DECLARACION ANTE FEDERATARIO PÚBLICO (AFFIDÁVIT) DE LEANDRO DESPOUY CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS CASO LOPEZ LONE Y OTROS VS. HONDURAS PRESENTA PERICIA Leandro Despouy, perito ofrecido por la defensa de las víctimas, argentino, Documento Nacional de Identidad N° _________, con domicilio legal en calle __________________, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, me presento, bajo la fe de juramento, a fin de brindar informe pericial en el caso " LOPEZ LONE Y OTROS VS HONDURAS", que se tramita ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (en adelante, CORTE).Esta pericia versará, conforme a lo fijado en la Resolución del Presidente de la Corte de 10 de diciembre de 2014, sobre: "las garantías que componen el debido proceso y el principio de legalidad en relación con procedimientos sancionatorios contra jueces y juezas. Asimismo, se referirá a los derechos (libertad de expresión, reunión y asociación), límites y obligaciones de estos funcionarios y su rol en situaciones de ruptura del orden constitucional. Con base en lo anterior, analizará, a la luz de las garantías de alcance universal y regional, los hechos sufridos por las presuntas víctimas del caso y brindará recomendaciones sobre reformas ~1~ legales que deben realizarse en Honduras para lograr la independencia de la justicia y garantizar plenamente los derechos de los jueces y juezas."1 Mi labor se apoya en la formación y experiencia derivadas de mi condición de abogado y jurista especializado en Derechos Humanos, Derecho Humanitario y Derecho Internacional Público, principalmente por mi desempeño en distintos órganos de protección de los Derechos Humanos, tanto en el ámbito de la OEA como de Naciones Unidas. De mi Currículum Vitae subrayo mi desempeño como Relator Especial de la Comisión de Derechos Humanos, luego denominado Consejo de Derechos Humanos, sobre la independencia de los Magistrados y Abogados (periodo 2003 y 2009). Durante doce años fui Relator de la Sub Comisión de Derechos Humanos de la ONU sobre la Situación de los Derechos Humanos de los países bajo Estado de Excepción, mandato que concluyó con el establecimiento de los Estándares Internacionales que regulan la Declaración y Vigencia de los Estados de Excepción. En 1987 presidí la Sub Comisión de Derechos Humanos de ONU. En el mismo año presidí la Primera Conferencia de Estados Parte de la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles Inhumanos o Degradantes. En el 2001 presidí la Comisión de Derechos Humanos de ONU, hoy Consejo de Derechos Humanos. XX 1 Corte IDH. Caso López Lone y otros Vs. Honduras. Resolución del Presidente de la Corte IDH de 10 de diciembre de 2014. Punto resolutivo 1(C)(1). ~2~ CONSIDERACIONES PRELIMINARES 1.1. INDEPENDENCIA JUDICIAL: ESTÁNDAR INTERNACIONAL PARA LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS. La independencia del Poder Judicial y la de sus miembros es un principio fundamental de toda sociedad democrática respetuosa de las instituciones y del Estado de Derecho. La existencia de jueces independientes implica que su ejercicio esté libre de injerencias indebidas de factores externos e internos al Poder Judicial. De los artículos 8 y 25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos se desprende el derecho de acceso a la justicia, con una serie de obligaciones estatales que el Estado debe garantizar a las personas afectadas en sus derechos, como otras garantías que deben brindar para asegurar una actuación independiente al sistema judicial. A la luz del Derecho Internacional, la independencia se debe reflejar en dos dimensiones, una institucional, entendida ésta como el grado de independencia que debe asegurarse a las instituciones que brindan justicia con respecto a otros Poderes del Estado y/o cualquier otro factor externo. Por otro lado, se encuentra la dimensión individual que representan ciertas garantías que debe brindarse a las y los operadores de justicia (es decir, a Jueces, Fiscales, Defensores y Abogados/as). ~3~ Existe consenso universal de que el principio de independencia de Magistrados y operadores de justicia integra la costumbre internacional y los Principios Generales del Derecho reconocidos por la Comunidad Internacional respectivamente, en el sentido del artículo 38, inciso 1) apartado b), del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia. Además esto es lo que con respecto a la independencia del tribunal ha establecido el párrafo primero del artículo 14 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que, como afirmó el Comité de Derechos Humanos en su Observación General Nº 32 es un derecho absoluto que no puede ser objeto de excepción alguna. El principio de la Separación de Poderes, junto con el Estado de Derecho son la clave de una administración de justicia con garantías de independencia, imparcialidad y transparencia. Nótese en este sentido que, en su Observación General Nº 32, el Comité de Derechos Humanos subrayó que toda situación en que las funciones y competencias del Poder Judicial y del Poder Ejecutivo no fueran claramente distinguibles o en la que este último pudiera controlar o dirigir al primero era incompatible con el concepto de un tribunal independiente2. Por consiguiente, el Comité ha expresado preocupación al respecto en varias de sus recomendaciones finales y ha instado a que se establezca una diferenciación clara entre los órganos de las diferentes ramas del poder.3 Dentro de las garantías que debe asegurarse a operadores judiciales desde la faz funcional o individual se encuentran: los procedimientos para la 2 3 CCPR/C/GC/32 (nota a pie de página 1), párr. 19. CCPR/CO/79/GNQ, párr. 7; CCPR/C/79/Add.111, párr. 10; CCPR/C/79/Add.79, párr. 3. ~4~ selección y nombramiento en el cargo; ascenso y sanción; la titularidad e inamovilidad en el cargo; la intangibilidad de sus salarios; libertad de asociación y de expresión; la debida asignación de casos; la seguridad personal; la inmunidad jurídica; la formación académica de los integrantes de las judicaturas.1.2. LAS GARANTÍAS QUE COMPONEN EL DEBIDO PROCESO Y EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD EN RELACIÓN CON PROCEDIMIENTOS SANCIONATORIOS CONTRA JUECES Y JUEZAS. Como se adelantara, una de las garantías que debe brindarse a los integrantes del sistema de justicia desde la faz individual, es la inamovilidad en el cargo, independientemente que el funcionario sea nombrado para toda la carrera judicial o por un periodo limitado. Este principio se mantiene, pero en determinados casos pueden imponerse medidas disciplinarias, que incluyen la suspensión y la separación del cargo. El principio de inamovilidad es una garantía que se les confiere a los operadores judiciales, pero no debe ser tomado como un privilegio, sino como una de las garantías para que el sistema de justicia funcione de manera independiente de toda injerencia, ya que es el área del Estado que juzga las controversias de los ciudadanos, pero también es el sistema que funciona como contrapeso cuando los Poderes del Estado ejercitan el poder de manera abusiva. El Poder Judicial posee la misión final de hacer respetar los derechos humanos. ~5~ Retomando la excepción al principio de inamovilidad que poseen los operadores judiciales, y que puede configurarse en oportunidad que se emplea el mecanismo de separación en el cargo, es necesario para que no se menoscabe las garantías judiciales, que se respeten las garantías del debido proceso legal y principio de legalidad en relación con procedimientos sancionatorios contra jueces y juezas. En este sentido, los Principios Básicos relativos a la Independencia de la Judicatura establecen que “se garantizará la inamovilidad de los jueces, tanto de los nombrados mediante decisión administrativa como de los elegidos, hasta que cumplan la edad para la jubilación forzosa o expire el período para el que hayan sido nombrados o elegidos, cuando existan normas al respecto”.4 Dentro del conjunto de derechos que el ordenamiento jurídico internacional y regional les reconoce a los destinatarios de la administración de justicia, el debido proceso legal es uno de los más importantes. El derecho a la verdad y a una reparación justa depende de la observancia de las garantías que lo constituyen. Inspirado en el artículo 8.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, el debido proceso legal se define como el “derecho de toda persona 4 Aprobados por el VII Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente y confirmados por la Asamblea General en sus Resoluciones 40/32 y 40/146. En igual sentido: artículo 14 del Estatuto del Juez Iberoamericano; artículo 7, apartado b.2, título 3 de Declaración de Principios Mínimos sobre la Independencia de los Poderes Judiciales y de los Jueces en América Latina; Principio 3.1 y 3.2 de los Principios de Burgh House sobre la Independencia de la Judicatura Internacional. ~6~ a ser oída, dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter”, y está amparado y reconocido en un importante número de textos normativos, observaciones, declaraciones internacionales de Derechos Humanos.5 Los Estados pueden establecer los mecanismos de remoción de jueces que consideren apropiados, pero deben cumplir con los Estándares Internacionales y Regionales a que se han obligado mediante la suscripción de los Tratados correspondientes. A la luz del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, en relación a los procedimientos sancionatorios seguidos contra los operadores judiciales, se encuentra la necesidad de dar cumplimiento a los siguientes parámetros y garantías: - El principio de legalidad: Se encuentra reconocido en el artículo 9 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y es un principio que preside la actuación del Estado en ejercicio de su 5 En igual sentido: artículo 10 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; artículo 14 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; artículo 18 de la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familias; artículo 37 de la Convención sobre los Derechos del Niño; principio 17 de los Principios Básicos relativos a la Independencia de la Judicatura; artículo XXVI de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre. ~7~ poder punitivo. Significa que deben existir reglas claras en cuanto a las causales y procedimiento sancionatorio contra el operador judicial, su ausencia puede dar lugar a actuaciones arbitrarias. La ley debe precisar de manera detallada las infracciones que puede dar lugar a la imposición de medidas disciplinarias, incluida su gravedad y el tipo de medida. La exigencia de precisión y claridad de las disposiciones que consagran limitaciones al ejercicio de los Derechos Humanos, están vinculadas con la mayor intensidad de su restricción, en consecuencia en los casos en donde la sanción es la destitución del operador judicial deberá extremarse la aplicación al principio de legalidad previsto en la Convención. - Defensa adecuada: El artículo 8 de la Convención, que consagra el derecho a la defensa adecuada, es un componente del debido proceso. Para entender que ha sido observado es necesario que la persona sometida al proceso sancionatorio pueda defender sus intereses o derechos en forma efectiva y en condición de igualdad con respecto a cualquier justiciable, y que se le informen las acusaciones que se formulan en su contra. La Corte Europea ha indicado que "el juez cuyo cargo está en juego debe tener oportunidad razonable para presentar su caso - incluida su evidencia - en condiciones que no lo coloquen en una situación de ~8~ desventaja sustancial de las autoridades que proceden en contra de él"6. - Motivación: Este principio implica que el Estado debe, a través de sus decisiones, exteriorizar en forma justificada y razonada la conclusión arribada, pues lo contrario sería un sinónimo de sentencia arbitraria. La motivación tiene en los procesos dos efectos. En primer término demostrar a las partes que éstas han sido oídas y, en segundo, proporcionar la posibilidad de criticar la resolución y lograr un nuevo examen cuando son recurridas. Es preciso recordar que la inamovilidad sólo cede cuando es cuestionada la idoneidad del funcionario a través del sistema sancionatorio, y es en la decisión motivada en donde puede verificarse si la conducta del operador judicial ha sido relevante para recibir una determinada condena o sanción. - Derecho a una revisión: Esta garantía está prevista en los Principios Básicos sobre la Independencia de la Magistratura, también en las Directrices sobre la Función de los Fiscales, sin perjuicio de encontrarse en otros ordenamientos de carácter general. La Relatoría Especial para la Independencia de los Magistrados y Abogados de ONU ha sostenido que "[...] todas las decisiones disciplinarias y administrativas que tengan impacto 6 Olújic v. Croacia, 5 de febrero de 2009. ~9~ sobre el estatus de las juezas y jueces y magistradas y magistrados deberían tener la posibilidad de ser revisadas por otro órgano judicial independiente."7. La Corte ha señalado que "[...] para que exista un recurso efectivo no basta con que esté previsto por la constitución o la ley o con que sea formalmente admisible, sino que requiere también que sea realmente idóneo para establecer si se ha incurrido en una violación a los derechos humanos y proveer lo necesario para remediarla" 8. Para que el recurso sea efectivo es necesario que se garantice su rapidez y sencillez. La Corte Interamericana en la sentencia del caso Castillo Petruzzi y otros vs. Perú, de 1999, ha dejado establecido que “[...] para que el Estado cumpla con lo dispuesto en el citado artículo [artículo 25 de la Convención] no basta con que los recursos existan formalmente, sino que [O] deben tener efectividad, es decir, debe brindarse a la persona la posibilidad real de interponer un recurso que sea sencillo y rápido, en los términos del artículo 25 de la Convención”. Sin perjuicio de los principios mencionados, el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas ha expresado su preocupación por el papel preponderante de los Poderes Legislativo y Ejecutivo en la imposición de medidas disciplinarias con respecto a las sanciones contra operadores judiciales.9 El 7 A/HrC/17/30/add. 3 18 de abril de 2011. párr. 14 Corte IDH. Opinión consultiva OC-9/87 del 6 de octubre de 1987. 9 CCPR/CO79/LKA, párr. 16. 8 ~ 10 ~ Juicio Político en particular es un mecanismo en el que los Poderes del Estado, principalmente el Legislativo, intervienen en el Poder Judicial ejerciendo facultades jurisdiccionales sobre los integrantes de las magistraturas. Por ello es que se corre el grave riesgo de que las garantías del debido proceso se vean menoscabadas, lo que afectaría el derecho de los jueces a gozar de estabilidad en el cargo y a ser independientes. Es esencial que los órganos investidos con facultades jurisdiccionales respeten las garantías del debido proceso legal, independientemente de su tradición jurídica, de su derecho interno, y del sistema utilizado para imponer medidas disciplinarias.10 En este sentido, la Corte IDH, en la sentencia del caso Tribunal Constitucional de Perú dictada en 2001, ha sentado jurisprudencia sobre las garantías que deben observarse en los procesos de Juicio Político al establecer que “de conformidad con la separación de los poderes públicos que existe en el Estado de Derecho, si bien la función jurisdiccional compete eminentemente al Poder Judicial, otros órganos o autoridades públicas pueden ejercer funciones del mismo tipo. Es decir, que cuando la Convención se refiere al derecho de toda persona a ser oída por un ‘juez o tribunal competente’ para la ‘determinación de sus derechos’, esta expresión se refiere a cualquier autoridad pública, sea administrativa, legislativa o judicial, que a través de sus resoluciones determine derechos y obligaciones de las personas. Por la razón mencionada, esta Corte considera que cualquier órgano del Estado que ejerza 10 Observación General N° 32 sobre el artículo 14 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, parte 1, párr. 4. ~ 11 ~ funciones de carácter materialmente jurisdiccional tiene la obligación de adoptar resoluciones apegadas a las garantías del debido proceso legal en los términos del artículo 8 de la Convención Americana. [O] En cuanto al ejercicio de las atribuciones del Congreso para llevar a cabo un juicio político, del que derivará la responsabilidad de un funcionario público, la Corte estima necesario recordar que toda persona sujeta a juicio de cualquier naturaleza ante un órgano del Estado deberá contar con la garantía de que dicho órgano sea competente, independiente e imparcial y actúe en los términos del procedimiento legalmente previsto para el conocimiento y la resolución del caso que se le somete”. 3. LOS DERECHOS (LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y ASOCIACIÓN), LÍMITES Y OBLIGACIONES DE ESTOS FUNCIONARIOS Y SU ROL EN SITUACIONES DE RUPTURA DEL ORDEN CONSTITUCIONAL. La libertad de expresión está protegida por el artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y se caracteriza por ser un derecho con dos dimensiones. La individual, entendida como el derecho de cada persona a expresar sus propios pensamientos, ideas e informaciones, y la colectiva, consistente en el derecho de la sociedad a procurar y recibir cualquier información. La libertad de expresión es un derecho de toda persona en condiciones de igualdad y sin discriminación por motivo alguno, esta no puede restringirse a determinada profesión o grupo de personas, incluyendo a los funcionarios públicos, es decir a los operadores de justicia. ~ 12 ~ Según la jurisprudencia interamericana, el ejercicio del derecho a la libertad de expresión por parte de funcionarios públicos tiene ciertas connotaciones. La Corte ha sostenido que la trascendente función democrática de la libertad de expresión exige que, en determinados casos, los funcionarios públicos efectúen pronunciamientos sobre asuntos de interés público en cumplimiento de sus atribuciones legales.11 Los jueces en tanto funcionarios públicos gozan de un amplio derecho a la libertad de expresión el que, además, es necesario para explicar a la sociedad otros aspectos de interés o relevancia. Su restricción sólo se encuentra circunscripta a los casos que se encuentran a su cargo. En consecuencia además de resultar un derecho la libertad de expresión, en muchos casos puede constituir en deber, por ejemplo, en un contexto en donde se esté afectando la democracia, por ser los funcionarios públicos específicamente los operadores judiciales, guardianes de los derechos fundamentales frente a abusos de poder de otros funcionarios públicos u otros grupos de poder.12 Para la Corte IDH, los límites a este derecho se encuentran en: 1) que la limitación al derecho de expresión esté definida en forma precisa y clara a través de una ley formal y material; 2) que la limitación esté orientada al logro de los objetivos autorizados por la Convención Americana sobre Derechos Humanos; 3) que la limitación sea necesaria en una sociedad democrática para el logro de los fines que busca. 11 12 Caso Ríos y otros vs Venezuela. Sentencia del 28 de enero de 2009. Garantías para la independencia de las y los operadores de Justicia. CIDH. 2013. Pág. 75 ~ 13 ~ Con respecto al derecho de asociación de los Magistrados, está reconocido en el artículo 16 de la Convención Americana. Los operadores judiciales poseen este derecho y ha sido reconocido en forma específica en los Principios Básicos relativos a la Independencia de la Judicatura, la que dispone en su punto 9 que "los jueces gozarán del derecho a constituir asociaciones de jueces u otras organizaciones que tengan por objeto representar sus intereses, promover su formación profesional y defender la independencia judicial, así como el derecho a afiliarse a ellas". En el caso de Honduras, en la actualidad se contempla que jueces y juezas tienen derecho a constituir asociaciones que tengan por objeto defender la independencia judicial, representar sus intereses y promover su formación profesional.13 La Corte IDH ha instado a los Estados que prohíban de manera absoluta o ilegítima el ejercicio del derecho a la libertad de asociación a suprimir las normas que impidan su efectivo goce, y asegurar que en general las limitaciones que se imponga a este derecho se ajusten a los Estándares del Derecho Internacional.14 Para la Corte IDH las restricciones a este derecho sólo pueden ser realizadas cuando, además de estar previstas por ley, persigan un fin legítimo y en definitiva, resulten necesarias y proporcionales en una sociedad democrática. 13 Honduras. Ley del Consejo de la Judicatura y de la Carrera Judicial, 28 de diciembre de 2011, artículo 58. 14 Garantías para la independencia de las y los operadores de justicia. CIDH. 2013. Pág. 79. ~ 14 ~ En los casos de ruptura constitucional o Estados de Excepción podemos observar que la regla general es que alguno de los tres poderes -en general el Legislativo- se pronuncia acerca de la legalidad de la declaración realizada por otro Poder -en general el Ejecutivo, y que el Poder Judicial tenga facultades para examinar, en los casos concretos, la legalidad de las medidas que afectan el ejercicio de los Derechos Humanos. En algunos países, por ejemplo, a raíz del examen de un recurso de Hábeas Corpus, el Poder Judicial también puede tener facultad para pronunciarse incluso acerca de la legalidad del Estado de Excepción como tal. Sin embargo, como hemos podido comprobar, desde las desviaciones más leves hasta llegar a las más graves, en todos los casos, y en forma creciente, bajo el Estado de Excepción, el equilibrio de las instituciones se altera, los mecanismos de supervisión se debilitan, llegando incluso a desaparecer. Para evitar este tipo de anomalías y su nefasta repercusión sobre las instituciones, como Relator Especial propuse, como normas tipo con respecto al Estado de Excepción y al Poder Judicial, las siguientes: La legislación deberá estipular que nada de lo que se haga de conformidad con un Estado de Excepción habrá de: I) restar validez a las disposiciones de la Constitución o la Ley Fundamental y de la legislación relativa al nombramiento, al mandato o a los privilegios e inmunidades de los miembros de la judicatura, ni la independencia e imparcialidad del Poder Judicial; ~ 15 ~ II) restringir la jurisdicción de los tribunales, para examinar la compatibilidad de la declaración del Estado de Excepción con las leyes, la Constitución y las obligaciones que impone el Derecho Internacional, y para determinar que dicha declaración es ilegal o inconstitucional, en caso de que haya incompatibilidad; III) restringir la jurisdicción de los tribunales, para examinar la compatibilidad de cualquier medida adoptada por una autoridad pública con la declaración del Estado de Excepción; IV) restringir la jurisdicción de los tribunales, para iniciar actuaciones jurídicas destinadas a hacer respetar o proteger cualesquiera derechos reconocidos por la Constitución o la Ley Fundamental y el Derecho Nacional e Internacional, cuya efectividad no sea afectada por la Declaración de Excepción; V) restringir la jurisdicción de los tribunales, para entender asuntos de carácter penal, incluidos los delitos relacionados con el Estado de Excepción. Como podrá advertirse, frente a un Estado de Excepción no debe restringirse ninguna inmunidad, privilegio o derecho de los operadores judiciales, no puede restringirse incluso la libertad de expresión o la de asociación, por el contrario, los Estados deben asegurar que el operador judicial pueda iniciar actuaciones destinadas a hacer respetar el orden jurídico. 4. ANÁLISIS A LA LUZ DE LAS GARANTÍAS DE ALCANCE UNIVERSAL Y REGIONAL, SOBRE LOS HECHOS SUFRIDOS POR LAS VÍCTIMAS DEL CASO. Contexto histórico y actuación de las víctimas. ~ 16 ~ El 28 de junio de 2009, aproximadamente a las 5:00 (cinco) de la mañana, efectivos militares ingresaron a la residencia presidencial de Honduras, y privaron de la libertad al Presidente Manuel Zelaya, trasladándolo en un avión militar con rumbo a Costa Rica. Posteriormente, el Congreso Nacional sesionó el mismo 28 de junio, dándose lectura a una supuesta carta de renuncia del Presidente Zelaya –hecho desmentido por él mismo– y adoptándose la Disposición Legislativa por la que se ordena separar al señor Zelaya del cargo de Presidente y nombrar al entonces Presidente del Congreso, Roberto Micheletti Bain, como Presidente Interino de la República. Esta situación de gravedad institucional se venía gestionando meses anteriores al 28 de junio de 2009 a raíz de una crisis política entre los Poderes de la República, en el cual se enfrentaron el presidente Manuel Zelaya con el Congreso Nacional, el Tribunal Supremo Electoral de Honduras y la Corte Suprema de Justicia, sobre la legalidad de una cuarta urna, para votar un referéndum para cambiar la Constitución por medio de una Asamblea Constituyente. Según consta en el expediente del caso, ADAN GUILLERMO LOPEZ LONE fue destituido el 16 de junio de 2010 por la Corte Suprema de Justicia de Honduras del cargo de Juez del Tribunal de Sentencia de la Sección Judicial de San Pedro de Sula por "..incumplimiento o violación grave o reiterado de algunos de los deberes, incompatibilidades y conductas establecidas en los capítulos X y XI de la Ley de la Carrera Judicial, al haber participado activamente en la manifestación política realizada a inmediaciones del Aeropuerto de “TONCONTIN” el día cinco (5) de julio del año 2009 y que, ~ 17 ~ según él mismo manifiesta en la audiencia de descargos, a raíz de que las fuerzas militares que se encontraban custodiando la pista aérea abrieron fuego con sus armas de reglamento provocando una estampida humana en la cual, tratando de ponerse a salvo resultó con una fractura en las mesetas tibiales de su pierna izquierda, hecho éste que es discordante con lo que señala el mismo Abogado LOPEZ LONE en el formulario de reclamación para gastos médicos de Seguros Atlántida, en donde dice que el accidente ocurrió cuando iba caminando, tropezó y se golpeó la rodilla y ya no pudo caminar, violando de esta manera el Código de Ética para Funcionarios y Empleados Judiciales que en su artículo 2 dispone que el Magistrado o Juez debe obrar con honestidad, independencia, imparcialidad y ecuanimidad. Consecuentemente su conducta es incompatible con el decoro de su cargo, con los principios éticos y con la normativa legal que rige las actuaciones de los funcionarios judiciales......". Este acuerdo fue confirmado por el Consejo de la Carrera Judicial el 24 de agosto de 2011. Según consta en el expediente del caso, TIRZA DEL CARMEN FLORES LANZA, fue destituida el 4 de junio de 2010 por la Corte Suprema de Justicia de Honduras del cargo de Magistrada de la Corte de Apelaciones de San Pedro de Sula por ".incumplimiento o violación grave o reiterado de alguno de los deberes, incompatibilidades y conductas establecidas en los capítulos X y XI de la Ley de la Carrera Judicial, por: a) Haberse ausentado de su despacho Judicial, el día treinta de junio de 2009, en que se encontraba en ~ 18 ~ la capital de la República, realizando gestiones que no son inherentes a las funciones de su cargo, sin que conste el permiso respectivo.- b) Realizar actividades incompatibles con el desempeño de su cargo, al ejercer actos de procuración en la tramitación de la nulidad presentada en el expediente No. SCO-896-2009, (Acción de Amparo) en fecha 12 de agosto de 2009; c) Señalar las oficinas de la Corte de Apelaciones de San Pedro Sula, siendo el domicilio exclusivo y legal del Poder Judicial, como el lugar para recibir notificaciones, en actuaciones que nada tienen que ver con su función exclusiva de impartir y administrar justicia en forma imparcial; d) Realizar actividades que por su condición de Magistrada, no le son permitidas, al presentarse ante la Fiscalía General de la República, y presentar denuncia contra funcionarios del Estado por la supuesta comisión de delitos.- e) Emitir comentarios sobre actuaciones judiciales de otros órganos jurisdiccionales y la propia Corte Suprema de Justicia; todas estas conductas incompatibles con los principios éticos y con la normativa legal que rige las actuaciones de los funcionarios y empleados judiciales....". Este acuerdo fue confirmado por el Consejo de la Carrera Judicial el 24 de agosto de 2011. Según consta en el expediente del caso, LUIS ALONSO CHEVEZ DE LA ROCHA, fue destituido el 4 de junio de 2010 por la Corte Suprema de Justicia de Honduras del cargo de Juez del Juzgado Especial contra la Violencia Doméstica, departamento del Cortes, por "Oincumplimiento o violación grave de alguno de sus deberes e incurrir en actos que atentan contra la ~ 19 ~ dignidad de la administración de la Justicia, al haber participado en una manifestación en la ciudad de San Pedro Sula, Cortés, el día 12 de Agosto del año 2009, cerca de las instalaciones del monumento a la Madre y el centro de la ciudad, siendo detenido por la Policía Nacional Preventiva por realizar actos de alteración del orden público, siendo liberado mediante un recurso de exhibición personal y haber provocado altercados con otros servidores Judiciales dentro de las instalaciones del Poder Judicial por su posición política respecto a hechos ocurridos en el país....". Revisada la decisión por el Consejo de la Carrera Judicial, el 24 de agosto de 2011 se resolvió declarar con lugar al reclamo de la víctima contra su despido, y no se hizo lugar a la solicitud de reincorporación, disponiendo el pago de una indemnización. En esa oportunidad, el Consejo de la Carrera Judicial sostuvo ".de las pruebas aportadas por el Apoderado reclamado, específicamente la prueba testifical, se demuestra que al Abogado LUIS ALONSO CHÉVEZ DE LA ROCHA, le da vergüenza pertenecer al Poder Judicial y si trabaja en el mismo es por necesidad y ante tales manifestaciones de inconformidad, no es conveniente para ninguna de las partes el sostenimiento de la relación laboral...." Según consta en el expediente del caso, RAMON ENRIQUE MALDONADO, fue destituido el 16 de junio de 2010 por la Corte Suprema de Justicia de Honduras del cargo de Juez del Tribunal de Sentencia de la Sección Judicial de San Pedro de Sula, por "..incumplimiento o violación grave de sus deberes e incurrir en actos que atentan contra la dignidad en la administración de la ~ 20 ~ Justicia, al haber aceptado una invitación a dictar una conferencia en el Auditorio número cuatro de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras del Valle de Sula para profesores, trabajadores y público en general, sobre lo acontecido el 28 de junio del año 2009, actividad que al rebasar el aula propiamente y emitir criterios de valor, se vuelve política y que, conforme con la Constitución de la República, la Ley de la Carrera Judicial, la Ley de Organización y Atribuciones de los Tribunales y el Código de Ética para Funcionarios y Empleados Judiciales está vedada a funcionarios judiciales, quienes deberán abstenerse de participar en actos y externar opiniones de carácter político, privada o públicamente, aunque sean permitidos a los demás ciudadanos; ya que en el marco del derecho de libertad de cátedra, un profesor universitario que también ostente la condición de juez, estaría facultado para discutir y analizar con estudiantes, desde un punto de vista eminentemente jurídico, situaciones de actualidad nacional, pero ese derecho no abarcaría a cualquier otra charla o conferencia dirigida a otro tipo de auditorio, diferente a sus alumnos debidamente registrados ya que precisamente se ve limitado por su condición de juez, quien como tal, debe abstenerse de externar opiniones políticas; actuaciones incompatibles con el decoro del cargo al no rehuir su participación en eventos que puedan traer como consecuencia la alteración del orden público.- Y asimismo porque posteriormente con su conocimiento y autorización fue publicada su opinión en un artículo aparecido en el Diario Tiempo de la ciudad de San ~ 21 ~ Pedro Sula, el día viernes 28 de Agosto del 2009 en la sección “OPINIONES” en el cual aparece identificado como Juez de Sentencia...." El 24 de junio de 2011, el Consejo de la Carrera Judicial resolvió dejar sin valor la destitución, manteniéndolo en el cargo de Juez de Sentencia. Sin embargo, el 24 de marzo de 2014 el Señor Barrios Maldonado fue destituido de sus funciones jurisdiccionales por decisión del Consejo de la Judicatura y de la Carrera Judicial por "... incurrir en las conductas establecidas en el artículo cuatro del Régimen disciplinario aprobado por el (CJCJ), mismas que constituyen faltas graves por: PRIMERO: Haber incurrido en retardo tanto en la celebración de audiencia de individualización de la pena concreta, como dictar sentencia en el juicio 26-06; SEGUNDO: por violación al debido proceso ya que no fueron agregadas las actas del juicio oral y público, ni la de audiencia de individualización de la pena concreta, ya que los jueces como directores del proceso están llamados a velar por la pronta y eficaz administración de justicia penal por tanto al incumplir con sus funciones no observó el debido proceso....". OBSERVACIONES: 1) El contexto que rodeó la remoción de los Jueces López Lone, Chevéz de la Rocha, Barrios Maldonado y de la Magistrada Flores Lanza, es una clara muestra de la delicada situación institucional en la que estaba inmersa Honduras en aquel momento. En ese contexto y mientras me desempeñé como Relator de ONU, condené y censuré el comportamiento del Congreso, que ~ 22 ~ había adoptado decisiones que transgredieron abiertamente la institucionalidad, como así también el rol de la Corte Suprema de Justicia, que participó en el engranaje de disolución del Estado de Derecho al apartarse de las reglas de independencia e imparcialidad que deben caracterizar a dicho órgano. 2) Resulta evidente que el Estado de Honduras no respetó el derecho de libre expresión y de reunión de las víctimas independientemente de su calidad de jueces (art. 13 CADH), que comprende la libertad de difundir información e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección. En el caso concreto, las víctimas eran Jueces. Estos funcionarios públicos gozan de un amplio derecho a la libertad de expresión el cual además es necesario para explicar a la sociedad aspectos de interés o relevantes. Su restricción sólo se encuentra circunscripta a los casos que están a su cargo, y de la lectura de los hechos que se le imputan a las víctimas, en ninguna oportunidad subyace que existiese alguna relación entre los casos judiciales sometidos a su jurisdicción y su proceder en ejercicio de libertades fundamentales de las personas. 3) Las decisiones adoptadas por las autoridades disciplinarias de Honduras, violaron la obligación de respetar las garantías judiciales indispensables y los derechos políticos de las víctimas (artículos 25 y 23 Convención ADH), en oportunidad que sancionaron la voluntad de la Magistrada Tirza Flores de presentar denuncia contra funcionarios del Estado por supuesta comisión de ~ 23 ~ delitos y expresar la situación de ruptura institucional en la que estuvo inmersa el País, de manera pública y judicialmente. Adviértase que la propia Corte IDH ha sostenido que en situaciones de ruptura institucional, los Estados deben asegurar que el operador judicial pueda iniciar actuaciones destinadas a hacer respetar el orden jurídico. 4) En el caso concreto no se respetó el principio de legalidad (artículo 9 Convención ADH), en oportunidad que se sancionó a funcionarios judiciales sin una clara calificación de los hechos ilícitos que se le imputaron. El principio de legalidad implica establecer una clara definición de la conducta incriminada, y sus efectos jurídicos. Adviértase que en las resoluciones de destitución de las víctimas, se invocó como razón y derecho "...incumplimiento o violación grave de alguno de sus deberes e incurrir en actos que atentan contra la dignidad de la administración de la Justicia...", precepto legal que dio lugar a una actuación arbitraria por parte del Estado. 5) Aunque la remoción del Juez Barrios Maldonado en principio no estuvo relacionada con su expresión de ideas como docente, no menos cierto es que al igual que las otras tres víctimas fue sometido a proceso disciplinario por manifestar ideas contrarias a las de la Corte Suprema de Justicia. Finalmente el Señor Barrios Maldonado fue destituido por retardo en la celebración de una audiencia y por un error procesal en otro caso. Sabido es que los errores judiciales o el contenido de la sentencia no pueden constituir causa suficiente para su remoción, salvo que constituyan una causa grave que denote su ~ 24 ~ inhabilidad para ejercer la función jurisdiccional, situación que no se ha visto acreditada en el caso concreto y que en definitiva evidencia el verdadero fin del proceso disciplinario, que era que Barrios Maldonado corriera la misma suerte que las demás víctimas. A modo de conclusión, las circunstancias que rodearon la destitución de los Jueces y la Magistrada ponen de manifiesto la delicada crisis institucional por la que atravesaba Honduras. El mecanismo empleado para removerlos de sus cargos resulta incompatible con el principio de independencia de los jueces que se les debe garantizar a los operadores judiciales, constituye una grave falta a los principios del debido proceso legal y conculca el derecho de los peticionantes a un juicio justo. X 5. RECOMENDACIONES SOBRE REFORMAS LEGALES QUE DEBEN REALIZARSE EN HONDURAS PARA LOGRAR LA INDEPENDENCIA DE LA JUSTICIA Y GARANTIZAR PLENAMENTE LOS DERECHOS DE LOS JUECES Y JUEZAS. a) Revisar y remover las normas que pudieran implicar una discriminación de cualquier tipo contra los operadores judiciales y/o los aspirantes al cargo, intentando disminuir en lo posible cualquier vaguedad terminológica que pueda generar una conducta arbitraria por parte del Estado. ~ 25 ~ b) Adoptar medidas legislativas que fomenten la libertad de expresión y asociación de los operadores judiciales. c) Prever un cuerpo normativo que asegure la vigencia de los derechos fundamentales y las garantías para su ejercicio efectivo durante los Estados de Excepción, preservando el marco institucional del Estado Democrático y de Derecho. A su vez, el Estado debe establecer las sanciones para los actos realizados durante la vigencia del Estado de Excepción y en contrariedad a la Constitución del Estado. Para ello la legislación debe prever en forma expresa la nulidad de dichos actos y las sanciones a las personas que los decidan y ejecuten. d) Garantizar el principio de legalidad en las causales de remoción contra operadores judiciales, describiendo claramente las conductas que pueden dar lugar a infracción y tipo de sanción que se aplicaría. e) Asegurar que todo operador judicial sometido a proceso disciplinario pueda preparar adecuadamente su defensa y que, aun en los casos de sanciones por parte de órganos políticos y/o administrativos, exista la posibilidad de recurrir el fallo en sede judicial ante un Tribunal idóneo e independiente a los efectos de verificar si se han cumplidos las garantías del debido proceso legal. ~ 26 ~