Jóvenes pegados al celular GUADALAJARA JALISCO (26/NOV/2013).- La separación del teléfono celular causa angustia, principalmente a mujeres y jóvenes.” Ésa fue la primera conclusión a la que llegó una investigación en proceso de la investigadora del departamento de Políticas Públicas de la UdeG, Esmeralda Correa, sobre el uso del teléfono móvil en jóvenes universitarios del CUCEA de entre 19 y 23 años de edad. El uso de los llamados smartphones es cada vez más común entre los jóvenes El experimento consistió en retirarles los celulares a unos alumnos voluntarios durante una semana. Al final, se corroboró la hipótesis de que los jóvenes se estresan al separarse de su celular y el ejercicio fue percibido como un verdadero desafío para los alumnos. Según Correa, una doctora en ciencias sociales, las mujeres son más vulnerables, pues al quedarse sin celular se sienten inseguras, desprotegidas e inestables. En cambio, los hombres son mucho más adictos a las redes sociales e internet que al celular. Martin Cooper cambió el mundo cuando hizo la primera llamada desde un celular que pesaba un kilogramo hace cuatro décadas en 1973. Desde entonces, ha revolucionado la manera en que nos comunicamos y los medios de comunicación en general. De acuerdo con la más reciente encuesta realizada por Consulta Mitofsky sobre el uso y abuso del celular, “éste se volvió para muchos parte esencial de su vida y acompañante en todo momento”. La encuestadora de Roy Campos subraya que “la telefonía celular ha revolucionado no sólo las comunicaciones si no el estilo de vida de los ciudadanos; su evolución es impresionante y rápidamente superó en cobertura a los teléfonos fijos en el país”. Pablo Hernández tiene 22 años y está por terminar la carrera de derecho. Reconoce estar al pendiente del celular desde que se levanta hasta que vuelve a acostarse. “Se me va el día mandando y recibiendo mensajes, actualizando y monitoreando mis redes sociales, subiendo fotos, viendo videos, publicando, jugando, leyendo, bajando aplicaciones, respondiendo correos, posteando en mi blog, escuchando música, compartiendo recomendaciones en Foursquare y hablando con mis amigos y profesores por WhatsApp”, admite el joven estudiante. “Lo primero que hago al levantarme es checar el clima, revisar mis redes sociales y actualizar mi estatus, luego mi correo electrónico, cuando voy camino a la universidad tomo alguna foto y la publico en Instagram. Después cuando las clases se ponen aburridas prefiero buscar algo que valga la pena en Reeder o Flipboard. Hasta en la universidad es muy útil porque puedo tomar notas y grabar las clases más difíciles”, reconoce Pablo, quien acepta que lo hace por gusto pero también por necesidad. La encuesta de Mitofsky revela algunos hábitos fascinantes sobre el uso del celular, incluyendo que tres de cada cuatro usuarios duermen con el celular a la mano; 69% lo lleva consigo cuando va al cine, 48% cuando va al baño y 35% lo pone sobre la mesa mientras come. Otros lugares sorprendentes en donde la gente usa su smartphone para mandar mensajes incluyen el cine (32%), un salón de clases o sala de conferencias (31%), y uno de cada seis usuarios dijo haber texteado mientras conducía un auto. Al igual que la encuesta Mitofsky, el estudio The 2013 Mobile Consumer Habits en Estados Unidos revela que la gente está utilizando sus teléfonos celulares en lugares o situaciones donde no debería: durante el sexo, al conducir o en la ducha. Phubbing La palabra tiene sus raíces en las palabras en inglés phone (teléfono) y snubbing (menospreciar) y se define como la acción de ignorar a alguien en un encuentro social por atender el teléfono celular. Diversas publicaciones coinciden en que esta práctica comenzó con el auge de los teléfonos inteligentes que dan al usuario la posibilidad de mantenerse conectado todo el tiempo y en todo lugar. Datos a nivel mundial Según un estudio de Intel, el 87% de los jóvenes adultos en Estados Unidos se siente más feliz cuando viaja con su celular. El mismo estudio reveló que los encuestados clasificaron la pérdida de su celular cuando viajan como más estresante que perder el anillo de boda (77% vs. 55%). Unos consejos… Conversa ahora; manda textos o tuitea después. Tómate un día libre de teléfono. Quizás la mejor manera es dejar el teléfono en la mesa de noche todo el día, o pónlo en “modo avión” y disfruta de unas horas felices desconectado. Evita ser un “buscatodo”. En otras palabras, renuncia a los mapas, buscadores y los sitios web de recomendaciones de tanto y tanto, y entrégate a la casualidad, a lo inesperado. ¡Ni los codos ni los teléfonos sobre la mesa! Estudios recientes indican que el sólo dejar el teléfono a la vista durante una cena genera fuertes sentimientos negativos en quienes le rodean. ¿Cómo saber si tienes adicción al celular? Las personas con las que convives te dicen que estás todo el día pegado al teléfono. Tomas el celular sin razón alguna, haces llamadas o mandas mensajes por el simple deseo de hacerlo Aunque estés en tu casa no te separas de tu dispositivo móvil y lo llevas incluso al baño o a la cocina Cuando olvidas tu celular te sientes inquieto y molesto todo el tiempo hasta que vuelves a recuperarlo No puedes evitar estar siempre al pendiente de tu celular para ver si alguien llama o escribe aunque no estés esperando ninguna llamada Llevas siempre contigo un cargador para evitar la frustración de quedarte sin pila