PEACC Población Vulnerable frente a consecuencias del Cambio Climático Micheline Cariño, Lorella Castorena, Mario Monteforte, Aurora Breceda, Rocío Vázquez, Renée Amao Introducción: Si bien el cambio climático (CC) debe ser considerado como un problema real, que nos afecta a todos los seres vivientes y que todos los humanos contribuimos a su generación a través de lo que hacemos y lo que dejamos de hacer, también debemos considerar al CC como una oportunidad. La gravedad de las amenazas del CC nos deben conducir como humanidad al análisis de la historia reciente (los últimos tres siglos) preguntándonos ¿qué hemos hecho y/o dejado de hacer para estar en esa situación tan riesgosa? La respuesta es evidente, hemos errado la ruta, las estrategias y las finalidades del desarrollo. Hemos optado por estilos de vida insustentables ya que abusan del uso de los recursos. Hemos olvidado que vivimos en un planeta único, formado por sistemas interdependientes, y que dependemos de manera absoluta del equilibrio de esos sistemas para nuestra reproducción social y para nuestro pleno desenvolvimiento como seres humanos. Estamos en un momento decisivo para dejar de hacer las cosas de la misma manera, si queremos que se dé el cambio que sabemos tan urgente. Es aún tiempo de mitigar (reducir, evitar, combatir) las causas que provocan la alteración que conocemos con el término genérico de CC. Es también necesario que diseñemos estrategias de adaptación a los cambios que ya no son reversibles y que por el contrario irán acentuándose. Nos encontramos frente a la oportunidad de producir, consumir, vivir, pensar y actuar sustentablemente. Si bien estas oportunidades y necesidades son válidas para todos los actores del CC, lo son aún más para aquellas personas que por diferentes aspectos se les ha considerado grupos, comunidades o poblaciones vulnerables al CC. El IPCC (A.- 2007) define vulnerabilidad como: "el grado de susceptibilidad o de incapacidad de un sistema para afrontar los efectos adversos del cambio climático y, en particular, la variabilidad del clima y los fenómenos extremos. La vulnerabilidad dependerá del carácter, magnitud y rapidez del cambio climático al que esté expuesto un sistema, y de su sensibilidad y capacidad de adaptación". Esta última consiste en la habilidad de un sistema para ajustarse al CC con la finalidad de moderar los daños, aprovechar oportunidades y enfrentar las consecuencias; además es de fundamental importancia ya que es el mecanismo que permite reducir la vulnerabilidad (Tejeda-Martínez y Conde-Álvarez, 2008). Las medidas de adaptación son acciones enfocadas a prevenir la influencia que el CC puede tener en diferentes sectores y sistemas, naturales y humanos. Para establecer estas medidas es indispensable realizar un diagnóstico que permita identificar: ¿quiénes son los vulnerables?, ¿a qué son vulnerables?, ¿porqué son vulnerables? y ¿cuáles son las fuentes de su vulnerabilidad? (Tejeda-Martínez y Conde-Álvarez, 2008). Es indispensable establecer correlaciones entre los procesos que fomentan la vulnerabilidad, para lo cual se debe contar con un esquema integrador (basado en ejes transversales de análisis y no en sectores) que explique la vulnerabilidad a las consecuencias del CC para generar información que pueda ser integrada en un modelo de vulnerabilidad que sustente medidas de adaptación al CC a corto, mediano y largo plazos, de las cuales derivará una estrategia de adaptación. Población vulnerable ante el CC en BCS, PEACC 1 Las proyecciones del IPCC (B.- 2007) consideran a la región de América Latina vulnerable a: la reducción de los recursos hídricos (10-30%), la pérdida de especies en los ecosistemas (20-30%), los decrementos en la productividad agrícola y el aumento del nivel del mar que amenaza a la zona costera. El INE considera que si bien cada entidad tendrá sus características particulares, en general los retos que impone el CC a todo el país son: manejo de recursos hídricos por reducción (sequía) o excedencia (inundaciones), alimentación (reducción de la productividad agrícola y pesquera), salud (enfermedades y estrés térmico), territorio (aumento del nivel del mar provocando erosión de zona e intrusión salina, afectación de asentamientos humanos costeros y de las actividades económicas que ahí se realizan como el turismo), infraestructura, biodiversidad, energía, finanzas y transporte. Para elaborar el diagnóstico de vulnerabilidad de una población y de sus recursos naturales, la metodología recomienda (Marshall et al., 2009; USAID, 2009; Turner, 2003) cubrir los tres criterios principales que determinan el nivel de vulnerabilidad: exposición, sensibilidad y capacidad adaptativa. Partiendo de una perspectiva social (Wongbusarakum y Loper, 2011) estos términos se definen como sigue: Exposición: estado en el cual una comunidad entra en contacto con eventos climáticos o impactos climáticos específicos. Especialmente se consideran áreas de residencia y uso de recursos expuestos a diferentes eventos o impactos climáticos. Sensibilidad: condición en la cual una población puede ser afectada negativamente por cambios en el clima. Es determinada por la relación que individuos, familias o comunidades tienen con los recursos afectados por los eventos climáticos, así como por el grado de dependencia que tienen de estos recursos. Capacidad adaptativa: potencial o capacidad de una comunidad para ajustarse a los impactos del cambio climático. La capacidad adaptativa es compleja y dinámica. Está íntimamente relacionada con el desarrollo social y económico, aunque se halla desigualmente distribuida tanto entre las sociedades como en el seno de éstas. La capacidad de adaptación depende de la base productiva social, en particular de: los bienes de capital naturales y artificiales, las redes y prestaciones sociales, el capital humano y las instituciones, la gobernanza, los ingresos a nivel nacional, la salud y la tecnología. Incluso sociedades de alta capacidad adaptativa siguen siendo vulnerables al CC, a la variabilidad y a los eventos extremos (A.-IPCC, 2007). Considerando las características geográficas y socioeconómicas de Baja California Sur y los antecedentes conceptuales que hemos sintetizado, optamos por una estrategia tripartita para identificar la población vulnerable frente a las consecuencias del CC. 1. Considerando el criterio de exposición y tomando en cuenta las características geográficas de la entidad: su condición de aridez lo enfrenta en su totalidad (población y sectores) al aumento de la sequía y, por lo tanto, al agravamiento de la escasez del agua. debido a la condición casi insular de BCS, así como a la elevada concentración de la población en la zona costera, los asentamientos humanos localizados a 1km de distancia de la costa son vulnerables a diversos riesgos: inundación, destrucción, erosión e intrusión salina. la ubicación de la entidad en la zona de riesgo de huracanes, provoca que en ciertas zonas (las más expuestas y las más pobres) los asentamientos humanos Población vulnerable ante el CC en BCS, PEACC 2 sean vulnerables a inundaciones frente a la ocurrencia de eventos hidrometeorológicos extremos. 2. Considerando el criterio de sensibilidad y tomando en cuenta las características geográficas y socioeconómicas del estado de BCS: Las comunidades rancheras, que forman el sustento de la identidad regional, son vulnerables al CC debido a la elevada dependencia que tienen de la ganadería extensiva y ésta es vulnerable a la desertificación, ya que casi en su totalidad los hatos dependen exclusivamente de los recursos del agostadero. A esta situación de vulnerabilidad frente al CC, se añaden los diversos factores socioeconómicos y demográficos que amenazan la reproducción social y continuidad de la cultura ranchera. Las comunidades pesqueras tradicionales que dependen de la pesca artesanal son vulnerables al CC debido a la directa y exclusiva dependencia que tienen de los recursos pesqueros ribereños. Las modificaciones en el ambiente marino debidas al CC, aunadas a la inercia de la sobrepesca, harán cada vez más vulnerable a la pesca en general y particularmente a la artesanal debido a su menor capacidad productiva. 3. La acumulación de exposición y sensibilidad a la problemática de género, permite identificar un tercer tipo de vulnerabilidad, a la que llamaremos vulnerabilidad acumulada por género. Identificamos que ésta afectará a: Las mujeres que viven en el contexto urbano regional, debido a la feminización de la pobreza, son uno de los grupos sociales vulnerables, por lo que hay que considerar la vulnerabilidad de las áreas urbanas localizadas en zonas de riesgo de inundación cercanas a los arroyos, donde se han emplazado las colonias marginadas de la ciudad de La Paz y la zona urbana de Los Cabos. Las Acuacultoras del Golfo y de la región Pacífico Norte: además de sufrir los problemas inherentes a la discriminación de género, habrán de enfrentar los impactos que el CC tendrá en los recursos marinos, especialmente en las especies sobre las cuales ellas basan su actividad productiva. Las productoras de dulces regionales y queso, es decir las rancheras: además de los problemas inherentes a su condición de género, estas mujeres basan sus ingresos en la venta de productos típicos regionales cuya materia prima proviene de la agricultura y la ganadería que como hemos señalado es vulnerable ante el CC. 4. La capacidad adaptativa de la población sudcaliforniana –en general- dependerá del desarrollo de una cultura de acción climática y de educación para la sustentabilidad. Sin embargo, cabe destacar que respecto a la vulnerabilidad de las comunidades rancheras y pesqueras su capacidad adaptativa depende de la valoración, adecuación y aprovechamiento de su conocimiento tradicional. Estas comunidades han tenido que subsistir en extraordinarias situaciones de aislamiento, falta de apoyo y escasez. De hecho estos grupos se distinguen por haber desarrollado estrategias de adaptación a condiciones inhóspitas y adversas, al hacerlo han construido una cultura de sustentabilidad que les ha permitido subsistir –durante tres siglos en el caso de las comunidades rancheras- e inclusive desarrollar una buena calidad de vida. Población vulnerable ante el CC en BCS, PEACC 3 Sin embargo, su capacidad histórica de adaptación tiene por base el conocimiento del ambiente en el que viven, particularmente el conocimiento del sistema hídrico, ya que es el que les plantea mayores retos. La amplitud y rapidez de los cambios ambientales que impone el CC introduce una variable desconocida para los saberes tradicionales de estas comunidades. Asimismo, la rapidez de la modernización de la economía y la sociedad regionales son situaciones que hasta hace unas cuantas décadas eran ajenas a estas comunidades. Por ello, ante el caos climático y la falta de una planeación adecuada que reconozca la vulnerabilidad acumulada de estos grupos, la eficiencia de la capacidad de adaptación histórica de estas comunidades puede ser insuficiente. En los apartados siguientes discutiremos –a nivel de pre-diagnóstico- los tres criterios de vulnerabilidad ante el CC que enfrenta la población sudcaliforniana con base en un estudio cartográfico y estadístico básico, así como en los resultados de los otros capítulos de este PEACC. Este estudio nos ha permitido identificar lagunas de conocimiento (que esbozaremos al final), así como las acciones a seguir, para poder elaborar en investigaciones posteriores indicadores de vulnerabilidad que den fundamento y refuercen medidas de adaptación y mitigación. 1. Vulnerabilidad de los asentamientos humanos por exposición a: incremento de la sequía, elevación del nivel del mar, ubicación en la costa e inundación por huracanes. 1.1. Vulnerabilidad por sequía y elevación del nivel del mar. A causa de su posición geográfica, BCS es el estado más árido de la República Mexicana, sólo recibe en promedio 200 mm de precipitación -menos de la tercera parte del promedio nacionalmientras que la evaporación potencial (la cantidad máxima que podría evaporarse) es diez veces mayor. Por lo tanto, los acuíferos son la principal fuente de abastecimiento de agua para la mayoría de las actividades económicas y para el uso doméstico. Esta fuente subterránea ya en la actualidad presenta niveles notorios de sobreexplotación, lo que además de constituir una restricción para el desarrollo futuro de la entidad, genera riesgos para el abasto de la población y de los centros de producción. La sobreexplotación de los acuíferos ha ocasionado el abatimiento de los niveles estáticos, provocando ya en algunos de ellos la intrusión de las aguas marinas, lo que agrava la problemática de sobrexplotación y escases. La situación actual puede agravarse al añadirse el riesgo de un incremento de la intrusión salina en los acuíferos debido la elevación del nivel del mar; situación que se ha analizado en el capítulo correspondiente en este documento. A causa de la sequía y la sobrexplotación de los acuíferos, actualmente BCS tiene una escasez crítica de agua, ya que la disponibilidad per cápita al año es menor a 600 m3, siendo que el rango de escasez absoluta inicia con menos de 500 m3. Se prevé que esta situación empeorará ya que la presión sobre el recurso aumentará 80% para 2025. Los modelos climáticos sugieren que el ciclo hidrológico se verá afectado tanto en la distribución de lluvias intensas como en la frecuencia y duración de las sequías (B.-IPCC, 2007). Consecuentemente, la vulnerabilidad por exposición de la población sudcaliforniana provocada Población vulnerable ante el CC en BCS, PEACC 4 por los impactos del CC, se suma a una situación que ya es de alto riesgo. Como se indica en el módulo de Recursos Hídricos de este documento, se pronostica para la península de Baja California disminuciones en la precipitación anual promedio de 5 a 10%, y que en el año 2040 una cuarta parte de la península de Baja California registrará disminuciones en las precipitaciones, mientras que en el resto del territorio aumentarán. En congruencia con la perspectiva de oportunidad frente a la adversidad mencionada al inicio de este capítulo, debemos señalar que la elevada vulnerabilidad en la que se encuentra la población sudcaliforniana frente a la actual escasez crítica del agua que se agravará por el aumento de la sequía y elevación del nivel del mar consecuentes al CC, es impostergable modificar la forma en la que usamos el agua en BCS. Siendo el estado más árido del país, diversas acciones deben ser emprendidas para adaptar nuestras formas de vida y producción a la escasez de agua, pero también debemos mitigar el uso irracional y desmesurado que hasta ahora hemos hecho de un recurso tan escaso como valioso. Sin afán de exhaustividad y a reserva de profundizar la investigación, algunas opciones inmediatas para intervenir ante tan elevada vulnerabilidad se enlistan a continuación: 1. Educar a la población para que sea consciente de la grave situación de escasez de agua; por lo que urge establecer un programa eficiente y generalizado de cultura del agua. 2. Elaborar un programa de gestión del agua en BCS en condiciones de CC. 3. Restringir el uso del agua potable y tratada a las actividades productivas que hagan un uso cuya eficiencia haya sido demostrada y que resulten prioritarias para el bienestar de la sociedad y el desarrollo regional. 4. Debe evitarse de manera inmediata y radical cualquier desperdicio del agua ya sea en su extracción, conducción o empleo. 1.2. Vulnerabilidad de los asentamientos humanos establecidos a 1km de la costa. BCS es el estado de la República Mexicana con mayor longitud de costa, posee 22% del total nacional y sus litorales se extienden a lo largo de 2,230 kilómetros (Gob. de BCS, 2001). Cuenta con tres islas en el océano Pacífico y más de 100 islas e incidentes insulares en el golfo de California. El territorio sudcaliforniano ocupa un poco más de la mitad meridional de la segunda península más larga del mundo, posee un ancho de 43km en la parte más angosta (istmo de La Paz) y 227km en la parte más ancha (península de Vizcaíno). La entidad se separa del continente por un mar de difícil navegación y un vasto desierto, por lo que su situación es prácticamente insular. Población vulnerable ante el CC en BCS, PEACC 5 Mapa 1 La mayor parte de la población sudcaliforniana está asentada en la zona costera y particularmente en los dos municipios que ocupan el sur de la entidad: La Paz y Los Cabos, donde vive 75% de la población sudcaliforniana (tabla 1). La aridez y el abrupto relieve de la península de Baja California, así como el desarrollo del turismo (especialmente el denominado de sol y playa) y -en general- la Población vulnerable ante el CC en BCS, PEACC 6 tercerización de las actividades económicas explican esa desigual distribución de la población. La Paz, capital del estado, se ubica en la bahía que lleva el mismo nombre y a lo largo de la costa meridional, desde Cabo San Lucas hasta San José del Cabo se ubica el llamado corredor de Los Cabos donde se han establecido los principales centros turísticos de la entidad. Es de llamar la atención que en el municipio de Loreto, a pesar de ser el que tiene menor superficie y menor población (sólo 2% de la entidad), la casi totalidad de su población (92%) vive en la zona costera. Esto se debe a su abrupta y característica orografía, en la cual los contrafuertes de la Sierra de la Giganta se aproximan mucho al mar dejando sólo una estrecha planicie costera para el desarrollo de los asentamientos humanos. Tabla 1 Población vulnerable por asentamientos humanos a 1km de la costa Población por municipio ( % del total de BCS) Mulegé Comondú Loreto La Paz Los Cabos BCS 52,743 (10%) 63,830 (3%) 11,839 (2%) 219,596 (43%) 164,162 (32%) 512,170 (100%) Localidades a 1km de la costa Población que vive a 1km de la costa (% municipal de BCS) 52 20 16 99 67 274 17,235 8,330 10,893 7,130 60,312 103,900 % de la población vulnerable en cada municipio (17%) (8%) (10%) (7%) (58%) (100%) 33 13 92 3 37 20 Fuente: Elaborada con base en el Conteo de población y vivienda 2005, INEGI. Considerando las mencionadas características demográficas y geográficas de BCS, la quinta parte de su población se encuentra expuesta a los riesgos inherentes de los asentamientos humanos que se localizan en zona costera. Esta población es vulnerable ante la posibilidad de inundación, destrucción por oleaje, pérdida de suelo costero e intrusión salina. Si observamos esta vulnerabilidad a nivel municipal notamos importantes desigualdades. La gráfica 1 evidencia que la población del municipio de Loreto es la más vulnerable (92%), seguida por la del municipio de Los Cabos (37%) y por la de Mulegé (33%). Solamente 3% de la población del municipio de La Paz es vulnerable por asentamientos humanos ubicados en zona costera, a pesar de ser el más poblado de la entidad (43%). Si analizamos la vulnerabilidad de los asentamientos humanos ubicados en zona costera en relación con la cantidad de población expuesta se debe poner especial atención al municipio de Los Cabos. Si bien el porcentaje de su población expuesta (37%) es mucho menor al de la población loretana (92%), Los Cabos, por ser el segundo municipio más poblado de la entidad, es el que tiene mayor cantidad de población expuesta; más de 60 mil personas son vulnerables a los riesgos que corren los asentamientos humanos que se ubican a 1km de la costa. Esta cantidad de población vulnerable en Los Cabos representa 58% del total de la población sudcaliforniana expuesta (103,900 personas). Gráfica 1 Población vulnerable en asentamientos humanos a 1km de la costa Población vulnerable ante el CC en BCS, PEACC 7 120 100 80 60 % Pob Mpal. 40 20 0 % Pob Costera Vulnerable Evidentemente a este análisis habrá que agregar mayor detalle considerando los factores socioeconómicos que acentúan o atenúan la vulnerabilidad de la población y de los asentamientos humanos, entre los que destacan: el nivel educativo, la pobreza, el tipo de vivienda y la calidad de la infraestructura. También sería conveniente afinar el análisis considerando una escala más fina para poder estudiar la vulnerabilidad de la población ante la elevación del nivel del mar, en cuyo caso es indispensable considerar la pendiente de la zona costera. Este análisis nos permitiría identificar las localidades que se encuentran más expuestas y por lo tanto que son más vulnerables. No obstante, los casos de la población cabeña y loretana, aun en este primer acercamiento, evidencian la urgencia de tomar acciones de adaptación y prevención. Entre éstas deberán considerarse: 1. Tomar en cuenta en la planeación de los asentamientos humanos y en el desarrollo de las actividades económicas la vulnerabilidad que el CC impone a los asentamientos humanos que se encuentran a 1km de la costa (inundación, destrucción, erosión e intrusión salina). 2. En el caso de los asentamientos ya establecidos es necesario evaluar estrategias de abandono, retroceso y protección. 3. Atender de manera prioritaria a la población más vulnerable que habita en esa zona, aportándoles información y alternativas. 4. Evitar la extracción de agua de los acuíferos de estas regiones para no agravar la intrusión salina en ellos. 1.3. Vulnerabilidad de los asentamientos humanos ubicados a 500m de los cauces de los principales arroyos por inundación en caso de eventos de lluvias extremas. Los eventos extremos son fenómenos atmosféricos que alcanzan valores sumamente altos que pueden producir, directa o indirectamente, deterioros materiales de consideración, daños a las personas o alteraciones significativas en la actividad humana en un ámbito espacial determinado. Ejemplo de estos fenómenos son las tormentas, inundaciones, avalanchas, olas u ondas de calor (Tejeda-Martínez y Conde-Álvarez, 2008). BCS es el estado en la costa del Pacífico de la República Mexicana que fue impactado por mayor número de huracanes que tocaron tierra entre 1966 y 2010. De 111 huracanes registrados en ese periodo, 39 (35%) impactaron la entidad (ver capítulo Ciclones Tropicales de este documento). El Población vulnerable ante el CC en BCS, PEACC 8 IPCC considera como muy probable el aumento de la frecuencia de eventos de precipitación intensa en la mayoría de las regiones (A.- 2007). Esta previsión coincide con el incremento en las últimas décadas de la actividad ciclónica en las cuencas del Atlántico norte y del Pacífico noroeste. La percepción de los huracanes en BCS es paradójica, ya que si bien a menudo provocan daños materiales y muy raramente pérdida de vidas humanas, son la principal fuente de recarga de los acuíferos y de humedad del agostadero. Su doble función, dañina y benéfica, nos condujo a limitar la vulnerabilidad por este tipo de eventos extremos, a los asentamientos humanos ubicados a 500m de cada borde de los principales arroyos (Mapa 2); siendo éstas las zonas sujetas a inundación, destrucción por acarreo de materiales y, en algunos casos, deslaves. Mapa 2 Población vulnerable ante el CC en BCS, PEACC 9 Con la finalidad de cuantificar la población vulnerable a los efectos dañinos de los huracanes, identificamos las localidades de cada municipio de la entidad que se ubican en esa zona de riesgo (Tabla 2). Según este criterio, sólo 10% de la población sudcaliforniana es vulnerable a las inundaciones provocadas por los eventos de lluvias extremas. De igual manera que en el caso antes analizado, la vulnerabilidad de la población por inundación de los principales arroyos, acusa una marcada diferencia entre los municipios. En este caso es también la población del municipio de Los Cabos la más vulnerable, ya que 63% de los sudcalifornianos expuestos a este riesgo habitan en asentamientos humanos ubicados a 500m de los principales arroyos cabeños. Población que vive a 500m del cauce de los principales arroyos 14% Mulegé Comondú 8% 2% Loreto 13% 63% La Paz Los Cabos Para evitar el sesgo que podría provocar la concentración demográfica en los municipios del sur de la entidad, debemos considerar los datos de la población vulnerable en relación con la población total en cada municipio (Tabla 2). De esta manera, la población vulnerable de Los Cabos (20%) es casi igual a la de Mulegé (19%). Solamente 7% de la población de los municipios de Loreto y Comondú es vulnerable. La población menos vulnerable a las inundaciones por lluvias extremas es la del municipio de La Paz (3%). Tabla 2 Población vulnerable por inundación Asentamientos humanos a 500m del cauce de los principales arroyos Población por municipio ( % del total de BCS) Mulegé Comondú Loreto La Paz Los Cabos BCS Localidades a 500m del cauce de principales arroyos 52,743 (10%) 63,830 (3%) 11,839 (2%) 219,596 (43%) 164,162 (32%) 512,170 (100%) 273 267 93 477 211 1321 Población que vive a 500m del cauce de principales arroyos (% municipal de BCS) 7,397 4,384 842 6,792 32,633 52,048 % de la población vulnerable a inundación en cada municipio (14%) (8%) (2%) (13%) (63%) (100%) 19 7 7 3 20 10 Fuente: Elaborada con base en el Conteo de población y vivienda 2005, INEGI Población vulnerable ante el CC en BCS, PEACC 10 Más allá del criterio que elegimos para identificar la población vulnerable a la inundación de los arroyos, es importante subrayar que los huracanes extremos (categorías 3 y 4 o aquellos que por su desenvolvimiento aportan súbitas y grandes cantidades de agua) son sumamente peligrosos para la población y provocan enormes daños. Entre éstos destacan: pérdida de los cultivos y de ganado, erosión de los suelos, destrucción de hogares e infraestructura, efectos sobre la salud e incluso pérdida de vidas humanas (A.-IPCC, 2007). BCS cuenta con un sistema eficiente de protección civil y la población tiene cierta cultura de prevención del peligro que imponen los huracanes. Esta situación permite minimizar la vulnerabilidad de la población, sin embargo, no contribuye a disminuir los daños materiales y ambientales que se suscitan por eventos extremos. Ante esta situación las medidas contundentes están en el ámbito de la mitigación del CC, pero también en la adaptación a través de políticas que tomen en cuenta el probable aumento de la frecuencia de eventos de precipitación intensa en la mayoría de las regiones que indica el IPCC (A.- 2007). Entre las medidas de adaptación deberán considerarse: 1. Prohibir el establecimiento de asentamientos humanos y el desarrollo de actividades económicas en las zonas vulnerables a la inundación por lluvias extremas. 2. En el caso de los asentamientos ya establecidos es necesario evaluar estrategias de abandono, retroceso y protección. 3. Atender de manera prioritaria a la población más vulnerable que habita en esa zona reforzando el sistema de protección civil y aportándoles alternativas. 2. Vulnerabilidad por sensibilidad de las comunidades rancheras y pesqueras tradicionales. 2.1. Vulnerabilidad por sensibilidad acumulada de las comunidades rancheras: desertificación y problemática socioeconómica. La desertificación consiste en la degeneración de la tierra en zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, resultante de variaciones climáticas y de actividades humanas, a menudo relacionadas con la agricultura extensiva, el sobre pastoreo y la expansión de zonas urbanas. Es un fenómeno estrechamente ligado a la sequía, y vinculado como causa-efecto con la pobreza, la desigualdad y el deterioro de los recursos y sistemas productivos en las zonas rurales. Por la gravedad de los problemas ambientales y sociales que provoca, la Organización de las Naciones Unidas ha encaminado sus esfuerzos para mitigar la desertificación desde 1977, cuando celebró la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desertificación, en Nairobi. En 1994 proclamó el 17 de junio como el Día Mundial de lucha contra la desertificación y la sequía. Finalmente, en 1996 entró en vigor la Convención de las Naciones Unidas de Lucha Contra la Desertificación (UNCCD por sus siglas en inglés) que constituye el marco legalmente vinculante, suscrito por 192, países para hacer frente a tan grave problema. Las alteraciones hidrometeorológicas del CC, agudizan la problemática socioambiental causada por la desertificación, aunque en diferentes niveles y aspectos según las regiones. Actualmente ésta afecta más de 3,500 millones de hectáreas, en aproximadamente 100 países, así como a 250 millones de personas directamente y a 750 indirectamente. México, por tener una superficie árida y semiárida que ocupa 55% de su territorio, es fuertemente amenazado por la desertificación; se Población vulnerable ante el CC en BCS, PEACC 11 estima que alrededor de 48% de la superficie nacional presenta suelos degradados, siendo la agricultura y el sobrepastoreo las principales causas. La totalidad del territorio de BCS es árido, y como explicamos al principio de este capítulo y en otros capítulos de este documento, la sequía es uno de los mayores problemas que enfrenta. Por haber sido siempre la entidad menos poblada del país, y desde hace unas décadas la que tiene mayor superficie de su territorio bajo algún esquema de protección, la desertificación se encuentra contenida en áreas relativamente delimitadas. Éstas se concentran en los principales valles (Santo Domingo, Vizcaíno, Los Planes, El Carrizal) dónde en la segunda mitad del siglo XX se desarrolló la agricultura extensiva (Cariño et al., 2011). Entre 1950 y 1980, las prioridades de la política federal –reparto agrario, el aumento en la producción de granos y la producción de materias primas para la exportación- fueron la causa de la roturación de 60 mil hectáreas donde la vegetación de los ecosistemas áridos fue substituida por cultivos altamente demandantes en agua, pesticidas y fertilizantes. El fuerte decaimiento del nivel de los mantos freáticos y la escasa rentabilidad de la producción agrícola, conllevó a un proceso de reconversión de cultivos y la mayor parte de esas zonas agrícolas fueron abandonadas (Urciaga, 2008). Esas tierras, carentes de su vegetación nativa y con suelos contaminados y empobrecidos, son ahora presa de la desertificación. Puesto que uno de los capítulos de este documento ha sido dedicado al análisis de la desertificación y la vulnerabilidad que implica a la población y al ambiente sudcalifornianos, en este apartado centraremos el análisis en la vulnerabilidad acumulada por sensibilidad de las comunidades rancheras, que no radican en las zonas más afectadas por la desertificación pero que por su estilo de vida, sus actividades económicas y su situación social vigente deben ser consideradas como un grupo vulnerable al que es necesario otorgar una atención especial. En las zonas áridas, impactadas por la sequía y otras alteraciones del CC, la desertificación afecta cada vez más a la producción agrícola y pecuaria en general. En BCS dicha afectación se acentúa en el caso de la ganadería tradicional, puesto que su manejo extensivo provoca que la mayor parte de los hatos dependan exclusivamente de los recursos del agostadero. Los ganaderos que desempeñan esta actividad en BCS son llamados rancheros y su cultura es reconocida como el fundamento de la identidad cultural regional (Castorena y Breceda, 2008) ya que ocupan un papel pionero y central en el proceso de construcción de este otro México (Jordán, 2005). Los misioneros jesuitas introdujeron a la Antigua California la agricultura y la ganadería, así como familias de rancheros para que se ocuparan del arduo trabajo que implicó la introducción de esas actividades en una región donde eran completamente desconocidas. Desde principios del siglo XVIII, en los albores de la colonización de la península de Baja California, la cultura ranchera se desarrolló con base en una relación dinámica entre el manejo extensivo de la ganadería criolla en las áridas serranías y la hortofruticultura llevada a cabo a pequeña escala en los oasis (Mapa 3). Paulatinamente los rancheros incorporaron algunos indígenas, al emplearles como trabajadores o mediante el matrimonio. Esta convivencia permitió que ciertos elementos de la memoria biocultural (Toledo y Barrera-Bassols, 2009) de los indios fueran incluidos en las estrategias de aprovechamiento del ambiente que permitieron a los rancheros sudcalifornianos adaptarse exitosamente a su hostil tierra de adopción. Población vulnerable ante el CC en BCS, PEACC 12 Mapa 3 El aprovechamiento racional e integral de los recursos bióticos y abióticos fue la base del éxito de la cultura ranchera. En ésta los recursos de vital importancia son el agua y el suelo, para la práctica de la agricultura en los oasis, y la vegetación de las zonas de secano circundantes, empleadas en la alimentación del ganado y para una variedad de usos domésticos. El uso de estos recursos en la cultura ranchera siempre ha sido racional, ya que la subsistencia de esta sociedad depende por completo del manejo sustentable de esos recursos (Cariño, 1996). No obstante, la apertura del territorio peninsular a la agricultura, transformó en oasis los humedales donde se establecieron las misiones y los ranchos. Pese a la importancia alimenticia de la producción agrícola de los oasis, la ganadería ha sido siempre la actividad más importante en el estilo de vida ranchero. Por su carácter extensivo, sólo ocupa a los hombres recios y se lleva a cabo en el agostadero (Martínez Balboa, 1981) donde los hatos se alimentan con base en un sistema que alterna los territorios de pastoreo para evitar la Población vulnerable ante el CC en BCS, PEACC 13 sobreexplotación de la flora silvestre. Este sistema se llama de cambiadero y recuerda el uso del espacio que hacían los indios en sus territorios de recorrido. Los rancheros acompañan a su ganado, vigilan que no se aparten de sus corredores, que haya agua en los abrevaderos y que llegado el momento de la ordeña los hatos regresen al rancho. Las estrategias del modelo de aprovechamiento de los rancheros subsisten en unos cuantos de los más remotos oasis sudcalifornianos. En ellos, en un tiempo largo y lento, se ha consolidado en la mentalidad colectiva una relación hombre/naturaleza que les impone un amoroso respeto vital por el ambiente, del que dependen de manera absoluta para subsistir. Para el desarrollo sudcaliforniano la cultura ranchera es de suma importancia; además de ser el origen de la identidad regional, las estrategias socio ambientales de la cultura ranchera podrían ser empleadas en acciones y políticas cuyo objetivo sea el uso sustentable del suelo y el agua en la región. A pesar de la importancia que para la historia y el futuro sustentable de la región tiene la cultura ranchera, la atención que se ha brindado a las comunidades rancheras no ha trascendido en acciones que efectivamente rescaten una cultura que por múltiples y variadas razones se encuentra amenazada. Entre éstas destaca el decrecimiento demográfico; las dificultades de acceso a servicios y prestaciones sociales; el decremento de sus actividades productivas; su escaso empoderamiento y capacidad de organización para hacerle frente a los retos de las exigencias de la sociedad contemporánea; la falta de atención gubernamental para garantizar el desarrollo integral de las comunidades rancheras; la falta de oportunidades de empleo y de diversificación productiva, así como la incertidumbre en la tenencia de la tierra. En investigaciones recientes hemos demostrado que los hombres y mujeres de rancho conforman un grupo social susceptible de ser considerado como minoría nacional en riesgo debido a su inferioridad numérica respecto al resto de la población nacional y regional, a que poseen rasgos culturales comunes y a que se encuentran en una situación sumamente vulnerable desde el punto de vista social, económico y cultural (Castorena y Breceda, 2008). A esta ya grave situación se añade la problemática ambiental del CC. La desertificación amenaza el sostenimiento de los hatos de las comunidades rancheras y sin ellos, su estilo de vida desaparecerá. La extinción de los rancheros y sus consecuencias deben ser valoradas en un contexto que trasciende el ámbito regional ya que implica la pérdida de un bagaje cultural único que puede orientarnos en la búsqueda de la sostenibilidad de los ecosistemas áridos y semiáridos de México y del continente americano. La atención que los gobiernos brindan al CC es una oportunidad invaluable para que las comunidades rancheras encuentren esperanza en la adversidad. Una política de mitigación y adaptación al CC, que en su diseño considere atender la problemática que afecta a las comunidades rancheras pero también revalorar su extraordinaria y ancestral capacidad de adaptación, sería un escenario conveniente (“gana-gana”) tanto para BCS como para estas comunidades. En esta situación el diálogo de saberes (el mutuo enriquecimiento entre aquellos locales y los científicos) nos parece ser el punto de partida ideal para elaborar estrategias microregionales que permitan plantear, con base en los saberes locales de la cultura ranchera, eficientes medidas de mitigación de la sequía y la desertificación, que promuevan la organización y el empoderamiento comunitario. Población vulnerable ante el CC en BCS, PEACC 14 2.2. Vulnerabilidad por sensibilidad acumulada de las comunidades pesqueras tradicionales: deterioro de los recursos de la pesca ribereña y artesanal y problemática socioeconómica. La gente que vive de la pesca tradicional comunitaria conforma uno de los grupos donde se resienten de manera acentuada los efectos de fenómenos desequilibrantes. Estos pueden ser causados por una o una combinación de numerosas causas: naturales, socioeconómicas, políticas y culturales. Las consecuencias de estos fenómenos deterioran el estado de bienestar de las comunidades pesqueras. Es por lo tanto evidente que a la vulnerabilidad por sensibilidad ante los impactos del CC, se acumulan otro tipo de vulnerabilidades, particularmente las de índole social y económico. La vulnerabilidad socioambiental de las comunidades pesqueras tradicionales proviene de tres causas cuya naturaleza es distinta: 1. Aquellas que provoca y provocará el CC, entre las que se consideran como probables: acidificación de los océanos, cambios periódicos de temperatura, nivel del mar, modificación de la salinidad, e impacto de estos fenómenos en las diferentes especies. Entre las principales variables que afectan a la pesca atribuibles al CC, tenemos que: - Son de alcance geográfico y/o temporal de corto o largo plazo (p.ej., desde mareas rojas y ciclos climáticos como Niño-Niña, Monzones, etc., a situaciones asociadas a cambio climático). - Se originan naturalmente sin control o son provocados (de vertederos, alteración del perfil costero e industrialización del paisaje, al efecto invernadero). - Afectan la zona y/o son interdependientes del recurso pesquero (p.ej. declinación del recurso –a veces incluyendo infestaciones nocivas y/o mortalidad- sobrepesca, pérdida de rentabilidad y competitividad, abandono gradual, etc.). - Tienen historia ambiental acumulada en el o los escenarios considerados (p.ej. estadísticas de las especies comerciales; evolución social, económica, política, cultural, de las comunidades pesqueras y su territorio, etc.). - Se derivan de políticas a escala global que resultan en hot-spots (p.ej. tendencia a modelos de saqueo con planes de desarrollo costero excluyente). 2. La sobreexplotación de las pesquerías disminuye la capacidad de resilencia de algunas especies de las que depende el sustento de las comunidades pesqueras tradicionales. A esta vulnerabilidad ambiental, y de manera marcadamente desigual entre las comunidades pesqueras, se acumulan los efectos de las vulnerabilidades sociales y económicas, entre los que destacan: la pobreza, la falta de educación, la precariedad de la vivienda, la inequidad de género, la desintegración de las cadenas productivas, los abusos de los intermediarios, la corrupción de los agentes gubernamentales y privados, y la precariedad de la infraestructura productiva, entre otras. 3. Los asentamientos humanos de las comunidades pesqueras se ubican en la zona costera, a menudo en la playa misma en precarios campamentos, donde se acumula la vulnerabilidad por exposición que explicamos en el primer apartado de este capítulo. Además, mientras más pobres son estas comunidades y, consecuentemente, la infraestructura de sus viviendas es de menor calidad, su vulnerabilidad se incrementa. Población vulnerable ante el CC en BCS, PEACC 15 Las comunidades pesqueras tradicionales en BCS se encuentran comúnmente asociadas a las Sociedades Cooperativas de Producción Pesquera (SCPP), que ascienden a poco más de 800 unidades registradas en la entidad y se distribuyen en ambas costas, como se muestra en el Mapa 4. Mapa 4 El pescador ribereño sudcaliforniano posee un patrón promedio de equipamiento con el cual practica modalidades de pesca denominada artesanal. Los aperos de pesca son sencillos (línea, chinchorros y trampas) y su radio de acción es limitado. Algunos poseen equipo de buceo (generalmente tipo Hooka), su alcance máximo en condiciones de seguridad es de 30-35m de profundidad. Debido a la disminución en la abundancia de los recursos pesqueros cada vez se alejan más, pasan mayor tiempo en mar y/o se aventuran a extremos, para llenar la cuota que les es autorizada y de la que depende su subsistencia y la de su familia. Por las características geográficas (p.ej. ubicación de los principales centros de población), las comunidades de una y Población vulnerable ante el CC en BCS, PEACC 16 otra costa de la entidad, y dedicadas a uno u otro tipo dominante de pesca presentan distintos tipos de vulnerabilidad por sensibilidad. Entre las SCPP existen comunidades con buenos niveles de calidad de vida, fuerte empoderamiento comunitario, ingresos relativamente elevados, buenos niveles educativos y considerable capital social, como es el caso de los grupos asociados a la FEDECOP en la zona Pacífico. Esta situación contrasta con muchas otras SCPP cuyas características prácticamente son inversas. Las causas de estas desigualdades son múltiples y variadas, en buena medida tienen por base el valor comercial de los productos de la pesca y la historia de su organización, pero lo que es incuestionable es que estas diferencias influyen en la capacidad adaptativa de las comunidades pesqueras tradicionales sudcalifornianas. Como explicamos en la introducción, la capacidad adaptativa es el mecanismo que permite reducir la vulnerabilidad, por lo tanto las comunidades pesqueras de la entidad tienen niveles de vulnerabilidad muy distintos, aunque todas sean vulnerables ante los impactos del CC. Por lo tanto, -amén de realizar un diagnóstico detallado- es indispensable considerar estrategias generales de adaptación al CC que reduzcan la vulnerabilidad de las comunidades pesqueras. Entre éstas la reducción del esfuerzo pesquero y el reordenamiento de las actividades pesqueras deben ser la base de una serie posibles diversas acciones. Entre éstas y, una vez más sin afán de exhaustividad, se puede considerar: 1. Fomentar la acuacultura de variadas especies nativas. 2. Mejorar la competitividad de la producción (romper el círculo vicioso del intermediarismo y la corrupción). 3. Incrementar el valor agregado de la pesca diversificando la producción (artesanías en conchas, producción de perlas, envase, conservas, etc.). 4. Mejorar las condiciones sociales de las comunidades pesqueras. 5. Revalorar y dignificar el trabajo de los y las pescadoras. Entre las estrategias de adaptación y particularmente en el aspecto del reordenamiento de las actividades pesqueras, es de fundamental importancia tomar en cuenta en las decisiones de manejo el conocimiento de los pescadores locales (Berkes & Jolly, 2001). En última instancia son ellos quienes conocen mejor su ambiente, quienes más rápida y precisamente pueden advertir los cambios y las tendencias y, fundamentalmente, quienes son más vulnerables a los impactos que el CC pueda causar en la merma de su fuente de vida (tanto en el sentido económico como en el cultural). Por estas razones se debe considerar la importancia que el diálogo de saberes tiene cada vez más en las políticas públicas y en las estrategias de conservación (Nietschmann, 1992). 3. Vulnerabilidad acumulada por género La acumulación de exposición y sensibilidad a la problemática de género, permite identificar un tercer tipo de vulnerabilidad, a la que llamaremos vulnerabilidad acumulada por género que parte de la idea de que no todos los grupos sociales se encuentran preparados para enfrentar los efectos del cambio climático, ni todos son capaces de generar o participar de las estrategias de adaptación y mitigación. Como decíamos antes, el fenómeno del cambio climático se presenta en múltiples dimensiones de la vida social y una de ellas, está constituida por las relaciones de género. Población vulnerable ante el CC en BCS, PEACC 17 La perspectiva de género es transversal al análisis de la vulnerabilidad social provocada por los efectos del cambio climático y permite identificar las asimetrías y desigualdades para generar procesos de cambio tanto en el plano personal como institucional, con miras a conformar políticas, programas y proyectos con una visión de igualdad y equidad para mujeres y hombres. Como categoría analítica, la noción de género ha sido un instrumento privilegiado del feminismo, así como de otras expresiones políticas de mujeres y hombres que se han preocupado por los ideales de igualdad y justicia. Es una mirada analítica que indaga y explica cómo las sociedades construyen sus reglas, valores, prácticas, procesos y subjetividad, dándole un nuevo sentido a lo que son las mujeres y los hombres, y a las relaciones que se producen entre ambos. Dado este sentido relacional, la perspectiva de género no alude exclusivamente a “asuntos de mujeres”, sino a los procesos sociales y culturales que convierten la diferencia sexual en la base de la desigualdad de género. En términos generales, el uso de la perspectiva de género pretende: ׇDesnaturalizar las explicaciones sobre las diferencias entre mujeres y hombres, basadas en la idealización de los aspectos biológicos y la negación de la influencia social. ׇComprender los procesos a través de los cuales las diferencias biológicas entre los sexos se convierten en desigualdades sociales, que limitan el acceso equitativo de mujeres y hombres a los recursos naturales, económicos, políticos y culturales. ׇIdentificar vías y alternativas para modificar la desigualdad de género y promover la igualdad jurídica y la equidad entre mujeres y hombres. ׇVisibilizar la experiencia de los hombres en su condición de género, contribuyendo a una mirada más integral e histórica de sus necesidades, intereses y contribuciones al cambio social. Esto ayudaría a desplazar la creencia de que son “representantes de toda la humanidad”, para considerarlos en su diversidad y especificidad histórica. Mirar los efectos del cambio climático desde la perspectiva de género, supone el ejercicio de un análisis que contemple cómo las construcciones sociales de género se van articulando con el funcionamiento de la economía, la política, la vida cotidiana, la ecología, la migración y la subjetividad de las personas, para dilucidar los medios a través de los cuales es posible replantear los equilibrios en términos de acceso, uso, control y beneficio de los recursos naturales, sociales, económicos y culturales. La perspectiva de género, permite reconocer que las relaciones entre hombres y mujeres no se dan de forma aislada, sino en interrelación con otras variables de diferenciación, como la clase social, la edad, la condición étnica y etaria, la preferencia sexual y el credo religioso, entre otras. Por tanto, es incorrecto hacer generalizaciones que obvien las especificidades del contexto en que se producen y significan las relaciones de género. La premisa básica del género es la distinción que establece con respecto al sexo. Mientras el sexo alude a las características biológicas con las que nacemos, el género se relaciona con los aspectos sociales que dan contenido y sentido al hecho de ser mujeres y hombres. La desigualdad de género no es por tanto resultado de factores naturales sino sociales, esto es que no hay conductas exclusivas de un sexo, sino procesos sociales que asignan y dan sentido a las diferencias biológicas, por lo que la identidad de las personas y las condiciones a través de las cuales estos procesos se reproducen, pueden y deben cambiar hacia mayores equilibrios y la igualdad de oportunidades. Es así como la noción de género en tanto que categoría analítica, permite comprender una dimensión de la desigualdad e inequidad social imprescindible para enfrentar los retos que impone el cambio climático. El análisis de la vulnerabilidad acumulada por género producida por el Población vulnerable ante el CC en BCS, PEACC 18 cambio climático implica operacionalizar la noción de género en los siguientes niveles y dimensiones: ׇComo categoría de análisis: permite comprender de qué manera las vivencias y necesidades de hombres y mujeres producen vulnerabilidades y capacidades de adaptación diferenciadas; ׇComo herramienta metodológica: visibiliza aspectos de la realidad que suelen relegarse o invisibilizarse en los estudios sobre los efectos sociales del cambio climático que no incorporan los diferentes roles y responsabilidades, los niveles y la participación en la toma de decisiones, las visiones, necesidades e intereses de mujeres y hombres, en contextos socioculturales específicos donde el acceso, uso y control de los recursos derivan en la desigualdad e inequidad en la distribución de oportunidades, derechos y obligaciones entre hombres y mujeres. ׇComo acción política: para promover la equidad de género y reducir la vulnerabilidad de las mujeres ante el cambio climático. Las condiciones de género que hacen de las mujeres uno de los sectores de la población más vulnerables a los efectos del cambio climático son: ׇLas relaciones asimétricas de poder entre hombres y mujeres; ׇLa violencia de género; ׇLa asunción de roles y responsabilidades diferenciadas en razón del género; ׇLa división sexual del trabajo; ׇLa inequidad en el acceso a los recursos; ׇLa reducida participación de las mujeres en la toma de decisiones y en la política (ámbito privado y público); ׇLa excesiva carga de las mujeres en la responsabilidad de la alimentación doméstica; ׇLas limitaciones culturales para moverse del espacio doméstico; ׇEl menor acceso a la información en caso de amenaza; ׇEl acceso limitado a los sistemas de alerta temprana y a pronósticos de variabilidad climática; ׇLa dificultad para participar en procesos de capacitación de prevención de desastres. Según el análisis con perspectiva de género realizado por Salazar Ramírez (2010) a las medidas de adaptación y mitigación del cambio climático propuestas en el Plan Nacional de Cambio Climático (PNCC), las estrategias registradas fomentan el rol tradicional de género de las mujeres a través por ejemplo, de la implementación de las estufas ahorradoras de leña en las comunidades rurales. Los métodos de reducción de emisiones y captura de carbono a menudo están orientados a los propietarios de las tierras, que en general son hombres. No se explora la posibilidad de la intervención de las mujeres en la transición energética para reducir emisiones más allá que en lo que corresponde a la esfera doméstica de las mujeres. Aún cuando se reconoce el papel de las mujeres en la producción de alimentos, no se plantean medidas para mejorar sus condiciones de participación en este sector, ni se reivindican o valoran su contribución al mantenimiento de las comunidades rurales. En las zonas costeras el cambio climático puede producir reconversión de las actividades productivas y migraciones, por lo que las dinámicas familiares también pueden verse transformadas, con un probable incremento de la jefatura femenina en los hogares costeros. Población vulnerable ante el CC en BCS, PEACC 19 Respecto a los efectos del cambio climático en la salud, serán las mujeres quienes se harán cargo del cuidado de la salud familiar lo que implica sobrecarga del trabajo enfermos, y el aumento de la carga femenina no es visibilizada en el PNCC. Con base en todo lo anterior y tomando en consideración la particular situación geográfica de Baja California Sur, hemos identificado las siguientes vulnerabilidades acumuladas por género: ׇLas mujeres que viven en el contexto urbano regional, que debido a la feminización de la pobreza, son uno de los grupos sociales vulnerables, por lo que hay que considerar la vulnerabilidad de las áreas urbanas localizadas en zonas de riesgo de inundación cercanas a los arroyos, donde se han emplazado las colonias marginadas de la ciudad de La Paz y la zona urbana de Los Cabos. ׇLas Acuacultoras del Golfo y de la región Pacífico Norte: quienes además de sufrir los problemas inherentes a la discriminación de género, habrán de enfrentar los impactos que el CC tendrá en los recursos marinos, especialmente en las especies que constituyen la base de su actividad productiva; ׇLas productoras de dulces regionales y queso, es decir las rancheras: además de los problemas inherentes a su condición de género, estas mujeres basan sus ingresos en la venta de productos típicos regionales cuya materia prima proviene de la agricultura y la ganadería que como hemos señalado es vulnerable ante el CC. Conclusiones y propuesta para futuras investigaciones : El resultado de este pre-diagnóstico de la vulnerabilidad de la población sudcaliforniana ante el CC evidencia dos aspectos: 1. La situación de vulnerabilidad general que la población sudcaliforniana enfrenta es demasiado grave para postergar acciones preventivas y adaptativas. 2. Es necesario realizar (en investigaciones posteriores) un diagnóstico detallado que nos permita establecer índices de vulnerabilidad por microrregión, localidad, comunidad, o grupo, según sea el caso. Este estudio permitiría diseñar una política de mitigación y adaptación mucho más eficiente. Los retos que plantean las consecuencias del CC ofrecen a BCS una coyuntura invaluable para aprovechar su extraordinario capital humano y las diversas opciones existentes para elaborar una planificación del desarrollo regional que le permita crecer económica y socialmente conservando su extraordinario patrimonio natural y cultural. La entidad tiene características demográficas, geográficas, sociales y económicas que le ofrecen la oportunidad de ser un laboratorio para la sustentabilidad. A reserva de hacer los estudios profundizados que sugeriremos más adelante, a manera de síntesis, agrupamos en estrategias y líneas de acción las recomendaciones que mencionamos en los apartados de este capítulo y que pueden ser útiles para diseñar una política precautoria de adaptación al CC. Población vulnerable ante el CC en BCS, PEACC 20 Estrategia 1 Educación e información. 2 Planificación y gestión. Acción de Adaptación 1.1. Diseñar un programa eficiente y generalizado de cultura del agua que concientice a la población respecto a la grave situación de escasez de agua y le enseñe cómo puede ahorrarla. 1.2. Informar a la población más vulnerable que habita en esa zona sobre las medidas a tomar para evitar daños materiales y riesgos en las personas. Así como aportarles alternativas de reubicación. 1.3. Mantener y mejorar el sistema de protección civil. Acción de Mitigación Vulnerabilidad Elaborar un programa de Sequía gestión del agua en BCS en condiciones de CC. Diseñar un programa de información para evitar los riesgos de ubicar asentamientos humanos y actividades productivas en zona de riesgo. Diseñar un programa de información para evitar los riesgos de ubicar asentamientos humanos y actividades productivas en zona de riesgo. 1.4 Elaborar programas de Elaborar programas de información de los capacitación para mitigar impactos del CC que los impactos del CC que incrementan la incrementan la vulnerabilidad de las vulnerabilidad de las comunidades rancheras. comunidades rancheras. 1.5 Elaborar programas de Elaborar programas de información de los capacitación para mitigar impactos del CC que los impactos del CC que incrementan la incrementan la vulnerabilidad de las vulnerabilidad de las comunidades pesqueras comunidades pesqueras tradicionales. tradicionales. 2.1. Autorizar el uso del agua Restringir el uso del agua potable y tratada a las potable y tratada a las actividades productivas actividades productivas que sean prioritarias para que hagan un uso el bienestar de la sociedad eficiente demostrado. y el desarrollo regional. 2.2. Analizar la necesidad de Evitar el establecimiento reubicación, abandono, de asentamientos retroceso y protección de humanos y de actividades los asentamientos económicas es las zonas humanos y de actividades costeras sujetas a riesgo. Población vulnerable ante el CC en BCS, PEACC Impactos del CC en zona costera (inundación, destrucción y erosión). Inundación por lluvias extremas Sensibilidad acumulada de las comunidades rancheras Sensibilidad acumulada de las comunidades pesqueras tradicionales. Sequía Impactos del CC en zona costera (inundación, destrucción y 21 económicas ubicados a 1km de la costa. 2.3. 2.4. Analizar la necesidad de reubicación, abandono, retroceso y protección de los asentamientos humanos y de actividades económicas ubicados a 500m de los cauces de los arroyos. 2.5. Elaborar un programa de atención a las vulnerabilidades socioambientales y económicas de las comunidades rancheras. 3 Gobernanza. erosión). Evitar la extracción de agua de los acuíferos en zona de riesgo. Evitar el establecimiento de asentamientos humanos y de actividades económicas es las zonas a 500m de los cauces de los arroyos. Fomentar la ganadería sustentable con base en los saberes del manejo tradicional, con la finalidad de mitigar el sobre pastoreo -una de las causas de la desertificación- y para salvaguardar la cultura ranchera. 2.6. Mejorar los instrumentos Mitigar la sobrepesca del manejo pesquero (con disminuyendo el esfuerzo base en el diálogo de pesquero- y salvaguardar saberes) al establecer el estilo y medio de vida cuotas y zonas de pesca de las comunidades tomando en cuenta la pesqueras tradicionales, sobreexplotación y los fomentando: impactos del CC en los - la acuacultura recursos pesqueros. sustentable de variadas especies nativas. - la creación de reservas marinas (no take zones). - la diversificación de la producción pesquera (artesanías en conchas, producción de perlas, envase, conservas, etc.). 3.1. Fomentar la ceración de Fomentar la ceración de comités u observatorios comités u observatorios ciudadanos para evitar ciudadanos para la cualquier desperdicio del gestión del agua. agua ya sea en su extracción, conducción o empleo. Población vulnerable ante el CC en BCS, PEACC Intrusión salina Inundación por lluvias extremas Sensibilidad acumulada de las comunidades rancheras Sensibilidad acumulada de las comunidades pesqueras tradicionales. Sequía 22 3.2. Fomentar la creación de comités multisectoriales (gobierno, academia, OSC y comunidades) para diseñar programas de reordenamiento de las actividades agrícolas y ganaderas de las comunidades rancheras en condiciones de CC y proponer actividades alternativas. 3.3. Fomentar la creación de comités multisectoriales (gobierno, academia, OSC y comunidades) para diseñar programas de reordenamiento de las actividades pesqueras en condiciones de CC y proponer actividades alternativas. Implementar el diálogo de saberes como estrategia para elaborar programas de manejo socio-ambiental y de dinamización económica comunitario de las comunidades rancheras. Sensibilidad acumulada de las comunidades rancheras Implementar el diálogo de saberes como estrategia para elaborar programas de manejo socio-ambiental y de dinamización económica comunitario de las comunidades pesqueras tradicionales. Sensibilidad acumulada de las comunidades pesqueras tradicionales. Sin afán de exhaustividad, entre las propuestas de investigaciones a desarrollar para determinar los indicadores de vulnerabilidad, así como para elaborar una política detallada de adaptación consideramos los siguientes estudios: Vulnerabilidad Sequía Estudio propuesto Análisis (costo/beneficio) crítico (incluyendo externalidades) del consumo de agua del sector del turismo tradicional, incluyendo campos de golf. Impactos del CC en zona Diagnóstico de los factores socioeconómicos que acentúan o atenúan la costera vulnerabilidad de la población y de los asentamientos humanos Realizar un modelo de elevación digital de la zona costera a una escala lo suficientemente fina para poder estudiar la vulnerabilidad de la población ante la elevación del nivel del mar. Este análisis permitiría identificar las localidades y/o colonias que se encuentran más expuestas y por lo tanto que son más vulnerables. Sensibilidad acumulada Realizar un estudio social, económico y ambiental del manejo de la de las comunidades ganadería y del beneficio que aporta esta actividad a la sociedad rancheras sudcaliforniana tanto a través de sus productos como a través del sostenimiento de las comunidades rancheras. Sensibilidad acumulada Realizar un estudio social, económico y ambiental de diversas opciones de las comunidades de pesca y acuacultura sustentables y del beneficio que aportan estas pesqueras tradicionales. actividades a la sociedad sudcaliforniana tanto a través de sus productos como a través del sostenimiento de las comunidades pesqueras tradicionales. Población vulnerable ante el CC en BCS, PEACC 23 Referencias: Berkes, F. & Jolly, D. (2001). Adapting to climate change: social-ecological resilience in a Canadian western Arctic community. Conservation Ecology 5(2): 18. http://www.consecol.org/vol5/iss2/art18 Cariño Olvera M. M. (1996). Historia de las relaciones hombre/naturaleza en Baja California Sur 1500-1940, UABCS-SEP-FOMES, La Paz, México. Cariño M., Castorena L., Maya Y., Wrul J., Urciaga J. y Breceda A. (2011). “Transformación de los ecosistemas áridos para su uso agrícola en Baja California Sur, México. Un análisis desde la historia ambiental”, Historia Agraria, España. 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