1999: (,Ia ultima lIamada? ROBERTO MIRANDA GUERRERO Laeco nornia de Mexico llega al fin al del m i1enio ca n un crecim iemo de 5.5 p or ciemo an ual promedi o des­ pues de la crisis de 1995; este creci­ rnient o es su pe rior al de la p oblacion, par 10 qu e t arnbien exis te un inc re­ m ento en el in greso pa r h abitame de 3.6 por cie n to durante el periodo de 1996 a 1998. En co nco mi ta nc ia , lo s v iejos p roblem as est ruct urales , lejos de resol verse, parecen agudizarse. Este ensayo se propone h ac er una reflexion so bre el crecimiento eco­ n ornico , pa ra despues analizar los pro blemas y las di fi cult ad es q ue probabl ern enr e enfre n ta ra la econo­ rnia durant e este afio . El crec im ien to del p rodueto n acion al p ost eri or a diciem bre de 1994 y al critico afio de 1995 es, sin duda, un lo gro de la politica econornica del regim en, en especial si se le co m p ar a con el estancam iento inflacionario p oster ior a 1982 . D ura nte el sexe n io de Migu el de 13M ad rid el product o in terno bruto n o crecio co mo se espe ra ba ; en el siguie nte hubo cierta mej ora, can la llegada de cap ital exte rno y las expec­ t ati vas de muchos actores soc iales de una nueva ola m odernizad ora. Par a­ d6jicamente, sin una pol it ics indus­ trial y sin dir eccion ni est ra te gia de futu ro que est im ula ra las actividades m anufacturer as, el emp1eo disrninu­ y6 en la m ayoria de las ramas. A u n ­ que n o es el ob jeto de este articu lo analizar la evo lucio n de la eco no rnia del sexe nio ante rio r, co nviene m en­ cio na r qu e t ransit e so bre las vias de los servicios, la ban ca, las priv at i­ zacio nes y la especulacio n, so bre 10 cual gravitaron los saldos deficit ari os en la balan za co me rcial. O bv iamente, 10 ante rio r n o signi­ fi ca que la adrninist racio n act ua l p o­ sea t ecn icas superio res a 1a an terio r, p er o es n ecesari o co nsi dera r los co n ­ t rastes en la direccion de la po litica del President e Zedi llo. E n co nse­ cuenc ia , aque llos que pi ensan que el desernpefio ecorio m ico desd e 1996 h ast a la fecha desmer ece por la crisis de 1995 n o o bse rvan la difer en t e ca­ lidad del mi sm o, sa bre la cual se est an fincan do nuevas ilu sion es las elites econorn icas del pais de lograr u n er e­ cimiento sos te n ido; au nque siguen siendo precavidas, co n m as de 36 mil m ill ones de dol ar es en dep ositos t an s6lo en ban cos n orteamer ican os. En efecto , p or 10 menos los indi-. ca do res m acr oecon o m icos rnues­ tran que las sec uelas m as perver sas de la c risis h an sido vencidas ; prin­ cipalrne n te p o rque las cue n tas ex­ t ernas n o se h an deter io rado, como suce dio p ermanemememe en 1a ad­ rn inist racion enca bezada po r Carlos Salinas, co ncentra da en el gesto de esta bili dad fin anci era p ar a at rae r inv ersi onist as ex te r nos de p orta­ foli o . P o st erio r al ajus te del t ip o de cam bia fo rza do par el m er cado, el nuevo crecimiemo descan sa en las actividades industriales. Buen a p arte de la inver sion m anufacturera es ex­ t ra nje ra, ya qu e en su rn ay oria los em p resarios n acionales solo pueden, en el m ejor de los casas, p agar sus deudas y m antienen resabios de la c ris is de cre d ib ilid ad o riginada en pro y ect o s d e in ve rsion que h an implicad o un n iv el de co ns umo y de imp ortaciones in sostenible. En sin ­ t esis, el crec im iento p ar ece descan ­ sar m as en la inv ersion ext ra njera direct a y mu ch o m enos en la indi­ rect a y en los debitos p rivados . Des de luego , estas nuevas tenden cias aun n o ti enen sentido cue rdo , y pa r ello re­ quieren de un a p ol iti ca eco nornica El autor es prcfesor-investigador del Departamento de Ciencias Sociales y [uridicas de La Division de Economia y Sociedaddel Centro Universitario de Ciencias EconomicoAdministrativas de La Universidad de Guadalajara. aco rde can nuevas necesidad es de acto res m as exigentes . _ I 11 •T La aet ividad industrial del ultimo trieni o o frece bu en os resultad os en pr oduccion, empleo yexpo rtac iones. Observese que el saldo cornercial con el exte rio r es m ucho m as adecua do. Si se co m para el crec irnien to de las manufaeturas y de los servicios co n el del p roducto in t ern o brut o , se o bserva tarnbi en un a diferen cia im­ portante: la produ ccion de las em­ presas esta mas diver sificada; por 10 ta nto su necesidad de ende udarse es m en or. En cont raste con el pasado reeiente, el crecim iento n o se fin ca en un tipo de cam bio so brevalua do ni en un excesivo credito ban cari o . Aun en 1998 , eua n do el go bierno reduj o el gasto p ublico, el erec i­ mi en to del ernpleo manufacturer o fue de 3 .6 p or ciento an ua l h ast a septiem bre. EI avance de las m anu­ facturas crea ernpleos, gen er a efectos rnultiplicador es y re fleja una m ay or p r oducc io n d e m e rc an clas , E st e em pleo ha serv ido p ara co m pe nsar el cierre de muchas fuen tes de tr abajo en los serv icio s, en donde los traba­ jad or es n o er an sosten ibles de todas maner as. Es sign ificativo que en el ter cer trirnestre de 1998 n o ocurriera 1a de­ saceleracion prevista del crecirniento ; el producto intern o bruto se incre­ mento 5 par cierito , supe rando el registrad o en el anteri or trirnestre; el crec im iento acum ulado del producto inte rno bruto en los primer os nueve me ses del afio fue de 5.3 p or ciento ; fin almente, el crecimiento anual fue de 4.8 por ciento . Ese crec im iento, m ayor que el esperado, reve la qu e los efect o s de la reducci6n del gasta publico so bre el mercad o interne , princi pal m ente el gasto p ri va do , fuer on reducidos y la in estabilidad de los mer cad os in tern acionales no afecto dram at ica me nte a la produc­ cio n nacion al destinada al meread o interne ni la o rientada a la ex po r­ tacio n . La corres p onde nc ia sectorial entre co m po ne n tes de la de ma n da interna, in version y co nsumo, p ro ­ ducto in terno bruto y come rcio ext e­ rior perrnite aproxima r los Iact o res qu e explican el erec imiento. s. bien es cierto que el segmem o del m ercado int erno confar mado por el co risurno pri vad o de bienes dura­ dero s y p or gasto total de in version, que represe man 26 por ciento de la demanda interna, regist ro un a redu c­ cio n en su din amismo;\ la p roduc­ cion n acion al que abastece esta part e Crecimiento del producto interno bruto y del emp leo Mexico, 1983-1998 (por ciento) Indicador 198 3-1988 1989- 1994 Producto interno bruto Produeto interno bruto per ca pita Producto interno bruto manufacturero Producto interno bruto de los servicios Empleo manufacturero Empleo en los servicios 1.1 -1 .1 2.3 0.9 0.9 0.7 1995 1996-1998 -6.2 3.9 19 3.5 -8.1 -4.8 42 -6.4 -1 .2 -0.1 -OA 5.5 3.6 9.2 4.9 4.1 3.7 -8 .9 FUENTE: Elaborado con base en datos de INEG!. INESER r del mercad o interne , donde se eon­ centra el co me rcio exte rio r, aume n­ to .2 De ella se co ncl uye, por un lado, que las importaci ones n o d espl a­ z.ar on signi ficativa me nte a la pro ­ du ccion nac ional en el rnercad o in­ terno y , p or otro , las expo rtae iones n o regist rar on un deterioro sustan­ cial.' EI ot ro segm ento del m er cad o in tern o, consu mo publico y privad o co rre spo n diente a bienes y servicios no du rad ero s, que representa 7.4 par cien to de la demanda interria, no registro un ritrno men or de creci­ rniento respecto a los primeros meses del afio . La demanda intern a de esos p roducto s y serv icios au me rito 5.1 por cien to tanto en el tercer trirnestre co mo en los primer os nueve meses del afio; 10 rnisrno ocu rrio con elp ro­ duct o interno bruto, que se incr e­ me n to en esos dos periodos. Aunq ue un a p art e im portante del gasto pu­ blico se canaliza al consum o, la evo ­ lucien del pr oducto in terno bruto secto rial no refleja una redu ccion del din ami sm o de los sectares vinc ulados a ese segmen to .' A pesar de 10 dich o , la eco nornia mexican a no pudo mantener e1 ritmo de creci rnie nto, que llego a ser de 7 por ciento en el afio de 1997. Entre los p r oblem as dest aca el cho q u e externo origina do po r la baja petro­ lera y la primer a cr isis finan cier a glo bal, qu e llevo a la alza las tasas de inte res internacionales. Pe ro tam bien se deb en rnen cionar ot ro s problem as in ternos como el F ondo Banc ario de P roteccio n al Ah orr o . Como co lo fo n, cabe sefialar que con la caida de los in gresos petroleros vino la crisis fin anciera mundi al que habia estallado desde 1997 con el ejec­ to dragon, p ero qu e to rno un a fuerza global sin pr eceden tes. Los mercados Universidad de Guadalajara ' Eriero-tebrero de 1999 inte rnacio na les de capital estaba n cerrados y que d6 clar o que por alll no se podia [in an ci ar el desarro llo . En 1994 el deficit co rne rcial fu e re­ ducido, par a co nverti rse en este sexe ­ ni o en un o m as sos te n ible. La cifra pr oyect ada pa ra 1988 fue de 6 500 mill ones de do lares, au n despues del impacto de la caida de los p recios del petrol eo , que reduj o los ingresos d e exportacio nes en 3 mi l millones de d6lares ap roximadame nte. La baja en los p recios del petrol eo fue co rit u n­ dent e: de 17 do lares por b arril dism i­ nuyo a 15 dol ares y cer ro costando en prom edi o 10.4 0 d6l ares e1 barril. Los ingresos petrolero s fue ro n sus­ t an cialrnente m en ores; ello aiecto dir ect amen te los ingresos, puesto que las finanzas publicas de pe n de n en un a te rce ra part e de los recursos pr o­ ven ien tes del ene rge tico . En co ntraste co n 10 suce dido en sexenios anteri ores, elim inar este de­ ficit no requiri o de la red ucci on per­ manente de la irnp ortacion; el mis mo result ado se logr 6 co n el aurne nto de la exportaci6 n. Esto obe dec io a la absorc io ri de las exportaciones que hi zo la eco nornia de Esta dos U nidos. Las can tidades ex po rtadas a otras regiones so n de poca m onta en co m­ p ar acion co n las desti nadas a Estados U n idos . Las em presas ub icadas en M exico han encon t rado, un ta mo accidenta lme nte , un ni cho de comer­ cio exterior ligado de form a cada vez m as intensa con No rteame rica . Esta es un a t rans fo rmaci6 n co n im plica­ cio nes de lar go pl azo , pues las ub ica como proveedoras de bienes no tan to al mercado n o rt eam er icario co mo al m ism o p ro ceso in dust rial de Estados U nidos . In dud abl emente no es ningun a pan acea. La econornia es m as de pen ­ dien t e de la act ividad industrial y de la dem anda de Estados Unidos; se ve, p or ende, ame nazada por cua lquie r fluctuac i6n de ese pals. Empero , tam­ poco debe n exagerarse las desventajas de t al sujecio n, la glo balizacion es un hech o . Por fortuna para el regime n de Zedillo la eco no rnia n ortearn e­ rican a se ha sanea do; no solo se eli­ m irio su alto deficit fiscal; p rinci­ palmen te r eco n quist o p o si ci on es perdid as ante Asia y Eu ropa en varias industrias, como la auto motriz, y Bal anza co rne rc ia l, inversi on extranjera y tip o de ca m bio Mexi co, 1983-1998 (va riac io nes por centuales) Indicador 1983-1 988 1989-1994 Balanza comercial 7.0 Exportacion es manufactureras 7.3 Inversion extranjera directa 2.3 -0.7 Inversi6n extranjera de portafolio Tipo de cambio real del peso (1970=1.0) 0.58 Tipo de cambio efectivo real de dotares de Estados Unidos (1970=1.0) 1.11 FUENTE : Elaborado con base en datos de INEG!. carta economtcs reqionsl " ano 11, num. 64 -12.2 33 .3 4.6 11.9 1995 7.1 66.6 9.5 -9.7 1996-1998 0.04 95.0 10.6 7.0 0.98 0.65 0.88 0.84 0.78 0.83 gano gra n delan tera en industr ias de punta, co mo la biorecn ol ogi a y la in for matica . Viv ie ta m bien un pr o­ ceso d e co nso lidac io n y m od erru­ zac i6 n de su siste ma fin anciero, el cua llo p one adelante de Japon y a la par co n los sistemas europeos m as saneados . La inte nsa relaci on comer­ cial y de in version co n Est ados U ni­ dos es preferible en el m arco del T ra­ t ado de Libre Come rcio a una rela­ cio n igualmente in t en sa co n reglas meno s cl ar as. A postar al m ercad o interno es un id eal p oco rea lista. Es ir oriico , pe ro ex plica ble, que en los dos ultim os t rirnestres de 1998 el clima econornico se haya r ecrude­ cido co mo si vo lvieran los p roblem as que siem p re han aquejado ta nto al secto r exte rno co mo al in t ern o . Ade­ mas, en 10 exte r no h ay much os pro­ b lemas nu ev o s. La crisis d e As ia causa ra perdida de dinamism o en las ex portaciones al m en os por dos afios m as. En sep t iem bre de 1998 solo ere­ cieron 3 par ciento anual y las manu­ fact ur as, 7.5 por ciento. El motor de recuper acion posterior a 1995 parece hab er se ago tado. P or una parte, ten­ dra un rneno r ritrno de crec irn iento en Est ados Unidos , y tambien aurn en­ t a la incertidumbre en los m er cados financier os. Como algunos de estos ri esgos se han in ternacionalizad o , en R usia , por ejernplo , causan perdida de riqueza, 10 cua l rep ercu t e negati­ varnente en las in versiones y en el credito mundial . A parte del impacto en la dem an da norteam eri can a y en las exportacio nes m exicanas, esto tie­ n e imp act os so b re la co nfianza de aho rradores e in ver sionist as, H ay una ven tana de espe ranza en el h ech o d e que lo s paises in du s­ tr ializ ados , Est ados U nidos en parti­ cular, acuerden dismin ucio nes adi­ cio nales en las t asas de interes, 10 cual ap oyaria a los m ercados financieros y a lo s pais es emergentes. E s impro­ bable, sin em ba rgo, que est e alivio tenga validez mas alla de un plazo co rto , pues la realidad fundamental en la eco no m ia mundial sigu e siendo la rnisrn a: Brasil esta en recesi ori ; China -y co n ella Hong Kong- en ­ frenta pr esiories devalu at orias, y a la desaceleracion eco nomics en Estados Unidos hay que sum ar co r recc io nes en su bolsa de valo res . Adernas, el pet r oleo sigu e afec­ tando la capacida d de rnaniobra del gobierno y n o se vislu m bra la recu­ peracion de los precios del hidro­ ca r b u ro. L as nuevas t ecn icas d e explotaciori, la luch a por el m er cad o en tre los miembros de la OPEP y las m egafusi ones de em p resas pet ro leras en cu rse , y hasta el clima, rn ant en­ dran deprimidos los precios del cru­ do. Otra situac io n es el hecho de qu e Brasil no cuenta co n los elem en tos que le garamicen su pl ena esta bilidad, p or 10 que su eco norn ia sigue bajo ri esgo y co n una creciente descon­ fian za del capital internaci onal. D e igual m odo, sigue en pie la cris is asiatica , y particularrnente la rusa. A ello se suma el menor cre cimien to que t endran las principales econo­ m ias del mundo . Por t od o esto, para l o s anali stas fin an cieros interna­ cio nales el pan orama gene ral de los rn erc ados se ve co m plica do, y en 10 que se refiere a los m er cad os eme r­ gentes su ap reciaci6 n es fran cam en t e n egatrva. Si la situ acio n mundial n o em ­ peora en 1999 y Estados U nidos evita una crisis de liquidez co n ta sas de int er es a la baja, es p robable que el mundo industri alizado y los pais es eme rgen tes entren en un proceso de recuperaci6n en el afio 2000. r . leu) ~ t; . II leI Los avan ces en la produccion y el co m ercio exte rio r n o desvan ecen la pe rce pc io n qu e se ti en e: la n aci ori sigue agobiada por la gravedad de los prob lemas eco no rn icos . En el cam po de la rnacr oeconomia hay que consi­ derar las implicaciones de un siste ma bancario queb rad o en 10 eco norn ico y en 10 m or al, in capaz de apo yar el poten cial de de sarrollo. Por el lad o de la econo mia familiar, el salario real Balanza comercial par region 1994-1997 (miles de millanes de dol ares) 1995 1996 -18.4 7.1 6.5 0.6 -3.2 13 134 12.5 Estados Unidos -3.1 12.4 13.0 12.3 Resto del mundo -15 .2 -5.9 -6.9 -11 9 Concepto Total 1994 1997 Norteamerica (Tratado de Libre Comercio) Europa -6.8 -3.2 -4.3 -6.3 Asia -8.1 -5.7 -6.3 -91 ALADI -1.0 1.1 1.5 15 FUENTE : Elaboraoo con base en dat os del Banco de Mexico. fNESER ~ n o ha crecid o en grado significativo des d e su fu ene caida de -2 1 p ar cien ro en 1995-1996 y las familias siguen agobiadas por deudas y falt a de oport un ida des para sus hijos. La po li t ic a econ omi cs p art' ce est ar limitada co mo en 1995; enton­ ces p orgue habi a gu e reducir el de­ ficit fisca l, en el presente porque el defi cit no puede aumentar sin p oner en pelig ro la cred ibilidad de las auto ­ ridades; p or 10 ta nto, n o hay alivio para el sacri ficio soc ial. El aumento del irnpuest o al valo r agr egad o en 1995 parecia t emporal, por 10 menos p or el to no de eme rge ncia co n el gue el gobiern o soli cir o su ap robacio n al Con greso . Sin em bargo, 1999 ini cia acornpafiado de un aumento adicio­ nal en impuest os al co ns umo y por in crement os de p reci o s de bi en es publicos. El Ban co de M exico persever a en m anten er t asas de int er es altas ca n el fin de dar co nsiste ncia a su politica co ntra la infl aciori e inhibir una de­ preciaci6n exces iva del peso . Esto es parte de los mi smos problemas, co n t odo y el cam bio en el secto r m anu­ facturero yen la balan z a exte rna, gu e no se puede su pe rar ; es decir, las cues­ ti ones fundament ales: aseg urar la estabilidad, dar cert idum bre a las em­ presas y ofrece r co n dicio nes para el bien est ar de las familias. Lo ante rior 0 bedece a que el go­ bi ern o n o ofrec io el ajuste cam bia­ ri o de 1995 co mo algo necesari o y bu eno en el m edi an o plazo; p OI' 10 tanto no pudo cap italiza r el beneficio obse rva do en las cue ntas ext ernas ni en el em pleo m anufaeturero. El pro­ blem a fu e que a m en os de tres afios de haber co me nzado la reacti vacion, a fin al del afio pasad o , M exico ot ra vez se encontra ba en ajustes. En est e en to rno vino otra com plicacio n : el Universidad de Guadalajara' Enero-ie brero de 1999 Miles de rrullones de do lares Exp ortaci ones de Mexic o por regi ones, 1994-1 997 100 90 / ' 80 / / Estados Uruoos L CEE • ASia 11 ALAD I • -­ 70 / ./- ..~ - - - -I 60 .- ' 50 1 / 40~ / 3 ~- °1" 20~" l/ o JI....d-»I!:::i!!!!!!!Bid--=~ct..J 10 1~ .~_ FUENTE ' Elobo rodo con bose e n d atos del Banco d e MexIco Fob apr oa, por medi o del cual se les cornpro a los ban cos durante 1995­ 1997 sus cart eras con p roblem as. Los pas ivos del Fobap ro a debi an ser apro bados com o deud a publica, pu es como p a gan~ s en favo r de los ban cos gener aban elevados intereses para el go bie rno . Si se pasab an a deud a pu­ blica, esos pagan~ s podian fin an ciarse mejor con ma yor es alterriativas. El mon to de esos pasivos fue de 550 mil mill on es de pesos, un a cifra bastante elevad a qu e mostro la dimension del rescate ban cario, y qu e p aulatin a­ mente crecio mientras los partidos po li ticos n o ll egab an a n i n gu n acue rdo. Los diputad o s del PRD Y d el PAN estuv ieron en cont ra de pasar esos pasivos a deud a pu blica y ade­ mas ut ilizaron al Fob apro a co mo un mecanisme de chantaje politico . C on hab er auditado cada uno de los sal­ vame ntos a los ban cos hubi era sido su ficiente, pero el F ob aproa se con­ virt io en un campo de batalla politico sin igual , en donde se pidi er on los puesto s del gob ernador del Banc o de Mexi co , del presid ente de la C o­ m ision Nacional Bancaria y de Va­ lore s y de o tros Iun cion ari os, dejan­ do para despu es su solucion Ademas, e1 Fob aproa rnostro qu e el gobi erno no supo explicar el sal­ varnento ban cari o y qu e los dipu­ tados no han tenido la capacidad ni la vo luntad politi ca para legislar un rescate ban cari o que ta rnbien se ha llevado a cabo en otras paises con un cas to menor para los com ribuye ntes. El Fob apr oa, at debilit ar a los bancos, se sumo a la politi ca monet aria res­ trictiva, gen er and o una elevac i6 n de las ta sas de inr er es qu e llegarla a fin ales del an a a niveles mayor es de 30 por cien to de rendimien to . Co n esas altas ta sas de interes, otra vez br ot aron las presion es so bre la car­ tera ven cida de los bancos, puesto qu e los deud or es aplaza ban sus pa­ gos. C an la fragilidad ban caria no se pu ede llevar de man era sostenida 1a reactivaci on . Se ne cesit an creditos accesibles y a larg o pl aza para la planta pr oducti va, adem as de un a inte rmediacio ri financiera que ayud e a traspasar la m ayor part e del aho rro interno a la in version . EI mismo presupuesto esta dejan­ do de ser creible al insistir la aut o­ ce tte economics region al' ana 11, num. 64 ridad en 10 in am ovible de la cifra de deficit cuando esta a la vista el det e­ rioro de las bases fundarnentales de ingresos y gasto s publicos. La cifra referida de deficit no in clu ye, por otra parte, sino un a m inima pane de los costos efectivos del F ob apraa y el acue rdo en t re el gobierno y el Co ngreso al in cluirla aume ntara el deficit fiscal cuando m en os en 2 pun­ tos po rcentuales del producto inter­ no brut e, al ten er qu e conta bilizarse el interes de las obLigacion es incu­ rridas por el F ob aproa a tasas de m ercado . Interriament e, la discusi6n del Cong reso, la disputa par los im­ puestos y los recortes en tre miem­ br os del P od er Legislativo y el Pod er Ejecut ivo, el sindro rne Fob apraa, aS I como los saldos de la discusion no resuelt a alrededo r de propuestas de orden politico, son un ejemplo de 10 corn plicado qu e es apre nder a go ber­ n ar en un clim a de ma yor pluralidad politica, en qu e n i el Ejecutivo ni los partidos han rnostrado habilidad y eficacia. T odo termino en un acuer­ do PRI-P AN qu e n o ap rovec ho la opo rt unidad de la crisis ban caria para realizar una tran sforrnacion a fondo del siste ma finan cier o qu e llegara hasta los consejos adrninistrativos y sentara un precederite m or al, abrien­ do este secto r a nuevas inversionistas nacion ales y nuevas reglas para la re­ gulaci6 n y conduccio n de las orga­ ni zacion es y para capitalizar a las ins­ tituciones. El sacrificio social no tu vo, por esa razon, un premi o en el m ayor m argen de maniobra ni en el mejo­ rami en to de los salarios y del bie­ nestar . La lecci6n es que to da crisis trae dol or y oport unidades; e1 do lo r es inevit abl e, pera si se deja pasar el momenta de la crisis sin hacer cam­ bios trascend entes, se esfuma la opo r­ tunidad de crea r efectos positi ve s de lar go pl azo. POI' esta razo n la pobla­ cio n n o perdona al go bie rno pOl' el manejo de la economia a pesar de los esfue rzos de este p Ol' cu rnp lir co n ac ree do res extern os y d e a poyar a to da cos t a a los bancos, , 1 ' d . , "1 .... ' 1 Una exce pcio n sin duda h a sido el tipo de cam bio flotante, el cual nunca h abi a sido realmente florante co mo en 1998. Los ben efi cio s est an a la vista. P OI' una part e el Banco de Me­ xico n o hubiera estado en nin guna posicion, despu es de 1994 , de inducir o m antener un tip o de cambio n omi­ nal diferente al que el m ercado hubie­ ra impuesto, exce pto baj o el ri esgo de perde r sus reservas, y aun asi sufrir una devaluacion. P or o tra p arte, el tip o flotante ha ay udado a la eco rio­ rni a a ada pta rse a lo s cho ques exte r­ nos y a su alt a inflacio n dornesti ca, una bu en a parte de la cua l o bedece a factores distinto s a la deprecia cion del peso. Por ejem plo , en el peri odo 1989-1 998, h asta sept iern b re , lo s precios del serv icio t elefonico ere­ cieron 734 pOl' cienro, eua ndo el in ­ dice de precios al co nsu mido r crec io en 502 pOl' cien to, ello a pesar d e la privat iz acion de Telmex y de la baja en las t arifa s de larga dist ancia deb ida a 1a co m petenc ia de nuevos opera­ ri os. Est a es una pequefia muestra de co mo el poder m onop 61ico gene ra presiones inflaci onarias. EI tip o de camb io flot ante h a pro­ tegido im plicitarn en te al pro grama eco norn ico del go bierno , al no ex po ­ ner se la autoridad a ot ra perdida de co n fianza. Las criticas de varios sec­ t ores a 1a in est ab ilid ad cam biaria so n co ntra la sorpresa de un a devalu acion ab ru pta en una m oneda que o ficial­ m ente esta ba en flotaci on. A fin de cue ntas se descubrio que no ±1otaba libremente, par a sufrir de inrnedi at o fuertes y repentinas devalu aciones. Esto ha ocu rr ido porque la autoridad h a ign orad o, ent re ot ros , los indica­ dores de las cue n tas exte rnas y h a qu erido crear una sensacio n de bie­ nestar y rnejoria de la eco nornia que n o co rrespo nde n a la realidad . En 1994, en pa rt icu lar , quiso manten er un t ipo de ca m bio art ificial me nte fu erte y al misrn o t iem po prot eger a los ban co s de un alza abrup ta en las t asas de interes, co n 10 cual min o precisamente las ba ses del tip o de cam bio . En ot ras palabras, el descon­ t en to co n el tip o de ca m bio es po r sus impredecibl es devalua ciones cuan ­ do se h an ere ado expeci ativas falsas de fortaJezas y no co nt ra su ajuste basado en Factores fun dam entales. Sin em bargo , descontando el tip o de cam bio, el gobie rno ha m ant enido u n apa raro de p ol iti cs eco rio m ica muy limit ad o , al h ab er p ropuestO desde su ini cio en 1995 objet ivos tam­ bien muy limitad os. Estos o bjet ivos se h an ce nt rado en Ja o btencio n de un saldo fiscal en equ ilib rio y so lo ha st a 1997 en un pequefio deficit. Lo anterio r resulto en un bu en cum p li­ mi en to , pero no logro despertar los animos de emp re nde r de los m exica­ no s. La in version ext ran jera direct a ha fluido en cant ida des sin preceden­ te, pero sigue esta rido muy por deba­ jo del poten cial de Mexi co , para un a eco no rnia tan ligaclaa Estados U nidos . P or 10 tanto , en la actual ad rninis­ tracio n n o h a h abido pri vati zaciones importanr es, ni una des reg u lac io n efectiva en va rias in du strias impo r­ tan tes , p Ol' ejern plo en las t clecornu­ ni caciones, co mo 10 de mues tra las reiteradas q ue jas de operado res de lar ga dist an cia p Ol' los ab usos en las t ari las de inte rcone xio n de Telmex . T ampoco se ap rovech6 la cr isis ban­ ca ria para eiec tnar reformas sign ifi­ can vas. Y no ha h abi do una reforma lab oral ni m edi das crea t ivas de flexi­ bili za cion en los m ercados labo rales que fo me n t en cl ern pleo y reduzcan los costos muertos de la contratac i6n, sin perjudicar a los trabajadores. La des regulacio n de gas y electricidad ha sido muy lenta y plagad a de obstac u- INESER • Univcrsidad de Guadalajara' Enero-febrero de 1999 los en la practica, impuestas por los pro du cro s estatales, qu ienes ve n amenazados sus intereses creado s. No es rea lists esperar que el aparato de politicas pu blicas se Iortalezca en 1999 S1 n o 10 hizo en los afios de su­ peracio n de la eme rgenc ia eco n o rni­ ca. El de 1999 pued e ser , en e1 mejo r de los cases, un afio de recu peracion del creci rnien to perdido por la vo la­ ti lidad mundi al , p er o de n in gun modo sed. un afio de logros signi­ ficativos. El gobierno tiene an te si una est ruc t u r a eco no rruca fo nale­ cida , pero co n poco credit o p o r 10 qu e hizo bien, y sin cre dib ilidad po r 10 que n o h izo 0 no hi zo bien . Pe ro por desgracia co n m ar gen es de rn a­ niobra meno res ante la red uccicn del gasto publico . En efect o, los m en o res ingresos llevaron a disminuir el gasto publico desde la caida de los precios petro­ leros. El tem or a un elevad o deficit ha radicado en los m ecan isrnos in­ flacio narios. P o r la n ecesid ad d e fina nciar el deficit pu blico , el gobier­ n o pudo vender su deuda publica ofreciendo atractivas tasas de interes para lograr colocarla, pero esas tasas se tradu cirian en intlacicn : el costo del credito eleva los co stos produc­ tivos y los precios. Adernas, el deficit publico h ace qu e se gaste m as sin tener posibilid ades reales de fina nciar ese gasto , el cual provo ca que se irn­ p one m as y m as y se caiga en un desequilibrio en las cuentas exrernas. A nt e este pan o ram a, la admi nistra­ cio n de Ernesto Zedillo presen to 10 q ue ha pod ido ser su m as co nstante inst ru m ento de politi ca econornica: el saneamiento de las finanzas pu bli­ cas. Para ma nte ne rlas san as, du rante 199 8, tres recortes al gasto pu blico llevaron al ah orro de 36 mil m illones de pesos. Ade rnas, se h ablo de un cua rto recorte disfrazado porque las depe ndencias que ahorraron durante el primer sem est re del afio ya n o pu­ diero n ejercer ese ahorro en el se­ gu ndo sern est re, sin o que 10 dieron po r perdi do . La Secretaria de H a­ cienda dijo que ese ahorro fue uti­ lizad o para solventar los gastos de la inun dacion de C hia pas. La rigidez presupuestal llego a un climax al cierre de afio . A un que las auto rida des insisten en qu e el deficit presu pu estal fue en 1998 , tal co mo se pl aneo, de men os 1.25 por cien to del pr oducto inte rn o bruto . Per o aun co n esta co ns istencia tu vo la nacion un im pac to so bre el presupuesio por el aume nto de tasas de inte res muy por enci ma de 10 que se previa , con un impacto sobre el cost o de la deud a externa que fue m ayor q ue el p re­ su puestado . El ahorro de los recort es p resu­ pu estales fue complementado por la venta de em presas publicas, pero par las con dicio nes financieras volatiles, las nuevas pri vati zaciones no tu vie­ ron exito. Las desincorpo raciones y p ri v at izaci on es me jor realizadas fue ro n d os: la ve ma del espect ro radioelectrico para las co mpafiias que co m pet iran co n T elmex en telefonia loc al in al ambrica, y el primer pa­ qu ete de aero puert os. Por las frecuen­ cias se reci bier on mil m illones de do lare s, y p o r el G ru po Aeropo r­ tuari o del Sureste m as de 100 mill o­ nes de do lares . Pero de ah i en fuera n o se pudo co ncretar la ve nta del primer complejo pet roquimico Mo­ relos ni tamp oco varias ventas del F obapro a, como fueron la falli da liciracion de los hoteles Camino Real y los retrasos en la venta del Wo rld Trade Ce nter. El ajuste fiscal fue un a real ida d co n reco rt es en el gasto publico , aho­ eerie economics reqion et : ana 11, ruun. 64 rr os y p rivat izacio nes . Per o faltaba el ajuste m on et ari o. El Banco de Mexico , gobe rnado p or G uillermo O rtiz, alver que la cris is [ina nciera global reper cutia en Mexico , im puso un a pol it ica m onetaria restrictiva a t rav es de "el co rto" en el m ercado de din er o . P ara evita r qu e los capitales se fugaran del pals 0 se ref ugiara n en dol ares, las auto ridades elevaban las tasas de int eres en m oneda nacional para ofrecer un m ejor rendimiento . El Ban co de M exico , a traves de "el co rto", ret ir a diariame n te circ ulante del m ercado de din ero . ASI encarece el p recio del din ero , qu e es la tasa de interes . C o n las m ayo res t asas de interes se prem iab a los capita les qu e se q uedaban en Mexico ya la vez se enf riaba la act ivida d eco n 6mi ca y se fre naban las p resiones infla cionarias al encarecer el credito. P or su pane, la actividad indus­ trial co ntin uo fue rte de ma n era ines­ perada; la prod u cci o n industrial au rne n t o, en t ant o qu e el empleo rnanufacturer o tambien 10 hi zo . Sin em bargo, esta se ha m an ten ido este afio, mas que en los t res ante riores, p o r el din amismo de la demand a inte rna, otro indica do r de fortaleza. Est a fortaleza, sin em bargo, se ve ra agot ada al ent ra r 1999, m as aun por los in crern en t os en los irnpuestos. E n m ateria de infl acion, un o de los o bjetivos de p olitica eco nomica mas bu scad os y co ntrovertidos es el de reducir su ri trno de creci mie nto. Ge neralmen re, afio con afio las p re­ visio nes oficiales en la materia so n rebasad as p or la realidad . En ocasio­ nes se echa la culpa al m anejo politico de los instru me nt os antiinflacio­ narios, en otras a faeto res extern os, pero a final de cuentas esta meta siern­ p re qu eda co mo un bue n deseo de afio nuevo. En L os criterios generales conomts necione! de pol itica economica para 1999 se informa de la desvia ciori , entre 10 propuesto y el cier re real de 1998 de casi una dif erencia de 50 p OI' ciento . P OI' ello es n otorio qu e el Banco de Mexico ha t ornad o la iniciati va para inducir un fren o inflacionario a tra­ yes del retiro de una cantidad mayor de circulante del m ercad o , an tes de qu e se gen er en co n d icio nes que h a­ gan que la m eta propuesta p ara este afio qu ed e ta rnbien muy alejada de la re alidad . El costo sera un m ay or encarec im iento del diner o, presion es adi cionales so b re la carte ra de los ban cos y una m en or demanda que desalen tara el cre cim ien to. Adem as, ha y qu e hacer otras co n ­ sideracio nes so b re la prevision infl a­ cio na ria . L a primera es q ue en el ambient e de in certidumbre existen te , es factible que la Bol sa Mexi can a de Val ores y el m er cad o cambiario este n muy sens ibles, p OI' 10 que en cual­ qui er m ornento pod rian generaI'pre­ sio ries inflacionarias ad ici onales. La segun da cuestio n es qu e la infl acion p OI' costas t odavia existe y el encare­ cimiento del diner o y de los insumos importad os n o t ardaran en se r t rasla­ dados a los precios final es, y de ahi al consumidor. La t ercera es qu e habra presiories derivad as del incre­ m ento a lo s p recios de la ene rgia, pues la reaccion de lo s actores eco­ n orni cos ubicad os en el punto fin al de en lace ent re produ ctor y co ns u­ midor entienden qu e el alza en el pre­ cio de la gaso lin a enc arece el t ra ns­ p orte, y p OI' ello re per cu t e en el precio final. P or ultim o , si se agre ga el desorden petrolero mundial co n pai ses product ores violando ac ue r­ dos y t opes de produccion y exp o r­ ta ci ori y empres as lid er e s fu si o­ n andose para tener un m ejor co n t ro l del m ercado , 10 m en os que se puede espe ra r es que la in certidumbre pe­ trolera se t radu cir a en du das so bre el m an ejo de las fin an zas p ublicas, du­ das so bre la esta bilidad y , p OI' 10 mi s­ m o, en ren ovadas y crecien res p re­ sio n es cam biar ias que eleva ran la t asa de in t er es y el tip o de cam bio . U n eleme n to adicio na l es qu e el desequilibrio en la cue n ta co r rient e d e la balan za d e p ago s se es tim6 en 9 325 millon es de d6lares para 1999, alrededor de 2.2 p OI' ciento del p ro­ ducto . Esta cifra es importante pues refle ja la caida de las importaciones por el reducid o ni vel de act ivid ad, pero se qued a co rt a al estimar un m enor ni vel de expo rt aciones de cru­ do . POI' ell a es factible que el desequi­ librio sup ere lo s 10 m il millones del Metas rnacroeconornica s del gobierno federal 1998 1999 4.6 Cuenta corriente (proporcion del producto interne brute) 3.5 3.9 13.0 11.0 -1.2 -2.2 5.0 10.0 120 -1.0 -3.2 Petr61eo (precio promedio de la mezcla nacional) 10.0 11.5 Indicador Produclo intern e bruto (por ciento lnflacion (porciento) Tipo de cambio promedio (pesos por dolar) Deficit publi co (proporcion del produ cto interno brute) 17.8 9.2 -1.4 10.5 2000 FUENTE: Elaboradocon base en datos del Poder Ejecutivo Federal , Criterios generales de potitics economics para 1999. papel verde, aunque algun as p revisio­ ne s de ana list as p rivad os 10 ubican en m as de 14 mil mill ones de d6lares. El ri esgo aq ui es que el fluj o de cap it al a los m er cados emergentes se esta m o viendo a la baja, pOI' 10 qu e la inversion ex tran jera directa, co n la que se podria financiar el defi cit en cue nta co r rien te , podria ser in su­ ficien te y tampoco podria ser co m ­ plem entada H cilment e co n co nt ra­ t acion de deuda 0 m ay ores in gresos de ca p ita l fin an ciero de co rto pla zo . Y cla ro, ant e la im posi bilida d de contar co n recu rsos p ara fin an ciar el desequilib rio, la salida de capitales agra va ria la fragilidad financier a. Este pan orama co m bin a los pro­ blem as est r uctu rales del crec im ien to de la ec onom ia rnexi can a, co mo so n 1a in cap acidad para fin anc iar san a­ m ente su crecim iento 0 la extre ma d ep endencia de las imp o n aciones, co n las restriccion es impues tas p or la coy un tu ra en la que el m ercad o p et rol ero y el financ iero se en car­ garo n de recordaI' la fragilidad fin an ­ cie ra de la eco riorn ia y de las fin an zas publicas. EI fin al de este ario sera una co m­ bin ac io n d e act ividad eco no rn ica fu erte, co n exce pc i6 n de ciertos sec­ ta res , y d et eri oro d e indi cad ores fiscale s y d e inflaci6n . Esto even­ tu almente debilitara la demanda in­ te rna; an te una dernanda ext erna tarnbien debilitad a, la act iv idad pro­ duct iva y el em p leo en trarian en decli ve. Algo t eridra que h acer el go bierno p ara pro tegeI' a la econornia de una crisis grave co n vistas al afio 2000 . ESlO es relevante, dad o 10 pro­ cli ve de la econo rnia rnexicana a en­ trar en p eri odos de deterioro en el ultimo afio de la ad m in ist rac io ri, provocando asi Ia crisis de com ienzos del sigu ien t e. INESER • Universidad de Guadalajara· Enero-tebrero de 1999 fa n M exi co n o ha co nc luido su ajus te macroeconorni co , y el tip o d e ca m ­ bi o es parte int egral de este ajuste. M as aun en un peri odo de vo latilidad internacional co mo el actual , es logi­ co q ue el peso se deprecie ; sin em ­ bargo , se sa be que al recup erar se la estabilidad ti end e naturalmem e a apreciarse baj o la influen cia de fluj os de ca pit al a cono pla zo. En t ales co ndicio nes es realisia rn anten er el regimen de flotacion, ya q ue la infl a­ cio n m exican a es sus ta nc ialme nte m ayor qu e la n orteamericana. En el la rgo pla zo un tip o de ca m bio fijo bajo cua lquie r regi m en m ori et ari o es desea ble, p ero en el m edi ario pl azo , de t res a cinco afios , es dificil irn a­ gina r un regimen diferente que r esul­ t e sirn ult ane ame n te en esta bilida d con cr ec im iento . Esto es asi p orque si la parid ad se fija cuand o la in­ du stria co ntinu a su frie ndo ajus tes de costos y p r ecio s relati ve s, la aet i­ vidad ex po rt ado ra mu y prob able­ m ent e r esultaria d afiad a, inclusive aun ma s qu e en el pa sado . H o y M e­ xico dep ende mu ch o mas de act i­ vid ad manufacturera d e caracte r glob al, es deci r, se ns i ble a co n d i­ cio nes de co m pe te nc ia intern acio­ nal. T odos los p aises d e A sia, desd e Tailan di a ha st a Corea del Sur , qu e hasta ha ce p oco evocaba n un gra n poderio indust rial, bien pueden ates­ tiguar est a realidad . Asi, MeXICO deb e ex pe ri me n t ar aurne ntos import ant es de costos y, par 10 tanto , cam bios de precios rela­ tivos, que so lo un t ipo flot ante puede acom odar co n facilidad. D os ejern­ plos bastan Un o es el cos ta de la mana de o bra, mi sm o q ue debe ri a aument ar en re lacio n co n los cos tos en Estad os Unidos, tanto p or su bajo ni vel actual (un decirn o del sala rio n orteamerican o) como por los aumen­ toS de producti vidad esperados en Mexico y la esc asez de m an a de o br a calificada . Dicho aumen to de cos t os lab oral es , al elevar se el sala r io en M exi co, n o p odria t en er lug ar en un re gime n de un tip o de cam bio fijo sin alec ta r las utilidades de las em­ presas y causar dafios en la asignac io n de los r ecu rsos y en las sefiales qu e se dan a la in ve rsion para e! largo pl az o. Quienes piensan en este terna d eb en pr eguntarse p o r que o t r a r azon el tip o de cam bio real etec t ivo de Est ad os U n idos, la eco nom ia ma s ex po rtadora del mundo, se de valu e 37 .6 par ciento entre 1984 y 1998. Otro eje m plo, lo s cos tos de cu m ­ plimient o co n n ormas am bientales cada ve z mas rigurosas. En e l larg o pl a z o un tip o d e cam bio fijo frente al d6lar es factible, p ero n o ese nc ial, co mo 10 demuestra la econo rnia cana diense . Ante todo , la eficacia de un tip o de cam bio deb e ju zga rse por el crecim ie nto eco no­ mico que h ace p osibl e, fre nte a los intento s de fijarl o en el p asado , el re gime n de flotacion acred ita much o m ejores r esultad o s. Co rn p arese el result ado de ex po rt acio nes y em pleo m anufacturer o de 1989-1994 co n el de 1996-1998, ign o r ando el saldo que di eron en 1995 Y r ecuerd ese qu e en el primer peri odo el go bie rno sigu io una p oliuca de fijacion de la p aridad co n eno rrne cred ibilidad. Sin em ba rgo , el afio de 1998 deja al descubieno t odos los flan cos de la eco nornia m exicana. P or un lade esta la falt a de in gresos publicos; po r otro, la crisis fin anc iera glo bal, la cua l ha seguido golp eando p orque n o se cue n­ t a co n un ni vel de aho rro interne ad ecuad o ni un siste ma fin an cier o so lido . Y po r ult imo, se di o un a ca­ carta econ6mica regional * etio 11, num. 64 cionni rencia de ac ue rdos politicos palpable en el F obaproa, 10 cual llev o a la eco ­ n ornia a un may or ri esgo , de ac uerdo co n los in ver sionist as. L os acue r dos politicos deb en lograrse par a di scutir la preocup aci o n del presidente de te ner una p olitica eco nornica de Es­ t ado , en dond e se pla smen los punt os en co rn u n , co mo abatir la infl acion y te ne r un a econom ia abiena. P ero eso n o basta. EI actual go bierno se h a pre o cupad o p or m ant ener las fin an zas publicas san as, pero p oco h a h ech e par a m ant ener el ritm o d e crecirn iento co n una politica di rigida h acia la reactivacio n y el estim ulo d e los seetores in t ens ives en m an a de o bra. L os ajustes fisca l y m onetario en 1998 [u eron , co n todos sus p eros, cu idados y permitier on ce r ra r el afio con un c recim ient o . En este co nt exte , cada vez es m as n ecesario ret ornar lo s punto s d e la agen da que n o se han podido solucio n ar. D espues d e veinte ano s de o ir hablar d e la c ris is econornica, la rel orma finan ciera m as alla del F obapro a, la reforma fiscal, la reforma lab oral, la het er ogeneidad de la planta productiva, p or ejern p lo , so n t ernas rel evante s p ara l os que urgen pr opue stas y definiciones. E st e an a, segun la ultima encuesta r ealiz ada p ar el Banco de Mexico can lo s 28 principales analistas del pals, v a a ser un an a d iHcil; con una eco no rn ia est ad ouni dense en d esac eleraci 6n y un preci o del petroleo decaido . Ante ello, la eco nornia mexicana de b era preser var el san eam ien t o finan cie ro p ara im p edir presiones in flacio narias y, ca n esa base , re alizar una p o litica para el crecimient o. La age n d a p ar a crear una pol itica industrial que gen ere em p leos, los ligue a la productividad y estirnule las exportaciones n o petrol eras, pero utilizando insum o s n aci onales, debe re ali zarse. P osiblement e el esceriario de 1999 sera la ultima o port u n ida d para r evisal' en este siglo cucstiones de fondo y de largo plaza del d esarrollo econo- mico n aci onal. Si n o se t oma con cie ncia de est o, quedara para despues la dis cusi6n so b re el ti po d e eco nornia que se d ebe prornover sac ri ficando de nuev a cue nta la caJidad del crecirnient o y la dist ribucion d el ingreso. L a ot ro es segu ir en p ermanentes p ol iti cas de estabi lizacio n, ... I 2 J A u m ento 8 par cient o en el cuarto trirn esr re del afio , co nt ra 12.1 por ciento en el primer semest re. Crecio en 6.4 por cient o en el tercer tr irnest re y 8.2 por ciento en el primer semestre. De los nue ve seet o res qu e iutegra n el segmento de bien es d urade ros , seis regist rar on una red uccion del erecim iento : el product o inte rno bruto de maquinar ia y equ ipo aurnento 12.2 p Ol' cie nto en los primeros nu eve meses del afio, pero en el tercer tr irnestre solo se in crem ento 8 .7 pOl' ciento, 10 m ism o oc u rrio co n el prod uet o int er no b r ut o d e la co ns trucciori , que au m ento 5.7 y 4.6 po r ciemo en los prirner os nu eve meses y en el tercer tri mestre, resp ecti varn enle . En co nt raste, el pr oducto interne b ruto de los secto res de m et ali cas basicas, quimicos y pr oductos t exti les registro una exp ansio n en el ter cer trimestre superio r a la acum ulada en los prirner os nueve meses del afio. Est os sect o res so n particularm ente sensibles a los pr oductos asiaticos, po r 10 qu e el repume productiv o en el te rcer tri m estre p uede int erpretarse co mo un a asimilacio n de los efecios de la crisis asiat ica. 4 Durante el pe nultirno trirn estr e del aiio el prod uct o inte rn o bruro de cuat ro de ocho secto res que in tegran ese segmen to registr ar on una expa nsion superi or a la de los primero s nuev e m eses del ana ; asi, el producto interno bru to de tran sp ortes y co rnu n ica ciones au rne nto 8.4 p o r ciento en eI ter cer rrirnest re y 8.3 por ciento en los pr irneros nuev e m eses, esas cifras par a el product o intern e brut e de alimentos y bebidas fuer on de 7 y 6.1 pOl' cienro, respectivarn ente . U na situ acion semejante ocurrio en la agriculru ra y la elect r icidad. Los secto res de bienes no durader os qu e regist rar o n un a red ucc io n en su cr ecim iento [u er o n lo s se rvicio s Iina ncieros, co rne rcio , servic ios co mu nales y papel. D e estes, la mayor redu ccion del rit rno de crecim iento se registr6 en pa pel , y la m eri or en serv ici os financieros. ~ .. ' loA ' INEGI , Resultados oportunos. Mexico, 1998. SHCP, Criterios gen erales de polftica economice, Mexico, 1998. Banco de Mexico, Informe 1998, Mexico, 1998 . INESER * Univcrsidad de Guadalajara' Enero-iebrero de 1999