UNIVERSIDAD FRANCISCO GAVIDIA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA Y CIENCIAS SOCIALES ESCUELA DE CIENCIAS JURÍDICAS UNIVERSIDAD FRANCISCO GAVIDIA Tecnología, Humanismo y Calidad MONOGRAFÍA TEMA: PROCEDIMIENTO PARA LA EJECUCIÓN DE EMBARGOS DE BIENES MUEBLES E INMUEBLES EN EL JUICIO EJECUTIVO CIVIL. BACHILLER: CLAUDIA PATRICIA ORDÓÑEZ. BACHILLER: HILDA ODENA PORTILLO MÉNDEZ. PARA OPTAR AL GRADO ACADÉMICO DE: LICENCIADA EN CIENCIAS JURÍDICAS ASESOR: LIC. (DA) JULIA MARTA MARROQUÍN DE CERROS. OCTUBRE 2005. SAN SALVADOR EL SALVADOR CENTROAMÉRICA UNIVERSIDAD FRANCISCO GAVIDIA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA Y CIENCIAS SOCIALES ESCUELA DE CIENCIAS JURÍDICAS AUTORIDADES: RECTOR ING. MARIO ANTONIO RUÍZ RAMÍREZ VICERECTORA DRA. LETICIA ANDINO DE RIVERA SECRETARIA GENERAL LIC. TERESA DE JESÚS GONZÁLEZ DE MENDOZA DECANA DE LA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA Y CIENCIAS SOCIALES LIC. ROSARIO MELGAR DE VARELA DIRECTOR DE LA ESCUELA DE CIENCIAS JURÍDICAS DR. JORGE EDUARDO TENORIO SAN SALVADOR EL SALVADOR CENTROAMÉRICA ÍNDICE. CONCEPTO. PÁGINA. INTRODUCCIÓN i Capítulo I. ANTECEDENTES HISTÓRICOS. DESARROLLO Y EVOLUCIÓN DE LA ACCIÓN EJECUTIVA 1 1. En el Derecho Primitivo. 1 2. En el Derecho Romano. 2 3. En el Derecho Germánico. 4 4. En el Derecho Francés. 5 5. La Influencia Francesa. 6 6. En la Legislación Salvadoreña. 6 Capítulo II I. PROCEDIMIENTO PARA LA EJECUCIÓN DE EMBARGOS DE BIENES MUEBLES E INMUEBLES EN EL JUICIO EJECUTIVO CIVIL 8 1. Clasificación de los procesos. 8 2. Clasificación de los procesos de ejecución atendiendo a la finalidad de su pretensión 9 3. Juicio Ejecutivo. 9 4. Instrumentos que traen aparejada ejecución. 10 5. Modo de proceder en el juicio ejecutivo. 13 a. Presentación de la demanda. 13 b. Admisión de la demanda. 13 c. Embargo. 13 d. Emplazamiento. 14 e. Contestación de la demanda. 14 f. Apertura a prueba. 14 g. Pronunciamiento de la sentencia. 14 6. Medidas Cautelares Reales. 15 7. procedimiento para la traba de embargo en bienes inmuebles en el Registro de la Propiedad Raíz e Hipoteca. 17 8. Procedimiento para la traba del embargo en vehículos Automotores 18 9. Procedimiento para la traba de embargo en bienes muebles. 19 II. DEL EMBARGO. 1. Concepto y Finalidad. 20 2. Naturaleza Jurídica. 22 3. Objeto del embargo. 23 4. Clasificación de los Bienes inmuebles y muebles 27 5. Modo de proceder en el embargo de bienes inmuebles y muebles en el juicio ejecutivo civil. 28 a) Libramiento del mandamiento y notificación al ejecutor. 28 b) Término en que deben iniciarse las diligencias de embargo. 28 c) Jurisdicción territorial. 29 d) El ejecutor de embargos, debe sujetarse por mandamiento 29 de ley a las siguientes obligaciones. e) Determinación del patrimonio del deudor. 31 f) La exclusión de bienes de terceros 32 g) La reintegración del patrimonio del deudor. 32 h) Casos en los que el ejecutor del embargo, debe abstenerse de realizar el embargo. 33 i) La prelación de bienes. 33 j) Ampliación de la ejecución. 33 k) Embargo de sueldos y pensiones. 34 l) Embargo en bienes que se encuentren en arrendamiento. 35 m) Embargo en bienes hipotecados. 35 n) Venta de bienes embargados, por peligro de deterioro. 35 o) El reembargo. 6. La subasta en bienes muebles e inmuebles. 36 37 CAPÍTULO III I. DERECHO COMPARADO. 1. Comparación del Código de Procedimientos Civiles con la Ley de Enjuiciamiento Civil 1/2000 (LEC), de España 46 CAPÍTULO IV I. CONCLUSIONES. 49 II. REFERENCIAS. 50 III. ANEXOS. IV. APÉNDICE. INTRODUCCIÓN La monografía que hoy presentamos aborda el estudio del “Procedimiento Para la Ejecución de embargos de Bienes Muebles e Inmuebles”; como grupo, hemos delimitado nuestro tema al procedimiento de embargo que se da en el juicio ejecutivo civil, por considerar que las otras áreas como lo son Familia, Mercantil y Tributario, remiten al procedimiento civil. Este trabajo constituye una investigación sobre la asignatura del derecho procesal, sobre todo en aquellos que tenemos la firme convicción que no existe un procedimiento judicial perfecto. Uno de nuestros objetivos principales es describir el procedimiento en la ejecución de embargos de bienes muebles e inmuebles; para que la ejecución del embargo resulte favorable para las partes en el proceso, es importante que quien ejecuta el embargo conozca cuales son bienes muebles o inmuebles y cuales pueden ser objeto de embargo, para ello hemos considerado conveniente incluir brevemente la clasificación de los bienes de acuerdo a la doctrina y a nuestra legislación. Nuestro trabajo inicia con el desarrollo de la acción ejecutiva en el derecho primitivo, ya que el hombre, en virtud de su evolución dentro del grupo social primitivo, se encuentra en la imposibilidad de satisfacer todas las necesidades con el producto de su propio trabajo o esfuerzo y necesita recurrir a la cooperación de sus semejantes para obtener lo que precisa mediante un compromiso de dar, hacer o no hacer una cosa en determinado plazo, considerada como equivalente del servicio recibido. Es así como surge dentro del grupo social humano el concepto de obligación, que en el derecho primitivo constituye más que un vínculo jurídico, una relación material entre el que presta el servicio y el que recibe, y ante el incumplimiento por parte del que recibía el servicio, no obstante ser involuntario, nace la necesidad de buscar la forma de obtener el cumplimiento de lo pactado. La acción ejecutiva evoluciona y en el Derecho Romano, el período de la extraordinaria cognitio, marca la definitiva desaparición de las medidas ejecutivas contra la persona del deudor, si bien el arresto personal subsiste para cierta clase de deudas (especialmente fiscales) y, en algunos casos, para asegurar la ejecución patrimonial. Durante este período aparece una forma de ejecución semejante a la actual: la pignoris capio. De la fusión entre los sistemas de ejecución romano y germánico, nace el processus executivus del derecho común. En Francia, siguiendo la tradición germánica, la ejecución del derecho francés es llevada a cabo por el propio acreedor, con el auxilio de los sergents du Roi (más tarde los huissiers), que son los funcionarios encargados de intimar el pago al deudor y de disponer las correspondientes medidas sobre el patrimonio de aquél. En nuestro primer Código de Procedimientos Civiles y en las legislaciones modernas hace su aparición el procedimiento llamado Juicio Ejecutivo con la finalidad de hacer que el acreedor obtenga en el menor tiempo posible y sin las dilaciones que imponen los juicios ordinarios, el cobro de sus créditos que constan de manera fehaciente. En el capítulo dos, hemos incluido apartados muy importantes con lo que pretendemos que el tema que nos ocupa resulte más comprensible, comenzando con la clasificación de los procesos, los que en ciertas circunstancias, como son la naturaleza del órgano que interviene, la existencia o inexistencia de un conflicto entre partes, la finalidad que se persigue mediante la pretensión que se origina, la forma en que se halla estructurado, etcétera, constituyen variantes que, dentro de aquella unidad conceptual, autorizan a formular distintas clasificaciones del proceso. En la clasificación del proceso encontramos los de ejecución, que atendiendo a la finalidad de su pretensión pueden ser: de sentencia cuando tiene por finalidad hacer efectiva la sanción impuesta por una anterior sentencia de condena; y el juicio ejecutivo a los cuales la ley les asigna efectos equivalentes a los de una sentencia de condena, regulando, para hacerlos efectivos, un proceso sustancialmente similar al de ejecución de sentencias. Debido a que el embargo es una fase del Juicio Ejecutivo Civil, se hace referencia al concepto del mismo y a las causas que lo originan, que es otro de los objetivos planteados para el desarrollo del tema. Posteriormente pasamos a explicar el modo de proceder en el juicio ejecutivo el cual inicia con la presentación de la demanda en donde el juez al recibirla debe, ante todo, examinar: a) Si el actor es legítimo portador del documento, y b) si el documento, base de la acción, es de los títulos a los que la ley concede fuerza ejecutiva y en base a ello admitirla o no. De ser admitida la demanda, el Juez decretará el embargo y librará el mandamiento respectivo ordenando se ejecute en bienes del demandado, designando al ejecutor de embargos que debe hacer la traba. En el juicio ejecutivo, la notificación del decreto de embargo hecha al ejecutado, equivale al emplazamiento; de esta manera el demandado, puede comparecer a manifestar su defensa. Es en esta parte del trabajo en la que profundizaremos, porque nuestro tema se refiere a la forma de proceder al realizar el embargo en bienes muebles e inmuebles. Del embargo podemos decir que es un conjunto de operaciones que tienen como fin el de allegar al proceso todos los bienes del deudor de contenido económico que sean necesarios y suficientes para la satisfacción del derecho de crédito del acreedor, operaciones que van desde la previa determinación de cuáles sean tales y concretos bienes suficientes y hasta la entrega efectiva de los mismos o su realización para convertirlos en dinero. Según su naturaleza jurídica el embargo constituye un proceso cautelar, de tipo patrimonial e Impide jurídicamente la disponibilidad de bienes. Seguidamente pasamos a detallar el procedimiento a seguir según nuestra legislación salvadoreña en el Código de procedimientos Civiles, explicando desde el momento en que el Juez admite la demanda y decreta el mandamiento de embargo, la determinación del patrimonio del deudor, el aseguramiento del embargo, para finalizar con la explicación de la venta en publica subasta de los bienes embargados. El tercer capítulo contiene el derecho comparado, para lo cual utilizaremos la Ley de Enjuiciamiento Civil 1/2000 (LEC), de España. En el cuatro capítulo, realizamos las conclusiones y adjuntamos anexos relacionados con nuestro tema. Antes de concluir con este breve trabajo monográfico, agradecemos primeramente a Dios por permitirnos su realización al darnos inteligencia y paciencia, asimismo enviamos un mensaje de agradecimiento a nuestra asesora y a todas las personas, que de algún modo contribuyeron a su realización. ABREVIATURAS Art. Artículo C. Código Civil Pr. Código de Procedimientos Civiles LEC. Ley de Enjuiciamiento Civil Ob. Obra. Cit. Citada Pág. Página CAPÍTULO I I. ANTECEDENTES HISTÓRICOS. DESARROLLO Y EVOLUCIÓN DE LA ACCIÓN EJECUTIVA. 1. En el Derecho Primitivo. El concepto de obligación surge como una relación material entre el que presta el servicio (acreedor) y el que lo recibe (deudor). El deudor se compromete a dar, hacer o no hacer una cosa en determinado plazo, considerada como equivalente al servicio recibido. Las formas para lograr lo prometido cuando el deudor no estaba presto a cumplir con la obligación adquirida, variaban de sanciones de índole puramente moral a las de hecho, y así se ve que se conmina al deudor con el castigo de la divinidad, la expulsión del grupo social, la aprehensión de su persona y hasta con la muerte. La forma más generalizada era la de aprehender al deudor el acreedor para convertirlo en su esclavo, o venderlo o matarlo según le placiera. La aprehensión del deudor (manus injectio) por parte del acreedor para convertirlo en esclavo o matarlo, se suaviza a partir del siglo IV a. J. C. y se sustituye la servidumbre por deudas que degenera poco a poco en simple prisión. Tanto la esclavitud como la reducción a siervo, traían como consecuencia la adquisición total del patrimonio del deudor por parte del que llegaba a ser su amo. Esta compulsión personal deviene con el desarrollo de la cultura jurídica de los pueblos, en una compulsión real, en la que el acreedor más que perseguir al deudor, persigue sus bienes (pignoris capio). La compulsión real es excepcional en principio, pues se le da preferencia a la compulsión personal por considerarla más efectiva, posteriormente la compulsión real se convierte en el procedimiento más generalizado. En la sociedad primitiva, la compulsión personal que ejerce el acreedor se consideraba un acto privado, no intervenía la autoridad civil ni religiosa. A medida que evoluciona la sociedad primitiva, aparece el órgano judicial en ayuda de los particulares, los procedimientos ejecutivos y compulsivos empiezan a adquirir carácter oficial, lo cual conduce a positivas ventajas tanto para el acreedor como para el deudor tales como: abolir en lo posible las prácticas abusivas del acreedor, exigiendo el requerimiento del deudor y la certeza del crédito que se trata de hacer efectivo, ya por la protesta pública de su derecho por parte del acreedor, ya por la constancia documental y fehaciente del derecho (sentencia), con lo cual, de manera implícita y subrepticia, comienza a permitirse la defensa del deudor hasta entonces dejado por entero al arbitrio del acreedor (excepcionis). 2. En el Derecho Romano. El proceso civil atravesó en Roma por dos grandes períodos: a) El del ordo iudiciorum privatorum (desde los orígenes hasta el siglo III de nuestra era), y b) El de la extraordinaria cognitio (desde el siglo III hasta el final). Dentro del primero es menester diferenciar dos épocas: la de las legis actiones (que se prolonga hasta la mitad del siglo II a. J. C.) y la del procedimiento formulario. Característica común a ambas épocas es la división del procedimiento en dos etapas: in jure y apud iudicem o in iudicio. La primera tiene lugar ante un magistrado que ejerce los poderes inherentes a la jurisdicción, pero que carece de facultades decisorias, y la segunda ante un juez privado (iudex unus), que es designado por las partes de común acuerdo y a quien incumbe la facultad de resolver la controversia, aunque carece del imperium necesario para hacer cumplir su decisión.1 Durante el período de las legis acciones la ejecución comporta una clara manifestación del ejercicio de la justicia privada y se dirige, no sobre los bienes, sino contra la persona del deudor. Transcurridos treinta días desde el pronunciamiento de la sentencia sin que el deudor condenado satisfaga la obligación (tempus iudicati), el acreedor se halla facultado para llevar a aquél ante el magistrado y ejercer la manus iniectio iudicati. Mediante ésta el acreedor toma posesión de la persona del deudor, de quien puede convertirse en patrono cuando transcurren sesenta días sin que se presente un vindex con el cual discutir la legitimidad de la manus iniectio. Una Ley Poetellia (probablemente del año 441 de Roma) suprime aquel procedimiento, que incluso acuerda al acreedor el derecho de disponer de la vida del deudor, aunque, mediante el pedido de la addictio, mantiene la facultad de proceder a su detención y de retenerlo a los fines de cobrar la deuda. Pero esta ley permite al deudor liberarse de la addictio, con el juramento de tener bienes suficientes (bonam capiam jurare). La ejecución contra la persona subsiste en parte de la época correspondiente al procedimiento formulario. Pero ahora, transcurrido el tempus iudicati, el acreedor debe reclamar el cumplimiento de la condena mediante el ejercicio de la actio iudicati, que constituye una acción derivada de la sentencia misma y tiene por objeto promover un nuevo proceso en el cual el deudor puede acreditar la existencia de alguna causal de liberación (nulidad de la sentencia, pago, etc.). Si no media oposición del deudor, el magistrado libra el decreto de ejecución. En caso contrario, y en la hipótesis de ser aquélla infundada, se lo condena a pagar una suma equivalente al doble de la suma inicial (condemnatio in duplum). Luego de sucesivas condenas cabe la posibilidad de proceder a la ejecución procesal. 1 LINO ENRIQUE PALACIO. Manual de Derecho Procesal Civil. Página 23 y 24. Aproximadamente en el año 649 de Roma, por obra del derecho pretorio, la ejecución adquiere carácter patrimonial. Su primera manifestación es la bonorum venditio, que constituye un procedimiento de ejecución colectiva rodeado de características semejantes al proceso concursal contemporáneo. Más tarde se atenúan los efectos de la bonorum venditio y se permite al deudor, para sustraerse a la infamia que aquélla trae aparejada, hacer cesión de sus bienes mediante la cessio ex lege Iulia. Posteriormente, el procedimiento de la bonorum distractio ya no recae sobre la universalidad del patrimonio y autoriza la venta parcial de los bienes del deudor hasta cubrir el monto adeudado a los acreedores. El período perteneciente al procedimiento extraordinario marca la definitiva desaparición de las medidas ejecutivas contra la persona del deudor, si bien el arresto personal subsiste para cierta clase de deudas (especialmente fiscales) y, en algunos casos, para asegurar la ejecución patrimonial. Durante este período aparece una forma de ejecución semejante a la actual: la pignoris capio. Fundamentalmente, consiste en la aprehensión, por orden del magistrado, de objetos particulares del deudor, los cuales quedan afectados a una prenda durante un plazo de dos meses, en cuyo transcurso cabe la posibilidad de levantarla mediante el pago de la obligación. Transcurrido ese plazo, se procede a la venta de los bienes en pública subasta, que se realiza en forma análoga a la actual.2 3. En el Derecho Germánico. En el primitivo derecho germánico, el incumplimiento de la sentencia es considerado como una injuria inferida al acreedor, quien se halla autorizado para proceder a la ejecución en forma privada, con total prescindencia de la intervención judicial. Más tarde, el edicto de Teodorico y la legislación carolingia eliminan la ejecución directa y requieren que las medidas correspondientes sean peticionadas al juez, quien debe acordarlas sin ninguna clase de conocimiento. Este tiene lugar con posterioridad a la ejecución, y en el 2 LINO ENRIQUE PALACIO. Ob. Cit. Páginas 660 y 661. respectivo período el deudor puede plantear ciertas defensas que se sustancian y deciden con arreglo al régimen de la prueba legal. De la fusión entre los sistemas de ejecución romano y germánico, nace el processus executivus del derecho común. Por influencia romana, en este nuevo tipo de proceso ejecutivo se admite la existencia de un período de conocimiento. Pero él no ha de tener la amplitud de la actio iudicati: se limitará a posibilitar al ejecutado el planteamiento de oposiciones fundadas en hechos posteriores al pronunciamiento de la sentencia. No cabe oponer defensa alguna tendiente a demostrar la inexistencia de la obligación. Desaparece la actio iudicati, que sólo subsiste para el caso de tener que hacerse valer la sentencia ante un juez de distinta jurisdicción, y se abre el camino el concepto de que, dentro del oficio judicial (officium iudicis) se halla comprendida la facultad consistente en hacer efectivo el cumplimiento de sus decisiones. Otra característica del período del derecho común es la asimilación a la sentencia judicial de aquellos documentos que comprueban la confesión de deuda formulada ante notario. Entonces nacen los instrumenta guarentigiata, así llamados por la cláusula (guarentigia) en cuya virtud el notario que extiende el documento ordena al deudor el respectivo pago de la obligación reconocida en dicho instrumento. Por extensión del principio de que el confesante debe equipararse al condenado (confessus pro iudicatio est), se acuerda a este tipo de instrumentos el mismo efecto de las sentencias, con la consiguiente posibilidad de abrir, con ellos, el proceso ejecutivo. Posteriormente, tales efectos han de beneficiar también a las letras de cambio. 4. En el Derecho Francés. En Francia, siguiendo la tradición germánica, la ejecución del derecho francés es llevada a cabo por el propio acreedor, con el auxilio de los sergents du Roi (más tarde los huissiers), que son los funcionarios encargados de intimar el pago al deudor y de disponer las correspondientes medidas sobre el patrimonio de aquél. El proceso ejecutivo se desenvuelve, por lo tanto, sin intervención judicial, y no existe en él, como en el processus executivus del derecho común, un período de conocimiento en el cual el deudor pueda articular ciertas defensas. La autoridad judicial interviene en la oposición de la ejecución, que constituye un juicio de conocimiento que tramita independientemente de ésta y que, salvo en casos excepcionales, no la suspende. La suspensión, en el supuesto de ser procedente, requiere el previo depósito de la suma reclamada. 5. La influencia francesa. La influencia francesa se advierte, posteriormente en las legislaciones de otros países, a raíz de la invasión napoleónica. España, sin embargo, permanece fiel a las líneas del processus executivus. Así resulta, en primer lugar, de la pragmática dada por ENRIQUE III (1396), en la cual el proceso de ejecución aparece estructurado con un estadio de conocimiento durante cuyo transcurso el deudor puede oponer la excepción de pago u otra “legítima excepción”. La pragmática de ENRIQUE IV (1458) contiene una enumeración taxativa de excepciones (pago, espera, falsedad, usura, temor y fuerza), aunque posteriormente las necesidades de la vida jurídica conducen a la admisión de otras, como las que tienden a afirmar la inexistencia de presupuestos procesales, y aquéllas que los prácticos llaman excepciones “útiles” (compensación, transacción, prescripción, etc.). La ley de enjuiciamiento de negocios de comercio, dictada en el año de 1830, retorna al sistema de enumeración taxativa, incluyendo en ella a muchas de las que habían sido admitidas, al margen de las específicamente previstas por la pragmática de ENRIQUE IV. 6. En la legislación salvadoreña. En el informe dado por la Comisión redactora de nuestro primer Código de Procedimientos Civiles, decretado en la ciudad de Cojutepeque el año de 1857, Comisión formada por el Presbítero Doctor Isidro Menéndez y Licenciados Eustaquio Cuellar e Ignacio Gómez, encontramos en el párrafo treinta y uno lo siguiente: “En el juicio ejecutivo se han hecho algunas variaciones más que en el ordinario, el primero tiene por objeto el pronto pago del acreedor, supuesto que su deudor haya sido moroso en cumplir con su compromiso; pero en la práctica se han introducido tantos abusos que se ha llegado a perder de vista el espíritu y el objeto de las leyes de Castilla que dieron forma al procedimiento ejecutivo. Así que, el juicio que tiene más bien clasificados sus trámites, exige algunas variaciones importantes para llenar cumplidamente su objeto. La ejecución debe trabarse en bienes realizables, que señale el deudor con anuencia del acreedor. La citación de remate y el término del encargado para alegar y probar al ejecutado sus excepciones, pueden tener lugar después del embargo y durante los pregones, pues así se abrevian sin dejar de oír no atender al deudor. El término de los pregones se ha reducido y no se da lugar al abuso que se ha introducido, de repetirlos en la vía llamada de apremio: cosa que desconoce la ley recopilada no menos que los autores a cuyo juicio se ha atenido la Comisión como la Curia, Fébrero y Sal. Se ha restablecido, por último, la prisión, en la cual consiste toda la virtud y eficacia del juicio ejecutivo, y sin ella los deudores se burlarán siempre de sus acreedores y de la autoridad” Teniendo como finalidad el hacer que el acreedor obtenga en el menor tiempo posible y sin las dilaciones que imponen los juicios ordinarios, el cobro de sus créditos que constan de manera fehaciente, es que hace su aparición en las legislaciones modernas el procedimiento llamado juicio ejecutivo.3 3 HUMBERTO TOMASINO. El Juicio ejecutivo en la Legislación Salvadoreña. Página 16. CAPÍTULO II I. PROCEDIMIENTO PARA LA EJECUCIÓN DE EMBARGOS DE BIENES MUEBLES E INMUEBLES EN EL JUICIO EJECUTIVO CIVIL. 1. Clasificación de los procesos. Ciertas circunstancias, como son la naturaleza del órgano que interviene, la existencia o inexistencia de un conflicto entre partes, la finalidad que se persigue mediante la pretensión que se origina, la forma en que se halla estructurado, etcétera, constituyen variantes que, dentro de aquella unidad conceptual, autorizan a formular distintas clasificaciones del proceso. Según la naturaleza del órgano interviniente, el proceso puede ser judicial o arbitral. El primero, a su vez, puede dividirse en contencioso o voluntario, según tenga por objeto, respectivamente, la resolución de un conflicto o el otorgamiento de autenticidad o eficacia a un estado o relación jurídica. El proceso judicial contencioso, a su turno, puede clasificarse de acuerdo con la finalidad de la pretensión que la origina (de declaración, de ejecución y cautelar) y con su estructura (ordinario y especiales).4 El proceso judicial de manera general puede clasificarse atendiendo a su singularidad o universalidad. Según nuestro Código de Procedimientos Civiles divide los juicios en cuanto a la extensión de sus trámites, en Ordinario y extraordinario. Ordinario es aquél en que se conservan en toda su plenitud las solemnidades y trámites de derecho. Extraordinario se dice aquél en que se procede con más brevedad y con trámites más sencillos (Art. 9 Pr.). Los extraordinarios se dividen en ejecutivos, sumarios y verbales (Art. 10 Pr.).5 4 LINO ENRIQUE PALACIO. Ob. Cit. Página 75. 2. Clasificación de los procesos de ejecución atendiendo a la finalidad de su pretensión. a) Ejecución de sentencias, y b) Juicios ejecutivos. El proceso de ejecución tiene por finalidad hacer efectiva la sanción impuesta por una anterior sentencia de condena que, como tal, impone al vencido la realización u omisión de un acto, cuando éste no es voluntariamente realizado u omitido por aquél. Este tipo de proceso, sin embargo, puede agotar en forma autónoma el cometido de la función judicial. Es el caso de los títulos ejecutivos extrajudiciales, a los cuales la ley les asigna efectos equivalente a los de una sentencia de condena, regulando, para hacerlos efectivos, un proceso sustancialmente similar al de ejecución de sentencias.6 3. Juicio Ejecutivo. Según Manresa y Navarro por juicio ejecutivo debemos entender: “El procedimiento que se emplea a instancia de un acreedor contra su deudor moroso para exigirle breve y sumariamente el pago de la cantidad líquida que le debe de plazo vencido y en virtud de documento indubitado”. En nuestra legislación: “Juicio Ejecutivo es aquel en que un acreedor con título legal, persigue a su deudor moroso, o en el que se pide el cumplimiento de una obligación por instrumentos que según la ley tienen fuerza bastante para el efecto” (Art. 586 Pr.). Al decir la Ley que por medio del Juicio Ejecutivo se persigue al deudor moroso, está indicando que se trata de una obligación de dar o hacer, que no 5 6 Ver esquema de Clasificación de los Procesos en Anexos. LINO ENRIQUE PALACIO. Ob. Cit. Página 77. ha sido cumplida por el que, en virtud de un acto voluntario suyo, se había obligado a dar o hacer una cosa en determinado plazo o al cumplirse una condición, salvo que la ley, en casos especiales, exija el requerimiento del deudor para constituirlo en mora, como en el caso del depósito en el que la obligación de guardar la cosa dura hasta que el depositante la pida. Como la mora solo tiene lugar si la obligación es positiva, no se puede aplicar este artículo cuando la obligación es de no hacer, en las cuales no se presenta la mora sino el incumplimiento de lo pactado, que se resuelve en indemnización de perjuicios si no puede deshacerse lo hecho. Al hacer referencia la ley a que por medio del juicio ejecutivo se pide el cumplimiento de una obligación con instrumentos que según la ley tienen fuerza bastante para ello, se está refiriendo a las obligaciones cuyo nacimiento no depende de la voluntad del obligado y, por el contrario, en muchos casos la obligación nace aún en contra de su voluntad, como sucede en el caso de las sentencias definitivas condenatorias dictadas contra deudores que se han opuesto por todos los medios a su alcance a las pretensiones del actor. Puede nacer también la obligación perseguible ejecutivamente, como consecuencia de un acto soberano del Estado, que en virtud del derecho que tiene a exigir de los ciudadanos el pago de contribuciones, para el logro de sus fines, determina administrativamente y en cumplimiento de una ley anterior que así lo ordena, la cuantía con que cada súbdito debe ayudar para determinado fin.7 4. Instrumentos que traen aparejada ejecución. Los instrumentos que traen aparejada ejecución pertenecen a cuatro clases: 1ª.- Los instrumentos públicos. 2ª.- Los instrumentos auténticos. 3ª.- Reconocimientos. 4ª.- La sentencia (art. 587 Pr.). 7 HUMBERTO TOMASINO. Ob. Cit. Página 23. Acerca de los casos de instrumentos ejecutivos que la ley contempla desde el Art. 588 al 591 Pr., y en relación con la voluntad de la persona obligada tenemos: 1º- Documentos en los cuales se hace caso omiso de la voluntad de dicha persona, es decir, que son ejecutivos aun contra su voluntad; y 2º- Documentos cuya fuerza ejecutiva descansa en la voluntad manifiesta de la persona obligada. Entre los primeros tenemos, las ejecutorias de las sentencias, las planillas de costas visadas según el Nº 2º del Art. 589 Pr. , y todos los otros casos que se refiere el Art. 591 Pr., con excepción del Nº 5º de dicho artículo que se refiere a certificaciones del juicio de conciliación. Con respecto a todos esos casos hay que hacer notar, sin embargo que el elemento “voluntad” del agente obligado aparece lejano y tácitamente representado en la forma contractual que nace de la litis contestación (eso, en los casos de los Nros. 1 y 2 del Art. 591 Pr., y Nº 2 del Art. 589 Pr.) o en la consecuencia natural del contrato de depósito o de otros semejantes (para los casos de los Nros. 3º y 4° del Art. 591 Pr.) – Se exceptúa el N° 5 del Art. 591 Pr., porque, aunque le ley pone entre los casos de sentencia, su contenido es más bien contractual y el elemento “voluntad” aparece expresamente contenido en el acuerdo a que se pudo llegar en el juicio conciliatorio. Ajeno todavía más a todo elemento voluntario del agente obligado y comprendido naturalmente así en el primer número de la división que hemos hecho, están los del N° 1 del Art. 589 Pr., y las contenidas en varias leyes especiales que conceden fuerza ejecutiva a determinados atestados de cobro. La obligación de pagar contribuciones, derechos, impuestos, tasas, etc., es decir, de todas esas cantidades que constituyen renta fiscal o de determinados organismos, no descansa en manera alguna en la voluntad de la persona obligada, sino en el imperativo de la ley. Por naturaleza especial de esas obligaciones y por el carácter del Estado y de los organismos semejantes que necesitan vivir de sus rentas, sin que sea posible que pueda postergarse la satisfacción de necesidades generales, cuadra más la forma de cobro gubernativo a las deudas dichas que el cobro en la forma ejecutiva. Sin embargo, por razón de que el cobro no siempre es posible por la vía de apremio personal y que, más bien, tiene que hacerse efectivo sobre bienes del deudor, la Administración Pública tropieza con la dificultad de que no puede hacerse pago sino es teniendo presente el precepto constitucional de “que nadie puede ser privado de su propiedad sin ser antes oído y vencido en juicio”. De ahí nace la necesidad de dar al aviso de la Tesorería General o de Administradores para el cobro de toda renta fiscal, acompañado del documento en que consta la obligación o de certificación de la partida del Libro respectivo u otros atestados semejantes, el carácter de ejecutivo. Lo que se dice con respecto a renta fiscal es extensivo a la renta municipal, con relación a la cual tienen fuerza ejecutiva las certificaciones del Libro respectivo, extendidas por el Alcalde Municipal al pie del informe del Tenedor de Libros, de conformidad con el decreto Legislativo de 5 de septiembre de 1923 y es extensivo también a las rentas de otras instituciones autónomas acerca de las cuales hay disposiciones especiales que dan el carácter ejecutivo a la documentación apropiada del caso. A la segunda categoría o sea la de documentos cuya fuerza ejecutiva depende de la voluntad de la persona obligada, pertenecen todos los comprendidos en el Art. 588 y en el 590 Pr., con respecto a los cuales su contenido es de predominancia contractual ya sea por obligación común o por obligación mercantil. De esas disposiciones, únicamente la que está indicada con el N° 2 del Art. 588 Pr., no es contractual. No obstante, la eficacia ejecutiva de las obligaciones contenidas en esa disposición, nace de la voluntad de la persona obligada: esa voluntad está representada en el escrito judicial de aceptación de herencia, pues la persona que acepte una herencia sabe que toma sobre si todas sus cargas, sin perjuicio naturalmente, del beneficio de inventario. En los documentos de la categoría últimamente mencionada está invívito el pactum executivum, que principió por requerirse que fuera expreso y que hoy se entiende que está tácitamente en los documentos expresados. 5. Modo de proceder en el juicio ejecutivo. a) Presentación de la demanda. El artículo 593 inc. 1º Pr., establece que “todo portador legítimo de un título que según la ley tenga fuerza ejecutiva” puede ejercitar la acción ejecutiva. El portador legítimo de un título ejecutivo es el dueño actual del crédito que garantiza dicho título, ya sea que la obligación se haya contraído directamente con él, o que haya llegado a su dominio por cualquier acto lícito que le confiere el derecho de exigir el cumplimiento de la obligación contraída por el deudor obligado. El portador legítimo debe dirigir su acción contra el responsable o sus sucesores o representantes. Para Escriche “responsable es el que está obligado a responder o satisfacer por algún cargo; y el que ha salido por garante o fiador de otros”. Cuando se demanda ejecutivamente una cantidad, ésta debe ser líquida; es decir, ha de expresarse cuánto se ha pagado por cuenta de la obligación (Art. 593 inc. 2º Pr.). b) Admisión de la demanda. El juez al recibir la demanda ejecutiva, debe, ante todo, examinar: a) Si el actor es legítimo portador del documento, y b) si el documento, base de la acción, es de los títulos a los que la ley concede fuerza ejecutiva (Art. 594 inc. 1º Pr.). c) Embargo. Si para el criterio del juez, el ejecutante es portador legítimo del documento que contiene la obligación reclamada y además, dicho documento tiene fuerza ejecutiva, ordenará incontinenti la agregación del documento sin citación contraria, decretará el embargo de los bienes del demandado y librará el mandamiento respectivo, designando al ejecutor de embargos que debe hacer la traba (Art. 594 inc. 1º Pr.). d) emplazamiento. En el juicio ejecutivo, la notificación del decreto de embargo hecha al ejecutado, equivale al emplazamiento; de esta manera el demandado, puede comparecer a manifestar su defensa (Art. 595 inc. 1º Pr.). e) Contestación de la demanda. Si el demandado al contestar la demanda niega la acción que deduce el actor, se entabla de una vez la controversia; si afirma o no comparece dentro del plazo fijado, entonces se declara rebelde al ejecutado y se pronuncia sentencia accediendo a lo pedido por el actor (Art. 595 Pr.). f) Apertura a prueba. La ley autoriza al demandado al contestar la demanda plantear, contra el progreso de la pretensión ejecutiva, excepciones dilatorias y perentorias; si lo hace, se abre el juicio a prueba por ocho días con todos cargos (Art. 595 y 596Pr.). Mientras que en los demás juicios las excepciones dilatorias se deben de alegar de una vez todas, dentro del término para contestar la demanda, pues las que se propusieran en otra forma o fuera de dicho término, serán rechazadas de oficio; y las perentorias pueden alegarse en cualquier estado del juicio y en cualquiera de las instancias, en el ejecutivo, para que puedan prosperar deben alegarse dentro de los ocho días, y no antes ni después. g) Pronunciamiento de la sentencia. Concluido el término de prueba debe el juez pronunciar sentencia, cuya parte resolutiva debe ser ordenando que se siga adelante la ejecución, según los casos, o absolver al demandado, todo de acuerdo con las pruebas que se hubieren producido. 6. Medidas Cautelares Reales. Se entiende por medidas cautelares reales aquellas que afectan a bienes en general, tanto corporales como incorporales protegiéndose la integridad del mismo por su actual poseedor o mero tenedor, entre ellas: el secuestro de bienes muebles, la anotación preventiva, el embargo preventivo de bienes muebles, el depósito judicial, y el inventario de bienes. a) Secuestro de bienes muebles. En ésta medida convergen los tres presupuestos necesarios siendo estos: el fumus boni iuris y el periculum in mora, y la necesidad de prestar caución por parte del solicitante. Esta medida cautelar es desarrollada ampliamente por la legislación, junto al embargo preventivo de bienes. Entre los casos de procedencia del secuestro de bienes, la ley procesal señala los siguientes: a) en la reivindicación de un bien mueble ante el tenor del posible deterioro del bien en poder del poseedor; b) cuando el deudor pretenda sustraer o enajenar todo o mayor parte de sus bienes; c) cuando el futuro demandado sea un extranjero no domiciliado en el país; d) contra el tercero adquirente de buena fe de un bien sobre el cual se ejerce la acción reivindicatoria. La adopción de esta media cautelar se realiza sin audiencia a la parte contraria, en procesos declarativos, todo lo anterior de acuerdo a los artículos comprendidos del 143 al 147 Pr., como un acto previo a la demanda. b) Anotación preventiva. Consiste en la medida cautelar que se adopta como acto previo al proceso declarativo, o bien en el mismo proceso ya constituido que afecta bienes inmuebles, restringiéndose su tráfico inmobiliario. La anotación preventiva como acto previo su vigencia o validez a favor del solicitante se restringe a ocho días para presentar su demanda luego que es acordada judicialmente, caso contrario la medida puede ser revocada a solicitud del afectado, art. 151 Pr., asimismo los casos de procedencia donde tienen lugar son los mismos mencionados para el secuestro preventivo de bienes. Los casos de procedencia de la anotación preventiva una vez constituido el proceso civil se amplían respecto a los casos permitidos como acto previo; y se encuentra regulada impropiamente en la ley sustantiva, específicamente en el artículo 719 del Código Civil; y procede sobre bienes inmuebles, en procesos civiles tanto declarativos como de ejecución cuya pretensión gire en torno a los siguientes aspectos: a) a la disputa de la propiedad; b) la constitución de cualquier derecho real; c) la declaratoria de nulidad de un instrumento relativo al dominio; d) la cancelación de una inscripción en el registro de la Propiedad; e) el otorgamiento ejecutivo de un instrumento para la constitución de un derecho real. El efecto principal de la anotación preventiva decretada tanto en acto previo como durante el proceso civil es anular enajenaciones realizadas sobre el bien inmueble por causa de objeto ilícito, de conformidad al Art. 1335 ordinal 3º. Con relación al 1552 inciso 1º C., siempre que la transferencia fuere posterior a la adopción de la medida. De acuerdo a los efectos otorgados por la ley a la inscripción de la anotación preventiva en el Registro competente, se agrega otro distinto al ya mencionado, siendo la prohibición inscribir cualquier clase de instrumento que contenga un título de transferencia de dominio. Es preciso agregar que la anotación preventiva, no es efecto del embargo, por el contrario constituye una media cautelar autónoma. En consecuencia el artículo 719 ordinal 3º. C., permite que para evitar la transferencia de un inmueble, lo conducente es hablar de una anotación preventiva de acuerdo a lo comentado en la anotación preventiva y no de un embargo propiamente dicho. Como muy bien señala la doctrina procesal, esta medida cautelar objeto de estudio presupone la existencia de un crédito, cuyo pago se ha reclamado judicialmente. 7. Procedimiento para la traba del embargo en bienes inmuebles en el Registro de la Propiedad Raíz e Hipoteca. a) Constituirse el Ejecutor de Embargo, el Secretario de Actuaciones y el Depositario Judicial que haya sido nombrado; al lugar donde se encuentra ubicado el inmueble a embargar. b) Establecer las medidas y los colindantes del inmueble (descripción técnica). c) Establecer las mejoras presentes del inmueble. d) Levantar el acta la cual es firmada por: el Ejecutor del Embargo, el Secretario de Actuaciones, el Depositario Judicial y cualquiera de las partes si estuviera presente. e) Las diligencias realizadas son llevadas al Registro de la Propiedad Raíz e Hipotecas de la jurisdicción donde está ubicado el inmueble para su respectiva inscripción. f) Si el inmueble a embargar se encontrara ubicado fuera de la jurisdicción del Juzgado que libró el mandamiento, las diligencias deben ir acompañadas del pase correspondiente. g) Una vez inscrito el embargo, se retiran las diligencias del Registro de la Propiedad Raíz e Hipotecas y se devuelven las diligencias al Juzgado de origen. 8. Procedimiento para la traba del embargo de vehículos automotores en SERTRACEN. a) El Ejecutor de Embargos, el Secretario de Actuaciones, el Depositario Judicial, el Acreedor (si quisiera), y la Fuerza Pública se constituyen al lugar donde está el automotor a embargar. b) Ya verificada la propiedad del automotor, se procede a hacer del conocimiento al deudor el motivo de la presencia y se procede al secuestro del automotor entregándolo inmediatamente al depositario judicial. c) Seguidamente se levanta el acta haciendo constar lo actuado, firmándola el Ejecutor de embargo, el Secretario de Actuaciones, el Depositario y las partes que estuvieren presentes. d) Las diligencias son llevadas a SERTRACEN a las cuales se les anexa el Asiento de Matrícula proporcionado por SERTRACEN, para su debida inscripción. e) Una vez inscrito el embargo en SERTRACEN se retiran las diligencias y se devuelven al Juzgado de origen. 9. Procedimiento para la traba del embargo en bienes muebles. a) El Ejecutor de Embargos, el Secretario de Actuaciones, el Depositario Judicial, el Acreedor (si quisiera), y la Fuerza Pública se constituyen al lugar donde están ubicados los bienes muebles a embargar. b) Hacer del conocimiento al deudor el motivo de la diligencia. c) Que haya un mayor de edad presente en la vivienda. d) Levantar inventario de las cosas a embargar. e) Hacer entrega material al depositario. f) Levantar el acta en donde se haga constar lo actuado. g) Firmar el acta: el Ejecutor de Embargos, el Secretario de Actuaciones, el Depositario Judicial y las partes que estuvieren presentes. h) Devolver el mandamiento diligenciado al juzgado de origen. I. DEL EMBARGO. 1. Concepto y finalidad. El auto por el cual se despacha la ejecución, y como ya es sabido, ha de establecer la cantidad exacta ya líquida, por la cual se ordena la ejecución y que representa la responsabilidad del ejecutado con el fin de que éste cumpla con la misma. Cuando el ejecutado no hace frente a ella, en las ejecuciones dinerarias se ha de proceder a poner en marcha una actividad, llamada embargo, que está dirigida a satisfacer al acreedor de sus créditos en contra de la voluntad del deudor y por medio de los bienes que posee este último. El embargo es un conjunto de operaciones que tienen como fin el de allegar al proceso todos los bienes del deudor de contenido económico que sean necesarios y suficientes para la satisfacción del derecho de crédito del acreedor, operaciones que van desde la previa determinación de cuáles sean tales y concretos bienes suficientes y hasta la entrega efectiva de los mismos o su realización para convertirlos en dinero. En efecto, si lo que se embarga es dinero, no cabe duda de que no habrá que realizar actividad alguna posterior salvo su entrega el ejecutante, ya que la deuda quedará plenamente satisfecha con su recepción. Si, por el contrario, se trata de otro tipo de bienes, sean muebles o inmuebles, el embargo, la traba o sujeción que el mismo significa a una ejecución determinada, continuará mediante su realización, su conversión en dinero, a través de los mecanismos que la Ley prevé, sean su venta en las formas autorizadas por la norma, sea su entrega al ejecutante para que lo administre y se aproveche de los frutos que de él deriven etc. En resumen, pues, el embargo viene constituido por toda la actividad procesal que tiende a sujetar bienes y derechos del deudor con el fin de su posterior entrega o realización para lograr con ello la satisfacción del derecho del ejecutante. Pero, y en tanto el despacho de ejecución concreta una deuda de forma líquida y exacta, el embargo ha de ser adecuado a la responsabilidad que de dicho título dimana. Por ello el embargo ha de regirse por los principios de suficiencia e individualización de bienes. No es posible, por tanto, que resulte embargada la totalidad del patrimonio del deudor, siendo necesario que se traben únicamente los bienes que resulten suficientes y adecuados al fin de resarcir al acreedor de sus derechos, lo que ciertamente se hará, naturalmente, atendiendo tanto a la facilidad de la enajenación del bien de modo que no se traben bienes de difícil realización, cuanto a la menor onerosidad de la venta para el ejecutado. No obstante, y no sea posible embargar bienes de valor superior a la responsabilidad, ello no estará prohibido en los casos en que el ejecutado sólo posea bienes que tengan tal valor superior, ya que si ello no se admitiera, la ejecución no podría llevarse adelante. De igual manera, el embargo ha de recaer en bienes determinados, no siendo posible que se haga respecto de aquellos que lo sean desconocidos. Salvo el que se trabe sobre depósitos bancarios y saldos favorables que podrá ser indeterminado y en relación con los que hipotéticamente se tengan, es nulo todo embargo que recaiga sobre bienes cuya efectiva existencia no conste. El embargo, por último, y ello es hoy una opinión sumida sin reservas, no priva al deudor de la titularidad sobre el bien o derecho objeto del mismo mientras no se produzca, claro está, la entrega del bien a otra persona mediante los diversos sistemas de realización que la ley prevé. Tampoco el embargo supone restringir el poder de disposición que el deudor tiene sobre los bienes así sujetos a la ejecución. El ejecutado puede, desde luego, enajenar los bienes trabados, sin que ello suponga perjuicio alguno para el derecho que corresponda a la persona a cuyo favor se ha hecho la anotación de embargo; el embargo, pues, lo que tiende es a lograr la inmunidad del acreedor frente a los actos de disposición del deudor, de manera que dicho bien siempre, y cualquiera que sea el acto jurídico al que se someta y el titular nuevo del mismo, quedará afecto a la ejecución en la que se trabó.8 En la legislación salvadoreña, en el Código de Procedimientos Civiles, que en adelante llamaremos Pr., es en el artículo 612 que se determina al embargo como “el secuestro de bienes” porque con él se pone a disposición de los tribunales los bienes propios del deudor suficientes para cubrir la cantidad que se demanda. En este mismo artículo se establece que es el juez de la causa quien debe librar el mandamiento de embargo y es el ejecutor de embargos o, en su defecto, un juez de paz quienes debidamente autorizados llevarán a cabo la diligencia de embargo. 2. Naturaleza Jurídica. a) Es un proceso cautelar. Gran parte de la doctrina define el embargo como acto de tipo procesal, incluso nuestro maestro Jaime Guasp, pero en realidad si lo observamos detenidamente, el embargo constituye algo más que un simple acto para su realización. Así tenemos que el embargo constituye un proceso y por qué no decirlo, el proceso cautelar patrimonial tipo, es decir es este el que marca la pauta en todas las legislaciones. Son varios los actos que se requieren para configurar el embargo: acción de embargo (petición), decisión, ejecución, contradicción, etc. Por ello afirmamos que estamos frente a la realización total del proceso cautelar. 8 JOSÉ MARÍA ASENCIO MELLADO. Derecho Procesal Civil Parte Segunda. Páginas 59 y 60. b) Es de tipo patrimonial. Los derechos patrimoniales hacen parte de los derechos subjetivos, al lado de los derechos de la personalidad o humanos, y los derechos familiares “como su nombre lo indica, son aquellos que se relacionan con el patrimonio económico de la persona. Tienen por fin la satisfacción de las necesidades materiales de la persona, mediante la explotación de las cosas del comercio. La doctrina más corriente afirma que el carácter esencial de los derechos patrimoniales es el de ser avaluados en dinero, el hacer referencia la medida común de todos los valores”; los estudios de Derecho Civil entre uno y los otros en que los segundos no se encuentren en el comercio humano, es decir jamás podrán relacionarse con el dinero. Además de lo anterior puede afirmarse que una de las particularidades de los derechos patrimoniales es la de poderse transferir o transmitir en vida o por causa de muerte lo mismo que sufrir modificaciones al arbitrio de su titular. Los derechos patrimoniales han sido clasificados en: derechos universales, entre ellos: hereditarios, sociales y gananciales; así las cosas, el embargo puede recaer sobre cualquier derecho patrimonial de los antes enumerados. c) Impide jurídicamente la disponibilidad de bienes. Siendo el embargo cautelar una medida de tipo patrimonial que recae sobre bienes y derechos, estos se ven afectados en su disponibilidad ya que están vinculados a las resultas del proceso en que se ha decretado y practicado. La disponibilidad alcanza a cualquier acto de enajenación o gravamen de los bienes. La disponibilidad única permitida es la que realizará el juez a nombre del demandado y para la ejecución de la futura sentencia. 3. Objeto del embargo. Hay que hacer referencia a una serie de bienes que la Ley considera que no son susceptibles de embargo por razones varias y que van desde consideraciones estrictamente públicas por estar tales bienes dispuestos al cumplimiento de un servicio público, hasta otras de naturaleza social, como sucede con ciertos elementos privados que se entienden están ordenados a la vida familiar y que razones humanitarias imponen restringir cara a un proceso de ejecución. Algo que debe valorarse positivamente, son los casos en que determinados bienes no están sujetos a embargo, distinguiendo tres supuestos diferentes: a) Bienes absolutamente inembargables. Se establecen cuatro grupos de bienes a los que considera absolutamente inembargables por diversas causas, de modo que nunca podrán quedar sujetos a la ejecución. Ello supone, desde luego, que no puedan quedar trabados otros bienes que el deudor tenga y que sean de distinta naturaleza, de manera que, excluidos los que aquí se determinan, será posible trabar los demás, siendo así que, si no existen, no cabe duda de que será el acreedor el que verá reducidas sus posibilidades efectivas de ver satisfecho su derecho; − Los bienes que hayan sido declarados inalienables. Se trata de bienes que no pueden ser embargados sencillamente porque no se pueden enajenar, y que son bienes esencialmente destinados al servicio público o comunal. − Los bienes destinados al uso público, tales como playas, caminos etc. − Los que pertenecen privativamente al Estado, sin ser de uso común, pero que se encuentran destinados a algún servicio público o al fomento de la riqueza nacional. − Los bienes de uso público de las comunidades Autónomas, las provincias y los municipios. Los bienes privados que la Ley igualmente declara inalienables en determinados preceptos y que son básicamente tres: los derechos de uso y habitación, los derechos de arrendamiento en los casos en que la Ley Prohíbe la enajenación, lo que sucede siempre salvo el derecho de traspaso de local de negocio, y el derecho a alimentos. Conforme a nuestro Código Civil en el artículo 1488 incisos 3 y 4, se establece que no son embargables los bienes que forman parte del patrimonio del Estado y que entran en esta clasificación. Siempre en el mismo artículo en el ordinal 8º C., hace mención a que los derechos cuyo ejercicio es enteramente personal, como el de uso y habitación, no son embargables. − Los derechos accesorios que no sean alienables con independencia del principal. Se trata de bienes que en sí mismos y por estar unidos de forma indisoluble a otros, no pueden ser enajenados con independencia de estos últimos. Ejemplos: es el de las partes comunes en la propiedad horizontal y la servidumbre. − Los Bienes que carezcan, por sí solos, de contenido patrimonial. Es evidente que si la finalidad del embargo es la realización económica de un bien, no han de resultar embargables aquellos bienes o derechos que no tengan valor económico y que por tanto no puedan ser realizados o convertidos en dinero. Pertenecen a este grupo todos aquellos derechos inherentes a la personalidad, tales como la vida, la integridad física, la libertad etc. Igualmente, son inembargables los derechos de carácter político, social u honorífico, como por ejemplo la condición de funcionario. No obstante, si como consecuencia de todos estos derechos se produce a favor de su titular una indemnización (por ejemplo por infracción del derecho al honor), las mismas sí podrán ser embargables, dado el contenido económico de la misma.9 − Los bienes expresamente declarados inembargables por alguna disposición legal. 9 JOSÉ MARÍA ASENCIO MELLADO. Ob. Cit. Página 62. Se trata, en este último caso, de supuestos amplísimos y variadísimos en los cuales la Ley, de forma dispersa y por razones no coincidentes, establece la inembargabilidad de determinados bienes. Así, y a título de ejemplo, se pueden citar los bienes del patrimonio del Estado, de las comunidades autónomas o de las entidades locales a los bienes del Patrimonio Nacional.10 b) Bienes inembargables del ejecutado. Se establece una relación de bienes que estima inembargables, con puntos de conexión entre ellos no coincidentes, pero que viene a sancionar límites a la embargabilidad de determinados bienes pertenecientes a distintos sujetos por razones variadas. − Por razones humanitarias y sociales no son embargables el mobiliario o menaje de la casa, las ropas del ejecutado y de su familia, los alimentos, el combustible etc. que son imprescindibles para la subsistencia digna del ejecutado y las personas dependientes de él. Quiere ello decir que podrían ser embargados en caso de que su valor superara el criterio de la subsistencia digna. En el artículo 1488 C., se hace mención a los bienes del ejecutado que no pueden ser objeto de embargo. En nuestra legislación sí se traba embargo sobre el mobiliario de la casa, a excepción del lecho. En cuanto a los alimentos y al combustible, es inembargable lo necesario para el consumo de la familia en un mes, lo que exceda puede ser embargado. − Igualmente por este tipo de razones no son embargables los libros e instrumentos necesarios para el ejercicio de la profesión, arte u oficio. 10 JOSÉ MARÍA ASENCIO MELLADO. Ob. Cit. Página 63 En el artículo 1488 ordinal 3º C., se hace referencia a que los bienes antes mencionados son inembargables, pero si hubieran sido dados en prenda de la obligación reclamada y entonces sí pueden ser objeto de embargo (art. 632 Pr.). − Son también inembargables los bienes sacros y los dedicados al culto de las religiones legalmente registradas, dada en este caso su afectación a un bien que no es privado y que lo es de naturaleza espiritual.11 − Por último, también son inembargables las cantidades que la Ley estipule, así como los bienes que se hayan declarado inembargables en tratados ratificados. 4. Clasificación de los Bienes inmuebles y muebles. − Inmuebles por naturaleza: Son aquellos que no pueden transportase de un lugar a otro, o sea, permanecen inmóviles en el lugar que les asignó la naturaleza. − Inmuebles por adhesión: Son bienes muebles por naturaleza, adheridos permanente y materialmente a un inmueble, incorporados por el propietario o por una persona distinta de él, que por una ficción jurídica del legislador se transforman en bienes inmuebles. − Inmuebles por destinación: Son bienes muebles por naturaleza que, por una ficción jurídica del legislador, se transforman en inmuebles, por estar destinados permanentemente al uso, cultivo, o beneficio de un inmueble. − Inmuebles por el objeto por el cual recae el derecho: Los derechos y acciones se reputan bienes muebles o inmuebles, según lo sea la cosa en que han de ejercerse o que se debe. 11 JOSÉ MARÍA ASENCIO MELLADO. Ob. Cit. Página 63. Conforme al artículo 561 C., se encuentran de la clasificación anterior los bienes inmuebles por naturaleza, por adhesión, y por el objeto por el cual recae el derecho. En el artículo 563 C., se establece que los accesorios de un inmueble y demás objetos destinados inmediatamente al cultivo de una finca, o a las operaciones de un establecimiento industrial, son bienes muebles; pero si son propiedad del dueño del inmueble adquieren la calidad de inmuebles al realizarse cualquier enajenación o traspaso del mismo, incluyéndose entonces en lo que son los bienes inmuebles por destinación. a) Clasificación de los bienes muebles. − Muebles por naturaleza: son los que pueden transportarse de un lugar a otro, bien sea por si mismos (semovientes) o porque una fuerza externa los impulsa (inanimados). − Muebles por destinación: Son las cosas que, siendo inmuebles por adherencia o destinación, por una ficción jurídica del legislador se transforman en muebles con el único y exclusivo fin de constituir un derecho por su dueño a favor de terceros. 5. Modo de proceder en el embargo de bienes inmuebles y muebles en el juicio ejecutivo civil. p) Libramiento del mandamiento y notificación al ejecutor. El juez de la causa que ha librado el mandamiento de embargo y que ha designado a la persona para que lo ejecute, le hará entrega del mismo para que inicie la diligencia encomendada (Art. 614 inc. 1º Pr.). q) Término en que deben iniciarse las diligencias de embargo. La diligencia de embargo debe iniciarse dentro de las veinticuatro horas siguientes, más el término de la distancia, al recibimiento del mandamiento respectivo (Arts. 614 inc. 2º y 211 Pr.). r) Jurisdicción territorial. Las diligencias de embargo, pueden realizarse en toda la república, pero si el embargo debe trabarse fuera de la jurisdicción territorial del juez, debe pedirse autorización al juez de 1ª instancia de la comprensión donde estén situados los bienes (Art. 614 inc. 2º Pr). s) El ejecutor de embargos, debe sujetarse por mandamiento de ley a las siguientes obligaciones. − Pertenencia del demandado (art. 614 inc. 3º Pr.) En principio todos los bienes susceptibles de embargo han de ser de propiedad del sujeto pasivo del mismo, pues no es posible pensar en que los bienes puedan ser de propiedad de terceras personas, no vinculados al proceso ya que sería injusto desde todo punto de vista que el embargo recayera sobre los bienes no pertenecientes al deudor o demandado. Esta idea de pertenencia es traída acertadamente por el maestro Jaime Guasp Delgado, para no confundir la pertenencia con la propiedad, ya que sería una prueba diabólica exigir al demandante que demuestre la propiedad de los bienes por embargar sobre todo para el caso de los bienes muebles o no sujetos al sistema de registro. Tampoco se ha utilizado la expresión “posesión” toda vez que como se verá podría en un momento embargarse derechos que no tienen en posesión sino en tenencia. Tal sería el caso de la explotación económica de una cosa que se tiene no a título de poseedor. − Depósito judicial (art. 614 inc. 3º Pr.) Por depósito judicial se entienden diversas modalidades de aseguramiento de bienes trabados, los cuales tienen en común la entrega o mantenimiento de la cosa embargada en el ejecutante o un tercero, si bien puede ser depositario el propio ejecutado, hasta el momento en que el tribunal ordene al respecto su destino definitivo o en ciertos casos especiales. Si bien se refiere que el depósito judicial como la forma de aseguramiento general y susceptible de aplicación a todo tipo de bienes, sean muebles o inmuebles, lo cierto es que, derechamente, y en un sentido estricto, el depósito constituye un medio adecuado tan solo para garantizar aquellos bienes que son susceptibles de aprehensión física y que, por tanto, pueden eludirse o sustraerse materialmente. Así pueden ser objeto de depósito el dinero, los saldos favorables en cuentas de cualquier clase abiertas en entidades de crédito, ahorro o financieras, bienes muebles o, por último, los títulos valores u objetos valiosos o necesitados de especial protección. El ejecutor de embargos al realizar la traba de embargo respectivo, y con el fin de evitarse responsabilidades y reclamos que le puedan hacer las partes, y para facilitar al juez, la tramitación de la ejecución, debe detallar con toda precisión los bienes que embarga, indicando quien es el depositario y si los bienes se le han entregado o no de manera efectiva y todo lo que hubiere ocurrido durante la práctica del embargo. Deben constar además, las firmas de ejecutor, el depositario, las partes que hubieren concurrido y el secretario. El embargo se efectúa por la entrega real o simbólica de los bienes al depositario, y aún cuando éste los deje en poder del deudor, siempre es responsable de ellos y, por lo tanto, es conveniente, para resguardo suyo, que la entrega, sobre todo cuando se trata de bienes muebles, sea realizada por el ejecutor de embargos, quien, con este objeto, puede reclamar el auxilio de la fuerza pública, para el caso que el deudor se niegue a la entrega (art. 622 Pr.). Para garantizar tanto para las partes como para el futuro dueño de los bienes embargados, es que se obliga al depositario a que rinda fianza si lo solicitara alguna de las partes (art. 623 Pr.). − La devolución del mandamiento de embargo (art. 614 inc. 3º Pr.). El ejecutor debe devolver el mandamiento de embargo a los diez días de habérsele entregado, siempre teniendo en cuenta el término de la distancia. El juez puede, prudencialmente, dar prórroga para su devolución. t) Determinación del patrimonio del deudor. Como ya es sabido, el embargo ha de recaer sobre bienes del deudor, concretos y suficientes para cumplir con lo solicitado. Por tal razón, se impone con carácter previo a toda posterior operación la determinación de los bienes que constituyen el patrimonio del deudor al objeto de hacer efectiva la traba sobre los que cumplan dichas condiciones. Puede suceder que el ejecutante, al tiempo de interponer la demanda ejecutiva, conozca los bienes del ejecutado que sean bastantes para la satisfacción de sus intereses. En tales casos, en la propia demanda ejecutiva los señalará solicitando que se efectúe embargo sobre los mismos. En estos supuestos, el auto despachando ejecución ordenará que se lleve adelante el embargo sin otros actos posteriores. Por el contrario, el ejecutante puede desconocer la existencia de bienes en el patrimonio del ejecutado e incluso sólo tener noticia de algunos que lo sean manifiestamente insuficientes para colmar su derecho.12 Una vez localizados los bienes que integran el patrimonio del deudor, se hace necesario por un lado determinar exactamente cuáles de ellos pertenecen al deudor, ya que en ocasiones en su patrimonio pueden aparecer algunos que 12 JOSÉ MARÍA ASENCIO MELLADO. Ob. Cit. Página 64. pertenecen a terceros y, por otro lado, completar el del deudor con aquellos bienes que se encuentran en poder de terceros o que sencillamente, no ha realizado el deudor aún perteneciendo al mismo. En el artículo 615 inc. 1º Pr., se establece que la designación de los bienes que van a ser embargados puede hacerla el acreedor o el ejecutor de embargos, sin dejar de tomar en cuenta los casos en los que la ley manda a realizar la traba en bienes que no son designados por el acreedor, que son los contemplados en los arts. 616, 654, 655, 656 y 657 Pr. u) La exclusión de bienes de terceros La regla en esta materia, por lógica, consiste en la necesaria exclusión del embargo de todos aquellos bienes que pertenezcan a un tercero, y ello porque trabar bienes de tales sujetos sería equivalente a una actividad inútil posteriormente. Así, y aunque los terceros siempre cuentan con el instrumento de la tercería de dominio para oponerse al embargo de bienes propios, carece de sentido que se traben indiscriminadamente bienes de terceros, y máxime cuando aparezca dicha evidencia o la sospecha fehaciente de ello, ya que cuando menos tal conducta traería consigo retrasos y gastos adicionales superfluos. Tampoco puede pedirse al ejecutado que, al momento del embargo, acredite la propiedad de todos y cada uno de los bienes que están en su poder, ya que ello incidiría en la ineficacia de la ejecución.13 v) La reintegración del patrimonio del deudor. Por último, puede suceder que determinados bienes o derechos del deudor se encuentren en poder de terceros, de modo que ha de procederse a reintegrarlos o hacerlos efectivos a los fines de sobre ellos efectuar el embargo. 13 JOSÉ MARÍA ASENCIO MELLADO. Ob. Cit. Página 67. w) Casos en los que el ejecutor del embargo, debe abstenerse de realizar el embargo. − Cuando al momento de practicarse el embargo de un inmueble que se cree propiedad del deudor, se presente un tercero alegando dominio sobre el bien y oponiéndose al embargo, Art. 615 inciso 2º. Pr. − Cuando el deudor carece de titulo inscrito − Cuando el deudor tiene titulo inscrito, pero la inscripción del tercero que se opone es anterior a la del deudor. − Cuando el deudor teniendo su titulo con inscripción anterior al tercero que se opone, éste se encuentra en posesión del inmueble. x) La prelación de bienes. Una vez que los bienes se han localizado, se hace necesario concretar o determinar los que exactamente, se han de embargar, ya que esta medida recae exclusivamente sobre los que sean suficientes para satisfacer el derecho del acreedor. En el art. 616 Pr., se establece como preferencia para trabar embargo, los bienes que estuvieren hipotecados o empeñados a favor del acreedor. Si el deudor quisiera evitar que se embarguen los bienes que previamente ofreció en garantía, puede ofrecerle otros al acreedor, y si este aceptará se trabará embargo en los últimos. y) Ampliación de la ejecución. − Ampliación de la ejecución durante el desarrollo del juicio y antes de la sentencia. Siempre que se trate de la misma obligación, el acreedor puede solicitar que se amplíe la ejecución, cuando durante el juicio y antes de dictar sentencia, se venza y un nuevo plazo de la obligación. Art. 618 Pr. − Ampliación de la ejecución después de realizada la venta en pública subasta. Si habiéndose realizado la venta en pública subasta de los bienes embargados, no se alcanzará a cubrir la deuda reclamada, puede el acreedor hacer uso del derecho que tiene para perseguir los bienes del ejecutado y si fuera necesario los de los fiadores solicitando se embarguen nuevos bienes por la ejecución. Arts. 646 al 649 Pr. z) Embargo de sueldos y pensiones. La regla es la inembargabilidad de todas las cantidades derivadas de sueldos y pensiones hasta el límite de la cuantía señalada anualmente para el salario mínimo interprofesional. El artículo 619 Pr. Establece que: “En los casos en que el embargo deba trabarse en sueldos, pensiones o salarios, solamente deberá embargarse el 20% de éstos y será nulo el que se practique sobre mayor cantidad, aun cuando sea con el consentimiento del deudor, nulidad que el Juez de la causa deberá declarar de oficio sobre el excedente”.14 Estos límites no son de aplicación a los casos en que la sentencia condene al pago de alimentos derivados de la Ley o de sentencias dictadas con ocasión de la nulidad, la separación o el divorcio. En estos casos es el tribunal el que ha de señalar la cantidad que estime prudentemente en cada situación (Arts. 124 lit. c; y 172 Ley Procesal de Familia ). Cuando el sueldo o pensión sobre el que se traba embargo sea de los que se pagan por el Estado, se procederá librando oficio al pagador respectivo para que éste retenga, a la orden del juzgado, el porcentaje permitido (Art. 626 Pr.); siendo un particular el que paga y se ha nombrado depositario, entonces el 14 Este Art. Esta tácitamente reformado por el Art. 114 del Código de Trabajo en cuanto a los salarios de los trabajadores privados; y por el Decreto Legislativo publicado en el D. O. del 26 de febrero de 1963,en cuanto a los sueldos de los funcionarios y empleados del estado, de los municipios, de las instituciones oficiales autónomas y semiautonómas y del Instituto Salvadoreño del Seguro Social, como también en cuanto a las pensiones de que estén gozando o gocen en el fututo los servidores del Estado o del municipio. pago debe hacerse a éste o en su defecto se pongan a disposición del juzgado correspondiente (Art. 627 Pr.). aa) Embargo en bienes que se encuentren en arrendamiento. El embargo no priva al deudor del dominio que tiene sobre sus bienes, por esta razón si existe un contrato de arrendamiento debe de respetarse; aunque la renta que dicho bien produce puede servir para el pago de la deuda reclamada. Es por eso que en el artículo 620 Pr., se establece que al trabarse embargo sobre el inmueble arrendado, el arrendatario se entenderá con el depositario para efectos de hacerle entrega de la renta acordada y si el contrato vence durante el embargo, deberá hacerle entrega del inmueble. bb) Embargo en bienes hipotecados. − Cuando el acreedor asiste al acto de ejecución del embargo, y el inmueble sobre el cual va a trabar embargo se encuentra hipotecado, este puede decidir si se ejecuta el embargo o se suspende. − Cuando el acreedor no asiste al acto de ejecución del embargo y el inmueble tiene constituida hipoteca, se procederá entonces a la ejecución del embargo. Art. 621 Pr. cc) Venta de bienes embargados, por peligro de deterioro. Si habiéndose embargado bienes muebles o los frutos de bienes inmuebles, éstos corren peligro de deteriorarse, puede el depositario, previa autorización del juez, venderlos (art. 625 Pr.). dd) El reembargo. El reembargo consiste en un embargo que se decreta sobre un bien ya embargado y que afecta a la totalidad del mismo pero que, por ser posterior, queda de alguna manera supeditado al primero. Así, el reembargante adquiere el derecho a percibir el producto que se obtenga de la realización del bien una vez que se haya satisfecho el crédito del primer embargante y de todos los anteriores. Igualmente, puede el reembargante pedir la realización de los bienes aunque no se alcen los embargos anteriores si los derechos de tales acreedores no se ven afectados por el correspondiente a aquel. Tal es el caso de que el bien trabado por todos tenga un valor suficiente para la plena satisfacción de la totalidad de los acreedores. Si el primer a los anteriores embargos se alzan, el reembargante queda en primera posición en el orden del embargo pudiendo solicitar, ya sin supeditación a nadie, la realización de los bienes.15 Conforme al Art. 628 Pr., cuando se hace traba en un bien previamente embargado, no se nombra nuevo depositario, sino que se depositan en el nombrado para el embargo anterior En este caso el Juez que ha ordenado el segundo embargo, remitirá los autos con citación de las partes al primero, quién procederá en todo como en los casos de tercería; pero los acreedores hipotecarios o prendarios tendrán derecho a que la acumulación se haga siempre al juicio promovido por ellos; siguiéndose, cuando haya varias hipotecas sobre un mismo inmueble, el orden de preferencia de éstas. (Art. 628 Pr.). 6. La subasta en bienes muebles e inmuebles. “Cuando el embargo se haya hecho en dinero o en billetes de banco, o en la misma cosa que se reclama, se omitirán los carteles y se verificará el pago después de la sentencia de remate en los casos en que ésta puede ejecutarse. 15 JOSÉ MARÍA ASENCIO MELLADO. Ob. Cit. Página 76. Si se hubiese practicado en sueldos o pensiones consistentes en dinero, se librará orden para que se entregue al acreedor la parte que estuviere devengada y para que se sigan pagando al mismo los sueldos o pensiones sucesivas hasta completar la cantidad de la deuda. Si los bienes embargados consistieren en créditos, a solicitud del acreedor, se le pagará con ellos entregándole los respectivos títulos, y se libará orden a cada uno de los deudores para que entreguen al mismo el importe de su correspondiente deuda, quedándole su derecho a salvo para perseguir los bienes del ejecutado por la cantidad que no le fuere satisfecha. Si el ejecutante no hiciere la solicitud dentro de ocho días, podrán desembargarse los créditos a petición del ejecutado. En la disposición de este inciso no se comprenden los documentos de la deuda pública y cualquier otro al portador, ya sean emitidos por el Gobierno o por sociedades anónimas” (Art. 633 Pr.). En el caso de que la sentencia dictada contra el ejecutado pueda cumplirse, si lo embargado ha sido dinero o billetes de banco, o la misma cosa que se persigue ejecutivamente, el remate sobra y, por lo tanto, no hay necesidad de fijar y publicar carteles, y una vez practicada la liquidación del crédito reclamado, se procede a su pago, entregándose el sobrante, si lo hubiere, al deudor. Si el embargo ha recaído en el veinte por ciento del sueldo, pensión o montepío de que goza el deudor, una vez que la sentencia no se puede cumplir, se libra al depositario o persona encargada de hacer los descuentos, orden para que entregue al acreedor lo que tuviere en su poder en virtud de los descuentos hechos, y como es posible que ya se haya liquidado el crédito16. “Evacuadas las diligencias prevenidas en el artículo 607, el Juez se situará con mesa y recado de escribir a la puerta de su oficina acompañado del Secretario, 16 HUMBERTO TOMASINO. Ob. Cit. Páginas 196 y 197. dos horas antes de la señalada para el remate y se darán pregones anunciándose las posturas que se hicieren” (Art. 634 Pr.). Sabemos que transcurridos quince días después de la tercera publicación en El diario Oficial del cartel que anuncia la venta de los bienes embargados, el juez, previa agregación del diario Oficial respectivo, del informe del Registrador de la Propiedad Raíz en su caso, para saberse si los bienes embargados están inscritos a favor del deudor y no al de otra persona cuyos derechos deban respetarse, por auto en el proceso señala día y hora para la venta de los bienes en pública subasta, y ordena se fijen nuevos carteles y la citación d elas partes y de los que tengan en los bienes a subastarse derechos que exigen respeto. El número de los carteles es el mismo que señala el artículo 606, con excepción del que se publica en el diario oficial, que se omite, y además de contener los datos que indica el artículo antes mencionado, se hace constar en ellos el valor de los bienes, el día y hora señalado para el remate, y éste no se puede llevara cabo mientras no se fijen los carteles y haya constancia de ello en el proceso y de la citación de los interesados.17 “No se admitirá postura por menos de las dos terceras partes del valúo. Tampoco se admitirá la que no sea en dinero de contado si no es con consentimiento del acreedor” (Art. 635 Pr.). El límite de toda postura debe ser, por lo menos, las dos terceras partes del valor de los bienes, ya sea este valor fijado por las partes o por peritos. Las ofertas que hagan los interesados en la compra de los bienes que se estén subastando, deben ser para pagarse al contado y no a plazo, salvo que en este último caso dé su consentimiento el acreedor, pues siendo él el directamente interesado en el cobro de su crédito por medio de la venta de los bienes del ejecutado, perfectamente puede consentir en que el dinero ofrecido por los 17 HUMBERTO TOMASINO. Ob. Cit- Página 198. bienes se entregue por cuotas o en determinado plazo, si a su juicio la persona del comprador le merece crédito.18 “La venta se hará a la hora señalada, en el mejor postor, entendiéndose por tal el que ofreciere mayor cantidad, pero si llegada esa hora aún se hicieren posturas, se continuará admitiendo las que se hagan, hasta que no haya quién mejore la última que se hubiere hecho, después de repetirla el secretario por tres veces, como en las ventas al martillo, pero si el postor no fuere persona conocida y arraigada a juicio del Juez, no se admitirá la postura, a menos que el acreedor consienta en ella, o se presente el dinero en el acto, o se afiance la entrega con persona abonada.” (Art. 636 Pr.). La venta debe hacerse a la hora señalada y se entiende por mejor postor al que ofrece más, al contrario de lo dispuesto por nuestra antigua legislación procesal, la cual consideraba como mejor postor, no al que ofrecía más; sino al que presentaba mejores condiciones, a juicio discrecional del Juez, previa audiencia del acreedor.19 “La diligencia del remate será en acta firmada por el Juez, el comprador, si supiere, las partes que hubieren concurrido y el secretario” (Art. 637 Pr.). En dicha acta se consigan el lugar, día y hora en que se práctica el acto, la circunstancia de haberse leído por el pregonero en altas, claras y pausadas voces el cartel fijado por segunda vez, el cual se inserta integro en el acta. Las veces que se dan los pregones y que personas se presentaron haciendo posturas y el nombre, apellido, profesión, edad, y domicilio del rematario o adjudicatario en su caso, y el grado de parentesco, en caso de haberlo, entre cualquiera de ellos y el dueño de los bienes que se están subastando. Remate, es pues, una forma especial de celebrar un contrato determinado entre una persona y su representante que lo propone, y otra que realiza la mejor puja. 18 19 HUMBERTO TOMASINO. Ob. Cit. Página 199. HUMBERTO TOMASINO. Ob. Cit. Página 200. La venta de los bienes embargados se efectúa siempre en remate, el cual es siempre judicial, público forzoso.20 “Si llegada la hora señalada para el remate no se hubiese presentado ninguna postura admisible, se hará constar así en el acta y continuarán embargados los bienes, los que podrán sacarse nuevamente a remate previo señalamiento de día y hora, cuantas veces lo solicite alguna de las partes. Si se probare sumariamente que los bienes embargados han desmejorado de un modo notable después del valúo, se valorarán de nuevo y se sacarán otra vez al remate sin mas requisitos que los establecidos por el 607.” (Art. 638 Pr.). Puede suceder que en el acta de la subasta no se presenten postores o que los que se presentaren hicieren postura no admisibles, es decir, por lo menos las dos terceras partes del valor de los bienes que se tratan de vender. En estos casos, si el acreedor no pide que se le adjudiquen en pago los bienes embargados, y a petición de cualquiera de las partes se pueden sacar a subasta nuevamente, previo señalamiento de día y hora, y aunque la Ley no lo dice, el de fijación de nuevos carteles, pues la publicidad del remate es un requisito indispensable para poder lograr la concurrencia a él del mayor número de postores. Como puede ocurrir que la falta de postores o de posturas admisibles se deba a que el valor dado por las partes o peritos no corresponde al verdadero valor de los bienes embargados, por haberse éstos desmejorados notablemente, con posterioridad a su valúo: Pidiendo prevenir este desmejoramiento por causas económicas, como sería el caso de que los bienes sufrieran una baja notable en el valor comercial, por causas naturales independientes de la voluntad humana, como en el caso de que el bien embargado fuera raíz y a consecuencia de un terremoto o avenida sufriera graves daños que hicieran 20 HUMBERTO TOMASINO. Ob. Cit. Página 202. disminuir su valor o por acciones del hombre, como cuando, habiendo quedado los bienes en poder del deudor, éste los arruinara maliciosamente con el fin de perjudicar al acreedor. En estos casos, si se prueba sumariamente, dentro del mismo juicio ejecutivo, tal desmejora, se valorarán de nuevo los bienes y se sacarán nuevamente a remate, previa la fijación de nuevos carteles y señalamiento de día y hora. Como la Ley no distingue, el nuevo valúo puede pericial o convencional, si las partes se ponen de acuerdo en rebajar el valor de los bienes, y aunque la Ley no dice cuál debe ser el límite en que deben valuarse los bienes que no fueron subastados por haberse desmejorado, por tratarse de un caso similar al contemplado en el inciso 7º. Del Art. 606 Pr. El nuevo valúo no debe de exceder y se rebajará en lo que exceda de las cuatro quintas partes del anterior valúo.21 “Si no hubiere postores, el ejecutante puede pedir que se le den en pago los bienes embargados por las dos terceras partes del valúo que sirva de base al remate. Puede pedir también que se le entreguen los bienes raíces que no hayan podido rematarse por falta de postores, para hacerse pago con sus frutos o arrendamientos, del principal, intereses y costas” (Art. 639 Pr.) En la gran mayoría de los casos que se ventilan en nuestros Tribunales, los acreedores, en el caso de no haber postores, piden que se les entreguen en pago los bienes embargados, por los dos tercios de su valor, evitándose, en esa forma, más dilaciones y molestias en el cobro de sus créditos. Contempla el 2º. Inciso de este artículo el caso de que el acreedor ejerce el derecho de que se le entreguen los bienes raíces embargados en prenda pretoria o anticresis judicial, la cual se define como el “contrato que consiste en 21 HUMBERTO TOMASINO. Ob. Cit. Páginas 202 y 203. entregar al acreedor, por ministerio del Tribunal y previo inventario solemne, uno o más bienes determinados, para que se pague con sus frutos”.22 “Cuando continúen los bienes en depósito o intervención, se entregarán sus productos o arrendamientos al acreedor hasta que se presente el postor” (Art. 640 Pr.). Actualmente tiene poca aplicación este artículo pues si no hay postores el acreedor casi siempre pide la dación en pago de los bienes embargados por los tercios de su valor. “Señalado el día para el remate se declarará extemporánea cualquiera solicitud del deudor, cuya tramitación haya de impedir o diferir la diligencia, la cual no se suspenderá ni aún por apelación o recusación que interponga el deudor. Hecho el remate, dación en pago o adjudicación, no se admitirá apertura de subasta ni pujas, sean las que fueren” (Art. 641 Pr.). Como la finalidad del juicio ejecutivo es obtener, por medio del remate de los bienes del deudor, el pago de lo que se reclama el acreedor, procurando evitar éste las molestias y embarazos del juicio ordinario, y como el deudor tratará por todos los medios que están a su alcance que no se llegue a esa finalidad, se le rechazarán, una vez señalado el día para el remate, todas las solicitudes que tiendan a prolongar o impedir dicho remate, el cual se llevará a cabo el día señalado, aunque el deudor recuse al Juez que esta conociendo en el juicio o apele de las resoluciones dictadas con posterioridad al señalamiento.23 “El comprador pedirá la aprobación del remate dentro de tercero día, oblando el dinero que hubiere ofrecido de contado para el pago de la deuda, sus intereses y costas. El dinero oblado se pagará a quienes corresponda, con recibo, entregándose los bienes al comprador. 22 23 HUMBERTO TOMASINO. Ob. Cit. Páginas 203 y 204. HUMBERTO TOMASINO. Ob. Cit. Página 206. Para esta entrega, si se tratare de un inmueble, el Juez, a instancia de parte lanzará previamente, sin forma de juicio, al ejecutado, su familia, agentes, dependientes o criados, concediéndoles un breve término prudencialmente, y en caso muy necesario para que desocupen” (Art. 642 Pr.) Como el remate es una venta verificada por medio del Juez, quien conforme al Art. 652 Civil, es considerado como representante legal del deudor, el rematario está obligado a pedir la aprobación, a mas tardar después de haberse llevado a cabo el remate, presentando, para ello, el dinero que ofreció pagar al contado por los bienes, y no como dice la Ley, que para pagar la deuda, intereses y costas, pues la oferta de todo comprador en subasta pública es por los bienes que se están realizando, sin importarle para nada la deuda que se reclama, y es por ello necesario aclarar esta redacción incorrecta de la ley. Es necesario no olvidar que el lanzamiento que permite hacer este artículo, no tiene aplicación cuando los bienes son ocupados por otras personas distintas a las mencionadas en él, tal como un arrendatario, pues entonces el nuevo dueño de los bienes debe de acudir a los medios que las leyes indican para poder obtener la desocupación de sus bienes.24 “Si el rematador omitiere pedir la aprobación del remate en el término señalado, el Juez la dará de oficio, obligando al comprador a cumplir las condiciones del remate, aun con apremio corporal y responsabilidad de costas, daños y perjuicios. En el auto de aprobación ordenará el Juez la tasación de los intereses y costas y el pago de la alcabala si los bienes fueren raíces; y si la venta se hubiere verificado a plazos, mandará también librar orden al rematario para que pague al acreedor la cantidad que importe la deuda, materia del juicio, con arreglo a los términos establecidos en el remate. 24 HUMBERTO TOMASINO. Ob. Cit. Páginas 209 y 210. Si el comprador deja de cumplir cualquiera de las condiciones del remate o de pagar en alguno de los plazos establecidos, el acreedor o el deudor puede pedir que se le obligue al cumplimiento por los medios coactivos de apremio; o que se saquen los bienes subastados a nuevo remate, quedando en este caso responsable el subastador anterior a los daños, perjuicios y costas” (Art. 643 Pr.). Cuando el remate no se apruebe por faltar a sus compromisos el comprador, cualquiera de las partes puede pedir que se saquen los bienes a subasta de nuevo y, en este caso, el juez debe ordenar nuevamente la fijación de carteles y señalar día y hora para el siguiente remate y declarar, al rematario incumplido, responsable de los daños y perjuicios y costas causadas por su informalidad.25 “La certificación del acta de remate y su aprobación, o del auto de adjudicación en su caso, servirá de título de propiedad y posesión al comprador o adjudicatario” (Art. 644 Pr.). El título del adjudicatario lo constituye la certificación de la diligencia que se practica el día señalado para el remate, en la cual se hace constar que no hubo postores, además de la certificación del auto de la adjudicación “Durante el juicio y antes del remate, el Juez podrá, a pedimento de parte o de oficio, levantar en todo o parte el embargo, si constare de los autos que existen en poder del depositario, productos o valores suficientes para el pago de la cantidad demandada, intereses y costas, continuándose el procedimiento hasta su completa liquidación. .Puede también el deudor redimir los bienes ejecutados satisfaciendo la deuda y costas. En este caso se sobreseerá en el procedimiento. Después de celebrado el remate, queda hecha irrevocablemente la venta en favor del comprador. 25 HUMBERTO TOMASINO. Ob. Cit. Página 213. Toda subasta deberá hacerse previo informe del Registrador respectivo, si se tratase de bienes raíces, para saberse si éstos se hallan inscritos a favor de otra persona por derechos reales u otros que deban respetarse, quien será citada en forma, para proceder a la subasta; y en caso de que sea acreedor hipotecario, se cubrirá su crédito con el precio del remate, en el orden de prelación establecido por las leyes sustantivas. El Juez, para los fines indicados, tendrá a la vista el expresado informe, que pedirá a solicitud de parte o de oficio, antes del justiprecio de los bienes embargados, debiendo ser citado el acreedor o acreedores hipotecarios para el valúo y el remate, teniendo intervención de común acuerdo con las partes en el valor que le den o en el nombramiento de peritos; y en su caso se mandará depositar el producto de la subasta para el pago de los créditos hipotecarios. En el informe a que se refiere este artículo, el Registrador deberá manifestar si el inmueble embargado está inscrito en el Registro de la Propiedad a favor del deudor o ejecutado; debiendo el Juez, en caso de no aparecer tal inscripción, decretar de oficio el desembargo de dicho inmueble, bajo pena de nulidad del remate que se verificare contraviniendo a esta disposición y de ser condenado el Juez culpable en las costas, daños y perjuicios que se irrogaren a terceros ” (Art. 645 Pr.). Como el embargo sobre sus bienes no priva al deudor del dominio sobre ellos ni sobre los frutos que producen, perfectamente puede ocurrir que durante la tramitación del juicio existan en poder del depositario valores suficientes para pagar, en su totalidad, la deuda y los accesorios, y entonces el juez de oficio o a petición de parte debe levantar el embargo trabado y dar por terminado el procedimiento, pagando al acreedor la totalidad de su reclamo.26 26 HUMBERTO TOMASINO. Ob. Cit. Página 215. CAPÍTULO III DERECHO COMPARADO. Código de Procedimientos Civiles (Pr.) CAPITULO III DEL EMBARGO (El Salvador). Ley de Enjuiciamiento Civil 1/2000 (LEC), CAPÍTULO III Del embargo de bienes. SECCIÓN 1. ª DE LA TRABA DE LOS BIENES (España). Art. 585 comparado con el Art. 614 inc. 2º Pr. En el artículo 585 de la LEC, se establece que “Despachada la ejecución, se procederá al embargo de bienes conforme a lo dispuesto en la presente Ley, a no ser que el ejecutado consignare la cantidad por la que ésta se hubiere despachado, en cuyo caso se suspenderá el embargo. El ejecutado que no hubiere hecho la consignación antes del embargo podrá efectuarla en cualquier momento posterior, antes de que se resuelva la oposición a la ejecución. En este caso, una vez realizada la consignación, se alzarán lo embargos que se hubiesen trabado”. En relación a este artículo en nuestra legislación, no se establece que pueda detenerse la traba del embargo por medio de la consignación de una determinada cantidad de dinero; en el artículo 614 inc. 2º Pr, se manda a que el ejecutor de embargos realice la diligencia de embargo encomendada, cerciorándose de que los bienes son propios del deudor. Art. 589 LEC En el artículo 589 LEC, establece que puede requerirse del ejecutado manifestación de los bienes que posee y que pueden ser embargados para cubrir la cuantía de la ejecución. Si el ejecutado al realizar la manifestación de sus bienes incluye unos que no sean suyos, excluya propios o no desvele las cargas y gravámenes que sobre ellos pesaren pueden imponérsele multas. Nuestra legislación nada dice al respecto, puesto que la obligación de investigar cuáles son los bienes que posee el ejecutado y que pueden ser embargados corresponde al demandante y al ejecutor de embargos en su caso. Art. 590 LEC comparado con el Art. 615 inc. 3º Pr. En el artículo 590 de la LEC, establece que, a instancia de parte, puede realizarse investigación judicial del patrimonio del ejecutado cuando el ejecutante no pudiera obtenerlos por sí mismo; el tribunal acordará, por providencia, dirigirse a las entidades financieras, organismos y registros públicos y personas físicas y jurídicas que el ejecutante indique, para que faciliten la relación de bienes o derechos del ejecutado de los que tengan constancia. Este artículo se relaciona en el artículo 615 inciso tercero Pr., en donde “el juez de la causa, a solicitud del ejecutante, seguirá información sumaria sobre si hay título registrado a favor del deudor y si está en posesión del inmueble y por qué circunstancia, resolviendo llevar o no, adelante el embargo”. Art. 592 LEC comparado con el Art. 616 Pr. El artículo 592 de la LEC, hace referencia a un orden de embargos que ha de seguir a fin de que se le facilite su enajenación y una menor onerosidad para el ejecutado, embargándose los bienes de la siguiente manera: Dinero o cuentas corrientes, créditos, joyas y objetos de arte, rentas en dinero, intereses, rentas y frutos y bienes inmuebles. En nuestra legislación, no se establece un orden de preferencia, para trabar el embargo; pero en el artículo 616 Pr., se hace referencia que, cuando existen bienes hipotecados o empeñados, se procede contra ellos antes que contra los que no estuvieren. Art. 607 LEC comparado con el Art. 619 Pr. Según el artículo 607 de la Ley LEC, que son imbargables todas las cantidad derivadas de sueldos y pensiones, hasta el límite de la cuantía señalada anualmente para el salario mínimo interprofesional, pero son embargables parcialmente las cuantías que excedan de dicha cantidad en las proporciones que este artículo determina y que van desde un treinta por ciento hasta un noventa por ciento, dependiendo del sueldo devengado. El anterior artículo se relaciona en nuestra legislación, con el artículo 619 Pr., que establece que en los casos en que el embargo deba trabarse en sueldos, pensiones o salarios, solamente deberá embargarse el veinte por ciento de éstos, y será nulo el que se practique sobre mayor cantidad, aún con el consentimiento del deudor. Art. 610 LEC comparado con el Art. 628 Pr. La legislación Española en el Artículo 610 de la LEC, establece que el reembargo consiste en un embargo que se decreta sobre un bien ya embargado y que afecta a la totalidad del mismo, pero que por ser posterior, queda de alguna manera supeditado al primero. Este artículo esta íntimamente relacionado con el artículo 628 Pr., que establece que “si los bienes en que debe hacerse la traba, estuvieren ya embargados por orden de Juez competente, el Juez Ejecutor (Ejecutor de embargo) al hacer el nuevo embargo, depositará dichos bienes en el mismo depositario, haciendo constar en el acta respectiva la circunstancia de estar embargados con anterioridad”, siguiéndose el orden de preferencia de dichos bienes. CONCLUSIÓN Al haber concluido con la elaboración de la presente monografía, en primer lugar tenemos que, actualmente lo que impulsa a las personas a contraer obligaciones, es la necesidad que tienen de satisfacer sus necesidades materiales que no logran ser cumplidas con los frutos que obtienen de sus trabajos. Esta necesidad ha estado siempre presente desde lo que era la sociedad primitiva, claro que los procedimientos para que el acreedor obtenga el cumplimiento de su crédito por parte del deudor cuando ha caído en mora han cambiado. A pesar de ello, instituciones crediticias como los bancos, utilizan medidas de cobro que suelen ser muy humillantes para los que en algún momento han incumplido con sus obligaciones. Pero, de parte de los deudores, se ha creado una manera de evadir el cumplimiento de sus obligaciones, burlan a los acreedores mostrándoles una situación de solvencia al momento de comprometerse con un crédito. Y es así, como los acreedores no ven resueltos prontamente los créditos a su favor, deben en muchas ocasiones esperar largo tiempo a que entre algún bien al patrimonio del deudor para que le pueda ser embargado, en otras ocasiones embargan bienes que ya tienen un embargo previo y de igual manera deben esperar a tener resultados a su favor. Por lo anterior expuesto, consideramos que tanto el deudor como el acreedor deben tomar todas las medidas pertinentes para no verse afectados con lo que acarrea el embargo en el juicio ejecutivo civil. REFERENCIAS. HUMBERTO TOMASINO. El Juicio Ejecutivo en la Legislación Salvadoreña. 1ª. Edición. Editorial Proyecto. San Salvador, El Salvador, C.A. LINO ENRIQUE PALACIO. Manual de Derecho Procesal Civil. Decimoséptima edición actualizada. Buenos Aires: Abeledo Perrot, 2003. 984 p.; 23x16cm. ISBN 950-20-1501-0 JOSÉ MARÍA ASENCIO MELLADO. Derecho Procesal Civil Segunda Parte Ley 1/2000. 2ª Edición. Editorial Tirant To Blanch. Valencia, España 2000. FORTÍN MAGAÑA, FORTÍN. La Acción Ejecutiva. Sus fundamentos y aspectos jurídicos. Corte Suprema de Justicia de El Salvador. Centro de documentación judicial. LUIS VÁSQUEZ LÓPEZ. Constitución. Leyes Civiles y de Familia. 7ª Edición. Editorial Liz. San Salvador, El Salvador. C. A. www.google.com www.csj.gob.sv Clasificación de los procesos. Singulares Judiciales Universales Arbitrales Por su contenido: Contenciosos Voluntarios Por su finalidad: De conocimiento: De ejecución Cautelares Por su estructura Ordinarios Plenario Tipo Especiales Plenarios Rápidos Sumarios Conocimiento fragmentario Conocimiento superficial ACTA DE APROBACIÓN DE MONOGRAFÍA.