Proyecto “Fortalecimiento del Estado de Derecho - FortalEsDer” Carrera 13 No. 97-51, Oficina 302 Bogotá D.C., Colombia T F E I +57-1-6361114 +57-1-6351552 [email protected] www.giz.de/colombia www.proyectofortalesder.org Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas. Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación © Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH ISBN: 978-958-8438-75-7 La Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH inició sus labores al comenzar el año 2011. La organización reúne las competencias y las experiencias de muchos años del Servicio Alemán de Cooperación Social-Técnica (DED) gGmbH, de la Deutsche Gesellschaft für Technische Zusammenarbeit (GTZ) GmbH y de InWEnt – Capacitación y Desarrollo Internacional gGmbH. ________________________________________________________ Alejandro Ordóñez Maldonado Procurador General de la Nación Paula Andrea Ramírez Barbosa Procuradora Delegada para el Ministerio Público en Asuntos Penales Peter Luhmann Director Residente de la GIZ en Colombia Christian Grünhagen Director Proyecto FortalEsDer Calle 85 No. 11-96 Of. 302 Edificio Consejo Seccional de la Judicatura. Bogotá, D.C. T +57-1-621 4004 F +57-1-621 4163 E [email protected] I www.giz.de/colombia www.proyectofortalesder.org Editor: Nelson Socha Masso Autores: Carlos Hernando Lozano Acosta Claudia Hurtado Diana María Cadena Lozano Javier Eduardo Peña Cañas Juan Sebastián Ospina Lina Patricia Henao Pérez Lina Paola Rondón Daza Nelson Socha Masso Samuel Serrano Galvis Victor Andrés Salcedo Fuentes Diseño editorial de la colección, corrección de estilo y diagramación LYO Comunicaciones Alfonso Ortega Soto // Iván Castellanos Cel: 316 335 4701 e-mail: [email protected] Impresión Espacio Creativo Impresores Impreso en papel ecológico, producido 100% con fibra de caña de azúcar. Primera edición: julio de 2013 Contenido Presentación 7 Introducción 11 Primera parte. Consideraciones conceptuales y normativas 23 1. Aclaración previa sobre la competencia de la Procuraduría en los incidentes de reparación integral antes de la reforma a la Ley de Justicia y Paz 25 2. Implicaciones de ofrecer reparación colectiva en un contexto de justicia transicional 26 3. El concepto de derecho fundamental en las reparaciones colectivas 29 4. El marco de regulación jurídica de las reparaciones colectivas 33 5. El concepto de reparación colectiva 46 6. Los presupuestos de la reparación colectiva 50 7. Doctrina específica sobre daño colectivo 61 8. La víctima colectiva y los derechos de los sujetos colectivos 66 9. Categorías generales de violación 87 10. El nexo de causalidad en la representación del daño colectivo 88 5 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Segunda parte. Aproximaciones diagnósticas de la PGN a los daños colectivos, elaboradas en el año 2012 1. Documento diagnóstico del daño colectivo y medidas de reparación –víctimas del Bloque Central Bolívar– 6 91 97 2. Aproximación al daño colectivo y propuesta de medidas de reparación colectiva para las víctimas de la masacre de El Naya 157 3. Aproximaciones a los daños colectivos causados por el Frente Héctor Julio Peinado Becerra. 179 4. Aproximación al daño colectivo del Frente William Rivas del Bloque Norte de las AUC 218 5. Aproximación al daño colectivo ocasionado por las acciones del Frente Ómar Isaza 276 6. Aproximación al daño colectivo ocasionado por las acciones del “Bloque Élmer Cárdenas” 314 7. Aproximación al daño colectivo del Frente José Pablo Díaz del Bloque Norte de las autodefensas 329 Conclusiones. Lineamientos para el abordaje del daño colectivo en el incidente de reparaciones 363 Presentación Bajo el entendido de justicia transicional, como la institución jurídica a través de la cual se pretende integrar diversos esfuerzos que aplican las sociedades para enfrentar las consecuencias de violaciones masivas y abusos generalizados o sistemáticos en materia de derechos humanos, sufridos en un conflicto, hacia una etapa constructiva de paz, respeto, reconciliación y consolidación de la democracia, situaciones de excepción frente a lo que resultaría de la aplicación de las instituciones penales corrientes, tal como lo concibe la Honorable Corte Constitucional en la Sentencia C-052 de 2012. La Procuraduría General de la Nación no desconoce que el tema comúnmente denominado como “fenómeno dañoso y responsabilidad civil” surge como la repercusión que en el Derecho tienen los comportamientos o conductas del hombre; luego debe sostenerse que al abordar la temática de las fronteras actuales del derecho de daños y responsabilidad civil, considerando que el primero excede los límites de ésta: por los fenómenos colectivos que vislumbra, por el contenido de derecho público y por los sistemas de compensación de daños, y sostiene la necesidad de que estos fenómenos sean abordados y encuentren una solución desde el derecho de daños. Colombia adoptó la Ley 975 de 2005, a través de la cual se encomendó a la Procuraduría General de la Nación la representación judicial de los sujetos colectivos que, con ocasión del conflicto armado, resultaron afectados en sus derechos. El rol de la Procuraduría, a través de la Delegada para el Ministerio Público en Asuntos Penales, tiene dos objetivos definidos: • En desarrollo del incidente de reparación integral, los Procuradores Judiciales Penales, han presentado ante las autoridades jurisdiccionales el diagnóstico sobre los daños a derechos colectivos causados a las comunidades. • Los Procuradores Judiciales Penales/Apoyo a Víctimas del Conflicto Armado, han solicitado las medidas de reparación identificadas de manera previa y, sobre todo, legitimadas con sus destinatarios, es decir, los sujetos colectivos. 7 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Resulta justo indicar que el principal reto de la entidad fue la conceptualización del daño colectivo, en el marco de la justicia transicional, bajo el concepto y entendido inicialmente reseñado, atendiendo sus alcances y limitaciones, otorgándole su propia identidad jurídica, nutrida de los avances que sobre el tema han desarrollado de tiempo atrás la Justicia Contencioso Administrativa y el Derecho Civil al evaluar temas como el del derecho de daños o la denominada responsabilidad civil. Una vez definido conceptualmente el daño colectivo, el siguiente paso fue establecer la metodología de trabajo a ser aplicada en terreno. Para ello, inicialmente fue ineludible establecer las vías para lograr un acercamiento adecuado con la comunidad, identificar sus costumbres y sobre todo poder legitimar nuestra condición de interlocutores de los colectivos ante la Justicia, en búsqueda de la tan anhelada reparación. Obtenido el aval de los sujetos colectivos, para adentrarnos en sus experiencias como víctimas del conflicto armado, se procedió con seriedad a aplicar las herramientas que previamente fueron diseñadas para la identificación de dichas afectaciones, tales como: entrevistas, documentación, y diálogo abierto. Conforme al diálogo abierto allí se exponían las diversas e intensas experiencias que el pasado próximo violento dejó marcadas en sus vidas y que inclusive todavía hoy mantienen latentes. Esta gestión envolvió esencialmente un trabajo ejecutado en forma directa en los lugares donde se concentraron las grandes vulneraciones a los derechos colectivos, en la mayoría de casos en municipios lejanos, donde se ejecutaron hechos de la mayor gravedad, tales como delitos de lesa humanidad, genocidios y actos de barbarie contra la población civil. En cumplimiento de este mandato legal impuesto a la Procuraduría, se generó la necesidad de recurrir a las ciencias auxiliares del Derecho, tales como la Sociología y la Psicología entre otras, para que, con su práctica, se desenvolvieran los trabajos de diagnósticos de daño colectivo y así poder identificar con seguridad, esas situaciones de graves quebrantos a la sociedad que modificaron la vida de muchos de nuestros compatriotas. La Procuraduría pudo evidenciar que son numerosas las comunidades que se vieron afectadas en sus derechos colectivos, y atendiendo a la dinámica delineada por el legislador primario –dentro de su libertad de configuración– del proceso de Justicia y Paz, fue necesario priorizar 8 aquellos casos tanto por la etapa procesal en que se encontraban, como por la trascendencia de las afectaciones colectivas causadas, ajustando la estrategia de la Procuraduría en las víctimas colectivas de las estructuras ilegales de autodefensas1. El efecto que arroja la gestión de la Procuraduría es la constatación de la existencia de una serie de daños, en su mayoría considerables, que trascenderán la memoria histórica de la Nación y del colectivo de víctimas, definidos técnicamente como el daño a la institucionalidad del Estado Social de Derecho, los daños psicosociales y las afectaciones a derechos, los cuales a su vez se subdividen en una serie de categorías transversales a casi todos los escenarios de violencia, como los cambios culturales abruptos, pérdida de identidades colectivas y apatía a la institucionalidad, entre muchos otros, lo cual visibiliza una serie de heridas al tejido social que el conflicto armado ha dejado por décadas en nuestra sociedad y que la gran mayoría de colombianos guarda en su imaginario, pero que a ciencia cierta no las han vivido. La Procuraduría, en el marco del Área de Paz, Desarrollo y Reconciliación, está ejecutando programas de Promoción de la Convivencia y Fortalecimiento en lo que tiene que ver con la misión institucional del Ministerio Público en el entorno de la justicia transicional –Ley 975 de 2005–; una iniciativa que es integral con la cooperación internacional en materia de justicia transicional, que se entiende como un gran acompañamiento del Estado y la sociedad colombiana. Asimismo la Procuraduría, a través de la Delegada para el Ministerio Público y su Coordinación Nacional de Procuradurías Judiciales Penales de Justicia y Paz, en cumplimiento de los requisitos y criterios legales sistematizados para establecer si es posible o no dar lugar al incidente y se tiene o no derecho a la reparación, por la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal –Auto del 11 de diciembre de 2007, radicado No. 1 Bloque Central Bolívar: región del Magdalena Medio con el Postulado Rodrigo Pérez Alzate, alias “Julián Bolívar”. Bloque Calima: Masacre del Naya. Postulado: José Ever Veloza García, alias “HH”. Frente Héctor Julio Peinado Becerra: región del sur del departamento del Cesar y parte de Norte de Santander. Postulado: Juan Francisco Prada Márquez, alias “Juancho Prada”. Bloque Central Bolívar, región del Magdalena Medio. Postulado: Carlos Mangones Lugo, alias “Carlos Tijeras”. Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio – ACMM. Postulado: Ramón Isaza. Bloque Élmer Cárdenas. Postulado: Fredy Rendón Herrera, alias “El alemán”. 9 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación 28769–, ha realizado un importante fortalecimiento institucional en la construcción de los incidentes de reparación con énfasis en el sistema de justicia, el respeto de los derechos humanos y los derechos de las víctimas. Ahora bien, con ocasión de la reforma a la Ley 975 de 2005, incorporada al proceso transicional de Justicia y Paz a través de la Ley 1592 de 2012, en lo referente a la modificación del incidente de reparación integral, la Procuraduría General de la Nación ha observado con preocupación lo referente a la eliminación del escenario de Justicia y Paz del reconocimiento y reparación del daño colectivo causado a las comunidades víctimas del actuar ilegal de los postulados. Dicha legislación contempla trasladar dicho componente de reparación, de manera exclusiva, al trámite previsto en la Ley 1448 de 2011, es decir, al escenario administrativo bajo la responsabilidad de la Unidad de Reparación y Atención a Víctimas. En consecuencia, la Procuraduría propenderá porque los resultados que se plantean en el presente documento y las medidas de reparación que se recomiendan, sean acogidas por las autoridades administrativas encargadas de materializar lo aquí expuesto, para lo cual la entidad dentro del marco de sus competencias estará atenta y hará seguimiento a las decisiones que sobre el particular se profieran, en procura de un restablecimiento efectivo de los derechos colectivos de nuestras comunidades –artículo 277 Superior–. Debo mencionar que todo el trabajo académico que aquí se presenta, contó con el apoyo incondicional de organismos internacionales, como se enunció anteriormente, debiendo resaltar: la Agencia de Cooperación Alemana GIZ, por medio del proyecto Fortalecimiento del Estado de Derecho – FortalEsDer, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo – PNUD, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional – USAID–, la Organización para las Migraciones – OIM, y la Misión de Apoyo al Proceso de Paz – MAPP-OEA, quienes pródigamente brindaron su apoyo para el desarrollo de la labor encomendada, facilitando herramientas y la experiencia internacional para lograr así los resultados que aquí se presentan. Cordialmente, Alejandro Ordóñez Maldonado Procurador General de la Nación Bogotá D.C., abril de 2013 10 Introducción En el marco de la cooperación entre la República de Colombia y la República Federal de Alemania, la Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH desarrolla, por encargo del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ) de Alemania, el proyecto Fortalecimiento del Estado de Derecho (FortalEsDer). En desarrollo de este proyecto la Procuraduría General de la Nación solicitó acompañamiento para la promoción del acceso de las víctimas a la justicia mediante sus actuaciones a través de los procuradores de Justicia y Paz en los incidentes de reparación, en su componente de reparaciones colectivas. Este apoyo a los procuradores de Justicia y Paz definió como producto específico de cooperación la elaboración, sobre la base de un trabajo ya adelantado con otras agencias de cooperación internacional, de un protocolo de actuaciones de dicho cuerpo de procuradores para la realización de los diagnósticos de daños colectivos y para proposición de medidas de reparación colectiva. También se acordó la realización de dos experiencias piloto de elaboración de diagnósticos de daños colectivos en terreno donde se pusieran en práctica los criterios metodológicos elaborados en el proyecto de protocolo. El Proyecto avanzó en la elaboración de un documento conceptual y normativo sobre el derecho a la reparación colectiva, con criterios metodológicos para la identificación de los daños colectivos y el diseño de medidas de reparación. Al mismo tiempo asesoró a los procuradores judiciales de Justicia y Paz en el desarrollo de dos experiencias piloto de diagnósticos de daños colectivos causados a comunidades concretas. En este estado de desarrollo de tales productos se adelantó en el Congreso de la República una reforma a la Ley 975 de 2005 (Ley 1592 de 2012). Reforma mediante la cual perdieron protagonismo los procesos penales de justicia de transición y los magistrados de las Salas de Justicia y Paz para tomar decisiones sobre el alcance y contenido de las medidas de reparación a otorgarse a las víctimas, tanto en la dimensión individual como en la dimensión colectiva. Medidas de reparación que pasaron a ser responsabilidad exclusiva del Gobierno Nacional en desarrollo de su función administrativa, mientras la función de los procesos judiciales de 11 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Justicia y Paz, en materia de reparación a las víctimas, quedó circunscrita a la identificación de las víctimas y de los daños causados. Las medidas de reparación otorgadas por la administración a estas víctimas identificadas en los procesos de Justicia y Paz, se ceñirán en adelante en su alcance y sus montos, a lo predeterminado en los programas administrativos diseñados y aprobados con antelación. Resulta conveniente en lo que sigue recapitular el camino recorrido por la jurisprudencia hasta la determinación del papel de la Procuraduría General de la Nación en la representación del daño colectivo en los procesos de Justicia y Paz; así como presentar un breve comentario al nuevo marco normativo, a partir de la reforma a la Ley 975 de 2005. El nivel de desarrollo alcanzado en el tema de las reparaciones colectivas en el curso de los procesos penales de justicia de transición, llamados procesos de Justicia y Paz, antes de la reforma a la Ley de Justicia y Paz (Ley 1592 de 2012), requirió un largo camino de esclarecimiento de las funciones de las entidades intervinientes en el proceso de Justicia y Paz por parte de la jurisprudencia respecto de las reparaciones colectivas y las funciones de las entidades intervinientes en el proceso; camino que contó con contribuciones claves de parte de procuradores de Justicia y Paz, así como la asunción de roles institucionales sobre las mismas. La redacción inicial de la Ley de Justicia y Paz (Ley 975 de 2005) si bien determinó con claridad que la identificación de los daños colectivos y las medidas de reparación colectiva constituían un aspecto central de estos procesos, introdujo cierta ambigüedad a la hora de designar la representación de los daños colectivos en los incidentes de reparación. En efecto, la Ley 975 de 2005 indicó en su artículo 49 que el Gobierno Nacional debería implementar un programa de reparaciones colectivas como programa administrativo sobre la base de un conjunto de recomendaciones de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (CNRR). Esta función no se entendió como opuesta o excluyente al decreto de reparaciones colectivas por vía judicial de acuerdo con lo preceptuado en el artículo 8, incisos 8 y 9 de la misma ley, donde se establece que las autoridades judiciales fijarán este tipo de medidas de acuerdo con el caso. Las medidas de reparación colectiva, incluso por la vía administrativa, fueron comprendidas como reparaciones integrales, no circunscritas solo a medidas simbólicas, pero que debían incluir este tipo de medidas, 12 entre otras, cuando se tratara de comunidades afectadas. Por lo tanto, a las medidas de reparación simbólicas debían agregarse medidas de restablecimiento efectivo de la vida comunitaria en sus diversos componentes y en procura del logro de su estabilidad emocional y social, como también para la recuperación de la institucionalidad propia del Estado Social de Derecho, del ejercicio de los derechos por parte de los ciudadanos y para la dignificación de las víctimas. Dado que en las primeras actuaciones en los procesos de Justicia y Paz no se hizo alusión a los daños colectivos, los magistrados de la Corte Suprema de Justicia exigieron su inclusión en la imputación de cargos a la Fiscalía General de la Nación (Rad. 29560 del 28 de mayo de 2008) de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 15, inc. 2 de la Ley 975. A partir de este momento se inició un camino de discernimiento interinstitucional sobre la entidad que debía realizar los diagnósticos de daño colectivo y la representación de las pretensiones derivadas de este en los incidentes de reparación. Mientras la representación judicial de las víctimas determinadas sin duda recaía en el servicio de defensoría pública prestado por la Defensoría del Pueblo (art. 34 de la Ley 975), en la jurisprudencia se había generado debate y confusión entre la representación del daño y las víctimas colectivas y la representación de las víctimas llamadas en ese momento “indeterminadas”, a partir de una norma que consignó los derechos específicos de las víctimas en el procedimiento de Justicia y Paz (arts. 3738.7) donde se consagró una representación judicial de víctimas a cargo del Ministerio Público. Además, el Decreto reglamentario 3391 de 2006, en su artículo 8, había especificado que la representación de las víctimas indeterminadas se cumpliría por el Ministerio Público, para lo cual el Procurador General debería emitir las directrices para garantizar dicha representación (Rad. 30442 de 2008). Por su parte, el Procurador General como supremo director del Ministerio Público, mediante la Resolución 008 de 2007 había solicitado a la Defensoría del Pueblo disponer lo necesario para la representación de las víctimas indeterminadas, mientras por el otro lado la Sala Penal de la Corte Suprema indicaba que tal función de representación de las víctimas indeterminadas correspondía a la Procuraduría (Rad. 30442 de 2008). En la sustentación por parte de la Procuraduría de uno de los recursos para tratar de dilucidar la distinción y precisión entre víctimas indeterminadas y víctimas colectivas, el representante del Ministerio Público postuló 13 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación que la indeterminación de las víctimas y de la victimización no resultaba un concepto que pudiera diferenciarse del papel de la defensa de la sociedad, del orden jurídico y de los derechos fundamentales que ejerce la Procuraduría en abstracto, no en representación de personas particulares, en los procesos judiciales. Sostuvo también que podría resultar más concreto y pertinente en el proceso de Justicia y Paz asimilar las pretensiones de las víctimas indeterminadas con el daño colectivo. Sin embargo la tesis propuesta por la Procuraduría no fue de recibido por la Corte Suprema y se mantuvo en la idea de la representación de las víctimas indeterminadas por parte de la Procuraduría General de la Nación (ver sustentación en Rad. 31998 de 2009). Al tiempo para adelantar la actuación sobre daño y reparaciones colectivas, en un principio, se realizó una concertación interinstitucional entre la CNRR y la Procuraduría General de la Nación (Procuraduría para Justicia y Paz). Inicialmente la Magistratura de Justicia y Paz comisionó a la CNRR como representante de las víctimas en materia de daño colectivo dadas algunas de sus funciones en materia de reparaciones colectivas en la Ley de Justicia y Paz, pero muy pronto la Comisión declinó tal encargo por la limitación de su función en dicha ley, también por su particular configuración institucional que no le permite adquirir compromisos a nombre del Ejecutivo. La CNRR se negó a toda intervención de tipo judicial bajo el argumento de su carácter de organismo consultivo y asesor del Gobierno y que, por tanto, no estaba facultada para intervenir en el proceso. Aun así, la Magistratura otorgó a la CNRR un papel de acompañamiento a la consulta a la comunidad. En esta concertación interinstitucional se determinó que era necesario hacer previsiones y precisiones sobre los contenidos del daño colectivo, los sujetos colectivos y las medidas de reparación correspondientes. Más adelante la jurisprudencia de la Corte Suprema precisó que el concepto de representación de las víctimas indeterminadas correspondía a la representación del daño colectivo, y la Procuraduría asumió las actuaciones necesarias para llevar adelante tal representación (ver, por ejemplo, la decisión del radicado 37048) porque en la práctica resultaba coincidente con su papel de representación de los intereses de la sociedad (C.P. art. 277 No. 3; art. 111, 2, b, de la Ley 906 de 2004 y art. 38.7 de la Ley 975). En este camino la jurisprudencia y la actuación de las propias entidades intervinientes en el proceso de Justicia y Paz clarificaron el contenido del 14 marco normativo y las funciones no definidas con suficiente precisión en la Ley 975 en materia de reparaciones colectivas. Una vez dilucidado el papel y la función que debería y podría cumplirse por parte de la Procuraduría en relación con la representación del daño colectivo, se inició la reflexión sobre el alcance, los contenidos, las medidas y los métodos para llevar adelante esta función, la cual se valoró como de gran trascendencia sobre la vida de muchas comunidades afectadas por la violencia. La realización de los diagnósticos y el ejercicio de la representación de las afectaciones colectivas fue asumida con entereza por la Procuraduría General de la Nación y su grupo de procuradores de Justicia y Paz, pero también dando pie a la actuación de las comunidades, grupos y organizaciones en forma directa en los procesos. Para el desarrollo de esta tarea el Ministerio Público contó con apoyos de diversos organismos internacionales, hasta que sobrevino la reforma a la Ley 975, con la cual se suspendió la actuación de la Procuraduría General de cara a las comunidades y grupos victimizados. En este punto resulta necesario, entonces, presentar también una breve reflexión sobre esta importante reforma introducida en el proceso penal de justicia de transición consagrado en la Ley 975 mediante la Ley 1592 de 2012. Tal reforma resultaba necesaria para responder a varias necesidades de ajuste en unos campos de alta prioridad tanto para el proceso como para dar claridad al marco jurídico aplicable a los postulados. Muchos aspectos no pudieron ser resueltos totalmente en ella, lo que resulta comprensible por cuanto se trata de una ley especial que por su propia textualidad reducida solo puede abordar sus contenidos de manera tangencial; aspectos que luego adquieren mayor entidad al producirse las necesarias integraciones normativas con el bloque de constitucionalidad y las normas procesales ordinarias. Por lo tanto, los verdaderos alcances de la reforma solo podrán ser vistos en su trascendencia una vez se dé aplicación en los procesos concretos y se pronuncie la jurisprudencia sobre ellos. La doctrina constitucional elaborada por la Corte en la Sentencia C-370 de 2005, así como la ya voluminosa jurisprudencia de la Sala Penal de la Corte Suprema que orienta el proceso de Justicia y Paz, contribuirán a reconfigurar los procesos de acuerdo con la reforma. 15 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Se puede destacar como un aspecto de dicha jurisprudencia el principio pro-víctima que ha permitido dar un papel central a los derechos de las víctimas y regular muchos aspectos del proceso. Principio que dio viabilidad constitucional al arreglo institucional consagrado en la Ley 975 para la desmovilización de los grupos paramilitares. Por supuesto que este principio debe continuar su desarrollo sin detrimento de los derechos del postulado, pero al tiempo sin ninguna aminoración de sus precisas y exactas obligaciones con la justicia, con la sociedad y con las víctimas para que puedan llegar a hacerse acreedores al enorme beneficio penal que se ofrece y que permanece como una expectativa de derecho hasta tanto ellas no se cumplan. Se pueden destacar algunos aspectos de la reforma: en primer lugar y muy importante, se buscó hacer más ágil y expedito el proceso, para lo cual se adoptaron significativas decisiones que permitieron la concentración de algunas fases que estaban llevando a repeticiones innecesarias en largos y complejos trámites. En segundo lugar, se buscó aclarar el alcance del papel del Estado como reparador subsidiario. No se mantuvo la norma y el criterio jurisprudencial que establecía que el Estado únicamente concurría como reparador subsidiario cuando quedara demostrado que el postulado estuviera en incapacidad o careciera de la voluntad de responder por las reparaciones a las víctimas. En la reforma se aclaró, de modo oportuno y necesario, que el Estado concurriría como reparador subsidiario solo con la carga de otorgar las reparaciones de acuerdo con los montos fijados en los programas de reparaciones administrativas. Esta decisión legislativa resulta acorde con los principios de reparación elaborados por el Derecho Internacional y por otros documentos indicativos del Sistema de las Naciones Unidas para los Estados y sus programas masivos de reparación con cargo a las políticas públicas. Además, razones de conveniencia en materia de estabilidad fiscal y capacidad de respuesta de unos programas que tienen aspiraciones de masividad en las reparaciones, recomiendan la adopción de este tipo de medidas. En los procesos de Justicia y Paz no se trata de decidir de fondo sobre las eventuales responsabilidades del Estado por los hechos ilícitos objeto de su conocimiento, y que las reparaciones otorgadas por vía administrativa no se otorgan como derivadas de una responsabilidad estatal por acciones u omisiones en los hechos constatados en estos procesos. 16 Pero al momento de la aplicación de estas reformas necesarias se deberá mostrar cómo resultará en la práctica la configuración de la función judicial y de los procesos penales, incluso en procesos de justicia de transición, para dar cuenta en sus sentencias de la totalidad de los hechos y daños causados. En particular se trata de la prohibición de tasar los daños a las víctimas en el incidente de identificación de daños los cuales, en su totalidad y en todos sus componentes, junto con los hechos delictivos, deben siempre poderse endilgar a la responsabilidad del procesado y ser consignados en la sentencia como imputados a su responsabilidad. Obligaciones de reparación que, ante la eventual incapacidad o falta de voluntad del procesado para cumplirla, dan paso al Estado para que las cumpla con base en otro parámetro normativo y otros montos propios de su función administrativa. Persiste la inquietud de si nos encontramos ante una adecuada distinción entre la esfera de la responsabilidad penal y reparadora del procesado, por un lado, y la obligación del Estado de concurrir como reparador subsidiario regido por un parámetro normativo distinto, por el otro. Es cierto que tal distinción, de una manera básica, quedó establecida en la reforma y constituye uno de sus aciertos. Cabe de nuevo la pregunta de si tal distinción debió incluir, en materia de responsabilidad del procesado, la facultad de endilgarle la totalidad de los daños causados, en todos y cada uno de sus componentes, incluida su tasación. La concurrencia necesaria del Estado como reparador subsidiario no responsable por los hechos, no debería oponerse a la derivación de la responsabilidad total y específica del postulado. En esta perspectiva, es de esperarse que el incidente de identificación de afectaciones previsto en la reforma se ocupe de la identificación de los daños individuales y colectivos, materiales e inmateriales, proferidos por el postulado y por el grupo a las víctimas, incluidas las personas individuales, pero también los colectivos. En esta dirección, tanto los daños individuales como los colectivos deberán ser objeto de la mayor exposición y aclaración en todos y cada uno de sus componentes de modo que las víctimas cuenten con un pronunciamiento judicial sobre sus daños, también como parte del objetivo de esclarecimiento de los hechos y búsqueda de la verdad que este proceso debe contribuir a hacer efectivo. Por supuesto, por ahora, sin entrar a tasarlos en su valor monetario de acuerdo con lo establecido por la reforma. 17 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación En este sentido, los diagnósticos detallados de daño colectivo o las versiones sobre su propio daño presentados por los sujetos colectivos al ser consignados en la sentencia, se pueden constituir en parámetros para que la administración diseñe los programas de reparación colectivos debidamente localizados en poblaciones y territorios concretos de manera que responda a los daños causados de manera específica. Tales diagnósticos serán presentados, en principio, por las propias víctimas. Estos programas de reparación colectiva diseñados por la administración podrán llegar a ser muy efectivos en cuanto consultan los daños evidenciados en los procesos judiciales. Programas que a su vez deberán contar con importantes componentes reparativos con contenidos políticos, materiales y simbólicos, de acuerdo con la Ley 1448 y sus decretos reglamentarios a realizarse de acuerdo con los recursos disponibles y a discreción de la administración. Se encuentra acertado otro aspecto central de la reforma, como fue introducir una serie de normas que buscan dar mayor claridad sobre el sensible tema de los bienes lícitos e ilícitos. Los que pudiera detentar el postulado o de los cuales pudiera tener noticia y que guarden relación con las actividades del grupo armado ilegal. De igual manera se ordena de manera expresa la investigación de tierras despojadas o abandonas por la acción y presencia de los grupos armados, al tiempo que se establece la obligación de identificar patrones de macro criminalidad al respecto. Se cuenta con el antecedente en una de las sentencias de la Sala de Justicia y Paz que emitió orden a la Fiscalía de conformar una unidad especializada para investigar el tema de los bienes de los postulados y de los grupos armados ilegales (Sala de Justicia y Paz, Tribunal Superior de Bogotá, sentencia parcial de 29 de junio de 2010, postulados: Eduardo Cobos Téllez y Uber Enrique Banquez M.), orden que fue revocada por la Corte por falta de competencia de los magistrados para ello, pero no porque tal medida por parte de la Fiscalía no resultara necesaria y urgente (Proceso 34547). Sin embargo, surge una inquietud en lo atinente a la distinción entre el carácter de los bienes de origen lícito de los postulados y los bienes de origen ilícito. De acuerdo con lo dicho por la Corte Constitucional en la Sentencia C-370 de 2006, por un lado los bienes de origen lícito constituyen la garantía general de los acreedores, dentro de los cuales deben incluirse las víctimas que hayan resultado reconocidas en sus 18 daños dentro del proceso de Justicia y Paz. Por lo tanto estos bienes, si los hubiera, deben estar afectados de manera especial a la reparación de las víctimas de acuerdo con los contenidos de la sentencia y los daños reconocidos en el proceso y dentro del estricto campo de la responsabilidad del procesado. Por otro lado, los bienes de origen ilícito, por el hecho de serlo, corresponden al Estado y pueden destinarse de manera general a reparar a las víctimas por la vía administrativa y de acuerdo con los parámetros establecidos en la normativa que rige los programas administrativos. De nuevo estamos ante la necesidad de una adecuada separación entre la responsabilidad de los procesados y la concurrencia del Estado como reparador subsidiario. Tal distinción resulta relevante para la realización efectiva del derecho de acceso a la justicia del grupo de víctimas que buscaron la resolución de sus casos en los procesos de Justicia y Paz. En cualquier caso no puede leerse o entenderse en el futuro, ni dentro ni fuera de Colombia, lo cual resulta de la mayor importancia, que el proceso de Justicia y Paz pueda dar como resultado la legalización de grandes fortunas provenientes de actividades ilícitas que involucraron diversos campos de actuaciones ilegales del grupo como narcotráfico, despojos de tierras, captura de presupuestos del Estado, robo de combustibles, extorsiones, secuestros, etc.; muchas de las cuales conllevaron graves afectaciones a la vida, la integridad y la libertad, entre otros derechos. Lo anterior pone de presente la necesidad de llegar al fondo de las investigaciones sobre bienes en los procesos de Justicia y Paz, a lo cual deben aportar todos los intervinientes. Incluso, recurriendo a medidas de cooperación judicial de otros gobiernos. Sobre los bienes se hace necesario avanzar en las indagaciones que son posibles de continuar con base en informaciones ya disponibles en el proceso. Otras informaciones más sofisticadas como testaferratos, cuentas en el exterior, inversiones en sociedades, etc., requieren de un trabajo técnico que debe seguirse profundizando. Aspecto que constituye un inmenso reto en la aplicación de la reforma. Otro aspecto de importancia en la reforma fue la introducción de un nuevo artículo con el número 11ª, donde se introducen causales de terminación de los procesos de Justicia y Paz y de exclusión de los postulados del mismo. Resulta relevante que ahora en la Ley 975 reformada coexisten causales de exclusión presentadas de manera 19 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación positiva como requisitos de elegibilidad, en los artículos 10 y 11, y causales de exclusión expresadas en forma negativa como causales de terminación y exclusión, fuera de las exigencias en materia de revelar toda la verdad (art. 17 y 25 y Sentencia C-370 de 2006), de manera que se entiende que el régimen de exclusiones de los postulados del proceso se ha hecho más riguroso y por lo tanto el examen de sus obligaciones debe hacerse de manera más exigente de ahora en adelante, de acuerdo con la reforma. Por lo pronto la reforma ha suscitado reacciones diversas. En una de las primeras audiencias de aplicación fue posible ver a la magistratura bregar con una verdadera lluvia de excepciones de inconstitucionalidad solicitadas por muchos abogados defensores, las cuales serán resueltas en la sentencia en aplicación del mandato de concentración de la actuación, ordenado por la misma reforma. Se dejan aquí estas reflexiones sobre algunos aspectos valorados como centrales en la reforma de cara a los objetivos del Proyecto FortaEsDer que se encuentran en consonancia con los objetivos misionales de las entidades con las que cooperamos. Otros aspectos más puntuales de esta reforma tan importante y compleja esperamos tener la oportunidad de compartirlos en la reflexión mutua adelantada en el día a día de nuestro trabajo con el grupo de procuradores de Justicia y Paz. Una vez expedida la reforma, en conjunto con la Delegada para el Ministerio Público en Asuntos Penales y con algunos procuradores de Justicia y Paz se convino la publicación de este volumen en el que se recogen algunos documentos elaborados en desarrollo de la función de representación por parte de la Procuraduría de las afectaciones colectivas en los procesos de Justicia y Paz. Se incluyen en esta publicación tanto el documento conceptual y normativo acerca del derecho a la reparación colectiva así como un ejercicio completo de diagnóstico del daño colectivo y de proposición de medidas de reparación, realizado en terreno por el Proyecto FortalEsDer de la GIZ de manera conjunta con un grupo de funcionarios y de procuradores de Justicia y Paz, al igual que una serie de ejercicios de aproximación al daño colectivo y al diseño de medidas de reparación realizado por otros grupos de trabajo, llevados a cabo simultáneamente con el primer ejercicio mencionado. Se espera con esto contribuir al abordaje de los daños colectivos en el proceso de Justicia y Paz reformado por parte de los procuradores judiciales y otros intervinientes en los procesos; así como por parte 20 de los procuradores de víctimas en relación con la actuación de otras autoridades, sobre todo las administrativas, sobre quienes recaerá la responsabilidad de formular y realizar los programas de reparaciones colectivas. De igual manera, este texto aspira a constituirse en un referente para otras experiencias de reparaciones colectivas en otros países en procesos de transición. La iniciativa de acompañar al grupo de procuradores de Justicia y Paz en un campo nuevo en nuestro país en el marco de un proceso judicial, como lo son las reparaciones colectivas, se realizó con en el marco de un trabajo de largo aliento desarrollado con este grupo de la Procuraduría General de la Nación, para lo cual se constituyó un espacio de reflexión que llevó a cabo una serie de encuentros que deben dar como resultado un conjunto de criterios de actuación para guiar las intervenciones de los procuradores en el curso de los procesos. Christian Grünhagen Director del Proyecto FortalEsDer-GIZ 21 Primera parte. Consideraciones conceptuales y normativas2 2 Este texto sobre aspectos conceptuales y normativos de la reparación colectiva fue escrito por el abogado Carlos Lozano Acosta para la Procuraduría General de la Nación como parte de una consultoría del Proyecto FortalEsDer de la GIZ. 23 1. Aclaración previa sobre la competencia de la Procuraduría en los incidentes de reparación integral antes de la reforma a la Ley de Justicia y Paz Muy a pesar de que a la fecha del presente informe la Ley 1592 que reforma la Ley 975 de 2005, la cual modifica la competencia de la Procuraduría en el tema que nos ocupa, ya está en vigencia, el presente documento analiza la función de la entidad bajo la óptica de la normativa anterior, pues fue dicho marco legal el que se tuvo en cuenta para abordar este trabajo. La trascendencia del informe radica en que, a pesar de la vigencia de la reforma, los conceptos aquí desarrollados guardan total vigencia y validez, independientemente del escenario judicial o administrativo desde donde se analice el daño colectivo. La Procuraduría General de la Nación, de acuerdo con sus funciones en la Ley 975 de 2005 (en adelante “la Ley”, “la Ley 975” o “la Ley de Justicia y Paz”), cumple un doble papel: velar por los derechos de los intervinientes en los procesos judiciales e impulsar la debida protección de los derechos a la verdad, justicia y reparación de las víctimas que participan en el proceso. En ese contexto es que la Procuraduría Judicial para la Justicia y la Paz, con competencia nacional, ha venido desarrollando estrategias de litigio y lineamientos de actuación institucional. Los decretos reglamentarios de la Ley han determinado el rol especial que la Procuraduría debería desempeñar con respecto a la garantía efectiva de la reparación del daño colectivo en el incidente de reparación integral y la adecuada participación de las víctimas en este proceso. La función contemplada en el Decreto 3391 de septiembre 29 de 2006, manifiesta que para hacer efectivos los derechos a la verdad, la justicia y la reparación de las víctimas en los procesos judiciales, la Procuraduría, en el evento que esas víctimas no comparezcan, tiene la obligación especial de garantizar su representación en el proceso correspondiente. Por tanto, es el Ministerio Público quien, por disposición legal, cumple con la función específica de representar judicialmente a las víctimas cuando quiera que haya lugar al supuesto descrito por esa norma. Igualmente, en el ámbito de sus funciones generales, derivadas de la Constitución, debe también velar por el interés general y la vigencia del orden jurídico. 25 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación 2. Implicaciones de ofrecer reparación colectiva en un contexto de justicia transicional En Colombia la justicia transicional es una calificación atribuida legal y jurisprudencialmente a diferentes mecanismos de verdad, justicia y reparación a víctimas, con posterioridad a la expedición de la Ley de Justicia y Paz3. La doctrina acerca de este concepto es diversa, pero normalmente se define como un enfoque interdisciplinario para enfrentar la comisión de atrocidades a escala masiva4 o como la cualificación de cambios políticos con arreglo a consideraciones de justicia frente a las víctimas5. Las definiciones en documentos de derecho internacional son escasas6. La justicia transicional responde a la constatación de que el funcionamiento de los sistemas legales ordinarios tiene como objeto las violaciones ocasionales y no generalizadas de las normas que aplican7. La masividad desafía su funcionamiento. También propone una aproximación pragmática a la respuesta estatal a violaciones a derechos humanos, en la medida en que pretende mitigar las desventajas relativas de cada uno de sus mecanismos, por medio del uso comprehensivo y 26 3 La Sentencia C-370 de 2006 de la Corte Constitucional calificó a la Ley 975 como un mecanismo de justicia transicional. La Corte Suprema de Justicia ha hecho lo propio en distintas decisiones. Véase, Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Auto de fecha 28 de septiembre de 2006, rad. 25830, M. P. Mauro Solarte Portilla. Otros mecanismos, como la Ley de Víctimas, utilizan ese mismo lenguaje. 4 De Greiff, Pablo. “Justicia y reparaciones”. En: Díaz, Catalina (Ed.). Reparaciones para las víctimas de la violencia política. Bogotá: Centro Internacional para la Justicia Transicional, 2008, p. 333. 5 Teitel, Ruti. “Transitional Justice Genealogy”. Harvard Human Rights Journal, 2003, 16, p. 69. 6 La más conocida sostiene que se trata de una “variedad de procesos y mecanismos asociados con los intentos de una sociedad por resolver los problemas derivados de un pasado de abusos a gran escala, a fin de que los responsables rindan cuentas de sus actos, servir a la justicia y lograr la reconciliación”. Véase, Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Informe del Secretario General sobre el Estado de derecho y la justicia de transición en las sociedades que sufren o han sufrido conflictos. S/2004/616. 2004. 7 De Greiff, Pablo, óp. cit. coherente de cada uno de ellos8. En otras palabras, es el “rostro práctico” de los derechos de las víctimas, por cuanto intenta encontrar respuestas holísticas a cuestiones que el Derecho de los derechos humanos por sí solo no puede resolver. Ese es su valor agregado en un contexto como el colombiano, donde la regulación sobre derechos de las víctimas es, de por sí, prolija, pero con dificultades en su aplicación. A pesar de lo anterior, conviene tener en cuenta algunas precisiones sobre el alcance jurídico del concepto de justicia transicional en el sistema constitucional colombiano9. Esto tiene implicaciones específicas para la representación judicial del daño colectivo por parte del Ministerio Público. En primer lugar, como lo ha señalado el Relator Especial de verdad, justicia y reparación de Naciones Unidas, la justicia transicional “no es una forma de justicia blanda”10. Esto significaría, para el caso colombiano, que no se puede desconocer el núcleo esencial de los derechos de las víctimas. En términos prácticos, supone que no se puede dejar de lado el alcance de ese núcleo esencial, tal como ha sido fijado por la jurisprudencia tanto de la Corte Suprema como de la Corte Constitucional. En segundo lugar, como consecuencia de lo anterior, significa que la justicia transicional no es un campo desregulado. Es decir, el hecho que una norma sea calificada como “transicional” no trae consigo la posibilidad de desprenderse del marco de la Constitución, los tratados de derechos humanos e incluso la reglamentación. En Colombia, la justicia transicional debe ser constitucional. Al mismo tiempo, la 8 “El Relator Especial considera que los cuatro componentes del mandato, a saber la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición, constituyen una serie de áreas de acción interrelacionadas que pueden reforzarse mutuamente en el proceso de subsanar las secuelas del abuso y la vulneración masivas de los derechos humanos. Subsanar las secuelas de los abusos significa en primer lugar dar efecto a las normas de derechos humanos que han sido sistemática o manifiestamente violadas”. Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Informe del Relator Especial sobre la promoción de la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición. A/ HRC/21/46. 2012. 9 Cuando este texto se escribió no se encontraba aprobado el Acto legislativo 01 de 2012, “Por medio del cual se establecen instrumentos jurídicos de Justicia transicional en el marco del artículo 22 de la Constitución y se dictan otras disposiciones”, conocido como “marco jurídico para la paz”, donde se constitucionalizan un conjunto de medidas posibles de ser utilizadas para facilitar la terminación del conflicto armado. El alcance de tales medidas se difiere a sus desarrollos en una Ley Estatutaria. 10 Ibíd. 27 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación propia Constitución provee mecanismos para resolver tensiones entre principios y/o valores en juego (que suelen ser normalmente la justicia y la paz). Ellos son, fundamentalmente, la ponderación judicial y la libertad de configuración legislativa. Por fuera de ellos, el riesgo de contradicción de las actuaciones de los operadores judiciales con la Constitución se incrementa. En tercer lugar, el uso de un lenguaje de justicia transicional debe distinguir entre dos conceptos recurrentes: los estándares jurídicos (o “estándares internacionales”) y la experiencia comparada: […] los estándares internacionales no pueden confundirse con las experiencias comparadas. Los primeros son jurídicos, mientras que las segundas son principalmente prácticas. Los estándares aluden a las reglas domésticas o de derecho internacional que regulan un derecho humano. Si se quiere, su núcleo esencial. Las experiencias comparadas son fenómenos empíricos: la forma como una sociedad ha lidiado con un problema considerado políticamente relevante, en un contexto específico, con o sin presencia de estándares. En otras palabras, la Convención Americana de Derechos Humanos y la jurisprudencia interamericana son estándares internacionales. Los casos de Marruecos y Uganda, con ventajas y falencias, son experiencia comparada. La importancia de los primeros radica en su obligatoriedad. La de los segundos, en su eventual pertinencia. Las experiencias comparadas no derogan los estándares. Los estándares no pierden validez ante la invocación de las experiencias11. Por último, la idea de justicia transicional invita a interpretar que los esfuerzos de reparación colectiva judicial emprendidos en Justicia y Paz deberían tener algún tipo de relación coherente con los demás mecanismos de justicia. Es decir, los programas administrativos de reparaciones (en sus modalidades individuales y colectivas) y la búsqueda de la verdad, tanto judicial como no judicial. Esto no es una obligación jurídica en sentido estricto, sino más bien una tendencia institucional aconsejable por documentos de derecho internacional12 y 11 Orjuela Ruiz, A. et al. “La indeterminación del campo de la justicia transicional en Colombia”. Revista Estudios Socio-Jurídicos. Bogotá: Universidad del Rosario, 2012, 14, (1), pp. 255-281. 12 “La insuficiencia de cada una de las áreas de acción por separado [de la justicia transicional] ofrece un poderoso incentivo para buscar modalidades de interacción que permitan superar sus respectivas limitaciones. La experiencia internacional, así 28 por el análisis comparado13 para reducir las dificultades que enfrentan las instituciones públicas en contextos desafiantes como el colombiano. Por consiguiente, la producción jurídica de estos mecanismos, que interpreta el alcance de los daños colectivos causados por el grupo armado ilegal del que se trate, puede ser tenida en cuenta como fuente para la elaboración del diagnóstico del daño colectivo. Del mismo modo, existiría la posibilidad de ordenar como medida de reparación colectiva la remisión al programa administrativo de la misma índole, o el diseño de medidas judiciales específicas, pero con implementación a cargo a la Unidad de Atención y Reparación a Víctimas o el Centro de Memoria Histórica. Esas son expresiones concretas de cómo podría funcionar la coherencia en mención. 3. El concepto de derecho fundamental en las reparaciones colectivas Para hablar de reparaciones colectivas es necesario entender en qué consiste el derecho fundamental a la reparación. A su vez, para esto es preciso comprender qué es un derecho fundamental. Pero además, como se explica a continuación, en algunos casos los derechos a reparar también son fundamentales. Por consiguiente, es importante tener presente el significado del concepto “derecho fundamental”, al menos por dos razones. Primero, porque existiría una necesidad de basar el derecho a la reparación en su modalidad colectiva como fundamental (por ejemplo, para aumentar su importancia dentro del proceso judicial como los estudios, sugieren que la aplicación íntegra de los cuatro componentes del mandato ofrece a las diversas partes interesadas, principalmente las víctimas, razones más poderosas para comprender las medidas como intentos de hacer justicia tras las violaciones cometidas que su aplicación descoordinada o fragmentaria. […] La práctica ha demostrado que las iniciativas aisladas y fragmentarias de enjuiciamiento no acallan la demanda de otras formas de justicia distintas del mero enjuiciamiento. No es algo que ocurra solo con la justicia penal. Lo mismo puede decirse de todas las demás áreas de acción del mandato. Si se desarrollan en forma aislada, ni siquiera los procesos más rigurosos de búsqueda de la verdad son equiparados a justicia, ya que la revelación de la verdad no satisface plenamente la necesidad de una reparación adecuada”. Consejo de Derechos Humanos, óp. cit. 13 De Greiff, Pablo, óp. cit. 29 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación y evitar eventuales violaciones, o para desafiar interpretaciones que lo entiendan como distinto al derecho individual a la reparación, y por tanto, como una prerrogativa de menor importancia constitucional). Segundo, porque describir los derechos a reparar como fundamentales, cuando haya lugar a ello, contribuiría a reducir el riesgo de que las pretensiones sean negadas. En efecto, algunos de los derechos que son objeto de reparación colectiva pueden ser fundamentales. Ahora bien, algunos otros no lo son. En el primer caso, es importante tener en cuenta ciertos criterios para identificarlos, esencialmente porque los derechos fundamentales objeto de reparación colectiva podrían ser objeto de priorización, tanto en el diagnóstico del daño colectivo como en el diseño de las medidas de reparación. En otras palabras, el hecho que un derecho violado en dimensión colectiva sea fundamental, le podría dar, eventualmente, un peso relativo mayor en la representación judicial que adelanta la Procuraduría. Ahora bien, esto también depende del caso concreto, del interés de las víctimas y de la estrategia concreta de litigio. Para autores como Alexy –importante porque ha sido ampliamente citado por el tribunal constitucional colombiano en el desarrollo temprano del precedente sobre derechos fundamentales–, el punto de partida del concepto de derecho fundamental es la adecuada compresión de la idea de norma. Por ella entiende “el significado de un enunciado normativo”, si bien “la misma norma puede ser expresada a través de diferentes enunciados normativos” o sin acudir a ellos14. Una norma es una entidad semántica, es decir “un contenido de significado que incluye una modalidad deóntica”15. En otras palabras, es aquello que se afirma con las disposiciones jurídicas y que pretende prescribir la conducta humana. No es lo mismo que los enunciados normativos. Bien puede ocurrir que un enunciado normativo específico –por ejemplo, el artículo 90 de la Constitución colombiana– contenga más de una norma16. Por 14 Alexy, Robert. Teoría de los derechos fundamentales. Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2002, p. 51. 15 Ibíd., p. 53. 16 Esto es importante para el campo de las reparaciones colectivas, que adolece de un alto grado de indeterminación normativa en lo tocante al diseño de sus medidas. Los artículos legales –enunciados normativos– que tratan el tema de las reparaciones colectivas pueden contener más de una norma. 30 eso es importante revisar con detalle las disposiciones jurídicas relativas a reparaciones; más de un derecho, por ejemplo, puede estar presente en un mismo enunciado jurídico. La labor de interpretación es clave para discernirlo. Las normas pueden ser clasificadas entre las que son de derecho fundamental y las que no lo son. Una norma de derecho fundamental es “aquella que es expresada a través de disposiciones iusfundamentales, y disposiciones iusfundamentales son exclusivamente enunciados contenidos en el texto de la ley fundamental”17. Esto es, aquellas que se encuentran en el texto de la Constitución. Aunque también pueden ser adscriptas, como es el caso del derecho a la reparación, que no se encuentra explícitamente en el texto constitucional. Las normas de derecho fundamental conceden derechos fundamentales. Un derecho fundamental es un conjunto de posiciones jurídicas iusfundamentales de diverso contenido y estructura, vinculadas entre sí, agregadas en un derecho fundamental por vía de su adscripción a una disposición de derecho fundamental y cuyo reconocimiento es tan importante que no es posible dejarlo en manos de la mayoría simple del legislativo. Aunque los derechos fundamentales pueden ser limitados excepcionalmente, esta posibilidad está sujeta, a su vez, a restricciones18. Las principales características de un derecho fundamental son el carácter subjetivo y su grado de importancia alto. El primero significa que pone válidamente al titular en posición de exigir el cumplimiento de la prestación correlativa19. 17 Ibíd., p. 62. 18 “Una restricción de los derechos fundamentales es sólo admisible si[,] en el caso concreto[,] a principios opuestos les corresponde un peso mayor que al principio iusfundamental”. Alexy, óp. cit., p. 286. 19 La teoría del derecho ha desarrollado varias definiciones sobre lo que es un derecho subjetivo. Kelsen afirma que se está en presencia de un derecho subjetivo cuando “una norma jurídica coloca así a un individuo en posición de defender sus intereses”. Es decir, “cuando entre las condiciones de la sanción figura una manifestación de voluntad, querella o acción judicial emanada de un individuo lesionado en sus intereses por un acto ilícito”. Puede entenderse también como la facultad jurídica que una norma reconoce a una persona para reclamar de otra –normalmente el Estado– que actúe u omita de determinada forma, con el propósito de asegurar un interés propio. Para Alexy, tres elementos esenciales estructuran un derecho subjetivo: i) una norma jurídica, ii) un deber jurídico y iii) una facultad jurídica, o en otras palabras, una posición jurídica para obtener intereses propios del titular, que le han sido reconocidos. En cualquier caso, la doctrina indica que no existe ningún derecho fundamental que no sea un derecho subjetivo. Es decir, que no se pueda exigir. 31 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación El segundo, que no puede ser modificado o suprimido por las mayorías. Esto es importante para el derecho a la reparación integral, porque significa que es un derecho que se puede exigir judicialmente y que su contenido esencial no puede ser desmejorado por vía parlamentaria. Desde el punto de vista del precedente constitucional, el concepto de derecho fundamental ha sido ampliamente desarrollado. En general se entienden también como derechos con una importancia normativa alta, que justifican la existencia del Estado y que gozan de aplicación directa y protección prevalente20. Además, tienen requisitos esenciales, entre los que se encuentran los siguientes: conexión directa con los principios constitucionales (“todo derecho fundamental debe ser emanación directa de un principio”), eficacia directa (“aplicación automática” desde el texto constitucional, sin que sea necesaria la “intermediación normativa”) y existencia de un contenido esencial (normalmente determinable por el precedente)21. El examen de estos criterios se puede realizar acudiendo a la jurisprudencia. Adicional a lo anterior, para el precedente constitucional hay una serie de criterios analíticos de distinción de los derechos fundamentales. En general, en los sistemas constitucionales existen dos formas para que un derecho pueda ser considerado fundamental. La primera es que el propio texto de la Constitución lo diga así. Esto se denomina consagración expresa. La segunda, que aunque no haya disposición explícita en la Carta Política, la jurisprudencia de la Corte Constitucional lo haya interpretado de esa manera, bien sea porque se trate de un derecho innominado o porque hay conexidad con otro derecho fundamental. Ese es un primer criterio para identificarlos. Además de lo anterior, hay otras formas para hacerlo, conforme a la jurisprudencia de la Corte Constitucional colombiana. Una de ellas, muy importante, es la remisión expresa, que se desprende del bloque de constitucionalidad consagrado en el artículo 93 de la Carta Política. 20 Corte Constitucional. Sentencia T- 406 de 1992, M.P. Ciro Angarita Barón. 21 Ibíd. 32 4. El marco de regulación jurídica de las reparaciones colectivas Los elementos de la regulación jurídica del derecho a la reparación fueron útiles para la estrategia judicial de la Procuraduría en el incidente de reparación integral. Entre ellos, conviene distinguir aquellos que son vinculantes para el sistema jurídico colombiano, y los que tienen un carácter persuasivo para interpretar el alcance del derecho. El derecho a la reparación integral de las víctimas de violaciones a los derechos humanos es fundamental22. Así se expresó en los incidentes de reparación integral. Ahora bien, aunque cuenta con amplia regulación en el derecho internacional, incorporada en aspectos esenciales al sistema legal doméstico23, la definición positiva de este derecho fundamental es escasa. Normalmente se construye a partir del principio de derecho internacional según el cual el incumplimiento de un compromiso jurídicamente vinculante para los Estados trae consigo la obligación de repararlo en forma adecuada24. La reparación se suele definir también 22 Corte Constitucional. Sentencia C-370 de 2006, M.P. Jaime Córdoba Triviño y otros. 23 Principalmente, a través de las sentencias C-228 de 2002, M.P. Manuel José Cepeda y C-370 de 2006, M.P. Jaime Córdoba Triviño y otros. 24 “Es un principio de derecho internacional, y aun un concepto general de derecho, que cualquier incumplimiento de un compromiso impone la obligación de efectuar una reparación adecuada. El principio esencial contenido en la verdadera noción de un acto ilícito –un principio que parece establecido por la práctica internacional y especialmente por las decisiones de los tribunales de arbitraje– es que la reparación debe, hasta donde sea posible, borrar todas las consecuencias del acto ilícito y restablecer la situación que con toda probabilidad hubiera existido si no se hubiera cometido el acto. La restitución en especie, o de no ser esta posible, el pago de una cantidad correspondiente al valor que tendría la restitución en especie, y la concesión, en caso de ser necesario, de una indemnización de daños por la pérdida sufrida si esta no resulta cubierta por la restitución en especie o por el pago en lugar de ella, esos son los principios que deben servir para determinar el monto de la indemnización debida por un acto contrario al derecho internacional”. Corte Internacional de Justicia. Case Concerning the Factory at Chorzów (Claim for Indemnity) (Jurisdiction). Germany vs. Poland. PCIJ, Ser. B., No. 3, 1925. Ver, además, el Proyecto de Artículos sobre Responsabilidad del Estado por hechos internacionalmente ilícitos, adoptado por la CDI en su 53 periodo de sesiones (A/56/10) y anexado por la AG en su resolución 56/83 de 12 de diciembre de 2001. Artículo 31.- Reparación. 1. El Estado responsable está obligado a reparar íntegramente el perjuicio causado por el hecho internacionalmente 33 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación como la herramienta con la que cuentan los Estados para liberarse de las consecuencias jurídicas de la comisión de un acto que transgrede obligaciones preexistentes25. En consecuencia, la reparación es el sucedáneo del incumplimiento de un deber derivado de instrumentos internacionales, incluso si no se encuentra explícitamente incluida en el texto de los mismos26. Puede ser entendida, además, como “el derecho del que son titulares las víctimas de violaciones de los derechos protegidos por el derecho internacional de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario”27. Es, en últimas, “una obligación a cargo de los Estados por hechos que le son imputables, conforme al derecho internacional, y que violan las obligaciones internacionales adquiridas por ellos; y es entendido en términos de una reparación integral que comprende todo el daño causado, tanto el material como el moral”28. Las disposiciones de derecho interno no pueden ser invocadas para desconocer la obligación de reparar29. Las reparaciones deben suministrarse sin discriminación. Esto es importante para las reparaciones colectivas, que suelen ser solicitadas por grupos marginados. En algunos casos, si la situación concreta lo justifica, las reparaciones pueden estar conectadas con esfuerzos de acción afirmativa. Es fundamental traer a ilícito. 2. El perjuicio comprende todo daño, tanto material como moral, causado por el hecho internacionalmente ilícito del Estado. “Sobre la base de lo dispuesto en el artículo 63.1 de la Convención Americana la Corte ha indicado que toda violación de una obligación internacional que haya producido daño comporta el deber de repararlo adecuadamente y que esa disposición recoge una norma consuetudinaria que constituye uno de los principios fundamentales del derecho internacional contemporáneo sobre responsabilidad de un Estado”. Corte IDH. Caso Pacheco Teruel y otros vs. Honduras. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de abril de 2012, Serie C, No. 241. 25 Sorensen, Max. (Ed.). Manual de derecho internacional público. México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 2004, p. 534. 26 Corte Internacional de Justicia. Case Concerning the Factory at Chorzów (Claim for Indemnity) (Jurisdiction). Germany vs. Poland. PCIJ, Ser. B., No. 3, 1925. 27 Rincón, Tatiana. Verdad, justicia y reparación. La justicia de la justicia transicional. Bogotá: Ed. Universidad del Rosario, 2010. 28 Ibíd., p. 77. 29 Ibíd. 34 colación estos elementos generales del deber de reparar, porque valen para las reparaciones colectivas, como veremos más adelante. El deber de suministrar reparaciones está asociado, a su vez, a la idea de un recurso efectivo. De esta manera, “si no se da reparación a las personas cuyos derechos reconocidos […] hayan sido infringidos, queda sin cumplir la obligación de facilitar recursos efectivos”30. De hecho, la reparación puede ser exigida por medio de medidas provisionales. Esto, para obtener reparaciones “cuanto antes”31. Finalmente, el deber de reparar dimana fundamentalmente de tres fuentes: el derecho internacional consuetudinario, los tratados de los que un Estado sea parte y el derecho interno de cada Estado32. Esta última fuente incluye el precedente doméstico. La Corte Constitucional no parece tener una definición unánime adoptada sobre lo que es el derecho a la reparación. Sin embargo, acude a los elementos de definición suministrados por el derecho internacional, y en todo caso, ha producido una regulación vigorosa de esta materia, basada en el bloque de constitucionalidad. Esta regulación inicialmente vinculada a la responsabilidad del Estado, recientemente ha sido orientada a la persecución del patrimonio del victimario33. 30 Comité de Derechos Humanos. Observación general No. 31. Naturaleza de la obligación jurídica general impuesta a los Estados partes en el pacto. 26/05/2004. CCPR/C/21/Rev.1/Add.13. 31 Ibíd. 32 Asamblea General de las Naciones Unidas. Principios y directrices básicos sobre el derecho de las víctimas de violaciones manifiestas de las normas internacionales de derechos humanos y de violaciones graves del derecho internacional humanitario a interponer recursos y obtener reparaciones. A/RES/60/147. 21 de marzo de 2006. 33 Así lo ha hecho, principalmente, por medio de la Sentencia C-370 de 2006. Allí sostuvo que “no parece existir una razón constitucional suficiente para que, frente a procesos de violencia masiva, se deje de aplicar el principio general según el cual quien causa el daño debe repararlo. Por el contrario, como ya lo ha explicado la Corte, las normas, la doctrina y la jurisprudencia nacional e internacional han considerado que la reparación económica a cargo del patrimonio propio del perpetrador es una de las condiciones necesarias para garantizar los derechos de las víctimas y promover la lucha contra la impunidad. Sólo en el caso en el cual el Estado resulte responsable –por acción o por omisión– o cuando los recursos propios de los responsables no son suficientes para pagar el costo de reparaciones masivas, el Estado entra a asumir la responsabilidad subsidiaria que esto implica. Y esta distribución de responsabilidades no parece variar en procesos de justicia transicional hacia la paz. Resulta acorde con la Constitución 35 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación El derecho a la reparación es regulado en todos sus aspectos por el derecho internacional de los derechos humanos34. Ha sido incorporado en distintos instrumentos. Entre otros, en la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Arts. 10 y 63); la Declaración de la Asamblea General de Naciones Unidas sobre la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas; la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes; el Estatuto de la Corte Penal Internacional; el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (Art. 9); la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial; la Convención de La Haya relativa a las leyes y costumbres de la guerra terrestre y el Protocolo Adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949, relativo a la Protección de las Víctimas de los Conflictos Armados Internacionales (Protocolo I): que los perpetradores de este tipo de delitos respondan con su propio patrimonio por los perjuicios con ellos causados, con observancia de las normas procesales ordinarias que trazan un límite a la responsabilidad patrimonial en la preservación de la subsistencia digna del sujeto a quien dicha responsabilidad se imputa, circunstancia que habrá de determinarse en atención a las circunstancias particulares de cada caso individual”. 34 A nivel regional, el precedente ha sido amplio. “Tal como ha indicado la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el artículo 63.1 de la Convención Americana contiene una norma consuetudinaria que constituye uno de los principios fundamentales del derecho internacional contemporáneo sobre la responsabilidad de los Estados. De acuerdo con ello, al producirse un hecho ilícito imputable a un Estado, surge de inmediato la responsabilidad de éste por la violación de la norma internacional de que se trata, con el consecuente deber de reparación y de hacer cesar las consecuencias de la mencionada violación”. Véase, Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Cantos vs. Argentina. Sentencia de 28 de noviembre de 2002. Fondo, Reparaciones y Costas, Serie C, No. 97, párr. 67. 36 Instrumentos de derecho internacional relevantes para reparaciones colectivas Instrumento Regulación “Artículo 10. Derecho a Indemnización. Toda persona tiene derecho a ser indemnizada conforme a la ley en caso de haber sido condenada en sentencia firme por error judicial”. Convención Americana sobre Derechos Humanos (Arts. 10 y 63) “Artículo 63.1. Cuando decida que hubo violación de un derecho o libertad protegidos en esta Convención, la Corte dispondrá que se garantice al lesionado en el goce de su derecho o libertad conculcados. Dispondrá asimismo, si ello fuera procedente, que se reparen las consecuencias de la medida o situación que ha configurado la vulneración de esos derechos y el pago de una justa indemnización a la parte lesionada”. Declaración de la Asamblea General de Naciones Unidas sobre la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas “Artículo 19. Las víctimas de actos de desaparición forzada y sus familiares deberán obtener reparación y tendrán derecho a ser indemnizadas de una manera adecuada y a disponer de los medios que les aseguren una readaptación tan completa como sea posible. En caso de fallecimiento de la víctima a consecuencia de su desaparición forzada, su familia tendrá igualmente derecho a indemnización”. Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes “Artículo 14.1. Todo Estado Parte velará porque su legislación garantice a la víctima de un acto de tortura la reparación y el derecho a una indemnización justa y adecuada, incluidos los medios para su rehabilitación lo más completa posible. En caso de muerte de la víctima como resultado de un acto de tortura, las personas a su cargo tendrán derecho a indemnización”. Estatuto de la Corte Penal Internacional “Artículo 75. Reparación a las víctimas. 1. La Corte establecerá principios aplicables a la reparación, incluidas la restitución, la indemnización y la rehabilitación, que ha de otorgarse a las víctimas o a sus causahabientes. Sobre esta base, la Corte, previa solicitud o de oficio en circunstancias excepcionales, podrá determinar en su decisión el alcance y la magnitud de los daños, pérdidas o perjuicios causados a las víctimas o a sus causahabientes, indicando los principios en que se funda”. 37 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Instrumentos de derecho internacional relevantes para reparaciones colectivas Instrumento Regulación Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos “Artículo 9.5. Toda persona que haya sido ilegalmente detenida o presa, tendrá el derecho efectivo a obtener reparación”. Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial “Artículo 6. Los Estados partes asegurarán a todas las personas que se hallen bajo su jurisdicción, protección y recursos efectivos, ante los tribunales nacionales competentes y otras instituciones del Estado, contra todo acto de discriminación racial que, contraviniendo la presente Convención, viole sus derechos humanos y libertades fundamentales, así como el derecho a pedir a esos tribunales satisfacción o reparación justa y adecuada por todo daño de que puedan ser víctimas como consecuencia de tal discriminación”. Convención de La Haya relativa a las leyes y costumbres de la guerra terrestre “Artículo 3. La parte beligerante que viole las disposiciones de dicho Reglamento estará obligada a indemnización, si fuere el caso, y será responsable de todos los actos cometidos por las personas que hagan parte de su fuerza armada”. Protocolo Adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949, relativo a la Protección de las Víctimas de los Conflictos Armados Internacionales (Protocolo I) “Artículo 91. Responsabilidad. La Parte en conflicto que violare las disposiciones de los Convenios o del presente Protocolo estará obligada a indemnizar si hubiere lugar a ello. Será responsable de todos los actos cometidos por las personas que formen parte de sus fuerzas armadas”. Es importante recordar que el derecho a la reparación integral tiene una dimensión doble en el derecho internacional. La primera, es sustantiva. Se refiere a los componentes tradicionales de la reparación, restitución, rehabilitación, indemnización y garantías de no repetición. La segunda dimensión es procedimental, pero opera en función de los elementos sustantivos. La dimensión procedimental se deriva de la idea de efectividad de los recursos35. Las víctimas tienen derecho a disponer de 35 Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Instrumentos del Estado de derecho para sociedades que han salido de un conflicto. Programas de Reparaciones. Nueva York y Ginebra: Naciones Unidas, 2008, p. 6. 38 ellos no solo para acceder a la verdad y a la justicia, sino también para la “reparación adecuada, efectiva y rápida del daño sufrido”36. Conforme al derecho internacional, la reparación está cualificada por una serie de atributos. Algunos de ellos son, de hecho, modalidades de obligación a cargo de los Estados. Otros deben ser procurados por los Estados: Una reparación adecuada, efectiva y rápida tiene por finalidad promover la justicia, remediando las violaciones manifiestas de las normas internacionales de derechos humanos o las violaciones graves del derecho internacional humanitario. La reparación ha de ser proporcional a la gravedad de las violaciones y al daño sufrido. Conforme a su derecho interno y a sus obligaciones jurídicas internacionales, los Estados concederán reparación a las víctimas por las acciones u omisiones que puedan atribuirse al Estado y constituyan violaciones manifiestas de las normas internacionales de derechos humanos o violaciones graves del derecho internacional humanitario. Cuando se determine que una persona física o jurídica u otra entidad están obligadas a dar reparación a una víctima, la parte responsable deberá conceder reparación a la víctima o indemnizar al Estado si éste hubiera ya dado reparación a la víctima37. Conforme al derecho interno y al derecho internacional, y teniendo en cuenta las circunstancias de cada caso, se debería dar a las víctimas de violaciones manifiestas de las normas internacionales de derechos humanos y de violaciones graves del derecho internacional humanitario, de forma apropiada y proporcional a la gravedad de la violación y a las circunstancias de cada caso, una reparación plena y efectiva, según se indica en los principios 19 a 23, en las formas siguientes: restitución, indemnización, rehabilitación, satisfacción y garantías de no repetición38. Se puede afirmar que el sentido de la reparación es remediar el daño, es decir, la lesión de un derecho. En otras palabras, se propone desaparecer, en la medida de lo posible, los efectos de las violaciones cometidas39. El 36 Asamblea General de las Naciones Unidas, óp. cit. 37 Ibíd. 38 Ibíd. 39 “Las reparaciones, como el término lo indica, consisten en las medidas que tienden a hacer desaparecer los efectos de las violaciones cometidas. Su naturaleza y su 39 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación ideal normativo de este enfoque, propio del derecho de daños, es restituir a la persona a la condición en la que se encontraba con anterioridad a la comisión de la violación. En este punto hay una diferencia entre las ideas de restauración y restitutio in integrum. La primera es entendida como “el restablecimiento de la situación que existía antes de que el acto violatorio fuese consumado”40. La segunda “implica también la adopción de medidas que sean conducentes a establecer la situación que, en toda probabilidad, habría existido si la violación no hubiese sido cometida”41. La práctica jurisprudencial tanto de los tribunales domésticos como de los internacionales, tanto en los aspectos sustantivos como en los procedimentales, normalmente apunta al estado de cosas anterior a las violaciones. Sin embargo, esta aproximación ha sido desafiada por enfoques que ven problemático restituir a las personas a situaciones de pobreza y exclusión42. Por ello, se ha propuesto que las reparaciones, más allá del simple esfuerzo restitutivo, tengan vocación de justicia distributiva43. Es una perspectiva que fue incorporada en la Ley 1448 de 2011, incluso en lo tocante a reparaciones colectivas. Ahora bien, es importante distinguir entre estas y las iniciativas de desarrollo. La relación entonces, debe ser de interacción sin caer en la asimilación. El estándar de protección del derecho a la reparación indica que debe ser justa, adecuada y proporcional a la gravedad de la violación y del monto dependen del daño ocasionado en los planos tanto material como inmaterial. Las reparaciones no pueden implicar ni enriquecimiento ni empobrecimiento para la víctima o sus sucesores”. Corte IDH. Caso Almonacid Arellano y otros vs. Chile. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 26 de septiembre de 2006, Serie C, No. 154. 40 Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Memorando sobre reparaciones. Washington D.C., p. 15. 41 La diferencia (entre restauración y restitutio in integrum), por lo tanto, reside en el hecho que la restauración refiere a la situación (determinable objetivamente) que existía al momento en que la violación ocurrió. Restitutio in integrum, por otra parte, depende de un ejercicio de formulación hipotética que describe el progreso posible de esa situación en el tiempo. Ibíd. 42 Uprimny, Rodrigo y Saffon, María Paula. “Reparaciones transformadoras, justicia distributiva y profundización democrática”. En: Reparar en Colombia: los dilemas en contextos de conflicto, pobreza y exclusión. Bogotá: Centro Internacional para la Justicia Transicional y Centro de Estudios en Derecho, Justicia y Sociedad, 2009. 43 Ibíd. 40 daño44. Ahora bien, el rigor no es solo para las medidas. También debe observarse en el establecimiento de responsabilidad que sirve de título a la reparación y en la atribución de aquella al sujeto enjuiciado. En efecto, la Corte Interamericana ha sostenido que las reparaciones judiciales deben observar la existencia de nexo causal con los hechos del caso, las violaciones declaradas, los daños acreditados, así como con las medidas solicitadas para reparar los daños colectivos, a fin de que el pronunciamiento sea conforme a derecho45. Esto también vale para las reparaciones colectivas. En la reparación en el marco de Justicia y Paz, esto supone específicamente que exista un nexo causal entre los hechos judicializados y el daño reparado, así como una relación consistente entre la actuación del procesado o del grupo al que pertenece y la actividad dañosa: Las pretensiones de reparación en la Ley 975 están sujetas a i) la prueba real, concreta y específica del daño; ii) la demostración del nexo causal entre los actos de los miembros del grupo armado ilegal durante y con ocasión de su pertenencia al mismo, y los perjuicios; iii) la acreditación de la desmovilización del grupo respectivo; iv) la cita de declaración judicial de responsabilidad penal, sea por condena o legal aceptación de cargos y v) la oportunidad procesal46. Es importante señalar que los mecanismos para reclamar reparaciones no deben ser demasiado complejos ni excesivamente exigentes en términos procesales, de tal manera que obstaculicen la satisfacción del derecho47. Este es un argumento que la Procuraduría puede esgrimir si las exigencias de la magistratura en torno al umbral de prueba u otros aspectos de fondo, transforman el requisito de fallar en derecho en un obstáculo a la satisfacción del deber de reparar. Ahora bien, para algunos doctrinantes, en las reparaciones judiciales se deben observar ciertos 44 Rincón, óp. cit., p. 84. 45 Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Gomes Lund y otros (Guerrilha do Araguaia) vs. Brasil. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de noviembre de 2010, párr. 246. 46 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Radicado No. 28769 del 11 de febrero de 2007, M.P. María del Rosario González de Lemos. 47 Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso de la Masacre de la Rochela vs. Colombia. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 11 de mayo de 2007, Serie C, No. 163, párr. 199. 41 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación requisitos, con independencia de si se trata de medidas individuales o colectivas: • En primer lugar, debe haber una identificación de la víctima. No puede haber lugar a reparaciones sin la presencia de ese sujeto esencial de la reparación. • En segundo lugar, se debe determinar el derecho violado y su fuente positiva o adscripta, con el fin de determinar si se trata de una prerrogativa vigente. • En tercer lugar, se debe establecer la gravedad y la naturaleza de las violaciones. • En cuarto lugar, se deben esclarecer “las circunstancias en las que se produce la violación del derecho y los efectos de esa violación”. • Por último, se debe examinar si la víctima cuenta con un recurso para reclamar remedio a su daño –es decir, escrutar si hay garantía del derecho a la reparación– y si los beneficios suministrados a título de reparación guardan relación de proporcionalidad48. Finalmente, existe una serie de disposiciones jurídicas alusivas a las reparaciones colectivas, específicas del sistema de Justicia y Paz y de la Ley de Víctimas. A pesar de que el sistema normativo colombiano está inspirado por el principio de coherencia del ordenamiento jurídico49, estas disposiciones distan de ser sistemáticas y reflejan un alto grado de indeterminación, quizás porque fueron producidas por distintas autoridades en momentos políticos diferentes. Su armonización y alcance, por lo tanto, es lo que al parecer pretendió la Ley 1592, aspecto sobre el que el presente documento no hará referencia explícita por ser asunto en el que la Procuraduría se pronunciará dentro del marco de sus competencias, ante eventuales demandas de inconstitucionalidad. No obstante, y a pesar de que algunas de ellas refieren a programas administrativos y no a mecanismos judiciales, se trata de un material jurídico que no puede ser ignorado: 48 Rincón, óp. cit., p. 102. 49 Corte Constitucional. Sentencia C-370 de 2006, M.P. Manuel José Cepeda y otros. 42 Disposiciones domésticas de referencia para reparaciones colectivas Norma Contenido Ley 975 de 2005, art. 8. “La reparación colectiva debe orientarse a la reconstrucción sico-social de las poblaciones afectadas por la violencia. Este mecanismo se prevé de manera especial para las comunidades afectadas por la ocurrencia de hechos de violencia sistemática”. Ley 975 de 2005, art. 49. “El Gobierno, siguiendo las recomendaciones de la Comisión Nacional de Reconciliación y Reparaciones, deberá implementar un programa institucional de reparación colectiva que comprenda acciones directamente orientadas a recuperar la institucionalidad propia del Estado Social de Derecho particularmente en las zonas más afectadas por la violencia; a recuperar y promover los derechos de los ciudadanos afectados por hechos de violencia, y a reconocer y dignificar a las víctimas de la violencia”. Decreto 3391 de 2006, art. 16. “En concordancia con lo dispuesto en el inciso 8 del artículo 8 de la Ley 975 de 2005, tratándose de comunidades afectadas por la ocurrencia de hechos de violencia masiva o sistemática, la reparación colectiva de la población afectada es el mecanismo especial e idóneo que comporta resarcimiento para todas y cada una de las víctimas de tales comunidades, además de encontrarse orientado a su reconstrucción sico-social. Los criterios formulados por la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación de conformidad con los incisos anteriores, serán considerados por la autoridad judicial para efectos de establecer las obligaciones de reparación en los procesos judiciales de su conocimiento. Parágrafo. La Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación deberá formular los criterios de que trata el presente artículo, a más tardar dentro de los cuatro (4) meses siguientes a la entrada en vigencia del presente decreto”. Decreto 3391 de 2006, art. 17, Parágrafo 1. “Se entenderá como medida de reparación colectiva la entrega, por parte de los desmovilizados, de bienes destinados al desarrollo de proyectos productivos en zonas afectadas por la violencia, que beneficien a desplazados, campesinos y reinsertados que carezcan de medios económicos para su subsistencia, otorgándoles participación en la propiedad y medios de producción de los mismos. En el caso de los bienes destinados al desarrollo de proyectos productivos en zonas afectadas por la violencia, el acta de que trata el inciso final del artículo 17 del decreto 4760 de 2005, que hará las veces de entrega de los mismos, indicará el control de tutela que realizará Acción Social sobre la administración y desarrollo de los proyectos por parte de los beneficiarios”. 43 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Disposiciones domésticas de referencia para reparaciones colectivas Norma Contenido Ley 1448 de 2011, art. 99. “Contratos para el uso del predio restituido. Cuando existan proyectos agroindustriales productivos en el predio objeto de restitución y con el propósito de desarrollar en forma completa el proyecto, el Magistrado que conozca del proceso podrá autorizar, mediante el trámite incidental, la celebración de contratos entre los beneficiarios de la restitución, y el opositor que estuviera desarrollando el proyecto productivo, sobre la base del reconocimiento del derecho de dominio del restituido o restituidos, y que el opositor haya probado su buena fe exenta de culpa en el proceso. Cuando no se pruebe la buena fe exenta de culpa, el Magistrado entregará el proyecto productivo a la Unidad Administrativa Especial de Gestión de Restitución de Tierras Despojadas para que lo explote a través de terceros y se destine el producido del proyecto a programas de reparación colectiva para víctimas en las vecindades del predio, incluyendo al beneficiario de la restitución. El Magistrado velará por la protección de los derechos de las partes y que estos obtengan una retribución económica adecuada”. Ley 1448 de 2011, art. 151. “Reparación colectiva. Dentro de los seis (6) meses siguientes a la promulgación de la presente Ley, la Unidad Administrativa Especial para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, tomando en consideración las recomendaciones de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación, y a través del Plan Nacional de Atención y Reparación Integral a las Víctimas, deberá implementar un Programa de Reparación Colectiva que tenga en cuenta cualquiera de los siguientes eventos: a) El daño ocasionado por la violación de los derechos colectivos; b) La violación grave y manifiesta de los derechos individuales de los miembros de los colectivos; c) El impacto colectivo de la violación de derechos individuales”. Ley 1448 de 2011, art. 152. “Sujetos de reparación colectiva. Para efectos de la presente ley, serán sujetos de la reparación colectiva de que trata el artículo anterior: 1. Grupos y organizaciones sociales y políticos; Comunidades determinadas a partir de un reconocimiento jurídico, político o social que se haga del colectivo, o en razón de la cultura, la zona o el territorio en el que habitan, o un propósito común”. A pesar de la indeterminación, existe una serie de reglas identificables en el cuerpo normativo sobre reparaciones colectivas: • Existe base legal para afirmar que uno de los objetivos de la reparación colectiva “es la reconstrucción sico social de las poblaciones afectadas 44 por la violencia”. La determinación específica de lo que significa ese término es una labor pendiente de los jueces. Lo que sí es claro es que existiría una presunción fuerte a favor de i) identificar los impactos psicosociales como componentes del daño colectivo, y ii) solicitar medidas de rehabilitación colectiva como parte de la estrategia judicial en los nuevos escenarios que plantea la ley. • El Decreto 3391 de 2006 remite a los criterios de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación en materia de reparación colectiva. Es decir, a los aprendizajes de la experiencia piloto que dieron lugar a la creación del Programa Institucional de Reparación Colectiva. Pero el documento está pensado para estrategias de política pública, no para procesos judiciales. Por consiguiente, sus elementos deben ser interpretados en ese contexto. La utilidad de una regla determinada de ese documento debería demostrarse, no presumirse. En particular, por el precedente de la Corte Suprema de Justicia, que prohíbe impartir órdenes a autoridades públicas y establece que sólo proceden los exhortos50. • La entrega de bienes para proyectos productivos parece ser considerada una medida de reparación colectiva. Por consiguiente, habría también base reglamentaria para afirmar que la restitución de predios a comunidades puede ser una medida solicitable en las intervenciones de la Procuraduría en el incidente de reparación integral, si las comunidades beneficiarias lo estiman conveniente. Con todo, el precedente sobre inmuebles y reparaciones muta permanentemente y parece haber una tendencia a redireccionar estos temas a la jurisdicción especializada en restitución creada por la Ley 1448 de 2011. Esta tendencia parece originada en el artículo 99 de esa norma, que establece que proyectos agroindustriales en predios objeto de restitución podrán ser entregados a la Unidad Administrativa Especial de Gestión de Restitución de Tierras con el fin de reparar con los rendimientos a las víctimas. Es preciso monitorear permanentemente la jurisprudencia para predecir las posibilidades que tendría de prosperar en el incidente de reparación una medida de esta naturaleza. 50 Precedente reiterado en la sentencia del caso “Iguano”. Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Sentencia contra Jorge Iván Laverde Zapata, M.P. Luis Guillermo Salazar. Expediente 35637, 6 de julio de 2012. 45 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación • Hay legislación expresa (Ley 1448 de 2001, art. 151) sobre la necesidad de tomar en cuenta la violación de derechos colectivos propiamente dichos, la violación grave y manifiesta de derechos individuales y el impacto colectivo de afectación a derechos individuales como fuentes de daño colectivo. También define en forma expresa como sujetos de reparación colectiva a las organizaciones sociales y políticas y comunidades reconocidas. • La Ley 975 de 2005 y el Decreto 3391 de 2006 regulan en forma explícita el subsistema de Justicia y Paz. Por el contrario, la Ley 1448 regula materias relacionadas –en especial el derecho a la reparación– y constituye un arreglo institucional diferente. 5. El concepto de reparación colectiva El concepto de daño colectivo ha cobrado una particular importancia dentro de los procesos que se han desarrollado en el marco de la Ley de Justicia y Paz. La razón principal obedece no solo a que se trata de un aspecto central en la perspectiva de la reparación judicial de las víctimas, sino por la dificultad que han tenido que enfrentar los intervinientes – tanto víctimas como operadores judiciales y representantes– para abordarlo en la práctica y pensarlo conceptualmente en perspectiva de la justicia transicional. Desde el punto de vista jurídico, la reparación colectiva no es una prerrogativa distinta del derecho a la reparación integral. Antes bien, es una modalidad que puede adoptar el derecho a la reparación integral de víctimas de violaciones a los derechos humanos e infracciones al derecho humanitario, consistente en medidas que se deben a sujetos colectivos victimizados, en sentido lato51, y que se proponen remediar daños colectivos causados por las violaciones en mención. Por consiguiente, se 51 Aquí se entiende la idea de sujeto colectivo en sentido amplio. Es decir, que puede ir más allá de sujetos con “unidad de sentido” o identidad común. La calificación de la subjetividad aquí es significativamente más laxa. Sin embargo, parece importante mantener la idea de sujeto colectivo para diferenciar el grupo de beneficiarios de la reparación colectiva frente a la generalidad de la sociedad. Existen otros mecanismos procesales para la protección de los derechos de la generalidad de la sociedad. En particular, cuando estos no están relacionados con el conflicto armado. 46 encuentra regulada en todos sus aspectos por las reglas generales del deber de reparar52. Este debe ser el punto de partida de cualquier definición que se construya dentro de la estrategia judicial de la Procuraduría en relación con el incidente. Lo anterior incluye tanto las reglas generales de los derechos humanos –por ejemplo, igualdad y no discriminación, imparcialidad y efectividad de los recursos, protección judicial, entre otras– como las específicas del derecho a la reparación. Por ejemplo, la necesidad de que esta sea justa, proporcional o adecuada, que incluya los componentes probados del derecho a la reparación integral y que el recurso judicial o administrativo para concederla goce de efectividad. La reparación colectiva no excluye a la reparación individual. Por el contrario, deberían guardar una relación coherente de complementariedad53. No obstante lo anterior, parece haber cierto grado de indeterminación en dos aspectos relacionados con las reparaciones colectivas54. El primero de ellos es la naturaleza de esta modalidad de la reparación y su distinción con otras formas de remediar el daño55. Aunque la respuesta a estos interrogantes parezca obvia, es un asunto que puede llegar a ser complejo. Particularmente, porque puede haber confusión con las garantías de no repetición, que si bien hacen parte de la reparación integral en perspectiva individual, suelen tener efectos que pueden alcanzar a la generalidad de la sociedad, o al menos a parte de ella. Del mismo modo, hay debate sobre quiénes pueden ser los beneficiarios de 52 “Cuando se hace referencia a la reparación colectiva, deben tenerse presentes las normas del derecho internacional de los derechos humanos que, de un lado, reconocen el derecho de las víctimas a la reparación y establecen la obligación de los Estados de adoptar medidas de reparación, y, del otro, definen la noción de reparación y las formas de reparación. En este sentido, la reparación colectiva responde a la definición general de reparación, busca los mismos objetivos de la reparación y puede ser materializada a través de las distintas formas que integran la reparación”. Rincón, óp. cit., p. 88. 53 Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Herramientas del Estado de derecho para sociedades en post-conflicto: programas de reparaciones. Naciones Unidas. Nueva York y Ginebra, 2008. 54 Rincón, óp. cit. 55 “A pesar de esta inicial claridad sobre el sentido y el alcance de las reparaciones colectivas, parece existir una dificultad en poder precisar cuándo son necesarias estas medidas o cuándo estamos ante una de estas medidas y no ante otro tipo de medidas”. Rincón, óp. cit., p. 88. 47 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación las reparaciones colectivas. Por consiguiente, también hay discusiones sobre la procedencia de las reparaciones colectivas. La reparación colectiva como modalidad es claramente admisible en el sistema jurídico colombiano56. También parece serlo en el derecho internacional57. En otros términos, no parece haber fuente jurídica que prohíba o desaconseje el suministro de medidas colectivas de reparación58. Las reparaciones colectivas son una categoría en evolución dentro del derecho de los derechos humanos59. Algunos expertos de Naciones Unidas han llamado la atención sobre la necesidad de precisar sus alcances, de cara a las demandas de grupos raciales, nacionales, étnicos, sociales o de otra índole60. También, sobre la conveniencia de fijar con claridad, desde la autoridad propia del derecho internacional, si la comprensión de lo colectivo se extiende a demandas conjuntas de grupos de víctimas individuales, o si se refiere a demandas colectivas de 56 “(x) la reparación tiene una dimensión doble (individual y colectiva) y en el plano individual abarca medidas de restitución, indemnización y readaptación; (xi) en el plano colectivo, la reparación se logra a través de medidas de carácter simbólico o de otro tipo que se proyectan a la comunidad”. Corte Constitucional. Sentencia C-370 de 2006, M.P. Jaime Córdoba Triviño y otros. 57 “Además del acceso individual a la justicia, deberían tomarse las disposiciones necesarias para que las víctimas pudieran presentar demandas de reparación colectivas y obtener una reparación colectiva”. Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Directrices de Bassiouni 2000. E/CN.4/2000/62. Los derechos civiles y políticos, en particular las cuestiones relacionadas con: la independencia del poder judicial, la administración de justicia, la impunidad. Directriz VIII.13. 58 “Las modalidades de reparación son diversas y abarcan: la restitución, la indemnización, la rehabilitación, la satisfacción y las garantías de no repetición. La reparación debe ser adecuada, justa y pronta y puede ser individual o colectiva, según la naturaleza del derecho violado y el conjunto humano afectado”. Corte Constitucional. Sentencia C-370 de 2006, M.P. Manuel José Cepeda y otros. 59 “Nada de lo dispuesto en estos Principios y directrices impide el futuro desarrollo de los derechos colectivos de las víctimas conforme al derecho internacional convencional y consuetudinario”. Principios y directrices básicos sobre las víctimas de violaciones manifiestas de las normas internacionales de derechos humanos y de violaciones graves del derecho internacional humanitario a interponer recursos y obtener reparaciones. 24 de octubre de 2003. 60 Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Directrices de Bassiouni 2000, párr. 32. 48 sujetos con la misma calidad61. Esto representa una oportunidad para los jueces de Justicia y Paz porque les permitiría determinar por vía de precedente el alcance que pueden tener las reparaciones colectivas. La Procuraduría puede incidir en ese diseño institucional por medio de su estrategia de litigio. En suma, la mejor estrategia para lidiar con la indeterminación en la Ley 975 es provocar pronunciamientos jurisprudenciales que regulen con mayor detalle la reparación colectiva, tanto en la Corte Constitucional como en la jurisdicción penal. La actuación de la Procuraduría puede ofrecer elementos para que la magistratura de Justicia y Paz, tanto en los tribunales como en la Corte Suprema, genere precedentes que regulen el alcance de las reparaciones colectivas, y contribuya a reducir la complejidad jurídica de este campo. Estos pueden estar basados en el contraste del desarrollo conceptual con datos empíricos sobre el terreno. Ahora bien, se debe asumir una posición frente a los derechos colectivos propiamente dichos. En efecto, el artículo 88 de la Constitución y la Ley 472 de 1998 reconocen una serie de derechos colectivos. Cuando quiera que sean vulnerados, es perfectamente posible exigir protección judicial, no solamente por medio de las acciones populares y de grupo sino eventualmente por vía de acciones de reparación directa o de responsabilidad civil extracontractual en la vía ordinaria. La pregunta que importa aquí es si el daño respecto de este tipo de derechos colectivos debería ser objeto de remedio en el incidente de reparación integral de la Ley 975 de 2005. Como veremos más adelante, algunos tratadistas sostienen que sí, siempre y cuando haya un nexo causal entre el daño colectivo del que se trate y la actividad del grupo armado ilegal. Pero esta aproximación no está exenta de problemas62. Primero, porque son derechos que suelen estar en cabeza de la sociedad en general y, por ende, cualquier persona estaría legitimada para demandar su amparo judicial. Segundo, porque, como ya se mencionó, cuentan con mecanismos procesales específicos. Sin embargo, su procedencia no debería ser descartada, por dos razones, una jurídica y otra empírica. Primero, porque no existe una regla jurídica que lo prohíba 61 Ibíd. 62 López, Claudia. (Coord.). Daño y reparación judicial en el ámbito de la Ley de Justicia y Paz. Bogotá: Agencia Alemana de Cooperación Internacional, p. 123. 49 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación y porque no parece contravenir el ordenamiento jurídico. Segundo, porque es altamente posible que en los talleres de diagnóstico del daño, las víctimas expresen expectativas de reparación por daños a ese tipo de derechos y que en el marco de los mismos se pruebe nexo causal con la acción del grupo armado específico. La combinación de estas variables habilitaría la procedencia reglada de este tipo de reparación. Tal como se ha podido constatar en los pasados incidentes de reparación integral, no existe todavía una aproximación unificada que logre consenso y claridad en la aproximación de cómo determinar y evaluar el daño colectivo en el contexto de la vía judicial de la Ley 975. En las audiencias de Justicia y Paz ha sido evidente la falta de consenso para abordar el tema. La solución a estos dilemas, a pesar de sus implicaciones prácticas, pasa necesariamente por dar respuesta prioritaria a ciertas preguntas conceptuales. 6. Los presupuestos de la reparación colectiva El daño es una noción ampliamente empleada en el discurso y práctica jurídica. Generalmente se comprende en relación con la idea de responsabilidad. El daño es afectación que se experimenta en el patrimonio material y por lo tanto, la reparación de ese daño normalmente conduce a una indemnización económica o pecuniaria. Como lo recoge de manera analítica Henao, la aproximación tradicional sugiere en forma prevalente que el daño es “la aminoración patrimonial sufrida por la víctima”63. No obstante, el daño no es, exclusivamente, una aminoración patrimonial. También comprende la afectación inmaterial sufrida por la víctima. En ese sentido, generalmente se clasifica el daño en dos grandes categorías: material e inmaterial. En principio, estas valen para las reparaciones colectivas, en la medida en que responden a la idea general de derecho a la reparación. De nuevo, lo “colectivo” es una modalidad, no una obligación distinta. 63 Henao, Juan Carlos. El daño. Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 1998, p. 84. 50 En cuanto al desarrollo del daño material, la doctrina es pacífica en reconocer dos expresiones principales del mismo: el daño emergente y el lucro cesante64. Por su parte, en el esquema del daño inmaterial, la tipología que se ha construido incluye varios conceptos, asociados en forma prevalente a una perspectiva individual de las reparaciones: el daño moral, el daño a la vida de relación, y más recientemente, el daño por alteración de las condiciones de existencia y el daño al proyecto de vida65. Adicionalmente, existen algunas premisas básicas acerca del daño que deben ser tenidas en cuenta en el plano jurídico: • “(i) el daño es el primer elemento a estudiar en un proceso de responsabilidad; (ii) el daño es un requisito necesario pero por sí mismo insuficiente para declarar la responsabilidad”; • “(iii) el daño debe ser probado por quien lo sufre; (iv) el daño debe ser indemnizado plenamente; y” • “(v) la indemnización del daño no depende de la acción procesal utilizada para obtener la reparación del mismo”66. 64 El “daño emergente” ha sido entendido como la afectación patrimonial derivada inmediata y directamente de los hechos, y el “lucro cesante” se refiere a la pérdida de ingresos económicos futuros. 65 El daño al proyecto de vida fue reconocido por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en su sentencia de reparaciones en el caso Loayza Tamayo contra la República de Perú. En dicha denominación se ha entendido que el daño al proyecto de vida comprende nociones diferentes a las que tradicionalmente se han entendido bajo las denominaciones de “daño emergente” y “lucro cesante”. El daño al proyecto de vida responde conceptualmente a la realización integral de la persona afectada, considerando las opciones de vida que la persona tendría razones para apreciar y que permiten fijarse determinadas expectativas y acceder a ellas. La Sala Penal de la Corte Suprema se ha pronunciado al respecto. Ha dicho que: “el daño al proyecto de vida, también denominado pérdida de oportunidades, el cual corresponde a aquellas aspiraciones, propósitos, potencialidades y expectativas de las personas que no pueden llevarse a feliz término en razón de la afrenta a sus derechos, como ocurre cuando alguien se ve compelido a retirarse de sus estudios con ocasión del daño causado, o cuando una lesión a su integridad lo priva de participar en una competencia deportiva de alto nivel para la cual se venía preparando con destacado desempeño. En algunas decisiones esta especie de daño se ha incluido de manera genérica dentro del daño moral, pero no se excluye que también pueda apreciarse en sede del daño material”. Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Segunda instancia 34547. Edward Cobos Téllez y Uber Enrique Banquez Martínez, 27 de abril de 2011, p. 133. 66 Centro Internacional de Toledo para la Paz. El proceso penal especial de Justicia y Paz. Alcances y límites de un proceso penal concebido en clave Transicional. Bogotá, 2010, p. 324. 51 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación De ese modo, sin importar que el daño aluda a una aminoración patrimonial o que se configure en un ámbito inmaterial, en cualquier caso el daño expresa la alteración negativa de un estado de cosas existente67. En otros términos, daño sería la materialización de un cambio desfavorable, bien sea material o inmaterial. Esto ameritaría un remedio que no se limita a cuantificar su valor y fijar una indemnización. Esto valdría tanto para víctimas individuales como colectivas. La Ley de Justicia y Paz ofrece una aproximación al daño. En el artículo 5 la Ley señalaba daños directos padecidos por las víctimas “[…] tales como lesiones transitorias o permanentes que ocasionen algún tipo de discapacidad física, psíquica y/o sensorial (visual y/o auditiva), sufrimiento emocional, pérdida financiera o menoscabo de sus derechos fundamentales”. Por otra parte, su artículo 15 establece la obligación de la Fiscalía General de la Nación de “asegurar el esclarecimiento de la verdad” y, al mismo tiempo, “deberá investigar, entre otros, los daños que individual o colectivamente haya causado de manera directa a las víctimas”. Esto es importante porque la verdad judicial puede contribuir a determinar el alcance del daño. Además, porque la búsqueda de la verdad puede ser una medida de reparación simbólica o con efecto reparador. Por su parte, el artículo 23 de la Ley señalaba la oportunidad procesal para la reparación de esos daños. Así se establecía que el incidente de reparación integral era el escenario referencial donde se abordaba “la reparación integral de los daños causados con la conducta criminal”. Las ideas de daño y perjuicio guardan algunas diferencias. La diferencia fundamental consistiría en que el daño es un hecho –la lesión de un derecho– mientras que el perjuicio es “el menoscabo patrimonial de una persona en concreto”68. En otros términos, el patrimonio –cuando se trata de afectación material– es el que sufre el perjuicio, que a su vez proviene del daño. Así, “se indemniza sólo el perjuicio que proviene del daño”69. La diferencia valdría para el daño inmaterial. En este caso, el daño sigue siendo el hecho, mientras que el perjuicio sería el cambio desfavorable experimentado por la víctima en el goce de derechos no 67 Henao, óp. cit. 68 Ibíd., p. 77. 69 Ibíd., p. 78. 52 patrimoniales. Ahora bien, aunque existan esos perjuicios que no se perciben en el patrimonio de quien pretende las reparaciones, aunque la indemnización, cuando proceda, puede ingresar a él. También debe precisarse que en la jurisprudencia colombiana, tanto en Justicia y Paz como en el Consejo de Estado, es bastante común que ambos conceptos sean usados en forma indistinta. En concreto, la idea de daño colectivo puede ser definida a partir de varios de los conceptos básicos de daño. La primera de ellas, es la “alteración negativa de un estado de cosas existente”70. Para Henao, se ha definido como: • Aminoración de una situación favorable; • Lesión del derecho ajeno consistente en merma patrimonial y o sufrimiento moral; • Menoscabo de las facultades jurídicas para disfrutar de un bien patrimonial o extra patrimonial; • Detrimento en bienes patrimoniales y/o espirituales por hecho propio o ajeno o caso fortuito; • Detrimento al patrimonio o lesión al honor; • Detrimento patrimonial sufrido por la víctima71. Por su parte, López sostiene que el daño colectivo es: […] el que ataca un interés de la comunidad, un interés o un bien colectivo, y por ello genera un daño de la misma naturaleza sin perjuicio de que, eventualmente, pudiera ocasionar también daños individuales. […] El daño colectivo solo tiene una víctima directa: la colectividad, la comunidad. Los individuos solo resultan perjudicados en tanto pertenecen a ella, así como los bienes colectivos favorecen a la colectividad, (y a sus integrantes los individuos, únicamente en cuanto forman parte de aquélla), así también la lesión a tales bienes sólo los perjudica indirectamente, en cuanto integrantes del ente colectivo que es también el perjudicado. Por eso la reparación es también colectiva; no favorece a determinados individuos en 70 Ibíd., p. 84. 71 Ibíd. 53 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación particular; ellos resultan beneficiados como integrantes de la colectividad en tanto pueden retornar al disfrute del interés colectivo quebrantado o de otro equivalente72. De esta forma, la reparación del daño colectivo solo podría ser solicitada por la colectividad específica –en sentido amplio– de la que se trate o por quien tenga el mandato legal o judicial para representarla. No estrictamente por los individuos, en tanto tales, que la componen. De alguna manera, esta modalidad de reparación reconoce que no solamente la dimensión personal del ciudadano o ciudadana debe ser objeto de protección jurídica. También su dimensión social73. La distinción entre daño colectivamente causado y daño colectivamente padecido, es útil para identificar el ámbito de interés para la función de la Procuraduría. En efecto, puede haber daño colectivamente causado que, sin embargo, genere un perjuicio eminentemente individual. En tal caso, el litigio debería ser realizado por los Representantes Judiciales de Víctimas de la Defensoría del Pueblo. En el caso del daño colectivamente padecido, es indistinto en términos de su procedencia si es atribuible a la acción de un solo sujeto responsable o a una sumatoria de ellos. Podría ameritar, de todas formas, reparación en modalidad colectiva, dependiendo de las circunstancias particulares del caso. Un punto importante de la definición de daño colectivo es si se refiere a un número determinado de personas o si por el contrario podría aludir a la sociedad, pero en un espacio social determinable. En principio, la noción cabría condicionadamente para ambos supuestos. Empero, su utilidad práctica para las reparaciones colectivas en función del procedimiento judicial de la Ley 975 dependería altamente de los hechos de cada caso y de las expectativas de reparación que tengan las víctimas de las que se trate. Se puede hablar de daño colectivo cuando se afecta a una comunidad determinada, por ejemplo, un pueblo indígena, un sindicato o una comunidad campesina, bien sea por lesión al goce de la propiedad, la participación política o la identidad común. También cabe para eventos en los cuales se trata de derechos colectivos con alcance general, como la moralidad administrativa, la paz o el patrimonio cultural de la Nación. En los dos casos, la dogmática del derecho de daños 72 López, Claudia, óp. cit., p. 118. 73 Ibíd., p. 115. 54 admite la existencia de una dimensión colectiva. La característica común sería la posibilidad de identificar impactos claramente distinguibles de afectaciones individuales. Ahora bien, la pregunta es si el daño generalizado en cabeza de la sociedad, es decir, que no corresponde a un grupo específico, debe ser objeto de reparación colectiva en el marco del procedimiento especial de Justicia y Paz. La respuesta a esta pregunta debe estar antecedida de dos cuestiones. Primero, es preciso tener presente que también existen otros mecanismos procesales para proteger derechos colectivos. Las acciones populares son útiles para la protección frente a este tipo de daños. La reparación, por su parte, puede ser obtenida mediante la acción de reparación directa o las acciones de grupo, que son mecanismos especializados para obtener remedio por perjuicios. Luego es preciso establecer requisitos específicos para determinar si la reparación colectiva de los daños de los que se trate procede dentro del procedimiento especial de Justicia y Paz. El principal de ellos es que tales hechos sean atribuibles al “grupo armado específico”74 que es objeto de la acción judicial en el marco de la Ley 975. Segundo, hay una cuestión de orden empírico, pero que no por ello deja de tener relevancia normativa, tanto para el diseño de leyes como la generación de jurisprudencia. La expresión de voluntad sobre la aceptación de las medidas de reparación es un criterio de validez, dado el estatus jurídico importante que tiene la participación de las víctimas en la regulación jurídica del sistema de Justicia y Paz. La experiencia en reparaciones parece aconsejar la necesidad de identificar un sujeto colectivo –que no necesariamente tiene que ser una comunidad étnica– para evitar que las víctimas rechacen reparaciones colectivas dirigidas a la generalidad de la sociedad, en abstracto. Ese sujeto colectivo puede ser entendido en sentido amplio. No necesariamente tiene que observar una unidad de sentido, o en otras palabras, una identidad común fuerte, como la que se encuentra en comunidades étnicas, sindicatos o partidos políticos. Lo importante aquí es que haya un elemento común que distinga a ese grupo humano de la sociedad en general, aunque haga parte de ella. 74 Corte Constitucional. Sentencia C-370 de 2006, M.P. Manuel José Cepeda y otros. 55 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Lo anterior para evitar que las reparaciones colectivas sean suministradas a grupos de personas que constituyen simple sumatoria de individuos: “ofrecer reparaciones colectivas como reparación a grupos que en realidad no se asumen [de alguna manera] como un sujeto colectivo […] puede resultar en frustración para las víctimas”75. Para desarrollar este punto en detalle es de utilidad considerar dos experiencias: los casos de las masacres de Villatina y de Bojayá. En 1992 hubo una masacre en la zona urbana de Medellín, a manos de miembros de la Policía Nacional vestidos de civil. Ocho niños entre 8 y 17 años fueron asesinados. El caso fue elevado por una organización no gubernamental colombiana ante el sistema interamericano de derechos humanos. El procedimiento desembocó en solución amistosa entre el Estado y los peticionarios. Los términos del acuerdo incluyeron reconocimiento de responsabilidad por parte del Estado colombiano, medidas individuales de reparación, y lo que se dio en llamar “reparación social”. Esto último no era otra cosa que una serie de medidas con dimensión colectiva, dirigidas a beneficiar a la comunidad en la que vivían las víctimas directas. Buena parte de los familiares de las víctimas continuaban viviendo allí. Con todo, las víctimas directas y los beneficiarios de estas medidas de reparación social no tenían una identidad compartida, ni habían solicitado como un grupo la diseminación de esa modalidad de reparación. Varias medidas fueron puestas en marcha. Primero, el mejoramiento del centro de salud existente en el barrio. Este incluía una placa conmemorativa en las instalaciones. En segundo lugar, se adecuó la institución educativa de la zona, de tal manera que pudiese ofrecer, además de básica primaria, bachillerato. Así, la infraestructura fue perfeccionada y los cursos superiores fueron paulatinamente convocados. También se creó un proyecto productivo dirigido principalmente a los familiares de las víctimas, pero que incluía un componente de capacitación productiva para la comunidad de la zona. Finalmente, se eligió erigir un monumento de desagravio en algún punto de la ciudad, a cargo de la alcaldía. El espíritu de esta batería de medidas consistía en interpretar que el daño 75 Uprimny, Rodrigo y Díaz, Catalina. Reparar en Colombia: los dilemas en contextos de conflicto, pobreza y exclusión. Bogotá: Centro Internacional para la Justicia Transicional y Centro de Estudios en Derecho, Justicia y Sociedad, 2009, p. 165. 56 había desbordado la simple sumatoria de las víctimas indirectas y había alcanzado a la comunidad. No obstante lo anterior, las medidas no fueron bien recibidas por las víctimas. Mientras muchos miembros de la comunidad no sabían que se trataba de reparaciones, pues asumían que estaban frente a inversión social ordinaria, varios de los familiares de las víctimas directas expresaron su insatisfacción por el hecho de que otras personas –es decir, quienes no eran víctimas directas ni indirectas, y que solo compartían un factor de coincidencia geográfica con el lugar de los hechos– “se pudieran beneficiar de las medidas”. Aunque sus representantes judiciales tenían la idea de generar innovación en el campo mediante la solicitud de reparaciones para la comunidad, las madres rechazaban la posibilidad de que personas distintas a los familiares percibieran beneficios: Pero lo que sí tenemos claro es que hay una concepción diferente de las mamás y de parte nuestra en este punto. En el sentido de que nosotros queríamos algo que beneficiara a la comunidad, pero ellas no estaban de acuerdo, porque decían “por qué para la comunidad, si las que perdieron los hijos fuimos nosotras”. En ese momento nosotras como representantes del caso, planteamos al Gobierno la posibilidad de cambiar la idea original del proyecto productivo para la comunidad, por uno que beneficiara a las familias directamente afectadas76. Parece razonable interpretar que, en ausencia de algún tipo de identidad colectiva o de expectativa común a la hora de suministrar reparaciones con la misma naturaleza, se corren al menos dos riesgos. El primero de ellos es que las víctimas –y en ocasiones, las personas que habitan con ellas las mismas zonas geográficas– no perciban el carácter reparador de las medidas, y entiendan que tales beneficios corresponden, simplemente, a la inversión social ordinaria que los gobiernos deben hacer. Esta impresión se ve exacerbada por el hecho de que quienes no fueron víctimas –al menos en el sentido típico de la expresión– están en posibilidad de percibir exactamente los mismos beneficios que quienes 76 Entrevista al representante judicial de las víctimas del caso ante el sistema interamericano de protección. Citado en Uprimny, Rodrigo y Díaz, Catalina, óp. cit., p. 423. 57 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación sí lo fueron (uso del servicio de salud, matrícula escolar en el colegio adecuado, capacitación productiva). El segundo riesgo es que rechacen la ausencia de identidad entre víctimas y beneficiarios reales. Esta ausencia de identidad tiene dos dimensiones. La primera de ellas, es la que alude a la carencia de elementos culturales, sociales, étnicos, políticos o de índole similar que impide hablar de un sujeto que va más allá de la simple suma de los integrantes del grupo humano del que se trate. Es decir, se trata de personas que más allá de habitar en la misma localización geográfica, no tienen mucho más en común. La segunda –asociada a lo anterior– es la imposibilidad de predicar que quienes tienen derecho a la reparación y quienes en efecto perciben los beneficios son las mismas personas. Es decir, por el contrario, puede ocurrir que sean personas naturales distintas, que no constituyen un sujeto colectivo en sentido amplio. Por consiguiente, ni coinciden en perspectiva comunitaria, ni son los mismos desde el enfoque individual. Esto obstaculiza la posibilidad de convertir a toda víctima (persona elegible) en beneficiario real de la reparación77. Por ello, la reacción de las víctimas del caso Villatina fue predecible: hubo conformidad relativa con cierto tipo de medidas, particularmente las indemnizaciones individuales. Pero las llamadas reparaciones sociales, que se parecen mucho a las medidas de reparación colectiva, fueron rechazadas con vehemencia por una parte importante del universo de reclamantes. Hubo un sentimiento generalizado en el que se creía que las reparaciones colectivas que se ofrecieron al barrio pudieron haber desmejorado las reparaciones individuales a las que tenían derecho las víctimas directas78. Esto no es un asunto de representación dentro del colectivo, porque de hecho, las víctimas no se sentían parte de una comunidad. Sencillamente, eran individuos que estaban haciendo causa común por hechos concomitantes que los habían afectado. Aprecian los beneficios de educación y salud que les son asignados, pero tienen confusión sobre el título jurídico de la medida y tienden a creer que es injusto que el efecto benéfico de la medida tenga efecto amplio. Por otro lado, no hay evidencia de que el equipo de concertación de las medidas del caso Villatina haya indagado entre habitantes del barrio, 77 De Greiff, óp. cit. 78 Uprimny y Díaz, óp. cit. 58 distintos de las víctimas directas, si se sentían lesionados con el evento de la masacre y si pensaban que esto ameritaba reparación. En tales ejercicios es fundamental tener en cuenta, dado el pronunciado contexto colombiano de pobreza y exclusión, que muchas personas tendrían incentivos para reclamar reparaciones sin tener, en principio, derecho a ellas. Esto a pesar de que las reparaciones deberían tener vocación de justicia distributiva. En este punto el reto consiste en ser cuidadosos para que los mecanismos de asignación de beneficios a título de reparación – sean estos judiciales o administrativos– sean rigurosos para impedir que quienes no son elegibles reciban reparaciones, pero al mismo tiempo, sean flexibles para permitir que todas las víctimas, en situación de vulnerabilidad, puedan percibir los beneficios. Otro caso tipo que ofrece razones en contra de reparaciones colectivas mal suministradas es Bojayá. En ese municipio del Medio Atrato chocoano hubo una masacre de alrededor de cien personas en 2002. Un grupo armado lanzó una pipeta de gas sobre la iglesia donde se refugiaban los civiles. El Gobierno Nacional decidió desplegar un ambicioso dispositivo de inversión en el municipio, que contó con recursos cuatro veces mayores al presupuesto anual de la localidad. Hubo algunos elementos de tipo participativo que no fueron tenidos en cuenta, como por ejemplo la posición del pueblo en términos de la relación cultural que las comunidades tienen con el río. Otro error serio fue no usar un lenguaje de reparaciones desde el principio, que invitara a las comunidades a interpretar que los beneficios materiales que estaban recibiendo obedecían a un esfuerzo por remediar el daño. Más del 90% de las víctimas del municipio de Bojayá son indígenas o afrodescendientes. Sin embargo, muchas de las medidas que fueron diseminadas masivamente, y que posteriormente el Gobierno presentaría como esfuerzos de reparaciones, no fueron entendidas de esa manera por los sujetos colectivos presentes en la zona. Principalmente, porque no hubo, en estricto sentido, medidas dirigidas a reparar los daños que esos sujetos colectivos percibieron79. De hecho, muchas de las personas que fueron beneficiarias de las inversiones ni fueron afectadas en lo personal por la masacre, ni se sentían parte de un colectivo lesionado 79 Lozano, Carlos. “Entre la redistribución y el reconocimiento: percepciones de las víctimas sobre la inversión social focalizada a causa de la masacre de Bojayá”. En: Uprimny y Díaz, óp. cit., p. 520. 59 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación por ella. Aunque así fuera, son discutibles las razones por las cuales ellas recibieron inmuebles, mientras víctimas directas no fueron cobijadas con esta medida. Si se tratara de reparar colectivos, lo procedente habría sido entregar medidas simbólicas y materiales a las comunidades, por conducto de sus representantes o sus autoridades tradicionales. En su lugar, lo que se obtuvo fue lo siguiente: • El principal criterio de asignación de beneficios fue tener fijado el domicilio en zona urbana de Bojayá al momento de la puesta en marcha de la política (no se sabe si también de la masacre). • Aunque había sujetos colectivos fácilmente identificables, no se entregaron beneficios a comunidades, sino a individuos; como consecuencia, muchas personas pertenecientes a comunidades étnicas no percibieron beneficios a pesar de ser víctimas directas de la masacre, principalmente por estar desplazados fuera de Bojayá al momento de la entrega de aquellos. • Al mismo tiempo, personas que no fueron víctimas directas o indirectas de los hechos, y que no parecen guardar una relación identitaria o cultural con las comunidades de la zona, sí fueron destinatarias de viviendas, aunque partieron de la zona, incluso con anterioridad a la comisión de la masacre. El caso Bojayá es muy sugestivo porque demuestra cómo las reparaciones colectivas pueden fracasar aun en universos poblacionales donde la inmensa mayoría de las víctimas pertenece a un sujeto colectivo, porque dicho sujeto no es suficientemente identificado. En otras palabras, el sujeto colectivo fue ignorado, aunque era evidente que estaba ahí, y en su lugar el Estado se dedicó a distribuir recursos nada despreciables (por un valor ocho veces mayor al plan de desarrollo anual del municipio) entre las personas que hacían parte del colectivo, pero como si fueran simples individuos. En resumen, las reglas que parecen extraerse de estas dos experiencias son las siguientes: • La procedencia de las reparaciones colectivas debe demostrarse, no presumirse, a partir de dos criterios: – La existencia de un sujeto colectivo (en adición al daño, en tanto presupuesto). 60 – O, en ausencia de ese sujeto en sentido estricto, la pretensión explícita de reparación de una comunidad por daño colectivo imputable al procesado o al grupo armado (sujeto en sentido amplio). • La simple constatación de la existencia de un sujeto colectivo no es suficiente. Hace falta, además: – Que las medidas sean diseñadas en función de las necesidades de ese sujeto. – Que dicho sujeto sea consultado. 7. Doctrina específica sobre daño colectivo La intervención de la Procuraduría en el incidente de reparación consultó la dogmática del daño colectivo y su reparación. El concepto de daño colectivo se sirve de la idea de bien jurídico colectivo, en la medida en que aquel tiene un efecto negativo sobre este. Esto hace necesaria la reparación colectiva. Un bien jurídico colectivo es aquel que “no puede ser apropiado individualmente ni disfrutado exclusivamente por los individuos, sino que satisface necesidades generales [de un sujeto colectivo]”80. En este sentido, son características de los bienes [jurídicos] colectivos81: • La titularidad compartida. • La indivisibilidad. • La indisponibilidad unilateral. El bien jurídico es lo deseado o el objeto que posibilita la satisfacción, mientras que el derecho es el atributo jurídico que permite el disfrute. 80 Rivera Morales, Rodrigo. Protección constitucional y procesal de víctima de delitos colectivos. Las acciones colectivas como instrumento de protección de la víctima colectiva. Editorial Académica Española, 2011, p. 221. 81 Ibíd. 61 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Vale decir que los derechos colectivos son típicamente derechos a bienes colectivos”82. Otros autores sostienen que “el bien jurídico [colectivo] implica siempre una relación masiva y universal […] se trata de relaciones sociales que son consideradas esenciales [dentro de una comunidad] en el sistema de relaciones de sus miembros”83. Tanto la protección preventiva de un derecho, como la tutela posterior representada por la reparación del daño responden a la necesidad de amparar bienes jurídicos, para este caso, colectivos. De esta manera, “el bien jurídico [colectivo] no puede descomponerse en porciones atribuibles a los individuos”84. La indivisibilidad aquí tiene al menos dos dimensiones. Primero, la esencia colectiva del bien impide la asignación por medio de porciones a los individuos que hacen parte de la colectividad. Por otro lado, “la conducta no se dirige en específico a un bien individual sino que somete a riesgo a una pluralidad de personas o sus condiciones de existencia social, residiendo allí la pluriofensividad y la indivisibilidad en cuanto al ataque[,] puesto que se dirige a la masa y no persona determinada –concurren que hay pluralidad de sujetos pasivos y que hay indeterminación previa de los sujetos pasivos–. En ambos casos el tratamiento de la protección es común, pudiéndose predicar su indivisibilidad”85. Los bienes jurídicos colectivos han sido clasificados en función de distintos criterios. El primero de ellos es la titularidad. El segundo es su función social. El tercero es la relación de funcionamiento con el sistema jurídico86. A partir de ellos se ha propuesto un paradigma de clasificación, compuesto por varias categorías: • La primera de ellas es la de bienes jurídicos colectivos de funcionalidad social, es decir, bienes“que posibilitan la existencia y el funcionamiento de la sociedad”87. 82 Ibíd. 83 Bustos Ramírez, Juan. Los bienes jurídicos colectivos. Citado en Rivera Morales, óp. cit., p. 252. 84 Rivera Morales, óp. cit., p. 266. 85 Ibíd., p. 267. 86 Ibíd. 87 Ibíd. 62 • La segunda es la categoría de los bienes jurídicos colectivos de referente individual. Estos son bienes que “afectan a una pluralidad de personas en virtud de su pertenencia social o la vida en común, [en los que] por lo general, no hay mediación de entes institucionales en la protección del bien”88. • Finalmente, se tienen los bienes jurídicos individuales “colectivizados por el ataque masivo”. Se refiere a los casos en los que el bien está estructurado en términos individuales, “pero la modalidad masiva del ataque es pluriofensiva, pues se dirige al grupo social o comunidad. Estos bienes son colectivizados en virtud del resultado de la actividad que produjo una pluriofensividad”89. Debe advertirse que esta colectivización opera para agravar el tipo individual, es decir, el bien individual mantiene su sustantividad. No obstante, como garantía de la vida social y el derecho a lo social si se produce un ataque contra ellas, bien sea de puesta en peligro o de lesión concreta, funciona como agravación del delito individual. La diferencia con el anterior es que la pluriofensividad surge por el ataque a grupos indeterminados concretándose en lesiones individuales pero en afectación de masas90. Dependiendo de esta clasificación, las implicaciones procesales para los mecanismos tanto de amparo como de reparación de la lesión a este tipo de bienes pueden variar. Además de responder a bienes jurídicos colectivos, el daño colectivo debe estar cualificado por una serie de características que, en general, son predicables de casi cualquier tipo de daño con vocación de ser reparado. En primer lugar, el daño es el primer elemento a estudiar para la procedencia de las reparaciones colectivas, aun antes del llamado sujeto colectivo y de la estrategia para el diseño específico de las medidas91. No puede haber responsabilidad sin daño demostrado adecuadamente. En otras palabras, si no hay un daño colectivo, no es necesario pensar en reparaciones colectivas. Esto parece obvio, pero es una ruta que debe 88 Ibíd., p. 272. 89 Ibíd. 90 Ibíd. 91 Henao, Juan Carlos. El daño. Análisis comparativo de la responsabilidad extracontractual del Estado en derecho colombiano y francés. Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 2007, p. 36. 63 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación seguirse en el diseño de la estrategia judicial. Menos aun, teniendo en cuenta que el enriquecimiento sin causa está prohibido y que debe haber proporcionalidad en las reparaciones, dado que en Colombia no hay daños punitivos. Como corolario de lo anterior, se puede afirmar que el daño “es requisito necesario pero no suficiente” para la procedencia de las reparaciones colectivas92. Para ello, se debe demostrar también la imputabilidad al demandado, de tal suerte que no exista una causal de exoneración de responsabilidad o que el deber de reparar en efecto existe porque la víctima no estaba en el deber jurídico de soportar el daño. El daño debe ser probado por quien lo alega. Quien pretende la reparación tiene la carga de acreditarlo. Esto parece obvio, pero también es importante decirlo para distinguir entre reparaciones colectivas administrativas y reparaciones colectivas judiciales. Las primeras son un modo facultativo de satisfacer el deber de reparar, dado que la idea de recurso efectivo en las reparaciones no está restringida exclusivamente a los mecanismos judiciales. Están pensadas para contextos de masividad que desafían la lógica de funcionamiento de los procesos judiciales, que parten del supuesto de que la transgresión a las normas que aplican es ocasional y no generalizada93. Se proponen evitar a las víctimas las cargas propias de la comprobación judicial. Intentan hacer esto, especialmente, a partir de la estandarización y flexibilización de parámetros probatorios. En algunos casos, se contempla la inversión de la carga de la prueba. Por el contrario, en los escenarios judiciales dicha carga persiste en cabeza de quien pretende la reparación. Ahora bien, tratándose de sujetos colectivos, lo fundamental es que la persona que ejerce la representación esté legitimada para hacerlo, bien sea por mandato legal o judicial. El daño debe ser indemnizado plenamente. La Corte Constitucional ha dicho que “el resarcimiento del perjuicio debe guardar correspondencia directa con la magnitud del daño causado, mas no puede superar ese límite”94. De nuevo, si la compensación rebasa la entidad del daño, habrá lugar a enriquecimiento sin causa. Tal enriquecimiento también 92 Ibíd., p. 38. 93 De Greiff, óp. cit. 94 Corte Constitucional. Sentencia C-197 de 1993, M.P. Antonio Barrera Carbonell. 64 puede predicarse de los beneficiarios de reparación colectiva. En la medida en que los sujetos colectivos pueden ser –aunque no siempre son– personas jurídicas, por tanto, titulares de patrimonio, los beneficios patrimoniales que ingresen a su favor, y que no guarden una relación proporcional con los daños, excederán el propósito de la reparación. Tampoco es posible asignar indemnizaciones a título de daño punitivo. Por las mismas razones, en escenarios judiciales la reparación no debería ser menor a lo que se pruebe adecuadamente. Como es evidente, esto lleva a concluir que las indemnizaciones también pueden ser parte de las reparaciones colectivas. Ahora bien, puede ocurrir que con ocasión de la indemnización, la situación económica real de la víctima colectiva cambie sustancialmente, dado el efecto acumulativo de la suma asignada. A la larga, de alguna manera la restitución del equilibrio en el que se encontraba la persona con anterioridad a la comisión de los hechos es una ficción jurídica. Con todo, esto no significa que la mejoría económica que pueda traer consigo la reparación colectiva habilite el descuento de sumas que afecten la integralidad de la indemnización95. En otras palabras, no hay cesación parcial o definitiva del daño cuando “hay situación favorable generada por la víctima con posterioridad al mismo”96. Finalmente, el daño debe ser cierto. Es decir, debe contar con una entidad real y no eventual. En otras palabras, no debe ser “un daño genérico o hipotético sino uno específico, cierto: el que sufre una persona determinada”97. Así, es preciso tener presentes los conceptos de perjuicio cierto y perjuicio eventual. El primero es aquel respecto del cual es posible determinar, con algún grado de certeza, que ha sido causado. El segundo, alude a eventos en los cuales existe una serie de condiciones que propiciarían que el perjuicio tenga lugar, aunque aún no ha acontecido. Mientras que respecto del primero no hay duda alguna en cuanto a su existencia, frente al segundo no es del todo claro que se pueda realizar esa afirmación: 95 Henao, óp. cit., p. 69. 96 Ibíd., p. 75. 97 Ibíd., p. 129. 65 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación La existencia es entonces la característica que distingue al perjuicio cierto. Pero, si la existencia del perjuicio es la singularidad de su certeza, no podemos sin embargo confundir las diferencias entre la existencia del perjuicio y la determinación de su indemnización. En efecto, según el profesor Chapus, lo que el juez no puede hacer, en ausencia de la determinación del perjuicio, es otorgar una indemnización que repare, y ello por la fuerza misma de las cosas, porque la realidad y dimensión del perjuicio son la medida de su indemnización. Pero bien puede reconocer que la responsabilidad se compromete cuando la existencia del perjuicio se establece, sin importar las dudas que se tengan acerca de su extensión exacta. En la doctrina colombiana el profesor Tamayo Jaramillo enuncia que según la jurisprudencia, se distingue entre la existencia del perjuicio y la de su cuantía, aceptando que lo indispensable es la prueba de la primera, con lo cual se abre camino para que, en un incidente posterior, se demuestre el monto de la segunda. […] Para que el perjuicio se considere existente es indiferente que sea pasado o futuro, pues el problema siempre será el mismo: probar la certeza del perjuicio98. 8. La víctima colectiva y los derechos de los sujetos colectivos La víctima de violaciones a derechos humanos y/o infracciones al derecho internacional humanitario es el titular del derecho a la reparación integral99. Esto es así con independencia de que el autor 98 Ibíd., p. 131. 99 A los efectos del presente documento, se entenderá por víctima a toda persona que haya sufrido daños, individual o colectivamente, incluidas lesiones físicas o mentales, sufrimiento emocional, pérdidas económicas o menoscabo sustancial de sus derechos fundamentales, como consecuencia de acciones u omisiones que constituyan una violación manifiesta de las normas internacionales de derechos humanos o una violación grave del derecho internacional humanitario. Cuando corresponda, y en conformidad con el derecho interno, el término “víctima” también comprenderá a la familia inmediata o las personas a cargo de la víctima directa y a las personas que hayan sufrido daños al intervenir para prestar asistencia a víctimas en peligro o para impedir la victimización. Véase, Asamblea General de las Naciones Unidas. Principios y directrices…, óp. cit. 66 sea individualizado o condenado, e incluso, de que sea reconocida por disposiciones de derecho interno. Incluye tanto a las víctimas directas como a las indirectas100. Para algunos autores, a diferencia de los derechos a la verdad y la justicia, del cual pueden ser titulares, de alguna manera, las sociedades, el derecho a la reparación “ha sido considerado, hasta ahora, fundamentalmente un derecho de las víctimas [humanas] de violaciones a derechos”101. En cualquier caso, el amparo de los derechos colectivos está encaminado a la protección de la persona humana y la dimensión social de su existencia102. La doctrina ha tenido distintas aproximaciones a la idea de víctima colectiva. Algunos autores sostienen que víctima colectiva es “aquella que es afectada por la lesión de un bien jurídico-penal colectivo”103. 100 “Por su parte, la Corte Constitucional ha señalado que debe tenerse como víctima o perjudicado de un delito penal a la persona que ha sufrido un daño real, concreto y específico, cualquiera sea la naturaleza de éste y el delito que lo ocasionó. Subraya la Corte que en las presunciones establecidas en los incisos 2 y 5 del artículo 5 se incluyen elementos definitorios referentes a la configuración de ciertos tipos penales. Así, en el inciso 2 se señala que la condición de familiar víctima se concreta cuando a la ‘víctima directa’ ‘se le hubiere dado muerte o estuviere desaparecida’. Es decir, que los familiares en el grado allí señalado se tendrán como víctimas solo en tales supuestos. Esto podría ser interpretado en el sentido de que los familiares, aun en el primer grado establecido en la norma, no se consideran víctima si un familiar no fue muerto o desaparecido. Esta interpretación sería inconstitucional por limitar de manera excesiva el concepto de víctima a tal punto que excluiría de esa condición y, por lo tanto, del goce de los derechos constitucionales propios de las víctimas, a los familiares de los secuestrados, de los que sufrieron graves lesiones, de los torturados, de los desplazados forzosamente, en fin, a muchos familiares de víctimas directas de otros delitos distintos a los que para su configuración exigen demostración de la muerte o desaparición. Esta exclusión se revela especialmente gravosa en casos donde tal delito recae sobre familias enteras, como sucede con el desplazamiento forzado, o donde la víctima directa estando viva o presente ha sufrido un daño psicológico tal que se rehúsa a hacer valer para sí misma sus derechos, como podría ocurrir en un caso como la tortura. Las víctimas que demuestren haber sufrido un daño real, concreto y específico, así como sus familiares que cumplan los requisitos probatorios correspondientes, pueden hacer valer sus derechos”. Corte Constitucional. Sentencia C-370 de 2006, M.P. Manuel José Cepeda y otros. 101 Rincón, óp. cit., p. 75 102 Álvarez García, Francisco J. “Bien jurídico y Constitución”. Revista Cuadernos de Política Criminal, No. 43 (1991). Universidad Complutense de Madrid: Instituto Universitario de Criminología. Editoriales de Derecho Reunidas, EDERSA. p. 26. 103 Rivera Morales, óp. cit., p. 469. 67 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación El derecho internacional parece distinguir entre “personas”, “grupos” y “comunidades”104. Por los primeros, se entienden normalmente los individuos, aunque los sujetos colectivos pueden ser personas jurídicas. Por las comunidades, parece entenderse grupos humanos que tienen elementos sociales, culturales y de otra índole en común o habitan en forma histórica un territorio. El ejemplo más obvio son las etnias105. O pueden ser grupos humanos organizados en un lugar geográfico determinado, cuyos integrantes han sufrido un daño por el hecho de pertenecer a la comunidad en mención106. Este último podría ser el caso, muy común en Colombia, de comunidades campesinas victimizadas. En cuanto a la idea de grupos, algunos tratadistas sugieren que se refiere tanto a grupos pre existentes al acto que origina la violación como a “quienes sufren un daño producido por la misma causa, bien sea que se trate de la violación de un derecho colectivo o de la violación de derechos individuales”107. Sin embargo, el texto de las directrices no es unívoco y podría admitir varias interpretaciones: No se puede negar que tanto los individuos como las colectividades a menudo resultan víctimas de violaciones flagrantes de los derechos humanos. La mayoría de las violaciones flagrantes enumeradas en el párrafo anterior afectan de manera inherente a derechos de las personas y a derechos de las colectividades. Esto también se dio por sentado en la resolución 1989/13 de la Subcomisión, que contiene algunas directrices útiles sobre quién tiene derecho a obtener reparación. A este respecto la resolución menciona en su primer párrafo del preámbulo «las personas», «los grupos» y «las comunidades». En la parte siguiente de esta sección, que tratará de algunas cuestiones especiales de interés y dignas de atención, los aspectos individuales y colectivos de las personas y grupos que son víctimas en muchos casos están estrechamente relacionados. Esta coincidencia de aspectos individuales y colectivos es particularmente patente en relación con los derechos de los pueblos indígenas. En este contexto es necesario por lo tanto que, además 104 Rincón, óp. cit. 105 Ibíd. 106 Ibíd., p. 91. 107 Ibíd. 68 de los medios de obtener reparación de que disponen los individuos, se adopten medidas adecuadas para que los grupos de víctimas o las comunidades que son víctimas tengan derecho a presentar reclamaciones colectivas por los daños y perjuicios sufridos y a recibir la correspondiente reparación colectiva108. También puede ocurrir que haya concurrencia de más de un bien jurídico afectado por medio de una sola actuación del responsable. No obstante, el derecho internacional incluye a las víctimas tanto individuales como colectivas109. Se afirma que tanto los individuos como las colectividades pueden ser víctimas de violaciones a los derechos humanos110. Esto ocurre así, en general, cuando la existencia de las comunidades indígenas y afrodescendientes, como un colectivo, se ve amenazada111. Como consecuencia, las reclamaciones pueden ser tanto individuales como colectivas. Conforme a algunos referentes normativos, se debería permitir que tanto las comunidades victimizadas como los grupos de víctimas soliciten reparaciones colectivas112. En estos casos, los daños individuales y colectivos, aunque distintos, pueden estar relacionados. El derecho internacional ha reconocido que ciertas formas recientes de victimización, si bien operan contra personas humanas, también pueden “estar dirigidas esencialmente contra personas, tomadas como objetivo colectivamente”113. Ahora bien, desde el punto de vista positivo, esta posición no es unívoca. Para algunos tratadistas, algunos tratados internacionales, como la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, reconocen personas jurídicas como beneficiarias de las reparaciones, mientras la Convención Interamericana de Derechos 108 Comisión de Derechos Humanos. Estudio de Van Boven de 1993, relativo al derecho de restitución, indemnización y rehabilitación a las víctimas de violaciones flagrantes de los derechos humanos y las libertades fundamentales. E/CN.4/Sub.2/1993/8, párr. 14. 109 Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Estudio sobre el derecho a la verdad. Informe de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. E/CN.4/2006/91. 9 de enero de 2006. 110 Comisión De Derechos Humanos. Estudio de Van Boven de 1993, óp. cit., párr. 14. 111 Ibíd., p. 17. 112 Ibíd. 113 Asamblea General de las Naciones Unidas. Principios y directrices…, óp. cit., Preámbulo. 69 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Humanos solo reconoce a las personas naturales114, sin perjuicio del desarrollo jurisprudencial de las reparaciones para pueblos indígenas115, que los ha considerado “parte lesionada”, es decir, sujetos de reparación116. Las dificultades para la identificación de los beneficiarios de reparaciones colectivas se pueden clasificar entre aquellas que responden a casos en los cuales es claro que se está en presencia de un sujeto colectivo y aquellas donde la existencia de ese sujeto no es obvia. Los casos en los cuales hay un sujeto colectivo que ha sido afectado en tanto tal por violaciones a los derechos humanos e infracciones al derecho humanitario están dentro de la órbita de las reparaciones colectivas. La legislación colombiana reconoce derechos de las comunidades indígenas y afrodescendientes. De ese reconocimiento se desprende la posibilidad de reclamar reparaciones cuando esos derechos son violados. De hecho, muchos de los derechos reconocidos tienen carácter fundamental117. La protección de estos derechos está pensada en términos colectivos. Los derechos que les son atribuidos, a su vez, son subjetivos118. Esto incluye los derechos al territorio, a la identidad cultural, a la consulta previa, entre otros. Estos derechos son resultado de la influencia del derecho internacional en el sistema jurídico doméstico. A la luz del sistema interamericano, los pueblos indígenas son objeto de especial protección convencional. Son considerados parte lesionada, por tanto, beneficiarios de reparaciones colectivas. El artículo 21, relativo 114 Rincón, óp. cit. 115 En este campo, la decisión más reciente del sistema interamericano es la sentencia del Caso Comunidad Indígena Xákmok Kásek vs. Paraguay. Corte Interamericana de Derechos Humanos. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de agosto de 2010, Serie C, No. 214. 116 Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Pueblo Indígena Kichwa de Sarayaku vs. Ecuador. Fondo y reparaciones. Sentencia de 27 de junio de 2012, Serie C, No. 245, párr. 284. 117 Corte Constitucional. Sentencias T-380 de 1993, M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz, y T-652 de 1998, M.P. Ciro Angarita Barón. 118 “[…] no puede en verdad hablarse de protección de la diversidad étnica y cultural y de su reconocimiento, si no se otorga, en el plano constitucional, personería sustantiva a las diferentes comunidades indígenas que es lo único que les confiere estatus para gozar de los derechos fundamentales y exigir, por sí mismas, su protección cada vez que ellos les sean conculcados”. Ibíd. 70 a la propiedad, tutela los derechos territoriales de pueblos indígenas y tribales119. Dado el principio pro homine, el sistema interamericano ha interpretado sus instrumentos de conformidad con los desarrollos sobre los derechos de los pueblos indígenas. Además, en virtud del principio de efectividad, es decir, la necesidad de hacer que la protección de los derechos a estas comunidades sea real, obliga a que sus derechos sean tenidos en cuenta en este sistema de protección, a pesar de que no estén incorporados explícitamente en los instrumentos que le dan estructura jurídica120. Los Estados tienen obligación de respetar y garantizar sus derechos. Asimismo, tienen una serie de prerrogativas específicas. Entre ellas se cuentan: el derecho a una protección especial; el derecho a no ser objeto de discriminación; el derecho a la protección y el reconocimiento de la propiedad comunitaria, así como la seguridad jurídica del predio reconocido; el derecho al disfrute de sus recursos naturales; a la delimitación y demarcación del territorio ancestral; a la posesión, uso y restitución de territorios ancestrales; a no ser desplazado, a la vida, la salud, la alimentación, a la identidad cultural y la libertad religiosa y a la libre determinación121. El Convenio 169 de la OIT, por su parte, sostiene que los pueblos indígenas tienen derecho a la consulta previa, a decidir sobre su propio desarrollo; a la protección de la identidad cultural; a la propiedad y uso del territorio y al aprovechamiento de los recursos naturales propios122. La Procuraduría ha insistido con acierto en relacionar las reparaciones colectivas con los demás derechos de las víctimas. En efecto, la búsqueda general de verdad y justicia tiene una dimensión colectiva ya reconocida123. Pero su vocación para ser entendida como reparación colectiva no es absoluta. 119 Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Derechos de los pueblos indígenas y tribales sobre sus tierras ancestrales y recursos naturales. Normas y jurisprudencia del Sistema Interamericano de Derechos Humanos. 120 Comisión Interamericana de Derechos Humanos, óp. cit., párr. 10. 121 Comisión Interamericana de Derechos Humanos, óp. cit. 122 Organización Internacional del Trabajo. Convenio 169. 123 Por ejemplo, la búsqueda de la verdad es vista categóricamente en algunos documentos de Naciones Unidas como una medida de reparación de nivel y alcance colectivo. Véase, Naciones Unidas. Directrices de Joinet revisadas. E/CN.4/Sub. La cuestión de la impunidad de los autores de violaciones de los derechos humanos (derechos civiles y políticos) 2/1997/20/Rev. 1. 2 de octubre de 1997. 71 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación En el caso de los derechos a la verdad y a la justicia, se reconoce expresamente que las sociedades tienen tanto un derecho colectivo a conocer su historia de opresión y de graves violaciones a los derechos humanos, como un derecho a exigir la investigación y castigo de aquellos crímenes que, por su inhumanidad y gravedad, trascienden la esfera individual de la persona directamente agredida. Ahora bien, aunque conocer la verdad puede ser un derecho con dimensión colectiva, por tanto, con titularidad en la sociedad en su conjunto, eso no significa que la medida de reparación a la que responde deje de ser individual, al ser consecuencia, como comúnmente ocurre, de una violación individual o de una sumatoria de violaciones particulares y no generalizables. La razón es simple. No hay daño colectivo con la violación individual, aunque la medida que lo remedia tiene naturaleza colectiva. En otras palabras, las medidas colectivas también pueden responder a violaciones individuales. Luego, en ausencia de los demás requisitos para que las reparaciones colectivas procedan, se está en presencia, simplemente, de una medida con dimensión colectiva para una o varias violaciones individuales. En el caso del derecho a la reparación, por el contrario, las sociedades, en su conjunto, no tienen reconocido expresamente, en principio y hasta el momento, un derecho similar a reclamar reparación. La reparación está ligada a quien o a quienes han sufrido violaciones a sus derechos, y a causa de las mismas, han padecido daños, incluidas comunidades, grupos y poblaciones124. Ahora bien, tanto la verdad como la justicia pueden tener un efecto reparador, lo que significaría que las sociedades pueden percibir, de alguna manera, dichos efectos. Esto obedecería al menos a dos razones. La primera de ellas es normativa. La indivisibilidad e interdependencia de los derechos humanos, que incluyen los de las víctimas, supone que los derechos a la verdad, la justicia y la reparación están conectados de una manera tal que, desde el punto de vista jurídico, el avance de uno o algunos de ellos contribuye al posicionamiento de otros. Desde el punto de vista práctico, la experiencia comparada en justicia transicional invita a interpretar que las restricciones empíricas para la satisfacción de los derechos de las víctimas pueden ser morigeradas si los mecanismos que pretenden llevar verdad, justicia y reparación son implementados de una manera integral y coherente 124 Rincón, óp. cit., p. 75. 72 entre sí, de tal forma que haya sinergia entre las virtudes de dichos mecanismos y, al mismo tiempo, que las desventajas relativas de cada uno de ellos sean reducidas125. Si bien ni en el derecho internacional, ni en la regulación positiva doméstica parece haber provisiones que entiendan a la sociedad en su conjunto como titular del derecho a la reparación, algunos doctrinantes parecen sugerir avances en ese sentido: La víctima es acreedora de reparaciones, porque el orden judicial internacional se despliega […] para la defensa de intereses individuales y colectivos, vulnerados simultáneamente por la situación y el acto violatorios. Obviamente, esto mismo ocurre en el orden nacional. Así, hay reparaciones debidas precisamente a la víctima, sujeto lesionado, como la indemnización por daños y perjuicios causados, el pago de costas, la atención al proyecto de vida; pero también las hay que se dirigen a restituir o reparar, reponer o preservar bienes que exceden al lesionado inmediato, –aunque pudieran abarcarlo– y corresponden a la sociedad en su conjunto. Tal ocurre cuando se dispone la reforma de una norma que se opone a la Convención o se ordena investigar y sancionar al responsable de la violación de derechos, libertades o garantías, que por serlo se convierte, bajo la ley doméstica, en autor de un delito126. Para algunos autores la vía que parece posible para este potencial desarrollo del derecho a la reparación –que en todo caso no parece presente en la regulación vigente, más allá de menciones doctrinales ocasionales– se encontraría en las garantías de no repetición. Es decir, las garantías de no repetición, en tanto componente del derecho a la reparación integral, pueden terminar beneficiando a toda la sociedad127. Esto se debe a que persiguen transformaciones institucionales que 125 Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Instrumentos del Estado de derecho para sociedades que han salido de un conflicto. Programas de Reparaciones. Nueva York y Ginebra: Naciones Unidas, 2008. 126 García Ramírez, Sergio. Las reparaciones en el sistema interamericano de protección de los derechos humanos. Instituto de Investigaciones Jurídicas, Universidad Nacional Autónoma de México. En línea. Disponible en http://biblio.juridicas.unam.mx/ libros/5/2454/9.pdf 127 Ver Comisión de Derechos Humanos. Las Directrices de Joinet revisadas. E/CN.4/Sub. 2/1997/20/Rev.1. 2 de octubre de 1997. 73 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación impactan la generalidad del conglomerado social y no necesariamente un grupo específico. Pero esta posición no es unívoca. De hecho, la doctrina también sostiene que las reparaciones colectivas y las garantías de no repetición tienen una relación de intersección que constituye una frontera difusa entre ambos tipos de medidas128. Es decir, que en lugar de tener una relación de complementariedad, o al menos de coherencia, tienden a sufrir una asimilación problemática. En otras palabras, se afirma que la puesta en marcha de esfuerzos de no repetición a título de reparación no necesariamente significa que nos encontremos ante medidas de reparaciones colectivas129, aunque sus efectos provechosos puedan alcanzar a la generalidad de la sociedad. Puede ocurrir que ciertas medidas de tipo individual terminen impactando a muchas más personas, pero esto no convierte a la medida que repara a una persona en una suma de individuos en tanto tales, en un esfuerzo de reparación colectiva. También puede pasar que múltiples medidas de reparación individual se diseminen a gran escala y en forma concentrada en un territorio. Un ejemplo hipotético sería la indemnización individualizada del noventa por ciento de los habitantes de un poblado. Ni la suma de todas esas indemnizaciones, ni el eventual efecto económico acumulativo (por ejemplo, si los beneficiarios se asocian en cooperativas para invertir grupalmente sus compensaciones) convierte a la medida en reparación colectiva. Así, puede haber medidas con repercusiones colectivas para reparar daños individuales. De hecho, tanto la satisfacción como las garantías de no repetición suelen tenerlas. Pero otra cosa es la reparación colectiva de daños colectivos, lo que a su vez, puede incluir reparaciones simbólicas y reformas institucionales pensadas para remediar el daño padecido por el sujeto colectivo del que se trate. Hay varias cuestiones jurídicas que han sido objeto de intenso debate entre los operadores judiciales de la Ley 975. La idea de daño en la jurisprudencia que se ha venido produciendo en el marco de este subsistema especial en general se alimenta del derecho extracontractual civil, de la doctrina de la responsabilidad del Estado y de la dogmática penal sobre el daño, asociada comúnmente a la jurisprudencia de la Corte 128 Rincón, óp. cit., p. 88. 129 Ibíd. 74 Suprema de Justicia130. Es claro que el diseño institucional de Justicia y Paz admite la posibilidad de reparar víctimas en clave colectiva y daños colectivos. En primer lugar, la Ley lo establece así en sus artículos 5 y 49. En segundo lugar, la jurisprudencia constitucional lo ha ratificado131. La concepción del “daño” anteriormente expuesta, puede identificarse de manera diferente según se esté en presencia de una víctima individual o una víctima colectiva. Las formas contemporáneas de victimización, y de manera similar la Ley de Justicia y Paz, permiten distinguir entre dos casos concretos de víctimas: por un lado, la víctima individual que es toda persona que haya sufrido daños individuales, incluidas lesiones físicas o mentales, sufrimiento emocional, pérdidas económicas o menoscabo sustancial de sus derechos fundamentales132; y por otro lado, la víctima colectiva que esencialmente es un grupo de personas, que constituye una entidad distinta a la simple sumatoria de sus integrantes individualmente considerados. En términos simples, la víctima colectiva “es un conjunto de personas integrantes de una comunidad o de una colectividad, a la cual se ha afectado un derecho, un interés o un bien 130 Al respecto ver López, Claudia, óp. cit. 131 La Corte Constitucional desestimó una demanda de inconstitucionalidad contra la Ley 975 de 2005, por supuesta omisión de reparar el daño colectivo. La Corte sostuvo en esa decisión que no había prohibición alguna en la materia en la norma acusada: “sobre este aspecto de la acusación relativo a la dimensión colectiva del derecho a la reparación y el supuesto desconocimiento o limitación en determinados casos de la misma por parte del legislador en la Ley 975 de 2005 la Corte constata que los demandantes parten, como lo pone de presente el señor Fiscal de la Nación, de un supuesto que no puede predicarse de la Ley 975 de 2005 a saber que ella define el concepto de víctima en un sentido exclusivamente individual. Al respecto ha de recordarse que el primer inciso del artículo 5 que contiene la definición de víctima señala que ‘Para los efectos de la presente ley se entiende por víctima la persona que individual o colectivamente haya sufrido daños directos tales como lesiones transitorias o permanentes que ocasionen algún tipo de discapacidad física, psíquica y/o sensorial (visual y/o auditiva), sufrimiento emocional, pérdida financiera o menoscabo de sus derechos fundamentales. Los daños deberán ser consecuencia de acciones que hayan transgredido la legislación penal, realizadas por grupos armados organizados al margen de la ley’. En este sentido nada impide entender que cuando la ley se refiere a la víctima o a las víctimas está haciendo igualmente mención a quienes colectivamente han sufrido un daño, y en este sentido a grupos o comunidades que han sido afectadas por hechos delictivos cometidos por las personas vinculadas a grupos armados organizados al margen de la ley a los que alude la Ley”. Véase, Corte Constitucional. Sentencia C-575 de 2006, M.P. Álvaro Tafur. 132 Asamblea General de las Naciones Unidas, óp. cit. 75 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación jurídico colectivo”133. Otro criterio que puede ser útil para resolver los dilemas de las reparaciones colectivas en Justicia y Paz señala que “no es el número de personas o víctimas que se afectan con el daño o prejuicio que sufren, sino el bien jurídico tutelado que se ha afectado con la acción delictiva del grupo armado organizado al margen de la ley”134. En ese sentido, en la esfera de las víctimas individuales se fija la atención en los daños que afectan sus derechos individuales; en la esfera de las víctimas colectivas, la atención está en aquellos derechos, intereses o bienes jurídicos de alcance colectivo. En ambos casos –individual y colectivo–, algunos derechos a reparar son fundamentales, mientras que otros no tienen esa connotación. La Corte Constitucional también ha establecido modalidades de distinción del daño que pueden ser útiles. Al mismo tiempo es posible realizar una segunda distinción que facilita comprender dicha afectación en cada una de esas circunstancias de victimización. La Corte Constitucional ha planteado la existencia de tres tipos de daños: […] el daño individual, que afecta derechos patrimoniales, extra patrimoniales y fundamentales de un solo individuo identificado o identificable; el daño de grupo, afecta a una porción de un grupo de individuos que forman parte de una comunidad determinada o determinable; el daño colectivo, no afecta directamente a un individuo o a un grupo de individuos, pero sí a una comunidad determinada o determinable. Estas tres clases de daño pueden darse de manera conjunta o separadamente135. Los esfuerzos realizados en el marco de la aplicación de la Ley de Justicia y Paz han mostrado que los casos de víctimas individuales no han sido hasta el momento críticos en cuanto a la demostración del daño. De alguna manera, independientemente de las dificultades operativas que han enfrentado los representantes de las víctimas individuales para probar su condición y enunciar los medios de prueba del daño sufrido136, las premisas básicas –como los esquemas y métodos para 133 López, Claudia, óp. cit., p. 42. 134 Ibíd. 135 Corte Constitucional. Sentencia T-235 del 2 de mayo de 2002, M.P. Jaime Araujo Rentería. 136 Organización de Estados Americanos. Misión de Apoyo al Proceso de Paz. Diagnóstico 76 atender tanto probatoria como conceptualmente el daño individual–, no han sido objeto de especial controversia o de confusión para los operadores judiciales. Por otra parte, el daño de carácter plural tampoco ha sido controversial en su aplicación e interpretación. Este existe cuando es posible identificar que un grupo o varias personas son afectados por un mismo hecho o violación similar. El daño plural se define, según lo ha expresado la Corte Suprema de Justicia, como “[…] la producción de múltiples daños particulares que afectan a varios titulares de derechos involucrados y corresponde a la sumatoria de daños individuales, como cuando la explosión de un artefacto ocasiona de manera sincrónica lesiones personales a diferentes personas, la muerte de otras, y daños a vehículos y edificaciones, caso en el cual las pretensiones indemnizatorias pueden ensayarse individualmente y también las reparaciones tendrán dicho carácter particular”137. Sin embargo, la imprecisión conceptual y metodológica aparece con la noción del daño colectivo. Uno de los principales problemas está ligado al énfasis jurídico y penal ordinario que se la ha querido imprimir al desarrollo de la identificación y evaluación del daño colectivo en el Incidente de Reparación Integral de la Ley 975. Por ello puede ser útil hacer varias distinciones. La primera es distinguir que el daño colectivo no es necesariamente resultado de perjuicio a un interés o derecho colectivo. Un daño colectivo no solo se presenta en comunidades o sujetos colectivos que poseen una “unidad de sentido”. En primer lugar, pueden existir violaciones que en principio son individuales, pero que pueden tener un impacto sobre la generalidad de la comunidad. En segundo lugar, puede haber daño colectivo en relación con derechos colectivos propiamente dichos. Al hablar del daño como consecuencia de la lesión de derechos e intereses de colectivos, se hace referencia a cuestiones relacionadas con el patrimonio y el espacio públicos, la seguridad, la salubridad pública, la moral administrativa, el medio ambiente, la libre competencia económica y otros de naturaleza similar, contenidas en la Ley 472 de 1998. El reto aquí sería determinar si ese tipo de afectación a intereses colectivos debería de Justicia y Paz en el marco de la Justicia Transicional en Colombia, 2011. p. 34. 137 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Radicado 34.547 del 27 de abril de 2011, p. 134. 77 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación ser reparada en el marco de Justicia y Paz. En tal caso, la regla debería ser la siguiente: la reparación de los daños por violaciones de derechos colectivos con arreglo a la Ley 472 de 1998 procedería en Justicia y Paz si han sido causados por la acción (violaciones a los derechos humanos e infracciones al derecho humanitario) de los grupos armados ilegales o sus integrantes destinatarios de la aplicación de la Ley 975 de 2005 y si así ha sido solicitado por la comunidad consultada. No habría objeción fuerte para afirmar que, en caso contrario, la reparación por violación de daños colectivos procedería por medio de las acciones populares (en la medida en que por medio de ellas los jueces pueden ordenar restituir las cosas al estado anterior) o potencialmente las acciones de grupo (que pretende indemnización por causas uniformes). Por todo lo anterior, parece importante que en el marco de la Ley 975 sea posible admitir la reparación por violaciones a derechos colectivos propiamente dichos, si concurren las condiciones señaladas. Derechos colectivos desarrollados en la Ley 472 de 2008 Derecho 78 Relación con derechos fundamentales u objetivos constitucionales Goce de un ambiente sano Bajo determinados supuestos puede ser fundamental por conexidad. (Riesgo a la vida y salud). Corte Constitucional. Sentencia C-486/09, M.P. María Victoria Calle. Moralidad administrativa En algunos casos, con igualdad, acceso a cargos públicos, elegir y ser elegido. SU-913/09, M.P. Juan Carlos Henao. T-510/6, M.P. Álvaro Tafur. Existencia del equilibrio ecológico y el manejo y aprovechamiento racional de los recursos naturales. Conservación de las especies animales y vegetales. Protección de áreas de especial importancia ecológica, de los ecosistemas situados en las zonas fronterizas, así como los demás intereses de la comunidad relacionados con la preservación y restauración del medio ambiente No es un derecho fundamental, pero constituye objetivo constitucional. Corte Constitucional. Sentencias C-339/02, M.P. Jaime Araujo Rentería y C-433/2009, M.P. Humberto Sierra Porto. Goce del espacio público y la utilización y defensa de los bienes de uso público En algunos casos, relación con derecho al trabajo. Corte Constitucional. Sentencia SU-360/99, M.P. Alejandro Martínez Caballero. Derechos colectivos desarrollados en la Ley 472 de 2008 Derecho Relación con derechos fundamentales u objetivos constitucionales Defensa del patrimonio público Es un objetivo constitucional. Corte Constitucional. Sentencia C-088/00, M.P. Fabio Morón Díaz. Defensa del patrimonio cultural de la Nación Es un objetivo constitucional. Sentencia C-366/00, M.P. Alfredo Beltrán Sierra. Seguridad y salubridad públicas Puede tener relación con vida, dignidad humana y salud. Corte Constitucional. Auto 234/08, M. Mauricio González y otros. Acceso a una infraestructura de servicios que garantice la salubridad pública Protección es objetivo constitucional. Corte Constitucional. Sentencia C-802 de 2002, M.P. Jaime Córdoba Triviño. Libre competencia económica No constituye derecho fundamental. Corte Constitucional. Sentencia C-486 de 2009, M.P. María Victoria Calle. Pero tiene protección constitucionalmente legítima. Sentencia C-242-06, M.P. Clara Inés Vargas. Acceso a los servicios públicos y a que su prestación sea eficiente y oportuna Prestación es obligación general constitucional del Estado. Sentencia C-1064 de 2003, M.P. Alfredo Beltrán. Prohibición de la fabricación, importación, posesión, uso de armas químicas, biológicas y nucleares, así como la introducción al territorio nacional de residuos nucleares o tóxicos Derecho a la paz, dignidad humana. Corte Constitucional. Sentencia C-328 de 2002, M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz. Seguridad y prevención de desastres previsibles técnicamente En algunos casos, relación con derecho a la vida y la integridad. Corte Constitucional. Sentencia T-218-98., M.P. Fabio Morón Díaz. Realización de las construcciones, edificaciones y desarrollos urbanos, respetando las disposiciones jurídicas, de manera ordenada, y dando prevalencia al beneficio de la calidad de vida de los habitantes En algunos casos, puede tener relación con el derecho a medio ambiente sano. Derechos de los consumidores y usuarios Objeto de protección especial constitucional. Sentencia C-973-02, M.P. Álvaro Tafur Galvis. 79 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Además de lo que ya se mencionó, para algunos autores138 las reparaciones colectivas, bien sea en sede judicial o administrativa, requieren una serie de condiciones para su adecuada implementación: • Que la valoración del daño colectivo sea interdisciplinaria, incluyendo variables de los campos psicosocial, sociológico, cultural, económico y político, entre otros. Esto permitiría identificar tipologías de los daños, el estado de la identidad colectiva y las repercusiones de las violaciones sobre la vida de las comunidades. • Que su protección tome en cuenta distintos tipos de medidas, consultando la complejidad del daño. Esto puede incluir acciones tanto legislativas como judiciales y de políticas públicas. Ahora bien, esto representa un reto para las competencias limitadas de un juez penal. • Que se tome en cuenta “la historia” de la comunidad. Es decir, las razones por las cuales esa comunidad llegó a ser lo que fue antes de la violación y la manera como esta la impactó. • Que tanto el diseño como la implementación de las medidas pase por las instancias comunitarias de decisión y gestión, cuando las hubiere. • Que haya adecuada representación de género en los espacios de consulta139. • Que se dispongan mecanismos de evaluación de impacto de las medidas y satisfacción de los beneficiarios. • Que la especificidad de la comunidad a la que se va a asignar la reparación no se pierda, sin perjuicio de que eventualmente, el provecho pueda alcanzar en forma indirecta a otras personas. • Que los términos de la implementación sigan en forma estricta los parámetros determinados por la sentencia. Pero al mismo tiempo, el diseño de las medidas debe ser adecuado. 138 Martín Beristain, Carlos. El derecho a la reparación en los conflictos socio ambientales. Experiencias, aprendizajes y desafíos prácticos. Bilbao: Universidad del País Vasco, 2007, p. 197. 139 Ibíd. 80 • Que las víctimas colectivas, en tanto tales, puedan participar en todas las etapas del proceso de reparación, por medio de sus representantes. Que sean consultadas adecuadamente, informadas de la evolución procesal y de los resultados de la sentencia, pero también, de los pormenores del proceso de implementación. • Que guarde una relación coherente con otros mecanismos de justicia, como la propia acción penal y la búsqueda de la verdad, así como las acciones de memoria histórica140. Otro de los desafíos que enfrenta el litigio en reparaciones colectivas dentro del procedimiento especial de Justicia y Paz es lo relativo al responsable de las medidas de reparación colectiva. Como es bien sabido, tanto en el diseño legal del mecanismo, como en la reiterada interpretación judicial de la norma tanto por la Corte Constitucional como por la Corte Suprema de Justicia, e incluso el Consejo de Estado, se entiende que el principal responsable de la reparación integral es el procesado. A pesar de que es importante evitar “amnistías civiles” para los miembros de grupos armados ilegales, desplazar absolutamente al Estado de la garantía de las reparaciones es problemático. En primer lugar, la efectividad de los recursos para las reparaciones exige que las medidas que se ordenan por medio de los mismos se puedan ejecutar. En otras palabras, si la orden de reparación colectiva se imparte, pero no es materializada por argumentos de escasez de recursos o de falta de competencia para dar órdenes a la administración, la efectividad de la reparación no está siendo acatada, y por tanto el derecho podría estar en riesgo de violación. Esto solo lo podría garantizar el Estado. En ese mismo orden de ideas, hay cierto tipo de medidas de reparación que, por su propia naturaleza, solo podrían estar a cargo del Estado. En ningún caso, en cabeza del procesado. Por ejemplo, la rehabilitación o las garantías de no repetición. Sería extraño pensar que el procesado o su grupo armado están habilitados para ofrecer atención psicosocial, médica u ocupacional a las víctimas. Normalmente, el contacto con el victimario en posición de proveedor de servicios de salud no parecería aconsejable para la recuperación de las víctimas. De hecho, en la sentencia del caso Alemán, el tribunal estimó desaconsejable cualquier 140 Ibíd. 81 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación tipo de interacción entre el procesado y la víctima que no estuviera mediado por la formalidad de la audiencia judicial y que reprodujera las relaciones desiguales de poder entre el penalmente responsable y los afectados por el reclutamiento ilícito141. Ubicar al procesado en la posición de diseñador o implementador de programas de atención psicosocial a víctimas no parece admisible. Esto es así, sin importar que estemos hablando de rehabilitación a víctimas en perspectiva individual o de programas de rehabilitación psicosocial para comunidades, como medida de reparaciones colectivas. En cualquiera de los dos casos, es importante que esté presente el Estado, o que este regule al particular que presta el servicio. Igual ocurre con las garantías de no repetición. Desde el punto de vista de las políticas públicas, las garantías de no repetición son reformas institucionales. Es decir, modificaciones de la manera como fueron diseñadas o como funcionan las instituciones públicas, con fines de mejoramiento para la protección de los derechos humanos. Las reformas institucionales no parecen coincidir con las expresiones formales de voluntad de las personas que cometen infracciones a la ley penal y que se comprometen a no delinquir, sino de hecho, a la facultad que deben tener las instituciones del Estado, desde múltiples competencias, para desincentivar, y si es el caso, sancionar en forma efectiva las conductas que generan violaciones. Esto supone contar con una serie de facultades para ello. Por ejemplo, iniciativa legislativa, potestad reglamentaria, competencia judicial, posibilidad de efectuar apropiación presupuestal o capacidad de recaudo, entre otras. Es decir, actos que solo puede llevar a cabo la administración. De nuevo, en ningún caso el procesado. Por el contrario, el compromiso de no volver a delinquir, tal como ha sido desarrollado en algunas sentencias del sistema de Justicia y Paz, no parece ser, en estricto sentido, una garantía de no repetición. De nuevo, es importante que el Estado esté vinculado como garante de estas medidas de reparaciones. Quizás la única forma en la que se podría vincular directamente al procesado o al grupo armado ilegal en el aseguramiento de medidas de rehabilitación y garantías de no repetición, sería mediante la obligación de contribuir económicamente a su financiación. Es decir, que su patrimonio sea perseguido y que los 141 Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, Sala de Justicia y Paz. Proceso 2007 82701. Proceso contra Freddy Rendón Herrera, 16 de diciembre de 2011. 82 bienes respecto de los cuales se extingue el dominio sean destinados a sufragar este tipo de medidas. En cualquier caso, es fundamental considerar el cambio del precedente en materia de vinculación de entidades estatales. La argumentación debería estar basada en la idea de efectividad del recurso para las reparaciones. En otras palabras, si no hay una vinculación apropiada del Estado como garante, por medio de sus instituciones, difícilmente el derecho a la reparación se podrá materializar. Con todo, un giro en el precedente significaría la posibilidad clara de vincular al aparato estatal, con todos sus recursos, en la puesta en marcha de reparaciones colectivas. Para ello, puede ser de utilidad argumentar la necesidad de que los recursos para reparaciones estén cualificados por algunos elementos que eviten que el mecanismo sea inocuo. La efectividad de los recursos para reparaciones no significa pensar en obligaciones adicionales a las que ya existen a cargo de los Estados frente al derecho a la reparación. Se trata, más bien, de cualificar las obligaciones existentes mediante el mejoramiento de los mecanismos para cumplirlas. En cualquier caso, los mecanismos judiciales o administrativos para suministrar reparaciones deben proveer acceso equitativo, efectivo y rápido a la justicia y recursos suficientes, eficaces, rápidos y apropiados, “incluida la reparación”142. Esto con el fin de obtener remedio al daño en forma adecuada, efectiva y rápida, e incluso, la información apropiada sobre el uso de estos mecanismos143. Conforme al derecho internacional, las víctimas deben ser reparadas en forma pronta y expedita, con formas para hacer seguimiento a las medidas y la posibilidad de interponer recursos frente a lo decidido144. Los mecanismos para la reparación deben ser suficientes145. La reparación debe ser fácilmente accesible, diligente, 142 Asamblea General de las Naciones Unidas, óp. cit., p. 5. 143 Ibíd. 144 Organización de las Naciones Unidas, Comisión de Derechos Humanos. Estudio relativo al derecho de restitución, indemnización y rehabilitación a las víctimas de violaciones flagrantes de los derechos humanos y las libertades fundamentales. Informe definitivo presentado por el Sr. Theo van Boven, Relator Especial E/CN.4/Sub.2/1993/8, 2 de julio de 1993, p. 66. 145 Organización de las Naciones Unidas. Comisión de Derechos Humanos. Informe de la segunda reunión consultiva sobre los principios y directrices básicos sobre el derecho de las víctimas de las violaciones a los derechos humanos y del derecho internacional humanitario a interponer recursos y reparaciones, óp. cit., Numeral 1.2, literal C. 83 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación rápida, y sobre todo, eficaz146. Este último elemento es particularmente importante. La eficacia de las reparaciones no significa que todas las pretensiones de reparación deben ser automáticamente concedidas. Pero sí implica que debe tener la vocación de remediar realmente el daño si se dan los presupuestos probatorios y procesales para ello. En ese sentido, el papel protagónico del Estado en su impulso es crucial. En suma, a pesar de la claridad sobre la aplicación de las reglas generales del deber de reparar a la modalidad de las reparaciones colectivas, existe indeterminación tanto en el derecho internacional como en el sistema doméstico sobre varios aspectos de las reparaciones colectivas. Entre ellos se cuentan i) los beneficiarios o titulares; ii) la procedencia de las medidas y iii) la naturaleza de las mismas, o en otras palabras, los criterios para identificar cuándo nos encontramos ante una medida de reparación colectiva. Para enfrentar los retos de estrategia y producción judicial asociados a la indeterminación de ciertos aspectos de las reparaciones colectivas, es indispensable calificar en forma acumulativa la existencia de los siguientes requisitos en el caso concreto: • Presencia de un sujeto colectivo, en sentido lato. • Presencia de un daño colectivo. • Causalidad entre las violaciones o delitos cometidos por la persona cuya responsabilidad se declara con la sentencia y el daño colectivo. • Imputación de los hechos dañosos a la persona cuya responsabilidad se declara con la sentencia. • Expresión informada, voluntaria y representativa de interés en obtener reparaciones colectivas por parte del sujeto colectivo. 146 Organización de las Naciones Unidas. Comisión de Derechos Humanos. Serie revisada de principios y directrices sobre el derecho de las víctimas de violaciones graves a los derechos humanos y el derecho humanitario a obtener reparación, preparada por el Sr. Theo Van Boven de conformidad con la decisión 1995/117 de la subcomisión. E/ CN.4/Sub.2/1996/17, 24 de mayo de 1996. Ver también Organización de las Naciones Unidas. Directrices de Joinet revisadas. Informe final revisado acerca de la cuestión de la impunidad de los autores de violaciones de los derechos humanos (derechos civiles y políticos) preparado por el Sr. Luis Joinet de conformidad con la Resolución 1996/119 de la Subcomisión. Doc. ONU E/CN/Sub.2/1997/20/Rev.1, principio 34. 84 Para algunos autores, las medidas de reparación colectiva serían adecuadas para remediar el daño cuando tiendan a restablecer los derechos vulnerados y hacer desaparecer los efectos de las violaciones sufridas por sujetos colectivos, o corregir los efectos de “las violaciones de la dimensión social o colectiva de los derechos” o remediar los efectos colectivos de violaciones de derechos147. Asimismo, se sostiene que las reparaciones colectivas proceden cuando se trata “de comunidades, pueblos o grupos de personas”; cuando “se ha violado la dimensión colectiva de un derecho” o cuando se pretenden corregir los efectos colectivos de la violación de un derecho; cuando se pretende generar reformas institucionales, o “cuando se busca producir cambios en la conciencia colectiva de una sociedad”148. Así, se ha entendido que el concepto de reparación colectiva ofrecido por el derecho internacional es relativamente amplio, de manera que incluye desde esfuerzos de reparaciones para sujetos con identidad colectiva hasta “medidas dirigidas a impactar en toda la sociedad”149. Esta propuesta parte de una sistematización de elementos del derecho internacional muy bien lograda. Sin embargo, debe tener en cuenta las exigencias particulares del procedimiento de Justicia y Paz que es, antes que nada, un escenario judicial. Finalmente, es preciso discutir el vínculo posible entre la idea de víctimas indeterminadas y quienes colectivamente han sufrido daños. Al respecto, la Corte Suprema de Justicia150, definió que sería la Procuraduría General de la Nación quien asumiera la representación de las víctimas indeterminadas dentro del proceso judicial de Justicia y Paz. De acuerdo con la Ley de Justicia y Paz, la víctima indeterminada es: […] la persona que individual o colectivamente haya sufrido daños directos tales como lesiones transitorias o permanentes que ocasionen algún tipo de discapacidad física, psíquica y/o sensorial (visual y/o auditiva), sufrimiento emocional, pérdida financiera o 147 Rincón, óp. cit., p. 93. 148 Ibíd., p. 101. 149 Ibíd. 150 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Auto Rad. 30442, octubre 3 de 2008, M.P. Alfredo Gómez Quintero. 85 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación menoscabo de sus derechos fundamentales. Los daños deberán ser consecuencia de acciones que hayan transgredido la legislación penal, realizadas por grupos armados organizados al margen de la ley151. La condición de indeterminación alude a la dificultad de su individualización, su localización y su arribo al proceso judicial. Adicionalmente, se ha comprendido que una vez ellas comparecen al proceso pierden su condición de indeterminación y adquieren la condición ordinaria de determinada, es decir, que entran a hacer exigibles sus derechos como víctimas por el daño individualmente causado y de ese modo, a ser formalmente representadas por la Defensoría del Pueblo. Al interior de la Procuraduría General de la Nación y de la Coordinación Nacional de Justicia y Paz, se ha interpretado que la representación que encabeza la Procuraduría, se hace entonces de las víctimas que colectivamente han sufrido daños, consecuencia de acciones que hayan transgredido la legislación penal, realizadas por grupos armados organizados al margen de la ley. Para que esa representación sea posible, es pertinente tener claridad sobre todas las posibilidades en que se pueden reconocer las víctimas que colectivamente han sufrido daños. A continuación se presentan algunos escenarios para tal reconocimiento. El Programa Institucional de Reparaciones Colectivas152, ha comprendido que son sujetos de reparación colectiva los siguientes: • Grupos y organizaciones sociales y políticos. • Comunidades determinadas a partir de un reconocimiento jurídico, político o social que se haga del colectivo, o en razón de la cultura, la zona o el territorio en el que habitan, o un propósito común. • Los pueblos y comunidades indígenas, Rom y negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras. 151 Ley 975 de 2005, artículo 5. 152 Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación. Programa Institucional de Reparaciones Colectivas. CNRR, 2011, p. 38. 86 9. Categorías generales de violación El Programa Institucional de Reparaciones Colectivas, que es relevante para el incidente de reparación en virtud del Decreto 3391 de 2006, asume una perspectiva de análisis por derechos para comprender las violaciones que tienen un impacto colectivo, es decir, que producen una victimización colectiva. Para tal propósito, la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación ha descrito cuatro categorías de violaciones153. • Violación de derechos colectivos: se consideran como derechos colectivos aquellos reconocidos por la Ley 473 de 1998, así como otros derechos de goce colectivo como la libertad sindical, el derecho al medio ambiente y el derecho a la paz. • Violación de derechos de sujetos colectivos constitucionalmente protegidos: es decir, los reconocidos por la Constitución Política de 1991; pueblos y comunidades indígenas, Rom, y negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras. • Violación sistemática y/o generalizada de derechos individuales con impacto en un sujeto colectivo: en esta categoría se incluye la violación sistemática y generalizada de derechos individuales que afecta a varios miembros de una comunidad o grupo, ocasionando un impacto colectivo. • Violación de derechos individuales con impacto en un colectivo: se refiere a la violación de derechos que afectaron a un miembro particular o a sujetos identificables de la comunidad y que lograron generar un impacto en el colectivo. Ejemplos de lo anterior son, entre otros, la desaparición, el asesinato o tortura de líderes sociales, sindicales o comunitarios o de personas con roles significativos dentro del grupo, comunidad o colectivo. Las categorías de violaciones presentadas por la CNRR permiten un esquema de análisis importante referido a las violaciones a los derechos ante las cuales pueden sobrevenir daños colectivos. El Programa Institucional de Reparaciones Colectivas (PIRC), ha recomendado 153 Ibíd., p. 39. 87 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación primero la identificación de los sujetos de reparación colectiva, y luego su reparación. La representación que el Ministerio Público realizó en el marco del proceso judicial de Justicia y Paz, requirió primero identificar los hechos que dieron lugar a la victimización y luego de ello, los daños en la relación de causalidad con esos hechos, así como los sujetos afectados por esos daños. 10. El nexo de causalidad en la representación del daño colectivo La atribución del daño es fundamental para la reparación judicial, en distintas jurisdicciones. En el sistema interamericano, es un requisito sin el cual las reparaciones no pueden ser consideradas procedentes154. Igual ocurre en la jurisdicción contencioso administrativa155. Justicia y Paz no parece ser la excepción. Ahora bien, para la representación judicial en reparaciones con enfoque colectivo, ante la complejidad de los daños se requiere establecer los vínculos de causalidad considerando todo el contexto de actuación de la estructura armada que afecta a poblaciones específicas. De ese modo, el daño colectivo se entiende en el análisis de la conexión entre el conjunto de condiciones sociales, económicas e históricas en que sobrevienen las violaciones a los derechos humanos e infracciones al DIH, atribuibles al grupo armado, y los efectos que estas tienen en la vida comunitaria. Por tanto, el daño colectivo requiere un análisis de contexto y no solo la interpretación jurídica de los hechos de violencia, como si se tratase de delitos aislados. 154 “Este Tribunal ha establecido que las reparaciones deben tener un nexo causal con los hechos del caso, las violaciones declaradas, los daños acreditados, así como con las medidas solicitadas para reparar los daños respectivos. Por lo tanto, la Corte deberá observar dicha concurrencia para pronunciarse debidamente y conforme a derecho”. Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Pueblo Indígena Kichwa de Sarayaku vs. Ecuador. Fondo y reparaciones. Sentencia de 27 de junio de 2012, Serie C, No. 245. 155 Debe haber nexo causal entre el daño y los hechos, así como imputabilidad al sujeto demandado. Consejo de Estado, Sección Tercera. Radicación número: 66001-23-31000-1998-00241-01(18429). C.P. Gladys Agudelo Ordóñez, 26 de enero de 2011. 88 No basta con hacer un contexto genérico de la estructura del grupo armado ilegal, si del mismo no se desprenden análisis diferenciales de cada subestructura y de ellos en relación con el contexto histórico y geográfico específico y las actuaciones violentas que desplegaron. De ahí puede surgir una base para determinar el alcance de daños colectivos. Las categorías que orienten metodológicamente la captura de información en terreno, también deberían informar la elaboración del contexto. De manera consistente, esa ha sido la línea que ha trazado la Corte Suprema de Justicia para corregir muchos de los escollos de investigación que se han presentado en la Ley de Justicia y Paz. Para la Corte, en la investigación criminal en el proceso de la Ley de Justicia y Paz, se develarán las condiciones del contexto en que actúan los grupos armados organizados al margen de la ley, en el entendido que: “[…] los fallos que se profieran al amparo de la Ley de Justicia y Paz tienen una carga argumentativa mayor en lo que corresponde al examen de los fenómenos de macrocriminalidad y de violaciones sistemáticas y generalizadas de derechos humanos, atendiendo además al marco internacional. Por consiguiente, el funcionario judicial debe no solo analizar el caso concreto sino contextualizarlo dentro del conflicto, identificando los patrones de violencia y los demás actores seguramente de rango superior que también son responsables”156. Pese a que en el proceso judicial se ha aceptado la acumulación parcial del proceso de investigación de hechos imputados a los postulados, esto no debe interpretarse como un impedimento para que en la representación judicial de quienes han sufrido daños colectivos, el funcionario judicial vincule en el análisis del contexto, todo aquello que va más allá de lo que ha sido susceptible de legalización parcial de cargos. Esto es posible siempre que se acuda a otras fuentes de análisis que reflejen una relación razonable de causalidad, en donde lo legalizado parcialmente se presenta como una pauta de las posibles actuaciones que, bajo un análisis más complejo, pudieran hacer parte de las prácticas de victimización de la estructura del grupo armado en un contexto geográfico y durante una época específica. 156 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Expediente 31539, contra Wilson Salazar Carrascal. Sentencia del 31 de julio de 2009, M.P. Augusto Ibáñez. 89 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Así las cosas, se puede entender bajo la categoría de prácticas de victimización la sumatoria de elementos ligados al comportamiento, medios y condiciones que despliega un grupo armado ilegal en el ejercicio de la violencia. En otras palabras, se trata del conjunto de patrones distinguibles que pueden identificarse como regla para establecer la frecuencia, localización o características del tipo de violencia que se ejerció en contra de individuos, grupos o comunidades. Así, deberían tener lugar dos tipos de atribución del daño colectivo: • En primer término, se debe mostrar que hay un nexo de causalidad entre tales daños y los actos considerados del procesado o del grupo armado al que pertenece, según sea el caso. Esto es, que se puede inferir razonablemente que los daños fueron causados por tales actos. • Como es obvio, también se debe demostrar que dichos hechos fueron cometidos por el procesado o por el grupo al que pertenece y no por otra persona u organización, como se mencionó, en el marco del contexto de actuación de la estructura armada específica. Este punto es importante porque en ocasiones algunos de los daños que surgen en los talleres han sido generados por actores armados que, aunque hacen parte del conflicto armado, por distintas razones no hacen parte del ámbito de actuación de la Ley 975 de 2005. Por ejemplo, integrantes de la fuerza pública o grupos guerrilleros que no se han desmovilizado. En esos casos, la ruta procesal puede ser distinta y su representación no necesariamente está a cargo de la Procuraduría. 90 Segunda parte. Aproximaciones diagnósticas de la PGN a los daños colectivos, elaboradas en el año 2012 91 A lo largo del año 2012 se realizaron una serie de reuniones con funcionarios y procuradores del grupo de Justicia y Paz de la Procuraduría General de la Nación, con asistencia de asesores del Proyecto FortalEsDer y del Proyecto CerCapaz de la GIZ, y con un experto externo. En dichas reuniones y talleres se reflexionaron y debatieron criterios metodológicos, pero también análisis conceptuales y normativos, para los trabajos de terreno sobre diagnósticos de daño colectivo para ser presentados en el incidente de reparaciones colectivas por parte de la Procuraduría General de la Nación. Este conjunto de criterios metodológicos, y otros como fruto de la reflexión del experto externo, se pusieron a prueba en terreno en la experiencia de diagnóstico del daño colectivo efectuado en las zonas de influencia del autodenominado grupo armado ilegal Bloque Central Bolívar (BCB). Como resultado de dicha experiencia se presenta el diagnóstico de daños colectivos realizado y las propuestas de medidas de reparación colectiva. De manera simultánea, el grupo de Justicia y Paz de la Procuraduría General de la Nación, para dar respuesta al avance de los diversos procesos, con el apoyo de otros expertos contratados por diversas agencias de cooperación, llevó a cabo diagnósticos de daño colectivo y propuestas de medidas de reparación para otras poblaciones y comunidades del país. Por considerar que se trata de esfuerzos de investigación que sistematizaron los efectos sobre poblaciones, comunidades, redes sociales, movimientos sociales de las violencias masivas realizas por los grupos armados ilegales de las AUC, la Procuraduría General de la Nación ha decidido su publicación para que en adelante otras instituciones o grupos académicos se apoyen en ellos para dar cuenta de la terrible tragedia sufrida por los habitantes de los territorios donde se asentaron y actuaron los grupos armados ilegales. De igual manera, los contenidos de tales investigaciones han servido de fundamento para las intervenciones de los Procuradores Judiciales en los procesos respectivos. Como ya se indicó en la primera parte del este libro, los diagnósticos de daños colectivos, la concepción de las medidas de reparación colectiva y su implementación requieren una serie de condiciones para su adecuada implementación, que nos permitimos recordar de nuevo ahora: • Que la valoración del daño colectivo sea interdisciplinaria, incluyendo variables de los campos psicosocial, sociológico, cultural, económico y político, entre otras. Esto permitiría identificar tipologías de los daños, el estado de la identidad colectiva y las repercusiones de las violaciones sobre la vida de las comunidades. 93 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación • Que su protección tome en cuenta distintos tipos de medidas, consultando la complejidad del daño. Esto puede incluir acciones tanto legislativas, como judiciales y de políticas públicas. Ahora bien, esto representa un reto para las competencias limitadas de un juez penal. • Que se tome en cuenta “la historia” de la comunidad. Es decir, las razones por las cuales esa comunidad llegó a ser lo que fue antes de la violación y la manera como esta la impactó. • Que tanto el diseño como la implementación de las medidas pase por las instancias comunitarias de decisión y gestión, cuando las hubiere. • Que haya adecuada representación de género en los espacios de consulta. • Que se incluyan enfoques diferenciales e integrados por grupo poblacional y hecho victimizante, comprendiendo que el daño no es vivido de la misma manera por mujeres, niños y niñas, personas de la tercera edad, afrodescendientes y/o indígenas, y que los impactos generados por una desaparición forzada son distintos a los que causa un desplazamiento masivo. Se requieren medidas específicas y diferenciadas que permitan dar respuesta a toda la población víctima desde sus particularidades, pero al mismo tiempo de manera integral e integradora. • Que se dispongan mecanismos de evaluación de impacto de las medidas y satisfacción de los beneficiarios. • Que la especificidad de la comunidad a la que se va a asignar la reparación no se pierda, sin perjuicio de que eventualmente, el provecho pueda alcanzar en forma indirecta a otras personas. • Que se acoja una comprensión de las comunidades y grupos victimizados como afectados por el daño pero al tiempo como sujetos sociales capaces de acciones de resistencia que deben ser tenidas en cuenta. A pesar que el enfoque jurídico requiere una profundización y demostración del daño, se hace necesario recordar que las víctimas, aparte de ser receptoras de daño por parte de los grupos armados, son sujetos de derechos, con una inmensa capacidad para resistir y sobrevivir a pesar del peso del conflicto. • Que el proceso de reparación integral requiere tomar en cuenta con el acumulado de experiencias y formas organizativas existentes en 94 las comunidades y las poblaciones, recuperar lo que existía y que fue destruido, y propiciar la integración de los elementos nuevos y antiguos existentes en las comunidades en su proceso de reparación. • Que los términos de la implementación sigan en forma estricta los parámetros determinados en el programa administrativo o en la sentencia. Pero al mismo tiempo, el diseño de las medidas debe ser adecuado. • Que las víctimas colectivas, en tanto tales, puedan participar en todas las etapas del proceso de reparación, por medio de sus representantes. Que sean consultadas adecuadamente, informadas de la evolución procesal y de los resultados de la sentencia, pero también, de los pormenores del proceso de implementación. • Que las víctimas, sus organizaciones u organizaciones comunitarias participen en todas las etapas de la reparación integral, desde la concepción de las medidas propuestas, y luego en su realización, finalización, evaluación y seguimiento. La participación es fundamental para garantizar la recuperación del pleno ejercicio de la ciudadanía y su necesaria autonomía. • Que la reparación se comprenda como un proceso y no como la sumatoria de acciones individuales inconexas y descontextualizadas. Proceso que requiere planeación, seguimiento, veeduría y constante actualización de acuerdo con las condiciones del contexto. • Que las acciones reparadoras se guíen por los principios de acción sin daño, para no generar procesos de revictimización durante el proceso de reparación. Lo cual supone analizar constantemente la pertinencia de determinada medida en un contexto particular. No todo es válido hablando de reparación integral. • Que el enfoque psicosocial de la labor de detección de las afectaciones colectivas implica una constante reflexión, integración y promoción de la dignidad y respeto por las víctimas en todas las etapas del proceso hasta el seguimiento de las medidas propuestas en el proceso. • Que guarde una relación coherente con otros mecanismos de justicia, como la propia acción penal y la búsqueda de la verdad, así como las acciones de memoria histórica. 95 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Se presentan a continuación los diagnósticos de daños colectivos causados y las medidas de reparación, que elaboró el equipo interdisciplinario de la Procuraduría General de la Nación, con el apoyo de organismos de cooperación internacional, los cuales han sido presentados o lo serán en las nuevas audiencias de identificación de afectaciones a celebrarse en el año 2013 de acuerdo con lo dispuesto en la reforma de la Ley 975 (Ley 1592 de 2012). 96 1. Documento diagnóstico del daño colectivo y medidas de reparación –víctimas del Bloque Central Bolívar–, región del Magdalena Medio. Postulado Rodrigo Pérez Alzate, alias “Julián Bolívar” 1.1. Antecedentes La región del Magdalena Medio se encuentra en el centro nororiental de Colombia y comprende parte de los departamentos de Cesar, Bolívar, Santander y Antioquia, en la parte central de la cuenca del río Magdalena. Cuenta con múltiples recursos naturales y actividades económicas lucrativas legales e ilegales que son de profundo interés para la inversión extranjera y la presencia de grupos armados ilegales. Ejemplo de ello lo constituyen las minas de oro de la serranía de San Lucas157, los cultivos extensivos de coca y su procesamiento, los cultivos de palma africana en el sur de Bolívar (ver mapa en la página siguiente)158; la extracción y transformación del petróleo en Barrancabermeja y minas de carbón en Simacota, Betulia y Zapatoca, en Santander. 157 En el informe del OPI, titulado Minería, petróleo, energía y multinacionales (Castilla, P), se habla de 1,5 millones de hectáreas de la serranía de San Lucas, considerada la mina de oro más grande de América Latina. 158 Informe 2002. Agencia de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito – UNODC/ Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos –SIMCI– Como se puede observar, una de las zonas que más tiene cultivos de coca es el cono sur del departamento de Bolívar, zona de fuerte influencia del BCB, a través de su Frente Sur de Bolívar. De hecho, en San Blas, corregimiento de Simití, se estableció la base militar y política central del BCB en el sur de Bolívar. 97 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Densidad Media de Cultivo (ha/km2) < 0.1 0.1 - 1.0 1.0 - 2.0 2.0 - 3.0 > 0.1 Ciudades Principales Ilustración 1: Cultivos de coca en el año 2002. UNODC. 98 Del mismo modo, su ubicación geográfica es estratégica por contar con importantes vías de comunicación, principalmente el río Magdalena que atraviesa prácticamente todo el país, pero que en su parte media conecta a los municipios de Santander, Antioquia y Bolívar con el norte del país. Igualmente, desde Barrancabermeja como epicentro y “capital natural” del Magdalena Medio se accede fácilmente a la antes llamada troncal del Magdalena, hoy Ruta del Sol, conectando con ciudades capitales y con el norte del país en departamentos de especial interés, como Norte de Santander, por la frontera con Venezuela. Finalmente, en la parte antioqueña del Magdalena Medio, a través de los municipios de Yondó y Puerto Berrío, se accede al valle del río Cimitarra, donde se tiene proyectada una carretera que vaya hacia la capital del departamento con su posterior conexión con el Urabá antioqueño, dando salida al mar Caribe. Con las características mencionadas anteriormente, grupos armados ilegales tanto de derecha como de izquierda han tenido presencia constante en esta zona del país. Desde la década de los setenta en el sur de Bolívar. El ELN, a través de sus frentes José Solano Sepúlveda, Héroes y Mártires de Santa Rosa y Alfredo Gómez Quiñónez159, tuvieron dominio del territorio, especialmente en zona comprendida por la serranía de San Lucas y sus alrededores. Según el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario160, el ELN tuvo una fuerte presencia en los departamentos de Santander, Bolívar y Antioquia, debiendo replegarse a este último desde 2002 por las acciones que en su contra cometieron tanto las FARC como los paramilitares. Con respecto a grupos paramilitares, se encuentran referencias que desde principios de los años ochenta la zona ha contado con grupos de extrema derecha: “La Mano Negra”, “Muerte a Secuestradores MAS”, “Los Escopeteros”, pero es hasta 1997 donde consolidan su estrategia 159 Misión de Observación Electoral - MOE. Monografía Político Electoral. Departamento de Bolívar, 1997 a 2007. 160 Informe del Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos: Panorama del Magdalena Medio. Mayo 2001. Ver: http://www.derechoshumanos.gov.co/ Observatorio/Publicaciones/documents/2010/Estu_Regionales/04_03_regiones/ magdalenamedio/index.htm. Visitado el 9 de agosto de 2012. 99 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación “antisubversiva” contra las fuerzas guerrilleras por un total y absoluto dominio y control territorial y poblacional, a través del Bloque Central Bolívar (BCB), en la región del Magdalena Medio. Como objeto de este documento, se identificarán las prácticas de victimización utilizadas por este actor armado, así como los daños colectivos ejercidos contra las comunidades y los sujetos colectivos afectados. Por lógica territorial, económica y social, la región del Magdalena Medio se dividirá por micro regiones, para su mejor abordaje. 1.2. Contexto de las violaciones colectivas El Bloque Central Bolívar (BCB) es una de las estructuras que conformó las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) comandadas por Carlos Castaño Gil. Hizo presencia en la región del Magdalena Medio entre los años 1998 y 2005; también actuó en otras regiones. La coordinación operativa y militar estuvo a cargo de Rodrigo Pérez Álzate, alias “Julián Bolívar”, Carlos Mario Jiménez Naranjo, alias “Javier Montañez” o “Macaco” también tuvo un papel relevante en esta estructura161. La formación de esta agrupación tiene varios antecedentes que permiten entender su origen. La Fiscalía General de la Nación ha documentado que las AUC intentaron inicialmente acceder al municipio de Tiquisio con el objeto de hacerse al control territorial de la región, pero sin los resultados esperados162. Luego de la confederación que dio origen a las AUC, Castaño ordenó a las Autodefensas del Bajo Cauca Antioqueño, comandadas por Jiménez Naranjo, planificar la incursión a los territorios del sur de Bolívar, por considerarlos una zona de dominio de la guerrilla. La operación fue coordinada principalmente por Pérez Alzate e inició alrededor del año 1998. Esta generó un impacto colectivo importante. Posteriormente, tuvo lugar una reunión con las llamadas Autodefensas Campesinas de Santander y el sur del Cesar, al mando de Camilo 161 Fiscalía General de la Nación, Unidad Nacional de Fiscalías para la Justicia y la Paz. Escrito de acusación contra Rodrigo Pérez Alzate. Fechado 30/06/2012. Código Único del caso No. 110016000253200680012. 162 Ibíd. 100 Morantes, en la que se decidió que Cerro Burgos (Simití) sería el punto de partida del proceso de ocupación territorial. Desde allí se tenía acceso a múltiples lugares del sur de Bolívar163. Posteriormente, tuvo lugar un cambio de estrategia por parte de las AUC y se decidió ingresar por el corregimiento de Mico Ahumado (municipio de Morales), bajo la coordinación de Salvatore Mancuso. La base principal de operaciones fue establecida en el municipio de San Blas. Incluyó una escuela de entrenamiento militar164. Los paramilitares tendieron infraestructura de comunicaciones, vigilancia y producción de elementos de intendencia. A través de alias “Camilo Morantes”, comandante de las Autodefensas Campesinas del sur del Cesar (AUSAC). Algunas de las estructuras de las AUSAC pasaron a hacer parte del bloque comandado por Pérez Alzate. Esta planificación reconfiguró el territorio del Magdalena Medio, desde varios puntos de vista165. Por otra parte, permite entender que se trató de una actuación coordinada por distintos agentes del grupo armado. Se trató de una intervención que, lejos de ser fortuita, fue intencionada, con propósitos definidos y, por ende, atribuibles a personas específicas. El Estado Mayor del Bloque Central Bolívar estaba compuesto por Carlos Mario Jiménez Naranjo, alias “Javier Montañez” o “Macaco”; Rodrigo Pérez Álzate, alias “Julián Bolívar” e Iván Roberto Duque, alias “Ernesto Báez”. Es importante entender la distribución de los territorios entre las distintas estructuras, para efectos de los posibles impactos colectivos. Así, en la zona del sur de Bolívar, se encontraban los frentes “combatientes de la serranía de San Lucas”, el frente “Vencedores del Sur” y el frente “Libertadores del Río Magdalena”. En la zona de Santander se ubicaron los frentes “Fidel Castaño Gil”, “Walter Sánchez”, “Alfredo Socarras”, “Isidro Carreño”, “Cacique Guanentá”, “Patriotas de Málaga”, “Lanceros de Vélez”, “Boyacá”, “Pablo Emilio Guarín” y “Conquistadores de Yondó”. En la zona del Bajo Cauca, los frentes “Héroes de Zaragoza”, “Bajo Cauca Oriental” y “Gustavo Alarcón”. En la zona de Tumaco, las estructuras “Héroes de Tumaco y Llorente”, “Brigadas Campesinas Antonio Nariño” y “Lorenzo 163 Ibíd. 164 Ibíd. 165 Al respecto, ver peritaje del Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio. 101 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación de Aldana”. En Risaralda, los frentes “Mártires y Héroes de Guática” y “Cacique Pipintá”. Finalmente, se tienen los frentes “Sur de los Andaquíes”, “Próceres del Caguán” y “Combatientes de Florencia”166. Se puede afirmar que la distribución geográfica entre estructuras da cuenta de un ejercicio planificado de ocupación del territorio. Además de lo anterior, confluían una serie de intereses económicos que eran vistos como fuente potencial de financiación para la incursión armada, y al mismo tiempo, eran un incentivo para la misma167. El fácil acceso desde el Magdalena Medio hacia los mercados más importantes del país –Medellín, Bucaramanga y la propia Bogotá– y la oferta de recursos petroleros en la zona –y por consiguiente la disponibilidad de rentas168–, configuran una variable económica explicativa del conflicto que no debería ser ignorada ni para la caracterización de los daños colectivos ni para el diseño eventual de medidas. La financiación local, además, permitía que las estructuras militares se consolidaran, una vez establecidas en los territorios. Esto no desconoce, en modo alguno, la importancia de otras variables para entender el conflicto. La realidad económica no fue la única que cambió con la incursión paramilitar en el Magdalena Medio. La violencia del BCB generó un impacto social sobre un factor de enorme importancia desde distintos puntos de vista: la población. En otras palabras, la configuración demográfica de la zona cambió sustancialmente, tanto por el flujo de expulsión de personas y comunidades como por los ejercicios de repoblamiento con fines de control territorial. De cualquier forma, esta alteración demográfica obedeció a la dinámica de la guerra que quisieron imponer los actores armados, no a procesos ordenados ni planificados de retorno por parte del Estado. Fue una reconfiguración demográfica signada por la violencia. Por consiguiente, postergó las posibilidades de integración y desarrollo de la región del 166 Ibíd. 167 Entrevista con funcionario del Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio. Barrancabermeja, realizada el 8 de junio de 2012. 168 Ibíd. 102 Magdalena Medio169. En otras palabras, el desarrollo social y económico de la región se vio afectado desfavorablemente por la presencia militar del BCB. La Constitución colombiana establece el derecho a elegir y ser elegido, así como el derecho a organizarse y asociarse con fines de participación política. En el Magdalena Medio, muchas organizaciones buscaban el poder político por las vías democráticas. Algunas se postulaban directamente a las elecciones y otras preferían manifestarse en las calles para hacer saber a las autoridades qué agendas preferían ver priorizadas en las políticas públicas. Les animaba la intención de luchar contra la corrupción y, desde el punto de vista jurídico, velar por la moralidad administrativa. Del mismo modo, asegurar que el Estado prestara servicios esenciales en forma apropiada y que llegase realmente a sus destinatarios. Esa dinámica también se vio fuertemente afectada por la presencia del BCB. La correlación entre violaciones cometidas por esa estructura criminal y la intensidad del activismo político fue inversamente proporcional. A medida que arreciaban las violaciones y se desarticulaban las organizaciones, la actividad política disminuía. En esa medida, podría haber lugar a un daño colectivo, o varios de ellos170. En resumen, y con carácter introductorio, es posible afirmar que estas estructuras ilegales cometieron delitos de diversa índole, que además de lesiones individuales a derechos, generaron múltiples daños de alcance colectivo en distintos espacios sociales. Entre ellos se encuentra de manera central y protagónica, la región del Magdalena Medio y su capital económica: Barrancabermeja. Como veremos más adelante, esta ciudad constituye un espacio social que, para los efectos del procedimiento penal especial de Justicia y Paz, funge como sujeto colectivo en sentido amplio, vale decir, como potencial destinatario, en perspectiva general, de medidas de reparación con alcance colectivo. El diagnóstico del daño colectivo se dividirá en cuatro categorías. La primera de ellas es la afectación de derechos. En ella se hace un mapeo 169 Visita de campo al Magdalena Medio, 4 al 8 de junio de 2012. 170 Entrevista con funcionario del Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio. Barrancabermeja. Realizada el 8 de junio de 2012. 103 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación de las libertades públicas que se dejaron de ejercer por cuenta del accionar del grupo y que generaron un daño colectivo. La segunda categoría alude a la afectación de la institucionalidad propia del Estado Social de Derecho, que también causó daños de índole colectiva. La tercera se refiere al daño psicosocial infringido a las comunidades, en los términos de la Ley 975 de 2005. Finalmente, se tiene la afectación a derechos colectivos propiamente dichos, en los términos de la Ley 472 de 1998 y el precedente concordante171. Estas categorías no son excluyentes. Por el contrario, puede intersecarse y deben ser consideradas en perspectiva complementaria, por varias razones. Primero, porque las violaciones a ciertos derechos pueden encajar en más de una de ellas. Segundo, porque un mismo tipo de violación puede generar distintas modalidades de afectación. Tercero, porque un mismo hecho puede constituir más de una violación. Cuarto, porque un tipo de medida de reparación también puede tener la pretensión de remediar más de un tipo de daño. A estas razones se 171 Ley 472 de 1998, artículo 4. Derechos e intereses colectivos. Son derechos e intereses colectivos, entre otros, los relacionados con: a) El goce de un ambiente sano, de conformidad con lo establecido en la Constitución, la ley y las disposiciones reglamentarias; b) La moralidad administrativa; c) La existencia del equilibrio ecológico y el manejo y aprovechamiento racional de los recursos naturales para garantizar su desarrollo sostenible, su conservación, restauración o sustitución. La conservación de las especies animales y vegetales, la protección de áreas de especial importancia ecológica, de los ecosistemas situados en las zonas fronterizas, así como los demás intereses de la comunidad relacionados con la preservación y restauración del medio ambiente; d) El goce del espacio público y la utilización y defensa de los bienes de uso público; e) La defensa del patrimonio público; f ) La defensa del patrimonio cultural de la Nación; g) La seguridad y salubridad públicas; h) El acceso a una infraestructura de servicios que garantice la salubridad pública; i) La libre competencia económica; j) El acceso a los servicios públicos y a que su prestación sea eficiente y oportuna; k) La prohibición de la fabricación, importación, posesión, uso de armas químicas, biológicas y nucleares, así como la introducción al territorio nacional de residuos nucleares o tóxicos; l) El derecho a la seguridad y prevención de desastres previsibles técnicamente; m) La realización de las construcciones, edificaciones y desarrollos urbanos respetando las disposiciones jurídicas, de manera ordenada, y dando prevalencia al beneficio de la calidad de vida de los habitantes; n) Los derechos de los consumidores y usuarios. Igualmente son derechos e intereses colectivos los definidos como tales en la Constitución, las leyes ordinarias y los tratados de Derecho Internacional celebrados por Colombia. PARAGRAFO. Los derechos e intereses enunciados en el presente artículo estarán definidos y regulados por las normas actualmente vigentes o las que se expidan con posterioridad a la vigencia de la presente ley. 104 podría agregar, además, que la indivisibilidad e interdependencia de los derechos humanos obliga a consultar las conexiones entre las categorías en mención. 1.3. Prácticas de victimización comunes a toda la región • Mientras las fuerzas guerrilleras concentraban su accionar criminal en ciertas modalidades de acción172; las fuerzas paramilitares ejercieron todas las violaciones posibles a los derechos humanos e infracciones al DIH. Entre esas se destacan los homicidios selectivos, las masacres y posteriores desplazamientos masivos, la tortura, la violencia sexual contra niñas, jóvenes y mujeres, entre muchos daños colectivos. Los grupos paramilitares alcanzaron un mayor control territorial, diversificaron, sistematizaron y dieron mayor profundidad a su accionar delictivo en comparación con las de la guerrilla. • La exacerbación de los hechos de violencia en el periodo comprendido entre 1998 y 2005, tiempo durante el cual ejerció poder en la región el BCB, se vio acompañada por un subregistro, en el mejor de los casos, o una invisibilidad absoluta de los hechos victimizantes en los registros oficiales. Así lo muestra el banco de datos de derechos humanos y violencia política del CINEP en una de las denuncias puestas en el puerto petrolero: “Las autoridades en sus informes y balances de fin de año quieren minimizar o negar la situación crítica de Derechos Humanos borrándola con cifras oficiales173. • Una mirada a las nudas cifras del accionar de los grupos armados ilegales según la recopilación realizada por el Banco de Datos del CINEP nos arroja la siguiente información acumulada en los años 1996 al 2002: 424 hechos atribuibles al ELN; 180 hechos atribuibles a las FARC; 161 hechos atribuibles a otras guerrillas; 1.191 hechos atribuibles a los paramilitares. Durante este mismo periodo, mirados los números de víctimas ocasionadas por estos hechos, encontramos: 399 víctimas en hechos atribuibles al ELN; 145 víctimas por hechos 172 Ibíd. 173 En https://www.nocheyniebla.org/consulta_web.php. Hechos relacionados en Barrancabermeja, Santander hasta el 2006. 105 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación atribuibles a las FARC; 116 víctimas por hechos atribuibles a otras guerrillas; 960 víctimas ocasionadas en hechos atribuibles a los grupos paramilitares174. • Por su parte la Corporación Nación con sede en Barrancabermeja tiene documentados 208 casos de desapariciones forzadas en esta ciudad, y estima un subregistro de más del 100%. La desaparición forzada fue una de las modalidades de acción delictiva más frecuentemente utilizadas por las estructuras del grupo armado ilegal autodenominado Bloque Central Bolívar. La recurrencia masiva y sistemática a esta modalidad de acción delictiva marca una diferencia con los demás grupos armados ilegales y su accionar delictivo, que resultan igualmente reprochables y que ameritan actividades de investigación y sanción por parte del Estado. • Articulación y fortalecimiento de las acciones paramilitares por la hermandad con fuerzas armadas legales y grupos empresariales importantes en la zona. • Justificación del conflicto como una lucha antisubversiva, etiquetando a la población civil, incluidos sindicalistas, defensores de derechos humanos y líderes comunitarios como “guerrilleros”, invisibilizando excesos en contra de la dignidad de las personas y comunidades afectadas, y modificando el valor de la vida como algo fundamental y prioritario. Bajo esta excusa se cometieron toda clase de vejámenes, desde los asesinatos generalizados hasta la quema y destrucción total de corregimientos enteros como El Paraíso (Simití) y Alto Cañabraval (San Pablo). • El impacto generado por las fuerzas paramilitares se multiplicó y fortaleció al lograr cooptar la institucionalidad, incidir e insertarse en el gobierno local y regional a través de fichas estratégicas para apoyo, fortalecimiento y expansión, lo cual sumado a las prácticas de corrupción, estableció un sistema paraestatal de ordenamiento y regulación de la vida comunitaria en todas sus esferas: económica, política, social y moral/ética. 174 Banco de Datos del CINEP, información agregada a partir de consultas realizadas a la página web: http://www.nocheyniebla.org/ 106 • Unido a lo anterior, se constituyó en una práctica de victimización asesinar, desaparecer, desplazar, amenazar, señalar y estigmatizar a líderes sindicales y sociales, calificándolos de guerrilleros así como erradicar y disminuir al mínimo cualquier indicio de organización y participación comunitaria y de exigencia de derechos. Romper el tejido social, desarticulando las redes de apoyo, fue la manera de establecer con éxito un sistema paraestatal en el territorio y la población. • Con las prácticas de “limpieza social” se logró deshumanizar al otro, al diferente, instaurando categorías de rechazo a los supuestos drogadictos, trabajadoras sexuales, personas con orientación sexual diversa, etc., se estratificó la dignidad humana y se justificaron las acciones de violencia. • Se modificaron los referentes culturales y sociales, rompiendo aún más la dinámica comunitaria. Ejemplo de ello lo constituye la contaminación, como consecuencia de utilizar las fuentes de agua –principalmente ríos, ciénagas y quebradas–, como cementerios y fosas comunes. 1.3.1. Afectación de derechos en la zona de Barrancabermeja y el Magdalena Medio 1.3.1.1. Barrancabermeja como espacio social Como muchas otras en el país, la zona del Magdalena Medio ha sido fuertemente afectada por la violencia asociada al conflicto armado interno. Esta se encuentra distribuida entre los departamentos de Antioquia, Santander, Bolívar, Cesar, Santander, Tolima y Caldas, por consideraciones de acceso al río Magdalena. Por razones de distinta índole, los municipios de esa región encuentran en Barrancabermeja una suerte de capital de la región. Allí se concentra una parte importante de la actividad comercial, industrial y política de esa zona del país. Del mismo modo, es receptora permanente de un flujo significativo de la migración laboral, pero también del desplazamiento forzado en la zona. La ciudad de Barrancabermeja puede ser reconocida como un espacio social en el cual se han ejercido, en forma histórica, múltiples 107 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación derechos. Tales derechos son ejercidos por personas naturales, individualmente consideradas, pero también por grupos humanos –que no necesariamente tienen personería jurídica–, como organizaciones sindicales, barriales, comunitarias, políticas, de mujeres, de usuarios de servicios públicos, no gubernamentales y agrarias, entre muchas otras. Algunas de ellas se autodenominan “organizaciones de base”. Dichas organizaciones tienen una historia de agremiación entre ellas, pues han formado coordinaciones, plataformas, mesas, “espacios” y otras formas de articulación. Esto hace parte de su cultura política175. Otras han sido previas a la violencia de los grupos armados ilegales176. Así como también hay algunas que han surgido justamente como una reacción organizativa a ese fenómeno177. En cualquiera de los dos casos, su existencia da cuenta de un tinglado social y político cuya existencia está justificada, en un sistema democrático, en los derechos a la participación política y a la libertad de expresión. Las organizaciones que participaban y las organizaciones que hacían parte de ellas estaban desplegando una actividad legal y legítima. Por el contrario, la obstaculización de ese ejercicio por medio de acciones de intimidación y violencia es incompatible con los valores democráticos. Sus efectos, por ende, son ilegales y deben ser objeto de reparación. El espacio social que constituye la ciudad de Barrancabermeja es cualitativamente diferenciable de otros cascos municipales. Difícilmente se puede encontrar en Colombia otro caso tipo en el que se concentre un tejido social tan fuerte, pero al mismo tiempo tan golpeado por la violencia. Factores como el número de organizaciones constituidas – pero también desestructuradas por la fuerza–, el nivel de presencia de actores del conflicto armado, la densidad poblacional y sobre todo la concentración de múltiples violaciones, hacen de la experiencia del puerto petrolero un evento emblemático de victimización, con 175 Visita de campo a Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012. 176 CREDHOS. “Informe: Derechos humanos en Barrancabermeja y su zona de influencia en el Magdalena Medio, junio a noviembre de 1996. Publicado en la página web de MOVICE (Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado): http://datoscolombianuncamas.org (visitada el 20 de agosto de 2012), p.p. 36 y ss. 177 Visita de campo a Barrancabermeja, 26 de julio de 2008. Entrevista con directivos de la Organización CREDHOS. 108 perspectiva sin duda colectiva, de un espacio social para el ejercicio de derechos reconocidos por el propio sistema democrático. Los derechos cuya reivindicación colectiva fue afectada por la acción del BCB son de diversa índole. En general se puede afirmar que se trató ante todo de prerrogativas civiles y políticas. Sin embargo, es posible decir también que en el fondo se proponían garantizar derechos económicos, sociales y culturales. Todos ellos fueron golpeados fuertemente por la violencia en la ciudad de Barrancabermeja. Además de la compensación individual, que cuenta con mecanismos propios, esa lesión amerita esfuerzos de reparaciones en una perspectiva colectiva. Desde luego, lo anterior no supone entender a la ciudad como un sujeto colectivo, en términos de un grupo humano con unidad de sentido distinta a la simple sumatoria de los individuos que la componen178. Esto conduciría a una comprensión inadecuada de lo que deben ser las reparaciones colectivas y, por ende, a un mal diseño de las medidas. Pero sí implica entender dos fenómenos. Primero, que en el marco de la ciudad comprendida como un espacio social, es decir, como un escenario espacial pero también simbólico de movilizaciones ciudadanas, actúan distintos sectores de la democracia que deben ser respetados y tolerados, aun en aquellos casos en los que se declaren en oposición al gobierno de turno. Esta afirmación parece obvia, pero es importante hacerla, en especial en la parte motiva de las sentencias que judicializan las violaciones a los derechos en mención. Segundo, que esos sectores de la democracia que actúan en el espacio social pueden ser caracterizados con fines de reparaciones colectivas. Es decir, con el propósito de que sus casos sirvan para diseñar tipologías útiles para remediar la lesión que el conflicto armado ha generado frente al ejercicio de ciertos derechos vitales para cualquier sistema democrático, ante la ausencia de posibilidades reales de efectuar un inventario completo del repertorio de daños causados por el conflicto armado y la violencia asociada al mismo. 178 Díaz, Catalina. “Problemas conceptuales de la reparación colectiva en perspectiva comparada”. En: Uprimny, Rodrigo et al. Reparar en Colombia: los dilemas en contextos de conflicto, pobreza y exclusión. Bogotá: Centro Internacional para la Justicia Transicional y Centro de Estudios en Derecho, Justicia y Sociedad, 2009, p. 160. 109 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación 1.3.1.2. Caracterización introductoria de los sectores victimizados A continuación se ofrece una caracterización introductoria de esos sectores. Esto con el objeto de entender cuáles de ellos han sido afectados por la violencia debido al ejercicio democrático de derechos tales como la asociación, la participación política y la libertad de expresión, tanto individual como colectivamente. Si bien algunos de estos sectores no constituyen en estricto sentido sujetos colectivos, su experiencia frente a la violencia del conflicto armado en la zona ofrece datos relevantes para el entendimiento del impacto colectivo. Algunas de las plataformas, organizaciones o mesas de articulación que se describen a continuación, de hecho ya no se encuentran estructuradas, bien porque la dinámica política marcó otro rumbo o bien porque la violencia fue dirigida intencionalmente contra esos actores, justo por el rol organizativo que estaban desempeñando. En estos últimos eventos proceden las reparaciones colectivas. A su vez, esta caracterización permite entender por qué y de qué manera Barrancabermeja puede ser considerada un espacio social relevante para las reparaciones colectivas. La región ha sido escenario de un pronunciado activismo ciudadano, impulsado principalmente, pero no exclusivamente, por la industria extractiva del petróleo, que arribó a la zona en la primera mitad del siglo XX. Esto abrió espacio para un movimiento social179 que incluyó sectores sindicales y diversas corrientes políticas. En 1924 nació la Unión 179 En lo sucesivo se presentará, mediante notas al pie, la caracterización de algunas organizaciones sociales relevantes para el diagnóstico del daño colectivo en la zona. La “autodefinición” por parte de estas organizaciones es importante para las medidas de reparación colectiva. Esto es así principalmente porque la satisfacción propia de los esfuerzos de reparaciones supone declarar en forma normativamente autorizada el carácter legal y legítimo de las organizaciones que actúan en el marco de la democracia, y de su existencia. Ella debe partir de la forma como la propia organización comprende su naturaleza y su rol en la sociedad. Es una manera de interpelar los efectos de la violencia, que usualmente incluyó, además de las violaciones, fenómenos de estigmatización contra las organizaciones y sus integrantes. El propósito de esta caracterización no necesariamente es el diseño específico de medidas para las organizaciones que se describen, pues ello requeriría contar con su expresión de voluntad, en tanto personas jurídicas. Antes bien, se propone suministrar elementos para entender los patrones de violencia contra las organizaciones de su misma naturaleza, a fin de interpretarla a profundidad y diseñar medidas que puedan alcanzarlas a todas ellas. 110 Sindical Obrera de la Industria del Petróleo (USO) el principal sindicato de Ecopetrol180. Esta organización desempeñó un papel protagónico en los procesos de movilización social y por ello fue altamente victimizado. En 1972 surge la Organización Femenina Popular181, un movimiento de mujeres enfocado en el trabajo de movilización, acción política y comunitaria asociada al empoderamiento de las mujeres182. La Organización 180 La USO es un sindicato de primer grado e industria. Está conformado por trabajadores del sector hidrocarburos de todo el territorio nacional, con independencia de la modalidad de contratación. Ver Estatutos de la Unión Sindical Obrera de la Industria del Petróleo. Disponible en http://www.usofrenteobrero.org/index.php?option=com_ content&view=article&id=259&Itemid=139 181 Movimiento Nacional de Víctimas. Zona 5. Barrancabermeja. Disponible en http://www. movimientodevictimas.org/~nuncamas/images/stories/zona5/BARRANCABERMEJA. pdf 182 La OFP se define como “un proceso de organización, formación y movilización popular de mujeres de base, defensoras de los Derechos Humanos Integrales, que nos asumimos como sujetas políticas de derecho y construimos proyectos de vida digna a partir de la resistencia frente a todas las formas de violencia (económica, social, cultural, civil y política). Nos proponemos la defensa de la vida y los derechos humanos integrales, reivindicando los derechos de la mujer, quien como sujeta política eleve su conciencia de género y de clase y transforme su realidad social a partir de sus propias acciones cotidianas civilistas y autónomas. Precisamente, estos principios, la civilidad y la autonomía, son el fundamento de nuestra ética política. Defendemos la civilidad como estatus político que nos permita construir propuestas de vida para todas y todos, en las que las normas que nos rijan sean inspiradas en modelos democráticos y no dictatoriales ni militaristas. No aceptamos ningún tipo de presión por parte del Estado ni de los actores armados ilegales. Defendemos nuestra autonomía como mujeres sujetas de derecho. Así pues, desde estos principios e inspirándonos en valores como la justicia, el amor, la equidad, la solidaridad, la sororidad, la ternura, la dignidad y el respeto humano, trabajamos por el desarrollo integral de la mujer, y por la construcción de poder popular mediante la organización y el movimiento social regional y nacional para defender la vida digna y los derechos humanos integrales de las mujeres y los pueblos. Nuestro proceso organizativo nace en 1972, en el sector nororiental de Barrancabermeja, como una propuesta de la Iglesia Católica para organizar a las mujeres en torno a la superación de la violencia intrafamiliar, el sometimiento de las mujeres y la injusticia social. Surgimos durante el auge de la Teología de la Liberación y de los movimientos sociales en Colombia. En 1988 iniciamos un proceso organizativo autónomo, independiente de la iglesia. Lo que inició en Barrancabermeja como un proceso organizativo de base local, fue ampliándose hacia la región del Magdalena Medio, a cinco municipios más, donde consolidamos nuestro trabajo regional a partir de 1995. El conflicto armado escalado en la región y el país nos fue trazando nuevos retos y exigiendo nuevas respuestas 111 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Femenina Popular desarrolla desde hace 35 años un trabajo en defensa de los derechos humanos de las mujeres de la región del Magdalena Medio. Han denunciado de manera permanente la presencia y el control social ejercido por los grupos paramilitares de la zona, exigiendo constantemente a las autoridades la recuperación del control social y político de Barrancabermeja y del Magdalena Medio. Por ese motivo, su tarea se ha desarrollado en medio de amenazas y hostigamientos, así como con un número importante de víctimas de su organización. Las formas de las violencias que han padecido han tenido un impacto diferenciado. Como un hecho notable de la persecución de la que han sido víctimas, se señala la destrucción de una de las casas donde desarrollaban sus actividades de educación y promoción de las mujeres y sus hijos. Los paramilitares demolieron el inmueble en su totalidad, recogieron los escombros, los subieron en camiones y se los llevaron, como para enviar un mensaje de su intención de desaparecer en forma total a la OFP. La OFP ha insistido en que las reparaciones deben ser para la organización, no individuales. De hecho, sostienen que las violaciones individuales no iban dirigidas contra ellas sino que intentaban debilitar el proceso organizativo183. En 1975 es creado el Movimiento Cívico, Obrero y Campesino, enfocado principalmente en demandas por justicia social, especialmente las relacionadas con servicios públicos184. Este espacio, a su vez, articulaba a otras organizaciones sociales en torno a reivindicaciones concretas. Posteriormente, alrededor de 1980, surgió otra plataforma denominada la Coordinadora de Solidaridad. Fue en este marco en el que se impulsaron varios de los paros cívicos que tuvieron lugar en la región y que marcaron repercusiones en muchos lugares del país. Con posterioridad, para el año 1997, surge la Corporación Regional para la como organización, es así, como en 1996 lanzamos la propuesta del Movimiento Social de Mujeres contra la Guerra y por la Paz y a la vez afianzamos nuestro perfil como defensoras de los derechos humanos integrales. A partir del año 2000 tomamos dimensión nacional y ampliamos nuestro trabajo a las ciudades de Bogotá y Neiva”. 183 Visita de campo a Barrancabermeja, 8 de julio de 2012. Reunión con la Organización Femenina Popular. 184 Movimiento Nacional de Víctimas, óp. cit. 112 Defensa de los Derechos Humanos –CREDHOS185. También se crea la Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare (ATCC)186. En 1988 nace el Frente Común por la Vida, la Paz y la Democracia, que involucra a distintos sectores del municipio. Al parecer este espacio político ya no se encuentra activo, aunque muchos de los sectores que hicieron parte de él siguen funcionando en la zona187. Esto incluye a la Iglesia católica y a la administración municipal. Asimismo, surge la Coordinadora Popular de Barrancabermeja (1989), con una agenda política distributiva muy similar. Luego, en 1991 se configura el Comité Cívico de Convivencia Ciudadana. Su agenda, además, estaba enfocada a intervenir sobre los efectos del conflicto armado y la violencia 185 “La Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humanos (CREDHOS) es una organización no gubernamental, autónoma y civilista constituida e integrada por pobladoras y pobladores de distintos sectores de la sociedad civil en la región del Magdalena Medio. […] Fue fundada para la promoción, defensa y protección de los derechos humanos, la democracia y el Derecho Internacional Humanitario (DIH). Entre sus objetivos también se encuentra la búsqueda de la generación de acciones y escenarios para el entendimiento, la tolerancia, la convivencia y la paz civilizada en favor de la población civil y de sectores sociales vulnerables. Realiza formación mediante equipos promotores, investigación, promoción de denuncias, documentación de casos, asistencia jurídica, publicaciones, participación en espacios de coordinación y trabajo en redes”. Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humanos. PBI Colombia, paquete de prensa. Disponible en http://www.pbi-colombia.org/fileadmin/ user_files/projects/colombia/files/press_kits/100920_CREDHOS_ESP.pdf 186 La Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare, ATCC, es una de las iniciativas pioneras en materia de construcción de Paz desde las regiones. En mayo de 1987 los campesinos y campesinas del corregimiento de La India decidieron organizarse para buscar de manera pacífica soluciones a sus problemas y para exigirles en el marco de la no violencia a los diferentes grupos armados ilegales no involucrarlos en el conflicto. En su lucha por el respeto a los derechos humanos, por el desarrollo económico y la dignificación de la vida, la Asociación ha sido víctima de asesinatos (sus principales dirigentes en la década de los 90 fueron asesinados) de amenazas y de diferentes formas de presión. Sin embargo, se ha sostenido y ha logrado construir un proceso organizativo y productivo que se mantiene como proyecto socio cultural que da vida a una comunidad campesina. Está presente en el corregimiento de La India, y con influencia en 36 veredas y 2 corregimientos de los municipios de Landázuri, Cimitarra, Sucre, Bolívar, Peñón y la Belleza (Santander). Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare, ATCC. Disponible en: http://expopaz.org.co/index.php?option=com_co ntent&view=article&id=37:asociacion-de-trabajadores-campesinos-del-carareatcc&catid=5:desarrollo-para-la-paz&Itemid=10 187 Observación de visita de campo efectuada a Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012 y 23 al 27 de julio del mismo año. 113 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación sociopolítica en la región. También tuvo espacio en 1992 lo que se llamó el “Comité Nacional Antisicarial” como un espacio de acción democrática frente a los asesinatos selectivos y las masacres en el puerto petrolero188. Estos asesinatos selectivos parecían estar relacionados con esfuerzos por amedrentar procesos organizativos y de reclamación de derechos189. Luego, en 1993, tiene lugar el Consejo de Desarrollo Socio Económico. Este escenario es una reacción de la administración municipal frente a reclamos de participación por parte de las organizaciones sociales. En 1995, es creado el Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio (PDPMM), a partir de un diálogo de sectores sociales con Ecopetrol190. No es una organización de base pero tiene diálogo y asociación con muchas de ellas. También surgen el Movimiento Regional por la Paz (1996) y la Mesa Regional de Trabajo Permanente por la Paz (1998). Estas organizaciones y/o espacios organizativos experimentaron eventos de violencia que también permitirían entender aquella ejercida contra otras instituciones de su género. Todos estos escenarios constituyen un continuum de actividad política y organizativa en el que distintos agentes participaron. Fueron afectados por la violencia y esto a su vez determinó la manera como se podían agremiar y el impacto sobre sus dinámicas de actuación política y social. La sectorización de las principales violaciones permite entender qué sectores fueron los más victimizados, y, eventualmente, relacionar el ejercicio de ciertos derechos con las formas más pronunciadas de victimización: 188 Movimiento de Víctimas, óp. cit., p. 4. 189 Entrevista con funcionario de organización no gubernamental en la zona. 190 Movimiento de Víctimas, óp. cit., p. 5. 114 Victimizaciones por sector social en Barrancabermeja entre 1966 y 1998 Sector social Asesinato Desaparición Tortura Detención Allanamiento Amenazas Atentados Defensores DDHH 4 -- -- -- -- 3 -- Dirigentes cívicos 11 2 5 6 -- 9 -- Educadores 1 -- -- 1 -- 3 1 Estudiantes 14 6 1 4 -- 1 2 Func. públicos 22 1 -- -- -- 2 2 Líderes campesinos 4 -- -- 12 -- 6 7 Militantes políticos 48 5 6 14 2 3 15 Obreros 50 4 12 29 4 18 3 P. rural 225 21 68 101 5 7 14 Sindicalistas 70 7 30 94 10 41 23 F. judiciales 1 -- -- -- -- -- -- 429 66 171 183 20 20 58 P. urbana Fuente: Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado. 1.3.1.3. Patrones generales de victimización Se tiene entonces que ocurrieron una serie de patrones de victimización que adoptan modalidades diferentes, pero que también tienen en común que se proponen mermar el impacto de los procesos organizativos, prohibir que la ciudadanía se acerque a ellos y obstaculizar sus demandas democráticas, sean ellas por reconocimiento o respeto a las libertades 115 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación civiles y políticas, o bien sean peticiones por justicia distributiva191. A esto hay que sumarle como un dato relevante la participación de políticos locales en alianzas con grupos paramilitares192. CREDHOS nace como organización defensora de derechos en 1987 en un contexto de violación a derechos humanos y crisis humanitaria. En el contexto del ascenso político de la UP, quienes alcanzan mayoría en el Concejo Municipal de Puerto Berrío, se inician acciones violentas contra esta organización política y contra otras organizaciones similares. A partir de testimonios aportados en procesos judiciales se tiene evidencia de las actuaciones de una red criminal, presuntamente de la Armada Nacional, al mando de un Coronel de apellido Quiñones. En 1990 sufre un atentado una de sus lideresas más importantes, mientras varios de sus dirigentes se ven obligados a abandonar la ciudad. Su presidenta también tuvo que salir del país en 1998. Otros miembros connotados se desplazaron dentro del país. A finales de los años noventa se cerraron las oficinas de la organización, las cuales se reabrieron en 2001193. Sin duda, CREDHOS es una organización que sufrió un fuerte impacto por cuenta de la actividad del BCB. Es un ejemplo tipo de la afectación que sufrieron las organizaciones clásicas defensoras de derechos humanos. A su vez, la violencia que esta organización padeció influyó de manera indirecta pero palpable en otras organizaciones de derechos humanos que actuaban en la zona, y que vieron reducido su margen de actuación por las intimidaciones contra CREDHOS. Fue un mensaje simbólico dirigido a una organización específica, pero que alcanzó a muchas otras que desarrollaban un trabajo similar en la región. El intenso ejercicio de múltiples libertades dio origen a una estigmatización de la ciudad de Barrancabermeja como una zona problemática para el orden público. Esto dio lugar, en primer término, a operaciones selectivas pero planificadas de exterminio, dirigidas contra integrantes de las distintas organizaciones sociales. Pero no 191 Entrevistas con funcionarios de la Corporación Nación. Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012. 192 Ibíd. 193 Visita de campo a Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012. Entrevista con integrantes de la Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humanos –CREDHOS. 116 con la intención exclusiva de exterminio individual. Antes bien, con el propósito de desarticular las organizaciones a las que pertenecían, que eran consideradas aliadas de la guerrilla. Además de la violencia que fue ejercida por las organizaciones subversivas, las agremiaciones civiles sufrieron la acción de algunos elementos de los grupos paramilitares, en distintos casos, y de diferentes maneras, con aquiescencia o apoyo de la fuerza pública. Así, se encuentra ampliamente documentada la situación de la Red 07 de la Armada Nacional194. En un informe publicado por el Equipo Nizkor, y fundamentado en las investigaciones penales y disciplinarias sobre los hechos, se afirma que existió una red de exterminio que fue apoyada por la Armada Nacional a finales de los años ochenta hasta mediados de los noventa195. Posteriormente, los grupos paramilitares, por medio del Bloque Central Bolívar, cometieron graves crímenes con el propósito de desarticular las organizaciones de la sociedad civil y afectar el ejercicio tanto de libertades civiles y políticas como de derechos colectivos. Este tipo de actuaciones significaron afectaciones de diversa índole. En primer lugar, el derecho al buen nombre tanto de los líderes sociales como de las organizaciones a las que pertenecen ha sido puesto en entredicho. Ese parece ser un común denominador en todas las entrevistas196. Aplica tanto para organizaciones específicas y plenamente identificables, como para las múltiples plataformas y coordinadoras a las que pertenecían. Hubo un patrón de victimización orientado al debilitamiento de las organizaciones. Estos daños se dieron con base en ataques consistente en: amenazas, asesinatos selectivos, desaparición forzada, reclutamiento forzado, secuestros y restricciones al derecho a la participación en organizaciones sociales y en organizaciones políticas. También hubo esfuerzos por atajar liderazgos políticos considerados indeseables. 194 Corporación Colectivo de Abogados “José Alvear Restrepo” y Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humanos. Informe “Hoy como ayer persistiendo por la vida”. Redes de Inteligencia y Exterminio en Barrancabermeja. Disponible en http:// www.derechos.org/nizkor/colombia/libros/redes/ 195 Ibíd. 196 Visitas de campo en Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012 y 23 al 27 de julio de 2012. 117 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Esto fue evidente, por ejemplo, en el municipio de Aguachica197. Este municipio, por cierto, es quizás el más estratégico del Magdalena Medio. Distintas organizaciones que buscaban acceder al poder por medios democráticos fueron amedrentadas198. En esa medida, el ejercicio de la participación política se vio fuertemente afectado. La Unión Patriótica y el Partido Comunista fueron prácticamente exterminados en la zona. En la zona de Barrancabermeja se quiso imponer una gobernabilidad violenta, en la medida en que todo lo que escapara a los propósitos del BCB era exterminado199. En determinados eventos, las violaciones del derecho a la vida produjeron impacto colectivo. Hay evidencia muy fuerte de ello en Barrancabermeja200. Se trata de eventos en los cuales el homicidio de una sola persona desarticuló organizaciones o tuvo un impacto negativo importante en sus posibilidades de fortalecimiento o en la continuidad de la asociación201. También hubo impacto sobre las Juntas de Acción Comunal, que eran asociadas con actores armados y por tanto eran consideradas objetivos militares. Esto tuvo impacto, a su vez, en las posibilidades de solución de problemas comunitarios por vía de la autogestión, ante la ausencia del Estado. Hubo daños colectivos por la pérdida de ciertas prácticas culturales, tal como ocurrió con el festival de Gaitas y Tamboras, que no se volvió a celebrar en muchas partes de Barrancabermeja202. Las ejecuciones fueron masivas y existen muchos sitios del territorio donde hay fosas comunes con restos pendientes de identificación. Del mismo modo, se profundizó la corrupción y se redujeron las posibilidades de que las comunidades controlaran el gasto de 197 Visita de toma de contacto. 4 al 8 de junio de 2012. 198 Ibíd. 199 Visita de campo a Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012. Entrevista con la Corporación Nación. 200 Ibíd. 201 Visitas de campo a Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012 y 23 al 27 de julio de 2012. 202 Visita de campo a Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012. Grupo focal con víctimas acompañadas por la diócesis de Barrancabermeja. 118 los recursos públicos203. En Santa Rosa también hubo violaciones individuales con impacto colectivo. Se trata, por ejemplo, de Artemio Mejía, líder promotor de la sustitución de cultivos ilícitos. Fue asesinado en la carretera que de Simití conduce a Santa Rosa204. Esto tuvo un efecto desfavorable sobre las iniciativas organizativas de la zona, que fueron desestimuladas. De esta manera, una violación individual impactó toda la zona donde fue cometida205. Las masacres también generaron impactos colectivos. En San Pablo tuvo lugar una, alrededor del año 1999, en la que fueron asesinadas 14 personas. En el repertorio de violencia de los grupos paramilitares, esto es interpretado como el mensaje de notificación de la entrada del grupo armado en un territorio determinado206. También fue común que circularan vehículos que eran ampliamente conocidos por la comunidad como mecanismos para la desaparición forzada. Su circulación permanente por el territorio enviaba un mensaje a la población civil. Estas modalidades de actuación buscaban aterrorizar a la comunidad y dotar de un sentido de control estricto sobre la vida y los bienes de la ciudadanía a la presencia constante de los actores armados en el territorio207. 1.3.1.4. Afectaciones al derecho a la educación, a la libre asociación y al libre desarrollo de la personalidad El derecho a la educación se vio afectado por la acción del BCB en el corregimiento San Blas, de Simití. La asistencia de los menores al sistema educativo se vio drásticamente reducida208. La posibilidad de efectuar emprendimiento económico también fue afectada por cuenta de extorsiones a múltiples sectores de la economía. San Blas era una zona 203 Visita de campo a Puerto Berrío, 26 de julio de 2012. Grupo focal con la Asociación de Víctimas Ave Fénix. 204 Visita de campo a Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012. Entrevista con funcionaria de la Defensoría del Pueblo. 205 Ibíd. 206 Ibíd. 207 Ibíd. 208 Ibíd. 119 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación de convergencia para que los jóvenes de la región cursaran educación secundaria. Allí funcionaba una institución educativa con cupos para alrededor de 1.000 estudiantes. Pero ante la presión del BCB, en algún momento llegó a tener cerca de 200. Los restantes estudian en Simití, mediante un desplazamiento de más de dos horas de viaje y con malas condiciones de transporte209. Las libertades sindicales fueron especialmente golpeadas. Líderes y lideresas de sindicatos muy importantes fueron asesinados, lesionados, desplazados o exiliados210. Los golpes debilitaron la afiliación y las organizaciones percibieron menos recursos, así como un número inferior de asociados211. El derecho de huelga y las convenciones colectivas se vinieron al piso. Los sindicatos de segundo nivel también se vieron debilitados212. El resultado final es un impacto evidente y profundo en el derecho de asociación y otras libertades sindicales. Muchos sindicatos fueron altamente debilitados. Otros desaparecieron. El impacto específico de este debilitamiento sindical sobre los derechos de los trabajadores es un fenómeno que aún se encuentra pendiente de ser medido. Los grupos paramilitares prohibieron que las comunidades se acercaran a las sedes de las organizaciones de trabajadores como la Unión Sindical Obrera213. La violencia antisindical no fue fortuita, sino intencionada y tuvo impacto colectivo sobre el ejercicio del derecho de asociación. El libre desarrollo de la personalidad también se vio afectado por distintos fenómenos. La comunidad LGBT fue perseguida y estigmatizada en Barrancabermeja214. En muchos eventos fueron amenazados, 209 Visita de campo a Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012. Entrevista con el Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio. 210 Visita de campo a Barrancabermeja, 23 al 27 de junio de 2012. Entrevistas con Corporación CREDHOS y con el Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio. 211 Ibíd. 212 Ibíd. 213 Visita de campo a Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012. Entrevista con la Corporación Nación. 214 Visita de campo a Barrancabermeja, 23 al 27 de julio de 2012. Entrevista con líder de la comunidad LGBT de Barrancabermeja. 120 destinatarios de tratos crueles, inhumanos o degradantes y sexualmente agredidos. El resultado final fue una represión de las identidades de género y orientaciones sexuales alternativas, en causalidad con el conflicto armado. Es decir, a pesar de que es probable que existiese un contexto previo de discriminación contra la comunidad LGBT, esa forma de violencia se vio altamente exacerbada por cuenta del control territorial de los grupos armados, específicamente, para este caso, del BCB. Con frecuencia, las lesbianas eran violadas para “demostrarles que estaban equivocadas en cuánto a su orientación sexual”215. La condición de homosexual podía significar llamar la atención del grupo armado y, por ende, ser objeto de hostigamientos adicionales a los que percibían la generalidad de las personas oprimidas por el control territorial de los grupos armados ilegales216. Por tal motivo, otras personas que pertenecían a la comunidad LGBT tampoco se revelaban públicamente. Hubo un fenómeno de ocultamiento de la comunidad LGBT, asociado con la discriminación generalizada, pero exacerbado por la por la violencia del BCB, que sin duda empeoró su condición. Con otras personas homosexuales hubo una exposición pública, a modo de escarnio, con fines de sanciones con impacto social. Los tratos crueles, inhumanos y degradantes a los que eran sometidos, se utilizaban como conducta ejemplarizante. Es decir, se les visibilizaba como homosexuales en tanto había que castigarlos. También hubo señalamientos y amenazas a raíz de la marcha LGBT217. Como ocurrió con casi todos los ejercicios de activismo político y movilización social, la manifestación pública de esta comunidad fue mal vista por parte del grupo armado. 1.3.1.5. Afectaciones derivadas del control de la vida civil y de la imposición de códigos de conducta Finalmente, el BCB impuso un código de conducta con fines de regulación de la vida cotidiana en el municipio de Barrancabermeja. Ese código fue reproducido por medios escritos y por transmisión oral. Algunas veces 215 Ibíd., reunión con integrantes de la Mesa Regional de Víctimas. 216 Ibíd., entrevista con integrante de la comunidad LGBT. 217 Ibíd. 121 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación el propio grupo armado ordenaba la difusión y se esforzaba por darlo a conocer. En otros eventos, la información circulaba entre las redes de las propias comunidades, movidas por el temor y la intimidación. La regulación prescribía, valiéndose de la coacción criminal, la manera como la gente se debía comportar. En perspectiva colectiva, esto incluía la prohibición expresa a la ciudadanía de acercarse a las organizaciones sociales y de derechos humanos, tal como ocurría con las organizaciones sindicales. Para algunas víctimas el sentido de ese comportamiento consistía en obstaculizar las denuncias y las labores de activismo. Es decir, sin defensores de derechos humanos, o con ellos simbólicamente incomunicados y confinados, la gente denuncia menos de lo que lo haría si dicha restricción no existiese218. Esto, aunque el número de violaciones permanezca igual o incluso más alto. Se puede afirmar que esta fue una estrategia dirigida no a cambiar la realidad sino a modificar la manera como es percibida y a dar un lugar privado a la violencia del conflicto armado219. Debido a esta reducción en la posibilidad de acudir a las organizaciones por cuenta de las prohibiciones del BCB, muchos procesos judiciales que eran adelantados por defensores de derechos humanos que fueron asesinados, amenazados o desplazados se vieron paralizados220. Con todo, la gran afectación en contra de las organizaciones sociales y de derechos humanos fue la pérdida de la capacidad de convocatoria y movilización. Algunas organizaciones prácticamente desaparecieron y muchas otras tuvieron que cerrar sus oficinas por espacios prolongados de tiempo221. El código de conducta impuesto por el BCB era un documento con diez puntos. Resolvían conflictos conyugales. Las sanciones iban desde barrer las calles hasta asesinatos. Las víctimas eran desnudadas, bañadas con agua caliente o sus cabezas rapadas222. Era una forma de degradarlos 218 Visita de campo a Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012. Entrevista con la Corporación Nación. 219 Ibíd. 220 Visita de campo a Barrancabermeja, 23 al 27 de julio de 2012. Entrevista con funcionarios de CREDHOS. 221 Visita de campo a Barrancabermeja, 23 al 27 de julio de 2012. Entrevista con integrantes de la Corporación CREDHOS. 222 El BCB había escrito un código. Era un papel con diez puntos. Resolvían conflictos 122 y hacerles perder la dignidad. La gente no acudía a la policía, porque los paramilitares eran informados. Por tal motivo, la ciudadanía terminó acudiendo directamente a los ilegales, que eran quienes resolvían los conflictos. Por el contrario, la policía no se atrevía a actuar contra los ilegales. Le recomendaban a la gente que mejor arreglaran “por las buenas” con ellos223. Este código de conducta no tiene validez jurídica alguna y es incompatible con los derechos y libertades de la Constitución Política224. Por ende, no debe ser reconocido, en modo alguno, como fuente de obligaciones para los miembros del grupo o como origen de derechos para la comunidad barranqueña. Con todo, tuvo incidencia en el ejercicio de tales derechos y por consiguiente puede configurar un daño colectivo. Es la expresión empírica de la violación de varios derechos, en particular, de reunión y asociación. Las medidas de reparación, por consiguiente, deben descalificar el carácter impositivo de ese código y afirmar los valores constitucionales que fueron transgredidos por esa victimización particular, entre otras muchas. 1.3.1.6. Afectaciones a los derechos a la libre circulación, a la participación y por violencia de género El ejercicio de la libre circulación también se vio afectado, al menos por dos razones. En primer lugar, los grupos armados, entre ellos el BCB, impusieron toques de queda tanto en las zonas rurales como en los cascos urbanos. Así aconteció en varios puntos de Barrancabermeja225 conyugales. Las penas iban desde barrer las calles hasta asesinarlos. Los desnudaban, o los metían en agua caliente, les rapaban la cabeza, era una forma de degradar y hacer perder la dignidad. Si alguien hacia algo, todo el mundo se daba cuenta. La gente no iba a la policía, porque le contaban a los paramilitares, más bien acudían directamente a los ilegales que eran los que resolvían los conflictos. Ellos no se atrevían contra los ilegales. Le recomendaban a la gente que mejor arreglaran “por las buenas” con ellos. 223 Visita de campo a Barrancabermeja, 23 al 27de julio de 2012. Entrevista con líder de una organización de víctimas. 224 Esto debe ser afirmado así por cualquier decisión judicial que pretenda ofrecer reparaciones por tales hechos. 225 Visitas de campo a la zona del sur de Bolívar, 4 al 8 de junio de 2012. 123 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación y en otras zonas tanto rurales como urbanas de otros municipios226. En segundo lugar, hubo daño cultural a la práctica de las contribuciones voluntarias para el mantenimiento de infraestructuras comunitarias. Con frecuencia, ante la ausencia del Estado tanto local como regional, los niveles de auto gestión de las comunidades eran bastante altos. Las redes de apoyo mutuo así como los esfuerzos de solución de problemas a nivel comunitario fueron destruidos por la presencia de los grupos armados ilegales, entre ellos el BCB. El sistema jurídico colombiano tiene previstas muchas formas de participación de la ciudadanía, tanto en la Constitución como en la ley y los reglamentos. Esto incluye distintas instancias de las entidades públicas. Muchas de esas oportunidades de participación se vieron afectadas por la acción del Bloque Central Bolívar, bien porque cooptaban los escenarios o bien porque impedían participar a los ciudadanos. Además de los toques de queda, en muchas regiones de influencia del BCB hubo retenes y peajes ilegales227. Estas acciones parecían direccionadas a consolidar el control militar sobre el territorio y al mismo tiempo regular la vida y la cotidianidad de las comunidades. De hecho, los grupos armados usurparon peajes comunitarios que la gente veía como legítimos porque estaban destinados a la solución de problemas de las comunidades228. Hubo corregimientos que sufrieron arrasamiento. Por ejemplo, el corregimiento de El Paraíso, en Simití, fue quemado tres veces229. Dañaron las comunicaciones y se apropiaron de las torres que para ese efecto existían, a fin de utilizarlas para fines ilegales. En resumen, las comunidades fueron incomunicadas230. 226 Visitas de campo a Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012 y 23 al 37 de julio de 2012. Visita de campo a Puerto Berrío, 26 de julio de 2012. Grupo focal con la Asociación de Víctimas Ave Fénix. 227 Reunión con la Mesa de Víctimas acompañada por el Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio. 5 de julio de 2012. 228 Ibíd. 229 Ibíd. 230 Ibíd. 124 En algunos barrios de Barrancabermeja el BCB cortó las líneas telefónicas y prohibió que fueran reinstaladas. Literalmente, arrancaron las líneas. La comunidad cree que ocurrió para que no dialogaran entre ellos y especialmente para que no se organizaran231. La gente denunció estos eventos ante la policía, pero ellos mismos informaron a los ilegales y sugirieron no denunciar más para evitar problemas con el BCB232. Los procesos de memoria que venían adelantando las comunidades se vieron interrumpidos por la presencia del BCB. Se le bajó el perfil a las actividades. De hecho, estuvieron inactivos por mucho tiempo233. Esto fue particularmente evidente con los procesos organizativos que se habían tejido como esfuerzos de conmemoración alrededor de las masacres más representativas de la irrupción paramilitar en el puerto petrolero. El silenciamiento de las iniciativas de memoria fue un evento de revictimización. La violencia también tuvo un impacto diferencial sobre la vida de las mujeres. Fueron atacadas en su integridad. Aunque los casos no fueron directamente documentados en este ejercicio, en las entrevistas se tuvo noticia de muchos eventos de violencia sexual contra ellas. Específicamente, les cortaban el pelo porque se negaban a lavarles la ropa a los paramilitares o a tener sexo con ellos234. Muchas otras mujeres fueron efectivamente obligadas a realizar actividades de esa naturaleza. A otras mujeres las hacían exponerse en ropa interior, barriendo el espacio público, porque les gustaban las fiestas235. Del mismo modo, las amenazas, cuando se dirigían contra mujeres, evidenciaban contenido sexual explícito. En otras palabras, amenazaban con ejercer violencia sexual contra ellas. 231 Visita de campo a Barrancabermeja, 23 al 27 de julio de 2012. Grupo focal con organizaciones de la Mesa Regional de Víctimas. 232 Ibíd. 233 Ibíd. 234 Ibíd. 235 Ibíd. 125 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación 1.3.1.7. Afectaciones al derecho a la libertad de cultos, derivadas del narcotráfico y por homicidios selectivos La libertad de cultos y de conciencia de alguna manera fue afectada, pues las comunidades religiosas que trabajaban con la ciudadanía en las comunas fueron atacadas y amenazadas236. El BCB se apoderó de sus espacios comunitarios, que eran de la gente también. Intentaron cooptar los escenarios culturales de la gente, y cuando no lo lograban, entonces los destruían. La gente no era entonces voluntariamente convocada para participar en actividades culturales, sino que era llamada para presenciar en forma forzada reuniones de los grupos ilegales237. Se puede decir que el accionar del BCB transformó toda la estructura social de Barrancabermeja. Se pasó de un espacio social en el que se ejercían derechos civiles y políticos, a una sociedad desarticulada donde las organizaciones que lideraban ese ejercicio democrático fueron fuertemente golpeadas238 y en el que los grupos armados regulaban todas las relaciones sociales. Las comunidades dejaron de pronunciarse sobre los problemas que los aquejaban y se retiraron del espacio social de la protesta ciudadana239. El BCB destruía todos los esfuerzos organizativos que no eran compatibles con su proyecto político, cuando no lograban someterlos240. Los paramilitares cometieron muchos homicidios en persona protegida contra personas acusadas de hurto entre la comunidad. Ofrecían asesinarlos para congraciarse con la población. Pero en muchos casos, aunque la comunidad sabía que se trataba en efecto de personas que se dedicaban al hurto, exigía respeto por la vida241. Consideran que trataban de involucrar a las comunidades en el “proceso de toma de decisión” de asesinar a alguien, con el propósito de amedrentarlos y cooptarlos. Es decir, hacerlos partícipes de su proyecto criminal. 236 Ibíd. 237 Ibíd. 238 Ibíd. 239 Ibíd. 240 Visita de campo a Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012. Entrevista con la Corporación Nación. 241 Ibíd. 126 Con la presencia del BCB, los expendios de estupefacientes se multiplicaron. Los menores empezaron a prostituirse y eso tenía que ver con la falta de entrada de la fuerza pública y el control de los paramilitares. Gente de su entera confianza controlaba los comercios. Esa situación se sigue sintiendo aun hoy en los barrios242 y no ha cambiado sustancialmente. 1.3.1.8. Afectaciones a la participación y disfrute de servicios de salud y educación Muchos centros de salud fueron afectados por la acción del BCB en zona urbana de Barrancabermeja. Por ejemplo, el de la Comuna 7. Hacían atender a sus combatientes mal heridos. Por ese motivo, ni los médicos ni las enfermeras querían trabajar allá. Eso fue después del 2000. Acabaron con el puesto de salud porque les traían demasiados heridos. Si se les moría el paciente, mataban al médico. Ellos tenían que conseguir la droga y los elementos para atenderlos. Por ese motivo, los trabajadores de la salud abandonaban el cargo y no volvían. Todo lo que había allá lo trasladaron a otro lado. Al lado del puesto de salud en el barrio Danubio, en la Comuna 6, había una biblioteca. Como hubo una estigmatización contra los curas, eso afectó mucho y la biblioteca se murió. A los padres franciscanos y a los que entraban en la casa cural los declararon objetivo militar. Desde ese entonces no hay biblioteca. Ese sitio está solo y abandonado. Todos esos espacios comunitarios, bien fuera de salubridad, educativos o religiosos fueron cooptados o destruidos. Los procesos organizativos de los estudiantes de secundaria, concentrados principalmente en el colegio Camilo Torres del barrio Las Granjas, fueron desestructurados por cuenta de las amenazas. Dichos procesos reivindicaban principalmente el derecho social a la educación. Además de ello, el transporte escolar se hizo tremendamente difícil por el control territorial de los grupos armados. Las fronteras invisibles entre los barrios dificultaban la circulación para las actividades cotidianas, y por ende, el acceso a servicios de educación y salud. 242 Ibíd. 127 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación En el barrio 9 de abril, de la Comuna 7, fue erigido un monumento al comandante de las AUC Carlos Castaño, por orden del BCB, alrededor del año 2003. A ese monumento le hicieron una inauguración. Fue durante el apogeo del BCB en Barrancabermeja. Luego la comunidad lo hizo quitar. Eso ocurrió alrededor del año 2005. Fue un acto que afrentó profundamente a las víctimas, y aunque el lugar ya no esté, podría ser importante identificar y recuperar ese espacio a favor de las mismas. Este evento da cuenta del grado de control territorial que alcanzaron los grupos paramilitares en la zona y del nivel de control que tuvieron sobre la vida comunitaria. Finalmente, hubo ciertos sectores de la sociedad que fueron particularmente afectados. En primer lugar, está el magisterio. Los maestros fueron muy amenazados y perseguidos en Barrancabermeja. Este sector estaba altamente sindicalizado y además participaba de esfuerzos organizativos en defensa de la educación pública. Los transportadores fluviales también fueron atacados e intimidados. Aunque no eran tan políticos como los maestros, por su circulación en los territorios eran acusados de apoyar a la guerrilla. En general, todos los sectores que normalmente estaban involucrados en procesos de movilización social y política alrededor de la defensa de servicios sociales que debía proveer el Estado fueron atacados de alguna manera. 1.3.2. Daño a la institucionalidad del Estado Social de Derecho 1.3.2.1. Aspectos generales Los daños a la institucionalidad ocasionados por el accionar del Bloque Central Bolívar en los municipios y la región del Magdalena Medio fueron una modalidad del daño colectivo causado en el Magdalena Medio por parte de dicho bloque. Aquí se ofrece una aproximación sin pretensiones de exhaustividad que, sin embargo, se propone exponer los patrones generales de esta modalidad de la afectación colectiva y, por esa vía, interpretar a profundidad el alcance de los daños y sus posibilidades de reparación. La información aportada en estos contactos exploratorios fue complementada con el examen de algunos textos que han dado cuenta de los procesos de violencia sufridos en el Magdalena Medio y 128 en la ciudad de Barrancabermeja, en particular243. En esta medida este capítulo se propone una presentación aproximada a algunos tipos y casos constitutivos de daño a la institucionalidad del Estado. Casos en los cuales fueron desconfiguradas algunas instituciones en su misión y actuaciones por la presencia e influencia del Bloque Central Bolívar. Es importante mencionar y tener presente que la presencia y acción del Bloque Central Bolívar no puede entenderse como una manifestación puntual y totalmente nueva en la historia de violencias sufridas en la región del Magdalena Medio y en la ciudad de Barrancabermeja. La llegada de este grupo, su consolidación y sus modos de operar deben entenderse en continuidad con el accionar de otros que actuaron antes bajo otras denominaciones y formas de conducción que perseguían, entre otros, fines similares244. En esa medida, la violencia, además de ser indiscriminada –aunque profundamente intencionada– y desproporcionada, tuvo un marcado impacto acumulativo. Por tal razón y solo para efectos de contextualizar posteriores involucramientos de miembros de la Fuerza Pública y otras autoridades con el Bloque Central Bolívar, se hace una breve presentación de los antecedentes de actuación de otros grupos armados ilegales que antecedieron al BCB. En este punto, cabe destacar que se debe avanzar en la consideración jurisprudencial del potencial reparador del reconocimiento de responsabilidad del Estado en los eventos de violencia del municipio de Barrancabermeja, por varias razones. La primera de ellas, porque hay un cuerpo de pronunciamientos que invitan a interpretar que en ciertos eventos hito de la violencia en la zona se presentó apoyo por parte de la fuerza pública para el accionar de los llamados grupos 243 Se trata de los siguientes textos: González Tejada, Diro César. Los días que estremecieron a Barrancabermeja. Barrancabermeja: Agencia Matrix, 2011; Corporación Nación. Agenda civilista de verdad, justicia y reparación en Barrancabermeja. Barrancabermeja: Litodigital, 2006; CREDHOS - Banco de Datos de Violencia Política – CINEP. Barrancabermeja la otra versión: paramilitarismo, control social y desaparición forzada 2000-2003. Bogotá, 2005; Corporación regional para la defensa de los derechos humanos – CREDHOS. Hoy como ayer, persistiendo por la vida: redes de inteligencia y exterminio en Barrancabermeja. Bogotá: Corporación Colectivo José Alvear Restrepo –CAJAR, Bogotá, 1999. 244 Corporación Nación, óp. cit., p. 28. 129 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación paramilitares245. Segundo, porque existe un caso de reparación simbólica agenciado por la alcaldía de Barrancabermeja que de alguna manera implicó el reconocimiento de dicha responsabilidad, como se explica a continuación. A raíz de la masacre del 16 de mayo de 1998 en las comunas de Barrancabermeja, existe una serie de expectativas de justicia que aún siguen pendientes. Con todo, la administración local efectuó un acto de conmemoración en el que acepta la responsabilidad que le incumbe a esa institución como primera autoridad de policía de la zona, pese a lo cual, no actuó diligentemente para evitar la masacre. Por tal razón, el alcalde presentó excusas a la ciudad y a las víctimas en el acto de conmemoración del 16 de mayo de 2010. Tales excusas fueron recibidas en forma satisfactoria por las víctimas246, si bien la inconformidad por la ausencia de justicia persiste. Con todo, es un precedente sobre la diferencia cualitativa que puede existir entre medidas de reparación que asumen responsabilidad oficial y reconocen la defraudación de las expectativas de cuidado de las víctimas frente al Estado. En el fondo, constituye una manera de confrontar la negación de las atrocidades, un reconocimiento de la diferencia que debe existir entre un pasado de abusos y un futuro de compromiso con el Estado de derecho, así como una afirmación de los valores democráticos transgredidos por la victimización247. De conformidad con lo anterior, si existe mérito en el proceso sobre hechos específicos que den cuenta de eventos que pueden comprometer la responsabilidad del Estado o sus agentes, la judicatura debería avanzar no en el conocimiento del fondo de esa situación, pues puede llegar a ser considerada incompetente para ello, sino en el diseño de medidas de reparación que permitan avanzar en la recuperación de la confianza ciudadana en las instituciones. Es decir, contribuir a dar remedio al daño causado por estos hechos a la institucionalidad propia del Estado Social de Derecho. Estas medidas pueden tomar la forma de aserciones incluidas en el cuerpo de la sentencia, 245 Infra. 246 Visita de campo a Barrancabermeja, 23 al 27 de julio de 2012. Entrevista con integrante del Colectivo 16 de mayo. 247 Adicionalmente, la alcaldía de Barrancabermeja cuenta con experiencia en el reconocimiento de la necesidad de medidas de reparación colectiva. Según algunas personas entrevistadas, esta iniciativa municipal también fue bien recibida. Entrevista con el Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio, 4 al 8 de junio de 2012. 130 con órdenes explícitas y específicas para asegurar su comunicación pública, o el llamado a determinadas instituciones, teniendo en cuenta sus competencias legales y constitucionales, para que contribuyan a la recuperación de la confianza cívica248 en las instituciones mediante la aceptación de las expectativas de protección que tenían las víctimas y que fueron defraudadas. Ello no implica necesariamente explicitar el tipo de responsabilidad jurídica que acarrearía para el Estado, sino más bien una aserción sobre la incompatibilidad normativa entre el tipo de 248 Sobre la idea de confianza cívica, Pablo de Greiff sostiene: “comencemos por un amplio entendimiento de confianza: confianza en general, como una disposición que media las interacciones sociales, ‘es una alternativa a la vigilancia y dependencia de amenazas con sanciones, [y] la confiabilidad… es una alternativa a la vigilancia constante sobre lo que uno puede o no obtener, ante el recurrente recálculo de costos y beneficios’. Además, por medio de la in-dirección, se puede decir que creer en alguien significa confiar en que esa persona va a hacer o dejar de hacer ciertas cosas, la confianza no es lo mismo que la simple predicción o regularidad empírica. De ser así, el paradigma de la confianza se daría en nuestra relación con máquinas particularmente confiables. La confianza no puede ser vista de igual manera que la confiabilidad en nuestra indisposición para decir que confiamos en alguien de cuya conducta sentimos gran certeza, sólo porque le hacemos seguimiento y lo controlamos (por ejemplo mediante la aplicación de los términos de un contrato), o porque tomamos acciones defensivas o prioritarias. La confianza implica la expectativa de un compromiso normativo compartido. Yo confío en alguien cuando tengo razones para esperar un cierto patrón de comportamiento de esa persona, y esas razones no sólo incluyen su pasado comportamiento coherente, sino también, fundamentalmente, la expectativa de que entre los motivos de su acción esté el compromiso con las normas y valores que compartimos. En este sentido, aunque la confianza no implica una normativa simétrica –la confianza es posible dentro de las relaciones ampliamente asimétricas, incluyendo las que pertenecen a instituciones profundamente jerárquicas– sí implica una reciprocidad normativa: la confianza derivada de un sentido mutuo de compromiso hacia las normas y los valores compartidos. […] Ahora, el término ‘cívica’ en confianza cívica: lo entiendo básicamente como un clasificador limitante. La confianza puede concebirse como una relación de escalar, como una relación que permite grados. El sentimiento de confianza que estamos tratando aquí no es la forma marcada de confianza característica de las relaciones entre amigos íntimos, sino más bien, la confianza ‘cívica’, que pienso es el tipo de disposición que se puede desarrollar entre ciudadanos, que son extraños unos a otros y que son miembros de una misma comunidad sólo en el sentido en que son conciudadanos de la misma comunidad política. […] Por otra parte, no se trata sólo de que los sistemas jurídicos se basen en la confianza de los ciudadanos tanto entre ellos, como en el propio sistema. Los sistemas jurídicos cuando funcionan bien, también catalizan la confianza, una vez más, tanto entre los propios ciudadanos, como en el propio sistema”. De Greiff, Pablo. “Justicia y Reparaciones”. En: Díaz, Catalina (Ed.). Reparaciones para las víctimas de la violencia política. Bogotá: Centro Internacional para la Justicia Transicional, 2010. 131 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación violencia cometida y los derechos de todo ciudadano al respeto de sus derechos. Ahora bien, si la judicatura necesita encontrar un título para vincular al Estado a las reparaciones, podría hacerlo como garante, en los términos de la sentencia C- 370 de 2006. Otra forma en la que la confianza en las instituciones fue disminuida se dio mediante la presunta participación de algunos funcionarios públicos en el negocio del narcotráfico. De acuerdo con información recogida, en determinados casos y zonas algunos elementos de la fuerza pública al parecer dejaban pasar insumos para el procesamiento de alucinógenos de una manera que hace difícil pensar que no estaban apercibidos de lo que estaba aconteciendo249. La comunidad tomaba nota de esta situación y algunas personas entrevistadas consideran que esto incidió desfavorablemente en la confianza ciudadana en las instituciones250. Se ha sugerido un acto simbólico de reconocimiento de alto nivel político en el que se acepte que la violencia desplegada por el BCB en Barrancabermeja es incompatible con los derechos y garantías de la Constitución de 1991. 1.3.2.2. Antecedentes del involucramiento de instituciones de la fuerza pública en el despliegue y actuación de grupos armados ilegales en la ciudad de Barrancabermeja En general, distintos documentos de memoria histórica producidos por instancias institucionales invitan a interpretar que han existido acciones concertadas entre instituciones armadas del Estado en el despliegue y accionar de los grupos armados ilegales, en múltiples lugares del territorio nacional251, incluyendo el Magdalena Medio y en la ciudad de Barrancabermeja en particular252. 249 Visita de campo a Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012. Entrevista con funcionario de la Defensoría del Pueblo. 250 Ibíd. 251 Ver, entre otras, Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso de la Masacre de la Rochela vs. Colombia. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 11 de mayo de 2007, Serie C, No. 163; Caso 19 Comerciantes vs. Colombia. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 5 de julio de 2004, Serie C, No. 109; Caso Manuel Cepeda Vargas vs. Colombia. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 26 de mayo de 2010, Serie C, No. 213. 252 En el reporte sobre la masacre de Trujillo, el Grupo de Trabajo de Memoria Histórica 132 La Corporación Nación ha señalado en sus investigaciones que desde la década de los ochenta el Magdalena Medio adquirió una connotación de zona de acción contrainsurgente y de presencia del Estado de manera predominante como actuación policiva y militar253. Desde ese entonces la fuerza pública utilizó civiles para que cumplieran labores propias de estas instituciones a quienes se dotó con armas oficiales y apoyo logístico. El blanco de la acción de estos grupos fueron los partidos políticos, los movimientos sociales y las organizaciones de derechos humanos254. En la misma década255, con la fundación del grupo armado MAS (Muerte a secuestradores) por parte de los carteles de las drogas, se inició la instalación de centros de entrenamiento en la zona del Magdalena Medio con la complicidad y entrenamiento de miembros de la fuerza pública y de mercenarios internacionales. De acuerdo con lo referido en el texto de CREDHOS, el Procurador de la época, Carlos Jiménez Gómez, afirmó que los eventos de violencia que comprometieron agentes estatales fueron “los más críticos y con mayor concentración de densidad del terror”. De la misma manera, sostuvo que la fuerza pública apoyó por acción y omisión actos generalizados de violencia contra civiles entre 1988 y 1993, esto es, durante 7 años. En el informe de la masacre de Bahía Portete, se sugiere responsabilidad estatal en la omisión frente a las alertas emitidas por la población civil y en el retiro de la fuerza pública días antes de la matanza. La responsabilidad del ejército también es esgrimida en el reporte sobre la masacre de El Salado. Allí el Grupo de Trabajo de Memoria Histórica defendió la idea de que la fuerza pública habría facilitado “los hechos centrales de la masacre”. También, que “esta continuó después, con su presencia”. La atribución se extiende a varios de los actos preparatorios de la ejecución múltiple y en general al contexto que permitió que la masacre fuera posible. En cuanto a la masacre de La Rochela, el Grupo de Trabajo de Memoria Histórica defiende la hipótesis según la cual hubo responsabilidad del Estado en la matanza y en la obstrucción de la causa penal. El reporte sobre los hechos violentos de Segovia dice que “hay un implicado en calidad de perpetrador común: agentes de la Fuerza Pública, y hay también una víctima común: civiles en estado de indefensión”. Señala a miembros de las fuerzas militares de ejecutar acciones criminales y atribuye “responsabilidad singular” a elementos militares en la comisión sistemática de violaciones. La investigación sobre la violencia en San Carlos también reporta violaciones cometidas por la Policía y el Ejército contra la población civil. Por último, en el informe sobre los hechos de la Comuna 13 de Medellín, el GTMH sostiene la afirmación de que la fuerza pública soportó a los paramilitares y operó articuladamente con ellos en la recuperación de ese escenario urbano. 253 Corporación Nación, óp. cit., p. 26. 254 Ibíd. 255 Grupo de Trabajo de Memoria Histórica. Informe sobre la masacre de La Rochela. 133 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación indicó que 60 miembros de la Fuerza Pública fueron miembros de este grupo paramilitar incipiente256. Entre 1988 y 1992 se constituyó una red de exterminio manejada por el área de inteligencia de la Armada Nacional, conocida como la Red de Inteligencia 07, la cual ha sido suficientemente documentada tanto en procesos judiciales, como en documentos analíticos257. Finalmente, con la llegada hacia el año de 1995 de nuevos grupos paramilitares para controlar la región a través de la estructura armada conocida como las AUSAC (Autodefensas de Santander y sur del Cesar), se hizo de nuevo blanco de acciones a los movimientos sociales. Las organizaciones de derechos humanos de la región indican la complicidad de los organismos de seguridad del Estado con la presencia y actuación de este grupo258. 1.3.2.3. El ingreso y la consolidación del Bloque Central Bolívar en la región y en la ciudad de Barrancabermeja Una hipótesis general del modelo de ocupación del paramilitarismo en la zona de Barrancabermeja sostiene que la incursión se realizó primero en múltiples zonas rurales aledañas, incluyendo pequeños cascos urbanos, para luego tomarse el puerto petrolero259. Se señala que la arremetida militar tuvo lugar desde la laguna del Opón, el corregimiento del Centro, el Llanito y San Rafael, “en una verdadera operación candado sobre la ciudad”260. El grupo de las AUSAC fue desplazado con la entrada a la región del Bloque Central Bolívar en 1998 por el Cerro de Burgos en el municipio de Simití. La primera ubicación de miembros del BCB en el Magdalena Medio y sur de Bolívar se hizo en coordinación con 256 CREDHOS - Banco de Datos - Cinep, óp. cit., p. 96. 257 Juzgado Regional de Cúcuta. Radicado 1953, Sentencia del 24 de febrero de 1998 citada por CREDHOS -CCAJAR, óp. cit., p. 192. Sentencia confirmada por el Tribunal Nacional que para esa época conocía las segundas instancias en este tipo de procesos. CREDHOS - Banco de Datos del CINEP, óp. cit., p. 118. Corporación Nación, óp. cit., p. 28. González Tejada, Diro César, óp. cit. pp. 19 y ss. 258 Corporación Nación, óp. cit., p. 28. 259 Visita de campo, 23 al 27 de julio de 2012. Entrevista con el programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio. 260 Visita de campo a Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012. Entrevista con la Corporación CREDHOS. 134 el Comandante de las AUSAC, pero con posterioridad tal capacidad de colaboración se deterioró261. Más adelante el grupo hizo su ingreso para controlar el casco urbano de la ciudad de Barrancabermeja en diciembre de 2000, con el apoyo de las fuerzas armadas del Estado, mediante operaciones previas de aseguramiento y requisas en las áreas a ocupar por el grupo armado ilegal262. La pasividad de la fuerza pública frente a la presencia y actuación del grupo armado ilegal en la ciudad fue señalada por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas en el año 2003263. Las AUSAC cometieron la masacre del 16 de marzo de 1998 que dejó un saldo de 7 personas muertas, luego de lo cual 40 fueron secuestradas, y de estas 25 fueron desaparecidas. Esta masacre tuvo una notable reacción de rechazo nacional e internacional, así como una reacción fuerte y organizada de la población de la ciudad. El BCB ingresó con prácticas de hostigamiento a la población civil y algunas masacres, para luego adoptar una estrategia de asesinatos selectivos, de acuerdo con el testimonio de un sacerdote de la Diócesis de Barrancabermeja recogido en los informes que se reseñan264. De este modo, penetraron en los sectores que estaban bajo el dominio de las guerrillas, como las zonas nororientales y surorientales de la ciudad265. Las organizaciones de derechos humanos de la región no registran combates entre las fuerzas del Estado y el grupo armado ilegal Bloque Central Bolívar. Al tiempo que registran la ocurrencia de algunas capturas para proceder a procesar a miembros del grupo por delitos diferentes a los perpetrados con ocasión y por razón de su pertenencia al grupo266. 261 Unidad Nacional de Fiscalías de Justicia y la Paz. “Escrito de acusación contra el Bloque Central Bolívar. Fecha 30-062-011”. 262 CREDHOS - Banco de Datos - CINEP, óp. cit., pp. 98 y 130. Corporación Nación, óp. cit., p. 29. 263 OACNUDH. E/CN.4/2003/13, 24 de febrero de 2003, párr. 34 y 74, citado por la Corporación Nación óp. cit., p. 29. 264 Visita de campo a Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2002. 265 CREDHOS - Banco de Datos - CINEP, óp. cit., pp. 51-52, 104. 266 Corporación Nación, óp. cit., p. 30. CREDHOS - Banco de Datos - CINEP, óp. cit., p. 66. 135 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación En algunas zonas urbanas del municipio de Barrancabermeja presuntamente existió trabajo mancomunado entre la fuerza pública y los grupos paramilitares en diversos aspectos. Por ejemplo, se dividían para cobrar vacunas267. Según se tiene información, en algún momento fue el propio BCB y no las autoridades militares quienes decidían las cuestiones relacionadas con la entrega de las libretas militares a los jóvenes de la zona, a quienes consideraban guerrilleros268. Las acciones del BCB se orientaron a la sistematicidad de sus operaciones, de modo que algunos observadores locales plantean la existencia de un modelo de control que se pretendía implantar. Modelo que se impuso bajo formas de convivencia con las distintas autoridades, y sin que fuera evidente el desarrollo de una política efectiva de persecución y desactivación de los grupos paramilitares, aunque se cuenta de algunos de sus miembros llevados a prisión. Los ciudadanos organizados de la ciudad hicieron muchas denuncias ante diversas entidades sin obtener resultado alguno, con excepción de la Defensoría del Pueblo que realizó algunas acciones de respuesta. Los habitantes perdieron paulatinamente la confianza en las autoridades civiles y dejaron de denunciar, además porque en ocasiones sus denuncias eran comunicadas a los miembros del grupo armado ilegal, quienes tomaban represalias. Tal conformidad o colaboración de las instituciones con la presencia y acciones del grupo armado ilegal, ha llevado a que se asevere en los testimonios recogidos por algunas organizaciones de derechos humanos, que el proyecto paramilitar funcionó como una estrategia de Estado269. El control sobre la vida de toda la ciudad se hizo sistemático e intenso. En particular en los barrios Cincuentenario, Limonar, El Cerro, La Liga y Buenavista, el grupo armado ejerció un control mediante vigilancia en cada esquina con grupos de entre 3 y 4 hombres. Todo lo cual se hizo con algún grado de conocimiento de múltiples autoridades270. 267 Reunión con la Mesa de Víctimas acompañada por el Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio, 5 de julio de 2012. 268 Ibíd. 269 CREDHOS - Banco de Datos - CINEP, óp. cit., pp. 102 y 107. 270 CREDHOS - Banco de Datos - CINEP, óp. cit., p. 107. 136 Otras versiones señalan que el ejercicio del control y los actos de violencia en las comunas de la ciudad se extendieron más allá de la Comuna 7, ya que también fueron afectadas la Comuna 1 (ocho barrios), Comuna 3 (diez barrios), Comuna 4 (siete barrios), Comuna 5 (doce barrios), Comuna 6 (diez barrios) y la Comuna 7 (doce barrios)271. En ellas se mantuvo una presencia y un actuar militar permanentes, se pusieron puestos de control. Se puede decir que se dio un control sobre la vida cotidiana, sobre las expresiones sociales-organizativas, así como un control político. Según testimonios recogidos en los informes que se vienen reseñando, miembros de la fuerza pública ejercieron presiones y amenazas sobre periodistas para que no informaran sobre la ocupación y control que ejerció el grupo armado sobre la ciudad, así como exigencias de no difundir informaciones provenientes de algunas organizaciones sociales y de derechos humanos, bajo el señalamiento de tener relaciones con las guerrillas272. También impidieron informar sobre hechos puntuales de tráfico de armas273. 1.3.2.4. Concentración de la actividad del narcotráfico del BCB en San Pablo con la aquiescencia y participación de diversas autoridades Según lo narrado por personas conocedoras de las actividades de control de la economía ilegal por parte del grupo armado ilegal, el municipio de San Pablo fue constituido en epicentro económico del Magdalena Medio, con énfasis en la economía ilegal del narcotráfico274. Por allí circulaban muchas personas, mercancías y era un centro de paso del comercio de cocaína e insumos para su producción. De acuerdo con la información de la funcionaria el daño institucional fue grande, ya que resultaron involucrados muchos miembros de 271 Visita de campo a la ciudad de Barrancabermeja, 23 al 27 de julio de 2012. Grupo focal con organizaciones de víctimas en la sede del Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio. 272 Visitas de campo en Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012 y 23 al 37 de junio de 2012. 273 CREDHOS - Banco de Datos - CINEP, óp. cit., pp. 131, 140 y 141. 274 Visita de campo a Barrancabermeja, 23 al 27 de julio de 2012. Entrevista con funcionaria de la Defensoría del Pueblo local. 137 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación instituciones en las actividades de comercio ilícito. La Policía y el Ejército dejaban pasar insumos químicos, incluso los laboratorios de procesamiento se ubicaban cerca al borde de la carretera, a la vista de todas las personas, incluyendo las autoridades. Todavía existe esta economía ilegal a pesar de la erradicación manual y las fumigaciones, solo que se ubican en la parte alta del municipio y aún se sufren las consecuencias de esta economía ilegal instalada por el grupo armado, en la medida en que el tráfico continúa y sus implicaciones también, por ejemplo, en lo tocante al control territorial, presencia de actores armados y desconfianza de las comunidades, tanto al interior de las mismas como en relación con el Estado. Por esto se requiere hacer un levantamiento más detallado de los daños colectivos producidos en la región con el establecimiento por parte de los grupos de las AUC como una gran empresa de economía ilícita para la producción y comercialización de estupefacientes. Este auge de la economía ilegal produjo una modificación sustantiva en los modos de vida, en las iniciativas de producción legítimas, en la legitimidad de las instituciones así como el acatamiento a la cultura de legalidad conseguido hasta cierto nivel con dificultades en una zona de colonización y afectada de tiempo atrás por el conflicto armado interno275. Es una variable que explica parcialmente el conflicto, lo exacerba e imprime algunas características sobre el daño colectivo. Por ejemplo, modifica la cultura tradicional de muchas comunidades e incluso la sustituye por una de la ilegalidad. También dificulta las garantías de no repetición. En estos órdenes de afectación podrían considerarse el diseño de medidas. 1.3.2.5. Captura del presupuesto de la salud y ocupación de un hospital en Puerto Berrío Las instituciones y los presupuestos para la salud en muchos de los municipios se vieron afectados porque los actores armados controlaron la contratación de los hospitales públicos. Un caso tipo de esa situación fue el municipio de Puerto Berrío276. En primer lugar, fue corroborado 275 Visita de campo a Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012. Entrevista con funcionario de la Defensoría del Pueblo. 276 Visita de campo a Puerto Berrío. Grupo focal con la Asociación de Víctimas Ave Fénix. 26 de julio de 2012. 138 que la atención en el hospital municipal es deficiente. La ciudadanía no tiene acceso a medicamentos ni servicios en cantidad y calidad adecuadas. La escasez de personal médico y de citas disponibles es evidente277. El resultado final es que la ciudadanía, entre ellas las víctimas, no están siendo atendidas en forma adecuada. La asignación es escasa y de mala calidad. Si bien el sistema de salud da cuenta de una crisis generalizada en casi todo el país, en este caso hay razones para pensar que dicha crisis fue exacerbada por el accionar del BCB, al menos por dos razones. En primer lugar, porque según versiones recogidas entre la comunidad hubo hurto de los recursos financieros y de otra índole del hospital por parte del Bloque Central Bolívar278. De hecho, conforme a algunas versiones, comandantes del BCB siguen hurtando recursos del hospital de Puerto Berrío mientras se encuentran privados de la libertad por cuenta del procedimiento especial de Justicia y Paz279. Hay razones para pensar que esto empeoró la crisis de la salud en la zona e incidió negativamente en las posibilidades de atención de la población. En segundo lugar y en relación con lo anterior, las posibilidades de verificación ciudadana sobre el uso y destino de los recursos públicos afectos al servicio de salud fueron prácticamente anuladas. El control territorial del BCB era tan arbitrario e intimidante que nadie se atrevía a cuestionar la infiltración en el sistema de salud local280. Los recursos existentes en las instituciones de salud, de esta manera, no solamente fueron utilizados para atender a los combatientes heridos o enfermos del Bloque Central Bolívar. También fueron objeto de despojo281. Las propias organizaciones preguntan por qué, si la moralidad administrativa fue afectada por el desfalco en los recursos públicos, la reparación colectiva no incluye medidas para remediar esa situación282. 277 Ibíd. 278 Visita de campo a Puerto Berrío, 26 de julio de 2012. Versiones de ciudadanos y ciudadanas (se omiten los nombres por razones de seguridad). 279 Ibíd. 280 Ibíd. 281 Ibíd. 282 Visita de campo a Barrancabermeja, 5 de julio de 2012. Reunión con la Mesa de víctimas acompañada por el Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio. 139 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación 1.3.2.6. Muertes y desapariciones para los denunciantes en Puerto Berrío Por muchos años, en el municipio de Puerto Berrío no se pudieron denunciar masacres, desapariciones y otras formas de victimización, porque las personas que se acercaban a las autoridades eran señaladas y sufrían retaliaciones. El listado de personas forzadamente desaparecidas es amplio y debe reposar en los registros de la Fiscalía General de la Nación. Esto generó falta de confianza en las instituciones. Durante algún tiempo, la Fiscalía General de la Nación hizo presencia mediante la designación de un fiscal para la zona. Dicha asignación, así como la labor desempeñada por ese funcionario, fue valorada positivamente por parte de miembros de la comunidad283. Permitió avanzar en la documentación de casos, así como en la gestión de los mismos ante autoridades del orden local y nacional. Pero ese funcionario fue retirado de la zona y la comunidad percibe que no hubo explicación suficiente sobre los motivos de esa determinación284. 1.3.2.7. Captura de la administración y del presupuesto municipal en Simití Se tuvo noticias de muchos actos de corrupción en Simití para apropiarse de los presupuestos municipales, pero resultan difíciles de documentar y probar. Por consiguiente, no se solicitarán medidas sobre este particular, aunque se considera importante mencionar estos datos acopiados, a modo de contextualización en información complementaria. Se habló de un proyecto de vivienda por 800 millones en el corregimiento del San Blas y otro de acueducto en el corregimiento de Monterrey, los cuales eran otorgados a una empresa de ingenieros traída por el grupo armado desde la zona del Bajo Cauca, quienes no invertían sino una mínima parte y el resto era apropiado para el grupo armado y para la firma285. 283 Visita de campo a Puerto Berrío, 26 de julio de 2012. Grupo focal con la Asociación de Víctimas Ave Fénix. 284 Ibíd. 285 Visita de campo a Puerto Berrío, 26 de julio de 2012. Versiones de ciudadanos y ciudadanas (se omiten los nombres por razones de seguridad). 140 Cuando la administración municipal no respondía a las exigencias del grupo armado, realizaban juicios políticos al alcalde286. 1.3.2.8. Afectación de derechos colectivos por acción del grupo armado ilegal La Asociación de Pescadores y Agricultores del Magdalena Medio tenía influencia en 16 municipios y la dirección de la organización contaba con un delegado en cada uno de ellos. La organización fue altamente acosada por el Bloque Central Bolívar y uno de sus líderes, Roberto Rodríguez, de Puerto Wilches, fue desplazado forzadamente287. Hubo varios intentos de ejecución de sus dirigentes288. La Asociación tuvo alrededor de 1.500 asociados y 5.000 personas de base. Ahora no hay más de 300, no tienen sede, ni infraestructura de funcionamiento. El derecho al medio ambiente sano fue afectado por las actividades económicas de los grupos armados. Un ejemplo tipo de ello fue la afectación de los recursos ícticos en la cuenca del río Magdalena en los alrededores de Barrancabermeja. Los grupos armados pescaban con medios que no eran sostenibles, como el trasmayo y explosivos, especialmente granadas. Esto les permitía pescar en mayor escala pero destruyendo especies menores que no eran de interés comercial o especímenes que eran demasiado pequeños, motivo por el cual ello representaba un riesgo para el equilibrio ecosistémico289. Del mismo modo, hubo deforestación excesiva por ganadería y palmicultura, lo que impactó en las cuencas, entendidas como ecosistemas complejos donde la intervención humana debe ser respetuosa de la legislación ambiental. Las comunidades de pescadores, por ejemplo, tuvieron enfrentamientos con agroindustriales con nexos con grupos ilegales y eso les valió la reacción violenta de los armados. Las organizaciones de pescadores se propusieron trazar criterios sustentables para el uso de 286 Ibíd. 287 Visita de campo a Barrancabermeja, 4 al 8 de junio de 2012. Entrevista con persona líder de Asopesamm, Asociación de Pescadores Artesanales y Agricultores del Magdalena Medio. 288 Ibíd. 289 Ibíd. 141 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación recursos pesqueros. Generaron una restricción al uso de zonas aledañas a los humedales para pastoreo de ganado, la cual no podía avanzar hacia las zonas de inundación en temporada invernal290. 1.3.2.9. Robo sistemático de gasolina a la Empresa Colombiana de Petróleos También resulta necesario documentar el robo sistemático de combustible por parte del BCB, más que como una estrategia de financiación del grupo, como una estrategia de enriquecimiento. Por otro lado, algunas versiones señalan que la empresa estaba al tanto de lo que sucedía, y que ello necesariamente se debe reflejar en registros de movimiento y comercialización de sus productos. Desde el nivel central de la empresa en Bogotá nunca adoptaron medidas para controlar este saqueo. Los informes de producción y comercialización de la empresa pueden dar cuenta de estas extracciones de combustible, informaciones a las que puede tener acceso la PGN291. Con todo, el daño a Ecopetrol debería ser considerado también un daño a la institucionalidad, en la medida en que significó un detrimento importante a la hacienda pública y por tanto, a las posibilidades de financiación de los servicios públicos, la salud, la educación y otras formas de hacer justicia distributiva que tiene el Estado. Es el dinero público. 1.3.2.10. Uso del espacio público El uso del espacio público fue ampliamente afectado, en dimensión colectiva, por la acción del BCB. En primer lugar, los toques de queda significaron que la ciudadanía ya no podía relacionarse con el disfrute del espacio público con la misma tranquilidad que lo venía haciendo con anterioridad a la comisión de las violaciones. Prácticas como bailes y reuniones sociales en zonas urbanas, así como paseos en zonas rurales fueron prácticamente suprimidas. El uso nocturno del espacio público cesó, bien por amenazas expresas de los grupos armados o por el temor 290 Ibíd. 291 No se obtuvo mayor información a este respecto. Creo que la única forma en la que podríamos demostrar esto son pericias contables (internas o externas) con las que no contamos. Sugiero retirarlo. Salvo mejor opinión. 142 que causaba el contexto generalizado de violencia. Del mismo modo, las prácticas de socialización asociadas al aprovechamiento del espacio público se perdieron por distintas razones, entre otras por el patrullaje nocturno que hacían los miembros del BCB en la zona y por los muertos que arrojaban a las calles en horas de la noche. Por consiguiente, el uso del espacio público fue totalmente reconfigurado, no solamente en Barrancabermeja sino también en municipios como Puerto Berrío. Las interacciones sociales que surgían alrededor de su utilización se vieron drásticamente reducidas. Las vías, parques, salones comunales y carreteras dejaron de ser un espacio para la circulación de los ciudadanos, el intercambio de bienes y la prestación de servicios, para convertirse en escenario de la actuación violenta de los grupos armados. Esos espacios fueron señalizados por medio de un amplio repertorio de violencias, entre ellos la ejecución extrajudicial de personas, la realización de toques de queda, la interceptación de la circulación de la ciudadanía con fines de comisión de delitos, la prohibición de recoger los cuerpos de las víctimas, el uso recurrente de ciertos sitios para la comisión de determinadas clases de violaciones y la imposición de sanciones ejemplarizantes en la vía pública. 1.3.3. Medidas de reparación colectiva – Víctimas del Bloque Central Bolívar, postulado Rodrigo Pérez Alzate, alias “Julián Bolívar” 1.3.3.1. Introducción Partiendo de la base que para las víctimas muchos de los daños sufridos son irreparables, el presente documento presenta una recopilación de las medidas de reparación colectiva aportadas por líderes, lideresas y víctimas del accionar del Bloque Central Bolívar; por defensores y defensoras de derechos humanos y por el equipo interdisciplinar de Incidentes de Reparación de la Procuraduría General de la Nación. Las medidas de reparación se presentan en tres grandes ejes, los mismos indagados a lo largo de la aplicación del protocolo para el diagnóstico de daño colectivo: aquellas tendientes a reparar el daño psicosocial, las que pretenden reparar el daño a la institucionalidad del Estado, y en tercer lugar, las medidas tendientes a subsanar las afectaciones a derechos. Importante mencionar que así como un daño puede hacer parte de cada una de las categorías mencionadas, del mismo modo, existen medidas 143 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación de reparación que pretenden reparar daños específicos de cada una de dichas categorías. Por cuestiones prácticas se dividirán y categorizarán las medidas de reparación construidas conjuntamente, teniendo la claridad previa de que están intrínsecamente relacionadas y, vistas en conjunto, le apuestan a una reparación integral. 1.3.3.2. Elementos transversales Como elementos transversales se entienden aquellos principios y/o condiciones que requieren las medidas de reparación colectiva para tener una verdadera vocación reparadora e integral: • Participación de las víctimas y organizaciones en todas las etapas de la reparación integral, desde las medidas propuestas, hasta el detalle, desarrollo, finalización, evaluación y seguimiento de las mismas. La participación es fundamental para garantizar el pleno ejercicio de la ciudadanía, el cual implica necesariamente la autonomía. • La reparación como un proceso y no como la sumatoria de acciones individuales inconexas y descontextualizadas. Proceso que requiere planeación, seguimiento, veeduría y constante actualización de acuerdo con las condiciones del contexto. • Enfoque diferencial e integrado por grupo poblacional y hecho victimizante, comprendiendo que el daño no es vivido de la misma manera por mujeres, niños y niñas, personas de la tercera edad, afrodescendientes y/o indígenas, y que los impactos generados por una desaparición forzada son distintos a los que causa un desplazamiento masivo; se requieren medidas específicas y diferenciadas que permitan dar respuesta a toda la población víctima desde sus particularidades, pero al mismo tiempo de manera integral e integradora. • Acción sin daño: con la intención de no generar procesos de revictimización durante el proceso de reparación, se hace fundamental observar y analizar todas las medidas planteadas con un enfoque de acción sin daño que permita analizar constantemente la pertinencia de determinada medida en un contexto particular. No todo es válido hablando de reparación integral. Ejemplo de una acción con daño fue la referenciada por las comunidades del Magdalena Medio, donde expresaban su malestar al tener que participar de manera obligada 144 en espacios compartidos con desmovilizados cuando aún no existen las condiciones necesarias de confianza, perdón y convivencia que ello requiere. • Doble mirada: desde el daño y la resistencia. A pesar que el enfoque jurídico requiere una profundización y demostración del daño, se hace necesario recordar que las víctimas, aparte de ser receptoras de daño por parte de los grupos armados, son sujetos de derechos con una inmensa capacidad para resistir y sobrevivir a pesar del peso del conflicto. • Es importante recordar que el enfoque psicosocial que tiene el protocolo, construido desde la Procuraduría, implica una constante reflexión, integración y promoción de la dignidad y respeto por las víctimas, dentro de todas las etapas del proceso, desde la recolección de la información para el diagnóstico del daño colectivo hasta el seguimiento de las medidas propuestas en el proceso. • El proceso de reparación integral implica necesariamente trabajar desde lo que ya hay, recuperar lo que existía e integrar las iniciativas, quizá aún incipientes, de las comunidades en su proceso de reparación. • Eventos descentralizados, pensar en región. 1.3.3.3. Medidas de reparación colectiva tendientes a resarcir el daño psicosocial Comprendiendo que uno de los principales daños ejercidos contra la comunidad del Magdalena Medio fue la instauración de una cultura de guerra en todas las esferas de la vida, deben establecerse procesos encaminados específicamente a hacer contrapeso a esa situación y, mediante acciones en el corto, mediano y largo plazo, promover una cultura de paz. Algunos de los elementos fundamentales serían: • Programa de acompañamiento psicosocial y salud integral a las víctimas, sus familias y las comunidades en general, que permitan comprender como un asunto de salud pública el estado actual de salud mental de las víctimas y sus comunidades. Esto incluye atención médica, psicológica y psiquiátrica de calidad, a nivel individual y familiar, con personal interdisciplinar y grupos de contención y apoyo emocional. Para la reconstrucción del tejido social; para retomar los 145 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación proyectos de vida tanto individuales, familiares y comunitarios; y humanizar el conflicto, las personas y el territorio: “En cuanto a la atención psicosocial que debe ser permanente y que ojalá sea con un psicólogo que desde que uno inicie, sea el que lo lleve al término del caso”292. • Identificación y exhumación de fosas comunes en el caso de las desapariciones forzadas, que permita hacer los rituales fúnebres y continuar con el proceso de duelo que se quedó suspendido en el tiempo. • Fortalecimiento de las organizaciones de víctimas, lo cual implica procesos de capacitación referentes a la normatividad existente y la exigencia de derechos, el fortalecimiento de los lazos al interior de la organización y su capacidad de interlocución e incidencia, e intercambio de experiencias y saberes de sobrevivencia y resistencia entre grupos de víctimas de distintas zonas de la región: […] espacios donde estuviéramos nosotras las víctimas, donde compartiéramos esas experiencias y saberes, que se nos fortalezca. Que se nos dé la posibilidad de continuar entre nosotros mismos teniendo escenarios donde compartamos experiencias y saberes, donde nosotros mismos nos demos aliento, conozcamos más sobre cómo va, lo esto, lo otro…”293. • Procesos de sensibilización y movilización social, que promuevan el respeto y la integración de la diferencia y la diversidad como contrapeso a la fuerte polarización que tienen estas comunidades; y donde se aborden temáticas como derechos humanos, organización comunitaria, los derechos a la asociación, organización y sindicato, la población LGBTI, los derechos sexuales y reproductivos, las violencias contra las mujeres. • Proceso de resignificación y limpieza del territorio, que incluya la retoma ciudadana de aquellos espacios vetados y utilizados como lugares de tortura, muerte y control: retenes, bases militares, clínicas y 292 Poblador Magdalena Medio. Jornada de trabajo Procuraduría General de la Nación para la identificación de medidas de reparación colectiva. Barrancabermeja, 6 de septiembre de 2012. 293 Ibíd. 146 puestos de salud, colegios y escuelas, fuentes hídricas comprendidas como fuente de vida y declaradas como campos santos: No se trata de ir hacer allá un ratico el día tal a las 4 de la tarde, de 4 a 6, tome hartas fotos y filme esa vaina, sino como es que se genera un proceso de resignificación de eso, que implica todo un trabajo, que implica seguramente a toda la institucionalidad pública, la institucionalidad civil que se ha desarrollado en el Magdalena Medio para eso y no solo el Río Magdalena sino todos los ríos y quebradas294. • Procesos de memoria histórica, construidos participativamente, que permitan reconstruir y resignificar lo vivido (desde el daño y la resistencia), dignificar la memoria de las víctimas y hacer una exigencia de no repetición. Dichos procesos incluyen una página web de las víctimas del Magdalena Medio, monumentos simbólicos y conmemorativos, procesos de formación y análisis de contexto, ejemplo: la relación existente entre presencia de cultivos ilícitos y formación de grupos armados ilegales; y la petición al Centro de Memoria Histórica de hacer un informe de Memoria Histórica en la región del Magdalena Medio: […] por los menos las capitales departamentales donde se vivió el conflicto, deben existir unos museos y otras cosas ya sean museos virtuales, porque eso sirve para retroalimentar en el proceso cultural de las comunidades, de los pobladores de esa zona para que eso no pase desapercibido295. • Recuperar espacios de integración construidos por la comunidad que se vieron afectados por el accionar del Bloque Central Bolívar, como los convites y mingas de trabajo comunitario, los campeonatos interveredales de fútbol, las verbenas populares, las emisoras comunitarias, entre otras. Acciones tendientes a recuperar la confianza y reconstruir el tejido social. • Programa de formación en derechos humanos para toda la comunidad que se integre al plan curricular de las instituciones 294 Entrevista a profundidad defensor de derechos humanos. Barrancabermeja, 5 de septiembre 2012. 295 Ibíd. 147 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación educativas de la región, para involucrar y comprometer a las nuevas generaciones y favorecer condiciones, desde la comunidad, para el pleno ejercicio de la ciudadanía: Y nosotros proponemos no una campaña, proponemos un programa de defensa a los derechos humanos, para que se haga seguimiento, porque las campañas, se dan los talleres y ya, se acabó296. Este programa debe incluir como temática a trabajar la resolución de conflictos, de tal forma que permita romper con la cultura de la ilegalidad y la resolución con la intermediación de la fuerza: […] la fuerza está puesta es en rescatar la pedagogía y el imaginario de construcción de comunidad, de cómo poder abordar los conflictos sin necesidad de matarse, de desaparecerse, de desplazarse, […] aportar a la construcción de una sociedad que los derechos humanos como código para su convivencia297. • Realizar eventos de difusión y explicación en términos sencillos y comprensibles para las víctimas, del momento judicial y administrativo del proceso, difundir ampliamente la sentencia, los pasos a seguir, los retos que plantean las nuevas leyes, las constantes reformas de las mismas. • Como parte del proceso, para las víctimas se hace importante que los victimarios pidan perdón de manera pública, acepten que sus víctimas eran personas inocentes, se comprometan a que los hechos de los que fueron víctima nunca se van a repetir y, sobre todo, que sea un perdón genuino y sentido. • Conocer la verdad a profundidad, no solo de los hechos victimizantes y sus escabrosos detalles, sino de los móviles, intereses en el territorio, relación con proyectos económicos y presencia de recursos naturales: […] hechos concretos públicos en la región, que evidencien de fondo la verdad ¿Qué paso?, ¿quién lo hizo?, ¿cuáles fueron 296 Líder de población desplazada. 297 Líder del sur de Bolívar. Entrega de ruta de reparación colectiva del Comité Cívico del Sur de Bolívar. 148 los motivos por los que lo hicieron?, ¿quiénes participaron en particular del Estado en esos hechos? […] que se diga, que se reconozcan los miles de desplazados, o sea que se diga es que fueron tantos, que se reconozca la magnitud del desplazamiento en el Magdalena Medio298. • El proceso organizativo de la Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare quiere ser nombrado como patrimonio intangible de paz, como una medida de satisfacción. • Centros de convivencia con oficinas en cada uno de los corregimientos: […] donde ahí puedan venir, así no sea permanentemente, pero de vez en cuando instituciones del Estado, a atender la comunidad, cualesquiera… de la Defensoría del Pueblo, de Bienestar Familiar, de la Fiscalía, de cualquiera, de la Registraduría Nacional, pero que vengan, y que ahí haya ese espacio299. 1.3.3.4. Medidas de reparación colectiva tendientes a resarcir el daño a derechos Como se pudo evidenciar en el diagnóstico de daño colectivo, fueron muchos los derechos afectados por el accionar del Bloque Central Bolívar en la región del Magdalena Medio. En este apartado se hace un recuento de aquellas medidas tendientes a reparar algunos de tales derechos: • Favorecer garantías para el ejercicio pleno de los derechos a la asociación, organización y participación ciudadana. • Garantizar un acceso preferencial a las víctimas a todo el ciclo educativo, incluida la educación superior y el acceso a las Tecnologías de la Información y la Comunicación. • Contar con un programa de protección a líderes y lideresas de organizaciones de víctimas y defensoras de derechos humanos. 298 Entrevista a profundidad defensor de derechos de las personas en situación de desplazamiento. Barrancabermeja, 5 de septiembre 2012. 299 Líder sur de Bolívar. Entrega de ruta de reparación colectiva del Comité Cívico del Sur de Bolívar. 149 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación • Acompañamiento a retornos voluntarios, lo cual incluye garantías de no repetición, condiciones de seguridad, subsidios para el mejoramiento de las tierras y bienes abandonados a causa del desplazamiento forzado, y la garantía de todos aquellos derechos (educación, trabajo, vivienda, salud, etc.) que hagan viable una vida con calidad. • Recuperación ambiental que incluya las fuentes hídricas, procesos de reforestación y prevención de daños a nivel ambiental, representado hoy en día principalmente en la extracción de oro. • Garantías laborales y/o económicas para aquellas personas que por el accionar del grupo armado, vieron afectada, disminuida o destruida su actividad económica. Esto incluiría créditos blandos y promoción de la microempresa comunitaria. • El sur de Bolívar es una de las zonas del país con mayor número de minas antipersona y munición sin explotar, sembradas por diversos actores armados300. Es así como una de las medidas más urgentes de reparación integral y no repetición consiste en un programa de desminado del territorio, que incluya medidas preventivas. • Festivales de arraigo territorial y la vida como valor supremo que permita recuperar algunas de las actividades culturales que fueron afectadas. • Capítulo especial mujer: las mujeres fueron uno de los grupos poblacionales más afectados por el accionar de este grupo armado, siendo víctimas de todo tipo de abusos, desmanes y daños a su integridad como personas. Por lo cual se hace fundamental contar con un riguroso enfoque diferencial que permita abordar diversas temáticas, desde su salud sexual y reproductiva, pasando por un programa de prevención de todo tipo de violencias y su integración a la sociedad como un sujeto político: […] en el tema de mujer se mira que nosotras somos convocadas más a programas por ejemplo de cáncer de seno, no en capacitaciones que tengan que ver en la política pública, de formarnos nosotras, de nosotras poder conocer 300 Observatorio de Paz Integral del Magdalena Medio. Informe “Los que siempre pagamos somos las comunidades”. 2008. 150 las rutas de acceso para conocer a esos derechos que nosotras como mujeres tenemos301. • Saneamiento de deudas prediales y servicios públicos para aquellas personas que debieron abandonar sus bienes a causa del desplazamiento forzado. • Como medida de no repetición, congelar la compra de tierras en el Magdalena Medio. • Favorecer un amplio debate público con empresarios, instituciones, poseedores y demás actores para determinar caminos posibles con respecto al uso de la tierra. • Procesos de capacitación (vs. acciones desarticuladas) que permitan una profesionalización en derechos humanos, paz y desarrollo. Primero para las víctimas y luego para dirigentes sociales y funcionarios públicos: Entonces yo diría que el programa de formación, que sea un programa de formación en los municipios tanto a los líderes comunitarios de las asociaciones defensoras de los derechos humanos, y a los de las víctimas, junto con los de las administraciones y señorita o señor personero302. • Programa de atención especifico por parte del ICBF para niños y niñas producto de violencia sexual de sus madres. • En zonas rurales, garantías de comunicación. 1.3.3.5. Medidas de reparación colectiva tendientes a resarcir el daño a la institucionalidad del Estado Comprendiendo que la creación, fuerza y permanencia del Bloque Central Bolívar en la región del Magdalena Medio se dio en gran medida por el apoyo directo, connivencia, omisión o ausencia total de algunos actores estatales: fuerzas militares, notarías, personerías, alcaldías, entre 301 Lideresa de Barrancabermeja. Jornada de trabajo de la Procuraduría General de la Nación para la identificación de medidas de reparación colectiva. Barrancabermeja, 6 de septiembre de 2012. 302 Entrevista a profundidad con defensor de derechos humanos, septiembre 2012. 151 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación otras; una de las medidas que mayor peso tiene a la hora de hablar de reparación integral hace referencia a la presencia estatal en la región, incluida su amplia zona rural: La creación de una oficina local de la Defensoría y la Procuraduría para la atención a las víctimas, propuesta para Santa Rosa del Sur […] que el Estado haga presencia en la mayoría de los rincones del país303. Pero así como es fundamental contar con presencia de instituciones estatales, esta debe ir acompañada necesariamente de funcionarios idóneos, humanos y capacitados para abordar la temática de víctimas. Una de las principales instituciones en zonas apartadas son las personerías municipales, y sobre ellas recae la mayor responsabilidad de articulación de la política pública de víctimas a nivel municipal; sin embargo, las víctimas referencian que no siempre hacen la labor de la mejor manera o con buena disposición. Al respecto proponen seguimiento y veeduría por parte de la Procuraduría: La idea de la propuesta es que efectivamente la Procuraduría provincial en este caso, le haga seguimiento a estas personerías para que cumplan la función que deberían hacer, porque tampoco están haciendo lo que les corresponde, que debería ser defender y proteger los derechos de la comunidad304. Y finalmente, lo más importante es que estas instituciones cumplan con su labor de manera comprometida, transparente y eficaz: Lo de la recuperación del Estado, necesitamos son resultados de las instituciones, para nosotros recuperar la confianza del Estado necesitamos son resultados, nosotros hablamos tantísimo y lo mismo en todas las reuniones, que ya nosotros necesitamos son resultados […]305. 303 Pobladora del sur de Bolívar. Jornada de trabajo de la Procuraduría General de la Nación para la identificación de medidas de reparación colectiva. Barrancabermeja, 6 de septiembre de 2012. 304 Ibíd. 305 Ibíd. 152 Relacionado con la presencia y calidad de la institucionalidad, el derecho a la verdad en este apartado se hace vital para que las víctimas y la sociedad civil en general conozcan lo sucedido a profundidad, sus causas y consecuencias, se haga justicia, y partiendo de las garantías de no repetición, poco a poco se vaya recuperando la confianza en las instituciones que los representan. Este apartado incluiría, principalmente, dos elementos: • Perfeccionamiento y fortalecimiento de la estrategia investigativa del Estado colombiano, representada principalmente en la Fiscalía General de la Nación, para determinar de manera certera, expedita y profunda la verdad de todo lo sucedido, los móviles, los patrones de victimización y de relación entre actores armados, estatales y civiles; y territorio/recursos naturales. Las víctimas del sur de Bolívar referencian que, a pesar de ser muchos los hechos victimizantes cometidos por el Bloque Central Bolívar, son muy pocos los que han sido investigados o siquiera mencionados, en el proceso judicial contra Rodrigo Pérez Alzate. • Socialización de la verdad en eventos descentralizados que permitan a las víctimas tener información de primera mano: […] el tema de la información, o sea, cómo se programan 30 eventos en la región del Magdalena Medio donde se convoquen a no sé qué tipo de autoridades, y allí en un asunto serio se diga esta es la verdad sobre este hecho306. Relacionado con lo anterior, sería importante que así como lo promulga la ley, las víctimas puedan participar en todas las etapas del proceso, incluido el incidente de reparación. Ahora bien, durante la aplicación y análisis del protocolo para el diagnóstico de daño colectivo y las medidas de reparación colectiva a ser presentadas dentro del proceso judicial, se evidenciaba por parte de las comunidades que el fortalecimiento de la institucionalidad tiene dos aristas contrapuestas pero interrelacionadas: una necesidad de control del orden nacional a las instituciones regionales y el territorio vs. una necesidad imperiosa de descentralizar la política pública para víctimas y fortalecer la institucionalidad regional, de tal manera que lo que está 306 Entrevista a profundidad. Defensor de derechos humanos. Barrancabermeja. 153 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación consignado en el papel se vuelva realidad en todos los rincones del territorio nacional. En cuanto a aquellos aspectos que requieren un control mayor desde el ámbito nacional, se encuentran: • Seguimiento al proceso de desmovilización, de tal manera que se cumplan todos los compromisos adquiridos y se haga un detallado seguimiento para la no reincidencia. • Impedir continuidad de estructuras armadas en la zona, lo cual implica una amplia estrategia de garantías de no repetición, que incluye mayor presencia y calidad institucional, el monopolio del uso de la fuerza, entre otras. • Control a la extracción masiva de recursos naturales, actualmente con el auge del oro, lo cual requiere una vigilancia seria, sistemática y rigurosa a las multinacionales interesadas en la zona y a la implementación de cultivos extensivos, como la palma africana: Hoy no están los paramilitares o la guerrilla, pero la minería ilegal en las cabeceras de los ríos o legal o ilegal, no sé, nos está afectando, hay que meterle mano a eso desde el Gobierno Nacional307. • Teniendo como telón de fondo la posible salida de la cárcel de alias “Julián Bolívar” el próximo año (2013), prohibir su ingreso a la zona podría ser una garantía de no repetición. • Garantías de cumplimiento de todo lo expresado en este documento. Dentro de este mismo apartado, vale la pena hacer un capítulo especial para la temática de tierras: • En el municipio de Simití, Bolívar, existe un bien entregado por alias “Julián Bolívar” para la reparación de sus víctimas, compuesto por 12 predios, cuya mitad de extensión tiene cultivos, en plena producción, de palma africana. Dicho bien se encuentra bajo una modalidad de fiducia civil, donde intervienen, entre otros: proceso organizativo conocido en la región como el Comité Cívico del Sur de Bolívar; como organización acompañante y defensora de derechos humanos, el 307 Entrevista a profundidad. Defensora derechos humanos. Barrancabermeja. 154 Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio; y la Unidad de Víctimas, representada principalmente por la Unidad de Restitución de Bienes. Como anexo308, se adjunta la propuesta autónoma de reparación colectiva, construida de manera participativa durante un lapso de 2 años en la región. Para la comunidad es claro que no desean la monetización de los bienes, por el contrario manifiestan: […] que el proyecto productivo que está representado en las palmas de aceite constituya un bien colectivo para expresar cómo es posible construir economía de manera comunitaria y colectiva309. • Formalización de la tenencia y propiedad de la tierra: El problema de las tierras es que aquí la mayoría de las tierras no tienen escrituras, porque esto prácticamente hace 30 o 40 años ha sido baldío, tiene posesión. Y esa posesión también nos la han quitado… Que el INCODER implemente un plan extraordinario de formalización de la propiedad en el Magdalena Medio, de la propiedad rural310. • Recuperación y fortalecimiento de la figura jurídica de las Zonas de Reserva Campesina, como medida de especial protección para las comunidades campesinas de la zona. Contrapuesto pero relacionado, se requiere de manera urgente un fortalecimiento de lo local, de la institucionalidad, de las organizaciones de víctimas, de funcionarios públicos. Algunos elementos: • Contar con un observatorio en materia de justicia transicional sobre asistencia humanitaria, sobre reparación administrativa y reparación judicial. Importante que dicha propuesta se articule a iniciativas ya existentes en la región, como el Observatorio de Paz Integral – OPI, del Programa de Desarrollo y Paz. 308 Ruta de reparación colectiva. Simití, sur de Bolívar. Corporación Desarrollo y Paz del Magdalena Medio. Abril de 2012. 309 Líder del sur de Bolívar. Presentación ruta de reparación colectiva del Comité Cívico del Sur de Bolívar ante instituciones del Estado. San Blas, Simití. 8 de septiembre de 2012. 310 Líder del sur de Bolívar. El Paraíso, Simití. Jornada de trabajo con la comunidad. 7 de septiembre de 2012. 155 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación • Seguimiento al tema ambiental y de extracción de recursos naturales, con trabajo en campo y descentralizado, que tenga unas conclusiones pertinentes y contextualizadas: Acerca de los estudios de impacto de intervención minera, esos estudios se deben hacer directamente del ministerio, las corporaciones, con las comunidades, no desde las oficinas, porque es que desde allá no se conoce realmente los impactos que ha causado la explotación311. • Contar en cada de uno de los municipios, con un eje transversal de “Reparación integral” en los planes de desarrollo tanto municipales como departamentales, que permitan hacer real la ley en las regiones. • De manera inseparable, las víctimas solicitan audiencias de seguimiento a la administración pública en el tema de víctimas, específicamente: Entonces pienso que debe haber un seguimiento a la ejecución de los presupuestos y que las comunidades tengamos acceso a esa información312. • Capacitación a funcionarios públicos en temas de conflicto, víctimas y reparación, con presencia de líderes y lideresas de organizaciones de víctimas para posterior exigencia de cumplimiento: Cuando nosotros estamos presentes en las capacitaciones de los funcionarios, así sea simplemente por escuchar nosotros podemos hacer más incidencia en la […] de nuestros derechos313. • Contar con garantías de denuncia, principalmente en la confidencialidad de la información suministrada y la identidad de quien denuncia. 311 Entrevista a profundidad. Líder de defensa de derechos humanos de la población desplazada. Barrancabermeja. 312 Pobladora de Barrancabermeja. Jornada de trabajo de la Procuraduría General de la Nación para la identificación de medidas de reparación colectiva. Barrancabermeja, 6 de septiembre de 2012. 313 Pobladora de Puerto Berrío. Jornada de trabajo de la Procuraduría General de la Nación para la identificación de medidas de reparación colectiva. Barrancabermeja, 6 de septiembre de 2012. 156 2. Aproximación al daño colectivo y propuesta de medidas de reparación colectiva para las víctimas de la masacre de El Naya. Postulado: José Éver Veloza García, alias “HH”. Bloque Calima314 2.1. Antecedentes del conflicto armado y la presencia de los grupos armados en la región del Naya La región del Naya es una cuenca formada a partir de lo alto de la cordillera occidental, entre los departamentos del Valle y el Cauca hasta el encuentro con las zonas planas y el océano Pacífico. Ha sido habitada por comunidades negras, indígenas y campesinos, arribados en distintos periodos. La parte baja del río Naya ha estado habitada por la etnia epirara siapirara; mientras la parte alta, desde los años cincuenta del siglo XX, empezó a ser habitada por núcleos de indígenas Nasa provenientes del Cauca. En los años ochenta y noventa, dado el surgimiento de la economía cocalera, se propició el establecimiento de campesinos y comerciantes315. Desde finales de los años ochenta llegaron a la zona las guerrillas de las autodenominadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia 314 Este es un trabajo preliminar de aproximación al daño colectivo ocasionado por el grupo armado ilegal. El presente documento se basa en el acta de acuerdos de la conmemoración de 10 años de la masacre de El Naya. Tomado de “Las deudas con la comunidad de El Naya” de Verdad Abierta, recuperado el 21 de agosto en: http://www. verdadabierta.com/index.php?option=com_content&id=3187 315 Jimeno, Miriam y otros. “A los siete años de la masacre del Naya: la perspectiva de las víctimas”. En: http://www.myriamjimeno.com/wp-content/uploads/2009/10/08AnuarioAntropologico-JimenoCastilloVarela1.pdf (visitada el 9 de noviembre de 2011), pp. 184 y ss. 157 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación (FARC), más tarde lo hicieron la guerrilla del también autodenominado Ejército de Liberación Nacional (ELN), e iniciaron la disputa por el dominio de la región. La zona resultaba importante por la economía cocalera, como zona de refugio, y por ser aledaña a zonas ricas y pobladas del Valle del Cauca. Vale la pena reseñar como antecedente, actuaciones armadas lesivas contra la población civil de esta región por parte de las guerrillas. Entre muchas otras que no son objeto de este trabajo, se realizaron dos secuestros masivos en la ciudad de Cali y sus alrededores, el de la iglesia La María (en mayo de 1999) y el del restaurante del kilómetro 18 de la carretera al mar. Según se supo, los secuestrados fueron conducidos por montañas de los farallones de Cali hasta el Alto Naya. Desde entonces corrió el rumor de que la población local conocía del secuestro o apoyaba de alguna forma a la guerrilla316. Según lo expresado por el postulado José Éver Veloza García, alias “HH”, el grupo armado ilegal llamado “Bloque Calima”, de las conocidas como Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), se constituyó promovido por los principales narcotraficantes del cartel del Norte del Valle y un grupo de empresarios locales para que les cuidaran los negocios y su integridad del acoso guerrillero, sobre todo después del secuestro masivo en la iglesia de La María, sucedido en mayo de 1999. Inicialmente alias “Román”, “Rafa” y “Don José” eran los jefes del grupo “Calima”. Luego los hermanos Castaño enviaron en julio de 1999 a un colaborador de su confianza, José Éver Veloza García, alias “HH”, con un enorme acumulado de actos delictivos y asesinatos, para controlar el grupo armado ilegal. Inicialmente alias “HH’” reconoció en versión libre algunas de las matanzas del grupo Calima bajo su jefatura, a saber: dos en el corregimiento Sabaletas, de Buenaventura, y una más en el caserío El Palo, en el centro del Valle del Cauca, en las que fueron asesinadas 18 personas317. 316 Ibíd., p. 185. 317 En http://www.verdadabierta.com/nunca-mas/40-masacres/1135-tres-dias-quesacudieron-el-naya (visitada el 10 de noviembre de 2012). 158 Los hombres bajo el mando de alias “HH” (Elkin Casarrubia, alias el “El Cura”, Juan Mauricio Aristizábal Ramírez, alias “El Fino”, Jair Alexander Muñoz Borja, alias “Sisas”; José de Jesús Pérez Jiménez, alias “Sancocho”; y Yesid Enrique Pacheco Sarmiento, alias “El Cabo”), en sus versiones libres indicaron que alias “Gordo Lindo” había trasmitido la petición de empresarios, ganaderos y narcotraficantes para hacer presencia en el municipio de Corinto en norte del Cauca, para lo cual se desplazaron hombres armados desde Tuluá, grupo que se asentó en los corregimientos de Timba, ubicados en los municipios de Jamundí, Valle y Buenos Aires, Cauca. Posteriormente el grupo se ubicó también en Santander de Quilichao318. Para finales del año 2000 los paramilitares hacían presencia en Puerto Tejada, Villa Rica, Paso de la Bolsa, Mondomo, La Balsa, Lomitas y San Miguel. A comienzos de 2001 el autodenominado Bloque Calima radicó grupos urbanos en Popayán, El Bordo, Rosas, Tambo y San Joaquín. Varias masacres se cometieron antes de la del Naya: la primera ocurrió en enero de 2001 en Betulia, municipio de Suárez, donde asesinaron a cinco personas. Otra masacre fue la del corregimiento de El Palo, del municipio de Caloto, donde asesinaron a seis personas y en Mata Redonda fueron atacados por la guerrilla. El mismo día, otro grupo de paramilitares asesinó a tres personas en la vereda El Toro, de Santander de Quilichao. También se produjo una masacre en Barragán, municipio de Tuluá. Este conjunto de acciones criminales ocasionó el desplazamiento de cientos de personas hacia Timba, Cauca. 2.2. Antecedentes inmediatos de la masacre del Naya Un transportador secuestrado por el grupo armado ilegal denominado Bloque Calima, Eladio Viveros, presunto informante y colaborador de la guerrilla, relató a la Fiscalía que lo obligaron, de manera también presunta, a dar informaciones que sirvieron para preparar la masacre del Naya. Fue testigo de reuniones de varios integrantes del Bloque Calima 318 En http://www.verdadabierta.com/justicia-y-paz/3146 (visitada el 10 de noviembre de 2012). 159 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación con militares. Dijo, por ejemplo, que presenció el encuentro entre alias “El Gato” con un mayor del Ejército en la propia sede del batallón Pichincha de Cali. Allí le informaron al militar que podría servirse de él como guía en la región319. El informante conocía bien El Naya y sabía dónde se movía la guerrilla, dónde estaban cultivos y laboratorios. Informó sobre detalles de la región, sus pobladores y cómo estaba ubicada la guerrilla. También dio información sobre plantaciones y laboratorios cocaleros. Durante el tiempo de su secuestro vio cómo mataron a personas con armas de fuego y machetes320. Eladio fue llevado a una finca en la vereda El Barejonal, presumiblemente de propiedad del narcotraficante Pacho Herrera. Presuntamente logró escapar del lugar donde lo tenían cautivo y se puso en comunicación con la Defensoría del Pueblo. Denunció, ante tal entidad, los planes de los paramilitares de emprender una masacre en El Naya. Denuncia que permitió alertar al Gobierno en varias ocasiones, sin que este realizara suficientes acciones para evitar la masacre. En marzo de 2011, diez años después de la masacre, una parte de los hombres que fueron autores de la masacre de El Naya, en el marco del proceso de Justicia y Paz, contaron su verdad sobre este hecho criminal321. Según estos registros de la Fiscalía, la población de El Naya empezó a ser víctima del Bloque Calima desde mayo de 2000, con la creación de los frentes Pacífico y Frente Farallones, los cuales cercaron a la comunidad y controlaron las entradas a la región, tanto por el Pacífico, como por la vía terrestre de Buenos Aires. Retenes ilegales de los paramilitares “casi de forma permanente” controlaron el ingreso de todo tipo de productos a El Naya. Los “paras” prohibieron remezas mayores de 50 mil pesos y cobraron “impuestos’” para el ingreso de determinados productos para el procesamiento de la coca. 319 En http://www.verdadabierta.com/nunca-mas/40-masacres/1135-tres-dias-quesacudieron-el-naya (visitada el 11 de noviembre). 320 Ibíd. 321 http://www.verdadabierta.com/component/content/article/82-imputaciones/4062los-origenes-de-la-masacre-de-el-naya/ 160 Según lo reseñado por la Fiscalía, entre enero y febrero de 2001, Vicente Castaño ordenó a Éver Veloza García, alias “HH”, la creación de “un bloque en la Costa Pacífica que tuviera un corredor por los municipios costeros de Valle y Cauca, con asiento en Guapi (Cauca)”. La idea era crear el Bloque Pacífico, que delinquiría desde las costas de Nariño hasta las de Chocó, para apoderarse de la economía ilegal que dejaba el cobro de gramaje a los narcotraficantes que sacaban drogas por esa zona. Según la narrado en las versiones libres de alias “HH.” y corroboradas por sus lugartenientes, los propósitos de Castaño eran “combatir al Frente 30 [de las FARC] de “Mincho’” y al grupo del ELN que estaba explotando minas de oro en López de Micay”. Para lograr este cometido concentró parte de su grupo armado ilegal, conformado con miembros provenientes del norte de Valle del Cauca y del Cauca, en la vereda de Munchique del municipio de Buenos Aires. En la vereda de San Miguel se ultimaron detalles de la incursión a la zona del Naya con los segundos jefes de su cuadrilla. Entre el 5 y el 6 abril, el grupo de paramilitares fue reunido en la cancha de futbol de Munchique, y se les entregó la dotación necesaria para su incursión armada. Se trataba de casi 220 paramilitares que llegaron allí sin que fueran detenidos por ninguna autoridad, dada la coordinación con algunos miembros de la fuerza pública. En el batallón Pichincha de Cali habían conseguido, comprados, algunos elementos necesarios (camuflados y chalecos) para la entrada a El Naya. En el municipio de Villa Rica tuvieron el apoyo de un teniente de apellido Salcedo para que parte del grupo pasara por un retén. Los camiones con otro grupo de unos cien hombres armados, se detuvieron en un retén ubicado cerca del peaje de Buga, pero pudieron avanzar una vez dieron el santo y seña (dos pitazos) previamente convenido. Así mismo, la unidad del Ejército acantonada en Timba no se dio por enterada de la llegada de tres camiones con paramilitares al municipio de Suárez. También tuvieron que pasar cerca de una base militar ubicada en el paraje conocido como El Amparo. En las versiones libres se señalaron nombres de oficiales que se comprometieron a mover la tropa que estaba en la vereda La Esperanza, así mismo acordaron que el grupo llegara a la vereda El Ceral, donde el Ejército tenía conocimiento de presencia de guerrillas. 161 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Entre el 7 y el 8 de abril el grupo llegó a la vereda Bellavista, de Suárez. Se dividieron en cuatro subgrupos. El primero fue llamado “Centella”, conformado por 120 hombres armados, cuya función fue escoltar la llegada del grupo principal hasta la entrada de El Naya en el punto llamado Patio Bonito. Los otros tres grupos fueron conformados cada uno por 35 hombres armados con fusil (ellos serían el origen del autodenominado Bloque Pacífico de las AUC). Llegados a este punto se iniciaron las acciones conocidas como la masacre del Naya. 2.3. Desarrollo de la masacre según lo narrado por la propia comunidad Este relato cuenta la forma como los miembros de las AUC dirigidos por Éver Veloza García, alias “HH”, ingresaron a la zona de El Naya y perpetraron la masacre que lleva el mismo nombre. La narración fue tomada del documento Kitek Kiwe reasentamiento del NAYA: nuestra memoria, publicado por la Universidad Nacional con el apoyo de USAID 322: Jueves 6 de abril de 2000: Comenzó el operativo de la masacre, cuando llegaron a Timba tres camiones cargados de paramilitares. Los camiones provenían de Trujillo, en el Valle del Cauca y para llegar hasta el Cauca cruzaron tres retenes militares en Tuluá, Buga y Palmira. HH reunió más de 500 hombres bajo los distintivos de las AUC en los campamentos del Bloque Calima: en el Berenjenal (Corregimiento de Robles, Valle) y Cerros Catalinas (Municipio de Buenos Aires, Cauca)323. 322 El cabildo de indios Kitek Kiwe, o tierra floreciente en lengua Nasa, es un asentamiento originado por 50 familias desplazados del Naya que se reubicaron en la finca la Laguna cerca de Popayán, lugar que ganaron mediante una acción de tutela. Han realizado un trabajo comunitario para mantener la memoria de los hechos de la masacre, para detectar sus impactos y para proponer y gestionar las medidas de reparación. Véase Universidad Nacional de Colombia - Centro de Estudios Sociales. KITEK KIWE Reasentamiento del Naya – Nuestra memoria. 2011. 323 Verdad Abierta.com. “Paramilitares y conflicto armado en Colombia”. Entrevista a Éver Veloza García, alias “HH”, del 15 de enero de 2011. 162 Elkin Casarrubios, alias “El Cura” o “Mario”, dirigió los operativos. El grupo más grande ingresó el día 7 de abril, en camiones, por la carretera que de Timba conduce a Suárez. Los pobladores del casco urbano de Suárez vieron pasar la caravana de camiones atravesando su pueblo a las 11:00 a.m. Se dirigieron al corregimiento La Betulia, pasando a 300 metros de distancia del puesto de la Tercera Brigada ubicado en El Amparo, que cuida la represa de La Salvajina. Domingo 8 de abril: los paramilitares hicieron dos retenes, uno en La Betulia y el segundo en El Peñón. En este sitio retuvieron a un indígena de apellido Campo y le dieron muerte en El Naranjal, corregimiento de Los Robles. Fue la primera persona muerta en la incursión, de allí en adelante la caravana abandonó los camiones y prosiguió a pie. Durante la noche llegaron a Las Pineras de La Alsacia, Corregimiento de El Ceral en el municipio de Buenos Aires. Lunes 9 de abril: en La Alsacia, el grupo más grande de las Autodefensas, dirigido por Elkin Casarrubios, alias “El Cura” o “Mario”, se encontró con otro más pequeño que había ingresado por otro camino, el de La Ventura, corregimiento El Ceral. De esta manera bloquearon todos los accesos a la región. A lo largo de esas primeras horas, los paramilitares instalaron dos retenes en horas de la tarde: en el punto denominado La Silvia a la 1:45 p.m. y en Los Robles aproximadamente a las 3:00 p.m. Estos dos retenes mantuvieron a la región de El Naya incomunicada con el interior del Cauca e impidieron el ingreso de personas durante la siguiente semana. Mientras tanto, un grupo de avanzada, comandado por Jair Alexander Muñoz, alias “Sisas”, llegó hasta la cuchilla de la cordillera, en el límite del resguardo de La Paila y la Región del Alto Naya y allí acamparon, según lo relatan los sobrevivientes. Martes 10 de abril: a las 6:00 de la mañana, el grupo dirigido por alias “Sisas”, “Bocanegra” y “el Cura” junto con una mujer comandante, llegaron al restaurante Patio Bonito, ubicado sobre el camino que conduce hacia el interior de El Naya. Se instalaron en el restaurante administrado por Lisinia Collazos y su marido Audilio Rivera, indígenas de origen nasa. Ellos tenían un contacto de administración temporal del restaurante. Lisinia cuenta que: “Llegaron a las seis de la mañana, se identificaron como las AUC, nos requisaron y lo primero que buscaron eran armas, porque les habían dicho […] que allí guardaban unas armas. 163 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Ellos voltiaron toda la casa, no encontraron ningún arma y entonces ellos nos […] llevaron a la cocina y […] nos hicieron arrodillar en el piso, y pues nos decían que les entregáramos las armas, pero nosotros ‘¿cuáles armas?’ si nosotros no teníamos armas. Entonces, ellos dijeron ‘no, es que ustedes no quieren cantar, pero les vamos a enseñar a cantar’. Y nosotros dijimos ‘¡pues nos morimos!’. Pero pues en ese momento, yo digo que fue la misericordia de Dios, salió un señor por la ventana de la cocina y dice ‘déjenlos, no los maten’. Entonces […] ese señor me jaló el cabello, a mi esposo le jalaron de la camisa y nos hicieron parar, y dijo ‘es que todavía no es tu hora’, me dijo”. Al frente del restaurante retuvieron a Daniel Suárez, a su esposa Blanca Flor Bizú, a Humberto Arias y Gonzalo Osorio, sus sobrinos y trabajadores. También a Cayetano Cruz, alguacil del Cabildo de La Playa, quienes en ese momento pasaban por el camino. A todos los retuvieron por horas y horas. Ya en la tarde, dentro del restaurante, Lisina, su marido y sus tres hijos pequeños, permanecían encerrados. Lisinia cuenta: “Para nosotros era prohibido levantar la cabeza y mirar lo que estaba ocurriendo afuera. Luego, comienza a sonar esa motosierra y, nosotros nos quedamos quietecitos, porque ¡ya sabíamos lo que estaba sucediendo! Por entre las chontas324 de la casa yo alcancé a ver al alguacil [Cayetano] que estaba amarrado. Yo creo que el mismo miedo que estábamos sintiendo nosotros también los estaba sintiendo el alguacil […]. Oíamos quejidos de las personas, sonaba ¡y nosotros ahí! […]. Acaban con ello, ¡y ahora si vienen con nosotros! Bueno, nosotros nos quedamos quieticos, sabíamos que la muerte estaba cerquita de nosotros… y eso fue terrible en ese momento”. Continúa Lisinia: “Resulta que el alguacil [Cayetano] le quitó el arma [a un paramilitar], intentó dispararle, pero pues, como él no era 324 Maderas con las que estaba fabricado el restaurante. 164 guerrillero no sabía manejar esa arma […]. Yo pienso, ahorita que si él hubiera sido guerrillero […], de pronto él había podido matar a uno de ellos, pero no pudo […]. Y entonces el alguacil sale corriendo […] se fue por detrás de la casa donde estábamos y comenzaron a disparar […], lo cogen de frente y […] le alcanzaron a dar en la espalda y él llegó hasta detrás de la casa […] y él ya no pudo caminar más, él cayó allí y allí fue donde lo remataron. Luego le dijeron a Lisinia, “hagan cuentas que aquí no pasó nada”. A Audilio le ordenaron, “Usté camine, usté nos va a ayudar a cargar estas mulas, pero usté va solo hasta ahí a ese filito y después se devuelve”. Después de dejar la casa de Lisinia, alias “Sisas” retornó hacia Timba junto con alguno de sus hombres, llevándose a Audilio. Mientras, otro grupo de paramilitares, comandado por Luis Felipe Arce Martínez, alias “Chilapo”, prosiguió a su marcha hacia el interior de El Naya llevando consigo a Luis Chávez, habitante de la vereda La Esperanza, a quien también retuvieron en Patio Bonito. Esa noche Audilio no regresó a su casa. De Luis Chávez se supo que estuvo retenido en la caravana de “Chilapo” por algunos días y después de eso se perdió su rastro, hasta ahora. Miércoles 11 de abril: en la madrugada Lisinia, muy angustiada, emprendió camino hacia su vereda, Cerro Azul, con la esperanza de encontrar allí a Audilio. “Cuando, ya me faltaban como escasos tres kilómetros para llegar a la casa de mi mamá, venía un arriero corriendo y gritando en un caballo […]. Me alcanzó y me dijo…, pues él no sabía cómo darme la noticia, la pensaba y la pensaba, pero yo tampoco me imaginaba, porque yo no quería saber de cosas trágicas, entonces me dijo: ‘su esposo está en La Silvia […] él está muerto y él ya no va a venir’. Entonces nosotros nos sentamos […] entonces el señor dijo ‘no, camine vamos a tomar una agüita, una gaseosa’, yo le dije ‘no, pues lo que hay que hacer es irlo a traer’. Lisinia junto con sus hijos y algunas personas de su congregación religiosa, trajeron el cuerpo hasta el Llanito, ya cerca de Cerro Azul. Ahí lo enterraron en secreto, atemorizados por las amenazas. Esa 165 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación noche llegaron hasta su casa, en Cerro Azul, hombres armados que se identificaron como guerrilleros. Dijeron que venían a reclutar a sus sobrinos para vengar la muerte de su marido. “Yo les dije ¡no!, porque por ustedes pasó lo que pasó. Los paramilitares los andaban buscando a ustedes y a ustedes no los encontraron, y pagó mi marido que era inocente”. “Qué ganamos nosotros con irnos con ustedes, ¡pues ahí sí que nos morimos todos!” Los guerrilleros se fueron disgustados y dijeron que volverían. Entonces Lisinia decidió salir de la región para no volver más. Por su parte, el grupo de paramilitares comandado por “Chilapo” avanzó Naya adentro, ese miércoles 11 de abril llegaron a Las Minas, donde saquearon la tienda de un campesino. “Lo que no se comieron, lo pisotearon y lo botaron al camino” señala Leandro Güetio. Enrique Fernández cuenta que los paramilitares: “Siguen el camino y llegan a Aguapanela, donde vive el compañero Milciades con la compañera Bertilde; ellos vivían de un negocio pues de vender mecato, de vender gaseosa, de vender chicha de maíz, y llegan y se le comen todo el mecatico que tenía, la gaseosa, todo lo que había de comer se lo llevaron”. “Luego, cuando apenas comenzaban a subir a la loma de Alto Sereno para después descender hacia lo que se conoce como el Alto Naya, llegaron a la tienda de Guillermo León Trujillo, distante unos metros del camino. Allí tomaban gaseosa dos muchachos trabajadores, Wilson y Rolando Castañeda. A los tres los sacaron amarrados y los llevaron hasta el camino”. Rubiela Penagos, esposa de Guillermo León Trujillo, cuenta: “A los tres amarraron con el mismo lazo, que era de amarrar bestias, nuestras. Nos sacaron a todos de la casa. Ya se habían comido todo lo que habían podido de la tienda. Ellos dijeron que eran trescientos hombres los que iban bajando y que atrás venían doscientos. Eso lo dijo ese gordo que iba montando una mula, era el comandante. Después, en la cocina, dijeron que venían con orden de Carlos Castaño y HH para matar 166 a los campesinos que eran auxiliadores de la guerrilla. El hombre dio la orden de sacarnos de la casa. En esas dio la orden de que destrozaran todo lo de la casa. El hombre gordo les dio la orden de que afilaran las armas. Nos llevaron hasta el crucero del Río Mina, a El Playón. Allí los hicieron sentar a ellos en un barranco y un muchacho sacó algo, como un fusil, pero no, era una motosierra […] una motosierrita. El hombre dio la orden para matar a los tres. A mi marido lo mataron con el fusil, al pie de nosotras dos, la niña, mi hija, que en ese tiempo tenía 5 años, y yo. El de la mula dio orden de matar a Wilson y el otro hombre llegó con una puñaleta y le fue dando poco a poco. Decía, ‘queremos que ella vea, que sea escarmiento por colaborarle a la guerrilla’. Ahí le pasaron la motosierra a Rolando y me despacharon: ‘se fue vieja h.p., se fue, ¡no nos ha visto!’”. Luego, el grupo continuó hasta un punto conocido como La Ye, donde el camino se divide, de un lado hacia las veredas El Playón y Río Mina. En La Ye, torturaron y mataron a Jesús Ipia, Jorge Ipia y Orlando Cabrera. Continuaron hacia Río Mina y sobre el camino asesinaron a Luis Ómar Aponza y a Esteban Delgado. Arribaron a El Crucero. Allí mataron a José Muriel Mina Carabalí, en frente de varias personas. Luego, el grupo llegó al caserío Río Mina. Ahí vivía Maximiliano Perdomo, quien cuenta: “Entraron esa gente [los paramilitares] allá y fue el momento cuando ellos mismo nos llamaron y nos reunieron en un sitio después ya nos tuvieron como casi media hora ahí. Nos pidieron los papeles y preguntándonos que [a] quién conocíamos de los guerrilleros. Entonces como ahí estaba el presidente de la junta, el presidente les dijo que aquí no había ningún guerrillero. Pero que sí, que ‘han andado por ahí, pero que ahora no se sabe dónde estarán’ […]. Entonces nos dijeron que ellos venían a pelear con los guerrilleros, y que nos daban cinco horas para que dejáramos esos lugares solos. Y después que ya dijeron así, dijeron ‘¡váyanse¡’, y verdad, comenzamos todos a salir. Y allí donde estábamos reunidos se escucharon varios disparos, y nosotros pues, asustados, salimos corriendo”. 167 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Algunos de quienes estaban allí cuentan que en un enfrentamiento con el ELN, que estaba en los alrededores de Río Mina y murieron tanto paramilitares como civiles. Durante el enfrentamiento, otros paramilitares sacaron a golpes a los habitantes de Río Mina. Al frente de la casa de Saul Dagua, mataron a Luis Ómar Aponza. Poco antes habían matado a un joven trabajador negro, luego, continuaron por el camino hacia la Paz. Pasaron el puente sobre el Río Mina, y a unos pocos metros asesinaron a Alexander Serna Quina. Los paramilitares se detuvieron y pasaron la noche en el caserío La Paz. Jueves 12 de abril: los paramilitares se dirigieron al poblado El Placer, saquearon y quemaron las casas de Evelio Yule y su hijo, y continuaron rumbo al Bajo Naya. Leandro Güetio cuenta: “A seis horas de camino está El Saltillo, donde comienza el Bajo Naya y el río ya es navegable. Hasta allí llegó el grupo paramilitar guiado por alias ‘Peligro’, miliciano del ELN. Este miliciano y otro paramilitar fueron obligados por alias Bocanegra a bajar al caserío de La Concepción y conseguir unas canoas para que todos los paramilitares pudieran bajar. Cuando bajaban por el río fueron atacados por la guerrilla de las FARC, mueren ahogados algunos paramilitares, entre ellos paramilitares de ascendencia indígena que fueron reclutados por Lisardo Becoche, comandante de AUC en Ortega, Cajibío”. José Ipia también cuenta que él con sus hermanos había estado pescando en Río Azul. Ese día se devolvieron a su casa y cuando llegaron observaron: “Cuando llegamos a Río Mina, ya nadie se veía, las tiendas estaban abiertas, las casas, las puertas tumbadas. Eran como las nueve de la mañana, veníamos con hambre y había un racimo de maduro a la mitad del camino. Entonces mi hermano dijo al cuñado de él: ‘anda tumba ese maduro’, cuando él se metió al monte y bajó, así, al barranco dijo: ‘mirá, acá hay un muerto’. Seguimos más arribita y ahí había una cantidad de ropa tirá así en el camino, el muerto estaba desnudo, con la cabeza y las rodillas, así, agachado. Seguimos otra vez más arribita y por allá había unas mulas sueltas en un potrero y entonces nos fuimos hacia allá y allí estaba el otro muerto. Nosotros soltamos las bestias y salimos a correr para la casa. Cuando llegamos no había nadie, cuando 168 arrimamos estaba llena de huecos porque le habían hecho tiros. En ese momento llegó un viejito corriendo y nos dijo ‘vuélense muchachos, ahora mismo, que los paramilitares bajaron’. Tuvimos víctimas a un primo que se llamaba Jesús Antonio Ipia y a un trabajador que se llamaba Jorge Ipia”. Viernes 13 de abril: en horas de la tarde el grupo paramilitar llegó navegando hasta La Concepción, en el Bajo Naya. Allí amenazaron a sus habitantes, negros en su mayoría, robaron pertenencias y robaron sus casas. Esa noche celebraron con una fiesta, según los informes de la Comisión Intereclecial de Justicia y Paz. Sábado 14 de abril: los paramilitares permanecieron en la casa de La Concha o La Concepción. Domingo 15 de abril: en ese mismo lugar, en horas de la mañana, ciento treinta paramilitares violaron y asesinaron a Juan Bautista Angulo Hinestroza, quien no había conseguido huir, pues padecía trastornos mentales. Lunes 16 de abril: los hombres se trasladaron a Dos Quebradas, “donde saquearon y destruyeron bienes de los habitantes, siguiendo su camino hacia San Francisco. Allí durmieron en el templo de la iglesia católica e hicieron un recorrido casa por casa, golpeando fuertemente las puertas y revolcando las casas que se encontraban vacías; saquearon algunas viviendas y ofrecieron a la venta algunas de las mercancías robadas a los pobladores de las comunidades vecinas”, cuenta Leandro Güetio. Martes 17 de abril: dos mujeres afrodescendientes fueron violentadas sexualmente. En San Antonio, un pueblo de pescadores “masacraron a catorce afrocolombianos a quienes enterraron en una fosa común”. Viernes 27 de abril: de acuerdo con reportes de prensa, ocurrió un operativo militar de la Armada en La Concepción o La Concha (Bajo Naya), en el que se capturaron quince paramilitares. El lunes 30, en Santa María, fueron capturados otros cuarenta, luego de enfrentamientos con la Armada. El 26 de abril la Infantería de Marina capturó a otros tantos, que en total sumaron setenta y tres paramilitares que hoy pagan condena por los hechos de la masacre de El Naya. 169 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación 2.4. Medidas de reparación Conforme al plan de vida previamente definido por las comunidades afectadas por la masacre de El Naya, propusieron las siguientes medidas de reparación colectiva: La posición siempre han sido estos cuatro pilares: partimos de las garantías de no repetición; luego la verdad de los hechos, los actores materiales e intelectuales, todos estos que facilitaron las acciones criminales del Bloque Calima; ahora vamos con la justicia, que se aplique una verdadera justicia acá; ahora sí hablemos de una reparación, desde nuestras percepciones de nuestros planes de vida325. Reparación integral Justicia Verdad Garantías de no repetición 325 Las medidas de reparación consignadas en este texto provienen de un documento de la comunidad, las cuales fueron complementadas con testimonios tomados en una jornada con víctimas de la masacre, llevada a cabo por parte de la Procuraduría General de la Nación el 13 de julio de 2012 en Santander de Quilichao. 170 2.4.1. Titulación de tierras Se propone la titulación de los territorios de El Naya bajo una modalidad interétnica donde habiten conjuntamente comunidades y formas organizativas: afrodescendientes/consejos comunitarios, campesinas/ juntas de acción comunal e indígenas/resguardos y cabildos: En realidad, queremos que el Naya sea interétnico, y esa figura la hemos trabajado y la hemos seguido trabajando, hasta donde tengamos que llegar, y donde nos tengamos que reunir pero que esto se haga y que sea un modelo aquí en Colombia. Para este punto se proponen cuatro partes fundamentales y relacionadas entre sí: 1. Titulación del territorio de la región de El Naya con derecho al suelo, subsuelo y espacio aéreo. 2. Garantizar condiciones económicas tanto para realizar la mencionada titulación como para permanecer en el territorio. Proyectos productivos. 3. Medidas de protección y garantía de no repetición: “Exigimos del Estado la responsabilidad de garantizar la pervivencia de la comunidad”. 4. Que el Gobierno no tome decisiones que afecten a los grupos étnicos representado en sus autoridades tradicionales de la región de El Naya. Respecto a la titulación del territorio es necesario tener en cuenta: • Estas comunidades desean que la titulación se dé no solo como medida de reparación, sino como derecho ancestralmente obtenido bajo la Constitución del 91 y bajo normatividad internacional al respecto: […] ese territorio nosotros lo tenemos ganado por derechos ancestrales, no por reparación… Eso nos pertenece por derecho propio, y porque nuestros antepasados estuvieron allá hace 60 o 70 años, eso no es de ahora. Ya nosotros tenemos un concepto claro sobre titulación, que es lo principal que necesitamos nosotros. 171 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación • Importante tener en cuenta las tensiones existentes entre las distintas formas organizativas y formas de concebir el mundo y el territorio. Debe ser una apuesta por la multietnicidad pero bajo el respeto y presencia a la pluralidad de posturas. • Hay personas que están por fuera del territorio de El Naya, por lo cual se solicitan medidas de reubicación para aquellas familias que están por fuera del país y en departamentos remotos. Aquí no aplicaría restitución. 2.4.2. Medidas específicas de reparación integral a las víctimas • Se debe dar prioridad a mujeres viudas y niños y niñas huérfanos de la masacre. • Medidas tendientes a la armonización del territorio en sus diversos componentes: los ríos Cauca, Naya, Yurumangui, entre otros lugares desde una perspectiva cultural y espiritual. Adicionalmente un reconocimiento de El Naya como un territorio sagrado y de paz. • Programación de eventos conmemorativos de memoria histórica que incluyan la construcción de lugares significativos de recordación de las víctimas, desde los parámetros de las comunidades: Los sitios en que nuestros hermanos y hermanas cayeron hagamos como una especie de muralcito para que quien pase dentro y salga de la región jamás olvide que allí dejaron un indio inocente. Algo así de memoria para que permita la información y jamás olvidar, un evento conmemorativo para que no olvidemos lo que sucedió y nuestras generaciones jamás lo olviden. • Promoción de los liderazgos en las comunidades mediante la integración de las nuevas generaciones, para lo cual se propone procesos de formación de jóvenes: • En mi comunidad existe algo particular, que le estamos dando cabida a los jóvenes, por eso uno se siente contento, que ya no es como se dice los ancianos, los viejos o las viejitas estamos ahí al frente , sino que están las jóvenes y los jóvenes liderando también este proceso. 172 • Realización de jornadas de notariado y registro, y levantamiento de un censo que permita conocer quiénes están en la región de El Naya y su situación actual. Es que dicen allá no hay población, entonces por eso es que no nos escuchan y no pasa nada… Nos han minimizando el problema, tenemos mucha gente que se nos ha quedado por fuera en la cuestión de víctimas, tenemos mucha gente que no está incluida. • Acompañamiento psicosocial permanente y constante en el tiempo que permita elaborar las pérdidas, promover la resistencia y el afrontamiento, y retomar los proyectos de vida tanto individuales como colectivos: […] habían grandes personas que eran negociantes y ya quedaron impedidos, porque necesitan una reparación psicosocial, porque unas de esas personas que tienen ese trauma aquí en la cabeza y que ya no están aptas para trabajar, hermano, son personas que quedaron impedidas de por vida, por el problema que les quedó aquí en la cabeza. 2.4.3. Medidas específicas para la reparación de las mujeres • Medidas de atención focalizadas en mujeres viudas, que superen las medidas de indemnización y aborden los cambios en los roles dentro de la comunidad. • Medidas de atención sicosocial que permitan abordar los duelos no resueltos, retomar y transformar los proyectos de vida afectados a partir de la masacre. Este acompañamiento psicosocial debe ser constante, humano y ético, que no conlleve revictimización. Las viudas, a nosotras nos tienen olvidadas… nosotras hemos sido hombre y mujeres, padres y madres a la misma vez… nadie me va a reponer, ningún dinero me va a reponer lo que yo he perdido. • Facilitar formas organizativas en las mujeres que permitan, por un lado, hacer una exigencia más certera de sus derechos, y por otro constituirse en un grupo líder que promueva la reconstrucción del tejido social. 173 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Que no nos pongan de aquí pa’ allá, porque es que si a nosotros nos atienden a las viudas de El Naya por partecitas, no vamos a andar más rápido, pero si nos organizamos nos atienden más rápido. En este aspecto es necesario tomar en cuenta: • Las comunidades solicitan que la masacre no se vea de manera aislada con relación a otros hechos de violencia cometidos por la misma estructura armada, de tal manera que sean reconocidas las víctimas de todos los hechos victimizantes antes, durante y después de la masacre. • Mediante una sentencia del Consejo de Estado se decretaron medidas de indemnización para 82 personas. Luego se solicitaron indemnizaciones para otras 620 personas. Las comunidades consideran que, aunque resultan importantes estas medidas de indemnización, no son suficientes desde el punto de vista de una reparación integral: Que se supere las medidas de indemnización: no caigamos en ese error de que la reparación son 20, 25 millones y listo, se acabó la discusión. No, aquí hay unos muertos, aquí hay unas familias que están sufriendo, perdieron su ser querido, perdieron toda su vida. Entonces, por respeto a esas memorias, seamos un poco más prudentes. • Superación de la fase de diagnósticos para dar paso a la realización de medidas específicas de reparación. Y evitar la revictimización de las personas afectadas. 2.4.4. Inversión social para los territorios de El Naya desde los planes de vida de las comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas • Las medidas de reparación deben guardar proporcionalidad con el daño causado, y es necesario diferenciarlas de la inversión obligatoria de un Estado Social de Derecho para la efectividad de los derechos de los ciudadanos y ciudadanas. 174 2.4.5. Medidas en relación con el derecho a la verdad • El esclarecimiento de los hechos, esto es, el derecho a la verdad en todos sus componentes y hasta sus últimas consecuencias sobre la masacre de El Naya. Esto supone el esclarecimiento de todos los hechos del antes, durante y después de la misma, así como la agilización y profundidad de los procesos judiciales de manera que permita establecer quiénes auspiciaron, ejecutaron y se beneficiaron con esta masacre. También derivar la responsabilidad del Estado por omisión y participación. Se trata de una exigencia de justicia y garantías de no repetición. También, se exige la aclaración sobre lo acontecido con las víctimas desaparecidas y desplazadas. Adicionalmente, las comunidades solicitan que se pida perdón de manera pública a las víctimas del Naya, a la región entendida como su territorio: […] nosotros estamos es detrás de los grandes peces, de los grandes políticos que manejan el Valle del Cauca, un departamento que ¿cuántos gobernadores ha cambiado en menos de tanto tiempo?, siete, qué vergüenza, pero es debido a la corrupción, a la politiquería que vive este país. ¿Qué tiene que ver eso con nosotros? Pues claro que tiene que ver con nosotros, porque ahí hay también militares, empresarios, fiscales, agentes de Estado, y para que ustedes también se lleven, porque como estamos mostrando la herida, y la herida se tiene que mostrar bien. 2.4.6. Medidas para garantizar la seguridad (preventiva y protectiva) para los líderes y lideresas de las comunidades de El Naya • Se deben adoptar medidas que garanticen la vida, el ejercicio de sus actividades comunitarias y las acciones de defensa de los derechos humanos. • Esta medidas deben contemplar las particularidades del territorio de El Naya, las distancias entre cada una de las veredas, y entre estas y las cabeceras municipales. Además deben tener en cuenta las características étnicas del grupo al que pertenecen tales líderes y lideresas. 175 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación 2.4.7. Exigencia del cumplimiento de las consultas previas con las comunidades en la implementación de cualquier política, proyecto o inversión que afecte o incida en el territorio de El Naya • Las medidas de reparación también se rigen por la normativa de la consulta previa como requisito para cualquier política, proyecto o inversión en los territorios de la comunidad. • Se pone como ejemplo las fumigaciones con glifosato: […] rechazamos la decisión unilateral, inconsulta y arbitraria del Gobierno Nacional de fumigar los cultivos milenarios de hoja de coca sin considerar las graves consecuencias que la fumigación acarrea en la salud de los niños, niñas, adultos, animales, la madre tierra y el medio ambiente. 2.4.8. Medidas para facilitar a las víctimas su derecho de acceso a la justicia • Esta medida exige la no extradición de los victimarios para garantizar de manera plena su participación en las audiencias habilitadas para la confesión de sus crímenes. También se debe permitir la participación activa de las víctimas en la confrontación de sus dichos e indagar por personas, circunstancias y motivaciones. 2.4.9. Medidas que garanticen la participación de las víctimas en el proceso de reparación • Se debe garantizar la participación de las víctimas a lo largo del todo el proceso de reparación, desde la construcción participativa del diagnóstico del daño, el diseño de las medidas de reparación y su aplicación. Esto debe hacerse tanto en la vía judicial como en la vía administrativa, con adecuado acompañamiento jurídico para comprender tanto los términos técnicos como las diversas etapas de las rutas. De igual manera, se debe brindar acompañamiento psicosocial para ayudar a afrontar los traumas persistentes, que se reviven por el contacto con actividades relacionadas con los hechos criminalizantes. […] la región es de todos, y entonces así queremos encaminar lo de reparación, que estemos involucrados todos. 176 2.4.10. Veeduría y acompañamiento permanente de la comunidad internacional y organizaciones defensoras de los derechos humanos • Como medida de garantía para llevar a cabo los procesos de restablecimiento de derechos de las comunidades. 2.4.11. Cumplimiento de compromisos • Concertación de una agenda de cumplimiento de los compromisos adquiridos por las autoridades en la audiencia de conmemoración de los 10 años de la masacre de El Naya. De modo que las exigencias presentadas cuenten con un plan de cumplimiento, un cronograma, unos responsables y los recursos necesarios y suficientes para su implementación. 2.5. Consideraciones generales • Las comunidades de El Naya consideran que la reparación, para que sea integral, debe contar con medidas tanto a nivel individual como colectiva: Entonces, sintetizamos que en el territorio Naya surgen dos fuerzas: la negativa y la positiva, que en un equilibrio natural eso daba una armonía, por lo cual esto y los anteriores tienen una cruzada, porque la indemnización o la reparación debe ser de manera individual pero también de manera colectiva. • Resulta fundamental promover una reparación con enfoque diferencial y étnico: mujeres, niños y niñas, jóvenes, personas de la tercera edad, personas en discapacidad, afrodescendientes, indígenas. • Se requiere una institucionalidad proactiva, que se movilice a donde están las víctimas y más en un territorio tan distante como El Naya. • Son urgentes las garantías de protección a líderes y lideresas de esta comunidad. Después de la masacre, el 23 de mayo de 2010 asesinaron a Alex Quintero, quien venía exigiendo los derechos a la verdad, la justicia y la reparación integral para las víctimas. 177 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación • Se debe tener en cuenta que Kitek Kiwe es solo una mínima parte de las víctimas afectadas por la masacre. Si bien son muy organizados y cuentan con documentos escritos que sirven de sustento para el incidente, debemos ampliar la mirada para incluir otros componentes de la población que habitaba la cuenca del Naya antes de la masacre. • Resulta de la mayor importancia contar con que para estas comunidades ni la Ley de Justicia y Paz, ni la Ley de Víctimas es suficiente, hay una lucha territorial de tiempo atrás que implica titulación de tierras desde la Constitución de 1991. • Se requiere contar con una persona de la comunidad que dé cuenta de la complejidad étnica en este IRI. De no ser posible, por razones de seguridad, se debe contar con un perito experto en el tema étnico. • En el incidente de reparación se debe utilizar, dentro de lo posible, un lenguaje claro para la gente: Porque si yo me pongo con la magistrada, uno ante gente que maneja leyes y todo eso lo vuelven a uno más confundido. 178 3. Aproximaciones a los daños colectivos causados por el grupo armado ilegal Frente Héctor Julio Peinado Becerra (sur del departamento del Cesar y parte de Norte de Santander). Jefe del grupo: Juan Francisco Prada Márquez, alias “Juancho Prada”326 3.1. Contexto El grupo armado ilegal autodenominado Frente Héctor Julio Peinado (en adelante FHJP) de las llamadas Autodefensas Unidas de Colombia, entre los años 1999 y 2000 se ubicó para realizar sus actividades criminales en los municipios del Sur del Cesar y otros de Norte de Santander, luego de diferenciarse de la estructura del grupo armado ilegal autodenominado Autodefensas Unidas del Santander y el Cesar (AUSAC). El despliegue de estos grupos, que tiene como hecho antecedente y concomitante la presencia y actividad de los grupos guerrilleros, puede explicarse por las condiciones geográficas y económicas de esta importarte región del país. Los municipios del sur del Cesar donde el grupo armado ilegal FHJP ejerció sus actividades fueron los siguientes: Chimichagua, Curumaní, Tamalameque, Pailitas, Pelaya, Aguachica, Gamarra, González, La Gloria, San Martín, San Alberto y Río de Oro. Mientras, en Norte de Santander lo hizo en los municipios de Ocaña, Ábrego y La Playa de Belén. 326 Este es un trabajo preliminar de aproximación al daño colectivo ocasionado por el grupo armado ilegal. 179 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación 3.2. Geografía del departamento del Cesar El sur del departamento del Cesar limita por el oriente y sur con Norte de Santander, Santander y Venezuela, y por el occidente con los departamentos de Bolívar y Magdalena. Dicha posición geográfica ha despertado el interés de actores o grupos armados por este territorio que provee movilidad importante hacia el oriente, hacia la Sierra Nevada de Santa Marta, a la Serranía del Perijá y otros sistemas montañosos, así como hacia el interior del país y Venezuela327. La posición geográfica del departamento del Cesar se define como estratégica para los grupos ilegales alzados en armas, específicamente en el caso de la presencia del autodenominado grupo armado ilegal de autodefensas bajo la dirección de alias “Juancho Prada”. Según él mismo ha presentado su presunto objetivo contrainsurgente, su propósito era interrumpir la movilidad guerrillera en la zona de la Serranía del Perijá, donde se consolida la Cordillera Oriental, ya que es un punto estratégico como puente en la frontera con Venezuela. A partir de su fisiografía, en el Cesar se presentan las siguientes subregiones: la Sierra Nevada de Santa Marta, la Serranía del Perijá y la Ciénaga Grande del Magdalena, donde la Serranía funciona como un corredor útil para el tráfico ilegal de armas, suministro de logística, cultivos de coca y tráfico de narcóticos. La Serranía del Perijá es un accidente geográfico estratégico que ofrecía condiciones para el refugio de grupos armados ilegales pertenecientes al autodenominado ELN, y que luego el grupo armado de alias “Juancho Prada” tomó bajo su control. El valle del río Magdalena tiene una gran relevancia en la actividad productiva del departamento, pues junto con el valle del río Cesar son las zonas de mayor actividad agropecuaria del departamento, sobre todo para su parte sur. Esta subregión la comprenden los municipios de Aguachica, Chimichagua, Gamarra, La Gloria, Pailitas, Pelaya, Río de Oro, San Alberto, San Martín y Tamalameque328. 327 Misión de Observación Electoral – MOE, óp. cit. 328 En: www.gobcesar.gov.co/gobercesar/index.php?option=com 180 3.3. Actividades económicas de los municipios del sur del Cesar Históricamente la economía del departamento del Cesar ha estado basada en el sector agrícola, dada la calidad de sus suelos y su posibilidad de adecuación mediante el riego. En los años sesenta y setenta, el cultivo del algodón constituyó el reglón productivo del cual dependió la mayoría de las familias cesarenses y les generó una bonanza en las décadas de los años sesenta y setenta, potencializando la naciente economía del departamento con encadenamientos productivos y una clase media cuyo sustento y fuente de empleabilidad estuvo alrededor de este cultivo. Sin embargo, para esa naciente economía en los ochenta empieza una época de estancamiento con caída de precios, crisis en créditos y con la aparición de grupos armados al margen de la ley. Se genera un retroceso tanto económico como en la estructura institucional; situación de crisis que se intensifica en los noventa, vislumbrándose para el sector agropecuario la necesidad de recurrir a valores agregados en aras de superar la crisis, pero además porque a partir de los años noventa se insertan cultivos de palma africana y se afianza la actividad ganadera. Finalmente, el sector fue desplazado por la economía del carbón, que se consolida como el renglón más importante, pero paradójicamente sin que ello se vea reflejado ni en indicadores de mejoramiento como tampoco en infraestructura regional o en la calidad de vida de sus habitantes329. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas – DANE, la nueva orientación minera del departamento del Cesar registró una participación que pasó del 8% del PIB en 1990 al 34% en 2005, mientras que en el sector agropecuario la participación se vio mermada, pasando del 45% al 24% durante el mismo periodo. 329 “[…] la ejecución de las regalías no ha sido la más eficaz, y no se han traducido en mayores logros de servicios básicos. Para los mismos años que empezaron las exportaciones de carbón, los indicadores de pobreza en el departamento muestran un desmejoramiento de las condiciones de vida en el Cesar. La situación de servicios básicos, de infraestructura y de educación muestran un rezago del Cesar con respecto al país y otros departamentos de la región.”. Ver Gamarra Vergara, José R. La economía del Cesar después del algodón, Documentos de trabajo sobre Economía Regional, No. 59, Cartagena: Centro de Estudios Económicos Regionales, CEER, Banco de la República, 2005, Resumen. 181 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación No obstante el auge del sector minero, ésta funciona como una economía de enclave, y a pesar de lo percibido por los entes territoriales en el periodo 2000-2005 por regalías del carbón, los municipios productores muestran una baja en las ejecuciones presupuestales. Un informe de la Contraloría General de la República en 2004 expresa que de 1998 a 2002, si bien los ingresos y gastos aumentaron a causa de las regalías, su inversión contrasta con lo establecido en la ley330. El Censo de 2005 refleja que entre los 25 municipios, 20 no alcanzan el cubrimiento y calidad mínima de un servicio de alcantarillado; en servicio de acueducto solo 15 superan la cobertura mínima; y en mortalidad infantil, el Cesar reporta 41,5 por mil y la cifra nacional es de 23,4 por mil. El potencial del sur del Cesar respecto de la región en sentido más amplio, fue descrito por el Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio (PDPMM) como “la región que presenta mayor desarrollo relativo y quizás mayores posibilidades productivas. Es una subregión con perfil empresarial, en la cual sobresalen los productos de la agricultura comercial y la agroindustria de la palma, al lado de una ganadería de leche y carne, que pesa en las cifras del producto departamental. Los campesinos con economías de subsistencia y, en general la producción familiar campesina, se ubican en las partes altas, hacia la cordillera”. “En esta subregión se destaca recientemente la compra de tierras por parte de inversionistas externos a la zona, con una marcada orientación hacia la utilización ganadera del suelo.”En otro documento de diagnóstico del PDPM se señala lo siguiente: “la situación se ha visto agravada en los últimos años por el proceso acelerado de ganaderización que vive la zona y el profundo cambio en los titulares de la propiedad agraria. La mayoría de los propietarios no tienen como propósito maximizar sus ingresos a través de la explotación adecuada de la tierra, sino con otros fines como el ocultamiento de riquezas obtenidas en negocios ilícitos, la especulación con la tierra aprovechando su valorización debida, en 330 La reglamentación vigente en el periodo (Decreto 416 de 2007) establece que cuando la producción supera los tres millones de toneladas anuales –y la producción de carbón cesarense alcanzó las 20 millones de toneladas en 2005–, los departamentos deben destinar como mínimo el 60% de estos recursos a proyectos de inversión orientados a alcanzar y mantener las coberturas en agua potable, alcantarillado, educación, salud y mortalidad infantil. Ver en Bonet, Jaime. Regalías y finanzas públicas en el departamento del Cesar, Documentos de trabajo sobre Economía Regional No. 92, Cartagena: Centro de Estudios Económicos Regionales – CEER, Banco de la República, 2007, pp. 2 y ss. 182 gran medida, a la construcción de capital social en la zona, y, la más importante a nuestro juicio, el mantenimiento del control territorial por parte de los propietarios arruinados por la apertura económica, y la violencia guerrillera y paramilitar”331. Además de fuentes de riqueza ilegal, San Martín contaba con explotaciones petroleras, San Alberto con la producción de aceite de palma y ganaderías extensivas de gran valor económico. Río de Oro y Gamarra generaban ingresos por cultivos de algodón, arroz, palma africana, frutas, hortalizas, tabaco y ganadería. La pesca cobra relevancia en Gamarra, generando dinámicas de fuente de ingresos para los pescadores, unos permanentes y otros transitorios. Aguachica figura como la segunda ciudad del Cesar por su estratégica posición geográfica, útil para la interconexión con Norte de Santander, el interior del país y la costa Caribe. Su sistema montañoso en la Cordillera Oriental se convirtió en fortín para los grupos ilegales alzados en armas de las guerrillas y para los grupos armados ilegales del paramilitarismo. El interés económico de esta zona sur del Cesar deviene de sus grandes extensiones de tierra, latifundios para la agricultura y ganadería, pero también para los cultivos de coca y amapola. Para la concentración de esos latifundios, terratenientes y grupos paramilitares se aliaron para finalmente protegerse, ejerciendo estos últimos como guardas y garantes de las tierras, desalojando y despojando a las familias campesinas. 3.4. Una zona atractiva para los grupos armados ilegales A las condiciones económicas prometedoras pero precarias en la realidad se sumó, sobre todo en la parte sur del departamento, la presencia y accionar de grupos guerrilleros, y más adelante o de manera concomitante, la incursión de grupos denominados de autodefensa, guiados por variados intereses económicos bajo una plataforma 331 Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio (PDPM). Documentos de Diagnósticos: “Unidad Agropecuaria” y “Factores Determinantes de la Acumulación de Capital Social en la Región del Magdalena Medio y sus Perspectivas”. 2007. Página web (visitada el 20 enero de 2013): http://www.pdpmm.org.co/index.php?option=com_ docman&task=cat_view&gid=19&Itemid=14 183 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación ideológica contrainsurgente, así como de imposición de un control social general y un ordenamiento de los comportamientos de la población. Dicho asentamiento de los grupos armados ilegales se explica, como ya se dijo, por el fácil acceso de esta región con otras por zonas importantes ubicadas en los departamentos de Bolívar, Magdalena, Cesar, Norte de Santander, y con salidas hacia la República de Venezuela. En un principio, en los primeros años 90, la violencia se intensifica, especialmente por la presencia y accionar del grupo armado ilegal autodenominado Ejército de Liberación Nacional (ELN), organización que sembró el miedo en ciertos sectores de la población civil por su acciones de secuestros selectivos y extorsiones a todas las actividades económicas, desde las pequeñas hasta las grandes, a lo que se agrega una falta de credibilidad de las instituciones, acumulada por el control de esta actividad para fines individuales. Este afectado espacio social constituyó el escenario de ingreso de los grupos armados ilegales denominados autodefensas. Muy pronto la población civil se vio inmersa en una violencia sistemática por la ocupación del territorio para actividades de economía ilegal por parte de los grupos paramilitares. De esta ocupación no estuvieron exentas los institucionales locales, regionales y nacionales. En medio de esta dinámica paramilitar de apropiación del territorio fértil del sur del Cesar, cometiendo extorsiones, hurtos, amenazas y el consecuente desplazamiento forzado y demás crímenes en contra de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario, se han registrado casos como el ocurrido en la hacienda Bellacruz, que se extiende entre los municipios de La Gloria, Pelaya y Tamalameque. En la versión libre en abril de 2010 ante la Fiscalía para la Justicia y la Paz, Alfredo Ballena, alias “Rancho”, desmovilizado del grupo armado ilegal FHJP, manifiesta que desde el mismo año de la incursión, ese latifundio fue adecuado como base de entrenamiento para el grupo y prestó colaboración con integrantes del frente para la incursión a las zonas de la hacienda habitadas por campesinos que esperaban la titulación de los lotes baldíos de propiedad de la Nación; incursión de la que resultaron alrededor de 64 familias desalojadas, quedando en situaciones socioeconómicas de alta vulnerabilidad332. 332 En: http://www.verdadabierta.com/nunca-mas/3424-lastrampas-de-bellacruz 184 Según testimonios de campesinos afectados y de desmovilizados, los paramilitares en asocio con la familia Marulanda, emprenden acciones en 1996 contra las familias agricultoras asentadas en por lo menos las 1.500 hectáreas de lotes baldíos propiedad de la Nación, involucradas en una serie de manejos ilícitos entre la familia mencionada y el Incoder. Según relato de un líder de dichas familias: […] en 1995, los paramilitares de “Juancho Prada” se camuflaron entre la gente haciéndose pasar como campesinos y jornaleros. Empezaron a obtener información sobre los reclamantes de tierras. Pero el 14 de febrero de 1996 se quitaron la máscara. Entraron a las fincas de los campesinos que esperaban la titulación de sus lotes, y cometieron todo tipo de abusos contra ellos y sus familias. Más adelante, el grupo armado ilegal FHJP liderado por alias “Juancho Prada” se ubica en este territorio, entendido en sentido amplio, que ofrece una emprendedora actividad productiva en la zona rural, así como en el casco urbano a través del comercio y los servicios. Mediante la toma del control sobre la oferta y la demanda, se determina quién comercializa, quién detenta posesión sobre las tierras, todos los sectores activos terminan aportando financieramente al grupo armado ilegal. En esta dinámica se presentan delitos como la extorsión y el secuestro por parte tanto de la guerrilla como de las autodefensas, exigiendo los denominados “costos de protección”. Estos mecanismos de exacción terminan por hacer más vulnerables a los más pequeños en lo económico, pero termina afectando a todos, también a los desposeídos por la caída en las fuentes de empleo o de la economía informal. Los latifundistas, hacendados, ganaderos y palmicultores resultaron ser un respaldo importante para la implantación del nuevo grupo armado ilegal; se dio entre ellos unas relaciones de utilidad, se necesitaban también como socios en la apropiación de tierras, para legalizar recursos provenientes de la economía ilegal del narcotráfico, contrabando y venta ilegal de gasolina por la frontera con Venezuela. Todas estas alianzas se hicieron provocando desplazamientos forzados de campesinos y pequeños propietarios, entre otros delitos, para crear sus propios cordones de seguridad. Después de la desmovilización del grupo armado ilegal conocido como Bloque Catatumbo, sectores del grupo armado FHJP se dieron a la tarea de controlar algunas rutas hacia los sectores rurales y hacia el vecino 185 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación país de Venezuela, para tomar el control de los cultivos ilícitos y los movimientos de droga producida en la selva norte santandereana. Tal como lo reseña Wilfredo Cañizares, director de la ONG Corporación Progresar: “Aunque con la desmovilización fueron desalojadas las vías carreteables y los centros urbanos, ahora las autodefensas de los Bloques Caribe y del sur del Cesar utilizan una ruta ‘rural’, que inicia en Norte de Santander en Tibú y pasa por los sectores conocidos como La Llana en San Alberto, Arcilla, Banco de Arena y Aguaclara para acceder al municipio de Puerto Santander, en límites con Venezuela”, es un corredor estratégico para el tráfico. 3.5. Establecimiento de grupos armados ilegales en el sur de Cesar Finalizando los años sesenta, la guerrilla autodenominada Ejército de Liberación Nacional (ELN) –grupo de más tiempo en la región–, a medida que avanzaba en su localización en el sur del Cesar, constituyó el Frente Camilo Torres Restrepo333. Este grupo guerrillero se dedicó a ejercer acciones de extorsión, secuestro, abigeato, asesinatos, retenes ilegales, promoción de invasión de tierras, penetración a sindicatos y ataques a puestos de policía, como estrategia para afianzar su posición en la cordillera y su influjo en la población. Al tiempo desarrollaba acciones para contrarrestar la presencia que pudiera existir del Estado. La guerrilla del ELN nutrió su economía ilegal con exacciones a ganaderos y agricultores mediante extorsiones y cobros clandestinos de impuestos (boleteo), en menor medida recurrió al secuestro. Ya en la década de los ochenta se refugió en la zona montañosa y se hizo fuerte en la frontera con Venezuela; los cultivos ilícitos y el influjo y el sometimiento de la población permiten a este grupo armado ilegal ganar una enorme influencia en la región. También por los años ochenta incursiona el grupo armado ilegal guerrillero autodenominado Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), con la pretensión de llegar a la Serranía del Perijá y la Cordillera Oriental hacia la frontera con Venezuela y la Sierra Nevada 333 En: www.derechoshumanos.gov.co/observatorio/.../confluencia.pdf 186 de Santa Marta, ya que se trataba de zonas importantes por el tráfico ilegal de armas y cultivos ilícitos. Hace presencia en la región el Bloque Magdalena Medio, con los frentes Héroes y Mártires de Santa Rosa, en los municipios de Aguachica y Pailitas; también el Frente 20, que opera en los municipios de San Martín y San Alberto, al sur del Cesar. Por esta época, también desplegaron su presencia y acción ilegal en la región los grupos guerrilleros M19 y EPL. El accionar de los grupos armados ilegales de guerrilla, concentrado en la exacción de ganaderos y agricultores y sus familias, se constituye en una motivación, aunque no en la única, para la organización de grupos paramilitares inspirados en el MAS de Puerto Boyacá (grupo “Muerte a Secuestradores”, en 1981). La misma familia Prada recibió la intimidación de las guerrillas del ELN y las FARC. Entre los primos Roberto Prada y Juan Francisco Prada Márquez se apoyan para la conformación y sostenimiento de grupos de autodefensa334. Ellos se dividieron el territorio, y desde 1992 puede verse la participación de alias “Juancho Prada” en los grupos de paramilitares, como puede verse en el siguiente esquema de la Fiscalía General de la Nación: 334 “Los ´Paras´ contaron cómo se crearon las Autodefensas del sur del Cesar. La región era inviable, y muchos arroceros, algodoneros y ganaderos abandonaron sus fincas por el hostigamiento permanente de los grupos guerrilleros incluyendo al EPL y M-19 […]. Juan Francisco Prada Márquez, alias ‘Juan Prada’ y ex jefe de las autodefensas campesinas del Cesar, contó su versión de cómo era la situación de la época. ‘Ya uno no aguantaba más a la guerrilla. Yo iba con unos obreros míos a trabajar en el cultivo y uno se encontraba a la guerrilla en la trocha. Ellos le decían a uno, compañeros, necesito que me lleve estos compañeros. Entonces uno tenía que dejar a los obreros y eso era casi todos los días’, dijo. En la misma versión, el desmovilizado contó sobre la cercanía de las autodefensas con la fuerza pública. ‘Con Roberto (Prada Gamarra, su primo), empezamos dándole información a el Ejército de dónde los dejábamos (a los guerrilleros). Uno llegaba a la base del Ejército a dar información y no actuaban de una vez’, contó alias ‘Juancho Prada’. Según lo documentado por la Fiscalía 34 de Justicia y Paz, ante la falta de reacción del Estado los terratenientes de la zona comenzaron a financiar grupos de autodefensa y a ‘importar’ desde Puerto Boyacá a paramilitares conocidos como ‘Los Masetos’. Lo hicieron el ex diputado Rodolfo Rivera Stapper, el agricultor Roberto Prada Gamarra y el finquero Luis Obrego Ovalle”. En: http://www. verdadabierta.com/justicia-y-paz/2893 187 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Comandante Comandante Comandante Juan Francisco Prada Márquez Alias Juancho Prada Roberto Prada Gamarra Alias Roberto y/o Don Aníbal Martiniano Prada Márquez Comandante Militar Manuel Alfredo Rincon Alias Passo Patrulleros Luis Emilio Camarón Florez Alias Camarón Gustavo Velazco Alias Rambo Rafael Ramírez Hernández Alias Rafa Jairo N - Hijo Roberto Prada Alias Óscar Alias Pangara Alias Culebrita Alias Negro Tolamba Alias Martín Fredy Molina Alias El Tigre Alias Richard Fuente: Unidad Nacional de Fiscalías para la Justicia y la Paz. Fiscalía General de la Nación. 188 Comandante General Juan Francisco Prada Márquez Alias Juancho Prada y/o Francisco Tabares Puerto Bello Manaure Valledupar La Paz San Diego Copey Comandantes Militares Codazzi Bosconia Becerril El paso La Jagua Ibirico Astrea Chiriguaná Chimichagua Tamalameque Curumaní Jhon Vega Alvernia Alias Norris Primer CDTE Manuel Alfredo Rincón Alias Pasos Segundo CDTE Pailitas Pelaya Pelaya Gamarra González Río de Oro Aguachica San Martín San Alberto Patrulleros Ariel Zabala Vergel Alias Gordo Alfredo Ballena Alias Rancho Norman Herrera Franco Alias El Tío Gerardo Mora Colmenares Alias García José Luis Sanabria Alias Mincho Ramón David Torrado Navarro Alias Salomón00 Misael Rodríguez Alias Garcés Ramón Torres Mendoza Alias El Paisa Fredy Ramiro Pedraza Alias Chicote Alexander Verjel Alias Canal A Fuente: Unidad Nacional de Fiscalías para la Justicia y la Paz. Fiscalía General de la Nación. 189 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación A finales de los años noventa los hermanos Castaño convocan a todos los grupos que alrededor del país se han configurado como autodefensas y se da el contacto de los Prada con los hermanos Castaño. Fue en 1998 cuando los grupos consolidados de los Prada en el sur del Cesar, con Guillermo Cristancho Acosta, alias “Camilo Morantes”, jefe en Santander, y alias “Mario Zabala”, jefe en Norte de Santander, se suman a las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), denominándose como Autodefensas de Santander y sur del Cesar (AUSAC); pero entre 1999 y 2000 los Prada, para diferenciarse de este último, pasan a denominarse Autodefensas Campesinas del sur del Cesar (ACSUC), aliándose en 2004 al Bloque Norte de “Jorge 40”, consolidado en las zonas norte y centro del departamento del Cesar. Por diferencias con el Bloque Central Bolívar, cuyos hombres habían empezado a delinquir en Aguachica, alias “Juancho Prada” entrega a “Jorge 40”, del Bloque Norte, la zona urbana de dicho municipio en marzo de 2004335. Entre los años 1994 y 1996 a los Prada les resulta de gran importancia el otorgamiento de las licencias para la creación de dos cooperativas de seguridad rural (Convivir)336, como una cobertura legal para sus actividades ilegales, como se evidencia en el siguiente gráfico de la Fiscalía General de la Nación: 335 Verdadabierta, 7 de diciembre de 2010, http://www.verdadabierta.com/justicia-y-paz/ versiones/2893-paras-contaron-como-se-crearon-las-autodefensas-del-sur-del-cesar 336 Desde el gobierno de Cesar Gaviria Trujillo se expidió el Decreto 356 de 1994 donde se reglamentaron de manera general las diversas modalidades de servicios de vigilancia y seguridad privada en el país. Durante el gobierno de Ernesto Samper, el Ministro de Defensa, Fernando Botero Zea, promovió que la Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada expidiera una norma (Resolución 368 de 1995) que habilitaría los servicios comunitarios de seguridad con características de servicios especiales de seguridad privada, a los cuales se les dio el nombre de Cooperativas “Convivir”. Esta norma se orientaba a facilitar la creación de servicios de vigilancia para ganaderos, empresarios y comerciantes que venían siendo afectados por los actos de extorsión, secuestro y asesinato por parte de las guerrillas. Sin embargo, como se demostró luego en muchos escenarios judiciales, dicha figura fue aprovechada por organizaciones paramilitares para darle aspecto legal a estructuras armadas ilegales. 190 Grupo Roberto Prada Gamarra 1994 - 1996 Asociacion Convivir Renacer Cesarence Comandante Resolucion No. 1496 del 14 de noviembre de 1995. Superseguridad. Roberto Prada Gamarra Alias Roberto y/o Don Aníbal Comandante Militar Luis Emilio Camarón Flórez Alias Camarón San Martin 1996 Asociacion Los Arrayanes Comandante General Resolucion No. 2018 del 29 de enero de 1996. Superseguridad. Nit 8040017632 Juan Francisco Prada Márquez Alias Juancho Prada y/o Francisco Tabares Fuente: Unidad Nacional de Fiscalías para la Justicia y la Paz. Fiscalía General de la Nación. En 1996, tras la captura de Roberto Prada y el asesinato de Rodolfo Rivera, los Prada ya se habían extendido hasta San Alberto, corregimientos de Minas, el Líbano y La Llana. Luego, mediante acuerdos con alias “Manaure”, se distribuyen nuevamente el territorio, y alias “Juancho Prada” mantiene el control de la zona de Aguachica hasta la quebrada Besote, dado que ya había consolidado su presencia en el sur del Cesar en unión con los grupos de su primo. Queda bajo la dirección del grupo armado ilegal autodenominado Frente Héctor Julio Peinado Becerra, nombre que asumen al desmovilizarse y que corresponde al de un jefe de escuadra muerto en desarrollo de sus actividades ilegales. De alias 191 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación “Juancho Prada” se conoce que llegó desde temprana edad al municipio de San Martín (Cesar). Proviene de una familia agricultora, tuvo una formación escolar escasa, sólo hasta segundo de primaria; su padre se dedicaba a la compra, mejora y venta de fincas, pasos que él siguió. Hacia los años noventa se traslada al departamento de Casanare y desde ese tiempo empiezan las relaciones con las AUC. Regresa al Cesar hacia 1994. Alias “Juancho Prada”, supuestamente orienta su grupo armado ilegal bajo la idea de “contraguerrilla y contra la delincuencia común”; lo que entiende como cualquier manifestación o expresión que a su parecer generara desorden social, incluyendo a quienes no fueran simpatizantes de su postulado ideológico o le significaran un obstáculo para sus fines de infiltrar los poderes administrativos y políticos locales. Una sospecha al respecto ocasionaba que las personas fuesen tildadas de “colaboradores”, “informantes” o “subversivos”. Involucraba como objetivos a otra serie de personas y grupos que por sus creencias, estilos u opciones de vida, se vieron maltratados en su dignidad humana, en un clima generalizado de zozobra y temor que perjudicó todo el tejido social, deteriorando los referentes que una sociedad tiene frente a la seguridad e institucionalidad, atribuyéndose una “autoridad” extrajudicial y arbitraria con la que juzgaba a las personas. Con base en señalamientos de este tipo se apoderó de tierras, desalojó y despojó de las mismas a pequeños agricultores, con pérdida para ellos de sus patrimonios, de su seguridad alimentaria, el resquebrajamiento de sus familias, sus planes y proyectos de vida. Se generó en toda la región un clima de desconfianza colectiva e incertidumbre, y la vulneración de múltiples derechos fundamentales. 3.6. Estructura del grupo armado ilegal AUSAC El frente tuvo una estructura piramidal cuyos crímenes eran direccionados por un jefe superior. También contaba con subjefaturas en lo militar, financiero y político. Había grupos encargados del hurto de combustible, los mal llamados “patrulleros”, quienes se encargaban de la ejecución de órdenes de comisión de delitos y crímenes emanadas desde las diferentes comandancias, y un grupo apoyo en el área de las comunicaciones337. 192 337 Unidad Nacional de Fiscalías para la Justicia y la Paz. Comandante General Comandante Militar Comandante Financiero Comandante Político Rural Contraguerrilla Escuadras Urbana Grupo los Guanes San Martín Ocaña * Aguachica * Río de Oro * San Alberto * Ábrego * Gamarra * La Playa Presentamos, proveniente del Fiscalía General de la Nación, las estructuras sucesivas de los grupos armados ilegales denominadas autodefensas de Santander y sur del Cesar (AUSAC) y de las autodefensas campesinas del sur del Cesar (ACSUC), ambas estuvieron bajo la dirección criminal de alias “Juancho Prada”. Desplegaron su actividad ilegal en los municipios del sur del Cesar y tareas de apoyo a los municipios de Ábrego, Ocaña y La Playa, en el departamento de Norte de Santander. 193 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación ESTRUCTURA AUSAC - 1997 Comandante General Juan Francisco Prada Márquez Alias Juancho Prada y/o Francisco Tabares Comandantes Financieros Luis Antonio Carrillo Ortega Alias franco Primer CDTE Comandantes Militares Miguel Ángel López Jhon Vega Alvernia Alias Harold Alias Norris Segundo CDTE Primer CDTE Alias Jorge Segundo CDTE Comandantes de Escuadra Alias Guasaco o El Paisano Alias El Calvo Alias Marcos Alias Mañe Luis Troncal 194 Comandantes Políticos Alberto Durán Blanco Raul Prada Lamus Alias Barranquilla Alias Antonio Segundo CDTE Político Primer CDTE Político Grupo Campesino Los Guanes Alias Fernando Apoyo Equipos Comunicación Jesus Noraldo Bastos León Alias Parabólico ESTRUCTURA ACSUC - 2001 Comandante General Juan Francisco Prada Márquez Alias Juancho Prada y/o Francisco Tabares Comandantes Financieros Alirio Páez Alias Chinito Alias Guasaco Segundo CDTE Hasta agosto Primer CDTE Comandantes Militares Faver de Jesús Atehortua Gómez Alias Julio Palizada Primer CDTE Comandantes Políticos Alberto Durán Blanco Jorge Enrique Rodríguez Raul Prada Lamus Alias Barranquilla Alias Costeño Alias Antonio Segundo CDTE Primer CDTE Político Comandantes de C/ra Guerrilla Comandantes de Escuadra Grupo Campesino Los Guanes César García Javier Antonio Quintero Coronel Alfredo García Tarazona Hector Julio Peinado Becerra Alberto Pérez Avendaño Bernardino Remolina Alias Fabián Alias Grillo Alias Tigre Alias El Calvo Alias Marcos Alias Mañe Alias Gato Alias Peter Alias Duván Alias Fernando Alias ET Alias Míster Alias Ramoncito Jefe de Comunicación Jesus Noraldo Bastos León Alias Parabólico Hurto de Combustible Franklin Barón Larios Alia Cachas Fuente: Fiscalía 34 UNJP. 195 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación 3.7. Aproximación al accionar del grupo armado FHJP Se pretende ahora describir parcialmente las modalidades de actuación del grupo armado ilegal FHJP con mayor impacto en los derechos colectivos en el sur del Cesar. Bajo el entendido que estos daños se deducen no solo por el número de hechos delictivos y/o de víctimas causadas, sino también por modalidades específicas de acción que afectan de manera directa derechos de este tipo. Incluso la sola presencia y despliegue del grupo y sus órdenes y mensajes, como un todo sistemático, cambian, para dañar la vida y las dinámicas sociales de pueblos enteros y regiones. En particular se produce un daño a la institucionalidad del Estado y a la vigencia del Estado Social de Derecho, aunque en ciertas regiones este constituyera en ese entonces, solo un horizonte al que se avanzaba con dificultad. Las prácticas de victimización que han perjudicado o alterado el ejercicio por parte de la comunidad de “derechos, intereses o bienes jurídicos de alcance colectivo”, produce efectos sociales con largo impacto en la vida de las comunidades. Dichas prácticas impactan identidades, culturas y cosmovisiones, que tienen su desenvolvimiento en interacción con la institucionalidad del Estado y con el ordenamiento jurídico que busca ponerse en vigencia. La presencia y acción del grupo armado ilegal FHJP dejó una población civil en estado de recorte grave a sus libertades y vulnerada en sus derechos humanos fundamentales, además de constituirse en víctima sistemática a raíz de las infracciones al derecho internacional humanitario. En el desarrollo de estas acciones criminales se dieron hechos que configuran crímenes de guerra tales como el homicidio, la tortura, el acceso carnal violento en personas protegidas, terrorismo, desplazamiento forzado, así como contribuciones ilegales arbitrarias y el reclutamiento ilegal. Así mismo se dieron hechos que configuran crímenes de lesa humanidad, como los ataques a la población civil realizados de manera generalizada y sistemática, que se encuentran dentro de los patrones de conducta de las políticas de los grupos paramilitares, ya que se atacó a personas que no ofrecían combate ni condiciones de resistencia. En desarrollo de la función constitucional (art. 227) de la Procuraduría General de la Nación consistente en garantizar y proteger los derechos 196 humanos y representar a la sociedad, se concibe el daño colectivo como un conjunto de violaciones de derechos individuales y derechos colectivos que producen una serie de afectaciones sobre bienes de interés colectivo. Muchas acciones del grupo armado ilegal liderado por alias “Juancho Prada” en el sur del Cesar se orientaron a producir un daño colectivo sobre la institucionalidad y la gobernabilidad democrática, daños a los derechos humanos y daños psicosociales a las personas o a la comunidad, que resultaron víctimas del actuar de este grupo paramilitar. Las acciones del grupo armado ilegal FHJP, orientadas por una ideología violenta, autoritaria e intervencionista en muchas áreas de la vida de las comunidades y de las personas, trazaron un ejercicio sistemático de violaciones de múltiples derechos que dieron como resultado serias afectaciones al tejido social, tejido que se mantenía a pesar de la violencia guerrillera que persistía en la zona desde tiempo atrás, lo cual se puede explicar por el predominante carácter rural del accionar de la guerrilla, que trataba de llegar a las ciudades o poblados, mientras la violencia paramilitar obró preferentemente en una dirección contraria, es decir, de los poblados hacia las zonas rurales, concentrando su presencia principalmente en los cascos urbanos. Por lo tanto la afectación de los tejidos sociales urbanos fue una obra atribuible al accionar paramilitar. Las afectaciones a la institucionalidad del Estado se produjeron en muchos niveles de la administración y del gobierno. Sin embargo un punto poco destacado de la afectación a las instituciones ha sido que la creación, despliegue de los grupos, así como su actuar sostenido en los territorios, contaron con la participación por acción u omisión de dirigentes y hasta miembros o ex miembros de la fuerza pública del Estado colombiano. En versiones libres ante la Fiscalía 34 Unidad Nacional para Justicia y Paz, integrantes del grupo armado ilegal FHJP manifiestan los nexos con miembros de la Policía y el Ejército, dando cuenta del conocimiento que estos tenían de sus acciones en municipios del sur del Cesar338. 338 “En este mismo sentido el postulado JOSE LENIN MOLANO MEDINA, Ojitos y/o Ángel Montoya señala que como comandante de Ábrego Norte de Santander y del Municipio de San Alberto coordinó y delinquió con integrantes del ejército Nacional adscritos al Batallón Santander de Ocaña”. Postulado en versión libre del 26 de febrero de 2010 197 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación A pesar del supuesto propósito de la organización armada ilegal FHJP de llevar a cabo acciones contra la guerrilla y contra la delincuencia común, se actuó con ataques criminales sistemáticos y generalizados que afectaron principalmente a la población civil. Esta población resultó afectada por la comisión de crímenes de lesa humanidad y otros contemplados como infracciones al Derecho Internacional Humanitario. Estos crímenes fueron promovidos y desarrollados como un patrón de conducta del grupo. El terror se implantó en la vida cotidiana de la población. La comisión de delitos como la desaparición forzada y los desplazamientos forzados se volvieron habituales. Los siguientes son datos tomados de Acción Social acerca de la dinámica de desplazamiento forzado en los municipios del sur del Cesar: Año Aguachica San Alberto San Martín Gamarra Río de Oro Total por año 1994 0 11 4 0 0 15 1995 5 60 46 0 0 111 1996 15 59 8 0 0 82 1997 57 142 10 3 0 212 1998 87 297 16 14 0 414 en la Fiscalía 34 UNJP: “Se entró en coordinación con personal del Batallón Santander, con el Mayor Lázaro, el Capitán Mulfro, el Cabo de la Policía Uribe, y con estos señores se coordinó… después que trasladaron a mi Capitán Mulfro se siguió trabajando con el Capitán Cañón. El que hizo esta coordinación para entrar fue Robert junior. En San Alberto se coordinaba con el Mayor Rivera Comandante del Batallón contraguerrilla Nº 27. Cada vez que se hacía un operativo en el casco urbano de San Alberto se me decía que tranquilo que se había hablado con la tropa y que iba a estar recogida, se entraba y se hacia el operativo y el Ejército reaccionaba como a los 15 o 20 minutos después del operativo, así era como se trabajaba en estos sitios de presencia de las AUC, en estos sitios tanto en San Alberto como en Ábrego”. “De igual manera en versión libre JAVIER ANTONIO QUINTERO CORONEL y WILSON SALAZAR CARRASCAL, del 19 de abril de 2010 en la Fiscalía 34 UNJP, señalan a un teniente de la Policía Nacional que les prestaba apoyo en el Municipio de San Martín: ‘El Comandante de la Policía si no estoy equivocado era el Teniente Ángel Umparela. La relación con el Comandante de la Policía era que él nos dejaba trabajar a los paramilitares” – Informe sobre vínculos entre la fuerza pública y grupos paramilitares. Fiscalía 34 Unidad Nacional para la Justicia y la Paz – UNJP. 198 Año Aguachica San Alberto San Martín Gamarra Río de Oro Total por año 1999 89 159 25 51 0 324 2000 140 130 24 11 30 335 2001 727 372 124 103 61 1387 2002 822 255 143 90 53 1363 2003 416 131 44 60 24 675 2004 668 128 58 58 54 966 2005 795 192 135 104 57 1283 2006 119 29 36 13 15 212 Fuente: Acción Social. Puede verse cómo la situación de desplazamiento aumenta a medida que el frente consolida su presencia en el territorio. A partir del 2000 se intensifica su actuar violento, convirtiéndose el Cesar en un departamento expulsor, con una población migrando hacia el mismo interior del departamento; también a Norte de Santander, especialmente hacia Cúcuta, y a Santander, principalmente hacia Barrancabermeja y Bucaramanga, su capital. Igualmente, Bogotá fue un destino para muchos de los desterrados. Las afectaciones al derecho a la vida mediante la comisión de homicidios colectivos, las llamadas “masacres”, también fueron acciones a través de las cuales el grupo armado ilegal golpeó con crueldad a la población civil, implantando su poder mediante el terror. Se realizaron acciones dirigidas contra grupos específicos, tales como el movimiento sindical y el liderazgo social comunitario, a quienes calificaban de apoyar o ser afines con las guerrillas. Sin embargo, otros objetivos acompañaron el accionar del grupo armado ilegal: la necesidad de dominar el territorio y la población para asegurar el control de la economía ilegal y la captura de rentas ilegales. Se trataba de controlar la actividad del narcotráfico, mientras buscaban intervenir el poder local para desviar presupuestos y avanzar en la construcción de poder político. 199 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación En este contexto se produjo la masacre en Puerto Patiño, corregimiento de Aguachica, el 15 de enero de 1995, por orden de Jorge Alberto Lázaro Vergel, militar retirado del Ejército, quien solicitó apoyo a paramilitares del sur del Cesar. Por la época en que se realizó esta masacre, dado el paso de personas de una estructura paramilitar a otra, es posible que miembros del grupo armado ilegal FHJP hayan participado en ella. Otras versiones mencionan a “Los Masetos” y a Roberto Prada como autores materiales. Este último no alcanzó a ser procesado por estos hechos; pero de acuerdo con el informe de la Fiscalía, esta masacre se encuentra entre las atribuidas al frente en mención. Entre las versiones del ex paramilitar Rafael Emilio Ramírez, alias “Memo”, sobre la noche del 15 de enero de 1995 manifiesta: “A eso de las nueve o diez de la noche llegó el mayor Lázaro, yo lo vi. Nos dirigimos a Aguasclaras, al barrio La 40, en busca de los supuestos delincuentes y no encontramos a nadie”. El desmovilizado explicó que el mayor Lázaro les había dicho que para la incursión de Puerto Patiño contarían con un informante de él, un ex integrante de la guerrilla que señalaría a las víctimas: “Esa noche llegamos a Puerto Patiño. Había uno o dos bares, donde se mandó a apagar la música. A toda la gente la tendimos en el suelo y el supuesto informante iba identificando a los supuestos guerrilleros que él conocía”. “Memo” contó que primero asesinaron a una de ellas, cuatro fueron trasbordadas en una camioneta de los paramilitares, y las otras cuatro distribuidas en los carros que llevaban los militares: “El mayor le dijo a mi hermano Luis Antonio: ‘Yo voy a coger para Aguachica y usted coja para su zona, para Ocaña. Vayan dejando esas personas por el camino, una distanciada de la otra’”. Según contó alias “Memo”, así se cumplió la orden y cada 300 metros fueron arrojando los cadáveres a la vía. Allí fueron asesinados Fernando López Osorio, Jesús Ropero, Jhon Hoimar Beltrán Galván, Elibardo Montalvo Peinado, Miguel Ángel Cáceres Padilla, Lorenzo Pedrozo Padilla, Geovanni Guzmán Pérez, León Saldaña y José Trinidad Galván Urquijo, pescadores señalados de colaborar o hacer parte de la guerrilla; además, por la forma como ocurrieron los hechos, la comunidad se vio sometida al miedo de nuevos señalamientos y a la incertidumbre de saber a dónde conducirían las acciones criminales de las cuales estaban siendo sometidos. En la fecha de esta masacre el grupo armado ilegal FHJP se encontraba de manera directa manejado por alias “Juancho Prada”. 200 Esta masacre produjo las víctimas directas ya enumeradas, pero también lo fueron las comunidades que habitaban este caserío, dado el pánico producido, los impactos emocionales generados y la incertidumbre instaurada en sus vidas. Además se produce un menoscabo en el ejercicio de los derechos a la seguridad y al ejercicio de las libertades. Otro caso fue la masacre del carrotanque, acaecida el 16 de abril de 1996 en la vereda La Huila, del municipio San Martín. El móvil de esta masacre fue el interés de monopolizar el hurto y contrabando de combustible, como una importante fuente de financiación y enriquecimiento, ya que resultaba tan rentable como el narcotráfico. Alias “Juancho Prada” ordenó el asesinato de quienes presuntamente también robaban gasolina del oleoducto. Resultaron asesinados Carlos Alfonso Romero Pardo, Ángel Miguel Muñoz Amorocho, Gabriel Ángel Mesa Carrasquilla, Edgar Antonio Poveda Lobaton y Antonio Badillo Torres. En la versión del mismo alias “Juancho Prada”, confirmó que dio la orden a Jhon Vega Alvernia, alias “Norris”, ex jefe militar de las autodefensas en San Martín, que “asesinara a quienes vieran en esa zona robando combustible […] Le di la orden que patrullara desde San José de las Américas hasta la quebrada La Rayita a donde llegaba la carretera”. En artículo de Verdad Abierta del 31 de octubre de 2011 se dice lo siguiente: Alias ‘EL Loro’ dijo que les dispararon a cinco hombres que estaban supuestamente llenando un carrotanque con gasolina y que las balas causaron un incendio. “Por todo fueron cuatro muertos y un herido, y con la vaina de la ‘plomacera’ se prendió la mula”, dijo el ex paramilitar. Alias ‘Juancho Prada’ dijo que en la masacre participaron además de ‘El Loro’, Manuel Antonio Villamizar alias ‘Mañe’, Juan Tito Prada alias ‘Tito Prada’, alias ‘Taolamba’ y ‘El gringo’. Según lo documentó Justicia y Paz, el grupo ‘Juancho Prada’ se financió precisamente del robo de combustible. En un informe presentado a la Fiscalía, Ecopetrol reportó la extracción ilegal de 135.837 barriles de crudo de las líneas Galán-Ayacucho entre 2003 y 2006. 201 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación 3.8. Aproximaciones a los daños colectivos causados por el grupo armado ilegal FHJP 3.8.1. Daño a la institucionalidad En este acercamiento al diagnóstico de daños colectivos en el sur del Cesar nos encontramos, en primer lugar, con el daño a la institucionalidad. El accionar del grupo causó daños en el ejercicio y garantía al derecho constitucional a elegir y ser elegido. Muchos concejales, alcaldes y candidatos o candidatas a cargos de elección popular fueron asesinados bajo el supuesto de tener vínculos con organizaciones subversivas. En realidad, el interés del frente era sustituir a líderes o dirigentes políticos que consideraban “enemigos” para imponer sus propias figuras. Algunas versiones libres permiten inferir que estas personas y su actividad política significaban un obstáculo para los propósitos de apoderarse de las administraciones municipales. Si bien alias “Juancho Prada” como jefe del grupo armado ilegal expresó que no dio instrucciones para que se incidiera en las decisiones políticas de las comunidades, otros miembros del grupo manifestaron que hubo nexos entre la clase dirigente y el grupo, apoyos que se materializaban en destinación de recursos del presupuesto para el grupo armado. En versión libre del 21 de febrero de 2011 ante la Fiscalía 34 UNJP en Bucaramanga, los desmovilizados Javier Antonio Quintero Coronel y Wilson Salazar Carrascal expresaron: Los candidatos recibían apoyo militar de nosotros. Por ejemplo se lanzó un alcalde. Y a nosotros nos mandaban de a tres o cuatro muchachos paramilitares por caserío y nosotros le decíamos a la gente es que tiene que votar por este político. O en el tiempo de la campaña, este alcalde o concejal, nosotros le prestábamos seguridad. Ahí es donde viene la gente atemorizada por todo esto. El caso del ex alcalde del municipio de Aguachica, Luis Fernando Rincón López, desmovilizado del M-19, es un ejemplo del agravio, estigmatización y finalmente muerte violenta de un líder comunitario y político por la acción intolerante del grupo. En igual sentido sucedió con sindicalistas y periodistas. 202 El ex alcalde fue objeto de constantes amenazas por distintas estructuras armadas ilegales: mientras el ELN lo tildaba de “amigo” de los paramilitares, estos hacían lo mismo al señalarlo de amigo de aquellos. Con un equipo de amigos el funcionario promovió una consulta popular por la paz en el año 1995, como respuesta a la ola de violencia en el territorio. Antonio Calvo, quien lo acompañó en la Alcaldía, recuerda: “La pregunta fue de lo más simple. Si ellos actuaban a nombre del pueblo entonces había que preguntarle a la gente si rechazaba la violencia y convertíamos a Aguachica en un territorio de paz”. La respuesta de la población a la consulta, en agosto de 1995, arrojó un resultado de masiva participación, con 12.000 votos a favor. Rincón en compañía de otros líderes, incluyendo a su opositor conservador y a quien le había ganado en las elecciones a la alcaldía, emprendió una apertura de espacios de cultura ciudadana por la paz y los derechos humanos. Más tarde este líder, Álvaro Payares Ropero, fue asesinado. El ejercicio de la consulta por la paz no agradó y no contó el apoyo de la clase política dirigente tradicional, ni de los grupos organizados armados al margen de la ley: “Se opusieron con ferocidad a la consulta por la paz. Los grupos armados estuvieron juntos, los ‘paras’ quemaron urnas y el ELN también”, dice Antonio Calvo. Por esos días los paramilitares usaron el apoyo legal para la creación de las denominadas cooperativas de vigilancia y seguridad “Convivir”, con estos grupos privados de seguridad como “Renacer” y “Arrayanes” dieron rienda al actuar del llamado frente HJP339. El 15 de agosto de 2000 fue asesinado Luis Fernando Rincón López. En la vía de Aguachica hacia Puerto Mosquito fue sustraído de su camioneta y llevado a la finca “El Palmar” con los escoltas asignados por el DAS. Luego de cumplir con una supuesta reunión para la que fue convocado y entrevistarse con alias “Julio Palizada”, fue asesinado con arma de fuego. Concejales y miembros del equipo de trabajo de Luis Fernando Rincón López recibieron amenazas tras el asesinato del ex alcalde, como consecuencia de ello tuvieron que desplazarse forzosamente, perdiendo su proyecto y plan de vida. Fuera de las afectaciones individuales y familiares que esto conlleva, se causó un grave perjuicio a una comunidad 339 Del artículo en Verdadabierta, “De dónde salieron los paras”, del 7 de septiembre de 2011. 203 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación que también consideraba esas expresiones políticas como parte de su vida. Se anularon las expresiones de todas las personas que mediante actividades académicas, laborales, cívicas o comunitarias, representaran un obstáculo para los intereses del grupo y de los sectores sociales que se aliaron con ellos. Los ganaderos y la clase política dirigente buscaron asegurar sus propiedades, acrecentar sus riquezas, seguir detentando el poder social, político y administrativo, mediante una alianza con el grupo armado ilegal FHJP. Se puede afirmar que en el sur del Cesar el paramilitarismo busca tanto la defensa y ampliación de la dominación territorial de los hacendados como la recuperación del espacio político perdido por las élites locales. En la primera mitad de la década de los noventa se incrementó la violación a los derechos humanos en la región. La población civil atemorizada, conociendo los crímenes cometidos y a sus autores, no está en capacidad de denunciar, porque saben que desde la institucionalidad se apoya la acción del grupo armado. El Banco de Datos de Derechos Humanos y Violencia Política – CINEP y Justicia y Paz, en su Revista Noche y Niebla (abril-mayo-junio de 1997, No. 4), expone testimonios de la situación para la población civil en la zona sur del Cesar: Pailitas no, Pailitas está malo y Pelaya peor… De ahí para abajo eso está mejor dicho! Es mucho la matazón que ha habido por ahí. Uno se pone a pensar que sí han matado muchas personas inocentes y uno también se lleva por lo menos el pensamiento de que uno no debe nada pero que han matado mucha gente, ahí lo encuentran a uno y lo pueden fregar, lo pueden matar. Si antes, por el actuar guerrillero, quienes se sintieron solos, sin el apoyo del Estado, fueron los ganaderos, terratenientes, palmicultores, las familias tradicionales y la clase política dirigente, ahora quien está sola es el resto de la población civil. Finalizando el año 1994 se creó el Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio (PDPMM)340. Los paramilitares, en un intento por 340 Es una organización no gubernamental propiciada por Ecopetrol por iniciativa de su sindicato, con la Iglesia católica, y cuya dirección técnica quedó en manos 204 eliminar tal emprendimiento, agravan la situación de violencia y, producto de ello, algunos sindicalistas de la región que hacían parte de la iniciativa resultaron señalados como colaboradores e informantes de la guerrilla. En esta organización participó activamente la candidata a la alcaldía de San Alberto, Aída Cecilia Lasso Gemade. La señora Lasso y su familia fueron ultrajados en su residencia, resultando asesinadas ella y su hija menor de edad, Sindy Paola Rondon Lasso. La candidata ejerció durante 16 años activamente sus convicciones a favor de las mujeres y el trabajo social desde la UMATA de la administración municipal, de donde fue retirada sin justificación alguna por denunciar irregularidades ante la Procuraduría. Desde allí había apoyado muchos proyectos productivos para las mujeres e hijos víctimas de la violencia. Una vez fue despedida lanzó su candidatura a la alcaldía, lo que suscitó mucho interés en la comunidad. Su candidatura no fue bien recibida por la clase política tradicional y los militares. Tres días antes de su asesinato y el de su hija se llevó a cabo un reunión a la que asistieron miembros del grupo armado ilegal FHJP, el alcalde en funciones y el candidato opositor, Javier Zárate. Estas personas, más adelante, fueron condenadas por el crimen de la señora Lasso y su hija. Se trató de un acto de sevicia que generó terror, zozobra y duelo en la comunidad, y ocasionó una merma en su identidad colectiva, menoscabo en su esperanza y capacidad de buscar oportunidades para construir proyectos y planes de vida comunitarios en un territorio de paz. La familia de las víctimas directas se vio abocada al desplazamiento forzado341. del CINEP (Centro de Investigación y Educación Popular de los padres jesuitas) y el SEAP (Sociedad Económica de Amigos del País) que promueve una iniciativa interinstitucional y se propone la consolidación de una red de ciudadanos para brindar apoyo técnico y financiero a propuestas o proyectos comunitarios de desarrollo, como alternativa a la violencia. Posteriormente esta iniciativa contó con importantes aportes de la cooperación internacional y del Gobierno Nacional. Numerosas iniciativas comunitarias, promoción de liderazgos y estudios sobre la región se han realizado a través del Programa. 341 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Segunda instancia de Justicia y Paz, p. 18. 205 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Solo por su ocurrencia, la presencia y acciones del grupo producen daños sobre las comunidades, pero acciones como las relatadas producen un daño específico en la conformación de la región como sociedad política. Coartar la libertad de los líderes para abanderar causas y coartar el voto de los ciudadanos desdibuja la posibilidad de construir proyectos sociales al servicio de todo el conglomerado. Además, las anteriores coerciones traen un resquebrajamiento de la institucionalidad del Estado en el territorio, por falta de garantías de seguridad no se ejercen las funciones que desde las corporaciones públicas y el gobierno local deben realizarse. Tanto las acciones de la sociedad civil como las organizaciones no gubernamentales y demás espacios democráticos que promuevan la cultura política se cierran y se produce una grave afectación al desarrollo. Como consecuencia del cierre de estos espacios para la acción política, la falta de debate público y la ausencia de transparencia en el curso de la administración, la corrupción se apoderó del manejo de los asuntos públicos en esta región. Todos estos hechos generan daño a la colectividad con consecuencias sociales graves y de difícil recuperación. Los nexos de la clase política dirigente con el grupo armado ilegal muestran que antepusieron los intereses particulares sobre los generales y fueron más allá: sobre los fines y valores constitucionales antepusieron las antípodas de la corrupción, la violencia y la economía ilegal. La falta de credibilidad en las instituciones es una huella que solo muy buenas acciones realizadas durante muchos años permitirán recuperar la confianza. Todo este engranaje dio pie a expresiones como “narcodemocracia” y “parapolítica”, que revelan el daño producido a la colectividad como sociedad política. La injerencia del grupo armado ilegal FHJP en la esfera política en busca de representación en la administración local, trajo la captura de las funciones de los gobiernos locales, además su mirada se elevaba a trascender a la esfera departamental y nacional. Se pretendía con todo este entramado criminal asegurar su protección como grupo y nutrir sus fuentes de financiación y enriquecimiento, aparte de ocultar los ingresos por negocios ilícitos. En relación con lo anterior, es necesario poner en evidencia el vínculo con la fuerza pública del Estado que, por omisión o colaboración, contribuyó con ello a la consolidación del frente en el territorio. De esta situación 206 resultaron masacres, homicidios y, consecuentemente, desapariciones y desplazamientos forzados. El ente que por función constitucional vela por el orden público y la seguridad de los ciudadanos quedó vinculado al grupo armado ilegal, y la organización delictiva se erigió como una “autoridad” extrajudicial. Bajo su patrón de violencia provocó un cambio en los valores y en el imaginario colectivo; las personas cambiaron sus costumbres, su cotidianidad y el sentido de seguridad, basado no en el respeto sino en el miedo, se trastocó su capacidad y el derecho a movilizarse libremente por su territorio342. La masacre de Puerto Patiño nos sirve de ejemplo de cómo se corrompe una institución y el daño colectivo que se genera hacia la misma y hacia la seguridad de la población. La incursión fue planeada por el comandante de ese entonces de la base militar de Aguachica, Jorge Alberto Lázaro Vergel, en la que estaban involucrados miembros del frente Héctor Julio Peinado Becerra, además de personal del Ejército. Las masacres producen un daño colectivo sobre toda la población que presencia o tiene noticia de lo ocurrido. Se coarta la libertad y las gentes no tienen otra alternativa que rendirse ante cualquiera de los grupos armados ilegales. Este ex militar fue condenado en marzo de 2011 por los delitos de desaparición forzada y concierto para delinquir, y se constituye en una de las evidencias de la cruel alianza contra la comunidad entre el grupo armado ilegal y las fuerzas institucionales. La gran equivocación que hay detrás de estas maniobras delictivas entre la Fuerza Pública y los grupos armados ilegales paramilitares, fue la errada convicción de que la mejor forma de enfrentar a las organizaciones guerrilleras era mediante el mal llamado “trabajo sucio” de los paramilitares. Cuando está demostrado que con actuaciones dentro del marco de la Ley y bajo los principios 342 Según informe de la Fiscalía 34 UNJP, en las versiones libres de varios postulados puede encontrarse la coincidencia en sus afirmaciones sobre la relación entre la fuerza pública y el frente: “siempre el contacto con la fuerza pública y las autoridades de policía pues con ellos se coordina tanto en la zona rural como urbana existiendo una comunicación fluida en la que se informaba sobre las posiciones geográficas en las que se encontraban, las actividades que realizarían, cruce de información de interés llegando incluso las autodefensas a pagarles una mensualidad a los integrantes de la fuerza pública por su colaboración”. 207 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación éticos del honor militar era posible obtener avances sin dañar la institucionalidad del Estado. Estas maniobras como última finalidad se proponían la captura de rentas ilegales y el control de economías ilegales sobre lógicas de ambición sin límites. En suma, lo vivido en estos años por causa de la presencia y actuación del grupo armado ilegal FHJP ha sido un despliegue de una fuerza que actuó a sus anchas en el territorio del sur del Cesar, quienes de una manera cruenta sometieron a los ciudadanos y a la institucionalidad. Todo ello por cuenta de unos intereses orientados al narcotráfico, el contrabando, la tenencia de tierras y la captura de los presupuestos públicos. 3.8.2. Daños a los derechos humanos En la versión libre de alias “Juancho Prada” (Fiscalía 34 UNJP), realizada el 15 de diciembre de 2011, se encuentran las directrices criminales para el grupo armado ilegal que dieron origen a los patrones de violencia realizados. En sus propias palabras manifiesta: “La orden de que yo había dado era que mataran a la guerrilla, a los colaboradores de la guerrilla, a los auxiliadores de la guerrilla, a los cuatreros y a la delincuencia común, a las sectas satánicas, a los vendedores de vicio, a los violadores y a todos los que le hicieran daño a la sociedad”. Son pocas las acciones, igualmente ilegales, de confrontación militar entre grupos armados ilegales, dígase paramilitares y guerrillas. Con esas órdenes así impartidas se desató una acción criminal sistemática contra población civil no combatiente. Acciones orientadas por toda clase de prejuicios y estigmatizaciones. La comunidad resultó intimidada y sometida a un régimen de limitaciones de horarios y espacios, de su movilidad, también se estigmatizaron estilos de vida y condiciones sexuales, se desdeñaron derechos a la honra, a la intimidad, al libre desarrollo de la personalidad, a la libertad de locomoción, a la integridad personal, a la libertad e integridad sexuales. Las mujeres fueron afectadas al quedar relegadas o reducidas a moverse solo en el ámbito privado, se dañaron familias y personas con repercusiones en el sentido individual y colectivo de los derechos. Un grupo de investigadores judiciales de la Fiscalía 34 realizó una serie de entrevistas con población LGBTI y mujeres víctimas en la zona de actuación del grupo armado ilegal FHJP, particularmente en Aguachica y Ocaña. En general, las personas entrevistadas tenían bajo nivel 208 académico, en especial campesinos; las mujeres apenas tenían estudios primarios y muy pocas habían realizado estudios técnicos. En su mayoría estaban dedicadas a actividades de amas de casa, labores agrícolas, al empleo doméstico, empleadas de establecimientos públicos o almacenes, vendedoras ambulantes y, en último caso, estudiantes. Lo primero por destacar es que el acceso de las mujeres a las funciones públicas en Aguachica es muy limitado, la presencia del grupo armado ilegal contribuyó a desestimular la proyección de las mujeres en esferas más allá del ámbito privado. En Aguachica las mujeres manifestaron sentirse limitadas en su libertad de locomoción por el miedo que les causaba la presencia de los miembros del grupo armado ilegal por la calles y en establecimientos públicos en actividades ilegales de control –que ellos llamaban patrullaje–. Las mujeres fueron objeto de acoso sexual y se presentaron violaciones. Estos hechos son evidenciados con mucha reserva, pero alcanzan a manifestar que los miembros del grupo armado ilegal buscaban mujeres con edades entre los 15 y 20 años. Muchas de ellas se vieron obligadas al desplazamiento, otras viven con miedo al “escarnio público” o a ser asesinadas por haber tenido trato obligado o aceptado con los miembros del grupo armado ilegal: De acuerdo a lo relatado por una víctima como producto de la violencia es madre de un menor de edad, hecho que se ha mantenido en reserva al interior de la familia de la víctima en razón a que el victimario se encuentra en libertad y principalmente por no afectar al menor. El reporte manifiesta que cuando fue víctima del hecho contaba con 15 años de edad343. También en Aguachica, en un relato de una violación fue nombrado como autor de los hechos Luis Manuel Zorrilla Contreras, alias “Rubiano”, su víctima fue Inmaculada Santos344, una menor de edad, como fruto de este acto tuvo un hijo que hoy tiene 12 años. Otro caso se refiere al asesinato de una joven quien sufrió violación por parte de alias “Tito Prada”, según relata su hermana. Las entrevistadas manifiestan haber 343 Informe de la Comisión a Aguachica y Ocaña de la Fiscalía 34 UNJP y equipo de investigadores judiciales. 344 Nombre supuesto para proteger la integridad de la víctima. 209 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación escuchado en muchas ocasiones este tipo de casos, pero dicen no tener más información. Estos temas siguen siendo ocultados por temores y por pudor. En Ocaña la situación no difiere mucho. Si bien algunas mujeres han podido ejercer eventualmente como líderes de sus comunidades, nunca la alcaldía fue asumida por una mujer, ni siquiera se han presentado como candidatas al cargo, menos aun en la época de acción del grupo armado ilegal. Durante este tiempo fueron ultrajadas, tratadas como objetos y obligadas a realizar labores sin remuneración. En las familias existía un miedo constante a que se llevaran a las menores de edad. Hay relatos de ello y aún hoy se sabe de víctimas directas que se encuentran desaparecidas; otras fueron golpeadas, asesinadas y otras más quedaron embarazadas y posteriormente se convirtieron en madres solteras. También existen casos de quienes quedaron solas, responsables de sus hogares, pues sus compañeros fueron asesinados o desaparecidos. Presentamos a continuación extractos de declaraciones que ejemplifican crudamente estos hechos: Los paramilitares estaban en mi casa y a la fuerza [se] llevaron dos muchachas: un mes encerradas, sólo salían al baño y a bañarse. Abusaban de ellas alias “Míster” y alias “Douglas”. Al mes les dijeron que se fueran. Ellas eran de Aspasica; una de ellas era Leidy, como de 18 años, la otra era como de 13 años y el papá es Heliodoro Trigos, le dicen Yuyito. Él vive en Barranquilla, se tuvo que desplazar. […] Después de que los paramilitares mataron a mi esposo, yo tenía 23 años y a mi casa llegaba Ángel Montoya, alias “Ojitos” y me decía que yo estaba buena, que me fuera a vivir con él y dejara a mis tres hijos. Yo le dije que mejor me matara, que ellos se habían metido con mi marido. […] El caso de mi mamá, Marilce Vega Guerrero, quien está desaparecida desde el 15 de mayo de 1995. A ella la acosó sexualmente permanentemente el paramilitar Milciades y un día la sacó de la casa y no supimos más de ella. […] A las mujeres que se encontraban fuera de sus casas a altas horas de la noche las increpaban y castigaban severamente, les daban fuetazos o golpes”, “igualmente eran reprendidas las mujeres que fueran encontradas besándose con sus novios o esposos en las calles. 210 […] existió cierta restricción hacia las mujeres en la zona de injerencia del Frente Héctor Julio Peinado Becerra en cuanto a su forma de vestir ya que no podían utilizar minifaldas o blusas escotadas, blusas ombligueras y todo tipo de prendas insinuantes (algunos testimonios recopilados por la Comisión de la Fiscalía 34). Con los pocos testimonios con que es posible contar, se puede evidenciar el daño colectivo causado y sufrido por las mujeres a su dignidad e integridad física, mental y moral, la situación de sumisión y subordinación con los hombres miembros del frente, en un contexto social con alta discriminación hacia el género femenino. Toda una generación de mujeres jóvenes que vieron truncada su expectativa de vida. Los paramilitares hicieron uso del poder, infundiendo miedo a la comunidad para dar rienda a sus acciones perversas: Se sabe que los paramilitares hacían sus parrandas y hacían desfilar a las mujeres desnudas para ellos […] Muchas por miedo no denunciaron, también obligaron a que se prostituyeran, el comandante tenía su grupo de mujeres y después de estar con ellas tenían que pasar por el resto de compañeros, ese era el comentario en Ocaña. Una mirada especial merecen los casos de violencia sexual en contra de mujeres prostituidas o trabajadoras sexuales, aunque es un tema que genera diversas susceptibilidades, dado el discurso cotidiano y la discusión sobre esta actividad laboral. Lo cierto es que estas mujeres se encuentran normalmente en condiciones de precario respeto por sus derechos humanos más fundamentales, fuera de la estigmatización social que las margina y las hace más vulnerables. Las mujeres en el ejercicio de la prostitución, como actividad elegida o impuesta, tienen los mismos derechos y libertades que cualquier persona, incluso sus clientes, quienes en muchas ocasiones se arrogan mayores derechos y la potestad de someter y maltratar. Las trabajadoras sexuales deberían haber tenido el derecho y la opción a resistirse frente a la explotación sexual de la cual fueron objeto por parte del grupo armado ilegal FHJP. Hay evidencia de que ellas fueron sujetas a tortura sexual, acoso y desnudos forzados. La Fiscalía 34 UNJP recibió información de casos como estos en Aguachica y Ocaña. Se presentaron situaciones de explotación sexual sobre mujeres, en su mayoría menores de edad, que eran obligadas a 211 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación estar en las fiestas de los paramilitares. Se sabe que personas del grupo armado acudían a sus servicios y no les pagaban, en otros casos algunas fueron secuestradas para satisfacer a varias personas pertenecientes al grupo armado ilegal. Muchas veces eran maltratadas y golpeadas. Los miembros del FHJP también se atribuyeron el ejercicio de controles sobre las casas de lenocinio respecto a la detección de infecciones sexuales, incluido el VIH. Las mujeres portadoras de alguna enfermedad transmisible corrían el riesgo de ser asesinadas, y de hecho así ocurrió en algunos casos. El daño a esta comunidad específica se evidencia en tanto que las mujeres son consideradas objetos carentes de derechos, de garantías y de protección por parte de ninguna institución. Se presenta un daño colectivo hacia ellas, sus familias como sector social y como grupo, pero toda la sociedad recibe estos maltratos, y puede profundizar su insensibilidad para este tipo de población. Si bien la situación de marginación social puede darse de manera previa a sus labores como trabajadoras sexuales, el ejercicio de la prostitución las condena a la profundización de su marginalidad. La vida de ellas, casi siempre, se desenvuelve en condiciones de zozobra desde antes de ejercer la prostitución. En Ocaña y Aguachica, la comisión mencionada encontró expresiones como las siguientes: A María Magdalena345 le dijeron que dejáramos la lengua quieta y nos mandáramos a hacer exámenes y que no fuéramos a robar a los clientes. En un contexto todavía lleno de intimidaciones y estigmatizaciones no es posible conseguir relatos más detallados del ambiente de coerción, de control sobre la vida, y sobre los cuerpos de estas mujeres marginadas y sometidas. La conclusión perentoria de estos relatos es que la afectación causada sobre las mujeres por el grupo armado ilegal tiene un impacto sobre la comunidad entera, tanto por el trauma causado a sus familias y por la desarticulación que esto produce sobre tejidos sociales diversos. Se hace necesario realizar una profundización tanto en los hechos como en las consecuencias de los mismos. Por otro lado, el uso del terror dificultó para muchas personas el goce efectivo de sus derechos al libre desarrollo de la personalidad en los municipios del sur del Cesar y buena parte de Norte de Santander. Las personas eran señaladas por su forma 345 Nombre supuesto para proteger los derechos de la víctima. 212 de vestir y por otras razones que conllevaban discriminaciones. Existía la orden de que las mujeres no podían llevar prendas como faldas o blusas cortas, los hombres no podían llevar cabello largo, nadie podía usar piercing, ni tatuajes, podían ser catalogados como “delincuentes”. Con esto se anulaban libertades básicas en el despliegue de la personalidad y la expresión, necesarias en el proceso de crecimiento de los grupos humanos. Un ejemplo en Ocaña relata: Tengo un conocido, se llama Alexander Carrascal Manzano, los paramilitares lo raparon con una gilete cuando tenía 23 años por tener el cabello largo […]. Las personas no recibieron la protección a la que tienen derecho en estos casos de ataques directos u otros actos de violencia. Toda la comunidad quedó expuesta a la violencia y la arbitrariedad. Cuando alguien se atrevió a denunciar estos atropellos no se adelantaron los procesos respectivos; antes, por el contrario, fueron sometidos a desplazamiento u otras violencias. Los jóvenes se convirtieron en objetivo militar. Podría decirse que por “fama de delincuentes” fueron atacados, siendo blanco de torturas, desapariciones y asesinatos. Se privó a las personas de sus vidas por pertenecer a sectores calificados de “grupos marginales”, o tan solo por sospecha de estar involucradas en ilícitos, o por lo que se les ocurriera: ello se convirtió en una práctica sistemática en todo el territorio ocupado el frente. La amenaza constante que vivió la comunidad en general, también fue sufrida por la comunidad LGBTI. Los actos discriminatorios hacia la población marcaron la tendencia de desprestigiar y estigmatizar a las personas, convirtiéndolas en víctimas del control territorial y sobre la población impuesto por el grupo armado ilegal. Los homosexuales fueron tildados de “causar daño a la sociedad”, se vulneraron sus derechos humanos de muchas formas. Un testimonio recogido en Ocaña permite ver la persecución operada contra esta población: Los paramilitares pasaban rondando de noche buscando a quién darle duro, entre esos estaban los homosexuales, los travestis y toda persona que pensara diferente a ellos […] Hubo un tiempo en que los panfletos decían que iban a matar a los gays, viciosos, prostitutas, prepagos, jíbaros que tuvieran nexos con la guerrilla, hubo pánico por temporadas. 213 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación 3.9. Conclusiones Todo lo expuesto pone de manifiesto una acción sistemática y masiva por parte del grupo armado ilegal Frente Héctor Julio Peinado para violar derechos fundamentales de variados sectores de la población. Se presenta un daño por la restricción al uso de los espacios públicos y los territorios de los pobladores para convertirlos en lugares de temor y de riesgo, bajo designios deliberados de producir terror sobre poblaciones civiles. Se presenta daño por el ambiente de inseguridad y desprotección generado, por la interiorización del miedo como consecuencia de la violación masiva y sistemática de los derechos humanos ejercida por el grupo armado ilegal. Se producen daños en el ejercicio de los derechos políticos y en esta medida se da una afectación grave a las libertades públicas y el derecho a elegir y ser elegido. Al acudir masivamente al voto por la paz, la población respondió a sus deberes ciudadanos de participar y al derecho de expresar de manera pública aspiraciones colectivas. Pero ese valor civil resultó lesionado. La institucionalidad no garantizó la paz reclamada, tampoco generó las condiciones para cumplir los deberes y ejercer los derechos de los ciudadanos, por el contrario, la población quedó sometida a los patrones impuestos, a la arbitrariedad y la violencia del grupo armado ilegal346. Se produce un daño grave a la institucionalidad del Estado y en la vigencia del Estado Social de Derecho como proyecto colectivo, tanto por las relaciones con la Fuerza Pública como por la captura de las instituciones locales y departamentales, con proyección a nivel nacional. Se presenta una rechazo y resistencia en sectores poblacionales a la institucionalidad del Estado (no quieren acudir, ni hay interés por conocer las rutas de atención y servicios incluidos en la oferta institucional). Se encuentran criterios y prácticas instalados, modificaciones en la conducta individual y colectiva, antivalores que se defienden 346 “En contextos de violencia sociopolítica y conflicto armado, la justicia tiene un valor relevante en términos sociales, políticos y psicológicos, en tanto que es un instrumento que permite restablecer los pactos sociales que constituyen la relación de los ciudadanos entre sí y con el Estado. Entre otros aspectos la justicia permite regular la acción del Estado (CELS, 2007), así como transformar las premisas que se mantienen en contextos de guerra que Ignacio Martín Baró (1984) describe en términos del ejercicio de la violencia, la polarización social y la mentira”. 214 como valores. El hecho que sectores de la población recurrieran a la intermediación del grupo armado ilegal paramilitar –antes posiblemente lo había hecho con el grupo armado ilegal de la guerrilla– para tramitar conflictos y tratar sus diferencias, incluso situaciones familiares e interpersonales, generó una contracultura que confunde valores con antivalores, por cuanto se otorga credibilidad y autoridad a un grupo de personas que no tienen legitimidad en el origen de su poder, ni en los fines de sus acciones, menos en las formas como resuelven los conflictos de las personas, todo ello acompañado de ejercicios sistemáticos de violencias, violaciones a derechos humanos y toda clase de arbitrariedades. El quedar instalado culturalmente el recurso a actores no estatales y criminales para la resolución de conflictos constituye un grave daño sicosocial. Pero este es más profundo si, además de la aceptación de esta “autoridad” espuria, las gentes se asumen como “responsables” o “culpables” de los hechos o prácticas de violencia que viven, y que los sitúa en la dualidad extrema de “bueno/nocivo para la sociedad” o “amigo/enemigo de los paramilitares”. Se afectó el valor y el aprecio por la vida, el aprecio por la paz como valor social, y a la noción de los deberes y derechos de las personas. Muchos quedaron sumidos en actitudes instaladas durante el periodo de la ocupación paramilitar, donde el “sálvese quien pueda”, simpatizar con el grupo para salvar la vida, o esconderse o esconder los pensamientos se convirtieron en actitudes generalizadas para no resultar afectado, víctima de una masacre o de las mal llamadas “limpiezas sociales”. Se configuran daños psicosociales sobre las poblaciones violentadas y sometidas que dejan secuelas de miedo, desconfianza y ruptura de tejidos sociales, sobre imaginarios colectivos, expresiones culturales y elementos de identidad construidos a lo largo de varias generaciones. El nexo de la acción del frente con los daños psicosociales en la población se evidencia en la desconfianza colectiva de las personas tanto en sus entornos inmediatos como en los entornos comunitarios, en la pérdida de valores, de autoestima y proactividad. Las víctimas quedan situadas en condiciones de inferioridad y vulnerabilidad frente al resto del conjunto social, lo que les dificulta emprender los procesos para rehacer sus proyectos de vida. En los daños psicosociales referenciados de manera preliminar, algunos pueden tener soluciones de continuidad con prácticas igualmente reprochables, instaladas con anterioridad por los grupos armados 215 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación ilegales guerrilleros. Sin embargo, el fenómeno paramilitar alcanzó dimensiones de control territorial y poblacional, sistematicidad en las violencias así como la colaboración y connivencia de muchas autoridades, que hacen de este un fenómeno de mayor profundidad y mayor capacidad de afectación. El jefe del grupo, alias “Juancho Prada”, sostiene en su biografía que vivió con su familia prácticas de violencia de las guerrillas. Es posible que a partir de hechos como esos se puedan analizar los traumas y problemas de salud mental que existen generados por violencias pasadas no resueltas, que pueden, no siempre, expresarse posteriormente en nuevos ciclos de violencia, con componentes de venganza, traición y culpabilidad de unos actores armados u otros. Sin embargo, la violencia pasada sufrida no alcanza a explicar la magnitud y profundidad de la violencia ejercida por el grupo armado ilegal objeto de este proceso, como tampoco la mezcla de intereses que entraron a ser parte del dispositivo armado que se puso en ejecución, como tampoco la complejidad de múltiples interacciones sociales e institucionales que se pusieron en juego en su despliegue y desarrollo. Podemos ver en un ejemplo extraído del trabajo de grado “Conversaciones reparadoras en el curso de la documentación de casos y evaluación de daños psicosociales y en la salud mental de víctimas que participan en la Ley 975/2005”, el sentido de culpabilidad expresado por una víctima. Justamente las garantías de no repetición, el acceso a la verdad, las medidas de reparación individuales y colectivas, incluida la asistencia sicosocial, favorece el cierre de ese ciclo de victimización y revictimización. En una de las entrevistas, en la que se abordó la importancia que para la víctima tiene el que los victimarios asuman la responsabilidad de los hechos de violencia y que se sientan arrepentidos por lo que hicieron, la conversación se dio del siguiente modo”. Apartes, donde P es la víctima entrevistada y Ps la psicóloga del proceso de intervención: “P: ¿Pero cómo hago para que no me duela? Ps: Eso es inevitable… P: Pero que me duela menos, que no me duela tanto y eso es mi culpa. Ps: ¿Qué? 216 P: Lo que pasó, llevar el dolor, la culpa. Ps: ¿Tú culpa…? Unos señores llegaron a donde tú vives y buscan a tu tío y de paso matan a tu papá también… ¿Esos señores tienen nombre? ¿Que sepamos quiénes son? P: Son…, es “Juancho Prada”. Ps: Juancho Prada, OK, Juancho Prada, entonces Juancho Prada está involucrado en eso y la culpa es de uno… P: Ve, y si no me echa la culpa a mi entonces a quién. Ps: ¿Cómo a quién...? P: Pero ellos nunca lo van a asumir. Ps: Pero ese es el problema de ellos, no tuyo, ¿Tú crees de verdad que tu papá está esperando que alguien se sienta culpable? [...] la justicia lo que tiene que hacer es demostrar que él lo hizo y por eso hay un castigo […] nadie te está pidiendo a ti que te sientas culpable… y eso no se llama traición”347. Finalmente, se debe advertir que el anterior documento constituye una aproximación al diagnóstico de daño colectivo causado por las acciones del grupo armado ilegal autodenominado Frente Héctor Julio Peinado. Solo una aproximación, porque muchos de estos hechos y sus consecuencias en la comunidad y en la vigencia del Estado Social de Derecho pueden y deben ser detallados en sus descripciones y profundizados en su análisis. Además, desde el punto de vista procesal se trata solo de cargos parciales sobre los hechos del postulado. 347 Conversaciones reparadoras en el curso de la documentación de casos y evaluación de daños psicosociales y en la salud mental de víctimas que participan en la Ley 975/2005”, pp. 162-163. 217 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación 4. Aproximación al daño colectivo y propuestas de medidas de reparación por actuaciones del Frente William Rivas del Bloque Norte de las AUC. Postulado Carlos Mangones Lugo, alias “Carlos Tijeras”348 4.1. Introducción Este documento presenta una aproximación al daño colectivo causado por el accionar del autodenominado Frente William Rivas (en adelante FWR) del llamado Bloque Norte de las también autodenominadas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), en algunos municipios del departamento de Magdalena. Si bien es un documento donde se presenta un contexto y la dinámica de lo que fue este grupo de autodefensas, no pretende ser la verdad única sobre su origen, naturaleza y accionar. La apuesta de este documento, de una manera modesta, es describir los patrones de victimización del FWR, identificando la sistematicidad de sus violaciones y el impacto en la población civil, logrando concluir los daños colectivos. 348 Este es un trabajo preliminar de aproximación al daño colectivo ocasionado por el grupo armado ilegal. 218 4.2. Antecedentes El FWR operó como estructura armada ilegal aproximadamente desde 1999 hasta el 2005 en los municipios de Ciénaga, Pueblo Viejo, Zona Bananera, Aracataca, El Retén y Fundación, región que tiene sus particularidades por ser la zona plana o baja de la estribación montañosa de la Sierra Nevada de Santa Marta –con rutas históricas del narcotráfico–; también es reconocida por las grandes plantaciones de banano, actualmente de palma africana y cuenta geográficamente con la Ciénaga Grande de Santa Marta. 219 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Se debe destacar, de acuerdo con lo evidenciado durante estos procedimientos de Justicia y Paz, cómo las empresas bananeras apoyaron financieramente y fortalecieron el FWR; empresas tales como Chiquita Brands International Co. y Dole Food International Inc. En esta media el daño colectivo causado involucra autores y partícipes más allá de los miembros de la estructura armada. La Fiscalía colombiana tiene pruebas testimoniales, documentos e indicios, incluidas las confesiones de los jefes paramilitares Salvatore Mancuso, Raúl Hasbun (o Pedro Bonito), Éver Veloza (HH), Fredy Rendón (El Alemán), Rodrigo Tovar (Jorge 40) y José Mangones (Carlos Tijeras), donde cuentan los detalles del convenio de los paras con las multinacionales, el cual incluía protección a plantaciones, desmantelamiento de sindicatos, persecución a ladrones, escolta de los cargamentos, apoyo financiero y préstamo de instalaciones para embarques de droga y cargamentos de armas349. Se puede apreciar una estrategia de planeación previa entre estas empresas y el establecimiento de los paramilitares en la región, con el fin de consolidar y expandir los negocios por medio de varias maniobras, tales como: despojar a los pequeños propietarios de sus parcelas para anexarlas a los grandes latifundios, asesinar a trabajadores acusándolos de ser auxiliadores de la guerrilla con el fin de no pagar sus derechos laborales (cesantías), de igual manera asesinar a los trabajadores sindicalizados –en especial a los líderes sindicales– tachándolos de guerrilleros, con el fin de evitar protestas, paros y peticiones de mejoramiento de las condiciones laborales. Esta asociación de los paramilitares no solo se generó con las empresas, también la clase política del departamento mantuvo vínculos con el Bloque Norte al mando de alias “Jorge 40”, de acuerdo con la verdad expuesta en diversos procesos judiciales. En estas investigaciones y procesos varios congresistas han sido implicados por sus nexos paramilitares en el departamento del Magdalena, a saber: Caballero Caballero, Jorge Luis; Campo Escobar, Alfonso Antonio; Castro Pacheco, Jorge Luis; Gamarra Sierra, José del Rosario; Lara Vence, Karelly Patricia; Peñalosa Londoño, Pedro; Pinedo Vidal, Miguel; Ramírez Torres, Alonso de Jesús; Rapag Matar, Fuad Emilio; Roncallo Fandiño, Rodrigo 349 Véase “Bananas en Sangre. El Genocidio Paracorporativo en Colombia”. En Línea. Disponible en: http://nmadnews.wordpress.com/2009/12/09/bananas-en-sangre-elgenocidio-paracorporativo-en-colombia-magdalena-1997-2007/ 220 de Jesús; Saade Abdala, Salomón; Vanegas Queruz, Luis Fernando; Vives Lacouture, Luis Eduardo y Vives Pérez, Joaquín José. Si bien en la zona norte del departamento existían estructuras de grupos paramilitares de manera previa a la consolidación del llamado Bloque Norte de las AUC, tales grupos previos fueron sometidos o se aliaron con la nueva estructura. Tal el caso de la familia conocida como “el Clan de los Rojas” o “Autodefensas del Palmor”, quienes tenían su base en el corregimiento de Ciénaga y que han estado históricamente relacionados con “los Masetos” –derivación del MAS, Muerte a Secuestradores en la década de los 80–. De igual manera, las rutas tradicionales de contrabando y de narcotráfico eran motivo de permanentes confrontaciones y alianzas entre grupos de mafia y guerrillas; uno de estos corredores se encuentra entre los municipios costeros de Ciénaga y Pueblo Viejo, conectando el mar con la Ciénaga Grande de Santa Marta, luego por medio de ríos y caminos con la zona montañosa de la Sierra Nevada de Santa Marta, donde por múltiples senderos han transitado los productos de cultivos ilícitos como la coca y la marihuana, sembrada en las montañas cercanas al mar. Se recuerdan todavía con horror las masacres ejecutadas por hombres al mando de alias “Jorge 40” en las poblaciones palafíticas de pescadores dentro de la Sierra Nevada de Santa Marta, violaciones cometidas antes de la llegada del FWR. Sin embargo, una vez esta estructura armada se consolidó en la zona, continuó con el asesinato y la persecución a los líderes de pescadores de la Ciénaga, afectando el tejido social y organizativo. Esta acción dañina continuó por parte de los dueños de fincas que colindan con la Ciénaga, quienes para ampliar sus terrenos de manera sistemática disecan el cuerpo de agua por medio de terraplenes para el pastoreo de ganado o la siembra de palma de aceite. La guerrilla, especialmente las FARC, tenía una débil presencia en la zona, por lo tanto esta estructura paramilitar más que desarrollar una lucha contrainsurgente, se dedicó principalmente a beneficiar algunos intereses económicos. Ya se han mencionado las multinacionales del banano y las familias tradicionales, dueñas de hatos ganaderos y propietarias de grandes extensiones de palma de aceite. Fuera de servir a estos intereses económicos, el grupo armado por intermedio de testaferros y de fichas políticas propias o a través de aliados, realizó una cooptación del Estado. Se erigió en un poder de facto con lo cual ejerció control sobre la economía legal e ilegal, administró justicia y compartió con la Fuerza Pública el control territorial. El FWR tomó el control de las administraciones municipales para desviar los presupuestos públicos. 221 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Esta dominación y control fue ejercida por alias “Carlos Tijeras” y los hombres bajo su mando, quienes fungieron como amos y señores feudales de estas tierras y sus poblaciones. Se trató de un poder erigido sobre su capacidad de administrar la muerte sobre todos los habitantes de la región. Luego de la desmovilización del FWR en marzo de 2006, pudo diagnosticarse que se dio una reconfiguración del territorio causada por las acciones criminales de esta estructura armada. Tal reconfiguración afectó a la población asentada en los cascos urbanos y la tenencia de la tierra. 4.3. Daños colectivos 4.3.1. Patrones de victimización del frente William Rivas Esta aproximación al daño colectivo se basa en el análisis de la frecuencia de los hechos criminales que fueron relacionados en el escrito de legalización de cargos contra los postulados José Gregorio Mangones Lugo (ex jefe del Frente William Rivas de las AUC desde marzo de 2002 hasta marzo de 2006) y Ómar Enrique Martínez Ossias. A partir de estos análisis de frecuencias se plantean hipótesis sobre los patrones de victimización contra la población del departamento del Magdalena a los que recurrió el grupo armado FWR. Se advierte que en muchos casos no se encontraron en el escrito de legalización de la Fiscalía el reporte de las categorías para este análisis. En estos casos se señalaron como “no reportadas” en este documento. El análisis se realizó ubicando la información relacionada con los hechos350 en una matriz, cuyas columnas se convirtieron en las categorías que aquí se presentan, y cuyas filas constituían cada uno de los hechos que fueron objeto de la legalización de cargos. Se encontrarán a continuación las frecuencias por categorías de análisis, las cuales se describen en cada tabla. Al final del documento se presentarán los patrones de victimización, los cuales son resultado de la conjugación de varias categorías de análisis vistas en 350 Los hechos presentan las características de modo, tiempo y lugar en que ocurrieron los delitos y las características de las víctimas. Un hecho puede representar uno o varios cargos que fueron objeto de la imputación. 222 interacción y correlación unas con otras. De este modo en los patrones se aglutinan varios elementos de la victimización realizada por el grupo armado ilegal. Información general analizada Postulado José Mangones Lugo Ómar Enrique Martínez Ossias Total Número de hechos 392 55 447 Número de víctimas 489 66 555 El total de víctimas da cuenta de un promedio de 1,24 víctimas por hecho. 4.3.2. Sexo de las víctimas En el cuadro se muestra la proporción de víctimas por género masculino y femenino causadas en los hechos. Sexo de las Víctimas 9% 91% Hombres Mujeres 223 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Patrón sexo Victimario Mujeres Hombres Total postulado Martínez Ossias 8 58 66 Mangones Lugo 41 448 489 Total del frente 49 506 555 4.3.3. Perfil de la víctima Para esta categoría se analizaron las características sobre la ocupación de la víctima, reportada por los familiares o la descripción del hecho por parte de la Fiscalía. Las hipótesis relacionadas con el patrón de victimización por vulnerabilidad según ocupación de la víctima, se encuentran señaladas en la columna de la derecha. Perfil de la víctima Ocupación víctima Postulado Ossias Abogado No reporta 1 15 Administrador de finca Agricultor Ama de casa 224 Mangones 8 221 Descripción de la categoría e hipótesis sobre el patrón de victimización Personas que en su trabajo ejercían la defensa de los intereses de algunos pobladores, entre ellos la defensa de víctimas de desplazamiento forzado. Información no consignada por la Fiscalía durante la formulación de los cargos. 5 Personas dedicadas a la administración. Se encontró que la vulnerabilidad de estas víctimas estaba relacionada con amenazas contra los propietarios de las fincas, algunas de ellas por no pago de extorsiones. 42 Personas dedicadas a diferentes tipos de cultivo, si bien la Fiscalía señala la ocupación de la víctima, en la lectura de los documentos no se encontró que la motivación de los homicidios y otras victimizaciones fuera solo el oficio como agricultores, sino las zonas en donde desarrollaban esta actividad. 1 Solo un caso para esta categoría. Perfil de la víctima Postulado Descripción de la categoría e hipótesis sobre el patrón de victimización Ocupación víctima Ossias Mangones Candidato político 1 3 Principalmente candidatos a alcaldías y concejos municipales. Líder social 1 5 La ocupación como líder social se reconocía ligada a sectores específicos, como algunas comunas de Santa Marta, líderes de pescadores y madres comunitarias. Celador 2 8 Personas dedicadas al cuidado de fincas y establecimientos de comercio abiertos al público. La razón de la victimización pudo ser coincidente con la señalada para quienes tenían por ocupación ser administradores de fincas. Ciclotaxista o mototaxista 2 12 Personas dedicadas al transporte intermunicipal. La motivación pudo estar relacionada con no pago de extorsiones. Comerciante 4 26 La motivación pudo estar relacionada con no pagos de extorsión. Conductor 1 11 La motivación pudo estar relacionada con no pagos de extorsión. No aplica 1 1 Este caso no reporta ocupación de la víctima porque corresponde con la formulación del Concierto para Delinquir. Consumidor SPA 2 11 La motivación pudo estar relacionada con móviles relacionados con la mal llamada “limpieza social” y el control de mercados ilegales. Desplazado 5 7 La motivación pudo estar relacionada, igual que en la categoría “Proveniente de la Sierra”, los cuales eran señalados por provenir de lugares donde hubo o había presencia de las FARC o el ELN. Ex presidiario 2 5 La motivación pudo estar relacionada con móviles ligados con la mal llamada “limpieza social” y el control de mercados ilegales. 225 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Perfil de la víctima Ossias Mangones Descripción de la categoría e hipótesis sobre el patrón de victimización 1 4 Personas que trabajaban en procesos de investigación en contra de las AUC. Ex AUC 4 Personas que realizaban extorsiones a título propio o que incumplieron códigos de conducta dentro del grupo armado ilegal. Funcionario público 1 Personas que trabajaban en procesos de investigación en contra de las AUC. Indígena 1 La motivación pudo estar relacionada con el oficio de agricultor y por provenir de la Sierra. Ocupación víctima Ex fuerza pública LGBT posible 1 2 Señalados como desestabilizadores del orden social. Mecánico 2 11 La motivación pudo estar relacionada con móviles ligados con la llamada “limpieza social” y el control de mercados ilegales. 8 Categoría relevante por constituir un agravante de los delitos cometidos contra ellos (los casos contra menores de edad pueden aparecer incluidos en otras categorías en razón de la ocupación de las víctimas). Odontólogo 1 No se pudo establecer patrón de criminalización en relación con esta ocupación. Problemas mentales 3 La motivación pudo estar relacionada con móviles relacionados con la mal llamada “limpieza social” y el control de mercados ilegales. 3 La motivación pudo estar relacionada, igual que en la categoría de “Desplazamiento”, con señalamientos de provenir de lugares donde hubo o había presencia de las FARC o el ELN. Las personas provenientes de la Sierra bajaban a las cabeceras de los municipios a comercializar algún producto o desempeñar otras ocupaciones. Menor de edad Provenientes Sierra 226 Postulado 1 Perfil de la víctima Ocupación víctima Postulado Ossias Sector informal Mangones Descripción de la categoría e hipótesis sobre el patrón de victimización 8 La motivación pudo estar relacionada con móviles ligados con la llamada “limpieza social” y el control de mercados ilegales. Puede coincidir con “Oficios varios” o “Vendedor ambulante”, pero no había claridad en el relato, como para poder ser incluidos en esas otras categorías. Tendero 2 9 La motivación pudo estar relacionada con no pago de extorsiones. Vendedor ambulante 1 10 La motivación podría estar relacionada con móviles ligados con la mal llamada “limpieza social” y el control de mercados ilegales, o el no pago de extorsiones. Concejal 1 Personas elegidas mediante voto popular. La motivación pudo estar relacionada con la oposición a las candidaturas políticas impuestas por el grupo armado o a otros de sus designios criminales. Alcalde 0 Cristiano 1 Señalados de desestabilizadores del orden social. Delco 3 La motivación pudo estar relacionada con móviles ligados con la mal llamada “limpieza social” y el control de mercados ilegales. Enfermedad física 1 La motivación pudo estar relacionada con móviles ligados con la llamada “limpieza social” y el control de mercados ilegales. Estilista 1 No hay claridad en el relato sobre la motivación, la cual pudo estar relacionada con la pertenencia a comunidad LGBT (no al ejercicio del oficio). Fuerza pública 1 Personas que trabajaban en procesos de investigación en contra de las AUC. 227 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Perfil de la víctima Ocupación víctima Postulado Ossias Foráneo Oficios varios Pescador 2 1 Trabajador industrial Víctima circunstancial Total 55 Mangones Descripción de la categoría e hipótesis sobre el patrón de victimización 2 Desconocidos que llegaban a zonas bajo control territorial de las AUC y fueron señalados como guerrilleros. 5 La motivación pudo estar relacionada con móviles ligados con la mal llamada “limpieza social” y el control de mercados ilegales. 4 No claridad sobre motivaciones en contra de esta ocupación. Pero la vulnerabilidad pudo darse por el lugar de habitación y de desarrollo de sus actividades (Ciénaga, río o mar). Zonas cuyo control interesaba al grupo. 1 La motivación pudo estar relacionada con no pagos de extorsión. 3 Se trata de víctimas que, en principio y según lo señalaron los postulados en las versiones libres, no iban a ser objeto de la agresión, pero se hallaban presentes en el lugar de los hechos o fueron usadas como escudos humanos por terceros. 447 4.3.4. Móvil Se categorizaron las distintas motivaciones presentadas por los postulados sobre la motivación que tuvieron para cometer los ilícitos. Es de resaltar que dicha motivación se recogió de lo indicado en el escrito de formulación de cargos de acuerdo con lo que “el postulado dijo”. Se incluyeron también referencias de las víctimas cuando el postulado manifestaba desconocer el móvil. En la columna de la derecha se describe el contenido de la categoría, así como apartes de las piezas procesales donde tal motivación fue expresada. 228 Patrón del móvil Frente William Rivas Móvil según postulados en versiones libres Ossias Mangones Lugo Total Descripción de la categoría El postulado refería que la victimización no estaba dirigida a la víctima. Ejemplo: Por equivocación o casualidad 0 3 3 “[…] al morir la muchacha Rodrigo me comenta a mi haber suspendido a José y me dice ponlo hacer guardia, le preguntó a José Molina, que había pasado y éste le refiere lo que pasa es que fui a hacerle un trabajo a un muchacho cuando le disparó el hombre cogió a la muchacha como escudo y la impactó a ella, inclusive el también quedó herido […]”. Hecho 83, Mangones Lugo. La victimización se dio porque otro-cercano era vulnerable. Ejemplos: Vulnerabilidad de tercero 0 7 7 “[…] madre del exguerrillero Hernán Giraldo, también dado de baja, miembro del ELN, ella guardaba armamento de la guerrilla del ELN [...]”. Hecho 41, Mangones Lugo. “[…] la víctima era la esposa del Sr. Félix Villamil asesinado en el mismo año, presuntamente por tener nexos con el ELN y haber mantenido algún tipo de relación con Alexis Parejo […]”. Hecho 49, Mangones Lugo. “Al parecer tenía un hijo en las FARC”. Hecho 359, Mangones Lugo. Los postulados refirieron que las víctimas pertenecían a la guerrilla. Ejemplos: Señalado como guerrillero 17 19 36 “[…] porque era miliciano de las FARC y trabajaba en la finca Las Marías […]”. Hecho 23, Ossias. “[…] la víctima tenía conocimiento dónde se encontraban unos fusiles y un cilindro esto fue en una vía después de la línea como a unos 300 metros por los cultivos de palma. La víctima pertenecía a las FARC […]”. Hecho 38, Ossias. “[…] unos meses antes habían capturado a un joven que pertenecía a las FARC, que dijo que le perdonaran la vida, que él iba a colaborar con información y él fue el que dio la información al señor 7-1, de que ese señor era guerrillero […]”. Hecho 54, Ossias. “[…] el occiso fue catalogado como financista de grupos subversivos […]”. Hecho 110, Mangones. 229 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Patrón del móvil Frente William Rivas Móvil según postulados en versiones libres Señalado como colaborador de la guerrilla Por acudir a la justicia Por informar a las autoridades sobre el grupo armado Señalado como ideólogo de la guerrilla Ossias 1 1 2 Mangones Lugo 15 0 3 Total 16 1 5 Descripción de la categoría Los postulados refieren que realizaban acciones de colaboración o avituallamiento a la guerrilla. Ejemplo: “[…] eran colaboradoras de la guerrilla, les llevaban víveres […]”. Hecho 25, Ossias. Las víctimas que acudían a establecer denuncias eran señaladas como amenaza a la organización. El patrón puede ser coincidente con la categoría de “informantes de las autoridades”. Ejemplos: “[…] no portamos brazaletes para cometer la acción, íbamos de civil, alias ‘Camilo’ era el segundo de Mangones. Nicolás tenía información que la víctima era informante del GAULA […]”. Hecho 10, Ossias. “[…] el postulado alega que el occiso era informante de la SIJIN en contra de ellos y que a eso se debe su muerte […]”. Hecho 330, Mangones. “[…] era informante del GAULA […]”. Hecho 54, Mangones. 2 2 4 El móvil señalaba que las personas eran asesinadas porque las actividades de liderazgo social estaban encaminadas a fundar principios en organizaciones de subversión. El patrón coincide con el siguiente, sobre agitador de masas, pero la motivación que refieren no es la agitación sino el señalamiento como pertenecientes al grupo armado. Ejemplos: “[…] ideólogo de las FARC […]”. Hecho 389, Mangones. “[…] la víctima era ideóloga de las FARC; su esposa y su cuñado hacían parte igualmente a ese grupo armado […]”. Hecho 11, Ossias. 230 Patrón del móvil Frente William Rivas Móvil según postulados en versiones libres Señalado como agitador de masas Ossias 0 Mangones Lugo 2 Total 2 Descripción de la categoría “[…] el versionado dice: ‘nosotros no tenemos nada en contra de ningún sindicato […] es muy diferente que quieran colocar el sindicato a la orden de cualquier guerrilla’. Se respetaba la intención de luchar por los trabajadores. La Fiscalía preguntó cuál era la posición del bloque ante los miembros de los sindicatos, a lo cual contestó el versionado que para él era normal que hubiera integrantes de los sindicatos y que la ideología de la persona del sindicato no tiene nada que ver o ninguna importancia, salvo que se pongan al servicio de la guerrilla, que si gustaba de la guerrilla sí eran declaradas objetivo militar, pero si no militan en ningún grupo no hay problemas”. Hecho 380, Mangones. “[…] agitadores de masa y movilizaban gente para irrumpir la tranquilidad […]”. Hecho 205, Mangones. No conoce la motivación: se encontraba en una lista 1 0 1 “[…] estaba en la lista, desconoce los motivos […]”. Hecho 33, Ossias. Este no fue nunca el móvil referido por los postulados, sino el referido por las víctimas. Ejemplo: No pago de extorsión 1 3 4 No reporta 11 267 278 “[…] los familiares de la víctima directa, éste venía siendo objeto de extorsión por parte de grupos de autodefensas de la región, el occiso manejaba un bicitaxi y le exigían cierta suma de dinero como vacuna, en vista que no cubrió las exigencias de los extorsionistas, el día 15 de julio de 2005 fue interceptado por varios sujetos armados quienes se lo llevaron y lo encerraron en una casa, donde posteriormente fue encontrado con varios impactos de arma de fuego […]”. 231 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Patrón del móvil Frente William Rivas Móvil según postulados en versiones libres Candidato a la alcaldía por elección popular Señalado como consumidor de substancias psicoativas Señalado como delincuente común Intervención armada para resolver conflictos de terceros 232 Ossias 1 1 11 0 Mangones Lugo 0 3 39 4 Total Descripción de la categoría 1 El patrón es coincidente con el asesinato de algunos líderes cuya motivación era la de ser agitador de masas o ser ideólogo de las FARC, pero en este caso el señalamiento de la motivación la hace en forma directa el postulado, deja entrever misión de control de cargos políticos como motivación primaria del delito. Ejemplo: “[…] porque fue candidato a la alcaldía por postulación popular […]”. Hecho 52, Ossias. 4 Argumentan que las víctimas se dedicaban al consumo de marihuana. Ejemplo: “[…] la hoy occisa era consumidora de drogas y permanecía en compañía de sujetos que se dedicaban al hurto de residencias, locales comerciales y atraco de personas en el sector del mercado público […]”. Hecho 94, Mangones. 50 Argumentan que las víctimas se dedicaban a delitos como expendio de marihuana, robos, abigeato, desvalijada de carros, entre otros. Ejemplo: “[…] manifiesta que las víctimas eran bandidas […]”. Hecho 96, Mangones. 4 Se creó esta categoría para los casos en donde la motivación del delito obedeció a dar respuesta a miembros de la comunidad para resolver conflictos. Ejemplos: “[…] comenta que su esposo había hecho una carrera de taxi a una mujer con la cual tuvo una discusión por la forma de pago, hasta tal punto que la mujer a la cual le hizo la carrera lo amenazó diciéndole que a ella nadie la regaña ni la gritaba porque su esposo era un paraco y el occiso le dijo: ‘que paraco ni que mierda’ y parece ser que ese fue el motivo de la muerte de este señor […]”. Hecho 294, Mangones Lugo. “[…] al parecer meses antes el occiso había tenido problemas con un señor de un camión donde viajaba de pasajero y se volcó, causando fracturas al occiso y el seguro obligatorio no pudo cubrir todos los gastos y éste le reclamó al propietario del camión, quien lo amenazó que le iba a echar a los paramilitares. En versión el postulado dijo que era colaborador de la guerrilla […]”. Hecho 321, Mangones. Patrón del móvil Frente William Rivas Móvil según postulados en versiones libres Ossias Mangones Lugo Total Descripción de la categoría Se incluyen en este móvil los casos donde las víctimas habían salido de la cárcel días antes de su asesinato o desaparición. Ejemplo: Perseguido por antecedentes Cuentas pendientes AUC 0 5 2 13 2 18 “[…] la víctima presentaba antecedentes judiciales había salido de la cárcel judicial de Ciénaga. El día 9 de julio de 2003, siendo aproximadamente las 09:30 horas, en la carrera 23 frente a la vivienda demarcada con el número 18a-48, parte posterior de la cárcel fue interceptado por un sujeto que se movilizaba a pie el cual le disparó en repetidas ocasiones ocasionándole la muerte, el postulado manifestó que la víctima era objetivo militar por antecedentes […]”. Hecho 178, Mangones. Se reconoció este móvil para los hechos en donde las AUC tenían como objetivo ajustar cuentas con miembros del mismo grupo, ex miembros o quienes habían incurrido en alguna falta contra la organización. Ejemplos: “[…] la víctima se dedicaba a extorsionar a nombre de las AUC […]”. Hecho 8, Ossias. “[…] sicariato, después de retirarse de la organización se apodero de unas armas […]”. Hecho 305, Mangones. No aplica 1 0 1 Corresponde al caso de Concierto para delinquir. Asesinato de personas que llegaban a cascos urbanos, señalados como desconocidos o procedentes de zonas donde se dice, hubo presencia de las FARC. Ejemplo: Foráneo 0 2 2 “[…] el hoy occiso había llegado del corregimiento de San Pedro de la Sierra en compañía de su padre con el objeto de adquirir unos productos. Un familiar expresó que hacía aproximadamente cinco meses antes, en iguales condiciones habían asesinado a un hermano de la víctima […]”. Hecho 70, Mangones. 233 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Patrón del móvil Frente William Rivas Móvil según postulados en versiones libres Ossias Mangones Lugo Total Descripción de la categoría Asesinatos cuya motivación correspondió con incumplimiento de reglas para el funcionamiento social. Ejemplo: Incumplimiento toque de queda Señalado por corrupción Total analizados 234 0 2 2 “[…] la víctima se encontraba en el sector de la estación calle 17 entre carreras 13 y 14 en Ciénaga, en la noche, cuando se acercaron sujetos desconocidos quienes le propinaron varios impactos de arma de fuego a la altura de la cabeza, inmediatamente se dieron a la fuga con rumbo desconocido, la hija cree que a su papá lo asesinaron por ir indocumentado, después de la advertencia de los paramilitares que a quien encontraran sin documento lo mataban […]”. Hecho 18, Mangones. Funcionario de la rama hospitalaria señalado por malversación de recursos. Ejemplo: 0 1 1 447 “[…] la víctima en el pasado fue gerente del hospital. El postulado afirma que ‘[…] mal gastaba dineros del hospital’ […]’”. Hecho 292, Mangones. Señalado por corrupción Incumplimiento Toque de Queda Foráneo Cuentas pendientes AUC Objeto militar por antecedentes Señalado como agitador de masas Resolución de conflictos por terceros Señalado como DELCO Señalado consumo SPA Candidato a la Alcaldía por elección popular No pago de extorsión No conoce Señalado como Ideólogo de la Guerrilla Informante de las AUC Acudir a la Justicia Señalado como colaborador de la Guerrilla Señalado como guerrillero Vulnerabilidad de tercero Por equivocación 0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 OSIAS MANGONEZ LUGO 235 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación 4.3.5. Medios Presentamos la clasificación de los medios o elementos usados por los miembros de grupo armado ilegal para cometer los delitos: Patrón de medios Victimario Elementos usuados Total del frente Ossias Mangones Arma de fuego 44 370 414 No reporta 4 4 8 Arma blanca 3 10 13 Conjunto arma blanca y de fuego 4 2 6 Tortura 4 4 Desmembramiento 1 1 Ahogamiento 1 1 Serpiente 1 1 Granada 2 2 Piedra 1 1 392 447 Total 55 4.3.6. Modo En la mayoría de los casos no se menciona la magnitud del medio empleado, es decir, el número de impactos de bala o de heridas por arma de fuego. Algunas menciones sobre este aspecto particular se documentaron para el patrón definido como “instrumentalización del cuerpo de las víctimas” en la parte final del documento. 236 En la columna de la derecha del cuadro siguiente se aglutinaron en categorías las formas de cometer los delitos. Se resalta que en su mayoría estos modos corresponden más con homicidios y desapariciones forzadas que a delitos como la extorsión o el desplazamiento, dado que el modo de la actuación no hace relieve para estos delitos. Patrón de modo Patrón Ossias Mangones Total del frente Interceptación por sujetos a pie 17 73 90 No reporta 3 83 86 Interceptación por sujetos en moto 6 66 72 Se refiere a los hechos en donde los victimarios abordaban en sitios públicos a las víctimas desplazándose en motocicleta. Irrupción en morada-casa 11 68 79 Casos en donde los victimarios irrumpieron en la residencia urbana de las víctimas para asesinarlas. Irrupción en morada-finca 2 0 2 Casos en donde los victimarios irrumpieron en la residencia rural de las víctimas para asesinarlas. Interceptación en carretera 10 10 Casos en donde los actores armados detenían algún vehículo en la vía pública Rapto 15 15 Casos de desaparición forzada o secuestro simple sin mayores detalles sobre el modo de operación que el sustraer a la persona de algún lugar. 0 1 Modo asociado a un caso de desplazamiento forzado. 3 3 Sujetos que llegaron a residencia de la víctima en motocicleta o irrumpieron con motocicleta en la vivienda. 9 10 Casos en donde los actores armados subieron a buses de transporte público y les dieron muerte bien sea dentro del bus o bajándoles del mismo. Amenaza 1 Irrupción con moto en morada -casa Abordaje de bus 1 Descripción de la categoría Se refiere a los hechos en donde los victimarios abordaban en sitios públicos a las víctimas desplazándose a pie. 237 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Patrón de modo Ossias Mangones Total del frente 4 4 8 Corresponde a algunos casos donde la víctima fue citada por los actores armados y luego fue desaparecida o se la encontró asesinada. Ingreso hospital 1 1 Caso en el que después de intento de homicidio, la víctima sobrevive y es llevada al hospital, los actores armados ingresan y allí lo asesinan. Irrupción sitio público 13 13 Interceptación en bicicleta 12 12 Se refiere a los hechos en donde los victimarios abordaban en sitios públicos a las víctimas desplazándose y huyendo en bicicleta. 8 Casos en donde los victimarios irrumpieron en el lugar de trabajo de la víctima para asesinarla. Esta categoría fue empleada con independencia para lugares rurales –fincas– y en el sector urbano. Patrón Cita Irrupción en lugar de trabajo 8 Suplantación de autoridad –irrupción en morada 2 3 5 Casos en donde los victimarios irrumpieron en la residencia urbana de las víctimas haciéndose pasar por algún órgano de investigación o fuerza pública. Atentado 1 0 1 Caso en donde se presentaron varias detonaciones en el barrio de residencia de las víctimas, no dirigidas contra ellas, pero resultando heridas. 13 20 Casos en donde los victimarios irrumpieron en la residencia urbana de las víctimas, les sacaron de ese lugar y luego fueron asesinadas o desaparecidas en otro lugar. 11 11 Se refiere a los hechos en donde los victimarios abordaban en sitios públicos a las víctimas desplazándose en vehículo. 392 447 Sacado de la casa 7 Interceptación en vehículo Total 238 Descripción de la categoría 55 4.3.7. Lugares de ocurrencia de los hechos Se presentan en el siguiente cuadro los lugares en donde reportaban la ocurrencia de los hechos o el hallazgo sin vida de los cuerpos de las víctimas. Es posible que en la evaluación del daño encontremos estos como lugares que demarcan la experiencia de terror por los hechos ocurridos. Para facilitar el trabajo en el terreno, se aglutinaron según municipio. Sitios de realización de hechos en Ciénaga Ossias Mangones Total Billar 0 6 6 Bomba de gasolina 0 9 9 Bus 0 4 4 Calle urbana 0 54 54 Carretera rural 0 12 12 El Manantial 0 5 5 Residencia de la víctima – rural 0 5 5 Invasión Si nos dejan 0 5 5 La Playa 0 6 6 Línea férrea 0 5 5 Cercanías cárcel 0 5 5 Puente Córdoba 0 2 2 Quebrada Mateo 0 1 1 Residencia de la víctima – urbana 0 32 32 Residencia conocido 0 5 5 Sitio público 0 17 17 Vía a Sevillano 0 9 9 239 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Sitios de realización de hechos en Ciénaga Ossias Mangones Total Desembocadura río Córdoba 1 1 2 Puerto Nuevo 0 2 2 Estación de buses 0 1 1 Hospital 0 1 1 La Frutera 0 3 3 Mercado público 0 5 5 Puente río Toribia 0 1 1 Lugar de trabajo de la víctima 0 1 1 No reporta 0 1 1 Corregimiento de Río Frío 0 1 1 Curva de La Virgen 0 1 1 La Y 0 5 5 Polideportivo 0 1 1 Sector volcán 0 2 2 Torre de bombero 0 1 1 Total de hechos en Ciénaga Sitios de realización de hechos en Aracataca Mangones Lugo Total Bomba de gasolina 2 2 Calle urbana 12 12 10 11 Carretera rural 240 210 Ossias 1 Sitios de realización de hechos en Aracataca Mangones Lugo Total Lugar de trabajo 1 1 Puerto de los hombres 1 1 20 24 2 2 Residencia de la víctima – urbano Ossias 4 Sitio público Residencia de la víctima – rural 3 3 6 Línea férrea 1 2 3 Terreno baldío 1 0 1 Vereda Colombia (puede ser el retén) 0 1 1 Billar 1 1 El camellón 1 1 Bus 1 1 0 1 Entrada a boca toma en la Sierra 1 Total de hechos en Aracataca Sitios de realización de hechos en Pueblo Viejo 68 Ossias Mangones Lugo Total Carretera rural 0 1 1 Residencia de la víctima 0 2 2 Residencia de la víctima 0 1 1 Caña Villa Vel. 0 1 1 Corregimiento Villa Nueva 0 1 1 Total hechos en pueblo viejo 6 241 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Sitios de realización de hechos en Zona Bananera Ossias Mangones Lugo Total 1 8 9 1 1 6 7 Residencia de la víctima – rural 3 3 Calle urbano 2 2 La Gran Vía 1 1 Lugar de trabajo 2 2 Tucurinca 3 3 Puente de Sevilla 1 1 Sevillano 2 2 No reporta 1 1 Billar 2 2 Línea férrea 1 1 Puente de Río Frío 1 1 Vía a Sevillano 3 3 Sitio público 1 1 Bus 1 1 El Manantial 6 6 Quebrada Mateo 1 1 Total hechos en Zona Bananera 0 48 Carretera rural Plaza fiestas populares Residencia de la víctima – urbano 242 1 Sitios de realización de hechos en Santa Marta Ossias Mangones Total Basurero 1 0 1 Terreno baldío 1 0 1 Sitio público 2 0 2 Residencia de la víctima – urbano 8 0 8 Carretera 2 0 2 0 0 Sitio público Residencia de la víctima – rural 1 0 1 Residencia conocido 1 0 1 Total hechos en Santa Marta Sitios de realización de hechos en Fundación 16 Ossias Billar Mangones Total 4 4 Calle urbana 1 19 20 Carretera rural 2 12 14 Línea férrea 1 1 Finca rural 1 1 Puente Macondo 3 3 Residencia de la víctima – urbano 9 22 31 Basurero 4 1 5 Residencia conocido 1 4 5 243 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Sitios de realización de hechos en Fundación Sitio público Ossias Mangones Total 1 2 3 1 1 0 1 Bus Residencia de la víctima – rural 1 Total hechos en Fundación 89 4.3.8. Cargos Se presenta ahora una relación de los tipos delictivos que fueron imputados a los postulados del grupo armado Frente William Rivas. Se subraya, nuevamente, que el número de delitos reportado para cada postulado corresponde al de la cantidad de los hechos donde se cometió ese tipo de delitos. En esta medida se reportan hechos pero no se reportan el número efectivo de delitos cometidos. Por ejemplo, a Ossias le imputaron homicidio en 51 hechos, donde 51 es el número de hechos, pero un hecho pudo contener, por ejemplo, hasta 3 homicidios, dato desagregado que no se refleja en esta tabla: Cantidad de hechos en donde se imputan esos delitos Delito 244 Ossias Mangones Lugo Homicidio 51 385 Porte ilegal de armas 49 379 Tortura 2 8 Desaparición forzada 6 7 Desplazamiento forzado 2 8 Tentativa de homicidio 1 15 Daño en bien ajeno 0 16 Cantidad de hechos en donde se imputan esos delitos Delito Ossias Mangones Lugo Hurto 0 6 Lesiones personales 0 1 Homicidio agravado 0 4 Terrorismo 0 1 Secuestro 0 7 Secuestro simple 3 14 Extorsión 0 8 Concierto para delinquir 1 0 Secuestro extorsivo 1 0 Amenazas 0 7 4.3.9. Patrones de victimización Como se indicó al comienzo, se han denominado patrones de victimización a las categorías logradas mediante deducción de la conjugación de varios patrones señalados en la categorización anterior. 1. Control de mercados ilegales Se refiere al interés del grupo por mantener el monopolio de mercados ilegales, asesinato de personas señalas como pertenecientes a grupos de delincuencia. 2. Imposición de modelos ideológicos para mantener el orden social Se refiere a las características de operación del grupo en donde hay imposición de modelo en las motivaciones para cometer los hechos; los modelos ideológicos argumentan condiciones de orden social y moral y, en general, se presentan como instrucciones ambivalentes. 245 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación 3. Generalización de la noción de combatiente Se refiere a la extensión en la declaración de objetivos militares y victimización sobre la argumentación de pertenecientes a las FARC, colaboradores o ideólogos. 4. Protección de la estructura delictiva de las AUC Se incluyeron en este patrón las agresiones a fuerza pública, informantes-denuncianates y miembros o ex miembros de las AUC que fueron asesinados por representar riesgos respecto a la continuidad de las acciones armadas del grupo. 5. Resolución de conflictos a través de la ilegalidad Se incluyeron en esta categoría los hechos en donde, a fin de disuadir conflictos de miembros de AUC o de allegados a las AUC con población civil y de conflictos entre vecinos, se acudía a la intervención del grupo armado, se facilitaban amenazas a nombre del grupo y se cometían asesinatos. Los comandantes desmovilizados de las AUC argumentan en su discurso que en ningún momento pretenden sustituir las funciones del Estado como autoridad, sin embargo, no niegan que han cumplido estas funciones en diferentes ámbitos, uno de ellos es la resolución de conflictos entre civiles: “en el curso de la guerra, sustituimos muchas veces las instancias decisorias civiles y judiciales en las zonas donde el Estado estuvo ausente. Fue una labor para la que no estábamos preparados, pero aprendimos a tener contacto con las comunidades y perfilamos la noción de equilibrio social que se asemeja a la justicia”. Este comportamiento se refleja en los diferentes casos donde las AUC intermedian en los conflictos de civiles, donde se incluyen variados conflictos cotidianos, por ejemplo deudas, conflictos de tierras, actos obscenos, infidelidades, etc. Un ejemplo es el hecho 324, donde asesinaron a una pareja, y argumentaron para hacerlo que la señora había mandado a matar al esposo meses atrás para quedarse con el nuevo esposo. De igual forma encontramos el hecho 231, en el cual asesinaron a un agricultor y a varios vecinos, hoy se afirma que fueron objeto de tales crímenes por parte del grupo armado para quitarles las tierras, las cuales en este momento se encontraban a cargo de la empresa Dole. 246 6. Inhibición de liderazgo social mediante represión Se incluyen en este patrón los casos en los cuales las víctimas tenían un rol activo como líderes sociales o políticos. Así mismo, actos del grupo para reprimir expresiones sociales y el ejercicio de derechos políticos. El grupo armado buscó coartar toda expresión de liderazgo que no correspondiera con sus ideales y que, por el contrario, alentará a la población a contemplar otras posibilidades de regulación de sus vidas. Se procedió a señalar a los líderes sociales como una amenaza; no obstante, la muerte de estas personas no se reconoce por persecución a la actividad sindical sino por ser agitadores de masas, tal como se narra en los hechos 205 y 380: “Agitadores de masa y movilizaban gente para irrumpir la tranquilidad”. Algunos de los hechos narrados no registran que el móvil del delito haya sido por agitador de masa, aunque se reconozca dentro de las características de la víctima el liderazgo que ejercía dentro de su comunidad. De acuerdo con las narraciones del hecho, realizadas por un ex integrante de las autodefensas del Bloque Norte, se prefirió señalarlas como colaboradores de la guerrilla. En palabras del imputado: […] nosotros no tenemos nada en contra de ningun sindicato […] es muy diferente que quieran colocar el sindicato a la orden de cualquier guerrilla […] la Fiscalía: ¿cual era la posicion del bloque ante los miembros de los sindicatos? Contestando el versionado: que para el […] era normal los integrantes de los sindicatos y […] que si gustaba de la guerrilla sí eran declaradas objetivo militar pero si no milita en ningun grupo no hay problema […]”. (Hecho 380 observaciones). 7. Monopolización de cargos públicos de elección popular Se incluyen en este patrón los casos en donde, pese al móvil expresado por el victimario, fueron asesinados candidatos políticos, líderes sociales con aspiraciones políticas o funcionarios públicos de elección popular. 8. Omisión de control de la propia estructura armada 247 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Se incluyen en esta categoría los casos en donde las AUC buscaron aleccionar a los integrantes del grupo por haber incurrido en violaciones que, en apariencia, no son validadas ideológicamente por la estructura armada. Estas, sin embargo, no siempre son indicativas de omisión de control, ya que en ocasiones son consecuencia de la ambivalencia en los mensajes o instrucciones al interior del mimo grupo. En la estructura del grupo armado ilegal se encuentra una marcada diferencia entre los jefes del grupo y los demás miembros del mismo. Es común que se genere un distanciamiento y se deje al jefe como figura de autoridad, quien debe autorizar cada uno de los hechos que los demás miembros lleven a cabo y castigar los casos en que estos se den sin previa autorización como forma de control y de ratificación de su autoridad ante el grupo. Alias “Tijeras” acepta dos hechos que pueden relacionarse como omisión de control: el primero de ellos identificado como el hecho 138, donde el versionado manifiesta que ajustició y asesinó a uno de sus combatientes, alias “Cumba”, frente a sus demás compañeros por el asesinato de un ciudadano colombo-francés al cual acusaron de guerrillero. Una investigación posterior ordenada por el versionado reveló que la víctima no pertenecía a la guerrilla y que había tenido problemas con alias “Cumba”. El versionado acepta el homicidio del ciudadano colombo-francés por omisión y manifiesta en cuanto al asesinato de alias “Cumba”: “[…] hoy cuando usted me decía que me sentía con autoridad, desafortunadamente la autoridad no existía en esa zona; por eso yo era autoridad para que la gente buena de la zona pudiera vivir con tranquilidad. Asesiné a Cumba porque no estaba de acuerdo con lo que hizo”. El segundo caso que ilustra delitos cometidos como consecuencia de omisión de control es el hecho 240, donde se dio muerte a un miembro del grupo armado ilegal que el día anterior había asesinado a una menor de edad con quien mantenía una relación sentimental. El miembro del grupo explicó su acto homicida por haber hablado de los operativos de la organización mientras se encontraban departiendo en un lugar público. Comentario que no fue de su agrado, y procedió a darle muerte a la adolescente, sin contar con autorización de los jefes del grupo. 248 Otros casos pueden ejemplificar la omisión de control por parte de los jefes, aunque no se cuenta con mayores de detalles de los mismos. Se trata de los hechos 197 y 305, donde miembros del grupo se “retiran” de la organización pero continúan delinquiendo y fueron asesinados poco tiempo después. 9. Instrumentalización del cuerpo de las víctimas como objeto simbólico de deshumanización ejemplarizante y de la corrección En este patrón se incluyen para el análisis los elementos de sevicia en el tratamiento del cuerpo de las víctimas de homicidio, tortura y desaparición forzada. 10. Naturalización de la presencia del agresor en el entorno social Se incluye en este patrón los hechos delictivos producto de la constante presencia de miembros del grupo armado en la vida cotidiana de las comunidades y en las interacciones sociales de la región. 11. Inhibición de la motivación para el acceso a la justicia Se incluyen en esta categoría los hechos en los que se reconoce motivación asociada a acciones de las víctimas para acceder a la justicia. El orden impuesto por el grupo armado se conservaba mediante ejercicios sistemáticos de violencia sin importar los costos humanos de tales procederes. Por eso justificaban la muerte de todas aquellas personas que percibían como una amenaza para su estructura armada, para el control y orden impuesto. La narración entra en contradicción cuando solo se reconoce la protección para una parte de la población civil. De acuerdo con narraciones de un ex integrante del Bloque Norte de las AUC, uno de los principales propósitos era convertirse en la autoridad que faltaba en la zona para poder hacer las veces de “juez y ley” entre la población. La persona mencionada comenta que: “[…] desafortunadamente la autoridad no existía en esa zona; por eso yo era autoridad para que la gente buena de la zona pudiera vivir con tranquilidad” (Fiscalía 17, Santa Marta, 2008). 249 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Anexo 1. Coautores de los hechos formulados a los postulados de William Rivas por cada municipio Ciénaga Hecho Fecha Daban órdenes Ejecutaban Caso Mangones Lugo 250 1 12/16/1999 El comandante era Rodrigo “Paisa” y “Kalimán” 2 01/27/2000 El comandante era Rodrigo “Paisa” y Cepillo 3 01/29/2000 El comandante era Rodrigo Se encontraba alias “Kalimán” 4 03/08/2000 El comandante era Rodrigo “Kalimán”, el “Paisa” y “Cepillo” 5 03/25/2000 El comandante era Rodrigo Estaba “Harold”, “el Paisa” 6 03/26/2000 El comandante era Rodrigo Hacían parte “Harold”, “Paisa” y “Cepillo” 7 04/01/2000 El comandante era Rodrigo Grupo “Kalimán” y “el Paisa” 8 04/04/2000 9 04/16/2000 El comandante era Rodrigo 10 04/25/2000 El comandante era Rodrigo 11 05/19/2000 El comandante era Rodrigo 12 05/20/2000 El comandante era Rodrigo “Harold” 13 05/28/2000 El comandante era Rodrigo “El Paisa” y “Harold” 14 06/06/2000 El comandante era Rodrigo “Kalimán”, “Paisa”, “Harold” y “Alonso” 15 06/17/2000 El comandante era Rodrigo 16 07/06/2000 El comandante era Rodrigo 17 07/12/2000 El comandante era Rodrigo Alias “Alonso” 18 08/25/2000 El comandante era Rodrigo Participó “Tijeras”, lo ejecutó alias “Cepillo” 19 09/11/2000 El comandante era Rodrigo “Harold” “Kalimán” y el “Cepillo” “El Paisa” Ciénaga Hecho Fecha Daban órdenes Ejecutaban 20 09/13/2000 El comandante era Rodrigo “Harold” y “el Paisa” 21 09/17/2000 El comandante era Rodrigo Alias “el Viejo” 22 10/09/2000 El comandante era Rodrigo 23 10/10/2000 El comandante era Rodrigo “Harold Blanco” 24 10/14/2000 El comandante era Rodrigo “Yesid”, “Sombra”, “Ronald”, Alfonso Castro 25 11/18/2000 El comandante era Rodrigo “Tijeras” y “el Paisa” 26 12/01/2000 El comandante era Rodrigo “Tijeras” y “el Paisa” 27 12/14/2000 El comandante era Rodrigo “Tijeras” y “Harold Blanco” 28 01/13/2001 No registran Víctor León Salazar Gutiérrrez y Jorge Luis Mejía Potacio 29 06/01/2001 30 05/03/2003 No registran No registran 32 01/20/2001 El comandante era Rodrigo Alias “Tijeras, acompañado de alias “Jose” 33 01/23/2001 El comandante era Rodrigo Se desconoce quién ejecutó la orden 34 02/05/2001 El comandante era Rodrigo Alias “Tijeras” y “Bronco” 35 02/07/2001 El comandante era Rodrigo “Harold”, “Paisa”, “Grillo”, “Kalimán”, “Diego”, “el Médico” y “Tijeras” 36 02/09/2001 La orden la dio Rodrigo “Tijeras” y “el Paisa” 37 02/14/2001 La orden la dio Rodrigo “Kalimán” y alias “Cepillo” 38 02/24/2001 La orden la dio Rodrigo Alias “José Molina” 39 03/06/2001 La orden la dio Rodrigo “El Paisa”, “Rodrigo”, “Alonso” y “Tijeras”, se relaciona a “el Viejo” 40 02/22/2001 No registran “El Paisa” y “Tijeras” “Gamboya” y “Montería” 251 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Ciénaga Hecho 252 Fecha Daban órdenes Ejecutaban 42 03/6/2001 No reporta No reporta 43 03/15/2001 No reporta No reporta 44 03/18/2001 No reporta No reporta 45 03/24/2001 El comandante era Rodrigo “Kalimán”, “Cepillo”, “Pedro”, “Paisa” y “Tijeras” 46 03/30/2001 Lo ejecutó directamente “El Paisa” y “Tijeras” 47 04/07/2001 El comandante era Rodrigo 48 04/09/2001 No reporta No reporta 49 05/02/2001 Eran directos de “4-4”, pero el comandante Rodrigo le dio la orden a “Tijeras” de prestar la moto y las armas “El Poli” y “Abel Ávila” 50 05/04/2001 La orden la dio Rodrigo 51 05/05/2001 El comandante era Rodrigo 52 05/19/2001 El comandante era Rodrigo “Tijeras” acompañado por “José Molina” 53 05/20/2001 El comandante era Rodrigo “José Molina” y “Tijeras” 55 05/29/2001 Se desconocen No reporta 57 06/18/2001 La orden la dio Rodrigo No reporta 58 06/20/2001 El comandante era Rodrigo No reporta 59 06/16/2001 El comandante era Rodrigo No reporta 60 06/27/2001 El comandante era Rodrigo No reporta 61 06/27/2001 El comandante era Rodrigo No reporta 62 07/28/2001 El comandante era Rodrigo No reporta 63 06/30/2001 El comandante era Rodrigo No reporta Ciénaga Hecho Fecha Daban órdenes Ejecutaban 64 07/02/2001 El comandante era Rodrigo No reporta 66 07/13/2001 No reporta No reporta 69 08/01/2001 El comandante era Rodrigo No reporta 70 08/06/2001 El comandante era Rodrigo No reporta 71 08/08/2001 El comandante era Rodrigo No reporta 72 08/10/2001 El comandante era Rodrigo No reporta 73 08/10/2001 El comandante era Rodrigo No reporta 74 08/11/2001 El comandante era Rodrigo No reporta 75 08/17/2001 El comandante era Rodrigo No reporta 76 08/20/2001 Rodrigo No reporta 77 08/21/2001 Rodrigo No reporta 78 08/31/2001 Rodrigo No reporta 79 08/25/2001 Rodrigo No reporta 80 08/25/2001 No reporta “Alonso” y “Rodrigo” 81 08/26/2001 Rodrigo No reporta 82 08/28/2001 Rodrigo No reporta 83 09/02/2001 No reporta “Rodrigo” y “José” 85 10/18/2001 No reporta “Pablo” 87 11/28/2001 No reporta “Rodrigo” 88 01/13/2002 No reporta No reporta 89 01/22/2002 No reporta No reporta 90 01/23/2002 No reporta Alias “el Flaco” y alias “Rodrigo” 253 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Ciénaga Hecho 254 Fecha Daban órdenes Ejecutaban 91 02/03/2002 se solicitó No reporta 92 02/19/2002 Rodrigo 93 02/25/2002 No reporta 94 03/21/2002 No reporta Alias “Armenta” y alias “Kalimán” 95 03/29/2002 No reporta Alias “José” 96 04/11/2002 No reporta 98 04/20/2002 No reporta 99 04/21/2002 No reporta 100 05/22/2002 No reporta 101 04/30/2002 No reporta “Poca Lucha” y alias “el Ruso” 102 05/05/2002 No reporta Alias “José”, quien salió herido, y alias “el Ruso” 104 05/13/2002 No reporta 105 05/15/2002 Bloque Norte de la zona bananera, del comando Jhon Jairo López 106 05/25/2002 No reporta 109 05/26/2002 No reporta 110 05/31/2002 No reporta 111 06/02/2002 No reporta 113 06/10/2002 No reporta 114 06/17/2002 Rodrigo “Caño Mocho” Alias “el Ruso” y alias “el Papicho” Ciénaga Hecho Fecha Daban órdenes Ejecutaban 115 07/15/2002 Rodrigo 116 06/26/2002 No reporta Alias “Pedro” y alias “José” 117 07/20/2002 No reporta Lo mató alias “el Ruso” y “Camilo” 118 08/06/2002 No reporta 119 08/03/2002 No reporta Alias “Tony” de nombre Antonio y Juan Carlos, miembros de un grupo urbano. “Milton y Caño Mocho” 210 04/05/2004 No reporta No reporta Casos Ossias 55 11/09/2002 “Poca Lucha” y “Maicol” Zona Bananera Hecho Fecha Daban órdenes Ejecutaban Casos Mangones Lugo 31 01/14/2001 No registran 41 07/09/2001 56 06/09/2001 La orden la da el postulado “Carioca” y “el Gato” 65 07/07/2001 El comandante era “4.4” “El Poli” y “Carioca” 67 17/07/2001 68 07/17/2001 84 10/08/2001 “Abel Ávila” El comandante era “4.4”, alias “Tijeras” estaba empalmando con él. “Loco Espeleta”, “Bronco”, “el Poli”, “Abel Ávila”, “Carioca” “El Gato”, “Bronco”, “Carioca”, “Abel Ávila”, “el Poli”, “Moncho” 255 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Zona Bananera Hecho 256 Fecha Daban órdenes 86 11/12/2001 No reporta 103 05/08/2002 No reporta 107 05/28/2002 No reporta 108 05/28/2002 Alias “Brayan” 112 06/05/2002 No reporta 134 11/23/2002 No reporta 165 05/23/2003 168 09/06/2003 183 17/10/2003 El comandante era alias “Pablo” 188 20/11/2003 Comandante “Pablo” 189 11/12/2003 198 08/02/2004 204 18/03/2004 206 05/04/2004 214 09/06/2004 220 02/09/2004 221 02/09/2004 Comandante “Chávez” 232 15/01/2005 Comandante “Chávez” 247 13/06/2005 380 07/10/2000 381 04/18/2001 Ejecutaban Alias “Jesús” y alias “el Negro” “Angelo”, “Murdo” y “el Mono” Comandante “Chávez” El comandante era alias “4.4.” Uno de los hermanos Gallardo, y Ángel Campis; a este último lo mató alias “Tijeras” Zona Bananera Hecho Fecha 382 05/17/2001 383 06/01/2002 384 07/07/2001 385 07/16/2001 386 09/07/2001 387 01/10/2001 388 06/10/2001 389 09/18/2001 390 10/18/2001 391 10/18/2001 392 11/12/2001 393 11/27/2001 394 01/07/2002 395 19/01/2001 396 01/28/2002 397 02/21/2002 398 02/28/2002 399 04/04/2002 Daban órdenes Comandaban “Jorge 40” y “4.4.” Ejecutaban “Alonso”, “José”, “el Médico”, “Rodrigo”, “Tijeras” La orden la da Rodrigo El comandante era alias “Tijeras” “Carioca” Alias “Bronco” de nombre Kevin, alias “el Poli”, alias “Carioca”, alias “el Gato” El comandante era “Tijeras” Luis Camargo Polo 257 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Zona Bananera Hecho Fecha Daban órdenes Ejecutaban Casos Ossias “Carlos Tijeras”, otro alias “Camilo” y alias “Poca Lucha” 10 31/08/2004 La orden la dio alias “Nicolás”, quien se la dio a alias “Camilo”. 27 17/10/2004 La orden la dio alias “Camilo” Alias “Ángelo”, “el Mono” o “Scooby”, “Kike” y “Maicol” Daban órdenes Ejecutaban Alias “Nicolás”, “Kike”, “Scooby, “Ángelo” y “Maicol” Fundación Hecho Fecha Caso Mangones 258 251 10/03/2002 252 02/04/2002 253 15/05/2002 254 30/05/2002 255 12/04/2002 256 08/06/2002 257 09/06/2002 258 17/06/2002 259 20/06/2002 260 17/06/2002 261 13/08/2002 Alias “Esteban”, alias “Caballo”, alias “Marco” y alias “Rafa” Fundación Hecho Fecha 262 13/07/2002 263 12/08/2002 264 16/08/2002 265 18/08/2002 266 22/08/2002 267 4 /09/2002 268 10/09/2002 269 23/10/2002 270 24/10/2002 271 07/01/ 2003, en esta fecha se encontró el cuerpo, no se conoce la fecha del asesinato 272 26/02/2003, se encontró el cadáver, no se aclara fecha del hecho 273 01/03/2003 274 14/03/2003 275 23 de marzo 276 03/04/200 277 12/04/2003 278 28/04/2004 Daban órdenes Ejecutaban Alias “Maicol” y “Larry”. 259 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Fundación Hecho Fecha 279 30/04/2003 280 Se desconoce 281 09/05/2003 282 13/05/2003 283 14/06/2003 285 22/06/2003 286 29/06/2003 287 12/06/2003 288 03/10/2003 289 19/10/2003 292 Al parecer los hechos ocurrieron entre el 2 al 5 de febrero de 2004 293 260 Daban órdenes El comandante era “Tijeras” Ejecutaban Rafael Barros González, alias “Casayambombo”, Wilson José Contreras López, alias “Jhon cara de lápida” Alias “Camilo” 295 03/03/2004 296 04 de abril 297 15/04/2004 298 15/04/2004 299 23/04/2004 300 04/05/2004 301 24/05/2004 Alias “Mauricio” o “Poca Lucha” Fundación Hecho Fecha Daban órdenes Ejecutaban Alias “Camilo”, comandante de Fundación 302 19/06/2004 303 25/06/2004 304 30/06/2004 305 05/07/2004 306 19/07/2004 307 31/08/2004 308 27/07/2004 309 21/09/2004 Alias “Camilo” 310 14/10/2004 Alias “Camilo” 311 21/09/2004 Alias “Camilo” 312 15/12/2004 313 21/12/2004 Alias “Pablo” 314 29/12/2004 Alias “Pablo” 315 01/02/2005 316 04/02/2005 317 23/02/2005 318 16/03/2005 Alias “Pablo” 319 20/04/2005 Alias “El Negro” 320 29/04/2005 321 12/05/2005 322 31/05/2005 Comandante “Camilo” El comandante era Richard o “el Gato” Alias “Arley” Alias “Camilo” y alias “Tribilín” 261 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Fundación Hecho Fecha Daban órdenes 323 15/07/2005 Comandante “Chávez” 324 09/06/2004 Ejecutaban Ossias 262 1 11/11/2003 La orden se la dieron alias “7.1.” y alias “Freddy” “Maicol” 8 23/10/2002 Y yo Alias “Freddy” y “Maicol” 11 26/04/2003 Alias “Mauricio” Alias “Nelson”, “Gorra Blanca” y “Larry” 12 01/08/2003 Información la suministró alias “Gorra Blanca” Alias “Freddy”, “Mauricio”, “Larrys” y “Maicol” 17 14/03/2003 Orden la impartió alias “Mauricio” y/o “Poca Lucha” Alias “Maicol” y “Freddy” 18 23/03/2003 20 13/05/2003 Por orden de alias “Mauricio” 21 14/06/2003 Alias “Mauricio” y “Maicol” 22 19/06/2003 Alias “Maicol” 24 06/07/2003 La orden la dio alias “Mauricio”, quien fue la persona que retuvo al hoy occiso, esa retención se produjo por un intercambio de disparos con estas personas Alias “Poca Lucha” y “Maicol” 25 16/08/2003 La orden la dio “Mauricio” En la acción participó Diego, alias “Aramis”, “Gorra Blanca” y alias “Freddy” y “Maicol” Alias “Orejitas” y “Aramis Caballero”, alias “Maicol”, “Javier Pérez”, alias “El Negro Mercado”, alias “Larry” y alias “Maicol” Alias “Freddy”, “Gorra Blanca” y “Maicol”, alias “Rafa” Fundación Hecho Fecha Daban órdenes Ejecutaban Participó alias “Rafa”, “Freddy”, “Gorra Blanca”, “Maicol” y “Mauricio” 26 07/10/2003 30 03/10/2003 La inteligencia la hizo alias “Larry” y/o “Aramis” y la verificó alias “Poca Lucha” En la acción participó alias “Diego”, “Maicol” 31 12/07/2003 La orden la dio alias “Mauricio” y/o “Poca Lucha” Alias “Larry” y/o “Aramis” 32 18/09/2003 La orden la da “Mauricio” y/o “Poca Lucha” Alias “Freddy”, “Gorra Blanca”, “Rafa” y “Maicol” 38 Mayo de 2003 Yo y el mono le propina las puñaladas con “Aramis” “Maicol” le abrió el cuello 39 12/08/2002 Orden de alias “Pedro” Alias “Pablo” y “Maicol” 40 01/06/2003 La orden la dio alias “Mauricio” y/o “Poca Lucha” en el mes de junio del 2003. Alias “Diego”, “Larry”, “Gorra Blanca” y el imputado 52 09/08/2003 Alias “7.1.” Pueblo Viejo Hecho Fecha Daban órdenes 54 05/27/2001 El comandante era “Rodrigo” 125 09/01/2002 No reporta 127 10/7/2002. La Fiscalía corrige la fecha: 10/10/2002 No reporta Ejecutaban Mangones Alias “Pedro”, “José Molina” y “Tijeras” 263 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Pueblo Viejo Hecho 175 Fecha 28/06/2003 225 13/10/2004 244 12.01.01 Daban órdenes Orden de “Rodrigo” Ejecutaban “El Paisa” y “Alonso” Alias “Larry”, de nombre Aramis Caballero, Jhonatan “El Nuevo” y el Cdte. “Pocalucha” Aracataca Hecho Fecha Daban órdenes Ejecutaban Mangones 264 97 04/19/2002 325 07/06/2002 326 25/03/2002 327 29/04/2002 328 04/10/2002 329 05/08/2002 330 05/09/2002 331 06/05/2002 332 22/06/2002 333 06/13/2002 334 06/18/2002 335 07/01/2002 336 07/10/2002 No reporta Alias “El Viejo” “Caño Mocho”, “el Gato” y “Carioca” Aracataca Hecho Fecha Daban órdenes Ejecutaban 337 07/22/2002 338 07/14/2002 339 08/28/2002 340 09/01/2002 341 09/12/2002 342 11/29/2002 343 07/12/2002 344 01/10/2003 345 01/23/2003 346 01/23/2003 347 04/02/2003 Alias “Damián” 348 02/18/2003 Alias “07” y alias “Cantinflas” 349 02/21/2003 Los alias “Nelson”, “Larry”, “Harold” y “Maicol” 350 03/06/2003 351 03/27/2003 352 04/05/2003 353 28/04/2003 El comandante es “Tijeras” 354 05/14/2003 El comandante es “Tijeras” 355 05/17/2003 Se solicitó a la Fiscalía aclarar las víctimas, pues Ana Martínez no fue incluida El comandante es “Tijeras” “Jhonys Javier Argo” Alias “Maicol” 265 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Aracataca Hecho 266 Fecha 356 07/19/2008 357 07/26/2003 358 08/13/2003 359 08/27/2003 360 11/11/2003 361 12/08/2003 362 12/21/2003 363 01/23/2004 364 02/08/2004 365 02/11/2004 366 02/09/2004 367 03/07/2004 368 03/30/2004 369 08/30/2004 370 09/19/2004 371 09/19/2004 372 09/22/2004 373 12/05/2004 374 12/14/2004 375 01/19/2005 376 02/22/2005 Daban órdenes Ejecutaban El comandante es “Tijeras” Alias “Maicol” y alias “Esteban” Alias “Jhony” Aracataca Hecho Fecha 377 04/14/2005 378 05/21/2005 379 06/01/2005 Daban órdenes Ejecutaban Ossias 9 01/04/2004 13 27/03/2003 La orden la impartió “Mauricio” 14 15-May-03 No reporta 15 11-Nov-03 16 23-Ene-03 23 20/06/2003 Lo ejecuta alias “Freddy” y “Maicol” 21/02/2003 Alias “Harold”, “Nelson”, “Gorra Blanca”, “Freddy”, “Mauricio” y “Maicol”; iban de civil 29 27/08/2003 La inteligencia la hizo alias “Gorra Blanca”, alias “Loquillo” y “Maicol” prestó seguridad 48 23/01/2003 “Damián”, “Harold”, “el Flaco”, que fue el que mató 49 17/04/2004 Fui con “Damián” y se lo entregamos a “John”. 53 Año 2003 “7.1.” o “Cantinflas” 28 “Damián” Alias “Gorra Blanca”, “Nelson”, “Freddy” y “Larry” Alias “Gorra Blanca”, “Diego” y “Maicol”, lo entrega alias “Freddy” No reporta “Mauricio” dio la orden 267 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación 4.4. Medidas de reparación colectiva Al momento de proponer medidas de reparación colectiva es necesario partir del presupuesto de que muchos daños causados y sufridos por las víctimas, individuales y colectivas, son irreparables. El presente documento presenta una recopilación de las medidas de reparación colectiva propuestas por líderes, lideresas y víctimas de las acciones del Frente William Rivas; por defensores y defensoras de derechos humanos; y por el equipo interdisciplinar de Incidentes de Reparación de la Procuraduría General de la Nación. Las medidas de reparación se presentan en tres grandes ejes, los mismos indagados a lo largo de la aplicación del protocolo para el diagnóstico de daño colectivo: aquellas tendientes a reparar el daño psicosocial, las que pretenden reparar el daño a la institucionalidad del Estado, y en tercer lugar, las medidas tendientes a subsanar las afectaciones a derechos. Resulta importante mencionar que así como un daño puede extenderse a varias de las categorías construidas, del mismo modo existen medidas de reparación que buscan reparar daños específicos de cada una de dichas categorías, mientras otras pueden resarcir aspectos de diversas categorías de daño. Por cuestiones prácticas se dividirán y categorizarán las medidas de reparación, pero bajo la idea de que las medidas están intrínsecamente relacionadas, deben ser consideradas en conjunto y orientarse a una reparación integral. 4.4.1. Medidas de reparación colectiva tendientes a resarcir el daño a la institucionalidad del Estado • Realización de un seguimiento detallado a la labor, cumplimiento de las funciones y uso de los recursos públicos por las entidades y funcionarios de las instituciones ambientales presentes en la región. Por ejemplo la Corporación Autónoma Regional del Magdalena – CORPAMAG, y al Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras – INVEMAR: […] ellos no hacen nada, nada, absolutamente nada, ahí hay un problema impresionante de ineficiencia, por no decir corrupción administrativa que es grave, ¿cierto?, pero de ese 268 tema no se puede hablar, porque ese tema aquí, puede dejar muertos, clarísimamente… muertos351. Seguimiento que debe ir acompañado de medidas de protección a la labor de los funcionarios, personas y comunidades que lo realizan. Dado que la situación de vulnerabilidad continúa presente. Del mismo modo, y mientras este control se hace efectivo desde el nivel nacional, se solicita que los recursos encaminados a la reparación de las comunidades pesqueras y palafíticas no sean entregados a estas instituciones hasta que no se garantice un manejo transparente de los mismos. • Como parte del derecho a la verdad, es vital que las víctimas y la sociedad civil en general conozcan lo sucedido a profundidad, sus causas y consecuencias. Se parte del supuesto de que las medidas de reparación, verdad, justicia y garantías de no repetición, inciden unas sobre las otras. Las medidas que desarrollan garantías de no repetición, junto con la búsqueda y divulgación de la verdad y la administración de justicia sobre los hechos del grupo armado ilegal, contribuyen a la recuperación de la confianza en las instituciones. Es imprescindible que se establezca la relación entre sectores económicos (ganadería extensiva, banano y palma) y los grupos armados, y cómo su apoyo, consentido u obligado, favoreció el crecimiento y establecimiento del autodenominado FWR en la zona: Porque es que generalmente nosotros nos quedamos en el mediático, quién fue el que le disparó y no quién le mandó a disparar y eso me parece que es muy grave porque siempre deja a los mismos con las mismas352. • Se deben adoptar medidas tendientes a la promoción de la presencia estatal con todos los pesos y contrapesos en la región, incluida su 351 Entrevista a profundidad. Defensora de derechos humanos. Noviembre 2012. Jornada de trabajo de la Procuraduría General de la Nación para la identificación de medidas de reparación colectiva. 352 Ibíd. 269 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación amplia zona rural, como una forma de recuperar la idea y el respeto por el Estado Social de Derecho. • Se propone realizar un seguimiento detallado a la ejecución del presupuesto específico destinado a los derechos de las víctimas, así como de los recursos de cooperación internacional en la región. 4.4.2. Medidas de reparación colectiva tendientes a resarcir el daño a derechos • El tema ambiental, centrado principalmente pero no de manera exclusiva, en la Ciénaga Grande de Santa Marta, es fundamental y prioritario en este incidente. Acciones tendientes a resarcir los daños en este ámbito incluirían la construcción de un plan de ordenamiento pesquero, plan de manejo ambiental, acciones institucionales certeras y pertinentes, y recuperación de especies, entre otros. Fundamental el papel de la academia para la producción y socialización de conocimiento relacionado con el tema: […] hacer como una especie de estación de investigación y piscicultura, no es solamente hacer la piscicultura seca ¿cierto?, sino asociada a un proceso, es como una estación piscícola con un componente de investigación, que muestre hasta dónde es posible con insumos técnico importantes ¿cierto?, recuperar las especies que aún quedan, que fueron especies propias de la zona, por ejemplo la liza, el chivo cabezón, el manatí353. • Se debe tener en cuenta las iniciativas desarrolladas en la Ciénaga Grande de Santa Marta, para lo cual se deben retomar las lecciones aprendidas de procesos anteriores, por ejemplo el Proyecto Prociénaga. • Como garantía de no repetición se debe reforzar la labor del INCODER en la zona, en particular respecto de la titulación de algunos predios y la formalización de ciertas áreas de especial protección, como la denominada Ecoregión, la cual cuenta con una propuesta de delimitación y con una práctica sobre la misma por parte de las comunidades, pero no se le ha dado soporte legal: 353 Ibíd. 270 Esas zonas, la Ecoregion, es el producto de una definición. Primero tiene una fuente científica, pero luego tiene que traducirse en una decisión política que es una resolución, un acuerdo que dice estos son los límites354. • Es indispensable la construcción de un plan de ordenamiento pesquero que permita la regulación de la vida de estas comunidades y la labor de las instituciones encargadas de la protección de la Ciénaga: Ordenemos cómo es que vamos a desarrollar nuestra actividad pesquera, regulemos entre nosotros qué artes vamos a usar, qué artes no vamos a usar, cuáles son las zonas que vamos a proteger, qué zonas vamos a vedar, qué especies definitivamente tenemos sobre explotadas355. • Con base en el estado de deterioro ambiental de la Ciénaga y demás fuentes hídricas, la disminución de los recursos pesqueros, y el crecimiento de las necesidades de la población, se hace imperiosa la diversificación de las actividades económicas para garantizar la supervivencia de las comunidades pescadoras: La posibilidad de hacer como un tránsito hacia otro tipo de actividades desde las cuales pudieran derivar ingresos, […] si estuviera muy claro que los mayores beneficios son para la población356. La diversificación debe contemplar como uno de sus focos el trabajo y la productividad de la tierra. Como medida de reparación se debe ordenar una priorización en su uso, dados los múltiples intereses en disputa alrededor de este recurso. Los usos promovidos por estos intereses van en contraposición a la protección de la Ciénaga. Por ejemplo la ganadería extensiva, el proyecto palmero y la agroindustria afectaron los cauces de agua y modificaron las condiciones originales de vida de las comunidades palafíticas. 354 Entrevista a profundidad. Defensora de derechos ambientales. Noviembre 2012. Jornada de trabajo de la Procuraduría General de la Nación para la identificación de medidas de reparación colectiva. 355 Ibíd. 356 Ibíd. 271 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación • Se deben recuperar y fortalecer espacios y prácticas culturales afectadas por la presencia y acción del grupo armado ilegal, como por ejemplo el baile de negros. • No deben contemplarse, ni permitirse iniciativas tendientes a la reubicación de las comunidades palafíticas. Bajo la idea de preservar estas comunidades sería una acción con daño. La comunidad ha optado por desarrollar una proyecto de vida en su territorio como resistencia a las pretensiones violentas de desplazarlos o institucionales de trasladarlos. • Reconocimiento del valor de las comunidades palafíticas como una construcción social única y originaria. • Elaboración de un conjunto de garantías mínimas necesarias para la subsistencia de las comunidades palafíticas. Por ejemplo se debe garantizar el suministro de agua potable a estos poblados. Ayer alguien decía que si antes habían sido desplazados por la violencia, ahora iban a tener que desplazarse por el hambre, por el agua357. • Para reforzar el papel de las mujeres, con un enfoque de género, se deben diseñar medidas para apoyar proyectos productivos comunitarios, que hagan posible diversificar la actividades productivas y superar la dependencia de la actividad pesquera: Trabajarlas y construir con ellas. En este momento yo creo que ellas están llenas de intereses, llenas por ejemplo hay unas que quieren criar gallinas, ellas llenan unas partes a través de sus patios como poder diversificar el tema del alimento, unas pequeñas huertas en sus casas, o sea que pudiéramos mejorar también de nutrición358. • En el mismo sentido, deben diseñarse medidas orientas a ofrecer alternativas a los jóvenes. Se podría, inicialmente, concentrar acciones en la capacitación orientada a la diversificación de la actividad económica: 357 Grupo focal en Pueblo Viejo. Identificación de medidas de reparación colectiva. Noviembre 2012. 358 Entrevista a profundidad. Defensora de derechos humanos. Noviembre de 2012. 272 Hay que hacerles cosas de capacitación, yo creo que el tema de diversificar actividades adicionales eso es importante porque la pesca es un recurso que está, no creo y es muy personalmente que la solución sea llenar la Ciénaga de estanques, como ha querido hacer mucha gente, creo que otro tipo de actividad es con otro recurso, explorar por ejemplo en Buenavista lo hacen con la jaiba y con el camarón dentro de los 2 palafitos359. • Las medidas de reparación colectiva para las poblaciones afectadas por el grupo FWR deben tomar en cuenta el documento “Programa de educación ambiental y participación ciudadana: acuerdos por la vida de la Ciénaga Grande de Santa Marta”360, el cual fue construido con la participación de las comunidades pesqueras y palafíticas de la Ciénaga Grande. En él se concretan los proyectos y las conclusiones de un documento anterior denominado Agenda socioambiental de la Ciénaga Grande de Santa Marta. El documento final resulta pertinente en el contexto del Incidente de Reparación, por cuanto recoge un proceso de elaboración comunitaria, plantea programas con un enfoque reparador y transformador de las condiciones de pobreza extrema y de una situación de necesidades básicas insatisfechas. Situación que se vio profundizada por la presencia y acciones delictivas de diversos grupos armados, incluido el Frente William Rivas. En el documento se pueden identificar seis componentes básicos, a saber: – Reconocimiento del ciclo del agua y el conocimiento tradicional: se busca una validación social y científica de conocimiento y la información sobre la Ciénaga Grande de Santa Marta de la cual son portadoras las comunidades que la habitan. Se propone un diálogo de saberes entre los pescadores y los especialistas en temas hídricos, una cátedra educativa, donde se dinamicen propuestas de superación del desequilibrio hidrológico de la Ciénaga. 359 Ibíd. 360 Organizaciones sociales de la Ciénaga de Santa Marta: Asocociénaga, Granpes, Agevpis, ComercialCoop, Fecolpalmar, JAC, Apopesca; con el apoyo del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial. Noviembre 2009. 273 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación – Acuerdos sociales por la pesca artesanal: para establecer consensos alrededor de un plan de ordenamiento pesquero que permita una mejor relación con el territorio con un enfoque de conservación y protección. – Aprendizajes para la producción sostenible: a partir de una evaluación participativa de proyectos productivos de la última década, elaborar propuestas pertinentes y plausibles de acuerdo con las particularidades de la región. – Expedición pedagógica: elaboración de una metodología de intercambio de saberes entre las instituciones educativas, comunidades e instituciones para la conservación de la reserva de la biosfera y el Humedal Ramsar. – Fortalecimiento organizativo de organizaciones del primero al tercer nivel: con el objetivo de alcanzar un mayor nivel de interlocución e incidencia, y un relevo generacional en el liderazgo. – Comunicación educativa: para garantizar el flujo de información, construcción de opinión, expresión y debate, y la conformación de un colectivo de comunicación comunitaria. 4.4.3. Medidas de reparación colectiva tendientes a resarcir el daño psicosocial El componente psicosocial atraviesa cada una de las medidas propuestas en el presente documento. De acuerdo con ello y con la manifestación de personas entrevistadas, el cimiento de una reparación integral radica en la recuperación de la confianza, en el restablecimiento y fortalecimiento del tejido social de las comunidades: Si no hay base social, y digamos, si no hay tejido social articulado, desde lo que fueron digamos los ejes básicos de la vida de la comunidad… si eso no hay ahí, no importa lo que uno ponga, todo se va a desbaratar, porque la solidaridad desapareció, la confianza en el otro desapareció… sin el previo del proceso organizativo, todo está condenado a fracasar361. 361 Entrevista a profundidad. Defensora de derechos humanos. Noviembre 2012. Jornada de trabajo en campo de la Procuraduría General de la Nación para el establecimiento de medidas de reparación colectiva. 274 A partir de este presupuesto, se hace necesario el acompañamiento psicosocial como un proceso, diferente a la sumatoria de acciones concretas e inconexas, lo cual implica necesariamente la participación de las comunidades en todas y cada una de las etapas, respetando sus referentes, tiempos y particularidades: […] hacer un proceso digamos con calma, pensado, estructurado, que permita reconstruir los lazos sociales y los relacionamientos entre ellos, los principios que sustentan la vida en la comunidad ¿cierto?, si eso no hay, esa comunidad va a desaparecer362. Para esto se requiere fortalecer la vida organizativa existente: las comunidades y líderes hicieron referencia a la existencia de múltiples organizaciones con personería jurídica, pero sin un soporte social de base suficientemente sólido. Se propone que el tema ambiental se constituya en el núcleo que aglutine, convoque y motive. También que participen las tres asociaciones de segundo nivel más fuertes: Asocociénaga, Granpez y Comercialcoop: Por el lado de los pescadores yo sí creo que habría toda la disposición. Ese sería de los temas que puede llamar a la integración, a la articulación, porque también entiendo que la organización no se teje en abstracto, ¿cierto?, se teje en lo concreto, de propósitos compartidos, de acciones, de tareas, de cosas en el día a día, ¿cierto?363. La finalidad y el fundamento deben ser el empoderamiento y la redignificación de estas comunidades, a través de la recuperación y validación de sus saberes ancestrales: […] creo que un proceso importante para dignificarlos y que ellos se sientan en igualdad de condiciones, es valorar su conocimiento ecológico tradicional, dignificar sus saberes… Son unos decimeros de miedo, te sacan una décima como sea, hay cosas muy valiosas para recuperar y para lograr otra vez esa cohesión y eso…, que ellos se sientan nuevamente personas364. 362 Jornada de trabajo con líderes y personero municipal de Pueblo Viejo para la identificación de medidas de reparación colectiva. Noviembre 2012. 363 Entrevista a profundidad. Defensora de derechos humanos. Noviembre 2012. 364 Ibíd. 275 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación 5. Aproximación al daño colectivo ocasionado por las acciones del grupo armado ilegal conocido como Frente Ómar Isaza, de las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio (ACMM)365 Este apartado aborda de manera general la presencia y acciones al igual que las prácticas de violencia sufridas y las afectaciones colectivas ocasionadas por el grupo armado ilegal autodenominado Frente Ómar Isaza (FOI) sobre las poblaciones, comunidades y grupos que habitan la zona sur del vasto territorio conocido como Magdalena Medio. La presencia de los grupos armados ilegales en la región data desde los años sesenta (el ELN y las FARC). En los noventa hizo presencia el autodenominado ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo). Hasta mediados de los ochenta la presencia y dominio de estos grupos fue incuestionable, manifestándose con acciones violentas dirigidas hacia la infraestructura energética y petrolera, la Fuerza Pública y delitos contra la población civil, sobre todo, pero no exclusivamente, con fines de financiamiento; actos que terminaron en diversas ocasiones con la muerte y desaparición de las víctimas. Facciones del ELN se hicieron fuertes en la zona montañosa media de la carretera que conduce a Medellín, desde el río Magdalena, con influjo y afectación en la zona conocida como el oriente cercano a la capital del departamento de Antioquia. Al mismo tiempo, las FARC mantenían presencia y ejecutaban acciones en la zona de las hidroeléctricas, en el norte del departamento de Caldas, en el suroriente de Antioquia y en el valle del río Magdalena, llegando hasta el norte y centro del Tolima. En la zona sur de este departamento las FARC mantuvieron presencia desde su misma fundación, en los años sesenta. 365 Este es un trabajo preliminar de aproximación al daño colectivo ocasionado por el grupo armado ilegal. 276 Muy poco después del surgimiento e instalación de las guerrillas, empezó a sentirse la presencia de grupos armados de autodefensas en la parte sur de la región del Magdalena Medio. En sus inicios contaron con cobertura legal, pero al perder vigencia la norma que las autorizaba desarrollaron estructuras ilegales con un alto nivel de accionar criminal. El surgimiento de estos grupos se apoyó en la colaboración de personas con intereses económicos en la región y el Ejército Nacional, bajo el amparo de una norma de la Ley de Defensa Nacional que permitía constituir grupos armados de población civil para defenderse de la presencia y acción de grupos armados ilegales366. Aquí vale la pena recordar uno de los primeros antecedentes de realización de masacres en la zona que años más tarde pasaría a estar bajo el control de los grupos de ACMM. El caso se presentó con motivo de la expulsión del párroco de Cocorná (Antioquia), Bernardo López Arroyave (posteriormente asesinado por paramilitares en Sucre), y la masacre del 17 de septiembre de 1982 en la vereda Santa Rita, en el mismo municipio del oriente antioqueño, lo cual motivó que muchos campesinos organizados alrededor de la iglesia decidieran ingresar a las guerrillas que hacían presencia en la zona. Así lo recuerda una crónica periodística: Toda Santa Rita ya se había enterado. Primero la voz corrió menuda, en cuchicheos ahuecados con las palmas de las manos, después se expandió ganando en altura hasta convertirse en una invitación marcial y resonante. Gustavo Buitrago, su hermano Rigoberto, Ricardo Castaño y tres hombres más merodeaban la vereda. Venían con fusiles terciados, los ojos resueltos en sus semblantes juveniles y el pecho cruzado de cananas. Ahora decían traer a cinco mártires entre sus motivos para tomar las armas. El surco profundo que dejó la masacre del 17 de septiembre de 1982, facilitó el trabajo de reclutamiento en la vereda por parte de los seis hombres. Los jóvenes se incorporaban a la guerrilla en apariencia convencidos en la lucha de clases y en la liberación del pueblo. Tal vez de estos argumentos sólo tenían las brumas que les dejó 366 Observatorio de Derechos Humanos de la Vicepresidencia de la República - Programa de Derechos Humanos: “Panorama actual del Magdalena Medio (violencias del año 1990-2000)”. 2001. 277 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación el recuerdo del Padre Bernardo López pero, en cambio, sentían la contundencia de su sangre revuelta con el asesinato de sus vecinos y con la amenaza de la muerte367. De acuerdo con datos del Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos, el avance de los grupos armados de autodefensas en la región del Magdalena Medio comprendió tres fases: hasta la mitad de los años ochenta se encontraban estructuras ubicadas en Yacopí, Puerto Berrío, Puerto Boyacá y Cimitarra, las que adquirieron un carácter ofensivo con el apoyo de narcotraficantes y esmeralderos quienes habían empezado a adquirir enormes extensiones de tierra y a instalar procesos de coca en la región. Desde la segunda mitad de los ochenta hasta la primera mitad de los noventa se ubicaron en el centro y norte de la región, con mayor fuerza en los municipios de Antioquia y Santander, en particular San Vicente y El Carmen. Desde la segunda mitad de los noventa consolidaron el control sobre toda la región, desde Puerto Boyacá hasta el sur del César. Los grupos de Ramón Isaza, alias “el Viejo”, se ubicaron en la zona sur del Magdalena Medio, centrados en Puerto Triunfo (Antioquia). Luego tuvieron una expansión tardía hacia el sur, hasta abarcar el norte del Tolima y secciones del occidente de Cundinamarca. Esta expansión explica el montaje de la estructura armada ilegal conocida como FOI. La consolidación y desarrollo de los grupos armados de paramilitares en la región se hizo mediante la sucesión de estructuras en una cadena de alianzas y enfrentamientos, hasta que se produjo la repartición del territorio por lo grupos que protagonizaron las negociaciones con el Gobierno Nacional y las desmovilizaciones, a partir del año 2005. La economía del narcotráfico, además de otras fuentes de financiamiento que garantizaban el control del territorio, se constituyó en el gran motor para el montaje e instalación de estos grupos armados ilegales de paramilitares. Su presencia y accionar debe leerse e interpretarse en la clave de una movilización cuyas finalidades van más allá de su ‘justificación por limpiar o mejorar la sociedad’. En desarrollo de sus finalidades lograron el control territorial con la aquiescencia y colaboración de las autoridades, 367 Crónica inédita titulada “Entre tarde y noche”, del periodista Juan Alberto Gómez, citado en VerdadAbierta: http://verdadabierta.com/component/content/article/35bloques/420-autodefensas-campesinas-del-magdalena-medio. 278 colmaron poblaciones enteras con acciones violentas, produjeron daños individuales y colectivos, profundizaron la condición de vulnerabilidad de muchos sectores sociales dando lugar a afectaciones todavía no reparadas a los pobladores de toda la región. 5.1. Breve descripción de las características geográficas y económicas de las zonas ocupadas por el FOI La denominación “Magdalena Medio” tuvo un origen militar. Surgió en la planeación de acciones militares en la base de Palanquero (Puerto Salgar) en los años sesenta. Desde ese entonces la zona tenía connotaciones de “zona roja” por la violencia de grupos armados y por la persistencia de conflictos sociales368. No se trata de una región en el sentido político y administrativo, ya que cada departamento cuyo eje principal se ubica en la zona andina buscó su salida al río Magdalena, con lo cual los municipios ubicados en sus riveras cumplían un papel funcional a los intereses centrales de cada entidad territorial. Para algunas de estas entidades los territorios en mención eran los más aislados y los menos desarrollados: tal ha sido el caso de Antioquia, el sur Bolívar –tradicionalmente una de las zonas más pobres y abandonadas del país– y Santander, con excepción de la ciudad de Barrancabermeja. Cuando los departamentos han planificado, lo han hecho en función de sí mismos y no en la relación de los municipios de esta región con su entorno ni con el relacionamiento cercano en la zona del Magdalena Medio369. Desde Puerto Boyacá hacia el norte, este y oeste, se trata de territorios de reciente poblamiento o “de colonización”, y por ello aparecen como “mosaicos” sociales y culturales, dada la afluencia de gentes de “otras regiones” bien caracterizadas del país370. No sucede lo mismo en los municipios ubicados al norte de Puerto Boyacá, donde se cuenta con 368 Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio (PDPMM). El Magdalena Medio: una región que se construye por el río. Diagnóstico propositivo. 1996, p. 9. 369 Ibíd., p. 10. 370 Ibíd., p. 11. 279 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación grupos humanos asentados a lo largo del siglo XIX, o con asentamientos desde la Colonia, como puede verse en Mariquita y Honda, municipios que pueden salir de la arbitraria denominación del Magdalena Medio. El área de influencia del FOI involucra zonas urbanas con interesante movimiento de comercio (Honda, Dorada, Guaduas, Mariquita, Pensilvania, etc.) así como zonas con vocación para cultivos agroindustriales al norte del Tolima. Durante los noventa la agricultura comercial, con un marcado desarrollo anterior, se vio afectada por una fuerte contracción a raíz de la apertura económica, lo cual también afectó la economía campesina, generando altos índices de desempleo rural. Esta circunstancia contribuyó a que los cultivos ilícitos se constituyeran en una alternativa a la crisis económica. Así ocurrió con la amapola, cuyos cultivos comienzan a extenderse sobre la Cordillera Central que atraviesa el departamento, bajo el impulso de las guerrillas y de los grupos de paramilitares. En relación con lo anterior, el Magdalena Medio ha contado con ganaderías extensivas que se han expandido desde el sur hacia el norte, empezando en Puerto Boyacá y la Dorada; tal actividad ha avanzado ocupando todos los terrenos aptos tanto para la agricultura, y con mayor razón, los apropiados para la ganadería, en un proceso de potrerización que no ha resultado ajeno al dominio territorial impulsado por los paramilitares en su disputa por el control de la región con los grupos guerrilleros371. Esta ocupación ganadera produjo desalojos tanto de los antiguos colonos y campesinos que se habían asentado en los territorios como de terratenientes tradicionales. Muchas de estas ganaderías no buscan la productividad y la generación de empleo, sino la inversión en tierras para su valorización y el no pago de tributos. La expansión ganadera se estructura con propósitos de dominio territorial en una especie de feudalismo bárbaro, por cuanto el acceso a la tierra a través de grandes capitales foráneos se llevó a cabo involucrando actos de violencia, intimidación y desalojo, estableciendo ejércitos privados y administradores leales e incondicionales a los nuevos terratenientes372. 371 Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio (PDPMM). Diagnóstico agropecuario y rural del Magdalena Medio. 1995, p. 38. 372 Ibíd., p. 38. 280 Este uso de la tierra a través del modelo de ganadería intensiva ha configurado un interés en los últimos lustros por consolidar la frontera ganadera, motivado por la presencia y acción de grupos armados de paramilitares empeñados en un mayor control territorial, cuyo epicentro se ubicaba en La Dorada y Puerto Boyacá. Así sucedió también en la porción del Magdalena Medio santandereano, departamento que en su zona sur (Cimitarra, Puerto Parra, Landázuri, Bolívar y El Peñón), también presenta un perfil dominado por la ganadería extensiva en grandes propiedades. En orden de importancia, el fenómeno se presenta en Cimitarra, Puerto Parra y el bajo Landázuri, zona que si bien no quedó bajo el dominio de los grupos de Ramón Isaza sufrió también el mismo proceso de aseguramiento por estructuras paramilitares, en una estrategia concertada para dominar toda la región. De otro lado, la región plana del sur del Magdalena Medio permite el acceso a dinamismos económicos consolidados en las zonas andinas. Se presentan importantes actividades pecuarias y comerciales alrededor y en la propia ciudad de Bucaramanga; en la zona del oriente antioqueño se asienta una agricultura intensiva en medianos y pequeños fundos, así como algunas de las más importantes hidroeléctricas del país; en el nordeste antioqueño se da una intensa actividad minera; en los municipios de Caldas hay ganaderías y una importante producción de café. En este contexto se debe tener en cuenta que las condiciones de comunicación de la región con la costa atlántica, el centro y el oriente del país ofrecen importantes accesos a mercados para la producción ganadera así como para el transporte de productos ilícitos, otorgando al mismo tiempo una estratégica ubicación desde el punto de vista militar. También debe tomarse en cuenta que la región sur del Magdalena Medio tiene un valor estratégico para las comunicaciones terrestres entre el oriente, el centro y el occidente del país. Las troncales de la Línea y de Letras cumplen un importante papel para desplazar gran cantidad del comercio del país desde y hacia la Cordillera Oriental, la Cordillera Central y el puerto de Buenaventura. Desde allí se desprenden carreteras de acceso a Cundinamarca y Bogotá, todo lo cual explica que se haya constituido en una zona de emplazamiento de grupos guerrilleros y posteriormente paramilitares, como el FOI. 281 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación A raíz de los retenes ilegales y ataques contra la fuerza pública llevados a cabo por las FARC en ambas troncales, las dos vías debieron ser custodiadas intensamente por destacamentos oficiales, al tiempo que los grupos paramilitares consolidaban su presencia en la zona y desestimulaban la relación de la población civil con las guerrillas, mediante acciones de intimidación al campesinado. Son precisamente estas fortalezas geográficas y económicas las que hicieron de este un territorio en disputa, generador de importantes beneficios para el grupo o los grupos que consiguieran su control. Durante la época del dominio paramilitar, la zona se convirtió en productora de narcóticos, en corredor para el tráfico de armas y en foco de inversiones en tierras para narcotraficantes y grupos económicos afines. Aquí vale la pena recordar que la región contaba con una interesante historia de organizaciones y movilizaciones sociales por el reconocimiento y los derechos, historia que vino a ser empañada por la presencia y acción de los grupos guerrilleros. La dominación y el accionar, también atroz, de las guerrillas y la emergencia de la economía del narcotráfico, estimularon la disputa de este territorio por parte de diversas facciones de los grupos paramilitares en estructuras sucesivas, hasta la distribución concertada de todo el Magdalena Medio en una situación consolidada, que persistía cuando sobrevinieron las negociaciones y desmovilizaciones en el 2006. Aunque en el último período Puerto Berrío no estuvo bajo el dominio de los grupos armados ilegales de Ramón Isaza, el testimonio de uno de sus alcaldes da cuenta de la tragedia sufrida allí y en toda la región: Precisamente, ese privilegio de estar geográficamente bien ubicados, y dar acceso a varios departamentos, es lo que ha convertido a Puerto Berrío en una especie de corredor estratégico para el negocio del narcotráfico. A lo que se suma su espesa vegetación que ha servido para la instalación de cocinas para el procesamiento de los alcaloides. El alcalde actual de Puerto Berrío, Robinson Baena expresa: “Geopolíticamente hablando es un punto de conexión con otros departamentos. Desde aquí se llega a Bucaramanga, Manizales, Bogotá, y la Costa Caribe. Si uno en la legalidad aprovecha esto para conectarse con otras regiones. Eso mismo lo harán estos grupos. Para nadie es desconocido que estos grupos al margen de la ley, financian sus actos delincuenciales con el narcotráfico, y otras actividades”, resalta el burgomaestre. Esta como una de las tantas expresiones que pueden encontrarse en toda la zona del Magdalena Medio. 282 El municipio de Puerto Berrío, por décadas ha tenido que afrontar los vejámenes de la guerra. Entre los finales de los años 70’ y mediados de los años 80’, tuvieron que vivir en carne propia las atrocidades de la insurgencia a través de los frentes de las FARC-EP; después se produjo la arremetida paramilitar, procedente del municipio de Puerto Boyacá (Boyacá), cuyo fin era sacar a la guerrilla de la zona. Esto generó aún más violencia, ya que tanto los unos como los otros pusieron a la población civil en el medio, acusándolos de pertenecer o ayudar a uno u otro grupo. Esa coyuntura militar por el control del territorio, se caracterizó por la sistemática violación a los Derechos Humanos. Se volvieron una constante en el municipio las amenazas, los asesinatos selectivos, las masacres, las desapariciones, los desplazamientos masivos y las torturas. Es así, que más de 3.500 personas fueron desplazadas y más de 1.000 personas llegaron. Estas cifras corresponden al período entre 1997 y el 2011, según datos del sistema de información de Acción Social. Se calcula que toda esta violencia pudo haber dejado más de 1.000 víctimas entre desaparecidos y asesinados. Aunque aún existe un subregistro, por el temor de las personas a denunciar. Doña María* hace un alto en el camino y recuerda quiénes han sido los causantes de tanta desgracia, “Por aquí, han pasado el Bloque Central Bolívar, el Bloque Metro, el Bloque Magdalena Medio de Ramón Isaza, y otras más, y las víctimas o sus familiares no saben de quienes fueron sus agresores”373. Después de que el Bloque Metro fue aniquilado por el Bloque Central Bolívar, en el Magdalena Medio, “Julián Bolívar” pretendió crear un frente en La Sierra, sin embargo esa pretensión se vio truncada. Isaza afirma que esto se debió a que líderes comunitarios y ganaderos de esa población, le enviaron una carta a “Julián Bolívar” y a él solicitándole al BCB retirarse de La Sierra y a Isaza pidiéndole permanecer374. 373 Observatorio de Paz Integral – OPI. “Paramilitares en el Magdalena Medio: 22 asesinatos en Puerto Berrío en lo corrido del año”. Miércoles 15 de agosto de 2012. *Nombres cambiados a petición de los entrevistados por razones de seguridad. 374 Barón Villa, Mauricio. Apogeo y caída de las autodefensas de Puerto Boyacá: del paramilitarismo a los señores de la guerra en el Magdalena Medio. Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Ciencias Humanas. Departamento de Historia. Bogotá, 2011, pp. 73-74. 283 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación 5.2. Antecedentes del grupo armado Frente Omar Isaza (FOI) De acuerdo con lo documentado por la magistratura de Justicia y Paz, las estructuras de grupos armados ilegales autodenominadas Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio (ACMM), dirigidas por Ramón Isaza, alias “el Viejo”, tienen como antecedente un grupo armado ilegal autodenominado “los Escopeteros” que surgió hacia 1978. En sus inicios tenía como base de operaciones el municipio de Puerto Triunfo y desde allí incursionaba hacia otros municipios de Antioquia y Caldas. Al comienzo este grupo contaba con el impulso y apoyo del Ejército Nacional y con aportes financieros de ganaderos de la región375. Desde 1983 el grupo se vinculó con las autodefensas de Puerto Boyacá, que contaban con mayores recursos económicos provenientes de su alianza con el narcotráfico y con los esmeralderos376. Desde 1987 se producen las alianzas del grupo armado ilegal de Puerto Boyacá con los grupos de paramilitares de los hermanos Castaño e importantes capos del narcotráfico, lo que explica que Ramón Isaza estuviera un tiempo ayudando a conformar un grupo armado ilegal en los llanos de Yarí, en el departamento del Meta377. Por la misma época se instalan las escuelas de formación de paramilitares bajo la conducción de mercenarios israelíes y británicos en el Magdalena Medio, en las que participan miembros del grupo de Ramón Isaza, que vienen de la época de los Escopeteros378. La Asociación Campesina de Ganaderos del Magdalena Medio (ACDEGAM), creada en 1982 y con sede en Puerto Boyacá, cumplió un papel central en la conformación de grupos paramilitares, en asocio con las autoridades del municipio de Puerto Boyacá y autoridades militares de la zona379. 375 Tribunal Superior de Bogotá. Providencia de control de legalidad a la aceptación de cargos de Ramón Isaza, alias “el Viejo”. Rad. Interno 1520 del 5 de octubre de 2012, pp. 198 y ss. 376 Ibíd., pp. 202 y ss. 377 Ibíd., pp. 204, 208 y ss. 378 Ibíd., pp. 209 y ss. 379 Tribunal Superior de Bogotá, Sala de Justicia y Paz, óp. cit., p. 203. 284 A comienzos de los noventa, ante la fricción entre el capo del narcotráfico, Pablo Escobar, y los jefes paramilitares de Puerto Boyacá, Ramón Isaza separa su grupo para enfrentar solo sus contradicciones con Escobar. En 1991 se produce la desmovilización de un importante número de paramilitares de Puerto Boyacá380. Con la muerte de Escobar y de varios líderes del grupo de Puerto Boyacá se produce una reorganización de sus estructuras, cuya dirección fue asumida en Puerto Boyacá por Arnubio Triana Mahecha, alias “Botalón”, en Yacopí (Cundinamarca) por Luis Eduardo Cifuentes Galindo, alias “el Águila”, mientras en el Magdalena Medio continuó la estructura de Ramón Isaza381. A partir de este momento, el grupo armado ilegal de Ramón Isaza se autodenominó Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio antioqueño (ACMM) e inicia su expansión a otros municipios y la diversificación de frentes de operación con familiares de su jefe al mando de cada uno de ellos. Estos pequeños grupos conformados crecen de acuerdo con la capacidad de captura o depredación de rentas382. En el año 2000 se produce una reorganización de subgrupos armados al interior de la estructura y se crea el grupo armado ilegal autodenominado Frente Omar Isaza (FOI), bajo la dirección de Luis Fernando Herrera Gil, alias “Memo Chiquito” o “Juan Carlos”, y Walter Ochoa Guisa, alias “el Gurre”. Este grupo fue el de mayor expansión en esta nueva época de la estructura criminal de Ramón Isaza y extendió su influjo por varios departamentos. En el Tolima: Honda, Mariquita, Armero (Guayabal), Palo Cabildo, Frías, Falan, Casabianca, Herveo, Fresno, Venadillo y Villahermosa. En Caldas: Samaná, Norcasia, Marquetalia, Manzanares, Pensilvania, Victoria y la Dorada. En Antioquia: San Miguel (Sonsón). En Cundinamarca: Puerto Bogotá (Guaduas) y Cambao (San Juan de Rioseco)383. El semanario Verdad Abierta resume testimonios recopilados por la Fiscalía sobre los liderazgos en el establecimiento de la estructura armada ilegal del FOI: 380 Ibíd., p. 215. 381 Ibíd., pp. 216-217. 382 Ibíd., p. 218. 383 Ibíd., pp. 234-235. 285 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Según la Fiscalía, la expansión de las ACMM antioqueño obligó a Ramón Isaza a descentralizar el poder. Creó entonces cinco frentes, cada uno con 50 hombres a cargo de un comandante. El que se asentó en Tolima fue el frente “Ómar Isaza”, comandado políticamente por Walter Ochoa Guisao, alias “El Gurre”, y militarmente por Luis Fernando Herrera Gil, alias “Memo Chiquito”. “Alias ‘El Gurre’ y el empresario Javier Sandoval, alias “El Patrón” o “Morrongo”, se asociaron para crear el frente Ómar Isaza en las veredas de Mariquita y Fresno, afirmó un ex concejal que declaró bajo reserva en la audiencia del proceso de parapolítica contra el ex senador Luis Humberto Gómez Gallo384. La distribución de grupos y territorios realizada por la estructura armada ilegal llamada ACMM no fue siempre fija, en muchas ocasiones diversos grupos hicieron presencia en el mismo territorio. Si bien la zona de influencia de las ACMM se dirigía, en principio, del valle del río Magdalena en la zona de Antioquia hacia los municipios ubicados en las montañas. La expansión y organización de grupos llevada a cabo desde el año 2000 los llevó a cubrir varios departamentos en la misma lógica desde las zonas planas adyacentes al mencionado río hacia las montañas de los departamentos de Caldas, Tolima y Cundinamarca. El siguiente aparte de Verdad Abierta resume esta característica territorial y geográfica del grupo: Aparte de la lucha contrainsurgente, el interés de los paramilitares en el Tolima fue el dominio del río Magdalena y de los ejes viales que conectan el centro con el norte y el sur del país, con puntos claves de vigilancia del transporte hacia el sur y el norte del departamento. El cobro de gramaje sobre la coca que provenía de Putumayo, Caquetá y Huila, el cobro de vacunas a los arroceros y el robo de gasolina, fueron las principales fuentes de financiación. Al tiempo, comenzaron a penetrar la política local. Según el testigo, “El Patrón” (o “Morrongo”) “era amigo de Gómez Gallo y fue el financiero de su campaña. Cada presidente de las Juntas de Acción Comunal de las veredas recibió un aporte económico de Javier Sandoval para que apoyaran la campaña de Gómez Gallo […] Alias “Elkin” o “Tajada” me dijo que si no votaba por Gómez Gallo, me mataban”385. 384 Véase “El largo recorrido del paramilitarismo en Tolima”. Martes 29 de mayo de 2012. En: www.verdadabierta.com/nunca-mas/index.php?option=com_content&id=4023 385 Ibíd. 286 5.3. El accionar del grupo armado ilegal FOI El accionar del FOI involucra actos de delincuencia común y actos de violencia asociada al conflicto armado. Las zonas donde se instaló y actuó el grupo presentaron un importante incremento en los homicidios de civiles. A la par de las acciones para presionar o enfrentar facciones guerrilleras, se cometían actos delictivos, sobre todo homicidios y desplazamientos forzados, contra la población civil. En ocasiones se atentó contra líderes sociales que promovían organizaciones para reclamar derechos y reivindicaciones sociales. Es el caso del arquitecto John Jairo Gómez Builes, quien fuera líder de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos, en la Dorada (ANUC). Gómez Builes fue asesinado en el 2004, en presencia de miembros de su familia. El atentado contra su vida se explica por sus denuncias acerca de hechos sucedidos en la hacienda el Japón de la Dorada, donde asesinaban personas y se las depositaba en fosas comunes allí mismo. La hacienda había sido propiedad del narcotraficante Jairo Correa Alzate, a quien le fue expropiada por la Dirección Nacional de Estupefacientes (DNE), entidad que la entregó al Ministerio de Agricultura y el INCODER, para fines de reforma agraria. Al final, este bien quedó en manos de ganaderos con nexos con el paramilitarismo y familiares de Jairo Correa Alzate. El arquitecto líder de la ANUC promovía que la hacienda, con alrededor de 600 hectáreas, fuera entregada a campesinos. La reivindicación del acceso a la tierra para los campesinos y las denuncias de hechos de violencia vinculados con la hacienda, lo llevó a enfrentamientos con políticos y paramilitares de la región. El jefe máximo del grupo armado ilegal, Ramón Isaza, manifestó en sesión de versión libre del 3 de agosto de 2009 que la hacienda El Japón sirvió de base paramilitar del FOI. Aunque no aceptó cargos, expresó que la zona era manejada por su subalterno Walter Ochoa Guisao, alias “El Gurre”, quien fungía como uno de los jefes del subgrupo armado ilegal FOI, de quien dijo: “[…] mataba, mataba y mataba, pero no decía qué pasaba […] en La Dorada se moría mucha gente que no se sabía de qué”386. 386 En: http://www.verdadabierta.com/justicia-y-paz/1493-isaza-da-pistas-sobreasesinato-de-arquitecto-y-lider-campesino-de-la-dorada. Miércoles 5 de agosto de 2009. 287 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación El índice de homicidios en Caldas se incrementó. En el periodo 1997-2007 se registraron 9.446 homicidios, fenómeno que puede explicarse por la presencia y expansión paramilitar con orientación hacia el asesinato selectivo: La consolidación de las FARC en el departamento a finales de los noventa y la incursión de las autodefensas en los años 2000 generaron un incremento en la intensidad de la confrontación armada, la tasa de homicidio y el número de secuestros entre 1998 y 2002 y en general de los diferentes indicadores de la violencia387. Este incremento de la violencia se evidencia en los siguientes cuadros tomados del informe de la MOE: Homicidios y civiles muertos en conflicto en Caldas, 1997-2007 1.400 45 35 Homicidios 1.000 30 800 25 600 20 15 400 10 200 5 0 0 1.997 1.998 1.999 2.000 Homicidios 2.001 2.002 2.003 2.004 2.005 Muertos civiles en combate Eje derecho: civiles muertos en conflicto Eje izquierdo: homicidios. Fuente: Homicidios: Policía Nacional. Base de Datos en Acciones de Conflicto Armado de Cerac. 387 Misión de Observación Electoral – MOE, Corporación Nuevo Arco Iris, óp. cit., p. 8. 288 2.006 2.007 Muertos civiles en combate 40 1.200 Los índices de secuestro y desplazamiento forzado también se incrementaron desde 1999, a medida que los grupos de paramilitares consolidaban su control del territorio. Tal incremento puede apreciarse en el siguiente cuadro tomado del informe de la MOE: Desplazados y secuestrados en Caldas, 1997-2007 25.000 120.000 Desplazados 80.000 15.000 60.000 10.000 Secuestrados 100.000 20.000 40.000 5.000 20.000 0 0 1.997 1.998 1.999 2.000 2.001 2.002 2.003 2.004 2.005 2.006 2.007 Desplazados Secuestrados Eje derecho: secuestrados Eje izquierdo: desplazados. Fuente: estimaciones de Cerac basadas en Sipod de Acción Social y RUT de la Pastoral Social de la Conferencia Episcopal de Colombia. Fondelibertad 289 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación El departamento de Caldas tiene 27 municipios. En el 2002 las FARC alcanzaron su máximo nivel de influencia, con presencia en ocho de ellos, presencia que descendió y luego volvió a incrementarse entre los años 2006 y 2007. Por el lado de los paramilitares, hicieron presencia desde 1999 en tres municipios, y posteriormente en cinco, en el año 2004. Otro aspecto a considerar fueron los municipios en disputa entre los grupos, los cuales pasaron de siete en el año 1999 a dieciséis en el año 2000. Mientras el grupo armado ilegal autodenominado Frente Cacique Pipintá, del llamado Bloque Central Bolívar, hacía presencia en los municipios de las zonas altas, los grupos armados ilegales de las ACMM hacían presencia en los municipios de las vertientes orientales, desde las zonas planas del valle del río Magdalena. Con la consolidación de la presencia de las guerrillas de las FARC, entran en disputa los grupos paramilitares y los índices de violencia aumentan, como ya se puso en evidencia388. El departamento del Tolima también resultó muy afectado por el conflicto armado, ya que allí actuaron de manera persistente las guerrillas de las FARC y en zonas precisas grupos muy activos del ELN (entre Líbano y Mariquita, en el corregimiento de Frías y en el municipio de Falan). Con el establecimiento de los grupos paramilitares la compra de tierras por narcotraficantes se intensificó, sobre todo en los municipios de Alvarado, Ambalema, Guayabal, Carmen de Apicalá, Coello, Cunday, Espinal, Falan, Flandes, Fresno, Natagaima, Piedras, Saldaña, Suárez, Venadillo y Villarrica. Así como el incremento de la economía ilegal por cultivos de amapola. Como se recuerda, el Tolima fue uno de los principales escenarios de “La Violencia” de los años cincuenta, por cuenta del fenómeno del bandolerismo. En su zona sur se organizaron núcleos de autodefensa campesina de orientación comunista que sucedieron a grupos de resistencia liberal, que fueron la base para la creación de las FARC en 1964. Otros grupos de autodefensa estuvieron integrados por comunidades en resistencia a las guerrillas comunistas que poca relación de continuidad tienen con los grupos paramilitares que operaron a partir del año 2001 y sus antecesoras de los años noventa. La guerrilla hizo presencia durante años en los municipios de minifundio de la región Andina, pero también en los de campesinado de mediana y gran propiedad En el noroccidente del departamento operaron el ELN, las FARC, el ERP y los grupos de paramilitares que 388 Ibíd., pp. 15-17. 290 se expandieron desde Puerto Boyacá. El oriente del Tolima, muy relacionado con Cundinamarca, había tenido a las guerrillas de las FARC como grupo armado ilegal preponderante. Con la crisis económica y el desempleo ocasionado sobre todo en la población campesina, por el retroceso vivido en el campo en los años noventa, los cultivos ilícitos tomaron el protagonismo. La amapola se erigió en fuente de ocupación y generación de ingresos para sectores pobres del campo y para los grandes hacendados, ganaderos y terratenientes quienes, además, se asociaron con narcotraficantes y políticos. La violencia relacionada con el negocio de la amapola generó una población campesina trashumante y vulnerable así como una comunidad indígena inmersa en un conflicto agrario que alteró sus cosmovisiones, sus conceptos en seguridad alimentaria y el tejido social construido bajo sus costumbres y cultura. Los impactos de esta economía ilegal en el norte del Tolima pueden explicar el interés de las ACMM de implantar parte de sus estructuras armadas en esta zona: Sobre este particular el sociólogo Alejandro Reyes, identifica claramente dos regiones afectadas por este fenómeno: las tierras bajas situadas en el Valle del Magdalena, donde se ha concentrado la mayor inversión de los narcotraficantes, el piedemonte de la Cordillera Central, en la zona sur, donde las compras obedecen a la expansión de los cultivos de amapola. Los municipios donde las compras han sido especialmente notables son Honda y Mariquita hacia el norte del Tolima389. Los señores de la guerra de Puerto Boyacá y Puerto Triunfo, ya mencionados, alias “Botalón” y alias “el Viejo”, consolidaron el dominio de toda la región sur del Magdalena Medio, bajo la supuesta “labor social”, que no era más que el uso de la fuerza, la violencia y el terror sobre las poblaciones como herramientas de poder y control. Las estructuras armadas ilegales de Ramón Isaza, alias“el Viejo”se expandieron hacia el sur de Puerto Triunfo, hasta alcanzar Caldas y el norte del Tolima, municipios afectados de manera sistemática por las guerrillas. El jefe político del FOI, Walter Ochoa Guisao, alias “El Gurre”, estuvo desde temprana edad con Ramón Isaza. Más adelante integró de modo formal el grupo armado, donde comandó acciones de narcotráfico, contrabando de combustible, masacres, asesinatos, desplazamientos y desapariciones forzadas. Muchos cuerpos de sus víctimas fueron depositados en fosas comunes o 389 Ibíd., p. 5. 291 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación arrojados al río Magdalena. Se trató de uno de los frentes más violentos de las ACMM, además de los asesinatos individuales fueron autores de masacres como las siguientes: masacre de la vereda La Esperanza en el Carmen de Viboral (Antioquia), cometida el 3 de mayo de 1997; masacre de La Leonera, en Fresno (Tolima), el 3 de mayo de 2001; masacre de La Parroquia, el 16 de julio de 2001 en Mariquita (Tolima); masacre de Frías, el 15 de septiembre de 2001, en Frías (Falan, Tolima); masacre de cazadores, el 17 de enero de 2003, en la finca San Jorge, corregimiento de Méndez, en Armero – Guayabal (Tolima) y la masacre de Bucamba, el 11 de febrero de 2003 en Playas de Bucamba, de La Dorada (Caldas)390. De acuerdo con la legalización de aceptación de cargos de Ramón Isaza, se pueden agregar a la lista anterior la masacre de Guaduas, del 29 de marzo de 2001; la masacre del río Guarinó, el 4 de noviembre de 2000; y la de los camioneros de la empresa SAFERBO, el 5 de noviembre de 2000. El esclarecimiento y establecimiento de la verdad sobre el accionar de los grupos que constituyeron la estructura armada de Ramón Isaza, ha contado con la dificultad de que se produjeron a su interior asesinatos de varios de sus miembros, lo cual impide establecer “responsabilidades” directas de los hechos, porque la que se deriva por cadena de mando deben recaer sobre el jefe máximo de la estructura. Sucede que a la par de un no reconocimiento de hechos, se han endilgado la responsabilidad de unos sobre los otros; aún más, algunos de los perpetradores no se encuentran dentro del proceso de Justicia y Paz. Esta situación ha generado en las víctimas y en la opinión pública interesada en el tema una sensación de incertidumbre, que se recoge en el siguiente apartado de Verdad Abierta: La mayor parte de la verdad se fue a la tumba con los paramilitares asesinados en riñas entre ellos mismos, dentro de esas verdades, está la que coinciden en afirmar los postulados de Justicia y Paz del Frente Ómar Isaza (FOI) que se llevó Luis Fernando Herrera Gil, más conocido como “Memo Pequeño”, a quien insisten en señalar como el culpable de los “desmanes” ocurridos en los departamentos, donde era el comandante militar. […] Sólo ellos saben si lo hacen por ocultar que otros comandantes también conocieron y autorizaron lo hecho por “Memo”, pero a este hombre le imputan el haber ordenado todas las muertes, masacres, desapariciones y demás delitos de lesa humanidad cometidos por las AUC en parte de Antioquia, Caldas y Tolima. 390 En: http://www.CNRR.org.co/contenido/09e/spip.php?article856 292 Para los postulados a la Ley de Justicia y Paz, “Memo Pequeño” era el más sangriento de los paramilitares, el hombre que nunca dio órdenes distintas al asesinato de todas las personas “capturadas” por las AUC, que terminó convirtiéndose en un psicópata, con el poder que tenía como comandante militar. Este paramilitar ordenaba los asesinatos, que dejaban ver sus problemas psicológicos, como el desmembramiento de sus víctimas aún en vida, torturas hasta causar la muerte, masacres colectivas, entre otras391. El jefe del grupo armado, Ramón Isaza, se ha referido a sus acciones como “labor social”. El grupo se atribuyó la autoridad de intervenir en conflictos cotidianos de las personas y comunidades sometidas a su ocupación militar. En ocasiones, tales intervenciones eran solicitadas y aceptadas, mientras en otros momentos tal intervención era autoatribuida. Muchas veces tales acciones se prestaban para cometer arbitrariedades ocasionadas de modo deliberado por rencillas al interior de las comunidades. Este tipo de intervención en la conflictividad cotidiana sobre la base de un poder armado ilegal y violento, produce daño psicosocial en las comunidades, daños a la institucionalidad del Estado y una dislocación del sentido de la autoridad legítima y de los valores que deben regir la vida de los conglomerados sociales. El sometimiento a este tipo de grupos constituye también una vulneración de los derechos y libertades civiles. 5.3.1. Hechos con impacto colectivo en el municipio de Mariquita A partir de los delitos cometidos en el municipio de Mariquita documentados por la Fiscalía, se presenta la siguiente tipología sobre las circunstancias de modo y lugar del accionar del FOI. Tipología que se constituye en uno de los elementos para el posterior análisis del daño colectivo. 391 En: www.verdadabierta.com/justicia-y-paz/1596. “La verdad se fue con ellos” (El Nuevo día). “El asesinato de algunos comandantes del Frente Ómar Isaza y el silencio de otros “paras” tienen en vilo la verdad sobre el paso del paramilitarismo por Tolima, Caldas y Antioquia”. Publicado en El Nuevo Día, 01/09/09. 293 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Violaciones de derechos individuales con impacto en un colectivo Suceso Se presentaron amenazas y desplazamientos hacia personas que se oponían a pagar las cuotas establecidas por los grupos armados. Víctima/s 1 Significado y consecuencias Motivación Con estas prácticas se establecieron obligatoriamente dinámicas de autoridad y soberanía ilegal, en donde las personas que no cumplieran con estas nuevas reglas eran sometidas a castigos estipulados por el grupo ilegal. Estas prácticas, por lo tanto, son un atentado sobre la libertad y, en especial, representan una afectación colectiva en cuanto se violan los derechos individuales. Las consecuencias de estas amenazas y desplazamientos derivadas del incumplimiento de lo estipulado por el grupo ilegal, instauran en la población actitudes sumisas y de desesperanza, impidiendo de esta forma cualquier acción en contra de la violencia y las prácticas ilegales. Se realizaron asesinatos selectivos, algunos públicos, de personas que eran señaladas como presuntos consumidores de sustancias psicoactivas o “viciosos”. Como víctimas de la mal llamada limpieza social, fueron asesinados en lugares públicos, sacados de sus casas y luego en descampados. 294 Varios Las acciones de la mal llamada limpieza social generan un mensaje de desprecio, así como la muerte de gente relacionada con los vicios, delitos, homosexuales, personas que no pertenecen a la comunidad, etc. Sin embargo, estos asesinatos selectivos instauran en la sociedad una estigmatización de prácticas, las cuales no se permiten, bajo un supuesto perjuicio sobre la sociedad, al parecer paradójico ya que es mejor (para el grupo armado y según ellos para la sociedad) matarlos. El asesinato por la mal llamada limpieza social de personas vinculadas a la delincuencia, aparte de dar un mensaje de autoridad y consecuencias del delito, también instaura una tradición de eficacia de justicia para la comunidad, basada en la violencia indiscriminada. Mal llamada limpieza social Vicioso Suceso Víctima/s Se realizaron asesinatos selectivos de personas señaladas como presuntas expendedoras de sustancias psicoactivas (Dealer). Como víctimas de la mal llamada limpieza social, fueron asesinados en lugares públicos, o sacados de sus casas y llevados a descampados. 1 Se realizaron asesinatos selectivos de personas que eran señalados como presuntos delincuentes. Como víctimas de la mal llamada limpieza social, fueron asesinados en lugares públicos o sacados de sus casas y luego llevados a descampados. Varios Se realizaron asesinatos selectivos de personas que eran señalados como personas extrañas a la región. Varios Se realizaban asesinatos contra personas que presentaran trastornos mentales, así como de personas que bajo su concepción no estaban bien de la cabeza y eran obscenos. Varios Significado y consecuencias Motivación Se entrevé concepciones sobre la humanidad dirigidas a que la disfuncionalidad no es útil y por tanto no merece vivir, además de que causa daño e incomodidad a la comunidad (por sus prácticas). Mal llamada limpieza social Dealer El asesinato de quienes son considerados como objetivo militar siguiendo estos presupuestos, aparte de tener implicaciones sobre la vida, también causa daños físicos y psicológicos a las personas cercanas a ellos y, en general, a la población, ya que los conocidos o familiares también pueden verse en peligro. Este peligro diremos “colateral”, podría decirse que genera en la comunidad un ambiente de desconfianza y recelo, de manera que la cercanía entre conocidos no será definitiva, por miedo a represalias contra ellos (Esto teniendo en cuenta que, generalmente, los grupos ilegales consideraban o juzgaban, en algunos casos arbitrariamente, como presunto consumidor de sustancias o ladrón, a las personas de manera que no se sabía a quién consideraban objeto de limpieza). Mal llamada limpieza social Delincuente o antecedentes Mal llamada limpieza social Persona que no era de la región Mal llamada limpieza social Trastornos mentales y exhibicionismo 295 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Suceso Víctima/s Se realizaron amenazas, secuestros y asesinatos de personas que eran señaladas de tener nexos con la guerrilla. Varios Se realizaron extorsiones, se obligó al desplazamiento forzado y se cometieron asesinatos contra personas que intentaban denunciar los hechos violentos del FOI. 1 Significado y consecuencias Presuntos nexos, generalmente inexistentes, dando a la comunidad inseguridad por la arbitrariedad de las acciones del grupo armado. Nexos con la guerrilla Por otro lado, en algunos casos los asesinatos se realizaban en espacios y lugares públicos (Tal vez para dar un mensaje sobre el pertenecer o auxiliar al grupo contrario, o pudo ser solo por azar), por lo tanto los asesinatos en sí mismos en áreas públicas causaban gran impacto y miedo generalizado a asistir a estos lugares, ya que en ocasiones resultaban heridas personas inocentes. La violencia y los delitos cometidos contra las personas que buscaban denunciar los delitos cometidos contra la población, representan una clara violación sobre el derecho a la verdad. La imposibilidad de saber qué fue lo que pasó con una persona de interés se enmarca en una restricción sobre la elaboración misma de la violencia o del hecho violento, y por lo tanto, se prolonga así la violencia y la victimización de las personas cuyos familiares o personas cercanas fueron víctimas de la violencia. Como consecuencia de este proceso de ocultamiento de la verdad, se producen en la población sensaciones de frustración e impotencia ante los procesos de violencia. 296 Motivación Denunciar sobre los asesinatos (móviles y autores) de la organización ilegal Suceso Víctima/s En momentos en que la víctima se encontraba visitando a su novia Catherine, en la vereda Albania del municipio, llegaron cinco varones adultos, de los cuales dos se quedaron afuera de la casa y tres entraron, lo amarraron, lo sacaron y se lo llevaron, sin que se volviera a saber de su paradero. Jhon Carlos Chica Higinio Significado y consecuencias La utilización de la ACMM con fines personales, acusando a una persona de ser parte o colaborar con las FARC, evidencia la percepción de solución de problemas y, por lo tanto, de afrontamiento de los mismos basados en la violencia, y peor aún, en la muerte. Este tipo de prácticas se presentan posiblemente por la instauración de una tradición de asesinatos por razones insuficientes, lo cual se permea a la sociedad y se utiliza para solucionar diferencias personales. Motivación Falsa denuncia de que la persona pertenecía o auxiliaba a las FARC Sobre la víctima pesaba el señalamiento de ser guerrillero, razón por la cual se ordenó su muerte. Posteriormente, dentro del mismo marco normativo de la Ley 975 de 2004, se estableció que la víctima no era guerrillero, que la información fue suministrada por Jhon Jairo Yepes, apodado “El Chivo”, por estar pretendiendo a la misma mujer, quien habría utilizado a las ACMM para asesinar a Jhon Carlos Chica Higinio. 297 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación En la ciudad de Mariquita, a diferencia de Fresno, ocurría frecuentemente que se ejerciera una magnanimidad armada y arbitraria, ya que se proferían actos de perdón por supuestas infracciones cometidas por primera vez por sus habitantes. El grupo armado ilegal dictaminaba sanciones consistentes en condenas pecuniarias y amenazaba de muerte si se daba una repetición. Los asesinatos en lugares públicos se reconocían como orientados a ser públicos, que la gente los conociera, de modo que se produjera miedo a repetir supuestos comportamientos de las personas asesinadas. Estas prácticas produjeron terror y miedo generalizado a los lugares públicos en donde ocurrieron asesinatos, relacionándolos así con la violencia y, en especial, con la muerte. 5.3.2. Hechos en el municipio de Fresno con impacto en el colectivo A partir de los delitos cometidos en el municipio de Fresno documentados por la Fiscalía, se presenta la siguiente tipología sobre las circunstancias de modo, lugar y significado social de algunas acciones del FOI. Tipología que se constituye en uno de los elementos para el posterior análisis del daño colectivo. En ocasiones los homicidios fueron múltiples, es decir, con un número plural de víctimas, conocidos como masacres, las que producen un impacto momentáneo de mayor terror. Sin embargo existen violaciones de derechos que tienen varias implicaciones y pueden estar enmarcadas en más de un tipo de daño colectivo, por tanto aparecerán en las dos tablas referidas a los daños colectivos correspondientes. Violación sistemática y/o generalizada de derechos individuales con impacto en un sujeto colectivo 298 Suceso Víctima/s Significado y consecuencias Motivación Los procesos de la mal llamada limpieza social contra las personas homosexuales y con prácticas de género no convencionales representan un intento de homogenización de la conducta humana, instaurando de esta forma códigos sexuales particulares impuestos a contra-cultura. Se realizaron asesinatos selectivos de personas que eran señaladas como “homosexuales”. Como víctimas de la mal llamada limpieza social, fueron sometidas a desaparición forzada y en algunos casos de manera posterior fueron hallados sus cuerpos asesinados. Varios Se producen procesos de estigmatización sobre la personas de orientaciones sexuales y de género que no van con la homogenización impuesta, causando daño sobre la construcción de identidad y sobre los derechos individuales. Mal llamada limpieza social Homosexual Con esta estigmatización, acogida por la población, las personas con este tipo de orientaciones no tienen otro camino que adaptarse a las condiciones del territorio, dejando de lado el disfrute de su libertad sexual y de género, viéndose obligadas a comportarse según lo establecido por las prácticas hegemónicas de la sexualidad tradicional. 299 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Violaciones de derechos individuales con impacto en un colectivo 300 Suceso Víctima/s Significado y consecuencias Asesinatos, desapariciones, desplazamientos, amenazas individuales y sistemáticas a finqueros, familias y personas por no pagar vacunas o cuotas exigidas por las autodefensas. Varias La imposición de vacunas e impuestos a las personas de la comunidad representa una sustitución de la acción estatal, legitimando la presencia y acción de un grupo particular. Esta instauración del grupo como representante de la comunidad, se da poco a poco por medio de la imposición de normas obligatorias, las cuales dan derecho a ser protegido y a exigir, por lo tanto es la participación de estas prácticas lo que instaura al grupo armado como ente representante de la comunidad. Se realizaron asesinatos selectivos de personas que eran señaladas como presuntas consumidoras de sustancias psicoactivas o “viciosos”. Como víctimas de la mal llamada limpieza social, fueron asesinados en lugares como fincas, paradores, o fueron sometidos a desaparición forzada. Varias La mal llamada limpieza social por diversas razones (consumo de sustancias, distribución de sustancias, delincuencia, trastornos o deficiencias mentales) impone una representación deshumanizadora sobre tales conductas y las personas así calificadas son concebidas por la organización como ausentes de derechos fundamentales, fundamentando tal concepción en un supuesto riesgo para los demás integrantes de la comunidad, quienes podrían tomar ejemplo y seguir los mismos pasos. Podría decirse que estas organizaciones prefieren evitar esfuerzos en procesos de rehabilitación, y consideran mejor “cortar el problema de raíz”; así la muerte se enmarca como una opción factible y naturalizada para confrontar los fenómenos sociales. La muerte entra a formar parte de la cultura del territorio, y se naturaliza su práctica. Motivación Mal llamada limpieza social Vicioso Suceso Víctima/s Significado y consecuencias Motivación Se realizaron asesinatos selectivos de personas que eran señaladas como presuntas expendedoras de sustancias psicoactivas (Dealer). Como víctimas de la mal llamada limpieza social, fueron asesinados en lugares públicos, en sus propias casas, o llevados a descampados. Varias Mal llamada limpieza social Se realizaron asesinatos selectivos de personas que eran señaladas como delincuentes. Como víctimas de la mal llamada limpieza social”, fueron desaparecidos o asesinados en lugares públicos (en calles o bares), en sus propias casas o llevados a descampados. Varias Mal llamada limpieza social La víctima fue asesinada con disparos de arma de fuego. José Abel Arango Rivera, o Valencia Delincuente o antecedentes Mal llamada limpieza social. Trastornos mentales 301 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación 302 Suceso Víctima/s Significado y consecuencias Motivación Se realizaron asesinatos selectivos de personas que eran señaladas como “homosexuales”. Como víctimas de la mal llamada limpieza social fueron sometidos a desaparición forzada y posteriormente asesinados. 1 Los procesos de mal llamada limpieza social en contra de la homosexualidad y las prácticas de género no convencionales representan un intento de homogenización cultural, instaurando de esta forma códigos sexuales particulares impuestos a contra-cultura. Se producen procesos de estigmatización que se incorporan en el imaginario de la población, acogiéndolos como práctica local en un desarrollo de actitudes discriminatorias hacia las manifestaciones sexuales no convencionales, actitudes que son impuestas a la fuerza por el grupo armado. Mal llamada limpieza social Se realizaron asesinatos selectivos de personas que eran señaladas como ajenas y extrañas a la región y, por tanto, posiblemente pertenecientes o con nexos en la guerrilla, o como responsables de buscar información. 2 Las prácticas de muerte contra personas extrañas o que no pertenecen a la región, bajo el señalamiento supuesto de ser infiltrados, colaboradores o bien porque se sospechaba que tenían intereses contra la organización. Mal llamada limpieza social Se realizaron asesinatos selectivos de personas que eran señaladas como ex miembros de la guerrilla o con nexos actuales con ella Estos asesinatos generalmente se producían en lugares públicos o en las zonas rurales. Varios Este tipo de asesinatos se enmarca sobre la ley imperante en la región, la cual sentencia que cualquiera que pertenezca a la guerrilla contradice los supuestos ideológicos de las ACMM. Estas concepciones pasan a formar parte de leyes generales que se instauran en la concepción de legalidad cultural, distorsionando las prácticas culturales locales. Desaparición forzada por nexos con la guerrilla Homosexual Persona que no era de la región Suceso Víctima/s Significado y consecuencias Motivación A las instalaciones de la emisora Fresno Estéreo arribaron personas armadas y desconocidas, quienes dispararon sobre la víctima, periodista y director de dicha emisora. Arquímedes Arias Henao El asesinato de personas relacionadas con la comunicación social, en especial de personas públicas con posiciones contrarias o críticas sobre la organización ilícita, conlleva un mensaje específico sobre la población general que intenta establecer la imposibilidad de mostrarse como opositor o contrariar las prácticas e ideologías de la organización. Libre expresión Esta imposibilidad de expresión representa una violación a la autonomía y la libertad pues somete a las personas a un silencio rotundo, por tanto, en tales casos, se puede hablar de una complicidad obligada. Este fenómeno podría tener implicaciones tales como el desarrollo de sentimientos de frustración generalizada y, en algunos casos, sufrimiento por verse como parte de la violencia y no poder hacer nada al respecto. Se realizaron asesinatos selectivos, desapariciones forzadas, amenazas y desplazamiento forzado a personas que estaban averiguando sobre algunos actores y asesinatos de amigos, familiares, etc., buscando venganza por asesinatos, o buscando denunciar asesinatos. Varias La violencia y los delitos cometidos contra las personas que buscan averiguar o denunciar los actos cometidos contra un familiar o sobre alguien en particular, representan una clara violación sobre el derecho a la verdad. La imposibilidad de saber qué sucedió con una persona se enmarca en una restricción sobre la elaboración misma de la violencia o del hecho violento, y por lo tanto, se prolonga así la violencia y la victimización de las personas cuyos familiares o personas cercanas fueron víctimas de la violencia. Como consecuencia de este proceso de ocultamiento de la verdad, se producen en la población sensaciones de frustración e impotencia ante los procesos de violencia. Averiguar o denunciar sobre los asesinatos (móviles y autores) de su familia, querer tomar venganza 303 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Suceso Víctima/s Significado y consecuencias Motivación Se realizaron asesinatos selectivos y amenazas a personas y familiares de presuntos delincuentes. 2 Con estos sucesos se produce una generalización de los efectos delictivos de alguien, a los miembros de su familia o conocidos, dándoles de esta forma responsabilidad sobre lo que no tienen responsabilidad alguna. Desplazamiento y asesinato por ser familiar de un delincuente Este proceso fomenta en la población una externalización de responsabilidad en los sucesos y acciones de las personas en general, entrando en un estado de desesperanza aprendida sobre su propia suerte y vida. El ciudadano se vio obligado a desplazarse en compañía de su familia, de la vereda Mireya, municipio de Fresno, por las amenazas proferidas por alias “Steven”, producto de los permanentes hechos realizados por las AUC en la zona. En el año 2003, recibió una misiva amenazante que atribuye a la misma organización. 304 Álvaro Urrego Salguero En la victimización de este caso en particular se evidencia la imposibilidad de presentar pensamientos en contra de las prácticas y pensamientos de la organización ilegal imperante, sin embargo y a diferencia del caso de la comunicadora social, este pensamiento no es de manera general difundido entre la población, o por lo menos no por un medio de acceso masivo a la población, y quizá por lo tanto la retaliación es de menor impacto (no lo mataron, pero sí lo amenazaron). Sin embargo, se evidencia un mensaje explícito sobre la población, en donde se intenta suprimir la opción y libertad de expresión y pensamiento. Oposición ideológica Suceso Víctima/s Significado y consecuencias Motivación La víctima se desempeñaba como docente y directiva encargada de la escuela de la vereda Las Marías. El comandante paramilitar de la zona, postulado José David Velandia Ramírez, alias “Steven”, ordenó a la profesora abandonar la zona, resultando aquella trasladada al colegio de Nuestra Señora de la Asunción, del corregimiento El Martha Estrella Bedoya Gallego Tal vez con este tipo de victimización hacia personas que realizan mal sus responsabilidades, en este caso una profesora, se produce en la población un pensamiento sobre efectividad policiva y protección a la comunidad, o a parte de la comunidad (los niños), dando posiblemente lugar a concepciones, juicios de valor y atribuciones positivas al accionar del grupo armado ilegal en la zona. Carácter fuerte y abusivo con sus estudiantes Tablazo, lugar a donde llegó el 2 de marzo de 2002 una comisión de las autodefensas. Nuevamente y bajo amenazas la hicieron abandonar el lugar, ocasionado ahora su desplazamiento a un lugar alejado y fuera del departamento. 305 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Suceso Víctima/s Significado y consecuencias Motivación En momentos en que el ciudadano se encontraba en el perímetro urbano del municipio, fue abordado por unos hombres quienes llegaron en una camioneta y se lo llevaron. Se encontró su cadáver en la vereda Sobacol, jurisdicción del mismo municipio. Jorge David Duque Tangarife Con el acontecimiento de este tipo de sucesos se evidencia una actuación y accionar conjunto entre la fuerza pública y los grupos ilegales, de manera que se produce una incongruencia en el sistema de significados sobre la protección estatal y los organismos violentos y que proporcionan seguridad, por lo tanto se produce una dicotomía sobre los procesos de legalidad e ilegalidad dentro de la institucionalidad, y por ende desconfianza hacia el Estado. Oposición y roces con la policía 5.3.3. Hechos en el municipio de La Dorada con impacto en el colectivo 1. Muerte a vendedores ambulantes, consumidores de alcohol o sustancias psicoactivas, expendedores de estupefacientes, personas que han salido de la cárcel, indigentes, recicladores, personas dedicadas al hurto, entre otros. Ejemplo: El 23 de mayo de 2005 en horas de la mañana, el ciudadano JAVIER DIAZ SALAZAR, apodado FLACO o RAMBO, indocumentado, de 35 años de edad, ocupación se ganaba la vida haciendo acarreos en una carretilla, botando basura o recogiendo escombros. Ese día estaba recogiendo tierra en una carretilla en la calle 9 No. 3 – 38, barrio El Conejo del municipio de La Dorada Caldas, cuando fue abordado por dos personas desconocidas, con uno de los cuales sostuvo una discusión, luego de la cual el desconocido se fue, JAVIER DIAZ se agachó a seguir recogiendo tierra y fue cuando el hombre se devolvió y le propinó tres disparos de arma de 306 fuego, cegándole la vida. Pues el móvil del crimen fue mal llamada limpieza social. 2. Se realizan retenes ilegales en los cuales los grupos armados verifican las identidades de las personas a bordo de los vehículos, a quienes los hacen tender en el piso, los amarran y les vendan los ojos. Se llevan a algunas personas en contra de su voluntad, personas de las que más tarde aparecen sus cuerpos. Otros cadáveres son arrojados al río. Ejemplo: […] el ciudadano PEDRO ALBEIDER CARRANZA, […] se desplazaba en el vehículo de servicio público de placas JGJ 994, de Palocabildo a Mariquita, fue retenido en un retén ilegal de un grupo organizado al margen de la ley, ubicado entre Falan y San Felipe, cuyos integrantes, lista en mano verificaron las identidades de los ocupantes, llevándose al conductor y el vehículo, sin volver a tener noticias de su paradero, aclarando que ALBEIDER CARRANZA fue amarrado y subido a una camioneta en que se transportaban sus captores […]. Muertes en lugares públicos como plazas, parques, calles, en el polideportivo, en frente de discotecas, detrás de un colegio, en parqueaderos públicos, billares, canchas de tejo, locales y en vehículos de servicio público. Ejemplo: […] el ciudadano JOSE MOISES LOZADA GOMEZ con C.C. No. 10’162.883, de 48 años de edad, ocupación reciclador, se encontraba en una guarapería y canchas de tejo ubicada en la carrera 1 con calle 21, de razón social Estadero Los Limones, en el municipio de la Dorada Caldas, cuando dos personas desconocidas que se movilizaban en una motocicleta, ingresaron al local y por la espalda le propinaron tres disparos con arma de fuego, luego fue trasladado al hospital local, donde horas más tarde falleció, a causa de las heridas que tenía. 3. Múltiples asesinatos o intentos de estos en frente de las residencias de las víctimas. Ejemplo: […] el ciudadano LUIS FERNANDO CASTRO […] se encontraba sentado a las afueras de su residencia ubicada en la Calle 46 A No. 1 - 04 del municipio de La Dorada Caldas, en compañía 307 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación de su progenitora EMMA CASTRO DELGADO y una amiga de ésta, cuando fue abordado por una persona desconocida, que sin mediar palabra le propinó tres disparos de arma de fuego en la cabeza, los cuales acabaron con su vida, en seguida salió corriendo y abordó una moto con otra persona que lo esperaba en la esquina y emprendieron la huida. 4. Muertes violentas a miembros de la comunidad y en las cuales se deja el cadáver de la víctima en un lugar público. En los cuerpos se reconoce el uso de formas de tortura, el uso de arma blanca y en algunos casos las víctimas han sido desnucadas. Ejemplo: El 27 de abril de 2003 en horas de la madrugada, en la carrera 8ª No. 47 C – 07 del municipio de La Dorada Caldas, fue hallado el cadáver del ciudadano JOHN JAIRO CASTAÑO RAMIREZ, C.C. No. 18.510.696, de 30 años de edad, el cual fue muerto violentamente como consecuencia de plurales heridas ocasionadas con arma de corte y penetración. Ejemplo 2: El 5 de febrero de 2005, sobre la vía que de Honda –Tolima– conduce a La Dorada –Caldas–, en el sitio conocido como ZANJA HONDA, vereda El Mesuno, jurisdicción de Honda, se practicó el levantamiento de cadáver de N.N. varón adulto en estado de descomposición, identificado posteriormente como MIGUEL ANGEL MURCIA FERNANDEZ, C.C. 93´336.783 de Mariquita, de 40 años de edad y profesión pescador. OLGA LUCIA SILVA ex compañera de MIGUEL ANGEL MURCIA, narra que en esa época vivía con la víctima en mariquita, se fue a Honda a pescar en el sitio llamado el Chorro, hasta donde llegó un hombre desconocido que lo llamó y en compañía de otros, lo cogieron y subieron a un carro, en el que se lo llevaron; posteriormente apareció muerto en el kilómetro 5 vía la Dorada torturado en los testículos y desnucado. Refiere que su compañero era drogadicto, y que luego del funeral le comentaron que lo habían matado porque le debía $500.000 a un señor, y que él estaba incluido en una lista de los paramilitares para hacer la supuesta mal llamada limpieza social. 308 5. Raptos y desapariciones forzadas a varios miembros de la comunidad. Ejemplo: El 5 de marzo de 2002 el ciudadano RODRIGO OSORIO LOZANO, C.C. 79.347.855, de 42 años de edad, administrador de la finca La Julia, ubicada en la vía que de Honda, Tolima conduce a La Dorada, Caldas, corregimiento de Guarinocito, salió de la misma con el propósito de cobrar un dinero producto de la venta de ganado; viaje que emprendió a bordo de un vehículo, desconociéndose desde entonces su paradero y el del automotor. 6. Varios asesinatos a jóvenes y menores de edad. Ejemplo: El 10 de abril de 2002 frente al inmueble de la calle 44 No. 7-43, Barrio Las Ferias de La Dorada, Caldas, personas desconocidas, dieron muerte con disparos de arma de fuego a los menores EUDES ALCIZAR QUINTERO VELEZ, T.I. No. 850812-54686 de Puerto Boyacá, de 17 años de edad y JOSE ELVER CASTIBLANCO GRAJALES, indocumentado, de 14 años de edad, resultando lesionada la menor de tres años de edad ANGLE LORENA SOTO CALDERON. 7. Persecuciones a jóvenes en lugares públicos con intención de asesinarlos. En varias ocasiones se logra este cometido. Ejemplo: El 30 de abril de 2003 el ciudadano FLAVIO ALBERTO ROSAS PÉREZ, C.C. No. 74’261.510, de 18 años de edad, se reunió con sus amigos DARWIN N.N. y NOLBEIRO AGUDELO OSPINA en la residencia de éste último de la ciudad de La Dorada -Caldas-, quienes después se dirigieron al billar ubicado en el parque de Los Novios de la misma ciudad. Ocupados en ese juego de mesa, fueron sorprendidos por un individuo desconocido que sin mediar palabra se acercó a DARWIN AGUDELO OSPINA y disparó sobre él proyectiles de arma de fuego causándole lesiones, quien logró incorporarse y con sus amigos de mesa salió huyendo del lugar refugiándose en casa de NOLBERTO; mientras DARWIN era perseguido por el agresor, éste logró impactarlo con su arma, dejándolo lesionado. FLAVIO ALBERTO perdió la vida en desarrollo de esos acontecimientos por la bala perdida que disparó el desconocido. 309 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación 8. Miembros de la comunidad se convierten en cómplices o en facilitadores de vulneraciones de derechos a otras personas, lo que genera una ruptura en los lazos sociales y vecinales, ya que surge un sentimiento de desconfianza entre pares. Ejemplo: El 24 de agosto de 2003, en horas de la madrugada y en momentos en que el joven JOSE MANUEL SERRATO ROMERO, indocumentado, de 18 años de edad, se encontraba en una fiesta en el sector del Polideportivo del barrio Las Ferias en el colegio Renán Barco de La Dorada, fue sacado de la misma por unos amigos, diciéndole que afuera lo esperaba una joven. Al llegar al lugar, lo que encontró fue miembros de las autodefensas que procedieron a darle muerte mediante disparos de arma de fuego, dejando su cadáver en el sitio de los acontecimientos. 9. Asesinatos de mujeres que ejercían la prostitución (una de ellas después del sepelio de una compañera). Ejemplo: El 26 de agosto de 2000, la ciudadana MARIA TERESA DURAN OSPINA, de 22 años de edad, apodada LA COTORRA, ocupación meretriz, salió de su casa ubicada en el barrio La Polonia del municipio de Honda Tolima, dirigiéndose al sepelio de ELVIRA CALDERON ANZOLA, conocida como “LA MAMOTA”, sin que se volviera a saber de su paradero hasta el día 28 del mismo mes y año, cuando fue hallado su cadáver en zona rural de la variante Honda - La Dorada, en el desvío a la arenera, presentaba estado de descomposición y con heridas ocasionadas con arma de fuego a nivel de tórax, que le ocasionaron la muerte. 5.3.4. Impactos colectivos causados en el municipio de Falan (Tolima) A partir de algunos delitos cometidos por el grupo armado ilegal en el municipio de Falan se presenta la siguiente tipología sobre las circunstancias de modo, lugar y significado social de algunas de las acciones del FOI. Tipología que se constituye en uno de los elementos para el posterior análisis del daño colectivo. 310 Hechos Víctima/s Significado y consecuencias Motivación 2 masacres cometidas en el corregimiento de Frías. Población civil campesina Desplazamientos forzados de las familias, abandono de fincas, desarticulación del tejido social y organizativo. Control y disputa territorial Retenes Ilegales. Población civil de todo el municipio Afectación al derecho de movilidad, donde los pobladores de las partes altas y montañosas eran considerados como insurgentes, confinamiento de la población, estigmatización de los campesinos de las partes altas. Control territorial Asesinato de personas discapacitadas. Abuso sexual y asesinato a puñaladas de una mujer conocida como la “loca del pueblo” (mujer con discapacidad mental). Persona reconocida y querida en la cabecera municipal, impactó en todo el municipio dada la crueldad y sevicia con que la asesinaron. Desconocida Exacción, extorsiones Comerciantes, transportadores, campesinos, finqueros. El comercio y el agro eran objeto de extorsiones, durante el periodo de control y dominio paramilitar. Captar recursos de la economía legal Reclutamiento de menores Jóvenes menores del municipio Involucramiento de menores de edad en el conflicto. Aprovechamiento de los menores para su accionar Inducción a la prostitución Jóvenes menores del municipio Introducción e implantación de nuevas prácticas en la comunidad. Uso y abuso de menores Inducción a la drogadicción Jóvenes menores del municipio Destrucción de tejido cultural y social. Narcotráfico 311 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación 5.4. Indicaciones iniciales sobre los daños colectivos en los municipios de Mariquita, La Dorada y Fresno El modus operandi de los grupos paramilitares, de acuerdo con múltiples testimonios recogidos por la Justicia y los investigadores sociales, obedeció a un modelo común, replicado con variaciones menores, el cual fue puesto en práctica a partir de la estructuración y diseminación de los grupos a lo largo y ancho del territorio nacional desde unos centros de decisión y entrenamiento (ver caso del Bloque Elmer Cárdenas). En esta medida, los impactos en las comunidades y grupos también aparecen con rasgos comunes cuando se intenta hacer descripciones de los daños en las diversas regiones donde hicieron presencia y alcanzaron niveles importantes de control territorial y poblaciones. De igual manera a como sucedió en otras regiones, en el caso de los municipios de Mariquita, Dorada y Fresno se presentó el control de la institucionalidad local, el apoyo de los destacamentos de Fuerza Pública, así como niveles notables de impunidad manifestados en decisiones inhibitorias de autoridades judiciales, incluso sentencias absolutorias a nivel de Tribunal de Distrito Judicial (ver hechos legalización de aceptación de cargos), todo lo cual dejó una baja valoración y una significación de las instituciones contraria a los fines constitucionales en relación con la vida, la seguridad y los derechos de los habitantes de estas comunidades, lo que produce como resultado una deslegitimación de las instituciones del Estado y una falta de confianza en las autoridades. La imposición violenta de códigos de conducta arbitrarios, incluso con imposición de trabajos forzados a los jóvenes por supuestas infracciones, como sucedía en Mariquita, produjo traumas y deformaciones culturales que deben revertirse con un buen programa de rehabilitación sicosocial. Existe mucho dolor acumulado y no expresado en diversos núcleos rurales que sufrieron muertes selectivas o masacres dentro de su seno, grupos que no han recibido ayuda sicosocial ni han contado con espacios para la elaboración de los traumas. La presencia de un actor armado violento y arbitrario que tomó en sus manos el destino de las comunidades y se erigió en autoridad para desatar conflictos, propició el trámite inadecuado de las diferencias cotidianas y realizó actos de violencia, incluso con componentes de discriminación, que permanecen como culpas silenciosas en personas y en sectores de la comunidad, los cuales deben ser asumidos y elaborados para reconstituir el proyecto comunitario de muchas veredas y poblados. 312 Más o menos en continuidad con el fenómeno anterior, se presentó el asesinato cotidiano mediante la mal llamada “limpieza social” operada contra personas con orientación sexual diferente, como los homosexuales, también contra las mujeres prostituidas, los ladronzuelos, los jóvenes desocupados, los enfermos y retrasados mentales, y los recién llegados y desconocidos. Todos estos crimines generaron una baja consideración y poco aprecio por la vida humana. En ocasiones los actos de sevicia sobre los cuerpos de los asesinados, en distintas circunstancias y con motivaciones diversas, además de generar terror dejaron huellas emocionales por la trasgresión de códigos ancestrales de respeto al cuerpo propio y ajeno, de los vivos y de los muertos. Los motivos bajos y fútiles para realizar actos de enorme violencia y afectación quedan en evidencia en el caso de la masacre de Bucamba, aún recordada hoy con aflicción en la zona. Sucedió en la playa para la recreación popular a orillas del río Magdalena, en el municipio de la Dorada. Un hacendado, vecino de la zona de esparcimiento, propició la acción del grupo paramilitar contra un grupo numeroso de jóvenes que comían los mangos de los árboles de sus predios. El fenómeno de degradación ética y cultural que reduce a nada el valor de la vida humana hace necesaria una labor de trabajo sicosocial con estas comunidades afectadas de manera cotidiana por la muerte violenta en sus entornos sociales. Han encontrado los funcionarios y el personal de apoyo de la Procuraduría General de la Nación que el discurso de lucha contrainsurgente en que se apoyan muchas de las versiones rendidas ante la justicia por los postulados, debe complementarse con una visión más completa de las motivaciones para el emplazamiento de estos grupos armados en las distintas regiones. Tanto en Mariquita como en la Dorada persistían grupos muy activos del ELN y de las FARC, hasta que sobrevino el dominio de las facciones armadas ilegales de las autodenominadas ACMM. Sin embargo, la zona fue disputada por su enorme proyección económica, como corredor estratégico entre el oriente y el centro del país para toda clase de negocios de tierras y de economía ilícita. De particular relevancia fue el control del oleoducto que sube a la Cordillera Central por Fresno y Falan desde las zonas planas. El negocio ilegal de extracción, transporte y comercialización de combustible robado adquirió caracteres notables de sistematicidad y organización, como también de violencias asociadas a su trámite. Se recuerda la masacre del paraje La Parroquia donde resultó víctima un grupo de trabajadores 313 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación encargados de la seguridad del oleoducto. Vale la pena solicitar que se realicen indagaciones sobre el grado de conocimiento y eventual connivencia de los niveles directivos y de conducción política de la empresa dueña y operadora del ducto. Las mujeres también resultaron bastante afectadas por la presencia y actuación del grupo paramilitar. La inducción a la prostitución fue muy frecuente. Tal inducción, junto con el asesinato de mujeres con cierta trayectoria en el ejercicio de esta actividad, indica una instrumentalización del cuerpo y la vida de las mujeres que indica la instauración de un ciclo macabro. Primero se les induce, se les instrumentaliza y luego se les desprecia, se les somete a violencia, hasta el punto de ser sujetos fáciles de eliminación física. Fruto del fomento de la prostitución, hoy los cuerpos de las jóvenes prostituidas se ofrecen en revistas editadas que circulan en los municipios. 6. Aproximación al daño colectivo ocasionado por las acciones del grupo armado ilegal conocido como “Bloque Élmer Cárdenas” de las Autodefensas Campesinas de Colombia (AUC)392 6.1. Origen y evolución del Bloque Élmer Cárdenas En los años 1994 y 1995, los hermanos Castaño contaban con quince años de experiencia en la conformación de grupos paramilitares y habían adoptado formas particulares de realizar la ocupación de los territorios, controlar las poblaciones, extraer recursos de la economía (legal e ilegal), y relacionarse con actores locales, regionales y nacionales. También había desaparecido su máximo líder, Fidel Castaño, por lo cual se había constituido una dirección familiar colectiva. Además, al grupo habían 392 Este es un trabajo preliminar de aproximación al daño colectivo ocasionado por el grupo armado ilegal. 314 ingresado miembros con formación militar en las Fuerzas Armadas y algunos empresarios de las regiones, como Salvatore Mancuso. Las estructuras paramilitares de Urabá y Córdoba llegaron a conformar el eje principal de la organización y constituyeron el modelo organizativo y de acción para los grupos paramilitar en todo el país. En este eje radicaba el centro de las decisiones en relación con la expansión de las organizaciones paramilitares por todo el país. En Urabá se conformaron y agruparon importantes estructuras para concentrar las experiencias de los grupos paramilitares que habían operado hasta ese momento, pero también para asegurar el espacio ganado en la población y ante la institucionalidad local, departamental y nacional. Se mantuvo comunicación con amigos que apoyaban el accionar de los grupos paramilitares, se reclutó a todos los que tuvieran condiciones para enrolarse, se tejieron redes regionales que permitieron la expansión de este tipo de grupos armados ilegales. En el proceso de Justicia y Paz se documentó que para finales de 1994 y comienzos de 1995, los hermanos Castaño ordenaron la incursión en el Urabá antioqueño a cargo de alias “Doble Cero”. Al mando del conocido como “HH” se conformó el Bloque Bananero que actuaba en los municipios aledaños a la carretera central que llega hasta Turbo. Al tiempo se concibió el desarrollo de una zona central del paramilitarismo en Urabá, dado el carácter estratégico de esta región. Para esto eligieron como uno de sus centros de operaciones el corregimiento de Pueblo Nuevo, ubicado en las afueras del municipio de Necoclí. Con este fin se constituyó un segundo grupo de paramilitares en la zona de Urabá a cargo del ganadero Carlos Alberto Ardila Hoyos, alias “Carlos Correa”, quien para salvar su vida, pues fungía como reducidor de ganado de las FARC, fue invitado por los hermanos Castaño a conformar un nuevo grupo a su servicio393. No obstante, cabe advertir que en el norte de Necoclí ya se conocía de la presencia de las autodefensas de Pascual Rovira Peña, alias “Elías 44”. Para 1995 Fredy Rendón Herrera, alias “el Alemán”, ya era cercano al grupo, y para 1997 ya firmaba como jefe de la estructura armada. 393 Verdad Abierta. http://www.verdadabierta.com/component/content/article/234-asinacieron/3301-de-los-guelengues-al-bloque-elmer-cardenas 315 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Para conformar esta nueva estructura armada se vincularon a la organización personas cercanas al círculo familiar, social y comercial de Carlos Correa, entre ellas: Franklin Hernández Seguro, alias “El Chivo”; Elkin Antonio Duque Zapata, alias “El Enano”; Baltazar Mesa Durango, alias “Baltazar”, ex integrante del EPL; alias “Tolamba”; Willian Manuel Soto Salcedo, alias “El Cuñado”; alias “El Embustero”; alias “El Lobo”, alias “El Loco” y Élmer Alonso Cárdenas, alias “El Cabezón”, entre otros. Su área de influencia inicial se ubicó en la zona norte del Urabá antioqueño, es decir, San Pedro, San Juan, Necoclí y Arboletes. También se ubicaron en su zona sur, es decir, Mutatá, Dabeiba, Uramita, y llegaron hasta el occidente de Antioquia en Frontino, Cañas Gordas y Caicedo. Era una zona con presencia de las FARC, particularmente de los Frentes V, el 57 y el 58. También algunos grupos del ELN394. El nuevo grupo creció y para hacerse a su propio territorio y fuentes de recursos, desde la zona del Urabá de Antioquia se movieron hacia las márgenes del río Atrato y ocuparon la zona del Urabá ubicada en el departamento del Chocó. Fue así como llegaron a Riosucio, Unguía y Acandí. El nuevo grupo armado ilegal fue conocido al principio con el nombre de “los Guelengueros”, luego como “Grupo de La 70”, y finalmente asumieron el nombre de un paramilitar muerto, de nombre Élmer Cárdenas. 6.2. Proceso de expansión regional del Bloque Élmer Cárdenas 6.2.1. Necoclí (Antioquia) El municipio de Necoclí se ubica de manera equidistante entre el Urabá del eje bananero, y el norte del Golfo de Urabá en su costado oriental (zona norte-norte de Antioquia). Desde allí se puede pasar de manera ágil al costado occidental del mismo golfo (norte-norte del Chocó), y posibilita el control total del mismo así como entrada y salida al río Atrato 394 Verdad Abierta. http://www.verdadabierta.com/victimarios/los-bloques/416-bloqueelmer-cardenas-de-uraba 316 y la salida al mar abierto. Hace corredor con las estribaciones del Nudo de Paramillo y la ribera del río Sinú, en el departamento de Córdoba. Este municipio se convirtió en un centro paramilitar muy importante, de acuerdo con los designios de Carlos Castaño, ya que la presencia en el eje bananero por sí sola no aseguraba el control total de la zona. El control del Golfo representaba para las autodefensas su principal fuente de financiación. No querían cometer los errores de la guerrilla al someter a la población a extenuantes exacciones mediante la extorsión y el secuestro, que muchas veces terminaron en la desaparición y muerte de las víctimas, lo que puso a sectores importantes de la población en su contra. La erradicación de esas prácticas violentas y dañosas les dio a los paramilitares un estatus de “benefactores” entre los sectores más pudientes y otros sectores de la población, pero sobre la base de una violencia sistemática y masiva sobre otros sectores, incluyendo simpatizantes de las guerrillas y otros indiferentes o contrarios. Para los paramilitares resultó vital contar con fuentes de ingresos provenientes de la economía ilegal mediante el tráfico de armas, el contrabando, el control de la salida de narcóticos por el Golfo, la entrada de insumos químicos para el procesamiento y el cobro sobre las exportaciones de banano. 6.2.2. Unguía y Acandí (Chocó) Para los grupos paramilitares de la región de Urabá era necesario ingresar al norte del Chocó (Unguía y Acandí), para completar el dominio de toda la región; además, en esa zona se mantenía la presencia del Frente 57 de las guerrillas de las FARC. Esta facción de guerrillas se encontraba fortalecida por haberse replegado desde la zona del Urabá antioqueño. También prestaba apoyo al Frente 34 de la misma guerrilla, que se movía en el medio Atrato, en los municipios de Vigía de Fuerte (Antioquia) y Bojayá (Chocó). Con estas estructuras los grupos armados ilegales de las FARC hacían presencia y operaban desde Quibdó –en el centro del departamento del Chocó– hasta el norte, en límites con Panamá. El establecimiento de cualquier grupo armado en las cuencas bajas y medias del río Atrato conlleva importantes dificultades de tipo geográfico, mucho más cuando se disputa el territorio con otro grupo armado irregular bien asentado en la zona. Desde los años ochenta el fundador de los paramilitares, Fidel Castaño, se había movilizado con su grupo armado y lo había cedido ante el avance de las guerrillas de las FARC. 317 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación El nuevo grupo paramilitar bajo la jefatura de Carlos Correa y Arnoldo Vergara, con 30 hombres, ingresó al municipio de Unguía el 10 de febrero de 1996. Luego llegaron al municipio de Acandí el 23 de febrero de 1996, con alias “Ramiro” y “Roberto” como jefes del grupo. Una vez asentados en la región implementaron el modelo ya ensayado en el Urabá antioqueño, es decir, ataques contra la población civil para dominar por la vía del terror, asesinatos selectivos de supuestos o reales colaboradores y milicianos de la guerrilla a quienes asesinaron con “armas blancas”. Algunos de estos fueron reclutados para el grupo. Desde 1996 hasta la desmovilización en el año 2006 el autodenominado Bloque Élmer Cárdenas controló los municipios de Necoclí, Unguía y Acandí. 6.2.3. Riosucio y Carmen del Darién (Chocó) Estos municipios se ubican en la parte norte del departamento del Chocó, en la margen derecha del río Atrato y antes de que este desemboque en el Golfo de Urabá (bajo Atrato). El municipio de Riosucio es rivereño, mientras el Carmen del Darién no lo es, porque se ubica en el interior de la explanada que se extiende desde las márgenes del Atrato, en una zona intermedia entre este y el eje bananero. Después de dominar la margen izquierda del río (Unguía), lo lógico en una estrategia de control del territorio era dominar la margen derecha (Riosucio y Carmen del Darién). Junto con el dominio de los municipios del eje bananero con la expansión hacia el norte del Urabá antioqueño, el Urabá chocoano y el bajo Atrato, los grupos armados ilegales paramilitares alcanzaron el dominio de toda la región y los accesos al Golfo de Urabá. Las tierras al interior de la margen derecha del río Atrato –mirado de sur a norte, zona rural de Riosucio, Carmen del Darién en el Chocó y Bajirá en Antioquia– habían sido de las últimas en ser colonizadas en la zona de Urabá y conservaban todavía importantes remanentes de selva, pero también algunas de sus cuencas habían sido declaradas territorios de las comunidades afrodescendientes en desarrollo de la Ley 70 de 1994. Se trataba de una zona con actividades madereras, ganaderas y agrícolas. Con la llegada de del Bloque Élmer Cárdenas se dio inicio a la implantación de macroproyectos productivos de siembra de palma africana. Antes del arribo del grupo armado estos dos municipios constituían lugares de presencia y asentamiento de los Frentes 57 y 34 de las FARC, dominio que entró a ser disputado con la llegada de los paramilitares en 1996. 318 6.2.4. Vigía del Fuerte (Antioquia) y Bojayá (Chocó) De manera lógica, la expansión de la estructura paramilitar continuó en dirección sur hacia el medio Atrato. El Bloque Élmer Cárdenas ingresó el 22 de mayo de 1997 a las zonas dominadas por el Bloque José María Córdoba de las guerrillas de las FARC a los municipios de Vigía del Fuerte (Antioquia) y Bojayá o Bellavista (Chocó), donde operaba el Frente 34 de la misma guerrilla. De la misma forma como lo habían hecho en Riosucio, simularon un enfrentamiento con la Fuerza Pública acordado previamente, para luego tomar posesión de los poblados. La presencia del grupo paramilitar en estos cascos urbanos se prolongó hasta el 25 de marzo del año 2000, cuando fueron retomados por grupos armados pertenecientes al autodenominado Bloque José María Córdoba de las FARC. La acción para retomar estas poblaciones por parte de la guerrilla dejó muchas bajas entre miembros de la Fuerza Pública, mientras las instalaciones policiales y militares fueron destruidas. Entretanto, los integrantes del grupo paramilitar se movieron de nuevo hacia los municipios de Carmen del Darién y Riosucio. Más adelante, en abril de 2002, el Bloque Élmer Cárdenas, con Pablo José Montalvo Cuitiva, alias “Alfa11” o “David” a la cabeza, incursionó en los municipios de Vigía del Fuerte y Bojayá. En el intento por recuperar el control de estos cascos urbanos por parte de las guerrillas de las FARC, se cometió la recordada masacre de Bojayá acaecida pocos días después, el 2 de mayo de 2002. En septiembre de 2003 fueron retomadas las cuencas de los ríos Opogadó y Napipí, donde permanecieron los grupos paramilitares hasta su desmovilización en agosto de 2006, donde constituyeron dos facciones armadas llamados Frentes Norte y Medio Salaqui, bajo la jefatura de Ómar Solera Reyes, alias “Alfa5” o “Comandante Mario”. 6.2.5. Juradó La cabecera de este municipio ubicado en la costa pacífica se localiza a unos 95 km al norte de Bahía Solano y hace límites con Panamá. El casco urbano se encuentra emplazado en una isla formada por los ríos Juradó y Partadó al desembocar al océano Pacífico. La base de su economía es la agricultura (plátano, coco, yuca, arroz), la pesca y la explotación maderera (caoba, abarco y cedro). En junio de 1997 un grupo ilegal de hombres armados perteneciente a los paramilitares de Necoclí irrumpió 319 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación en esta población, donde permanecieron hasta noviembre de ese mismo año. Según las versiones de algunos postulados, su presencia allí no fue atractiva por no resultar rentable para sus intereses. Tampoco fue posible para ellos enfrentar de manera efectiva al Frente 57 de las guerrillas de las FARC. 6.2.6. Quibdó y municipios circunvecinos Quibdó es la capital del departamento del Chocó y se encuentra ubicado en el centro del departamento, a orillas del río Atrato, cercano al punto donde se inicia la cuenca del alto Atrato. Entre agosto de 1997 y febrero de 1998 los paramilitares de Necoclí ingresaron a Quibdó y ejercieron luego control territorial urbano y sobre la carretera que va a los municipios de Yuto, Cértegui, Unión Panamericana, Tadó, Itsmina, Medio San Juan (Andagoya) y Condoto, incluidas sus zonas urbanas. 6.2.7. Norte de Antioquia y margen izquierda del río Sinú Como ya se indicó, esta facción de los paramilitares se creó con la idea de llevar a la práctica un modelo de expansión de los primeros grupos fundados en Córdoba, después de instalar su primer grupo filial en los municipios del eje bananero del Urabá antioqueño. Una vez el grupo armado perdió a uno de los jefes de su avanzada por el norte del Urabá antioqueño –alias “Elías 44”–, se designó al llamado Bloque Élmer Cárdenas a hacer presencia y establecerse en los municipios de San Juan de Urabá, Arboletes (Antioquia), Canalete y Los Córdobas (Córdoba). Los jefes máximos del paramilitarismo, los hermanos Castaño, veían en este Bloque la capacidad de replicar el modelo expansivo, controlar poblaciones y territorios, apropiar tierras, extracción de rentas ilegales, y gestionar economías ilegales. En esta zona se creó el llamado Frente Costanero, dirigido por Otoniel Segundo Hoyos Pérez, alias “Rivera”, hasta su desmovilización en 2006. La entrega de un territorio estratégico como era la zona norte del Urabá de Antioquia y la margen izquierda del río Sinú en Córdoba se puede interpretar como un reconocimiento de los jefes máximos del paramilitarismo, los hermanos Castaño, a Fredy Rendón Herrera, alias “el Alemán”. Este había demostrado con sus acciones criminales para ocupación de territorios y control de poblaciones en el Chocó, que 320 podría dirigir estas facciones en la región de Córdoba, con las que se completaba el eje paramilitar entre Córdoba y el Golfo de Urabá. Desde enero de 2001 hasta mayo de 2003 este grupo mantuvo el control de la zona asignada en Córdoba hasta cuando sobrevino la firma del acuerdo de Santa Fe de Ralito. El grupo armado ilegal tuvo el control sobre los municipios de la margen izquierda del río Sinú, entre ellos: San Bernardo del Viento, Puerto Escondido, Moñitos, Lorica, San Pelayo y Cereté, con un nivel bajo de disputa del territorio con las guerrillas. Una vez se firmó el acuerdo, la violencia se mantuvo en estos municipios. La zona fue muy utilizada para la salida de narcóticos por el Golfo de Morrosquillo. Cuando el jefe de este grupo, Fredy Rendón Herrera, alias “el Alemán”, se negó a sumarse a las negociaciones de Santa Fe de Ralito, los máximos jefes de las AUC le solicitaron la devolución de los territorios pertenecientes al departamento de Córdoba. Devolvió a San Bernardo del Viento, Puerto Escondido, Moñitos, Lorica, San Pelayo y Cereté en mayo de 2003, mediante documento escrito a ellos y a algunos sectores sociales del departamento de Córdoba. 6.2.8. Mutatá y Dabeiba En algún momento los grupos armados ilegales de las AUC en Urabá consideraron la posibilidad de unirse alrededor del autodenominado Bloque Élmer Cárdenas bajo la jefatura de Fredy Rendón Herrera, alias “el Alemán”, “Raúl Hazbun” o “Pedro Ponte” y Éver Veloza, alias “HH” o “Carepollo”. Tal unión se gestó de manera transitoria hacia el segundo semestre del año 2001, cuando Fredy Rendón Herrera pretendió ser el jefe de todas las autodefensas del Urabá, pero tal unión no dio los resultados esperados. Como resultado de tal intento de unidad se sumó a la estructura armada del Bloque Élmer Cárdenas el grupo de Mutatá (un apéndice del grupo paramilitar de Chigorodó). El jefe del grupo era Elkin Jorge Castañeda Naranjo, alias “El Güevudo” o “Hermógenes Maza”, quien contaba con 15 hombres que hacían presencia en la vía que de Mutatá conduce al municipio de Chigorodó, cuyos jefes eran “Hazbun” o “Pedro Ponte”. Esta vinculación permitió al grupo de Mutatá aumentar su capacidad logística y el número de hombres, mientras el Bloque Élmer Cárdenas amplió su zona de injerencia. Este avance hacia el sur de Urabá antioqueño le permitió llegar hasta el municipio de Dabeiba a finales de 2001. 321 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación Para llegar hasta Dabeiba se hizo una concertación con grupos paramilitares ubicados en el occidente de Antioquia, como los de Frontino –cuyo jefe era Mateo Rey– y los del occidente cercano –liderados por alias “Memín”–. La presencia de las autodefensas del Bloque Élmer Cárdenas duró allí hasta su desmovilización en abril de 2006 con el Frente Dabeiba o Gabriela White, donde actúo como jefe Elkin Castañeda Naranjo y Javier Ocaris Correa Alzate. Controlaron así el Cañón de la Llorona –zona vulnerable de la carretera que conduce de Urabá a Medellín, ubicado entre Dabeiba y Mutatá–. También controlaron el municipio de Uramita, la zona rural de Peque, Frontino y Cañasgordas. 6.2.9. Mutatá, Pavarandó y Bajirá El grupo paramilitar de Chigorodó, perteneciente al autodenominado Bloque Bananero, no tuvo éxito en su incursión a la zona de Pavarandó y Bajirá (al occidente del eje bananero hacia el río Atrato). Se cedieron estos territorios al llamado Bloque Élmer Cárdenas, quienes hicieron presencia y controlaron esta zona desde finales de septiembre de 2002 hasta su desmovilización en 2006. Allí se estableció el autodenominado Frente Pavarandó, bajo la jefatura de Pablo José Montalvo Cuitiva. Sin embargo, pese la presencia de este Bloque, algunos territorios seguían controlados por el grupo de paramilitares de Chigorodó, bajo el mando de “Pedro Hazbun” o “Pedro Bonito”; mientras la región de Jiguamiandó y Curvaradó –con muchas cuencas de comunidades afrodescencientes– fue ocupada por grupos de paramilitares de Vicente Castaño. 6.2.10. Boyacá, Cundinamarca y Santander En dieciocho municipios de la zona de confluencia de estos tres departamentos llegó una facción armada del autodenominado Bloque Élmer Cárdenas, a pesar de estar ubicados en una región muy distante de su zona de surgimiento y consolidación. En septiembre de 2001 un grupo de unos 30 hombres incursionó en los municipios de Pauna, Briceño, Maripi, Coper, Saboyá, Chiquinquirá y Muzo en Boyacá; en los municipios de San Cayetano, Paime, Villa Pinzón, Susa, Simijaca, Pacho, Ubaté y Cogua en Cundinamarca; y en los municipios de Florián y Albania en Santander. Aunque las estructuras paramilitares habían adquirido ya la capacidad de implantarse en zonas distantes a las de su origen, la llegada de este grupo paramilitar a esta región alejada se explica en 322 el contexto de una confrontación entre grupos de esmeralderos, que luego fue desestimada por los jefes paramilitares. Por esta razón, el jefe el grupo armado ilegal, Fredy Rendón Herrera, pidió al jefe máximo de los paramilitares, Carlos Castaño, el retiro de la facción armada ilegal de la región. En febrero de 2003 hizo entrega de la zona y parte de su estructura armada a alias “el Águila”. Aproximación al accionar y a los daños colectivos del grupo armado ilegal Bloque Élmer Cárdenas Las acciones delictivas realizadas e imputadas a los integrantes de este grupo armado ilegal responden a las lógicas de acción de los grupos paramilitares; en esta medida desarrollarán patrones conocidos de control del territorio y de la población mediante violencias sistemáticas realizadas en forma selectiva, sea con homicidios individuales o colectivos. Esto se puede apreciar en las zonas de influencia del Bloque Élmer Cárdenas desde 1995 hasta su desmovilización, con la perpetración de gran cantidad de homicidios, desapariciones, torturas, desplazamientos, secuestros, reclutamiento ilícito de menores, entre otros, que constituyeron una actividad permanente y reiterada de la organización. Este tipo de acciones provienen de una operación militar concertada, porque de la adhesión misma a la organización y a las órdenes de sus comandantes superiores se deriva el ajuste del comportamiento de cada uno de sus miembros a los fines del grupo. En efecto, de las pruebas recaudadas se establece que la manera de actuar del grupo surgía del cumplimiento de las órdenes impuestas desde la cúpula y se transmitía siguiendo los canales de mando, para finalmente ser ejecutados por los miembros que operan en la base de la estructura, de acuerdo con objetivos militares precisos, con manifiesta división del trabajo y con univocidad en el desarrollo de las estrategias y tácticas empleadas, referidas a: a) realización de labores de planeación y selección de las víctimas; b) realización de labores de inteligencia por parte de las estructuras urbanas y rurales que operan en los cascos urbanos y zonas aledañas de los municipios; c) la selección del personal y de los elementos de guerra que se iban a usar; d) la asignación de claras funciones a los combatientes escogidos en la ejecución de cada hecho. Por su parte, este esquema se reprodujo también en la estructura financiera del grupo armado ilegal, la cual dependía igualmente de 323 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación las directrices impuestas por la cúpula de la organización, y cuyo fin primordial era lograr su mantenimiento económico a través de: a) determinación de fuentes de financiación mediante el cobro de dineros a todos los que desarrollaran tanto actividades lícitas como ilícitas en las zonas de influencia; b) selección de comandantes financieros que coordinaran los montos de los cobros según la actividad desarrollada, la recaudación de los mismos, el control de evasión sobre dichos cobros, la contabilidad y los reportes mensuales de los ingresos obtenidos a los jefes del grupo armado ilegal; c) selección de personal de base destinado a hacer efectivo el cobro y a controlar las diversas fuentes de financiación. Situación similar se desarrolló frente a la estructura política, la cual partiendo de la política impuesta por la cúpula de la organización, buscó a través de distintos proyectos políticos –Clamor Campesino Caribe, Marisco, Urabá Grande Unido y en Paz– lograr el afianzamiento regional a través de la interacción de los líderes políticos del grupo armado con las juntas de acción comunal y, más adelante, a raíz de la consolidación de algunos de sus proyectos y con ello, del afianzamiento suyo en la zona, lograr a mayor escala impulsar proyectos de carácter regional así como promover la elección de candidatos a distintos cargos del orden municipal, regional y nacional, los cuales a su vez favorecían desde allí la política del grupo armado ilegal. Como queda claro, las acciones sostenidas y concertadas en el campo militar, político y financiero del Bloque Élmer Cárdenas en sus zonas de influencia, principalmente en el Urabá antioqueño y en el Medio Atrato, permitieron que se consolidara un dominio sobre el territorio y la población evidenciado en amplios corredores estratégicos utilizados para sus actividades ilícitas. Ante lo expuesto, no hay duda que algunos de los hechos cometidos por el postulado vulneraron la normatividad internacional en materia de conflictos armados, afectando con dicho ataque tanto a “personas protegidas” como a “bienes protegidos”. Valga decir que las muertes de los guerrilleros o de los que presuntamente lo eran, se cometieron vulnerando claras normas de guerra al hacerse cuando se encontraban indefensos o fuera de combate, ya que en esos momentos también gozan de protección de las normas humanitarias. Pero lo más grave, cuando ni siquiera tenían claro que una determinada persona era en verdad combatiente, ya sea porque las informaciones que los llevaron a proceder en contra de ellas eran infundadas, no verificadas, o motivadas por otras razones distintas, tal como ocurre por ejemplo con las acciones 324 de la llamada “limpieza social”, situaciones todas que llevan a pensar que muchos de los hechos se cometieron contra la población civil. En ese mismo sentido, debe destacarse que el reclutamiento de niños constituyó una política sistemática y generalizada, encaminada a fortalecer las huestes del grupo armado ilegal mediante la incorporación de menores de edad en sus filas, valiéndose normalmente y en la mayoría de casos, de sus necesidades apremiantes a nivel económico y de su afán de colaborar con sus familias en dicho aspecto, lo cual no aminora el reproche penal. Como sujetos regulados por el derecho internacional humanitario y destinatarios de la penalización interna de sus infracciones, por su condición de partícipes directos en escenarios de hostilidades, los miembros del Bloque Élmer Cárdenas, especialmente su comandante, debían haberse abstenido de realizarlas y no permitir que otros miembros del grupo las cometieran. El impacto sobre las comunidades de origen, pero también sobre las comunidades receptoras de los desmovilizados, en el caso de reclutamiento de niños ha sido suficientemente documentado, en particular en pronunciamientos judiciales en procesos de Justicia y Paz395. Las comunidades de donde salieron estos niños y jóvenes sufrieron una desarticulación y un traumatismo en su capacidad de reproducir su vida cotidiana, su economía y sus prácticas culturales. Estas personas llevan consigo las marcas emocionales de haber pertenecido a estructuras que sometieron sus voluntades en todos los aspectos de su vida, fueron obligados a cometer actos de crueldad y de barbarie, sufrieron e incorporaron en sus emociones el terror y el miedo de estar expuestos al peligro durante mucho tiempo. 6.3. Medidas de reparación colectiva propuestas por la Procuraduría General de la Nación 1. Promover un programa robusto de reconocimiento, apropiación y ejercicio de derechos en los escenarios territoriales donde tuvo presencia y control territorial el BEC. 395 Tribunal Superior de Bogotá, Sala de Justicia y Paz. Radicado 11001600025320078270 del 16 de diciembre del 2011. M.P. Uldi Teresa Jiménez López, pp. 64 y ss. 325 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación 2. Agente reparador: gobernación de Antioquia, gobernación de Chocó, gobernación de Córdoba, ICBF, Ministerio de Salud. 3. Garantizar la financiación de proyectos en los municipios afectados por el reclutamiento ilícito con saldo pedagógico y reparador; propiciando la autogestión de proyectos sociales en los que participen las víctimas de reclutamiento y sus familias y otros miembros de la sociedad. Agente reparador: gobernación de Antioquia, gobernación de Chocó, gobernación de Córdoba, ICBF, Ministerio de Salud. 4. Creación, implementación y promoción de un programa de atención psicosocial comunitario: a. En el caso de reclutamiento de niños, la rehabilitación no se limita a la recuperación física y psicológica de las víctimas como consecuencia del delito; implica también la puesta en marcha de una serie de servicios sociales. b. El programa de atención psicosocial se enfocará a nivel comunitario con el propósito de mitigar el daño ocasionado por el accionar del BEC en los entornos sociales donde este operó. c. Se complementará con otras medidas que el Gobierno establezca para la atención, desde la clínica terapéutica a nivel nacional o familiar, dado que dichas acciones corresponden a procesos de mitigación del daño individual y no colectivo. d. La puesta en práctica del programa requiere que se articulen los objetivos del mismo en acciones emprendidas por grupos interdisciplinarios (psicólogos, sociólogos, antropólogos y trabajadores sociales). Agente reparador: gobernación de Antioquia, gobernación de Chocó, gobernación de Córdoba, ICBF, Ministerio de Salud. 5. Programa pedagógico de rechazo al delito del reclutamiento ilegal y al reconocimiento del conjunto de violaciones a los derechos humanos que coexisten con el reclutamiento. Este programa deberá tener énfasis local pero con expresión regional y nacional. Agente reparador: gobernación de Antioquia, gobernación de Chocó, gobernación de Córdoba, ICBF, Ministerio de Salud. 326 6. Crear una comisión que diseñe una estrategia de colaboración efectiva en la búsqueda de los niños, niñas y adolescentes reclutados para que logren un real acceso a la justicia y que la sociedad en general pueda tener acceso a la verdad sobre la dimensión de esta violación a los derechos humanos en el país. En la búsqueda de justicia se deberá conocer con claridad: – ¿Cuáles fueron las formas de desvinculación de los niños, niñas y adolescentes? – ¿Si fueron entregados al ICBF? – ¿Si pasaron por el proceso administrativo de restablecimiento de derechos? – ¿Si fueron registrados en el CODA y, por ende, pueden aspirar a ser sujetos de reparación? La comisión deberá satisfacer las siguientes condiciones: a. Será integrada por un funcionario de las siguientes instituciones: Oficina de la Alta Consejería para la Reintegración; Oficina del Alto Comisionado para la Paz; Ministerio de Defensa Nacional; Instituto Colombiano de Bienestar Familiar; Fiscalía General de la Nación; Procuraduría General de la Nación; Programa Presidencial de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario; CNRR; y dos representantes de la sociedad civil con trayectoria y reconocimiento en el campo de la defensa y promoción de los derechos de los niños, niñas y adolescentes. b. Dispondrá de todas las medidas que estén a su alcance para esclarecer y hacer pública la información que recaude y que considere pertinente con relación a los hechos de reclutamiento y destino luego de la desmovilización de niños, niñas y adolescentes del Bloque Élmer Cárdenas. c. La comisión deberá realizar una visita a la zona de influencia del Bloque Élmer Cárdenas donde se cometió el punible de reclutamiento ilícito de niños, niñas y adolescentes. Se considera pertinente que las víctimas del reclutamiento, sus familias o sus representantes, participen y presten toda la colaboración en las gestiones de esta visita que la Comisión realice para esclarecer las circunstancias y el destino de los niños, niñas y adolescentes reclutados por el Bloque Élmer Cárdenas. 327 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación d. Al término de su gestión, que deberá concluirse en un plazo de seis meses, la Comisión emitirá un informe público dando cuenta de las conclusiones de su investigación. El informe deberá ser socializado y expuesto a las comunidades y familias que fueron afectadas por el delito de reclutamiento ilícito de niños, niñas y adolescentes cometido por el Bloque Élmer Cárdenas. e. El postulado deberá continuar contribuyendo con el derecho de la verdad, como parte integral del derecho fundamental a la justicia. 7. Impulsar en las zonas donde operó el BEC la política de prevención del reclutamiento, adaptarla al contexto y propiciar su apropiación. Objetivos: a. Identificar factores de riesgo y amenaza. b. Fortalecer entornos protectores. c. Promover el reconocimiento de niños, niñas y adolescentes como sujetos de derechos y la apropiación y ejercicio de los mismos, que pasa por fomentar el conocimiento y apropiación del marco normativo y de política. d. Incentivar la movilización social en contra del reclutamiento. e. Dar a conocer el impacto desproporcionado de esta práctica. f. Desarrollar medidas reclutamiento. de protección ante amenazas de g. Fortalecer el SAT. Agente reparador: gobernación de Antioquia, gobernación de Chocó, gobernación de Córdoba, ICBF, Ministerio de Salud y Defensoría del Pueblo de las regionales Antioquia, Chocó y Córdoba. 8. Fortalecer la institucionalidad propia del Estado social de derecho y las organizaciones y redes de la sociedad civil que trabajan por la defensa de los derechos humanos de los niñas, niñas y adolescentes y la prevención del reclutamiento para evitar la repetición de los hechos. 328 9. Agente reparador: gobernación de Antioquia, gobernación de Chocó, gobernación de Córdoba, ICBF, Ministerio de Salud, Ministerio de Defensa Nacional, Ministerio del Interior y la Fiscalía General de la Nación. 7. Aproximación al daño colectivo del grupo armado ilegal Frente José Pablo Díaz del Bloque norte de las autodefensas, postulado Édgar Fierro (Departamento del Atlántico) El departamento del Atlántico posee diversas ventajas para la movilidad de los grupos armados ilegales que operan en el norte del país, porque sus condiciones geográficas facilitan el tránsito por la costa norte. Por la zona plana se tiene acceso al departamento del Magdalena en sus municipios de Sitionuevo, Pueblo Viejo y Ciénaga; por las ciénagas y caños del río Magdalena se tiene vía a la Sierra Nevada de Santa Marta. Los municipios de Luruaco, Piojó y Repelón en el noroccidente del departamento se ubican en una serranía de poca altura llamada San Jerónimo (que no debe confundirse con una de las estribaciones de la Cordillera Occidental en las sabanas de Córdoba y Sucre). Los municipios de la zona sur permiten hacer tránsito al departamento de Bolívar y a los Montes de María. Estas condiciones geográficas del Atlántico facilitaron el refugio y albergue temporal de organizaciones guerrilleras. Pero, paradójicamente, tales condiciones no lo han situado históricamente como una zona prioritaria dentro de los planes estratégicos de control territorial de los grupos armados. Distintas fuentes indican que el número de hombres de la guerrilla no fue numeroso, lo cual se concluye de su débil presencia y el tipo de actos que realizaban. Es en dicho contexto en el que hay que ver la situación histórica de los grupos guerrilleros en el departamento. Como lo señaló en su momento el secretario de Gobierno del Atlántico, Adel Caicedo, los grupos armados “cuando son acosados en Bolívar, Córdoba, Sucre y Magdalena vienen acá (al Atlántico) vegetan, descansan y posteriormente salen”396. 396 “Atlántico, refugio subversivo”, El Tiempo, 13 de febrero de 2001. 329 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación 7.1. Las autodefensas en el departamento de Atlántico: ¿Lucha antisubversiva? El marco jurídico que permitió la creación de las cooperativas de seguridad privada denominadas “Convivir”397 –utilizadas como mecanismo de seguridad privado para ganaderos, empresarios y comerciantes afectados por el accionar delictivo de la guerrilla– no tuvo eco en el departamento del Atlántico. La Asociación de Ganaderos del Atlántico y Zona Norte (ASOGANORTE) había hecho un llamado a la administración departamental para que las cooperativas de seguridad pudieran establecerse en la región del Atlántico, a lo que la institucionalidad regional se negó. El gobernador Rodolfo Espinosa Meola se rehusó a ello de manera expresa cuando tomó posesión en 1998. Por su parte, la Defensoría del Pueblo apoyó la posición asumida por la gobernación; la Asamblea Departamental tampoco compartió la idea de permitir la creación de estos “servicios especiales” de seguridad privada en el departamento. Según el diputado de la época, Jorge Iglesias Vilora, en el Atlántico no se hacía necesaria “la presencia de estos grupos por la inexistencia de conflicto armado”398. 7.2. La incursión del Bloque Norte de las Autodefensas y el surgimiento del Frente José Pablo Díaz en el departamento del Atlántico El jefe paramilitar y luego postulado Salvatore Mancuso, tenía como objetivo en 1996 expandir el control y la presencia de las autodefensas en los departamentos del norte del país. Por ello, encargó de tal proyecto a Santiago Tobón o Reinel Ríos399. El establecimiento de estos grupos armados ilegales de paramilitares en los departamentos del 397 “Asamblea del Atlántico dijo no a la creación de las Convivir”, El Tiempo, 10 de junio de 1998. 398 Ibíd. 399 De acuerdo con la versión libre de Mancuso, para el segundo semestre de 1996 el comandante René Ríos lideraba el Grupo Cesar y Magdalena del Bloque Norte que operaba en los municipios de Copey, Codazzi, Valledupar, Becerril, Ariguaní y San Diego y que para ese momento contaba con 40 hombres. 330 Caribe colombiano siguió su lógica ya probada en otras regiones del país: controlar el territorio y a la población para establecer un control monopólico de los actores de la violencia y el crimen que existían en las ciudades y los campos. Tras la captura de Santiago Tobón, jefe del grupo, Mancuso designó como nuevo jefe a Rodrigo Tovar, alías “Jorge 40”, quien dominó las facciones paramilitares de La Guajira, Cesar, Magdalena y Atlántico. Desde ese momento, el denominado Bloque Norte adquiere autonomía política, militar y financiera. A finales de 1999, alias “Jorge 40” le ordenó al Mayor (r) del ejército José Pablo Díaz, crear una facción o frente para operar en el departamento del Atlántico. Este frente ingresó al departamento por Palermo, corregimiento de Sitionuevo, ubicado en la ribera oriental del río Magdalena, frente a la ciudad de Barranquilla. Luego, continuó su establecimiento en Soledad, Malambo y los demás municipios de la zona ribereña y plana del departamento. Fue así como Díaz a partir del año 2000 empezó “sembrando terror con una mano, y haciendo negocios turbios con la otra, uno a uno, en casi todos los municipios de ese departamento”400. El mando militar de Díaz en el Atlántico se mantendría hasta su muerte en el 2003. Ese mismo año “Jorge 40” encomienda la responsabilidad de continuar con el manejo de ese frente al también ex oficial del ejército Edgar Ignacio Fierro Flórez, conocido como “Don Antonio” o “Isaac Bolívar”. Una vez posicionado “Don Antonio”, la estructura adopta también una nueva denominación: Frente José Pablo Díaz Zuluaga, en conmemoración a su primer comandante. De acuerdo con la información presentada en la providencia de legalización de cargos al procesado Edgar Ignacio Fierro, alias “Don Antonio”, el Frente a su mando estaba integrado por 10 comisiones. Estas comisiones realizaban las actividades propias de la criminalidad: tender una pluralidad de redes con actores legales e ilegales de sus zonas de operación con el fin de planificar y ejecutar cualquier tipo de operación. 400 “Don Antonio”. El hombre detrás del computador, Verdad Abierta, 14 de agosto de 2009. 331 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación 7.3. El control económico del Frente José Pablo Díaz: narcotráfico, extorsión e infiltración de actividades legales De acuerdo con lo dicho, la conformación de esta facción paramilitar no surgió para hacer frente a la presencia y acción de los grupos guerrilleros. La llegada de “Don Antonio” al mando del recién denominado Frente José Pablo Díaz mantendría el control del crimen y la violencia en el departamento y la ciudad de Barranquilla. En el periodo durante el cual estuvo alias “Don Antonio” como jefe del grupo, entre 2003 y 2006, se refleja un considerable aumento de los homicidios en todo el departamento. En 2004 se presentaron 730 homicidios –la tasa más alta en el periodo 2000-2006–; en 2005, se registraron 637, y en 2006, 609 asesinatos. Los municipios más afectados en ese periodo fueron Barranquilla con 1.664 (el 61% del total departamental), Soledad con 572 (21%) y Malambo con 116 (6%)401. Rodrigo Tovar, alias “Jorge 40” enfatizó en su libro que “sin finanzas sería imposible avanzar tan rápido como exigían las circunstancias y la sociedad”402. En desarrollo de esta indicación, el grupo armado dedicó esfuerzos a extracción de recursos de la economía legal e ilegal. Desde la década de los ochenta, Barranquilla era un “sitio estratégico para la salida de droga y la entrada de insumos y armas; más aún, en un contexto en el que se han movido intereses de contrabando y por las condiciones favorables para el lavado de activo de dólares”403. Durante los años ochenta disputaron y dominaron el narcotráfico en el Atlántico un grupo variado: por un lado, el llamado Cartel de la Costa404, 401 Observatorio de Derechos Humanos y DIH. Diagnóstico Departamental Atlántico. Programa Presidencial para los Derechos Humanos, p. 7. 402 Véase “Mi vida como autodefensa y mi participación como miembro del Bloque Norte y del BNA”, p. 7, en www.verdadabierta.com. 403 Observatorio de Derechos Humanos y DIH. Informe “Dinámica reciente de la violencia en Barranquilla”. Programa Presidencial para los Derechos Humanos. Vicepresidencia de la República, p. 24. 404 Quien protagonizó esta historia del narcotráfico tanto en el departamento como en la capital fue Alberto Orlando Gamboa, alias “el Caracol”, líder del Cartel de la Costa. En 1993 alias “el Caracol” fue capturado dentro de la operación Alcatraz, realizada por la Policía Nacional. Dos años después fue dejado en libertad por falta de pruebas dentro 332 conformado entre muchos otros por el Clan Nasser Arana405, y por otro lado, el grupo de Los Mellizos406. Según fuentes de la Policía, en el segundo semestre de 1998 se registró un incremento del 80,3% en las incautaciones de cocaína en esa región407. Se logró desarticular el Cartel de la Costa y a los grandes capos del narcotráfico que dominaban la región. Sin embargo, el negocio se mantenía y dadas las condiciones locales del conflicto e intereses de los grupos armados ilegales, siempre hubo un nuevo poder local que se encargó de asegurar el tráfico de narcóticos. Este papel fue asumido en su momento por el Frente José Pablo Díaz, a través de la Comisión al Mar, bajo la jefatura de Miguel Villarreal Archila, alias “Salomón”, antiguo subintendente (r) de la Policía Nacional. Alias “Salomón” fue encargado de controlar los municipios intermedios ubicados entre las ciudades de Cartagena y Barranquilla, como Puerto Colombia, Juan de Acosta, Tubará y Piojó. Según lo reveló “Salomón” en sus versiones ante la Fiscalía, “entre 2003 y 2006 los narcotraficantes de un proceso de homicidio. Nuevamente fue detenido en junio de 1998, para que respondiera por el requerimiento de la Corte Federal del Distrito Sur de Nueva York bajo el cargo de tráfico de drogas. En agosto de 2000 fue extraditado hacia los Estados Unidos, donde fue condenado a 40 años de prisión. Ver, “¿Quién es el Caracol?”, El Tiempo, 8 de junio de 1998. 405 El Clan Nasser Arana era un grupo miembro del denominado Cartel de la Costa. En una operación desarrollada durante tres años por la Policía Nacional, denominada “Costa Azul”, se logró la captura de toda la familia reconocida en Barranquilla como el Clan Nasser Arana, y dedicados al narcotráfico desde mediados de la década de los setenta. Ver, “Efecto dominó”, Semana, 26 de abril de 1999. 406 En julio de 1999 las autoridades de antinarcóticos realizaron la denominada “Operación Transatlántico” en la que se logró el decomiso de 20 toneladas de droga a los hermanos Mejía Múnera –“los Mellizos”– en un operativo coordinado internacionalmente. Con este operativo, la Fiscalía General de la Nación acusó ante los Jueces Penales del Circuito Especializados de Barranquilla a los narcotraficantes barranquilleros asociados al cartel del norte del Valle de “los Mellizos”: a Gustavo Adolfo Gómez Maya, Omar de Jesús del Prado Arregocés, Hernando José Franco Saavedra y Hugo Carlos Gómez Maya, como presuntos coautores de concierto para delinquir con fines de narcotráfico. Ver, “Acusados aprehendidos en operación transatlántico”, Fiscalía General de la Nación, Boletín de prensa No. 308. 407 Grupo de Análisis de Narcotráfico, Área de Producción de Inteligencia, Dirección de Inteligencia Policial. “Comportamiento estratégico del narcotráfico, 1998-2008”, Revista Criminalidad. Vol. 51, No. 1, junio de 2009. Policía Nacional, DIJIN, pp. 311-322. 333 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación sacaron más de 100 toneladas de coca con permiso de miembros de la Policía del Atlántico, que se cobraba por transitar por territorio bajo su control o por embarque”408. Por cada kilo se pagaba a los paramilitares entre 50 y 75 dólares; y según indicó “Salomón”, durante ese periodo “las autodefensas alcanzaron a cobrar impuesto por embarque de 28 toneladas anuales”409. Esta comisión, durante los tres años de operación, recaudó aproximadamente 2 millones de dólares anuales por concepto de “impuesto” al tránsito y a los embarques de narcóticos en el departamento del Atlántico. Ahora bien, el control de las transacciones criminales del Frente José Pablo Díaz no solo estuvo vinculado con el narcotráfico. El dinamismo comercial del departamento y de la ciudad de Barranquilla generaba también un entorno propicio para “recolectar” recursos en el sector formal. Así, en segundo lugar, surgieron las extorsiones “a ganaderos, comerciantes del mercado de verduras de Barranquillita, tenderos […]”410. La obtención de rentas del comercio formal e informal afectó a comerciantes, abarroteros y tenderos, en particular del mercado tradicional de Barranquillita, la Central de abastos del Caribe y de los barrios periféricos de la ciudad de Barranquilla. Según Jairo Rodelo Neira, alias “John 70”, desde el corregimiento de Palermo hasta el puente de Aguas Negras “Todas las personas que tuvieran fincas eran extorsionadas. Se les cobraba $10.000 por hectárea, cuando llegó a la zona ya esta estructura estaba montada, que eran los financieros quienes recaudaban. Los propietarios de la finca La Arrocera del municipio de Sitionuevo (Magdalena) pagaban $1,000,000 mensuales”411. La agremiación de los pequeños comerciantes y tenderos de departamento, llamada Unión Nacional de Comerciantes (UNDECO) realizó un cálculo de la exacción realizada por el grupo armado ilegal 408 “'Salomón' dice que durante tres años sacaron coca con ayuda de la policía”, Semana, 11 de julio de 2008. 409 Ibíd. 410 “’Don Antonio’. El hombre detrás del computador”, Verdad Abierta, 14 de agosto de 2009. 411 Versión de Jairo Rodelo Neira, alias “Jhon 70”, fecha de la diligencia: 24 de mayo de 2009. Al referirse a las extorsiones perpetradas en Sitionuevo y Remolino. 334 a este sector de la economía. Según estos cálculos y de acuerdo con el reporte periodístico que reseñó informes de investigadores, en la ciudad de Barranquilla en el año 2005 el grupo paramilitar exigía a cada comerciante una suma promedio de 50 mil pesos por semana, lo cual equivalía a un colecta aproximada de 750 millones a la semana, es decir, más de 3.000 millones al mes (se promedian aportes de diferente cuantía y se incluyen carretilleros de las calles y vendedores ambulantes de agua o tinto), de los cuales el 90% era practicado por los grupos paramilitares412. Si se toma esta medida, se podría suponer que anualmente el Frente José Pablo Díaz al mando de “Don Antonio”, en la ciudad de Barranquilla pudo obtener por extorsión alrededor de 9.000 millones de pesos y, en los tres años de operación, un total de 27.000 millones de pesos. Otro tipo de empresas legales también fueron afectadas por la infiltración y la exacción sistemática por parte de este grupo armado. Este nivel de infiltración explicado por Gustavo Duncan en el libro Del campo a la ciudad en Colombia: la infiltración de los señores de la guerra, se presenta de manera nítida en el caso de la infiltración del Frente José Pablo Díaz a la Cooperativa de Leche Coolechera. La información extraída del computador incautado a “Don Antonio”, demuestra cómo esta empresa fue controlada por este Frente con dos fines: como fachada para lavar dinero del narcotráfico y para apoyar a través de recursos humanos y logísticos sus estrategias criminales413. Queda claro, entonces, que el Frente José Pablo Díaz concentró sus pretensiones de control económico en el departamento tanto en los sectores lícitos como en aquellos ilícitos. Esta regulación de ambos negocios representaba una doble ventaja para estos grupos: por un lado, una forma discreta de ejercer, a través de la coerción y la violencia, la protección y el control de una serie de actividades que eran “gravables”; y a su vez, constituía una fuente, por cierto nada despreciable, de flujo de recursos en efectivo. Por otro lado, adelantar sus infiltraciones en negocios lícitos como empresas o cooperativas, les facilitaba no solo tender un puente con los sectores “honestos” que representaban 412 Véase, “Por vacuna, 8 tenderos muertos”, El Tiempo, 4 de mayo de 2005. 413 Corporación Nuevo Arcoiris. La economía de los paramilitares. Redes de corrupción, negocios y política. Eds. Mauricio Romero Vidal. Bogotá: Debate, 2011. 335 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación ingresos y transacciones rentables, como es el caso de Coolechera, sino también construir fachadas que no eran tan fáciles de detectar por las autoridades para lavar activos producto del narcotráfico y demás actividades ilícitas. 7.4. El control político del grupo denominado José Pablo Díaz: control de las administraciones locales, los presupuestos y los contratos públicos De manera paralela al poder económico que iba consolidando el Frente José Pablo Díaz, su incidencia en la política y la administración local parecía ir también asegurándose en el departamento. Sin embargo, su infiltración en la administración pública no parecía estar motivada para asegurarse la adhesión y control de líderes regionales con las características requeridas para servir a los presuntos objetivos de la lucha antisubversiva desde el interior del Estado local, o de alentar la “identidad política” de estos grupos por ciertas causas ideológicas. Su interés respondía, de manera más clara, a convertirse en actores con un mayor poder económico. Vale la pena resaltar el caso de la ex alcaldesa Rosa Stella Ibáñez y el ex alcalde Alfredo Arraut, quienes fueron condenados a nueve y siete años de prisión por los delitos de contrato sin cumplimiento de requisitos legales, peculado por apropiación y concierto para delinquir simple, por el hecho de haber entregado los dineros públicos del sector salud a los paramilitares, quienes cooptaron el Hospital Materno Infantil y la oficina Jurídica de la alcaldía municipal. 7.5. El control social del Frente José Pablo Díaz: prácticas de victimización y la violación de los derechos humanos de sectores de la sociedad civil Detrás de la regulación económica y política que caracterizó el actuar del Frente José Pablo Díaz en el departamento del Atlántico estuvo la violencia, la persecución y la coerción que este grupo impuso a algunos sectores de la sociedad civil. Como lo señala la providencia de 336 legalización de cargos de “Don Antonio”, durante el tiempo de operación de este Frente las acciones criminales respondían “a una política devastadora que iba dirigida contra miembros de la población civil”, y particularmente, a aquellos “[…] señalados sin fórmula de juicio como enemigos de la organización, es decir, como militantes o auxiliadores de los grupos subversivos […] o simplemente como dañinos a la sociedad; ataques que se pretendieron legitimar desde la Comandancia del mismo Bloque”414. 7.5.1. La imposición de modelos ideológicos para mantener el orden social: la instrumentalización de la noción de enemigo Todos los abusos cometidos por los paramilitares han pretendido ser justificados con las razones típicas de su modelo ideológico de coerción y barbarie: la de vincular sus actividades delincuenciales con la misión favorable de imponer una mejor situación de seguridad para las comunidades, bajo sus propios intereses y por medio de la violencia, así como la de extender distinciones que aspiran a darle mayor capacidad de justificación a su discurso antisubversivo: etiquetar a todos aquellos defensores de derechos humanos, políticos, activistas o líderes sociales, como colaboradores de la insurgencia y “enemigos” que debían ser eliminados. Una de las prácticas de victimización que adopta este modelo ideológico, fue la asumida por el Frente José Pablo Díaz en contra de aquellos ciudadanos pertenecientes a sectores de la sociedad afines a las reivindicaciones de la izquierda o con intereses de defender a las poblaciones más vulnerables. 7.5.2. Los sindicalistas como enemigos Esta práctica se refiere a la extensión de la declaración de objetivos militares a ciudadanos que son señalados de pertenecer, de colaborar o ser presuntos ideólogos de los grupos guerrilleros. De manera sistemática esta práctica se manifestó más directamente contra diferentes sectores y miembros del sindicalismo del Atlántico. Justamente fue en este 414 Providencia de Legalización Parcial de cargo al procesado Fierro Flórez, párr. 58. 337 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación departamento donde los sindicatos fueron de las organizaciones más atacadas por el paramilitarismo. En efecto, como lo alertó la Defensoría del Pueblo en una de sus resoluciones defensoriales de julio de 2003, “[…] las acciones violentas en contra del movimiento sindical se deben, en buena parte, a la percepción equívoca que tienen algunos sectores de los objetivos de la lucha sindical que, con el proceso de estigmatización de que son víctimas, han convertido a muchos sindicatos en ‘objetivo militar’ de los grupos de autodefensas o paramilitares”415. Llama la atención un texto de las autodefensas en el área de influencia del Frente José Pablo Díaz: […] existen negociaciones de parte de nuestros jefes y compañeros de lucha y por amor a nuestra patria aceptamos dichas conciliaciones pero lo que no aceptamos es la opresión que tienen ustedes contra el pueblo lavándoles el cerebro con ideales infantiles como defender los derechos humanos a través de que el pueblo se revele para beneficio de algunos se hacen llamar líderes del pueblo, sindicalistas, defensores de los derechos humanos, pero solo son terroristas guerrilleros que solo buscan su beneficio propio” […] es hora de darle un último aviso para no pertenecer a estos grupos como son estas organizaciones sindicales llamadas CUT, SINDIBA, PCC Y ANTHOC SABANALARGA. Tenemos ubicados y sabemos de antemano que esconden revolucionarios que trabajan a nivel rural y se les prestan ayudas de niveles hospitalarios […]”416. Paralelo a esa estigmatización se estimulaba de manera estratégica el temor y la zozobra de los sindicalistas por medio de panfletos amenazantes. En la mayoría de casos documentados estos panfletos antecedían los homicidios: eran los anuncios de muerte. Esta lógica tenía el fin de generar zozobra, lo cual es corroborado en el contenido de la sentencia proferida en contra de Édgar Ignacio Fierro Flórez por el homicidio de Adán Alberto Pacheco Rodríguez, ex presidente del Sindicato de Electricaribe, ocurrido el 2 de mayo de 2005417. La sentencia 415 Resolución defensorial No. 23 de julio de 2003. 416 Caso reportado por la base de datos del CINEP con fecha del 17/08/2006 en Sabanalarga-Atlántico. 417 Sentencia anticipada proceso número 110013107912-2008-0001, proferida por el Juzgado Segundo Penal del Circuito Especializado de Descongestión (OIT), 31 de enero de 2008. 338 señala que el “[…] atentado en las circunstancias en que falleció el señor Pacheco Rodríguez, fue ejecutado dentro del marco de acciones dirigidas a provocar estados de zozobra o temor en la población sindicalizada, pues el día anterior a su muerte, día del trabajo, se habían recibido amenazas generalizadas de Muerte A Sindicales –MAS–. Por tanto, este tipo de actos ponen en peligro la vida, la integridad física o la libertad de las personas que en procura de obtener reivindicaciones laborales se asocian en ejercicio de este derecho fundamental, razones suficientes que hacen viable el agravante deducido”418. En septiembre de 2003 el vicepresidente Francisco Santos Calderón presidió una reunión con el gobernador del Atlántico, comandantes de las Fuerzas Militares y la Policía para abordar y revisar la situación. Pese a que las autoridades eran conscientes de la gravedad de las amenazas no podían identificar con certeza quién estaba detrás de estas actuaciones que causaban terror dentro de la comunidad sindicalizada. Según un informe de riesgo emitido por la Defensoría del Pueblo el 24 de diciembre de 2003, la situación de estigmatización que los paramilitares promovían en contra de los miembros de los sindicatos, afectó con amenazas a un grupo de 63 sindicalistas afiliados a la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y directivos, miembros, activistas de Anthoc, Sintrahoincol, Sintraimargra, Sintranaviera, Sutimac, Sintrabancol, Sinthol, Sintrainal Barranquilla, Sindicato de Galapa, Sintracarne, Sintraelecol, Atlco, Sintraelecol Corelca, Sutimac, Sintracolechera, Sintraagricola, Sintrago y FECODE419. En ese mismo periodo, según la Vicepresidencia, habían sido amenazados 107 sindicalistas, profesores y estudiantes, de los cuales tuvieron que salir de la ciudad alrededor de 40420. En 2005 un informe de riesgo de la Defensoría del Pueblo identificaba aproximadamente un universo de 300 miembros conformado por sindicalistas, estudiantes y docentes de la Universidad del Atlántico amenazados bajo las mismas circunstancias de años anteriores. Y la 418 Ídem, citando el auto de septiembre 27 de 2005. Dr. Mauro Solarte Portilla. 419 Defensoría del Pueblo. Informe de Riesgo No. 082-03, 24 de diciembre de 2003. 420 Observatorio de Derechos Humanos y DIH. Informe “Dinámica reciente de la violencia en Barranquilla”. Programa Presidencial para los Derechos Humanos. Vicepresidencia de la República, p. 51. 339 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación misma situación se repetía en 2006. Según la Defensoría, ese año se generó una situación de amenazas e intimidación para aproximadamente 590 personas, entre las que se encontraban dirigentes sindicales y trabajadores sindicalizados de la CUT y la CGT, docentes, trabajadores y estudiantes de la Universidad del Atlántico421. De acuerdo con cifras de la Vicepresidencia de la República, tres sindicalistas habrían sido asesinados en el 2006. Se destaca otro de los mecanismos utilizados para la victimización en contra de los sindicalistas por parte de los grupos paramilitares en el departamento del Atlántico: el empleo de información de inteligencia o de fuentes humanas para identificar los perfiles de quienes se presumían enemigos potenciales y, por tanto, objetivos militares de las autodefensas. La información era determinante, según las versiones de los postulados, para su propósito de intimidación y violencia. En lo que respecta a la obtención de información en el contexto del actuar del Frente José Pablo Díaz, existió una variada red de interrelaciones entre informantes, inteligencia del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) y ex desmovilizados de grupos guerrilleros. El despliegue de este sistema de información para cumplir con el propósito de identificar al “enemigo”, es posible ilustrarlo, por lo menos en la interrelación entre la inteligencia del Estado y el grupo armado ilegal, con los datos revelados por “Don Antonio” en el juicio contra Jorge Noguera –ex director del DAS– y en la sentencia condenatoria proferida por el Juzgado de Descongestión OIT de Bogotá contra Rodrigo Tovar Pupo, alias “Jorge 40”, por el homicidio del profesor Alfredo Correa De Andreis. De acuerdo con su declaración ante la Corte Suprema de Justicia, Fierro Flórez, alias “Don Antonio” se reunió en una oportunidad con Rafael García, ex funcionario de informática del DAS, con el fin de conocer la información clave que éste tenía sobre presuntos colaboradores de la guerrilla en el Atlántico422. Al parecer se trataba de listas con información de líderes sindicales, profesores, estudiantes universitarios y activistas de izquierda, elaboradas por el organismo de 421 Defensoría del Pueblo. Informe de Riesgo No. 040-06 AI, 21 de septiembre de 2006. 422 “La conexión Bloque Norte-DAS según ‘Don Antonio’”, Verdad Abierta, 2 de febrero de 2010. Disponible en: http://www.verdadabierta.com/index.php?option=com_ content&id=2174 340 inteligencia para ser entregadas al Bloque Norte de las autodefensas423. Según “Don Antonio”, el ex funcionario del DAS contaba con las hojas de vida de estos líderes sociales a quienes el DAS presuntamente había identificado como miembros del Partido Comunista Clandestinos-PC3de las FARC. 7.5.3. Los profesores y estudiantes de la Universidad del Atlántico como combatientes Uno de los sectores más afectados por esta práctica en el departamento del Atlántico, durante el periodo que nos ocupa, fue sin duda el gremio de profesores y estudiantes. La arremetida de violencia en contra de la comunidad universitaria comenzó en los años 1999 y 2000, periodo que coincide con el ingreso de los grupos de autodefensas al departamento y la ciudad de Barranquilla. En ese mismo periodo, la irrupción del conflicto armado en las universidades del país se reflejaba a través de los homicidios a nivel nacional de profesores vinculados al tema de la paz. La comunidad universitaria de Barranquilla no fue una excepción. 7.5.4. Defensores de derechos humanos como subordinados del proyecto “insurgente” Un tercer sector social que sintió las amenazas y la violencia por las denuncias y críticas realizadas en el marco de sus labores en el departamento del Atlántico, fueron las organizaciones y defensores de derechos humanos. Particularmente, se evidenció que el grupo armado ilegal autodenominado Frente José Pablo Díaz tuvo como práctica de victimización la de inhibir la defensa de organizaciones, líderes, comunidades religiosas y académicos que trabajaban a favor de la defensa de los derechos humanos de la población desplazada. En este sector también se agrupan los militantes de partidos políticos, líderes sociales y comunales. Si bien los casos documentados de homicidios no son numerosos, los grupos de paramilitares sí mostraron una estrategia de intimidación y amenaza activa contra estos sectores 423 Juzgado (11) Penal del Circuito Especializado de Bogotá. Sentencia anticipada de primera instancia, Radicado 080013107001 2008-00027-00, 30 de marzo de 2011. 341 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación que de una u otra manera minó las condiciones de seguridad para ejercer sus actividades. Los homicidios selectivos y las amenazas a estos sectores sociales eran motivados principalmente porque eran asimilados por estos grupos ilegales como los representantes en la sociedad civil de los intereses subordinados del proyecto “insurgente”. De acuerdo con la información sistematizada de la Comisión Colombiana de Juristas, entre 2000 y 2005 se presentaron 5 violaciones de derechos humanos en contra de defensoras y defensores sociales. También pueden adicionarse a estos casos el homicidio del candidato a la alcaldía de Soledad, José Castillo Bolívar, en septiembre de 2003; el homicidio del alcalde de Santo Tomás, Nelson Mejía Sarmiento, cometido el 29 de marzo de 2004 y las amenazas al alcalde de Baranoa, Carlos Zambrano. 7.5.5. Los asesinatos que pretendían controlar la criminalidad: la limpieza social como práctica de ordenamiento social y moral Otra de las prácticas de victimización identificadas es la llamada “limpieza social” ejercida por el Frente José Pablo Díaz en contra de delincuentes comunes, consumidores de sustancias psicoactivas y lesbianas, gays, bisexuales o transgeneristas (LGBT). Dos fueron las prácticas de victimización que corresponden a la imposición de ciertos modelos ideológicos y de discriminación por parte del Frente José Pablo Díaz: en primer lugar los asesinatos que pretendían aparentemente controlar la criminalidad, entre ellos los asesinatos de personas con problemas de drogadicción, problemas mentales, mendigos, trabajadores ambulantes; y en segundo lugar, los asesinatos de la población LGBT. Los asesinatos de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT): el grupo armado porta los prejuicios que generalmente están asociados a las creencias que se han tejido alrededor de estas comunidades, lo cual sirve de justificación para cometer actos criminales contra ellos. Estos prejuicios son otra de las vulnerabilidades que presentan los miembros de la comunidad LGBT. Los prejuicios generados hacia esta comunidad en Colombia parten de creencias tales como que los homosexuales atentan contra la moralidad o, simplemente, ponen en peligro el orden natural dentro de la sociedad mayoritaria. 342 La mayoría de violaciones a los derechos humanos de la población LGBT por parte de miembros de las autodefensas se encuentran ligadas a ese tipo de prejuicios y creencias que subrayan las actitudes u orientaciones sexuales diversas como comportamientos inmorales que deben ser rechazados en cualquier orden social. Como lo enfatizó un miembro del Bloque Norte, “[…] A los consumidores no se le declaraba objetivo militar, pero si estaban cometiendo delitos de contra el pudor y la libertad sexual, sí lo declaraban […]”424. 7.5.6. Naturalización de la presencia del agresor en el entorno social La naturalización de la presencia del agresor en el entorno social se refiere a una especie de acostumbramiento por parte de la población de sus mecanismos de actuación y su visibilidad pública. Esta práctica es una condición inherente a la actuación del agresor en el departamento del Atlántico y en el municipio de Sitionuevo en el departamento del Magdalena. Los actos para significar la presencia del agresor, que son un agravante en materia penal, ponen de relieve los instrumentos de terror que caracterizan los traumas intencionales, en cuya construcción se resalta la presencia del agresor en el entorno social. Se conoce como traumas intencionales a aquellos hechos a los que los actores armados recurren con el objetivo de causar gran impacto en el colectivo. 7.6. Conclusiones sobre el daño colectivo causado 7.6.1. Daño psicosocial 1. Las lecturas, diálogos y narrativas sobre el impacto generado a los colectivos establecen que el daño psicosocial está asociado con los procesos de significación que han ocurrido en el escenario público. Por eso en las poblaciones pequeñas y medianas se encuentra gran afectación en el colectivo a partir de hechos individuales, y en las 424 Relato del Imputado. Hecho 57. Formulación de cargos a Mangones Lugo. Frente William Rivas. 343 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación poblaciones intermedias son mayores las afectaciones psicosociales ligadas con hechos que se presentaron en forma sistemática. Especialmente se reconoció esta cualidad del daño ante asesinatos de líderes sociales, sindicalistas y defensores de derechos humanos. 2. Como evidencia del daño psicosocial se ha reconocido la vigencia en las narrativas alrededor de la experiencia de los hechos violentos como condiciones traumáticas, asociadas a constantes referencias de dolor, terror, miedo, angustia, desamparo y desesperanza en el colectivo que no han podido integrarse al devenir de la historia colectiva, es decir que siguen siendo referentes de ruptura en el proceso de construcción social de los pueblos. Esto se evidencia en la falta de escenarios para la representación del sufrimiento, en la ausencia de espacios comunitarios de convivencia social y diálogo alrededor del sufrimiento generado por la violencia. El impacto descrito es mayor en las comunidades de Sitionuevo, Sabanagrande y Baranoa. 3. Se reconoce que los procesos de duelos colectivos se vieron interrumpidos en la totalidad de las poblaciones entrevistadas (Ponedera, Galapa, Baranoa, Palmar de Varela, Piojó, Sitionuevo, Soledad, Sabanalarga, Sabanagrande, Soledad, Luruaco, Repelón, Malambo), se encontró además una disminución de las actitudes sociales relacionadas con las expresiones de solidaridad ante las pérdidas humanas y una imposibilidad de dar continuidad a los rituales fúnebres. 4. Se trastocaron los valores predominantes sobre los cuales ocurrieron expresiones violentas que cumplieron el propósito de desculturización en las comunidades. Las principales prácticas culturales afectadas son las referidas a las ceremonias fúnebres, la celebración de fiestas populares, el consenso alrededor de la vida futura posible a nivel intergeneracional, la noción de amparo y protección a los jóvenes de las comunidades y la capacidad de autodeterminación de los colectivos sociales y de las familias. 5. Se vieron limitados e inhibidos los procesos de afrontamiento colectivo, lo cual ha generado una mayor privatización de la experiencia de sufrimiento emocional y ha disminuido la disposición frente a la participación en escenarios sociales donde se debaten los asuntos públicos. Esta cualidad del daño se presentó en forma generalizada, excepto en el municipio de Repelón. 344 6. Se reconocen en forma generalizada transformaciones en los imaginarios asociados al ejercicio de la política y a la percepción del Estado como garante de protección y amparo ante situaciones de violencia. Así mismo, en las comunidades se encontró desesperanza y desinterés generalizado en la participación política. 7. En las comunidades de Soledad, Malambo, Sabanalarga, Sabanagrande, Sitionuevo, Luruaco, Ponedera y Palmar de Varela se vieron incrementados los prejuicios y estereotipos, producto de la tolerancia por algunos hechos de violencia ante los cuales hoy en día continúa vigente una falta de reconocimiento del respeto a la vida como interés superior de las comunidades. 8. Se trastocó el consenso social alrededor de la justicia, la criminalidad y la inocencia. En gran parte de las comunidades se han identificado pensamientos vigentes y tolerantes acerca de la eliminación de personas señaladas como indeseables así como sobre limitaciones frente a la libre elección y preferencias en el vestir, la apariencia física y la elección sexual. 9. En las comunidades de Soledad, Malambo, Sabanalarga, Sabanagrande, Sitionuevo, Luruaco, Ponedera y Palmar de Varela se exacerbó una moralidad de la tiranía, a partir de la cual no solo se han tolerado prácticas de violencia justificadas en la mal llamada “limpieza social” sino que, producto del temor por los señalamientos realizados por miembros del mismo colectivo quienes definían como blanco a personas a raíz de señalamientos morales, se toleraba la eliminación de personas de la misma comunidad, provocando relaciones de desconfianza entre los habitantes de los municipios. 10. Los daños encontrados se suman a todas las condiciones de vulnerabilidad psicosocial de los colectivos, exacerbando el impacto generado por la guerra a quienes sufrieron procesos de victimización anteriores. en manos de otras estructuras paramilitares o guerrilleras. 345 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación 7.6.2. Daños respecto a la garantía y protección de derechos fundamentales 1. Respecto a los daños ocurridos en materia de derechos de las comunidades, es importante reconocer que fue propio de la actuación natural del Frente José Pablo Díaz someter a agresiones, violaciones, limitaciones y vejámenes a los ciudadanos de las comunidades del departamento del Atlántico. Desde todo punto de vista, este control social violento e ilegítimo se constituyó en una afectación a la garantía y protección de los derechos fundamentales de la población. 2. La mayoría de las víctimas consultadas consideró que las condiciones sobre la garantía de los derechos se vio drásticamente transformada por la incursión de los grupos paramilitares. Los resultados que reportan las encuestas reflejan que más de la mitad de las víctimas cree que no era posible gozar de los derechos fundamentales debido a la situación de violencia ejercida por dichos grupos. De manera concreta, la afectación en los derechos se concentró en la libertad de movilidad y locomoción, tanto en las áreas rurales como en los barrios periféricos de la capital. 3. Igualmente, como ha sido común en una situación de conflicto armado, la gravedad e intensidad del daño en los derechos se concentra en aquellos relativos a la paz y a la vida. Más de la mitad de los encuestados consideró que nunca fue posible gozar de armonía y tranquilidad en la comunidad mientras los paramilitares estuvieron presentes en su entorno comunitario. De la misma forma, creían que el respeto por la vida de los miembros de la comunidad dejó de considerarse como una norma de cumplimiento superior. 4. Otro de los daños identificados en esta materia fue el sufrido en los derechos civiles y políticos. La movilización y manifestación son los derechos que las víctimas consideran más violados por el grupo armado ilegal y de los menos garantizados por el Estado durante el periodo de presencia de los paramilitares, lo cual ocasionó que las comunidades no se reunieran ni se movilizaran para expresar sus opiniones políticas o descontento acerca de la situación general que se presentaba, por el terror de resultar asesinados. 346 5. Por otra parte, los resultados electorales reflejan las limitaciones que se generaron por la presencia de los grupos paramilitares durante los periodos de elecciones. Así, se encontró que en casi la mitad de los municipios encuestados las víctimas creen que no se desarrollaban libremente las elecciones populares; y, en particular, que nunca fue posible, durante la presencia de los grupos paramilitares, realizar actividades de carácter proselitista o electoral. Igualmente, no existieron garantías de imparcialidad en la manera en que se realizaron las elecciones para elegir candidatos a cargos de función pública. 7.6.3. Daño a la Institucionalidad del Estado Social de Derecho 1. La presencia de grupos armados ilegales en los municipios evidenció la falta de control territorial por parte de la Fuerza Pública, que no logró garantizar la protección y seguridad a la población. Según el sentir de las comunidades, la Fuerza Pública no fue garante como institución protectora de la población civil. Se señalaron claras y visibles alianzas de sus miembros con grupos paramilitares. 2. Las entidades del nivel nacional hacen presencia en la capital del departamento y las acciones de esas instituciones poco se reflejan en los municipios. 3. Los resultados evidencian el bajo el grado de confianza que le reconoce la población a la institucionalidad. 4. En la mayoría de los municipios no existe credibilidad alguna en la administración municipal. Lamentablemente, las personerías están inmersas en la misma situación. 5. Se evidenció que hubo colusión entre algunos funcionarios públicos y paramilitares para el despojo de bienes de las víctimas, en favor propio o de terceros. 6. Casi todas las víctimas manifestaron que la posibilidad de acceder a la justicia les fue negada. 347 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación 7.7. Medidas de reparación colectiva propuestas para las comunidades afectadas por el grupo armado ilegal Frente José Pablo Díaz Con relación al daño psicosocial, se considera pertinente la solicitud de las siguientes medidas de reparación colectiva: 1. Creación, implementación y promoción de un Programa de atención psicosocial comunitario (Componente de la Reparación Integral: Rehabilitación-Satisfacción) • Objetivos: – Promover y facilitar prácticas que permitan procesos de elaboración de duelos colectivos. Promover la disminución de elementos que perpetúan patrones de estigmatización social y discriminación. – Promover acciones para el restablecimiento de la confianza entre ciudadanos y fomentar nuevas prácticas de convivencia comunitaria. – Facilitar la construcción de narrativas que integren al devenir social la capacidad de superación y afrontamiento de la afectación emocional. – Validar las diferentes expresiones del sufrimiento y promover diversos mecanismos para su reconocimiento. – Promover la sensibilización de la sociedad en general en el proceso de reparación y la toma de conciencia sobre el nivel de participación respecto a la tolerancia de aspectos violatorios. – Recuperación psicosocial desde una perspectiva cultural con énfasis en formación de capacidad local. Este ejercicio propendería por el fortalecimiento de los recursos propios de cada colectivo mediante un ejercicio de reconocimiento y validación de los conocimientos y prácticas culturales alrededor de la cura, el duelo, la recuperación, la sanación u otros. – Apoyar procesos de resignificación de los escenarios que se configuraron como espacios simbólicos de terror o de intimidación. 348 • Cualidades o condiciones de la medida: – El programa de atención psicosocial se enfocará a nivel comunitario con el propósito de mitigar el daño ocasionado por el accionar del Frente José Pablo Díaz. – No involucrará acciones de atención desde la clínica terapéutica a nivel individual o familiar, dado que dichas acciones corresponden a procesos de mitigación del daño individual y no colectivo. – La puesta en práctica del programa requiere que se articulen los objetivos del mismo en acciones emprendidas por grupos interdisciplinarios (psicólogo, sociólogo, trabajador social). – Se deben focalizar las acciones de intervención y promoción atendiendo a grupos poblacionales. De acuerdo con el diagnóstico de daño realizado, se recomienda la siguiente focalización: Población 1: municipios de Sitionuevo (Magdalena) y Sabanagrande; Población 2: municipios de Soledad, Malambo, Luruaco, Repelón, Sabanalarga y Barranquilla; Población 3: municipios de Ponedera, Galapa, Polo Nuevo, Santo Tomás, Baranoa, Palmar de Varela y Piojó. • Agente reparador: gobernador del departamento del Atlántico y Ministro de la Protección Social425. 425 La Corte Constitucional ha buscado trascender la comprensión de la afectación de las víctimas ligándola solo a las manifestaciones clínicas o la incapacidad. A través de la promulgación de la Sentencia T-045 de 2010, a partir de la cual se ordenaba al Ministerio de Protección Social que construyera un protocolo de atención psicosocial a las víctimas del conflicto armado, con esta sentencia la Corte Constitucional buscaba proteger el derecho de los ciudadanos y ciudadanas a la salud integral y con él, el derecho a la condición de bienestar y no solo a la ausencia de enfermedad. Esta misma intención ha sido recogida en la Ley 1448 de 2011 a partir del articulado de Rehabilitación, en donde además se enuncia que los propósitos de la rehabilitación no son solo individuales, sino también sociales e incluyen las medidas de reparación colectivas (artículo 136). En la misma ley (artículo 137) se ha designado al Ministerio de la Protección Social para que agencie el Programa de Atención Psicosocial y Salud Integral, contemplando las modalidades de atención individual, familiar y comunitaria: “[…] Se deberá garantizar una atención de calidad por parte de profesionales con formación técnica específica y experiencia relacionada […] se deberán incluir acciones comunitarias según protocolos de atención que deberán diseñarse e implementarse localmente en función del tipo de violencia y del marco cultural de las víctimas”. 349 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación 2. Construcción de un parque conmemorativo para las víctimas del Frente José Pablo Díaz (Componente de la Reparación Integral: Reparación simbólica) • Objetivos: – Construir en el espacio público un parque conmemorativo que promueva la dignificación de las víctimas de los hechos violentos cometidos por el Frente José Pablo Díaz del Bloque Norte. – Otorgar relevancia pública a las víctimas del conflicto armado y concientizar a la sociedad del Atlántico de los hechos de violencia que acontecieron en el departamento, con el fin de coadyuvar a la construcción y estímulo de procesos de memoria histórica. – Reconocer que el trabajo de rehumanización no debe estar encaminado solo a las víctimas o victimarios, sino a la sociedad en general. Todo proceso de memoria y dignificación de las víctimas debe dirigirse a rehumanizar a quienes han desconocido o ignorado el devenir de la historia de violencia. – Orientar los procesos de reparación al reconocimiento de la sociedad en cuyas creencias, atribuciones o imaginarios haya prevalecido un discurso de negación o desconocimiento de la ocurrencia de la violencia. • Cualidades o condiciones de la medida: – La orientación: esta es una medida que pretende hacer pública y vigente la recordación de las víctimas y el rechazo de los hechos de violencia que dieron lugar a su victimización. – El lugar: se recomienda que el parque esté ubicado en un lugar central de la ciudad de Barranquilla, con fácil acceso por parte de toda la población del Atlántico. Se recomienda que el parque de conmemoración de las víctimas se construya en la Plaza de la Paz o en el parque Suri Salcedo. – La estructura: debe permitir el desarrollo de dinámicas que aporten solemnidad al recuerdo de las víctimas426. La disposición 426 Se ha encontrado, por ejemplo, que las estructuras en forma circular permiten un ejercicio solemne respecto a la recordación de las víctimas. Así, el Memorial “El ojo que llora” es una escultura de piedra de donde brota agua a manera de lágrimas. La 350 de un espacio como este permite que las familias sobrevivientes sientan validado el sufrimiento que experimentaron, con independencia de los resultados de los procesos judiciales o administrativos de reparación individual. Es así como se logra que los sobrevivientes encuentren en el espacio físico un lugar al cual trasladar el sufrimiento emocional, haciendo público el dolor que hasta entonces era privado. Por tanto, la estructura física del parque debe facilitar un recorrido que sirva a la reconstrucción de un espacio de conmemoración, en el que los familiares de las víctimas puedan sentir que sus rituales de muerte son compensados con el acompañamiento que hace cada uno de los visitantes, en una actitud solemne. Dentro del parque deberá existir un auditorio para el encuentro social donde se promuevan prácticas vinculadas a condiciones de encuentro en torno al recuerdo de las víctimas, de la historia de vida de los afectados por el conflicto armado, de la defensa de los derechos humanos, de acciones de convivencia. Un espacio que propicie narrativas que faciliten la construcción de memoria sobre los hechos de violencia y los daños que fueron generados427. piedra representa a la madre tierra –“Pachamama”– y define el centro de un camino laberíntico que comprende once círculos formados por gruesas bandas de canto rodado. Las piedras están distribuidas en forma circular y el espectador se ve obligado a pasar por cada camino. Al estar supeditado a buscar los lugares por donde debe salir, ve al mismo tiempo las 32 mil piedras, cada una con el nombre, la edad y el año de la muerte o la desaparición de las víctimas en dicho monumento. El recorrido necesariamente hace solemne el recuerdo. 427 Las diferentes expresiones narrativas son las que permiten la elaboración y el acuerdo alrededor de los hechos de violencia, las narrativas también permiten la superación del sufrimiento. Jelin (2003), menciona que es justamente la imposibilidad de la incorporación narrativa de los hechos de violencia lo que define lo traumático, dado que dicha imposibilidad cohabita con los recuerdos persistentes de los hechos y con su manifestación en síntomas. Por eso la narrativa no puede ser solo la oralidad, también la provisión de otros lenguajes vistos en un compartir de la danza, el cuerpo, los saberes populares y tradicionales alrededor de la cura, los espacios llenos de silencios y solemnidad. Las narrativas que permitan a los colectivos sus propias formas de afrontamiento no deberán ser siempre verbales y deberán propender por narrar progresivamente lo que es comunicable, audible, bailable o susceptible de transmitir al otro, que para entonces, podrá estar en capacidad de escuchar. 351 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación También deberá facilitarse el proceso de sensibilización de los visitantes al parque a través de la grabación en medios digitales de testimonios de las víctimas. Igualmente, se deberán articular acciones itinerantes para llevar ejercicios de conmemoración y reconstrucción de la memoria histórica de las víctimas a cada uno de los municipios afectados por el accionar del Frente José Pablo Díaz. Esa actividad se articulará con la puesta en práctica del Programa de Atención Psicosocial Comunitario (Ver el apartado anterior). – El proceso de construcción: debe realizarse un proceso de consulta y participación permanente con representantes de las víctimas de todas las comunidades afectadas por el accionar del Frente José Pablo Díaz, de modo que ellas puedan hacer parte del diseño, planeación, ejecución y sostenibilidad de esta medida. – Las narrativas: se deberá acompañar por una estrategia de comunicación comunitaria que influya en los discursos que se construyen y desarrollen en este escenario, de modo que faciliten la promoción y asentamiento de una cultura de los derechos humanos y el respeto por la vida. – La posibilidad de dar lugar al rito, la conmemoración, la ofrenda: los lugares que sirvan de escenarios de reparación simbólica deben contemplar la posibilidad de que tengan lugar ofrendas y ritos que las personas puedan sugerir, de acuerdo a sus creencias y su cultura. • Agente reparador: gobernador del departamento del Atlántico, quien a su vez debe contemplar planes y mecanismos para el mantenimiento y sostenibilidad del parque conmemorativo. Con relación al daño respecto a la garantía y protección de los derechos fundamentales de las comunidades, se considera pertinente la solicitud de las siguientes medidas de reparación colectiva: 1. Solicitud pública de perdón por parte del postulado a todos aquellos ciudadanos que por sus actividades académicas, políticas, sindicales u orientaciones de vida contrarias a la postura social y moral de las autodefensas fueron víctimas del grupo armado ilegal bajo su jefatura. • Objetivos: 352 – Dignificar y honrar a las víctimas de esta estructura armada por haber violado sus derechos a la vida, a la integridad personal, a la honra y dignidad, a la libertad de expresión y sus derechos políticos y de organización. – Estimular acciones tendientes al desagravio de las víctimas del conflicto armado en el departamento y de aquellas que han sido victimizadas por sus actividades, modo de vida o profesión. – Desarrollar acciones públicas de amplio conocimiento para la sociedad atlanticense que reflejen el reconocimiento y responsabilidad de aquellos desmovilizados y postulados de la Ley de Justicia y Paz que participaron en las violaciones a los derechos humanos en el departamento. – A través de gestos simbólicos de desagravio, lograr la creación de condiciones para fomentar la garantía, protección y promoción de derechos fundamentales. – Garantizar medidas de reconocimiento y dignificación que tiendan lazos de reconciliación entre las víctimas y sus victimarios. • Cualidades o condiciones de la medida: – Para que una medida de esta índole encuentre eco en las víctimas, se hace necesario que exista una postura y actitud genuina por parte del victimario para la solicitud de disculpas. Si no existe un arrepentimiento real y una autoreflexión del postulado acerca de los hechos perpetrados contra las comunidades victimizadas, la medida no tendría legitimidad. – Sin embargo, aunque permanezca siempre la incertidumbre de la “pureza” de ese arrepentimiento, en lo que concierne a las condiciones de cumplimiento para realizar un acto público de disculpas, es importante que se den las siguientes especificaciones en este caso: a. Que el postulado aclare a toda la sociedad del departamento del Atlántico que no es legítimo asesinar a cualquier ciudadano por sus posiciones políticas, actividad académica o estudiantil, actividades sindicales, reivindicación de los derechos humanos, modo de vida ni orientaciones sexuales. 353 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación b. Que el postulado reconozca el daño colectivo que generó en estas comunidades, con el fin de comprometerse a no repetirlo. c. Que el acto público sea ampliamente difundido a nivel local, tanto en medios impresos como por radio y televisión regional. • Agente reparador: postulado Édgar Ignacio Fierro Flórez, alias “Don Antonio”. 2. Crear e implementar un programa de liderazgo social y comunitario en los municipios de actuación del Frente José Pablo Díaz (Componente de la reparación: Restitución-Satisfacción) • Objetivos: – Rehabilitar las capacidades y habilidades de los líderes sociales de las comunidades que se vieron afectadas por la estigmatización, amenaza y violencia del Frente José Pablo Díaz. – Estimular la organización social y comunitaria para ayudar a garantizar la adecuada participación de las víctimas y demás ciudadanos que padecieron los crímenes del conflicto armado, quienes buscan beneficiarse de los procesos de la Ley de Justicia y Paz u otras leyes previstas para reconocer sus derechos. – Fortalecer el trabajo de los líderes sociales y comunitarios, quienes son los llamados a desempeñar un rol fundamental para garantizar la transparencia y el cumplimiento de las obligaciones de las instituciones en sus municipios, particularmente en lo que tiene que ver con la garantía y protección de los derechos de sus comunidades. • Cualidades o condiciones de la medida: – Con el fin de que no persista la estigmatización hacia los sectores sociales, es necesario que se reconozca el rol fundamental que desempeñan en la democracia local y en el desarrollo de las comunidades. Es indispensable que el programa sea diseñado e implementado por la sociedad civil y las instituciones de los gobiernos locales. 354 – Lo que se busca es que la medida contribuya a que las comunidades específicas de los sectores sociales afectados no solo sean resarcidas, sino que se empoderen y contribuyan, por ejemplo, los sectores sindicales, los partidos políticos, las ONG, la academia u otros sectores de la sociedad afectados por la violencia, a formar líderes que logren en sus municipios crear los efectos esperados y concretos que definen la actividad de estos sectores: la defensa, el respecto y la promoción de los derechos humanos de todos los ciudadanos. – El programa ejecutado en cada municipio debe disponer de los mecanismos suficientes para crear un programa continuo de formación y capacitación de los líderes sociales y comunitarios. Estos mecanismos no son otra cosa que una red organizada de apoyo de las organizaciones sociales, sindicales, políticas, centros e institutos académicos, sector privado y otros interesados del departamento, que tengan vocación y formación en liderazgo social y que sean capaces de contribuir a la puesta en marcha y continuidad de jornadas de formación y capacitación en los municipios, siempre bajo la coordinación y el apoyo de la institucionalidad de los gobiernos locales. • Agente reparador: gobernador del departamento del Atlántico, quien a su vez debe buscar el apoyo de los sectores de la sociedad civil para diseñar y poner en funcionamiento el programa. 3. Creación de una estrategia departamental de cultura de la legalidad (Componente de la reparación: No repetición) • Objetivos: – Garantizar la desarticulación de los agentes u organizaciones ilegales que exigen dinero por actividades y transacciones que deben ser reguladas y protegidas por las autoridades y la ley. – Desestimular el pago de la extorsión de que son víctimas los sectores del comercio formal e informal en Barranquilla y los municipios del departamento, pago que vulnera los derechos a la libertad, a la propiedad, al patrimonio económico y al trabajo. – Erradicar el poder de coerción y amenaza de los agentes y organizaciones que se dedican a la extorsión. 355 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación – Fomentar la denuncia y el rechazo ante situaciones que perturben la economía lícita de las comunidades del departamento. • Cualidades o condiciones de la medida: – La intención de una estrategia que fomente una cultura de la legalidad debe superar, a futuro, dos de las principales debilidades que permitieron que agentes y organizaciones ilegales compitieran violentamente por las ganancias de la economía de los sectores formales e informales del comercio: a. La falta de protección en aquellas actividades formales e informales del comercio que fueron vulnerables a la coerción ilegal y que facilitaron que estos agentes se instalaran y dominaran sus transacciones. b. La falta de estrategias y acciones que impulsaran y estimularan la denuncia ante las autoridades bien sea en casos de extorsión directa o a terceros. • Agente reparador: gobernador del departamento del Atlántico, Comandante de la Policía Departamental del Atlántico. Con relación al daño a la institucionalidad del Estado Social de Derecho, se considera pertinente la solicitud de las siguientes medidas de reparación colectiva: 1. Crear el Comité Interinstitucional de Control a los Recursos Públicos de la Salud en los municipios del Atlántico (Componente de la reparación: Restitución y Garantías de no repetición) • Objetivo: crear un espacio interinstitucional que realice investigaciones para el control y la fiscalización estatal de los recursos ejecutados en el área de la salud. • Cualidades o condiciones de la medida: esta medida de reparación colectiva pretende coadyuvar a garantizar la protección de los recursos destinados a la salud para la población. – Participación ciudadana: debe tenerse en cuenta a las asociaciones de ciudadanos o de víctimas existentes o que se puedan crear, con el ánimo de garantizar la participación activa en la dinámica del Comité Interinstitucional de Control a los Recursos de la Salud. 356 – Temporalidad: las acciones de control a desarrollar deben iniciarse partiendo del año 2003, fecha para la cual la estructura armada de los paramilitares contaba con un poder hegemónico en el departamento. – Efectividad: dentro del Comité Interinstitucional se tomarán las acciones y medidas correspondientes de acuerdo con la competencia de cada institución, cuando sean necesarias y con base en las investigaciones adelantadas. – Confianza: se propone que la instancia nacional de la Procuraduría General de la Nación asuma un rol preferente sobre el Comité Interinstitucional en la aplicación de recursos destinados a la salud, con el ánimo de ofrecer a nivel nacional con respecto a lo regional, mayor garantía a las víctimas y generando la confianza de estas. – Continuidad: el Comité Interinstitucional debe generar los mecanismos necesarios para contemplar la continuidad y existencia de dicho Comité. • Agente reparador: esta medida de reparación debe ser agenciada por los entes de control estatales, tales como la Procuraduría General de la Nación, la Contraloría General de la República y la Fiscalía General de la Nación, la cuales deberán crear un Comité Interinstitucional de Control a los Recursos de la Salud en los Municipios del Atlántico. 2. Crear espacios políticos municipales: Diálogos para la Protección Ciudadana (Componente de la reparación: Restitución) • Objetivo: crear un espacio de interlocución política a nivel municipal entre la comunidad, en especial de las víctimas y las administraciones municipales. • Cualidades o condiciones de la medida: esta medida pretende incentivar a las administraciones municipales a que incluyan entre sus prioridades la atención integral y el seguimiento de las realidades de las víctimas, incluso de verificación de las garantías de no repetición. – Participación ciudadana: debe tenerse en cuenta a las asociaciones de víctimas existentes o las que se puedan crear, con el ánimo de garantizar la participación activa en la dinámica del espacio de interlocución local. 357 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación – Espacio físico: concertando con las víctimas, propender por la creación e institucionalización o destinación de un espacio físico a nivel municipal, que sea el centro de atención y memoria de las víctimas en los diferentes municipios. – Continuidad: el espacio creado municipalmente debe generar los mecanismos necesarios para contemplar su existencia y continuidad en el tiempo. – Seguimiento: utilizar este espacio de interlocución municipal para realizar un monitoreo de la situación de orden público y de afectación delictiva actual a las comunidades, en especial a las víctimas. • Agente reparador: esta medida de reparación debe ser agenciada exclusivamente por las alcaldías municipales en el departamento del Atlántico. 3. Depuración y sanción a miembros de la Fuerza Pública (Componente de la reparación: Satisfacción) • Objetivos: realizar las investigaciones y sanciones necesarias, con el fin de depurar y apartar de la Fuerza Pública a los miembros comprometidos con la violación de derechos humanos de la población civil, así como con la falta a su deber como funcionario público, de aquellos que se demuestre que por acción u omisión sean encontrados responsables de vínculos con los paramilitares y su accionar delictivo. • Cualidades o condiciones de la medida: esta medida pretende implementar justicia frente a los abusos cometidos por miembros de la Fuerza Pública que se aliaron con los paramilitares, buscando generar y restablecer la confianza perdida de las comunidades. – Investigación: de miembros de la Fuerza Pública que se relacionen con actividades de apoyo a los paramilitares. – Sanción: destitución los miembros de la Fuerza Pública que se encuentren activos y sean encontrados culpables de connivencia con los paramilitares. – Actos de perdón público: si las investigaciones demuestran relaciones de connivencia por parte de miembros de la Policía Nacional o del Ejército Nacional, cada institución deberá solicitar 358 perdón público a las poblaciones de los municipios donde se detecte esta falla al servicio. – Continuidad: sobre las Oficinas de Control Interno de la Fuerza Pública recae el deber de garantizar y fortalecer los mecanismos necesarios para contemplar la continuidad de investigaciones a miembros comprometidos con ilegales. • Agente reparador: esta medida de reparación debe ser agenciada por la Procuraduría Delegada para el Ministerio Público en Asuntos Penales, en lo concerniente a las investigaciones penales, y a la Procuraduría Provincial de Barranquilla en lo relativo a las investigaciones disciplinarias, con el apoyo irrestricto de las oficinas de control interno de la Policía Nacional y del Ejército Nacional. 4. Acto de desagravio por parte del DAS al Movimiento Sindical (Componente de la reparación: Satisfacción-Dignificación) • Objetivo: realizar un acto público de desagravio en donde el DAS asuma la responsabilidad correspondiente y reconozca su actuar en el impacto causado y las violaciones a los sindicalistas. • Cualidades o condiciones de la medida: se busca rescatar el buen nombre de los sindicalistas asesinados y reconocer la legitimidad y legalidad del movimiento sindical y sus actividades. – Rechazar públicamente las violaciones cometidas en contra de los sindicalistas y, de la misma manera, que actualmente se rechace todo tipo de actos fuera de la ley de los miembros del DAS en contra del movimiento sindical. – Realizar un reconocimiento público a la legitimidad y legalidad de los objetivos y acciones de los líderes sindicales asesinados, amenazados, desplazados, etc. – Reprochar cualquier acto que tienda ahora a estigmatizar, amenazar, intimidar e impedir el desarrollo de las actividades sindicales y el derecho de libre asociación sindical. • Agente reparador: esta medida de reparación debe ser agenciada exclusivamente por el Departamento Administrativo de Seguridad – DAS. 5. Comité de Derechos Humanos en la Universidad del Atlántico. (Componente de la reparación: Restitución) 359 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación • Objetivo: crear un Comité de Derechos Humanos en la Universidad del Atlántico, que tramite e impulse los temas de interés de la Universidad. • Cualidades o condiciones de la medida: se busca restablecer el tejido social de la comunidad académica y sus actividades por medio del respaldo institucional de la Gobernación y las directivas universitarias. – Respaldo institucional: por parte de las directivas de la Universidad del Atlántico al movimiento estudiantil y sus líderes, en sus legales y legítimas actividades. – Fomento de la investigación: apoyo, estímulo e incentivación por parte de la Gobernación para el desarrollo de investigaciones sociales tendientes a rememorar el conflicto y su impacto desarrollado en la comunidad académica y en la sociedad del Atlántico, canalizando estas investigaciones en las escuelas, colegios y la sociedad en general. – Cátedra sobre el conflicto: desarrollar una cátedra especial sobre el conflicto y la sociedad en el Atlántico, la cual sea impartida en la Universidad y en los demás planteles públicos educativos, para dignificar a las víctimas al igual que para conocer, reconocer y comprender los hechos violentos que se presentaron en el departamento, como una estrategia de memoria histórica. • Agente reparador: esta medida de reparación debe ser agenciada por el Gobernador del Atlántico y el Rector de la Universidad del Atlántico. 6. Ceremonia de graduación universitaria (Póstumos) (Componente de la reparación: Satisfacción-Dignificación) • Objetivo: realización de un acto público de “titulación honoraria” que de manera póstuma entregue a los familiares el título de grado de la carrera que estudiaban todos los estudiantes de la Universidad del Atlántico asesinados entre los años 2003-2006. • Cualidades o condiciones de la medida: esta medida busca realizar un acto de desagravio al movimiento estudiantil y reconocer la 360 importancia de la denuncia, el derecho a disentir y a la manifestación pública dentro de una democracia. – Generar un espacio que reflexione sobre el papel que cumplieron los estudiantes asesinados, realizando públicamente un reconocimiento a la legitimidad y legalidad de sus objetivos y acciones. – Reprochar cualquier acto dentro de la Universidad del Atlántico que tienda ahora a estigmatizar, amenazar, intimidar e impedir el desarrollo de las actividades del movimiento estudiantil. • Agente reparador: esta medida de reparación debe ser agenciada por el Rector de la Universidad del Atlántico. 361 Conclusiones. Lineamientos para el abordaje del daño colectivo en el incidente de reparaciones428 428 Estos lineamientos se encontraban en proceso de elaboración por parte de la Procuraduría General en cooperación con el Proyecto FortalEsDer de la GIZ cuando se expidió la Ley 1592 de 2012 por medio de la cual se reformó la Ley 975 de 2005. En ella se introdujeron variaciones al incidente de reparación, entre otros aspectos. 363 • La reparación colectiva no responde a la suma de varias víctimas individuales ni a la suma de los daños individuales. Antes bien, en términos simples se puede decir que se refiere a impactos colectivos. • El daño colectivo no solo se presenta en comunidades o sujetos colectivos que poseen una “unidad de sentido”. También, en eventos de afectación de derechos colectivos propiamente dichos, imputables a grupos armados y en contextos de violación de derechos humanos e infracciones al derecho humanitario. • El concepto de daño colectivo debe concebirse en un contexto amplio, comprehensivo e integral de las zonas geográficas, la temporalidad y las prácticas de victimización de las estructuras armadas al margen de la ley que generan el daño. • El diagnóstico del daño colectivo no puede ser elaborado a partir de la perspectiva parcial de las legalizaciones de cargos. Antes bien, debe estar asociado con la complejidad de prácticas de victimización empleadas por la estructura armada de los grupos ilegales. • El diagnóstico del daño colectivo no puede ser elaborado a partir de la parcial presentación de los hechos realizados por los postulados, a quienes en reiteradas ocasiones la magistratura ha llamado la atención por sus reiteradas alusiones justificadoras de los hechos delictivos del grupo con señalamientos gratuitos sobre personas y grupos humanos, así como por la simple asunción de responsabilidad sobre los hechos por cadena de mando, sin ningún esfuerzo adicional para contribuir en el esclarecimiento de los hechos (Tribunal Superior de Bogotá. Rad. 82855; rad. Interno 1520, pg. 283). La reparación del daño colectivo se encuentra íntimamente relacionada con el derecho a la verdad. • Para abordar el daño colectivo es necesario tener un enfoque interdisciplinario de indagación. • La sistematización del daño colectivo debe mostrar las consecuencias y perjuicios causados en el marco del conflicto armado por las acciones violentas cometidas por los grupos armados ilegales en la esfera de las relaciones sociales, político-institucionales y culturales de las comunidades. • El daño colectivo se puede reconocer a partir de los sujetos sociales que perciben o son testigos referenciales de los contextos de 365 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación violencia, bajo nociones de sufrimiento, pérdida, transformación negativa de las formas de vida comunitarias, menoscabo en los recursos para afrontar el futuro o construir el proyecto de vida individual o colectivo. • La labor de la Procuraduría dentro del proceso de representación de las víctimas colectivas en el escenario judicial de Justicia y Paz, se basa en la función constitucional contenida en el artículo 277 de la Carta Política, consistente en garantizar y proteger los derechos humanos y defender el interés la sociedad. • La justicia transicional es una aproximación pragmática a los derechos de las víctimas, pero eso no significa que es un campo desregulado. No es una forma de justicia blanda. El operador debe distinguir entre estándares normativos y experiencias comparadas. El núcleo esencial del derecho a la reparación no es derogado por tratarse de un contexto de justicia transicional. • El derecho a la reparación es fundamental y algunos de los derechos a reparar también lo son. Esto aumenta su importancia jurídica. Para identificarlos, es útil acudir al precedente y al texto de la Constitución. Las reparaciones deben suministrarse en forma igualitaria, no discriminatoria, adecuada, proporcional, efectiva, justa, proporcional, rápida y eficaz. El derecho a la reparación tiene base convencional y constitucional. También una dimensión doble, sustantiva y procedimental. Esto vale para las reparaciones en modalidad colectiva. • Conforme a la jurisprudencia de la Corte Suprema, el incidente de reparación exige prueba concreta, real y específica del daño; prueba del nexo causal; acreditación de desmovilización y prueba de responsabilidad penal. Además, debe haber identificación de la parte lesionada. • La regulación del sistema de Justicia y Paz tiene una serie de provisiones jurídicas sobre reparaciones colectivas que se caracterizan por cierto nivel de generalidad, pero que no se puede ignorar. De allí se extraen algunas reglas específicas sobre reconstrucción psicosocial, entrega de bienes y uso de elementos del programa administrativo, entre otros aspectos. • La reparación colectiva es una modalidad del derecho a la reparación. No es un derecho distinto. Por consiguiente, se encuentra reglada 366 en todos sus aspectos por el deber de reparar. Ahora bien, hay cierto grado de indeterminación jurídica sobre la naturaleza de la modalidad misma y sobre los beneficiarios. Por ende, el precedente futuro de Justicia y Paz es una oportunidad para generar regulación. • La reparación del daño colectivo solo podría ser solicitada por la colectividad específica –en sentido amplio– de la que se trate o por quien tenga el mandato legal o judicial para representarla. No estrictamente por los individuos, en tanto tales, que la componen. • Aunque la Procuraduría siempre debe cumplir con su misión institucional, la procedencia de las reparaciones colectivas debe demostrarse, dado que el incidente de reparación integral es un escenario judicial. • El concepto de daño colectivo se sirve de la idea de bien jurídico colectivo, en la medida en que aquel tiene un efecto negativo sobre este. Esto hace necesaria la reparación colectiva. Un bien jurídico colectivo es aquel que “no puede ser apropiado individualmente ni disfrutado exclusivamente por los individuos, sino que satisfacen necesidades generales [de un sujeto colectivo]”429. En este sentido, son características de los bienes [jurídicos] colectivos430: la titularidad compartida, la indivisibilidad y la indisponibilidad unilateral. Por víctima colectiva, se puede entender “aquella que es afectada por la lesión de un bien jurídico-penal colectivo”431. • Por principio, el daño colectivo debe ser cierto, probado por quien lo alega y reparado plenamente. • La reparación de los daños por violaciones de derechos colectivos con arreglo a la Ley 472 de 1998 procedería en Justicia y Paz si han sido causados por la acción (violaciones a los derechos humanos e infracciones al derecho humanitario) de los grupos armados ilegales o sus integrantes destinatarios de la aplicación de la Ley 975 de 2005 y si así ha sido solicitado por la comunidad consultada. 429 Rivera Morales, Rodrigo. Protección constitucional y procesal de víctima de delitos colectivos. Las acciones colectivas como instrumento de protección de la víctima colectiva. Editorial Académica Española, 2011, p. 221. 430 Ibíd. 431 Ibíd., p. 469. 367 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación • La valoración del daño debe ser interdisciplinaria y las medidas propuestas deben consultar su complejidad. Se deben respetar las instancias comunitarias de decisión y las víctimas colectivas deben estar adecuadamente representadas, independientemente de la autoridad a la que le corresponda realizar la reparación. • Por su naturaleza, ciertas medidas de reparación solo pueden estar a cargo del Estado y no del procesado. Por ejemplo, la rehabilitación o las garantías de no repetición. En ese caso se debe argumentar que el Estado es garante de las reparaciones, aunque no haya sido condenado. • Para enfrentar los retos de estrategia judicial asociados con la indeterminación de ciertos aspectos de las reparaciones colectivas, es importante calificar en forma acumulativa la existencia de los siguientes requisitos en el caso concreto: presencia de un sujeto colectivo, en sentido lato; presencia de un daño colectivo; causalidad entre las violaciones o delitos cometidos por la persona cuya responsabilidad se declara con la sentencia y el daño colectivo; imputación de los hechos dañosos a la persona cuya responsabilidad se declara con la sentencia y expresión informada, voluntaria y representativa de interés en obtener reparaciones colectivas por parte del sujeto colectivo. • La acción de la Procuraduría debe contribuir a construir el contexto de actuación del grupo, de tal manera que dé cuenta de los patrones de macro criminalidad, en una perspectiva holística que permita entender la violencia, esto independientemente de la modificaciones introducidas por la Ley 1592, toda vez que desde las versiones libres los procuradores judiciales deben identificar aquellos casos donde consideren existe un daño colectivo, para conforme al nuevo trámite previsto en la ley sea advertido en la audiencia de identificación de perjuicios. • Se debe mostrar que hay un nexo de causalidad entre los daños y los actos considerados del procesado o del grupo armado al que pertenece, según sea el caso. Esto es, que se puede inferir razonablemente que los daños fueron causados por tales actos. También se debe demostrar que dichos hechos fueron cometidos por el procesado o por el grupo al que pertenece y no por otra persona u organización, en el marco del contexto de actuación de la estructura armada específica. 368 • La toma de contacto se realiza con actores de la reparación colectiva que padecieron los daños o los presenciaron. Algunos de ellos cumplen ambas condiciones. La estrategia de abordaje y comunicación es importante y debe ser bien desarrollada. Debe conducir a la construcción de un mapa de actores. Su representatividad responde a criterios de generalidad, género, etnicidad, procedencia política, sectorialidad, fortaleza organizativa y liderazgo. • La toma de contacto es una oportunidad para generar confianza en la Procuraduría y en el Estado. Se debe comunicar adecuadamente el propósito y los alcances del diagnóstico. Idealmente, con un canal oficial de comunicación. El flujo de participantes puede ser inestable y es una realidad con la que se debe contar. • Algunas herramientas útiles para la coordinación interinstitucional son las siguientes: reuniones periódicas para la generación de consensos programáticos; sesiones de planificación operativa de los talleres o procesos de consulta; mecanismos de seguimiento de los acuerdos; designación de funcionarios de enlace habilitados para realizar acuerdos en cada una de las instituciones concernidas; creación de dispositivos para circular y compartir información relevante de interés común y evaluación periódica de los esfuerzos. • Las condiciones en terreno, incluyendo el conflicto, impactan la planificación y condicionan la muestra de información que se puede recoger. Pero esas condiciones no deberían conducir a que ciertos sectores vulnerables se encuentren subrepresentados. El impacto de esas restricciones sobre las víctimas puede ser diferencial. • La visita de diagnóstico depende en parte de una buena toma de contacto. Un mapa de actores vigoroso permite una agenda de diagnóstico con altas probabilidades de ser fructífera. Hay varios tipos posibles de talleres. El primero, los talleres generales para víctimas de una determinada región. El segundo, los talleres con ciertos sectores representativos del universo de afectados. Tercero, las reuniones “pequeñas” con ciertos líderes y lideresas con una perspectiva privilegiada del daño colectivo. Cuarto, las reuniones bilaterales con actores clave de las reparaciones. Por último, las entrevistas con instituciones especializadas. Todas estas modalidades de consulta son compatibles y pueden ser combinadas. 369 Reparaciones colectivas: consideraciones conceptuales y normativas Actuaciones de la Procuraduría General de la Nación • Un proceso de documentación previo a los talleres por parte del funcionario a cargo es aconsejable. Debe haber una introducción respetuosa y dialógica del concepto de reparación colectiva para sugerir el contorno temático de la discusión. Debería haber apoyo psicosocial y consensos sobre la metodología. Nuevos datos y fuentes relevantes pueden surgir. • Un enfoque cualitativo parece el más apropiado para la naturaleza del diagnóstico y la disponibilidad de recursos. Es un ejercicio principalmente de observación propia y de captura de impresiones. La herramienta más útil parece ser la entrevista semi estructurada a profundidad. Sirve tanto para sesiones individuales como para grupos focales. Sólo cambiaría el método de aplicación. • La flexibilidad metodológica permite ajustar sobre la marcha elementos como la dinámica del espacio, las condiciones subjetivas de los participantes, el hallazgo de nuevos datos de especial interés, la incorporación de participantes adicionales, la construcción dialógica de los conceptos de referencia y la modificación misma de las preguntas, entre otros aspectos. El funcionario debería expresar interés en el relato de las víctimas. La legalidad y legitimidad de las sesiones debe ser correctamente comunicada por la Procuraduría. El entrevistador debe ser versátil para moverse en el ambiente de los participantes. Se recomienda el uso de un diario de campo para recoger datos adicionales. • El sentido del trabajo en grupos focales debe ser dialógico. Sus posibles modalidades son amplias y dependen de la dinámica que tome la sesión. Se puede trabajar en una única sesión, pero también se podrían ensamblar varios grupos que participen en múltiples sesiones. Se deben acatar los criterios preexistentes de participación. Son además una oportunidad para obtener información secundaria, que se puede clasificar en informes de derechos humanos, bases de datos, expedientes judiciales y estudios propios sobre reparación colectiva. • El uso de expertos permite una perspectiva privilegiada del fenómeno, asociada a elementos como presencia histórica en la región donde operó el grupo armado, redes de contactos y trabajo consolidadas, incluyendo vínculos con organizaciones sociales y de víctimas, generación de hipótesis explicativas del curso que tomó la violencia en la zona y de las particularidades que la pueden distinguir 370 de otras regiones, bases de datos sobre la violencia, diálogo político con actores en distintos niveles, interlocución humanitaria con actores armados, especialización temática con perspectiva regional e investigación académica sobre el terreno. • El uso de estudios de caso es una respuesta a la imposibilidad de efectuar un muestreo completo o estadísticamente representativo. Interpreta a fondo casos emblemáticos para, a partir de ese ejercicio, ofrecer explicaciones con algún grado de comparabilidad. Por ejemplo, un estudio de caso juicioso sobre el exterminio de una organización sindical debería conducir a propuestas de reparación que beneficien a todas las organizaciones sindicales. • La estructuración del informe final es el punto neurálgico de la producción del diagnóstico. No existe un formato para identificar cómo debe realizarse ese documento y depende de las necesidades del caso. Sin embargo, parece recomendable que incluya y combine componentes tanto jurídicos como empíricos. Por otra parte, debería contar al menos con una contextualización, una descripción de los daños y propuestas de reparación. Se debe verificar la solidez de la triangulación de datos. 371