AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016. QUEJOSOS: **********. VISTO BUENO SEÑOR MINISTRO PONENTE: MINISTRO JORGE MARIO PARDO REBOLLEDO. SECRETARIO: ALFONSO FRANCISCO TRENADO RÍOS. Ciudad de México. Acuerdo de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al día V I S T O S para resolver los autos del amparo directo en revisión 2772/2016, interpuesto contra la sentencia dictada el veintiocho de abril de dos mil dieciséis, por el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, en el juicio de amparo directo **********; y, R E S U L T A N D O: PRIMERO. Demanda de amparo. Por escrito presentado el veintiocho de octubre de dos mil quince, ante la Tercera Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal (hoy Ciudad de México), ********** y **********, por propio derecho solicitaron el amparo y la protección de la Justicia Federal en contra de las autoridades y por el acto que a continuación se indican: Autoridades responsables: Ordenadora: a) Tercera Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal (hoy Ciudad de México). AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 Ejecutora: b) Juez Vigésimo Sexto Penal del Distrito Federal (hoy Ciudad de México. Acto reclamado: La resolución emitida el veintiocho de noviembre de dos mil catorce, en los autos del toca penal **********, que modificó la sentencia definitiva dictada en la causa penal **********, en la que se consideró a los quejosos penalmente responsables del delito de encubrimiento por receptación agravado. SEGUNDO. Derechos fundamentales violados. Los quejosos señalaron como preceptos violados en su perjuicio los contenidos en los artículos 1°, 14, 16 y 19 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; reseñaron los antecedentes del asunto; y, formularon los conceptos de violación que estimaron pertinentes. TERCERO. Trámite y resolución del juicio de amparo. Por auto de veintitrés de noviembre de dos mil quince, el Presidente del Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, admitió a trámite la demanda de amparo y ordenó su registro bajo el número **********. 1 En el acuerdo de mérito se destacó que en el asunto de que se trata no se advertía alguna parte a la que correspondiera el carácter de tercero interesado en virtud de que el delito por el que fueron sentenciados los quejosos es de resultado formal. Asimismo, se hizo saber a las partes el contenido del artículo 181 de la Ley de Amparo en vigor, a fin de que presentaran alegatos o promovieran amparo directo adhesivo. 1 Cuaderno del juicio de amparo directo **********. Folios 41 a 42 vuelta. 2 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 Una vez agotados los trámites procesales correspondientes, en sesión de veintiocho de abril de dos mil dieciséis, el Tribunal Colegiado de Circuito emitió la sentencia respectiva2, en el sentido de negar el amparo solicitado. CUARTO. Interposición del recurso de revisión. Inconformes con la resolución de amparo directo, los quejosos interpusieron recurso de revisión mediante escrito que presentaron el dieciséis de mayo de dos mil dieciséis, ante el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito. Por auto de la fecha en cita, el Presidente del Tribunal Colegiado del conocimiento tuvo por interpuesto el medio de impugnación de que se trata y ordenó remitir el escrito de expresión de agravios y el juicio de amparo del que deriva a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para su substanciación. QUINTO. Trámite del recurso de revisión ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Con la remisión anterior, el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por auto de veinticuatro de mayo de dos mil dieciséis, ordenó formar y registrar el expediente impreso y electrónico relativo al recurso de revisión bajo el número 2772/2016 y, dispuso su admisión, al estimar que se actualiza una cuestión de constitucionalidad en términos de lo previsto por el artículo 81, fracción II de la Ley de Amparo, en relación con los artículos 70, 72, último párrafo y 243 del Código Penal para el Distrito Federal (hoy Ciudad de México), cuyo estudio se omitió en la sentencia recurrida. 2 Ibídem. Fojas 68 a 107. 3 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 Asimismo, se dispuso el turno del asunto para su estudio a la Ponencia del Ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo, integrante de la Primera Sala de este Alto Tribunal, y la radicación del expediente en el referido órgano por corresponder a la materia penal de su especialidad. SEXTO. Radicación del asunto en la Primera Sala. El Presidente de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por acuerdo de veintinueve de junio de dos mil dieciséis, determinó el avocamiento de la mencionada Sala para conocer del presente medio de impugnación y ordenó la devolución de los autos al Ministro designado Ponente para la elaboración del proyecto de resolución respectivo. C O N S I D E R A N D O: PRIMERO. Competencia. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, es legalmente competente para conocer del presente recurso de revisión, en términos de lo dispuesto por los artículos 107, fracción IX de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 81, fracción II y 83 de la Ley de Amparo en vigor; y, 21, fracción III, inciso a) de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación; así como en los puntos Primero y Tercero del Acuerdo General 5/2013, emitido por el Pleno de este Alto Tribunal el trece de mayo de dos mil trece y publicado en el Diario Oficial de la Federación, el veintiuno del mismo mes y año; toda vez que el recurso fue interpuesto en contra de una sentencia pronunciada en amparo directo en materia penal por un Tribunal Colegiado de Circuito y en esta instancia se reitera el planteamiento de constitucionalidad, sin que su resolución implique justificar la competencia del Tribunal Pleno para conocer del presente asunto, en términos del punto Segundo, 4 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 fracción III del Acuerdo General Plenario en cita, en virtud de que la resolución del mismo no reviste un interés excepcional. SEGUNDO. Oportunidad del recurso. Por tratarse de un presupuesto procesal cuyo análisis debe hacerse de oficio, es necesario corroborar que la interposición del recurso de revisión que nos ocupa fue oportuna. En el caso, se estima que el recurso de revisión planteado por los quejosos fue interpuesto en tiempo y forma de conformidad con lo dispuesto por el artículo 86 de la Ley de Amparo. Esto, pues de las constancias de autos se advierte que la sentencia recurrida, dictada por el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, fue notificada personalmente a los quejosos el martes diez de mayo de dos mil dieciséis, según se desprende de las constancias de notificación que obran a fojas ciento once y ciento doce del cuaderno de amparo y, surtió efectos el día hábil siguiente; es decir, el miércoles once de ese mes y año, de conformidad con la fracción II, del artículo 31 de la Ley de Amparo. En ese orden, el plazo de diez días que señala el artículo 86 de la Ley de Amparo, transcurrió del jueves doce al miércoles veinticinco de mayo de dos mil dieciséis, debiendo descontarse de dicho cómputo los días catorce, quince, veintiuno y veintidós que mediaron por haber correspondido a sábados y domingos, según lo dispuesto en los artículos 19 de la Ley de Amparo y 163 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. En tales condiciones, si el recurso de revisión fue presentado el dieciséis de mayo de dos mil dieciséis, según se desprende del 5 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 sello fechador que aparece en la foja cuatro del presente toca, resulta que su interposición fue oportuna. TERCERO. Problemática jurídica a resolver. En el presente asunto deberá dilucidarse si el recurso de revisión resulta procedente y, en su caso, determinar si los agravios formulados por la parte recurrente, a fin de desvirtuar las razones por las cuales se determinó negar el amparo solicitado, resultan aptos para revocar la sentencia recurrida. CUARTO. Cuestiones necesarias para resolver. Para la resolución del presente asunto, se hace una relación, en lo que interesa, de los antecedentes del caso, de los conceptos de violación esgrimidos por la parte quejosa, de las consideraciones del Tribunal Colegiado de Circuito y de los argumentos expuestos en vía de agravios. I. Antecedentes. Los actos que motivaron la sentencia definitiva reclamada en el juicio de amparo directo sometido a revisión en esta instancia, son los que enseguida se reseñan: 1. Hechos. De las declaraciones ministeriales a cargo de los policías remitentes ********** y **********, se advierte que esencialmente y de manera coincidente, manifestaron: el siete de enero del dos mil catorce, aproximadamente a las diecisiete horas con treinta minutos, a bordo del vehículo oficial que tenían asignado, realizaban labores propias de su cargo, en cumplimiento a un dispositivo de seguridad relacionado con el alto índice de robo de vehículos en la Ciudad de México; se encontraban sobre la calle **********, colonia **********, delegación **********, cuando se percataron que en la acera oriente, frente al domicilio marcado con el **********, **********, se encontraba estacionada la camioneta **********, negro con cobre, placas **********, en la que apreciaron que en la batea se encontraban autopartes de vehículos; también se percataron que **********, **********, ********** y **********, sacaban autopartes del 6 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 interior del referido domicilio y los subían a la señalada camioneta, luego las taparon con una lona blanca con anaranjado, lo que los determinó a realizarles una revisión preventiva, a la que dichos sujetos accedieron; **********, encontró en el interior del vehículo que revisaron, bajo el asiento del copiloto, una bolsa negra de plástico, en la que se encontraban cuatro placas metálicas (**********,**********,********** y **********) y dos tarjetas de circulación; una correspondiente al automóvil con placas ********** y la otra al **********; solicitaron a base de radio “revisión extensa en la base de datos”; les informaron que las placas que hallaron, se encontraban relacionadas con averiguaciones previas; la **********, con la **********; la **********, con la **********; la **********, con la ********** y la **********, con la **********; la tarjeta de circulación correspondiente al automotor con placas **********, con la **********; después, ********** les solicitó que “le hicieran un paro”, pues les contó que ellos se robaban los vehículos y los desmantelaban en el inmueble, por lo que se asomaron al interior del mismo y a simple vista se percataron que ahí había diversas autopartes, así como el cuerpo de un vehículo color plata, aparentemente de la marca **********, tipo **********, diversas placas de circulación, entre otros objetos; así que vía radio solicitaron apoyo y en respuesta arribaron el policía ********** y **********, quienes los apoyaron para asegurar a los referidos sujetos y luego trasladarlos a las oficinas de la representación social, lugar en donde solicitaron a su centro de mando la sábana del reporte de robo correspondiente a las placas de circulación que hallaron, mismas que les informaron que contaban con el status de robado, datos proporcionados por “OCRA”, por lo que pusieron a disposición de la representación social a los referidos sujetos, así como a los diversos objetos a que hicieron referencia. 2. Proceso penal. Con los anteriores hechos, el Ministerio Público ejerció acción penal en contra de **********, **********, ********** y **********, como probables responsables del delito de encubrimiento por receptación en pandilla, conforme lo dispuesto en el artículo 243, párrafo segundo en relación con el 252 del Código Penal para el Distrito Federal (hoy Ciudad de México), en agravio de la sociedad y la indagatoria respectiva se turnó al Juzgado Vigésimo Sexto en Materia Penal en el Distrito Federal (hoy Ciudad de México), quien la radicó como causa penal **********. El veintiséis de septiembre de dos mil catorce, el órgano jurisdiccional dictó sentencia definitiva en relación a ********** y 7 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 **********, determinando que son penalmente responsable del delito que se les imputó y los condenó a la pena privativa de siete años siete meses y doce días, así como al pago de una multa por $ ********** (**********). 3. Recurso de apelación. En contra de la determinación anterior, los sentenciados ********** y **********, interpusieron el recurso de apelación que se registró como toca penal **********, en el índice de la Tercera Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal (hoy Ciudad de México), órgano que emitió sentencia el veintiocho de noviembre de dos mil catorce, modificando la pena impuesta y fijándola en siete años seis meses y multa por $ ********** (**********). 4. Juicio de amparo directo. En contra de la resolución emitida en el recurso de apelación, los sentenciados promovieron demanda de amparo directo, cuya resolución es la materia de impugnación en esta instancia. II. Conceptos de violación. En el escrito respectivo, los quejosos ********** y **********, formularon los argumentos que en síntesis se precisan enseguida: Los quejosos alegan que la responsable realizó una inadecuada valoración de los elementos de prueba, porque se sostuvo en lo declarado por los policías captores sin hacer una adecuada valoración de los elementos del cuerpo del delito, los cuales no fueron aptos ni suficientes para tener por demostrado el delito de encubrimiento por receptación agravado en pandilla, ni la conducta que se les atribuyó. Dicen que en nuestro marco jurídico, el juzgador está obligado a desentrañar si la petición ministerial encuadra dentro de la hipótesis propuesta en la consignación para efecto de que el Estado dé certeza y seguridad jurídica a sus gobernados. Lo anterior, amén de que el estudio de la conducta atribuida a los quejosos debe estar presumiblemente acreditada y no sólo contar con la imputación de los policías captores, por lo que debió estar apoyado en otros medios de prueba como podrían ser dictámenes periciales en dactiloscopia, cadena de indicios y evidencias recolectadas, los cuales no realizó la Representación Social. 8 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 Mencionan que los elementos de prueba referidos en el toca de apelación no son aptos ni suficientes para acreditar los elementos del tipo penal, pues la responsable no tomó en consideración que los quejosos solamente abordaron la camioneta **********, y tampoco se tomaron en cuenta las documentales exhibidas o vehículo para acreditar su propiedad. Reiteran que la responsable se basó en el dicho de los policías captores sin tomar en consideración la negativa de los quejosos, pues estimaron veraz el informe en el que dijeron haber entrevistado a los quejosos y que éstos manifestaron que su participación era desmantelar las piezas mecánicas de los vehículos que sabían eran robados, así como que ********** era quien los contrataba para desmantelar los vehículos, lo cual debe ser desestimado porque no les constan los hechos. Además, aducen que los agentes de investigación no pueden obtener confesiones por medio de las entrevistas que realizan a los sujetos activos relacionados con la comisión de un evento delictivo, pues eso llevaría a una consideración de violación a los derechos humanos (tortura) “confesión espontánea”. Asimismo, se duelen de que la responsable determinara la hipótesis de pandilla prevista en el artículo 252 del Código Penal en el Distrito Federal, pues ésta resulta improcedente porque los quejosos son hermanos y sus coucausados son padre e hijo, además, la única intervención de los quejosos fue abordar la camioneta que era conducida por **********, y no tenían conocimiento del proceder de los objetos. La parte quejosa aduce que la responsable al individualizar las sanciones, tomó en consideración el estudio de personalidad y criminológico de los acusados, determinando un grado de culpabilidad excesivo y que la naturaleza de la acción fue dolosa. Se menciona que el capítulo de individualización de sanciones difiere el criterio adoptado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al interrumpir la jurisprudencia 175/2007, en el que la Primera Sala razonó que el numeral 72 último párrafo del Código Penal para el Distrito Federal, contradice el paradigma del derecho penal de acto protegido por los dispositivos 1°, 14 párrafo tercero, 18 párrafo segundo y 22, párrafo primero de la Constitución Federal, conforme a los cuales queda prohibido tomar en cuenta los factores relacionados con la personalidad 9 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 del transgresor de la norma para efectos de individualizar las sanciones. Al efecto, invocaron la tesis aislada XCII/2013, emitida por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, bajo el rubro: “INDIVIDUALIZACIÓN DE LA PENA TRATÁNDOSE DE DELITOS NO CULPOSOS, EL JUZGADOR NO DEBE TOMAR EN CONSIDERACIÓN LOS DICTÁMENES PERICIALES TENDENTES A CONOCER LA PERSONALIDAD DEL INCULPADO”. Señalan que el elemento del dolo no debió ser destacado en la individualización de la sanción, pues dicho elemento ya fue considerado por el legislador al establecer un mínimo y un máximo de sanciones. Existe violación a derechos fundamentales porque la Sala responsable tomó en cuenta factores que no correspondían a la individualización de sanciones y dejó de observar otros que les beneficiarían, pues una correcta valoración le hubiera llevado a estimar un grado de culpabilidad inferior al considerado en el acto de molestia y a la imposición de una pena menor. Así también, se alega que la sentencia impugnada y la que fue dictada a sus coacusados, indebidamente se emitió por un solo Magistrado. Los quejosos solicitaron que el órgano federal arribe a determinaciones y recomendaciones en materia constitucional y de derechos humanos en relación con la valoración de pruebas, y citaron al efecto los criterios jurisprudenciales de rubro: “PRUEBAS. EN EL PROCEDIMIENTO PENAL. SUPUESTOS EN QUE DEBE NULIFICARSE SU EFICACIA.”; y, “PARTE INFORMATIVO DE LA POLICÍA JUDICIAL.” Aducen que los preceptos cuestionados transgreden el Pacto de San José de Costa Rica y la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, al establecer penas muy elevadas sin que exista una mediación del por qué, vulnerando el principio de intervención mínima del Estado, ya que no es endureciendo y deshumanizando las penas como se logra reinsertar al ser humano. Al efecto, refieren que tiene aplicación el criterio intitulado: “GARANTÍAS INDIVIDUALES. EL DESARROLLO DE SUS LÍMITES Y LA REGULACIÓN DE SUS POSIBLES 10 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 CONFLICTOS POR PARTE DEL LEGISLADOR DEBE RESPETAR LOS PRINCIPIOS DE RAZONABILIDAD Y PROPORCIONALIDAD JURÍDICA.” III. Resolución del Tribunal Colegiado. El juicio de amparo se resolvió el veintiocho de abril de dos mil dieciséis, por el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, en el sentido de negar el amparo solicitado. Las consideraciones de esa determinación, refieren lo siguiente: El Tribunal Colegiado analizó en primer término el planteamiento de la parte quejosa en el que argumenta que el artículo 243 del Código Penal para el Distrito Federal (hoy Ciudad de México), es inconstitucional, aduciendo que vulnera el principio de intervención mínima del Estado, al prever una pena muy elevada. Para realizar el pronunciamiento relativo, estimó necesario analizar si dicho precepto legal cumple con el principio de intervención mínima por parte del Estado (proporcionalidad) en las penas que prevé; conforme al test que comprende el examen de tres aspectos de las sanciones fijadas: el fin y la idoneidad, la necesidad y la proporcionalidad, mismo que realizó la Suprema Corte de Justicia de la Nación al resolver el amparo directo en revisión 1399/2011. En ese tenor, advirtió que el numeral 243 del Código Penal para la Ciudad de México, que establece la pena privativa de libertad de dos a siete años y de cincuenta a ciento veinte días multa, si el valor de cambio de los objetos materiales del delito no excede de quinientas veces el salario mínimo y de cinco a diez años de prisión y de doscientos a mil quinientos días multa en caso de que exceda, tutela dos bienes jurídicos de gran relevancia, como lo son la seguridad del patrimonio de las personas y la procuración de justicia, por lo que se verificaba que el fin de esas penas es desalentar la comisión del referido ilícito, pues actualmente muchas personas buscan adquirir productos al precio más bajo posible, lo que puede llevar a adquirir mercancía obtenida mediante la comisión de un ilícito como lo es el robo, aún a sabiendas de esa circunstancia, lo que actualmente prolifera y por tanto, alienta la comisión de esos ilícitos que encubren, amenazando indirectamente el patrimonio de las personas y directamente la procuración de justicia; por tanto, 11 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 aunque la pena privativa de libertad prevista es rigurosa, resulta idónea, dada la gravedad de las consecuencias de dicho ilícito y porque con ella se busca proteger a la sociedad en su conjunto; además, son penas que resultan necesarias, dado que se trata del medio más eficaz que la sociedad tiene a su alcance para expresar su total desaprobación a ese tipo de conductas que tanto peligro representan; además, en opinión de este órgano colegiado es también proporcional, toda vez que guarda equilibrio con el interés común de salvaguardar a cada miembro de la sociedad de la proliferación de un delito que alienta considerablemente la comisión de otros. Para ilustrar ese aserto, se citó la tesis sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que se identifica con el rubro: “SECUESTRO EXPRESS. EL ARTÍCULO 163 BIS DEL CÓDIGO PENAL PARA EL DISTRITO FEDERAL QUE LO SANCIONA, NO TRASGREDE LA GARANTÍA DE PROPORCIONALIDAD EN MATERIA PENAL (TEST DE PROPORCIONALIDAD EN MATERIA PENAL).” Por tanto, concluyó que el numeral 243 del Código Penal para la Ciudad de México, contrario a lo afirmado por los peticionarios de amparo, cumple con el principio de intervención mínima por parte del Estado (proporcionalidad). El argumento en el que se alega que ilegalmente la sentencia se dictó de manera unitaria, porque el artículo 424 del Código de Procedimientos Penales para la Ciudad de México, establece que la sentencia de segunda instancia deberá dictarse al menos por tres magistrados, se calificó de infundado, pues el procedimiento se tramitó por la vía sumaria y, en ese tenor, acorde a lo establecido en el artículo 44 de la Ley Orgánica del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, fue legal que se resolviera de manera unitaria, pues dicho dispositivo prevalece por el inicialmente citado y establece que las salas penales de la Ciudad de México, sólo resolverán de manera colegiada los recursos de apelación interpuestos contra sentencias definitivas cuando deriven de procedimientos ordinarios en que se haya impuesto pena privativa de libertad por delito grave. Luego, el Tribunal Colegiado, estableció que en el juicio de amparo directo es dable analizar violaciones al procedimiento acontecidas durante la averiguación previa, siempre y cuando no se hubieren reclamado en la vía indirecta, y que en el caso en 12 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 particular, tal tópico no fue motivo de diverso juicio de amparo; por lo que era procedente su estudio. Al efecto, precisó que se advertía que el agente del Ministerio Público investigador, obtuvo pruebas de manera ilícita, derivadas de la “inspección ministerial”, que llevó a cabo el dieciocho de enero de dos mil catorce, en el “lugar de los hechos”; actuación que fundamentó en los artículos 9 bis, fracción VII, 94, 95 y 97 del Código de Procedimientos Penales para la Ciudad de México. Señaló que en el acta correspondiente a dicha diligencia se aprecia que el fiscal investigador a las diecinueve horas con treinta y ocho minutos del ocho de enero de dos mil catorce, se constituyó en el inmueble marcado con el número de **********, **********, **********, **********, **********; domicilio al que ingresó y describió lo que tuvo a la vista en el interior; asimismo, precisó que ello fue fijado fotográficamente por perito en la materia. En relación a tal actuación, el Tribunal Colegiado estimó que independientemente del resultado de la misma, se violó en perjuicio del peticionario de amparo, la garantía contenida en el párrafo octavo del artículo 16 de la Constitución Federal, en su texto vigente antes de la reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación el dieciocho de junio de dos mil ocho, relativa a la inviolabilidad del domicilio, lo que origina que las pruebas obtenidas como consecuencia de la ilegal intromisión de la autoridad al domicilio carezcan de valor probatorio. Lo anterior, porque el ingreso del agente del Ministerio Público investigador al inmueble indicado tuvo como finalidad la inspección del lugar, y por tanto, debió cumplir con los requisitos que para el caso establece el artículo 16, párrafo octavo, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, vigente en la época de los hechos, respecto a que, para que una autoridad pueda ingresar al domicilio de un gobernado, debe contar con una orden de cateo que cumpla con los siguientes requisitos: a) Que conste por escrito; b) Que exprese el lugar que ha de inspeccionarse; c) Que precise la materia de la inspección; y, d) Que se levante un acta circunstanciada en presencia de dos testigos propuestos por el ocupante del lugar cateado o, en su ausencia o negativa, por la autoridad que practique la diligencia, así como lo establecido en el artículo 152 del Código de Procedimientos Penales para la Ciudad de México. 13 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 Por tanto, consideró que las pruebas obtenidas con vulneración a tal prerrogativa carecen de eficacia probatoria y, en el caso en particular, de autos no se desprende que exista orden escrita de un juez competente, tampoco se levantó acta circunstanciada en presencia de dos testigos, por lo que es claro que de conformidad con el precitado numeral procesal penal, la diligencia denominada inspección ministerial que realmente constituyó un cateo en tanto que fue practicada por una autoridad en un domicilio particular, carece de todo valor probatorio. En apoyo de lo anterior, invocó la jurisprudencia sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que en su rubro dice: “CATEO. EN ACATAMIENTO A LA GARANTÍA DE INVIOLABILIDAD DEL DOMICILIO, LA ORDEN EMITIDA POR LA AUTORIDAD JUDICIAL, DEBE REUNIR LOS REQUISITOS PREVISTOS EN EL ARTÍCULO 16 DE LA CONSTITUCIÓN, DE LO CONTRARIO DICHA ORDEN Y LAS PRUEBAS QUE SE HAYAN OBTENIDO COMO CONSECUENCIA DIRECTA DE LA MISMA, CARECEN DE EXISTENCIA LEGAL Y EFICACIA PROBATORIA. Asimismo, adujo que las pruebas obtenidas de forma directa e inmediata con motivo del cateo practicado ilícitamente por la autoridad ministerial, son la fe ministerial de láminas de placas de circulación, que fueron halladas en el interior del domicilio y que en realidad corresponden a los pares de los que constituyen el objeto material del delito; el dictamen en materia de identificación y avalúo de vehículo, en el que se determinó que los cuatro monoblocks correspondientes a vehículos ********** tipo **********, localizados en el interior del domicilio cateado, no contaban con los datos de identificación correspondientes y las fotografías correspondientes al lugar cateado y que se desprenden del dictamen en materia de fotografía, elaborado por el perito **********. No obstante, precisó que tal violación al procedimiento no conlleva a conceder el amparo y protección de la Justicia Federal, pues este tendría únicamente como efecto, que la sala responsable declarara la invalidez de la mencionada diligencia y de las pruebas directamente derivadas de la misma, pero con ello, la situación jurídica del peticionario de amparo no variaría, dado que el resto del acervo probatorio era suficiente para tener por acreditados los delitos de que se trata, así como la plena responsabilidad del solicitante del amparo en su comisión. 14 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 Precisado lo anterior, el órgano colegiado aseveró que el tribunal de alzada expresó fundamentos y razones jurídicas eficaces y suficientes, para determinar que las pruebas allegadas al expediente demuestran la acreditación del delito de encubrimiento por receptación, previsto en el primer párrafo del artículo 243 (hipótesis relativa a quien después de la ejecución de un delito y sin haber participado en él, posea el objeto de aquél, con conocimiento de esa circunstancia), sancionado en el segundo párrafo del mismo numeral del Código Penal para la Ciudad de México, pues las valoró adecuadamente, con apego a los lineamientos dispuestos en los numerales 245, 250, 252, 254, 255 y 286 del código adjetivo de la materia y fuero, y con base en su apreciación adminiculada, tuvo por acreditada la participación de los aquí quejosos en la comisión del mismo. De igual forma, con la reseña y valoración de pruebas, el Tribunal Colegiado estimó que la Sala responsable, legalmente determinó que la conducta atribuida a los promoventes de la acción constitucional, encuadra en el tipo penal de encubrimiento por receptación, en la hipótesis relativa a cuando después de la ejecución de un delito y sin haber participado en él, se posea el objeto de aquél, con conocimiento de esa circunstancia, pues las pruebas revelan que el siete de enero del dos mil catorce, aproximadamente a las diecisiete horas con treinta minutos, los aquí quejosos, junto con otros dos sujetos, poseyeron el vehículo de la marca **********, **********, **********, con número de serie terminación ********** y el número de motor **********, así como la placa trasera **********; la delantera **********; la trasera **********, éstas correspondientes al gobierno del entonces Distrito Federal y la delantera **********, del Estado de México, con conocimiento de que eran producto del delito de robo. Secuencia del evento, en la que la autoridad responsable, determinó que concurrió la agravante a que se refiere el numeral 252 del código punitivo local; lo cual, se consideró como legal, pues las pruebas revelaban que el delito se ejecutó, al menos, por cuatro personas que actuaron en conjunto, sin que en autos obre prueba de que se encontraban organizados con fines delictuosos, lo que efectivamente actualiza la hipótesis de pandilla a que se refiere el referido dispositivo legal. En ese tenor, se calificó de infundado el concepto de violación en el que se dice que la agravante no se acredita, pues no existe dispositivo legal que establezca que el hecho de que los sujetos 15 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 activos del delito sean familiares, impida jurídicamente conformar la figura de la pandilla a que se refiere el código sustantivo de la materia, pues para ello lo relevante es que tres o más personas se reúnan para cometer el delito de que se trate, lo que en el caso en concreto se actualiza cabalmente. En el aspecto relativo a la responsabilidad penal de los quejosos, el Tribunal Colegiado advirtió que la sala responsable estableció legalmente, que se acredita su participación en términos del ordinal 22, fracción II (los que lo realicen conjuntamente), en concordancia con los ordinales 15 (acción), 17, fracción I (instantáneo), 18, párrafo primero (acción dolosa); todos, del Código Penal para la Ciudad de México, al tomar en consideración las constancias procesales, toda vez que en ellas se contienen pruebas suficientes para considerar que éstas, por su enlace jurídico, lógico y natural, en conjunto, dada la naturaleza de los hechos, integran la prueba indiciaria o circunstancial de plena eficacia demostrativa, apta para demostrar la participación de los solicitantes de amparo en los hechos delictivos que se analizan. Lo anterior es así, pues si se toma en cuenta que los elementos aprehensores se dieron cuenta cuando los aquí quejosos y sus coautores colocaban diversas autopartes en la batea de la camioneta marca **********, tipo **********, objeto material del delito, los cuales sacaban del inmueble marcado con el número de **********; asimismo, que hallaron en el interior de la señalada camioneta las placas y tarjeta de circulación que también constituyen objeto material del delito; las cuales, se acreditó que pertenecían a vehículos que fueron robados, ilícitos por los cuales se tramitaban diversas averiguaciones previas, aunado a que los medios de identificación de la camioneta **********, fueron alterados y que conforme a su auténtico número de serie, se acreditó que también fue producto de robo; asimismo, que ********** era la propietaria del vehículo placas ********** y que una de ellas fue localizada en la camioneta en que los sujetos activos colocaban diversas autopartes, mismo que le fue robado el veintisiete de diciembre de dos mil trece, son indicios suficientes que al ser enlazados de manera lógica y jurídica, permitieron arribar a la certeza de que los peticionarios de la protección constitucional son penalmente responsables del ilícito analizado, perpetrado contra la sociedad. En ese tenor, se calificó de legal la determinación relativa a que la intervención de ********** y **********, ambos de apellidos ********** en el delito acreditado, fue con el carácter de 16 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 coautores, en términos de la fracción II del artículo 22 del Código Penal para la Ciudad de México, ya que en las circunstancias de tiempo, modo y lugar puntualizadas, en conjunto con otros dos sujetos llevaron a cabo el ilícito de referencia; desarrollo dentro del cual se encuentra acreditado el acuerdo concomitante entre los sujetos activos y también que las actividades que cada uno llevó a cabo, resultaron idóneas para la consumación del mismo; esto es así, pues las pruebas revelan que los sujetos activos colaboraban de manera indistinta en la labor de recibir, ocultar y trasportar objetos producto de ilícitos de robo; tareas que resultaban idóneas para la consumación del delito de que se trata y efectivamente revelan el acuerdo en su actuar. Por tanto, consideró que tal como lo determinó la alzada, los solicitantes de amparo, poseyeron los objetos materiales del delito a sabiendas de que eran producto de un diverso ilícito (elemento subjetivo específico), sin derecho que fundara su conducta, en atención a que no actuaron amparados por mandato legal alguno ni circunstancia que los legitimara; la lesión a la sociedad implicó la afectación a la procuración de justicia y la incentivación de diversos ilícitos; de esa forma, se actualizó el nexo de causalidad entre la conducta y el resultado material, pues con la acción desplegada por los peticionarios de amparo y sus coautores en las circunstancias preindicadas, materializaron la afectación a los referidos bienes jurídicos. Asimismo, estableció que resultó apegado a derecho que se negara valor probatorio a la declaración de los peticionarios de amparo ********** y **********, ambos de apellidos **********, así como a las de sus coacusados ********** y **********, ambos de apellidos **********, en la que negaron los hechos, pues como bien lo argumentó la sala responsable, no se aportaron medios de convicción eficaces. El argumento en el que se impugna la individualización de las penas, se declaró infundado, pues se aprecia que el tribunal de apelación, a efecto de determinar el grado de culpabilidad, se ajustó al arbitrio judicial en términos de lo previsto en los artículos 70 y 72 del Código Penal para la Ciudad de México, y al determinarlo en el punto mínimo, por lo que estimó que no viola los derechos fundamentales de los quejosos, pues no podría imponérsele una menor. 17 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 Asimismo, procedió a analizar si acorde con el grado de culpabilidad determinado, la sala responsable impuso las penas correspondientes. Al efecto, precisó que acertadamente la Sala responsable determinó que dado el valor de cambio de los objetos materiales del delito (doscientos cincuenta y un mil cuatrocientos pesos), la pena aplicable es la que se refiere el segundo párrafo del numeral 243 del código sustantivo de la materia y fuero (prisión de cinco a diez años y de doscientos a mil quinientos días multa, cuando el valor de lo robado exceda de quinientas veces el salario mínimo), pues en efecto, en atención a que en la época de los hechos el salario mínimo general vigente en esta zona, ascendía a sesenta y siete pesos con veintinueve centavos, que multiplicados por quinientas veces, dan como resultado treinta y tres mil seiscientos cuarenta y cinco, es evidente que el valor de cambio de los objetos materiales del delito excede de esa cantidad. Así, la sala responsable, correctamente le impuso por el ilícito básico de encubrimiento por receptación cinco años de prisión y doscientos días multa, la que legalmente incrementó en una mitad (dos años seis meses y cien días multa) por la agravante acreditada (pandilla), por lo que en total determinó imponerle siete años seis meses de pena privativa de libertad y trescientos días multa, equivalentes a **********, en virtud del salario mínimo señalado. IV. Recurso de Revisión. En contra de lo determinado en la ejecutoria de amparo, ********** y **********, interpusieron el recurso de revisión que se analiza en esta instancia. Refiriendo en el escrito de agravios correspondiente, lo que en síntesis se cita enseguida: 18 - Los recurrentes expresan que de los autos de primera y segunda instancia se aprecian un sinfín de violaciones al debido proceso y a sus derechos fundamentales estatuidos en la Constitución Federal. - Dicen que en la sentencia recurrida no se tomó en consideración el punto de individualización de las sanciones, puesto que la pena impuesta resulta ser excesiva. AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 - Aducen también que es inexacto que en la sentencia impugnada se resolviera negar el amparo y que los conceptos de violación son infundados sin motivos de queja que suplir. QUINTO. Procedencia del recurso. Expuestos los antecedentes del asunto, esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, considera que el presente medio de impugnación reúne los requisitos constitucionales y legales que condicionan su procedencia, por lo que deben analizarse los pronunciamientos del órgano colegiado mediante los cuales negó el amparo. En efecto, de conformidad con las reglas establecidas en la fracción IX del artículo 107 de la Constitución Federal3; la fracción II del artículo 81 de la Ley de Amparo vigente4; y, la fracción III del artículo 10 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación5, “Artículo 107. Las controversias de que habla el artículo 103 de esta Constitución, con excepción de aquellas en materia electoral, se sujetarán a los procedimientos que determine la ley reglamentaria, de acuerdo con las bases siguientes: 3 (…) IX.- En materia de amparo directo procede el recurso de revisión en contra de las sentencias que resuelvan sobre la constitucionalidad de normas generales, establezcan la interpretación directa de un precepto de esta Constitución u omitan decidir sobre tales cuestiones cuando hubieren sido planteadas, siempre que fijen un criterio de importancia y trascendencia, según lo disponga la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en cumplimiento de los acuerdos generales del Pleno. La materia del recurso se limitará a la decisión de las cuestiones propiamente constitucionales, sin poder comprender otras;(…).” 4 “Artículo 81. Procede el recurso de revisión: (…) II. En amparo directo, en contra de las sentencias que resuelvan sobre la constitucionalidad de normas generales que establezcan la interpretación directa de un precepto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos o de los derechos humanos establecidos en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, u omitan decidir sobre tales cuestiones cuando hubieren sido planteadas, siempre que fijen un criterio de importancia y trascendencia, según lo disponga la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en cumplimiento de acuerdos generales del pleno. La materia del recurso se limitará a la decisión de las cuestiones propiamente constitucionales, sin poder comprender otras.” 5 “Artículo 10. La Suprema Corte de Justicia conocerá funcionando en Pleno: (…) III. Del recurso de revisión contra sentencias que en amparo directo pronuncien los tribunales colegiados de circuito, cuando habiéndose impugnado la inconstitucionalidad de una ley federal, local, del Distrito Federal o de un tratado internacional, o cuando en los conceptos de violación se haya planteado la interpretación directa de un precepto de la Constitución Política de los Estados 19 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 para que el recurso de revisión interpuesto contra las sentencias dictadas por los Tribunales Colegiados de Circuito en amparo directo sea procedente, es necesario que en las mismas se decida sobre la constitucionalidad de normas generales, se establezca la interpretación directa de un precepto constitucional o de los derechos humanos establecidos en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, o que en dichas resoluciones se omita hacer un pronunciamiento al respecto cuando se hubiera planteado en la demanda o se hubiera emitido motu proprio. Aunado a lo anterior, es necesario que la cuestión de constitucionalidad tenga la potencialidad de crear la fijación de un criterio de importancia y trascendencia a juicio de este Alto Tribunal, en el entendido de que la materia del recurso de revisión debe limitarse a la resolución de cuestiones propiamente constitucionales. Ahora, los requisitos de procedencia del recurso de revisión en amparo directo han sido interpretados y clarificados en numerosas tesis jurisprudenciales y aisladas de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación y desarrollados normativamente en el Acuerdo General número 9/2015, emitido por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el ocho de junio de dos mil quince y publicado en el Diario Oficial de la Federación, el día doce siguiente, donde en los puntos Primero y Segundo se establece que el recurso de revisión contra las sentencias que en materia de amparo directo pronuncien los Tribunales Colegiados de Circuito es procedente, en términos de lo previsto en los artículos 107, fracción IX constitucional y 81, fracción II de la Ley de Amparo, si se reúnen los supuestos siguientes: Unidos Mexicanos, dichas sentencias decidan u omitan decidir sobre tales materias, debiendo limitarse en estos casos la materia del recurso a la decisión de las cuestiones propiamente constitucionales; (…).” 20 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 a) decide Si en las mencionadas resoluciones se sobre la constitucionalidad o inconstitucionalidad de una norma general, o se establece la interpretación directa de un precepto constitucional o de los derechos humanos establecidos en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, o bien, si en dichas sentencias se omite el estudio de las cuestiones antes mencionadas, cuando se hubieren planteado en la demanda de amparo; y, b) Si el problema de constitucionalidad referido en el inciso anterior entraña la fijación de un criterio de importancia y trascendencia. Asimismo, señala que se entenderá que la resolución de un amparo directo en revisión permite fijar un criterio de importancia y trascendencia, cuando habiéndose surtido los requisitos del inciso a) del Punto inmediato anterior, se advierta que aquélla dará lugar a un pronunciamiento novedoso o de relevancia para el orden jurídico nacional. El Acuerdo Plenario de referencia también señala que se considerará que la resolución de un amparo directo en revisión permite fijar un criterio de importancia y trascendencia, cuando lo decidido en la sentencia recurrida pueda implicar el desconocimiento de un criterio sostenido por la Suprema Corte de Justicia de la Nación relacionado con alguna cuestión propiamente constitucional, por haberse resuelto en contra de dicho criterio o se hubiere omitido su aplicación. Establecido lo anterior, es de reiterarse que en el presente caso se cumple con los requisitos que quedaron precisados para la 21 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 procedencia del juicio de amparo directo en revisión, pues del escrito de demanda se advierte que los quejosos impugnaron la constitucionalidad de una norma general, concretamente, el artículo 243 del Código Penal para el Distrito Federal (hoy Ciudad de México), por vulnerar el principio de intervención mínima del Estado, al prever una pena muy elevada, argumento que fue estudiado por el Tribunal Colegiado y combatidos por la parte quejosa en esta instancia, por lo cual subsiste el planteamiento de constitucionalidad. Asimismo, el problema de constitucionalidad acotado entraña la fijación de un criterio jurídico de importancia y trascendencia, en virtud de que no se ha emitido jurisprudencia sobre el mismo. De igual manera, se advierte que el Tribunal Colegiado de Circuito recurrido, realizó un pronunciamiento de interpretación del artículo 16 constitucional vinculado con la inviolabilidad del domicilio, pues respecto de las pruebas obtenidas con motivo de la inspección ministerial realizada al día siguiente de la detención en flagrancia de los inculpados, dejó establecido que ese derecho fundamental impide que la autoridad se introduzca a un domicilio sin la orden de cateo correspondiente, de manera que si la autoridad ministerial lo hizo sin contar con la orden judicial que ordenara la introducción al domicilio, eliminó de todo valor probatorio las pruebas obtenidas en esa diligencia ilegal. SEXTO. Estudio del asunto. Expuestos los antecedentes del caso y superada la cuestión de procedencia del recurso de que se trata, es conveniente dejar establecido que respecto a la interpretación constitucional del órgano colegiado en torno a la inviolabilidad del domicilio conforme al numeral 16 constitucional, respecto de lo que, como se vio, eliminó de todo valor jurídico las pruebas obtenidas en la 22 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 diligencia relativa a la que le dio el carácter de un cateo sin orden judicial, la verificó atendiendo a los criterios de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación y, por tanto, fue correcto su proceder. En relación a tal actuación, el Tribunal Colegiado estimó que independientemente del resultado de la misma, se violó en perjuicio del peticionario de amparo, la garantía contenida en el párrafo octavo del artículo 16 de la Constitución Federal, en su texto vigente antes de la reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación el dieciocho de junio de dos mil ocho, relativa a la inviolabilidad del domicilio, lo que origina que las pruebas obtenidas como consecuencia de la ilegal intromisión de la autoridad al domicilio carezcan de valor probatorio. En efecto, pues al respecto dijo que el ingreso del agente del Ministerio Público investigador al inmueble indicado tuvo como finalidad la inspección del lugar, y por tanto, debió cumplir con los requisitos que para el caso establece el artículo 16, párrafo octavo, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, vigente en la época de los hechos, respecto a que, para que una autoridad pueda ingresar al domicilio de un gobernado, debe contar con una orden de cateo que cumpla con los siguientes requisitos: a) Que conste por escrito; b) Que exprese el lugar que ha de inspeccionarse; c) Que precise la materia de la inspección; y, d) Que se levante un acta circunstanciada en presencia de dos testigos propuestos por el ocupante del lugar cateado o, en su ausencia o negativa, por la autoridad que practique la diligencia, así como lo establecido en el artículo 152 del Código de Procedimientos Penales para la Ciudad de México. 23 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 Por tanto, consideró que las pruebas obtenidas con vulneración a tal prerrogativa carecen de eficacia probatoria y, en el caso en particular, de autos no se desprende que exista orden escrita de un juez competente, tampoco se levantó acta circunstanciada en presencia de dos testigos, por lo que es claro que de conformidad con el precitado numeral procesal penal, la diligencia denominada inspección ministerial que realmente constituyó un cateo en tanto que fue practicada por una autoridad en un domicilio particular, carece de todo valor probatorio. En apoyo de lo anterior, invocó la jurisprudencia sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que en su rubro dice: “CATEO. EN ACATAMIENTO A LA GARANTÍA DE INVIOLABILIDAD DEL DOMICILIO, LA ORDEN EMITIDA POR LA AUTORIDAD JUDICIAL, DEBE REUNIR LOS REQUISITOS PREVISTOS EN EL ARTÍCULO 16 DE LA CONSTITUCIÓN, DE LO CONTRARIO DICHA ORDEN Y LAS PRUEBAS QUE SE HAYAN OBTENIDO COMO CONSECUENCIA DIRECTA DE LA MISMA, CARECEN DE EXISTENCIA LEGAL Y EFICACIA PROBATORIA. Asimismo, adujo que las pruebas obtenidas de forma directa e inmediata con motivo del cateo practicado ilícitamente por la autoridad ministerial, son la fe ministerial de láminas de placas de circulación, que fueron halladas en el interior del domicilio y que en realidad corresponden a los pares de los que constituyen el objeto material del delito; el dictamen en materia de identificación y avalúo de vehículo, en el que se determinó que los cuatro monoblocks correspondientes a vehículos ********** tipo **********, localizados en el interior del domicilio cateado, no contaban con los datos de identificación correspondientes y las fotografías correspondientes al 24 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 lugar cateado y que se desprenden del dictamen en materia de fotografía, elaborado por el perito **********. Proceder que, como se dijo, fue adecuado a los criterios de este Alto Tribunal, sumado a que prescindiendo de esas pruebas, valoró el restó del acervo probatorio y resolvió lo que consideró procedente. Precisado lo anterior, se emprende el análisis de la anunciada cuestión de inconstitucionalidad del artículo 243, párrafo segundo del Código Penal para el Distrito Federal (hoy Ciudad de México). En el caso, relacionado con este diverso tema, se advierte que la parte quejosa alegó en su demanda de amparo que el señalado precepto legal transgrede el Pacto de San José de Costa Rica y la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, porque establece una pena muy elevada, vulnerando el principio de intervención mínima del Estado, ya que no es endureciendo y deshumanizando las penas como se logra reinsertar al ser humano. También se advierte que para dar respuesta al argumento en cita, el Tribunal Colegiado, estimó necesario acudir al criterio emitido por esta Primera Sala al resolver el amparo directo en revisión 1399/2011, que dio origen a la tesis que se identifica con el rubro: “SECUESTRO EXPRESS. EL ARTÍCULO 163 BIS DEL CÓDIGO PENAL PARA EL DISTRITO FEDERAL QUE LO SANCIONA, NO TRASGREDE LA GARANTÍA DE PROPORCIONALIDAD EN MATERIA PENAL (TEST DE PROPORCIONALIDAD EN MATERIA PENAL).”6, el cual establece el test que comprende el examen de tres 6 Tesis Aislada 1a. CCXXXVI/2011 (9a.), Décima Época, Registro: 160643, Primera Sala, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro II, Noviembre de 2011, Tomo 1, Materia(s): Constitucional, Página: 209 25 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 aspectos de las sanciones fijadas consistentes en: el fin y la idoneidad; la necesidad; y, la proporcionalidad. En ese sentido, estableció que el numeral 243 de que se habla, tutela dos bienes jurídicos de gran relevancia, como lo son la seguridad del patrimonio de las personas y la procuración de justicia, por lo que se verificaba que el fin de esas penas es desalentar la comisión del referido ilícito, pues actualmente muchas personas buscan adquirir productos al precio más bajo posible, lo que puede llevar a adquirir mercancía obtenida mediante la comisión de un ilícito como lo es el robo, aún a sabiendas de esa circunstancia, lo que “SECUESTRO EXPRESS. EL ARTÍCULO 163 BIS DEL CÓDIGO PENAL PARA EL DISTRITO FEDERAL QUE LO SANCIONA, NO TRASGREDE LA GARANTÍA DE PROPORCIONALIDAD EN MATERIA PENAL (TEST DE PROPORCIONALIDAD EN MATERIA PENAL). El principio de proporcionalidad busca asegurar que el poder público actúe sin excederse en el ejercicio de sus funciones y es aplicable a toda actividad del Estado. Para comprobar si una norma penal creada por el legislador observa el referido principio, debe correrse un test que comprende el examen de tres aspectos: a) el fin y la idoneidad: consiste en determinar si la interferencia al derecho fundamental que se restringe persigue un fin constitucionalmente legítimo y si esa medida aflictiva, restrictiva o limitativa, es idónea para la finalidad buscada; b) la necesidad: parámetro que lleva a establecer si la medida cuestionada, dentro de las alternativas fácticas posibles, es la menos gravosa o restrictiva hacia el principio o derecho fundamental afectado por la intervención (intervención mínima); y, c) proporcionalidad: debe quedar acreditado que la medida es cualitativamente de mayor beneficio o igual al perjuicio que se ocasiona al derecho fundamental. Ahora bien, el artículo 163 bis del Código Penal para el Distrito Federal, que prevé una pena de veinte a cuarenta años de prisión, es acorde con el principio de proporcionalidad y no vulnera el artículo 22 de la Constitución Federal, en atención a lo siguiente: 1) el legislador, tratándose del delito de "secuestro express", buscó proteger un derecho fundamental de igual valor al restringido, como es la libertad de las personas y adicionalmente su patrimonio; asimismo, buscó desalentar su comisión, pues ésta se ha vuelto excesiva; ciertamente, estableció una medida aflictiva de la libertad rigurosa para la finalidad buscada, pero idónea, porque de esa manera buscó proteger a la sociedad; 2) la medida restrictiva de la libertad de veinte años como mínima y cuarenta años como máxima, dentro de las alternativas fácticas posibles, es la menos gravosa, porque en aras del diverso principio de "ultima ratio" se castiga con penas más graves los ataques más intolerables a los bienes jurídicos más importantes y en este caso, sin duda, dicha penalidad es el medio más eficaz que la sociedad tiene a su alcance para plasmar su total desaprobación respecto de sujetos que realizan actos tan reprobables hacia sus congéneres, como es privarlos de la libertad para robarlos o extorsionarlos, ya que no existe un medio alternativo que, en casos como éste, revista la misma aptitud que la prisión para alcanzar la finalidad propuesta por el legislador, que es la de escarmentar severamente y disuadir; y 3) cualitativamente, la medida responde al equilibrio entre el interés general que se alcanza, como es el de salvaguardar a la sociedad de la proliferación de un delito que la impacta de manera considerable y el perjuicio individual que origina la afectación del bien jurídico, que es la libertad. En consecuencia, el dispositivo 163 bis del Código Penal para el Distrito Federal, no atenta contra la garantía de proporcionalidad que establece el artículo 22, párrafo primero, de la Carta Fundamental; más aún, porque el tipo penal necesariamente exige la acreditación de una privación de la libertad a título de secuestro.” Amparo directo en revisión 1399/2011. 24 de agosto de 2011. Cinco votos. Ponente: Guillermo I. Ortiz Mayagoitia. Secretario: Horacio Nicolás Ruiz Palma. 26 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 actualmente prolifera y, por tanto, alienta la comisión de esos ilícitos que encubren, amenazando indirectamente el patrimonio de las personas y directamente la procuración de justicia; por tanto, aunque la pena privativa de libertad prevista es rigurosa, resulta idónea, dada la gravedad de las consecuencias de dicho ilícito y porque con ella se busca proteger a la sociedad en su conjunto; además, son penas que resultan necesarias, dado que se trata del medio más eficaz que la sociedad tiene a su alcance para expresar su total desaprobación a ese tipo de conductas que tanto peligro representan; además, es también proporcional, toda vez que guarda equilibrio con el interés común de salvaguardar a cada miembro de la sociedad de la proliferación de un delito que alienta considerablemente la comisión de otros. Así, el Tribunal Colegiado concluyó que el numeral 243 del Código Penal para el Distrito Federal (hoy Ciudad de México), contrario a lo afirmado por los peticionarios de amparo, cumple con el principio de intervención mínima por parte del Estado (proporcionalidad). Ahora, en relación a lo expuesto, esta Primera Sala encuentra que la determinación del Tribunal Colegiado es correcta en cuanto se ocupó de verificar el test de proporcionalidad de las penas conforme a los lineamientos del criterio aislado en que sustenta su determinación; no obstante, el estudio del precepto legal respecto del que se cuestiona su constitucionalidad por contener una pena excesiva debe ser exhaustivo en esta instancia en términos del artículo 79, fracción II, de la Ley de Amparo, pues procede la suplencia de la queja aun ante 27 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 la ausencia de conceptos de violación o agravios del reo, cuestión por la que se procede a su estudio.7 Previamente a ello, se menciona que el legislador penal está sujeto al marco de los derechos humanos reconocidos en la Constitución Federal y los tratados internacionales suscritos y ratificados por el Estado Mexicano, por lo que, al formular la cuantía de las penas, debe atender a diversos principios constitucionales, dentro de los cuales se encuentra el de proporcionalidad, previsto en el artículo 22, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el cual dispone: 7 Tesis Aislada P. CLXVI/2000, Novena Época, Registro: 190954, Instancia: Pleno, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, XII, Octubre de 2000, Materia(s): Constitucional, Penal, Página: 45. “SUPLENCIA DE LA DEFICIENCIA DE LA QUEJA EN MATERIA PENAL. OPERA EN LOS RECURSOS DE REVISIÓN COMPETENCIA DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, AUN CUANDO LOS AGRAVIOS QUE LOS SUSTENTAN, REFERIDOS A LA CONSTITUCIONALIDAD DE UNA LEY, SEAN NOVEDOSOS RESPECTO DE LOS CONCEPTOS DE VIOLACIÓN AUSENTES EN LA DEMANDA ORIGINAL. Si se toma en consideración que en la materia penal la suplencia de la deficiencia de la queja debe aplicarse como una verdadera integración de planteamientos ausentes, y que esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la tesis P. LXXXV/95, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo II, octubre de 1995, página 162, de rubro: ‘SUPLENCIA DE LA QUEJA EN MATERIA PENAL. OPERA RESPECTO DE LOS CONCEPTOS DE VIOLACIÓN REFERIDOS A LA CONSTITUCIONALIDAD DE LA LEY.’, estableció que cuando se trate de la suplencia prevista en el artículo 76 bis, fracción II, de la Ley de Amparo, relativo al juicio de garantías en materia penal, no existe distinción alguna con relación a si debe aplicarse a cuestiones de mera legalidad o de inconstitucionalidad de leyes, así como que tampoco hay impedimento para suplir los conceptos de violación referidos a la constitucionalidad de una ley, siempre y cuando figure como acto reclamado y se haya emplazado a las autoridades que la expidieron, puede concluirse que también resulta procedente dicha suplencia, cuando se trate de recursos de revisión competencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en los que se introducen, vía agravios, planteamientos novedosos en cuanto a que no formaron parte de los conceptos de violación sostenidos en la demanda de garantías natural, que versen sobre inconstitucionalidad de leyes. Ello es así, en primer lugar, porque ni la Constitución Federal ni la Ley de Amparo contienen disposición expresa que lo prohíba y, en segundo, la referida suplencia se hace extensiva hacia los agravios que se formulen en los recursos previstos en las leyes respectivas. Además, si la citada figura constituye una obligación para los Jueces de amparo, entre los que se encuentra la Suprema Corte, y el recurso de revisión, cuyo conocimiento le compete, tiene su razón de ser en que en alguna de las hipótesis del asunto, sujeto a estudio, subsista el problema de constitucionalidad, no puede aceptarse que dicha institución opere privativamente para los negocios de mera legalidad, pues ello generaría el riesgo de hacer nugatorio su efectivo alcance.” Amparo en revisión 2003/97. 11 de noviembre de 1999. Unanimidad de nueve votos. Ausentes: José Vicente Aguinaco Alemán y José de Jesús Gudiño Pelayo. Ponente: Juventino V. Castro y Castro. Secretario: Roberto Javier Ortega Pineda. 28 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 “Artículo 22. Quedan prohibidas las penas de muerte, de mutilación, de infamia, la marca, los azotes, los palos, el tormento de cualquier especie, la multa excesiva, la confiscación de bienes y cualesquiera otras penas inusitadas y trascendentales. Toda pena deberá ser proporcional al delito que sancione y al bien jurídico afectado. (…)”. Como puede advertirse del dispositivo constitucional antes transcrito, en su parte in fine consagra el principio de proporcionalidad de las penas cuya aplicación cobra especial interés en la materia criminal, el cual ha sido aplicado extensivamente a otros campos del orden jurídico que por su naturaleza, conllevan también el ejercicio del ius puniendi. La inclusión literal del postulado de proporcionalidad en el mencionado dispositivo constitucional, al ser un verdadero imperativo para toda sociedad democrática, se dio mediante la reforma integral al sistema penal mexicano que fue publicada en el Diario Oficial de la Federación, el dieciocho de junio de dos mil ocho. De dicho proceso de reforma constitucional se logra extraer que en la respectiva exposición de motivos formulada por la Cámara de Origen, la cual fue la de Diputados, de veintinueve de septiembre de dos mil seis, se señaló lo siguiente: “… Lo que se pretende con la reforma del sistema de justicia es dar soluciones de calidad a los gobernados. Principios de “lesividad” y “mínima intervención” Para garantizar un sistema penal democrático es preciso no sólo construir sus alcances sino, también, definir los límites de intervención que un Estado social y democrático debe ofrecer a sus gobernados. En este sentido, coincidimos con la propuesta de la Red que, en materia sustantiva penal, agrega en un párrafo tercero a los 29 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 principios fundamentales del ius puniendo, como el de “proporcionalidad” y “lesividad”. … El principio de proporcionalidad supone que el legislador deberá tomar en cuenta la magnitud del bien jurídico afectado por una conducta delictiva al momento de determinar qué sanción se le debe aplicar; para ello se deberá atender, entre otros elementos, al resto del sistema de sanciones, de modo que a una conducta que dañe un bien jurídico de menor importancia no se le aplique una sanción que supera a la que se le aplica a una conducta que sanciona un bien jurídico de mayor importancia. La proporcionalidad exige también que el legislador elija la sanción más benigna posible de entre todas aquellas que tengan la misma eficacia para el objetivo que se propone alcanzar, de tal modo que el sacrificio que se realice del derecho de libertad del que disfrutan todos los habitantes del país sea el mínimo indispensable. El principio de lesividad consiste en que el legislador debe sancionar penalmente sólo aquellas conductas que en verdad dañen bienes jurídicos relevantes, ya sean de titularidad individual o colectiva. Con ello se subraya el carácter del derecho penal como última ratio, como recurso extremo del Estado para sancionar a personas que realicen conductas antijurídicas.” Conforme a lo anterior, el ánimo del Constituyente permanente al reformar el artículo 22 de la Constitución General de la Republica, incluyendo el principio de proporcionalidad, fue que el legislador al momento de establecer las sanciones penales respectivas, tome en consideración la magnitud del bien jurídico afectado por una conducta delictiva al momento de determinar qué pena se le debe aplicar; para ello ha de atender, al resto del sistema de sanciones, para que éste no sea discorde a la importancia de los bienes jurídicos tutelados, sancionándose la vulneración de un bien de menor importancia con una pena mayor de la que correspondería por atentar contra un bien jurídico protegido de mayor entidad, o viceversa. 30 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 Además, exige también que el legislador elija la sanción más benigna posible de entre el conjunto de las eficaces para lograr el fin que persigue tipificar tal conducta de forma que encuentre una justificación el limitar la libertad de las personas, siendo ésta la medida última o extrema. De acuerdo con el artículo 22 de la Constitución Federal, “toda pena deberá ser proporcional al delito que sancione y al bien jurídico afectado”. Este derecho fundamental recoge lo que en la doctrina penal se denomina la concepción estricta del principio de proporcionalidad en materia penal. El contenido de este derecho consiste en la exigencia de una adecuación entre la gravedad de la pena y la gravedad del delito. Asimismo, cabe señalar que esta Suprema Corte se ha encargado de analizar en otras ocasiones la constitucionalidad de penas establecidas por el legislador, a la luz del principio de proporcionalidad contemplado en el artículo 22 constitucional. En este sentido, se ha sostenido que “la gravedad de la pena debe ser proporcional a la del hecho antijurídico y del grado de afectación al bien jurídico protegido; de manera que las penas más graves deben dirigirse a los tipos penales que protegen los bienes jurídicos más importantes.” En este sentido, el derecho fundamental a una pena proporcional constituye un mandato dirigido tanto al legislador como al juzgador. El primero cumple con ese mandato, al establecer en la ley penal la clase y la cuantía de la sanción atendiendo a la gravedad de la conducta tipificada como delito. 31 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 Así, la proporcionalidad en abstracto de la pena se determina atendiendo a varios factores: la importancia del bien jurídico protegido, la gravedad del ataque a ese bien, el ámbito de responsabilidad subjetiva, inclusive como al inicio se dijo, a partir de una comparación de las penas establecido para cada delito de naturaleza similar en función de los niveles ordinales y cardinales, etc. Por su parte, el juez penal es el encargado de determinar la proporcionalidad en concreto de la pena. El legislador debe proporcionar un marco penal abstracto que permita al juzgador individualizar la pena, teniendo en cuenta las circunstancias concretas de cada caso, tales como: la lesión o puesta en peligro del bien, la intervención del agente para causar la lesión o crear el riesgo, así como otros factores sociales o individuales que sirvan para establecer la menor exigibilidad de la conducta. Las anteriores consideraciones, fueron sostenidas por esta Primera Sala, al resolver el Amparo Directo en Revisión 3032/20118, el nueve de mayo de dos mil doce. También es necesario señalar, que el Tribunal Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, ya se pronunció sobre el significado del concepto de “proporcionalidad” y precisó cuáles son los componentes que lo integran, al resolver la acción de inconstitucionalidad 146/2007, en sesión de veintiocho de agosto de dos mil ocho, en la que sostuvo que este principio puede analizarse desde dos perspectivas: en abstracto o en concreto. En ese sentido este Alto Tribunal consideró lo siguiente: 8 Fallado por unanimidad de votos de los señores Ministros: Jorge Mario Pardo Rebolledo, José Ramón Cossío Díaz, Guillermo I. Ortiz Mayagoitia, Olga Sánchez Cordero de García Villegas (Ponente) y Presidente Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. 32 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 “1. En su vertiente abstracta, dicho análisis corresponde a un nivel meramente legislativo, esto es, verificar si la punibilidad —entendida como el parámetro de sanciones a imponer—, contemplada en la norma resulta razonable en atención a la conducta sancionada y el bien jurídico tutelado. 2. En tanto que la verificación del principio de proporcionalidad en sentido concreto corresponde al análisis de la actividad jurisdiccional y ejecutiva, esto es, al momento de determinar la pena en cada caso concreto —punición— y al ejecutar la pena en sí misma; ya que en estos casos el criterio para su análisis será el grado de culpabilidad atribuido al sentenciado y la necesidad de su total compurgación, respectivamente”. Además, en la ejecutoria mencionada, el Pleno de este Alto Tribunal acotó que, si bien es cierto, que la proporcionalidad de las penas en relación con las conductas cometidas y al grado de participación de los autores del delito son temas que tienen que ver directamente con el establecimiento de políticas criminales y, en su caso, de prevención general, especial y rehabilitación social, cuya atención corresponde, en principio, al Poder Legislativo, también lo es que éste se encuentra obligado, en todos los casos, a justificar de manera expresa, las razones por las cuales se establecen determinadas penas para ciertas conductas que se estiman delictuosas, atendiendo a la proporcionalidad que debe guardarse entre delito y pena, así como a los postulados constitucionales que prohíben las penas crueles, inhumanas, infamantes o trascendentes. Las consideraciones del Tribunal Pleno dieron origen a la jurisprudencia del rubro y texto siguientes: “LEYES PENALES. AL EXAMINAR SU CONSTITUCIONALIDAD DEBEN ANALIZARSE LOS PRINCIPIOS DE PROPORCIONALIDAD Y RAZONABILIDAD JURÍDICA. El legislador en materia penal tiene amplia libertad 33 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 para diseñar el rumbo de la política criminal, es decir, para elegir los bienes jurídicamente tutelados, las conductas típicas antijurídicas y las sanciones penales, de acuerdo con las necesidades sociales del momento histórico respectivo; sin embargo, al configurar las leyes relativas debe respetar el contenido de diversos principios constitucionales, entre ellos los de proporcionalidad y razonabilidad jurídica, a fin de que la aplicación de las penas no sea infamante, cruel, excesiva, inusitada, trascendental o contraria a la dignidad del ser humano, conforme a los artículos 14, 16, 18, 19, 20, 21 y 22 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Por esa razón, el Juez constitucional, al examinar la constitucionalidad de las leyes penales, debe analizar que exista proporción y razonabilidad suficientes entre la cuantía de la pena y la gravedad del delito cometido, para lo cual debe considerar el daño al bien jurídico protegido, la posibilidad para individualizarla entre un mínimo y un máximo, el grado de reprochabilidad atribuible al sujeto activo, la idoneidad del tipo y de la cuantía de la pena para alcanzar la prevención del delito, así como la viabilidad de lograr, mediante su aplicación, la resocialización del sentenciado.”9 Por su parte, esta Primera Sala ha emitido diversos criterios que al respecto, tal como se refleja en las dos jurisprudencias y tesis aislada que a continuación se transcriben: “PENAS Y SISTEMA PARA SU APLICACIÓN. CORRESPONDE AL PODER LEGISLATIVO JUSTIFICAR EN TODOS LOS CASOS Y EN FORMA EXPRESA, LAS RAZONES DE SU ESTABLECIMIENTO EN LA LEY. El legislador al crear las penas y el sistema para la imposición de las mismas, no cuenta con libertad absoluta para su establecimiento en la ley, sino que debe atender a diversos principios como lo es el de la proporcionalidad entre delito y pena, ya que de ello dependerá si su aplicación es no humanitaria, infamante, cruel o excesiva, o por el contrario, es acorde a los postulados constitucionales. La proporción entre delito y pena, en el caso del Poder Legislativo, es el de hacer depender la gravedad de la pena en forma abstracta, lo cual se encuentra relacionado con la naturaleza del delito cometido, el bien jurídico protegido y el daño que se causa al mismo. Esto permite advertir la importancia que tiene el que el Poder Legislativo justifique, en todos los casos y en forma expresa, en el proceso de creación de la ley, cuáles son las razones del 9 Jurisprudencia P./J. 102/2008, Novena Época, Registro: 168878, Instancia: Pleno, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXVIII, Septiembre de 2008, Materia(s): Constitucional, Penal, Página: 599. 34 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 establecimiento de las penas y el sistema de aplicación de las mismas, para cuando una persona despliega una conducta considerada como delito. Lo anterior, permitirá que en un problema de constitucionalidad de leyes, se atienda a las razones expuestas por los órganos encargados de crear la ley y no a las posibles ideas que haya tenido o a las posibles finalidades u objetivos que se haya propuesto alcanzar. Así, lo relatado adquiere relevancia si se toma en consideración que al corresponderle al legislador señalar expresamente las razones de mérito, el órgano de control constitucional contará con otro elemento valioso cuyo análisis le permitirá llevar a cabo la declaratoria de constitucionalidad o inconstitucionalidad del precepto o preceptos impugnados.”10 “PENAS. PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD CONTENIDO EN EL ARTÍCULO 22 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS. De la interpretación del citado precepto constitucional se advierte que la gravedad de la pena debe ser proporcional a la del hecho antijurídico y del grado de afectación al bien jurídico protegido; de manera que las penas más graves deben dirigirse a los tipos penales que protegen los bienes jurídicos más importantes. Así, el legislador debe atender a tal principio de proporcionalidad al establecer en la ley tanto las penas como el sistema para su imposición, y si bien es cierto que decide el contenido de las normas penales y de sus consecuencias jurídicas conforme al principio de autonomía legislativa, también lo es que cuando ejerce dicha facultad no puede actuar a su libre arbitrio, sino que debe observar los postulados contenidos en la Constitución General de la República; de ahí que su actuación esté sujeta al escrutinio del órgano de control constitucional -la legislación penal no está constitucionalmente exenta-, pues la decisión que se emita al respecto habrá de depender del respeto irrestricto al indicado principio constitucional.”11 “PENAS. LA INTENSIDAD DEL TEST DE PROPORCIONALIDAD PARA EXAMINAR SU AUMENTO ESTÁ DETERMINADA POR EL AMPLIO MARGEN DE APRECIACIÓN DEL LEGISLADOR EN MATERIA DE POLÍTICA CRIMINAL. El principio de proporcionalidad en sentido amplio no es una herramienta para analizar las normas penales a la luz de los criterios ético-políticos de una 10 Jurisprudencia 1a./J. 114/2010, Novena Época, Registro: 163067, Instancia: Primera Sala, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXXIII, Enero de 2011, Materia(s): Constitucional, Penal, Página: 340. 11 Jurisprudencia 1a./J. 3/2012 (9a.), Décima Época, Registro: 160280, Instancia: Primera Sala, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro V, Febrero de 2012, Tomo 1, Materia(s): Constitucional, Página: 503. 35 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 determinada ideología o filosofía penal. Como instrumento de control de constitucionalidad, el principio de proporcionalidad está orientado exclusivamente a fundamentar la validez o invalidez de una intervención en derechos fundamentales atendiendo a los límites impuestos al legislador democrático por la propia Constitución. Esta Suprema Corte ha sostenido en varios precedentes que en materia penal el legislador democrático tiene un amplio margen de apreciación para diseñar el rumbo de la política criminal. Esto significa que goza de un considerable margen de acción para elegir los bienes jurídicos tutelados, las conductas típicas, antijurídicas y las sanciones penales, de acuerdo con las necesidades sociales de cada momento y lugar. Por tanto, la intensidad del test de proporcionalidad para examinar una medida legislativa consistente en el aumento de una pena prevista para un determinado delito, debe corresponderse con la amplitud del poder normativo que la Constitución confiere al legislador, de conformidad con la citada interpretación de esta Suprema Corte.”12 Con base en lo anterior, se estima que para hacer un análisis de proporcionalidad y razonabilidad, en el caso concreto, debe atenderse a que el delito de encubrimiento por receptación invariablemente estará vinculado y condicionado a otro delito que le precede en tiempo, por lo que una actividad dirigida a encubrir la comisión de un delito no puede estar sancionada con una pena que sea superior a la que se establece para el delito encubierto. De ahí que se considera que el delito encubierto habrá de servir de parámetro para analizar la proporcionalidad de la pena prevista para el delito de encubrimiento por receptación, pues resulta difícil analizar este último ilícito desvinculado del diverso delito que condiciona su actualización, aun cuando en muchos casos resulte que 12 Tesis Aislada 1a. CCIX/2011 (9a.), Décima Época, Registro: 160670, Primera Sala, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro II, Noviembre de 2011, Tomo 1, Materia(s): Constitucional, Página: 203. Amparo directo en revisión 181/2011. 6 de abril de 2011. Cinco votos. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Arturo Bárcena Zubieta. 36 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 los bienes jurídicos protegidos detenten diversa naturaleza, porque no obstante, siempre estarán relacionados. Establecido lo anterior, esta Primera Sala procede al análisis del artículo 243, segundo párrafo del Código Penal para el Distrito Federal (hoy Ciudad de México), a fin de establecer si la pena prevista en este precepto es excesiva. En principio, se señala que los hechos por lo que se inició la indagatoria y se instauró el posterior proceso penal a los quejosos, se suscitaron el siete de enero de dos mil catorce; por tanto, el estudio que se lleve a cabo versara sobre la redacción que el precepto legal en cuestión contenía en esa época y que fue el que se aplicó a los quejosos. El artículo 243 del Código Penal para el Distrito Federal (hoy Ciudad de México), que prevé el delito de encubrimiento por receptación, se encuentra contemplado en el Capítulo IX del Título Décimo Quinto denominado “Delitos contra el patrimonio”, el cual en la época de los hechos establecía13: “CAPÍTULO IX ENCUBRIMIENTO POR RECEPTACIÓN (REFORMADO, G.O. 4 DE JUNIO DE 2004) Artículo 243. Se impondrá prisión de 2 a 7 años de prisión, y de cincuenta a ciento veinte días multa, a quien después de la ejecución de un delito y sin haber participado en él, adquiera posea, desmantele, venda, enajene, comercialice, 13 Al efecto, se menciona que por reforma de veintiocho de noviembre de dos mil catorce, publicada en la Gaceta Oficial del Distrito Federal, el valor de cambio contemplado en número de veces de salario mínimo, se sustituyeron por número de veces de la Unidad de Cuenta de la Ciudad de México, aspecto que constituye la única modificación entre el precepto vigente en la época de los hechos y el precepto vigente a la fecha de esta resolución. 37 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 trafique, pignore, reciba, traslade, use u oculte el o los instrumentos, objetos o productos de aquél, con conocimiento de esta circunstancia si el valor de cambio no excede de quinientas veces el salario mínimo. Si el valor de éstos es superior a quinientas veces el salario, se impondrá de 5 a 10 años de pena privativa de libertad y de doscientos a mil quinientos días multa. Cuando el o los instrumentos, objetos o productos de un delito se relacionan con el giro comercial del tenedor o receptor, si éste es comerciante o sin serlo se encuentra en posesión de dos o más de los mismos, se tendrá por acreditado que existe conocimiento de que proviene o provienen de un ilícito.” Conforme al segundo párrafo del precepto en cita se establece que quien se coloque en el supuesto del ilícito de encubrimiento por receptación; es decir, a quien después de la ejecución de un delito y sin haber participado en él, adquiera posea, desmantele, venda, enajene, comercialice, trafique, pignore, reciba, traslade, use u oculte el o los instrumentos, objetos o productos de aquél, con conocimiento de esta circunstancia, se hará acreedor a una pena privativa de libertad que oscilará de cinco a diez años y de doscientos a mil quinientos días multa, si el valor de cambio de los objetos o productos del delito es superior a quinientas veces el salario mínimo vigente en el Distrito Federal (hoy Ciudad de México). Asimismo, es de observarse que el diverso artículo 245 del Código Penal para el Distrito Federal (hoy Ciudad de México) previsto en el mismo Capítulo IX, prevé una regla específica para la aplicación de las penalidades señaladas para el delito de encubrimiento por receptación, según se advierte. “Artículo 245. En ningún caso podrá imponerse pena privativa de libertad que exceda del máximo que la ley señale al delito encubierto.” 38 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 Conforme a la anterior disposición, se advierte que en ningún caso la pena privativa de libertad impuesta por el delito de encubrimiento por receptación podrá ser superior al máximo de la penalidad que la ley señale para el delito que se encubre. Bajo ese contexto, para establecer si la pena prevista en el artículo 243, segundo párrafo que se cuestiona, es excesiva, resulta necesario tener en cuenta que los objetos materiales asegurados a los quejosos derivaron de diversos delitos de robo de vehículos automotrices y sus partes –delitos encubiertos–, los cuales fueron valuados en una cantidad superior a quinientas veces el salario mínimo vigente en la Ciudad de México, por lo que esta circunstancia impone determinar cuál es la pena establecida para el mencionado ilícito de robo de vehículo o sus partes, a fin de verificar el principio de proporcionalidad que se estima violentado. El Código Penal para el Distrito Federal (hoy Ciudad de México), en el mencionado Título Décimo Quinto relativo a “Delitos contra el patrimonio”, en el Cápitulo I, prevé el ilícito de robo y su penalidad, en observancia a lo siguiente: “TÍTULO DÉCIMO QUINTO DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO CAPÍTULO I ROBO Artículo 220. Al que con ánimo de dominio y sin consentimiento de quien legalmente pueda otorgarlo, se apodere de una cosa mueble ajena, se le impondrán: 39 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 I. (DEROGADA, G.O. 15 DE MAYO DE 2003) II. Prisión de seis meses a dos años y sesenta a ciento cincuenta días multa, cuando el valor de lo robado no exceda de trescientas veces el salario mínimo o cuando no sea posible determinar el valor de lo robado; III. Prisión de dos a cuatro años y de ciento cincuenta a cuatrocientos días multa, cuando el valor de lo robado exceda de trescientas pero no de setecientas cincuenta veces el salario mínimo, y (…).” Conforme a este precepto se observa que el delito básico de robo prevé diversas penalidades que se van incrementando en función de la cuantía del valor del objeto robado, señalándose en la fracción III que cuando éste exceda de trescientas pero no de setecientas cincuenta veces el salario mínimo, la pena será de dos a cuatro años de prisión y de ciento cincuenta a cuatrocientos días multa. Asimismo, como en el caso el parámetro en análisis lo otorga un delito de robo específico relacionado con vehículos automotrices y sus partes, debe observarse también lo establecido en el diverso numeral 224, fracción VIII, de la mencionada legislación sustantiva penal, el cual establece: “Artículo 224. Además de la (sic) penas previstas en el artículo 220 de este Código, se impondrá de dos a seis años de prisión, cuando el robo se cometa: VIII. Respecto de vehículo automotriz o parte de éste; o (…)”. De la redacción de este precepto se puede deducir que las penas previstas para el delito básico de robo, previstas en el citado artículo 220, se verán incrementadas con una diversa penalidad que puede ir de dos a seis años de prisión cuando lo robado se trate de vehículos automotrices o sus partes. 40 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 Por tanto, para determinar la pena a imponer para el delito de robo de vehículo o sus partes, cuyo valor exceda de quinientas veces el salario mínimo vigente en la época de comisión de los hechos, se debe atender a los dispuesto en el señalado artículo 220, fracción III, en relación con lo dispuesto en el diverso numeral 224, fracción VIII, debiendo sumarse ambas penalidades a fin de establecer la pena a imponer. A fin de esquematizar las penalidades antes referidas se expone el siguiente cuadro: Delito básico de robo (art. 220, fracc. III) Delito de robo de Delito de encubrimiento vehículo o sus partes por receptación (art. 224, fracc. VIII) (art. 243, párr. segundo) Cuando el valor de lo robado exceda de trescientas pero no de setecientas cincuenta veces el salario mínimo, se impondrá: Cuando el robo se cometa respecto de vehículo automotriz o parte de éste, además de las penas previstas en el artículo 220, se impondrá: Cuando el valor de los objetos del delito encubierto es superior a quinientas veces el salario, se impondrá: De cinco a diez años Prisión de dos a cuatro De dos a seis años de de pena privativa de años y prisión. libertad y De ciento cincuenta a cuatrocientos días multa. De doscientos a mil quinientos días multa Ante esta descripción, resulta que la penalidad para el delito de robo a vehículo o sus partes, será de dos a cuatro años de prisión, misma que podrá aumentar con otra pena del mismo tipo que puede ir de dos a seis años más, por lo que la pena mínima pudiera ser de cuatro años y la máxima pudiere llegar hasta diez años de prisión y, por lo que toca los días multa, estos serán de cincuenta a cuatrocientos, conforme al delito básico de robo. 41 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 Adicionalmente a lo expuesto, es de señalarse lo que antes se precisó en relación a que el delito de encubrimiento por receptación no puede analizarse sin desvincularlo del delito encubierto que lo actualiza, por lo que la proporcionalidad de la penalidad fijada en el precepto que lo establece debe realizarse en comparativa con el delito encubierto al que se le vincula y lo condiciona. En ese orden, el delito de encubrimiento por receptación que en el caso se analiza, al estar vinculado con el delito de robo de vehículo y sus partes, no contiene una pena privativa de libertad que resulte excesiva, pues la pena de prisión que como máximo se puede imponer en ambos ilícitos es de diez años de prisión. No obstante, se advierte que la sanción referida a los días multa en el ilícito de robo está establecida en un parámetro de ciento cincuenta a cuatrocientos días, en tanto que en el delito de encubrimiento por receptación previsto en el párrafo segundo del artículo 243 materia de este estudio, se establece que esta penalidad puede fluctuar desde doscientos hasta mil quinientos días multa. Así, en cuanto a este rubro de sanciones, se advierte que el límite máximo del delito de encubrimiento por receptación de que se trata, al estar establecido en mil quinientos días multa, rebasa el monto máximo de la multa prevista para el delito encubierto que en este caso es de cuatrocientos días multa y, por ende, resulta que el ilícito de encubrimiento por receptación impugnado sí contiene una pena excesiva en relación al delito encubierto en el límite máximo de la multa que señala y, al ser así, debe declararse que la fijación de la sanción máxima de días multa en el delito de encubrimiento por receptación que se contempla en el artículo 243, párrafo segundo del Código Penal para el Distrito Federal (hoy Ciudad de México), cuando 42 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 se le vincula al delito de robo de vehículos o sus partes, previsto en el artículo 220, fracción III, en relación con el 224, fracción VIII, que prevé como límite máximo cuatrocientos días multa, no es acorde al principio de proporcionalidad, pues como se mencionó el delito de encubrimiento por receptación no puede prever una sanción que sea mayor al delito encubierto con el que se relaciona. En esas condiciones, lo procedente es, en la materia de la revisión competencia de esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, revocar la sentencia recurrida y devolver los autos al Tribunal Colegiado del conocimiento, a efecto de que se pronuncie de nueva cuenta sobre el tema de legalidad de la sentencia reclamada, en cuanto a la pena relativa a la multa impuesta por la autoridad responsable a los quejosos por el delito de encubrimiento por receptación previsto en el artículo 243, párrafo segundo, del Código Penal para la hoy Ciudad de México, tomando en cuenta que la porción relativa, vinculada con el delito de robo, delito encubierto, es contraria al principio de proporcionalidad establecido en el numeral 22 de la Constitución Federal. Por lo expuesto y fundado, esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, resuelve: PRIMERO. En la materia de la revisión, competencia de esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se revoca la sentencia recurrida. SEGUNDO. Se ordena devolver los autos al órgano colegiado del conocimiento para que proceda de conformidad con los lineamientos trazados en esta ejecutoria. 43 AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2772/2016 Notifíquese; con testimonio de esta resolución, vuelvan los autos al Tribunal de su origen, y en su oportunidad, archívese el toca como asunto concluido. En términos de lo previsto en los artículos 3° fracción II, 13, 14 y 18, fracción II, de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta versión pública se suprime la información considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadran en esos supuestos normativos. 44