RUMBO A LA APROBACIÓN DE LA LEY FEDERAL AGRARIA POR

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CEDRSSA/DNRSA/DOC3/21-09-2005
RUMBO A LA APROBACIÓN
DE LA LEY FEDERAL AGRARIA
POR EL
CONGRESO DE LA UNIÓN
Palacio Legislativo de San Lázaro, septiembre 2005.
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I. Antecedentes
El 2005, es un año en donde el tema agrario ha adquirido relevancia en la Cámara
de Diputados. Inició el primer día de febrero, con la recepción de la Minuta del
Senado, por el que se reforman y adicionan diversos artículos de la Ley Agraria.
Continuó con la propuesta de reformas y adiciones a los artículos 17, 71 y 72 de la
misma Ley que presentó la Diputada María Elena Orantes López, del Partido
Revolucionario Institucional –PRI–, y las modificaciones al artículo 94 de la misma
Ley, relacionado con las expropiaciones, presentada por el Diputado Jesús
González Schmal, del partido Convergencia Democrática.
El 17 de marzo de 2005, el Diputado Manuel García Corpus –PRI–, con el acuerdo
de la Comisión de Reforma Agraria, presentó la Iniciativa de Ley Federal Agraria,
que propone modificaciones a un número importante de artículos de esta Ley y
adiciona otros con nuevos temas, como son los de patrimonio de familia,
protección de las tierras de los pueblos indígenas, los principios y requisitos para
conformar organizaciones agrarias, apoyos a los parvifundistas privados,
constitución del fondo de tierras, acotamiento de las sociedades mercantiles y
protección a las tierras de uso común que tienen bosques y selvas, entre otros
temas. Esta iniciativa fue turnada para dictamen, a la Comisión de Reforma
Agraria y para opinión, a las Comisiones de Desarrollo Rural y Asuntos Indígenas.
El martes 14 de abril, la Diputada Hilaria Domínguez Arvizu –PRI–, en
representación del Consejo Nacional Consultivo del Sector Agrario
CONACOSA–,
instancia
consultiva
en
donde
participan
–
organizaciones
campesinas, universidades e instituciones del sector público relacionadas con el
campo, presentó otra iniciativa para modificar el marco agrario. Con esta iniciativa,
2
a parte de las modificaciones que proponía a la Ley Agraria, introdujo el Libro
Segundo, que contiene la parte procedimental, para sustanciar los juicios agrarios
que debe atender los tribunales agrarios. La parte referente a la Ley Agraria fue
turnada a la Comisión de Reforma Agraria y Comisión de Agricultura y Ganadería
y para su opinión a la Comisión Especial para el Acuerdo Nacional para el Campo
mientras; que la parte adjetiva se turnó a la Comisión de Justicia y Derechos
Humanos, Desarrollo Rural y Reforma Agraria.
Además de estas dos iniciativas, se presentaron otras iniciativas de reformas y
adiciones a la Ley Agraria, a la Ley Orgánica de los Tribunales Agrarios y el Libro
Segundo. Nos referimos a la Minuta del Senado del 27 de abril y la propuesta de
Libro Segundo, del Diputado Manuel García Corpus, del 28 de abril.
3
II. Los trabajos técnicos
La Comisión de Reforma Agraria y la Secretaría de la Reforma Agraria decidieron
conformar un Grupo de Trabajo Técnico que se abocara a analizar y compatibilizar
los contenidos de las diferentes iniciativas de ley que se habían presentado en la
Cámara de Diputados. El grupo de trabajo estuvo conformado por el equipo
técnico de la Comisión Agraria, una representación del CONACOSA y un grupo
de magistrados de los tribunales agrarios.
El Grupo de Trabajo Técnico inició su encomienda el 12 de mayo del presente
año, con el objetivo de revisar de manera responsable y objetiva la Ley Agraria y
examinar la propuesta procesal a fin de contar con un marco jurídico que responda
a la realidad agraria del siglo XXI y dé respuesta, a través de soluciones viables y
efectivas, a las apremiantes necesidades de los hombres y mujeres del campo
mexicano. El Grupo realizó 42 reuniones de trabajo: 22 para revisar la parte
sustantiva; 12 para la parte procesal y una que sirvió de recuento y clausura de las
actividades.
Los trabajos técnicos permitieron presentar a la Comisión de Reforma Agraria un
proyecto de predictamen de la Ley Federal Agraria. En él se propone modificar
100 artículos de la Ley Agraria vigente; se agregan 30 artículos en lo sustantivo y
141 en lo procesal; se mantiene la redacción de 58 artículos y desaparece uno; se
crea un Libro Segundo, eliminando un título; se crea una sección nueva y se
prevén once artículos transitorios. En resumen, la Ley Agraria vigente contiene
200 artículos (162 de la parte sustantiva y 30 de lo procesal) y la que se propone
329 artículos (187 y 142 artículos respectivamente).
En la sesión de la Comisión de Reforma Agraria se espera nombrar la
Subcomisión de dictamen, la que entrará en contacto, junto con la directiva de la
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Comisión, con la Comisión respectiva del Senado, con la finalidad de discutir el
mencionado predictamen en conferencia parlamentaria y garantizar su aprobación
en ambas cámaras del Congreso de la Unión.
Se espera que en el mes de septiembre se realicen las consultas finales con todos
los actores políticos y sociales: fracciones parlamentarias, organizaciones
campesinas, especialistas de universidades y todos aquellos interesados en el
tema. Una vez realizada la consulta se incorporarán las propuestas que mejoren la
propuesta y se presentará al Pleno de la Cámara de Diputados,
transcurso de este periodo legislativo.
5
durante el
III. Los principales aportes a la normatividad agraria
A trece años de la reforma constitucional se requería la revisión y evaluación
responsable y objetiva de la Ley Agraria. Era imperativo examinar la legislación
secundaria en materia agraria a fin de contar con un marco jurídico que responda
a la realidad del siglo XXI y dé respuesta, a través de soluciones viables y
efectivas, a las apremiantes necesidades de los hombres y mujeres del campo
mexicano.
El objetivo central es configurar una legislación de nueva generación, que amplié
la solidaridad y la democracia, mediante una mayor participación de los sujetos
agrarios; con la finalidad de que sean ellos quienes, en forma consciente, tomen
sus propias decisiones cada vez más comprometidos con su familia, con el grupo
al que pertenecen, con el campo y con la sociedad en su conjunto.
En esa tesitura, las modificaciones a las normas y a las instituciones agrarias
existentes resultado de los trabajo técnicos conformados, parten de las bases
jurídico-sociales que han guiado al agrarismo mexicano; de los principios
sustentados por las leyes sociales de nueva generación y del estudio objetivo y
analítico de la realidad actual del campo, con el fin único de contribuir a solucionar
los problemas del agro nacional.
Los principales planteamientos normativos que retomó el Equipo Técnico son:
1. La Ley Agraria vigente no establece con claridad las atribuciones de las
instituciones del sector agrario, en especial de la Secretaría de la Reforma Agraria
–SRA–. Esta indefinición provoca, entre otras cosas, falta de claridad en el ámbito
de competencia de la SRA, duplicidad de funciones con la Procuraduría Agraria –
PA– y que se piense en la desaparición de esta Secretaría. La nueva propuesta de
ley, en su artículo sexto, define la competencia de la SRA, destacando lo relativo
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al fomento al aprovechamiento conjunto de predios, al fortalecimiento de la
investigación agraria y llevar a cabo acciones que propicien el desarrollo agrario
sustentable, social y regionalmente equilibrado, así como la interacción del sector rural
con el sector urbano.
2. Ante el problema de envejecimiento de los ejidatarios y comuneros, el
minifundio y fragmentación de la tierra y el aprovechamiento inadecuado de los
recursos naturales, en los artículos 8 y 9, se faculta al titular del Ejecutivo para
crear los instrumentos que permitan el acceso a la tierra de la población rural,
dando prioridad a los sectores de la población más desfavorecidos: jóvenes,
mujeres y propietarios con menos de 10 has.
3. El proceso de regularización de los ejidos y comunidades a diciembre de 2004,
otorgó certificados de posesionarios a 422 mil personas y títulos de solares
urbanos a 823 mil avecindados, sin embargo, estos sujetos no tenían claramente
definidos sus derechos y obligaciones al interior de los núcleos agrarios. Esta
ausencia se corrige en la nueva propuesta de Ley, en sus artículos 15 y 16, en
donde se define la calidad de avecindado y posesionario. Además, a estos sujetos
agrarios no se les reconoce si se asientan en forma irregular o quienes hayan
invadido tierras. También, en los casos de que la asamblea no los reconozca sus
derechos pueden acudir a los tribunales agrarios.
4. Uno de los problemas en el campo mexicano es la falta de rentabilidad de las
actividades agropecuarias y los bajos ingresos de los productores. La falta de
expectativas se encuentra asociada a la migración y al incremento de los hogares
donde la mujer es jefe de familia. De acuerdo al XII Censo General de Población y
Vivienda, 21.2% de los hogares rurales se encuentran en esta situación y su tasa
de crecimiento es de 5.1%.
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Ante la ausencia de los titulares de la tierra o de que estos puedan vender la tierra
dejando a las familias desamparadas, en al artículo 17 se propuso que los
ejidatarios con familia a su cargo, por vía de jurisdicción voluntaria, declaran sus
bienes agrarios como patrimonio de familia. También, se protegen los derechos de
la familia en los casos de designación de sucesores y cuando no hay lista de
sucesión (artículo 20 y 21).
5. Otro de los problemas que se suceden en los ejidos y comunidades tiene que
ver con las atribuciones de la asamblea de los núcleos agrarios, que en muchos
casos generaron controversias internas o con terceros. Durante el periodo 19932004, los sujetos agrarios, solicitaron la intervención de la PA en 8,407 asuntos
por incumplimiento de los actos y contratos celebrados en materia agraria y
12,088 por el uso, aprovechamiento, acceso y conservación de tierras de uso
común.
En respuesta a esta problemática, en los artículos 26 al 29 se establece el ámbito
de competencia del máximo órgano del ejido, en donde sobresale la aprobación
de contratos con terceros para aprovechar los recursos no renovables y de
bosques y selvas; los procedimientos cuando se suspende una asamblea; la
protección de las tierras indígenas, y que sólo un mandatario podrá representar a
un ejidatario.
6. Al igual que en el caso de la asamblea, en los órganos de representación se
presentaron conflictos por falta de previsiones en la Ley Agraria. En el periodo
1992-2003, la PA atendió 13,773 controversias agrarias: por irregularidades en
que incurre el Comisariado y el Consejo de Vigilancia, 21%; por las disposiciones
del Reglamento Interno o Estatuto Comunal, 19%; por la asignación de derechos
sobre las tierras de uso común, 18.3%, y por la remoción de los integrantes de los
órganos de representación y vigilancia (15.2%).
8
La nueva propuesta de Ley prevé estas controversias y establece disposiciones
específicas. En el artículo 36, se prevé que cuando se afecte el interés colectivo y
el Comisariado Ejidal sea omiso, 20% de ejidatarios podrán ejercer la
representación substituta; en el artículo 42 define el procedimiento a seguir para el
cambio de los representantes ejidales con toda antelación y el número de
ejidatarios –treinta por ciento– que pueden solicitar la remoción de los miembros
del Comisariado Ejidal.
7. El gran dinamismo de la circulación de la tierra que se refleja en que, uno de
cada tres ejidatarios da sus tierras en algún tipo de trato agrario (aparcería, renta o
préstamo), demandó que la nueva propuesta legislativa en materia agraria
considerará esta realidad. En el artículo 48 se establece que los contratos con
terceros tendrán una duración acorde al proyecto productivo correspondiente;
cuáles deberán de ser escritos, los requisitos que deben contener y las causas de
nulidad del contrato.
8. La regularización de los ejidos y comunidades mostró que muchos de ellos, al
ser medidos, resultaron con una superficie mayor a la que establecía su acción
agraria, sin embargo, no existe un procedimiento en la Ley Agraria para incorporar
estas tierras al dominio del núcleo agrario. En esta situación se encuentran
aproximadamente un millón de hectáreas. Para atender esta problemática se
estableció en el artículo 52 que los núcleos que hayan sido o sean privados
ilegalmente de sus tierras podrán pedir la restitución y en el artículo 53 cuando el
titular de los derechos agrarios sea desposeído procederá la acción de restitución.
9. Sobre las tierras de uso común, que en su conjunto suman 70 millones de
hectáreas, se establecieron varias disposiciones, especialmente dirigidas a
preservar los recursos naturales. Se mantiene la prohibición de parcelar en tierras
9
con bosques y selvas (artículo 62) y la característica de inalienables,
imprescriptibles e inembargables (artículo 77). Por otra parte, en los casos de
manifiesta utilidad para el núcleo agrario, se podrán transmitir el usufructo a
Sociedades Mercantiles y sólo se transmite el dominio cuando la naturaleza del
proyecto así lo justifique (artículo 78), que en este caso los destinados al
crecimiento urbano de las ciudades.
10. México tiene una deuda histórica con sus pueblos indígenas, que se acentúa
con la emergencia de estos como sujetos políticos. Como es bien sabido, en los
últimos años los pueblos indígenas de nuestro país han constituido una de las
fuerzas sociales que han venido reclamando su reconocimiento como sujetos de
derechos. Este reclamo, justo es decirlo, modifica sustancialmente sus demandas
y coloca al estado mexicano en la necesidad de encontrar fórmulas de
satisfacerlas dentro del orden jurídico mexicano. Otra petición concreta es el
reconocimiento de su derecho a la tierra y los recursos naturales en ella
existentes, la creación de espacios y reglas claras de protección sus lugares
sagrados y demás sitios de importancia cultural para su existencia y desarrollo
cultural.
En respuesta a los 6,830 ejidos y comunidades con población indígena, se agrega
la Sección Octava De la protección de la integridad de las tierras, bosques y aguas
de los pueblos y comunidades indígenas en ejidos y comunidades. En esta
Sección se establece los requisitos para que los pueblos indígenas protejan sus
tierras;
se
declara
que
sus
tierras
son
inalienables,
inembargables
e
imprescriptibles; se instituye que son de su propiedad los recursos naturales que
se encuentran en sus tierras, salvo los del dominio de la nación y el
aprovechamiento sólo por ellos, salvo que exista manifiesta utilidad para el núcleo
agrario; Se considera la obligación de consultarlos para la ocupación de sus tierras
y de que participen de los beneficios que generan los proyectos de desarrollo; se
10
señala que se pueden restringir actividades de terceros en sus tierras, y que se les
permita el acceso a los lugares sagrados.
11. La Ley Agraria establecía un mayor número de causales para expropiar tierras
ejidales y comunales que las que fija la Ley de Expropiación para las tierras de
propiedad privada, ley que fue reformada el 4 de diciembre de 1997; por esta
razón el Grupo de Trabajo consideró adecuado hacer congruente la nueva
normatividad agraria con esas disposiciones, reduciendo las causales por las que
pueden ser expropiables los bienes ejidales o comunales. En el Capítulo IV de la
Expropiación de Bienes Ejidales y Comunales se estableció que los bienes de los
núcleos agrarios sólo podrán ser expropiados, ocupados temporalmente o
imponerles alguna limitación de dominio, por causas de utilidad pública, dentro de
las que ya no se consideró el desarrollo ecológico, turístico e industrial.
En ese mismo sentido, para la fijación del monto de la indemnización para la
regularización de los asentamientos humanos, el Instituto de Administración y
Avalúos de Bienes Nacionales, deberá tomar en cuenta, además de los criterios
previstos en la Ley General de Bienes Nacionales, los costos de los trabajos de
regularización y, cuando sea previsible que el objeto de la expropiación genere
lucro o utilidades para terceros, el Instituto tomará también en cuenta estas
circunstancias.
Igualmente, el decreto expropiatorio sólo podrá ser ejecutado previo el pago o
depósito del importe total de la indemnización. Además, queda prohibido autorizar
la ocupación previa de tierras y los ejidos y comunidades pueden ejercitar la
acción de la reversión cuando los bienes expropiados se destinen a un fin distinto
del señalado en el decreto respectivo, o si transcurrido un plazo de cinco años no
se ha cumplido con la causa de utilidad pública. En este caso, los bienes
11
revertidos se incorporarán al patrimonio del ejido expropiado si éste devuelve el
monto de la indemnización que corresponda, actualizado por el Instituto de
Administración y Avalúos de Bienes Nacionales.
12. Actualmente existen en el país 2,192 comunidades agrarias que suman 17.051
millones de hectáreas, en manos de 675 mil comuneros. A pesar de la importancia
de esta forma de tenencia de la tierra la Ley Agraria vigente no consideró varios
aspectos que ahora se incorporan a la nueva normatividad agraria. Por ejemplo,
se establece los procedimientos para la constitución de una comunidad (artículo
114); las causas para demandar la restitución o reconocimiento de sus tierras,
incluido el de aquellas comunidades de hecho (artículo 115); se definen los
requisitos para que se excluyan tierras pequeños propietarios o poseedores de
buena fe (artículo 116 y 117) y se precisa la calidad de comunero y los requisitos
para ser reconocido como tal (artículo 118).
13. La Ley Agraria actual contiene un capítulo específico sobre la organización
económica, sin embargo presenta varias lagunas que se trataron de superar con la
nueva propuesta de Ley. Las adecuaciones tratan de responder a las 31,763
sociedades agrarias constituidas en el país. La nueva normatividad en su Título
Cuarto De las Asociaciones y Sociedades Agrarias, establece los principios que
deben regir a toda sociedad lo que permite evitar el manejo discrecional de los
bienes del grupo organizado, la perpetuación de dirigencias, la falta de información
y de participación entre los socios, la preeminencia de las decisiones verticales y
desacuerdos y conflictos por falta de reglas claras. Además, en el artículo 127 se
reconocen, en forma enunciativa más no limitativa, las figuras asociativas agrarias,
se señalan los principios por los que deben regirse y los preceptos que debe
contener el acta constitutiva de cada asociación.
12
Mención especial merece el reconocimiento a la Unidad Agrícola e Industrial de la
Mujer –UAIM–. En el artículo 137 se señala que las mujeres del núcleo agrario
podrán organizarse como UAIM, la que tendrá personalidad jurídica. Con esta
disposición, las 7,517 parcelas de la mujer regularizadas por el Procede podrán
constituirse en una figura asociativa. También, podrán adoptar esta forma de
organización, grupos de trabajo de mujeres que desarrollan actividades
productivas no agropecuarias, pues la UAIM no requiere para su constitución de
una parcela.
14. Uno de los sectores más olvidados es el de los pequeños propietarios,
especialmente los minifundistas. Bajo este régimen de propiedad se encuentran
73.1 millones de hectáreas que poseen 1.6 millones de propietarios, de ellos,
alrededor de un millón tienen 5 hectáreas o menos y se encuentra en condiciones
similares que los ejidatarios. La nueva propuesta de Ley reconoce esta
problemática por lo que consideró, en el artículo 148, que aquellas pequeñas
propiedades que no excedan de diez hectáreas de riego o sus equivalentes y que
constituyan la principal o única fuente de ingresos para su propietario, gozarán de
la protección y apoyo. Además, se precisaron los conceptos de tierras agrícolas,
de agostadero y forestales.
15. En su corta existencia, la Procuraduría Agraria ha tenido problemas de
institucionalidad, como se observa en los constantes cambios de Procurador
–
ocho titulares en 12 años– y de falta de autonomía frente a las otras instituciones
del sector agrario, especialmente con la Secretaría de la Reforma Agraria. Para
superar en parte estas deficiencias, se propone dotar a la PA de un Consejo de
Evaluación y Seguimiento (artículo 164), como instancia de interlocución y
participación de las organizaciones campesinas de los sectores social y privado
13
más representativas, académicos e investigadores con experiencia en cuestiones
agrarias y de los servidores públicos de la Procuraduría.
Entre sus funciones esta el de evaluar las funciones de la institución y el
cumplimiento de sus programas; emitir opiniones en los asuntos que sus
miembros u otras personas o instancias planteen, y verificar su cumplimiento; dar
seguimiento a las recomendaciones que emita el Procurador, y analizar el informe
anual de actividades que rinda el Procurador.
14
IV. De las razones para aprobar la Iniciativa de Ley Federal Agraria
Es una Ley que otorga derechos a los sujetos agrarios. Con la nueva Ley, los
sujetos agrarios pueden optar por declarar sus tierras como patrimonio familiar; la
población indígena proteger la integridad de sus tierras, bosques y aguas; los
grupos de mujeres, tengan parcela o no, puedan constituirse en una UAIM;
reconoce la calidad de posesionarios, y protege los derechos de la familia en el
caso de la sucesión, por mencionar algunos casos.
La Ley no impone o restringe derechos. La Ley deja que los sujetos agrarios
tomen sus propias decisiones y adopten lo que mejor les convenga. Son
únicamente ellos los que pueden decidir si declaran a sus tierras como patrimonio
de familia o protegen sus recursos naturales en tierras de ejidos y comunidades
con población indígena. Además, pueden revertir cualquiera de sus decisiones y
transitar desde el dominio pleno hasta la conformación de una comunidad o
adoptar modalidades especiales sobre sus tierras.
La Ley reconoce a todos los sujetos agrarios. La Ley establece con claridad los
derechos y obligaciones de ejidatarios, comuneros, posesionarios y avecindados,
con lo que se supera indefiniciones de la ley, de aquellos sujetos, que con la
regularización de la tenencia de la tierra, se les otorgó un certificado parcelario o
un título de solar. El otorgar derechos a posesionarios y avecindados los protege
de posibles injusticias y a la vez los compromete con el núcleo agrario al que
pertenecen.
La Ley responde a los problemas derivados de la aplicación de la Ley Agraria que
no fueron previstos en su momento por el Poder Legislativo. Fija un procedimiento
para la regularización de excedencias producto de los trabajos del Procede; para
el reconocimiento de las comunidades de hecho; para la renovación de los
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órganos de representación del núcleo agrario con lo que se cuenta en todo
momento con representantes vigentes; para solicitar el reconocimiento como
ejidatario, posesionario o avecindado; para heredar en vida los derechos agrarios,
y para establecer tratos agrarios con terceras personas para aprovechar sus
tierras. Con estas previsiones se evitan controversias por la titularidad de los
derechos agrarios y disminuyen las demandas en tribunales agrarios, todo ello, en
beneficio de los sujetos agrarios.
La Ley clarifica el papel de las instituciones. La Ley termina con la ambigüedad
sobre la existencia y el papel de la Secretaría de la Reforma Agraria. Esta
Secretaría es la responsable de fomentar el aprovechamiento conjunto de
parcelas y predios en unidades de producción rentables; crear asociaciones con
fines productivos; fortalecer la investigación y estudios en materia agraria; diseñar
y operar programas de capacitación en materia de organización y asociación
agraria para el desarrollo económico, social y humano en los núcleos agrarios;
llevar a cabo acciones que propicien el desarrollo agrario sustentable y crear los
instrumentos que permitan a la población rural el acceso a la tierra. Con la
definición sobre el papel que le corresponde a la SRA, se termina con la discusión
sobre la permanencia de esta institución y se reconoce la pertinencia e
importancia de las políticas y programas de reforma agraria.
La Ley es congruente con otras normatividades que inciden en el campo
mexicano. Se protegen los recursos naturales de los núcleos agrarios como lo
establece la Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente; se
promueve la reestructuración de las unidades de producción y la participación de
los núcleos agrarios en los Consejos Municipales de Desarrollo como lo señala la
Ley de Desarrollo Rural Sustentable, hace congruente las razones de utilidad
pública para expropiar la tierra como lo señala la Ley de Expropiaciones, define
derechos para los pueblos indígenas en ejidos y comunidades como lo considera
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el Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes
que es parte del orden jurídico mexicano desde hace más de una década.
La Ley rescata la función social de la propiedad. La Ley recoge el principio del
interés por la producción y establece en el artículo 151, que las sociedades
mercantiles propietarias de tierras agrícolas, ganaderas o forestales no podrán
tenerlas sin explotación por más de dos años consecutivos, a menos que exista
caso fortuito o fuerza mayor que lo impidan transitoriamente y perderán su registro
cuando las tierras de las sociedades sean insuficientemente cultivadas.
Igualmente, sólo se trasmite el usufructo de tierras de uso común a sociedades
mercantiles.
Si a lo anterior le sumamos que, el Ejecutivo Federal, deberá dar prioridad a los
sectores de población más débiles económica y socialmente en los programas que
instrumente de acceso a la tierra; los derechos para declarar a sus tierras como
patrimonio de familia; adoptar la protección de tierras indígenas; la protección de
los miembros de la familia en la sucesión de los derechos agrarios, la salvaguarda
de los derechos de aquellas personas casadas por bienes mancomunados en
caso de que el titular de la tierra decida venderla, y la protección de las tierras de
los núcleos agrarios, da como resultado una legislación agraria que se preocupa
por la población económica y socialmente más desprotegida.
La Ley protege los recursos naturales. A lo largo de la Ley se incluyeron
disposiciones que protegen los recursos naturales que se localizan en los núcleos
agrarios: establece la obligación del estado de promover la reorientación del uso
del suelo cuando se afecten los recursos naturales o el equilibrio ecológico; se
requiere de asamblea de formalidades especiales para la aprobación de contratos
y convenios que tengan por objeto la explotación por terceros de recursos no
renovables y de bosques y selvas; los contratos que impliquen actividades que
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afecten la conservación del medio ambiente y los principios de sustentabilidad, de
acuerdo con la legislación de la materia serán nulos; será nula de pleno derecho la
asignación de parcelas en bosques, selvas tropicales, en zonas de reforestación o
en áreas que hayan sido taladas o destruidas por el fuego y en tierras en las que
sea evidente la existencia de yacimientos de recursos no renovables que puedan
ser aprovechados en beneficio de los núcleos de población ejidales o comunales;
se protegen los bosques y selvas en núcleos agrarios con población indígena, y
las tierras, bosques y aguas de las comunidades son inalienables, imprescriptibles
e inembargables. En síntesis, la Ley es congruente con un aprovechamiento y
conservación responsable de los recursos naturales.
La Ley supera la visión que presenta a las distintas formas de propiedad como
antagónicas. La Ley reconoce que un número muy importante de propietarios
privados se encuentran en condiciones similares que los ejidatarios y comuneros
por lo que requieren de protección y apoyo. Lo anterior obliga a pensar en
acciones que atiendan a este sector tradicionalmente olvidado por las políticas
agrarias.
Para finalizar, se puede decir que por ser una ley que recoge las demandas
históricas de los sujetos agrarios, por incorporar las propuestas de la Cámara de
Diputados y Senadores, del Ejecutivo Federal y de los tribunales agrarios; por
responder a los problemas derivados de la aplicación de la Ley Agraria vigente,
por ser una propuesta que reconoce las nuevas dinámicas que se dan en el
campo mexicano –migración, envejecimiento, tratos agrarios, etcétera–; por tener
un sentido social, y por dejar en manos de los sujetos agrarios las decisiones
sobre que hacer con sus derechos agrarios, se considera que la nueva Ley
representa un avance para los hombres y mujeres del campo y debería ser
aprobada en el próximo periodo legislativo.
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