CONCEPTOS BASICOS DE DERECHO CONSTITUCIONAL 1 CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA 1.1 LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA FUNDAMENTAL DEL ESTADO La Constitución española es una norma jurídica que regula y organiza los poderes del Estado y proclama los derechos fundamentales y libertades públicas de los ciudadanos. Es la norma jurídica que prevalece sobre todas las normas del ordenamiento jurídico del país. Los constitucionalistas la denominan “super ley” puesto que es la base del Estado, la ley suprema, básica y fundamental. La Constitución es el pilar de un Estado, su estructura. Tiene carácter de Derecho fundamental dentro del ordenamiento jurídico por varias razones: Es la ley suprema del Estado, por cuanto prevalece sobre todas las demás leyes del ordenamiento jurídico y se elabora con mecanismos distintos a las otras normas. Es la fuente suprema del ordenamiento jurídico. Es la ley de las leyes de nuestro ordenamiento jurídico, ya que es la ley a la que quedan sometidas todas las demás. Es la ley que organiza y regula los poderes del Estado, estableciendo las formas y límites al ejercicio del poder estatal. Establece los procedimientos que deben seguirse para crear una ley. Crea el orden político y jurídico español y Recoge los derechos fundamentales de las personas y garantiza su ejercicio. 1.2 EFEMÉRIDES DE LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA El proyecto de Constitución fue aprobado por el Congreso y el Senado en votación separada de ambas Cámaras el 31 de octubre de 1978. El 6 de diciembre de 1978 se sometió a referéndum popular, siendo también aprobado por la abrumadora mayoría del pueblo español. La Constitución fue sancionada y promulgada por el Jefe del Estado (El Rey) el 27 de diciembre de 1978 y publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el 29 de diciembre del mismo año, entrando en vigor el mismo día de su publicación. Hasta el momento la única reforma realizada en la Carta Magna fue para permitir a los extranjeros comunitarios participar en las elecciones municipales (derecho de sufragio activo y pasivo). 1.3 CARACTERÍSTICAS DE LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA La Constitución es de origen popular, por ser elaborada por las Cortes directamente elegidas por el pueblo. Aunque no exenta de originalidad, la Constitución española es derivada porque estuvo influida por otras constituciones europeas (p.j. se introduce la figura del Defensor del Pueblo, tal como lo establece la Constitución sueca). Es de carácter rígido, ya que su reforma presenta grandes dificultades (cf. arts. 166 a 169, Título X de la CE) y consta de 169 artículos, por cuyo motivo se dice que es extensa. Que la Constitución es la norma suprema dentro del ordenamiento jurídico lo confirma su art. 9.1, en cuanto establece que “Los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico”. En su Título Preliminar, la Constitución configura al Estado español como un Estado social, democrático y de Derecho (art. 1.1) y establece como forma de gobierno la Monarquía parlamentaria (art. 1.2). 1.3.1 El Estado social El Estado social se manifiesta en que: • • • • • • • Es intervencionista del sistema social. Obliga a los poderes públicos a velar por la sociedad. Toma medidas que se traducen en prestaciones sociales. Fomenten la protección a la infancia y la familia. Regula la redistribución equitativa de la riqueza nacional. Protege el empleo, el medio ambiente, a los consumidores. Regula el derecho de todos a acceder a una vivienda digna, el derecho a la salud, a la cultura, y a la asistencia social. 1.3.2 El Estado democrático El Estado democrático (del griego, “demos”, pueblo y “cratos”, poder) se refleja en: • • • La participación de todos los ciudadanos en la elección de sus políticos. Esto se realiza a través de procesos electorales periódicos. La participación en los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes libremente elegidos en elecciones periódicas por sufragio universal. El derecho de asociación o el derecho de organizarse para proteger sus derechos individuales mediante la creación de organizaciones sindicales, de consumidores, profesionales, etc. 1.3.3 El Estado de Derecho El Estado de Derecho se caracteriza por la sumisión del Estado a la ley y por el reconocimiento a favor de los ciudadanos de unos derechos fundamentales y unas libertades públicas. El Estado de Derecho está consagrado en nuestro ordenamiento mediante: • • • • • La limitación del poder estatal, sujeto siempre al imperio de la ley. El reconocimiento de los derechos fundamentales de los ciudadanos. El sometimiento de todos a la ley. La separación de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial). La protección de los derechos fundamentales de todos los individuos. En este sentido, el art. 9.3 de la Constitución garantiza: • • • • • • El principio de legalidad. La jerarquía normativa. Dentro de esta jerarquía, ninguna norma puede vulnerar o contradecir a una norma de categoría superior (Constitución, leyes orgánicas, leyes ordinarias, decretos legislativos con el mismo rango que las leyes ordinarias y reglamentos). La publicidad de las normas. La irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no favorables o restrictivas de derechos individuales. La seguridad jurídica, la responsabilidad y la interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos. La Justicia constitucional, mediante la creación de un Tribunal Constitucional. 1.4 ORDENAMIENTO JURÍDICO Es el conjunto de normas jurídicas que rigen en un determinado pueblo y momento histórico. Nuestro Ordenamiento jurídico reconoce como fuentes de Derecho (art.1 del Código Civil) ley, la costumbre y los principios generales del Derecho.La costumbre se aplicará en defecto de ley aplicable al caso y los principios generales del Derecho en defecto de ley o costumbre. 1.5 ESTADO DE LAS AUTONOMÍAS La Constitución organiza el Estado español como autonómico y territorialmente descentralizado. Esto se desprende de sus arts. 2 y 137 que señalan: Art. 2: “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas”. Art. 137: “El Estado se organiza territorialmente en municipios, en provincias y en las Comunidades Autónomas que se constituyan. Todas estas entidades gozan de autonomía para la gestión de sus respectivos intereses”. 1.6 ESTRUCTURA DE LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA La Constitución consta de un Preámbulo, un articulado y finaliza con una serie de disposiciones. A) El Preámbulo. En el Preámbulo, con fórmula solemne, el constituyente manifiesta el espíritu y objetivos que desea establecer y expresa de forma resumida las ideas, principios y tendencias que luego se verán desarrolladas en el articulado. Se trata de un texto sin fuerza de obligar, pero con enorme trascendencia político declarativa. B) El articulado. El articulado, en número de 169 artículos, está dividido en Títulos y estos en Capítulos, que a su vez se dividen en Secciones; quedando perfectamente diferenciadas las dos partes a las que tradicionalmente se hace referencia en los textos constitucionales: la dogmática y la orgánica. a). La parte dogmática establece los grandes principios, valores y definiciones sobre el modelo de sociedad y de Estado, así como el reconocimiento y garantía de los derechos y deberes fundamentales. Pertenecen a esta parte: El Título Preliminar (Principios generales). El Título I (De los derechos y deberes fundamentales). b). La parte orgánica que regula la organización del Estado y su forma territorial y contiene la división de los poderes que lo componen, así como las relaciones entre ellos. Viene concretada en los títulos restantes, es decir: Título II De la Corona. Título III De las Cortes Generales. Título IV Del Gobierno y la Administración. Título V De las relaciones entre el Gobierno y las Cortes Generales. Título VI Del Poder Judicial. Título VII Economía y Hacienda. Título VIII La organización territorial del Estado. Título IX El Tribunal Constitucional. Título X De la reforma constitucional. C) Disposiciones. La Constitución contiene además las siguientes Disposiciones: Cuatro Adicionales, nueve Transitorias, una Derogatoria y una Disposición Final. ESTRUCTURA DE LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA Preámbulo 169 artículos Título Preliminar y 10 Títulos Disposiciones: - Adicionales: 4 - Transitorias: 9 - Derogatoria: 1 - Final: 1 1.7 PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES La Constitución “propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político. La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado” (art. 1). 1.8 Derechos de los ciudadanos reconocidos en la Constitución La organización de un Estado democrático descansa entres puntos fundamentales que se recogen en la Constitución: 1. Reconocimiento de una serie de derechos y libertades individuales. 2. La división de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial). 3. El Estado de Derecho En el Capítulo II, del Título I están recogidos los derechos y libertades más importantes de los que gozan los ciudadanos del Espado español, En otra parte del tema nos referiremos a determinados derechos fundamentales, por lo que aquí enumeramos los derechos más importantes de los que gozan los ciudadanos del Estado español: o o o o o o o o Derecho a la nacionalidad. Derecho a la igualdad. Derecho a la vida y a la integridad física y moral. Derecho a la libertad ideológica, religiosa y de culto. Derecho a la libertad y seguridad. Derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen. Derecho a la inviolabilidad del domicilio. Derecho a la libertad de residencia y circulación. o o o o o o o o o o o o o o o o o o Derecho a la libertad de expresión e información. Derecho a la libertad de reunión y manifestación. Derecho a la libertad de asociación. Derecho a la tutela judicial efectiva. Derecho a la inviolabilidad de las comunicaciones. Derecho al principio de legalidad penal. Derecho a la educación. Derecho a la libertad de partidos políticos. Derecho a la participación en los asuntos públicos. Derecho de sindicación. Derecho (y deber) de defender a España. Derecho a la objeción de conciencia. Derecho del hombre y la mujer a contraer matrimonio y constituir una familia. Derecho a la propiedad privada y a la herencia. Nadie pueda ser privado de sus bienes y derechos si no es por causa justificada de utilidad pública o interés social, mediante la correspondiente indemnización y de conformidad con lo dispuesto por las leyes. Derecho (y deber) al trabajo y a la libre elección de profesión u oficio, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo. Derecho a la negociación colectiva laboral entre representantes de los trabajadores y empresarios, así como el reconocimiento de la fuerza vinculante de los convenios. Derecho de huelga, sin perjuicio de las limitaciones para garantizar el funcionamiento de los servicios esenciales de la comunidad. Derecho a la libertad de empresa en el marco de la economía de mercado. 2 DERECHOS FUNDAMENTALES RELACIONADOS CON LA VIDA. LA INTEGRIDAD, LA LIBERTAD Y LA SEGURIDAD DE LAS PERSONAS 2.1 DERECHO A LA VIDA Establece el art. 15 de la Constitución española que: “Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, puedan ser sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes. Queda abolida la pena de muerte, salvo lo que puedan disponer las leyes penales militares para tiempos de guerra”. Actualmente las leyes penales militares tampoco contemplan ya la pena de muerte, ni siquiera en tiempos de guerra, por lo que en España la pena de muerte está totalmente abolida. El derecho a la vida es el más fundamental de los derechos y el más importante. La vida humana comienza desde la gestación, y adquiere su mayor relevancia con el nacimiento. El feto, aún cuando no tiene vida independiente, es objeto de protección jurídica. 2.2 DERECHO A LA INTEGRIDAD FÍSICA La integridad física y moral como derecho constitucionalizado (art. 15 CE) comprende la prohibición absoluta de que las personas puedan ser sometidas a tortura y a penas o tratos inhumanos o degradantes. El derecho fundamental a la integridad física y moral, dice el Tribunal Constitucional, protege la inviolabilidad de la persona, no sólo contra ataques dirigidos a lesionar su cuerpo o espíritu, sino también contra toda clase de intervención en esos bienes que carezca del consentimiento de su titular (SSTC 120/1990, 137/1990, 215/1994 y 35/1996). Así pues, la intervención corporal en una persona en contra de su voluntad (por ejemplo, registro de las cavidades corporales por funcionario público en cumplimiento de sus funciones) debe cumplir las exigencias del principio de proporcionalidad, es decir, que sea: a) Idónea (adecuada) para alcanzar el fin legítimo perseguido con ella. b) Necesaria o imprescindible para ello. c) Proporcional en comparación con la gravedad de los hechos y de las sospechas existentes. 2.3 DERECHO A LA LIBERTAD Y SEGURIDAD En el art. 17 de la Carta Magna se reconoce: 1. “Toda persona tiene derecho a la libertad y seguridad. Nadie puede ser privado de su libertad, si no es en los casos y en la forma previstos en la ley. 2. La detención preventiva no podrá durar más del tiempo estrictamente necesario para la realización de las averiguaciones tendentes al esclarecimiento de los hechos, y, en todo caso, en el plazo máximo de 72 horas, el detenido deberá ser puesto en libertad o a disposición de la autoridad judicial. 3. Toda persona detenida debe ser informada de forma inmediata, y de modo que le sea comprensible, de sus derechos y de las razones de su detención, no pudiendo ser obligada a declarar. Se garantiza la asistencia de abogado al detenido en las diligencias policiales y judiciales, en los términos que la ley establezca. 4. La Ley regulará un procedimiento de ”habeas corpus” para producir la inmediata puesta a disposición judicial de toda persona detenida ilegalmente. Asimismo, por ley se determinará el plazo máximo de duración de la prisión provisional”. 2.3.1 Privación temporal de la libertad La Ley Orgánica 1/1992, de 21 de febrero, de Protección de la Seguridad Ciudadana lo permite, junto con el traslado a dependencias policiales de la persona, cuando la identificación sea su única finalidad y siempre que se den las siguientes circunstancias: a) Encontrarse los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en el ejercicio de funciones de indagación o prevención. b) Cuando la identificación sea necesaria para el ejercicio de las funciones de protección de la seguridad conforme a la ley y cuando se trate de impedir la comisión de un delito o falta. c) Cuando la identificación no se logre por cualquier otro medio. 2.3.2 Derecho a la seguridad La Constitución establece como competencia exclusiva del Estado la seguridad pública (art. 149.1.29), correspondiendo su mantenimiento al Gobierno de la Nación, sin perjuicio de la posibilidad de creación de policías por las Comunidades Autónomas, atribuyendo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado la misión de proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades en ella consagrada, además de garantizar la seguridad ciudadana (art. 104.1 CE). La Ley Orgánica 1/1992, de 21 de febrero, de Protección de la Seguridad Ciudadana dice que “la protección de la seguridad ciudadana y el ejercicio de las libertades públicas constituyen un binomio inseparable, y ambos conceptos son requisitos básicos de la convivencia de una sociedad democrática”. La seguridad pública, en términos del Tribunal Constitucional, se concreta en la “actividad dirigida a la protección de personas y bienes (seguridad en sentido estricto) y al mantenimiento de la tranquilidad u orden ciudadano, que son finalidades inseparables y mutuamente condicionadas”. Conseguir un mayor grado de seguridad es necesario para que el ser humano pueda desarrollar todo su potencial. La sensación de inseguridad impide este desarrollo, al desviar su atención hacia otras actividades tendentes, por ejemplo, a terminar con esa situación, siendo un obstáculo para su plena realización. La necesidad de garantizar esa seguridad ciudadana ha hecho surgir un amplio marco legal: a) Ley Orgánica 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. b) Ley Orgánica 1/1992, de 21 de febrero, de Protección de la Seguridad Ciudadana. Entre otras leyes que tratan el tema de la seguridad y que no por eso son menos importantes, citamos las siguientes: a) Ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social. b) Ley Orgánica 4/1981, de 1 de junio, reguladora de los estados de alarma, excepción y sitio. c) Ley Orgánica 9/1983, de 15 de julio, modificada por la Ley Orgánica 9/1999, de 21 de abril, reguladora del derecho de reunión. d) Ley de 2/1985, de 21 de enero, sobre protección civil. e) Ley de Bases sobre tráfico, circulación de vehículos de motor y seguridad vial. La Ley Orgánica 1/1992, de 21 de febrero, de Protección de la Seguridad Ciudadana, regula, entre otros aspectos, los siguientes: • • • • • • • • • El derecho y el deber de los españoles de obtener el Documento Nacional de Identidad a partir de los 14 años, el cual tendrá por sí solo valor suficiente para acreditar la identidad de los ciudadanos. La prohibición de que en el Documento Nacional de Identidad figuren datos relativos a la raza, religión, opinión ideológica, afiliación política, etc. Regula la expedición del pasaporte. Establece el deber de identificación de los extranjeros que se hallen en España, sin que en ningún caso puedan ser privados de su documentación. Habilita a las Fuerzas de Seguridad a mantener y restablecer la seguridad ciudadana, en especial en supuestos de desórdenes colectivos o de inseguridad pública graves. Faculta a las autoridades a cerrar locales o establecimientos y a evacuar inmuebles en situaciones de emergencia o en circunstancias que sean imprescindibles. También pueden las autoridades suspender espectáculos, desalojar locales y cerrar provisionalmente establecimientos cuando en los mismos tuvieran lugar graves alteraciones del orden. Autoriza el establecimiento de controles en las vías, lugares o establecimientos públicos, con el fin de descubrir o detener a los partícipes de un hecho delictivo, para aprehender instrumentos, efectos o pruebas del delito. Permite a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad requerir la identificación de personas. Si éstas no pudieran identificarse por cualquier medio, o no quisieran, podrán ser conducidas a las dependencias policiales a efectos de identificación. Se señala, por último, que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado son garantes de la seguridad. 2.4 DERECHO A LA INVIOLABILIDAD DEL DOMICILIO Y DEMÁS DERECHOS A LA INTIMIDAD El artículo 18 de la Constitución establece: “1. Se garantiza el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen. 2. El domicilio es inviolable. Ninguna entrada o registro podrá hacerse en él sin consentimiento del titular o resolución judicial, salvo en el caso de flagrante delito. 3. Se garantiza el secreto de las comunicaciones y, en especial, de las postales, telegráficas y telefónicas, salvo resolución judicial. 4. La ley limitará el uso de la informática para garantizar el honor y la intimidad personal y familiar de los ciudadanos y el pleno ejercicio de sus derechos”. El derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen son derechos que tienen la particularidad de ser irrenunciables e inalienables, al estar vinculados con la propia personalidad. La intimidad personal, en cuanto derivación de la dignidad de la persona (art. 10.1 CE), implica la existencia de un ámbito propio y reservado, frente a la acción y el conocimiento de los demás; espacio necesario para mantener una calidad mínima de la vida humana. La intimidad de la informática se encuentra regulada por la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal y en el Código Penal para casos de uso fraudulento de datos y para proteger la intimidad y dignidad de las personas. Se prohíbe, por ejemplo, la utilización de los datos informáticos para controlar comportamientos ideológicos. El Tribunal Constitucional (STC 16/12/97), por lo que a la protección del domicilio se refiere, ha dicho que el derecho fundamental a la inviolabilidad del domicilio tiene por objeto proteger un ámbito de privacidad e intimidad que se proyecta sobre un determinado espacio físico cuyo titular reserva y excluye del conocimiento ajeno. Por lo tanto, la entrada en el domicilio “sin permiso de quien lo ocupa, ni estado de necesidad, sólo puede hacerse si lo autoriza o manda el Juez competente” (STC 133/1995)1. El concepto de domicilio y su correlativa garantía constitucional no es extensible a aquellos lugares cerrados como almacenes, fábricas, o los locales comerciales (STC 171/1989). Los funcionarios de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad han de procurarse el necesario mandamiento judicial para entrar en un domicilio. Únicamente lo podrán hacer en los estrictos supuestos en que la intervención policial resulte urgente para impedir la comisión de un delito, cuya ejecución es inminente, detener a la persona supuestamente responsable del mismo o proteger a la víctima. 3. CONCEPTO Y ESTRUCTURA DE LA NORMA JURÍDICA La palabra norma se utiliza en sentido general para expresar no sólo el tipo, la medida o pauta a que se someten los fenómenos de la naturaleza (leyes naturales), sino también las reglas a que se sujeta el obrar humano (normas morales, sociales, jurídicas). En la estructura de la norma jurídica se distinguen claramente dos elementos: el primero es la realidad social contemplada en la norma y se suele denominar supuesto de hecho o situación de hecho; el segundo es el efecto o la respuesta jurídica que esa realidad social merece en el ámbito de la norma, es la consecuencia jurídica. 3.1 CARACTERES De la norma jurídica pueden predicarse las siguientes características: a) Imperatividad. Toda norma jurídica contiene un mandato o una prohibición; es decir supone un imperativo positivo o negativo. b) Generalidad. La norma es general porque se refiere a todos aquellos hechos que estén comprendidos en el supuesto de hecho descrito por la misma. c) Coercibilidad. En defecto de cumplimiento voluntario, el Estado aplica su poder coactivo para que puedan imponerse las sanciones previstas en caso de incumplimiento. 4. LAS FUENTES DEL DERECHO Las fuentes del Derecho podemos clasificarlas en: Directas e indirectas. Directas, que encierran en sí la norma jurídica. Se suelen reducir a dos: Ley, como expresión de la voluntad del pueblo y costumbre como expresión espontánea y directa de la conciencia social. Las fuentes indirectas ayudan a la producción y a la comprensión de la regla jurídica, pero sin darle existencia. Entre ellas se citan la Jurisprudencia, el Derecho natural, el Derecho científico, la analogía, la equidad, la doctrina científica. Las fuentes directas, llamadas también primarias, del Derecho español, conforme al art. 1.1 del Código Civil son: La ley, la costumbre y los principios generales del Derecho. La costumbre sólo regirá en defecto de Ley aplicable, siempre que no sea contraria a la moral o al orden público y que resulte probada (art. 1.3 Cc). La costumbre es pues, fuente subordinada a la ley. Los principios generales del Derecho son las ideas fundamentales que informan nuestro Derecho positivo, contenido en leyes y costumbres. Son como verdades jurídicas universales dictadas por la recta razón. Como fuentes indirectas se señalan: - La jurisprudencia, que se puede definir como el modo habitual de interpretación del Derecho mostrado en las sentencias del Tribunal Supremo. Se forma por la reiteración de fallos basados en el mismo criterio, exigiéndose, al menos, dos sentencias que mantengan el mismo criterio. Según establece el art. 1.6 del Código Civil, “la jurisprudencia complementará el ordenamiento jurídico con la doctrina que de modo reiterado establezca el Tribunal Supremo al interpretar y aplicar la ley, la costumbre y los principios generales del Derecho”. - También se incluyen como fuentes del Derecho los Tratados Internacionales que, válidamente celebrados y una vez publicados en España, forman parte del ordenamiento interno (art. 96 CE). - La doctrina científica. Debe entenderse por tal, el conjunto de opiniones de los autores y tratadistas del Derecho. El art. 17 del C.c. dispone: “Los Jueces y Tribunales tienen el deber inexcusable de resolver en todo caso los asuntos de que conozcan, con arreglo o ateniéndose al sistema de fuentes establecido”. 4.1 JERARQUÍA NORMATIVA El artículo 9.3 de la Constitución garantiza el principio de jerarquía normativa, al decir que “carecerán de validez las disposiciones que contradigan a otra de rango superior”, lo que impide que ningún precepto legal pueda ser modificado por otro de rango inferior. De acuerdo con este principio las normas se ordenan de la siguiente forma: Constitución. Leyes Orgánicas. Leyes ordinarias, Decretos-Leyes y Decretos Legislativos. Normas emanadas de la potestad reglamentaria: o Decretos. o Órdenes de Comisiones Delegadas del Gobierno. o Órdenes Ministeriales. o Disposiciones de Autoridades y Órganos inferiores. 4.2 CLASES DE LEYES Las leyes pueden clasificarse de las siguientes formas: Leyes orgánicas: Leyes caracterizadas por referirse a materias a las que la Constitución ha querido dar una especial relevancia y cuya aprobación requiere un quórum especialmente reforzado del Congreso de los Diputados (mayoría absoluta). En el Senado es suficiente la mayoría simple. Según el art. 81 de la Constitución: “Son leyes orgánicas las relativas al desarrollo de los derechos fundamentales y de las libertades públicas, las que aprueben estatutos de autonomía y el régimen electoral general, y las demás previstas en la Constitución”. Leyes ordinarias. Son las aprobadas con tal carácter por las Cortes Generales (Congreso y Senado), por mayoría simple. Podemos distinguir entre leyes aprobadas por el Pleno y por las Comisiones. Leyes marco. Están contempladas en el artículo 150.1 de la CE que dispone: “Las Cortes Generales en materia de competencia estatal, podrán atribuir a todas o algunas de las Comunidades autónomas la facultad de dictar por si mismas normas legislativas en el marco de los principios, bases y directrices fijados por una ley estatal”. En definitiva se trata de una ley que traza un “marco” de principios, bases y directrices al que deben acomodarse las Comunidades autónomas al legislar la materia delegada por las Cortes (recordemos, de competencia estatal). Leyes de las Comunidades Autónomas. La Constitución reconoce potestad normativa a las Comunidades autónomas. Estas leyes pueden ser: o Leyes que regulan materias de exclusiva competencia de las Comunidades autónomas. o Leyes dictadas sobre materias de competencia estatal en virtud de una ley marco. o Leyes dictadas en materias de competencia compartida con el Estado. Leyes de transferencias o de delegación. Por medio de estas leyes el Estado podrá transferir o delegar en las Comunidades Autónomas, mediante ley orgánica, facultades correspondientes a materia de titularidad estatal que por su propia naturaleza sea susceptible de transferencia o delegación (art. 150.2 CE). Leyes refrendadas. Por las cuales las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos, convocado por el Rey, a propuesta del Presidente del Gobierno, previa autorización del Congreso de los Diputados (art. 92.1 CE). Normas con rango de ley. El Gobierno en determinados casos puede dictar disposiciones normativas con rango de ley. Es el caso de los Decretos-leyes (legislación de urgencia) y de los Decretos legislativos (legislación delegada). Decretos-leyes (legislación de urgencia). Son disposiciones legislativas provisionales dictadas por el Gobierno en caso de extraordinaria y urgente necesidad para regular materias que normalmente son competencia de las Cortes. Según la Constitución, los Decretos-leyes no podrán afectar al ordenamiento de las instituciones básicas del Estado, a los derechos, deberes y libertades de los ciudadanos, al régimen de las Comunidades Autónomas, ni al derecho electoral general. Deberán ser inmediatamente sometidos a debate y votación de totalidad al Congreso de los Diputados convocado al efecto, si no estuviese reunido en el plazo de los 30 días siguientes a su promulgación. Decretos legislativos (legislación delegado). Son disposiciones, con rango de ley, dictadas por el Gobierno en forma de Decreto, en virtud de una delegación expresa para cada caso concreto y con fijación de plazo para su ejercicio, concedido al Gobierno por las Cortes Generales. No pueden delegarse materias reservadas a leyes orgánicas. Tienen dos manifestaciones: 1. Textos refundidos o únicos. Las Cortes Generales autorizan al Gobierno, mediante una ley ordinaria, para que en un solo texto refunda varias disposiciones legales que inciden sobre la misma materia. 2. Textos articulados. En este caso la labor encomendada al Gobierno por las Cortes Generales es desarrollar a través de una serie de artículos las bases contenidas en una ley aprobada por las Cortes Generales. Las leyes de bases delimitarán con precisión el objeto y alcance de la delegación legislativa y los principios y criterios que han de seguirse en su ejercicio.