sistema digestivo y sistema nervioso juntos pero no revueltos

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SISTEMA DIGESTIVO Y SISTEMA NERVIOSO
JUNTOS PERO NO REVUELTOS
CONCLUSIÓN
Empezamos por la conclusión para que veas lo importante que es este
artículo. Nuestra salud depende de lo que comemos, digerimos y
absorbemos (nuestro sistema digestivo) y de lo que pensamos y sentimos
(nuestro sistema nervioso).
Si te sientes hinchado, con gases, malas digestiones, diarrea,
estreñimiento, falta de energía y/o eres una persona que siempre eres
negativa, emocionalmente baja/o, siempre tienes miedo, poco confianza
en ti mismo… esto dará resultado a una situación de salud pobre. Puedes
tener algunos de los conceptos descritos, todos o combinaciones de ellos
pero si te sientes identificado te recomiendo que veas como a nivel
científico se relaciona lo dicho.
Es de vital importancia recuperar el sistema digestivo: reforzar sus
mucosas, los enzimas y la microbiota (estos son unos de los puntos más
importantes). Y entender nuestra mente y los patrones que tenemos en
nuestro interior que nos hacen activar el sistema nervioso influenciando
en nuestro sistema digestivo.
Esperemos que disfrutes del articulo!
Gracias
VISIÓN A TOMAR
Nuestra visión del cuerpo debería cambiar hacia la de un ser compuesto
de millones de células que se comunican entre si para actuar como un
todo, nuestro cuerpo es como una comunidad de vecinos o los habitantes
de una ciudad. Los ciudadanos usamos internet, el lenguaje oral, las
cartas, los mensajes, el tacto para relacionarnos y coordinarnos entre
nosotros. El cuerpo utiliza otro tipo de mensajes o lenguaje para
coordinar el funcionamiento. Este leguaje lo componen todas estas
sustancias (hormonas, neuropéptidos, neurotransmisores, citocinas,
peptidos digestivos y otros cientos
que se van descubriendo
continuamente). Cada una de ellas tiene un significado para la célula "me
hace falta mas agua", "tengo demasiado estrés", "necesito un descanso",
"tengo hambre", "estoy deprimido", "he comido mucho azúcar", "necesito
dormir", "a la carga que nos atacan", "esta situación no me conviene" o
"esto está demasiado sucio, necesitamos limpiar"... hay que estar atentos
a los mensajes que envía el cuerpo cuando tenemos síntomas y
enfermedades.
Nuestro cuerpo funciona como un todo interconectado entre sí y con el
medio que le rodea. Cuando una parte enferma no es sólo porque esa
parte está enferma, si no que es la manifestación de un desequilibrio en
todo el sistema "cuerpo humano" que se manifiesta en ese síntoma o
enfermedad.
El desequilibrio ha de verse en un contexto más amplio, en un sistema que
incluye la micro salud (la del ser humano que enferma, la psique y
cuerpo) y la macro salud (la del entorno que le rodea, incluida las
relaciones personales, el entorno social, laboral, el barrio, la ciudad, el
país, el planeta y el medio ambiente donde vive la persona). Ambos se
encuentran influenciados entre si. Cuando alguna de estas partes falla,
desequilibra al resto produciendo como consecuencia y manifestación esa
enfermedad. El cuerpo y su entorno forman una unidad que condicionan
el estado de salud y enfermedad. Y el síntoma o enfermedad es solo un
aviso que nos dice que algo falla en algún punto del sistema, al contrario
que
el
modelo
biomédico
que
solo
ve
al
órgano
enfermo.
No nos enferma el estómago o el riñón de forma aislada, sino todo
nuestro cuerpo e incluso todo nuestro entorno. Podemos tener un
conflicto laboral con nuestro jefe o un problema de relación con nuestro
marido, que nos produce estrés, frustración y ansiedad. Esto modifica el
funcionamiento del sistema nervioso, altera las secreciones de hormonas,
de adrenalina, disminuye la serotonina... Como resultado se puede
producir insomnio, dolor de cabeza, dolor de estómago, una ulcera o crisis
de migrañas. Si me centro sólo en el dolor de cabeza y doy un analgésico,
o en la úlcera y le doy un omeprazol, sólo soluciono el síntoma pero no la
causa y ese cuerpo sigue en desequilibrio y seguirá enfermando.
El entorno medioambiental puede ser también el desencadenante de
enfermedades a nivel de la población, por ejemplo contaminacion
ambiental, ciudades sin naturaleza, entornos laborales en edificios
cerrados sin conexión con aire ambiental o luz natural etc etc.
Al mismo tiempo, cuando se toma un medicamento para tratar una parte
del cuerpo, éste puede tener un efecto perjudicial sobre otro órgano. Por
ejemplo, protectores de estómago que producen a largo plazo
osteoporosis, o antiinflamatorios que causan úlceras de estómago o
insuficiencia renal. Los medicamentos pueden ser remedios puntuales
mientras solucionamos la causa real, pero a la larga o la solucionamos o
acaban
haciéndonos
daño
por
otro
sitio.
Si queremos que una persona se cure o permanezca sana debemos
cambiar el entorno en que se produjo esa enfermedad (factores sociales,
psicológicos, relaciones, dieta, hábitos de vida) o de lo contrario, la
enfermedad volverá a aparecer al reincorporar a la persona a su entorno
(por ejemplo después de una baja), tras el tratamiento o a pesar del
tratamiento. O se quita el estrés o se cambia la forma en que la persona
vive ese estrés.
SISTEMA DIGESTIVO (CUERPO) Y SISTEMA
NERVIOSO (MENTE): LA CONEXIÓN
Ahora mismo vamos a explicarlo todo muy simplista para poder entender
la conexión. El cuerpo diremos que lo representa el sistema digestivo y la
mente-emociones el sistema nervioso. Pero todo es un poco más
complicado pero para ver la conexión nos servirá.
 SISTEMA DIGESTIVO:
El sistema digestivo es uno de los sistemas más importantes de todo el
cuerpo - si su cuerpo no puede digerir y absorber los nutrientes y eliminar
los productos de desecho, entonces es casi imposible lograr una salud
óptima.
La función apropiada del intestino es fundamental para hacer frente a lo
que puede ser enfermedades aparentemente no relacionadas. Si el
intestino no es feliz, el cuerpo no es feliz.
Los alimentos que comemos pasan a través de una serie de diferentes
procesos a su paso por los distintos órganos de nuestro sistema
digestivo. Desde la boca hasta el intestino se somete a las acciones de
muchos diferentes enzimas digestivas y bacterias que los dividirán en una
forma para que puede ser utilizados por nuestro cuerpo. La comida
digerida se absorbe a través de las paredes de los intestinos al torrente
sanguíneo, lo que lleva a los órganos y tejidos para la energía, el
crecimiento y la reparación. Residuos no digeridos de los alimentos y otros
productos de desecho del cuerpo se llevan hasta el recto, donde son
eliminados por la acción de los intestinos.
Además de estas funciones vitales de las paredes intestinales están
revestidos con células y vasos linfáticos que juegan un papel muy
importante en nuestras defensas inmunitarias. También residen allí
millones de bacterias beneficiosas que nos ayudan a absorber nutrientes y
nos protegemos contra los microbios indeseables.
Cuando algo sale mal durante el proceso de la digestión, no sólo afecta a
los intestinos, sino que puede tener una amplia gama de efectos en el
resto del cuerpo. Puede afectar el sistema inmunológico, la absorción de
nutrientes, las alergias, la salud de la piel, la inflamación y la producción
de energía.
Incluso si comes lo que tu consideras ser una dieta ideal, si tu cuerpo no
está rompiendo, absorbiendo y utilizando los nutrientes, no importa que
alimentos pongas en tu plato porque tu cuerpo no será capaz de
utilizarlos.
Por ejemplo, la mala función de la enzima digestiva puede conducir a
problemas para descomponer los alimentos que a su vez puede contribuir
a la indigestión, gases, hinchazón y estreñimiento.
Otro ejemplo seria al tomar ciertos medicamentos comunes pueden
suprimir el ácido estomacal y hacer que la digestión sea peor, y a limitar la
capacidad del cuerpo para absorber los nutrientes como el calcio, por
ejemplo.
Si usted está sufriendo de una mala digestión puede experimentar
síntomas tales como:
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Distensión
Flatulencias e eructos.
Reflujo
Mal aliento
Fatiga
Dolores de cabeza, migrañas
Nauseas y vómitos
Estreñimiento, diarrea, síndrome del intestino irritable
Enfermedad Inflamatoria Intestinal: la enfermedad de Crohn, colitis
ulcerosa
Disbiosis intestinal (desequilibrios microflora intestinal o
sobrecrecimiento cándida intestinal)
Alergias a los alimentos
Síndrome de intestino permeable
Úlceras
El reflujo ácido / Acidez
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La indigestión, gases, hinchazón
Enzima insuficiencia pancreática
Problemas de la vejiga
Hepatitis, congestión hepática o hígado graso
La diverticulosis o diverticulitis
etc
Otras síntomas o enfermedades relacionadas indirectamente con el
sistema digestivo:
 Enfermedades autoinmunes
 Alergias
 Enfermedades de la piel
 Las migrañas y dolores de cabeza
 Fatiga
 Ganancia o pérdida de peso
 Dolor en las articulaciones, artritis
 Confusión mental-emocional
 Etc
 SISTEMA NERVIOSO
El sistema nervioso: “genera” la mente, las emociones, el control de las
funciones de los órganos y controla las secreciones hormonales y de otras
sustancias reguladoras. Todas estas funciones se influencian entre si.
El principal regulador de todo el cuerpo humano es el sistema
nervioso que actúa como director de orquesta que controla todo, incluso
regula parte del funcionamiento del sistema inmune. El sistema nervioso
podemos dividirlo en dos grandes partes.
1.
Sistema nervioso central (encéfalo, tronco del enféfalo,
cerebelo y medula espinal)
2.
El sistema nervioso periferico (SNP) (ganglios y nervios que
salen
y
entran
de
la médula y
que
llegan
a
todos
los órganos, sentidos, músculos y piel) que se a su vez se divide en:
1.
SNP motor: controla los movimientos
2.
SNP sensitivo: recoge la información de los sentidos y la
sensibilidad tanto consciente (piel) como inconsciente (de las
vísceras, órganos, músculos y articulaciones)
3.
Sistema Nervioso Vegetativo (o sistema nervioso
autónomo SNA). Es el encargado de controlar todas las
funciones automáticas del cuerpo, como la digestión, el ritmo
cardiaco, el respiratorio, glándulas, parte de las secreciones
hormonales y neuropetídicas...
1.
Sistema nervioso simpático: actividad y alerta.
2.
Sistema
nervioso parasimpático: relajación
descanso.
3.
Sistema nervioso entérico: se encarga de
controlar directamente el sistema gastrointestinal.
El sistema nervioso es donde se expresa nuestra mente y nuestras
emociones, regula el funcionamiento de los órganos y visceras, sistema
cardiovascular, la respiración y el control central de las secreciones
hormonales de las glandulas endocrinas (por ejemplo el estres y la
ansiedad aumentan el cortisol, la cortisona humana). Ambas funciones del
sistema nervioso, la mental y la reguladora están influenciadas entre si
mutuamente. El estado de nuestra mente, nuestras percepciones y
emociones se refleja en el resto del organismo mediante la secreción de
neuropeptidos, neutrotransmisores y hormonas que actúan sobre todas
las células del organismo e incluso modula la respuesta inmune, hasta el
punto que es posible condicionar respuestas inmunitarias mediante
condicionamiento clásico. El sistema nervioso conecta directamente
nuestra mente y nuestras emociones con los efectos en el organismo de
las mismas.
Para simplificar la cosa diremos que encéfalo (Parte central del sistema
nervioso de los vertebrados, encerrada y protegida en la cavidad craneal y
formada por el cerebro, el cerebelo y el bulbo raquídeo.) dispone de
una zona consciente, la corteza que genera los pensamientos, y
otra inconsciente, que corresponde a todo lo que está por debajo de
ella, controlando el resto de funciones del organismo y generando las
emociones por la amígdala, todo lo que no hacemos o sentimos de forma
consciente. Ambas partes están íntimamente interconectadas y se
influyen mutuamente. Lo consciente influye a lo inconsciente y viceversa.
El sistema nervioso vegetativo es el gran desconocido y frecuentemente
infravalorado de los médicos. Sabemos que está ahí, que es el responsable
de que TODO el organismo funcione coordinadamente y que se adapte
continuamente a las necesidades del medio, que es el responsable de un
gran número de patologías y síntomas, pero hemos aprendido muy poco a
manejarlo y regularlo. Lo que muchos no saben es que el propio sistema
es capaz de perpetuar enfermedades incluso aunque los factores que la
ocasionaron hayan desaparecido, por una especie de memoria y
condicionamiento aprendido.
Nuestra parte consciente genera el flujo del pensamiento, nuestra mente,
nuestra conversación interna. Nuestros pensamientos generan emociones
(casi siempre, antes de una emoción ha existido un pensamiento, la
mayoria de las veces por patrones de pensamientos automáticos
condicionados por el aprendizaje y la experiencia previa). Las emociones y
la amígdala, se encuentran en un punto intermedio conectando nuestro
pensamiento con nuestro cuerpo y conformando el otro gran regulador
del organismo. Son ellas las que activan o desactivan el sistema nervioso
vegetativo (más simpático, más parasimpático). Cualquier pensamiento
que tengamos, automático o voluntario, genera un tipo de emoción que
impregna el comportamiento de nuestro sistema nervios vegetativo y
modifica el funcionamiento de nuestros organos, contrayendo partes del
cuerpo, aumentando la secreción de ácido del estómago, la frecuencia
cardíaca, la respiración, produciendo espasmos en el intestino,
haciéndonos sudar, sonrojándonos, llorando, de vísceras huecas...
Todo lo que pensamos y sentimos afecta en mayor o menor medida a
nuestro cuerpo. Si los pensamientos y emociones son continuamente
"negativos" (en realidad no suelen ser malos per si, sólo si se vuelven
desadaptados si persisten en el tiempo innecesariamente) nuestros
órganos, nuestros músculos, nuestras vísceras están continuamente
funcionando de forma forzada, adaptándose a una situación de estrés
permanente que acaba por hacerlos enfermar. Por ejemplo:
- Si pienso que me persiguen y siento miedo, mi corazón se acelera,
me sudan las manos, se me seca la boca, me dan diarreas o se me
contraen los músculos del cuerpo
- Pienso que soy afortunado y mis músculos se relajan, siento
bienestar, mi tensión desciende mi cuerpo se oxigena y mi
respiración se hace más profunda.
Las funciones digestivas están controladas de forma automática por el
sistema nervioso autónomo y por tanto muy influenciado por el nivel de
activación emocional, la adrenalina, el estrés o las técnicas de relajación.
La mayoría de los trastornos funcionales del sistema digestivo están muy
vinculados a la esfera emocional: Síndrome intestino irritable, la
dispepsia (desde digestiones pesadas, saciedad precoz, sensación de ardor
o dolor estómago, hinchazón abdominal) empeoran en situaciones de
estrés emocional y mejoran en épocas de estabilidad y con técnicas de
relajación.
El estrés agudo en cambio se relación con mayor incidencia de infartos de
miocardio e ICTUS.
La respiración ejerce un poderoso control sobre todo el sistema
autónomo y deberíamos aprender a utilizarla a nuestro favor. Si no
somos consientes de ella, se acelera y se hace superficial en momentos de
estés, prisas, preocupaciones o miedo (el miedo es la principal emoción
que está detrás de muchos de los problemas emocionales, "La felicidad es
la ausencia de miedo") y se enlentece y profundiza en situaciones de relax,
bienestar, distracción. Podemos usarla a nuestro favor si somos
conscientes de ella para producir relajación en el organismo. Si alargo la
respiración, la enlentezco y la hago más profunda el sistema nervioso se
relaja y se disipan las emociones negativas. Nos ayuda a conectar con
nuestro yo y a desidentificarnos de nuestras emociones cuando éstas ya
no son necesarias.
CONEXIÓN
NERVIOSO
SISTEMA
DIGESTIVO
Y
SISTEMA
El sistema nervioso entérico (SNE) es una subdivisión del sistema nervioso
autónomo que se encarga de controlar directamente el aparato digestivo.
Se encuentra en las envolturas de tejido que revisten el esófago,
el estómago, el intestino delgado y el colon.
El SNE es un sistema nervioso independiente que controla y coordina la
motilidad, el flujo sanguíneo y la secreción gastrointestinal. La función
independiente del SNE se origina de la actividad coordinada de las
neuronas sensiorales, interneuronas y neuronas motoras. Los programas
del SNE reciben instrucciones del sistema nervioso central por medio de
las fibras eferentes y aferentes pertenecientes al sistema nervioso
autónomo, lo cual evidencia su actividad como parte de un sistema
nervioso que actúa en forma integral.
Curiosamente, ese sistema interviene en muchas de las funciones
relacionadas con la nutrición, ayudando a la absorción de alimentos, y
estableciendo una barrera defensiva para nosotros, ya que la nutrición es
una de las misiones fundamentales para la supervivencia junto a la
respiración.
Además, el Sistema Nervioso Entérico interviene en el procedimiento de
moléculas y neurotransmisores, como la serotonina, —la que nos hace
estar contentos y con buen ánimo— de la cual, hasta el 90% se produce en
este Sistema Nervioso. ¿Será por eso que después de comer estamos
contentos y relajados?
En cierto modo, la manera de sentir y de pensar está íntimamente
relacionada con nuestra alimentación y por eso se nota tanto cómo nos
afectan los distintos alimentos que tomamos y cómo los tomamos. Por
eso es tan importante que se coma relajado, despacio, con consciencia de
que estamos comiendo y no distraernos viendo la TV o haciendo otra cosa
al mismo tiempo.
Lógicamente, este segundo cerebro (así se le llama el SNE) no piensa en
una forma tan compleja como el de la cabeza pero se encarga de
funciones vitales como el proceso de digestión de alimentos y de segregar
las sustancias químicas necesarias para la misma así como para la correcta
extracción y aprovechamiento de los nutrientes y vitaminas que
necesitamos para sobrevivir.
Cuando tenemos el estómago vacío, nuestro cuerpo está en un estado de
comportamiento más agresivo. Esto parece estar motivado porque el
triptófano, que incorporamos a nuestro cuerpo con la alimentación es la
sustancia que se encarga de producir la serotonina que controla nuestras
emociones a nivel cerebral, por lo que bajos niveles de uno y de otro
ocasionan que estemos con mal carácter.
Como el hecho de comer supone introducir posibles patógenos en
nuestro organismo, el Sistema Nervioso Entérico se encarga de estar
alerta, dando instrucciones al cerebro para que provoque un vómito si
detecta sustancias que pueden envenenarnos o provocando una diarrea
en caso de pequeñas intoxicaciones.
Aunque siempre se ha sabido que el Sistema Nervioso Entérico es el
encargado de controlar la digestión, ahora se sabe también de
su importancia en nuestro bienestar físico y emocional. La comunicación
entre ambos sistemas, se realiza a través del llamado nervio vago, y esa
comunicación nos ayuda a percibir las amenazas y actuar en consecuencia.
Además la comunicación se da en ambos sentidos.
Es importante prestar atención a los mensajes de nuestro “segundo
cerebro”, de escuchar lo que nos dicen las tripas. Cuando estamos
estreñidos, solemos estar con mal ánimo, bajando incluso la libido. El
motivo suele ser una baja producción de serotonina. Cuando estamos
demasiado llenos o en una digestión pesada, nos encontramos mal y se
nota hasta en el humor y la incapacidad de concentrarnos.
Por ejemplo cuando comemos, una sustancia que segrega el Sistema
Entérico, avisa al cerebro de que ya no debe comer más porque estamos
llenos. Cuando hacemos la digestión, la sangre se desvía concentrándose
en el sistema digestivo por lo que no es bueno hacer tareas intelectuales.
Al igual que un alimento en mal estado puede hacer que nos entren
arcadas y ganas de vomitar, en sentido inverso, una situación de estrés o
de miedo, puede provocar reacciones intestinales como diarrea.
Incluso sensaciones tan placenteras como el amor, hacen que las
diferentes hormonas que intervienen en el proceso cerebral, afecten al
segundo cerebro, haciéndonos sentir mariposas en el estómago, esos
nervios y flojera tan peculiares en la fase de enamoramiento. (otro día
explicaremos las relación del sistema nervioso con el endocrino –
hormonal)
COMO TRABAJAMOS
Al entender el origen de las diferentes patologías que nos encontramos lo
primero es empezara poner una base solida para poder trabajarlas.
Un punto muy importante es restablecer el sistema digestivo y que trabaje
en condiciones. Eso conlleva conocer a cada persona para poder tratarla.
Por ejemplo, dos persona que tengan una misma patología puede tratarse
de maneras distintas porque si una es muy nerviosa se tendrá que trabajar
más el sistema nervioso conjuntamente con el digestivo que una persona
que tenga la misma patología pero que tenga el sistema nervioso calmado.
Con todo esto queremos decir que es bueno conocer como es la persona
para poder empezar a trabajar con ella. Por eso dedicamos 2 horas en la
primera entrevista para profundizar en el resultado. Conjuntamente
utilizamos ciertos instrumentos para ayudarnos a saber el estado actual de
la persona y poder aconsejarle para que saque mayor rendimiento a su
cuerpo y encontrar el punto de equilibrio entre mente, emociones y
cuerpo. Se ofrecen todas las herramientas necesarias para poder trabajar
su cuerpo, su mente y sus emociones.
Las alimentación es un punto esencial para empezar a construir la base
adecuada jugando con plantas y complementos naturales para que el
sistema digestivo, nervioso… pueda trabajar en equilibrio.
Si quieres ver más de nuestro funcionamiento entrar en nuestra web
www.vitamsana.com y encontraras como funcionamos y muchas más
información.
Muchas gracias
Albert Sanchez
Químico especializado en nutrición y director del proyecto Vitamsana.
Contacto:
[email protected]
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