MEMORIA INFORMATIVA TOMO - Ayuntamiento de Villa de Arico

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PLAN GENERAL DE
ARICO
ADAPTACIÓN PLENA Y ADAPTACIÓN
A LAS DIRECTRICES DE ORDENACIÓN
GENERAL Y DEL TURISMO.
AVANCE
ADAPTACIÓN A LA LEY 8 Y 13/2007
MEMORIA INFORMATIVA
TOMO I
Firmado por: NOMBRE RODRIGUEZ SUAREZ MARIA JESUS - NIF
78690953H
Motivo: Este es el documento que ha sido informado por la Oficina
Técnica de esta Corporación.
Localización: Ilustre Ayuntamiento de Villa de Arico
Fecha y hora: 27.01.2011 13:10:48
Documento de Avance
PLAN
ARICO
GENERAL
DE
ORDENACIÓN
Documento de Adaptación
ÍNDICE:
MEMORIA INFORMATIVA
A. INFORMACIÓN URBANÍSTICA
TOMO I
1.
TOMO II
2.
INVENTARIO AMBIENTAL
1.1.
LOCALIZACIÓN Y DESCRIPCION GENERAL DEL TERRITORIO MUNICIPAL
1.2.
GEOLOGÍA Y GEOMORFOLOGÍA
1.3.
CLIMA E HIDROLOGÍA
1.4.
SUELOS
1.5.
FLORA Y VEGETACIÓN
1.6.
FAUNA
1.7.
PATRIMONIO CULTURAL
1.8.
USOS DEL SUELO
1.9.
IMPACTOS AMBIENTALES PREEXISTENTES
1.10.
PAISAJE
1.11.
ESPACIOS NATURALES PROTEGIDOS
1.11.1.
Red Natura 2000.
1.11.2.
Red Canaria de Espacios Naturales Protegidos.
ANALISIS TERRITORIAL
2.1.
DESCRIPCIÓN DEL MODELO TERRITORIAL EXISTENTE (DOG. 53.1)
2.2.
DESCRIPCIÓN Y ANÁLISIS DEL SISTEMA URBANO
2.3.
2.2.1.
Síntesis de la evaluación de los procesos de ocupación y transformación del territorio
municipal.
2.2.2.
Características de la estructura y formas de los núcleos.
2.2.3.
Extensión superficial y capacidad del suelo urbano y urbanizable clasificado por el
planeamiento vigente para los distintos usos.
2.2.4.
Estructura del parque de viviendas.
2.2.5.
Análisis del uso eficiente del suelo.
2.2.5.1.
Áreas urbanas que se encuentran deficientemente utilizadas (DOG.72.1)
2.2.5.2.
Áreas urbanas con destino residencial o industrial que presenten una edificabilidad o
densidad notablemente inferior a las propias de zonas urbanísticas dentro del propio
núcleo (DOG.72.2)
DESCRIPCIÓN Y ANÁLISIS DEL SISTEMA RURAL.
2.3.1.
Evolución de la edificación en el medio rural, usos y tipologías dominantes.
2.3.2.
Extensión superficial y capacidad de población en los asentamientos rurales
2.4.
SISTEMAS DE INFRAESTRUCTURAS Y SERVICIOS
2.5.
SISTEMAS GENERALES, DOTACIONES Y EQUIPAMIENTOS EXISTENTES
PROYECTOS Y PROPUESTAS QUE AFECTEN O PUEDAN AFECTAR A LA PROPUESTA DE
ORDENACIÓN.
ANÁLISIS SOCIOECONÓMICO (RP.38i)
2.6.
3.
3.1.
Memoria Informativa
DEMOGRAFÍA
3.1.1.
Evolución reciente y características de la población.
3.1.2.
Entidades y núcleos de población
3.1.3.
Estructura de la población
3.1.4.
Población activa y ocupada
3.1.5.
Estimación de la población
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Documento de Adaptación
3.1.5.1.
3.2.
4.
Estimación de la población considerando la población real existente
ECONOMÍA Y MOVILIDAD LABORAL
3.2.1.
Economía local (DOG 135.2)
3.2.2.
La movilidad laboral
3.2.3.
Niveles de educación
REGIMEN JURÍDICO DEL TERRITORIO
4.1.
4.2.
CATEGORÍAS DE PROTECCIÓN
4.1.1.
Espacios Naturales Protegidos
4.1.2.
Protección sectorial
4.1.2.1.
Costas
4.1.2.2.
Puertos
4.1.2.3.
Carreteras
4.1.2.4.
Aguas terrestres
4.1.2.5.
Agricultura
4.1.2.6.
Accesibilidad y supresión de barreras físicas, urbanísticas y arquitectónicas
4.1.2.7.
Actividades molestas, insalubres, nocivas y peligrosas o clasificadas
4.1.2.8.
Censo de edificaciones no amparadas por licencia urbanística
4.1.2.9.
Comercio
4.1.2.10.
Hidrocarburos
4.1.2.11.
Cementerios
4.1.2.12.
Prevención de incendios forestales.
4.1.2.13.
Residuos
4.1.2.14.
Patrimonio Histórico-Artístico
PLANEAMIENTO VIGENTE
4.2.1.
Planeamiento general
4.2.2.
Instrumentos de ordenación de los Espacios Naturales Protegidos
4.2.3.
Plan Insular de Ordenación de Tenerife (PIOT)
4.2.4.
Plan Territorial Especial de la Ordenación Turística Insular de Tenerife (PTOTT)
4.2.5.
Plan Territorial Parcial de la Plataforma Logística del Sur (PTPLS)
4.2.6.
Plan Territorial Especial de la Actividad Ganadera de Tenerife
4.2.7
Plan Territorial Especial de Ordenación de Infraestructuras del Tren del Sur
B. DIAGNÓSTICO AMBIENTAL
5.
OBJETIVOS Y CRITERIOS DE ORDENACIÓN. DIAGNÓSTICO AMBIENTAL
5.1.
UNIDADES AMBIENTALES
5.1.1.
Unidades ambientales homogéneas
5.2.
AREAS DE INTERÉS
5.3.
RIESGOS
5.4.
PROBLEMÁTICA AMBIENTAL PREEXISTENTE
5.5.
LIMITACIONES DE USO DERIVADAS DE PARÁMETROS AMBIENTALES
5.6.
DINÁMICAS TERRITORIALES. DIAGNÓSTICO DE POTENCIALIDADES
6.
ORDEN DE PRIORIDAD DE LAS MEDIDAS AMBIENTALES POSITIVAS
7.
CIRCUNSTANCIAS DE REVISIÓN
ANEXO INVENTARIO PATRIMONIAL
Memoria Informativa
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1. INVENTARIO AMBIENTAL
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1.1. LOCALIZACIÓN Y DESCRIPCIÓN GENERAL DEL TERRITORIO
MUNICIPAL
El municipio de Arico cuenta con un total de 178,76 km 2, lo que le convierte en el segundo municipio con más
superficie de la Isla de Tenerife, tan sólo superado por La Orotava. No obstante cabe señalar que gran parte del
territorio municipal de La Orotava se encuentra dentro del Parque Nacional del Teide y prácticamente se trata de un
vacío demográfico con usos muy limitados y de control exógeno, por lo que, de facto, Arico es el municipio que
cuenta un mayor territorio a escala Insular.
El municipio, desde el punto de vista de la estructuración territorial de los usos muestra una serie de elementos
comunes en diferentes zonas que permiten definir sectores en función de los usos que ellas se desarrollan. En
líneas generales estas áreas se disponen de forma paralela a la costa formado varias franjas altitudinales que
ofrecen cierta homogeneidad de usos, e incluso paisajística y funcional, dentro de las lógicas variaciones internas
que las diferentes condiciones ambientales y de actividad humana introducen en el territorio. Estas áreas están
condicionadas por la presencia de vías longitudinales que atraviesan el municipio por la costa (TF-1) y por las
medianías (TF-28) y por la red de vías transversales (sureste-noroeste) que discurren por los trazados de los
antiguos caminos que comunican la costa de Arico (zonas tradicionales por donde se realizaba la exportación e
importación de productos) con las áreas productoras de medianías (donde tradicionalmente también se concentró
la actividad agrícola de secano, hasta la llegada del regadío) y las cumbres (aprovechamientos forestales).
1.2. GEOLOGÍA Y GEOMORFOLOGÍA.
1.2.1. Introducción geológica, geomorfológica y fisiográfica.
El Municipio de Arico se sitúa sobre una rampa en pendiente decreciente de cumbre a costa, más acusada sobre
los mil metros y más suave por debajo de los cuatrocientos metros, alterada por la presencia de numerosos conos
volcánicos, coladas y barrancos. El municipio se extiende desde el litoral hasta las cumbres altas del borde de Las
Cañadas, donde se superan los 2.500 metros de altura, como el Roque de la Grieta (2576 m) o la Montaña
Pasajirón (2529 m). El municipio conforma un trapecio que se estrecha hacia las cumbres y que ocupa un total de
178,76 km2, siendo el segundo municipio más extenso de Tenerife. El perímetro es de 65,57km, de los cuales,
20,75 corresponden a una línea costera en general bastante recta, con diversos pequeños cabos y golfos que
introducen variedad y generan interesantes espacios naturales y humanos. Clinométricamente el municipio
presenta la clásica configuración de rampa costa cumbre, donde las pendientes se van suavizando
progresivamente mientras se desciende en cota, hasta llegar a una serie de llanos costeros, sólo alterados por la
presencia de la densa red local de barrancos (especialmente al este del municipio) y por pequeñas variaciones
locales o zonales (frente costero acantilado, conos volcánicos piroclásticos de la plataforma litoral, etc.).
Predominan por tanto las pendientes suaves en las zonas bajas, de entorno al 10-20% en las medianías bajas y la
costa; y de alrededor del 40-50% en las medianías altas y cumbres. Los barrancos por su topografía accidentada y
fuertes desniveles, llegan habitualmente a pendientes superiores al 80%. Destacan en este sentido la cabecera del
Barranco de El Río y el Barranco de Tamadaya.
Memoria Informativa
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En una primera aproximación al territorio, el soporte geológico y geomorfológico del municipio de Arico está
informado, en parte por la gran potencia y extensión de los depósitos pumíticos que parecen unificar la textura y el
color del paisaje, y por la falta de relieves destacables que introduzcan rugosidades significativas en el mismo. Los
elementos discordantes y que nos permiten dividir y estructurar el espacio son los barrancos con sus
correspondientes interfluvios. Estos barrancos no tienen hoy actividad morfogenética, y excepto el Barranco de El
Río, en el que su cauce superior es recorrido por un pequeño caudal permanente todo el año, están secos, hasta
que en los episodios de lluvias torrenciales se reactiva su dinámica fluvial, produciéndose un acarreo masivo de
materiales (GIGANTE CARBALLO, 2003). Aunque la actividad morfogenética está limitada en al actualidad, Arico
muestra un intenso abarrancamiento, destacando por su entidad superficial y por su profundidad los barrancos de
El Río, Tamadaya o Los Caballos, ofreciendo un paisaje definido por una sucesión de lomos y barrancos, que se
disponen de manera radial en torno a la zona alta de la isla, y de cursos rectilíneos y encajamiento variable, que
han depositado en la costa gran cantidad de aluviones.
Por su parte, en el sector costero se puede hablar de una suave llanura que resuelve su contacto con el mar en
una alternancia de cantiles de escasa entidad (Tabaibal del Porís sobre rocas basálticas; Tajao sobre rocas
sálicas), con una serie de playas y calas, algunas de recubrimiento arenoso delgado, como los Abriguitos, Abades
o La Punta, pero la mayoría de callao y gravas de diferente granulometría. Debido a la interacción entre la dinámica
marina, los aportes de sedimentos de los barrancos y la intensa dinámica eólica fruto del soplo del viento alisio, se
han creado playas de arena como la de las Eras en la desembocadura del barranco de La Linde, en El Porís, en la
desembocadura del barranco de Los Caballos, así como las mencionadas de La Punta de Abona, Abades y Los
Abriguitos.
Geológicamente en el territorio se alternan las coladas basálticas procedentes de conos piroclásticos monogénicos
como La Centinela, o Magua. Estos depósitos introducen elementos diversificadores en la estructura
geomorfológica comentada anteriormente, como también la presencia de los propios
conos de naturaleza
basáltica, con coladas basálticas y fonolíticas, estas últimas constituyendo los enclaves de la famosa “losa
chasnera”.
El volcanismo histórico también está presente en el municipio, ya que en diciembre de 1704, el Volcán de Siete
Fuentes entró en erupción en el Llano de los Infantes, en la Cumbre, levantando un cono de cenizas y derramando
sus escasas coladas por un barranco.
1.2.2. Sector septentrional de Arico (Barranco de La Linde / Barranco de Lere- Los Caballos).
Geología y geomorfología estructural.
En los sectores septentrionales del municipio destacan por su presencia casi hegemónica los depósitos de pumitas
de la Serie III que se establecen sobre basaltos también de la misma serie. Varios conos de emisión bien
conservados, pertenecientes todos a la Serie III. Son importantes también los afloramientos de traquibasaltos y
fonolitas máficas que aparecen en sectores costeros del Tabaibal del Porís y las fonolitas sobre las que se asienta
buena parte del Porís de Abona. La Montaña Magua es uno de estos conos volcánicos bien conservados, de la
serie III, que ha generado unos malpaíses, muy alterados por la actividad humana (la TF-1 los corta en dos), que
llegaron hasta el mar, formando la Punta del Rincón (Tabaibal del Porís).
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Ilustración 1. La disminución de pendiente conforme nos acercamos a la costa y la presencia de los
depósitos de pumitas definen en buena manera el soporte geoestructrural de Arico.
En la medianía y cumbres de este sector, el accidente geomorfológico más importante es el borde exterior del
escarpe del antiguo edificio Cañadas. Sobre este particular se han pronunciado varias hipótesis, y su formación
continúa siendo objeto de debate, si bien parece que la teoría del deslizamiento del Valle de La Orotava está más
aceptada por la comunidad científica. Las emisiones de este edificio fueron principalmente las creadoras de todo el
paisaje de las Bandas del Sur, de naturaleza pumítica y definidor del paisaje de Arico. El proceso de hundimiento
decapitó una serie de barrancos profundos que drenaban sus laderas. Tras ese suceso, los barrancos (Pasajirón,
Río, Albarderos, Madre del Agua) han seguido erosionando los restos del escarpe.
Se alternan las coladas basálticas más antiguas (afloramientos de la Serie II, pliocenicas), que aparecen en los
barrancos de mayor entidad como el de Tamadaya. Sobre estas coladas yacen importantes conjuntos de fonolitas
y traquitas de grandes potencias en la zona de Los Picachos, Lomo del Guincho y Los Barditos.
Geológicamente resulta interesante, en la zona de Pasajirón, que es un domo formado por el apilamiento de altas
coladas masivas de tipo fonolítico, y ya en las cumbres más altas, la existencia de un afloramiento de basaltos
plagioclásicos pliocénicos, que son la parte más baja de la Serie Cañadas. A pesar de ello el dominio de las
fonolitas, salpicadas por basalto, todos de la Serie III, es indudable, aunque también encontramos depósitos
colgados de pumitas recientes en ciertas partes altas de los lomos y sometidas a intensos procesos de erosión.
Más hacia el norte el soporte espacial se va transformando y los grandes escarpes van dando paso a zonas más o
menos llanas como el Llano del Conejo y El Llano de La Lapa, que tienen una génesis sedimentaria, ya que son
fruto de la acumulación de materiales, en el fondo de sectores endorreicos, fruto de la erosión del escarpe de las
Cañadas. Sobre uno de estos llanos, el de Los Infantes, se produjeron en diciembre de 1704 una serie de
movimientos sísmicos que presagiaban la erupción del Volcán de Siete Fuentes, que empieza el 31 de diciembre, y
que dura hasta el 5 de enero de 1705. Esta manifestación volcánica obedece a una erupción fisural en la zona de
los montes de Tenerife que tendría su continuación con los volcanes de Fasnia y de Arafo, colocado sobre una
gran línea de distensión o fisura con orientación NE-SW que abarca unos 13 kilómetros.
El cono volcánico de Siete Fuentes mide unos 37 metros desde su base, por lo que el proceso constructivo fue
bastante rápido (cinco días). Comparte rasgos morfológicos con sus coetáneos de aquel episodio, de lo que
deducimos que su modelo eruptivo es similar. El edificio se construyó a partir de 7 bocas eruptivas que se disponen
de modo lineal a lo largo de unos cuatrocientos metros, que emitieron cortas y estrechas coladas que se
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canalizaron por las vaguadas y barrancos cercanos, alcanzando solamente unos 1200 metros de recorrido, y con
tan escasa entidad que no llegan a rellenar por completo los barrancos por los que discurren (ROMERO, 1986). La
boca más occidental fue la que difundió una mayor cantidad de lavas y la que mantiene una morfología
eminentemente eruptiva. En la actualidad, el campo de piroclastos está bastante erosionado por procesos de
arroyada.
Es importante destacar que los asentamientos humanos en este sector se localizan siempre en zonas de tobas
pumíticas, que también son las que ofrecen sectores de los lomos más allanados, sobre todo en la costa y
medianía baja.
Geomorfología dinámica
Los únicos depósitos sedimentarios destacables están situados en la Playa de Las Carretas, debido a la actividad
de los barrancos de La Linde y de Las Carretas, y en la Playa de Las Eras, fruto del acarreo del Barranco del
Helecho y su confluencia con el Barranco de la Cuerva, que es el curso bajo del Barranco de Tamadaya.
1.2.3. Sector meridional de Arico (Barranco de Lere- Los Caballos/ Barranco del Río.).
Geología y geomorfología estructural.
Esta zona se caracteriza por una gran presencia en la costa de conos volcánicos, algunos con su centro de emisión
y bordes de cráter bien conservados, como Centinela, Montaña del Puerto y otros bastante desmantelados y
cubiertos por otros materiales. Las coladas de estos centros de emisión solamente afloran en el fondo y paredes de
algunos barrancos (Barranco de Narices, Barranco del Pedregal). La topografía de este sector en su costa muestra
rasgos de marcada planitud (Llanos de San Juan, Llanos del Viso, Llano de Santiago), que coinciden con tobas
pumíticas, que predominan en todo el sector meridional de Arico, marcando el techo estratigráfico y el paisaje
consiguiente. Precisamente se trata de los materiales que cubren los materiales de los centros de emisión citados.
También son importantes las potentes coladas piroclasticas tefríticas y fonolíticas que llegaron a alcanzar el mar,
sobre todo entre la ensenada de Abades y el Collado de Tajao, donde toda la costa acantilada y erosionada por el
mar es de esta naturaleza. Otras coladas como las de traquibasaltos de la Serie III que se sitúan entre el Lomo de
Arico y El Río resultan igualmente interesantes.
Con posterioridad, se producen una serie de erupciones de tipo basáltico, asociadas a unos centros de emisión
formados por escorias y piroclastos bien conservados. El primero de ellos, la Montaña de El Puerto, se sitúa sobre
el Porís y sus coladas llegan hasta el mar pero que nunca tuvieron la entidad de
las potentes coladas de
traquibasaltos y fonolitas máficas que conforman lo que hoy es el Morro de La Caleta, tras el puerto del Porís.
La Montaña Centinela, (Monumento Natural) dio lugar a un gran malpaís, actualmente erosionado y afectado por la
actividad humana, y cubierto en algunos lugares por tobas de pómez fonolítico. Estas coladas generaron la Punta
de Abona, entre La Punta y Los Abrigos. En este sector costero, aparecen hornitos, bombas volcánicas, coladas de
tipo “aa”, que sepultaron antiguos centros eruptivos hoy desmantelados por la actividad del mar.
La Montaña de Abades obedece también a ese mismo tipo de erupciones basálticas de Serie III, hoy semidestruido
por la abrasión marina, y solamente subsiste el arco del cráter pegado a la isla, quedando un acantilado de 40m y
en el que se puede ver la forma interna del cono de escorias y piroclastos.
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Geomorfología dinámica.
Dinámicamente son de destacar, en el litoral, los acantilados recientes labrados por el mar sobre los materiales
pumíticos entre la Punta de Los Morretes y la Punta de Tajao, con una altura de entre 8 y 10 metros, con perfiles
cóncavos y en los que podemos observar huellas de casi todos los procesos de erosión marina ya sea mecánica o
química.
En este sector es también donde encontramos los depósitos sedimentarios más importantes del municipio. Algunos
en forma de playas de arenas marinas eolizadas, conforman incluso una substancial banda de arenas que se
adentran en el interior, como es el caso de Playa Grande, en La Punta de Abona. Otras playas significativas son la
Ensenada de Abades, en la desembocadura del Barranco Narices, La Playa de Cayado Hondo, en la
desembocadura del Barranco de Guasiegre, y la playa de La Caleta.
Mención aparte merecen los depósitos aluviales del Barranco del Río, aunque estos depósitos surgen en todas las
desembocaduras de los barrancos, son aquí una gran rambla que se desarrolla desde los 100 metros hasta el nivel
del mar, estableciendo una amplia playa de bloques, cantos rodados, gravas y arenas de diferente granulometría
(Playa del Callao del Río).
En este sector del litoral del municipio aparecen manifestaciones de carácter puntual de formas marinas fósiles,
debidas a las variaciones del nivel marino a lo largo del cuaternario, con un desarrollo espacial reducido, pero que
por su diversidad y gran concentración respecto a todo el litoral de la isla, debemos plasmar aquí (YANES LUQUE,
1990). La existencia de estas paleoformas aquí deben relacionarse con un oleaje menos intenso, y con un litoral
en el que existen una gran cantidad de puntas y obstáculos que favorecen la difracción de las olas y que sirven de
protección a muchas de estas paleoformas respecto a procesos erosivos marinos actuales. Se deben citar las
playas levantadas de Punta Abades y La Caleta, y los niveles de abrasión fósil de Tajao y El Río.
Ilustración 2. Playa de La Punta, acumulaciones de arenas marinas que han generado dunas trepadoras.
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1.2.4. Riesgos geomorfológicos.
Los riesgos geomorfológicos de importancia detectados en Arico, son los relacionados con el propio ciclo
geodinámico externo. Aunque en el municipio se ha registrado un caso de erupción volcánica histórica, ésta ha
estado asociada a un vulcanismo de tipo estromboliano, de baja explosividad, y además de un corto recorrido de
las coladas, que se encauzaron por un barranco. Todo ello se produjo en una zona deshabitada en el momento de
la erupción y aún en nuestros días.
Los riesgos más frecuentes son los propios de la dinámica de laderas y pendientes y se ven asociados con las
cercanías bordes de barrancos y cauces de los mismos, pero, en general no suponen un riesgo para personas o
viviendas, porque las zonas habitadas del municipio se localizan principalmente en zonas de lomos cimeros,
alejadas de fondo de barrancos. Otras infraestructuras sí se pueden ver afectadas por caídas de piedras o
desplomes de taludes, como carreteras o conducciones de agua, teléfono y electricidad.
También hay que tener en cuenta los puntos de cruce de los barrancos con las infraestructuras viarias y en sus
sectores de desembocadura, debido a que en algunos momentos de arroyada hay grandes riesgos de acarreo y
deposición de materiales sedimentarios que pueden cortar vías de comunicación, o cegar exutorios, puentes,
desagües o canales de conducción de agua, tanto potable, como alcantarillado de pluviales y residuales.
Especialmente críticos son algunos puntos de los barrios de Tajao, Las Maretas, La Caleta, La Jaca, Abades, y
vías terciarias de acceso a algunos barrios como Tajoz, El Hediondo, El Río, y La Cisnera
Los grandes taludes o laderas inestables se establecen en los lugares de mayor pendiente, pero éstos se localizan
en las zonas altas y de cumbres, esto es, los lugares menos poblados del municipio, por lo que los riesgos que
representan son relativamente poco significativos.
1.2.5. Aspectos geopetrográficos.
Materiales antiguos
●Basaltos
Recientes estudios paleomagnéticos, han asignado los basaltos más antiguos a la Serie II. Su ubicación
principal es la de los cauces de los barrancos con mayor grado de incisión, preferentemente aquellos que
conforman la cuenca hidrográfica que rodea el Barranco de Icor y el de Tamadaya que es donde puede
apreciarse la mayor superficie de afloramiento, pero también Barranco de los Caballos, etc.
En algunos casos, estos materiales son indistinguibles de los basaltos posteriores (Serie III), ya que
presentan similar grado de alteración, así como composición mineralógica.
La antigüedad de estos episodios eruptivos conduce a que se conserven pocos centros de emisión y los
que quedan están parcialmente destruidos. Es el caso, por ejemplo de los conos de Lomo Garajao,
parcialmente superpuestos entre sí, y formados por piroclastos (escorias y lapilli) muy alterados,
terrificados y rubefactados.
Las coladas, presentan una dirección de buzamiento que coincide con la de la pendiente del terreno,
inclinadas en zonas altas y prácticamente horizontales junto a la línea de costa conformando llanos,
malpaíses y acantilados.
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Los basaltos presentan características enormemente variables, pero en general se trata de rocas de
aspecto porfídico, con fenocristales gruesos de olivino (forsterita, fayalita) y piroxeno (augita), y
abundante plagioclasa cálcica.
● Traquibasaltos
En el sector septentrional del municipio, aparecen junto con fonolitas de composición intermedia, y están
asociados a los basaltos descritos en el epígrafe anterior, a lo largo de los cauces de barrancos, más
concretamente en las paredes superiores de los mismos, formando una unidad estratigráfica diferenciada
de aquéllos. En el sector meridional su presencia es escasa, sobre todo teniendo en cuenta el
protagonismo de los traquibasaltos de la Serie III.
● Traquitas y Fonolitas
Los materiales traquíticos antiguos se encuentran representados únicamente en el extremo NO del
municipio, junto al naciente del Barranco del Río, en la Degollada de Guajara. Son tobas muy similares a
las que ocasionalmente afloran en el escarpe de Las Cañadas.
Las rocas fonolíticas son mucho más abundantes y aparecen en toda la superficie del municipio,
formando ignimbritas a lo largo de la mitad sur, o bien coladas de gran potencia.
En las ignimbritas, son frecuentes las flamas con distinto grado de aplastamiento y constituidas por
fragmentos de tefritas de composición traquítica, traquibasáltica y fonolítica, en una matriz cinerítica
fuertemente compactada, de color pardo a pardo rojizo.
Las coladas, por su parte, ocupan un área muy extensa de la cumbre, y corresponden a los episodios
eruptivos tardíos de la Serie Cañadas. Se extienden también en las medianías y llegan hasta la costa,
asociadas a piroclastos sálicos o basaltos antiguos, formando relieves de barrancos profundos y
encajados, como sucede con la mayor parte del cauce del Barranco del Río, constituido por estos
materiales. A menudo, presentan un aspecto en bloques o columnas. Su magnitud es considerable,
pudiendo alcanzar en ocasiones varias decenas de metros de espesor.
Las ignimbritas están formadas por una matriz de naturaleza vitrea, con feldespatoides (hauyna
microcristalina) y feldespato potásico (sanidina u ortosa) como minerales más representativos. Los
cantos de aspecto flameado que contienen presentan naturaleza tefrítica, con mayor cantidad de
plagioclasa y minerales ferromagnésicos como rasgos más distintivos.
Dentro de la composición mineralógica de las coladas fonolíticas, destacan los feldespatoides (hauyna),
los cuales aparecen en una gran variedad de tamaños y colores, confiriendo aspecto asimismo variable a
las rocas (las cuales son, preferentemente, de tipo porfídico). Aparecen también minerales
ferromagnésicos (anfíboles y micas trioctaédricas de tipo biotita) y feldespatos alcalinos (ortosa).
● Piroclastos sálicos pumíticos
El estudio de este tipo de rocas en un solo apartado está relacionado con su importancia y con el tipo de
erupciones que las generaron, que abarcan desde el final de la Serie II hasta la Serie III (entre 750.000 y
130.000 años), lo cual las convierte, a efectos ilustrativos, en un nexo entre ambos períodos de actividad
volcánica. Los mecanismos eruptivos que dan origen a este tipo de depósitos son invariablemente de tipo
pliniano o peleano (aunque no es este último el caso de Arico, ciertamente), a partir de magmas de
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Documento de Adaptación
composición intermedia (traquita - fonolita), o ácida (dacita - riolita), respectivamente. Los magmas
intermedios se componen de cantidades medias de sílice (en torno al 50- 55%), y un elevado contenido
de álcalis (Na + K) en detrimento de otros elementos químicos como Ca, Mg y Fe, más abundantes en
rocas basálticas. Ahora bien, aun cuando los materiales emitidos son de naturaleza piroclástica, darán
lugar a dos tipos de formaciones deposicionales en función de la concurrencia o no de fenómenos
explosivos. Así, si tales eventos tienen lugar, se forman nubes gaseosas que contienen, además de los
piroclastos y fragmentos uticos (habitualmente de composición traquibasáltica o traquítica) procedentes
de la chimenea del volcán emisor, una elevada proporción de gases, principalmente vapor de agua.
Dichas nubes se desplazan a gran velocidad a favor de la pendiente, sepultando y arrasando cuanto
hallan en su camino, y se conocen como coladas piroclásticas o ash-flows. Los depósitos a que dan lugar
aparecen como una masa consolidada, formada por una matriz cinerítica en la que se hallan embutidos
los uticos, claramente identificables, así como fragmentos de pómez que adquirirán posteriormente un
aspecto vesiculado y pulverulento característico. Si la proporción de fragmentos uticos en el volumen del
depósito no supera el 40%, la colada piroclástica también puede denominarse como ignimbrita, de
acuerdo con la terminología en boga para las rocas de naturaleza piroclástica. En caso contrario, la
colada piroclástica no recibe denominación adicional alguna.
Si, por el contrario, los piroclastos son emitidos a la atmósfera a gran altura, cayendo por simple
gravedad sin que se manifiesten fenómenos explosivos como los descritos en el párrafo anterior, el
depósito se dice compuesto por piroclastos de caída, (ash-fall). El aspecto de este tipo de depósitos
difiere netamente de los anteriores en tanto que los fragmentos de pómez quedan bien individualizados,
estando el conjunto poco o nada consolidado, de modo que es fácil disgregarlo manualmente o con
herramienta ligera. En este caso también es frecuente hallar fragmentos uticos (de composición, por
demás, idéntica a los anteriores), mezclados con el acumulo de pómez altamente vesiculado.
Desde el punto de vista estratigráfico, la complejidad de una formación piroclástica de este tipo puede ser
considerable, al estar compuesta por estratos superpuestos, correspondientes de manera indistinta a uno
u otro tipo de depósitos, en función del mecanismo eruptivo concurrente. Así, se han llegado a identificar
más de quince estratos distintos, pertenecientes a uno u otro tipo, en una misma formación.
La mineralogía de estos depósitos varía en gran medida, lo cual se debe básicamente al tipo de
formación y, en buena lógica, al mecanismo formador implicado, el cual determina la dinámica del vapor
de agua asociado al material original. Así, en el caso de los piroclastos de caída, el vapor de agua se
pierde fácilmente a la atmósfera debido al escaso grado de compactación del depósito, el cual se enfría
en un plazo relativamente breve. Esto supone que no habrá desarrollo de fases cristalinas a partir del
vidrio volcánico, que será, a la postre, el componente mayoritario de este tipo de depósitos, apareciendo
originalmente feldespatos (especialmente feldespato potásico, de tipo sanidina u ortosa), y carbonatos,
cuyo origen es diferente y se comentará más adelante.
Sin embargo, las coladas piroclásticas tienen una evolución totalmente distinta desde el momento de su
deposición. En ellas, el vapor de agua queda atrapado entre los fragmentos sólidos, que por su
temperatura mantienen un estado plástico y los gases, lo que posibilita las reacciones químicas que dan
lugar a la nucleación y crecimiento de nuevas fases, ausentes en el material original, y que son
invariablemente zeolitas (phillipsita, analcima, y chabazita por este orden), en una proporción que suele
situarse en torno al 30% en peso del total. También aparecen fenocristales de feldespato potásico, mica
(biotita), y anfíboles (menos frecuentes).
Este tipo de depósitos pueden estar también más o menos carbonatados. La carbonatación tiene lugar
como resultado de la acción de las aguas percolantes que atraviesan el depósito, las cuales se saturan a
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medida que disminuye la permeabilidad del mismo, a la vez que incrementan su valor de pH. En algunos
casos, los acúmulos de carbonatos marcan el límite entre una capa superficial de piroclastos de caída y
una colada piroclástica subyacente, más impermeable.
Estos depósitos se sitúan en cotas variables, generalmente entre el nivel del mar y los 1.100 – 1.200
metros de altitud, aunque existen depósitos de escasa extensión a cotas superiores.
Materiales recientes
● Basaltos
Los basaltos de la Serie III (ya sean lavas o piroclastos) se reducen a pequeños sectores del NE y NO, y
a los conos volcánicos que se ubican a lo largo de la costa, junto con otros más antiguos, y que desde el
punto de vista cronológico se superponen con las etapas tardías de la Serie Cañadas.
Los basaltos recientes de la cumbre tienen poca potencia, siendo su espesor máximo de 60 m. Se trata
de rocas de textura en general porfídica, con fenocristales de minerales ferromagnésicos: olivinos y
augitas, con predominio de las segundas sobre los primeros. También pueden hallarse plagioclasas. Los
fenocristales son relativamente abundantes y de pequeño tamaño, aunque su grado de cristalinidad es
en general bajo. Los centros emisores más importantes de este tipo de rocas corresponden a la Montaña
de Siete Fuentes y otros vecinos.
Las manifestaciones más recientes corresponden a las emisiones de Siete Fuentes y Las Colmenas, a
partir de sendos conos de picón muy vesiculado y de pequeña magnitud, que han dado lugar a coladas
formadas por materiales muy escoriáceos, cuya mineralogía está dominada por olivinos y augitas, al igual
que otras coladas basálticas próximas.
● Traquibasaltos
Los traquibasaltos recientes recorren una franja que va desde la cumbre hasta casi el nivel del mar, entre
los pueblos de Arico y el Río, asentándose sobre rocas fonolíticas (ya sean de tipo ignimbrítico o no). En
general, carecen de fenocristales, de modo que la matriz es microcristalina o criptocristalina, rasgo éste
que permite distinguirles de los basaltos de la misma edad, con los que a menudo se imbrican. Un criterio
mineralógico adicional para distinguirles se basa en la relación entre la augita y los minerales opacos.
Forman malpaíses relativamente bien conservados.
● Fonolitas
Dentro de las rocas intermedias, las fonolitas ocupan un lugar exclusivo debido a que las traquitas ya han
sido descritas en apartados anteriores.
Estas rocas se sitúan, desde el punto de vista cronológico, en el tramo más tardío de las Serie Cañadas,
estando su momento de emisión imbricado con los de los materiales máfícos pertenecientes a la Serie III.
Ocupan grandes áreas de cumbre al NO del municipio, justamente bajo el límite del Circo de Las
Cañadas. Mantienen el aspecto de bloques o columnas y muestran colores desde grisáceos hasta
pardos y rojizos. Dentro de su composición mineralógica destacan los feldespatoides de tipo sodalita, de
los que la huyna es una vez más el miembro más representativo, así como los piroxenos de tipo enstatita
o augita, los minerales opacos y, ocasionalmente, minerales fosfatados (apatitos).
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Estas rocas están bien representadas en los cursos de algunos de los barrancos del O - NO del
municipio, especialmente el Barranco del Río en su tramo superior, así como los Barrancos de Las
Goteras, de Piedra, los Tapaditos, la Sepultura, el Azúcar, etc.
1.2.6. Áreas de Interés geológico y geomorfológico.
En general, más que un inventario de formas determinadas, se han repasado una serie de estructuras o procesos
que se deben tener en cuenta a la hora de plantear actuaciones sobre el territorio.
1.
Fondos y laderas de barrancos. En estos sectores, en general es donde se puede observar los diferentes
momentos de la historia geológica del municipio, y así encontramos cauces con una gran relevancia como el tramo
medio inferior del Barranco de Lere-Los Caballos, especialmente en los alrededores del tramo de Tajo.
2.
Todo el sector litoral, en especial el labrado sobre pumitas y otras rocas ácidas. La escasez de formas de
abrasión ligadas a las rocas sálicas en la isla y su relativa abundancia en Arico nos hace destacar este tipo de
formas tan abundantes en el municipio, pero también playas de arenas marinas eólicas como la Playa Grande de La
Punta.
3.
Conos piroclásticos bien conservados. En esta categoría resalta el cono de Magua, Montaña de El Puerto,
Montaña Centinela y los restos del de Abades, así como otros conos existentes en la zona de cumbres, pero que
están incluidos dentro del Parque Natural de La Corona Forestal, como el de Siete Fuentes, Montaña La Jumosa,
Montaña Bermeja o Montaña de Palo.
1.3. CLIMA E HIDROLOGÍA
1.3.1. Clima.
El Municipio de Arico se sitúa en el Sureste de la isla de Tenerife, y por lo tanto en la vertiente de sotavento
respecto al alisio húmedo, y afectado consecuentemente por los flujos descendentes y cálidos de los vientos de
tipo Föehn, lo que aumenta la temperatura y la sequedad de la zona, muy marcada por el carácter persistente y
dominante de los alisios. (MARZOL JAÉN, 1988).
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Su situación en el Sureste también implica
que se vea especialmente afectado por los
episodios
de
tiempo
sur
(esto
es,
advecciones de aire sahariano), que llevan
consigo
un
aumento
brusco
de
la
temperatura, una disminución hasta el 30%
de la humedad relativa y la presencia de
polvo en suspensión o calima, lo que
disminuye la visibilidad e influye en la salud
de personas ancianas, niños o personas
afectadas por enfermedades respiratorias. Si
bien este tipo de tiempo puede aparecer en
cualquier momento, siendo más frecuente en
invierno, entre diciembre y febrero (DORTA
et al, 2005) su aparición en verano produce
los peores efectos ambientales al influir en el
aumento de contaminación atmosférica, y el
riesgo
de
incendios
forestales.
Especialmente intensos fueron los episodios
de febrero de 1999 y enero de 2002.
A grandes rasgos, se puede afirmar que los
elementos directores del clima son las altas
temperaturas,
escasas
lluvias,
mayor
intensidad de los vientos dominantes del
Ilustración 3. Estación meteorológica de El Bueno en las medianías altas de
Noreste (alisios) debido a la confluencia de
Arico.
una serie de factores, como los ya descritos
anteriormente
y
la escasa rugosidad del
relieve, con pocos accidentes que refrenen el viento y escasa vegetación. Esta mayor intensidad del flujo eólico,
aumenta evidentemente la evapotranspiración.
Esta zona, pues, está al límite del desierto, y en algunos lugares de la costa, las precipitaciones se mueven en
torno a los 200 mm anuales.
Los datos con los que se ha trabajado se han extraído de la red agrometeorológica del Cabildo de Tenerife que, por
desgracia sólo abarca un total de ocho años (1999-2007) pero para algunas magnitudes la serie de restringe a tres
años y algunos meses contemplan subregistro. A pesar de ello los datos son los más completos disponibles y lo
que más territorio abarcan y, si bien no ofrecen la precisión de series más largas, pueden ayudar a obtener
conclusiones estimativas de gran valor. Las estaciones elegidas son: Llanos de San Juan (135m) en la Costa; El
Viso (410m) en la Medianía; Barranco de La Puente (725 m) en la Medianía Alta y El Bueno (931m) en La Cumbre.
La relativa homogeneidad topográfica permite extrapolar los datos a las franjas altitudinales en las que se
encuentran, toda vez que este factor no introduce variaciones significativas en esta variable.
Régimen térmico.
Las temperaturas medias no son especialmente altas, siendo en la zona de costa donde se llegan a los 19º C de
media anual (19,7 en Llanos de San Juan). En la medianía registramos 17,6º C y en la zona de cumbres la media
es de 15,8º C.
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En cuanto a las temperaturas mínimas medias, la zona más fría es la cumbre con una media de 12,2º C y en la
costa registramos 17,3º C.
Enero es el mes más frío excepto en la cumbre donde es febrero y agosto el más cálido en todo el municipio. En
cuanto a la Amplitud Térmica Anual (ATA), se produce una gradación clara desde la costa hasta la cumbre
producida por la menor influencia del mar y de su capacidad para atenuar las temperaturas. La ATA es en la costa
de 12,1º C y en las cumbres de 18,5º C
Régimen pluviométrico.
Las lluvias en el municipio de Arico son escasas e irregulares. En el sector costero, el más seco, son de 181’1 mm
anuales y en el sector más lluvioso del municipio, la medianía alta, es de 456’8 mm.
La irregularidad queda patente por el hecho que en algunas estaciones, buena parte del aporte anual de
precipitaciones se concentra en un solo mes, como en El Viso (410m) en diciembre de 2002 y noviembre de 2005 o
en La Puente y Los Llanos en enero de 2006. Esta falta de uniformidad en los episodios lluviosos en todo el
municipio, también nos lleva a pensar que hay grandes diferencias locales en cuanto a la intensidad de las lluvias,
debido, no sólo a la altitud, sino a factores orográficos, como la concentración de lluvias en las cuencas de los
barrancos o el choque de las masas nubosas contra elevaciones del terreno. En el sector costero es donde se
registra un mayor número de meses sin lluvia siendo bastante marcada la sequía estival en todo el periodo
mientras que en la cumbre los meses sin lluvia son más raros.
Los meses más lluviosos en las medianías son los comprendidos entre noviembre y febrero, especialmente
diciembre, mientras que en la costa suelen ser noviembre y febrero y la cumbre de diciembre a febrero. En general,
la tendencia es a la concentración de precipitaciones en los meses centrales del invierno.
Vientos.
El análisis de los datos de viento indica que la estación con los vientos más intensos es la situada en la costa a
135 m, con vientos medios durante todo el período de 16,2 Km./h., aunque la media de la racha máxima es de 27
Km. /h. Es importante destacar que los vientos más constantes e intensos son los de primer cuadrante (E y NE),
seguidos por los del tercer cuadrante (SW), y que el mes con más viento es julio.
En el resto de estaciones de la medianía y la cumbre la media de la velocidad de los vientos oscila entre los 5’8 y
los 7’3 Km. /h, y las rachas máximas no superan los 14 kilómetros por hora. Aún siendo importante los vientos del
NE en la Cumbre aparecen con cierta regularidad a lo largo del año vientos del N y del W, e incluso vientos del S y
del SE. Los meses más ventosos en la medianía y cumbres con febrero y marzo.
La racha máxima se registró en julio de 2004 y fue de 36’7 Km. /h, dirección NE en los Llanos de San Juan.
La constancia de los vientos a lo largo de todo el año, exceptuando puntuales momentos de calmas que se ven
compensados con la aparición del régimen diario de brisas tierra- mar, convierten al viento en uno de los
definidores del clima de este sector de la isla (VALLADARES, 1996). De hecho, según el Mapa Eólico del Plan
Insular de Ordenación del Territorio de abril de 2007, la mayor parte del territorio de Arico comprendido entre la
Autopista, TF-1, y la Carretera General, TF-28, es un área potencialmente compatible con su uso para el
aprovechamiento de los vientos en la producción de energía.
Los sectores no aptos se restringen a zonas de soco tras grandes elementos geomorfológicos, como las montañas
La Centinela, del Puerto y Magua, y los fondos y veras de barrancos. También algunos lomos expuestos por
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encima de la carretera general son aptos par este uso, especialmente en el sector comprendido entre la carretera
al Bueno y el límite municipal con Fasnia.
Humedad relativa.
La humedad relativa media de Arico se da en zonas de costa, alcanzando el 80’8 %, debido principalmente a la
influencia de la humedad del mar impulsada por los vientos del NE. La medianía registra valores cercanos al 80% y
el sector con menor humedad relativa es la cumbre donde se encuentra en valores de un 67%. Aquí es
determinante la lejanía del mar, la ausencia de una banda de estratocúmulos que aporten humedad y el efecto
desecante de los vientos descendentes de la cumbre, tipo Föehn, que aumentan la deshidratación del aire.
Insolación.
Se aceptan como valores medios máximos diarios de radiación solar a nivel global los 275 W/m² que se alcanzan
en algunos lugares del centro del Sahara y los mínimos en 75 W/m² en algunas islas del Océano Ártico.
Ilustración 4. La nubosidad en Arico está presente sobre todo en la zona de cumbres, mientras que la
insolación es más intensa en la costa y medianías bajas.
La insolación en el municipio es en general bastante alta. En los sectores de medianía y cumbre se mueve en torno
a los 147 W/m² al día y en la costa la insolación diaria es de 177 W/m². Durante los meses de verano es cuando
se alcanzan los valores más altos de radiación solar. Los meses más soleados son mayo, junio y julio. Sin embargo
los picos máximos se alcanzaron en junio 2001 en El Bueno donde se registraron 279 W/m². De todos modos los
niveles de insolación y su constancia a lo largo del año llevan a la conclusión de que el sol y su energía (luz y calor)
son uno de los recursos naturales más generosamente disponibles de este municipio.
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Índices climáticos y clasificación del clima. Conclusiones
La clasificación del clima de una zona determinada es muy difícil, y se deben tener en cuenta muchos elementos al
mismo tiempo, como temperatura, precipitación, insolación, evapotranspiración, etc. Las clasificaciones más
usadas suelen ser de tipo empírico y, por lo tanto, no responden de igual modo a realidades ambientales
diferentes. Por eso lo más adecuado es realizar varios índices diferentes, lo que aumenta la posibilidad de que las
conclusiones sean más exactas, sobre todo cuando se producen resultados similares. Aquí se han utilizado el
índice de pluviosidad de Lang, índice de aridez de Martonne y el índice de Dantín – Revenga (este último está
pensado para climas mediterráneos y que puede acercarse más a la realidad de Arico). Cada uno de ellos se ha
resuelto para cada una de las estaciones de las que tenemos datos.
Índice de pluviosidad de Lang (1925)
R = P/T, donde:
P = Precipitaciones anuales (mm)
T = Temperatura media anual (°C)
R
CLIMA
>160
Húmedo
160-100
Templado húmedo
100-60
Templado cálido
60-40
Semiárido
0-40
Estepario
Zona
Costa(135m)
Medianía(410m)
Medianía alta(725m)
Cumbre(931m)
R
9,1
17,6
28
24,3
Clima
Estepario
Estepario
Estepario
Estepario
Índice de aridez de Martonne (1926)
Ia = P/(T+ 10), donde:
P = Precipitaciones anuales (mm)
T = Temperatura media anual (°C)
Ia
>60
CLIMA
Per-húmedo
60-30
Húmedo
30-20
Sub-húmedo
20-15
Semiárido (mediterráneo)
15-5
Árido (estepario)
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5-0
Árido extremo (desierto)
Zona
Costa(135m)
Medianía(410m)
Medianía alta(725m)
Cumbre(931m)
Ia
6
11,2
17,3
14,8
Clima
Árido
Árido
Semiárido
Árido
Medianía alta(725m)
Cumbre(931m)
Índice de Dantin-Revenga (1940)
DR = 100*T/P, donde:
P = Precipitaciones anuales (mm)
T = Temperatura media anual (°C)
DR
CLIMA
0-2
España húmeda
2-3
España semiárida
3-6
España árida
>6
España sub-desértica
Zona
Costa(135m)
Medianía(410m)
DR
10,8
5,6
3,5
4,1
Clima
España sub-desértica
España árida
España árida
España árida
El análisis de los índices es claro: todas las estaciones de Arico, incluidas las que registran mayores
precipitaciones o con temperaturas más bajas se mueven en torno a climas áridos, esteparios o subdesérticos, con
especial mención a la zona de costa, al borde de las condiciones desérticas, pero también las cumbres, donde
también es acusada la falta de precipitaciones. El sector que presenta aspectos de temperaturas más suaves, así
como mayor pluviosidad es la medianía alta.
En general, aunque los índices climáticos indican que las estaciones analizadas presentan rasgos similares, sus
valores muestran una gradación que tiende a ser más húmeda con la altitud hasta llegar a las medianías altas,
donde los índices descienden hasta llegar a la estación de cumbre. Esta gradación permite establecer una serie de
bandas climáticas que desde el nivel de mar a la cumbre se han denominado Costa, Medianía, Medianía Alta y
Cumbre (en la cartografía adjunta se refleja esta zonificación climática).
1.3.1.1. Calidad del Aire
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La calidad del aire es una variable fundamental a la hora de valorar el estado de la atmósfera de un municipio, toda
vez que su importancia es fundamental de cara a la salud humana, uno de los principales objetivos ambientales
contemplados por este Plan. En esta calidad de la atmósfera inciden numerosos factores que modifican, reducen, o
amplifican los principales elementos de contaminación atmosférica: las partículas y gases y los ruidos.
Aunque la salud humana es uno de los aspectos más afectados por estos contaminantes, ya que se producen
fundamentalmente en asociación a actividades antrópicas (vertederos, escombreras, canteras, viario, áreas
urbanas, etc.) también la fauna y la flora se pueden ver gravemente afectadas por ellos, especialmente la fauna y
la vegetación cercana a las actividades mencionadas (tanto natural como de orientación económica –cultivos,
invernaderos, etc.).
Como se ha mencionado, dos son los principales elementos causantes de contaminación: el ruido y los gases y
elementos en suspensión.
Ruidos
El mapa de ruidos publicado por la Consejería de Medioambiente y Ordenación del Territorio del Gobierno de
Canarias muestra que las principales zonas afectadas por ruidos son las correspondientes al entorno de la TF-1
(Autopista del Sur), ya que para el resto del viario aún no se dispone de datos. La contaminación acústica, niveles
sonoros por encima de ciertos umbrales, a partir de donde resultan molestos, está relacionada con la presencia del
hombre y los seres vivos, ya que puede llegar a perturbar sus ciclos naturales de descanso o alterar sus hábitats,
generando problemas que pueden llegar a ser graves.
El nivel de afección (según Mapas Estratégicos de Ruido. Comunidad Autónoma de Canarias. Tenerife.
UME1_C_TF-1, elaborados teniendo en cuenta los diferentes tipos vías –velocidades medias, tipo de pavimento,
etc.-, así como las características más significativas de los vehículos que las emplean, de cara a su huella sonora,
como la velocidad) en general es bajo, principalmente por la ausencia de poblamiento a lo largo de dicha vía. Los
únicos puntos con cierto grado de polución sonora son los edificados septentrionales de El Porís de Abona,
Casablanca, Jardines del Atlántico, Las Eras y Las Eras Altas. En estas zonas se alcanzan exposiciones entre los
70 y los 75 dB en algunas viviendas, llegando puntualmente a exposiciones superiores a los 75 dB. No obstante, la
tónica es a que la exposición no supere los 65 dB en la mayor parte de los núcleos citados. Hacia el interior (todas
la áreas mencionadas hasta ahora se encuentran entre la TF-1 y la costa), las áreas de afección no muestran
efectos sobre la población, a excepción de Las Eras Altas, donde se registran niveles sonoros de hasta 65 dB,
agravados por el tránsito de vehículos pesados hacia, o desde el Área Industrial de las Eras Altas.
En general, el mapa de ruidos muestra un patrón de menor contaminación sonora, fruto de la disminución del
tráfico. En horas nocturnas, las áreas afectadas por este contaminante (las mismas que ya se han mencionado)
muestran valores en torno a los 10 dB inferiores a los valores diurnos.
Otras vías potencialmente generadoras de ruidos como la TF-28 (que atraviesa los núcleos de medianías) no
cuentan con mapa de afección sonora, por lo que no se pueden estimar datos para esos núcleos. No obstante,
dado el menor volumen de tráfico soportado cabe destacar que los valores de polución en este sentido son
menores
Tabla 1. Población Expuesta al ruido (centenas) UME C TF-1
50-55
1
Lden
Ld
Le
Ln
---
---
---
140
UME: Unidades de Mapas Estratégicos
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55-60
202
151
159
60
60-65
115
71
73
23
65-70
49
30
29
3
70-75
17
8
7
0
2
0
0
>75
---
Fuente: Consejería de Medioambinete y Ordenación del territorio del Gobierno de Canarias
Lden: Indice de nivel sonoro y exposición (día tarde y noche)
Ld: Indice de nivel sonoro y exposición (día)
Le: Indice de nivel sonoro y exposición (tarde)
Ln: Indice de nivel sonoro y exposición (noche)
Contaminación atmosférica por gases.
La contaminación atmosférica por gases es una de las formas de contaminación más habituales de las
sociedaddes modernas dada el amplio uso de conbustibles fósiles tanto para la producción de energía, como para
el transporte de personas y mercancías.
La contaminación atmosférica surge cuando los gases que el hombre emite en al atmósfera no pueden ser
absorbidos por ésta debido a los volumenes de emisión, alterando la composición media de la atmósfera (78%
nitrógeno, 21% oxígeno, hasta un 7% de vapor de agua, y otros gases en menor cuantía: dióxido de carbono,
ozono, hidrógeno, gases nobles, etc.) temporalmente. Como contaminante se va entender lo determinado por el
Real Decreto 1073/2002, que los define como “cualquier sustancia introducida directa o indirectamente por el
hombre en el aire ambiente que pueda tener efectos nocivos sobre la salud humana o el medio ambiente en su
conjunto”, y sus efectos son numerosos según recoge la propia Consejería de Medioambiente y Ordenación del
Territorio del Gobierno de Canarias:

Efectos sobre los ecosistemas (precipitaciones en forma de lluvia ácida): precipitaciones cargadas de
óxidos de nitrógeno y/o dióxido de azufre, con graves daños a la flora y la fauna, así como a acuíferos y
reservas de agua.

Efectos sobre el clima (aumento del efecto invernadero) por (fundamentalmente) el incremento de la
concentración del CO2 en la atmósfera que retiene parte de las emisiones infrarrojas del planeta y
colabora de esta forma al cambio climático.

Efectos sobre la estratosfera (deterioro de la capa de ozono), especialmente por la emisión de
clorofluorocarbonos.
En Arico, situado en el área sur de medición de contaminantes atmosféricos, el análisis de las tasas de
contaminantes no son altas toda vez que las condiciones climáticas imperantes, con soplo constante de los Alisios
contribuye a la rápida dispersión de los contaminantes. Hay dos estaciones en el muncipio, ambas en la zona
costera: Tajao y El Río, cuyos datos de valores medios de concentración de contaminantes se ofrecen a
continuación.
Estos valores no suponen en ningún caso, valores por encima de los máximos legales2, según se recogen en el
cuadro siguiente de valores diarios medios.
Tabla 2. Concentración de contaminantes en el aire
Tajao
Valores
SO2
NO2
NOX
El Río
PM 10
SO2
NO2
NOX
PM 10
Anexos I, II y III del R.D. 1073/2002, de 18 de octubre, sobre Evaluación y gestión de la calidad del aire Ambiente en Relación con el
Dióxido de Azufre, Dióxido de Nitrógeno, Óxidos de Nitrógeno, partículas, plomo, benceno y monóxido de carbono. B.O.E. 270, 30 de
0ctubre de 2002.
Ley 34/2007, de 15 de noviembre, de calidad del aire y protección de la atmósfera
2
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Documento de Adaptación
Mínimo
10
2
5
8
3
5
20
7
Máximo
21
15
18
147
319
17
31
72
Media
15
7
10
40
20
9
23
33
Fuente: Consejería de Medioambiente y Ordenación del Territorio del Gobierno de Canarias
Donde:
SO2: Dióxido de azufre
NO2: Dióxido de Nitrógeno
NOX:Otros óxidos de nitrógeno
PM 10: Partículas por millón
1.3.2. Hidrología.
La disposición de agua de cualquier territorio obedece, siempre, al comportamiento climático del mismo. Está claro
que el agua de nuestros acuíferos o la que discurre por nuestros barrancos procede del agua precipitada.
El municipio de Arico, tradicionalmente ha sido un municipio abundante en aguas subterráneas, sobre todo tras el
alumbramiento de las primeras galerías, aunque desde antiguo han existido numerosas fuentes y manantiales de
los que se surtían los vecinos. La toponímia nos habla de la fuente del Madre del Agua, Fuente Llorosa, Fuente de
la Piedra, Fuente del Riachuelo, Fuente de Las Gotas…. En la actualidad, muchas de éstas están secas o sus
caudales se han reducido considerablemente, estando contabilizadas un total de diez fuentes en el municipio.
1.3.2.1. Aguas subterráneas.
El elemento determinante del funcionamiento hidrológico subterráneo de Arico es su acuífero. Un acuífero se define
como “todo aquel estrato o formación geológica que, permitiendo la circulación del agua por sus poros o grietas,
hace que el hombre pueda aprovecharla en cantidades económicas apreciables para subvenir sus necesidades”
(Custodio y Llamas).
Características hidrogeológicas del municipio de Arico
Para la descripción de la hidrogeología del municipio de Arico se ha utilizado la Zonifícación hidrogeológica
realizada en el PHI (Plan Hidrológico Insular de Tenerife). De esta forma, Arico se encuentra incluido en sus dos
terceras partes en la Zona IV, Subzona 3 (Sectores 1,2 y 3), mientras que el resto pertenece a la Zona VI (Sectores
3,4,5), situada en el extremo más nororiental del municipio. A continuación se hace una descripción de dichas
zonas, haciendo especial hincapié en los aspectos que más afectan a la hidrogeología del municipio.
Zona Hidrogeológica IV
Corresponde al amplio sector de círculo de que está comprendido entre el anfiteatro de Las Cañadas, por
el norte, el mar por el sur y los radios del sector circular que pasa aproximadamente por Guía de Isora y
Arico, estando su límite oriental en este municipio. Presenta una superficie poco accidentada que
desciende de forma gradual desde las Cañadas hasta la cota 300-400 m, con una pendiente media de
10-15°.La única ruptura importante de la regularidad del terreno la ocasionan relieves prominentes de
Adeje y Valle San Lorenzo. La red de barrancos tiene tendencia radial y se encuentran poco encajados,
su región de cabecera se encuentra sesgada por la pared de Las Cañadas.
Subzona 3
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Como se ha dicho anteriormente, el municipio de Arico, dentro de la Zona Hidrogeológica IV, se encuadra
exclusivamente en la Subzona 3, para la cual se citan las siguientes unidades estratigráfícas:
• Serie basáltica I. Su presencia en la zona es baja, presentan una permeabilidad baja o nula. Esta
constituida por numerosas lavas basálticas apiladas entre los cuales se encuentran algunos horizontes
piróclasticos. Estas lavas presentan un grado de compactación y alteración alto.
• Serie basáltica II. Formada por lavas basálticas, muy cristalinas, con pocas incrustaciones de
sedimentos o piroclastos. Su grado de alteración y compactación es moderado lo que implica una
permeabilidad moderada. Presenta malla de diques en dirección predominante N-S, es poco densa, aun
así ejercen un notable efecto barrera en el flujo subterráneo de agua.
• Serie Cañadas. Compuesta principalmente por materiales fonolíticos (lavas y piroclastos). Las coladas
fonolíticas tienden a ser muy potentes, teniendo de 5 – 10 m de espesor en general, son compactas y sin
escorias de base y techo que aumenta la permeabilidad de basaltos y traquibasaltos de las series
modernas por lo cual se presentan aquí muy poco permeables e insignificante capacidad de
almacenamiento de agua, sin embargo existen fisuras secundarias muy localizadas que facilitan la
circulación vertical de agua. Por su parte, la estructura del subsuelo en esta Subzona se caracteriza por:
• En el límite con la Zona VI, comienza una cobertera de lavas fonolíticas sobre la Serie II, cuyo espesor
aumenta progresivamente hacia el Oeste.
• Paralelamente a este aumento, la Serie II experimenta un descenso en su permeabilidad, debido tal vez
a un incremento en el grado de compactación de materiales.
• Al llegar a una determinada profundidad, todas las explotaciones encuentran calor y/o emisiones de
gases, lo que implica escasa permeabilidad en el primer caso y obstaculización de los trabajos de
perforación en el segundo.
Zona Hidrogeológica VI
Se localiza centrada en torno al sector más alto del eje estructural NE, entre el anfiteatro de las cañadas
y la Montaña de La Crucita aproximadamente, y se extiende hacia al mar en ambas vertientes de la isla.
En la vertiente norte coincide con el valle de La Orotava, y la sur incluye la ladera de Fasnia y el
Escobonal, incluyendo el extremo más nororiental del municipio de Arico. En este sector se registran el
mayor número de manantiales históricos del municipio y también el mayor número de galerías, con
caudales más altos, y a menores cotas que en la otra zona de Arico.
Galerías y pozos.
Arico cuenta con 72 galerías y 22 pozos que aprovechan las aguas almacenadas bajo su superficie. La mayoría de
las galerías se concentran en las zonas de medianía y cumbres, por encima de los 400 metros, siendo su
presencia casi testimonial en la zona baja. Las perforaciones, aún siendo abundantes no alcanzan una densidad
elevada en el territorio, y las longitudes medias rondan los 2 kilómetros, siendo la más profunda el Gambuezo de
Tamadaya, con casi 5.500 metros. Las galerías, atendiendo a características relacionadas con la explotación se
dividen en galerías convencionales, galerías socavón (las que nunca han manado caudales), y galería naciente,
que se excavan sobre una antigua fuente o manantial. Actualmente solamente están activas 37 galerías. Sus
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caudales varían desde unos pocos l/s, a los 45,6 l/s de máximo obtenidos en la galería denominada "El
Rebosadero", situada a 800 m sobre el nivel del mar. La media de caudales obtenidos por las galerías productivas
en 1998, fue de 7,88 l/s. Teniendo una producción total para ese mismo año de 276 l/s. Por el contrario, los pozos
se localizan en la costa o medianía baja, casi siempre cerca o en los cauces de los barrancos, (Plan Hidrológico
Insular).
El agua de los acuíferos de Tenerife, no permanece estática, sino que fluye afectada por cuestiones externas, por
lo que las causas de que en Arico exista un importante aprovechamiento del acuífero debe explicarse porque su
salida al mar se ve dificultada en esta zona del sureste insular por las formaciones geológicas costeras del
municipio y otros lindantes y porque gran parte de los frentes de galería (situadas en gran medida en las cumbres)
penetran en zonas donde se producen aportes subterráneos procedentes de Las Cañadas. En este sentido, Las
zonas de mayor infiltración anual son precisamente las cumbres más altas, ya que por encima de los 1900 metros
de altitud la infiltración es de 200 mm, disminuyendo a medida que nos acercamos a la costa, donde estos niveles
solamente alcanzan los 25 mm al año. En lo referente a la recarga de las diferentes zonas hidrogeológicas de
Arico, muy vinculada con el parámetro anterior, se mueve entre un saldo positivo de 9´1 Hm³ anuales en las
cumbres; 6´9 Hm³ en la medianía y de 1´5 Hm³ en la costa, aunque las descargas al mar se sitúan en 15´9 Hm³ al
año. (Plan Hidrológico Insular).
Esta explotación del acuífero nos lleva a un municipio que cuenta, hasta el momento, con excedentes de agua,
que son trasvasados, fundamentalmente, hacia Granadilla, San Miguel, Arona y Adeje. Los excedentes de agua,
también tienen que ver con razones como la debilidad demográfica del municipio, la ausencia de un consumo
industrial importante y un consumo agrícola estabilizado. Sin embargo, desde el momento en que alguna de estas
variables cambie, como está ocurriendo en la actualidad, con el aumento de población o la extensión de los cultivos
en invernadero o nuevas iniciativas empresariales enfocadas a la industria, teniendo en cuenta que las
explotaciones de agua permanecen estables, pero que sus caudales merman, el municipio demandará cada vez
más agua para el consumo interno.
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Ilustración 5. Los pozos ocupan zonas del fondo de barrancos.
Se ha elaborado una tabla que nos permite vislumbrar cómo fue el cambio producido en el municipio en el
momento de mayor auge de las concesiones para perforación de galerías, en los años sesenta del pasado siglo.
Tabla 3. Evolución de las galerías de Arico 1960-1974
Año
Galerías
% insular
Kilómetros perforados
% insular
Caudal l/sg
% insular
1960
33
1974
60
6´47
59`7
7´82
266`8
5´13
6`5
104´3
7´9
386
6´1
Fuente: Francisco Quirantes, El regadío en Canarias.
Si se observa la tabla, mientras que prácticamente se dobló el número de galerías y de kilómetros perforados, los
porcentajes respecto al resto de la isla permanecen estables, lo que da una idea de la gran actividad de perforación
de aquellos años. Sin embargo, los caudales solamente aumentan un 45%, tras lo cual se produce una evidente
crisis en los caudales a partir de 1975.
Calidad de las aguas subterráneas.
En los pozos, el bombeo y la succión provocan cambios en el acuífero y en el nivel freático, que desciende: se
forma un cono invertido llamado cono de depresión, debido a una mayor perforación para conseguir más agua. En
las zonas cercanas a la costa, aunque el agua dulce flota sobre la salada, se producen intrusiones en el agua dulce
y la contamina con cloruros. La solución a este problema es compleja, ya que, o se recarga con agua dulce,
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sacando menos agua o llegará el momento en que el proceso de salinización sea irreversible. Se han elaborado
análisis que arrojan niveles de cloruros superiores a los 500 mg/l, siendo el máximo de 600mg/l, permitido (Plan
Hidrológico Insular).
Otra causa de contaminación de los pozos es originada por el exceso de nitratos y nitritos provenientes de los
fertilizantes agrícolas, los lixiviados de residuos sólidos urbanos, los vertidos de aguas residuales y de purines
provenientes de las explotaciones ganaderas. En Arico no se llegan a los niveles de algunas zonas del norte de la
isla (Valle de la Orotava), con concentraciones de nitratos por encima de los niveles permitidos que es de 50 mg/l ,
debido a una menor densidad de población y la proliferación de métodos contenidos de riego y fertilización (goteo
y fertirrigación). El aumento de núcleos urbanos que cuentan con alcantarillado disminuirá aún más los vertidos de
nitratos en el medio ambiente. En ningún sitio del municipio se superan los 20 mg/l, obteniéndose las mediciones
más altas en el Complejo Ambiental. El suministro municipal de Arico se surte de diferentes galerías y canales (ver
cuadro siguiente).
Tabla 4. Galerías de Suministro Municipal de Arico.
Longitud
San Isidro
T
C
Cota
490
3140
Ramal
Nombre
Principal
Caudales

1973
1979
1985
1991
1997
1998
0
22’7
16
13
33
29’1
29’3
10
6
5’3
5’3
Fuente Buena
SIN DATOS
La Puente
SIN DATOS
Gambuezo de
C
795
5443
377
Las Ranas
C
895
1900
806
14’7
10’7
Tamadaya
El Pilar
C
825
3100
0
5’3
6’7
5
4’8
4’5
4’5
El Durazno
C
1300
1900
0
4
3´6
2´9
3
2’4
2’4
La Zarcita
S
470
151
0
0
0
0
0
0
0
T (Tipo de galería): C: convencional. S: socavón.
Fuente: PHI. Elaboración propia
La conductividad eléctrica aumenta considerablemente en algunos puntos del sector oriental costero del municipio,
donde en zonas de costa se alcanzan los 5000 microsiemens/cm y las zonas de cumbres, cerca del Volcán Siete
Fuentes, con 1000 microsiemens/cm. El resto del municipio se mueve en parámetros entre 400 y 800
microsiemens/cm. La zona alta del municipio (sectores circundantes del Volcán de Siete Fuentes de 1704), tiene
un alta concentración, sobre todo del ión bicarbonato, debido (según el Plan Hidrológico) a una residual actividad
geotérmica, lo que aumenta la temperatura del agua y favorece el ascenso de Dióxido de Carbono, que se diluye
en las aguas captadas por la reperforación del frente de la mina. Este hecho también incide en que la presencia de
gases libres en el aire de las galerías
sea mayor en el municipio de Arico que en otros del Sureste,
fundamentalmente Dióxido y Monóxido de Carbono.

No se han encontrado datos referentes a las galerías de Fuente Buena y La Puente.
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En las zonas de costa son principalmente los iones cloruro los presentes en el agua y también el sodio, debido a
las intrusiones marinas en los pozos. El sodio también se encuentra presente en galerías de cumbre, asociado al
ión bicarbonato. En cuanto al flúor, el municipio se mueve en estos parámetros: entre 1´5 y 2´7 mg/l en La Cisnera
y El Río, 0´7 y 1´5 mg/l en Arico Nuevo, Arico Viejo, Los Gavilanes, San Miguel de Tajao y Villa de Arico, y menos
del 0´7 mg/l en el resto de las entidades de población. Teniendo en cuenta que la Dirección General de Salud
Pública recomienda una concentración óptima de 0´9 mg/l, y no sobrepasar nunca los 1´5 miligramos por litro,
tenemos que solamente en El Río y en La Cisnera se sobrepasan dichas recomendaciones.
El suministro de agua en el municipio ha mejorado considerablemente en los últimos años, con la construcción de
nuevos y modernos depósitos reguladores (un total de 11). Aún así, según el Plan Hidrológico Insular, la media del
nivel de garantía en caso de fallo de suministro para Arico es de cinco días y el porcentaje de pérdidas en las redes
de distribución es del 57%, factores que se han de corregir en previsión de los aumentos de demanda de agua por
el crecimiento de población, sobre todo en los sectores de costa y teniendo en cuenta que actualmente el agua hay
que suministrarla desde la medianía, que es donde se encuentran las galerías y canales que se usan en el
abastecimiento público de agua municipal.
Otro factor a mejorar es la ampliación y adecuación de la red de alcantarillado y evacuación de aguas residuales y
el ajuste de los emisarios submarinos de El Porís y de Los Abriguitos a las necesidades actuales de la población.
1.3.2.2. Aguas superficiales.
Para el análisis de los recursos superficiales se ha partido de la zonificación establecida por el Plan Hidrológico
Insular, el cual se apoya para su determinación en las cuencas naturales, considerándolas como unidades
hidrográficas básicas. En base a ello se ha elaborado una relación de todos los cauces principales existentes en el
término municipal, incluyendo en esta categoría aquellos que desembocando en el mar se inician en el punto de
mayor cota de la cuenca vertiente. Se han excluido cauces que no tienen suficiente entidad, porque por razones
geomorfológicas sus puntos de partida se sitúan cerca de la desembocadura o cauces a los que la actividad
humana ha transformado profundamente, aún en el caso de que hayan sido convenientemente canalizados.
Aunque la escorrentía superficial solamente supone un 1% del balance hidrológico insular, su alta calidad, con
práctica ausencia de sales disueltas convierten el aprovechamiento de agua de lluvia en una práctica, si no
prioritaria, sí a contemplar, sobre todo si tenemos en cuenta de que el municipio cuenta con una obra de captación
y embalse de primer orden, descrita posteriormente, en el Barranco de El Río. El escaso aprovechamiento de
estas aguas de escorrentía, si exceptuamos alguna iniciativa aislada de carácter privado para derivar aguas de
carreteras o caminos a pequeños embalses o charcas, conduce a una total dependencia de las captaciones de
agua subterránea a través de pozos o galerías.
Red hidrográfica
Los cauces del municipio forman parte del sistema radial de barrancos que parten del Circo de Las Cañadas y
descienden desde el borde exterior del mismo, con una orientación NW-SE, de modo paralelo, transversalmente al
litoral. Su nivel de incisión llega a ser notable en algunos ejemplos como Salto de las Hiedras, o El Río.
El perfil longitudinal de los mismos se caracteriza por una ligera concavidad en el cauce medio, y las rupturas de
pendiente son más frecuentes en las zonas de cumbre, suavizándose enormemente el perfil en las zonas costeras,
a partir de la medianía, donde se produce la última gran ruptura de pendiente, coincidiendo en algunos casos con
el paso de la Carretera General del Sur.
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Los perfiles transversales suelen ser en forma de cuña, más amplios en los bordes superficiales, pero mucho más
encajonados y estrechos en las cotas profundas. Esto se debe a que los cauces labran las capas someras de
pumitas de modo generoso, tras lo que encuentran estratos inferiores de traquibasaltos, basaltos o fonolitas,
mucho más coherentes. Algunos tramos obedecen a morfologías de tipo desfiladero o cañón, como en el Barranco
de Los Caballos (Tajo), o en algunos sectores del Barranco de El Río. Estas morfologías implican un flujo hídrico
más veloz y con más turbulencias, lo que aumenta considerablemente la competencia para el arrastre de
sedimentos, que los barrancos de Arico han transportado en grandes cantidades , como se puede observar en las
playas de Las Eras, la confluencia de los Barrancos de La Cuerva y las Carretas, La Sarnosa o El Río, donde los
depósitos se localizan no sólo en el litoral sino varios cientos de metros hacia el interior del cauce y con varios
metros de espesor. Estos depósitos sedimentarios pueden ser testigos de los fuertes procesos de erosión y pérdida
de suelos que ha sufrido el municipio, y que se pueden relacionar con los momentos de arrasamiento de la
cobertera vegetal sufridos a partir del Siglo XVI.
Estas acumulaciones de áridos han sido explotadas por el hombre, sobre todo a partir del primer cuarto del Siglo
XX, obteniéndose materiales para la construcción. Otras zonas de sedimentos, como la desembocadura del
Barranco de Los Caballos o algunas terrazas aluviales de los márgenes del Barranco del Río o de Guasiegre han
sido utilizadas para cultivar tomates. En la actualidad, ambas prácticas han sido abandonadas.
Como se observa, la morfología de los barrancos obedece, en todos los casos, a un patrón común: Cuenca de
recepción en la zona alta, en forma de abanico; escasa jerarquía de cauces; tramo medio en forma de canal de
desagüe estrecho, muy alargado y encajonado entre materiales coherentes y desembocadura en playa con
formación de un incipiente cono de sedimentos removilizado por la dinámica marina y transformado en playa.
Otro rasgo definitorio es la pendiente, que en algunos casos alcanza el nivel medio del 19 %, por lo que, dicha
pendiente es bastante alta, sobre todo en cauces que van de cumbre a costa, y con una gran recorrido longitudinal
(más de 20 kilómetros en el caso de El Río) aunque es mayor en los tramos altos de cumbre y mucho menor en
las zonas costeras.
Las cuencas vertientes están, por lo general, escasamente desarrolladas, excepto en el caso de los barrancos de
Las Carretas y La Cuerva, que confluyen a escasos metros del mar, pasando a ser la mayor cuenca de drenaje del
municipio, y también la más jerarquizada, alcanzando un carácter dendrítico. Esta cuenca se sitúa al noreste del
municipio y los cauces se organizan y ordenan de cumbre a costa, y con mayores pendientes medias que el resto,
marcando diferencias con el resto de cuencas del municipio que presentan cauces rectilíneos y escasamente
ramificados.
Ilustración 6. Potentes depósitos de sedimentos. Desembocadura del Barranco de El Río.
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Los cauces de Arico parten todos de zonas muy altas que no son pródigas en precipitaciones líquidas, incluso de
zonas relativamente llanas y con materiales muy porosos, como el caso del Barranco de La Linde que tiene su
punto inicial en el Llano de los Infantes.
El municipio de Arico cuenta, por último, con un hecho que es importante resaltar en cuanto al régimen hídrico y la
escorrentía superficial y es la consideración, de que excepto algunas masas de pinares concentrados en puntos de
gran pendiente, gran parte de su zona alta está prácticamente deforestada, y buena parte de las zonas medias y
bajas, exceptuando las ocupadas por cultivos también carecen de una masa arbustiva o arbórea importante, lo que
aumenta considerablemente los procesos de erosión en caso de lluvias y disminuye los niveles de infiltración, al
aumentar la escorrentía superficial.
En cuanto a la evapotranspiración, usando la
información
del Plan Hidrológico Insular, se aprecia que la
evapotranspiración total insular ronda los 606 hm3/año, equivalente a 298 mm/año, un 70% de la precipitación
total. Con este dato se han obtenido para cada una de las tres franjas pluviométricas definidas, los volúmenes
(mm/m2) que regresan a la atmósfera en forma de vapor de agua. Para Arico nos dice que la evapotranspiración
real anual en la zona de cumbre y de costa es de 250 mm, pero en la zona central de medianía y medianía baja
aumenta hasta los 300 mm, debido probablemente a fenómenos relacionados con el aumento de la constancia del
viento.
Tabla 5. Cauces de primer orden del municipio de Arico
Nombre
La Linde –Las Vigas- La
Cera
Los Sauces- Los PerrosIcor- Las Carretas
Las Hiedras- Tamadaya- La
Cuerva
Cho Pedro MagdalenaPiedra Bermeja-Vijigua
Albarderos- Lere-Los
Caballos
El Rio
Longitud (m)
Cota máxima*
Pendiente media
14087
2171
15.41%
11448
2106
18.39%
16618
2336
14,05%
15240
2228
14,61%
17859
2209
12,36%
20860
2415
11,57%
Fuente: Elaboración propia.
* metros sobre el nivel del mar
Aprovechamiento de las aguas superficiales
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La explotación de las aguas superficiales en Arico ha dependido siempre de los condicionantes físicos de su
hidrología, esto es lluvias escasas e irregulares, cuencas de barrancos
pequeñas debido a los procesos
geológicos citados en otros capítulos de esta memoria. También hemos de tener en cuenta el sustrato geológico,
debido a que combina lugares que facilitan sobremanera la infiltración, con otros que favorecen procesos rápidos
de escorrentía, por ser impermeables justo a nivel superficial, como es el caso de los depósitos de pumitas
cementadas.
Los cauces de los barrancos de Arico permanecen normalmente secos, excepto el barranco de El Río, que tiene un
curso permanente de agua, hasta la zona en la que posteriormente se construyó una represa, siendo casi
inexistente el agua en las zonas medias y bajas.
Dicha presa está situada a 550 metros sobre el nivel del mar, con 42 metros de altura del dique, tiene una
capacidad para unos cuatro millones y medio de metros cúbicos. Se le calcula una aportación media con el 90% de
garantía de unos 987.000 metros cúbicos y un volumen medio regulado de 855.000 metros cúbicos. Sin embargo,
la presa permanece seca, debido a los graves problemas de filtraciones que posee, y aunque en los momentos de
grandes precipitaciones suele alcanzar volúmenes considerables de agua embalsada, dichos niveles se reducen
considerablemente en los días e incluso horas siguientes al episodio de lluvia.
Desde el punto de vista urbanístico y de ordenación del territorio, se tendrá en cuenta la ocupación de numerosos
cauces por procesos urbanísticos y actividades derivadas del uso agrario del suelo o el uso industrial. Quizá el
caso más claro es parte de los cauces de los Barrancos del Azúcar, Guasiegre y Guama que han sido ocupados e
interrumpidos por el Vertedero Insular de Arico.
Otros lugares afectados son ciertos cauces y tributarios del Barranco de Icor (sorribas agrícolas) y pequeños
barrancos secundarios cerca de Abades y de Tajao, La Caleta y Las Maretas (vertidos de escombros y
aplanamiento del terreno para construcción).
Otra costumbre casi imposible de cuantificar es el vertido de residuos sólidos urbanos o de residuos de
explotaciones agrícolas, que, además de su evidente impacto ambiental, y paisajístico, añade materiales (restos de
cosechas, de podas, escombros sólidos, chatarras)que serán removilizados en caso de lluvias invernales y que
pueden ocasionar problemas de cegamiento en los exutorios construidos en las carreteras y autopistas, así como
oclusiones indebidas de la red de drenaje urbano (imbornales, alcantarillas).
1.3.2.3. Riesgos Hidrológicos.
Según el Plan de Defensa de Avenidas del Cabildo Insular de Tenerife, en el municipio de Arico, sólo se han
registrado históricamente dos hechos relacionados con episodios de grandes avenidas: el colapso del sifón del
canal del Barranco de Las Hiedras y desprendimientos sobre la autopista a su paso por el municipio, y ambos se
produjeron en el mismo momento: el 25 de Noviembre de 1989.
Este mismo plan registra asimismo un riesgo constatado en función de diversos bienes afectados. Así, se registra
un riesgo de afección a viviendas en El Río, Las Maretas, La Caleta, Las Arenas y sectores de San Miguel de Tajao
y Tabaibarril. Afecciones a la infraestructura viaria en El Porís y Las Eras y afecciones para otro tipo de suelo
(urbanizable, de uso agrícola o ganadero) también en San Miguel de Tajao. En todos los casos, la causa inmediata
del daño es la ocupación urbana, agrícola o viaria del cauce. En Las Maretas y La Caleta el riesgo es muy grave,
mientras que en El Río y en Las Eras es grave, moderado en Tabaibarril y escaso en El Porís y San Miguel de
Tajao.
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Es evidente pues, que las zonas urbanas colocadas en las desembocaduras de los barrancos, como Las Eras,
algunos sectores de El Porís, San Miguel de Tajao, Tabaibarril, La Caleta y en especial Las Maretas, precisan de
intervenciones que corrijan estos riesgos y también un aumento de la inspección administrativa que conduzca a
controlar las actuaciones en zonas especialmente expuestas al riesgo de avenidas.
Otro de los riesgos relacionados con el agua está en el propio consumo de ésta. Como se ha visto, en algunos
puntos del municipio se superan los niveles recomendados de flúor, lo que puede causar fluorosis dental, sobre
todo en la población infantil y también en los pozos costeros de la zona baja oriental se superan con creces los
máximos de cloruros y de sodio, debido a la intrusión de agua del mar, lo que tiene directas consecuencias en la
sodificación de los suelos agrícolas irrigados con este agua. Asimismo, muchas de las galerías que se encuentran
en el sector cercano al Volcán de Siete Fuentes, presentan altos índices de bicarbonato, sodio y calcio, que tiene
directas consecuencias en la sodifficación de los suelos y la precipitaciones en forma de carbonato cálcico en las
tuberías traen consigo la obturación de las mismas y las consiguientes obras de limpieza, e incluso de sustitución,
lo que aumenta los costes económicos del mantenimiento de las redes.
1.3.2.4. Áreas de interés hidrológico.
Todos los cauces de primer orden quedan catalogados por normativa como Suelo Rústico de Protección Hidrológica,
pero existen en el territorio otros elementos relacionados con la hidrología que merecen especial atención,
1. Fuentes y manantiales. Están en la actualidad escasamente representadas y sus caudales son
testimoniales. La mayoría de ellas están en las zonas de cumbres, pero deberían rescatarse y adecentarse
sus entornos. Las más representativas se encuentran señaladas en el plano correspondiente.
2. Sectores encajonados de los barrancos más representativos. Aquí englobaríamos ciertos sectores del
Barranco de Los Caballos, Salto de Las Hiedras, El Río, Icor, La Linde, debido a la confluencia de factores
hidrológicos, geológicos y paisajísticos. Estos tramos están indicados, sobre los cauces de los barrancos, en
la cartografía temática correspondiente.
3. Galerías, embalses y pozos del municipio. Las obras hidráulicas de captación y gestión de
aguas
subterráneas deben contar con un especial tratamiento en el planeamiento, cuidando de que tanto las obras
en sí como las obras de conducción y los propios caudales alumbrados no se vean afectados por obras o
actuaciones que puedan poner en riesgo su integridad estructural, pero también su calidad, especialmente
con todas aquellas actividades que puedan suponer un riesgo de contaminación del agua, tanto por vertido
de sólidos, líquidos o gases. En la cartografía se recogen los más significativos.
1.4. SUELOS
1.4.1. Introducción.
Un suelo es un subsistema natural, complejo (mineral y orgánico) y dinámico, formado en la zona de contacto de la
litosfera, biosfera y atmósfera, y que establece unas estrechas interrelaciones con el elemento biótico
(especialmente el elemento vegetal) del medio. (FERRERAS Y FIDALGO, 1991)
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Los suelos se distribuyen en el territorio en función de las condiciones del medio natural, y los factores que influyen
directamente en su formación son el clima, la vegetación, el material de origen, el tiempo y la topografía. Los suelos
son el soporte natural para la vegetación, por lo que están íntimamente interrelacionados y cualquier cambio en el
suelo supone cambios en la vegetación.

El suelo es el soporte físico de las plantas. Las raíces son el vínculo, pero también el elemento que ayuda al
intercambio de materia y energía entre suelo y plantas.

El suelo aporta la mayoría de los elementos de los que se nutren las plantas.

El suelo satisface las necesidades de agua de las plantas.

El suelo aporta una parte del oxígeno para la respiración celular de las planta.
Los suelos formados sobre tierras volcánicas, como los de Canarias tienen unas características propias, en gran
parte derivadas del tipo de sustrato volcánico subyacente, del tiempo transcurrido desde la erupción y de las
diferentes condiciones climáticas que han afectado a los materiales a lo largo de la secuencia temporal.
La acción humana sobre los suelos tiene consecuencias dispares. El exceso de presión sobre los recursos
vegetales en momentos de escasez, algunas prácticas ganaderas, el riego con aguas excesivamente ricas en
sales, especialmente en sodio y carbonatos, pueden acentuar los procesos de erosión y pérdida del suelo. Sin
embargo otros procesos como la construcción de terrazas para nivelar pendientes, el añadido de materia orgánica
proveniente de la actividad ganadera, pueden favorecer e incluso enriquecer algunos sectores donde los suelos
eran muy pobres e incluso inexistentes.
1.4.2. Suelos de Arico.
Para la caracterización de los suelos del municipio se ha utilizado la llamada clasificación americana o Soil
Taxonomy, que clasifica los diferentes suelos por la presencia o ausencia de los horizontes de diagnóstico y por el
tipo de edafoclima. Introdujo importantes innovaciones respecto a los otros sistemas de clasificación de suelos,
pues supuso el paso de una concepción meramente cualitativa, o semicuantitativa de la clasificación de suelos, a
una cuantitativa, donde todas las propiedades que introduce son perfectamente cuantificables. Aplicando estos
criterios de clasificación hemos encontrado cuatro órdenes jerárquicos, a su vez dan como resultado siete grandes
subórdenes.
Entisoles.
Este orden de suelos corresponde a rocas alteradas superficialmente, o sin alterar, recubiertas normalmente de
líquenes o vegetación arbustiva baja. En ellos no es evidente o escasamente el desarrollo de horizontes de
diagnóstico (CALDAS, TEJEDOR, QUANTIN, 1982).
En Arico los entisoles son los suelos que están presentes en todo el municipio, de modo casi hegemónico,
desarrollados tanto en sustratos de naturaleza pumítica como basáltica.
1. Arents.
Son entisuelos cuyos horizontes de diagnóstico han sido sensiblemente transformados e incluso
arruinados por las prácticas culturales.
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En Arico, estos suelos pertenecen a todos los sectores cultivados del municipio, pero habría que
distinguir aquellos sectores donde el cultivo se desarrolla en suelos de préstamo importados desde otros
lugares de la isla, que están sobre todo en los ámbitos de agricultura intensiva, muchas veces en
invernaderos, que se localizan en las zonas bajas del municipio, bajo condiciones de explotación muy
medidas en cuanto a laboreo, riego y fertilización, de los suelos desarrollados sobre los depósitos de
piroclástos pumíticos que son distintivos de este sector del sureste insular.
Ilustración 7. Entisoles de tipo Arents, fruto de las prácticas culturales sobre pumitas.
Esta diferenciación es especialmente útil y práctica, debido a que los segundos son cultivos tradicionales
que han tenido rendimientos provechosos a lo largo de la historia, que absorben la humedad ambiental y
que evitan después su evaporación (a modo de self-mulching de origen mineral), por lo que constituyen
estrategias agrícolas altamente recomendables en un municipio con niveles de evapotranspiración tan
altos y régimen pluviométrico escaso.
Además, tal y como han sido descrito en otros capítulos de esta memoria, estos usos y modos de
laboreo evitan los procesos de erosión y pérdidas de suelo fértil y contribuyen a generar el paisaje típico
de buena parte de las medianías del sotavento insular.
En otros lugares, estos suelos aparecen imbricados en el territorio con suelos minerales brutos no
trabajados (Orthents) y también con otro tipo de suelos más evolucionados (Ustepts), sobre todo en
sectores de la medianía alta, sobre lomos en los que aún se reconocen antiguas formas de terrazgo
agrario, que obedecen a lugares en los que la agricultura ha sido abandonada en momentos históricos
más o menos lejanos y parcelas donde la actividad principal fueron los pastos para el ganado. Estos
sectores han sido cubiertos por plantas herbáceas o arbustos que funcionan como vegetación de
sustitución, como el tomillo de burro, magarzas y diversas gramíneas.
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2. Orthents.
Este suborden es el entisuelo típico y el más abundante en el municipio. Se identifican como suelos
minerales brutos, a menudo en zonas de gran pendiente, y sobre productos volcánicos, ya sean
resultado de los procesos de erosión o in situ. Aparecen con independencia de la composición litológica
del sustrato subyacente y su evolución es escasa. La vegetación que encontramos asociada a estos
suelos son matorrales, tanto los retamares de cumbre en las zonas altas, como el jaral en la medianía y
el tabaibal, tanto dulce como amargo en la zona baja y litoral. Las formaciones superficiales y los
sedimentos de fondos y desembocaduras de barrancos también han sido incluidos en este suborden,
principalmente por su escaso desarrollo y juventud. Sus características más acusadas son la presencia
de cierta humectación en algunas épocas del año, su removilización más o menos frecuente y lo variable
de su composición y granulometría. Estos sedimentos suelen estar cubiertos en las zonas más propicias
por formaciones arbustivas donde el balo es el elemento florístico más visible.
En algunos lugares de la cumbre estos suelos aparecen intercalados con suelos de evolución media
propios de territorios con algo más de humedad ambiental a lo largo del año (Ustepts). Están asociados
principalmente al pinar y toda su cohorte de plantas acompañantes, como el escobón, la jara o el codeso.
Ilustración 8. Suelos minerales brutos, sodificados por la cercanía del mar, en los que crece un matorral
de Euphorbia balsamífera.
3. Psamments.
Estos suelos corresponden a los depósitos de arenas de los sectores de playa del litoral, tanto arenales, como
dunas. En el municipio de Arico tienen una representación bastante escasa, y se corresponden con el sistema
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de arenas marinas eólicas que encontramos en la Playa Grande y su duna trepadora, y el incipiente cordón
arenoso entre el caserío de La Punta y el Faro de La Punta de Abona. También podemos incluir los depósitos
de las playas de Los Abrigos, la Caleta de María Luisa, La Playa del Ganado, es decir, el arco litoral formado
entre la Punta del Rostro y La Punta de Abades. Estos suelos se caracterizan por su gran movilidad, debido a
la constante acción del oleaje y del viento y también por su elevado contenido en sales, principalmente el
cloruro sódico. Sobre ellas crece un matorral muy empobrecido de lechetreznas, mato salado, y lengua de
pájaro.
Inceptisoles.
Son suelos que presentan perfiles diferenciados, que han mantenido una evolución rápida bajo condiciones de
humedad favorables, pero que carecen de un horizonte B (iluvial). Son suelos con dificultades de definir debido a
su gran diversidad
Se identifican con los suelos pardos de otras clasificaciones y en Arico están presentes, fundamentalmente en las
zonas altas, que tienen como denominador común
un aumento de las lluvias respecto a la zona baja y la
disminución de las temperaturas medias. La vegetación potencial para estos sectores es el pinar, y estos suelos
suelen estar en su mayoría bajo esta formación vegetal. Su formación no está regida por ningún proceso específico
de génesis, salvo la alteración y el lavado; se dan todos los procesos, pero ninguno predomina sobre los otros,
salvo quizás el lavado, pudiéndose definir como suelos de las regiones húmedas y subhúmedas, con horizontes de
alteración y lavado, y pérdidas de bases, hierro y aluminio, presentando minerales inestables, ya que la alteración
no es tan intensa como para destruirlos totalmente.
1. Ustepts
Son los inceptisoles más presentes en Arico, siempre en las zonas altas, formados bajo condiciones
ústicas, es decir, que permanecen secos más de 90 días, pero sin llegar a xérico, y la humedad está
presente la mitad del período, o sea, climas tropicales o subtropicales con estación seca no estival.
Se disponen sobre un sustrato geológico heterogéneo, en zonas donde la pendiente no es especialmente
elevada. Poseen una acidez bastante alta, y probablemente se formaron en condiciones climáticas
diferentes a las actuales, con una pluviometría más alta que la actual. No suelen ser suelos con altos
índices de fertilidad
Andisoles
Son los suelos típicos de Canarias, sobre piroclastos recientes (cenizas y lapillos), ricas en materiales vítricos.
Pueden dividirse, según el grado de diferenciación del perfil de horizontes, en poco evolucionados y otros con
horizontes contrastados.
1. Torrands.
Se forman sobre piroclástos, pero bajo condiciones climáticas xéricas, sobre todo en los conos de cinder
de la costa, que aún teniendo una antigüedad media, la escasez de lluvias no ha permitido una mayor
evolución de los materiales. Dependiendo de la cantidad de finos que contengan y de factores locales, la
vegetación que los recubre es la típica del piso basal, como cardones, tabaibas dulces o tabaibas amargas.
2. Vitrands.
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Andisoles típicos originados por la presencia de grandes cantidades de vidrio volcánico en zonas de
régimen hídrico arídico, localizados en este caso en los conos volcánicos que se localizan en la zona de
cumbres, en el borde exterior del escarpe de Las Cañadas, donde la exigua pluviometría, las bajas
temperaturas medias y la alta radiación solar no permiten la edafogénesis. En un caso es la propia juventud
de los materiales lo que no ha permitido la evolución (Volcán de Siete Fuentes, erupción histórica de 1704).
Aridisoles
Son suelos de climas áridos, esto es, con temperaturas superiores a 5º centígrados, que permanecen secos
buena parte del año y los períodos de humectación están presentes raras veces a lo largo del año y durante poco
tiempo. Son propios de climas desérticos y subdesérticos.
1. Calcids
Este suborden particular de aridisoles cuenta con un horizonte en el que el carbonato cálcico se ha acumulado
en cantidades significativas, dando estructuras típicas de estos suelos, como acumulaciones continuas
(encostramientos, costras laminares y costras compactas), discontinuas (seudo micelios, masas no
consolidadas y nódulos) o difusas de Ca CO³. Estos depósitos provienen de ascensos por capilaridad de
humedad debido a las condiciones de intensa evapotranspiración que dejan estos precipitados cálcicos tras
de si.
Estos suelos tienen una gran extensión espacial, pero su capacidad productiva es escasa, siendo utilizados
para colocar las sorribas. Su potencia depende de condiciones locales del terreno, como la pendiente o la
presencia de pequeñas vaguadas que favorezcan la acumulación de finos.
Los Orthents suelen estar asociados en las zonas bajas de topografía más o menos llanas a los Calcids.
Sobre ellos se disponen matorrales abiertos propios del piso basal, como tabaibales dulces y amargos,
aulagares, saladares e inciensos.
1.4.3. Áreas de Interés edafológico (valor agrológico).
Los suelos que tienen un mayor valor agrológico son los pertenecientes al suborden Arents que se encuentran
formando el paisaje del jable, a que son suelos muy productivos, y como resultado de prácticas agrícolas
ancestrales, encaminadas a elevar y mantener su fertilidad y a conservarlos en lugares donde los procesos
erosivos son intensos.
1.4.3.1. Suelos con alto valor ambiental.
Aquí se incluirían los suelos Torrands y Vitrands que se encuentran sobre los conos volcánicos, debido a su
relativa excepcionalidad dentro del conjunto edafológico del sur de la isla.
Los Psamments, debido a su carácter puntual y también excepcional (los paisajes de arenas litorales son escasos
en Tenerife, y solo están presentes en pocas localidades del sur), así como a la rara vegetación que soportan,
también son suelos con un alto valor ambiental.
1.4.4. Suelos con alto riesgo de erosión.
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La erosión en los entisuelos, que recubren buena parte del municipio es un proceso natural, previo a la
edafogénesis.
Los suelos más susceptibles de sufrir procesos erosivos son aquellos relacionados de manera directa o indirecta
con las actividades humanas, esto es los Arents, o suelos agrícolas, que una vez que se abandonan sufren
procesos de deterioro acelerado y terminal.
En las zonas de cumbre, los Ustepts que se desarrollan sobre antiguos terrazgos agrícolas también son
susceptibles de este riesgo, aunque aquí, los procesos de recolonización vegetal o de reforestación atenúan este
hecho.
1.5. FLORA Y VEGETACIÓN
1.5.1. Vegetación.
El término municipal de Arico presenta numerosas formaciones vegetales distribuidas a lo largo de todos los pisos
de vegetación presentes en Canarias. Todas estas formaciones vegetales instaladas en la vertiente sur de la isla
están condicionadas en gran medida por unas condiciones climáticas propias del sur de la isla (menores
precipitaciones, mayor aridez, pobreza edáfica, mayor insolación, etc.). El uso y la incidencia en el territorio de las
actividades antrópicas llevadas a cabo desde el pasado hasta la actualidad están muy presentes a lo largo de todo
el municipio de Arico, sobre todo en la franja que va desde la costa hasta las medianías altas, donde la incidencia
ha sido mucho mayor que en la cumbre. No obstante, gran parte del paisaje vegetal actual es el resultado de la
antropización que ha sufrido el territorio donde el sobrepastoreo, la roturación del terreno con fines agrícolas, la
obtención de madera para sus diversos usos y la ocupación del territorio por parte de los asentamientos humanos,
han ocasionado el desalojo y destrucción de gran parte de la vegetación natural; asimismo se aprecian procesos de
recolonización de las zonas abandonadas (agrícolas fundamentalmente) donde las etapas de sustitución se van
reemplazado en el tiempo.
Con los datos de partida se han realizado numerosas prospecciones de campo, en las que se ha confirmado la
existencia de un elevado número de comunidades vegetales o unidades de vegetación, de las que a continuación
describimos brevemente las que tienen suficiente entidad cartográfica, además se han podido reconocer
numerosas roturaciones recientes a lo largo de la superficie que ocupa el término municipal.
A las comunidades vegetales descritas, en la cartografía adjunta se ha incorporado una unidad para destacar los
volcanes históricos de Siete Fuentes, que surgieron en la erupción de diciembre de 1704 y aún no han tenido
tiempo de ser colonizadas desde el punto de vista vegetal, dada la rigurosidad climática del piso bioclimático en el
que se encuentran. Su valor ecológico es máximo. Igualmente, en cartografía quedan plasmadas las áreas urbanas
y rurales, totalmente transformadas por el hombre, que incluyen: núcleos de población, terrenos de cultivo, vías de
comunicación y lugares desprovistos de vegetación. Su valor medioambiental es muy escaso.
1.5.1.1. Bosques y matorrales potenciales
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Por vegetación potencial de un territorio se entiende la que cubría éste antes de la intervención del hombre, que en
Canarias tiene gran diversidad y un alto grado de endemicidad. Estas bandas tienen desigual desarrollo en las
vertientes norte, más húmedas, y con una discontinuidad clara en la banda afectada por las nubes del alisio del NE,
que en las vertientes sur, característicamente áridas. La más conspicua es la vegetación potencial climatófila, que
está condicionada por el clima y, por tanto, manifiesta un marcado carácter zonal, con una clara disposición en
bandas altitudinales; corresponde a las grandes formaciones vegetales que caracterizan el paisaje del Archipiélago.
Pero también es importante la vegetación potencial edafófila, condicionada por características particulares del
suelo, sobre todo su exceso o falta de agua, así como las comunidades pennanentes ligadas a la presencia de sal
en el sustrato (halófilas), al dominio de arena en el mismo (psamófílas) o a la ausencia de suelo (rupícolas).
En el municipio de Arico, que se extiende desde el nivel del mar hasta la cumbre (2.529 m.s.m. en Pasajirón),
dominan los siguientes bosques y matorrales potenciales:
Matorral del cinturón halófilo costero de roca (Frankenio-Zygophylletum fontanesii).
Vegetación perenne, halófila y rupícola, que se instala preferentemente sobre guijarrales, acantilados y plataformas
costeras sometidos a las salpicaduras del mar, donde ocupa las fisuras de rocas con escaso suelo de aporte eólico
o de acumulación por escorrentía. En general constituyen matorrales de cobertura media, en los que dominan
pequeñas plantas leñosas almohadilladas y herbáceas con hojas dispuestas en roseta, como la lechuga de mar
(Astydamia latifolia), el tomillo marino (Frankenia laevis subsp. capitata), la siempreviva de la mar (Limonium
pectinatum) y la uva de mar (Zygophyllun fonlanesii).
Este matorral ocupa una estrecha franja litoral que no suele superar los 50 m.s.m., la distribución a lo largo de la
franja costera se ve interrumpida constantemente en los tramos que han sido urbanizados o están sometidos a una
fuerte presión antrópica (acampada), llegando incluso a desaparecer en algunos lugares donde se cartografió en
los estudios de partida, como puede ser el caso de la costa de Abades o en el núcleo urbano del Porís. Destaca en
esta Comarca la presencia del cardo o piña de mar (Atractylis preauxiana), endemismo canario que tiene varias
poblaciones en la costa de Arico; por el contrario, sólo se ha descubierto en esta franja un ejemplar de perejil de
mar (Crithmum maritimum), en la Playa de
Abona,
a
pesar
de
ser
una
especie
relativamente frecuente en el cinturón halófilo
de la vertiente septentrional.
Esta
comunidad
se
encuentra
protegida
exclusivamente en la franja incluida en el Sitio
de Interés Científico del Tabaibal del Porís (T38), LIC ES7020078.
En la desembocadura de dos pequeños
barranquillos de la Punta de Abona y en la del
Barranco del Rio encontramos en el dominio
del
cinturón halófilo los
restos
de dos
bosquetes de tarajales (Atriplici ifniensis-
Ilustración 9: Atractylis preauxiana (Foto: Ricardo Mesa)
Tamaricetum canariensis), formación vegetal
más o menos oligoespecífica dominada por el
tarajal (Tamarix canariensis), especie de claras apetencias edafohigrófilas, halófilas o no, propia de
desembocaduras de barrancos, playas y llanos endorreicos próximos al litoral. Sólo ha sobrevivido a la acción del
hombre en estos lugares, al ser utilizados como cortavientos de las fincas de tomateras.
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Ilustración 10: Restos de bosquetes de tarajales en la Punta de Abona
Arenal
con
matorral nitro-psamófilo de llanos (Polycarpaeo niveae-Lotetum lancerottensis).
Comunidad psamófíla escasamente representada en el litoral de esta isla, que coloniza playas, vaguadas
interdunares y terrenos más o menos llanos, cubiertos de arena por aporte eólico. Las especies más características
son la lengua de pájaro (Polycarpaea nivea), el corazoncillo de costa (Lotus sessilifolius) y la hierba camellera
Ilustración 11: Dunas en ladera. Playa de La Punta
(Heliotropium ramosissimum).
Se instala en una estrecha franja de arena mixta, en su mayoría orgánica, que desde la Playa de Abona penetra
hacia el Suroeste. En este lugar, a las anteriores especies se une el salado lanudo (Chenoleoides tomentosa), que
tiene aquí una de sus mayores poblaciones en Tenerife.
Además, a la mencionada Playa de Abona llega de manera muy localizada y empobrecida la comunidad psamófíla
costera de vaguadas (Euphorbio paraliae-Cyperetum kali), que está bien representada en las islas orientales; la
dominan pequeñas plantas herbáceas, pero perennes, que colonizan acumulaciones de arena litoral de sustrato
móvil, con un importante aporte de sal de origen marino. La única especie característica presente en las
microdunas de la citada playa es la lechetrezna (Euphorhia paralias). No está incluido en ningún espacio natural
protegido.
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Tabaibal dulce (Ceropegio-Euphorbietum balsamiferae).
Comunidad endémica del Sur de la isla de Tenerife, que se extiende desde casi el nivel del mar hasta los 300
(400) m.s.m. y representa la vegetación potencial de los ambientes más áridos y cálidos de la isla. Su estructura y
fisionomía se corresponde con un desierto de plantas suculentas, en el que domina la forma hemisférica de la
tabaiba dulce (Euphorhia balsamifera), frecuentemente acompañada por cardoncillos (Ceropegia fusca), balos
(Plocama pendula), romeros marinos (Campylanthus salsoloides), etc. En las zonas más expuestas a las brisas
marinas, y por tanto a la maresía, se enriquece en especies que tienen apetencia por la sal, constituyendo un
ecotono con los matorrales halófilos del litoral rocoso que se corresponde con la subasociación salsoletosum
divaricatae, en la que tiene cierto protagonismo el salado o brusca (Salsola divaricata) y el espino de mar (Lycium
intricatum). Tras el abandono de numerosos terrenos de cultivo que se habían acondicionado en su dominio, se
observa como éstos comienzan a ser reinvadidos por un tabaibal secundario, lo que denota su potencialidad.
Aunque el territorio potencial de esta asociación se ve afectado principalmente por la actividad agrícola, pasada y
presente, así como por la proliferación de núcleos de población costeros, esta asociación aún se encuentra muy
bien representada en la costa de Arico, e incluso en una franja ancha por encima de la autopista ocupando una
extensa superficie.
Ilustración 12: Tabaibal dulce al norte de La Listada
Inventario realizado en el tabaibal dulce al norte de La Listada, aproximadamente a 50 m.s.m.
Tabaiba dulce (Euphorbia balsamifera), Balo (Plocama pendula), cardón (Euphorbia canariensis), cerrillo
(Hyparrhenia hirta), Scilla haemorrhoidalis, Asphodelus aestivus, salado (Schizogyne sericea), Frankenia ericifolia,
cardomncillo (Ceropegia fusca), magarza (Argyranthemum frutescens), Urginea maritima, Lottus sessilifolius.
Sólo está protegida la estrecha franja incluida en el Sitio de Interés Científico del Tabaibal del Porís (T-38) y la
escasa superficie del Monumento Natural de la Montaña Centinela (T-15).
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Ilustración 13: Detalle de especies características del tabaibal
dulce: Ceropegia fusca, Urginea maritima al norte de La
Listada
Cardonal (Periploco laevigatae-Euphorbietum canariensis).
Asociación vegetal generalmente desarrollada sobre litosuelos, que en esta comarca se extiende de los 300 a los
600 (900) m.s.m. Se caracteriza fisionómicamente por el aspecto candelabriforme, suculento, afilo y espinoso del
cardón (Euphorbia canariensis), cuya estructura es aprovechada como soporte por diversas especies lianoides,
como el tasaigo (Rubia fruticosa), el cornical (Periploca laevigata) y la esparraguera (Asparagus umbellalus).
Ilustración 14: Cardonal del barranco del Río.
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Ha sido muy afectada por la roturación realizada por el hombre para habilitar terrenos de cultivo, por lo que sólo
quedan una docena de buenas representaciones en los riscos más inaccesibles de los barrancos profundos del
municipio, como es el caso del bararnco del Río, entre los 200 y los 500 m.s.m., que casi en su totalidad quedan
fuera de los espacios naturales protegidos existentes en el término.
Acebuchal-sabinar o bosque termófilo (Junipero canariensis-Oleetum cerasiformis).
Bosquetes y matorrales termófilos, que prosperan sobre suelos bien estructurados pero poco profundos. Están
caracterizados por algunas especies arbóreas que, en función de su dominancia, van a caracterizar los "sabinares",
"acebuchales", "almacigales", etc. Se sitúan entre los 600 y los 1.100 m.s.m., ocupando una posición intermedia
entre los cardonales y el monteverde o pinar. Las especies más frecuentes son: la sabina (Juniperus turbinata
subsp. canariensis), el acebuche (Olea europaea subsp. guanchica), el almacigo (Pistacia atlántica), el peralillo
(Maytenus canariensis), la leña negra (Rhamnus crenulata), el jasmín silvestre (Jasminum odoratissimum), etc. Por
coincidir su habitat con las medianías de las islas, que fueron ocupadas tras la conquista para el establecimiento de
núcleos de población y para la habilitación de terrenos de cultivo, esta formación se encuentra actualmente muy
pobremente representada, quedando limitados sus restos a los acantilados, cornisas y andenes de barrancos, o
sea, en lugares más o menos inaccesibles, de escaso suelo. No obstante, también es posible encontrar ejemplares
aislados de las especies más nobles dispersos en sectores de menor pendiente; y asimismo son frecuentes los
fitotopónimos que hacen referencia a sus plantas más características, lo que da fe de una mayor extensión en
épocas pasadas. Algunas especies de esta formación vegetal han estado condicionadas en el pasado por las talas
para aprovechamientos de la madera, como es el caso de la sabina, el acebuche entre otros.
Ilustración 15: Tramo del Barranco de El Cedro incluido en LIC ES7020112, al fondo podemos observar restos de bosque termófilo y
el límite inferior del pinar.
En Arico existen interesantes restos de esta formación vegetal en algunos barrancos, entre los 300 y los 900
m.s.m. En el Barranco de Icor, además de sabinas, acebuches y almacigos destaca la relativa abundancia de dos
especies consideradas más o menos raras, como son el moralito (Rhamnus integrifolia) y el marmolán (Syderoxilon
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marmulano). Este último se encuentra representado en tres barrancos de Arico; dos ejemplares muy próximos se
encuentran en el Barranco de Icor, entre los 400 y los 500 m.s.m., cuatro ejemplares a lo largo del Barranco de
Tamadaya entre los 900 y los 400 m.s.m., y un ejemplar en el Barranco de la Magdalena en torno a los 800 m.s.m.
(com. per. Ricardo Mesa). En el Barranco de Tamadaya y en su afluente de El Cedro la vegetación termófila está
muy bien representada; el segundo barranco conserva los restos de un buen sabinar, tanto en el cauce como en
ambas laderas, que presenta situaciones ecotónicas con el pinar mixto y con el tabaibal-cardonal, este sabinar se
encuentra incluido en el LIC ES7020112 denominado Barranco de las Hiedras-El Cedro,. Y en el Barranco de El
Río también se conservan buenos vestigios de los antiguos bosques termófilos, que en su parte superior, hacia los
850 m.s.m., ecotonizan con el pinar mixto con Monteverde.
Los cauces altos de los Barrancos de Tamadaya y El Río se encuentran incluidos en el Parque Natural de Corona
Forestal (T-11), LIC. ES7020054, ofreciendo protección a dos de los restos de esta interesante formación vegetal.
Fayal-brezal (Fayo-Ericetum arboreae).
Formación forestal dominada por el brezo (Erica arborea), la faya (Myrica faya) y el acebiño (Ilex canariensis),
generalmente producto de la degradación antrópica de los bosques de monteverde. En el pasado ha estado
condicionada por las talas, bien para aprovechamientos madereros o bien para favorecer la expansión de
plantaciones de pinar; no obstante, también es innegable el efecto pernicioso que ha significado el sobrepastoreo y
las consecuencias devastadoras de los incendios.
Existen algunos fragmentos en los Barrancos de El Cedro y El Río, en situaciones ecotónicas con el sabinar y el
pinar. Sólo el segundo de dichos barrancos está incluido en un espacio natural protegido de Corona Forestal.
Sauzal o sauceda (Rubo-Salicetum canariensis).
Comunidad arbórea que ocupa los cauces de barrancos, por los que fluye el agua al menos desde el otoño hasta la
primavera. Forma bosques de galería, dominados por el sauce canario (Salix canariensis).
La mejor muestra se localiza en el Barranco del Río, entre los 800 y los 2.000 m.s.m., donde además de sauces
son frecuentes los viñátigos (Persea indica). También quedan restos de esta asociación edafohigrófila en el
Barranco de Tamadaya. En ambos casos su protección está asegurada al estar incluido en el Parque Natural de la
Ilustración 16: Límite entre el pinar y el jaral
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Corona Forestal.
Pinar (Sideritido solutae-Pinetum canariensis).
En esta asociación se incluyen los pinares naturales y los escobonales. Fisionómicamente se trata de formaciones
forestales más o menos abiertas, en las que el pino canario se convierte en la especie dominante. El sotobosque
suele ser bastante pobre, y en sus facies más puras aparece dominado por jaras (Cistus symphytifolius), codesos
(Adenocarpus viscosus) y escobones (Chamaecytisus proliferus subsp. angustifolius). En algunos lugares, los dos
últimos arbustos pueden dar carácter a la comunidad, en ausencia del pino, y constituir sendas facies
oligoespecífícas densas conocidas con los nombres de codesar o escobonal, respectivamente. En su franja inferior
se enriquece con elementos termófilos, como el juagarzo (Cistus monspeliensis), constituyendo la subasociación
cistetosum monspeliensis, de gran protagonismo en esta comarca. No obstante, el pino canario (Pinus canariensis)
puede descender hasta cotas mucho más bajas, aprovechando su carácter primocolonizador, para instalarse en
coladas recientes.
En Arico, los pinares naturales de Pinus canariensis se extienden desde el Barranco del Río hasta el Barranco de
Icor y desde los 600-800 m s.m. hasta prácticamente el borde de las Cañadas, en torno a la cota 2.200 m s.m. La
fisonomía de estos pinares responde a las características generales de los pinares meridionales, donde los "pinos
padre" de gran edad y desarrollo se alternan con masas de pinos más jóvenes de propagación natural o mejora
forestal. Las laderas, siempre de pendiente elevada, se ven bruscamente interrumpidas por los acantilados de los
barrancos, que en dirección SE recorren la Comarca. Especialmente llamativos son los saltos de Pasajirón, Salto
de las Hiedras, Tamadaya, Los Albarderos, etc. Entre las cotas señaladas anteriormente, los pinares constituyen la
vegetación potencial en una amplia banda que contacta por su límite inferior con los bosques termófilos de sabinas,
almacigos, acebuches, etc., y por el superior con los escobonales y retamares de cumbre (Spartocytision
nubigenii).
Ilustración 17: En la imagen se observa la intersección entre del pinar repoblado del noreste del municipio, (casi donde limita con el
municipio vecino de Fasnia), y el límite inferior de los retamares de cumbre.
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La mayor parte de la masa forestal del pinar queda incluida en el Parque Natural "Corona Forestal". El estado de
conservación por lo general es bueno y si se respeta la vegetación natural del sotobosque, su mejora está
garantizada. Aparte de su interés ecológico es importante destacar el valor paisajístico de los acantilados de los
barrancos que surcan la zona, en los que se refugia una flora rupícola de gran interés y rareza.
Inventario realizado en las cercanías de la pista que accede a Picachos, aproximadamente a 1.400 m.s.m. en el
barranco de Tamadaya.
Pinus canariensis, Echium virescens, Hypericum reflexum, Sideritis soluta, Aeonium urbicum, Ferula linkii,
Bystropogon origanifolius, Carlina salicifolia, Rumex lunaria, Pericallis lanata, Silene vulgaris, Sonchus acaulis,
Senecio palmensis, Pterocephalus lasiospermus, Chamaecytisus proliferus.
Escobonal (Sideritido-Pinetum canarierisis facies de Chamaecytisus proliferus subsp. angustifolius).
Bajo este nombre, tomado de la actual denominación del escobón de pinar y cumbre tinerfeños (Chamaecytisus
proliferus subsp. angustifolius) se incluyen los escobonales de la isla, matorral cuya especie dominante, el
mencionado escobón, confiere fisonomía arbustiva a la formación vegetal y, durante la primavera, matiza el paisaje
con su peculiar y profusa floración blanca. Se sitúa casi en las mismas cotas altitudinales que los pinares, con cuya
área potencial ocasionalmente se introgrede, y su límite superior lo establece el matorral de la cumbre tinerfeña
(Spartocyticetum nubigeni); además, la composición florística es coincidente con la del pinar, por lo que en la
actualidad se considera como una facies de éste. Muestra preferencia por los terrenos pedregosos y ríos de lavas
(malpaíses), lo que le permite exceder sus límites, sobre todo hacia cotas inferiores.
Ilustración 18: Escobonal de lomos de Chajaña
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En los lomos altos de Chajaña, se puede observar una gran extensión de terreno ocupada por el escobonal y
salpicada por tomillares en su interior, el límite superior de la franja de escobonal se corresponde con un pinar
repoblado que alterna con el pinar genuino en el mismo piso bioclimático. La mayor parte del ecobonal del
municipio está incluido en el Espacio Protegido de la Corona Forestal.
Retamar de cumbre (Spartocytisetum nubigeni).
Denso matorral endémico de Tenerife, constituido por arbustos retamoides xeromorfos con hojas reducidas, que se
instala tanto sobre suelos relativamente bien estructurados como sobre piroclastos y malpaíses de todo el territorio
de la cumbre, por encima de los 1.800-2.000 m.s.m. Está dominado por la retama del Teide (Spartocytisus
supranubius), a la que acompaña un conjunto de plantas leñosas endémicas, entre las que destacan en la
comarca: el tajinaste rojo (Echium wildpretii), la tonática (Nepeta teydea), etc. Fisionómicamente destaca en esta
formación el porte almohadillado o hemisférico, como respuesta a la excesiva rudeza climática de estas altitudes.
Ilustración 19: Retamar instalado sobre piroclastos
Esta formación vegetal comparte piso bioclimático con el matorral de alhelí, rosalito y pajonera (Erysimo scopariiPterocephaletum lasiospermi), asociación principalmente primocolonizadora de litosuelos y pedregales, así como
de derrubios provocados por actividades de carácter antrópico, casi exclusiva de las cumbres insulares, en el
dominio del retamar, aunque puede alcanzar la parte superior de los pinares aclarados. Las especies más
frecuentes son: el alhelí del Teide (Erysimum scoparium), la hierba pajonera (Descurainia bourgeauana), el rosalito
de cumbre (Pterocephalus lasiospermum) y la malpica de cumbre (Carlina xeranthemoides).
Ambas comunidades, que comparten la mayor parte del cortejo florístico, son difícilmente separables y constituyen
una franja continua en el límite superior del término municipal, en la cumbre, por encima de los 2.000 m.s.m.,
aunque las plantaciones de pino canario las ha hecho retroceder en casi toda la mitad meridional por encima de los
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2.100 m. Toda la superficie que ocupan está incluida en el Parque Natural de la Corona Forestal y limita con el
Parque Nacional del Teide.
Comunidad de violeta del Teide (Violetum cheiranthifoliae).
Asociación que prospera exclusivamente en los ambientes glerícolas situados en las cotas más altas de la isla, por
encima de los 2.400 m.s.m., caracterizada por la violeta del Teide (Viola cheiranthifolia). Está muy localizada en las
cumbres más altas de la comarca.
Ha sido detectada en las cumbres más altas de Arico, en las montañas de Pasajirón, Roque de la Grieta y Topo de
la Grieta, en cuya cima ocupa una pequeña superficie ecotónica con el retamar de cumbre. Todas las poblaciones
están incluidas en el Parque Natural de la Corona Forestal, en el límite con el Parque Nacional del Teide.
1.5.1.2. Plantaciones de pino canario
En las cotas más elevadas de la zona denominada Chajaña existen plantaciones de pino canario, realizadas entre
los 2.000 y 2.200 m s.m., que se encuentran en los límites altitudinales superiores de la distribución natural del
pinar e, incluso, gran parte de ellas quedan fuera de su dominio natural al penetrar en el dominio del retamar de
cumbre, por lo que su desarrollo es limitado. Las plantas del sotobosque corresponden a las dos formaciones
vegetales en las que se introgrede. Tambien se han realizado plantaciones en los alrededores del área recreativa
de
Los
Contadores
y
más
recientemente
subiendo por la pista de Las Cisneras. En el año
2005 se llevó a cabo un proyecto de repoblación
y reposición de marras en Las Majadas del Río.
La inmensa mayoría de las plantaciones se han
realizado en el interior del Parque Natural de la
Corona Forestal.
1.5.1.3. Matorrales de sustitución
Al reducirse la vegetación potencial, casi siempre
por intervención humana, el territorio ha ido
Ilustración 20: Plantaciones de pinos en Las Majadas del Río
siendo ocupado por la denominada vegetación de
sustitución, de gran importancia por su complejidad y diversidad, en función de su localización, del grado de
alteración del territorio y del tiempo transcurrido desde la intervención. En general, son comunidades arbustivas y
herbáceas, que reciben distintos nombres en función de las especies dominantes o de su aspecto.
Entre estas comunidades secundarias se han cartografíado las siguientes:
Matorral de ahulaga y salado (Launaeo arborecescentis-Schizogynetum sericeae).
Matorral nitrófilo de sustitución que se instala en ambientes alterados del tabaibal dulce, dominado por la ahulaga
(Launaea arborescens), el salado blanco (Schizogyne sericea) y el corazoncillo (Lotus sessilifolius).
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En ambientes viarios bastante removidos (taludes de pistas y carreteras, escombreras, etc.), la
comunidad se enriquece en veneneros o hediondos (Nicotiana glauca), planta invasora de origen americano que
resalta en el paisaje por la elevada talla que puede llegar a alcanzar, que a veces constituye una comunidad
particular.
En el interior de este matorral es muy frecuente observar una planta foránea muy agresiva, el pasto de elefante o
rabo de gato (Pennisetum setaceum y Pennisetum purpureum), sobre todo cuando este matorral se encuentra en
los bordes de pistas y carreteras a lo largo de la zona baja.
Ilustración 21: Matorral típico de aulagas y salado
Ilustración 22: Pequeña comunidad de rabo de gato en el interior del matorral
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Balera (comunidad de Plocama péndula).
Comunidad prácticamente monoespecífica que coloniza sustratos poco cohesionados y frecuentemente alterados
por procesos naturales o antrópicos (aluviones de barranco, conos volcánicos de piroclastos, taludes de carreteras,
etc.), en el dominio del tabaibal-cardonal. La única especie dominante en estos ambientes es el balo (Plocama
péndula), que subsiste gracias a su enorme sistema radicular. Se trata de una comunidad edafohigrófila.
Tiene un considerable protagonismo en el cauce bajo de los barrancos más septentrionales, aunque también es
frecuente en casi todos los restantes del término municipal.
Ilustración 23: Comunidad de balos en el cauce bajo del Barranco del Río
Magarzal, inciensal y vinagreral (Artemisio thusculae-Rumicetum lunariae).
Matorral más fresco y exigente en humedad que el anterior, que se desarrolla sobre suelos removidos en el
dominio del cardonal o los bosques termófilos. Las especies más características son la magarza (Argyranthemum
frutescens), la vinagrera (Rumex lunaria) y el incensio (Artemisia thuscula).
En estos matorrales intervienen muchas plantas introducidas por el hombre, que por su arraigo en el medio rural
han llegado a ser consideradas como propias, como ocurre con la tunera (Opuntia spp.) y la pitera (Agave
americana). Lo más frecuente es que sea el matorral el que invada las antiguas plantaciones de tuneras, por lo que
en las medianías se dan curiosas situaciones mixtas de estos matorrales con tunerales.
Este matorral está muy bien representado en todas las medianías de Arico, salpicando el área urbana o rural, y en
gran parte de su área convive con tunerales.
En suelos profundos y frescos ruderalizados, por lo general en hondonadas y ramblas de barrancos en los que se
acumula o encharca el agua temporalmente, la comunidad se enriquece en tartagueros (Ricinus communis), planta
de origen africano y también de talla elevada, que a veces constituye una comunidad particular.
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Tabaibal amargo.
Comunidad dominada por la tabaiba amarga o salvaje (Euphorbia obtusifolia) que posee cierto poder recolonizador.
Algunos autores la consideran una facies del cardonal, pero excede claramente el dominio de esta comunidad,
para penetrar hacia abajo en el tabaibal dulce y hacia arriba en el bosque termófilo e, incluso, en el pinar. Además,
se entremezcla con frecuencia con los jarales o juagarzales en los suelos más erosionados.
Ilustración 24:Tabaibal amargo de las medianías de Arico
Está bien representada en las medianías del municipio de Arico, a cotas inferiores a la TF-28, principalmente por
debajo de los núcleos de Icor, Arico el Nuevo, Arico el viejo, El Río, donde frecuentemente se entremezcla con los
vinagrerales o magarzales, así como con los juagarzales de suelos decapitados.
Ilustración 25: Zona ecotónica entre el tabaibal amargo y dulce, en el límite inferior de la comunidad, donde
empiezan a aparecer ejemplares de tabaiba dulce
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Jaral-juagarzal (Cistetum symphytifolio-monspeliensis).
Asociación en la que suelen ser dominantes el tomillo burro (Micromeria hyssopifolia), el juagarzo (Cistus
monspeliensis), la jara (Cistus symphytifolius) y la tabaiba amarga o salvaje (Euphorbia obtusifolia), que prospera
Ilustración 26: Jaral de medianías altas con elementos de pinar
Ilustración 27: Jaral entremezclado con tabaibal amargo
sobre suelos pedregosos decapitados o erosionados, como resultado de la degradación de cardonales, sabinares o
pinares ubicados en el ambiente de los bosques termófílos.
Es una de las comunidades mejor representadas y de mayor extensión en las medianías de Arico, sobre todo en
las altas.
Con frecuencia esta comunidad está entremezclada con el tabaibal amargo donde hay más suelo, como pueden
ser los terrenos de cultivo abandonados, con los matorrales nitrófílos de magarzas, inciensos y vinagreras
Tomillar montano o de cumbre (Cisto-Micromerion).
Matorral oligoespecífíco dominado por el tomillo burro (Micromeria hyssopifolia) y la mecha (Phagnalon saxatile),
de cobertura media. Se instala preferentemente sobre suelos decapitados, arcillosos y pedregosos, de los pinares
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aclarados sometidos a un intenso pastoreo, por lo que se enriquece con especies nitrófilas indicadoras de dicha
actividad.
Ilustración 28: Tomillar ubicado en las cercanías de la pista de barranco del Río
En este municipio se sitúa sobre todo entre los 1.200 y los 1.500 m.s.m., aunque a veces presenta un mayor rango
altitudinal y excede el límite de los pinares. Las principales extensiones de tomillar se encuentran entre los 1200 y
1500 m.s.m., en los alrededores de la pista que sube por el núcleo de población de El Río y en los alrededores de
la Morra del Guanche, Loma de Pérez y Lomo Chajaña, por debajo de la Pasada del Escobón.
1.5.1.4. Otras comunidades reconocidas aunque no cartografiadas
Se han reconocido otras comunidades no incluido en el mapa de vegetación por su escasa entidad cartográfica, su
escaso valor medioambiental o por estar íntimamente unidas a los caseríos y terrenos de cultivo. A continuación se
mencionan las más frecuentes.
Pastizales y herbazales de sustitución
Cuando la alteración del territorio se ha producido muy recientemente y la vegetación leñosa no ha tenido tiempo
de establecerse, la vegetación dominante está constituida por comunidades de plantas herbáceas, anuales,
bienales o perennes. Las más frecuentes son:
Cerrillar y panascal (Cencro ciliaris-Hyparrhenietum sinaicae). Pastizal caracterizado por la alta presencia de
diversas gramíneas, como el cerrillo (Hyparrhenia sinaica), el panasco o grama (Cenchrus ciliaris) y el rabo de
burro (Aristida adscensionis). Ocupan suelos bien desarrollados y más o menos estabilizados en lugares aclarados
del tabaibal-cardonal y el bosque termófilo, donde la vegetación climácica ha sido prácticamente desalojada y el
terreno ganado para el pastoreo y la agricultura; llega a dominar completamente las etapas de degradación más
avanzadas y puede alcanzar notable extensión y densidad. También es notoria su preferencia por ocupar
márgenes de caminos y cunetas de carreteras asfaltadas con escasa nitrifícación, así como el borde de huertas
abandonadas. Con frecuencia se entremezcla en mosaico con otras comunidades. En los conos volcánicos
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costeros del Sur, este pastizal está dominado por el panasquillo (Tricholaena teneriffae), correspondiente a la
subasociación Tricholaenetosum teneriffae.
Hinojales (Piptathero miliacei-Foeniculetum vulgaris). Pasto vivaz denso, de gran valor en los campos de
cultivo abandonados y terrenos eriales, situado en las áreas del monteverde de la Isla de Tenerife y dominado por
plantas herbáceas de talla elevada, como el cerrillón (Piptatherum miliaceum), la altabaca (Dittrichia viscosa) y,
sobre todo, el hinojo (Foeniculum vulgare). En ocasiones pueden instalarse en el dominio de los bosques
termófílos, pero decaen por completo en las áreas desérticas y áridas, donde si en alguna ocasión aparece alguna
de las especies características de estas comunidades lo hace en suelos compensados en humedad.
Herbazales nitrófilos (Stellarietea). Estos herbazales se desarrollan en la época lluviosa (entre otoño y
primavera) y ocupan preferentemente terrenos de cultivo abandonados, solares, parterres, viales y todos aquellos
lugares con suelo más o menos profundo, pero siempre removido; también se asientan en los claros situados en el
interior de matorrales y pastizales frecuentados por el ganado, desde la costa hasta el monte, siempre que las
condiciones edáficas lo permitan. Tienen cobertura irregular, pues según haya sido el régimen de lluvias en otoñoinvierno pueden mostrar una mayor o menor biomasa, y son muy biodiversos, como consecuencia de la
variabilidad de los parámetros ecológicos que los condicionan (estacionalidad, humedad, tipo de alteración del
sustrato, período en el que ésta se produjo, cantidad de materia orgánica, presencia de sal, existencia de pisoteo,
etc.). Las comunidades más frecuentes son las siguientes: barrillar (Mesembryanthemion crystallini), herbazal de
cenizos y malvas (Chenopodion muralis), herbazal de cebadilla y maravilla (Hordeion leporiní), etc.
En suelos compactados por el pisoteo, tanto de veredas como de pistas, se desarrolla una incipiente vegetación
nitrófila y primocolonizadora (Polygono-Poetea), constituida por terófítos de pequeña talla en buena parte
prostrados, de fenología invernal-primaveral.
Principales comunidades rupícolas
Los riscos, malpaíses recientes, sustratos muy inclinados, muros artificiales y tejados son ambientes propicios para
el desarrollo de las comunidades rupícolas, muy diversificadas y ricas, que se asientan sobre la superficie casi
desnuda del sustrato o en sus grietas. Aunque se extienden desde la costa hasta la cumbre, su óptimo se alcanza
en los ambientes húmedos de las medianías del Norte y Este de las islas, coincidiendo con el dominio del
monteverde. Son numerosas las plantas endémicas, buena parte de ellas de biotipo suculento y pertenecientes a la
familia de las Crasuláceas; también tienen notable protagonismo muchas especies de las Compuestas. En los
lugares del Sureste que estamos estudiando destacan las siguientes comunidades:
Comunidad de ratoneras de umbría (Parietarietum fllamentosaé). Asociación prácticamente monoespecífica,
caracterizada por una ratonera endémica (Parietaria filamentosa), que se instala en las medianías húmedas, en
cantiles umbrosos extraplomados y en la entrada de cuevas, sobre materiales rocosos fácilmente deleznables.
Comunidad de punteros (Untbilico horizontalis-Aeonietum urbici). Comunidad de carácter antropógeno que
tiene claras preferencias por colonizar tejados y otras estaciones rupestres urbanas o rurales, sobre todo en áreas
del monteverde o los bosques termófilos Se halla muy bien representada en las medianías del Norte y Sureste de
Tenerife, donde es particularmente llamativa en casi todos los tejados, sobre todo en los más vetustos. Está
presidida en la comarca por el puntero (Aeonium urbicum), aunque en algunas localidades domina el sayón
(Aeonium holochrysum).
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Comunidad de palomeras y cerrajas (Pericallido lanatae-Sonchetum gummiferi). Exclusiva del Sureste de
Tenerife, esta asociación ocupa las laderas de casi todos los barrancos, sobre todo en lads medianías. Está
caracterizada por dos endemismos sureños: la cerraja de risco (Sonchus gummifer) y la palomera (Pericallis
lanata).
Ilustración 29: Imagen de Pericallis lanata creciendo en pequeño escarpe
Comunidad de bejeques peludos (Cheilantho guanchicae-Aeonietum smithii). Asociación fisuricola endémica
de los acantilados de las cumbres meridionales de Tenerife, instalada tanto en rocas basálticas como fonolíticas,
en el dominio del retamar de cumbre, aunque desciende en algunos lugares al dominio del pinar. La especie más
característica es el pequeño bejeque peludo (Aeonium smithii).
Comunidades hidrofíticas Aunque las Islas Canarias no son muy ricas en ambientes dulceacuícolas, existen
numerosas comunidades vegetales típicas de ellos, si bien de escasa entidad, que pueblan las riberas y cauces de
los barrancos, charcos y estanques, rezumaderos, atargeas y otros puntos húmedos más o menos permanentes.
Aparte de los sauzales ya mencionados, en el Sureste las dos comunidades más frecuentes son las siguientes:
Juncal (Holoschoeno globiferí-Juncetum acuti). Juncal de fondo húmedo de barranco, que también se instala junto
a canales artificiales con rezumaderos o en almagres húmedos de acantilados. Está caracterizada por dos juncos:
Scirpus holoschoenus subsp. globiferus y Juncus acutus.
Comunidad de culantrillos (Eucladio-Adiantetum capilli-veneris). Comunidad instalada en paredones rezumantes
umbríos, incluso en el interior de cuevas, caracterizada casi en solitario por el culantrillo (Adiantum capillusveneris).
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1.5.2. Flora.
1.5.2.1. Catálogo florístico
Sin duda, la situación geográfica del Archipiélago (subtropical), la proximidad al continente africano, la influencia
oceánica, los importantes relieves de las Islas y la existencia de un régimen notablemente constante de vientos (los
alisios) y de corrientes marinas (la Corriente Fría de Canarias) se conjugan para dar como resultado una diversidad
climática que facilita el desarrollo de especies de la flora con muy diversos requerimientos ecológicos. Además, hay
que tener en cuenta que la diversidad geológica y de suelos de Canarias permite el asentamiento de plantas con
diferentes apetencias de sustrato.
El territorio que ocupa el término municipal de Arico no está exento de estos condicionantes ambientales,
existiendo en el mismo manifestaciones más o menos importante -algunas relictuales- de muchos de los pisos de
vegetación presentes en Canarias como ha quedado expresado en el apartado de vegetación.
En lo que respecta a la flora de Arico, en general, presenta un alto nivel de endemicidad en lo que a flora vascular
se refiere, pudiendo establecer las afinidades más comunes de esta biota endémica en las regiones mediterránea,
saharo-síndica y noratlántica, aunque también se dan espectaculares relaciones taxonómicas con Sudáfrica,
Sudamérica, o Australia.
Por otra parte, alrededor de 680 plantas vasculares foráneas han sido introducidas por el hombre en el
archipiélago, sobre todo a partir de la Conquista. Aunque de orígenes muy diversos, la mayor proporción la
constituyen "malas hierbas" mediterráneas, mientras que otra pequeña fracción está formada por especies
escapadas de cultivo. A pesar del alto número de especies exóticas naturalizadas en Canarias, sólo una pequeña
parte de ellas, quizá unas 30, son realmente peligrosas debido a su capacidad de colonizar y establecerse en
ecosistemas bien conservados. Dentro de este grupo de plantas foráneas agresivas se pueden encontrar en Arico
especies como el venenero o bobo (Nicotiana glauca), las tuneras (Opuntia spp.), las piteras (Agave americana), el
pasto de elefante o rabo de gato (Pennisetum setaceum y Pennisetum purpureum), el hediondo o espumilla
(Ageratina adenophora) y la amapola de California (Eschscholzia californica).
A continuación se presenta el listado de especies vegetales consideradas autóctonas presentes en Arico,
destacando para cada una de ellas si se trata de un endemismo tinerfeño (_), un endemismo canario (•) o un
endemismo macaronésico (*). Igualmente se refleja en dicho listado el nombre vernáculo y la distribución en el
archipélago a través de la letras iniciales de cada isla (L,F,C,T,G,H,P)
División PTERIDOPHYTA (heléchos)
Familia AMANTACEAE
Adiantum capillus-veneris L. (culantrillo) (L, F, C, T, G, H, P).
Adiantum reniforme L. (tostonera) (L, F, C, T, G, H, P).
Familia ASPLENÍACEAE
Asplenium hemionitis L. (hierba candil, pata de gallo) (L, F, C, T, G, H, P).
Asplenium onopteris L (L, F, C, T, G, H, P).
* Ceterach aureum (Cav.) Buch (doradilla) (L, F, C, T, G, H, P).
Familia DAVALLIACEAE
Davallia canariensis (L.) J. E. Sm. (batatilla, helechilla) (L, F, C, T, G, H, P).
Familia DRIOPTERIDACEAE
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Cyrtomium falcatum (L. fil.) C. Presl (C, T, P).
Familia GYMNOGRAMMACEAE
Anogramma leptophylla (L.) Link (L, F, C, T, G, H, P).
Familia HEMIONITIDACEAE
Cosentinia vellea (Ait.) Tod. (doradilla velluda) (L, F, C, T, G, H, P).
Familia HYPOLEPIDACEAE
Pteriíüum aquilinum (L.) Kuhn (helécho macho) (L, C, T, G, H, P).
Familia POLYPODIACEAE
Polypodium cambricum L.; subsp. macaronesicum (Bobrov) Fraser-Jenkins, in Greuter & al. (L, F, C,T,G,H,P).
Familia SELAGINELLACEAE
Selaginella denticulata (L.) Spring. (C, T, G, H, P).
Familia SINOPTERIDACEAE
Cheilanthes guanchica Bolle (F, C, T, G, H, P).
* Cheilanthespulchella Bory ex Willd. (C, T, G, H, P).
* Notholaena marantae (L.) Desv.; subsp. cupripaleacea (Benl) Rivas- Martínez & al. (doradilla acanalada) (T, Fí).
División SPERMATOPHYTA (plantas superiores)
Subdivisión GYMNOSPERMAE
Familia CUPRESSACEAE
• Juniperus cedros Webb & Berth. (cedro) (C, T, G, P).
• Juniperus turbinata Guss.; subsp. canariensis (Guyot) Rivas-Martínez, Wildpret & P. Pérez (sabina) (C,T,G,H,P).
Familia PINACEAE
• Pinas canariensis Chr. Sm. ex DC. in Buch (pino canario) (L, F, C, T, G, H, P).
Subdivisión ANGIOSPERMAE Clase DICOTYLEDONEAE
Familia AMARANTHACEAE
• Bosea yervamora L. (hediondo, findiongo) (C, T, G, H, P).
Familia ANACARDIACEAE
Pistacia atlántica Desf. (almacigo) (F, C, T, G, P)
Familia APIACEAE
• Astydamia latifolia (L. fil.) Baill. (lechuga de mar) (L, F, C, T, G, H, P).
Crithmum maritimum L (perejil de mar) (F, C, T, G, H, P).
• Férula linkii Webb (cañaheja) (F, C, T, G, H, P).
• Seseli webbii Coss. (apio marino) (C, T, G, H).
• Tinguarra cervariaeafolia (DC.) Parí. (T, G, H, P).
• Todaroa áurea Parí, in Webb & Berth.; subsp. áurea, (chirrina, herreña) (C, T, G, H, P).
Familia ASCLEPIADACEAE
• Ceropegia dichotoma Haw.; subsp. dichotoma. (cardoncillo) (T, H, P).
• Ceropegia fusca Bolle (cardonillo, cardoncillo) (C, T, P).
Periploca laevigata Ait. (comical) (L, F, C, T, G, H, P).
Familia ASTERACEAE
• Allagoppapus dichotomus (L. fil.) Cass. (madama, mato de risco) (C, T, G, H).
Ageratina adenophora (Spreng.) King & Robins. (espuma, hediondo) (C, T, G, P).
Andryala pinnatifida Ait.; subsp. pinnatifida (estornudera, peorera) (L, F, C, T, G, H, P).
Andryala pinnatifida Ait.; subsp. teydensis (C.H. Schultz Bip.) Rivas-Martínez & al. (T).
Argyranthemum adauctum (Link.) Humphr. (magarza) (T).
Argyranthemum frutescens (L.) Sch. Bip. in Webb & Berth.; subsp. frutescens (magarza) (L, C, T, H, P)- Humphr.
(magarza) (T).
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Argyranthemum gracile Sch. Bip. in Webb & Berth. (magarza) (T).
Argyranthemum teneriffae Humphr. (magarza) (T).
Artemisia thuscula Cav. (incienso, insencio) (C, T, G, H, P).
Atalanthus microcarpus (Boulos) A. Hans. ef Sund (balillo) (T).
Atalanthus pinnatus (L. fil.) D. Don (balillo) (F, C, T).
Atractylis preauxiana Sch. Bip. (pina de la mar) (C, T).
Carlina salicifolia (L. fil.) Cav.; var. salicifolia (Cardo de risco, cabezote) (L, F, G, T, G, H, P).
Carlina xeranthemoides L. fil. (malpica) (T).
Cheirolophus metlesicsii Montelongo (cabezón) (T).
Cheirolophus teydis (Chr. Sm.) G. López (cabezón) (T).
Dittrichia viscosa (L.) Greuter (altabaca) (L, F, C, T, G, H, P).
Gonospermum fruticosum (Buch.) Less. (corona de reina, faro) (T, G, H, P).
Kleinia neriifolia Haw. (verode.) (L, F, C, T, G, H, P).
Laminaea arborescens (Batt.) Murb (aulaga, ajulaga) (L, F, C, T, G, H, P).
Pericallis /anata (LHér.) B. Nord. (palomera) (T).
Pericallis tussilaginis (L'Hér.) D. Don m Sweet (C, T).
Phagnalon purpurascens Sch. Bip. in Webb & Berth. (mecha) (L, F, G, T, G, H, P).
Phagnalon saxatíle (L.) Cass. (mecha, manzanilla yesquera, romero blanco) (L, F, C, T, G, H, P).
• Reichardia crystallina (Sch. Bip.) Bramw. (C, T).
• Reichardia ligulata (Vent.) Kunk. & Sund. (C, T, G, H, P).
Schizogyne sericea (L. fil.) DC. (salado, salado blanco, dama) (L, F, C, T, G, H, P).
• Sonchus acaulis Dum-Cours. (cerraja) (C, T).
• Sonchus canariensis (Sch. Bip.) Boulos (C, T).
• Sonchus gummifer Link in Buch (cerraja de risco, cerrajón) (T).
• Tolpis webbii Sch. Bip. ex Webb & Berth. (T, G).
• Valutaria canariensis Wagenitz. (giralda) (L, F, C, T, G, H, P).
Familia BORAGINACEÁE
• Echium aculeatum Poir (T, G, H).
• Echium bonnetii Coincy; var. bonnetii (F, C, T, G).
• Echium strictum L. fil (tajinaste) (C, T, G, H, P).
• Echium virescens DC (tajinaste) (T).
• Echium wildpretii Pears. ex Hook. fil. (taginaste rojo)
(T). Heliotropium ramosissimum (Lehm.) DC. (L, F, C, T, G, P).
• Messerschmidiafruticosa L. fil (duraznillo) (L, F, C, T, G, H, P).
Familia BRASSICACEAE
• Crambe scaberrima Webb ex Bramw. (col de risco) (T).
• Erysimum scoparium (Brouss. ex Willd.) Wettst. (alhelí del Teide) (T).
• Descurainia bourgeauana (Fourn.) O.E. Schulz (T).
• Descurainia gonzalesii Svent. (T).
• Descurainia millefolia (Jacq.) Webb & Berth. (T, G, P).
• Lobularia canariensis (DC.) Borgen; subsp. intermedia (Webb) Borgen (hierba de pájaros, pan y queso, mastuerzo)
(T, G, H, P).
Familia CACTACEAE
Opuntia dillenii (Ker-Gawl.) Haw. (penca bruja) (L, F, C, T, G, H, P).
Opuntia ficus-indica (L.) Mill.(pencón, tunera, chumbera) (L, F, C, T, G, H, P).
Familia CAMPANULACEAE
• Canarina canariensis (L.) Vatke (bicácaro) (C, T, G, H, P).
Memoria Informativa
57
Documento de Avance
ARICO
PLAN
GENERAL
DE
ORDENACIÓN
Documento de Adaptación
Familia CARYOPHYLLACEAE
Gymnocarpos decander Forssk.(mato de costa) (L, F, C, T).
• Hemiaria canariensis Chaudhri (milengrana, sueldatripas) (T).
• Paronychia canariensis (L. fil.) Juss. (nevadilla) (C, T, G, H, P).
• Polycarpaea divaricata (Ait.) Poir. in Lam. «fe Poir. (lengua de pájaro, pata de conejo) (L, F, C, T, G, H,P).
Polycarpaea nivea (Ait.) Webb in Hook. (lengua de pájaro) (L, F, C, T, H, P).
Familia CELASTRACEAE
• Maytenus canariensis (Loes.) Kunk. & Sund. (peralillo) (F, C, T, G, H, P).
Familia CHENOPODIACEAE
Atriplex glauca L.; var. ifniensis (Cab.) Maire (L, F, C, T, Fí).
Ariplex semibaccata R. Br. (L, F, C, T, P).
Chenoleoides tomentosa (Lowe) Botsch. (L, F, C, T, H, P).
Salsola divaricata Mass. ex Link in Buch (brusca, zagua) (L, F, C, T, G, P).
Familia CÍSTACEAE
Cistus monspeliensis L (juaguarzo, jaguarzo, jara) (C, T, G, H, P).
• Cistus symphytifolius Lam.; var. symphytifolius (jara) (C, T, G, FL P).
Helianthemum canariense (Jacq.) Pers. (jarilla, sambera, turmero) (L, F, C, T, G, H, P).
Familia CNEORACEAE
• Neochamaelea pulverulentus (Vent.) Erdtm (leña buena, leña santa, palo blanco, leña blanca, orijama) (C, T, G, H,
P).
Familia CONVOLVULACEAE
• Convolvulus floridus L. fil.; var. floridus (guaidil) (L, F, C; T, G, H, P).
• Convolvulus floridus L. fil.; var. virgatus (Webb & Berth.) Mend.-Heu. (guaidil) (C, T).
• Convolvulus perraudieri Coss. (C, T).
• Convolvulus scoparius L. fil. (leña núes, retamón, leña noel) (L, F, C, T, G, P).
Familia CRASSULACEAE
• Aeonium holochrysium Webb & Berh. (pastel de risco, bejeque) (T, G, H, P).
• Aeonium smithii (Sims) Webb & Berth. (pastel de risco) (T).
• Aeonium spathulatum (Homem.) Praeger (mato puntera) (C, T, G, H, P).
• Aeonium urbicum (Chr. Sm. ex Buch.) Webb & Berth. (puntero, verol, bejeque) (C, T, G, P).
• Airchryson laxum (Haw.) Bramw. (F, C, T, G, H, P).
• Greenovia áurea (Chr. Sm. ex Hornem.) Webb & Berth. (pastel de risco) (C, T, G, H, P).
• Monanthes brachycaulos (Webb in Webb & Berth.) Lowe (C, T).
• Monanthes mínima (Bolle) Christ (T).
Familia DIPSACACEAE
• Pterocephalus lasiospermus Link ex Buch (rosalito de cumbre) (T).
Familia ERICACEAE
Erica arbórea L. (brezo) (L, F, C, T, G, H, P).
Familia EUPHORBIACEAE
• Euphorbia atropurpúrea (Brouss.) Webb & Berth. (tabaiba majorera) (T).
Euphorbia balsamifera Ait. (tabaiba dulce) (L, F, C, T, G, H, P).
• Euphorbia canariensis L. (cardón) (L, F, C, T, G, H, P).
• Euphorbia obtusifolia Poir in Lam.; var. wildpretii Molero & Rovira (tabaiba amarga) (T, G, H, P).
Euphorbia paralias L. (L, F, C, T, G).
Ricinus communis L. (tártago) (L, F, C, T, G, H, P).
Familia FABACEAE
Memoria Informativa
58
Documento de Avance
ARICO
PLAN
GENERAL
DE
ORDENACIÓN
Documento de Adaptación
• Adenocarpus viscosus (Will.) Webb & Berth.; var. viscosus (codeso de cumbre) (T, P).
• Anagyris latifolia Brouss. ex Willd. (oro de risco) (C, T, H).
• Chamaecytisus proliferus (L. fil.) Link. (escobón) (C, T, G, H).
• Cicer canariense Santos & Lewis (garbancera) (T, P).
• Lotus campylocladus Webb & Berth. (corazoncillo) (C, T, P).
• Lotus sessilifolius DC; var. sessilifolius (corazoncillo) (C, T, G, H, P).
• Lotus seeeilifolius DC; var.pentaphyllus (Link) Davis (corazoncillo) (T, G, H).
Psoralea bituminosa L. (tedera) (L, F, C, T, G, H, P).
Retama rhodorhizoides Webb & Berth. (retama, retama blanca) (L, C, T, G, H, P).
• Spartocytisus supranubius (L. fil.) Webb & Berth. (retama del Teide) (T, P).
• Teline osyroides (Svent.) Gibbs & Dingw.; subsp. sericea (O. Kuntze) Arco, Acebes & Wildpret (T).
• Vicia cirrhosa Chr. Sm. ex Webb & Berth (C, T, G, H, P).
Familia FAGACEAE
Castanea sativa Mili, (castañero) (C, T, G, H, P).
Familia FRANKENIACEAE
Frankenia ericifolia Chr. Sm. exDC. (tomillo de mar) (L, F, C, T, G, H, P).
Frankenia laevis L.;subsp. capitata Webb & Berth. (tomillo de mar, sapera) (L, F, C, T, G, H, P).
Familia GLOBULARIACEAE
• Globularia salicina Lam. (lentisco, mosquera) (C, T, G, H, P).
Familia HYPERICACEAE
* Hypericum canariense L (granadillo) (C, T, G, H, P).
* Hypericum grandifolium Choisy (maljurada) (L, F, C, T, G, H, P).
* Hypericum reflexum L. fil. (cruzadilla, hierba cruz) (C, T, G, H, P).
Familia LAMIACEAE
• Bystropogon plumosus L'Hér. (poleo) (C, T, G, H, P).
• Bystropogon origanifolius L'Hér.; var. origanifolius (poleo, poleo de monte) (T,G).
• Lavandula canariensis Mili, (chivera, hierba de risco) (L, F, C, T, G, H, P).
_ Micromeria hyssopifolia Webb & Berth; var. kuegleri (Bdrnm.) Pérez (tomillo de burro) (T).
• Micromeria hyssopifolia Webb & Berth; var. hyssopifolia (tomillo de burro) (T, H).
_ Micromeria lachnophylla Webb & Berth. (T).
_ Micromeria teneriffae (Poir.) Benth; var. cordifolia Pérez (tomillo) (T).
_ Micromeria teneriffae (Poir.) Benth; var teneriffae. (tomillo) (T).
• Micromeria varia Benth. (tomillo burro) (T, G).
• Nepeta teydea Webb & Berth. (tonática) (T, P).
Salvia aegyptiaca L. (conserva, conservilla) (L, F, C, T, G).
• Salvia canariensis L. (salvia, salvia morisca) (L, F, C, T, G, H, P).
_ Sideritis orotenerifae L. Negrín & P. Pérez (chahorra) (T).
_ Sideritis soluta Clos.; subsp. soluta (chahorra) (T).
* Teucrium heterophyllum L'Her. (jocama) (C, T, G, P).
Familia LAURACEAE
* Persea indica (L.) K. Spreng. (viñátigo) (C, T, G, H, P).
Familia MYRICACEAE
Myrica faya Ait. (faya) (L, F, C, T, G, H, P).
Familia MYRTACEAE
Eucalyptus globulus Labill. (eucalipto) (C, T, G).
Familia OLEACEAE
* Jasminum odoratissimum L. (jazmín salvaje) (F, C, T, G, H, P).
Memoria Informativa
59
Documento de Avance
ARICO
PLAN
GENERAL
DE
ORDENACIÓN
Documento de Adaptación
• Olea europaea L.; subsp. guanchica (acebuche) (L, F, C, T, G, H, P).
Familia PLANTAGINACEAE
_ Plantago asphodeloides Svent. (T).
Familia PLUMBAGINACEAE
Limonium pectinatum (Ait.) O. Kuntze (siempreviva de la mar) (C, T, G, H, P).
Familia POLYGONACEAE
Polygonum maritimum L. (L, F, C, T, P).
• Rumex lunaria L. (vinagrera) (L, F, C, T, G H, P).
Familia RANUNCULACEAE
* Ranunculus cortusifolius Willd. (morgallana) (L, F, C, T, G, H, P).
Familia RESEDACEAE
• Reseda scoparia Brouss. ex Willd. (gualdón) (C, T, G, P).
Familia RHAMNACEAE
• Rhamnus crenulata Ait. (leña negra, espinera, espino negro) (L, F, C, T, G, H, P)
_ Rhamnus integrifolia DC. (moralito) (T).
Familia ROSACEAE
• Bencomía caudata (Ait.) Webb & Berth. (C, T, H, P).
Rubus ulmifolius Schott (zarzamora) (C, T, G, H, P).
Familia RUBIACEAE
• Plocama péndula Ait. (balo) (L, F, C, T, G, H, P).
• Rubia fruticosa Ait.; subsp. fruticosa (tasaigo, raspadera, galguitero, gamarza) (L, F, C, T, G, H,P)
Familia RUTACEAE
• Ruta pinnata L. fil. (ruda silvestre) (T, G, P).
Familia SALICACEAE
• Salix canariensis Chr. Sm. ex Link (sauce) (C, T, G, H, P).
Familia SAPOTACEAE
• Sideroxylon marmulano Banks ex Lowe (marmolán) (F, C, T, G, H, P).
Familia SCROPHULARIACEAE
• Campylanthus salsoloides (L. fil.) Roth (romero marino) (L, F, C, T, G, P).
• Isoplexis canariensis (L.) Loud. (cresta de gallo) (T, G, P).
• Kickxia scoparia (Brouss. ex Spreng.) Kunk. & Sund (giralda amarilla) (C, T, G, P).
• Scrophularia glabrata Ait. (T, P).
Familia SOLANACEAE
Lycium intricatum Boiss. (espino, espino de mar) (L, F, C, T, G, P).
Nicotiana glauca Grah. (venenero, hediondo, bobo, tabaco moro, mimo) (L, F, C, T, G, Fí, P).
Familia TAMARICACEAE
Tamarix canariensis Willd. (tarajal) (L, F, C, T, G, P).
Familia THEACEAE
• Visnea mocanera L. fil. (mocan) (F, C, T, G, H, P).
Familia URTICACEAE
• Forsskaelea angustifolia Retz. (ratonera picona, ratonera peluda, ratonera) (L, F, C, T, G, H, P).
• Parietaria filamentosa Webb & Berth. (T, G, P).
Familia VJOLACEAE
• Viola cheiranthifolia Humb. «fe Bonpl. (violeta del Teide) (T).
Familia ZYGOPHYLLACEAE
Fagonia crética L. (rasapaya) (L, F, C, T, G, H, P).
Zygophyllum fontanesii Webb & Berth. (uva de mar, salado moro, babosa) (L, F, C, T, G, H).
Memoria Informativa
60
Documento de Avance
ARICO
PLAN
GENERAL
DE
ORDENACIÓN
Documento de Adaptación
Clase MONOCOTYLEDONEAE
Familia AGAVACEAE
Agave americana L. (pitera, pita) (L, F, C, T, G, H, P).
Familia AMARYLIDACEAE
• Pancratium canariense Ker-Gawl. (lágrimas de la Virgen) (L, F, C, T, G, H, P).
Familia ARECACEAE
• Phoenix canariensis Chab. (palmera canaria) (L, F, C, T, G, Fí, P).
Familia CYPERACEAE
Scirpus holoschoenus L.; subsp. globiferus (L. fil.) Husnot (junco) (C, T, G, P).
Familia DIOSCOREACEAE
* Tamus edulis Lowe (norsa) (C, T, G, H, P).
Familia LlNACEAE
• Asparagus arborescens Willd. ex Schult. (esparragón) (L, F, C, T, G, H, P).
* Asparagus scoparius Lowe (C, T, G, H, P).
• Asparagus umbellatus Link in Buch; subsp. umbellatus. (esparraguera, rabo burro) (F, C, T, G, H, P).
• Asphodelus aestivus Brot. (gamona) (L, F, C, T, G, H, P).
• Scilla haemorrhoidalis Webb & Berth. (cebolla almorrana) (L, F, C, T, G, H, P).
_ Urginea marítima (L.) Baker; var. hesperia (Webb & Berth.) Svent. (T).
Familia POACEAE
Aristida adscensionis L. (cerolla, rabo de burro) (L, F, C, T, G, H, P).
_ Arrhenaiherum calderae A. Hans. (T).
Arundo donax L. (caña) (L, F, C, T, G, H, P).
Brachypodium sylvaticum (Huds.) P. Beauv. (hierba fina) (C, T, G, H, P).
Cenchrus ciliaris L. (cerrillón, cerrillo burro, greñón, pegadera, panasco) (L, F, C, T, G, H, P).
Hyparrhenia hirta (L.) Stapf m Oliver (cerrillo) (L, C, T, G, H, P).
Piptatherum coerulescens (Desf.) Beauv. (cerrillón) (L, C, T, G).
Piptatherum miliaceum (L.) Coss. (cerrillón) (L, F, C, T, G, P).
Stipa capensis Thunb. (aceitilla, saltilla, esparto, chirate, japito) (L, F, C, T, G, H, P).
Tetrapogon vulosus Desf. (L, F, C, T, G).
Tricholaena teneriffae (L. fil.) Link (cerrillo blanco) (L, F, C, T, G, H, P).
1.5.2.2. Flora amenazada
En el término municipal de Arico crecen tres especies que están incluidas tanto en el Catálogo Nacional como en el
Regional de Especies Amenazadas con la categoría de "en peligro de extinción": Atractylis preauxiana, Anagyris
latifolia y Cheirolophus metlesicsii. A ellas se podría sumar, Lotus berthelotii, que tiene una población en el
Barranco del Río, pero que no se ha considerado al situarse en la ladera que pertenece al municipio de Granadilla
de Abona y Barlia metlesicsiana para la cual Teschner en 1983 cita como potencial ámbito de distribución los
pinares del municipio de Arico, aunque en ningún momento se ha revelado la presencia del taxón en el municipio. A
continuación se describen las poblaciones de dichos taxones dentro del término municipal según la terminología
propuesta en Beltrán et al (1999), obra de la cual además se han extraído gran parte de los datos aportados en
este apartado.
Atractylis preauxiana Sch. Bip. in Webb & Berthelot
Memoria Informativa
61
Documento de Avance
PLAN
ARICO
GENERAL
DE
ORDENACIÓN
Documento de Adaptación
Las Eras, 10 m.s.m. El número de individuos es relativamente alto (101-250). Se distribuyen en una población
dispersa, que presenta una conservación reducida; posibilidad de restauración: difícil o imposible; no aislada,
integrada en su área de distribución; evaluación de la población: significativa. Habitat de interés comunitario:
Frankenio-Zygophyletum fontanesii Rivas-Martínez et al. 1993; naturalidad: media; grado de endemicidad: medio;
grado de biodiversidad: medio; cobertura: 26-50 %; estado de conservación: parcialmente degradado; posibilidad
de restauración: difícil o imposible; evaluación del habitat: significativo. Calidad de la zona: baja; vulnerabilidad de
la zona: muy alta por situarse en un solar urbanizable y estar bordeada por pistas de intenso tráfico, atravesada por
veredas y existir vertidos de basura. La localidad no se encuentra incluida en un Espacio Natural Protegido, aunque
está relativamente próxima a los Sitios de Interés Científico Acantilado de La Hondura y Tabaibal del Porís.
El Rincón, 25 m.s.m. Entre los años 1996 y 1-999 se introdujeron en este lugar un total de 176 ejemplares por la
Viceconsejería de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias, tras una etapa de aclimatación en el Vivero de Medio
Ambiente situado en La Laguna; procedían de la población situada en el barrio de Las Eras, donde estaban
gravemente amenazados. En la actualidad sobreviven unos 80 individuos en las 5 subpoblaciones establecidas
(Datos aportados por Carlos Samarín, técnico responsable de dicho proyecto, de la Viceconsejería de Medio
Ambiente); no obstante, se duda si algunos ejemplares de mayor tamaño son naturales y crecían en el lugar antes
de la repoblación. Presenta una conservación buena; posibilidad de restauración: fácil; no aislada, integrada en su
área de distribución; evaluación de la población: buena. Habitat de interés comunitario: FrankenioZygophylletumfontanesii Rivas-Martínez et al. 1993; naturalidad: baja; grado de endemicidad: medio; grado de
biodiversidad: medio; cobertura: 51-75 %; estado de conservación: bien conservado; posibilidad de restauración:
fácil; evaluación del habitat: bueno. Calidad de la zona: alta; vulnerabilidad de la zona: baja, aunque está
atravesada por una vereda usada por pescadores y la autopista del Sur se encuentra muy cerca de la población; la
localidad se encuentra incluida en un Espacio Natural Protegido (Sitio de Interés Científico Tabaibal del Porís).
Cueva de las Palomas, 25 m.s,m.. El número de individuos es muy escaso (1-5); se distribuyen en una población
continua, que presenta una conservación buena; posibilidad de restauración: fácil; no aislada, integrada en su área
de
distribución;
evaluación
de
la
población:
buena.
Habitat
de
interés
comunitario:
Frankenio-
Zygophylletumfontanesii Rivas-Martínez et al. 1993; naturalidad: media; grado de endemicidad: medio; grado de
biodiversidad: medio; cobertura: 26-50 %; estado de conservación: bien conservado; posibilidad de restauración:
fácil; evaluación del habitat: bueno. Calidad de la zona: media; vulnerabilidad de la zona: atravesada por una
vereda usada por pescadores y con vertidos de basura cercanos. La localidad se encuentra incluida en un Espacio
Natural Protegido (Sitio de Interés Científico Tabaibal del Porís).
Barranquillo de Puntilla Negra, 20 m.s.m.: El número de individuos es muy escaso (1-5); se distribuyen en una
población continua, que presenta una conservación buena; posibilidad de restauración: fácil; no aislada, integrada
en su área de distribución; evaluación de la población: regular. Habitat de interés comunitario: FrankenioZygophylletum fontanesii Rivas-Martínez et al 1993 mixto con Ceropegio fuscae-Euphorbietum balsamiferae RivasMartínez et al. 1993; naturalidad: media; grado de endemicidad: medio; grado de biodiversidad: medio; cobertura:
26-50 %; estado de conservación: bien conservado; posibilidad de restauración: fácil; evaluación del habitat: bueno.
Calidad de la zona: alta; vulnerabilidad de la zona: atravesada por una vereda usada por pescadores; la localidad
se encuentra incluida en un Espacio Natural Protegido (Sitio de Interés Científico Tabaibal del Porís).
Playa de la Caleta, 20 m.s.m: El número de individuos es muy escaso (25-50); se distribuyen en una población
dispersa, que presenta una conservación buena; posibilidad de restauración: fácil; no aislada, integrada en su área
de distribución; evaluación de la población: buena. Habitat de interés comunitario: Frankenio-Zygophylletum
fontanesii Rivas-Martínez et al. 1993; naturalidad: media; grado de endemicidad: medio; grado de biodiversidad:
medio; cobertura: 51-75 %; estado de conservación: bien conservado; posibilidad de restauración: fácil; evaluación
del habitat: bueno. Calidad de la zona: alta; vulnerabilidad de la zona: baja, aunque está atravesada por una vereda
Memoria Informativa
62
Documento de Avance
ARICO
PLAN
GENERAL
DE
ORDENACIÓN
Documento de Adaptación
usada por pescadores y existe una pista que llega a sus proximidades. La localidad se encuentra incluida en un
Espacio Natural Protegido (Sitio de Interés Científico Tabaibal del Porís).
Punta de Abona, 20 m.s.m. El número de individuos es relativamente bajo (51-100). Se distribuyen en una
población continua, que presenta una conservación media. Estado de la población: bueno. Habitat en el que se
asienta la población: Frankenio capitatae-Zygophylletum fontanesii Rivas-Martínez et al. 1993 (de interés
comunitario, 125012) y Ceropegio fuscae-Euphorbietum balsamiferae (de interés comunitario, 433335). Datos
referidos al habitat.- Naturalidad: media; Grado de endemicidad: medio; Grado de biodiversidad: medio; Cobertura:
51-75 %; Estado de conservación: medianamente conservado. Calidad de la zona: media. Vulnerabilidad de la
zona: alta por existir una carretera asfaltada inmediata a la población y una zona deportiva muy próxima, así como
un proyecto de urbanización de toda la zona. La localidad no se encuentra incluida en ningún Espacio Natural
Protegido.
La Tosca-Abades, 5 m.s.m. El número de individuos es muy escaso (11-50). Se distribuyen en una población
continua, que presenta una conservación reducida; posibilidad de restauración: posible; casi aislada; evaluación de
la población: significativa. Habitat de interés comunitario: Frankenio-Zygophylletum fontanesii Rivas-Martínez et al.
1993; naturalidad: baja; grado de endemicidad: medio; grado de biodiversidad: medio; cobertura: 51-75 %; estado
de conservación: parcialmente degradado; posibilidad de restauración: posible, aunque está muy amenazado;
evaluación del habitat: significativo. Calidad de la zona: baja; vulnerabilidad de la zona: muy alta, al estar rodeada
por una pista y atravesada por veredas, existir vertidos de basura y situarse junto a una playa frecuentada en
períodos vacacionales como zona de marisqueo y de baño. La localidad no se encuentra incluida en un Espacio
Natural Protegido.
Playa del Ganado-Abades, 5 m.s.m El número de individuos es relativamente bajo (51-100). Se distribuyen en
una población continua, que presenta una conservación media; posibilidad de restauración: posible; casi aislada;
evaluación de la población: significativa. Habitat de interés comunitario: Frankenio-Zygophylletum fontanesii RivasMartínez et al. 1993; naturalidad: media; grado de endemicidad: medio; grado de biodiversidad: medio; cobertura:
51-75 %; estado de conservación: medianamente conservado; posibilidad de restauración: posible, aunque está
muy amenazado; evaluación del habitat: significativo. Calidad de la zona: baja, pero con endemicidad media;
vulnerabilidad de la zona: alta, al estar rodeada por una pista y atravesada por veredas, existir vertidos de basura y
situarse junto a una playa frecuentada como zona de acampada y de baño; la localidad no se encuentra incluida en
un Espacio Natural Protegido.
Anagyris latifolia Brouss. ex Willd.
Barranco de Tamadaya, 600-800 m.s.m.. El número de ejemplares localizados en el barranco a lo largo de los
acantilados y pie de montes es muy escaso (15). Los individuos que componen esta población se distribuyen de
forma dispersa en tres subpoblaciones y presentan un estado de conservación bueno. Estado de la población:
bueno. El habitat en el que se asienta la población es de interés comunitario: Periploco laevigatae-Eaphorbietum
canariensis Ri vas-Martínez et al. 1993 y Junípero canariensis-Oleetum cerasiformis O. Rodríguez, Wildpret, Del
Arco & P.L. Pérez 1990 corr. Rivas-Martínez et al 1993. Datos referidos al habitat.-Naturalidad: media; Grado de
endemicidad: alto; grado de biodiversidad: alto; cobertura: 51-75 %; estado de conservación: bien conservado.
Calidad de la zona: media; vulnerabilidad de la zona: pista rodada de propiedad particular, infraestructuras
hidráulicas (canales, acequias, etc.) y ruderalización. Una pequeña parte de la población se encuentra incluida en
un Espacio Natural Protegido de Canarias (Parque Natural de la Corona Forestal).
Barranco de la Magdalena, 700 ms.m: El número de ejemplares localizados en este barranco es muy escaso (15). Los individuos que componen esta población se distribuyen de forma más o menos dispersa y presentan un
estado de conservación bueno. Estado de la población: bueno. El habitat en el que se asienta la población es de
Memoria Informativa
63
Documento de Avance
PLAN
ARICO
GENERAL
DE
ORDENACIÓN
Documento de Adaptación
interés comunitario: Periploco laevigatae-Euphorbietum canariensis Rivas-Martínez et al. 1993 y Junípero
canariensis-Oleetum cerasiformis O. Rodríguez, Wildpret, Del Arco & P.L. Pérez 1990 corr. Rivas-Martínez et al.
1993. Datos referidos al habitat.- Naturalidad: media; Grado de endemicidad: alto; grado de biodiversidad: alto;
cobertura: 51-75 %; estado de conservación: medianamente conservado. Calidad de la zona: media; vulnerabilidad
de la zona: terrenos de cultivo y pistas rodadas cercanas, infraestructuras hidráulicas (canales, acequias, etc.) y
ruderalización. No se encuentra incluida en ningún Espacio Natural Protegido.
Cheirolophus metlecsicsii Montelongo
Salto de las Yedras (Barranco de Tamadaya), 1.300 m.s.m. El número de individuos es escaso (20-30); se
distribuyen en una población continua, que presenta una conservación alta; posibilidad de restauración: posible;
casi aislada; evaluación de la población: significativa. Habitat de interés comunitario: Sideritido-Pinetum
ccmariensis Rivas-Martínez et al. 1993; naturalidad: alta; grado de endemicidad: alto; grado de biodiversidad:
medio; cobertura: 51-75 %; estado de conservación: bien conservado; posibilidad de restauración: posible;
evaluación del habitat: significativo. Calidad de la zona: alta, pero con endemicidad media; vulnerabilidad de la
zona: baja, al estar situada sobre el salto de un barranco escarpado, lejos de pistas y veredas; la localidad se
encuentra incluida en un Espacio Natural Protegido (Parque Natural de la Corona Forestal).
A parte de las citadas anteriormente por estar incluidas en el Catálogo Nacional, hay que considerar la existencia
del Catálogo de Especies Amenazadas de Canarias, así como de la Orden de 20 febrero de 1991 sobre Protección
de Especies de la Flora Vascular Silvestre de la Comunidad Autónoma de Canarias, marcos legales que incluyen
en sus distintas categorías o anexos varios de los taxones presentes en el municipio:
Taxones incluidos en el Catálogo regional de Especies Amenazadas
Categoría "En peligro de extinción"
-Anagyris latifolia (oro de risco).
-Atractylis preauxiana (pina o cardo de mar).
-Cheiroiophus metlesicsii (cabezón).
Categoría "Vulnerable"
-Cicer canariense (garbancera).
-Sideroxylon marmulano(marmulán).
Categoría "De interés especial"
-Gymnocarpos decander (mato de costa).
-Hemiaria canariensis (milengrana).
-Plantago asphodeloides (pequeño llantén).
-Polygonum maritimum (treintanudos de arena).
-Salix canariensis (sauce).
Taxones incluidos en la Orden de 20 febrero de 1991 sobre Protección de Especies de la Flora Vascular Silvestre
de la Comunidad Autónoma de Canarias
Anexo I
-Anagyris latifolia Brouss. ex Willd.
-Atractylis preauxiana Sch. Bip.
-Cheiroiophus metlesicsii Montelongo
-Cicer canariensis Santos & Gweil
-Monanihes mínima (Bolle) Christ
-Ruta pinnata L.F.
-Viola cheiranthifolia H.B. & K.
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Anexo II
-Adiantum capillus-veneris L.
-Adiantum reniforme L.
-Aeonium holochrysum Webb & Berth.
-Aeonium smithii (Sims) Webb & Berth.
-Aeonium spathulatum (Hornem.) Praeger
-Aeonium urbicum (Chr. Sm. ex Buch) Webb & Berth.
-Argyranthemum adauctum (Link) Humphr.
-Argyranthemum frutescens (L.) Sch. Bip.
-Asparagus arborescens Willd. ex Schultes
-Asparagus plocamoides Willd. ex Svent.
-Asplenium hemionitis L.
-Asplenium onopteris L.
-Atalanthus microcarpus (Boulos) Hans. & Siind.
-Bencomia caudata (Ait.) W. & B.
-Bystropogon plumosus (L. fíl.) L'Hér.
-Campylanthus salsoloides (L.f.) Roth
-Carlina xeranthemoides L. fil.
-Ceropegia dichotoma Haw.
-Ceropegia fusca Bolle
-Ceterach aureum (Cav.) Buch
-Cheilanthes guanchica Bolle
-Cheilanthes pulchelía Bory ex Willd.
-Cheirolophus teydis (Chr. Sm.) G. López
-Convolvulus perraudieri Cosson
-Cosentinia vellea (Aitón) Tod. subsp. bivalens (Reichstein) Rivas-Martínez & Salvo
-Crambe scaberrima Webb ex Bramw.
-Cyrtomium falcatum (L. fil.) C. Presl.
-Davallia canariensis (L.) J.E. Sm.
-Echium wildpretii Pearson ex Hook f.
-Euphorbia canariensis L.
-Greenovia áurea (Chr. Sm. ex Hornem.) Webb & Beith.
-Hemiaria canariensis Chaudhri
-Isoplexis canariensis (L.) G. Don
-Juniperus cedrus Webb & Berth.
-Juniperus turbinata Guss. subsp. canariensis (Guyot in Mathou & Guyot) Rivas-Martínez, Wildpret & P.L. Pérez
-Maytenus canariensis (Loes.) Kunkel & Sunding
-Micromeria lachnophylla Webb & Berth.
-Monanthes brachycaulos (Webb in Webb & Berth.) Lowe
-Neochamaelea pulverulenta (Vent.) Erdman
-Nepeta teydea Webb & Berth.
-Notholaena marantae (L.) Desv. subsp. cupripaleaceae (Benl.) Rivas-Martínez et al.
-Olea europaea L. subsp. guanchica
-Pancratium canariensis Ker-Gawl.
-Parietaria filamentosa Webb & Berth.
-Phoenix canariensis Chabaud
-Pistacia atlántica Desf.
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-Plantago asphodeloides Svent.
-Polygonum maritimum L.
-Polypodium cambricum L. subsp. macaronesicum (Bobrov) Fraser-Jenkins in Greuter et al,
-Reseda scoparia Brouss. ex Willd.
-Retama rhodorhizoides Webb & Berth.
-Rhamnus integrifolia DC. -Salix canariensis Chr. Sm. ex Link
-Selaginella denticulate (L.) Spring.
-Sideritis oroteneriffae L. Negrín & P. Pérez
-Sideritis soluta Clos
-Sideroxylon marmulano Banks ex Lowe
-Sonchus canariensis (Sch. Bip.) Boulos
-Sonchus gummifer Link -Spartocytisus supranubius (L.) W. & B.
-Tamarix canariensisWilld.
-Teline osyroides (Svent.) Gibbs & Dingwall
-Tinguarra cervariaefolia Parí.
-Todaroa áurea Parí.
-Visnea mocanera L. fil.
-Zygophyllum fontanesii Webb & Berth.
Anexo III
-Bystropogon origanifolius L'Hér.
-Castanea sativa Mili.
-Chamaecytisus proliferus (L.) Link
-Erica arbórea L.
-Eucalyptus globulus Labill.
-Myrica faya Ait.
-Persea indica (L.) K. Spreng.
-Pinus canariensis Clir. Sm. ex Link
-Salvia canariensis L.
1.5.3. Zonificación según la calidad botánica del territorio
1.5.3.1. Enclaves de Interés Florístico
Se ha considerado en este apartado aquellos lugares que albergan taxones muy singulares, sobre todo los que
están incluidos en los listados de protección por tener algún tipo de amenaza, y otros de especial interés por su
biodiversidad o por incluir hábitats bien conservados de especial rareza.
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Tabaibal del Porís
Espacio natural protegido con la categoría de "Sitio de interés Científico", que escasamente supera las 48 Ha. Su
principal valor consiste en que se trata de un tramo costero no urbanizado, relativamente amplio, en el que ha
podido salvarse un tabaibal dulce primario en buen estado de conservación. La influencia de la maresía se deja
Ilustración 30: Imagen de parte del tabaibal del Poris
sentir en toda la estrecha franja que ocupa este espacio, por lo que adquiere notable protagonismo el matorral
halófilo costero de roca (Frankenio capitatae-Zygophylletumfontanesii), que no sólo ocupa una primera banda en
solitario, sino que incluso se entremezcla con el tabaibal dulce halófilo (Ceropegio fuscae-Euphorbietum
balsamiferae subas. salsoletosum divaricatae), que ocupa la mayor parte del espacio; y en las pequeñas
acumulaciones arenosas, existentes sobre todo en el cauce de barranquillos, se asienta el matorral nitro-psamófilo
de llanos. ". La piña o cardo de mar (Atractylis preauxiana), incluida en el "Catálogo de Especies Amenazadas de
Canarias”, tiene aquí una representación importante de la población de la especie en Tenerife. En el resto de la
flora sobresalen dos tomillos endémicos de Tenerife (Micromeria teneriffae var. cordifolia y M. hyssopifolia var.
kuegleri) y algunos endemismos canarios de gran interés que destacan por su abundancia, como el cardoncillo de
costa (Ceropegia fusca), la leñasanta o leñabuena (Neochamaelea pulverulenta) y la lechuguilla o cerrajilla de mar
(Reichardia crystallina). Asimismo, aquí tiene una de sus escasas poblaciones tinerfeñas una especie africana
abundante en las islas orientales: el mato moro (Suaeda ifniensis).
Punta de Abona
En este lugar se localiza un ecosistema arenoso de gran valor medioambiental, debido a su rareza en el contexto
insular. Gran parte del mismo está colonizado por un matorral nitro-psamófilo de llanos (Polycarpaeo niveaeLotetun lancerottensis), muy empobrecido y asentado sobre pequeños acúmulos de arena mixta, en su mayoría
orgánica, con tres especies características: la lengua de pájaro (Polycarpaea nivea), el corazoncillo de costa (Lotus
sessilifolius) y la hierba camellera (Heliotropium ramosisimun). Se entremezcla con el matorral halófilo costero de
ambientes
arenoso-pedregosos
(Atriplici-Chenoleidetum
tomentosae),
dominado
por
el
salado
lanudo
(Chenoleoides tomentosa), que coloniza parte de la lengua de arena que penetra hacia el Suroeste desde la Playa
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de Abona, donde tiene una de sus mayores poblaciones en Tenerife. A ésta también llega, de manera muy
localizada y empobrecida, la comunidad psamófíla costera de vaguadas (Euphorbio paraliae- Cyperetum kali), que
aquí sólo tiene dos especies características en las microdunas de la citada playa: la lechetrezna de costa
(Euphorbia paralias) y el treintanudos de arena (Polygonum maritimum), en una de sus escasísimas poblaciones
tinerfeñas. Pasado el caserío de Punta de Abona y hacia el Faro, los dos matorrales citados anteriormente se
enriquecen con el cinturón halófilo costero de roca (Frankenio capitatae-Zygophylletum fontanesii) y el tabaibal
dulce (Ceropegio fuscae-Euphorbietun balsamiferae); además, en un barranquillo próximo al citado caserío se
asienta una población de la piña de mar (Atractylis preauxiana), especie considerada "en peligro de extinción" en el
"Catálogo de Plantas Amenazadas de Canarias"; también existe otra planta incluida en dicho catálogo como "de
interés especial", el ya mencionado treintanudos de arena (Polygonum maritimum). Llama la atención que en la
Playa de Abona crece el único ejemplar de perejil de mar (Crithmum maritimum) de todo el Sur de Tenerife, a pesar
de ser una especie relativamente frecuente en el cinturón halófilo de la vertiente septentrional.
Abades
Este lugar incluye la Montaña de Abades y un estrecho tramo de costa situado al Norte de la misma, en los que
domina el cinturón halófilo de roca (Frankenio capitatae-Zygophylletum fontanesii) y el tabaibal dulce (Ceropegio
fuscae Euphorbietum balsamiferae). Entre las especies características del primer matorral son frecuentes: tomillo
de mar (Frankenia laevis subsp. capitata), siempreviva de la mar (Limonium pectinatum), uva de mar (Zygophyl/um
fontanesii) y la cerrajilla o lechuguilla de costa (Reichardia crystallina). Y entre las del tabaibal: la tabaiba dulce
(Euphorbia balsamifera), la leña santa (Neochamaelea pulverulenta), el cardoncillo (Ceropegia fusca), el cardón
(Euphorbia canariensis). También son muy frecuentes las especies endémicas y autóctonas del matorral de
sustitución halófilo: salado blanco (Schizogyne sericea), magarza (Argyranthemum frutescens) y el mato de costa
(Salsola divaricata). En los pequeños acúmulos de arena también se reconoce el matorral nitro-psamófilo de llanos
(Polycarpaeo niveae- Lotetun lancerottensis), con las especies más características: la lengua de pájaro
(Polycarpaea nivea), el corazoncillo de costa (Lotus sessilifolius), el saladillo (Atriplex glauca subsp. ifniensis) y la
hierba camellera (Heliotropium ramosissimum). Pero su principal valor lo constituye la existencia de dos
poblaciones del cardo o piña de mar (Atractylis preauxiana), endemismo de las dos islas centrales incluido en el
"Catálogo de Especies Amenazadas de Canarias" en la categoría de "en peligro de extinción".
Desembocadura del Barranco del Río
En este lugar lo más destacado es la existencia de un pequeño bosquete de tarajales (Atriplici ifniensisTamaricetum canariensis), resto de los que en el pasado ocupaban la desembocadura de casi todos los grandes
barrancos de la isla, hoy casi extinguidos por la expansión humana, que desgraciadamente no tiene entidad
cartográfica. En este lugar se limita, casi de forma monoespecífíca, al tarajal canario (Tamarix canariensis), aunque
frecuentemente se entremezcla con las especies más características del cinturón halófilo costero de roca
(Frankenio capitatae-Zygophylletumfontanesii), sobre todo la uva de mar (Zygophyllum fontanesii).
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Ilustración 31: Tarajales en flor
Montañas cacuminales de Arico (Pasajirón, Roque de la Grieta y Topo de la Grieta)
Lugares situados por encima de los 2.400 m.s.m., en los que destaca la presencia de la comunidad glerícola de
violeta del Teide (Violetum cheiranthifoliae), que sólo en la cima de estas montañas se sale de su localidad clásica,
el estratovolcán Teide-Pico Viejo. Comparte territorio con el retamar de cumbre (Spartocytisetum nubigeni) y el
matorral de alhelí, rosalito y pajonera (Erysimo scoparii-Pterocephaletum lasiospermi).
Cumbres de Arico
Franja incluida en el Parque Natural Corona Forestal, con un pequeño trozo del extremo septentrional incorporado
recientemente al Parque Nacional del Teide, que se extiende por todo el territorio de la cumbre del municipio, por
encima de los 1.800-2.000 m.s.m., dominada por el retamar de alta montaña (Spartocytisetum nubigeni), que en
litosuelos, pedregales y derrubios se entremezcla con el matorral de alhelí, rosalito y pajonera (Erysimo scopariiPterocephaletum lasiospermi). Lo más valioso de este lugar es la relativa naturalidad de la vegetación y, sobre
todo, la rica diversidad de una flora endémica en su casi totalidad, con dominio de los endemismos tinerfeños, entre
los que dominan: la magarza de cumbre (Argyranthemum teneriffae), el tajinaste rojo (Echium wildpretii), hierba
pajonera (Descurainia bourgeauana), el rosalito de cumbre (Pterocephalus lasiospermus), un pequeño bejeque
peludo (Aeonium smithii), una chajora (Sideritis oroteneriffae), el cabezón (Cheirolophus teydis), la malpica de
cumbre (Carlina xeranthemoides), etc. A ellas se une una importante lista de endemismos canarios, como: la
retama del Teide (Spartocytisus supranubius), la tonática (Nepeta teydea), el alhelí del Teide (Erysimum
scoparium), etc. En los acantilados también encontramos algunos endemismos rupícolas, como el bejeque lanudo
(Aeonium smithii), otro pequeño bejeque (Aeonium spathulatum) y un helécho (Cheilanthes guanchica).
Detalle de la flor del Tarajal (Tamarix canariensis)
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Ilustración 32: En imagen se observa el límite entre dos asociaciones:
Sideritido solutae-Pinetum canarierisis y Erysimo scoparii-Pterocephaletum
lasiospermi.
Barranco de El Río
Extendiéndose desde la orilla del mar hasta superar los 2.000 m.s.m., en este barranco destaca el tramo superior,
por encima de los 600 m.s.m., que al estar muy encajado ha sido más inaccesible para el hombre, por lo que está
relativamente bien conservado. Conserva buenos restos de cardonal (Periploco laevigatae-Euphorhietum
canariensis), bosque termófilo (Junípero canariensis-Oleetum cerasiformis), pinar (Sideritido solutae-Pinetum
canariensis) y retamar de cumbre (Spartocytisetum nubigeni), así como un sauzal (Rubo-Salicetum canariensis),
que nace en la cumbre y es considerado de los mejores de la isla, e interesantes comunidades rupícolas, ricas en
especies endémicas. Entre las especies incluidas en el "Catalogo de Especies Amenazadas de Canarias"
sobresale una considerada "en peligro de extinción", el pico paloma de monte (Lotus berthelotii), que tiene en este
barranco, aunque en la ladera de Granadilla, una de sus dos únicas poblaciones naturales; una "vulnerable", el
marmulán (Sideroxylon marmulano); y una "de interés especial", el sauce (Salix canariensis). Otros endemismos de
interés que crecen aquí son: el moralito (Rhamnus integrifolia), el viñátigo (Persea indica), en situaciones húmedas
de cauce, la mocanera (Visnea mocanera), en los lugares más expuestos al Norte, la bencomia (Bencomia
caudata), la cresta de gallo (Isoplexis canariensis), etc.
Barranco de Tamadaya
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Lugar de enorme riqueza florística, a pesar de la alteración que ha sufrido durante siglos por la actividad humana.
El pinar es la formación vegetal más extendida, con ejemplares que descienden hasta los 500 m.s.m., en el que
además del pino canario (Pinus canariensis), son frecuentes otros endemismos: el escobón (Chamaecytisus
proliferus subsp. angustifolius), la jara (Cistus symphytifolius), el tajinaste azul (Echiun virescens), la chajora
(Sideritis soluta) (Sideritis oroteneriffae), el corazoncillo (Lotus campylocladus), etc.
Entre los 500 y 850 m.s.m. son frecuentes los restos de bosques termófilos, con: acebuche (Olea europaea subsp.
guanchica), sabina (Juniperus turbinata subsp. canariensis), peralillo (Maytenus canariensis), leña negra (Rhamnus
crenulata), jazmín silvestre (Jasminum odoratissimum), etc. En suelos decapitados de las medianías domina el
jaral, con el juagarzo (Cistus monspeliensis), el tomillo burro (Micromeria hyssopifolia), la mecha (Phagnalon
saxatile), etc. En el cauce quedan restos del sauzal, con ejemplares aislados del sauce canario (Salix canariensis)
y, sobre todo, de la zarza (Rubus ulmifolius). La accidentada orografía del barranco, condiciona una gran diversidad
de microclimas particulares que favorecen su enorme riqueza florística, con un elevado porcentaje de endemicidad.
Ilustración 33: Salix Canariensis y Syderoxilon marmulano
De este modo, nos encontramos con dos plantas que en el "Catálogo de Especies Amenazadas de Canarias"
figuran "en peligro de extinción": un cabezón (Cheirolophus metlesicsii) y el oro de risco (Anagyris latifolia); dos
"vulnerables": la garbancera (Cicer canariense) y el marmulán (Sideroxylon marmulano); y una "de interés especial,
el sauce (Salix canariensis). Aparte de las anteriores especies, en Tamadaya crecen otros endemismos tinerfeños:
una falsa retama (Kunkeliella retamoides), la pequeña y crasa hierba ramosa (Monanthes minima), una cerraja de
risco (Sonchus gummifer), un tomillo (Micromeria teneriffae var. cordifolia), el balillo (Atalanthus microcarpus), el
poleo (Bystropogon plumosus), el retamón (Teline osyroides subsp. sericea), la palomera (Pericallis lanata), la
tabaiba mejorera (Euphorbia atropurpurea), la col de risco (Crambe scaberrima), el tajinaste de flor azulada
(Echium virescens), un pequeño bejeque peludo (Aeonium smithii), etc. Y entre los endemismos canarios más
raros que poseen alguna población en el barranco, destacan: un cardoncillo (Ceropegia dichotoma); la ruda salvaje
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(Ruta pinnata), el peralito (Maytenus canariensis), el cedro canario (Juniperus cedrus), la bencomia (Bencomia
caudata), la cresta de gallo (Isoplexis canariensis), etc.
Barranco del Cedro
La inclusión de este lugar entre los de interés florístico se debe a la existencia de un sabinar mixto (Junipero
canariensis-Oleetum cerasiformis subas, ericetosum arboreae) muy bien conservado, tanto por su rica composición
florística como por su cobertura. Las especies más frecuentes son: del bosque termófilo, el acebuche (Olea
europaea subsp. guanchica), la sabina (Juniperus turbinata subsp. canariensis), el peralillo (Maytenus canariensis),
la leña negra (Rhamnus crenulata), el jazmín silvestre (Jasminum odoratissimum), etc.; del pinar, el escobón
(Chamaecytisusproliferus subsp. angustifolius), la jara (Cistus symphylifolius), el tajinaste azul (Echium virescens),
la chajora (Sideritis soluta), etc. A ellas se une la mocanera (Visnea mocanera), el brezo (Erica arbórea), que forma
en este barranco uno de los mejores brezales del Sur de Tenerife. También llega a las laderas más secas y
expuestas al Sur el cardón (Euphorbia canariensis) y en los acantilados encontramos un interesante cortejo
florístico de plantas rupícolas.
Barranco de El Bueno
Este lugar también se incluye aquí por la existencia de un buen sabinar (Junípero canariensis-Oleetum
cerasiformis) bien conservado, en el que domina la sabina canaria (Juniperus turbinata subsp. canariensis) y, en
menor medida, el acebuche (Olea europaea subsp. guanchica). No obstante, florísticamente dominan las especies
de los matorrales de medianías, ricos en especies endémicas: jaral o juagarzal (Cistetum symphytifoliomonspeliensis) y magarzal-vinagreral-inciensal (Artemisia thusculae-Rumicetum lunariae). También se enriquece
con algunos elementos del pinar, sobre todo con pino canario (Pinus canariensis).
Barranco de Icor
Sobresale en este lugar un interesante resto de bosque termófilo, biodiverso y con elevado número de ejemplares
de las especies características, sobre todo entre los 350 y los 600 m.s.m. Dominan en este tramo las siguientes
plantas endémicas y autóctonas: acebuche (Olea europaea subsp. guanchica), sabina (Juniperus turbinata subsp.
canariensis), almacigo (Pistacia atlantica), peralillo (Maytenus canariensis), leña negra (Rhamnus crenulata),
jazmín silvestre (Jasminum odoratissimum), anís silvestre (Bupleurum salicifolium), mosquera (Globularia salicina),
etc. Entre las especies de mayor interés se encuentran en este barranco: el marmulán (Sideroxylon marmulano),
incluido en el "Catálogo de Especies Amenazadas de Canarias" con la categoría de "vulnerable", el moralito
(Rhamnus integrifolia) y la mocanera (Visnea mocanera).
Otros barrancos con bosques termófilos
Debido a la profunda alteración que han sufrido las medianías tinerfeñas por la actividad humana, casi han
desaparecido los bosques termófilos que en el pasado formaban una franja o anillo continuo que rodeaba la isla.
Por este motivo, en la actualidad se tiende a proteger todos los restos que aún perviven de esta formación vegetal,
a pesar de que casi siempre están entremezclados con matorrales de sustitución. Muchas de sus especies
características, tanto los árboles como los arbustos, podrían considerarse "sensibles a la alteración de su habitat o
"vulnerables", aunque el "Catálogo de Especies Amenazadas de Canarias" sólo incluya una de ellas, el marmulán
"Sideroxylon marmulano", como "vulnerable". Por este motivo, se ha incluido entre los lugares de interés florístico
una decena de fragmentos de barranco que conservan buenas representaciones de sabinar-acebuchal (Junipero
canariensis-Oleetum cerasiformis), además de los que quedan integrados en algunos de los reseñados con
anterioridad. En muchos de ellos, además, existen interesantes matorrales y comunidades rupícolas, ricas en
endemismos.
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Ilustración 34: Cauce medio-alto del barranco de Icor
Barrancos con cardonales
Por el mismo motivo se ha incluido una docena de pequeños lugares de interés florístico dominados por el cardonal
(Periploco laevigatae- Euphorbietum canariensis), limitados a cortos tramos de otros tantos barrancos, pues en
este municipio es una de las formaciones vegetales más castigadas por el hombre y de la que quedan menos
muestras. Al coincidir con las medianías, estos lugares son muy ricos en matorrales y especies rupícolas, lo que los
hacen poseer una gran diversidad florística, que incrementa su valor.
2.4.3.2. Valoración de la calidad ambiental de la vegetación
Atendiendo a los niveles de biodiversidad y endemicidad de cada tipo de vegetación, así como a su rareza y
singularidad, podemos clasificar la vegetación del municipio. Existen una serie de comunidades vegetales que
presentan valores ambientales muy altos, como son los arenales con matorral nitro-psamófilo de llanos (Playa
Grande y de Abades), los relictos de cardonales que se conservan a lo largo de algunos barrancos, acebuchales,
sabinares, sauzal (Barranco del Río), las comunidades
de ratonera de umbría, de palomeras y cerrajas, de
bejeques peludos, de culantrillo, los juncales y por supuesto, la comunidad de la Violeta del Teide. Con valores
ambientales inferiores pero no por ello dejan de ser altos, se engloba el matorral del cinturón halófilo costero de
roca, tabaibal dulce, pinar, escobonal, las plantaciones de pino canario, la comunidad de punteros. Descendiendo
en la escala a la categoría de valores medios se incluyen las baleras, tabaibal amargo, jaral jaguarzal y tomillar
montano. Con valores bajos se engloba el matorral de aulaga y salado, magarzal, inciensal y vinagreral, cerrillarpanascal, hinojal y finalmente el herbazal nitrófilo podemos considerarlo con un valor ambiental muy bajo.
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Tabla 6. Valor ambiental de la vegetación de Arico.
Tipo de vegetación
Valor ambiental
Matorral del cinturón halófilo costero de roca
Alto
Arenal con matorral nitro-psamófilo de llanos
Muy alto
Tabaibal dulce
Alto
Cardonal
Muy alto
Acebuchal-sabinar
Muy alto
Fayal-brezal
Muy alto
Sauzal
Muy alto
Pinar
Alto
Escobonal
Alto
Retamar de cumbre
Muy alto
Comunidad de violeta del Teide
Muy alto
Plantaciones de pino canario
Alto
Matorral de aulaga y salado
Bajo
Balera
Medio
Magarzal, inciensal y vinagreral
Bajo
Tabaibal amargo
Medio
Jaral-juagarzal
Medio
Tomillar montano
Medio
Cerrillar-panascal
Bajo
Hinojal
Bajo
Herbazal nitrófilo
Muy bajo
Comunidad de ratonera de umbría
Muy alto
Comunidad de punteros
Alto
Comunidad de palomeras y cerrajas
Muy alto
Comunidad de bejeques peludos
Muy alto
Juncal
Muy alto
Comunidad de culantrillo
Muy alto
1.6. FAUNA
La fauna de Arico es rica y diversa, no en vano el término municipal reúne una amplia variedad de ambientes y
habitáts para las comunidades animales. El municipio tiene una disposición de costa a cumbre, lo que permite la
existencia de los diferentes ecosistemas zonales que son característicos del gradiente altitudinal de esta vertiente
meridional de la isla; y a estos se añaden otros de carácter azonal (medio hipogeo, ambientes riparios, medios
sabulícolas, etc.), que contribuyen a enriquecer aún más la biota. El resultado es una fauna muy variada y rica en
endemismos, tanto en invertebrados como en vertebrados.
Sin embargo, gran parte de estos ecosistemas potenciales han desaparecido o su superficie se ha visto reducida
drásticamente, como consecuencia de los diferentes usos y aprovechamientos que se han venido desarrollando en
el devenir histórico del término municipal. Su lugar lo ocupan formaciones seriales y ecosistemas degradados, cuya
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fauna está sensiblemente empobrecida por la pérdida de sus especies más estenoicas en favor de elementos
eurioicos y de amplia valencia ecológica.
1.6.1 Características generales y composición de la fauna
Esta riqueza en hábitats se refleja particularmente en la diversidad de la fauna de invertebrados, un grupo animal
por lo general más estrechamente ligado a las formaciones de vegetación y a su estado de conservación. No existe
un inventario exhaustivo de las especies que viven en el municipio, pero como suele ocurrir en gran parte del medio
natural de las islas es previsible que el número sea elevado y que la proporción de especies que son exclusivas del
archipiélago sea también importante.
Son pocos los invertebrados exclusivos del municipio, entre otras razones, porque la mayor parte de los
ecosistemas que están presentes en Arico existen también en otras zonas de la isla, y esto resta exclusividad a la
fauna. Los únicos endemismos locales que se conocen son dos arañas que por el momento sólo se han
encontrado en el Barranco del Río: Oecobius rioensis y Walckenaeria camposi.
Los vertebrados de Arico constituyen una buena representación de la fauna insular, toda vez que viven en este
ámbito la mayor parte de las especies nativas de aves, de murciélagos y de reptiles existentes en la isla.
La avifauna es rica y variada pues, como ocurre con los invertebrados, la existencia de diferentes ecosistemas
favorece la presencia de comunidades orníticas diversas. Un total de 35 especies pueden considerarse como
nidificantes seguros o probables en el ámbito del término municipal (ver cuadro), lo que supone aproximadamente
el 60% de las especies reproductoras en Tenerife y más de la mitad de las especies canarias. De ellas dos son
endémicas del archipiélago: el mosquitero canario (Phylloscopus canariensis) y el pinzón azul del Teide (Fringilla t.
teydea).
Tres especies de reptiles viven en el municipio todas ellas endémicas: la lisa (Chalcides viridanus), el perenquén
(Tarentola delalandii) y el lagarto tizón (Gallotia galloti). La especie más común de las tres, es el lagarto tizón, un
reptil de ambientes abiertos y soleados que muestra cierta preferencia por áreas de matorral y zonas agrícolas,
siendo raro en los pinares del municipio y en enclaves umbríos o de vegetación densa. Las otras dos son más
propias de zonas bajas y medias, también en áreas de matorral, pero sobre todo en ambientes rurales y zonas de
cultivos.
Respecto a los murciélagos, se han citado en el municipio al menos tres de las seis especies que viven en la isla
(S. Fajardo com. pers.): el murciélago rabudo (Tadarida teniotis), el orejudo canario (Plecotus teneriffae) y el
murciélago de Madeira (Pipistrellus maderensis). Sin embargo, a juzgar por su distribución y autoecología, es muy
probable que el murciélago de bosque (Barbastella barbastellus), el nóctulo pequeño (Nyctalus leisleri) y el
murciélago montañero (Hypsugo savii) estén presentes también en Arico; lo que ocurre es que los quirópteros son
animales difíciles de detectar y la información corológica que se tiene de ellos es escasa y sesgada. De las tres
especies detectadas, el murciélago de Madeira es la más común y ubicua, pues vive prácticamente en cualquier
hábitat, mientras que las otras dos especies son más raras: el murciélago rabudo prefiere frecuentar los barrancos
y cortados, en los que encuentra refugio; y el orejudo canario suele detectarse en el interior de cuevas y tubos
volcánicos, donde se alimenta y cría.
El resto de los vertebrados silvestres son especies introducidas en las islas y por ello carentes de interés
conservacionista. Es el caso de los mamíferos introducidos (rata negra, rata común, ratón doméstico, gato
cimarrón, erizo moruno, musarañita, conejo y muflón) y del anfibio Hyla meridionalis (la ranita verde) que se
encuentra de forma abundante en los barrancos y estanques de regadío de las medianías.
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1.6.2. Hábitat y distribución espacial de la fauna
El municipio reúne varios ecosistemas zonales y azonales cada uno de los cuales albergan a su vez diversos
hábitats para la fauna. Los ecosistemas zonales se corresponden con los pisos bioclimáticos que se suceden en el
gradiente altitudinal (matorral de cumbre, pinares, matorrales de medianías y zonas bajas, etc.) y por ello se
extienden ampliamente por otras zonas de la isla, mientras que los azonales son medios singulares dependientes
de factores diferentes de la climatología (medio hipogeo, ambientes riparios, arenales, etc.); estos últimos no son
exclusivos del término municipal pero están poco representados en otras zonas y por ello albergan una fauna que
al estar estrechamente ligada a ellos es rara en el contexto insular o regional.
De forma simplificada, los principales hábitats existentes en el término municipal son los siguientes:
Matorrales de cumbre
Se corresponde con las áreas ocupadas por retamares y otros matorrales de alta montaña que se extienden por
encima de los 2.000-2.200 m s.n.m. A estas altitudes las condiciones climatológicas son adversas durante gran
parte del año y consecuentemente los ciclos fenológicos de las especies animales están perfectamente acotados.
La llegada de la primavera trae consigo el buen tiempo y la floración de la mayor parte de las plantas lo que supone
para la fauna un aumento de los recursos tróficos a todos los niveles; se produce entonces la explosión
demográfica de los insectos y comienza la reproducción de muchas de las aves.
Los vertebrados nativos habituales en esta zona son comunes a todas las áreas abiertas y soleadas de la zona alta
de Tenerife: diversas especies de murciélagos, el lagarto tizón y diferentes aves. La comunidad ornítica es
relativamente pobre, siendo las especies más abundantes, el bisbita caminero (A. berthelotii), la curruca tomillera
(S. atricapilla) y el mosquitero (P. canariensis). Destaca también la presencia del alcaudón real (L. excubitor) y el
cernícalo (F. tinnunculus), dos aves con poblaciones más reducidas, pero con gran importancia en las cadenas
tróficas por su condición de predadores.
En lo que a invertebrados se refiere, la comunidad del matorral de cumbre de Arico es la misma que la que ocupa
el resto de la zona alta de Tenerife, y que se caracteriza por su gran riqueza y por una elevada proporción de
endemismos.
La fauna voladora está dominada por los dípteros, los himenópteros y los lepidópteros, fundamentalmente especies
florícolas que se ven atraídas por la gran densidad de recursos. Entre los dípteros destacan Promachus vexator,
una "mosca asesina" de gran tamaño y endémica de la isla; y Stichopogon canariensis, otro endemismo, en este
caso exclusivo de las cumbres de Tenerife. Los himenópteros son muy abundantes, sobre todo diversas familias de
animales florícolas o de larvas parásitas de otros insectos, con varios endemismos canarios. Por último, los
lepidópteros más frecuentes son Euchloe belemia, Pieris rapae, Pontia daplidice, Cyclyrius webbianus y
Macroglossum stellatarum, entre los de actividad diurna; y Alucita canariensis (exclusivo de la zona alta), Euxoa
beatissima y Paradrina clavipalpis, entre los de actividad nocturna.
Sobre la vegetación existe toda una cohorte de especies fitófagas, algunas de ellas marcadamente específicas.
Destacan algunas que viven ligadas a ciertas especies vegetales, tales como los escarabajos Cyphocleonus
armilagei (sobre magarzas), Anthaxia fernandezi y Trichoferus roridus (ambas sobre codeso), y Cionus griseus
(sobre fistulera). Otros insectos abundantes pero menos especificos son la cucaracha Phyllodromica brullei;
numerosas chinches (hemípteros), sobre todo Eurydema lundbladi, Nysius spp. y Orius spp.; y numerosas especies
de pequeños escarabajos (Attalus spp., Melyrosoma hirtum, Dasytes israelsoni, Scymnus spp., etc.).
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La fauna epiedáfíca está dominada por especies habituales de este medio, como determinadas arañas (Dysdera
spp., Zodarion nesiotes o Haplodrassus canariensis, Filistata teideensis, Scotognapha teideensis, Zelotes teydei,
etc.); y coleópteros (Cryptophonus schaumi, Masoreus alticola, Pimelia ascendens, Hegeter tenuipunctatus, H.
lateralis, Crypticus navicularis, Laparocerus canariensis, Corticaria alticola, etc.). También son característicos otros
grupos como los "milpiés" (particularmente del género endémico Dolichoiulus), o el molusco Xerotricha nubivaga,
habitual en las zonas más húmedas.
Pinares genuinos y plantaciones
Comprenden este hábitat los pinares naturales y subnaturales que se conservan en la mitad sur de la zona alta del
municipio y las plantaciones de pino canario que se llevaron a cabo en grandes extensiones de las cumbres de
Arico. La fauna de este hábitat es tanto más interesante cuanto mayor es la "naturalidad" de las masas de pinar, de
tal forma que las plantaciones y los pinares densos y con escaso sotobosque están notablemente empobrecidos,
mientras que es más rica en las masas que son irregulares y heterogéneas.
La comunidad de aves está dominada por pequeños paseriformes, coexistiendo diversas especies eurioicas con
otras exclusivamente forestales. La diversidad y abundancia es variable en función de la complejidad estructural del
hábitat, pero en líneas generales se trata de comunidades ricas y variadas en especies. Entre las aves típicamente
forestales destacan el reyezuelo (R. regulus), el petirrojo (E. rubecula), el gavilán (A. nissus granii), y dos aves que
viven estrechamente ligadas a las formaciones de pinar de Tenerife: el pinzón azul (F. t. teydea) y el pico picapinos
(D. major canariensis). En particular ésta última es sin duda la especie más interesante de los pinares de Arico,
toda vez que estos constituyen una de las áreas más interesantes para la nidificación de la especie en la isla. En
1999 la población reproductora se estimó en 20-25 parejas (Estudio para la Conservación del Pico Picapinos de
Tenerife, DELGADO et al., 1999), lo que representa una de las densidades más altas de las obtenidas para la
especie.
En lo que a invertebrados se refiere la fauna voladora de los pinares es pobre, o al menos más críptica que la de
otros hábitats, sobre todo en masas densas y pobres en sotobosque. En zonas abiertas y soleadas se enriquece
con numerosas especies de dípteros, himenópteros, lepidópteros, destacando entre estos últimos los heteróceros
y, por su vistosidad, las mariposas de vuelo diurno: Lycaena phlaeas, Aricia cramera e Hypparchia wyssii, este
último un endemismo de Tenerife prácticamente exclusivo de los pinares.
La fauna epiedáfica depende igualmente de las características estructurales del hábitat, siendo más rica en zonas
de vegetación densa y en suelos más desarrollados. En este caso abundan los ciempiés y milpiés (Dolichoiulus,
Lithobius, geofilomorfos, sínfllos, etc.), los opiliones (Bunochelis sp.) y los colémbolos. Entre las especies más
conspicuas destacan diversas especies de arañas y sobre todo los coleópteros, entre ellos Calathus ascendens, C.
depressus, Carabus abbreviatus y Pimelia ascendens.
Sobre los pinos también vive una cohorte de especies muy numerosa, siendo tres las más representativas: el
curculiónido corticícola Brachyderes rugatus sculpturatus, endémico de los pinares de Tenerife; la araña corticícola
Olios canariensis; y la procesionaria canaria, Calliteara fortunata, un lepidóptero heterócero que cada ciertos años
constituye plagas, afectando a los pinos y a las retamas. En la madera muerta viven numerosas especies de
invertebrados xilófagos, saprófagos y micófagos, y todos sus predadores asociados. Destacan los insectos
específicos del pino, entre ellos los coleópteros Buprestis bertheloti, Criocephalus spp., Eremotes crassicornis y
Tarphius spp.; el díptero Choerodes fortunatus; y el himenóptero Sirex noctilio.
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Laderas estepáricas y áreas de matorral de las medianías y zonas bajas
A pesar de su heterogeneidad se puede englobar en este hábitat el conjunto de áreas de matorral y llanuras
estepáricas que ocupan las zonas bajas y medias del término municipal. El gradiente altitudinal, por un lado, y la
densidad y composición florística de las formaciones de matorral, por otro, determinan claras diferencias en las
comunidades animales, pero fundamentalmente en las densidades poblacionales, más que en la composición de
especies.
Esta heterogeneidad es especialmente acusada en el caso de la fauna de invertebrados, pues son un gremio
mucho más dependiente de la vegetación. A diferencia de los vertebrados, existen marcadas diferencias en las
comunidades que viven asociadas, por ejemplo, a los a los jarales, a los escobonales, y a los tabaibales y
cardonales, si bien estas diferencias son menos patentes en la fauna que vive sobre el suelo.
La característica común en estas zonas es su aridez, lo que hace que en líneas generales la fauna epiedáfíca sea
pobre y esté dominada por grupos taxonómicos tolerantes a estas condiciones climáticas. Sin embargo, no es
óbice para que en zonas más húmedas o protegidas y en áreas con vegetación densa la fauna se enriquezca con
muchos grupos animales, tal y como ocurre por ejemplo en los cauces de los barrancos y en las pequeñas
vaguadas.
Resulta especialmente interesante la fauna que vive ligada a las tabaibas y cardones, fundamentalmente las
especies que colonizan la madera muerta de estas plantas. Se trata de un contingente altamente especializado en
este medio y con un alto porcentaje de endemismos. También tiene interés la entomofauna que vive ligada a los
escobones y a otras leguminosas que forman matorrales de degradación de las medianías.
Con la avifauna ocurre algo similar: dominan las especies propias de eriales y matorrales (p.e. bisbita caminero,
currucas, etc.) y escasean las típicamente forestales; pero en zonas de vegetación frondosa son capaces de
adentrarse muchas otras especies, entre ellas algunas de las típicamente forestales. Destaca la presencia de
diversas aves esteparias cuyas poblaciones en Tenerife y en el archipiélago están seriamente amenazadas, en
particular dos de ellas: el alcaraván (B. oedicnemus) y el camachuelo trompetero (B. githagineus). El alcaraván
tiene como área de distribución potencial en Arico estas laderas bajas de las medianías con vegetación rala y de
escasa cobertura; no tiene problema para nidificar en antiguos campos de cultivo hoy abandonados, pero siempre
que estén distantes de la presencia humana. Por su parte, el camachuelo trompetero gusta también de suelos
roturados en los que crecen plantas anuales que constituyen su alimento, pero se restringe exclusivamente a
ciertos sectores del litoral del término municipal.
Ecosistemas riparios de fondos de barranco
Los medios riparios de fondo de barranco son escasos en el municipio, no en vano las lluvias no se prodigan en
esta vertiente, y es cada vez más escasa el agua de los nacientes que discurre libremente por los barrancos, tanto
por la sobreexplotación de los acuíferos, como por la canalización de las surgencias. Con todo, en la época de
lluvias se producen efímeras escorrentías superficiales que permiten el desarrollo temporal de ecosistemas
acuáticos, en los cuales se concentra cierta fauna de interés.
En el Barranco del Río (al menos en su tramo superior) sí existen caudales de agua de carácter semipermanente,
gracias al aporte de los manantiales naturales que hay en la cabecera. Constituye uno de los pocos cauces de la
isla por los que discurre agua todo el año (o gran parte de éste) y una de las escasas manifestaciones de arroyos
de montaña del archipiélago.
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La fauna está constituida por comunidades riparias de gran interés, fundamentalmente de invertebrados acuáticos
o higrófilos, entre los que existe una alta proporción de endemismos. Destaca, especialmente el escarabajo
acuático Meladema imbricata, conocido exclusivamente de aquí y de las zonas más umbrófilas del monte verde de
La Gomera. Otras especies comunes son las chinches acuáticas Notonecta canariensis y Velia lindbergi; los
escarabajos nadadores Agabus spp., Meladema coriacea, Nebrioporus canariensis, etc.; las frigáneas Tinodes
canariensis y Mesophylax aspersus y los dípteros de larvas acuáticas o higropétricas (Dixa tetrica, Thaumalaea
africana, simúlidos, culícidos, etc.).
En cuanto a los vertebrados las especies típicamente higrófilas son la alpispa (M. cinérea) y la ranita verde (H.
meridionalis), pero también es cierto que en estas zonas la productividad y los recursos tróficos son muy elevados
y por ello se concentra aquí una fauna más rica, apareciendo aves que gustan de vegetación más frondosa.
Muchos de estos vertebrados e invertebrados acuáticos o higrófilos viven también en los numerosos estanques,
presas y atarjeas que existen por todo el municipio, pero se trata de hábitats artificiales que son colonizados sólo
por las especies de mayor valencia ecológica. Hay que resaltar, sin embargo, que en estanques, presas y charcas
de las zonas bajas y medias nidifica el chorlitejo chico (Charadrius dubius curonicus), un limícola que se ha
considerado amenazado en Tenerife y que cuenta con una población importante en este municipio.
Zona litoral
Las playas y los bajíos costeros -sobre todo las rasas intermareales- son enclaves idóneos para la alimentación de
numerosas especies limícolas. En las costas del municipio se pueden observar aves invernantes que de paso al
continente se detienen a reposar y alimentarse en las costas de Canarias. Las más frecuentes son el chorlito gris
(Pluvialis squatarold), el correlimos común (Calidris alpina), la aguja colipinta (Limosa lapponica), el zarapito
trinador (Numenius phaeopus) y el vuelvepiedras (Arenaria interpres).
Los cantiles costeros y los acúmulos de piedras son también enclaves potencialmente buenos para la nidifícación
de aves marinas. Sin embargo en las costas del municipio sólo se ha constatado la reproducción de la pardela
cenicienta (Calonectris diomedea).
Lavas históricas
Los campos de lava y piroclastos de los volcanes históricos de Fasnia y Siete Fuentes constituyen un biotopo
singular para la fauna. El carácter reciente de los sustratos supone un freno temporal a la colonización vegetal, con
lo que la productividad primaria es mínima. Sin embargo, la fauna, siendo pobre, es más rica de lo que cabría
esperar en este medio aparentemente estéril, y esto se debe a que el aporte de materia orgánica por parte del
viento adquiere relevancia en el balance global de los recursos energéticos; es lo que se denomina un ecosistema
aeroliano.
Son pocas las especies que viven en estas condiciones pero sus poblaciones no son nada desdeñables. Se trata
de varios invertebrados eurioicos habituales en medios tan selectivos. Entre ellos destacan por su abundancia el
opilión Bunochelis spinifera, el pececillo de plata Ctenolepisma lineata y varias especies de saltícidos (arañas).
Existen invertebrados especializados en este tipo de hábitat, conocidos por ello como lavícolas, pero por el
momento no se ha encontrado ninguno en las lavas históricas del municipio de Arico.
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Medios sabulícolas
Se corresponde con los arenales costeros que se extienden por la zona litoral, fundamentalmente en el entorno de
Abona. Gran parte de los arenales han desaparecido del término municipal, ya sea como consecuencia de la
transformación y ocupación de los terrenos, ya sea por alteración de la dinámica natural del flujo de arena. En los
que quedan, el deterioro es tal que la fauna que se conserva es pobre, pues las especies psammófilas que
debieron ocupar este hábitat en gran parte han desaparecido. A pesar de ello los arenales de Arico constituyen una
de las escasas representaciones de ecosistemas sabulícolas que se conservan en el sur de la isla de Tenerife, lo
que les confiere un elevado valor ecológico.
La mejor manifestación de este hábitat se localiza al sur de Playa Grande, cerca de Abona, donde incluso existe
cierta vegetación psammófila que es capaz de retener arena y formar médanos. Existen también extensos
depósitos de arena ocupando las llanuras entre Playa Grande y Playa de los Abriguitos, pero estos tienen menor
potencia.
Por su naturaleza no es un ecosistema rico en especies, ni tampoco en endemismos, y menos aún en este caso,
en que su escaso desarrollo y el grado de alteración en que se encuentra limitan en gran medida la presencia de
fauna específica. Sin embargo, se conservan poblaciones de especies estrictamente sabulícolas, tales como los
coleópteros Mecynotarsus semicidictus, Anthicus crinitus y Cycloderes obesulus, las cuales coexisten con otras
más eurioicas y habituales en este medio y en los eriales del entorno, como los coleópteros Zophosis bicarinata y
Hegeter intercedens o el dermáptero (tijereta) Labiduria riparia.
Medio hipogeo
El medio hipogeo comprende los estratos más superficiales de la roca madre, y en él viven comunidades
faunísticas compuestas por especies de gran interés, tanto por su elevada adaptación para vivir en este medio,
como por el elevado porcentaje de endemicidad que dicha adaptación lleva implícito. Pero no todo el subsuelo del
término municipal reúne condiciones idóneas para albergar este tipo de fauna; se da en aquellas zonas en las que
el subsuelo está horadado por una densa red de grietas y fisuras, y el aislamiento del exterior es tal que las
condiciones ambientales son estables e independientes de las oscilaciones meteorológicas del exterior. Las
especies que viven exclusivamente en este medio y que han adquirido adaptaciones muy especializadas para ello
se denominan troglobias y su interés estriba, además de su elevada especialización, en que son siempre
endemismos con poblaciones reducidas.
El acceso a este medio se consigue a través de las cuevas y cavidades volcánicas, si bien éstas no son muy
abundantes en el término municipal de Arico. Por el momento se conocen dos cuevas en las que concurren
condiciones idóneas para la fauna cavernícola: la Cueva Fea de Arico y la Cueva de Chajaña, ambas situadas en
las zonas más altas del municipio, en el ámbito del Parque Natural de Corona Forestal. En la primera se han
encontrado tres especies troglobias, a saber: Loboptera troglobia, Porcellio martini y Trichoniscus bassoíi. Por su
parte, la Cueva de Chajaña no se ha estudiado en profundidad en este sentido, pero por el momento se ha citado
un único invertebrado cavernícola: Loboptera sp.
Las cuevas son también un lugar importante de cría, refugio y alimentación de algunas especies de murciélagos.
De hecho en la Cueva Fea de Arico se ha detectado la presencia del murciélago de Madeira (Pipistrellus
maderensis) y del orejudo canario (Plecotus teneriffae), dos especies habituales en este medio y que acuden a
alimentarse de lepidópteros heteróceros (mariposas nocturnas y polillas) que gustan también de estos enclaves
húmedos y umbríos.
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1.6.3. Especies amenazadas o protegidas
Aves
La mayor parte de las aves presentes en el municipio de Arico están protegidas específicamente por la normativa
sectorial o bien se recogen en los diferentes catálogos de especies amenazadas. La mayor parte de ellas son
especies muy comunes o de amplia distribución en las islas. En el cuadro que se muestra a continuación se
recopilan las aves nidificantes en el término municipal de Arico (seguras y probables) con los correspondientes
estatus de conservación y protección.
TAXÓN
Conv. Berna1
Conv. Bonn2
Direct. Aves3
Catál. Nacion.4
Catál. Canar.5
Alectoris barbara koenigi
III
-
I, II, III
-
-
Anthus b. berthelotii
II
-
-
IE
IE
Apus unicolor
II
-
-
IE
IE
Asio otus canariensis
II
-
-
IE
IE
Bucanetes githagineus
II
-
I
IE
IE
Buteo buteo insularum
II
II
-
IE
IE
Burhinus oedicnemus distinctus
II
II
I
IE
S
Calonectris diomedea borealis
II
-
I
IE
IE
Carduelis cannabina meadewaldoi
III
-
-
-
-
Carduelis carduelis parva
III
-
-
-
-
Carduelis chloris aurantiiventris
III
-
-
-
-
Charadrius dubius curonicus
II
II
-
IE
Columba livia canariensis
III
-
II
-
-
Coturnix coturnix
III
II
II
IE
IE
Dendrocopus major canariensis
II
-
I
IE
V
Erithacus r. rubecula
II
II
-
IE
IE
Falco tinnunculus canariensis
II
II
-
IE
IE
Fringilla coelebs tintillon
III
-
-
IE
IE
Fringilla t. teydea
II
-
I
V
V
Lanius excubitor koenigi
II
-
-
IE
IE
Miliaria calandra
III
-
-
-
-
Motacilla cinerea canariensis
II
-
-
IE
IE
Parus caeruleus teneriffae
II
-
-
IE
IE
Passer h. hispaniolensis
III
-
-
-
-
Petronia petronia madeirensis
II
-
-
IE
S
Phylloscopus canariensis
II
II
-
IE
IE
Regulus regulus teneriffae
-
-
-
IE
IE
Serinus canarius
III
-
-
-
-
Streptotelia turtur
III
-
II
-
-
Sylvia atricapilla
-
-
-
IE
IE
Sylvia conspicillata orbitalis
II
II
-
IE
IE
Sylvia melanocephala leucogastra
-
-
-
IE
IE
Turdus merula cabrerae
III
II
II
-
-
Tyto alba
II
-
-
IE
IE
Upupa epops
III
-
-
IE
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1
Convenio de Berna, relativo a la Conservación de la Vida Silvestre y el Medio Natural en Europa. Anexo II: especies estrictamente protegidas; anexo III:
especies protegidas cuya explotación se regulará de tal forma que las poblaciones se mantengan fuera de peligro.
2
Convenio de Bonn, sobre la Conservación de las especies Migratorias de Animales Silvestres. Apéndice II: especies que deben tratarse en acuerdos para
su conservación.
3
Directiva 79/409/CEE, referente a la Conservación de las Aves Silvestres. Anexo I: especies que deben ser objeto de medidas de conservación de su
hábitat; anexo II: especies que pueden ser objeto de caza en el marco de la legislación nacional; anexo III: especies comercializables.
4
Catálogo Nacional de Especies Amenazadas (Real Decreto 439/90 y modificaciones posteriores por la Orden, de 9 de julio, de 1998 y la Orden, de 9 de
junio, de 1999). S: sensibles a la alteración de su hábitat; IE: de interés especial.
5
Catálogo de Especies Amenazadas de Canarias (Decreto 151/2001. E: en peligro de extinción; S: sensibles a la alteración de su hábitat; V: vulnerables;
IE: de interés especial.
Entre las aves más amenazadas se encuentran dos especies propias del pinar: el pinzón azul (F. t. teydea) y el
pico picapinos (Dendrocopos major canariensis). El pinzón azul es relativamente frecuente pero se ha considerado
una especie amenazada por ser un endemismo exclusivo de las islas y por restringir su distribución a los pinares.
Algo similar ocurre con el pico picapinos, aunque éste es menos abundante que la especie anterior. Es también un
ave exclusiva de los pinares, pero en este caso requiere de la existencia de masas en buen estado de
conservación y una cierta densidad de árboles muertos para emplazar sus nidos. Hay que resaltar que los pinares
del municipio albergan una parte importante de la población de esta especie en las vertientes sur y oeste de la isla.
Otro grupo de especies amenazadas lo forman las aves esteparias que habitan en los eriales y llanuras áridas y
semiáridas de las zonas bajas y medias de la isla. De Arico se han citado recientemente, sin constatar su
reproducción, el alcaraván (B. oedicnemus distinclus) y el camachuelo trompetero (B. githagineus). Se trata de dos
aves esteparias cuyas poblaciones tienden a desaparecer en la isla por los procesos de ocupación del suelo. Se
han observado indicios de la presencia de alcaraván, en el entorno de Guama y del Lomo de los Alcaravanes
(toponimia que denota la abundancia en otro tiempo de esta especie en la zona), y en los alrededores de Mña.
Centinela (ver en el Estudio para la Conservación de las aves Esteparias de Tenerife y Gran Canaria, de
DELGADO el al., 1999). El camachuelo trompetero tiene en Arico uno de los núcleos de mayor densidad de
población de los detectados para el sur de Tenerife, en la zona comprendida entre la Punta de Abona y la Playa de
La Jaca. En esta zona existen pequeñas charcas y terrenos de cultivo abandonados en los que crecen con
profusión las plantas anuales que necesita como alimento y otras especies halófilas utilizadas en las épocas de
mayor sequía.
La terrera marismeña (Calandrella rufescens) es otra ave esteparia en franca regresión que ha desaparecido en los
últimos años de los Lomos de Arico. No puede descartarse totalmente como nidificante ocasional en Arico, pues de
hecho en el vecino municipio de Granadilla de Abona se mantiene una población reproductora. Peor es la situación
del corredor (Cursorius cursor) un visitante ocasional que ya no se reproduce en la isla y que de hacerlo de forma
ocasional tiene pocas posibilidades de progresar como una población nidificante permanente.
Parte de los pinares y de los matorrales de alta montaña del término municipal de Arico forman parte del Parque
Natural de Corona Forestal, y por extensión de la Zona de Especial Protección para las Aves "Corona Forestal"
(figura de protección que dimana del artículo 4.1 de la Directiva de Aves 79/409/CEE), declarada como tal por
contener áreas de nidificación del gavilán (A. nissus granti), del pico picapinos (D. major canariensis) y del pinzón
azul del Teide (F. t. teydea).
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Reptiles
Las tres especies de reptiles que viven en el municipio se recogen en el anexo un convenio de Berna y en el anexo
IV del R.D. 1997/1995. Sin embargo no se incluyen en ninguno de los libros rojos existentes, ni en los catálogos de
especies protegidas (recientemente fueron eliminadas del Catálogo Nacional de Especies Amenazadas).
Invertebrados
Ninguno de los invertebrados terrestres conocidos de Arico está protegido por la Directiva Habitat (R.D. 1997/95 y
R.D. 1193/1998) o el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas (R.D. 439/90). En lo que se refiere al Catálogo
de Especies Amenazadas de Canarias (Decreto 151/2001), son dos las especies del municipio catalogadas: el
escarabajo Pimelia canariensis ("sensible a la alteración de su habitat"), habitual en zonas áridas de cotas medias y
bajas de Arico; y el abejorro Bombus canariensis ("de interés especial"), frecuente fuera de las zonas boscosas.
Pimelia canariensis:
Localidades de Porís de Abona y Sanatorio de Abona, donde se distinguen dos parcelas rústicas de propiedad
privada, en las que se ha citado la especie; una en la zona de Llano del Piojo, y la otra en la playa de Los
Abriguitos. La localidad de Llano del Piojo está caracterizada por un corredor de arenas eólicas y un tabaibal dulce
de gran valor paisajístico y ecológico. Junto a éste, se encuentra un pequeño barranco asociado también a arenas,
y por tanto, hábitat potencial de Pimelia canariensis.
Al margen de su estatus de protección, existen diversos invertebrados que han sido incluidos en la Lista Roja de
Animales Amenazados de la UICN (1996), el único catálogo de esta naturaleza que recoge dos especies canarias:
el escarabajo endémico Meladema imbricala, exclusivo del Barranco del Río y del Parque Nacional de Garajonay
(catalogado "en peligro crítico"); y el molusco terrestre Napaeus nanodes, un endemismo de Tenerife de
distribución restringida a la vertiente meridional de la isla, y que ha sido también encontrado en el Barranco del Río
(catalogado "en bajo riesgo, dependiente de medidas de conservación").
Mamíferos
Los murciélagos están protegidos por los convenios de Berna y Bonn (anexo II en ambos casos) y por el R.D.
1997/1995 (anexo IV para el resto de especies). Además el murciélago de Madeira y el orejudo canario se recogen
en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas como especies vulnerables, mientras que el murciélago rabudo
tiene la consideración de especie de interés especial. Entre los factores de amenaza que inciden sobre estas
especies está la degradación de sus habitats, la utilización de insecticidas (que tienen un efecto acumulativo en las
cadenas tróficas) y la perturbación de las colonias de cría, al menos en aquellas especies, como el orejudo canario,
que se reproducen en el interior de cuevas y tubos volcánicos accesibles.
1.6.4. Áreas de mayor interés faunístico
El estado de conservación de los habitáis naturales y el grado de alteración de los ecosistemas son factores
condicionantes de la distribución espacial de la fauna y de la composición de las comunidades animales. Por lo
general las áreas mejor conservadas albergan las comunidades faunísticas más interesantes y singulares, y
concentran un número mayor de especies, de endemismos y de especies amenazadas.
En gran parte, las áreas de mayor interés faunístico se incluyen en los ámbitos protegidos por la Red Canaria de
Espacios Naturales Protegidos, pero no siempre ocurre así. Determinadas áreas naturales que no tienen la
consideración de espacio protegido se mantienen en buen estado de conservación y albergan comunidades ricas
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en especies y en endemismos o, en otros casos, constituyen el área de distribución de especies amenazadas.
Dado que la planificación en los espacios naturales protegidos es competencia del Gobierno de Canarias, son las
áreas que quedan al margen de la Red Canaria de Espacios Naturales aquellas a las que debe prestárseles mayor
atención desde el planeamiento urbanístico municipal.
Las áreas de mayor interés faunístico propuestas para el municipio de Arico son las siguientes:
Matorrales de cumbre
Comprende las formaciones de matorral de alta montaña que se extienden por las zonas más altas del municipio,
desde las cumbres del Circo de Las Cañadas, hasta los 2.000-2.200 m s.n.m. Su interés faunístico estriba en la
riqueza de la comunidad de invertebrados que vive ligada a esta formación, con una gran proporción de
endemismos insulares y canarios y varias especies que son exclusivas de las zonas altas de Tenerife. Destaca
también la avifauna, con algunos elementos de interés, como los cernícalos y el alcaudón, un ave esteparia que se
ha considerado amenazada en Tenerife.
Ilustración 35. Matorral de cumbre
Pinares genuinos
Comprende las masas naturales y subnaturales de pinar canario que se extienden por el sector central y occidental
de las zonas altas del municipio. Su interés radica en la existencia de una rica comunidad ornítica forestal, en la
que destaca diversas especies amenazadas y protegidas, entre ellas el gavilán (A. nissus granti), el pinzón azul (F.
t. teydea) y el pico picapinos (D. major canariensis). En particular, los pinares de Arico se corresponden con una de
las mejores áreas para la nidificación de pico picapinos en Tenerife, según un estudio de distribución y censos
llevado a cabo recientemente (Estudio para la Conservación del Pico Picapinos de Tenerife, DELGADO et al,
1999).
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Por otra parte, el pinar de Arico constituye una de las IBAs incluidas en el Programa de Áreas Importantes para las
Aves de BirdLife (código 370). Se delimita como tal por su importancia ornitológica, especialmente para las
especies forestales y otras.
En cuanto a los invertebrados estos pinares resaltan también como áreas de interés por la presencia de una
comunidad típicamente forestal rica en especies y en endemismos, en consonancia con lo que es habitual en los
pinares de la vertiente sur que mantienen una estructura natural o seminatural.
Ilustración 36. Pinar canario en la zona alta del municipio
Barranco del Río
Comprende prácticamente todo el trazado del Barranco del Río desde su cabecera en la Degollada de Guajara
hasta cerca de su desembocadura. Las formaciones de vegetación potencial se mantienen en líneas generales en
buen estado de conservación lo que se refleja en la fauna. Además estos enclaves de vegetación más densa y
frondosa suelen atraer a numerosas especies animales, que encuentran refugio y mayor cantidad de recursos
tróficos.
El Barranco del Río incluye en su tramo superior uno de los pocos cauces de agua permanente de la isla, y una de
las escasas manifestaciones de arroyos de montaña. Contiene interesantes comunidades riparias, sobre todo de
invertebrados acuáticos e higrófilos, con una alta proporción de especies endémicas de las islas. Destaca,
especialmente el escarabajo acuático Meladema imbrícala, conocido exclusivamente de aquí y de las zonas más
umbrófílas del monteverde de La Gomera (considerado amenazado según el Libro Rojo de la UICN).
Las dos especies de invertebrados consideradas amenazadas (Meladema imbricala y Napaeus nanodes) y los dos
endemismos locales conocidos del municipio (Oecobius rioensis y Walckenaeria camposi) viven también en esta
zona.
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Desde el punto de vista ornitológico el Barranco del Río destaca por la elevada densidad de aves rapaces, un
grupo animal de reconocida importancia ecológica por su posición en la cúspide de las pirámides tróficas. Es un
área importante para la reproducción de cernícalos, aguilillas, gavilanes, lechuzas y buhos chico. De hecho, en el
Censo de las Aves Rapaces del Archipiélago Canario (1988) se considera este ámbito como área de interés
prioritario para la conservación de las rapaces, básicamente por la abundancia de aguilillas y cernícalos.
Como otros barrancos escarpados es también un enclave idóneo para diferentes especies de murciélagos,
principalmente el murciélago rabudo (T. teniotis), cuya presencia en este barranco ha sido constatada.
Ilustración 37. Cauce bajo del barranco del Río
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Ilustración 38. Llanuras y semillanuras áridas y semiáridas de las medianías bajas del municipio, con la montaña de La Centinela al fondo.
Laderas estepáricas de las medianías bajas
Comprende parte de las llanuras y semillanuras áridas y semiáridas que se extienden por las medianías bajas del
municipio y que se conservan en relativo buen estado de conservación. Se corresponde con el area de distribución
potencial del alcaraván y posiblemente de otras aves esteparias del sur de Tenerife.
Como los pinares del municipio, parte de estos llanos y laderas se incluyen en el Programa de Áreas Importantes
para las Aves de BirdLife, bajo la denominación "Montaña Centinela y Llano de la Esquina", con el código 371. Se
delimita como tal por la presencia de aves esteparias, especialmente por la perdiz moruna (Alecloris barbara
koenigi).
Arenales de Llano del Piojo
Comprende los arenales que se extienden entre Playa Grande y Playa de Los Abrigos, cerca de Abona. Alcanzan
su mayor desarrollo cerca de Playa Grande, donde incluso se forman pequeños médanos, pero en general ocupan
gran parte de las llanuras de esta pequeña península. Constituye una de las escasas manifestaciones de hábitat
sabulícola que quedan en el sur de la isla de Tenerife, pues se trata de formaciones muy singulares y a la vez muy
castigadas
por
el
proceso
edificatorio y la ocupación del suelo
en zonas litorales.
Estos arenales están habitados por
una
interesante
invertebrados
fauna
de
estrictamente
psammófilos, cabe prestar especial
atención
al
canariensis
escarabajo
Pimelia
catalogado
como
“sensible”, además de mencionar
otros
como
Mecynotarsus
semicidictus, Anthicus crinitus y
Cycloderes obesulus.
Ilustración 39. Arenales del Llano del Piojo, hábitat de Pimelia canariensis
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Cuevas Fea y de Chajaña
Se trata de dos cavidades volcánicas situadas en la zona alta del municipio que, a pesar de su corta longitud,
reúnen condiciones óptimas para la vida de animales cavernícolas. Se consideran enclaves de interés faunístico
por la presencia en ambas de invertebrados troglobios (especies endémicas altamente adaptadas a la vida
subterránea y que no pueden vivir fuera de este medio). Es cierto que estas especies son propias del medio
subterráneo y que por ello se extienden potencialmente por todo el subsuelo de la zona alta del municipio pero las
cuevas son el único medio de llegar hasta estas especies, y de ahí su interés desde el punto de vista de la
conservación.
Además las cuevas son el refugio y el lugar de alimentación de algunas de las especies de murciélagos. En
concreto en la Cueva Fea se ha detectado el murciélago de Madeira (P. maderensis) y el orejudo canario (Plecotus
teneriffae).
1.7. PATRIMONIO CULTURAL
Las recomendaciones a los planes generales en cuestiones patrimoniales tienen la finalidad de aportar un corpus
teórico-metodológico para la gestión integral del impacto sobre el Patrimonio Cultural, desde la perspectiva de la
Arqueología, la Etnografía y la Historia, en relación con proyectos que inciden sobre el territorio. El uso de estas
ciencias se concibe como herramientas para mantener la coherencia de la documentación generada y su gestión
en trabajos de asistencia técnica.
Este informe pretende contribuir a la función que los Planes Generales tienen para la sociedad, en cuanto a la
catalogación de los espacios para regular los usos del suelo en un municipio, en este caso, Arico. Las cartas
arqueológicas y etnográficas son de gran ayuda para la elaboración de estos Planes, ya que marcan determinadas
zonas en las que su uso viene delimitado por la Ley de Patrimonio Histórico de Canarias. Los artículos 64, 65, 73 y
74 de dicha Ley, describen los elementos que conforman tanto el patrimonio arqueológico como el etnográfico, y
regulan su protección.
Los datos que se aportan en los informes arqueológicos y etnográficos, junto con el mapa de recursos
patrimoniales, introducidos por la síntesis de la historia de Arico, tienen la finalidad de valorar el potencial
patrimonial de este municipio para establecer las recomendaciones oportunas que deben ser incluidas y tenidas en
cuenta en la elaboración del Plan General. Así, se intenta garantizar, mediante estas recomendaciones, la
conservación del patrimonio cultural, al mismo tiempo que se produce un ordenamiento de los usos del territorio,
todo ello en beneficio del desarrollo del municipio. La explicación del presente informe va acompañada del mapa de
recursos patrimoniales de Arico.
1.7.1. Breve evolución histórica de Arico.
La primera referencia escrita que nos encontramos sobre las tierras de Arico se encuentra en el Acta de posesión
de Tenerife por Diego de Herrera, el 12 de julio de 1464, conocida como el Acta del Bufadero, en la que consta el
nombre del mencey de Abona, Atguaxoña, que firma junto con otros menceyes los pactos con los castellanos. El
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Reino de Abona debió fundarse hacia 1445 cuando el gran rey de Tenerife, Axerax “Gran Tinerfe”, divide la isla
entre sus hijos, siendo Atguaxoña el cuarto en la línea de nacimientos y el que heredase estas tierras que iban de
costa a cumbre y del barranco de Herques hasta el de El Río de Chasna, que eran las fronteras con los
menceyatos de Güímar y Adexe, respectivamente. El último mencey de Abona fue su hijo Adxoña.
La sociedad aborigen
Los primeros pobladores humanos de Arico fueron, sin duda alguna, los guanches. Basándonos en las dataciones
de carbono 14 efectuadas en distintas zonas de Tenerife, se puede decir con seguridad que en el siglo IV aC. los
aborígenes ya habían poblado Tenerife, asentándose por toda su geografía. Individuos de origen bereber,
presentaban como características, en su mayoría, piel y pelo oscuro, ojos marrones y una altura media de 1,65 m
para los hombres y 1,55 m para las mujeres.
Su asentamiento en la isla se caracterizó por un hábitat en el que la mayoría de las viviendas se situó entre los 300
y 600 m de altitud, aunque por debajo de estas cotas también existieron poblados, que en la mayoría de los casos,
se asocian a emplazamientos temporales que se utilizaban en el periodo invernal, aprovechando las mejores
temperaturas de la costa y los recursos que ésta les podía ofrecer. Vivían en los lomos, en cabañas de piedra con
una cubierta vegetal o en los barrancos, tanto en cuevas naturales que se encontraban en sus laderas, como en
cabañas.
Ilustración 40. El hábitat aborigen se localizaba en cuevas de bordes de los barrancos.
Se trata de una sociedad muy jerarquizada, en la que había una minoría de «nobles» (los achimencey y
cichiciquitzo) y el resto (achicaxna) trabajaban para los anteriores como pastores, agricultores, artesanos, etc. Por
encima de todos ellos, estaban los menceyes, dirigentes de cada uno de los bandos en que se dividía la isla. El
orden familiar estaba organizado en matrimonios entre miembros del mismo nivel social, respetando sólo el
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parentesco de primer nivel (hermanos, padres e hijos), salvo el mencey, que debía mantener la pureza de sangre y
sí podía casarse con parientes.
La economía aborigen
La economía aborigen se basaba, sobre todo, en una ganadería caracterizada por una cabaña ganadera formada
por cabras, ovejas de pelo y cerdo negro, también tenían perros. Obtenían de los animales leche, manteca, carne,
pieles, tendones y huesos. El sistema de pastoreo era mediante suelta controlada del ganado, en espacios abiertos
en los que el pastor tenía buen dominio visual del territorio; mientras los animales pastaban, el pastor solía dedicar
tiempo a tallar lascas para hacer útiles de piedra. Durante el otoño-invierno se realizaban desplazamientos a las
zonas costeras y en primavera-verano a las cumbres, siempre buscando las mejores temperaturas y los mejores
pastos.
La agricultura tiene un carácter secundario. Los cultivos más comunes eran la cebada, el trigo, las habas y las
higueras. Existía división sexual del trabajo, mientras el hombre preparaba la tierra la mujer sembraba, recogía y
almacenaba el grano.
La recolección marina tenía una gran importancia en cuanto al aprovisionamiento de alimentos, sobre todo, en el
periodo invernal, cuando realizaban los desplazamientos a las zonas costeras.
Pescaban desde tierra con
anzuelos de cuerno o hueso; además, practicaban la pesca con embarbascado, que consistía en construir corrales
en la costa durante la marea baja y cuando ésta subía los peces quedaban atrapados en ellos; luego, mediante el
vertido de leche de tabaiba amarga o cardón, los peces se adormecían y salían flotando a la superficie ofreciendo
poca resistencia a ser capturados. Pescaban viejas, morenas, sargos, etc. Entre la recolección de moluscos
destaca por su importancia las lapas y los burgados. Las lapas no sólo servirán como alimento, sino también como
elemento ornamental y utensilio de trabajo para la fabricación de objetos de cerámica, por ejemplo.
La recolección vegetal fue una fuente importante de recursos alimenticios, terapéuticos, de materias primas y
combustible. Algunos de los alimentos vegetales que recolectaban eran: rizomas de helecho, piñones de pino,
barrilla, que era utilizada como harina para hacer gofio o tortas, madroños, bicácaros, mocanes, de los que se
obtenía la miel de mocán, etc.
Artesanía
En cuanto a la cerámica, la arqueología nos revela que realizaban unas piezas hechas a mano, cuyo proceso de
elaboración comenzaba con una exhaustiva selección de las arcillas; el modelado se llevaba a cabo mediante la
técnica de urdido, seguida del desbastado y, finalmente, alisado. Las formas son esféricas, ovoides, elipsoidales y
cilíndricas. La decoración se limita a incisiones en el labio.
La Industria lítica se realizaba sobre obsidiana o basalto. La industria de talla tenía la función de cortar, rasgar,
perforar, desgastar, raspar, etc.; y las piezas pulimentadas en basalto, como los esferoides, los molinos y otra serie
de piezas abrasivas, se utilizaban para el trabajo de la piel, el hueso o la madera.
La Industria Ósea era utilizada por los aborígenes, una vez extraído el tuétano, para la elaboración de útiles, al
igual que los cuernos. Utilizaban, sobre todo, los huesos largos de cabras y ovejas, entre ellos los metapodios; con
ayuda de lascas cortantes, piedras abrasivas o arena se les daba la forma buscada y se endurecían con fuego. Así
fabricaban punzones para perforar pieles o decorar cerámica, espátulas para labores de cosido o decorar
cerámica, anzuelos para pescar y objetos de adorno (cuentas, colgantes, etc.).
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El mundo mágico-religioso
Una de las costumbres más enigmáticas de los guanches son los grabados rupestres. Se encuentran en lomos y
peñas, sobre roca fonolítica o basalto. Mediante incisiones realizan trazos rectilíneos, paralelos, radiales,
reticulados, escaleriformes, etc. Se suele conceder importancia al lugar donde se sitúan (lugares con control del
territorio, sitios con valor mágico, etc).
Las cazoletas y canales son huecos labrados en la toba, sobre colinas y lomos. Sirvieron para realizar ofrendas a
las divinidades, vertiendo algún líquido (leche o agua) que circulaba por los canales y llenaba las cazoletas,
simulando así, el recorrido del agua por los barrancos y pidiendo a las divinidades más lluvias, mejores pastos y, en
definitiva, más alimentos.
El mundo de la muerte para los aborígenes se basaba en la creencia en otra forma de existencia tras la muerte.
Los cadáveres se depositaban en cuevas acompañados de ajuar (alimentos, vasijas, adornos, etc.). La
momificación consistía en el secado del cuerpo al sol y aplicación de sustancias absorbentes. Luego el cuerpo
vestido era envuelto en un saco de pieles cosidas y se ataba el envoltorio. Esta práctica parece responder a causas
de diferencias sociales; no todos los cuerpos se momifican.
“... sus sepulcros eran cavernas, a cuyos muros arrimaban en pie los cuerpos, y a los más honrados
ponían en la mano un bastón y junto de sí un vaso lleno de leche. He visto alguna vez trescientos de
esos cuerpos en una sola cueva, cuyas carnes estaban tan secas que parecían un pergamino”.
Thomas Nichols, 1526
La conquista y el siglo XVI
Arico pertenecía al Menceyato de Abona, que formaba parte de los bandos de paz que pactaron su rendición con
Alonso Fernández de Lugo. Cuando la población aborigen vio que había sido engañada y no se estaba cumpliendo
el pacto, se alzaron y se enfrentaron al Adelantado, pero fueron derrotados. Abona fue entregado por Fernández de
Lugo al Duque de Medina Sidonia, a través de su factor Suárez de Quemada, como pago de los préstamos
recibidos para sufragar las campañas.
A principios del siglo XVI, la Corona de Castilla organizó la economía de la isla, destinando Abona a la ganadería y
algo de cultivos de secano en las zonas altas y de regadío en las medianías; eran los propios aborígenes los que
desarrollaban esta actividad para los propietarios de las tierras y ganados. La ganadería entonces ya era de
cabras, ovejas, cerdo salvaje y vacas. La apicultura también tenía importancia.
La agricultura de secano se situó en las partes altas, donde se cultivaba trigo, cebada y centeno. Se elaboraba
gofio en las viviendas con molinos de mano, siguiendo la tradición guanche. En las medianías se practica una
agricultura de regadío gracias a las fuentes existentes que proporcionan el agua. Las familias más pudientes
contaban con hornos anexos a sus casas donde hacían pan y pasaban higos. Siglos más tarde toda la población
usaba estos hornos.
En las cumbres de Arico se explotó también el pinar para obtener madera, al principio mediante la tala masiva, y
luego controlada, para obtener la pez de su resina, que se llegó exportar, sobre todo a Portugal y Andalucía.
Es durante el siglo XVI cuando aparecen las primeras viviendas permanentes en zonas cercanas a fuentes; pero la
mayoría seguía siendo chozas o abrigos naturales de carácter temporal dispersos por toda la comarca,
continuando con la tradición guanche de trashumancia.
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Evolución política, social y económica en los siglos XVII, XVIII y XIX
Hasta principios del siglo XVII se mantuvo el patrón de viviendas aborígenes en chozas y cuevas naturales, y se
introdujeron las cuevas excavadas, quizás por los aborígenes de Gran Canaria establecidos en el Sur. Entonces
aparecieron los primeros techos de madera y las tejas. Se fundaron los primeros caseríos en las medianías: El
Lomo, Icor, El Río y Arico el Viejo; en el XVIII Arico el Nuevo. A principios del siglo XVI vivían en Arico 283
personas, tras la despoblación que sufrió la zona por el proceso de colonización, por lo que se comienza a llevar a
cabo una política de atraer gente a esta parte de la isla. A mitad de siglo XVIII había 1.869 habitantes, y en 1860
habían ascendido a 3.405. A finales del siglo XIX empezaron a desarrollarse los núcleos de población costeros.
Ilustración 41. La excavación de cuevas en la tosca ha sido un fenómeno tradicional hasta nuestros días. Cuevas en el caserío de
Colmeneros, en la zona alta.
La creación y evolución de los caseríos estuvo muy relacionada con la fundación de sus ermitas: Ermita de la
Virgen de las Mercedes (Punta de Abona, edificada en el siglo XVI y restaurada tras incendio en el XIX), San Juan
Bautista (Lomo de Arico, 1590-1610), San Bartolomé (El Río, siglo XVII), Nuestra Señora de La Luz (Arico el
Nuevo, siglo XVIII). Otra de las razones por las que se crean primero estos caseríos en las medianías, son el clima
y los recursos hidráulicos aportados por los manantiales de la zona.
El caso de Icor, es un ejemplo y testigo del paso del tiempo y la evolución de Arico a lo largo de los siglos. Este
poblado del municipio forma parte del patrimonio arquitectónico y cultural de Arico; poblado desde época
prehispánica, debió ser un lugar de mucha importancia para los guanches, ya que situaron en estas tierras un
tagoror, lugar de gran trascendencia en la vida política aborigen. La descendencia del último mencey de Abona se
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sitúa en esta zona; durante el siglo XVI pervivían las tradiciones y costumbres aborígenes, y las familias
descendientes de estos vivían en cuevas y cabañas. En el siglo XVII se construyen las dos primeras casas.
En el XVIII se intentó organizar un poblado, pero se frenó, al no poder venderse más solares, por la vinculación de
las tierras; entonces había unos 20 habitantes en cinco casas de dos plantas y una terrera inhabitable. En el siglo
XIX llegó a 36 personas y en 1987 a 71. En el siglo XX la actividad económica predominante ha sido el cultivo de
papas y tomates. En la actualidad, se está tramitando su declaración como Bien de Interés Cultural, junto con Arico
el Nuevo.
En el siglo XIX la economía en Arico, mantuvo su carácter ganadero (cabras, ovejas, burros, mulos, cerdos, vacas,
caballos y camellos); los animales se usaban para la obtención de alimento, para el transporte y para las tareas
agrícolas. La agricultura se basaba, sobre todo, en el trigo y la cebada. En los poblados costeros recién creados (El
Porís y San Miguel de Tajao) empezó a desarrollarse la pesca. También comenzó a destacar la cantería, quedando
la impronta de esta actividad en el paisaje de Arico con la gran cantidad de canteras aún hoy conservadas y que
llegaron a exportar piezas a otras islas, a África y América.
En 1860 se conoce ya un registro de profesiones y oficios. Así, sabemos de la existencia de una escuela pública de
primaria, sólo para varones a la que asistían 23 alumnos. Como oficios se conoce un párroco, militares,
propietarios, comerciantes, artesanos, industriales, sirvientes, etc.
La vida en Arico desde el siglo XX hasta la actualidad.
En 1916, el rey Alfonso XIII, otorgó a Arico y sus gentes el título de Villa, como prueba de aprecio y por su
importante crecimiento económico y constante adhesión a la monarquía. La situación de capitalidad del municipio
hizo que a El Lomo se le empezara a conocer como Villa de Arico, lo que provocó el enfado de otros núcleos
poblacionales que entendían que el título había sido otorgado a todo el municipio.
A principio del siglo XX se produjo un pleito entre El Lomo y Arico el Nuevo por ostentar la capital del municipio. El
Lomo usaba la tradición como motivo para no cambiar, Arico el Nuevo argumentaba su posición más céntrica,
haber sido residencia de capitanes y alcaldes durante el XIX, contar con los mayores contribuyentes y un mayor
potencial agrícola y comercial. En pleno del 10 de mayo de 1925 se da validez al traslado de la capital, pero el 31
de diciembre de 1926 el gobernador civil anuló el acuerdo plenario y la corporación municipal volvió al Lomo.
La población en Arico fue creciendo paulatinamente, gracias a la mejora económica, una mayor oferta de empleo
con la apertura a nuevas actividades como el cultivo y empaquetado de tomates, la pesca, el turismo, el comercio y
la industria, las mejoras en las comunicaciones con la llegada de la carretera general del sur en 1907, etc.
Tabla 7. Evolución de la población en Arico durante el siglo XX
Año
1900
1930
1950
1970
1981
1986
1991
Habitantes
3.724
4.083
5.391
4.189
4.228
4.328
4662
Fuente: Instituto Nacional de Estadísica. Elaboración propia
La economía se caracterizó por la apertura a nuevos sectores como la pesca, en San Miguel de Tajao y El Porís de
Abona, y el turismo, la disminución de la cabaña ganadera y el importante despegue de la agricultura de regadío
con el cultivo del tomate, las papas y el pimiento. La sequedad del municipio provoca la búsqueda de aguas
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subterráneas, excavándose numerosas galerías que llegan a extraer hasta 400 litros/seg. y que surten a la
agricultura del Arico y otros municipios del sur.
Arico en el siglo XXI, es un municipio en franco crecimiento, tanto en cuanto al volumen poblacional, como a sus
actividades económicas. Los barrios costeros como El Porís de Abona, Abades, Tajao, Las Listadas, La Jaca o Las
Maretas, han experimentado en los últimos años un destacado crecimiento, jugando un papel muy importante como
lugares vacacionales. La economía se ha abierto a nuevas actividades como el comercio del vino, el cultivo de
olivos y los parques solares.
Uno de los hechos más importantes que se está produciendo en este comienzo de siglo, es el aumento en
infraestructuras de comunicación entre los diferentes barrios; lo que viene a solucionar el que quizá ha sido uno de
los grandes problemas de este municipio, el aislamiento que sufrían sus núcleos poblacionales, tanto con respecto
al ayuntamiento, como con el resto de las zonas pobladas.
1.7.2. Patrimonio y áreas de especial interés arqueológico.
Las fuentes en las que se basa este informe arqueológico parten de la Ley 4/1999, de 15 de marzo, de Patrimonio
Histórico de Canarias, de la Carta Arqueológica del municipio y de los conocimientos y criterios de valoración del
propio autor, que establecerá un sistema de catalogación de los suelos, según el interés o potencialidad
arqueológica de las diferentes zonas.
En cuanto a lo dictaminado en la Ley en materia arqueológica, se dice:
Artículo 64.- Cartas arqueológicas.
1. Los yacimientos arqueológicos de Canarias deberán ser identificados, localizados e
inventariados mediante cartas arqueológicas de ámbito municipal. Asimismo, y en coordinación
con la Administración competente, se formulará la Carta Arqueológica Submarina de Canarias,
donde se localicen y documenten los pecios depositados en las aguas del archipiélago canario.
2. Las cartas arqueológicas constituyen documentos internos de la Administración para planificar
la gestión, administración y tutela del patrimonio arqueológico y paleontológico.
3. La consulta de las cartas arqueológicas, en cuanto que responda a un interés legítimo, podrá
efectuarse según se determine reglamentariamente.
Artículo 65.- Protección cautelar de los yacimientos.
1. El promotor público o privado de obras o actuaciones que afecten a la superficie de un
yacimiento arqueológico reconocido como tal en un instrumento de planeamiento urbanístico,
aunque no hubiese sido declarado bien de interés cultural, deberá aportar un estudio detallado
de impacto ecológico relativo a la incidencia de la obra o actuación sobre los valores
arqueológicos del área implicada. Sin dicho estudio no podrá concedérsele licencia ni
autorización alguna.
2. Si fuere pertinente, la Administración competente podrá disponer la realización de
prospecciones o sondeos en orden a evaluar los efectos de la intervención, así como también
determinar las posibles medidas protectoras a adoptar durante la obra, trazados alternativos y
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demás condicionantes dirigidos a la salvaguarda del yacimiento, que deberán incorporarse a las
licencias o autorizaciones preceptivas.
3. En los casos en que una excavación arqueológica se haga necesaria, su financiación correrá
a cargo del promotor de las actuaciones afectantes cuando se trate de obras promovidas o
financiadas por entidades públicas. En caso contrario, se costeará por la Administración que
haya ordenado la intervención.
Arico cuenta con una carta arqueológica que se realizó en la década de los noventa, pero la mayoría de los
especialistas coinciden en que este inventario no se ejecutó en las mejores condiciones, tanto a nivel de
presupuesto, como de medios, tiempo, etc. Se trata del segundo municipio más extenso de Tenerife, por lo que un
trabajo de campo como éste no puede ser planificado de la misma manera que el de otros municipios de menores
dimensiones. Es por esto por lo que muchos yacimientos posiblemente se han quedado fuera del catálogo
municipal, al no poder destinar ni el tiempo ni el equipo suficiente para cubrir toda la zona. Las amplias zonas de
pastos, las buenas tierras de cultivo para cereales en las medianías, los kilómetros de costa de los que obtener
alimento, los profundos barrancos en los que protegerse en sus cuevas y de los que obtener agua y el buen clima
que hace durante el año, convirtieron a esta zona en un lugar ideal en el que los guanches desarrollaran toda su
cultura; por ello, sus largos lomos están llenos de yacimientos de superficie con materiales prehispánicos que han
permanecido ahí hasta nuestros días. La gran actividad agrícola de estas zonas ha eliminado algunos de estos
vestigios, pero aún quedan muchos por encontrar y registrar, para mayor y mejor conocimiento de la cultura de esta
sociedad pretérita.
Las cartas arqueológicas cumplen la función de inventariar todos los yacimientos encontrados y puestos en
conocimiento de las autoridades; no se trata de documentos cerrados, ya que siempre se le pueden añadir nuevos
hallazgos. En el momento en que nos encontramos, con la elaboración de numerosos planes urbanísticos y
territoriales en los distintos municipios canarios, se va viendo como poco a poco la demanda de ocupación y
determinación de los posibles usos del suelo adquiere cada vez más importancia, por lo que los inventarios
arqueológicos municipales han de ser vistos como delimitadores de espacios, pero al mismo tiempo, como el
documento que posibilita que algunos yacimientos que ya se han documentado y registrado, siguiendo las
actuaciones oportunas, puedan ser excavados, estudiados y publicados antes de que se determine otro uso para
ese suelo.
Por supuesto, lo anterior no es vinculante para yacimientos como los grabados rupestres o cazoletas y canales,
sino para los yacimientos de superficie, tales como poblados de cabañas, paraderos pastoriles o concentraciones
de materiales arqueológicos que aparecen sobre el terreno. En estos casos, debería ser un arqueólogo el que
determine qué acciones se recomiendan, desde la excavación del yacimiento a la petición de recogida del material,
o la permanencia del mismo, pasando a formar parte del nuevo uso de este suelo como un complemento cultural
añadido.
Como ya se ha señalado, Arico es un municipio con un gran potencial arqueológico, en el que quedan muchos
yacimientos por descubrir, por lo que gran parte de su suelo conlleva recomendaciones de carácter patrimonial. Es
por esto, por lo que para la realización de este informe se han establecido cinco tipos o categorías de suelos,
teniendo en cuenta su valor arqueológico, y que aparecen representados en el mapa de recursos patrimoniales:
Suelo de Catalogación Arqueológica. (SCA)
-
SCA I: Suelo que contiene yacimientos arqueológicos catalogados como BIC.
-
SCA II: Suelo con yacimientos arqueológicos inventariados o no y que no son considerados
BIC.
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-
SCA III: Suelo que por sus características geográficas o topográficas y de visibilidad, etc. tiene
una alta probabilidad de contener yacimientos arqueológicos.
-
SCA IV: Suelo que por sus características no parece contener yacimientos arqueológicos, sin
negar que pudieran existir, y en el que no se ha realizado ninguna prospección ni registro
arqueológico del que se tenga constancia.
-
SCA V: Suelo que por sus características (espacios reutilizados, lugares inhóspitos, etc.) no
tiene ningún valor arqueológico.
En los casos de SCA I, II y III, se recomienda realizar un informe arqueológico elaborado por un profesional para
cualquier intervención que se vaya a realizar en la zona y tener en consideración las recomendaciones que en
dicho informe se hagan constar, ya que el peligro de destrucción de material arqueológico en estos espacios es
alto. Para los casos IV y V, existen determinadas actuaciones sobre el suelo que también obligan a llevar a cabo
dichos informes. La contribución al avance de la investigación debe ser una meta para todos los sectores sociales y
no sólo para las instituciones públicas.
El sector empresarial privado busca nuevas formas de inversión que en muchos casos van vinculadas a la compra
y puesta en uso de nuevos suelos; es por esto, por lo que deben tener en cuenta que todas las recomendaciones
que se hacen para proteger y prevenir de daños al patrimonio cultural, son normas que nos benefician a todos. No
hay que ver la cultura como un patrimonio intangible, sino todo lo contrario, deben ser elementos que revaloricen
nuestro pasado y que formen parte de los nuevos paisajes del futuro de las sociedades, que nos hagan aprender y
ser conocedores de las experiencias que otras comunidades vivieron y de cómo evolucionaron.
Como en este caso no se trata de realizar una carta arqueológica ni un inventario por unidades, habría que
establecer una estructuración zonal para describir los valores arqueológicos que en el mapa aparecen
representados. Para las zonas no delimitadas utilizaremos las vías de comunicación existentes, y conocidas, para
concretar los espacios de mayor interés.
-
El espacio comprendido entre la carretera TF-625 y la carretera que une Icor con Las Eras: Se
trata de una amplia zona que concentra 13 yacimientos que figuran en la carta arqueológica y 5 que no
estaban contemplados en el inventario. Se trata de seis complejos ergológicos, en los que podemos
encontrar restos de industria lítica trabajada por los guanches; siete hábitat de superficie, en los que
aparecen restos de cerámica aborigen, obsidiana, instrumentos sobre basalto, malacofauna, fauna, así
como, restos de estructuras de cabañas que conforman poblados; cuatro hábitat en cueva, en los que
predominan los restos malagológicos, de obsidiana y cerámica; y por último, una cueva funeraria en la que
en el año 1976 se encontraron restos humanos. Se incluya aquí, el yacimiento que se encuentra dentro del
tabaibal del Porís, por debajo de la autopista. Se trata de un espacio con amplio potencial arqueológico y en
el que aún pueden quedar muchos yacimientos por descubrirse.
-
Entre la carretera TF-625 y la TF-627: Aquí se encuentran 7 yacimientos de la carta
arqueológica y 4 que no estaban inventariados. Podemos encontrar dos estaciones de cazoletas y canales,
en las que las estructuras permanecen bien conservadas y visibles; existía otra estación de canales que se
encontraba en la montaña de Marzagán pero que ha sido destruida. Hay también, tres cuevas de habitación
en la que dominan los restos cerámicos y de obsidiana; También podemos ver seis hábitat de superficie en
los que aparecen restos de obsidiana, cerámica y restos de estructuras de cabañas.
-
Entre la carretera TF-627 y la carretera que une la TF-1 con La Cisnera, por encima de la
autopista: En este espacio aparecen 34 yacimientos arqueológicos que se encuentran en el inventario
municipal. Veintitrés, son hábitat de superficie, en los que aparecen materiales como obsidiana, cerámica
guanche, malacofauna, fauna y restos de cabañas. Hay un complejo ergológico, en el que se pueden ver
los restos de talla y la industria lítica aborigen; tres cuevas de enterramiento con restos humanos, y algo de
fauna y malacofauna; hay una estación de cazoletas en el entorno de la montaña de La Centinela; y, por
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último, seis son hábitat en cueva en las que aparecen restos de cerámica, malacofauna, obsidiana y restos
de los cerramientos de algunas cuevas.
-
Entre la carretera que une la TF-5 con La Cisnera y el barranco de El Río, por encima de la
autopista: En esta zona existen 12 yacimientos que figuran en la carta arqueológica y 2 que no están. Hay
cinco estaciones de grabados rupestres; una estación de cazoletas y canales; seis habitat de superficie con
materiales como cerámica, industria lítica y restos de cabañas; y dos cuevas de habitación en las que
aparecen restos líticos y de cerámica.
-
Punta de Abona y Zona Militar: La carta arqueológica recoge únicamente una estación de
cazoletas y canales dentro del espacio militar, pero la mayoría de los montículos que se encuentran en la
zona de la Punta de Abona, presentan materiales arqueológicos en superficie, abundando los restos de
malacofauna y cerámica. Seguramente en el pasado existían en esta zona abundantes concheros
aborígenes que con el paso del tiempo han ido desapareciendo; en algunos de estos montículos quedan
algunas evidencias de estos yacimientos.
-
Entre Abades y La Jaca: Se encuentran en esta zona 17 yacimientos, de los cuales, sólo uno
no estaba inventariado en la carta municipal. Existen tres estaciones de cazoletas y canales; siete hábitat
de superficie con abundante material arqueológico como cerámica, obsidiana, malacofauna y restos de
estructuras de cabañas; hay seis hábitat en cueva en las que aparece cerámica y obsidiana, sobre todo, en
el exterior de las cuevas, y restos de muros de cerramiento; por último, hay una cueva de enterramiento con
restos humanos, industria lítica y restos de los muros de cerramiento.
-
Entre La Jaca y Las Maretas: En este espacio hay 13 yacimientos, todos ellos inventariados.
Seis son yacimientos de superficie en los que aparecen restos de cerámica, obsidiana y estructuras de
cabaña; seis cuevas de habitación en las que también aparecen restos de cerámica, obsidiana y algunos
restos de muros de cerramiento; por último, existe una estación de cazoletas y canales en el entorno de Las
Maretas.
1.7.3. Patrimonio y áreas de especial interés histórico, arquitectónico y etnográfico.
En el caso del registro etnográfico, la no existencia de inventario municipal de estos bienes nos hace tomar como
referencia lo dispuesto en la Ley de Patrimonio Histórico de Canarias y los datos que se conocen sobre el
municipio. Los artículos 73 y 74 de dicha Ley nos aclaran qué bienes forman parte de este patrimonio y el régimen
de protección que tienen.
Artículo 73.- Patrimonio etnográfico.
1. El patrimonio etnográfico de Canarias está compuesto por todos los bienes muebles e
inmuebles, los conocimientos, técnicas y actividades y sus formas de expresión y transmisión,
que son testimonio y expresión relevante de la cultura tradicional del pueblo canario.
2. Integran el patrimonio etnográfico de Canarias, los siguientes elementos:
a) Construcciones y conjuntos resultado del hábitat popular, tales como poblados de casas,
haciendas, poblados de cuevas, etc.; elementos arquitectónicos singulares, tales como portadas,
tapias, almenados, chimeneas, calvarios, cruces, pilares, caminos, piedras labradas, blasones,
lápidas, etc.; y aquellos otros que por su funcionalidad histórica formen parte de la cultura
popular ligada a la producción económica, tales como molinos, acueductos, aljibes, cantoneras,
acequias, estanques, salinas, canteras, caleras, alfares, hornos, pajeros, eras, corrales, lagares,
bodegas, y similares.
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b) Edificios y obras de ingeniería que reúnan las características que se determinen
reglamentariamente.
c) Utensilios, objetos y herramientas que forman o han formado parte de la producción tradicional
ligada a la artesanía, agricultura, ganadería y pastoreo, pesca, caza, y el transporte, acarreo y
comercio.
d) Oficios, habilidades y técnicas relacionadas con la producción y manipulación de materiales y
recursos naturales.
e) Las manifestaciones de la cultura tradicional y su soporte comunicativo: medicinas y remedios
populares, el patrimonio oral, folklore musical en general, indumentaria y gastronomía.
f) El silbo gomero, los modismos y expresiones del léxico popular canario.
g) Las manifestaciones relativas a juegos, fiestas, bailes y diversiones tradicionales.
h) Los deportes tradicionales como el juego del palo o el garrote, el juego de la pelota de
Lanzarote, el salto del garrote o hastia, el arrastre de ganado, el levantamiento del arado, la
lucha canaria, la petanca, la vela latina, y otros similares.
i) La toponimia y callejero tradicional.
j) La documentación gráfica, grabados y dibujos que contengan referencias y elementos
documentales sobre la vida, usos y costumbres, personajes o lugares. La documentación
fotográfica, en particular toda la anterior a 1900 que sirva para referenciar y documentar la
historia de las islas, así como las películas y cualquier otro soporte audiovisual que contengan
datos documentales sobre el pasado del archipiélago.
La anterior relación de bienes, actividades y manifestaciones se entiende como enunciativa y no
limitativa, y comprenderá cualesquiera otros aspectos ligados a la cultura tradicional que tengan
valor histórico.
Artículo 74.- Régimen de protección del patrimonio etnográfico.
1. La protección administrativa de los bienes etnográficos inmuebles y muebles se regirá por las
disposiciones relativas a los bienes de interés cultural o incluidos en un catálogo arquitectónico
municipal o, en su caso, en el Inventario de Bienes Muebles.
2. Los bienes inmuebles integrantes del patrimonio etnográfico se documentarán e inventariarán
mediante cartas etnográficas municipales.
3. La información relativa a los bienes etnográficos que no constituyan objetos materiales, tales
como el patrimonio oral relativo a usos y costumbres, tradiciones, técnicas y conocimientos será
recopilada y salvaguardada en soportes estables que posibiliten su transmisión a las
generaciones futuras, promoviendo para ello su investigación y documentación.
En Arico, el patrimonio etnográfico que tiene que ver con el uso de suelos está vinculado, sobre todo, a elementos
como las galerías, hornos, canteras, eras, salinas y caminos. Hay que referirse a estos elementos porque son los
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que hoy en día siguen ofreciendo una puerta al pasado dentro del marco del paisaje cultural del municipio. Como
decíamos con anterioridad, la no existencia de inventario etnográfico municipal nos obliga a situar en el plano
correspondiente los elementos integradores de este patrimonio que se conocen y a promulgar
y poner en
conocimiento cuales son los yacimientos etnográficos típicos de Arico para que sean tenidos en cuenta a la hora de
realizar intervenciones sobre el terreno.
-
Galerías: Las galerías excavadas en el municipio son ejemplos vivos de la lucha constante del
hombre por anteponerse a los contratiempos que el medio natural le pueda ocasionar en la implantación de
Ilustración 42. Algunos antiguos salones de empaquetado en Arico Viejo han pasado a tener un nuevo uso comercial.
su modelo social. Arico era una zona seca de la isla que contaba con algunos puntos de abastecimiento de
agua como los barrancos y algunas fuentes; hasta que se comenzaron a excavar estos túneles que
proporcionaron el agua suficiente para poder desarrollar una agricultura de regadío tan exigente como fue
el tomate. Se encuentran situadas entre las medianías y la zona alta del municipio. En la actualidad, se
puede apreciar una dualidad en cuanto la situación de las galerías: Mientras algunas siguen funcionando y
abasteciendo de agua a los agricultores de la zona, muchas otras se encuentran abandonadas y aún
conservan los rieles, vagonetas y otras infraestructuras necesarias para desempeñar su labor.
-
Hornos: Se encuentran por todo el municipio, aunque las mayores concentraciones se
encuentran en las medianías, ya que solían estar asociados a los núcleos de población. Construidos de
piedra y barro, su mayor funcionalidad estaba relacionada con la alimentación, ya que se usaban para
hacer pan, pasar higos y para la conservación de alimentos; también se conocen los que se usaban para
extraer la pez y los hornos de cal.
-
Canteras: Al igual que los hornos, se encuentran distribuidas por todo Arico, aprovechando los
numerosos afloramientos de tosca que existen. Actualmente, las mejor conservadas se encuentran en la
zona costera. Una de las canteras que más importancia tuvo en el pasado fue lo que hoy se conoce como
Abades, y que fue motivo de una larga disputa por su propiedad entre dos de las familias más poderosas
del municipio, los Rodríguez de Acero y los Peraza de Ayala, acabando el litigio favorable a estos últimos.
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Otra de las zonas importantes fue la de Tajao, o mejor dicho Tabaibarril, como era conocido en el pasado,
lugar en el que se gestionaban las ventas y se embarcaba la piedra para ser transportada por mar.
-
Eras: Las eras en Arico estaban situadas, sobre todo, en las medianías y en las zonas altas,
que era donde se solía cultivar el cereal. Se conoce la existencia de algunas en la zona de la Sabinita y el
Barranco de Guasiegre, pero lamentablemente son elementos que no se han conservado en gran cantidad.
El cereal se solía trabajar en régimen de medianería y en las eras se producían los repartos del grano una
vez se había trillado y aventado para separarlo de la paja.
-
Salinas: Las salinas, naturalmente, están localizadas en la costa, pegadas al mar. Son
estructuras que fueron utilizadas tanto en época prehispánica como con posterioridad; y cuya finalidad es la
obtención de la sal marina, sobre todo, para la conservación de los alimentos. Arico tiene muchos
kilómetros de costa, por lo que la existencia de salinas no es extraño; se conoce la existencia de algunas
zonas que tuvieron importancia por estas instalaciones en el pasado, como La Zarnoza y Tabaibarril (San
Miguel de Tajao).
-
Eres, Achacay y Chaboybos: El uso de los eres se remonta a la época de los Guanches y llega
hasta bien entrado el siglo XX. Se trata de concavidades naturales, formadas en la tosca por la erosión,
cubiertas de arena en las que se deposita el agua de la lluvia; esta arena evitaba la evaporación
manteniendo el líquido en el fondo. A la hora de recuperar el agua, se separaba la tierra y se recogía con
ayuda de un recipiente. Los achacays y los chaboybos son charcos naturales de agua que permanecen
llenos todo el año. Estos tres elementos etnográficos, eran recursos de captación de agua en el pasado y
se suelen encontrar en el interior de los barrancos.
-
Caminos: Hasta la construcción de las actuales carreteras, los núcleos poblacionales de Arico
vivían de forma muy aislada, por lo que determinados caminos tuvieron una gran importancia ya que
permitían salir de ese aislamiento y se convertían en rutas de comunicación y comercio. Los que mayor
importancia tuvieron fueron los que iban de costa a cumbre, uniendo las medianías con las zonas costeras,
como el camino de La Degollada, que es del siglo XVIII. Estos caminos también permitieron el desarrollo de
la costa, ya que los núcleos que ahí se fueron creando estaban directamente relacionados con las zonas
altas; así, El Río y La Caleta, Arico el Nuevo y el Viejo se comunicaban con El Porís de Abona, o Icor con
Ilustración 43. Casa de La Vinculación. Casco de Arico Nuevo (BIC).
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Las Eras. Es bien conocido el papel tan importante que desempeñaron los caminos reales en el pasado.
En el mapa de valores patrimoniales aparecen referenciados algunos puntos de interés etnográfico. Son zonas
conocidas por el autor de este informe; en su mayoría son canteras de extracción de piedra, salvo el punto
señalado en Guasiegre, que es una era, y el que se encuentra a la derecha de la carretera que va desde Abades a
Tajao, en la entrada a La Listada, que son dos hornos tradicionales.
Estos son los elementos a tener en mayor consideración en cuanto al patrimonio etnográfico de Arico, con respecto
a la valoración del suelo en este municipio. Como ya hemos comentado, la no existencia de la carta etnográfica
hace que nos referiramos a los artículos de la Ley de Patrimonio Histórico de Canarias, antes mencionados, como
la guía a tener en cuenta para establecer las medidas preventivas oportunas para evitar la destrucción de este
patrimonio y para su puesta en conocimiento por parte de la sociedad. Como ya se reflexionó con anterioridad, el
patrimonio cultural debe ser un bien tangible de la sociedad del momento.
Arico, cuenta además, con un rico patrimonio arquitectónico del que forma parte la mayoría de sus edificaciones de
carácter religioso: La iglesia de San Juan Bautista, en El Lomo de Arico, se construyó entre 1590 y 1610, aunque
su aspecto actual se debe a la reforma que se le realizó en el siglo XVIII. También del siglo XVI fue la primera
ermita de Las Mercedes en La Punta de Abona, pero fue destruida por un incendio y reconstruida en el XIX por la
familia Rodríguez de Acero; por su parte, la ermita de San Bartolomé de El Río es de finales del siglo XVII y la
ermita de Nuestra Señora de La Luz, en Arico Nuevo, es de mediados del siglo XVIII. San Juan Bautista también
está incluido en el patrimonio pictórico del municipio por las obras que alberga en su interior.
Ilustración 44. Parroquia de La Luz. Arico Nuevo.
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1.7.4. Otras áreas con singular valor patrimonial.
Arico cuenta con una serie de espacios que tienen una especial singularidad a la hora de ser valorados desde el
punto de vista histórico y que merecen una explicación dentro de este apartado:
-
La leprosería/zona de entrenamiento militar: Este espacio fue destinado en los años cuarenta
del siglo XX a la construcción de un sanatorio para la cura de la lepra; pero el descubrimiento de nuevas
técnicas de curación de esta enfermedad que no precisaban la concentración de todos los pacientes en un
mismo centro, hizo que las instalaciones quedaran a medio terminar, sin llegar a entrar en funcionamiento.
En el año 1981 fue adquirido por el Ministerio de Defensa que lo utilizó como zona de maniobras y
entrenamiento militar hasta finales de siglo. Estos hechos hacen que este espacio tenga una doble
valoración. Por un lado, se puede pensar que se trata de una zona muy reutilizada y que por tanto carece
de valor patrimonial; pero, por otro lado, el que no haya sido privatizado, aunque haya sido usado por los
militares, durante los años en los que mayores destrozos se han producido sobre nuestro patrimonio, lo
convierten en un espacio singular, ya que aún se conservan algunos yacimientos arqueológicos en la zona.
-
Las medianías/ carretera C-822: El espacio que discurre a ambos lados de la carretera general
del sur, se caracteriza por haber sido habitado por los primeros colonizadores llegados a Arico, hasta la
actualidad. Es, por tanto, una zona de amplio potencial arqueológico y etnográfico, ya que es ahí, donde los
pobladores siempre han estado presentes en Arico, dejando una impronta incuestionable, que es lo que
compone hoy su patrimonio cultural.
-
El espacio comprendido entre la carretera TF-613 y la carretera que une Icor con Las Eras: Se
trata de una amplia zona que presenta muy pocas alteraciones antrópicas. La escasez de vías que circulen
por este espacio quizá sea la causa de su alto grado de conservación; es por esto, por lo que tiene un
interés arqueológico muy alto, ya que los lomos y los barrancos que en él se hallan podrían contener
yacimientos en buen estado de conservación. En la carta arqueológica existente, sólo se hace referencia a
unos pocos yacimientos en la zona más cercana a la autopista, pero si se realizara una prospección más
exhaustiva, con total seguridad, se encontrarían numerosos vestigios que se deberían incluir en el catálogo
municipal.
-
El P. I. R. S.: La zona ocupada por la planta de tratamiento de residuos urbanos de Arico, es
un espacio en el que se han producido numerosos movimientos de tierra mediante maquinaria pesada
desde su construcción, por lo que el valor de este suelo, en cuestiones patrimoniales, es muy bajo. Pero en
la zona que actualmente se encuentra en expansión de la planta, se han producido recientes hallazgos de
yacimientos arqueológicos que aún no han sido puestos en conocimiento del Cabildo tinerfeño para su
inclusión en el inventario municipal; por lo que, al igual que el espacio de entrenamiento militar, del Porís de
Abona, tiene esa doble valoración de suelo sin interés y suelo con interés patrimonial.
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1.8. USOS DEL SUELO
El municipio de Arico cuenta con un total de 178,76 km2, lo que le convierte en el segundo municipio con más
superficie de la Isla de Tenerife, tan sólo superado por La Orotava. No obstante cabe señalar que gran parte del
territorio municipal de La Orotava se encuentra dentro del Parque Nacional del Teide y prácticamente se trata de un
vacío demográfico con usos muy limitados y de control exógeno, por lo que, de facto, Arico es el municipio que
cuenta un mayor territorio a escala Insular.
Ilustración 45. Autopista TF-1 a su paso por el municipio, entre Las Eras y El Porís.
El municipio, desde el punto de vista de la estructuración territorial de los usos muestra una serie de elementos
comunes en diferentes zonas que permiten definir sectores en función de los usos que ellas se desarrollan. En
líneas generales estas áreas se disponen de forma paralela a la costa formado varias franjas altitudinales que
ofrecen cierta homogeneidad de usos, e incluso paisajística y funcional, dentro de las lógicas variaciones internas
que las diferentes condiciones ambientales y de actividad humana introducen en el territorio. Estas áreas están
condicionadas por la presencia de vías longitudinales que atraviesan el municipio por la costa (TF-1) y por las
medianías (TF-28) y por la red de vías transversales (sureste-noroeste) que discurren por los trazados de los
antiguos caminos que comunican la costa de Arico (zonas tradicionales por donde se realizaba la exportación e
importación de productos) con las áreas productoras de medianías (donde tradicionalmente también se concentró
la actividad agrícola de secano, hasta la llegada del regadío) y las cumbres (aprovechamientos forestales).
Se pueden diferenciar cuatro áreas. Una primera ocuparía la franja que se desarrolla aprximadamente entre la
autopista TF-1 y el litoral ariquero, en el que destaca la presencia de núcleos de población más o menos
importantes, intercalados con suelos dedicados a la agricultura tomate, hortalizas para el mercado interior, en
general bajo invernadero, suelos agrícolas abandonados, y eriales sobre materiales pumíticos sálicos. Una
importante característica de esta zona es la presencia del interfaz litoral, en el que se desarrollan numerosas
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actividades de ocio, más intensamente en época estival, y el crecimiento demográfico que ha experimentado en los
últimos años, que la colocan como el espacio más poblado del municipio.
En segundo lugar se desarrolla una franja que vendría a ocupar el terreno que se encuentra aproximadamente
entre la TF-1 y la TF-28 (Carretera General del Sur) hasta el límite inferior de los núcleos de población de
medianías. En este espacio se produce una importante intercalación de usos, en los fondos de valle se desarrollan
usos variados como el agrícola (tomate y plátano), en general bajo plástico (esta zona como se decía concentra un
superficie agrícola protegida bajo plástico de 214,25 has., casi el 100% del total municipal) y con productos
habitualmente caracterizados como de mercado o exportación (fundamentalmente tomate), infraestructuras de
carácter insular como el Complejo Ambiental, usos mineros (varias canteras de tosca y basalto), usos ganaderos,
industriales (área industrial de Las Eras Altas), producción energética renovable, etc.. En las alomadas, se
encuentran grandes eriales y terrenos abandonados con estructuras abancaladas que apenas están explotados
hoy en día y que están siendo reocupadas por al vegetación natural, destacando al presencia de comunidades de
tabaibas dulces, que van siendo desplazadas en las cotas más altas del sector por comunidades de tabaibas
amargas, desarrolladas sobre los cultivos abandonados más cercanas a los núcleos de medianías.
En las medianías se localiza, con una amplia zona de transición compartida con la anterior (compuesta por los
núcleos urbanos de medianías y sus zonas agrícolas asociadas), la tercera área diferenciada, caracterizada por la
presencia de estos núcleos urbanos y asentamientos rurales, normalmente bastante esponjados por la presencia
de numerosas parcelas agrícolas cultivadas o abandonadas (donde se desarrollan los tabaibales amargos antes
mencionados). Junto a estos núcleos se encuentra una amplia zona destinada a usos agrícolas (en general al aire
libre y en el que predominan cultivos “tradicionales” como la viña, las hortalizas, la papa, los frutales, etc.) que
tienden a situarse por encima de la TF-28 hacia la cumbre hasta cotas próximas a los 1000 metros. La disposición
y estructura está claramente vinculada al terrazgo tradicional y a la presencia de caminos y pistas rurales, que
articulan la accesibilidad a parcelas en general de pequeñas dimensiones (la superficie media para cultivos de
papas y hortalizas se de tan sólo 0,15 has. y la de frutales –templados y cítricos- de algo más de 0,18 has.,
inferiores a las destinadas al tomate), dispuestas siguiendo las curvas de nivel. Ya de carácter casi testimonial se
encuentran algunas parcelas destinadas a cereales y pastos con apenas 0,05 has., de superficie media. De forma
dispersa se localizan otros usos como los recreativos, los ganaderos, ciertas tipologías de tipo funcional
(almacenes, naves, etc.) destinadas al tratamiento y comercialización de productos del sector primario, etc. Tanto
en este sector como en el anterior (medianías bajas) se localizan prácticamente todas las explotaciones agrarias
del municipio, lo que supone un uso, que si bien no es espacialmente muy extenso si muestra importantes
connotaciones económicas y territoriales. La mayor parte de ellas son de tipo complementario, según datos del
Plan Territorial Especial de la Actividad Ganadera de Tenerife, es decir no constituyen la actividad profesional
principal del propietario, estando al mayor parte de ellas dedicadas al ganado caprino, de gran tradición en el
municipio, aunque puntualmente aparecen otras explotaciones, fundamentalmente avícolas y ovinas. El territorio de
Arico ofrece además un considerable potencial ganadero, siendo su potencial en este sentido de los más altos de
Tenerife (su territorio ofrece suelos de alta capacidad de acogida de la actividad ganadera en todas las medianías
hasta aproximadamente los límites superiores de las áreas cultivadas; de media capacidad en las zonas más altas
de las medianías; mientras que tan sólo en los espacios forestales y litorales ofrecen bajas capacidades de
acogida). Prueba de la tradición pastoril y ganadera de Arico es la existencia de restos arqueológicos, vinculados al
pastoreo trashumante extensivo prehispánico entre las cumbres del municipio (área de pastos comunales de Las
Cañadas: marzo a octubre) y la costa (pastos costeros de invierno: noviembre a febrero-marzo), que aunque aún
mantiene algún rebaño, ha cedido ante las ventajas de la estabulación y semiestabulación (de hecho Arico acoge
algunas de las más grandes explotaciones de ganado tanto caprino, como ovino, porcino y avícola por número de
cabezas de la Isla, según señala el Plan Territorial Especial de la Actividad Ganadera de Tenerife). En cifras
absolutas, el municipio cuenta, como cabañas ganaderas más significativas, con unas 15.157 cabras y 946 ovejas.
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Las producciones agroganaderas son, pues, muy importantes en el conjunto del municipio, destacando el tomate,
la uva y la leche (caprina). El sector transformador y agrocomercial muestra cierto grado de desarrollo en el
municipio, principalmente a través de la Quesería de Arico (destino de las producciones de leche de gran parte de
la isla junto a la de Benijos) y los distribuidores agrícolas (empresas o cooperativas, analizadas más adelante).
En el caso de leche de cabra se trata del principal producto ganadero frente a otros como la carne, y a él se
orientan tanto las especies (majorera y tinerfeña norte, con algo de tinerfeña sur) como las explotaciones, con
cabañas mayores de 259 cabezas en general, y de entre 1000 o 2000 cabezas las más grandes. La mayor parte se
encuentran asociadas a explotaciones agrícolas de las que aprovechan subproductos y restos de zafras, limpiezas,
etc. para genera ingresos complementarios de forma pararlela a la activida agrícola principal. Como ejemplo caben
citar las explotaciones que Raymi tiene en la Carretera de El Río, complementaria de la producción agrícola
principal que comercializa (su sede se encuentara en suelo del municipio de Granadilla, desembocadura del
Barranco de El Río, pero más de 80% de lo que comercializa se produce en Arico). El ganado ovino, por su parte
(variedad pedibuey) se destina fundamentalmente a carne, funcionando como elemento asociado a explotaciones
agrarias de medianías principalmente tomateras.
En lo tocante al agrocomercio, se han detectado 5 distribuidores para una superfice agrícola cultivada total de 807
has., aunque la mayoría de ellas se ocupan fundamentalmente del tomate, por lo que en realidad el ratio es de 5
comercializadores para unas 210 has. de cultivo. Los establecimientos, situados en El Río (Riofruit y Raymi), La
Cisnera (Finca san Juan), Arico Viejo (Nuestra Señora de Abona), San Juan (Produc. Agrícolas Amaral) distribuyen
sus productos, bien a grandes superficies y supermercados (caso de Raymi y Nuestra Señora de Abona), bien
directamente al Mercado (en el resto de casos). No obstante, a pesar de la presencia de tantos distribuidores, el
gangocherismo continúa funcionando en el municipio, lo que sin duda provoca peores rentas para los productores.
En la relativamente buena salud del sector en Arico también influye el elevado grado de inversión (aplicación de
nuevas tecnologías: cutlivos sobre sustratos inertes, sistemas de riego, aplicación de políticas de gestión ambiental
–prácticamente la totalidad de la superficie de tomate esta sujeta a las normas de producción controlada
establecida por AENOR-, etc.) y la edad media de los propietarios, entorno a los 45-60 años, relativamente jóvenes
en relación a otros municipios (por lo que a corto plazo no supone un riesgo para el mantenimento de la actividad),
que hacen que la continuidad de las explotaciones no esté en entredicho a corto plazo por la necesidad de
amortizar las fuertes inversiones realizadas. No obstante la aparición de nuevas enfermedades y de competidores
tanto en al península como en África, que generaron la crisis que a finales de los 90 afectó alcultivo, ha hecho que
su situación se haya tornado algo más complicada y algunas explotaciones hayan sido abandonadas.
En esta zona se concentra además la ofreta de turismo rural local que entre establecimiento legales e informales
suman una imporatante cifra de ellos, llegando a 14 en total (centrados en Arico Nuevo y Arico Viejo).
Finalmente por encima de los 950 metros se sitúa un área presente en la mayoría de los municipios de la Isla. La
zona forestal, aproximadamente correspondiente a los límites del Parque Natural de la Corona Forestal, muestra
usos muy dispersos y que someten el territorio a poca presión: ocio en la naturaleza (Los Contadores), deportivos
(zonas de escalada, pistas, etc.), agrícolas dispersos, ganaderos (como la importante granja caprina de Chajaña),
etc. En la parte más alta de esta área está ocupada por un matorral de cumbre dominado por retamares, propios de
los ambientes de alta montaña del entorno de las Cañadas del Teide.
Como se ha comentado, en los últimos años el producto agrícola más extensamente cultivados ha sido el tomate,
producto del que Arico posee una de las mayores superficies cultivadas de Tenerife con un total de 216 has.
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1.8.1. Área litoral
El área litoral de Arico, situada en la costa y el trazado de la Autopista del Sur TF-1, se muestra como un mosaico
de usos complejo, en el que se alternan territorialmente espacios urbanos tradicionales, con espacios de reciente
asentamiento y/o crecimiento, espacios agrícolas muy capitalizados, eriales improductivos, terrenos de cultivo
abandonados, etc. De forma singular en este espacio se localizan otros usos particulares: áreas de acampada y
caravanas, la antigua Leprosería del Porís, etc.
Ilustración 46. En el litoral se establecen usos variados, desde el residencial, comercial, recreativo o pesquero.
Se trata de un espacio muy dinámico en el que se ha producido un gran crecimiento demográfico y urbanístico en
las últimas décadas, llegando a articularse como la zona demográficamente más importante del municipio
desplazando a los tradicionales núcleos de medianías. Este dinamismo demográfico no se encuentra reflejado en
esta área con la misma intensidad en el resto de usos detectados, aunque sí es cierto que se pueden encontrar
numerosas actividades de tipo estacional, vinculadas al estío, que no se encuentran en el resto del municipio ya
que esta área ocupa toda su franja litoral. La pesca, el baño, los deportes acuáticos o la residencia estacional se
desarrollan inmersos en la trama urbana de estos núcleos, por lo que su plasmación gráfica resulta compleja, lo
que no es óbice para su existencia y su peso en el desarrollo demográfico y la revalorización como espacio
residencial del litoral ariquero. Estos usos se encuentran más o menos repartidos en todos los núcleos del área, y
junto a ellos se detectan de forma más irregular usos deportivos, culturales y religiosos, aunque de forma general
se puede establecer que estos núcleos cuentan con espacios necesarios usos básicos (espacios verdes y de ocio,
deportivos, religiosos y cierta presencia de usos comerciales y/o económicos, aunque éstos últimos de forma poco
importante, a excepción tal vez del Porís de Abona, donde se registra cierta concentración de actividades de estos
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tipos). Dentro del uso puramente residencial destacan las segundas residencias y viviendas de veraneo que,
aunque no son mayoritarias si suponen una destacada parte del total especialmente en algunos de estos núcleos
como Las Maretas, La Jaca o Las Eras, que además carecen parcial o totalmente de pavimentación en sus calles,
lo que perjudica tanto su imagen como su calidad ambiental de cara a los residentes fijos o temporales. El suelo
caracterizado por los usos antes comentados se encuentra ubicado, según se puede observar en la cartografía
adjunta, en los núcleos de Barranco del Río, La Caleta, Las Arenas, Las Maretas, San Miguel de Tajao, La Jaca y
La Listada, Abades, La Punta de Abona, El Porís de Abona y Las Eras.
En la periferia de estos espacios se localizan las áreas destinadas a la agricultura, especialmente en la zona de
Barranco del Río y Las Maretas, donde en un polígono algo mayor de 6 has., se ha desarrollado un área agrícola
capitalizada sobre los terrenos llanos del lomo del Barranco del Río (y por lo tanto, de puesta en explotación
relativamente sencilla, al no precisar de grandes estructuras de abancalamiento y permitir explotaciones
relativamente grandes, lo que en general hace más rentables las inversiones). Ésta se articula como la más
importante de este sector municipal y agrícolamente destaca la presencia de varios invernaderos de cierta
superficie cultivados de tomate, así como de zonas al aire libre destinadas al cultivo de hortalizas (calabaza,
calabacín, millo para piñas, etc.) bajo riego para el mercado interior, que cada vez está cobrando mayor peso en la
agricultura ariquera (se encuentran varios estanques en esta zona, a los que se suman los muchos que se
localizan en áreas más altas) El riego es una característica común al grueso de la agricultura del municipio.
Imbricadas en esta zona se encuentran varias parcelas abandonadas que actualmente funcionan parcialmente
como depósito de restos de las zafras e incluso de escombros y otros restos. En el resto del ámbito la agricultura
aparece de forma dispersa y ocupa superficies relativamente pequeñas en las cercanías de La Jaca y el entorno de
Las Listadas, formando una especie de ámbito de transición entre el Área Litoral y la que se desarrolla entre la TF1 y al TF-28, mucho más densamente ocupada por la agricultura. En las inmediaciones de la antigua Leprosería
aún se mantiene en pie un invernadero que no está explotado en la actualidad.
Dentro de la variedad de usos que engloba esta zona periférica (TF-1 – núcleos costeros) destaca la presencia del
turístico / residencial informal en el entorno de El Porís, así como la de varias zonas de acampada y
estacionamientos para caravanas en zonas costeras situadas al noroeste de La Arenas y al norte de San Miguel
(esta de mayor entidad), junto a la urbanización Jardines del Atlántico, no finalizada, cuyo acceso se realiza por un
pista sin pavimentar. Por otra parte dentro la amplia variedad de usos recreativos tradicionales del sector costero,
vinculados al verano y el mar, se han desarrollado otras actividades más modernas en las que determinadas áreas
del sector litoral de Arico están siendo muy atractivas. Entre ellas destaca el paintball, un juego que está
adquiriendo cierta popularidad y que en la Leprosería de Abades congrega a numerosos practicantes,
especialmente los fines de semana. Los quads, las bicicletas o las motos son otros usuarios igualmente habituales
de toda esta zona como lugar de práctica deportiva.
Cabe mencionar que los espacios sin usos definidos, las superficies agrícolas abandonadas no son muy
abundantes en este sector, predominando los eriales como la tipología de no-uso más extensa. En total estos
eriales suponen 765 has de lomos y fondos de barranco cubiertos de pumitas (aunque con presencia de basaltos,
especialmente en la costa y las desembocaduras de los barrancos), de muy poco potencialidad agrícola y de difícil
puesta en explotación (topografía accidentada), lo que podría explicar la escasa dimensión de la agricultura y los
pocos restos de espacios agrícolas abandonados (limitados a alguno nateros de fondo de barranco, especialmente
en el entorno de El Porís y La Sarnosa) en comparación a los demás sectores en los que se ha dividido el
municipio.
Finalmente, en esta zona se localiza el popular Faro de la Punta de El Porís, recientemente rehabilitado, de gran
valor patrimnial y sin uso asignado actualmente.
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1.8.2. Medianías bajas
Esta zona alberga una distribución de usos de gran trascendencia para el municipio e incluso la isla, con
importantes infraestructuras que consumen territorio y generan notables impactos (vertederos, canteras, circuitos
de carreras, infraestructuras energéticas, etc.). Pero además acoge importantes zonas agrarias, las más extensas
en régimen intensivo del ámbito municipal, así como varios pequeños núcleos de viviendas y, si consideramos
incluidos en este sector los núcleos tradicionales de medianías (que conforman la transición hacia las medianías
altas),
los
espacios
urbanos tradicionales
del municipio. Adicionalmente
sus
limites se encuentran
aproximadamente entre dos de las infraestructuras viarias más importantes de la Isla: la TF-1 (que enlaza la capital
insular con el sur turístico por la costa) y la TF-28 (que conecta las medianías del sur y suroeste de la Isla).
Ilustración 47. En la medianía baja están apareciendo nuevos usos vinculados a las energías renovables.
El mosaico de los usos se completa con la existencia de extensas áreas de erial (6500,68 has.), así como zonas
agrícolas abandonadas, conformando de esta manera uno de los ámbitos más extensos y transformados del
municipio. Los usos como se ha comentado presentan un rasgo común: la amplia extensión y concentración de los
mismos. Aprovechando los valles, asocados y con favorables condiciones térmicas y de insolación, y la
disponibilidad de agua, se desarrolla una importante superficie agrícola protegida bajo plástico, con el cultivo del
tomate para el mercado como el más extendido y de mayor peso socioeconómico, alternándose con pequeñas
superficies de platanera en los Llanos de San Juan, Montaña del Puerto y Mogán. La vocación de mercado de este
producto queda reflejada tanto en las variedades cultivadas –tomate liso suelto de calibre pequeño en la mayoría
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de los casos, que es la variedad por excelencia del tomate de mercado) como en la estructura de las explotaciones,
de mayor superficie media por parcela (0,58 has.) frente a otros cultivos más tradicionales que se extienden por
otros sectores del municipio (donde ocupan mayor superfice pero tiene menor peso en cuanto a empleo asociado,
trabajos directos y producción final). En la mitad sur del área se localizadas dos importantes áreas de este tipo,
junto a las carreteras que desde los núcleos de Las Listadas (área de Llanos de San Juan, donde tras la reciente
tormenta Delta se ha extendido algo el cultivo del plátano) y San Miguel de Tajao (Guama) suben hacia la TF-28.
Éstas áreas además están estrechamente vinuladas con el sector apícola pues los invernaderos suelen tener
colmenas para garantizar la polinización de la plantas, hecho que en superficies no protegidas no es preciso. Junto
a las zonas de invernaderos destinadas al tomate se desarrollan viñedos al aire libre, destacando en este sentido a
las carreteras entre Las Eras (Llanos del Chamizo) y el Porís, y la TF-28, y el entorno de la bodega comarcal y el
asentamiento de Marzagán con importantes superficies de este tipo. En las áreas bajas el viñedo ha tenido éxito
desigual y se alternan fincas en producción con otras abandonadas o en proceso de transformación de uso. Este
fenómeno debido fundamentalmente a las inversiones puntuales asociadas a convocatorias de subvenciones
agrarias, sobre todo europeas) ha generado que espacios capitalizados y potencialmente productivos se
encuentren desaprovechados. Entre la carretera de El Bueno e Icor se encuentran también importantes
plantaciones de viña muy cercanas a la TF-28 (Lomo Grande-Lomo del Bote) en las que se detecta el mismo
proceso. Las variedades más cultivadas son las uvas malvasía, a diferencia de las zonas de medianía alta, donde
hay un mayor variedad de uvas, muchas de ellas tradicionales. Buena parte de estas zonas de cultivo se benefician
de la red de riego de la Cooperativa de Nuestra Señora de Abona, cuyo depósito de cabecera se encuentra junto al
Cementerio Muncipal en la TF-629.
Entremezcladas con estas áreas cultivadas hay otras de tipo más tradicional, abandonadas (o con síntomas de
abandono) o no explotadas (lomos con sustratos y condiciones poco favorables), aunque mayoritariamente la
actividad agrícola muestra un dinamismo notable, en parte gracias a la extensión del viñedo. Asociada a esta
actividad aparecen numerosas infraestructuras hídricas y alguna tipología industrial destinada al empaquetado o
manejo de productos agrícolas. También se han localizado varias explotaciones ganaderas en esta franja de Arico
en los márgenes de las vías. Aunque la mayoría están en producción, alguna de ellas está abandonada, como es el
caso de la situada en la zona alta de la Carretera de Las Listadas, en los Llanos de San Juan.
Dentro de otros usos implantados en esta franja destaca la presencia del Complejo Ambiental de Arico, situado
entorno a la carretera que desde Barranco del Río asciende hacia el Río (al sur de los Llanos de Guama), ocupa
una amplísima bolsa de suelo anexa a varias canteras y depósitos de áridos, por lo que en conjunto esta área
muestra un deterioro más que notable. Resulta destacable que, a pesar de este grado de deterioro en el interior de
las canteras, pero sobre todo en sus inmediaciones se localizan varias áreas agrícolas bajo invernadero,
destinadas a tomate, algunas granjas caprinas y cultivos al aire libre (fundamentalmente hortalizas) conformando
un pequeño eje agrícola que se suma a los grandes ejes asociados a la carretera de Las Listadas, Las Eras y el
Porís de Abona.
Finalmente en esta área se localizan también importantes núcleos de población la mayoría de ellos en las
medianías junto a la TF-28, conformando éstos y su entorno la transición entre el área de medianías bajas y las
medianías altas, así como un área industrial (la mayor del municipio) en la que se encuentran empresas sobre todo
de almacenaje, aunque también hay empresas de alimentación, carpintería, construcción, etc.
Las zonas
habitadas se caracterizan por un hábitat muy esponjado por la presencia de numerosas zonas agrícolas (en
explotación o abandonadas), a veces de grandes dimensiones en las que se intercalan edificaciones y viviendas
aisladas o pequeños asentamientos. La excepción la forman los grandes núcleos de medianías del municipio,
cuyos cascos urbanos se prolongan hacia el sureste por las carreteras costa-cumbre y que muestran mayores
densidades. Aunque mantienen esa presencia de zonas agrícolas, la actividad comercial (es la zona más densa en
comercios del municipio, en especial los núcleos de Arico Viejo, El Río, La Cisnera y la Villa de Arico), deportiva,
cultural, religiosa e incluso industrial (se han detectado varias edificaciones con tipologías industriales destinadas al
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almacenamiento, el proceso de la producción agrícola, cerrajerías, etc.) dispersa son aquí importantes y
singularizan estos núcleos en el conjunto del municipio. Los cultivos dominantes son la viña y las hortalizas,
aunque se detectaron tubérculos, cereales, cítricos, frutales subtropicales, etc. Esta amplia variedad de productos
responde a unas premisas de autoabastecimiento con las que se cultiva, con el objetivo de obtener pequeñas
cosechas para el ámbito familiar o pequeñas rentas extra, por lo que su capitalización es mucho menor, a pesar de
contar mayoritariamente con riego y en algunos casos con invernaderos. También de forma dispersa se localizan
explotaciones ganaderas, más o menos capitalizadas, fundamentalmente caprinas. Voviendo a las áreas
industriales destaca el área industrial de Las Eras Altas, que se articula como el espacio de este tipo más
importante del municipio. Cuenta con con algunos espcios verdes y servicios de restauración, recogida de basuras,
etc. Sus accesos no son buenos para el tráfico pesado por la estrechez de la carretera y los cambios de rasante
que puden suponer cierto riesgo para vehículos y conductores.
Se localizan, finalmente amplias zonas de cultivo abancaladas abandonadas, especialmente en las zonas centrales
y septentrionales.
1.8.3. Medianías altas
A cotas superiores a la TF-28 y hasta el límite del Parque Natural de La Corona Forestal se localizaría la tercera
zona diferenciada. Con las medianías bajas comparte la zona correspondiente a los núcleos tradicionales de
medianías dispuestos a lo largo de la Carretera General del Sur, con su característico paisaje de zonas
residenciales intercalas con áreas agrícolas ya descrito. Justo por encima de ellas se localizan importantes áreas
de cultivo más o menos densas en cuanto a parcelas explotadas que van progresivamente desapareciendo
conforme se alejan de la TF-28 y se acercan al Parque Natural de La Corona Forestal. Estas áreas de cultivo
consolidan el giro definitivo hacia el cultivo de viña que se va iniciando desde las medianías bajas (favorecido por
las condiciones climáticas menos favorables para la exportación y el auge cultural y de mercado del vino local;
también apoyado por las subvenciones y ayudas procedentes de Europa), ya que la mayor parte de sus cultivos
son de este tipo. Cabe destacar en este punto que muchos de estos agricultores no son profesionales, estando
buena parte de las explotaciones en manos de agricultores de fin de semana, inversiones de empresas, etc. La
Bodega Comarcal de Abona, localizada en la zona de El Viso, es la principal embotelladora y comercializadora de
este producto, ya que a ella acuden la mayoría de los productores, no detectándose la tradición bodeguera que sí
se puede encontrar en municpios cercanos. Tan sólo hay un embotellador más en el municipio, concretamente
Leña Blanca en la zona alta del muncipio.
En las inmediaciones de los núcleos y asentamientos se mantiene una importante actividad agrícola vinculada a
cultivos de huerta, papas, frutales e incluso algo de cereal que responden a los productos y modelos agrícolas
tradicionales de la zona, con abundancia de cultivos en asociación (especialmente con viña a borde de parcela) y
mayor presencia del secano.
Como ocurre con las zonas agrícolas de medianías bajas, los inputs de productos fitosanitarios para la agricultura
están controlados y asesorados técnicamente, a pesar de lo cual, algunos productos, sobre todo los hortofrutícolas
de pequeños productores ofrecen situaciones de lo más variopintas (desde la producción ecológica hasta un total
descontrol).
La zona de medianías altas cuenta asimismo con dos redes de riego municipales con las cabeceras en el entorno
de las áreas forestales (carretera a Los Contadores). Estas redes de riego se abastecen de agua municipal y de las
aportaciones de los socios de las comunidades de regantes.
Los usos agrícolas muestran un patrón espacial claro y se distribuyen a lo largo de los caminos y pistas que
ascienden por los lomas del municipio sobre parte del terrazgo tradicional y se encuentran salpicados con algunos
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asentamientos agrícolas y varias granjas caprinas. Estos pequeños núcleos agrícolas cuentan con los servicios y
condiciones mínimas (pavimentado, agua, electricidad, teléfono, etc.), si bien los equipamientos y dotaciones son
escasos o inexistentes en la mayoría de ellos. Sus tipologías, volúmenes y alturas, sin ser tradicionales, no resultan
tan impactantes como en otras zonas del municipio y su trazado tradicional en las alomadas hacen que mantengan
cierto grado de integración paisajística con su entorno. Algunos de estos núcleos cuentan con instalaciones para
usos religiosos, de ocio o deportivos, aunque no es lo generalizado, dada la pequeña entidad de muchos de ellos.
En las zonas altas se desarrollan una serie de usos vinculados al ocio en la naturaleza de poca intensidad y difícil
plasmación gráfica, como senderismo (con un imporante potencial sub-explotado), motociclismo, quads,
merenderos, etc.
Ilustración 48. En la medianía se entremezclan usos como el agrícola y el residencial.
Todos ellos están muy relacionados con la presencia del parque recreativo de Los Contadores en los altos de la
Villa de Arico, con la red de pistas y senderos forestales, así como con diversas zonas de escalada situadas en el
área de cumbres del municipio (que se verá a continuación). Junto a estos usos vinculados a la naturaleza se
desarrollan otros como el turismo rural, del que se contabilizan un total de catorce establecimientos.
Igualmente es destacable la presencia de la Finca El Helecho en la zona de El Bueno, gestionada por el Cabildo
Insular de Tenerife, donde se trabaja en agricultura y ganadería y se realizan actividades de educación ambiental
con implicaciones a escala insular.
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La presencia de barrancos y zonas de difícil tránsito o explotación convierte en impracticables numerosas zonas de
esta área, por lo que parte de ella está ocupada por eriales.
1.8.4. Área de cumbre
La zona de cumbres es la que menor intensidad de usos soporta, y su principal característica es la naturalidad de
su funcionamiento. Tan sólo alberga usos de conservación y gestión ambiental, así como actividades de ocio
vinculadas a la naturaleza, aunque puntualmente se pueden localizar en sus límites con el área de medianías altas
actividades agrícolas o ganaderas. Los límites citados muestran cierto grado de difusión, apareciendo zonas
cultivadas a cotas relativamente altas, incluso dentro del Parque de la Corona Forestal, aunque en general puede
establecerse como frontera el trazado del borde sur del Parque.
1.8.5. Áreas de especial interés
Del análisis de los usos del suelo del Municipio de Arico se desprende que prácticamente toda su superficie podría
caracterizarse como área de interés, ya que por unos motivos u otros en todos los usos del suelo subyace algún
elemento o proceso que debe ser atendido y tiene implicaciones en el dinámica territorial del conjunto del
municipio. Por este motivo tan sólo cabe mencionar como áreas de espacial interés aquellas que acogen procesos
productivos importantes, esencialmente las agrícolas de valle en medianía baja o las de medianías.
Por otras razones (problemas ambientales y presencia de poblamiento) son también reseñables aquellas en las
que se ubican usos con especiales implicaciones ambientales (Complejo Ambiental, urbanos e industriales).
Finalmente cabe mencionar también aquellos sectores en los que la dinámica natural muestra una relación de
dominancia respecto a las actividades humanas, como las forestales, donde este mismo considerando las convierte
en un elemento de interés a tener en cuenta en el proceso de planeamiento.
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1.9. IMPACTOS AMBIENTALES PREEXISTENTES
En general la plasmación gráfica de los impactos detectados en el municipio de Arico es compleja debido al
carácter difuso de gran parte de ellos y a su vinculación a determinados usos del territorio. Por ello se ha
estructurado este apartado de forma que se describen los principales impactos detectados y organizados en
grandes grupo según su tipología (GÓMEZ OREA, 2001), describiendo posteriormente su componente espacial.
Los impactos se representan gráficamente junto con el mapa de usos toda vez que en general muestran un alto
grado de vinculación, aunque aquellos susceptibles de representación gráfica se han incorporado de forma
independiente. Se hace referencia a desmontes y terraplenes.
Ilustración 49. El uso recreativo está sociado a de zonas específicas del territorio municipal.
Tipología de impactos
Los impactos ambientales en general pueden derivarse de varios tipos de causas en función de la forma de
intervención / no intervención del hombre en el entorno (GÓMEZ OREA, 2001). En el primer caso entrarían los
impactos por sobreexplotación del medio, ocupación / transformación y emisión de efluentes, mientras que en el
segundo entrarían los relacionados con la sub-explotación / abandono del medio.
Sobreexplotación del medio
En un primer nivel tenemos los problemas / impactos derivados de la sobreexplotación del medio, éstos son
aquellos que consumen o emplean los recursos de forma que éstos no tienen tiempo de autoregenerarse
provocando un deterioro cualitativo y cuantitativo en los mismos, pudiendo en muchos casos llegarse al extremo de
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su deterioro y desaparición. Entre ellos, los más significativos en el municipio de Arico son los derivados de las
extracciones y actividades mineras (canteras, galerías, pozos, etc.). Dentro de este tipo de impactos, en Arico se
presentan asimismo los derivados de la agricultura intensiva, que de forma general tiende a la implantación de
infraestructuras como invernaderos (que precisan de desmontes y terraplenes para obtener superficies de cultivo
más rentables. Estos son muy abundantes en el municipio, para esta u otras finalidades, redes de riego,
empaquetadores o instalaciones para preparar el producto, etc. Además este tipo de agricultura tiende a aumentar
los efluentes en el medio en forma de pesticidas, abonos químicos, nitratos, etc. que pueden llegar deteriorar el
suelo. Por su parte la práctica de una pesca excesiva o sin control puede acabar por agotar las especies
económicas, afectando a los ecosistemas marinos.
Ocupación / transformación del medio
Otro gran tipo de impactos son los relacionados con la ocupación / transformación de suelos, que tiene importantes
implicaciones en cuestiones agrícolas y sobre todo de urbanización, que por su carácter casi irreversible, suponen
uno de los elementos a considerar con más detenimiento en los procesos de planificación. Suele definirse como
ocupación a los usos vinculados a la urbanización: residencias, infraestructuras, usos industriales y comerciales,
tendido de redes de abastecimiento, etc.; mientras que a los agrícolas se les suele calificar como transformación,
acudiendo a la eliminación de los ecosistemas en el primer caso y al empobrecimiento de los mismos en el
segundo, de forma que no desaparecen pero pierden diversidad de forma muy notable, apareciendo agrosistemas
en los que se reemplazan especies locales por otras de crecimiento rápido mucho más productivas, que además
suelen precisar de insumos y trabajos para su desarrollo comercial. Las áreas ocupadas más importantes del
municipio de Arico son evidentemente las urbanas, especialmente las costeras y las de medianías más
tradicionales, donde la intensidad de usos “finalistas” del territorio es alta. Al igual que la agricultura bajo plástico de
las medianías bajas, la generación de desmontes, acúmulos de escombros o vertederos de residuos asociados, es
un importante impacto de esta forma de ocupación del territorio. La agricultura con mayor intensidad de
transformación territorial se sitúa en las medianías bajas, donde la presencia de grandes extensiones protegidas
bajo plástico supone un impacto mucho mayor que los tradicionales sistemas abancalados de las medianías altas,
mucho más integrados ecológica y paisajísticamente en su entorno (integración fruto de una co-evolución secular
de los espacios y sistemas agrícolas y del entorno natural en el que se implantan). Integrada en este tipo de
impacto se sitúa la ganadería extensiva desarrollada bajo parámetros poco respetuosos con el entorno, puede
generar impactos, sobre todo en la vegetación y la geomorfología, favoreciendo su empobrecimiento y la erosión y
pérdida de suelos en zonas de pendientes más o menos acusadas.
Emisión de efluentes
Un tercer grupo de impactos son los relacionados con la liberación de sustancias o perturbaciones en el medio
(gases, desechos sólidos, líquidos, ruidos, etc., genéricamente denominadas efluentes). Se trata de inmisiones
propias del desarrollo de las actividades del hombre, que tienden a liberar energía y materias en el medio. Estas
inmisiones en función de la capacidad de absorción / asimilación del entorno pueden llegar a convertirse en
manifestaciones impactantes para el medioambiente y un riesgo para la población humana (recogido en numerosas
normativas sectoriales sobre parámetros de protección del aire, calidad de las aguas, vertidos de productos
fitosanitarios, etc.). Las vías de comunicación por su carácter concentrador de flujos algunas de las fuentes más
significativas de este tipo de impactos, se destacan como uno de los elementos más significativos en este aspecto.
En este sentido, los principales tipos de impactos presentes se relación con los espacios urbanos, donde la
presencia de tráfico, viviendas, espacios desnaturalizados, etc. genera que se liberen numerosos elementos
extraños al medio como flora y fauna exótica, ocupación visual del territorio, gases, ruidos, etc.
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Las áreas agrícolas, especialmente las más capitalizadas, generan también gran cantidad de efluentes, vinculados
al uso de productos fitosanitarios o la generalización del riego. De la misma forma que las edificaciones de las
zonas urbanas, las infraestructuras agrícolas pueden llegar a generar impactos notables por la presencia de
invernaderos o infraestructuras de riego o comercialización.
Como punto final cabe destacar el Complejo Ambiental de Arico, con importantes implicaciones en temas de
lixiviados, gases, olores, residuos urbanos convencionales, etc.
Subexplotación y / o abandono del medio
Un cuarto grupo de causas generadoras de impactos, se relacionan con el abandono de actividades por parte del
hombre, especialmente allí donde la presencia del hombre ha ido modelando unos sistemas de intervención
especialmente adaptados al medio en el que se desarrollaban, como espacios agrícolas tradicionales. En muchos
de estos caso el cese de la actividad del hombre (cambios del modelo económico, procesos demográficos, etc.)
provoca impactos en el medio como ocupación de espacios abandonados por otras actividades menos integradas
ambientalmente, deterioro de sistemas
de bancales, pérdida de suelos, erosión,
aumento de materiales de acarreo en
cauces,
modificaciones
paisajísticas,
etc. Si bien, en algunas zonas como en
las medianías bajas, la vegetación ha
ocupado prácticamente los antiguos
terrenos de cultivo, reincorporándolos
en buena medida al ciclo natural; no es
menos cierto que en las medianías
altas, las fuertes pendientes favorecen
el deterioro del sistema de bancales con
las potenciales consecuencias antes
enunciadas.
Ilustración 50. El abandono de los cultivos trae aparejado problemas de erosión y
pérdida de suelo.
En este mismo grupo de impactos cabría mencionar la eventual ausencia de trabajos de conservación forestal de la
cultura tradicional, que sin la adecuada gestión puede suponer la acumulación de materiales inflamables en las
áreas boscosas con el consiguiente riesgo de incendio. También el trazado indiscriminado de vías en áreas rurales,
los vertederos incontrolados, etc. pueden incluirse en esta categoría.
1.9.1. Impactos Área Litoral
Los principales impactos detectados están relacionados, como en el resto del municipio, con la presencia de las
áreas pobladas, infraestructuras y zonas agrícolas, con modelos edificatorios poco integrados en el entorno,
carreteras (como la TF-1) y pistas agrícolas, desmontes y acúmulos de escombros, principalmente en los entornos
de las áreas agrícolas, etc. Aunque estos impactos tienden a concentrarse entorno a los núcleos de población de
forma más o menos dispersa se pueden encontrar repartidos por toda el área. Siguiendo el esquema planteado, se
trata fundamentalmente de impactos por intervención antrópica, aunque también hay impactos por subexplotación y
sobre todo por abandono.
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Edificatoriamente los núcleos de Las Maretas o Barranco del Río muestran los patrones arquitectónicos
ambientalmente menos integrados, tanto en su paisaje edificado, como en su propia estructura urbana, con
edificios sin enfoscar o en la estructura, falta de pavimentación o acerados, calles sin salida o de difícil tránsito,
localización de edificaciones en espacios costeros alterando la componente paisajística, biótica, geomorfológica /
topográfica, la marina (basuras en el litoral, vertidos al mar de aguas negras, etc.) y la vinculada a la calidad de
vida de la población. Otros núcleos como La Jaca, San Miguel de Tajao, o Las Listadas, entre otros, muestran
afecciones con condiciones similares, si bien ofrecen un conjunto urbano más homogéneo y por lo tanto un impacto
visual menos intenso. Por el contrario otros núcleos como Abades, o el Porís de Abona muestran impactos
menores en este sentido, propios de la presencia de núcleos habitados y sus servicios asociados. Por su parte la
presencia de escombreras y desmontes está más extendida en cuanto a número de actuaciones, si bien
espacialmente su impacto es más restringido (puntual o lineal en la mayoría de las ocasiones) y visualmente
menos perceptible. Los solares y terrenos cercanos a zonas agrícolas y vías de comunicación son los principales
afectados por vertidos de restos de zafras, escombros, abandono de vehículos, restos de obras y basuras de todo
Ilustración 51. Los núcleos costeros producen un impacto claro, por tipología edificatoria y entramado urbano.
tipo. Además, se localizan frecuentes terraplenes para nivelar el terreno y establecer usos como el residencial,
invernaderos, campings, pistas, etc. Este tipo de impactos se localizan en el entorno de los usos citados.
De forma más esporádica se localizan algunos nateros e invernaderos abandonados y urbanizaciones no
finalizadas cuyos restos suponen un impacto ambiental por pérdida de usos y valor agrícola y por ocupación y
alteración de la topografía y el paisaje.
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1.9.2. Impactos área de medianías bajas
En esta área los principales impactos ambientales registrados están vinculados con el desarrollo ambientalmente
poco integrado de acciones antrópicas, especialmente relacionadas con alteraciones topográficas (desmontes,
escombreras, canteras, etc.), en muchas ocasiones como paso previo para la adecuación del terreno para el
posterior establecimiento de otros usos (agrícolas, almacenaje, etc.). De esta tipología se ha detectado varias
actuaciones que suponen un fuerte impacto por la magnitud de las mismas, especialmente en la mitad noroeste de
esta área de las medianías bajas. En esta zona concreta se han localizado importantes operaciones de movimiento
de tierras de gran impacto visual que afecta a numerosas variables ambientales, tanto geológicas / topográficas
(taludes en borde de barrancos, modificación de pendientes, etc.), como bióticas (fauna y flora), arqueológicas
(aunque no se conocen yacimientos concretos esta zona es potencialmente interesante desde este punto de vista),
como evidentemente a las paisajísticas (alteración de la componente visual en relación al entorno no intervenido).
La intensidad de la transformación es muy alta y convierte a estos espacios en lugares con una muy difícil o nula
potencialidad de recuperación.
Ilustración 52. Los movimientos de tierra para establecer nuevos cultivos transforman el paisaje.
En la mitad sur, se sitúan actividades e infraestructuras de un impacto ambiental notable: el Complejo Ambiental de
Arico y varias canteras de tosca, basalto y áridos. La amplia superficie que ocupan muestra un grado de alteración
muy alto, prácticamente irrecuperable, por lo que su control, integración y gestión es fundamental de cara a
controlar el futuro desarrollo de estas actividades. A la ocupación de territorio, se unen otros impactos asociados
como las emisiones de gases, polvo, lixiviados, el tráfico pesado generado, los ruidos, etc. No obstante la ausencia
de población en el entorno inmediato de estos espacios supone que estos impactos se vean limitados, si bien
núcleos como San Miguel de Tajao se ven afectados de forma más o menos directa (en este caso por el Complejo
Ambiental). Debe considerarse la consolidación de estos usos y de los impactos asociados, así como el factor
diversificador que pueden llegar a suponer a la hora de considerarlos desde el punto de vista puramente
económico.
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Dentro de estas características (impactos generados por ocupación del territorio, aumento de emisiones y tráfico
pesado etc.) cabría englobar el área industrial de Las Eras, aunque en este caso el impacto es notablemente
menor que los anteriores, la cercanía a varias zonas pobladas implica que sea otra zona a regular de cara a
controlar su desarrollo futuro y su convivencia con otros usos consolidados en su entorno. A pesar de su impacto,
reducido por el hecho de que parte de sus establecimientos están destinados al almacenaje o depósito, esta área
introduce cierta diversificación económica, vertiente que debe ser considerada a la hora de valorar el signo y
magnitud del impacto que supone.
El viario a pesar de concurrir en estas mismas características muestra cierta integración ambiental debido a su
característico trazado serpenteante y su incorporación a la percepción espacial del territorio por parte de la
población, de forma que se integra como un elemento más, incluso con cierto valor paisajístico en la concepción
local del territorio (como ocurre con otras zonas del sur de Tenerife, como el Valle de Güímar o Agache). Un caso
diferenciado lo puede suponer la nueva carretera Abades- Villa de Arico (TF-624), más allá de su necesidad y
oportunidad, su trazado mucho más impactante ha generado taludes y desmontes importantes que pueden requerir
de cierta gestión para facilitar su integración.
El territorio destinado a usos agrícolas (invernaderos y zonas destinadas a producción destinada al mercado), que
ocupa amplias superficies, ha visto modificada la topografía localmente, pero de forma mucho menos agresiva.
Estas actuaciones agrarias están mejor integradas en el entorno, ocupando los fondos de valle más amplios, en
general poco accesibles visualmente, y bordes de carretera en toda el área (ocupando áreas agrícolas
transformadas antiguamente), por lo que, en general, el valor del impacto que suponen es relativamente bajo. A
ello se suma el valor que supone el mantenimiento de la actividad agrícola, así como la percepción positiva que
lleva asociada a la hora de valorar el verdadero impacto que suponen en el territorio. Otras zonas agrarias,
fundamentalmente las de viña y las pequeñas parcelas que se localizan por toda la zona alta de esta área,
aparecen más expuestas visualmente ocupando alomadas, zonas interiores de núcleos de población, e
intercaladas con superficies protegidas bajo plástico a lo largo de las vías que ascienden desde la costa hacia la
TF-28. La aplicación de coberteras de pómez y la ocupación de zonas agrarias tradicionales, así como la
naturaleza misma de los cultivos (productos muy tradicionales de las medianías del municipio) limitan la magnitud
del impacto. Como el caso de los cultivos protegidos, en general estas zonas agrícolas están sujetas a una
percepción positiva, aún más que aquellas (conservación de suelos, mantenimiento de paisaje y actividades
tradicionales, etc.) y aparecen como un uso productivo ponderado favorablemente y relativamente poco
impactante, elementos que deben considerarse a la hora de valorar estos impactos. Como parte de estos usos,
deben considerarse las abundantes infraestructuras hídricas para riego y almacenamiento de agua. A parte de los
mencionados, los impactos más notables de estas zonas están vinculados a los riegos e infiltraciones de aguas,
herbicidas, abonos, etc., en el acuífero.
Los impactos inherentes a la urbanización ya mencionados (edificaciones, servicios, tráfico, abastecimiento de
agua, electricidad, etc.) quedan reducidos en parte por estas mismas áreas agrícolas, que contribuyen a integrar
las áreas edificadas en su entorno, y que las esponjan, reduciendo su densidad y permitiendo mantener espacios
urbanos vivos estrechamente relacionados con su territorio. Ello no es obstáculo para que la repetición de modelos
arquitectónicos y tramas urbanas poco adaptadas al entorno haya generado una parte de núcleos (pequeños
núcleos casi monofuncionales de tipo dormitorio) con una baja integración paisajística, especialmente en los
núcleos más pequeños de la zona baja, o de los que han crecido con un menor control urbanístico. En contraste,
los núcleos tradicionales de medianías mantienen en líneas generales los rasgos característicos de disposición,
trazado, diversidad de usos, etc. e incluso en determinados casos, muestran una notable armonía interna e
integración paisajística (Arico Nuevo o Icor). En general todos los núcleos y espacios habitados de esta área
cuentan con las condiciones mínimas de calidad ambiental (pavimentado, dotación de servicios, etc.), si bien los
que se encuentran en la zonas bajas (junto al polígono de las Eras, o en la nueva carretera de Abades a Arico) o
junto a la TF-28, pueden carecer puntualmente de alguno de ellos (normalmente pavimentado).
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Como se ve, mayoritariamente se trata de impactos generados por intervención antrópica, en algunos casos muy
intensa, aunque también hay impactos relacionados con la subexplotación y sobre todo por abandono de zonas
agrícolas.
1.9.3. Impactos área de medianías altas.
La actividad agraria, como ocurre en los casos anteriores, en general, es percibida como un uso de valor positivo, y
aunque supone una alteración topográfica, biótica, etc., su establecimiento tradicional y su valor paisajístico deben
considerarse a la hora de ponderar su impacto sobre el territorio. Este impacto en general cabe destacarse como
positivo al generar paisaje, conservar los suelos, contribuir a la economía local, etc. Otros usos primarios, como el
ganadero, muestran una afección mayor por la presencia de instalaciones de estabulación. Si bien se trata de
zonas de reducida extensión, la localización de volúmenes y tipologías elevados o poco acordes al entorno donde
se desarrollan implica que ambientalmente su huella sea mucho más intensa, por lo que debe ser objeto de control
y regulación, para permitir la rentabilidad de este sector tan tradicional de la economía local y su convivencia con
los valores naturales y paisajístico de esta área del municipio. En ambos casos el abandono / retroceso de las
actividades primarias supone un impacto también importante sobre el entorno, especialmente en el caso de la
agricultura.
Ilustración 53. Algunas instalaciones generan escombros que no son retirados convenientemente.
En general la afección de los núcleos y asentamientos rurales, en términos ambientales, es baja por tratarse de
núcleos tradicionales que no han registrado crecimientos muy altos y que se desarrollan sobre zonas muy
transformadas por el establecimiento centenario de áreas de cultivo. No obstante, se repiten los impactos
asociados a las áreas pobladas ya mencionados, aunque de forma mucho menos intensa.
Por su parte la concentración de los usos de disfrute de la naturaleza en pistas, zonas recreativas, etc., situados en
las zonas altas del municipio hace que esta área sea de paso obligatorio, por lo que en cierta medida se ve
afectada por el desarrollo de éstas.
1.9.4. Impactos área de cumbres
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Esta área carece de impactos ambientales destacados al estar protegida y acoger labores de conservación y
gestión. La concentración de las actividades de disfrute en la naturaleza en determinados lugares contribuye a que
estos usos apenas afecten al área.
1.10. PAISAJE
1.10.1. Introducción
Los paisajes del municipio de Arico pueden parecer en un primer acercamiento sensorial, homogéneos e incluso
carentes de interés. Sin embargo, esta aparente homogeneidad, está ocultando una fragilidad, no ya ecológica,
sino visual, e incluso estética. Los paisajes de zonas semiáridas y situados en plano inclinado, como Arico, tienen
como denominador una relativa ausencia de cobertera vegetal que muestra todo el soporte geoestructural, por lo
que cualquier actuación en el mismo es rápidamente identificada.
Para el análisis del paisaje y el establecimiento de las diferentes unidades, se han tenido en cuenta,
principalmente, criterios que tienen que ver con la intervención humana en el territorio, puesto que estamos
hablando de un espacio que ha sido ocupado por diferentes sociedades desde tiempos anteriores a la conquista de
Canarias por los europeos. La satisfacción de las diferentes necesidades humanas en un territorio nada propicio
para su ocupación, debido a una estructura geológica escasa en suelos fértiles y abundante en altas pendientes y
sustratos rocosos, a unas condiciones climáticas determinadas por la alta insolación, escasas lluvias y fuertes y
constantes vientos, han conducido a la adopción de una serie de estrategias que han dejado sus huellas en el
paisaje.
Por tanto la búsqueda de estos vestigios debe ser una fuente de inspiración para los planificadores, de creatividad
para realizar nuevos proyectos que reinterpreten el espacio.
“El paisaje lleva la impronta de las sociedades que habitaron en el pasado y las que lo
hacen en el presente: el paisaje es un totalizador histórico. En el paisaje se pone de
manifiesto desde el uso y avance de la técnica y el desarrollo científico, hasta las
manifestaciones religiosas y sociales, así como las ideas políticas, y se graban las
aspiraciones de los colectivos que lo habitan, sus fracturas sociales y su nivel de
madurez social y democrática. El orden y el desorden paisajístico sirven de medio de
interpretación del nivel de desarrollo de un territorio.”
Paul Claval. Geografía cultural
En la actualidad, la disposición de las grandes infraestructuras es determinante a la hora de seccionar y
compartimentar el paisaje, y el municipio de Arico no es ajeno a ellas, contando con una que tiene un gran interés
para el resto de la isla: el Complejo Ambiental, que tiene la importancia superficial suficiente para ser considerado
por si solo una entidad paisajística.
La Autopista del Sur es otra gran infraestructura de carácter lineal, no poligonal, que también sirve para interpretar
el paisaje de esta zona baja del sur de Tenerife, es una gran zona de paso entre los dos núcleos poblacionales,
productivos y económicos de la isla: el Sur Turístico y el Área Metropolitana.
Fundamentalmente, el paisaje del municipio se puede dividir en unidades que responden a unas mismas
características, en principio visuales, pero que obedecen a razones funcionales y morfológicas explicadas por
formas de ocupación del territorio.
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1.10.2. Paisaje de la Costa de Arico.
Este tipo de paisaje está delimitado por la Autopista del Sur y por la línea del litoral, se caracteriza por ser un
espacio relativamente “nuevo” en cuanto a ocupación y explotación intensiva, y por lo tanto, transformación del
paisaje original.
1.10.2.1. Paisaje Natural de la Costa de Arico
En esta Unidad Paisajística se desarrollan grandes zonas donde la intervención humana ha sido restringida y cuyo
aspecto y funcionalidad natural es mayor, como la mayor parte de las playas, tanto las arenosas como las de
callaos y gravas, la costa baja de cantiles, tanto de origen basáltico como pumítico, o grandes sectores cubiertos
por vegetación natural como el Sitio de Interés Científico del Tabaibal del Porís. Aunque existen indicios de que ya
los aborígenes usaban la zona de costa, y que el campesino canario también utilizó este paisaje para cultivar
ciertos productos marginales y solamente en momentos de gran escasez, que precisaban el aprovechamiento de
espacios que, en condiciones normales, no eran explotados por lo penoso y difícil de su explotación y lo escaso y
limitado de sus producciones. Estas zonas de costa eran utilizadas, como territorio de pastoreo para los ganados,
sobre todo en el invierno, cuando los rebaños trashumantes descendían a la costa para aprovechar los pastos
generados por las irregulares lluvias otoñales e invernales. De esta actividad, pocas huellas quedan, excepto algún
que otro goro disperso en algún barranco usado como gambuesa. Sin embargo, se hallan huellas de este tipo de
ocupación (agroganadera) del espacio en algunos bancales sencillos y de poca elevación en los lomos y nateros y
hoyas en los fondos de los barrancos, barranquillos y algunos elementos asociados, como eras y hornos. Por ello
gran parte de esta zona mantiene ese carácter natural que la singulariza como subunidad dentro de la Costa de
Arico.
Posteriormente, la llegada de la agricultura de exportación propicia una mayor ocupación y transformación del
terreno. Así, a partir de los años cuarenta del S.XX, muchos parajes de los fondos y márgenes de los barrancos
más anchos, y pequeñas sorribas, se disponían en grandes zonas de costa, con sus imágenes típicas de
caballones sinuosos con los entutorados dispuestos para el tomate, a cielo abierto, protegidos de los vientos
dominantes por socos de caña y en los más evolucionados por celosías de mampostería. A pesar de ello, el
abandono de estas explotaciones y el desarrollo de comunidades vegetales de sustitución, ahora en proceso de
sucesión por tabaibales dulces, hace que se vayan integrando poco a poco en la dinámica natural de la sub-unidad.
1.10.2.2. Paisaje Urbano de la Costa de Arico
En el aspecto más urbano, existen espacios que por su configuración y uso deben recogerse como otra subunidad
dentro de la Costa de Arico. Se trata de zonas transformadas por el proceso urbanizador, de variado origen, en las
que se han producido modificaciones sustanciales que las han desnaturalizado configurando una subunidad de
paisaje propia. El paisaje está determinado, fundamentalmente por el evidente desarrollo de muchos de los núcleos
urbanos costeros. En algunos de ellos, el crecimiento se ha desarrollado de modo, más o menos ordenado, en
torno a un núcleo tradicional ya existente (Las Eras, El Porís o Tajao).
En la costa ya existían varios poblados tradicionales de gran relevancia a partir del siglo XIX, como El Porís, que
funcionó durante mucho tiempo como puerto que sirvió a la navegación de cabotaje, y que antes de que llegara la
Carretera General del Sur, enlazaba el municipio con el resto de la isla y de Canarias.
Otros han tenido una vocación más pesquera, como San Miguel de Tajao (Tabaibarril), y algunos fueron muy
activos durante los primeros siglos de la ocupación europea, pero luego fueron decayendo, como Las Eras. El caso
de La Punta, que se desarrolla en torno a una ermita del siglo XVI, es peculiar porque, pese a su antigüedad, ha
mantenido un desarrollo bastante más comedido que el resto de la costa. Seguramente ha influido el hecho de que
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hasta hace bien poco, la Punta de Abona era una zona militar propiedad del Estado, lo que imposibilita su
desarrollo.
El auge de la explotación turística en los finales de los años sesenta del siglo XX, unido a una idea de la economía
impulsada por Planes de Desarrollo, donde se planificaban las líneas de crecimiento económico y social,
propiciaron una serie de Planes Parciales con fines turísticos en toda la costa del sur de Tenerife, desde El
Rosario hasta Santiago del Teide. Arico no fue una excepción y ahí quedaron, sin rematar, los viarios de diversas
urbanizaciones que no fueron desarrolladas. Otras, reorientaron su finalidad inicial y se convirtieron en núcleos de
segunda residencia.
En Abades o Los Abriguitos, el actual tipo de poblamiento, ordenado, con avenidas principales y calles en forma de
damero y un parcelario ocupado por chalés unifamiliares de una altura, tipo ciudad jardín, nace de una iniciativa de
colaboración entre el poder público y los vecinos, tras varios años de ocupación ilegal del territorio con chabolas e
infraviviendas, absolutamente carente de orden o servicios.
Por último, los núcleos de Las Maretas, La Caleta, Las Arenas, Las Listadas y La Jaca, son producto de procesos
de autoconstrucción que tienen su auge tras la apertura de la Autopista del Sur, a lo largo de las décadas de los
setenta y ochenta del siglo XX. Su primera finalidad era la segunda residencia (fin de semana o vacaciones),
promovida por vecinos de la medianía del mismo municipio o, sobre todo, por habitantes del área metropolitana
(barrios periféricos de Santa Cruz y La Laguna, algunos con antecedentes familiares en el municipio y otros
adquieren así su segunda vivienda de modo
asequible). Estos núcleos, en sus comienzos
carecían de los mínimos servicios, tales como
abastecimiento de agua corriente, electricidad,
alumbrado,
alcantarillado,
encintado
de
aceras o asfaltado de calles, y el viario, en
principio, y en aquellos núcleos que no eran
“reconversiones”
de
planes
parciales
no
desarrollados, era un reflejo de la estructura
parcelaria más que un proceso de ordenación
o planeamiento.
La llegada de servicios públicos, que los ha
dotado de conexiones pavimentadas con las
vías principales, luz eléctrica, alumbrado
Ilustración 54. El Porís de Abona, en la costa de Arico.
público, agua corriente, recogida de basuras,
y en algunos casos (no en todos), de acerado
y asfaltado interior, así como una mejora de las viviendas, en tamaño, calidad y habitabilidad, ha propiciado que
actualmente pierdan en parte su carácter de núcleos de residencia estacional, para convertirse en residencias
permanentes.
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Ilustración 56. Imagen que sintetiza la Unidad paisajística de Medianía baja, con usos agrícolas intercalados con espacios no explotados
ocupados por tabaibales dulces, salpicado por conos volcánicos piroclásticos. Al fondo el Parque eólico de Mogán.
1.10.3. Paisaje del Complejo Ambiental de Arico.
Esta infraestructura de carácter insular posee la suficiente entidad espacial y peso territorial para ser considerado
una unidad propia. Además, posee la peculiaridad de que es un elemento que crece todos los días por lo que tiene
el aspecto de un paisaje en actividad, siempre cambiante.
El vertedero ha significado el relleno y elevación del terreno, hasta el punto de crear un relieve invertido y que ha
hecho
desaparecer
los
cauces
abiertos de al menos dos barrancos:
Guama y Vijigua.
Las extracciones de áridos que se
realizan en lugares limítrofes con el fin
de
obtener
material
para
el
cubrimiento de los residuos, generan
canteras que también contribuyen a
generar un paisaje de aspecto caótico
y maltratado.
Origina también, debido a la propia
actividad y al constante y fuerte viento
de la zona, contaminación por polvo,
Ilustración 55. Extracciones de áridos vinculadas al vertedero insular.
volados (plásticos y papeles), así
como
un
animales
aumento
oportunistas
de
especies
relacionadas
con las basuras, como roedores, insectos y gaviotas, sin hablar de los gases que disminuyen sensiblemente la
calidad de vida de los habitantes de la zonas costeras en muchas épocas del año. (GONZÁLEZ AFONSO, 2003)
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Las medidas correctoras (comenzadas recientemente, tras 23 años de actividad), como el sellado de las celdas
colmatadas o la colocación de las tuberías de desgasificación, están empezando a diluir, lentamente los efectos
nocivos de este espacio. Sin embargo, la huella que deja en el territorio, aún mucho después del cese de la
actividad, nos seguirá recordando los millones de toneladas de residuos allí acumulados.
1.10.4. Paisaje de la medianía baja.
En este sector se alternan en el territorio diferentes y variados usos que conforman la estructura del paisaje. La
menor pendiente respecto a la medianía, la presencia de los tramos bajos de todos los barrancos que aquí
comienzan a perder el encajonamiento y se van abriendo y ampliando sus lomos, hasta conformar amplias
desembocaduras donde se acumulan los sedimentos. Esto ha favorecido la instalación de la agricultura
industrializada en invernadero, que precisa de extensas obras de sorriba y aplanamiento, cercanía a vías de
comunicación, y disposición de infraestructuras como salones de empaquetado, tuberías, embalses y depósitos
reguladores, etc.
Así mismo, es el “gran espacio de tránsito” al discurrir por él la Autopista del Sur, el tendido eléctrico de alta tensión
y el acueducto de aguas depuradas, todas ellas obras con un gran peso espacial y paisajístico, que unen, con una
serie de flujos fundamentales, la zona capitalina y la zona turística (electricidad, agua para riego, personas y
mercancías).
La aparente monotonía y continuidad visual se ve alterada por la sucesión de algunos conos volcánicos con sus
correspondientes coladas, más o menos antiguas y alteradas, en la mitad norte de esta unidad de paisaje.
La alternancia de estos sectores elevados y de los fondos anchos de la desembocadura de los barrancos, más
deprimidos, produce un paisaje llano, pero ondulado a modo de sinusoide conforme se desplaza hacia el oeste (en
el este es mucho más escarpado), cuyos valles y crestas tienen diferente longitud, altura y periodo, por lo que el
observador ve sucesivamente reducido y ampliado su campo visual.
Los valles son ocupados por las zonas agrícolas de invernaderos, dominantes en este espacio, mientras que los
lomos permanecen desnudos o bien sirven como zona para el establecimiento de un viario que une medianía y
costa.
Las edificaciones están escasamente representadas, solamente en el sector de Las Eras, nos encontramos ante
construcciones de uso industrial y un pequeño núcleo residencial. El resto de las edificaciones, ya sean viviendas,
o bien asociadas al uso agrícola, en ningún caso se agrupan conformando entidades con interés paisajístico. Estas
cuarterías, las mayoría de las veces pintadas de blanco, confieren a estos lugares un carácter particular.
Es en la medianía baja, debido a la aceleración y constancia de los vientos, donde se han establecido diferentes
parques eólicos con sus correspondientes aerogeneradores, que han transformado sensiblemente la percepción
visual de la zona, tanto por la importancia física en sí de estas instalaciones debido a su tamaño, color y
movimiento, como por la extensión de las mismas, por lo que su conjunto transforma la apreciación de este
espacio, aún cuando sus beneficios estén demostrados.
1.10.5. Paisaje de Medianía alta.
1.10.5.1. Paisaje urbano de la medianía alta
El paisaje urbano de Arico en al medianía alta, se restringe principalmente a los grandes núcleos de población,
cuya génesis hay que buscarla en poblados aborígenes, de tipo troglodita o chozas fabricadas con materiales
efímeros. El hábitat troglodita ha sido utilizado en el municipio habitualmente hasta tiempos recientes, y sus
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manifestaciones más evidentes las tenemos en Arico Viejo, El Porís, El Río, El Bueno, y por supuesto,
encontramos cuevas diseminadas por todo el municipio que tuvieron diferentes usos , uno de ellos el de viviendas.
En principio, las razones para la disposición de los poblados en los sectores alomados obedecen a que son zonas
por las que discurren los antiguos caminos trashumantes de los aborígenes que unen la cumbre con la costa, y se
sitúan, casi siempre, cerca de barrancos que permitan poseer cierta disponibilidad de agua, como el caso de El
Lomo (en el margen del Barranco del Luchón), Arico Nuevo (Barranco de Lere), Arico Viejo (Cerca de la Fuente
Rodrigo), El Río (al lado del barranco que le da nombre).
El poblamiento organizado no aparece como tal hasta finales del S. XVI, es en principio mediante viviendas muy
rurales, con grandes patios que darán lugar con el tiempo a callejones. Esta configuración se puede apreciar en
algunos sectores de El Lomo, Arico Viejo (en La Degollada), y en Icor, que también se dispone en un lomo junto a
un barranco importante (Las Carretas), y que es un ejemplo de disposición y arquitectura orgánica, donde sus
edificadores usaron los materiales que les proporcionó el medio: piedra de tosca, barro y madera.
Otro ejemplo singular es Arico Viejo, pero precisamente porque es un núcleo de nueva planta, edificado a partir del
S. XVIII, impulsado por las familias más pudientes del municipio que dejan de residir en El Lomo por problemas de
escasez de agua. Es por tanto un núcleo ilustrado, con vocación urbana desde un primer momento, lo que denota
la alta posición, tanto económica como social de sus fundadores.
Ilustración 57. Zona alta de La Cisnera. Buena parte del poblamiento de la medianía alta de Arico se caracteriza por la sucesión de usos
residenciales y agrícolas.
A partir del S.XX, la disposición vertical en el eje costa-cumbre de los pueblos comienza a variar con la llegada de
la Carretera General del Sur, cuyo trazado enlaza todos los núcleos de la medianía de Arico, y que especialmente
en La Cisnera, El Lomo y Arico Viejo, va creando una morfología más transversal, porque el ensanche urbano se
vertebra sobre esta vía, de carácter horizontal, llegando a funcionar en los núcleos antes citados como una “calle
mayor”, donde se disponen los edificios más modernos, y con usos comerciales y de servicios.
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Urbanísticamente, algo a reseñar en el trazado de estos pueblos, es que era tradicional que las viviendas contasen
con un huerto asociado a la propiedad, bien en la parte trasera de la misma, bien en un lado y frente al camino.
Estos huertos (llamados “despojos”), han tenido después múltiples usos, desde zona de cultivos, lugar donde
disponer corrales para animales domésticos, aparcamiento y garaje, y solares, bien para ampliar la vivienda, bien
para nueva construcción.
La disposición, su origen y evolución urbana, así como las tipologías edificatorias, variedad de usos y estructuras
urbanas les confieren un carácter diferenciado respecto a los núcleos urbanos costeros.
1.10.5.2. Paisaje agrario de la medianía alta
En este sector el paisaje agrícola es significativamente diferente al resto del municipio. Desaparece el cultivo del
tomate (es una planta termófila que en la medianía, al bajar la temperatura media, reduce sensiblemente sus
producciones) y aparece el cultivo principal de la papa, aunque en los últimos años está estancado y en algunos
sitios en retroceso, asociado a la viña, a los cereales (millo principalmente), hortalizas (calabaza, bubango),
leguminosas (habichuelas, habas, arvejas) y árboles (gran variedad de frutales y cítrico).
Estos cultivos se desarrollan en canteros o huertas tradicionales en jable, donde el suelo agrícola son las pumitas
(piroclastos volcánicos ácidos), convertidas en arenas de grano más o menos grueso y cuya construcción forma
parte de todo un proceso desarrollado secularmente por los agricultores con el fin de obtener suelo y espacio útil.
Ilustración 58. Las huertas de jable y los cuartos de aperos, presentes en los espacios agrícolas de medianías altas.
Lo destacado de este paisaje es que tiene un gran valor medioambiental, porque se convierte en una defensa
frente a la erosión de los suelos, debido a que estas zonas de gran pendiente han sido sorribadas, creándose un
terrazgo en bancales sobre laderas de grandes desniveles que son compensados, y que se opone a los daños
causados por las arroyadas torrenciales, pero también es un sustrato que no se apelmaza con facilidad, ni en el
que se forman costras superficiales (GIGANTE CARBALLO Y LÒPEZ HERNÁNDEZ, 2002).
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En este paisaje, la viña, aún siendo un cultivo tradicional, prácticamente establecido desde el S.XVI, ha sido en
gran medida marginal en cuanto a su disposición (se plantaba en los bordes, a modo de marco de las huertas,
para dejar el centro del lienzo para otros cultivos fundamentales), pero no en extensión, puesto que al ser una
planta eminentemente de secano ocupaba un espacio agrario bastante amplio, desde bien cerca del nivel del mar
hasta zonas altas de cumbre. En la actualidad, el cultivo de la viña es el que ha protagonizado un mayor auge,
tanto en superficie cultivada, como en producción. Este esplendor se refleja en el territorio, puesto que la
explotación de la viña, bajo nuevos métodos agronómicos (espaldera sobre todo), ha traído consigo la ejecución de
grandes obras de sorriba, aplanando lomos y rellenando vaguadas, con el fin de obtener más espacio para el
cultivo.
El paisaje agrario se ha transformado sensiblemente en algunos sectores. De canteros de escaso tamaño y
paredes de cantos y bloques de tosca con las vides formando aureolas de pequeños parrales, hemos pasado a
grandes llanos, surcados por líneas de alambre y postes metálicos donde se ata la viña; con taludes de tierra y
piedras sueltas, en los que se ven marcadas las cárcavas originadas por la erosión pluvial, o en el mejor de los
casos, tapizados por una pobre vegetación ruderal.
La agricultura tradicional del jable se encuentra relacionada con un tipo de poblamiento típico de estos espacios
rurales, en los que las viviendas se disponen sobre los lomos, a lo largo de un camino que asciende a la cumbre,
Ilustración 59. El paisaje típico de huertas de jable está siendo actualizado por nuevas sorribas y obras de ampliación de los
bancales.
ocupando solamente el frente de dicho camino, porque las partes traseras son ocupadas por bancales, que
también se suceden en la primera línea del camino con otras edificaciones. Suelen tener dependencias y
construcciones anejas relacionadas con el uso agrícola, como embalses reguladores, lagares, e incluso corrales y
goros para animales domésticos.
El origen de estos asentamientos es variado. Algunos tienen una génesis tradicional, ya que fueron construidos en
momentos en los que la explotación de tierras alejadas era fundamental en la economía (El Bueno), pero otros
proceden de casas diseminadas en medio de grandes fincas, que, por procesos de herencia y división de la
propiedad fueron generando nuevas viviendas. Los cuartos de aperos, que se construían para guardar útiles de
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labranza y servir de almacén a los productos de las cosechas y de bodegas, también han tenido una influencia
destacada en el crecimiento y estabilización de los vecinos, sobre todo en los últimos treinta años. Este tipo de
poblamiento, difuso en origen, ha evolucionado hasta convertirse en núcleos más o menos compactos y de
residencia permanente (Rodrigo, Las Eritas, Las Casitas, Tajoz, etc).
Además de este poblamiento concentrado en toda la medianía, está salpicada por casas e instalaciones
diseminadas, muchas con carácter ocasional, pero otras convertidas ya en viviendas permanentes.
Estos sectores habitados y cultivados se alternan con otros sectores de vegetación natural, como barrancos o
lugares de gran pendiente y sectores de huertas descuidadas, en una fase más o menos reciente de abandono y
cubiertas por vegetación de sustitución, como jaguarzos, vinagreras, cornicales o tuneras, porque el paisaje del
jable, cuando se deja de trabajar, sufre un proceso acelerado de deterioro, que consiste en la caída de las paredes,
por los que se pierde todo el material de sorriba, que en cada episodio de lluvias es conducido al fondo de los
barrancos, perdiéndose todo este suelo fértil.
1.10.6. Paisaje de las cumbres de Arico.
Este paisaje se encuentra en la actualidad muy desvirtuado respecto al aspecto que debía presentar antes de la
ocupación europea tras la Conquista, debido a que su masa forestal fue dañada por la actividad extractiva desde
estos primeros años. Los bosques de Arico se utilizaron de modo intensivo, no solo para la saca de madera con
destino a diferentes usos (edificios, enseres, barcos, leña como combustible), sino el pinar, especialmente en el
sector oriental del municipio, fue aprovechado para la producción, mediante combustión incompleta de los pinos tea
en hornos, de pez o brea. Este proceso consumía gran cantidad de madera, puesto que la relación entre madera
consumida y pez producida era baja, y creó un discontinuo en la Corona Forestal precisamente en los sectores
cimeros de Arico y los limítrofes de Fasnia y Agache, en el que el bosque se ha sustituido por un matorral abierto
de codesos, escobones y también retamas.
Hay un consenso amplio en que la extracción desmedida de la pez, que se usó como alternativa de subsistencia en
los períodos de crisis económica, tuvo como resultado que en unos 200 años, desapareció el arbolado de buena
parte de los altos del municipio, lo que influyó negativamente en los procesos de erosión con el lixiviado de gran
parte de estos frágiles suelos forestales, lo que explica también la lentitud en la recuperación del ecosistema tras el
cese de las talas y extracciones. Hubo excepciones en este proceso deforestador, ya que en Los Picachos se ha
conservado una de las mejores masas de pinares de la isla.
Ilustración 60. Pinares y zonas agrícolas abandonadas. Entorno de El Bueno.
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Estos terrenos fueron aprovechados por los habitantes del municipio para el cultivo, en bancales de escasa altura
de cereales y leguminosas de secano, como atestiguan las numerosas eras que encontramos, y también como
zona donde los ganados trashumantes pasaban los estiajes, es decir los meses más secos del año, debido a la
tardía floración de la vegetación por culpa de las bajas temperaturas. Las huellas de esta actividad la encontramos
en restos de chozas y apriscos y también en la toponimia: Los Pajares, Chozas Viejas, las Camas Verdes...o la
gran zona de pastos de Las Majadas, en la que actualmente la dinámica de sucesión vegetal es positiva,
(GIGANTE CARBALLO, F. y GONZÁLEZ RODRÍGUEZ, R., 2005). Todo el
paisaje de cumbres está salpicado
por fincas en jable con algunas construcciones asociadas al uso agrícola y también residencial, como en El
Contador o Chajaña.
En la actualidad gracias a los trabajos de reforestación de los últimos años, el proceso se está invirtiendo y esta
zona está recuperando una masa forestal coherente, más ajustada a lo que debió ser su aspecto primigenio. Los
lugares elegidos para estas primeras actuaciones que seguirán en el futuro han sido El Contador y La Cumbre. En
muchas ocasiones las repoblaciones se han ejecutado sobre antiguos bancales, restos de las actividades agrarias
antes mencionadas.
El sector occidental, entre el Salto de Las Hiedras y la cabecera del Barranco de El Río, presenta un pinar
adaptado a las condiciones de sequedad del sur sobre todo en las cercanías del barranco, cuyo cauce conduce
aquí un flujo de agua que permite la existencia de una sauceda natural (vegetación hidrófila asociada a cauces de
agua). El resto de los sectores están cubiertos por matorrales de diferente carácter y estratigrafía, como jaguarzos,
escobones, magarzas.
Topográficamente se encuentran escarpes notables, como el Salto de las Hiedras y Barranco de Tamadaya, en
cuyos fondos más profundos y laderas más escarpadas encontramos endemismos florísticos insulares y locales
amenazados. Las cumbres del dorso de las Cañadas, con los domos de Pasajirón, Roque de la Grieta y Topo de
La Grieta, con zonas de canchales creados por procesos de dinámica periglacial, con amplias zonas desprovistas
de vegetación debido a un sustrato carente de finos, en movimiento y sometido a bajas temperaturas todo el año,
por lo que la estructura geomorfológica y sus procesos son aquí la dominante del paisaje.
El cono volcánico de Siete Fuentes, de la erupción histórica de 1704, con su campo de piroclastos y las exiguas
coladas que generó y que discurrieron por un barranco, se encuentra bien conservado en general aunque fue
usado como blanco para prácticas de tiro militar hasta los años ochenta del S. XX, introduce un factor de
diferenciación paisajística sobre los campos antiguos de sedimentos, de color claro y ocupados por un retamar de
cumbre bien conservado (retamas, codesos de cumbre, hierba pajonera, tajinastes), pero alterado y amenazado
por la existencia de un campo de tiro militar que tiene un gran peso en la estructura y percepción del espacio, por la
actividad en sí (maniobras, movimiento vehículos pesados, explosiones) y por los residuos que genera,
acumulando en el terreno gran cantidad de munición sin explotar.
Todo este sector está atravesado por pistas y algunos senderos que llegan a los lugares más inaccesibles.
1.10.7. Áreas de interés paisajístico.
Paisajísticamente se han considerado como los ámbitos más interesantes a considerar en función de su valor
paisajístico los siguientes:
1.
Paisaje agrario de medianía alta.
El valor medioambiental y patrimonial de este paisaje de los cultivos sobre jable, creado por la mano de las
comunidades campesinas, así como su fragilidad extrema, debido a los procesos de abandono, llevan a
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pensar que es merecedor de considerarlo como uno de los paisajes agrarios y de montaña más peculiares y
excepcionales de la isla.
2.
Paisaje de cumbres.
La alta calidad paisajística de las cumbres, así como la importancia ambiental que poseen, en tanto en cuanto
es la zona de recarga del acuífero, tiene una baja presencia de actividades humanas, ecosistemas que han
recuperado en buena parte su funcionamiento natural, así como zonas que actúan como sumideros del
dióxido de carbono nos lleva a catalogarla como un área de interés.
3.
Paisaje litoral.
Muchos sectores del litoral de Arico conservan intactas sus características naturales, así como buena parte de
ecosistemas propios del sur de Tenerife, como las formas de abrasión ligadas a las rocas sálicas y playas de
arenas marinas eólicas como la Playa Grande de La Punta, con su vegetación asociada.
1.11. ESPACIOS NATURALES PROTEGIDOS
De cara a la elaboración del Plan General de Ordenación de Arico, es necesario realizar una revisión de las
distintas figuras de protección que afectan al municipio y el estado en el que se encuentra su planeamiento. En
este apartado se realiza una descripción básica de las figuras de protección ambiental que afectan al municipio de
Arico. Dentro del mismo se incluyen la Red Natura 2000 y la Red Canaria de Espacios Naturales Protegidos.
1.11.1. Red Natura 2000.
La Unión Europea publicó en 1992 la Directiva 94/43/CEE del Consejo, de 21 de mayo, referente a la conservación
de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres. En su artículo 3, se establece la declaración de una red
ecológica europea coherente de zonas especiales de conservación, cuya denominación final será Natura 2000.
Esta red está formada por las Zonas Especiales de Conservación (ZECs) y por las Zonas de Especial Protección
para las aves (ZEPAs).
La red deberá garantizar el mantenimiento o, en su caso, el restablecimiento, en un estado de conservación
favorable, de los tipos de hábitats naturales y de hábitats de las especies de que se trate en su área de distribución
natural. El objetivo por tanto de esta Directiva, es el de garantizar la biodiversidad en Europa, fin que conecta con la
creciente conciencia ciudadana que propugna un cambio de comportamiento con el medio y exige prestar mayor
importancia a la diversidad biológica y al mantenimiento de los sistemas necesarios para la conservación de la
biosfera, como vía principal para alcanzar mejoras en la calidad de vida. Lo que pretende la Directiva es fomentar
la ordenación del territorio, la gestión de los elementos del paisaje que revisten importancia para la fauna y flora
silvestres, y garantizar la aplicación de un sistema de vigilancia del estado de conservación de los hábitats
naturales y de las especies. Se considera que estas medidas contribuyen al uso sostenible del medio y sus
recursos, permitiendo que las generaciones venideras puedan disfrutar de su beneficio.
El Estado español traspuso al ordenamiento jurídico interno la Directiva a través del Real Decreto 1997/1995, de 7
de diciembre, por el que se establecen medidas para contribuir a garantizar la biodiversidad mediante la
conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres. Esta normativa, de carácter básico, regula e
instrumenta la configuración de Natura 2000 en España.
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Actualmente, la propuesta de LICs que el Gobierno de Canarias ha confeccionado, y se ha expuesto a información
pública, consta de 176 espacios de los cuales 151 son terrestres, 22 marinos y 3 aglutinan tanto zonas de mar
como terrestres. Se proponen las áreas pero aún no se proponen medidas para la gestión de las mismas. El área
ocupada por los espacios terrestres alcanza las 283.627 ha (38,1% de la superficie de Canarias), mientras que en
el caso de los marinos es de 176.537 ha. En general los lugares coinciden con muchos de los espacios naturales
protegidos por el Decreto Legislativo 1/2000, quedando fuera de éstos solo una superficie que representa el 4% de
la de Canarias.
Lugares de Importancia Comunitaria (LICs)
En el término municipal de Arico se encuentran catalogados como LICs los siguientes espacios:
Tabla 8. Lugares de Importancia comunitaria del municipio de Arico.
Código
Nombre
Superficie total (Ha)
Superficie
municipal
ES7020043
P.N del Teide
18.990
1.400,1
ES7020054
P.N de Corona Forestal
46.612,9
6.951,8
ES7020056
M.N de la Montaña Centinela
132,3
132,3
ES7020112
Barranco de las Hiedras – El Cedro
166,40
166,40
ES7020121
Barranco Madre del Agua
9,80
9,80
ES7020118
Barranco Icor
36,50
36,50
ES7020078
Tabaibal del Poris
47,50
47,50
El Parque Nacional del Teide, el Parque Natural de Corona Forestal, Monumento Natural de Montaña Centinela y
Sitio de Interés Científico del Tabaibal de Porís coinciden con los espacios de la Red Canaria de Espacios
Naturales Protegidos. Por este motivo, en estos casos se han descrito sus principales características en el
apartado correspondiente. Cuando se da esta circunstancia se remite en las fichas al mencionado apartado.
Tabla 9. Lugares de Importancia Comunitaria. Otros datos.
Código
ES7020043
ES7020054
Nombre
Parque Nacional
del Teide
Categ.
LIC
Corona Forestal
LIC
Montaña Centinela
LIC
Documento ref.
Decisión de la Comisión de
28122001 [C(2001) 3998]
Decisión de la Comisión de
28122001 [C(2001) 3998]
Fecha declaración
Área (m2)
Perímetro (m)
28/12/2001
189.928.371,87
102.956,46
28/12/2001
410.678.890,05
332.122,41
28/12/2001
1.307.815,01
6.232,66
28/12/2001
1.664.399,17
7.525,55
28/12/2001
98.172,16
1.843,54
28/12/2001
365.574,30
7.282,07
28/12/2001
474.998,82
4.963,62
ES7020056
Decisión de la Comisión de
28122001 [C(2001) 3998]
ES7020112
Barranco de las
Hiedras-El Cedro
LIC
Decisión de la Comisión de
28122001 [C(2001) 3998]
ES7020121
Barranco Madre
del Agua
ES7020118
LIC
Barranco de Icor
LIC
Tabaibal del Porís
LIC
Decisión de la Comisión de
28122001 [C(2001) 3998]
Decisión de la Comisión de
28122001 [C(2001) 3998]
ES7020078
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28122001 [C(2001) 3998]
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Documento de Adaptación
► Parque Nacional del Teide (T-0) y Lugar de Importancia Comunitaria ES7020043

Coordenadas del centro: W 16º-37’- 0’’ N 28º-14’- 4’’

Región Biogeográfica: Macaronésica

Características principales: Ver análisis descriptivo en el apartado correspondiente a la Red Canaria de
Espacios Naturales Protegidos.

Interés: geomorfológico, natural, científico, paisajístico

Especies de interés: la vegetación dominante es el matorral de alta montaña además de una óptima
representación del piso cacuminal en las zonas de mayores riesgos climáticos donde sólo crecen algunas
pocas fanerógamas, como la violeta del teide (Viola cheiranthifolia). El matorral del Teide está dominado por
pocas especies: codesos (Adenocarpus viscosus), retamas (Spartocytisus supranubios) y hierba pajonera
(Descurainia bourgaeana). Se conocen en el parque un total de 139 especies de flora vascular, de las cuales
una tercera parte son endémicas de Canarias. Estando algunas en peligro de extinción como el cardo de plata
(Stemmacantha cynaroides), la jara de cumbres (Cistus osbaeckiaefolius) y el tajinaste azul (Echium
auberianum). En cuanto a la fauna predominan los invertebrados, más de 400 especies de las cuales son
endémicas casi el 70%, donde los insectos son los más abundantes. Los vertebrados son las mismas
especies que los de los ecosistemas de menor altura, y en cuanto a los mamíferos destacan erizos (Atelerix
algirus), murciélagos (varios géneros y especies) y muflones (Ovis musimon), estos últimos introducidos.

Principales hábitats:
Código
4090*
Nombre común
Nombre científico
Matorrales oromediterráneos
Chamaecytiso angustifolii-pinetea
endémicos con aliaga*
canariensis
% Cobertura
10
* Reconocido como Hábitat de Interés Comunitario, según DIRECTIVA 92/43/CEE DEL CONSEJO de 21 de mayo
de 1992 relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres.
** Matorrales mediterráneos y oromediterráneos primarios y secundarios con dominio frecuente de genisteas

Usos: actualmente escasos dada la protección que tiene este espacio como Parque Nacional, estando
restringidos sobre todo a actividades recreativas y educativas.

Impactos: La carretera que lo atraviesa (muy frecuentada) y su elevado número de visitantes.
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DE
ORDENACIÓN
Documento de Adaptación
► Parque Natural de Corona Forestal (T-11) y Lugar de Importancia Comunitaria ES7020054

Coordenadas: W 16º-37’- 7’’ N 28º-10’- 59’’

Región Biogeográfica: Macaronésica

Características principales: Ver análisis descriptivo en el apartado correspondiente a la Red Canaria de
Espacios Naturales Protegidos.

Interés: Natural, científico, paisajístico, hidrológico.

Especies de interés: todo el parque está ocupado por una de las mejores masas forestales de Canarias,
donde predomina por excelencia el pinar (Pinus canriensis), pero con buenas muestras de fayal - brezal
(Myrica faya, Erica arborea), e incluso algunos reductos puntuales de laurisilva en determinados barrancos,
además del matorral de alta montaña en zonas situadas sobre los 2.000 m. Asimismo en esta masa forestal
se encuentran algunas poblaciones muy antiguas y de gran valor (pinar de Vilaflor), pero también poblaciones
de pinos introducidos (sobre todo en el valle de La Orotava) y de castaños, eucaliptos, cupresos, etc. En
cuanto a la fauna, los reptiles están representados por el lagarto tizón (Gallotia galloti), el eslizón dorado
(Chalcides viridanus viridanus) y el perenquén de Delalande (Tarentola delalandii). Las comunidades de aves
son de gran interés pues en ella se encuentran representados el pinzón azul (Fringilla teydea teydea), una de
las aves endémicas de Canarias; el pico picapinos (Dendrocopos major canariensis), subespecie endémica
considerada como vulnerable; el gavilán (Accipiter nisus granti), endémico de Madeira y Canarias; la perdiz
moruna (Alectoris barbara) y la paloma rabiche (Columba junoniae). Otras especies de interés son: el pinzón
vulgar (Fringilla coelebs tintillon) y el herrerillo común (Parus caeruleus teneriffae).

Principales hábitats:
Código
Nombre común
Nombre científico
% Cobertura
9550*
Pinares macaronésicos (endémicos de
Chamaecytiso angustifolii-pinetea
37
canarias)
canariensis
Matorrales oromediterráneos endémicos
Chamaecytiso angustifolii-pinetea
con aliaga*
canariensis
Brezales secos macaronesianos
Prunu – lauretea azoricae
4090*
4050*
10
4
endémicos
* Reconocido como Hábitat de Interés Comunitario, según DIRECTIVA 92/43/CEE DEL CONSEJO de 21 de mayo
de 1992 relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres.
** Matorrales mediterráneos y oromediterráneos primarios y secundarios con dominio frecuente de genisteas
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GENERAL
DE
ORDENACIÓN
Documento de Adaptación

Usos: forestal, recreativo (como el del Contador en los altos de Arico), instalaciones de soporte a la red de
canalizaciones de agua (conectan las abundantes galerías tanto del norte como del sur de la Isla),
senderismo, conservación de la naturaleza.

Impactos: Pueden señalarse como principal factor de amenaza los incendios forestales (siendo muy graves
ecológicamente ya que empobrecen la biodiversidad y acentúan la erosión) y las labores de cortafuegos, así
como impactos derivados del uso deportivo y recreativo (caza, ecoturismo, etc.), la red de pistas forestales,
las talas a mata-rasa o selectiva.

► Monumento Natural de la Montaña Centinela (T-15) y Lugar de Importancia Comunitaria ES7020056

Coordenadas: W 16º-27’- 31’’ N 28º-9’- 11’’

Región Biogeográfica: Macaronésica

Características principales Ver análisis descriptivo en el apartado correspondiente a la Red Canaria de
Espacios Naturales Protegidos.

Interés: natural, paisajístico

Especies de interés: presenta una vegetación bastante alterada con respecto a su óptimo natural, constituida
por tabaibas (Euphorbias), aulagas (Launaea arborescens), etc.
Principales hábitats:
Código
Nombre común
Nombre científico
% Cobertura
5330*
Matorrales termomediterráneos y
Kleinio – euphorbietea canariensis
78
preestépicos
* Reconocido como Hábitat de Interés Comunitario, según DIRECTIVA 92/43/CEE DEL CONSEJO de 21 de mayo
de 1992 relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres.

Usos: explotación agrícola, senderismo,

Impactos: impacto paisajístico derivado del abandono de los bancales de cultivo (en el flanco oriental) y de
abundantes senderos por todas sus laderas, impactos derivados del tránsito humano.
Memoria Informativa
134
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PLAN
GENERAL
DE
ORDENACIÓN
Documento de Adaptación
► Sitio de Interés Científico Tabaibal del Porís (T - 38) y Lugar de Importancia Comunitaria ES7020078

Coordenadas: W 16º-25’- 44’’ N 28º-10’- 14’’

Región Biogeográfica: Macaronésica

Características principales: Ver análisis descriptivo en el apartado correspondiente a la Red Canaria de
Espacios Naturales Protegidos.

Interés: natural, paisajístico

Especies de interés: la vegetación que predomina en cuanto a recubrimiento y número de individuos es la
tabaiba dulce (Euphorbia balsamifera), acompañada por cardoncillos (Ceropegia fusca), aulagas (Launaea
arborescens), corazoncillos (Lotus Spp), etc. con una ausencia de vegetación en la parte alta del acantilado
debido a la alta concentración salina por su proximidad al mar. En cuanto a la fauna, la variedad registrada es
baja, debido a los condicionantes ecológicos restrictivos típicos del matorral de la costa del sur, y en particular,
del cinturón halófilo, no obstante entre la avifauna destacamos dos endemismos macaronésicos a nivel de
especie: Bisbita caminero (Anthus berthelotii) y el vencejo unicolor (Apus unicolor), además de especies como
el pájaro moro (Bucanetes githagineus) y el gorrión chillón (Petronia petronia) entre otra fauna propia de las
zonas bajas y xéricas de la isla.

Principales hábitats: (halófilo – aeroliano)
Código
Nombre común
Nombre científico
% Cobertura
5330*
Matorrales termomediterráneos y preestépicos
Kleinio – euphorbietea
78
canariensis
1250*
Acantilados con vegetación endémica de las costas
Crithmo – staticetea
7
macaronésicas (flora endémica de estas costas)
* Reconocido como Hábitat de Interés Comunitario, según DIRECTIVA 92/43/CEE DEL CONSEJO de 21 de mayo de
1992 relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres.

Usos: pesca de caña

Impactos: desmontes provenientes de las obras de construcción de la autopista, la frecuentación de
pescadores de caña, antiguos bancales abandonados, y la existencia de restos de hierros y escombros
situados en la zona donde había una antigua valla publicitaria, creando estos dos últimos un impacto
paisajístico negativo.
Memoria Informativa
135
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GENERAL
DE
ORDENACIÓN
Documento de Adaptación
► Barranco de las Hiedras-El Cedro (ES7020112)

Coordenadas: W 16º-29’- 57’’ N 28º-11’- 21’’

Región Biogeográfica: Macaronésica

Descripción: se trata de barrancos muy encajados, con importantes saltos en el cauce, donde el agua fluye
ocasionalmente, facilitando el asentamiento de una sauceda endémica (Rubo-Salicetum canariensis). Este
espacio incluye uno de los mejores sabinares de la isla.

Interés: natural, paisajístico

Especies de interés: sabinar (Juniperus turbinata spp canariensis), sauceda (Salix canariensis) y poblaciones
de Anagyris latifolia.

Principales hábitats:
Código
Nombre común
Nombre científico
% Cobertura
9565*
Bosques mediterráneos endémicos de
Cytiso – pinetalia canariensis
7
Juniperus spp.
* Reconocido como Hábitat de Interés Comunitario, según DIRECTIVA 92/43/CEE DEL CONSEJO de 21 de mayo
de 1992 relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres.

Usos: pastoreo (antiguamente). Actualmente, en el interfluvio de los dos barrancos afectados por el mismo se
pueden encontrar algunas parcelas agrícolas en explotación. Además estas parcelas ha sido objeto de un
proyecto reciente, por parte del Ayuntamiento, de instalación de una red de riego.

Impactos: su vulnerabilidad es baja gracias a lo abrupto del lugar, no obstante ha sufrido alteraciones
provocadas por el pastoreo.
Memoria Informativa
136
Documento de Avance
ARICO
PLAN
GENERAL
DE
ORDENACIÓN
Documento de Adaptación
► Barranco de Icor (ES7020118)

Coordenadas: W 16º-27’- 55’’ N 28º-12’- 48’’

Región Biogeográfica: Macaronésica

Descripción: se trata de un barranco encajado poco ramificado con orientación sudeste, el cual se caracteriza
por tener uno de los sabinares más importantes de la isla y por su riqueza florística.

Interés: natural, paisajístico

Especies de interés: sabinar (Juniperus turbinata ssp canariensis) con una gran importancia florística, si bien
se han convertido en elementos relícticos relativamente aislados que permiten cierto flujo en las especies que
lo constituyen.

Principales hábitats: bosques mediterráneos endémicos de Juniperus spp. (9565)
Código
Nombre común
Nombre científico
% Cobertura
9565*
Bosques mediterráneos endémicos de
Cytiso – pinetalia canariensis
16
Juniperus spp.
* Reconocido como Hábitat de Interés Comunitario, según DIRECTIVA 92/43/CEE DEL CONSEJO de 21 de mayo
de 1992 relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres.

Usos: -

Impactos: gracias a su ubicación entre paredes escarpadas de barrancos, no sufre ningún impacto
significativo.
Memoria Informativa
137
Documento de Avance
PLAN
ARICO
GENERAL
DE
ORDENACIÓN
Documento de Adaptación
► Barranco Madre del Agua (ES7020121)

Coordenadas: W 16º-29’- 6’’ N 28º-12’- 46’’

Región Biogeográfica: Macaronésica

Descripción: se trata de un pequeño tramo de barranco con una orientación SE, incluido en áreas de
vegetación termófila. Esta área tiene un alto interés por la presencia de uno de los sabinares más interesantes
de la isla, y por su alta riqueza florística.

Interés: natural, paisajístico

Especies de interés: sabinar (Juniperus turbinata ssp canariensis) con una alta diversidad florística

Principales hábitats:
Código
Nombre común
Nombre científico
% Cobertura
9565*
Bosques mediterráneos endémicos de
Cytiso – pinetalia canariensis
3
Juniperus spp.
* Reconocido como Hábitat de Interés Comunitario, según DIRECTIVA 92/43/CEE DEL CONSEJO de 21 de mayo
de 1992 relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres.

Usos: -

Impactos: la abrupta fisiografía del territorio colabora en la protección de este espacio, no existiendo ningún
impacto significativo.
Zonas de Especial Protección para las aves (ZEPAS)
Las zonas de especial protección para las aves (ZEPAS) que se han declarado en el municipio de Arico son:
Zona de especial protección para las aves
Área (Ha)
Perímetro
Montes y cumbre de Tenerife
680.230.187,66 m2
269.152,84 m.
Memoria Informativa
138
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PLAN
GENERAL
DE
ORDENACIÓN
Documento de Adaptación
Este espacio se corresponde con el P.N. de Corona Forestal del Teide, y por tanto comparte sus mismas
características. No obstante, las características y especies típicas de estos ámbitos se han tratado más
ampliamente en el apartado dedicado a la fauna.
1.11.2. Red Canaria de Espacios Naturales Protegidos
Con la aprobación de la Ley 12/1994 de 19 de diciembre de Espacios Naturales de Canarias, se inició la etapa
principal del proceso de protección de los espacios naturales en Canarias, estableciéndose un régimen jurídico
general sobre estos espacios. Esta Ley se enmarcó en la legislación básica estatal representada por la Ley 4/89 de
27 de marzo de Conservación de los Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres, y regula la ordenación de
los recursos naturales del Archipiélago, determina las distintas categorías de protección y sus instrumentos de
planificación, configura un nuevo modelo de organización administrativa y establece un régimen sancionador capaz
de garantizar la finalidad y objetivos que la Ley prevé.
A partir de este momento, en el que se inicia la toma de conciencia sobre la necesidad de protección del territorio,
se progresa en un proceso legislativo que culmina con la promulgación del Real Decreto Legislativo 1/2000 de 8 de
mayo que aprueba el texto refundido de las Leyes de Ordenación del Territorio de Canarias y de Espacios
Naturales de Canarias.
Este Texto Refundido define a los Espacios Naturales como “aquellos espacios del territorio terrestre o marítimo de
Canarias que contengan elementos o sistemas naturales de especial interés o valor”. En función de los valores y
bienes naturales que se protegen, los Espacios Naturales Protegidos del Archipiélago se integran en una Red en la
que están representados los hábitats naturales más significativos y los principales centros de biodiversidad con las
categorías siguientes:
a. Parques: Naturales y Rurales
b. Reservas Naturales: Integrales y Especiales
Memoria Informativa
139
Documento de Avance
PLAN
ARICO
GENERAL
DE
ORDENACIÓN
Documento de Adaptación
c. Monumentos Naturales
d. Paisajes Protegidos
e. Sitios de Interés Científico.
En el municipio de Arico, que alberga 7.132,7 hectáreas protegidas (42,5% de la superficie municipal) están
presentes las siguientes categorías:
a)
Parque Natural (Parque Natural de Corona Forestal), figura definida por la Ley para destacar aquellos
espacios naturales amplios, no transformados sensiblemente por la explotación u ocupación humana y cuyas
bellezas naturales, fauna, flora y gea en su conjunto se consideran muestras singulares del patrimonio natural
de Canarias. Su declaración tiene por objeto la preservación de los recursos naturales que alberga para el
disfrute público, la educación y la investigación científica, de forma compatible con su conservación, no
teniendo cabida en ellos los usos residenciales u otros ajenos a su finalidad.
b)
Monumentos Naturales (Monumento Natural Centinela), categoría de protección bajo la que se agrupan los
espacios o elementos de la naturaleza, de dimensión reducida, constituidos básicamente por formaciones de
notoria singularidad, rareza o belleza, que son objeto de protección especial.
c) Sitios de Interés Científico (Sitio de Interés Científico Tabaibal del Poris), aquellos lugares naturales,
generalmente aislados y de reducida dimensión, donde existen elementos naturales de interés científico,
especímenes o poblaciones de animales o vegetales amenazadas de extinción o merecedoras de medidas
específicas de conservación temporal.
Tabla 10. Superficie (hectáreas) de los Espacios Naturales Protegidos del municipio de Arico
Total
Parque Natural
Monumento Natural
Sitio de Interés Científico
ENP
Superficie
Nº
7.335,3
6
Superficie
(municipal)
6.951,8
Nº
Superficie
Nº
Superficie
Nº
1
132,3
1
47,50
1
Además de los citados espacios naturales protegidos, la reciente ampliación de los límites del Parque Nacional
del Teide afecta al término municipal de Arico en 1.401 hectáreas, superficie que en casi su totalidad pertenece al
Ministerio de Defensa. Ello no significa un incremento de la superficie protegida, ya que dichos terrenos se detraen
del P.N. de Corona Forestal donde hasta ahora estaban incluidos. Sintéticamente, para cada uno de ellos se ha
elaborado una ficha resumen que recoge sus principales características ambientales, funcionales y normativas:
Memoria Informativa
140
Documento de Avance
ARICO
PLAN
GENERAL
DE
ORDENACIÓN
Documento de Adaptación
► Parque Nacional del Teide (T-O)

Descripción: el área delimitada como parque nacional comprende una gran caldera ovoidal de 14 Km. de
diámetro mayor, que incluye en realidad dos calderas menores a diferentes alturas, separadas por los roques
de García. El parque nacional del Teide es la mejor muestra de ecosistema volcánico de alta montaña de toda
Canarias. Cuenta además con hábitats amenazados como los hidropétricos, subterráneos, etc. que por su
disposición y altitud se ven afectados anualmente por períodos de nevada contribuyendo a mantener procesos
ecológicos esenciales como es la recarga de los acuíferos. Su singular flora llena de endemismos, incluye una
decena de especies en peligro de extinción, y los invertebrados cuentan con formas exclusivas de las que
apenas se conocen unos pocos ejemplares. Geomorfológicamente, toda la estructura de la caldera y el gran
estratovolcán Teide Pico Viejo son de relevancia internacional, pero además hay una gran variedad de
elementos en forma de pitones, cuevas, domos, etc. que acrecientan el interés científico y la espectacularidad
de este área.

Declaración: fue declarado por el Decreto de 22 de enero de 1954, de Creación del Parque Nacional de las
Cañadas del Teide, y reclasificado de nuevo como parque nacional por la Ley 5/81, de 25 de marzo, sobre
Régimen Jurídico del Parque Nacional del Teide. En la Ley 4/1989, de 27 de marzo, de Conservación de los
Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres, se volvió a reclasificar de nuevo como parque nacional, al
tiempo que se integraba en la red estatal de parques nacionales. Por Resolución de 14 de octubre de 1999, la
Secretaría General de Medio Ambiente publica el Acuerdo por el que se amplían en 5.419 hectáreas, los
límites del Parque (BOE nº 310, de 28 de diciembre de 1999).

Categoría de protección: PARQUE NACIONAL.

Instrumento de ordenación: Plan Rector de Uso y Gestión.

Estado de tramitación: el Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional del Teide está aprobado por el
Decreto 153/2002, de 24 de octubre, y publicado en el BOC número 2002/164 de 11 de diciembre de 2002.

Zonificación: el territorio del parque se distribuye espacialmente en función de su capacidad de acogida de
los usos permitidos en cuatro tipo de zonas: Zonas de Reserva, Zonas de Uso Restringido, Zonas de Uso
Moderado y Zonas de Uso Especial. Las Zonas de Reserva garantizan la máxima protección de sus valores y
posibilitan su estudio, evitando la influencia antrópica sobre ellos. Las Zonas de Uso Restringido presentan un
elevado grado de naturalidad, pudiendo soportar un uso público moderado a la vez que mantienen sus valores
naturales y culturales. Las Zonas de Uso Moderado se corresponden con áreas dominadas por un ambiente
natural con capacidad para acoger un uso público más intenso que en el caso anterior, compatibilizando la
conservación de los recursos, el recreo al aire libre y las actividades educativas. Y por último las Zonas de
Uso Especial, constituyen áreas de reducida extensión donde se ubican construcciones e instalaciones
mayores necesarias para la gestión, administración y uso público del Parque, con criterios de mínimo impacto.
Memoria Informativa
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Documento de Avance
ARICO
PLAN
GENERAL
DE
ORDENACIÓN
Documento de Adaptación

Relación con otros espacios: está completamente bordeado en todos sus límites por el Parque Natural de
Corona Forestal y dentro del mismo se encuentra el Monumento Natural del Teide.

Otras protecciones: el parque es por definición Área de Sensibilidad Ecológica en toda su extensión, a
efectos de lo indicado en la Ley 11/1990, de 13 de julio, de Prevención de Impacto Ecológico. En 1989 se le
concedió el Diploma del Consejo de Europa, siendo renovado en 1994 y en 1999.
► Parque Natural de Corona Forestal (T-11)

Descripción: zona eminentemente forestal que circunda el parque nacional del Teide y que comprende por
tanto buena parte de la estructura cónica que corona a la Isla. En este espacio se encuentran las cabeceras
de buena parte de los barrancos que forman la red de drenaje del norte y sur de Tenerife, por lo que ejerce un
destacadísimo papel en la captación de aguas y la conservación de suelos ante la erosión. Destacan las
grandes unidades geomorfológicas del valle de La Orotava y de Güimar, así como también las
manifestaciones de volcanismo reciente con algunas erupciones históricas como son los volcanes de Fasnia,
Siete Fuentes, de Las Arenas, etc. y la Caldera de Pedro Gil. La fauna y flora cuentan con una altísima
biodiversidad endémica entre la que se encuentran varias especies amenazadas y muchas protegidas por la
legislación nacional y por convenios internacionales. La avifauna de pinar tiene en este lugar un magnífico
refugio, contando con varios endemismos.

Declaración: este espacio fue declarado por la Ley 12/1987, de 19 de junio, de Declaración de Espacios
Naturales de Canarias, como parque natural de Corona Forestal, y reclasificado a su actual categoría por la
Ley 12/1994, de 19 de diciembre, de Espacios Naturales de Canarias.

Categoría de protección: PARQUE NATURAL

Instrumento de ordenación: Plan Rector de Uso y Gestión

Estado de tramitación: se encuentra en fase de Avance publicado en el BOC número 2003/118 de 23 de
junio de 2003.

Zonificación: -

Relación con otros espacios: al ser un espacio protegido de grandes dimensiones, linda con gran número
de espacios. Por su zona noroeste, limita con la reserva natural especial del Chinyero. En el norte, linda con el
paisaje protegido de Los Campeches, Tigaiga y Ruíz. Hacia el noreste linda con los paisajes protegidos de La
Resbala y Las Lagunetas. Alberga la cabecera del monumento natural del Barranco de Fasnia y Güímar. En
su zona sur, linda con la reserva natural especial del Barranco del Infierno, el paisaje protegido de Ifonche y el
del Barranco de Erques.
Memoria Informativa
142
Documento de Avance
ARICO
PLAN
GENERAL
DE
ORDENACIÓN
Documento de Adaptación

Otras protecciones: todo el parque es por definición área de sensibilidad ecológica a efectos de lo indicado
en la Ley 11/1990, de 13 de julio, de Prevención de Impacto Ecológico. Una parte del mismo, en las cumbres,
forma parte de la zona periférica del parque nacional del Teide. Este espacio ha sido declarado zona de
especial protección para las aves (ZEPA), según lo establecido en la directiva 79/409/CEE relativa a la
Conservación de las Aves Silvestres.
► Monumento Natural de la Montaña Centinela (T-15)

Descripción: Se trata de un cono volcánico de 275 m de altura formado durante el tercer ciclo eruptivo de la
isla. La montaña, de naturaleza basáltica, destaca en el sur de la Isla por situarse en medio de potentes
campos de pumitas, los cuales tuvieron lugar durante episodios volcánicos posteriores. Constituye un hito
paisajístico referencial en el entorno del sur de Tenerife.

Declaración: este espacio fue declarado por la Ley 12/1987, de 19 de junio, de Declaración de Espacios
Naturales de Canarias, como paraje natural de interés nacional de Montaña Centinela, y reclasificado a su
actual categoría por la Ley 12/1994, de 19 de diciembre, de Espacios Naturales de Canarias.

Categoría de protección: MONUMENTO NATURAL

Instrumento de ordenación: Normas de Conservación

Estado de tramitación: Aprobado definitivamente por acuerdo de la COTMAC en sesión de 11 de mayo de
2005 y publicado por el BOC el nº 2005/140 de 19 de julio de 2005.

Zonificación: la zonificación del espacio presenta como zona de uso restringido al cono volcánico de
Montaña Centinela, así como la parte superior del volcán de Casas de la Luz y a una parte de los llanos
pumíticos que circundan el cono. Como uso moderado incluye sectores que no cuentan con valores
geológicos ni paisajísticos importantes, normalmente correspondientes con lugares antiguamente cultivados,
ya recolonizados por la vegetación del lugar, aunque también se han incluido zonas donde se desarrollan
usos agrícolas actualmente.
Respecto a la categorización y clasificación del suelo, este espacio se encuentra clasificado como Suelo
Rústico de Protección Ambiental (de Protección Natural y Protección Paisajística) y como Suelo Rústico de
Protección de valores económicos (de Protección de Infraestructuras). Como Suelo Rústico de Protección
Natural incluye la totalidad de la Zona de Usos Restringidos, como Protección Paisajística incluye toda la Zona
de Uso Moderado y como Protección de Infraestructuras incluye los terrenos afectados por las zonas de
Memoria Informativa
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Documento de Avance
ARICO
PLAN
GENERAL
DE
ORDENACIÓN
Documento de Adaptación
Dominio Público, Servidumbre y Afección del actual trazado de la infraestructura viaria (que une al Poris de
Abona con la Villa de Arico), y se superpone al Suelo Rústico de Protección Paisajística.
El objetivo es el de establecer el grado de protección y uso diferencial en cada uno de los sectores del
Monumento Natural de Montaña Centinela, teniendo en cuenta los objetivos de las Normas de Conservación
y la finalidad de los Monumentos Naturales, además de la calidad ambiental, la fragilidad y la capacidad de
usos actuales y potenciales.

Relación con otros espacios: ninguna

Otras protecciones: todo el monumento es por definición área de sensibilidad ecológica, a efectos de lo
indicado en la Ley 11/1990, de 13 de julio, de Prevención de Impacto Ecológico.
► Sitio de Interés Científico Tabaibal del Porís (T - 38)

Descripción: pequeña franja costera situada entre la autopista del sur de la isla y la costa, en la fachada
sureste de Tenerife a la altura del Poris de Abona. El aspecto más destacado de este espacio es el tabaibal
que alberga, un hábitat característico de Canarias que cuenta con muchas especies protegidas por la
legislación canaria. Se trata de una superficie de malpais formada por erupciones del segundo ciclo volcánico
de la isla, que en este lugar ganaron superficie al mar, donde posteriormente, la erosión marina configuró una
línea de costa más o menos acantilada. Las desembocaduras de los barranquillos que cruzan la costa forman
pequeñas playas en donde se acumulan cantos y gravas.

Declaración: este espacio fue declarado por la Ley 12/1987, de 19 de junio, de Declaración de Espacios
Naturales de Canarias, como paraje natural de interés nacional del Tabaibal del Porís, y reclasificado a su
actual categoría por la Ley 12/1994, de 19 de diciembre, de Espacios Naturales de Canarias.

Categoría de protección: SITIO DE INTERÉS CIENTÍFICO

Instrumento de ordenación: Normas de Conservación

Estado de tramitación: Aprobado definitivamente por acuerdo de la COTMAC en sesión de 19 de junio de
2006 y publicado por el BOC el nº 2006/148 de 1 de agosto de 2006.

Zonificación: se ha delimitado la totalidad del ámbito protegido como Zona de Uso Restringido, con el
objetivo de definir el grado de protección y uso en los diferentes sectores del Sitio de Interés Científico,
Memoria Informativa
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Documento de Avance
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ORDENACIÓN
Documento de Adaptación
teniendo en cuenta por un lado, su capacidad ambiental, su capacidad para soportar usos actuales y
potenciales y, por otro, la finalidad de protección contenida en La Ley.
En cuanto a la clasificación y categorización del suelo, este espacio se encuentra clasificado como Suelo
Rústico de Protección Ambiental (de Protección Natural y Protección Costera) y como Suelo Rústico de
Protección de Valores Económicos (de Infraestructuras). Como Suelo Rústico de Protección Natural incluye la
totalidad del Espacio Natural Protegido, el suelo Rústico de Protección Costera está formado por el frente
litoral del Sitio de Interés Científico, que coincide con la zona de Dominio Público Marítimo-Terrestre, y la
servidumbre de protección, estando éste superpuesto al Suelo Rústico de Protección Natural. Y el Suelo
Rústico de Protección de Infraestructuras se corresponde con una franja de terreno, que desde el límite oeste
del Sitio de Interés Científico, comprende tanto las zonas de dominio y servidumbre de la autopista TF-1,
como la banda de 6 metros de protección a ambos lados de la canalización de aguas residuales. Éste último
también se superpone al Suelo Rústico de Protección Natural.

Relación con otros espacios: ninguna

Otras protecciones: el sitio es por definición área de sensibilidad ecológica en toda su extensión, a efectos
de lo indicado en la Ley 11/1990, de 13 de julio, de Prevención de Impacto Ecológico.
Memoria Informativa
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