Hazte tu piragua 1

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KAYAKING SKIN ON FRAME
El kayak tradicional, su
construcción y su uso,
su estudio, las leyendas
que lo rodean...
por
Paco García Marqués
Recopilación y diseño
Luis Augusto Fernández Osorio
La fascinación que todo
esto me produce marca
una nueva etapa en mi
vida.
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Indice
Hace apenas unos meses que comencé, no sin cierto escepticismo, la construcción de un qajaq tradicional groenlandés. El mismo asombro que me produjo el descubrimiento de las técnicas tradicionales
de construcción me lo produce ahora el descubrimiento de las técnicas tradicionales de su manejo. Los
kayaks de “piel sobre armazón” no representan tan solo una técnica constructiva, representan un modo
determinado de entender y practicar el kayak de mar. El motivo con que arranca este blog es dar a conocer el proceso de construcción de un nuevo qajaq; mi segundo “skin on frame”....
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Indice
• INDICE
Documento original: http://paco4v.blogspot.com/
Blog: http://www.kayakdemar.com/forokdm/index.php
Constructor y suministros: http://www.belone.net/
Glosario . .. .. .. .. .. . .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . 4
La madera . .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 5
Ripping (Cortar la madera a lo largo) . .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 6
Dimensiones . .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 11
Distribución de las bordas . .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 12
Cajeado de las costillas . .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 17
Ángulo lateral de las bordas y arrufo. (“Flare and sheer”). . . . . 20
Dar forma a las bordas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
Cajeado de baos. 1. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 27
Cajeado de baos. 2. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 29
Biselado del canto superior de las bordas. . .. .. .. .. .. .. .. 33
Ensamblaje de las bordas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
Travesaños rectos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
Travesaño curvos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48
Ensamble de la cubierta 1.
Ensamblar los travesaños . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
Ensamble de la cubierta 2.
Asegurar la unión de las bordas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
Ensamble de la cubierta 3.
Fijar los ensambles de los travesaños . .. .. .. .. .. .. .. .. .. 65
El casco. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74
Acoplamientos de la roda y el codaste con las bordas.. . . . . . . 75
Posición y curvatura de la quilla.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80
Longitud de las costillas. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 83
Costillaje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
Roda y Codaste. . .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 97
La quilla . .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . 104
La ligada continua . .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 110
Los costados. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 116
Chine stringers (Largueros).. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . 117
Placas de enlace. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . 129
Wrapcheck o prueba del envoltorio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135
El masik. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 137
Stringers de cubierta. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145
Estructura completa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 157
Paava, paaq, paa? ... La brazola . .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 158
La piel, “amiq”. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 164
Cubrir el kayak. . .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 169
Instalación de la brazola. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . 180
Barnizado.. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 184
Líneas de cubierta. . .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . 186
Punto final.. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . 190
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1. Glosario
Amiq Akuilisaq Apummat
Apummaq
Arrufo Azocado
Bao
Bordas
Brazola
Chicote
Codaste Dozuki Epoxy
Escopladura
Flare and sheer
Formón
Gramil
Gubia
Gunwales
Imamineq Iroko Piel de foca
Cubrebañeras
Bordas en groenlandés
Bordas en groenlandés en singular
Curvatura que describe en un kayak la línea
de unión de la cubierta con el casco
Apretar bien los nudos, las trincas, las ligaduras, etc.
Cada uno de los miembros de madera, puestos de trecho en trecho de un costado a otro
del kayak, sirven de consolidación y para sostener la cubierta
Canto superior del costado del kayak
Reborde con que se refuerza la boca de las
escotillas y se evita, en lo posible, la caída
del agua en el interior del kayak
Extremo, remate o punta de cuerda, o pedazo
pequeño separado de ella
Pieza que configuran la popa. En inglés sterm
Sierra de precisión japonesa
Resina sintética, dura y resistente, utilizada en
la fabricación de plásticos, pegamentos, etc.
Corte o agujero hecho a fuerza de escoplo en
la madera.
Ángulo lateral de las bordas y arrufo
Instrumento de carpintería, semejante al escoplo, pero más ancho de boca y menos grueso
En carpintería, instrumento que sirve para trazar paralelas al borde de una pieza escuadrada
Formón de mediacaña, delgado, que usan los
carpinteros para labrar superficies curvas
Bordas en inglés
Madera del mar
Tipo de madera
Isserfick
Masik
Travesaño de cubierta a popa de la bañera
Bao inmediatamente a proa de la bañera donde se apoya la brazola. Travesaño de cubierta
curvo
Pingeq
una madera roja de grano uniforme y exenta
de nudos
Qajaq
Kayak
Quilla
Pieza de madera o hierro, que va de popa a
proa por la parte inferior del barco y en que
se asienta toda su armazón.
Ripping Cortar la madera a lo largo, en el sentido del
grano
Rocker Curvatura que describe la quilla en el plano
vertical
Roda Pieza que configuran la proa. En inglés stem
Seeqqortarfik
Travesaños curvos; el nº 5 y 6 para el anclaje
de las rodillas
Skin on frame
Piel sobre armazón
Spanish windlass Palo de atortorar y que nos es otra cosa que
una lazada de cuerda que rodea ambas bordas y que retorcemos con un palo que hemos
hecho pasar por el centro de la lazada
Stringers
Refuerzo de una fina tira de madera en los
costados del kayak. Se unen a los costillas
(llamadas frames)
Tortor
Palo corto o barra de hierro con que se aprieta, dándole vueltas, una cuerda atada por sus
dos cabos.
Tuilik
Cubrebañeras
Tuitsoq
Cubrebañeras
Tukerumiak
Apoyapiés
Tuunneq Proceso real de estirar la piel
Tuussutit
Cordón mas grueso de los tres
Ulu Cuchillo de las mujeres
Wrapcheck Prueba del envoltorio
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1. La madera
No hay por que complicarse con la elección de la madera. Prácticamente
cualquier madera de pino en largo suficiente que evite empalmes servirá. En
esas longitudes, más de 5 m, lo que se encuentra son maderas de importación
de bastante buena calidad y más o menos limpias.
Esta vez encontré “pino amarillo” o pino melis en largos de 6 m. Para mi, que no
soy un experto en maderas, las denominaciones que estas reciben son siempre
objeto de confusión. Así hay quien se refiere al pino amarillo como pinotea,
aunque yo se que la pinotea que usé en el kayak anterior era distinta a la madera que ahora he comprado. No importa. Ambas son perfectamente válidas. Esta
parece menos resinosa y se trabaja mejor.
En el almacén, el que está más cerca de casa, me dejaron escoger un par de
tablones sin demasiados nudos. Para hacer las bordas, quilla y stringers trataré
de entresacar piezas lo más limpias posible. Las partes del tablón que presentan
más nudos los reservaré para los baos y pequeñas piezas.
Me hubiera gustado ser más exigente con la orientación del grano en el tablón
pero creo que todo no puede ser... madera no muy cara, pocos nudos, largo
suficiente...
Creo que con un solo tablón
de 7 x 14,5 x 600 cm será suficiente.
Para las costillas dispongo ya
de alguna madera verde de
roble en largos de 1 m. También voy a necesitar algún tablón de unos 2 m de roble o
mejor fresno para la brazola,
borde de la bañera. De momento no me corre prisa.
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2. Ripping
(Alistonar la madera)
Seguro que hay una manera de decir esto en castellano pero yo no la conoz-
co. Ripping es cortar la madera a lo largo, en el sentido del grano. De todo
este proceso constructivo es lo que más pereza me da. Las piezas son tan
largas que no me caben en el taller, así que tengo que hacer esta tarea en la
calle, al aire libre, empleando herramienta portátil; más en concreto una sierra
circular y un cepillo portátil con un accesorio que me permite usarlo como
regruesadora. Solo me he preocupado de obtener los elementos estructurales
longitudinales más largos, es decir bordas, chines y quilla. Podría seguir con
la herramienta que he mencionado para obtener las piezas necesarias para los
travesaños y los stringers de cubierta y otras pequeñas piezas que se requerirán
en las distintas fases del proyecto, pero para esto prefiero usar la maquinaria
que tengo en el taller que siempre me ofrecerá mayor precisión y rapidez. Ya
lo iremos viendo. De momento concentrémonos en esos elementos longitudinales de mayor tamaño.
Las bordas deben tener un grosor de 20 mm y una anchura que puede variar
desde los 65 hasta los 80 mm. En cuanto a la quilla y los stringers del casco
(chines) las medidas pueden variar desde los 20 x 20 mm que recomiendan
algunos hasta los 30x25 que recomiendan otros. Es precisamente H.C. Petersen, el único autor groenlandés, el que siempre recomienda las mayores
dimensiones para las distintas piezas.
En mi primer kayak las bordas medían 20 x 75 mm y la quilla y chines 20 x 20
mm. En esta ocasión he rebajado las bordas a 20 x 70 mm con el fin de aligerar un poco el conjunto y he aumentado las otras piezas a 20 x 25 mm para
tener más juego al colocar los chines en el casco (esto se verá en su momento.)
En resumen, las piezas que he preparado son:
2 bordas de 20 x 70 mm
1 quilla de 20 x 25 mm
2 chines de 20 x 25 mm
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En las fotos se muestra este proceso:
El primer corte se realiza con el disco a media profundidad. Con viene serrar una tabla
un par de mm más gruesa de lo que vamos a necesitar.
En una segunda pasada el corte se realiza con el disco regulado a la máxima profundidad, y aún así puede no ser suficiente.
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El grosor del tablón es mayor que la máxima profundidad de corte de la máquina. Se
necesita una tercera pasada desde la otra cara del tablón.
Ya tenemos la primera pieza.
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Para acabar regrueso las piezas a 20 mm.
Cepillado para eliminar las marcas del disco y dejar el tablón listo para un nuevo corte.
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Piezas suficientes para 2 bordas, 2 chines y una quilla. La madera para las piezas más pequeñas la
trabajaré en el taller.
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3. Dimensiones
Para construir este kayak pretendo basarme en las instrucciones de Petersen, Cunningham o Morris que en líneas generales y aunque
con matices son bastante similares. De acuerdo con estos tres autores la eslora total del kayak será igual a tres veces la envergadura del
tripulante, entendiendo por envergadura la mayor distancia que una persona puede abarcar con los brazos totalmente extendidos en cruz
(en la mayoría de las personas esta envergadura coincide con la estatura.) En nuestro caso el kayak tendrá una eslora de 5,70 m.
Aunque limitados por la anchura de las caderas, para determinar la manga tenemos mayor libertad. La elección dependerá de nuestras
preferencias personales y del uso al que se destine el kayak.
Petersen recomienda, para un kayak de uso general, una manga igual al ancho de las caderas aumentado en 15 cm. Por otro lado hay
quien buscando kayaks muy rápidos o muy fáciles de esquimotear limita la manga de su kayak a la medida que obtiene al medir el ancho
de las caderas teniendo una mano plana pegada a cada lado. En el caso que nos ocupa considerando una anchura de caderas de 38 cm
vamos a dar una manga de 48 cm.
Para medir la anchura de las caderas lo mejor es sentarse en el suelo y pegar una caja de cartón a cada costado. Luego solo tendremos
que medir la distancia de una caja a la otra.
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4. Distribución de las bordas
Ya se vio en la sección de ripping que los tablones que se utiliza-
rán para las bordas, en inglés gunwales (pronunciado “ganels”) o
apummat en groenlandés (en singular apummaq), tienen una sección de 7 x 2 cm. La longitud a la que hay que cortar estos tablones
es igual a la eslora total menos un codo. El codo es la distancia que
va desde la articulación del mismo nombre hasta el extremo de la
mano. Para este kayak las bordas miden 525 cm de largo (eslora
total 570 cm).
Una vez que tenemos las bordas cortadas a su medida en largo,
ancho y grueso, procedemos a la distribución de los otros elementos estructurales que se van a alojar en ellas. No es difícil pero hay
que dedicarle cierta atención.
Determinación de los parámetros antropomórficos
Como hablamos de un kayak hecho a la medida de su tripulante
debemos en primer lugar determinar las dimensiones antropomórficas básicas.
El consejo que daría yo al que nunca haya utilizado un kayak
groenlandés es que se olvide de las dimensiones y sobre todo de
la postura adoptada en un kayak moderno de fibra o de plástico.
Observemos la foto. De los diversos métodos para determinar esas proporciones elegimos el del tablón por ser el más gráfico.
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Cogemos un tablón de unos 2,20 x 0,20 m., de grueso suficiente para soportar nuestro peso y lo equilibramos sobre un listón
atravesado de unos 4 x 4 cm. Marcamos sobre el tablón el punto correspondiente al centro del travesaño. Este será el punto de
equilibrio del tablón. A continuación nos sentamos sobre el tablón
en posición de paleo con las piernas estiradas (apenas si cabe un
puño bajo las rodillas) de modo que este siga equilibrado sobre
el listón. Nuestro centro de gravedad estará en la vertical de ese
punto de equilibrio. Los pies, calzados con los escarpines de suela
más gruesa que usemos para palear, apuntarán hacia delante con
los dedos ligeramente arqueados hacia atrás.
Queremos saber hasta donde alcanzamos con la base de los dedos, o en términos más científicos con las cabezas de los metatarsianos. Con una escuadra marcamos sobre el tablón el punto
que está en la vertical de esas almohadillas de los pies. Esa será la
posición del bao de cubierta que hará de apoyapies.
Anotamos también el punto en que los talones hacen contacto con
la tabla.
Ahora metemos una mano bajo el trasero y localizamos la protuberancia ósea que hace contacto con la madera, el isquión para
ser exactos. Marcamos este punto sobre el tablón.
Apoyamos una caja de zapatos o similar contra la parte baja de la
espalda y marcamos sobre la tabla la posición teórica del respaldo. Puede que en la práctica retrasemos con respecto a este punto
el travesaño de cubierta a popa de la bañera (isserfick).
Colocamos otro listón sobre los muslos, unos 2 ó 3 cm por detrás
de las rótulas y con la ayuda de una escuadra marcamos sobre
el tablón la vertical del borde delantero de ese listón. Este punto
se corresponderá a la posición del seeqqortarfik, el travesaño de
cubierta en que anclaremos las rodillas, o mejor los muslos, para
controlar el kayak. Este seeqqortarfik puede ser o no, dependiendo
del sistema de construcción, la misma pieza que el masik (el masik
es el bao inmediatamente a proa de la bañera donde se apoya la
brazola. Está considerado como el travesaño de cubierta más importante desde el punto de vista estructural.)
Tener la espalda apoyada contra un barrote de madera no solo
no resulta cómodo sino que puede acabar por ser un incordio. En
este caso el respaldo o isserfick irá 10 cm por detrás de su posición teórica. En consecuencia la distancia entre tal respaldo y el
travesaño que sirve de anclaje para las rodillas aumenta en esos
10 cm. Si quisiéramos apoyar en ambos travesaños la brazola de la
bañera tendríamos que usar una brazola también 10 cm más larga
que si no hubiésemos retrasado el respaldo. Para evitar el uso de
una brazola tan grande recurrimos a lo que se da en llamar doble
masik. Es decir habrá un travesaño que sirva de anclaje para las
rodillas, el seeqqortarfik e inmediatamente detrás, a unos 2 cm. de
distancia irá el masik propiamente dicho.
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Situación en el kayak de las dimensiones antropomórficas
T
enemos que trasladar a las bordas los puntos marcados sobre el tablón. Para
ello, lo más practico es hacer uso de una tablilla estrecha de más o menos 130
cm de larga a la que trasladamos todas las marcas que tenemos en el tablón.
Conservaremos esta tablilla hasta haber finalizado la construcción del kayak e
incluso posteriormente como recordatorio de las dimensiones que hemos utilizado. Puede sernos útil si en el futuro queremos hacer modificaciones o construir otro kayak. También es muy conveniente marcar las dos bordas al mismo
tiempo manteniéndolas para ello unidas por sus caras interiores mediante el
uso de prensillas o incluso de puntas o tirafondos. De este modo minimizamos
la posibilidad de errores y garantizamos la simetría. Teniendo las dos bordas así
unidas, determinamos su centro geométrico, el punto que equidista de ambos
extremos y marcamos una línea alrededor de los dos tablones que nos señale la
posición de este centro geométrico. Esta línea debe ser bien visible y claramente
diferente de todas las demás que vamos a marcar sobre las bordas.
Hecho esto aún nos queda por hacer una última marca sobre la tablilla de mediciones. Antes de seguir adelante debemos tener en cuenta que no nos interesa
que nuestro centro de gravedad (el punto de equilibrio del tablón) caiga sobre el
centro geométrico del kayak. Es preferible que vaya un poco retrasado. De ese
modo la proa irá más levantada que la popa con lo
que el kayak mantendrá mejor el rumbo y remontará
mejor las olas. ¿Cuánto retrasamos nuestro centro de
gravedad, o lo que es lo mismo el punto de equilibrio
del tablón, respecto al centro geométrico de las bordas?. Hay varios modos de determinar esto.
Unos dicen que la posición teórica del respaldo estará a popa del centro geométrico de las bordas una
distancia igual a nuestro pie más nuestro puño. Petersen marca la posición teórica del respaldo a 25 cm a
popa de ese centro geométrico pero me da la impresión que eso coloca el centro de gravedad del tripulante casi sobre el centro geométrico de las bordas.
El método más sencillo y el utilizado en este caso es
el que nos explica Cunningham. Consiste en medir
la distancia desde la posición teórica del respaldo al
punto de equilibrio del tablón y dividir esa distancia
entre 3. Ya está.
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Ubicación del resto de los travesaños de cubierta
Para este kayak la distancia desde el punto de equilibrio a la posición de la espalda baja es de 24,5 cm., que divida entre 3 nos da
un resultado de 8 cm. Pues bien, volvemos a la tablilla y hacemos
una marca 8 cm por delante de la marca correspondiente al punto
de equilibrio del tablón. Rotulamos esta última marca como “centro de las bordas”.
Ahora si. Colocamos la tablilla longitudinalmente sobre el canto
superior de ambas bordas unidas de modo que la marca de la tablilla rotulada como centro de las bordas se sitúe sobre el centro
geométrico real de las bordas (la línea que contornea los dos tablones). Pasamos a las bordas el resto de las marcas que tenemos
en la tablilla.
Para la marca del seeqqortarfik (anclaje de las rodillas) y todas
las marcas correspondientes a travesaños de cubierta que estén a
popa del seeqqortarfik marcaremos una X por el lado de popa de
la marca. De este modo indicaremos que la marca se corresponde
al borde delantero del travesaño de cubierta en cuestión. Para todas las marcas correspondientes travesaños de cubierta que estén
a proa del seeqqortarfik marcaremos una X por el lado de proa de
la marca. De este modo indicaremos que la marca se corresponde
al borde trasero del travesaño de cubierta.
Algunas de las marcas del borde superior de las bordas serán borradas en próximas fases de la construcción, por lo que antes de
seguir adelante pasaremos a las caras exteriores de las bordas todas las marcas referentes a travesaños de cubierta.
A 60 cm del extremo delantero de las bordas hacemos una marca
que sitúa el bao o travesaño de cubierta, ajaaq para entendernos,
que marcaremos como nº 1 (usaremos baos de 20 x 45 mm de
sección) . Entre el bao nº 1 y el apoyapiés o tukerumiak se sitúan
otros dos travesaños que se espaciarán a intervalos regulares.
Entre el apoyapies, o travesaño nº 4 y el que sirve de anclaje para
las rodillas, seeqqortarfik o travesaño nº 6 se sitúa equidistante de
ambos, el travesaño nº 5.
La marca del bao nº 11 se sitúa a 63 cm del extremo trasero de las
bordas. Entre el bao nº 11 y el respaldo, que como dijimos se ha
retrasado 10 cm respecto a su posición teórica, se colocan otros
tres travesaños espaciados a intervalos regulares.
Al masik no se le asigna número. Recordemos que todos los travesaños a popa del seeqqortarfick y este incluido llevan una X a popa
de su marca de posición, mientras que para los travesaños a proa
del seeqqortarfick la X irá a proa de su marca de posición.
Distribución de las costillas
Unos hablan de poner más y otros menos costillas. Unos dicen
que esas costillas serán de mayor sección y otros que de menos. En
este caso se colocan 21 costillas, espaciadas de centro a centro 20
cm (este intervalo se altera ligeramente para algunas costillas en la
zona de la bañera) y de una sección de 25x6 mm. La costilla nº 1
se sitúa inmediatamente a popa del bao nº 1 (Petersen la coloca a
60 cm del extremo delantero de la borda). La costilla nº 21 se sitúa
inmediatamente a proa del bao nº 11 (Petersen coloca también
esta costilla a 60 cm del extremo trasero de la borda). En la ubicación de las costillas se atiende a los siguientes criterios:
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- Que el espaciado sea lo más regular posible
- Que ninguna costilla coincida en el mismo punto que un travesaño.
Al usar bordas tan estrechas (70 mm en este caso) si hiciéramos en
un mismo punto de la borda el cajeado para la costilla y el cajeado
para el travesaño, la borda quedaría muy debilitada. Esta precaución
quizá no fuese necesaria si utilizásemos bordas más anchas, en el
entorno de los 8 cm. Si tal coincidencia se produce tendremos que
desplazar ligeramente bien el travesaño bien la costilla en cuestión
o bien alteraremos ligeramente todo el espaciado intercostal. Una
costilla claramente desplazada de su posición teórica puede resultar
muy antiestética y sería muy notoria en el caso de una tela transparente.
- Que ninguna costilla coincida bajo el punto de apoyo del trasero,
las protuberancias del isquion, ni bajo los talones. Antes bien procuraremos que estos dos puntos anatómicos coincidan en el punto
medio entre dos costillas. Por esta razón en la zona de la bañera muy
posiblemente nos veamos forzados a alterar el intervalo entre las costillas. De hecho Cunningham recomienda que comencemos en estos
dos puntos y atendiendo a este criterio el reparto de las costillas.
Durante todo el proceso de marcar las bordas conviene ser disciplinado y metódico. En el caso de las costillas marcamos el canto inferior de las bordas. Numeraremos todas las costillas empezando por la proa.
Si solo hacemos una marca para indicar la posición
de cada costilla, esta marca indicará el borde delantero de la costilla, o lo que es lo mismo pondremos
la X a popa de la marca. Lo mejor de todas formas es
utilizar una tablilla del mismo ancho que las costillas
y de largo igual al espaciado intercostal. Determinada
la posición de una costilla apoyamos la tablilla a lo
largo de la borda de modo que un extremo coincida
con la marca de la primera costilla. El otro extremo
nos indicará la posición de la siguiente costilla. Marcamos. Ponemos ahora la tablilla atravesada sobre la
borda de modo que uno de sus lados coincida con
la marca anterior. El otro borde nos indicará el borde
opuesto de la misma costilla o mejor del cajeado que
tendremos que hacer para alojar esa costilla.
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5. Cajeado de las costillas
En los cantos inferiores de las bordas tendremos que realizar
una serie de escopladuras donde se alojarán los extremos de las
costillas. Estas cajas o escopladuras serán de igual ancho y largo
que la sección de las costillas. En el kayak que nos ocupa 25 x 6
mm. Es importante que la escopladura quede bien centrada en el
canto de la borda de modo que a cada lado nos quede una pared
de madera de idéntico grosor. En este kayak y teniendo las bordas
un grosor de 20 mm, la pared de madera a cada lado de la escopladura es de 7 mm.
fresa un poco más y doy otra pasada. Bajo la fresa a tope y realizo
una última pasada.
Por supuesto antes de hacer nada sobre las bordas hago pruebas
sobre algún sobrante de los tablones que utilizo para las mismas
bordas. De ese modo compruebo los ajustes de la máquina y observo sus reacciones sobre la madera.
Se que el mantel con fresitas que aparece en las fotos resta profesionalidad. Reconozco que siempre he sido un poco adán. Se puede ver toda la serie de fotos referentes al cajeado de las costillas.
También es muy importante que todas las cajas tengan la misma
profundidad; 20 mm en este caso.
Hay muchos modos de hacer las escopladuras, con un formón,
con el taladro, con máquinas especiales, etc. Yo prefiero usar la
fresadora. Es seguramente el método con mayor relación calidad/
precio o lo que es lo mismo precisión/tiempo. La fresadora que se
ve en las fotos me da la precisión suficiente para este trabajo (bien
es verdad que tengo que reforzar con prensillas la sujeción de la
guía.) La compré de oferta en unos grandes almacenes dedicados
al bricolaje y si no recuerdo mal me costó 50 €. En la oferta se
incluía un juego de fresas y un estuche de madera para guardar el
conjunto.
El método de trabajo que utilizo es como sigue: hago un agujero
a tope de profundidad por el lado interior de una de las marcas
de la caja. Después hago otro agujero a tope de profundidad por
el lado interior de la otra marca. Con la fresa regulada a 1/3 de la
profundidad tope voy de un agujero al otro (no me hace falta arrimarme por completo al borde exterior de cada agujero). Bajo la
Practicamos un primer taladro en un extremo de la caja que queremos tallar.
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Iniciamos una nueva caja para otra costilla.
En el otro extremo perforamos otro taladro. Solo nos falta hacer correr la fresa de un
taladro al otro. Podemos hacerlo en 2 ó 3 pasadas sucesivas aumentando la profundidad en cada pasada.
Hemos acabado de tallar la caja.
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Hemos concluido el cajeado para las costillas
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6. Ángulo lateral de las bordas y arrufo. (“Flare and sheer”)
E
l arrufo o arrufadura es la curvatura que describe en un kayak la línea de
unión de la cubierta con el casco haciendo que en general tanto la popa como
la proa estén a mayor altura sobre el agua que la parte central de la embarcación. Dicho de otro modo es la curvatura, cóncava en la gran mayoría de los
casos, que forma cada uno de los bordes superiores de las bordas, de modo que
sus extremos están más alejados del agua que el centro. Hay algunos casos, pocos, de kayaks con arrufo inverso pero no nos vamos a ocupar aquí de ellos.
Se dice que este arrufo hace que la embarcación sea más fuerte. Tiene consecuencias claras sobre el rocker y desde luego sobre el comportamiento del
kayak. Cuanto mayor sea el arrufo más influenciable será el kayak a los vientos
laterales pero tendrá mayor facilidad a montar por encima de las olas permitiéndonos un navegar más seco en mares de grandes olas. El arrufo que demos
a nuestro kayak será como siempre una cuestión de equilibrio.
Otra manera de acentuar el arrufo de un kayak es mediante el empleo
de cuñas que se colocan sobre las bordas tanto a proa como a popa.
Algunos constructores para aumentar el arrufo añaden a los extremos de las bordas unas cuñas como
de 30 cm que sujetan al borde superior. La altura de
estas cuñas dependerá del suplemento en altura que
queramos conseguir en los extremos de las bordas y
en consecuencia del arrufo que persigamos. Un buen
ejemplo de este sistema lo podemos ver en la foto.
Otros constructores parten de tablones más anchos de
los que recortan las bordas de manera que los extremos de estas sean más elevados que la parte central.
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Olvidándonos de todo lo anterior el arrufo depende de dos parámetros básicos, la manga y el ángulo lateral de las bordas.
entre si que los bordes inferiores. Queda más claro si echamos un
vistazo al dibujo.
Si observamos los kayaks que se encuentran en museos vemos que
a lo largo de la historia se han construido kayaks en que las bordas presentan ángulos laterales muy diversos. Tanto Cunningham
como Morris institucionalizaron de algún modo un flare de 17º
que parece haberse convertido en un valor universalmente aceptado como Standard. Ese será el ángulo que utilice yo para las
bordas de este kayak.
Cuanto mayor sea la anchura del kayak, mayor curvatura en el
plano horizontal tendrán que describir las bordas y mayor arrufo
vamos a obtener. Aún así, por mucha manga que tenga nuestro kayak no obtendremos ningún arrufo en absoluto si no presentamos
las bordas con un cierto ángulo lateral. Este ángulo lateral, flare,
es el ángulo que presenta cada una de las bordas respecto a la
vertical y que hace que sus bordes superiores estén más alejados
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7. Dar forma a las bordas
En un kayak groenlandés las bordas no se unen en una figura simple de huso
o de óvalo, como es el caso del primer dibujo. Es característico de estos kayaks
que las bordas se pincen en las zonas próximas a los extremos forzándolas a
describir una curvatura inversa a la que describen en la zona central. La forma
convexa que presentan en la zona media del kayak se transforma tanto a popa
como a proa en una forma cóncava. Esta contra curva que describen las bordas
no solo produce el adelgazamiento típico de la popa y de la proa que hace el
kayak más estilizado. Tiene también una influencia notable en la línea de arrufadura. Visto el kayak de perfil se observa tanto a popa como a proa, si no se
remedia, una especie de abultamiento o joroba en la línea de arrufadura.
En algunos kayaks, típicamente, por ejemplo, los del este de Groenlandia, esta
joroba es perfectamente apreciable. En otros, los más, se busca una línea de
arrufadura continua en la que esta joroba esté totalmente neutralizada. Petersen
habla de dos tipos de kayak, el A y el B, atendiendo simplemente a si aparece
o no la joroba.
En los kayaks de tipo A, los que tienen la joroba, las bordas son de anchura
constante. A lo largo de toda la longitud de la borda su canto superior es paralelo al inferior. En los kayaks del tipo B, aquellos en que no se aprecia abultamiento alguno, el canto superior de la borda se talla del modo que se indica en
el dibujo precisamente para evitar la formación de tal joroba.
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La figura representa tanto el extremo de popa como
el de proa. Ambos se tallan de forma simétrica. Los
números de la fila superior indican la medida en que
debemos rebajar la anchura de la borda. Los números
de la fila inferior indican la distancia al extremo de
popa o de proa, según el caso, del punto correspondiente en la fila superior. Por ejemplo, para el punto
situado a 50 cm de la popa tendremos que rebajar
en 15 mm la anchura del tablón que usamos como
borda. Lo mismo para el punto situado a 50 cm del
extremo de proa.
Para dibujar una línea curva continua que pase por
los puntos indicados en el dibujo lo mejor es utilizar
un listoncillo elástico de madera de unos 2 m. Clavamos una punta sin cabeza a 50 cm del extremo del
tablón y 1,5 por debajo de su canto superior. Esta
punta servirá de tope superior al listón de madera que
usamos como regla flexible. Por el lado contrario del
listón seguimos clavando las puntas necesarias para
forzar una curva en el listón de modo que su borde
delantero pase por los puntos indicados en el dibujo. A continuación no tenemos más que pasar por el borde delantero del listón un lápiz bien afilado.
Dibujado el nuevo contorno curvo solo nos queda tallarlo.
Hay multitud de métodos para recortar el tablón hasta esa línea curva que hemos marcado. Trataremos en primer lugar de aproximarnos a la línea utilizando
algún sistema que nos permita avanzar con rapidez. La precisión aquí es secundaria. Una vez que hayamos hecho el primer desbaste de material utilizaremos
un cepillo para rebajar la madera justo hasta la línea marcada dejando al mismo
tiempo un acabado satisfactorio. Un método sencillo y rápido de hacer la primera fase de este trabajo consiste en dar varios cortes verticales desde el canto
superior del tablón. Utilizaremos para ello una sierra y daremos los cortes en los
puntos donde la línea curva se aleja más del borde recto del tablón (daremos
un corte en el punto de mayor profundidad a 50 cm del extremo.) Ninguno de
estos cortes llegará a tocar la línea. Después utilizaremos un formón para labrar
la madera rápidamente siguiendo la línea aunque apartados de ella prudencialmente. Los cortes verticales evitarán que el formón profundice más allá de lo
que profundizan esos cortes verticales.
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Tallado el borde superior debemos dar forma a los extremos del tablón. Para
aumentar la superficie de contacto entre las dos bordas, en su encuentro a los
extremos de la embarcación, debemos tallar un chaflán en su canto inferior.
El chaflán se inicia a 20 cm de cada extremo de la borda y se le da una pendiente tal que la anchura de la borda se vea reducida a la mitad justo en la punta.
Una vez que hemos dado forma a las bordas tendremos que separarlas para seguir trabajando con ellas de manera individual. En este caso, una segunda comprobación de la flexibilidad de cada una de las bordas me da como resultado
que una de las bordas flexa menos que la otra. Para solucionarlo he puesto un
peso sobre la tabla más rígida y la he dejado así durante toda la noche. Espero
que esto sea suficiente. De otro modo podría probar a rebajar muy ligeramente
el grosor de la borda más rígida.
Utilizamos un listón delgado como regla flexible para marcar la curva que define el contorno que queremos dar al canto superior de la
borda. También se ve marcado con lápiz el chaflán en el extremo del
canto inferior.
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Utilizamos un listón delgado como regla flexible para marcar la curva que define el
contorno que queremos dar al canto superior de la borda. También se ve marcado con
lápiz el chaflán en el extremo del canto inferior.
Con el formón nos acercamos a la línea pero sin llegar a tocarla.
Para cepillar una superficie cóncava el cepillo debe avanzar muy sesgado respecto a la
dirección del movimiento.
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Recortamos el chaflán en el extremo del canto inferior.
Las bordas ya tienen forma.
Al igual que hicimos con la curva tallada en el canto superior, rematamos el corte del
chaflán con un cepillo.
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8. Cajeado de baos. 1
Fabricación de una plantilla.
L
a manera más sencilla de unir los los travesaños
de cubierta a las bordas es mediante el empleo de
clavijas de madera. Yo prefiero sin embargo realizar
esta unión mediante un ensamble a caja y espiga. Se
trata de una unión mucho más fuerte que la anterior
y no es tan complicada de realizar como pudiera parecer a primera vista.
Empecemos por las cajas.
Debemos practicar en las bordas unas entalladuras
rectangulares de 30 x 10 mm donde luego se alojaran las espigas que recortemos en los travesaños.
Estas entalladuras son pasantes, es decir traspasan el
tablón de la borda de un lado al otro, y forman con
él un ángulo igual al flare, en nuestro caso 17º. No es
tan complicado.
Todas las cajas son paralelas al canto superior de la
borda. La distancia de cada caja al canto superior de
la borda medida por la cara exterior de la borda es de
10 mm. Recordemos las marcas que habíamos hecho
en las bordas para situar los travesaños sobre ellas.
Habíamos puesto una X por uno u otro lado de las
marcas. Pues bien, por el lado de la X de cada marca
hacemos otra marca separada 30 mm de la anterior.
Ya hemos determinado la longitud de la caja y su emplazamiento en la borda.
Recordemos también que el masik no se une con este tipo de ensamble, por lo
que no se hará ninguna entalladura destinada a él.
Probablemente el mejor procedimiento para tallar estas cajas es el que nos describe Cunningham. Al menos es el que menos herramienta necesita, aunque si
requiere del empleo de una plantilla (Cunningham es muy aficionado al empleo
de las plantillas).
Para la fabricación de esa plantilla necesitamos un taco de madera de unos 4
cm de grueso, no más de 9 cm de ancho y más o menos otros 10 ó 12 cm de
largo. Empezamos por perforar un taladro pasante de 10 mm de diámetro a lo
largo del eje vertical del taco de madera (ver la foto.) Recordemos que 10 mm
es el ancho que pretendemos dar a las cajas. Es importante que este taladro esté
perfectamente alineado con lo que será el eje vertical de la plantilla. Para hacerlo se puede hacer uso de otro taco de madera similar al que usamos para la
plantilla y colocarlo perpendicularmente a la cara de la plantilla donde vamos
a iniciar el taladro. Este segundo taco de madera nos puede servir de guía para
perforar el taladro tal como se ve en la foto correspondiente.
Describir con palabras la fabricación de la plantilla nos lleva a un autentico
galimatías interminable y tedioso de leer, mientras que un simple vistazo a las
fotos nos dejan las ideas perfectamente claras. Solo un par de aclaraciones:
- La plantilla se prepara de tal manera que una vez apoyada sobre el tablón de la
borda el orificio perforado en la plantilla debe formar con el tablón de la borda
un ángulo igual al flare, esto es 17º. Al mismo tiempo el extremo inferior de ese
orificio coincidirá a 1 cm de distancia al canto superior de la borda.
- Al taco de madera que usamos como plantilla le añadimos una tablilla contra
la que apoyaremos el canto superior de la borda a la hora de practicar los taladros. La misión de esta tablilla es ayudarnos a emplazar cada taladro en el sen-
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tido longitudinal de la borda. La tablilla se confecciona y se coloca de tal modo
que desde cada uno de sus extremos al borde contrario del taladro realizado en
el taco de madera tiene que haber exactamente 30 mm (la longitud de las cajas
de los travesaños).
Un taco de madera auxiliar nos ayuda a guiar el taladro.
Marcamos un bloque de madera para fabricar un plantilla que usaremos en el cajeado de los travesaños.
Cuando alineemos la tablilla con una de las dos marcas que hemos trazado en
las bordas para cada travesaño, sabremos que el taladro de la plantilla quedará
justo sobre la vertical del extremo contrario de la caja que queremos tallar. En
resumen, si las escopladuras van a tener 30 mm de longitud y vamos a utilizar
una broca de 10 mm (10 mm es el diámetro del orificio de la plantilla) la tablilla
debe medir 50 mm de largo; 30 x 2 – 10 ó (30 – 10/2) x 2.
La plantilla está lista.
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9. Cajeado de baos. 2
Si observamos las fotos en el orden en que se pre-
sentan se hace innecesaria la siguiente explicación.
Aún así veamos paso paso toda la secuencia de procedimientos en el cajeado de una escopladura:
Si no lo hemos hecho ya empezamos por delimitar
la longitud de la escopladura. Para cada uno de los
travesaños hacemos una segunda marca a 30 mm de
la primera por el lado que habíamos marcado la X.
Colocamos la plantilla sobre la cara exterior de la
borda haciendo tope contra el canto superior. El extremo izquierdo de la plaquita de madera debe coincidir con la marca izquierda e la escopladura. Perforamos usando como guía el taladro en la plantilla. El
taladro habrá coincidido sobre el extremo derrecho
de la escopladura.
escuadrar los extremos de la escopladura para que esta quede de forma rectangular. Yo encuentro más sencillo dejar los extremos redondeados y rendondear
a su vez y en su momento los espigos en los travesaños (hago lo mismo con las
costillas). Para limpiar los extremos de la escopladura utilizo una gubia más o
menos semicircular de 10 mm de anchura.
Por último acabo de lisar las paredes de la escopladura con una lima plana y
otra redonda de diámetro adecuado.
Dependiendo de la anchura del travesaño nº 6 puede que tengamos que retrasar 2 cm hacia popa la caja para este travesaño para conseguir que su borde
delantero quede definitivamente en línea con su correspondiente marca en la
borda. En la entrada correspondiente a los travesaños curvos se insiste sobre
este punto.
Recordemos que para el masik no haremos ningún cajeado.
Alineamos ahora la plaquita de madera con la marca
derecha de la escopladura y perforamos de nuevo. El
taladro habrá coincidido sobre el extremo izquierdo
de la escopladura.
Colocamos ahora la plantilla de modo que guiemos
la broca entre las perforaciones anteriores. Esta alineación la podemos hacer a ojo mirando por el taladro en la plantilla. Hacemos la tercera y última perforación.
Con un formón bien afilado alisamos y limpiamos los
bordes de la escopladura. Parece que lo más usual es
Tenemos una marca por cada travesaño. La X indica a qué lado de la marca irá el travesaño.
Marcamos por el lado de la X y a 30 mm de la primera marca.
Las dos marcas delimitan la longitud de la escopladura.
Completamos la 2ª marca.
La plaquita de madera en la plantilla está alineada con la marca izquierda de la escopladura.
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La plaquita está ahora alineada con la marca derecha en la borda. (Por debajo de la
plantilla vemos asomar el primer taladro.)
Los tres taladros.
El tercer taladro lo centramos entre los anteriores. Alineamos a ojo.
Alisamos los bordes con un formón.
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Rematamos los extremo con una gubia redonda.
En los extremos utilizamos una lima redonda.
Alisamos con una lima plana.
Resultado final.
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10.Biselado del canto superior de las bordas
En todo este proceso de dar forma a los tablones que van a cons-
tituir las bordas del kayak nos falta un último paso. Biselar el borde
interior del canto superior.
Debido al ángulo lateral, flare, con que colocamos las bordas para
formar la cubierta, el borde interior de su canto superior estará
a más altura que el borde exterior. Esto provocará sendas aristas
en la tela , una a cada lado, que recorrerán la cubierta longitudinalmente de proa a popa. Para evitar estas protuberancias, en
el supuesto de que queramos hacerlo, tendremos que biselar los
cantos superiores de las bordas de manera que una vez colocadas
con el ángulo lateral que hayamos elegido, ese bisel presente una
superfice horizontal donde se apoyará la tela con que recubramos
el kayak.
metría veríamos que esta segunda línea que discurre por la cara
interior se separa en todo momento 4 mm del canto superior de la
borda (esto para una borda de 20 mm de grosor y un flare de 17º).
Creo que me cuesta más explicarlo que hacerlo. Como digo las
fotos lo aclaran mejor que las palabras.
De nuevo las fotos ilustran mucho mejor el proceso que las palabras.
Empezamos por marcar una línea a lo largo del canto superior de
cada borda. Está línea será paralela al borde exterior de ese canto
superior y estará a 6 mm de él. El gramil es la herramienta más
útil para este tipo de marcaciones. Sobre el extremo puntiagudo
de la borda, en la cara que redujimos a 20 x 35 mm de sección,
marcamos con la falsa escuadra un línea que forme un ángulo
igual al flare, 17º, con el canto superior y que tenga su origen en
la línea longitudinal que acabamos de marcar. Esta línea inclinada
nos marca la pendiente del bisel. En el punto de encuentro de esta
línea inclinada con la cara interior de la borda arranca otra línea
que debemos marcar y que recorre la borda a lo largo de la cara
interior paralelamente al canto superior. Si usaramos la trigono-
A lo largo del canto superior marcamos una línea paralela a la cara exterior y a 6 mm
de ella
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La falsa escuadra está ajustada a 17º (flare). Marcamos una linea que arranca en la
línea que acabamos de marcar con el gramil.
Cepillamos entre las dos líneas marcadas con el gramil.
En el punto de encuentro entre la línea que marcamos con la falsa y la cara interior
arranca la línea que marcamos ahora con el gramil y que recorre longitudinalemte toda
la cara interior.
El bisel terminado. La cara interior de la borda está a nuestra izquierda, hacia la parte
baja del bisel.
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11.Ensamblaje de las bordas
Diseño de la cubierta.
E
n la fase anterior perfilamos los dos tablones que van a configurar las bordas de nuestra embarcación (quizá fuera más apropiado
hablar de regalas). Nuestro siguiente objetivo es ensamblar esas
dos bordas definiendo el primer boceto de la cubierta.
El trabajo adquiere un nuevo interés. Empezamos a ver formas que
se asemejan a un kayak. Aún así no debemos dejarnos llevar por
el entusiasmo. Esta fase tiene una importancia trascendental en la
definición de la forma resultante de nuestro kayak y aunque nos
sirvamos de algunos útiles y de algunas recomendaciones al final
será nuestro ojo y nuestro buen o mal criterio quienes tengan la
última palabra. Se puede decir que dos kayaks serán con toda seguridad distintos aún teniendo las mismas dimensiones y esta es
una de las fases en que conferimos al nuestro un mayor grado de
su distintiva individualidad, y lo hacemos además de un modo en
gran parte subjetivo.
¡Al tajo! Lo más práctico en este proceso es hacer uso de cinco
plantillas que fabricaremos preferentemente de tablero contrachapado de 20 mm de grosor. Para no aburrir con palabrerío lo mejor
es una vez más referirnos a la figura.
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En las cinco plantillas los extremos laterales forman un ángulo de 73º con el
borde superior e inferior, justo el flare. En todas, excepto en la central, la anchura puede variar ligeramente, pero es muy importante ser precisos en cuanto a
ese ángulo de 73º. La anchura de las plantillas será tal que sus extremos laterales
se apoyen en toda la anchura de las bordas sin sobresalir excesivamente.
Las tres plantillas interiores actúan como separadores mientras que las dos plantillas de los extremos actúan como tirantes.
La plantilla central tendrá una longitud total justo igual a la manga que hayamos
elegido menos la anchura de las dos bordas en conjunto. Será el primer separador que coloquemos y lo haremos centrándolo justo en la línea central de las
bordas. Algunos autores prefieren conseguir la mayor anchura del kayak a la
altura del masik. Otra cuestión de preferencias personales.
Las dos plantillas de los extremos tendrán una anchura interior de entre 14 y 20
cm. Son las que colocamos a continuación, primero una en un extremo y luego en el otro. Al colocar la primera de ellas debemos tener cuidado. En el otro
extremo las bordas se separarán tanto que se caerán del caballete a no ser que
hayamos tenido la precaución de acercar ese caballete al centro de las bordas
o de hacernos ayudar por otra persona. Hacemos avanzar estos tirantes hacia el
centro del kayak hasta que los extremos de las bordas se toquen.
Ya tenemos colocado el separador central y los dos tirantes. Medimos la distancia de borda a borda a la altura de los travesaños nº 3 y 9. Tomamos la medida
por el lado de los travesaños más próximo al centro de la embarcación. Estas
distancias son las anchuras respectivas de las las otras dos plantillas que nos
faltan por colocar.
Colocamos en su sitio los dos nuevos separadores, uno al altura del travesaño
nº 3 y otro a la altura del travesaño nº 9 y los empujamos un poco hacia sendos extremos del kayak, el del nº 3 hacia proa y el del nº9 hacia popa. Aquí es
donde empieza el juego. Cuanto más empujemos hacia afuera esos dos tensores más volumen conferiremos al kayak. Si queremos un kayak de uso general
Cunngingham recomienda mover el tensor de proa
una distancia igual a la mitad de la separación entre
el travesaño nº 3 y el nº 2 y el tensor de popa un
tercio de la distancia entre el travesaño nº 9 y el nº
10. Morris por el contrario recomienda que el tensor
de popa esté más cerca del extremo que el tensor
de proa. Con esto conseguiremos un poco más de
volumen a popa compensando en parte el hecho de
que en la mitad posterior del kayak la cubierta es más
baja y su consiguiente implicación en una merma de
volumen con respecto a la mitad anterior. Al dar un
poco más de volumen a popa conseguiremos que el
kayak no se clave tanto de atrás y reduciremos su
tendencia a aproarse al viento.
Si lo que buscamos es un kayak de muy bajo volumen apenas si forzaremos el emplazamiento de eso
dos separadores. Podemos obtener una indicación
del volumen que estamos añadiendo al desplazar
esos tensores quitando el tensor central y colocándolo atravesado sobre las dos bordas sobre la misma
línea en que lo teníamos colocado, la línea donde
queremos conseguir la máxima anchura del kayak.
Si la separación entre las bordas es menor que la anchura de la plantilla central es que hemos añadido
poco volumen mediante el desplazamiento de los
otros dos separadores. Al contrario, si la separación
que mantienen las bordas una vez que hemos retirado la plantilla central es mayor que la anchura de
la plantilla es que hemos añadido una considerable
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porción de volumen. Según Cunngingham la diferencia entre la separación que mantienen las bordas y
la anchura de la plantilla central no debe sobrepasar
los 25 mm. La recomendación que nos da Morris es
que ajustemos los dos separadores de modo que la
separación entre las las bordas no varíe al retirar la
plantilla central.
También podemos mover hacia el centro de la embarcación los dos tirantes de los extremos afilando
más o menos las puntas del kayak y variando por tanto los volumenes tanto a proa como a popa. También
aquí, según Morris, es conveniente que el tirante de
popa esté más próximo al extremo que el tirante de
proa para conseguir a popa un aumento relativo de
volumen. En general debemos buscar fluidez de líneas evitando forzar en exceso la estructura.
Una vez que hemos determinado la posición de las
plantillas nos aseguraremos de que están perpendiculares a la línea central del kayal (el eje de simetría de
las dos bordas). Una forma de hacer esto es medir a lo
largo de cada una de las bordas la distancia de cada
plantilla al extremo más cercano de las bordas. Las
dos medidas deben ser logicamente iguales. Hecho
esto marcaremos sobre las bordas la posición de las
plantillas. Si se produce una caida o desplazamiento acidental de cualquier plantilla podremos volver
a colocarla exactamente en la misma posición. No
obstante para evitar esos despalzamiento accidenta-
les colocaremos en cada borda un taco de madera que hará de tope a cada una
de las plantillas por la parte más ancha de la abertura entre las bordas y sujetaremos el taco con una prensilla.
Biselado de la unión
Hay algunas tareas del proceso constructivo que a primera vista nos parecen
casi imposibles de realizar y sin embargo, cuando nos explican el cómo, resultan sorprendentemente fáciles. Uno no puede dejar de pensar en esos viejos
esquimales con admiración y respeto.
Este es el caso de la unión de las bordas en los extremos. Los tablones entran
inicialmente en contacto solamente en un punto de cada extremo, la esquina
inferior e interior del extremo de cada uno de ellos. Para aumentar la superficie
de unión entre ambos tablones debemos biselar sus extremos en un ángulo
compuesto que como digo resulta imposible de calcular pero cuya ejecución
es bien sencilla. Lo único que tenemos que hacer es pasar repetidas veces la
hoja de una sierra entre las dos bordas justo por la unión. En cada pasada la
sierra cortará un poco de madera de cada tablón biselando simultaneamente
ambos tablones y aumentando paulativamente la superficie de contacto entre
ellos. Para esta tarea es preferible usar un serrucho de tipo europeo de hoja más
gruesa que los japoneses. Debemos ser cuidadosos y trataremos de cortar por
igual ambos tablones. A medida que avanzamos en este proceso veremos que
los extremos de las bordas se van estrechando en su parte inferior. Trataremos
que las dos mantegan el mismo grosor.
Continuaremos pasando la sierra hasta que las bordas entre en contacto a lo
largo de toda la altura de sus extremos o hasta que el grosor combinado de ambas sea de unos 25 mm por la parte inferior de la unión. Para ejecutar el trabajo
pinzaremos las bordas con la mano izquierda, manteniéndolas apretadas una
contra la otra mientras con la mano derecha empujamos la sierra en sentido
descendente. Trataremos de hacer la pasada de la sierra en un solo movimiento
vertical. La sierra cortará la madera al modo de una guillotina. El trabajo es sen-
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cillo pero fatigoso. La ayuda de otra persona que sujete y mantenga apretadas
las bordas será de gran utilidad. Lo que no debemos hacer es sujetar las bordas
con una prensilla, ya que tras cada pasada el asiento relativo entre ellas cambia
ligeramente y tendremos que irlo reajustando a medida que avanza el trabajo, lo
que haremos de forma automática si sujetamos las bordas con la mano.
Una vez que tenemos una buena superficie de unión entre los tablones cambiaremos la sierra por un pliego de lija de grano 80 doblado a la mitad. Al pasar la
lija por la unión haremos lo mismo que hacíamos antes con la sierra, solo que
ahora buscamos mejorar el acabado de los biseles o caras de contacto de las
bordas. Si con la sierra hubieramos comido más madera de un lado que del otro
podemos compensar ahora con la lija, pasando el pliego sin doblar de modo
que lijemos solo del lado que ha quedado más grueso.
Alineación de centros y simetría del conjunto
Llegados a este punto es muy importante comprobar el resultado de nuestro trabajo. Observaremos meticulosamente la curva descrita por ambas bordas ¿Son
perfectamente simétricas? Echaremos un cordel de punta a punta, lo sujetaremos
en cada extremo entre la unión de los dos tablones y lo tensaremos. Un nudo
simple ayudará a que el cordel no deslice entre las dos bordas. Lo tensaremos
y comprobaremos que está exactamente sobre la vertical del punto medio de
cada una de las plantillas. Una desviación de unos 3 mm fuera del centro de la
plantilla central es aceptable, pero si el cordel se va hacia uno de los lados una
distancia mayor de esos 3 mm debemos corregir la desviación.
Antes de nada debemos comprobar que hemos hecho correctamente todos los
pasos anteriores y que las plantillas están correctamente colocadas en su sitio,
si la respuesta es afirmativa y la falta de simetría persiste sabremos que uno de
los tablones es más rígido que el otro. El cordel se desplaza fuera del centro
de las plantillas hacia el tablón más rígido. Si la desviación del cordel no es
muy grande podemos probar a sujetar con una prensilla uno de los extremos
de las dos bordas unidas y deslizar en el otro extremo una borda con respecto
a la otra. Observaremos que este deslizamiento relativo desplaza el cordel acercándolo o alejándolo del
centro. Si esta operación es suficiente para corregir a
falta de simetría, en el momento en que el cordel se
sitúe sobre el centro de las plantillas con un lapicero
hacemos una marca atravesada a las bordas en el extremo que estamos deslizando. Esta raya nos servirá
para recordar el punto de encuentro de las dos bordas que sitúa el cordel sobre el eje longitudinal del
conjunto.
Si lo anterior no es suficiente para corregir la falta de
simetría podemos probar a separar ambos tablones y
forzar la curvatura de la borda más rígida, o cepillar
ligeramente esa borda más rígida para reducir ligeramente su grosor.
También puede ocurrir que el cordel se situe sobre el
centro del separador central pero se produzca cierta
desviación respecto al centro de alguna de las plantillas más exteriores. Esto sería síntoma de que uno
de los tablones se dobla en exceso en alguna zona
local o que uno de ellos es muy rígido en esa zona
donde el cordel se desvía del centro. Si queremos reducir un exceso de curvatura en un tablón podemos
cepillar ligeramente a un lado o al otro del punto
donde se produce ese exceso de curvatura. Si queremos aumentar localmente el grado de curvatura de
un tablón debemos cepillar ligeramente la zona donde queremos que se produzca la curvatura o hacer
unos cortes verticales no muy profundos. Para esos
cortes nos serviremos de una navaja o de un cuchillo
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y los espaciaremos uno o dos centímetros teniendo en mente que
siempre podremos reprofundizarlos para aumentar gradualmente
la curvatura del tablón en esa zona.
Estas plantillas correspondían a un proyecto anterior. Unas ligeras modificaciones bastaron para adaptarlas al proyecto actual.
Estas plantillas correspondían a un proyecto anterior. Unas ligeras modificaciones bastaron para adaptarlas al proyecto actual.
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Al retirar el separador central la manga no varía.
Dependiendo de su forma también podemos inmovilizar el tensor con cuñas.
Utilizamos tacos de madera para evitar que el separador se mueva accidentalmente.
Pasando el serrón entre la unión de las bordas aumentamos la superficie de contacto
entre ellas.
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Con un papel de lija doblado al medio alisamos las superficies de contacto que acabamos de crear con el serrón.
Unos cortes superficiales transversales ayudan a aumentar localmente la flexibilidad del
tablón.
Marcamos con una raya el punto medio de cada separador. Con un cordel comprobamos la alineación de los separadores. El cordel debe situarse justo sobre la raya en cada
separador.
Si los centros no están alineados podemos llevar el conjunto a su sitio desplazando una
borda respecto a la otra. Unas marcas de lápiz atravesadas nos ayudarán a recordar la
nueva posición.
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Las escuadras ayudan a saber si el cordel está sobre la vertical del centro de cada separador.
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12.Travesaños rectos
Sin contar el masik, tenemos en este kayak 11 travesaños de cubierta. De ellos 9 son rectos y dos, el 5 y el 6 son curvos. Vamos a
ocuparnos ahora de los travesaños rectos.
Para hacer estos travesaños usamos una madera del mismo grosor
que las bordas, 20 mm y de 4 cm de anchura. Lo más complicado
del proceso es tallar en cada extremo una espiga que se acople en
la correspondiente caja practicada en la borda. La complicación
de este proceso está en que está unión se produce en un ángulo
compuesto, o dicho de otro modo, son dos ángulos los que interviene en este ensamble. El primer ángulo a tener en cuenta se
forma en el plano vertical y es consecuencia del flare que hemos
aplicado a las bordas. Este ángulo vertical formado entre cada travesaño y la borda es por tanto constante e igual en este caso a 73º.
Aún así mediremos el ángulo vertical en cada travesaño para tener
en cuenta las pequeñas desviaciones que se hayan podido producir respecto al ángulo teórico de 73º.
El otro ángulo a tener en cuenta es el que se forma en el plano
horizontal como consecuencia de que las bordas no son paralelas sino que se van cerrando hacia los extremos de la cubierta.
Este ángulo es variable y por tanto distinto en cada travesaño. Para
medirlo usaremos la propia borda. Colocamos el travesaño sobre
la las bordas en la vertical de su posición definitiva y trazamos
una línea por su cara inferior deslizando el lápiz apoyado sobre
la cara interior de la borda. Después trasladaremos este ángulo a
cada uno de los extremos del travesaño con la ayuda de una falsa
escuadra.
Todo el proceso de marcado de los travesaño y corte de las espigas está ilustrado en las fotos y explicado a pie de ellas. Conviene
realizar este proceso metódica y meticulosamente, entendiendo lo
que estamos haciendo y comprobando que estamos marcando correctamente antes de efectuar ningún corte. Es importante recordar
en todo momento que la espiga está al ras de la cara superior del
travesaño y que el sobrante al recortar la espiga está del lado de la
cara inferior. Prestaremos atención al lado en que está el sobrante.
Un error tan tonto como común es cortar del lado de la espiga en
lugar de hacerlo del lado del sobrante.
Cuando colocamos el travesaño sobre las bordas perpendicularmente al eje de la cubierta para trazar sobre él todas las marcas, es
necesario alinearlo con las marcas de las correspondientes cajas
más próximas al centro de la embarcación. Una vez que tenemos
el travesaño en posición conviene inmovilizarlo con una prensilla
dispuesta como se ve en las fotos pero sin apretar tanto que lo
combe.
En las fotos se ilustra el proceso en uno de los extremos del travesaño. Aunque se supone que el otro extremo es simétrico yo
personalmente prefiero repetir el proceso por completo en el otro
extremo, recalculando incluso los ángulos vertical y horizontal y
reajustando la profundidad de la escuadra deslizante. Si por cualquier causa una de las cajas está un poco más cerca de lo debido
(o más lejos) del canto de la borda y no tenemos en cuenta el error,
el propio travesaño tratará de levantar una borda con respecto a la
otra forzando así el conjunto o dando como resultado el que una
borda esté un poco más alta que la otra.
Es conveniente realizar los cortes por el lado del sobrante de las
líneas, muy pegados a ellas pero sin llegar a borrarlas. Aquí será
de gran utilidad una sierra de precisión como pueda ser el caso de
una dozuki japonesa.
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El ángulo vertical real que acabamos de medir lo marcamos ahora desde la marca que
habíamos hecho con la escuadra deslizante en la arista superior del travesaño. La cara
delantera del travesaño hará contacto con la borda a lo largo de esta línea.
Ajustamos la falsa escuadra al ángulo horizontal que habíamos determinado usando la
propia borda como regla. Marcamos ahora ese ángulo en la cara inferior del travesaño a
partir del extremo de la línea que marca el ángulo vértical en el canto del travesaño. La
cara inferior del travesaño hará contacto con la borda a lo largo de esta línea.
Marcamos el mismo ángulo horizontal sobre la cara superior del travesaño. Esto es en
principio innecesario. Lo hacemos como mera comprobación de lo que estamos haciendo. Para cerciorarnos de no cometer errores marcaremos también en el otro canto del
travesaño el ángulo vertical. En cualquier caso la cara superior del travesaño conacta con
la borda a lo largo de esta línea.
Para determinar el grosor de la espiga ajustamos el gramil a la altura de la escopladura (10
mm) y marcamos desde la cara superior del travesaño. Marcamos alrededor del extremo
del travesaño.
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Marcamos alrededor del extremo del travesaño.
Una dozuki japonesa es quizá la mejor herramienta para esta tarea. Cortamos respetando las líneas. El primer corte lo hacemos en la cara inferior según el ángulo horizontal y
vertical marcados en el travesaño.
Cortamos ahora a lo largo de las marcas hechas con el gramil hasta encontrarnos con el
corte practicado anteriormente.
El mismo corte anterior desde otra perspectiva. La espiga nos queda a la izquierda de la
sierra, mientras que el sobrante lo tenemos a la derecha.
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Para determinar la anchura de la espiga utilizamos como plantilla una tablita del mismo
ancho que las cajas en las bordas (30 mm). Los lados largos de la tablita está a escuadra con el lado corto. Este lado corto está alineado con la marca del ángulo horizontal.
Ya están hechas las marcas que delimitan la anchura y la angulación de la espiga. En
la foto solo se aprecia la línea del lado del travesaño correspondiente al extremo de la
embarcación. La línea correspondiente a al lado más próximo al centro de la cubierta
no se aprecia en la foto.
Repetimos las mismas marcas por el otro lado del travesaño. En la foto se ve también el
resultado de los dos primeros cortes realizados.
Cortamos por el aldo exterior (lado del sobrante) de las líneas. Este corte se realiza por
el lado del travesaño más próximo al extremo del kayak.
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En algunos travesaños, hay tan poca madera que retirar por el lado correspondiente al
centro del kayak que para aproximarnos a la línea usamos el formón o incluso la lima
Rematamos los cortes y redondeamos los cantos con una lima. Es más fácil redondear
los cantos de la espiga que escuadrar los laterales de la caja.
Otra perspectiva del corte anterior.
La espiga está finalizada. Es conviente afilar un poco el extremo para evitar que se pueda astillar en el momento de introducirla en la caja.
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13.Travesaños curvos
Este kayak lleva dos travesaños curvos; el nº 5 y el nº 6 o seeqqortarfik. El
travesaño nº 6 es el que servirá de anclaje para las rodillas. A través de él transmitiremos al kayak las fuerzas necesarias para cantearlo, mantener el equilibrio
en los apoyos, hacer esquimotajes y realizar otras muchas maniobras. Este travesaño debe ser por tanto robusto y no debemos olvidar que el mero hecho de
que sea curvo es un factor que ya de por si le confiere debilidad.
Al travesaño nº 5 no le exigiremos ni tantos esfuerzos
ni tanto robustez. Morris, por ejemplo, ni siquiera coloca travesaño alguno entre el nº4 o reposapies y el
que sirve de anclaje para las rodillas, que en su caso
pasa a ser el nº 5.
Aparte de ligeras modificaciones encaminadas
a hacer los travesaños un poco más robustos,
más compactos y de más fácil ejecución, el
dibujo adjunto es básicamente una copia de
la representación que hace Petersen de estos
dos travesaños. En el caso presente, no obstante, estas dos piezas se han hecho de manera
un poco diferente a como se describen en el
dibujo. Al travesaño nº 6 se le ha dado una
altura total de 6 cm en lugar de los 5 cm que
se indican en el dibujo. Con esto conseguimos
una mayor altura libre por debajo de este travesaño; en concreto 1 cm más de altura libre,
ya que el grosor del del tramo horizontal recto se mantiene en 2 cm. Lo que pretendemos
con esta ganancia es conseguir cierta reserva
de volumen que nos permita más adelante reducir ligeramente el volumen por debajo de la
línea de arrufadura manteniendo aún así el espacio suficiente para las rodillas. En definitiva
buscamos unas cubiertas más bajas, especialmente la trasera, o lo que es lo mismo busca-
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cara superior. Esta diferencia no presenta mayores dificultades, se trata simplemente de un hecho a tener muy en cuenta a la hora de marcar el travesaño. En
las fotos se explica con mayor claridad el modo en que debemos marcar estos
travesaños.
mos un kayak con una menor profundidad a la línea
de arrufadura que el modelo descrito por Petersen.
La otra modificación importante la tenemos en el travesaño nº 5, que para este kayak se ha hecho de la
misma altura total, 6 cm, que el nº 5. Pretendemos
con esto conseguir que la cubierta delantera sea horizontal hasta alcanzar el travesaño nº 4 (reposapies),
lo que resultará en un mayor espacio para los pies
en previsión de que el tripulante de este kayak calce
un número considerable de escarpín. Obviamente si
el travesaño nº 5 tuviera una menor altura total que
el nº 6, como es habitual, la cubierta delantera tendría, como es también habitual, una cierta inclinación descendente hacia adelante desde la altura del
masik, donde se apoya el aro de la bañera, hasta encontrarse con la línea de arrufo un poco más allá del
travesaño nº 4.
Hay dos factores importantes a tener en cuenta a la
hora de marcar y confeccionar estos travesaños o sus
correspondientes cajas. El primero de ellos está en el
hecho de que aquí la espiga está enrasada con la cara
más inferior de la pieza. Recordemos que en el caso
de los travesaños rectos la espiga estaba al ras de la
El otro factor importante se refiere en concreto al travesaño nº 6 y ya se adelantó
en una nota aclaratoria en la sección referente al cajeado de los travesaño. Este
travesaño, el nº 6, es diferente a todos los demás en cuanto a que su marca de
posición en las bordas se hace por la parte delantera de la pieza mientras que
la espiga, que siempre la hacemos por el lado del travesaño correspondiente al
centro de la embarcación, irá por la parte de popa. En consecuencia, si la anchura del travesaño es de 5 cm y la de la espiga los 3 cm habituales, tendremos
que retrasar 2 cm el cajeado que hagamos en las bordas con respecto a la marca
de posición de este travesaño nº 6. Si no hubiéramos tomado esta precaución en
el momento de hacer el cajeado y hubiéramos hecho la caja justo a partir de la
marca de posición y extendiéndose, eso sí, hacia la popa, podríamos adelantar
un par de milímetros la espiga del travesaño respecto a su posición normal, esto
es, enrasada con el canto de la pieza más próximo al centro del kayak. Esto
tendría como consecuencia que el travesaño nº 6 quedaría un par de milímetros
más adelantado de lo inicialmente previsto, lo que en principio no parece de
mayor trascendencia.
Una última aclaración a las fotos. A parte del masik, hay dos travesaños a los
que se les va a solicitar mayores esfuerzos que al resto. Estos son el nº 6 y el nº
7. En ambos se apoya el aro de la bañera. En el nº 7 o isserfik, es frecuente que
nos sentemos en el momento de embarcar o desembarcar, y en el nº 6, aparte
de las solicitaciones propias relativas al control del kayak es muy posible que
tenga que soportar esfuerzos derivados de apoyar otro kayak en la cubierta delantera como consecuencia de algún rescate. Para asegurarme de que estos dos
travesaños tienen la robustez necesaria, una vez que están acabados, los coloco
sobre un par de tacos de madera, apoyados sobre sendas espigas, y los cargo
con mi peso. Vamos, que me pongo de pie encima de ellos, primero de uno y
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luego del otro, y les obligo a soportar mis 85 kg de hueso y músculo. Confiando
en la tenacidad del fresno reduje la anchura del seqqortarfik a 4 cm, igual que
el resto de los travesaños, lo que demostró ser claramente insuficiente, porque
cuando le apliqué el test de resistencia rompió por ambos extremos. Como no
me quedaba más fresno a mano, tuve que hacer un nuevo seqqortarfik de iroko,
esta vez, eso sí, de 5 cm de ancho.
Para recortar estos travesaños lo más conveniente es una sierra de cinta. Si carecemos de ella siempre podremos recurrir la método que usamos para recortar
la curvatura del canto superior de las bordas, en el que con una sierra practicábamos una serie de cortes sucesivos y no muy distanciados entre si que se acercaban a la línea de referencia pero sin llegar a tocarla y después con un formón
hacíamos un primer desbaste de madera. Por último con un bastrén podemos
alisar las superficies convenientemente. En cuanto a las espigas de los travesaños curvos, se recortan de manera muy similar al modo en que recortamos las
espigas de los travesaños rectos, razón por la cual parece innecesario ilustrar
con fotos esa tarea.
Marcamos el grosor de la espiga (1 cm ) desde la cara inferior del travesaño.
Ajustamos la escuadra deslizante a la profundidad en que se encuentra la cara superior de la caja. Para ello nos ayudamos de un par de
cuñas que introducimos en la caja.
Sujetamos la pieza a las bordas para evitar que pueda movierse durante el proceso de marcado. La pieza está alineada con las marcas de
las cajas más cercanas al centro del kayak.
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En la cara inferior del travesaño marcamos el ángulo horizontal que este forma con la
borda. La propia borda nos sirve de regla sobre la que deslizamos el lapicero.
La escuadra deslizante está ajustada a la profundidad de la cara superior de la caja y su
extremo está haciendo contacto con la cara interior de la borda. En la cara superior de
lo que será la espiga (habíamos marcado con el gramil) marcamos el extremo del travesaño. Estamos marcando sobre el travesaño lo que será un punto de contacto entre este
y la borda.
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Vemos la marca que hemos hecho sirviendonos de la escuadra cruzándose con la marca que habíamos hecho con el gramil.
Con la falsa escuadra ajustada a la inclinación lateral de la borda hacemos trazamos
una línea que pase por la marca que hicimos en el paso anterior. Esta línea está en el
plano de contacto entre el travesaño y la borda.
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Sirviendonos de una falsa escuadra marcamos el ángulo horizontal desde el punto donde la línea anterior
se encuentra con la arista. El ángulo horizontal lo habíamos determinado usando la propia borda como
regla.
La línea anterior vista con más claridad y su prolongación a la arista
inferior del travesaño.
A modo de comprobación trazamos el ángulo vertical por la cara posterior del travesaño. Esta línea debe
unir la línea de la cara inferior con la de la cara superior.
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Sobre la línea del ańgulo vertical marcamos la altura del hombro de la espiga (1 cm.)
Usando el gramil marcamos el grosor del tramo recto horizontal del travesaño (2 cm.)
La marca anterior con un poco de mayor claridad.
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Los dos travesaños curvos terminados. Ambos están hechos en madera de fresno. Obsérvese el grosor de la zona curva del travesaño nº 6 (el de abajo en la foto.)
Un plato llano de unos 25 cm de diámetro nos sirve para trazar las partes curvas del
travesaño.
La figura del travesaño dibujada sobre el bloque de madera. Solo falta recortar.
Probando la resistencia del travesaño nº 6.
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Prueba no superada. (La foto está borrosa pero lo que hay debajo del pie son los trozos
del travesaño nº 6.)
El travesaño nº 6 tras la prueba de esfuerzo. Es bastante ilustrativo ver las zonas de fractura. En el próximo travesaño tendré que aumentar la anchura y el grosor de las partes
curvas. Para esto último haré más largo el arco de circunferencia inferior y más corto el
arco superior.
Nuevo travesaño nº 6 en madera de iroko y nº 5 inicial en madera de fresno. Contrastando esta foto con la otra en la que también se veían los dos travesaños, se ve claramente que el nuevo travesaño nº 6 tiene mayor grosor en las zonas curvas donde se
produjo la rotura del anterior.
Vista superior de los dos travesaños curvos. El travesaño nº 5 tiene tan solo 3 cm de
anchura, lo que se considera suficiente teniendo en cuenta que está hecho en fresno y
que en muchos kayaks ni siquiera se instala tal travesaño.
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14.Ensamble de la cubierta 1. Ensamblar los travesaños
Antes de proceder a ensamblar las bordas y los tra-
vesaños para formar la cubierta debemos matar todos
los cantos vivos. Lo mejor para ello es cepillar ligeramente las aristas y/o redondearlas con una lima. También se puede usar papel de lija de grano 120 pero a
mi me parece desaconsejable. Las arenas que deja la
lija en la madera desgastan muy rápidamente el filo
de la herramienta y aún tendremos que hacer más
cortes en algunas de estas piezas.
Después de cerciorarnos que las espigas se ajustan a
sus correspondientes cajas insertamos en primer lugar todos los travesaños en una de las bordas. A continuación colocamos la otra borda en los travesaños
empezando por el número 6 y moviéndonos hacia
la proa. Una vez que el travesaño nº 1 está colocado
en ambas bordas volvemos a colocar el tirante que
habíamos utilizado en en el ensamblaje previo de las
bordas e insertamos en la segunda borda el resto de
los travesaños empezando por el nº 7 y moviéndonos
hacia la popa. Al acabar colocamos en el extremo de
popa el otro tirante. Para acabar de llevar las cosas a
su sitio usaremos lo que en inglés se llama, curiosamente, Spanish windlass, que se traduce al castellano
ni más ni menos que como palo de atortorar y que nos es otra cosa que una lazada de cuerda que rodea ambas bordas y que retorcemos con un palo que hemos hecho pasar por el centro de la lazada. Tanto el palo como la cuerda deben
ser resistentes. También se puede usar cinta plana como la de atar el kayak al
techo del coche. Al dar vueltas al palo la cuerda se va trenzando y adquiriendo
una tensión que se transmite a las bordas tratando de acercarlas. La fuerza que
se ejerce con este dispositivo es tremenda, por lo que será más que conveniente
proteger las aristas de las bordas con tacos de madera de tal modo que la cuerda
no haga contacto directo con las bordas sino con esos tacos. Lo más normal es
colocar al menos tres de estos palos de atortorar, uno en el centro del kayak y
otro a cada lado de este, centrados a su vez uno sobre la mitad delantera y el
otro en la mitad trasera.
Si alguna espiga se resiste a entrar en su correspondiente caja apoyamos contra
la cadera la borda contraria y empujamos hacia nosotros y hacia la espiga rebelde la borda en cuestión al tiempo que golpeamos esa borda con una maza
de madera para acabar de conducir la caja a lo largo de la espiga. Evitaremos
golpear directamente la borda interponiendo entre esta y la maza algún taco de
madera.
Antes de proceder a bloquear los ensambles debemos revisar las alineaciones:
Nos cercioramos de que las puntas de las bordas están igualadas una con la otra
o en relación a las marcas de posición relativa que habíamos hecho con lápiz
en el ensamblaje previo de las bordas. Bloqueamos temporalmente el conjunto
mediante prensillas. En la posición donde irá el masik colocamos un listón de
madera apoyado en las bordas perpendicularmente al eje del kayak.
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Marcamos el punto de contacto entre este listón y cada una de las bordas. Marcamos una línea perpendicular al eje longitudinal del listón y equidistante entre
ambas marcas e inmovilizamos el listón de modo que esa línea media permanezca equidistante entre las dos bordas (en este kayak, al estar el travesaño nº 6
tan cerca del masik, es decir del centro de la embarcación, no es necesario tal
listón sino que comprobamos la alineación directamente sobre el listón nº6).
Colocamos una escuadra sobre el listón de tal manera que el borde de la hoja
metálica de la escuadra quede justo en la vertical de esa línea media. Sujetamos un hilo delgado y resistente entre las dos bordas en uno de los extremos y
lo llevamos hasta el otro extremo de la cubierta. Con un nudo simple en cada
extremo del hilo que nos sirva de retenida entre las dos bordas mantenemos el
hilo bien tenso. El hilo nos estará marcando el eje longitudinal de la cubierta. Si
el hilo toca la escuadra o se aleja menos de 1,5 mm podemos estar orgullosos
de nuestro trabajo. Si la distancia entre el hilo y la escuadra es mayor que eso
pero menor de 3 mm podemos estar satisfechos. Por encima de ese valor quizá
pudiéramos ser permisivos con nuestros errores, pero nunca más allá de lo 6
mm de diferencia. Por encima de eso tendremos que revisar los pasos anteriores
y averiguar dónde se ha producido el fallo.
“Palo de atortorar”. Con este dispositivo apretamos las bordas contra los travesaños. Las bordas se protegen con unos tacos de madera para evirtar que la cuerda, e este caso la cinta, las muerda.
Detalle de otro tortor.
Con unos golpes suaves junto a la caja acabamos de introducir la
espiga por completo.
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Con una escuadra colocada sobre el centro del travesaño nº 6 comprobamos la alneación de los centros.
El conjunto está montado y se ha tendido un hilo que marca el eje de
la cubierta.
La distancia entre el hilo y la escuadra es en este caso de 1,5 mm.
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15.Ensamble de la cubierta 2. Asegurar la unión de las bordas
E
mpezamos con las ligadas. Para fijar la unión entre las bordas lo primero que
haremos será literalmente atar una a la otra en cada uno de los extremos.
Las ligadas son un componente esencial y característico de este tipo de construcción. El material más adecuado para realizarlas es al parecer lo que podríamos llamar tendón artificial, “artificial sinew”, pero que en España resulta hoy
por hoy tan difícil de conseguir que mejor nos olvidamos de él. En su defecto
podemos utilizar hilo de nylon encerado de 1 mm de diámetro. No es tan difícil
de conseguir, resulta barato y es perfectamente apto para esta tarea.
A quien no esté familiarizado con ellas, estas lazadas le pueden parecer una
pobre forma, curiosa todo lo más, de ligazón entre elementos constructivos.
Sin embargo acabaremos por descubrir en ellas ingenio, elegancia, simplicidad
y sobre todo eficacia. En la misma medida en que profundizamos en el conocimiento de estos kayaks tradicionales suele aumentar nuestra admiración por
quienes los desarrollaron y perfeccionaron. La construcción de un primer kayak
es sobre todo una sucesión de pequeños descubrimientos; pequeñas sorpresas
que nos suelen dejar cuando menos un poco atónitos. Los asomos de desdén
con que en un principio pudieramos mirar a una sociedad aparentemente poco
evolucionada se transforman en un profundo respeto por quienes se supieron
adaptar tan admirablemente a un medio tan hostil y can tal escasez de medios.
A lo largo del proceso constructivo emplearemos distintos tipos de ligadura que
iremos viendo en detalle a medida que las utilicemos. Todas ellas se inician
haciendo firme un extremo del hilo a uno de los elementos a unir. Para ello haremos uso del nudo esquimal, cuya ejecución queda perfectamente explicada
en las fotos. Después, casi siempre, daremos unas lazadas alrededor de los dos
elementos cuya unión pretendemos asegurar y por último tendremos que dar
unas vueltas alrededor de las lazadas para tensar el hilo. En el caso de las bordas
haremos una ligada en cada extremo que según Cunningham sería del tipo XY.
Las descripciones técnicas dejan muy poco margen a
la literatura y las fotos describen este proceso mucho
mejor de lo que yo podría hacer con palabras.
Hechas las ligadas completamos la unión colocando
un par de clavijas de madera en cada uno de los extremos. Los detalles una vez más se explican al pie
de las fotos. Baste decir que antes de hacer un segundo taladro en uno de los extremos colocaremos
la clavija en el primer taladro practicado. Una vez
colocadas las clavijas en uno de los extremos, revisamos la alineación una vez más y colocamos las clavijas en el otro extremo. En las clavijas hacemos una
ranura por cada lado para alojar una pequeña cuña
que bloquee la clavija en su taladro. Esta ranura la
haremos perpendicular a las fibras de la madera para
evitar que la cuña siga abriendose en dos más allá
de donde acabamos la ranura. Al golpear una cuña
para introducirla en su ranura lo que conseguiremos
es desplazar la clavija hacia el otro lado a menos
que apoyemos algo pesado contra la cuña opuesta.
Los dos taladros de cada extremo se situarán a unos
20 mm por encima del canto inferior de las bordas.
Como estamos en la zona del chaflán los taladros dificilmente coincidirán en la misma línea de fibra con
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lo que el riesgo que la madera se raje será menor. En el momento
de hacer los taladros conviene apoyar un taco de madera contra la
superficie por la que va a salir la broca para evitar que la madera
se astille alrededor de la boca de salida del taladro.
Como a 7 u 8 cm del talón del chaflán se ha hecho un taladro de 3mm de diámetro
que traspasa las dos bordas. Afianzamos el hilo en una de ellas (la más alejada en la
foto) con un nudo esquimal y luego lo pasamos por el taladro de la otra borda. En el
extremo del hilo se ve el nudo simple que hace de tope ya azocado.
Detalle del nudo esquimal. El nudo simple que se hace en el chicote sirve de freno para
impedir que este se deslice por el nudo esquimal cuando lo tensemos.
Damos unas 4 vueltas con el hilo alrededor de las dos bordas. A medida que aumenta
el número de vueltas es más difícil pasar el hilo por los taladros, por lo que es útil ayudarse de una aguja.
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Una vez que hemos completado las 4 lazadas utilizamos un taco de madera para tensar
el hilo.
Hacemos dos nudos simples alrededor de las lazadas y tensamos. Luego hacemos un
tercer nudo simple rodeando de nuevo las lazadas y tensamos de nuevo.
A continuación pasamos el hilo por el siguiente taladro (el taladro opuesto al último por
el que pasó el hilo antes de los 3 nudos simples.)
Hacemos otros dos o tres nudos simples rodeando las lazadas.
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Preparamos ahora cuatro clavijas de madera de 10 mm de diámetro. En cada una de
ellas hacemos una ranura en cada extremo dejando intactos en el medio al menos 10
mm de clavija. Podemos hacer las ranuras con una sierra y serán perpendiculares a las
fibras de la madera para evitar que las clavijas se astillen. Para cada clavija preparamos
dos cuñas del mismo ancho, 10 mm y un poco más largas que las ranuras.
Utilizamos el bloque de madera para tensar los nudos simples.
Para asegurar la ligada hacemos una serie de nudos simples (mínimo 2) alrededor de una
de las ramas de las lazadas (alrededor de una de las aspas de la X que se ha formado.)
Por último hacemos un nudo simple alrededor del extremo del hilo (como hicimos al
principio con el nudo esquimal y cortamos dejando un sobrante de hilo de 2 ó 3 cm. La
ligada está completa.
A 7 u 8 cm del extremo y 20 mm por encima del canto inferior hacemos un taladro a
través del plano de conacto de las bordas. La clavija será unos 12 mm más larga que el
taladro. Introducimos la clavija de modo que las ranuras queden atravesadas a las fibras
de la madera de las bordas y luego introducimos las cuñas. Con una maza golpeamos
alternativamente una cuña y otra hasta que ambas lleguen al tope (lo que notaremos
por el ruido.) Apoyando otra maza contra la otra borda damos respaldo a los golpes.
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Una vez colocada la primera clavija hacemos un segundo taladro y colocamos la segunda. Pasamos al otro extremo, revisamos la alineación y colocamos otras dos clavijas.
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16.Ensamble de la cubierta 3. Fijar los ensambles de los
travesaños
Para finalizar el ensamble de la cubierta solo nos queda afianzar
las uniones de los travesaños a las bordas.
Antes de nada debemos cerciorarnos de que el hombro de la espiga que tallamos en el travesaño hace contacto con la borda. No
hay por que esperar la perfección en esos ensambles, no es fácil
conseguirla, pero al menos en algún punto del hombro debe producirse ese contacto. Si esto no se cumpliera para alguno de los
travesaños aún tendremos los palos de atortorar para ajustar un
poco más las uniones si fuera preciso.
Una vez que las espigas estén correctamente alojadas en sus respectivas cajas haremos para cada una de ellas un talado de 3 mm
de diámetro. Abocaremos este taladro en el canto superior de la
borda, sobre la vertical del centro de la espiga y le daremos la
misma inclinación lateral que tiene la propia borda, es decir 73º.
Si nuestra taladradora no tiene tope de profundidad haremos en la
broca una marca con cinta aislante a 28 mm de la punta. Lo que
pretendemos es darle al taladro esa profundidad de 28 mm., de
modo que atraviese por completo la espiga del travesaño y siga
profundizándose en la borda otros 8 mm. A continuación introduciremos en el taladro que acabamos de realizar una clavija de
madera de los mismos 3 mm de diámetro y longitud algo mayor
que el taladro. En las tiendas del ramo no se encuentran clavijas
tan delgadas como las que necesitamos aquí. Existen de todas formas diversas maneras de conseguirlas, para mi la más sencilla es
ir a una tienda de todo a cien y comprar una caja de palillos para
hacer pinchos morunos. Estos palillos son justo de 3 mm de diámetro y de cada uno de ellos corto varias clavijas. A veces utilizo
el extremo puntiagudo de estos palillo para hacer una pequeña
cuña que coloco en el extremo de la clavija que introduzco en el
taladro. A medida que voy forzando la clavija en el agujero la cuña
se va clavando e impide que la clavija pueda salir hacia atrás.
Una vez que acabemos de colocar todas las clavijas, una por cada
extremo de cada travesaño, serraremos sus extremos al ras del canto superior de las bordas. Lo mismo haremos con el extremo de
cada espiga que sobresale más allá de la borda. Lo serraremos al
ras de la borda. Existen sierras especiales para este trabajo, pero si
no disponemos de una lo mejor es una sierra japonesa, una dozuki
a ser posible. Por el lado de la hoja que va estar en contacto con
la borda pegamos paralelamente al dentado y unos 3 mm de este
una tira de cinta aislante o de cinta de carrocero. Con esto evitaremos que el dentado arañe la borda cuando serramos el sobrante
de travesaño o de clavija.
Por último, es conveniente rematar el extremo del travesaño con
un formón o con una lima, o con ambas cosas, para dejarlo perfectamente a paño con la borda.
Para reforzar aún más estos ensamble y asegurar el ángulo lateral
de las bordas de 73º, recurrimos nuevamente a las ligadas. Haremos
ligadas en ambos extremos de los travesaños 2, 4, 6, 7, 9 y 11.
Empezamos por darle la vuelta a la cubierta y colocarla boca abajo.
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En la borda hacemos un taladro pasante de 3 mm de diámetro en
línea con el canto del travesaño que está al ras con la espiga y
a unos 15 mm por encima del canto inferior de la borda. Si este
taladro nos coincidiera sobre la caja de una costilla entonces lo
haríamos por el otro lado del travesaño. De hecho Cunningham
prefiere hacer las dos ligadas por el lado del travesaño a ras con la
espiga, Petersen y Morris recomiendan hacer para cada travesaño
una ligada por el borde delantero del travesaño y la del otro extremo por el borde trasero. Claro está que Morris se refiere a travesaños sin espiga y Petersen habla de centrar la espiga en el travesaño,
equidistante del borde delantero y del trasero.
Con el fin de que el hilo con que hacemos las ligadas no sobresalga por encima del plano de la borda con el consiguiente abultamiento que eso implicaría en la “piel” del kayak, debemos hacer
una entalladura de unos 3mm de ancho y profundidad suficiente
para soterrar el hilo que vaya desde el taladro que acabamos de
perforar hasta el canto inferior de la borda.
Centrados sobre la espiga hacemos un taladro de 3 mm de diámetro y 30 de profundidad. La broca llevará la misma inclinación que la borda.
En cada uno de los extremos del travesaño perforamos otro taladro
pasante de 3mm de diámetro que se sitúa como a 10 mm del canto
del travesaño y a otros 25 de la borda. Lógicamente nos referimos
al canto del travesaño que está del mismo lado en que hicimos el
taladro de la borda.
Por los dos taladros mencionados pasaremos el hilo necesario para
realizar la ligada cuya ejecución de esta se ve mejor en las fotos.
Una vez que hayamos completado todas las ligadas ya podemos
retirar los palos de atortorar, prensillas o cualquier otro medio de
sujeción. El armazón es ahora una unidad estructural auto portante. Hemos finalizado lo que seguramente constituye la parte más
compleja de todo el proceso constructivo.
Colocamos una clavija del mismo diámetro, 3 mm. Cuando coloquemos todas las clavijas serraremos al ras tanto los extremos de estas como los de los travesaños. Tabién
serraremos al ras las clavijas de los extremos de las bordas.
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Entre el taladro y el canto inferior de la borda tallamos una ranura como de 3 mm de
ancho y 2 de profundo.
Los extremos de los travesaños ya están a paño con las bordas y hemos colocado la cubierta boca abajo. Pasamos a las ligadas y empezamos por hacer en la borda un taladro
de 3 mm situado como se indica en la foto. Hacemos un taladro por cada extremo de
los travesaños 2, 4 ,6, 7, 9 y 11.
Taladramos ahora el travesaño. El taladro se sitúa como a 10 mm del borde del travesaño y a unos 25 de la borda.
¡¡¡Tenía que haber elegido precisamente este travesaño para las fotos!!!! No es que el
ensamble hubiera quedado perfecto pero tampoco así de mal. Entre la espiga y la caja
hay una cuña que trata de compensar cierto desalineamiento de las bordas en el plano
horizontal. Nada importante y mejor no hubiera puesto esa cuña.
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Comenzamos la ligada como siempre con un nudo esquimal. En la foto se ve ya azocado el nudo simple del extremo del hilo que impide que el nudo principal corra hasta
deshacerse cuando lo azoquemos. Para esta ligada necesitamos aproximadamente 1 m
de hilo.
Después de afirmar un extremo del hilo en la borda pasamos el otro extremo por el
taladro del travesaño y luego por el taladro de la borda nuevamente.
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Hacemos un nudo simple abarcando las lazadas anteriores.
Hacemos tres lazadas y ...
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Se ve como el nudo simple rodea los dos ramales de las lazadas.
Tensamos el nudo simple y lo repetimos. Cada vez que lo repitamos veremos como se
van juntando más los ramales de las lazadas adquiriendo forma de X.
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Para asegurar la ligada hacemos un nudo simple alrededor de uno de las aspas de la X.
Repetimos al menos una tercera vez el nudo alrededor de la cintura de la X.
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Repetimos al menos tres o cuatro veces el nudo alrededor del aspa de la X.
La ligada está completa.
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La ligada vista desde el lado de la borda. Se puede apreciar como la ranura impide que
el hilo sobresalga por encima del plano de la borda.
Ya tenemos una cubierta!!!
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17.El casco. Introducción
Hemos completado la cubierta y nos toca ahora el casco. Esta es sin duda la
fase en que vamos a determinar las características más importantes del kayak,
las que más afectarán a su comportamiento en el agua. Dependiendo de la longitud de las costillas el kayak tendrá más o menos volumen y dependiendo de
la curva que describa la quilla el kayak tendrá más o menos rocker. Nos espera
por tanto una serie de toma de decisiones; seguramente la más espinosa será la
de determinar la longitud de las costillas. Aún así no hay porque preocuparse ya
que cualquier error que cometamos, tanto por hacer las costillas demasiado largas como por hacerlas demasiado cortas tiene fácil corrección. Si las hacemos
demasiado largas solo tendremos que recortarlas para hacerlas un poco más
cortas y si las hacemos demasiado cortas bastará con colocar un taco de ajuste
para conseguir el resultado deseado.
Mientras que el método tradicional nos conduce a colocar primero las costillas
y después la quilla, hay algunos autores como Morris, que recomiendan hacerlo
al revés, es decir colocar primero la quilla y después las costillas. De este modo
ajustamos la quilla a la profundidad del casco y al rocker deseados y ajustamos
después las costillas a una longitud tal que se adapten en cada punto a la quilla.
Con este sistema es más fácil determinar la longitud de las costillas para conseguir nuestros objetivos en lo que a profundidad del casco y rocker se refiere,
pero la quilla se va a convertir en un estorbo a la hora de colocar las costillas
bajo ella.
Cunningham por otro lado se va hacia el lado más tradicional en el sentido de
colocar las costillas en primer lugar y ha desarrollado su propio sistema para
determinar la longitud de cada costilla. Aunque muy
criticado sobre todo por mal explicado y por lo difícil
que resulta de entender se trata de un sistema que
realmente resulta. Sus peores inconvenientes son a
mi juicio que conduce a un rocker bastante acusado y sobre todo a una cierta desproporción entre los
volúmenes de proa y de popa. Se trata además de
un sistema que nos conduce un poco a ciegas hacia
un resultado que no visualizamos hasta que prácticamente hemos acabado el trabajo, por lo que no se
puede decir que sea muy didáctico.
Una solución intermedia entre las recomendaciones
de Morris y las de Cunningham es posiblemente lo
mas adecuado. En resumen el orden en que se acometen los distintos trabajos a partir de ahora varía de
acuerdo con las preferencias personales de cada cual
y sea como fuere nos será de gran utilidad observar
en detalle otros barcos, sus líneas, la curva que describen sus quillas, el reparto de volúmenes a popa y
a proa, etc.
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18.Acoplamientos de la roda y el codaste con las bordas
La roda y el codaste son las piezas que configuran
la proa y la popa respectivamente y que me perdonen
los puristas si es que estoy usando estos términos incorrectamente. Por si acaso diré que en inglés se refieren a estas piezas con el nombre de “stem.” Sobre
estas piezas se va a apoyar la quilla en sus extremos
de proa y popa y su forma está por tanto directamente relaccionada con la posición que ocupe la quilla.
Pero esto ya lo veremos más adelante, ocupemonos
ahora de la unión entre estas piezas y las bordas.
Tanto la roda como el codaste se asientan contra el
bisel que habíamos tallado en los extremos de las
bordas. Las bordas se unen entre si en sus extremos
de proa y popa a lo largo de estos biseles y en el estado actual de nuestro proyecto los biseles configuran
al unirse un marcado perfil en “V”. Debemos planificar esa “V” para ofrecer a la roda y al codaste una
superficie plana sobre la cual asentarse.
Debemos ser cuidadosos al realizar este trabajo. Colocamos la cubierta boca abajo y cepillamos poco
a poco la unión acanalada en los extremos de las
bordas. Primero un extremo y luego el otro. No es
necesario planificar por completo esa unión acanalada. Basta con conseguir una superfice plana lo sufi-
cientemente ancha como para ofrecer un asiento estable a la pieza que vamos
a apoyar ahí. Haremos el trabajo despacio comprobando frecuentemente el
resultado de lo que hacemos.
En cada uno de los dos extremos debemos conseguir una superfice plana perfectamente perpendicular al plano vertical de simetría (*) de la cubierta. En las
fotos se ve el modo de comprobar esto. Basta con apoyar un perfil metálico o
de madera atravesado sobre ambas bordas en el centro de la cubierta y otro
también atravesado al eje longitudinal pero que descanse sobre la superfice
que estamos planificando. Ambos perfiles deben estar paralelos. Si el perfil que
descansa sobre la superfice que estamos planificando levanta más de un lado
que del otro debemos cepillar la superficie rebajando más por ese lado y comprobando de nuevo. Es muy importante que para esta comprobación utilicemos
perfiles metálicos o listones de madera de bordes perfectamente paralelos y
rectos.
Para la roda y el codaste utilizaremos sendas tablas de madera del mismo grueso que la quilla, es decir 20 mm. En la superficie que acabamos de planificar
marcamos dos líneas paraleas separadas 20 mm entre si y equidistantes con la
línea longitudinal de la cubierta. Seguidamente apoyamos sobre esta superficie
una tabla de otros 20 mm de anchura. Centramos esta tabla sobre las líneas
paralelas y con la ayuda de unos trozos de cartulina un poco rígida trazamos el
contorno de cada uno de los extremos de la cubierta tal como se ve en las fotos.
Tanto en la roda como en el codaste vamos a tener que tallar una muesca que
se adapte al correspondiente contorno de popa o de proa.
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Para hacer la roda y el codaste usaremos sendas tablas de 20 mm
de grueso, 20 cm de ancho y mas o menos 1 m de largo. Nos queda ahora trasladar el contorno de popa o de proa a cada una de
las tablas con que haremos la roda y el codaste. El proceso se ve
claramente en las fotos.
Una vez que hayamos tallado estos dos encajes situamos ambas
piezas sobre sus respectivos asientos a popa y a proa y comprobamos, de nuevo, las alineaciones. Tanto la roda como el codaste
deben estar en el mismo plano vertical que deberá coincidir además con el plano vertical de simetría de la embarcación. También
en las fotos se ve el modo de hacer estar comprobaciones.
La unión de las dos bordas a lo largo de los biseles forma un marcado perfil en “V” que
debemos planificar.
Una vez que estemos satisfechos con la unión entre estas piezas
y las bordas las dejamos colocadas en su sitio, sujetas provisionalmente con cinta de carrocero o con prensillas. Acabaremos de
darles forma más adelante, de momento vamos a centrar nuestra
atención sobre la quilla.
(*) Aunque me parece obvio y por tanto innecesario insistir sobre
ello puede que a los menos familiarizados con ciertos términos les
resulte útil recordar que el plano vertical de simetría es un plano
que además de ser vertical pasa por el hilo que habíamos tensado
desde un extremo de la cubierta al otro para revisar la alineación
de los centros de los travesaños. Este plano divide la cubierta y/o
la embarcación en dos mitades iguales.
Y para planificar nada mejor que un cepillo.
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Comprobamos frecuentemente el resultado de nuestro trabajo. El perfil de aluminio
atravesado sobre la superficie que estamos planificando debe estar paralelo al perfil de
aluminio que descansa sobre las dos bordas en el centro de la cubierta.
Si los dos perfiles no estuvieran paralelos tendríamos que cepillar más del lado mas
elevado. Afortunadamente ese no es el caso.
Hemos acabado de planificar y marcamos dos lineas paralelas separadas una distancia
igual al grosor de la pieza que se apoyará en esta superficie.
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Colocamos la plantilla sobre la tabla que va a conformar la roda o el codaste y dibujamos sobre esta tabla el contorno del ensamble.
Utilizamos como plantilla una tabla del mismo grosor que la roda o el codaste y nos ayudamos de unas cartulinas rígidas para delimitar el contorno de lo que será la unión entre
roda o codaste y proa o popa.
Pasamos al dorso de la plantilla los puntos importantes que acabamos de marcar, es
decir, los vértices de la línea poligonal que dibuja el ensamble.
Ya tenemos el contorno del ensamble dibujado sobre lo que se va a convertir en el codaste.
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Presentamos la pieza en su posición en la cubierta y comprobamos de nuevo las alineaciones. La pieza debe ser paralela a la hoja de la escuadra que tenemos sobre el perfil
de aluminio que descansa sobre ambas bordas en el centro de la cubierta.
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19.Posición y curvatura de la quilla
Antes de calcular la longitud de las costillas y pre-
cisamente para ello colocamos la quilla en posición
de manera provisional.
Nos servimos para ello tanto de la roda y el codaste
que aunque sin acabar y sujetos también de manera
provisional en sus respectivos emplazamientos definitivos sirven para sujetar los extremos de la quilla
y de tres tacos de madera como los que se ven en
las fotos que nos sirven para apoyar la quilla en tres
puntos repartidos a lo largo de la eslora. Estos tres
tacos de madera se cortan a la medida conveniente
para que apoyados sobre distintos travesaños de cubierta nos sujeten la quilla a la altura que hayamos
elegido.
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Morris recomienda que la profundidad al arrufo medida a la altura del respaldo sea igual a un fistmele
o igual a un fistmele más el grosor de la quilla si la
medimos en el masik. Entendemos por fistmele la medida de la anchura del puño cerrado con el pulgar extendido, que no andará muy lejos de las 7 pulgadas,
es decir de 17 a 18 cm. Morris también recomienda
que la profundidad de la proa se sitúe entre el 130%
y 140 % de la profundidad al arrufo que tengamos en
el centro del kayak y que la profundidad de la popa
esté entre el 117% y el 122% de la misma profundidad al arrufo aunque esta regla, si se la puede llamar
así, es muy cuestionada y se dice que solo es aplicable para barcos de arrufo muy acusado. Sin embargo
el mismo Morris nos viene a decir que necesitaremos
tanto del arte como de las matemáticas a la hora de
tender la quilla y nos recomienda que observemos
otros kayaks prestando atención a las proporciones.
En cualquier caso se admite como verdad universal
el que la proa tendrá mayor profundidad que la popa,
medidas ambas en los extremos de la quilla, lo que
hará que el asiento del kayak en el agua sea ligeramente elevado a proa.
En la foto siguiente se puede ver el modo en que coloqué la quilla para el kayak que nos ocupa. Busqué en primer lugar que a popa de la bañera la quilla
discurriera casi paralela a la linea de arrufo y que ganara profundidad de modo
gradual pero no excesivamente acusado hacia la proa. Por otro lado buscaba un
kayak de fondo mucho más plano que el de mi anterior experiencia y también
con menos rocker. Para medir el rocker practiqué unas ventanas en los tacos de
madera que suportan la quilla de modo que pudiera pasar un cordel a través
de ellas. Tensé ese cordel desde un extremo de la quilla al otro y medí después
la mayor distancia desde el cordel a la quilla. Esta medida de la flecha del segmento oval no se puede considerar una manera adecuada de medir el rocker
pero nos da una indicación del grado de curvatura que describe la quilla y sirve
también como indicador a la hora de comparar unos kayaks con otros.
A modo de ejemplo indico a continuación los valores indicativos de la posición
de la quilla que entendí como definitiva antes de colocar las costillas:
M edida del ar r uf o: 8 c m .
M edida del r oc k e r : 5 c m
P r ofundida d al ar r uf o a po pa: 1 7 , 9 cm
P r ofundida d al ar r uf o en el t ra vesaño nº 7 (r espal d o ): 1 6 , 1 cm
P r ofundida d al ar r uf o en el cent r o : 1 6 , 5 cm
P r ofundida d al ar r uf o en el t ra vesaño nº 4 (r epo sap ies): 1 8 , 3 cm
P r ofundida d al ar r uf o a p r oa: 2 2 , 0 cm
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Algunos conceptos más o menos básicos:
Profundidad al arrufo (Depth to sheer) es la distancia desde la línea de arrufadura a la cara inferior de la quilla medida verticalmente.
Arrufo o arrufadura es la línea curva que describen las bordas en el plano vertical.
Según Cunningham si tendemos un hilo tenso desde un extremo de las bordas
hasta el otro y medimos la distancia desde ese hilo a la línea de arrufadura en
el centro del kayak la medida que obtengamos debe ser igual a la que obtengamos en el triángulo del dibujo y que representamos por “flecha del arrufo.”
Una desviación de hasta 20 mm respecto a ese valor teórico es admisible, si la
diferencia entre el valor medido y el teórico fuese mayor de esos 20 mm podríamos corregirlo forzando el armazón que conforma la cubierta antes de sujetar
la quilla a la roda y al codaste.
Medida del rocker. Ya hemos visto que por rocker entendemos la curvatura que describe la quilla en el
plano vertical. Se trata de una característica fácil de
visualizar pero difícil de medir. Es frecuente entre los
constructores de kayaks tradicionales medir la flecha del arco de circunferencia que describe la quilla
como valor indicativo del rocker. En lugar de arco de
circunferencia sería mucho más apropiado hablar de
segmento oval.
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20.Longitud de las costillas
Una vez que hemos determinado la posición y for-
ma que queremos que adopte la quilla tenemos que
dimensionar las costillas de forma tal que cuando
apoyemos la quilla sobre ellas, una vez instaladas estas en las bordas, la quilla vuelva a ocupar la misma
posición y a describir la misma curvatura que previamente habíamos determinado.
La longitud de cada costilla dependerá logicamente
de la distancia que separa las dos cajas en que se alojarán sus extremos y será necesariamente mayor que
esta, ya que cualquier línea curva entre dos puntos
será más larga que la recta los une. Tradicionalmente
se toma como longitud de las costillas la distancia
entre las caras exteriores de las bordas medida por
su canto inferior en el punto en que se situa la costilla en cuestión más un suplemento o demasía que es
normalmente igual al ancho de las palmas de ambas
manos. Para kayaks de bajo volumen esta demasía se
puede reducir un poco.
Sin embargo este suplemento de longitud respecto a la anchura del kayak en
cada punto (medido por la parte inferior de las bordas) no es igual para todas las
costillas sino que se va reduciendo de proa a popa con objeto de que también
la profundidad del casco se vaya reduciendo hacia la popa.
¿Pero y en que medida se va reduciendo el suplemento de longitud de las costillas? Pues aquí es donde empieza el auténtico lío. La longitud total de las costillas va a tener una influencia decisiva en la profundidad del casco y por tanto
en el volumen del kayak y el modo que acortemos el suplemento de longitud
va a influir también de un modo decisivo en el rocker de la embarcación. Sin
embargo y como ya he dicho no tenemos porque sentirnos abrumados ante esta
tarea. Los errores, a no ser que sean de bulto, tienen fácil corrección. Por otro
lado tampoco creo que debamos obstinarnos en buscar una especie de regla
infalible que nos guíe de manera inapelable durante todo el proceso. Creo más
bien que debemos tratar de comprender tal proceso, observar otros kayaks y
luego darle una oportunidad a nuestro propio instinto.
Existen muchos y diversos métodos para determinar la longitud de las costillas.
Hay quien hace las costillas abundantemente largas, las dobla al vapor y las
sujeta con prensillas a las caras exteriores de la bordas. Una vez que ha transcurrido cierto tiempo, una noche o un día, y las costillas han adquirido su forma
curva de manera definitiva, las recortan a la medida adecuada para conseguir
el casco deseado.
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Otros optan por la regla de los 5-4-3 dedos; colocan los listones para las costillas sobre las bordas, por encima de las cajas en las que se van a alojar sus
extremos, con uno de sus extremos a paño con la cara exterior de una de las
bordas y el otro extremo sobresaliendo en voladizo más allá de la otra borda.
Al extremo que vuela le hacen una marca a la siguiente distancia de la borda
más cercana:
Para las costillas situadas entre la proa y el reposapiés la distancia
será igual a la anchura de 5 dedos.
Para las costillas situadas entre el reposapiés y el respaldo la distancia será igual a la anchura de 4 dedos.
Para las costillas situadas entre el respaldo y la popa la distancia será
igual a la anchura de 3 dedos.
Al aplicar esta regla conviene suavizar un poco la transición entre tramos consecutivos de forma que una costilla no lleve un suplemento de longitud de 5
dedos mientras que a la adyacente se le añaden solo 4 dedos. Se puede empezar
añadiendo un poco más 5 dedos en el extremo de proa para acabar añadiendo
5 dedos escasos a la última costilla del tramo de proa, la que va justo antes del
reposapiés y así sucesivamente.
Cunningham nos propone otro método del que ya se ha hecho mención con
anterioridad. De un modo muy resumido lo que hace Cunningham es determinar un suplemento de distancia igual a la anchura de ambas manos juntas,
unidas a lo largo de los dedos índice y con el pulgar
remetido hacia dentro. A la costilla más a proa le aplica todo este suplemento de distancia y a la costilla
más a popa le aplica los 2/5 del suplemento anterior.
La diferencia entre uno y otro suplemento, es decir
los 3/5 del que determinamos con las manos unidas
y aplicamos a la costilla de proa se divide entre el
número de costillas que tenga nuestro kayak menos
una y el resultado es la cantidad en que iremos reduciendo el suplemento de distancia para cada costilla
al movernos de proa a popa. Cunningham toma la
precaución no obstante de fabricar una costilla falsa
con alambre grueso a la que le aplica un suplemento
igual a los 2/5 del total y la coloca en el lugar en que
va la última costilla. Si la costilla de alambre se mantiene en su lugar no hace ninguna corrección pero si
esta costilla falsa tiende a saltar fuera de las cajas en
que se aloja, Cunningham fabrica otra un poco más
larga que se aguante en su alojamiento. Cuando queda satisfecho con el resultado mide el suplemento de
distancia para esta última costilla y recalcula el rango
de reducciones de los suplementos de distancia. De
la longitud medida con las manos unidas resta ahora
el suplemento de distancia obtenido para la costilla
más a popa y divide el resultado entre el número total
de costillas menos una.
Brian Schulz de Cape Falcon Kayak nos presenta otro
sistema fácil de entender y de aplicar y que resultó adaptarse perfectamente al kayak que nos ocupa.
Conviene remarcar que Schulz nos advierte que él
aplica este sistema para kayaks de menos de 51 cm
de manga y cuya profundidad al arrufo esté por debajo de los 18 cm.
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Schulz empieza por determinar de un modo directo
la longitud de la costilla central. A la longitud total
de esta costilla le restamos la anchura del kayak en
este punto medida como siempre a través del fondo
de las bordas. Supongamos que el resultado de esta
resta es de 100 mm (ese fue por cierto el resultado
obtenido en el kayak que nos ocupa para la costilla nº
11 de un total de 21.) Si queremos que la proa tenga
25 mm más de profundidad que la que obtenemos
con esta costilla en el centro de la embarcación tendremos que aumentar en 50 mm el suplemento de
longitud que le apliquemos a la costilla más a proa.
Este aumento de 50 mm en el suplemento de longitud
tendremos que repartirlo de manera uniforme entre
todas las costillas situadas entre la central y la que
tenemos más a proa. Dependiendo del número de
costillas que tengamos el resultado podría ser que a
medida que avanzamos hacia proa tengamos que aumentar en unos 5 mm el suplemento de longitud para
cada costilla. Ahora bien en la práctica esto resulta
satisfactoriamente hasta que alcanzamos la costilla
nº 6 (las numeramos empezando por la proa.) Por alguna razón desconocida este incremento gradual del
suplemento de longitud deja de funcionar para las 6
costillas situadas más a proa. En este tramo tendre-
mos que duplicar el incremento del suplemento de longitud, es decir, a partir de
la costilla nº 6 el suplemento de longitud que apliquemos a cada costilla será 10
mm más largo que el aplicado para la costilla anterior. Para hacer la transición
más gradual Schulz divide la diferencia en la costilla nº5 de modo de modo que
el incremento del suplemento de longitud para las 4 costillas más adelantadas
es de 10 mm; a la costilla nº 5 le aplica un incremento de 6 mm y para el resto
de las costillas hasta la central el incremento es de 5 mm.
En cuanto a las costillas situadas a popa de la central Schulz les aplica a todas
ellas el mismo suplemento de longitud, es decir 100 mm en nuestro ejemplo.
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Como digo este fue el sistema empleado en el kayak que nos ocupa. Para medir la longitud de la costilla central hice uso de dos
tiras de madera muy delgadas y flexibles que se superponían por
debajo de la quilla dibujando la curva que tendría que hacer una
costilla auténtica. Después basta con medir la longitud combinada
de las dos tablitas superpuestas para lo cual tendremos que sacarlas de las cajas sin alterar su posición relativa o hacer una marca
sobre una de ellas a la altura del extremo de la otra.
En la práctica la costilla real no se comporta exactamente igual
que estas tiras delgadas y flexibles sino que la curva descrita por
las costillas de roble resultó en general más cerrada que la que
describían las tiras de madera con el resultado de que las costillas
reales alcanzaban una mayor altura en el centro de la curva (el
kayak está boca abajo) o lo que es lo mismo con las costillas reales
se obtiene un casco de mayor profundidad que lo que cabía esperar a aprtir de las pruebas hechas con las tiras flexibles de madera.
Esto no representó mayor problema que el de recortar ligeramente
la longitud de cada costilla para acabar por obtener un casco de la
profundidad deseada.
Si se necesita recortar la longitud de alguna costilla una vez que
está ya ha sido curvada y alojada en sus correspondientes cajas,
como es el caso del que hablamos, hay que tener en cuenta que se
debe recortar por igual ambos extremos de la costilla. La cantidad
que hay que quitar en cada extremo es teóricamente igual a la
cantidad en que queremos reducir la profundidad del casco en ese
punto, sin embargo conviene ser prudente y recortar una medida
considerablemente inferior. Después de observar los resultados de
este recorte podemos hacer, si es necesario, un segundo recorte de
la longitud de la costilla para ajustarnos mejor a la profundidad del
casco que buscamos. También es conveniente recortar las costillas
de una en una observando los resultados cada vez.
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21.Costillaje
L
as costillas se harán preferentemente de roble o
fresno, supuestamente las maderas que resultan más
fáciles de doblar al vapor. Usaremos la madera más
verde que podamos encontrar, evitando en lo posible
maderas que hayan sido desecadas mediante procedimientos industriales. Buscaremos también maderas
carentes de nudos y de fibra lo más recta y larga posible. Si al observar el listón que vayamos a curvar
vemos que las fibras se tuercen como queriendo escapar de la superficie del listón, lo más probable es
que la pieza rompa precisamente por ahí. También
hay quien dice que doblan mejor las piezas de corte
vertical, pero esto es más discutible.
Antes de intentar curvarlas debemos mantener las
piezas sumergidas en agua al menos durante cuatro
días para aumentar su grado de humedad y conseguir que se doblen con mayor facilidad. También es
muy conveniente dar respaldo a la pieza que estamos curvando para evitar que se astille por el dorso
de la curva. La plantilla de curvado que se ve en la
foto, diseño de Cunningham, nos puede ser de gran
utilidad. En ella se observa una cinta de cuero que se
encarga de dar el respaldo mencionado. Aún con todas estas precauciones debemos esperar que se nos rompa algún listón al intentar doblarlo, por lo que es
conveniente contar hasta con un 50% de pérdidas al preparar los listones para
fabricar costillas.
El proceso de curvado es simple. Mantenemos el listón que pretendemos curvar
sometido a un baño de vapor durante un tiempo determinado. Al sacarlo de
ese baño de vapor nos resultará fácil curvarlo. Para ello ejerceremos una fuerza
continua y firme sobre el listón, aprentándolo contra la plantilla con decisión
pero si brusquedades y sin pasarnos y manteniendo lo más tensa posible la cinta
de cuero que en todo momento hará contacto con el dorso de la pieza que estamos doblando, es decir con la parte convexa de la curva. El comportamiento
de la madera de algún modo se transmite a las manos que estarán enfundadas
en guantes de cuero para evitar quemaduras accidentales. El tiempo durante
el cual la pieza resulta plegable es muy breve pero suficiente. No hay porque
apresurarse ni agobiarse. Basta tenerlo todo bien ordenado y organizado, acortando en lo posible y despejando de estorbos los desplazamientos de la cámara
de vapor a la plantilla y luego al kayak. Una persona que nos eche una mano y
nos ayude a controlar los tiempos de cocción puede ser de gran utilidad.
En cuanto al tiempo que mantenemos la pieza sometida al baño de vapor es algo
que podremos ajustar ligeramente a partir de la experimentación y de acuerdo
a los resultados que vayamos obteniendo pero como norma general partiremos
de la regla que nos dice que debemos cocer durante una hora una pieza de 25
mm de grosor. Ese tiempo se reduce a 15 minutos si la pieza es de 12 mm de
grosor, o a 6 minutos para piezas de 6 mm.
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Como cámara de vapor podemos utilizar muchas alternativas. En la red se encuentra abundante información. Yo uso un tubo de PVC de los que se utilizan
para desagüe de los lavabos, de 40 mm de diámetro
y de largo similar a la costilla más larga. El tubo lo
forro por el exterior con listones de madera delgados
procedentes de restos de la preparación del material para las propias costillas. Estos listones delgados
confieren al tubo resistencia mecánica y aislamiento
térmico.
Tanto que nos quedemos cortos como que nos pasemos con el tiempo de cocción puede ser causa de rotura de la pieza que intentamos curvar. Como norma
general y sin tener en cuenta los fallos en la propia madera, si la rotura se produce por la parte exterior de la curva, por la parte convexa, se puede decir que la
pieza estaba demasiado fría. Si el fallo se produce por compresión, es decir en
la cara cóncava de la curva lo más probable es que la causa sea la contraria, es
decir que la costilla esté demasiado caliente. En el caso primero debemos alargar el tiempo de cocción, en el segundo debemos acortarlo. En general la regla
expuesta más arriba para determinar los tiempos de cocción según el grosor de
la pieza a curvar suele dar buenos resultados. Una rotura limpia, perpendicular
a la superficie de la pieza suele ser también indicativa de un tiempo excesivo
de cocción. Si tenemos que variar esos tiempos de cocción debemos hacerlo en
intervalos de tiempo muy pequeños, del orden de los 30 segundos y probar el
resultado que obtenemos de esa variación.
Como fuente de vapor utilizo una vaporea vieja (podría utilizar una tetera y conducir el vapor hasta la
cámara con un tubo de plástico de 8 ó 10 mm de
diámetro.) Coloco el tubo de PVC inclinado sobre
algún soporte de modo que el extremo por el que entra el vapor esté más bajo que el extremo por el que
sale. También conviene perforar un pequeño taladro
cerca de la entrada de vapor que sirva como drenaje
al agua de condensación que se genera en el interior
del tubo. El otro extremo del tubo lo tapo con un
tapón que se vende como accesorio para ese tipo de
tubería, pero podría utilizar un simple trapo que taponase ese extremo. Sea cual sea el sistema debemos
evitar cerrar herméticamente la salida del vapor para
evitar sobrepresiones en el interior de la cámara que
podrían resultar peligrosas.
Cuando lo tenemos todo preparado metemos tres o
cuatro costillas en nuestra cámara de vapor y contamos el tiempo desde el momento en que observamos
al vapor salir de un modo continuo. Transcurrido el
tiempo necesario sacamos la primera costilla e introducimos uno de sus extremos en la muesca de la
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horma de doblado. Sujetamos con la misma mano la costilla y la
correa de cuero y y doblamos con decisión, imponiéndole a la
madera nuestra voluntad de un modo firme pero sin brusquedades. Lo más probable es que no rompa, lo que nos dejará perplejos. Sacamos la costilla del encaje e introducimos el otro extremo
en la muesca para repetir el proceso. Doblamos hasta donde nos
permite la horma. Sacamos la costilla de nuevo y observamos que
la madera tiende a estirarse de nuevo tratando de recuperar su forma recta inicial. No hay por que preocuparse.
De algún modo las fibras han quedado debilitadas y durante un
tiempo más o menos breve será fácil curvarla de nuevo. Nos dirigimos al armazón que conforma la cubierta de nuestro kayak e
introducimos la costilla en la caja que nos esté más alejada. Con
cuidado, podemos mover la costilla adelante y atrás en la caja para
forzarla a entrar pero no en en el sentido transversa de modo que
pudiéramos romper las delgadas paredes de la caja. En cualquier
caso se supone que antes de meter la costilla en el baño de vapor
habíamos comprobado que encaja con más o menos holgura en
su cajeado. Acoplado el extremo más alejado doblamos la costilla
y encajamos en su caja el otro extremo. Comprobamos la forma y
alineación de la costilla con las líneas generales de la cubierta y de
otras costillas que ya hayamos colocado tratando de mantener una
cierta simetría en el conjunto. Si una costilla ha quedado demasiado alta o echada hacia un lado disponemos de un tiempo todavía
más largo para forzar las curvas hacia la forma final que necesitemos. Cuando estemos satisfechos con esta primera costilla del lote
sacamos la siguiente y repetimos el proceso. Es más fácil de lo que
parece y además resulta divertido aunque no debemos olvidar en
ningún momento que el vapor quema y mucho. El primer lote a
curvar serán las tres o cuatro primeras costillas. Doblaremos y colocaremos en primer lugar la nº 4 y nos moveremos después hacia
la proa. Cuando alcancemos el centro del casco ya seremos unos
expertos.
Tras haber mantenido las tablas a remojo durante unos cuatro dias las cortamos a la
medida de cada costilla y las numeramos.
Redondeamos los bordes...
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Y afilamos un poco los extremos para facilitar su entrada en la caja.
Detalle de la cámara. En el extremo más elevado se ha colocado un tapón para tubos
de PVC de 40 mm de diámetro. En el tapón se perforado un pequeño taladro por el que
sale el vapor evitando que la presión se eleve demasiado en el interior de la cámara.
La cámara de vapor. El extremo por el que entra el vapor está más bajo que el extremo
por el que sale. El trapo del suelo “recoje” el agua de condensación que gotea de la
cámara.
91
Indice
Tras el tiempo adecuado de cocción sacamos la costilla de la cámara, introducimos uno
de sus extremos en la muesca de la horma y doblamos, doblamos, doblamos....
La horma de curvado nos servirá de ayuda para forzar la curva hacia los extremos de las
costillas evitando que queden demasiado puntiagudas en el centro.
Sacamos la costilla de la muesca y la encajamos por el otro extremo. De nuevo doblamos, doblamos, doblamos…
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La costilla tiende a recuperar su forma plana cuando la retiramos de la horma. no hay
porque preocuparse...
Introducimos un extremo en la caja que tengamos más lejos.
... Las fibras ya han cedido y ahora la madera dobla con facilidad.
Luego introducimos el otro extremo ¡Cuidado! no vayamos a reventar alguna caja.
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Revisamos el resultado de nuestro trabajo. Puede que tengamos que corregir la curvatura de alguna costilla colocada con anterioridad.
Seguimos colocando costillas. Primero un extremo...
O puede que tengamos que corregir la curvatura de la costilla que estamos colocando.
El conjunto debe resutar armonioso.
... Y luego el otro.
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Si en alguna costilla aparace un pequeño desgarro podemos vendarlo con cinta aislante
o similar para evitar que se propague. Mantenemos la venda al menos durante toda la
noche, hasta que la costilla hay asumido que esa va a ser su forma defintiva.
Comprobamos frecuentemente nuestros resultados. Si una costilla está muy alta la
forzamos hacia abajo o puede que en algún caso nos interese sacar alguna de sus alojamientos y colocarla de nuevo al revés, lo que antes estaba a la izquierda lo ponemos
ahora a la derecha y viceversa. Aún estamos a tiempo para forzar algo las curvaturas.
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Cuando estemos satisfechos hacemos un taladro de 3 mm separado como 1 cm del
canto inferior de la borda. El taladro tendrá una profundidad de unos 15 mm. Queremos traspasar la costilla pero no la borda. La cinta nos sirve de indicador de profundidad.
Colocamos una clavija de 3 mm...
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... Y la serramos al ras de la borda.
Ya tenemos un casco (ya he dicho que Cinsa es la chica que más
tiempo pasa conmigo)
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22.Roda y Codaste
M
...
e sigo preguntando si será oportuno utilizar aquí estas dos
palabritas.
la propia quilla para marcar el borde superior de estas piezas (el
inferior en la posición normal de navegación.)
Correctos o no los términos, es hora de retomar nuestro trabajo
con estas piezas en el punto en que lo habíamos dejado. Ya tenemos las costillas enclavijadas a las bordas y listas para servir de
asiento a la quilla en su posición definitiva, que dicho sea de paso,
tras algunos ajustes en la longitud de las costillas posteriores a su
doblado y colocación y tras algunas reconsideraciones en cuanto
al rocker y profundidad del casco las cifras indicativas de la posición y curva de la quilla han pasado de los valores que ya habíamos visto y que se indican en la primera columna a los valores
definitivos que se indican en la segunda:
También en este punto tendremos que tomar alguna decisión, aunque de menor trascendencia. El ángulo que forma el borde exterior de la roda o el codaste, tajamar para el caso de la roda, con
el borde superior de la misma pieza, es decir la línea del arrufo,
varía normalmente entre l0º y 15º. La elección del ángulo preciso
será una vez más una cuestión de gustos personales. Cuanto más
obtusos sean estos ángulos más larga será la línea de flotación,
más rápido y estable el kayak y mayor facilidad para mantener el
rumbo. Por contra será más vulnerable a los vientos laterales y más
torpe en las maniobras. No obstante la incidencia de estos ángulos
en las características del kayak no es tan notable como para hacer
de esto la elección de nuestra vida y la decisión final depende casi
siempre, para nosotros los occidentales, de consideraciones más
estéticas que funcionales.
Medida del arrufo................................
8,0 cm / 8,2 cm
Medida del rocker .............................. 5,0 cm / 8,0 cm
Profundidad al arrufo a popa ............. 17,9 cm / 16,0 cm
Profundidad al arrufo en el travesaño nº 7
(respaldo)............................................ 16,1 cm / 16,7 cm
Profundidad al arrufo en el centro....... 16,5 cm / 17,1 cm
Profundidad al arrufo en el travesaño nº 4
(reposapiés).................................….... 18,3 cm / 18,2 cm
Profundidad al arrufo a proa............... 22,0 cm / 20,7 cm
Es importante conocer la posición definitiva de la quilla antes de
finalizar la construcción de estas dos piezas, ya que utilizaremos
Tradicionalmente, sin embargo, entraban en consideración otros
factores. Es sabido que los kayaks del este de Groenlandia solían
tener una roda y un codaste considerablemente más largos que los
kayaks del oeste para la misma longitud de kayak.
Sin embargo Petersen nos cuenta como “los cazadores que usaban
mucho el kayak para cazar focas con arpón no son, por lo general,
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Indice
particularmente entusiastas de los kayaks con roda y codaste muy largos. Se
supone que estos kayaks golpean demasiado las olas cuando el mar está agitado
y ahuyentan las focas.”
Por otro lado otros constructores tradicionales preferían ángulos más abiertos
entre la quilla y el borde exterior de cada una de estas piezas de proa y de popa
prestando muy especial atención a la transición entre quilla y codaste o entre
quilla y tajamar. En este sentido el mismo Petersen nos cuenta una historia muy
ilustrativa que a su vez le fue contada a él por un tal Frederik Arkê.
“El que yo exista se debe a la experiencia de mi abuelo. Cuando mi padre era
joven comenzó a cazar con el kayak que le había construido mi abuelo. Este
había hecho la transición entre roda y quilla formando una curva suave y en la
proa había forzado hacia arriba los extremos de los chine stringers mientras que
había mantenido bajos sus extremos de popa.
una de las piezas apunte hacia el otro extremo del
kayak, es decir que esté alineada con el eje longitudinal. Después de que hayamos hecho las ligadas
que sujetan estas piezas al armazón aún tendremos
cierto juego para ajustar esa alineación longitudinal
pero en lo que respecta a la perpendicularidad con
las bordas esta es nuestra última oportunidad de hacer un buen trabajo. La secuencia de fotos es, creo,
suficientemente ilustrativa del resto del proceso.
Un día de invierno mi padre y su amigo salieron con sus kayaks. El kayak de su
amigo era un modelo con roda y codaste largos pero tenía un ángulo acusado
donde la roda y el codaste se encuentran con la quilla. Además los extremos de
los chine stringers se había colocado rectos y bajos.
Mientras paleaban descubrieron una extensa placa de hielo reciente que se les
acercaba flotando a la deriva, empujada por el viento y la corriente. Aunque lo
intentaron no pudieron evitarla. Cuando el hielo les alcanzó giraron sus kayaks
para ponerse de cara a la placa.
El hielo fresco elevó el kayak de mi padre y en cuestión de segundos mi padre
estaba sobre la placa sin que ni él ni su kayak hubieran sufrido daño. Pero el hielo no se pudo deslizar bajo el kayak de su amigo. Lo aprisionó por debajo, por
encima de los extremos de los stringers. Cortó la piel y su amigo se perdió.”
Una vez que coloquemos estas dos piezas sobre sus respectivos emplazamientos pero antes de fijarlas de modo permanente al armazón conviene cerciorarnos que están perfectamente perpendiculares a las bordas. En las fotos se ve
de qué modo podemos hacerlo. También debemos cerciorarnos de que cada
Con un listón flexible sujeto contra el canto superior de las bordas
prolongamos la línea del arrufo y marcamos en la pieza de proa o de
popa. Después recortamos por la línea
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Comprobamos de nuevo las perpendicularidades y paralelismos. Un perfil metálico
sujeto a la pieza de proa o de popa nos puede servir de ayuda.
El perfil metálico en la pieza de popa o de proa debe estar perfectamente paralelo con
la hoja metálica de la escuadra en el centro de la cubierta.
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Usamos la propia quilla, colocada en posición, para marcar el borde inferior de la pieza.
El ángulo elegido fue finalmente de 15º. Si nos fijamos bien en la foto se pueden ver las
curvas que definen el borde interior de la pieza. Dibujamos estas líneas a mano alzada
atendiendo únicamente a criterios estéticos.
La pieza de proa acabada.
La quilla se apoyará en el borde inferior tanto de la pieza de proa como de la pieza de
popa.
Ya hemos recortado el borde inferior que habíamos marcado guiando el lápiz por el
canto inferior de la quilla. Ahora tenemos que determinar el ángulo que forma el canto
exterior de la pieza con la línea de arrufadura.
Las dos piezas, la de popa y la de proa juntas. Se puede apreciar la diferencia de ángulo entre el borde exterior y la línea de arrufo (o entre el borde exterior y la quilla) para
ambas piezas.
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Colocamos la pieza en su posición y perforamos dos taladros de 3 mm de diámetro
evitando que coincidan en la misma línea de grano y un poco más hacia el exterior del
kayak que el taladro, también de 3 mm, que hacemos en las bordas. Pasamos el hilo
por los dos taladros de la pieza y lo aseguramos con un nudo esquimal.
El taladro en las bordas estará como mínimo 25 mm separado de la clavija más cercana. Pasamos el hilo por los agujeros dibujando una “V”. Hacemos al menos tres circuitos.
Hacemos un nudo simple rodeando las dos ramas de la “V”.
Tensamos el nudo simple. La V se ha convertido en una Y
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.Repetimos el nudo simple tres veces...
Por el otro lado de la pieza la lazada todavía tiene forma de “V”
... y pasamos el hilo por el agujero de la pieza contrario al que lo pasamos por última
vez antes de hacer los nudos.
Repetimos la secuencia de tres nudos simples abrazando la lazada.
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Aseguramos con varios nudos simples, alrededor de una de los brazos de la “Y”. Es
preferible hacer los nudos simples sobre uno de los brazos superiores de la “Y”. Por
último un nudo simple hecho sobre si mismo en el extremo del hilo asegurará todavía
más la ligada.
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23.La quilla
Para la quilla emplearemos un listón de 20 x 20 mm o mejor 20 x 25 mm de
sección y algo menos de 5 m de largo. Antes de seguir adelante redondearemos,
mejor con un cepillo pequeño, los bordes de nuestro listón excepto en la zona
en que la quilla se asienta sobre las piezas de proa y de popa.
Presentamos la quilla sobre sus correspondientes asientos en la roda y el codaste y la sujetaremos ligeramente con unas prensillas. Nos aseguramos de que ambas piezas, roda y codaste están bien alineadas. En caso contrario aún podemos
removerlas ligeramente en su asiento para buscar la alineación correcta. Nos
aseguramos también de que la quilla está perfectamente alineada con cada una
de las piezas de proa y de popa y enrasada con ellas por los laterales. El sentido
del tacto es mejor aquí que el de la vista. Pasamos un dedo a lo largo del borde
de la quilla y comprobamos si está a paño con cada una de las caras de la roda
o del codaste o si por el contrario la quilla, y/o una de la caras de la roda o del
codaste sobresalen ligeramente. Hacemos los ajustes oportunos. Cuando estamos seguros de que las piezas de proa y de popa está perfectamente alineadas
una con respecto a la otra y la quilla bien centrada sobre ellas, apretamos las
prensillas.
Sujetamos la quilla a las piezas de proa y de popa con clavijas, tal como se ve
en las fotos.
Recortamos los extremos de la quilla de modo que sean una prolongación del
borde exterior tanto de la pieza de proa como de la de popa. También esto se
ilustra en las fotos.
Si queremos que el kayak navegue recto, la quilla tiene que estar derecha. Lo
que debemos hacer ahora es centrarla sobre las costillas. También en las fotos se ve como podemos hacer esta tarea con la ayuda de una pequeña tabli-
lla. Centramos la quilla en una de cada tres o cuatro
costillas sujetándola cada vez a esa costilla, después
de que haya sido centrada, con una prensilla. Cuando hayamos acabado de centrarla sobre las costillas
echamos una visual desde una punta del kayak para
evaluar la alineación general. La quilla tiene que formar un arco suave sin desviarse en ningún punto ni
a izquierdas ni a derechas. Podemos servirnos de un
hilo tenso sujeto a los bordes exteriores de la roda y
codaste para comprobar esa alineación. Hilo y quilla
deben discurrir paralelos a lo largo de toda su longitud. El hilo debe estar paralelo también con las caras
de la roda y el codaste sin formar ninguna inflexión
ni torcedura en el borde interior de estas piezas.
La quilla se apoyará a lo largo de todo el borde inferior de la roda y del codaste pero es muy improbable
que las dos o tres costillas de más a proa y las dos o
tres de más a popa sean de altura suficiente como
para hacer contacto con la quilla. Lo más probable
es que necesitemos interponer entre estas costillas y
la quilla unos pequeños tacos de ajuste que haremos
con sobrante del mismo listón empleado para hacer
la quilla y de una longitud de unos 6 cm.
Para determinar la altura de ese taco lo colocamos
sobre la costilla que queremos suplementar adosado
longitudinalmente contra la propia quilla y deslizamos un lápiz a lo largo del borde inferior de la quilla
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(lo que será el borde superior en la posición normal de navegación)
marcando una línea en el taco de madera. Esa línea nos indicará
la altura que debe tener el taco de ajuste para esa costilla. Es conveniente cortar justo a lo largo de la línea para no hacer el taco de
mayor altura que la necesaria. A parte de las tres primeras o las tres
últimas es probable que alguna otra costilla intermedia esté también por debajo de la altura deseable y que no llegue, por tanto, a
hacer contacto con la quilla. En ese caso será necesario también
para esa costilla un taco de ajuste aunque normalmente de menor
altura que los que pongamos en las costillas de los extremos.
Una vez que estemos satisfechos con las alineaciones y que hayamos colocado los tacos de ajuste necesarios ya solo nos queda
sujetar la quilla a las costillas de un modo permanente, pero eso lo
veremos en el próximo apartado.
Hubiera dado igual emplear clavijas de 6 mm de diámetro. El problema es que no tenía
a mano una broca de esa medida. Haciendo pasar la clavija de 6 mm por un agujero
de 5 mm perforado en la chapa se soluciona el problema.
Una vez satisfechos con las alineaciones y perpendicularidades sujetamos la quilla
firmemente con una prensilla y hacemos un primer taladro de 5 mm de diámetro que
traspase por completo la quilla y penetre unos 25 mm en la roda.
Usamos cuatro clavijas par sujetar la quilla a la roda y otras tantas para el codaste.
Colocamos una pequeña cuña en el extremo de las clavijas. La muesca para la cuña la
hacemos atravesada a las fibras de la madera.
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Introducimos la clavija en el taladro con la cuña hacia el interior. La cuña estará atravesada a las fibras de la madera de la quilla y de la pieza de proa.
Ya tenemos las 4 clavijas colocadas. Nótese que se han dispuesto con distintas angulaciones para evitar que la quilla se pueda separar de la roda.
Con unos pequeños golpes de la maza introducimos por completo la clavija. Ojo al
cambio de sonido al golpear la clavija.
Después de cortar las clavijas al ras de la quilla introducimos otra cuña en cada clavija.
La muesca para la cuña está atravesada al sentido general de las fibras.
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Para centrar la quilla en las costillas nos servimos de una tablilla que colocamos por el
lado de popa de la costilla. Hacemos una marca en el punto en que la tablilla se apoya
sobre la arista de la quilla.
Colocamos ahora la tablilla en la otra borda y comprobamos la distancia a la quilla.
Marcamos en el punto en que la tablilla se apoya sobre la arista de la quilla.
Cuando tengamos la arista de la quilla bajo el punto medio entre las dos marcas que
acabamos de hacer, la quilla estará centrada.
Para 3 ó 4 las costillas de cada extremo y para alguna de las demás tendremos que fabricar unos tacos de ajuste de unos 6 cm de largo. Colocamos el taco a lo largo de la
quilla apoyado sobre la costilla e cuestión. Marcamos el taco deslizando un lápiz por la
cara inferior de la quilla.
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El taco acabado con alguna pequeña concesión a la estética incluida.
Los tacos para las costillas centrales que puedan necesitarlos suele ser más delgados
que los de los extremos. También los stringers pueden necesitar algún taco de ajuste.
La punta de la quilla debe ser una prolongación del borde exterior de la pieza de proa.
Marcamos con lápiz a través de la quilla la prolongación de ese borde exterior.
Cortamos por la línea.
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El corte está realizado
Comprobamos
Con un cepillo rematamos el corte que dejó la sierra.
Rematamos con una lima.
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24.La ligada continua
L
a ligadas que unen la quilla o los stringers a las costillas son continuas, o
lo que es lo mismo interrumpidas desde la primera costilla hasta la última. Por
supuesto también se podrían utilizar ligadas individuales para cada costilla u
otros sistemas, pero esta ligada continua es el método más usual. Como inconveniente de esta técnica se podría aducir que la rotura del hilo en cualquier
punto arruina toda la ligada pero no parece que en la práctica esto presente
mayor problema.
Para hacer la ligada cortamos una longitud de hilo
igual a 2,5 veces la longitud de la quilla. Afirmamos
el hilo a la quilla pasándolo por el primer taladro, el
que está a proa de la primera costilla o el que situamos a popa de la última, depende por donde empecemos. Como siempre usamos para esto un nudo
esquimal y comenzamos la ligada propia dicha.
La ligada que se utiliza para fijar la quilla es idéntica que la utilizada para los
stringers. Dentro de las distintas maneras que hay de ejecutar esta ligada usaremos aquí la que conlleva por cada costilla un pequeño taladro horizontal de 3
mm de diámetro que centramos en el eje longitudinal de la quilla. Este taladro
evita que el hilo tenga que pasar por encima de la quilla (por debajo en la posición de navegación) rodeándola, lo que provocaría pequeños abultamientos
sobre la “piel” que a su vez reducirían la velocidad del kayak.
Además del taladro que hacemos en la quilla por cada costilla hacemos otros
dos taladros iguales que los anteriores; el primero de ellos lo haremos como 25
mm a proa de la primera costilla y el segundo a unos 25 mm a popa de la última
costilla.
Esta ligada se entiende muy bien con el sistema de
los cuadrantes que nos explica Cunningham. La quilla al cruzarse con una costilla divide el espacio en
cuatro cuadrantes (ver la foto). La secuencia es como
sigue (tenemos el kayak boca abajo):
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El hilo que procede del primer taladro donde lo hemos
asegurado avanza por el interior del casco, sobrepasa
la primera costilla y sale por el cuadrante nº2.
Pasa hacia arriba por el taladro.
Entra de nuevo al casco por el cuadrante nº4.
Sale por el nº 1 y tensamos.
Hacia abajo por el taladro.
Entra en el casco por el cuadrante nº3.
Sale por el nº 2 y tensamos.
Entra de nuevo por el nº3.
Sale por el 4.
Entra por el 1
Y se va a la siguiente costilla donde sale del casco
por el cuadrante nº 2.
Una vez que atamos la última costilla nos vamos al
siguiente taladro y atamos el hilo como se ve en las
fotos.
Detalle de los taladros para pasar el hilo.
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Indice
El hilo que viene de la costilla anterior sale por el cuadrante 2 y pasa hacia arriba por el
taladro.
Sale de nuevo por el nº 1
Entra de nuevo al interior del casco por el cuadrante nº 4
Tensamos
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Indice
Pasa hacia abajo por el agujero
Sale de nuevo por el 2 y tensamos.
Entra al casco por el cuadrante nº 3
Y entra otra vez por el 3.
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Entra por el nº 1 y se va a la siguiente costilla donde sale de nuevo por el nº 2 comenzando de nuevo la secuencia.
Sale por el nº 4.
Después de la última costilla atamos el hilo al último taladro. Un método puede ser el
que se ve en la foto. Hacemos un nudo simple en el hilo que se dirige al último agujero
y pasamos el extremo por el agujero.
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Indice
Después de pasar por el taladro el extremo del hilo pasa por el nudo simple que habíamos hecho en el firme.
Tensamos y repetimos varias veces. Para acabar hacemos un nudo simple en el extremo
para impedir que estos nudos finales se aflojen.
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25.Los costados
Q
uizá no viene muy a cuento incluir aquí esta entrada, pero la considero de
tal interés, aunque puede que no vaya más allá de lo anecdótico, que no puedo
resistirme a publicarla. Tampoco afecta en modo alguno al proceso constructivo
que estamos siguiendo, así que en el peor de los casos no tiene porque resultar
un estorbo. Quizá trate de recolocar esta pequeña pieza de información, entresacada del libro de H.C. Petersen “Skinboats of Greenland”, entre los apartados
ya archivados en kayakdemar.com. Mientras tanto aquí queda:
“Había capturado cuatro focas de casco y mientras giraba para irme a casa, el
hielo comenzó a formarse. La costa no estaba lejos así que con gran dificultad
arrastré sobre el hielo la caza y el kayak. Fue un extenuante y sudoroso trayecto.
Acercándome a tierra me topé con un área de agua despejada y embarqué en
el kayak.
Aquí me percaté de la presencia de un kayakista que paleaba hacia tierra con
gran esfuerzo y muy despacio. Y sin embargo no parecía transportar nada. Al
adelantarlo lo reconocí. Era Konrad, esforzándose por llegar a casa en un kayak
roto.
Había intentado palear su kayak entre las placas de hielo hasta que fue demasiado tarde. El hielo lo había aprisionado rompiendo tanto el kayak como sus
piernas. Cuando la presión del hielo aflojó, él casi había perdido la consciencia
y luchó por abrirse camino sufriendo atroces dolores y pensando que su espalda
estaba aplastada. Tuvimos que desmontar el kayak para liberarlo y llevarlo luego
a su casa.
Estuvo acostado todo el verano y cuando finalmente pudo a caminar tenía que
apoyarse en una vara que desde entonces ha tenido que seguir usando.”
Con esta historia de Johannes Ungâralak, un antiguo
cazador del sur de Groenlandia, Petersen resume la
importancia que tienen los costados del kayak, es decir el área demarcada entre el canto superior de las
bordas y la cara exterior de los stringers. La altura de
los costados depende de la profundidad del kayak, de
la anchura de los tablones que conforman las bordas
y de la posición de los chine stringers. Al menos en
su mayor parte el costado del kayak estará formado
entonces por dos planos, el que va desde el stringer a
la base de la borda y el formado por la propio tablón
usado como borda. Siempre de acuerdo con Petersen
algunos kayaks pueden tener los costados planos en
el punto donde el kayak alcanza su mayor anchura
pero otros presentan un acusado cambio de plano
en el medio del costado debido a la forma de las
costillas. Este ángulo es considerado muy importante en determinadas áreas y lo consiguen tallando las
cajas de las costillas en ángulo con las bordas, lo que
confiere a las costillas una inclinación diferente a la
que tienen las bordas. En kayaks poco profundos esta
forma se acentúa con un fondo plano.
“En kayaks poco profundos con una marcada inflexión (se refiere al cambio de plano mencionado
anteriormente), por ejemplo los hechos con cajas
oblicuas en las bordas, el hombre puede balancear
su kayak contra el hielo haciendo que este fluya bajo
el kayak. En lugar de ser aplastado entre los icebergs
es elevado sobre la superficie de hielo. Sin embargo,
cuando la placa de hielo es muy gruesa al kayakista
no le queda más opción que salir del kayak lo más
rápidamente posible y subirlo al hielo tras de él.”
117
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26.Chine stringers (Largueros)
E
l pueblo esquimal ha dado sobradas muestras de
su capacidad de adaptación al medio y el hecho de
que sea precisamente un esquimal, un groenlandés
de pura cepa, una de las personas que más nos ayuda a comprender el por qué y el cómo de las formas
de un kayak no es sino otra muestra de esa capacidad de adaptación, en este caso a un mundo mucho
más global pero indudablemente marcado por unos
modos claramente occidentales. Hace tan solo unas
decenas de años en Groenlandia ni siquiera existía
un idioma escrito y aún así, en el momento actual
podemos leer libros de difusión mundial firmados por
autores groenlandeses.
Cuando Petersen nos habla de las diferentes formas
que puede tener el fondo de un kayak nos explica
que el que este fondo sea más o menos ancho o más
o menos plano no está relacionado en absoluto con
la anchura del kayak sino con la posición de los stringers y con la forma de las costillas. Kayaks con costillas en que las curvaturas se ha acentuado en los
laterales tendrán un fondo más bien plano, propio,
según Petersen, de zonas en que el kayak se utilizaba
solo durante una parte del año.
“Un kayak con fondo ancho y plano navega elevado
sobre el agua y se desliza con facilidad. Puede llevar
carga en cubierta sin hundirse demasiado en el agua
y no vuelca fácilmente por lo que es bueno para los
principiantes y kayakistas menos hábiles.
Muchos cazadores sin embargo, ven demasiadas desventajas en un fondo ancho y plano. Navegar elevado sobre el agua es muy peligroso con vientos fuertes y mares agitados cuando al cazador se le hace difícil controlar el kayak.
En kayaks con el fondo en una “V” más marcada es por supuesto más difícil
mantener el equilibrio pero esta forma ofrece al kayakista mayor control sobre
su embarcación.”
118
Indice
Aparte de estas consideraciones relativas a la estabilidad y gobernabilidad del
kayak hay otro factor que se debe tener muy en cuenta a la hora de situar los
stringers en el casco; la distancia de la piel a las costillas. En el primer dibujo
se observa como varía la distancia entre la piel y las costillas al desplazar lateralmente el stringer. Algunos autores como Morris fijan en 12 mm la distancia
mínima entre tela y costillas para la parte central de kayak, es decir el tramo
entre quilla y stringers.
Cunningham, menos exigente en este aspecto, dice
que con 9 mm para esa parte central y 6 mm para el
tramo entre el stringer y la borda puede ser suficiente. En este punto debemos considerar que cuando la
piel del kayak esté sometida a la presión del agua
tenderá a acercarse todavía más a las costillas y si
llega a tocarlas nuestro kayak parecerá un perro flaco
y su navegar será lento ralentizado por un mayor rozamiento con el agua.
Lo cierto es que de lo dicho hasta aquí parece deducirse que vamos a tener un amplio margen de maniobra
a la hora de colocar los stringers sobre el casco. Pues
bien, no es así. Si tanto nuestra quilla como nuestros
stringers tienen 20 mm de altura, apenas si vamos
a tener unos milímetros de juego para emplazar los
stringers. Lógicamente a medida que aumentemos la
altura de esas piezas más posibilidades tendremos de
desplazar lateralmente los stringers en busca del fondo de nuestra elección.
Manos a la obra.
Para determinar la longitud de los stringers colocamos uno de los listones reservados para este fin a lo
largo de la quilla con uno de sus extremos a la altura
del talón del chaflán que habíamos recortado en la
punta de las bordas. Marcamos en la vertical del talón del chaflán en la otra punta y cortamos. Cortamos
el otro listón exactamente a la misma longitud.
Los stringers se van afilando hacia ambas puntas. Dibujamos un cuadrado de 12 x 12 mm centrado en
cada una de las puntas y cepillamos hasta afilar la
119
Indice
punta hasta esta sección final. Para que la pérdida
de sección sea gradual empezamos a cepillar a 1,2
m de cada punta. El procedimiento suele consistir en
dar una primera pasada de cepillo a lo largo de los
últimos 30 cm, después se da una segunda pasada
empezando a 60 cm del extremo, luego una tercera a
lo largo de los últimos 90 cm y por último se da una
pasada que empieza a 1,2 m del extremo. Repetimos
este proceso hasta llegar a la raya del cuadrado que
dibujamos en la punta correspondiente a la cara que
estamos afilando. Por supuesto a medida que cepillamos iremos comprobado los resultados de nuestro
trabajo. Velaremos por mantener la simetría tanto entre las dos puntas de un mismo stringer como entre
los dos stringers. Afiladas las puntas redondeamos las
aristas como hicimos con la quilla y procedemos a
colocarlos.
Ajustamos primero la posición de un stringer comprobando la distancia de cada costilla a la tela y cerciorándonos de que esta no sea menor de 9 mm en el
fondo ni de 6 mm en el costado. A medida que vamos
ajustando la posición en cada costilla lo sujetamos
con una prensilla cada 3 ó 4 costillas. Al acabar liberamos una prensilla y la volvemos a colocar antes de
liberar la siguiente. Hacemos esto con todas las prensillas para liberar posibles tensiones en el stringer. Finalmente observamos el stringer desde el extremo. La
curva que describe debe ser suave, uniforme y estar
en un solo plano. Veremos como una recta el tramo
que desciende hacia nosotros desde el centro del casco. Esta recta debe ser paralela u ocultar al extremo
opuesto del stringer.
Cuando estemos satisfechos con la posición y curvatura del primer stringer pasamos a colocar el segundo. Utilizamos una tablilla auxiliar para anotar en una
de cada 3 ó 4 costillas la distancia del primer stringer al canto inferior de la
borda que está de su mimo lado (el canto superior en la posición invertida del
kayak) y ajustamos el segundo stringer a la misma distancia para cada una de
las costillas en que realizamos la medición.
Al acabar de colocar el segundo stringer comprobamos la distancia de cada
costilla a la piel en el lado correspondiente a este segundo stringer. Si las distancias están dentro de los márgenes adecuados habremos acabado de colocarlos,
en caso contrario tendremos que mover los dos stringers y empezar de nuevo.
Los chine stringers se sujeten a las costillas con una ligada continua exactamente del mismo modo que la quilla. Justo antes de su encuentro con las piezas de
proa o de popa los stringers se amarran uno al otro con una ligada igual a la
que empleamos en los extremos de las bordas. Si fijásemos los stringers a las
piezas de proa o de popa el armazón no tendría suficiente elasticidad en mares
agitados.
Para afilar las puntas dibujamos un cuadrado de 12 x 12 mm centrado en la cara del extremo y luego
cepillamos cada cara del stringer. Empezamos a cepillar a 1,20 m del extremo y afilamos hasta llegar a las
líneas marcadas en el extremo.
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Indice
Hemos cepillado la primera cara, disminuyendo el grosor del stringer progresivamente
hasta llegar a la línea dibujada en el extremo, que como se ve en la foto, en este caso la
hemos borrado.
Colocamos los stringers a lo largo de la quilla con los extremos nivelados con los talones de los chaflanes en las bordas. Atamos algunos cordeles de nylon rodeando todo el
armazón.
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Indice
Atamos los cordeles más o menos flojos. Los cordeles estarán al lado (no sobre) las
costillas más cercanas a los travesaños de cubierta nº3, 6, 7 y 9.
Arrastramos cada cordel hasta situarlo sobre la costilla que tienen más cerca.
Desplazamos los stringers lateralmente lejos de la quilla.
El cordel nos muestra cual será la posición de la tela.
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En cada uno de los extremos hacemos un par de lazadas con un cordel, muy cerca de
la roda o del codaste, tensamos hasta que los stringers pincen la correspondiente pieza
de proa o de popa y amarramos.
Aunque los stringers se apoyen planos sobre las costillas centrales será inevitable que
asienten sobre una arista en las piezas de proa y popa. Para conseguir un asiento plano
en la roda y el codaste marcamos como se ve en la foto.
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Colocamos el stringer sobre la quilla y cepillamos (basta con desatar las lazadas de ese
extremo.)
En el otro stringer tendremos que cepillar en esta otra posición a no ser que seamos
ambidiestros.
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No es necesario cepillar hasta la marca. Basta con conseguir un asiento plano y cerciorarnos que las puntas hacen contacto con la pieza antes que el talón del bisel. Amarramos de nuevo las lazadas y pasamos una lija de grano 80 ó 120 para alisar la superficie
del bisel. No apretaremos demasiado las lazadas. Las primeras pasadas de lija las podemos dar antes de amarrar la lazada apretando simplemente con los dedos.
Otra vista del contacto stringer-roda. Aún se ve la línea que nos sirvió de referencia para
cepillar el bisel en el extremos del stringer.
Es muy importante que la punta del stringer haga contacto con la pieza de proa antes
que el talón del bisel que acabamos de tallar en el stringer. De otro modo al apretar las
lazadas las puntas tenderán a separarse de la pieza de proa.
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Nos cercioramos que la distancia entre la piel y la costilla será al menos de 6 mm.
Aquí será mucho más prudente dejar un margen de al menos 9 mm entre piel y costilla.
Hacemos esta comprobación y la anterior para todas las costillas. A medida que vamos
situando el stringer lo vamos sujetando con prensillas cada 3 ó 4 costillas.
Cuando estamos satisfechos con el emplazamiento del primer stringer soltamos las
prensillas de una en una y las volvemos a apretar. Marcamos en una tablilla la distancia
desde la borda al stringer. Anotamos esta distancia cada 3 ó 4 costillas.
Y colocamos el otro stringer manteniendo en cada costilla las mismas distancias a la
borda. Comprobamos para este stringer la distancia entre cada costilla y la piel. Si en
alguna costilla la piel se acerca más de los estipulados 9 mm tendremos que mover los
dos stringers y repetir todo el proceso.
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Una vez que hemos sujetado los stringers a las costillas con una ligada continua marcamos el punto de encuentro de sus extremos con el canto interior de la roda o del
codaste.
Cuando acabemos de colocar situar el stringer lo observamos desde el extremo. El stringer describe una curva suave que estará en un solo plano. La parte de la curva que está
más cerca de nosotros nos tiene que parecer una recta y nos ocultará el extremo más
alejado del stringer.
Empezamos como siempre afirmando el hilo a uno de los stringers con un nudo esquimal.
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Damos 4 ó 5 vueltas de hilo alrededor de los dos stringers por donde habíamos hecho
la marca de lápiz y tensamos. Esta ligada sirve de tope a cualquier intento de los stringers de moverse en sentido longitudinal.
Hacemos un nudo simple rodeando los dos ramales de la ligada.
Repetimos 3 ó 4 veces el nudo simple alrededor de los dos ramales. Cada vez que hacemos un nuevo nudo simple y tensamos, más se acercan los ramales entre si.
Pasamos el hilo hacia el otro lado y rodeamos el otro stringer.
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Repetimos los 3 ó 4 nudos simples alrededor de los dos ramales de la ligada. Puede que
necesitemos ayudarnos de un aguja para pasar el hilo entre la ligada y el canto interior
en este caso del codaste. Después acabamos la ligada como siempre con una serie de
nudos simples alrededor de uno de los ramales de la ligada y finalmente un nudo simple alrededor de si mismo en el extremo del hilo.
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27.Placas de enlace
L
as placas de enlace o de transición o como se las quiera llamar son unas placas trapezoidales como de 8 mm de
grosor que sirven de conexión entre el extremo de las bordas y las piezas de proa o de popa.
Su misión principal es la de evitar un excesivo movimiento en la estructura de proa o de popa y la de procurar a la tela
una transición suave desde la cubrición de las bordas hasta la cubrición de las puntas tanto de proa como de popa.
Tenemos que hacer un encaje para la placa de transición. Empezamos por hacer una marca en las bordas a 125 mm del extremo y otra en la roda también a
125 mm del extremo de las bordas. Ambas marcas delimitan los extremos del encaje.
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Con un formón rebajamos el encaje hasta el fondo de los cortes. Debemos ser especialmente cuidadosos de no desgarrar la madera profundizando más de los deseado.
El listón de madera paralelo al dentado de la sierra y alejado de este 8 mm nos servirá
de tope de profundidad a los cortes que vamos a hacer.
Entre las dos marcas de la 1ª foto hacemos cortes paralelos de 8 mm de profundidad y
separados unos 3 mm entre si. (Tenía que haber hecho la foto antes de meter el formón
en la borda del fondo.)
Ya tenemos el encaje tallado. Aún se ven las marcas de la sierra.
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Colocamos sobre el encaje una tablita de un poco más de 25 cm de largo, unos 10 cm
de ancho y como 12 mm de grueso. La tablita se coloca haciendo tope contra uno de
los extremos del encaje, en este caso contra el extremo de las bordas.
Rematamos las superficies con una lima o una cuchilla de ebanista tratando de borrar
las marcas de la sierra.
El encaje está rematado.
Marcamos al ras del otro extremo del encaje para definir la longitud de la tablita. A
continuación cortamos por la marca.
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Tenemos ya la tablita en su longitud adecuada y la colocamos sobre el encaje. El fondo
del encaje sigue la curvatura del arrufo y en consecuencia la tabla no hace contacto
contra el encaje en la zona central. (La separación entre la roda y las bordas se debe a
un despiste de este manazas.)
Por el fondo de la tablita marcamos el contorno de las bordas y de la roda.
Rebajamos el espesor de la tablita en los extremos en la misma medida que le faltaba
en el centro para llegar a hacer contacto con el encaje. Biselamos el fondo de la tablita
afilando desde el centro hacia los extremos hasta conseguir en los extremos esa disminución de grosor. De este modo el fondo de la tablita será convexo y se adaptará a la
superficie del encaje.
Unimos con sendas líneas rectas los extremos de ese contorno y cortamos por esas
líneas. En la foto, por claridad, se ha remarcado de color azul el contorno que se había
dibujado in situ y en color negro las líneas por las que se hará el corte.
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Utilizamos un listón flexible para trazar una curva suave que enlace el extremo de las
bordas con la roda. El listón es una continuación de la curva que describe el extremo
de las bordas.
Colocamos la placa en el encaje y la sujetamos con clavijas. Usaremos 2 ó 3 clavijas en
cada borda y otras tantas en la roda. Las clavijas se disponen en ángulos diferentes y
llevan una cuña en su extremo interior. En el taladro habremos puesto como siempre un
tope de profundidad. Evitaremos perforar las clavijas que unen las bordas o demasiado
cerca de las ligadas.
Vemos las líneas que trazamos con ayuda del listón flexible.
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Con un cepillo o un bastrén y mucho cuidado recortamos por las líneas anteriores.
Cepillamos la cara superior de la placa hasta enrasarla con las adyacentes y tratando de mantener la curva del arrufo. Ojo a quitar demasiada madera en el centro. La placa también puede tener un poco de caída hacia los laterales. Al acabar colocamos una cuñita en la cabeza de las clavijas y
repasamos con un lima o con lija.
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28.Wrapcheck o prueba del envoltorio
Antes de ponerle al kayak la piel definitiva conviene probarlo. Se
trata de obtener una primera impresión de su comportamiento en
el agua y de comprobar si se ajusta o no a las dimensiones corporales de su tripulante. Hasta que no pongamos la tela definitiva.
Aún estamos a tiempo de corregir la estabilidad direccional o el
asiento del kayak en el agua o incluso de modificar la posición de
algún elemento estructural como por ejemplo el apoyapiés o cualquier otro travesaño de cubierta.
A modo de piel provisional podemos utilizar película de plástico
del que viene en rollo y que se usa en la industria para envolver
palets y similares; muy parecido al de cocina pero más fuerte. Varias vueltas alrededor del armazón, envolviéndolo de la forma más
parecida posible a lo que será su piel definitiva, serán suficientes.
Al fin y al cabo basta con que esta piel provisional mantenga el
kayak a flote durante algunos minutos, los suficientes para obtener
esa primera impresión. Realizaremos la prueba en aguas tranquilas tratando de no someter el kayak a grandes esfuerzos. Podemos
sujetar las vueltas de plástico con cinta americana, mejor cuanto
más resistente al agua.
En la fase actual de nuestro proceso constructivo es un poco prematuro hablar de esta prueba, no digamos ya hacerla, pero se trataba de aprovechar un encuentro con la persona a la que va destinado este kayak, de la que dicho sea de paso me separan algunos
kilómetros. Tanto es así, me refiero a lo de prematuro, que antes de
envolver el armazón tuve que colocar tanto a proa como a popa
tirantes de cubierta (stringers) provisionales, lo que al final resultó
de gran utilidad para valorar el espacio reservado para los pies.
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Las explicaciones correspondientes a los stringers de cubierta las
veremos cuando se coloquen las piezas definitivas.
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29.El masik
Más que la piel, amiq, o cualquier otro componente del kayak,
el “masik” es para muchos la única pieza cuyo nombre les resulta
familiar. Es sin duda la pieza más emblemática del kayak y no solo
porque no tenga traducción a ninguno de los idiomas más extendidos en el mundo occidental. Hay otras razones para ello. En los
kayaks de un solo masik, los más habituales, este travesaño de cubierta curvo tiene la triple función de servir de anclaje a los muslos
para transmitir nuestras órdenes al kayak, de servir como apoyo al
borde delantero de la brazola de la bañera y de servir asimismo de
apoyo al extremo trasero de los stringers de la cubierta de proa. Es
de entender que el masik deba ser una pieza robusta que soporte
todos los esfuerzos a los que se verá sometido. El masik es también
el travesaño de cubierta que se coloca en último lugar y el modo
de hacerlo, tal como se ve en la secuencia de fotos, es totalmente
diferente a los otros travesaños.
Para fabricarlo disponemos de tres opciones: laminado, talla de
una pieza curva de madera y talla de una pieza de madera rectangular. El laminado, sin duda la opción menos tradicional, consiste
en pagar chapas delgadas de madera en número suficiente para
alcanzar el grosor necesario. Las chapas se pegan unas a otras
conformando la curva que queremos dar al masik. Tallar un masik
a partir de una pieza curva de madera es, al contrario que el laminado, la opción más tradicional. Al partir de una pieza curva, las
fibras de la madera seguirán de manera natural una curva similar a
la del masik con lo que conseguiremos robustez sin necesidad de
recurrir a una sección sobredimensionada, lo que al final redundará en ligereza. La tercera opción, sin duda la más sencilla, es la
que hemos elegido para este kayak. Al tener doble masik no necesitamos una pieza de tanta robustez como si se tratara de un kayak
con un solo masik. En este kayak es el bao justo a proa del masik
el que sirve tanto de anclaje para los muslos como de soporte a los
stringers de cubierta. Aún así se ha tallado partiendo de una pieza
rectangular de madera dura de 7 cm de grosor, lo que garantiza la
resistencia necesaria.
Aunque en este caso no es estrictamente necesario (si lo sería en
el caso de masik único) empezamos por hacer una plantilla que
no solo nos será útil para fabricar el masik sino que también nos
servirá de ayuda para entender el proceso y hacer unos primeros
cortes con los que comprobar la precisión de nuestro método.
Pinchando en la imagen se accede a la secuencia de fotos que explica
tanto el sistema de fabricación del masik como el de su ensamble
a las bordas.
Colocamos sobre las bordas un tablero de 3 mm que usaremos para hacer una plantilla
de nuestro masik. Anotamos en el tablero el punto de encuentro entre este y el canto
interior de las bordas. El tablero se coloca en la posición que ocupará el borde delantero del masik.
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Dibujamos una línea paralela al borde inferior del tablero y separada de este 3 cm. Con
la ayuda de una escuadra llevamos a esta línea los puntos de contacto con las bordas
determinados anteriormente
Con la falsa ajustada al ángulo de flare trazamos una línea que pasa por el punto de
encuentro con las bordas trasladado a la paralela al borde inferior del tablero.
Igual que hiciéramos con el resto de los travesaños ajustamos la falsa escuadra al ángulo
de flare en el punto donde se ubicará el masik. Nos servimos para ello de un listón de
madera apoyado en las dos bordas.
En rojo se ven las líneas que acabamos de trazar con la falsa escuadra y que tienen la
misma inclinación que el ángulo lateral de las bordas.
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Tras recortar el tablero siguiendo las líneas rojas de la foto anterior y la paralela al borde
inferior, presentamos el tablero en la posición que ocupará el masik.
A 6 mm del canto exterior de la borda marcamos el extremo del masik. Este punto y su
correlativo en la otra borda determinan la anchura exterior del masik. Se asentará sobre
las bordas cubriendo toda la anchura del bisel que hicimos en la cara superior de estas.
Aprovechamos los stringers de cubierta provisionales para marcar sobre el tablero la
mínima altura que tendrá el masik. El masik debe quedar al mismo nivel o un par de
milímetros por encima de los stringers de cubierta.
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Es hora de ponernos con el masik. Partimos de un tocho de madera de unos 55 x 15 x 7
cm y empezamos por dibujar una línea paralela al borde inferior igual que hicimos con
la plantilla.
Con la ayuda de una tablilla flexible marcamos una línea que una el eje central del masik con el extremo que acabamos de marcar sobre la borda pasando por el punto que
marca la ubicación del stringer.
Recortamos por la línea. Basta con recortar media plantilla para asegurar la simetría del
masik.
Colocamos el tocho sobre las bordas en la posición que ocupará el masik y marcamos
el punto de contacto de su cara de popa con el canto superior e interior de las bordas.
También marcamos la línea de contacto de la cara inferior del tocho con el canto superior e interior de las bordas.
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Con una escuadra trasladamos a la paralela el punto de contacto de la cara posterior
del tocho con la borda. (El tocho que se ve en la foto o es el que se utilizó para hacer el
masik pero sirve para la explicación)
Hacemos las mismas marcas en el otro extremo. En la foto se aprecie que el masik está
separado de 2 a 3 cm del travesaño de cubierta inmediatamente a proa y que sirve de
anclaje para las rodillas.
Volvemos a la pieza de madera con la que se hizo el masik. En la paralela a su canto
inferior se ven trasladados los puntos de contacto de esta cara con el canto superior e
interior de las bordas.
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Sobre los puntos de contacto que acabamos de trasladar a la paralela marcamos el
ángulo lateral de las bordas.
En rojo vemos las líneas que acabamos de marcar. Los puntos 1 y 2 nos sirven de referencia para la explicación del siguiente paso.
Las bordas no discurren paralelas sino que se van acercando entre si a medida que
avanzamos hacia la proa. Ajustamos ahora la falsa escuadra a la línea de contacto entre
el canto superior de las bordas y la cara inferior del tocho de madera que habíamos
marcado anteriormente.
Con la falsa ajustada tal como se vio en la foto anterior trasladamos las líneas de contacto entre tocho y bordas de modo que sus paralelas pasen por los puntos 1 y 2 respectivamente (ver dos fotos atrás.) Nos queda cortar siguiendo las líneas rojas y los dos
pequeños tramos exteriores de la línea negra paralela al canto inferior del tocho. (Para
guiar mejor el corte dibujamos en la cara anterior del tocho otra línea paralela al canto
inferior y a 3 cm de este.)
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Aunque se trata de la pieza de madera falsa esta foto nos ayuda a ver como se realiza el
corte.
Igual que hiciéramos en el caso de la plantilla marcamos los extremos laterales del masik a 6 mm del canto exterior de la borda.
Seguimos con la pieza de madera falsa, ahora para ver el tocho colocado en su posición definitiva.
En la foto vemos que en la plantilla hemos recortado también su contorno interior.
Dibujamos este contorno interior de modo que el masik tenga un grosor mínimo que
asegure la resistencia necesaria. 3 cm puede ser suficiente. Colocamos la plantilla sobre
la pieza de madera para dibujar los contornos del masik. Es de notar que situamos la
plantilla sobre la cara de proa de la pieza de madera.
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Recortamos por las líneas y ... voila! ¡El masik!
El otro extremo del masik. Los taladros se sitúa como a 25 mm del canto superior de la
borda y se inclinan hacia arriba evitando atravesar por completo el masik.
Colocamos el masik en su posición definitiva, hacemos un par de taladros de 6 mm de
diámetro y colocamos sendas clavijas de madera. En el extremo interior década clavija
conviene colocar una pequeñas cuña para impedir que la clavija sobresalga del plano de
la borda cuando se moje. Por último serramos las clavijas al ras de la borda.
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30.Stringers de cubierta
Los stringers de cubierta son unos delgados listo-
nes de madera que discurren a lo largo de las cubiertas enlazando dos o más travesaños. Ayudan a
distribuir entre tales travesaños cargas como las debidas nuestro propio peso cuando nos sentamos sobre
la cubierta de popa en el momento de embarcar o
desembarcar o al peso de otro kayak que apoyamos
sobre el nuestro durante la práctica de un rescate o
al peso del equipo que podamos transportar sobre
la cubierta. También aportan a la estructura una rigidez especialmente necesaria cuando se navega entre
olas grandes, paliando en gran medida la tendencia a
flexar que tiene el kayak en estas situaciones. Por otro
lado también proporcionan soporte a la piel y ayudan
a mantener el volumen del kayak.
de estos listones quedará al ras del borde de proa del travesaño nº 7 mientras
que el otro lo podemos cortar a paño con el borde de popa del travesaño nº 8
o llevarlo un poco más allá dejándolo en voladizo entre los travesaño 8 y 9.
Redondeamos los extremos y los cantos de los stringers para evitar aristas afiladas. Sobre cada uno de los travesaños 7 y 8 hacemos dos marcas que dividan
el travesaño en tres tramos iguales y emplazamos los stringers de modo que sus
ejes se sitúen sobre estas marcas. La distancia entre los ejes de cada stringer será
por tanto, en cada travesaño, igual a 1/3 de la longitud del travesaño.
Pinchando en la imagen se accede a la secuencia de fotos relativa a los stringers
de popa.
Al igual que con otros componentes hay multitud de
variaciones en cuanto al número y disposición de los
tirantes de cubierta. En este caso usaremos la disposición más común: dos tirantes a popa y otros dos a
proa.
Stringers de popa
Para los stringers de popa emplearemos sendos listones de 4 x 1 cm que van desde el travesaño nº 7, es
decir el que podríamos denominar respaldo, hasta el
nº 8. La cubierta de popa es plana, de modo que el
grosor de los stringers será tal que estos no sobresalgan por encima del plano de las bordas. Un extremo
El eje de los tirantes divide cada travesaño en tres partes iguales. Las clavijas que sujetan los tirantes, de 6
mm de diámetro, no llegan a atravesar los travesaños y en su extremo interior llevan, como en otros casos, una pequeña cuña. Las aristas de los tirantes, especialmente las superiores, se han redondeado para
evitar que puedan dañar la tela.
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En cada travesaño hacemos un taladro de 3 mm de diámetro a ambos lados del stringer. Estos dos taladros están en línea con la clavija.
Empezamos a pasar el hilo que usamos para las ligadas. Nótese el sobrante que se deja
por la parte inferior del travesaño. Nótese también la ranura que se ha tallado en la
parte superior del stringer que evita que el hilo sobresalga por encima de la superficie
del stringer, lo que provocaría un abultamiento en la tela.
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Hacemos una segunda vuelta y ...
Pasamos el hilo hacia abajo por el otro taladro.
Hemos completado la primera vuelta. En la foto se ve que el hilo se sitúa sobre la clavija para evitar que esta pueda sobresalir hacia arriba.
... tensamos. Para tensar tiramos del sobrante que habíamos dejado por la parte inferior
del travesaño y del hilo que sale hacia arriba por el taladro de la izquierda, el más cercano al centro de la cubierta.
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Repetimos el nudo simple 6 u 8 veces y ...
Volvemos a sacar el hilo hacia arriba por el taladro de la izquierda y pasamos el sobrante también hacia arriba por el taladro de la derecha. Tensamos de nuevo y hacemos un
nudo simple.
Cortamos el sobrante. Repitiendo el proceso en el otro extremo el stringer quedará
conveniente-mente asegurado.
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Stringers de proa
Los stringers de proa tradicionalmente iban desde el
masik hasta el travesaño nº 4. En este kayak y buscando siempre un mayor espacio para los pies, los extremos delanteros quedan flotantes a medio camino
entre el travesaño nº 3 y el nº 2, mientras que los extremos traseros arrancan, como es usual en kayaks de
doble masik, 4 ó 5 mm por delante del masik. Con el
fin de evitar ruidos, en este tipo de kayaks se impide
que los stringers hagan contacto con el masik. Tampoco, como es lógico, sobresaldrán a mayor altura
que este distintivo travesaño curvo.
Los tirantes de proa se apoyan por regla general directamente en el travesaño a proa del masik, o en el
propio masik cuando este y el travesaño que usamos
como anclaje de los muslos es la misma pieza, es
decir en kayaks de un solo masik. En uno y otro caso
es necesario tallar sendos encajes en el travesaño en
que se apoyan los stringers teniendo en cuenta que
el apoyo no es horizontal sino que forma un ángulo
con la cara superior de ese travesaño. Una situación
similar de apoyo en ángulo se da cuando los stringers
se apoyan directamente sobre el travesaño nº 4 o sobre el nº 3. El modo de realizar estos tipos de apoyos
quizá pueda ser objeto de un futuro anexo, aquí nos
centraremos en el kayak que nos ocupa.
Si las caras superiores de todos los travesaños en los
que se apoyan los tirantes de cubierta no están en
un mismo plano descendente es frecuente utilizar pequeños bloques de madera para situar los stringers a
cierta altura con respecto a los travesaños interme-
dios y compensar así esa posibles alteraciones en el plano de apoyo. En este
kayak se requiere un espacio considerable para los pies, de modo que ha sido
necesario sobre elevar el apoyo de los stringers con respecto a todos los travesaños mediante el uso de tales bloques de madera. Se podría haber hecho más
alto el travesaño a proa del masik, pero eso habría ido en detrimento de un
anclaje ajustado para los muslos. Para no hacer tampoco un masik desproporcionadamente alto que nos permitiese colocar los stringers con una pendiente
acusada de modo que se pudiesen apoyar directamente sobre el travesaño nº 3
pero manteniendo la altura necesaria sobre el nº 4 (apoyapiés) ha habido que
forzar cierto grado de curvatura en estos stringers. De este modo estos tirantes
discurren de manera casi horizontal durante un primer tramo y luego caen bruscamente a esconderse por debajo de la cubierta entre los travesaños nº 3 y nº 2.
Recurrir a stringers de proa curvos es una solución más o menos habitual en los
kayaks tradicionales del este de Groenlandia.
Tampoco es original el perfil con que se han realizado estos tirantes. La anchura es constante e igual a 20 mm en toda su longitud, pero el grosor, la altura,
varía desde los 25 mm en el apoyo más a popa hasta los 10 mm en el extremo
delantero. Afilando los stringers de esta manera conseguimos robustez cerca
de la bañera, la zona de mayores solicitaciones, y flexibilidad en la punta de
proa, lo que permite conferirles la curvatura mencionada más arriba. También
se afila el extremo de popa que vuela desde el apoyo trasero hacia el masik. De
esta manera la punta trasera de los tirantes se oculta tras el masik y va ganando
grosor gradualmente hasta alcanzar el máximo en el primer apoyo, el situado
justo por delante del masik.
En cuanto a la distribución horizontal de los tirantes de proa se usará la misma
regla de los tercios que se usó para los tirantes de popa, con la salvedad de que
aquí tenemos que cerciorarnos de que estos stringers no invaden el espacio
reservado para nuestros pies o nuestras rodillas. Si así fuera, habrá que desplazarlos lo necesario hacia el centro de la cubierta.
Pinchando en la imagen se accede a la secuencia de fotos relativa a los stringers
de proa.
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Stringer de proa. En la foto se aprecia como se va afilando hacia el extremo que situaremos más a proa, el de la izquierda en la foto. También se ve un chaflán más corto en el
otro extremo.
En el travesaño nº 4 (apoyapiés) colocamos un taco de madera que sitúa el tirante a la
altura necesaria sobre ese travesaño. En el extremo de popa el tirante hace tope contra
una tabla que sujetamos al masik. De esta forma stringer y masik quedarán a la misma
altura.
Con el tirante situado en posición como se vio en la foto anterior deslizamos un lápiz
por su cara inferior y hacemos una marca sobre un taco de madera que apoyamos en el
travesaño de cubierta. De este modo determinamos la altura y la inclinación que daremos a la cara superior del taco de madera en que descansará definitivamente el stringer.
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A modo ilustrativo se compara el efecto que produce en la cubierta el stringer curvo con otro recto, de pendiente constante y que descansa directamente sobre el bao nº 3. La diferencia de espacio para los pies en el travesaño nº 4 es notable.
Otra vista comparativa entre los dos modos de disponer los tirantes. Nótese que las piezas empleadas como stringers son idénticas y que ambas parten de la misma altura sobre el
bao nº 6.
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En las sucesivas fotos además del modo de hacer esta ligada se irán viendo los tacos
usados como calces. Primero sujetamos los tacos a los travesaños mediante dos clavijas
cilíndricas de 6 mm. Estas clavijas se dispone inclinadas con respecto al travesaño el
cual no deben traspasar. Como es habitual en el extremo interior de las clavijas se coloca una pequeña cuña. Una tercera clavija sujeta el stringer al taco.
En este caso el hilo no puede pasar sobre la clavija que sujeta el stringer al taco, pero al
igual que en los stringers de popa se han tallado ranuras para que el hilo no sobresalga
sobre el plano del stringer. En la foto se ve que la vuelta de hilo rodea stringer y travesaño.
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Dos vueltas de hilo son suficientes para esta ligada.
En la segunda vuelta aplicamos tensión.
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Anudamos como con una serie de 6 u 8 nudos simples
.Segundo nudo simple.
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Los tacos de apoyo adquirían tradicionalmente distintas formas. A veces eran pequeños
objetos decorativos. En este caso se ha buscado simplicidad y estabilidad del conjunto.
El taco correspondiente al bao nº 4 es el más alto. Su base es más ancha que la cara
superior pero esta es más larga en el sentido longitudinal del stringer. El taco correspondiente al bao nº 3, de caras verticales paralelas, es el más sencillo.
La ligada está concluida. Solo falta cortar el sobrante dejando una longitud prudencial
de hilo (20 ó 25 mm.)
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En esta foto se puede apreciar la distancia, 3 ó 4 mm, que separa al stringer del masik.
También se ve la utilidad del chaflán en el extremo de popa para conseguir que el tirante
se esconda gradualmente tras el masik. Si no existiera este chaflán los pies podrían topar
contra el extremo del stringer al entrar en el kayak.
Para concluir la serie, una foto de la cubierta con los dos tirantes ya instalados. Obsérvese la ligada en el travesaño nº 4. Si en este travesaño se hubiera hecho una ligada
como las demás, los pies rozarían contra los hilos al apoyarse en el travesaño y con el
tiempo podrían llegar a romperlos.
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31.Estructura completa
Y
a tenemos la estructura. Antes de pasar a colocarle la piel es conveniente aplicar al armazón una
mano de aceite de linaza, de teca o mejor todavía de
tung. Esto ayudará a conservar y a impermeabilizar
la madera. El aceite también evitará que la tela se
pegue a la estructura cuando apliquemos el barniz
de poliuretano, lo que facilitará el reemplazo de la
piel cuando llegue el momento de hacerlo. Respecto a la conservación de la madera conviene aclarar
que el agua marina, el agua salada, es buen agente
contra los hongos y otros enemigos de la madera. Mi
opinión personal es que no conviene endulzar estos
kayaks tras su uso en el mar.
Evidentemente no podremos poner la tela hasta que el aceite haya secado por
completo así que mientras tanto podemos sentarnos a contemplar el resultado
de nuestro esfuerzo o entretenernos fabricando la brazola de la bañera.
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32.Paava, paaq, paa? ... La brazola
D
epende de la fuente que consultemos los términos con que los inuit de
Groenlandia designaban la brazola de la bañera podrían ser paava, paaq o simplemente paa, o quien sabe si algún otro. Claro está que Groenlandia es un
territorio muy amplio.
No se puede considerar a la brazola un elemento estructural del kayak, ni siquiera se sujeta al armazón ya que como veremos más adelante queda flotante
en la piel. Sus funciones son aún más variadas que los términos que la designan:
mantiene tensa la piel de la cubierta, da soporte al kayakista, delimita la bañera
y sujeta el tuilik o el akuilisaq o tuitsoq (cubrebañeras). En los viejos tiempos se
hacía de pingeq, una madera roja de grano uniforme y exenta de nudos que llegaba a la deriva hasta las costas groenlandesas y que también se conocía como
imamineq (madera del mar). Se trata de una madera dura y resistente pero difícil
de doblar que se usaba con preferencia para la bordas, las quillas y también
para hacer palas.
Posteriormente, en el siglo XIX, se empezaron a usar aros de fresno comercialmente disponibles para los mástiles de los barcos. Bastaba alguna ligera
modificación para que el constructor pudiera adaptarlos a sus necesidades así
que su uso se extendió rápidamente. Algunos culpan incluso a esos aros de la
introducción del doble masik. Estos aros tenían un diámetro de tan solo 40,5
cm, lo que implica que si se coloca el masik en una
posición tal que pueda servir de apoyo al extremo
delantero de la brazola, quedará demasiado atrasado para servir de elemento transmisor de las órdenes
que le damos al kayak a través de los muslos. Por otro
lado es evidente que una brazola corta requiere un
masik más alto que nos permita entrar y salir del kayak y esto va también en detrimento de esa segunda
función del masik relativa al control de la embarcación. La consecuencia de todo esto no es solo que
hubiera que abandonar la forma oval (preferida hasta
entonces para la brazola) por la circular sino que fue
necesario desdoblar el masik en dos piezas: una que
sirviese de anclaje para las rodillas, el seeqqortarfik
y otra, el masik propiamente dicho que sirviese de
apoyo a la brazola.
Curiosamente y en contra de lo que se pudiera creer
la brazola no siempre estaba centrada en el eje longitudinal del kayak. Normalmente un cazador diestro desplazaba la brazola hacia la derecha para estar más cerca de la presa mientras la aseguraba con
el “cabo de remolque.” En los kayaks más antiguos,
más estrechos por lo general que los “modernos,” era
también habitual el caso contrario. El arpón se solía transportar en la cubierta, junto a la brazola, listo
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para ser usado si se presentaba la ocasión. Si el cazador era diestro
necesitaba de un cierto espacio a la derecha de la brazola para
tener el arpón al alcance de su mano derecha. Si era zurdo tendría
que llevar el arpón a su izquierda y desplazaría por tanto la brazola hacia la derecha.
Si los inuit adaptaron sus brazolas e incluso sus kayaks a esos aros
para mástiles de barcos por qué no habíamos de adaptarnos nosotros a las medidas de algún kayak de fibra que hayamos tenido
o todavía tengamos y poder así seguir utilizando los mismos cubrebañeras. Eso es justo lo que hemos hecho en este caso. Hemos
intentado hacer una brazola de las mismas medidas interiores, en
cuanto a largo y ancho, que la Skua de Fun-Run; 38.5 x 49.5 cm.
De otro modo debería tenerse en cuenta que la mayor anchura
interior de nuestra brazola debería ser igual al ancho de nuestras
caderas aumentado en el grosor de un dedo a cada lado. La altura, o lo que es lo mismo la anchura del listón de madera con que
pretendamos fabricarla debería ser de unos 25 mm, aunque los
más tradicionalistas hablan de dos dedos de altura sobre la tela. A
este respecto, antes de tomar una decisión conviene pensar que un
exceso de altura en la brazola no solo dificultara nuestro acceso
al interior del kayak sino que también hará más difíciles esas maniobras en las que hay que apoyar la espalda sobre la cubierta de
popa. En la longitud tenemos mayor libertad de elección.
El borde delantero de la brazola se apoya en el masik. Sin embargo
el borde trasero podemos apoyarlo más o menos centrado en el
isserfik, el mal llamado respaldo o travesaño nº 7, podemos dejarlo
al ras del borde trasero de ese travesaño o permitir incluso que sobresalga 2 ó 3 cm más allá de ese borde, con lo que nos estorbará
menos a la hora de entrar o salir del kayak o cuando queremos
apoyar la espalda en la cubierta trasera tal como se requiere en
algunos esquimotajes. En kayaks de un solo masik en los que el
travesaño nº 7 se ha retirado hacia atrás una distancia considerable
y aún así se quiere mantener una brazola pequeña se puede optar
por dejar el borde trasero de esta suspendido simplemente en la
tela antes de alcanzar el travesaño nº 7. Esto puede ser conveniente en kayaks específicos de esquimotajes ya que al echarnos hacia
atrás y presionar con la espalda contra la brazola, esta cederá y se
hundirá ligeramente.
Para fabricar la brazola lo más conveniente es fabricar en primer
lugar una horma que nos sirva para doblar los distintos listones de
madera que la componen. Y para fabricar esa horma lo mejor es
empezar haciendo una plantilla. En las fotos se explica en detalle
el proceso de fabricación de la plantilla.
Empezamos por dibujar en un cartón o chapa delgada, la mitad de la figura oval que
configura nuestra brazola. Trazamos una línea de longitud igual al eje mayor del ovoide.
A un tercio de su extremo trazamos una perpendicular de longitud igual a la mitad del
eje menor. En el extremo del semieje menor hemos clavado una delgada punta contra
la que doblaremos el listón de madera de la foto siguiente.
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La misma figura de antes pero ahora con las medidas interiores reales de nuestra brazola. Tratamos de hacer una brazola de las mismas dimensiones que la Skua de FUN
RUN.
Sin hacer demasiada presión para no deformar la figura deslizamos un lápiz apoyado
contra el listón flexible.
Un listón de madera delgado y flexible que hacemos pasar por los tres extremos de los
ejes nos puede servir para dibujar el semi-óvalo.
Ya tenemos el semióvalo dibujado
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Recortando por las líneas tendremos una plantilla que nos permita dibujar las dos mitades de la horma que usaremos para fabricar la brazola.
Para que dar a la horma 35 ó 40 mm de grosor se han pegado dos tableros de 20 mm.
Las dos mitades de la horma se han pegado y atornillado a otro tablero de 20 mm que
sirve de bastidor y permite a su vez sujetar la horma a un banco de trabajo.
Aquí tenemos la horma para la brazola, hecha, como se ve en la foto, de dos mitades
iguales. En la parte trasera se han perforado dos taladros de 35 ó 40 mm de diámetro
para sujetar sendas prensillas que mantengan contra la horma el listón con el que haremos la brazola en el momento del doblado al vapor.
Para ver como se fabrica la brazola no queda más remedio que leer el texto. Aquí la
vemos desde arriba ya terminada.
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Para la brazola vamos a necesitar tres listones: uno de unos 2,5 x
1 cm y dos de 1 x 1 cm. La longitud de todos ellos será igual al
contorno de nuestra horma aumentado en unos 25 a 30 cm necesarios para solapar los dos extremos de cada listón una vez que los
doblemos alrededor de la figura oval. En el dibujo se ve la disposición de los solapes. Una vez que doblemos el listón cuidaremos
que los dos solapes queden enfrentados uno al otro.
Al igual que para las costillas la mejor madera puede ser roble o
fresno, mejor cuanto más verde o al menos que no haya sido secada industrialmente en hornos. Cocemos cada listón del mismo
modo que hicimos con las costillas, aumentando el tiempo proporcionalmente al grosor de las piezas y usando como cámara de
vapor un tubo similar al empleado para las costillas pero de unos
2 m de longitud.
El listón más ancho, 25 mm, lo usaremos para hacer el marco
o bastidor de la brazola, es decir el aro interior al que coseremos la piel por su borde inferior y al que pegaremos un labio a
lo largo del borde superior que sobresalga en voladizo de modo
que nos permita sujetar el cubrebañeras. Hacemos una marca en
el centro del listón y lo metemos en la cámara de vapor. Al sacarlo alineamos esa marca con la línea central del extremo de
proa de la horma y lo doblamos con determinación alrededor de
ella. Conviene usar una cinta de cuero o de plástico para dar respaldo al listón mientras lo doblamos. Solapamos los biseles y los
sujetamos unidos con un par de prensillas y lo dejamos enfriar.
Y aquí la vemos desde abajo para apreciar mejor el voladizo del labio respecto al marco.
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de estos listones enrollándolos alrededor del marco a medida que los vamos
sacando de la cámara de vapor. En este caso empezaremos a doblarlos por un
extremo en lugar de empezar por el centro como hicimos con el marco. Yo particularmente prefiero realizar esta operación sin sacar el marco de la horma y
dejar el conjunto sujeto con prensillas hasta que enfríen las piezas del labio.
Cuando llegue el momento de pegar el labio al marco vamos a necesitar muchas prensillas y aún así, por muchas que usemos, no vamos a conseguir evitar
que unas piezas deslicen sobre las otras y los aros tiendan a separarse. Lo mejor
es hacer taladros de 3 mm de diámetro espaciados 25 ó 30 mm todo alrededor
de la brazola y que traspasen tanto las dos piezas del labio como el marco. A
medida que vamos pegando los listones del labio al marco vamos perforando
un taladro e introduciendo una clavija del mismo diámetro. Así conseguiremos
evitar el deslizamiento entre las piezas al tiempo que reforzaremos la unión
entre ellas. Para obtener un espaciado regular de los taladros es conveniente
marcar con anterioridad el listón exterior del labio, haciendo una marca cada
25 mm.
Para fijar la unión de los dos extremos del marco tradicionalmente se empleaban distintos sistemas que
requerían el tallado de muescas en los biseles y/o el
empleo de clavijas, pero como dice Morris, la brazola es quizá la única parte del kayak donde merece la
pena permitirse la licencia de usar pegamento. Un
poco de epoxy aplicado a los biseles es seguramente
lo más conveniente. Lo usaremos también para pegar
el labio al marco.
Para el labio usaremos los dos listones de 1 cm x 1
cm en cuyos extremos tallaremos biseles de la misma
forma que con el marco. Podemos doblar cada uno
Una vez que haya fraguado el epoxy y el conjunto sea estable, retiramos las
prensillas y hacemos un segundo juego de taladros también de 3 mm de diámetro, pero esta vez a unos 3 mm por debajo de la cara inferior del labio y alineando cada taladro bien con los taladros anteriores, bien con el centro de los espacio que quedaron entre esos taladros anteriores. Con un cepillo planificamos
la cara superior de la brazola y redondeamos las aristas. Por último conviene
barnizar el conjunto bien con resina epoxy o bien con un barniz de poliuretano
que podemos aplicar incluso después de haber instalado la brazola en el kayak.
Sea cual sea el producto que usemos el barniz sellará e impermeabilizará el
conjunto reforzando las uniones entre los distintos elementos de la brazola.
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33.La piel, “amiq”
T
radicionalmente en Groenlandia se utilizaba
exclusivamente piel de foca para cubrir los kayaks.
Aunque dependiendo de las zonas podía variar la
especie concreta de la que obtener la piel, la más
comúnmente utilizada para estos menesteres era la
foca arpa y más en concreto, la piel de primavera del
ejemplar adulto, un animal que podía pesar 130 kg
y medir 1,70 m y que era capaz de sumergirse hasta
los 275 m de profundidad y permanecer bajo el agua
hasta 15 minutos. En los distritos más sureños también se utilizaba la piel de foca narizona o foca de
casco cuyos ejemplares adultos podían llegar a pesar
400 kg y medir 2,6 m. Bastaban dos ejemplares para
cubrir un kayak, pero su piel era menos apta para el
kayak; los folículos capilares son tan gruesos y profundos que el agua podía filtrarse.
“...En aguas incansablemente barridas por las tormentas y fuertes olas, la piel de
la foca barbuda parece ser la única capaz de soportar la fuerza de las olas. Las
sagas hablan de grandes cazadores en tales regiones.
Los habitantes de Nunakuluut, donde la costa Oeste forma un ángulo con la bahía de Qaqortoq, son conocidos por sus capaces e intrépidos kayakistas. El mar
allí es tormentoso. Las olas del océano Atlántico rompen con toda su furia y el
túnel de viento de 1.000 km de longitud que supone el estrecho de Davis para
los vientos del norte a menudo produce olas crueles. Los grandes cazadores que
se atreven a palear más allá del abrigo de la costa preferían la piel de la foca
barbuda a ninguna otra.” (H. C. Petersen 1986, 30)
A principios del siglo XX la población de focas cayo
drásticamente. La foca arpa comenzó a escasear. Muchos cazadores no podían conseguir pieles suficientes o si lo hacían, estas habían adquirido un precio
tal que ya no compensaba utilizarlas para cubrir el
kayak. Harvey Golden, en la página 74 de su KOG
cita a varios autores para enumerar los inconvenientes de la lona: “... es más vulnerable y tiene una mayor tendencia a descoserse o a romperse y es más
difícil de reparar en una emergencia. Al no ser elástica, la lona no responde a los movimientos de la es-
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tructura de madera ...” (Scavenius-Jensen 1975:24).
“... la lona, siendo menos fuerte que la piel de foca
no resiste el raspado de la primera capa delgada de
hielo marino que se forma a principios del invierno.”
(Ken Taylor 1960:495.) Ninguno de esos argumentos
tuvo el suficiente peso. La lona salía a mitad de precio. No es impermeable pero unas manos de barniz,
normalmente teñido de blanco por razones de camuflaje, bastan para impermeabilizarla. La tradición de
cubrir los kayaks con piel de foca se había perdido
para siempre.
Quizá precisamente por eso, porque es una tradición
que se ha perdido para siempre, merezca la pena pararse un momento para ver en cierto detalle, de la
mano de Petersen y con la ayuda de Golden y otros,
las técnicas que se utilizaban.
Tanto el trabajo de curtir y preparar las pieles como
el de colocarlas sobre la estructura y coserlas era fundamentalmente cosa de mujeres. No por esto deberíamos prejuzgarlo como una tarea menor o sencilla.
Al contrario, se trataba de un trabajo de gran responsabilidad y dificultad técnica para el que se requerían
manos expertas, tan expertas al menos como las que
se requieren para el resto de los trabajos que afectan
a la fabricación de un kayak. Es más, puede que de
todos esos trabajos este sea el que implica un aprovechamiento más asombroso e inteligente de los escasos recursos con los que estos pueblos contaban.
Tras rasparlas con un ulu (el cuchillo de las mujeres) para quitarles los restos
de grasa, sumergían la pieles durante varios días en un baño de orina. Después
las frotaban con cenizas de brezo u otro tipo de leña y luego las raían con un
cuchillo romo para arrancarles el pelo. En algunas zonas las pelaban con los
dientes sin necesidad de frotarlas previamente con ceniza o en ocasiones las
afeitaban literalmente con un ulu bien afilado. Tras esa serie de procesos enjuagaban la piel en agua del mar y la colgaban a secar a la sombra. Una vez secas
las guardaban en lugar seco y fresco.
Si la piel cogida en el otoño no había de usarse hasta la primavera siguiente, la
embadurnaban en sangre después del aclarado en agua marina, la enrollaban
y la colgaban en el exterior donde permanecía congelada. En ocasiones también se untaba en sangre la piel nueva de un kayak para retardar el tiempo que
tardaría en saturarse de agua una vez en uso. La piel seca y rígida tenía que
permanecer empapada en agua del mar durante unos diez días antes de ser utilizada. No se podía cubrir un kayak hasta que la piel era completamente suave y
elástica, de lo contrario al mojarse se aflojaría y haría chasquidos en el armazón
inutilizando el kayak para la caza.
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Siempre según Petersen, los meses de Agosto, Septiembre y Octubre, conocidos
como los meses “en que se cubren los kayaks,” eran los preferidos especialmente para renovar la piel de estas embarcaciones. En la zona de Sisimiut los cazadores aprovechaban para estos menesteres los encuentros que se celebraban en
pleno verano en Taseralik, en la boca del fiordo Nassuttoq, “a las que acudían
muchas mujeres expertas.”
Antes de colocarlas sobre el armazón era necesario coserlas unas a otras para
crear una piel única con la que cubrir el kayak. Escoger y cortar las pieles para
luego unirlas entre si era un trabajo muy delicado en el que se requería experiencia. Una mujer experta era capaz de cubrir un kayak con tan solo tres pieles
pequeñas y ahorraría trabajo a las costureras. Una mujer inexperta sería incapaz
de hacerlo con pieles grandes y sería causa de un trabajo extra para las costureras obligándolas a coser más parches o pequeñas piezas de remate.
Para las diferentes costuras se empleaban tendones de animales que se trenzaban en tres grosores diferentes. Los más gruesos se usaban en zigzag para tensar
la piel; 5 brazas para la proa y 4 para la popa. Para las costuras interiores se empleaba un trenzado más fino y otro todavía más fino para las costuras exteriores.
Estos últimos se trenzaban en longitudes de una braza.
Al igual que con los tendones trenzados también se empleaban diferentes costuras según la finalidad que tuvieran, pero todas ellas tenían en común que, tal
como se ve en el dibujo, para evitar filtraciones las puntadas no podían traspasar simultáneamente las dos solapas. No podemos olvidar aquí que la piel tenía
un grosor de 2 a 3 mm.
Para la unión de las pieles se usaba una costura de más o menos un dedo de ancho. En el dibujo aparece con nombre de transversal. Además de colocar la piel
en el armazón cuidando de que el solape quedase hacia atrás en el kayak, la
costura interior solía dejarse ligeramente floja mientras que la exterior se cosía
tensa. Con esto se pretendía evitar la formación de crestas o protuberancias en
la piel que pudieran suponer un obstáculo al suave discurrir del agua en torno
al casco y ser motivo de algún ruido al navegar.
La piel se dejaba un palmo más corta que la longitud
del armazón. En cada extremo se cosía un pequeño
fondo de saco o bolsillo usando el pulgar como horma. Se colocaba el kayak boca abajo y un extremo se
introducía en uno de los bolsillos. Luego se estiraba
la piel sobre el armazón hasta conseguir enganchar
el otro bolsillo en el extremo contrario.
Después se estiraba la piel hacia los lados hasta que
alcanzaba las bordas. Se daba entonces la vuelta al
kayak y se seguía estirando la piel hasta que las partes más anchas se tocaban en el medio de la cubierta.
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Entonces comenzaba el proceso real de estirar la piel,
tuunneq. Esta tarea, que dejaba llagas en los dedos y
unos característicos frunces en la cubierta era prácticamente la única en la que el hombre colaboraba.
Empezando a la altura del primer travesaño, un poco
a popa de su borde trasero, se daba la primera puntada con el tuussutit, el cordón más grueso de los
tres. La siguiente puntada se daba en la otra solapa
avanzando un palmo de distancia hacia el centro del
kayak y la siguiente de nuevo en la primera solapa.
De este modo el tendón trenzado discurría en zigzag
entre puntadas de un dedo de anchura que se daban
junto a la cara interior de las bordas teniendo mucho
cuidado de que no traspasaran la piel. A partir de ahí
el tensado se repetía una y otra vez estirando la piel
con una mano y el hilo con la otra.
En el centro de la cubierta se empleaba una costura
doble. Se empezaba por un extremo y no importaba
que fuera recta o no. Sí era importante que el cordón
en zigzag siguiera tenso durante todo el proceso y
los bordes de las solapas debían cortarse una y otra
vez para mantener la distancia correcta. Si en alguna
zona las solapas no alcanzaban a tocarse simplemente se dejaba el hueco y se continuaba con la costura.
Más tarde se cubría con un parche.
En el dibujo se ven dos tipo de puntada empleada en la costura central. La
costura plana se considera menos impermeable que la abultada pero esta última presenta el inconveniente de que es más difícil mantener la cubierta libre
de hielo. Aunque Petersen defiende que una mujer experta conocía las distin-
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tas costuras y sus ventajas e inconvenientes, Golden mantiene, apoyándose en
otros autores, que la elección de un tipo u otro era más una cuestión geográfica.
La costura plana según él era característica del suroeste, sur y este de Groenlandia.
Por último, finalizadas todas las costuras y tras haber instalado la brazola de la
bañera, toda la piel se untaba con grasa o aceite prestando especial atención
a las costuras que se frotaban con aceite de foca para impermeabilizarlas. La
piel así tratada quedaba protegida contra la acción del agua del mar y mantenía
mejor la tensión.
En un kayak bien cuidado la piel podía durar hasta tres años o más; si el mantenimiento no era tan cuidadoso o el kayak se usaba con mucha frecuencia podía
ser necesario cambiarle la piel incluso dos veces al año.
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34.Cubrir el kayak
Para cubrir la estructura de madera, igual que para
todo lo demás, tenemos varias alternativas, cada una
con sus ventajas en inconvenientes. Los materiales
más utilizados actualmente son el algodón el poliéster y el nylon balístico en diferentes grosores. En el
kayak que nos ocupa se ha utilizado nylon balístico crudo, sin tratar, de 328gr/m2 en tafetán (tipo de
tejido o trama de la tela.) Seguramente habría sido
suficiente con un nylon más ligero, y por tanto más
delgado, que al encoger no sometiera a la estructura a tanta tensión como lo puede hacer este, pero
hay que supeditarse a los imperativos del mercado.
En cuanto a los otros materiales prefiero no entrar en
el debate sobre sus ventajas e inconvenientes debido
simplemente a mi falta de experiencia con ellos. El
nylon balístico es un buen tejido, resistente y duradero. Se supone que no es necesario reemplazar la tela
de un kayak cubierto con nylon en al menos 5 ó 6
años. Es además un tejido con el que es fácil trabajar
y se adapta muy bien a los diferentes contornos de la
estructura.
Una de las características más distintivas del nylon es que encoge con el calor.
Se dice que es termo retráctil. Los días de sol y calor notaremos que la piel de
nuestro kayak está más tensa, mientras que los días fríos y húmedos la veremos
más floja. Es muy importante entender el comportamiento del nylon ante los
cambios de temperatura y humedad si queremos utilizar este material.
El nylon necesita una combinación de humedad y calor para encoger. Por este
motivo después de colocar y coser la tela en el armazón, la empapamos de agua
y después la secamos con el calor de una plancha, o mejor si es calor húmedo
como el de una “vaporeta.” Hay quien simplemente deja que el kayak se seque
al sol. Con esto conseguiremos que la tela encoja un cierto grado adquiriendo una mayor tensión en la estructura. Aún así seguirá reaccionando ante los
cambios de temperatura y humedad pero con ese sistema habrá encogido de
manera definitiva y lo que es más, con el tiempo veremos que la piel de nuestro
kayak está cada día más tensa.
Cuando colocamos la tela sobre el armazón conviene que lo hagamos en un
lugar fresco para que el tejido esté más relajado, pero no debemos buscar la
tensión de la piel de un tambor. Basta con que notemos cierta tensión al presionar con el dedo ya que como se ha visto, es al mojarla y secarla con calor
cuando va adquirir la tensión definitiva. También hay quien prefiere mantener
húmeda la zona de las costuras mientras cose también para que la piel esté más
relajada y sea más fácil tensarla. Cuando empapemos la tela debemos ser cuidadosos de no empapar la estructura. La madera tardaría mucho más en secar
y eso conllevaría una pérdida de tiempo ya que no debemos aplicar el barniz
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hasta que todo el conjunto este perfectamente seco. También debemos ser muy cuidadosos al aplicar calor. Si tratamos de encoger
la tela con calor seco, como el de una pistola de calor o cuando el
nylon ya se ha secado, las fibras perderán su elasticidad y cuando
absorba humedad estará más floja que si no hubiéramos tratado
de encogerla. También hay quien recomienda mojar bien la tela
antes de colocarla y aplicarle calor una vez cosida, pero en ese
caso correríamos el riesgo de que el nylon encogiese demasiado y
deformase el armazón, especialmente si este no es muy robusto o
si el nylon es muy grueso.
Para colocar la tela sobre la estructura hay también distintos métodos. En la serie fotográfica se explica el proceso que hemos seguido para cubrir nuestro kayak y que sigue casi al pie de la letra el
método que recomienda Brian Schulz, de Cape Falcon Kayak, en
su página web.
Necesitamos un trozo de tela unos 60 cm más largo que la eslora del kayak y 12 cm más
ancho que el perímetro del kayak en el masik. Marcamos en la tela su eje longitudinal y
la colocamos sobre la estructura alineando este eje con la quilla y cuidando que sobre la
misma cantidad de tela por cada extremo.
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Hacemos una costura simple alrededor del extremo de proa para coser un pequeño
bolsillo. Desenganchamos el bolsillo de la proa y retiramos la tela hacia la popa de 8 a
10 cm. La tela no debe estar sujeta la estructura con chinchetas ni similar.
Cortamos la tela siguiendo la marca central y a lo largo del stem de popa, quemamos
los bordes del corte para que no se deshilachen y cosemos. Esto es especialmente conveniente en stems de ángulo muy abierto, 20º o más
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Igual que hicimos en la proa, cosemos un bolsillo en la tela alrededor de la popa
Desenganchamos el bolsillo de la popa y enganchamos el de proa. Con el kayak boca
abajo nos tumbamos en el suelo, apoyamos el pie en el penúltimo travesaño y tensamos
la tela hasta conseguir enganchar el bolsillo de popa.
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En la cubierta de proa colocamos un listón de 40 x 10 mm alineado con el eje del kayak. En el extremo de proa sujetamos el listón con una punta.
Revisamos la alineación del eje de la tela con la quilla y sujetamos la tela con una chincheta cada 20 cm a lo largo de la quilla. Podemos usar de esos pins (chinchetas) de
colores que se usan para pinchar anuncios en los tablones.
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Colocamos otro listón igual en la cubierta de popa. En los extremos sujetamos los listones con puntas, mientras que en la parte central los sujetamos con prensillas.
Cortamos la tela utilizando el listón como guía. Para evitar que se deshilache el nylon al
cortarlo existen métodos más sofisticados que un cuchillo al rojo, pero yo no dispongo
de ellos. Cortamos cada banda de tela a paño con el borde opuesto del listón. En la
zona de la bañera no es necesario cortar de momento. Se puede posponer para cuando
instalemos la brazola.
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Oro detalle del corte. La tela que cortamos cubre por completo toda la anchura del
listón. Los últimos 30 cm de cada extremo los cortamos dejando un solape de unos 10
cm.
Para tensar la tela alrededor del casco tejemos un cordón en zigzag. Este zigzag tiene
unos 15 cm de ancho y cada puntada coge unos 6 mm de tela. El hilo es de 1,5 o
como mucho 2 mm de diámetro. El zigzag empieza en cada cubierta a la altura del travesaño más a proa o más a popa y acaba unos centímetros antes de alcanzar la brazola. La distancia entre una puntada y otra en el sentido longitudinal es de medio palmo.
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Con una mano vamos juntando la telas para tensarlas y con la otra vamos tensando el
hilo. Cuando la tela está suficientemente tensa anudamos el hilo para que no se suelte.
El zigzag acabado recuerda a los cordones unos zapatos.
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Para todas las costuras utilizamos hilo dental no encerado. Es muy importante que no
tenga cera para que luego agarre el barniz. La costura empieza un par de centímetros
más allá del borde delantero de la bañera.
Utilizamos una costura simple para cose las dos telas a lo largo de la línea central de la
cubierta.
Cortamos el sobrante que habíamos dejado en exceso en los extremos. Dejamos un
solape de al menos 25 mm.
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Fundimos los bordes de los cortes que acabamos de realizar para que no se deshilachen. Conviene hacer esto al aire libre porque el nylon desprende gases tóxicos que
huelen muy mal.
Hemos unido las dos partes de la tela dejando sin coser la zona donde pondremos la
brazola.
En la cubierta de popa la costura empieza un par de centímetros a popa del borde trasero de la brazola.
Para conseguir una costura fuerte enrollamos el solape sobre si mismo y cosemos. El
hilo rodea en espiral al rollo de tela. En la foto se ve la aguja curva que usamos en todas
las costuras.
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Volvemos a coser una segunda espiral alrededor del solape enrollado. Esta vez la espiral
tiene un desarrollo contrario a la espiral anterior, es decir que los hilos de cada espiral se cruzan en cada puntada dibujando costura en forma de X. Por decirlo de algún
modo es como si la primera espiral roscase a derechas y la segunda a izquierdas. Las
dos espirales se pueden coser simultáneamente con dos agujas que se cruzan en cada
puntada.
Rematamos los extremos lo más curiosamente posible. En la foto se aprecia mal pero la
costura se dobla sobre la punta en este caso de proa.
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35.Instalación de la brazola
E
mpezamos por marcar el centro de la cubierta sobre el masik y sobre el travesaño nº 7. Marcamos también el centro de los bordes delantero y trasero de la
brazola y la colocamos sobre la tela apoyada en el masik y en el travesaño nº 7
y alineada con el centro del kayak. En la secuencia fotográfica vemos el modo
de sujetar la brazola al armazón. Deslizamos un lápiz sobre el borde interior de
la brazola para marcar sobre la tela el contorno interior de la brazola. Dibujamos un segundo óvalo por dentro del primero y a una distancia de él de unos
25 mm. Recortamos por esta segunda línea y fundimos los bordes del corte para
que no se deshilache.
Marcamos también en la tela el punto de contacto de la costura central con el
borde exterior de la brazola, tanto en el extremo delantero como en el trasero.
Retiramos la brazola y completamos la costura central de la cubierta que como
recordaremos la habíamos finalizado un poco antes de alcanzar la brazola. Para
evitar abultamientos en la costura justo bajo la brazola que provocarían un mal
asiento de esta, trataremos de plegar el solape de la costura sin enrollarlo sobre
si mismo sino dejándolo lo más plano posible.
Volvemos a colocar la brazola en su sitio y la sujetamos a la estructura como se
ve en las fotos. Sujetamos la tela al marco de la brazola con puntas delgadas de
unos 2 cm de longitud. En esta operación es necesario tensar adecuadamente la
tela. Empezamos en un extremo del eje menor del óvalo. Recordemos que en
el marco de la brazola habíamos perforado una serie de taladros de 3 mm es-
paciados entre si unos 25 mm. Perforamos la tela con
una punta justo enfrente del agujero del marco que
esté más próximo al extremo del eje menor. Perforamos la tela como unos 6 mm por debajo del nivel del
agujero del marco, apalancamos con la punta hacia
arriba y la introducimos en ese agujero del marco.
Repetimos en el extremo contrario del eje menor.
Después repetimos esta operación en los extremos
del eje mayor. A continuación colocamos otras cuatro puntas en los agujeros que están a medio camino
de las cuatro puntas que ya hemos puesto. Después
colocamos las 8 puntas que dividen en dos partes
iguales los espacios que hay entre las puntas de la
secuencia anterior. Colocamos las puntas correspondientes a los dos extremos de un eje antes de pasar
a otro eje. Respetando este sistema de trabajo seguimos poniendo puntas hasta que haya una en cada en
cada taladro del marco. De este modo aplicaremos
tensión a la tela de un modo uniforme y homogéneo
en todo el perímetro de la brazola.
Para coser definitivamente la tela a la brazola se puede usar un hilo fuerte de nylon sin encerar. Un hilo de
1,5 mm de diámetro y de longitud igual a 1,5 veces
el perímetro de la brazola puede ser suficiente. Sacamos una de las puntas. Pasamos un extremo del hilo
por el agujero que deja en la tela, doblamos el borde
de tela hacia el marco de la brazola y lo atamos con
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el nudo esquimal que a estas alturas sabemos de memoria. El otro
extremo del hilo lo enhebramos en una aguja y lo pasamos hacia
el exterior por el agujero vacío del marco. Quitamos la siguiente
punta y pasamos aguja e hilo por el taladro hacia el interior de
la bañera. Pasamos la aguja por el agujero que dejó la punta en
la tela, plegamos el borde de tela como antes, volvemos la aguja
por encima de la tela y la hacemos salir por el mismo agujero que
había entrado. Tensamos y vamos al siguiente agujero. Una vez
cosido el último agujero tensamos toda la lazada como se ve en
las fotos, con ayuda de algún utensilio punzante. Para acabar esta
lazada pasamos la aguja por el primer agujero damos una puntada
en la tela y anudamos con una serie de nudos simples.
Deslizamos un lápiz contra el borde interior del marco para marcar sobre la tela el hueco que ocupará la brazola
Colocamos la brazola centrada en la cubierta y apoyada sobre el masik y el travesaño
nº 7. La sujetamos como se ve en la foto con ayuda de dos listones y una prensilla. El
listón inferior apoya contra las caras inferiores del masik y el travesaño nº 7.
Sujetamos la tela a la brazola con puntas que pasan de dentro afuera. En el texto se
explica la secuencia de colocación de estas puntas. La tela se ha cortado dejando un
sobrante hacia el interior de la bañera de unos 25 mm en todo el contorno.
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Otro detalle de colocación de las puntas y del sobrante de tela.
Con ayuda de un elemento puntiagudo y con mucho cuidado de no perforar el hilo
tensamos la lazada antes de dar la última puntada.
A medida que vamos retirando las puntas vamos cosiendo la brazola a la tela con hilo
sin encerar. En el texto se explica el modo de hacer esta lazada.
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Ya falta muy poco para acabar el kayak.
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36.Barnizado
Para impermeabilizar la tela es necesario aplicar
algunas manos de barniz o pintura. El producto más
utilizado para este fin es sin duda el barniz de poliuretano de dos componentes con protección ultravioleta. A día de hoy, sin embargo, los pocos constructores
de kayaks tradicionales que puede haber en España
no parecen haber encontrado el producto definitivo
o al menos un producto que de una respuesta satisfactoria a un precio razonable. En el foro de kayakdemar.com hay un debate abierto sobre este tema y
es de esperar que pronto se puedan recomendar con
rotundidad algunos productos concretos.
El binomio nylon-barniz presenta una problemática
difícil de solucionar. El nylon es un soporte al que
se adhieren mal los barnices y además debido a su
comportamiento ya explicado frente a los cambios de
temperatura y humedad, se necesita un barniz elástico que se acomode a los movimientos de la tela. Por
regla general los barnices de poliuretano son muy resistentes a la abrasión, a la acción del agua y otros
productos y aumentan la resistencia al desgarro de la
tela, pero también por lo general son demasiado rígidos. En consecuencia hay que elegir cuidadosamente
el producto a aplicar.
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Para aplicar el barniz tendremos que seguir las instrucciones del fabricante sobre todo en lo relativo a
los tiempos de secado entre una mano y otra. Nos
debemos preocupar eso si de que la tela esté bien
seca.
Podemos comprar barniz con color o incoloro, en
cuyo caso podemos teñirlo con pigmentos que cumplan las recomendaciones del fabricante o podemos
dejar la tela en su color natural lo que resultará en un
acabado traslucido que deja entrever la estructura de
madera.
Antes de barnizar la tela conviene perforar los agujeros necesarios para instalar
las líneas de cubierta. En el próximo apartado trataremos el modo de instalar estas líneas y de practicar los agujeros. Por ahora basta con anotar que se pueden
usar los agujeros de las líneas de cubierta situadas cerca de ambos extremos
para suspender el kayak del modo que se ve en las fotos mientras lo pintamos.
Pasamos una punta por cada agujero de un extremo y atamos un alambre de
una punta a la otra. Repetimos en el otro extremo y ya podemos colgar el kayak
suspendido por estos alambres.
También conviene encintar la brazola o incluso tapar por completo la bañera
con papel para evitar mancharla con la pintura.
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37.Líneas de cubierta
“Son las líneas de cubierta y aparejos lo que convierten un kayak groenlandés
en un kayak de caza” (Harvey Golden, Kayaks of Greenland)
Con el nombre de líneas de cubierta se hace referencia a las correas, normal-
mente de cuero que se colocan tanto en la cubierta de proa como en la de popa
para transportar distintos elementos de nuestro equipo, como pueden ser una
pala de repuesto, un norsaq o cualquier cosa que queramos llevar a mano. Una
vez más podemos decir que existen gran variedad en cuanto a la disposición de
las líneas de cubierta. H. C. Petersen viene a decir que se podría determinar la
procedencia de un kayak solo por el modo en que se han colocado las líneas
de cubierta.
En este kayak se ha buscado una distribución sencilla. Una correa simple justo
a proa del travesaño nº 1, una correa doble emplazada sobre el travesaño nº 5 y
otra sencilla 4 ó 5 cm más a proa, otras dos líneas sobre el travesaño nº 8 y otra
línea simple en el extremos de popa junto al último travesaño.
Para las líneas se suele usar lo que en inglés llaman cuero látigo, un tipo de
cuero curtido al cromo que tolera la acción del agua sin decolorarse ni ponerse
rígido. Es fácil encontrar en el comercio cordón de cuero en diámetro de 6 ó 7
mm perfectamente apto para este uso.
En las líneas se suelen insertar, aunque no siempre, cuentas y tensores. Las
cuentas son especialmente útiles en las líneas de los extremos para mantenerlas
a cierta altura sobre la cubierta y poder deslizar la pala de repuesto, por ejemplo, debajo de ellas. Este tipo de cuentas a veces también se colocan en las
líneas centrales con el mismo fin de que resulte fácil deslizar bajo ellas lo que
queramos sujetar allí y al mismo tiempo que impidan un deslizamiento lateral
del objeto en cuestión, como pueda ser, por ejemplo, un cuchillo.
En cada línea doble hemos insertado dos tensores
que se ven en la serie de fotografías. Los agujeros en
cada tensor están unos 35 mm más próximos entre
si que los agujeros de las bordas correspondientes al
mismo par de líneas. Al deslizar los tensores hacia el
centro de la cubierta las líneas se aflojan, mientras
que si los deslizamos hacia los laterales, las líneas se
tensan.
La distancia entre los agujeros de los tensores es en
este caso de unos 7 cm, de modo que podamos pasar
la pala por debajo de ellos y sujetar una hoja sobre la
cubierta mientras que la otra sobresale hacia un lado
perpendicularmente al kayak. La pala actúa entonces de balancín ayudándonos a estabilizar el kayak
cuando embarcamos o desembarcamos o cuando en
medio de una travesía necesitamos las dos manos libres para lo que sea.
Los taladros en las bordas se hacen unos 15 ó 20 mm
por debajo del canto superior. Conviene que tengan
1 mm menos de diámetro que los cordones de cuero
para evitar que se filtre el agua por ellos. También
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debemos alejarnos como 2 cm de las escopladuras hechas en las
bordas para los travesaños. Para perforar la tela se puede usar una
punta roma, de diámetro adecuado que calentamos al rojo. Al
aplicar la punta caliente sobre la tela se formará un agujero con
los bordes ya fundidos. No conviene dejar la punta sobre la tela
mucho tiempo porque el agujero resultará de un diámetro excesivo. A continuación perforamos las bordas con un taladro.
En la serie fotográfica se ven en detalle el modo de colocar las
líneas de cubierta.
Por el taladro que está frente al primero al otro lado de la cubierta pasamos el cordón
hacia dentro de la bañera, lo sacamos por el taladro contiguo, lo traemos de nuevo a
este lado y lo pasamos nuevamente hacia el interior de la bañera. Por la pare interior
hacemos otro nudo en este extremo del cordón de cuero. Los dos tramos de cuero
quedan paralelos sobre la cubierta, lógicamente no debemos olvidarnos de ensartar los
tensores al colocar la línea.
A ambos lados de la cubierta hacemos un taladro a cada lado del travesaño nº 5. Por
uno de los taladros pasamos el cordón de cuero de dentro afuera. En el extremo del
cordón que queda dentro de la bañera hacemos un nudo que sirve de retenida.
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Con un poco de paciencia hacemos pasar un alambre por los dos agujeros correspondientes a la línea que está justo por delante del travesaño nº 1.
Repetimos el proceso para colocar otro par de líneas sobre el travesaño nº 8. La clavija
de madera refuerza la sujeción del cordón y ayuda a taponar el agujero para que no
entre agua. Es preferible poner una clavija en cada agujero. Si colocamos líneas de
cubierta en puntos donde no nos es posible hacer un nudo, la sujeción que ofrece la
clavija de madera es suficiente.
Atamos el cordón de cuero a alambre y lo pasamos por los agujeros.
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Ya hemos pasado el cordón de cuero por los dos agujeros.
Por último hacemos pasar ambos extremos del cordón por el agujero central de una
bola o cualquier abalorio que nos sirva para mantener la línea elevada sobre la cubierta. En la foto vemos la línea situada en el extremo de popa.
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38.Punto final
Y colorín colorado este kayak se ha acabado.
Poco más hay que decir. El kayak está terminado y listo para navegar. No dispongo de fotos propias en las que se le vea navegando, ni
he recibido autorización para publicar las ajenas. Si alguien tiene interés en ver algunas fotos de este kayak en acción, puede hacerlo en
la página de la Asociación Galega de Kaiak de Mar.
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KAYAKING SKIN ON FRAME
por
Paco García Marqués
Documento original: http://paco4v.blogspot.com/
Blog: http://www.kayakdemar.com/forokdm/index.php
Asociacion Galega de kaiak de mar: http://www.agkm.org/
Recopilación y diseño
Luis Augusto Fernández Osorio
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