universidad francisco gavidia facultad de jurisprudencia y ciencias

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UNIVERSIDAD FRANCISCO GAVIDIA
FACULTAD DE JURISPRUDENCIA Y CIENCIAS SOCIALES
ESCUELA DE CIENCIAS JURÍDICAS
UNIVERSIDAD
FRANCISCO GAVIDIA
Tecnología, Humanismo
y Calidad
MONOGRAFÍA
TEMA:
PROCEDIMIENTO
PARA
LA
EJECUCIÓN
DE
EMBARGOS DE BIENES MUEBLES E INMUEBLES EN
EL JUICIO EJECUTIVO CIVIL.
BACHILLER:
CLAUDIA PATRICIA ORDÓÑEZ.
BACHILLER:
HILDA ODENA PORTILLO MÉNDEZ.
PARA OPTAR AL GRADO ACADÉMICO DE:
LICENCIADA EN CIENCIAS JURÍDICAS
ASESOR: LIC. (DA)
JULIA MARTA MARROQUÍN DE CERROS.
OCTUBRE 2005.
SAN SALVADOR
EL SALVADOR
CENTROAMÉRICA
UNIVERSIDAD FRANCISCO GAVIDIA
FACULTAD DE JURISPRUDENCIA Y CIENCIAS SOCIALES
ESCUELA DE CIENCIAS JURÍDICAS
AUTORIDADES:
RECTOR
ING. MARIO ANTONIO RUÍZ RAMÍREZ
VICERECTORA
DRA. LETICIA ANDINO DE RIVERA
SECRETARIA GENERAL
LIC. TERESA DE JESÚS GONZÁLEZ DE MENDOZA
DECANA DE LA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA Y CIENCIAS SOCIALES
LIC. ROSARIO MELGAR DE VARELA
DIRECTOR DE LA ESCUELA DE CIENCIAS JURÍDICAS
DR. JORGE EDUARDO TENORIO
SAN SALVADOR
EL SALVADOR
CENTROAMÉRICA
ÍNDICE.
CONCEPTO.
PÁGINA.
INTRODUCCIÓN
i
Capítulo I.
ANTECEDENTES HISTÓRICOS.
DESARROLLO Y EVOLUCIÓN DE LA ACCIÓN EJECUTIVA
1
1. En el Derecho Primitivo.
1
2. En el Derecho Romano.
2
3. En el Derecho Germánico.
4
4. En el Derecho Francés.
5
5. La Influencia Francesa.
6
6. En la Legislación Salvadoreña.
6
Capítulo II
I. PROCEDIMIENTO PARA LA EJECUCIÓN DE EMBARGOS DE
BIENES MUEBLES E INMUEBLES EN EL JUICIO EJECUTIVO
CIVIL
8
1. Clasificación de los procesos.
8
2. Clasificación de los procesos de ejecución
atendiendo a la finalidad de su pretensión
9
3. Juicio Ejecutivo.
9
4. Instrumentos que traen aparejada ejecución.
10
5. Modo de proceder en el juicio ejecutivo.
13
a. Presentación de la demanda.
13
b. Admisión de la demanda.
13
c. Embargo.
13
d. Emplazamiento.
14
e. Contestación de la demanda.
14
f. Apertura a prueba.
14
g. Pronunciamiento de la sentencia.
14
6. Medidas Cautelares Reales.
15
7. procedimiento para la traba de embargo en bienes
inmuebles en el Registro de la Propiedad Raíz e Hipoteca.
17
8. Procedimiento para la traba del embargo en vehículos
Automotores
18
9. Procedimiento para la traba de embargo en
bienes muebles.
19
II. DEL EMBARGO.
1. Concepto y Finalidad.
20
2. Naturaleza Jurídica.
22
3. Objeto del embargo.
23
4. Clasificación de los Bienes inmuebles y muebles
27
5. Modo de proceder en el embargo de bienes inmuebles y
muebles en el juicio ejecutivo civil.
28
a) Libramiento del mandamiento y notificación al ejecutor.
28
b) Término en que deben iniciarse las diligencias de embargo.
28
c) Jurisdicción territorial.
29
d) El ejecutor de embargos, debe sujetarse por mandamiento
29
de ley a las siguientes obligaciones.
e) Determinación del patrimonio del deudor.
31
f) La exclusión de bienes de terceros
32
g) La reintegración del patrimonio del deudor.
32
h) Casos en los que el ejecutor del embargo,
debe abstenerse de realizar el embargo.
33
i) La prelación de bienes.
33
j) Ampliación de la ejecución.
33
k) Embargo de sueldos y pensiones.
34
l) Embargo en bienes que se encuentren en arrendamiento.
35
m) Embargo en bienes hipotecados.
35
n) Venta de bienes embargados, por peligro de deterioro.
35
o) El reembargo.
6. La subasta en bienes muebles e inmuebles.
36
37
CAPÍTULO III
I. DERECHO COMPARADO.
1. Comparación del Código de Procedimientos Civiles
con la Ley de Enjuiciamiento Civil 1/2000 (LEC), de España
46
CAPÍTULO IV
I. CONCLUSIONES.
49
II. REFERENCIAS.
50
III. ANEXOS.
IV. APÉNDICE.
INTRODUCCIÓN
La
monografía
que
hoy
presentamos
aborda
el
estudio
del
“Procedimiento Para la Ejecución de embargos de Bienes Muebles e
Inmuebles”; como grupo, hemos delimitado nuestro tema al procedimiento de
embargo que se da en el juicio ejecutivo civil, por considerar que las otras
áreas como lo son Familia, Mercantil y Tributario, remiten al procedimiento civil.
Este trabajo constituye una investigación sobre la asignatura del derecho
procesal, sobre todo en aquellos que tenemos la firme convicción que no existe
un procedimiento judicial perfecto.
Uno de nuestros objetivos principales es describir el procedimiento en la
ejecución de embargos de bienes muebles e inmuebles; para que la ejecución
del embargo resulte favorable para las partes en el proceso, es importante que
quien ejecuta el embargo conozca cuales son bienes muebles o inmuebles y
cuales pueden ser objeto de embargo, para ello hemos considerado
conveniente incluir brevemente la clasificación de los bienes de acuerdo a la
doctrina y a nuestra legislación.
Nuestro trabajo inicia con el desarrollo de la acción ejecutiva en el
derecho primitivo, ya que el hombre, en virtud de su evolución dentro del grupo
social primitivo, se encuentra en la imposibilidad de satisfacer todas las
necesidades con el producto de su propio trabajo o esfuerzo y necesita recurrir
a la cooperación de sus semejantes para obtener lo que precisa mediante un
compromiso de dar, hacer o no hacer una cosa en determinado plazo,
considerada como equivalente del servicio recibido.
Es así como surge dentro del grupo social humano el concepto de
obligación, que en el derecho primitivo constituye más que un vínculo jurídico,
una relación material entre el que presta el servicio y el que recibe, y ante el
incumplimiento por parte del que recibía el servicio, no obstante ser
involuntario, nace la necesidad de buscar la forma de obtener el cumplimiento
de lo pactado.
La acción ejecutiva evoluciona y en el Derecho Romano, el período de la
extraordinaria cognitio, marca la definitiva desaparición de las medidas
ejecutivas contra la persona del deudor, si bien el arresto personal subsiste
para cierta clase de deudas (especialmente fiscales) y, en algunos casos, para
asegurar la ejecución patrimonial. Durante este período aparece una forma de
ejecución semejante a la actual: la pignoris capio.
De la fusión entre los sistemas de ejecución romano y germánico, nace
el processus executivus del derecho común.
En Francia, siguiendo la tradición germánica, la ejecución del derecho
francés es llevada a cabo por el propio acreedor, con el auxilio de los sergents
du Roi (más tarde los huissiers), que son los funcionarios encargados de
intimar el pago al deudor y de disponer las correspondientes medidas sobre el
patrimonio de aquél.
En nuestro primer Código de Procedimientos Civiles y en las
legislaciones modernas hace su aparición el procedimiento llamado Juicio
Ejecutivo con la finalidad de hacer que el acreedor obtenga en el menor tiempo
posible y sin las dilaciones que imponen los juicios ordinarios, el cobro de sus
créditos que constan de manera fehaciente.
En el capítulo dos, hemos incluido apartados muy importantes con lo
que pretendemos que el tema que nos ocupa resulte más comprensible,
comenzando con la clasificación de los procesos, los que en ciertas
circunstancias, como son la naturaleza del órgano que interviene, la existencia
o inexistencia de un conflicto entre partes, la finalidad que se persigue
mediante la pretensión que se origina, la forma en que se halla estructurado,
etcétera, constituyen variantes que, dentro de aquella unidad conceptual,
autorizan a formular distintas clasificaciones del proceso.
En la clasificación del proceso encontramos los de ejecución, que
atendiendo a la finalidad de su pretensión pueden ser: de sentencia cuando
tiene por finalidad hacer efectiva la sanción impuesta por una anterior sentencia
de condena; y el juicio ejecutivo a los cuales la ley les asigna efectos
equivalentes a los de una sentencia de condena, regulando, para hacerlos
efectivos, un proceso sustancialmente similar al de ejecución de sentencias.
Debido a que el embargo es una fase del Juicio Ejecutivo Civil, se hace
referencia al concepto del mismo y a las causas que lo originan, que es otro de
los objetivos planteados para el desarrollo del tema.
Posteriormente pasamos a explicar el modo de proceder en el juicio
ejecutivo el cual inicia con la presentación de la demanda en donde el juez al
recibirla debe, ante todo, examinar: a) Si el actor es legítimo portador del
documento, y b) si el documento, base de la acción, es de los títulos a los que
la ley concede fuerza ejecutiva y en base a ello admitirla o no. De ser admitida
la demanda, el Juez decretará el embargo y librará el mandamiento respectivo
ordenando se ejecute en bienes del demandado, designando al ejecutor de
embargos que debe hacer la traba. En el juicio ejecutivo, la notificación del
decreto de embargo hecha al ejecutado, equivale al emplazamiento; de esta
manera el demandado, puede comparecer a manifestar su defensa.
Es en esta parte del trabajo en la que profundizaremos, porque nuestro
tema se refiere a la forma de proceder al realizar el embargo en bienes
muebles e inmuebles.
Del embargo podemos decir que es un conjunto de operaciones que
tienen como fin el de allegar al proceso todos los bienes del deudor de
contenido económico que sean necesarios y suficientes para la satisfacción del
derecho de crédito del acreedor, operaciones que van desde la previa
determinación de cuáles sean tales y concretos bienes suficientes y hasta la
entrega efectiva de los mismos o su realización para convertirlos en dinero.
Según su naturaleza jurídica el embargo constituye un proceso cautelar,
de tipo patrimonial e Impide jurídicamente la disponibilidad de bienes.
Seguidamente pasamos a detallar el procedimiento a seguir según
nuestra legislación salvadoreña en el Código de procedimientos Civiles,
explicando desde el momento en que el Juez admite la demanda y decreta el
mandamiento de embargo, la determinación del patrimonio del deudor, el
aseguramiento del embargo, para finalizar con la explicación de la venta en
publica subasta de los bienes embargados.
El tercer capítulo contiene el derecho comparado, para lo cual
utilizaremos la Ley de Enjuiciamiento Civil 1/2000 (LEC), de España.
En el cuatro capítulo, realizamos las conclusiones y adjuntamos anexos
relacionados con nuestro tema.
Antes de concluir con este breve trabajo monográfico, agradecemos
primeramente a Dios por permitirnos su realización al darnos inteligencia y
paciencia, asimismo enviamos un mensaje de agradecimiento a nuestra
asesora
y a todas las personas, que de algún modo contribuyeron a su
realización.
ABREVIATURAS
Art.
Artículo
C.
Código Civil
Pr.
Código de Procedimientos Civiles
LEC.
Ley de Enjuiciamiento Civil
Ob.
Obra.
Cit.
Citada
Pág.
Página
CAPÍTULO I
I. ANTECEDENTES HISTÓRICOS.
DESARROLLO Y EVOLUCIÓN DE LA ACCIÓN EJECUTIVA.
1. En el Derecho Primitivo.
El concepto de obligación surge como una relación material entre el que presta
el servicio (acreedor) y el que lo recibe (deudor). El deudor se compromete a
dar, hacer o no hacer una cosa en determinado plazo, considerada como
equivalente al servicio recibido.
Las formas para lograr lo prometido cuando el deudor no estaba presto a
cumplir con la obligación adquirida,
variaban de sanciones de índole
puramente moral a las de hecho, y así se ve que se conmina al deudor con el
castigo de la divinidad, la expulsión del grupo social, la aprehensión de su
persona y hasta con la muerte.
La forma más generalizada era la de aprehender al deudor el acreedor para
convertirlo en su esclavo, o venderlo o matarlo según le placiera.
La aprehensión del deudor (manus injectio) por parte del acreedor para
convertirlo en esclavo o matarlo, se suaviza a partir del siglo IV a. J. C. y se
sustituye la servidumbre por deudas que degenera poco a poco en simple
prisión. Tanto la esclavitud como la reducción a siervo, traían como
consecuencia la adquisición total del patrimonio del deudor por parte del que
llegaba a ser su amo.
Esta compulsión personal deviene con el desarrollo de la cultura jurídica de los
pueblos, en una compulsión real, en la que el acreedor más que perseguir al
deudor, persigue sus bienes (pignoris capio).
La compulsión real es excepcional en principio, pues se le da preferencia a la
compulsión personal por considerarla más efectiva, posteriormente la
compulsión real se convierte en el procedimiento más generalizado.
En la sociedad primitiva, la compulsión personal que ejerce el acreedor se
consideraba un acto privado, no intervenía la autoridad civil ni religiosa.
A medida que evoluciona la sociedad primitiva, aparece el órgano judicial en
ayuda de los particulares, los procedimientos ejecutivos y compulsivos
empiezan a adquirir carácter oficial, lo cual conduce a positivas ventajas tanto
para el acreedor como para el deudor tales como: abolir en lo posible las
prácticas abusivas del acreedor, exigiendo el requerimiento del deudor y la
certeza del crédito que se trata de hacer efectivo, ya por la protesta pública de
su derecho por parte del acreedor, ya por la constancia documental y
fehaciente del derecho (sentencia), con lo cual, de manera implícita y
subrepticia, comienza a permitirse la defensa del deudor hasta entonces dejado
por entero al arbitrio del acreedor (excepcionis).
2. En el Derecho Romano.
El proceso civil atravesó en Roma por dos grandes períodos:
a) El del ordo iudiciorum privatorum (desde los orígenes hasta el
siglo III de nuestra era), y
b) El de la extraordinaria cognitio (desde el siglo III hasta el final).
Dentro del primero es menester diferenciar dos épocas: la de las legis actiones
(que se prolonga hasta la mitad del siglo II a. J. C.) y la del procedimiento
formulario. Característica común a ambas épocas es la división del
procedimiento en dos etapas: in jure y apud iudicem o in iudicio. La primera
tiene lugar ante un magistrado que ejerce los poderes inherentes a la
jurisdicción, pero que carece de facultades decisorias, y la segunda ante un
juez privado (iudex unus), que es designado por las partes de común acuerdo y
a quien incumbe la facultad de resolver la controversia, aunque carece del
imperium necesario para hacer cumplir su decisión.1
Durante el período de las legis acciones la ejecución comporta una clara
manifestación del ejercicio de la justicia privada y se dirige, no sobre los bienes,
sino contra la persona del deudor. Transcurridos treinta días desde el
pronunciamiento de la sentencia sin que el deudor condenado satisfaga la
obligación (tempus iudicati), el acreedor se halla facultado para llevar a aquél
ante el magistrado y ejercer la manus iniectio iudicati. Mediante ésta el
acreedor toma posesión de la persona del deudor, de quien puede convertirse
en patrono cuando transcurren sesenta días sin que se presente un vindex con
el cual discutir la legitimidad de la manus iniectio. Una Ley Poetellia
(probablemente del año 441 de Roma) suprime aquel procedimiento, que
incluso acuerda al acreedor el derecho de disponer de la vida del deudor,
aunque, mediante el pedido de la addictio, mantiene la facultad de proceder a
su detención y de retenerlo a los fines de cobrar la deuda. Pero esta ley
permite al deudor liberarse de la addictio, con el juramento de tener bienes
suficientes (bonam capiam jurare).
La ejecución contra la persona subsiste en parte de la época correspondiente
al procedimiento formulario. Pero ahora, transcurrido el tempus iudicati, el
acreedor debe reclamar el cumplimiento de la condena mediante el ejercicio de
la actio iudicati, que constituye una acción derivada de la sentencia misma y
tiene por objeto promover un nuevo proceso en el cual el deudor puede
acreditar la existencia de alguna causal de liberación (nulidad de la sentencia,
pago, etc.). Si no media oposición del deudor, el magistrado libra el decreto de
ejecución. En caso contrario, y en la hipótesis de ser aquélla infundada, se lo
condena a pagar una suma equivalente al doble de la suma inicial
(condemnatio in duplum). Luego de sucesivas condenas cabe la posibilidad de
proceder a la ejecución procesal.
1
LINO ENRIQUE PALACIO. Manual de Derecho Procesal Civil. Página 23 y 24.
Aproximadamente en el año 649 de Roma, por obra del derecho pretorio, la
ejecución adquiere carácter patrimonial. Su primera manifestación es la
bonorum venditio, que constituye un procedimiento de ejecución colectiva
rodeado de características semejantes al proceso concursal contemporáneo.
Más tarde se atenúan los efectos de la bonorum venditio y se permite al
deudor, para sustraerse a la infamia que aquélla trae aparejada, hacer cesión
de sus bienes mediante la cessio ex lege Iulia. Posteriormente, el
procedimiento de la bonorum distractio ya no recae sobre la universalidad del
patrimonio y autoriza la venta parcial de los bienes del deudor hasta cubrir el
monto adeudado a los acreedores.
El período perteneciente al procedimiento extraordinario marca la definitiva
desaparición de las medidas ejecutivas contra la persona del deudor, si bien el
arresto personal subsiste para cierta clase de deudas (especialmente fiscales)
y, en algunos casos, para asegurar la ejecución patrimonial. Durante este
período aparece una forma de ejecución semejante a la actual: la pignoris
capio. Fundamentalmente, consiste en la aprehensión, por orden del
magistrado, de objetos particulares del deudor, los cuales quedan afectados a
una prenda durante un plazo de dos meses, en cuyo transcurso cabe la
posibilidad de levantarla mediante el pago de la obligación. Transcurrido ese
plazo, se procede a la venta de los bienes en pública subasta, que se realiza
en forma análoga a la actual.2
3. En el Derecho Germánico.
En el primitivo derecho germánico, el incumplimiento de la sentencia es
considerado como una injuria inferida al acreedor, quien se halla autorizado
para proceder a la ejecución en forma privada, con total prescindencia de la
intervención judicial. Más tarde, el edicto de Teodorico y la legislación
carolingia eliminan la ejecución directa y requieren que las medidas
correspondientes sean peticionadas al juez, quien debe acordarlas sin ninguna
clase de conocimiento. Este tiene lugar con posterioridad a la ejecución, y en el
2
LINO ENRIQUE PALACIO. Ob. Cit. Páginas 660 y 661.
respectivo período el deudor puede plantear ciertas defensas que se
sustancian y deciden con arreglo al régimen de la prueba legal.
De la fusión entre los sistemas de ejecución romano y germánico, nace el
processus executivus del derecho común.
Por influencia romana, en este nuevo tipo de proceso ejecutivo se admite la
existencia de un período de conocimiento. Pero él no ha de tener la amplitud de
la actio iudicati: se limitará a posibilitar al ejecutado el planteamiento de
oposiciones fundadas en hechos posteriores al pronunciamiento de la
sentencia. No cabe oponer defensa alguna tendiente a demostrar la
inexistencia de la obligación.
Desaparece la actio iudicati, que sólo subsiste para el caso de tener que
hacerse valer la sentencia ante un juez de distinta jurisdicción, y se abre el
camino el concepto de que, dentro del oficio judicial (officium iudicis) se halla
comprendida la facultad consistente en hacer efectivo el cumplimiento de sus
decisiones.
Otra característica del período del derecho común es la asimilación a la
sentencia judicial de aquellos documentos que comprueban la confesión de
deuda formulada ante notario. Entonces nacen los instrumenta guarentigiata,
así llamados por la cláusula (guarentigia) en cuya virtud el notario que extiende
el documento ordena al deudor el respectivo pago de la obligación reconocida
en dicho instrumento. Por extensión del principio de que el confesante debe
equipararse al condenado (confessus pro iudicatio est), se acuerda a este tipo
de instrumentos el mismo efecto de las sentencias, con la consiguiente
posibilidad de abrir, con ellos, el proceso ejecutivo. Posteriormente, tales
efectos han de beneficiar también a las letras de cambio.
4. En el Derecho Francés.
En Francia, siguiendo la tradición germánica, la ejecución del derecho francés
es llevada a cabo por el propio acreedor, con el auxilio de los sergents du Roi
(más tarde los huissiers), que son los funcionarios encargados de intimar el
pago al deudor y de disponer las correspondientes medidas sobre el patrimonio
de aquél.
El proceso ejecutivo se desenvuelve, por lo tanto, sin intervención judicial, y no
existe en él, como en el processus executivus del derecho común, un período
de conocimiento en el cual el deudor pueda articular ciertas defensas. La
autoridad judicial interviene en la oposición de la ejecución, que constituye un
juicio de conocimiento que tramita independientemente de ésta y que, salvo en
casos excepcionales, no la suspende. La suspensión, en el supuesto de ser
procedente, requiere el previo depósito de la suma reclamada.
5. La influencia francesa.
La influencia francesa se advierte, posteriormente en las legislaciones de otros
países, a raíz de la invasión napoleónica. España, sin embargo, permanece fiel
a las líneas del processus executivus. Así resulta, en primer lugar, de la
pragmática dada por ENRIQUE III (1396), en la cual el proceso de ejecución
aparece estructurado con un estadio de conocimiento durante cuyo transcurso
el deudor puede oponer la excepción de pago u otra “legítima excepción”. La
pragmática de ENRIQUE IV (1458) contiene una enumeración taxativa de
excepciones (pago, espera, falsedad, usura, temor y fuerza), aunque
posteriormente las necesidades de la vida jurídica conducen a la admisión de
otras, como las que tienden a afirmar la inexistencia de presupuestos
procesales, y aquéllas que los prácticos llaman excepciones “útiles”
(compensación, transacción, prescripción, etc.).
La ley de enjuiciamiento de negocios de comercio, dictada en el año de 1830,
retorna al sistema de enumeración taxativa, incluyendo en ella a muchas de las
que habían sido admitidas, al margen de las específicamente previstas por la
pragmática de ENRIQUE IV.
6. En la legislación salvadoreña.
En el informe dado por la Comisión redactora de nuestro primer Código de
Procedimientos Civiles, decretado en la ciudad de Cojutepeque el año de 1857,
Comisión formada por el Presbítero Doctor Isidro Menéndez y Licenciados
Eustaquio Cuellar e Ignacio Gómez, encontramos en el párrafo treinta y uno lo
siguiente:
“En el juicio ejecutivo se han hecho algunas variaciones más que en el
ordinario, el primero tiene por objeto el pronto pago del acreedor, supuesto que
su deudor haya sido moroso en cumplir con su compromiso; pero en la práctica
se han introducido tantos abusos que se ha llegado a perder de vista el espíritu
y el objeto de las leyes de Castilla que dieron forma al procedimiento ejecutivo.
Así que, el juicio que tiene más bien clasificados sus trámites, exige algunas
variaciones importantes para llenar cumplidamente su objeto. La ejecución
debe trabarse en bienes realizables, que señale el deudor con anuencia del
acreedor. La citación de remate y el término del encargado para alegar y probar
al ejecutado sus excepciones, pueden tener lugar después del embargo y
durante los pregones, pues así se abrevian sin dejar de oír no atender al
deudor. El término de los pregones se ha reducido y no se da lugar al abuso
que se ha introducido, de repetirlos en la vía llamada de apremio: cosa que
desconoce la ley recopilada no menos que los autores a cuyo juicio se ha
atenido la Comisión como la Curia, Fébrero y Sal. Se ha restablecido, por
último, la prisión, en la cual consiste toda la virtud y eficacia del juicio ejecutivo,
y sin ella los deudores se burlarán siempre de sus acreedores y de la
autoridad”
Teniendo como finalidad el hacer que el acreedor obtenga en el menor tiempo
posible y sin las dilaciones que imponen los juicios ordinarios, el cobro de sus
créditos que constan de manera fehaciente, es que hace su aparición en las
legislaciones modernas el procedimiento llamado juicio ejecutivo.3
3
HUMBERTO TOMASINO. El Juicio ejecutivo en la Legislación Salvadoreña. Página 16.
CAPÍTULO II
I. PROCEDIMIENTO PARA LA EJECUCIÓN DE EMBARGOS DE
BIENES MUEBLES E INMUEBLES EN EL JUICIO EJECUTIVO
CIVIL.
1. Clasificación de los procesos.
Ciertas circunstancias, como son la naturaleza del órgano que interviene, la
existencia o inexistencia de un conflicto entre partes, la finalidad que se
persigue mediante la pretensión que se origina, la forma en que se halla
estructurado, etcétera, constituyen variantes que, dentro de aquella unidad
conceptual, autorizan a formular distintas clasificaciones del proceso.
Según la naturaleza del órgano interviniente, el proceso puede ser judicial o
arbitral. El primero, a su vez, puede dividirse en contencioso o voluntario,
según tenga por objeto, respectivamente, la resolución de un conflicto o el
otorgamiento de autenticidad o eficacia a un estado o relación jurídica.
El proceso judicial contencioso, a su turno, puede clasificarse de acuerdo con
la finalidad de la pretensión que la origina (de declaración, de ejecución y
cautelar) y con su estructura (ordinario y especiales).4
El proceso judicial de manera general puede clasificarse atendiendo a su
singularidad o universalidad.
Según nuestro Código de Procedimientos Civiles divide los juicios en cuanto a
la extensión de sus trámites, en Ordinario y extraordinario. Ordinario es aquél
en que se conservan en toda su plenitud las solemnidades y trámites de
derecho. Extraordinario se dice aquél en que se procede con más brevedad y
con trámites más sencillos (Art. 9 Pr.).
Los extraordinarios se dividen en ejecutivos, sumarios y verbales (Art. 10 Pr.).5
4
LINO ENRIQUE PALACIO. Ob. Cit. Página 75.
2. Clasificación de los procesos de ejecución atendiendo a la finalidad
de su pretensión.
a) Ejecución de sentencias, y
b) Juicios ejecutivos.
El proceso de ejecución tiene por finalidad hacer efectiva la sanción impuesta
por una anterior sentencia de condena que, como tal, impone al vencido la
realización u omisión de un acto, cuando éste no es voluntariamente realizado
u omitido por aquél.
Este tipo de proceso, sin embargo, puede agotar en forma autónoma el
cometido de la función judicial. Es el caso de los títulos ejecutivos
extrajudiciales, a los cuales la ley les asigna efectos equivalente a los de una
sentencia de condena, regulando, para hacerlos efectivos, un proceso
sustancialmente similar al de ejecución de sentencias.6
3. Juicio Ejecutivo.
Según Manresa y Navarro por juicio ejecutivo debemos entender: “El
procedimiento que se emplea a instancia de un acreedor contra su deudor
moroso para exigirle breve y sumariamente el pago de la cantidad líquida que
le debe de plazo vencido y en virtud de documento indubitado”.
En nuestra legislación: “Juicio Ejecutivo es aquel en que un acreedor con título
legal, persigue a su deudor moroso, o en el que se pide el cumplimiento de una
obligación por instrumentos que según la ley tienen fuerza bastante para el
efecto” (Art. 586 Pr.).
Al decir la Ley que por medio del Juicio Ejecutivo se persigue al deudor
moroso, está indicando que se trata de una obligación de dar o hacer, que no
5
6
Ver esquema de Clasificación de los Procesos en Anexos.
LINO ENRIQUE PALACIO. Ob. Cit. Página 77.
ha sido cumplida por el que, en virtud de un acto voluntario suyo, se había
obligado a dar o hacer una cosa en determinado plazo o al cumplirse una
condición, salvo que la ley, en casos especiales, exija el requerimiento del
deudor para constituirlo en mora, como en el caso del depósito en el que la
obligación de guardar la cosa dura hasta que el depositante la pida. Como la
mora solo tiene lugar si la obligación es positiva, no se puede aplicar este
artículo cuando la obligación es de no hacer, en las cuales no se presenta la
mora sino el incumplimiento de lo pactado, que se resuelve en indemnización
de perjuicios si no puede deshacerse lo hecho.
Al hacer referencia la ley a que por medio del juicio ejecutivo se pide el
cumplimiento de una obligación con instrumentos que según la ley tienen
fuerza bastante para ello, se está refiriendo a las obligaciones cuyo nacimiento
no depende de la voluntad del obligado y, por el contrario, en muchos casos la
obligación nace aún en contra de su voluntad, como sucede en el caso de las
sentencias definitivas condenatorias dictadas contra deudores que se han
opuesto por todos los medios a su alcance a las pretensiones del actor. Puede
nacer también la obligación perseguible ejecutivamente, como consecuencia de
un acto soberano del Estado, que en virtud del derecho que tiene a exigir de los
ciudadanos el pago de contribuciones, para el logro de sus fines, determina
administrativamente y en cumplimiento de una ley anterior que así lo ordena, la
cuantía con que cada súbdito debe ayudar para determinado fin.7
4. Instrumentos que traen aparejada ejecución.
Los instrumentos que traen aparejada ejecución pertenecen a cuatro clases:
1ª.- Los instrumentos públicos.
2ª.- Los instrumentos auténticos.
3ª.- Reconocimientos.
4ª.- La sentencia (art. 587 Pr.).
7
HUMBERTO TOMASINO. Ob. Cit. Página 23.
Acerca de los casos de instrumentos ejecutivos que la ley contempla desde el
Art. 588 al 591 Pr., y en relación con la voluntad de la persona obligada
tenemos:
1º- Documentos en los cuales se hace caso omiso de la voluntad de dicha
persona, es decir, que son ejecutivos aun contra su voluntad; y
2º- Documentos cuya fuerza ejecutiva descansa en la voluntad manifiesta de la
persona obligada.
Entre los primeros tenemos, las ejecutorias de las sentencias, las planillas de
costas visadas según el Nº 2º del Art. 589 Pr. , y todos los otros casos que se
refiere el Art. 591 Pr., con excepción del Nº 5º de dicho artículo que se refiere a
certificaciones del juicio de conciliación. Con respecto a todos esos casos hay
que hacer notar, sin embargo que el elemento “voluntad” del agente obligado
aparece lejano y tácitamente representado en la forma contractual que nace de
la litis contestación (eso, en los casos de los Nros. 1 y 2 del Art. 591 Pr., y Nº 2
del Art. 589 Pr.) o en la consecuencia natural del contrato de depósito o de
otros semejantes (para los casos de los Nros. 3º y 4° del Art. 591 Pr.) – Se
exceptúa el N° 5 del Art. 591 Pr., porque, aunque le ley pone entre los casos de
sentencia, su contenido es más bien contractual y el elemento “voluntad”
aparece expresamente contenido en el acuerdo a que se pudo llegar en el
juicio conciliatorio.
Ajeno todavía más a todo elemento voluntario del agente obligado y
comprendido naturalmente así en el primer número de la división que hemos
hecho, están los del N° 1 del Art. 589 Pr., y las contenidas en varias leyes
especiales que conceden fuerza ejecutiva a determinados atestados de cobro.
La obligación de pagar contribuciones, derechos, impuestos, tasas, etc., es
decir, de todas esas cantidades que constituyen renta fiscal o de determinados
organismos, no descansa en manera alguna en la voluntad de la persona
obligada, sino en el imperativo de la ley. Por naturaleza especial de esas
obligaciones y por el carácter del Estado y de los organismos semejantes que
necesitan vivir de sus rentas, sin que sea posible que pueda postergarse la
satisfacción de necesidades generales, cuadra más la forma de cobro
gubernativo a las deudas dichas que el cobro en la forma ejecutiva. Sin
embargo, por razón de que el cobro no siempre es posible por la vía de
apremio personal y que, más bien, tiene que hacerse efectivo sobre bienes del
deudor, la Administración Pública tropieza con la dificultad de que no puede
hacerse pago sino es teniendo presente el precepto constitucional de “que
nadie puede ser privado de su propiedad sin ser antes oído y vencido en juicio”.
De ahí nace la necesidad de dar al aviso de la Tesorería General o de
Administradores para el cobro de toda renta fiscal, acompañado del documento
en que consta la obligación o de certificación de la partida del Libro respectivo
u otros atestados semejantes, el carácter de ejecutivo. Lo que se dice con
respecto a renta fiscal es extensivo a la renta municipal, con relación a la cual
tienen fuerza ejecutiva las certificaciones del Libro respectivo, extendidas por el
Alcalde Municipal al pie del informe del Tenedor de Libros, de conformidad con
el decreto Legislativo de 5 de septiembre de 1923 y es extensivo también a las
rentas de otras instituciones autónomas acerca de las cuales hay disposiciones
especiales que dan el carácter ejecutivo a la documentación apropiada del
caso.
A la segunda categoría o sea la de documentos cuya fuerza ejecutiva depende
de la voluntad de la persona obligada, pertenecen todos los comprendidos en
el Art. 588 y en el 590 Pr., con respecto a los cuales su contenido es de
predominancia contractual ya sea por obligación común o por obligación
mercantil. De esas disposiciones, únicamente la que está indicada con el N° 2
del Art. 588 Pr., no es contractual. No obstante, la eficacia ejecutiva de las
obligaciones contenidas en esa disposición, nace de la voluntad de la persona
obligada: esa voluntad está representada en el escrito judicial de aceptación de
herencia, pues la persona que acepte una herencia sabe que toma sobre si
todas sus cargas, sin perjuicio naturalmente, del beneficio de inventario.
En los documentos de la categoría últimamente mencionada está invívito el
pactum executivum, que principió por requerirse que fuera expreso y que hoy
se entiende que está tácitamente en los documentos expresados.
5. Modo de proceder en el juicio ejecutivo.
a) Presentación de la demanda.
El artículo 593 inc. 1º Pr., establece que “todo portador legítimo de un título
que según la ley tenga fuerza ejecutiva” puede ejercitar la acción ejecutiva. El
portador legítimo de un título ejecutivo es el dueño actual del crédito que
garantiza dicho título, ya sea que la obligación se haya contraído directamente
con él, o que haya llegado a su dominio por cualquier acto lícito que le confiere
el derecho de exigir el cumplimiento de la obligación contraída por el deudor
obligado.
El portador legítimo debe dirigir su acción contra el responsable o sus
sucesores o representantes.
Para Escriche “responsable es el que está obligado a responder o satisfacer
por algún cargo; y el que ha salido por garante o fiador de otros”.
Cuando se demanda ejecutivamente una cantidad, ésta debe ser líquida; es
decir, ha de expresarse cuánto se ha pagado por cuenta de la obligación (Art.
593 inc. 2º Pr.).
b) Admisión de la demanda.
El juez al recibir la demanda ejecutiva, debe, ante todo, examinar: a) Si el actor
es legítimo portador del documento, y b) si el documento, base de la acción, es
de los títulos a los que la ley concede fuerza ejecutiva (Art. 594 inc. 1º Pr.).
c) Embargo.
Si para el criterio del juez, el ejecutante es portador legítimo del documento que
contiene la obligación reclamada y además, dicho documento tiene fuerza
ejecutiva, ordenará incontinenti la agregación del documento sin citación
contraria, decretará el embargo de los bienes del demandado y librará el
mandamiento respectivo, designando al ejecutor de embargos que debe hacer
la traba (Art. 594 inc. 1º Pr.).
d) emplazamiento.
En el juicio ejecutivo, la notificación del decreto de embargo hecha al
ejecutado, equivale al emplazamiento; de esta manera el demandado, puede
comparecer a manifestar su defensa (Art. 595 inc. 1º Pr.).
e) Contestación de la demanda.
Si el demandado al contestar la demanda niega la acción que deduce el actor,
se entabla de una vez la controversia; si afirma o no comparece dentro del
plazo fijado, entonces
se declara rebelde al ejecutado y se pronuncia
sentencia accediendo a lo pedido por el actor (Art. 595 Pr.).
f) Apertura a prueba.
La ley autoriza al demandado al contestar la demanda plantear, contra el
progreso de la pretensión ejecutiva, excepciones dilatorias y perentorias; si lo
hace, se abre el juicio a prueba por ocho días con todos cargos (Art. 595 y
596Pr.).
Mientras que en los demás juicios las excepciones dilatorias se deben de
alegar de una vez todas, dentro del término para contestar la demanda, pues
las que se propusieran en otra forma o fuera de dicho término, serán
rechazadas de oficio; y las perentorias pueden alegarse en cualquier estado del
juicio y en cualquiera de las instancias, en el ejecutivo, para que puedan
prosperar deben alegarse dentro de los ocho días, y no antes ni después.
g) Pronunciamiento de la sentencia.
Concluido el término de prueba debe el juez pronunciar sentencia, cuya parte
resolutiva debe ser ordenando que se siga adelante la ejecución, según los
casos, o absolver al demandado, todo de acuerdo con las pruebas que se
hubieren producido.
6. Medidas Cautelares Reales.
Se entiende por medidas cautelares reales aquellas que afectan a bienes en
general, tanto corporales como incorporales protegiéndose la integridad del
mismo por su actual poseedor o mero tenedor, entre ellas: el secuestro de
bienes muebles, la anotación preventiva, el embargo preventivo de bienes
muebles, el depósito judicial, y el inventario de bienes.
a) Secuestro de bienes muebles.
En ésta medida convergen los tres presupuestos necesarios siendo estos: el
fumus boni iuris y el periculum in mora, y la necesidad de prestar caución por
parte del solicitante. Esta medida cautelar es desarrollada ampliamente por la
legislación, junto al embargo preventivo de bienes.
Entre los casos de procedencia del secuestro de bienes, la ley procesal señala
los siguientes: a) en la reivindicación de un bien mueble ante el tenor del
posible deterioro del bien en poder del poseedor; b) cuando el deudor pretenda
sustraer o enajenar todo o mayor parte de sus bienes; c) cuando el futuro
demandado sea un extranjero no domiciliado en el país; d) contra el tercero
adquirente de buena fe de un bien sobre el cual se ejerce la acción
reivindicatoria.
La adopción de esta media cautelar se realiza sin audiencia a la parte contraria,
en procesos declarativos, todo lo anterior de acuerdo a los artículos
comprendidos del 143 al 147 Pr., como un acto previo a la demanda.
b) Anotación preventiva.
Consiste en la medida cautelar que se adopta como acto previo al proceso
declarativo, o bien en el mismo proceso ya constituido que afecta bienes
inmuebles, restringiéndose su tráfico inmobiliario.
La anotación preventiva como acto previo su vigencia o validez a favor del
solicitante se restringe a ocho días para presentar su demanda luego que es
acordada judicialmente, caso contrario la medida puede ser revocada a
solicitud del afectado, art. 151 Pr., asimismo los casos de procedencia donde
tienen lugar son los mismos mencionados para el secuestro preventivo de
bienes.
Los casos de procedencia de la anotación preventiva una vez constituido el
proceso civil se amplían respecto a los casos permitidos como acto previo; y
se encuentra regulada impropiamente en la ley sustantiva, específicamente
en el artículo 719 del Código Civil; y procede sobre bienes inmuebles, en
procesos civiles tanto declarativos como de ejecución cuya pretensión gire
en torno a los siguientes aspectos: a) a la disputa de la propiedad; b) la
constitución de cualquier derecho real; c) la declaratoria de nulidad de un
instrumento relativo al dominio; d) la cancelación de una inscripción en el
registro de la Propiedad; e) el otorgamiento ejecutivo de un instrumento para
la constitución de un derecho real.
El efecto principal de la anotación preventiva decretada tanto en acto previo
como durante el proceso civil es anular enajenaciones realizadas sobre el
bien inmueble por causa de objeto ilícito, de conformidad al Art. 1335 ordinal
3º. Con relación al 1552 inciso 1º C., siempre que la transferencia fuere
posterior a la adopción de la medida.
De acuerdo a los efectos otorgados por la ley a la inscripción de la anotación
preventiva en el Registro competente, se agrega otro distinto al ya
mencionado, siendo la prohibición inscribir cualquier clase de instrumento
que contenga un título de transferencia de dominio.
Es preciso agregar que la anotación preventiva, no es efecto del embargo,
por el contrario constituye una media cautelar autónoma.
En consecuencia el artículo 719 ordinal 3º. C., permite que para evitar la
transferencia de un inmueble, lo conducente es hablar de una anotación
preventiva de acuerdo a lo comentado en la anotación preventiva y no de un
embargo propiamente dicho. Como muy bien señala la doctrina procesal,
esta medida cautelar objeto de estudio presupone la existencia de un
crédito, cuyo pago se ha reclamado judicialmente.
7. Procedimiento para la traba del embargo en bienes inmuebles en el
Registro de la Propiedad Raíz e Hipoteca.
a) Constituirse el Ejecutor de Embargo, el Secretario de Actuaciones y el
Depositario Judicial que haya sido nombrado; al lugar donde se
encuentra ubicado el inmueble a embargar.
b) Establecer las medidas y los colindantes del inmueble (descripción
técnica).
c) Establecer las mejoras presentes del inmueble.
d) Levantar el acta la cual es firmada por: el Ejecutor del Embargo, el
Secretario de Actuaciones, el Depositario Judicial y cualquiera de las
partes si estuviera presente.
e) Las diligencias realizadas son llevadas al Registro de la Propiedad Raíz
e Hipotecas de la jurisdicción donde está ubicado el inmueble para su
respectiva inscripción.
f) Si el inmueble a embargar se encontrara ubicado fuera de la jurisdicción
del Juzgado que libró el mandamiento, las diligencias deben ir
acompañadas del pase correspondiente.
g) Una vez inscrito el embargo, se retiran las diligencias del Registro de la
Propiedad Raíz e Hipotecas y se devuelven las diligencias al Juzgado de
origen.
8. Procedimiento para la traba del embargo de vehículos automotores
en SERTRACEN.
a) El Ejecutor de Embargos, el Secretario de Actuaciones, el Depositario
Judicial, el Acreedor (si quisiera), y la Fuerza Pública se constituyen al
lugar donde está el automotor a embargar.
b) Ya verificada la propiedad del automotor, se procede a hacer del
conocimiento al deudor el motivo de la presencia y se procede al
secuestro del automotor entregándolo inmediatamente al depositario
judicial.
c) Seguidamente se levanta el acta haciendo constar lo actuado,
firmándola el Ejecutor de embargo, el Secretario de Actuaciones, el
Depositario y las partes que estuvieren presentes.
d) Las diligencias son llevadas a SERTRACEN a las cuales se les anexa el
Asiento de Matrícula proporcionado por SERTRACEN, para su debida
inscripción.
e) Una vez inscrito el embargo en SERTRACEN se retiran las diligencias y
se devuelven al Juzgado de origen.
9. Procedimiento para la traba del embargo en bienes muebles.
a) El Ejecutor de Embargos, el Secretario de Actuaciones, el
Depositario Judicial, el Acreedor (si quisiera), y la Fuerza Pública
se constituyen al lugar donde están ubicados los bienes muebles
a embargar.
b) Hacer del conocimiento al deudor el motivo de la diligencia.
c) Que haya un mayor de edad presente en la vivienda.
d) Levantar inventario de las cosas a embargar.
e) Hacer entrega material al depositario.
f) Levantar el acta en donde se haga constar lo actuado.
g) Firmar el acta: el Ejecutor de Embargos, el Secretario de
Actuaciones, el Depositario Judicial y las partes que estuvieren
presentes.
h) Devolver el mandamiento diligenciado al juzgado de origen.
I. DEL EMBARGO.
1. Concepto y finalidad.
El auto por el cual se despacha la ejecución, y como ya es sabido, ha de
establecer la cantidad exacta ya líquida, por la cual se ordena la ejecución y
que representa la responsabilidad del ejecutado con el fin de que éste cumpla
con la misma.
Cuando el ejecutado no hace frente a ella, en las ejecuciones dinerarias se ha
de proceder a poner en marcha una actividad, llamada embargo, que está
dirigida a satisfacer al acreedor de sus créditos en contra de la voluntad del
deudor y por medio de los bienes que posee este último.
El embargo es un conjunto de operaciones que tienen como fin el de allegar al
proceso todos los bienes del deudor de contenido económico que sean
necesarios y suficientes para la satisfacción del derecho de crédito del
acreedor, operaciones que van desde la previa determinación de cuáles sean
tales y concretos bienes suficientes y hasta la entrega efectiva de los mismos o
su realización para convertirlos en dinero.
En efecto, si lo que se embarga es dinero, no cabe duda de que no habrá que
realizar actividad alguna posterior salvo su entrega el ejecutante, ya que la
deuda quedará plenamente satisfecha con su recepción.
Si, por el contrario, se trata de otro tipo de bienes, sean muebles o inmuebles,
el embargo, la traba o sujeción que el mismo significa a una ejecución
determinada, continuará mediante su realización, su conversión en dinero, a
través de los mecanismos que la Ley prevé, sean su venta en las formas
autorizadas por la norma, sea su entrega al ejecutante para que lo administre y
se aproveche de los frutos que de él deriven etc.
En resumen, pues, el embargo viene constituido por toda la actividad procesal
que tiende a sujetar bienes y derechos del deudor con el fin de su posterior
entrega o realización para lograr con ello la satisfacción del derecho del
ejecutante.
Pero, y en tanto el despacho de ejecución concreta una deuda de forma líquida
y exacta, el embargo ha de ser adecuado a la responsabilidad que de dicho
título dimana. Por ello el embargo ha de regirse por los principios de suficiencia
e individualización de bienes.
No es posible, por tanto, que resulte embargada la totalidad del patrimonio del
deudor, siendo necesario que se traben únicamente los bienes que resulten
suficientes y adecuados al fin de resarcir al acreedor de sus derechos, lo que
ciertamente se hará, naturalmente, atendiendo tanto a la facilidad de la
enajenación del bien de modo que no se traben bienes de difícil realización,
cuanto a la menor onerosidad de la venta para el ejecutado. No obstante, y no
sea posible embargar bienes de valor superior a la responsabilidad, ello no
estará prohibido en los casos en que el ejecutado sólo posea bienes que
tengan tal valor superior, ya que si ello no se admitiera, la ejecución no podría
llevarse adelante.
De igual manera, el embargo ha de recaer en bienes determinados, no siendo
posible que se haga respecto de aquellos que lo sean desconocidos. Salvo el
que se trabe sobre depósitos bancarios y saldos favorables que podrá ser
indeterminado y en relación con los que hipotéticamente se tengan, es nulo
todo embargo que recaiga sobre bienes cuya efectiva existencia no conste.
El embargo, por último, y ello es hoy una opinión sumida sin reservas, no priva
al deudor de la titularidad sobre el bien o derecho objeto del mismo mientras no
se produzca, claro está, la entrega del bien a otra persona mediante los
diversos sistemas de realización que la ley prevé. Tampoco el embargo supone
restringir el poder de disposición que el deudor tiene sobre los bienes así
sujetos a la ejecución. El ejecutado puede, desde luego, enajenar los bienes
trabados, sin que ello suponga
perjuicio alguno para el derecho que
corresponda a la persona a cuyo favor se ha hecho la anotación de embargo; el
embargo, pues, lo que tiende es a lograr la inmunidad del acreedor frente a los
actos de disposición del deudor, de manera que dicho bien siempre, y
cualquiera que sea el acto jurídico al que se someta y el titular nuevo del
mismo, quedará afecto a la ejecución en la que se trabó.8
En la legislación salvadoreña, en el Código de Procedimientos Civiles, que en
adelante llamaremos Pr., es en el artículo 612 que se determina al embargo
como “el secuestro de bienes” porque con él se pone a disposición de los
tribunales los bienes propios del deudor suficientes para cubrir la cantidad que
se demanda.
En este mismo artículo se establece que es el juez de la causa quien debe
librar el mandamiento de embargo y es el ejecutor de embargos o, en su
defecto, un juez de paz quienes debidamente autorizados llevarán a cabo la
diligencia de embargo.
2. Naturaleza Jurídica.
a) Es un proceso cautelar.
Gran parte de la doctrina define el embargo como acto de tipo procesal, incluso
nuestro maestro Jaime Guasp, pero en realidad si lo observamos
detenidamente, el embargo constituye algo más que un simple acto para su
realización. Así tenemos que el embargo constituye un proceso y por qué no
decirlo, el proceso cautelar patrimonial tipo, es decir es este el que marca la
pauta en todas las legislaciones.
Son varios los actos que se requieren para configurar el embargo: acción de
embargo (petición), decisión, ejecución, contradicción, etc. Por ello afirmamos
que estamos frente a la realización total del proceso cautelar.
8
JOSÉ MARÍA ASENCIO MELLADO. Derecho Procesal Civil Parte Segunda. Páginas 59 y 60.
b) Es de tipo patrimonial.
Los derechos patrimoniales hacen parte de los derechos subjetivos, al lado de
los derechos de la personalidad o humanos, y los derechos familiares “como su
nombre lo indica, son aquellos que se relacionan con el patrimonio económico
de la persona. Tienen por fin la satisfacción de las necesidades materiales de
la persona, mediante la explotación de las cosas del comercio. La doctrina más
corriente afirma que el carácter esencial de los derechos patrimoniales es el de
ser avaluados en dinero, el hacer referencia la medida común de todos los
valores”; los estudios de Derecho Civil entre uno y los otros en que los
segundos no se encuentren en el comercio humano, es decir jamás podrán
relacionarse con el dinero. Además de lo anterior puede afirmarse que una de
las particularidades de los derechos patrimoniales es la de poderse transferir o
transmitir en vida o por causa de muerte lo mismo que sufrir modificaciones al
arbitrio de su titular. Los derechos patrimoniales han sido clasificados en:
derechos universales, entre ellos: hereditarios, sociales y gananciales; así las
cosas, el embargo puede recaer sobre cualquier derecho patrimonial de los
antes enumerados.
c) Impide jurídicamente la disponibilidad de bienes.
Siendo el embargo cautelar una medida de tipo patrimonial que recae sobre
bienes y derechos, estos se ven afectados en su disponibilidad ya que están
vinculados a las resultas del proceso en que se ha decretado y practicado.
La disponibilidad alcanza a cualquier acto de enajenación o gravamen de los
bienes. La disponibilidad única permitida es la que realizará el juez a nombre
del demandado y para la ejecución de la futura sentencia.
3. Objeto del embargo.
Hay que hacer referencia a una serie de bienes que la Ley considera que no
son susceptibles de embargo por razones varias y que van desde
consideraciones estrictamente públicas por estar tales bienes dispuestos al
cumplimiento de un servicio público, hasta otras de naturaleza social, como
sucede con ciertos elementos privados que se entienden están ordenados a la
vida familiar y que razones humanitarias imponen restringir cara a un proceso
de ejecución.
Algo que debe valorarse positivamente, son los casos en que determinados
bienes no están sujetos a embargo, distinguiendo tres supuestos diferentes:
a) Bienes absolutamente inembargables.
Se establecen cuatro grupos de bienes a los que considera absolutamente
inembargables por diversas causas, de modo que nunca podrán quedar sujetos
a la ejecución. Ello supone, desde luego, que no puedan quedar trabados otros
bienes que el deudor tenga y que sean de distinta naturaleza, de manera que,
excluidos los que aquí se determinan, será posible trabar los demás, siendo así
que, si no existen, no cabe duda de que será el acreedor el que verá reducidas
sus posibilidades efectivas de ver satisfecho su derecho;
− Los bienes que hayan sido declarados inalienables.
Se trata de bienes que no pueden ser embargados sencillamente porque no se
pueden enajenar,
y que son bienes esencialmente destinados al servicio
público o comunal.
− Los bienes destinados al uso público, tales como playas, caminos
etc.
− Los que pertenecen privativamente al Estado, sin ser de uso
común, pero que se encuentran destinados a algún servicio
público o al fomento de la riqueza nacional.
− Los bienes de uso público de las comunidades Autónomas, las
provincias y los municipios.
Los bienes privados que la Ley igualmente declara inalienables en
determinados preceptos y que son básicamente tres: los derechos de uso y
habitación, los derechos de arrendamiento en los casos en que la Ley Prohíbe
la enajenación, lo que sucede siempre salvo el derecho de traspaso de local de
negocio, y el derecho a alimentos.
Conforme a nuestro Código Civil en el artículo 1488 incisos 3
y
4,
se
establece que no son embargables los bienes que forman parte del patrimonio
del Estado y que entran en esta clasificación. Siempre en el mismo artículo en
el ordinal 8º C., hace mención a que
los derechos cuyo ejercicio es
enteramente personal, como el de uso y habitación, no son embargables.
− Los
derechos
accesorios
que
no
sean
alienables
con
independencia del principal.
Se trata de bienes que en sí mismos y por estar unidos de forma indisoluble a
otros, no pueden ser enajenados con independencia de estos últimos.
Ejemplos: es el de las partes comunes en la propiedad horizontal y la
servidumbre.
− Los Bienes que carezcan, por sí solos, de contenido patrimonial.
Es evidente que si la finalidad del embargo es la realización económica de un
bien, no han de resultar embargables aquellos bienes o derechos que no
tengan valor económico y que por tanto no puedan ser realizados o convertidos
en dinero.
Pertenecen a este grupo todos aquellos derechos inherentes a la personalidad,
tales como la vida, la integridad física, la libertad etc.
Igualmente, son inembargables los derechos de carácter político, social u
honorífico, como por ejemplo la condición de funcionario.
No obstante, si como consecuencia de todos estos derechos se produce a
favor de su titular una indemnización (por ejemplo por infracción del derecho al
honor), las mismas sí podrán ser embargables, dado el contenido económico
de la misma.9
− Los bienes expresamente declarados inembargables por alguna
disposición legal.
9
JOSÉ MARÍA ASENCIO MELLADO. Ob. Cit. Página 62.
Se trata, en este último caso, de supuestos amplísimos y variadísimos en los
cuales la Ley, de forma dispersa y por razones no coincidentes, establece la
inembargabilidad de determinados bienes.
Así, y a título de ejemplo, se pueden citar los bienes del patrimonio del Estado,
de las comunidades autónomas o de las entidades locales a los bienes del
Patrimonio Nacional.10
b) Bienes inembargables del ejecutado.
Se establece una relación de bienes que estima inembargables, con puntos de
conexión entre ellos no coincidentes, pero que viene a sancionar límites a la
embargabilidad de determinados bienes pertenecientes a distintos sujetos por
razones variadas.
− Por razones humanitarias y sociales no son embargables el
mobiliario o menaje de la casa, las ropas del ejecutado y de su
familia, los alimentos, el combustible etc. que son imprescindibles
para la subsistencia digna del ejecutado y las personas
dependientes de él.
Quiere ello decir que podrían ser embargados
en caso de que su valor
superara el criterio de la subsistencia digna.
En el artículo 1488 C., se hace mención a los bienes del ejecutado que no
pueden ser objeto de embargo. En nuestra legislación sí se traba embargo
sobre el mobiliario de la casa, a excepción del lecho. En cuanto a los alimentos
y al combustible, es inembargable lo necesario para el consumo de la familia
en un mes, lo que exceda puede ser embargado.
− Igualmente por este tipo de razones no son embargables los
libros e instrumentos necesarios para el ejercicio de la profesión,
arte u oficio.
10
JOSÉ MARÍA ASENCIO MELLADO. Ob. Cit. Página 63
En el artículo 1488 ordinal 3º C., se hace referencia a que los bienes antes
mencionados son inembargables, pero si hubieran sido dados en prenda de la
obligación reclamada y entonces sí pueden ser objeto de embargo (art. 632
Pr.).
− Son también inembargables los bienes sacros y los dedicados al
culto de las religiones legalmente registradas, dada en este caso
su afectación a un bien que no es privado y que lo es de
naturaleza espiritual.11
− Por último, también son inembargables las cantidades que la Ley
estipule, así como los bienes que se hayan declarado
inembargables en tratados ratificados.
4. Clasificación de los Bienes inmuebles y muebles.
− Inmuebles por naturaleza: Son aquellos que no pueden transportase
de un lugar a otro, o sea, permanecen inmóviles en el lugar que les
asignó la naturaleza.
− Inmuebles por adhesión: Son bienes muebles por naturaleza,
adheridos permanente y materialmente a un inmueble, incorporados
por el propietario o por una persona distinta de él, que por una ficción
jurídica del legislador se transforman en bienes inmuebles.
− Inmuebles por destinación: Son bienes muebles por naturaleza que,
por una ficción jurídica del legislador, se transforman en inmuebles,
por estar destinados permanentemente al uso, cultivo, o beneficio de
un inmueble.
− Inmuebles por el objeto por el cual recae el derecho: Los derechos y
acciones se reputan bienes muebles o inmuebles, según lo sea la
cosa en que han de ejercerse o que se debe.
11
JOSÉ MARÍA ASENCIO MELLADO. Ob. Cit. Página 63.
Conforme al artículo 561 C., se encuentran de la clasificación anterior los
bienes inmuebles por naturaleza, por adhesión, y por el objeto por el cual
recae el derecho.
En el artículo 563 C., se establece que los accesorios de un inmueble y demás
objetos destinados inmediatamente al cultivo de una finca, o a las operaciones
de un establecimiento industrial, son bienes muebles; pero si son propiedad del
dueño del inmueble adquieren la calidad de inmuebles al realizarse cualquier
enajenación o traspaso del mismo, incluyéndose entonces en lo que son los
bienes inmuebles por destinación.
a) Clasificación de los bienes muebles.
− Muebles por naturaleza: son los que pueden transportarse de un
lugar a otro, bien sea por si mismos (semovientes) o porque una
fuerza externa los impulsa (inanimados).
− Muebles por destinación: Son las cosas que, siendo inmuebles por
adherencia o destinación, por una ficción jurídica del legislador se
transforman en muebles con el único y exclusivo fin de constituir un
derecho por su dueño a favor de terceros.
5. Modo de proceder en el embargo de bienes inmuebles y
muebles en el juicio ejecutivo civil.
p) Libramiento del mandamiento y notificación al ejecutor.
El juez de la causa que ha librado el mandamiento de embargo y que ha
designado a la persona para que lo ejecute, le hará entrega del mismo para
que inicie la diligencia encomendada (Art. 614 inc. 1º Pr.).
q) Término en que deben iniciarse las diligencias de embargo.
La diligencia de embargo debe iniciarse dentro de las veinticuatro horas
siguientes, más el término de la distancia, al recibimiento del mandamiento
respectivo (Arts. 614 inc. 2º y 211 Pr.).
r) Jurisdicción territorial.
Las diligencias de embargo, pueden realizarse en toda la república, pero si el
embargo debe trabarse fuera de la jurisdicción territorial del juez, debe pedirse
autorización al juez de 1ª instancia de la comprensión donde estén situados los
bienes (Art. 614 inc. 2º Pr).
s) El ejecutor de embargos, debe sujetarse por mandamiento de ley a las
siguientes obligaciones.
− Pertenencia del demandado (art. 614 inc. 3º Pr.)
En principio todos los bienes susceptibles de embargo han de ser de propiedad
del sujeto pasivo del mismo, pues no es posible pensar en que los bienes
puedan ser de propiedad de terceras personas, no vinculados al proceso ya
que sería injusto desde todo punto de vista que el embargo recayera sobre los
bienes no pertenecientes al deudor o demandado.
Esta idea de pertenencia es traída acertadamente por el maestro Jaime Guasp
Delgado, para no confundir la pertenencia con la propiedad, ya que sería una
prueba diabólica exigir al demandante que demuestre la propiedad de los
bienes por embargar sobre todo para el caso de los bienes muebles o no
sujetos al sistema de registro.
Tampoco se ha utilizado la expresión “posesión” toda vez que como se verá
podría en un momento embargarse derechos que no tienen en posesión sino
en tenencia. Tal sería el caso de la explotación económica de una cosa que se
tiene no a título de poseedor.
− Depósito judicial (art. 614 inc. 3º Pr.)
Por depósito judicial se entienden diversas modalidades de aseguramiento de
bienes trabados, los cuales tienen en común la entrega o mantenimiento de la
cosa embargada en el ejecutante o un tercero, si bien puede ser depositario el
propio ejecutado, hasta el momento en que el tribunal ordene al respecto su
destino definitivo o en ciertos casos especiales.
Si bien se refiere que el depósito judicial como la forma de aseguramiento
general y susceptible de aplicación a todo tipo de bienes, sean muebles o
inmuebles, lo cierto es que, derechamente, y en un sentido estricto, el depósito
constituye un medio adecuado tan solo para garantizar aquellos bienes que son
susceptibles de aprehensión física y que, por tanto, pueden eludirse o
sustraerse materialmente.
Así pueden ser objeto de depósito el dinero, los saldos favorables en cuentas
de cualquier clase abiertas en entidades de crédito, ahorro o financieras,
bienes muebles o, por último, los títulos valores u objetos valiosos o
necesitados de especial protección.
El ejecutor de embargos al realizar la traba de embargo respectivo, y con el fin
de evitarse responsabilidades y reclamos que le puedan hacer las partes, y
para facilitar al juez, la tramitación de la ejecución, debe detallar con toda
precisión los bienes que embarga, indicando quien es el depositario y si los
bienes se le han entregado o no de manera efectiva y todo lo que hubiere
ocurrido durante la práctica del embargo. Deben constar además, las firmas de
ejecutor, el depositario, las partes que hubieren concurrido y el secretario.
El embargo se efectúa por la entrega real o simbólica de los bienes al
depositario, y aún cuando éste los deje en poder del deudor, siempre es
responsable de ellos y, por lo tanto, es conveniente, para resguardo suyo, que
la entrega, sobre todo cuando se trata de bienes muebles, sea realizada por el
ejecutor de embargos, quien, con este objeto, puede reclamar el auxilio de la
fuerza pública, para el caso que el deudor se niegue a la entrega (art. 622 Pr.).
Para garantizar tanto para las partes como para el futuro dueño de los bienes
embargados, es que se obliga al depositario a que rinda fianza si lo solicitara
alguna de las partes (art. 623 Pr.).
− La devolución del mandamiento de embargo (art. 614 inc.
3º Pr.).
El ejecutor debe devolver el mandamiento de embargo a los diez días de
habérsele entregado, siempre teniendo en cuenta el término de la distancia. El
juez puede, prudencialmente, dar prórroga para su devolución.
t) Determinación del patrimonio del deudor.
Como ya es sabido, el embargo ha de recaer sobre bienes del deudor,
concretos y suficientes para cumplir con lo solicitado.
Por tal razón, se impone con carácter previo a toda posterior operación la
determinación de los bienes que constituyen el patrimonio del deudor al objeto
de hacer efectiva la traba sobre los que cumplan dichas condiciones.
Puede suceder que el ejecutante, al tiempo de interponer la demanda ejecutiva,
conozca los bienes del ejecutado que sean bastantes para la satisfacción de
sus intereses. En tales casos, en la propia demanda ejecutiva los señalará
solicitando que se efectúe embargo sobre los mismos. En estos supuestos, el
auto despachando ejecución ordenará que se lleve adelante el embargo sin
otros actos posteriores.
Por el contrario, el ejecutante puede desconocer la existencia de bienes en el
patrimonio del ejecutado e incluso sólo tener noticia de algunos que lo sean
manifiestamente insuficientes para colmar su derecho.12
Una vez localizados los bienes que integran el patrimonio del deudor, se hace
necesario por un lado determinar exactamente cuáles de ellos pertenecen al
deudor, ya que en ocasiones en su patrimonio pueden aparecer algunos que
12
JOSÉ MARÍA ASENCIO MELLADO. Ob. Cit. Página 64.
pertenecen a terceros y, por otro lado, completar el del deudor con aquellos
bienes que se encuentran en poder de terceros o que sencillamente, no ha
realizado el deudor aún perteneciendo al mismo.
En el artículo 615 inc. 1º Pr., se establece que la designación de los bienes
que van a ser embargados puede hacerla el acreedor o el ejecutor de
embargos, sin dejar de tomar en cuenta los casos en los que la ley manda a
realizar la traba en bienes que no son designados por el acreedor, que son los
contemplados en los arts. 616, 654, 655, 656 y 657 Pr.
u) La exclusión de bienes de terceros
La regla en esta materia, por lógica, consiste en la necesaria exclusión del
embargo de todos aquellos bienes que pertenezcan a un tercero, y ello porque
trabar bienes de tales sujetos sería equivalente a una actividad inútil
posteriormente.
Así, y aunque los terceros siempre cuentan con el instrumento de la tercería de
dominio para oponerse al embargo de bienes propios, carece de sentido que se
traben indiscriminadamente bienes de terceros, y máxime cuando aparezca
dicha evidencia o la sospecha fehaciente de ello, ya que cuando menos tal
conducta traería consigo retrasos y gastos adicionales superfluos.
Tampoco puede pedirse al ejecutado que, al momento del embargo, acredite la
propiedad de todos y cada uno de los bienes que están en su poder, ya que
ello incidiría en la ineficacia de la ejecución.13
v) La reintegración del patrimonio del deudor.
Por último, puede suceder que determinados bienes o derechos del deudor se
encuentren en poder de terceros, de modo que ha de
procederse a
reintegrarlos o hacerlos efectivos a los fines de sobre ellos efectuar el
embargo.
13
JOSÉ MARÍA ASENCIO MELLADO. Ob. Cit. Página 67.
w) Casos en los que el ejecutor del embargo, debe abstenerse de realizar
el embargo.
− Cuando al momento de practicarse el embargo de un
inmueble que se cree propiedad del deudor, se presente
un tercero alegando dominio sobre el bien y oponiéndose
al embargo, Art. 615 inciso 2º. Pr.
− Cuando el deudor carece de titulo inscrito
− Cuando el deudor tiene titulo inscrito, pero la inscripción
del tercero que se opone es anterior a la del deudor.
− Cuando el deudor teniendo su titulo con inscripción
anterior al tercero que se opone, éste se encuentra en
posesión del inmueble.
x) La prelación de bienes.
Una vez que los bienes se han localizado, se hace necesario concretar o
determinar los que exactamente, se han de embargar, ya que esta medida
recae exclusivamente sobre los que sean suficientes para satisfacer el derecho
del acreedor. En el art. 616 Pr., se establece como preferencia para trabar
embargo, los bienes que estuvieren hipotecados o empeñados a favor del
acreedor. Si el deudor quisiera evitar que se embarguen los bienes que
previamente ofreció en garantía, puede ofrecerle otros al acreedor, y si este
aceptará se trabará embargo en los últimos.
y) Ampliación de la ejecución.
− Ampliación de la ejecución durante el desarrollo del juicio y antes
de la sentencia.
Siempre que se trate de la misma obligación, el acreedor puede solicitar que se
amplíe la ejecución, cuando durante el juicio y antes de dictar sentencia, se
venza y un nuevo plazo de la obligación. Art. 618 Pr.
− Ampliación de la ejecución después de realizada la venta en
pública subasta.
Si habiéndose realizado la venta en pública subasta de los bienes embargados,
no se alcanzará a cubrir la deuda reclamada, puede el acreedor hacer uso del
derecho que tiene para perseguir los bienes del ejecutado y si fuera necesario
los de los fiadores solicitando se embarguen nuevos bienes por la ejecución.
Arts. 646 al 649 Pr.
z) Embargo de sueldos y pensiones.
La regla es la inembargabilidad de todas las cantidades derivadas de sueldos
y pensiones hasta el límite de la cuantía señalada anualmente para el salario
mínimo interprofesional.
El artículo 619 Pr. Establece que: “En los casos en que el embargo deba
trabarse en sueldos, pensiones o salarios, solamente deberá embargarse el
20% de éstos y será nulo el que se practique sobre mayor cantidad, aun
cuando sea con el consentimiento del deudor, nulidad que el Juez de la causa
deberá declarar de oficio sobre el excedente”.14
Estos límites no son de aplicación a los casos en que la sentencia condene al
pago de alimentos derivados de la Ley o de sentencias dictadas con ocasión de
la nulidad, la separación o el divorcio. En estos casos es el tribunal el que ha
de señalar la cantidad que estime prudentemente en cada situación (Arts. 124
lit. c; y 172 Ley Procesal de Familia ).
Cuando el sueldo o pensión sobre el que se traba embargo sea de los que se
pagan por el Estado, se procederá librando oficio al pagador respectivo para
que éste retenga, a la orden del juzgado, el porcentaje permitido (Art. 626 Pr.);
siendo un particular el que paga y se ha nombrado depositario, entonces el
14
Este Art. Esta tácitamente reformado por el Art. 114 del Código de Trabajo en cuanto a los salarios de
los trabajadores privados; y por el Decreto Legislativo publicado en el D. O. del 26 de febrero de 1963,en
cuanto a los sueldos de los funcionarios y empleados del estado, de los municipios, de las instituciones
oficiales autónomas y semiautonómas y del Instituto Salvadoreño del Seguro Social, como también en
cuanto a las pensiones de que estén gozando o gocen en el fututo los servidores del Estado o del
municipio.
pago debe hacerse a éste o en su defecto se pongan a disposición del juzgado
correspondiente (Art. 627 Pr.).
aa) Embargo en bienes que se encuentren en arrendamiento.
El embargo no priva al deudor del dominio que tiene sobre sus bienes, por
esta razón si existe un contrato de arrendamiento debe de respetarse; aunque
la renta que dicho bien produce puede servir para el pago de la deuda
reclamada. Es por eso que en el artículo 620 Pr., se establece que al trabarse
embargo sobre el inmueble arrendado, el arrendatario se entenderá con el
depositario para efectos de hacerle entrega de la renta acordada y si el
contrato vence durante el embargo, deberá hacerle entrega del inmueble.
bb) Embargo en bienes hipotecados.
− Cuando el acreedor asiste al acto de ejecución del embargo, y el
inmueble sobre el cual va a trabar embargo se encuentra
hipotecado, este puede decidir si se ejecuta el embargo o se
suspende.
− Cuando el acreedor no asiste al acto de ejecución del embargo y
el inmueble tiene constituida hipoteca, se procederá entonces a la
ejecución del embargo. Art. 621 Pr.
cc) Venta de bienes embargados, por peligro de deterioro.
Si habiéndose embargado bienes muebles o los frutos de bienes inmuebles,
éstos corren peligro de deteriorarse, puede el depositario, previa autorización
del juez, venderlos (art. 625 Pr.).
dd) El reembargo.
El reembargo consiste en un embargo que se decreta sobre un bien ya
embargado y que afecta a la totalidad del mismo pero que, por ser posterior,
queda de alguna manera supeditado al primero.
Así, el reembargante adquiere el derecho a percibir el producto que se obtenga
de la realización del bien una vez que se haya satisfecho el crédito del primer
embargante y de todos los anteriores.
Igualmente, puede el reembargante pedir la realización de los bienes aunque
no se alcen los embargos anteriores si los derechos de tales acreedores no se
ven afectados por el correspondiente a aquel. Tal es el caso de que el bien
trabado por todos tenga un valor suficiente para la plena satisfacción de la
totalidad de los acreedores.
Si el primer a los anteriores embargos se alzan, el reembargante queda en
primera posición en el orden del embargo pudiendo solicitar, ya sin
supeditación a nadie, la realización de los bienes.15
Conforme al Art. 628 Pr., cuando se hace traba en un bien previamente
embargado, no se nombra nuevo depositario, sino que se depositan en el
nombrado para el embargo anterior
En este caso el Juez que ha ordenado el segundo embargo, remitirá los autos
con citación de las partes al primero, quién procederá en todo como en los
casos de tercería; pero los acreedores hipotecarios o prendarios tendrán
derecho a que la acumulación se haga siempre al juicio promovido por ellos;
siguiéndose, cuando haya varias hipotecas sobre un mismo inmueble, el orden
de preferencia de éstas. (Art. 628 Pr.).
6. La subasta en bienes muebles e inmuebles.
“Cuando el embargo se haya hecho en dinero o en billetes de banco, o en la
misma cosa que se reclama, se omitirán los carteles y se verificará el pago
después de la sentencia de remate en los casos en que ésta puede ejecutarse.
15
JOSÉ MARÍA ASENCIO MELLADO. Ob. Cit. Página 76.
Si se hubiese practicado en sueldos o pensiones consistentes en dinero, se
librará orden para que se entregue al acreedor la parte que estuviere
devengada y para que se sigan pagando al mismo los sueldos o pensiones
sucesivas hasta completar la cantidad de la deuda.
Si los bienes embargados consistieren en créditos, a solicitud del acreedor, se
le pagará con ellos entregándole los respectivos títulos, y se libará orden a
cada uno de los deudores para que entreguen al mismo el importe de su
correspondiente deuda, quedándole su derecho a salvo para perseguir los
bienes del ejecutado por la cantidad que no le fuere satisfecha.
Si el ejecutante no hiciere la solicitud dentro de ocho días, podrán
desembargarse los créditos a petición del ejecutado. En la disposición de este
inciso no se comprenden los documentos de la deuda pública y cualquier otro
al portador, ya sean emitidos por el Gobierno o por sociedades anónimas” (Art.
633 Pr.).
En el caso de que la sentencia dictada contra el ejecutado pueda cumplirse, si
lo embargado ha sido dinero o billetes de banco, o la misma cosa que se
persigue ejecutivamente, el remate sobra y, por lo tanto, no hay necesidad de
fijar y publicar carteles, y una vez practicada la liquidación del crédito
reclamado, se procede a su pago, entregándose el sobrante, si lo hubiere, al
deudor.
Si el embargo ha recaído en el veinte por ciento del sueldo, pensión o montepío
de que goza el deudor, una vez que la sentencia no se puede cumplir, se libra
al depositario o persona encargada de hacer los descuentos, orden para que
entregue al acreedor lo que tuviere en su poder en virtud de los descuentos
hechos, y como es posible que ya se haya liquidado el crédito16.
“Evacuadas las diligencias prevenidas en el artículo 607, el Juez se situará con
mesa y recado de escribir a la puerta de su oficina acompañado del Secretario,
16
HUMBERTO TOMASINO. Ob. Cit. Páginas 196 y 197.
dos horas antes de la señalada para el remate y se darán pregones
anunciándose las posturas que se hicieren” (Art. 634 Pr.).
Sabemos que transcurridos quince días después de la tercera publicación en El
diario Oficial del cartel que anuncia la venta de los bienes embargados, el juez,
previa agregación del diario Oficial respectivo, del informe del Registrador de
la Propiedad Raíz en su caso, para saberse si los bienes embargados están
inscritos a favor del deudor y no al de otra persona cuyos derechos deban
respetarse, por auto
en el proceso señala día y hora para la venta de los
bienes en pública subasta, y ordena se fijen nuevos carteles y la citación d elas
partes y de los que tengan en los bienes a subastarse derechos que exigen
respeto.
El número de los carteles es el mismo que señala el artículo 606, con
excepción del que se publica en el diario oficial, que se omite, y además de
contener los datos que indica el artículo antes mencionado, se hace constar en
ellos el valor de los bienes, el día y hora señalado para el remate, y éste no se
puede llevara cabo mientras no se fijen los carteles y haya constancia de ello
en el proceso y de la citación de los interesados.17
“No se admitirá postura por menos de las dos terceras partes del valúo.
Tampoco se admitirá la que no sea en dinero de contado si no es con
consentimiento del acreedor” (Art. 635 Pr.).
El límite de toda postura debe ser, por lo menos, las dos terceras partes del
valor de los bienes, ya sea este valor fijado por las partes o por peritos.
Las ofertas que hagan los interesados en la compra de los bienes que se estén
subastando, deben ser para pagarse al contado y no a plazo, salvo que en este
último caso dé su consentimiento el acreedor, pues siendo él el directamente
interesado en el cobro de su crédito por medio de la venta de los bienes del
ejecutado, perfectamente puede consentir en que el dinero ofrecido por los
17
HUMBERTO TOMASINO. Ob. Cit- Página 198.
bienes se entregue por cuotas o en determinado plazo, si a su juicio la persona
del comprador le merece crédito.18
“La venta se hará a la hora señalada, en el mejor postor, entendiéndose por tal
el que ofreciere mayor cantidad, pero si llegada esa hora aún se hicieren
posturas, se continuará admitiendo las que se hagan, hasta que no haya quién
mejore la última que se hubiere hecho, después de repetirla el secretario por
tres veces, como en las ventas al martillo, pero si el postor no fuere persona
conocida y arraigada a juicio del Juez, no se admitirá la postura, a menos que
el acreedor consienta en ella, o se presente el dinero en el acto, o se afiance la
entrega con persona abonada.” (Art. 636 Pr.).
La venta debe hacerse a la hora señalada y se entiende por mejor postor al
que ofrece más, al contrario de lo dispuesto por nuestra antigua legislación
procesal, la cual consideraba como mejor postor, no al que ofrecía más; sino al
que presentaba mejores condiciones, a juicio discrecional del Juez, previa
audiencia del acreedor.19
“La diligencia del remate será en acta firmada por el Juez, el comprador, si
supiere, las partes que hubieren concurrido y el secretario” (Art. 637 Pr.).
En dicha acta se consigan el lugar, día y hora en que se práctica el acto, la
circunstancia de haberse leído por el pregonero en altas, claras y pausadas
voces el cartel fijado por segunda vez, el cual se inserta integro en el acta. Las
veces que se dan los pregones y que personas se presentaron haciendo
posturas y el nombre, apellido, profesión, edad, y domicilio del rematario o
adjudicatario en su caso, y el grado de parentesco, en caso de haberlo, entre
cualquiera de ellos y el dueño de los bienes que se están subastando.
Remate, es pues, una forma especial de celebrar un contrato determinado
entre una persona y su representante que lo propone, y otra que realiza la
mejor puja.
18
19
HUMBERTO TOMASINO. Ob. Cit. Página 199.
HUMBERTO TOMASINO. Ob. Cit. Página 200.
La venta de los bienes embargados se efectúa siempre en remate, el cual es
siempre judicial, público forzoso.20
“Si llegada la hora señalada para el remate no se hubiese presentado ninguna
postura admisible, se hará constar así en el acta y continuarán embargados
los bienes, los que podrán sacarse nuevamente a remate previo señalamiento
de día y hora, cuantas veces lo solicite alguna de las partes.
Si se probare sumariamente que los bienes embargados han desmejorado de
un modo notable después del valúo, se valorarán de nuevo y se sacarán otra
vez al remate sin mas requisitos que los establecidos por el 607.” (Art. 638 Pr.).
Puede suceder que en el acta de la subasta no se presenten postores o que los
que se presentaren hicieren postura no admisibles, es decir, por lo menos las
dos terceras partes del valor de los bienes que se tratan de vender.
En estos casos, si el acreedor no pide que se le adjudiquen en pago los bienes
embargados, y a petición de cualquiera de las partes se pueden sacar a
subasta nuevamente, previo señalamiento de día y hora, y aunque la Ley no lo
dice, el de fijación de nuevos carteles, pues la publicidad del remate es un
requisito indispensable para poder lograr la concurrencia a él del mayor número
de postores.
Como puede ocurrir que la falta de postores o de posturas admisibles se deba
a que el valor dado por las partes o peritos no corresponde al verdadero valor
de los bienes embargados, por haberse éstos desmejorados notablemente, con
posterioridad a su valúo: Pidiendo prevenir este desmejoramiento por causas
económicas, como sería el caso de que los bienes sufrieran una baja notable
en el valor comercial, por causas naturales independientes de la voluntad
humana, como en el caso de que el bien embargado fuera raíz y a
consecuencia de un terremoto o avenida sufriera graves daños que hicieran
20
HUMBERTO TOMASINO. Ob. Cit. Página 202.
disminuir su valor o por acciones del hombre, como cuando, habiendo quedado
los bienes en poder del deudor, éste los arruinara maliciosamente con el fin de
perjudicar al acreedor.
En estos casos, si se prueba sumariamente, dentro del mismo juicio ejecutivo,
tal desmejora, se valorarán de nuevo los bienes y se sacarán nuevamente a
remate, previa la fijación de nuevos carteles y señalamiento de día y hora.
Como la Ley no distingue, el nuevo valúo puede pericial o convencional, si las
partes se ponen de acuerdo en rebajar el valor de los bienes, y aunque la Ley
no dice cuál debe ser el límite en que deben valuarse los bienes que no fueron
subastados por haberse desmejorado, por tratarse de un caso similar al
contemplado en el inciso 7º. Del Art. 606 Pr. El nuevo valúo no debe de
exceder
y se rebajará en lo que exceda de las cuatro quintas partes del
anterior valúo.21
“Si no hubiere postores, el ejecutante puede pedir que se le den en pago los
bienes embargados por las dos terceras partes del valúo que sirva de base al
remate.
Puede pedir también que se le entreguen los bienes raíces que no hayan
podido rematarse por falta de postores, para hacerse pago con sus frutos o
arrendamientos, del principal, intereses y costas” (Art. 639 Pr.)
En la gran mayoría de los casos que se ventilan en nuestros Tribunales, los
acreedores, en el caso de no haber postores, piden que se les entreguen en
pago los bienes embargados, por los dos tercios de su valor, evitándose, en
esa forma, más dilaciones y molestias en el cobro de sus créditos.
Contempla el 2º. Inciso de este artículo el caso de que el acreedor ejerce el
derecho de que se
le entreguen los bienes raíces embargados en prenda
pretoria o anticresis judicial, la cual se define como el “contrato que consiste en
21
HUMBERTO TOMASINO. Ob. Cit. Páginas 202 y 203.
entregar al acreedor, por ministerio del Tribunal y previo inventario solemne,
uno o más bienes determinados, para que se pague con sus frutos”.22
“Cuando continúen los bienes en depósito o intervención, se entregarán sus
productos o arrendamientos al acreedor hasta que se presente el postor” (Art.
640 Pr.).
Actualmente tiene poca aplicación este artículo pues si no hay postores el
acreedor casi siempre pide la dación en pago de los bienes embargados por
los tercios de su valor.
“Señalado el día para el remate se declarará extemporánea cualquiera solicitud
del deudor, cuya tramitación haya de impedir o diferir la diligencia, la cual no se
suspenderá ni aún por apelación o recusación que interponga el deudor. Hecho
el remate, dación en pago o adjudicación, no se admitirá apertura de subasta ni
pujas, sean las que fueren” (Art. 641 Pr.).
Como la finalidad del juicio ejecutivo es obtener, por medio del remate de los
bienes del deudor, el pago de lo que se reclama el acreedor, procurando evitar
éste las molestias y embarazos del juicio ordinario, y como el deudor tratará por
todos los medios que están a su alcance que no se llegue a esa finalidad, se le
rechazarán, una vez señalado el día para el remate, todas las solicitudes que
tiendan a prolongar o impedir dicho remate, el cual se llevará a cabo el día
señalado, aunque el deudor recuse al Juez que esta conociendo en el juicio o
apele de las resoluciones dictadas con posterioridad al señalamiento.23
“El comprador pedirá la aprobación del remate dentro de tercero día, oblando el
dinero que hubiere ofrecido de contado para el pago de la deuda, sus intereses
y costas. El dinero oblado se pagará a quienes corresponda, con recibo,
entregándose los bienes al comprador.
22
23
HUMBERTO TOMASINO. Ob. Cit. Páginas 203 y 204.
HUMBERTO TOMASINO. Ob. Cit. Página 206.
Para esta entrega, si se tratare de un inmueble, el Juez, a instancia de parte
lanzará previamente, sin forma de juicio, al ejecutado, su familia, agentes,
dependientes o criados, concediéndoles un breve término prudencialmente, y
en caso muy necesario para que desocupen” (Art. 642 Pr.)
Como el remate es una venta verificada por medio del Juez, quien conforme al
Art. 652 Civil, es considerado como representante legal del deudor, el rematario
está obligado a pedir la aprobación, a mas tardar después de haberse llevado a
cabo el remate, presentando, para ello, el dinero que ofreció pagar al contado
por los bienes, y no como dice la Ley, que para pagar la deuda, intereses y
costas, pues la oferta de todo comprador en subasta pública es por los bienes
que se están realizando, sin importarle para nada la deuda que se reclama, y
es por ello necesario aclarar esta redacción incorrecta de la ley.
Es necesario no olvidar que el lanzamiento que permite hacer este artículo, no
tiene aplicación cuando los bienes son ocupados por otras personas distintas a
las mencionadas en él, tal como un arrendatario, pues entonces el nuevo
dueño de los bienes debe de acudir a los medios que las leyes indican para
poder obtener la desocupación de sus bienes.24
“Si el rematador omitiere pedir la aprobación del remate en el término señalado,
el Juez la dará de oficio, obligando al comprador a cumplir las condiciones del
remate, aun con apremio corporal y responsabilidad de costas, daños y
perjuicios.
En el auto de aprobación ordenará el Juez la tasación de los intereses y costas
y el pago de la alcabala si los bienes fueren raíces; y si la venta se hubiere
verificado a plazos, mandará también librar orden al rematario para que pague
al acreedor la cantidad que importe la deuda, materia del juicio, con arreglo a
los términos establecidos en el remate.
24
HUMBERTO TOMASINO. Ob. Cit. Páginas 209 y 210.
Si el comprador deja de cumplir cualquiera de las condiciones del remate o de
pagar en alguno de los plazos establecidos, el acreedor o el deudor puede
pedir que se le obligue al cumplimiento por los medios coactivos de apremio; o
que se saquen los bienes subastados a nuevo remate, quedando en este caso
responsable el subastador anterior a los daños, perjuicios y costas” (Art. 643
Pr.).
Cuando el remate no se apruebe por faltar a sus compromisos el comprador,
cualquiera de las partes puede pedir que se saquen los bienes a subasta de
nuevo y, en este caso, el juez debe ordenar nuevamente la fijación de carteles
y señalar día y hora para el siguiente remate y declarar, al rematario
incumplido, responsable de los daños y perjuicios y costas causadas por su
informalidad.25
“La certificación del acta de remate y su aprobación, o del auto de adjudicación
en su caso, servirá de título de propiedad y posesión al comprador o
adjudicatario” (Art. 644 Pr.).
El título del adjudicatario lo constituye la certificación de la diligencia que se
practica el día señalado para el remate, en la cual se hace constar que no hubo
postores, además de la certificación del auto de la adjudicación
“Durante el juicio y antes del remate, el Juez podrá, a pedimento de parte o de
oficio, levantar en todo o parte el embargo, si constare de los autos que existen
en poder del depositario, productos o valores suficientes para el pago de la
cantidad demandada, intereses y costas, continuándose el procedimiento hasta
su completa liquidación.
.Puede también el deudor redimir los bienes ejecutados satisfaciendo la deuda
y costas. En este caso se sobreseerá en el procedimiento. Después de
celebrado el remate, queda hecha irrevocablemente la venta en favor del
comprador.
25
HUMBERTO TOMASINO. Ob. Cit. Página 213.
Toda subasta deberá hacerse previo informe del Registrador respectivo, si se
tratase de bienes raíces, para saberse si éstos se hallan inscritos a favor de
otra persona por derechos reales u otros que deban respetarse, quien será
citada en forma, para proceder a la subasta; y en caso de que sea acreedor
hipotecario, se cubrirá su crédito con el precio del remate, en el orden de
prelación establecido por las leyes sustantivas. El Juez, para los fines
indicados, tendrá a la vista el expresado informe, que pedirá a solicitud de parte
o de oficio, antes del justiprecio de los bienes embargados, debiendo ser citado
el acreedor o acreedores hipotecarios para el valúo y el remate, teniendo
intervención de común acuerdo con las partes en el valor que le den o en el
nombramiento de peritos; y en su caso se mandará depositar el producto de la
subasta para el pago de los créditos hipotecarios.
En el informe a que se refiere este artículo, el Registrador deberá manifestar si
el inmueble embargado está inscrito en el Registro de la Propiedad a favor del
deudor o ejecutado; debiendo el Juez, en caso de no aparecer tal inscripción,
decretar de oficio el desembargo de dicho inmueble, bajo pena de nulidad del
remate que se verificare contraviniendo a esta disposición y de ser condenado
el Juez culpable en las costas, daños y perjuicios que se irrogaren a terceros ”
(Art. 645 Pr.).
Como el embargo sobre sus bienes no priva al deudor del dominio sobre ellos
ni sobre los frutos que producen, perfectamente puede ocurrir que durante la
tramitación del juicio existan en poder del depositario valores suficientes para
pagar, en su totalidad, la deuda y los accesorios, y entonces el juez de oficio o
a petición de parte debe levantar el embargo trabado y dar por terminado el
procedimiento, pagando al acreedor la totalidad de su reclamo.26
26
HUMBERTO TOMASINO. Ob. Cit. Página 215.
CAPÍTULO III
DERECHO COMPARADO.
ƒ
Código
de
Procedimientos
Civiles
(Pr.)
CAPITULO
III
DEL EMBARGO (El Salvador).
ƒ
Ley de Enjuiciamiento Civil 1/2000 (LEC), CAPÍTULO III Del
embargo de bienes. SECCIÓN 1. ª DE LA TRABA DE LOS BIENES
(España).
ƒ
Art. 585 comparado con el Art. 614 inc. 2º Pr.
En el artículo 585 de la LEC, se establece que “Despachada la ejecución, se
procederá al embargo de bienes conforme a lo dispuesto en la presente Ley, a
no ser que el ejecutado consignare la cantidad por la que ésta se hubiere
despachado, en cuyo caso se suspenderá el embargo. El ejecutado que no
hubiere hecho la consignación antes del embargo podrá efectuarla en cualquier
momento posterior, antes de que se resuelva la oposición a la ejecución. En
este caso, una vez realizada la consignación, se alzarán lo embargos que se
hubiesen trabado”.
En relación a este artículo en nuestra legislación, no se establece que pueda
detenerse la traba del embargo por medio de la consignación de una
determinada cantidad de dinero; en el artículo 614 inc. 2º Pr, se manda a que el
ejecutor de embargos realice la diligencia de embargo encomendada,
cerciorándose de que los bienes son propios del deudor.
ƒ
Art. 589 LEC
En el artículo 589 LEC, establece que puede requerirse del ejecutado
manifestación de los bienes que posee y que pueden ser embargados para
cubrir la cuantía de la ejecución. Si el ejecutado al realizar la manifestación de
sus bienes incluye unos que no sean suyos, excluya propios o no desvele las
cargas y gravámenes que sobre ellos pesaren pueden imponérsele multas.
Nuestra legislación nada dice al respecto, puesto que la obligación de
investigar cuáles son los bienes que posee el ejecutado y que pueden ser
embargados corresponde al demandante y al ejecutor de embargos en su
caso.
ƒ
Art. 590 LEC comparado con el Art. 615 inc. 3º Pr.
En el artículo 590 de la LEC, establece que, a instancia de parte, puede
realizarse investigación judicial del patrimonio del ejecutado cuando el
ejecutante no pudiera obtenerlos por sí mismo; el tribunal acordará, por
providencia, dirigirse a las entidades financieras, organismos y registros
públicos y personas físicas y jurídicas que el ejecutante indique, para que
faciliten la relación de bienes o derechos del ejecutado de los que tengan
constancia.
Este artículo se relaciona en el artículo 615 inciso tercero Pr., en donde “el juez
de la causa, a solicitud del ejecutante, seguirá información sumaria sobre si hay
título registrado a favor del deudor y si está en posesión del inmueble y por qué
circunstancia, resolviendo llevar o no, adelante el embargo”.
ƒ
Art. 592 LEC comparado con el Art. 616 Pr.
El artículo 592 de la LEC, hace referencia a un orden de embargos que ha de
seguir a fin de que se le facilite su enajenación y una menor onerosidad para el
ejecutado, embargándose los bienes de la siguiente manera: Dinero o cuentas
corrientes, créditos, joyas y objetos de arte, rentas en dinero, intereses, rentas
y frutos y bienes inmuebles.
En nuestra legislación, no se establece un orden de preferencia, para trabar el
embargo; pero en el artículo 616 Pr., se hace referencia que, cuando existen
bienes hipotecados o empeñados, se procede contra ellos antes que contra los
que no estuvieren.
ƒ
Art. 607 LEC comparado con el Art. 619 Pr.
Según el artículo 607 de la Ley LEC, que son imbargables todas las cantidad
derivadas de sueldos y pensiones, hasta el límite de la cuantía señalada
anualmente para el salario mínimo
interprofesional, pero son embargables
parcialmente las cuantías que excedan de dicha cantidad en las proporciones
que este artículo determina y que van desde un treinta por ciento hasta un
noventa por ciento, dependiendo del sueldo devengado.
El anterior artículo se relaciona en nuestra legislación, con el artículo 619 Pr.,
que establece que en los casos en que el embargo deba trabarse en sueldos,
pensiones o salarios, solamente deberá embargarse el veinte por ciento de
éstos, y será nulo el que se practique sobre mayor cantidad, aún con el
consentimiento del deudor.
ƒ
Art. 610 LEC comparado con el Art. 628 Pr.
La legislación Española en el Artículo 610 de la LEC, establece que el
reembargo consiste en un embargo que se decreta sobre un bien ya
embargado y que afecta a la totalidad del mismo, pero que por ser posterior,
queda de alguna manera supeditado al primero.
Este artículo esta íntimamente relacionado con el artículo 628 Pr., que
establece que “si los bienes en que debe hacerse la traba, estuvieren ya
embargados por orden de Juez competente, el Juez Ejecutor (Ejecutor de
embargo) al hacer el nuevo embargo, depositará dichos bienes en el mismo
depositario, haciendo constar en el acta respectiva la circunstancia de estar
embargados con anterioridad”, siguiéndose el orden de preferencia de dichos
bienes.
CONCLUSIÓN
Al haber concluido con la elaboración de la presente monografía, en primer
lugar tenemos que, actualmente lo que impulsa a las personas a contraer
obligaciones, es la necesidad que tienen de satisfacer sus necesidades
materiales que no logran ser cumplidas con los frutos que obtienen de sus
trabajos.
Esta necesidad ha estado siempre presente desde lo que era la sociedad
primitiva, claro que los procedimientos para que el acreedor obtenga el
cumplimiento de su crédito por parte del deudor cuando ha caído en mora han
cambiado. A pesar de ello, instituciones crediticias como los bancos, utilizan
medidas de cobro que suelen ser muy humillantes para los que en algún
momento han incumplido con sus obligaciones.
Pero, de parte de los deudores, se ha creado una manera de evadir el
cumplimiento de sus obligaciones, burlan a los acreedores mostrándoles una
situación de solvencia al momento de comprometerse con un crédito.
Y es así, como los acreedores no ven resueltos prontamente los créditos a su
favor, deben en muchas ocasiones esperar largo tiempo a que entre algún bien
al patrimonio del deudor para que le pueda ser embargado, en otras ocasiones
embargan bienes que ya tienen un embargo previo y de igual manera deben
esperar a tener resultados a su favor.
Por lo anterior expuesto, consideramos que tanto el deudor como el acreedor
deben tomar todas las medidas pertinentes para no verse afectados con lo que
acarrea el embargo en el juicio ejecutivo civil.
REFERENCIAS.
HUMBERTO TOMASINO. El Juicio Ejecutivo en la Legislación Salvadoreña. 1ª.
Edición. Editorial Proyecto. San Salvador, El Salvador, C.A.
LINO ENRIQUE PALACIO. Manual de Derecho Procesal Civil. Decimoséptima
edición actualizada. Buenos Aires: Abeledo Perrot, 2003. 984 p.; 23x16cm.
ISBN 950-20-1501-0
JOSÉ MARÍA ASENCIO MELLADO. Derecho Procesal Civil Segunda Parte Ley
1/2000. 2ª Edición. Editorial Tirant To Blanch. Valencia, España 2000.
FORTÍN MAGAÑA, FORTÍN. La Acción Ejecutiva. Sus fundamentos y aspectos
jurídicos. Corte Suprema de Justicia de El Salvador. Centro de documentación
judicial.
LUIS VÁSQUEZ LÓPEZ. Constitución. Leyes Civiles y de Familia. 7ª Edición.
Editorial Liz. San Salvador, El Salvador. C. A.
www.google.com
www.csj.gob.sv
Clasificación de los procesos.
Singulares
Judiciales
Universales
Arbitrales
Por su contenido:
Contenciosos
Voluntarios
Por su finalidad:
De conocimiento:
De ejecución
Cautelares
Por su estructura
Ordinarios
Plenario Tipo
Especiales
Plenarios Rápidos
Sumarios
Conocimiento
fragmentario
Conocimiento
superficial
ACTA DE APROBACIÓN DE MONOGRAFÍA.
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