juicio ordinario civil federal 1/2000

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016.
QUEJOSOS: **********.
VISTO BUENO
SEÑOR MINISTRO
PONENTE: MINISTRO JORGE MARIO PARDO REBOLLEDO.
SECRETARIO: ALFONSO FRANCISCO TRENADO RÍOS.
Ciudad de México. Acuerdo de la Primera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al día
V I S T O S para resolver los autos del amparo directo en
revisión 2772/2016, interpuesto contra la sentencia dictada el
veintiocho de abril de dos mil dieciséis, por el Segundo Tribunal
Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, en el juicio de
amparo directo **********; y,
R E S U L T A N D O:
PRIMERO. Demanda de amparo. Por escrito presentado el
veintiocho de octubre de dos mil quince, ante la Tercera Sala Penal
del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal (hoy Ciudad de
México), **********
y **********, por propio derecho solicitaron el
amparo y la protección de la Justicia Federal en contra de las
autoridades y por el acto que a continuación se indican:
Autoridades responsables:
Ordenadora:
a) Tercera Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del
Distrito Federal (hoy Ciudad de México).
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
Ejecutora:
b) Juez Vigésimo Sexto Penal del Distrito Federal (hoy Ciudad
de México.
Acto reclamado:
 La resolución emitida el veintiocho de noviembre de dos mil
catorce, en los autos del toca penal **********, que modificó
la sentencia definitiva dictada en la causa penal **********,
en la que se consideró a los quejosos penalmente
responsables del delito de encubrimiento por receptación
agravado.
SEGUNDO. Derechos fundamentales violados. Los quejosos
señalaron como preceptos violados en su perjuicio los contenidos en
los artículos 1°, 14, 16 y 19 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos; reseñaron los antecedentes del asunto; y,
formularon los conceptos de violación que estimaron pertinentes.
TERCERO. Trámite y resolución del juicio de amparo. Por
auto de veintitrés de noviembre de dos mil quince, el Presidente del
Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito,
admitió a trámite la demanda de amparo y ordenó su registro bajo el
número **********. 1
En el acuerdo de mérito se destacó que en el asunto de que se
trata no se advertía alguna parte a la que correspondiera el carácter
de tercero interesado en virtud de que el delito por el que fueron
sentenciados los quejosos es de resultado formal.
Asimismo, se hizo saber a las partes el contenido del artículo
181 de la Ley de Amparo en vigor, a fin de que presentaran alegatos o
promovieran amparo directo adhesivo.
1
Cuaderno del juicio de amparo directo **********. Folios 41 a 42 vuelta.
2
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
Una vez agotados los trámites procesales
correspondientes, en sesión de veintiocho de abril de
dos mil dieciséis, el Tribunal Colegiado de Circuito
emitió la sentencia respectiva2, en el sentido de negar el amparo
solicitado.
CUARTO. Interposición del recurso de revisión. Inconformes
con la resolución de amparo directo, los quejosos interpusieron
recurso de revisión mediante escrito que presentaron el dieciséis de
mayo de dos mil dieciséis, ante el Segundo Tribunal Colegiado en
Materia Penal del Primer Circuito.
Por auto de la fecha en cita, el Presidente del Tribunal Colegiado
del conocimiento tuvo por interpuesto el medio de impugnación de que
se trata y ordenó remitir el escrito de expresión de agravios y el juicio
de amparo del que deriva a la Suprema Corte de Justicia de la Nación
para su substanciación.
QUINTO. Trámite del recurso de revisión ante la Suprema
Corte de Justicia de la Nación. Con la remisión anterior, el
Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por auto de
veinticuatro de mayo de dos mil dieciséis, ordenó formar y registrar el
expediente impreso y electrónico relativo al recurso de revisión bajo el
número 2772/2016 y, dispuso su admisión, al estimar que se
actualiza una cuestión de constitucionalidad en términos de lo previsto
por el artículo 81, fracción II de la Ley de Amparo, en relación con los
artículos 70, 72, último párrafo y 243 del Código Penal para el Distrito
Federal (hoy Ciudad de México), cuyo estudio se omitió en la
sentencia recurrida.
2
Ibídem. Fojas 68 a 107.
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
Asimismo, se dispuso el turno del asunto para su estudio a la
Ponencia del Ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo, integrante de la
Primera Sala de este Alto Tribunal, y la radicación del expediente en el
referido órgano por corresponder a la materia penal de su
especialidad.
SEXTO. Radicación del asunto en la Primera Sala. El
Presidente de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, por acuerdo de veintinueve de junio de dos mil dieciséis,
determinó el avocamiento de la mencionada Sala para conocer del
presente medio de impugnación y ordenó la devolución de los autos al
Ministro designado Ponente para la elaboración del proyecto de
resolución respectivo.
C O N S I D E R A N D O:
PRIMERO. Competencia. Esta Primera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, es legalmente competente para
conocer del presente recurso de revisión, en términos de lo dispuesto
por los artículos 107, fracción IX de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos; 81, fracción II y 83 de la Ley de Amparo
en vigor; y, 21, fracción III, inciso a) de la Ley Orgánica del Poder
Judicial de la Federación; así como en los puntos Primero y Tercero
del Acuerdo General 5/2013, emitido por el Pleno de este Alto Tribunal
el trece de mayo de dos mil trece y publicado en el Diario Oficial de la
Federación, el veintiuno del mismo mes y año; toda vez que el recurso
fue interpuesto en contra de una sentencia pronunciada en amparo
directo en materia penal por un Tribunal Colegiado de Circuito y en
esta instancia se reitera el planteamiento de constitucionalidad, sin
que su resolución implique justificar la competencia del Tribunal Pleno
para conocer del presente asunto, en términos del punto Segundo,
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fracción III del Acuerdo General Plenario en cita, en
virtud de que la resolución del mismo no reviste un
interés excepcional.
SEGUNDO. Oportunidad del recurso. Por tratarse de un
presupuesto procesal cuyo análisis debe hacerse de oficio, es
necesario corroborar que la interposición del recurso de revisión que
nos ocupa fue oportuna.
En el caso, se estima que el recurso de revisión planteado por
los quejosos fue interpuesto en tiempo y forma de conformidad con lo
dispuesto por el artículo 86 de la Ley de Amparo. Esto, pues de las
constancias de autos se advierte que la sentencia recurrida, dictada
por el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer
Circuito, fue notificada personalmente a los quejosos el martes diez
de mayo de dos mil dieciséis, según se desprende de las
constancias de notificación que obran a fojas ciento once y ciento doce
del cuaderno de amparo y, surtió efectos el día hábil siguiente; es
decir, el miércoles once de ese mes y año, de conformidad con la
fracción II, del artículo 31 de la Ley de Amparo.
En ese orden, el plazo de diez días que señala el artículo 86 de
la Ley de Amparo, transcurrió del jueves doce al miércoles
veinticinco de mayo de dos mil dieciséis, debiendo descontarse de
dicho cómputo los días catorce, quince, veintiuno y veintidós que
mediaron por haber correspondido a sábados y domingos, según lo
dispuesto en los artículos 19 de la Ley de Amparo y 163 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial de la Federación.
En tales condiciones, si el recurso de revisión fue presentado el
dieciséis de mayo de dos mil dieciséis, según se desprende del
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
sello fechador que aparece en la foja cuatro del presente toca, resulta
que su interposición fue oportuna.
TERCERO. Problemática jurídica a resolver. En el presente
asunto deberá dilucidarse si el recurso de revisión resulta procedente
y, en su caso, determinar si los agravios formulados por la parte
recurrente, a fin de desvirtuar las razones por las cuales se determinó
negar el amparo solicitado, resultan aptos para revocar la sentencia
recurrida.
CUARTO. Cuestiones necesarias para resolver. Para la
resolución del presente asunto, se hace una relación, en lo que
interesa, de los antecedentes del caso, de los conceptos de violación
esgrimidos por la parte quejosa, de las consideraciones del Tribunal
Colegiado de Circuito y de los argumentos expuestos en vía de
agravios.
I.
Antecedentes. Los actos que motivaron la sentencia
definitiva reclamada en el juicio de amparo directo sometido a revisión
en esta instancia, son los que enseguida se reseñan:
1. Hechos. De las declaraciones ministeriales a cargo de los
policías remitentes ********** y **********, se advierte que
esencialmente y de manera coincidente, manifestaron: el siete
de enero del dos mil catorce, aproximadamente a las diecisiete
horas con treinta minutos, a bordo del vehículo oficial que tenían
asignado, realizaban labores propias de su cargo, en
cumplimiento a un dispositivo de seguridad relacionado con el
alto índice de robo de vehículos en la Ciudad de México; se
encontraban sobre la calle **********, colonia **********,
delegación **********, cuando se percataron que en la acera
oriente, frente al domicilio marcado con el **********, **********, se
encontraba estacionada la camioneta **********, negro con cobre,
placas **********, en la que apreciaron que en la batea se
encontraban autopartes de vehículos; también se percataron que
**********, **********, ********** y **********, sacaban autopartes del
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interior del referido domicilio y los subían a la señalada
camioneta, luego las taparon con una lona blanca con
anaranjado, lo que los determinó a realizarles una
revisión preventiva, a la que dichos sujetos accedieron;
**********, encontró en el interior del vehículo que revisaron, bajo
el asiento del copiloto, una bolsa negra de plástico, en la que se
encontraban
cuatro
placas
metálicas
(**********,**********,********** y **********) y dos tarjetas de
circulación; una correspondiente al automóvil con placas
********** y la otra al **********; solicitaron a base de radio
“revisión extensa en la base de datos”; les informaron que las
placas que hallaron, se encontraban relacionadas con
averiguaciones previas; la **********, con la **********; la **********,
con la **********; la **********, con la ********** y la **********, con la
**********; la tarjeta de circulación correspondiente al automotor
con placas **********, con la **********; después, ********** les
solicitó que “le hicieran un paro”, pues les contó que ellos se
robaban los vehículos y los desmantelaban en el inmueble, por lo
que se asomaron al interior del mismo y a simple vista se
percataron que ahí había diversas autopartes, así como el
cuerpo de un vehículo color plata, aparentemente de la marca
**********, tipo **********, diversas placas de circulación, entre
otros objetos; así que vía radio solicitaron apoyo y en respuesta
arribaron el policía ********** y **********, quienes los apoyaron
para asegurar a los referidos sujetos y luego trasladarlos a las
oficinas de la representación social, lugar en donde solicitaron a
su centro de mando la sábana del reporte de robo
correspondiente a las placas de circulación que hallaron, mismas
que les informaron que contaban con el status de robado, datos
proporcionados por “OCRA”, por lo que pusieron a disposición de
la representación social a los referidos sujetos, así como a los
diversos objetos a que hicieron referencia.
2. Proceso penal. Con los anteriores hechos, el Ministerio Público
ejerció acción penal en contra de **********, **********, ********** y
**********, como probables responsables del delito de
encubrimiento por receptación en pandilla, conforme lo
dispuesto en el artículo 243, párrafo segundo en relación con el
252 del Código Penal para el Distrito Federal (hoy Ciudad de
México), en agravio de la sociedad y la indagatoria respectiva se
turnó al Juzgado Vigésimo Sexto en Materia Penal en el Distrito
Federal (hoy Ciudad de México), quien la radicó como causa
penal **********.
El veintiséis de septiembre de dos mil catorce, el órgano
jurisdiccional dictó sentencia definitiva en relación a ********** y
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**********, determinando que son penalmente responsable del
delito que se les imputó y los condenó a la pena privativa de
siete años siete meses y doce días, así como al pago de una
multa por $ ********** (**********).
3. Recurso de apelación. En contra de la determinación anterior,
los sentenciados ********** y **********, interpusieron el recurso de
apelación que se registró como toca penal **********, en el índice
de la Tercera Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del
Distrito Federal (hoy Ciudad de México), órgano que emitió
sentencia el veintiocho de noviembre de dos mil catorce,
modificando la pena impuesta y fijándola en siete años seis
meses y multa por $ ********** (**********).
4. Juicio de amparo directo. En contra de la resolución emitida en
el recurso de apelación, los sentenciados promovieron demanda
de amparo directo, cuya resolución es la materia de impugnación
en esta instancia.
II.
Conceptos de violación. En el escrito respectivo, los
quejosos ********** y **********, formularon los argumentos que en
síntesis se precisan enseguida:
 Los quejosos alegan que la responsable realizó una inadecuada
valoración de los elementos de prueba, porque se sostuvo en lo
declarado por los policías captores sin hacer una adecuada
valoración de los elementos del cuerpo del delito, los cuales no
fueron aptos ni suficientes para tener por demostrado el delito de
encubrimiento por receptación agravado en pandilla, ni la
conducta que se les atribuyó.
Dicen que en nuestro marco jurídico, el juzgador está obligado a
desentrañar si la petición ministerial encuadra dentro de la
hipótesis propuesta en la consignación para efecto de que el
Estado dé certeza y seguridad jurídica a sus gobernados.
Lo anterior, amén de que el estudio de la conducta atribuida a los
quejosos debe estar presumiblemente acreditada y no sólo
contar con la imputación de los policías captores, por lo que
debió estar apoyado en otros medios de prueba como podrían
ser dictámenes periciales en dactiloscopia, cadena de indicios y
evidencias recolectadas, los cuales no realizó la Representación
Social.
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
Mencionan que los elementos de prueba referidos en
el toca de apelación no son aptos ni suficientes para
acreditar los elementos del tipo penal, pues la
responsable no tomó en consideración que los
quejosos solamente abordaron la camioneta **********, y tampoco
se tomaron en cuenta las documentales exhibidas o vehículo
para acreditar su propiedad.
Reiteran que la responsable se basó en el dicho de los policías
captores sin tomar en consideración la negativa de los quejosos,
pues estimaron veraz el informe en el que dijeron haber
entrevistado a los quejosos y que éstos manifestaron que su
participación era desmantelar las piezas mecánicas de los
vehículos que sabían eran robados, así como que ********** era
quien los contrataba para desmantelar los vehículos, lo cual
debe ser desestimado porque no les constan los hechos.
Además, aducen que los agentes de investigación no pueden
obtener confesiones por medio de las entrevistas que realizan a
los sujetos activos relacionados con la comisión de un evento
delictivo, pues eso llevaría a una consideración de violación a los
derechos humanos (tortura) “confesión espontánea”.
Asimismo, se duelen de que la responsable determinara la
hipótesis de pandilla prevista en el artículo 252 del Código Penal
en el Distrito Federal, pues ésta resulta improcedente porque los
quejosos son hermanos y sus coucausados son padre e hijo,
además, la única intervención de los quejosos fue abordar la
camioneta que era conducida por **********, y no tenían
conocimiento del proceder de los objetos.
 La parte quejosa aduce que la responsable al individualizar las
sanciones, tomó en consideración el estudio de personalidad y
criminológico de los acusados, determinando un grado de
culpabilidad excesivo y que la naturaleza de la acción fue dolosa.
Se menciona que el capítulo de individualización de sanciones
difiere el criterio adoptado por la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, al interrumpir la jurisprudencia 175/2007, en el que la
Primera Sala razonó que el numeral 72 último párrafo del Código
Penal para el Distrito Federal, contradice el paradigma del
derecho penal de acto protegido por los dispositivos 1°, 14
párrafo tercero, 18 párrafo segundo y 22, párrafo primero de la
Constitución Federal, conforme a los cuales queda prohibido
tomar en cuenta los factores relacionados con la personalidad
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del transgresor de la norma para efectos de individualizar las
sanciones.
Al efecto, invocaron la tesis aislada XCII/2013, emitida por la
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, bajo
el rubro: “INDIVIDUALIZACIÓN DE LA PENA TRATÁNDOSE DE
DELITOS NO CULPOSOS, EL JUZGADOR NO DEBE TOMAR
EN CONSIDERACIÓN LOS DICTÁMENES PERICIALES
TENDENTES A CONOCER LA PERSONALIDAD DEL
INCULPADO”.
Señalan que el elemento del dolo no debió ser destacado en la
individualización de la sanción, pues dicho elemento ya fue
considerado por el legislador al establecer un mínimo y un
máximo de sanciones.
Existe violación a derechos fundamentales porque la Sala
responsable tomó en cuenta factores que no correspondían a la
individualización de sanciones y dejó de observar otros que les
beneficiarían, pues una correcta valoración le hubiera llevado a
estimar un grado de culpabilidad inferior al considerado en el
acto de molestia y a la imposición de una pena menor.
 Así también, se alega que la sentencia impugnada y la que fue
dictada a sus coacusados, indebidamente se emitió por un solo
Magistrado.
 Los quejosos solicitaron que el órgano federal arribe a
determinaciones y recomendaciones en materia constitucional y
de derechos humanos en relación con la valoración de pruebas,
y citaron al efecto los criterios jurisprudenciales de rubro:
“PRUEBAS. EN EL PROCEDIMIENTO PENAL. SUPUESTOS
EN QUE DEBE NULIFICARSE SU EFICACIA.”; y, “PARTE
INFORMATIVO DE LA POLICÍA JUDICIAL.”
 Aducen que los preceptos cuestionados transgreden el Pacto de
San José de Costa Rica y la Declaración de los Derechos del
Hombre y del Ciudadano, al establecer penas muy elevadas sin
que exista una mediación del por qué, vulnerando el principio de
intervención mínima del Estado, ya que no es endureciendo y
deshumanizando las penas como se logra reinsertar al ser
humano.
Al efecto, refieren que tiene aplicación el criterio intitulado:
“GARANTÍAS INDIVIDUALES. EL DESARROLLO DE SUS
LÍMITES Y LA REGULACIÓN DE SUS POSIBLES
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
CONFLICTOS POR PARTE DEL LEGISLADOR DEBE
RESPETAR LOS PRINCIPIOS DE RAZONABILIDAD
Y PROPORCIONALIDAD JURÍDICA.”
III. Resolución del Tribunal Colegiado. El juicio de amparo se
resolvió el veintiocho de abril de dos mil dieciséis, por el Segundo
Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, en el sentido
de negar el amparo solicitado. Las consideraciones de esa
determinación, refieren lo siguiente:
 El Tribunal Colegiado analizó en primer término el planteamiento
de la parte quejosa en el que argumenta que el artículo 243 del
Código Penal para el Distrito Federal (hoy Ciudad de México), es
inconstitucional, aduciendo que
vulnera el principio de
intervención mínima del Estado, al prever una pena muy
elevada.
Para realizar el pronunciamiento relativo, estimó necesario
analizar si dicho precepto legal cumple con el principio de
intervención mínima por parte del Estado (proporcionalidad) en
las penas que prevé; conforme al test que comprende el examen
de tres aspectos de las sanciones fijadas: el fin y la idoneidad, la
necesidad y la proporcionalidad, mismo que realizó la Suprema
Corte de Justicia de la Nación al resolver el amparo directo en
revisión 1399/2011.
En ese tenor, advirtió que el numeral 243 del Código Penal para
la Ciudad de México, que establece la pena privativa de libertad
de dos a siete años y de cincuenta a ciento veinte días multa, si
el valor de cambio de los objetos materiales del delito no excede
de quinientas veces el salario mínimo y de cinco a diez años de
prisión y de doscientos a mil quinientos días multa en caso de
que exceda, tutela dos bienes jurídicos de gran relevancia, como
lo son la seguridad del patrimonio de las personas y la
procuración de justicia, por lo que se verificaba que el fin de
esas penas es desalentar la comisión del referido ilícito, pues
actualmente muchas personas buscan adquirir productos al
precio más bajo posible, lo que puede llevar a adquirir mercancía
obtenida mediante la comisión de un ilícito como lo es el robo,
aún a sabiendas de esa circunstancia, lo que actualmente
prolifera y por tanto, alienta la comisión de esos ilícitos que
encubren, amenazando indirectamente el patrimonio de las
personas y directamente la procuración de justicia; por tanto,
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
aunque la pena privativa de libertad prevista es rigurosa, resulta
idónea, dada la gravedad de las consecuencias de dicho ilícito y
porque con ella se busca proteger a la sociedad en su conjunto;
además, son penas que resultan necesarias, dado que se trata
del medio más eficaz que la sociedad tiene a su alcance para
expresar su total desaprobación a ese tipo de conductas que
tanto peligro representan; además, en opinión de este órgano
colegiado es también proporcional, toda vez que guarda
equilibrio con el interés común de salvaguardar a cada miembro
de la sociedad de la proliferación de un delito que alienta
considerablemente la comisión de otros.
Para ilustrar ese aserto, se citó la tesis sustentada por la Primera
Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que se
identifica con el rubro: “SECUESTRO EXPRESS. EL ARTÍCULO
163 BIS DEL CÓDIGO PENAL PARA EL DISTRITO FEDERAL
QUE LO SANCIONA, NO TRASGREDE LA GARANTÍA DE
PROPORCIONALIDAD EN MATERIA PENAL (TEST DE
PROPORCIONALIDAD EN MATERIA PENAL).”
Por tanto, concluyó que el numeral 243 del Código Penal para la
Ciudad de México, contrario a lo afirmado por los peticionarios
de amparo, cumple con el principio de intervención mínima por
parte del Estado (proporcionalidad).
 El argumento en el que se alega que ilegalmente la sentencia se
dictó de manera unitaria, porque el artículo 424 del Código de
Procedimientos Penales para la Ciudad de México, establece
que la sentencia de segunda instancia deberá dictarse al menos
por tres magistrados, se calificó de infundado, pues el
procedimiento se tramitó por la vía sumaria y, en ese tenor,
acorde a lo establecido en el artículo 44 de la Ley Orgánica del
Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, fue legal
que se resolviera de manera unitaria, pues dicho dispositivo
prevalece por el inicialmente citado y establece que las salas
penales de la Ciudad de México, sólo resolverán de manera
colegiada los recursos de apelación interpuestos contra
sentencias definitivas cuando deriven de procedimientos
ordinarios en que se haya impuesto pena privativa de libertad por
delito grave.
 Luego, el Tribunal Colegiado, estableció que en el juicio de
amparo directo es dable analizar violaciones al procedimiento
acontecidas durante la averiguación previa, siempre y cuando no
se hubieren reclamado en la vía indirecta, y que en el caso en
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
particular, tal tópico no fue motivo de diverso juicio de
amparo; por lo que era procedente su estudio.
Al efecto, precisó que se advertía que el agente del
Ministerio Público investigador, obtuvo pruebas de manera
ilícita, derivadas de la “inspección ministerial”, que llevó a cabo
el dieciocho de enero de dos mil catorce, en el “lugar de los
hechos”; actuación que fundamentó en los artículos 9 bis,
fracción VII, 94, 95 y 97 del Código de Procedimientos Penales
para la Ciudad de México.
Señaló que en el acta correspondiente a dicha diligencia se
aprecia que el fiscal investigador a las diecinueve horas con
treinta y ocho minutos del ocho de enero de dos mil catorce, se
constituyó en el inmueble marcado con el número de **********,
**********, **********, **********, **********; domicilio al que ingresó y
describió lo que tuvo a la vista en el interior; asimismo, precisó
que ello fue fijado fotográficamente por perito en la materia.
En relación a tal actuación, el Tribunal Colegiado estimó que
independientemente del resultado de la misma, se violó en
perjuicio del peticionario de amparo, la garantía contenida en el
párrafo octavo del artículo 16 de la Constitución Federal, en su
texto vigente antes de la reforma publicada en el Diario Oficial de
la Federación el dieciocho de junio de dos mil ocho, relativa a la
inviolabilidad del domicilio, lo que origina que las pruebas
obtenidas como consecuencia de la ilegal intromisión de la
autoridad al domicilio carezcan de valor probatorio.
Lo anterior, porque el ingreso del agente del Ministerio Público
investigador al inmueble indicado tuvo como finalidad la
inspección del lugar, y por tanto, debió cumplir con los requisitos
que para el caso establece el artículo 16, párrafo octavo, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, vigente
en la época de los hechos, respecto a que, para que una
autoridad pueda ingresar al domicilio de un gobernado, debe
contar con una orden de cateo que cumpla con los siguientes
requisitos: a) Que conste por escrito; b) Que exprese el lugar que
ha de inspeccionarse; c) Que precise la materia de la inspección;
y, d) Que se levante un acta circunstanciada en presencia de dos
testigos propuestos por el ocupante del lugar cateado o, en su
ausencia o negativa, por la autoridad que practique la diligencia,
así como lo establecido en el artículo 152 del Código de
Procedimientos Penales para la Ciudad de México.
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
Por tanto, consideró que las pruebas obtenidas con vulneración
a tal prerrogativa carecen de eficacia probatoria y, en el caso en
particular, de autos no se desprende que exista orden escrita de
un juez competente, tampoco se levantó acta circunstanciada en
presencia de dos testigos, por lo que es claro que de
conformidad con el precitado numeral procesal penal, la
diligencia denominada inspección ministerial que realmente
constituyó un cateo en tanto que fue practicada por una
autoridad en un domicilio particular, carece de todo valor
probatorio.
En apoyo de lo anterior, invocó la jurisprudencia sustentada por
la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
que en su rubro dice: “CATEO. EN ACATAMIENTO A LA
GARANTÍA DE INVIOLABILIDAD DEL DOMICILIO, LA ORDEN
EMITIDA POR LA AUTORIDAD JUDICIAL, DEBE REUNIR LOS
REQUISITOS PREVISTOS EN EL ARTÍCULO 16 DE LA
CONSTITUCIÓN, DE LO CONTRARIO DICHA ORDEN Y LAS
PRUEBAS
QUE
SE
HAYAN
OBTENIDO
COMO
CONSECUENCIA DIRECTA DE LA MISMA, CARECEN DE
EXISTENCIA LEGAL Y EFICACIA PROBATORIA.
Asimismo, adujo que las pruebas obtenidas de forma directa e
inmediata con motivo del cateo practicado ilícitamente por la
autoridad ministerial, son la fe ministerial de láminas de placas
de circulación, que fueron halladas en el interior del domicilio y
que en realidad corresponden a los pares de los que constituyen
el objeto material del delito; el dictamen en materia de
identificación y avalúo de vehículo, en el que se determinó
que los cuatro monoblocks correspondientes a vehículos
********** tipo **********, localizados en el interior del domicilio
cateado, no contaban con los datos de identificación
correspondientes y las fotografías correspondientes al lugar
cateado y que se desprenden del dictamen en materia de
fotografía, elaborado por el perito **********.
No obstante, precisó que tal violación al procedimiento no
conlleva a conceder el amparo y protección de la Justicia
Federal, pues este tendría únicamente como efecto, que la sala
responsable declarara la invalidez de la mencionada diligencia y
de las pruebas directamente derivadas de la misma, pero con
ello, la situación jurídica del peticionario de amparo no
variaría, dado que el resto del acervo probatorio era suficiente
para tener por acreditados los delitos de que se trata, así como
la plena responsabilidad del solicitante del amparo en su
comisión.
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
 Precisado lo anterior, el órgano colegiado
aseveró que el tribunal de alzada expresó
fundamentos y razones jurídicas eficaces y suficientes,
para determinar que las pruebas allegadas al
expediente demuestran la acreditación del delito de
encubrimiento por receptación, previsto en el primer párrafo del
artículo 243 (hipótesis relativa a quien después de la ejecución
de un delito y sin haber participado en él, posea el objeto de
aquél, con conocimiento de esa circunstancia), sancionado en el
segundo párrafo del mismo numeral del Código Penal para la
Ciudad de México, pues las valoró adecuadamente, con apego a
los lineamientos dispuestos en los numerales 245, 250, 252, 254,
255 y 286 del código adjetivo de la materia y fuero, y con base
en su apreciación adminiculada, tuvo por acreditada la
participación de los aquí quejosos en la comisión del mismo.
 De igual forma, con la reseña y valoración de pruebas, el
Tribunal Colegiado estimó que la Sala responsable, legalmente
determinó que la conducta atribuida a los promoventes de la
acción constitucional, encuadra en el tipo penal de encubrimiento
por receptación, en la hipótesis relativa a cuando después de la
ejecución de un delito y sin haber participado en él, se posea el
objeto de aquél, con conocimiento de esa circunstancia, pues las
pruebas revelan que el siete de enero del dos mil catorce,
aproximadamente a las diecisiete horas con treinta minutos, los
aquí quejosos, junto con otros dos sujetos, poseyeron el
vehículo de la marca **********, **********, **********, con número
de serie terminación ********** y el número de motor **********,
así como la placa trasera **********; la delantera **********; la
trasera **********, éstas correspondientes al gobierno del
entonces Distrito Federal y la delantera **********, del Estado de
México, con conocimiento de que eran producto del delito de
robo.
Secuencia del evento, en la que la autoridad responsable,
determinó que concurrió la agravante a que se refiere el
numeral 252 del código punitivo local; lo cual, se consideró como
legal, pues las pruebas revelaban que el delito se ejecutó, al
menos, por cuatro personas que actuaron en conjunto, sin que
en autos obre prueba de que se encontraban organizados con
fines delictuosos, lo que efectivamente actualiza la hipótesis de
pandilla a que se refiere el referido dispositivo legal.
 En ese tenor, se calificó de infundado el concepto de violación
en el que se dice que la agravante no se acredita, pues no existe
dispositivo legal que establezca que el hecho de que los sujetos
15
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
activos del delito sean familiares, impida jurídicamente conformar
la figura de la pandilla a que se refiere el código sustantivo de la
materia, pues para ello lo relevante es que tres o más personas
se reúnan para cometer el delito de que se trate, lo que en el
caso en concreto se actualiza cabalmente.
 En el aspecto relativo a la responsabilidad penal de los
quejosos, el Tribunal Colegiado advirtió que la sala responsable
estableció legalmente, que se acredita su participación en
términos del ordinal 22, fracción II (los que lo realicen
conjuntamente), en concordancia con los ordinales 15 (acción),
17, fracción I (instantáneo), 18, párrafo primero (acción dolosa);
todos, del Código Penal para la Ciudad de México, al tomar en
consideración las constancias procesales, toda vez que en ellas
se contienen pruebas suficientes para considerar que éstas, por
su enlace jurídico, lógico y natural, en conjunto, dada la
naturaleza de los hechos, integran la prueba indiciaria o
circunstancial de plena eficacia demostrativa, apta para
demostrar la participación de los solicitantes de amparo en los
hechos delictivos que se analizan.
Lo anterior es así, pues si se toma en cuenta que los elementos
aprehensores se dieron cuenta cuando los aquí quejosos y sus
coautores colocaban diversas autopartes en la batea de la
camioneta marca **********, tipo **********, objeto material del
delito, los cuales sacaban del inmueble marcado con el número
de **********; asimismo, que hallaron en el interior de la señalada
camioneta las placas y tarjeta de circulación que también
constituyen objeto material del delito; las cuales, se acreditó que
pertenecían a vehículos que fueron robados, ilícitos por los
cuales se tramitaban diversas averiguaciones previas, aunado a
que los medios de identificación de la camioneta **********,
fueron alterados y que conforme a su auténtico número de serie,
se acreditó que también fue producto de robo; asimismo, que
********** era la propietaria del vehículo placas ********** y que
una de ellas fue localizada en la camioneta en que los sujetos
activos colocaban diversas autopartes, mismo que le fue robado
el veintisiete de diciembre de dos mil trece, son indicios
suficientes que al ser enlazados de manera lógica y jurídica,
permitieron arribar a la certeza de que los peticionarios de la
protección constitucional son penalmente responsables del ilícito
analizado, perpetrado contra la sociedad.
En ese tenor, se calificó de legal la determinación relativa a que
la intervención de ********** y **********, ambos de apellidos
********** en el delito acreditado, fue con el carácter de
16
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
coautores, en términos de la fracción II del artículo 22
del Código Penal para la Ciudad de México, ya que en
las circunstancias de tiempo, modo y lugar
puntualizadas, en conjunto con otros dos sujetos
llevaron a cabo el ilícito de referencia; desarrollo dentro del cual
se encuentra acreditado el acuerdo concomitante entre los
sujetos activos y también que las actividades que cada uno llevó
a cabo, resultaron idóneas para la consumación del mismo; esto
es así, pues las pruebas revelan que los sujetos activos
colaboraban de manera indistinta en la labor de recibir, ocultar y
trasportar objetos producto de ilícitos de robo; tareas que
resultaban idóneas para la consumación del delito de que se
trata y efectivamente revelan el acuerdo en su actuar.
Por tanto, consideró que tal como lo determinó la alzada, los
solicitantes de amparo, poseyeron los objetos materiales del
delito a sabiendas de que eran producto de un diverso ilícito
(elemento subjetivo específico), sin derecho que fundara su
conducta, en atención a que no actuaron amparados por
mandato legal alguno ni circunstancia que los legitimara; la
lesión a la sociedad implicó la afectación a la procuración de
justicia y la incentivación de diversos ilícitos; de esa forma, se
actualizó el nexo de causalidad entre la conducta y el resultado
material, pues con la acción desplegada por los peticionarios de
amparo y sus coautores en las circunstancias preindicadas,
materializaron la afectación a los referidos bienes jurídicos.
Asimismo, estableció que resultó apegado a derecho que se
negara valor probatorio a la declaración de los peticionarios de
amparo ********** y **********, ambos de apellidos **********, así
como a las de sus coacusados ********** y **********, ambos de
apellidos **********, en la que negaron los hechos, pues como
bien lo argumentó la sala responsable, no se aportaron medios
de convicción eficaces.
 El argumento en el que se impugna la individualización de las
penas, se declaró infundado, pues se aprecia que el tribunal de
apelación, a efecto de determinar el grado de culpabilidad, se
ajustó al arbitrio judicial en términos de lo previsto en los
artículos 70 y 72 del Código Penal para la Ciudad de México, y al
determinarlo en el punto mínimo, por lo que estimó que no viola
los derechos fundamentales de los quejosos, pues no podría
imponérsele una menor.
17
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
Asimismo, procedió a analizar si acorde con el grado de
culpabilidad determinado, la sala responsable impuso las penas
correspondientes.
Al efecto, precisó que acertadamente la Sala responsable
determinó que dado el valor de cambio de los objetos materiales
del delito (doscientos cincuenta y un mil cuatrocientos pesos), la
pena aplicable es la que se refiere el segundo párrafo del
numeral 243 del código sustantivo de la materia y fuero (prisión
de cinco a diez años y de doscientos a mil quinientos días multa,
cuando el valor de lo robado exceda de quinientas veces el
salario mínimo), pues en efecto, en atención a que en la época
de los hechos el salario mínimo general vigente en esta zona,
ascendía a sesenta y siete pesos con veintinueve centavos, que
multiplicados por quinientas veces, dan como resultado treinta y
tres mil seiscientos cuarenta y cinco, es evidente que el valor de
cambio de los objetos materiales del delito excede de esa
cantidad.
Así, la sala responsable, correctamente le impuso por el ilícito
básico de encubrimiento por receptación cinco años de prisión y
doscientos días multa, la que legalmente incrementó en una
mitad (dos años seis meses y cien días multa) por la agravante
acreditada (pandilla), por lo que en total determinó imponerle
siete años seis meses de pena privativa de libertad y
trescientos días multa, equivalentes a **********, en virtud del
salario mínimo señalado.
IV. Recurso de Revisión. En contra de lo determinado en la
ejecutoria de amparo, ********** y **********, interpusieron el recurso de
revisión que se analiza en esta instancia. Refiriendo en el escrito de
agravios correspondiente, lo que en síntesis se cita enseguida:
18
-
Los recurrentes expresan que de los autos de primera y
segunda instancia se aprecian un sinfín de violaciones al
debido proceso y a sus derechos fundamentales estatuidos en
la Constitución Federal.
-
Dicen que en la sentencia recurrida no se tomó en
consideración el punto de individualización de las sanciones,
puesto que la pena impuesta resulta ser excesiva.
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
- Aducen también que es inexacto que en la
sentencia impugnada se resolviera negar el amparo y
que los conceptos de violación son infundados sin
motivos de queja que suplir.
QUINTO.
Procedencia
del
recurso.
Expuestos
los
antecedentes del asunto, esta Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, considera que el presente medio de
impugnación reúne los requisitos constitucionales y legales que
condicionan su procedencia, por lo que deben analizarse los
pronunciamientos del órgano colegiado mediante los cuales negó el
amparo.
En efecto, de conformidad con las reglas establecidas en la
fracción IX del artículo 107 de la Constitución Federal3; la fracción II
del artículo 81 de la Ley de Amparo vigente4; y, la fracción III del
artículo 10 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación5,
“Artículo 107. Las controversias de que habla el artículo 103 de esta Constitución, con excepción
de aquellas en materia electoral, se sujetarán a los procedimientos que determine la ley
reglamentaria, de acuerdo con las bases siguientes:
3
(…) IX.- En materia de amparo directo procede el recurso de revisión en contra de las sentencias
que resuelvan sobre la constitucionalidad de normas generales, establezcan la interpretación
directa de un precepto de esta Constitución u omitan decidir sobre tales cuestiones cuando
hubieren sido planteadas, siempre que fijen un criterio de importancia y trascendencia, según lo
disponga la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en cumplimiento de los acuerdos generales
del Pleno. La materia del recurso se limitará a la decisión de las cuestiones propiamente
constitucionales, sin poder comprender otras;(…).”
4
“Artículo 81. Procede el recurso de revisión:
(…) II. En amparo directo, en contra de las sentencias que resuelvan sobre la constitucionalidad de
normas generales que establezcan la interpretación directa de un precepto de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos o de los derechos humanos establecidos en los tratados
internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, u omitan decidir sobre tales cuestiones
cuando hubieren sido planteadas, siempre que fijen un criterio de importancia y trascendencia,
según lo disponga la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en cumplimiento de acuerdos
generales del pleno.
La materia del recurso se limitará a la decisión de las cuestiones propiamente constitucionales, sin
poder comprender otras.”
5
“Artículo 10. La Suprema Corte de Justicia conocerá funcionando en Pleno:
(…) III. Del recurso de revisión contra sentencias que en amparo directo pronuncien los tribunales
colegiados de circuito, cuando habiéndose impugnado la inconstitucionalidad de una ley federal,
local, del Distrito Federal o de un tratado internacional, o cuando en los conceptos de violación se
haya planteado la interpretación directa de un precepto de la Constitución Política de los Estados
19
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
para que el recurso de revisión interpuesto contra las sentencias
dictadas por los Tribunales Colegiados de Circuito en amparo directo
sea procedente, es necesario que en las mismas se decida sobre la
constitucionalidad
de
normas
generales,
se
establezca
la
interpretación directa de un precepto constitucional o de los derechos
humanos establecidos en los tratados internacionales de los que el
Estado Mexicano sea parte, o que en dichas resoluciones se omita
hacer un pronunciamiento al respecto cuando se hubiera planteado en
la demanda o se hubiera emitido motu proprio.
Aunado a lo anterior, es necesario que la cuestión de
constitucionalidad tenga la potencialidad de crear la fijación de un
criterio de importancia y trascendencia a juicio de este Alto Tribunal,
en el entendido de que la materia del recurso de revisión debe
limitarse
a
la
resolución
de
cuestiones
propiamente
constitucionales.
Ahora, los requisitos de procedencia del recurso de revisión en
amparo directo han sido interpretados y clarificados en numerosas
tesis jurisprudenciales y aisladas de esta Suprema Corte de Justicia
de la Nación y desarrollados normativamente en el Acuerdo General
número 9/2015, emitido por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, el ocho de junio de dos mil quince y publicado en el
Diario Oficial de la Federación, el día doce siguiente, donde en los
puntos Primero y Segundo se establece que el recurso de revisión
contra las sentencias que en materia de amparo directo pronuncien los
Tribunales Colegiados de Circuito es procedente, en términos de lo
previsto en los artículos 107, fracción IX constitucional y 81, fracción II
de la Ley de Amparo, si se reúnen los supuestos siguientes:
Unidos Mexicanos, dichas sentencias decidan u omitan decidir sobre tales materias, debiendo
limitarse en estos casos la materia del recurso a la decisión de las cuestiones propiamente
constitucionales; (…).”
20
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
a)
decide
Si en las mencionadas resoluciones se
sobre
la
constitucionalidad
o
inconstitucionalidad de una norma general, o se
establece
la
interpretación
directa
de
un
precepto
constitucional o de los derechos humanos establecidos en los
tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea
parte, o bien, si en dichas sentencias se omite el estudio de
las cuestiones antes mencionadas, cuando se hubieren
planteado en la demanda de amparo; y,
b) Si el problema de constitucionalidad referido en el inciso
anterior entraña la fijación de un criterio de importancia y
trascendencia.
Asimismo, señala que se entenderá que la resolución de un
amparo directo en revisión permite fijar un criterio de importancia y
trascendencia, cuando habiéndose surtido los requisitos del inciso a)
del Punto inmediato anterior, se advierta que aquélla dará lugar a un
pronunciamiento novedoso o de relevancia para el orden jurídico
nacional.
El Acuerdo Plenario de referencia también señala que se
considerará que la resolución de un amparo directo en revisión permite
fijar un criterio de importancia y trascendencia, cuando lo decidido en
la sentencia recurrida pueda implicar el desconocimiento de un criterio
sostenido por la Suprema Corte de Justicia de la Nación relacionado
con alguna cuestión propiamente constitucional, por haberse resuelto
en contra de dicho criterio o se hubiere omitido su aplicación.
Establecido lo anterior, es de reiterarse que en el presente caso
se cumple con los requisitos que quedaron precisados para la
21
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
procedencia del juicio de amparo directo en revisión, pues del escrito
de
demanda
se advierte
que
los
quejosos
impugnaron
la
constitucionalidad de una norma general, concretamente, el
artículo 243 del Código Penal para el Distrito Federal (hoy Ciudad
de México), por vulnerar el principio de intervención mínima del
Estado, al prever una pena muy elevada, argumento que fue estudiado
por el Tribunal Colegiado y combatidos por la parte quejosa en esta
instancia, por lo cual subsiste el planteamiento de constitucionalidad.
Asimismo, el problema de constitucionalidad acotado entraña la
fijación de un criterio jurídico de importancia y trascendencia, en virtud
de que no se ha emitido jurisprudencia sobre el mismo.
De igual manera, se advierte que el Tribunal Colegiado de
Circuito recurrido, realizó un pronunciamiento de interpretación del
artículo 16 constitucional vinculado con la inviolabilidad del domicilio,
pues respecto de las pruebas obtenidas con motivo de la inspección
ministerial realizada al día siguiente de la detención en flagrancia de
los inculpados, dejó establecido que ese derecho fundamental impide
que la autoridad se introduzca a un domicilio sin la orden de cateo
correspondiente, de manera que si la autoridad ministerial lo hizo sin
contar con la orden judicial que ordenara la introducción al domicilio,
eliminó de todo valor probatorio las pruebas obtenidas en esa
diligencia ilegal.
SEXTO. Estudio del asunto. Expuestos los antecedentes del
caso y superada la cuestión de procedencia del recurso de que se
trata, es conveniente dejar establecido que respecto a la interpretación
constitucional del órgano colegiado en torno a la inviolabilidad del
domicilio conforme al numeral 16 constitucional, respecto de lo que,
como se vio, eliminó de todo valor jurídico las pruebas obtenidas en la
22
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
diligencia relativa a la que le dio el carácter de un
cateo sin orden judicial, la verificó atendiendo a los
criterios de esta Suprema Corte de Justicia de la
Nación y, por tanto, fue correcto su proceder.
En relación a tal actuación, el Tribunal Colegiado estimó que
independientemente del resultado de la misma, se violó en perjuicio
del peticionario de amparo, la garantía contenida en el párrafo octavo
del artículo 16 de la Constitución Federal, en su texto vigente antes de
la reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación el dieciocho
de junio de dos mil ocho, relativa a la inviolabilidad del domicilio, lo que
origina que las pruebas obtenidas como consecuencia de la ilegal
intromisión de la autoridad al domicilio carezcan de valor probatorio.
En efecto, pues al respecto dijo que el ingreso del agente del
Ministerio Público investigador al inmueble indicado tuvo como
finalidad la inspección del lugar, y por tanto, debió cumplir con los
requisitos que para el caso establece el artículo 16, párrafo octavo, de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, vigente en
la época de los hechos, respecto a que, para que una autoridad pueda
ingresar al domicilio de un gobernado, debe contar con una orden de
cateo que cumpla con los siguientes requisitos: a) Que conste por
escrito; b) Que exprese el lugar que ha de inspeccionarse; c) Que
precise la materia de la inspección; y, d) Que se levante un acta
circunstanciada en presencia de dos testigos propuestos por el
ocupante del lugar cateado o, en su ausencia o negativa, por la
autoridad que practique la diligencia, así como lo establecido en el
artículo 152 del Código de Procedimientos Penales para la Ciudad de
México.
23
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
Por tanto, consideró que las pruebas obtenidas con vulneración
a tal prerrogativa carecen de eficacia probatoria y, en el caso en
particular, de autos no se desprende que exista orden escrita de un
juez competente, tampoco se levantó acta circunstanciada en
presencia de dos testigos, por lo que es claro que de conformidad con
el precitado numeral procesal penal, la diligencia denominada
inspección ministerial que realmente constituyó un cateo en tanto que
fue practicada por una autoridad en un domicilio particular, carece de
todo valor probatorio.
En apoyo de lo anterior, invocó la jurisprudencia sustentada por
la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que en
su rubro dice: “CATEO. EN ACATAMIENTO A LA GARANTÍA DE
INVIOLABILIDAD DEL DOMICILIO, LA ORDEN EMITIDA POR LA
AUTORIDAD
JUDICIAL,
DEBE
REUNIR
LOS
REQUISITOS
PREVISTOS EN EL ARTÍCULO 16 DE LA CONSTITUCIÓN, DE LO
CONTRARIO DICHA ORDEN Y LAS PRUEBAS QUE SE HAYAN
OBTENIDO COMO CONSECUENCIA DIRECTA DE LA MISMA,
CARECEN DE EXISTENCIA LEGAL Y EFICACIA PROBATORIA.
Asimismo, adujo que las pruebas obtenidas de forma directa e
inmediata con motivo del cateo practicado ilícitamente por la autoridad
ministerial, son la fe ministerial de láminas de placas de
circulación, que fueron halladas en el interior del domicilio y que en
realidad corresponden a los pares de los que constituyen el objeto
material del delito; el dictamen en materia de identificación y avalúo
de vehículo, en el que se determinó que los cuatro monoblocks
correspondientes a vehículos ********** tipo **********, localizados en el
interior del domicilio cateado, no contaban con los datos de
identificación correspondientes y las fotografías correspondientes al
24
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
lugar cateado y que se desprenden del dictamen en
materia de fotografía, elaborado por el perito **********.
Proceder que, como se dijo, fue adecuado a los criterios de este
Alto Tribunal, sumado a que prescindiendo de esas pruebas, valoró el
restó del acervo probatorio y resolvió lo que consideró procedente.
Precisado lo anterior, se emprende el análisis de la anunciada
cuestión de inconstitucionalidad del artículo 243, párrafo segundo del
Código Penal para el Distrito Federal (hoy Ciudad de México).
En el caso, relacionado con este diverso tema, se advierte que la
parte quejosa alegó en su demanda de amparo que el señalado
precepto legal transgrede el Pacto de San José de Costa Rica y la
Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, porque
establece una pena muy elevada, vulnerando el principio de
intervención mínima del Estado, ya que no es endureciendo y
deshumanizando las penas como se logra reinsertar al ser humano.
También se advierte que para dar respuesta al argumento en
cita, el Tribunal Colegiado, estimó necesario acudir al criterio emitido
por esta Primera Sala al resolver el amparo directo en revisión
1399/2011, que dio origen a la tesis que se identifica con el rubro:
“SECUESTRO EXPRESS. EL ARTÍCULO 163 BIS DEL CÓDIGO
PENAL PARA EL DISTRITO FEDERAL QUE LO SANCIONA, NO
TRASGREDE
LA
GARANTÍA
DE
PROPORCIONALIDAD
EN
MATERIA PENAL (TEST DE PROPORCIONALIDAD EN MATERIA
PENAL).”6, el cual establece el test que comprende el examen de tres
6
Tesis Aislada 1a. CCXXXVI/2011 (9a.), Décima Época, Registro: 160643, Primera Sala, Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro II, Noviembre de 2011, Tomo 1, Materia(s):
Constitucional, Página: 209
25
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
aspectos de las sanciones fijadas consistentes en: el fin y la idoneidad;
la necesidad; y, la proporcionalidad.
En ese sentido, estableció que el numeral 243 de que se habla,
tutela dos bienes jurídicos de gran relevancia, como lo son la
seguridad del patrimonio de las personas y la procuración de justicia,
por lo que se verificaba que el fin de esas penas es desalentar la
comisión del referido ilícito, pues actualmente muchas personas
buscan adquirir productos al precio más bajo posible, lo que puede
llevar a adquirir mercancía obtenida mediante la comisión de un ilícito
como lo es el robo, aún a sabiendas de esa circunstancia, lo que
“SECUESTRO EXPRESS. EL ARTÍCULO 163 BIS DEL CÓDIGO PENAL PARA EL DISTRITO
FEDERAL QUE LO SANCIONA, NO TRASGREDE LA GARANTÍA DE PROPORCIONALIDAD
EN MATERIA PENAL (TEST DE PROPORCIONALIDAD EN MATERIA PENAL). El principio de
proporcionalidad busca asegurar que el poder público actúe sin excederse en el ejercicio de sus
funciones y es aplicable a toda actividad del Estado. Para comprobar si una norma penal creada
por el legislador observa el referido principio, debe correrse un test que comprende el examen de
tres aspectos: a) el fin y la idoneidad: consiste en determinar si la interferencia al derecho
fundamental que se restringe persigue un fin constitucionalmente legítimo y si esa medida aflictiva,
restrictiva o limitativa, es idónea para la finalidad buscada; b) la necesidad: parámetro que lleva a
establecer si la medida cuestionada, dentro de las alternativas fácticas posibles, es la menos
gravosa o restrictiva hacia el principio o derecho fundamental afectado por la intervención
(intervención mínima); y, c) proporcionalidad: debe quedar acreditado que la medida es
cualitativamente de mayor beneficio o igual al perjuicio que se ocasiona al derecho fundamental.
Ahora bien, el artículo 163 bis del Código Penal para el Distrito Federal, que prevé una pena de
veinte a cuarenta años de prisión, es acorde con el principio de proporcionalidad y no vulnera el
artículo 22 de la Constitución Federal, en atención a lo siguiente: 1) el legislador, tratándose del
delito de "secuestro express", buscó proteger un derecho fundamental de igual valor al restringido,
como es la libertad de las personas y adicionalmente su patrimonio; asimismo, buscó desalentar su
comisión, pues ésta se ha vuelto excesiva; ciertamente, estableció una medida aflictiva de la
libertad rigurosa para la finalidad buscada, pero idónea, porque de esa manera buscó proteger a la
sociedad; 2) la medida restrictiva de la libertad de veinte años como mínima y cuarenta años como
máxima, dentro de las alternativas fácticas posibles, es la menos gravosa, porque en aras del
diverso principio de "ultima ratio" se castiga con penas más graves los ataques más intolerables a
los bienes jurídicos más importantes y en este caso, sin duda, dicha penalidad es el medio más
eficaz que la sociedad tiene a su alcance para plasmar su total desaprobación respecto de sujetos
que realizan actos tan reprobables hacia sus congéneres, como es privarlos de la libertad para
robarlos o extorsionarlos, ya que no existe un medio alternativo que, en casos como éste, revista la
misma aptitud que la prisión para alcanzar la finalidad propuesta por el legislador, que es la de
escarmentar severamente y disuadir; y 3) cualitativamente, la medida responde al equilibrio entre el
interés general que se alcanza, como es el de salvaguardar a la sociedad de la proliferación de un
delito que la impacta de manera considerable y el perjuicio individual que origina la afectación del
bien jurídico, que es la libertad. En consecuencia, el dispositivo 163 bis del Código Penal para el
Distrito Federal, no atenta contra la garantía de proporcionalidad que establece el artículo 22,
párrafo primero, de la Carta Fundamental; más aún, porque el tipo penal necesariamente exige la
acreditación de una privación de la libertad a título de secuestro.”
Amparo directo en revisión 1399/2011. 24 de agosto de 2011. Cinco votos. Ponente: Guillermo I.
Ortiz Mayagoitia. Secretario: Horacio Nicolás Ruiz Palma.
26
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
actualmente prolifera y, por tanto, alienta la comisión
de
esos
ilícitos
que
encubren,
amenazando
indirectamente el patrimonio de las personas y
directamente la procuración de justicia; por tanto, aunque la pena
privativa de libertad prevista es rigurosa, resulta idónea, dada la
gravedad de las consecuencias de dicho ilícito y porque con ella se
busca proteger a la sociedad en su conjunto; además, son penas que
resultan necesarias, dado que se trata del medio más eficaz que la
sociedad tiene a su alcance para expresar su total desaprobación a
ese tipo de conductas que tanto peligro representan; además, es
también proporcional, toda vez que guarda equilibrio con el interés
común de salvaguardar a cada miembro de la sociedad de la
proliferación de un delito que alienta considerablemente la comisión de
otros.
Así, el Tribunal Colegiado concluyó que el numeral 243 del
Código Penal para el Distrito Federal (hoy Ciudad de México),
contrario a lo afirmado por los peticionarios de amparo, cumple con el
principio
de
intervención
mínima
por
parte
del
Estado
(proporcionalidad).
Ahora, en relación a lo expuesto, esta Primera Sala encuentra
que la determinación del Tribunal Colegiado es correcta en cuanto se
ocupó de verificar el test de proporcionalidad de las penas conforme a
los lineamientos del criterio aislado en que sustenta su determinación;
no obstante, el estudio del precepto legal respecto del que se
cuestiona su constitucionalidad por contener una pena excesiva debe
ser exhaustivo en esta instancia en términos del artículo 79, fracción II,
de la Ley de Amparo, pues procede la suplencia de la queja aun ante
27
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
la ausencia de conceptos de violación o agravios del reo, cuestión por
la que se procede a su estudio.7
Previamente a ello, se menciona que el legislador penal está
sujeto al marco de los derechos humanos reconocidos en la
Constitución Federal y los tratados internacionales suscritos y
ratificados por el Estado Mexicano, por lo que, al formular la cuantía
de las penas, debe atender a diversos principios constitucionales,
dentro de los cuales se encuentra el de proporcionalidad, previsto en
el artículo 22, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, el cual dispone:
7
Tesis Aislada P. CLXVI/2000, Novena Época, Registro: 190954, Instancia: Pleno, Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, XII, Octubre de 2000, Materia(s): Constitucional,
Penal, Página: 45.
“SUPLENCIA DE LA DEFICIENCIA DE LA QUEJA EN MATERIA PENAL. OPERA EN LOS
RECURSOS DE REVISIÓN COMPETENCIA DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA
NACIÓN, AUN CUANDO LOS AGRAVIOS QUE LOS SUSTENTAN, REFERIDOS A LA
CONSTITUCIONALIDAD DE UNA LEY, SEAN NOVEDOSOS RESPECTO DE LOS
CONCEPTOS DE VIOLACIÓN AUSENTES EN LA DEMANDA ORIGINAL. Si se toma en
consideración que en la materia penal la suplencia de la deficiencia de la queja debe aplicarse
como una verdadera integración de planteamientos ausentes, y que esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación, en la tesis P. LXXXV/95, publicada en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo II, octubre de 1995, página 162, de rubro:
‘SUPLENCIA DE LA QUEJA EN MATERIA PENAL. OPERA RESPECTO DE LOS CONCEPTOS
DE VIOLACIÓN REFERIDOS A LA CONSTITUCIONALIDAD DE LA LEY.’, estableció que cuando
se trate de la suplencia prevista en el artículo 76 bis, fracción II, de la Ley de Amparo, relativo al
juicio de garantías en materia penal, no existe distinción alguna con relación a si debe aplicarse a
cuestiones de mera legalidad o de inconstitucionalidad de leyes, así como que tampoco hay
impedimento para suplir los conceptos de violación referidos a la constitucionalidad de una ley,
siempre y cuando figure como acto reclamado y se haya emplazado a las autoridades que la
expidieron, puede concluirse que también resulta procedente dicha suplencia, cuando se trate de
recursos de revisión competencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en los que se
introducen, vía agravios, planteamientos novedosos en cuanto a que no formaron parte de los
conceptos de violación sostenidos en la demanda de garantías natural, que versen sobre
inconstitucionalidad de leyes. Ello es así, en primer lugar, porque ni la Constitución Federal ni la
Ley de Amparo contienen disposición expresa que lo prohíba y, en segundo, la referida suplencia
se hace extensiva hacia los agravios que se formulen en los recursos previstos en las leyes
respectivas. Además, si la citada figura constituye una obligación para los Jueces de amparo,
entre los que se encuentra la Suprema Corte, y el recurso de revisión, cuyo conocimiento le
compete, tiene su razón de ser en que en alguna de las hipótesis del asunto, sujeto a estudio,
subsista el problema de constitucionalidad, no puede aceptarse que dicha institución opere
privativamente para los negocios de mera legalidad, pues ello generaría el riesgo de hacer
nugatorio su efectivo alcance.”
Amparo en revisión 2003/97. 11 de noviembre de 1999. Unanimidad de nueve votos. Ausentes:
José Vicente Aguinaco Alemán y José de Jesús Gudiño Pelayo. Ponente: Juventino V. Castro y
Castro. Secretario: Roberto Javier Ortega Pineda.
28
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
“Artículo 22. Quedan prohibidas las penas de
muerte, de mutilación, de infamia, la marca, los
azotes, los palos, el tormento de cualquier especie,
la multa excesiva, la confiscación de bienes y
cualesquiera
otras
penas
inusitadas
y
trascendentales. Toda pena deberá ser proporcional al delito
que sancione y al bien jurídico afectado. (…)”.
Como puede advertirse del dispositivo constitucional antes
transcrito, en su parte in fine consagra el principio de proporcionalidad
de las penas cuya aplicación cobra especial interés en la materia
criminal, el cual ha sido aplicado extensivamente a otros campos del
orden jurídico que por su naturaleza, conllevan también el ejercicio del
ius puniendi.
La inclusión literal del postulado de proporcionalidad en el
mencionado dispositivo constitucional, al ser un verdadero imperativo
para toda sociedad democrática, se dio mediante la reforma integral al
sistema penal mexicano que fue publicada en el Diario Oficial de la
Federación, el dieciocho de junio de dos mil ocho.
De dicho proceso de reforma constitucional se logra extraer que
en la respectiva exposición de motivos formulada por la Cámara de
Origen, la cual fue la de Diputados, de veintinueve de septiembre de
dos mil seis, se señaló lo siguiente:
“… Lo que se pretende con la reforma del sistema de
justicia es dar soluciones de calidad a los gobernados.
Principios de “lesividad” y “mínima intervención”
Para garantizar un sistema penal democrático es preciso
no sólo construir sus alcances sino, también, definir los
límites de intervención que un Estado social y democrático
debe ofrecer a sus gobernados. En este sentido,
coincidimos con la propuesta de la Red que, en materia
sustantiva penal, agrega en un párrafo tercero a los
29
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
principios fundamentales del ius puniendo, como el de
“proporcionalidad” y “lesividad”.
… El principio de proporcionalidad supone que el legislador
deberá tomar en cuenta la magnitud del bien jurídico
afectado por una conducta delictiva al momento de
determinar qué sanción se le debe aplicar; para ello se
deberá atender, entre otros elementos, al resto del sistema
de sanciones, de modo que a una conducta que dañe un
bien jurídico de menor importancia no se le aplique una
sanción que supera a la que se le aplica a una conducta
que sanciona un bien jurídico de mayor importancia. La
proporcionalidad exige también que el legislador elija la
sanción más benigna posible de entre todas aquellas que
tengan la misma eficacia para el objetivo que se propone
alcanzar, de tal modo que el sacrificio que se realice del
derecho de libertad del que disfrutan todos los habitantes
del país sea el mínimo indispensable.
El principio de lesividad consiste en que el legislador debe
sancionar penalmente sólo aquellas conductas que en
verdad dañen bienes jurídicos relevantes, ya sean de
titularidad individual o colectiva. Con ello se subraya el
carácter del derecho penal como última ratio, como recurso
extremo del Estado para sancionar a personas que realicen
conductas antijurídicas.”
Conforme a lo anterior, el ánimo del Constituyente permanente al
reformar el artículo 22 de la Constitución General de la Republica,
incluyendo el principio de proporcionalidad, fue que el legislador al
momento de establecer las sanciones penales respectivas, tome en
consideración la magnitud del bien jurídico afectado por una conducta
delictiva al momento de determinar qué pena se le debe aplicar; para
ello ha de atender, al resto del sistema de sanciones, para que éste no
sea discorde a la importancia de los bienes jurídicos tutelados,
sancionándose la vulneración de un bien de menor importancia con
una pena mayor de la que correspondería por atentar contra un bien
jurídico protegido de mayor entidad, o viceversa.
30
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
Además, exige también que el legislador elija la
sanción más benigna posible de entre el conjunto de
las eficaces para lograr el fin que persigue tipificar tal
conducta de forma que encuentre una justificación el limitar la libertad
de las personas, siendo ésta la medida última o extrema.
De acuerdo con el artículo 22 de la Constitución Federal, “toda
pena deberá ser proporcional al delito que sancione y al bien jurídico
afectado”. Este derecho fundamental recoge lo que en la doctrina
penal
se
denomina
la
concepción
estricta
del
principio
de
proporcionalidad en materia penal. El contenido de este derecho
consiste en la exigencia de una adecuación entre la gravedad de la
pena y la gravedad del delito.
Asimismo, cabe señalar que esta Suprema Corte se ha
encargado de analizar en otras ocasiones la constitucionalidad de
penas establecidas por el legislador, a la luz del principio de
proporcionalidad contemplado en el artículo 22 constitucional. En este
sentido, se ha sostenido que “la gravedad de la pena debe ser
proporcional a la del hecho antijurídico y del grado de afectación
al bien jurídico protegido; de manera que las penas más graves
deben dirigirse a los tipos penales que protegen los bienes
jurídicos más importantes.”
En este sentido, el derecho fundamental a una pena proporcional
constituye un mandato dirigido tanto al legislador como al juzgador. El
primero cumple con ese mandato, al establecer en la ley penal la clase
y la cuantía de la sanción atendiendo a la gravedad de la conducta
tipificada como delito.
31
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
Así, la proporcionalidad en abstracto de la pena se determina
atendiendo a varios factores: la importancia del bien jurídico protegido,
la gravedad del ataque a ese bien, el ámbito de responsabilidad
subjetiva, inclusive como al inicio se dijo, a partir de una comparación
de las penas establecido para cada delito de naturaleza similar en
función de los niveles ordinales y cardinales, etc. Por su parte, el juez
penal es el encargado de determinar la proporcionalidad en concreto
de la pena. El legislador debe proporcionar un marco penal abstracto
que permita al juzgador individualizar la pena, teniendo en cuenta las
circunstancias concretas de cada caso, tales como: la lesión o puesta
en peligro del bien, la intervención del agente para causar la lesión o
crear el riesgo, así como otros factores sociales o individuales que
sirvan para establecer la menor exigibilidad de la conducta.
Las anteriores consideraciones, fueron sostenidas por esta
Primera Sala, al resolver el Amparo Directo en Revisión 3032/20118, el
nueve de mayo de dos mil doce.
También es necesario señalar, que el Tribunal Pleno de esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación, ya se pronunció sobre el
significado del concepto de “proporcionalidad” y precisó cuáles son
los componentes que lo integran, al resolver la acción de
inconstitucionalidad 146/2007, en sesión de veintiocho de agosto de
dos mil ocho, en la que sostuvo que este principio puede analizarse
desde dos perspectivas: en abstracto o en concreto.
En ese sentido este Alto Tribunal consideró lo siguiente:
8
Fallado por unanimidad de votos de los señores Ministros: Jorge Mario Pardo Rebolledo, José
Ramón Cossío Díaz, Guillermo I. Ortiz Mayagoitia, Olga Sánchez Cordero de García Villegas
(Ponente) y Presidente Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
32
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
“1. En su vertiente abstracta, dicho análisis
corresponde a un nivel meramente legislativo,
esto es, verificar si la punibilidad —entendida
como el parámetro de sanciones a imponer—,
contemplada en la norma resulta razonable en atención
a la conducta sancionada y el bien jurídico tutelado.
2. En tanto que la verificación del principio de
proporcionalidad en sentido concreto corresponde al
análisis de la actividad jurisdiccional y ejecutiva, esto
es, al momento de determinar la pena en cada caso
concreto —punición— y al ejecutar la pena en sí
misma; ya que en estos casos el criterio para su
análisis será el grado de culpabilidad atribuido al
sentenciado y la necesidad de su total compurgación,
respectivamente”.
Además, en la ejecutoria mencionada, el Pleno de este Alto
Tribunal acotó que, si bien es cierto, que la proporcionalidad de las
penas en relación con las conductas cometidas y al grado de
participación de los autores del delito son temas que tienen que ver
directamente con el establecimiento de políticas criminales y, en su
caso, de prevención general, especial y rehabilitación social, cuya
atención corresponde, en principio, al Poder Legislativo, también lo es
que éste se encuentra obligado, en todos los casos, a justificar de
manera expresa, las razones por las cuales se establecen
determinadas
penas
para ciertas
conductas
que se estiman
delictuosas, atendiendo a la proporcionalidad que debe guardarse
entre delito y pena, así como a los postulados constitucionales que
prohíben las penas crueles, inhumanas, infamantes o trascendentes.
Las consideraciones del Tribunal Pleno dieron origen a la
jurisprudencia del rubro y texto siguientes:
“LEYES
PENALES.
AL
EXAMINAR
SU
CONSTITUCIONALIDAD
DEBEN
ANALIZARSE
LOS
PRINCIPIOS DE PROPORCIONALIDAD Y RAZONABILIDAD
JURÍDICA. El legislador en materia penal tiene amplia libertad
33
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
para diseñar el rumbo de la política criminal, es decir, para
elegir los bienes jurídicamente tutelados, las conductas típicas
antijurídicas y las sanciones penales, de acuerdo con las
necesidades sociales del momento histórico respectivo; sin
embargo, al configurar las leyes relativas debe respetar el
contenido de diversos principios constitucionales, entre ellos los
de proporcionalidad y razonabilidad jurídica, a fin de que la
aplicación de las penas no sea infamante, cruel, excesiva,
inusitada, trascendental o contraria a la dignidad del ser
humano, conforme a los artículos 14, 16, 18, 19, 20, 21 y 22 de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Por
esa razón, el Juez constitucional, al examinar la
constitucionalidad de las leyes penales, debe analizar que
exista proporción y razonabilidad suficientes entre la cuantía de
la pena y la gravedad del delito cometido, para lo cual debe
considerar el daño al bien jurídico protegido, la posibilidad para
individualizarla entre un mínimo y un máximo, el grado de
reprochabilidad atribuible al sujeto activo, la idoneidad del tipo y
de la cuantía de la pena para alcanzar la prevención del delito,
así como la viabilidad de lograr, mediante su aplicación, la
resocialización del sentenciado.”9
Por su parte, esta Primera Sala ha emitido diversos criterios que
al respecto, tal como se refleja en las dos jurisprudencias y tesis
aislada que a continuación se transcriben:
“PENAS
Y
SISTEMA
PARA
SU
APLICACIÓN.
CORRESPONDE AL PODER LEGISLATIVO JUSTIFICAR EN
TODOS LOS CASOS Y EN FORMA EXPRESA, LAS
RAZONES DE SU ESTABLECIMIENTO EN LA LEY. El
legislador al crear las penas y el sistema para la imposición de
las mismas, no cuenta con libertad absoluta para su
establecimiento en la ley, sino que debe atender a diversos
principios como lo es el de la proporcionalidad entre delito y
pena, ya que de ello dependerá si su aplicación es no
humanitaria, infamante, cruel o excesiva, o por el contrario, es
acorde a los postulados constitucionales. La proporción entre
delito y pena, en el caso del Poder Legislativo, es el de hacer
depender la gravedad de la pena en forma abstracta, lo cual se
encuentra relacionado con la naturaleza del delito cometido, el
bien jurídico protegido y el daño que se causa al mismo. Esto
permite advertir la importancia que tiene el que el Poder
Legislativo justifique, en todos los casos y en forma expresa, en
el proceso de creación de la ley, cuáles son las razones del
9
Jurisprudencia P./J. 102/2008, Novena Época, Registro: 168878, Instancia: Pleno, Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXVIII, Septiembre de 2008, Materia(s):
Constitucional, Penal, Página: 599.
34
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
establecimiento de las penas y el sistema de
aplicación de las mismas, para cuando una persona
despliega una conducta considerada como delito. Lo
anterior, permitirá que en un problema de
constitucionalidad de leyes, se atienda a las razones
expuestas por los órganos encargados de crear la ley y no a las
posibles ideas que haya tenido o a las posibles finalidades u
objetivos que se haya propuesto alcanzar. Así, lo relatado
adquiere relevancia si se toma en consideración que al
corresponderle al legislador señalar expresamente las razones
de mérito, el órgano de control constitucional contará con otro
elemento valioso cuyo análisis le permitirá llevar a cabo la
declaratoria de constitucionalidad o inconstitucionalidad del
precepto o preceptos impugnados.”10
“PENAS. PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD CONTENIDO
EN EL ARTÍCULO 22 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE
LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS. De la interpretación del
citado precepto constitucional se advierte que la gravedad de la
pena debe ser proporcional a la del hecho antijurídico y del
grado de afectación al bien jurídico protegido; de manera que
las penas más graves deben dirigirse a los tipos penales que
protegen los bienes jurídicos más importantes. Así, el legislador
debe atender a tal principio de proporcionalidad al establecer en
la ley tanto las penas como el sistema para su imposición, y si
bien es cierto que decide el contenido de las normas penales y
de sus consecuencias jurídicas conforme al principio de
autonomía legislativa, también lo es que cuando ejerce dicha
facultad no puede actuar a su libre arbitrio, sino que debe
observar los postulados contenidos en la Constitución General
de la República; de ahí que su actuación esté sujeta al
escrutinio del órgano de control constitucional -la legislación
penal no está constitucionalmente exenta-, pues la decisión que
se emita al respecto habrá de depender del respeto irrestricto al
indicado principio constitucional.”11
“PENAS.
LA
INTENSIDAD
DEL
TEST
DE
PROPORCIONALIDAD PARA EXAMINAR SU AUMENTO
ESTÁ DETERMINADA POR EL AMPLIO MARGEN DE
APRECIACIÓN DEL LEGISLADOR EN MATERIA DE
POLÍTICA CRIMINAL. El principio de proporcionalidad en
sentido amplio no es una herramienta para analizar las normas
penales a la luz de los criterios ético-políticos de una
10
Jurisprudencia 1a./J. 114/2010, Novena Época, Registro: 163067, Instancia: Primera Sala,
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXXIII, Enero de 2011,
Materia(s): Constitucional, Penal, Página: 340.
11
Jurisprudencia 1a./J. 3/2012 (9a.), Décima Época, Registro: 160280, Instancia: Primera Sala,
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro V, Febrero de 2012, Tomo 1,
Materia(s): Constitucional, Página: 503.
35
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
determinada ideología o filosofía penal. Como instrumento de
control de constitucionalidad, el principio de proporcionalidad
está orientado exclusivamente a fundamentar la validez o
invalidez de una intervención en derechos fundamentales
atendiendo a los límites impuestos al legislador democrático por
la propia Constitución. Esta Suprema Corte ha sostenido en
varios precedentes que en materia penal el legislador
democrático tiene un amplio margen de apreciación para
diseñar el rumbo de la política criminal. Esto significa que goza
de un considerable margen de acción para elegir los bienes
jurídicos tutelados, las conductas típicas, antijurídicas y las
sanciones penales, de acuerdo con las necesidades sociales de
cada momento y lugar. Por tanto, la intensidad del test de
proporcionalidad para examinar una medida legislativa
consistente en el aumento de una pena prevista para un
determinado delito, debe corresponderse con la amplitud del
poder normativo que la Constitución confiere al legislador, de
conformidad con la citada interpretación de esta Suprema
Corte.”12
Con base en lo anterior, se estima que para hacer un análisis de
proporcionalidad y razonabilidad, en el caso concreto, debe atenderse
a que el delito de encubrimiento por receptación invariablemente
estará vinculado y condicionado a otro delito que le precede en
tiempo, por lo que una actividad dirigida a encubrir la comisión de un
delito no puede estar sancionada con una pena que sea superior a la
que se establece para el delito encubierto.
De ahí que se considera que el delito encubierto habrá de servir
de parámetro para analizar la proporcionalidad de la pena prevista
para el delito de encubrimiento por receptación, pues resulta difícil
analizar este último ilícito desvinculado del diverso delito que
condiciona su actualización, aun cuando en muchos casos resulte que
12
Tesis Aislada 1a. CCIX/2011 (9a.), Décima Época, Registro: 160670, Primera Sala, Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro II, Noviembre de 2011, Tomo 1,
Materia(s): Constitucional, Página: 203.
Amparo directo en revisión 181/2011. 6 de abril de 2011. Cinco votos. Ponente: Arturo Zaldívar
Lelo de Larrea. Secretario: Arturo Bárcena Zubieta.
36
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
los bienes jurídicos protegidos detenten diversa
naturaleza, porque no obstante, siempre estarán
relacionados.
Establecido lo anterior, esta Primera Sala procede al análisis del
artículo 243, segundo párrafo del Código Penal para el Distrito Federal
(hoy Ciudad de México), a fin de establecer si la pena prevista en este
precepto es excesiva.
En principio, se señala que los hechos por lo que se inició la
indagatoria y se instauró el posterior proceso penal a los quejosos, se
suscitaron el siete de enero de dos mil catorce; por tanto, el estudio
que se lleve a cabo versara sobre la redacción que el precepto legal
en cuestión contenía en esa época y que fue el que se aplicó a los
quejosos.
El artículo 243 del Código Penal para el Distrito Federal (hoy
Ciudad de México), que prevé el delito de encubrimiento por
receptación, se encuentra contemplado en el Capítulo IX del Título
Décimo Quinto denominado “Delitos contra el patrimonio”, el cual en la
época de los hechos establecía13:
“CAPÍTULO IX
ENCUBRIMIENTO POR RECEPTACIÓN
(REFORMADO, G.O. 4 DE JUNIO DE 2004)
Artículo 243. Se impondrá prisión de 2 a 7 años de prisión,
y de cincuenta a ciento veinte días multa, a quien después
de la ejecución de un delito y sin haber participado en él,
adquiera posea, desmantele, venda, enajene, comercialice,
13
Al efecto, se menciona que por reforma de veintiocho de noviembre de dos mil catorce,
publicada en la Gaceta Oficial del Distrito Federal, el valor de cambio contemplado en número de
veces de salario mínimo, se sustituyeron por número de veces de la Unidad de Cuenta de la
Ciudad de México, aspecto que constituye la única modificación entre el precepto vigente en la
época de los hechos y el precepto vigente a la fecha de esta resolución.
37
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
trafique, pignore, reciba, traslade, use u oculte el o los
instrumentos, objetos o productos de aquél, con
conocimiento de esta circunstancia si el valor de cambio no
excede de quinientas veces el salario mínimo.
Si el valor de éstos es superior a quinientas veces el
salario, se impondrá de 5 a 10 años de pena privativa
de libertad y de doscientos a mil quinientos días multa.
Cuando el o los instrumentos, objetos o productos de un
delito se relacionan con el giro comercial del tenedor o
receptor, si éste es comerciante o sin serlo se encuentra en
posesión de dos o más de los mismos, se tendrá por
acreditado que existe conocimiento de que proviene o
provienen de un ilícito.”
Conforme al segundo párrafo del precepto en cita se establece
que quien se coloque en el supuesto del ilícito de encubrimiento por
receptación; es decir, a quien después de la ejecución de un delito y
sin haber participado en él, adquiera posea, desmantele, venda,
enajene, comercialice, trafique, pignore, reciba, traslade, use u oculte
el o los instrumentos, objetos o productos de aquél, con conocimiento
de esta circunstancia, se hará acreedor a una pena privativa de
libertad que oscilará de cinco a diez años y de doscientos a mil
quinientos días multa, si el valor de cambio de los objetos o productos
del delito es superior a quinientas veces el salario mínimo vigente en
el Distrito Federal (hoy Ciudad de México).
Asimismo, es de observarse que el diverso artículo 245 del
Código Penal para el Distrito Federal (hoy Ciudad de México) previsto
en el mismo Capítulo IX, prevé una regla específica para la aplicación
de las penalidades señaladas para el delito de encubrimiento por
receptación, según se advierte.
“Artículo 245. En ningún caso podrá imponerse pena
privativa de libertad que exceda del máximo que la ley
señale al delito encubierto.”
38
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
Conforme a la anterior disposición, se advierte
que en ningún caso la pena privativa de libertad
impuesta por el delito de encubrimiento por receptación podrá ser
superior al máximo de la penalidad que la ley señale para el delito que
se encubre.
Bajo ese contexto, para establecer si la pena prevista en el
artículo 243, segundo párrafo que se cuestiona, es excesiva, resulta
necesario tener en cuenta que los objetos materiales asegurados a los
quejosos derivaron de diversos delitos de robo de vehículos
automotrices y sus partes –delitos encubiertos–, los cuales fueron
valuados en una cantidad superior a quinientas veces el salario
mínimo vigente en la Ciudad de México, por lo que esta circunstancia
impone determinar cuál es la pena establecida para el mencionado
ilícito de robo de vehículo o sus partes, a fin de verificar el principio
de proporcionalidad que se estima violentado.
El Código Penal para el Distrito Federal (hoy Ciudad de México),
en el mencionado Título Décimo Quinto relativo a “Delitos contra el
patrimonio”, en el Cápitulo I, prevé el ilícito de robo y su penalidad, en
observancia a lo siguiente:
“TÍTULO DÉCIMO QUINTO
DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO
CAPÍTULO I
ROBO
Artículo 220. Al que con ánimo de dominio y sin
consentimiento de quien legalmente pueda otorgarlo, se
apodere de una cosa mueble ajena, se le impondrán:
39
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
I. (DEROGADA, G.O. 15 DE MAYO DE 2003)
II. Prisión de seis meses a dos años y sesenta a ciento
cincuenta días multa, cuando el valor de lo robado no
exceda de trescientas veces el salario mínimo o cuando no
sea posible determinar el valor de lo robado;
III. Prisión de dos a cuatro años y de ciento cincuenta a
cuatrocientos días multa, cuando el valor de lo robado
exceda de trescientas pero no de setecientas cincuenta
veces el salario mínimo, y (…).”
Conforme a este precepto se observa que el delito básico de
robo prevé diversas penalidades que se van incrementando en función
de la cuantía del valor del objeto robado, señalándose en la fracción III
que cuando éste exceda de trescientas pero no de setecientas
cincuenta veces el salario mínimo, la pena será de dos a cuatro años
de prisión y de ciento cincuenta a cuatrocientos días multa.
Asimismo, como en el caso el parámetro en análisis lo otorga un
delito de robo específico relacionado con vehículos automotrices y sus
partes, debe observarse también lo establecido en el diverso numeral
224, fracción VIII, de la mencionada legislación sustantiva penal, el
cual establece:
“Artículo 224. Además de la (sic) penas previstas en el
artículo 220 de este Código, se impondrá de dos a seis
años de prisión, cuando el robo se cometa:
VIII. Respecto de vehículo automotriz o parte de éste; o
(…)”.
De la redacción de este precepto se puede deducir que las
penas previstas para el delito básico de robo, previstas en el citado
artículo 220, se verán incrementadas con una diversa penalidad que
puede ir de dos a seis años de prisión cuando lo robado se trate de
vehículos automotrices o sus partes.
40
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
Por tanto, para determinar la pena a imponer
para el delito de robo de vehículo o sus partes, cuyo
valor exceda de quinientas veces el salario mínimo
vigente en la época de comisión de los hechos, se debe atender a los
dispuesto en el señalado artículo 220, fracción III, en relación con lo
dispuesto en el diverso numeral 224, fracción VIII, debiendo sumarse
ambas penalidades a fin de establecer la pena a imponer.
A fin de esquematizar las penalidades antes referidas se expone
el siguiente cuadro:
Delito básico de robo
(art. 220, fracc. III)
Delito de robo de Delito de encubrimiento
vehículo o sus partes
por receptación
(art. 224, fracc. VIII)
(art. 243, párr. segundo)
Cuando el valor de lo
robado
exceda
de
trescientas pero no de
setecientas
cincuenta
veces el salario mínimo,
se impondrá:
Cuando el robo se cometa
respecto
de
vehículo
automotriz o parte de
éste, además de las
penas previstas en el
artículo 220, se impondrá:
Cuando el valor de los
objetos
del
delito
encubierto es superior a
quinientas
veces
el
salario, se impondrá:
 De cinco a diez años
 Prisión de dos a cuatro  De dos a seis años de
de pena privativa de
años y
prisión.
libertad y

De ciento cincuenta a
cuatrocientos
días
multa.
 De doscientos a mil
quinientos días multa
Ante esta descripción, resulta que la penalidad para el delito de
robo a vehículo o sus partes, será de dos a cuatro años de prisión,
misma que podrá aumentar con otra pena del mismo tipo que puede ir
de dos a seis años más, por lo que la pena mínima pudiera ser de
cuatro años y la máxima pudiere llegar hasta diez años de prisión y,
por lo que toca los días multa, estos serán de cincuenta a
cuatrocientos, conforme al delito básico de robo.
41
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
Adicionalmente a lo expuesto, es de señalarse lo que antes se
precisó en relación a que el delito de encubrimiento por receptación no
puede analizarse sin desvincularlo del delito encubierto que lo
actualiza, por lo que la proporcionalidad de la penalidad fijada en el
precepto que lo establece debe realizarse en comparativa con el delito
encubierto al que se le vincula y lo condiciona.
En ese orden, el delito de encubrimiento por receptación que en
el caso se analiza, al estar vinculado con el delito de robo de vehículo
y sus partes, no contiene una pena privativa de libertad que resulte
excesiva, pues la pena de prisión que como máximo se puede imponer
en ambos ilícitos es de diez años de prisión.
No obstante, se advierte que la sanción referida a los días multa
en el ilícito de robo está establecida en un parámetro de ciento
cincuenta a cuatrocientos días, en tanto que en el delito de
encubrimiento por receptación previsto en el párrafo segundo del
artículo 243 materia de este estudio, se establece que esta penalidad
puede fluctuar desde doscientos hasta mil quinientos días multa.
Así, en cuanto a este rubro de sanciones, se advierte que el
límite máximo del delito de encubrimiento por receptación de que se
trata, al estar establecido en mil quinientos días multa, rebasa el
monto máximo de la multa prevista para el delito encubierto que en
este caso es de cuatrocientos días multa y, por ende, resulta que el
ilícito de encubrimiento por receptación impugnado sí contiene una
pena excesiva en relación al delito encubierto en el límite máximo de
la multa que señala y, al ser así, debe declararse que la fijación de la
sanción máxima de días multa en el delito de encubrimiento por
receptación que se contempla en el artículo 243, párrafo segundo del
Código Penal para el Distrito Federal (hoy Ciudad de México), cuando
42
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
se le vincula al delito de robo de vehículos o sus
partes, previsto en el artículo 220, fracción III, en
relación con el 224, fracción VIII, que prevé como
límite máximo cuatrocientos días multa, no es acorde al principio de
proporcionalidad, pues como se mencionó el delito de encubrimiento
por receptación no puede prever una sanción que sea mayor al delito
encubierto con el que se relaciona.
En esas condiciones, lo procedente es, en la materia de la
revisión competencia de esta Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, revocar la sentencia recurrida y devolver los
autos al Tribunal Colegiado del conocimiento, a efecto de que se
pronuncie de nueva cuenta sobre el tema de legalidad de la sentencia
reclamada, en cuanto a la pena relativa a la multa impuesta por la
autoridad responsable a los quejosos por el delito de encubrimiento
por receptación previsto en el artículo 243, párrafo segundo, del
Código Penal para la hoy Ciudad de México, tomando en cuenta que
la porción relativa, vinculada con el delito de robo, delito encubierto, es
contraria al principio de proporcionalidad establecido en el numeral 22
de la Constitución Federal.
Por lo expuesto y fundado, esta Primera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, resuelve:
PRIMERO. En la materia de la revisión, competencia de esta
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se revoca
la sentencia recurrida.
SEGUNDO. Se ordena devolver los autos al órgano colegiado del
conocimiento para que proceda de conformidad con los lineamientos
trazados en esta ejecutoria.
43
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016
Notifíquese; con testimonio de esta resolución, vuelvan los
autos al Tribunal de su origen, y en su oportunidad, archívese el toca
como asunto concluido.
En términos de lo previsto en los artículos 3° fracción II, 13, 14 y 18,
fracción II, de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la
Información Pública Gubernamental, en esta versión pública se
suprime la información considerada legalmente como reservada o
confidencial que encuadran en esos supuestos normativos.
44
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