UNIVERSIDAD DE SEVILLA MASTER UNIVERSITARIO EN COMUNICACIÓN POLÍTICA E INSTITUCIONAL ASOCIACIONES EMPRESARIALES, COMUNICACIÓN Y PARTICIPACIÓN DEMOCRÁTICA Luis Picón Bolaños Dtor.: Prof. Dr. D. Víctor Vázquez Alonso Noviembre 2013 2 INDICE 1. INTRODUCCIÓN ....................................................................................... 5 2. ASOCIACIONISMO EMPRESARIAL 2.1. Introducción .......................................................................................... 9 2.2. Distinciones conceptuales previas...................................................... 13 2.3. Concepto de asociación empresarial.................................................. 17 2.4. Tipología de asociaciones empresariales........................................... 20 3. NORMATIVA 3.1. Régimen jurídico de las asociaciones empresariales en España ....... 23 3.2. Marco normativo................................................................................. 26 3.3. Contenidos regulados por la normativa vigente.................................. 29 4. LA DIMENSIÓN INSTITUCIONAL DE LAS ASOCIACIONES EMPRESARIALES 4.1. La constitucionalidad de las asociaciones empresariales .................. 33 4.2. Distinción asociación empresarial – partido político ........................... 40 5. LAS PERSONAS JURÍDICAS COMO TITULARES DE DERECHOS FUNDAMENTALES.................................................................................. 46 6. EL ASOCIACIONISMO EMPRESARIAL EN ESPAÑA 6.1. Breve recorrido histórico por el asociacionismo empresarial español 53 6.2. El nacimiento de la CEOE. ................................................................. 64 6.3. Las asociaciones empresariales en la actualidad. 6.3.1. Consolidación de la presencia y participación de las Asociaciones empresariales......................................................... 70 6.3.2. Crisis actual........................................................................ 75 7. ASOCIACIONES EMPRESARIALES Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN SOCIAL .................................................................................................... 78 3 8. LAS ASOCIONES EMPRESARIALES Y LOS PROCESOS DEMOCRÁTICOS 8.1. Participación de las asociaciones empresariales en la actividad política ........................................................................................................... 84 8.2. Participación y acción política............................................................. 87 9. ASOCIACIÓN EMPRESARIAL Y CAMPAÑA ELECTORAL: CONTROVERSIA JURÍDICA. 9.1. Antecedentes: Contenido de la campaña informativa de la Confederación de Empresarios de Andalucía en 1982 ...................... 91 9.2. Controversia suscitada por el anuncio publicado el 10 y 11 de mayo de 1982: “Se fingen moderados” ........................................................... 107 10. SITUACIÓN ACTUAL............................................................................. 116 11. REFERENCIAS ...................................................................................... 121 12. ANEXOS ................................................................................................ 126 4 1. INTRODUCCIÓN La investigación que a continuación se expone se realiza en el marco de la impartición de un Máster de Comunicación Política e Institucional en el curso 2012/2013, en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla. La elección de la materia objeto del mismo y el análisis que se hace de dicha materia trata de ser consecuente con los distintos contenidos que han sido impartidos por los docentes durante ese curso académico y que guardan relación con ámbitos y temáticas como, a título de ejemplo: derecho constitucional, campañas electorales, partidos políticos, propaganda, comunicación electoral, medios de comunicación, participación política,… Junto a ello, este trabajo también es consecuente con el desempeño profesional de su autor que básicamente ha dedicado toda su actividad laboral al ámbito de las asociaciones empresariales y dentro de éstas a las actividades patronales y de comunicación y participación en la vida política y social. Con estos antecedentes, el trabajo elaborado parte de un hecho singular la participación de la Confederación de Empresarios de Andalucía, una asociación empresarial y no un partido político, en la campaña electoral de las primeras elecciones al Parlamento de Andalucía en 1982 y la prohibición que por parte de la autoridad administrativa se hizo de la misma, como consecuencia de las denuncias presentadas por unos partidos políticos. Dicha prohibición fue anulada por la jurisdicción contenciosa, llegando a intervenir el Tribunal Supremo que confirmó esa anulación. Se trata de una cuestión que, más allá de la trascendencia política y social que tuvo en su momento, sirve como punto de inflexión para generar una confirmación del posicionamiento de las asociaciones empresariales dentro del nuevo orden constitucional, avalada jurisprudencialmente, tras los dos pronunciamientos que hubo por parte del Tribunal Supremo. 5 Desde un punto de vista histórico el momento en el que se producen los hechos resulta realmente atractivo. Estamos al final de la Transición española, que comúnmente se fija en las elecciones generales de octubre de 1982, es decir, 5 meses después de cuando se desarrolla el tema objeto de investigación. Además se trata de la primera experiencia política de una Comunidad Autónoma, como la andaluza, que históricamente no había tenido personalidad política distinta a la del Estado. Las asociaciones empresariales tal y como hoy las conocemos acaban en este período prácticamente de constituirse y están tratando de encontrar su espacio institucional y político, tanto entre las empresas a las que representan; como ante la sociedad, los medios de comunicación, los partidos y los gobiernos, interlocutores necesarios para el ejercicio de su acción constitucional. Desde un punto de vista jurídico estamos ante un problema planteado en el ámbito de dos derechos fundamentales: el de libertad de expresión y el electoral, derechos que están constitucionalizados de manera muy reciente al momento en el que se producen los acontecimientos. La Constitución es de 1978 y el proceso electoral sucede en 1982. Desde un punto de vista económico, el tema se enmarca dentro de una lucha de los grupos de interés (partidos, sindicatos, asociaciones empresariales) por imponer un determinado modelo económico, dada la dialéctica entre intervencionismo público y estatalismo, y liberalismo económico que se desarrolla en esa época. Evidentemente así descrito, creemos que el tema presenta un gran atractivo, pero también una amplitud que desborda cualquier intención de abordar todo ello en el ámbito de este trabajo. Por ello, hemos tratado de limitarnos a exponer el mismo con un carácter muy general, apuntando detalles que inviten a investigaciones futuras, dada la 6 contrastada ausencia de las mismas, y centrando nuestro estudio en la capacidad jurídica de la asociación empresarial para llevar a cabo una campaña de información en el mismo espacio temporal que una campaña electoral, todo ello como confirmación de la especial función constitucional que tienen reconocidas las asociaciones empresariales en nuestra ordenamiento jurídico. Estamos ante una investigación científica que pretende ser muy inicial, con un enfoque eminentemente cualitativo y exploratorio, en el que se pretende hacer una recopilación de datos e ideas, que permita con una gran flexibilidad un proceso de acercamiento al tema objeto de estudio. La vocación del estudio es en sí generar más preguntas, que respuestas, sobre todo en el ámbito de la doctrina científica que históricamente se ha mostrado bastante alejado del sujeto de esta investigación, como son las asociaciones empresariales. Las principales fuentes a utilizar serán los diferentes textos escritos, originarios de distintas ciencias, principalmente del derecho, pero también de obras y textos de los propios protagonistas, las asociaciones empresariales y sus líderes. También se ha recurrido a la elaboración de un breve cuestionario y una serie de entrevistas sobre las relaciones entre asociaciones empresariales y medios de comunicación, dado que se trata de una interesante perspectiva a la hora de abordar el tratamiento del ejercicio del papel constitucional de la asociación empresarial. Por otra parte, hemos creído fundamental apuntar lo publicado por los medios de comunicación, tanto el contenido de carácter periodístico, como aquél de carácter publicitario. Igualmente será muy útil conocer la jurisprudencia que existe sobre la materia objeto de investigación. 7 Asimismo, existe una importante componente que vendrá dada por la experiencia práctica del autor, que tiene acumulado un importante acervo de relación con las personas que han participado en la creación de las asociaciones empresariales españolas en las últimas cuatro décadas. El objetivo de la investigación, como ya se ha señalado, es la generación de interés en el mundo académico, dado que las asociaciones empresariales son generalmente objeto de un alto grado de opinión, sobre todo en los medios de comunicación y en el ámbito político, pero muy escaso de estudio. Creemos que si se incrementa el grado de análisis y estudio sobre las asociaciones se deberá incrementar la cantidad y calidad de las opiniones emitidas, así como en el futuro una mayor empatía hacia un posible proceso legislativo que afecte directamente a las asociaciones empresariales y su moderna incardinación en el orden político y social vigente, normativa que hoy día es bastante dispersa como podremos comprobar. Pensamos, igualmente, que será posible entender, al menos parcialmente, la posición particular de la que hoy gozan las asociaciones empresariales en nuestro entramado político e institucional, partiendo para ello de un caso singular, que aunque lejano en el tiempo, mantiene íntegramente su idoneidad. La hipótesis que trataremos de demostrar con este trabajo es que las asociaciones empresariales, en el ejercicio propio de su actividad, reconocida constitucionalmente, pueden llevar a cabo una campaña de información en el mismo espacio temporal que una campaña electoral a pesar de no tratarse de partidos políticos. 8 2. EL ASOCIACIONISMO EMPRESARIAL 2.1. Introducción Miguel Rodríguez-Piñero y Bravo Ferrer, comienza la presentación del libro “Cuevas o la aventura de la CEOE” (Márquez, 2012, pág.9) diciendo textualmente: “Las patronales son las grandes desconocidas. Los estudios y publicaciones sobre el sindicalismo son numerosísimos, pero son relativamente escasos los referentes a las asociaciones empresariales”. Unos años antes, en 2002, la autora Ana María García Femenía1, comenzaba la Introducción de su obra “El Asociacionismo empresarial en España”, diciendo “El asociacionismo empresarial en España ha sido tradicionalmente escaso objeto de estudio.”, y sigue “El escaso tratamiento recibido por los empresarios y sus organizaciones ha sido puesto de manifiesto prácticamente por cuantos estudiosos han procedido al análisis de los mismos.”2 Las causas de este escaso tratamiento son expuestas por la misma autora, siguiendo los trabajos de Windmuller y Gladstone, sobre la base de dos ideas: la desconfianza de las organizaciones hacia los investigadores y el desinterés de éstos por las organizaciones empresariales, en función de la mayor afinidad a la causa sindical, que además tiene mayor potencialidad y vis dramática. Añade la autora alguna causa más como la relativa a la inexistencia de una disciplina definida de Relaciones Industriales en nuestro entorno y la relevancia del factor ideológico de los investigadores, especialmente los estudiosos de las relaciones laborales, más alejados del mundo organizativo empresarial, cuestión que subraya citando, entre otros, al laboralista Alonso Olea, que expone que “no (son) tema estricto de nuestra disciplina, por cuanto tiene finalidades que exorbitan las relaciones de trabajo”. En el mismo sentido cita 1 A.M. García, 2002, pág. 27. La ausencia de interés académico por las organizaciones empresariales es una constante en los textos analizados. Veáse también González (2001) y Jerez y Real (2000) 2 9 también a Del Rey Guanter que señala también que al contrario de los sindicatos, las asociaciones empresariales se caracterizan por perseguir objetivos de defensa y promoción de intereses que claramente trascienden la esfera de las relaciones laborales, especialmente por lo que se refiere a los intereses estrictamente económicos de sus miembros. Como miembro activo de una asociación empresarial nos corresponde aportar alguna idea al respecto. En principio no es cierta la desconfianza hacia los investigadores, pues por experiencia personal, e incluso observando distintas referencias de trabajos publicados, es constante la presencia de los actores de las organizaciones empresariales en estudios y trabajos de carácter académico. Lo que sí se manifiesta no es tanto desconfianza, como la dificultad de mostrar una trasparencia amplia sobre la asociación por una cuestión fundamental: la juventud de las asociaciones empresariales. Excepto alguna, la inmensa mayoría de las organizaciones empresariales en España no tienen una vida superior a los 40 años (excepción hecha de las Cámaras de Comercio que están cumpliendo su 125 Aniversario en estas fechas), período en el que no han tenido ocasión, ni medios, para escribir recopilar su propia historia3. Por otra parte, lo que si resulta evidente y en ello podemos concluir de forma clara es que es cierto que los actores de la ciencia laboralista tienen una mayor vocación e interés hacia la clase sindical, por ello sólo tratan a las 3 “Una encuesta dirigida a varias organizaciones empresariales nos ha permitido concluir que éstas no le han prestado mucha atención a sus archivos, estando generalizada la ausencia tanto de departamentos específicos encargados de la gestión documental como de personal cualificado al frente de los archivos. La mayoría de sus fondos documentales se inicia en 1977, y por lo que respecta a su tratamiento es habitual que utilicen algún sistema de clasificación y que tenga algún inventario de su documentación. El principal problema al que se enfrentan es la falta de espacio, por lo que es práctica corriente el expurgo de la documentación sin vigencia administrativa. (…) Sin demanda por parte de los investigadores, sin necesidad legal de conservar la documentación y con serios problemas espaciales para conservarla se hace comprensible que la documentación una vez perdido su interés para la gestión administrativa sea destruida, por lo que corre un serio peligro de desaparición de los fondos documentales con valor histórico”. (Del Prado, 2004) 10 organizaciones empresariales como “contraparte” y raramente con su singularidad propia. 4 Asimismo no podemos olvidar que a los sindicatos pertenecen personas físicas, de forma voluntaria, que muestran una especial inclinación ideológica por participar en ese contexto asociativo, identificación que conlleva una preocupación e interés por la propia historia de la entidad sindical, que se refuerza a través de la misma. A las asociaciones empresariales, por el contrario, pertenecen personas jurídicas, por lo que es mucho más difícil que se materialice una inclinación ideológica y un apego a la entidad, pues las personas jurídicas carecen de esa componente ideológica y su adscripción obedece más a la prestación de servicios y a los intereses que se pretenden defender, por lo que el estudio del propio modelo asociativo no está entre sus preocupaciones, y menos aún desde una posición historicista o generalista. Finalmente, en el ámbito de la ciencia económica y empresarial, se tiene una tendencia clara al estudio de la empresa en sí, y no de sus organizaciones, que además en muchas ocasiones y desde posiciones neoliberales, se consideran más como un gasto y freno para la empresa que un elemento positivo. Podemos concluir, por tanto, que las asociaciones empresariales están escasamente estudiadas desde el punto de vista académico y ello es así, en nuestra opinión por: - Su modernidad y falta de tradición. - Por el escaso interés que tiene para las distintas ciencias que podrían interesarse en la misma. 4 “Frente a la profunda y profusa atención prestada a las organizaciones sindicales en nuestro sistema de relaciones laborales, tanto por parte del legislador como de la jurisprudencia y la propia doctrina, habitualmente suele pasar más inadvertida la incidencia que tienen las organizaciones empresariales; en particular se suele dedicar una menor atención al sistema de representatividad de las organizaciones empresariales” (J. Cruz, 2004, pág. 168) 11 - Por las propias motivaciones ideológicas de los investigadores que o son marcadamente laboralistas o economistas liberales. - Así como que por tratarse sus integrantes de personas jurídicas carecen de la necesaria motivación ideológica y personal para su estudio. 12 2.2. Distinciones conceptuales previas En la práctica es habitual el uso indistinto de los conceptos organización empresarial, asociación empresarial y sus variantes de organizaciones y asociaciones patronales y/o de empleadores. Desde la experiencia práctica se puede afirmar que está totalmente asumido ese uso indistinto entre cada uno de los miembros que integran la organización o asociación, no existiendo ninguna controversia al respecto. Sí es cierto que, en el asociacionismo empresarial moderno, normalmente se tiende a huir del concepto patronal, pues se considera que puede estar estigmatizado por parte de la sociedad, a través de un concepto muy negativo del mismo dado que patrón es la persona que emplea mano de obra, siendo, por tanto, un concepto que sólo se define y comprende en el ámbito de las relaciones laborales y por una cuestión de jerarquía. No obstante y aunque advertidos de ese uso indistinto, conviene en aras del rigor necesario poder distinguir entre organizaciones y asociaciones empresariales, para posteriormente también poder distinguir éstas de otros tipos concurrentes. La doctrina, y compartimos ese criterio, ha señalado que organización empresarial es un término más amplio que el de asociación empresarial (N.P. García, 2005, págs. 162-163; Rubio, 2008, págs. 13-14).5 Esta visión que entiende que la organización empresarial representa un concepto más amplio que el de asociación, permite que dentro de la misma podamos englobar a corporaciones de derecho público (como las Cámaras de Comercio y anteriormente a las Cámaras Agrarias), a las propias asociaciones 5 “La doctrina, al respecto sirva la opinión de García Piñero, ha señalado que la expresión “organización empresarial” es un término más amplio que el de “Asociación empresarial”. (Rubio, 2008, pág.13) 13 empresariales y a las asociaciones empresariales profesionales o asociaciones profesionales, simplemente. En la práctica es fácil argumentar la diferencia existente entre Cámaras de Comercio, asociaciones empresariales y profesionales, pues ello tiene una indudable relevancia en el orden constitucional: las empresariales se englobarían en el artículo 7 del texto constitucional y las profesionales y las Cámaras en el 52 del precitado texto. Fuera de este ámbito, aunque también con una cierta relación, quedarían los colegios profesionales, regulados en el artículo 36 y que no forman una asociación, sino una corporación. “Los sindicatos de trabajadores y las asociaciones empresariales contribuyen a la defensa y promoción de los intereses económicos y sociales que les son propios. Su creación y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la ley. Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos”. Art. 7 CE “La ley regulará las peculiaridades propias del régimen jurídico de los Colegios Profesionales y el ejercicio de las profesiones tituladas. La estructura interna y el funcionamiento de los Colegios deberá ser democrático.” Art. 36 CE “La ley regulará las organizaciones profesionales que contribuyan a la defensa de los intereses económicos que les sean propios. Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos.” Art. 52 CE Gráficamente podemos encontrar las siguientes diferencias: Cuadro 1: Diferencias entre Asociaciones Empresariales, Cámaras de Comercio y Colegios Profesionales ASOCIACIONES EMPRESARIALES CAMARAS DE COMERCIO CE Régimen Pertenencia Miembros Art. 7 Privado Voluntaria Empresarios Corporación Art. 52 de derecho Obligatoria Público Fines Defensa y promoción de los intereses económicos y sociales que les son propios Ámbito subjetivo El conjunto del empresariado esté afiliado o no Comerciantes Representación, promoción y defensa de Sólo comerciantes, Industriales los intereses generales del comercio, la industriales y Navegantes industrial y la navegación navegantes. Ordenación del ejercicio de las COLEGIOS PROFESIONALES Art. 36 Corporación Voluntaria Profesionales profesiones, representación exclusiva de libres las mismas y defensa de los intereses profesionales de los colegiados Nota: Elaboración propia 14 Profesionales Por tanto, la diferencia radica en el campo en el que unas y otras actúan, así como en los medios de acción que el ordenamiento pone a disposición de cada una de ellas. Las Cámaras de Comercio son corporaciones de derecho público, creadas en 1886, para la prestación de servicios a las empresas y de auxilio y colaboración con las administraciones públicas, si bien no con carácter general, sino sólo en aquellos temas objeto de su denominación: Comercio, Industria y Navegación, si bien, la legislación actualmente a debate en el Congreso de los Diputados también ha incorporado los Servicios6. Asimismo, dado su carácter de corporación de derecho público está a debate, y nosotros así lo compartimos, que no debe tener el carácter de representativo de los intereses de los empresarios.7 En relación a la diferencia entre organizaciones profesionales y empresariales ambas defienden y promocionan los intereses económicos y sociales que les son propios, pero las empresariales son aquellas que están diseñadas para desarrollar su actividad en el campo de las relaciones laborales y, por tanto, sujetas al ámbito de la jurisdicción social. Las Asociaciones empresariales tienen como medios típicos de acción la negociación colectiva laboral, el planteamiento de conflictos colectivos de trabajo, el diálogo social y la participación institucional en los organismos públicos de las administraciones laborales. Gozan de una mayor protección constitucional por su indudable conexión con el derecho de asociación del artículo 22, al que también se atribuye la cualidad de fundamental. 6 Proyecto de Ley Básica de las Cámaras Oficiales de Comercio, Industria, Servicios y Navegación. Presentado el 02/08/2013 , http://www.congreso.es/portal/page/portal/Congreso/Congreso/Iniciativas?_piref73_2148295_7 3_1335437_1335437.next_page=/wc/servidorCGI&CMD=VERLST&BASE=IW10&FMT=INITXD SS.fmt&DOCS=11&DOCORDER=FIFO&OPDEF=ADJ&QUERY=%28121%2F000057*.NDOC.%29 7 Informe de alegaciones de CEOE en el trámite de audiencia pública del anteproyecto de ley de Cámaras de Comercio, mayo 2013 15 Por su parte, las organizaciones profesionales habrían quedado reguladas por la Ley 20/2007, de 11 de julio, del Estatuto del Trabajo Autónomo y no tendrían capacidad, por ejemplo, de participar en la negociación colectiva con las organizaciones sindicales. En conclusión, creemos que podamos expresar las siguientes ideas: - El concepto de organización empresarial es muy amplio y permite comprender dentro del mismo a Cámaras de Comercio, asociaciones empresariales y asociaciones profesionales. - Las asociaciones empresariales tienen una protección mucho más intensa desde el punto de vista constitucional que Cámaras y asociaciones profesionales. - Las asociaciones empresariales se diferencian de las profesionales en dos aspectos claves: o Por su campo de actuación, pues la asociación empresarial abarca las relaciones laborales. o Por los medios de acción que tienen atribuidos, pues la asociación empresarial tiene atribuidos la negociación colectiva, el planteamiento de conflictos colectivos de trabajo, el diálogo social y la participación institucional en los organismos públicos de las Administraciones laborales. 16 2.3. Concepto de Asociación Empresarial. Como ya hemos señalado la asociación empresarial no ha sido un tema especialmente objeto de atención por parte de la doctrina científica, que en la mayoría de los casos sólo lo aborda como consecuencia de su tratamiento en el ámbito exclusivo de las relaciones laborales, siendo por tanto la definición que se hace de la misma deudora de su directa relación con el ejercicio de la participación asociativa en la articulación de las relaciones laborales, junto a las centrales sindicales o a la representación de los trabajadores. No obstante de las fuentes consultadas se pueden extraer una serie de definiciones, que hemos pretendido categorizar en función del contenido que se desprenden de las mismas. Así, podemos establecer los siguientes tipos de definiciones: - Constitucional - Funcional - Práctica - Ius – laboralista - Historicista Desde esa configuración, entendemos que es posible exponer los siguientes conceptos de asociación empresarial: Constitucional: “Son organizaciones de empresarios creadas para la defensa y promoción de los intereses económicos y sociales que les son propios” o, dicho de otro modo “Asociaciones de empleadores que persigue la defensa y promoción de intereses económicos y sociales, a través de mecanismos tales como la negociación colectiva, los conflictos 17 colectivos, el diálogo social y la participación institucional en organismos públicos de las Administraciones laborales” 8. Este concepto se extrae de los sujetos que la conforman, de los fines que persigue y de los medios que disponen los propios empresarios para conseguir los citados fines a partir del mandato constitucional y de la interpretación que se hace del mismo. Funcional: “Organizaciones de carácter privado basadas en acuerdos entre empresas o empresarios miembros que se unen formalmente para promover el logro de condiciones favorables para el conjunto, para apoyarse recíprocamente y para defender intereses comunes en un campo y territorio determinado, con la finalidad de desarrollar alguna o varias de las siguientes funciones: La negociación colectiva laboral; el planteamiento de conflictos colectivos de trabajo; el diálogo social; y la participación institucional en los organismos públicos de las administraciones laborales para la defensa de los intereses generales de los empresarios”9 Concepto de vocación integradora, que determina los ámbitos subjetivos y territoriales y que concreta unas determinadas funciones, que se consideran imprescindibles. Práctico: “Las Asociaciones empresariales son entidades de derecho privado, autónomas, independientes y de derecho voluntario”.10 Este concepto parte del ejercicio y la experiencia práctica del autor incorporando por ello la firme voluntad de autonomía, independencia y voluntariedad, con la que se crean las organizaciones empresariales en la 8 http://www.derechotrabajoucm.info/doc/Temas%20de%20Derecg%C2%A1ho%20del%20Trabajo%20I%20%20(4).pdf (pág. 27) 9 http://www.camaramadrid.es/index.php?elem=1179&sec=370&idsec=370 10 Márquez, 2012 18 Transición, como contraposición al Sindicato único o Sindicato Vertical antecedente asociativo empresarial del mismo. Ius – laboralista: “La organización colectiva de empresarios –en cuanto empleadores- que defiende los intereses empresariales en el ámbito de las relaciones económicas y laborales”.11 En este caso, el concepto se predica sólo en función de que el empresario es empleador y, por tanto, sujeto del derecho laboral. Historicista: “Unión de unos empresarios para la defensa de los intereses que fueren, o interesados en promover una acción colectiva, todo ello condicionado por la legislación existente en ese momento en la materia sobre derecho de asociación”.12 Concepto de vocación general y que “cede” el contenido del concepto a la normativa concreta de cada momento. 11 12 Rodríguez – Sañudo, citado por N.P. García. 2005. Pág. 129. N.P. García. 2005. 19 2.4. Tipología de asociaciones empresariales Aún cuando es muy escasa la doctrina que se ha ocupado de la tipología de asociaciones empresariales, puede concluirse a partir del artículo 4 de la Ley 19/1977, de 1 de abril, sobre regulación del Derecho de Asociación Sindical (LAS), que existes dos tipos, las simples, constituidas por agrupaciones directa de empresas o empresarios; y las complejas, constituidas a partir de federaciones o confederaciones de organizaciones de nivel inferior. (N.P. García, 2005, pág. 206) En cuanto a los tipos de asociaciones, su clasificación se puede realizar o bien por su ámbito de actividad, y en ese caso hay que distinguir entre sectorial o territorial; o bien, por la tipología de sus miembros, en cuyo caso podemos distinguir entre asociación, federación y confederación. El ámbito sectorial hace referencia a la unión de empresarios de la misma rama de actividad, entendiendo por ésta el ámbito de actuación económica, la profesión u otro concepto análogo al que tenga previsto dirigirse la acción correspondiente. El ámbito territorial, hace referencia a la posibilidad de que los empresarios que desarrollan sus actividades en un determinado territorio puedan agruparse para la consecución de unos fines determinados. Hay que advertir que en muchas ocasiones las asociaciones definen su ámbito en relación al propio ámbito de la administración pública con la que tienen que desarrollar su labor de interlocución e intervención política e institucional. De este modo, en el ámbito territorial encontramos organizaciones de carácter europeo13 (con relación en el ámbito de la UE); nacional (interactúan con el 13 La asociación empresarial más representativa a nivel europeo es Bussineseurope (www.bussineseurope.eu), con sede en Bruselas. Tiene 41 miembros (entre ellos la española CEOE) de 35 países. 20 Gobierno de España); autonómicas (con el gobierno de cada Comunidad); provinciales (con Diputaciones) y locales (con los respectivos ayuntamientos). En el ámbito sectorial se reproduce el mismo esquema, si bien, a través de Ministerios, Consejerías, Areas y Concejalías. Aquellas organizaciones en las que ambos ámbitos se relacionan reciben la denominación de intersectoriales e interterritoriales, siendo las denominadas organizaciones cúpulas aquellas que tienen ambas características, singularmente en el ámbito nacional en España, CEOE14, y en el autonómico, por ejemplo, la CEA en Andalucía, CEIM en Madrid o Fomento del Trabajo en Cataluña (integradas por organizaciones territoriales y sectoriales, también). Asimismo, en función de sus integrantes las asociaciones empresariales se pueden distinguir entre asociaciones, federaciones y confederaciones: Asociaciones, serían aquellas integradas sólo directamente por empresas. Federaciones serían las integradas por asociaciones y, en su caso, empresas. Y Confederaciones son las integradas por asociaciones, federaciones y, en su caso, empresas. También las asociaciones empresariales se podrían clasificar más allá de los criterios funcional o sectorial y territorial descritos, por lo que serían los criterios complementarios que harían referencia al criterio de su tamaño y de su titularidad. En relación al tamaño se podría distinguir las asociaciones de pequeñas y medianas empresas, que normalmente se integran bajo la denominación de PYME en sus distintas acepciones.15 14 En el ámbito internacional no siempre se ha producido esta unión de ámbitos, así la organización empresarial más representativa en Italia sería la Confindustria (Confederazione General dell´Industria Italiana), de marcado carácter sectorial en su origen. 15 N.P. García en su obra las Asociaciones Empresariales en el Derecho Español, 2005, viene a señalar la existencia en España de una asociación representativa de las pequeñas y medianas empresas, CEPYME, que se diferencia de la organización representativa de las grandes empresas, CEOE. (N.P. García, 2005, pág. 210). Por nuestra parte, no podemos compartir este criterio pues mientras que es cierto que CEPYME sería la organización representativa de la Pyme española, CEOE no lo es en exclusiva de la gran empresa, pues 21 Respecto a la titularidad es posible la distinción entre asociaciones de empresas públicas y empresas privadas, aunque es cierto que en el ámbito español ambos tipos de empresas se integran sin problema alguno en asociaciones de ámbito común (por ejemplo, en Andalucía, la Asociación de Empresas de Abastecimiento de Agua, AESA, en la que comparten asociación tanto empresas de titularidad pública, como privada) CONCLUSIÓN En definitiva, por nuestra parte, y en el ámbito de la investigación que estamos desarrollando, vamos a considerar que Asociación Empresarial es la que presenta los siguientes rasgos: 1. Unión de dos o más empresas. 2. Entidad de carácter privado. 3. De adscripción voluntaria. 4. Participativa 5. Democrática. 6. Independiente, es decir, con capacidad de obrar propia. 7. Que tenga por finalidad la defensa y promoción de los intereses que les son propios a las empresas. 8. Y que esté legalmente constituida e inscrita. entre otras cuestiones como también apunta la propia autora CEPYME forma parte de CEOE, por lo que es una auténtica contradicción decir eso. CEOE es la organización empresarial más representativa del conjunto del empresariado español con independencia de tamaños. 22 3. NORMATIVA 3.1. Régimen jurídico de las asociaciones empresariales en España Al igual que reiteradamente la doctrina viene manifestando que el asociacionismo empresarial ha tenido un escaso eco en la vida académica, igual quizás cabría decir de nuestro legislador, que tampoco se ha ocupado con precisión y determinación del mismo, pues a fecha de hoy si algo caracteriza al régimen jurídico del asociacionismo empresarial en España es su dispersión y la ausencia de una regulación completa y general (N.P. García, 2005), todo ello en contraste con el tratamiento sistemático y unitario que el legislador si ha conferido a las organizaciones sindicales a través de la Ley Orgánica 11/1985, de de 2 de agosto, de Libertad Sindical, LOLS. La Ley 19/1977, de 1 de abril que regula el derecho de Asociación Sindical, LAS, y su desarrollo reglamentario (RD 873/1977m de 22 de abril, sobre depósito de estatutos de asociaciones sindicales) tenía como finalidad crear un marco normativo para garantizar la libertad de asociación sindical de trabajadores y empresarios. En el artículo 1.1 de dicha norma se dispone: “Los trabajadores y empresarios podrán constituir en cada rama de actividad, a escala territorial o nacional, las asociaciones profesionales que estimen convenientes para la defensa de sus intereses respectivos”. Teniendo que entenderse que cuando se habla de asociaciones profesionales, hace referencia a asociaciones de profesionales trabajadores y de profesionales empresarios, respectivamente. Esta norma de rango preconstitucional, que generaba un tratamiento unitario de asociaciones de trabajadores y de asociaciones de empresarios, fue modificada por la Ley Orgánica 11/1985, la LOLS, que desde su entrada en vigor origina que los sindicatos de trabajadores pasen a regirse por una norma distinta que las asociaciones empresariales, pues esta Ley orgánica se realiza como desarrollo efectivo del artículo 28 de la Constitución y dicho artículo no ampara al asociacionismo empresarial. 23 A tal efecto es la propia ley, en su Exposición de Motivos la que aclara que en la nueva norma no se desarrolla “el derecho a la libre sindicación de los empresarios por entender que basta a ese respecto, en realización con el desarrollo legislativo del artículo 28.1 de la CE, constitucionalizar y mantener la plena vigencia de lo establecido en materia de asociacionismo empresarial por la Ley 19/1977 de 1 de abril”. Consecuente con esa decisión del legislador, la LOLS incorpora una Disposición Derogatoria que expresamente señala16: “Quedan derogados la Ley 19/1977, de 1 de abril y el Real Decreto 873/1977, de 22 de abril, en todo cuanto se oponga a la presente Ley, permaneciendo vigente la regulación que contienen dichas normas referidas a las asociaciones profesionales y, en particular, a las asociaciones empresariales cuya libertad de sindicación se reconoce a efectos de lo dispuesto en el artículo 28.1 de la Constitución Española y de los convenios internacionales suscritos por España.” 16 El lector atento se habrá dado cuenta que existe una cierta contradicción entre la cita que se hace al artículo 28.1 de la CE y la tesis mantenida hasta el momento de que el titulo competencia constitucional del asociacionismo empresarial era el artículo 22.1 y no el 28, como se cita en este texto legal. Al respecto resulta concluyente la opinión compartida, entre otros autores, por Jesús Cruz Villalón que con contundencia escribe : “esta ley [LOLS] omite regular a las asociaciones empresariales dentro de su articulado, si bien en el momento final le concede un reconocimiento genérico como expresión de la libertad sindical (disposición derogatoria). Constituyó ello un craso error por parte de la Ley (…) ha sido el propio Tribunal Constitucional quien zanjará este debate, al declarar que tales asociaciones empresariales no se pueden reclamar del derecho de libertad sindical reconocido en el artículo 28.1, si bien pueden ejercer su derecho constitucional al amparo del artículo 22” (J. Cruz, 2004, pág. 169) También queda así explicado en el texto explicativo de la Constitución Española expuesto en la web del Congreso de los Diputados http://www.congreso.es/consti/constitucion/indice/sinopsis/sinopsis.jsp?art=7&tipo=2, en relación al artículo 7: “En cuanto al asociacionismo empresarial, resulta de difícil encuadre por su confusa formulación, ya que la Disposición Derogatoria de la Ley Orgánica de Libertad Sindical establece que le sea de aplicación la libertad de sindicación "a los efectos de lo dispuesto en el art. 28.1 CE y de los convenios internacionales suscritos por España", mientras que el Tribunal Constitucional ha interpretado que las asociaciones empresariales no se acogen al derecho de libertad sindical del art. 28.1 CE (STC 4/1983), sino del art. 22 CE, donde se reconoce el genérico derecho de asociación (SSTC 52/1992 y 75/1992).” 24 En consecuencia a día de hoy la normativa reguladora del asociacionismo empresarial sobre todo en relación a los aspectos organizativos y de adquisición de personalidad jurídica están remitidos a una norma preconstitucional, la Ley de Asociación Sindical. Para complejizar aún más el tema, hay que reseñar que el artículo 22 de la Constitución, aquel que legimita a las asociaciones empresariales en el ámbito constitucional, ha sido desarrollado por el legislador ordinario a través de la Ley Orgánica 1/2002, de 22 de marzo, reguladora del Derecho de Asociación, por lo que dicha norma adquiere plena eficacia competencial sobre esta materia. Pero sin embargo y a pesar de que teóricamente las organizaciones empresariales estarían dentro del ámbito competencial de ésta, la realidad indica que en el artículo 1.3 expresamente se excluye a las mismas: “Art. 1.3 Se regirán por su legislación específica los partidos políticos; los sindicatos y las organizaciones empresariales; las iglesias, confesiones y comunidades religiosas; las federaciones deportivas; las asociaciones de consumidores y usuarios; así como cualesquiera otras reguladas por leyes especiales.” No obstante, esta Ley Orgánica si adquiere el rango de derecho supletorio en materia de asociacionismo empresarial, conforme a la Disposición Final 2ª. “Excepto en aquellos preceptos que tienen rango de Ley Orgánica, la presente Ley tiene carácter supletorio respecto de cualesquiera otras que regulen tipos específicos de asociaciones, o que incidan en el ámbito del derecho de asociación reconocido en el artículo 22 de la Constitución, sin perjuicio de las competencias de las Comunidades Autónomas” Asimismo, hay que advertir que para el desarrollo de los aspectos orgánicos del asociacionismo empresarial, hay que tomar en consideración también los Convenios Internacionales 87 y 98 de la OIT, que tienen la consideración de Tratado Internacional y, por tanto, derecho plenamente aplicable en nuestro ordenamiento constitucional. 25 3.2. Marco normativo Conforme a lo descrito, el Derecho de asociación empresarial en España se encontraría regulado por la Constitución Española de 1978, especialmente en sus artículos 7 y 22, siendo también determinante el contenido de los Convenios de la OIT, en concreto el Convenio número 87 de la OIT, relativo a la libertad sindical y a la protección del derecho de sindicación (BOE de 11 de mayo de 1977) y el Convenio número 98 de la OIT sobre el derecho de sindicación y negociación colectiva (BOE de 10 de mayo de 1977. Con carácter legal, también tienen incidencia dos normas preconstitucionales, la Ley 19/1977, de 1 de abril, reguladora del derecho de asociación sindical (BOE de 4 de abril) y el Real Decreto 873/1977, de 22 de abril, sobre depósito de Estatutos de las organizaciones sindicales constituidas al amparo de la Ley 19/1977 (BOE de 28 de abril). En el marco de la Constitución vigente, también se encuentra regulación aplicable en la Ley Orgánica 11/1985, de 2 de agosto de Libertad Sindical (BOE 8 de agosto), singularmente en sus artículos 1,2,4,8 y 9. Asimismo, el Real Decreto Legislativo 1/1995, de 24 de marzo, por el que se aprueba el Texto refundido del Estatuto de los Trabajadores (BOE de 29 de marzo). Especial interés adquiere esta norma, en tanto en cuanto es la que marca el criterio legal del reconocimiento de representatividad de una asociación empresarial. En materia procesal el Real Decreto Legislativo 2/1995, de 7 de abril, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley de Procedimiento Laboral (BOE de 11 de abril) Con carácter supletorio, la Ley Orgánica 1/2002, de 22 de marzo, reguladora del Derecho de Asociación (BOE de 26 de marzo), y los Reales Decretos 1497/2003 de 28 de noviembre, que aprueba el Reglamento del Registro 26 Nacional de Asociaciones y de sus relaciones con los restantes registros de asociaciones y el 1740/2003, de 19 de diciembre de procedimientos relativos a asociaciones de utilidad pública. También incide sobre la materia objeto de análisis la Ley 20/2007, de 11 de julio que regula el Estatuto del Trabajador Autónomo y el Real Decreto 197/2009, de 23 de febrero que desarrolla el estatuto del Trabajador Autónomo y crea el Registro Estatal de asociaciones profesionales de trabajadores autónomos. CONCLUSIONES: Podemos concluir de todo lo expuesto que: - El régimen jurídico del asociacionismo en España es fragmentado y disperso, lo que contrasta con el tratamiento sistemático del asociacionismo sindical. - El núcleo central del mismo se encuentra en una ley preconstitucional y en su desarrollo reglamentario, también preconstitucional. - El derecho general de asociación resulta supletorio, tanto en su formulación nacional, como autonómica, pues existe capacidad competencial suficiente para ello. A la vista de todo ello resulta evidente que es una tarea pendiente del legislador 17 dotar de un tratamiento singular, homogéneo y claro a las asociaciones empresariales, que permitiría contar con una posición más definida, con un reconocimiento claro y explícito de derechos y deberes, determinando los criterios de participación y su financiación, como sucede, por 17 También sería oportuno recordar que a día de hoy el legislador tampoco ha acometido una regulación del derecho de huelga, por lo que cabría concluir que todo aquello que afecta a la actividad de las empresas de forma institucionalizada (asociacionismo, derechos y deberes en una convocatoria de huelga) no ha estado en la agenda del legislador, mientras si ha ocurrido lo contrario con los trabajadores y las trabajadores, que si cuentan con un marco estable normativo, con rango de ley, para sus organizaciones representativas, como son las organizaciones sindicales. 27 ejemplo, con los partidos políticos, que también se encuentran reconocidos en el Titulo Preliminar de nuestra norma constitucional, en concreto en el artículo 6 CE. Por tanto, podría ser de interés acometer una norma que con carácter general regule el régimen jurídico de las asociaciones empresariales en España. 28 3.3 Contenidos regulados por la normativa vigente Delimitados el conjunto de normas que conforman la regulación específica del derecho de asociación empresarial en España, en aplicación de las mismas, cabría entender que expresamente sólo estarían regulados los siguientes extremos de acuerdo con dicha normativa: 1. La Libertad de constitución, federación y confederación. La LAS reconoce con carácter general en el artículo 1.1 el derecho de los empresarios a “constituir en cada rama de actividad, a escala territorial o nacional, las asociaciones profesionales que estimen convenientes para la defensa de sus intereses respectivos”. Para proceder a su constitución es necesario depositar sus estatutos en la oficina pública establecida al efecto18, así como un acta de constitución. Los estatutos deben tener como contenido mínimo: la denominación de la asociación, el ámbito territorial y profesional; los órganos de representación, gobierno y administración; los recursos económicos, el sistema de admisión de miembros y la regulación de su funcionamiento de acuerdo con principios democráticos. Hay que señalar que resulta, por tanto, y la práctica así lo demuestra relativamente muy fácil constituir una organización empresarial, pues se trata de una mera manifestación de voluntad, articulada de forma legal, sin requerir ningún tipo de consignación económica, ni legal.19 18 En el caso de Andalucía se encuentra información detallada y concreta sobre todo ello en la página web del Consejo Andaluz de Relaciones Laborales: http://www.juntadeandalucia.es/empleo/carl/portal/web/guest/asociaciones/entidadesregistradas. 19 Cuestión distinta es que la asociación empresarial constituida alcance la consideración de más representativa, y adquiera las consecuencias jurídicas e institucionales que de ello se deriva. 29 2. La libertad de afiliación. Uno de los elementos determinantes de una organización empresarial es su voluntariedad. Existe tanto el derecho a afiliarse; como el de no hacerlo; como el de no declarar la pertenencia a una asociación y, por tanto, poner término al vinculo asociativo cuando se considere oportuno. Estatutariamente no se pueden introducir cláusulas discriminatorias que impidan o limiten ese derecho de afiliación. 3. La libertad de organización. Como expresión de la libertad de organización que la LAS reconoce a las asociaciones empresariales pueden señalarse la libertad de autonomía o autorregulación estatutaria, la de funcionamiento interno sin injerencias externas 20 y la de financiación. La única limitación a esta libertad de organización la impone el propio texto constitucional, en concreto el artículo 7 CE que establece claramente que su funcionamiento se regulará por principios democráticos. Respecto a todo ello, resulta también de interés plantear cual es el orden jurisdiccional que entiende de esta materia. La legislación de procedimiento laboral incorpora, como no podía ser de otro modo, la competencia del orden social para conocer de los litigios relativos al funcionamiento interno de las organizaciones sindicales, pero nada dice de las asociaciones empresariales. Por nuestra parte, coincidimos con la jurisprudencia, en que debe tratarse del orden civil, pues nuevamente tenemos que reiterar el marco constitucional del 20 La libertad de funcionamiento interno sin injerencias es una cuestión que requeriría de un análisis aparte, pues además de encontrarse dentro de la LAS, obedece al contenido del Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Nueva York que establece la interdicción de la injerencia de las administraciones en la toma de decisiones de las organizaciones y que entró en vigor en España en 1977. 30 asociacionismo empresarial es el derecho de asociación del artículo 22, por lo que debe ser el orden que conozca de dicha materia el que aborde la misma en los casos relativos al empresariado organizado. Asimismo la configuración de la tutela jurisdiccional de la libertad de organización de las asociaciones empresariales, que se halla fuera del orden social, se debe residenciar en el orden civil, en concreto a través del juicio ordinario de tramitación preferente previsto en la ley 1/2000 de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil para las demandas de tutela de derechos fundamentales. Respecto a la libertad de financiación, es evidente el derecho al cobro de la correspondiente cuota de afiliación, así como la legitimación para la percepción de ayudas financieras de las administraciones públicas 21 y el derecho, reconocido históricamente de la cesión de bienes del denominado Patrimonio Sindical Acumulado. A ello habría que añadir un tema de plena actualidad, como es el destino de los bienes de las Cámaras de Comercio, Industria y Navegación en caso de disolución de las mismas, derecho que está reclamando CEOE en el proceso de debate parlamentario del Proyecto de Ley Básica de Cámaras de Comercio, Industria, Servicios y Navegación22. 21 La financiación de las organizaciones empresariales por parte de las administraciones públicas es un tema de gran actualidad, que en su desarrollo quizás excede del ámbito de este trabajo. Al respecto resulta de interés revisar las normativas que distintas CCAA han elaborado sobre participación institucional. Así son varios los Estatutos de Autonomía que “han hecho suyo o incluso han promocionado claramente esa idea de participación institucional, a veces específicamente referida a los agentes sindicales y empresariales en el ámbito laboral. Baste recordar preceptos como los art. 43 y 45 de la LO 6/2006 de de [sic] 19 de julio, de reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña; los artículos 10, 159 y 173 de la LO 2/2007, de 19 de marzo de reforma del Estatuto de Andalucía; los art. 15.1 y 27.2 del Estatuto de Autonomía de las Islas Baleares (…); o el art. 16 de la LO 14/2007, de 30 de noviembre, de reforma del Estatuto de Autonomía de Castilla y León” (Calvo, 2009, pág. 579) 22 En el Anteproyecto que fue remitido a las asociaciones empresariales para su informe, nada se decía al respecto. CEOE solicitó expresamente en el trámite de audiencia pública que en caso de disolución los bienes revirtieran en las asociaciones empresariales. Sin embargo, la decisión del Ejecutivo ha sido la contraria y en el texto del Proyecto de Ley registrad en el Congreso, proyecto 121/000057, publicado en el Boletín Oficial de las Cortes Generales el 5 de septiembre de 2013 expresamente se recoge: “Articulo 37. 3 (…) En caso de no ser posible la convocatoria de nuevas elecciones y la constitución de los órganos de gobierno de la Cámara, la administración de tutela podrá acordar su extinción adscribiéndose su patrimonio, previa liquidación por el órgano de gestión a que se refiere el apartado 2, a la administración tutelante.” 31 4. La libertad de suspensión y disolución. El artículo 5 de la LAS reconoce que las asociaciones empresariales “sólo podrán ser suspendidas o disueltas mediante resolución del órgano judicial basada en la realización de las actividades determinantes de la ilicitud o en otras causas previstas en las leyes o en los estatutos”. Es decir, no existe competencia administrativa alguna a tal efecto, estando reservada esta materia al ámbito jurisdiccional. 32 4. LA DIMENSIÓN INSTITUCIONAL DE LAS ASOCIACIONES EMPRESARIALES 4.1. LA CONSTITUCIONALIDAD DE LAS ASOCIACIONES EMPRESARIALES La configuración de España como un Estado Social y Democrático de Derecho justifica y condiciona la existencia de asociaciones empresariales y sindicales, que por mandato constitucional adquieren un importante papel en el orden económico, social y político. 23 La Constitución consagra una democracia pluralista, lo que implica el reconocimiento de una sociedad participativa y plural, en la que sindicatos y asociaciones empresariales encuentran su razón de ser y, por ello, son instaladas entre las instituciones básicas del Estado (J. García. 1987. Pág. 13) Ahora bien, la razón de ser constitucional del derecho de asociación sindical está expresamente explicita en el artículo 28.1 CE que inequívocamente hace referencia exclusivamente al ámbito sindical. Sin embargo, el derecho de asociación empresarial no tiene encaje en dicho precepto, sino en el genérico derecho de asociación reconocido en el artículo 22.1 CE, que goza del mismo rango y de igual capacidad de protección que el precitado 28 CE, lo cual es consecuente con la propia naturaleza de las asociaciones empresariales, que no agotan su actividad en las relaciones laborales, sino que tienen un campo de actuación mucho más amplio: prestación de servicios, interlocución con las administraciones, promoción de la actividad comercial de las empresas, fomento de la inversión,… 23 “Las asociaciones empresariales gozan de un reconocimiento constitucional –ímplicito- en la proclamación constitucional del artículo 1.1 de la CE, ya que éstas –al igual que los sindicatos de trabajadores- actúan como instrumento a favor del mantenimiento y consolidación del Estado social, en cuanto tratan de favorecer el progreso del conjunto de la colectividad, de ahí, la consideración de estas entidades como <<órganos básicos del sistema político>>”. (N.P. García. 2005. Pág. 104) 33 “La inclusión del derecho empresarial en el artículo 22.1., y no en el 28.1, se corresponde mejor con la naturaleza y las características de las organizaciones patronales, ya que, a diferencia de los sindicatos, su actividad no se dirige de modo prácticamente exclusivo al campo de las relaciones laborales, sino que se extiende a otros ámbitos también, como similar o parecida dedicación” (J. García. 1987, pág. 34) “Es importante poner de manifiesto que dado que en el Ordenamiento jurídico español vigente las asociaciones empresariales persiguen tanto fines económicos, como sociales, la inclusión de las mismas en el artículo 28.1 de la CE podría alcanzar a todas las actuaciones y a cualquiera de los objetivos que realicen o persigan este tipo de organizaciones, con independencia de su relación o no con el ámbito jurídico laboral, lo que no parece admisible, (…) La inclusión de los empresarios en el ámbito de la libertad sindical proclamada en el artículo 28.1 debería defenderse si existieran asociaciones empresariales que sólo actuaran en el ámbito laboral, (…) Debe mantenerse que el anclaje constitucional del asociacionismo empresarial está extramuros del artículo 28.1 para situarse en el artículo 22” (N.P. García. 2005, pág. 155) Asimismo, respecto al marco constitucional del asociacionismo empresarial resulta trascendental el artículo 7 de la Constitución de 1978, que literalmente dice: Art. 7. Los sindicatos de trabajadores y las asociaciones empresariales contribuyen a la defensa y promoción de los intereses económicos y sociales que les son propios. Su creación y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la ley. Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos. Trascedente, en primer lugar, por la propia ubicación de dicho artículo, en el Titulo Preliminar del texto constitucional, inmediatamente después de la mención de los partidos políticos. Y trascedente también por el propio contenido del citado artículo, por la mención expresa que hace a la actividad y a los objetivos de sindicatos y asociaciones empresariales (J. García. 1987, pág. 34) Ambas circunstancias han permitido a la jurisprudencia constitucional y a la doctrina que configuren a las asociaciones empresariales como “organismos 34 básicos del sistema político” y “como organizaciones de relevancia constitucional” (J. García. 1987; N.P. García. 2005) El otorgamiento de la relevancia constitucional a las asociaciones empresariales del artículo 7, es especialmente significativo porque es en el único artículo que se menciona a las mismas y porque además éstas carecen de una norma específica como si sucede con los sindicatos, artículo 28, y su amparo queda sólo en el genérico derecho de asociación del artículo 22, como ya se ha expresado. Su tramitación fue realmente breve 24 . Dos fueron, con carácter general, los temas objeto de debate: la conveniencia o inconveniencia de constitucionalizar expresamente el derecho a la formación de sindicatos y asociaciones empresariales; y el ámbito subjetivo del mismo, pues a lo largo de toda su tramitación se solicitó e incluso se incluyó en algunos borradores, que el artículo contuviese una referencia a asociaciones y colegios profesionales25. La Comisión Constitucional del Senado eliminó del artículo 7 la referencia a colegios y organizaciones empresariales, siendo aprobado el Dictamen sobre el mismo por 176 votos a favor, ninguno en contra y 10 abstenciones. El contenido del artículo no volvería a sufrir desde ese momento cambio alguno. Colegios profesionales y organizaciones profesionales quedaron incluidos en dos preceptos distintos, el 36 y el 52 de la Constitución, respectivamente. Tal y como quedó el artículo 7 no sólo constitucionaliza a las asociaciones empresariales, sino que concreta sus fines a través de la “defensa y promoción de intereses económicos”. Es decir, el contenido del derecho no puede limitarse a la constitución libre de sindicatos o asociaciones empresariales y a la libre federación o confederación de los mismos (que sería el contenido del artículo 28.1), sino que se extiende al desarrollo de la actividad necesaria para 24 El debate parlamentario sobre el artículo 7 se puede analizar de forma detallada a través del análisis que realiza N.P. García, en el apartado 1.2.2, del capítulo 2º, pág. 110 y sgs. de su obra del año 2005 “Las Asociaciones Empresariales en el derecho español” 25 En alguna enmienda se llega a plantear incluso que se incorpore al citado precepto a las asociaciones de vecinos, a las asociaciones de carácter ciudadano y a las asociaciones sin más. 35 el cumplimiento de aquellas tareas y defensa y promoción de los intereses que representan. Las asociaciones empresariales como entidades con relevancia constitucional y pieza básica del Estado Social y Democrático de Derecho, tienen así una serie de cometidos, previstos en el artículo 7 de la Constitución Española. Este artículo delimita que las asociaciones deben ceñirse “a la defensa y promoción de los intereses económicos y sociales que les son propios”. Por tanto, el fin no es sólo la defensa de esos intereses, sino también su promoción. Promoción que se extiende no sólo a los afiliados, sino que tiene carácter general, dado que las asociaciones empresariales no actúan únicamente en representación de sus miembros o afiliados, puesto que las mismas tienen personalidad jurídica y capacidad de obrar por sí mismas, sin necesidad de apoderamiento.26 Si definimos qué intereses económicos y sociales les son propios a las asociaciones empresariales, llegamos a la conclusión de que se extienden más allá del ámbito laboral y, por tanto, podemos afirmar, de acuerdo con gran parte de la doctrina y consecuente con la realidad habitual en la materia, que las asociaciones empresariales son entidades que tienen atribuida una función genérica de representación y defensa de los intereses colectivos de los empresarios en general (N.P. García. 2005. Pág. 121) Defensa de intereses que permite que las asociaciones empresariales presionen sobre la opinión pública, asuman la representación de sus miembros y participen en la elaboración de la política económica y social, tratando de 26 (…) “las asociaciones sindicales o patronales no actúan únicamente en representación de sus miembros o afiliados. Intervienen con frecuencia en nombre propio y en defensa de su interés particular, que en muchas ocasiones puede diferir del tienen sus miembros. Ello pueden hacerlo porque, como ocurre en nuestro ordenamiento concretamente, poseen personalidad jurídica y capacidad de obrar por sí mismas, sin necesidad de apoderamiento” (J. García., 1987, pág. 39) 36 influir en la acción de los poderes públicos, tal y como se expone por N.P. García (2005). Es fácilmente constatable como las asociaciones empresariales cuentan con una posición preeminente en el ámbito de las relaciones laborales respecto a otras entidades, pero también y del mismo modo, hay que destacar que tanto la doctrina, como la jurisprudencia, como la legislación ordinaria y, en general, la práctica habitual han hecho que sea posible que se reconozca una amplitud de fines más allá de los laborales.27 Así, como bien explica el profesor Jesús Cruz Villalón, existe una ampliación del marco de lo representativo desde el punto de vista objetivo hacia otras materias, ”siempre que tengan un conexión directa con el mercado de trabajo, la actividad económica o, en general, la protección social”.(J. Cruz, 2004, pág. 151) Entre las materias que forman parte de esa capacidad expansiva de las asociaciones empresariales estarían las propuestas de reforma legislativa, las relativas a la gestión general de la actividad económica en el país, en la medida que tengan repercusión sobre la evolución del mercado de trabajo, o de intervención pública en el desarrollo de la dimensión social del Estado. (J. Cruz, 2004, pág. 151). 27 Al respecto y de acuerdo con el contenido del denominado Bloque de la Constitucionalidad, se debe tener también en consideración los diversos Estatutos de Autonomía de las CCAA españolas, que en líneas generales en su proceso de revisión de mediados de la primera década del año 2000 han acogido un tratamiento singular de las asociaciones empresariales y sindicales y su función: “en los mismos [los Estatutos de Cataluña, Andalucía, Islas Baleares y Castilla León] no sólo se tiende a reconocer el derecho a participar de forma individual o colectiva en la vida política, económica, cultural y social de la respectiva Comunidad Autónoma, atribuyendo a los poderes públicos la promoción de la participación de los agentes económicos y sociales del conjunto de la sociedad civil en los asuntos públicos. Yendo más allá, en algunos de ellos se destaca expresamente este papel de sindicatos y asociaciones empresariales como vehículo de participación en el campo sociolaboral, incorporando incluso menciones al valor de instituciones distintas pero cercanas como la concertación y el diálogo social como instrumentos indispensables de cohesión social. Y de hecho, en alguno de estos Estatutos se llega incluso a reconocer a estos sujetos (…) “las facultades y prerrogativas institucionales que tienen asignadas y su ineludible participación en la vida administrativa pública, ya que con ello contribuyen a la satisfacción de los intereses generales mediante el ejercicio de su función”. (Calvo, 2009, págs. 579-580) En el caso de Andalucía expresión clara de todo ello pueden ser los artículos 10.20, 26.2,37.12 y 159 de su Estatuto de Autonomía. 37 Se trata, por tanto, de la asunción de unas competencias y una legitimación de relevancia e influencia política, que bien se explicita en la presencia a través de órganos concretos de participación institucional, de los que el Consejo Económico y Social sería la máxima expresión 28 ; también en otros ámbitos como los órganos de participación institucional de carácter sectorial; o bien en la posibilidad de la adopción de acuerdos en el marco de la denominada concertación social, acuerdos de indudable y trascendencia únicamente política, aspecto que ha sido objeto de una reciente tesis por parte de Marcial Sánchez Mosquera, bajo el título “La concertación social en Andalucía, 19832008. Impactos sobre el Desarrollo, el Bienestar y las Relaciones Laborales”. Elemento altamente ejemplificador de todo lo dicho resulta, por ejemplo, el desarrollo de la concertación social en Andalucía, que acumula la firma de siete acuerdos de concertación 29, o la firma del último acuerdo tripartito, en el marco del nonnato Pacto por Andalucía.30 Asimismo, sin salir del ámbito andaluz es conveniente hacer una referencia a su marco estatutario pues en el mismo no sólo se reconoce esa ampliación de funciones, sino que expresamente se contiene la obligación de la Junta de Andalucía de garantizar el ejercicio de esa acción institucional. En concreto, el artículo 26.2 del Estatuto de Andalucía, expresamente señala: Art. 26.2. Se garantiza a los sindicatos y a las organizaciones empresariales el establecimiento de las condiciones necesarias para el desempeño de las funciones que la Constitución les reconoce. La ley regulará la participación 28 Ley 21/1991, de 17 de junio, de creación del Consejo Económico y Social de España. - Acuerdo para el Desarrollo Económico y Social de Andalucía, 17 de mayo de 1993 - Pacto Andaluz por el Empleo y la Actividad Productiva, 13 de febrero de 1995 - Pacto por el Empleo y el Desarrollo Económico de Andalucía, 21 de abril de 1997 - IV Acuerdo de concertación social de Andalucía, 24 de mayo de 1999. - V Acuerdo de Concertación Social de Andalucía, 23 de mayo de 2001. - VI Acuerdo de Concertación Social de Andalucía, 25 de enero de 2005. - VII Acuerdo de Concertación Social de Andalucía, 24 de noviembre de 2009 30 Acuerdo para el Progreso Económico y Social de Andalucía, 20 de marzo de 2013 29 38 institucional en el ámbito de la Junta de Andalucía de las organizaciones sindicales y empresariales más representativas en la Comunidad Autónoma. Asimismo, el 159 del mismo texto estatutario establece: Art. 159. Los sindicatos y las organizaciones empresariales contribuyen al diálogo y la concertación social, y ejercen una relevante función en la defensa y promoción de los intereses económicos y sociales que les son propios. 39 4.2. Distinción asociación empresarial – partido político. Dada la relevancia constitucional otorgada a las asociaciones empresariales y confirmado que su ámbito de actuación es más amplio que el propio de las relaciones laborales y que se extiende a la política, sería importante una cierta reflexión sobre las evidentes diferencias entre asociaciones y partidos, dado que en algún caso se puede pensar que existe una cierta confusión al respecto. Es cierto que las asociaciones empresariales 31 , cada vez más, ejercen una acción política, participan de la vida política, pero en modo alguno ni pueden, ni pretenden sustituir a la labor de los partidos políticos32. Esa identificación, puede tener incluso una cierta base doctrinal, pues al abordar la naturaleza jurídica de los partidos políticos se confrontan dos posiciones doctrinales (J.L. García. 1990, pág. 145 y sgs.): una la que manifiesta que el partido es un órgano del Estado, o más concretamente un órgano constitucional; y la otra teoría, que mantiene que el partido político es una asociación de derecho privado que ejerce funciones públicas de relevancia constitucional.33 Es evidente que si acogemos esta segunda opción doctrinal la frontera entre partido político y asociación empresarial 31 estaría casi completamente “Prueba de la relevancia que se le desea atribuir a tales organizaciones sociales es que, de un lado, se mencionan en el precepto inmediatamente sucesivo al correspondiente a los partidos políticos, y, de otro lado, son las únicas organizaciones sociales representativas de intereses colectivos elevadas al rango de merecedoras de ser incorporadas al titulo preliminar del propio texto constitucional”. (J.Cruz, 2004, pág. 142) 32 Partido político es “cualquier grupo político identificado por una etiqueta oficial que presenta a las elecciones y puede sacar en elecciones (libres o no) candidatos a cargos públicos” (Sartori, 1980) 33 “El papel de los partidos políticos en la conformación y desarrollo de los Estados modernos creció notablemente a raíz de la segunda guerra mundial, siendo acogidos en diferentes Constituciones como piezas clave del sistema político democrático. Biscaretti di Ruffia dirá acertadamente que los partidos son una especie de órganos auxiliares del Estado, tanto en su función de grupos electorales como de grupos parlamentarios. Incluso algunos autores, como Radbruch y Mangoldt, los han calificado como «órganos del Estado», en cuanto que favorecen y propician la elección o designación de los titulares de los órganos del Estado. Fuera de Ja[sic] doctrina científica, y aludiendo a la jurisprudencia, es de mencionar la declaración del Tribunal Constitucional de la República Federal Alemana en el sentido de que los partidos «cumplen funciones de órgano de la Constitución”.( Martín, 1981). 40 difuminada, desde el punto de vista de su naturaleza jurídica, pues ambas las podemos encontrar en el artículo 22 del texto constitucional,34 si bien tras la promulgación de la nueva Ley de Partidos, 6/2002, ha quedado claro que sobre los partidos pesa un régimen jurídico propio distinto al de la asociaciones comunes. Además de esta cuestión doctrinal, quizás esa identificación pueda estar inspirada en algunas situaciones que se producen, como por ejemplo: - La propia presencia de partidos políticos y asociaciones empresariales en el Título Preliminar de la Constitución en artículos sucesivos. - La presencia de las asociaciones empresariales en los procedimientos de debate de normas legales en los distintos parlamentos. En concreto, en el caso de Andalucía, el Reglamento de la Cámara Autonómica prevé en su artículo 112 que puedan comparecer ante la Comisión legislativa correspondiente “los agentes sociales y organizaciones que pudiesen estar interesados en la regulación de que se trate”, y de hecho las asociaciones empresariales comparecen en sede parlamentaria ejerciendo una función casi parlamentaria, exponiendo sus criterios y, en algunos casos, debatiendo con los responsables de los grupos parlamentarios. - La traslación de forma literal de los acuerdos con trascendencia legislativa suscritos en el ámbito del diálogo social y la concertación social, entre Gobierno y asociaciones empresariales, y que son “ratificados” en sede parlamentaria, especialmente cuando previamente los mismos han sido elevados a la categoría de Decreto Ley. 34 “Durante la vigencia de la Ley 54/1978, de Partidos Políticos existía un acuerdo doctrinal, roto sólo por una posición minoritaria en nuestra literatura jurídica, que mantenía la identificación prácticamente absoluta entre el partido político y la asociación –entre el derecho de asociación política y el derecho de asociación común del art.22 CE- […]. La promulgación de la Ley de Partidos 6/2002 ha supuesto, en opinión de Ángel Rodríguez , <<una modificación radical del modelo de control de constitucionalidad de partidos”. (Iglesias, 2008) 41 - La capacidad de no representar exactamente la voluntad de sus miembros, sino el interés del colectivo que representa, lo cual identifica en la forma de actuar a asociaciones empresariales y partidos políticos. Por tanto, podrían existir elementos indiciarios, al menos ante la opinión, pública, para pensar que existe esa identificación entre partido y asociación empresarial, pero ello no es así categóricamente, por las siguientes circunstancias: - La distinta regulación jurídica, tanto a nivel constitucional, como legal. Los partidos políticos se contienen en el artículo 6 de la Constitución y en su desarrollo existe ya una amplia legislación en la materia.35 - La incapacidad legal de una asociación empresarial de concurrir a un proceso electoral 36 , si bien, como veremos si podría participar en el proceso electoral. - La propia diversidad de una asociación empresarial, cuyos miembros, personas jurídicas, tienen en común un interés económico y empresarial, pero no un interés ideológico, que es una cuestión particularísima y personal. Esta distinción entre asociación y partido político es importante, sobre todo para salvaguardar nuestro modelo democrático y evitar actuaciones que puedan ser consideradas como “expresión patológica de concepciones pansindicalistas” (J. Cruz. 2004) que podrían conllevar el peligro de que se aproveche la presencia de los sujetos del artículo 7 de la Constitución en ámbitos de representación institucional, para manifestar posiciones políticas 35 Ley Orgánica, 6/2002, de 27 de junio, de Partidos Políticos Ley Orgánica, 8/2007, de 4 de julio, sobre financiación de Partidos Políticos 36 Según el artículo 44 de la Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, de Régimen Electoral General, sólo pueden presentar candidatos o listas de candidatos: a) Los partidos y federaciones inscritos en el registro correspondiente; b) Las coaliciones constituidas según lo dispuesto en el apartado siguiente (Art. 44.2); c) las agrupaciones de electores que reúnan los requisitos establecidos por las disposiciones especiales de la presente ley. 42 sobre asuntos que no sean de su competencia; o que se intente trasladar, fundamentalmente por los medios de comunicación, que las asociaciones realizan una función de oposición política en aquellos territorios en los que por la falta de alternancia política, la oposición real carece de influencia; o bien la adopción de medidas o posiciones que sólo tengan como objetivo posicionamientos de mero carácter político. Desde un punto de vista práctico resulta conveniente verificar si esa distinción entre partido político y asociación empresarial puede tener también una trascendencia sobre el desarrollo de los procesos electorales. Así, aunque se comparta la idea de que una asociación empresarial puede expresar libremente su opinión y hacer campaña en el ámbito de un proceso electoral, lo que es evidente es que no está sometida a la regulación electoral propia de los partidos políticos, por lo que carece de limitaciones sobre temas tan sustanciales como la financiación, cuestión que si está regulada en el caso de aquéllos. Con este tema surge la duda sobre si se conculca el principio de igualdad de oportunidades que se desprendería de la conjunción de los artículos 14 y 9.2 del texto constitucional, en relación a los partidos políticos, mediante la obligación del Estado de garantizar la igualdad de oportunidades en la confrontación partidista, para que los partidos puedan concurrir a formar la voluntad popular (J.L. García. 1990, pág. 171). Ese principio de igualdad en campaña electoral podría quebrar, como hemos establecido, en el caso de la actuación de terceros, por ejemplo las asociaciones empresariales, que no tienen las mismas limitaciones que los partidos dentro del proceso electoral37. 37 Al respecto resulta muy categórica la opinión del abogado Antonio Mates en una Tribuna publicada en el diario El País, el 1 de septiembre de 1982, bajo el titulo “Elecciones y CEOE”. En la misma y como consecuencia del pronunciamiento favorable del TS hacia la capacidad de participar en campaña electoral de una organización empresarial (tema que será objeto de mayor atención en este trabajo) dice expresamente: “los principales interesados en el proceso electoral, los representantes políticos del pueblo, pueden verse sometidos a las limitaciones del decreto-ley mientras que todos los demás podrán actuar sin trabas de ninguna clase e incluso 43 Podría incurrir, por ejemplo, en un claro caso de desigualdad de carácter financiero la organización por parte de una asociación empresarial de un mitin u otro acto de campaña, financiando el mismo y pidiendo el voto para una determinada formación política. Creemos que en este caso, en tanto en cuanto, no participe activamente el candidato de esa formación política no se podría hablar de un acto de partido y, por tanto, no operaría las limitaciones de carácter financiero a las que está sometida una formación política durante el proceso de campaña electoral. Al final de todo este debate estaríamos en una confrontación entre dos principios: el de igualdad electoral y el de libertad de expresión. (J.L. García. 1990, pág. 175)38 Ante estas circunstancias creemos que el criterio que se debe asumir es el relativo al elemento subjetivo, es decir, a la diferencia existente entre partido político y asociación empresarial, por lo que no existiría esa posible quiebra del principio de igualdad, pues se trata del ejercicio del derecho por personas distintas; y además el fundamento jurídico es distinto, pues uno ejerce una acción electoral basada en el derecho electoral, mientras la otra ejerce una acción informativa basado en el derecho a la libertad de expresión. amparados, frente a cualquier limitación, con el escudo protector del derecho a la libertad de expresión. Es decir, mientras la CEGE [sic] podrá gastar millones de pesetas en la campaña electoral sin fiscalización de clase alguna, invadiendo con su propaganda los periódicos y la radio de todo el país, los partidos políticos se verán sometidos a todas las limitaciones que establece el mencionado decreto-ley (control del uso de locales para actos públicos, número de actos y duración de los mismos, aprobación necesaria de folletos y carteles, limitación temporal de la campaña, fiscalización de gastos, contabilidad especial, control de las aportaciones de fondo, rendición de cuentas, etc.)” 38 “Finalmente, a juicio del Supremo, no se vulnera el principio de igualdad, pues aunque los partidos deben someter su campaña a un control estricto y la confederación no, esto es así porque lo ha querido el legislador y porque reciben fondos públicos”. (J.L. García, 1990, pág. 176) 44 Conclusiones Desde el punto de vista del tratamiento constitucional de las asociaciones empresariales las principales conclusiones que se pueden extraer son: - El fundamento constitucional de las asociaciones empresariales es el genérico derecho de asociación reconocido en el artículo 22, ya que no existe un derecho específico, como en el caso sindical a través del 28.1. - No obstante en función del artículo 7, tanto por su situación, como por su contenido, y desde una perspectiva jurídica – constitucional las asociaciones empresariales adquieren una relevancia constitucional propia, que las sitúa “entre las instituciones básicas del sistema político” (M. García, 1987). - Aunque existan elementos que pueden generar confusión, partidos políticos y asociaciones empresariales son entidades distintas en sus fines y medios de actuación. 45 5. LAS PERSONAS JURÍDICAS COMO TITULARES DE DERECHOS FUNDAMENTALES De manera general se entiende que son derechos fundamentales aquellos reconocidos en los textos constitucionales de los Estados. Se trata de un concepto que no es único (como sería la idea de derechos humanos), ni permanente, ni inmutable, sino que se ha ido construyendo en un marco histórico, fruto del continuo enfrentamiento entre el sujeto y el Estado, que siempre ha sido poco propicio a su concesión pues implica una limitación a su propio poder.39 Clásicamente siempre se había pensado que los derechos fundamentales sólo tenían como sujeto al hombre, a la persona. Así en esta concepción clásica y tradicional se consideraban como derechos fundamentales los de libertad y autonomía, tales como la vida, la integridad personal, la igualdad, libertad de expresión, debido proceso,… Derechos además que tenían un carácter universal, pues se reconocían a todo ser humano. La ideología liberal concibió los derechos fundamentales como derechos del hombre en cuanto tal, derivados de su dignidad como persona, serían así derechos públicos subjetivos. La tutela efectiva de los mismos se lograba con la predisposición de los poderes públicos a no obstaculizar su ejercicio, es decir, a autolimitarse40. Es un derecho reconocido por el ordenamiento jurídico que sólo tiene como destinatarios a los poderes públicos y en el momento en que se contienen en el orden constitucional se transforman en derechos fundamentales. “La historia de los derechos fundamentales comienza en 1776, ni antes ni después” (P. Cruz. 1989)41 39 Santos, P.J. 2012. “Partiendo de la tradición liberal del derecho fundamental como ámbito de <<no acción>> de los poderes públicos sobre la autonomía propia de los ciudadanos”. (Vera, 1998, pág. 8) 41 Bill of rights del Estado de Virginia de 12 de junio de 1776: “todos los hombres son por naturaleza igualmente libres e independientes y tienen ciertos derechos innatos, de los cuales, cuando entran en estado de sociedad, no pueden por ningún pacto privar o desposeer a su 40 46 Sin embargo desde la mitad del siglo XX se ha producido una evolución de los derechos fundamentales, tanto en su contenido, como en extensión, de acuerdo con el tránsito del Estado Liberal al Estado Social de Derecho42. Ya no se trata de que los poderes públicos no obstaculicen, sino que ahora esta nueva concepción lo que pretende es la acción positiva de los poderes públicos encaminada a remover los obstáculos que impiden su libre ejercicio por las personas 43 . El Estado debe garantizar la realización efectiva de estos derechos. Pero además esa garantía debe extenderse con carácter general, surgiendo así un proceso de internacionalización de esos derechos fundamentales44, que se extiende también al ámbito privado, pues se considera que los derechos fundamentales también son exigibles entre personas privadas45. De este modo ya no sólo es el hombre, individualmente considerado, quien se considera titular de libertades y derechos básicos, sino que se reconocen también a los grupos y a las colectividades, e inclusive a la naturaleza y al propio pueblo, como titulares de derechos. posteridad, a saber el goce de la vida y de la libertad…”. Declaración de Independencia de 4 de julio de 1176: “tenemos por evidentes en sí mismas estas verdades: que todos los hombres son creados iguales, que han sido dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables (…) que para asegurar esos derechos, se instituyen entre los hombres Gobiernos los cuales derivan sus legítimos poderes del consentimiento de los gobernados.” 42 “Así el Estado social y democrático de Derecho asume los postulados liberales que nuestra Constitución acoge, entre otros, en el artículo 10, elevando a categoría axial del ordenamiento <<la dignidad de la persona>>, pero los adereza y condiciona con la adición de un significado <<social>> en virtud del cual el individuo no sólo se afecta al ordenamiento y a los poderes públicos en su vertiente aislada, sino que también se encuentra organizado, agrupado, para el cumplimiento de una serie de fines que, por sí solo no puede conseguir.” .(Vera, 1998, pág. 8). 43 “Lo que en nuestros días se conoce como derechos humanos está referido al reconocimiento de que toda persona humana, por el hecho de serlo, es portadora de atributos autónomos que deben ser reconocidos y protegidos por el Estado”. (Nikken, 2010). 44 Fundamentalmente desarrollado en las instituciones precedentes a Naciones Unidas y a ésta misma y con carácter singular a través de la Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptada por su Asamblea General el 10 de diciembre de 1948. Posteriormente en el ámbito europeo la Convención Europea de Derechos Humanos, adoptado el 4 de noviembre de 1950. 45 Pactos Internacionales de derechos económicos, sociales y culturales; y Pactos Internacionales de derechos civiles y políticos. Los denominados Pactos de Nueva York de 1996. 47 No existe un listado cerrado de derechos fundamentales. La titularidad de los mismos se ha ido construyendo a la par que su configuración y si en su origen podría hablarse sólo de titulares singulares, el hombre, hoy día es posible la existencia de derechos fundamentales cuyos titulares son plurales, es decir, desde un pueblo a una persona jurídica 46 . Es más, parte de la doctrina moderna opina que existen derechos que no tienen sujetos, pues son derechos de la naturaleza o de las generaciones futuras. Pero ¿de qué derechos fundamentales son los que pueden ser titulares las personas jurídicas?, ¿qué criterio se puede seguir para atribuir la titularidad de un derecho fundamental a un sujeto? La titularidad de los derechos fundamentales hace referencia a la concreta atribución de un derecho o un deber fundamental que el ordenamiento ha realizado a favor de una persona, en función de unos requisitos propios o temporales. La persona además de ser titular del derecho debe poseer capacidad para el ejercicio de ese derecho y, si no, está también previsto constitucionalmente que sea admisible la intervención de un tercero que lo haga en su nombre, en muchas ocasiones hasta de forma obligada. Pues bien, a diferencia de las personas físicas en que titularidad y ejercicio, al menos en el plano teórico, pueden distinguirse, el criterio para determinar si una persona jurídica puede ser titular de derechos fundamentales debe tener en consideración la capacidad de la concreta persona jurídica para ejercerlos, desde la doble perspectiva de la naturaleza del derecho y de la naturaleza de la persona jurídica. Así descrito hay derechos, reconocidos en nuestra norma constitucional, que no admiten duda alguna sobre la posibilidad de esa extensión, por ejemplo en el caso de la tutela judicial efectiva; pero en otros su extensión parece 46 Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, 13 de septiembre de 2007. 48 imposible, como el derecho a la vida (art 15 CE), a la libertad y seguridad (Art.17), a la intimidad familiar (art. 18.1), a la libertad de circulación (art. 19.1), a la libertad de cátedra (art. 20.1), el derecho a la objeción de conciencia (art.30), derecho a contraer matrimonio (art. 32); y el derecho al trabajo y a una remuneración suficiente (art. 35.1). En estos casos estamos ante derechos fundamentales que sólo pueden tener como titulares a la persona física o natural. Tradicionalmente se ha reconocido que existen entidades diferentes al ser humano que tienen capacidad para adquirir derechos y contraer obligaciones, diferenciándose así entre persona natural y persona jurídica. El concepto de personalidad jurídica47 implica la capacidad para ser titular de derechos y contraer obligaciones frente a terceros, por unos sujetos que son diferentes de las personas físicas, en sentido jurídico. Sin entrar en más polémicas doctrinales, lo que resulta ampliamente aceptado es que la persona jurídica no es sino la respuesta jurídica a una realidad social. “Son personas jurídicas las realidades sociales a las que el Estado reconoce o atribuye individualidad propia, distinta de sus elementos componentes, sujetos de derechos y deberes y con una capacidad de obrar en el tráfico por medio de sus órganos o representantes” (Díez; Gullón, 2012) Nuestra Constitución no contempla de forma expresa que las personas jurídicas puedan ser titulares de derechos fundamentales48, pero sin embargo, si aparecen casos concretos49: 47 Art. 35 Código Civil: Son personas jurídicas: 1º Las corporaciones, asociaciones y fundaciones de interés público reconocidas por la ley. Su personalidad empieza en el instante mismo en que, con arreglo a derecho, hubiesen quedado válidamente constituidas. 2º Las asociaciones de interés particular, sean civiles, mercantiles o industriales, a las que la ley conceda personalidad propia, independiente de cada uno de sus asociados. 48 Si lo contempla el constitucionalismo alemán, en concreto el artículo 19.3 de la Ley Fundamental de Bonn que establece que “los derechos fundamentales rigen también para las personas jurídicas nacionales, en la medida que, por la propia naturaleza de éstos, les sean aplicables”. 49 La doctrina (P. Cruz; Vera) reiteradamente cita el FJ 3º de la STC 137/1985 en el que el TC reconoce que no se encuentra en nuestro sistema una norma similar a la que establece el artículo 19.2 de la Constitución alemana, pero ello no obstaculiza la consecusión de una 49 Art. 16.1 hace referencia a las comunidades. Art. 24.1 señala que todas las personas tienen derecho a obtener la tutela judicial efectiva de jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos. Art. 27.6 reconoce a las personas físicas y jurídicas la libertad de creación de centros docentes Art. 28.1 establece a favor de los sindicatos el derecho a formar confederaciones y a fundar organizaciones sindicales internacionales o afiliarse a las mismas Art. 29.1 reconoce a todos los españoles el derecho de petición individual o colectiva Asimismo, la Constitución también reconoce los derechos de asociación (art. 22) y el de fundación (art. 33). Pero además existen otros dos artículos que son determinantes para concluir que las personas jurídicas pueden ser titulares de derechos fundamentales: Art. 9.2. Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integran sean reales y efectivas. Y el art. 162.1.b 50 ya que este precepto otorga legitimidad para interponer recurso de amparo ante el TC a toda persona física o jurídica que invoque un interés legítimo. situación asimilada a aquella a través de la jurisdicción del propio TC, al no existir impedimiento alguno al respecto. Es más el TC señala “la cuestión de la titularidad de los derechos fundamentales no puede ser resuelta con carácter general en relación a todos y cada uno de ellos. La mera lectura de los artículos 14 a 29 (…) acredita que existen derechos fundamentales cuya titularidad se reconoce expresamente a quienes no pueden calificarse como ciudadanos (…); que hay otros derechos fundamentales que por su propio carácter no entran en aquellos de los que eventualmente pueden ser titulares las personas jurídicas (…); y por último, en algún supuesto, la Constitución utiliza expresiones cuyo alcance hay que determinar (…)”. 50 “el artículo 162.1.b) CE dota también de legitimación activa para ello a las personas jurídicas que invoquen un interés legítimo”. (Vera, 1998, pág. 7) 50 Este reconocimiento supone un principio de apertura de los derechos fundamentales hacia las personas jurídicas en cuanto que les permite intervenir en un proceso directa y exclusivamente encaminado a la tutela de derechos fundamentales, si bien el propio Cruz Villalón genera cierta duda cuando señala que se trata de una norma de legitimación procesal y no de atribución o reconocimiento de titularidad de derechos; y en segundo lugar, porque la legitimación se justifica, no en función de la titularidad, sino de la existencia de un interés legítimo. Es decir, una cosa es la legitimación para recurrir y otra la titularidad de un derecho. Mientras que la titularidad del derecho si implica la legitimación para interponer el amparo, no cabe afirmar lo contrario. Lo que no admite dudas es que el 162.1.b permite la defensa de los derechos fundamentales por su titular y, también, abre las puertas para la defensa de los derechos fundamentales de otros, en especial para que las personas jurídicas puedan recurrir cuando se han violado los derechos de las personas físicas que las integran. En todo caso, a falta de criterio constitucional único, opera el criterio jurisprudencial constitucional y, en tal sentido, el TC viene reconociendo que aunque no exista cobertura constitucional expresa para la titularidad de derechos fundamentales por las personas jurídicas, ello no impide que se le reconozca en el momento en el que la persona jurídica venga a colocarse en el lugar del sujeto privado comprendido dentro del área de la tutela constitucional (STC 137/1985, FFJJ 3; STC 64/1988, FFJJ 1; STC 139/1995 FFJJ 4.) En resumen, y siguiendo a A.J. Gómez51, en su artículo del año 2000 sobre este tema: 1. La Constitución española no reconoce expresamente con carácter general derechos fundamentales a las personas jurídica. 51 Gómez, A.J (2000) La titularidad de los derechos fundamentales por personas jurídicas (Análisis de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional español). 51 2. Pero no existe precepto constitucional que impida esa circunstancia. 3. Las personas jurídicas son manifestaciones del ejercicio de los derechos fundamentales de los ciudadanos y sirven para la consecución de fines constitucionalmente protegidos. 4. Por tanto, debe admitirse que los derechos fundamentales corresponden también a las personas jurídicas. 5. Esa titularidad no es universal, sino que está limitada por una parte por la propia naturaleza del derecho y, por otra, por los fines de la persona jurídica. 52 6. EL ASOCIACIONISMO EMPRESARIAL EN ESPAÑA 6.1 Breve recorrido histórico por el Asociacionismo Empresarial Español “Es comúnmente aceptado el dato de la primera aparición de la primera asociación <<empresarial>> española en 1772 en Barcelona, la Real Compañía de Hilados de Algodón” (A.M. García. 2002, pág. 50) No obstante, si hablamos de asociacionismo empresarial tenemos que remontarnos históricamente en sus orígenes al sistema gremial en España, que concluye en 1813 con la consagración definitiva de la libertad de industria, en el marco de una España liberal52, todo ello consecuente con el desarrollo que experimentan los derechos de asociación y reunión, que tienen en ese período su auge constituyente. Libertad de industria, que no significa un avance significativo de la misma, pues mientras en otros países europeos, con Gran Bretaña, singularmente a la cabeza, se estaba produciendo un intenso proceso de industrialización desde finales del XVIII, en España se experimente una transformación socioeconómica mucho más lenta e incompleta. Así, a finales del XIX, España era todavía un país de base agraria, con un escaso comercio interior y un desarrollo industrial limitado a unas pocas regiones y a unos sectores concretos, como el textil catalán, el siderúrgico asturiano y vasco, y el de transformaciones agroalimentarias en el interior.53 52 El Decreto del Conde de Toreno, de 8 de junio de 1813, abolió el monopolio de los gremios. “Los estudios económicos centrados en la época de la Restauración y, en concreto, los resultados del debate sobre las causas del atraso de la industrialización española han servido para resituar el papel de la burguesía en la historia española del siglo xx. Tortella, y luego Sánchez Albornoz o Prados de la Escosura 'replantearon el análisis del atraso de la industrialización española escapando al tradicional factor explicativo del atraso agrario y la insuficiente demanda para atribuir un papel limitativo esencial a la estructura de la oferta, obviamente muy relacionada con las actitudes empresariales. En general, consideran que las instituciones españolas se mostraron proclives a generar un sistema económico intervencionista.” (Moreno, 1999, pág. 89) 53 53 En relación a esa situación de escaso avance del proceso de industrialización en España existe una amplia controversia doctrinal sobre si la misma es responsabilidad del empresariado, o en terminología de la época de la alta burguesía; o es responsabilidad de quienes ejercían el poder político.54 Lo que sí parece fuera de toda duda es que el empresariado y, colectivamente, la patronal estaba interesado en dos cuestiones: la estabilidad social, frente al auge del movimiento obrero, y una política arancelaria proteccionista. (Moreno, 1999, pág. 89-90). No obstante, parece generalizarse la idea de que es la clase política la que actúa en función de sus propios intereses y más allá de los de la propia burguesía. En ese sentido, así se expresa de forma determinante por Moreno (1999): “Se trata de una idea defendida hace ya tiempo por Varela Ortega para el último cuarto de Siglo XIX y que, l.l. Linz hace extensiva a la mayor parte del siglo XX, para ellos la política ha tenido en la España del siglo XX precedencia sobre los intereses y conflictos de clase, y la clase política ha gozado de autonomía frente a la sociedad civil”. En España serán las constituciones de 1869 y 1876 (vigente hasta 1923) las que desarrollen el derecho de asociación55, si bien, con muy escasa incidencia aún en el ámbito empresarial. En este período se aprueba la Ley de Asociaciones de 30 de junio de 188756, donde ya comienza a percibirse un 54 A lo largo del sXX será una constante ese mismo debate: ”Frente a esta teoría en las últimas décadas se ha desarrollado una corriente que no sólo considera su actuación vital para el crecimiento económico, sino que añade un factor más discutible: su independencia de la órbita política y su escasa participación en los procesos que dieron el poder a Primo de Rivera y Franco. Afirmación rebatida por historiadores que rechazan que los empresarios se limitaran a ser meros espectadores, sin fuerza para influir en el Estado 2 y que, aun reconociendo su pluralidad ideológica, sostienen que la clase política y la empresarial forma parte de una elite que comparte elementos sociales y culturales comunes”.(Tobosa, 2007, pág.144) 55 “…diseñándose un régimen jurídico para el derecho de asociación con un claro espectro liberal, donde el asociacionismo se concibe como un derecho natural, que nace de la autonomía de la voluntad del individuo, y que, en todo caso, debe quedar fuera del control Estatal. Todo ello implica que el derecho no podrá ser objeto de legislación específica”. (Pelayo, 2007) 56 En el ámbito sindical tras la aprobación de la Ley General de Asociaciones que reconoce el derecho de asociación de los trabajadores, se crearan bajo su amparo la UGT, en 1888, y la CGT, en 1910. 54 ámbito propio sobre asociacionismo empresarial, que fue muy posteriormente desarrollada por Real Decreto de 10 de marzo de 1923 A finales del siglo XIX comienzan de forma embrionaria a gestarse algunas organizaciones de carácter empresarial, basada en un mayor desarrollo de la burguesía industrial, como podría ser el caso de Fomento del Trabajo Nacional, organización que se constituye en 1889 57 , como marco asociativo de la industria textil catalana, si bien formalmente surge de la unión de tres organizaciones anteriores. En paralelo, en 1886 se crean en España las Cámaras Oficiales de Comercio, Industria y Navegación58, como respuesta a iniciativas territoriales de carácter empresarial, si bien, desde 191159 asumen mayor oficialidad, consagrándose la adscripción obligatoria y el reconocimiento como cuerpo consultivo de las administraciones públicas. Organizativamente hablando la primera gran organización empresarial, con relevancia territorial y sectorial, sería la Liga Nacional de Productores, organización que surge en 1894 60 , con una finalidad fundamentalmente proteccionista, de reserva del mercado español, frente al capital extranjero. Esta Liga irá perdiendo fortaleza, quedando reducida a la Liga Vizcaína de Productores, que también surgió en 198461. La Liga Nacional de Productores fracasó porque la estructura empresarial española se caracterizaba por el predominio de la pequeña empresa y por una 57 www.foment.com/quienes-somos/Paginas/historia.aspx. Recuperado el 30 de octubre de 2013. 58 Real Decreto de 9 de abril de 1886. 59 Ley de Bases de 29 de junio de 1911. 60 “Empresarios, propietarios y patronos habían disfrutado inicialmente de la estabilidad política y habían entablado sus relaciones con la clase política sobre los presupuestos y resquicios permitidas por las redes del clientelismo; relaciones individuales, provechosas para unos y otros, que no exigían vinculaciones estables, ni definiciones programáticas. Fueron las polémicas entre proteccionismo y librecambio las que les empujaron a organizarse”. (Cabrera, 1997, pág. 275). Sobre la creación de la Liga Nacional de Productores, Cabrera sitúa su constitución en 1893; mientras que A.M. García data su constitución el 7 de febrero de 1894, si bien añade ésta última que ello fue como consecuencia del “meeting-protesta” de diciembre del año anterior. 61 www.euskomedia.org/aunamendi/88209. Recuperado el 30 de octubre de 2013. 55 dispersión sectorial y regional muy importante, sin jerarquizaciones, ni liderazgos importantes (Cabrera, 1997, págs.. 275-276) En los años siguientes la política económica se convierte en un elemento de utilización de la clase política de la época. A finales del XIX y principios del siglo XX, coincidiendo con la Revolución Industrial y singularmente con la Primera Guerra Mundial, comienzan a surgir las primeras organizaciones patronales, como elementos reactivos frente al movimiento obrero. Entre éstas se pueden destacar la Confederación Gremial Española y, sobre todo, la Confederación Patronal Española, surgida también en 1914. Su desarrollo se produce en los años de mayor violencia obrera, lo que contribuyó a intensificar la vocación asociativa de sus miembros. No obstante, la existencia en este período de una “efervescencia organizativa en la patronal”, no cuajó en un proceso de integración, pues había multitud de temas coincidentes (reformas fiscales, conflictividad social, propuestas de legislación social), pero otros también en los que se ponía de manifiesto graves divergencias (aranceles, colapso de las compañías ferroviarias). (Cabrera, 1997, pág. 276) Entre 1917 y 1923, con una gravísima crisis económica, se inicia el desarrollo de una amplia legislación social, que favorecerá el reconocimiento del concepto sindicalismo patronal – sindicalismo obrero, que facilita un cierto corporativismo y que proviene de un mayor intervencionismo del Estado en el ámbito social, que promueve un modelo de sindicalismo profesional u obligatorio62. Esta vocación corporativa 63 se verá puesta de manifiesto en la dictadura de Primo de Rivera, que crea un sistema, la Organización Corporativa Nacional, en el que se incluye la representación profesional, junto al poder gubernativo. 62 Destaca en este período el Real Decreto de 3 de noviembre de 1922 sobre constitucionalización de sindicatos y asociaciones empresariales en la provincia de Barcelona. 63 “En cualquier caso se percibe el modelo corporativo como un continuun que desde 1923 hasta la transición ha servido de marco regulador de las relaciones entre la clase política y los empresarIOs. [sic]” (Moreno, 1999, pág. 91) 56 Es en este período cuando comienzan a surgir los órganos de participación y representación, como el Consejo Nacional de la Economía, creado en 192464, y la Organización Corporativa Nacional, creada en 192665. Es decir, la participación y la colaboración con el Estado, en órganos creados a tal fin, no es una cuestión nueva, sino que es un sistema que está íntimamente ligado a un modelo en el que se considera necesaria la participación de la representación social a la hora del asesoramiento sobre las decisiones que afectan a esos legítimos representantes. En este período de la dictadura de Primo de Rivera, se fundó en diciembre de 1923, la Federación Nacional de Industrias, asociación empresarial oportunista, en terminología de A.M. García, dado que a la misma se incorporan las empresas favorecidas por “el boom de inversiones en obras públicas” anunciadas por el gobierno dictatorial. Esta Federación fue muy breve, pues la caída de la Dictadura, quebró su capacidad económica ligada a esa vocación inversora del Gobierno. Siguiendo con el devenir histórico, llegaríamos a la Constitución de 193166 y la posterior Ley de Asociaciones Profesionales de Patronos y Obreros para la 64 El 11 de Marzo de 1924 se publica en la Gaceta de Madrid el Real Decreto estableciendo en la presidencia del Gobierno un Consejo de la Economía Nacional que reunirá todas las funciones referentes a la formación de los Aranceles de Aduanas, defensa de la producción y gestión y negociación de los Convenios comerciales. El Consejo se crea para la defensa de la economía nacional y en su Exposición se dice “En el estudio de esta reforma, que además representa una economía para el Erario público, han colaborado aparte la representación del Estado, elementos productores y mercantiles que, con fundada esperanza, ven en el organismo que se crea medio adecuado de tener contacto con la más significada representación del Poder público en todo cuánto atañe a la producción y al comercio. (…) El Gobierno cree ofrecer con este proyecto al país un órgano de representación productora de tal importancia como no ha existido en España.” En cuanto a la composición se incorpora un extenso listado de multitud de organizaciones de carácter sectorial existentes en ese momento como elementos colaboradores: Fomento del Trabajo Nacional de Barcelona, Liga Nacional y Liga vizcaína de productores, Federaciones de productores – exportadores de frutas y hortalizas, y un largo etcétera, en el que se incluyen también a organizaciones sindicales. Posteriormente el 4 de abril de 1924 se publicará una Real Orden de desarrollo del proceso de elección de los vocales a elegir. 65 Gaceta de Madrid, Real Decreto – ley de 26 de noviembre de 1926. 57 defensa de los intereses de las Clases respectivas, de 8 de abril de 1932, que sería el primer marco legal propio de las organizaciones empresariales, de marcado carácter intervencionista. La Ley del 32 reconoce a las organizaciones patronales y obreras facultades de carácter reivindicativos, normativos y de representación. En este período surgen otros intentos de organizaciones nacionales como la Unión Nacional Económica, preocupada por la deriva socializadora de la República. “La actitud patronal expectante [ante la II República] se transformó rápidamente en recelo abierto, y comenzó a achacarse la profundización de la crisis económica al desacierto de las medidas reformadoras, a la legislación laboral, a los reiterados anuncios de la reforma agraria y a la conflictividad social” (Cabrera, 1997, págs.277-278) En este marco, las organizaciones se pueden considerar más sólidas, entre otras cuestiones, porque sucesivas disposiciones reconocen a favor de las asociaciones de obreros y patronos derechos como la facultad de formar o sostener coligaciones, huelgas y paros; la posibilidad de presentar peticiones o reclamaciones colectivas; la capacidad de negociar pactos o contratos colectivos para regular las condiciones de trabajo; y la posibilidad de designar o apoyar la elección de vocales obreros y patronales en determinados organismos públicos de carácter administrativo o jurisdiccional. No obstante, con la irrupción del franquismo, 1936, lo primero que hay que señalar es la desaparición del derecho de asociación. Se instaura un modelo corporativo del derecho del trabajo que durará hasta la finalización del régimen. 66 Constitución de 1931. Artículo 39: “Los españoles podrán asociarse o sindicarse libremente para los distintos fines de la vida humana, conforme a las leyes del Estado. Los Sindicatos y Asociaciones está obligados a inscribirse en el Registro público correspondiente, con arreglo a la ley”. 58 Se crea en este período la Organización Sindical Española, un aparato administrativo y político del régimen, de adscripción obligatoria, en el que se integran tanto la representación de los trabajadores, como la de los empresarios 67 . Legalmente todo ello tendrá su reconocimiento a través del Fuero del Trabajo, normativa aprobada en 1938 y la Ley de Unidad Sindical68, de 1940, que integra legalmente a todas las organizaciones existentes en la Organización Sindical, con la excepción de las Cámaras de Comercio y las cooperativas y que en su artículo primero es suficientemente categórico sobre el modelo de asociacionismo que se estaba diseñando: “Artículo primero: La Organización Sindical de F.E.T. y de las J.O.N.S es la única reconocida con personalidad suficiente por el Estado, quién no admitirá la existencia de ninguna otra con fines análogos o similares, para hacer llegar hasta él las aspiraciones y necesidades que en el orden económico y social sean sentidas por los elementos productores de la Nación, y es, a su vez, el vehículo por el que llegan hasta éstos las directrices económicas de aquél”. Como se podrá comprobar en este repaso histórico, existen numerosas cuestiones de la actualidad que tienen una amplia explicación en el pasado, como sucede con las Cámaras de Comercio que históricamente han tenido una singularidad y excepcionalidad que han propiciado que haya existido una histórica confrontación sobre su carácter representativo. Igual sucede con el ámbito representativo de las cooperativas, que ya adquiere una dimensión distinta en este período69. 67 “convirtieron a los Sindicatos Verticales en un enorme aparato al servicio del Estado, cuya principal y casi única misión fue encuadrar, controlar y disuadir o reprimir a los «productores» (…)El Fuero del Trabajo, de marzo de 1938, la Ley de Unidad Sindical y la Ley de Bases de la Organización Sindical, ambas de 1940, fijaban la existencia de un solo sindicato dependiente del partido único, inspirado en los principios de Unidad, Totalidad y Jerarquía, dejaban fuera de la ley a toda asociación corporativa al margen de la Organización Sindical, y obligaban a todos los trabajadores y empresarios a afiliarse. Mientras los trabajadores perdieron sus organizaciones de clase, los empresarios y patronos mantuvieron autonomía en el sistema, que fue creciendo a lo largo de los años. En primer lugar, porque en el seno sindical los empresarios funcionaron con total independencia en la Vicesecretaría de Ordenación Económica”. (Moreno, 1999, pág. 94) 68 Ley 26 de enero de 1940, sobre Unidad Sindical. Posteriormente se aprobó la Ley de 6 de diciembre de 1940, de Bases de la Organización Sindical. 69 Sirva como ejemplo el artículo quinto de la ley de Unidad Sindical que distingue el tratamiento a las Cooperativas, aunque en el ámbito representativo las incorpora al sindicato único. 59 No obstante desde esta posición maximalista del año 4070, a la realidad final de la dictadura, se sucede una evolución muy importante, que podemos identificar en varias etapas, siendo la primera de ellas la determinada por la política económica autárquica del nuevo régimen. En la década de los 50, e incluso antes, comienzan a surgir organizaciones de productores, que no de empresarios, que responden a un modelo de asociacionismo económico y productivo. También asociaciones de empresarios se transforman en empresas mercantiles.71 Por otra parte, mediante una Orden de Servicio de la Delegación Nacional de Sindicatos de 1952, se faculta la aparición de grupos y entidades sindicales con recursos propios, procedentes de cuotas voluntarias. Estos grupos serán tanto territoriales, como sectoriales y, en general, serán aquellos que ya venían funcionando, bien como referentes históricos de gremios o bien como sociedades anónimas creadas en ese período para el cumplimiento de ese tipo de fines económicos. Dada su voluntariedad serán el gérmen principal del asociacionismo empresarial que verá la luz en la transición. Surgen entidades como STANPA (Servicio Técnico de la Agrupación Nacional de Perfumerías y Afines); OFICEMEN (Agrupación de Fabricantes del Cemento); SEOPAN (Subgrupo de Empresas de Obras Públicas de Ámbito Nacional); y GAESCO (Grupo Autónomo Económico Sindical de Constructores de Obras72) y FEDEME, en Sevilla; es decir, entidades cuyas siglas están aún 70 Aunque es evidente la prohibición total de asociaciones distinta a la OS, se mantiene un cierto asociacionismo:”conviene recordar que no todas las organizaciones patronales desaparecieron o fueron absorbidas sin más por la Organización Sindical. Linz ya rastreó a las empresas que conformaban la Unión Nacional Económica y comprobó cómo de las 71 entidades existentes antes de la guerra, sobrevivieron al menos 26. Muchos Consorcios o Colegios Profesionales fueron respetados, además de las Cámaras de Comercio”. (Moreno, 1999, pág. 96) 71 “Algunas organizaciones sectoriales, por su parte, se convirtieron en sociedades mercantiles por acciones, como ocurrió, por ejemplo en el caso de la Unión de Almacenistas de Hierro de España, cuyo secretario era el sevillano Pedro Álvarez Osorio, y que el 10 de mayo de 1946 escrituró ante notario la creación de Almacenes de Hierro S.A. Más relevante aún resulta el caso de Unidad Eléctrica, S.A. (UNESA), constituída en 1944 y que agrupó a las principales eléctricas del país”.(Bernal, Florencio y Martínez, 2012) 72 GAESCO mantiene su nombre en democracia mediante la sustitución de “Sindical” por “Sevillano”. 60 hoy día vigentes, con otra naturaleza jurídica, pero con el mismo carácter representativo sectorial. Realmente esta capacidad de organizarse dentro, pero al margen del sindicato vertical, dada la voluntariedad de la participación en los mismos será considerado como un elemento fundamental para llegar al asociacionismo empresarial de la transición. Pero más allá de estas figuras asociativas, inscritas todas ellas dentro del ámbito del sindicalismo oficial, hay también que destacar en un período posterior, pero aun preconstitucional, la constitución de organizaciones de origen marcadamente empresarial cuyo objetivo era crear opinión, siendo el ejemplo más claro el Círculo de Economía. El Círculo de Economía inicialmente liderado por empresarios de origen catalán, entre ellos Carlos Ferrer Salat, que sería posteriormente Presidente de CEOE, desarrolla sus funciones desde 1958 en la alegalidad, si bien se formaliza asociativamente en 1968, conforme a la Ley General de Asociaciones de 1964, que estaría vigente hasta el año 200273. En su origen el Círculo no se denomina asimismo como organización empresarial o de empresas, sino como asociación de empresarios, estando conformada mayoritariamente por éstos a título individual. Este modelo es la expresión de una tendencia de pensamiento asociativo en el que lo que prima es la voluntad de crear opinión económica, más que la de convertirse en interlocutor ante el gobierno o los sindicatos. Se trata de generar información y opinión tanto hacia los propios empresarios, como hacia el exterior, el conjunto de la sociedad. 73 “Según el mismo preámbulo de la Ley 191/1964, las asociaciones se consideraban un “instrumento de los fines estatales” que necesariamente habrían “de formar parte de su peculiar estructura” y cuyos principios fundamentales se establecerían “de acuerdo con las normas inspiradoras del Movimiento nacional”. Bajo estas condiciones, parece lógico afirmar que la intención del Estado franquista, con una clara influencia de la dictadura de Primo de Rivera, era mantener el asociacionismo constreñido dentro de «la peculiar estructura corporativa estatal». (Pelayo, 2007) 61 En este mismo contexto, aunque con un marcado carácter formativo, también hay que inscribir la creación en 1956 de la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD). Siguiendo con el devenir histórico del asociacionismo empresarial en España, el siguiente ítem sería la creación del Consejo Nacional de Empresarios en 196574, integrado por los distintos Consejos Provinciales de Empresarios. Se trata de una organización cúpula, de carácter nacional, que se integra en la Organización Internacional de Empleadores, con lo que ello suponía de normalización e integración en la esfera internacional. Estamos a finales de los años 60, en los que el sindicalismo clandestino es cada vez más fuerte y donde comienzan a surgir importantes elementos de conflictividad laboral, como los provocados por la congelación salarial de los años 67 y 68. En este contexto surge la Ley Sindical de 17 de febrero de 1971. La Ley Sindical determina la existencia de cuatro tipos de organizaciones profesionales: Asociaciones, Uniones, Agrupaciones y Consejos, de empresarios, técnicos y trabajadores, todos ellos insertos en la Organización Sindical Vertical. Con estas denominaciones es fácil colegir porque hoy día determinadas organizaciones tienen el nombre que tienen. La ley sindical de 17 de febrero de 1971 introdujo la denominación de organizaciones profesionales, que aplica a determinadas entidades y organismos encuadrados en la Organización Sindical. Su artículo 3º entiende por tales las Uniones y los Consejos que tengan por objeto la representación, defensa y fomento de los intereses de quienes los componen, y las 74 A pesar de la normativa existente, hay que advertir que muchos empresarios y trabajadores no se encontraban cómodas en la estructura del sindicato vertical. “La insatisfacción de los empresarios, tanto como de los trabajadores, respecto de la OS intentó atenuarse mediante la concesión de una mayor participación de los segundos, apoyado por la legislación sobre convenios colectivos, y de una mayor autonomía a los empresarios, medida que se completó en 1964 en lo referente a éstos últimos con la creación del Consejo Nacional de Empresarios, que en el maco de la OS, actuaría como órgano de coordinación, representación, gestión y defensa de sus intereses profesionales.” (González, 2001) 62 Agrupaciones y Asociaciones de Empresarios, Técnicos y Trabajadores que en ellos se integren. Con la ley Sindical nos situamos a las puertas del cambio de régimen, período histórico que si está muy estudiado desde el punto de vista de la investigación histórica y universitaria dentro del entramado de la denominada Transición y en el que adquiere una indudable importancia la posterior Ley 19/1977, de 1 de abril, de Asociación Sindical (LAS) que declaró en su artículo 1º75: “Artículo 1º Uno. Los trabajadores y los empresarios podrán constituir en cada rama de actividad, a escala territorial o nacional, las asociaciones profesionales que los trabajadores o los empresarios determinen los estatutos”. Simplificando mucho todo lo acaecido en estos años en el ámbito de la representación empresarial se produce una cierta confrontación entre dos modelos de asociacionismo: “En cuanto al proceso asociacionista empresarial, surgieron dos posiciones acerca de su estructura. La de la construcción de nuevas organizaciones de empresarios, y la que defendía la renovación de las existentes” (Flores, 2000, pág. 703). Es decir, aquellos que quieren romper totalmente con el pasado y aquellos otros que pretenden simplemente modificar el estatus jurídico de la organización sindical existente y adaptarlo a la nueva ley de asociaciones de 1977.76 75 “La aprobación de la Ley de Asociación Sindical tuvo efectos inmediatos sobre el asociacionismo, tanto de los empresarios como de los trabajadores, aunque numéricamente más sobre los primeros. De tal forma que entre el 28 de abril de 1977 y el 15 de diciembre de 1978 se habían depositado los Estatutos de 9.657 organizaciones profesionales, de las cuales 4.094 eran obreras y 5.563 empresariales lo que demuestra la voluntad asociativa de los empresarios en aquel momento (…) Al mismo tiempo, en este período se produjo una mayor modificación de Estatutos de asociaciones empresariales (162), que de asociaciones obreras (73). Ello vendría explicado también por el fenómeno aludido de la preexistencia, en el marco jurídico del régimen anterior de numerosas asociaciones que únicamente tuvieron que modificar sus normas internas”. (A.M. García, 2002, pág. 231 y 232) 76 Esta tensión entre ambos modelos se puede contrastar no sólo en todo el recorrido del libro de Fabián Márquez sobre Jose María Cuevas o la aventura de la CEOE (noviembre 2012), sino en trabajos como el de Angeles González Fernández, sobre la configuración del sistema asociativo empresarial en la transición a la democracia a través del caso sevillano (2002) o en el Joaquin M. López-Rodó sobre Las organizaciones empresariales en la España Democrática. Del sindicalismo vertical a la pluralidad organizativa (2008). 63 6.2 El nacimiento de la CEOE Se trata de una confrontación no exenta de tensiones, pero que tuvo como resultado un gran acierto histórico, la creación de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales, CEOE.77 El éxito de la CEOE y, en general, del asociacionismo empresarial en la Transición democrática viene motivado, entre otras cuestiones: - Por la existencia de unos valores compartidos y de un sentido de identidad colectiva, fortalecidos en estos momentos por la percepción común de ser injustamente considerados por el conjunto de la sociedad. - Por la oportunidad política del momento, es decir, por la convicción de que eran necesarias plataformas organizadas que aseguren su participación en el diseño del proceso de cambio. - Por la propia atribución de un estatus público 78 , que permite nuevas posibilidades de acción. (González, 2001, pág. 84). Igualmente en ese período surgen y, en otros casos se consolidan, iniciativas que finalmente no se integran en CEOE, pero que adquieren un perfil propio como referentes empresariales y que continuarán hasta el día de hoy. Entre éstas se encuentran el Círculo de Empresarios, o la Asociación de Estudios Empresariales, que posteriormente se transformará en el actual Instituto de Estudios Económicos, en la órbita de CEOE. Se trata de una época de gran expansión asociativa, en el que proliferan organizaciones a nivel local, provincial y sectorial, que se unen en organizaciones de ámbito nacional, proceso no exento de confrontación, como 77 “La incipiente CEOE era la suma de las distintas asociaciones sectoriales o de rama de actividad supervivientes de las viejas organizaciones de empresarios de la O.S. y la patronal catalana Fomento del Trabajo Nacional (FTN); a ello hemos de sumar las iniciativas lideradas por Agustín Rodríguez Sahagún y el proyecto de patronal madrileña, […] y sobre todo Juan Manuel de Mingo Contreras, secretario del Consejo de Administración de El Corte Inglés, la denominada Agrupación Empresarial Independiente (AEI) […]; el resto era desierto, o una tarea por hacer.” Márquez, 2012, pág. 124. 78 Dicho estatus tiene su base en la nueva legislación de asociaciones y de Libertad Sindical. 64 la existente entre CEPYME y COPYME, unión de las APYMES locales, que era “tachada por CEOE de <<patronal filocomunista>>”(González, 2001, pág. 96). El nacimiento formal de CEOE se produce a partir de la integración de tres organizaciones79: La Agrupación Empresarial Independiente, encabezada por Max Mazín80; la Confederación Empresarial Española, con Rodríguez Sahagún; y la Confederación General Española de Empresarios, con varios lideres, entre los que destacaba, Luis Olarra, Féliz Manzilla y Jesús Santos Reim. Todos ellos se unen junto a Fomento del Trabajo Nacional, cuyo Presidente, Carlos Ferrer, será el primer presidente de CEOE. Sus estatutos se presentaron el 29 de junio de 1977. Fruto de este proceso de integración será un inicio asociativo en el que coinciden tres secretarios generales de la misma organización (Bardavio, Santos Reim y Cela), que luego darán paso al catalán Luis Salleras, que fue sustituido por José María Cuevas81. CEOE supone así un movimiento que incorpora a las organizaciones que estaban latentes durante el franquismo (suponen un 25% aproximadamente), las organizaciones que surgen de la transformación de las antiguas secciones económicas del sindicato vertical (otro 25% aproximadamente) y las nuevas organizaciones creadas en el inicio de la transición y que suponen más o menos el 50% de la nueva organización (Molins, 2008, pág. 1316) Como antes decíamos CEOE se convierte en una experiencia de éxito pues con grandes dosis de diálogo y esfuerzo logra convertirse en una organización cúpula, gestionando eficazmente los ámbitos sectoriales y territoriales que estaban en su origen, si bien, surge como asociación de asociaciones, es decir, 79 A.M. García, 2002. Págs. 210-221; Flores, 2000, pág. 711. Presidente de Honor de CEIM, organización regional de la Comunidad Autónoma de Madrid, hasta su fallecimiento en 2013. 81 Jose María Cuevas accede al cargo de Secretario General de la CEOE en 1978, posteriormente en 1984 asume la presidencia de la organización de manos de su presidente fundador Carlos Ferrer Salat, cargo que mantendría hasta 2007, siendo sustituido por Gerardo Díaz Ferrán. Falleció el 27 de octubre de 2008. 80 65 dejando al margen en su inicio a las empresas, que directamente no pueden pertenecer a la misma.82 CEOE se muestra como el único interlocutor válido para negociar en momentos de grandes cambios políticos y sociales. En el momento de su constitución aglutina a más del 80% de las provincias que tenían representación, lo cual supone más del 50% de la fuerza económica del país. (Flores, 2000, pág. 711) En su constitución los cuatro grandes temas que le preocupan son el paro, las inversiones, el endeudamiento externo y el desequilibrio comercial. Es decir, es una organización que desde su origen responde no sólo a las preocupaciones singulares de las empresas, sino a sus inquietudes como colectivo social. El asociacionismo empresarial juega un importante papel en la Transición democrática, por su participación en el pacto social o consenso, como interlocutor único de sindicatos y gobierno. “Para ello es necesario contemplar su actuación en función de una serie de variables bien determinadas: la defensa de la democracia, vinculada indisolublemente a la defensa de la economía de mercado y la libertad de empresa; la carencia de una identificación plena con ninguno de los partidos políticos (…); un notorio sentimiento de inseguridad motivado por la profundidad de la crisis económica y la secuencia vertiginosa de suspensiones de pagos, quiebras y cierres de empresas; la ofensiva de los sindicatos, que minó seriamente la autoridad y capacidad de maniobra de los empresarios en su gestión profesional; y, por último, el desprestigio del empresariado en el conjunto de la sociedad española, al que se vinculaba al régimen franquista e identificaba como uno de sus principales sostenedores y beneficiarios”. (González, 2001, pág. 86) En sus inicios CEOE no mantiene buenas relaciones con los gobiernos de UCD, al que critica tanto en su política económica como laboral. Como respuesta inicia una estrategia de organización de “concentraciones”, a modo de mítines, en los que se pretende hacer valer la fuerza de la organización es 82 “La CEOE tuvo éxito porque respetó estructuras organizativas ya existentes y planteó un encuadramiento e incorporación flexible de sus miembros. Pero, sobre todo, porque, tras un proceso nada fácil, consiguió afirmarse como interlocutor único de sindicatos obreros y gobiernos para la aplicación al ámbito social y laboral de los principios de pacto y acuerdo que habían presidido la transición política”. Cabrera, 1997. 66 lo que reiteradamente Márquez denomina, parafreaseando a Jose María Cuevas, la estrategia de “tocar el tambor”. La primera de esas concentraciones, bajo el eslogan de “Reaccionemos”, tiene lugar en Barcelona, logrando llenar el Palau Blau Grana, con unos 15.000 empresarios. Posteriormente se celebrarían convenciones empresariales en Valencia, Sevilla, Logroño, Zaragoza y Granada. Tras el éxito de éstas, se convocó un acto de carácter nacional denominado “afirmación empresarial”, el 5 de febrero de 1978, que consiguió llenar el Palacio de los Deportes de Madrid, y que en opinión de algunas de las personas que han vivido todo el proceso de creación de la CEOE, constituyó el verdadero espaldarazo y consolidación de la misma.83 Aunque la opinión pública de entonces pensaba otra cosa84, lo cierto es que CEOE se va a caracterizar por apoyar decididamente el modelo democrático85, sobre todo y de forma más expresa tras el intento de golpe de Estado de 1981, y va a asumir un papel institucional que le va a llevar a concertar con el gobierno de turno asumiendo así un papel de garantista o aval político, que se mantiene hasta nuestros días. A partir de 1978, legalmente CEOE quedó además avalada singularmente por el artículo 7 de la Constitución Española, que se convierte en el gran diferencial con otras organizaciones de carácter empresarial y que como apuntábamos cuando hablamos de la creación del Círculo de Empresarios, manifiestan una voluntad de creación de opinión más que de participación concreta. 83 Opiniones vertidas, entre otros, por Rafael Avila García, Secretario General de la Federación Onubense de Empresarios, Moisés Sampedro, Secretario General de la Confederación Empresarial Sevillana. De la misma opinión, Márquez, 2012. 84 “Es que quienes así nos acusan, no recuerdan ya sus manifestaciones? Se nos ha llamado terroristas de cuello blando”; “potenciadores del fallido golpe de Estado”. Datos para el empresario. Fomento del Trabajo. 1982 “Respecto a la adhesión de los empresarios y sus organizaciones al nuevo sistema democrático, algunos autores (Mella, 1989) lo retrasan hasta el intento de golpe de Estado de febrero de 1981”. Molins, 2008 85 El empresariado de esa época era consciente de la simbiosis democracia y desarrollo económico, por lo que no tenía con carácter general motivos para oponerse al proceso democrático. 67 Estas organizaciones entre las que podemos situar al Círculo de Empresarios86, el Circulo de la Economía, a la APD, al Club de Empresarios y la Instituto de la Empresa Familiar, no tienen como objetivo integrarse en CEOE y en la vida político institucional, sino tener una voz propia para la consecución de sus fines específicos. Se trata de organizaciones que en su mayoría integran directamente a empresas, con voluntad de generar opinión y transformar la regulación, pero sin querer participar o avalar con su presencia una determinada política. CEOE desde un primer momento mantiene clara su vocación de diálogo y liderazgo tanto con el mundo sindical, a través de la negociación colectiva, como con el gobierno, integrándose en los órganos de participación institucional que éste crea y participando decididamente en los acuerdos de concertación que facilitan el desarrollo socio-económico del país. Esa vocación de participación en la vida política le llevará a tender lazos con los primeros gobiernos de la transición y, sobre todo, a iniciar un camino, junto a las organizaciones sindicales, a través del denominado diálogo social, dando lugar a importantes acuerdos de gran repercusión económica y social, como son el ABI (Acuerdo Básico Interconfederal, firmado el 10 de julio de 1971), que supuso “las vigas sobre las cuales se edificó en el futuro el edificio de la Concertación social” (Márquez, 2012) y que era una forma de continuar desde el punto de vista social, con lo que habían supuesto para la política los Pactos de la Moncloa. 86 Ejemplo de la diferencia de fines y medios entre CEOE y las organizaciones citadas puede ser el Circulo de Empresarios, que: “en sus documentos fundacionales se marcó como objetivo la defensa de la libre empresa, de la iniciativa privada y de la economía de mercado, asumiendo la tarea de concienciar a la opinión pública del papel del empresariado en una sociedad libre y democrática.” (Tello, M. 2013, pág. 63-66) Es decir, a diferencia de la CEOE los medios para la consecución de sus fines no es la participación en la arquitectura institucional del Estado, sino a través de la concienciación de la opinión pública. Igualmente sus fines no son la defensa de los intereses propios, sino la defensa en general de la libre empresa y el mercado. 68 Posteriormente se firmarían en AMI (Acuerdo Marco Interconfederal, 19801981); el ANE (Acuerdo Nacional de Empleo, 1981-1982); el AES (Acuerdo Económico y Social, 1984-1986) y otra serie de acuerdos de carácter más monográficos, relativos la mayoría de ellos a cuestiones sobre todo relativas a políticas de empleo (resolución extrajudicial de conflictos, formación, negociación colectiva, cobertura de vacios,..). A día de hoy se mantiene la voluntad negociador nacional fundamentalmente con las reiteradas firmas de los denominados ANEC, Acuerdos de Negociación Colectiva, en la que se fijan las recomendaciones a los negociadores de la negociación colectiva, incluyendo porcentajes de incremento salarial, que sin duda es la cláusula más llamativa de las que se negocian. 69 6.3 Las asociaciones empresariales en la actualidad: 6.3.1 Consolidación de la presencia y participación de las asociaciones empresariales. Las asociaciones empresariales han ocupado el espacio representativo que la Constitución87 les reconoce, participando activamente en multitud de órganos de representación institucional, desarrollando el diálogo social y la concertación con las centrales sindicales; generando una intensa actividad de servicios a sus asociados en ámbitos tan importantes, como la formación o la internacionalización de las empresas; y participando activamente en la actividad económica, social y política de su entorno, relacionándose con el mismo y teniendo una activa presencia y participación. Ejemplo claro de todo ello lo podemos encontrar en la actividad de la Confederación de Empresarios de Andalucía, asociación que por su singularidad y por haber sido la única asociación protagonista de un conflicto jurídico – político – electoral, con ocasión de las elecciones al Parlamento de Andalucía en el año 82, que será objeto de tratamiento en todo este trabajo, refleja notablemente la situación referida sobre las asociaciones empresariales en la actualidad, desde su constitución. Tomando como referencia la Memoria de actividades de la Confederación en el ejercicio 201188, podemos constatar lo siguiente: - La Confederación compareció nada menos que en 15 ocasiones ante distintas Comisiones del Parlamento de Andalucía, para exponer los criterios empresariales en relación a otros tantos Proyectos y proposiciones de Ley. 87 Desde la integración de España en la UE también hay que tener en cuenta la normativa comunitaria al respecto. En tal sentido, la participación de la sociedad civil y de las organizaciones empresariales está plenamente reforzada a través de la denominada Gobernanza europea. 88 En anexo a este trabajo figura la relación completa de lo publicado en la Memoria de CEA de 2011 70 - Gestionó y confeccionó la elaboración de informes jurídicos sobre 146 proyectos normativos remitidos en trámites de audiencia durante todo el año, remitidos por 13 Consejerías de la Junta de Andalucía, sobre materias de toda índole, con afección directa a la actividad de las empresas en la Comunidad Autónoma de Andalucía. - Tuvo presencia institucional en casi 250 órganos de participación institucional, reglados y no, en el ámbito de la Junta de Andalucía, tanto de ámbito regional como provincial. - Tenía designado cerca de 1.300 representantes empresariales, como miembros a propuesta de la organización en los órganos de participación citados. También como elemento de participación y representación social, podemos tomar en consideración la capacidad de las asociaciones empresariales por llegar a acuerdos y asumir con otros agentes, públicos y privados, el desarrollo de proyectos e iniciativas conjuntas. Así, por ejemplo, y siguiendo con la Confederación de Empresarios de Andalucía, vemos como en el año 2006 89, la Confederación firma numerosos Convenios y acuerdos con entidades públicas y privadas: - Pacto por la Educación, firmado por CEA, Consejería de Educación y y Centrales Sindicales (CCOO-A y UGT-A). 3 de marzo de 2006. - Plan Estratégico para la Agroindustria Andaluza 2007-2013, firmado entre CEA, Junta de Andalucía y Centrales Sindicales (CCOO-A y UGTA). 7 de julio de 2006 - Convenio Marco de colaboración entre CEA y la Consejería de Presidencia de la Junta de Andalucía. 19 de octubre de 2006. - Acuerdo marco para el desarrollo de las actividades del Centro Andaluz de Formación Integral de las Industrias del Ocio (CIOMIJAS), firmado por CEA, la Consejería de Empleo y las Centrales Sindicales (CCOO-A y UGT-A). 26 de julio de 2006. 89 Memoria 2006. Informe de actividades, pág. 134 – 138. 71 - Protocolo de colaboración para el impulso de las industrias culturales en la Comunidad Autónoma de Andalucía, firmado por CEA y la Consejería de Cultura. 18 de julio de 2006. - Convenio entre CEA y la Consejería de Gobernación para el fomento del voluntariado y la acción social. 8 de noviembre de 2006. - Convenio de colaboración entre CEA y la Fundación Universidad Fernando III. 20 de septiembre de 2006. - Convenio de colaboración entre CEA y la Asociación Nacional de Criadores de Caballos de Pura Raza Española (ANCCE), 1 de marzo de 2006. - Convenio de colaboración entre CEA y el Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Ingenieros Industriales, 24 de julio de 2006. - Convenio entre CEA, el Ayuntamiento de Dos Hermanas y el Real Club de Enganches de Andalucía, para la puesta en marcha del I Salón Internacional del Enganche de Andalucía, 21 de noviembre de 2006. - Convenio entre CEA, el Consejo Andaluz de Cámaras de Comercio de Andalucía y la Academia de Ciencias Sociales y del Medio Ambiente de Andalucía. 4 de enero de 2006. - Convenio entre CEA y Universia, 10 de marzo de 2006. - Convenio de colaboración entre CEA y la Embajada de Filipinas en España, 8 de mayo de 2006. - Convenio de colaboración entre CEA y Cajamadrid, 13 de enero de 2006. - Convenio de colaboración entre CEA y Banco Popular. 26 de mayo de 2006. - Convenio de colaboración entre CEA y Caja Granada. 9 de octubre de 2006. Aunque es cierto que hemos adoptado como elemento de referencia los datos de la Confederación de Empresarios de Andalucía en el años 2011 y 2006, que eran tremendamente expresivos, ello mismo se puede decir de todas las organizaciones empresariales españolas, autonómicas y provinciales, que conforman CEOE y que comparten un mismo modelo de actuación y presencia 72 institucional, aunque en algunos casos, con un menor nivel cuantitativo, y que también realizan esa actividad representativa. Así a título de ejemplo, en el ámbito representativo nos podemos encontrar, a lo largo de los años, los siguientes ejemplos: Según la Memoria del ejercicio 2010 de CEIM, Confederación Empresarial de Madrid CEOE, organización de carácter autonómico, aunque de una Comunidad uniprovincial, dicha organización mantenía su presencia institucional en 18 órganos de la Administración General del Estado; 32 órganos del Ayuntamiento de Madrid; unos 70 órganos de la Comunidad Autónoma; en 15 Fundaciones y en 10 instancias de carácter social, económico y representativo. Siguiendo con los ejemplos, y navegando también en el tiempo, podemos observar el caso de Foment del Treball Nacional de Cataluña, organización empresarial más antigua de España, de carácter regional, que en su memoria del 2002 mantenía su actividad representativa en 10 órganos consultivos de la Administración General del Estado; 72 órganos de carácter regional, de la Generalitat de Cataluña; unos 25 órganos del Ayuntamiento; y presencia, también, en el denominado Tribunal Laboral de Cataluña. Si nos fijamos en el ámbito provincial, vemos como en el ejercicio 2013, la asociación FAE – Burgos, organización de ámbito provincial, de una Comunidad de las que no tienen la consideración de históricas, la asociación tiene presencia hasta en 40 órganos de participación institucional y empresarial. 90 Siguiendo con el ámbito provincial, podemos también poner como ejemplo el caso de la Confederación Empresarial Sevilla, CES, en cuya memoria de actividades del 2011 se detalla su presencia en 13 instituciones y organismos; 90 www.faeburgos.org/CSAVisualizarImagen.aspx?ID=2753. Recuperado el 2 de noviembre de 2013. 73 18 órganos municipales; 72 órganos de la Administración Autonómica y 10 comisiones provinciales de la Administración Central. 74 6.3.2. Crisis actual La consolidación de la acción representativa de las asociaciones empresariales, con una clara definición de su papel político, ha general una positiva labor, que no obstante, se ha visto empañada por algunas cuestiones, tanto de orden interno, como externo, que han afectado negativamente a la imagen de las mismas, generando una situación nueva, que en estos momentos está plenamente de actualidad. En el orden interno, no se puede negar el impacto negativo que ha tenido la presidencia de Gerardo Díaz Ferrán en la CEOE, por sus problemas de carácter legal derivados de su acción empresarial y ajenos por tanto al ejercicio representativo, pero que ha contaminado a la organización, más aún en un momento de gran complejidad económica y social, en los que lamentablemente se ha generalizado la figura de los despidos colectivos y una gran desafección hacia las entidades financieras, que normalmente se vinculan al ámbito empresarial (olvidando que las empresas son las primeras damnificadas por la restricción del crédito, si bien es cierto que la Asociación Española de la Banca, AEB, pertenece a CEOE). En el orden externo, la grave crisis económica que atraviesa España ha hecho que las asociaciones padezcan graves problemas de financiación91 ,teniendo que asumir importantes recortes en sus presupuestos, que se han derivado en una constante política de ajuste presupuestaria que ha requerido reducciones drásticas de personal e infraestructuras 92 y, en algunos casos, la necesidad de “ceder” la actividad de la asociación, a entidades asociativas de ámbitos superior, que asumen la gestión y la prestación de servicios necesarias.93 91 El caso más extremo lo representa el proceso de liquidación por causas económica de la organización provincial de Ciudad Real, CEOE-CEPYME Ciudad Real, en julio de 2013. 92 En los dos últimos años la Confederación de Empresarios de Andalucía ha tenido que realizar una profunda disminución de su personal (más del 60%), así como de su oferta de infraestructuras, como demuestra la necesidad del cierre de su oficina de Madrid. Por su parte, CEOE de 2010 a 2012 hizo una reducción de plantilla de 157 a 99 personas, proceso que continúa en la actualidad. 93 “La crisis empuja a varias asociaciones empresariales a ´delegar´ en CECO”. Diario Córdoba, 8 de octubre de 2013. 75 Todo ello además unido al momento actual, en el que, en general, ha bajado la consideración hacia los distintos actores sociales y políticos94, especialmente partidos políticos y centrales sindicales, cuestión que ha afectado también a las organizaciones empresariales dado que coinciden en escenarios de negociación y participación con ambos. Del mismo modo, también hay que señalar la generalización de presuntos casos de corrupción, que han visto a la luz de forma constante en períodos muy recientes. El Barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas de abril de 2013, muestra claramente esta realidad en la que partidos políticos y sindicatos salen muy mal parados, siendo los siguientes las organizaciones empresariales95 Fruto de esta situación ha sido un cierto desplazamiento de la CEOE de la centralidad del debate económico, lo que ha facilitado la aparición de una nueva organización, el Consejo Empresarial para la Competitividad, en la que se han integrado las principales empresas multinacionales españolas96 tratando de mantener una interlocución directa con el Presidente del Gobierno de España, al margen de la CEOE, y realizando acciones fundamentalmente dirigidas a reforzar la reputación de España y la imagen de su economía. Frente a todo ello, CEOE está tratando de reaccionar, y en los últimos meses ha adoptado un Código de Buen Gobierno, ha alcanzado un cierto acuerdo sobre una posible reforma de sus Estatutos, que aún no está terminada por el debate abierto sobre el papel de las empresas en CEOE (no hay que olvidar que CEOE es una organización de organizaciones empresariales, con un gran peso sectorial y territorial, y no de empresas,) y ha iniciado una senda de trabajo conjunto con el Consejo Empresarial de la Competitividad, mediante acciones concretas como la desarrollada el pasado 10 de octubre de 2013, en la que se ha presentado de forma conjunta un estudio sobre “España empresa 94 “Los partidos políticos y los sindicatos, las instituciones más desprestigiadas”. F. Martí (La Razón, 2012, 15 de diciembre) 95 Centro de Investigaciones Científicas. Barómetro de abril. Estudio nº 2984. Abril de 2013. 96 De forma colectiva también se ha incorporado el Instituto de la Empresa Familiar, cuyo anterior Director se ha hecho cargo de la dirección del CEC. 76 y exporta: ¿Dónde estamos y hacia dónde vamos?”, dando inicio así a un road show que se desarrollará en las siguientes semanas por distintas ciudades españolas. Desde el punto de vista económico, la mayoría de las organizaciones empresariales están en un proceso de desarrollo de iniciativas que permitan el incremento de la capacidad presupuestaria, consolidando los procesos de afiliación empresarial y activando su presencia en el mercado, tanto a través de la oferta del uso de sus instalaciones (proceso en el que están CEOE, Fomento, CEA, …), como de la oferta de nuevos servicios profesionales, bajo contraprestación económica de los mismos, ejemplo de ello, son las acciones formativas de carácter privado que realizan CEOE, Fomento o CEA; o la inmediata oferta de servicios e-cloud por parte de la asociación andaluza. 77 7. Asociaciones Empresariales y medios de comunicación social. En 1982 la Confederación de Empresarios de Andalucía iniciaba su memoria, pág. 2, diciendo: “Hay una escasa credibilidad interna y una limitada capacidad de penetración no ya sólo en el tejido empresarial sino en el social y político”. Cuando hace balance de sus “Actuaciones políticas” de ese mismo año señala: “Como es de todos conocido durante la campaña al Parlamento de la Comunidad Autónoma de Andalucía, la CEA llevó a cabo una fuerte presencia institucional en la que uno de los objetivos era conseguir una alta notoriedad para la Confederación, propiciando y creando efectivamente una imagen para la misma, destacando su preocupación y eficaz entrega a la defensa de los intereses de los empresarios andaluces. Después de celebrada la campaña se puede observar que la CEA había consolidado dos características de las que antes no disponía: Enorme relevancia pública Demostración de representatividad y adhesión de las bases demostrados por la presencia en los actos informativos empresariales de más de 30.000 empresarios en toda Andalucía”. Memoria de la CEA, 1982, pág. 25. Y concluye: “Todo ello hace que hoy podamos afirmar sin ningun tipo de duda, que estas dos actuaciones de carácter político, han tenido, y seguirán teniendo, una influencia vital en la conformación presente y futura97 de la Confederación y en la capacidad de influencia social y política que la CEA tiene hoy día en el ámbito de Andalucía”. Memoria de la CEA, 1982, pág. 25 Es decir, la Confederación en el transcurso temporal de un solo año, reconoce haber logrado la notoriedad y el éxito asociativo necesario para llevar a cabo su función constitucional representativa de influencia social y política. ¿qué ha pasado en ese año? ¿en qué se apoya la asociación empresarial para llevar a cabo esa manifestación?. 97 Como hemos podido ver en el apartado anterior de este trabajo la “afirmación profética” de la memoria de CEA del año 82 se ha cumplido sobradamente. 78 Pues se trata de una decisión estratégica de la propia organización, que precisa su definitivo lanzamiento98 y para ello pone en marcha una acción de comunicación. Acción que se centrará en la elaboración y desarrollo de una campaña de información en el ámbito de las primeras elecciones al Parlamento de Andalucía, que por una parte lograra el objetivo de comunicación, pero por otra, será el elemento perfecto, aunque no estuviese así planificado, para que la jurisprudencia del Tribunal Supremo refrende la labor institucional y política de las asociaciones empresariales en el ejercicio de sus funciones 99 constitucionales. Para esa acción de comunicación será definitiva la constitución del primer gabinete de prensa de CEA: “Así mismo y en el transcurso del año 82, se constituye el Gabinete de Prensa de CEA. En un principio con una clara orientación a la actualidad institucional en la campaña de la CEA (…) Esta labor ha supuesto una notable aportación a la estructura informativa interna de CEA, pero sobre todo, la magnífica dedicación profesional de su autor y sus conocimientos han supuesto la irrupción de CEA en los medios de difusión con una presencia permanente y con una continua demanda de información por parte de aquellos hacia la organización y sus miembros”. Memoria de la CEA, 1982, pág. 13. En el caso de la Confederación de Empresarios de Andalucía, encontramos en la literatura académica la confirmación de estas ideas, a través de un breve trabajo elaborado por Miguel Jerez Mir y José Real Dato, investigadores de la Universidad de Granada publicado en el año 2000 en “La Sociedad Andaluza [2000]” y en el que se expresa como uno de los objetivos fundamentales de la organización ha sido aparecer como el único representante del empresariado 98 “En la reunión de Marbella, se plantea la necesidad del definitivo lanzamiento de la CEA, que viene a coincidir con una nueva actitud en CEOE y en otras organizaciones empresariales, con el inicio de la presencia activa del empresariado en la sociedad y en la política”. Memoria de la CEA, 1982, pág. 2 99 “Por otra parte sería de destacar durante esa actuación la enorme capacidad de generar ilusión y confianza en el empresariado y el refrendo jurídico de la legalidad de la actuación.” Memoria de la CEA, 1982, pág. 2 79 andaluz, tanto de cara a los poderes públicos, como frente a la opinión pública en general. Para el logro de este objetivo, se ha instrumentado una doble vía: por una parte, el diálogo político con la Junta de Andalucía; por otra, la mejora de la imagen del empresariado ante la sociedad andaluza. “La patronal ha contado desde casi el comienzo de su andadura con un departamento de comunicación, encargado de difundir al exterior información sobre las actividades de la organización. Con ello ha conseguido una presencia constante en los medios de comunicación de la Comunidad andaluza”. (Jerez y Real, 2000, pág. 385) Este ejemplo práctico, nos permite valorar la importante relación que para las asociaciones empresariales y el ejercicio de su labor constitucional, ha tenido su relación con los medios de comunicación, que le ha llevado incluso a tener sus propios medios100 o a tratar de constituirlos101. Junto a la labor representativa, las organizaciones empresariales a lo largo de su historia han tenido un alto protagonismo en la opinión pública, sobre todo desde la transición hasta nuestros días. Las asociaciones tienen entre sus funciones la defensa y promoción de los intereses de las empresas y la representación de estos intereses, siendo uno de los medios más utilizados para ello la generación de una opinión pública favorable a los mismos102. 100 En 1849 Fomento del Trabajo creó como órgano de expresión de la asociación el diario “El Bien Público” (www.foment.com/quienes-somos/Paginas/historia.aspx, recuperado el 10 de enero de 2013) 101 Cuestión que queda aún puesta en mayor medida de manifiesto cuando se constata la intención que tuvo CEOE de tener su propio grupo de medios, mediante una operación descrita superficialmente por Fabián Márquez (Márquez, 2012, págs. 302 y sgs.) de compra de Editorial Católica EDICA y la alusión que hace a otros proyectos: “Además, con el transcurso de los años la CEOE intervino esporádicamente en otras operaciones periodísticas, pero sin que estos escarceos fueran comparables a la ambición del proyecto [EDICA].” (Márquez, 2012, pág. 305) 102 Prueba de la importancia que las asociaciones otorgan a la comunicación puede ser la presencia de esa relación en la propia Memoria de actividades de las mismas. Así a título de ejemplo CEOE dedica un apartado entero de su Memoria del ejercicio 2012 a Comunicación. Memoria de Actividades, CEOE, págs. 47 a 53. 80 Desde esa convicción las asociaciones empresariales realizan una intensa actividad de relación con los medios de comunicación, que es positiva para ambos, pues por un lado la asociación tiene oportunidad de exponer sus opiniones y, por otro, los medios tienen una fuente directa para contrastar la realidad política, económica y social. En el caso de las asociaciones empresariales, hemos tenido ocasión de entrevistarnos con varios de los principales responsables de las organizaciones territoriales que la CEA tiene en Andalucía, y con diversos responsables de prensa de asociaciones empresariales, así como solicitarles la cumplimentación de un sencillo cuestionario con el objeto de conocer las relaciones entre las asociaciones y los medios y, especialmente, cómo se sentían tratados por los mismos. Aunque es evidente que puede haber diferencias, sobre todos motivadas por la experiencia en el tiempo en el cargo de las personas entrevistadas, si podemos sacar algunas conclusiones que consideramos de interés: La más importante la función relevante de los medios y su atención en el ejercicio de la labor representativa que corresponde a las asociaciones empresariales. Las relaciones con los medios y la creación de opinión pública es un elemento imprescindible en el pasado, presente y futuro del asociacionismo empresarial. En tal sentido, es evidente la vocación de profesionalizar la relación entra la asociación y los medios. En todos los casos existe, o ha existido mientras su financiación ha sido posible, un departamento de comunicación cuyo principal cometido ha sido y es la relación con los medios, facilitando la interlocución y la presencia constante de la asociación en los mismos. Esa presencia constante, es la segunda conclusión que se extrae de estas fuentes. Se confirma no sólo el interés, sino la necesidad de estar presente en los medios, para favorecer que la opinión empresarial sea realmente tenida en cuenta por el conjunto de la sociedad. 81 Se alude a un concepto de gran interés para una asociación empresarial: la notoriedad. Se trata de una situación esencial para poder hacer valer la opinión empresarial, para que más allá de las normas que así lo mandatan, el gobierno regional, provincial o local, sepa que debe contar con las asociaciones a la hora de emprender proyectos que afecten a la actividad de las empresas en su territorio. El discurso que emite la asociación empresarial tiende a responder a lo que los medios demandan en cada momento, y que principalmente son: opinión y posicionamiento; y valoración de datos, tanto los de publicación periódica (desempleo, IPC,…) como los relacionados con hechos singulares de la actividad económica y social: huelgas, procesos de inversión, proyectos novedosos… Asimismo también se demanda una presencia constante de la asociación, con una gran disponibilidad del líder de la misma, para afrontar con agilidad cualquier novedad de interés para los medios. En el ámbito del posicionamiento es donde surgen más conflictos, pues en muchas ocasiones se pretende que la organización asuma posiciones que tienen que ver con la línea argumental del medio, lo cual genera cierta tensión, pues la asociación trata siempre de mantener su propia línea argumental y lo que es más importante, de medir los momentos en los que puede o no manifestarse sobre un asunto. En tal sentido, se señala en alguna de las encuestas como se persigue en muchas ocasiones un cierto “morbo” por conocer cómo va a responder la asociación a una cuestión concreta. Se percibe, con carácter general, que los medios tratan con rigor a las asociaciones empresariales, si bien se viene persiguiendo en los últimos tiempos un deterioro de la imagen de las mismas, acompañado de un cierto 82 cuestionamiento, si bien éste último está más presente en unas líneas editoriales, que en otras. Asimismo, no se olvida, la relación comercial entre medios y asociaciones, y la posible distorsión que ello puede significar, pues en el contexto actual de crisis económica generalizada de todos los medios, resulta frecuente la invocación constante a las asociaciones empresariales para que ellas singularmente, o influyendo decididamente en sus representados, traten de contribuir a la financiación de los medios. 83 8. LAS ASOCIACIONES EMPRESARIALES Y LOS PROCESOS DEMOCRÁTICOS. 8.1 Participación de las asociaciones empresariales en la actividad política. Determinada la participación de las asociaciones empresariales en la actividad institucional y social, conviene su análisis en el ámbito político. La historia del asociacionismo empresarial en España, puesta someramente de manifiesto en este trabajo, demuestra que no ha sido hasta la situación actual cuando no se ha logrado una cierta estabilidad, una unidad de acción y representación, a través de una organización, la CEOE103, que ha aglutinado una importante capacidad representativa del conjunto de territorios y sectores en España. La estabilidad de nuestro actual marco constitucional ha contribuido decisivamente a la estabilidad del modelo de representación empresarial, y a la vez que se ha ido forjando el nuevo modelo constitucional, se ha ido forjando también el espacio representativo de las organizaciones empresariales, que forman parte de ese modelo constitucional. Creemos que es evidente que ha existido una relación mutua entre ambos procesos. El desarrollo del estado social y democrático de derecho ha requerido un incremento de la participación, y en tal sentido, es evidente que en dicha participación el legislador constitucional ha querido que las organizaciones empresariales tengan un protagonismo singular, como hemos tratado de exponer en este mismo trabajo. Protagonismo que se asienta en el texto constitucional (art. 129.1, participación en el ámbito de la Seguridad Social), en los diversos Estatutos de 103 “Capítulo Undécimo. Un hegemónico mapa asociativo empresarial”. (García, A.M. 2002. Págs. 237 y sgs) 84 Autonomía 104 , en leyes ordinarias (como las autonómicas de participación institucional105), en la creación de órganos de participación institucional (como el Consejo Económico y Social y los Consejos de carácter autonómico), en el diálogo social (con numerosos acuerdos firmados), en la concertación (también con numerosos acuerdos y con una especial relevancia en la Comunidad Autónoma de Andalucía, en la que la concertación tiene rango estatutario tras la reforma del Estatuto). Y también en un hecho singular como es el reconocimiento de la titularidad de un derecho fundamental a la organización empresarial, como es el derecho a participar en un proceso electoral y la propia participación en sí misma. Molins (2008) afirma que “El proceso de transición de un sistema autoritario a uno pluralista supone, entre otros muchos aspectos, un cambio fundamental en el modelo de intermediación de los intereses sociales ante el poder político”. Ese nuevo modelo requiere una activa participación en la vida política y así lo hacen las organizaciones empresariales pudiendo afirmarse la importancia de la “cúpula empresarial como uno de los actores políticos clave en la transición y consolidación democráticas”. Esa participación la sitúa el mismo autor en tres momentos: - El primero, “el papel de la cúpula patronal (CEOE) como actor político – sus posicionamientos ante el proceso constituyente y otros hechos de especial relevancia política (Estatutos de Autonomía, intento de golpe de Estado), así como sus relaciones con los partidos políticos del centroderecha y su participación en algunos procesos electorales”. - El segundo, “el desarrollo del proceso de concertación social y las prácticas neocorporativas” 104 El Estatuto de Autonomía de Andalucía es un claro ejemplo de esa vocación por incrementar y reconocer la participación de las asociaciones empresariales, como se puede observar en los artículos 10.1, 10.20, 37.12, 37.16. y 159. 105 Ver Calvo 2009. Leyes de Participación institucional y Consejos de Relaciones Laborales en al actual mapa autonómico. Temas Laborales, Vol. II, núm. 100. Págs. 551-574. Sevilla. Consejo Andaluz de Relaciones Laborales. 85 - Y tercero, “la incidencia del proceso de integración en la Comunidad Económica Europea en la consolidación del asociacionismo empresarial”. (Molins, 2008, pág. 1314) Singularmente nos interesa la participación en algunos procesos electorales y, en tal sentido, resulta especialmente interesante detenerse a analizar el caso de la participación de la Confederación de Empresarios de Andalucía en las primeras elecciones autonómicas, porque esa participación se produce en un momento muy importante en nuestra reciente historia (1982), porque se produce en el ejercicio de la función constitucional que las organizaciones tienen reconocida en el recién inaugurado período constitucional (la Constitución data de 1978) y porque el conflicto legal surgido a consecuencia de la misma contribuyó a que la acción de una organización empresarial, en este caso la CEA, en el ejercicio de un derecho fundamental, a pesar de tratarse de una persona jurídica, fuera amparado por el Tribunal Supremo, quedando así reforzado el papel del asociacionismo empresarial. 86 8.2 Participación y acción política Desde su origen, tanto en la etapa de la pretransición, como durante la misma, las organizaciones empresariales han sido conscientes de la importancia de desarrollar un papel político, más allá del ámbito de las relaciones laborales. A titulo de ejemplo, resultan muy significativos, los propósitos del Consejo Nacional de Empresarios106, que reunido en 1976, hace público los siguientes: “Defender en todo momento el principio de libertad e iniciativa privada y subsiguiente fomento de la libre empresa, en una economía de mercado, con todo el contenido implícito de creatividad y responsabilidad a cargo de los empresarios y con la consideración de la empresa pública como subsidiaria y complementaria de la privada. Presentar a la sociedad la imagen auténtica y real de la empresa, en su papel de creadora de riqueza y empleo, de innovación y promoción social, así como la realización personal de los hombres que la integran. El empresario es parte insustituible en la defensa, mejora e incremento de la producción ante los supremos intereses de la nación. Participar, como entidad dinámica y auténtica, con el máximo nivel de presencia en los diferentes órganos de nuestro sistema institucional. Sin merma alguna de su independencia funcional con respecto al Gobierno, el Consejo reivindica la necesidad de ser informado y consultado en las medidas fundamentales de carácter socioeconómico a adoptar por aquél, aceptando la responsabilidad que pueda incumbirle en la ejecución de los acuerdos y ejercitando, cuando fuese preciso, la crítica acompañada de las correspondientes propuestas de actuación sustitutoria. Afirmar su voluntad de que el Consejo Nacional de Empresarios, cuyo campo de actuación se extiende a todos los ámbitos de la vida intelectual, política, social y económica del país, hasta convertirse en un factor de equilibrio en todos los órdenes. El Consejo Nacional de Empresarios, por último, quiere poner de manifiesto su preocupación ante las dificultades por las que atraviesa el país, confiando en su superación, para continuar la línea ascendente que ha caracterizado a etapas anteriores”. ABC, miércoles 28 de enero de 1976, pág. 17 106 Se trata de un órgano preconstitucional que se autodescribe como “órgano cúpula, una confederación de de las federaciones que lo integran, el mismo está compuesto por todo el empresariado a través de las Uniones Nacionales de Empresarios de los distintos Sindicatos, de la Federación de Comercio y de la Hermandad de Labradores y Ganaderos y por los Consejos Provinciales que, en número de 52, coinciden con las 50 provincias españolas y con Ceuta y Melilla.”. Los Consejos de empresarios. Consejo Nacional de Empresarios, 1976. 87 Esta capacidad expansiva más allá de las relaciones laborales, que manifiestan las organizaciones empresariales, se consagra con la constitucionalización del papel de las organizaciones empresariales, proceso ya descrito en otro capítulo de este trabajo. Creemos que al respecto resulta muy concluyente el relato que sobre todo ello realiza Luis Fabian Márquez, en su obra “José María Cuevas o la aventura de la CEOE. A modo de crónica, 1975 – 2011”. Obra editorial publicada en noviembre de 2012, en la que al autor hace un apasionante viaje personal por su intensa actividad funcionarial, política e institucional ligada al asociacionismo empresarial, pues en todas esas facetas participó activamente, colaborando intensamente en el origen y desarrollo de la CEOE. En dicha obra relata como la recién nacida organización empresarial nacional, CEOE, fue consciente de la necesidad de mantener una intensa relación con el poder político que se estaba conformando. “Carlos Ferrer Salat fue el fundador [de la CEOE], y sabía que para crear, de la suma de grupos variopintos, una sola organización, era preciso mandar; (…). Ello le obligaba a no ser un mero observador de la política, sino en buena parte hacedor de ella. Y lo hizo no sólo relacionándose con los Gobiernos, sino incidiendo en la opinión pública, por diversos medios, con recursos limitados, pero con ambición de que el efecto multiplicador de la acción fuera suficiente, si no para componer gobiernos, a lo que no aspiraba, sí para influir en ellos.” (Márquez, 2012, pág. 286) Por ello, “las organizaciones empresariales participan en las campañas electorales de Cataluña, Galicia, Madrid y Andalucía entre los años 79 y 82”. Para conseguir ese objetivo se elabora un programa de acción, con la idea de incluir el ideario empresarial en la sociedad: “ideario concebido en torno al papel de la empresa libre en una sociedad moderna, sin exclusiones, pero afirmando la necesidad del empresariado para articular una economía libre y responsable” (…) “Hemos de tener en cuenta que en los primeros años de 88 nuestra Transición política el empresariado aparecía en la propaganda política como un enemigo a batir”.107 Con todas estas connotaciones y a pesar de que Santiago Herrero, entonces Secretario General de CEA108, había advertido de la convicción de una futura victoria electoral de PSOE en Andalucía, que en su opinión, como en la de Pedro Arriola, al servicio de CEOE en aquel momento, era concebido por el electorado como un partido muy próximo al centro, surgió la campaña de la “manzana y el gusano”. “En el PSOE y PC la reacción fue furibunda, con acciones jurídicas inmediatas para prohibir la campaña por estimarla una injerencia intolerable, no amparada por la libertad de expresión ni por la amplia concepción de la participación política que figura en la Constitución Española lo que justificó que el Comité[sic] Electoral suspendiera la campaña, la difusión de imágenes… y reclamar la acción empresarial a los actos propios”. En opinión de Fabián Márquez: “El empresariado andaluz adquirió conciencia de lo que era y representaba en su tierra gracias a la campaña política de la “manzana y el gusano”, los denuestos e improperios socialistas sirvieron para lo contrario, y coadyuvaron al objetivo de interesar al empresariado en un proceso electoral que, a priori, les parecía prescindible”.) Y continua el propio autor: “Recurrimos a los Tribunales la prohibición de “la manzana y el gusano” y ganamos con todos los pronunciamientos favorables, pero las elecciones ya se habían producido” 107 “Se presenta al empresario como el hombre malo culpable de la inflación, enemigo de los trabajadores, defraudador de los impuestos, etc. Se está creando así un nuevo racismo en el sentido de hacer pensar que los empresarios son una especie de raza maldita. Y lo que puedo decirle es que el Consejo Nacional de Empresarios está dispuesto a restablecer la verdad, porque la paciencia también tiene límites”. ABC, jueves 29 de enero de 1976, pág. 43, declaraciones del Presidente del Consejo, Manuel Conde Bandrés. 108 “En la reunión a la que antes me referí en Guadarrama (…) destacó inmediatamente la intervención de Santiago Herrero, quien opinó que sería absurdo pretender extrapolar los datos gallegos a las elecciones andaluzas próximas, advirtiendo a todos los asistentes que se perderían sin remedio para la derecha política, y que se alzaría con la victoria el PSOE sin necesidad de sumar los votos situados a la izquierda pertenecientes al PC”. (Márquez, 2012, pág. 291) 89 “Repasando acontecimientos de aquellos años es obvio concluir que las campañas políticas sirvieron de manera extraordinaria a la consolidación del movimiento empresarial.” “Paradójicamente, las campañas políticas no nos enajenaron a los partidos políticos, sino al contrario, pero suscitaron temor al poder empresarial explícito y no oculto”. (Márquez, 2012, pág. 292-295). Por tanto, en el ejercicio del papel político de una asociación empresarial se llega al máximo nivel de participación, como resulta de concurrir a una campaña electoral, a través de una campaña de información. Las asociaciones empresariales son, en definitiva, conscientes de que el ejercicio de su función constitucional les faculta para participar en la actividad política de la Nación, como medio para el logro de sus legitimas finalidades. 90 9. ASOCIACIÓN EMPRESARIAL Y CAMPAÑA ELECTORAL: CONTROVERSIA JURÍDICA 9.1 Antecedentes: Contenido de la campaña informativa de la Confederación de Empresarios de Andalucía en 1982. En 1982 se celebraban las primeras elecciones autonómicas en Andalucía y en consonancia con experiencias anteriores ya desarrolladas en otras elecciones autonómicas, singularmente en Cataluña (1980) y en Galicia (1981), la organización empresarial andaluza miembro de CEOE, la Confederación de Empresarios de Andalucía, decide participar en las mismas a través de la realización de una campaña que claramente incluye la emisión de propaganda política. Esta participación supondrá una importante controversia jurídica (y no menos aún política y social, pero ello no será objeto fundamental de nuestro estudio), que aunque resulta lejana en el tiempo mantiene su interés pues es el único caso planteado en todo el período democrático español. Esa campaña electoral, que la CEA define como informativa, aunque no incorpora la solicitud de voto para un determinado partido político, “sí que atacó claramente a las formaciones de izquierda y pedía continua reflexión a la gente alertando de ciertos peligros” (Olmo, 2003). No nos consta que dicha campaña haya sido objeto de estudio por parte de la doctrina. Tan sólo hemos sido capaces de localizar un muy breve trabajo, y en nuestra modesta opinión bastante incompleto que bajo el titulo “La Confederación de Empresarios de Andalucía en las elecciones andaluzas de 1982”, realizaron Cristina Bejarano González-Serna y Juan José González Delgado de la Universidad de Sevilla, trabajo de solo 16 páginas publicado en la Revista de Aula de Letras. Humanidades y Enseñanza, en cuya web se data el texto entre 2003 y 2005. 91 Aunque no es nuestra intención profundizar en el contenido de dicha campaña, y menos aún en el conjunto de aquel proceso electoral, creemos que procede exponer someramente el desarrollo de la misma, sobre todo el contenido de los anuncios publicados en la prensa escrita (en concreto en el diario ABC), dada la consecuencia que la misma puede tener en orden a la conclusión de este trabajo. La situación de partida es la preocupación 109 de las organizaciones empresariales por la posibilidad de una alianza PSOE-PCE 110 , que pueda pretender quebrar el libre mercado, la competencia y la propiedad privada111. En el fondo, también estaba la inquietud por el resultado electoral de las inminentes elecciones al parlamento de la Nación del mes de octubre siguiente112. En todo momento los empresarios señalan, en palabras de su entonces Presidente, Carlos Ferrer Salat, que no “entran en la dialéctica partidista, sino que defendemos un modelo de sociedad” (ABC, 15 de mayo de 2013, pág. 24 113 ). Este va a ser el argumento que reiteradamente expongan todos los representantes empresariales. 109 “Dicha actitud venía siendo fomentada tanto por la retórica populista-obrero (Barzelay, 1987) de determinados sectores del PSOE, como, sobre todo, por algunos de los puntos principales del programa socialista, en particular la reforma agraria y la intervención planificada en la actividad económica”. (Jerez y Real, 2000, pág. 389) 110 “¿Es que no es bien cierto que su entendimiento mutuo en Ayuntamientos, Diputaciones y ahora en comunidades autónomas como Asturias, es de sobras conocido y comprobado?¿Por qué entonces poner el grito en el cielo por un dibujo que sólo pretende divulgar entre los electores la facilidad de consenso de socialistas y comunistas?”. Datos para el Empresario. Fomento del Trabajo. 1982. 111 “Los socialistas no entienden la libertad de empresa como la entiende el empresariado. La Constitución consagra este sistema, pero resulta obvio que esta circunstancia admite interpretaciones y la que hacen los socialistas es primar al sector público en detrimento de la iniciativa privada. Esto nos perjudica claramente y la experiencia de otros países dirigidos por socialistas demuestran que las nacionalizaciones abundan, el sistema burocrático aumenta y los empresarios quedan relegados”, manifestó en Málaga el presidente de la CEA, Manuel Martín Almendro, y recoge nuestro corresponsal.”. ABC, miércoles 5 de mayo de 1982, pág. 23. 112 “Todo el mundo lo sabe ya: las elecciones que se celebran hoy en Andalucía han rebasado en trascendencia política su propio marco regional. Los contornos de la actual coyuntura política de nuestro país han provocado que se vea en ellas el ensayo principal de las ya cercanas elecciones generales”.(Tribuna: Cuatro equivocaciones. Jorge de Esteban. El País, 23 de mayo de 1982). 113 A lo largo de todo el trabajo va a ser constante las referencias casi exclusivas al diario ABC ello es así, evidentemente por la facilidad de acceso a su hemeroteca, que está digitalizada y disponible en forma abierta en internet; porque en la misma están disponibles los propios anuncios que se publicaron en ese momento, y también porque las personas consultadas, que 92 El proceso de participación en el proceso electoral es planificado por la organización empresarial al igual que lo sucedido en Cataluña, en 1980, y en Galicia en 1981, con la salvedad que en los casos anteriormente citados el proceso se hizo a favor de los grupos políticos, CIU y AP respectivamente, que se alzaron con la victoria en ambos comicios. En Andalucía, sin embargo, existía una conciencia generalizada de la victoria del PSOE y el hundimiento de UCD114, por lo que dicha campaña fue realizada a contracorriente. A nivel nacional está muy reciente el intento de golpe de Estado de 1981 y para todo el mundo resulta evidente el agotamiento del modelo político que UCD representaba a nivel nacional y el surgimiento de un nuevo tiempo político En ese contexto, comienza la campaña electoral a las que serían las primeras elecciones al Parlamento de Andalucía, convocadas para el 23 de mayo de 1982. La campaña informativa e institucional de la CEA incorpora varios elementos. Uno institucional, que tiene como ejemplo la negativa a reunirse con los candidatos socialistas. Otro, social, dado que la idea de la campaña es reeditar las denominadas convenciones 115 o reuniones de empresarios, para formar e informar a los vivieron aquella situación, coinciden en el amplio tratamiento que ABC dio al tema, aunque siempre desde una óptica favorable al posicionamiento de la asociación empresarial. También han sido consultados diversos artículos de la época publicados en el diario El País. 114 Esta idea es fácilmente extraíble de los distintos artículos que conforman la obra “1982, Andalucía consigue su Parlamento” (2010). 115 El movimiento asociativo empresarial en aquel momento demuestra su fortaleza a través de la celebración de grandes reuniones y mitines, actos de afirmación empresarial, que traen su origen e inspiración de los actos organizados por la Organización Sindical: “La decisión de organizarnos se produjo como consecuencia de la convocatoria de dos actos multitudinarios en Barcelona y Madrid, al modo de los partidos políticos (…) En el régimen de Franco si alguna organización había dominado hasta el virtuosismo la convocatoria de actos masivos esta era, sin duda, la Organización Sindical. (…) El eco del acto catalán fue extraordinario (…) De ahí nos aprestáramos a convocar un acto semejante, con la misma estructura organizativa, en el Palacio de Deportes de Madrid. En esta ocasión se trataba de un lleno de catorce mil personas”. (Márquez, 2012, pág. 122). Esta vocación por los actos de afirmación empresarial se mantiene hasta nuestros días como lo demuestra, por ejemplo, el hecho de que ante la grave crisis económica que está atravesando 93 empresarios, encuentros en los que ciertamente no se pedía el voto para formación alguna, pero si se emitían mensajes contra determinadas actuaciones, que eran fácilmente identificables con los partidos de izquierda. Dichos encuentros y reuniones se celebran constantemente por toda Andalucía 116 , contando con la presencia de los lideres nacionales de las organizaciones empresariales, Carlos Ferrer Salat y Jose María Cuevas (CEOE), Javier González Stefani (CEPYME), Alfredo Molinas (Fomento del Trabajo Nacional) y los lideres de las organizaciones andaluzas: Martín Almendros, Jiménez Aguilar, Salas Tornero, Bohórquez Mora Figueroa117... En estos encuentros informativos no se pide el voto para ningún partido en concreto, pero si se marcan una serie de mensajes que el periodista de El País, Joaquín Estefanía describe del siguiente modo en un reportaje significativamente titulado “Los empresarios plantean un enfrentamiento frontal con los socialistas, centrado en el modelo de sociedad”. “Casi todos los discursos de los empresarios por pueblos y capitales tienen las mismas constantes: el electorado no distingue claramente lo que hay detrás de cada partido, por falta de formación política y por la maniobra de confusión de algunos partidos que no dicen claramente su modelo de sociedad (primera constante); el programa del PSOE, o no existe, o no lo conocemos. El PSOE no dice nítidamente cuál es su modelo económico ni su modelo de sociedad (segunda constante); los empresarios queremos riqueza para todos, no pobreza para todos (tercera constante); el PSOE quiere una sociedad más igualitaria, lo que no quiere decir una sociedad más justa (cuarta constante); hay que destruir las identidades entre socialismo y Andalucía y socialismo y libertad. Andalucía y libertad no son patrimonio del socialismo (quinta España una de las reacciones de las asociaciones empresariales ha sido la convocatoria de encuentros de ese tipo: - 2009. CEOE. Conferencia Empresarial “Caminos para la Recuperación y el Empleo”. Palacio Municipal de Congresos de Madrid. 2000 asistentes. - 2010. CECAM. Congreso Empresarial “Más soluciones”. Palacio de Congresos de Albacete. 500 asistentes. - 2011. CEA. Convención Empresarial “La empresa como solución”. Palacio de Ferias y Exposiciones de Sevilla, FIBES. 3.500 asistentes. 116 A todo ello habría que unir la campaña que también realiza CECE, patronal de la enseñanza privada, que muestra su gran preocupación frente a un proyecto de educación socialista pública y laica. 117 En el momento de la campaña electoral son vicepresidentes de la CEA Juan Salas Tornero, que procede del metal de Sevilla y que había sido uno de los inspiradores del inicio de negociaciones con las centrales sindicales desde la clandestinidad, trasladando posteriormente al sindicato vertical lo ya previamente acordado; y José Bohórquez Mora-Figueroa, que era miembro de las Cortes que aprobó la Ley de Reforma Política que facilitó el fin del régimen anterior. 94 constante); entérate, ciudadano, de lo que votas, que algún día no tengas que arrepentirte y lamentarte de lo que has votado (sexta constante).” El País, 10 de mayo de 1982. La campaña se acompaña con el uso de los medios de comunicación social a través de inserciones en prensa. Expresamente la organización señala que no colocara cartelería (“para no contribuir a ensuciar las ciudades”) El viernes 19 de marzo de 1982, Juan Salas Tornero entonces Vicepresidente de la CEA y Presidente de la CES, anuncia el inicio de una “campaña institucional con la pretensión de prestar un servicio público a la comunidad andaluza”. Los objetivos con los que nace la campaña son: “el conocimiento por parte de los empresarios y de la sociedad en general de las dimensiones y contenido exacto del Estatuto de Autonomía, el cual supone una ruptura con el sistema jurídico imperante, sin precedentes en Andalucía. (…) nuestra tarea va a ser explicar el Estatuto, sus competencias y la estructura con la que se a gobernar en Andalucía. (…) el ánimo de la CEA es que el electorado vote estando informado y conociendo la situación”. (ABC, 19 de marzo de 1982. Pág. 17) Incluso antes del comienzo del período de campaña electoral oficial, que sería el 1 de mayo de 1982, el domingo 21 de marzo CEA se inserta una primera página publicitaria bajo el titulo: “Confederación de Empresarios de Andalucía, ¿para qué?”, en la que expresamente se dice: “Nos hemos unido para encontrar juntos las soluciones a nuestros problemas. (…) Nuestra unión ha de llevarnos a un mejor servicio al pueblo andaluz a través de un cuidadoso y perfeccionado tratamiento del mundo de la empresa. (…) Pensamos y creemos que la colaboración de los empresarios, sólo será efectiva en el clima de comprensión que se merece; y en un esquema ideológico, político y económico que respete y favorezca –de manera prácticanuestra iniciativa, nuestra capacidad para crear puestos de trabajo, y nuestra libertad para hacerlo. No pedimos mas” (ABC, domingo 21 de marzo de 1982, pág. 12) El 25 de marzo siguiente, se produce una nueva inserción bajo el título “La Confederación de Empresarios es para todos”, en ella se hace una llamada al asociacionismo empresarial para “responder a las exigencias que hoy se nos 95 plantean, cuando queremos hacer valer los derechos, las iniciativas y las libertades que nos corresponden. Y al defenderlos defendemos también los puestos de trabajo que dependen de nosotros” (ABC, jueves 25 de marzo de 1982, pág. 30) El sábado 27 de marzo, la nueva inserción se publica bajo el título “¿Se condenan los empresarios?”. En su texto se puede apreciar un mayor grado de crítica: “No falta gente que nos ve como “pecadores” destinados a acabar entre los demonios. Y no es que ellos crean en diablos; aunque tantas veces pongan cara de ángeles exterminadores y nos quieran fulminar por el solo hecho de que seamos empresarios.(…) Lo que puede discutirse, razonablemente es el tema de fondo: el derecho que tienen todas las personas, por serlo, a ejercer su iniciativa privada y su libertad creadora. Y –por tanto- el derecho a ser empresario; con cuanto ello significa de responsabilidad social, de campo propio, en el que no puede entrar impunemente “como un caballo en una cacharrería”, ese monstruo llamado colectivización. (…) No nos gusta que nos consideren “masa”. No somos un montón, somos personas. Y esto es lo que nosotros, los empresarios, defendemos.” (ABC, sábado 27 de marzo de 1982, pág. 26.) El miércoles 31 de marzo, el titular es “Algunos empresarios de Andalucía”. El texto alude a la capacidad de representar a todos los sectores y territorios y al orgullo de ser empresarios y andaluces. Por ello: “Sólo pedimos que se reconozcan y se potencien nuestra iniciativa, nuestra capacidad para crear puestos de trabajo y nuestra libertada para hacerlo. El resto lo pondremos nosotros… Si nos dejan, claro.” (ABC, miércoles 31 de marzo de 1982, pág. 32) El 3 de abril siguiente se publica el anuncio “Andalucía es empresa de todos”. El mensaje es claro, Andalucía somos todos y es “una tarea colectiva a la que todos han de sumar su participación”. “Cada uno ha de ejercer seriamente su papel, sabiendo bien qué es lo que se está jugando, midiendo a tiempo las consecuencias de la manifestación de su voluntad política en un uno o en otro sentido; descubriendo lo que hay dentro de cada ideología, enterándose del modelo de sociedad que propugna cada una, apostando por la libertad real que conceden, y no por la que declaran de manera oportunista” (ABC, Sábado 3 de abril de 1982, página 58) 96 El martes 6 de abril el titulo del anuncio es “Entérate a tiempo”, argumentando el texto que “enterarse es saber la verdad entera. Entérate bien y entérate a tiempo. Seriamente”. (ABC, martes 6 de abril de 1982, página 58) El jueves 8 de abril, se produce una novedad, pues se cambia el formato del anuncio, incorporando una foto del Presidente de la CEA, Martín Almendro, y como título: “Carta abierta del Presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía”.118 Dicha carta se inicia con un reconocimiento público a todos aquellos que están apoyando la campaña de la CEA, especialmente a los empresarios que se han unido a la causa. Se pone de manifiesto, una vez más, el objetivo confesado de la campaña: “hacer valer nuestros derechos que son los derechos de todos. (…) entre ellos, el derecho a la propia iniciativa, al fruto del propio trabajo y a la propiedad privada, que fundamentan la libertad de empresa. Y la libertad de empresa es la que da trabajo de verdad” Y la dificultad de mantener unos criterios, los empresariales, que “no se comparten en algunos niveles de nuestro cuerpo social: en aquéllos que viven alentados por ideologías y motivaciones contrarias a nuestros principios”. (ABC, Jueves 8 de abril de 1982, pág. 42). El 11 de abril, domingo, se vuelve a la misma imagen del conjunto de la campaña y, en este caso, se continua con el tema de los derechos, bajo el título “Andalucía tiene derecho”, expresando la preocupación que supone que 118 Posteriormente el 12 de mayo el Presidente de la CEA publicaría una Tribuna, titulada “El extraño caso de los socialistas avergonzados”, que no forma parte de la campaña de inserciones en prensa de la CEA sino, curiosamente, del tratamiento que el diario ABC de Sevilla concede a la CEA en la campaña electoral. el 1 de de mayo, en su página 18 y bajo el titular “LA CAMPAÑA DEL 23-M EN ABC”, se indica que: “Cada uno de los seis partidos que han presentado candidatura en las ocho provincias andaluzas, por orden de votos recibidos en las últimas elecciones generales, va a estar presente en nuestras páginas, así como la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), organización que está desarrollando su propia campaña institucional.” ABC ofrece realizar una síntesis explicativa de sus programas, un artículo en “tribuna de ABC” y una entrevista personal al candidato. En todo este proceso de seguimiento se incluye a CEA como uno más, como el “séptimo” partido que concurra a las elecciones. 97 el Parlamento andaluz vaya a tener capacidad legislativa, e insistiendo en la responsabilidad de elegir a quien tanto poder va a ostentar. Al domingo siguiente, 18 de abril, se publica un nuevo anuncio con el titulo “Primer objetivo básico: el pleno empleo”, que luego se reproduce textualmente el jueves 22 de abril. En él se citan los artículos 12 y 66 del Estatuto de Autonomía para Andalucía, que tienen como objetivo buscar el pleno empleo en la Comunidad. Se manifiesta la alta sensibilidad en relación al tema del empleo y se afirma que “Somos tan sensibles que somos empresarios”. “Pero una cosa está clara para todos: para que haya un obrero trabajando tienen que haber, por lo menos, un empresario dando trabajo. La creación de puestos de trabajo y la solución del paro dependen del modelo de sociedad, de la estabilidad política y de la paz social. Y nosotros, como empresarios, vamos a colaborar, si nos dejan, con el futuro Gobierno Andaluz”. (ABC, domingo 18 de abril de 2012 El martes 20 de abril, recuperando las inserciones entre semana, el nuevo anuncio se titula “Entérate del Parlamento que viene” y viene a reproducir los criterios e ideas ya expresados, si bien, dando un paso más, pues en relación a la verdad entera, dice “No sólo la que ahora se declara con fines electoralistas, sino también, y sobre todo, la que luego se va a practicar por las diferentes ideologías”. (ABC, 20 de abril de 1982. Pág. 54) El domingo 25 de abril, el titular es de carácter sectorial: “El desarrollo industrial es el fundamento del crecimiento armónico de Andalucía”. Una vez más la CEA se muestra de acuerdo con el contenido del objetivo fijado en el marco estatutario, en este caso la promoción del desarrollo industrial de Andalucía, pero para ello indica que es necesario que exista libertad de empresa y “Lo malo es que esa libertad, generalmente proclamada y supuestamente aceptada por todos, bien se sabe que luego, en la práctica, es negada por algunos, que a lo más que llegan es a “perdonarnos la vida”. (ABC, domingo 25 de abril de 1982, pág. 34). “La libertad será real y efectiva” es el título del anuncio del miércoles 28 de abril. Una vez más se manifiesta la conformidad con el literal del texto 98 estatutario en este caso sobre la promoción de las condiciones para que la igualdad sea real y efectiva. La CEA afirma que libertad real y efectiva es reconocer derechos básicos como el de la iniciativa y la propiedad privada, y viene a señalar que si se niega ese derecho es posible que también se puedan negar otros: “Cuando alguien se cree con poder para cortar o recortar derechos fundamentales, nadie tiene la seguridad de salir libre. Y en cualquier momento queda expuesto a comprobar, en su carne, que allí –por mucho que se diga- no hay derecho”. (ABC, miércoles 28 de abril de 1982, pág. 22). El viernes 30 de abril, a las puertas del inicio oficial de la campaña electoral se produce una nueva inserción publicitaria en este caso con el título: “Según quién gobierne”, que luego se repite el 6 de mayo. Se viene a expresar que aunque la Constitución y el Estatuto sigan en su sitio, “según quien gobierne, las leyes, los impuestos, los derechos, las libertades (también tu libertad y la nuestra) serán de un sentido u otro”. Por tanto, la conclusión es clara: entérate bien a quien confías tu voto y se responsable, porque “no podemos ser ingenuos, ni participar a la ligera. Para evitar sorpresas.” (ABC, 30 de abril de 1982, pág. 22). El 1 de mayo el título abunda en la misma idea de siempre, “De quien depende” (se repetirá posteriormente el 9 de mayo), una vez más se explican contenidos del Estatuto de Autonomía, en este caso las competencias de los Diputados, pero se advierte: “Es decir, tú eliges a los Diputados, y luego son ellos los que actúan, (…) Dejamos en manos de los parlamentarios una importante serie de poderes de todo tipo. Poderes que van a ser ejercidos por ellos. Y lo van a hacer –segurode acuerdo con el modelo de sociedad que defiendan… los que tengan la mayoría” (ABC, sábado 1 de mayo de 2013, pág. 34) El martes 4 de mayo el titulo de la inserción de ese día es contundente: “La Autonomía se paga”. El contenido hace referencia a la capacidad presupuestaria y de política fiscal que tendrá el Parlamento. “A través de los nuevos impuestos, podemos acabar todos pagando lo que nos corresponde…o más. 99 Depende. Hasta algunos podrían acabar “pagando el pato”. Nos conviene enterarnos. A tiempo y ahora es el momento de hacerlo. Tentándonos la ropa… y la cartera.(…) Andalucía tiene que saber lo que quiere. Enterándose.” (ABC, martes 5 de mayo de 1982, página 50). La inserción del 6 de mayo es igual a la publicada el 30 de abril anterior. El viernes 7 de mayo se publica un texto más extenso bajo el título “Que nadie te equivoque”, que posteriormente se repetirá el jueves 13 de mayo. Se trata de un documento de carácter declarativo, en el que aparecen claramente señaladas las motivaciones de la campaña y la posición de la CEA. Comienza exponiendo que es el momento de exigir a los partidos definiciones claras. En contraposición se indica que: “nosotros hablamos claro. Y queremos que se sepa que no somos neutrales”(…) Votamos por las opciones políticas que defienden la libertad de empresa (…) más que por un partido político [votamos], por un MODELO DE SOCIEDAD (…) por el derecho de cada cual al fruto de su trabajo y a transmitírselo a sus hijos en herencia.(…) por el derecho a la libertad de enseñanza 119 , (…) por una Andalucía que tenga un gobierno moderado y reformista, que nos integre en el desarrollo. Similar al de Cataluña120, al del País Vasco, al de Galicia,…(…) Votamos A FAVOR de este modelo y, por contraste, votamos EN CONTRA de las posiciones opuestas. Votamos contra los que han pretendido aparecer “con piel de cordero” (…) pero no han conseguido ocultar que sus verdaderos objetivos son la revolución social y el marxismo”. (ABC, viernes 7 de mayo, pág. 26. Para finalizar con la publicación del 7 de mayo, hay que llamar la atención sobre como termina la misma: “Por Andalucía, pedimos tu voto”. Es decir, se pide el voto (objetivo de toda campaña electoral), aunque no se llega a explicitar claramente a qué partido habría que dárselo, pues no se trata de una cuestión de partidos, sino de ideologías. 119 Resulta curioso que si se hable expresamente de la enseñanza, pero no del ámbito agrario que había sido objeto de una gran polémica con el PSOE en días anteriores. “No hay que cambiar la estructura de la propiedad, sino modernizar la empresa agrícola” (ABC, domingo 2 de mayo de 1982, pág. 31); “Es incuestionable y tercermundista cuestionar la propiedad de la tierra” (ABC, jueves 6 de mayo pág. 25) 120 En Cataluña en Mayo de 1982 gobierna CIU, Jordi Pujol; en el País Vasco el PNV, Carlos Garaikoetxea; en Galicia, AP, Gerardo Fernández Albor. 100 El domingo 9 de mayo, en la página 34 del diario ABC de Sevilla se reproduce la misma publicidad ya publicada el 1 de mayo, con el titulo “¿De quién depende?”. El lunes 10 de mayo se publica la página publicitaria que será detonante de toda la controversia judicial respecto a la campaña de la CEA: “Se fingen moderados.121”. El martes 11 se publica en ABC de Sevilla, en la página 32. 121 Dado que ABC de Sevilla no se publicaba los lunes, no será hasta el martes 11 cuando aparezca el citado anuncio en su página 32. La publicación del día 10 tuvo lugar en El Correo de Andalucía y en la Hoja del Lunes. 101 Este anuncio tiene como peculiaridad que se rompe el diseño habitual del mismo, incorporando junto al título una imagen que vendría luego a denominarse como la de la “manzana podrida” o la de la “manzana y el gusano”, dando así nombre a todo el conjunto de comentarios sobre la campaña. La imagen que se presenta es la de una manzana122 que sustituye al capullo de rosa de la imagen tradicional del PSOE, y de esa manzana sale un gusano, que lleva impreso la hoz y el martillo, símbolo comunista. El texto que lo acompaña incorpora ataques directos al PSOE, citando a Felipe González (Secretario general del PSOE y líder de la oposición en el Estado): “La economía española no está para nacionalizaciones”. Lo dice Felipe González. Y lo dice para que la gente se lo crea. Los que no se lo creen son los propios socialistas. Ahora se presentan como si fueran moderados. Son falsos moderados.(…) No hay que fiarse. No hay que dejarse engañar. Lo hacen por razones electoralistas. Lo hacen para conquistar los votos moderados, que son la mayoría de los votos de Andalucía. No caigamos en la trampa. (…) Piénsatelo. Y mide bien las consecuencias de tu voto. Para ti y para los tuyos” (ABC, martes 11 de mayo de 1982, pág. 32). Este anuncio provocara una airada reacción de los partidos políticos de izquierdas, tanto PSOE, como PCA (Partido Comunista de Andalucía) y la 122 En aquel momento se argumenta por parte empresarial que se ha escogido la imagen de la manzana, porque es un atributo que representa a Asturias (“el anunció está inspirado en Asturias donde hay muchas manzanas”, Ferrer Salat en declaraciones reproducidas por ABC el viernes 14 de mayo de 1982, pág. 24), y en efecto allí estaban gobernando de forma conjunta comunistas y socialistas. Otras fuentes, sin embargo, muestran una imagen muy similar tomada de una publicidad electoral alemana, que a continuación reproducimos: . 102 denuncia de éstos, uno ante la Junta Electoral Central (PSOE) y el otro ante la Junta Electoral Provincial de Sevilla (PCA-PCE) La campaña de la CEA continua el 12 de mayo, con un nuevo anuncio con el titulo “¿A quién hay que creer? (que será repetido el 14 de mayo). En el mismo se incorpora una nueva imagen, en este caso, las siluetas de las cabezas, contrapuestas una contra otra, de Felipe González y Alfonso Guerra, dirigentes nacionales del PSOE fácilmente identificables. “Hay un PSOE aparentemente moderado, y otro feroz y desafiante. Uno de guante blanco y otro de grito y alboroto. (…) ¿A qué socialismo vota el que vota socialista: al de Don Felipe González o al del Sr. Guerra? En el fondo da igual. Porque a cualquier socialismo que se vote, se está eligiendo un modelo de sociedad que los propios socialistas no pueden contar en público, porque perderían las elecciones. Como no se sabe a quien hay que creer, deja que les voten, sólo, los suyos. A ti, que nadie te equivoque.” (ABC, miércoles 12 de mayo de 1982) El 13 de mayo, jueves, se repite la misma página publicitaria del 7 de mayo con el título: “Que nadie te equivoque”. El 14 la página repetida es la del 12 de mayo: “¿A quién hay que creer?”. 103 El 19 y el 20 de mayo de 1982 aparece una nueva inserción publicitaria de la CEA. La tipología e imagen es la misma, pero ya no aparecen referencias al inminente proceso electoral del 23 de mayo, ni sobre temática electoral. Es evidente que la CEA está cumpliendo el mandato de la Junta Electoral Central de abstenerse de participar en la campaña electoral. Pero lo que hace la CEA es reivindicar sus derechos, en base a los contenidos de la Constitución que estima se han vulnerado con tal prohibición, aunque no llega a explicitar de forma tan rotunda este mensaje. Así, el texto publicitario de la Confederación reproduce literalmente los artículos constitucionales relativos a facilitar la participación de todos (art. 9.2), libertad de expresión (art. 20.1) y el derecho a la participación en los asuntos públicos (art. 23.1). También reproduce la Disposición Derogatoria 3ª, pues parte de la argumentación empresarial consistía en señalar que las resoluciones de las Juntas Electorales estaban aplicando una norma preconstitucional. En base a estas argumentaciones, la Confederación destaca su vocación de defensa a ultranza de la Constitución y del ejercicio de los derechos en ella reconocida que “están por encima de los intereses de los partidos políticos y de las ansias particulares de alcanzar el poder”. Finalmente reconoce que se ha visto obligada a suspender la publicidad que hacía para informar y termina diciendo: “Por nuestra democracia y por nuestra Constitución, reclamamos el derecho de todos a la libertad de expresión y de participación en la vida política. Frente a los intentos de que así no sea, seguiremos defendiendo la Constitución y luchando por su permanencia intacta y viva. Los ciudadanos ya saben lo que tienen que saber”. (ABC, 19 de mayo de 1982, pág. 23). 104 Culmina así la campaña informativa de la CEA y se inicia un interesante debate político, que se extenderá en los siguientes meses, según se vayan produciendo decisiones judiciales. El 18 de mayo el Comité Ejecutivo de CEOE aprueba un comunicado, que se publicita, y que resulta para nosotros especialmente interesante pues sistematiza perfectamente la situación y el posicionamiento de las organizaciones empresariales en aquel momento, pues es un alegato a su capacidad de participación y legitimación para actuar, conforme al marco constitucional que rige al asociacionismo empresarial en España. Dicho comunicado 123 establece claramente: 1. El reconocimiento empresarial hacia el sistema democrático. 2. El respeto a las decisiones de los tribunales de justicias. 3. Y su convicción de que de acuerdo con la Constitución y sus artículos 1, 7, 9, 20 y 23.1 es legítima su actuación relativa a: Informar a sus asociados y a la sociedad en general sobre las diversas alternativas políticas existentes, sobre la incidencia de los resultados electorales en el modelo de sociedad y sobre las políticas sociales y económicas que con mayor eficacia pueden hacer frente a la crisis económica. 123 “La CEOE informa: Comunicado del Comité Ejecutivo de la CEOE (18-5-82)”. (ABC, viernes 21 de mayo de 1982, pág. 60) 105 Cuadro 2 CAMPAÑA INFORMATIVA DE LA CEA EN LA CAMPAÑA ELECTORAL AL PARLAMENTO DE ANDALUCÍA. ANUNCIOS EN ABC DE SEVILLA DEL 21 DE MARZO AL 21 DE MAYO DE 1982 DOMINGO JUEVES SABADO MIERCOLES SABADO MARTES 21/03/82 25/03/82 27/03/82 31/03/82 03/04/82 06/04/82 JUEVES 08/04/82 DOMINGO DOMINGO MARTES JUEVES 11/04/82 18/04/82 20/04/82 22/04/82 DOMINGO 25/04/82 MIÉRCOLES VIERNES SABADO MARTES JUEVES VIERNES DOMINGO 28/04/82 30/04/82 01/05/82 04/05/82 06/05/82 07/05/82 09/05/82 MARTES MIÉRCOLES JUEVES VIERNES MIERCOLES JUEVES 11/05/82 12/05/82 13/05/82 14/05/82 19/05/82 20/05/82 VIERNES (*) 21/05/82 Confederación de Empresarios ¿Para qué? La Confederación de Empresarios es para todos. ¿Se condenan los empresarios? Algunos empresarios de Andalucía Andalucía es empresa de todos Entérate a tiempo Carta abierta del Presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía Andalucía tiene derecho “Primer objetivo básico: el pleno empleo”. Entérate del Parlamento que viene “Primer objetivo básico: el pleno empleo”. “El desarrollo industrial es el fundamento del crecimiento armónico de Andalucía” “La libertad será real y efectiva” Según quién gobierne. ¿De quién depende? La Autonomía se paga. Según quién gobierne. Que nadie te equivoque. ¿De quién depende? Se fingen moderados ¿A quién hay que creer? Que nadie te equivoque ¿A quién hay que creer? Sin libertad para todos no hay libertad para nadie Sin libertad para todos no hay libertad para nadie La CEOE informa: Comunicado del Comité Ejecutivo de la CEOE (18-5-82) (*) Este anuncio no es de la campaña de CEA, sino de CEOE. Nota: Elaboración propia. 106 9.2 Controversia suscitada por el anuncio publicado el 10 y 11 de mayo de 1982: “Se fingen moderados” El PSOE el mismo 10 de mayo, fecha de la publicación del anuncio de la “manzana y el gusano”, hace un comunicado oficial, que a continuación reproducimos (como ejemplo del nivel de confrontación política de ese momento) y que es el que obra en el archivo personal del entonces Secretario de Organización del PSOE de Andalucía, José Rodríguez de la Borbolla. 107 Por su parte, el Partido Comunista de Andalucía, va más allá, y denuncia a la Confederación de Empresarios de Andalucía por injurias, acordando el juez en primera instancia el secuestro del citado anuncio. El Presidente de la CEA comparecería ante el Juzgado de Instrucción número 1 de Sevilla el viernes 21 de mayo, declarando a la salida que “si ellos dicen que son injurias yo he aportado pruebas mucho más contundentes que demuestran lo contrario. Además, yo no tengo inmunidad parlamentaria como otras personas de la vida política”. (ABC, sábado 22 de mayo de 1982, pág. 25). Asimismo, el PCA-PCE denuncia a la CEA ante la Junta Electoral Provincial de Sevilla que comunica a la Confederación el acuerdo de que debe abstenerse de realizar cualquier clase de propaganda electoral, pues ésta queda circunscrita a los partidos políticos y demás entidades a que se refiere el artículo 37 del Real Decreto de 18 de marzo de 1977. En tal sentido, el diario ABC publica la resolución literal de la Junta Electoral Provincial de Sevilla, fechada el 12 de mayo de 1982: “Doña María José Portero Frías, secretaria de la Junta Electoral Provincial de Sevilla certifico: Que en relación al escrito denuncia presentado en esta Junta Electoral Provincial por el representante del PCA-PCE, adjuntando fotocopia de publicaciones aparecidas en <<El Correo de Andalucía>>, <<Hoja del Lunes>> y ABC de Sevilla, de 10 y 11 de mayo, la Junta, en sesión del día de hoy, ha tomado el acuerdo de comunicar a la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) que debe abstenerse de realizar toda clase de propaganda electoral, la que queda circunscrita a los partidos políticos y demás entidades a las que se refiere el artículo 37 del Real Decreto Ley 20/1997 de 18 de marzo, vigente en las presentes elecciones al Parlamento de Andalucía, acordándose igualmente notificar este particular al representante del PCA-PCE para que conste”. (ABC, viernes 14 de mayo de 1982, pág. 19). Mientras tanto el asunto también es trasladado a la Junta Electoral Central, en este caso a través de su Comité de Prensa, Radio y Televisión que actúa a instancias del PSOE. La JEC el 13 de mayo se pronuncia en el mismo sentido que la Junta Provincial de Sevilla. En la base de datos doctrinal de la Junta Electoral Central, el asunto es resumido del siguiente modo: 108 “Denuncia del Partido Socialista Obrero Español sobre actividades de la Confederación de Empresarios Andaluces. Tras amplia deliberación se someten como cuestiones previas a votación las siguientes: 1) Si las actividades realizadas por dicha Entidad tienen el carácter de campaña electoral. 2) Si pueden realizar actividades de campaña electoral las personas y entidades no comprendidas en el art. 37 del Real Decreto-Ley 20/1977. Num Expediente: R/12303 Acuerdo: La Junta acuerda que sí tienen tal carácter. Se acuerda que no pueden realizar dichas actividades más que las entidades expresamente enumeradas en el precepto citado.”124 El diario ABC de Sevilla, una vez más, nos permite ampliar la información al respecto en su Editorial de 15 de mayo, bajo el titulo “La resolución de la Junta Electoral Central” y en la información de ese mismo día y del día anterior, 14 de mayo. Así se señala que las votaciones salen adelante con 11 votos a favor y 2 en contra. No obstante es en esta ocasión el diario El País el que reproduce en su edición del 14 de mayo la resolución adoptada por la Junta Electoral Central: “El texto de la resolución de la Junta Electoral Central señala lo siguiente: 1. Declarar que la Confederación de Empresarios de Andalucía no es una organización legitimada para hacer campaña electoral, pidiendo el voto a favor o en contra de ninguna opción política en la presente campaña de elecciones al Parlamento andaluz. 2. Requerir a la Confederación de Empresarios Andaluces [sic], en las personas que la representan, (de las que consta el señor Manuel Martín Almendros como presidente de la misma), para que se abstenga de ningún acto u operación de carácter propagandístico en los que se pida el voto para opción política alguna o en contra de partido político cualquiera, y singularmente, en contra del Partido Socialista Obrero Español del Andalucía.” (El País, viernes 14 de mayo de 1982).125 124 http://www.juntaelectoralcentral.es/portal/page/portal/JuntaElectoralCentral/JuntaElectoralCe ntral/DocJEC?_piref53_1181251_53_1181246_1181246.next_page=/jec/detalleDoctrina&idDoc trina=20325. Recuperado el 12 julio de 2013. 125 Hay que constatar que la noticia de la prohibición de la campaña de los empresarios en Andalucía es portada del diario El País a nivel nacional. En el mismo diario en un editorial bajo el titulo “Un riesgo para los empresarios” se cuestiona la legalidad de la decisión adoptada por la Junta Electoral Central, si bien se critica intensamente la posición de la CEOE. “Con independencia de la discutible fundamentación jurídica de la medida, la participación directa en una campaña electoral de una organización empresarial para descalificar al segundo partido 109 Como se aclara en el mismo diario la decisión fue adoptada, citando a miembros de la Junta Electoral en aplicación del artículo 37.1 y concordantes del Real Decreto Ley 20/77, de 18 de marzo126, según el cual se entiende por campaña electoral las actividades que desarrollan los partidos, federaciones, coaliciones, agrupaciones de electores y los candidatos. La CEA interpone recurso Contencioso Administrativo contra la decisión de la Junta Electoral Central de 13 de mayo, que es fallado por la Audiencia Nacional el 17 de junio de 1982, con la siguiente parte expositiva: “Que estimando en parte, como estimamos el recurso Contencioso – Administrativo interpuesto por la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) contra la resolución de la Junta Electoral Central de 13 del mismo mes y año por virtud de la cual se declaró <<que la Confederación de Empresarios de Andalucía no es una organización legitimada para hacer campaña electoral pidiendo el voto a favor o en contra de ninguna opción política en la presente campaña de elecciones al Parlamento de Andalucía>>, así como <<requerir a la Confederación de Empresarios de Andalucía para que se abstenga de ningún acto u operación de carácter propagandístico en los que se pida el voto para opción política alguna o en contra de partido político cualquiera, y singularmente en contra del Partidos Socialista Obrero Español de Andalucía>>, debemos declarar y declaramos no ser dicha resolución ajustada a derecho y en consecuencia la anulamos, declarando el derecho que asistía a la recurrente a ejecutar los actos le fueron prohibidos desestimando el resto de su pretensión y sin hacer mención expresa de las costas del proceso.” Es decir, la Audiencia Nacional da la razón a la asociación empresarial y le reconoce expresamente el derecho que le asistía a ejecutar los actos que le fueron prohibidos. Dicha Sentencia de la Audiencia Nacional fue apelada ante el Tribunal Supremos, Sala de lo Contencioso – Administrativo, que en Sentencia del 14 de julio de 1982, confirmó esa sentencia, dando nuevamente la razón a la pretensión de la Confederación político del país resulta anómala, pero no nos parece ilegítima.”. El País, viernes 14 de mayo de 1982. 126 Real Decreto Ley 20/77, de 18 de marzo sobre Normas Electorales. BOE, núm. 70, de 23 de marzo de 1977. “Art. Treinta y siete. Uno. Se entiende por campaña de propaganda electoral el conjunto de actividades lícitas organizadas o desarrolladas por los partidos, las Federaciones, las coaliciones, las agrupaciones de electores y los candidatos en orden a la captación de sufragios”. 110 Mientras tanto, hay que recordar, que CEA también había recurrido la resolución de la Junta Electoral Provincial de Sevilla, interpuesta por el PCEPCA. Pues bien dicho recurso es fallado por la Audiencia Territorial de Sevilla, Sentencia 15 de junio de 1982, dando igualmente la razón a la parte recurrente. Así en el cuarto considerando de la citada sentencia se dice expresamente: “Que en cuanto a la cuestión de fondo o sustantiva que plantea el proceso y que pueda formularse diciendo que lo que procede es examinar si el acuerdo de la Junta Provincial de Sevilla de 12 de mayo pasado que acordó <<comunicar a la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) que debe de abstenerse de realizar toda clase de propaganda electoral, la que queda circunscrita a los partidos políticos y demás entidades a que se refiere el art. 37 del R.D.- Ley 20/1977, de 18 de marzo vigente en las presentes elecciones al Parlamento de Andalucía>> viola o conculca el derecho fundamental de la recurrente a la libertad de expresión debe ser resuelta afirmativamente con la obligada consecuencia de anular el acuerdo recurrido”. Es decir, nuevamente se reconoce a la Confederación la capacidad del ejercicio del derecho a la libertad de expresión, en el marco además de un proceso electoral. Pero además la sentencia de la Audiencia Territorial resuelve muchas de las cuestiones que se habían suscitado: La Audiencia manifiesta que la realización de una campaña informativa está amparado por el artículo 20 de la Constitución, que determina el derecho a la libertad de expresión. Que ese derecho, el de libertad de expresión, goza de una especial protección en el texto constitucional (art. 53 1 y 11), vinculando singularmente a los Poderes Públicos y exigiendo reserva de ley orgánica para su desarrollo (art. 81.1) Continúa el tribunal argumentando que el TC ya ha tenido ocasión de manifestar que el artículo 20 de la Constitución garantiza el mantenimiento de 111 una comunicación pública libre, sin la cual quedarían vacíos de contenido real otros derechos que la Constitución consagra.127 Expone además que los límites a ese derecho están recogidos en el apartado 4º del propio art. 20: “el respeto a los derechos reconocidos en este título, en los preceptos de las leyes que lo desarrollan y, especialmente en el Derecho al Honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y la infancia”. Y, por tanto, concluye el tribunal que en aplicación de todos estos criterios “al caso de autos, no cabe duda de que no hay motivo alguno que permita sostener que se puede prohibir a la actora [la CEA] actuar como lo hizo, aún en tiempos de Campaña Electoral”. Es más, sólo cabría la suspensión de este Derecho en caso de declaración de los estados de excepción o sitio (art. 56.1 CE). En opinión de la autoridad judicial, el derecho a la libertad de expresión del artículo 20, se amplia en el ámbito de una campaña electoral, pues se considera que en esos 21 días que dura la misma, revisten una características de confrontación ideológica y dialéctica que imponen una mayor permisividad en los usos del debate, siempre que no se rebasen los limites ya referidos. Reconoce el tribunal que aun cuando existe una regulación contenida en el RD Ley 20/1977, de 18 de marzo, sobre el contenido de la campaña y la propaganda política en ella, dicha regulación sólo afecta a los sujetos contenidos en el artículo 37 del citado Real Decreto-Ley y por tanto no es de aplicación a los actos realizados por CEA. 127 “Así lo ha afirmado nuestro Tribunal Constitucional en la STC 6/1981 de 16 de marzo: “El artículo 20 en sus distintos apartados garantiza el mantenimiento de una comunicación pública libre, sin la cual quedarían vaciados de contenido real otros derechos que la Constitución consagra reducidos a formas hueras las instituciones representativas y absolutamente falseado el principio de legitimidad que enuncia el artículo 1, apartado 2 de la Constitución y que es la base de toda nuestra ordenación jurídico – política”. (E. García,1988 pág. 156) 112 Finaliza señalando que en relación con la pretensión de que los recurrentes, es decir, CEA, realizó una campaña perfectamente organizada y con gran cantidad de medios, el órgano jurisdiccional recuerda que también así lo hicieron otras Asociaciones, grupos, entidades, pero que dicha actividad nada tiene que ver con la campaña que los Partidos desarrollaban y sí con lo que en el entorno geográfico, social y cultural se denomina “Campaña de orientación de voto”, que es perfectamente legítima. Asimismo, considera el tribunal que la licitud de la actuación de CEA se pone aún más de relieve si se considera que ésta, junto a los sindicatos, han sido reconocidas por el artículo 7 de la CEA, en el sentido de que contribuyen a la defensa y protección de los intereses económicos y sociales que les son propios, y no le cabe duda al órganos judicial que esa defensa de sus intereses puede llegar hasta a apoyar, en la forma que se hizo, a las fuerzas políticas que recogen el modelo económico de la libertad de empresa en el marco de una economía de mercado, del artículo 38.1 de la Constitución. Y aún más, que resulta que en los propios Estatutos de la organización, artículo 6, ya figura entre los fines de la misma: fomentar y defender el sistema de la iniciativa privada y la economía de mercado. Por tanto, desestima también el tribunal que la acción de CEA haya conculcado el principio de igualdad que se alegaba pues se decía que los Partidos someten su campaña electoral a un control estricto y la organización no estaría sujeta al mismo, y además que se cuentan con medios económicos totalmente distintos. El tribunal resuelve señalando que el control de la campaña de los Partidos es una decisión del legislador y además viene motivada porque éstos reciben fondos públicos. Respecto a la posible ventaja económica de los actores distintos a los Partidos, el tribunal lo reconoce, pero lo sitúa en el ámbito de la libertad y el derecho privado de esas personas. Creemos que estas ideas, extraídas de la sentencia de la Audiencia, que fue recurrida ante el Tribunal Supremo, permiten perfectamente conocer el estado de la situación, y entender perfectamente el derecho que una organización 113 empresarial tiene a participar y elaborar una campaña informativa en el contexto de un proceso electoral. Como decíamos esa sentencia fue recurrida tanto por el Ministerio Fiscal, como por el partido comunista, fallando el Tribunal Supremo en su sentencia de 9 de diciembre de 1982 que establece con claridad que: - Para que exista campaña deben darse todos los requisitos respecto al marco legal vigente, es decir, que sea una actividad lícita en orden a la captación de votos y que la realice quien tiene dicha capacidad (partidos, federaciones, coaliciones), por tanto CEA no realiza propiamente una campaña electoral, pues no es sujeto capacitado para ello. - Que la regulación de la campaña tiene como objetivo que esas personas que la realicen puedan gozar de una serie de derechos, por ejemplo, el uso de medios públicos, pero no significa que se prohíba a otras hacer esa actividad por medio de actos lícitos. Es decir, en cuanto que CEA realice un acto licito de información está capacitada para ello. - El artículo 6 de la Constitución dice que los partidos son el instrumento fundamental para la participación política, pero no el único, por lo que caben otros sujetos que tienen el derecho a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones y a comunicar y difundir libremente información veraz. Es decir, CEA tiene ese derecho y capacidad. - Pero además que la propia Constitución en su artículo 7º otorga responsabilidades públicas en defensa y promoción de los derechos económicos y sociales, por lo que menos aún se puede limitar a una organización social de las reconocidas en el mismo al ejercicio de ese derecho. 114 En definitiva: “el derecho a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones y a comunicar y difundir libremente información veraz reconocido en el art. 20 no podían ser excluidos ni limitados y menos en relación con organizaciones sociales a quienes el art. 7º de la propia Constitución otorga responsabilidades públicas en defensa y promoción de los intereses económicos y sociales” Hay también que reseñar que ambas sentencias del Tribunal Supremo (STS 14 de julio de 1982 y STS 9 de diciembre de 1982) desestiman una segunda demanda de la CEA, en la que pedía que se declarase con carácter general su capacidad para estar facultada en todo proceso electoral de futuro para ejercer el derecho reconocido en el artículo 20 de la Constitucional. En ambos casos y desde una lógica procedimental acertada ambos tribunales señalan que su labor no es realizar declaraciones de futuro con carácter general, sino sólo sobre el caso concreto, revisando actos administrativos concretos. 115 10. SITUACIÓN ACTUAL Es evidente que la doctrina jurisprudencial señalada ha quedado algo anticuada, pues data de 1982, si bien, no nos consta ninguna otra posibilidad de pronunciamiento al respecto. Lo que si tenemos constancia es que dado que quedó en evidencia que según la normativa vigente los partidos políticos son el instrumento fundamental de participación política, art. 6 CE, pero no los únicos, el legislador reaccionó con el tiempo (en 1985) y aprobó el artículo 50.3 (hoy día el 50.5 por modificación legal producida en el año 2011) de la LOREG128 que textualmente dice así: Art. 50.5 LOREG: Salvo lo dispuesto en el apartado 1 129 de este artículo, ninguna persona jurídica distinta de las mencionadas en el apartado anterior130 podrá realizar campaña electoral a partir de la fecha de la convocatoria de las elecciones, sin perjuicio de lo establecido en el artículo 20 de la Constitución. A simple vista estaríamos ante una norma que tendría por objeto impedir que pudiera plantearse un caso similar al de las elecciones andaluzas de 1982. Ahora bien, el legislador es consciente de las limitaciones que impone el artículo 20 de la Constitución, el derecho a la libertad de expresión, y la jurisprudencia comentada, y por tanto, incluye esa coletilla final de “sin perjuicio de lo establecido en el artículo 20 de la Constitución”. En efecto, la redacción dada al artículo 50.3 respondía claramente a tratar de impedir que se pudiera mantener el criterio señalado por el Tribunal Supremo en las sentencias citadas: 128 LOREG, Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, del Régimen Electoral General, BOE de 20 de junio de 1985. 129 El 50.1 hace referencia a la regulación de las campañas institucionales de las entidades convocantes del proceso electoral para informar sobre el contenido del mismo. 130 Art. 50.4 LOREG: Se entiende por campaña electoral, a efectos de esta Ley, el conjunto de actividades lícitas llevadas a cabo por los candidatos, partidos, federaciones, coaliciones o agrupaciones en orden a la captación de sufragios. 116 “A partir de ese precedente no resulta en exceso aventurado significar que el art. 50.3 LOREG parece tener como finalidad el mantenimiento del referido criterio hermenéutico, al prohibir de modo específico la realización de actos de campaña electoral por personas jurídicas distintas de las enumeradas por el art. 50.2”. (Fernández, 1999). El artículo 50.3 no estaba en el Proyecto de Ley, ni en ninguno de los borradores previos, y dio lugar en su tramitación en Comisión a un intenso debate, pues se entendía que entrañaba una limitación excesiva, pudiendo afectar al derecho a la libertad de expresión del artículo 20 de la Constitución. “Tales críticas quedan perfectamente sintetizadas en la consideración de diputado popular Sr. Alzaga: <<la política – dirá- no es un “ghetto” y, consiguientemente, el momento electoral no es un momento de monopolio de los partidos”. En muy similar dirección se pronunciaba el diputado centrista Sr. Sancho Rolf, a cuyo juicio el artículo 50.3 era gravemente limitativo a lo que es la libertad de expresión de una sociedad plural, que no sólo está conformada por los partidos políticos, sino también por una pluralidad de organizaciones”. (Fernández, 1999) No obstante, todo este debate debe inscribirse también en la preocupación por la regulación de las campañas informativas, que era el máximo objeto y contenido del artículo 50 en el momento de su delimitación.131 Por su parte, el grupo parlamentario socialista, a través del Sr. Martín Toval presentó una enmienda transaccional, consistente en introducir el inciso final del entonces art. 50.3 (sin perjuicio de lo establecido en el art. 20 de la Constitución), incluyendo el resto de contenidos relativos a las campañas informativas en campaña electoral. 131 La preocupación por esas campañas institucionales queda suficientemente descrita en la Instrucción 2/2011, de 24 de marzo de 2011, de la Junta Electoral Central, sobre interpretación del artículo 50 de la LOREG en relación al objeto y los límites de las campañas institucionales y de los actos de inauguración realizados por los poderes públicos en periodo electoral. 117 Es decir, el legislador termina optando por regular con un carácter muy restrictivo los sujetos que pueden realizar campañas informativas en campaña electoral, pero deja abierta la posibilidad de que existan personas jurídicas que, en el ejercicio del artículo 20, si puedan ejercer esta acción, si bien, parece que habrá que estar a cada caso particular: “… Bien es verdad que la problemática subyacente en todo ello, y de modo muy particular en el artículo 50.3, está lejos de haber sido resuelta definitiva e incontestablemente en cuanto que, en ocasiones, puede resultar muy dificultoso deslindar los actos de campaña electoral de aquellos otros que sean, lisa y llanamente, el fruto del ejercicio por personas jurídicas distintas de las contempladas por el art. 50.2 del derecho a la libertad de expresión constitucionalmente garantizada”. (Fernández, 1999) En igual sentido, se pronuncian también otros autores, como Rallo, 1998: “Por contra, el art. 50.3 LOREG excluye claramente del ejercicio de actividades de propaganda electoral a cualquier otra persona jurídica a partir de la fecha de convocatoria de las elecciones –una lectura correcta del precepto exige reducir esta prohibición al ámbito temporal de la campaña electoral-, pero salva de dicha proscripción las actividades derivadas del ejercicio del derecho fundamental a la libertad de expresión reconocida en el art. 20 de la Constitución” (Rallo, 1998, pág. 287) Finalmente, el propio Rallo, tiene ocasión de citar la opinión contraria de otros autores que señalan que dicho criterio hermenéutico del Tribunal Supremo no resulta mantenible tras la entrada en vigor del artículo 50.3 de la LOREG, pues éste prohíbe la realización de campaña electoral por persona jurídica distinta de las mencionadas, pero al mismo tiempo reconoce que la cuestión no resulta fácil por la referencia expresa de “sin perjuicio de lo establecido en el art. 20 de la CE”.132 Por nuestra parte, creemos que es perfectamente ajustado a derecho que una asociación empresarial, en el cumplimiento de su función constitucional, reconocida en el artículo 7, puede realizar una campaña informativa en el transcurso de una campaña electoral, en el pleno ejercicio del artículo 20 de la Constitución. 132 E. Arnaldo Alcubilla y M. Delgado-Iribarren García – Campero, Código electoral, Tomo I, Abella, Madrid, 1995, pp. 246 y 247. 118 Creemos que esta conclusión se expresa con gran claridad, con una referencia implícita en un proceso con ocasión del recurso que presentó el colectivo “Otra democracia es posible”, el 31 de enero de 2005, ante la Junta Electoral Central por las Campañas informativas que realizaron tanto la Comisión Europea como el Consejo General de la Abogacía con ocasión del referéndum consultivo sobre el Tratado constitucional europeo convocado para el 20 de febrero de 2005.133 El recurrente invocaba el artículo 50.3 de la LOREG (hoy 50.5) señalando que estaban realizando campañas políticas personas jurídicas que no tenían capacidad para ello, como se observa cuestión muy similar a la planteada en las elecciones andaluzas del 82. En el Fundamento Jurídico Tercero de ese recurso se dice que alguna persona jurídica distinta a los partidos, coaliciones y federaciones, deberán tener capacidad de realizar tales acciones propagandísticas en el ámbito de un proceso electoral, pues si ello no fuera así se dejaría sin contenido la previsión del legislador de tener en cuenta el artículo 20 de la Constitución. Planteado en los propios fundamentos jurídicos del recurso la pregunta: ¿qué personas jurídicas están efectivamente incluidas en la prohibición del art. 50.3?, concluye que aquéllas que no estén, ni tengan relevancia constitucional, por lo que a sensu contrario, y expresamente así lo señala “se infiera que aquellas personas jurídicas a las que nuestra Constitución les reserva alguna función de alcance económico o social, pueden presentar una naturaleza más adecuada a la reserva que en relación al artículo 20 CE hace el art. 50.3”. 133 El Tribunal Supremo no llegó a entrar en el fondo del asunto, pues por Sentencia de la Sala 3ª del Contencioso Administrativo de 30 de mayo de 2008, aceptó la falta de capacidad procesal del recurrente (Otra democracia es posible) invocada por la Abogacía del Estado. 119 CONCLUSIÓN En conclusión, a día de hoy a pesar del cambio normativo incluido en la legislación electoral, consideramos que en función del ejercicio del derecho a la libertad de expresión del artículo 20 de la CE, las asociaciones empresariales reconocidas en el artículo 7 de la misma, tienen capacidad para participar en los procesos electorales para expresar su opinión y promover el voto en el sentido que determine la defensa y promoción de sus intereses particulares. Asimismo, consideramos que resulta necesario que por parte del legislador se afronte una regulación integral del asociacionismo empresarial en España, para el pleno desarrollo de su función constitucional. 120 REFERENCIAS LIBROS 1982. Andalucía consigue su Parlamento. (2010). Sevilla: Centro de Publicaciones no oficiales. Parlamento de Andalucía. Bernal, Florencio y Martínez (2010). El Empresariado Andaluz, en Perspectiva Histórica. Sevilla: Escuela Andaluza de Economía. Cruz, P (2006). La curiosidad del jurista persa, y otros estudios sobre la Constitución. Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales. Mº de la Presidencia. Colección Estudios Constitucionales. García, A.M. (2002). El Asociacionismo empresarial en España. La conformación del sujeto empresarial de las relaciones industriales. Madrid: Instituto de Estudios Económicos. García, M. (1987). Organizaciones Sindicales y Empresariales más representativas. Posición jurídica y dimensión política. 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