de la muerte o la desaparición de las víctimas en dicho monumento. El recorrido
necesariamente hace solemne el recuerdo.
427 Las diferentes expresiones narrativas son las que permiten la elaboración y el acuerdo
alrededor de los hechos de violencia, las narrativas también permiten la superación
del sufrimiento. Jelin (2003), menciona que es justamente la imposibilidad de la
incorporación narrativa de los hechos de violencia lo que define lo traumático, dado
que dicha imposibilidad cohabita con los recuerdos persistentes de los hechos y
con su manifestación en síntomas. Por eso la narrativa no puede ser solo la oralidad,
también la provisión de otros lenguajes vistos en un compartir de la danza, el cuerpo,
los saberes populares y tradicionales alrededor de la cura, los espacios llenos de
silencios y solemnidad. Las narrativas que permitan a los colectivos sus propias formas
de afrontamiento no deberán ser siempre verbales y deberán propender por narrar
progresivamente lo que es comunicable, audible, bailable o susceptible de transmitir
al otro, que para entonces, podrá estar en capacidad de escuchar.
351
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
También deberá facilitarse el proceso de sensibilización de los
visitantes al parque a través de la grabación en medios digitales
de testimonios de las víctimas. Igualmente, se deberán articular
acciones itinerantes para llevar ejercicios de conmemoración y
reconstrucción de la memoria histórica de las víctimas a cada uno
de los municipios afectados por el accionar del Frente José Pablo
Díaz. Esa actividad se articulará con la puesta en práctica del
Programa de Atención Psicosocial Comunitario (Ver el apartado
anterior).
– El proceso de construcción: debe realizarse un proceso de
consulta y participación permanente con representantes de las
víctimas de todas las comunidades afectadas por el accionar del
Frente José Pablo Díaz, de modo que ellas puedan hacer parte del
diseño, planeación, ejecución y sostenibilidad de esta medida.
– Las narrativas: se deberá acompañar por una estrategia de
comunicación comunitaria que influya en los discursos que se
construyen y desarrollen en este escenario, de modo que faciliten
la promoción y asentamiento de una cultura de los derechos
humanos y el respeto por la vida.
– La posibilidad de dar lugar al rito, la conmemoración, la ofrenda:
los lugares que sirvan de escenarios de reparación simbólica
deben contemplar la posibilidad de que tengan lugar ofrendas y
ritos que las personas puedan sugerir, de acuerdo a sus creencias
y su cultura.
• Agente reparador: gobernador del departamento del Atlántico,
quien a su vez debe contemplar planes y mecanismos para el
mantenimiento y sostenibilidad del parque conmemorativo.
Con relación al daño respecto a la garantía y protección de los derechos
fundamentales de las comunidades, se considera pertinente la solicitud
de las siguientes medidas de reparación colectiva:
1. Solicitud pública de perdón por parte del postulado a todos aquellos
ciudadanos que por sus actividades académicas, políticas, sindicales
u orientaciones de vida contrarias a la postura social y moral de
las autodefensas fueron víctimas del grupo armado ilegal bajo su
jefatura.
• Objetivos:
352
– Dignificar y honrar a las víctimas de esta estructura armada por
haber violado sus derechos a la vida, a la integridad personal,
a la honra y dignidad, a la libertad de expresión y sus derechos
políticos y de organización.
– Estimular acciones tendientes al desagravio de las víctimas del
conflicto armado en el departamento y de aquellas que han sido
victimizadas por sus actividades, modo de vida o profesión.
– Desarrollar acciones públicas de amplio conocimiento para
la sociedad atlanticense que reflejen el reconocimiento y
responsabilidad de aquellos desmovilizados y postulados de
la Ley de Justicia y Paz que participaron en las violaciones a los
derechos humanos en el departamento.
– A través de gestos simbólicos de desagravio, lograr la creación de
condiciones para fomentar la garantía, protección y promoción
de derechos fundamentales.
– Garantizar medidas de reconocimiento y dignificación que
tiendan lazos de reconciliación entre las víctimas y sus victimarios.
• Cualidades o condiciones de la medida:
– Para que una medida de esta índole encuentre eco en las víctimas,
se hace necesario que exista una postura y actitud genuina por
parte del victimario para la solicitud de disculpas. Si no existe un
arrepentimiento real y una autoreflexión del postulado acerca de
los hechos perpetrados contra las comunidades victimizadas, la
medida no tendría legitimidad.
– Sin embargo, aunque permanezca siempre la incertidumbre
de la “pureza” de ese arrepentimiento, en lo que concierne a las
condiciones de cumplimiento para realizar un acto público de
disculpas, es importante que se den las siguientes especificaciones
en este caso:
a.
Que el postulado aclare a toda la sociedad del departamento
del Atlántico que no es legítimo asesinar a cualquier
ciudadano por sus posiciones políticas, actividad académica
o estudiantil, actividades sindicales, reivindicación de los
derechos humanos, modo de vida ni orientaciones sexuales.
353
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
b. Que el postulado reconozca el daño colectivo que generó
en estas comunidades, con el fin de comprometerse a no
repetirlo.
c.
Que el acto público sea ampliamente difundido a nivel
local, tanto en medios impresos como por radio y televisión
regional.
• Agente reparador: postulado Édgar Ignacio Fierro Flórez, alias “Don
Antonio”.
2. Crear e implementar un programa de liderazgo social y comunitario en
los municipios de actuación del Frente José Pablo Díaz (Componente
de la reparación: Restitución-Satisfacción)
• Objetivos:
– Rehabilitar las capacidades y habilidades de los líderes sociales de
las comunidades que se vieron afectadas por la estigmatización,
amenaza y violencia del Frente José Pablo Díaz.
– Estimular la organización social y comunitaria para ayudar a
garantizar la adecuada participación de las víctimas y demás
ciudadanos que padecieron los crímenes del conflicto armado,
quienes buscan beneficiarse de los procesos de la Ley de Justicia
y Paz u otras leyes previstas para reconocer sus derechos.
– Fortalecer el trabajo de los líderes sociales y comunitarios,
quienes son los llamados a desempeñar un rol fundamental para
garantizar la transparencia y el cumplimiento de las obligaciones
de las instituciones en sus municipios, particularmente en lo que
tiene que ver con la garantía y protección de los derechos de sus
comunidades.
• Cualidades o condiciones de la medida:
– Con el fin de que no persista la estigmatización hacia los sectores
sociales, es necesario que se reconozca el rol fundamental que
desempeñan en la democracia local y en el desarrollo de las
comunidades. Es indispensable que el programa sea diseñado
e implementado por la sociedad civil y las instituciones de los
gobiernos locales.
354
– Lo que se busca es que la medida contribuya a que las
comunidades específicas de los sectores sociales afectados no
solo sean resarcidas, sino que se empoderen y contribuyan, por
ejemplo, los sectores sindicales, los partidos políticos, las ONG,
la academia u otros sectores de la sociedad afectados por la
violencia, a formar líderes que logren en sus municipios crear los
efectos esperados y concretos que definen la actividad de estos
sectores: la defensa, el respecto y la promoción de los derechos
humanos de todos los ciudadanos.
– El programa ejecutado en cada municipio debe disponer de los
mecanismos suficientes para crear un programa continuo de
formación y capacitación de los líderes sociales y comunitarios.
Estos mecanismos no son otra cosa que una red organizada de
apoyo de las organizaciones sociales, sindicales, políticas, centros
e institutos académicos, sector privado y otros interesados del
departamento, que tengan vocación y formación en liderazgo
social y que sean capaces de contribuir a la puesta en marcha
y continuidad de jornadas de formación y capacitación en
los municipios, siempre bajo la coordinación y el apoyo de la
institucionalidad de los gobiernos locales.
• Agente reparador: gobernador del departamento del Atlántico,
quien a su vez debe buscar el apoyo de los sectores de la sociedad
civil para diseñar y poner en funcionamiento el programa.
3. Creación de una estrategia departamental de cultura de la legalidad
(Componente de la reparación: No repetición)
• Objetivos:
– Garantizar la desarticulación de los agentes u organizaciones
ilegales que exigen dinero por actividades y transacciones que
deben ser reguladas y protegidas por las autoridades y la ley.
– Desestimular el pago de la extorsión de que son víctimas los
sectores del comercio formal e informal en Barranquilla y los
municipios del departamento, pago que vulnera los derechos a
la libertad, a la propiedad, al patrimonio económico y al trabajo.
– Erradicar el poder de coerción y amenaza de los agentes y
organizaciones que se dedican a la extorsión.
355
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
– Fomentar la denuncia y el rechazo ante situaciones que perturben
la economía lícita de las comunidades del departamento.
• Cualidades o condiciones de la medida:
– La intención de una estrategia que fomente una cultura de la
legalidad debe superar, a futuro, dos de las principales debilidades
que permitieron que agentes y organizaciones ilegales
compitieran violentamente por las ganancias de la economía de
los sectores formales e informales del comercio:
a.
La falta de protección en aquellas actividades formales e
informales del comercio que fueron vulnerables a la coerción
ilegal y que facilitaron que estos agentes se instalaran y
dominaran sus transacciones.
b. La falta de estrategias y acciones que impulsaran y
estimularan la denuncia ante las autoridades bien sea en
casos de extorsión directa o a terceros.
• Agente reparador: gobernador del departamento del Atlántico,
Comandante de la Policía Departamental del Atlántico.
Con relación al daño a la institucionalidad del Estado Social de Derecho,
se considera pertinente la solicitud de las siguientes medidas de
reparación colectiva:
1. Crear el Comité Interinstitucional de Control a los Recursos Públicos
de la Salud en los municipios del Atlántico (Componente de la
reparación: Restitución y Garantías de no repetición)
• Objetivo: crear un espacio interinstitucional que realice
investigaciones para el control y la fiscalización estatal de los recursos
ejecutados en el área de la salud.
• Cualidades o condiciones de la medida: esta medida de reparación
colectiva pretende coadyuvar a garantizar la protección de los
recursos destinados a la salud para la población.
– Participación ciudadana: debe tenerse en cuenta a las asociaciones
de ciudadanos o de víctimas existentes o que se puedan crear,
con el ánimo de garantizar la participación activa en la dinámica
del Comité Interinstitucional de Control a los Recursos de la Salud.
356
– Temporalidad: las acciones de control a desarrollar deben
iniciarse partiendo del año 2003, fecha para la cual la estructura
armada de los paramilitares contaba con un poder hegemónico
en el departamento.
– Efectividad: dentro del Comité Interinstitucional se tomarán
las acciones y medidas correspondientes de acuerdo con la
competencia de cada institución, cuando sean necesarias y con
base en las investigaciones adelantadas.
– Confianza: se propone que la instancia nacional de la Procuraduría
General de la Nación asuma un rol preferente sobre el Comité
Interinstitucional en la aplicación de recursos destinados a la
salud, con el ánimo de ofrecer a nivel nacional con respecto a lo
regional, mayor garantía a las víctimas y generando la confianza
de estas.
– Continuidad: el Comité Interinstitucional debe generar los
mecanismos necesarios para contemplar la continuidad y
existencia de dicho Comité.
• Agente reparador: esta medida de reparación debe ser agenciada por
los entes de control estatales, tales como la Procuraduría General de
la Nación, la Contraloría General de la República y la Fiscalía General
de la Nación, la cuales deberán crear un Comité Interinstitucional de
Control a los Recursos de la Salud en los Municipios del Atlántico.
2. Crear espacios políticos municipales: Diálogos para la Protección
Ciudadana (Componente de la reparación: Restitución)
• Objetivo: crear un espacio de interlocución política a nivel municipal
entre la comunidad, en especial de las víctimas y las administraciones
municipales.
• Cualidades o condiciones de la medida: esta medida pretende
incentivar a las administraciones municipales a que incluyan entre sus
prioridades la atención integral y el seguimiento de las realidades de
las víctimas, incluso de verificación de las garantías de no repetición.
– Participación ciudadana: debe tenerse en cuenta a las asociaciones
de víctimas existentes o las que se puedan crear, con el ánimo de
garantizar la participación activa en la dinámica del espacio de
interlocución local.
357
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
– Espacio físico: concertando con las víctimas, propender por la
creación e institucionalización o destinación de un espacio físico
a nivel municipal, que sea el centro de atención y memoria de las
víctimas en los diferentes municipios.
– Continuidad: el espacio creado municipalmente debe generar
los mecanismos necesarios para contemplar su existencia y
continuidad en el tiempo.
– Seguimiento: utilizar este espacio de interlocución municipal
para realizar un monitoreo de la situación de orden público y de
afectación delictiva actual a las comunidades, en especial a las
víctimas.
• Agente reparador: esta medida de reparación debe ser agenciada
exclusivamente por las alcaldías municipales en el departamento del
Atlántico.
3. Depuración y sanción a miembros de la Fuerza Pública (Componente
de la reparación: Satisfacción)
• Objetivos: realizar las investigaciones y sanciones necesarias, con
el fin de depurar y apartar de la Fuerza Pública a los miembros
comprometidos con la violación de derechos humanos de la
población civil, así como con la falta a su deber como funcionario
público, de aquellos que se demuestre que por acción u omisión
sean encontrados responsables de vínculos con los paramilitares y
su accionar delictivo.
• Cualidades o condiciones de la medida: esta medida pretende
implementar justicia frente a los abusos cometidos por miembros
de la Fuerza Pública que se aliaron con los paramilitares, buscando
generar y restablecer la confianza perdida de las comunidades.
– Investigación: de miembros de la Fuerza Pública que se relacionen
con actividades de apoyo a los paramilitares.
– Sanción: destitución los miembros de la Fuerza Pública que se
encuentren activos y sean encontrados culpables de connivencia
con los paramilitares.
– Actos de perdón público: si las investigaciones demuestran
relaciones de connivencia por parte de miembros de la Policía
Nacional o del Ejército Nacional, cada institución deberá solicitar
358
perdón público a las poblaciones de los municipios donde se
detecte esta falla al servicio.
– Continuidad: sobre las Oficinas de Control Interno de la Fuerza
Pública recae el deber de garantizar y fortalecer los mecanismos
necesarios para contemplar la continuidad de investigaciones a
miembros comprometidos con ilegales.
• Agente reparador: esta medida de reparación debe ser agenciada
por la Procuraduría Delegada para el Ministerio Público en
Asuntos Penales, en lo concerniente a las investigaciones penales,
y a la Procuraduría Provincial de Barranquilla en lo relativo a las
investigaciones disciplinarias, con el apoyo irrestricto de las oficinas
de control interno de la Policía Nacional y del Ejército Nacional.
4. Acto de desagravio por parte del DAS al Movimiento Sindical
(Componente de la reparación: Satisfacción-Dignificación)
• Objetivo: realizar un acto público de desagravio en donde el DAS
asuma la responsabilidad correspondiente y reconozca su actuar en
el impacto causado y las violaciones a los sindicalistas.
• Cualidades o condiciones de la medida: se busca rescatar el buen
nombre de los sindicalistas asesinados y reconocer la legitimidad y
legalidad del movimiento sindical y sus actividades.
– Rechazar públicamente las violaciones cometidas en contra de los
sindicalistas y, de la misma manera, que actualmente se rechace
todo tipo de actos fuera de la ley de los miembros del DAS en
contra del movimiento sindical.
– Realizar un reconocimiento público a la legitimidad y legalidad
de los objetivos y acciones de los líderes sindicales asesinados,
amenazados, desplazados, etc.
– Reprochar cualquier acto que tienda ahora a estigmatizar,
amenazar, intimidar e impedir el desarrollo de las actividades
sindicales y el derecho de libre asociación sindical.
• Agente reparador: esta medida de reparación debe ser agenciada
exclusivamente por el Departamento Administrativo de Seguridad
– DAS.
5. Comité de Derechos Humanos en la Universidad del Atlántico.
(Componente de la reparación: Restitución)
359
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
• Objetivo: crear un Comité de Derechos Humanos en la Universidad
del Atlántico, que tramite e impulse los temas de interés de la
Universidad.
• Cualidades o condiciones de la medida: se busca restablecer el tejido
social de la comunidad académica y sus actividades por medio del
respaldo institucional de la Gobernación y las directivas universitarias.
– Respaldo institucional: por parte de las directivas de la
Universidad del Atlántico al movimiento estudiantil y sus líderes,
en sus legales y legítimas actividades.
– Fomento de la investigación: apoyo, estímulo e incentivación por
parte de la Gobernación para el desarrollo de investigaciones
sociales tendientes a rememorar el conflicto y su impacto
desarrollado en la comunidad académica y en la sociedad del
Atlántico, canalizando estas investigaciones en las escuelas,
colegios y la sociedad en general.
– Cátedra sobre el conflicto: desarrollar una cátedra especial sobre
el conflicto y la sociedad en el Atlántico, la cual sea impartida
en la Universidad y en los demás planteles públicos educativos,
para dignificar a las víctimas al igual que para conocer, reconocer
y comprender los hechos violentos que se presentaron en el
departamento, como una estrategia de memoria histórica.
• Agente reparador: esta medida de reparación debe ser agenciada
por el Gobernador del Atlántico y el Rector de la Universidad del
Atlántico.
6. Ceremonia de graduación universitaria (Póstumos) (Componente de
la reparación: Satisfacción-Dignificación)
• Objetivo: realización de un acto público de “titulación honoraria” que
de manera póstuma entregue a los familiares el título de grado de la
carrera que estudiaban todos los estudiantes de la Universidad del
Atlántico asesinados entre los años 2003-2006.
• Cualidades o condiciones de la medida: esta medida busca realizar
un acto de desagravio al movimiento estudiantil y reconocer la
360
importancia de la denuncia, el derecho a disentir y a la manifestación
pública dentro de una democracia.
– Generar un espacio que reflexione sobre el papel que cumplieron
los estudiantes asesinados, realizando públicamente un
reconocimiento a la legitimidad y legalidad de sus objetivos y
acciones.
– Reprochar cualquier acto dentro de la Universidad del Atlántico
que tienda ahora a estigmatizar, amenazar, intimidar e impedir el
desarrollo de las actividades del movimiento estudiantil.
• Agente reparador: esta medida de reparación debe ser agenciada
por el Rector de la Universidad del Atlántico.
361
Conclusiones.
Lineamientos para el abordaje
del daño colectivo en el
incidente de reparaciones428
428 Estos lineamientos se encontraban en proceso de elaboración por parte de la
Procuraduría General en cooperación con el Proyecto FortalEsDer de la GIZ cuando se
expidió la Ley 1592 de 2012 por medio de la cual se reformó la Ley 975 de 2005. En ella
se introdujeron variaciones al incidente de reparación, entre otros aspectos.
363
• La reparación colectiva no responde a la suma de varias víctimas
individuales ni a la suma de los daños individuales. Antes bien, en
términos simples se puede decir que se refiere a impactos colectivos.
• El daño colectivo no solo se presenta en comunidades o sujetos
colectivos que poseen una “unidad de sentido”. También, en eventos
de afectación de derechos colectivos propiamente dichos, imputables
a grupos armados y en contextos de violación de derechos humanos
e infracciones al derecho humanitario.
• El concepto de daño colectivo debe concebirse en un contexto amplio,
comprehensivo e integral de las zonas geográficas, la temporalidad
y las prácticas de victimización de las estructuras armadas al margen
de la ley que generan el daño.
• El diagnóstico del daño colectivo no puede ser elaborado a partir
de la perspectiva parcial de las legalizaciones de cargos. Antes bien,
debe estar asociado con la complejidad de prácticas de victimización
empleadas por la estructura armada de los grupos ilegales.
• El diagnóstico del daño colectivo no puede ser elaborado a partir de
la parcial presentación de los hechos realizados por los postulados,
a quienes en reiteradas ocasiones la magistratura ha llamado la
atención por sus reiteradas alusiones justificadoras de los hechos
delictivos del grupo con señalamientos gratuitos sobre personas y
grupos humanos, así como por la simple asunción de responsabilidad
sobre los hechos por cadena de mando, sin ningún esfuerzo adicional
para contribuir en el esclarecimiento de los hechos (Tribunal Superior
de Bogotá. Rad. 82855; rad. Interno 1520, pg. 283). La reparación del
daño colectivo se encuentra íntimamente relacionada con el derecho
a la verdad.
• Para abordar el daño colectivo es necesario tener un enfoque
interdisciplinario de indagación.
• La sistematización del daño colectivo debe mostrar las consecuencias
y perjuicios causados en el marco del conflicto armado por las
acciones violentas cometidas por los grupos armados ilegales en la
esfera de las relaciones sociales, político-institucionales y culturales
de las comunidades.
• El daño colectivo se puede reconocer a partir de los sujetos sociales
que perciben o son testigos referenciales de los contextos de
365
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
violencia, bajo nociones de sufrimiento, pérdida, transformación
negativa de las formas de vida comunitarias, menoscabo en los
recursos para afrontar el futuro o construir el proyecto de vida
individual o colectivo.
• La labor de la Procuraduría dentro del proceso de representación
de las víctimas colectivas en el escenario judicial de Justicia y Paz,
se basa en la función constitucional contenida en el artículo 277 de
la Carta Política, consistente en garantizar y proteger los derechos
humanos y defender el interés la sociedad.
• La justicia transicional es una aproximación pragmática a los derechos
de las víctimas, pero eso no significa que es un campo desregulado.
No es una forma de justicia blanda. El operador debe distinguir
entre estándares normativos y experiencias comparadas. El núcleo
esencial del derecho a la reparación no es derogado por tratarse de
un contexto de justicia transicional.
• El derecho a la reparación es fundamental y algunos de los
derechos a reparar también lo son. Esto aumenta su importancia
jurídica. Para identificarlos, es útil acudir al precedente y al texto
de la Constitución. Las reparaciones deben suministrarse en forma
igualitaria, no discriminatoria, adecuada, proporcional, efectiva,
justa, proporcional, rápida y eficaz. El derecho a la reparación tiene
base convencional y constitucional. También una dimensión doble,
sustantiva y procedimental. Esto vale para las reparaciones en
modalidad colectiva.
• Conforme a la jurisprudencia de la Corte Suprema, el incidente
de reparación exige prueba concreta, real y específica del daño;
prueba del nexo causal; acreditación de desmovilización y prueba
de responsabilidad penal. Además, debe haber identificación de la
parte lesionada.
• La regulación del sistema de Justicia y Paz tiene una serie de provisiones
jurídicas sobre reparaciones colectivas que se caracterizan por cierto
nivel de generalidad, pero que no se puede ignorar. De allí se extraen
algunas reglas específicas sobre reconstrucción psicosocial, entrega
de bienes y uso de elementos del programa administrativo, entre
otros aspectos.
• La reparación colectiva es una modalidad del derecho a la reparación.
No es un derecho distinto. Por consiguiente, se encuentra reglada
366
en todos sus aspectos por el deber de reparar. Ahora bien, hay
cierto grado de indeterminación jurídica sobre la naturaleza de la
modalidad misma y sobre los beneficiarios. Por ende, el precedente
futuro de Justicia y Paz es una oportunidad para generar regulación.
• La reparación del daño colectivo solo podría ser solicitada por la
colectividad específica –en sentido amplio– de la que se trate o
por quien tenga el mandato legal o judicial para representarla. No
estrictamente por los individuos, en tanto tales, que la componen.
• Aunque la Procuraduría siempre debe cumplir con su misión
institucional, la procedencia de las reparaciones colectivas debe
demostrarse, dado que el incidente de reparación integral es un
escenario judicial.
• El concepto de daño colectivo se sirve de la idea de bien jurídico
colectivo, en la medida en que aquel tiene un efecto negativo sobre
este. Esto hace necesaria la reparación colectiva. Un bien jurídico
colectivo es aquel que “no puede ser apropiado individualmente ni
disfrutado exclusivamente por los individuos, sino que satisfacen
necesidades generales [de un sujeto colectivo]”429. En este sentido,
son características de los bienes [jurídicos] colectivos430: la titularidad
compartida, la indivisibilidad y la indisponibilidad unilateral. Por
víctima colectiva, se puede entender “aquella que es afectada por la
lesión de un bien jurídico-penal colectivo”431.
• Por principio, el daño colectivo debe ser cierto, probado por quien lo
alega y reparado plenamente.
• La reparación de los daños por violaciones de derechos colectivos
con arreglo a la Ley 472 de 1998 procedería en Justicia y Paz si han
sido causados por la acción (violaciones a los derechos humanos e
infracciones al derecho humanitario) de los grupos armados ilegales
o sus integrantes destinatarios de la aplicación de la Ley 975 de 2005
y si así ha sido solicitado por la comunidad consultada.
429 Rivera Morales, Rodrigo. Protección constitucional y procesal de víctima de delitos
colectivos. Las acciones colectivas como instrumento de protección de la víctima colectiva.
Editorial Académica Española, 2011, p. 221.
430 Ibíd.
431 Ibíd., p. 469.
367
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
• La valoración del daño debe ser interdisciplinaria y las medidas
propuestas deben consultar su complejidad. Se deben respetar las
instancias comunitarias de decisión y las víctimas colectivas deben
estar adecuadamente representadas, independientemente de la
autoridad a la que le corresponda realizar la reparación.
• Por su naturaleza, ciertas medidas de reparación solo pueden estar
a cargo del Estado y no del procesado. Por ejemplo, la rehabilitación
o las garantías de no repetición. En ese caso se debe argumentar
que el Estado es garante de las reparaciones, aunque no haya sido
condenado.
• Para enfrentar los retos de estrategia judicial asociados con la
indeterminación de ciertos aspectos de las reparaciones colectivas,
es importante calificar en forma acumulativa la existencia de los
siguientes requisitos en el caso concreto: presencia de un sujeto
colectivo, en sentido lato; presencia de un daño colectivo; causalidad
entre las violaciones o delitos cometidos por la persona cuya
responsabilidad se declara con la sentencia y el daño colectivo;
imputación de los hechos dañosos a la persona cuya responsabilidad
se declara con la sentencia y expresión informada, voluntaria y
representativa de interés en obtener reparaciones colectivas por
parte del sujeto colectivo.
• La acción de la Procuraduría debe contribuir a construir el contexto
de actuación del grupo, de tal manera que dé cuenta de los patrones
de macro criminalidad, en una perspectiva holística que permita
entender la violencia, esto independientemente de la modificaciones
introducidas por la Ley 1592, toda vez que desde las versiones libres
los procuradores judiciales deben identificar aquellos casos donde
consideren existe un daño colectivo, para conforme al nuevo trámite
previsto en la ley sea advertido en la audiencia de identificación de
perjuicios.
• Se debe mostrar que hay un nexo de causalidad entre los daños
y los actos considerados del procesado o del grupo armado al
que pertenece, según sea el caso. Esto es, que se puede inferir
razonablemente que los daños fueron causados por tales actos.
También se debe demostrar que dichos hechos fueron cometidos
por el procesado o por el grupo al que pertenece y no por otra
persona u organización, en el marco del contexto de actuación de la
estructura armada específica.
368
• La toma de contacto se realiza con actores de la reparación
colectiva que padecieron los daños o los presenciaron. Algunos
de ellos cumplen ambas condiciones. La estrategia de abordaje
y comunicación es importante y debe ser bien desarrollada.
Debe conducir a la construcción de un mapa de actores.
Su representatividad responde a criterios de generalidad,
género, etnicidad, procedencia política, sectorialidad, fortaleza
organizativa y liderazgo.
• La toma de contacto es una oportunidad para generar confianza en
la Procuraduría y en el Estado. Se debe comunicar adecuadamente
el propósito y los alcances del diagnóstico. Idealmente, con un canal
oficial de comunicación. El flujo de participantes puede ser inestable
y es una realidad con la que se debe contar.
• Algunas herramientas útiles para la coordinación interinstitucional
son las siguientes: reuniones periódicas para la generación de
consensos programáticos; sesiones de planificación operativa de
los talleres o procesos de consulta; mecanismos de seguimiento
de los acuerdos; designación de funcionarios de enlace habilitados
para realizar acuerdos en cada una de las instituciones concernidas;
creación de dispositivos para circular y compartir información
relevante de interés común y evaluación periódica de los esfuerzos.
• Las condiciones en terreno, incluyendo el conflicto, impactan la
planificación y condicionan la muestra de información que se puede
recoger. Pero esas condiciones no deberían conducir a que ciertos
sectores vulnerables se encuentren subrepresentados. El impacto de
esas restricciones sobre las víctimas puede ser diferencial.
• La visita de diagnóstico depende en parte de una buena toma de
contacto. Un mapa de actores vigoroso permite una agenda de
diagnóstico con altas probabilidades de ser fructífera. Hay varios tipos
posibles de talleres. El primero, los talleres generales para víctimas de
una determinada región. El segundo, los talleres con ciertos sectores
representativos del universo de afectados. Tercero, las reuniones
“pequeñas” con ciertos líderes y lideresas con una perspectiva
privilegiada del daño colectivo. Cuarto, las reuniones bilaterales
con actores clave de las reparaciones. Por último, las entrevistas con
instituciones especializadas. Todas estas modalidades de consulta
son compatibles y pueden ser combinadas.
369
Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas
Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación
• Un proceso de documentación previo a los talleres por parte del
funcionario a cargo es aconsejable. Debe haber una introducción
respetuosa y dialógica del concepto de reparación colectiva para
sugerir el contorno temático de la discusión. Debería haber apoyo
psicosocial y consensos sobre la metodología. Nuevos datos y
fuentes relevantes pueden surgir.
• Un enfoque cualitativo parece el más apropiado para la naturaleza
del diagnóstico y la disponibilidad de recursos. Es un ejercicio
principalmente de observación propia y de captura de impresiones.
La herramienta más útil parece ser la entrevista semi estructurada
a profundidad. Sirve tanto para sesiones individuales como para
grupos focales. Sólo cambiaría el método de aplicación.
• La flexibilidad metodológica permite ajustar sobre la marcha
elementos como la dinámica del espacio, las condiciones subjetivas
de los participantes, el hallazgo de nuevos datos de especial interés,
la incorporación de participantes adicionales, la construcción
dialógica de los conceptos de referencia y la modificación misma de
las preguntas, entre otros aspectos. El funcionario debería expresar
interés en el relato de las víctimas. La legalidad y legitimidad de las
sesiones debe ser correctamente comunicada por la Procuraduría.
El entrevistador debe ser versátil para moverse en el ambiente de
los participantes. Se recomienda el uso de un diario de campo para
recoger datos adicionales.
• El sentido del trabajo en grupos focales debe ser dialógico. Sus
posibles modalidades son amplias y dependen de la dinámica que
tome la sesión. Se puede trabajar en una única sesión, pero también
se podrían ensamblar varios grupos que participen en múltiples
sesiones. Se deben acatar los criterios preexistentes de participación.
Son además una oportunidad para obtener información secundaria,
que se puede clasificar en informes de derechos humanos, bases de
datos, expedientes judiciales y estudios propios sobre reparación
colectiva.
• El uso de expertos permite una perspectiva privilegiada del
fenómeno, asociada a elementos como presencia histórica en la
región donde operó el grupo armado, redes de contactos y trabajo
consolidadas, incluyendo vínculos con organizaciones sociales y de
víctimas, generación de hipótesis explicativas del curso que tomó la
violencia en la zona y de las particularidades que la pueden distinguir
370
de otras regiones, bases de datos sobre la violencia, diálogo político
con actores en distintos niveles, interlocución humanitaria con
actores armados, especialización temática con perspectiva regional
e investigación académica sobre el terreno.
• El uso de estudios de caso es una respuesta a la imposibilidad de
efectuar un muestreo completo o estadísticamente representativo.
Interpreta a fondo casos emblemáticos para, a partir de ese ejercicio,
ofrecer explicaciones con algún grado de comparabilidad. Por
ejemplo, un estudio de caso juicioso sobre el exterminio de una
organización sindical debería conducir a propuestas de reparación
que beneficien a todas las organizaciones sindicales.
• La estructuración del informe final es el punto neurálgico de la
producción del diagnóstico. No existe un formato para identificar
cómo debe realizarse ese documento y depende de las necesidades
del caso. Sin embargo, parece recomendable que incluya y combine
componentes tanto jurídicos como empíricos. Por otra parte, debería
contar al menos con una contextualización, una descripción de los
daños y propuestas de reparación. Se debe verificar la solidez de la
triangulación de datos.
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