mundial - Universidad de Oviedo

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CICLISMO
13 de marzo de 2014
César Fernández
mundial
El ciclismo arrastra a una buena
cantidad de aficionados. En la
imagen, final de etapa de la Vuelta a
España en Ancares en 2012
La mayor parte de la
tarta se la llevarán
hoteles y restaurantes.
En Copenhague 2011,
casi dos de cada tres
euros de gasto se
destinaron a alojamiento
y comidas
l Campeonato del Mundo de Ciclismo de Copenhague
(Dinamarca) de 2011 dejó un impacto económico,
medido a posteriori, de 31,2 millones de euros. La
organización del Mundial de Richmond (Estados
Unidos) de 2015 ya ha hecho sus propios cálculos y
estima que la cita deportiva dejará una repercusión
que calcula en 129,2 millones de dólares (93,2 millones de euros). ¿Dónde habrá que poner el listón de
Ponferrada? Nautalia, la agencia de viajes del evento,
habló en su día de un impacto turístico de entre diez
y doce millones de euros. Cerca de esa cantidad (8,3
millones de euros) se queda una estimación de la
Fundación Observatorio Económico del Deporte de la
Universidad de Oviedo facilitada a Bierzo 7.
El director del Observatorio Económico del Deporte, Plácido Rodríguez, desconfía de las grandes cifras.
Y ya advierte de que la escasa capacidad hotelera del
Bierzo limitará el impacto económico obtenido sin ir
más lejos en Copenhague, una cita que cuenta con un
detallado estudio elaborado por la firma Sport Event
Denmark. Rodríguez se ha basado en datos de ese
informe, así como en referencias de participación del
último Mundial, celebrado el año pasado en Florencia
(Italia), para realizar una aproximación estimada
para el caso de Ponferrada 2014.
Hacer una división en grandes grupos es el primer
paso para medir la incidencia económica de los días
de competición. Hay que contar de forma separada
los componentes de las selecciones, los directivos de
las federaciones, los medios de comunicación y los
visitantes (además de los acompañantes en el caso de
los primeros estamentos) y aplicar para cada grupo
una media diferente de días de estancia y gasto (ver
tabla adjunta), según la metodología utilizada por el
Observatorio, ya con experiencia en la realización de
estudios de este tipo para la candidatura española a
ser sede del Mundial de Fútbol de 2018 o para evaluar
el impacto del Campeonato del Mundo de Patinaje de
Velocidad de 2008 o la semifinal de la Copa Davis de
2012 en Gijón (Asturias), entre otras.
Copenhague calculó en 545.000 el número de
espectadores, lo que se sustancia en 262.000 personas diferentes habida cuenta de que muchos repiten
presencia a lo largo de varios días. Durante toda la
competición Rodríguez cree que Ponferrada podría
sumar 400.000 espectadores (a razón de unas 200.000
personas diferentes). Como quiera que muchas de
ellas serán los propios bercianos y vecinos del entorno
que se acerquen a Ponferrada, limita para computar
en el estudio de impacto económico las visitas diarias
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a unas 30.000.
Y no a todas las visitas se les puede aplicar el
mismo criterio de gasto. Habrá quien duerma en
casas particulares de amigos y familiares y también
quien opte por fórmulas económicas como caravanas
o tiendas de campaña. Así las cosas, el director del
Observatorio Económico del Deporte hace su propio
cálculo de las pernoctaciones en plazas hoteleras:
13.200 personas diferentes para ocupar 7.250 habitaciones (a razón de 1,6 personas de media de ocupación
por habitación).
Los hoteles y los restaurantes se llevarán la palma
del impacto económico (casi dos de cada tres euros
se destinaron a alojamiento y comidas en el caso de
Copenhague, que cuantificó en un 16% los gastos en
compras y en un 7% en transporte local, entre otros).
Sport Event Denmark midió también la presencia
de extranjeros, de lo que se derivó una importante
afluencia de noruegos, suecos, belgas y holandeses,
que se reducirá en el caso de Ponferrada por una evidente cuestión de cercanía geográfica. Hasta incluso
estableció un prototipo del espectador medio, que
resultó ser un varón de 39 años de edad.
Hasta ese punto llega el estudio de impacto económico de Copenhague, que cuantifica la creación
de empleo vinculada al Mundial en 262 puestos de
trabajo (fueron muchos más, pero esta estadística
los transforma en lo que equiparable a empleos a
tiempo completo durante un año de duración, que
en el caso de Ponferrada podrían ser algo más de un
centenar). El informe, puntualiza Plácido Rodríguez,
debería completarse con capítulos de gastos como la
construcción de infraestructuras, el pago del canon
económico a la UCI (Unión Ciclista Internacional) o la
seguridad, así como de ingresos como los derivados de
la captación de patrocinios o la intangible repercusión
de una audiencia televisiva que se calcula en unos 250
millones de personas (los derechos televisivos suelen
quedarse en altas instancias). Sólo encargando un estudio como el realizado en Copenhague podrá hacerse
una aproximación al impacto real del evento.
Ponferrada ha apostado por el evento mundialista
también como un factor de revulsivo económico. “Organizar eventos en épocas de crisis es complicado”,
admite el responsable del Observatorio, quien advierte de la “malísima imagen exterior” que arrastra el
ciclismo español desde la Operación Puerto, a lo que
se sumó el pasado año el efecto del Caso Armstrong.
Los recurrentes escándalos de dopaje no están siendo un buen compañero de viaje a la hora de captar
patrocinadores.
El ciclismo español vivió su edad dorada entre
finales de los ochenta y principios de los noventa.
Pero, por las propias características de los ciclistas
nacionales, los Campeonatos del Mundo pasaban más
bien desapercibidos. Con corredores ya adaptados a
este tipo de pruebas como Alejandro Valverde, Joaquim Rodríguez o Samuel Sánchez, la expectación
deportiva se ha redoblado para las citas mundialistas,
que gozan todavía de mayor predicamento en países
de centroeuropa.
Pero que el Mundial sea finalmente un éxito o un
fracaso como escaparate promocional acabará dependiendo, en buena medida, de una cuestión tan volátil
como el tiempo. “Si no llueve y hace un sol radiante,
el resultado será espectacular”, señala Rodríguez al
aludir a las panorámicas televisivas de la playa de
San Lorenzo de Gijón emitidas durante la semifinal
de la Copa Davis que en 2012 enfrentó a España y
Estados Unidos.
“La repercusión de este tipo de eventos es más
importante para ciudades pequeñas y desconocidas”,
dice con carácter general. Ponferrada quedará en los
CICLISMO
13 de marzo de 2014
Plácido
Rodríguez
“La repercusión de este tipo de eventos es más
importante para ciudades pequeñas y desconocidas”,
dice el director del Observatorio Económico del
Deporte de la Universidad de Oviedo, Plácido Rodríguez
libros de historia del ciclismo internacional entre
Florencia (2013) y Richmond (2015). “Y eso no está
nada mal”, concluye el responsable del Observatorio,
convencido de que la capital berciana se convertirá
gracias a este impulso en un “referente” para los
amantes del ciclismo, reafirmado por las sinergias
que pueden generar otros acontecimientos como el
final de la etapa de la Vuelta a España en el Puerto
de Ancares, lo que acabará con toda seguridad produciendo goteos de visitas de cicloturistas.
Cantidad Media de días Gasto por persona/día (euros)
Gasto total directo
e indirecto (euros)
Ciclistas, Seleccionadores 2.000
Técnicos
8
120
1.920.000
Directivos
200
10
140
280.000
Periodistas
1.200
7
120
1.008.000
Acompañantes
Extranjeros
2.800
8
120
2.688.000
Público Extranjero
4.000
3
80
960.000
Público Nacional
3.000
2
100
600.000
Visitas del día
30.000 30
900.000
Total
8.356.000
Fuente: Estimación de la Fundación Observatorio Económico del Deporte de la Universidad de Oviedo
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eportista multidisciplinar en su juventud, Emilio Villanueva llegó al ciclismo
casi de casualidad. Su hermano le cedió una bicicleta de carrera con la que se
presentó a la prueba ciclista que se organizaba en Ponferrada con motivo de las
Fiestas de la Encina. Sin ninguna experiencia competitiva previa y tras sufrir una
caída, logró clasificarse en el tercer puesto. “¿Por qué no te dedicas a correr?”, le
animó el ganador aquel día, Antonio Arias. El premio (un trofeo y 300 pesetas de
la época) acabó por convencerle de colgar las botas de fútbol y subirse ya para
siempre a una bici.
Con la mayoría de edad ya cumplida, Villanueva (nacido en 1942) vivió un
proceso de aprendizaje autodidacta que le costó algún disgusto en su primera
temporada. “Por el egoísmo de entrenar tanto, llegaba a las carreras y no iba. No
tenía a nadie que me enseñara. Yo entrenaba con mucha fuerza y luego no tenía
cadencia de pedaleo”, explica. “Cambié el chip”, agrega, “y ya al año siguiente
empecé a ganar carreras”. Fue así su primera experiencia en solitario.
Su fama llegó a oídos de Federico Martín Bahamontes, que le llamó para
formar parte del primer embrión de su equipo La Casera-Bahamontes, con el que
apenas corrió una Vuelta a Toledo. Había sacado la licencia de neoprofesional
(que le permitía competir con amateurs y con profesionales). Corrió con el Teka e
incluso varias pruebas con el Kas, que pasaba entonces por ser el mejor equipo
del mundo. Pero Villanueva siempre fue reacio a integrarse en un conjunto profesional en un momento en el que ya afloraban ciertas sospechas por el uso de
productos dopantes.
El berciano acabó recalando un año en el Werner, su única experiencia como
profesional en un equipo. “Hasta me ofrecieron para el año siguiente el segundo
contrato de mayor dinero de España. No firmé. Me vine para mi casa y estuve
corriendo ya toda mi vida por mi cuenta, lo que me impedía correr carreras por
etapas (…). Y eso que se me ofreció bastante dinero por correr la Vuelta a España”,
relata. Tras varios años como profesional por independiente, volvió a sacarse la
licencia de neoprofesional.
Su amplio palmarés tiene así doble valor por acumular victorias (fue en 1972
el ciclista español con más carreras de un día ganadas, según la revista Pedalier)
sin contar con un equipo que trabajara para él. A la hora de rescatar sus hazañas
más importantes, Villanueva destaca una victoria en una etapa de la Vuelta a
Mallorca por delante del mismísimo Eddy Merckx, ganador en cinco ocasiones
del Tour de Francia. Tampoco desdeña el privilegio de vestir en alguna jornada
el maillot de líder en rondas como la Vuelta a Cantabria, amén de ser campeón
de España amateur de fondo en carretera y senior de mountain bike en 1968 y
1988, respectivamente. Y recuerda gestas como la de vencer consecutivamente
un sábado por la tarde en Noia (A Coruña), el domingo por la mañana en Ourense
y el lunes por la tarde en A Coruña.
¿Qué características tenía como ciclista? “Me defendía en todos los terrenos
(…). Era muy rápido al sprint y escalador nato”, responde el propio Emilio Villanueva,
que siguió vinculado al mundo del ciclismo a través de la Peña Ciclista Villanueva
o la tienda de bicicletas que regentó en el Barrio de La Placa. Y como concejal de
Deportes del Ayuntamiento de Ponferrada (2003-2011), impulsó con éxito su vieja
idea de organizar en la capital berciana un Campeonato del Mundo de Ciclismo.
un llanero
solitario y
ganador en
el pelotón
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10
Ciclistas de aquí
D
Emilio
Villanueva
CICLISMO
Emilio Villanueva, con
el maillot de
campeón de
España de
mountain bike
José Enrique Carrera
un berciano
en la corte
de Perico e
Indurain
B
José Enrique
Carrera, cuando
militaba en el
conjunto Reynolds
erciano de nacimiento y de ascendencia (su padre de Santalla del Bierzo
–Priaranza del Bierzo-, y su madre de Ozuela –Ponferrada-), José Enrique Carrera
vive desde niño en León, donde llegó al ciclismo animado por un amigo a los 15
años de edad. Fue quemando etapas hasta enrolarse como juvenil en el Clas asturiano, desde el que daría el salto al Reynolds (posteriormente Banesto), donde
coincidiría como profesional con mitos como Perico Delgado y Miguel Indurain. Muy
castigado por los accidentes, se retiró siendo todavía muy joven cuando militaba
ya en las filas del conjunto Wigarma.
Carrera nació en Ponferrada en noviembre de 1965. Se trasladó con apenas
un par de años a León con su familia, que siempre mantuvo contacto con la comarca. Dio sus primeras pedaladas federadas en la capital de la provincia antes
de fichar por en el equipo juvenil del Clas, dirigido entonces por un histórico como
José Manuel Fuente ‘el Tarangu’. De aquellas hornadas surgió poco después el
equipo profesional que tantos éxitos dio al deporte español.
Los ojeadores del Reynolds se fijaron en el berciano, que no dudó en aceptar la propuesta del equipo navarro, al que llegó con 19 años como amateur en
1985, temporada en la que ya corrió algunas pruebas con los profesionales. Fue
al año siguiente el ciclista con licencia profesional más joven del pelotón. En ese
mismo 1986 se adjudicó una victoria de etapa en el Tour del Porvenir (entonces
denominado Tour de la Comunidad Económica Europea) que acabaría ganando
un tal Miguel Indurain.
Carrera se mantuvo hasta 1990 vinculado al conjunto dirigido por José Miguel
Echavarri y Eusebio Unzué compartiendo filas con ciclistas de la talla de Ángel
Arroyo, Julián Gorospe, Pedro Delgado y el propio Indurain. “Lo mejor es estar con
los mejores”, responde al ser preguntado por si la necesidad de trabajar para estas
figuras pudo condicionar su desarrollo como ciclista. Lo que sí cortó su carrera
profesional fueron los accidentes: el primero por la rotura del manillar en la Vuelta
a Cantabria de 1988, temporada en la que había llegado a liderar provisionalmente
la clasificación mundial y a vencer una etapa de la Vuelta a Andalucía.
Tras superar un grave accidente de coche, corría ya para el equipo Wigarma
cuando una caída en Mallorca durante la Vuelta a España de 1991 (participó
también en la ronda nacional en 1987 y 1988) colmó el vaso de su paciencia, por
lo que decidió, con apenas 25 años, dar por terminada su carrera profesional. Su
perfil como ciclista encajaría con lo que luego han representado corredores como
el francés Laurent Jalabert o el murciano Alejandro Valverde, todoterrenos con
condiciones muy aptas para carreras de un día. “Mi sueño siempre fueron las clásicas”, dice Carrera, convencido de que habría dado mucha guerra, por ejemplo,
sobre el pavés de la París-Roubaix.
“Conseguir estar entre los mejores sin que nadie me fuera abriendo las puertas”
es, visto con perspectiva, de lo que más orgulloso se siente al echar la vista atrás
el propio Carrera, que en 1994 fue protagonista en la primera victoria española en
un Mundial en ruta como seleccionador sub 18 en Ecuador. Actualmente ejerce su
labor profesional como coordinador deportivo en el Ayuntamiento de León.
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