TEMA 2 - Grado de Historia del Arte UNED

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MUSEOLOGIA Y MUSEOGRAFIA
TEMA 2: Origen e historia de los Museos y las Exposiciones: de las antiguas
colecciones a los museos públicos. Tipologías y modelos de museo. Museos públicos y
museos privados. Las exposiciones en la actualidad. Los nuevos centros de a arte.
En la conciencia humana se pueden identificar dos tiempos: el
tiempo de pasa y el que permanece. Los etnólogos han creado un
tercer tipo: el Gran Tiempo al que se refieren los grupos primitivos
que por medio del ritual y del mito, han logrado anular el tiempo
que pasa. Cualquier ser humano puede redescubrir este Gran
Tiempo al regresar a la infancia cuando el juego tenía el mismo
papel que el mito y nos resguardaba del paso del tiempo.
A. De las antiguas colecciones a los museos públicos.
Las colecciones que se van a referir pasarán a integrar el patrimonio de los museos futuros y
su importancia histórica es enorme.
¶ Grecia y Roma.
Al contrario que otras civilizaciones mediterráneas, los griegos ofrecían, en la mayoría de los
peristilos de los templos más importantes, reliquias del pasado a las que daban cierto valor
artístico. Los tempos de Juno en Samos, el tesoro de los Atenienses en Delfos, los propileos en
otro sentido y la Acrópolis en general alcanzaron una gran fama por contener estos objetos que
atraían turistas. No cabe duda que la Grecia del siglo de Pericles valoraban mucho el arte y
formaba parte de la vida cotidiana.
En época helenística, Ptolemeo Filadelfo (-III) designaba las instalaciones de Alejandria como
museos. Esto recinto contenía observatorios, salas de reuniones, bibliotecas, laboratorios,
jardines botánicos y zoológicos. Solo la biblioteca contenía 800.000 volúmenes.
La biblioteca de Alejandría fue, más que una biblioteca en sentido moderno, un museo en
sentido total.
Lo más probable es que existiesen más bibliotecas de este tipo a escala menor. Así tenemos la
de Pérgamo donde se han identificado esculturas procedentes, con bastante seguridad, de la
colección de Átalo (-II). Por otro lado, su recinto de reuniones estaba decorado con esculturas
y objetos valiosos.
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Pero los griegos añadieron el concepto de preservación a sus piezas. Así, la Atenea Partenos
tenía dos inmensos recipientes con aceite para evitar la sequedad del clima que podía
resquebrajar su estructura crisoelefantina. A su vez los escudos del Poecilo ateniense se
cubrían de pez para impedir la corrosión.
Pero los orígenes del coleccionismo hay que buscarlos en Roma.
Los mayores próceres romanos se enorgullecían de sus colecciones. Cicerón, Julio César o
Pompeyo heredaron el gusto por el coleccionismo de escultura y otras obras de los griegos.
¿Qué objetivo, si no, podían tener el botín de guerra el cual solían contener un enorme número
de estatuas, pinturas y un sinfín de objetos de distinta procedencia?
La venta de originales y copias puso en marcha un negocio que se desconocía hasta el momento:
el tráfico de obras de arte.
En tiempos republicanos ya existían grandes colecciones. Julio Cesar, por ejemplo, donó su
magnífica selección de escultura al templo de Venus Genitrix para que pudiera ser admirada
por todo el mundo.
En roma el coleccionismo tiene en mucha ocasiones carácter privado y económico, cosa que el
Grecia no había sucedido.
Pero no todos eran de esta opinión.
Marco Agripa (-63,-12) recogía la idea de Platón que consideraba la educación cultural del
pueblo importantísima. Sostenía que la cultura debía ser patrimonio de la comunidad. El
emperador estuvo de acuerdo con él.
Los romanos no crearon instituciones al estilo ptolemaico, exclusivamente dedicadas al arte y al
estudio. Sus museos se vinculaban a los templos dedicados a las Musas. También llenaron sus
villas de grandes cantidades de objetos artísticos: cuadros, esculturas originales y copias,
piezas de orfebrería y joyería o piedras preciosas. Con ambas actividades contribuyeron a un
activo comercio artístico único y a la gran actividad de los talleres de reproducciones.
¶ Tesoros y relicarios. Cristianismo, Edad Media y Bizancio.
El cristianismo hizo una amalgama con la tradición tanto griega como romana, adquiriendo las
costumbres que le eran favorables. Aún así prefirió hacerse con un patrimonio propio.
Así capillas y ermitas cristianas tienen un uso idéntico a los thesaurus griegos. Ambos son
edificios votivos construidos por los habitantes de una zona con la misión de recibir donaciones.
Tanto unos como otras se enriquecían constantemente con objetos artísticos de uso litúrgico
(cruces, copones, relicarios, misales, …) que dotaban al recinto de prestigio.
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En demasiadas ocasiones estos objetos fueron robados o fundidos para hacer moneda. En
cambio otros obras raras como las piedras bezoar, colmillos de elefante o cocodrilos disecados
fueron respetados en función de su valor mágico o milagroso.
Las piedras bezoares son cálculos renales de los
grandes rumiantes que se consideraban eficaces
contra los envenenamientos.
A veces alcanzaban tamaños considerables.
Durante la Eda Media no existió una pulsión tan fuerte por la colección artística debido, en
gran medida, a la inestabilidad de la social. En España lo que se conservó estuvo oculto casi 10
siglos en los monasterios y las iglesias. La zona destinada a su custodia se llamó “Cámara del
Tesoro” y estaba situada en el lugar más santo: bajo el ábside central.
Bizancio conoció una gran acumulación de patrimonio histórico artístico, sobre todo al trasladar
allí la capital Constantino. Será su sucesor Constantino VII Porfirogeta un destacado
arqueólogo y coleccionista que se vanagloriaba de ello ante sus invitados.
Carlomagno acumuló un fabuloso tesoro de obras de arte entre los que destaca la gran cantidad
de arte romano y el capturado al duque de Friul, caudillo de los hunos. También otros reyes
como Alfonso II el Casto consiguió una gran cantidad de obras de arte en la toma de Lisboa y
el Califa Harum al Rachid enviaba objetos orientales a occidente.
Henry de Blois compró objetos en Italia que trasladó al Gran Bretaña y la IV Cruzada trajo un
cargamento de caballos de bronce que fueron a parar a la Basílica de
San
Marcos de Venecia.
También la familia real
francesa con Carlos V el
La cuadriga llevada a Venecia por
los cruzados estuvo expuesta en
el Hipódromo de Constantinopla.
Son obra de Lísipo (-IV).
Sabio a la cabeza, reunieron un gran número de obras de arte a
mediados del siglo XIV.
Esta acumulación de obras puede considerarse como la necesidad de rodearse de belleza. En
pocas ocasiones se tenían en cuenta su valor simbólico o histórico y lo que prevalecía era el
prestigio y el símbolo de riqueza.
La situación cambiará con el Renacimiento.
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¶ Colecciones especiales, cámaras de maravillas, gabinetes y galerías. El Renacimiento y el
barroco.
Renacimiento: El precedente museístico habría que buscarlo en el Renacimiento italiano aunque
el término museo en sentido actual no se aplica hasta que Cósimo de Mëdicis lo hace para su
colección de códices y curiosidades.
Este tipo de coleccionismo se conocerá como erudito al tomar conciencia de la civilización
pasada y de una conciencia crítica del presente. El mecenas del siglo XV tiene intención de
trascender a través de las obras que reúne. Es un propietario que reúne su obra de manera
autónoma sin ayuda de otros, en cierta medida. Dicta su gusto. En cambio el coleccionista del
siglo XVI dispone de agentes artísticos que completan su obra.
Estos mecenas permitían el acceso a sus palacios para contemplar su colección a otras
personas. Lorenzo de Médicis reconocía que, el gusto por la contemplación del arte era común a
toda la humanidad. El gabinete de Lorenzo, nieto de Cósimo, contenía medallas, cuadros de
pintores del momento, antigüedades, muebles, piedras preciosas, bronces, … tanto creció la
colección que en 1564 el gran Duque Cosme I de Médicis encargó a Vasari un edificio para
albergar su magnífica colección. Le llamó los Uffizi.
Vista de una sala de los Uffizi, uno de los
museos más visitados y sobreexplotado
del mundo. A la derecha estancia
general de los Museos Vaticanos otro
ejemplo de sobreexplotación turística.
Otras familias nobles, desde sus territorios, intentaron competir con los Médici. Fueron los
Urbino, los Gonzaga, los Montefeltro, los Visconti y los papas de Roma.
La tipología de las piezas se pasaban por alto en cuanto a escultura clásica que, por lo general,
eran de temática pagana. Solo algunos papas, como Pio V y Sixto V retiraron de su exposición
algunas estatuas por su contenido pagano.
Roma había creado verdaderos museos con los restos encontrados. Fue Sixto IV, en 1471, abrió
su Anticuarim en el Capitolio. Le siguieron Nicolás V y su pasión por Fra Angelico, Julio II que
levanta el Belvedere o León X que diseña y organiza junto a Rafael, los museos Vaticanos.
Francisco I de Francis fue un coleccionista destacado que reunió una buena cantidad de
objetos en Fontainebleau. Sucesores de Francisco añadieron piezas a la colección con más o
menos fortuna. El conjunto terminaría formando los museos nacionales.
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Luis XIV (1638-1715) trasladó la colección al Louvre y permitió la estancia permanente de
varios artistas para que completaran su formación. En este tiempo se acrecenta la colección
con la almoneda del rey inglés Carlos II en 1649 a la que se añade la del banquero Jaaback que
vendió sus mejores piezas. También se incluyeron las conjuntos reunidos por Mazarino y por el
abad de Marolles.
Los reyes españoles reunieron la colección de pintura más importante de Europa
Iniciada por Carlos I y por su hijo Felipe II, sus sucesores la enriquecieron con obras
procedentes de Italia para lo que enviaron emisarios de entre los que destaca Velázquez. Etos
fondos serán los que nutran el Museo del Prado en 1785.
El enriquecimiento artístico de las cortes europeas fue también, considerable en el siglo XVII.
Húngaros y austriacos entre otros adquirieron todo tipo de objetos, desde cuadros de
primeros pintores a marfiles y porcelanas Chinas. Las colecciones del palacio del Belvedere en
Viena se abrieron al público en 1783 por orden del emperador José II.
¶ Siglos XVIII y XIX: de la colección y el gabinete de curiosidades al museo moderno.
A mediados del siglo XVII aparece un notable cambio de mentalidad que redundará en el
predominio de la razón y fraguará el espíritu enciclopedista. Con ella se desarrolla el espíritu
crítico y la investigación que junto al hallazgo de piezas romanas de Pompeya y Herculano
desembocará en una mayor valoración de las civilizaciones antiguas.
A partir de aquí destacará un deseo de especialización alcanzando a la crítica del Arte y otras
manifestaciones estéticas que redundarán en los valores culturales pedagógicos del museo.
La colección deja de ser un elemento ostentoso para pasar a exaltar los valores del país. El
museo ahora es el aula permanente de la historia a la que se aplican criterios cronológicos.
En Francia es donde calará más hondo la idea pedagógica de museo. Así Luis XV envió piezas a
Paris en 1750 y abrió dos días en semana el palacio de Luxemburgo.
Diderot, en 1765 diseño un programa museológico para el Louvre inspirado en el mouseion de
Alejandria al que tenían acceso los escolares.
Será en 1778 cuando se piense en un museo de pintura y escultura y en 1784 se nombró un
conservador. Tras la Revolución Francesa el Louvre se abrió definitivamente al público en 1791
pudiendo ser visitada tres días por semana.
Napoleón enriqueció los fondos y los reordenó y catalogó. En 1848 la colecciones del Louvre
pasaron a ser propiedad estatal definitivamente.
El ejemplo francés cundió en el resto del mundo.
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La colecciones de los Austrias estuvieron ubicadas en el Alcázar, el Escorial, el Casón del Buen
Retiro, en el Pardo, La Granja o Aranjuez. Podían visitarse con un permiso especial salvo los
bienes litúrgicos que estaban en las iglesias.
En el siglo XVIII ya se hablaba de instalar un museo público al estilo francés.
Fue José Bonaparte a instancia del Marqués de Urquijo dispuso la fundación de dicho museo en
1809 con las colecciones reales, las de las órdenes religiosas suprimidas y otras de propiedad
privada. Sería Fernando VII quien dispuso la ubicación en el palacio madrileño de Buena Vista
para resituarlo en el edificio de Villanueva, construido en 1785. Se inauguró en 1820 con obras
que pasarían a ser de propiedad nacional en 1868.
En el convento de San Pascual de Madrid, ubicado en el
paseo de Recoletos 11, junto a la Plaza de Cibeles, se
guardó la colección del Almirante de Castilla cuya calidad
destaca. La Adoración de Luis Tristán y el San Francisco
orante de Claudio Coello marcharon al Museo del Prado.
Del convento solo queda la iglesia de monjas clarisas. La
imagen pertenece a la colección de dibujos del Museo
Lázaro Galdiano de Madrid.
Esta tendencia se extiende por toda Europa por lo que puede considerarse al siglo XVIII como
el creador del concepto moderno de museo que se consolidaría en el siglo siguiente.
En Austria, Alemania, Baviera, … edifican instalaciones donde poder exhibir la colección real.
¶ Colecciones y museos públicos. Asentamiento y consagración del museo.
Junto a las aportaciones reales iban a integrarse colecciones de amplios sectores de la nobleza,
la Iglesia y la burguesía.
No olvidemos que el primer museo se considera el British pero no como museo público sino como
compilador de una riqueza artística que desbordaba su ubicación.
La Ilustración trascendió el concepto museo a otros continentes: África, América, Oceania,
Asía, … que desarrollarán con los museos, una identidad nacional a partir de los ideales de la
Revolución Francesa.
América del Norte había constituido un museo en 1771 en Carolina del Sur y otro posterior en
Philadelphia.
En Indonesia sucedió lo mismo. También en la India. Argentina hizo lo propio con su Museo de
Ciencia Naturales de Buenos Aires. Brasil recibió donaciones de Portugal. Canadá creó una
colección zoológica en Nueva Scotia. Y así un gran número de países destinaron fondos y
recursos para crear museos desde fines del siglo XVII e inicios del XIX.
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En el siglo XIX, Estados Unidos creó una buena cantidad de museos gracias a la iniciativa
privada. Es el caso de la Smithsomian Institution de Washington D.C., la más importante y de la
que dependen un buen número de instituciones culturales. Yale (1867), el Museum of Natural
History (1869) y el Metropolitan (1870) entre otros. Durante el siglo XX el número de museos
estadounidense ha crecido de manera espectacular.
Desde fines del XIX, Iberoamerica ha crecido en número y calidad museística. Algunos de tipo
regional como La Biblioteca Regional de Guayaquil en Ecuador, el museo de Ouro Prêto en Brasil,
el Hualpen en Chile o los museos Regionales de Córdoba y Gualeguaychu. Destaca el Museo
Geológico de Lima y el Geográfico e Geoloógico de Sào Paulo, dependientes de sus respectivas
universidades.
También Japón en 1872 inaugura industrial y de recursos naturales que es la base de su Tokio
National Museum y National Science Museum. El mismo proceso hay que adscribir a China, a Sri
Lanka y a Pakistán.
En África a fines del XIX nacen museos que se inspiran en modelos europeos. Son los de Sudáfrica,
Zimbabwe, Egipto, Uganda,…etc.
¶ Testimonio antropológico. La evolución cultural de la humanidad y el origen de los museos.
La historia del ser humano está íntimamente ligada a los museos.
Según ha ido avanzando podemos definir varias modalidades de museo en evolución.
1. Concepción alejandrina como centro universal del saber. Formulación tolemaica.
2. Concepción romana heredera del anterior. Considerada templo de las musas y escuela
filosófica con matices privados y representativos del coleccionismo.
3. Concepción renacentista de museo colección romano pero más próximo al museo
moderno.
4. Concepción ilustrada como instrumento científico y de conservación del testimonio del
saber y la creación humana.
5. Concepción revolucionaria como elemento crítico y sociocultural
6. Concepción del siglo XX de museo organizado, vivo y didáctico que parte del museo
almacén.
7. Concepción postmoderna: museo espectáculo y de culto al o efímero.
8. Concepción finisecular desde el final del enciclopedismo. Admite variantes: identificado
con el contenedor; el de tipología espectacular equivoca o parque temático; el reciclable
acomodaticio
y
rentable,
políticamente
correcto;
el
espectacular,
ambicioso
profesionalmente, eficacia, nuevos mecenas y merodeadores del patrimonio. Es difuso,
simulado y efectista, cambiante e inconcreto.
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Actualmente, como herederos del afán pedagógico ilustrado y nos entramos entre lo
alejandrino y el renacentismo. Parece que se han superado criterios pos setenteros y nos
creemos en la obligación de levantar verdaderos museos públicos.
Huegues de Varin-Bohan en un artículo de 1974 sobre la historia de los museos la plantea con
un trasfondo sociológico y cree en la entrada de la historia de la ciencia en el ámbito
museístico.
La tendencia más actual es la de hacer museos dinámicos, como centros culturales vivos,
modernizados tecnológica y socioculturalmente. Esto define la nueva museología desde el final
de la II Guerra Mundial.
Así podemos asegurar como Kennet Hudson que los museos actuales presentan un carácter
social aunque pretendan negarlo.
A pesar de no haberse logrado todos los objetivos planteados, el desarrollo del los museos ha
sido optimo, sobre todo a lo largo de las últimas décadas del siglo XX
FIN
Carmen PORRAS PASAMONTES
NOVIEMBRE 2012
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