universidad de sevilla master universitario en comunicación política

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UNIVERSIDAD DE SEVILLA
MASTER UNIVERSITARIO EN COMUNICACIÓN
POLÍTICA E INSTITUCIONAL
ASOCIACIONES EMPRESARIALES, COMUNICACIÓN Y
PARTICIPACIÓN DEMOCRÁTICA
Luis Picón Bolaños
Dtor.: Prof. Dr. D. Víctor Vázquez Alonso
Noviembre 2013
2
INDICE
1. INTRODUCCIÓN ....................................................................................... 5
2. ASOCIACIONISMO EMPRESARIAL
2.1. Introducción .......................................................................................... 9
2.2. Distinciones conceptuales previas...................................................... 13
2.3. Concepto de asociación empresarial.................................................. 17
2.4. Tipología de asociaciones empresariales........................................... 20
3. NORMATIVA
3.1. Régimen jurídico de las asociaciones empresariales en España ....... 23
3.2. Marco normativo................................................................................. 26
3.3. Contenidos regulados por la normativa vigente.................................. 29
4. LA
DIMENSIÓN
INSTITUCIONAL
DE
LAS
ASOCIACIONES
EMPRESARIALES
4.1. La constitucionalidad de las asociaciones empresariales .................. 33
4.2. Distinción asociación empresarial – partido político ........................... 40
5. LAS PERSONAS JURÍDICAS COMO TITULARES DE DERECHOS
FUNDAMENTALES.................................................................................. 46
6. EL ASOCIACIONISMO EMPRESARIAL EN ESPAÑA
6.1. Breve recorrido histórico por el asociacionismo empresarial español 53
6.2. El nacimiento de la CEOE. ................................................................. 64
6.3. Las asociaciones empresariales en la actualidad.
6.3.1. Consolidación de la presencia y participación de las
Asociaciones empresariales......................................................... 70
6.3.2. Crisis actual........................................................................ 75
7. ASOCIACIONES EMPRESARIALES Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN
SOCIAL .................................................................................................... 78
3
8. LAS
ASOCIONES
EMPRESARIALES
Y
LOS
PROCESOS
DEMOCRÁTICOS
8.1. Participación de las asociaciones empresariales en la actividad política
........................................................................................................... 84
8.2. Participación y acción política............................................................. 87
9. ASOCIACIÓN
EMPRESARIAL
Y
CAMPAÑA
ELECTORAL:
CONTROVERSIA JURÍDICA.
9.1. Antecedentes:
Contenido
de
la
campaña
informativa
de
la
Confederación de Empresarios de Andalucía en 1982 ...................... 91
9.2. Controversia suscitada por el anuncio publicado el 10 y 11 de mayo de
1982: “Se fingen moderados” ........................................................... 107
10. SITUACIÓN ACTUAL............................................................................. 116
11. REFERENCIAS ...................................................................................... 121
12. ANEXOS ................................................................................................ 126
4
1. INTRODUCCIÓN
La investigación que a continuación se expone se realiza en el marco de la
impartición de un Máster de Comunicación Política e Institucional en el curso
2012/2013, en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla.
La elección de la materia objeto del mismo y el análisis que se hace de dicha
materia trata de ser consecuente con los distintos contenidos que han sido
impartidos por los docentes durante ese curso académico y que guardan
relación con ámbitos y temáticas como, a título de ejemplo: derecho
constitucional,
campañas
electorales,
partidos
políticos,
propaganda,
comunicación electoral, medios de comunicación, participación política,…
Junto a ello, este trabajo también es consecuente con el desempeño
profesional de su autor que básicamente ha dedicado toda su actividad laboral
al ámbito de las asociaciones empresariales y dentro de éstas a las actividades
patronales y de comunicación y participación en la vida política y social.
Con estos antecedentes, el trabajo elaborado parte de un hecho singular la
participación de la Confederación de Empresarios de Andalucía, una
asociación empresarial y no un partido político, en la campaña electoral de las
primeras elecciones al Parlamento de Andalucía en 1982 y la prohibición que
por parte de la autoridad administrativa se hizo de la misma, como
consecuencia de las denuncias presentadas por unos partidos políticos. Dicha
prohibición fue anulada por la jurisdicción contenciosa, llegando a intervenir el
Tribunal Supremo que confirmó esa anulación.
Se trata de una cuestión que, más allá de la trascendencia política y social que
tuvo en su momento, sirve como punto de inflexión para generar una
confirmación del posicionamiento de las asociaciones empresariales dentro del
nuevo orden constitucional, avalada jurisprudencialmente, tras los dos
pronunciamientos que hubo por parte del Tribunal Supremo.
5
Desde un punto de vista histórico el momento en el que se producen los
hechos resulta realmente atractivo. Estamos al final de la Transición española,
que comúnmente se fija en las elecciones generales de octubre de 1982, es
decir, 5 meses después de cuando se desarrolla el tema objeto de
investigación.
Además se trata de la primera experiencia política de una Comunidad
Autónoma, como la andaluza, que históricamente no había tenido personalidad
política distinta a la del Estado.
Las asociaciones empresariales tal y como hoy las conocemos acaban en este
período prácticamente de constituirse y están tratando de encontrar su espacio
institucional y político, tanto entre las empresas a las que representan; como
ante la sociedad, los medios de comunicación, los partidos y los gobiernos,
interlocutores necesarios para el ejercicio de su acción constitucional.
Desde un punto de vista jurídico estamos ante un problema planteado en el
ámbito de dos derechos fundamentales: el de libertad de expresión y el
electoral, derechos que están constitucionalizados de manera muy reciente al
momento en el que se producen los acontecimientos. La Constitución es de
1978 y el proceso electoral sucede en 1982.
Desde un punto de vista económico, el tema se enmarca dentro de una lucha
de los grupos de interés (partidos, sindicatos, asociaciones empresariales) por
imponer un determinado modelo económico, dada la dialéctica entre
intervencionismo público y estatalismo, y liberalismo económico que se
desarrolla en esa época.
Evidentemente así descrito, creemos que el tema presenta un gran atractivo,
pero también una amplitud que desborda cualquier intención de abordar todo
ello en el ámbito de este trabajo.
Por ello, hemos tratado de limitarnos a exponer el mismo con un carácter muy
general, apuntando detalles que inviten a investigaciones futuras, dada la
6
contrastada ausencia de las mismas, y centrando nuestro estudio en la
capacidad jurídica de la asociación empresarial para llevar a cabo una
campaña de información en el mismo espacio temporal que una campaña
electoral, todo ello como confirmación de la especial función constitucional que
tienen reconocidas las asociaciones empresariales en nuestra ordenamiento
jurídico.
Estamos ante una investigación científica que pretende ser muy inicial, con un
enfoque eminentemente cualitativo y exploratorio, en el que se pretende hacer
una recopilación de datos e ideas, que permita con una gran flexibilidad un
proceso de acercamiento al tema objeto de estudio.
La vocación del estudio es en sí generar más preguntas, que respuestas, sobre
todo en el ámbito de la doctrina científica que históricamente se ha mostrado
bastante alejado del sujeto de esta investigación, como son las asociaciones
empresariales.
Las principales fuentes a utilizar serán los diferentes textos escritos, originarios
de distintas ciencias, principalmente del derecho, pero también de obras y
textos de los propios protagonistas, las asociaciones empresariales y sus
líderes.
También se ha recurrido a la elaboración de un breve cuestionario y una serie
de entrevistas sobre las relaciones entre asociaciones empresariales y medios
de comunicación, dado que se trata de una interesante perspectiva a la hora de
abordar el tratamiento del ejercicio del papel constitucional de la asociación
empresarial.
Por otra parte, hemos creído fundamental apuntar lo publicado por los medios
de comunicación, tanto el contenido de carácter periodístico, como aquél de
carácter publicitario.
Igualmente será muy útil conocer la jurisprudencia que existe sobre la materia
objeto de investigación.
7
Asimismo, existe una importante componente que vendrá dada por la
experiencia práctica del autor, que tiene acumulado un importante acervo de
relación con las personas que han participado en la creación de las
asociaciones empresariales españolas en las últimas cuatro décadas.
El objetivo de la investigación, como ya se ha señalado, es la generación de
interés en el mundo académico, dado que las asociaciones empresariales son
generalmente objeto de un alto grado de opinión, sobre todo en los medios de
comunicación y en el ámbito político, pero muy escaso de estudio.
Creemos que si se incrementa el grado de análisis y estudio sobre las
asociaciones se deberá incrementar la cantidad y calidad de las opiniones
emitidas, así como en el futuro una mayor empatía hacia un posible proceso
legislativo que afecte directamente a las asociaciones empresariales y su
moderna incardinación en el orden político y social vigente, normativa que hoy
día es bastante dispersa como podremos comprobar.
Pensamos, igualmente, que será posible entender, al menos parcialmente, la
posición particular de la que hoy gozan las asociaciones empresariales en
nuestro entramado político e institucional, partiendo para ello de un caso
singular, que aunque lejano en el tiempo, mantiene íntegramente su idoneidad.
La hipótesis que trataremos de demostrar con este trabajo es que las
asociaciones empresariales, en el ejercicio propio de su actividad, reconocida
constitucionalmente, pueden llevar a cabo una campaña de información en el
mismo espacio temporal que una campaña electoral a pesar de no tratarse de
partidos políticos.
8
2. EL ASOCIACIONISMO EMPRESARIAL
2.1.
Introducción
Miguel Rodríguez-Piñero y Bravo Ferrer, comienza la presentación del libro
“Cuevas o la aventura de la CEOE” (Márquez, 2012, pág.9) diciendo
textualmente: “Las patronales son las grandes desconocidas. Los estudios y
publicaciones sobre el sindicalismo son numerosísimos, pero son relativamente
escasos los referentes a las asociaciones empresariales”.
Unos años antes, en 2002, la autora Ana María García Femenía1, comenzaba
la Introducción de su obra “El Asociacionismo empresarial en España”, diciendo
“El asociacionismo empresarial en España ha sido tradicionalmente escaso
objeto de estudio.”, y sigue “El escaso tratamiento recibido por los empresarios
y sus organizaciones ha sido puesto de manifiesto prácticamente por cuantos
estudiosos han procedido al análisis de los mismos.”2
Las causas de este escaso tratamiento son expuestas por la misma autora,
siguiendo los trabajos de Windmuller y Gladstone, sobre la base de dos ideas:
la desconfianza de las organizaciones hacia los investigadores y el desinterés
de éstos por las organizaciones empresariales, en función de la mayor afinidad
a la causa sindical, que además tiene mayor potencialidad y vis dramática.
Añade la autora alguna causa más como la relativa a la inexistencia de una
disciplina definida de Relaciones Industriales en nuestro entorno y la relevancia
del factor ideológico de los investigadores, especialmente los estudiosos de las
relaciones laborales, más alejados del mundo organizativo empresarial,
cuestión que subraya citando, entre otros, al laboralista Alonso Olea, que
expone que “no (son) tema estricto de nuestra disciplina, por cuanto tiene
finalidades que exorbitan las relaciones de trabajo”. En el mismo sentido cita
1
A.M. García, 2002, pág. 27.
La ausencia de interés académico por las organizaciones empresariales es una constante en
los textos analizados. Veáse también González (2001) y Jerez y Real (2000)
2
9
también a Del Rey Guanter que señala también que al contrario de los
sindicatos, las asociaciones empresariales se caracterizan por perseguir
objetivos de defensa y promoción de intereses que claramente trascienden la
esfera de las relaciones laborales, especialmente por lo que se refiere a los
intereses estrictamente económicos de sus miembros.
Como miembro activo de una asociación empresarial nos corresponde aportar
alguna idea al respecto. En principio no es cierta la desconfianza hacia los
investigadores, pues por experiencia personal, e incluso observando distintas
referencias de trabajos publicados, es constante la presencia de los actores de
las organizaciones empresariales en estudios y trabajos de carácter
académico.
Lo que sí se manifiesta no es tanto desconfianza, como la dificultad de mostrar
una trasparencia amplia sobre la asociación por una cuestión fundamental: la
juventud de las asociaciones empresariales.
Excepto alguna, la inmensa mayoría de las organizaciones empresariales en
España no tienen una vida superior a los 40 años (excepción hecha de las
Cámaras de Comercio que están cumpliendo su 125 Aniversario en estas
fechas), período en el que no han tenido ocasión, ni medios, para escribir recopilar su propia historia3.
Por otra parte, lo que si resulta evidente y en ello podemos concluir de forma
clara es que es cierto que los actores de la ciencia laboralista tienen una mayor
vocación e interés hacia la clase sindical, por ello sólo tratan a las
3
“Una encuesta dirigida a varias organizaciones empresariales nos ha permitido concluir que
éstas no le han prestado mucha atención a sus archivos, estando generalizada la ausencia
tanto de departamentos específicos encargados de la gestión documental como de personal
cualificado al frente de los archivos. La mayoría de sus fondos documentales se inicia en 1977,
y por lo que respecta a su tratamiento es habitual que utilicen algún sistema de clasificación y
que tenga algún inventario de su documentación. El principal problema al que se enfrentan es
la falta de espacio, por lo que es práctica corriente el expurgo de la documentación sin vigencia
administrativa. (…) Sin demanda por parte de los investigadores, sin necesidad legal de
conservar la documentación y con serios problemas espaciales para conservarla se hace
comprensible que la documentación una vez perdido su interés para la gestión administrativa
sea destruida, por lo que corre un serio peligro de desaparición de los fondos documentales
con valor histórico”. (Del Prado, 2004)
10
organizaciones empresariales como “contraparte” y raramente con su
singularidad propia. 4
Asimismo no podemos olvidar que a los sindicatos pertenecen personas
físicas, de forma voluntaria, que muestran una especial inclinación ideológica
por participar en ese contexto asociativo, identificación que conlleva una
preocupación e interés por la propia historia de la entidad sindical, que se
refuerza a través de la misma.
A las asociaciones empresariales, por el contrario, pertenecen personas
jurídicas, por lo que es mucho más difícil que se materialice una inclinación
ideológica y un apego a la entidad, pues las personas jurídicas carecen de esa
componente ideológica y su adscripción obedece más a la prestación de
servicios y a los intereses que se pretenden defender, por lo que el estudio del
propio modelo asociativo no está entre sus preocupaciones, y menos aún
desde una posición historicista o generalista.
Finalmente, en el ámbito de la ciencia económica y empresarial, se tiene una
tendencia clara al estudio de la empresa en sí, y no de sus organizaciones, que
además en muchas ocasiones y desde posiciones neoliberales, se consideran
más como un gasto y freno para la empresa que un elemento positivo.
Podemos concluir, por tanto, que las asociaciones empresariales están
escasamente estudiadas desde el punto de vista académico y ello es así, en
nuestra opinión por:
-
Su modernidad y falta de tradición.
-
Por el escaso interés que tiene para las distintas ciencias que podrían
interesarse en la misma.
4
“Frente a la profunda y profusa atención prestada a las organizaciones sindicales en nuestro
sistema de relaciones laborales, tanto por parte del legislador como de la jurisprudencia y la
propia doctrina, habitualmente suele pasar más inadvertida la incidencia que tienen las
organizaciones empresariales; en particular se suele dedicar una menor atención al sistema de
representatividad de las organizaciones empresariales” (J. Cruz, 2004, pág. 168)
11
-
Por las propias motivaciones ideológicas de los investigadores que o son
marcadamente laboralistas o economistas liberales.
-
Así como que por tratarse sus integrantes de personas jurídicas carecen
de la necesaria motivación ideológica y personal para su estudio.
12
2.2.
Distinciones conceptuales previas
En la práctica es habitual el uso indistinto de los conceptos organización
empresarial, asociación empresarial y sus variantes de organizaciones y
asociaciones patronales y/o de empleadores.
Desde la experiencia práctica se puede afirmar que está totalmente asumido
ese uso indistinto entre cada uno de los miembros que integran la organización
o asociación, no existiendo ninguna controversia al respecto.
Sí es cierto que, en el asociacionismo empresarial moderno, normalmente se
tiende a huir del concepto patronal, pues se considera que puede estar
estigmatizado por parte de la sociedad, a través de un concepto muy negativo
del mismo dado que patrón es la persona que emplea mano de obra, siendo,
por tanto, un concepto que sólo se define y comprende en el ámbito de las
relaciones laborales y por una cuestión de jerarquía.
No obstante y aunque advertidos de ese uso indistinto, conviene en aras del
rigor
necesario
poder
distinguir
entre
organizaciones
y
asociaciones
empresariales, para posteriormente también poder distinguir éstas de otros
tipos concurrentes.
La doctrina, y compartimos ese criterio, ha señalado que organización
empresarial es un término más amplio que el de asociación empresarial (N.P.
García, 2005, págs. 162-163; Rubio, 2008, págs. 13-14).5
Esta visión que entiende que la organización empresarial representa un
concepto más amplio que el de asociación, permite que dentro de la misma
podamos englobar a corporaciones de derecho público (como las Cámaras de
Comercio y anteriormente a las Cámaras Agrarias), a las propias asociaciones
5
“La doctrina, al respecto sirva la opinión de García Piñero, ha señalado que la expresión
“organización empresarial” es un término más amplio que el de “Asociación empresarial”.
(Rubio, 2008, pág.13)
13
empresariales y a las asociaciones empresariales profesionales o asociaciones
profesionales, simplemente.
En la práctica es fácil argumentar la diferencia existente entre Cámaras de
Comercio, asociaciones empresariales y profesionales, pues ello tiene una
indudable relevancia en el orden constitucional: las empresariales se
englobarían en el artículo 7 del texto constitucional y las profesionales y las
Cámaras en el 52 del precitado texto. Fuera de este ámbito, aunque también
con una cierta relación, quedarían los colegios profesionales, regulados en el
artículo 36 y que no forman una asociación, sino una corporación.
“Los sindicatos de trabajadores y las asociaciones empresariales
contribuyen a la defensa y promoción de los intereses económicos y
sociales que les son propios. Su creación y el ejercicio de su actividad
son libres dentro del respeto a la Constitución y a la ley. Su estructura
interna y funcionamiento deberán ser democráticos”.
Art. 7 CE
“La ley regulará las peculiaridades propias del régimen jurídico de los
Colegios Profesionales y el ejercicio de las profesiones tituladas. La
estructura interna y el funcionamiento de los Colegios deberá ser
democrático.”
Art. 36 CE
“La ley regulará las organizaciones profesionales que contribuyan a la
defensa de los intereses económicos que les sean propios. Su estructura
interna y funcionamiento deberán ser democráticos.”
Art. 52 CE
Gráficamente podemos encontrar las siguientes diferencias:
Cuadro 1: Diferencias entre Asociaciones Empresariales, Cámaras de
Comercio y Colegios Profesionales
ASOCIACIONES
EMPRESARIALES
CAMARAS DE
COMERCIO
CE
Régimen
Pertenencia
Miembros
Art. 7
Privado
Voluntaria
Empresarios
Corporación
Art. 52
de derecho
Obligatoria
Público
Fines
Defensa y promoción de los intereses
económicos y sociales que les son propios
Ámbito subjetivo
El conjunto del
empresariado esté
afiliado o no
Comerciantes
Representación, promoción y defensa de
Sólo comerciantes,
Industriales
los intereses generales del comercio, la
industriales y
Navegantes
industrial y la navegación
navegantes.
Ordenación del ejercicio de las
COLEGIOS
PROFESIONALES
Art. 36
Corporación
Voluntaria
Profesionales
profesiones, representación exclusiva de
libres
las mismas y defensa de los intereses
profesionales de los colegiados
Nota: Elaboración propia
14
Profesionales
Por tanto, la diferencia radica en el campo en el que unas y otras actúan, así
como en los medios de acción que el ordenamiento pone a disposición de cada
una de ellas.
Las Cámaras de Comercio son corporaciones de derecho público, creadas en
1886, para la prestación de servicios a las empresas y de auxilio y colaboración
con las administraciones públicas, si bien no con carácter general, sino sólo en
aquellos temas objeto de su denominación: Comercio, Industria y Navegación,
si bien, la legislación actualmente a debate en el Congreso de los Diputados
también ha incorporado los Servicios6.
Asimismo, dado su carácter de corporación de derecho público está a debate, y
nosotros así lo compartimos, que no debe tener el carácter de representativo
de los intereses de los empresarios.7
En relación a la diferencia entre organizaciones profesionales y empresariales
ambas defienden y promocionan los intereses económicos y sociales que les
son propios, pero las empresariales son aquellas que están diseñadas para
desarrollar su actividad en el campo de las relaciones laborales y, por tanto,
sujetas al ámbito de la jurisdicción social. Las Asociaciones empresariales
tienen como medios típicos de acción la negociación colectiva laboral, el
planteamiento de conflictos colectivos de trabajo, el diálogo social y la
participación institucional en los organismos públicos de las administraciones
laborales. Gozan de una mayor protección constitucional por su indudable
conexión con el derecho de asociación del artículo 22, al que también se
atribuye la cualidad de fundamental.
6
Proyecto de Ley Básica de las Cámaras Oficiales de Comercio, Industria, Servicios y
Navegación.
Presentado
el
02/08/2013
,
http://www.congreso.es/portal/page/portal/Congreso/Congreso/Iniciativas?_piref73_2148295_7
3_1335437_1335437.next_page=/wc/servidorCGI&CMD=VERLST&BASE=IW10&FMT=INITXD
SS.fmt&DOCS=11&DOCORDER=FIFO&OPDEF=ADJ&QUERY=%28121%2F000057*.NDOC.%29
7
Informe de alegaciones de CEOE en el trámite de audiencia pública del anteproyecto de ley
de Cámaras de Comercio, mayo 2013
15
Por su parte, las organizaciones profesionales habrían quedado reguladas por
la Ley 20/2007, de 11 de julio, del Estatuto del Trabajo Autónomo y no tendrían
capacidad, por ejemplo, de participar en la negociación colectiva con las
organizaciones sindicales.
En conclusión, creemos que podamos expresar las siguientes ideas:
-
El concepto de organización empresarial es muy amplio y permite
comprender dentro del mismo a Cámaras de Comercio, asociaciones
empresariales y asociaciones profesionales.
-
Las asociaciones empresariales tienen una protección mucho más
intensa desde el punto de vista constitucional que Cámaras y
asociaciones profesionales.
-
Las asociaciones empresariales se diferencian de las profesionales en
dos aspectos claves:
o Por su campo de actuación, pues la asociación empresarial
abarca las relaciones laborales.
o Por los medios de acción que tienen atribuidos, pues la
asociación empresarial tiene atribuidos la negociación colectiva,
el planteamiento de conflictos colectivos de trabajo, el diálogo
social y la participación institucional en los organismos públicos
de las Administraciones laborales.
16
2.3.
Concepto de Asociación Empresarial.
Como ya hemos señalado la asociación empresarial no ha sido un tema
especialmente objeto de atención por parte de la doctrina científica, que en la
mayoría de los casos sólo lo aborda como consecuencia de su tratamiento en
el ámbito exclusivo de las relaciones laborales, siendo por tanto la definición
que se hace de la misma deudora de su directa relación con el ejercicio de la
participación asociativa en la articulación de las relaciones laborales, junto a las
centrales sindicales o a la representación de los trabajadores.
No obstante de las fuentes consultadas se pueden extraer una serie de
definiciones, que hemos pretendido categorizar en función del contenido que se
desprenden de las mismas. Así, podemos establecer los siguientes tipos de
definiciones:
-
Constitucional
-
Funcional
-
Práctica
-
Ius – laboralista
-
Historicista
Desde esa configuración, entendemos que es posible exponer los siguientes
conceptos de asociación empresarial:
Constitucional:
“Son organizaciones de empresarios creadas para la defensa y
promoción de los intereses económicos y sociales que les son propios”
o, dicho de otro modo “Asociaciones de empleadores que persigue la
defensa y promoción de intereses económicos y sociales, a través de
mecanismos tales como la negociación colectiva, los conflictos
17
colectivos, el diálogo social y la participación institucional en organismos
públicos de las Administraciones laborales” 8.
Este concepto se extrae de los sujetos que la conforman, de los fines que
persigue y de los medios que disponen los propios empresarios para conseguir
los citados fines a partir del mandato constitucional y de la interpretación que
se hace del mismo.
Funcional:
“Organizaciones de carácter privado basadas en acuerdos entre
empresas o empresarios miembros que se unen formalmente para
promover el logro de condiciones favorables para el conjunto, para
apoyarse recíprocamente y para defender intereses comunes en un
campo y territorio determinado, con la finalidad de desarrollar alguna o
varias de las siguientes funciones:
La negociación colectiva laboral; el planteamiento de conflictos
colectivos de trabajo; el diálogo social; y la participación institucional en
los organismos públicos de las administraciones laborales para la
defensa de los intereses generales de los empresarios”9
Concepto de vocación integradora, que determina los ámbitos subjetivos y
territoriales y que concreta unas determinadas funciones, que se consideran
imprescindibles.
Práctico:
“Las Asociaciones empresariales son entidades de derecho privado,
autónomas, independientes y de derecho voluntario”.10
Este concepto parte del ejercicio y la experiencia práctica del autor
incorporando por ello la firme voluntad de autonomía, independencia y
voluntariedad, con la que se crean las organizaciones empresariales en la
8
http://www.derechotrabajoucm.info/doc/Temas%20de%20Derecg%C2%A1ho%20del%20Trabajo%20I%20%20(4).pdf
(pág. 27)
9
http://www.camaramadrid.es/index.php?elem=1179&sec=370&idsec=370
10
Márquez, 2012
18
Transición, como contraposición al Sindicato único o Sindicato Vertical
antecedente asociativo empresarial del mismo.
Ius – laboralista:
“La organización colectiva de empresarios –en cuanto empleadores- que
defiende los intereses empresariales en el ámbito de las relaciones
económicas y laborales”.11
En este caso, el concepto se predica sólo en función de que el empresario es
empleador y, por tanto, sujeto del derecho laboral.
Historicista:
“Unión de unos empresarios para la defensa de los intereses que fueren,
o interesados en promover una acción colectiva, todo ello condicionado
por la legislación existente en ese momento en la materia sobre derecho
de asociación”.12
Concepto de vocación general y que “cede” el contenido del concepto a la
normativa concreta de cada momento.
11
12
Rodríguez – Sañudo, citado por N.P. García. 2005. Pág. 129.
N.P. García. 2005.
19
2.4.
Tipología de asociaciones empresariales
Aún cuando es muy escasa la doctrina que se ha ocupado de la tipología de
asociaciones empresariales, puede concluirse a partir del artículo 4 de la Ley
19/1977, de 1 de abril, sobre regulación del Derecho de Asociación Sindical
(LAS), que existes dos tipos, las simples, constituidas por agrupaciones directa
de empresas o empresarios; y las complejas, constituidas a partir de
federaciones o confederaciones de organizaciones de nivel inferior. (N.P.
García, 2005, pág. 206)
En cuanto a los tipos de asociaciones, su clasificación se puede realizar o bien
por su ámbito de actividad, y en ese caso hay que distinguir entre sectorial o
territorial; o bien, por la tipología de sus miembros, en cuyo caso podemos
distinguir entre asociación, federación y confederación.
El ámbito sectorial hace referencia a la unión de empresarios de la misma rama
de actividad, entendiendo por ésta el ámbito de actuación económica, la
profesión u otro concepto análogo al que tenga previsto dirigirse la acción
correspondiente.
El ámbito territorial, hace referencia a la posibilidad de que los empresarios que
desarrollan sus actividades en un determinado territorio puedan agruparse para
la consecución de unos fines determinados.
Hay que advertir que en muchas ocasiones las asociaciones definen su ámbito
en relación al propio ámbito de la administración pública con la que tienen que
desarrollar su labor de interlocución e intervención política e institucional.
De este modo, en el ámbito territorial encontramos organizaciones de carácter
europeo13 (con relación en el ámbito de la UE); nacional (interactúan con el
13
La asociación empresarial más representativa a nivel europeo es Bussineseurope
(www.bussineseurope.eu), con sede en Bruselas. Tiene 41 miembros (entre ellos la española
CEOE) de 35 países.
20
Gobierno de España); autonómicas (con el gobierno de cada Comunidad);
provinciales (con Diputaciones) y locales (con los respectivos ayuntamientos).
En el ámbito sectorial se reproduce el mismo esquema, si bien, a través de
Ministerios, Consejerías, Areas y Concejalías.
Aquellas organizaciones en las que ambos ámbitos se relacionan reciben la
denominación de intersectoriales e interterritoriales, siendo las denominadas
organizaciones
cúpulas
aquellas
que
tienen
ambas
características,
singularmente en el ámbito nacional en España, CEOE14, y en el autonómico,
por ejemplo, la CEA en Andalucía, CEIM en Madrid o Fomento del Trabajo en
Cataluña (integradas por organizaciones territoriales y sectoriales, también).
Asimismo, en función de sus integrantes las asociaciones empresariales se
pueden distinguir entre asociaciones, federaciones y confederaciones:
Asociaciones, serían aquellas integradas sólo directamente por empresas.
Federaciones serían las integradas por asociaciones y, en su caso, empresas.
Y Confederaciones son las integradas por asociaciones, federaciones y, en su
caso, empresas.
También las asociaciones empresariales se podrían clasificar más allá de los
criterios funcional o sectorial y territorial descritos, por lo que serían los criterios
complementarios que harían referencia al criterio de su tamaño y de su
titularidad.
En relación al tamaño se podría distinguir las asociaciones de pequeñas y
medianas empresas, que normalmente se integran bajo la denominación de
PYME en sus distintas acepciones.15
14
En el ámbito internacional no siempre se ha producido esta unión de ámbitos, así la
organización empresarial más representativa en Italia sería la Confindustria (Confederazione
General dell´Industria Italiana), de marcado carácter sectorial en su origen.
15
N.P. García en su obra las Asociaciones Empresariales en el Derecho Español, 2005, viene
a señalar la existencia en España de una asociación representativa de las pequeñas y
medianas empresas, CEPYME, que se diferencia de la organización representativa de las
grandes empresas, CEOE. (N.P. García, 2005, pág. 210). Por nuestra parte, no podemos
compartir este criterio pues mientras que es cierto que CEPYME sería la organización
representativa de la Pyme española, CEOE no lo es en exclusiva de la gran empresa, pues
21
Respecto a la titularidad es posible la distinción entre asociaciones de
empresas públicas y empresas privadas, aunque es cierto que en el ámbito
español ambos tipos de empresas se integran sin problema alguno en
asociaciones de ámbito común (por ejemplo, en Andalucía, la Asociación de
Empresas de Abastecimiento de Agua, AESA, en la que comparten asociación
tanto empresas de titularidad pública, como privada)
CONCLUSIÓN
En definitiva, por nuestra parte, y en el ámbito de la investigación que estamos
desarrollando, vamos a considerar que Asociación Empresarial es la que
presenta los siguientes rasgos:
1. Unión de dos o más empresas.
2. Entidad de carácter privado.
3. De adscripción voluntaria.
4. Participativa
5. Democrática.
6. Independiente, es decir, con capacidad de obrar propia.
7. Que tenga por finalidad la defensa y promoción de los intereses que les
son propios a las empresas.
8. Y que esté legalmente constituida e inscrita.
entre otras cuestiones como también apunta la propia autora CEPYME forma parte de CEOE,
por lo que es una auténtica contradicción decir eso. CEOE es la organización empresarial más
representativa del conjunto del empresariado español con independencia de tamaños.
22
3. NORMATIVA
3.1.
Régimen jurídico de las asociaciones empresariales en España
Al igual que reiteradamente la doctrina viene manifestando que el
asociacionismo empresarial ha tenido un escaso eco en la vida académica,
igual quizás cabría decir de nuestro legislador, que tampoco se ha ocupado con
precisión y determinación del mismo, pues a fecha de hoy si algo caracteriza al
régimen jurídico del asociacionismo empresarial en España es su dispersión y
la ausencia de una regulación completa y general (N.P. García, 2005), todo ello
en contraste con el tratamiento sistemático y unitario que el legislador si ha
conferido a las organizaciones sindicales a través de la Ley Orgánica 11/1985,
de de 2 de agosto, de Libertad Sindical, LOLS.
La Ley 19/1977, de 1 de abril que regula el derecho de Asociación Sindical,
LAS, y su desarrollo reglamentario (RD 873/1977m de 22 de abril, sobre
depósito de estatutos de asociaciones sindicales) tenía como finalidad crear un
marco normativo para garantizar la libertad de asociación sindical de
trabajadores y empresarios. En el artículo 1.1 de dicha norma se dispone: “Los
trabajadores y empresarios podrán constituir en cada rama de actividad, a
escala territorial o nacional, las asociaciones profesionales que estimen
convenientes para la defensa de sus intereses respectivos”. Teniendo que
entenderse que cuando se habla de asociaciones profesionales, hace
referencia a asociaciones de profesionales trabajadores y de profesionales
empresarios, respectivamente.
Esta norma de rango preconstitucional, que generaba un tratamiento unitario
de asociaciones de trabajadores y de asociaciones de empresarios, fue
modificada por la Ley Orgánica 11/1985, la LOLS, que desde su entrada en
vigor origina que los sindicatos de trabajadores pasen a regirse por una norma
distinta que las asociaciones empresariales, pues esta Ley orgánica se realiza
como desarrollo efectivo del artículo 28 de la Constitución y dicho artículo no
ampara al asociacionismo empresarial.
23
A tal efecto es la propia ley, en su Exposición de Motivos la que aclara que en
la nueva norma no se desarrolla “el derecho a la libre sindicación de los
empresarios por entender que basta a ese respecto, en realización con el
desarrollo legislativo del artículo 28.1 de la CE, constitucionalizar y mantener la
plena vigencia de lo establecido en materia de asociacionismo empresarial por
la Ley 19/1977 de 1 de abril”.
Consecuente con esa decisión del legislador, la LOLS incorpora una
Disposición Derogatoria que expresamente señala16:
“Quedan derogados la Ley 19/1977, de 1 de abril y el Real Decreto
873/1977, de 22 de abril, en todo cuanto se oponga a la presente Ley,
permaneciendo vigente la regulación que contienen dichas normas
referidas a las asociaciones profesionales y, en particular, a las
asociaciones empresariales cuya libertad de sindicación se reconoce a
efectos de lo dispuesto en el artículo 28.1 de la Constitución Española y
de los convenios internacionales suscritos por España.”
16
El lector atento se habrá dado cuenta que existe una cierta contradicción entre la cita que se
hace al artículo 28.1 de la CE y la tesis mantenida hasta el momento de que el titulo
competencia constitucional del asociacionismo empresarial era el artículo 22.1 y no el 28, como
se cita en este texto legal. Al respecto resulta concluyente la opinión compartida, entre otros
autores, por Jesús Cruz Villalón que con contundencia escribe :
“esta ley [LOLS] omite regular a las asociaciones empresariales dentro de su
articulado, si bien en el momento final le concede un reconocimiento genérico como
expresión de la libertad sindical (disposición derogatoria). Constituyó ello un craso error
por parte de la Ley (…) ha sido el propio Tribunal Constitucional quien zanjará este
debate, al declarar que tales asociaciones empresariales no se pueden reclamar del
derecho de libertad sindical reconocido en el artículo 28.1, si bien pueden ejercer su
derecho constitucional al amparo del artículo 22” (J. Cruz, 2004, pág. 169)
También queda así explicado en el texto explicativo de la Constitución Española expuesto en la
web
del
Congreso
de
los
Diputados
http://www.congreso.es/consti/constitucion/indice/sinopsis/sinopsis.jsp?art=7&tipo=2,
en
relación al artículo 7:
“En cuanto al asociacionismo empresarial, resulta de difícil encuadre por su confusa
formulación, ya que la Disposición Derogatoria de la Ley Orgánica de Libertad Sindical
establece que le sea de aplicación la libertad de sindicación "a los efectos de lo
dispuesto en el art. 28.1 CE y de los convenios internacionales suscritos por España",
mientras que el Tribunal Constitucional ha interpretado que las asociaciones
empresariales no se acogen al derecho de libertad sindical del art. 28.1 CE (STC
4/1983), sino del art. 22 CE, donde se reconoce el genérico derecho de asociación
(SSTC 52/1992 y 75/1992).”
24
En consecuencia a día de hoy la normativa reguladora del asociacionismo
empresarial sobre todo en relación a los aspectos organizativos y de
adquisición
de
personalidad
jurídica
están
remitidos
a
una
norma
preconstitucional, la Ley de Asociación Sindical.
Para complejizar aún más el tema, hay que reseñar que el artículo 22 de la
Constitución, aquel que legimita a las asociaciones empresariales en el ámbito
constitucional, ha sido desarrollado por el legislador ordinario a través de la Ley
Orgánica 1/2002, de 22 de marzo, reguladora del Derecho de Asociación, por
lo que dicha norma adquiere plena eficacia competencial sobre esta materia.
Pero sin embargo y a pesar de que teóricamente las organizaciones
empresariales estarían dentro del ámbito competencial de ésta, la realidad
indica que en el artículo 1.3 expresamente se excluye a las mismas:
“Art. 1.3 Se regirán por su legislación específica los partidos políticos;
los sindicatos y las organizaciones empresariales; las iglesias,
confesiones y comunidades religiosas; las federaciones deportivas; las
asociaciones de consumidores y usuarios; así como cualesquiera otras
reguladas por leyes especiales.”
No obstante, esta Ley Orgánica si adquiere el rango de derecho supletorio en
materia de asociacionismo empresarial, conforme a la Disposición Final 2ª.
“Excepto en aquellos preceptos que tienen rango de Ley Orgánica, la
presente Ley tiene carácter supletorio respecto de cualesquiera otras
que regulen tipos específicos de asociaciones, o que incidan en el
ámbito del derecho de asociación reconocido en el artículo 22 de la
Constitución, sin perjuicio de las competencias de las Comunidades
Autónomas”
Asimismo, hay que advertir que para el desarrollo de los aspectos orgánicos
del asociacionismo empresarial, hay que tomar en consideración también los
Convenios Internacionales 87 y 98 de la OIT, que tienen la consideración de
Tratado Internacional y, por tanto, derecho plenamente aplicable en nuestro
ordenamiento constitucional.
25
3.2.
Marco normativo
Conforme a lo descrito, el Derecho de asociación empresarial en España se
encontraría regulado por la Constitución Española de 1978, especialmente en
sus artículos 7 y 22, siendo también determinante el contenido de los
Convenios de la OIT, en concreto el Convenio número 87 de la OIT, relativo a
la libertad sindical y a la protección del derecho de sindicación (BOE de 11 de
mayo de 1977) y el Convenio número 98 de la OIT sobre el derecho de
sindicación y negociación colectiva (BOE de 10 de mayo de 1977.
Con carácter legal, también tienen incidencia dos normas preconstitucionales,
la Ley 19/1977, de 1 de abril, reguladora del derecho de asociación sindical
(BOE de 4 de abril) y el Real Decreto 873/1977, de 22 de abril, sobre depósito
de Estatutos de las organizaciones sindicales constituidas al amparo de la Ley
19/1977 (BOE de 28 de abril).
En el marco de la Constitución vigente, también se encuentra regulación
aplicable en la Ley Orgánica 11/1985, de 2 de agosto de Libertad Sindical
(BOE 8 de agosto), singularmente en sus artículos 1,2,4,8 y 9.
Asimismo, el Real Decreto Legislativo 1/1995, de 24 de marzo, por el que se
aprueba el Texto refundido del Estatuto de los Trabajadores (BOE de 29 de
marzo). Especial interés adquiere esta norma, en tanto en cuanto es la que
marca el criterio legal del reconocimiento de representatividad de una
asociación empresarial.
En materia procesal el Real Decreto Legislativo 2/1995, de 7 de abril, por el
que se aprueba el Texto Refundido de la Ley de Procedimiento Laboral (BOE
de 11 de abril)
Con carácter supletorio, la Ley Orgánica 1/2002, de 22 de marzo, reguladora
del Derecho de Asociación (BOE de 26 de marzo), y los Reales Decretos
1497/2003 de 28 de noviembre, que aprueba el Reglamento del Registro
26
Nacional de Asociaciones y de sus relaciones con los restantes registros de
asociaciones y el 1740/2003, de 19 de diciembre de procedimientos relativos a
asociaciones de utilidad pública.
También incide sobre la materia objeto de análisis la Ley 20/2007, de 11 de
julio que regula el Estatuto del Trabajador Autónomo y el Real Decreto
197/2009, de 23 de febrero que desarrolla el estatuto del Trabajador Autónomo
y crea el Registro Estatal de asociaciones profesionales de trabajadores
autónomos.
CONCLUSIONES:
Podemos concluir de todo lo expuesto que:
-
El régimen jurídico del asociacionismo en España es fragmentado y
disperso,
lo
que
contrasta
con
el
tratamiento
sistemático
del
asociacionismo sindical.
-
El núcleo central del mismo se encuentra en una ley preconstitucional y
en su desarrollo reglamentario, también preconstitucional.
-
El derecho general de asociación resulta supletorio, tanto en su
formulación
nacional,
como
autonómica,
pues
existe
capacidad
competencial suficiente para ello.
A la vista de todo ello resulta evidente que es una tarea pendiente del
legislador 17 dotar de un tratamiento singular, homogéneo y claro a las
asociaciones empresariales, que permitiría contar con una posición más
definida, con un reconocimiento claro y explícito de derechos y deberes,
determinando los criterios de participación y su financiación, como sucede, por
17
También sería oportuno recordar que a día de hoy el legislador tampoco ha acometido una
regulación del derecho de huelga, por lo que cabría concluir que todo aquello que afecta a la
actividad de las empresas de forma institucionalizada (asociacionismo, derechos y deberes en
una convocatoria de huelga) no ha estado en la agenda del legislador, mientras si ha ocurrido
lo contrario con los trabajadores y las trabajadores, que si cuentan con un marco estable
normativo, con rango de ley, para sus organizaciones representativas, como son las
organizaciones sindicales.
27
ejemplo, con los partidos políticos, que también se encuentran reconocidos en
el Titulo Preliminar de nuestra norma constitucional, en concreto en el artículo 6
CE.
Por tanto, podría ser de interés acometer una norma que con carácter general
regule el régimen jurídico de las asociaciones empresariales en España.
28
3.3
Contenidos regulados por la normativa vigente
Delimitados el conjunto de normas que conforman la regulación específica del
derecho de asociación empresarial en España, en aplicación de las mismas,
cabría entender que expresamente sólo estarían regulados los siguientes
extremos de acuerdo con dicha normativa:
1. La Libertad de constitución, federación y confederación.
La LAS reconoce con carácter general en el artículo 1.1 el derecho de los
empresarios a “constituir en cada rama de actividad, a escala territorial o
nacional, las asociaciones profesionales que estimen convenientes para la
defensa de sus intereses respectivos”. Para proceder a su constitución es
necesario depositar sus estatutos en la oficina pública establecida al efecto18,
así como un acta de constitución.
Los estatutos deben tener como contenido mínimo: la denominación de la
asociación, el ámbito territorial y profesional; los órganos de representación,
gobierno y administración; los recursos económicos, el sistema de admisión de
miembros y la regulación de su funcionamiento de acuerdo con principios
democráticos.
Hay que señalar que resulta, por tanto, y la práctica así lo demuestra
relativamente muy fácil constituir una organización empresarial, pues se trata
de una mera manifestación de voluntad, articulada de forma legal, sin requerir
ningún tipo de consignación económica, ni legal.19
18
En el caso de Andalucía se encuentra información detallada y concreta sobre todo ello en la
página
web
del
Consejo
Andaluz
de
Relaciones
Laborales:
http://www.juntadeandalucia.es/empleo/carl/portal/web/guest/asociaciones/entidadesregistradas.
19
Cuestión distinta es que la asociación empresarial constituida alcance la consideración de
más representativa, y adquiera las consecuencias jurídicas e institucionales que de ello se
deriva.
29
2. La libertad de afiliación.
Uno de los elementos determinantes de una organización empresarial es su
voluntariedad. Existe tanto el derecho a afiliarse; como el de no hacerlo; como
el de no declarar la pertenencia a una asociación y, por tanto, poner término al
vinculo asociativo cuando se considere oportuno.
Estatutariamente no se pueden introducir cláusulas discriminatorias que
impidan o limiten ese derecho de afiliación.
3. La libertad de organización.
Como expresión de la libertad de organización que la LAS reconoce a las
asociaciones empresariales pueden señalarse la libertad de autonomía o
autorregulación estatutaria, la de funcionamiento interno sin injerencias
externas 20 y la de financiación.
La única limitación a esta libertad de organización la impone el propio texto
constitucional, en concreto el artículo 7 CE que establece claramente que su
funcionamiento se regulará por principios democráticos.
Respecto a todo ello, resulta también de interés plantear cual es el orden
jurisdiccional que entiende de esta materia. La legislación de procedimiento
laboral incorpora, como no podía ser de otro modo, la competencia del orden
social para conocer de los litigios relativos al funcionamiento interno de las
organizaciones sindicales, pero nada dice de las asociaciones empresariales.
Por nuestra parte, coincidimos con la jurisprudencia, en que debe tratarse del
orden civil, pues nuevamente tenemos que reiterar el marco constitucional del
20
La libertad de funcionamiento interno sin injerencias es una cuestión que requeriría de un
análisis aparte, pues además de encontrarse dentro de la LAS, obedece al contenido del Pacto
Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Nueva York que establece
la interdicción de la injerencia de las administraciones en la toma de decisiones de las
organizaciones y que entró en vigor en España en 1977.
30
asociacionismo empresarial es el derecho de asociación del artículo 22, por lo
que debe ser el orden que conozca de dicha materia el que aborde la misma en
los casos relativos al empresariado organizado.
Asimismo la configuración de la tutela jurisdiccional de la libertad de
organización de las asociaciones empresariales, que se halla fuera del orden
social, se debe residenciar en el orden civil, en concreto a través del juicio
ordinario de tramitación preferente previsto en la ley 1/2000 de 7 de enero, de
Enjuiciamiento Civil para las demandas de tutela de derechos fundamentales.
Respecto a la libertad de financiación, es evidente el derecho al cobro de la
correspondiente cuota de afiliación, así como la legitimación para la percepción
de ayudas financieras de las administraciones públicas 21 y el derecho,
reconocido históricamente de la cesión de bienes del denominado Patrimonio
Sindical Acumulado.
A ello habría que añadir un tema de plena actualidad, como es el destino de los
bienes de las Cámaras de Comercio, Industria y Navegación en caso de
disolución de las mismas, derecho que está reclamando CEOE en el proceso
de debate parlamentario del Proyecto de Ley Básica de Cámaras de Comercio,
Industria, Servicios y Navegación22.
21
La financiación de las organizaciones empresariales por parte de las administraciones
públicas es un tema de gran actualidad, que en su desarrollo quizás excede del ámbito de este
trabajo. Al respecto resulta de interés revisar las normativas que distintas CCAA han elaborado
sobre participación institucional. Así son varios los Estatutos de Autonomía que “han hecho
suyo o incluso han promocionado claramente esa idea de participación institucional, a veces
específicamente referida a los agentes sindicales y empresariales en el ámbito laboral. Baste
recordar preceptos como los art. 43 y 45 de la LO 6/2006 de de [sic] 19 de julio, de reforma del
Estatuto de Autonomía de Cataluña; los artículos 10, 159 y 173 de la LO 2/2007, de 19 de
marzo de reforma del Estatuto de Andalucía; los art. 15.1 y 27.2 del Estatuto de Autonomía de
las Islas Baleares (…); o el art. 16 de la LO 14/2007, de 30 de noviembre, de reforma del
Estatuto de Autonomía de Castilla y León” (Calvo, 2009, pág. 579)
22
En el Anteproyecto que fue remitido a las asociaciones empresariales para su informe, nada
se decía al respecto. CEOE solicitó expresamente en el trámite de audiencia pública que en
caso de disolución los bienes revirtieran en las asociaciones empresariales. Sin embargo, la
decisión del Ejecutivo ha sido la contraria y en el texto del Proyecto de Ley registrad en el
Congreso, proyecto 121/000057, publicado en el Boletín Oficial de las Cortes Generales el 5 de
septiembre de 2013 expresamente se recoge: “Articulo 37. 3 (…) En caso de no ser posible la
convocatoria de nuevas elecciones y la constitución de los órganos de gobierno de la Cámara,
la administración de tutela podrá acordar su extinción adscribiéndose su patrimonio, previa
liquidación por el órgano de gestión a que se refiere el apartado 2, a la administración
tutelante.”
31
4. La libertad de suspensión y disolución.
El artículo 5 de la LAS reconoce que las asociaciones empresariales “sólo
podrán ser suspendidas o disueltas mediante resolución del órgano judicial
basada en la realización de las actividades determinantes de la ilicitud o en
otras causas previstas en las leyes o en los estatutos”.
Es decir, no existe competencia administrativa alguna a tal efecto, estando
reservada esta materia al ámbito jurisdiccional.
32
4. LA
DIMENSIÓN
INSTITUCIONAL
DE
LAS
ASOCIACIONES
EMPRESARIALES
4.1.
LA
CONSTITUCIONALIDAD
DE
LAS
ASOCIACIONES
EMPRESARIALES
La configuración de España como un Estado Social y Democrático de Derecho
justifica y condiciona la existencia de asociaciones empresariales y sindicales,
que por mandato constitucional adquieren un importante papel en el orden
económico, social y político. 23
La Constitución consagra una democracia pluralista, lo que implica el
reconocimiento de una sociedad participativa y plural, en la que sindicatos y
asociaciones empresariales encuentran su razón de ser y, por ello, son
instaladas entre las instituciones básicas del Estado (J. García. 1987. Pág. 13)
Ahora bien, la razón de ser constitucional del derecho de asociación sindical
está expresamente explicita en el artículo 28.1 CE que inequívocamente hace
referencia exclusivamente al ámbito sindical.
Sin embargo, el derecho de asociación empresarial no tiene encaje en dicho
precepto, sino en el genérico derecho de asociación reconocido en el artículo
22.1 CE, que goza del mismo rango y de igual capacidad de protección que el
precitado 28 CE, lo cual es consecuente con la propia naturaleza de las
asociaciones empresariales, que no agotan su actividad en las relaciones
laborales, sino que tienen un campo de actuación mucho más amplio:
prestación de servicios, interlocución con las administraciones, promoción de la
actividad comercial de las empresas, fomento de la inversión,…
23
“Las asociaciones empresariales gozan de un reconocimiento constitucional –ímplicito- en la
proclamación constitucional del artículo 1.1 de la CE, ya que éstas –al igual que los sindicatos
de trabajadores- actúan como instrumento a favor del mantenimiento y consolidación del
Estado social, en cuanto tratan de favorecer el progreso del conjunto de la colectividad, de ahí,
la consideración de estas entidades como <<órganos básicos del sistema político>>”. (N.P.
García. 2005. Pág. 104)
33
“La inclusión del derecho empresarial en el artículo 22.1., y no en el
28.1, se corresponde mejor con la naturaleza y las características de las
organizaciones patronales, ya que, a diferencia de los sindicatos, su
actividad no se dirige de modo prácticamente exclusivo al campo de las
relaciones laborales, sino que se extiende a otros ámbitos también,
como similar o parecida dedicación” (J. García. 1987, pág. 34)
“Es importante poner de manifiesto que dado que en el Ordenamiento
jurídico español vigente las asociaciones empresariales persiguen tanto
fines económicos, como sociales, la inclusión de las mismas en el
artículo 28.1 de la CE podría alcanzar a todas las actuaciones y a
cualquiera de los objetivos que realicen o persigan este tipo de
organizaciones, con independencia de su relación o no con el ámbito
jurídico laboral, lo que no parece admisible, (…) La inclusión de los
empresarios en el ámbito de la libertad sindical proclamada en el artículo
28.1 debería defenderse si existieran asociaciones empresariales que
sólo actuaran en el ámbito laboral, (…) Debe mantenerse que el anclaje
constitucional del asociacionismo empresarial está extramuros del
artículo 28.1 para situarse en el artículo 22” (N.P. García. 2005, pág.
155)
Asimismo, respecto al marco constitucional del asociacionismo empresarial
resulta trascendental el artículo 7 de la Constitución de 1978, que literalmente
dice:
Art. 7. Los sindicatos de trabajadores y las asociaciones empresariales
contribuyen a la defensa y promoción de los intereses económicos y sociales
que les son propios. Su creación y el ejercicio de su actividad son libres dentro
del respeto a la Constitución y a la ley. Su estructura interna y funcionamiento
deberán ser democráticos.
Trascedente, en primer lugar, por la propia ubicación de dicho artículo, en el
Titulo Preliminar del texto constitucional, inmediatamente después de la
mención de los partidos políticos.
Y trascedente también por el propio contenido del citado artículo, por la
mención expresa que hace a la actividad y a los objetivos de sindicatos y
asociaciones empresariales (J. García. 1987, pág. 34)
Ambas circunstancias han permitido a la jurisprudencia constitucional y a la
doctrina que configuren a las asociaciones empresariales como “organismos
34
básicos
del
sistema
político” y
“como
organizaciones
de
relevancia
constitucional” (J. García. 1987; N.P. García. 2005)
El
otorgamiento
de
la
relevancia
constitucional
a
las
asociaciones
empresariales del artículo 7, es especialmente significativo porque es en el
único artículo que se menciona a las mismas y porque además éstas carecen
de una norma específica como si sucede con los sindicatos, artículo 28, y su
amparo queda sólo en el genérico derecho de asociación del artículo 22, como
ya se ha expresado.
Su tramitación fue realmente breve 24 . Dos fueron, con carácter general, los
temas objeto de debate: la conveniencia o inconveniencia de constitucionalizar
expresamente el derecho a la formación de sindicatos y asociaciones
empresariales; y el ámbito subjetivo del mismo, pues a lo largo de toda su
tramitación se solicitó e incluso se incluyó en algunos borradores, que el
artículo contuviese una referencia a asociaciones y colegios profesionales25.
La Comisión Constitucional del Senado eliminó del artículo 7 la referencia a
colegios y organizaciones empresariales, siendo aprobado el Dictamen sobre el
mismo por 176 votos a favor, ninguno en contra y 10 abstenciones. El
contenido del artículo no volvería a sufrir desde ese momento cambio alguno.
Colegios profesionales y organizaciones profesionales quedaron incluidos en
dos preceptos distintos, el 36 y el 52 de la Constitución, respectivamente.
Tal y como quedó el artículo 7 no sólo constitucionaliza a las asociaciones
empresariales, sino que concreta sus fines a través de la “defensa y promoción
de intereses económicos”. Es decir, el contenido del derecho no puede
limitarse a la constitución libre de sindicatos o asociaciones empresariales y a
la libre federación o confederación de los mismos (que sería el contenido del
artículo 28.1), sino que se extiende al desarrollo de la actividad necesaria para
24
El debate parlamentario sobre el artículo 7 se puede analizar de forma detallada a través del
análisis que realiza N.P. García, en el apartado 1.2.2, del capítulo 2º, pág. 110 y sgs. de su
obra del año 2005 “Las Asociaciones Empresariales en el derecho español”
25
En alguna enmienda se llega a plantear incluso que se incorpore al citado precepto a las
asociaciones de vecinos, a las asociaciones de carácter ciudadano y a las asociaciones sin
más.
35
el cumplimiento de aquellas tareas y defensa y promoción de los intereses que
representan.
Las asociaciones empresariales como entidades con relevancia constitucional y
pieza básica del Estado Social y Democrático de Derecho, tienen así una serie
de cometidos, previstos en el artículo 7 de la Constitución Española.
Este artículo delimita que las asociaciones deben ceñirse “a la defensa y
promoción de los intereses económicos y sociales que les son propios”. Por
tanto, el fin no es sólo la defensa de esos intereses, sino también su
promoción.
Promoción que se extiende no sólo a los afiliados, sino que tiene carácter
general, dado que las asociaciones empresariales no actúan únicamente en
representación de sus miembros o afiliados, puesto que las mismas tienen
personalidad jurídica y capacidad de obrar por sí mismas, sin necesidad de
apoderamiento.26
Si definimos qué intereses económicos y sociales les son propios a las
asociaciones empresariales, llegamos a la conclusión de que se extienden más
allá del ámbito laboral y, por tanto, podemos afirmar, de acuerdo con gran parte
de la doctrina y consecuente con la realidad habitual en la materia, que las
asociaciones empresariales son entidades que tienen atribuida una función
genérica de representación y defensa de los intereses colectivos de los
empresarios en general (N.P. García. 2005. Pág. 121)
Defensa de intereses que permite que las asociaciones empresariales
presionen sobre la opinión pública, asuman la representación de sus miembros
y participen en la elaboración de la política económica y social, tratando de
26
(…) “las asociaciones sindicales o patronales no actúan únicamente en representación de
sus miembros o afiliados. Intervienen con frecuencia en nombre propio y en defensa de su
interés particular, que en muchas ocasiones puede diferir del tienen sus miembros. Ello pueden
hacerlo porque, como ocurre en nuestro ordenamiento concretamente, poseen personalidad
jurídica y capacidad de obrar por sí mismas, sin necesidad de apoderamiento” (J. García.,
1987, pág. 39)
36
influir en la acción de los poderes públicos, tal y como se expone por N.P.
García (2005).
Es fácilmente constatable como las asociaciones empresariales cuentan con
una posición preeminente en el ámbito de las relaciones laborales respecto a
otras entidades, pero también y del mismo modo, hay que destacar que tanto la
doctrina, como la jurisprudencia, como la legislación ordinaria y, en general, la
práctica habitual han hecho que sea posible que se reconozca una amplitud de
fines más allá de los laborales.27
Así, como bien explica el profesor Jesús Cruz Villalón, existe una ampliación
del marco de lo representativo desde el punto de vista objetivo hacia otras
materias, ”siempre que tengan un conexión directa con el mercado de trabajo,
la actividad económica o, en general, la protección social”.(J. Cruz, 2004, pág.
151)
Entre las materias que forman parte de esa capacidad expansiva de las
asociaciones empresariales estarían las propuestas de reforma legislativa, las
relativas a la gestión general de la actividad económica en el país, en la medida
que tengan repercusión sobre la evolución del mercado de trabajo, o de
intervención pública en el desarrollo de la dimensión social del Estado. (J. Cruz,
2004, pág. 151).
27
Al respecto y de acuerdo con el contenido del denominado Bloque de la Constitucionalidad,
se debe tener también en consideración los diversos Estatutos de Autonomía de las CCAA
españolas, que en líneas generales en su proceso de revisión de mediados de la primera
década del año 2000 han acogido un tratamiento singular de las asociaciones empresariales y
sindicales y su función: “en los mismos [los Estatutos de Cataluña, Andalucía, Islas Baleares y
Castilla León] no sólo se tiende a reconocer el derecho a participar de forma individual o
colectiva en la vida política, económica, cultural y social de la respectiva Comunidad Autónoma,
atribuyendo a los poderes públicos la promoción de la participación de los agentes económicos
y sociales del conjunto de la sociedad civil en los asuntos públicos. Yendo más allá, en algunos
de ellos se destaca expresamente este papel de sindicatos y asociaciones empresariales como
vehículo de participación en el campo sociolaboral, incorporando incluso menciones al valor de
instituciones distintas pero cercanas como la concertación y el diálogo social como
instrumentos indispensables de cohesión social. Y de hecho, en alguno de estos Estatutos se
llega incluso a reconocer a estos sujetos (…) “las facultades y prerrogativas institucionales que
tienen asignadas y su ineludible participación en la vida administrativa pública, ya que con ello
contribuyen a la satisfacción de los intereses generales mediante el ejercicio de su función”.
(Calvo, 2009, págs. 579-580)
En el caso de Andalucía expresión clara de todo ello pueden ser los artículos 10.20, 26.2,37.12
y 159 de su Estatuto de Autonomía.
37
Se trata, por tanto, de la asunción de unas competencias y una legitimación de
relevancia e influencia política, que bien se explicita en la presencia a través de
órganos concretos de participación institucional, de los que el Consejo
Económico y Social sería la máxima expresión 28 ; también en otros ámbitos
como los órganos de participación institucional de carácter sectorial; o bien en
la posibilidad de la adopción de acuerdos en el marco de la denominada
concertación social, acuerdos de indudable y trascendencia únicamente
política, aspecto que ha sido objeto de una reciente tesis por parte de Marcial
Sánchez Mosquera, bajo el título “La concertación social en Andalucía, 19832008. Impactos sobre el Desarrollo, el Bienestar y las Relaciones Laborales”.
Elemento altamente ejemplificador de todo lo dicho resulta, por ejemplo, el
desarrollo de la concertación social en Andalucía, que acumula la firma de siete
acuerdos de concertación 29, o la firma del último acuerdo tripartito, en el marco
del nonnato Pacto por Andalucía.30
Asimismo, sin salir del ámbito andaluz es conveniente hacer una referencia a
su marco estatutario pues en el mismo no sólo se reconoce esa ampliación de
funciones, sino que expresamente se contiene la obligación de la Junta de
Andalucía de garantizar el ejercicio de esa acción institucional.
En concreto, el artículo 26.2 del Estatuto de Andalucía, expresamente señala:
Art. 26.2. Se garantiza a los sindicatos y a las organizaciones empresariales el
establecimiento de las condiciones necesarias para el desempeño de las
funciones que la Constitución les reconoce. La ley regulará la participación
28
Ley 21/1991, de 17 de junio, de creación del Consejo Económico y Social de España.
- Acuerdo para el Desarrollo Económico y Social de Andalucía, 17 de mayo de 1993
- Pacto Andaluz por el Empleo y la Actividad Productiva, 13 de febrero de 1995
- Pacto por el Empleo y el Desarrollo Económico de Andalucía, 21 de abril de 1997
- IV Acuerdo de concertación social de Andalucía, 24 de mayo de 1999.
- V Acuerdo de Concertación Social de Andalucía, 23 de mayo de 2001.
- VI Acuerdo de Concertación Social de Andalucía, 25 de enero de 2005.
- VII Acuerdo de Concertación Social de Andalucía, 24 de noviembre de 2009
30
Acuerdo para el Progreso Económico y Social de Andalucía, 20 de marzo de 2013
29
38
institucional en el ámbito de la Junta de Andalucía de las organizaciones
sindicales y empresariales más representativas en la Comunidad Autónoma.
Asimismo, el 159 del mismo texto estatutario establece:
Art. 159. Los sindicatos y las organizaciones empresariales contribuyen al
diálogo y la concertación social, y ejercen una relevante función en la defensa y
promoción de los intereses económicos y sociales que les son propios.
39
4.2.
Distinción asociación empresarial – partido político.
Dada la relevancia constitucional otorgada a las asociaciones empresariales y
confirmado que su ámbito de actuación es más amplio que el propio de las
relaciones laborales y que se extiende a la política, sería importante una cierta
reflexión sobre las evidentes diferencias entre asociaciones y partidos, dado
que en algún caso se puede pensar que existe una cierta confusión al respecto.
Es cierto que las asociaciones empresariales 31 , cada vez más, ejercen una
acción política, participan de la vida política, pero en modo alguno ni pueden, ni
pretenden sustituir a la labor de los partidos políticos32.
Esa identificación, puede tener incluso una cierta base doctrinal, pues al
abordar la naturaleza jurídica de los partidos políticos se confrontan dos
posiciones doctrinales (J.L. García. 1990, pág. 145 y sgs.): una la que
manifiesta que el partido es un órgano del Estado, o más concretamente un
órgano constitucional; y la otra teoría, que mantiene que el partido político es
una asociación de derecho privado que ejerce funciones públicas de relevancia
constitucional.33
Es evidente que si acogemos esta segunda opción doctrinal la frontera entre
partido
político
y
asociación
empresarial
31
estaría
casi
completamente
“Prueba de la relevancia que se le desea atribuir a tales organizaciones sociales es que, de
un lado, se mencionan en el precepto inmediatamente sucesivo al correspondiente a los
partidos políticos, y, de otro lado, son las únicas organizaciones sociales representativas de
intereses colectivos elevadas al rango de merecedoras de ser incorporadas al titulo preliminar
del propio texto constitucional”. (J.Cruz, 2004, pág. 142)
32
Partido político es “cualquier grupo político identificado por una etiqueta oficial que presenta
a las elecciones y puede sacar en elecciones (libres o no) candidatos a cargos públicos”
(Sartori, 1980)
33
“El papel de los partidos políticos en la conformación y desarrollo de los Estados modernos
creció notablemente a raíz de la segunda guerra mundial, siendo acogidos en diferentes
Constituciones como piezas clave del sistema político democrático. Biscaretti di Ruffia dirá
acertadamente que los partidos son una especie de órganos auxiliares del Estado, tanto en su
función de grupos electorales como de grupos parlamentarios. Incluso algunos autores, como
Radbruch y Mangoldt, los han calificado como «órganos del Estado», en cuanto que favorecen
y propician la elección o designación de los titulares de los órganos del Estado. Fuera de
Ja[sic] doctrina científica, y aludiendo a la jurisprudencia, es de mencionar la declaración del
Tribunal Constitucional de la República Federal Alemana en el sentido de que los partidos
«cumplen funciones de órgano de la Constitución”.( Martín, 1981).
40
difuminada, desde el punto de vista de su naturaleza jurídica, pues ambas las
podemos encontrar en el artículo 22 del texto constitucional,34 si bien tras la
promulgación de la nueva Ley de Partidos, 6/2002, ha quedado claro que sobre
los partidos pesa un régimen jurídico propio distinto al de la asociaciones
comunes.
Además de esta cuestión doctrinal, quizás esa identificación pueda estar
inspirada en algunas situaciones que se producen, como por ejemplo:
-
La propia presencia de partidos políticos y asociaciones empresariales
en el Título Preliminar de la Constitución en artículos sucesivos.
-
La presencia de las asociaciones empresariales en los procedimientos
de debate de normas legales en los distintos parlamentos. En concreto,
en el caso de Andalucía, el Reglamento de la Cámara Autonómica prevé
en su artículo 112 que puedan comparecer ante la Comisión legislativa
correspondiente “los agentes sociales y organizaciones que pudiesen
estar interesados en la regulación de que se trate”, y de hecho las
asociaciones
empresariales
comparecen
en
sede
parlamentaria
ejerciendo una función casi parlamentaria, exponiendo sus criterios y, en
algunos casos, debatiendo con los responsables de los grupos
parlamentarios.
-
La traslación de forma literal de los acuerdos con trascendencia
legislativa suscritos en el ámbito del diálogo social y la concertación
social, entre Gobierno y asociaciones empresariales, y que son
“ratificados” en sede parlamentaria, especialmente cuando previamente
los mismos han sido elevados a la categoría de Decreto Ley.
34
“Durante la vigencia de la Ley 54/1978, de Partidos Políticos existía un acuerdo doctrinal,
roto sólo por una posición minoritaria en nuestra literatura jurídica, que mantenía la
identificación prácticamente absoluta entre el partido político y la asociación –entre el derecho
de asociación política y el derecho de asociación común del art.22 CE- […]. La promulgación
de la Ley de Partidos 6/2002 ha supuesto, en opinión de Ángel Rodríguez , <<una modificación
radical del modelo de control de constitucionalidad de partidos”. (Iglesias, 2008)
41
-
La capacidad de no representar exactamente la voluntad de sus
miembros, sino el interés del colectivo que representa, lo cual identifica
en la forma de actuar a asociaciones empresariales y partidos políticos.
Por tanto, podrían existir elementos indiciarios, al menos ante la opinión,
pública, para pensar que existe esa identificación entre partido y asociación
empresarial, pero ello no es así categóricamente, por las siguientes
circunstancias:
-
La distinta regulación jurídica, tanto a nivel constitucional, como legal.
Los partidos políticos se contienen en el artículo 6 de la Constitución y
en su desarrollo existe ya una amplia legislación en la materia.35
-
La incapacidad legal de una asociación empresarial de concurrir a un
proceso electoral 36 , si bien, como veremos si podría participar en el
proceso electoral.
-
La propia diversidad de una asociación empresarial, cuyos miembros,
personas jurídicas, tienen en común un interés económico y empresarial,
pero no un interés ideológico, que es una cuestión particularísima y
personal.
Esta distinción entre asociación y partido político es importante, sobre todo
para salvaguardar nuestro modelo democrático y evitar actuaciones que
puedan ser consideradas como “expresión patológica de concepciones
pansindicalistas” (J. Cruz. 2004) que podrían conllevar el peligro de que se
aproveche la presencia de los sujetos del artículo 7 de la Constitución en
ámbitos de representación institucional, para manifestar posiciones políticas
35
Ley Orgánica, 6/2002, de 27 de junio, de Partidos Políticos
Ley Orgánica, 8/2007, de 4 de julio, sobre financiación de Partidos Políticos
36
Según el artículo 44 de la Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, de Régimen Electoral
General, sólo pueden presentar candidatos o listas de candidatos: a) Los partidos y
federaciones inscritos en el registro correspondiente; b) Las coaliciones constituidas según lo
dispuesto en el apartado siguiente (Art. 44.2); c) las agrupaciones de electores que reúnan los
requisitos establecidos por las disposiciones especiales de la presente ley.
42
sobre asuntos que no sean de su competencia; o que se intente trasladar,
fundamentalmente por los medios de comunicación, que las asociaciones
realizan una función de oposición política en aquellos territorios en los que por
la falta de alternancia política, la oposición real carece de influencia; o bien la
adopción de medidas o posiciones que sólo tengan como objetivo
posicionamientos de mero carácter político.
Desde un punto de vista práctico resulta conveniente verificar si esa distinción
entre partido político y asociación empresarial puede tener también una
trascendencia sobre el desarrollo de los procesos electorales.
Así, aunque se comparta la idea de que una asociación empresarial puede
expresar libremente su opinión y hacer campaña en el ámbito de un proceso
electoral, lo que es evidente es que no está sometida a la regulación electoral
propia de los partidos políticos, por lo que carece de limitaciones sobre temas
tan sustanciales como la financiación, cuestión que si está regulada en el caso
de aquéllos.
Con este tema surge la duda sobre si se conculca el principio de igualdad de
oportunidades que se desprendería de la conjunción de los artículos 14 y 9.2
del texto constitucional, en relación a los partidos políticos, mediante la
obligación del Estado de garantizar la igualdad de oportunidades en la
confrontación partidista, para que los partidos puedan concurrir a formar la
voluntad popular (J.L. García. 1990, pág. 171).
Ese principio de igualdad en campaña electoral podría quebrar, como hemos
establecido, en el caso de la actuación de terceros, por ejemplo las
asociaciones empresariales, que no tienen las mismas limitaciones que los
partidos dentro del proceso electoral37.
37
Al respecto resulta muy categórica la opinión del abogado Antonio Mates en una Tribuna
publicada en el diario El País, el 1 de septiembre de 1982, bajo el titulo “Elecciones y CEOE”.
En la misma y como consecuencia del pronunciamiento favorable del TS hacia la capacidad de
participar en campaña electoral de una organización empresarial (tema que será objeto de
mayor atención en este trabajo) dice expresamente: “los principales interesados en el proceso
electoral, los representantes políticos del pueblo, pueden verse sometidos a las limitaciones del
decreto-ley mientras que todos los demás podrán actuar sin trabas de ninguna clase e incluso
43
Podría incurrir, por ejemplo, en un claro caso de desigualdad de carácter
financiero la organización por parte de una asociación empresarial de un mitin
u otro acto de campaña, financiando el mismo y pidiendo el voto para una
determinada formación política.
Creemos que en este caso, en tanto en cuanto, no participe activamente el
candidato de esa formación política no se podría hablar de un acto de partido y,
por tanto, no operaría las limitaciones de carácter financiero a las que está
sometida una formación política durante el proceso de campaña electoral.
Al final de todo este debate estaríamos en una confrontación entre dos
principios: el de igualdad electoral y el de libertad de expresión. (J.L. García.
1990, pág. 175)38
Ante estas circunstancias creemos que el criterio que se debe asumir es el
relativo al elemento subjetivo, es decir, a la diferencia existente entre partido
político y asociación empresarial, por lo que no existiría esa posible quiebra del
principio de igualdad, pues se trata del ejercicio del derecho por personas
distintas; y además el fundamento jurídico es distinto, pues uno ejerce una
acción electoral basada en el derecho electoral, mientras la otra ejerce una
acción informativa basado en el derecho a la libertad de expresión.
amparados, frente a cualquier limitación, con el escudo protector del derecho a la libertad de
expresión. Es decir, mientras la CEGE [sic] podrá gastar millones de pesetas en la campaña
electoral sin fiscalización de clase alguna, invadiendo con su propaganda los periódicos y la
radio de todo el país, los partidos políticos se verán sometidos a todas las limitaciones que
establece el mencionado decreto-ley (control del uso de locales para actos públicos, número de
actos y duración de los mismos, aprobación necesaria de folletos y carteles, limitación temporal
de la campaña, fiscalización de gastos, contabilidad especial, control de las aportaciones de
fondo, rendición de cuentas, etc.)”
38
“Finalmente, a juicio del Supremo, no se vulnera el principio de igualdad, pues aunque los
partidos deben someter su campaña a un control estricto y la confederación no, esto es así
porque lo ha querido el legislador y porque reciben fondos públicos”. (J.L. García, 1990, pág.
176)
44
Conclusiones
Desde el punto de vista del tratamiento constitucional de las asociaciones
empresariales las principales conclusiones que se pueden extraer son:
-
El fundamento constitucional de las asociaciones empresariales es el
genérico derecho de asociación reconocido en el artículo 22, ya que no
existe un derecho específico, como en el caso sindical a través del 28.1.
-
No obstante en función del artículo 7, tanto por su situación, como por su
contenido, y desde una perspectiva jurídica – constitucional las
asociaciones empresariales adquieren una relevancia constitucional
propia, que las sitúa “entre las instituciones básicas del sistema político”
(M. García, 1987).
-
Aunque existan elementos que pueden generar confusión, partidos
políticos y asociaciones empresariales son entidades distintas en sus
fines y medios de actuación.
45
5. LAS PERSONAS JURÍDICAS COMO TITULARES DE DERECHOS
FUNDAMENTALES
De manera general se entiende que son derechos fundamentales aquellos
reconocidos en los textos constitucionales de los Estados. Se trata de un
concepto que no es único (como sería la idea de derechos humanos), ni
permanente, ni inmutable, sino que se ha ido construyendo en un marco
histórico, fruto del continuo enfrentamiento entre el sujeto y el Estado, que
siempre ha sido poco propicio a su concesión pues implica una limitación a su
propio poder.39
Clásicamente siempre se había pensado que los derechos fundamentales sólo
tenían como sujeto al hombre, a la persona. Así en esta concepción clásica y
tradicional se consideraban como derechos fundamentales los de libertad y
autonomía, tales como la vida, la integridad personal, la igualdad, libertad de
expresión, debido proceso,… Derechos además que tenían un carácter
universal, pues se reconocían a todo ser humano.
La ideología liberal concibió los derechos fundamentales como derechos del
hombre en cuanto tal, derivados de su dignidad como persona, serían así
derechos públicos subjetivos. La tutela efectiva de los mismos se lograba con
la predisposición de los poderes públicos a no obstaculizar su ejercicio, es
decir, a autolimitarse40. Es un derecho reconocido por el ordenamiento jurídico
que sólo tiene como destinatarios a los poderes públicos y en el momento en
que se contienen en el orden constitucional se transforman en derechos
fundamentales.
“La historia de los derechos fundamentales comienza en 1776, ni antes ni
después” (P. Cruz. 1989)41
39
Santos, P.J. 2012.
“Partiendo de la tradición liberal del derecho fundamental como ámbito de <<no acción>> de
los poderes públicos sobre la autonomía propia de los ciudadanos”. (Vera, 1998, pág. 8)
41
Bill of rights del Estado de Virginia de 12 de junio de 1776: “todos los hombres son por
naturaleza igualmente libres e independientes y tienen ciertos derechos innatos, de los cuales,
cuando entran en estado de sociedad, no pueden por ningún pacto privar o desposeer a su
40
46
Sin embargo desde la mitad del siglo XX se ha producido una evolución de los
derechos fundamentales, tanto en su contenido, como en extensión, de
acuerdo con el tránsito del Estado Liberal al Estado Social de Derecho42. Ya no
se trata de que los poderes públicos no obstaculicen, sino que ahora esta
nueva concepción lo que pretende es la acción positiva de los poderes públicos
encaminada a remover los obstáculos que impiden su libre ejercicio por las
personas 43 . El Estado debe garantizar la realización efectiva de estos
derechos.
Pero además esa garantía debe extenderse con carácter general, surgiendo
así un proceso de internacionalización de esos derechos fundamentales44, que
se extiende también al ámbito privado, pues se considera que los derechos
fundamentales también son exigibles entre personas privadas45.
De este modo ya no sólo es el hombre, individualmente considerado, quien se
considera titular de libertades y derechos básicos, sino que se reconocen
también a los grupos y a las colectividades, e inclusive a la naturaleza y al
propio pueblo, como titulares de derechos.
posteridad, a saber el goce de la vida y de la libertad…”. Declaración de Independencia de 4 de
julio de 1176: “tenemos por evidentes en sí mismas estas verdades: que todos los hombres son
creados iguales, que han sido dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables (…)
que para asegurar esos derechos, se instituyen entre los hombres Gobiernos los cuales
derivan sus legítimos poderes del consentimiento de los gobernados.”
42
“Así el Estado social y democrático de Derecho asume los postulados liberales que nuestra
Constitución acoge, entre otros, en el artículo 10, elevando a categoría axial del ordenamiento
<<la dignidad de la persona>>, pero los adereza y condiciona con la adición de un significado
<<social>> en virtud del cual el individuo no sólo se afecta al ordenamiento y a los poderes
públicos en su vertiente aislada, sino que también se encuentra organizado, agrupado, para el
cumplimiento de una serie de fines que, por sí solo no puede conseguir.” .(Vera, 1998, pág. 8).
43
“Lo que en nuestros días se conoce como derechos humanos está referido al reconocimiento
de que toda persona humana, por el hecho de serlo, es portadora de atributos autónomos que
deben ser reconocidos y protegidos por el Estado”. (Nikken, 2010).
44
Fundamentalmente desarrollado en las instituciones precedentes a Naciones Unidas y a ésta
misma y con carácter singular a través de la Declaración Universal de Derechos Humanos,
adoptada por su Asamblea General el 10 de diciembre de 1948. Posteriormente en el ámbito
europeo la Convención Europea de Derechos Humanos, adoptado el 4 de noviembre de 1950.
45
Pactos Internacionales de derechos económicos, sociales y culturales; y Pactos
Internacionales de derechos civiles y políticos. Los denominados Pactos de Nueva York de
1996.
47
No existe un listado cerrado de derechos fundamentales. La titularidad de los
mismos se ha ido construyendo a la par que su configuración y si en su origen
podría hablarse sólo de titulares singulares, el hombre, hoy día es posible la
existencia de derechos fundamentales cuyos titulares son plurales, es decir,
desde un pueblo a una persona jurídica 46 . Es más, parte de la doctrina
moderna opina que existen derechos que no tienen sujetos, pues son derechos
de la naturaleza o de las generaciones futuras.
Pero ¿de qué derechos fundamentales son los que pueden ser titulares las
personas jurídicas?, ¿qué criterio se puede seguir para atribuir la titularidad de
un derecho fundamental a un sujeto?
La titularidad de los derechos fundamentales hace referencia a la concreta
atribución de un derecho o un deber fundamental que el ordenamiento ha
realizado a favor de una persona, en función de unos requisitos propios o
temporales.
La persona además de ser titular del derecho debe poseer capacidad para el
ejercicio de ese derecho y, si no, está también previsto constitucionalmente que
sea admisible la intervención de un tercero que lo haga en su nombre, en
muchas ocasiones hasta de forma obligada.
Pues bien, a diferencia de las personas físicas en que titularidad y ejercicio, al
menos en el plano teórico, pueden distinguirse, el criterio para determinar si
una persona jurídica puede ser titular de derechos fundamentales debe tener
en consideración la capacidad de la concreta persona jurídica para ejercerlos,
desde la doble perspectiva de la naturaleza del derecho y de la naturaleza de la
persona jurídica.
Así descrito hay derechos, reconocidos en nuestra norma constitucional, que
no admiten duda alguna sobre la posibilidad de esa extensión, por ejemplo en
el caso de la tutela judicial efectiva; pero en otros su extensión parece
46
Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, 13 de
septiembre de 2007.
48
imposible, como el derecho a la vida (art 15 CE), a la libertad y seguridad
(Art.17), a la intimidad familiar (art. 18.1), a la libertad de circulación (art. 19.1),
a la libertad de cátedra (art. 20.1), el derecho a la objeción de conciencia
(art.30), derecho a contraer matrimonio (art. 32); y el derecho al trabajo y a una
remuneración suficiente (art. 35.1). En estos casos estamos ante derechos
fundamentales que sólo pueden tener como titulares a la persona física o
natural.
Tradicionalmente se ha reconocido que existen entidades diferentes al ser
humano que tienen capacidad para adquirir derechos y contraer obligaciones,
diferenciándose así entre persona natural y persona jurídica.
El concepto de personalidad jurídica47 implica la capacidad para ser titular de
derechos y contraer obligaciones frente a terceros, por unos sujetos que son
diferentes de las personas físicas, en sentido jurídico. Sin entrar en más
polémicas doctrinales, lo que resulta ampliamente aceptado es que la persona
jurídica no es sino la respuesta jurídica a una realidad social.
“Son personas jurídicas las realidades sociales a las que el Estado reconoce o
atribuye individualidad propia, distinta de sus elementos componentes, sujetos
de derechos y deberes y con una capacidad de obrar en el tráfico por medio de
sus órganos o representantes” (Díez; Gullón, 2012)
Nuestra Constitución no contempla de forma expresa que las personas
jurídicas puedan ser titulares de derechos fundamentales48, pero sin embargo,
si aparecen casos concretos49:
47
Art. 35 Código Civil: Son personas jurídicas: 1º Las corporaciones, asociaciones y
fundaciones de interés público reconocidas por la ley. Su personalidad empieza en el instante
mismo en que, con arreglo a derecho, hubiesen quedado válidamente constituidas. 2º Las
asociaciones de interés particular, sean civiles, mercantiles o industriales, a las que la ley
conceda personalidad propia, independiente de cada uno de sus asociados.
48
Si lo contempla el constitucionalismo alemán, en concreto el artículo 19.3 de la Ley
Fundamental de Bonn que establece que “los derechos fundamentales rigen también para las
personas jurídicas nacionales, en la medida que, por la propia naturaleza de éstos, les sean
aplicables”.
49
La doctrina (P. Cruz; Vera) reiteradamente cita el FJ 3º de la STC 137/1985 en el que el TC
reconoce que no se encuentra en nuestro sistema una norma similar a la que establece el
artículo 19.2 de la Constitución alemana, pero ello no obstaculiza la consecusión de una
49
 Art. 16.1 hace referencia a las comunidades.
 Art. 24.1 señala que todas las personas tienen derecho a obtener la
tutela judicial efectiva de jueces y tribunales en el ejercicio de sus
derechos e intereses legítimos.
 Art. 27.6 reconoce a las personas físicas y jurídicas la libertad de
creación de centros docentes
 Art. 28.1 establece a favor de los sindicatos el derecho a formar
confederaciones y a fundar organizaciones sindicales internacionales o
afiliarse a las mismas
 Art. 29.1 reconoce a todos los españoles el derecho de petición
individual o colectiva
Asimismo, la Constitución también reconoce los derechos de asociación (art.
22) y el de fundación (art. 33).
Pero además existen otros dos artículos que son determinantes para concluir
que las personas jurídicas pueden ser titulares de derechos fundamentales:
Art. 9.2. Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para
que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integran
sean reales y efectivas.
Y el art. 162.1.b 50 ya que este precepto otorga legitimidad para interponer
recurso de amparo ante el TC a toda persona física o jurídica que invoque un
interés legítimo.
situación asimilada a aquella a través de la jurisdicción del propio TC, al no existir impedimiento
alguno al respecto. Es más el TC señala “la cuestión de la titularidad de los derechos
fundamentales no puede ser resuelta con carácter general en relación a todos y cada uno de
ellos. La mera lectura de los artículos 14 a 29 (…) acredita que existen derechos
fundamentales cuya titularidad se reconoce expresamente a quienes no pueden calificarse
como ciudadanos (…); que hay otros derechos fundamentales que por su propio carácter no
entran en aquellos de los que eventualmente pueden ser titulares las personas jurídicas (…); y
por último, en algún supuesto, la Constitución utiliza expresiones cuyo alcance hay que
determinar (…)”.
50
“el artículo 162.1.b) CE dota también de legitimación activa para ello a las personas jurídicas
que invoquen un interés legítimo”. (Vera, 1998, pág. 7)
50
Este reconocimiento supone un principio de apertura de los derechos
fundamentales hacia las personas jurídicas en cuanto que les permite intervenir
en un proceso directa y exclusivamente encaminado a la tutela de derechos
fundamentales, si bien el propio Cruz Villalón genera cierta duda cuando señala
que se trata de una norma de legitimación procesal y no de atribución o
reconocimiento de titularidad de derechos; y en segundo lugar, porque la
legitimación se justifica, no en función de la titularidad, sino de la existencia de
un interés legítimo.
Es decir, una cosa es la legitimación para recurrir y otra la titularidad de un
derecho. Mientras que la titularidad del derecho si implica la legitimación para
interponer el amparo, no cabe afirmar lo contrario.
Lo que no admite dudas es que el 162.1.b permite la defensa de los derechos
fundamentales por su titular y, también, abre las puertas para la defensa de los
derechos fundamentales de otros, en especial para que las personas jurídicas
puedan recurrir cuando se han violado los derechos de las personas físicas que
las integran.
En todo caso, a falta de criterio constitucional único, opera el criterio
jurisprudencial constitucional y, en tal sentido, el TC viene reconociendo que
aunque no exista cobertura constitucional expresa para la titularidad de
derechos fundamentales por las personas jurídicas, ello no impide que se le
reconozca en el momento en el que la persona jurídica venga a colocarse en el
lugar del sujeto privado comprendido dentro del área de la tutela constitucional
(STC 137/1985, FFJJ 3; STC 64/1988, FFJJ 1; STC 139/1995 FFJJ 4.)
En resumen, y siguiendo a A.J. Gómez51, en su artículo del año 2000 sobre
este tema:
1. La Constitución española no reconoce expresamente con carácter
general derechos fundamentales a las personas jurídica.
51
Gómez, A.J (2000) La titularidad de los derechos fundamentales por personas jurídicas
(Análisis de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional español).
51
2. Pero no existe precepto constitucional que impida esa circunstancia.
3. Las personas jurídicas son manifestaciones del ejercicio de los derechos
fundamentales de los ciudadanos y sirven para la consecución de fines
constitucionalmente protegidos.
4. Por tanto, debe admitirse que los derechos fundamentales corresponden
también a las personas jurídicas.
5. Esa titularidad no es universal, sino que está limitada por una parte por
la propia naturaleza del derecho y, por otra, por los fines de la persona
jurídica.
52
6. EL ASOCIACIONISMO EMPRESARIAL EN ESPAÑA
6.1
Breve recorrido histórico por el Asociacionismo Empresarial
Español
“Es comúnmente aceptado el dato de la primera aparición de la primera
asociación <<empresarial>> española en 1772 en Barcelona, la Real
Compañía de Hilados de Algodón” (A.M. García. 2002, pág. 50)
No obstante, si hablamos de asociacionismo empresarial tenemos que
remontarnos históricamente en sus orígenes al sistema gremial en España, que
concluye en 1813 con la consagración definitiva de la libertad de industria, en el
marco de una España liberal52, todo ello consecuente con el desarrollo que
experimentan los derechos de asociación y reunión, que tienen en ese período
su auge constituyente.
Libertad de industria, que no significa un avance significativo de la misma, pues
mientras en otros países europeos, con Gran Bretaña, singularmente a la
cabeza, se estaba produciendo un intenso proceso de industrialización desde
finales
del
XVIII,
en
España
se
experimente
una
transformación
socioeconómica mucho más lenta e incompleta.
Así, a finales del XIX, España era todavía un país de base agraria, con un
escaso comercio interior y un desarrollo industrial limitado a unas pocas
regiones y a unos sectores concretos, como el textil catalán, el siderúrgico
asturiano y vasco, y el de transformaciones agroalimentarias en el interior.53
52
El Decreto del Conde de Toreno, de 8 de junio de 1813, abolió el monopolio de los gremios.
“Los estudios económicos centrados en la época de la Restauración y, en concreto, los
resultados del debate sobre las causas del atraso de la industrialización española han servido
para resituar el papel de la burguesía en la historia española del siglo xx. Tortella, y luego
Sánchez Albornoz o Prados de la Escosura 'replantearon el análisis del atraso de la
industrialización española escapando al tradicional factor explicativo del atraso agrario y la
insuficiente demanda para atribuir un papel limitativo esencial a la estructura de la oferta,
obviamente muy relacionada con las actitudes empresariales. En general, consideran que las
instituciones españolas se mostraron proclives a generar un sistema económico
intervencionista.” (Moreno, 1999, pág. 89)
53
53
En relación a esa situación de escaso avance del proceso de industrialización
en España existe una amplia controversia doctrinal sobre si la misma es
responsabilidad del empresariado, o en terminología de la época de la alta
burguesía; o es responsabilidad de quienes ejercían el poder político.54
Lo que sí parece fuera de toda duda es que el empresariado y, colectivamente,
la patronal estaba interesado en dos cuestiones: la estabilidad social, frente al
auge del movimiento obrero, y una política arancelaria proteccionista. (Moreno,
1999, pág. 89-90).
No obstante, parece generalizarse la idea de que es la clase política la que
actúa en función de sus propios intereses y más allá de los de la propia
burguesía. En ese sentido, así se expresa de forma determinante por Moreno
(1999): “Se trata de una idea defendida hace ya tiempo por Varela Ortega para
el último cuarto de Siglo XIX y que, l.l. Linz hace extensiva a la mayor parte del
siglo XX, para ellos la política ha tenido en la España del siglo XX precedencia
sobre los intereses y conflictos de clase, y la clase política ha gozado de
autonomía frente a la sociedad civil”.
En España serán las constituciones de 1869 y 1876 (vigente hasta 1923) las
que desarrollen el derecho de asociación55, si bien, con muy escasa incidencia
aún en el ámbito empresarial. En este período se aprueba la Ley de
Asociaciones de 30 de junio de 188756, donde ya comienza a percibirse un
54
A lo largo del sXX será una constante ese mismo debate: ”Frente a esta teoría en las últimas
décadas se ha desarrollado una corriente que no sólo considera su actuación vital para el
crecimiento económico, sino que añade un factor más discutible: su independencia de la órbita
política y su escasa participación en los procesos que dieron el poder a Primo de Rivera y
Franco. Afirmación rebatida por historiadores que rechazan que los empresarios se limitaran a
ser meros espectadores, sin fuerza para influir en el Estado 2 y que, aun reconociendo su
pluralidad ideológica, sostienen que la clase política y la empresarial forma parte de una elite
que comparte elementos sociales y culturales comunes”.(Tobosa, 2007, pág.144)
55
“…diseñándose un régimen jurídico para el derecho de asociación con un claro espectro
liberal, donde el asociacionismo se concibe como un derecho natural, que nace de la
autonomía de la voluntad del individuo, y que, en todo caso, debe quedar fuera del control
Estatal. Todo ello implica que el derecho no podrá ser objeto de legislación específica”.
(Pelayo, 2007)
56
En el ámbito sindical tras la aprobación de la Ley General de Asociaciones que reconoce el
derecho de asociación de los trabajadores, se crearan bajo su amparo la UGT, en 1888, y la
CGT, en 1910.
54
ámbito propio sobre asociacionismo empresarial, que fue muy posteriormente
desarrollada por Real Decreto de 10 de marzo de 1923
A finales del siglo XIX comienzan de forma embrionaria a gestarse algunas
organizaciones de carácter empresarial, basada en un mayor desarrollo de la
burguesía industrial, como podría ser el caso de Fomento del Trabajo Nacional,
organización que se constituye en 1889 57 , como marco asociativo de la
industria textil catalana, si bien formalmente surge de la unión de tres
organizaciones anteriores.
En paralelo, en 1886 se crean en España las Cámaras Oficiales de Comercio,
Industria y Navegación58, como respuesta a iniciativas territoriales de carácter
empresarial, si bien, desde 191159 asumen mayor oficialidad, consagrándose la
adscripción obligatoria y el reconocimiento como cuerpo consultivo de las
administraciones públicas.
Organizativamente hablando la primera gran organización empresarial, con
relevancia territorial y sectorial, sería la Liga Nacional de Productores,
organización que surge en 1894 60 , con una finalidad fundamentalmente
proteccionista, de reserva del mercado español, frente al capital extranjero.
Esta Liga irá perdiendo fortaleza, quedando reducida a la Liga Vizcaína de
Productores, que también surgió en 198461.
La Liga Nacional de Productores fracasó porque la estructura empresarial
española se caracterizaba por el predominio de la pequeña empresa y por una
57
www.foment.com/quienes-somos/Paginas/historia.aspx. Recuperado el 30 de octubre de
2013.
58
Real Decreto de 9 de abril de 1886.
59
Ley de Bases de 29 de junio de 1911.
60
“Empresarios, propietarios y patronos habían disfrutado inicialmente de la estabilidad política
y habían entablado sus relaciones con la clase política sobre los presupuestos y resquicios
permitidas por las redes del clientelismo; relaciones individuales, provechosas para unos y
otros, que no exigían vinculaciones estables, ni definiciones programáticas. Fueron las
polémicas entre proteccionismo y librecambio las que les empujaron a organizarse”. (Cabrera,
1997, pág. 275).
Sobre la creación de la Liga Nacional de Productores, Cabrera sitúa su constitución en 1893;
mientras que A.M. García data su constitución el 7 de febrero de 1894, si bien añade ésta
última que ello fue como consecuencia del “meeting-protesta” de diciembre del año anterior.
61
www.euskomedia.org/aunamendi/88209. Recuperado el 30 de octubre de 2013.
55
dispersión sectorial y regional muy importante, sin jerarquizaciones, ni
liderazgos importantes (Cabrera, 1997, págs.. 275-276)
En los años siguientes la política económica se convierte en un elemento de
utilización de la clase política de la época. A finales del XIX y principios del
siglo XX, coincidiendo con la Revolución Industrial y singularmente con la
Primera Guerra Mundial, comienzan a surgir las primeras organizaciones
patronales, como elementos reactivos frente al movimiento obrero.
Entre éstas se pueden destacar la Confederación Gremial Española y, sobre
todo, la Confederación Patronal Española, surgida también en 1914. Su
desarrollo se produce en los años de mayor violencia obrera, lo que contribuyó
a intensificar la vocación asociativa de sus miembros.
No obstante, la existencia en este período de una “efervescencia organizativa
en la patronal”, no cuajó en un proceso de integración, pues había multitud de
temas coincidentes (reformas fiscales, conflictividad social, propuestas de
legislación social), pero otros también en los que se ponía de manifiesto graves
divergencias (aranceles, colapso de las compañías ferroviarias). (Cabrera,
1997, pág. 276)
Entre 1917 y 1923, con una gravísima crisis económica, se inicia el desarrollo
de una amplia legislación social, que favorecerá el reconocimiento del concepto
sindicalismo patronal – sindicalismo obrero, que facilita un cierto corporativismo
y que proviene de un mayor intervencionismo del Estado en el ámbito social,
que promueve un modelo de sindicalismo profesional u obligatorio62.
Esta vocación corporativa 63 se verá puesta de manifiesto en la dictadura de
Primo de Rivera, que crea un sistema, la Organización Corporativa Nacional,
en el que se incluye la representación profesional, junto al poder gubernativo.
62
Destaca en este período el Real Decreto de 3 de noviembre de 1922 sobre
constitucionalización de sindicatos y asociaciones empresariales en la provincia de Barcelona.
63
“En cualquier caso se percibe el modelo corporativo como un continuun que desde 1923
hasta la transición ha servido de marco regulador de las relaciones entre la clase política y los
empresarIOs. [sic]” (Moreno, 1999, pág. 91)
56
Es en este período cuando comienzan a surgir los órganos de participación y
representación, como el Consejo Nacional de la Economía, creado en 192464, y
la Organización Corporativa Nacional, creada en 192665.
Es decir, la participación y la colaboración con el Estado, en órganos creados a
tal fin, no es una cuestión nueva, sino que es un sistema que está íntimamente
ligado a un modelo en el que se considera necesaria la participación de la
representación social a la hora del asesoramiento sobre las decisiones que
afectan a esos legítimos representantes.
En este período de la dictadura de Primo de Rivera, se fundó en diciembre de
1923, la Federación Nacional de Industrias, asociación empresarial oportunista,
en terminología de A.M. García, dado que a la misma se incorporan las
empresas favorecidas por “el boom de inversiones en obras públicas”
anunciadas por el gobierno dictatorial. Esta Federación fue muy breve, pues la
caída de la Dictadura, quebró su capacidad económica ligada a esa vocación
inversora del Gobierno.
Siguiendo con el devenir histórico, llegaríamos a la Constitución de 193166 y la
posterior Ley de Asociaciones Profesionales de Patronos y Obreros para la
64
El 11 de Marzo de 1924 se publica en la Gaceta de Madrid el Real Decreto estableciendo en
la presidencia del Gobierno un Consejo de la Economía Nacional que reunirá todas las
funciones referentes a la formación de los Aranceles de Aduanas, defensa de la producción y
gestión y negociación de los Convenios comerciales. El Consejo se crea para la defensa de la
economía nacional y en su Exposición se dice “En el estudio de esta reforma, que además
representa una economía para el Erario público, han colaborado aparte la representación del
Estado, elementos productores y mercantiles que, con fundada esperanza, ven en el
organismo que se crea medio adecuado de tener contacto con la más significada
representación del Poder público en todo cuánto atañe a la producción y al comercio. (…) El
Gobierno cree ofrecer con este proyecto al país un órgano de representación productora de tal
importancia como no ha existido en España.”
En cuanto a la composición se incorpora un extenso listado de multitud de organizaciones de
carácter sectorial existentes en ese momento como elementos colaboradores: Fomento del
Trabajo Nacional de Barcelona, Liga Nacional y Liga vizcaína de productores, Federaciones de
productores – exportadores de frutas y hortalizas, y un largo etcétera, en el que se incluyen
también a organizaciones sindicales.
Posteriormente el 4 de abril de 1924 se publicará una Real Orden de desarrollo del proceso de
elección de los vocales a elegir.
65
Gaceta de Madrid, Real Decreto – ley de 26 de noviembre de 1926.
57
defensa de los intereses de las Clases respectivas, de 8 de abril de 1932, que
sería el primer marco legal propio de las organizaciones empresariales, de
marcado carácter intervencionista.
La Ley del 32 reconoce a las organizaciones patronales y obreras facultades de
carácter reivindicativos, normativos y de representación.
En este período surgen otros intentos de organizaciones nacionales como la
Unión Nacional Económica, preocupada por la deriva socializadora de la
República.
“La actitud patronal expectante [ante la II República] se transformó rápidamente
en recelo abierto, y comenzó a achacarse la profundización de la crisis
económica al desacierto de las medidas reformadoras, a la legislación laboral,
a los reiterados anuncios de la reforma agraria y a la conflictividad social”
(Cabrera, 1997, págs.277-278)
En este marco, las organizaciones se pueden considerar más sólidas, entre
otras cuestiones, porque sucesivas disposiciones reconocen a favor de las
asociaciones de obreros y patronos derechos como la facultad de formar o
sostener coligaciones, huelgas y paros; la posibilidad de presentar peticiones o
reclamaciones colectivas; la capacidad de negociar pactos o contratos
colectivos para regular las condiciones de trabajo; y la posibilidad de designar o
apoyar la elección de vocales obreros y patronales en determinados
organismos públicos de carácter administrativo o jurisdiccional.
No obstante, con la irrupción del franquismo, 1936, lo primero que hay que
señalar es la desaparición del derecho de asociación. Se instaura un modelo
corporativo del derecho del trabajo que durará hasta la finalización del régimen.
66
Constitución de 1931. Artículo 39: “Los españoles podrán asociarse o sindicarse libremente
para los distintos fines de la vida humana, conforme a las leyes del Estado. Los Sindicatos y
Asociaciones está obligados a inscribirse en el Registro público correspondiente, con arreglo a
la ley”.
58
Se crea en este período la Organización Sindical Española, un aparato
administrativo y político del régimen, de adscripción obligatoria, en el que se
integran tanto la representación de los trabajadores, como la de los
empresarios 67 . Legalmente todo ello tendrá su reconocimiento a través del
Fuero del Trabajo, normativa aprobada en 1938 y la Ley de Unidad Sindical68,
de 1940, que integra legalmente a todas las organizaciones existentes en la
Organización Sindical, con la excepción de las Cámaras de Comercio y las
cooperativas y que en su artículo primero es suficientemente categórico sobre
el modelo de asociacionismo que se estaba diseñando:
“Artículo primero: La Organización Sindical de F.E.T. y de las J.O.N.S es
la única reconocida con personalidad suficiente por el Estado, quién no
admitirá la existencia de ninguna otra con fines análogos o similares,
para hacer llegar hasta él las aspiraciones y necesidades que en el
orden económico y social sean sentidas por los elementos productores
de la Nación, y es, a su vez, el vehículo por el que llegan hasta éstos las
directrices económicas de aquél”.
Como se podrá comprobar en este repaso histórico, existen numerosas
cuestiones de la actualidad que tienen una amplia explicación en el pasado,
como sucede con las Cámaras de Comercio que históricamente han tenido una
singularidad y excepcionalidad que han propiciado que haya existido una
histórica confrontación sobre su carácter representativo. Igual sucede con el
ámbito representativo de las cooperativas, que ya adquiere una dimensión
distinta en este período69.
67
“convirtieron a los Sindicatos Verticales en un enorme aparato al servicio del Estado, cuya
principal y casi única misión fue encuadrar, controlar y disuadir o reprimir a los «productores»
(…)El Fuero del Trabajo, de marzo de 1938, la Ley de Unidad Sindical y la Ley de Bases de la
Organización Sindical, ambas de 1940, fijaban la existencia de un solo sindicato dependiente
del partido único, inspirado en los principios de Unidad, Totalidad y Jerarquía, dejaban fuera de
la ley a toda asociación corporativa al margen de la Organización Sindical, y obligaban a todos
los trabajadores y empresarios a afiliarse. Mientras los trabajadores perdieron sus
organizaciones de clase, los empresarios y patronos mantuvieron autonomía en el sistema, que
fue creciendo a lo largo de los años. En primer lugar, porque en el seno sindical los
empresarios funcionaron con total independencia en la Vicesecretaría de Ordenación
Económica”. (Moreno, 1999, pág. 94)
68
Ley 26 de enero de 1940, sobre Unidad Sindical. Posteriormente se aprobó la Ley de 6 de
diciembre de 1940, de Bases de la Organización Sindical.
69
Sirva como ejemplo el artículo quinto de la ley de Unidad Sindical que distingue el
tratamiento a las Cooperativas, aunque en el ámbito representativo las incorpora al sindicato
único.
59
No obstante desde esta posición maximalista del año 4070, a la realidad final de
la dictadura, se sucede una evolución muy importante, que podemos identificar
en varias etapas, siendo la primera de ellas la determinada por la política
económica autárquica del nuevo régimen.
En la década de los 50, e incluso antes, comienzan a surgir organizaciones de
productores, que no de empresarios, que responden a un modelo de
asociacionismo económico y productivo. También asociaciones de empresarios
se transforman en empresas mercantiles.71
Por otra parte, mediante una Orden de Servicio de la Delegación Nacional de
Sindicatos de 1952, se faculta la aparición de grupos y entidades sindicales con
recursos propios, procedentes de cuotas voluntarias. Estos grupos serán tanto
territoriales, como sectoriales y, en general, serán aquellos que ya venían
funcionando, bien como referentes históricos de gremios o bien como
sociedades anónimas creadas en ese período para el cumplimiento de ese tipo
de fines económicos. Dada su voluntariedad serán el gérmen principal del
asociacionismo empresarial que verá la luz en la transición.
Surgen entidades como STANPA (Servicio Técnico de la Agrupación Nacional
de Perfumerías y Afines); OFICEMEN (Agrupación de Fabricantes del
Cemento); SEOPAN (Subgrupo de Empresas de Obras Públicas de Ámbito
Nacional); y GAESCO (Grupo Autónomo Económico Sindical de Constructores
de Obras72) y FEDEME, en Sevilla; es decir, entidades cuyas siglas están aún
70
Aunque es evidente la prohibición total de asociaciones distinta a la OS, se mantiene un
cierto asociacionismo:”conviene recordar que no todas las organizaciones patronales
desaparecieron o fueron absorbidas sin más por la Organización Sindical. Linz ya rastreó a las
empresas que conformaban la Unión Nacional Económica y comprobó cómo de las 71
entidades existentes antes de la guerra, sobrevivieron al menos 26. Muchos Consorcios o
Colegios Profesionales fueron respetados, además de las Cámaras de Comercio”. (Moreno,
1999, pág. 96)
71
“Algunas organizaciones sectoriales, por su parte, se convirtieron en sociedades mercantiles
por acciones, como ocurrió, por ejemplo en el caso de la Unión de Almacenistas de Hierro de
España, cuyo secretario era el sevillano Pedro Álvarez Osorio, y que el 10 de mayo de 1946
escrituró ante notario la creación de Almacenes de Hierro S.A. Más relevante aún resulta el
caso de Unidad Eléctrica, S.A. (UNESA), constituída en 1944 y que agrupó a las principales
eléctricas del país”.(Bernal, Florencio y Martínez, 2012)
72
GAESCO mantiene su nombre en democracia mediante la sustitución de “Sindical” por
“Sevillano”.
60
hoy día vigentes, con otra naturaleza jurídica, pero con el mismo carácter
representativo sectorial.
Realmente esta capacidad de organizarse dentro, pero al margen del sindicato
vertical, dada la voluntariedad de la participación en los mismos será
considerado como un elemento fundamental para llegar al asociacionismo
empresarial de la transición.
Pero más allá de estas figuras asociativas, inscritas todas ellas dentro del
ámbito del sindicalismo oficial, hay también que destacar en un período
posterior, pero aun preconstitucional, la constitución de organizaciones de
origen marcadamente empresarial cuyo objetivo era crear opinión, siendo el
ejemplo más claro el Círculo de Economía.
El Círculo de Economía inicialmente liderado por empresarios de origen
catalán, entre ellos Carlos Ferrer Salat, que sería posteriormente Presidente de
CEOE, desarrolla sus funciones desde 1958 en la alegalidad, si bien se
formaliza asociativamente en 1968, conforme a la Ley General de Asociaciones
de 1964, que estaría vigente hasta el año 200273.
En su origen el Círculo no se denomina asimismo como organización
empresarial o de empresas, sino como asociación de empresarios, estando
conformada mayoritariamente por éstos a título individual.
Este modelo es la expresión de una tendencia de pensamiento asociativo en el
que lo que prima es la voluntad de crear opinión económica, más que la de
convertirse en interlocutor ante el gobierno o los sindicatos. Se trata de generar
información y opinión tanto hacia los propios empresarios, como hacia el
exterior, el conjunto de la sociedad.
73
“Según el mismo preámbulo de la Ley 191/1964, las asociaciones se consideraban un
“instrumento de los fines estatales” que necesariamente habrían “de formar parte de su peculiar
estructura” y cuyos principios fundamentales se establecerían “de acuerdo con las normas
inspiradoras del Movimiento nacional”. Bajo estas condiciones, parece lógico afirmar que la
intención del Estado franquista, con una clara influencia de la dictadura de Primo de Rivera, era
mantener el asociacionismo constreñido dentro de «la peculiar estructura corporativa estatal».
(Pelayo, 2007)
61
En este mismo contexto, aunque con un marcado carácter formativo, también
hay que inscribir la creación en 1956 de la Asociación para el Progreso de la
Dirección (APD).
Siguiendo con el devenir histórico del asociacionismo empresarial en España,
el siguiente ítem sería la creación del Consejo Nacional de Empresarios en
196574, integrado por los distintos Consejos Provinciales de Empresarios. Se
trata de una organización cúpula, de carácter nacional, que se integra en la
Organización Internacional de Empleadores, con lo que ello suponía de
normalización e integración en la esfera internacional.
Estamos a finales de los años 60, en los que el sindicalismo clandestino es
cada vez más fuerte y donde comienzan a surgir importantes elementos de
conflictividad laboral, como los provocados por la congelación salarial de los
años 67 y 68. En este contexto surge la Ley Sindical de 17 de febrero de 1971.
La Ley Sindical determina la existencia de cuatro tipos de organizaciones
profesionales:
Asociaciones,
Uniones,
Agrupaciones
y
Consejos,
de
empresarios, técnicos y trabajadores, todos ellos insertos en la Organización
Sindical Vertical. Con estas denominaciones es fácil colegir porque hoy día
determinadas organizaciones tienen el nombre que tienen.
La ley sindical de 17 de febrero de 1971 introdujo la denominación de
organizaciones profesionales, que aplica a determinadas entidades y
organismos encuadrados en la Organización Sindical. Su artículo 3º entiende
por tales las Uniones y los Consejos que tengan por objeto la representación,
defensa y fomento de los intereses de quienes los componen, y las
74
A pesar de la normativa existente, hay que advertir que muchos empresarios y trabajadores
no se encontraban cómodas en la estructura del sindicato vertical. “La insatisfacción de los
empresarios, tanto como de los trabajadores, respecto de la OS intentó atenuarse mediante la
concesión de una mayor participación de los segundos, apoyado por la legislación sobre
convenios colectivos, y de una mayor autonomía a los empresarios, medida que se completó
en 1964 en lo referente a éstos últimos con la creación del Consejo Nacional de Empresarios,
que en el maco de la OS, actuaría como órgano de coordinación, representación, gestión y
defensa de sus intereses profesionales.” (González, 2001)
62
Agrupaciones y Asociaciones de Empresarios, Técnicos y Trabajadores que en
ellos se integren.
Con la ley Sindical nos situamos a las puertas del cambio de régimen, período
histórico que si está muy estudiado desde el punto de vista de la investigación
histórica y universitaria dentro del entramado de la denominada Transición y en
el que adquiere una indudable importancia la posterior Ley 19/1977, de 1 de
abril, de Asociación Sindical (LAS) que declaró en su artículo 1º75:
“Artículo 1º Uno. Los trabajadores y los empresarios podrán constituir en
cada rama de actividad, a escala territorial o nacional, las asociaciones
profesionales que los trabajadores o los empresarios determinen los
estatutos”.
Simplificando mucho todo lo acaecido en estos años en el ámbito de la
representación empresarial se produce una cierta confrontación entre dos
modelos de asociacionismo: “En cuanto al proceso asociacionista empresarial,
surgieron dos posiciones acerca de su estructura. La de la construcción de
nuevas organizaciones de empresarios, y la que defendía la renovación de las
existentes” (Flores, 2000, pág. 703). Es decir, aquellos que quieren romper
totalmente con el pasado y aquellos otros que pretenden simplemente
modificar el estatus jurídico de la organización sindical existente y adaptarlo a
la nueva ley de asociaciones de 1977.76
75
“La aprobación de la Ley de Asociación Sindical tuvo efectos inmediatos sobre el
asociacionismo, tanto de los empresarios como de los trabajadores, aunque numéricamente
más sobre los primeros. De tal forma que entre el 28 de abril de 1977 y el 15 de diciembre de
1978 se habían depositado los Estatutos de 9.657 organizaciones profesionales, de las cuales
4.094 eran obreras y 5.563 empresariales lo que demuestra la voluntad asociativa de los
empresarios en aquel momento (…) Al mismo tiempo, en este período se produjo una mayor
modificación de Estatutos de asociaciones empresariales (162), que de asociaciones obreras
(73). Ello vendría explicado también por el fenómeno aludido de la preexistencia, en el marco
jurídico del régimen anterior de numerosas asociaciones que únicamente tuvieron que
modificar sus normas internas”. (A.M. García, 2002, pág. 231 y 232)
76
Esta tensión entre ambos modelos se puede contrastar no sólo en todo el recorrido del libro
de Fabián Márquez sobre Jose María Cuevas o la aventura de la CEOE (noviembre 2012), sino
en trabajos como el de Angeles González Fernández, sobre la configuración del sistema
asociativo empresarial en la transición a la democracia a través del caso sevillano (2002) o en
el Joaquin M. López-Rodó sobre Las organizaciones empresariales en la España Democrática.
Del sindicalismo vertical a la pluralidad organizativa (2008).
63
6.2
El nacimiento de la CEOE
Se trata de una confrontación no exenta de tensiones, pero que tuvo como
resultado un gran acierto histórico, la creación de la Confederación Española
de Organizaciones Empresariales, CEOE.77
El éxito de la CEOE y, en general, del asociacionismo empresarial en la
Transición democrática viene motivado, entre otras cuestiones:
-
Por la existencia de unos valores compartidos y de un sentido de
identidad colectiva, fortalecidos en estos momentos por la percepción
común de ser injustamente considerados por el conjunto de la sociedad.
-
Por la oportunidad política del momento, es decir, por la convicción de
que eran necesarias plataformas organizadas que aseguren su
participación en el diseño del proceso de cambio.
-
Por la propia atribución de un estatus público 78 , que permite nuevas
posibilidades de acción. (González, 2001, pág. 84).
Igualmente en ese período surgen y, en otros casos se consolidan, iniciativas
que finalmente no se integran en CEOE, pero que adquieren un perfil propio
como referentes empresariales y que continuarán hasta el día de hoy. Entre
éstas se encuentran el Círculo de Empresarios, o la Asociación de Estudios
Empresariales, que posteriormente se transformará en el actual Instituto de
Estudios Económicos, en la órbita de CEOE.
Se trata de una época de gran expansión asociativa, en el que proliferan
organizaciones a nivel local, provincial y sectorial, que se unen en
organizaciones de ámbito nacional, proceso no exento de confrontación, como
77
“La incipiente CEOE era la suma de las distintas asociaciones sectoriales o de rama de
actividad supervivientes de las viejas organizaciones de empresarios de la O.S. y la patronal
catalana Fomento del Trabajo Nacional (FTN); a ello hemos de sumar las iniciativas lideradas
por Agustín Rodríguez Sahagún y el proyecto de patronal madrileña, […] y sobre todo Juan
Manuel de Mingo Contreras, secretario del Consejo de Administración de El Corte Inglés, la
denominada Agrupación Empresarial Independiente (AEI) […]; el resto era desierto, o una tarea
por hacer.” Márquez, 2012, pág. 124.
78
Dicho estatus tiene su base en la nueva legislación de asociaciones y de Libertad Sindical.
64
la existente entre CEPYME y COPYME, unión de las APYMES locales, que era
“tachada por CEOE de <<patronal filocomunista>>”(González, 2001, pág. 96).
El nacimiento formal de CEOE se produce a partir de la integración de tres
organizaciones79: La Agrupación Empresarial Independiente, encabezada por
Max Mazín80; la Confederación Empresarial Española, con Rodríguez Sahagún;
y la Confederación General Española de Empresarios, con varios lideres, entre
los que destacaba, Luis Olarra, Féliz Manzilla y Jesús Santos Reim. Todos
ellos se unen junto a Fomento del Trabajo Nacional, cuyo Presidente, Carlos
Ferrer, será el primer presidente de CEOE. Sus estatutos se presentaron el 29
de junio de 1977.
Fruto de este proceso de integración será un inicio asociativo en el que
coinciden tres secretarios generales de la misma organización (Bardavio,
Santos Reim y Cela), que luego darán paso al catalán Luis Salleras, que fue
sustituido por José María Cuevas81.
CEOE supone así un movimiento que incorpora a las organizaciones que
estaban latentes durante el franquismo (suponen un 25% aproximadamente),
las organizaciones que surgen de la transformación de las antiguas secciones
económicas del sindicato vertical (otro 25% aproximadamente) y las nuevas
organizaciones creadas en el inicio de la transición y que suponen más o
menos el 50% de la nueva organización (Molins, 2008, pág. 1316)
Como antes decíamos CEOE se convierte en una experiencia de éxito pues
con grandes dosis de diálogo y esfuerzo logra convertirse en una organización
cúpula, gestionando eficazmente los ámbitos sectoriales y territoriales que
estaban en su origen, si bien, surge como asociación de asociaciones, es decir,
79
A.M. García, 2002. Págs. 210-221; Flores, 2000, pág. 711.
Presidente de Honor de CEIM, organización regional de la Comunidad Autónoma de Madrid,
hasta su fallecimiento en 2013.
81
Jose María Cuevas accede al cargo de Secretario General de la CEOE en 1978,
posteriormente en 1984 asume la presidencia de la organización de manos de su presidente
fundador Carlos Ferrer Salat, cargo que mantendría hasta 2007, siendo sustituido por Gerardo
Díaz Ferrán. Falleció el 27 de octubre de 2008.
80
65
dejando al margen en su inicio a las empresas, que directamente no pueden
pertenecer a la misma.82
CEOE se muestra como el único interlocutor válido para negociar en momentos
de grandes cambios políticos y sociales. En el momento de su constitución
aglutina a más del 80% de las provincias que tenían representación, lo cual
supone más del 50% de la fuerza económica del país. (Flores, 2000, pág. 711)
En su constitución los cuatro grandes temas que le preocupan son el paro, las
inversiones, el endeudamiento externo y el desequilibrio comercial. Es decir, es
una organización que desde su origen responde no sólo a las preocupaciones
singulares de las empresas, sino a sus inquietudes como colectivo social.
El asociacionismo empresarial juega un importante papel en la Transición
democrática, por su participación en el pacto social o consenso, como
interlocutor único de sindicatos y gobierno.
“Para ello es necesario contemplar su actuación en función de una serie
de variables bien determinadas: la defensa de la democracia, vinculada
indisolublemente a la defensa de la economía de mercado y la libertad
de empresa; la carencia de una identificación plena con ninguno de los
partidos políticos (…); un notorio sentimiento de inseguridad motivado
por la profundidad de la crisis económica y la secuencia vertiginosa de
suspensiones de pagos, quiebras y cierres de empresas; la ofensiva de
los sindicatos, que minó seriamente la autoridad y capacidad de
maniobra de los empresarios en su gestión profesional; y, por último, el
desprestigio del empresariado en el conjunto de la sociedad española, al
que se vinculaba al régimen franquista e identificaba como uno de sus
principales sostenedores y beneficiarios”. (González, 2001, pág. 86)
En sus inicios CEOE no mantiene buenas relaciones con los gobiernos de
UCD, al que critica tanto en su política económica como laboral. Como
respuesta inicia una estrategia de organización de “concentraciones”, a modo
de mítines, en los que se pretende hacer valer la fuerza de la organización es
82
“La CEOE tuvo éxito porque respetó estructuras organizativas ya existentes y planteó un
encuadramiento e incorporación flexible de sus miembros. Pero, sobre todo, porque, tras un
proceso nada fácil, consiguió afirmarse como interlocutor único de sindicatos obreros y
gobiernos para la aplicación al ámbito social y laboral de los principios de pacto y acuerdo que
habían presidido la transición política”. Cabrera, 1997.
66
lo que reiteradamente Márquez denomina, parafreaseando a Jose María
Cuevas, la estrategia de “tocar el tambor”.
La primera de esas concentraciones, bajo el eslogan de “Reaccionemos”, tiene
lugar en Barcelona, logrando llenar el Palau Blau Grana, con unos 15.000
empresarios. Posteriormente se celebrarían convenciones empresariales en
Valencia, Sevilla, Logroño, Zaragoza y Granada. Tras el éxito de éstas, se
convocó un acto de carácter nacional denominado “afirmación empresarial”, el
5 de febrero de 1978, que consiguió llenar el Palacio de los Deportes de
Madrid, y que en opinión de algunas de las personas que han vivido todo el
proceso de creación de la CEOE, constituyó el verdadero espaldarazo y
consolidación de la misma.83
Aunque la opinión pública de entonces pensaba otra cosa84, lo cierto es que
CEOE se va a caracterizar por apoyar decididamente el modelo democrático85,
sobre todo y de forma más expresa tras el intento de golpe de Estado de 1981,
y va a asumir un papel institucional que le va a llevar a concertar con el
gobierno de turno asumiendo así un papel de garantista o aval político, que se
mantiene hasta nuestros días.
A partir de 1978, legalmente CEOE quedó además avalada singularmente por
el artículo 7 de la Constitución Española, que se convierte en el gran diferencial
con otras organizaciones de carácter empresarial y que como apuntábamos
cuando hablamos de la creación del Círculo de Empresarios, manifiestan una
voluntad de creación de opinión más que de participación concreta.
83
Opiniones vertidas, entre otros, por Rafael Avila García, Secretario General de la Federación
Onubense de Empresarios, Moisés Sampedro, Secretario General de la Confederación
Empresarial Sevillana. De la misma opinión, Márquez, 2012.
84
“Es que quienes así nos acusan, no recuerdan ya sus manifestaciones? Se nos ha llamado
terroristas de cuello blando”; “potenciadores del fallido golpe de Estado”. Datos para el
empresario. Fomento del Trabajo. 1982
“Respecto a la adhesión de los empresarios y sus organizaciones al nuevo sistema
democrático, algunos autores (Mella, 1989) lo retrasan hasta el intento de golpe de Estado de
febrero de 1981”. Molins, 2008
85
El empresariado de esa época era consciente de la simbiosis democracia y desarrollo
económico, por lo que no tenía con carácter general motivos para oponerse al proceso
democrático.
67
Estas
organizaciones
entre
las
que
podemos
situar
al
Círculo
de
Empresarios86, el Circulo de la Economía, a la APD, al Club de Empresarios y
la Instituto de la Empresa Familiar, no tienen como objetivo integrarse en
CEOE y en la vida político institucional, sino tener una voz propia para la
consecución de sus fines específicos.
Se trata de organizaciones que en su mayoría integran directamente a
empresas, con voluntad de generar opinión y transformar la regulación, pero
sin querer participar o avalar con su presencia una determinada política.
CEOE desde un primer momento mantiene clara su vocación de diálogo y
liderazgo tanto con el mundo sindical, a través de la negociación colectiva,
como con el gobierno, integrándose en los órganos de participación
institucional que éste crea y participando decididamente en los acuerdos de
concertación que facilitan el desarrollo socio-económico del país.
Esa vocación de participación en la vida política le llevará a tender lazos con
los primeros gobiernos de la transición y, sobre todo, a iniciar un camino, junto
a las organizaciones sindicales, a través del denominado diálogo social, dando
lugar a importantes acuerdos de gran repercusión económica y social, como
son el ABI (Acuerdo Básico Interconfederal, firmado el 10 de julio de 1971), que
supuso “las vigas sobre las cuales se edificó en el futuro el edificio de la
Concertación social” (Márquez, 2012) y que era una forma de continuar desde
el punto de vista social, con lo que habían supuesto para la política los Pactos
de la Moncloa.
86
Ejemplo de la diferencia de fines y medios entre CEOE y las organizaciones citadas puede
ser el Circulo de Empresarios, que:
“en sus documentos fundacionales se marcó como objetivo la defensa de la libre
empresa, de la iniciativa privada y de la economía de mercado, asumiendo la tarea de
concienciar a la opinión pública del papel del empresariado en una sociedad libre y
democrática.” (Tello, M. 2013, pág. 63-66)
Es decir, a diferencia de la CEOE los medios para la consecución de sus fines no es la
participación en la arquitectura institucional del Estado, sino a través de la concienciación de la
opinión pública. Igualmente sus fines no son la defensa de los intereses propios, sino la
defensa en general de la libre empresa y el mercado.
68
Posteriormente se firmarían en AMI (Acuerdo Marco Interconfederal, 19801981); el ANE (Acuerdo Nacional de Empleo, 1981-1982); el AES (Acuerdo
Económico y Social, 1984-1986) y otra serie de acuerdos de carácter más
monográficos, relativos la mayoría de ellos a cuestiones sobre todo relativas a
políticas
de empleo (resolución extrajudicial de conflictos, formación,
negociación colectiva, cobertura de vacios,..).
A día de hoy se mantiene la voluntad negociador nacional fundamentalmente
con las reiteradas firmas de los denominados ANEC, Acuerdos de Negociación
Colectiva, en la que se fijan las recomendaciones a los negociadores de la
negociación colectiva, incluyendo porcentajes de incremento salarial, que sin
duda es la cláusula más llamativa de las que se negocian.
69
6.3
Las asociaciones empresariales en la actualidad:
6.3.1 Consolidación
de
la
presencia
y
participación
de
las
asociaciones empresariales.
Las asociaciones empresariales han ocupado el espacio representativo que la
Constitución87 les reconoce, participando activamente en multitud de órganos
de representación institucional, desarrollando el diálogo social y la concertación
con las centrales sindicales; generando una intensa actividad de servicios a sus
asociados
en
ámbitos
tan
importantes,
como
la
formación
o
la
internacionalización de las empresas; y participando activamente en la
actividad económica, social y política de su entorno, relacionándose con el
mismo y teniendo una activa presencia y participación.
Ejemplo claro de todo ello lo podemos encontrar en la actividad de la
Confederación de Empresarios de Andalucía, asociación que por su
singularidad y por haber sido la única asociación protagonista de un conflicto
jurídico – político – electoral, con ocasión de las elecciones al Parlamento de
Andalucía en el año 82, que será objeto de tratamiento en todo este trabajo,
refleja notablemente la situación referida sobre las asociaciones empresariales
en la actualidad, desde su constitución.
Tomando como referencia la Memoria de actividades de la Confederación en el
ejercicio 201188, podemos constatar lo siguiente:
-
La Confederación compareció nada menos que en 15 ocasiones ante
distintas Comisiones del Parlamento de Andalucía, para exponer los
criterios empresariales en relación a otros tantos Proyectos y
proposiciones de Ley.
87
Desde la integración de España en la UE también hay que tener en cuenta la normativa
comunitaria al respecto. En tal sentido, la participación de la sociedad civil y de las
organizaciones empresariales está plenamente reforzada a través de la denominada
Gobernanza europea.
88
En anexo a este trabajo figura la relación completa de lo publicado en la Memoria de CEA de
2011
70
-
Gestionó y confeccionó la elaboración de informes jurídicos sobre 146
proyectos normativos remitidos en trámites de audiencia durante todo el
año, remitidos por 13 Consejerías de la Junta de Andalucía, sobre
materias de toda índole, con afección directa a la actividad de las
empresas en la Comunidad Autónoma de Andalucía.
-
Tuvo presencia institucional en casi 250 órganos de participación
institucional, reglados y no, en el ámbito de la Junta de Andalucía, tanto
de ámbito regional como provincial.
-
Tenía designado cerca de 1.300 representantes empresariales, como
miembros a propuesta de la organización en los órganos de
participación citados.
También como elemento de participación y representación social, podemos
tomar en consideración la capacidad de las asociaciones empresariales por
llegar a acuerdos y asumir con otros agentes, públicos y privados, el desarrollo
de proyectos e iniciativas conjuntas.
Así, por ejemplo, y siguiendo con la Confederación de Empresarios de
Andalucía, vemos como en el año 2006 89, la Confederación firma numerosos
Convenios y acuerdos con entidades públicas y privadas:
-
Pacto por la Educación, firmado por CEA, Consejería de Educación y y
Centrales Sindicales (CCOO-A y UGT-A). 3 de marzo de 2006.
-
Plan Estratégico para la Agroindustria Andaluza 2007-2013, firmado
entre CEA, Junta de Andalucía y Centrales Sindicales (CCOO-A y UGTA). 7 de julio de 2006
-
Convenio Marco de colaboración entre CEA y la Consejería de
Presidencia de la Junta de Andalucía. 19 de octubre de 2006.
-
Acuerdo marco para el desarrollo de las actividades del Centro Andaluz
de Formación Integral de las Industrias del Ocio (CIOMIJAS), firmado
por CEA, la Consejería de Empleo y las Centrales Sindicales (CCOO-A y
UGT-A). 26 de julio de 2006.
89
Memoria 2006. Informe de actividades, pág. 134 – 138.
71
-
Protocolo de colaboración para el impulso de las industrias culturales en
la Comunidad Autónoma de Andalucía, firmado por CEA y la Consejería
de Cultura. 18 de julio de 2006.
-
Convenio entre CEA y la Consejería de Gobernación para el fomento del
voluntariado y la acción social. 8 de noviembre de 2006.
-
Convenio de colaboración entre CEA y la Fundación Universidad
Fernando III. 20 de septiembre de 2006.
-
Convenio de colaboración entre CEA y la Asociación Nacional de
Criadores de Caballos de Pura Raza Española (ANCCE), 1 de marzo de
2006.
-
Convenio de colaboración entre CEA y el Consejo Andaluz de Colegios
Oficiales de Ingenieros Industriales, 24 de julio de 2006.
-
Convenio entre CEA, el Ayuntamiento de Dos Hermanas y el Real Club
de Enganches de Andalucía, para la puesta en marcha del I Salón
Internacional del Enganche de Andalucía, 21 de noviembre de 2006.
-
Convenio entre CEA, el Consejo Andaluz de Cámaras de Comercio de
Andalucía y la Academia de Ciencias Sociales y del Medio Ambiente de
Andalucía. 4 de enero de 2006.
-
Convenio entre CEA y Universia, 10 de marzo de 2006.
-
Convenio de colaboración entre CEA y la Embajada de Filipinas en
España, 8 de mayo de 2006.
-
Convenio de colaboración entre CEA y Cajamadrid, 13 de enero de
2006.
-
Convenio de colaboración entre CEA y Banco Popular. 26 de mayo de
2006.
-
Convenio de colaboración entre CEA y Caja Granada. 9 de octubre de
2006.
Aunque es cierto que hemos adoptado como elemento de referencia los datos
de la Confederación de Empresarios de Andalucía en el años 2011 y 2006, que
eran tremendamente expresivos, ello mismo se puede decir de todas las
organizaciones empresariales españolas, autonómicas y provinciales, que
conforman CEOE y que comparten un mismo modelo de actuación y presencia
72
institucional, aunque en algunos casos, con un menor nivel cuantitativo, y que
también realizan esa actividad representativa.
Así a título de ejemplo, en el ámbito representativo nos podemos encontrar, a
lo largo de los años, los siguientes ejemplos:
Según la Memoria del ejercicio 2010 de CEIM, Confederación Empresarial de
Madrid CEOE, organización de carácter autonómico, aunque de una
Comunidad
uniprovincial,
dicha
organización
mantenía
su
presencia
institucional en 18 órganos de la Administración General del Estado; 32
órganos del Ayuntamiento de Madrid; unos 70 órganos de la Comunidad
Autónoma; en 15 Fundaciones y en 10 instancias de carácter social, económico
y representativo.
Siguiendo con los ejemplos, y navegando también en el tiempo, podemos
observar el caso de Foment del Treball Nacional de Cataluña, organización
empresarial más antigua de España, de carácter regional, que en su memoria
del 2002 mantenía su actividad representativa en 10 órganos consultivos de la
Administración General del Estado; 72 órganos de carácter regional, de la
Generalitat de Cataluña; unos 25 órganos del Ayuntamiento; y presencia,
también, en el denominado Tribunal Laboral de Cataluña.
Si nos fijamos en el ámbito provincial, vemos como en el ejercicio 2013, la
asociación FAE – Burgos, organización de ámbito provincial, de una
Comunidad de las que no tienen la consideración de históricas, la asociación
tiene presencia hasta en 40 órganos de participación institucional y
empresarial. 90
Siguiendo con el ámbito provincial, podemos también poner como ejemplo el
caso de la Confederación Empresarial Sevilla, CES, en cuya memoria de
actividades del 2011 se detalla su presencia en 13 instituciones y organismos;
90
www.faeburgos.org/CSAVisualizarImagen.aspx?ID=2753. Recuperado el 2 de noviembre de
2013.
73
18 órganos municipales; 72 órganos de la Administración Autonómica y 10
comisiones provinciales de la Administración Central.
74
6.3.2. Crisis actual
La
consolidación
de
la
acción
representativa
de
las
asociaciones
empresariales, con una clara definición de su papel político, ha general una
positiva labor, que no obstante, se ha visto empañada por algunas cuestiones,
tanto de orden interno, como externo, que han afectado negativamente a la
imagen de las mismas, generando una situación nueva, que en estos
momentos está plenamente de actualidad.
En el orden interno, no se puede negar el impacto negativo que ha tenido la
presidencia de Gerardo Díaz Ferrán en la CEOE, por sus problemas de
carácter legal derivados de su acción empresarial y ajenos por tanto al ejercicio
representativo, pero que ha contaminado a la organización, más aún en un
momento de gran complejidad económica y social, en los que lamentablemente
se ha generalizado la figura de los despidos colectivos y una gran desafección
hacia las entidades financieras, que normalmente se vinculan al ámbito
empresarial (olvidando que las empresas son las primeras damnificadas por la
restricción del crédito, si bien es cierto que la Asociación Española de la Banca,
AEB, pertenece a CEOE).
En el orden externo, la grave crisis económica que atraviesa España ha hecho
que las asociaciones padezcan graves problemas de financiación91 ,teniendo
que asumir importantes recortes en sus presupuestos, que se han derivado en
una constante política de ajuste presupuestaria que ha requerido reducciones
drásticas de personal e infraestructuras 92 y, en algunos casos, la necesidad de
“ceder” la actividad de la asociación, a entidades asociativas de ámbitos
superior, que asumen la gestión y la prestación de servicios necesarias.93
91
El caso más extremo lo representa el proceso de liquidación por causas económica de la
organización provincial de Ciudad Real, CEOE-CEPYME Ciudad Real, en julio de 2013.
92
En los dos últimos años la Confederación de Empresarios de Andalucía ha tenido que
realizar una profunda disminución de su personal (más del 60%), así como de su oferta de
infraestructuras, como demuestra la necesidad del cierre de su oficina de Madrid. Por su parte,
CEOE de 2010 a 2012 hizo una reducción de plantilla de 157 a 99 personas, proceso que
continúa en la actualidad.
93
“La crisis empuja a varias asociaciones empresariales a ´delegar´ en CECO”. Diario Córdoba,
8 de octubre de 2013.
75
Todo ello además unido al momento actual, en el que, en general, ha bajado la
consideración hacia los distintos actores sociales y políticos94, especialmente
partidos políticos y centrales sindicales, cuestión que ha afectado también a las
organizaciones
empresariales
dado
que
coinciden
en
escenarios
de
negociación y participación con ambos. Del mismo modo, también hay que
señalar la generalización de presuntos casos de corrupción, que han visto a la
luz de forma constante en períodos muy recientes.
El Barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas de abril de 2013,
muestra claramente esta realidad en la que partidos políticos y sindicatos salen
muy mal parados, siendo los siguientes las organizaciones empresariales95
Fruto de esta situación ha sido un cierto desplazamiento de la CEOE de la
centralidad del debate económico, lo que ha facilitado la aparición de una
nueva organización, el Consejo Empresarial para la Competitividad, en la que
se han integrado las principales empresas multinacionales españolas96 tratando
de mantener una interlocución directa con el Presidente del Gobierno de
España, al margen de la CEOE, y realizando acciones fundamentalmente
dirigidas a reforzar la reputación de España y la imagen de su economía.
Frente a todo ello, CEOE está tratando de reaccionar, y en los últimos meses
ha adoptado un Código de Buen Gobierno, ha alcanzado un cierto acuerdo
sobre una posible reforma de sus Estatutos, que aún no está terminada por el
debate abierto sobre el papel de las empresas en CEOE (no hay que olvidar
que CEOE es una organización de organizaciones empresariales, con un gran
peso sectorial y territorial, y no de empresas,) y ha iniciado una senda de
trabajo conjunto con el Consejo Empresarial de la Competitividad, mediante
acciones concretas como la desarrollada el pasado 10 de octubre de 2013, en
la que se ha presentado de forma conjunta un estudio sobre “España empresa
94
“Los partidos políticos y los sindicatos, las instituciones más desprestigiadas”. F. Martí (La
Razón, 2012, 15 de diciembre)
95
Centro de Investigaciones Científicas. Barómetro de abril. Estudio nº 2984. Abril de 2013.
96
De forma colectiva también se ha incorporado el Instituto de la Empresa Familiar, cuyo
anterior Director se ha hecho cargo de la dirección del CEC.
76
y exporta: ¿Dónde estamos y hacia dónde vamos?”, dando inicio así a un road
show que se desarrollará en las siguientes semanas por distintas ciudades
españolas.
Desde el punto de vista económico, la mayoría de las organizaciones
empresariales están en un proceso de desarrollo de iniciativas que permitan el
incremento de la capacidad presupuestaria, consolidando los procesos de
afiliación empresarial y activando su presencia en el mercado, tanto a través de
la oferta del uso de sus instalaciones (proceso en el que están CEOE,
Fomento, CEA, …), como de la oferta de nuevos servicios profesionales, bajo
contraprestación económica de los mismos, ejemplo de ello, son las acciones
formativas de carácter privado que realizan CEOE, Fomento o CEA; o la
inmediata oferta de servicios e-cloud por parte de la asociación andaluza.
77
7. Asociaciones Empresariales y medios de comunicación social.
En 1982 la Confederación de Empresarios de Andalucía iniciaba su memoria,
pág. 2, diciendo: “Hay una escasa credibilidad interna y una limitada capacidad
de penetración no ya sólo en el tejido empresarial sino en el social y político”.
Cuando hace balance de sus “Actuaciones políticas” de ese mismo año señala:
“Como es de todos conocido durante la campaña al Parlamento de la
Comunidad Autónoma de Andalucía, la CEA llevó a cabo una fuerte
presencia institucional en la que uno de los objetivos era conseguir una
alta notoriedad para la Confederación, propiciando y creando
efectivamente una imagen para la misma, destacando su preocupación y
eficaz entrega a la defensa de los intereses de los empresarios
andaluces.
Después de celebrada la campaña se puede observar que la CEA había
consolidado dos características de las que antes no disponía:
 Enorme relevancia pública
 Demostración de representatividad y adhesión de las
bases demostrados por la presencia en los actos
informativos empresariales de más de 30.000 empresarios
en toda Andalucía”. Memoria de la CEA, 1982, pág. 25.
Y concluye:
“Todo ello hace que hoy podamos afirmar sin ningun tipo de duda, que
estas dos actuaciones de carácter político, han tenido, y seguirán
teniendo, una influencia vital en la conformación presente y futura97 de la
Confederación y en la capacidad de influencia social y política que la
CEA tiene hoy día en el ámbito de Andalucía”. Memoria de la CEA,
1982, pág. 25
Es decir, la Confederación en el transcurso temporal de un solo año, reconoce
haber logrado la notoriedad y el éxito asociativo necesario para llevar a cabo su
función constitucional representativa de influencia social y política. ¿qué ha
pasado en ese año? ¿en qué se apoya la asociación empresarial para llevar a
cabo esa manifestación?.
97
Como hemos podido ver en el apartado anterior de este trabajo la “afirmación profética” de la
memoria de CEA del año 82 se ha cumplido sobradamente.
78
Pues se trata de una decisión estratégica de la propia organización, que
precisa su definitivo lanzamiento98 y para ello pone en marcha una acción de
comunicación.
Acción que se centrará en la elaboración y desarrollo de una campaña de
información en el ámbito de las primeras elecciones al Parlamento de
Andalucía, que por una parte lograra el objetivo de comunicación, pero por otra,
será el elemento perfecto, aunque no estuviese así planificado, para que la
jurisprudencia del Tribunal Supremo refrende la labor institucional y política de
las
asociaciones
empresariales
en
el
ejercicio
de
sus
funciones
99
constitucionales.
Para esa acción de comunicación será definitiva la constitución del primer
gabinete de prensa de CEA:
“Así mismo y en el transcurso del año 82, se constituye el Gabinete de
Prensa de CEA.
En un principio con una clara orientación a la actualidad institucional en
la campaña de la CEA (…)
Esta labor ha supuesto una notable aportación a la estructura informativa
interna de CEA, pero sobre todo, la magnífica dedicación profesional de
su autor y sus conocimientos han supuesto la irrupción de CEA en los
medios de difusión con una presencia permanente y con una continua
demanda de información por parte de aquellos hacia la organización y
sus miembros”. Memoria de la CEA, 1982, pág. 13.
En el caso de la Confederación de Empresarios de Andalucía, encontramos en
la literatura académica la confirmación de estas ideas, a través de un breve
trabajo elaborado por Miguel Jerez Mir y José Real Dato, investigadores de la
Universidad de Granada publicado en el año 2000 en “La Sociedad Andaluza
[2000]” y en el que se expresa como uno de los objetivos fundamentales de la
organización ha sido aparecer como el único representante del empresariado
98
“En la reunión de Marbella, se plantea la necesidad del definitivo lanzamiento de la CEA, que
viene a coincidir con una nueva actitud en CEOE y en otras organizaciones empresariales, con
el inicio de la presencia activa del empresariado en la sociedad y en la política”. Memoria de la
CEA, 1982, pág. 2
99
“Por otra parte sería de destacar durante esa actuación la enorme capacidad de generar
ilusión y confianza en el empresariado y el refrendo jurídico de la legalidad de la actuación.”
Memoria de la CEA, 1982, pág. 2
79
andaluz, tanto de cara a los poderes públicos, como frente a la opinión pública
en general.
Para el logro de este objetivo, se ha instrumentado una doble vía: por una
parte, el diálogo político con la Junta de Andalucía; por otra, la mejora de la
imagen del empresariado ante la sociedad andaluza.
“La patronal ha contado desde casi el comienzo de su andadura con un
departamento de comunicación, encargado de difundir al exterior
información sobre las actividades de la organización. Con ello ha
conseguido una presencia constante en los medios de comunicación de
la Comunidad andaluza”. (Jerez y Real, 2000, pág. 385)
Este ejemplo práctico, nos permite valorar la importante relación que para las
asociaciones empresariales y el ejercicio de su labor constitucional, ha tenido
su relación con los medios de comunicación, que le ha llevado incluso a tener
sus propios medios100 o a tratar de constituirlos101.
Junto a la labor representativa, las organizaciones empresariales a lo largo de
su historia han tenido un alto protagonismo en la opinión pública, sobre todo
desde la transición hasta nuestros días.
Las asociaciones tienen entre sus funciones la defensa y promoción de los
intereses de las empresas y la representación de estos intereses, siendo uno
de los medios más utilizados para ello la generación de una opinión pública
favorable a los mismos102.
100
En 1849 Fomento del Trabajo creó como órgano de expresión de la asociación el diario “El
Bien Público” (www.foment.com/quienes-somos/Paginas/historia.aspx, recuperado el 10 de
enero de 2013)
101
Cuestión que queda aún puesta en mayor medida de manifiesto cuando se constata la
intención que tuvo CEOE de tener su propio grupo de medios, mediante una operación descrita
superficialmente por Fabián Márquez (Márquez, 2012, págs. 302 y sgs.) de compra de Editorial
Católica EDICA y la alusión que hace a otros proyectos: “Además, con el transcurso de los
años la CEOE intervino esporádicamente en otras operaciones periodísticas, pero sin que
estos escarceos fueran comparables a la ambición del proyecto [EDICA].” (Márquez, 2012,
pág. 305)
102
Prueba de la importancia que las asociaciones otorgan a la comunicación puede ser la
presencia de esa relación en la propia Memoria de actividades de las mismas. Así a título de
ejemplo CEOE dedica un apartado entero de su Memoria del ejercicio 2012 a Comunicación.
Memoria de Actividades, CEOE, págs. 47 a 53.
80
Desde esa convicción las asociaciones empresariales realizan una intensa
actividad de relación con los medios de comunicación, que es positiva para
ambos, pues por un lado la asociación tiene oportunidad de exponer sus
opiniones y, por otro, los medios tienen una fuente directa para contrastar la
realidad política, económica y social.
En el caso de las asociaciones empresariales, hemos tenido ocasión de
entrevistarnos con varios de los principales responsables de las organizaciones
territoriales que la CEA tiene en Andalucía, y con diversos responsables de
prensa
de
asociaciones
empresariales,
así
como
solicitarles
la
cumplimentación de un sencillo cuestionario con el objeto de conocer las
relaciones entre las asociaciones y los medios y, especialmente, cómo se
sentían tratados por los mismos.
Aunque es evidente que puede haber diferencias, sobre todos motivadas por la
experiencia en el tiempo en el cargo de las personas entrevistadas, si podemos
sacar algunas conclusiones que consideramos de interés:
La más importante la función relevante de los medios y su atención en el
ejercicio de la labor representativa que corresponde a las asociaciones
empresariales. Las relaciones con los medios y la creación de opinión pública
es un elemento imprescindible en el pasado, presente y futuro del
asociacionismo empresarial.
En tal sentido, es evidente la vocación de profesionalizar la relación entra la
asociación y los medios. En todos los casos existe, o ha existido mientras su
financiación ha sido posible, un departamento de comunicación cuyo principal
cometido ha sido y es la relación con los medios, facilitando la interlocución y la
presencia constante de la asociación en los mismos.
Esa presencia constante, es la segunda conclusión que se extrae de estas
fuentes. Se confirma no sólo el interés, sino la necesidad de estar presente en
los medios, para favorecer que la opinión empresarial sea realmente tenida en
cuenta por el conjunto de la sociedad.
81
Se alude a un concepto de gran interés para una asociación empresarial: la
notoriedad. Se trata de una situación esencial para poder hacer valer la opinión
empresarial, para que más allá de las normas que así lo mandatan, el gobierno
regional, provincial o local, sepa que debe contar con las asociaciones a la hora
de emprender proyectos que afecten a la actividad de las empresas en su
territorio.
El discurso que emite la asociación empresarial tiende a responder a lo que los
medios demandan en cada momento, y que principalmente son: opinión y
posicionamiento; y valoración de datos, tanto los de publicación periódica
(desempleo, IPC,…) como los relacionados con hechos singulares de la
actividad económica y social: huelgas, procesos de inversión, proyectos
novedosos…
Asimismo también se demanda una presencia constante de la asociación, con
una gran disponibilidad del líder de la misma, para afrontar con agilidad
cualquier novedad de interés para los medios.
En el ámbito del posicionamiento es donde surgen más conflictos, pues en
muchas ocasiones se pretende que la organización asuma posiciones que
tienen que ver con la línea argumental del medio, lo cual genera cierta tensión,
pues la asociación trata siempre de mantener su propia línea argumental y lo
que es más importante, de medir los momentos en los que puede o no
manifestarse sobre un asunto.
En tal sentido, se señala en alguna de las encuestas como se persigue en
muchas ocasiones un cierto “morbo” por conocer cómo va a responder la
asociación a una cuestión concreta.
Se percibe, con carácter general, que los medios tratan con rigor a las
asociaciones empresariales, si bien se viene persiguiendo en los últimos
tiempos un deterioro de la imagen de las mismas, acompañado de un cierto
82
cuestionamiento, si bien éste último está más presente en unas líneas
editoriales, que en otras.
Asimismo, no se olvida, la relación comercial entre medios y asociaciones, y la
posible distorsión que ello puede significar, pues en el contexto actual de crisis
económica generalizada de todos los medios, resulta frecuente la invocación
constante a las asociaciones empresariales para que ellas singularmente, o
influyendo decididamente en sus representados, traten de contribuir a la
financiación de los medios.
83
8. LAS
ASOCIACIONES
EMPRESARIALES
Y
LOS
PROCESOS
DEMOCRÁTICOS.
8.1
Participación de las asociaciones empresariales en la actividad
política.
Determinada la participación de las asociaciones empresariales en la actividad
institucional y social, conviene su análisis en el ámbito político.
La historia del asociacionismo empresarial en España, puesta someramente de
manifiesto en este trabajo, demuestra que no ha sido hasta la situación actual
cuando no se ha logrado una cierta estabilidad, una unidad de acción y
representación, a través de una organización, la CEOE103, que ha aglutinado
una importante capacidad representativa del conjunto de territorios y sectores
en España.
La estabilidad de nuestro actual marco constitucional ha contribuido
decisivamente a la estabilidad del modelo de representación empresarial, y a la
vez que se ha ido forjando el nuevo modelo constitucional, se ha ido forjando
también el espacio representativo de las organizaciones empresariales, que
forman parte de ese modelo constitucional.
Creemos que es evidente que ha existido una relación mutua entre ambos
procesos. El desarrollo del estado social y democrático de derecho ha
requerido un incremento de la participación, y en tal sentido, es evidente que
en dicha participación el legislador constitucional ha querido que las
organizaciones empresariales tengan un protagonismo singular, como hemos
tratado de exponer en este mismo trabajo.
Protagonismo que se asienta en el texto constitucional (art. 129.1, participación
en el ámbito de la Seguridad Social), en los diversos Estatutos de
103
“Capítulo Undécimo. Un hegemónico mapa asociativo empresarial”. (García, A.M. 2002.
Págs. 237 y sgs)
84
Autonomía 104 , en leyes ordinarias (como las autonómicas de participación
institucional105), en la creación de órganos de participación institucional (como
el Consejo Económico y Social y los Consejos de carácter autonómico), en el
diálogo social (con numerosos acuerdos firmados), en la concertación (también
con numerosos acuerdos y con una especial relevancia en la Comunidad
Autónoma de Andalucía, en la que la concertación tiene rango estatutario tras
la reforma del Estatuto).
Y también en un hecho singular como es el reconocimiento de la titularidad de
un derecho fundamental a la organización empresarial, como es el derecho a
participar en un proceso electoral y la propia participación en sí misma.
Molins (2008) afirma que “El proceso de transición de un sistema autoritario a
uno pluralista supone, entre otros muchos aspectos, un cambio fundamental en
el modelo de intermediación de los intereses sociales ante el poder político”.
Ese nuevo modelo requiere una activa participación en la vida política y así lo
hacen las organizaciones empresariales pudiendo afirmarse la importancia de
la “cúpula empresarial como uno de los actores políticos clave en la transición y
consolidación democráticas”.
Esa participación la sitúa el mismo autor en tres momentos:
-
El primero, “el papel de la cúpula patronal (CEOE) como actor político –
sus posicionamientos ante el proceso constituyente y otros hechos de
especial relevancia política (Estatutos de Autonomía, intento de golpe de
Estado), así como sus relaciones con los partidos políticos del centroderecha y su participación en algunos procesos electorales”.
-
El segundo, “el desarrollo del proceso de concertación social y las
prácticas neocorporativas”
104
El Estatuto de Autonomía de Andalucía es un claro ejemplo de esa vocación por
incrementar y reconocer la participación de las asociaciones empresariales, como se puede
observar en los artículos 10.1, 10.20, 37.12, 37.16. y 159.
105
Ver Calvo 2009. Leyes de Participación institucional y Consejos de Relaciones Laborales en
al actual mapa autonómico. Temas Laborales, Vol. II, núm. 100. Págs. 551-574. Sevilla.
Consejo Andaluz de Relaciones Laborales.
85
-
Y tercero, “la incidencia del proceso de integración en la Comunidad
Económica
Europea
en
la
consolidación
del
asociacionismo
empresarial”. (Molins, 2008, pág. 1314)
Singularmente nos interesa la participación en algunos procesos electorales y,
en tal sentido, resulta especialmente interesante detenerse a analizar el caso
de la participación de la Confederación de Empresarios de Andalucía en las
primeras elecciones autonómicas, porque esa participación se produce en un
momento muy importante en nuestra reciente historia (1982), porque se
produce en el ejercicio de la función constitucional que las organizaciones
tienen reconocida en el recién inaugurado período constitucional (la
Constitución data de 1978) y porque el conflicto legal surgido a consecuencia
de la misma contribuyó a que la acción de una organización empresarial, en
este caso la CEA, en el ejercicio de un derecho fundamental, a pesar de
tratarse de una persona jurídica, fuera amparado por el Tribunal Supremo,
quedando así reforzado el papel del asociacionismo empresarial.
86
8.2
Participación y acción política
Desde su origen, tanto en la etapa de la pretransición, como durante la misma,
las organizaciones empresariales han sido conscientes de la importancia de
desarrollar un papel político, más allá del ámbito de las relaciones laborales.
A titulo de ejemplo, resultan muy significativos, los propósitos del Consejo
Nacional de Empresarios106, que reunido en 1976, hace público los siguientes:






“Defender en todo momento el principio de libertad e iniciativa privada y
subsiguiente fomento de la libre empresa, en una economía de mercado,
con todo el contenido implícito de creatividad y responsabilidad a cargo
de los empresarios y con la consideración de la empresa pública como
subsidiaria y complementaria de la privada.
Presentar a la sociedad la imagen auténtica y real de la empresa, en su
papel de creadora de riqueza y empleo, de innovación y promoción
social, así como la realización personal de los hombres que la integran.
El empresario es parte insustituible en la defensa, mejora e incremento
de la producción ante los supremos intereses de la nación.
Participar, como entidad dinámica y auténtica, con el máximo nivel de
presencia en los diferentes órganos de nuestro sistema institucional.
Sin merma alguna de su independencia funcional con respecto al
Gobierno, el Consejo reivindica la necesidad de ser informado y
consultado en las medidas fundamentales de carácter socioeconómico a
adoptar por aquél, aceptando la responsabilidad que pueda incumbirle
en la ejecución de los acuerdos y ejercitando, cuando fuese preciso, la
crítica acompañada de las correspondientes propuestas de actuación
sustitutoria.
Afirmar su voluntad de que el Consejo Nacional de Empresarios, cuyo
campo de actuación se extiende a todos los ámbitos de la vida
intelectual, política, social y económica del país, hasta convertirse en un
factor de equilibrio en todos los órdenes.
El Consejo Nacional de Empresarios, por último, quiere poner de
manifiesto su preocupación ante las dificultades por las que atraviesa el
país, confiando en su superación, para continuar la línea ascendente
que ha caracterizado a etapas anteriores”. ABC, miércoles 28 de enero
de 1976, pág. 17
106
Se trata de un órgano preconstitucional que se autodescribe como “órgano cúpula, una
confederación de de las federaciones que lo integran, el mismo está compuesto por todo el
empresariado a través de las Uniones Nacionales de Empresarios de los distintos Sindicatos,
de la Federación de Comercio y de la Hermandad de Labradores y Ganaderos y por los
Consejos Provinciales que, en número de 52, coinciden con las 50 provincias españolas y con
Ceuta y Melilla.”. Los Consejos de empresarios. Consejo Nacional de Empresarios, 1976.
87
Esta capacidad expansiva más allá de las relaciones laborales, que manifiestan
las organizaciones empresariales, se consagra con la constitucionalización del
papel de las organizaciones empresariales, proceso ya descrito en otro capítulo
de este trabajo.
Creemos que al respecto resulta muy concluyente el relato que sobre todo ello
realiza Luis Fabian Márquez, en su obra “José María Cuevas o la aventura de
la CEOE. A modo de crónica, 1975 – 2011”. Obra editorial publicada en
noviembre de 2012, en la que al autor hace un apasionante viaje personal por
su intensa actividad funcionarial, política e institucional ligada al asociacionismo
empresarial, pues en todas esas facetas participó activamente, colaborando
intensamente en el origen y desarrollo de la CEOE.
En dicha obra relata como la recién nacida organización empresarial nacional,
CEOE, fue consciente de la necesidad de mantener una intensa relación con el
poder político que se estaba conformando.
“Carlos Ferrer Salat fue el fundador [de la CEOE], y sabía que para
crear, de la suma de grupos variopintos, una sola organización, era
preciso mandar; (…). Ello le obligaba a no ser un mero observador de la
política, sino en buena parte hacedor de ella. Y lo hizo no sólo
relacionándose con los Gobiernos, sino incidiendo en la opinión pública,
por diversos medios, con recursos limitados, pero con ambición de que
el efecto multiplicador de la acción fuera suficiente, si no para componer
gobiernos, a lo que no aspiraba, sí para influir en ellos.” (Márquez, 2012,
pág. 286)
Por ello, “las organizaciones empresariales participan en las campañas
electorales de Cataluña, Galicia, Madrid y Andalucía entre los años 79 y 82”.
Para conseguir ese objetivo se elabora un programa de acción, con la idea de
incluir el ideario empresarial en la sociedad: “ideario concebido en torno al
papel de la empresa libre en una sociedad moderna, sin exclusiones, pero
afirmando la necesidad del empresariado para articular una economía libre y
responsable” (…) “Hemos de tener en cuenta que en los primeros años de
88
nuestra Transición política el empresariado aparecía en la propaganda política
como un enemigo a batir”.107
Con todas estas connotaciones y a pesar de que Santiago Herrero, entonces
Secretario General de CEA108, había advertido de la convicción de una futura
victoria electoral de PSOE en Andalucía, que en su opinión, como en la de
Pedro Arriola, al servicio de CEOE en aquel momento, era concebido por el
electorado como un partido muy próximo al centro, surgió la campaña de la
“manzana y el gusano”.
“En el PSOE y PC la reacción fue furibunda, con acciones jurídicas
inmediatas para prohibir la campaña por estimarla una injerencia
intolerable, no amparada por la libertad de expresión ni por la amplia
concepción de la participación política que figura en la Constitución
Española lo que justificó que el Comité[sic] Electoral suspendiera la
campaña, la difusión de imágenes… y reclamar la acción empresarial a
los actos propios”.
En opinión de Fabián Márquez:
“El empresariado andaluz adquirió conciencia de lo que era y
representaba en su tierra gracias a la campaña política de la “manzana y
el gusano”, los denuestos e improperios socialistas sirvieron para lo
contrario, y coadyuvaron al objetivo de interesar al empresariado en un
proceso electoral que, a priori, les parecía prescindible”.)
Y continua el propio autor:
“Recurrimos a los Tribunales la prohibición de “la manzana y el gusano”
y ganamos con todos los pronunciamientos favorables, pero las
elecciones ya se habían producido”
107
“Se presenta al empresario como el hombre malo culpable de la inflación, enemigo de los
trabajadores, defraudador de los impuestos, etc. Se está creando así un nuevo racismo en el
sentido de hacer pensar que los empresarios son una especie de raza maldita. Y lo que puedo
decirle es que el Consejo Nacional de Empresarios está dispuesto a restablecer la verdad,
porque la paciencia también tiene límites”. ABC, jueves 29 de enero de 1976, pág. 43,
declaraciones del Presidente del Consejo, Manuel Conde Bandrés.
108
“En la reunión a la que antes me referí en Guadarrama (…) destacó inmediatamente la
intervención de Santiago Herrero, quien opinó que sería absurdo pretender extrapolar los datos
gallegos a las elecciones andaluzas próximas, advirtiendo a todos los asistentes que se
perderían sin remedio para la derecha política, y que se alzaría con la victoria el PSOE sin
necesidad de sumar los votos situados a la izquierda pertenecientes al PC”. (Márquez, 2012,
pág. 291)
89
“Repasando acontecimientos de aquellos años es obvio concluir que las
campañas políticas sirvieron de manera extraordinaria a la consolidación
del movimiento empresarial.”
“Paradójicamente, las campañas políticas no nos enajenaron a los
partidos políticos, sino al contrario, pero suscitaron temor al poder
empresarial explícito y no oculto”. (Márquez, 2012, pág. 292-295).
Por tanto, en el ejercicio del papel político de una asociación empresarial se
llega al máximo nivel de participación, como resulta de concurrir a una
campaña electoral, a través de una campaña de información.
Las asociaciones empresariales son, en definitiva, conscientes de que el
ejercicio de su función constitucional les faculta para participar en la actividad
política de la Nación, como medio para el logro de sus legitimas finalidades.
90
9. ASOCIACIÓN
EMPRESARIAL
Y
CAMPAÑA
ELECTORAL:
CONTROVERSIA JURÍDICA
9.1
Antecedentes: Contenido de la campaña informativa de la
Confederación de Empresarios de Andalucía en 1982.
En 1982 se celebraban las primeras elecciones autonómicas en Andalucía y en
consonancia con experiencias anteriores ya desarrolladas en otras elecciones
autonómicas, singularmente en Cataluña (1980) y en Galicia (1981), la
organización empresarial andaluza miembro de CEOE, la Confederación de
Empresarios de Andalucía, decide participar en las mismas a través de la
realización de una campaña que claramente incluye la emisión de propaganda
política.
Esta participación supondrá una importante controversia jurídica (y no menos
aún política y social, pero ello no será objeto fundamental de nuestro estudio),
que aunque resulta lejana en el tiempo mantiene su interés pues es el único
caso planteado en todo el período democrático español.
Esa campaña electoral, que la CEA define como informativa, aunque no
incorpora la solicitud de voto para un determinado partido político, “sí que atacó
claramente a las formaciones de izquierda y pedía continua reflexión a la gente
alertando de ciertos peligros” (Olmo, 2003).
No nos consta que dicha campaña haya sido objeto de estudio por parte de la
doctrina. Tan sólo hemos sido capaces de localizar un muy breve trabajo, y en
nuestra modesta opinión bastante incompleto que bajo el titulo “La
Confederación de Empresarios de Andalucía en las elecciones andaluzas de
1982”, realizaron Cristina Bejarano González-Serna y Juan José González
Delgado de la Universidad de Sevilla, trabajo de solo 16 páginas publicado en
la Revista de Aula de Letras. Humanidades y Enseñanza, en cuya web se data
el texto entre 2003 y 2005.
91
Aunque no es nuestra intención profundizar en el contenido de dicha campaña,
y menos aún en el conjunto de aquel proceso electoral, creemos que procede
exponer someramente el desarrollo de la misma, sobre todo el contenido de los
anuncios publicados en la prensa escrita (en concreto en el diario ABC), dada
la consecuencia que la misma puede tener en orden a la conclusión de este
trabajo.
La situación de partida es la preocupación
109
de las organizaciones
empresariales por la posibilidad de una alianza PSOE-PCE 110 , que pueda
pretender quebrar el libre mercado, la competencia y la propiedad privada111.
En el fondo, también estaba la inquietud por el resultado electoral de las
inminentes elecciones al parlamento de la Nación del mes de octubre
siguiente112.
En todo momento los empresarios señalan, en palabras de su entonces
Presidente, Carlos Ferrer Salat, que no “entran en la dialéctica partidista, sino
que defendemos un modelo de sociedad” (ABC, 15 de mayo de 2013, pág.
24 113 ). Este va a ser el argumento que reiteradamente expongan todos los
representantes empresariales.
109
“Dicha actitud venía siendo fomentada tanto por la retórica populista-obrero (Barzelay, 1987)
de determinados sectores del PSOE, como, sobre todo, por algunos de los puntos principales
del programa socialista, en particular la reforma agraria y la intervención planificada en la
actividad económica”. (Jerez y Real, 2000, pág. 389)
110
“¿Es que no es bien cierto que su entendimiento mutuo en Ayuntamientos, Diputaciones y
ahora en comunidades autónomas como Asturias, es de sobras conocido y comprobado?¿Por
qué entonces poner el grito en el cielo por un dibujo que sólo pretende divulgar entre los
electores la facilidad de consenso de socialistas y comunistas?”. Datos para el Empresario.
Fomento del Trabajo. 1982.
111
“Los socialistas no entienden la libertad de empresa como la entiende el empresariado. La
Constitución consagra este sistema, pero resulta obvio que esta circunstancia admite
interpretaciones y la que hacen los socialistas es primar al sector público en detrimento de la
iniciativa privada. Esto nos perjudica claramente y la experiencia de otros países dirigidos por
socialistas demuestran que las nacionalizaciones abundan, el sistema burocrático aumenta y
los empresarios quedan relegados”, manifestó en Málaga el presidente de la CEA, Manuel
Martín Almendro, y recoge nuestro corresponsal.”. ABC, miércoles 5 de mayo de 1982, pág. 23.
112
“Todo el mundo lo sabe ya: las elecciones que se celebran hoy en Andalucía han rebasado
en trascendencia política su propio marco regional. Los contornos de la actual coyuntura
política de nuestro país han provocado que se vea en ellas el ensayo principal de las ya
cercanas elecciones generales”.(Tribuna: Cuatro equivocaciones. Jorge de Esteban. El País,
23 de mayo de 1982).
113
A lo largo de todo el trabajo va a ser constante las referencias casi exclusivas al diario ABC
ello es así, evidentemente por la facilidad de acceso a su hemeroteca, que está digitalizada y
disponible en forma abierta en internet; porque en la misma están disponibles los propios
anuncios que se publicaron en ese momento, y también porque las personas consultadas, que
92
El proceso de participación en el proceso electoral es planificado por la
organización empresarial al igual que lo sucedido en Cataluña, en 1980, y en
Galicia en 1981, con la salvedad que en los casos anteriormente citados el
proceso se hizo a favor de los grupos políticos, CIU y AP respectivamente, que
se alzaron con la victoria en ambos comicios. En Andalucía, sin embargo,
existía una conciencia generalizada de la victoria del PSOE y el hundimiento de
UCD114, por lo que dicha campaña fue realizada a contracorriente.
A nivel nacional está muy reciente el intento de golpe de Estado de 1981 y para
todo el mundo resulta evidente el agotamiento del modelo político que UCD
representaba a nivel nacional y el surgimiento de un nuevo tiempo político
En ese contexto, comienza la campaña electoral a las que serían las primeras
elecciones al Parlamento de Andalucía, convocadas para el 23 de mayo de
1982.
La campaña informativa e institucional de la CEA incorpora varios elementos.
Uno institucional, que tiene como ejemplo la negativa a reunirse con los
candidatos socialistas.
Otro, social, dado que la idea de la campaña es reeditar las denominadas
convenciones 115 o reuniones de empresarios, para formar e informar a los
vivieron aquella situación, coinciden en el amplio tratamiento que ABC dio al tema, aunque
siempre desde una óptica favorable al posicionamiento de la asociación empresarial. También
han sido consultados diversos artículos de la época publicados en el diario El País.
114
Esta idea es fácilmente extraíble de los distintos artículos que conforman la obra “1982,
Andalucía consigue su Parlamento” (2010).
115
El movimiento asociativo empresarial en aquel momento demuestra su fortaleza a través de
la celebración de grandes reuniones y mitines, actos de afirmación empresarial, que traen su
origen e inspiración de los actos organizados por la Organización Sindical: “La decisión de
organizarnos se produjo como consecuencia de la convocatoria de dos actos multitudinarios en
Barcelona y Madrid, al modo de los partidos políticos (…) En el régimen de Franco si alguna
organización había dominado hasta el virtuosismo la convocatoria de actos masivos esta era,
sin duda, la Organización Sindical. (…) El eco del acto catalán fue extraordinario (…) De ahí
nos aprestáramos a convocar un acto semejante, con la misma estructura organizativa, en el
Palacio de Deportes de Madrid. En esta ocasión se trataba de un lleno de catorce mil
personas”. (Márquez, 2012, pág. 122).
Esta vocación por los actos de afirmación empresarial se mantiene hasta nuestros días como lo
demuestra, por ejemplo, el hecho de que ante la grave crisis económica que está atravesando
93
empresarios, encuentros en los que ciertamente no se pedía el voto para
formación alguna, pero si se emitían mensajes contra determinadas
actuaciones, que eran fácilmente identificables con los partidos de izquierda.
Dichos encuentros y reuniones se celebran constantemente por toda
Andalucía 116 , contando con la presencia de los lideres nacionales de las
organizaciones empresariales, Carlos Ferrer Salat y Jose María Cuevas
(CEOE), Javier González Stefani (CEPYME), Alfredo Molinas (Fomento del
Trabajo Nacional) y los lideres de las organizaciones andaluzas: Martín
Almendros, Jiménez Aguilar, Salas Tornero, Bohórquez Mora Figueroa117...
En estos encuentros informativos no se pide el voto para ningún partido en
concreto, pero si se marcan una serie de mensajes que el periodista de El País,
Joaquín
Estefanía
describe
del
siguiente
modo
en
un
reportaje
significativamente titulado “Los empresarios plantean un enfrentamiento frontal
con los socialistas, centrado en el modelo de sociedad”.
“Casi todos los discursos de los empresarios por pueblos y capitales tienen las
mismas constantes: el electorado no distingue claramente lo que hay detrás de
cada partido, por falta de formación política y por la maniobra de confusión de
algunos partidos que no dicen claramente su modelo de sociedad (primera
constante); el programa del PSOE, o no existe, o no lo conocemos. El PSOE
no dice nítidamente cuál es su modelo económico ni su modelo de sociedad
(segunda constante); los empresarios queremos riqueza para todos, no
pobreza para todos (tercera constante); el PSOE quiere una sociedad más
igualitaria, lo que no quiere decir una sociedad más justa (cuarta constante);
hay que destruir las identidades entre socialismo y Andalucía y socialismo y
libertad. Andalucía y libertad no son patrimonio del socialismo (quinta
España una de las reacciones de las asociaciones empresariales ha sido la convocatoria de
encuentros de ese tipo:
- 2009. CEOE. Conferencia Empresarial “Caminos para la Recuperación y el Empleo”.
Palacio Municipal de Congresos de Madrid. 2000 asistentes.
- 2010. CECAM. Congreso Empresarial “Más soluciones”. Palacio de Congresos de
Albacete. 500 asistentes.
- 2011. CEA. Convención Empresarial “La empresa como solución”. Palacio de Ferias y
Exposiciones de Sevilla, FIBES. 3.500 asistentes.
116
A todo ello habría que unir la campaña que también realiza CECE, patronal de la enseñanza
privada, que muestra su gran preocupación frente a un proyecto de educación socialista
pública y laica.
117
En el momento de la campaña electoral son vicepresidentes de la CEA Juan Salas Tornero,
que procede del metal de Sevilla y que había sido uno de los inspiradores del inicio de
negociaciones con las centrales sindicales desde la clandestinidad, trasladando posteriormente
al sindicato vertical lo ya previamente acordado; y José Bohórquez Mora-Figueroa, que era
miembro de las Cortes que aprobó la Ley de Reforma Política que facilitó el fin del régimen
anterior.
94
constante); entérate, ciudadano, de lo que votas, que algún día no tengas que
arrepentirte y lamentarte de lo que has votado (sexta constante).” El País, 10
de mayo de 1982.
La campaña se acompaña con el uso de los medios de comunicación social a
través de inserciones en prensa.
Expresamente la organización señala que no colocara cartelería (“para no
contribuir a ensuciar las ciudades”)
El viernes 19 de marzo de 1982, Juan Salas Tornero entonces Vicepresidente
de la CEA y Presidente de la CES, anuncia el inicio de una “campaña
institucional con la pretensión de prestar un servicio público a la comunidad
andaluza”. Los objetivos con los que nace la campaña son:
“el conocimiento por parte de los empresarios y de la sociedad en general de
las dimensiones y contenido exacto del Estatuto de Autonomía, el cual supone
una ruptura con el sistema jurídico imperante, sin precedentes en Andalucía.
(…) nuestra tarea va a ser explicar el Estatuto, sus competencias y la
estructura con la que se a gobernar en Andalucía. (…) el ánimo de la CEA es
que el electorado vote estando informado y conociendo la situación”. (ABC, 19
de marzo de 1982. Pág. 17)
Incluso antes del comienzo del período de campaña electoral oficial, que sería
el 1 de mayo de 1982, el domingo 21 de marzo CEA se inserta una primera
página publicitaria bajo el titulo: “Confederación de Empresarios de Andalucía,
¿para qué?”, en la que expresamente se dice:
“Nos hemos unido para encontrar juntos las soluciones a nuestros problemas.
(…)
Nuestra unión ha de llevarnos a un mejor servicio al pueblo andaluz a través de
un cuidadoso y perfeccionado tratamiento del mundo de la empresa. (…)
Pensamos y creemos que la colaboración de los empresarios, sólo será
efectiva en el clima de comprensión que se merece; y en un esquema
ideológico, político y económico que respete y favorezca –de manera prácticanuestra iniciativa, nuestra capacidad para crear puestos de trabajo, y nuestra
libertad para hacerlo.
No pedimos mas” (ABC, domingo 21 de marzo de 1982, pág. 12)
El 25 de marzo siguiente, se produce una nueva inserción bajo el título “La
Confederación de Empresarios es para todos”, en ella se hace una llamada al
asociacionismo empresarial para “responder a las exigencias que hoy se nos
95
plantean, cuando queremos hacer valer los derechos, las iniciativas y las
libertades que nos corresponden. Y al defenderlos defendemos también los
puestos de trabajo que dependen de nosotros” (ABC, jueves 25 de marzo de
1982, pág. 30)
El sábado 27 de marzo, la nueva inserción se publica bajo el título “¿Se
condenan los empresarios?”. En su texto se puede apreciar un mayor grado de
crítica:
“No falta gente que nos ve como “pecadores” destinados a acabar entre los
demonios.
Y no es que ellos crean en diablos; aunque tantas veces pongan cara de
ángeles exterminadores y nos quieran fulminar por el solo hecho de que
seamos empresarios.(…)
Lo que puede discutirse, razonablemente es el tema de fondo: el derecho que
tienen todas las personas, por serlo, a ejercer su iniciativa privada y su libertad
creadora. Y –por tanto- el derecho a ser empresario; con cuanto ello significa
de responsabilidad social, de campo propio, en el que no puede entrar
impunemente “como un caballo en una cacharrería”, ese monstruo llamado
colectivización. (…)
No nos gusta que nos consideren “masa”. No somos un montón, somos
personas. Y esto es lo que nosotros, los empresarios, defendemos.” (ABC,
sábado 27 de marzo de 1982, pág. 26.)
El miércoles 31 de marzo, el titular es “Algunos empresarios de Andalucía”. El
texto alude a la capacidad de representar a todos los sectores y territorios y al
orgullo de ser empresarios y andaluces. Por ello:
“Sólo pedimos que se reconozcan y se potencien nuestra iniciativa, nuestra
capacidad para crear puestos de trabajo y nuestra libertada para hacerlo.
El resto lo pondremos nosotros…
Si nos dejan, claro.” (ABC, miércoles 31 de marzo de 1982, pág. 32)
El 3 de abril siguiente se publica el anuncio “Andalucía es empresa de todos”.
El mensaje es claro, Andalucía somos todos y es “una tarea colectiva a la que
todos han de sumar su participación”.
“Cada uno ha de ejercer seriamente su papel, sabiendo bien qué es lo que se
está jugando, midiendo a tiempo las consecuencias de la manifestación de su
voluntad política en un uno o en otro sentido; descubriendo lo que hay dentro
de cada ideología, enterándose del modelo de sociedad que propugna cada
una, apostando por la libertad real que conceden, y no por la que declaran de
manera oportunista” (ABC, Sábado 3 de abril de 1982, página 58)
96
El martes 6 de abril el titulo del anuncio es “Entérate a tiempo”, argumentando
el texto que “enterarse es saber la verdad entera. Entérate bien y entérate a
tiempo. Seriamente”. (ABC, martes 6 de abril de 1982, página 58)
El jueves 8 de abril, se produce una novedad, pues se cambia el formato del
anuncio, incorporando una foto del Presidente de la CEA, Martín Almendro, y
como título: “Carta abierta del Presidente de la Confederación de Empresarios
de Andalucía”.118
Dicha carta se inicia con un reconocimiento público a todos aquellos que están
apoyando la campaña de la CEA, especialmente a los empresarios que se han
unido a la causa. Se pone de manifiesto, una vez más, el objetivo confesado de
la campaña: “hacer valer nuestros derechos que son los derechos de todos.
(…) entre ellos, el derecho a la propia iniciativa, al fruto del propio trabajo y a la
propiedad privada, que fundamentan la libertad de empresa. Y la libertad de
empresa es la que da trabajo de verdad”
Y la dificultad de mantener unos criterios, los empresariales, que “no se
comparten en algunos niveles de nuestro cuerpo social: en aquéllos que viven
alentados por ideologías y motivaciones contrarias a nuestros principios”.
(ABC, Jueves 8 de abril de 1982, pág. 42).
El 11 de abril, domingo, se vuelve a la misma imagen del conjunto de la
campaña y, en este caso, se continua con el tema de los derechos, bajo el
título “Andalucía tiene derecho”, expresando la preocupación que supone que
118
Posteriormente el 12 de mayo el Presidente de la CEA publicaría una Tribuna, titulada “El
extraño caso de los socialistas avergonzados”, que no forma parte de la campaña de
inserciones en prensa de la CEA sino, curiosamente, del tratamiento que el diario ABC de
Sevilla concede a la CEA en la campaña electoral. el 1 de de mayo, en su página 18 y bajo el
titular “LA CAMPAÑA DEL 23-M EN ABC”, se indica que: “Cada uno de los seis partidos que
han presentado candidatura en las ocho provincias andaluzas, por orden de votos recibidos en
las últimas elecciones generales, va a estar presente en nuestras páginas, así como la
Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), organización que está desarrollando su
propia campaña institucional.” ABC ofrece realizar una síntesis explicativa de sus programas,
un artículo en “tribuna de ABC” y una entrevista personal al candidato. En todo este proceso de
seguimiento se incluye a CEA como uno más, como el “séptimo” partido que concurra a las
elecciones.
97
el Parlamento andaluz vaya a tener capacidad legislativa, e insistiendo en la
responsabilidad de elegir a quien tanto poder va a ostentar.
Al domingo siguiente, 18 de abril, se publica un nuevo anuncio con el titulo
“Primer objetivo básico: el pleno empleo”, que luego se reproduce textualmente
el jueves 22 de abril. En él se citan los artículos 12 y 66 del Estatuto de
Autonomía para Andalucía, que tienen como objetivo buscar el pleno empleo
en la Comunidad. Se manifiesta la alta sensibilidad en relación al tema del
empleo y se afirma que “Somos tan sensibles que somos empresarios”.
“Pero una cosa está clara para todos: para que haya un obrero trabajando
tienen que haber, por lo menos, un empresario dando trabajo.
La creación de puestos de trabajo y la solución del paro dependen del modelo
de sociedad, de la estabilidad política y de la paz social. Y nosotros, como
empresarios, vamos a colaborar, si nos dejan, con el futuro Gobierno Andaluz”.
(ABC, domingo 18 de abril de 2012
El martes 20 de abril, recuperando las inserciones entre semana, el nuevo
anuncio se titula “Entérate del Parlamento que viene” y viene a reproducir los
criterios e ideas ya expresados, si bien, dando un paso más, pues en relación a
la verdad entera, dice “No sólo la que ahora se declara con fines electoralistas,
sino también, y sobre todo, la que luego se va a practicar por las diferentes
ideologías”. (ABC, 20 de abril de 1982. Pág. 54)
El domingo 25 de abril, el titular es de carácter sectorial: “El desarrollo industrial
es el fundamento del crecimiento armónico de Andalucía”. Una vez más la CEA
se muestra de acuerdo con el contenido del objetivo fijado en el marco
estatutario, en este caso la promoción del desarrollo industrial de Andalucía,
pero para ello indica que es necesario que exista libertad de empresa y “Lo
malo es que esa libertad, generalmente proclamada y supuestamente aceptada
por todos, bien se sabe que luego, en la práctica, es negada por algunos, que a
lo más que llegan es a “perdonarnos la vida”. (ABC, domingo 25 de abril de
1982, pág. 34).
“La libertad será real y efectiva” es el título del anuncio del miércoles 28 de
abril. Una vez más se manifiesta la conformidad con el literal del texto
98
estatutario en este caso sobre la promoción de las condiciones para que la
igualdad sea real y efectiva. La CEA afirma que libertad real y efectiva es
reconocer derechos básicos como el de la iniciativa y la propiedad privada, y
viene a señalar que si se niega ese derecho es posible que también se puedan
negar otros: “Cuando alguien se cree con poder para cortar o recortar derechos
fundamentales, nadie tiene la seguridad de salir libre. Y en cualquier momento
queda expuesto a comprobar, en su carne, que allí –por mucho que se diga- no
hay derecho”. (ABC, miércoles 28 de abril de 1982, pág. 22).
El viernes 30 de abril, a las puertas del inicio oficial de la campaña electoral se
produce una nueva inserción publicitaria en este caso con el título: “Según
quién gobierne”, que luego se repite el 6 de mayo. Se viene a expresar que
aunque la Constitución y el Estatuto sigan en su sitio, “según quien gobierne,
las leyes, los impuestos, los derechos, las libertades (también tu libertad y la
nuestra) serán de un sentido u otro”. Por tanto, la conclusión es clara: entérate
bien a quien confías tu voto y se responsable, porque “no podemos ser
ingenuos, ni participar a la ligera. Para evitar sorpresas.” (ABC, 30 de abril de
1982, pág. 22).
El 1 de mayo el título abunda en la misma idea de siempre, “De quien depende”
(se repetirá posteriormente el 9 de mayo), una vez más se explican contenidos
del Estatuto de Autonomía, en este caso las competencias de los Diputados,
pero se advierte:
“Es decir, tú eliges a los Diputados, y luego son ellos los que actúan, (…)
Dejamos en manos de los parlamentarios una importante serie de poderes de
todo tipo. Poderes que van a ser ejercidos por ellos. Y lo van a hacer –segurode acuerdo con el modelo de sociedad que defiendan… los que tengan la
mayoría” (ABC, sábado 1 de mayo de 2013, pág. 34)
El martes 4 de mayo el titulo de la inserción de ese día es contundente: “La
Autonomía
se paga”.
El contenido hace
referencia a
la capacidad
presupuestaria y de política fiscal que tendrá el Parlamento.
“A través de los nuevos impuestos, podemos acabar todos pagando lo que nos
corresponde…o más.
99
Depende. Hasta algunos podrían acabar “pagando el pato”.
Nos conviene enterarnos. A tiempo y ahora es el momento de hacerlo.
Tentándonos la ropa… y la cartera.(…)
Andalucía tiene que saber lo que quiere. Enterándose.” (ABC, martes 5 de
mayo de 1982, página 50).
La inserción del 6 de mayo es igual a la publicada el 30 de abril anterior.
El viernes 7 de mayo se publica un texto más extenso bajo el título “Que nadie
te equivoque”, que posteriormente se repetirá el jueves 13 de mayo. Se trata de
un documento de carácter declarativo, en el que aparecen claramente
señaladas las motivaciones de la campaña y la posición de la CEA. Comienza
exponiendo que es el momento de exigir a los partidos definiciones claras. En
contraposición se indica que:
“nosotros hablamos claro. Y queremos que se sepa que no somos
neutrales”(…) Votamos por las opciones políticas que defienden la libertad de
empresa (…) más que por un partido político [votamos], por un MODELO DE
SOCIEDAD (…) por el derecho de cada cual al fruto de su trabajo y a
transmitírselo a sus hijos en herencia.(…) por el derecho a la libertad de
enseñanza 119 , (…) por una Andalucía que tenga un gobierno moderado y
reformista, que nos integre en el desarrollo. Similar al de Cataluña120, al del
País Vasco, al de Galicia,…(…) Votamos A FAVOR de este modelo y, por
contraste, votamos EN CONTRA de las posiciones opuestas. Votamos contra
los que han pretendido aparecer “con piel de cordero” (…) pero no han
conseguido ocultar que sus verdaderos objetivos son la revolución social y el
marxismo”. (ABC, viernes 7 de mayo, pág. 26.
Para finalizar con la publicación del 7 de mayo, hay que llamar la atención
sobre como termina la misma: “Por Andalucía, pedimos tu voto”. Es decir, se
pide el voto (objetivo de toda campaña electoral), aunque no se llega a
explicitar claramente a qué partido habría que dárselo, pues no se trata de una
cuestión de partidos, sino de ideologías.
119
Resulta curioso que si se hable expresamente de la enseñanza, pero no del ámbito agrario
que había sido objeto de una gran polémica con el PSOE en días anteriores. “No hay que
cambiar la estructura de la propiedad, sino modernizar la empresa agrícola” (ABC, domingo 2
de mayo de 1982, pág. 31); “Es incuestionable y tercermundista cuestionar la propiedad de la
tierra” (ABC, jueves 6 de mayo pág. 25)
120
En Cataluña en Mayo de 1982 gobierna CIU, Jordi Pujol; en el País Vasco el PNV, Carlos
Garaikoetxea; en Galicia, AP, Gerardo Fernández Albor.
100
El domingo 9 de mayo, en la página 34 del diario ABC de Sevilla se reproduce
la misma publicidad ya publicada el 1 de mayo, con el titulo “¿De quién
depende?”.
El lunes 10 de mayo se publica la página publicitaria que será detonante de
toda la controversia judicial respecto a la campaña de la CEA: “Se fingen
moderados.121”. El martes 11 se publica en ABC de Sevilla, en la página 32.
121
Dado que ABC de Sevilla no se publicaba los lunes, no será hasta el martes 11 cuando
aparezca el citado anuncio en su página 32. La publicación del día 10 tuvo lugar en El Correo
de Andalucía y en la Hoja del Lunes.
101
Este anuncio tiene como peculiaridad que se rompe el diseño habitual del
mismo, incorporando junto al título una imagen que vendría luego a
denominarse como la de la “manzana podrida” o la de la “manzana y el
gusano”, dando así nombre a todo el conjunto de comentarios sobre la
campaña.
La imagen que se presenta es la de una manzana122 que sustituye al capullo de
rosa de la imagen tradicional del PSOE, y de esa manzana sale un gusano,
que lleva impreso la hoz y el martillo, símbolo comunista.
El texto que lo acompaña incorpora ataques directos al PSOE, citando a Felipe
González (Secretario general del PSOE y líder de la oposición en el Estado):
“La economía española no está para nacionalizaciones”. Lo dice Felipe
González. Y lo dice para que la gente se lo crea. Los que no se lo creen son los
propios socialistas.
Ahora se presentan como si fueran moderados. Son falsos moderados.(…)
No hay que fiarse. No hay que dejarse engañar.
Lo hacen por razones electoralistas. Lo hacen para conquistar los votos
moderados, que son la mayoría de los votos de Andalucía.
No caigamos en la trampa. (…)
Piénsatelo. Y mide bien las consecuencias de tu voto. Para ti y para los tuyos”
(ABC, martes 11 de mayo de 1982, pág. 32).
Este anuncio provocara una airada reacción de los partidos políticos de
izquierdas, tanto PSOE, como PCA (Partido Comunista de Andalucía) y la
122
En aquel momento se argumenta por parte empresarial que se ha escogido la imagen de la
manzana, porque es un atributo que representa a Asturias (“el anunció está inspirado en
Asturias donde hay muchas manzanas”, Ferrer Salat en declaraciones reproducidas por ABC el
viernes 14 de mayo de 1982, pág. 24), y en efecto allí estaban gobernando de forma conjunta
comunistas y socialistas.
Otras fuentes, sin embargo, muestran una imagen muy similar tomada de una publicidad
electoral alemana, que a continuación reproducimos:
.
102
denuncia de éstos, uno ante la Junta Electoral Central (PSOE) y el otro ante la
Junta Electoral Provincial de Sevilla (PCA-PCE)
La campaña de la CEA continua el 12 de mayo, con un nuevo anuncio con el
titulo “¿A quién hay que creer? (que será repetido el 14 de mayo). En el mismo
se incorpora una nueva imagen, en este caso, las siluetas de las cabezas,
contrapuestas una contra otra, de Felipe González y Alfonso Guerra, dirigentes
nacionales del PSOE fácilmente identificables.
“Hay un PSOE aparentemente moderado, y otro feroz y desafiante. Uno de
guante blanco y otro de grito y alboroto. (…)
¿A qué socialismo vota el que vota socialista: al de Don Felipe González o al
del Sr. Guerra?
En el fondo da igual. Porque a cualquier socialismo que se vote, se está
eligiendo un modelo de sociedad que los propios socialistas no pueden contar
en público, porque perderían las elecciones.
Como no se sabe a quien hay que creer, deja que les voten, sólo, los suyos. A
ti, que nadie te equivoque.” (ABC, miércoles 12 de mayo de 1982)
El 13 de mayo, jueves, se repite la misma página publicitaria del 7 de mayo con
el título: “Que nadie te equivoque”.
El 14 la página repetida es la del 12 de mayo: “¿A quién hay que creer?”.
103
El 19 y el 20 de mayo de 1982 aparece una nueva inserción publicitaria de la
CEA. La tipología e imagen es la misma, pero ya no aparecen referencias al
inminente proceso electoral del 23 de mayo, ni sobre temática electoral.
Es evidente que la CEA está cumpliendo el mandato de la Junta Electoral
Central de abstenerse de participar en la campaña electoral.
Pero lo que hace la CEA es reivindicar sus derechos, en base a los contenidos
de la Constitución que estima se han vulnerado con tal prohibición, aunque no
llega a explicitar de forma tan rotunda este mensaje.
Así, el texto publicitario de la Confederación reproduce literalmente los artículos
constitucionales relativos a facilitar la participación de todos (art. 9.2), libertad
de expresión (art. 20.1) y el derecho a la participación en los asuntos públicos
(art. 23.1).
También reproduce la Disposición Derogatoria 3ª, pues parte de la
argumentación empresarial consistía en señalar que las resoluciones de las
Juntas Electorales estaban aplicando una norma preconstitucional.
En base a estas argumentaciones, la Confederación destaca su vocación de
defensa a ultranza de la Constitución y del ejercicio de los derechos en ella
reconocida que “están por encima de los intereses de los partidos políticos y de
las ansias particulares de alcanzar el poder”.
Finalmente reconoce que se ha visto obligada a suspender la publicidad que
hacía para informar y termina diciendo:
“Por nuestra democracia y por nuestra Constitución, reclamamos el derecho de
todos a la libertad de expresión y de participación en la vida política.
Frente a los intentos de que así no sea, seguiremos defendiendo la
Constitución y luchando por su permanencia intacta y viva.
Los ciudadanos ya saben lo que tienen que saber”. (ABC, 19 de mayo de 1982,
pág. 23).
104
Culmina así la campaña informativa de la CEA y se inicia un interesante debate
político, que se extenderá en los siguientes meses, según se vayan
produciendo decisiones judiciales.
El 18 de mayo el Comité Ejecutivo de CEOE aprueba un comunicado, que se
publicita, y que resulta para nosotros especialmente interesante pues
sistematiza
perfectamente
la
situación
y
el
posicionamiento
de
las
organizaciones empresariales en aquel momento, pues es un alegato a su
capacidad de participación y legitimación para actuar, conforme al marco
constitucional que rige al asociacionismo empresarial en España.
Dicho comunicado 123 establece claramente:
1. El reconocimiento empresarial hacia el sistema democrático.
2. El respeto a las decisiones de los tribunales de justicias.
3. Y su convicción de que de acuerdo con la Constitución y sus artículos 1,
7, 9, 20 y 23.1 es legítima su actuación relativa a: Informar a sus
asociados y a la sociedad en general sobre las diversas alternativas
políticas existentes, sobre la incidencia de los resultados electorales en
el modelo de sociedad y sobre las políticas sociales y económicas que
con mayor eficacia pueden hacer frente a la crisis económica.
123
“La CEOE informa: Comunicado del Comité Ejecutivo de la CEOE (18-5-82)”. (ABC, viernes
21 de mayo de 1982, pág. 60)
105
Cuadro 2
CAMPAÑA INFORMATIVA DE LA CEA EN LA CAMPAÑA ELECTORAL AL
PARLAMENTO DE ANDALUCÍA. ANUNCIOS EN ABC DE SEVILLA DEL 21
DE MARZO AL 21 DE MAYO DE 1982
DOMINGO
JUEVES
SABADO
MIERCOLES
SABADO
MARTES
21/03/82
25/03/82
27/03/82
31/03/82
03/04/82
06/04/82
JUEVES
08/04/82
DOMINGO
DOMINGO
MARTES
JUEVES
11/04/82
18/04/82
20/04/82
22/04/82
DOMINGO
25/04/82
MIÉRCOLES
VIERNES
SABADO
MARTES
JUEVES
VIERNES
DOMINGO
28/04/82
30/04/82
01/05/82
04/05/82
06/05/82
07/05/82
09/05/82
MARTES
MIÉRCOLES
JUEVES
VIERNES
MIERCOLES
JUEVES
11/05/82
12/05/82
13/05/82
14/05/82
19/05/82
20/05/82
VIERNES (*)
21/05/82
Confederación de Empresarios ¿Para qué?
La Confederación de Empresarios es para todos.
¿Se condenan los empresarios?
Algunos empresarios de Andalucía
Andalucía es empresa de todos
Entérate a tiempo
Carta abierta del Presidente de la Confederación de
Empresarios de Andalucía
Andalucía tiene derecho
“Primer objetivo básico: el pleno empleo”.
Entérate del Parlamento que viene
“Primer objetivo básico: el pleno empleo”.
“El desarrollo industrial es el fundamento del
crecimiento armónico de Andalucía”
“La libertad será real y efectiva”
Según quién gobierne.
¿De quién depende?
La Autonomía se paga.
Según quién gobierne.
Que nadie te equivoque.
¿De quién depende?
Se fingen moderados
¿A quién hay que creer?
Que nadie te equivoque
¿A quién hay que creer?
Sin libertad para todos no hay libertad para nadie
Sin libertad para todos no hay libertad para nadie
La CEOE informa: Comunicado del Comité Ejecutivo
de la CEOE (18-5-82)
(*) Este anuncio no es de la campaña de CEA, sino de CEOE.
Nota: Elaboración propia.
106
9.2
Controversia suscitada por el anuncio publicado el 10 y 11 de
mayo de 1982: “Se fingen moderados”
El PSOE el mismo 10 de mayo, fecha de la publicación del anuncio de la
“manzana y el gusano”, hace un comunicado oficial, que a continuación
reproducimos (como ejemplo del nivel de confrontación política de ese
momento) y que es el que obra en el archivo personal del entonces Secretario
de Organización del PSOE de Andalucía, José Rodríguez de la Borbolla.
107
Por su parte, el Partido Comunista de Andalucía, va más allá, y denuncia a la
Confederación de Empresarios de Andalucía por injurias, acordando el juez en
primera instancia el secuestro del citado anuncio. El Presidente de la CEA
comparecería ante el Juzgado de Instrucción número 1 de Sevilla el viernes 21
de mayo, declarando a la salida que “si ellos dicen que son injurias yo he
aportado pruebas mucho más contundentes que demuestran lo contrario.
Además, yo no tengo inmunidad parlamentaria como otras personas de la vida
política”. (ABC, sábado 22 de mayo de 1982, pág. 25).
Asimismo, el PCA-PCE denuncia a la CEA ante la Junta Electoral Provincial de
Sevilla que comunica a la Confederación el acuerdo de que debe abstenerse
de realizar cualquier clase de propaganda electoral, pues ésta queda
circunscrita a los partidos políticos y demás entidades a que se refiere el
artículo 37 del Real Decreto de 18 de marzo de 1977.
En tal sentido, el diario ABC publica la resolución literal de la Junta Electoral
Provincial de Sevilla, fechada el 12 de mayo de 1982:
“Doña María José Portero Frías, secretaria de la Junta Electoral Provincial de
Sevilla certifico: Que en relación al escrito denuncia presentado en esta Junta
Electoral Provincial por el representante del PCA-PCE, adjuntando fotocopia de
publicaciones aparecidas en <<El Correo de Andalucía>>, <<Hoja del Lunes>>
y ABC de Sevilla, de 10 y 11 de mayo, la Junta, en sesión del día de hoy, ha
tomado el acuerdo de comunicar a la Confederación de Empresarios de
Andalucía (CEA) que debe abstenerse de realizar toda clase de propaganda
electoral, la que queda circunscrita a los partidos políticos y demás entidades a
las que se refiere el artículo 37 del Real Decreto Ley 20/1997 de 18 de marzo,
vigente en las presentes elecciones al Parlamento de Andalucía, acordándose
igualmente notificar este particular al representante del PCA-PCE para que
conste”. (ABC, viernes 14 de mayo de 1982, pág. 19).
Mientras tanto el asunto también es trasladado a la Junta Electoral Central, en
este caso a través de su Comité de Prensa, Radio y Televisión que actúa a
instancias del PSOE. La JEC el 13 de mayo se pronuncia en el mismo sentido
que la Junta Provincial de Sevilla. En la base de datos doctrinal de la Junta
Electoral Central, el asunto es resumido del siguiente modo:
108
“Denuncia del Partido Socialista Obrero Español sobre actividades de la
Confederación de Empresarios Andaluces.
Tras amplia deliberación se someten como cuestiones previas a votación las
siguientes:
1) Si las actividades realizadas por dicha Entidad tienen el carácter de
campaña electoral.
2) Si pueden realizar actividades de campaña electoral las personas y
entidades no comprendidas en el art. 37 del Real Decreto-Ley 20/1977.
Num Expediente: R/12303
Acuerdo:
La Junta acuerda que sí tienen tal carácter. Se acuerda que no pueden realizar
dichas actividades más que las entidades expresamente enumeradas en el
precepto citado.”124
El diario ABC de Sevilla, una vez más, nos permite ampliar la información al
respecto en su Editorial de 15 de mayo, bajo el titulo “La resolución de la Junta
Electoral Central” y en la información de ese mismo día y del día anterior, 14 de
mayo. Así se señala que las votaciones salen adelante con 11 votos a favor y 2
en contra.
No obstante es en esta ocasión el diario El País el que reproduce en su edición
del 14 de mayo la resolución adoptada por la Junta Electoral Central:
“El texto de la resolución de la Junta Electoral Central señala lo siguiente: 1.
Declarar que la Confederación de Empresarios de Andalucía no es una
organización legitimada para hacer campaña electoral, pidiendo el voto a favor
o en contra de ninguna opción política en la presente campaña de elecciones al
Parlamento andaluz.
2. Requerir a la Confederación de Empresarios Andaluces [sic], en las
personas que la representan, (de las que consta el señor Manuel Martín
Almendros como presidente de la misma), para que se abstenga de ningún
acto u operación de carácter propagandístico en los que se pida el voto para
opción política alguna o en contra de partido político cualquiera, y
singularmente, en contra del Partido Socialista Obrero Español del Andalucía.”
(El País, viernes 14 de mayo de 1982).125
124
http://www.juntaelectoralcentral.es/portal/page/portal/JuntaElectoralCentral/JuntaElectoralCe
ntral/DocJEC?_piref53_1181251_53_1181246_1181246.next_page=/jec/detalleDoctrina&idDoc
trina=20325. Recuperado el 12 julio de 2013.
125
Hay que constatar que la noticia de la prohibición de la campaña de los empresarios en
Andalucía es portada del diario El País a nivel nacional. En el mismo diario en un editorial bajo
el titulo “Un riesgo para los empresarios” se cuestiona la legalidad de la decisión adoptada por
la Junta Electoral Central, si bien se critica intensamente la posición de la CEOE. “Con
independencia de la discutible fundamentación jurídica de la medida, la participación directa en
una campaña electoral de una organización empresarial para descalificar al segundo partido
109
Como se aclara en el mismo diario la decisión fue adoptada, citando a
miembros de la Junta Electoral en aplicación del artículo 37.1 y concordantes
del Real Decreto Ley 20/77, de 18 de marzo126, según el cual se entiende por
campaña electoral las actividades que desarrollan los partidos, federaciones,
coaliciones, agrupaciones de electores y los candidatos.
La CEA interpone recurso Contencioso Administrativo contra la decisión de la
Junta Electoral Central de 13 de mayo, que es fallado por la Audiencia Nacional
el 17 de junio de 1982, con la siguiente parte expositiva:
“Que estimando en parte, como estimamos el recurso Contencioso –
Administrativo interpuesto por la Confederación de Empresarios de Andalucía
(CEA) contra la resolución de la Junta Electoral Central de 13 del mismo mes y
año por virtud de la cual se declaró <<que la Confederación de Empresarios de
Andalucía no es una organización legitimada para hacer campaña electoral
pidiendo el voto a favor o en contra de ninguna opción política en la presente
campaña de elecciones al Parlamento de Andalucía>>, así como <<requerir a
la Confederación de Empresarios de Andalucía para que se abstenga de
ningún acto u operación de carácter propagandístico en los que se pida el voto
para opción política alguna o en contra de partido político cualquiera, y
singularmente en contra del Partidos Socialista Obrero Español de
Andalucía>>, debemos declarar y declaramos no ser dicha resolución ajustada
a derecho y en consecuencia la anulamos, declarando el derecho que asistía a
la recurrente a ejecutar los actos le fueron prohibidos desestimando el resto de
su pretensión y sin hacer mención expresa de las costas del proceso.”
Es decir, la Audiencia Nacional da la razón a la asociación empresarial y le
reconoce expresamente el derecho que le asistía a ejecutar los actos que le
fueron prohibidos.
Dicha Sentencia de la Audiencia Nacional fue apelada ante el Tribunal
Supremos, Sala de lo Contencioso – Administrativo, que en Sentencia del 14
de julio de 1982, confirmó esa sentencia, dando nuevamente la razón a la
pretensión de la Confederación
político del país resulta anómala, pero no nos parece ilegítima.”. El País, viernes 14 de mayo
de 1982.
126
Real Decreto Ley 20/77, de 18 de marzo sobre Normas Electorales. BOE, núm. 70, de 23 de
marzo de 1977. “Art. Treinta y siete. Uno. Se entiende por campaña de propaganda electoral el
conjunto de actividades lícitas organizadas o desarrolladas por los partidos, las Federaciones,
las coaliciones, las agrupaciones de electores y los candidatos en orden a la captación de
sufragios”.
110
Mientras tanto, hay que recordar, que CEA también había recurrido la
resolución de la Junta Electoral Provincial de Sevilla, interpuesta por el PCEPCA. Pues bien dicho recurso es fallado por la Audiencia Territorial de Sevilla,
Sentencia 15 de junio de 1982, dando igualmente la razón a la parte recurrente.
Así en el cuarto considerando de la citada sentencia se dice expresamente:
“Que en cuanto a la cuestión de fondo o sustantiva que plantea el proceso y
que pueda formularse diciendo que lo que procede es examinar si el acuerdo
de la Junta Provincial de Sevilla de 12 de mayo pasado que acordó
<<comunicar a la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) que debe
de abstenerse de realizar toda clase de propaganda electoral, la que queda
circunscrita a los partidos políticos y demás entidades a que se refiere el art. 37
del R.D.- Ley 20/1977, de 18 de marzo vigente en las presentes elecciones al
Parlamento de Andalucía>> viola o conculca el derecho fundamental de la
recurrente a la libertad de expresión debe ser resuelta afirmativamente con la
obligada consecuencia de anular el acuerdo recurrido”.
Es decir, nuevamente se reconoce a la Confederación la capacidad del
ejercicio del derecho a la libertad de expresión, en el marco además de un
proceso electoral.
Pero además la sentencia de la Audiencia Territorial resuelve muchas de las
cuestiones que se habían suscitado:
La Audiencia manifiesta que la realización de una campaña informativa está
amparado por el artículo 20 de la Constitución, que determina el derecho a la
libertad de expresión.
Que ese derecho, el de libertad de expresión, goza de una especial protección
en el texto constitucional (art. 53 1 y 11), vinculando singularmente a los
Poderes Públicos y exigiendo reserva de ley orgánica para su desarrollo (art.
81.1)
Continúa el tribunal argumentando que el TC ya ha tenido ocasión de
manifestar que el artículo 20 de la Constitución garantiza el mantenimiento de
111
una comunicación pública libre, sin la cual quedarían vacíos de contenido real
otros derechos que la Constitución consagra.127
Expone además que los límites a ese derecho están recogidos en el apartado
4º del propio art. 20: “el respeto a los derechos reconocidos en este título, en
los preceptos de las leyes que lo desarrollan y, especialmente en el Derecho al
Honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y la
infancia”.
Y, por tanto, concluye el tribunal que en aplicación de todos estos criterios “al
caso de autos, no cabe duda de que no hay motivo alguno que permita
sostener que se puede prohibir a la actora [la CEA] actuar como lo hizo, aún en
tiempos de Campaña Electoral”. Es más, sólo cabría la suspensión de este
Derecho en caso de declaración de los estados de excepción o sitio (art. 56.1
CE).
En opinión de la autoridad judicial, el derecho a la libertad de expresión del
artículo 20, se amplia en el ámbito de una campaña electoral, pues se
considera que en esos 21 días que dura la misma, revisten una características
de confrontación ideológica y dialéctica que imponen una mayor permisividad
en los usos del debate, siempre que no se rebasen los limites ya referidos.
Reconoce el tribunal que aun cuando existe una regulación contenida en el RD
Ley 20/1977, de 18 de marzo, sobre el contenido de la campaña y la
propaganda política en ella, dicha regulación sólo afecta a los sujetos
contenidos en el artículo 37 del citado Real Decreto-Ley y por tanto no es de
aplicación a los actos realizados por CEA.
127
“Así lo ha afirmado nuestro Tribunal Constitucional en la STC 6/1981 de 16 de marzo:
“El artículo 20 en sus distintos apartados garantiza el mantenimiento de una
comunicación pública libre, sin la cual quedarían vaciados de contenido real otros
derechos que la Constitución consagra reducidos a formas hueras las instituciones
representativas y absolutamente falseado el principio de legitimidad que enuncia el
artículo 1, apartado 2 de la Constitución y que es la base de toda nuestra ordenación
jurídico – política”. (E. García,1988 pág. 156)
112
Finaliza señalando que en relación con la pretensión de que los recurrentes, es
decir, CEA, realizó una campaña perfectamente organizada y con gran
cantidad de medios, el órgano jurisdiccional recuerda que también así lo
hicieron otras Asociaciones, grupos, entidades, pero que dicha actividad nada
tiene que ver con la campaña que los Partidos desarrollaban y sí con lo que en
el entorno geográfico, social y cultural se denomina “Campaña de orientación
de voto”, que es perfectamente legítima.
Asimismo, considera el tribunal que la licitud de la actuación de CEA se pone
aún más de relieve si se considera que ésta, junto a los sindicatos, han sido
reconocidas por el artículo 7 de la CEA, en el sentido de que contribuyen a la
defensa y protección de los intereses económicos y sociales que les son
propios, y no le cabe duda al órganos judicial que esa defensa de sus intereses
puede llegar hasta a apoyar, en la forma que se hizo, a las fuerzas políticas
que recogen el modelo económico de la libertad de empresa en el marco de
una economía de mercado, del artículo 38.1 de la Constitución. Y aún más, que
resulta que en los propios Estatutos de la organización, artículo 6, ya figura
entre los fines de la misma: fomentar y defender el sistema de la iniciativa
privada y la economía de mercado.
Por tanto, desestima también el tribunal que la acción de CEA haya conculcado
el principio de igualdad que se alegaba pues se decía que los Partidos someten
su campaña electoral a un control estricto y la organización no estaría sujeta al
mismo, y además que se cuentan con medios económicos totalmente distintos.
El tribunal resuelve señalando que el control de la campaña de los Partidos es
una decisión del legislador y además viene motivada porque éstos reciben
fondos públicos. Respecto a la posible ventaja económica de los actores
distintos a los Partidos, el tribunal lo reconoce, pero lo sitúa en el ámbito de la
libertad y el derecho privado de esas personas.
Creemos que estas ideas, extraídas de la sentencia de la Audiencia, que fue
recurrida ante el Tribunal Supremo, permiten perfectamente conocer el estado
de la situación, y entender perfectamente el derecho que una organización
113
empresarial tiene a participar y elaborar una campaña informativa en el
contexto de un proceso electoral.
Como decíamos esa sentencia fue recurrida tanto por el Ministerio Fiscal, como
por el partido comunista, fallando el Tribunal Supremo en su sentencia de 9 de
diciembre de 1982 que establece con claridad que:
-
Para que exista campaña deben darse todos los requisitos respecto al
marco legal vigente, es decir, que sea una actividad lícita en orden a la
captación de votos y que la realice quien tiene dicha capacidad
(partidos, federaciones, coaliciones), por tanto CEA no realiza
propiamente una campaña electoral, pues no es sujeto capacitado para
ello.
-
Que la regulación de la campaña tiene como objetivo que esas personas
que la realicen puedan gozar de una serie de derechos, por ejemplo, el
uso de medios públicos, pero no significa que se prohíba a otras hacer
esa actividad por medio de actos lícitos. Es decir, en cuanto que CEA
realice un acto licito de información está capacitada para ello.
-
El artículo 6 de la Constitución dice que los partidos son el instrumento
fundamental para la participación política, pero no el único, por lo que
caben otros sujetos que tienen el derecho a expresar y difundir
libremente los pensamientos, ideas y opiniones y a comunicar y difundir
libremente información veraz. Es decir, CEA tiene ese derecho y
capacidad.
-
Pero además que la propia Constitución en su artículo 7º otorga
responsabilidades públicas en defensa y promoción de los derechos
económicos y sociales, por lo que menos aún se puede limitar a una
organización social de las reconocidas en el mismo al ejercicio de ese
derecho.
114
En definitiva:
“el derecho a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y
opiniones y a comunicar y difundir libremente información veraz reconocido en
el art. 20 no podían ser excluidos ni limitados y menos en relación con
organizaciones sociales a quienes el art. 7º de la propia Constitución otorga
responsabilidades públicas en defensa y promoción de los intereses
económicos y sociales”
Hay también que reseñar que ambas sentencias del Tribunal Supremo (STS 14
de julio de 1982 y STS 9 de diciembre de 1982) desestiman una segunda
demanda de la CEA, en la que pedía que se declarase con carácter general su
capacidad para estar facultada en todo proceso electoral de futuro para ejercer
el derecho reconocido en el artículo 20 de la Constitucional. En ambos casos y
desde una lógica procedimental acertada ambos tribunales señalan que su
labor no es realizar declaraciones de futuro con carácter general, sino sólo
sobre el caso concreto, revisando actos administrativos concretos.
115
10. SITUACIÓN ACTUAL
Es evidente que la doctrina jurisprudencial señalada ha quedado algo
anticuada, pues data de 1982, si bien, no nos consta ninguna otra posibilidad
de pronunciamiento al respecto.
Lo que si tenemos constancia es que dado que quedó en evidencia que según
la normativa vigente los partidos políticos son el instrumento fundamental de
participación política, art. 6 CE, pero no los únicos, el legislador reaccionó con
el tiempo (en 1985) y aprobó el artículo 50.3 (hoy día el 50.5 por modificación
legal producida en el año 2011) de la LOREG128 que textualmente dice así:
Art. 50.5 LOREG: Salvo lo dispuesto en el apartado 1 129 de este artículo,
ninguna persona jurídica distinta de las mencionadas en el apartado anterior130
podrá realizar campaña electoral a partir de la fecha de la convocatoria de las
elecciones, sin perjuicio de lo establecido en el artículo 20 de la Constitución.
A simple vista estaríamos ante una norma que tendría por objeto impedir que
pudiera plantearse un caso similar al de las elecciones andaluzas de 1982.
Ahora bien, el legislador es consciente de las limitaciones que impone el
artículo 20 de la Constitución, el derecho a la libertad de expresión, y la
jurisprudencia comentada, y por tanto, incluye esa coletilla final de “sin perjuicio
de lo establecido en el artículo 20 de la Constitución”.
En efecto, la redacción dada al artículo 50.3 respondía claramente a tratar de
impedir que se pudiera mantener el criterio señalado por el Tribunal Supremo
en las sentencias citadas:
128
LOREG, Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, del Régimen Electoral General, BOE de 20
de junio de 1985.
129
El 50.1 hace referencia a la regulación de las campañas institucionales de las entidades
convocantes del proceso electoral para informar sobre el contenido del mismo.
130
Art. 50.4 LOREG: Se entiende por campaña electoral, a efectos de esta Ley, el conjunto de
actividades lícitas llevadas a cabo por los candidatos, partidos, federaciones, coaliciones o
agrupaciones en orden a la captación de sufragios.
116
“A partir de ese precedente no resulta en exceso aventurado significar
que el art. 50.3 LOREG parece tener como finalidad el mantenimiento
del referido criterio hermenéutico, al prohibir de modo específico la
realización de actos de campaña electoral por personas jurídicas
distintas de las enumeradas por el art. 50.2”. (Fernández, 1999).
El artículo 50.3 no estaba en el Proyecto de Ley, ni en ninguno de los
borradores previos, y dio lugar en su tramitación en Comisión a un intenso
debate, pues se entendía que entrañaba una limitación excesiva, pudiendo
afectar al derecho a la libertad de expresión del artículo 20 de la Constitución.
“Tales críticas quedan perfectamente sintetizadas en la consideración
de diputado popular Sr. Alzaga: <<la política – dirá- no es un “ghetto” y,
consiguientemente, el momento electoral no es un momento de
monopolio de los partidos”. En muy similar dirección se pronunciaba el
diputado centrista Sr. Sancho Rolf, a cuyo juicio el artículo 50.3 era
gravemente limitativo a lo que es la libertad de expresión de una
sociedad plural, que no sólo está conformada por los partidos políticos,
sino también por una pluralidad de organizaciones”. (Fernández, 1999)
No obstante, todo este debate debe inscribirse también en la preocupación por
la regulación de las campañas informativas, que era el máximo objeto y
contenido del artículo 50 en el momento de su delimitación.131
Por su parte, el grupo parlamentario socialista, a través del Sr. Martín Toval
presentó una enmienda transaccional, consistente en introducir el inciso final
del entonces art. 50.3 (sin perjuicio de lo establecido en el art. 20 de la
Constitución), incluyendo el resto de contenidos relativos a las campañas
informativas en campaña electoral.
131
La preocupación por esas campañas institucionales queda suficientemente descrita en la
Instrucción 2/2011, de 24 de marzo de 2011, de la Junta Electoral Central, sobre interpretación
del artículo 50 de la LOREG en relación al objeto y los límites de las campañas institucionales y
de los actos de inauguración realizados por los poderes públicos en periodo electoral.
117
Es decir, el legislador termina optando por regular con un carácter muy
restrictivo los sujetos que pueden realizar campañas informativas en campaña
electoral, pero deja abierta la posibilidad de que existan personas jurídicas que,
en el ejercicio del artículo 20, si puedan ejercer esta acción, si bien, parece que
habrá que estar a cada caso particular:
“… Bien es verdad que la problemática subyacente en todo ello, y de modo
muy particular en el artículo 50.3, está lejos de haber sido resuelta definitiva e
incontestablemente en cuanto que, en ocasiones, puede resultar muy
dificultoso deslindar los actos de campaña electoral de aquellos otros que sean,
lisa y llanamente, el fruto del ejercicio por personas jurídicas distintas de las
contempladas por el art. 50.2 del derecho a la libertad de expresión
constitucionalmente garantizada”. (Fernández, 1999)
En igual sentido, se pronuncian también otros autores, como Rallo, 1998:
“Por contra, el art. 50.3 LOREG excluye claramente del ejercicio de actividades
de propaganda electoral a cualquier otra persona jurídica a partir de la fecha de
convocatoria de las elecciones –una lectura correcta del precepto exige reducir
esta prohibición al ámbito temporal de la campaña electoral-, pero salva de
dicha proscripción las actividades derivadas del ejercicio del derecho
fundamental a la libertad de expresión reconocida en el art. 20 de la
Constitución” (Rallo, 1998, pág. 287)
Finalmente, el propio Rallo, tiene ocasión de citar la opinión contraria de otros
autores que señalan que dicho criterio hermenéutico del Tribunal Supremo no
resulta mantenible tras la entrada en vigor del artículo 50.3 de la LOREG, pues
éste prohíbe la realización de campaña electoral por persona jurídica distinta
de las mencionadas, pero al mismo tiempo reconoce que la cuestión no resulta
fácil por la referencia expresa de “sin perjuicio de lo establecido en el art. 20 de
la CE”.132
Por nuestra parte, creemos que es perfectamente ajustado a derecho que una
asociación empresarial, en el cumplimiento de su función constitucional,
reconocida en el artículo 7, puede realizar una campaña informativa en el
transcurso de una campaña electoral, en el pleno ejercicio del artículo 20 de la
Constitución.
132
E. Arnaldo Alcubilla y M. Delgado-Iribarren García – Campero, Código electoral, Tomo I,
Abella, Madrid, 1995, pp. 246 y 247.
118
Creemos que esta conclusión se expresa con gran claridad, con una referencia
implícita en un proceso con ocasión del recurso que presentó el colectivo “Otra
democracia es posible”, el 31 de enero de 2005, ante la Junta Electoral Central
por las Campañas informativas que realizaron tanto la Comisión Europea como
el Consejo General de la Abogacía con ocasión del referéndum consultivo
sobre el Tratado constitucional europeo convocado para el 20 de febrero de
2005.133
El recurrente invocaba el artículo 50.3 de la LOREG (hoy 50.5) señalando que
estaban realizando campañas políticas personas jurídicas que no tenían
capacidad para ello, como se observa cuestión muy similar a la planteada en
las elecciones andaluzas del 82.
En el Fundamento Jurídico Tercero de ese recurso se dice que alguna persona
jurídica distinta a los partidos, coaliciones y federaciones, deberán tener
capacidad de realizar tales acciones propagandísticas en el ámbito de un
proceso electoral, pues si ello no fuera así se dejaría sin contenido la previsión
del legislador de tener en cuenta el artículo 20 de la Constitución.
Planteado en los propios fundamentos jurídicos del recurso la pregunta: ¿qué
personas jurídicas están efectivamente incluidas en la prohibición del art.
50.3?, concluye que aquéllas que no estén, ni tengan relevancia constitucional,
por lo que a sensu contrario, y expresamente así lo señala “se infiera que
aquellas personas jurídicas a las que nuestra Constitución les reserva alguna
función de alcance económico o social, pueden presentar una naturaleza más
adecuada a la reserva que en relación al artículo 20 CE hace el art. 50.3”.
133
El Tribunal Supremo no llegó a entrar en el fondo del asunto, pues por Sentencia de la Sala
3ª del Contencioso Administrativo de 30 de mayo de 2008, aceptó la falta de capacidad
procesal del recurrente (Otra democracia es posible) invocada por la Abogacía del Estado.
119
CONCLUSIÓN
En conclusión, a día de hoy a pesar del cambio normativo incluido en la
legislación electoral, consideramos que en función del ejercicio del derecho a la
libertad de expresión del artículo 20 de la CE, las asociaciones empresariales
reconocidas en el artículo 7 de la misma, tienen capacidad para participar en
los procesos electorales para expresar su opinión y promover el voto en el
sentido que determine la defensa y promoción de sus intereses particulares.
Asimismo, consideramos que resulta necesario que por parte del legislador se
afronte una regulación integral del asociacionismo empresarial en España, para
el pleno desarrollo de su función constitucional.
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