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U SOS E INSTRUMENTOS JURÍDICOS
Órgano jurisdiccional superior de la Administración
de Justicia
EL TRIBUNAL SUPREMO
Los cimientos y la base
del actual Tribunal Supremo
hay que buscarlos
en el espíritu revolucionario
francés y en las teorías
liberales del modernismo
jurídico de derecho público
dimanante del mismo.
El Tribunal Supremo nace
en nuestro país como símbolo
de la separación de poderes,
convirtiéndose
en el organismo que frenaría
y pondría límites al sistema de
gobierno absolutista del
Antiguo Régimen.
l Supremo recibe este título
por ser el más alto tribunal en
España, al considerarse el órgano jurisdiccional superior en los
órdenes civil, penal, contencioso-administrativo y social, a excepción de
lo dispuesto en materias de garantías constitucionales donde ya entra
en juego el Tribunal Constitucional.
E
Orígenes
Como antecedentes, el Tribunal
Supremo encuentra sus raíces históricas en el Real y Supremo Consejo de Castilla, creado por los Reyes
Católicos como órgano consultivo y
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tribunal altísimo de Justicia. Será en
el Título IV, Ley 5, de la Novísima
Recopilación, donde se especificarán
las atribuciones de tan alta institución y los asuntos de los que conocía, determinándose, de esta forma,
su jurisdicción.
Sin embargo, los orígenes del Tribunal Supremo se remontan al principio del siglo XIX, concretamente a
la Constitución elaborada en Cádiz
en 1812, la primera constitución es-
pañola. De esta forma en los artículos 259 y 261 de la citada Constitución se promulga la creación de este
Tribunal y se definen sus competencias, plasmándose así una profunda
reforma en la Administración de Justicia y convirtiéndolo en símbolo de
la separación de poderes y, en definitiva, de un Estado moderno, liberal y
de Derecho.
Unos años más tarde, en 1838,
el Tribunal Supremo se conforma
como un órgano de casación a partir de un decreto fechado el 4 de noviembre de ese mismo año. Así, por
primera vez desde su creación, se
asigna al Supremo la facultad de
pronunciarse sobre el fondo de los
asuntos y con ello se produce el comienzo de su actividad.
Hay que señalar que desde su
creación en 1812 hasta convertirse
en un órgano de casación en 1838,
el Tribunal Supremo se vio directamente afectado por los cambios políticos y, en general, por el momento histórico de gran conflictividad
que se estaba viviendo. Así, en los
primeros años pudo desarrollar su
actividad tan sólo de manera intermitente ya que con la vuelta de
Fernando VII el Tribunal fue suprimido, no volviéndose a restablecer
hasta el año 1820. Sin embargo, no
podríamos hablar de consolidación
de este órgano hasta el año 1834, fecha en la que se abre una nueva etapa con el gobierno de María Cristina, llevándose a cabo numerosas e
importantes reformas judiciales.
Por las circunstancias históricas anteriormente mencionadas, el
Tribunal Supremo se rigió por dos
reglamentos distintos: el primero,
correspondiente a 1814 que se mantuvo hasta 1823, y el segundo del
año 1835. El Reglamento del 13 de
marzo de 1814 estableció que el día
2 de enero tendría lugar la apertura
del Tribunal, dándose así por comenzada la actividad de esta institución. Desde su creación hasta el
año 1838, el Supremo se compuso
de tres salas aunque su composición
numérica, organización y funcionamiento fueran diferentes. En concreto, dos para la península e islas
adyacentes y la tercera para ultramar. Cada una estaba formada por
quince magistrados, turnándose entre sí los de las dos primeras.
La Real Orden, no publicada, de
15 de agosto de 1836, cambia el
nombre de Tribunal Supremo de
España e Indias por el de Tribunal
El Tribunal Supremo es una institución
con unos orígenes históricos que la hacen
convertirse en representante de un cambio
ideológico trascendental a través del cual
se puede comprender el Estado de derecho
que disfrutamos en la actualidad
Supremo de Justicia, tal y como fijaba el texto constitucional de 1812.
En 1854 se suprime la Sala de Indias, repartiéndose sus asuntos entre
las otras dos salas, supresión que se
anularía de inmediato, hasta hacerse definitivamente efectiva en la Ley
Provisional de 1870, de 15 de septiembre, cuyo título I, capítulo V, determina la composición del Tribunal
Supremo, regulándose sus competencias en el capítulo VI, título VI.
Según la citada disposición, el Tribunal Supremo estaría integrado por
un presidente, cuatro presidentes de
salas y veintiocho magistrados. Estaría compuesto por una Sala de
Gobierno y cuatro de Justicia: la primera de lo Civil; la segunda de lo
Criminal; la tercera de casación de
lo Criminal y la cuarta de recursos
contra la Administración Pública.
Cada Sala estaría integrada por el
presidente y siete magistrados.
Con la República, por el Decreto
de 6 de mayo de 1931, se reorganiza
el Tribunal Supremo en cinco salas:
la primera para lo Civil; la segunda
para lo Criminal; la tercera y la cuarta para lo contencioso-administrativo, y la quinta para lo Social. Será
la Constitución de ese mismo año
la que cree la sala sexta de Justicia
Militar.
Su actual configuración nace de
la Constitución de 1978, que dedica
su título VI al Poder Judicial, en general, y su artículo 123 al Tribunal
Supremo, en particular. Lo considera el órgano jurisdiccional superior
en todos los órdenes y con compe-
tencia en todo el territorio nacional.
Será por su parte la Ley Orgánica del
Poder Judicial la responsable de fijar
su composición y competencias.
Hemos visto como el Tribunal
Supremo es una institución con
unos orígenes históricos que la hacen convertirse en representante de
un cambio ideológico trascendental
a través del cual se puede comprender el Estado de derecho que disfrutamos en la actualidad. El año 1838
supuso el comienzo en la formación
de jurisprudencia del Tribunal Supremo.
Competencias
y componentes
El funcionamiento actual del Tribunal Supremo viene heredado del
Decreto de 4 de noviembre de 1838
a través del cual se implanta la casación, la noción de doctrina legal y se
posibilita fundar el recurso de nulidad por la doble vía de la infracción
de ley y de la doctrina legal.
En nuestros días, las competencias del Tribunal Supremo están reflejadas en el título IV, capítulo primero, de la Ley Orgánica del Poder
Judicial, donde se determina que
este órgano es superior en todos los
órdenes. Así, el alto tribunal está
compuesto por cinco salas. La primera correspondiente al orden Civil, la segunda a lo Penal, la tercera
a lo Contencioso-Administrativo, la
cuarta concerniente al orden Social
y la quinta al orden Militar.
En cuanto a la Sala de lo Civil del
Supremo, compuesta por el presiAgosto 2005 • PROCURADORES / 51
El Tribunal Supremo conocerá de las demandas de responsabilidad civil por hechos realizados en el ejercicio de su
cargo dirigidas contra el presidente del Gobierno, del Congreso y del Senado.
dente de Sala, once magistrados y
tres más suplentes, las competencias
que tiene están con relación a los recursos de casación, revisión y otros
extraordinarios en materia civil que
establezca la Ley. Igualmente conocerá de las demandas de responsabilidad civil por hechos realizados
en el ejercicio de su cargo dirigidas contra el presidente del Gobierno, del Congreso y del Senado, presidente del Tribunal Supremo y del
Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Presidente del Tribunal Constitucional y miembros del
Gobierno, diputados y senadores,
vocales del CGPJ, magistrados del
Constitucional y del Supremo, presidentes de la Audiencia Nacional y
sus salas, así como de los tribunales
superiores de Justicia, fiscal general
del Estado, fiscales de sala del Tribunal Supremo, presidente y consejeros del Tribunal de Cuentas, presidente y consejeros del Consejo de
Estado, Defensor del Pueblo y, por
último, presidente y consejeros de
una Comunidad Autónoma.
Por otra parte, la Sala de lo Civil
tendrá funciones para conocer de las
demandas de responsabilidad civil
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dirigidas contra magistrados de la
Audiencia Nacional o de los Tribunales Superiores de Justicia por hechos realizados en el ejercicio de sus
cargos. Asimismo, le competerán las
peticiones de ejecución de sentencias dictadas por tribunales extranjeros, siempre que no corresponda
su conocimiento a otro juzgado o
tribunal.
En lo que respecta a la Sala Segunda o de lo Penal, compuesta por
el presidente de Sala, quince magistrados y otros siete, entre eméritos y
suplentes, asumirá las funciones de
conocer de los recursos de casación,
revisión y otros extraordinarios en
materia penal que establezca la ley,
al tiempo que instruirá y enjuiciará
las causas contra todos los cargos
mencionados anteriormente en el
caso de la Sala Primera, incluyendo
magistrados de la Audiencia Nacional o de los Tribunales Superiores de
Justicia.
Las competencias de la Sala de
lo Contencioso-administrativo, de
la que forman parte el presidente
y treinta y cinco magistrados que
actúan en siete secciones, están en
relación, en primer lugar, a los re-
cursos contenciosos-administrativos
que se promuevan contra actos y
disposiciones emanadas del Consejo de Ministros, y en segundo lugar
a los recursos contra actos y disposiciones del CGPJ y de los órganos
de gobierno del Congreso de los
Diputados y del Senado, del Tribunal Constitucional, del Tribunal de
Cuentas y del Defensor del Pueblo
en materia de personal y actos de
administración.
En tercer lugar, conocerá de los
recursos de casación que se interpongan contra sentencias dictadas
por la Sala de lo Contencioso-administrativo de la Audiencia Nacional;
y por otra parte, de los recursos de
casación que establezca la ley contra las sentencias dictadas en única
instancia por las Salas de lo Contencioso-administrativo de los Tribunales Superiores de Justicia, en su
caso, en recursos contra actos y disposiciones procedentes de órganos
de la Administración del Estado, y,
en otro caso, en relación con actos y
disposiciones de las Comunidades
Autónomas.
Finalmente, la Sala Tercera atenderá los recursos que establezca la ley
contra las resoluciones del Tribunal
de Cuentas, así como aquellos otros
recursos de revisión que establezca
la ley y que no estén atribuidos a las
Salas de lo Contencioso-administrativo de los Tribunales Superiores de
Justicia.
Hasta la Sala Cuarta de lo Social,
compuesta por el presidente y doce
magistrados, llegarán los recursos de
casación y revisión, así como otros
extraordinarios que establezca la ley
en materia del orden social.
Por último, la Sala Quinta de lo
Militar del Tribunal Supremo, integrada por su presidente y siete magistrados (cuatro militares y cuatro
civiles), conocerá: de los recursos de
casación y revisión que establezca la
ley contra las resoluciones del Tribunal Militar Central y de los Tribunales Militares Territoriales; de la
instrucción y enjuiciamiento en única instancia de los procedimientos
por delitos y faltas no disciplinarias,
que sean competencia de la jurisdicción militar, contra los capitanes
generales, tenientes generales y almirantes, cualquiera que sea la situación militar, miembros del Tribunal Militar General, fiscal togado,
fiscales de sala de lo Militar del Tribunal Supremo y Fiscal Militar Central; de los incidentes de recusación
contra uno o dos magistrados de la
Sala o contra más de dos miembros
de la Sala de Justicia del Tribunal
Militar Central; de los recursos contra resoluciones dictadas por el magistrado instructor a que hace referencia el artículo 30, en los casos en
que determine la ley procesal; de los
recursos jurisdiccionales en materia
disciplinaria militar que procedan
contra las sanciones impuestas o reformadas por el ministro de Defensa, incluso las extraordinarias; de los
recursos jurisdiccionales contra sanciones disciplinarias judiciales impuestas a quienes ejerzan funciones
judiciales, fiscales o secretarías relatorias, y no pertenezcan a la propia
Sala; de los recursos de apelación
en materia de conflictos jurisdiccionales que admita su ley reguladora
contra las resoluciones en primera
instancia del Tribunal Militar Cen-
tral; de las pretensiones de declaración de error de los órganos de la
jurisdicción militar a los efectos de
responsabilidad patrimonial del Estado, sin perjuicio de lo dispuesto en
el artículo 615 de la Ley Orgánica
del Poder Judicial.
Además de las funciones propias
de cada una, las salas del Tribunal
Supremo atenderán las recusaciones que puedan interponerse contra
los magistrados componentes de las
mismas y de las cuestiones de competencia entre juzgados o tribunales
del propio orden jurisdiccional que
tengan otro superior.
A tales efectos, junto a las anteriores, en el Tribunal Supremo existen las salas especiales, más concretamente tres: la Sala de Conflictos de
Jurisdicción entre los juzgados o tribunales ordinarios y militares; la de
Conflictos de Competencias, entre
juzgados o tribunales de distinto orden jurisdiccional; la Sala Especial,
integrada por el presidente del Tribunal Supremo, todos los presidentes de Sala y el magistrado más antiguo y más moderno de cada una de
ellas, que conocerá de asuntos relacionados con resoluciones o miembros del propio Tribunal Supremo; y,
finalmente, el Tribunal de Conflictos
de Jurisdicción entre los juzgados o
tribunales y la Administración.
En el año 1995 las dependencias de la Audiencia Provincial se trasladaron a otro edificio.
Así pues, la composición del Supremo está, igualmente, determinada por la Ley Orgánica del Poder
Judicial. Así, el alto tribunal, además
de los integrantes indicados para
cada una de sus Salas, está constituido por un presidente que será nombrado por el Rey a propuesta del
Consejo General del Poder Judicial.
Sede del Tribunal Supremo
La actual ubicación del Tribunal
Supremo data de 1878, año en que
se trasformaron las instalaciones del
antiguo Convento de Salesas para
adaptarlas a las funciones del alto
tribunal, al que acompañó las correspondientes a la Audiencia de
Madrid.
Las obras del edificio se iniciaron,
bajo los auspicios de doña Bárbara
de Braganza, esposa de Fernando VI,
en 1750, para servir de colegio residencia para la educación de doncellas nobles y siendo regentado por la
orden femenina de San Francisco de
Sales.
Por Real Orden de 27 de octubre
de 1870, coincidiendo con los movimientos revolucionarios y la desamortización civil y eclesiástica durante el reinado de Isabel II, el ex
convento quedó destinado a palacio
de justicia.
Un incendio producido el 5 de
mayo de 1915 destruyó el edificio,
salvándose únicamente la Iglesia de
Santa Bárbara y los muros de cargo.
Su reconstrucción se culminó en
1926. Desde aquel momento hasta
la actualidad, el edificio ha sufrido
importantes reformas y rehabilitaciones internas, al fin de adaptarse
a sus funciones, la última de las cuales, en 1995, se hizo con el objeto
de convertirlo en sede exclusiva del
Tribunal Supremo, trasladándose
a otro edificio las dependencias de
la Audiencia Provincial de Madrid,
con quien compartía sede desde los
inicios.
HELEN GLOVER
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